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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 99, de 06/11/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1996 VI Legislatura Núm. 99



EDUCACION Y CULTURA



PRESIDENTE: DON PABLO CASTELLANO CARDALLIAGUET



Sesión núm. 6



celebrada el miércoles, 6 de noviembre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Autorización, en su caso, de la comparecencia de la Ministra de Educación
y Cultura --para dar cuenta de la posición del Gobierno ante la agresión
al Patrimonio Histórico de la ciudad de Madrid perpetrada por los
responsables de su Ayuntamiento, en las excavaciones realizadas en la
plaza de Oriente, solicitada por el Grupo Parlamentario IU-IC
(213/000089)-- para que se celebre en una próxima sesión de la Comisión
de Educación y Cultura, en los términos acordados por mayoría en la
reunión de Mesa y portavoces de la Comisión del día 25-9-96 (Página 2572)



Comparecencia del señor Secretario de Estado para el Deporte (Martín
Marín), para informar sobre:



--Proyectos y líneas generales de la política que va a desarrollar la
Secretaría de Estado durante su mandato. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

(Número de expediente 212/000042) (Página 2573)



--Líneas maestras de la política deportiva del Gobierno. A solicitud del
Grupo Catalán (Convergència i Unió). (Número de expediente 212/000052)
(Página 2573)



Página 2572




--Políticas y objetivos de esa Secretaría de Estado. A petición propia.

(Número de expediente 212/000072) (Página 2573)



Comparecencia del señor Secretario de Estado de Cultura (Cortés Martín),
para informar de la política general en materia de ayudas al cine
español. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de
expediente 212/000064) (Página 2598)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a comenzar el trabajo del día de
hoy. Si SS. SS. lo desean pasamos lista o, si lo prefieren, cada grupo
parlamentario puede hacer llegar a la Mesa el nombre de aquellos
Diputados que sustituyan a otros que sean titulares de la Comisión, en el
supuesto de que dichos titulares no hubieran venido. Señor Guerra, señor
Romero y señora Sabanés, ¿hay alguna posibilidad de que se nos hagan
llegar esas sustituciones en un papelito a la Mesa? (Asentimiento.)
La Mesa considera que existe quórum, es decir, la mitad más uno de los
miembros de la Comisión a efectos de las posteriores votaciones y, por
tanto, no es necesario pasar lista. Si, por el contrario, alguno de
ustedes lo solicitara, inmediatamente pasaríamos lista.




--AUTORIZACION, EN SU CASO, DE LA COMPARECENCIA DE LA MINISTRA DE
EDUCACION Y CULTURA --PARA DAR CUENTA DE LA POSICION DEL GOBIERNO ANTE LA
AGRESION AL PATRIMONIO HISTORICO DE LA CIUDAD DE MADRID PERPETRADA POR
LOS RESPONSABLES DE SU AYUNTAMIENTO, EN LAS EXCAVACIONES REALIZADAS EN LA
PLAZA DE ORIENTE, SOLICITADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO IU-IC
(213/000089)-- PARA QUE SE CELEBRE EN UNA PROXIMA SESION DE LA COMISION
DE EDUCACION Y CULTURA, EN LOS TERMINOS ACORDADOS POR MAYORIA EN LA
REUNION DE MESA Y PORTAVOCES DE LA COMISION DEL DIA 25-9-96.




El señor PRESIDENTE: Sobre el primer punto del orden del día, la Mesa
gozaba de una delegación otorgada por esta Comisión para poder decidir,
en sede de la propia Mesa, la comparecencia de determinadas autoridades.

Como consecuencia de una reunión de la Mesa y Junta de Portavoces, y no
habiéndose alcanzado el acuerdo debido, se remite de nuevo a
consideración de la Comisión la solicitud de comparecencia de la señora
Ministra de Educación y Cultura para dar cuenta de la posición del
Gobierno ante la agresión al Patrimonio Histórico de la ciudad de Madrid
perpetrada por los responsables de su Ayuntamiento en las excavaciones
realizadas en la plaza de Oriente, solicitada por el Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, para que en una próxima
sesión --nunca sería en ésta, porque hoy lo que podríamos decidir es si
tenía o no que venir-- pudiera dar información en los términos acordados
en esta solicitud.

Este es, señorías, el primer tema sobre el que vamos a pronunciarnos. No
creo que sea preciso (porque está perfectamente claro cuál es el
contenido de la solicitud de comparecencia, aparte de que también hay
alguna pregunta similar en esa línea) evacuar un turno a favor y un turno
en contra. Lo que procede es la votación, a no ser que alguno de ustedes
considere que es necesario hacer un turno a favor y un turno en contra.

(El señor Romero González pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Romero.




El señor ROMERO GONZALEZ: Aceptando la propuesta de la Presidencia,
solicitaría que pudiera haber un pequeño turno de fijación de posiciones.




El señor PRESIDENTE: Sería más bien un turno de explicación de voto, que
se concederá después de la votación.

Vamos a votar la solicitud de comparecencia de la Ministra de Educación y
Cultura, con relación a la situación de la plaza de Oriente.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 15; en
contra, 20.




El señor PRESIDENTE: Queda desestimada la solicitud de comparecencia.

Vamos a conceder un turno de explicación de voto, de menor a mayor.

Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Señor Presidente, el Grupo
Parlamentario Vasco se ha posicionado favorablemente a esta
comparecencia, por entender que el clima que se ha creado en torno a esta
actuación exige que el propio Gobierno, en uso de las competencias que
tiene en relación a este tema --aunque



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las fundamentales sean municipales--, comparezca en esta Cámara, dado que
lo que se pide es un control de la actuación sobre el patrimonio.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra la señora Sabanés.




La señora SABANES NADAL: Quisiera lamentar, en nombre de mi grupo, que
fue el que hizo la petición, la no aceptación inicial, y su reiteración
ahora, de esta comparecencia, que yo entiendo que rompe una tradición en
esta Comisión de enorme sensibilidad ante temas culturales que afectan a
diferentes comunidades y territorios.

Por otro lado, quería manifestar que, en todo caso, la Ley de Patrimonio
Histórico Español de 1985 es muy clara y no tiene ninguna ambigüedad en
lo que hace referencia a las responsabilidades de la Administración del
Estado en el tema que nos afecta, es decir, la conservación del
patrimonio histórico, que es deber esencial del estado. Me parece que
cuestionar en este momento una comparecencia en Comisión en un tema que
la ley, si nos molestamos en leerla, es absolutamente clara y nada
ambigua, inicia una trayectoria bien diferente en esta Comisión a lo que
habitualmente estamos acostumbrados.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra la señora Díez de Baldeón.




La señora DIEZ DE BALDEON GARCIA: Yo quisiera, en nombre de mi grupo,
lamentar también que aquí no se haya votado a favor de la comparecencia
de la Ministra de Educación y Cultura, porque entendemos que sienta un
precedente absolutamente peligroso. Es la primera vez en la historia de
esta Comisión que se vota en contra de una comparecencia de la Ministra
cuando realmente el tema es de una extraordinaria gravedad; no es un tema
menor, no es un tema pequeño, estamos hablando de una zona que afecta al
corazón de la Historia, del patrimonio histórico de la capital de España;
por tanto, nos parece absolutamente injustificado cuando también la Ley
del Patrimonio Histórico Español de 1985 dice claramente, en su artículo
2, que, sin perjuicio de las competencias que correspondan a los demás
poderes públicos, son deberes y atribuciones esenciales de la
Administración del Estado, de conformidad con lo establecido en los
artículos 46 y 44, 149.1.1 y 149.2 de la Constitución, garantizar la
conservación del Patrimonio Histórico Español.

Además, consideramos que ha habido aquí un expolio grave porque sabemos
que no solamente se han derruido edificios del siglo XVI, como la casa
del tesoro, sino que, recientemente, sabemos por los medios de
comunicación que se ha derribado parte de la muralla árabe de Madrid.

Como saben, esta muralla árabe está declarada monumento histórico desde
1954. Por tanto, consideramos que el asunto es gravísimo, que es
competencia plena de la Ministra de Educación y Cultura y debería
comparecer para aclarar todas las circunstancias que se han producido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Guerra Zunzunegui.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Como ya indicamos en la reunión de la Mesa y
Portavoces, y reiteramos aquí, es problema de competencia, y quien tiene
la competencia, a su vez, tiene el control. Esto es competencia del
Ayuntamiento de Madrid y, en su caso, de la Asamblea de Madrid, nunca de
esta Comisión a nivel nacional; más aún, habría que preguntarse si el
Ministerio de Educación y Cultura puede intervenir en este tema no
existiendo expolio ninguno. Porque alguno de los intervinientes, cuando
han hablado de la muralla de Madrid, no conocen que está en la Cuesta de
la Vega, no en la Plaza de Oriente. Pero, independientemente de esto,
nosotros reiteramos que es un deber inexcusable de todos los poderes
públicos actuar con el más estricto y escrupuloso respeto a la
distribución de competencias entre las diferentes administraciones
públicas.

¿Qué sería si en otras ciudades españolas, en donde ha habido temas mucho
más importantes, hubiese intervenido este Parlamento y no las asambleas
regionales y los ayuntamientos correspondientes? Por tanto, no se ha
creado ningún precedente, puesto que la Ministra contestó, como es
lógico, a la pregunta pertinente ante el Pleno de la Cámara.




El señor PRESIDENTE: En todo caso, la Mesa agradece la concreción de
estas intervenciones, teniendo en cuenta, entre otras cosas, que hay una
proposición no de ley pendiente sobre este tema, ocasión que tendrán SS.

SS. para poder ampliar toda la argumentación, que no cabe la menor duda
se han guardado hábilmente para ese día.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA EL DEPORTE (MARTIN
MARIN), PARA INFORMAR SOBRE:



--PROYECTOS Y LINEAS GENERALES DE LA POLITICA QUE VA A DESARROLLAR LA
SECRETARIA DE ESTADO DURANTE SU MANDATO. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de
expediente 212/000042.)



--LINEAS MAESTRAS DE LA POLITICA DEPORTIVA DEL GOBIERNO. A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO CATALAN (CONVERGENCIA Y UNIO). (Número de expediente
212/000052.)



--POLITICAS Y OBJETIVOS DE ESA SECRETARIA DE ESTADO. A PETICION PROPIA.

(Número de expediente 212/000072.)



El señor PRESIDENTE: Entramos en las comparecencias del señor Secretario
de Estado para el Deporte



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señaladas para el día de hoy. (El señor Romero González pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Romero, para una cuestión de orden.




El señor ROMERO GONZALEZ: No utilizaré más de quince segundos.

Para solicitar al señor Presidente, con la amabilidad que le caracteriza,
si pudiera informar, si no ahora en cualquier momento a lo largo de la
sesión, cuáles son las razones por la que no se ha dado cumplido trámite
a lo establecido tradicionalmente en esta Cámara de dar respuesta escrita
a las preguntas que en comparecencia de presupuestos quedaron pendientes
y que no han llegado a mi Grupo.




El señor PRESIDENTE: Señor Romero, la Mesa está en condiciones de
informar tanto al señor Romero como al resto de miembros de la Comisión,
que a alguna de las preguntas se ha recibido contestación, en concreto
dos. Se ha recibido respuesta escrita de la que si quiere usted se puede
dar cuenta, y estamos a la espera de las demás. Pero lógicamente la Mesa
reiterará del Ministerio de Educación y Cultura el cumplimiento de la
obligación de remisión de toda la documentación que los propios
comparecientes ofrecieron enviar por escrito para poder facilitar el
trabajo de los señores Diputados.

¿Quiere que se le dé cuenta de cuáles son las comunicaciones llegadas?
(Asentimiento.)
El señor Letrado dará cuenta de las comunicaciones.




El señor LETRADO: Respuesta de la Secretaría de Estado, Presidencia del
Consejo Superior de Deportes, a la solicitud formulada por doña Inés
Sabanés Nadal, Diputada del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, ante la Comisión de Educación y Cultura
del Congreso de los Diputados, con motivo de la comparecencia de altos
cargos, para informar sobre el proyecto de Ley de Presupuestos Generales
del Estado, del día 10 de octubre de 1996.

Hay otra que dice: Adjunto remito a V. I. documentación preparada por el
Ministerio de Educación y Cultura en relación con la comparecencia de
altos cargos de este Departamento con motivo de la tramitación del
proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado y completa la
remitida en el día de ayer. No hace referencia a qué grupo, pero afecta a
dotaciones de personal docente que figuran en el anexo de personal,
becas, ayudas al estudio y comedores escolares y educación especial.




El señor PRESIDENTE: De estas dos contestaciones se dará traslado a todos
los grupos parlamentarios, y, según se vayan recibiendo, el resto de
ellas también serán puestas en su conocimiento.

El señor González de Txabarri tiene la palabra.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: También quisiera manifestar, en
nombre del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), la sorpresa ante esta
situación de no haber recibido la respuesta por escrito a las preguntas
que se formularon en esta misma Comisión, ya que, conforme a Reglamento,
debería hacerse previo al trámite del estudio de los presupuestos en
Ponencia, trámite que ha sido ya ampliamente superado, discutimos ayer la
Sección 18, Educación, lo que imposibilita el trabajo de los distintos
grupos parlamentarios para el correcto desenvolvimiento de los
presupuestos y constatar que esto ha pasado básicamente en la Sección 18.

También quiero solicitar de la Presidencia mayor diligencia, aunque con
retraso, para que se evacúe este trámite. Dado que el Secretario de
Estado de Deportes ha sido el único que ha contestado quiero felicitarle
por su diligencia.




El señor PRESIDENTE: Como le hemos dicho anteriormente, reiteraremos al
Ministerio que nos remita esas contestaciones y serán puestas en
conocimiento de todos ustedes. (El señor Guerra Zunzunegui pide la
palabra.)
Tiene la palabra, señor Guerra.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor Presidente, sólo me gustaría saber si
se presentó por escrito esa petición al terminar las comparecencias de
los altos cargos, porque normalmente lo que hace cada grupo es
presentarlo por escrito a la Presidencia.




El señor PRESIDENTE: Señor Guerra Zunzunegui, lo habitual es que,
haciendo el vaciado del acta, sean los propios servicios de la Cámara los
que recuerden, a través de la Presidencia del Gobierno, a todos y cada
uno de los Departamentos la documentación que tiene ofrecida, y así se
hizo. En consecuencia, no es responsabilidad de los grupos parlamentarios
y si ha de recaer sobre alguien sería, en primer lugar, sobre esta Mesa
si no hubiera cumplido y, en segundo lugar, sobre el Ministerio.

Vamos a pasar a las comparecencias para el día de hoy, y como es lógico y
natural, habiendo sido solicitada la comparecencia del Secretario del
Estado para el Deporte tanto por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya como por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió) y a petición propia, subsumimos en una sola intervención las tres
comparecencias.

Una vez que se haya hecho uso de la palabra por el invitado, intervendrán
los grupos parlamentarios por el orden en que lo han solicitado y, a
continuación, aquellos que quieran fijar su posición.

Tiene la palabra el señor Secretario de Estado, al que le damos una vez
más la bienvenida en esta Comisión.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA EL DEPORTE (Martín Marín): Señorías,
comparezco gustosamente ante esta Comisión parlamentario en consonancia
con la voluntad del Gobierno de mantener una comunicación fluida con las
Cámaras que haga realidad la práctica de una gestión transparente y
rigurosa.

Acudo, además, ante SS. SS. en cumplimiento del compromiso contraído por
la excelentísima señora Ministra de Educación y Cultura ante esta
Comisión el pasado día 18 de junio del presente año, compromiso
correlativo a la petición que yo mismo hice a la Ministra en el sentido
de exponer



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a SS. SS. las líneas básicas de la gestión del Gobierno en materia
deportiva y a las peticiones formuladas por los grupos parlamentarios de
Convergència i Unió y de Izquierda Unida. Acudo, pues, ante SS. SS. en el
marco de una coincidente voluntad expresa de transparencia en la gestión
y demanda informativa y de control por parte de sus señorías.

Vaya por delante el profundo respeto personal que siento hacia esta
Cámara, puesto que no soy persona ajena al devenir político que hizo
posible la recuperación de la soberanía popular y su delegación en los
representantes instalados en esta casa. Hace ya más de quince años tuve
la oportunidad de trabajar activamente en las filas de la Unión de Centro
Democrático en la singular y apasionante tarea de vertebrar un partido
político de centro. Al sentarme hoy aquí entre ustedes junto a personas
como quien preside esta Comisión, que en esta etapa de nuestra historia
han desempeñado un papel fundamental, siento un profundo respeto y
responsabilidad y soy perfectamente consciente de la importancia que para
el deporte español tiene una correcta comunicación entre quienes asumimos
la responsabilidad ejecutiva de promoverlo y quienes, como a SS. SS.,
compete la función del control parlamentario y la iniciativa legislativa.

Del eficaz ejercicio de ambas responsabilidades derivarán consecuencias
positivas para una actividad tan relevante desde el punto de vista social
como lo es la práctica y el disfrute de la actividad deportiva.

No son éstas unas palabras con un mero enunciado retórico. En materia de
política deportiva uno de los ejes básicos del programa de actuación que
el Gobierno se propone desarrollar consiste en satisfacer las crecientes
demandas que se manifiestan en el seno de nuestra sociedad respecto de la
realidad del deporte español. Entiendo, por tanto, como una obligación
prioritaria de mi gestión y del equipo del Ministerio de Educación y
Cultura y del Consejo Superior de Deportes del que soy responsable, la de
adoptar una actitud de franca receptividad ante las inquietudes,
iniciativas y propuestas que surjan en el panorama dinámico y
esperanzador de nuestro deporte.

Por lógica, uno de los cauces naturales de conocimiento de esta realidad
compleja y plural lo es esta Cámara. Espero, por tanto, que mi presencia
ante SS. SS. sirva a un objetivo común: repasar en toda su amplitud e
intensidad los problemas que afectan al deporte español, conocer y
debatir aspectos mejorables de su funcionamiento, poner sobre la mesa
proyectos e iniciativas con visión de futuro y servir a la sociedad que
SS. SS. representan con voluntad democrática de eficacia.

Al reiterar que una de mis preocupaciones prioritarias es y será la de
actuar como dinamizador de iniciativas plurales cuyo origen está en
cuantos colectivos tengan algo serio que decir en cuestiones deportivas,
entenderán SS. SS. que me importa muy mucho atender y profundizar en todo
aquello que tengan a bien plantearme quienes como SS. SS. ejercen la
función constitucional de representar a esa sociedad plural y actuar como
portavoces de sus demandas.

Sin más preámbulo voy a exponerles las líneas básicas del programa de
actuación del Gobierno en materia deportiva, que estoy seguro será objeto
de un fructífero debate posterior y en el que nos ocuparemos también de
aquellas cuestiones y aspectos que a juicio de SS. SS. no hayan sido
suficientemente tratados en mi exposición.

En primer lugar, quisiera hablar sobre la situación actual del deporte
español. Como responsable del Consejo Superior de Deportes manifiesto
ante SS. SS. que el actual equipo comparte con todos los españoles la
buena salud del deporte español y, por tanto, puedo afirmar que vamos a
practicar una política de mantenimiento y mejora de las cosas que estaban
bien hechas, a equilibrar algunas desatenciones llamativas y, sobre todo,
a poner iniciativa, imaginación, energía y generosidad para estar a la
altura de aquellos a quienes servimos.

Otro dato incuestionable es que la participación de la sociedad española
en actividades deportivas ha seguido una curva ascendente hasta alcanzar
niveles satisfactorios. Hoy en día los españoles hacen deporte porque
existe en la sociedad española una creciente mentalización favorable al
ejercicio físico y en ella debemos avanzar todos juntos.

Quiero subrayar ante SS. SS. que nos encontramos en un momento de
auténtica ebullición del fenómeno deportivo en todo el mundo, pero muy
especialmente en España, a la que no es ajeno el resultado obtenido en
las últimas citas olímpicas. Como SS. SS. saben muy bien, no hay éxitos
en el deporte sin un trabajo serio y sin planes a largo plazo.

Nuestra primera decisión al llegar al Consejo Superior de Deportes el
pasado mes de mayo fue respetar básicamente la planificación
técnico-deportiva que ya estaba en curso, adoptar algunas decisiones
necesarias y, en todo caso, garantizar que la transición entre dos
administraciones no afectara al equipo de técnicos del Consejo Superior
de Deportes y a los deportistas, que eran, en definitiva, los auténticos
protagonistas de la cita olímpica para que culminaran su programación de
los últimos años con éxito, como así fue.

Desde esta tribuna quiero rendirles a ellos mi gratitud y reconocimiento
por su magnífica labor. Como ya conocen, en los Juegos Olímpicos de
Atlanta los deportistas españoles han conseguido diecisiete medallas
olímpicas en diez especialidades distintas, ocupando España el
decimotercer lugar del medallero por delante de países de tanta tradición
deportiva como ha sido Gran Bretaña. Cinco de esas medallas han sido
conseguidas, además, en deportes de equipo, waterpolo y gimnasia, y seis
del total por deportistas femeninas, lo que acredita la significativa
integración en este palmarés de la mujer española en la actividad
deportiva de elite.

El balance de nuestra presencia en los Juegos Olímpicos de Atlanta y en
la convocatoria posterior paralímpica, en la que nuestros deportistas
lograron ciento seis medallas, ha sido muy satisfactorio para la sociedad
española porque ha mantenido la competitividad de nuestro deporte de alta
competición, y éste es un éxito del que debemos congratularnos todos.

En cuanto a la situación de las infraestructuras deportivas, el esfuerzo
que la sociedad española viene haciendo desde la ya lejana época en que
el hoy Presidente



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del Comité Olímpico Internacional se ocupó de promocionar la imagen del
deporte y la práctica deportiva de los españoles, ha permitido contar con
un buen número de instalaciones, en general de buena calidad aunque
algunas de ellas con ciertos dispendios, que van a permitir que luchemos
por rentabilizar y usar, obteniendo una máxima y mejor rentabilidad y
aprovechamiento de las mismas.

En este orden de cosas hemos cumplido --y quiero anunciarlo a SS. SS.

ya-- con un compromiso cuya realización venía siendo demandada desde
tiempo atrás. Me refiero a la realización del censo nacional de
instalaciones deportivas, instrumento que nos va a permitir concluir, en
colaboración con las comunidades autónomas de todo el país, un
diagnóstico fidedigno de la ubicación, grado de utilización y estado de
todas las instalaciones deportivas que hay en España. Podremos así saber
bien lo que tenemos y sacar el máximo provecho de estas instalaciones
para el uso y disfrute del conjunto creciente de ciudadanos que ejercen
la práctica deportiva --en 1997 el Consejo Superior de Deportes destinará
150 millones de pesetas a la elaboración del censo de instalaciones-- y
también sabremos entonces qué instalaciones deportivas necesitan nuestras
ciudades para que las futuras construcciones se ajusten a esa
conveniencia y no al arbitrio localista o partidista. España es un país
con una amplia red de instalaciones, y lo que hace falta es que el
Consejo Superior de Deportes, las comunidades autónomas, las diputaciones
provinciales, los ayuntamientos, los clubes y los practicantes les demos
contenido y actividad.

En cuanto a los centros de alto rendimiento y de tecnificación deportiva,
va a ser un aspecto fundamental en nuestra política de apoyo al deporte
de élite, y se van a seguir promocionando, en este sentido, esos centros
de alto rendimiento y de tecnificación deportiva, en donde llevan a cabo
nuestros deportistas su preparación. El CSD aplicará una política de
construcción de aquellas instalaciones que por su dimensión, necesidad o
alto presupuesto deban ser objeto de su financiación, dejando que sean
los ayuntamientos y las diputaciones quienes asuman las de utilización
minoritaria, local o de menor coste.

El CSD, como ya les anuncié a ustedes, pondrá en funcionamiento durante
1997 el centro de alto rendimiento de Madrid; va a seguir apoyando los
centros de alto rendimiento y de tecnificación de Cataluña, Cantabria,
País Vasco, Andalucía, Murcia, Castilla y León y Galicia, en colaboración
con las comunidades autónomas y las corporaciones locales y va a
desarrollar proyectos de promoción de los mismos para su mejor
aprovechamiento y rentabilidad, objetivo en el que espera contar también
con la colaboración de las citadas instituciones.

Ya les anuncio, como novedad, que vamos a constituir una comisión
nacional de centros de alto rendimiento y tecnificación para coordinar e
impulsar el mejor aprovechamiento de sus instalaciones por los
deportistas, en base a programas que eviten actividades simultáneas y sin
interés en el deporte de alto nivel, todo ello con la colaboración de las
comunidades autónomas y las federaciones respectivas.

Principios generales de actuación. El Gobierno, señorías, parte de una
concepción muy clara de lo que es y debe ser la actividad deportiva en el
seno de una sociedad avanzada y democrática como la nuestra. Por eso
considero ahora imprescindible hacer hincapié en ciertos principios
básicos, que son los que determinan el talante que va a presidir la
gestión del deporte en esta legislatura, y me importa dejarlo claro
porque su enunciado será la mejor manera de clarificar las razones por
las que se producen o por las que no se producen las intervenciones de la
Administración en unas o en otras cuestiones. El talante no es un mero
atributo formal relativo a un estilo de gestión, sino la expresión de
unas convicciones políticas más profundas, y confío en que, además de ese
talante, hagamos gala del talento necesario para que el deporte español
incremente el crecimiento cualitativo y cuantitativo de estos últimos
años.

El Gobierno ha tomado partido inequívocamente por un modelo de sociedad
en el que el papel de la Administración se sitúe en los límites estrictos
que caracterizan un Estado liberal, moderno, eficaz y concebido por
voluntad propia de la soberanía nacional como descentralizado y
autonómico. En este firme proceso de devolución de protagonismo a la
sociedad y el estímulo a las iniciativas particulares, el mundo del
deporte constituye un ámbito especialmente propicio para que sean los
agentes que operan y participan en él quienes asuman plenamente sus
responsabilidades y apuesten por el desarrollo que la sociedad indique.

Queremos impulsar y servir de apoyo y estímulo a las iniciativas de la
propia sociedad que actúen como dinamizadores de la actividad deportiva
en nuestro país, que los ciudadanos expresen libremente sus preferencias
y que, como en cualquier otro ámbito de actividad, surjan y encuentren
numerosas y atractivas ofertas que den satisfacción a estas demandas
ciudadanas. Dicho en terminología deportiva, este Gobierno no quiere
ponerse otras medallas que las que sean fruto de que sean muchos y cada
vez más los deportistas y los ciudadanos aficionados que las consigan,
porque el deporte es ante todo superación, y en la medida en que la salud
deportiva de los españoles sea progresivamente más robusta y el palmarés
esté bien nutrido, habremos servido con creces a los intereses generales
del pueblo español que nos ha otorgado su confianza.

Una convicción de esta naturaleza respecto de la capacidad de iniciativa
latente en la propia sociedad implica la responsabilidad de actuar en una
doble dirección: de una parte, propiciando y estimulando todo tipo de
iniciativas que se planteen de forma realista en beneficio del deporte
español --el Consejo Superior de Deportes está y estará siempre abierto a
la sociedad, como corresponde a la que es la casa del deporte español--;
de otra, manteniendo una actividad vigilante para que el ejercicio de la
libertad y el dinamismo social de los estamentos deportivos discurra por
los cauces de convivencia y sana competitividad.

En la opinión del Gobierno, el Consejo Superior de Deportes debe ser, y
así lo está siendo bajo mi dirección, una última instancia que garantice
la legalidad, la deportividad y el buen sentido, que ha de intervenir
cuando por errores irremediables de particulares se pongan en peligro los
intereses



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generales de toda la comunidad y del deporte mismo. Cuando el Consejo
Superior de Deportes intervenga en algún conflicto lo hará, por supuesto,
respetando la legalidad vigente y poniendo su autoridad e influencia al
servicio del restablecimiento de los principios superiores que inspiran
el deporte y buscando siempre el buen entendimiento, la armonía, la
conciliación y el acuerdo entre las partes. Creo que ya he predicado con
algunos ejemplos recientes este propósito. Y, por supuesto, el Consejo
Superior de Deportes intervendrá también en el estricto ejercicio de sus
competencias defendiendo el bien común y los derechos de las minorías y
en favor del prestigio del deporte español.

Dentro del ámbito de actuación directa es tarea conscientemente asumida
por el Consejo la de aplicar el principio de subsidiariedad del Estado en
materia deportiva para promover el acceso al deporte allí donde la
iniciativa privada no se sienta atraída y sea necesario instrumentar vías
para que los ciudadanos practiquen la actividad deportiva. Vamos a
optimizar los recursos disponibles en la consignación presupuestaria para
1997, y ya quiero anunciar que no sólo se va a mantener la actividad
deportiva, sino que se va a garantizar y aumentar, como manifestamos en
nuestra comparecencia en los presupuestos.

No conviene olvidar que el deporte es una auténtica escuela de democracia
y expresión de cultura en convivencia pacífica reglada. Nuestra sociedad
avanza en el sentido de una progresiva sensibilidad hacia la
consolidación del ocio como actividad a la que dedicar una parte
creciente de nuestro tiempo, y en ello las múltiples facetas de lo
deportivo desempeñan un papel fundamental.

El deporte también como solidaridad. De otra parte, el individualismo al
que conducen ciertos estilos de vida contemporánea se ve muchas veces
amortiguado por el carácter solidario que implica el ejercicio de la
práctica deportiva, un afán de solidaridad que encuentra natural acomodo
en la conciencia que el ciudadano tiene al formar parte de
colectividades, ya sean de carácter opcional o de integración en ámbitos
locales, autonómicos o nacionales.

Este es el marco ideológico en el que el Gobierno entiende que debe
moverse en su responsabilidad de promoción del deporte, e insisto, con un
talante muy decidido de respeto y aliento a las iniciativas sociales; es
la sociedad civil la que tiene que demostrar su pujanza en materia
deportiva, y las autoridades competentes debemos reservar nuestra
capacidad de intervención para atender aquellos ámbitos donde la
iniciativa privada y social no deba, no pueda o no quiera llegar.

Rechazo de la instrumentalización del deporte. En este punto me importa
especialmente destacar la voluntad de neutralidad con que vamos a actuar,
por encima de intereses particulares, ya sean de carácter político o
territorial. Estamos radicalmente en contra de la instrumentalización
partidista del deporte. El deporte --me van a permitir SS. SS. que así lo
exprese-- afecta a la política del Estado y requiere un marco de consenso
y colaboración de todas las fuerzas políticas que haga posible prestigiar
a los deportistas españoles por encima de sus identidades políticas o de
origen. Cualquier asomo de sectarismo en la política de promoción del
deporte será radicalmente neutralizado desde la Administración. Lo
contrario implicaría una contradicción difícilmente compatible con
nuestras convicciones, principios y políticas. Si de verdad estamos
convencidos de aportar a la sociedad valores de profundización
democrática mediante la promoción del deporte en su seno, flaco servicio
le estaríamos haciendo si toleráramos o nos hiciéramos cómplices de
prácticas antidemocráticas en su ejercicio. El deporte, como ya he dicho,
lo entendemos como una escuela de democracia, su práctica discurre en el
ámbito reglado de los hábitos y las normas de comportamiento de una
convivencia pacífica en libertad, y ese llamado espíritu deportivo que el
lenguaje aplica con acierto a tantos órdenes del comportamiento tiene que
ser el eje riguroso que presida una política deportiva auténtica. La
razón deportiva, por tanto, frente a la politización.

Del mismo modo que he expuesto a SS. SS. la firme voluntad del equipo del
que soy responsable de estimular la iniciativa social como locomotora del
deporte, por idénticas razones ideológicas actuaremos decididamente en
contra de cualquier politización de las actividades deportivas. Que nadie
espere una mayor o menor generosidad en la distribución de recursos en
función del tinte político de unas u otras corporaciones o entidades.

Permítanme que les diga que actuar así va a ser y será una exigencia
personal y podría resultar en muchos casos hasta una novedad. Que nadie
piense que sus aspiraciones puedan ser desatendidas o primadas en función
de la discrecionalidad o de la afinidad política. Por el contrario, la
razón deportiva, por coherencia política, será la que prime en la
selección de criterios para orientar los recursos disponibles para la
promoción del deporte.

Esta escrupulosa voluntad de rechazo de cualquier instrumentalización de
la actividad deportiva, ya sea política, económica, territorial o de otra
índole, es un principio básico e ideológico de la política que queremos
desarrollar.

Somos conscientes de que, evitándolo, estaremos construyendo un sólido
fundamento y expectativa de futuro para nuestra democracia a través de la
actividad deportiva y colocándonos, además, en la línea de la Carta
Olímpica Internacional, de la Carta Europea del Deporte y de las
conclusiones del Congreso Olímpico del Centenario, celebrado en 1994.

Defensa de las entidades deportivas. A nadie se le oculta que el fenómeno
sociológico del deporte ha constituido siempre, y más en nuestros días,
una plataforma muy poderosa de intervención en amplísimos estratos
sociales. De ahí el riguroso y enérgico empeño del Gobierno en impedir
cualquier tipo de instrumentalización.

Tal sensibilidad respecto al riesgo de un dirigismo público indeseado
tiene también un obligado reflejo en el ámbito de la iniciativa social y
privada.

Por razones ideológicas y con idéntica energía, el Gobierno pondrá los
medios necesarios para impedir la instrumentalización o manipulación de
las entidades e instancias deportivas que actúen en el ámbito del deporte
español, instrumentalización que, tanto desde el punto de vista político,
económico o de cualquier otro signo, implica pervertir el verdadero
objeto social de su función en el marco de la actividad deportiva.




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Por todas estas razones, y en reconocimiento a la labor de estas
entidades deportivas, apoyaremos su práctica y la actividad de las
mismas.

A título de ejemplo, y sólo como apunte de cuanto he preconizado hasta
este momento de mi intervención, quisiera comentarles que se vienen
produciendo en nuestros días conflictos de intereses entre entidades y
medios de comunicación audiovisual de indudable trascendencia social.

Desde algunos focos de opinión se ha reclamado reiteradamente la
intervención de las autoridades deportivas, y algunas voces, en su
legítimo derecho de expresión, han llegado a tildar de cierta pasividad
la firmeza del Consejo Superior de Deportes en no tomar partido en un
conflicto de intereses particulares pero de una gran repercusión social.

Sus Señorías deben saber que el Consejo Superior de Deportes ha seguido
muy de cerca y sigue esta problemática y que en todo momento las partes
en conflicto han tenido abiertas las puertas y los teléfonos del Consejo
Superior de Deportes como instancia asesora y alentadora permanente de un
satisfactorio acuerdo.

Puedo asegurarles que todo nuestro esfuerzo ha estado dedicado a suavizar
extremismos, a evitar rupturas y a hacer comprender a cada parte las
razones de unas o de otras.

En más de una ocasión hemos sido transmisores de las nuevas posibilidades
de entendimiento y no nos ha agotado actuar como vehículo de nuevas
propuestas, pero hemos extremado el rigor en no inclinar la autoridad
pública en favor de unas o de otras.

Entenderán SS. SS. que no es una posición cómoda, porque la tentación
interventora alienta en cualquier responsable político preocupado por
determinadas actitudes y por la larga negociación que lleva aparejado
todo conflicto de intereses. Es la actitud consciente y responsable que
este Consejo Superior de Deportes quiere desempeñar en una sociedad y, en
concreto, en un ámbito deportivo en el que cada uno, individual o
colectivamente, debe asumir sus competencias y sus responsabilidades, y
las consecuencias que de ello puedan derivarse, aun cuando éstas pudieran
derivar en los tribunales de Justicia.

Toda nuestra actuación en este conflicto, y lo quiero reiterar una vez
más, ha estado presidida y lo seguirá estando por la defensa de la unión
del fútbol y por la potenciación de todos los estamentos que lo integran.

Honradamente creo que el paternalismo de Estado es una figura todavía hoy
arraigada en nuestros hábitos sociales, pero una sociedad madura debe
desprenderse por completo de esta ortopedia que en ningún sitio es tan
inadecuada como en el deporte.

Permítanme SS. SS. afirmar que, cuanto menor es el presupuesto del
Consejo Superior de Deportes y mayor el grado de autonomía de las
diferentes comunidades autónomas o corporaciones locales en materia
deportiva, es más frecuente la reiterada visita al Consejo Superior de
Deportes haciendo llegar demandas de construcciones, de instalaciones, de
apoyos financieros a proyectos locales, e incluso de reivindicaciones que
están perfectamente encajadas en el ámbito de las transferencias.

Quiero expresar aquí mi voluntad de rechazar esa permanente invocación al
compromiso gubernamental que en ocasiones esconde viejos hábitos, aun
siendo consciente de los riesgos que eso entraña. El Consejo Superior de
Deportes estará presente en todas aquellas políticas de interés estatal,
de reequilibrio territorial y de coordinación de política deportiva de
alta competición.

Permítanme también que concluya esta parte inicial de mi exposición, ya
quizás tan extensa, señalando un último aspecto al que concedo gran
importancia y por el que expreso mi preocupación. En el complejo mundo
del deporte hay un cóctel muy peligroso: la combinación de demagogia e
intervencionismo. De ahí el convencimiento de que la Administración
pública deportiva tiene que estar vigilante para no verse involucrada en
esa mezcla explosiva ni caer en la tentación de emularla.

Por estas razones y por nuestros propios postulados ideológicos, sabemos
que, si nos movemos en las antípodas de ese escenario, estaremos poniendo
en práctica una auténtica política de progreso para nuestro país. El
Consejo Superior de Deportes actúa y seguirá actuando en colaboración y
coordinación con cuantas administraciones tienen competencias en materia
deportiva a lo largo y ancho de nuestro país.

Quiero destacar concretamente el papel que desempeñan los municipios en
la promoción del deporte ciudadano y señalar la excelente colaboración
que el Consejo mantiene con la Federación Española de Municipios en esta
materia, centrada fundamentalmente en el desarrollo de cursos de
formación dirigidos a responsables de política deportiva, ya sean de
ámbito municipal o autonómico, y en el asesoramiento técnico de las
necesidades de cada municipio.

Las comunidades autónomas son quienes tienen la responsabilidad de los
recursos para promover la actividad deportiva en su ámbito territorial y
con ellas vamos a colaborar y coordinar para la aplicación de una
correcta política de Estado coherente con los objetivos de promoción y
desarrollo de la actividad deportiva de alto nivel.

El Consejo Superior de Deportes va a centrar también fundamentalmente su
actividad en el apoyo a las federaciones deportivas y en el impulso del
deporte español a nivel internacional. A ambos aspectos me referiré más
adelante.

Este entramado de organismos competentes en materia deportiva sitúa al
Consejo en una posición de autoridad moral como coordinador de esfuerzos
muy diversos y es su voluntad ejercerla desde el diálogo y el consenso
con todos los agentes que intervienen en actividad deportiva, permitiendo
que el Consejo sea la casa del deporte español. En estos meses hemos
abierto el diálogo con todos los estamentos deportivos y nos proponemos
intensificarlo en todas sus direcciones.

Objetivos. Con el talante descrito hasta aquí voy a exponer a SS. SS. las
principales líneas de actuación y los objetivos que nos hemos trazado
para esta legislatura. En síntesis, son los siguientes: Modificación de
la Ley del Deporte.

El primer objetivo que quiero compartir con SS. SS. es la modificación de
la Ley del Deporte. No cabe duda de



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que la experiencia de sus seis años de vigencia y la presencia de ciertos
sesgos inadecuados en su espíritu aconsejan su modificación, que pensamos
acometer teniendo muy en cuenta la opinión de todos los grupos afectados
y, en concreto, de todos los distintos grupos parlamentarios que
configuran esta Cámara.

Esta reforma de la Ley del Deporte estará inspirada en las siguientes
líneas básicas, entre otras: uno, limitar la intervención de la
Administración allá donde esté justificada, ya sea por el uso de fondos
públicos o ya por el ejercicio de potestades administrativas; dos,
acomodar el régimen jurídico de las sociedades anónimas deportivas al
general de las sociedades anónimas, limitando las excepciones a aquello
que esté justificado en razón de la especialidad de su objeto social;
tres, en línea con lo anterior, revisar el régimen de responsabilidad de
los administradores de las sociedades anónimas deportivas, armonizándolo
con el de las juntas directivas de los clubes de fútbol que aún
subsisten; cuatro, sistematizar el régimen jurídico de las infracciones y
sanciones en el ámbito deportivo; cinco, reconocer la realidad del Comité
Paralímpico surgida en estos últimos años como esfuerzo de las distintas
federaciones de discapacitados.

En función de las líneas básicas que acabo de enumerar, es propósito del
Consejo Superior de Deportes elaborar el oportuno borrador de
anteproyecto de ley para que, tras recibir las sugerencias de los
distintos sectores interesados, pueda dar lugar a un proyecto de ley a
presentar a la deliberación de estas Cortes Generales dentro del próximo
año 1997. Aspectos relativos al deporte de alto nivel, la práctica
deportiva, la seguridad en los eventos deportivos, la garantía de
autonomía de los organismos deportivos, entre otros, están reclamando
cambios en su regulación que responden a los cambios de índole
sociológica, financiera y deportiva acaecidos en el mundo del deporte
desde 1990. En este terreno, será necesario modificar algunos aspectos
sustanciales de la regulación de las sociedades anónimas deportivas para
adaptarlas a las restantes sociedades anónimas y lograr, como finalidad
principal, que los errores de los administradores, gestores y
responsables de las sociedades, no perjudiquen en lo posible los
intereses deportivos generales ni los de las aficiones respectivas y para
que, en todo caso, las sanciones que se hayan de imponer penalicen a sus
responsables pero no a los intereses generales.

En este sentido, conocen SS. SS. que, ya a finales del pasado mes de
julio, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto, a propuesta de la
Ministra de Educación y Cultura, que ha impedido que, como sucedió a
principios de agosto de 1995, un incumplimiento de carácter económico por
parte de los directivos de club fuera sancionado, en detrimento de los
intereses del mismo club y de sus respectivas aficiones. La aprobación de
este real decreto era un imperativo de justicia y de sentido común que el
Consejo Superior de Deportes quiere generalizar y se produjo una vez que
el propio Consejo Superior de Deportes tuvo la certeza de que, a
instancias de la Administración, los clubes y las sociedades anónimas
deportivas hubieran regularizado sus deudas con el Ministerio de Hacienda
y la Seguridad Social y cumplido otros requisitos que exige la Ley del
Deporte ante la Liga de Fútbol Profesional.

Este real decreto restableció la primitiva redacción de la Ley del
Deporte en esta materia y derogó el que, con fecha 24 de marzo de 1995,
trataba de vincular la sanción deportiva con el incumplimiento
administrativo y de gestión, y cuya aplicación originó el conflicto con
las aficiones de ciudades españolas. Fueron entonces los propios clubes
los que ofrecieron una solución al conflicto, invalidando el objetivo
perseguido por la administración deportiva de entonces, que, pese a
quedar de esta manera desautorizada, mantuvo en vigor la norma durante
diez meses más. He aquí un perfecto ejemplo de intervencionismo deportivo
mal entendido. El citado real decreto se demostró de imposible
cumplimiento y, por tanto, ineficaz y fruto de un absurdo dirigismo
deportivo.

La modificación de la Ley del Deporte debe también proceder y abordar el
desarrollo de artículos concretos referidos al control, prevención y
represión del dopaje, de acuerdo con los objetivos nacionales y con los
compromisos internacionales suscritos por España.

Reforma del sistema de titulaciones. Durante los últimos años, en España
se han alcanzado niveles de equipamiento deportivo y se han puesto en
marcha planes de planificación y tecnificación deportiva cuyos resultados
están siendo percibidos y valorados por los ciudadanos, según refleja la
última encuesta sobre los hábitos deportivos realizada en 1995. Sin
embargo, el sistema y las estructuras de formación de los técnicos
deportivos se mantienen sin cambios fundamentales desde hace ya muchos
años. Esto pone de manifiesto el desequilibrio existente entre los tres
pilares básicos del desarrollo deportivo: las infraestructuras y los
equipamientos, los programas de planificación y tecnificación deportiva,
y la formación de los técnicos deportivos. Por ello, se hace conveniente
la regulación e implantación de las enseñanzas oficiales de técnicos
deportivos, de forma que se dé una respuesta adecuada a la demanda social
presente y futura, que los técnicos deportivos puedan asumir las
responsabilidades profesionales y adaptarse a los cambios de futuro, y su
formación se sitúe en el contexto y a la altura de los países más
desarrollados.

En este sentido, el Consejo Superior de Deportes se propone desarrollar
el artículo 55 de la Ley del Deporte en el marco del sistema educativo y
del sistema de enseñanzas oficiales del ámbito de la actividad física y
del deporte, dotando a los títulos de valor académico y profesional, para
que sirvan de referencia en el sector y como factor estructurante del
mercado laboral. También se propone estructurar las enseñanzas atendiendo
a las peculiaridades formativas y las diferencias existentes entre las
muy variadas modalidades deportivas, garantizar su adaptación a las
directivas europeas, que aseguren el reconocimiento de títulos y la libre
circulación de profesionales por la Unión Europea, asegurar el
procedimiento de convalidaciones y homologaciones de las formaciones
federativas actualmente existentes y, por último, facilitar una
implantación realista, progresista y económicamente viable.

Confío en que a lo largo de 1997 y quizá en el primer período de la
legislatura pueda darse por finalizado el proceso



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de estudio y aprobación de estas enseñanzas correspondientes a las
distintas titulaciones de especialistas y técnicos en actividades
deportivas.

Deporte escolar y universitario. En este tema, señorías, me referiré a
dos actuaciones en el terreno educativo de una gran importancia. El
Consejo Superior de Deportes considera un objetivo prioritario el fomento
del deporte escolar, ya que el entorno natural donde el niño crece y
empieza su actividad deportiva está en el colegio.

En cuanto al plan de extensión de la educación física en los centros
escolares, en el que ya se acumula un retraso de varios años, el Consejo
Superior de Deportes va a ir complementando y avanzando en la
construcción de estas instalaciones previstas durante 1997. Por ello, y
dentro de las disponibilidades presupuestarias, el Consejo tiene previsto
invertir en 1997 más de 1.400 millones de pesetas en módulos escolares
deportivos distribuidos entre las comunidades autónomas incluidas en el
Plan MEC. Todo ello sin perjuicio de la materialización de las
transferencias en materia educativa y según el calendario previsto de las
mismas. También les quiero anunciar que, tan pronto como las dotaciones y
condiciones presupuestarias lo permitan, propondremos a las comunidades
autónomas la creación de un nuevo plan destinado a la construcción de
nuevas instalaciones deportivas, en este caso de piscinas cubiertas, que
permitan no sólo a toda la población escolar en horario lectivo, sino
también al resto de los ciudadanos, el fomento y la práctica de la
natación.

Asimismo, el Consejo Superior de Deportes se propone poner en
funcionamiento una iniciativa estatal, en colaboración con las
comunidades autónomas y las corporaciones locales, para promover y
difundir el deporte escolar y universitario nacional e internacional,
dándole la cobertura necesaria de organización, de prestigio y de
calidad. Se trata, en definitiva, de que la organización de las fases
finales de los campeonatos escolares y de la juventud sirvan también de
escenario a una gran manifestación cultural y educativa para la promoción
del deporte de base.

En relación con el deporte universitario, el Consejo Superior de
Deportes, a través del Pleno del Comité Español de Deporte Universitario,
desarrollará una política deportiva universitaria que va a permitir
potenciar esta práctica en la universidad. En este sentido, se celebrarán
los campeonatos de España universitarios, los torneos interuniversitarios
y las ligas universitarias. Los deportistas universitarios clasificados
asistirán a las Universiadas, que en enero de 1997 tendrá lugar en Corea
y en el verano probablemente en Sicilia, y asimismo será el Consejo quien
haga la selección de los deportistas que concurrirán a los campeonatos
del mundo de 1998. El Consejo fomentará y apoyará, en colaboración con
las universidades, la creación de programas de tutoría para deportistas
de alto nivel del ámbito universitario, para que les permitan compaginar
los estudios con el calendario deportivo.

Por último, el Consejo Superior de Deportes apoyará y colaborará en la
celebración y el éxito organizativo y deportivo de la Universiada de
Palma de Mallorca, garantizando el máximo nivel de los deportistas que
representarán a España. En este sentido, quiero recordarles que durante
1997 vamos a destinar a las infraestructuras universitarias deportivas
más de 420 millones de pesetas y 216 millones de pesetas para actividades
nacionales de este deporte universitario.

En cuanto a la prevención de la violencia en el deporte, quiero
manifestar ante SS. SS. nuestra preocupación por conseguir que las
conductas de deportistas y responsables deportivos, que tanta repercusión
tienen en la opinión pública, se acerquen al máximo a los ideales de
caballerosidad, nobleza, rectitud, generosidad y grandeza, que se asocian
siempre con el deporte como actividad humana. No siempre esto,
desgraciadamente, es así, y creo que es obligación de todos contribuir a
que no se den espectáculos deplorables, que, por desgracia, ensucien en
ocasiones la imagen del deporte.

El Consejo Superior de Deportes está firmemente decidido a erradicar la
violencia de los terrenos deportivos y la intolerancia de los despachos
y, con este propósito, ha instado y seguirá instando al Comité Español de
Disciplina Deportiva y a la Comisión Antiviolencia para que extremen su
rigor ante cualquier exceso de conducta o actitudes de los responsables
deportivos y velen por la seguridad en los estadios y terrenos
deportivos, que deben ser también, y fundamentalmente, responsabilidad
que asuman los clubes y las sociedades anónimas deportivas. No podemos
permitir que los fuertes intereses económicos que rodean al mundo del
deporte profesional den pábulo a la entronización de conductas
insolidarias e impropias de quienes encarnan ante la sociedad valores
morales tan importantes como los del deporte.

Pemítanme también, señorías, que les anuncie brevemente la elaboración de
un real decreto sobre homologación y normalización de los equipamientos
en las instalaciones deportivas, que confío que esté redactado y listo
para su aprobación también durante el año 1997, después de haber sido
coordinado, consultado y consensuado con las comunidades autónomas y
oídos los organismos de Aenor y asociaciones de fabricantes de material
deportivo. En este sentido, la próxima semana tendrá lugar un encuentro
con estas asociaciones para ir avanzando en el desarrollo de este real
decreto.

Deporte y lucha contra la droga. La colaboración del deporte en la lucha
contra la droga se ha demostrado como un medio eficaz y disuasorio de esa
lacra social. Por ello, desde nuestra llegada al Consejo Superior de
Deportes hemos promovido la coordinación de las distintas fundaciones y
asociaciones que utilizan el deporte y los deportistas con ese loable
fin, al objeto de coordinar sus iniciativas, sumar esfuerzos y captar
recursos de patrocinadores públicos y privados.

Nuestro objetivo ya se ha visto culminado en un principio con la
satisfacción de que por Su Majestad la Reina se aceptara la presidencia
de honor del convenio firmado el pasado 8 de octubre entre todas las
instituciones, fundaciones, Comité Olímpico Español y Plan Nacional
contra las Drogas, y ya ha comenzado a estudiar proyectos de cooperación
conjunta que ofrezcan una imagen de unidad, eviten iniciativas paralelas
y obtengan apoyo y reconocimiento de instituciones de ámbito
internacional.




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Confiamos, señorías, en que este convenio impulse la gran labor realizada
por todos estos movimientos para ayudar a la resolución de uno de los
problemas más acuciantes de la sociedad española y que tiene en la precoz
y juvenil práctica deportiva y en la mentalización de educadores en las
escuelas a uno de sus más duros y difíciles enemigos.

Investigación y desarrollo médico-deportivo. Desde hace muchos años
España está comprometida con la lucha contra el dopaje como práctica
vejatoria del resultado de toda competición deportiva y que atenta a la
salud de los deportistas a través de acciones tanto educativas como
contraladoras. Por ello, el Consejo Superior de Deportes considera
prioritario mantener, apoyar y potenciar su laboratorio de control de
dopaje, que goza de merecido prestigio internacional por el rigor y la
seriedad de sus estudios y análisis. En este sentido, apoyamos la
promoción de centros especializados en investigación y desarrollo de
medicina deportiva, y puedo decir a SS. SS. que el Consejo Superior de
Deportes ha hecho en estos cinco meses de 1996, los que llevamos en la
dirección del Consejo, un importante esfuerzo presupuestario para la
adquisición de un nuevo instrumento de alta tecnología, un espectómetro
de masas de alta resolución, requerido por el Comité Olímpico
Internacional y que sitúa nuestro laboratorio de Madrid entre los
primeros de control de dopaje mundial en cuanto a instrumentación
analítica y como uno de los centros homologados en todo el mundo para la
práctica de pruebas de control de rendimiento y antidoping en los
deportes de alta competición.

Pensamos continuar en esta línea de favorecer la investigación y la
aplicación de nuevas tecnologías al deporte, porque es uno de los métodos
más eficaces para favorecer el control de los programas de entrenamiento
y la mejora sistemática de las técnicas que se aplican en los planes de
preparación. Como ya informé a SS. SS. en mi intervención en las
comparecencias de presupuestos, pensamos destinar el próximo año 123
millones de pesetas para gastos e inversiones en el CNID, de los que más
de 40 se destinarán a universidades para proyectos I+D.

Alta competición y Programa ADO. Los excelentes resultados que viene
reportando el programa de asociación de deportes olímpicos para la
preparación de nuestros deportistas de alta competición y que han tenido
su feliz culminación en los éxitos conseguidos en los juegos olímpicos de
Barcelona y Atlanta son un estímulo para renovar y mejorar este plan de
apoyo al trabajo y al duro entrenamiento de nuestros deportistas de alta
competición. Por ello y para ello, el pasado mes de septiembre procedimos
a constituir la nueva junta directiva y estoy en condiciones de afirmar
que habrá un Plan AD0 2000, que en 1997 destinará más de 1.000 millones
de pesetas a la alta competición, para que nuestros deportistas cuenten,
ante la cita olímpica de Sidney, con el respaldo económico del patrocinio
público y privado, que se ha demostrado, señorías, como un espléndido
complemento del que presta el Consejo y nuestras federaciones deportivas.

A todos ellos quiero significar desde esta Cámara el agradecimiento de la
sociedad española, y muy especialmente a Televisión Española, cuyo
esfuerzo en el seno del ADO es ejemplar, ya que ella es quien brinda a
los patrocinadores su merecida compensación. También quiero resaltar la
colaboración que el COE ofrece al Plan ADO.

El Consejo Superior de Deportes comparte el proyecto y el compromiso del
Ministerio de Educación y Cultura de llevar a cabo en esta legislatura la
revisión de la Ley de Fundaciones y del Mecenazgo, para que, cuando las
circunstancias lo permitan se facilite al máximo la participación de
empresas y particulares en la financiación de las actividades deportivas.

Apoyo a las federaciones. El Consejo Superior de Deportes tiene muy claro
que su función, su marco de actuación y su trabajo se realiza
fundamentalmente a través de las federaciones deportivas y se financia
con dinero del contribuyente, que tenemos la obligación de administrar
con fidelidad, buscando que su esfuerzo se destine a aquellos fines de
educación, cultura y representación internacional que la sociedad nos
encomienda y nos reclama, y no para el saneamiento de empresas privadas a
las que ya se ha dotado del marco legal conveniente.

Las distintas federaciones deportivas van a seguir encontrando en el
Consejo Superior de Deportes el apoyo económico y técnico necesario y
suficiente para realizar sus actividades de promoción, organización y
fomento del deporte, al objeto de que los deportistas y los técnicos
puedan seguir desarrollando su actividad deportiva como dignísima tarea
de representar internacionalmente a España en cuantas competiciones
deportivas participen y para que, finalmente, puedan cumplir su labor
esencial de apoyo al deporte de élite, que es el motor psicológico y
moral del deporte como escuela de superación. Por este concepto, y
durante 1997, el Consejo aplicará a ellas gran parte de los 9.000
millones de pesetas destinados al deporte federado y de alta competición.

Nuestro respeto a la autonomía de las federaciones será completo, pero
también será atenta y exigente nuestra vigilancia para que ni una sola de
las pesetas que salen del esfuerzo de los contribuyentes dejen de cumplir
exclusivamente su función. Las subvenciones a las federaciones se darán,
señorías, con un objetivo finalista y de acuerdo a programas específicos,
no para financiar gastos innecesarios. Desde el Consejo Superior de
Deportes también llevaremos a cabo programas de apoyo, colaboración y
asesoramiento, para la obtención de patrocinios que permitan a las
federaciones mejorar sus recursos propios.

En cuanto a las candidaturas a sedes olímpicas y grandes eventos
deportivos, el Gobierno ya ha hecho pública manifestación de su apoyo
total a la ciudad de Sevilla para que obtenga su proclamación como sede
olímpica en los Juegos del año 2004. En este sentido, el pasado 28 de
junio el Consejo de Ministros tomó el acuerdo de respaldar la candidatura
de esta ciudad española y varios departamentos ministeriales se han
comprometido a garantizar distintos aspectos de la organización de tan
importante acontecimiento deportivo.

El Consejo también prestará su apoyo a aquellas iniciativas que se hayan
presentado o se presenten por las distintas ciudades españolas para
concurrir a la nominación como sede de alguno de los grandes eventos
deportivos internacionales,



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como es el caso de la Universiada de Baleares, cuyas infraestructuras
deportivas están garantizadas en colaboración con las restantes
instituciones locales y autonómicas. Naturalmente, ese apoyo estará
condicionado a la exigencia de la austeridad presupuestaria y, por otra
parte, a la conveniencia e interés deportivo.

Quiero referirme también al esfuerzo que el Consejo va a realizar para
incrementar la cooperación internacional mediante la firma de convenios
que contribuyan al prestigio del deporte español y a nuestra imagen
internacional. España es deportivamente un país en alza y nuestros
técnicos y deportistas son reclamados por muchos países para que impartan
sus conocimientos dentro de los acuerdos deportivos que se firman cada
año. El Consejo va a cooperar con los países de nivel inferior al
nuestro, básicamente los de Iberoamérica, cumpliendo con su compromiso de
ayudar a su desarrollo y trasladando nuestra experiencia y nuestro modelo
de gestión. Con ello, se firman calendarios de colaboración cuyo grado de
cumplimiento está siendo alto. Al mismo tiempo, con aquellos países con
un similar o superior nivel firmaremos calendarios de intercambio para
recibir las enseñanzas teóricas y prácticas que nos permitan conocer
nuevas técnicas de entrenamiento, un mejor aprovechamiento de la
aplicación deportiva de los nuevos materiales y de todo cuanto redunde en
el progreso deportivo, organizativo y tecnológico de nuestros deportistas
de alta competición. En estos momentos, el Consejo mantiene convenios de
intercambio y cooperación deportiva con veintisiete países, de los que
diez son de nuestro entorno europeo, trece de Iberoamérica y tres de
Africa, Asia y Oceanía.

Por otra parte, en cuanto a nuestra presencia en los distintos foros y
organismos internacionales, el Consejo pertenece al Comité de Desarrollo
del Deporte del Consejo de Europa, ostenta la presidencia del Comité para
la prevención de la violencia y del grupo de Europa del sur en el Bureau
del Consejo de Deportes del propio Consejo de Europa, participando
activamente en otros comités, como es el del control del dopaje. El
Consejo ya ha ratificado los convenios europeos contra la violencia y el
deporte. Recientemente, el Consejo ha organizado en Madrid un seminario
sobres descentralización deportiva, destinado a los países del este de
Europa, dentro del Programa Sprint, de apoyo a estos países.

Dedicaré finalmente, señorías, una breve mención a un proyecto que el
Consejo viene estudiando con especial cariño y que creo que puede ser una
importante contribución a la cultura deportiva de los españoles y a la
extensión de los valores del deporte en la sociedad española. Me refiero
al proyecto de un museo del deporte en la ciudad de Madrid, para lo cual
ya se ha dirigido la Ministra de Educación y Cultura al alcalde de la
capital, confiando en que, en los primeros meses de 1997, avancemos en la
firma de un documento que haga posible el inicio de este proyecto.

Concebimos el museo del deporte como un escenario formativo y de
distracción, en el que los visitantes, especialmente los niños, puedan
conocer la historia del deporte español, asistir a exhibiciones de
deportistas, ver películas de acontecimientos históricos y contemplar una
significativa colección de objetos y recuerdos de grandes deportistas.

A disposición de todos los visitantes pondríamos, entre otras cosas, la
importante colección artística de la que es titular el Consejo y un
archivo visual, digitalizado e interactivo, de la memoria del deporte
español. Deseamos que el museo se convierta en el gran centro difusor de
la cultura deportiva en España y en uno de los primeros de Europa.

Recursos. No es un secreto para nadie que estamos ante una situación
histórica, en la que la primera necesidad nacional nos obliga a una
política de austeridad para no poner en riesgo del objetivo común de
reducción del déficit público, destinado a que España pueda cumplir con
las condiciones de convergencia con la Unión Monetaria Europea para
ingresar en el grupo de los países europeos de primera fila. Este
objetivo va a obligar a todas las administraciones a realizar un ajuste
en sus presupuestos y de él no va a estar ajeno el deporte, pero, como ya
manifesté en mi reciente comparecencia ante esta misma Comisión el pasado
16 de octubre, el proyecto de presupuestos del Consejo Superior de
Deportes es suficiente para mantener la actividad deportiva en el primer
año del ciclo olímpico. Es también riguroso, ya que van a ser
administrados con transparencia y con el objetivo de defender cada peseta
del contribuyente español.

Si la Administración debe garantizar siempre el buen uso, la rentabilidad
y la eficacia de los fondos públicos, en este momento de austeridad esta
exigencia cobra la importancia de un imperativo ético de primer orden.

Estoy convencido de que, con la colaboración de todos, podremos mantener
la actividad deportiva y estimular nuestra capacidad de búsqueda de
fondos privados para ese patrocinio.

También quiero anunciar que, por disponer de limitados recursos y gracias
a una mejor gestión, vamos a reducir, en primer lugar, nuestros gastos
corrientes. En este sentido, a título de ejemplo, el Consejo va a
proceder a una remodelación de su estructura orgánica suprimiendo altos
cargos y amortizando todos aquellos puestos de trabajo vacantes que no
son estrictamente necesarios para el cumplimiento de sus fines.

No quiero reiterar aquí el debate que hace unos días mantuvimos sobre los
presupuestos del Consejo Superior de Deportes y, por ello, les remito a
las cifras que entonces ofrecí sobre los mismos. En aquellos momentos, ya
anunciamos que más de 9.000 millones de pesetas estaban destinados a la
actividad deportiva y más de 4.000 a inversiones e infraestructuras.

Vamos a continuar colaborando con el Ministerio de Educación y Cultura en
los programas de obras en los centros escolares y universitarios, a los
que en 1997, como ya les dije, destinaremos más de 1.420 millones y 430,
respectivamente, de esos 4.000 previstos para la inversión. Mantendremos
el criterio de interés deportivo para seguir promocionando la actividad
de las distintas especialidades a través de las federaciones y de los
programas universitarios y de carácter escolar, así como la integración
de las personas discapacitadas, a cuyas federaciones destinaremos al
menos 100 millones de pesetas.

Señorías, quisiera subrayar ante ustedes que nos encontramos en un
momento de auténtica ebullición del



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mundo del deporte profesional en todo el mundo y muy especialmente en
España, donde en concreto el fútbol y el deporte profesional han vuelto a
cobrar gran trascendencia social.

Destacaré a este respecto algunas reflexiones que entiendo significativas
y que nos indican claramente cuál es la situación en la que nos
encontramos. En primer lugar, la conmoción producida en el deporte
profesional como consecuencia de la sentencia de la Corte Europea de
Justicia sobre el llamado caso Bossman aún no ha cesado y ha permitido
que los clubes profesionales se hayan reforzado con jugadores
comunitarios de tanta calidad que se ha hablado, sin duda con fundamento,
de que las ligas españolas de fútbol y del resto de los deportes
profesionales sean consideradas como las más importantes y competidas del
mundo. No cabe duda de que el fútbol, con la explosión sufrida en sus
derechos de imagen y su repercusión, pasa ya a ser más considerado como
un espectáculo que como un deporte. En este sentido, nuestro objetivo es,
respetando los beneficiosos efectos de la sentencia Bossman, tratar de
preservar la pujanza de las selecciones nacionales para que no disminuya
su competitividad.

El Consejo Superior de Deportes en todo momento ha mantenido un contacto
personal e institucional con todas las ligas y los presidentes de estas
federaciones de deportes profesionales para, en comisiones creadas con
ellos, la discusión de todos estos extremos. Muy recientemente, el
Consejo Superior de Deportes ha propuesto y ha creado dos comisiones con
la Liga de fútbol profesional, una jurídica y otra económica, para
estudiar posibles modificaciones de su marco legal y otros aspectos
económicos, teniendo siempre presente su interrelación con la existencia
del actual plan de saneamiento.

En otros deportes profesionales, como en el balonmano, el Consejo
Superior de Deportes ha impulsado una comisión de seguimiento junto con
la Federación, la Asociación de clubs y la Asociación de jugadores, cuyo
objetivo es evaluar la introducción de criterios profesionales en esta
competición. Ya se han mantenido reuniones con el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, al objeto de dar cobertura, en el menor plazo posible,
a aquellos deportistas vinculados por una relación laboral.

Como en todo año olímpico, quiero decir que se están celebrando en estas
fechas procesos electorales en las distintas federaciones y ello motiva
que se produzca el lógico debate interno en su seno. El Consejo Superior
de Deportes ha permanecido, y va a permanecer, neutral en las lógicas
aspiraciones de unos y otros candidatos pero, a través de la Junta de
Garantías Electorales, velará por el cumplimiento de la normativa
electoral y por su democrático resultado.

Ya concluyo. La política deportiva ha de saber conjugar la iniciativa con
la demanda social, de manera que contribuya a que las fuerzas que se
despliegan en el mercado del deporte consagren su valor como escuela de
virtudes públicas y se consiga que los fines culturales del deporte
puedan redundar en beneficio de toda la sociedad en su conjunto. Por eso,
haremos cosas que se tienen que hacer cada día, propondremos metas de más
largo plazo y trataremos de acertar con el programa de preparación
adecuado en cada momento.

El deporte no puede entenderse como una parcela aislada de la realidad
social de la comunidad. La evolución de las ideologías y su correlativa
plasmación en los estilos de vida contemporáneos trascienden a todos los
ámbitos de la sociedad y afectan, por lógica, a un fenómeno de masas y de
élites tan característico de nuestra época y tan motivador de
comportamientos como es la actividad deportiva en sus múltiples facetas y
dimensiones.

Permítanme que, en un día como hoy, recuerde aquella histórica frase de
un presidente norteamericano, preguntándome yo también lo que, en primer
lugar, yo mismo y todos podemos hacer por el deporte, porque el Consejo
Superior de Deportes ha venido a servir al deporte y no a servirse de él.

Si todas las fuerzas políticas aquí representadas estamos de acuerdo en
que el deporte es, además, fuente de salud y bienestar social,
convengamos en que toda posible discrepancia habrá de centrarse
necesariamente en el papel a desempeñar por las diferentes
administraciones con competencias en materia deportiva, en los criterios
de distribución de los recursos disponibles, en el establecimiento de
prioridades y de objetivos, en la mayor o menor importancia que se dé, o
se quiera dar, a la regulación de su práctica, tanto a nivel público como
privado, y, por último, en la manera de valorar y promover la función que
el deporte como tal ejerce en la configuración de las identidades
colectivas de los ciudadanos. Estoy seguro de que el deporte español
puede contar con el estímulo y, cuando lo estimen oportuno SS. SS., con
la crítica de esta Cámara, que nos representa a todos.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE. Muchas gracias, señor Secretario de Estado.

A continuación, van a intervenir los grupos parlamentarios, para fijar
posición, formular preguntas o hacer las observaciones que tengan por
convenientes, empezando lógicamente aquellos que han solicitado la
comparecencia.

En primer lugar, por el Grupo Federal Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra doña Inés Sabanes.




La señora SABANES NADAL: Quiero agradecer, primero, la voluntad de
transparencia. Desde luego, por parte de nuestro grupo, recogemos y
agradecemos su oferta de diálogo para los cambios y reformas que se van a
producir en breve en el sector del deporte. En las reformas de futuro
sería muy importante seguir con las líneas de consenso con las que se ha
venido trabajando anteriormente.

Se ha referido a la futura reforma de la ley y, uniéndolo con la
intervención que ha efectuado sobre el talante de la gestión deportiva y
con la no intervención en el caso de conflictos que se han generado y que
son de una enorme importancia para nuestro grupo (ya lo hemos preguntado
en alguna ocasión y hemos obtenido respuesta), pensamos que los
conflictos actuales que se producen entre el deporte profesional y las
retransmisiones de televisión tienen una enorme repercusión. Entendemos
que no se debería de



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confundir la no intervención con no asumir responsabilidades que están
teniendo fuerte impacto y múltiples efectos, no sólo en el sector
deportivo profesional sino en el resto del sector deportivo, que, nos
guste o no, por el sistema deportivo de este país, que es mixto, está
afectado.

En este país no se puede separar el deporte profesional del resto, entre
otras cosas porque al deporte profesional se accede por un sistema de
ascensos y descensos, según lo regula la Ley del Deporte. Por tanto, ésa
es la primera vinculación que el deporte profesional tiene con el resto
del sector, de tal forma que un club puede estar un año en la liga
profesional y al año siguiente no, haber adquirido una situación
económica en el circuito profesional y es imposible que al año siguiente
asuma alguien los compromisos económicos. Todos sabemos en la actualidad
quién los está asumiendo de forma indirecta y realmente desequilibrada:
en muchas ocasiones, los ayuntamientos. A menudo los ayuntamientos
compran acciones de los clubes profesionales, tratan de paliar sus deudas
y sabemos de dónde detraen las partidas para recuperar ese deporte
profesional venido a menos; lo detraen el resto del sector deportivo. Por
tanto, hoy, y como está regulado, no se puede separar. Esto no es la NBA
en donde está perfectamente diferenciado el sector profesional del resto
del sistema. Por eso, no podemos obviar esa interrelación en los
análisis.

Nuestro grupo entiende que el conflicto de la retransmisión de las
televisiones es el origen de una fuerte evolución en el sector deportivo,
una evolución compulsiva dirigida fundamentalmente por intereses de la
patronal del sector deportivo y por intereses externos al deporte, como
en este caso son las televisiones y, desde luego, con un nivel ínfimo de
participación de los otros componentes del sistema, como son jugadores,
árbitros, deportistas y otras categorías.

Tiene unos efectos económicos muy importantes en lo que ya hemos
apuntado, porque al final la deuda se difiere a otras administraciones.

Cito los casos del Sabadell, del Lleida, del Getafe (Madrid), por apuntar
ejemplos de quiénes se están haciendo cargo, en definitiva, de
determinadas deudas de este sector. Yo le he pedido, y le reitero, su
atención, porque he comprendido, siguiendo sus palabras, que es posible
la intervención cuando se pongan en peligro principios superiores que
inspiran al deporte, como creo que sucede en este caso. Todo el mundo
entiende que incide mucho en otros sectores económicos: bares,
cafeterías, de la cultura, etcétera, que están reivindicando una medida,
porque les está afectando la transformación compulsiva del deporte
profesional que se ha generado por un conflicto de retransmisiones de
televisión en este momento.

Quería reseñarle también que tiene importantes riesgos financieros. En
este momento nos hemos situado en 26.000 millones aproximadamente en
fichajes, cuya seguridad económica para asumir estos pagos recae --es muy
importante no olvidarlo-- en un fondo de apuestas deportivas del Estado.

Es enormemente importante saberlo. Cuando uno se permite el lujo de
gastarse ese dinero de alguna manera piensa que tiene un remanente, un
fondo de seguridad económica que recae precisamente en apuestas. Hay que
ser absolutamente riguroso con este tema porque sabemos a dónde conducen
otras experiencias, como el boxeo profesional americano. Cuando se juntan
las apuestas deportivas con ciertas situaciones económicas se crean
problemas de enorme complicación.

Evidentemente, ha tenido y tiene efectos deportivos: autorizar partidos
los lunes; la modificación de horarios o la crítica generalizada de otro
sector que no es la patronal pero que importa, como son los entrenadores
o los propios jugadores en cuanto a la modificación horaria que causó
enormes problemas en otro conflicto y, sin embargo, ahora parece que no
pasa nada porque se modifiquen los horarios y el esfuerzo de los
jugadores. Nuestro grupo entiende que están primando intereses externos y
económicos frente a los deportivos.

En ese contexto nosotros le reiteramos nuestra idea de que, no estando de
acuerdo con usted en que el intervencionismo ha de ser un talante de
actuación, y menos en ese sector, el Consejo Superior de Deportes tiene
que efectuar la tutela, debe proteger y dar seguridad en este tema que se
está poniendo en cuestión con estas actuaciones que estamos viviendo. Por
otra parte, deseo alertar sobre lo que la combinación de todos estos
elementos puede significar en un futuro. Compartimos con usted que es un
sector que necesita reformas, que la actual Ley de Deporte no recoge esta
serie de elementos nuevos y, por tanto, habrá que regularlo de otra
manera, pero también advertimos que la reforma se está haciendo al margen
de lo que aquí estamos hablando, por intereses de otro tipo de
negociaciones.

Al hilo de su información, me gustaría preguntar respecto a las
comisiones jurídicas y económicas que se han puesto en funcionamiento con
la Liga y su interrelación con el plan de saneamiento, que nos parece
bien, cómo se ha negociado la modificación de la ley de acompañamiento de
los presupuestos en la que cambia la tributación para los derechos de
imagen. Evidentemente es una reforma que se hace para el deporte
profesional, que va a significar un menor nivel de tributación y pondrá
en cuestión una posible nueva deuda, no del plan de saneamiento, que se
está valorando, que se cifra en 10.000 millones, que ya acumula otra vez
el fútbol profesional en este caso.

A nuestro grupo le gustaría que la reforma de ese sector volviera a su
cauce, volviera a impulsarse desde el Consejo Superior de Deportes y en
él se evaluara y se pudiera introducir finalmente una reforma con
elementos de mayores niveles de progreso que la que se está dando de esta
forma tan compulsiva.

En otro orden de cosas, sobre la referencia que ha hecho a la violencia
en el deporte, sólo quiero hacer un apunte, porque tiene relación con ese
sector. Todos los expertos que han estudiado este tema en profundidad,
sobre todo en el ámbito inglés que es donde ese fenómeno ha sido más
relevante, concluyen que no se corrige únicamente desde los mecanismos
tecnológicos y desde la seguridad. Todos concluyen que es de una enorme
importancia el nivel de participación y conexión que todo el entramado
(socios, espectadores) tenga con los clubes para trabajar en el futuro.

Creo que aún no hemos desarrollado el sistema de participación, porque
está vinculado por otros motivos.




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En cuanto a la reforma de las titulaciones, compartimos la necesidad de
desarrollar el decreto sobre titulaciones de técnicos deportivos. No me
ha quedado claro si sobre el decreto de 1994, que habría que desarrollar,
se prevé alguna reforma, por lo que le ruego que me conteste.

Quedaría hacer una evaluación de cómo ha afectado la reforma educativa a
las titulaciones deportivas. Aparte de saber si se va a desarrollar,
habría que afinar más el marco de competencias entre las diferentes
titulaciones en la actualidad, teniendo en cuenta que hay titulaciones
superiores, titulaciones de maestros especialistas, de técnicos
deportivos y ciclos de formación profesional que están creando alguna
disfunción en competencias entre unos y otros. Habría que incidir
bastante en ese concepto, teniendo en cuenta que es un sector económico
emergente, adecuándolo a las directivas europeas.

Quiero hacer un matiz respecto al deporte de élite y alta competición.

Con independencia de lo que se prevea --porque habrá que hacer reformas y
nos sumamos a la posibilidad de que los grupos parlamentarios puedan
formular algunas propuestas--, nos preocupa en este momento una cierta
desprotección que asiste a los deportistas de élite menores de edad.

Ellos están excluidos de las normativas de protección de trabajo a
menores por su propia actividad en las directivas europeas, el deporte
está excluido de aquello que protege a los menores a nivel de trabajo,
pero hay que compensarlo con un sistema que les proteja de una
explotación, entre comillas, o de una vinculación perjudicial para la
salud física o psíquica pendiente de unos resultados. Me estoy refiriendo
--ya lo habrá observado-- a aquellos deportes de especialización temprana
o que tienen una gran carga de trabajo, como natación rítmica, deportiva,
etcétera, que han sido noticia. Porque conozco las peculiaridades de los
deportes de los que estamos hablando y las actuaciones de las
federaciones, no quiero entrar en el conflicto, sino apuntar que respecto
al deporte de élite los aspectos de protección futura están contemplados
legislativamente en el sistema educativo e incluso tienen algunas
ventajas, sin embargo, no lo están los relacionados con la salud física o
psíquica durante la actividad y esto adquiere una gran importancia cuando
hablamos de deportistas menores de edad.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergéncia i Unió), tiene la
palabra el señor Burballa.




El señor BURBALLA I CAMPABADAL: Señor Secretario de Estado, hemos
escuchado con mucho interés su exposición y agradecemos la franqueza y la
energía, en ciertos aspectos, sobre todo en aquellos que hacen referencia
al respeto por lo que significa el deporte en sí mismo y a la valoración
de quienes deben ser verdaderamente los protagonistas del hecho
deportivo, especialmente cuando usted ha hecho referencia a las medallas
que no debe colgarse la Administración y que sólo deben colgarse los
deportistas, las entidades o todo el sector que mantiene vivo el mundo
del deporte.

Señor Secretario de Estado, nuestro grupo también ha tomado buena nota en
esta misma filosofía de ese aspecto tan importante que usted ha expresado
respecto a la posición que debe tener el Consejo Superior de Deportes en
la Administración, que debe ser una posición de coordinación de
esfuerzos, de no actuar más que en aquellas políticas que sean de interés
estatal y de reequilibrio territorial. A nuestro grupo estas frases le
suenan francamente bien, señor secretario de Estado, añadiendo a esas
posiciones el diálogo y el consenso. En ese camino nos vamos a encontrar
siempre, en una línea ya marcada en la relación de nuestro grupo con la
Administración, en este caso con la Secretaría de Estado y el Consejo
Superior de Deportes, que desearíamos que continuara en la línea de
colaboración y diálogo, como en tiempos pasados y recientes.

El nivel alcanzado por el deporte español, señor secretario de Estado, se
debe al esfuerzo de todos. Este gran nivel que tenemos y esta buena salud
que nuestro grupo se complace en reafirmar se ha alcanzado gracias a que
una gran parte de la sociedad ha puesto en ello su empeño. Una parte muy
importante es para los ayuntamientos, que usted ha citado, y otra parte
muy importante es para las comunidades autónomas que han soportado en su
propia carne y en su estructura el gran nivel deportivo que tenemos en
estos momentos en España.

Señor Secretario de Estado, nosotros quisiéramos hacerle llegar la
impresión de que debiéramos hacer lo posible por considerar que España es
plural también deportivamente. Nuestro grupo cree que en los últimos años
se han dado pasos muy importantes en este sentido, que gracias al
esfuerzo coordinado y a la movilización de esfuerzos públicos y privados
hemos logrado estar a la cabeza de los países de más nivel. El esfuerzo
de adaptación y de modernización ha sido muy importante también, asimismo
la concepción de las estructuras del deporte han ido madurando de forma
sustancial. La configuración del Estado de las autonomías, señor
Secretario de Estado, que define nuestra Constitución, ha impregnado poco
a poco las entretelas de todos los ámbitos deportivos de forma que en
este momento nuestro grupo tiene el convencimiento de que se dan las
condiciones adecuadas para plantear cuál es la senda por la que debe
circular el deporte en los próximos años. Este camino debe ser el
reforzamiento de la estructura autonómica del deporte y el reforzamiento
de la personalidad jurídica privada de las entidades deportivas, eso que
usted ha citado antes de otra manera cuando ha dicho que hay que dar
protagonismo a la sociedad, en un lenguaje con el que comulgamos.

La adaptación del marco legal del deporte español a la realidad plural
del Estado tiene que contemplar algunas cosas, por ejemplo, la
modificación del concepto de competencias delegadas de la Administración
pública que ejercen las federaciones deportivas españolas, reduciendo su
papel al mismo que se ha asignado el Consejo Superior de Deportes de
coordinación de las federaciones autonómicas, como ha expuesto en su
intervención anterior. Por tanto, desearíamos que la estructura de las
federaciones españolas fuera también en ese sentido federaciones de
federaciones. Ello implica --y me referiré a ello más tarde-- algunas
modificaciones en el marco legal. Es necesaria una coordinación con las
federaciones autonómicas a los



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efectos de actividad estrictamente estatal y oficial y, si es preciso, de
ámbito internacional, en el mismo sentido que ha puesto de manifiesto en
su intervención el señor Secretario de Estado hace unos minutos.

Sin más dilación, nuestro grupo parlamentario va a solicitar del Gobierno
un proyecto de ley de modificación de la Ley 10/1990 del Deporte. Señor
Secretario de Estado, nosotros no le vamos a dar un plazo. Yo tenía
previsto uno pero no se lo voy a dar, aunque tampoco creo que debamos ir
mucho más allá de los próximos meses. Quizás el período que usted ha
marcado del año 1997 es excesivamente largo para poder avanzar un poco
más. Ante algunas de las situaciones que se producen reiteradamente en
ciertos sectores, la modificación del marco legal es imprescindible.

Nuestro grupo entiende que los aspectos de esta modificación que deberían
abordarse en profundidad son los siguientes. El tratamiento legal de las
federaciones deportivas españolas, su estructura --ya he mencionado antes
este tema--, sus funciones y su relación con las federaciones deportivas,
autonómicas y territoriales; la regulación de las competiciones oficiales
de carácter internacional y la participación de las selecciones españolas
y/o de las selecciones autonómicas; el tratamiento legal del deporte
profesional: el arbitraje deportivo; el tratamiento legal del deporte de
alto nivel; la definición del papel del Comité Olímpico Español; el tema
de las titulaciones deportivas; lo que afecta al doping y a la disciplina
deportiva; la adaptación a la normativa europea; los incentivos fiscales
para potenciar el asociacionismo y la organización de eventos deportivos;
el papel de los medios de comunicación; la publicidad y los derechos de
imagen; los servicios deportivos al público y el régimen de voluntariado
y el impacto medioambiental también en el deporte.

En muchos de estos temas coincidimos con lo que usted ha expresado en su
intervención, pero me voy a referir a alguno en concreto. En primer
lugar, quisiera referirme al tratamiento legal de las federaciones
deportivas españolas, a su estructura, funciones, etcétera. La ambigüedad
del tratamiento global que la Ley 10/1990 del Deporte hace de las
federaciones deportivas españolas y de su relación con las autonómicas y
territoriales, han situado a alguna de éstas en una situación de
dependencia e inferioridad, teniendo en cuenta el contenido
contradictorio de ciertos artículos de la Ley del Deporte. Este contenido
contradictorio permite su interpretación por los propios servicios
jurídicos del Consejo Superior o del comité central de disciplina
deportiva o las propias federaciones españolas, cosa que ha comportado,
como usted sabe, graves y continuados conflictos.

A nuestro grupo le preocupan especialmente los siguientes temas: la
interpretación que se hace del concepto de competición oficial de ámbito
estatal. Muchas federaciones españolas consideran competición oficial de
ámbito estatal cualquier competición que afecte a más de una comunidad
autónomas incluso cualquier prueba que signifique traspasar físicamente
el territorio de una comunidad autónoma, cuando el espíritu que se
mantuvo durante el proceso de elaboración y discusión de la ley era que
solamente se consideraría competición de ámbito estatal la de máximo
nivel deportivo, y ésta abierta a la participación de todas las entidades
y deportista de todas las comunidades autónomas, es decir, única y
exclusivamente los campeonatos estatales del máximo nivel para cada
categoría.

Un segundo tema es la aplicación práctica de la previsión que hace la ley
en cuanto a que las licencias autonómicas puedan ser habilitadas u
homologadas para actuar en el ámbito estatal, posibilidad bien clara que
niegan en su regulación muchas federaciones, expidiendo simple y
directamente todas las licencias de ámbito estatal interpretando la
excepcionalidad de determinados supuestos como un hecho normal.

Las actuaciones de ciertas federaciones españolas que actúan en el ámbito
de competencia de una comunidad autónoma, organizando directamente toda
clase de actos, cursos de formación y competiciones muchas veces a
espaldas de la correspondiente federación autonómica, olvidando que las
federaciones territoriales son las competentes y, en aquellos casos que
esto no sucediera, sin olvidar tampoco que son las representantes
delegadas únicas y legítimas de las federaciones españolas en su ámbito
territorial.

Otro aspecto muy importante es la determinación de los quórum
asamblearios de las federaciones españolas que permiten que los
resultados de los procesos electorales tengan en algunos casos muy poco
que ver con la verdadera implantación, peso específico, etcétera, con la
realidad de ese deporte, y estos días estamos viendo algún caso en los
procesos electorales que están llevando a cabo las federaciones
españolas.

Estas consideraciones le llevan a nuestro grupo a plantear una revisión
global de la regulación de las federaciones deportivas españolas que,
entre otras cosas, contemple su composición, que habría de basarse única
y exclusivamente en las federaciones autonómicas y ser realmente
representativas y en sus funciones, suprimiendo el carácter de delegación
de competencias de la Administración pública y reduciéndolas
estrictamente a su papel coordinador de las federaciones autonómicas a
los efectos de la actividad de ámbito estatal y oficial del alto nivel, y
en su caso de la representación internacional, como he tenido ocasión de
decir anteriormente.

Señor secretario de Estado, el segundo tema que quisiera tratar en
extensión, aunque será también muy brevemente, es la regulación de las
competiciones oficiales de carácter internacional y el papel de las
selecciones autonómicas. Estando todavía en vigor el Real Decreto-ley
2075/1982, sobre actividades y representaciones deportivas
internacionales, conocido como la Loapa deportiva, nuestro grupo entiende
como inaplazable la revisión del tratamiento que se hace sobre las
competiciones oficiales de carácter internacional y la participación de
las selecciones españolas o de las selecciones autonómicas. Es necesaria
una clarificación del tema y una liberalización de las soluciones. En
esto tenemos ya, como he dicho al inicio de mi intervención, suficientes
pasos dados para que hoy sea posible hablar de estas cosas sin acritud
alguna ya que estamos observando, como decía, como unas islas, las islas
Feroe, que es un territorio independiente de Dinamarca,



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participan sin ningún problema en unos campeonatos del mundo de fútbol
compitiendo con la selección española que no muestra, por otra parte,
ningún inconveniente, y, en cambio, en cualquier otra competición con
participación catalana o de otra comunidad autónoma surgen continuados
problemas por temas como los signos, las banderas, o bien se impide
simplemente la participación de esta comunidad en muchas de las
competiciones. Nuestro grupo cree que debería darse ya ese tratamiento
flexible, liberalizador, no en el espíritu del real decreto que sigue en
vigor.

Usted ya ha expresado en su intervención el deseo de abordar en
profundidad el tratamiento legal del deporte profesional. Respecto al
arbitraje y a la conciliación en el ámbito deportivo, estamos en la misma
línea. Desde que el Comité Olímpico Internacional incentivó, a instancias
de su Presidente, don Juan Antonio Samaranch, la creación del Tribunal
arbitral de deporte de Lausanne, todos los países de nuestro entorno
geográfico se han apresurado a crear instancias similares. España los
introdujo en su ley; Francia tenía previsto una conciliación en el seno
del Comité Olímpico Nacional a la que ahora se ha dado un gran impulso
práctico; se han creado tribunales en Bélgica, Luxemburgo durante el año
anterior, y existe una proliferación importante de esta figura que, si no
ponemos una limitación y un coto, puede llegar a desmesura. Se han creado
tribunales arbitrales en las ligas, en las federaciones, en el Comité
Olímpico, en las comunidades autónomas (la mayoría, sorprendente y
erróneamente lo mezclan con el comité de disciplina deportiva) y también
en las asociaciones profesionales. En definitiva, deberíamos poner orden
en el arbitraje y la conciliación en el deporte, por lo que nuestro grupo
pondrá su empeño en la modificación de la ley.

Respecto al tratamiento del deporte de alto nivel, el real decreto
español, señor secretario de Estado, se ha quedado significativamente
corto con relación a las medidas proteccionistas de nuestros países
vecinos, Francia, Italia, Portugal, etcétera. Baste citar como ejemplo el
decreto-ley portugués que posibilita de forma explícita la consideración
de deportistas de alto nivel a los deportistas profesionales. Se
introducen medidas de protección especial para los técnicos, entrenadores
y directivos del deporte de alto nivel y se posibilita la dispensa de
funciones laborales de los deportistas, técnicos, directivos, árbitros,
etcétera, tanto en el sector público como en el sector privado. Nuestro
esquema piensa en este momento sólo en el deportista practicante, pero en
nuestro entorno la protección especial del deporte de alto nivel se
aplica tanto a los deportistas como a los árbitros, entrenadores,
directivos, principalmente en aquellos aspectos relacionados con los
permisos laborales, etcétera.

Nuestro grupo agradece y valora la aportación que ha hecho el secretario
de Estado de introducir esta figura en el deporte universitario con el
tema de la tutoría. El deporte universitario debe merecer también esta
atención respecto a otro nivel porque con el gran esfuerzo que hemos
hecho en planes de tecnificación, en centros de alto rendimiento, se
produce una distorsión de muchos de los alumnos al pasar a los estudios
universitarios y no encontrarse con un ambiente apropiado. Todo lo que
podamos hacer en la universidad --estamos completamente de acuerdo con lo
que ha expuesto el secretario de Estado-- será bien recibido por nuestro
grupo.

En relación con las titulaciones, el régimen jurídico también aplicable a
los entrenadores, árbitros, directivos, que no están remunerados, son
temas que valoramos, sobre todo en cuanto a titulaciones el que usted
manifieste que en breve se hará el desarrollo de la ley, lo que eso va a
dar la posibilidad de reforzar en este tema el marco y la prestancia
académica de los titulados y de los profesionales que van a enseñar y a
formar a gente en el deporte.

Señor secretario de Estado, quisiera hacerle entender que las
titulaciones deben disponer de un marco jurídico a través del real
decreto y también de una valoración de qué estamos hablando cuando nos
referimos a ellas, así como qué medios necesitamos para poder formar a la
gente en el deporte correctamente, porque están surgiendo nuevas
prácticas y demandas continuadas de la sociedad en muchos sectores
deportivos que necesitan ser reguladas. La Administración va siempre
detrás de la sociedad. Primero viene la sociedad con su nueva práctica
deportiva, después entra la Administración a regularla y, mientras tanto,
se producen distorsiones, accidentes y situaciones que no son agradables.

Por eso, y por la experiencia, queremos manifestarle que deben tenerse en
cuenta, en el momento de elaborar un decreto de ese tipo, el entorno y
las condiciones en que esa formación se va a efectuar. Si se dan pasos,
que sean seguros y convencidos de que se va a poder llegar a esa
formación en su integridad y en su totalidad.

Respecto a la definición del papel del Comité Olímpico español, es válida
cualquier fórmula que se plantee de reforzamiento de las estructuras
privadas del deporte en un momento en el que la Administración manifiesta
que desea disminuir su volumen, que debe potenciarse el marco y el
protagonismo de la sociedad y de las organizaciones que la misma sociedad
tiene. Se puede tomar esta solución o cualquier otra, como la asociación
de federaciones u otro instrumento como el que ya está vigente y
funcionando bastante bien en algunas comunidades autónomas. También sería
positivo para que el deporte pudiera mantener el nivel que ha conseguido
en estos momentos.

En cuanto a la adecuación a la normativa europea, la Ley 10/1990 del
Deporte se ha adaptado a la normativa europea prácticamente en su
totalidad, pero existen al menos dos cuestiones que en un futuro crearán
serios problemas jurídicos que deberían resolverse modificando la ley o
las políticas deportivas y las consecuencias jurídicas que de ello se
derivan. Por un lado, la limitación a la compra de acciones de las
sociedades anónimas deportivas puede crear serios problemas de adaptación
a la normativa comunitaria y, por otro lado, la fuerte financiación de
las federaciones deportivas y de los clubes profesionales por parte de
las administraciones, sea del Estado para las federaciones españolas, sea
de las comunidades autónomas para las federaciones autonómicas, sean los
clubes profesionales, sean los ayuntamientos, financiando en algunos
casos más del 70 por ciento del presupuesto total de la sociedad anónima
deportiva. Nos preocupa, por tanto, la utilización del



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dinero público respecto a la figura de las sociedades anónimas
deportivas, tema al que ya se ha referido anteriormente.

Estamos completamente de acuerdo en los incentivos fiscales para las
actividades de potenciación del deporte, del asociacionismo y de la
modificación de la Ley de fundaciones y de incentivos fiscales de las
actividades de interés sin ánimo de lucro. Creemos que debería revisarse
también la publicidad, los derechos de imagen, todo este sector de
actividades y de nuevas prácticas deportivas que se nos viene encima.

Finalmente, quiero agradecerle que haya recogido en su intervención
algunas de las cuestiones que en su comparecencia en el debate de
presupuestos le expusimos. El hecho de que el Consejo Superior de
Deportes piense proponer --si no he entendido mal-- para el año 1998 un
nuevo plan de equipamientos deportivos que incluya, consensuadamente con
las comunidades autónomas, las piscinas cubiertas o cualquier otra
instalación, es bien recibido por nuestro grupo.

No le he escuchado nada respecto a la Onlae (Organización Nacional de
Loterías y Apuestas del Estado), por lo que hace referencia a que dinero
de las quinielas que va a las diputaciones fuera, como nosotros
solicitábamos, a las comunidades autónomas. Otro tema que afectaba a los
dineros territorializados en concepto de subvenciones de las federaciones
españolas a las territoriales podría abordarse en el planteamiento
legislativo que se dé en el futuro a la configuración y funciones de las
federaciones españolas.

Quiero agradecerle, señor secretario de Estado, la sensibilidad en
aquellos temas en los que coincidimos y pedirle que considere aquellos
otros en los que pueda haber discrepancia. Desearíamos continuar en esta
línea de colaboración leal y de diálogo, que es la que ha mantenido desde
siempre nuestro grupo parlamentario con la Administración cuando nos
expresa su deseo de potenciar el deporte, reconociendo básicamente el
esfuerzo que hace la sociedad, las entidades y los deportistas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la
palabra el señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Quiero agradecer, en primer lugar,
la comparecencia del señor Secretario de Estado del Deporte en nombre del
Grupo Parlamentario Vasco y manifestarle que estamos de acuerdo en casi
todo lo que ha expresado en su larga y detallada intervención, salvo
algún susto que nos ha dado con el museo del deporte en Madrid --y creo
que coincidimos casi todos; hasta el señor Presidente casi ha saltado de
la silla.

Pienso que ha sido una intervención detallada y rigurosa que coincide con
un programa deportivo bastante apegado a la realidad de lo que es el
deporte en el Estado y quisiera felicitarle por ello, señor secretario de
Estado. Coincidimos con la mayor parte de los criterios que ha expuesto
en su intervención en relación al mantenimiento de la política deportiva
del Estado y no voy a hacer más consideraciones sobre dichas posiciones
porque considero que están suficientemente expuestas y reiteradas en su
intervención.

Quiero animarle, en todo caso, a que impulse el desarrollo legislativo
que ha anunciado y que conocemos está siendo tratado en el Consejo con
amplio espíritu de colaboración con los agentes deportivos y las
comunidades autónomas competentes en esa materia y también deseo animarle
a que presente cuanto antes en esta Cámara la reforma de la Ley 10/1990
que incluya estos nuevos criterios y que se adecue a la nueva realidad
del Estado, de la sociedad y de los agentes deportivos. Es una buena
oportunidad para actualizar la materia legislativa en temas deportivos y
para dibujar para el futuro lo que se quiera hacer en materia deportiva
en el Estado.

Creemos que se está trabajando con una buena metodología en los
antecedentes previos a los trámites parlamentarios de la ley y le
felicitamos por ello, tanto por los contenidos que ha expuesto en su
intervención como por el tono y las formas por las cuales se ha hecho el
cambio en esta Secretaría de Estado para el Deporte.

Ya me gustaría que el Ministerio tuviese ese talante en su conjunto. Creo
que el señor Guerra Zunzunegui está satisfecho de mis palabras en esta
mañana, porque últimamente me mira con mala cara. El Grupo Parlamentario
Vasco intentará indicar con rigor aquellas políticas en las que estamos
de acuerdo y discrepar en las que no lo estemos.

Respecto a los puntos concretos de su intervención, queremos señalar la
sorpresa por la novedad del museo del deporte en Madrid sobre el cual
quisiéramos conocer más datos: qué estudios han llevado a esa
localización, cómo se puede plantear ese museo, si se va a realizar en
colaboración con la Dirección de Museos del Ministerio, si existen fondos
para tal fin y si la Secretaría de Estado del Deporte entiende que es
prioritario.

Quisiera indicarle que es necesaria una política de mayor apoyo a los
centros de alto rendimiento y a los centros de perfeccionamiento técnico
existentes como factor de consolidación del deporte de élite para los que
en los nuevos presupuestos se da un nuevo paso. Lo que quisiéramos es
establecer diferentes escalafones que definan los objetivos de cada uno
de estos centros, de forma que podamos contar con una especie de mapa
para que se sepa que se hace en un sitio o en otro, dónde deben dirigirse
los deportistas, de modo que se presente una especie de estructura
piramidal de estos centros de alto rendimiento y los centros de
perfeccionamiento técnico y que conste --es uno de los grandes logros de
estos últimos años-- cuáles son las posibilidades con las que cuentan
estos centros y cómo se pueden diseñar de forma que se puedan ir
detectando nuevos valores que, de acuerdo con su mejora y desarrollo,
vayan incorporándose a superiores escalafones en esta estructura que
debiera ser piramidal.

En relación a los eventos deportivos que ha anunciado, dado que hoy más
que en su anterior intervención, confirma, tras el acuerdo del Consejo de
Ministros, el apoyo a la candidatura de Sevilla, quisiéramos conocer más
datos: cuánto va a costar eso, cuánto va a costar desde la Secretaría



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de Estado del Deporte y qué previsiones realiza el gobierno de cara a ese
apoyo.

Lo que no quisiéramos, señor secretario de Estado, es que esto se
convirtiera en una Expo 2 porque estamos muy escaldados. Hacemos un serio
llamamiento al Gobierno para que se realicen estas previsiones con rigor,
desde las políticas de austeridad que el Gobierno en su conjunto conoce.

Creemos que ésa es la actitud de la Secretaría de Estado para el Deporte,
pero sí quisiéramos indicarle que nos produce mucho miedo cómo se están
desarrollando los acontecimientos en relación a esta candidatura, nos
suena a «Macarena», señor Secretario de Estado, nos suena a «dale alegría
a tu cuerpo otra vez». A Sevilla le toca la lotería demasiadas veces, con
demasiada alegría, y estando de acuerdo en que tienen que existir
políticas de solidaridad y todos esos discursos que se hacen con suma
facilidad, no creemos que ésta sea la mejor forma de hacer políticas de
solidaridad.

En relación a otros eventos deportivos y entendiendo las informaciones
que ha dado, seguimos sin comprender --dado que ayer mismo se tramitó en
la Comisión de Presupuestos la sección 18-- qué dificultades tiene la
Secretaría de Estado para el Deporte para concretar su participación en
los mundiales de ciclismo en San Sebastián, porque, que se sepa, son tan
eventos deportivos como los que en su intervención ha enumerado. Sus
presupuestos, señor secretario de Estado, son mucho más concretos que
cualquiera de estos que usted ha anunciado. La Secretaría de Estado los
conoce con suficiencia, y quisiéramos que, dado que son en octubre de
1997 --no son en el 2004--, hubiese un compromiso claro, con números, por
parte del secretario de Estado para el Deporte, indicando que va a
participar, como así lo hizo ayer el señor Guerra Zunzunegui en su
intervención --intervención que agradezco, dado que ayer no había turno
de réplica--. Queremos que manifieste con claridad cuál es el nivel de
aportación para que las otras instituciones colaboradoras en este evento,
como son el Ayuntamiento de San Sebastián, la Diputación Foral y el
Gobierno vasco, puedan realizar previsiones de cara a octubre de 1997.

Los presupuestos son claros, están cerrados, existe unanimidad
institucional de cara a su organización y falta la participación del
Consejo Superior de Deportes, que, en opinión del Grupo Parlamentario
Vasco, desde sus propios objetivos, no puede dejar de estar presente en
unos mundiales de ciclismo, porque había dejación de sus propias
funciones, y la participación que se pide dista mucho de lo que está
recogido en los presupuestos para la Universidad de Baleares o para la
olimpiada de Sevilla, en su caso. Ahí queda la voz de alarma en lo que
respecta a Sevilla.

Ha manifestado una intencionalidad de cara a las elecciones que se están
desarrollando en las federaciones. Las estamos siguiendo con interés;
vemos que en algunas modalidades se desarrollan con mayor normalidad que
en otras, participamos de su criterio de no injerencia y de autonomía,
pero al consejo le corresponde cuidar la legalidad. Desde esta
perspectiva insistimos reiteradas veces en que el consejo actúe de
árbitro, que es la función que tiene encomendada en estos casos, que
garantice la legalidad, que en esa función arbitral no se le vea
excesivamente la camiseta blanca y que actúe, como decía el portavoz del
Grupo Parlamentario Catalán, con una concepción estatal a la hora de
asegurar las garantías de estos procesos electorales.

Compartimos el planteamiento sobre la redefinición de las federaciones
deportivas del Estado; creemos que debe hacerse, dentro de ese nuevo
marco legislativo, una nueva reordenación de sus definiciones y de su
estructuración en el Estado; compartimos también sus opiniones sobre el
deporte escolar, que nos gustaría fuesen más concretas, pues es fácil
ponerse de acuerdo en relación a los objetivos genéricos o a la
importancia que tiene este sector.

En cuanto al deporte profesional, le seguimos insistiendo en la
preocupación que tiene el Grupo Parlamentario Vasco por lo que está
pasando en la Liga de fútbol de las estrellas. Entendemos, al igual que
ha manifestado la portavoz de Izquierda Unida, que a corto plazo todos
los grupos parlamentarios tenemos que intervenir claramente --ayer mismo
se habló de ello en la Comisión de Presupuestos--. Entendemos que el país
no está para estos lujos, para que los clubes de primera puedan realizar
operaciones millonarias contando con la garantía del dinero que a través
de los Presupuestos Generales y de las quinielas tienen como colchón.

Creemos que es cierto que los presupuestos que ha presentado el Gobierno
se ajustan a la legalidad, y no puede ser de otra manera dentro de lo que
en la actualidad está en vigor, pero a esta Cámara le corresponde, por
acuerdo de los grupos parlamentarios o a iniciativa del Gobierno, cambiar
esa situación. Nosotros instaríamos al secretario de Estado para el
Deporte a que con urgencia aborde este tema. La actual situación
televisiva rompe los parámetros sobre los que se hicieron los planes y
las previsiones anteriores, estamos en una nueva situación y los clubes
de primera división lo deben entender y deben asumir que la situación
económica es completamente nueva.

En relación a las infraestructuras deportivas, nos gustaría conocer con
más detalle cuáles son los criterios a través de los cuales la Secretaría
de Estado para el Deporte puede abordar tanto los polideportivos que en
su caso están en construcción como ese plan de piscinas anunciado para el
ejercicio de la natación. No sé yo si le he entendido bien, pero he
creído oír que la Secretaría de Estado atenderá a lo que son grandes
planes, que ha indicado como gran criterio. Dígales usted a los de Bilbao
que no tienen grandes planes. Yo creo que eso debe hacerse con criterios
profesionales más explícitos, que hagan posible que los alcaldes de los
diferentes municipios no estén con una vela pidiendo ante la Secretaría
de Estado para el Deporte o ante el consejo un poco de ayuda que sufrague
los gastos o la falta de dinero, ya que las corporaciones locales se
encuentran en una situación económica bastante endeble. Estaría bien una
criteriología que dibujara el mapa, que a los propios portavoces de los
grupos parlamentarios nos ayudara a decir a los alcaldes que conocen
nuestra misma disciplina partidaria lo que es normal y lo que no lo es, y
que de alguna forma clarificara el mapa de las infraestructuras
deportivas, sobre todo aquellas que atienden y responden a la demanda de
la sociedad en general. Es más fácil concretar



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los criterios --creo que son más concretos-- en aquellas infraestructuras
deportivas que fomentan el desarrollo del deporte de élite. Vendría bien
que se clarificaran los criterios a través de los cuales participa o
puede participar el consejo sobre las inversiones para estas
infraestructuras deportivas que atienden y responden a la demanda de la
sociedad en general, a eso que se llama deporte para todos.

Vuelvo a felicitar al señor secretario de Estado, le animo a que siga con
ese tono y con ese talante y espero que en esta legislatura uno de los
trabajos principales que realice esta Comisión esté centrado en torno a
la actualización de la Ley del Deporte y a ir arreglando los problemas
que se han planteado a lo largo de la intervención. A nosotros también
nos gustaría que la federación de Euskadi anduviera por el mundo con más
legalidad que hoy y que la pelota vasca fuese por fin un deporte olímpico
con todas las garantías. Creemos que la Secretaría de Estado tiene en
esas vías objetivos políticos a los que no puede renunciar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra don Jerónimo Nieto.




El señor NIETO GONZALEZ: Quiero también agradecer al secretario de Estado
su comparecencia en la Comisión para exponer lo que va a ser la política
deportiva del Gobierno en los próximos años. Y después de la larga
exposición, voy a hacer una intervención previa de carácter más general,
algunas puntualizaciones y alguna pregunta.

El Grupo Parlamentario Socialista ha venido manteniendo una actitud de
máxima prudencia, como yo creo que el secretario de Estado ha podido
observar, desde que llegó usted a la Secretaría de Estado para el
Deporte, porque creíamos que era lo mejor que podíamos hacer por el
deporte español. Desde su llegada a la presidencia del Consejo Superior
de Deportes hemos mantenido esta actitud de prudencia para facilitarle
--permítame la expresión-- un aterrizaje tranquilo en la gestión del
Consejo Superior de Deportes, para que, al mismo tiempo, elaborase con la
misma calma y la misma tranquilidad un proyecto de presupuestos para el
deporte para el año 1997, y para que diseñase la política deportiva del
Consejo Superior de Deportes para la presente legislatura, es decir, para
los próximos cuatro años.

Se preguntará usted el porqué de esa actitud. Es muy simple: porque a
nosotros nos preocupa el deporte español, y no nos preocupa para nada el
crearle dificultades, no queremos crear dificultades en esta etapa
inicial; lo que queremos es que usted lo haga bien. Porque nos preocupa
el deporte español queremos que haga una buena gestión.

Desde luego, en aquellas iniciativas que tome el Consejo Superior de
Deportes y que consideremos que son buenas para el deporte español va a
contar siempre con nuestro apoyo y nuestro reconocimiento en esta Casa y
fuera de ella.

No queremos hacer demagogia con el deporte. No queremos hacer una crítica
fácil a la política deportiva del Consejo Superior de Deportes. En eso
pasamos la hoja, y aunque se ha hecho mucha demagogia y mucha crítica
fácil en los años anteriores, ése no es nuestro estilo y, por tanto, no
lo vamos a hacer. Además, porque queremos, señor Martín, que no estropee
la herencia recibida. Nosotros creemos que la herencia que usted ha
recibido es una gran herencia, tanto en lo que se refiere al deporte de
base como al deporte federado como al deporte de alta competición.

Incluso, nos gustaría que mejorase esa herencia.

Usted en su intervención ha reconocido que ha recibido una buena
herencia, lo ha dicho hoy en esta Casa y lo reconocía en un artículo que
ha sido publicado hace unos días en la revista «Muface», nada sospechosa,
la cual recoge una entrevista que le hacen a usted y también las
declaraciones de Luis Lucio, portavoz del Consejo Superior de Deportes,
donde dicen que el deporte está en plena forma, que el deporte español
escala posiciones y que desde luego está mejor que nunca. Ello es debido
al éxito de nuestro modelo deportivo introducido a raíz de la entrada en
vigor de la Ley del Deporte. Reconocen ustedes, y yo se lo valoro
positivamente, que los resultados de Atlanta 96 respaldan, sin duda
alguna, la política de inversiones realizada por el Consejo Superior de
Deportes a lo largo de la última década. Por tanto, usted lo ha
reconocido aquí hoy y lo ha reconocido también a través de una revista
que ha llegado a mis manos el otro día, y me ha parecido que debía
citarlo porque usted hace un reconocimiento explícito de la buena forma
en que encuentra el deporte.

Dicho esto, insisto en que nos gustaría que mejorase la herencia
recibida. Sin embargo --y créame que lo lamento sinceramente--, después
de oírle hablar hoy de su programa, después de debatir aquí con usted
hace unos días el presupuesto del consejo, y también de valorar la
gestión que ha venido realizando en estos meses que lleva en la
presidencia del consejo, tengo la convicción, y me gustaría equivocarme,
que usted va a dilapidar parte de lo heredado, y va a empezar
dilapidándolo durante el presente año.

El programa, desde mi punto de vista, está lleno de buenas intenciones,
muchas de las cuales hay que compartir evidentemente, llena de tópicos
también, pero con objetivos que se van a poder cumplir difícilmente
porque hay poco detrás para poder cumplirlos. En cualquier caso, haremos
un seguimiento de todas las propuestas que usted ha hecho y le haremos
propuestas para mejorar los objetivos, si es que las encontramos, y desde
luego criticaremos duramente aquella dejación de funciones en la que
incurra para poner en marcha los objetivos que hoy nos ha anunciado.

Un programa hay que ponerlo en marcha a través de un presupuesto, y el
presupuesto lo vemos muy insuficiente. Yo se lo decía el otro día en la
comparecencia que usted realizó ante esta misma Comisión para explicarnos
el presupuesto del organismo que usted dirige. Y hay una tercera pata en
la que hay que sustentar la puesta en marcha de cualquier programa,
porque hay que tener un programa, hay que tener un presupuesto y hay que
llevar a cabo una gestión; hay que tener voluntad política de llevar
adelante un programa con los recursos que se tengan, y si se tienen
muchos, mejor.




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Permítame que haga una frase, recorriendo a los librecampistas: laissez
faire laissez passer. El deporte se gestiona solo. Es la frase que usted
podría utilizar en estos momentos. Yo creo que el deporte no se gestiona
solo. El liberalismo absoluto y a ultranza que usted quiere practicar en
lo que se refiere a la política deportiva estaría a medias nada más. En
el deporte hay que hacer cosas. No se puede tener un Consejo Superior de
Deportes exclusivamente para repartir subvenciones. Tiene que estar para
algo más.

Por tanto, nosotros creemos que con un presupuesto que disminuye en
relación con el del año 1996 en un 3 por ciento, y que llega a disminuir
en un 13 por ciento si detraemos el dinero que se incorpora al
presupuesto procedente del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del
Estado, va a tener usted bastantes dificultades para llevar adelante ese
programa que nos ha anunciado hoy. Porque aunque tiene muchas lagunas
desde mi punto de vista, al fin y al cabo es un programa, pero yo
considero que con el presupuesto que tiene le va a costar mucho sacarlo
adelante. Y más después de la votación que se produjo ayer. No sé si lo
sabe usted, señor Martín, pero ayer debatimos en la Comisión de
Presupuestos la sección 18, y el Grupo Parlamentario Popular presentó
cuatro enmiendas firmadas por el portavoz adjunto de dicho grupo, el
Diputado don Antonio Serrano. Es probable que me diga usted que este
Diputado es del PAR. Si ustedes tienen problemas internos en el grupo
parlamentario no es un problema mío. Es un Diputado del Grupo
Parlamentario Popular; no es, evidentemente, del Partido Popular, pero
las cuestiones internas de su grupo son cosa suya, no mía. Dichas
enmiendas fueron votadas favorablemente por el Grupo Parlamentario
Popular y, por tanto, fueron aprobadas, y representaban 3.050 millones de
pesetas. Dicha cantidad se detrae del programa 457.A, que, como usted
bien sabe, es el dedicado al fomento y apoyo de actividades deportivas, y
se dedica no a otros programas del consejo, sino a otros programas del
Ministerio de Educación y Cultura: protección de patrimonio histórico,
educación infantil y primaria, transferencias a corporaciones locales y
otros ámbitos del Ministerio de Educación. Por tanto, vaya usted
descontando 3.050 millones de pesetas, si no lo arreglan en el trámite en
el que nos encontramos, del presupuesto que usted presentó.

Ayer, en un ánimo constructivo y con buena voluntad por parte del Grupo
Parlamentario Socialista, presentamos una enmienda pidiendo que se
incorporasen al presupuesto del consejo 50 millones de pesetas destinados
a los Juegos del Mediterráneo, a celebrar en Almería, que sacábamos no de
otra partida del consejo, sino de la sección 31, gastos de varios
Ministerios, y el Partido Popular votó en contra. No salió adelante esta
enmienda. Tampoco lo entendemos.

Insisto, señor Martín, veo complicado, más complicado ahora todavía, que
con este presupuesto sacar adelante esas propuestas que usted nos ha
hecho esta mañana.

Volviendo al programa, le insisto una vez más que muchos de los
principios generales que usted dice que deben adornar su acción política
al frente de la política deportiva del Gobierno son compartidos muchos
por quien les habla, pero desde luego creo que, como le digo, van a ser
de difícil cumplimiento.

Permítame que en este momento me plantee además algunos interrogantes.

Usted nos dice que se va a modificar la Ley del Deporte. A mí no me
parece ni bien ni mal, está en su derecho. Nosotros creemos que la Ley
del Deporte ha cumplido un buen papel, lo está cumpliendo y lo puede
seguir cumpliendo cara al futuro tal como está, pero obviamente la
decisión de tomar una iniciativa para que se modifique es suya. Nos ha
concretado algunas modificaciones. Yo quisiera que me concretara una más,
si es posible. ¿Qué tipo de nuevo modelo van a dar ustedes a la Liga de
Fútbol Profesional, en la modificación que nos anuncia de la Ley del
Deporte, si es que tienen alguna idea sobre ello?
En lo que se refiere a infraestructuras deportivas, van a hacer --y lo
comentábamos el otro día al debatir el presupuesto-- una serie de
inversiones en centros escolares, en obras deportivas en campos
universitarios, mejoras en centros de alto rendimiento. Permítame que lo
ponga en duda, teniendo en cuenta el presupuesto que le ha quedado a
usted en este momento.

Quisiera también que me aclarase una cosa. Dice que habrá ADO 2000.

¿Quiere decir que usted va a poner en marcha un ADO 2000 nuevo? Porque yo
creo --y usted lo sabrá y no podrá decirme lo contrario-- que el ADO 2000
se firma en el mes de febrero de este año por el anterior Gobierno con el
Consejo y Televisión Española, que es la que aporta fundamentalmente los
fondos. Por tanto, es un programa que ya está en marcha cuando usted
llega. ¿Quiere decir que usted va a hacer un ADO nuevo, va a dar
carpetazo al que se firma en el mes de febrero y va a hacer un convenio
nuevo? Porque si no, no entiendo por qué nos ha dicho que usted se va a
encargar de que exista un ADO 2000. El ADO 2000 lo tenía usted ya
totalmente acordado cuando llegó al Consejo Superior de Deportes.

Nos ha hablado de la federaciones --yo comparto su preocupación por el
gasto que se produce en las federaciones-- y dice que tiene que
producirse un recorte en el gasto y además algunas federaciones deben
aumentar sus recursos propios. Quisiera que me contestara a algunas
preguntas. ¿En qué federaciones piensan ustedes que se deben producir los
recortes? ¿Dónde? ¿En qué tipos de actividad? ¿Piensan ustedes que se
debe despedir personal de las federaciones para recortar gastos? Y cuando
habla del aumento de recursos propios en algunas federaciones, me
gustaría saber cómo pueden generar recursos propios algunas federaciones
que lo tienen muy complicado. Estoy pensando, por ejemplo, en natación o
atletismo. ¿Usted cree que estas federaciones pueden generar muchos
recursos propios para de esta forma financiar en mayor medida sus
actividades?
En relación con la violencia en el deporte, comparto la preocupación que
usted tiene y, desde luego, pude contar con toda nuestra colaboración
para erradicarlo de allí donde exista, especialmente en los campos de
fútbol; además, hay un programa para que eso sea posible. Pero me
gustaría que me dijera, si tiene los datos, cómo va el plan para que
todas las entradas sean de asiento en los campos de fútbol, por un lado,
y por otro lado, qué dificultades está



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encontrando la instalación de un sistema de vídeo centralizado para hacer
un seguimiento de cada uno de los campos de fútbol, porque, como usted
sabe, esto se contempla en el decreto correspondiente que regula estas
actividades.

Anteayer estuve hojeando el programa electoral del Partido Popular y
pensé que usted iba a concretar hoy el programa que presentó el Partido
Popular en las últimas elecciones, y he visto que de algunas cosas no ha
hablado usted nada. No sé si es porque las han desechado o porque piensa
contárnolas en un momento distinto, en un mejor momento. En el programa
electoral del PP sobre el deporte escolar y universitario decían que
había que revitalizar el deporte escolar y universitario como elemento
fundamental de la estructura deportiva. Me gustaría saber cómo lo va a
hacer teniendo en cuenta el presupuesto y el programa que nos ha
presentado hoy. Decían también que habría que modificar el Consejo
Español del Deporte Universitario. Cuéntenos cómo lo van a hacer teniendo
en cuenta, entre otras cosas, que cuatro de los seis representantes
universitarios que se sientan en el consejo se han ido en los últimos
tiempos.

También decían en su programa que iban a respetar la autonomía
universitaria. Usted nos ha hablado de su política no intervencionista.

Pues la autonomía universitaria está preocupada porque se están
produciendo interferencias, con llamadas a los rectores y responsables de
las universidades para que se nombren ciertos representantes afines a su
partido y a la Secretaría de Estado en el Consejo Español Universitario
después de estas dimisiones. ¿Cómo se casa esta no injerencia con esta
injerencia por debajo?
También decían en su programa electoral que iban a mejorar la
financiación del deporte. Yo le pregunto cómo, si han disminuido los
presupuestos. Además, el entonces candidato a la Presidencia del Gobierno
y hoy Presidente del Gobierno, señor Aznar, se comprometió a incrementar
el dinero que el fútbol recibe de las quinielas hasta el 10 por ciento.

Eso se dijo en plena campaña y además hubo una cadena de emisoras de
radio que dedicó un monográfico al deporte con la presencia del señor
Aznar en las ondas, y allí públicamente se comprometió a esto que le
estoy diciendo. Al mismo tiempo, durante la propia campaña electoral los
dirigentes del PP que hablaron de temas deportivos dijeron una y mil
veces que se iba a producir una rebaja del IVA para los espectáculos
deportivos. Yo le pregunto qué van a hacer con estas dos cuestiones, con
estos dos anuncios de campaña electoral.

Finalmente, señor Martín, ustedes también decían en su programa electoral
que iban a limitar las competencias de la administración deportiva. A mí
no me parece ni bien ni mal, es una decisión que proviene de una
propuesta electoral que puede perfectamente transformarse en decisión
política una vez que están gobernando el país. Esto no casa muy bien con
un claro intervencionismo que ustedes están haciendo por debajo, cuando
al mismo tiempo dicen públicamente en todos los sitios, en esta Cámara y
en cualquier sitio donde les quieran oír, que ustedes no quieren ser
intervencionistas en el deporte. Yo creo que estas dos cosas casan
bastante mal; mezclan un intervencionismo oculto con una dejación de
funciones que a mí, la verdad, me preocupa. Por ejemplo, no entiendo cómo
se puede decir que no se quiere intervenir en las federaciones deportivas
y, a título de ejemplo, en una federación deportiva que ha estado
celebrando elecciones ahora mandan ustedes inspectores del Consejo
Superior de Deportes para controlar el proceso de esta federación. ¿Cómo
se casa esto con ese intervencionismo que usted tanto predica? Dice
usted, por otro lado, que no quiere intervenir, pero no hay que confundir
intervenir con mediar, con trabajar, con actuar. Por ejemplo, yo no
entiendo que diga que no quiere mediar en los conflictos, porque si no
media en los conflictos los conflictos terminan quemándose y, finalmente,
tendrán que terminar en la vía judicial. No sé si usted lo que persigue
con su política al frente del Consejo Superior de Deportes es no mediar
para que los conflictos terminen judicializándose, o solamente interviene
cuando ya están bastante quemados. Podría citarle lo que ha pasado con
las federaciones de balonmano, de vela o en la de fútbol. En el mundo del
fútbol en estos momentos hay un follón --permítame la expresión--
tremendo, una división total, se ha producido una dimisión del secretario
general de la Liga Profesional. El mundo del fútbol en estos momentos
está gastando más que nunca, es la liga más cara del mundo, pero al mismo
tiempo a usted y al Gobierno que usted representa no les preocupa cuánto
deben los clubes a Hacienda, porque además les aplazan las deudas que
tienen con Hacienda en base a unas garantías un tanto dudosas. Estamos
verdaderamente muy preocupado, señor Martín, con esta situación. Yo me
imagino que usted también. Y no entendemos cómo el Consejo Superior de
Deportes no hace nada en este sentido, no media en temas como éstos,
porque --le insisto-- el Consejo Superior de Deportes no está, en nuestra
opinión, para repartir subvenciones exclusivamente; está esencialmente
para impulsar el deporte en nuestro país y para mediar cuando hay
conflictos, y también para repartir subvenciones, evidentemente, pero no
sólo y exclusivamente para repartir subvenciones. Si eso fuera así, creo
que la Secretaría de Estado tendría poco sentido. Tiene sentido cuando se
conjuga el reparto de subvenciones, que no es lo más importante, con el
impulso del deporte, que es lo esencial, y con la mediación cuando hay
conflictos. Porque un conflicto que evidentemente está en la calle y es
muy sangrante es el de las guerras de las televisiones con la
retransmisión de los partidos de fútbol. En opinión del Grupo
Parlamentario Socialista se está produciendo un incumplimiento claro de
los compromisos que tienen la Liga Profesional y las televisiones; un
incumplimiento claro. Yo le pregunto --y creo que éste es un papel que le
corresponde a usted como Presidente del Consejo-- ¿ha sentado usted a las
televisiones afectadas, a los clubes y a la Liga a dialogar? ¿O, por el
contrario, ¿quiere que se mantenga el enfrentamiento? Si los ha sentado,
díganos cómo y a que conclusiones han llegado, porque la verdad es que
estamos muy preocupados por un asunto como éste que está adquiriendo una
gran conflictividad.

Insisto, señor Martín, nosotros creemos que se debe abandonar esta
política de intervencionismo o no intervencionismo, mediación o no
mediación, diálogo o no diálogo. Usted nos ha hablado de una política de
diálogo con



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todos. Los grupos parlamentarios aceptamos esa política de diálogo, pero
queremos que dialogue con el mundo del deporte y, sobre todo, que
dialogue y medie cuando hay conflictos. Y en este momento hay un
conflicto grave en varios frentes: un frente es éste, el de las
televisiones y el fútbol. Ahí queremos que intervenga, no para imponer su
criterio, sino, simplemente, para que las partes afectadas se sienten,
dialoguen y usted haga la mediación que creemos que le corresponde hacer.

Además, queremos que no lo haga por debajo. Porque lo que no se puede
decir es que no queremos intervenir y luego hacerlo por debajo. Queremos
que medie y que lo haga públicamente; que medie, que intervenga, que
dialogue, que haga todo lo que tenga que hacer, pero que lo haga
públicamente. No nos diga, por un lado, que no quiere intervenir y,
luego, por debajo de la mesa, esté llevando a cabo unas intervenciones
muy directas en diversos campos del deporte español.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
don Francisco González.




El señor GONZALEZ PEREZ: En primer lugar, y en aras a la cortesía
parlamentaria, doy la bienvenida al Secretario de Estado para el Deporte
en esta Cámara, en su comparecencia para exponer los objetivos y
políticas a desarrollar en el ámbito del deporte.

Me van a permitir que antes de entrar en la materia objeto de esta
comparecencia haga algunas reflexiones. Decía el filósofo español Eugenio
D'Ors que lo que no se entiende envenena. En esta comparecencia del
Secretario de Estado, y últimamente en muchas ocasiones, se ha oído la
frase: No entiendo; no entendemos. Lógicamente, como bien decía el
filósofo, lo que no se entiende envenena, y el envenenamiento es una
intoxicación que conlleva a veces la pérdida del sentido, en este caso
posiblemente sea la pérdida del sentido común, más que del sentido
físico. Dentro de esta reflexión, en estos momentos se agradece que el
Gobierno de la nación haya tomado medidas desde el Ministerio de Economía
y Hacienda para la rebaja del pago de transmisiones patrimoniales, porque
indudablemente eso va a afectar al Consejo Superior de Deportes, y me
imagino que con gran alegría por parte del Secretario de Estado, ya que
el pago de la herencia recibida no va a suponer costes adicionales, como
hasta ahora estábamos acostumbrados.

El Grupo Parlamentario Popular manifiesta que un programa electoral se
edita para cumplirlo en una legislatura, no solamente en seis meses, en
un año o en el primer año. Hay quienes en mucho mayor tiempo,
multiplicado por muchos años, no han llegado a cumplir ni parte de un
pequeño porcentaje de ese programa electoral.

Hecha esta pequeña reflexión, entraré en materia diciendo que nos
congratulamos por la extensa y pormenorizada intervención del Secretario
de Estado y Presidente del Consejo Superior de Deportes, pues desde el
punto de vista popular entendemos que el objetivo de repasar con amplitud
e intensidad la problemática del deporte español que se proponía lo ha
cumplimentado con densidad y objetividad, no sólo en aquello que pudiera
parecer obvio, sino en aspectos que otros no acometieron y que en
términos coloquiales se dice poner el dedo en la llaga.

Estos días anteriores, con motivo de esta comparecencia, he repasado
aquellos «Diarios de Sesiones» que correspondían a este mismo trámite
parlamentario, pero con otros protagonistas. Entenderán SS. SS. que
manifieste que ha habido una diferencia sustancial entre lo que ha
expuesto aquí el secretario de Estado y lo que expusieron otros
intervinientes de otros tiempos; también entenderán SS. SS. que el
beneficio lo tenga aquel que ocupa hoy ese lugar en la Mesa.

El secretario de Estado ha comenzado su intervención manifestando su
voluntad de mantener aquellas políticas deportivas que estaban bien
encauzadas y acometer las reformas necesarias en aquellos aspectos en los
que se manifiestan desequilibrios o políticas erróneas que pudieran
perjudicar el desarrollo del deporte. Por tanto, podemos deducir que se
van a desarrollar políticas de continuidad y no de continuismo, gracias a
Dios, a la vez que innovaciones necesarias que acometerán proyectos y
reformas que nunca llegaban y, en algunos casos, para desgracia del
deporte, estaban en fase de fosilización.

Dentro de este orden de cosas, la elaboración del censo de instalaciones
deportivas no sólo era necesario, sino urgente, ya que va a permitir
desarrollar una política de inversiones de infraestructuras racional y no
sometida a la influencia partidista de los gestores públicos, que en
algunos casos han conseguido tener instalaciones deportivas que hoy por
hoy están absolutamente infrautilizadas, en el mejor de los casos, y
prácticamente abandonadas y en claro deterioro, en el peor de ellos.

La afirmación del Secretario de Estado de que va el Consejo Superior de
Deportes a asumir la construcción de aquellas instalaciones deportivas
que tengan como fin el apoyo al deporte de élite español, dejando para
los municipios y diputaciones provinciales aquellas de utilización
minoritaria o de menor coste, me parece que tiene un sentido bastante
racional, y en detrimento de lo que antes dije, de bastante sentido
común. La constitución de una comisión nacional de centros de alto
rendimiento y tecnificación para coordinar e impulsar el mejor
aprovechamiento de estas instalaciones también es bienvenida por parte de
este grupo.

En cuanto a la modificación de la Ley del Deporte, voy a enumerar
brevemente los apartados a los que se ha hecho mención para no ahondar en
el tema y no extender mucho mi intervención. Limitar la intervención de
la Administración únicamente donde esté justificada me parece muy
razonable. No queremos volver a tiempos anteriores en los que la
Administración parecía --en este caso de una forma partidista-- que
quería poner color permanentemente a aquellas actividades deportivas,
cuando la actividad deportiva debe ser absolutamente incolora, incluso ni
de camiseta blanca, como manifestó el señor González de Txabarri.

Modificar el régimen jurídico de las sociedades anónimas deportivas al
general de las sociedades anónimas, con las excepciones necesarias, nos
parece que era un reto que había que cumplimentar, y estamos en camino de



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hacerlo, por lo que ha manifestado el secretario de Estado. Revisar el
régimen de responsabilidad de los administradores de las sociedades
anónimas deportivas nos parece importantísimo, pues no podemos olvidar
que, al fin y al cabo, cuando se comete algún tipo de tropelía --entre
comillas--, vemos, desgraciadamente, cómo la sociedad anónima deportiva
es la que sufre la consecuencia, la sociedad que la respalda es la que la
sufre y aquellos administradores --dicho en términos coloquiales--
desaparecen de rositas. Sistematizar el régimen jurídico de infracciones
y sanciones en el ámbito deportivo nos parece razonable y acometible. El
reconocimiento a los órganos universitarios como competentes en actuación
deportiva, con la participación en este caso del Consejo Superior de
Deportes, está dentro del ámbito del programa que el Partido Popular
proponía. El reconocimiento a la realidad del Comité Paraolímpico --que
no es ahora cuando se ha visto el resultado de estos deportistas, sino en
tiempos anteriores-- nos parece también muy necesario y acometible. La
regulación e implantación de las enseñanzas oficiales de técnicos
deportivos, con el desarrollo del artículo 55 de la Ley del Deporte, era
algo que se estaba demandando desde hace mucho tiempo en la sociedad
deportiva española. La estructuración de las enseñanzas, atendiendo a sus
peculiaridades formativas, nos parece también irrenunciable y acometible.

Estos han sido los epígrafes cuyo acometimiento o reforma no solamente
era necesaria, sino que perfecciona sustancialmente la legislación
deportiva, recogiendo las inquietudes y propuestas de prácticamente toda
la sociedad española en el ámbito deportivo.

Atendiendo a la explicación del secretario de Estado, nos congratula el
interés y los proyectos que ha expuesto respecto al deporte escolar y
universitario, tomando iniciativas, junto con las comunidades autónomas y
las corporaciones locales, para la promoción del deporte escolar y
universitario, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Y
con respecto al deporte universitario específicamente, vemos con
satisfacción que de una forma seria y responsable se acomete
definitivamente la Universiada, que hasta el momento sólo eran fuegos de
artificio por parte de la anterior administración deportiva, hasta el
punto de no tener ninguna partida presupuestaria al efecto para
inversiones.

Con respecto a la violencia deportiva y a la participación activa del
deporte contra la droga, el Grupo Popular estará siempre apoyando las
políticas que se desarrollen en torno a estos dos graves problemas,
tratados, como es lógico, cada uno en su ámbito.

En el tiempo de intervención del que disponemos los portavoces
--intentaré ajustarme razonablemente a ese tiempo-- es prácticamente
imposible repasar todos los temas que la extensa y pormenorizada
intervención del secretario de Estado ha desarrollado. Sin embargo, no
quisiera terminar mi intervención sin hacer referencia a lo que yo
denomino, después de oír al secretario de Estado, un decálogo de cambio
de estilo, tanto en lo coyuntural como en lo estructural.

La búsqueda de fórmulas que ayuden a la financiación del deporte, con la
revisión de las fundaciones y mecenazgo para que se suavicen las cargas
impositivas y se facilite la participación de empresas y particulares en
la financiación de las actividades deportivas puede ser una clara
respuesta a alguna de las preguntas que se han venido formulando aquí
reiteradamente porque, desde nuestro punto de vista, las políticas no
tienen que estar encorsetadas a ningún modelo, máxime cuando el modelo
anterior tampoco ha dado el resultado óptimo que todos esperábamos.

En segundo lugar, que las subvenciones a las federaciones tengan carácter
finalista, como ha manifestado el secretario de Estado, y su objetivo no
sea otro que el de la promoción, organización y fomento del deporte, y no
para financiar gastos innecesarios que en algunos casos llegan a tener
las administraciones --me refiero a las federaciones deportivas--, que
más que federaciones parecen empresas de consulting.

En tercer lugar, la racionalización del gasto del propio Consejo Superior
de Deportes, reduciendo la propia estructura orgánica del consejo y
reduciendo y racionalizando los gastos de representación y viajes,
terminando con el despilfarro que bien pudiera estar representado en
obras que aumentaban su costo final en casi un 15 por ciento, como
consecuencia de los mármoles travertinos, las maderas nobles tropicales o
los árboles que vienen del Japón, cuya unidad costaba cerca del millón de
pesetas, y el exceso de hormigón utilizado para simples revestimientos,
cuya dureza sólo es comparable al tejido facial de aquellos que
consintieron tales despilfarros.

En cuarto lugar, la sensibilidad manifestada por el secretario de Estado
en torno a la integración de las personas discapacitadas, con partida
presupuestaria incluida.

En quinto lugar, manifestar con claridad a los clubes de fútbol que,
mientras el plan de saneamiento persista, no habrá mayor participación en
el reparto de las quinielas. Sobre este apartado luego preguntaré al
señor secretario de Estado.

En sexto lugar, la posible regulación de la Seguridad Social para
aquellos deportistas profesionales que carezcan en estos momentos de
ésta. También incidiré posteriormente en ello.

En séptimo lugar, la absoluta neutralidad del Consejo Superior de
Deportes en los procesos electorales de las distintas federaciones
deportivas, no como en épocas anteriores.

En octavo lugar, la creación de un museo del deporte que contribuya a la
cultura deportiva y al conocimiento de la historia del deporte español,
que por cierto es museo del deporte y no del terror, como alguien ha
manifestado aquí, ya que se ha llevado un sobresalto o un susto. Imagino
que, de alguna manera, la propuesta provendrá de aquella ciudad o de
aquella comunidad donde se ha manifestado que puede estar este museo del
deporte.

En noveno lugar, el intenso y reiterado interés en el programa ADO y su
más intensa participación. También haré referencia a este apartado
concreto.

En décimo lugar, el diálogo y el consenso como piezas clave de una
política deportiva que tiene como finalidad la



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resolución de problemas sin sobresaltos y con el único fin de mejorar el
deporte.

En referencia a los tres apartados sobre los que he manifestado que iba a
formular preguntas al secretario de Estado, preguntaré, en primer lugar,
si el Secretario de Estado podría confirmarme si el Presidente del
Gobierno está participando de una forma activa en la potenciación del
plan ADO. La segunda pregunta se refiere a uno de esos epígrafes del
decálogo sobre el cambio de estilo. La señora ministra manifestó en sede
parlamentaria que de alguna manera se podría pedir a los clubes de fútbol
que, con los contratos que van a realizar con las televisiones, a efectos
de ingresos económicos, se pudiera disminuir el plan de saneamiento de
los clubes. Quisiera saber si el secretario de Estado está gestionando o
va a gestionar en este sentido para que la disminución del plan de
saneamiento se lleve a cabo y no solamente sean los grandes fichajes los
que se vean reflejados en las inversiones que realizan los clubes a la
hora de desarrollar su política deportiva. En referencia a la integración
de atletas en la Seguridad Social, quisiera preguntar, porque él ha hecho
referencia explícita a equipos o a conjuntos de más de un integrante, si
esa integración se hará extensiva a los atletas individuales. Si no puede
responder estas tres preguntas ahora el secretario de Estado, las
recibiremos gustosamente por escrito.

También quiero manifestar que la intervención del secretario de Estado me
ha parecido pormenorizada, seria, coherente y en aplicación de un
programa electoral al cual concurrió el Partido Popular que, por cierto,
el día 3 de marzo, con ese programa y con otros en otras parcelas superó
el listón, la reválida, de ganar el Gobierno de la nación.




El señor PRESIDENTE: El secretario de Estado tiene la palabra para dar
respuesta a aquellas preguntas que se le hayan formulado o contestar
aquellas observaciones sobre las que tenga algo que decir.

Antes de ello, si me permite, quiero advertir que, como consecuencia del
horario, la comparecencia del Secretario de Estado de Universidades,
Investigación y Desarrollo, solicitada por él, no por ningún grupo, de
conformidad con todos los grupos parlamentarios queda aplazada para otra
sesión. Que esto no sirva de estímulo para que lo que nos queda de sesión
se multiplique por dos.

Señor secretario de Estado, tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA EL DEPORTE (Martín Marín): Quiero
agradecer a todos los grupos parlamentarios sus intervenciones, puesto
que, cumpliendo con el compromiso de la primera parte de mi intervención,
con estos debates uno se enriquece en algunos temas y le entran dudas
tremendas sobre otros, quizá por la falta de comprensión, pero en todo
caso ayudan a ese clima de diálogo que he deseado en mi intervención.

Si me permiten, iré contestando a las distintas intervenciones por el
orden en que se han producido. La Diputada Sabanés habla del fútbol
profesional, de los ascensos, de los descensos, de si los ayuntamientos
compran. Dos cosas. Una, políticamente estamos en contra de que las
acciones de los clubes profesionales sean detentadas por instituciones u
organismos públicos como puedan ser los ayuntamientos. Eso lo permite la
ley. Está la modificación de ley. En todo caso, usted ha mencionado una
localidad como Sabadell y, si no recuerdo mal, me parece que ese mismo
ayuntamiento pertenece a su grupo político. Sería bueno que todos
dialogáramos en este sentido para tener y mantener el mismo criterio.

Como le digo, políticamente no deseamos que esas instituciones estén. Es
bueno que las instituciones, dentro de sus competencias, de su autonomía,
de su responsabilidad, tomen la decisión, que todos debemos respetar, si
lo consideran más oportuno, más conveniente, más necesario o más útil
para la ciudadanía que ellos representan, de acudir en atención de esas
instituciones que puedan llevar el nombre de la ciudad, pero básicamente
estamos de acuerdo con esa preocupación. Por tanto, como ocurre en
algunas ciudades --usted ha mencionado concretamente la de Sabadell--,
sería bueno que pensáramos en la posible modificación de la ley del
deporte y en si esto lo pudiéramos llevar adelante.

También estamos todos sorprendidos --me parece que lo dije en la
presentación de los presupuestos-- con las grandes cantidades de dinero
en fichajes. Efectivamente, hemos detectado que eso produce una
preocupación en la gente, a la que se ha pedido austeridad; se está
preconizando austeridad desde el Gobierno, desde la Administración. A
ningún gobierno le gusta hacer estas llamadas de austeridad --es una de
las decisiones más dolorosas-- y es sorprendente que simultáneamente se
produzca esto. No sé si le he entendido bien, pero quisiera aclarar que
estos miles de millones de pesetas han sido como consecuencia de nuevos
contratos de imagen y no con cargo a fondos públicos. Es verdad que
deberemos estar atentos, y eso lo hemos estado manifestando desde el
primer momento, pero clarifiquemos que ése es un dinero privado que llega
al fútbol. El llamamiento que se ha hecho desde todas las instituciones
deportivas y el que deben hacer todos los poderes públicos es que ese
dinero debería ser utilizado, además, pidiendo la responsabilidad de los
dirigentes, accionistas y socios de cada uno de los clubes y respetando
su decisión, en el saneamiento de sus propias sociedades, en la
consolidación de sus propias sociedades. Ese es el llamamiento que
nosotros debemos hacer, pero no es dinero público, Diputada Sabanés.

Quiero recordar que usted me preguntaba también --y no quisiera olvidar
ninguno de los temas que se han tratado-- se se ha mantenido alguna
reunión con la Liga de fútbol profesional en este sentido. Efectivamente,
se han creado dos comisiones. Me parece que lo he dicho en mi
intervención. Una para el tema jurídico, puesto que he manifestado el
deseo de modificar la Ley del Deporte en diálogo con todas las partes
afectadas, y evidentemente una de ellas es el fútbol en general; y otra,
la económica, porque en la económica, entre otros temas (como creo que ya
la ministra expuso en esta misma Comisión y posteriormente yo se lo hice
ver en declaraciones públicas y en esa misma reunión a la Liga de fútbol
profesional) es nuestro deseo que los clubes de fútbol hagan un esfuerzo
para anticipar, para adelantar ese plan de saneamiento. Solamente



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en ese diálogo, en esa voluntad de que las cantidades del plan de
saneamiento se puedan adelantar (plan de saneamiento que no firmó este
Gobierno, plan de saneamiento que no prorrogó este Gobierno, aunque sí
desea su anticipación), en ese contexto solamente nos plantearíamos la
revisión, el estudio de nuevas medidas económicas con los clubes de
fútbol profesional.

Usted ha hablado también de la violencia. Le puedo decir que el propio
presidente de la comisión de prevención para la violencia o antiviolencia
ya se ha dirigido a la Liga de fútbol profesional, a todos los clubes, a
las distintas federaciones, pidiéndoles reuniones para hacerles este
llamamiento de forma reiterada. Estamos no solamente preocupados, sino
actuando continuamente en este sentido.

Respecto a las titulaciones, la fundamental, Diputada Sabanés, es la
incorporación al marco educativo. Este es un cambio significativo
respecto del planteamiento de la Administración anterior. Nosotros le
queremos dar valor educativo a las titulaciones deportivas. Por tanto,
éste es un cambio cualitativo y significativo.

Por último, usted ha hablado de los deportistas menores de edad, de la
salud. Discúlpeme si no la he entendido bien. Hemos dicho que la práctica
del deporte empieza en la propia edad escolar, que es el entorno natural
del niño. El deporte de alta competición sí tiene determinados niveles de
exigencia. Le puedo garantizar, si se ha referido usted a la gimnasia,
que nuestras medallistas olímpicas en Atlanta son un orgullo creo que
para todos los españoles, desde luego lo son para el Consejo Superior de
Deportes. El nivel de preparación ha sido de exigencia, pero también de
control riguroso desde entonces, durante y después de su preparación.

Como usted habrá comprobado en mi intervención, soy partidario de que el
fin no justifica los medios. Esté absolutamente tranquila porque se
realizan todos los controles médicos técnicos convenientes para todo
ello.

El señor Burballa creo que ha ido en la línea que hemos mantenido durante
este tiempo. Efectivamente, como yo he manifestado en mi intervención,
estamos en una España plural y autonómica.

En cuanto a la reforma de las funciones delegadas de las federaciones
españolas, yo creo que más que llevarlo a cabo en la Ley del Deporte
usted puede estar refiriéndose al real decreto de federaciones. Quizá sea
el paso siguiente. Ya hemos hecho las modificaciones en ese marco y
continuaremos. Estamos básicamente de acuerdo. Lo que pasa es que las
federaciones nacionales deben fijar la política de la alta competición,
coordinar la política del resto del Estado español. En eso nos vamos a
encontrar, sigamos dialogando.

Me ha entendido bien. Efectivamente he hablado de llevar a cabo la
propuesta de modificación en el año 1997. Usted conoce muy bien que el
proceso, si se desea hacer no desde la imposición sino con el consenso de
todas las personas o grupos afectados por esta posible modificación, que
es a lo que nos hemos comprometido en nuestra intervención, primero
supone elaborar ese borrador y, después, hacerlo llegar a las personas
afectadas y dialogar con ellos al respecto. Por eso creo, y usted lo ha
entendido perfectamente, que quizás a mediados o a finales del año 1997
podamos disponer de un anteproyecto para presentarlo a esta Cámara. Usted
ha mencionado toda una serie de temas que le gustaría abordar en esa
modificación de la Ley del Deporte. Entonces será el momento de
exponerlas y en ella nos encontraremos. Deseo decirle que, efectivamente,
el tema del arbitraje y la conciliación está en marcha por el propio
Comité Olímpico Español, con el que se ha trabajado para la elaboración
de un estatuto jurídico en este sentido.

Usted ha hablado de que yo he mencionado un nuevo plan. El plan de
extensión se está desarrollando en aquellas comunidades autónomas donde
existe el plan MEC. Nosotros nos hemos referido a que quizás en un
próximo futuro, tan pronto como terminemos este proyecto y lo permitan
las condiciones presupuestarias, llevaremos a cabo un proyecto con las
comunidades autónomas, estén o no dentro del territorio MEC, y por
supuesto que tenemos en cuenta el calendario de transferencias que en
este sentido está comprometido con el resto de las comunidades, para que
desde el consejo se lleve la dirección técnica y la propuesta concreta
que hemos hecho. Es un tipo de instalación que nos parece que no
solamente va a permitir un uso y una conservación deseada, mantenida,
sostenida por su propia buena utilización, sino que posibilitará también
la ocupación del ocio de muchos otros sectores a los que debemos
incorporar a la actividad deportiva.

Usted ha hablado del dinero de las quinielas, de la Onlae. Deseo
reiterarle lo que se manifestó por parte de la señora ministra y lo que
acabo de decir a la Diputada Sabanés. Claro que se está dispuesto a
estudiar una posible modificación del real decreto de las quinielas.

Reconocemos el derecho que los clubes de fútbol tienen a reclamar su
participación, su colaboración, lo que ellos entienden, y nosotros
también entendemos, conveniente y necesaria para una buena y mejor
recaudación por las quinielas. Pero ese diálogo, repito, debe enmarcarse
dentro de la relación que todo esto tenga con el plan de saneamiento, del
que este Gobierno ha solicitado su anticipación.

En cuanto a la intervención del Diputado González de Txabarri he de
decirle que estoy de acuerdo en casi todo. No se asuste por el museo.

Quizá haya podido ser una sorpresa. Le he manifestado que es un deseo que
se ha empezado a poner en marcha, se han mantenido unas conversaciones y
esperamos que tengan su fruto. Nos parece que la existencia de este
proyecto como objetivo debe servir de motor para lo que nosotros
entendemos que es el deporte: no solamente la práctica deportiva sino la
educación y la cultura, y qué mejor que este ministerio sea el promotor
de una idea como ésta.

¿Cuánto van a costar los juegos olímpicos de Sevilla? En el mes de marzo
se decidirá si Sevilla pasa ese primer obstáculo. En el mes de octubre se
sabrá si Sevilla es o no definitivamente sede olímpica. Me parece que esa
pregunta ya se hizo en mi intervención sobre los presupuestos. El
compromiso del Gobierno es apoyar decididamente la candidatura, la opción
de Sevilla. Ese compromiso viene determinado por saber si Sevilla es o no
definitivamente candidata y si es o no definitivamente sede



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olímpica. Ese es el compromiso. Actualmente, todo lo que es la promoción
y organización de esa candidatura, como ya manifesté en una comparecencia
sobre presupuestos, está siendo atendida básica y fundamentalmente por
patrocinadores privados, porque, como usted y yo compartimos, son ellos a
los que hay que animar a que colaboren en este tipo de actividades. El
Consejo Superior de Deportes no tiene ninguna partida específica para
este fin en estos momentos.

Respecto a los mundiales de ciclismo, me he referido expresamente en mi
intervención a que el consejo debe y va a participar y a apoyar todos
aquellos eventos internacionales que se desarrollen en España y que
tengan interés estatal, como es el caso del campeonato mundial de
ciclismo que se disputará el año que viene en San Sebastián.

Todos han hablado --y me quiero referir genéricamente-- de las elecciones
en las federaciones. Yo creo que en algún caso se contradicen unas
intervenciones con otras porque, efectivamente, los intervinientes tienen
una concepción distinta de lo que debe ser la actuación de un gestor en
la Administración, de un responsable político, y lo que debe ser la
autonomía de los órganos y de la propia sociedad civil. En las elecciones
a las federaciones les garantizo la absoluta neutralidad, como no puede
ser de otra manera, del Consejo Superior de Deportes, y las garantías de
esa limpieza en los procesos electorales lo están por los órganos
competentes. Es decir, el comité de garantías electorales es el que ha
estado velando y va a seguir velando por la limpieza en todos esos
procesos electorales. Y si es éste comité de garantías electorales el que
debe adoptar decisiones precisamente para velar por la pureza y por la
limpieza en esos procesos de garantías electorales, el que requiere la
presencia de personas delegadas por ese comité para que precisamente
velen por la pureza en ese proceso electoral, eso no es, en absoluto,
intervencionismo o dirigismo o manipulación --no sé si ha sido el término
utilizado, si no lo ha sido lo retiro-- en cualquier proceso electoral.

Quizá debamos tener muy claro --cosa que vengo apreciando que no se tiene
en determinados momentos-- que el comité español de disciplina deportiva,
que los comités jurisdiccionales, que los comités de garantías
electorales no son el Consejo Superior de Deportes; son órganos que,
dependiendo del Consejo Superior de Deportes, se les debe mantener y
exigir su autonomía jurisdiccional. Antes quizá todo se confundía y
posiblemente la intervención del Diputado es lo que le ha hecho fallar en
su intervención en este sentido.

Contestando al señor González de Txabarri, he de decirle que respecto del
plan de saneamiento se ha solicitado ese esfuerzo a los clubes.

Respecto a los criterios más explícitos para las infraestructuras, se
convocará el concurso público y en él se establecerán los criterios,
criterios básicamente deportivos, pero a los que vamos a introducir dos
novedades. Una, el presupuesto de mantenimiento y conservación; dos, el
proyecto de actividad, de tal manera que no hagamos infraestructuras en
España que luego no pueden ser sostenidas o no sean suficientemente
ocupadas y no se justifique su posible construcción.

Señor Nieto, en estos momentos tengo la duda de si no me he explicado, no
me ha escuchado o su intervención en algunos aspectos la tenía preparada
antes de oír la mía. Esa es mi duda, señor Nieto. Tenga S. S. la absoluta
seguridad de que se va a equivocar. Usted tiene miedo y le gustaría no
equivocarse. Sin embargo, luego ha afirmado que probablemente dilapidemos
una herencia recibida. Se va usted a equivocar. Pero ésa es una
manifestación, igual que usted ha hecho la contraria. Sí le voy a decir
una cosa. Hemos aceptado una herencia, como he manifestado, buena,
correcta, que ha gozado de buena salud, muy mejorable, muy desatendida en
muchas cosas. Usted ha visto en mi intervención que desde hace varios
años estaban desatendidas muchas cosas, entre otras, todas las medidas
que nosotros pretendemos adoptar en el año 1997. Ya me hubiera gustado
aceptarla a beneficio de inventario, porque desde luego hubiera quedado
bastante troceada y muy disminuida, pero la responsabilidad ha sido
aceptar la herencia, con toda la gestión, lo bueno y lo malo.

Ha hecho referencia S. S. a la Liga de fútbol profesional y las
competencias. Esa es la reforma de la Ley del Deporte. Ahí vamos a
coincidir. Las competencias que la ley debe atribuir a la Liga de fútbol
profesional creo que ahora están correctamente definidas. Pero he
ofrecido ese diálogo y ya se ha constituido una comisión con la Liga de
fútbol profesional y con la Federación española de fútbol. Aquí he
hablado de ese diálogo. No venimos a imponer un nuevo marco legislativo;
venimos a proponer que desde el diálogo construyamos todos juntos un
nuevo marco legislativo.

Usted ha manifestado que el ADO se firmó en Televisión Española en el mes
de febrero. Efectivamente, pero del año 1988. Lo que yo he dicho esta
mañana en mi intervención es que, pareciéndome bien el ADO, este nuevo
equipo del Consejo Superior de Deportes, y más concretamente del Gobierno
y, como muy bien ha expresado el Diputado del Partido Popular, con la
directa participación del Presidente del Gobierno, ha garantizado la
viabilidad de ese programa en el que se van a aplicar más de mil millones
de pesetas a partir del año 1997. El ADO, la Asociación de Deportes
Olímpicos, fue una buena idea llevada a cabo en 1998. Lo que yo he
afirmado esta mañana es que esta Administración ha garantizado la
existencia del dinero privado para que colabore en este proyecto.

Ha preguntado S. S. si vamos a despedir personal en federaciones como
natación o atletismo. Supongo que se referirá a estos dos deportes por
ser dos cualquiera, por ser dos deportes importantes; supongo que no se
estará usted refiriendo a ningún presidente en concreto de federación que
pueda más o menos conocer o tener alguna relación con él. Yo he insistido
en que vamos a respetar la autonomía de las federaciones. Y como usted
muy bien ha dicho, no vamos a dar subvenciones para gastos suntuarios. Sí
vamos a financiar actividad deportiva a través de las federaciones. No
seremos nosotros quienes despidamos personal, no seremos nosotros quienes
contratemos personal. Lo que sí va a cambiar --y puede ser una novedad--,
respecto del anterior mandato del Consejo Superior de Deportes, es



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que no se van a dar subvenciones, se va a financiar actividad deportiva a
través de las federaciones.

Ha hablado usted del CEDU y de cuatro que se han ido. Aquí es donde me ha
entrado la duda de si había escuchado usted mi intervención, yo me había
expresado mal o esta intervención la hace usted antes de producirse
determinadas reuniones de los órganos competentes. No se ha ido nadie del
CEDU. Quizá usted está hablando de alguna información recogida en prensa
sobre que en una reunión de los órganos de junta directiva del CEDU dos o
tres personas se marcharon, pero yo le ruego que lo compruebe, si no le
puedo informar, y le digo que el pleno del Comité español de deporte
universitario se reunió y reeligió, con la total asistencia de sus
miembros, a los nuevos cargos de ese pleno y de esa junta directiva, y no
hubo el más absoluto abandono por parte de nadie. Quizá después de leer
usted aquella información no la ha puesto al día, y es lo que le ha hecho
hacer esas manifestaciones esta mañana.

Sobre el IVA y las quinielas creo que ya hemos hablado. Yo no sé si usted
se da por satisfecho. En cualquier caso, han sido públicas las
declaraciones por parte de la ministra en esta Comisión y pública por
parte del presidente del Consejo Superior de Deportes en su reunión con
los clubes profesionales. No tiene previsto este Gobierno hacer ninguna
modificación del IVA que afecte al deporte y al fútbol profesional, y
cualquier modificación en la participación en el derecho de los clubes en
las quinielas debe contemplarse desde la anticipación --repito, señor
Nieto--, debe verse en coordinación desde la anticipación de este plan de
saneamiento, plan de saneamiento, disculpe el señor Nieto que le recuerde
que no firmó este Gobierno.

Habla usted de los conflictos del balonmano, de vela y del fútbol,
conflictos que fueron resueltos en el Consejo Superior de Deportes con la
presencia, entre otros, del presidente del Consejo Superior de Deportes.

En un Estado de Derecho, señor Nieto, los conflictos se pueden resolver
solamente de dos maneras, o por acuerdo entre las partes o por la
actuación de los tribunales. Estoy de acuerdo con usted en que el Consejo
Superior de Deportes --lo he dicho en mi manifestación-- debe tomar su
autoridad moral para tratar de buscar la solución a los conflictos en el
acuerdo y en el consenso, y si no es así, desgraciadamente, legítimamente
dejemos que actúen los tribunales. Me habla usted de conflicto de vela y
quiero recordar que ese conflicto fue resuelto en el Consejo Superior de
Deportes. Me habla usted de conflicto de balonmano y quiero recordarle
que ese conflicto también ha sido resuelto en el Consejo Superior de
Deportes.

En cuanto al tema del fútbol profesional, me parece que he dicho en mi
intervención, y lo reitero, que todas las puertas y los teléfonos del
consejo han estado abiertas y han sido utilizadas y prácticamente se ha
logrado la intervención permanente y constante en busca del acuerdo de la
no ruptura del diálogo entre las partes en el tema del fútbol y en lo que
se refiere al sector del fútbol, y le quiero recordar la reunión que hubo
la semana pasada en el propio Consejo Superior de Deportes a la que
asistieron un número de clubes, y de cara a esa lectura que se hace en
los medios de comunicación de unos que han firmado con un operador y
otros que han firmado con otro, allí estaban todas las partes y se han
creado estas dos comisiones para seguir avanzando en ese diálogo de
mejora, de armonía y de búsqueda de acuerdo en el fútbol profesional.

Terminaré, Presidente, respondiendo a dos preguntas del Diputado del
Partido Popular. Efectivamente, no sólo en el tema del balonmano sino
también en cuanto a los deportistas individuales, ya se han mantenido
conversaciones y reuniones con el Ministerio de Trabajo para ver la
posibilidad del encuadramiento de los deportistas del balonmano y de
aquellos otros deportistas individuales que puedan estar afectados por
una posible relación laboral. Este es un tema pendiente desde hace varios
años, que nosotros hemos abordado, hemos empezado a mantener estas
reuniones con el Ministerio de Trabajo y en los primeros meses del año
1997 creemos que pueda estar resuelto.

En cuanto al adelanto del plan de saneamiento y la intervención en el
programa ADO, creo que han quedado respondidas sus preguntas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado, por su
comparecencia.




La señora SABANES NADAL: Señor Presidente, ¿no tenemos derecho a réplica
cinco minutos?



El señor PRESIDENTE: ¿Cómo le voy a denegar yo a ustedes sus derechos? Lo
que pasa es que no está en la facultad del Presidente modificar hoy por
la mañana el Reglamento. Si alguien me autoriza a ello, tendré mucho
gusto, porque a uno siempre le gusta andar con un cierto criterio de
ordeno y mando. Esta es una sesión informativa, no es sesión de debate.

Las sesiones que dan lugar lógicamente mociones, como son
interpelaciones, como pueden ser proposiciones no de ley, ésas sí que
pueden lógicamente concluir con una réplica, pero se trata simplemente de
que, a través de la información del compareciente y de sus preguntas,
tengan ustedes enriquecido su conocimiento para producir las iniciativas
parlamentarias que les parezca conveniente, pero no está previsto en los
artículos 202 ni 203 que haya réplica a la información, que no tiene otro
contenido más que puramente informativo.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE CULTURA (CORTES
MARTIN), PARA INFORMAR DE LA POLITICA GENERAL EN MATERIA DE AYUDAS AL
CINE ESPAÑOL. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de
expediente 212/000064.)



El señor PRESIDENTE: Continuamos la sesión con la comparecencia de don
Miguel Angel Cortés Martín, Secretario de Estado de Cultura, para
informar de la política general en materia de ayudas al cine español, que
ha sido solicitada por el Grupo Parlamentario Socialista.

Don Miguel Angel Cortés tiene la palabra.




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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE CULTURA (Cortés Martín): Señor
Presidente, quiero agradecer la oportunidad que se me brinda de volver a
la Comisión de Educación y Cultura y hacerlo precisamente para hablar de
política cinematográfica.

La cinematografía y el audiovisual en general, merecen una atención
especial para el Gobierno. El Presidente del Gobierno en el debate de
investidura aludió ya a su importancia, y la Ministra de Educación y
Cultura, nada más tomar posesión de su cargo, se reunió con los
representantes del sector para conocer su opinión e iniciar un diálogo
sobre las medidas a adoptar en favor del cine español. El diálogo con
todos, que se inició --insisto-- nada más tomar posesión de su cargo la
Ministra de Educación y Cultura, ha sido y va a seguir siendo eje de la
acción del ministerio en este campo; diálogo con los distintos sectores
que participan en el mundo cinematográfico y audiovisual y diálogo con
las comunidades autónomas, muchas de las cuales tienen competencias y
políticas cinematográficas; diálogo, señor Presidente, para buscar el
acuerdo, como se ha logrado, en el decreto que desarrollará la Ley de
protección y fomento de la cinematografía a la que luego me referiré, y
diálogo que ya se ha iniciado y que continúa teniendo como fecha límite
enero de 1997 para establecer el marco de las ayudas a la cinematografía,
que es el objeto de esta comparecencia.

Como dijo en esta misma Comisión la Ministra de Educación y Cultura, la
política cinematográfica debe ir orientada a ayudar al cine español a
superar los retos que tiene planteados. Quiero referirme entre estos
retos a cuatro: conseguir más espectadores, lograr una industria fuerte,
ganar mercados y adaptarse a la nueva realidad tecnológica. Estoy seguro,
señor Presidente, que la Comisión compartirá con el Gobierno todos estos
objetivos y ojalá sea también grande la coincidencia en los criterios y
los instrumentos para lograrlos.

Por parte del Gobierno, la política cinematográfica que, como he dicho al
principio, se hará en diálogo con el sector y con las comunidades
autónomas, parte de dos premisas, confianza en el cine español y en que
los españoles quieren ver cine español y respeto a la capacidad de los
españoles para elegir libremente el cine que quieren ver. De nada
servirían cuotas, licencias, subvenciones o cualquier tipo de ayuda o
protección si se creyera que los españoles no quieren ver cine español.

No es ésta la opinión del Gobierno, que está convencido que los españoles
quieren ver cine español y que si propone liberar de ortopedias al cine
español, no considerarlo como un menor o minusválido, es porque confía en
su capacidad, en el talento de quienes lo hacen, y en que se podrá
expresar mejor con la libertad que estimula que con la protección que
anestesia.

Recientemente, tan cerca como el 28 de octubre, en la VIII Conferencia de
Ministros de Asuntos Culturales del Consejo de Europa, la Ministra de
Educación y Cultura manifestó --leo literalmente-- que España considera
que establecer un marco legal adecuado para la conservación del cine y de
las producciones audiovisuales, que van desde la ficción y el documental
hasta las más recientes aplicaciones electrónicas, es urgente y requiere
una convención sobre protección del patrimonio cinematográfico a nivel
europeo. El cine es un legado de importancia decisiva para las
generaciones futuras --destacó expresamente y me sumo a ello--. La
aportación española al patrimonio cinematográfico universal va desde
Segundo de Chomón y Fructuoso Gelabert a Buñuel, Berlanga, Bardem, Saura,
Colomo, Gutiérrez Aragón o Almodóvar, a los premiados con un oscar,
Trueba o Garci, y quedan muchos sin duda por mencionar en esta
enumeración en la que hemos podido referirnos a aquellos que han
destacado de una manera más relevante.

La resistencia del Partido Socialista a modificar la política de
subvenciones anticipadas ha tenido tres efectos muy negativos desde el
punto de vista industrial y dejando estrictamente al margen, como hemos
hecho siempre en todas las intervenciones que hemos tenido sobre esta
materia, valoraciones sobre la calidad artística de las películas.

Algunos datos son conocidos, pero se deben recordar. Otros obedecen a un
estudio que no se había hecho hasta ahora. En cuanto a la pérdida de
espectadores, en 1982 había 36 millones de espectadores de películas
españolas y en 1994, 6.800.000. El número de espectadores de películas
extranjeras descendió también, pero de 119 millones a 89 millones en el
mismo año 1994. Un segundo dato que quiero recordar a la Comisión se
refiere al descenso del número de películas producidas anualmente, con el
agravante de la irreparable desaparición de todo el entramado industrial
de la cinematografía. El el año1982 se produjeron en España 146 películas
--hablo de largometrajes--. En 1994, en el período en el que estaba
vigente la política socialista mantenida tenazmente en favor de las
subvenciones anticipadas por proyectos, se produjeron 44 películas --de
146 a 44--.

El tercer dato que quiero facilitar a la Comisión, y éste es nuevo, señor
Presidente, es la atomización de la producción y la obstaculización a que
surjan grupos industriales que puedan colaborar con grupos europeos
internacionales, dialogar con las televisiones y los grandes grupos
multimedia y enfrentarse al futuro audiovisual. No me remonto al
principio de los tiempos, voy a referirme sólo a los últimos cinco años.

El número de empresas que han producido alguna película en los últimos
cinco años, según los registros que obran en la Secretaría de Estado de
Cultura del Ministerio de Educción y Cultura, es de 187. Pues bien, de
estas 187 empresas, 115 han producido sólo una película. Sólo 59 empresas
han realizado entre dos y cuatro películas, y de las 187 empresas que
están registradas como empresas cinematográficas, sólo 13 han realizado
entre cinco y 22 películas y estoy hablando de los últimos cinco años.

Sólo 13 tienen una producción continuada, después de casi 40.000 millones
de pesetas destinados en ayudas a la cinematografía, de una política
proteccionista cerrada y de una actuación de quienes se les llenaba la
boca diciendo que lo que querían era contribuir a que se crease en España
una industria fuerte. Quiero llamar la atención sobre el dato de que 115
empresas que se han beneficiado de las políticas que había establecido el
Gobierno que entonces gobernaba en España sólo han producido una
película. Por eso, cuando decimos que los objetivos



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más importantes son los de conseguir el aumento del número de
espectadores y que se cree en España una industria fuerte, nos lleva a
concluir que la política que se tiene que desarrollar tiene que ser una
política hecha en diálogo con el sector, con plena transparencia, con
debate parlamentario, y ojalá que con acuerdo parlamentario, pero
ciertamente una política distinta de la que se ha venido llevando hasta
la fecha que ha tenido estos resultados.

Volvamos a los objetivos: conseguir espectadores, una industria fuerte,
ganar mercados y adaptarse a la nueva situación tecnológica. Es evidente
que no se pueden perseguir aisladamente y también que la política
cultural en una sociedad libre debe favorecer las condiciones en que los
creadores puedan realizar su obra y en que los ciudadanos puedan tener
acceso a la misma procurando remover los obstáculos que dificulten una y
otra actividad, tal y como prescribe la Constitución española. Conviene,
pues, analizar la situación como requisito previo para buscarle remedio e
insistir en que el mayor problema del cine español es la falta de
espectadores, y el principal defecto de las políticas que se han seguido
hasta ahora es que se han hecho de espaldas a los mismos. Para bien o
para mal, señor Presidente, no se puede obligar a nadie a ir al cine, y
no hay otra forma de conseguir espectadores, no hay otra forma de que el
cine español tenga futuro que haciendo un cine que guste a los españoles,
y no es el Estado, no son los poderes públicos, los que tienen que hacer
películas, ni siquiera los que tienen que decidir cuáles son las que
deben gustar al público.

He dado los datos de 1982 a 1994, porque a partir de 1995, nada más
aprobarse la Ley de fomento y protección de la cinematografía, cuyos
debates recordarán muchos de los miembros de la Comisión y muy
especialmente el señor Clotas, que fue portavoz socialista en la ocasión,
el Gobierno socialista a partir de 1995, digo, adoptó la posición que en
esos debates y con anterioridad había venido defendiendo el Partido
Popular. Con el permiso de la Presidencia paso a leer el «Diario de
Sesiones» de la Comisión de Educación y Cultura, en aquella ocasión yo me
sentaba del otro lado de la mesa. Pido perdón a la Comisión por la
incorrección de la autocita, pero en ese momento en nombre del Grupo
Parlamentario Popular dije: Frente a unas subvenciones a la
cinematografía que inciden de manera fundamental en las subvenciones por
proyecto, que las decide el Gobierno, pedimos que de esos fondos se
reserve un 80 por ciento a ayudas a la cinematografía en función del
respaldo de los espectadores y que sólo un 20 por ciento se pueda
destinar a jóvenes realizadores, cine de especial riesgo, cuestiones
experimentales, etcétera, que pueden necesitar este tipo de ayuda.

En dicha sesión --está en la misma hoja del «Diario de Sesiones»-- en
nombre del Grupo Socialista me contestaba el señor Clotas: «El Grupo
Parlamentario Popular propone que el 80 por ciento de las ayudas se den
en relación con los rendimientos de taquilla y que sólo un 20 por ciento
se dediquen a ayudas directas.» Como puede observar la Comisión, la
capacidad del Grupo Socialista de sintetizar la posición del Grupo
Popular es admirable. «Las ayudas en relación con el rendimiento de
taquilla están vigentes desde el reglamento de 1989, y el Gobierno dedica
una parte de sus disponibilidades que, desde luego no corresponde al 80
por ciento que pretende el Grupo Popular.» Y continuaba: No se puede
tomar de repente una medida tan radical que pudiera ser una medida que
matara al enfermo --«Diario de Sesiones» de la Comisión de Educación y
Cultura celebrada el miércoles 9 de marzo de 1994.

Pues bien, pocos día después de ser aprobada en el Pleno, sin los votos
del Partido Popular, la ley que entonces se llama de fomento y protección
de la cinematografía, que era el mismo Decreto-ley de medidas urgentes
para la cinematografía, el Gobierno que está entonces cambia de opinión y
adopta exactamente los porcentajes que había pedido el Grupo Popular en
una enmienda que, como se puede suponer, fue rechazada en los debates de
esta Comisión y que había dicho el señor Clotas que no se debía hacer: 80
por ciento ayudas automáticas, 20 por ciento ayudas concedidas por
proyecto para cine de especial calidad, de jóvenes realizadores y para
cine de especial riesgo, a las pocas semanas de ser aprobada esta ley y
de ser rechazada la enmienda del Grupo Popular.

Esa medicina que podía --creo que es la expresión-- matar al enfermo ha
tenido como resultado, cuando se ha aplicado la política que venía
pidiendo el Partido Popular, un aumento de la producción, que en el año
1995 ha sido de 56 largometrajes --recuerdo a la Comisión que estábamos
en 44 en el año 1994-- y en el año 1996, hasta hoy, ha sido de 72, y el
número final, según los datos que obran en el Instituto de Cinematografía
y de las Artes Audiovisuales, puede acercarse a los 80, primera
consecuencia de esta medida propuesta por el Partido Popular y que podía
matar al enfermo.

Segunda consecuencia de esta misma medida, aumento, bien es verdad que
tímido, de la aceptación del público: en cuota de mercado se pasa del 7
por ciento en el año 1994 al 12 por ciento en el año 1995. De los menos
de siete millones de espectadores de películas españolas en el año 1994
se ha pasado a más de once millones y medio en el año 1995, cuando se
deja de aplicar la política que había venido manteniendo el Partido
Socialista a lo largo de once años de tenaz resistencia, simplemente por
empecinamiento, a pesar de que los resultados eran evidente y se veían en
las cifras que se hacían públicas año tras año. La cuota de mercado es
verdad que se mantiene en torno al 10 por ciento, altamente
insatisfactorio, porque, pese a algunas declaraciones que se han podido
hacer, nunca se había perjudicado tanto la cuota de mercado del cine
español ni se había beneficiado tanto la cuota de mercado del cine de los
Estados Unidos como en los trece años de Gobierno socialista. Yo
comprendo que para defender lo indefendible saben los clásicos que no hay
mejor defensa que un buen ataque, y se puede decir por parte de quienes
han defendido tenazmente que hay una política que defiende los intereses
de las majors cuando en el año 1982 había una cuota de mercado del 23 por
ciento del cine español y en el año 1994 del 7 por ciento, y la cuota de
mercado del cine de los Estados Unidos pasa, en el mandato de quienes
ahora dicen que el Partido Popular quiere favorecer la política



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de las majors, en este tiempo, de 1982 a 1994, del 45 por ciento al 72,3.

Jamás en los cien años de historia del cine español el cine producido en
los Estados Unidos había tenido una posición tan ventajosa en España.

Esto por lo que se refiere a la cuota de mercado, pero quiero informar
también a la Comisión de datos absolutos en cuanto a recaudación. En el
año 1982 el cine español ingresó en taquilla 6.222 millones. Sin hacer
ninguna actualización de la peseta, en el año 1994 se ingresaron 3.099.

La misma comparación del cine producido en los Estados Unidos nos lleva a
pasar de 12.400 millones en el año 1982 a 31.000 millones en el año 1994.

Esta es la política que se hacía para favorecer al cine español, a
diferencia de la política que se viene haciendo en estos cuatro meses,
que sólo está dirigida, como pueden saber SS. SS., a favorecer al cine de
los Estados Unidos.

La cuota de mercado sobre recaudación ha pasado en el año 1995, cuando el
Partido Socialista ha dejado de aplicar la política que había mantenido
durante doce años y a la que se había opuesto el Partido Popular, al 12
por ciento de cuota de espectadores de cine español y al 71 por ciento de
cuota de espectadores de cine de los Estados Unidos. Estos son los datos,
señor Presidente, señores miembros de la Comisión de Educación y Cultura,
y entiendo que la dura verdad puede molestar a quienes, al igual que el
calamar, echan tinta para que se vea cuál es el balance de una política
que sin duda ha hecho un grave daño al cine español, pero que se va a
remontar, porque afortunadamente esta política no se sigue aplicando y
hay una gran capacidad del sector cinematográfico y audiovisual español.

Queda mucho por hacer, señor Presidente, y mucho es lo que pretende hacer
este Gobierno. Hay que tomar distintas medidas que serán resultado del
diálogo con los sectores afectados y con las comunidades autónomas, y en
el seno de la Unión Europea y en el seno de la comunidad iberoamericana
de naciones. La ley, que se aprobó por mayoría, por supuesto --si no, no
se hubiese aprobado--, pero con una oposición de una parte del Parlamento
y desde luego de los sectores que participan en la creación
cinematográfica, en su difusión y en su exhibición, se va a desarrollar
con el acuerdo de todos los sectores, no sólo de los exhibidores, no sólo
de los distribuidores, no sólo de los productores, de todos los la
Administración, y espero que también se pueda hacer con el respaldo de
los grupos de oposición, que entiendo que tienen que rectificar la
política que han mantenido tenazmente durante doce años, pero este
Gobierno, dialogando, ha logrado que esa ley, que se aprobó en medio de
una gran polémica, se desarrolle con el acuerdo de todos, sin excepción,
los sectores afectados y de las comunidades autónomas, todas las cuales
han sido consultadas sobre el texto de este decreto.

Se ha llegado a este acuerdo avanzando en la liberación del mercado,
desactivando parcialmente las licencias de doblaje, que debieron haber
sido suprimidas en 1994, cuando se constató que ya no servían para el
cine español y que iban a conducir a una mayor confusión del mercado y a
un gravísimo perjuicio a la distribución española, y por culpa de quienes
apoyaron esa ley están en la ley, es un marco que nos obliga, pero cuanto
antes se supriman, mejor, y desde luego lo que va a hacer este Gobierno
es avanzar en la línea de la superación de este tremendo anacronismo que
existe en la política cinematográfica española. Se ha avanzado también en
la flexibilización de las cuotas facilitando las coproducciones,
inexplicablemente sofocadas por la política socialista que, frente a las
reiteradas recomendaciones del Consejo de Europa, se negó a firmar la
Convención europea de coproducciones, que hemos debido hacer el pasado
mes de septiembre para poder ser uno de los países líderes en la
producción europea. Finalmente, el reconocimiento de que hoy en día las
taquillas son informáticas. No existía en la legislación española ninguna
referencia a la regulación del uso de la informática en las taquillas,
aunque se hizo algo en la etapa anterior, pero esta informatización que
el Gobierno va a impulsar de manera decidida es esencial también para
conseguir la transparencia y disponer de datos que deben ser públicos y
que yo entiendo, y creo que entenderán también la Comisión y la opinión
pública, a la vista de cuáles son estos datos, que hubiese un especial
interés porque no se conociesen. En este sentido, señor Presidente, se
deben reformar las grandes orientaciones de las ayudas. Las ayudas, señor
Presidente, van a seguir siendo básicamente automáticas.

El Estado no debe decidir las películas que se hacen ni desde el punto de
vista jurídico (pudo haber sido en un momento la censura) ni desde un
punto de vista económico. El cine, como todo arte, no debe ser oficial,
ni el Estado convertirse en un productor de películas u orientador de los
gustos del público. Los profesionales del cine han de estar en contacto
con el público y los productores deben saber elegir los temas que
interesan al público, especialmente en el plano cultural.

Las ayudas deben de estar orientadas fundamentalmente a estimular la
producción y renovar las estructuras de producción, distribución y
exhibición. Se deben mantener las ayudas para amortizar películas
deficitarias, o que se invierta la ayuda en nuevas producciones, de
acuerdo con el modelo europeo.

Los porcentajes serán los mismos básicamente: el 15 por ciento general,
25 por ciento complementario o el 33 por ciento. Sin embargo, va a haber
modificaciones. Yo lamento en este punto no poder decir cuál va a ser el
contenido del decreto que regule el marco de las ayudas de la
cinematografía. ¿Por qué? Por varias razones que entenderá la Comisión.

Se van a mover dentro de esta política general de diálogo con el sector y
las comunidades autónomas; estamos en ese proceso; se llegó ya al acuerdo
para el desarrollo de la Ley de Fomento y protección de la
Cinematografía, se va a llegar también --esperamos-- al acuerdo para
hacer posible el decreto que desarrolle la legislación vigente en el
terreno de las ayudas, pero hay que hacerlo dialogando con el sector y
las comunidades autónomas y moviéndonos en los márgenes que nos fije el
Parlamento de las disponibilidades presupuestarias que tenga el Instituto
de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.

Quiero manifestar en la Comisión que va a haber un criterio decisivo que
va a ser el de la aceptación del público.

Las ayudas autonómicas, pese a muchas ligerezas que se han dicho, no
exentas de demagogia por parte de algunos



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responsables políticos, dentro de este efecto calamar que quería que la
tinta nublase los datos para que no se conociese cuál era el balance de
su gestión, han demostrado no estar reñidas con el cine de calidad en el
caso del cine español.

El Gobierno tiene una buena opinión del público español. El Gobierno cree
que el público español sabe elegir el cine que quiere y que además
coincide con lo que se pueda entender como mejor cine.

Es este sentido, señor Presidente (y éste es otro dato que también
obedece a los estudios que se han venido realizando, porque ya digo que
la información era muy escasa, pues no había un tratamiento adecuado de
los datos que obraban en el antiguo Ministerio de Cultura), examinemos
las ayudas complementarias a películas de especial calidad y veremos que
su recaudación media es superior a la media del resto de las películas.

Es decir, cuando el Misterio de Cultura, en la etapa anterior,
encomendaba a un comité de expertos que dijese cuáles eran las películas
que sólo a su juicio eran de más calidad, y por eso se les daba una ayuda
complementaria de 30 millones de pesetas, ese comité de expertos
coincidía con las orientaciones del público español, que también había
ido en mayor porcentaje a ver esas películas.

No hay, por tanto, esa diferencia que se ha querido establecer para
justificar una política profundamente equivocada y profundamente dañina
para el cine español y para la industria cinematográfica entre lo que han
opinado los expertos y lo que ha opinado el público, a juzgar por los
datos de que disponemos (expertos, quiero recordar, designados por
quienes tenían la responsabilidad del Ministerio de Cultura hasta este
año).

En el año 1992 hubo nueve películas que recibieron esta ayuda a la
especial calidad. La recaudación media de las películas españolas
estrenadas ese año fue de 84 millones de pesetas. Esas películas de
especial calidad obtuvieron una recaudación media de 105 millones de
pesetas. El éxito de taquilla coincidía con los expertos de una manera
muy notable.

El año 1993 queda más claro que no se puede tener esta visión elitista
que tienen quines quieren difuminar el fracaso de su política, esta
visión elitista de decir que el público si elige libremente lo hace mal,
porque la recaudación media de las películas españolas estrenadas en el
año 1993 fue de 75 millones de pesetas. Las 10 películas que obtuvieron
la ayuda de especial calidad, a la que se destinaron 300 millones de
pesetas, tuvieron una recaudación media de 269 millones de pesetas. Es
decir, el público masivamente coincidía también con los expertos.

En el año 1994 la relación es : 64 la media de todas las películas, 83
millones la recaudación media de las que obtuvieron esta consideración de
películas de especial calidad, que sólo fueron cinco. Las siete películas
que obtuvieron tal condición en el año 1995, obtuvieron una recaudación
media de 94 millones, que se compara con los 85 millones de recaudación
media que tuvieron las películas generales. En el año 1996 las siete
películas que obtuvieron esta condición de películas de especial calidad,
obtuvieron una recaudación media de 265 millones, cuando la recaudación
media de las películas españolas fue de 121 millones de pesetas.

Este dato probablemente se podría haber dado antes, y la verdad es que ha
habido muchas cosas que ir viendo para ir conociendo muchos datos muy
difíciles de conseguir por la política de confusión que se había tenido
en las etapas anteriores. Probablemente si este dato lo hubiese dado en
un seminario en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en
Santander, se hubiesen evitado muchas consideraciones sobre lo peligroso
de confiar en la capacidad de elegir y en la mayoría de edad del público
español, que es el mismo que tiene capacidad de decir quién quiere que
les gobierne y que es el mismo que contribuye con sus impuestos a
mantener la política cinematográfica y todas las políticas.

Las ayudas a los nuevos realizadores se mantendrán. Es estas mesas de
diálogo habrá que ver qué criterio se debe seguir tanto para estas nuevas
obras como para las producciones experimentales. Se otorgarán sólo cuando
el historial del director, el interés del proyecto y la garantía de
financiación y difusión evidencien la seguridad de la inversión de la
ayuda, y lo decidirá un comité, y no el dedo del político que pueda tener
una responsabilidad eventual en ese momento. Ocurrirá lo mismo con las
ayudas a cortometrajes, o las ayudas a guiones. Conviene conocer un dato
para que se vea que hasta ahora las cosas no se han venido haciendo bien
y se tenían que hacer de otra manera. De 1990 a 1995 se han conseguido
179 ayudas a guiones. De esas 179 ayudas sólo 12 guiones han servido para
que se haga una película ya realizada.

Es opinión del Gobierno --se planteará en las mesas de negociación-- que
estas ayudas no deben limitarse a ayudar a unos guionistas a escribir más
guiones que queden después guardados en los archivos, sino que deben
ayudar a la industria a mejorar los guiones de las películas que producen
y las condiciones deberán ser --pero ésta es la posición de partida del
Gobierno-- que exista un productor o televisión comprometido por contrato
y que cuando se produzca la ayuda financiera facilitada revierta al fondo
para que se pueda seguir ayudando y seguir manteniendo esta industria.

Creo que tiene especial importancia en la política de ayudas las
referidas a los créditos. La industria de producción necesita para
financiar sus obras un importante volumen de tesorería que invierte en un
período breve de tiempo, por lo que es un requisito imprescindible contar
con una política de créditos que no sólo abarate el coste del dinero sino
que simplifique el sistema de avales, teniendo en cuenta la solidez del
proyecto y las garantías que representan los negativos de las películas
de los productores. En la política de bonificación de créditos
proyectamos, por tanto, avanzar en el sistema de avales y conseguir que,
a nivel europeo y como política de apoyo a las coproducciones, funcione
un fondo de garantía que dará estabilidad al desarrollo industrial del
sector. Esta ha sido la posición que ha defendido el Gobierno a través de
la Ministra de Educación y Cultura en las reuniones del Consejo de
Ministros de Cultura y el Audiovisual, y que seguiremos defendiendo y que
volveremos a plantear en la reunión del mes de diciembre en Luxemburgo.




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No es con subvenciones ni con dirigismos institucionales como se
construirá una industria cinematográfica y audiovisual, sino
complementando las iniciativas empresariales y la creatividad cultural
independientes. En cambio, sí es fundamental conseguir que la industria
del cine cuente con fuentes de financiación diversificadas y bien
dotadas, que deben contemplar a distribuidores, exhibidores e industrias
técnicas. La financiación, tanto la que se haga en España como la que se
haga en instancias europeas, está en vías de solución, por lo que el
mayor esfuerzo debemos hacerlo en promoción para que, efectivamente, las
producciones puedan amortizarse. Las iniciativas deben ser del sector
industrial, reservándose el Estado la tarea de apoyar y crear los marcos
adecuados en festivales, mercados internacionales, etcétera.

El fomento de las coproducciones hace que los productores inicien sus
proyectos con vocación internacional tanto en cuanto a producciones de
mejor distribución, como a la posibilidad de encontrar en otros países
ayudas para montar sus películas con mejores medios. El Ministerio de
Educación y Cultura apoyará los planes concretos de los productores y
colaborará con todas las instituciones y departamentos en esta proyección
internacional, como el Instituto de Crédito a la Exportación del
Ministerio de Asuntos Exteriores, y velará porque España pueda
desenvolverse libremente en lo que es su ámbito más natural, el ámbito de
la cultura en español, el ámbito de la cultura con Iberoamérica. Por eso,
este Gobierno tiene una posición crítica respecto de una idea obsoleta
ya, como es la idea de la excepción cultural europea. No son excepciones
lo que necesita la cultura europea, sino marcos favorables, promociones,
ayudas para que exista esta industria cinematográfica y audiovisual que
permita que cada uno de los Estados que forman parte de la Unión Europea
puedan desarrollarse en los terrenos en los que les son más favorables.

El propio sector se ha dado cuenta de ello. Iniciativas como Midia 96 han
tenido un enorme éxito. Se va a avanzar en esta línea y el mercado
audiovisual iberoamericano es una realidad que ha roto ya los corsés que
se querían imponer, y es nuestro compromiso, desde luego el del Gobierno,
pero creo que es el de todo el Parlamento, impulsar en esta dirección,
superar estos obstáculos artificiales que se pueden poner y que además
hoy son imposibles por este avance tecnológico.

Este es el último punto, señor Presidente, al que quería referirme.

Muchas veces cuando se oye hablar de las cuotas, las licencias, las
excepciones culturales europeas, tiene uno la sensación de que estamos
como en la Constantinopla de mediados del siglo XV, cuando se estaba
discutiendo sobre el sexo de los ángeles mientras los turcos la tenían
asediada. Aquí estamos hablando muchas veces de auténticas antiguallas,
como las licencias de doblaje, o como excepciones culturales europeas
cuando con la tecnología digital, por ejemplo, multiplicando las
posibilidades de emisiones en todo el mundo y desapareciendo las barreras
entre telecomunicaciones, computadores y electrónica, surge un problema
distinto, en el que la dicción se transforma en múltiples formas
audiovisuales, donde las alianzas internacionales desbordan los estrechos
límites administrativos y en el sector del cine, de las
telecomunicaciones y audiovisual estamos en una carrera frenética por ver
quién produce más, quiénes tienen más derechos sobre títulos producidos y
qué concentraciones de empresas son mayores. Es un proceso de
concentración no sólo entre el mundo de la televisión y del cine, sino
que también --y esto constituye un acontecimiento de consecuencias
incalculables para el aumento de la producción-- asistimos a la
incorporación acelerada a esta concentración de los grandes de la
informática, de la telecomunicación y la electrónica.

Esta concentración de medios, la estrategia de grupos multimedia se ha
acelerado ante la llegada de la tecnología numérica, la próxima
multiplicación de canales, la interactividad, las imágenes de síntesis y
virtuales, o los parques temáticos. Todos estos sectores muchas veces
tratan de rentabilizar las inversiones difundiendo películas, programas y
juegos. El ordenador personal se ha convertido ya en un aparato
multimedia. La complementariedad entre la producción y la difusión es la
razón de la importancia actual de promover el aumento de la producción y
de la circulación de estas producciones, y es a estos retos a los que se
tiene que prestar también atención por parte de la política de un
Gobierno responsable. Este Gobierno lo va a ser, y espera contar en esto
no sólo con la colaboración y el apoyo de los sectores involucrados, con
quienes está contando y se está llegando a acuerdos, sino que está seguro
de que contará en ello, señor Presidente, con la colaboración de todos
los grupos parlamentarios representados en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: En primer lugar, hará uso de la palabra el grupo
solicitante de la comparecencia, el Grupo Parlamentario Socialista. El
señor Clotas tiene la palabra.




El señor CLOTAS I CIERCO: Yo quisiera agradecer al secretario de Estado,
en nombre del Grupo Socialista, su primera comparecencia para informar de
un aspecto muy importante y muy decisivo de la política cultural, como es
el cine. También quisiera agradecerle los datos que nos ha dado, algunos
conocidos y otros no tan conocidos; los vamos a estudiar con mucha
atención, que creo que es lo que debe hacerse siempre desde una política
responsable, pero ya quisiera adelantarle que algunos de los datos han
sido valorados por el secretario de Estado de una manera incorrecta, y él
lo sabe, porque retrotraerse al año 1982 en muchos de estos datos para
hacer la comparación, es querer olvidar que en el año 1986 se produce
algo nuevo en España, que es la irrupción de las televisiones privadas, y
hay un descenso de los espectadores que, efectivamente, no se podía
evitar, porque supongo que el secretario de Estado era partidario de que
se regularizaran en España las televisiones privadas. Por tanto, en el
descenso de espectadores en España y en todo el mundo han concurrido una
serie de factores. Pero si nos atenemos a los años más recientes
--después ya de ese impacto de las televisiones privadas y otras
innovaciones que han producido un descenso de los espectadores--, a
cifras desde 1989 hasta



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1995 --y aquí tengo un cuadro publicado por el Ministerio que él
conoce--, tanto el número de espectadores como la recaudación tienen
cifras que van generalmente en aumento, aunque es verdad que en 1994 hay
un pequeño bache, pero van en aumento y, desde luego, no responden para
nada a la visión catastrofista que produce el compararlo con el año 1982
donde, por una parte, no había televisiones privadas y, por otra, no se
habían desarrollado tanto formas que evidentemente distraen a los
espectadores de acudir a las salas cinematográficas. Pero no dude el
secretario de Estado que analizaremos todas las cifras que nos ha dado.

Señor Cortés, durante estos 13 años de cine español, con esta política
que usted ha descalificado tanto (si me permite una ironía, si es verdad
eso de que lo indefendible se defiende con un buen ataque, yo creo que su
intervención ha sido, sobre todo, un ataque a la política que le ha
precedido, de modo que quizá está defendiendo lo indefendible, pero lo
digo como una ironía) y que tuvo el desliz, por no llamarlo de otra
manera, de compararlo negativamente con el cine de la dictadura, en estos
años, repito, el cine español no sólo se ha mantenido dignamente, sino
que ha tenido triunfos muy considerables. Hoy el cine español, en
palabras de una persona como Cabrera Infante, es el mejor cine de Europa;
yo no estoy seguro de que sea el mejor cine de Europa, pero lo ha dicho
una persona que sabe de cine y que tiene alguna autoridad para decirlo.

Pero en estos años se han producido muchas cosas positivas, señor Cortés,
que usted quiere ignorar. Se ha producido cine en España --ya es
importante que en un país europeo se produzca cine, debido a la
competencia de la industria norteamericana-- y no sólo en Madrid, se ha
producido cine en el País Vasco, se ha producido cine en Cataluña,
incluso en Galicia, lo cual es bueno para la pluralidad cultural y es
bueno para España. Se han obtenido éxitos en festivales importantísimos,
premios muy importantes, entre otros, naturalmente, hay que destacar los
dos Oscar que ha conseguido el cine español.

En estos años, señor Cortés, aparte del bache que supuso la entrada en
funcionamiento de las televisiones privadas, se ha mantenido un nivel
importante de espectadores; y algunos años, como 1995 --y usted lo ha
citado--, incluso hubo una mejora que proporcionó dos puntos en la cuota
del cine español en nuestras pantallas. En estos años, y creo que no hay
que despreciar nada de esto, señor Cortés, han aparecido numerosos
realizadores jóvenes nuevos, nuevos actores, nuevos técnicos; es decir,
el cine español se ha renovado porque ha irrumpido --y algo tendrá que
ver la política del Gobierno socialista-- en el cine una nueva generación
que, además, ha cosechado éxitos.

En estos años, señor Cortés, se han producido películas que hoy forman
parte ya del patrimonio cultural de todos los españoles, como Los Santos
Inocentes, como Belle Epoque, como El Sur, como Amantes, El Sol del
Membrillo, Días Contados, etcétera. Podría dar una larguísima lista de
películas que están ya en la historia del cine, no solamente español.

Seguramente cometo una cierta injusticia al citar algunos títulos, porque
hay muchísimos que no voy a enumerar y que también habría que citar. De
todo este cine que se ha producido usted debería estar tan orgulloso como
lo está el Grupo Socialista.

En estos años, señor Cortés, se han dado las bases para que exista una
verdadera industria. Es cierto que padecemos una debilidad empresarial,
que creo que no se puede analizar con la simplicidad con la que usted la
ha analizado; yo no le voy a negar el dato, pero sí le niego la
simplicidad con la que usted la ha analizado. Pero existen esas bases y
es muy peligroso que en este momento una discontinuidad, una ruptura
brusca, que desde luego no se produjo en 1995, pudiera llevar esta
dinámica, que yo entiendo positiva, hacia una dinámica no tan positiva.

Todo esto, señor Cortés, se ha hecho con un aporte importante por parte
de los contribuyentes, es cierto. Las ayudas a la cinematografía, al
fondo, eran en los dos últimos años más o menos de 4.000 millones, es
decir, 3.000 millones, por una parte, del fondo, y un capítulo que usted
olvida --no lo olvida, lo ha citado, pero no lo tiene dotado este año en
los presupuestos--, el de activos financieros, avales, en el que había
seiscientos y pico millones. El Grupo Socialista, en el proyecto de
presupuestos que a usted no le gusta nada, que no llegó a aprobarse,
había propuesto elevar el fondo a 4.000 millones, que es más o menos la
cantidad que entre avales y fondo había en el presupuesto anterior, hoy
prorrogado. Lo que han hecho ustedes es eliminar prácticamente los
avales, los activos financieros, y dejar el fondo en 3.000 millones, lo
cual es una disminución muy importante.

Ese es un coste, efectivamente, que pagan todos los ciudadanos. Pero ese
coste, señor Cortés, es inferior al de otros países como el Reino Unido o
Francia, y ese coste es absolutamente necesario para poder mantener una
cinematografía en cualquier país europeo. Y no se puede discutir. Podemos
discutir si la forma de que esas subvenciones lleguen es mejor en un
porcentaje o en otro, efectivamente, se puede discutir, se puede haber
cometido algún error, a lo mejor sí; pero lo que no se puede discutir,
señor Cortés, es que eso es necesario.

Usted ha hablado muchísimo de diálogo y ha hablado muchísimo del sector.

Pero yo le quiero decir una cosa, señor Cortés: el sector no está de
acuerdo con esa disminución presupuestaria, no lo está. El sector es
verdaderamente muy prudente, y usted lo sabe, como yo, porque se ha
filtrado --si yo tengo esta carta usted también la conoce, porque en el
sector se ha filtrado, y lo conoce todo el mundo--, que el Presidente de
la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles se
ha dirigido al Presidente del Gobierno mediante una carta de la que sólo
voy a leer un párrafo, porque coincide muchísimo con la preocupación del
Grupo Socialista, y el Grupo Socialista no ha entrado en contacto con
ellos, o la federación de productores no ha entrado en contacto con el
Grupo Socialista. Dice la federación: Este recorte supondría la
paralización del rodaje de gran número de películas durante el año 1997
y, como consecuencia, un notable retroceso en la consolidación del modelo
industrial que todos deseamos. Has de tener en cuenta que en este caso la
inversión pública actúa como factor multiplicador de las inversiones
privadas, cadenas de televisión, distribuidoras de cine,



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grupos financieros y productores, que en su mayor parte desplazarían
éstas a otras actividades. Como puedes imaginar, un estancamiento en la
producción del cine español no supondría una disminución de la demanda de
espectadores, sino que ésta sería atendida por la ávida oferta de
cinematografías foráneas. La cuota de mercado que perdería el cine
español a lo largo de 1997, después de la recuperación del pasado año y
del actual, se tardaría muchos años en volver a conseguir.

No son palabras del Grupo Socialista, pero se parecen mucho, señor
Cortés; es lo mismo, efectivamente, que por coincidencia --porque yo no
conocía esta carta que parece que conoce todo el mundo-- hemos estado
diciendo en el debate de los presupuestos.

Por tanto, la opinión de ese sector, con el que ustedes hacen bien en
dialogar, y con el que nosotros hemos dialogado y seguiremos dialogando,
es, como mínimo, digámoslo, de inquietud ante su política. ¿Por qué de
inquietud, señor Cortés? Porque su política no está clara. Por un lado,
hablan ustedes de continuidad, de mantenimiento --lo ha dicho ahora-- de
ayudas; por otro lado, anuncia un cambio (en el Senado lo anunció para
enero, dice que hay que cambiar, que no valen las ayudas ortopédicas). De
manera que ahí hay una constante contradicción. Se ha contradicho usted
en otras ocasiones. Usted ha dicho que, efectivamente, las ayudas deben
acompañar la taquilla; pero en otras ocasiones (y ha aparecido en la
prensa, señor Cortés, y me parece que fue en esta misma Casa, aunque no
en esta misma sala, donde usted lo manifestó) usted se ha quejado también
amargamente de que películas que conseguían una buena recaudación en
taquilla, como las de Almodóvar, tuvieran esa ayuda. Quiero decirle,
señor Cortés, que Almodóvar es un buque insignia de nuestra
cinematografía. Almodóvar está entre los seis únicos realizadores en el
mundo que cuando acaba una película tiene inmediatamente comprada otra;
solamente hay seis.

De todo esto tenemos que sentirnos orgullosos; algo tendrá que ver la
política que se ha hecho y en algo lo está amenazando la política que
ustedes en este momento anuncian pero no anuncian, amagan pero no dicen,
y, desde luego, sí estamos ante una realidad incontestable.

Ustedes han disminuido los recursos del cine español para el próximo año,
y esto va tener consecuencias. Lo dice el presidente de los productores,
pero yo también le digo que eso va a tener consecuencias, porque, como no
hace mucho manifestó su director general de Cinematografía, ese dinero no
era suficiente y dejaba un déficit que me parece que había valorado en
1.700 millones. Por tanto, si ese dinero no era suficiente, la
disminución drástica de esa partida que hacen ustedes para el año próximo
tendrá consecuencias, no lo dude usted.

La liberalización de cualquier cine en Europa es absolutamente peligrosa,
señor Cortés, porque el problema del cine americano no es sólo un
problema de opción de los espectadores y usted lo sabe perfectamente.

Usted sabe que el cine americano es un gran cine, aunque no todo. Hace
algunos años, decía el vicepresidente de la MPA al entonces Ministro de
Cultura español, señor Solé Tura: Nosotros hacemos, lo sabemos, películas
buenas, películas regulares y películas malas, pero las vendemos todas y
las hemos de vender todas. Efectivamente, el cine americano necesita eso
y, como necesita eso y necesita el mercado español, se introduce no
solamente por la opción de los espectadores, que seguro que no quieren
cine americano malo, sino porque tienen una poderosa maquinaria. Usted lo
sabe exactamente igual que yo, tienen una poderosa maquinaria que hace
que muchas veces las películas españolas no puedan permanecer en un
determinado cine aunque tengan éxito; una poderosa maquinaria que influye
en la distribución, que influye en todos los sectores, y para la que
España es ya un mercado imprescindible.

Por tanto, señor Cortés, si queremos que haya cine español, habrá que
ayudarle. Por cierto, el Parlamento Europeo está defendiendo con fuerza
esas cuotas y esas licencias que a usted no le gustan y está señalando al
comisario señor Oreja, así como lo ha hecho la asociación de realizadores
europeos, que prácticamente ha declarado al señor Oreja persona non
grata, porque están viendo en la renovación de la directiva de televisión
sin fronteras una operación para eliminar cualquier forma de excepción
cultural. Fíjese que le digo cualquier forma porque creo que ha de
existir alguna forma. Están en una línea, señor Cortés, que es altamente
perjudicial para esas cinematografías.

Usted ha dicho una cosa que es cierta, que no solamente estamos hablando
de cinematografía, estamos hablando de algo muchísimo más importante,
donde se mueven intereses todavía mucho más poderosos, como es todo el
mundo audiovisual que está también detrás de esta batalla por el cine.

Hay conjeturas, se lo digo como una conjetura, no le digo que yo la
comparta, que se me entienda bien, hay quien dice que hay una operación,
a la que podría no ser tan ajeno nuestro comisario en la Comisión
Europea, para llegar a una negociación en la que, sobre la base de
sacrificar cualquier forma de excepción cultural a favor del cine, se
pudiera llegar a un control de contenidos que fuera mucho más allá del
cine y que incluyera el internet y todo ese enorme mecanismo que va a ser
el audiovisual. Hay una definición de televisión que se ha apuntado, y
creo que es también original del señor Oreja, que está levantando mucha
polvareda: que el cine son impresiones, animadas o no y con sonido o no.

Sabe usted perfectamente que eso tiene consecuencias.

Señor Cortés, quisiera terminar mi intervención diciéndole que usted va a
tener la colaboración del Grupo Socialista y, además, en términos de
responsabilidad, de racionalidad y de seriedad. Si en algún momento hay
que reconocer que alguna de las decisiones fue equivocada, le aseguro que
a este portavoz y al Grupo Socialista eso no les preocupa, les preocupa
el porvenir del cine español y les preocupa la vaguedad de sus
propuestas, porque usted ha hecho un ataque en toda consideración a lo
que fueron los años que le precedieron, pero se ha limitado a frases,
algunas contradictorias, señor Cortés, y a aceptar, porque supongo que
esto se lo habrá impuesto el compañero de Gobierno de la señora ministra,
el señor Rato, un recorte en el presupuesto que el sector con el que
quiere dialogar está denunciando con discreción pero con claridad, y así
lo ha expresado en la carta que le he leído.




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Quiero terminar, ahora sí, diciéndole que cine español habrá --y no es la
primera vez que le digo esto-- si hay una voluntad política seria para
que haya cine español, una voluntad política seria que sin duda a todos
nos obligará a rectificar algo, pero a usted, señor Cortés, le obligará a
rectificar esa retórica de que cualquier forma de protección es una
especie de muleta anacrónica, babilónica o de Constantinopla. Eso lo
tendrá que rectificar porque, sin una fórmula de protección muy clara,
señor Cortés, muy clara y no ambigua, el cine español va a pasar de la
cuota que tiene ahora a la cuota del 1 por ciento o a desaparecer. Ese es
el reto que tenemos delante, señor Cortés, ése es exactamente el reto al
que usted tiene que hacer frente.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos parlamentarios que quieran fijar posición?
(Pausa.)
En primer lugar, por el Grupo Mixto, el representante del Bloque Nacional
Galego, don Francisco Rodríguez, tiene la palabra.




El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Señoras y señores Diputados, muy brevemente,
para fijar una serie de posiciones en relación con la comparecencia del
señor secretario de Estado.

Desde luego, desde la perspectiva del Bloque Nacionalista Galego, es muy
preocupante que el Gobierno, aparte de sus soflamas de carácter
liberalizador, no tenga en cuenta que si en ningún mercado existe la
libre competencia, en el mercado cultural aún mucho menos porque está
todo condicionado por la capacidad propagandística y nadie duda de que,
en un mundo como el de hoy, la capacidad propagandística, ideológica y
cultural de los Estados Unidos es infinitamente superior a la de un
Estado como el español. Por lo tanto, nos gustaría que, aunque se
modificasen las políticas oficiales, contemplasen siempre la capacidad
potencial de producción de la industria cinematográfica, no solamente la
real, y el problema de la distribución y de la exhibición. Usted sabe que
éste es un trípode fundamental para que se pueda mantener un sector, de
forma particular el cinematográfico. No es que haya solamente
dificultades para producir sino que se redujeron aquellas distribuidoras
del Estado español que son puramente de capital español y las salas de
cine español están cayendo, progresivamente, en un control de las
empresas distribuidoras de los Estados Unidos. Cualquier política que se
haga tiene que tener esto en cuenta.

Yo quería preguntarle tres cuestiones fundamentales. La primera es si
ustedes van a cambiar el cupo de días de exhibición de películas
españolas en relación con las películas de Estados Unidos concretamente,
porque las de la Unión Europea tienen también una protección especial.

Pienso que cambiar esto sería muy dañino porque se va a perjudicar de
forma clara incluso la exhibición de cine que tiene posibilidades de
éxito, de difusión y de aceptación entre los espectadores. En ese
sentido, le daré un dato que indica algo contradictorio en su manera de
pensar. Se dice que los expertos coinciden con el público a la hora de
valorar las películas de especial interés, ¿por qué tanto miedo a esa
comisión de expertos para que establezca ayudas previas a la producción?
Efectivamente, si uno cuenta con treinta millones de pesetas para
producir antes de empezar a ejecutar el producto, está claro que tiene
mucho más margen de maniobra y de atracción de otro tipo de capitales
para el proyecto que si no cuenta con ellos. ¿Cómo se puede imposibilitar
todo tipo de ayuda previa o decir que es mejor hacerla sobre el resultado
en taquilla, cuando seguramente estas ayudas previas y la especial
calidad de la película están condicionando incluso el posterior éxito
social? Porque todo es un fenómeno de carácter propagandístico y una cosa
acumula la otra.

Si ustedes manifiestan el respeto a las culturas del Estado, ¿por qué
razón hay tanta dificultad en el Estado español para hacer una práctica
que es normal en otros estados de la Unión Europea y en todo el mundo,
como es exhibir el cine norteamericano en inglés con subtítulos? yo creo
que ésa sería una de las mejores maneras también para empezar a colocar
las cosas en su sitio y no dar ventajas comparativas al cine americano,
aunque sé que esto llevaría consigo algún problema para toda la industria
del doblaje, que es importante en nuestro país. Pero, por lo menos, esto
habría que estudiarlo, porque pienso que la visión del cine ganaría
mucho, sobre todo del cine de calidad, y al mismo tiempo se estaría no
dificultando, pero sí poniendo las cosas dentro de unas reglas de juego
mucho más equitativas.

Por fin, en tercer lugar, ya que, por lo que se ve, usted no quiere
secciones culturales, fíjese en que el cine español tiene problemas para
mantenerse. Yo quiero decir que no tengo nada en contra del cine del
franquismo, porque me parece que las mejores películas españolas se
hicieron en la etapa franquista, pero no es un mérito del régimen, por
supuesto, sino de los directores que las hacían y de cómo muchas veces la
proporción de la relación sociedad-arte no es directa y no depende de que
haya una dictadura o un régimen democrático. Por ello quiero preguntarle
qué piensa usted que deberíamos hacer en países como Galicia, con una
dificultades estructurales industriales y culturales tan fuertes y tan
alarmante para poder tener un sector audiovisual propio, y en concreto,
un sector cinematográfico, si no se piensa que hay que proteger la
producción, la sección cultural y la capacidad de distribución y
exhibición de nuestros productos cinematográficos.

En este sentido, aunque se reformulen y se estudien muchas cosas,
nosotros pensamos que las ayudas previas no deben desaparecer. No se
deben vincular sólo al resultado de taquilla. Se debe mantener los días
de exhibición de películas españolas en relación con películas
extranjeras, así como hacer un estudio de cómo está el problema de la
distribución y exhibición de las salas. Seguramente, nos llevaríamos un
ligero susto y eso explicaría que la tramitación del sector industrial
sea tan ardua.

Cuando usted habla de 187 productoras nos lo explicamos porque quizá 115
son del director que hace la película, del actor que interviene y de
cuatro amigos, pero yo creo que eso indica también una situación de
precariedad preocupante, pero no solamente para anularla sino para
entender que esa precariedad a lo mejor tiene algo que ver con la
libertad de expresión, aunque sea equivocada, e incluso



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aunque el producto final sea malo. ¿Pero usted no tiembla al pensar que
la capacidad de la libertad de expresión se reduciría muchísimo si no se
dan estas ayudas previas que posibilitan la existencia de 118
productores, que muchas veces logran hacer un producto que de otra manera
no se haría?
Yo creo que éste es un problema objetivo y real que tiene mucho que ver
con las libertades de información, de expresión y de creación artística y
que si las dejamos reducidas a cuatro productores, a falta de ayudas
previas y a dificultades de exhibición, se anularían totalmente.

Querría saber si, ya que ustedes mantuvieron conversaciones con la
Comunidad Autónoma de Galicia, mostró algún tipo de entusiasmo en la
defensa de un sector audiovisual propio.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Centella.




El señor CENTELLA GOMEZ: Señor Presidente, quiero agradecer, cómo no, la
comparecencia del señor Secretario de Estado, aunque su tono haya sido
algunas veces más propio de un portavoz parlamentario que de un
representante del Gobierno. Digo esto porque ha parecido que más que
venir a explicarnos sus proyectos ha venido ha hacer una intervención,
repito, más propia del portavoz de su grupo parlamentario.

Quiero decirle que mi grupo está seriamente preocupado por los
planteamientos que nos ha ofrecido aquí. Cuando compareció la señora
Ministra de Educación y Cultura nos dejó algo preocupados con su visión
del cine como negocio más que como cultura, pero usted ha sobrepasado hoy
todos nuestros temores, porque usted ha iniciado y cerrado su
intervención con una radical profesión de liberalismo. A usted se le nota
plenamente realizado cuando dice que el Estado no puede decidir nada y
todo lo remite al mercado. Hace verdad aquella idea de convertir al
mercado en el único dios que hoy puede decidir sobre nuestras vidas. Pero
usted también tiene que saber que ese mercado que, repito, usted eleva a
los altares es enormemente injusto en general y, si no, que se lo
pregunten a las dos terceras partes del mundo que sufre las consecuencias
de esas reglas que ustedes adoran, pero que además cuando hablamos de
cultura ese mercado ya no solamente es injusto sino terriblemente
preocupante, porque detrás de él lo que se esconden son otros intereses
de colonizar, de dirigir culturalmente a la ciudadanía. No nos hable de
la confianza en la capacidad de elección del pueblo español, que nosotros
también tenemos, pero para eso veremos las condiciones en las que se
tiene quedar. Capacidad de decisión no es solamente posibilidad de ir a
una taquilla, es capacidad de decidir, y veremos cómo su mercado no es
precisamente quien facilita esas capacidades de decisión.

Me hubiese gustado que en sus objetivos, en los cuatro objetivos que
usted ha señalado, hubiese habido alguno dirigido a mejorar la calidad
del cine español, la aparición de nuevos actores, de nuevos directores.

Parece que a usted sólo le interesa el cine como negocio. Nosotros
creemos que el cine aparte de un negocio también tiene que ser una
expresión de cultura, una posibilidad de elección cultural; no es sólo,
repito, una cuestión de beneficios o de pérdidas. El cine tiene que ser
no sólo un artículo de consumo. No le he escuchado otras palabras en su
intervención que las de limitar el cine como un artículo de consumo, pero
le insisto en que el cine tiene que ser, sobre todo, un bien cultural.

Por tanto, no se trata solamente de hacer películas a cualquier precio,
de cualquier calidad. Usted parece tener en cuenta sólo el parámetro de
que se hagan más películas. Estaba pensando cómo se trasladaría al cine
su discurso, llevado a las últimas consecuencias, tal y como está la
guerra de audiencias en la televisión. Creo que, de plantearse, sería
algo tremendamente negativo para el cine como instrumento cultural.

Usted hablaba de la confianza que tiene en la capacidad de decisión.

Nosotros también la tenemos, pero nos gustaría que hubiera igualdad de
oportunidades a la hora de decidir. Ya se ha dicho por otros portavoces
que el cine abarca diversos procesos de producción, de distribución,
etcétera, que condicionan terriblemente la decisión, aparte de sacar la
entrada.

¿Usted cree realmente que el ciudadano español de cualquier sitio de
España, no solamente de la capital, es libre para decidir las películas
que puede ver? Si usted cree eso o es terriblemente ingenuo o es que su
fe en el mercado le ha llevado a cegarse. Realmente, el ciudadano español
no puede elegir porque no hay distribución. Además, las inmensas
inversiones en promoción del cine americano le procuran muchas ventajas
sobre otras cinematografías. No seamos tan ilusos, amparándonos en la
libertad de sacar una entrada, porque, repito, yo no creo que usted pueda
ser tan iluso para pensar que eso es así tan llanamente.

Por tanto, tenemos que ver el cine en toda su dimensión. Tenemos que
apostar por el cine como industria, evidentemente. Tenemos que
fortalecerla y apoyarla, pero comprendiendo que el cine debe ser un
instrumento cultural. Yo sé que entramos en un debate complicado, y no
sólo respecto al cine. Ustedes se ponen en guardia contra todo lo que no
sea negocio y la cultura choca muchas veces con lo que es negocio.

Nosotros no podemos olvidarnos de que el cine es, sobre todo, un
instrumento para formar la capacidad crítica de las personas no solamente
como consumidores, que es la visión que ustedes tienen de personas, la de
consumidores. Queremos que, aparte, sean personas que puedan elegir.

Usted ha aportado pocos datos sobre lo que piensan hacer. Usted lo
remitía todo al acuerdo entre sectores. Yo no entiendo si ustedes van a
llegar a un acuerdo o llevan tomadas unas decisiones y van a pedir el
respaldo a los sectores. Si no obtienen el respaldo de los sectores,
porque parece que no existe unanimidad, según los datos que todos
tenemos, por parte de los sectores cinematográficos en dárselo, ¿ustedes
van a rectificar su política en función de ese consenso? Porque ustedes
lo remiten todo a que van a dialogar con las comunidades autónomas.

Tendrán la seguridad de que las suyas, por lo menos, les van a apoyar,
pero a los sectores implicados les han dicho que remiten futuras
decisiones a los acuerdos que puedan adoptarse. Yo creo



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que usted se debería comprometer aquí a que si esos acuerdos no existen,
sometiesen su política a ese acuerdo y que variasen su política en
función de ese gran consenso que puede alcanzarse entre los distintos
sectores del cine.

Nos ha preocupado el gesto de valorar cifras. Pensábamos que era una
intervención más propia de un portavoz parlamentario que de un
representante del Gobierno y, por lo tanto, no iba a entrar en esos
detalles. Nosotros, cómo no, estamos dispuestos al diálogo, pero bajo su
premisa de que el mercado lo decida todo será difícil encontrar puntos de
encuentro. Si a pesar de ello ustedes, como gobierno, están dispuestos a
dar al cine la dimensión cultural y formativa que necesita y puede
aportar, ahí nos encontrarán a nosotros, siempre luchando contra la
política de dejar en manos del mercado el futuro del cine español.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra
doña Beatriz Rodríguez-Salmones.




La señor RODRIGUEZ-SALMONES CABEZA: Señor Presidente, a estas horas casi
me siento obligada a disculparme por hacer uso de la palabra, una palabra
que, evidentemente, va a ir en apoyo de la intervención del
compareciente, y en lo que emplearé solamente cinco minutos.

Quiero congratularme por haber avanzado, porque, señor Clotas, hemos
pasado de un permanente proceso de intenciones en el sentido de decir que
queríamos hundir al cine español y ahora estamos en las dudas, las
conjeturas, las faltas de voluntad política, las sospechas sobre el pobre
señor Oreja que poco puede sospechar que precisamente estamos aquí
apoyando su política, etcétera. Hemos avanzado, puesto que hemos pasado
del proceso de intenciones sobre la voluntad del secretario de Estado de
hundir al cine a dejarlo sencillamente en conjeturas. Pero no es mi
función contestar ni defender en ningún caso, puesto que él sabrá hacerlo
perfectamente.

Sí querría señalar algunos puntos. Los datos que el secretario de Estado
ha proporcionado son realmente notables. Yo creo que es claro que las
precisiones que el señor Clotas ha hecho sobre las apariciones de las
televisiones privadas hay que tenerlas en cuenta. Me parece muy
importante porque estos datos nos permiten hacer, entre todos, un
diagnóstico, un estudio serio y, como bien han dicho los otros
portavoces, llegar a partir de un estudio de datos --que yo creo que
hasta ahora no se habían tenido con esta precisión-- a conocer dónde han
estado los errores y por dónde hay que caminar. No insisto en estos
datos, pero son notables y creo que nos van a permitir trabajar con un
poco de rigor.

Como segundo punto considero muy importante la alusión que ha hecho el
secretario de Estado al nuevo marco tecnológico. Algún otro portavoz ha
visto este tema como una posible amenaza --indudablemente si no se enfoca
bien podría llegar a serlo-- por la invasión de unos mercados tan
potentes, pero yo creo que es la gran oportunidad especialmente para el
cine español. Si estuviéramos haciendo un excelente cine finlandés,
posiblemente tendríamos que temblar, a pesar de la calidad de la
película. Creo que en un mercado tan potente como el español, con una
lengua como el castellano, en este momento con las nuevas tecnologías,
frenéticas, creo que ha sido el adjetivo utilizado por el secretario de
Estado, el cambio frenético puede ser la gran oportunidad y no la
amenaza. Pero seguir hablando de cuotas de pantalla, de producción,
etcétera, como si esto no existiera y como si siguiéramos en los tiempos
donde la duda si hay que ir al Capitol o si en los cines de la Gran Vía
se estrena o no, es un disparate. Ahora el mercado está en otra parte,
pero infraestructuras y producción van a ir juntas, la difusión y la
producción van a ir juntas y posiblemente sea la gran oportunidad,
incluso para las preocupaciones que han manifestado los señores Centella
y Rodríguez en el sentido de ser capaces de hacer un cine casi
minoritario, de favorecer la libertad de expresión o de hacer cines que
no sean exactamente negocio. Yo creo que es el momento en que esto debe
enfocarse bien, puesto que ahora el mercado se multiplica. Este tema me
parece extraordinariamente importante y me gustaría que el señor
secretario de Estado nos tuviera permanentemente informados, así como de
lo que puede estar haciendo la Secretaría de Estado con el Ministerio de
Fomento, con Telefónica, con Televisión Española, con las otras
televisiones en su caso o en el mercado de los grandes productores.

Finalmente, me gustaría terminar diciendo que me parece que no hay duda
de que ese liberalismo que se supone ha querido corresponder hasta ahora
a la negación de las ayudas, no es así. Es un enfoque completamente
distinto. Nadie se ha negado ante la necesidad, en el ámbito general de
la cultura, no sólo en el cine. La cultura no es un producto del mercado
como los demás, ni muchísimo menos, como no es la sanidad ni la
educación, no lo hemos dicho nunca y lo vamos a mantener. La cultura
necesita un apoyo y lo ha necesitado, además, históricamente y sería una
aberración por nuestra parte no decirlo, pero de ahí a tener que poner
límites al dirigismo, me parece que eso es muy importante y hay que ser
consciente de ello. El señor Cortés se ha referido a los límites del
dirigismo en el sentido de que el mayor riesgo es tener en la mano las
ayudas para los administradores del dinero del contribuyente en esta
materia.

La doble pauta del diálogo permanente con el sector, más la
transparencia, si la consigue esta Secretaría de Estado, nuestro grupo la
apoyará y, además, le aplaudirá.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado para
responder a las preguntas formuladas, entendiendo que posteriormente no
hay réplica alguna. Usted lo procurará y yo estoy absolutamente seguro de
que no provocará la necesidad de ninguna clase de debates. (Risas.)



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE CULTURA (Cortés Martín): Agradezco la
intervención de todos los Diputados por sus amables palabras de
bienvenida y de agradecimiento por algunos datos que se han facilitado y
por la propia intervención.

Señor Clotas, los problemas de traer una intervención escrita y las
declaraciones realizadas se pueden comprobar



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en esta intervención, y el «Diario de Sesiones» no me dejará por
mentiroso. He empezado mi intervención haciendo una referencia expresa al
valor del cine español, lo que ocurre es que en lugar de ponerlo en
palabras mías, he dicho que hacía mías las que había pronunciado la
ministra. Es ésta la única vez que he pronunciado en esta Comisión --y no
me dejará por mentiroso el «Diario de Sesiones»-- o fuera de esta
Comisión, el nombre de uno de los directores a los que admiro, como
usted, y que es el señor Almodóvar. Lo he dicho esta mañana a la hora de
reconocer la importancia de la aportación --leo literalmente lo que he
dicho antes-- española al patrimonio cinematográfico universal, y en esta
lista larga he mencionado al señor Almodóvar. Usted traía la intervención
escrita y ha tenido que decir no sé qué serie de películas y una cosa
sobre el señor Almodóvar, a quien yo no he mencionado, aunque es verdad
que en una anterior intervención me referí a que las ayudas a la
cinematografía, que se tienen que mantener, no pueden no tener límites y
que había que utilizar bien unos recursos que siempre iban a ser escasos.

Como ya me ha advertido el Presidente que no hay reglamentariamente turno
de réplica y, por lo tanto, no debo jugar con esa ventaja, no voy a
entrar, señor Presidente, a considerar aquí si es o no de buena educación
leer la correspondencia privada. A mí me enseñaron de pequeñito que no,
pero es verdad que yo no estudié con planes de estudio elaborados por la
administración socialista. Ciertamente creo que tampoco es un buen modo
parlamentario hablar en una sesión seria de conjeturas. Por supuesto,
dice el señor Clotas que son conjeturas, que él no dice que sean así,
pero que son conjeturas y al final lo ha dicho. Me parece que no es el
procedimiento serio. Creo que todo el mundo debe ser responsable de las
cosas que dice, debe poder afrontarlas y actuar con datos y con
información. Cuando entramos en los datos es cuando el señor Clotas ya no
quiere. Yo entiendo que prefiera hablar de conjeturas. Lamento
profundamente que el señor Clotas haya hablado de conjeturas y que haya
leído correspondencia privada. No es la primera vez que un portavoz
socialista lo hace en esta casa, bien sea en Comisión o en la tribuna del
Pleno. Me parece que no forma parte de los buenos modos.

Lamento de verdad que el Partido Socialista en estos momentos no haya
tenido contactos con la federación de productores, como ha dicho el señor
Clotas. Nosotros los teníamos en todo momento cuando estábamos en la
posición que ahora ocupa el señor Clotas, en la oposición, con la
federación de productores y con todos los demás grupos, y, además, creo
que, de ser cierta esa carta que ha leído el señor Clotas, hecho que,
como digo, me parece que no es de buen tono --desde luego, a mí no me
llega la correspondencia privada--, es perfectamente razonable. La misión
del presidente de la federación de productores de cine es intentar
conseguir más recursos para su sector. Eso es lo que se hace cuando se
defienden intereses particulares y lo que se tiene que hacer por parte
del Gobierno, cuando se defienden intereses generales, es atender todas
las visiones particulares e intentar actuar en favor del procomún.

Evidentemente, nunca se puede satisfacer plenamente lo que son las
aspiraciones de cada uno de los sectores, de todos, de una manera muy
justificada, y ésa es además la función de una sociedad plural que está
articulada libremente y que pensaba que también se contaba con otras
libertades, como era la libertad de la inviolabilidad de la
correspondencia, pero parece que estas cosas están limitadas; o, por lo
menos, si había algún desliz, se contaba con la buena educación de las
personas a la hora de utilizar esta información. Ya digo que es muy
razonable que quienes representan intereses particulares perfectamente
legítimos aspiren siempre a más.

Por lo tanto, de ser ciertos esos párrafos que ha leído el señor Clotas,
no tendrían por mi parte más que todo su reconocimiento. Yo sí he hablado
con el presidente de la federación de productores y con representantes de
los otros sectores que participan en el hecho cinematográfico, los
distribuidores, los exhibidores, directores, actores, incluso con
espectadores, y todos ellos me han presentado cuáles son sus demandas y
se han podido atender todas ellas parcialmente. Además, no es que haya
habido ninguna diferencia entre el Vicepresidente Segundo del Gobierno y
quien está hablando --lo dije al presentar los presupuestos--; esos
presupuestos son los que hago míos como Secretario de Estado de Cultura,
dentro de la política del Ministerio de Educación y Cultura y de la
política general del Gobierno. Es el Parlamento quien después de que el
Gobierno ha presentado el proyecto tendrá que decir la última palabra y
le corresponderá al Gobierno ejecutar los presupuestos que haya aprobado
el Congreso, el Senado, y, finalmente, el Congreso, como todos sabemos
que es el procedimiento parlamentario.

Sólo entonces, y con esto avanzo también las respuestas a algunas de las
intervenciones que ha habido, se podrá cerrar el acuerdo, si es que se
logra, sobre el marco de las ayudas a la cinematografía.

Lo que estamos haciendo ahora es dialogando con todos, con transparencia
y sin necesidad de violar la reserva de la correspondencia entre
personas, de lo que habla nuestro ordenamiento constitucional; lo estamos
haciendo con transparencia y con todos en la Secretaría de Estado de
Cultura, en la dirección general, Instituto de la Cinematografía y de las
Artes Audiovisuales. Y la ministra inició, como he recordado antes, su
mandato hablando con todos los sectores. Vamos a seguir hablando y lo
vamos a hacer con datos.

Entiendo que el señor Clotas haya guardado un piadoso silencio sobre dos
cuestiones que a mí me parecen muy relevantes. Una es el problema de la
industria cinematográfica en España, porque hace falta una industria
cinematográfica; no porque el hecho de que haya ciento dieciocho
industrias que hayan podido hacer una película establezca una limitación;
ése no es el problema. El problema es que sólo trece hayan hecho entre
cinco y veintidós películas. Eso es lo verdaderamente grave, lo que
demuestra el fracaso de una política y que se tenga que hacer otra; ése
es el dato relevante. Y yo entiendo que el señor Clotas ha tenido que
defender, y le honra porque era su responsabilidad como portavoz de
Cultura del Grupo que sostenía al Gobierno, esa política tenazmente
durante doce años, consciente o no, porque a lo mejor resulta que el
anterior Gobierno



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ocultaba esos datos incluso a sus propios Diputados, consciente del
fracaso que estaba teniendo esa política a la hora de defender un
objetivo tan importante como es crear una industria audiovisual y
cinematográfica potente en España, capaz de llegar a acuerdos y capaz de
competir con otras industrias, por supuesto con la gran industria de los
Estados Unidos pero también con otras industrias europeas. El fracaso
clarísimo de esta política, entiendo que no quiera reconocerlo el señor
Clotas y que diga que sobre eso pasamos y que ya estudiarán con atención
estos datos que hasta ahora se habían ocultado cuanto menos a la opinión
pública, probablemente también al propio Grupo Parlamentario Socialista.

Ha guardado asimismo un piadoso silencio sobre otro dato que me parece
muy relevante --alguno de los portavoces se ha referido a él-- que es
algo que se ha venido diciendo, que el público elegirá un cine de poca
calidad y que el cine de capacidad cultural lo tienen que elegir los
gobernantes. Sobre eso ha guardado silencio, sobre eso no ha opinado el
señor Clotas. Puestos a decir que se ofrecía a reconocer los errores
anteriores, conoceríamos cuál es la posición del Partido Socialista y se
podía haber dado también un dato que no se había conocido, y confieso que
yo mismo no lo conocía, si no lo hubiese utilizado más veces, y es que
estos comités y el público coincidían, incluso el público iba por delante
en algunos casos, como hemos visto en los datos que hemos dado.

El señor Rodríguez se plantea si es que hay miedo a los expertos. No, la
diferencia, señor Rodríguez, es que el comité que decidía sobre cuáles
eran las películas de especial calidad decidía sobre una película ya
hecha. El comité muchas veces no era el comité sino el político de turno,
que decidía si un proyecto lo agraciaba o no con 80 millones, decidía
sobre un proyecto, sobre un papel. Esa es la diferencia. Y muchas veces
--no quiero abundar en datos que sí se conocen, que se dieron en la
legislatura pasada y que se han repetido en ésta-- se daban esas ayudas
incluso a proyectos que no llegaron ni a estrenarse; muchas. Está la
relación; se le puede facilitar a S. S. pero la encontrará en el «Diario
de Sesiones», tanto el de esta Comisión como el del Pleno de la pasada
legislatura con ocasión de los debates del decreto-ley de medidas
urgentes de la cinematografía, luego Ley de Fomento y Protección de la
Cinematografía.

El hecho de que se haya aceptado por parte del anterior Gobierno la
política que venía defendiendo el Partido Popular es lo que nos hace
decir ahora, y con esto paso a aclarar otra de las dudas que tenía el
señor Clotas, por qué en unos casos hay voluntad de cambio y en otros se
plantea una política de continuidad. Lo he dicho acudiendo al «Diario de
Sesiones»; porque en el año 1994, para las ayudas que se han aplicado en
el año 1995 y en el año 1996, el Gobierno socialista adoptó la posición
que había defendido muchos años antes y desde luego en este debate el
Grupo Popular, posición a la que se opuso el señor Clotas, como he leído
en el «Diario de Sesiones» de esta Comisión. Precisamente es esta
oposición del señor Clotas la que nos hace estar llenos de optimismo. Ha
dicho el señor Clotas que si continúa la política que se ha abocetado,
que no está perfilada, porque está pendiente de conocer la partida
presupuestaria precisa y el acuerdo con el sector, si es que se puede
lograr; valorando estos datos, sin prejuicios, sin voluntad revisionista
de todos, sino diciendo que es que hay cosas que han funcionado bien y
hay otras que han funcionado mal. Es que la política de ayuda a
cortometrajes resulta que ha funcionado bien y, sin embargo, la de
guiones no ha sido satisfactoria. Eso lo queremos hablar con el sector y
entonces es cuando lo sabremos.

Dice el señor Clotas que, si se mantiene eso, el cine español llegará al
uno por ciento o que va a desaparecer. Dado el don de profecía, que es
una de las pocas virtudes que no adornan al señor Clotas, que sabe que
cuenta conmigo, uno de sus más fervientes admiradores, dijo en el año
1994 que si se aplicaba esta política del ochenta-veinte sería una
medicina que mataría al enfermo. Y ha sido precisamente ese cambio el que
ha operado el repunte en el cine. Si el señor Clotas conserva sus mismas
habilidades proféticas, creo que podemos compartir todos esta nueva
política, ocupándonos de las cosas que tienen más visión de futuro, como
ha apuntado la portavoz del Grupo Popular, señora Rodríguez-Salmones,
cuya intervención agradezco de verdad, porque además se plantea en los
términos en que lo está planteando el Gobierno. Con esa voluntad de
diálogo, sin prejuicios, sin dogmas y, sobre todo, mirando al futuro, y
no porque llevamos mucho tiempo defendiendo por una cuestión dogmática
las licencias que son equivocadas, que incluso en las propias instancias,
en el Consejo Europeo, están superadas y superadas por la realidad, nos
plantearemos los auténticos problemas y necesidades que tiene el cine y
el audiovisual español para adaptarse a la nueva realidad tecnológica.

Contesto al señor Rodríguez, representante del Grupo Parlamentario Mixto.

En las cuotas, nos movemos en el marco que fijó la Ley de Fomento y
Protección de la Cinematografía. Se ha hecho en el acuerdo que se ha
logrado con todos los sectores --me interesa resaltar que es con todos
los sectores: productores, distribuidores y exhibidores-- de toda España
y con todas las comunidades autónomas y tenga la garantía S. S. --como me
imagino que en ningún momento habrá tenido duda--, de que la Junta de
Galicia ha hecho una defensa enérgica y tenaz de lo que son los intereses
de Galicia, que los ve también dentro de los intereses comunes de toda
España. Con el acuerdo de todos estos sectores se ha llegado a ir al
máximo de flexibilización que permite la legislación que se aprobó en
esta Cámara y que es el marco en el que nos tenemos que mover mientras no
cambie la ley.

Ya he aludido antes al miedo a los expertos y la diferencia entre las
ayudas de especial calidad, que es opinión del Gobierno que deben
desaparecer --pero también se hablará en las mesas de negociación--, y lo
que eran las ayudas por proyecto, que de verdad ha sido lo más negativo
que le ha ocurrido al cine español y la causa de muchos males. Creo que
aquí se puede ver, además, ya empíricamente que cuando el Partido
Socialista abandonó su posición y adoptó la que venía defendiendo el
Partido Popular ha habido unos resultados optimistas y esperanzadores en
el cine español.




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Respecto de la posición sobre la excepción cultural, es un asunto
superado, pero el problema para España es que si se llegara a desarrollar
la excepción cultural, primarían en el terreno de la Unión Europea para
España las películas o las coproducciones con Finlandia, frente a las que
se pudiesen hacer con Méjico o con la Argentina o con Venezuela. Esa es
la razón. So pretexto de defender al cine europeo del cine de los Estados
Unidos se ponen barreras a todo el cine no europeo y España, que
efectivamente tiene uno de los cines, no sé si el mejor o no, desde luego
el que más gusta ver a los españoles, tiene, como dice Guillermo Cabrera
Infante, su ámbito natural y donde los intercambios pueden ser mayores,
donde la comunicación es mejor, en naciones que son extraeuropeas. Por
eso no interesa a España ese tipo de barreras, sin perjuicio de que hoy,
con los satélites, con todos estos avances tecnológicos, no sólo es que
no sean deseables, sino que además no son posibles. No merece la pena
seguir poniendo trabas en este terreno cuando tenemos que dedicar todos
nuestros esfuerzos a prepararnos para esta situación tan enormemente
cambiante.

El objetivo, señor Rodríguez, es crear una industria fuerte que pueda
competir con estas otras industrias, que pueda participar en grandes
proyectos y que pueda permitir que haya producciones españolas, que
tengan trabajo todos los que trabajan en el sector de la cinematografía,
los directores, los realizadores, los actores. Y lo que hemos visto --lo
hemos visto ahora-- es que en esta política, con la que se llenaban la
boca, se ha fracasado. Habrá que hacer otra, habrá que intentar que buena
parte de esas ayudas se reinviertan.

El problema de que haya 118 empresas que han producido una película, han
conseguido ayudas y no han hecho ninguna más, es que esas ayudas o parte
de ellas --una parte de las ayudas irá a pagar la producción de la
película, eso es evidente, y a pagar las legítimas retribuciones de todos
los que allí participan-- no se han reinvertido para hacer más cine. Ese
es el problema y por eso hace falta potenciar una industria fuerte. Es
uno de los objetivos que tiene este Gobierno, como yo estoy seguro que
también tenía el Gobierno anterior, pero fracasó. Y como estoy seguro de
que el señor Clotas defendía de buena fe, sin conocer estos datos, que lo
que se estaba haciendo era para intentar que se crease una industria
fuerte en España.

Señor Centella, cuando estamos hablando de política cinematográfica,
estamos hablando de las responsabilidades públicas en la materia
cinematográfica. Lo que he dicho expresamente es que el Estado no debe
producir películas y no debe decidir sobre los gustos del público, pero
es evidente que el Estado, los poderes públicos tienen algo que decir, si
no, no estaríamos hablando en esta casa de cine, si no, no tendríamos un
departamento administrativo para hacerlo y no tendríamos unas partidas
presupuestarias, insuficientes, pero unas partidas presupuestarias de
recursos públicos en apoyo de la cinematografía. Precisamente porque hay
responsabilidades públicas --como muy bien ha dicho, y a ella me remito,
la señora Rodríguez-Salmones--; no sólo no han sido puestas en cuestión
por este Gobierno, sino que hemos llamado la atención sobre esas
responsabilidades, cómo debemos volcar nuestra atención en ellas y no
atender a lo mejor intereses electorales o clientelares. No. Es la
responsabilidad política que tiene cualquier gobierno de favorecer el
sector cinematográfico y audiovisual.

A la hora de decir si el público es el que tiene que elegir, tengo que
confesar, señor Presidente, que oír a determinados representantes de la
izquierda el discurso de los déspotas ilustrados es uno de los fenómenos
modernos que más me llama la atención.

Si hubiese sido Catalina de Rusia o Federico de Prusia quien dijese que
es a él, al gobernante, a quien le corresponde decir cómo deben ser los
gustos estéticos, cómo debe ser el teatro que se representa, la música
que se toca, lo podría entender en esa época. Que, en un Estado moderno y
democrático, se piense que usted, señor Centella, o yo --confieso que yo
tengo una opinión de mí mismo más pobre que la que tiene usted de usted
mismo--, podamos decidir por los españoles cuál es el cine que les tiene
que gustar, porque si les dejamos libertad para que elijan --a ellos que
les dejamos libertad para que nos voten a usted y a mí--, si les dejamos
libertad para que digan la película que quieren ir a ver, entonces se
equivocarán, sinceramente, no lo comparto. Incluso en el supuesto de que
pensásemos usted o yo que los españoles, yendo libremente a ver la
película que quieran ver, se equivocan, que no van a ver la que usted o
yo iríamos a ver.

Creo que los españoles son mayores de edad para elegir el gobierno que
quieran; se les obliga, porque viven en un Estado democrático, a pagar
impuestos para mantener estas películas y pienso que tienen la mayoría
suficiente, aunque entiendo que trece años de planes de estudios
socialistas le hagan a usted dudar sobre su capacidad crítica. Por eso,
pensamos que hay que reformar los planes de estudio y mejorar la
formación de los futuros españoles. Incluso con estos planes de estudio,
creo que hay que confiar en que los españoles sean libres para ver el
cine que quieran, aunque no sea el que a usted o a mí o a quienes
eventualmente tengamos una responsabilidad nos pueda gustar.

Esa política de todo para el pueblo, pero sin el pueblo, yo, como
liberal, pienso que pertenece a otra época. Me sorprende que haya
representantes de la izquierda genuina y transformadora que quieran
volver a estos lemas propios del despotismo ilustrado.

¿Cuál es la política? Vamos a buscar el acuerdo. Dice ¿sólo hay búsqueda
de acuerdo? No, lo hemos logrado. Se ha logrado en algo muy importante,
el desarrollo de la Ley de Fomento y Protección de la Cinematografía. Y
se ha logrado con todos. Vamos a intentar conseguirlo también en punto a
las ayudas. Ojalá lo consigamos. Lo único que hemos dicho es que el
diálogo va a ser transparente y con todos y que la posición del Gobierno
se va a conocer.

Yo he apuntado aquí algunos criterios, algunos de los que SS. SS.

discrepan; que, por ejemplo, se tenga en cuenta la opinión del público de
manera determinante. Para el 80 por ciento, efectivamente, con unos
límites, para que un fondo que siempre va a ser escaso para lo que serían
las aspiraciones de quienes van a recibir ese dinero del fondo pueda
repartirse de la manera más equitativa posible



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dentro de esas disponibilidades presupuestarias que conoceremos cuando, a
finales de diciembre, esta Cámara apruebe los presupuestos que ejecutará
el Gobierno
Se va a buscar el acuerdo, es verdad, pero creo que podemos presentarnos
con dos razones para merecer la confianza también de S. S. El diálogo lo
estamos teniendo y en un caso el acuerdo ya lo hemos logrado. Ya veremos
en enero si se ha conseguido el acuerdo o, si no, es evidente que el
Gobierno asumirá sus responsabilidades y tomará una decisión, que, como
corresponde a un régimen parlamentario, será controlada y enjuiciada en
esta Cámara.

Nada más, señor Presidente, salvo agradecer muy efusivamente la
intervención de la señora Rodríguez-Salmones, a la que he contestado a lo
largo de mi intervención; más que nada me he apoyado en ella para poder
replicar a las intervenciones de los otros portavoces.




El señor PRESIDENTE: A los efectos del artículo 71, y entendiendo que se
han hecho algunas afirmaciones, incluso sobre la posible circulación de
la correspondencia, entiende la Presidencia, a su juicio, sin necesidad
de que tengan que pedirlo, que se ha producido una alusión que implica
juicio de valor o inexactitud sobre la persona o conducta de un Diputado,
y tiene la palabra para alusiones por el exclusivo tiempo de tres
minutos, señor Clotas.




El señor CLOTAS I CIERCO: Seguramente me va a sobrar.

En primer lugar, quería decir al secretario de Estado que yo no he leído
mi intervención, jamás he leído una intervención, porque además leo muy
mal; que tenga papeles delante no significa que la haya leído, en
absoluto.




El señor PRESIDENTE: Señor Clotas, las alusiones iban por otro lado.




El señor CLOTAS I CIERCO: Ya lo sé.

En segundo lugar --voy a algunas alusiones, porque sería interminable si
respondiera a todas las que ha habido--, señor Cortés, cuando yo he
hablado de una cuota del 1 por ciento no me he referido a la política
actual, y he sido muy preciso; me he referido a si se eliminaba cualquier
forma de ayuda al cine. Repase usted, cuando llegue, el «Diario de
Sesiones».

En cuanto al tema de la correspondencia, señor Cortés, yo no he violado
una correspondencia que me haya confiado nadie; es una correspondencia
que, como usted sabe, está circulando; me ha llegado a mí como ha llegado
a muchísimas personas dentro del sector. Y, desde luego, no tengo
conocimiento de ella por la persona que la ha escrito ni por la persona a
la que iba dirigida, sino porque es una correspondencia que circula de
mano en mano y por tanto es pública en ese sentido.




El señor PRESIDENTE: Entendida y explicada la profusión y la difusión, ha
acabado el turno de alusiones; no se reproduce ninguna clase de debate.

(El señor Centella pide la palabra.) No hay trámite de réplica, señor
Centella. No lo hay, señor Centella. Cualquiera de ustedes que, repasando
el «Diario de Sesiones», vea que ha habido alguna inexactitud, tiene
todavía un enorme abanico de iniciativas parlamentarias para hacer volver
al señor Cortés, que lo hará muy gustosamente, para producir una
interpelación, una proposición no de ley... Pero no hay más que
estrictamente la posibilidad de alusiones.




El señor CENTELLA GOMEZ: Entiendo que he sido aludido.




El señor PRESIDENTE: No, ha sido usted contradicho, que es una cosa
completamente distinta.

Señor Cortés, muchísimas gracias, muchas gracias a los servicios de la
Cámara y a todos ustedes. Se advierte que se convocará la Mesa y Junta de
Portavoces, dado que no está aquí el resto de los portavoces, para el
próximo día 13 por la mañana, donde veremos todo el trabajo que nos queda
por hacer para que, al acabar este período de sesiones, no quede ni un
papel encima de la mesa.

Se levanta la sesión.




Eran las tres y diez minutos de la tarde.