Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 163, de 26/02/1997
PDF





CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 163



DE CONTROL PARLAMENTARIO DE RTVE



PRESIDENTA: DOÑA CARMEN ALBORCH BATALLER



Sesión núm. 11



celebrada el miércoles, 26 de febrero de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Director General del Ente Público RTVE
(López-Amor García) para:



--Dar a conocer las líneas generales y proyectos a desarrollar durante su
mandato en el citado Ente Público. A solicitud de los Grupos
Parlamentarios Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, Popular, Mixto y
Socialista. (Números de expedientes 212/000472 y 212/000485.)



--Informar sobre temas de su competencia estatutaria sujetos a control
parlamentario. A petición propia. (Número de expediente 212/000475.)



Página 4494




Se abre la sesión a las diez y treinta minutos de la mañana.




La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías. En primer lugar, quiero dar
la bienvenida al nuevo Director General de Radiotelevisión Española. Como
ustedes saben, el motivo de esta reunión es la comparecencia del Director
General ante esta Comisión para dar a conocer las líneas generales y
proyectos a desarrollar durante su mandato en el citado ente público.

Esta comparecencia se produce a petición del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a petición del propio Director
General y a petición también del Grupo Mixto. No se ha incorporado en el
orden del día la petición de comparecencia por parte del Grupo
Socialista. No obstante, la Mesa y los portavoces han considerado que se
debería incluir, lo cual afectaría al orden de intervención, pero
necesitamos solicitar su consentimiento. ¿Están de acuerdo sus señorías?
(Asentimiento.) Muchísimas gracias.

Por tanto, tiene la palabra el Director General del Ente Público
Radiotelevisión Española, señor López-Amor.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (López-Amor García):
Señora Presidente, señorías, comparezco ante ustedes con el sentimiento
de cumplir mi deber hacia esta Cámara y lo que representa, y en segundo
término con el profundo respeto que me inspira, pues en ella se encuentra
significado todo el pueblo español y es, por tanto, depositaria de su
soberanía. Sin duda, por haber tenido el honor de pertenecer a esta
Cámara siento mucho más hondamente la responsabilidad que tengo contraída
ante sus señorías, y siento con igual hondura la convicción de que me
debo someter a su criterio, a su discrepancia en ocasiones, pero
igualmente a su apoyo y a sus reflexiones y consejos que sin duda también
brotarán en el seno de los debates. Comparezco, además, con el propósito
de exponer ante sus señorías mis proyectos iniciales, mis objetivos y mis
aspiraciones en relación con la nada fácil tarea que me aguarda, la
gestión y dirección del Ente Público Radiotelevisión Española, en esta
nueva etapa que podría definir con dos palabras: recuperación y
relanzamiento.

Por supuesto y ante todo quiero expresar mi respeto y reconocimiento por
el trabajo de mi predecesora. Mis propósitos no incluyen ningún tipo de
ruptura. Al fin y al cabo, toda nueva etapa debe partir de la realidad
que nos encontramos dada y debe aprovechar los mejores elementos que esa
realidad nos proporciona. En este sentido mi labor aspira a ser
incluyente y no excluyente, y en ella espero contar con la colaboración
de todos los profesionales de Radiotelevisión Española, sin excepción
alguna. Puedo y debo decirles que estoy también aquí porque creo en la
necesidad de una radiotelevisión pública, veraz, objetiva y plural,
dirigida a todos los españoles, vertebradora de solidaridades
interregionales, con capacidad de creación e innovación y con presencia
en el mundo y especial atención a todos los países hispanohablantes.

Estoy aquí porque creo en el futuro de la radiotelevisión pública, y
porque creo que tiene ante sí nuevos retos afronto con ilusión el mandato
que me ha sido encomendado.

Mi pertenencia política al partido en el Gobierno no es un argumento que
ponga en duda mi imparcialidad, sino todo lo contrario. Me compromete
formal y políticamente ante sus señorías y ante la sociedad a ser
riguroso en la administración de los recursos y garante de la pluralidad
informativa. Mi independencia se basa en mis convicciones democráticas y
mi profesionalidad es fruto de mi experiencia. Desde el primer momento es
mi voluntad, y también obligación formal, someter mi tarea al control de
la Comisión de Radiotelevisión Española en el Congreso de los
Diputados.

La radiotelevisión pública es entre todos los medios de comunicación el
único cuya gestión, dirección y contenidos de emisión gozan de una
fiscalización de carácter pública, abierta a todos, con luz y
taquígrafos, y esta no es la menor de las ventajas en relación con otros
medios. Creo en la televisión pública porque es la única que, al menos
potencialmente, está en disposición de atender en todo momento las
demandas de interés general. Creo en ella, en suma, porque al ser un
medio de comunicación que nos pertenece a todos está abierta, como no
puede ser de otra manera, también a todos. Este objetivo es, en último
término, el que guiará mis actuaciones a lo largo de mi gestión. Mis
particulares creencias y opiniones han sido puestas entre paréntesis
desde el momento mismo en que acepté el cargo, y no tendrán influencia
alguna sobre mi labor, ni ahora ni en el futuro; de lo contrario no
estaría hoy aquí ofreciendo mis primeras reflexiones ante sus señorías,
pues no hubiera aceptado asumir la ardua responsabilidad que me
aguarda.

Mi presencia aquí significa también, entre otras cosas, que reitero ante
ustedes la exclusiva responsabilidad por mi trabajo y por los resultados
de mi gestión al frente del Ente Público Radiotelevisión Española. Vengo
a ofrecer unas primeras apreciaciones de mis proyectos. Solicito, eso sí,
que tanto mis propósitos como mi gestión sean valorados con objetividad y
sin prejuicios de ningún tipo. En otras palabras, que sean tratados con
ese margen de confianza, añadiría también de generosidad, que todo gestor
público alberga la esperanza de obtener, incluso por parte de aquellos
cuya función es la de criticar y fiscalizar su trabajo. En esta mi
primera comparecencia apelo a sus críticas y opiniones constructivas,
bienvenidas sean, pues sus críticas, cuando son razonables, constituyen
una valiosísima colaboración.

Es éste un trabajo que asumo con espíritu abierto, sin ningún tipo de
ideas preconcebidas y con el firme propósito de llevarlo a buen término
con mi mejor voluntad. En él mis únicos referentes serán el Estatuto de
la Radio y la Televisión y los principios generales de programación, en
especial en todo cuanto afecta al pluralismo, a la objetividad, a la
neutralidad y a la defensa de los valores democráticos, que me he
propuesto que constituyan la clave de bóveda de mi tarea, y ello tanto en
lo que se refiere a los espacios informativos como al conjunto de la
programación. En cumplimiento de estos objetivos genéricos de mi gestión
espero contar con el apoyo de todos los trabajadores de Radiotelevisión
Española, en cuya profesionalidad,



Página 4495




bien demostrada, he depositado mi confianza. En consecuencia, cuento con
su colaboración en la labor ilusionante pero nada fácil que nos espera en
los próximos tiempos. Nada fácil, entre otros motivos, porque pese a su
liderazgo de audiencia la situación financiera del grupo Radiotelevisión
Española es por desgracia, y como nadie ignora, alarmante, pues una
empresa cuya deuda acumulada se estima que alcance a fines de este año
los 440.000 millones de pesetas, y que tiene unos ingresos entre
publicidad y apelación a los Presupuestos Generales del Estado de
alrededor de 80.000 millones, se encuentra obviamente en una situación
difícil. Basta enunciarla para comprender que la magnitud de esa deuda
acumulada es difícilmente imaginable y afrontable, al menos desde la
perspectiva de cualquier empresa pública o privada. Pero si el stock de
deuda es importante, no menos son sus intereses. La atención a los mismos
constituye una de las principales partidas presupuestarias de
Radiotelevisión Española. Para 1997 la cifra prevista de gastos
financieros asciende a 37.835 millones de pesetas, y ello teniendo en
cuenta el descenso profundo de los tipos de interés. Antes o después, esa
deuda habrá de ser asumida por el Estado en los plazos y en las
condiciones que se consideren oportunas. A esta situación, que les he
descrito, se ha llegado en buena parte como consecuencia de la no
aplicación de un sistema estable y permanente de financiación para
Radiotelevisión Española en tanto que servicio público. Es cierto que el
artículo 32 del Estatuto de la Radio y la Televisión prescribe un modelo
de financiación mixta para Radiotelevisión Española: por una parte, la
derivada de los ingresos por emisión de publicidad y otras actividades
comerciales, y por otra, la resultante de las partidas asignadas con
cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, esta
disposición se ha venido ignorando durante los últimos años, desde 1983
fundamentalmente hasta 1993, a lo largo de los cuales Radiotelevisión
Española se vio obligada a financiarse íntegramente por medio de sus
ingresos publicitarios. Como es lógico, esta situación generó una
descapitalización de la empresa, que se vio obligada a afrontar la
llegada de la televisión privada sin las suficientes reservas para
resistir la competencia en las mejores condiciones posibles; una
descapitalización a la que vino a sumarse la segregación de la red
técnica de comunicación, que Radiotelevisión había creado y financiado, y
de la que se vio desposeída sin ningún género de compensación económica
para crear un nuevo ente público, Retevisión. Todo ello, agravado aún más
por el hecho de que muchas de sus funciones como servicio público no son
económicamente rentables y constituyen para Radiotelevisión Española una
evidente desventaja competitiva.

Así pues, conseguir un marco de financiación pública suficiente, estable
y permanente constituye uno de mis primeros objetivos. Entre otras cosas
porque es el sistema adoptado por todos los países de nuestro entorno
europeo, pues el problema de la insuficiencia de los ingresos comerciales
no es exclusivo de Radiotelevisión Española. Todas las televisiones
públicas de la Unión Europea se enfrentan a ello. Sus ingresos por
publicidad no bastan para financiar sus presupuestos de
funcionamiento.

En el resto de Europa la financiación pública alcanza a cubrir en la
mayoría de los casos más de la mitad de los ingresos anuales y en algunas
ocasiones más del 70 por ciento del total. Las ayudas públicas que se les
destinan responden a imperativos de interés general, de servicio público,
y han de considerarse como un gasto más de la Administración del
Estado.

Sólo a título de información cito los ingresos que reciben del Estado
otras televisiones públicas europeas. Alemania recibe 785.000 millones de
pesetas a repartir de forma desigual, eso sí, entre sus dos cadenas
públicas, una de ellas con más de 600.000 millones de pesetas y la otra
se lleva alrededor de 170.000 millones. Francia reparte entre sus dos
canales públicos 293.000 millones de pesetas; Italia, 206.000 millones, y
el Reino Unido, 365.000 millones de pesetas. Otras televisiones públicas
europeas, pertenecientes a países de extensión territorial y población
considerablemente menores que las de España, recibieron también
aportaciones de dinero público en cantidades muy superiores a las
recibidas por nuestra Radiotelevisión Española. Así, Austria financia su
televisión pública con 83.500 millones, Bélgica con 99.500 millones,
Holanda con 91.000 millones y Suecia con 88.000 millones. No voy a
continuar mareándoles con cifras. Baste decir que si Radiotelevisión
Española recibiera en 1997 la misma cantidad que recibió la RAI en 1996,
que fue la menos cuantiosa entre los grandes países europeos y que como
he dicho alcanzó la cifra de 206.000 millones de pesetas, no cerraría
este año con pérdidas sino con un superávit de más de 15.000 millones de
pesetas.

Sea como sea, sin un sistema de financiación suficiente y estable,
Radiotelevisión Española tendría dificultades serias para continuar
haciendo frente a sus compromisos como servicio público. Ahora bien, esta
financiación dependerá del tipo de televisión y radio públicas que se
decida para España, pues sólo así podrán establecerse las bases que
permitan diseñar un nuevo equilibrio entre financiación pública e
ingresos comerciales. El dinero público debe ser administrado al menos
con la misma diligencia y el mismo cuidado, y yo diría que con la misma
solvencia, que se espera de la gestión de los patrimonios privados. Al
menos, digo, porque cada uno puede hacer lo que quiera con su patrimonio,
pero no está autorizado a gestionar irresponsablemente el dinero de
todos. Por eso, tanto la asunción de la deuda por parte del Estado como
la creación de un marco financiero estable han de ir acompañados por una
administración concebida en términos muy rigurosos.

La situación económica de Radiotelevisión Española es tal que se hace
inevitable proceder a un control riguroso de los gastos, de tal modo que
se ajusten a un presupuesto razonable; presupuesto que, además, habrá de
cumplirse en todos sus términos. También es imprescindible definir cuál
es el modelo de radiotelevisión pública que se pretende adoptar, y esto
constituye una decisión que no puede tomarse a la ligera, al aire de unas
circunstancias políticas, porque de ser así tendría probablemente un
futuro muy limitado. Una financiación estable exige un modelo de
radiotelevisión pública políticamente acreditada. En este sentido, mi
apuesta es firme y se basa en un programa de



Página 4496




medidas especiales, justas, ordenadas y rigurosas, que vamos a
desarrollar paulatinamente hasta lograr detener el ciclo negativo, y a
continuación relanzar nuestras empresas y afianzarlas en un primer plano
de la competencia nacional e internacional. Para lograr este objetivo es
preciso alcanzar un acuerdo lo más amplio posible entre todos los
sectores interesados; lo ideal sería un consenso de todas las fuerzas
políticas y sociales. Propongo, pues, en la medida de mis posibilidades,
un gran pacto de Estado, puesto que la situación de Radiotelevisión
Española, en la calidad que tiene y por la importancia institucional que
tiene, así lo requiere. Un pacto de Estado en el que junto con
Radiotelevisión Española participarían, como no puede ser de otra manera,
las Cortes Generales y el Gobierno, así como los agentes sociales y otras
instituciones representativas. Un pacto que defina el modelo, las
funciones, los objetivos de la radiotelevisión pública, al que habrán de
adaptarse de forma ineludible las dimensiones de Radiotelevisión Española
como empresa y que constituirá el marco de referencia al que ajustar los
presupuestos de gasto. Dicho con otras palabras, invito desde esta
tribuna a que las fuerzas políticas representadas en este Parlamento se
planteen, y desde luego cuentan con mi colaboración, una futura reforma
del Estatuto de la radiotelevisión pública, reforma que le haga válida
para gestionar la televisión del nuevo siglo. De no ser así, de no
alcanzarse el acuerdo que conduzca a ese pacto de Estado, seguiremos
vacilando en la incertidumbre, incapacitados por falta de perspectiva
para planificar nada, ni siquiera a medio plazo, y en definitiva
endeudándonos cada vez más y carentes de un conjunto claramente definido
de objetivos que cumplir en beneficio de la sociedad española. Evitar la
situación que arrastramos desde hace años no puede ser responsabilidad
exclusiva de este equipo de dirección, es responsabilidad de todos, y por
eso apelo a ello en mi primera comparecencia ante esta Cámara. En todo
caso, si en los prolegómenos de ese pacto se decidiera redimensionar
optimizando el tamaño de Radiotelevisión Española, lo que por supuesto
dependerá de los acuerdos que se adopten, puedo asegurar que no se
tomarán en ese camino medidas sin negociarlas con todos y cada uno de los
sectores afectados. Por tanto, uno de los principios inspiradores de mi
situación será el permanente diálogo.

A modo de síntesis, éstos son mis primeros objetivos respecto a la
gestión de Radiotelevisión Española: creación de un marco de financiación
pública suficiente, estable y sostenido, y racionalización organizativa y
de gestión, junto con unos presupuestos de gastos equilibrados;
resolución o solución del problema de la deuda acumulada, y sobre todo
impulsar y colaborar en la gestión de ese gran pacto de Estado para
elaborar unos estatutos de radio y televisión públicas para el próximo
futuro. Yo creo que ése es el gran objetivo y la única solución posible
para resolver de manera eficaz la actual situación. En ese nuevo marco
político administrativo de la radiotelevisión pública será posible
competir en el mercado de los medios audiovisuales en plano de igualdad
y, además, cumplir con los objetivos de servicio público menos rentable,
pero desde luego de interés para los españoles, esto es, con una
rentabilidad social importante. La promoción de la cultura, la cobertura
informativa de las minorías, la divulgación de espectáculos minoritarios
de toda condición y las diferencias de todo tipo merecen respeto y
consideración en el Ente Público Radiotelevisión Española. Para eso
estamos, repito, aunque no sea rentable desde un punto de vista económico
y aunque tenga una audiencia reducida.

Me propongo, en consecuencia, que durante mi gestión la televisión
pública ofrezca toda clase de contenidos con exigencia de calidad.

Radiotelevisión es de todos los españoles. Por tanto, su programación
debe alcanzar a todos los ciudadanos y satisfacer sus intereses como
espectadores. La existencia de diversos canales nos permite lograr esos
objetivos, ofrecer una programación equilibrada y complementaria, y hacer
posible el cumplimiento de los objetivos de interés público, tanto en
programas de carácter mayoritario como de interés para las minorías. Sin
embargo, con independencia de los contenidos de la programación, el grupo
Radiotelevisión Española tiene una función importantísima como motor de
la industria audiovisual en nuestro país que nos permite competir en
calidad en el mercado nacional e internacional. Todo esto supone, ni más
ni menos, que una decidida voluntad de cooperación con empresas del
sector audiovisual de habla española, y de manera muy especial con los
organismos de radio y televisión pública que mantienen con nosotros
coincidencias de intereses y objetivos. Quiero hacer una mención especial
a los canales internacionales, dirigidos a Europa, América y Extremo
Oriente, que van a mantener sus emisiones como hasta ahora, pues cumplen
una evidente función de servicio público. Y no sólo porque difunden la
riqueza del patrimonio cultural y lingüístico español más allá de
nuestras fronteras, sino también porque constituyen un vínculo
privilegiado de comunicación con su país de origen para todos los
emigrantes y españoles residentes en el extranjero.

Por lo que se refiere a Teledeporte y Canal Clásico, constituyen canales
temáticos que probable y previsiblemente se integrarían en la
distribuidora de televisión digital en la que participa Radiotelevisión
Española, junto con el resto de la oferta temática que la riqueza de los
archivos y la capacidad de producción de la televisión pública podrá
aportar cuando entren en funcionamiento, en breve plazo, sus
emisiones.

Sé que al hablar de la distribuidora de televisión digital entro en un
terreno que ha dado lugar a una confrontación de intereses y a
manifestaciones excesivamente crispadas. No es mi propósito contribuir a
incrementar esa crispación. Antes bien al contrario, si se me permite me
limitaré a exponer las intenciones de Radiotelevisión Española, que son
las mías propias en este terreno, sin ningún ánimo de entrar en polémica
alguna.

La participación en cualquier empresa de desarrollo y aprovechamiento de
las nuevas tecnologías constituye una exigencia ineludible para una
radiotelevisión pública. Radiotelevisión Española se incorpora a este
movimiento, entre otros motivos, porque constituye una parte fundamental
del futuro de la comunicación, y Radiotelevisión Española no puede ni
debe permanecer al margen de los nuevos desafíos tecnológicos que se
vayan a producir en este campo. Pese a las dudas que algunos expresan,
creo que el proyecto



Página 4497




tiene enorme solvencia y posibilidades económicas de futuro. En una
oferta que tendrá un número elevado de canales hay la suficiente variedad
de contenidos como para atraer el interés de amplios sectores de la
población. Personalmente preferiría la existencia de una única plataforma
que integre a todos los emisores públicos y privados, sin que ninguno de
ellos alcanzara una posición hegemónica, pero si ello no fuera posible
ofrezco mi mejor predisposición al diálogo.

Por lo demás, y pese a que la televisión se ha convertido en un medio
dominante cuyas posibilidades y cuyos problemas parecen ocupar por
completo esta primera valoración, no quiero olvidarme de la radio, esa
hermana mayor, entre comillas, de la televisión, a la que frecuentemente
no prestamos la atención que se merece, lo cual no deja de ser injusto,
pues su enorme potencial como medio de comunicación, su capacidad de
penetración en el tejido social y la gran influencia que ha demostrado
sobre los compromisos, las actitudes y las opiniones del conjunto de la
población, la hacen merecedora de mayor estima.

Por lo que se refiere a Radio Nacional de España, su ausencia total de
participación en el mercado publicitario acentúa aún más si cabe su
carácter de servicio público, aunque constituya por esa misma causa una
pesada carga financiera para el Ente Público Radiotelevisión
Española.

Pero que su sostenimiento resulte oneroso no pone en cuestión sus
importantísimas funciones como servicio público. La programación iniciada
en el otoño de 1996 ha tratado de potenciar los contenidos informativos,
de actualidad, de entretenimiento y de servicio público. Además, su
gestión se ha desarrollado con los criterios de máximo rigor y de
austeridad, utilizando de la mejor manera posible los recursos
disponibles en cada momento. De este modo se mantendrán distintas ofertas
radiofónicas a través de los diferentes canales de Radio Nacional de
España
Estos son, aunque todavía es esbozo, mis proyectos para el futuro, pero
quiero insistir en que ninguno de ellos será posible sin solucionar la
necesidad más urgente: la búsqueda de un sistema estable de
financiación.

Solucionado este problema, espero llevar a buen término lo que en
resumidas cuentas constituye el principal objetivo: la prestación de un
servicio público de radio y televisión dignamente concebido y
realizado.

Estoy seguro de que sobre mi gestión, sobre sus deficiencias, que como en
toda obra humana aparecerán, y sobre sus posibles fallos reales, o que se
consideren como tales desde otras posiciones ideológicas, van a recaer
sin duda sus críticas en el curso de los próximos debates, pero me atrevo
a pedir, también a confiar, en su colaboración en la tarea que emprendo
para sentar las bases de un nueva singladura de Radiotelevisión Española,
al mejor servicio del interés público de toda la sociedad española, con
respecto a todas las opiniones y creencias, y evitando discriminaciones
de carácter gratuito. Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor López-Amor.

Tiene la palabra el portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
señor Alcaraz.

El señor ALCARAZ MASATS: Bienvenido a esta Comisión de Control de
Radiotelevisión Española, señor López-Amor, comisión de control que
espero que empiece a cumplir su función, porque hasta ahora lo hemos
dicho casi de broma, pero es cierto que es una comisión controlada por el
director general y que no adapta su ritmo a las posibilidades de un
consenso, al que usted ha hecho reiterada referencia en su
intervención.

Espero que sea una comisión que sirva para tener debates en el tiempo
adecuado, que no sean tiempos diferentes los de Radiotelevisión Española
y los de esta Comisión, que representa en parte, como usted ha dicho, la
soberanía popular.

Nos encontramos, yo creo, en un momento de condensación de una serie de
condiciones que nos han llevado a una crisis sin precedentes en
Radiotelevisión Española en cuanto empresa pública, en cuanto servicio
público perteneciente precisamente al sector más delicado que pueda
existir en estos momentos, el sector de la comunicación. Los motivos por
los que hemos llegado a esta crisis sin precedentes los intentaré después
resumir, pero desde luego esta crisis significa que es el momento de
acometer un giro muy importante que puede conectar --nosotros ya lo
habíamos utilizado anteriormente-- con eso que usted ha denominado el
pacto de Estado con respecto a lo que son los intereses públicos de la
comunicación. El Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya va a
seguir en su tono, basado fundamentalmente en un principio de
responsabilidad, y va a intervenir desde su modelo, desde sus
planteamientos, que se conocen y que no están al albur de las
circunstancias. Nosotros creemos en la empresa pública con un diseño
adecuado y fuerte, basada en la pluralidad, en la calidad, en la
producción propia, con una plantilla consecuentemente adecuada, bien
dimensionada --en principio eran 14.000 trabajadores y ahora 9.600--, y
que tenga muy en cuenta --lo veníamos diciendo desde hace bastante
tiempo-- el problema de la deuda, que es una deuda del Estado y no de
Radiotelevisión Española. Cuando nosotros empezamos a debatir este tema
encontramos en la otra parte de la mesa una posición a la defensiva que
no concordaba (usted ha citado la forma de financiar otras televisiones
públicas en Europas) con los intereses de la comunicación pública en casi
todos los países europeos, quizá excepto, a otros niveles, Chipre y
Portugal, y desde luego España a la cola.

Hemos entrado en esta crisis sin precedentes quizá porque la televisión
--también la radio pero fundamentalmente la televisión pública-- se está
configurando como un campo de batalla específico por el poder político, y
tiene dos consecuencias que hasta ahora hemos sufrido de manera fuerte,
no sólo la minoría sino también los que creemos en la radiotelevisión
pública: el principio de la gubernamentalización y el principio del
bipartidismo, como si la televisión fuese un sitio donde repartirse el
tiempo en función de presiones políticas, con independencia de la calidad
en la producción, con independencia de la programación, con independencia
de todas las circunstancias que comportan la realidad de una televisión
pública. Hemos asistido durante este último período, desde el ochenta y
tantos a esta parte, al juego de la inversión entre



Página 4498




los partidos, en función de que el juguete estuviera en unas manos o en
otras. Me refiero no sólo a Radiotelevisión Española sino a otras
televisiones públicas autonómicas. Se han dado argumentos que de pronto
pasan de unas manos a otras en función de este campo de batalla por el
poder político: la acusación de control gubernamental; se hablaba incluso
de quiebra financiera, de que la televisión estaba a punto de quebrar,
cosa inaudita porque, repito, era una deuda con carácter de triple A de
cara a lo que son las deudas del reino de este país, con la consecuencia
del enorme desprestigio para el ente público. Yo creo que se venía
trabajando, consciente o inconscientemente, en una reducción de la
televisión y la radio públicas de cara al aumento de espacios en las
televisiones y en las radios privadas. Ahora asistimos prácticamente a lo
mismo otra vez, con intercambio de papeles, y esto nos preocupa mucho a
los que defendemos de verdad, desde el equilibrio, desde la
responsabilidad, con dureza si cabe en ocasiones, la existencia, con su
dimensión adecuada, de la radio y de la televisión públicas.

Hace tres años se aprobó en esta Comisión una proposición no de ley,
presentada por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, para que se
discutiera en el seno de la Cámara el entonces llamado plan de futuro de
Radiotelevisión Española, que después se rebautizó con el nombre de plan
de renovación. Estuvimos tres años y medio esperando este debate y
asistiendo al incumplimiento reiterado de los acuerdos suscritos aquí
prácticamente por unanimidad. Y de pronto nos encontramos en esta crisis
producto de una dimisión. Hace cinco meses le dijimos a la señorita
Ridruejo que se pusiera el chip de la dimisión. Después se actualizó
mucho esta idea cuando vimos la que pensamos que era una de las primeras
causas de su dimisión. Analizar las causas de la dimisión de doña Mónica
Ridruejo quizá nos ponga en situación de ver cuál debe ser el futuro y
cuál debe ser el perfil del nuevo director general, muy personal, el
perfil de cara al funcionamiento del ente.

La primera causa de la dimisión de doña Mónica es el rechazo por el
Gobierno de los presupuestos para este año. Es decir, no de los
presupuestos, pues se mantienen todas las cifras pero no se mantiene el
modelo de financiación, que era el modelo público, en que el Estado
empezaba a asumir la deuda que ella planteó y que el consejo de
administración también remitió a la Cámara. El Gobierno rechazó
rotundamente este modelo de financiación.

La segunda causa de la dimisión es ese plan que cuando lo conocí lo
bautizamos como plan de liquidación, que se hizo por encargo --iba a
decir de la Moncloa--, por encargo del Gobierno, con una cifra
preavisada, lo que anteriormente también se había hecho. Es decir, se da
la cifra de que se puede disponer, por ejemplo 135.000 millones, y se le
dice a quien sea, a quien sufra el encargo: Dimensione usted la
televisión pública en función de este dinero que tenemos. Y así pensamos
que se ha hecho el plan de renovación, un plan forzado que pasó de
inmediato por una rueda de prensa de doña Mónica Ridruejo, creo que el 7
de enero, en la que decía que el plan ya se lo había pasado al señor
Alvarez-Cascos. Pero de allí no ha pasado a los grupos y a la opinión
pública, excepto por la última filtración que se produjo a través del
conocimiento que tenían de este plan algunos de los sindicatos
mayoritarios en Radiotelevisión Española. Por lo tanto, posiblemente
también sea éste uno de los factores de dimisión junto al episodio de la
formación, del principio de conformación de la llamada distribuidora de
televisión digital, en la que efectivamente hubo al inicio una gran
firmeza, pero a raíz del lanzamiento de la otra plataforma se llegó
incluso a decir que Televisión Española abandonaba cualquier tipo de
plataforma digital y que sólo aportaría contenido, cuestión esta a la que
nos opusimos rotundamente y que se rectificó, pensamos que por unos
motivos o por otros, pero se creó una tensión evidente cuyo último juego
no conocemos pero que puede estar también en la base de la dimisión de la
anterior directora general, doña Mónica Ridruejo.

Finalmente, pensamos que otro motivo cierto de la dimisión es la compra
de programas, cómo se están comprendo los programas, la autonomía del
señor Sánchez Gallo, el puenteo constante que ha sufrido la dirección
general, pensamos nosotros, puenteo sistemático no sólo en la
contratación de programas, sino también en la contratación de personas,
puenteo que posiblemente también se haya podido dar en la presión de cara
a los aspectos informativos de la televisión y de la radio públicas.

Analizando, por tanto, las causas de la dimisión encontramos el camino
que a nuestro juicio habría que despejar en la actuación del señor
López-Amor, a partir de ahora, como director general. Pensamos que los
criterios de elección todavía no están claros. Se lo hemos preguntado
varias veces al señor Presidente del Gobierno y no ha contestado. Tampoco
contesta en el Pleno de la Cámara a la pregunta que se le ha hecho sobre
los criterios, pero en todo caso son criterios que rompen unas
declaraciones públicas que se hicieron. Nosotros pensamos que hasta que
no se aclaren esos criterios la palabra del señor Aznar está en
entredicho en este tema. Por tanto, nosotros a partir de ahora vamos a
defender la necesidad de que el director general --es una solución que
podemos dar a medio plazo-- sea siempre de extracción parlamentaria,
incluyéndolo en este paquete del pacto de Estado al que usted ha aludido,
para empezar a sacar cabeza de cara al futuro en defensa de la radio y la
televisión públicas. Por tanto, en el modelo de nuevo estatuto de
Radiotelevisión Española habría que introducir la forma de elección de su
director general. Como usted sabe, señor López-Amor, el consejero
propuesto a iniciativa de Izquierda Unida en el consejo de administración
de Radiotelevisión Española votó en contra del nombramiento, de cómo se
había hecho, por la forma última y por los criterios iniciales.

Consideramos que las declaraciones en prensa del señor López-Amor son
criticables pero tiene derecho a la libertad de expresión. Si se hubiesen
hecho en el seno del consejo de administración las hubiésemos juzgado
posiblemente de otra manera. En todo caso, lo que pedimos en principio,
hasta llegar al momento de enfocar las líneas fundamentales de su
actuación, es que no se den pasos atrás en una serie de compromisos que
adoptó la señora Ridruejo a lo largo de sus nueve meses de dirección. Por
ejemplo, respecto a la creación de los consejos de información en función
de los estatutos ya existe



Página 4499




un texto prácticamente escrito, con comillas, muy trabajado, que iría en
la dirección de evitar esta crítica tremenda que tantísimo ha
desprestigiado a la radio y a la televisión públicas: la manipulación
informativa, la gubernamentalización. Por ejemplo también el derecho de
acceso de los grupos sociales más representativos en Radiotelevisión
Española, derecho de acceso que figura incluso en la Constitución y que
nunca se ha regulado.

Nosotros también pensamos, señor López-Amor --y me parece que es
importante que aquí quede absolutamente claro-- que el plan de
renovación, ese plan que se ha hecho en función de una cantidad previa,
unos 135.000 millones, a nuestro juicio vulnera el Estatuto de
Radiotelevisión Española, porque si en el estatuto se contienen unas
funciones para la radio y la televisión públicas que no son posibles con
este dinero, que no son posibles con esta dimensión, con este diseño,
pues se está vulnerando el Estatuto de Radiotelevisión Española al que
usted se ha acogido como matriz fundamental de su actuación. Por tanto,
lo que queremos que quede claro en esta comparecencia es que este plan de
renovación no es posible asumirlo en la nueva etapa, no es posible
asumirlo por la dimensión que marca, por el modelo de televisión que
señala y porque en absoluto ha sido debatido ni social ni
políticamente.

Pedimos que sea retirado, que no cuente de ahora en adelante este texto
que se ha encargado de manera forzada, que posiblemente cuando se ha
tenido en las manos se ha pensado que no era presentable, y que sin duda
ha tenido consecuencias a la hora de presentar la dimisión la señora
Ridruejo.

Pensamos también, señor López-Amor, porque no ha quedado claro en su
exposición, que es preciso hacer un plan de futuro, un plan de
renovación, que es necesario plasmar por escrito una estrategia de
Radiotelevisión Española, que no bastaría con medidas puntuales, que no
bastaría con medidas especiales más o menos concatenadas, más o menos
improvisadas, sino que sería necesario tener un plan de renovación para
poder enviarlo de inmediato a la autoridad competente en el seno de la
Unión Europea, expresando el saneamiento de la empresa pública, de
servicio público, y evitar el posible expediente con respecto a esta
deuda de 400.000 millones de pesetas. Pensamos también que en este
diseño, teniendo en cuenta la trasposición de la directiva televisión sin
fronteras, es necesario explicitar el grado de producción propia que
daría un auténtico volumen a todo el diseño de Televisión Española a
partir de ahora, porque ninguna línea comercial ni ninguna otra línea
puede asumir, ni necesita de hecho, una plantilla de personal adecuada a
la preparación que actualmente tiene Radiotelevisión Española, y que es
necesario no dilapidar, no disolver. Por lo tanto, señor López-Amor,
termino realizándole unas preguntas cuya contestación no queda clara en
el diseño de lo que usted ha llamado programa de medidas especiales.

Estamos de acuerdo con un gran pacto de Estado, lo llevamos pidiendo
muchos años, lo llevamos pidiendo desde hace tres o cuatro años de manera
reiterada; un pacto de Estado que debe arrancar de un texto, de una
posición de la dirección general o, si se quiere, para que no sea un
texto personal, del equipo del actual gobierno de Radiotelevisión
Española. A partir de ahí, efectivamente, en debate público con agentes
sociales y en las Cortes Generales, podemos empezar a diseñar como
servicio público la dimensión, la capacidad de producción propia y las
plantillas consecuentes, despejando definitivamente el problema de la
gubernamentalización o el problema de la estructura profundamente
bipartidista que tiene toda la parte informativa de Radiotelevisión
Española. Desde ese punto de vista nosotros queremos saber su posición
con respecto al plan de renovación que hemos conocido y si es posible, si
usted piensa, si entra en sus coordenadas estratégicas la redacción de un
plan estratégico con respecto a Radiotelevisión Española.

En segundo lugar, nos encontramos con una deuda acumulada de 240.000
millones de pesetas, que puede llegar a finales de año, si las cosas
siguen como hasta ahora, a unos 440.000 millones de pesetas, como usted
bien ha dicho. ¿Entiende el Gobierno, señor López-Amor, de verdad, o
usted está dispuesto a dar la batalla para que lo entienda, que no es
posible mantener la dimensión adecuada con los criterios que produjeron
el rechazo del anterior borrador del presupuesto, de la modalidad de
financiación que se contenía en los presupuestos? ¿Que no es posible con
65.000, con 70.000 o con 80.000 millones de publicidad hacer funcionar el
modelo que necesita Radiotelevisión Española, y que actualmente no se
puede funcionar con tan sólo 11.000 millones de subvención para Radio
Nacional de España, menos de la mitad de su presupuesto? ¿Que tal y como
están las cosas, y en función de un debate a veces instrumentado, sería
un suicidio mantener la actual deuda sin una estrategia para su asunción
por parte del Estado?
En cuanto a la plataforma digital, señor López-Amor, usted ha hablado
también de la necesidad de llegar a una audiencia potencial de 400
millones de hispano-hablantes. Desde ese punto de vista, señor
López-Amor, ¿qué previsiones hay de cara a la constitución real de esa
plataforma y al funcionamiento en su seno? Porque estamos viendo que ya
hay una contradicción sobre el terreno: las acciones de Radiotelevisión
Española, sumadas a las acciones de las distintas empresas públicas que
configuran esta plataforma digital, son la minoría mayoritaria ¿Cómo es
posible entonces que el presidente de la distribuidora de la televisión
digital no salga de esta minoría mayoritaria? ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo
es posible que el Director General de Televisión Española no sea el
presidente de la distribuidora de la televisión digital? Es algo que no
entendemos, ahí hay una contradicción de fondo. Yo pregunté por ella en
el Pleno y no se me contestó de manera específica, y puede estar marcando
las contradicciones y el paso cambiado que en algún sentido pueden
asistir desde el principio a esta plataforma de televisión digital.

Y por otra parte, señor López-Amor, en la carta que la señora Ridruejo
envió al consejo de administración explicando los motivos de dimisión
decía que su modo de plantear la gestión de Radiotelevisión Española, sus
problemas y posibles soluciones y sus objetivos empresariales de
programación y de servicio público no concordaban --terminaba-- con las
circunstancias de diversa índole que afectan al grupo Radiotelevisión
Española. Esto también nos



Página 4500




preocupa. ¿Cuáles son las circunstancias de diversa índole que afectan al
grupo --esto es literal en la carta de la señora Ridruejo-- y que también
han provocado su dimisión? ¿Pueden entenderse como parte de estas
circunstancias las presiones, por ejemplo, con respecto a la política
informativa? ¿Podría entenderse así, o podría entenderse este tema en
función de las previsiones ya evidentes que hay con respecto al tema de
la contratación de programas? Una contratación de programas que escapa al
control, hasta ahora, de la dirección general, porque se está contratando
de manera que ya iremos discutiendo en el seno de esta Comisión de
control, y esperamos que se le dé un sesgo adecuado y que se aclare, de
verdad, el funcionamiento real del señor Sánchez Gayo en este último
período.

Finalmente, señor López-Amor, usted en la toma de posesión ha dicho que
su gestión, en principio, se va a dirigir a concretar el saneamiento de
la economía de Radiotelevisión Española. Ahora dice que hace falta un
marco financiero estable para elaborar unos presupuestos equilibrados, y
ha dicho precisamente presupuestos equilibrados. ¿Este saneamiento, que
va a tener un punto concreto cuando usted en junio tenga que mandar el
borrador de presupuestos al Gobierno para que empiece a integrarlos en
los Presupuestos Generales del Estado de 1998, en qué se va a traducir?
¿Usted va a luchar desde un modelo de televisión hacia unos presupuestos
adecuados o, al contrario, va a esperar a que le den una cantidad desde
la Moncloa para adaptar el modelo de Radiotelevisión? Pensamos que éste
es un tema de enorme importancia que es preciso que usted nos aclare en
el seno de lo que antes ha llamado la posibilidad de un pacto de
Estado.




La señora PRESIDENTA: En nombre del Grupo Mixto, tiene la palabra la
señora Rahola, que solicitó la comparecencia junto con el Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Señora Presidenta, yo solicito que conceda
una breve intervención a mi compañero de grupo don José María Chiquillo,
ya que no voy a extenderme demasiado.




La señora PRESIDENTA: Encantadísima le concedería la palabra al señor
Chiquillo, pero parece ser que no forma parte de la Comisión, aunque
puede asistir, por supuesto. El señor Director General me propone que
repartan los tiempos y el señor Chiquillo dice que quiere intervenir un
minuto.




La señora BALLETBO I PUIG: El señor Director General no es quién para
decir quién puede intervenir.




La señora PRESIDENTA: Por favor, señorías, cálmense. Lo siento muchísimo,
pero la Mesa considera, después de consultar con el señor letrado, que no
tiene derecho a intervenir.

Señora Rahola, tiene la palabra.

La señora RAHOLA I MARTINEZ: Lamento la decisión porque el señor
Chiquillo iba a hacer una intervención muy breve que habría enriquecido
esta comparecencia.

Bienvenido doblemente, señor Director General, a esta su primera
comparecencia. Primero, porque es su primera comparecencia; y segundo,
porque ha expresado una clara y, parece, rotunda voluntad de diálogo, lo
cual, desde luego, consideramos que es una manera buena de empezar. Sin
embargo, es evidente que usted tiene ante su mandato tres retos que son
absolutamente prioritarios y fundamentales para llevar adelante una
empresa tan importante como es la corporación de Radiotelevisión.

(Rumores.) Me cuesta un poco oírme.




La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Entiendo que tenemos primero un reto
fundamental que es cómo se resuelve el conflicto de la deuda, una deuda
que se ha convertido evidentemente en el lastre más importante que tiene
Radiotelevisión Española y, por supuesto, en el lastre más importante
para sacar adelante programas y un concepto claro de competitividad y, al
mismo tiempo, de servicio público.

El segundo reto fundamental, indiscutiblemente, es garantizar esta
competitividad. ¿Cómo se plantea programáticamente y desde el punto de
vista de los grandes proyectos una televisión competitiva con el resto de
televisiones y el mismo tiempo claramente inserida en el concepto de
servicio público?
Y el tercer reto --y empiezo por aquí--, un reto endémico, yo diría que
junto con la deuda, es el problema de siempre, del que hemos hablado
siempre: garantizar la neutralidad del Ente Público Radiotelevisión
Española. Empiezo por aquí porque entiendo que esta comparecencia viene
iluminada por una estela de declaraciones que le han precedido y que son,
desde mi punto de vista, relevantes para esta Comisión. Estoy de acuerdo
con Felipe Alcaraz, con el compañero que me ha precedido en el uso de la
palabra, en que toda declaración se enmarca en el derecho constitucional
a la libertad de expresión, y en ese sentido, por tanto, poco hay que
decir. Sin embargo, es evidente también que cuando un director general,
nombrado ya como tal, hace unas declaraciones como las que usted ha hecho
en un medio de comunicación, implicando directamente a Diputados y
partidos políticos, ello, como mínimo, pone en peligro ese concepto de
neutralidad. Usted ha dicho hoy en esta comparecencia de manera solemne
--esto lo dicen todos los directores generales que son nombrados, hay dos
cosas que siempre son claves--: Dejo aparte mis creencias. Usted ha
dicho: «las pongo entre paréntesis» --lo hemos oído en esta Comisión cada
vez que ha habido un nombramiento-- «y me abro al diálogo». Bienvenidas
las dos cosas.

El día 17 de febrero, cuando usted hablaba como hablaba de dirigentes
políticos como Felipe González o el señor Borrell u otros, que no son de
mi partido pero que forman parte del espectro político, cuando hablaba de
ellos en los términos que hablaba, ¿había dejado entre paréntesis



Página 4501




sus creencias, o aún no había tomado esa relevante decisión para su
cargo? Quiero decir que ¿continúa pensando lo que decía pero ha decidido
aparcarlo y no decirlo nunca más, o formará parte de la manera de
gobernar y de garantizar la neutralidad del Ente Público Radiotelevisión
Española?
Señor López-Amor, yo creo que es importantísimo empezar por aquí, porque
la lucha permanente con el ente es conseguir que sea lo más neutral
posible, que esté al servicio público en el mayor grado posible y, en
consecuencia, lo más ajustado a la pluralidad y a la complejidad de la
libertad democrática y de la vida democrática. Generalmente esto no
ocurre, y evidentemente usted es nuevo aquí, pero para los que ya
formamos parte de esta Comisión desde hace bastantes años ésta es una
batalla campal permanente, es un campo de batalla permanente. Lo que
ocurre es que en su caso permítame decir que hemos empezado con mal pie,
porque un director general ya nombrado como tal dice, por ejemplo, que
TV3 está con Polanco pero que quizás cambie de posición; dice que el
señor González está desquiciado y nervioso, o no sé lo que quiere decir,
dice que el señor Borrell era casi un peligro y habla del señor Leguina,
que tiene usted aquí al lado y en su momento ya se le hará los
comentarios directamente él, porque le tiene bien cerca. Yo no sé qué
opinará el señor López-Amor del resto de Diputados de esta Cámara o de
esta propia Comisión, pero yo estaría encantada de saberlo. En todo caso
le pido, ya que ha decidido aparcar sus creencias o ponerlas entre
paréntesis, que a partir de ahora sea realmente así. Y por supuesto le
pediría en esta Comisión, es mi primera petición, que entone un mea
culpa, que haga un mínimo de autocrítica. Yo entiendo que no fue la mejor
manera de empezar como Director General de un ente que tiene como
principal reto la neutralidad. Entone pues hoy, en esta primera
comparecencia, un mea culpa autocrítico de lo que nunca tenía que haberse
producido, que era una tan clara posición partidista de alguien que tiene
que dirigir la televisión de todos.

A partir de aquí, usted ha planteado los otros dos retos fundamentales
que tiene su cargo y su mandato: el tema de la deuda y cómo hacer de esta
televisión una televisión competitiva y, al mismo tiempo, plenamente
ligada al concepto de servicio público. Tengo que decir que yo estoy de
acuerdo con usted en el concepto de pacto de Estado. Por supuesto que me
encantaría que usted introdujera en ese concepto de pacto de Estado la
posibilidad de que su cargo fuera nombrado por el Parlamento, podría
formar parte del primer punto del pacto de Estado. De todas formas, es
evidente que el gran reto de Televisión con la deuda que tiene pendiente,
con todo el problema que tiene pendiente, tiene que pasar por un plan,
por un pacto en el cual todo el mundo esté implicado en la supervivencia
y también, por supuesto, en una mejora de la competitividad del Ente
Público Radiotelevisión Española. Lo que ocurre es que, a partir de aquí,
usted debe decirnos en qué términos plantea el pacto de Estado, porque en
la comparecencia de hoy, que me ha parecido relevante en la medida en que
ha sido una comparecencia con voluntad de diálogo, sin embargo no ha
puesto letra a la música, y como no lo ha hecho, a mí me cuesta mucho en
estos momentos plantearle a usted exactamente la comparecencia en algún
término en concreto. Por ejemplo, ¿qué política de contratación de
programas se va a dar a partir de ahora? Es un tema fundamental para
poder discutir como mínimo con usted o incluso para poder aprobarle los
proyectos, si así fuera pertinente. ¿Qué política tiene usted, por
ejemplo, para San Cugat? Es un tema que como Diputada catalana me
interesa especialmente, como puede imaginarse; no conozco aquí ni la
música ni la letra, y algunas músicas y letras que he conocido me han
asustado bastante. Por lo tanto, éste es un tema concreto que le
planteo.

¿Qué planteamientos exactos tiene usted respecto al plan Renove? ¿Está
totalmente en contra? ¿Está a medias? ¿Está parcialmente a favor? ¿Se
plantea una reestructuración del cuerpo de trabajadores de la empresa en
los términos que se habían planteado anteriormente? Cuando habla de
sanear, como todo el mundo, la deuda de Televisión Española, ¿en qué
términos plantea esta posibilidad de saneamiento y qué modelo de
financiación exactamente propone: el que le sea dictado desde el partido
o desde el Gobierno, o lo que usted va a defender como teóricamente
independiente en su cargo de Director General y, por tanto, priorizando
por encima de todo los intereses del Ente Radiotelevisión Española? Y a
partir de aquí, señor López-Amor, yo no tengo mucho más que preguntarle,
en todo caso decirle que le agradezco que a partir de ahora, 28 de
febrero --o 27, ó 29, ó 26 de febrero (Risas.), no había mirado el
calendario antes de llegar--, espero que a partir del 26 de febrero usted
ponga en congelación sus creencias --según parece ser-- y no nos
desayunemos más con algunas declaraciones tan poco serias para un
director general como las que se produjeron en su momento. Piense usted
que en su cargo, cuando usted ataca tan directamente y toma tan
claramente partido al hablar de cualquier otro político, o cualquier otro
partido político, lo está haciendo en contra de toda la clase política,
porque su cargo tiene que ser fundamental y prioritariamente neutral.

Señor López-Amor, usted tiene que ganarse ahora la imagen de neutralidad,
porque usted ahora la ha perdido; viene a esta comparecencia sin imagen
de neutralidad, viene a esta comparecencia con la clara imagen de
partidismo. Este va a ser su gran reto para conseguir, entiendo yo, su
credibilidad. (El señor Chiquillo Barber pide la palabra.)



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señora Presidenta, yo apelo a la benevolencia
de la Mesa para que aplique el Reglamento vigente respecto a las
suplencias y a la participación del Grupo Mixto cuando así lo exponen sus
portavoces. Hay precedentes en Comisiones permanentes y en Comisiones de
otro tipo en las que se ha reconocido el derecho a repartir el tiempo, si
así lo solicita el Grupo Mixto, máxime cuando no se ha consumido el
tiempo por la portavoz titular, la señora Rahola. Por lo tanto, yo apelo
a la benevolencia e incluso a los buenos deseos del Director General,
porque él sabe que ésa es la práctica habitual.




Página 4502




La señora PRESIDENTA: Tras consultar con la Mesa, le concedo la palabra
al señor Chiquillo por el tiempo que le resta agotar al Grupo Mixto. Le
ruego brevedad.




El señor CHIQUILLO BARBER: Agradezco a la señora Presidenta y a los
miembros de la Mesa su decisión. Le agradezco, señor López-Amor, el
capote que usted me ha echado como conocedor de la práctica
parlamentaria. En esta comparecencia hemos hablado de diálogo, y para
consolidar ese diálogo ésta es una ocasión importante para que una
opinión más se deje oír aquí, y en este caso es la opinión de Unión
Valenciana. En una cuestión tan importante como el futuro de la
Radiotelevisión Española, de la Televisión pública Española, creo que es
interesante dejar patentes algunos comentarios.

En su primera parte de la comparecencia ha hablado de los objetivos; el
tiempo dará o quitará razones y en próximas comparecencias se le
recordará lo que usted dijo en el día de hoy y si ha cumplido o no ese
desiderátum, esos objetivos y esas buenas intenciones de diálogo, de
consolidar y de relanzar la Televisión pública Española, de conseguir una
financiación que dé estabilidad a Radiotelevisión Española, esa mejora de
la gestión y la solución a la deuda acumulada. Unión Valenciana considera
que estas cuestiones son un buen punto de salida, pero habrá que ver con
el paso del tiempo hasta dónde puede llegarse en la consecución de esos
objetivos.

Pensamos que tiene que haber un pacto de Estado, como usted ha dicho. Si
lo que usted va a proponer es una Radiotelevisión Española pública,
plural y de calidad, va a contar siempre con nuestro apoyo. No va a
contar nunca con nuestro apoyo si lo que quiere es llevar a un callejón
sin salida a la Televisión pública Española. Por lo tanto, yo creo que
todos debemos aportar nuestro grano de arena para hacer una televisión
pública competitiva.

Quiero comentarle muy brevemente una cuestión que preocupa mucho a la
Comunidad Valenciana, uno de los puntos del plan Renove que afecta, y
usted muy bien lo sabe, al Canal Hispavisión de la Comunidad
Valenciana.

Su antecesor habló del plan Renove en lo que afecta a Hispavisión, que
está en el Parque Tecnológico de Valencia, y creó ciertas dudas sobre su
futuro, sobre su viabilidad, incluso se empezó a tomar alguna decisión
sobre su desmantelamiento para traer parte de la infraestructura de
Valencia a Madrid para participar desde Madrid en este canal de
televisión digital. El temor de los 120 trabajadores del centro es si va
usted a llevar adelante esa decisión clara y concreta de la anterior
Directora General de trasladar Hispavisión y cerrar y desmantelar el
centro que está en el Parque Tecnológico de la ciudad de Valencia, máxime
cuando hay un acuerdo firmado entre el Ente público Radiotelevisión
Española y el Consell de la Generalitat del año 1994 para que el canal
Hispavisión siga realizando sus actividades hasta el año 2004. Es un
canal especialmente dirigido vía satélite a Latinoamérica. Queremos saber
si hasta el 2004 va a recibir inversiones y va a continuar con su
actividad audiovisual en la Comunidad Valenciana. Por lo tanto, quiero
transmitirle la preocupación sobre esta parte importante del plan Renove
que ha hecho llegar al Diputado que les habla el propio comité de empresa
y el personal del canal Hispavisión de la Comunidad Valenciana. Las
Cortes valencianas han elevado su preocupación por ese futuro incierto
del canal Hispavisión de la ciudad de Valencia. Hay un acuerdo del
consejo asesor de Radiotelevisión Española en la Comunidad Valenciana en
el que solicitan que esta decisión no se tome, que este extremo contenido
en el plan Renove de la anterior Directora General no se lleve a término
y se mantenga, por lo menos mientras está firmado el convenio, hasta el
año 2004 el futuro del canal Hispavisión en la ciudad de Valencia con
plenitud de medios, con todos los medios a su alcance. De esta forma
podremos hacer desde Valencia un canal público y colaborar desde Valencia
en hacer grande lo que usted ha comentado en sus objetivos: una
televisión pública de calidad, que también se puede hacer desde el centro
territorial de la Comunidad Valenciana.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Leguina, portavoz del
Grupo Socialista.




El señor LEGUINA HERRAN: Señor López-Amor, retomando las palabras que
acaba de pronunciar la señora Rahola, estará conmigo en que no ha entrado
usted con buen pie en la Dirección General de Radiotelevisión Española. Y
le diré tres razones por las que no ha entrado con buen pie.

En primer lugar, entre usted, después de la dimisión de la señora
Ridruejo, siendo hasta anteayer, como quien dice, no sólo militante sino
Diputado del Grupo Popular; lo cual, desde el punto de vista de la
palabra dada por el actual Presidente del Gobierno cuando era líder de la
oposición, es simplemente un incumplimiento de esa palabra,
clarísimamente. No se puede argumentar que eso se prometió por una
vez.

Es mejor que lo dejen ustedes en paz, que el señor Aznar dé una
explicación en esta Cámara y pasemos página de este asunto.

La segunda cuestión es que usted tiene en su currículum una sentencia,
con el tratamiento previo de una falta grave en el carácter
administrativo, y esa sentencia señala que usted abusó del poder cuando
era inspector de Hacienda. (Protestas.--Varios señores Diputados: ¡Qué
barbaridad!) La importancia administrativa que pueda tener este asunto no
se puede obviar, pero lo que me parece mucho más sustantivo que el hecho
de haber ordenado que alguien sacara unos datos secretos del ordenador de
Hacienda es de quién eran esos datos. (Rumores.) La señora PRESIDENTA:
Silencio, señorías.




El señor LEGUINA HERRAN: Y esto, desde el punto de vista político, es lo
verdaderamente relevante; es decir, usted obtiene unos datos de una
persona que se dedica también a la política y cuya posición en aquel
momento no era agradable al grupo al que usted pertenecía. Y eso me
parece grave. Ese es el segundo mal pie.

Y el tercer mal pie es que cuando esto aparece en los medios de
comunicación, haciendo buena aquella frase de que la mejor defensa es un
ataque, pasa usted al ataque en



Página 4503




dos medios de comunicación, al parecer afines a la ideología que usted
profesa, concretamente el ABC y El Mundo, y ataca de una manera virulenta
a miembros de la oposición, y muy concretamente al secretario general del
Partido Socialista, al señor Borrell y a mí mismo. Ninguno de los tres,
ni el señor González ni el señor Borrell ni yo mismo, habíamos abierto la
boca para hablar de este asunto; lo cual hace doblemente injusta su
intervención. Pero es que además en el cargo que usted tiene, como le han
recordado hace un momento, hay que guardar ciertas formas. Ciertas formas
que usted no ha guardado. Es bien cierto que no lo ha hecho en el consejo
de administración, como ha recordado el señor Alcaraz echándole un
capote; pero es verdad que usted no es ningún esquizofrénico sino que
goza de magnífica salud física y mental y es una sola persona. En
consecuencia, no ha entrado con buen pie.

La prueba más evidente de esto la tenemos --si quieren una anécdota-- en
una carta circular que usted ha enviado a todos sus compañeros de grupo
parlamentario, cometiendo un error, señor López-Amor, porque nos la podía
haber mandado a todos y hubiera quedado usted, como se dice en el
audiovisual, de cine. Y en esa carta circular amable, y yo entiendo que
la mande pero no en su contenido, dice: mi voluntad de servicio al Grupo
Parlamentario Popular. (Rumores.) Bueno, pues no sé si es un lapsus, yo
creo que responde realmente a una voluntad, que contradice evidentemente
la exposición que usted ha hecho aquí esta mañana.

Por lo explicado, lo que yo tengo que decirle en nombre del Grupo
Socialista, al que represento en este acto, es que lo mejor que podría
hacer usted, por usted mismo, por el Grupo Popular, por Televisión
Española y por el diálogo que predica, y no tengo por qué dudar que lo
hace de buena voluntad, sería dimitir. (Rumores.--Varios señores
Diputados: ¡Qué original!)



La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor, guarden silencio.




El señor LEGUINA HERRAN: Y nada más. No vea, a pesar de los ataques que
me ha dedicado, ninguna animadversión personal en ello porque le aseguro
que no la hay. (Varios señores Diputados: ¡No, qué va!) Y vayamos a su
discurso. He de decir, en primer lugar, que con buena parte de ese
discurso estamos de acuerdo, y es difícil no estarlo. Estamos de acuerdo
en su declaración, que comentaré después, de que la televisión que quiere
es veraz, objetiva y plural, estamos de acuerdo en el diagnóstico que
hace respecto a la situación financiera, que ha calificado de grave, pero
le he de recordar que de esos 400.000 millones de pesetas que
previsiblemente tenga de deuda viva al final del período 1997 Televisión
Española, 176.000 millones, es decir, cerca de la mitad, se van a
producir durante este año. Y esto tiene que ver sin duda con la actitud
del Gobierno respecto a Televisión Española, que ha explicado el señor
Alcaraz y que no voy a repetir, de pasar y no hacer nada.

La segunda cuestión en la que estamos de acuerdo es el sistema de
financiación que propone; cómo no estarlo en las palabras, porque luego
pasar de las musas al teatro, como bien sabe usted, es bastante
complicado, pero estamos de acuerdo. Y sobre esto me voy a detener un
minuto. Usted ha hablado de un modelo que esté políticamente acreditado,
para lo cual se necesita un pacto de Estado y, dentro de ese pacto de
Estado, una reforma del estatuto. La pregunta que yo le hago es la
siguiente: ¿ha consultado usted con el Gobierno? Y no es una pregunta
capciosa ni retórica, porque tanto el Gobierno como el grupo que sostiene
al Gobierno, el grupo principal, que es el Grupo Popular, tienen mucho
que decir en este asunto. Por cierto, que me gustaría que afirmaran lo
mismo que dijeron en el programa electoral, con el cual básicamente
estamos de acuerdo; es decir, que hay un principio de posible acuerdo que
se tendría que realizar justamente no con la intervención de la Dirección
General, sino con la intervención del Parlamento porque, como usted bien
sabe, el estatuto es una ley; es una ley además muy importante.

Respecto al permanente diálogo que ha señalado, por supuesto que estamos
de acuerdo, simplemente le voy a hablar de una cosa menor y de una cosa
mayor. Empezaré por la mayor. La mayor es que también su antecesora nos
prometió el diálogo; jamás conseguimos hablar con ella. Esperemos que con
usted o con quien le sustituya podamos por lo menos hablar. Y la cosa
menor es que en ese permanente diálogo al que usted ha hecho referencia
están los trabajadores y sus representantes, y hay un colectivo no muy
grande injustamente tratado, y no por usted, ni siquiera por su
antecesora, sino por Televisión, desde hace muchos años, que es el grupo
de contratados sobre el que le recuerdo que hay una resolución de esa
Comisión, y sería bueno que lo tuviera en cuenta.

Estamos de acuerdo con la promoción de la cultura, sin embargo hay un
dato que nos ha dejado caer, aunque sea con audiencia reducida. Esto lo
podremos discutir en lo sucesivo, pero rebajar mucho los ingresos,
evidentemente, no sería prueba de buena gestión; se lo advierto para su
buen negocio.

En lo que se refiere a la cuarta cuestión, también estamos de acuerdo en
lo que ha dicho sobre la plataforma digital. Ahora bien, le diré dos
cosas. Su propósito explícito aquí esta mañana es: no voy a tensar, sino
a flexibilizar las posiciones dentro de la plataforma y de esta guerra
que se ha abierto. De acuerdo, pero me temo que esa buena voluntad suya
se quedará en buena voluntad porque hay otras personas dentro de su
partido que ya se dedican con bastante éxito a tensar la situación.

Y paso muy rápidamente al problema de los nuevos fichajes. Usted ha dicho
aquí hoy, y lo ha dicho en la parte agradable de sus declaraciones en la
toma de posesión, que en Televisión Española hay muchos y muy buenos
profesionales. No lo pongo en duda, pero lo primero que ha ocurrido
después de su toma de posesión es el fichaje de nuevas personas
provenientes de otros medios de comunicación. Pero no voy a entrar en
eso, sino en los fichajes que ya se habían hecho y que usted tiene, al
parecer, voluntad de mantener. Y voy a poner un ejemplo, no de los más
conocidos, quizá de los menos conocidos. El fichaje del señor don Pedro
Schwartz. Don Pedro Schwartz dirige en



Página 4504




Televisión Española un programa de debate, y él mismo ha declarado que
ese programa es para defender los valores del neoliberalismo. A nosotros
nos parece muy bien, siempre y cuando el próximo fichaje que usted haga
declare que va allí a defender otros valores, porque si no luego la cosa
estaría bastante sesgada. Pero voy más allá. El señor Schwartz, en el
primer programa que se emitió, tocó tres asuntos: uno, cómo se mide el
paro, seguramente para decidir, como buen neoliberal, que eso se mide mal
y que en realidad los parados son unos vagos, que es lo que dicen estos
neoliberales tan radicales como el señor Schwartz; y los otros dos
asuntos eran, casualmente, las privatizaciones, especialmente la
privatización de Telefónica, siendo como es el señor Schwartz presidente
de Fundesco, una empresa de Telefónica, y las rebajas de las tiendas,
siendo como es el señor Schwartz presidente de Idelco, el Instituto de
Estudios de Libre Comercio, que está financiado por los grandes
almacenes. Usted entenderá que desde el punto de vista de la ética
profesional, de la deontología periodística, esto no es admisible, y
mucho menos admisible en una empresa pública. Así que recuérdele al señor
Schwartz que al menos no se meta en estos berenjenales porque no es de
recibo.

Pasaré a otro punto que no es el punto G, precisamente, sino el punto
desagradable de los informativos. Usted ha dicho que quiere una
información veraz, objetiva y plural. Suena estupendamente, pero para eso
no tiene que cambiar nada, y verá usted por qué. Veraces son los
informativos porque dicen su verdad, la verdad del Partido Popular, pero
no dicen para nada las verdades de los otros. Objetiva es la información
porque busca un objetivo, que es el objetivo político del Partido
Popular. Y desde luego es plural, porque ahí salimos todos: unos salen
guapos, rozagantes y lustrosos, y otros, que somos nosotros los
socialistas precisamente, feos y desastrados. (Risas.--Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Silencio, señorías.




El señor LEGUINA HERRAN: La situación actual de los informativos, cuyos
directores, usted, según declaraciones que he oído, no piensa cambiar, es
insostenible. Y le diré por qué, no por el ataque que otras veces se ha
hecho en una Comisión como esta de que defienden al Gobierno, ni siquiera
por el ataque de que sacan menos a unos y más a otros; es que el cambio
cualitativo que estos dirigentes han introducido en Televisión Española,
y que no tiene precedentes en la democracia, es el siguiente. (Varios
señores Diputados: Sí los tiene, en Calviño.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor.




El señor LEGUINA HERRAN: Sin duda tiene precedentes pero, insisto, no en
la democracia, porque antes de la democracia... (Rumores.--Varios señores
Diputados: ¡Calviño!)



La señora PRESIDENTA: Señoras y señores Diputados del Grupo Popular,
podrán disponer de su turno.

El señor LEGUINA HERRAN: Si lo que ustedes quieren es que Calviño
comparezca, pues se le llama. Yo voto a favor. (Varios señores Diputados:
¡No, por Dios!)
El asunto, que me han cortado, es que el cambio cualitativo introducido
por el señor Saenz de Buruaga y compañeros mártires consiste en lo
siguiente: no en manipular la información a favor de unos o en perjuicio
de otros, sino en que sistemáticamente lo que transmite es un programa de
comunicación de un partido político donde cuando aparece el Presidente
del Gobierno o miembros del Partido Popular suenan los tambores, cantan
los pájaros, florecen las flores, y cuando aparece, siempre en algún
juzgado, algún miembro del Partido Socialista se entenebrece la atmósfera
y se hace irrespirable. (Rumores.) Mire usted, esto no sólo no es de
recibo, sino que va a llevar a Radiotelevisión Española a no tener una
audiencia plural, lo cual es doblemente grave; doblemente grave por ser
pública y por ser dirigida por un señor como usted, que ha declarado que
quiere que sea veraz, objetiva y plural.

Terminaré pues. Señor López-Amor, su entrada ha sido no sólo con mal pie
sino con mal fario. Creo que lo mejor que podría hacer usted es
dimitir.

En todo caso, nosotros estamos aquí naturalmente para controlar su
actuación en esta Comisión, pero también para apoyar iniciativas que se
hagan desde la dirección general. Si estas iniciativas van en la línea
que en la mayor parte de su discurso ha señalado usted, tendrá nuestro
apoyo, pero si sigue la manipulación vamos a tener, como decía aquel
cura, la de todos los domingos.




La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean intervenir? Tiene la palabra el
señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señora Presidenta, quiero dar la bienvenida
aquí al nuevo Director General del Ente Público, don Fernando López-Amor,
y desearle --ya que se han hecho augurios de si ha entrado con mejor o
peor pie--, cuando llegue el momento de los relevos ordinarios en una
democracia parlamentaria, que salga con buen pie y dejando un eficaz
recuerdo en lo que es la administración de un ente público de la
trascendencia y la importancia que tiene el que le han recomendado
regentar, Radiotelevisión Española. Me complace también constatar en la
mañana de hoy, en que por el tamaño de mi grupo parlamentario, Coalición
Canaria, tenemos que movernos los Diputados en varias comisiones, lo
sosegado y con cuatro gatos casi de la Comisión de Defensa, con el señor
Ministro de Defensa, y donde está el bullicio que siente la sociedad
española en este momento.

Dicho esto, señor Director General, yo comienzo diciéndole que quiero
pensar que sus palabras, en la preocupación que le estoy exponiendo,
tratan de ser tranquilizadoras, sobre algo a lo que también se refería el
señor Alcaraz y que yo comparto con él. Me refiero al documento elaborado
por su antecesora, el plan de renovación y mi primera petición es que
usted lo elimine total y absolutamente, que el compromiso de ese plan de
renovación pase al baúl de los recuerdos. Porque no se puede plantear un
pacto de Estado en televisión --al que mi grupo también se



Página 4505




apunta, lo suscribe y lo comparte, y le animamos a llevarlo adelante con
el apoyo y las iniciativas que salgan de las fuerzas parlamentarias
--diciendo previamente que no puede nacer de la presidencia o dirección
de ningún ente. O un pacto de Estado sale en sede parlamentaria de todas
las fuerzas políticas o estamos haciendo otra cosa. Esto puede ser un
plan de financiación de Renfe, puede ser un plan de financiación de
autopistas, o un plan de financiación de cualquier empresa industrial
pública como la minería o la siderurgia. Pero en un pacto de Estado hay
que remontarse a cómo nació el Estatuto de Radiotelevisión de 1980. En un
ambiente propicio, que había generado precisamente la política de Estado
de todos los grupos para redactar y votar la Constitución Española, a los
pocos años y en ese clima se consigue el estatuto. Por tanto, nuestra
primera expresión es de apoyo por parte de nuestro grupo en la
coincidencia con todos los demás, porque lo cierto es, señor Director
General, que el Estatuto de 1980 no aguanta más. No solamente es que esté
obsoleto, es algo peor que obsoleto, está perturbando la armonía que
tiene que existir para que podamos tener sesiones constructivas,
sosegadas, en el lenguaje parlamentario normal de esta Comisión de
Radiotelevisión. Ha llovido mucho desde entonces política, democrática y
técnicamente, señor Director General. En 1983 se publica la Ley
reguladora del tercer canal, que ya empieza a dejar aquello tambaleándose
en 1988 la Ley de la televisión privada, que ya deja fuera de órbita y de
situación al Estatuto de Radiotelevisión Española, y en 1986 España se
incorpora de pleno derecho a la entonces Comunidad Económica Europea, hoy
Unión Europea, donde tenemos que someternos al cumplimiento de las
directivas comunitarias: televisión sin frontera, etcétera, que son de
obligado cumplimiento. Al mismo tiempo, fuerzas políticas españolas toman
posición en el Parlamento Europeo y definen comportamientos que implican
a los gobiernos en la administración y manejo de las televisiones o
medios de comunicación públicos. Por tanto, señor Director General,
vuelvo a decir que no está obsoleto el reglamento de 1980, es que está
perturbando, y lo cambiamos o no tiene solución este tema.

El modo que usted plantea de televisión creo que tiene que resolverse en
este marco: saber si la televisión estatal tiene que ser generalista o
especializada y si la televisión estatal tiene que tener un tipo u otro
de financiación. Ahora bien, lo que sí le digo es que, a nuestro
criterio, plantear una televisión sostenida y estable financiera y
económicamente es una cuestión importante pero secundaria a que se defina
el modelo de televisión que queremos. Por mucho que sea la deuda
acumulada, de miles de millones, plantear una absorción de la misma con
cargo a los Presupuestos Generales del Estado sin haber cambiado el
Estatuto de Radiotelevisión, consensuado políticamente en pacto de
Estado, como estamos llamándole hoy aquí, sin decir cuál es la dimensión
que el ente tiene que tener para atender esos objetivos que políticamente
se le señalen, armónicos con toda la legislación del Estado hasta este
momento, incluido las legislaciones privadas y las directivas de la Unión
Europea, es no resolver el problema. Hay que fijar una prioridad, por muy
gorda y grande que sea en este momento la deuda. Ahora bien, dicho esto,
señor Director General, le hacemos una reflexión y le decimos que tendrá
todo nuestro apoyo. Una primera política prioritaria de su mandato en el
ente público es poner todos los medios a su alcance para evitar el
aumento de la deuda. Y el aumento de la deuda, señor Director General,
comienza a veces por vías que son más bien ejemplificadoras. Lo que no
puede el ente público es aumentar la deuda por mantenerse en una
televisión generalista, competitiva y competidora con otras cadenas
privadas, porque entonces es una huida hacia adelante, una carrera hacia
adelante para mantener niveles de audiencia, por tanto competitivos, y
mantener una dinámica hacia adelante de costes, de programas, de
contratos, etcétera, de sectores productivos privados que no van más que
a aumentar la intensidad de los números rojos del ente. Y a esto sumo,
señor Director General, la política de contratos.

La televisión y la radio públicas deben volver a reencontrar una de las
raíces que las hicieron profesionalmente muy significativas. Están
obligados los medios de comunicación públicos, radio y televisión, en
este momento su ente, a tratar de fomentar lo que en un lenguaje
deportivo se llama cantera propia, como el Ejército del Aire ha sido la
cantera de los pilotos de Iberia. Por muchas críticas que se puedan
hacer, una calidad profesional que se va después trasladando a empresas
privadas creemos que es un buen servicio, pero con números rojos no se
puede perder, con mucho respeto a los profesionales, una filosofía de
promoción de la cantera propia, de promoción de nuevos valores en una
empresa privada se pueden obtener de donde estén más preparados. Yo
comprendo la política de una empresa pública como Iberia, que le salga
más rentable contratar pilotos del Ejército del Aire que ya le vienen
formados que tener su academia propia de formación de pilotos con el
coste que conlleva. Hago la similitud, señor Director General, porque
estamos hablando de entidades públicas que pueden trasvasar personal del
sector público al sector privado, y esto es importante, porque si no no
habrá una política de ejemplaridad con el control del gasto y con el
déficit que usted tiene, y en esa línea de apoyo queríamos precisamente
colaborar en lo que se tenga que hacer.

Respecto a las fórmulas intermedias, señor Director General, en su
intervención hemos encontrado tal vez una ausencia --por la concisión que
ha tenido, que nos parece que está comprendida pero me gustaría escuchar
alguna palabra sobre ello-- en el uso del instrumento que en este momento
tiene una mayor vinculación porque emana prácticamente de las Cortes
Generales, del Parlamento español, que es el consejo de administración de
Radiotelevisión Española. Ese consejo hay que utilizarlo. Ha habido un
compromiso de las fuerzas políticas, y hablo con libertad porque
Coalición Canaria no tiene ningún representante de los que por cuota,
cupo o negociación le hubiera podido corresponder, pero creemos que es un
instrumento que tiene un origen democrático parlamentario y, con todas
las observaciones críticas que se le quieran hacer, ahí está ese
instrumento. Es el único que está permitiendo una legitimación
democrática y parlamentaria en este momento de la situación de
control.

Además, usted como presidente del



Página 4506




mismo lo debe, lo puede y lo tiene que utilizar, porque si hay que buscar
un pacto de Estado, al menos en el marco del ente público, es el
interlocutor más inmediato para transmitir también a otras fuerzas
sociales y políticas un criterio, una observación. Yo creo que su
antecesora la señora Ridruejo salió con mal pie precisamente por haber
conculcado, sin intencionalidad política posiblemente (la quiero exonerar
porque no soy ni fiscal ni juez; tengo solamente un papel democrático, de
crítica política, como Diputado, por haber encargado redactar un plan de
renovación, donde si hubiera sido legítimo hacer un estudio de auditoría
financiera del ente, un estudio de dimensión empresarial en cuanto a su
plantilla de personal, propio, contratado, laboral, etcétera, una
política de adquisición de medios audiovisuales técnicos e imaginativos
para su proyección y actuación comercial, un análisis de todo lo que es
una situación puramente empresarial, lo hubiera entendido y hubiera
parecido comprensible. Meterse en el plan de renovación, señor Director
General, sin un mandato parlamentario, sin una legitimación política,
como se hace en el punto número 10 --porque estudiar mercado me parece
legítimo que lo encargue cualquier director del ente público-- meterse a
situar las bases para la reforma del Estatuto de Radiotelevisión Española
y las incidencias del mismo en las medidas propuestas, con un análisis
político total y absoluto, es una operación muy arriesgada en la que sin
un mandato parlamentario nadie debería meterse desde la esfera de la
representación oficial, porque es sesgar la posición sin que haya las
bases para establecer la política de Estado. Si hay un documento
contrario en este momento a una política de Estado es el que usted se ha
encontrado encima de la mesa y que nos gustaría, señor Director General,
que lo quite. No obstante, se tocan en algunos puntos de este documento
cuestiones que han sembrado la alarma en los colectivos profesionales del
Ente Público Radio Televisión Española. Usted ha dicho una frase que yo
secundo y que le aliento a mantenerla y a demostrarla, y es que espera y
solicita el apoyo de todos los trabajadores de Radiotelevisión
Española.

Para conseguir la predisposición anímica de todos los trabajadores de
Radiotelevisión Española, como de cualquier colectivo, hay que quitar
también de encima de la mesa las recomendaciones de este estudio.

Concretándome como Diputado y portavoz aquí de Coalición Canaria, lo que
se dice en este documento sobre los centros de producción de Canarias de
Radiotelevisión Española es impresentable, señor Director General, y lo
más contrario a que usted pueda encontrar un ánimo propicio a este apoyo
que usted solicita de todos los profesionales de Radiotelevisión
Española. Plantear en un estudio la comparación entre los dos únicos
centros de producción de programas que tiene fuera del central de Madrid
Televisión Española, que son los de Cataluña y Canarias, es equivocar la
óptica totalmente. Usted sabe --y yo le pido aquí, señor Director
General, su apoyo y comprensión-- que la problemática incluso política de
estos dos centros de producción son totalmente distintas: Cataluña tiene
televisión autonómica y Canarias no tiene televisión autonómica. Canarias
se encuentra dentro de otro contexto geográfico, físico, legislativo,
etcétera, que exige un nuevo planteamiento. Por tanto, como nos ha
parecido observar que para el centro de Cataluña se dan opciones
intermedias de replanteamiento de plantillas y en Canarias se ha dejado
caer el mensaje de que una plantilla de doscientas ochenta y pico
personas se deje reducida a 14, esto, señor Director General, es
verdaderamente un torpedo a cualquier línea de flotación al solicitar el
apoyo de los trabajadores del ente público. En términos generales este
plan de renovación debe desaparecer, porque hubiera sido una pieza
perturbadora en lo que respecta a los centros de producción de Televisión
Española y de Radio Nacional de España en Canarias, donde no solamente a
nivel regional sino a nivel insular el tratamiento debe ser exquisito
porque no tenemos otro referente de actuación pública que el ente que
usted dirige, ya que no hay autonómica y lo otro pertenece a la esfera de
las iniciativas de medios de comunicación privados. Esto hace que haya
una sensibilidad específica.

Señor Director General, yo le pediría que para el caso de Canarias esto
quede rotundamente aclarado y puesto en sosiego y tranquilidad. A partir
de aquí, tomamos sus palabras de que queda abierto el diálogo, que las ha
empleado por ejemplo para la plataforma digital y aconseja que haya
una.

Nosotros participaríamos también, en unas garantías plenas, de un pacto
general para que hubiera solamente una plataforma abierta a todos los
operadores oficiales, gubernamentales, estatales y privados como un
soporte tecnológico, como pueden ser los soportes de conducción de
energía eléctrica en este país o de Retevisión. En caso de que no se
estimara posible una sola plataforma y hubiera más de dos, dice que usted
queda abierto al diálogo. Creo que ésa es la figura constructiva que
nosotros nos congratulamos escucharle, señor Director General, porque en
este momento crispar y endurecer la situación no conduce más que a una
actuación que puede ser verdaderamente esquizofrénica y demencial, en la
que nos veamos obligados aquí a tomar partido de fuerzas políticas,
siempre más por lo esquizofrénico y demencial o irracional que por lo que
tenía que ser el buen sentido común de todas las actuaciones.

Deseándole, por tanto, señor Director General, que competir por parte del
ente público con otros medios de comunicación sea competir con un modelo
perfectamente definido y no en contra ni bajando ni subiendo tarifas de
publicidad y distorsionando el mercado de profesionales, ni pensando que
cada uno tiene que actuar con el mismo modo sino en su propio terreno, y
creyendo que encontraremos las garantías democráticas, las garantías
parlamentarias, yo le deseo que en todo este avatar y en esta importante
labor que usted tiene, señor Director General, repito que le deseo, con
mis mejores palabras, que de esa situación salga usted con buen pie.

Tendrá nuestro voto y nuestro apoyo para que lo pueda conseguir.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el Diputado señor González de
Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Señora Presidenta, en primer lugar
quisiera dar la bienvenida a esta casa, que es la suya, en nombre del
Grupo Parlamentario



Página 4507




Vasco, al nuevo Director General de Radiotelevisión Española, agradecerle
lo escueto de su intervención y lo claro y riguroso de los objetivos que
ha planteado a lo largo de la misma.

Quisiera manifestarle cuáles son las posturas del Grupo Parlamentario
Vasco en relación a las materias que usted ha expuesto, comenzando por
una cuestión que recordarán sus señorías y que quizá sirva de consuelo al
nuevo Director General de Radiotelevisión Española. Yo recuerdo que hace
nueve meses, señora Presidenta, comenzamos en esta Comisión mucho
peor.

Pasará tiempo para que se le olvide al Grupo Parlamentario Vasco el susto
que recibimos tras escuchar, en esta misma Comisión, la intervención de
la anterior Directora General del Ente Público Radiotelevisión Española,
cuando se pretendía abordar las soluciones a los problemas que tiene el
ente público desde un modelo apolítico, desde un modelo fuertemente
gestor, muy profesional, se decía. Yo quiero decirle, señor Director
General, que por mucho que le ataquen por ese flanco contará con nuestro
apoyo. Nosotros entendemos que para poder resolver los serios problemas
que usted ha descrito en su intervención inicial es básico que se cuente
con un político en esa casa. Así lo defendí y así lo sostuvo el Grupo
Parlamentario Vasco durante nueves meses. En esta Comisión indicamos que
por ese defecto el anterior equipo directivo de Radiotelevisión Española
no podía durar, iba a ser incapaz de resolver los problemas que tenía esa
casa. Quizás ahora se peque por exceso. No lo sé. En sus manos está,
señor Director General. Sírvale como dato que el Grupo Parlamentario
Vasco prefiere este modelo al anterior. Quizás existan otros. El Grupo
Popular, que sostiene al Gobierno, ha presentado en nueve meses dos
modelos distintos. Difícilmente vamos a criticar nosotros éste, cuando en
esta misma Comisión hemos insistido en que si no se contaba con un
director general de la máxima confianza del Gobierno iba a ser muy
difícil la resolución de los problemas que tiene el Ente Público
Radiotelevisión Española. De ahí en adelante, el hacer los equilibrios
entre los defectos y los excesos está en su mano, señor Director General,
y usted tendrá que ver la forma en la que abordar dichos problemas. No
somos nosotros muy propicios a ofrecer consejos en relación a gestiones
tan difíciles. Nosotros le reconocemos el coraje que ha tenido al aceptar
una dirección general tan difícil y con problemas tan evidentes.

Hilando este argumento con los nueve meses que hemos conocido en esta
Comisión con el anterior equipo directivo de Radiotelevisión Española, sí
le diré que esta casa tiene grandes problemas y también tiene pequeños
problemas que son fundamentales. Yo le insistí a la anterior Directora
General que no se empeñara en solucionar los grandes problemas. Yo no sé
si existe o no existe el plan Renove de Radiotelevisión Española, porque
el dato objetivo es que los grupos parlamentarios ni de la Dirección
General de Radiotelevisión Española ni del Gobierno hemos recibido ese
documento. Lo que sí sé es que en Radiotelevisión Española existen
múltiples pequeños problemas que son de muy sencilla resolución y que si
cuentan con la atención del Director General se resuelven con facilidad,
distienden el ambiente y van de alguna forma generando dinámicas de
aproximación entre los agentes sociales, entre los grupos parlamentarios,
etcétera. Insistiré por ello en que en la medida en que se empeñe en
arreglar grandes problemas, que no dependen básicamente de usted, eso le
va a ocupar mucho tiempo y no va a poder atender a aquellas cosas que sí
son de su exclusiva responsabilidad y que a usted compete su
resolución.

El señor Leguina, en su intervención, le ha citado el colectivo de
contratos que contó con una resolución aprobada por unanimidad en esta
misma Comisión. Sirva como botón de muestra de cosas de muy fácil
resolución. Eso depende exclusivamente de la voluntad del Director
General de Radiotelevisión Española y mañana puede estar resuelto. Si
quiere otro botón de muestra, y usted que ha sido Diputado lo sabe muy
bien, la información que ofrece la radiotelevisión pública a través de
sus distintos servicios en relación al Congreso de los Diputados, a las
Cortes Generales, en general a la información política, los segmentos
horarios que ofrece, el tipo de debates, señor Director General, son una
auténtica calamidad. Eso se soluciona con una decisión muy sencilla que a
usted compete tomar, como debe ser. Las tertulias que se celebran en
Radio Nacional de España en este momento no gozan de la pluralidad que un
órgano de servicio público debiera tener. Al haber cambiado el modelo que
se había instaurado en las legislaturas anteriores, se ha conocido un
modelo corporativo que está ahuyentando las audiencias. Eso es
constatable en las mediciones de audiencia que se producen. Yo por eso le
solicitaría, señor Director General, una mayor atención a los problemas
pequeños; que pueda usted venir ante esta Comisión de Control de
Radiotelevisión Española indicando que se van solucionando pequeños
problemas y que intente que la resolución de los grandes problemas pueda
ser vehiculizada a través de aquellas personas que son competentes.

Nosotros celebramos que usted tenga una buena relación con el Gobierno,
porque indudablemente el problema del déficit, que se llama ahora marco
estable de relaciones económicas y financieras, se lo tiene que
solucionar el Gobierno, y al Gobierno tenemos que exigir los Diputados la
resolución de ese problema. Usted podrá presentar propuestas, podrá
realizar gestiones al más alto nivel para que esos problemas se
resuelvan, pero difícilmente le podremos achacar a la Dirección General
de Radiotelevisión Española el que esos problemas se resuelvan o no.

Usted goza de un currículum profesional en esa materia, con un prestigio
que a las claras está, y a partir de ahí otros serán los que tendrán que
solucionar esos grandes problemas.

Ha hecho usted referencia como segundo tema al modelo de la televisión
pública. Nosotros, como grupo parlamentario que sostenemos la necesidad
de que exista una televisión pública, al igual que ha hecho el señor
Mardones en su última intervención, entendemos que el modelo de
Radiotelevisión Española está obsoleto. Hemos instado al Gobierno en
repetidas ocasiones a la renovación de la ley, y somos conscientes de que
si el Grupo Popular se empeña en pactar el proyecto de ley con el Grupo
Socialista, por eso que llaman ahora la teoría del espejo, que surgió en
las legislaturas anteriores, ese paso no se va a dar. ¿Eso qué



Página 4508




quiere decir? Que la gestión de Radiotelevisión Española no se puede
realizar con los parámetros habituales; que se impide una gestión
profesional del ente público, diga lo que diga su currículum, diga lo que
diga el currículum de todo el equipo directivo que con la mayor
cualificación profesional usted puede llevar a esa casa. Es que no se
puede, señor Director General; no se puede. La propia legislación impide
que Radiotelevisión Española funcione como una empresa normal, entre
comillas, precisamente por una legislación que está obsoleta. Tampoco
este gran problema es de su responsabilidad. Usted aquí también podrá
hacer sugerencias, podrá realizar gestiones con los distintos grupos
parlamentarios a fin de que se actualice y se acomode esta legislación,
pero habrá que colocar las responsabilidades allí donde están, porque
tras nueve meses, señor Director General, estamos en el punto de retorno,
estamos en el mismo sitio. Usted ha hecho una descripción de modelos
televisivos que existen en Europa, harto conocidos por otra parte para
los miembros de esta Comisión, que desde la tercera legislatura hemos
conocido una ponencia permanente de estudio en relación con todos esos
temas. Todo eso está estudiado, está trillado, y existe un consenso
social básico en relación a todos esos temas. Hay que decidir, y hay que
decidir por mayoría. Nosotros no compartimos lo que ha indicado usted en
su intervención, señor Director General. Usted ha hablado de un pacto de
Estado, de que hay que buscar la mayoría. Inténtelo, pero en un plazo
razonable, y desista de ello si ve que en un plazo intermedio es
imposible, porque si no estamos peor. Lo óptimo suele ser muchas veces lo
contrario de lo bueno. Y si le sirve la experiencia de este Diputado, más
de tres legislaturas lleva esa ponencia trabajando en relación a un
acuerdo, a un consenso, a un pacto de Estado --los títulos siempre son
muy pomposos-- y la realidad es bastante lamentable. No se avanza en ese
sentido. No se avanzaba antes porque el Grupo Popular no quería y no se
avanza ahora porque el Grupo Socialista no quiere. Tampoco trabajar en
unanimidad es una condición sine qua non para establecerlo luego. Será la
única ley que habrá que adoptar por unanimidad, entendiendo que la
situación es contraria.

Ha indicado usted distintos modelos europeos. Hay que optar, es así de
sencillo; el Mediterráneo fue descubierto hace siglos. Hay que decir: por
aquí o por aquí, con todas las consecuencias y sin más. Nosotros no le
vamos a solicitar objetividad en su trabajo, ese tipo de cosas que
responden a discursos vacuos y que no se corresponden con la realidad de
la vida. Sí queremos que respete usted la pluralidad democrática, incluso
en sus formas, y estamos seguros de que lo va a realizar en su
gestión.

En relación con los servicios informativos, que es otra de las grandes
batallas con la que cuentan los entes públicos dedicados al sector
audiovisual, quisiéramos insistir en que no compartimos los criterios con
los que en los últimos nueve meses han sido diseñados estos servicios
informativos ni en Televisión Española ni en Radio Nacional de
España.

Entendemos que se ha producido un retroceso, desde el punto de vista de
la pluralidad. Suelo contar de forma anecdótica a aquellos que no tienen
mayor relación con el señor Arzallus que el señor Arzallus sonríe y suele
tener gestos amables, a pesar de que Radiotelevisión Española obvie todo
este tipo de discusiones. La imagen del señor Arzallus levantando el dedo
muy enfadado la hemos visto demasiado, esa película está muy vista, señor
Director General; no se empeñen. Si quiere un segundo dato, la cabina de
Tolosa en Guipúzcoa, que está en el triángulo, yo mismo, que veo poca
televisión, la he visto quemarse como cuarenta veces; la misma. No se
empeñen, esa cabina se quemó una vez, señor Director General, no cuarenta
veces. Si no, cojan imágenes de archivo y pongan de qué día es, pues da
una imagen que no responde a la realidad. ¿Que la quemaron una vez?
Evidentemente. ¿Que son unos salvajes? También, pero no se empeñen.

Nos preocupa sobremanera el tema de Radio Nacional de España. Radio
Nacional de España ha conocido en los últimos nueve meses una pérdida de
audiencia considerable, ha cambiado el modelo de una emisora muy seria y
muy querida por parte de un segmento de radioyentes, se asemeja a otros
modelos que compiten y que existen en la radio comercial, pero no
entendemos ni compartimos su actual diseño ni su funcionamiento en
relación con los servicios informativos. Creemos que ha de existir una
radio pública que responda a los parámetros habituales a través de los
cuales se hacen este tipo de diseños, pero entendemos que ahí ha habido
un giro llamativo en los últimos nueve meses y creemos que debe de ser
reconducido.

Para terminar, señora Presidenta, me voy a referir a temas relacionados
con el País Vasco. Quiero recordarle que el tema de la normalización
lingüística sigue siendo una asignatura pendiente en Radiotelevisión
Española. Acaban de responder a una pregunta por escrito a este Diputado,
y han tenido que remontarse hasta 1977 para indicar los pinitos que hacía
Televisión Española en el País Vasco para introducir el euskera. Es una
asignatura pendiente, porque Radiotelevisión Española no está actuando en
sintonía con las instituciones democráticas vascas en los procesos de
normalización y uso de la lengua vasca. Nos preocupa la situación del
centro territorial de Bilbao por sus planteamientos y por las
posibilidades que pueda tener a futuro, y le puedo indicar como dato que
Radio Nacional de España lleva cinco años en sede provisional, cuando
está adquirida la sede nueva y está en obras. Luego un proceso de
traslado de unas dependencias, cuando existe presupuesto y cuando no
existen dificultades de orden económico o financiero, puede llegar a
costar cinco años en este ente público, lo cual nos lleva a insistir en
los argumentos sobre la gestión que le indicaba anteriormente.

En conclusión, señora Presidenta, quisiéramos que el nuevo Director
General comenzara con buen pie. Hoy es su primera comparecencia ante esta
Comisión, le vemos con mucho coraje; le vemos con tres platos, como en un
espectáculo circense, teniendo que arreglar el plato del déficit,
teniendo que arreglar el plato de la programación, teniendo que arreglar
todos los servicios que son públicos en Radiotelevisión Española. El
Grupo Parlamentario Vasco recoge el guante que ha lanzado el Director
General en relación a la colaboración y al consenso. Que no sean palabras
vacuas, señor Director General; estamos muy acostumbrados a oír ese tipo
de discursos que están ya pergeñados



Página 4509




en el ordenador y que utiliza director general tras director general que
va apareciendo en esta Casa. Sabe nuestro número de teléfono, sabe que
estamos a su disposición y no quisiéramos tener que ir repitiendo que es
más difícil hablar con el Director General de Radiotelevisión Española
que con el Presidente del Gobierno, cosa que ha sucedido en los
anteriores meses.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Burballa.




El señor BURBALLA I CAMPABADAL: Intervengo, señor Director General,
señora Presidenta, en nombre del Grupo Catalán de Convergència i Unió, y
nuestras primeras palabras en la sesión de hoy deben ser de obligado
saludo y de bienvenida hacia el nuevo Director General de Radiotelevisión
Española en la que es la intervención que abre su etapa al frente de la
Radiotelevisión pública. A ello debemos añadir que le deseamos todo tipo
de éxitos en su gestión, que ciertamente no sólo debe ser rigurosa, como
ha apuntado en su intervención, con el destino de los recursos públicos
que se pongan a su disposición y con los principios básicos del estatuto,
sino que además debe ser imaginativa, porque las soluciones no son
fáciles, y también evidentemente dialogante, porque, como bien ha dicho,
ésta es la radio y la televisión de todos.

Yo le agradezco, señor López-Amor, especialmente el tono, la concisión,
la claridad, la brevedad que ha utilizado en su exposición. Y noto que a
pesar de los reproches que se le han dirigido o de los reproches y las
críticas que se le puedan dirigir, usted suscita una esperanza; espero
que no sea la esperanza del moribundo que se aferra al último hálito de
vida, sino la esperanza de una buena gestión. Porque, señor Director
General, nosotros necesitamos que usted sea un buen director general, lo
necesitamos todos, y evidentemente le agradecemos que su discurso haya
sido ponderado y haya sido realista, y por eso valoramos que usted no
llegue con el objetivo de desmantelar la Radiotelevisión pública, porque
nuestro grupo no está por la liquidación.

Antes de posicionarnos respecto de lo que ha sido su declaración de
intenciones ante la Comisión de Control, es necesario que hagamos algunas
reflexiones acerca de su propio nombramiento como Director General de
Radiotelevisión Española. En primer lugar, queremos expresar nuestra
conformidad con su persona en la confianza de que reúne las condiciones
para poder dirigir el primer grupo audiovisual del país. Entendemos que
la misión básica de un director general no es simplemente gestionar el
día a día y, por supuesto, no es auditar la corporación, que
fundamentalmente debe gobernar y liderar. La Dirección General de
Radiotelevisión Española no sólo exige a un buen gestor de estructuras,
sino a una persona cuyo perfil de acción institucional e incluso
político, entendida esta acción como no partidista, haga posible el
diálogo y el acuerdo que hoy más que nunca exige el actual paisaje
audiovisual. Diálogo con el Ministerio de Hacienda y el propio Gobierno;
diálogo con los grupos parlamentarios de esta Cámara; diálogo con el
consejo de Radiotelevisión Española; diálogo en su propia casa, con los
profesionales y los grupos sindicales; diálogo, en fin, con las empresas
y corporaciones del sector audiovisual español, públicas y privadas, para
conseguir entre todos una convivencia lo más coherente posible. A este
respecto, señor Director General, le pediríamos que el aspecto
globalizante en el tratamiento con los profesionales de la casa en las
decisiones que hay que tomar, sea sobre los contratados, sea sobre
cualquier otro colectivo, se haga precisamente en ese planteamiento de
rigor en el que todos estamos de acuerdo y en el que todos hemos
participado.

Nos parece injusto, y así lo decimos, que haya sido criticada su
condición de Diputado; éste no es un elemento que deba excluir
absolutamente a nadie para ocupar este puesto, este puesto u otros, y no
tan sólo por solidaridad de escaño, que algunos puedan pensar
corporativa; ni eso ni la condición de afiliado a un partido político. No
hace muchos meses que en esta misma Cámara se produjo, en una ocasión
similar, cierto desmarque que algunos consideramos innecesario y hasta
imprudente respecto a la acción o a la condición política. Probablemente,
señor Director General, algo más de visión política, con mayúsculas y sin
partidismo, y de visión institucional nos hubiera ahorrado algo de
zozobra no sólo en Radiotelevisión Española sino en el convulsionado
paisaje audiovisual de las últimas semanas, de excesiva tensión a nuestro
juicio.

Es cierto que han aparecido unas declaraciones del actual Presidente del
Gobierno durante la campaña electoral europea, y él es quien debe en todo
caso responder de sus posiciones, sobre el perfil del Director General de
Radiotelevisión Española, pero para nosotros lo esencial no es una
respuesta en una entrevista, sino las disposiciones del estatuto, y este
mismo estatuto de Radiotelevisión Española exige unas condiciones de
capacidad que consideramos que usted reúne por su propia trayectoria en
la Administración y en esta Cámara, pero fundamentalmente una actuación
impregnada de los valores de respeto al pluralismo y de actuación
independiente que determina el estatuto. Nada nos hace pensar, de
entrada, que usted no vaya a emprender esta línea de actuación. No por
ser Diputado ni por se afiliado a una formación política debe
desprenderse necesariamente una acción sectaria, porque estaríamos
condenando de manera general a quienes estamos precisamente en esta
situación y en la vida política.

Los primeros ataques que usted ha recibido han sido furibundos, nosotros
nos quedamos en la confianza de una escrupulosa independencia de
actuación, nos quedamos con lo que usted ha dicho hoy. Y como su
condición de Director General será difícilmente separable de su condición
de persona, con unas opciones evidentemente políticas determinadas,
supongo que usted mismo valorará la conveniencia o la inconveniencia que
representa entrar en valoraciones de tipo general sobre las fuerzas
políticas. Sinceramente pensamos que no le ayudarán y que le pueden
complicar mucho las cosas, aunque seamos los primeros en considerar
injustas algunas de las reacciones que se han producido a raíz de su
nombramiento.

Dicho esto y respecto a su intervención, queremos mostrar nuestra
conformidad con algunos de sus planteamientos,



Página 4510




su disposición al diálogo y la necesidad de que exista un pacto de
Estado; un pacto entre las fuerzas políticas sobre el futuro de
Radiotelevisión Española, y fundamentalmente acerca de lo que esperamos,
porque la sociedad requiere de una radio y televisión públicas que sean
de ámbito estatal. Yo creo que estos encargos esenciales que pueden
plasmarse en la reforma del estatuto de Radiotelevisión Española o en
otra formulación podrá hallarlos en esta Cámara, y nuestro grupo muestra
desde ahora su plena disposición para dialogar.

Creemos que es importante un servicio público de televisión y que éste
debe contar con medios suficientes para desarrollar unas actividades que
complementen una oferta televisiva cada vez más variada en cuanto al
entretenimiento, pero que adolecen en muchas ocasiones de contenidos y de
una programación que sólo una actuación rigurosa, creativa y pluralista
de una televisión pública puede atender.

Nuestra mayor preocupación, señor Director General, es la situación
económica, fundamentalmente el endeudamiento, opción por la que se
decantó hace muchos años el Ministro Solchaga, y que a nuestro grupo
jamás le ha parecido bien y que jamás ha compartido. En sucesivas
discusiones parlamentarias con ocasión del debate sobre los Presupuestos
Generales del Estado, nuestro grupo solicitaba que el endeudamiento se
transformara en subvención; desgraciadamente, sin éxito alguno. Así
estamos ahora, con unas cifras descomunales y con un problema que a usted
le excede, no sólo porque se lo ha encontrado y las responsabilidades son
variadas y plurales, sino también por su magnitud. Coincidirá con
nosotros en que ni la situación ni la magnitud de la misma pueden
continuar por mucho tiempo y que usted debe acometer una reestructuración
del grupo de Radiotelevisión Española simultáneamente a la que entre
usted, el Gobierno, el consejo de administración de Radiotelevisión
Española y, si procede, el Parlamento, podamos determinar de cara al
futuro; que podamos determinar qué le pedimos como objetivo de servicio
público a Radiotelevisión Española y de actuación y cuánto estamos
dispuestos a pagar por ello. Pero, insisto, no podemos alejar este
proceso de una reestructuración del grupo, teniendo en cuenta, por
supuesto, la dimensión de otras corporaciones europeas similares, a las
que ha hecho usted antes referencia, ante las que Radiotelevisión
Española, por supuesto en nuestra opinión, no puede debilitarse.

Por otro lado, por ser un gran tema de actualidad y sobre el que se han
hecho algunos comentarios, como es el tema de la televisión digital,
nuestra posición ya es conocida. Estamos de acuerdo con la línea
declarativa del Parlamento Europeo por la que es una exigencia de futuro
para las televisiones públicas actuar no sólo en el campo de los canales
generalistas y en abierto, sino también hacerlo en el mundo digital y
temático.

En cuanto a la plataforma digital, Televisión Española es un proveedor de
contenidos y forma parte de una de las dos plataformas como accionista de
la misma. Nuestra posición es que la existencia de varias plataformas
digitales genera una incertidumbre sobre su viabilidad. Por tanto, una
plataforma tecnológica a la que se pudieran adherir los diferentes
operadores de canales y proveedores de contenidos sería muy positiva. Por
eso es una cuestión que exige diálogo y sobre todo un acuerdo entre todas
las empresas. Nuestro grupo, evidentemente, siempre estará dispuesto a
colaborar.

Quiero hacer referencia a algunos aspectos que para nosotros son
especialmente importantes, señor Director General. Una televisión y una
radio públicas exigen un respeto al pluralismo entre los diferentes
grupos políticos, esencialmente los presentes en esta Cámara, que a veces
una empresa privada puede obviar. Pluralismo que, de acuerdo con el
estatuto, es también lingüístico y cultural; por ello esperamos de una
radio y una televisión públicas que actúan en el territorio de Cataluña
una actuación conforme a ese pluralismo. De ahí nuestro posicionamiento
favorable a la continuidad de las emisiones en catalán de Televisión
Española y de Radio Nacional de España, esencialmente a través de Radio
4. En este último caso, porque se están haciendo aportaciones a la plena
normalización lingüística que nosotros valoramos en su justa medida. Todo
ello en unas condiciones de dignidad adecuadas, sin que la necesaria
redimensión de las actividades del grupo suponga degradación. El centro
de producción de programas de Televisión Española en Cataluña, así como
el de Radio Nacional de España, han sido pioneros en la televisión en
España; cuentan con magníficos profesionales, y usted podrá conocerlos
muy pronto, que además tienen una especial sensibilidad por los
contenidos de una radio y una televisión de carácter público,
probablemente mayor que en otros centros. Entendemos que su papel, tanto
en la programación para Cataluña como la que se destina a la emisión para
todo el Estado, puede demostrar esta fortaleza de la profesión en
Cataluña. A eso volveremos en próximas sesiones ordinarias de la Comisión
de Control.

Nos alegra, señor Director General, que haya hecho referencia a la
operación y a la cooperación entre los organismos de radio y televisión
públicos de carácter autonómico porque creo que, desde la independencia
de cada uno de ellos, son aliados naturales. En el pasado existió una
magnífica colaboración entre TV3 y todas las televisiones que forman
parte de la Forta con Televisión Española, y creo que la estabilidad de
esa alianza sería magnífica.

Finalmente, señor Director General, reiterarle nuestra disposición para
el diálogo y nuestro deseo de una gestión afortunada en la defensa de una
radio y de una televisión que, como bien ha dicho, son de todos.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Peñalosa.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Señor Director General, reciba en primer lugar,
en nombre del Grupo Parlamentario Popular, la bienvenida a esta Comisión
en su primera comparecencia ante la misma. Nuestra felicitación también
por su nombramiento y el deseo sincero de éxito al frente de la Dirección
General de Radiotelevisión Española. Ha sido usted un magnífico compañero
en esta Cámara y es un hombre capaz de conducir con garantías el ente
público.




Página 4511




Señor López-Amor, usted no tiene que pedir perdón a nadie por ser
Director General de Radiotelevisión Española; a nadie, faltaría más. A
ningún grupo político ni a ningún medio de comunicación de este país.

Usted no tiene que pedir perdón a nadie tampoco por haber sido Diputado
del Partido Popular y ocupar ahora un cargo institucional relevante y
gozar de la confianza del Gobierno. Puedo asegurarle que en otras
ocasiones los directores generales nombrados por los gobiernos
socialistas tal vez, sólo tal vez, disimularan más su militancia política
o partidaria; sin embargo, los efectos de su mandato sobre la libertad y
la gestión de Radiotelevisión Española fueron demoledores, tremendamente
negativos, los que todos ya conocemos. Es cuando menos chocante oír
algunas críticas al origen partidista del nuevo Director General de
Radiotelevisión Española y no sonrojarse a la vez con el recuerdo de
declaraciones como la célebre de aquel director general socialista, que
comprometía públicamente todo su empeño en impedir que el Partido Popular
ganara alguna vez las elecciones. A pesar de la obsesiva fijación por su
persona y su nombramiento por parte de algún grupo político, que llega
incluso a resolver en las papeleras para encontrar correspondencia
privada y utilizarla con un nivel de bajeza realmente difícil de
comparar, no compartimos el análisis de la situación ni la calificación
de los antecedentes inmediatos ni el totum revolutum de distintas
cuestiones realizado por el Grupo Socialista. No podíamos creer tampoco
en los excesos verbales, amortiguados hoy por el portavoz del Grupo
Socialista, y que en los últimos días aludían a la imposibilidad del
diálogo, a la imposibilidad del acuerdo. No sería posible concebir una
irresponsabilidad mayor por parte del grupo más numeroso de la oposición,
que tiene además el peso también más importante en el origen y en la
extensión de los graves problemas que arrastra Radiotelevisión
Española.

Señorías, desde el pasado mes de mayo hasta hoy se ha cubierto una etapa,
y ahora se inicia otra. El proyecto se mantiene y no ha sido poca, menor
ni sencilla la tarea que la Dirección General ha realizado en los meses
precedentes en orden a detectar y corregir importantes errores en
Radiotelevisión Española, y por ello queremos hacer aquí, en este acto,
un reconocimiento público a esa labor.

Los objetivos que proponíamos el pasado 24 de junio, en la primera
reunión de la Comisión de control parlamentario de esta legislatura, en
el sentido de trabajar en la doble dirección, reconocer, comprender y
asumir la situación económica de Radiotelevisión Española, y, de otro
lado, recuperar la credibilidad del medio, se han recorrido fielmente, se
han cumplido escrupulosamente. Ahora se inicia otra etapa dentro del
mismo proyecto, una etapa de relanzamiento, en expresión empleada por el
propio Director General esta mañana.

Señor Director General, en este debate podríamos optar, desde nuestro
grupo parlamentario y para esta intervención, por varios enfoques. Uno
podría ser el de resaltar la mezquindad, la cicatería del recibimiento
dispensado al nuevo Director General y rechazar la descortesía inusitada
de algún grupo parlamentario. Insistir en la descripción de la campaña de
acoso, de crítica feroz y de insulto en la que se ha instalado el Partido
Socialista desde su relevo en el Gobierno y, como consecuencia de ello,
la pérdida del control de Radiotelevisión Española, insulto --insisto-- a
los trabajadores de Radiotelevisión Española que son, con muy pocas
excepciones, los mismos que estaban trabajando en ese ente público cuando
el que gobernaba era el Partido Socialista. Aportar pruebas, documentos
gráficos y sonoros de etapas anteriores y recrearnos en los múltiples y
abrumadores ejemplos de lo que no hay que hacer nunca en Radiotelevisión
Española, de lo que nunca servirá de ejemplo. Denunciar una vez más el
raquitismo argumental de las críticas y la nula disposición a solucionar
los problemas por parte de los socialistas.

Otro enfoque sería el de acentuar, el de destacar nuestra voluntad de
apoyar una gestión en Radiotelevisión Española que hoy reafirma su
objetivo, su proyecto de hacer una radiotelevisión pública viable,
objetiva, con futuro y cercana a las innovaciones tecnológicas. Pues
bien, señorías, como no queremos entretenernos en ninguna discusión
estéril, en ningún debate inútil sobre lo de antes en relación con lo de
ahora, y nos basta con el juicio de los televidentes y el de los
profesionales de la comunicación, cuyos testimonios sobre uno y otro
período son concluyentes, nos decantamos por el futuro, por la apuesta
esperanzadora expresada aquí esta mañana por el Director General y por
varios grupos parlamentarios. Nos decantamos por el optimismo respecto a
la consecución de un horizonte mejor para Radiotelevisión Española que el
que los graves problemas económicos y de credibilidad pública le
deparaban o le permitían tener hace tan sólo unos meses.

Señor Director General, creemos que Radiotelevisión Española debe
participar activamente en las iniciativas tecnológicas digitales, y
hacerlo además desde la mayor utilidad del ente público en esta materia,
que es sin duda el suministro de contenidos. Creemos que Radiotelevisión
Española debe mantener el compromiso fundamental de ser un vehículo de
las culturas y de las lenguas españolas en todo el mundo. Creemos
firmemente que Radiotelevisión Española debe mantener y potenciar su
importante presencia territorial, que en algunas comunidades autónomas es
vital para su propia vertebración como regiones y donde se cumple un
servicio público indudable. Creemos que su Director General debe mantener
abierto el cauce del diálogo con fuerzas políticas y sociales, y muy
especialmente con los representantes de los trabajadores. Y en este punto
quiero sumarme también a las peticiones que los portavoces del Partido
Socialista y el Partido Nacionalista Vasco, creo recordar, han realizado
respecto a un problema muy concreto que tiene que ver con un grupo de
contratados en Radiotelevisión Española. Un problema que está en proceso
de solución, que ha sido eficazmente impulsado desde esta Comisión de
control, desde el consejo de administración y también desde la anterior
Dirección General, y que a nuestro juicio debe continuar por la vía de la
negociación ya iniciada.

Hay también otra inquietud concreta que quiero compartir y no pasar por
alto y que coincide, como digo, con la que ha expresado el portavoz del
Grupo Nacionalista Vasco; una inquietud para la que estoy seguro que
S.

S.




Página 4512




mostrará una especial sensibilidad. Me refiero a la información
parlamentaria que se ofrece en Radiotelevisión Española, y queremos
proponerle que estudie un incremento de esa información, una mejora
horaria de algún programa, como el caso de Parlamento, y un tratamiento
que difunda más y mejor las numerosas, variadas e importantes actividades
parlamentarias.

Señor Director General, el Grupo Parlamentario Popular cree en
Radiotelevisión Española. Creemos en una radiotelevisión pública que
cumpla la misión de servicio público y que sea gestionada como empresa
pública, esto es, con eficacia, con rigor y el mayor respeto al origen
público de los recursos. Por ello queremos decirle a S. S., a los
trabajadores de Radiotelevisión Española y a los accionistas del ente
público, que son todos los españoles, que nuestra intención es la de
trabajar para superar la crisis, para alcanzar un procedimiento estable
de financiación, para respetar la libertad y objetividad, en definitiva,
para ganar el futuro de este servicio público en el que creemos.

Hoy tal vez no se pueda avanzar mucho en la concreción de los acuerdos,
pero queremos aprovechar la indudable oportunidad de esta comparecencia
para manifestar nuestro propósito de buscar el consenso político y ayudar
a la obtención del consenso social respecto a las directrices, las
decisiones que permitan ganar ese futuro que queremos para
Radiotelevisión Española.

Pensamos que la Dirección General dispone ya de los suficientes elementos
de diagnóstico y de conocimiento de la situación para afrontar el reto de
la viabilidad de Radiotelevisión Española. No creemos que sea precisa la
elaboración de nuevos planes y sí, en cambio, el planteamiento a corto
plazo de propuestas que, como ya se ha dicho, armonicen posturas del
Parlamento, del Gobierno y de la propia Radiotelevisión Española, y que
puedan confluir en ese pacto de Estado que S. S. sugería esta mañana, y
que permita, entre otras cosas, afrontar la reforma del estatuto. Parece
que sobre este objetivo hay una coincidencia general de los grupos
parlamentarios esta mañana, con la excepción del Grupo Socialista, pero a
nuestro juicio sólo ese concurso de voluntades, simultáneo y responsable,
puede abordar con éxito el objetivo de ganar el futuro en Radiotelevisión
Española.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (López-Amor García): Voy
a intentar dar contestación a las intervenciones que han efectuado los
portavoces de los diferentes grupos parlamentarios. Seguro que alguna
pregunta se me queda en el tintero, pero no con ninguna intención, sino
por mero olvido, por lo cual estoy dispuesto, mediante su recuerdo, a
contestar si estoy en disposición de hacerlo en este momento. Si no es
así, procederé de forma inmediata y a la mayor brevedad a hacerlo en
cuanto tenga los datos oportunos.

Quiero empezar agradeciendo a todos el tono de sus intervenciones, ese
tono que yo creo que esta mañana se ha instaurado en esta Comisión de
Control, que ciertamente yo creo que tiene mucho de consenso. Y yo creo
que tiene mucho de consenso porque hay muchos más puntos de encuentro que
de divergencia, y ello sin duda nos va a permitir trabajar en el futuro
inmediato, encontrando esas zonas fructíferas de colaboración entre
todos.

Quiero empezar por el primer interviniente diciéndole que comparto muchas
de las preocupaciones por él expresadas. Ha hecho un análisis de la
situación actual. Yo creo, sin embargo, por resumirlo de alguna manera, y
permítame que lo haga, que está de acuerdo con el gran tema y es que por
primera vez hay una convicción por parte de todos de la necesidad de ese
pacto de Estado, que evidentemente tiene que tener tres patas, la
primera, el Parlamento; la segunda, el Gobierno; y, la tercera, los
agentes sociales de Radiotelevisión Española. Y en este sentido Izquierda
Unida nos va a encontrar siempre a su disposición, mi despacho siempre
estará abierto no sólo a Izquierda Unida sino a todos los grupos con
representación parlamentaria, y estaré a su disposición para atender
todas las sugerencias que tengan a bien efectuarme. Yo creo que
coincidimos básicamente en el diagnóstico, en la necesidad de encontrar
un marco financiero estable. Y voy a contestarle inicialmente, porque ha
sido el primero en el orden de intervención, a la alusión sobre ese plan
de renovación. Existen una serie de filtraciones que todos ustedes
conocen, pero desde la Dirección General del Ente Público Radiotelevisión
Española les diré que no estoy dispuesto a asumir ese plan de
renovación.

Yo creo que ese plan de renovación está equivocado estructuralmente, casi
diríamos que de principio a fin, y que tiene algunas acumulaciones de
información que son útiles para trabajar, pero nada más. Por tanto,
quiero tranquilizar a todos los grupos que han planteado ciertas
preocupaciones sobre los contenidos exactos, a los que después iré
respondiendo, de lo que en ese plan de renovación se dice.

En la intervención de Izquierda Unida se ha hecho especial mención a ese
pacto de Estado. La Dirección General de Televisión es la parte menos
importante, es únicamente una coadyuvante para todos en ese pacto de
Estado, y van a encontrar siempre la mejor disposición para encontrarlo
de una forma útil y rápida. Yo creo que el tiempo corre en contra de
todos nosotros y el tiempo corre en contra de Radiotelevisión. Por lo
tanto, yo creo que el tiempo es una variable que debemos manejar con
cierta premura y tener muy claro algo que se ha dicho aquí. Para
solucionar el problema de Radiotelevisión Española evidentemente hay que
dejarse algún jirón en el camino si queremos contar con ese pacto de
Estado, pero si se viera que evidentemente hay situaciones de bloqueo,
habría que tomar las soluciones por la mayoría más amplia que se pudiera
encontrar.

Después ha intervenido la señora Rahola, a la cual agradezco también su
intervención en todo aquello que tiene de bienvenida y, sobre todo, de
acogerse a algo que ha sido yo creo que uno de los leitmotiv de mi
intervención. Yo creo que mi paso por Radiotelevisión Española tiene que
estar marcado más que por el acierto y el fracaso por el diálogo
permanente con todas las fuerzas políticas y con todas las fuerzas
sociales, y para ese diálogo, vuelvo a insistirle señora



Página 4513




Rahola, me va usted a encontrar permanentemente en disposición. Ha
planteado una serie de retos que tengo yo como Director General del Ente
Público Radiotelevisión Española, que yo creo que han estado presentes a
lo largo de mi intervención, y desde luego voy a luchar por dar cumplida
respuesta a esos retos que usted mencionaba oportunamente.

Al señor Chiquillo quiero darle las gracias también por la bienvenida a
mi persona y decirle que ya le he contestado con carácter genérico, pero
en relación con el centro existente en Valencia, que es producto de un
acuerdo entre Radiotelevisión Española y la Generalitat valenciana, se va
a cumplir ese acuerdo no sólo por voluntad contractual sino por voluntad
política de Radiotelevisión Española.

Después ha intervenido, si no me confundo, el señor Leguina, al cual
agradezco el tono de su intervención y unos cuantos flases en los cuales
coincido permanentemente con él. Ha dicho que están de acuerdo con mi
discurso. Se lo agradezco profundamente. Yo creo que he hecho un discurso
no para buscar el consenso en otras filas parlamentarias distintas de las
que yo provenía, sino por voluntad política de que ése es el camino que
hay que buscar entre todos para encontrar la solución no sólo a lo que es
Radiotelevisión Española, sino a aquello que algunos denominan la
tempestad mediática. Por tanto, yo pienso que hay que buscar mediante el
diálogo y a ser posible el consenso, vuelvo a decir, un modelo acreditado
que permita, a través de esas fórmulas políticas que hemos estado
manejando, recoger aquellas soluciones mediante el cambio por las Cortes
Generales, como no puede ser de otra manera, en la reforma del estatuto,
en la cual también el portavoz del Partido Socialista estaba de alguna
manera de acuerdo. Y también estaba de acuerdo en lo que he dicho sobre
la plataforma digital y en el diálogo con todos los trabajadores, con
todas las fuerzas sindicales existentes en la casa. En este momento no
estoy en disposición, y lo digo con carácter general a todos los que han
manifestado, desde mi grupo hasta el Partido Socialista, una sensibilidad
especial por un problema interno que existe en la casa referente a 33
contratados laborales, pero si existe el acuerdo de esta Comisión de
Control habrá que cumplir lo dispuesto por la misma, de forma que se
cumplan las vigentes ordenanzas laborales y el convenio colectivo que
existe en la casa. En cualquier caso, ya les anuncio que si ese acuerdo
se ha tomado en esta Comisión de Control, esos 33 contratados tendrán la
solución que aquí se acordó en su día.

El señor Leguina, después de estar de acuerdo con el discurso, con el
diálogo, con el modelo y con la plataforma digital, ha hecho sin embargo
una crítica, yo creo que importante, a los nuevos fichajes que se han
realizado en Televisión y a los informativos que, a su juicio, no
responden a un modelo veraz, objetivo y plural. Yo voy a intentar luchar
por ello. Soy consecuente con lo que he venido diciendo en el
discurso.

Yo creo que una información, para que tenga de verdad ese carácter de
información entre comillas, tiene que ser absolutamente plural,
absolutamente sensible a las discrepancias. En ese sentido me van a
encontrar también ustedes a su plena disposición, y yo espero que cuando
pase el tiempo, y quitándonos todos un poquito el carácter partidario que
evidentemente todos tenemos, podamos decir si se ha hecho un esfuerzo
importante desde la Dirección General, desde la actual responsabilidad
del Ente Público Radiotelevisión Española, por profundizar en esas
libertades de información dentro de Televisión Española.

Señor Mardones, muchas gracias personalmente y como representante y
portavoz de Coalición Canaria por la bienvenida que me da y por coincidir
en la mayoría de los temas que esta dirección general ha planteado aquí
hoy esta mañana. Yo creo que muy bien ha dicho usted que hay que definir
el modelo, que hay que solucionar los problemas heredados del pasado,
modelos y problemas que son generados --y no quiero buscar responsables--
a lo largo del tiempo, con soluciones adoptadas en diferentes situaciones
a la actualmente vigente de libertad de información entre diferentes
cadenas, por tanto con reparto de tarta publicitaria, y olvida aquella
solución de monopolio en la cual el estatuto todavía era de una
televisión en monopolio. Por tanto, pienso que no hay que buscar
culpables, ahí están unas decisiones que se han tomado en el pasado y que
nos han llevado a la situación de hoy. Yo creo que hay que agradecer a
Coalición Canaria su predisposición al diálogo, y desde luego le voy a
tranquilizar respecto al centro de producción de Canarias, que como usted
muy bien dice es junto con el de Cataluña los únicos auténticamente de
producciones existentes en nuestro país, que se va a mantener con la
virtualidad que tiene en estos momentos. Ya he contestado antes sobre el
plan Renove y pienso que es importante hacerlo también en el caso puntual
de Canarias.

Muchas gracias también, al señor González de Txabarri por su intervención
y por su tono. Vamos a ser muy sensibles a algunas de las peticiones que
usted ha hecho. En concreto, de la información parlamentaria le diré que
una de las primeras medidas que he tomado nada más llegar aquí es ver
cómo podemos profundizar en la misma. Yo creo que el Parlamento, como eje
de la actividad política, debe tener un tratamiento en los informativos
absolutamente privilegiado y, por tanto, hay que buscar el formato
adecuado para que sea así, no sólo cambiar las horas de algún programa
especial dedicado al Parlamento, sino también realizar la información
política, la información parlamentaria, que pienso que es interesante
para todos los ciudadanos de este país. Asimismo creo que hay que
profundizar en los modelos de pluralidad política, sobre todo en cuanto a
las adscripciones ideológicas y personales de los participantes en
determinadas tertulias. Vamos a tener que reorganizar en un futuro más o
menos corto todo ese tema en Radio Nacional de España y en Televisión
Española. Puedo compartir la afirmación general --lo he dicho antes-- de
que si bien el consenso hay que entenderlo en estos momentos y para este
tema como un bien en sí mismo, si ello no fuera posible el camino se hace
en un sistema democrático por mayoría. Por tanto, yo creo que ése es el
único condicionamiento que tenemos todos, la Dirección General y los
grupos políticos, y es que si no se logra el consenso necesario habría
que darle una solución. Yo apelo al buen sentido de todos, porque es
preferible rebajar



Página 4514




postulados maximalistas en aras de un consenso que sea el que permita un
nuevo estatuto de radiotelevisión pública en el futuro que sea digamos
que parecido en algo al anterior, y es en el clima de consenso en el que
nació. Evidentemente hay que hacer un esfuerzo y acepto esas críticas en
los servicios informativos. Usted es más sensible a ciertos tratamientos,
a determinadas personas, y yo voy a intentar que esos tratamientos no
sólo a personas, sino a lo que usted dice de imágenes de archivo, sean
exquisitamente planteados con día y fecha de grabación y recordando a
todos los telespectadores que son imágenes de archivo. Ha tocado también
el tema de Radio Nacional de España, que es importantísimo; lo he dicho
en mi intervención. Además, ha citado un tema que yo desconocía en estos
momentos pero que me parece que hay que solucionar de forma inmediata. Me
refiero a que existiendo unas instalaciones de Radio Nacional con
vocación de definitivas en San Sebastián, estemos todavía en el cambio de
las instalaciones provisionales a las definitivas. Por tanto, habrá que
ver si hay alguna solución a lo que ha impedido, que yo no sé si la hay,
el cambio a las oficinas definitivas.

Señor Burballa, portavoz del Grupo Catalán, estoy de acuerdo con muchas
de las reflexiones que ha hecho en su planteamiento. Yo siempre de su
grupo --lo digo públicamente-- he admirado esa voluntad de diálogo, esa
voluntad de pacto, y ahí me van ustedes a encontrar permanentemente. Ha
hecho una petición para que cuente con los profesionales de
Radiotelevisión. Sabe usted que lo voy a hacer, estoy en ello, lo que no
significa que en algunos casos haya que tomar decisiones, porque ahí
están los shares y evidentemente todos ustedes me van a pedir que se
reforme Radiotelevisión Española, pero me van a pedir también que sea una
buena televisión, y eso obliga a tomar excepcionalmente medidas que nos
permitan estar en igualdad de circunstancias que el resto de las cadenas
privadas. Por tanto, voy a contar con los profesionales de la casa porque
Radiotelevisión Española no tiene sólo es una buena cantera, sino que ha
sido netamente exportadora de profesionales a otras cadenas, tanto
autonómicas como privadas, y eso va a seguir siendo así, porque no sólo
es una buena televisión sino que es la mayor de España, y lógicamente ese
fenómeno se tiene que producir. Es evidente que hay que hacer un esfuerzo
importante por respetar el pluralismo, el pluralismo de todo tipo; ese
pluralismo que cita el estatuto y que a veces se olvida y que es también
de tipo lingüístico. Evidentemente hay que hacer esfuerzos por mantener
al menos los niveles de pluralidad lingüística que existe respecto no sé
si a Radio 4 y respecto al centro de producción de San Cugat. Muchas
gracias por el tono de su intervención, por su apoyo político, y espero
que el camino nos demuestre que estamos en la buena línea.

Señor Peñalosa, portavoz del Grupo Popular, mi agradecimiento hacia su
persona y hacia su grupo. Evidentemente tiene una doble connotación, y es
mi pertenencia hasta hace muy poco tiempo a ese grupo y la defensa
apasionada que ha hecho de mi persona; se lo agradezco profundamente. En
cuanto al tono de su intervención, al discurso y al contenido, estoy
plenamente de acuerdo con lo que usted ha dicho, y demuestra la
sensibilidad del Grupo Popular al plantear hoy, en mi primera
comparecencia, la solución al problema que tienen 33 contratados de esa
casa, 33 empleados de Radiotelevisión. Vuelvo a mantener aquí mi
compromiso de dar ejecución al acuerdo adoptado, me imagino que por
mayoría o por unanimidad, en esta Comisión de Control.

Nada más.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Director General.

En la reunión, que ha precedido a esta comparecencia, de la Mesa y los
portavoces hemos acordado, como así lo permite el Reglamento, un turno
breve y excepcional a los representantes de los distintos grupos.

Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señora Presidenta, quiero agradecer al señor
López-Amor la apertura que hace con respecto a las posibilidades de algo,
incluida la apertura de su despacho, aunque no basta, porque hay que
reconocer que el señor García Candau mantuvo constantemente su despacho
abierto a este portavoz y a Izquierda Unida, pero nunca llegamos a
acuerdos respecto a la trayectoria de Radiotelevisión Española, ni
respecto a temas fundamentales. Por tanto, lo mismo que agradecimos al
señor García Candau su diálogo constante, le agradecemos su propuesta de
diálogo, pero un diálogo que debe conducir a contenidos reales.

El señor Leguina ha hecho una referencia a este Grupo Parlamentario, a la
intervención que ha hecho en función de ciertas declaraciones públicas
del señor López-Amor. Yo quiero decirle al señor Leguina que a mí, como
representante de la izquierda, me cuesta muchísimo trabajo entrar en los
problemas de la expresión pública. A estos Diputados de Izquierda Unida
que hemos luchado para que los obispos puedan hablar del aborto, y de lo
que quieran, nos cuesta mucho trabajo intentar impedir que la gente
hable. Por eso no estamos de acuerdo con la demanda del Grupo Popular
frente a Felipe González, no podemos estar de acuerdo, ni en las
querellas que se intentaron interponer desde el Gobierno a ciertos
Diputados por declaraciones públicas. He hecho esa intervención en el
tono en que la inmensa mayoría de los consejeros de Radiotelevisión
hicieron sus declaraciones el otro día en el consejo de administración:
criticando que no eran oportunas las declaraciones del señor López-Amor,
pero no más allá, porque si no vamos a afectar a la propia libertad de
expresión diciendo al señor López-Amor que hay que ir a otro tipo de
declaraciones desde el cargo que ostenta. Repito que yo he hecho mi
exposición en el tono en que se realizó en el consejo de administración
de Radiotelevisión Española el otro día. Por tanto, criticar lo que se
critique, pero yo no puedo estar de acuerdo con que se pueda ver afectada
la libertad de expresión en ningún momento. El es responsable de sus
palabras y nosotros somos responsables de la crítica correspondiente,
pero nada más, y es lo que haremos a partir de ahora respecto a él y
respecto a cualquiera.

Nosotros pedimos en un momento determinado, al principio mismo de la
legislatura, la dimisión del señor García



Página 4515




Candau. La pedimos en el Pleno. ¿Por qué la pedíamos? Porque según el
estatuto el director general debe renovarse acto contiguo a la nueva
elección de las Cortes Generales. El señor García Candau procedía de una
correlación de fuerzas de mayoría absoluta y en las nuevas Cortes
Generales no había mayoría absoluta. Teniendo en cuenta eso, y teniendo
en cuenta una trayectoria de trece o catorce meses, con la que no
estábamos de acuerdo, pedimos la dimisión, no por declaraciones del señor
García Candau o porque el señor García Candau fuera del Partido
Socialista Obrero Español; no por nada de esto. Y actuaremos en
consecuencia respecto al señor López-Amor. Lo que sí dijimos entonces,
venimos diciendo desde hace tiempo y reiteramos hoy aquí es que vamos a
luchar porque el Director General de Radiotelevisión Española sea de
extracción parlamentaria; eso sí lo vamos a hacer en profundidad. Y
respecto a la trayectoria del señor López-Amor, cuando llegue el momento
la juzgaremos, como hemos juzgado sus principios, que a nuestro juicio no
conectan, no se cohonestan, y se lo vamos a decir esta tarde al señor
Alvarez-Cascos otra vez en el Pleno, con declaraciones públicas que
comprometen la palabra del propio Presidente del Gobierno a la hora de
fijar el perfil de quién y cómo tenía que ser el Director General de
Radiotelevisión Española.

Nuestro problema, efectivamente, no es salir más o menos guapos en
Televisión Española --lo tendríamos difícil-- ni siquiera salir más,
aunque daremos la batalla que corresponda con respecto a minutaje, pero
una batalla --no sé qué adjetivo ponerle-- que desde luego no lleve a
instrumentalizar todo el contenido de Televisión Española en función de
los minutajes de los partidos, que a veces esta Comisión se reduce a
eso.

Nuestra intervención fundamental está nucleada en el pacto de Estado,
efectivamente, a por qué no hemos logrado hacerlo anteriormente, ni
siquiera hablar de él, y por qué hace falta ahora, en momentos de enorme
crisis en Radiotelevisión Española y en momentos en que la pluralidad en
este país, en función de las patologías de la concentración, va a
depender muchísimo de la actitud de la empresa pública Radiotelevisión
Española; muchísimo. Por eso también vamos a intentar que este pacto de
Estado cobre cierta velocidad y consiga ciertos acuerdos.

Respecto a la televisión digital, señor López-Amor (voy abreviando mucho,
señora Presidenta), yo le preguntaría si hay contactos ya de cara a
conseguir una sola plataforma digital; si han establecido algún tipo de
contactos, no digo negociación, sino contactos de cara a solucionar este
problema que nos preocupa a todos desde el punto de vista de la
racionalidad, desde el punto de vista de la lógica. Ni técnica ni
comercialmente son necesarias las dos plataformas. No digo viables ni
posibles. Es más, este acuerdo se produce ahora o va a ser muy difícil
dentro de un año, cuando haya 100.000 antenas mirando al satélite Astra
en los domicilios --después hay que poner otra mirando al satélite
Hispasat--; como digo, va a ser muy difícil el acuerdo dentro de un año o
de año y medio. Además, no va a ser posible nunca que una plataforma
donde esté Telefónica, aunque fracase, comercialmente desaparezca; no es
posible. A Telefónica eso le cuesta cinco o seis días de cash flow por lo
que gana, y Telefónica no puede dejar en manos de ninguna otra plataforma
lo que puede ser esta tecnología de cara al futuro. Por tanto, el
problema conduce a la necesidad de que se ponga de acuerdo. Y si, como
dije en Pleno, el Grupo de Convergència i Unió y el Grupo de Izquierda
Unida, en función de su voto, podemos ser bisagra o plataforma de ese
acuerdo, debiéramos intentarlo, porque dentro de un año la situación va a
ser muy difícil, incluso comercialmente, para los que se hayan metido en
el negocio.




La señora PRESIDENTA: Señor Alcaraz, concluya por favor.




El señor ALCARAZ MASATS: Voy concluyendo, señora Presidenta. Nos
aprovechamos de la quevediana concisión del señor López-Amor, que nos
deja mucho tiempo a los demás. Termino, señora Presidenta.

Usted ha dado dos soluciones concretas, y así es posible saludarlas. Una
está referida a los contratados. Hay aquí una resolución aprobada por la
Comisión de Radiotelevisión Española. Yo creo que hay contactos concretos
con ellos sobre temas muy puntuales que no hemos especificado tampoco en
la resolución, pero que deben ser solucionados en función de esas
peticiones muy concretas. Yo creo que en este sentido estamos todos de
acuerdo. Como estamos todos de acuerdo, hemos recibido escritos en esa
dirección procedentes de los trabajadores de Canarias, donde esa
reducción salvaje que se ha contemplado no se puede producir en ningún
caso; en ningún caso. Por tanto, la respuesta que usted da en el marco de
no aceptar el plan de renovación es la respuesta lógica que agradecemos
en su concreción.

No ha respondido a si se mantienen compromisos respecto al estatuto y a
los consejos de información, o en relación con el acceso de los grupos
sociales y también a si parece lógico luchar desde Radiotelevisión
Española por esa presidencia de la distribuidora de televisión digital en
función de que el capital público es la minoría mayoritaria en esta
plataforma, y no es lógico que se haya decidido la presidencia de otra
forma en función de otros criterios.

Termino, señora Presidenta, pero hay otra cosa que falta y sería
interesante conocer su opinión. Ha dicho usted que no asume el plan de
renovación, que puede haber reuniones y datos interesantes a la hora de
utilizarlo de cara al futuro pero que no asume la estructura, no asume el
texto. Pero no ha dicho si va en la dirección de hacer otro texto, de
plantear otra estrategia escrita, un texto que pueda ser consensuado y no
una especie de goteo que pormenorice sobre hechos concretos algo que no
conocemos puesto que no figura como estrategia global.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Termino, señora Presidenta. Voy a ser el más
breve de todos. Ya verá usted. (Risas.)



Página 4516




Nosotros vamos a seguir pidiendo, primero, que el Director General sea de
extracción parlamentaria. Y en segundo lugar --y termino de verdad--, si
el señor López-Amor va a luchar porque el Estado asuma la deuda acumulada
por un diseño, por una dimensión adecuada de Radiotelevisión Española, en
el marco de una producción propia suficiente, con una plantilla
consecuente a ella y teniendo en cuenta la pluralidad y el acceso social,
nosotros no tendremos ningún resabio a la hora de saludar estas
consecuciones; ningún resabio. No nos sentimos presionados por nadie.

Tenemos un programa y una independencia, y en ese programa nos miramos
todos los días; el resto no nos interesa ni nos vamos a interesar en este
tema ni en ninguno. Ahora bien, si el señor López-Amor viene aquí a
reducir la televisión drásticamente, a acoplarla a una especie de
entrada, caiga quien caiga, en la primera velocidad de la Unión Europea,
si el señor López-Amor viene a reducir drásticamente plantilla y no va a
respetar la neutralidad suficiente, entonces tendrá usted aquí, desde
luego, una oposición drástica.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Rahola.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Señora Presidenta, hemos oído por parte del
Director General tan buenas palabras --diálogo, buena intención,
consenso-- que ha habido como un halo beatífico en la Comisión, casi ha
aparecido en algún momento Santa Teresa de Lisieux, y sin embargo no ha
habido respuestas. Desde mi punto de vista, cuando el diálogo es sólo un
concepto abstracto, pero a las preguntas no hay respuestas, se puede
convertir en un diálogo de sordos y en consecuencia expreso mi
preocupación porque más alla de las buenas palabras y de ese halo
beatífico yo no he encontrado la letra de la música que pedíamos.

No estoy de acuerdo con el Diputado que me ha precedido al hablar, Felipe
Alcaraz, aunque no debatiría con él por supuesto, sobre todo el concepto
de libertad de expresión. Desde luego, yo defenderé siempre la libertad
de expresión, pero es indiscutible que me preocupa que en su respuesta no
haya habido ninguna rectificación a sus palabras anteriores como Director
General, y no porque considere que usted no pueda opinar lo que quiera,
sino porque considero que de la misma manera que el Presidente del
Congreso de los Diputados representa a la institución, el Director
General del Ente Público Radiotelevisión Española también representa a la
institución, y como tal sus palabras afectan a la credibilidad de la
misma. En consecuencia, me preocupa que hoy no se haya expresado aquí un
mínimo de rectificación, incluso de pequeño mea culpa, que al fin y al
cabo tampoco pasa nada, señor Director General, diciendo: Yo como
Director General afirmo que no eran apropiadas para un director
general.

A partir de ahí, como militante del Partido Popular usted piense y diga
lo que quiera, pero como Director General quiero entender que, aunque
evidentemente le ampara la libertad de expresión, que es constitucional,
sus palabras afectan a la credibilidad del ente público, y en
consecuencia entiendo que hoy usted no puede dar por hecho que no hace
falta opinar ni decir nada sobre lo que ocurrió en su momento, en la
entrevista que se le hizo el día 17 de febrero, y que yo creo que
afectaba directamente al crédito que usted tenía como Director
General.

Le repito lo que he dicho en mi intervención, y es que yo entiendo que
ahora tiene que ganarse el crédito usted, porque no parte de cero. Sólo
hablo desde que usted es Director General, no entro en biografías
anteriores, desde que es Director General usted parte de un hecho que de
entrada no va bien para la imagen de la institución, que son sus propias
declaraciones. Utilice esta comparecencia para, como mínimo, decir que no
fueron apropiadas, que se equivocó en su momento y que en todo caso no va
a volver a ocurrir; como mínimo tranquilice a la Comisión respecto a que
esto no va a volver a ocurrir.

Segundo punto: pluralidad lingüística. Ha dicho usted que se van a gastar
esfuerzos para mantener la pluralidad lingüística. La verdad es que me ha
sugerido un cierto tono de amenaza. Evidentemente que se va a mantener la
pluralidad lingüística. Espero que no tenga que dedicar ni un solo
esfuerzo a ello. Yo espero que dedique esfuerzos a ampliar y consolidar
la pluralidad lingüística, porque si no realmente estaríamos en
retroceso.

Finalmente, las pregunta que le había formulado continúo pensando que no
han sido respondidas y, por tanto, en su comparecencia se ha paseado
entre las grandes palabras y el escaparate directamente de aquello que le
comprometía, excepto el tema Renove, que le agradezco. Le repito, por
tanto, aquello que ya le he preguntado para ver si podemos llegar a
concretar algo. ¿Qué política de contratación de programas se va a dar,
señor Director General? ¿Qué política para San Cugat, por ejemplo? ¿Va a
ver expansión? ¿Hay una voluntad de consolidarlo como centro de creación
de programas y de emisión o hay una política más restrictiva?
Tranquilíceme en este punto si es que puede hacerlo. ¿Qué hará con el
modelo de financiación? ¿Qué modelo exactamente va a proponer usted? ¿Se
va a convertir realmente en el defensor de los intereses del ente o va a
ser la correa de transmisión del planteamiento que haga el Gobierno en
este punto?
Tercer punto. ¿En qué términos plantea el pacto de Estado? Estamos yo
creo de acuerdo globalmente en la Comisión en que hace falta un pacto de
Estado, pero hay una enorme diferencia en cómo se plantea en función de
los criterios que subyacen en el mismo.

Finalmente, le reitero lo ya dicho. Esta es una Comisión generalmente
viva, a veces difícil para unos y para otros, pero que tiene como
fundamental voluntad llegar a concreciones. Desde luego, no es una
Comisión en la que la comparecencia se convierta en un yo soy un chico
bueno y me voy a portar bien a partir de ahora pero no voy a responder a
prácticamente nada. Usted hoy en esta comparecencia sólo ha respondido al
plan Renove, a nada más. Continúe respondiendo a todas las preguntas que
le hemos formulado. Y le repito --y acabo con ello-- que para mí es una
preocupación que usted hoy no rectifique las palabras que en su momento
formuló en la entrevista.




Página 4517




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Leguina.




El señor LEGUINA HERRAN: Con la brevedad que exige la Presidencia, haré
repaso de las siguientes cuestiones. En primer lugar me sigue llamando la
atención que el señor Peñalosa, representante del Partido Popular,
dedique la casi totalidad de su intervención a meterse y descalificar al
Partido Socialista, con lo cual voy a solicitar formalmente a la Mesa que
nos dé un turno de réplica específico para contestar al señor Peñalosa,
porque aquí el que viene a comparecer y a veces a compadecer es el
Director General, pero no yo, aunque tendré que contestar.

En primer lugar, los insultos que el PSOE dedica a los trabajadores de
Televisión no existen, ni es mi estilo ni he dicho ni una sola palabra ni
la diré nunca, y menos insultándolos. En segundo lugar, se me dice que
revuelvo papeleras. Es una práctica que no uso, entre otras cosas por lo
incómodo de la postura. (Risas.) A mí ese papel me lo ha dado un
compañero suyo, y además no tiene ninguna trascendencia, simplemente se
ha utilizado para ilustrar, y he insinuado al señor López-Amor que
recibiríamos encantados una carta de ese estilo, que no le cuesta
demasiado hacer.

Segunda cuestión. Debe quedar absolutamente claro, y creo que leyendo las
actas se podrá comprobar, que el Partido Socialista, al que represento en
este acto, no sólo está de acuerdo con llegar a ese pacto del que ha
hablado el señor López-Amor, sino que está entusiasmado en que eso se
lleve a cabo. Es decir, que ni el señor González de Txabarri ni el señor
Peñalosa me han escuchado, y hablo completamente en serio; ese asunto en
el que todos estamos de acuerdo sería buena ocasión si tuviera
efectivamente una fecha, y no es el Director General del ente, a quien
agradecemos su intención, quien lo tiene que iniciar; pero indudablemente
es un buen debate y hemos llegado a una conclusión: que hay acuerdo.

Tercera cuestión, también de tergiversación. Yo no he dicho, para nada,
que el hecho de que el señor López-Amor sea un político o esté en un
grupo político o que sea Diputado, que le honra, impida el que sea
director de Televisión o minusvalore su valía; lo que he dicho claramente
es que el señor Aznar dijo que ese perfil no coincidía con aquellos que
iba a nombrar como directores generales. Dicho en otras palabras: el
señor Aznar ha roto su palabra dada, y es el señor Aznar quien tiene que
contestar, no el señor López-Amor.

Cuestiones sobre dónde estamos. Desde el punto de vista del ente, de
Radiotelevisión, estamos ahora justamente donde estábamos hace unos meses
cuando tomó posesión la señora Ridruejo. En este ínterin ha ocurrido un
presupuesto fallido, que admite un endeudamiento mayor de 176.000
millones de pesetas, un plan de renovación no nato, y en esto ha sido muy
claro el señor López-Amor, ese plan de renovación no va para
adelante.

Ahora, en este punto, le rogaría al señor López-Amor que nos señalara
aproximadamente en qué fecha cree él que puede tener al menos los
borradores, que naturalmente han de salir del ente.

La tercera cuestión en la que pensamos distinto es la aventura digital,
que sigue sin tener un plan de negocios. Tiene problemas, lo sabemos, y
era lógico que los tuviera; pero no tiene un plan de negocios, y dado que
Radiotelevisión Española pertenece a una de las plataformas, convendría
saber aproximadamente también en qué fechas tendremos a nuestra
disposición ese plan de negocios.

Respecto a la intervención del señor López-Amor específicamente, he de
decir y subrayar que he estado de acuerdo en muy buena parte de su
primera intervención, y vuelvo a estar de acuerdo en muy buena parte de
su segunda intervención. Ahora bien, y termino, eso se compadecería bien
si empezáramos a ver algún cambio, por ejemplo, en los informativos;
porque si no usted, señor López-Amor, nos ha exhibido un guante de seda:
bien construido, hay que admitirlo, hermoso, impoluto y blanco, pero a
ver si debajo del guante de seda hay un puño de hierro, y ese puño de
hierro no nos va a gustar nada porque sabemos contra qué mandíbula iba a
chocar.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Atendiendo a su ruego, señora Presidenta, voy
a intervenir con una gran brevedad.

Me voy a referir a dos aspectos, señor Director General. En primer lugar
quiero darle las gracias por el compromiso que ha adquirido aquí de la
retirada y no aplicación del plan de renovación en el caso concreto del
centro de producción de programas de Televisión Española y lo que es todo
el ente allí, con Radio Nacional en Canarias. Usted sabe que esto fue
allí recibido, y así se lo he transmitido también en conversación
personal, como una situación de inseguridad, lo que ha generado malestar
y ha producido rechazo, y no es ése el ambiente que usted tiene que
encontrar para colaborar con toda la plantilla de profesionales del
ente.

Se necesitan mutuamente, porque el prestigio está basado tanto en la
norma inteligente de su dirección, la que aplique, y democrática, por
supuesto, como en el comportamiento profesional de todos los trabajadores
del ente.

Y lo segundo que quiero transmitirle, señor Director General, es una
valoración de su intervención general. Me complace, señor Director
General, el talante con que usted ha respondido aquí a los portavoces de
los grupos; dice el refrán que cuando uno no quiere dos no riñen, y
efectivamente usted es consciente de ello, como buen conocedor de la
materia política. Usted ha ofertado abrir las puertas para el diálogo,
abrir por tanto para usted, en su inteligencia y en su talante, ojos y
oídos para entender lo que le dicen los distintos grupos de oposición o
los que apoyamos al Gobierno de que no se puede dirigir una empresa como
el Ente Público Radiotelevisión Española desde la crispación, no se le
puede dirigir desde la polémica y la confrontación. Su testimonio, lo que
usted ha dicho en su exposición, se formaliza ante el «Diario de
Sesiones», que es para mí el documento que vale, sus declaraciones
testimoniales de lo que pretende ser una línea política, porque a eso no



Página 4518




puede nadie renunciar, ni usted mismo ni nosotros. Señor Director
General, le animo a mantener ese talante con que usted ha estado dando
respuesta, recogiendo lo positivo de nuestras intervenciones y tal vez
dejando solamente para el análisis y el diálogo lo que puede ser de
confrontación legítima o de contradicción entre los modelos que cada
grupo estamos obligados a poner encima de la mesa. Y eso es un pacto de
Estado, si no sería otra cosa, pero no un pacto de Estado en el que todos
ofrecemos y reducimos simultáneamente. Coalición Canaria le otorga hoy su
confianza, porque yo creo que el talante con que ha respondido hoy en
esta Comisión de Control significa haber entrado con buen pie
político.

Le deseo éxito, señor Director General.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: El Grupo Parlamentario Vasco, al
hilo del tono y de los contenidos que ha puesto de manifiesto el señor
Mardones, quiere manifestar que está de acuerdo con los contenidos
generales que ha expuesto el Director General de Radiotelevisión Española
en esta comparecencia y que comparte también la última apreciación del
señor Mardones, en el sentido de que ha entrado con buen pie en esta
Casa. Los contenidos que han sido aquí expuestos significan un giro
copernicano, aunque no se quiera reconocer por parte del grupo
mayoritario de la Cámara, en la orientación y los contenidos de
Radiotelevisión Española, dado que se admite la retirada de un plan que
no se sabe si existió, pero que circuló por muchos despachos y se conoció
como Plan Renove de Radiotelevisión Española. Y, en segundo lugar, porque
el Director General ha manifestado una gran receptividad ante las
cuestiones que los diferentes grupos parlamentarios hemos manifestado a
lo largo de esta comparecencia. Creo que son dos parámetros que indican
que se produce un giro copernicano importante, que desde el Grupo
ParlamentarioVasco asumimos con agrado.

Entendemos, señor Director General, que créditos tiene suficientes
Radiotelevisión Española como para solicitarlos mayores, que lo que hace
falta es credibilidad. Creemos que por su trayectoria política usted
tiene esa credibilidad y que tiene buena oportunidad de manifestar que un
militante político es capaz de ser objetivo, es capaz de ser neutral, es
capaz de encontrar objetivos. Creemos que es una asignatura que en esta
democracia todavía queda pendiente, y usted tiene una gran oportunidad de
poder demostrar desde la militancia política que esas actitudes,
admitiendo la pluralidad, admitiendo la neutralidad, admitiendo la
objetividad, son posibles en este Estado. Pensamos que hará un gran
servicio a la democracia si es capaz de entender y de asumir esas
posturas.

En relación a la pluralidad lingüística, al análisis de la actividad de
Radio Nacional de España y de Televisión Española en los últimos años,
podrá observar que para este ente sólo existen el castellano y el catalán
como lenguas de uso en el ente, lo podrá comprobar por los propios datos,
es una realidad empírica constatable, y le animamos a dar pasos en ese
sentido. Distintos portavoces de la izquierda parlamentaria le han hecho
advocaciones a santos católicos, nosotros sólo quisiéramos desearle que
San Rodrigo Rato le proteja.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Burballa.




El señor BURBALLA I CAMPABADAL: Quiero sumarme a este ambiente yo creo
que generalizado. Usted, señor Director General, ha abierto un amplio
crédito hoy aquí. Le vuelvo a transmitir el apoyo inequívoco de nuestro
grupo y que va a disponer por nuestra parte de un amplio, amplísimo
margen de confianza. Yo creo que usted hoy se lo ha ganado con su
intervención, y nosotros le vamos a valorar por sus obras, le vamos a
valorar por su capacidad de gestión, una gestión profesional y
transparente, y le vamos a valorar por su voluntad de diálogo y de
sensibilidad autonómica; le vamos a valorar por la consideración que
tenga hacia este Parlamento y hacia esta Comisión de Control, le vamos a
valorar por su independencia, por el tratamiento que dé en esa
independencia a la información y por su respeto a la pluralidad política,
social y nacional de España.

Le agradecemos también su declaración de interés preferente en mantener y
fortalecer la relación con las televisiones públicas autonómicas, y le
animamos en ese camino. También quisiéramos que esto se ampliara al
ámbito de la radiodifusión y de la presencia de Radiotelevisión Española
en Cataluña. En algún momento aparecen en este sentido algunas
sensaciones de incógnita respecto a esta permanencia, respecto a esta
posición. Nosotros le pedimos que las despeje y que siga en la línea de
potenciar la presencia de la Radiotelevisión pública en Cataluña y en
catalán, y por ese camino usted contribuirá a fortalecer la convivencia y
la pluralidad lingüística, que es una de las pluralidades
constitucionalmente importantes que tenemos.

Usted, señor Director General, va a disponer de grandes medios, como se
ha dicho aquí, y de grandes recursos, y va a disponer de ellos para
ponerlos a disposición de la política, no de la política partidista, sino
de una política de gestión, de una política de Estado, de todo cuanto
hace referencia a la televisión pública, que le permita algo que no se ha
conseguido hasta el momento, que es llegar a acuerdos, flexibilizar
posiciones, saber incentivar, saber escuchar y, a la vez, saber exigir y
saber templar. Nosotros entendemos que Radiotelevisión Española necesita
una mano firme, pero una mano que sea exquisita en el tratamiento de la
objetividad y de la independencia.

Usted ha hecho referencia a planteamientos importantes que nuestro grupo
comparte, al desfase que existe en el sector audiovisual y que conviene
plantear en el pacto de Estado con componentes como la reforma del
estatuto. Nuestro grupo va a estar en eso, cuente con ello.

Evidentemente, usted tiene un tema difícil con la financiación. Usted ha
optado por defender un marco estable, un marco permanente y un marco
suficiente de financiación, y a eso nuestro grupo es especialmente
sensible desde siempre,



Página 4519




como le he dicho anteriormente. El tratamiento político de situaciones de
gestión, algo en lo que hoy concurrimos todos, no debe despertar en todo
caso más que serenidad y buscar la confianza, y estamos seguros que hoy
usted sale de aquí con un amplio margen de confianza y esperamos que no
nos defraude, señor López-Amor, y en eso nuestro grupo siempre estará a
su lado para ayudar.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Peñalosa.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Quisiera poner de relieve al señor Leguina la
dificultad de seguir la oposición de su grupo en materia de
Radiotelevisión Española. Usted se brinda esta mañana al acuerdo, otros
portavoces cualificados de su grupo, miembros también de esta Comisión,
rechazan cualquier diálogo y cualquier posibilidad de acuerdo, y otros
miembros cualificados también de su partido lo descalifican todo; en fin,
yo creo que debería usted apreciar el esfuerzo de nuestro grupo por
contestarle, por seguirles la pista en atención a su importancia política
y a pesar de la incoherencia permanente que demuestran en esta
materia.

Tan sólo voy a hacer dos comentarios más. Celebramos la rotundidad con
que el Director General se ha expresado con respecto al llamado plan de
renovación. Yo confío en que con sus palabras termine definitivamente una
cierta alarma general que se había producido por todo el país con los
anuncios de cierres y despidos que no se van a producir.

Y finalmente quiero destacar, como colofón de esta sesión, la
colaboración y el tono positivo ofrecido esta mañana por los grupos de
Coalición Canaria, Unión Valenciana, Grupo Vasco, Grupo Catalán y Grupo
de Izquierda Unida. Seguramente sería para todos ellos mucho más cómodo,
en todo caso también más irresponsable, pero mucho más cómodo, hacer hoy
una oposición de oficio, en todo caso sucumbir o realizar otros
planteamientos. Creo que este amplio acuerdo es el mejor inicio de una
gestión y de unos objetivos que aquí hemos compartido, que tienen una
complejidad y una dificultad grandes, pero que requieren de este consenso
ineludiblemente para alcanzarlos pronto y con éxito.




La señora PRESIDENTA: El señor Director General tiene la palabra.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (López-Amor García): Para
terminar, intentaré contestar algunas preguntas que han quedado en el
alero, no por mala voluntad, sino por olvido.

Señor Alcaraz, usted sabe que en el consejo de administración ya hay un
grupo de trabajo que está estudiando la posible participación en espacios
informativos de lo que algunos denominan ONG. No es un tema fácil, es muy
complicado, hay que determinar dónde se pone el listón, cómo, cuándo,
para qué y por qué. También hay un proyecto de estatuto de redacción, y
evidentemente cuando esté ultimado, discutido, y yo creo que aprobado por
el consejo de administración, es cuando tendrá aplicación inmediata.

Me ha preguntado usted si hay contactos entre las plataformas digitales
existentes en este momento. A mí no me consta si los hay, desde luego
esta Dirección General no ha tenido ningún contacto de aproximación por
parte de representantes de la otra plataforma. Eso no quiere decir más
que lo que estoy diciendo, que a mí personalmente no me consta. Coincido
plenamente con usted en que los diálogos no son declaraciones
programáticas, no son declaraciones bonitas, son declaraciones con
contenidos, y en ese sentido tenemos muchas cosas que hacer. El diálogo
no es más que una metodología de trabajo, como puede ser otra cualquiera,
y la demostración de una voluntad de acercamiento entre dos partes, entre
varias partes, pero en este caso concreto yo me refiero a usted, entre su
grupo y la Dirección General de Radiotelevisión Española. Creo que no me
dejo ninguna pregunta suya en el tintero.

Señora Rahola, usted ha hecho una serie de preguntas y también una serie
de afirmaciones de carácter político. En cuanto a las primeras,
evidentemente, está en su perfecto derecho; en las segundas, también,
pero le voy a contestar a las preguntas que estrictamente responden a mi
condición de Director General, con lo cual ya le estoy respondiendo
implícitamente a la primera de las preguntas.

Sobre la política de contratación de programas, se sabe que Televisión
Española tiene que hacer una serie de cosas que he explicitado yo a lo
largo de esta mañana, tiene que estar en los índices de share donde le
corresponde; es decir, no podemos hacer de Televisión Española una
televisión que se nos caiga de las manos, del mando, del zapping. Por lo
tanto, hay que hacer una televisión competitiva en cuanto a contenidos,
en cuanto a productos y en cuanto a calidades, y esa competitividad
exige, evidentemente, hacer una contratación y una elaboración y una
producción propia de programas, así como ir al mercado, ir a un mercado
complicado, un mercado al alza como consecuencia, entre otras cosas, de
la multitud de ofertas televisivas que se están produciendo de forma
simultánea en el mercado, y evidentemente esa bolsa, digamos económica,
hace subir el precio, como no podía ser de otra manera porque el bien es
escaso, de la contratación de películas, en el caso concreto de las
películas. No se le oculta a usted que en este momento se están haciendo
ya contrataciones en todo el mundo sobre películas inexistentes; es
decir, se compran las películas que se van a hacer en el futuro, sin
conocer las calidades ni los contenidos, ni siquiera si son adecuadas a
las demandas de todo tipo que pretende la dirección de cualquier
televisión, pública o privada.

El Plan Renove, como ya le he dicho a algún compañero, esta Dirección
General no lo asume, vuelvo a reiterarlo. Y en cuanto a San Cugat,
creemos que es una pieza importante de Radiotelevisión Española y va a
seguir siendo una pieza importantísima de Televisión Española. Al
problema de los trabajadores contratados ya he contestado.

Yo no puedo responder por otras personas, señor Leguina, pero
evidentemente yo estoy convencido, y usted lo sabe como político
acreditado que es, que a veces se dicen cosas, se cumplen a lo mejor por
los pelos, pero se cumplen.




Página 4520




Yo creo que el Presidente del Gobierno cumplió su promesa electoral, que
además no sé si viene explicitada como tal en el programa electoral, yo
creo que no. Se ha cumplido con mi predecesora, y yo creo que ahí también
hay que pasar página en aras de conseguir ese consenso y centrarnos en lo
que nos importa, y lo que nos importa es que tenemos que construir el
futuro y que en ese futuro tenemos que estar necesariamente todos. Lo
tenemos que hacer todos, no es responsabilidad sólo de este Director
General, no es responsabilidad solamente del Gobierno del Partido
Popular. Yo creo que en una democracia se nota la sensibilidad política y
democrática de esa sociedad cuando en los grandes temas se es capaz de
dejar adscripciones partidarias para construir entre todos un futuro para
todos también.

Señor Mardones, muchas gracias por su intervención. Se lo agradezco de
verdad, no sólo por el contenido de sus palabras, sino por el cariño con
que las ha dicho. Decía Macluhan que en el tono está el mensaje, y yo
creo que en su tono está el mensaje que yo percibo de Coalición
Canaria.

Lo mismo le digo al señor González de Txabarri, del Grupo Vasco, y al
señor Burballa, de Convergència i Unió. Muchas gracias a todos por su
apoyo explicitado en esta Comisión de Control, y por su tono, que es lo
más importante. Se lo agradezco y lo valoro en un momento que de verdad
lo necesitaba de todos los grupos parlamentarios.

Señor portavoz del Grupo Popular, a usted, muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a todos.

Se levanta la sesión.




Era la una y cuarenta y cinco minutos de la tarde.




Nota.--El presente «Diario de Sesiones», de la Comisión de Control
Parlamentario de RTVE, del 26 de febrero de 1996, no guarda la relación
cronológica habitual con el fin de no retrasar la publicación de los
«Diarios de Sesiones» ya elaborados.