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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 83, de 22/10/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1996 VI Legislatura Núm. 83



DE CONTROL PARLAMENTARIO DE RTVE



PRESIDENTA: DOÑA CARMEN ALBORCH BATALLER



Sesión núm. 7



celebrada el martes, 22 de octubre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia de la señora Directora General del Ente Público RTVE
(Ridruejo Ostrowska) para informar de los nuevos proyectos de RTVE en
relación con su expansión y alianzas empresariales. A solicitud del señor
Acosta Cubero y 13 Diputados más. (Número de expediente 212/000128.)



Se abre la sesión a las once y treinta y cinco minutos de la mañana.




La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías. Iniciamos la comparecencia
de la Directora General de Radiotelevisión Española, que ha sido
solicitada por el Grupo Socialista, para informar de los nuevos proyectos
de Radiotelevisión Española en relación con su expansión y alianzas
empresariales.

Tiene la palabra la señora Directora General.




La señora DIRECTORA GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (Ridruejo Ostrowska):
Buenos días, señorías.




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Como bien dice la Presidenta, la comparecencia de hoy está convocada para
tratar, fundamentalmente, de la televisión temática por transmisión
digital.

En esta comparecencia, tras una breve introducción, realizaré una
exposición en la que pretendo cubrir los siguientes aspectos. En primer
lugar, situarnos en el entorno de la televisión en la actualidad, en el
que destaca, primordialmente, la búsqueda de la audiencia por la
audiencia; existe un mínimo interés por otros aspectos de los contenidos
distintos a su capacidad de conseguir esa audiencia. En segundo lugar,
haré una exposición de cómo esto es posible, que es debido
fundamentalmente a la revolución tecnológica digital, describiéndolo como
un cambio tecnológico que va a permitir, a su vez, un cambio, en un
primer momento, en los costes de distribución de la televisión y, en un
segundo momento, en el desarrollo de nuevos productos que van a modificar
los hábitos de consumo de televisión y va a surgir un nuevo tipo de
televisión basada en la posibilidad del propio consumidor de elegir en
cada momento qué quiere ver y cómo lo quiere ver, basado en una oferta y
en una demanda de productos temáticos. En tercer lugar, expondré por qué
entendemos que en ese desarrollo debe estar la televisión pública,
fundamentalmente para ofrecer canales temáticos que le es posible en base
a su archivo, a sus productos, a su capacidad de producción, que de otra
forma serían comercializados mucho menos de lo que la televisión temática
va a permitir, por ejemplo, a través de canales de educación, de
solidaridad, de cultura, etcétera. Por este sistema se mantendrá el
principio de ser motor de la cultura y de la lengua española, pero este
crecimiento de canales también permitirá aprovechar para profundizar en
la oferta de producto que obedezca al concepto de servicio público; todo
ello de una manera entretenida y atractiva para el potencial
suscriptor.

Posteriormente, explicaré brevemente en qué consiste la televisión
digital y, para concluir, haré una breve exposición de los trabajos que
realiza Radiotelevisión Española para desarrollar este nuevo tipo de
televisión.

Lo que es cierto es que nos enfrentamos actualmente a una segunda gran
revolución del sector audivisual desde que apareció la televisión en
color. Entiendo que Televisión Española, igual que no perdió la
oportunidad que se le brindó de estar presente en todos los hogares
haciendo programación en color, tampoco debe perder el tren de la oferta
temática, de la oferta por transmisión de tecnología digital. Esta es una
gran oportunidad para aprovecharse de todas sus capacidades y para poder
estar nuevamente en todos los hogares españoles que quieren tener este
tipo de televisión. Es una oportunidad para ampliar y reforzar el
concepto y la función de servicio de titularidad pública. Además,
manteniendo una oferta generalista, convencional y de servicio público,
la televisión digital va a permitir a Televisión Española ofrecer sus
productos centrados en el concepto, como bien digo, de servicio público,
orientado a un espectro de espectadores amplio, que desea complementar la
actual oferta y, además, organizar su modo de ver televisión por
temas.

En su mayoría estos espectadores serán abonados, por la fuerza de la
oferta y la demanda. Esto no implica que no pueda haber algunos canales
de transmisión digital abiertos. En principio, la oferta de Televisión
Española será una oferta de producto básico, con un precio reducido en
fórmula de pago.

Es cierto que hay que estar en el futuro, al menos tener la oportunidad
--como estamos haciendo ahora-- de estudiarlo detenidamente y tener la
opción, al igual que están haciendo otras televisiones públicas del resto
de Europa, de tener una cuota razonable en el mundo de la televisión del
futuro.

Tengo que señalar que el desarrollo de la televisión digital viene como
consecuencia de los avances de la tecnología, que específicamente se
centran en la tecnología de transmisión de señales como primera fase.

Igual que ha ocurrido con el sonido en años anteriores, la televisión se
transforma en digital. En el sonido la diferencia es tan palpable como la
diferencia entre un disco de vinilo y un compact disc tanto por la
calidad del sonido como por el espacio necesario para su
almacenamiento.

Con la tecnología digital este mismo proceso está ocurriendo en
Televisión.

La tecnología de compresión numérica --que no voy a describir por no
entrar en detalles estrictamente técnicos-- permite que donde antes había
un solo canal, ahora caben seis, ocho y dentro de poco diez canales, con
una calidad de emisión y recepción mucho mayor que la que ofrece la
tecnología analógica tradicional. Esta mejora necesaria en la gestión de
la información para hacer una señal audiovisual se aplica no sólo a los
medios de almacenamiento de esta señal, como en el caso de la música --en
el láser disc lo tenemos muy claro--, sino también en los medios de
difusión. A igual coste de transmisión se pueden enviar hasta ocho
canales donde antes cabía uno.

En la actualidad los medios de transmisión son tres. Todos ustedes saben
que la transmisión terrestre es una realidad, a través de ella recibimos
los canales tradicionales de televisión; existe el servicio de
transmisión por cable, que todavía en este país está en un estado de
desarrollo incipiente, y también existe la transmisión por satélite. Por
tanto, la televisión digital va a permitir multiplicar por ocho, al
menos, la capacidad de los medios de transmisión de televisión existentes
en la actualidad, disminuyendo, por consiguiente, el coste por canal.

Esta gran mejora de capacidad va a tener una implantación distinta
dependiendo de los medios de distribución. La televisión digital terrena
tendrá que irse implementando gradualmente con el ajuste de los medios de
difusión que tiene, por ejemplo, Retevisión, para permitir la cobertura
de la población, y también las familias tendrán que modificar sus antenas
de recepción, ya que las que existen actualmente no servirán para la
recepción digital.

La televisión por cable, sin embargo, tendrá que actualizarse y, en
cualquier caso, como está en desarrollo su potencial --cuando se produzca
el cableado en los hogares españoles, aunque puede suponer un largo
período de tiempo--, la transmisión de señales digitales será enorme.

Tendremos que esperar al menos tres años para que empiecen a operar de
forma estable los concesionarios de las distintas demarcaciones del
cable, en ese momento la televisión digital tendrá una gran ventaja y
servirá de motor de contratación para los operadores de cable.




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La difusión de televisión vía satélite --el tercer medio de difusión--
tiene, por el contrario, unas ventajas inmediatas. En primer lugar, es
compatible con el cable y también con las oferta existente. Es compatible
con el cable porque una misma señalqueestransmitida para luego ser
recibida por recepción directa --lo que se llama el DTH--, también puede
ser recibida por las cabeceras del cable y distribuidas a través de la
red. La difusión vía satélite, al no necesitar una red terrena --como,
por ejemplo, el cable y la transmisión terrestre--, se puede poner en
marcha desde el momento en el que hay un satélite que se encuentra en una
órbita geoestacionaria que permite que la señal llegue hasta donde llega
la huella del satélite. De esta forma, en toda España, con la ayuda de
una antena parabólica, se pueden recibir todas las señales que emita el
satélite en cuestión, en principio Hispasat, que es la opción por la que
nos orientamos. Además la huella de los satélites no tiene por qué
circunscribirse sólo a los distintos estados, muchas veces esa huella
sobrepasa la línea de un estado y, por tanto, es capaz de llegar a
territorios enteros, a zonas geográficas muy amplias. El caso del
Hispasat es claro. Tiene la llamada «Misión América», que llega a la
práctica totalidad de América, exceptuando Brasil y partes occidentales
de Norteamérica, y permitiría enviar la señal desde España a estos
territorios.

La distribución de televisión digital vía satélite implica que los
territorios se vuelvan globales, y con la tendencia que se está
produciendo en la unificación de empresas de gestión de satélites, estas
zonas geográficas se están ampliando muy rápidamente. En el caso de
Hispasat, por ejemplo, Televisión Española internacional puede enviar a
toda América con el mismo esfuerzo que lo envía a España. Es más, hoy en
día el coste de la difusión de la señal vía satélite es cien veces menor
que el coste de la distribución terrestre.

Por otro lado, y por lo anteriormente expuesto, uno se preguntaría: ¿por
qué no existe la televisión digital ya en todo el mundo? Yo creo que hay
cuatro razones fundamentales que nos dan respuesta a esta pregunta. La
primera de ellas sería la puesta en marcha de una nueva tecnología
digital que hasta hace pocos meses estaba en fase experimental, y ahora
mismo se encuentra y en fase de desarrollo e implantación en muchos
lugares del mundo. La introducción de la tecnología digital, al igual que
en el caso de los ordenadores personales o del láser disc, o de otra
serie de tecnologías que han tenido lugar en el pasado, se va a hacer
progresivamente, pero de una forma imparable. Pensamos que en los
próximos dos a cuatro años la tecnología digital será una realidad, desde
luego en España y en el resto de Europa.

En segundo lugar, también hay que pensar en el coste que hoy en día tiene
para un potencial espectador el abonarse a una televisión de tecnología
digital cuando resulta que ya reciben otros tipos de televisión. El
espectador de hoy tiene unos hábitos, adquiridos a lo largo de muchos
años, y lo que el espectador y potencial abonado necesita es poder
elegir, poder ver y diferenciar la oferta televisiva para desear
contratar este nuevo servicio. Cuando esto esa posible, seguramente las
decisiones de ese potencial abonado se produzcan con cierta rapidez,
aunque de una manera muy selectiva.

Por otro lado, también es cierto que en televisión digital de recepción
directa, cada receptor, cada potencial abonado tiene que tomar la
iniciativa, primero, de abonarse, y, luego, de disponer de un
descodificador, que es el instrumento que se encarga de transformar la
información digital en imágenes de televisión, y también permite realizar
otras funciones, como es, por ejemplo, el control del abonado, de lo que
está recibiendo, de lo que está pagando y lo que está autorizado según el
contrato que haya firmado en su momento.

En este momento cabe resaltar que a nivel mundial se están organizando
los grupos empresariales de una manera muy activa, se están organizando
en grandes círculos con participaciones o iniciativas locales, y estos
grupos comienzan ya a ofrecer este servicio. Las alianzas que se producen
son para complementar lo que pueden ser socios técnicos con aquellos
proveedores de contenidos, porque en televisión digital lo que está claro
es que hay muy pocos grupos que hayan desarrollado todas las fases de la
tecnología digital y de los contenidos. Hemos visto esas operaciones en
las que los estudios de Hollywood se juntan con otras iniciativas, como
son los grandes transmisores de señales, los llamados carriers, y lo que
demuestra esto es una tendencia imparable en la modificación de todo el
espectro audiovisual.

Siguiendo con los puntos que respondían a nuestra pregunta, en tercer
lugar, hay que pensar que cuando se desarrolla una iniciativa de éstas
hay que contemplar la fabricación de descodificadores, que es un elemento
más de la implantación de este tipo de televisión y, además, tiene que
poderse fabricar ese descodificador, primero, tecnológicamente adecuado,
y, segundo, a un precio razonable. Esto es un elemento más que hay que
contemplar en este momento.

Por último, la organización de la oferta de contenidos tiene que resultar
atractiva para el potencial usuario de la televisión digital. Esto
implica el montar una sociedad o unidad de gestión de contenidos que los
empaquete, que los haga atractivos, lo que también está alterando las
fuerzas del mercado respecto al acceso a dichos contenidos. Estas
cuestiones técnicas y de fabricación están evolucionando muy rápidamente,
y, por ejemplo, por lo que se refiere al coste del descodificador, al
igual que ocurrió con el compact disc o con los ordenadores, la tendencia
es que va a ir disminuyendo a medida que disminuyan los costes de
fabricación y se aumenten el número de unidades que se vayan
vendiendo.

En relación con las implicaciones de la televisión digital para el
mercado audiovisual, quiero resaltar que son muy relevantes. El hecho de
poder multiplicar la oferta de canales, como decíamos, por ocho, a un
coste de transmisión similar al existente en la televisión analógica, va
a permitir que la oferta de canales comience a segmentar la audiencia y
ofrezca canales específicos para cada gusto particular del
espectador.

Esto ya ha ocurrido donde las televisiones por cable se habían
desarrollado, y estos países tenían la posibilidad de que el público
recibiese, por ejemplo,



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alrededor de una veintena de canales, aunque no fueran todos
temáticos.

El propio consumidor se programaba su consumo de televisión.

En este entorno, la tecnología digital va a producir que la oferta de
programas se organice de una manera alternativa al actual. Surgirán
canales temáticos dirigidos a los distintos públicos, por ejemplo, los
canales de deportes, de noticias, de documentales, culturales, de
entretenimiento, etcétera. Lo que ocurrirá, y ocurre de hecho en otros
territorios, es que la audiencia se ha segmentado, se divide, ya no entre
los canales generalistas a través del zapping, como hemos visto durante
varios años y como ha ocurrido tradicionalmente, sino entre todos los
canales disponibles, entre los temas que cada espectador se quiera
programar en cada momento.

Esta realidad tiene una importancia capital a medio plazo en el negocio
de la televisión. Como ya todos sabemos, las audiencias son motores de la
televisión generalista. La televisión generalista recibe por esta
audiencia una inversión publicitaria, que se basa en la capacidad que
tiene el producto audiovisual de llegar a un gran número de personas.

Dicho público atrae a los anunciantes que contratan espacios en la
emisión para colocar su publicidad, es decir, invierten en audiencia.

Pero desde el momento en que las audiencias comienzan a dispersarse en
distintos canales, el anunciante tiene que decidir a quién le asigna su
inversión publicitaria, sufriendo, por tanto, todos los canales
generalistas tradicionales una potencial bajada en audiencia, que se va
produciendo gradualmente conforme los canales temáticos se van
desarrollando. En este ámbito, los anunciantes enfocarán sus objetivos
con mayor precisión, y, al igual que el resto de los canales
generalistas, prevemos que Televisión Española sufrirá también una bajada
en audiencia, en capacidad de inversión y en inversión realizada por
parte de los anunciantes.

Además, estos canales temáticos se pueden ofrecer a los clientes finales
a cambio de una contraprestación económica. Desde el momento en que el
cliente final está dispuesto a pagar por ver un canal, surge un nuevo
motor de la televisión, que no se fija ya en la audiencia sino en los
contenidos para mostrar un interés en ellos por parte de los espectadores
que se decidan a suscribir el canal, es decir, la ecuación cambia
sustancialmente, cambia el esquema.

Así, en los canales generalistas se va a producir un aumento de la
competencia con la entrada de los canales temáticos, también se va a
producir una segmentación en la distribución de la audiencia, con lo que
implica a medio plazo la pérdida de los recursos que invierten los
anunciantes en los canales generalistas tradicionales.

Por el contrario, en los canales temáticos se va a desarrollar un mercado
de clientes finales que están dispuestos a pagar una cantidad de dinero
para recibir esos ciertos canales, unos serán más básicos, siendo los
básicos en principio más numerosos y más asequibles en cuanto a precio;
otros serán más especializados o de mayor valor añadido, por tanto, algo
más caros, y, otros, una oferta muy de actualidad, con eventos en
directo, con grandes estrenos en el caso del cine, los llamados canales
de pago a la demanda.

Lo que todo esto va a implicar es que en la medida que existan los
mecanismos de distribución de canales digitales, de los cuales hemos
hablado, en una primera fase, puede haber una oferta de unos veinticinco
canales; luego se desarrollarán, por ejemplo, ciento cincuenta canales,
después quinientos, etcétera, y este desarrollo de gran número en canales
temáticos también implica un desarrollo en los contenidos. Digamos que en
unos diez años es posible que en España más de un 40 por ciento de la
audiencia --es decir, de los españoles-- se sitúe en los canales
temáticos, lo que también implica que los canales generalistas, como ya
hemos dicho, perderán dicha audiencia, y también los ingresos
publicitarios que determinan hoy su dimensión. Habrá un cambio de consumo
de televisión y de productos audiovisuales.

Llegado a este punto, ¿qué es lo que engloba la televisión digital? Creo
que se puede resumir en tres partes claramente diferenciadas. En primer
lugar, está en los contenidos, que es la elaboración, el desarrollo y la
comercialización de señales audiovisuales. En segundo lugar, está el
segmento o la parte de gestión de abonados, es decir, la comercialización
y distribución a los abonados de los distintos productos
audiovisuales.

En tercer lugar, está la tecnología, es decir, la gestión, la
distribución y venta de descodificadores y la emisión y distribución de
señales por satélite, cable u otros medios.

En cuanto al primer punto, la elaboración, desarrollo y comercialización
de señales audiovisuales, creo que se puede resumir en el negocio de los
contenidos. Radiotelevisión Española considera que es su interés
prioritario; es decir, que su interés prioritario es el desarrollo de
contenidos audiovisuales, ya que parte de una situación privilegiada para
desarrollar esta labor. Tiene un catálogo de productos audiovisuales,
culturales, históricos, artísticos, deportivos y de información que es
insuperable en todo el mundo de habla hispana.

No obstante, Radiotelevisión Española considera que este catálogo debe
utilizarse para desarrollar señales que no se queden sólo en lo que es el
archivo histórico, sino que tengan una continuidad y puedan ser
disfrutados por todos los españoles de una manera entretenida, de una
manera atractiva. Esto implicará, en cierta medida, un grado de
producción para hacer que estos contenidos estén de actualidad y sean
interesantes.

No nos olvidemos que Televisión Española es el grupo con mayor capacidad
de producción y con mayor potencial de generar contenidos de este país,
que además es su negocio y lo debe promover preparando nuevas señales de
televisión.

Respecto a la comercialización y distribución de los abonados de los
distintos productos audiovisuales, lo que decíamos gestión de abonados,
la gran oferta de señales de la televisión digital lo que hace necesario
es que se empaqueten o comercialicen de una manera adecuada para que el
abonado tenga interés en contratarlas, pueda hacerlo a unos precios
asequibles y realizar una selección en la contratación de esos
contenidos. Esta segunda parte del negocio implica hacer la gestión
comercial también, el cobro y la promoción del producto, que se debe
hacer a través de



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una sociedad que se dedique exclusivamente a esta parte del negocio. Así
ha ocurrido en todos los territorios donde se está desarrollando la
televisión digital y así pensamos que se debe hacer en España.

Desde esta unidad, lo que ocurre es que se está en contacto con el
mercado y se sabe cuáles son los gustos, las preferencias de los
consumidores, que a su vez permiten determinar cómo deben ser los
productos que se les ofrezcan. Digamos que la relación es más directa
entre los contenidos y los suscriptores y no tanto a través de las
audiencias.

Hablábamos de otra parte necesaria para este negocio, que consiste en
hacer llegar los descodificadores al público. Estos descodificadores se
pueden hacer llegar al público mediante varios sistemas económicos, y
parece que lo más razonable es hacerlo mediante su alquiler. También
sería posible distribuirlos a través de determinados puntos y que se
hiciera una venta directa. Sin embargo, el tener un listado de abonados
directamente vinculado a un descodificador parece que a largo plazo es la
mejor solución para tener esa relación directa de la que hablábamos
antes, teniendo en cuenta que hay otro tipo de servicios que tienen
relación con la telecomunicaciones y que se podrán gestionar a través de
estos descodificadores.

Pensamos que la televisión pública debe estar en este tipo de
desarrollo.

La posición de las televisiones públicas debe analizarse desde dos puntos
de vista: en primer lugar, desde el interés de las televisiones públicas
por estar en contacto con las audiencias; en segundo lugar, desde la
ventaja estratégica de las televisiones públicas debidas a sus grandes
librerías de contenidos. Esto ocurre en toda Europa.

Si comenzamos observando lo que ocurre en Europa, donde existe la
tradición de radiotelevisión pública, y además estable, las principales
empresas públicas de televisión, como por ejemplo la BBC, en el Reino
Unido; la ARD y ZDF, en Alemania; France Television, en Francia, y la
RAI, en Italia, han presentado su estrategia de elaboración de canales
temáticos incluso otorgando exclusividad sobre ellas a ciertos proyectos
de televisión digital. En el caso de Francia, France Television ha
otorgado la exclusividad al Consorcio TPS; Flextech, en el Reino Unido,
etcétera. Y de esta manera están capitalizando con mucho éxito el
desarrollo de sus proyectos.

En el Reino Unido, la BBC se encuentra desarrollando negociaciones en el
cable, ya muy avanzadas con la empresa Flextech, compañía que está
participada por una importante empresa del cable norteamericana y que
además opera redes de cabe en el Reino Unido y en otras zonas. En el caso
del satélite, la BBC está realizando gestiones muy avanzadas con British
Sky Broadcasting que es la operadora principal de televisión vía
satélite, que está teniendo un éxito enorme y está controlada por Rupert
Murdoch.

La BBC ha indicado que la televisión digital forma parte de su estrategia
para continuar siendo líder en televisión y llegar a los ciudadanos. Para
ello estará presente en el desarrollo de canales temáticos, unos serán en
abierto y otros serán de pago. En cualquier caso, la BBC indica que serán
muy competitivos.

En el caso de Francia, la televisión pública francesa forma parte del
Consorcio TPS, Consorcio que lanzará en el mes de diciembre una oferta de
televisión digital. En ella se han integrado la práctica totalidad de las
cadenas generalistas francesas, entre otras la M6, TF1, así como France
Telecom y otras empresas de servicios y de cable. France Television tiene
la intención de elaborar una oferta de canales temáticos para que sean
emitidos a través de esta plataforma.

Otro ejemplo es el caso alemán de las televisiones ARD y ZDF, que son las
dos televisiones públicas alemanas, que preparan canales temáticos para
ser incluidos como oferta de programación en la plataforma DF1, que es la
promovida por Leo Kirch y en la que Deutsche Telekom tendrá una presencia
relevante como operador técnico.

La radiotelevisión pública debe estar al servicio de todos los ciudadanos
y por ello debe seguir el desarrollo tecnológico y no perder el tren de
la oportunidad que brinda la televisión digital. En ese sentido, la
Conferencia Ministerial del Consejo de Europa celebrada en Praga, en
diciembre de 1994, reconoció la necesidad de que las televisiones
públicas participen en las nuevas tecnologías de comunicación, y ello en
colaboración con la industria de las telecomunicaciones, prestando
especial atención a las nuevas oportunidades que ofrece la televisión
digital.

Por otro lado, el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente un informe
en el que esta institución resalta la función motriz de las
radiotelevisiones públicas, por lo que se refiere a la explotación del
potencial integral de las nuevas tecnologías audiovisuales. En este
informe, el Parlamento pide a los Estados miembros de la Unión Europea
que apoyen la diversidad permitiendo a las cadenas públicas un acceso
anticipado y equitativo a la tecnología digital.

Con estas premisas, Radiotelevisión Española tiene una clara voluntad de
participar en la televisión digital y, por otro lado, sería absurdo
renunciar a ello y renunciar también a realizar un canal, por ejemplo,
educativo o cultural, informativo o de entretenimiento, máxime cuando
dicha oferta de canales puede realizarse fundamentalmente con las
capacidades con las que ya cuenta el grupo.

La importancia de los fondos documentales de Televisión Española va a
permitir desarrollar canales que, de otra forma, no tendrían un
desarrollo en el mercado; por ejemplo, canales educativos, culturales,
artísticos, históricos, que pueden desarrollarse con la inmensa riqueza
de Televisión Española.

Está claro que el desarrollo de la televisión digital supone un elevado
coste total. No sólo es necesario desarrollar contenidos, sino que se
pongan a disposición de los ciudadanos los descodificadores,
absolutamente necesarios para poder recibir estos canales. Asimismo, la
inversión es necesaria para organizar la empresa que los distribuya a
través del satélite, del cable o de las ondas hertzianas y que realice la
gestión de abonados.

Para desarrollar la televisión digital es necesario hacer una importante
inversión en los contenidos. La elaboración de las señales que serán
comercializadas por la empresa de televisión digital es un requisito
previo para que



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exista el negocio. Televisión Española pretende centrar su esfuerzo en
esta parte del proyecto. Por ello, está elaborando un plan de canales
temáticos que permitirá desarrollar una oferta para la televisión
digital. En esta oferta Televisión Española está interesada
mayoritariamente en los canales más cercanos al servicio público como
son, por ejemplo, los informativos, los culturales, históricos,
artísticos, educativos, todo ello en un marco atractivo y
entretenido.

Teniendo en cuenta los costes fijos que ya existen en Televisión
Española, la inversión en estos contenidos será mucho más reducida de la
que supondría crearlos de nuevo sin infraestructura. Televisión Española
cuenta con la mayor fábrica de producción de España y tiene a su
disposición grandes profesionales.

En segundo lugar, es necesario invertir para poder poner a disposición
del público por un precio asequible, por un alquiler mensual, los
descodificadores, que son unos auténticos ordenadores que realizan, como
decíamos, la recepción y la conversión de información digital a señales
de televisión, y también toda la gestión de abonos.

En tercer lugar, es necesario invertir en la transmisión de los canales
puesto que deben construirse centros de emisión digital que tienen un
coste ciertamente elevado. Para cubrir estos aspectos Televisión Española
se plantea llegar a acuerdos de asociación con terceros, los cuales serán
complementarios en sus aportaciones al negocio por su tecnología, por su
experiencia, por sus contenidos o por otras aportaciones. Mediante esta
asociación se creará un grupo con capacidad relevante que pueda competir
con toda garantía frente a la entrada de otros posibles grupos o posibles
ofertas que nos llegarán vía satélite, normalmente extranjeros. Estas
asociaciones nos permitirán ofrecer contenidos muy atractivos para el
suscriptor dentro y fuera de España.

También es necesario realizar una inversión en la gestión de los abonados
y de la oferta. Por tanto, existirá un centro de gestión de abonados y un
centro de gestión del producto, que permitirá el desarrollo del
negocio.

En esta empresa deben estar todos los grupos que integren el consorcio
como promotores. En principio, queremos que estén todas las televisiones
españolas que lo deseen y otros grupos españoles que aporten su manera de
saber hacer las cosas, su tecnología o, como hemos dicho, otros
elementos.

El proyecto de televisión digital requerirá también grandes inversiones y
capacidades, globalmente. Estas grandes inversiones implican un riesgo
económico que se diversifica mediante las alianzas que permitirán
desarrollar este proyecto. Es un riesgo que se diversifica entre varias
empresas, cada una con una capacidad concreta dentro del mismo, y cada
una añadiendo unos recursos que, juntos, permitirán el buen fin del
proyecto.

En cuanto al trabajo desarrollado por Radiotelevisión Española para
lanzar la televisión digital, hay un primer paso. Televisión Española ha
realizado numerosos estudios y ha mantenido conversaciones con todo tipo
de socios potenciales. Los estudios abarcan desde los aspectos más
técnicos hasta los aspectos económicos, de marketing o de contenidos.

Como segundo paso, Televisión Española ya ha recibido el visto bueno del
Consejo de Administración para la creación de una sociedad que englobará
sus actividades de televisión digital. Dicha sociedad será cien por cien
propiedad de Televisión Española y se denominará Televisión Española
Temática. Será una unidad de gestión separada aunque, evidentemente, con
relación directa con el grupo.

En paralelo, Televisión Española trabaja en el plan para desarrollar
hasta diez canales temáticos centrados en los contenidos mencionados y
que, estando todavía en fase de estudio, entre otras cosas permitirá la
creación de unos 350 puestos de trabajo en un primer momento, que estarán
empleados en lo que constituye el futuro de la televisión en España. Esto
se refiere a Televisión Española Temática.

También estamos trabajando para aglutinar un grupo español y tener una
proyección internacional. Como decíamos, los territorios ya no son
nuestros Estados, sino que son las huellas del satélite y también los
territorios que vayan a ofrecer una demanda clara de nuestros
productos.

En nuestro caso, en un primer paso España, la América de habla hispana y,
posteriormente, otros territorios. Televisión Española pretende ser el
motor de la lengua y la cultura españolas dentro y fuera de nuestras
fronteras. Por tanto, se han mantenido conversaciones con todos los
grandes grupos de televisión españoles, empresas de telecomunicaciones,
empresas de producción e incluso de sistemas de satélites. Todo ello es
de interés para que este grupo sea lo más fuerte posible de este
camino.

Con este objetivo, Televisión Española colabora en la composición de un
grupo abierto a los que deseen participar y que conjugue no sólo el
desarrollo del mercado español sino, como acabo de decir, el potencial de
este negocio en todo el mundo hispano. Este trabajo se está realizando
con un método de lógica de negocio. En este sentido, quiero recalcar que
para desarrollar este negocio es necesario actuar con rigor empresarial,
y Televisión Española está comprometida en este sentido. Así, los
recursos del presupuesto que se destinarán a la televisión digital serán
aquellos que se han comprometido sobre un plan de negocio concreto y con
expectativas de rentabilizar la inversión en un plazo, pensamos, de unos
cinco años. En este plan de negocio se estima la inversión total así como
los retornos a la misma. Todo ello, como digo, tiene soporte en un
análisis empresarial. El hecho de desarrollar el proyecto junto a otras
empresas privadas es una garantía de que dicho proyecto será acometido de
una forma empresarial y que las decisiones del mismo se tomarán para que
se genere un valor para el negocio, para el accionista, es decir, para
todos los españoles. La generación de empleo que nos permitirá que
personas que trabajan en la actualidad en Radiotelevisión Española puedan
pasar a formar parte del proyecto digital, lo que permitirá una mejor
utilización de los recursos, es también un objetivo claro de este
proyecto. Así, ya se están asignando personas de distintas áreas para
formar parte del equipo que realizará los canales temáticos. Pero,
además, el desarrollo del proyecto digital, que engloba desde la gestión
de las señales a la distribución de los descodificadores y el servicio de
gestión de abonados, en principio creará cerca de mil empleos. Sin duda,
Televisión Española pondrá un gran interés en que estos empleos puedan



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ser cubiertos por personas del grupo. Se desea, asimismo, optimizar la
utilización de la llamada fábrica, es decir, la producción de los equipos
y de los medios con los que se cuenta. Sin embargo, éstas no son las
únicas ventajas del proyecto digital. La realización de canales por
Televisión Española y la concentración de esfuerzos en este ámbito van a
permitir optimizar la utilización de nuestros medios de producción y de
los equipos tanto materiales como de recursos humanos, dotándoles de
nuevas necesidades de producto y permitiendo así que la gestión de
Televisión Española sea más eficiente.

Por último, la televisión digital, con su gran oferta, va a permitir que
la producción española tenga una oportunidad de producir contenidos para
llenar el gran número de canales que se desarrollarán para ser vistos en
España y fuera de nuestro territorio.

Otro objetivo, desde luego, es fomentar la cultura y la lengua españolas
y fomentar nuevos recursos de fuentes alternativas, que ayudan a un
equilibrio en la actividad y en la situación del grupo a medio plazo.

Por ello, y concluyendo, creo que Televisión Española debe estar presente
en la televisión digital, puesto que esto le permitirá continuar
sirviendo a los ciudadanos en los nuevos desarrollos de televisión,
realizar actividades que empleen los recursos en un proyecto de futuro,
ser más eficiente y generar valor de su archivo y, a la vez, ponerlo a
disposición de aquellos que tengan interés por obtenerlo.




La señora PRESIDENTA: Además del Grupo Socialista, que ha solicitado la
comparecencia, ¿qué otros grupos desean intervenir? (Pausa.)
El señor Leguina tiene la palabra.




El señor LEGUINA HERRAN: Gracias, señora Ridruejo, por su comparecencia
hoy ante nosotros.

Voy a ser breve porque supongo que seguiremos hablando de este asunto. Es
un proyecto a muy largo plazo, por lo que supongo que tendrá concreciones
posteriores. Sin embargo, sí me gustaría concretar en este momento
algunas cosas.

En una entrevista reciente a doña Mónica Ridruejo en el diario «ABC», a
la pregunta de la periodista de si será de alguna ayuda esta sociedad
para el ente Radiotelevisión Española, la contestación es: Es un error
pensar que la televisión digital vaya a ser la salvación de Televisión
Española.

Estamos de acuerdo con esta toma de posición de la señora directora
general porque evidentemente los problemas de Televisión no se solucionan
sólo por esta vía, y ha quedado bastante claro en la intervención de
hoy.

Tiene unos límites, tiene unos riesgos, como todo proyecto nuevo, pero
debo dejar sentada la posición del Grupo Socialista aquí. La posición del
Grupo Socialista coincide con la de la directora general en cuanto a la
bondad de que Televisión Española esté presente en este proyecto, por lo
que va a contar con nuestro apoyo, que puede ser crítico o simplemente de
aplauso, pero va a contar con ese apoyo. Que quede clara definitivamente
la posición de mi grupo. Entiendo que las concreciones de su intervención
no pueden ser muchas pues estamos iniciando un nuevo negocio, pero sí le
solicitaría alguna precisión más.

En el año 1997 que se iniciará en enero, ustedes van a disponer de 7.000
millones para producción, si se aprueban los presupuestos que ha
presentado el Gobierno, más 17.000 millones para inversiones. ¿Nos podría
precisar algo más? Sé que ha hablado de ello muy genéricamente, sé que ha
hablado del tipo de contenidos, entiendo que de la producción, por qué
líneas van a ir. Si nos pudiera concretar algo más, se lo
agradeceremos.

Los 17.000 millones de inversión están ligados con unas preguntas que le
voy a formular. ¿Usted cree que en España caben dos plataformas
digitales? La pregunta es muy abstracta porque la Constitución Española y
el libre mercado autorizan a arruinarse a todo aquel que lo desee. Usted
ha dicho que, dentro de unos diez años, de todo el conjunto de
demandantes de televisión, un 40 por ciento habrá pasado ya a ser
demandante de la televisión digital o temática. A la vez, piensan que en
cinco años las inversiones pueden empezar a ser rentables. ¿Cree que dos
plataformas serían viables o una de ellas estaría condenada al fracaso?
Teniendo en cuenta que, dentro de diez años, van a disponer del 20 por
ciento de media de la audiencia digital, es en todo caso dudoso.

Digo esto porque, después de su exposición, se deduce que Televisión
Española quiere entrar en esta plataforma. Muy bien. La pregunta es:
¿Quiere liderar esa plataforma? Lo cual, como usted bien sabe, es más
comprometido y seguramente más caro. Esa es una decisión estratégica que
tiene que tomar Televisión Española y está ligado a lo anterior. Nos ha
dicho que, para empezar al menos, se quieren especializar, lo que parece
razonable, en producción, es decir, en los contenidos, contando con el
stock ya disponible y lo que se vaya produciendo, y en la
comercialización. Se me alcanza que ésa es la parte mollar, digamos, de
cualquier proyecto. Entiendo que, cuando se inicia, seguramente tiene la
obligación de decir que lo piensa liderar. Respóndame como desee, pero
acláreme algo sobre lo que realmente están pensando respecto a esto.

Le voy a leer otra cita de su entrevista en el «ABC» respecto a los
socios. Nos ha dicho, como era de esperar y como es razonable además, que
esta operación tiene tal calado, tal complicación, no sólo tecnológica
sino también empresarial, que se tienen que buscar socios. De acuerdo. A
la pregunta de la periodista sobre a quién se refiere cuando dice con
nosotros, ¿quién acompañará a Radiotelevisión en el proyecto de
televisión digital para España? Responde: Estamos hablando con Televisa,
que ha ofrecido una interesante colaboración a nivel internacional en la
América de habla hispana, con Antena 3 Televisión, con la Agencia Efe,
con Telefónica, etcétera. ¿Hasta qué punto llegan estas conversaciones?
¿Hay un modelo ya acabado o un objetivo diseñado de qué tipo de socios y
qué papel van a jugar? Porque ha dejado caer algo también evidente, la
estrategia de esa futura plataforma digital no se queda sólo en España
sino que pretende, como no podía ser de otra manera, aprovechar las
ventajas de un idioma común para extenderse, primero, a Hispanoamérica y,
luego, a otras áreas del mundo. En la medida en que pueda hacer



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precisiones, nos interesaría conocer este tipo de estrategia en cuanto a
los socios, es decir, si en Televisión Española se tiene más o menos
claro cuáles van a ser sus socios, porque no se le escapa, señora
Ridruejo, que este asunto, como todos los asuntos nuevos, es --si me
permite una expresión de pastelería-- goloso, puede traer
consecuencias.

Estamos asistiendo en los últimos días a ciertos enfrentamientos que yo
creo que tienen que ver a largo plazo con esto porque, en esta guerra
llamada del fútbol, en el fondo se percibe un canal temático de fútbol
detrás. Yo no creo que estas batallas sean buenas para el país y, desde
luego, no sería bueno que Televisión Española se viera involucrada en un
asunto de éstos. Nos gustaría que, en lo que se pueda, nos aclarara este
extremo, es decir, que quieren que entren el mayor número posible --nos
lo ha dejado caer en su intervención--, cómo está esta situación.

Termino mi intervención señalando simplemente lo que me interesa subrayar
de ella, que la posición del Partido Socialista es bien clara: estamos a
favor de esta aventura, que ojalá termine en ventura. También le pedimos
que procure, dentro del consejo de administración, conseguir las máximas
unanimidades. ¿Qué quiere decir esto? Que creo que sería mucho más cómodo
para la Directora General de Televisión y para el futuro de este proyecto
que se consiguiera un consenso, consenso del Partido Socialista que le
vuelvo a ofrecer con toda sinceridad, para dotar de estabilidad a un
proyecto que va a durar mucho más que una, dos o tres legislaturas. Usted
está hablando de cinco y diez años, y me parece que habla
razonablemente.

Una empresa necesita estabilidad. El Parlamento y las relaciones
políticas, por esencia democrática, sufren cambios. Muchas veces en este
Parlamento se han conseguido estabilidades y respecto a este asunto, que
tiene una relevancia para el futuro de Televisión y para el futuro de la
presencia cultural de España en otras áreas del mundo, especialmente en
Latinoamérica, yo creo que ese consenso que le ofrecemos no es baladí, no
es oportunista y es sincero.




La señora PRESIDENTA: El señor Burballa i Campabadal tiene la
palabra.




El señor BURBALLA I CAMPABADAL: Señora directora general, nuestro grupo
le agradece su comparecencia para explicar los proyectos en un tema que
entendemos muy importante.

Valoramos que se haya celebrado una sesión monográfica sobre el proyecto
de televisión digital no sólo porque es función de esta Comisión de
Control el conocer con detenimiento y precisión los proyectos del ente
público acerca de algo que no va a ser una actividad ordinaria sino
relevante, algo en lo que todos estaremos de acuerdo, sino porque,
además, hay que llevar al ciudadano la impresión lo más exacta posible
acerca de los nuevos servicios que puede ofrecer, que se pueden esperar
de la radiotelevisión, en este caso de la Televisión pública.

Por otro lado, todas las connotaciones tecnológicas (la digitalización,
su evolución) quizás estén creando una cierta confusión. En todo caso
--como posteriormente y de manera breve insistiré--, la televisión está
formada, señor directora general, básicamente por contenidos, que es lo
que le interesa a nuestro grupo.

El proyecto de televisión digital, señora directora general,
verdaderamente supone un gran reto en el futuro de la Televisión
pública.

Nuestro grupo entiende que este gran reto quizá no se esté sabiendo
transmitir en su dimensión al conjunto de la sociedad. Este gran reto va
ligado a que hay que intentar mantener la calidad, los niveles alcanzados
por la Televisión pública hasta este momento, y todo ello hacerlo con
menos recursos públicos, si es posible, y, por lo tanto, buscando nuevas
fórmulas de financiación. Esta, verdaderamente, sería la cuestión.

La incorporación de Radiotelevisión Española a la televisión digital se
produce en unos momentos en los que hay otras cuestiones que pueden
dispersar la atención sobre esta operación. Insisto en que tiene una
enorme importancia por sí misma. Se ha hablado de la batalla despiadada
que se está viviendo por el control de los derechos futbolísticos y que
contamina, a nuestro entender, todos aquellos asuntos en los que
participan los diversos operadores de televisión. Muchas noticias que
leemos estos días pueden aparecer como interesados posicionamientos
respecto de cada grupo. El proyecto de plataforma digital, señora
directora general, también se está viendo afectado por este tema.

Respecto de la situación financiera del Ente Público de Radiotelevisión
Española, tras la decisión del Gobierno respecto al anteproyecto de
presupuestos elaborado por la directora general y aprobado por el consejo
de administración, Convergència i Unió tiene cierta legitimidad para
hablar de este asunto, probablemente más que otros, puesto que,
desgraciadamente y sin éxito, desde el momento en que comenzaron las
pérdidas de Radiotelevisión Española, solicitamos que en los Presupuestos
Generales del Estado la autorización de endeudamiento se transformase en
subvención directa.

Señora directora general, nuestro grupo coincide plenamente con la
Dirección General de Radiotelevisión Española en la incorporación de la
televisión pública a la plataforma digital. Pensamos que es la estrategia
más acertada, y es la que están siguiendo otras televisiones del entorno
en este momento, concretamente la francesa y otras que usted ha
citado.

Es evidente que la multiplicación de la oferta de canales de televisión
fragmentará aún más la audiencia en unas proporciones que
desconocemos.

Aunque inicialmente puedan conservarse las actuales posiciones, no hay
ninguna razón por la que Televisión Española no deba acompañar al
telespectador en la operación digital. El inmovilismo, despreciando las
potencialidades de estas nueva formas de emisión o entiendo que la
Televisión pública debe circunscribirse a las emisiones abiertas por red
terrestre, nos parece precisamente la fórmula más directa para complicar
aún más la existencia de un organismo fuerte de radio y televisión
públicas del Estado, ciertamente redimensionado y ajustado a los tiempos
en los que vivimos, pero que actúe como motor de la industria audiovisual
del país y atienda a la mayoría de los ciudadanos con sus emisiones y
contenidos.




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Finalmente, nos parece conveniente hacer llegar a la dirección general
algunas posturas concretas del Grupo Parlamentario Catalán sobre la
televisión digital.

Entendemos que lo mejor para todos es una plataforma digital única, en la
que todos los operadores de televisión y quienes tengan capacidad para
generar el producto lo pongan al alcance del ciudadano. De no ser así,
Radiotelevisión Española debe agrupar, liderar o, como mínimo, coliderar
una operación abierta a otros canales, a socios tecnológicos y a las
televisiones autonómicas. Sabemos, por otro lado, por lo que a Cataluña
afecta, que las conversaciones con TV 3 van por buen camino. Deseamos que
continúe en el futuro. La presencia de Televisión Española en esta
operación debe hacerse teniendo en cuenta que en un futuro, una vez
implantada, debería ser una fuente de ingresos para Radiotelevisión
Española.

Por último, nos parece esencial hablar de los contenidos. Celebro que la
directora general haya mencionado este punto como interés prioritario de
Radiotelevisión Española. En ese extremo, a nuestro grupo le gustaría que
se reflejara en los contenidos la pluralidad cultura del Estado español
en estos momentos. Quizá se esté hablando más ahora mismo del concepto
técnico de la emisión que de los programas que aparecerán en los
canales.

Evidentemente, no se trata de desvelar una estrategia empresarial, pero
sí de recordar que esa programación, aunque sea desde la perspectiva de
la complementariedad de la oferta, debe tener connotaciones de servicio
público.

Para todo ello, señora directora general, y finalizo, se necesita un
equipo que rompa con la inercia que lleva el ente público y que afronte
con energía y decisión, y a la vez con diálogo y valoración de los
profesionales de que se dispone en estos momentos, los retos de
incorporar la Radiotelevisión pública a la cabeza de este proyecto
digital.

Nuestro grupo desearía que el actual equipo que dirige el ente pudiera
llevar a cabo esta función, y en esta tarea, señora directora general,
sepa que contará con el apoyo de nuestro grupo.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Nos convence el tono que están adoptando los
distintos grupos en esta reunión porque coincide con el que desde un
principio mantuvo Izquierda Unida, tanto aquí, en el seno del Congreso de
los Diputados, como en el consejo de administración de Radiotelevisión
Española. Por lo tanto, se está creando un consenso interesante respecto
al fondo de la cuestión, que ya veremos cómo se desarrolla en aspectos
concretos y en el devenir diario de esta estrategia.

Desde siempre, desde el principio, hemos pensado --nuestras aportaciones
han sido importantes en el documento que aprobó el consejo de
administración de Radiotelevisión Española-- que la Radiotelevisión
pública, dada la importancia de nuestra entidad, debiera de estar
presente en estos nuevos caminos tecnológicos y que lo contrario no tenía
ningún sentido. Esto lo hemos dicho a bote pronto, desde el mismo momento
en que empezó la discusión sobre el tema de la televisión temática, por
una parte, y de la televisión temática en su proyección como estrategia
digital, en la nueva era digital, por otra, entre otras razones por una
de interés nacional, general: para preservar y difundir la cultura
nacional, la lengua de 400 millones de hispanohablantes que hay en todo
el mundo conectados con esta estrategia digital, sin la cual estaríamos
fuera de juego.

Por otra parte, desde el principio distintas instituciones europeas
--usted ha citado algunas-- han dicho que las televisiones públicas deben
participar en esta nueva era y elaborar su impacto como televisiones
públicas con respecto a los contenidos y a la producción, mezclando ese
impacto en la comercialización y en la decodificación de la señal. Por
tanto, desde un principio las cosas estaban claras. Usted ha citado la
conferencia ministerial del Consejo de Europa, que se reunió en Praga en
1994, y por descontado hay que tener muy en cuenta el documento que se
está ultimando en el Parlamento Europeo a través del cual se pide a los
distintos Estados miembros de la Unión Europea que apoyen la diversidad,
permitiendo a las cadenas públicas un acceso anticipado y equitativo a la
tecnología digital. Se habla de la necesidad de intervenir a tope, desde
el concepto de la televisión pública, en esta nueva era, teniendo en
cuenta, en función de los contenidos públicos que deben emitirse, los
nuevos, mucho más extensos y mejores mercados a escala local, nacional e
internacional.

Nosotros lo hemos tenido siempre claro, y hemos pensado que Televisión
Española, dada su entidad y sus fondos, sus archivos, donde realmente
está la historia de la España moderna y no en otra parte --por eso los
defendimos con tanto calor aquí en cierta comparecencia, cuando se nos
dijo que se iban a trasladar, a parcializar o a desagregar en un momento
determinado--, puede ser una empresa que aglutine un grupo español a
través del cual se participe en pie de igualdad con otros grupos no
españoles en la estrategia digital. Hay que constituir sin duda una
plataforma digital mundial, que debe operar a través de los distintos
vehículos locales y que en nuestro caso debe estar orientada
fundamentalmente al mercado de habla española.

Hay una cierta confusión, yo creo que normal en este nivel primario del
debate y de la constitución de la estrategia, pero hay dos partes
esenciales y me parece que las cosas se van clarificando de manera muy
positiva. A mí me han sorprendido las intervenciones que se están
produciendo, porque no esperaba tanta claridad a la hora de agregarse, de
sumarse al consenso parcial que ya se había conseguido en consejo de
administración de Radiotelevisión Española.

Creo que ya está inscrita la nueva empresa Televisión Española
Temática.

Esta sería la primera parte del proyecto, una empresa con el cien por
cien de accionariado público, de dinero público, de ámbito nacional, y
para la que se prevén unos 17.000 millones de pesetas en los Presupuestos
Generales del Estado, si así son aprobados en los trámites que restan,
junto a una cantidad de 7.000 millones para incentivar la producción
propia de cara a los canales temáticos que después empezarán a
funcionar.

Teniendo en cuenta que en función del personal de la casa tendría



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que aplicarse una parte a la televisión temática y a la plataforma
digital, habría que considerar que una parte del presupuesto --sin
necesidad de aumentar el presupuesto-- dedicado a la plantilla actual
estaría agregada a la parte correspondiente de lo que va a costar toda
esta estrategia.

Lo que sí le pediría --y creo que debe presionarse por los medios
parlamentarios, democráticos y desde luego por su intervención directa--
es que esos 17.000 millones, como mínimo, sean de subvención, de dinero
presupuestario, y no de aumento del endeudamiento, que es lo que hasta
ahora se ha autorizado por parte del Gobierno, cambiando por tanto el
modelo de financiación que se envió desde el consejo de administración al
Gobierno. Como mínimo esos 17.000 millones debieran ser dinero contante y
sonante, dinero a través de subvención, dinero presupuestario, y no
simplemente de aumento de la capacidad de deuda, porque, si no, no se
empezará a funcionar de manera financieramente sana. Yo le pido que me
conteste si esto es posible, si se va a debatir con el señor
Alvarez-Cascos, que parece que es el representante del Gobierno en estos
problemas complejos y urgentes, y si usted piensa que es racional y
viable este objetivo.

Nosotros hemos aportado, y creo que se han aprobado en el consejo de
administración de Radiotelevisión Española, una serie de contenidos con
respecto a esta empresa cien por cien de dinero público español,
Televisión Española Temática, en el sentido de que debe dedicarse
fundamentalmente a producir programas para los canales temáticos que
empezarán a funcionar próximamente, tanto a nivel de la televisión
analógica, como digital, satélite o cable. Nosotros estamos interesados
en que su producción sea vista desde el prisma del interés público, la
televisión como servicio público esencial, y queremos saber cómo afecta
al tema esencial, tal como se ha dicho aquí anteriormente, que son los
contenidos.

Esta sociedad debe garantizar un mínimo de canales abiertos para captar
la señal, con lo que los usuarios sólo pondrían la parábola y tendrían el
canal abierto; no habría que alquilar el decodificador porque habría dos,
tres o cuatro canales abiertos del total de los que emplee en principio
la Televisión Española Temática. Pensamos que los canales temáticos no
deberían tener publicidad, y en el mismo sentido, para asegurar los
contenidos, la pluralidad y la defensa cultural e idiomática, habría que
tener en cuenta la posibilidad de elaborar un estatuto y un consejo de
los informativos, así como el derecho de acceso de los grupos sociales
más representativos. Creemos que habría que crear la figura del defensor
de la audiencia, un departamento de defensa de la audiencia, y que los
beneficios obtenidos por la Televisión Española Temática, que no van a
constituir el fondo del sistema de financiación de la Televisión
generalista pública, deben revertir en el conjunto de las empresas de
Radiotelevisión Española. En esta misma dirección, la plantilla, con las
correcciones que haya que realizar en el organigrama, debe tener aquí un
punto de apoyo, por ejemplo, de cara a convertir los empleos precarios en
puestos de trabajo fijo y aumentar los puestos de trabajo en relación a
la dimensión que se adopte para la nueva empresa. Como he dicho
anteriormente, Televisión Española Temática, a nuestro juicio, debe
promocionar la cultura e idioma del Estado y de sus nacionalidades, así
como tener una atención muy especial con respecto a los emigrantes.

A partir de aquí es cuando se produce lo que se ha dado en llamar la
aventura americana, la aventura multiempresarial o el gran grupo
internacional, es decir, la apertura a nuevos socios de cara a la
constitución de una empresa multinacional, de una plataforma digital
multinacional. Nosotros pensamos que hay que proceder al contacto con
nuevos socios desde un agrupamiento nacional claro, por ejemplo con las
cinco o seis televisiones autonómicas, con Telefónica, con Efe y con
Retevisión --teniendo en cuenta los distintos niveles de esta
asociación--; que hay que defender a fondo la transmisión por el Hispasat
y que, de cara a conseguir lo que se ha dado en llamar aquí la aventura
americana --no se han cuestionado nombres concretos--, teniendo en cuenta
la estructura que tiene, es muy difícil prescindir de Televisa en
Centroamérica en estos momentos, con independencia de los contactos que
tenga con el PRI o de otras cuestiones, y es muy difícil prescindir de O
Globo en las transmisiones en el cono sur. Pero si esa relación se hace
desde un agrupamiento nacional estructurado, fuerte y suficiente con
Telefónica, Retevisión, Efe y las televisiones autonómicas, el impacto de
lo público, incluso con respecto a la mayoría de las acciones, será de
enorme importancia para ver los contenidos y el modelo radiotelevisivo
que se emite. A nuestro juicio se debe conseguir que el 51 por ciento del
accionariado proceda de empresas españolas, del llamado núcleo
español.

En los objetivos coincidimos, aunque se han enumerado aquí
brevísimamente. Por una parte, Televisión Española tendría como función
primordial producir programas, funcionar como locomotora de los
contenidos, teniendo en cuenta los fondos que se tienen en
Radiotelevisión Española. Hay que recordar que las televisiones temáticas
emiten un 65 por ciento, aproximadamente, procedente del archivo de los
fondos de que se dispone en cada caso.

Telefónica, Retevisión y otros socios nacionales o no nacionales, sí
intervendrían de manera prioritaria, sí liderarían, porque es normal, a
otro nivel la gestión de la descodificación. En el mismo sentido, el
tercer aspecto, que sería la gestión comercial, tendría un fuerte impacto
de participación por parte de Televisión Española, quizá más ponderado,
teniendo en cuenta cómo deban participar aquí los distintos socios con
los que se cuente, en función de sus estructuras e influencias
actuales.

En resumen, pensamos que el 51 por ciento de esta aventura debiera
proceder del grupo español, Televisión Española más las autonómicas
fundamentalmente, que en Televisión Española debiera haber canales
abiertos al usuario y que se podría empezar a estructurar o ver la
fórmula viable de cara a un canal de información las 24 horas, siguiendo
el modelo de Radio 5. Desde ese punto de vista, pensamos tres cosas. Que
hay que empezar inmediatamente a darle fuerza y contenido a Televisión
Española temática, con independencia de cómo se vaya a proceder después a
tener contactos, relaciones o negocios con distintos socios extranjeros,
europeos o no. Aunque no haya



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socios, Televisión Española temática debe empezar a funcionar. Es un
proyecto que tiene su autonomía, y no tan relativa, a través del
Hispasat, con diez canales temáticos. Por lo tanto, hay que empezar ya a
producir. De ahí que junto a los 17.000 millones, a los que se ha aludido
anteriormente, los 7.000 millones de producción propia, que hay que
incentivar inmediatamente, debieran partir también de una subvención de
dinero presupuestario, no del aumento de endeudamiento. Porque dentro de
poco nos vamos a encontrar con un recorte a maastrichtllazos, por aquello
de Maastricht, de las posibilidades de un modelo amplio de
Radiotelevisión Española. En segundo lugar, en función de este primer
escalón habría que ver la aventura americana, como se ha dicho aquí. Y en
tercer lugar, con independencia de la aventura americana, está todo el
mercado europeo, muy importante y de enorme atractivo.

Lo que quiero decir con esto es que Televisión Española temática no sólo
es el vehículo hacia otros socios sino que tiene sentido en sí misma, y
hay que empezar inmediatamente sin esperar a ver la posibilidad de otros
negocios, de otras ascendencias o trascendencias. En este sentido, saludo
que no se haya intentado cortar, a través de intervenciones previas, la
posibilidad de una dinámica propia para Televisión Española temática. Por
tanto sugeriría que, si hay un consenso, que parece que sí lo hay,
transmitiéramos este consenso de cara a cambiar el modelo de
financiación, ya que no podemos con respecto al endeudamiento total de
Radiotelevisión Española. Pero con respecto a esos 17.000 millones de
cara a la constitución de la empresa, con el cien por cien de capital
español público, Televisión Española temática, y a los 7.000 millones
para la producción propia, que den base, junto al archivo que existe, a
la posibilidad de emplear después con capacidad y calidad suficiente los
canales temáticos que se creen.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Peñalosa.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Señora Directora General, en primer lugar, muchas
gracias por su comparecencia respaldada por todos los grupos
parlamentarios, y por la información que nos ha facilitado en este acto,
para conocer la marcha de una operación empresarial de indudable interés
como es la que tratamos.

El marco general de la operación y también de la opción, puesto que de
una opción se trata la televisión digital, alternativa a otras como la
televisión por cable o la televisión por ondas terrestres --ya se ha
dicho esta mañana aquí-- y está vinculado al desarrollo de las
actividades de difusión de la señal de televisión y, como consecuencia de
este desarrollo, a la necesidad de estar presente desde cualquier
perspectiva audiovisual importante como es la de Radiotelevisión
Española, en la evolución técnica que conduce a la televisión del
futuro.

Los principales inconvenientes que se han vertido hasta ahora sobre la
televisión digital tienen un doble origen. Aquellos que hay que analizar
desde el prisma del competidor, que razonablemente aventura el perjuicio
que otras ofertas le pueden causar y que reacciona con desigual
deportividad ante el protagonismo que está adquiriendo Radiotelevisión
Española en la iniciativa digital. En segundo lugar, aquellos
inconvenientes, juicios de valor o críticas que nacen de una natural,
sincera y espontánea curiosidad que plantean dudas razonables sobre la
viabilidad, sobre la aportación, sobre el papel, sobre la implicación de
Radiotelevisión Española en este proyecto. A los primeros, si no se
consuman todas las alianzas propuestas y posibles, les contestará el
propio mercado. Recibirán su respuesta en el funcionamiento de la oferta
y la demanda. Para los segundos puede ser útil informarles sobre las
principales características de la plataforma digital, de los rasgos
fundamentales que en esta ocasión y con una característica de resumen
imprescindible creemos que pueden ser los siguientes.

En primer lugar, la televisión digital abre un futuro esperanzador para
Radiotelevisión Española. En segundo lugar, nos sitúa --y trataré de dar
de cada uno de ellos una ligerísima pincelada-- en el camino de la
televisión del futuro que se alienta desde Europa. En tercer lugar, tiene
un mercado potencial extraordinario, tanto en España, como en América. En
cuarto lugar, permite originar nuevos ingresos, como consecuencia de la
producción y distribución de canales temáticos. En quinto lugar, va a
rentabilizar el archivo de Radiotelevisión Española, que es una
infraestructura necesaria o imprescindible para hacer un canal de
televisión. En sexto lugar, se trata también de un proyecto abierto en el
que son precisas las alianzas empresariales. En séptimo lugar, sitúa lo
audiovisual como un valor clave para la defensa de la cultura y la lengua
españolas en el mundo. En octavo lugar, es compatible con el acceso libre
a los canales generalistas; va a permitir también una optimización de los
recursos materiales y humanos, invirtiendo la tendencia de los últimos
años a la producción exterior. Y, por último, por su propia naturaleza
merece, a nuestro juicio, el apoyo consensuado, en todo caso el apoyo
mayoritario de los grupos políticos.

Por esta última característica, los aspectos más positivos o los
argumentos que avalan la oportunidad de la iniciativa digital no debieran
combatirse nunca con amenazas más o menos veladas sobre el cambio de
estrategia o de alianzas en el medio plazo, ni tampoco con especulaciones
sobre acuerdos ya adquiridos o sobre exclusiones, ni tampoco con dudas
sobre la propia capacidad de Radiotelevisión Española para participar en
proyectos de estas características, ni siquiera con dependencias extrañas
a los intereses públicos que representa Radiotelevisión Española. Por
último, tampoco debieran combatirse estos argumentos con rabietas
infantiles, incluso aunque uno no haya sido capaz de pilotar una
iniciativa de estas características o un proyecto igual en un momento
anterior. Para nuestro grupo parlamentario este asunto de la televisión
digital tiene la virtualidad inicial y no menor de permitirnos hablar del
futuro; nos permite hablar de proyectos y de futuro y nos permite dejar
de momento a un lado el pesado lastre de los 14 años de experiencia
socialista en Radiotelevisión Española.

Hace unos días el portavoz del Grupo Socialista reprochaba a la Directora
General de Radiotelevisión Española



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que hablara siempre de un pasado oscuro y de un futuro optimista. Yo
estoy absolutamente de acuerdo con esa descripción. En Radiotelevisión
Española hay una historia oscura y hay, como vemos hoy en iniciativas
como la de la televisión digital, un futuro también optimista, una
apuesta por el futuro, que es muy de agradecer, a la nueva dirección
general de Radiotelevisión Española.

Si en 1988 y en los años siguientes no se adoptaron las medidas precisas
ni las decisiones adecuadas para encarar la nueva realidad que imponía la
presencia de las televisiones privadas, y ello ha ocasionado la
degradación de un problema sin resolver, hasta alcanzar la acumulación de
la deuda y la indefinición del modelo de radiotelevisión pública que hoy
conocemos, sería, señorías, una nueva irresponsabilidad no incorporarse a
los avances tecnológicos audiovisuales que llaman a la puerta hoy mismo y
que requieren nuestra atención.

Ya se ha repetido, y yo también quiero insistir en ello, que desde las
instituciones europeas, en sintonía con esta importancia tecnológica, se
reclama a las cadenas públicas un protagonismo en los proyectos de la
televisión digital poniendo en relación la inversión pública y privada
que permita o facilite la conversión de los sistemas. Se ha hecho alusión
a la conferencia ministerial de Praga; también a los trabajos, en este
mismo sentido, del Parlamento Europeo, incluso hemos escuchado de la
directora general varios ejemplos de países europeos que han iniciado ya
su experiencia en la televisión temática desde sus cadenas públicas.

En España, además de los impulsos que se reciben desde Europa, el interés
se refuerza con la posibilidad de que desde Radiotelevisión Española se
ofrezcan servicios de televisión a millones de telespectadores que
comparten una misma cultura y un mismo idioma y que reciben una notable,
por no decir prácticamente exclusiva, influencia anglosajona. Recordemos
que el análisis del proyecto de televisión digital contempla el mercado
de España y además el mercado hispano de América. Sobre ambos mercados
existen multitud de detalles, se conocen en profundidad. Se sabe que en
España, por ejemplo, las ventas de publicidad televisiva van a disminuir
en términos reales en los próximos años y, por el contrario, se conoce
también que los ingresos por televisión de pago van a seguir una
tendencia creciente; se sabe que en Norteamérica hay seis millones de
familias hispanas, potenciales clientes de esta televisión y se sabe que
en el resto de América, además de los mercados mexicano y brasileño, ya
se cuenta hoy con seis millones de familias abonadas a la Televisión
Española Internacional.

Con estos datos, y con muchísimos más que hacen referencia a los mercados
españoles y americanos, la estrategia debe ser, sabiendo que se va a
producir una disminución del mercado y de los vehículos tradicionales de
la publicidad y el crecimiento de otros medios, la de encontrar fuentes
alternativas de ingresos. Por eso Radiotelevisión Española puede producir
y distribuir canales temáticos que le van a permitir estar presente, por
un lado, en las nuevas tecnologías y, por otro, crear nuevas fuentes de
trabajo optimizando sus recursos humanos y materiales.

Por otra parte, las infraestructuras para hacer posible esta plataforma
digital están disponibles o son fácilmente accesibles. El satélite
Hispasat, las antenas, el descodificador, los canales vía satélite sobre
los que Radiotelevisión Española tiene ya una experiencia contrastada en
la televisión internacional, etcétera, son infraestructuras, como digo,
disponibles. De entre estas infraestructuras quiero destacar el archivo
televisivo, como una infraestructura imprescindible respecto a la que
Radiotelevisión Española tiene un papel principal que jugar por la
abundancia, por la diversidad y por la calidad de sus depósitos.

Se trata también esta iniciativa de un proyecto abierto a todas las
televisiones españolas, abierto a los principales grupos de comunicación,
abierto también a las más importantes empresas de telecomunicaciones. Es
un proyecto que debe alcanzar un tamaño adecuado para competir y por ello
las alianzas son imprescindibles. Desde nuestro grupo parlamentario le
alentamos, señora directora general, a que continúe los contactos
iniciados, con todos los socios y con todos los grupos posibles.

Es preciso destacar también el protagonismo que en esta empresa
audiovisual tiene la difusión de nuestra cultura nacional, y éste es un
aspecto, a nuestro juicio, medular de la operación. Deberemos convenir
que la televisión es un instrumento capital de la política cultural de
cualquier país. La televisión, y así está escrito, desempeña una función
crucial en las estrategias de comprensión y definición de las entidades
nacionales. Sobre la trascendencia, la utilidad, la oportunidad que este
proyecto ofrece a la difusión de nuestras culturas y de nuestros idiomas
en todo el mundo no es fácil discutir, el propio Director de la Real
Academia Española de la Lengua, señor Lázaro Carreter, se sumaba también
en fechas recientes a la oportunidad de este proyecto en la defensa de
nuestro idioma.

Tenemos que señalar también que la plataforma digital es compatible, va a
ser compatible con la existencia de canales generalistas y de acceso
gratuito; canales públicos que aspiren a tener una importante audiencia y
una audiencia estable, pero una audiencia no conseguida a cualquier
precio ni de cualquier manera; canales generalistas, públicos, primados
por la calidad y por el servicio público.

Señora directora general, señorías, hoy no se agota, como decía antes el
señor Leguina, el debate, la reflexión ni la información sobre este
proyecto en marcha. Pero hasta donde hoy podemos opinar y saber, quiero
terminar con palabras ajenas que, pronunciadas no hace mucho tiempo,
tienen, a mi juicio, la altura de miras suficiente para vislumbrar la
importancia de lo que tratamos, de esa sabia conjunción entre un proyecto
empresarial audiovisual y la cultura. El texto que quiero leerles --y
pido excusas por su extensión-- es el siguiente: El desarrollo de una
industria audiovisual autosuficiente y competitiva a medio y largo plazo
y a escala nacional e internacional, constituye una prioridad estratégica
para el Gobierno. En primer lugar, porque se trata de una manifestación
cultural, de patrimonio cultural. En segundo lugar, porque es uno de los
pocos sectores que unánimemente se considera emergente y con un
extraordinario potencial de crecimiento en cuanto a creación de empleo se
refiere. En tercer lugar, porque España,



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por razones de nivel de desarrollo económico, industrial y cultural, así
como por sus características geográficas, reúne condiciones muy adecuadas
para participar activamente en este sector industrial. Y, por último,
porque la doble pertenencia de nuestro país a la Unión Europea y a la
comunidad hispanohablante le otorga unas condiciones privilegiadas y muy
especiales para acceder a un mercado que a finales de siglo será del
orden de los 800 millones de personas. Fin de la cita.

Esto lo decía no hace mucho tiempo, insisto, y yo lo suscribo hasta en
las comas, nuestra distinguida Presidenta de la Comisión, en funciones de
otras tareas políticas anteriores. Confiemos, señora directora general,
en que sus compañeros de partido y todos los miembros del Parlamento
tengan, respecto a este asunto, la misma estatura que doña Carmen
Alborch.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Ridruejo.




La señora DIRECTORA GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (Ridruejo Ostrowska):
En primer lugar, quiero agradecer a los grupos parlamentarios el apoyo y
el consenso que al día de hoy existe en esta sala, y quiero pensar que a
medida que se vayan desarrollando los detalles de este proyecto ese apoyo
siga existiendo. Lo que es indudablemente cierto es que este proyecto que
se inicia en estas fechas es a largo plazo; es un proyecto que tiene que
funcionar con independencia de las cuestiones, de las modas, de las
situaciones políticas de cada momento. Creo que es importante que la
presencia de nuestra lengua y nuestra cultura pueda estar --nuestras
lenguas, como bien nos apuntó el señor Burballa-- en todo nuestro
territorio y también en aquellos otros donde se llegue a través de la
distribución por satélite. Por tanto, quiero señalar que todas las
conversaciones y todos los posibles acuerdos a los que se vaya llegando
tendrán muy en cuenta este elemento; buscarán la mejor estructura y las
mejores alianzas para que esta distribución de nuestras señales se pueda
realizar óptimamente y al menor coste posible, no sólo coste en los
trabajos y en las horas que se dedican, sino también, por supuesto, el
coste económico que esto implique.

Voy a responder, por su turno, a las preguntas formuladas por los
distintos portavoces.

El señor Leguina me preguntaba especialmente por la inversión a realizar
para desarrollar este proyecto y si caben dos plataformas digitales. En
primer lugar, quiero señalar que todos pensamos que lo ideal es que no
haya dos plataformas digitales pero, en cualquier caso, los trabajos que
realiza Radiotelevisión Española se basan en las hipótesis más
conservadoras posibles, es decir, en aquellas situaciones que pudieran
ocurrir, aunque, a lo mejor, no ocurran, lo que hace que se contemple un
escenario de mucha competitividad o de dificultades, esto es, todo
aquello que pudiera ocurrir, aunque pensamos que no todo va a ocurrir. En
este sentido, hemos hecho cálculos --y los hemos compartido con aquellos
grupos con los que estamos hablando-- de que, efectivamente, en un corto
plazo --en principio pienso que no será superior a dos años-- puedan
existir dos plataformas. El resultado de ese período puede llevarnos a la
unificación de esas plataformas o a la desaparición de una de las
plataformas, voluntaria o involuntariamente. Pensamos que Televisión
Española debe analizar esto y considerar la solución que le permita estar
en esas plataformas no sólo dentro de un año, sino también dentro de
cinco o diez años y, por lo tanto, en el peor de los casos, debe
centrarse en su origen y en el desarrollo de contenidos. A este respecto,
Televisión Española siempre podrá optar por estar en una de las
plataformas, si no como accionista sí como proveedor de contenidos.

Pensamos que para realizar esta actividad con las mayores posibilidades
de éxito hay que estar en la gestión de abonados como parte integral de
este negocio --lo he explicado antes-- y, por tanto, se contempla tener
una presencia accionarial en la sociedad que resulte para la gestión de
abonados. Yo entiendo que las palabras «plataforma digital» engloban
diversas actividades, al menos tres: tecnología, gestión de abonados y
contenidos.

En las conversaciones que mantenemos con los distintos grupos --y pienso
que en este sentido existe consenso--, en todo momento dejamos fuera de
las alianzas para la plataforma digital, para la aglutinación de
sociedades, lo que tiene que ver con los contenidos, porque pensamos que
entrar en negociaciones sobre los contenidos nos lleva a un camino muy
complicado, muy complicado también en su valoración: cuánto vale un
partido de fútbol, cuánto vale un documental o cuánto valen una serie de
señales, y, en cambio, no entrar en los contenidos y que cada grupo sea
proveedor desde el lugar donde los origina hace que sea posible una
aglutinación para la gestión de abonados y la parte técnica.

Como todos saben, Telefónica ha ofrecido alianzas a todos los grupos
españoles y Telefónica es uno de los muchos grupos con los que Televisión
Española está hablando en los últimos meses. En principio, y salvo el
análisis de determinados matices y profundizar en lo que implican algunas
de las cuestiones que se contemplan en un documento que nos ha sido
enviado a todas las televisiones, parece una alianza posible, interesante
y no exclusiva; es decir, que seguimos en el esfuerzo de que entren las
televisiones autonómicas que lo deseen, que entren las televisiones
privadas que lo deseen, que entren otras empresas que tengan un claro
valor añadido para el posible negocio, sin excluir la participación de
grupos internacionales. Pensamos que esta participación de grupos
internacionales debe referirse a aquello que, prioritariamente, ofrezcan
un claro valor añadido en el territorio americano.

En cuanto a la inversión que se va a realizar para este proyecto, quiero
señalar que los 7.000 millones de producción contemplados en el proyecto
de presupuestos que ha sido presentado en el Parlamento son para 1997 y
se deben a todo lo que tiene que ver con la programación de los canales
temáticos. Si incluyéramos en la valoración los derechos que tenemos en
el archivo, que se van a utilizar para el desarrollo de estos canales
temáticos, la cifra sería sustancialmente mayor. Sin embargo, estos 7.000
millones van a permitir reforzar esos derechos del archivo, hacerlos
interesantes, ponerlos en actualidad y acompañarlos de



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otra serie de programas que pueden resultar muy interesantes para la
audiencia.

En cuanto al detalle de estas cantidades, diré que en derechos de emisión
hemos calculado que habrá unos 4.600 millones de pesetas; en derechos de
retransmisión, 250 millones, y en derechos de reposición, 435
millones.

Todo ello, sumado a otra serie de cuestiones, supone unos 5.900 millones
de pesetas. Además de esto, hay que añadir unos 1.000 millones de pesetas
en servicios exteriores.

En cuanto al número de horas que se van a programar, según las
previsiones que tenemos actualmente, pensamos que cada canal consumirá
unas 1.500 horas/año por canal; si tuviéramos los canales que ahora mismo
tenemos en proyecto de desarrollo, estaríamos por encima de las 10.000
horas/año y canal. Evidentemente, esto supondría una serie de horas
nuevas cada día. Eso es lo que nos lleva a ese cálculo de horas.

En cuanto a la inversión que se menciona en el proyecto de presupuestos
de 17.000 millones, tengo que decir que esa cifra es una estimación de lo
que van a ser las necesidades que, por el momento, no tenemos precisadas
al cien por cien. Mientras no se aclaren, mientras no se vayan
desarrollando y puntualizando los acuerdos con terceros, es difícil
precisar cuáles van a ser las inversiones concretas, ya que es muy
posible que algunas de las inversiones que teníamos contempladas se
puedan hacer por el conjunto de los grupos o las pueda hacer alguno de
los grupos de manera alternativa. De todas maneras, esos 17.000 millones
de pesetas contemplan la capitalización de la sociedad en la que
participe Televisión Española mediante sus asociaciones, y esa inversión
puede ser la máxima contemplada o puede ser una inversión inferior;
dependiendo de cómo se estructure es muy posible que, al final, parte de
esa inversión en capital se pueda atenuar con otros sistemas de
financiación tradicionales como, por ejemplo, para financiar el
descodificador. Existen grupos a nivel internacional que ya han
desarrollado estos sistemas y que permiten reducir la inversión en
capital.

Televisión Española desea ser centro de aglutinación de este
proyecto.

Televisión Española es consciente de que, aun siendo el mayor grupo y
teniendo el mayor potencial de producción, debido a la estructura
financiera en la que está enmarcada, no debe ser líder en el proyecto en
términos absolutos, pero sí debe liderar en el interés por determinados
contenidos, por un compromiso claro de estar en televisión temática por
transmisión digital y aportar sistemas de gestión que puedan optimizar
esta actividad en el futuro.

Me preguntaba el señor Leguina hasta qué punto llegan las
conversaciones.

La verdad es que, con unos grupos, son detalladas y con otros de tremendo
detalle. Hemos llegado a intercambiar opiniones respecto a cuál es la
dimensión del mercado, a cuáles son las tecnologías que se deben
utilizar, a la potencial oferta de contenido, a los intereses concretos
de cada uno de los grupos, porque creo que es absolutamente necesario
conocer cuáles con los objetivos de cada uno de los grupos antes de
llevar a cabo ninguna asociación o antes de llegar al compromiso de una
asociación, de forma que se puedan juntar las mayores capacidades
posibles para que este proyecto sea un éxito. ¿Qué papel van a jugar?
Unos jugarán un papel más tecnológico, otros jugaremos un papel más
centrado en el área de contenidos. Al final de lo que se trata es que el
consorcio resultante sea lo más económico posible y que capte la mayor
cantidad de abonados.

Lo que es cierto es que estamos viendo que las aportaciones en
contenidos, por ejemplo, que puede llegar a realizar Televisión Española
son distintas --y eso es interesante-- de lo que puedan estar interesados
en ofrecer canales privados españoles, canales autonómicos y canales
extranjeros. Creo que al final la oferta de contenidos va a ser muy
interesante, muy amplia, va a permitir que el suscriptor pueda elegir
entre gran cantidad de oferta y que la misma se pueda contratar a unos
precios muy razonables, comparables a los de otros países europeos, con
lo que al final de todo esto pueda salir un vehículo empresarial que
pueda tener éxito en el tiempo. No se trata de tener éxito el primer día
ni el segundo, sino de que pueda funcionar dentro de mucho tiempo.

En cuanto a cantidad de inversión y por qué hemos pensado en esa cifra,
la verdad es que con independencia de los contenidos la variable más
importante o que determina la mayor necesidad de recursos viene dada por
la esperada curva de crecimiento en los abonados. ¿Por qué? Porque esto
al final implica una inversión en los descodificadores y es el
descodificador el elemento variable más importante de todo el
proyecto.

Lo demás vienen a ser costes fijos, que se alteran algo, pero no mucho, a
medida que crece el negocio y, por lo tanto, hay que prever o bien que se
puedan amortizar los contenidos con pocos abonados o que se pueda
absorber un crecimiento importante si resulta que la oferta tiene un
tirón muy rápido en un principio.

Todos los grupos que estamos hablando sobre estos temas estamos de
acuerdo en eso y tenemos la convicción de que esa inversión va a ser
necesaria. De todas formas, no sólo es importante prever la inversión,
sino la capacidad de fabricación de esos contenidos y de esos
descodificadores. En algún país de Europa ha ocurrido que la demanda ha
sido tan grande que la fabricación de descodificadores no era
suficientemente rápida y ha habido listas de espera de más de tres
meses.

Pretendemos que eso se evite, que esas capacidades las aporten otros
posibles socios y que la distribución se pueda hacer de una manera
correcta. En cualquier caso, todavía no hay ningún acuerdo cerrado. Lo
que hay son conversaciones más o menos avanzadas, buscando siempre un
objetivo de estabilidad empresarial.

Respecto a los comentarios que me hacía el señor Burballa, tengo que
decir que estoy de acuerdo con muchos de ellos. Creo que es importante
que aglutinemos grupos relevantes y fuertes en al menos una de las
plataformas, y que al final la plataforma sea si no única lo más amplia
posible. En las conversaciones mantenidas hasta ahora está claro el
interés de todo el mundo en ofrecer una pluralidad de contenidos. ¿Por
qué? Porque, de hecho, la televisión digital lo que permite es, como
decíamos antes, la multiplicación de canales y para que el suscriptor
tenga interés los contenidos que se den tienen que ser plurales. Si todos
diéramos los mismos contenidos, al final estaríamos entrando en una



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redundancia y en una ineficacia en el uso de los recursos. Precisamente
la televisión temática lo que hace es ofrecer unos contenidos muy
variados a todas esas minorías que todos llevamos dentro de nosotros. Por
lo tanto, la observación sobre pluralidad y complementariedad no sólo de
los canales entre sí sino también al servicio público, es un objetivo
evidente que no debemos perder de vista.

Me gustaría que todo esto se pudiera hacer con los recursos que contamos
actualmente, pensando que vamos a poder contar con los presupuestos que
hemos solicitado y con la tendencia clara de que esta actividad pueda
servir de apoyo al resto de la actividad que realiza el grupo. Es
importante pensar que Televisión Española está en una industria en
crecimiento y que existe la necesidad de realizar una inversión para
tener un crecimiento en el futuro. Aunque la televisión digital no nos
aporta la solución total a nuestros problemas, tampoco debe
pretenderlo.

Lo que debe pretender es ofrecer una vía de crecimiento, una vía de
renovación, una vía de estabilidad en los recursos con los que se cuenta
y con los que se pueden ir desarrollando en el futuro, y esta oportunidad
parece que nos lo va permitir. Eso no quiere decir queno haya que hacer
un plan de renovación para Radiotelevisión Española, que no haya que
buscar una financiación estable y sostenida, que no haya que buscar una
manera más moderna y más organizada de hacer las cosas. En ese sentido
estamos trabajando en nuestro plan.

Respecto a las observaciones que me hacía el señor Alcaraz en relación
con los 17.000 millones que todos desearíamos que fueran subvención,
quiero decir que el sistema de financiación que se puede implementar para
desarrollar este negocio, según el presupuesto que está en este
Parlamento, se va a financiar con deuda. Sin embargo, quiero aclarar que
esa deuda va a estar ubicada en el Ente y que Televisión Española
temática será una sociedad, cuando se apruebe por el Consejo de
Ministros, que se inicie con una frescura y con una capitalización que no
debe ser afectada por la deuda, según la estructura que estamos
desarrollando en este momento; es decir, tendrá una aportación de
capital, con independencia de que esos recursos le lleguen al Ente a
través del endeudamiento y no debe sufrir en ningún sentido ese coste que
puede suponer para el Ente.

Estoy de acuerdo en la gran cantidad de objetivos que nos ha comentado
esta mañana, así como en que hay que ofrecer un mínimo de canales
abiertos y así está contemplado; algunos ya existen hoy día y otros se
pueden ir desarrollando en el tiempo. Tendrán que ser un porcentaje de
los canales totales que Televisión Española desarrolle en el futuro, no
podrá ser nunca una mayoría, porque si no no estaríamos cubriendo nuestro
objetivo.

Los canales temáticos que sean de pago desde luego no deben tener
publicidad directa y menos en sus espacios codificados. Si tuvieran
espacios abiertos quizá hubiera que contemplar publicidad, pero no creo
que vaya a ser ésa la tendencia. Habrá otros canales temáticos que sean
ofertados en el paquete básico de Televisión Española, algunos de los
cuales ya existen actualmente, basados en el mecanismo de la publicidad a
nivel europeo. Van a ser gratuitos para el público y si ese esquema se
puede mantener por las fuerzas del mercado lo incorporaremos al paquete
de oferta temática.

Estamos desarrollando estudios para una canal de información --todavía no
sabemos si de 24 horas, pero al menos de 16--, estamos hablando con
diversos grupos que están interesados en colaborar en el desarrollo de
este canal y todavía estamos en una fase previa, pero en cualquier caso,
se pretende que sea lo más amplio posible, que esté orientado a España y
a los países de habla hispana y que tenga una proyección más amplia, una
proyección internacional, y, desde luego, con independencia y objetividad
como parámetros fundacionales esenciales.

En cuanto al defensor de la audiencia creo que esta iniciativa debe tener
un equipo que esté controlando la audiencia en todo momento. Lo que es
cierto es que cuando entramos en el dinamismo de la televisión de pago,
cuando a alguien no le gusta un canal o un programa, su manera de no ver
ese programa --es lo que ocurre habitualmente-- es que simplemente se
desconecta, rompe su contratación con esa oferta. Lo que esto implicaría
es que si la tendencia fuera a que la programación no gustara y el
abonado se desconectara esa oferta, esa señal, habría que suprimirla.

En relación con este punto, lo que sí quiero señalar es que como la
ecuación o el equilibrio se produce de otra manera, tendremos todos los
elementos para poder juzgar si esa oferta está gustando o no y por
qué.

En televisión de pago, en todo momento se procura conocer los gustos de
los suscriptores y de los potenciales abonados para poder orientar esa
oferta adecuadamente.

Es cierto que esta iniciativa nos va a permitir estabilizar puestos de
trabajo dentro del grupo, e iniciar un proceso de renovación o de
reconversión de muchas de las actividades que se realizan habitualmente y
de muchas de las tareas que algunas personas realizan al día de hoy.

En cuanto a la operación internacional, estamos analizando --se han
mencionado aquí varios nombres y hay algunos más-- cuál es la estructura
de distribución más razonable de las señales en el territorio americano,
que implican, en algunos casos, una inversión accionarial y que en otros
puede implicar simplemente unos acuerdos a largo plazo para asegurar la
emisión de esas señales en esos territorios. Está habiendo muchos cambios
en los últimos tiempos y creo que es un tema que hay que considerarlo a
la par que el desarrollo en España, porque hay una relación directa. Sin
embargo, hay que buscar, como pedía el señor Leguina, una estructura que
pueda mantenerse en el tiempo, además de optimizar la capacidad de
distribución de nuestra señal y, por tanto, de nuestra cultura durante
mucho tiempo.

En este sentido, estamos hablando con muchos y relevantes grupos con
presencia en América latina, y pienso que en las próximas semanas, quizá
algo más, podamos llegar a un acuerdo de principio. En este acuerdo
estarían contemplados no sólo Televisión Española sino aquellos grupos
españoles que desearan participar en este proyecto, y ése es el consenso
que estamos buscando, repito, no sólo Televisión Española sino también
las iniciativas de los otros grupos con los que estamos hablando.




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Por último se hacía mención a que era interesante iniciar las actividades
de TV temática cuanto antes. Aquí hoy tenemos que seguir un trámite
--trámite que nos marca el propio Estatuto y la ley en la que está
encuadrada Radiotelevisión Española-- que es el de presentar la solicitud
de aprobación de la sociedad al Consejo de Ministros. Eso es algo en lo
que estamos trabajando, estamos en trámite de realizarlo, pero lo que sí
quiero decir es que toda esta actividad se está llevando a cabo ya; se
está llevando a cabo en distintas áreas del grupo Radiotelevisión
Española y específicamente, en cuanto a los contenidos, en el área de
gerencia de satélites, ya que es una buena base para realizar otros
desarrollos el día de mañana.

No sólo desde la gerencia de satélites se está planificando todo esto
sino desde la propia Dirección de Televisión Española, desde la gerencia
de planificación estratégica, desde el área jurídica y también, por
supuesto, desde áreas como marketing, producción, etcétera. Que luego
esto se unifique en la sociedad o en la unidad de Televisión Española
temática será una cuestión de procedimiento pero no de fondo.

Creo que con esto he contestado a todas las cuestiones que me había
planteado el señor Alcaraz.

En cuanto a las observaciones que me ha hecho el señor Peñalosa, entiendo
que ha resumido de una manera excelente, en diez o doce puntos,
cuestiones que tienen que ver con este proyecto. No las voy a repetir
pero sí quiero decir que posiblemente lo ha hecho bastante mejor que yo
en mi exposición, por lo que las comparto todas.

Mencionaba también que éstas son fuentes alternativas de ingresos. Así lo
dije yo en mi exposición, porque creo que si consideramos que el mercado
de la televisión generalista, sea de servicio público o no, se va a
modificar en tamaño, lo que sí entiendo que es de una necesidad absoluta
es la definición de un servicio público deseable para la televisión
generalista, de búsqueda de un entorno, de un encuadre que se pueda
mantener y al cual se pueda tender en un medio plazo, porque tampoco creo
que podamos acometer un cambio radical ni creo que fuera deseable, y, sin
embargo, esta unidad de la televisión temática nos va a permitir tener
esos ingresos alternativos y esa actividad alternativa como parte
fundamental de este grupo de servicio público, orientándonos en los
contenidos que he apuntado y complementándolos con aquellos otros que
quizá, en algunos casos, son más competitivos, como pueden ser el cine de
estreno o el fútbol, que puedan aportar otros grupos que estén asociados
con nosotros en esta plataforma digital.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Directora General.

En la reunión de Mesa y portavoces hemos acordado que excepcionalmente se
podía intervenir en un turno de preguntas. Por tanto pregunto a los
señores Diputados si quieren formular alguna. (Pausa.)
El señor Leguina tiene la palabra.




El señor LEGUINA HERRAN: Muy brevemente, como se acordó en la Junta de
Portavoces.

He de señalar que nosotros, el Grupo Socialista, estamos de acuerdo en el
qué, pero no hemos estado de acuerdo, hasta ahora, en el cómo. Para
empezar, el Gobierno trae a este Parlamento un presupuesto donde se
autoriza al ante Radiotelevisión Española a endeudarse en 177.000
millones. Como puede comprender eso asusta. Supongo que a usted también
le ha debido asustar. Se ha discutido bastante sobre otras fórmulas, y
procuraremos exponerlas en nuestras enmiendas, pero no son de debate
aquí.

De esos 177.000 millones de deuda, 24.000, al menos, se refieren a la
plataforma digital, de los cuales, desde el punto de vista del
Parlamento, usted nos ha dicho muy genéricamente en qué se van a
invertir, unos en producción, etcétera. Pero, por ejemplo, 7.000 millones
de pesetas en el mercado audiovisual de televisión español es una
cantidad muy notable. Calculo que se pueden hacer más de cincuenta
películas, si se dedicara todo a ello naturalmente, que es obvio que no
se va a hacer, pero es una cantidad muy importante. Estamos a finales de
octubre y cuando los presupuestos se aprueben, si se aprueban como
vienen, estaremos en diciembre y tendrán que empezar a trabajar, a
gastar, a contratar en ese mismo instante.

Respecto a los 17.000 millones de pesetas usted misma acaba de decir que
es una estimación, que no tiene por qué gastarse todo. Póngase en el lado
del Parlamento, si no necesita 17.000 millones, pídanos menos, parecería
lo lógico. Porque en toda esta operación --y ahí viene la crítica del
cómo no del qué, no del objetivo sino del cómo lo han abordado-- seguimos
teniendo la sensación, primero, de optimismo, que es necesario, es
verdad, cuando se inicia una nueva aventura, pero que puede ser muy
peligroso si uno se cree sus propias cifras. Por ejemplo, una pregunta:
¿Cuántos abonados tiene Televisión Española a través del Hispasat? Viene
al caso para ver cómo va el mercado si no se hace una comercialización
suficientemente importante. Sobre esta empresa lo que nos ha dicho es que
está estudiando un plan de negocios. A eso me refiero cuando digo que han
puesto el carro delante de los bueyes porque desde el punto de vista
parlamentario lo lógico --nosotros estamos en la oposición-- es que las
precisiones hubieran sido mucho mayores. En este sentido vuelvo a
insistir en que ese consenso creo que es bueno y lo tiene que conseguir
usted sobre todo en el propio consejo de administración, que es mucho más
ágil que esta Comisión, mucho más operativo y que debiera jugar el papel
de cualquier consejo de administración. Cualquiera que sea el origen de
los nombramientos, el consejo de administración es siempre el soporte de
la gestión de una empresa.

Le incitaría a ese consenso, contando con que, como ha podido usted
observar en nuestras intervenciones, aquí estamos de acuerdo. Eso no
quiere decir que no le preguntemos y discutamos en el futuro en el
qué.

Cuide usted el cómo.




La señora PRESIDENTA: Señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Brevísimamente, señora Presidenta.




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Quería preguntarle si han tenido reuniones con Antena 3, Tele 5 y Canal
Plus y, si se han tenido, en qué situación están esos contactos y en qué
dirección se han producido.

En segundo lugar quiero también conocer su opinión respecto a la
posibilidad de crear una subcomisión en este Congreso de los Diputados de
cara a analizar toda la estrategia, las perspectivas de futuro de
Radiotelevisión Española y su situación actual respecto a sus próximos
proyectos, algunos de los cuales estamos analizando hoy aquí.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Directora General.




La señora DIRECTORA GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (Ridruejo Ostrowska):
Respecto a las puntualizaciones que me acaba de hacer el señor Leguina,
ya le decía en un principio que me alegraba mucho de que en la base, es
decir en el qué, estuviéramos de acuerdo. Vamos a intentar que en el
cómo, si no ha sido posible hasta ahora --que tampoco tengo muy claro por
qué, porque no se me ha dicho--, podamos también llegar no digo a un
consenso total porque quizá sea difícil, pero sí a un acuerdo lo más
amplio posible. Y cuando no haya acuerdo podamos hablar de por qué no lo
hay, no en tono general sino en las cuestiones concretas, en las
cuestiones de por qué no estamos de acuerdo, para ver si podemos
estarlo.

Efectivamente, los presupuestos que hemos presentado contemplan 24.000
millones de inversión en un proyecto que es el de televisión temática
digital. Creo que ésta es una cifra que ha sido muy medida; muy medida
desde luego sobre las base de unas previsiones y de unos objetivos.

Seguro que el proyecto en su globalidad va a necesitar unas inversiones
muy superiores. Por eso estamos buscando alianzas y por eso estamos
estudiando con mucho detalle cuál es la tarea que debe realizar
Televisión Española en este proyecto. Por eso decimos que no vamos a ser
líderes absolutos, pero sí vamos a orientar los trabajos, porque tenemos
capacidad para hacerlo. Tenemos capacidad por los profesionales que hay
en la casa y por las experiencias anteriores que ha habido también en la
casa.

¿Cuántos abonados tiene Televisión Española a través de Hispasat? No
tiene ninguno. ¿Y sabemos por qué no tiene ninguno? Porque los proyectos
de televisión de transmisión por satélite que se desarrollan en el pasado
no lo contemplaban. La oferta de Teledeporte y la oferta de Canal Clásico
se realiza en abierto, no se ha efectuado con una codificación. No se
contempló en el pasado que se hiciera así y no se contempló que se
codificara y que se descodificara la señal. Por tanto, no hay
abonados.

No están previstos canales de pago. Podrán evolucionar hacia canales de
pago porque es una base que tenemos para trabajar sobre ella.

La operación Cotelsat que creo que se planteó en 1994 resultó fallida en
su concepto desde un principio. Era una operación que empezó sus
emisiones sin contemplar, según tengo entendido, cómo se iba a gestionar
el abonado, sin contemplar cómo se iba a codificar y descodificar la
señal, sin contemplar una tecnología de descodificador, sin contemplar
otras muchas cosas que al final hicieron que esa alianza se rompiera y
que quedaran dos canales, que se transmiten a través de Hispasat, como
los que existen hoy en día.

Cuando la dirección de Radiotelevisión Española solicita una partida
presupuestaria para llevar a cabo este asunto lo hace pensando en un plan
de negocios, lo hace poniendo el buey delante del carro para que luego el
carro no nos adelante. Lo hace pensando en que hay que contemplar una
serie de variables que son fundamentales para el desarrollo de este
negocio y no al revés, que luego la realidad nos lleve a una situación
complicada, a una situación en la que haya que dar pasos atrás o incluso
liquidar el negocio.

También la dirección de Radiotelevisión Española está intentado aflorar
cuestiones que ocurrieron en el pasado para que luego no se deban repetir
y para intentar solucionar algunas de esas cuestiones. Lo que queremos es
que se prevea desde un principio cuáles van a ser esas necesidades y que
luego no haya que habilitar créditos presupuestarios adicionales, como se
hizo en 1991, para poder financiar la compra de una programación, o
algunos otros ejemplos que en este momento creo que no es necesario
citar, pero es un pasado que existe y un hábito de gestión que existía y
que estamos intentando que no vuelva a ocurrir.

Pensamos que mediante las asociaciones que se están contemplando en este
momento, como he dicho, las previsiones de inversión no sean mayores de
las que se han contemplado hasta hora, porque unos grupos aportarán unas
cosas y otros grupos aportarán otras. Espero que en el futuro podamos
llegar a un acuerdo respecto al cómo y no respecto al qué, porque el
espíritu de la dirección general es de transparencia, es un espíritu de
rigor en el trabajo y es un espíritu que pensamos que nos va a llevar a
un proyecto que pueda prevalecer en el futuro.

El señor Alcaraz me acaba de preguntar sobre cómo están las
conversaciones que mantenemos con Antena 3, Tele 5 y Canal Plus. Son
conversaciones que están avanzadas, que no están formalizadas, que
tienden hacia un proyecto de plataforma y que son más similares en el
caso de Antena 3 y Tele 5 que en el de Canal Plus. Las conversaciones son
cordiales con todos los grupos y lo que defiende cada uno es una
participación sobre la base de unos criterios que les vienen dados por la
propia composición de su oferta, de su negocio y de su estructura.

En el caso de Antena 3 y Tele 5 las conversaciones están centrándose en
cuál es la posibilidad de participación en la sociedad de gestión de
abonado, cuáles son los intereses a nivel nacional y potencialmente a
nivel internacional. En el caso de sus contenidos, estas dos cadenas se
diferencian en los activos que tienen actualmente. Todos conocemos que
Antena 3 tiene, por ejemplo, una oferta potencial importante en el
fútbol, una oferta potencial importante en el fútbol del pay per view y
transmitida a través de una canal pay per view, es decir pago a la
demanda, y lo que televisión contempla es que esa diferencia en sus
aportaciones no implique una mayor inversión, como he dicho en un
principio, que esas aportaciones estén en la plataforma, pero no
impliquen un pago por parte de la plataforma.




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En el caso de Canal Plus, las conversaciones que Canal Plus mantiene no
sólo con Televisión Española sino con todos los demás grupos están
orientadas a atraer a los distintos grupos hacia su proyecto --quiero
decir proyecto y no necesariamente plataforma-- y parten de una hipótesis
que son distintas, puesto que es un canal de pago y no un canal abierto,
ya que tiene una serie de activos distintos de los demás. La posición de
Televisión Española a este respecto y la que está transmitiendo en las
conversaciones a los distintos grupos es que sería deseable un acuerdo
con Antena 3, con Tele 5 y con Canal Plus, y en caso de Canal Plus
contemplaríamos esa diferencia que aporta, que es su listado de
abonados.

También los otros grupos que no son estos que se mencionan conocen esta
posición. Yo creo que al cabo de un tiempo conseguiremos aclarar si es
posible o no tener una sola plataforma, pero en cualquier caso lo estamos
expresando con transparencia.

Como directora general de Radiotelevisión Española, no tengo ningún
inconveniente ante la posibilidad de que se cree una subcomisión en este
parlamento para tratar sobre el futuro de Radiotelevisión Española y no
sólo sobre sus próximos proyectos, que estaré encantada de volver a
expresar aquí en un futuro. Yo creo que efectivamente es muy importante
que exista un mismo camino a seguir respecto al futuro de Radiotelevisión
Española. Desgraciadamente yo no soy quien puede tomar la decisión
respecto a esa subcomisión, pero lo que sí haré será aportar un trabajo
que se está realizando en este momento, que prevemos se termine hacia
finales de noviembre o principios de diciembre, y que será la aportación
de un esquema o de un plan de renovación para que los distintos grupos
parlamentarios lo estudien, ya que creo que es absolutamente necesario
que para que este plan se pueda implantar con un calendario a determinar
en un medio plazo los grupos parlamentarios tengan como mínimo un acuerdo
mayoritario.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora directora general.

Muchas gracias a todos ustedes por su presencia y participación.

Se levanta la sesión.




Era la una y cincuenta y cinco minutos de la tarde.