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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 91, de 29/10/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1996 VI Legislatura Núm. 91



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PRESIDENTE: DON JESUS POSADA MORENO



Sesión núm. 9



celebrada el martes, 29 de octubre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia, a petición propia, del señor Ministro de Fomento
(Arias-Salgado y Montalvo), para informar sobre las personas que pretende
designar para los cargos de Presidente y Vicepresidente de la Comisión
del Mercado de las Telecomunicaciones. (Número de expediente 214/000072.)



Se abre la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías. Vamos a comenzar esta sesión
de la Comisión de Infraestructuras que tiene un único punto en el orden
del día: la comparecencia, a petición propia y según lo establecido en la
legislación, del Ministro de Fomento para informar sobre las personas que
pretende designar para los cargos de presidente y vicepresidente de la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Yo, como Presidente,
agradezco la presencia del ministro aquí y agradezco también, en nombre
de toda la Comisión, el deseo que ha manifestado desde hace ya bastantes
días --hemos tardado un poco en convocar esta Comisión-- de explicar a la
misma los criterios que tiene y las personas que pretende nombrar en esta
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Agradecemos, como digo,
su presencia y su actitud.

Tiene la palabra don Rafael Arias-Salgado, Ministro de Fomento.




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El señor MINISTRO DE FOMENTO (Arias-Salgado y Montalvo): Muchas gracias,
señor Presidente.

Señorías, no soy partidario de utilizar frases rimbombantes, pero me
parece que en el día de hoy se marca un cierto hito en la vida de las
telecomunicaciones españolas. Estamos sumergidos en un proceso de
liberalización en el marco de la legislación comunitaria y para que
funcione un mercado libre son necesarios, a mi juicio, dos requisitos.

Por una parte, que existan unas reglas del juego objetivas, ciertas,
conocidas por todos los agentes que operan en el mercado y, por otra
parte, que exista un árbitro que es especialmente importante por la
complejidad que presenta el sector de las telecomunicaciones. Hoy
empezamos, de alguna manera, a poner en marcha ese árbitro que es la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Esta comisión, tal y como
la concibe su reglamento y el real decreto-ley que actualmente se tramita
como ley en el Congreso de los Diputados, es un órgano dotado de muy
amplias facultades y en el futuro tendrá aún más. Es un órgano arbitral.

La liberalización de las telecomunicaciones no es simplemente una
liberalización de precios y de productos. Hay todo un problema de
funcionamiento con las infraestructuras y las redes, las interconexiones
y las tarifas de interconexión que suscita habitualmente una serie de
conflictos que solamente un órgano altamente cualificado, técnico y
dotado de legitimidad puede arbitrar con la fuerza suficiente para
imponer la decisión, además, naturalmente, de contar con la cobertura de
la ley. Esta comisión tiene como objetivo garantizar la libre
competencia, resolver los conflictos en materia de interconexión,
informar sobre las tarifas en todos aquellos casos en los que exista una
posición dominante en el mercado y en los supuestos de precios regulados.

Tiene también la facultad de interpretar las cláusulas de las concesiones
administrativas en aquellos servicios que funcionan en esta forma
jurídica y en el futuro la comisión tendrá amplias competencias en el
ámbito de lo audiovisual, con pleno respeto a las que disponen las
comunidades autónomas, tendrá también potestad sancionadora y resolverá
los conflictos que se planteen por la utilización del espectro
radioeléctrico.

Estas facultades no estaban incluidas en el primitivo real decreto-ley;
son enmiendas que han presentado los grupos parlamentarios, y se ha
llegado a un reciente acuerdo entre ellos para ampliar estas
competencias. Debo añadir que no estaban en el texto del real decreto-ley
inicialmente porque no caben en esta figura que se justifica por razones
de urgencia y tiene unos límites constitucionales. Al tramitarse como ley
se permite dar una configuración definitiva a la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones y, por consiguiente, concebirla en su configuración
final dotada de todas las facultades que debe reunir un órgano de esta
naturaleza. Si tuviéramos que sintetizar cuáles son las dimensiones que
ha de cubrir en su funcionamiento la comisión, yo destacaría cinco, que
son las principales. Tiene, en primer término, una dimensión técnica,
como es lógico, perteneciente al ámbito de las telecomunicaciones; por
tanto, de técnica compleja, no de técnica al alcance de todos los
mortales. Tiene también una dimensión jurídica. Tiene en el sector una
amplia incidencia en el Derecho administrativo especial y tiene una
amplísima incidencia en el Derecho comunitario, que es de una
extraordinaria complejidad, no fácil de entender y con un sistema de
categorías que está en un proceso de construcción, por lo que su
interpretación es constantemente fuente de conflictos. Tiene además,
obviamente, una dimensión económica, sobre todo en aquel aspecto en el
que hay mayor potencialidad de conflictos, que es en el de las tarifas.

Por ello es necesario que la comisión tenga algún miembro competente en
el mundo de las tarifas que deben presidir un mercado libre y de libre
competencia. La comisión también debe tener una dimensión empresarial,
pues va a arbitrar conflictos no con la Administración del Estado, sino
que con mayor frecuencia resolverá conflictos entre empresas; por tanto,
el conocimiento de la dimensión empresarial es también de particular
importancia a la hora de configurar los miembros de la comisión. También
tendrá la dimensión de lo audiovisual, por lo que, en cierto modo,
personas conocedoras de este sector deberían formar parte de la comisión.

En este marco se ha procedido a la selección del presidente y del
vicepresidente, que son las personas sobre las que el Gobierno tiene la
obligación de informar previamente a su nombramiento por el Consejo de
Ministros. Yo debo trasladar a la Comisión las dificultades que existen
en la sociedad española para conseguir una configuración adecuada de un
órgano de este tipo. En primer término, porque el sector de las
telecomunicaciones está hoy plenamente en expansión, donde operan
retribuciones muy altas que no puede satisfacer un órgano que se inserta
en la órbita del Estado. Por tanto, ése es un elemento objetivo de
dificultad a la hora de seleccionar a miembros altamente cualificados y
competentes por la comisión. En segundo lugar, los miembros de la
comisión están sujetos a un sistema de incompatibilidades muy riguroso,
no solamente durante el ejercicio de sus funciones sino también con
posterioridad; y ésa es otra dificultad adicional. En tercer lugar, para
que la comisión nazca con legitimidad y con capacidad para arbitrar y
dirimir conflictos, es preciso que los miembros tengan cualificación
técnica y profesional. No serán personas conocidas por razones políticas;
deben ser conocidas justamente en el sector de las telecomunicaciones y
de manera más particular en el sector académico, científico o empresarial
de las telecomunicaciones. Y, finalmente, en esta coyuntura hay, si se
quiere, una dificultad adicional, y es que empezamos una fase que
necesariamente es de transición porque hay que ir realizando la
transferencia de atribuciones desde la administración de las
telecomunicaciones hacia la comisión.

Pues bien, en el marco de esas dificultades, el Gobierno se propone
nombrar presidente a don José María Vázquez Quintana, actual Secretario
General de Comunicaciones, que naturalmente deja el cargo. Tiene en su
currículum una amplia carrera técnica; tiene también un conocimiento del
mundo empresarial y ha pertenecido al mundo académico, donde ha
desempeñado funciones docentes como profesor. Sus principales puestos los
ha tenido en la compañía Telefónica Nacional de España. Su actividad
docente abarca a su calidad de profesor de física teórica en la Escuela
Técnica



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Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid. Ha sido profesor de
teoría de redes en la misma escuela y tiene publicaciones de alta
cualificación técnica sobre comunicaciones e información y, en conjunto,
sobre el mundo de las telecomunicaciones. Ha impartido un curso sobre
diseño de circuitos lógicos para corrección de errores de transmisión,
otro de gerencia técnica para compañías telefónicas independientes en la
Universidad de Michigan, otro de planificación estratégica en el mundo de
las telecomunicaciones, otro de dirección estratégica de la innovación y
varios cursos de informática y organización y valoración de puestos de
trabajo en el mundo de las telecomunicaciones. Esta persona, aparte de su
altísima cualificación técnica, reúne la ventaja adicional de que ha
estado cinco meses en el ámbito de la administración de las
telecomunicaciones; no es mucho tiempo pero ha adquirido un conocimiento
de las atribuciones que hoy corresponden a la Administración del Estado,
atribuciones que, como digo, se van a ir transfiriendo gradualmente,
aunque con una cierta celeridad, a la comisión, porque el funcionamiento
del mercado así lo exige.

Como vicepresidente se llevará al próximo Consejo de Ministros el
nombramiento de don Florencio Bach Montserrat, que tiene una amplia
experiencia empresarial en el mundo de la informática y de las
tecnologías de la información. Actualmente es profesor de la universidad
Pompeu Fabra. Yo repartiré después, especialmente para los medios de
comunicación, su currículum en el ámbito del mundo empresarial, en el
mundo de las tecnologías de la información y más recientemente en el
mundo de la tecnología de las telecomunicaciones.

Estas personas reúnen en conjunto, a juicio del Gobierno, las cualidades
para ostentar el cargo de presidente y de vicepresidente. No voy a dar
otros nombres. Como saben SS. SS., de acuerdo con lo previsto en el
reglamento, el resto se nombrará por orden ministerial en el transcurso
de los próximos días. Espero poder tener la comisión totalmente
constituida a principios de la semana próxima, con objeto de dar posesión
de sus cargos a todos ellos. Estos dos nombramientos irán al Consejo de
Ministros del próximo jueves, siendo festivo el viernes, y aparecerán en
el Boletín Oficial del Estado el lunes de la próxima semana, si es
posible con los de los demás miembros de la comisión, nombrados, como
digo, por orden ministerial.

Esto es lo que tengo que trasladar a SS. SS. en cumplimiento de lo
preceptuado por el reglamento de la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones. Yo tengo la confianza de que esta comisión nazca con
toda la legitimidad que precisa para iniciar una etapa importante en el
mundo de las telecomunicaciones españolas. Creo que con esto se da un
paso importante, se cumple un requisito fundamental para que funcione un
mercado libre. Creamos el órgano arbitral que es decisivo, de acuerdo con
las experiencias de los países que ya tiene liberalizado su mercado, para
un funcionamiento correcto del mundo de las telecomunicaciones.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro por su exposición.

Según lo acordado por la Mesa y los portavoces, procede ahora la
intervención de los portavoces de los grupos que lo soliciten, por un
tiempo de diez minutos, comenzando, de mayor a menor, el Grupo Socialista
y terminando el Grupo Popular. Contestará el ministro y daremos por
terminado el punto del orden del día.

Por el Grupo Socialista tiene la palabra don Jenaro García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Gracias, señor ministro, por su
comparecencia hoy en esta Comisión para sustanciar el trámite que nos
ocupa.

A pesar del tono que pienso mantener, igual que el del señor ministro en
su intervención, y del escenario general de consenso en el que esta ley
parece empezar a moverse, yo no puedo silenciar ante la Cámara el hecho
de que nos hubiera gustado un trámite procesal distinto, trámite procesal
que es el que siempre se sigue: se presenta un proyecto de ley, se forman
sus correspondientes ponencias, la comisión, hay un dictamen, la ley
entra en vigor y posteriormente el Gobierno, en uso y facultad de sus
competencias, establece el desarrollo reglamentario de dicha ley. No
estamos en ese supuesto. Nosotros hacemos un esfuerzo por entender las
razones que han llevado al Gobierno a actuar por trámites procesales
extraordinarios, como los que se han venido usando, con lo que era real
decreto y que ahora es un proyecto de ley. Nos hubiera gustado, como
digo, el sistema inverso porque, yendo por delante --ya lo dijimos en el
Pleno-- la absoluta conformidad con el derecho jurídico del Gobierno de
desarrollar una ley, que lo es porque ha sido ratificada por esta Cámara,
lo cierto es que esa ley tiene 105 enmiendas de los grupos parlamentarios
que estamos aquí presentes que, por no salirnos del tema que nos ocupa,
plantean esquemas conceptuales muy distintos de la composición de la
comisión del mercado, plantean competencias diferentes, plantean fórmulas
distintas de las utilizadas hoy por el establecimiento de los miembros de
esa comisión. El resultado global de todo ello --dicho sea sin ningún
afán polémico, sino por constatar un hecho que produce un cierto dolor a
los miembros de esta Cámara-- es que, sin razones suficientes para ello,
se ha empleado un procedimiento que supone un cierto trato de poca
importancia a los grupos parlamentarios de la Cámara y a los esfuerzos
que, con más o menos acierto, todos hemos hecho por intentar enmendar y
contribuir a la mayor eficacia posible de la ley que estamos
considerando. Pero, parafraseando a alguien de completa actualidad en la
política nacional, hoy no toca eso, hoy toca lo que toca, y es el motivo
concreto de la comparecencia del señor Arias-Salgado.

Compartimos con él que el día es importante porque significa la puesta en
marcha de una comisión, con funciones de regulación, con funciones
arbitrales, con funciones económicas, con una vocación de independencia
del Gobierno, que sería bueno conseguir en sus más altas cotas, y que va
a tener una importancia decisiva en el desarrollo de los mercados en los
nuevos entornos de competencia. Y algo más, porque el objeto de la
política del Gobierno, a nuestro criterio, no puede seguir teniendo, como
hasta



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ahora, un doble sentido. Da la sensación de que le interesa el sector
únicamente en tanto en cuanto es una fuente de recursos financieros, por
la venta de las empresas más valiosas del mismo, para compensar los
déficit y poder cuadrar los presupuestos; y dar también la impresión de
que hay un cierto grado de indefinición en las políticas más importantes,
lo cual está costando mucho, está haciendo un daño importante al trabajo
de internalización que hizo Telefónica en los últimos años. Y, por
citarlo de manera marginal, se están produciendo algunos movimientos
extraños, señor ministro. Ayer, una entidad financiera muy ligada a los
sectores económicos del Gobierno... (Risas.) --dicho sea en el buen
sentido de la palabra; no pretendo reabrir anteriores manifestaciones de
este Diputado-- compró paquetes muy importantes de Telefónica. Es un
sector financiero que, por estar en lo que va a ser el segundo operador,
no debiera de estar en el primero, igual que a los sectores financieros
que están en el primero, La Caixa y el BBV, se les impide estar en el
segundo; sin embargo, lo hizo. ¿Por qué? Posiblemente, movimientos
especulativos. Como aquí se anuncian las ventas y las compras con cuatro
o cinco meses de anticipación, la gente que tiene recursos suficientes se
mueve --yo lo entiendo y quizás haría igual-- para obtener ganancias
especulativas --en la buena acepción del término especulativo-- de sus
inversiones.

El Gobierno está construyendo la casa al revés. Nosotros le hemos
ofrecido nuestra ayuda, y se la seguimos ofreciendo, porque creemos que
el escenario en el que tenemos que legislar en los próximos años es de
una importancia grande y requiere el esfuerzo conjunto de todos los
grupos. Pero sí quisiéramos manifestar, una vez más, que bueno es que ya
pongamos pies en pared y, de ahora en adelante, empecemos a poner el dos
después del uno y el tres después del dos y no subvertir --también en la
buena acepción del término-- los ritmos procesales de los parlamentos.

Quisiéramos poner de manifiesto, reflejarlo en el texto del proyecto de
ley y cambiar en esto la política del Gobierno, que esta comisión no
tiene únicamente la función de proteger o amparar los mecanismos de
competencia, señor ministro. Nosotros creemos que el objetivo último, el
bien jurídico superior de la política de telecomunicaciones no es el
respeto a las reglas de la competencia, que también, sino que lo
fundamental de esa política tendría que ser poner a disposición de los
españoles, lo antes posible, un conjunto de bienes y de servicios que
ahora están bloqueados por varios contenciosos, a los que tampoco toca
hoy referirse. Esta comisión no debe tener exclusivamente la misión de
velar por la pureza del mercado, que ya se autodepura por sí mismo,
suficiente o insuficientemente, según el color del cristal desde el que
se mire el mercado, sino que empuje, para que las infraestructuras
existentes y los servicios que están potencialmente disponibles para los
ciudadanos lo estén realmente, en un tiempo breve y no tengan que
supeditar su entrada en el mercado a esperar que no se sabe quién entre
no se sabe cuándo, para hacer tampoco se sabe muy bien qué.

Sobre los curricula del señor Vázquez Quintana y del señor Bach i
Montserrat que nos ha planteado el señor ministro, como él mismo decía,
las durísimas condiciones establecidas, más en el decreto que lo regula
que en el texto de la ley, dificultan enormemente el encontrar personas
adecuadas. Es éste, además --continúa siendo, menos para unos cuantos que
nos interesamos por él--, un mundo críptico, donde no se conoce a los
grandes actores y a la gente realmente preparada. Por tanto, desde ese
punto de vista no tenemos nada que objetar. Conocemos al señor Vázquez
Quintana un poco más que al señor Bach i Montserrat, al que desconocemos
enciclopédicamente, pero supongo que cumple el perfil que el señor
ministro ha dicho. De lo que conocemos del señor Vázquez Quintana, señor
ministro, quisiéramos decirle que será preciso una cierta dosis de mayor
actividad en su trabajo porque en el tiempo que ha estado como secretario
general la verdad es que las grandes incógnitas, las grandes
incertidumbres que plantean sobre el sector, que están erosionando a
Telefónica, que tienen paralizado el cable, que nos han hecho perder
contratos importantes en Francia, que ponen en cuestión el mantenimiento
de Unisource, etcétera, todas esas cuestiones no se han podido resolver.

Esperemos que, desde la mayor facilidad y agilidad que tiene que ofrecer
este órgano, el nuevo presidente y antiguo secretario general, señor
Vázquez Quintana, sepa impulsar el efectivo relanzamiento de este sector
y la solución definitiva de algunos de los conflictos que lo tienen ahora
mismo en cuarentena. Dicho lo cual, hemos de señalar, señor
Arias-Salgado, con todo respeto, que creemos que era posible y que era
buena una geografía parlamentaria de apoyos más amplios en la designación
no tanto del presidente sino también del vicepresidente de la comisión.

Creemos --por decirlo en plata, como hay que decir las cosas-- que
hubiera sido posible y bueno, además hubiera satisfecho a este grupo y
hubiese dado una mayor homogeneidad y una mayor fuerza a la comisión el
hecho de que el vicepresidente, desde la necesaria proclamación de
independencia, hubiera sido una persona ligada a las áreas del Partido
Socialista. Pero sálveme Dios de poner en duda la eficacia y la
cualificación del señor Bach i Montserrat, al que hoy vamos a dar nuestra
conformidad para que sea vicepresidente de esta comisión.

En cuanto al resto de los miembros de la comisión, el señor ministro ha
dicho algo que compartimos desde este grupo, que es la dificultad de
encontrar personas con el perfil y con la cualificación técnica
adecuados, y que estén dispuestos a tener un régimen salarial que, sin
ser indigente --porque no lo es--, está muy apartado de lo que se puede
pagar hoy en este sector a las personas que sepan aportar al mismo cierta
capacidad de gestión. Sobre los nombres restantes, por consiguiente,
esperemos que se pueda cerrar un acuerdo, como decía antes, de más amplia
base parlamentaria y que una vez tramitado en esta Comisión, y una vez
tramitada toda la ley en los entornos de consensos en los que ahora nos
estamos introduciendo, el ministerio rectifique los reglamentos que ha
publicado, porque si no sería un esfuerzo baldío dejar los reglamentos de
la ley para otra ocasión y algunos de ellos, como consecuencia de las
enmiendas que unos y otros puedan introducir en el texto del proyecto,
habrían de ser modificados. Es un ruego que le hacemos al señor ministro.




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Por último, señor ministro, haga llegar a los dos nominados el apoyo del
Grupo Parlamentario Socialista y la confianza en que harán su labor en
beneficio del mercado y de los consumidores fundamentalmente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASSATS: Yo le agradezco, señor ministro, que no haya
pronunciado ninguna frase ni término rimbombante, porque a mí, el más
rimbombante que se me ocurre es golpe de mano; golpe de mano
parlamentario y político a una situación que no puede darse así. No puede
darse porque significa un retroceso brutal en la forma, en el fondo y en
los contenidos con los cuales se actúa a partir del debate democrático en
esta Cámara. Y no se pueden precipitar cambios, no se pueden precipitar
anuncios, no se pueden precipitar falsos consensos en función de una
prisa que se nos lleva de nuevo al terreno de la ley de la selva, en el
que ha estado durante muchísimo tiempo todo este sector. El decreto entra
también en ese estilo, absolutamente inaceptable, de la ley de la selva,
de la precipitación, del golpe de mano y de cierto tufillo, a nuestro
juicio, antidemocrático. Usted ha hablado aquí de cierto hito, de
arbitrar, por fin, unas reglas de juego adecuadas a este sector. Pues
nace fatal, señor ministro; el nacimiento es desastroso, se lo voy a
explicar.

Aprobamos que se tramitara como proyecto de ley un decreto presentado por
ustedes en el Pleno del Congreso de los Diputados, y aún no se ha
constituido la ponencia, señor ministro. Y sin constituirse esa ponencia
y sin ver cómo se sintetiza el nuevo texto en función del debate
democrático que se realice en su seno, porque los argumentos son válidos,
supongo, usted nos anuncia aquí un cambio en profundidad del texto de ese
decreto; un cambio en profundidad que afecta a temas esenciales, no sólo
respecto a las funciones o a los objetivos de la Comisión Nacional del
Mercado de las Telecomunicaciones, sino también respecto a los miembros
que la integran, la forma de elegirlos y la óptica con la que hay que
contemplarnos a partir de ahora. Por tanto, ¿cómo puede el Consejo de
Ministros apoyarse en un real decreto que ha sido cambiado hoy aquí? Es
decir, el nombramiento que ustedes van a hacer el jueves del presidente y
del vicepresidente no es legal, no es legítimo, porque aunque el real
decreto está vigente lo está con otros contenidos, no con los que usted
ha dicho aquí; y está vigente de cara a otra composición y a otra forma
de componer la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Usted lo
ha dicho aquí y consta en el «Diario de Sesiones». Los cambios que ha
introducido son tremendos y, por tanto, el real decreto que está vigente
después de su votación en el Pleno es otro, no el que ustedes van a
utilizar para un consenso que se ha producido no sabemos dónde, como ni
por qué, excepto porque hoy informan los medios de comunicación; un
consenso extraño que se ha producido ahí, que no sabemos qué contenidos
tiene, pero que tiene ya consecuencias muy serias con respecto a la
estructura profunda del texto de la creación de la Comisión del Mercado
de las Telecomunicaciones en la propia estructura del mercado de las
telecomunicaciones. Por consiguiente, hay oscurantismo, y a nosotros nos
parece que los cambios que se están produciendo, el estilo con que se
están produciendo, los anuncios que se hacen con posible aprobación el
jueves por el Consejo de Ministros no son democráticos, no están
legitimados democráticamente. Hay que esperar a que se constituya la
ponencia, como mínimo; hay que esperar a que de la ponencia pasen a
Comisión y a Pleno y se aprueben los contenidos que ustedes van a cambiar
en profundidad. Ustedes nombran a estos señores para otro texto que no
está aprobado por nadie, no está aprobado por el Pleno del Congreso de
los Diputados. Dicen ustedes que hay acuerdo; ha dicho usted exactamente
esa palabra. Acuerdo ¿en qué ponencia? ¿En una ponencia subterránea? ¿En
una ponencia clandestina?¿Qué tipo de ponencia? Desde luego, le aseguro
que nosotros no hemos participado en ninguna ponencia, y aunque
hubiésemos participado no hubiéramos aceptado nunca que, sobre el acuerdo
político de un cambio en profundidad del texto, se hicieran ya
nombramientos sin que este Congreso se reuniera. El golpe de mano es a
este Congreso, a las reglas de juego de este Congreso, a los contenidos
de las aprobaciones democráticas de este Congreso. No se puede poner en
fuera de juego al Congreso, como usted ha hecho aquí, en su exposición,
de una manera directa, llana, fresca, como si eso fuese normal. No. Este
Congreso no es un esperpento, ni es un cascarón vacío, ni es una especie
de liturgia, ni es un drama cuyo texto parece que no escribe nadie. No.

Este Congreso es el centro de la política nacional, la sede de la
soberanía popular y usted acaba de saltarse a la piola, con un gran pase
a puerta gayola, absolutamente todo eso, señor Arias-Salgado.

Por consiguiente, nace de manera ilegítima y aparece, permítame que se lo
diga, después de esta intervención dulce del señor García-Arreciado
Batanero, al principio de la participación de todos los grupos, que nos
encontramos ante un acuerdo de todos, en función de la ruptura del
consenso que había respecto, por ejemplo, a la ley del cable; como digo,
aparece entonces un consenso en torno a la rectificación profunda de la
ley del cable, primero; un consenso respecto a la creación de esta
comisión con contenidos y criterios distintos a la hora de elegir sus
integrantes y un consenso respecto a la creación del segundo operador.

Aparece como una pinza de Estado en este tema, donde todos están
rompiendo de nuevo un consenso anterior sobre la ley del cable, que está
aprobada, y que se rectifica en profundidad a través del texto que
estamos hoy aquí debatiendo, si es que lo debatimos, puesto que no
sabemos cuál es exactamente el texto en función de los acuerdos. Tendría
usted, como mínimo, a la hora de hablar de unos acuerdos, que
presentarnos el texto de esos nuevos acuerdos para ver si en un momento
determinado, cuando el trámite procesal lo permita, se pudieran presentar
los nombres del presidente, del vicepresidente y la semana que viene,
parece ser, de todos los vocales. Por cierto, que se han elegido teniendo
en cuenta siglas partidarias. El vicepresidente es de Convergència i
Unió; dos vocales pertenecen al Partido Socialista Obrero Español; un
vocal pertenece



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al Partido Nacionalista Vasco. O sea, que se han elegido en función de
siglas, a través de una cuota, lo cual rompe también todas las
previsiones que teníamos al respecto. En todo caso, nosotros no hemos
sido llamados, pero aunque hubiéramos sido llamados yo mantengo todo lo
que anteriormente he dicho.

En consecuencia, políticamente no es democrático porque parece ser que se
anuncia la marginación del tercer grupo político de la Cámara,
representante de 2.638.490 votos, señor ministro. De una parte,
democráticamente no es legítimo si se hace en función de siglas
partidarias y, de otra parte, nos parece que no es ni legítimo ni legal
en función de las previsiones procesales que yo le he anunciado
anteriormente. Por tanto, teniendo en cuenta todo este tipo de
cuestiones, nosotros vamos a hacer una impugnación política, la que
corresponda, en esta Cámara, cuando llegue el momento. En función de los
estudios que hagamos veremos la impugnación jurídica y judicial que
corresponda, en su momento, por los cambios profundos que se han
introducido y la aprobación que se va a hacer este jueves en el Consejo
de Ministros y posiblemente el siguiente del resto de la comisión. Nos
parece que no es de recibo y, por tanto, nosotros actuaremos en
consecuencia, señor ministro.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sedó.




El señor SEDO I MARSAL: Señor Presidente, hoy voy a intervenir como
portavoz de nuestro grupo en la Comisión, aunque normalmente los temas de
telecomunicaciones los lleva otro compañero.

Señor ministro, nos parece totalmente inadecuada su comparecencia por el
motivo de la misma, o sea, simplemente, por cumplir el plazo que le marca
una reglamentación que podríamos llamar de segundo orden y, en cambio, no
tenga usted resuelto el verdadero meollo de la cuestión, que no es otro
que llegar al final del debate y aprobación de la ley correspondiente.

Nuestro grupo cree que tiene mucho mayor interés el trámite parlamentario
que la constitución de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones
--y usted sabrá el porqué de esa rapidez--, para que la semana próxima
esté constituida. No negamos nosotros que su nacimiento sea legítimo --en
la que hay nombres más o menos consensuados--, pero nuestro grupo tiene
más interés en lograr si no un consenso en el desarrollo parlamentario de
la ley, sí una mayor mayoría, por decirlo de alguna manera, y que en el
debate de las enmiendas se pudiese llegar a una ley que tuviese alguna
significada variación.

En fin, usted cumple con esa reglamentación que, como decía, es de
segundo orden, señor ministro, pero permítanos que expresemos nuestro
sentir discrepante con la actuación del día de hoy.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco, tiene la palabra el señor
González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Quiero agradecer, en primer lugar,
la comparecencia del señor ministro, comparecencia que el Grupo
Parlamentario Vasco entiende que es diligente, dada la solicitud a
petición propia de esta comparecencia, con el objeto que, en principio,
era muy preciso, no sólo para mí, sino para el propio señor ministro,
como en su intervención ha ampliado.

Yo me voy a ceñir, señor Presidente, a lo que era el objeto de la
comparecencia, que es el anuncio y el razonamiento de los nombramientos
del presidente y del vicepresidente de esta Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones. Entendemos que con la exposición del señor ministro
el Gobierno demuestra cintura política al proponer estos nombramientos y
comunicarlos así a la Cámara, cumpliendo con este trámite recogido en el
reglamento de la Ley del Cable.

Creemos que el Gobierno demuestra cintura porque en estos nombramientos,
y también en el conjunto de personas que hoy nos anuncian y que algunos
están en la cabeza de todos, se han compaginado dos tipos de criterios.

Nosotros siempre hemos sostenido, señor ministro, como Partido
Nacionalista Vasco que no hay que tener miedo a las cuotas políticas. Las
cuotas políticas tienen su subsistencia. ¡Faltaría más que en una
democracia los partidos políticos tuviesen que andar avergonzados de
hacer propuestas! Yo no creo, señor ministro, que estas propuestas traten
de cuotas políticas, como se ha dado a entender en alguna intervención.

Nosotros entendemos que son propuestas que salen de los distintos grupos
parlamentarios, siempre sostenidas por criterios técnicos. Por eso digo
que el Gobierno ha tenido cintura en las propuestas que realiza, porque
se compaginan los dos criterios: en primer lugar, el de la propuesta de
los grupos parlamentarios (y es lamentable, señor ministro, que lleguemos
a avergonzarnos de estas propuestas en esta Cámara) y, en segundo lugar,
que haya un componente básico de técnicos o unos currículos que sostienen
esta propuesta. Esa es la síntesis de lo que se debe lograr en éste y en
todo tipo de órganos arbitrales. Desde este punto de vista, la crítica
que se podía hacer es la de que se asumirá por el conjunto de miembros de
la Cámara y que algún grupo parlamentario pueda quedar al margen de este
tipo de propuestas. En lo demás, nosotros creemos que se atienden
debidamente los criterios que desde el Grupo Parlamentario Vasco (PNV)
hemos venido sosteniendo para este tipo de órganos arbitrales. Por ello,
repito, nuestra felicitación al Gobierno desde esa perspectiva, por
encontrar básicamente mirlos blancos. Lo que usted ha anunciado, señor
ministro, es que existen mirlos blancos en este Estado, cosa que es bueno
comprobar.

Lo que no compartimos son ciertas formas de funcionamiento, y se lo voy a
decir con toda claridad, señor ministro. Para un Diputado periférico,
leer por la mañana en el hotel cuál va a ser el contenido de la
comparecencia del señor ministro, es francamente desagradable. No creo
que éstas sean las formas --y no voy a decir que sea o no democrático,
¡válgame Dios!-- de entrar en estas consideraciones. Yo creo que es
francamente democrático, y no voy a decir lo contrario, ahora bien, lo
que creo es que no se cumplen las formas, señor ministro. Para un
Diputado que



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ha estado preparando con sus compañeros de partido una serie de
intervenciones no es lógico que se encuentre en la prensa de la misma
mañana con una serie de cosas. Creo que esto no respeta las formas en
relación a esta Cámara. Y dado que, desde nuestro grupo parlamentario
solemos hacer hincapié de lo fundamental que son las formas en una
democracia, quisiera hacérselo saber. Sabe usted, señor ministro, que ha
sido Diputado, que no es agradable desayunarse solo y en el hotel con el
contenido de la comparecencia del señor ministro, teniendo en cuenta,
además, que uno tiene que estar a las diez y media de la mañana en una
comisión oyendo disciplinadamente todo aquello que ha leído a las siete y
media de la mañana en su hotel en solitario.

En relación al punto, que creo que ha sido novedoso en la intervención
del señor ministro y que no esperábamos recoger hoy, de la ampliación de
las funciones de esta Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones,
queremos manifestar, al igual que otros grupos parlamentarios, nuestra
sorpresa en relación a la ampliación de funciones de esa comisión.

Nosotros, como Grupo Parlamentario Vasco, tampoco conocemos los acuerdos,
salvo por la prensa, que hayan podido ser tomados entre distintos grupos
parlamentarios de esta Cámara, aunque pienso que, si hay acuerdos,
bienvenidos sean, porque entendemos que es bueno que los grupos
parlamentarios se pongan de acuerdo.

Lo que no compartimos es este tutum revolutum que conoce este sector,
estas mêlées que se conocen en ciertas áreas del sector de las
telecomunicaciones. Uno que, por obligación, lee casi todo lo que se
publica en relación a estos temas, algunas noches en solitario en el
hotel se dedica a hacer los esquemas de juego que se están produciendo,
en relación a este sector, y cree que necesita de mejores entrenadores.

Se lo reconozco con toda sinceridad, señor ministro: es difícil
comprender lo que pasa en esas mêlées. Por eso entiendo perfectamente su
insistencia en que hacen falta árbitros en este sector. Lo único que le
pedimos nosotros, señor ministro, dado como están las cosas en la liga de
las estrellas, que, a ser posible, no sean del equipo del Gobierno y
tengan camiseta blanca.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor
Rodríguez.




El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Señor Presidente, imagínense ustedes lo que
me queda a mí como representante del Bloque Nacionalista Galego, excepto
expresar perplejidad porque, a pesar de que, como gallego y como Diputado
del Grupo Mixto y, en concreto del Bloque Nacionalista Galego, estoy tan
habituado a la omisión en relación con nuestro propio país, o a la
omisión en relación a nuestras actividades de carácter parlamentario, la
verdad, es que uno no acaba de llevarse el susto final, pero habituado a
que no se guarden las formas de carácter democrático podemos comprobar
que esas formas no se guardan incluso públicamente. Cuando aquí se habla
de que existe un consenso entre grupos parlamentarios, no es que no sea
agradable escuchar que uno está fuera de ese consenso, es que ni siquiera
tenía noticia de que había ese tipo de conversaciones.

Digo todo esto porque, mucho más allá del tema de las telecomunicaciones,
en la política en general estamos resbalando por un camino que trataría
de llegar a una dictadura y que ni siquiera tiene formas de carácter
democrático. No es ya que sea oscuro y crítico para el ciudadano normal
todo lo que está pasando muchas veces en el Estado español, sino que
ostentosamente es así. Además, se hace gala de que sea así y se trata de
situar lo que es, a lo mejor, una legítima conversación o un legítimo
juego de intereses con el único pensamiento existente. Y no es, no ya
agradable, sino que no es de recibo que se diga que todos los grupos
parlamentarios están en el consenso, que todos los grupos parlamentarios
apoyan tal cuestión o incluso que no se guarden las formas de una
tramitación parlamentaria. Nosotros pensamos que sería, por lo menos,
formalmente riguroso que se atendiese primero a la discusión, para que
después las mayorías hiciesen lo que les viniese en gana.

Usted sabe, señor ministro, que aunque no tengamos que ser escuchados,
nuestra propuesta de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones se
basaba en que el Gobierno pueda nombrar legítimamente al presidente y al
vicepresidente, pero había después una composición del organigrama en su
conjunto que vinculaba lo que era el legítimo derecho de este Parlamento
a hacer propuestas, para formar parte de la comisión, con lo que era la
representación orgánica, por lo menos de las comunidades autónomas que
tienen lengua y cultura propias.

En este sentido, queremos decir que es gravísimo que se vaya a un mercado
de liberalización que no es más que oligopolios de las
telecomunicaciones, con algunas de ellas, en concreto la gallega, en una
total indefensión. Todo el mundo sabe lo que va a representar en el
futuro, para la supervivencia cultural lingüística y económica de los
países diferentes, contar por lo menos con un marco que tenga algo de
control por parte de los gobiernos y de los parlamentos respectivos.

En este sentido, si bien vemos legítimo que se reparta la presidencia y
la vicepresidencia entre un representante de España y uno de Cataluña
--incluso estaríamos a favor de que Cataluña tuviese las competencias
plenas en este terreno--, sin embargo nos parece grave que no se atienda
al carácter plurinacional y diverso del Estado español, y vaya a quedar
en una componenda política y no en una componenda internacional, en el
mejor sentido de la palabra, de los que hoy conformamos el Estado
español, que sería lo legítimo, lo democrático y lo correcto.

En todo caso, no sabemos si valdrá la pena participar en todo el proceso
de discusión del proyecto de ley porque, al fin y al cabo, todo queda
anulado por esta manera de actuar, al mejor servicio de los oligopolios
españoles e internacionales, que harán un gran negocio a nuestra costa y,
sobre todo, con la creencia de que pueden permitirse el lujo de pasar de
muchos millones de ciudadanos del Estado español, representados aquí por
fuerzas políticas que no tenemos arte ni parte, no ya en el resultado
final, sino ni siquiera en la discusión.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra la señora
Mato.




La señora MATO ADROVER: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
voy a consumir un turno breve para explicar la posición de mi grupo
parlamentario sobre este asunto.

No les sorprenderá no sólo que nos limitemos a coincidir con la
intervención del señor ministro sino que, aunque les pueda provocar
sonrisas, el Grupo Popular felicite al responsable de Fomento. Y queremos
hacerlo por tres razones fundamentales. En primer lugar, porque la
comparecencia de hoy tiene mucho que ver con el espíritu de negociación,
de consenso y de diálogo con que se están discutiendo todas las normas
que afectan a las telecomunicaciones en esta nueva etapa. En esta
materia, el Gobierno no es sólo partícipe del diálogo, sino que también
es impulsor del mismo. Hay que dar la bienvenida a cualquier paso o
medida que vaya en la dirección adecuada. Esta dirección es la de
alcanzar múltiples acuerdos en materia de telecomunicaciones que
establezcan reglas fiables para el desarrollo de este sector.

En segundo lugar, es motivo de satisfacción para nuestro grupo que las
propuestas que hoy nos traslada el ministro respondan a un perfil
profesional en el que la ideología o la militancia partidista no es
elemento que define la propuesta.

En tercer lugar, no dudamos de la intención del señor ministro que deja
abierta hoy la propuesta definitiva de los miembros que van a componer
esta Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, porque quiere
continuar haciendo esfuerzos para que la composición definitiva de la
misma cuente con la opinión favorable de la mayoría de los grupos
parlamentarios de esta Cámara.

Sabemos que las unanimidades son difíciles en esta materia. Hay grupos
que sostienen modelos diametralmente opuestos a los que propone el
Gobierno, y no me refiero solamente al modelo de telecomunicaciones, sino
también al modelo político y al modelo económico en el sentido más amplio
de la palabra. A esos grupos les seguimos reiterando nuestra oferta de
diálogo porque creemos que el diálogo, aun sin acuerdo, siempre tiene
sentido en la medida en que no sea un diálogo de sordos. Desde el grupo
mayoritario de la Cámara seguiremos estudiando en profundidad y con todo
interés cualquier propuesta que en materia de telecomunicaciones se nos
haga llegar, aunque esas propuestas estén marcadas por la lejanía
ideológica o política.

Algunos grupos también han manifestado esta mañana su discrepancia en
cuanto a los trámites procesales o en cuanto a los procedimientos de
desarrollo reglamentario del real decreto-ley. Ninguno de los grupos que
aseveran esta cuestión ha planteado dudas en cuanto a la juridicidad de
este comportamiento. ¿Qué cabe entonces, señorías? Cabe la crítica que,
en mi opinión, no se sostiene en ese caso por el espíritu de diálogo de
todas las reformas que se están acometiendo.

No existiendo inconvenientes formales, que no existen, tenemos que
avanzar lo más rápidamente posible en este campo porque hemos perdido
muchísimo tiempo en los últimos años. El tren europeo en los primeros
vagones, no puede escaparse a ninguna materia, pero mucho menos a esta de
las telecomunicaciones. Sería positivo que todos los grupos fuéramos
conscientes de que el diálogo tiene que ser activo, que no permite pausa
y, sobre todo, que el diálogo nunca puede ser un ardid para obstaculizar
las reformas que estamos acometiendo.

Sabemos también, señorías, que hay algunos grupos que en sus propuestas
de máximo hubieran preferido otra forma de designación de los miembros de
esta comisión. Esa diferencia de criterio es respetable. Pero creo que
nadie puede negar el esfuerzo que se está haciendo por parte del Gobierno
para que esta comisión nazca exacta de partidismo, lo que nos parece una
necesidad y es clave para la función neutral que está llamada a llevar a
cabo en un futuro próximo.

A este grupo, señorías --y finalizo--, le satisfacen las personas
propuestas. Nadie, aun desde la discrepancia, puede negar sus
conocimientos y su idoneidad profesional. Estamos seguros de que la
propuesta final va a responder a estos mismos criterios y, por tanto,
vamos a seguir avanzando en el camino del diálogo en materia de
telecomunicaciones.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las intervenciones, tiene la
palabra el Ministro de Fomento.




El señor MINISTRO DE FOMENTO (Arias-Salgado y Montalvo): Quiero agradecer
a todos los portavoces de los grupos parlamentarios su intervención,
desde la conformidad o desde la discrepancia, desde la crítica y desde el
apoyo. Eso es justamente lo que pone de relieve la utilidad de este
trámite.

En las diversas intervenciones --me permitirán que las ordene por temas,
más que por contestación singularizada de portavoces-- se han utilizado
diversos argumentos a los que voy a tratar de responder brevemente. En
primer lugar, la urgencia del decreto-ley, su tramitación como ley y los
reglamentos de desarrollo. Esa es una gran cuestión.

Una vez que se aprueba un decreto-ley --y cuando se hace es porque es
urgente regular la materia de que se trate-- no se puede esperar a la
tramitación como ley para publicar los reglamentos. Lo que se ha hecho en
primer lugar es perfectamente conforme a la Constitución y al
ordenamiento jurídico. En segundo lugar, lo que se pone de relieve es
justamente la urgencia que en su día justificó la convalidación del
decreto-ley por esta Cámara. Si declaramos urgente el decreto-ley, y lo
hizo esta Cámara por mayoría, y después tardamos seis meses en tramitar
una ley, ¿dónde está la urgencia?
Por otra parte, el Gobierno ha utilizado con una extremada prudencia su
potestad reglamentaria en el desarrollo de este real decreto-ley. Ha
hecho dos reglamentos. Ninguno de los dos va a ser sustancialmente
modificado por las enmiendas presentadas en esta Cámara, porque no los
modifican sustancialmente, y los dos cumplen con la razón de urgencia.

Uno, poner en marcha el órgano arbitral y regulador y otro, organizar los
concursos de cable. Y me remito



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a ese segundo reglamento, que hoy no es cuestión, pero que hay que traer
a colación porque abona el argumento de la urgencia.

La regulación del mercado español de las telecomunicaciones llevaba
retraso. Si el 1.º de enero de 1998 --estamos a 14 meses señorías-- se va
a empezar a aplicar plenamente la legislación comunitaria, nadie,
razonablemente, puede negar la urgencia de las decisiones que ha adoptado
el Gobierno. Se podrá estar conforme o disconforme, pero es difícil negar
la existencia de la urgencia.

Segundo tema que ha salido a colación: los nombramientos de este tipo de
órganos. En los países que los tienen no los nombra el Parlamento, los
nombra el Poder Ejecutivo, es prerrogativa del Ejecutivo del nombramiento
de este tipo de órganos arbitrales. En los países en que mejor funcionan,
que podrían ser las democracias anglosajonas, efectivamente los nombra el
Poder Ejecutivo.

No soy partidario de que este tipo de órganos, que tienen una gran
autonomía y muchas atribuciones, queden exentos de control, ni soy
partidario de que el Gobierno a la hora de su nombramiento quede exento
de control. Pero una cosa es el control de la decisión del Gobierno y
otra cosa es el nombramiento por el Parlamento, y precisamente en el
reglamento del mercado de las telecomunicaciones se ha previsto un
trámite de control que es éste, en el que el Gobierno tiene que dar
cuenta de los nombramientos antes de su realización y, por tanto, todos
los grupos parlamentarios pueden transferir o transmitir a la opinión
pública las ventajas e inconvenientes que ven en los nombramientos. Es un
trámite de control razonable, que es el que se emplea, por ejemplo, para
el Gobernador del Banco de España y nadie pone reparos a que el
Gobernador del Banco de España se nombre de esa manera y su nombramiento
esté previamente controlado por el debate existente en la Comisión de
Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados.

Por tanto se cumple, y sobradamente, con lo que es la tradición en los
países democráticos que tienen órganos de este tipo; se cumple también
con la exigencia de una democracia parlamentaria y se dota necesariamente
a la comisión de la legitimidad que deriva básicamente del paso por un
trámite de debate, porque eso da legitimidad para apoyar y para
discrepar. Desde esa perspectiva el Gobierno ha actuado correctamente.

Tercer elemento que ha salido en el transcurso de las diversas
intervenciones. El Gobierno va a intentar hacer el máximo esfuerzo para
que las grandes líneas de la política de telecomunicaciones tenga el
máximo apoyo posible de esta Cámara, no de esta Comisión, sino del
Congreso de los Diputados, del Parlamento en suma, porque creemos que es
positivo, creemos que es mucho mejor, da más certidumbre, da más
seguridad y hace el horizonte de la actuación del mundo empresarial en el
mercado de las telecomunicaciones mucho más cierto y definido. Por
consiguiente, se han empezado ya conversaciones con los grupos
parlamentarios para que el decreto-ley en su tramitación alcance el mayor
consenso posible. Ocurría, sin embargo, que este trámite no podía esperar
más, porque hay un plazo previsto en el propio reglamento para su
constitución, pero el Gobierno y el Grupo Parlamentario Popular
continuarán, como es lógico, impulsando el mayor grado de acuerdo posible
para definir los grandes rasgos de la política de telecomunicaciones.

Por último, el tema de las filtraciones a la prensa. Le puedo asegurar a
S. S. que no soy en absoluto responsable; que es difícil en el mundo
político lograr la plena discreción en todo lo que afecta a
nombramientos, donde circulan nombres con muchísima antelación, como
consecuencia, entre otras causas, de las diversas conversaciones que se
mantienen.

En cualquier caso, señorías, creo que éste era un trámite necesario. Creo
que es bueno que se hayan producido apoyos y discrepancias; creo que
vamos a tener un buen órgano regulador de la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones, que va a tener capacidad de arbitraje, de dirimir
conflictos, de regulación en un escasísimo margen de tiempo. Cuando al
principio hacía mención de la urgencia que tiene la puesta en marcha de
la comisión no se les oculta a SS. SS. que hacer una transferencia de
atribuciones amplia, como la que se va a hacer, desde la Administración
del Estado a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones es una
tarea compleja y no fácil y si ha de estar en pleno funcionamiento el 1.º
de enero de 1998 creo que solamente el manejo de esa fecha pone de
relieve que era urgente, que era preciso. Por ello el Gobierno,
naturalmente, bajo su responsabilidad y con los apoyos que tiene en la
Cámara, ha decidido sacarlo adelante.

Muchas gracias, señor Presidente. (El señor Alcaraz Masats pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Cuando se reunieron Mesa y Portavoces para establecer las reglas de este
debate decidieron que el mismo culminaba con la intervención final del
ministro. Por tanto, no puede reabrirse el debate sobre los temas del
fondo. Si el portavoz de algún grupo considera que ha habido alguna
alusión personal a algoqueha dicho y quiere matizarla --insisto que a
algo que haya dicho, no a reabrir la cuestión-- tiene la palabra por un
minuto si me la pide. (Pausa.) Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor Presidente, no quisiera que aquí constara
que parece que el Grupo de Izquierda Unida no quiere atenerse a diálogos
y consensos; es que hemos sido absolutamente marginados en los dos
niveles y tanto el señor ministro como la señora portavoz del PP han
aludido a consensos que son falsos. Parece como si fuéramos
inencontrables, que no tuviéramos domicilio fijo o cosas por el estilo.

Yo quiero decir que hasta ahora no hay consenso, que ustedes están
haciendo reuniones extrañas, fuera del proceso real de las cosas en este
Congreso de los Diputados y puesto que ustedes hablan de que realmente se
trata de llegar a consensos democráticos, hay que tener en cuenta que
somos el tercer grupo de la Cámara. Estamos en la idea de que
jurídicamente no es aceptable lo que se ha hecho, porque



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no es urgente el decreto ni mucho menos el procedimiento que se está
siguiendo, señor ministro. Ya hay un decreto recurrido ante el Tribunal
Constitucional.

Desde ese punto de vista, señor ministro, señora Mato, vamos a atenernos
a los puntos que parecen los correspondientes al debate que se ha tenido:
vamos a dejar los contenidos, la síntesis del nuevo texto al trámite
parlamentario. Le recuerdo que no le hablo desde la luna, le hablo desde
un texto que todos los grupos excepto el Partido Popular...




El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, le ruego termine.




El señor ALCARAZ MASATS: Estoy terminando, pero no se deje usted influir
por el señor ministro, que le está dando codazos. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, permítame que le interrumpa. Puedo
asegurarle que este Presidente no se siente nunca influido ni por un
ministro ni por ningún portavoz.




El señor ALCARAZ MASATS: Era una broma, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Ya, pero me gusta dejar esas cosas claras.

Tiene S. S. la palabra.




El señor ALCARAZ MASATS: Por tanto, primer punto: nosotros hablamos desde
la Ley del Cable, que fue consensuada por todos los grupos; no estamos en
un margen extraño, desde ahí estamos hablando, señora Mato.

En segundo lugar, teniendo en cuenta al tercer grupo de la Cámara,
representante de cerca de tres millones de votos, señor Arias-Salgado,
una vez acordado que la síntesis del texto se hace aquí, integramos en
esa comisión al Grupo de Izquierda Unida. Ya está integrado el PNV, con
muchísimos menos votos que Izquierda Unida; Convergència i Unió, con
muchísimos menos votos, ¿por qué se queda fuera Izquierda Unida? ¿Por qué
razón democrática?
Termino, señor Presidente. Nosotros no nos avergonzamos de que estén
representantes elegidos por miembros de esta Cámara. Nos avergonzamos de
que el tercer grupo de la Cámara sea marginado. De eso sí nos
avergonzamos, como nos avergonzaríamos si afectara a cualquier otro grupo
democrático que cupiera en los márgenes democráticos de la estructura de
la comisión. De eso sí nos avergonzamos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Mato, por un mutuo, pero
nada más que para contestar alusiones.




La señora MATO ADROVER: Menos de un minuto.

Simplemente aclarar al señor Alcaraz y a toda la Cámara que el Grupo
Popular tiene intención de llegar al consenso con la mayoría de las
fuerzas políticas de esta Cámara, y cuando me refiero a la mayoría creo
que se deberían sentir representadas todas ellas, no creo que ninguna
deba automarginarse. En cualquier caso, es una opción personal de cada
Diputado automarginarse de los consensos que se ofrecen a la mayoría de
los grupos parlamentarios de la Cámara.

Ciertamente, en estos momentos el proyecto de ley todavía se está
tramitando. No se ha reunido la Ponencia ni la Comisión, trámite
parlamentario en el que tendremos ocasión de debatir todas estas
propuestas que se están avanzando mediante diálogos bilaterales
multilaterales que se están haciendo en esta Cámara.

En cualquier caso, a pesar, como decía antes, de las distancias y del
modelo diametralmente opuesto que presentan algunos grupos parlamentaros
seguimos ofreciendo y reiterando la oferta de diálogo a todos los grupos,
oferta que le hago a usted mismo, señor Alcaraz, para que esta misma
tarde se reúna conmigo, si usted lo tiene a bien, y veamos las propuestas
que se pueden hacer. Y si es posible llegar a un consenso en materia de
telecomunicaciones, no solamente en este proyecto de ley, sino en
cualquier otro proyecto o propuesta que se haga por parte del Gobierno, o
por parte de cualquier grupo de la Cámara, estaremos dispuestos a llegar
a un acuerdo en esa materia porque, como hemos dicho en más de una
ocasión, consideramos las telecomunicaciones una materia de Estado y el
mayor consenso posible es beneficioso para todos nosotros y para todos
los ciudadanos. (El señor Alcaraz Masats: Señor Presidente, vamos a fijar
la hora de la cita.)



El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, por favor.

Se levanta la sesión.




Eran las once y cuarenta y cinco minutos de la mañana.