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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 77, de 16/10/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1996 VI Legislatura Núm. 77



ASUNTOS EXTERIORES



PRESIDENTE: DON FRANCISCO JAVIER RUPEREZ RUBIO



Sesión núm. 6



celebrada el miércoles, 16 de octubre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica (Villalonga Campo), para explicar la
relación de su Departamento con el grupo de presión del señor Mas Canosa,
así como su intermediación con la Administración Clinton para favorecer a
las empresas españolas en Cuba. A solicitud del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. (Número de
expediente 212/000058) (Página 1800)



Comparecencia de personalidades y funcionarios de la Administración del
Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1997. (Número de expediente
121/000015) (Página 1800)



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Se abre la sesión a las tres y treinta y cinco minutos de la tarde.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION
INTERNACIONAL Y PARA IBEROAMERICA (VILLALONGA CAMPO), PARA EXPLICAR LA
RELACION DE SU DEPARTAMENTO CON EL GRUPO DE PRESION DEL SEÑOR MAS CANOSA,
ASI COMO SU INTERMEDIACION CON LA ADMINISTRACION CLINTON PARA FAVORECER A
LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS EN CUBA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de
expediente 212/000058.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, comenzamos esta sesión
de la Comisión de Asuntos Exteriores, sesión número 6, de acuerdo con el
orden del día que oportunamente fue puesto en su conocimiento. Tengo que
informarles de algunas leves alteraciones en dicho orden del día. La
primera es que, por escrito que fue dirigido al Presidente de esta
Comisión de Asuntos Exteriores por el Director General de las Relaciones
con las Cortes, se me informaba y se informaba a la Comisión que el
Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea, cuya
presencia estaba prevista para esta tarde a una hora posterior, a las
cuatro de la tarde, tenía alguna obligación inexcusable que cumplir en
Luxemburgo, concretamente una reunión que esta tarde tendrá lugar en la
capital del Gran Ducado, y consiguientemente solicitaba poder comparecer
a las 15,30 horas. Por mi parte no hay ningún problema en que la
comparecencia se produzca a estas horas y entiendo que por parte de los
señores portavoces tampoco, de manera que la primera comparecencia será
la del Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea.

Al mismo tiempo, tengo también que informarles que, según escrito
dirigido a la Mesa de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso por
doña Rosa Aguilar Rivero, portavoz del Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, se nos comunica la decisión por parte del
grupo mencionado de proceder a la retirada de la solicitud de
comparecencia ante esta Comisión, formulada el 17 de julio de 1996 con el
número de registro 4.423, del Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional, para explicar la relación de su Departamento con el grupo
de presión del señor Mas Canosa, así como su intermediación con la
Administración Clinton para favorecer a las empresas españolas en Cuba.

En consecuencia, esa comparecencia, que estaba prevista para las 15,30
horas, queda retirada, y el orden definitivo del día será el siguiente: a
esta hora comparece --ya le tenemos entre nosotros-- don Ramón de Miguel
y Egea, Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión
Europea; a las 16,30 horas comparecerá don Fernando Villalonga Campos,
Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica; a las 17 horas, don José de Carvajal Salido, Subsecretario
del Ministerio de Asuntos Exteriores, y a las 17,30 horas, don Luis
Espinosa Fernández, Secretario General de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, comparecencias todas ellas centradas en los
aspectos presupuestarios de la sección 12, del Ministerio de Asuntos
Exteriores.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1997. (Número de expediente
121/000015.)



--DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (DE MIGUEL Y EGEA). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
SOCIALISTA. (Número de expediente 212/000275.)



El señor PRESIDENTE: Sin más preámbulos, agradeciéndole su presencia y el
esfuerzo que ha realizado para estar aquí con nosotros, doy la palabra al
señor Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea,
don Ramón de Miguel y Egea.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): En primer lugar, expreso mi agradecimiento
por el esfuerzo que se ha hecho para adelantar mi comparecencia.

Efectivamente, esta tarde se reúne el comité ejecutivo del Tratado de
Schengen, y precisamente en Schengen, porque estamos en presidencia
luxemburguesa y Luxemburgo ha deseado que esta reunión de los llamados
Ministros Schengen tenga lugar en el pueblo de Schengen, donde nació el
acuerdo que todos conocemos de eliminación de trabas a la libre
circulación de personas dentro de los países del convenio. Como usted
sabe, señor Presidente, el Ministerio de Asuntos Exteriores sigue muy
atentamente la evolución de Schengen, y queremos asegurar nuestra
presencia siempre al más alto nivel, porque al fin y al cabo Schengen es
el gran ejemplo de cooperación reforzada dentro del tercer pilar y además
tiene una particular trascendencia por la posición que el Gobierno
español, el actual y el anterior, ha mantenido en todos los temas de
justicia e interior, y particularmente en darle esa dimensión de
seguridad ciudadana a la pertenencia a la Unión Europea.

Espero poder contestar a las preguntas que me formulen SS. SS., pero la
competencia específica del presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores corresponde al subsecretario del departamento. Quizá en el
pasado mis predecesores tenían unas comparecencias específicas, porque
hablaban del llamado presupuesto de la Secretaría de Estado de la Unión
Europea. Como usted sabe, señor Presidente, eso es un legado de aquellos
tiempos en los que la Secretaría de Estado de la Unión Europea era un
ministerio



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independiente, con el señor Calvo Sotelo y el señor Punset. Pero como
todos recuerdan, el Ministro Pérez Llorca, a finales del año 1980, hizo
que este departamento fuera una Secretaría de Estado de Exteriores. Por
tanto, tenía un presupuesto independiente, presupuesto que luego se sumó
al de Exteriores. Por razones que no son del caso, mis predecesores en el
puesto mantuvieron esa --digamos-- ficción de mantener un presupuesto
independiente de la Secretaría de Estado de la Unión Europea, y así fue
en el caso de Manuel Marín, de Pedro Solbes y de Carlos Westendorp. Mi
inmediato predecesor, el señor Fernández Castaño, estuvo unos meses y por
tanto no tuvo oportunidad de presentar presupuestos.

Yo quiero decir que uno de los grandes logros de este Gobierno en la
reorganización interna del Ministerio de Asuntos Exteriores ha sido
precisamente acabar con esa disfunción, y ya lo hizo en el mismo decreto
de mi nombramiento, al decidir que yo, además de ser Secretario de la
Unión Europea, fuera Secretario de Estado de Política Exterior, con lo
cual había un deseo claro de fundir de una vez por todas y de una manera
formal el presupuesto de Exteriores y el presupuesto de Unión Europea.

Por tanto, el llamado presupuesto de la Secretaría de Estado de la Unión
Europea, no es más que una subpartida dentro de las partidas que tiene el
Ministerio de Asuntos Exteriores. En puridad, yo no soy titular de un
presupuesto independiente, puesto que forma parte del presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores, y ahora más que nunca porque con esta
reorganización administrativa la primera medida que tomó el Ministro don
Abel Matutes fue que se juntara todo bajo una misma rúbrica. Aunque en
los presupuestos aparece con una subpartida diferente, de hecho forma
parte del conjunto global del Ministerio. Eso se ha hecho con el espíritu
de unificar todo, de integrar el tema financiero y presupuestario bajo
una misma autoridad, que es la del subsecretario del departamento, que
tiene la autoridad delegada por el ministro, y, al mismo tiempo,
aprovechar lo más posible, con esa unión, una mayor funcionalidad del
gasto, cosa particularmente importante en un presupuesto como el que
tenemos, que SS. SS. saben que es riguroso, restrictivo, en el cual ha
habido que hacer no solamente sacrificios de recortes por parte de todos
los departamentos del Estado sino, además, un enorme esfuerzo para sacar
el mayor partido a todas las partidas y subpartidas presupuestarias y
unificarlas todas de manera que esta acción redunde en una mayor eficacia
del servicio.

Termino mi intervención diciendo que el Ministerio de Asuntos Exteriores
es quizá una de las pocas excepciones, dentro del presupuesto general,
donde ha habido un aumento presupuestario. Este aumento presupuestario,
que es más o menos del 11 por ciento, es el resultado de haber aumentado
de una manera importante los fondos de cooperación, de lo cual imagino
que mi colega el Secretario de Estado para la Cooperación y para
Iberoamérica, señor Villalonga, podrá hablar con más detalle a SS. SS. El
presupuesto como tal ha aumentado, aunque es verdad que eso no quiere
decir que no se haya aplicado el mismo rigor que se ha aplicado en los
otros presupuestos de la Administración porque, efectivamente, hay muchos
capítulos, subcapítulos y subpartidas que han tenido reducciones
importantes, particularmente todos aquellos en donde se podía
verdaderamente hacer sacrificios. Por ejemplo, es significativo que en
todas las partidas de publicidad, de protocolo, de gastos reservados,
etcétera, haya habido reducciones drásticas. Al final, el resultado es de
un aumento, pero porque se han aumentado de manera sustancial los fondos
de cooperación, que es un instrumento esencial y fundamental de la
moderna política exterior.

Estas son mis palabras de introducción. Me pongo a disposición de SS. SS.

para contestar a las preguntas que se puedan formular.




El señor PRESIDENTE: Las cuatro comparecencias han sido solicitadas por
el Grupo Socialista, de manera que procede dar la palabra, en primer
lugar, a su portavoz señor Yáñez.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Quiero agradecer la presencia aquí del
Secretario de Estado de Política Exterior y de la Unión Europea, señor De
Miguel, respondiendo a nuestra petición de comparecencia. Quiero también
agradecer sus palabras introductorias, si bien quizá haya tenido una
confusión en cuanto al sentido de la petición de convocatoria. Si ha
tenido la curiosidad --que dada su dedicación y su competencia estoy
seguro que la ha tenido-- de ver los antecedentes de comparecencia de
años anteriores, la comparecencia del Secretario de Estado de la Unión
Europea no se refería exclusivamente a los presupuestos propiamente
dichos de funcionamiento y actividades de la secretaría de Estado de
Trinidad, sino que se refería fundamentalmente, dada su trascendencia, a
los flujos y saldos financieros entre España y la Unión Europea, es
decir, lo que se presentaba en cada ejercicio, cuáles eran los altos y
bajos de esos flujos, cuáles eran las perspectivas, las dificultades, las
ventajas. Eso es lo que más preocupaba en general --y preocupa-- a los
grupos parlamentarios en la comparecencia concreta del Secretario de
Estado para la Unión Europea. Por supuesto, también nos interesa lo que
tenga a bien informarnos sobre los problemas presupuestarios de su propio
cargo y de los servicios y unidades que están bajo su responsabilidad.

En cualquier caso, no entiendo bien cómo la unificación de la Secretaría
de Estado de la Unión Europea y la Secretaría General de Política
Exterior acaba con disfunción alguna --ya que lo ha citado, aunque no
pensaba preguntar por eso--, más bien crea disfunciones. Si no estoy mal
informado, usted dedica las mañanas a Santa Cruz y el señor Bastarreche a
Trinidad, y por la tarde a la inversa, y están atendiendo a la vez a un
sitio y otro con una situación bastante curiosa. Pero no es ése el tema
de la petición de comparecencia que hace el Grupo Socialista, sino,
insisto, la situación o las perspectivas en el año 1997, que es lo que
nos interesa hoy, de los flujos y saldos financieros entre la Unión
Europea y España. Es decir, cuál es el aporte de España, en términos
absolutos y en relación a 1996, en 1997. Cuáles son los aportes de la
Unión Europea a España, también en términos absolutos y relativos, de los
distintos fondos de cohesión, Feoga-garantía, el Fcads, etcétera, y las



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perspectivas de evolución de ese saldo que, como sabe muy bien porque
usted es un gran experto comunitario, ha sido favorable a España en los
últimos años, fundamentalmente a partir del Consejo Europeo de Edimburgo
--que trató profundamente las cuestiones de los fondos--, que dio lugar a
la desafortunada frase del entonces líder de la oposición y hoy
Presidente del Gobierno, cuando habló de actitud pedigüeña. Gracias a esa
actitud pedigüeña del entonces Presidente del Gobierno hasta ahora hemos
podido contar con un saldo favorable en la relación España-Unión Europea.

¿Se va a mantener eso en los futuros ejercicios? ¿Cuáles son las ventajas
comparativas de la nueva situación económica y de ampliación y cuáles son
las negativas, externas o internas?
Desde ahora hasta el final voy a ser muy breve. Solamente voy a hacer una
serie de preguntas con petición de información, como es lo habitual en
este tipo de comparecencias. Segunda pregunta. Conociendo como usted
conoce muy bien, insisto, los mecanismos de la Unión Europea y de los
trabajos de la Comisión, ¿cree usted que la famosa declaración del
Gobierno español, reconociendo un supuesto agujero presupuestario de
700.000 millones, va a suponer una paralización de los fondos de cohesión
para España? Si es así, si ha producido, como anuncia la propia Comisión
Europea, una paralización, ¿cree que será prolongada? ¿Puede ser
definitiva? ¿Puede afectar el volumen total de esos fondos de cohesión?
Para fomentar la presencia y la participación de las empresas españolas
en mayor porcentaje en los fondos europeos de desarrollo, otra pregunta
que se ha hecho todos los años al Secretario de Estado, pregunta que
continuamos haciendo por la preocupación de los grupos parlamentarios,
creo que la sociedad y de todo el mundo, sobre la baja participación de
la empresa de España en los fondos europeos de desarrollo, que requiere
un esfuerzo continuado, permanente, que ha venido haciéndose en los años
anteriores, pero que deberá continuarse en el futuro, es ¿cuáles son los
nuevos impulsos, las nuevas iniciativas que se están haciendo en esa
dirección?
También quiero preguntarle cuál es la posición del Gobierno español en la
Conferencia Intergubernamental sobre la introducción de un quinto
recurso, lo que se llama el recurso progresivo, que vaya permitiendo
introducción de conceptos de progresividad en los presupuestos
comunitarios, de tal forma que de la misma manera que en el interior de
los países los ciudadanos cuyas rentas son más altas deben
proporcionalmente contribuir más a la Hacienda pública, también en la
relación entre los países de prosperidad mayor contribuyan relativamente
más también, y no sólo con impuestos como el IVA, que no tienen un
carácter progresivo.

¿Se están estudiando por parte del Gobierno español, y concretamente de
su Secretaría de Estado, los costes de la ampliación --ya casi futuro,
pero futuro inminente en pocos años-- de la Unión Europea a los países
del centro y del este de Europa? Sabe todo el mundo que hay una discusión
sobre si se hará con el mismo presupuesto comunitario o con uno ampliado.

Si se hace con los mismos recursos con los que actualmente se cuenta,
será en perjuicio de los países menos desarrollados de la Unión Europea
como España, Portugal o Irlanda, y también de sectores como la
agricultura. Eso preocupa a sectores importantes de nuestro país. La
pregunta es si su secretaría de Estado está haciendo o ha previsto hacer
algo para conocer el impacto de los costes posibles de la ampliación de
la Unión Europea en los países del centro y del este de Europa. Sobre los
fondos de cohesión, dado que se aplican únicamente a proyectos de medio
ambiente o e infraestructuras del transporte, ¿cuáles son las prioridades
del Gobierno para el próximo ejercicio en los ámbitos del proyecto de
medio ambiente, en infraestructura del transporte?
Por último, aunque no tiene una traducción exactamente presupuestaria,
sin embargo podríamos aprovechar su presencia porque tangencialmente
también la tiene en los presupuestos, es algo que tiene relación con lo
que hablábamos al principio de la disfuncionalidad o descoordinación. La
Dirección General de Iberoamérica tengo entendido que sigue dependiendo
de su secretaría de Estado; desde el momento que está unida a lo que
antes era la Secretaría General de Política Exterior y la Secretaría de
Estado de la Unión Europea. ¿La relación política con Iberoamérica y con
los países que la conforman dependen de su secretaría de Estado? Tenemos
la impresión de que eso ha dejado de ser así, pero que orgánicamente no
ha cambiado. Aunque no tenga una excesiva implicación presupuestaria la
pregunta, sí nos gustaría conocer su respuesta.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Robles, para una cuestión
de orden.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Presidente, entiendo que ésta es la
comparecencia de presupuestos y que debemos debatir los presupuestos. Es
la única observación que quiero hacer, que me parece que es pertinente y
de orden, sobre algunos elementos de la intervención que acabo de
escuchar.




El señor PRESIDENTE: Señor Robles, lo que se discuta o se deje de
discutir aquí lo dirá la Presidencia.

Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Quiero decirle al señor Yáñez que me he
ocupado de saber qué es lo que contestaron mis predecesores en
comparecencias parecidas. Me sorprendió personalmente que mis
predecesores intervinieran cuando se estaban debatiendo los presupuestos
del Ministerio de Asuntos Exteriores para hablar de los presupuestos de
la Unión Europea, pero yo no tengo ningún inconveniente en responder a
las preguntas que me ha hecho el señor Yáñez. Es evidente que sobre los
flujos financieros el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene algo que
decir, pero es fundamentalmente competencia del Vicepresidente segundo
del Gobierno, señor Rato, Ministro de Economía y Hacienda. El Secretario
de Estado de Presupuestos les podría informar con mucha más propiedad que
yo de estos temas, pero no puedo ignorar un aspecto tan importante de la
política



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comunitaria como es el presupuesto. Tengo información sobre el mismo y
con mucho gusto la comparto aquí.

Le puedo dar las cifras de la estimación del saldo financiero para el
presupuesto de 1997. Dicho presupuesto, como saben, se ha aprobado
recientemente por el Consejo. En este momento está en discusión en el
Parlamento y es muy posible que esté aprobado, como es normal, antes de
final de año. El debate presupuestario en el Parlamento Europeo y en las
instituciones europeas no ha sido extraordinariamente conflictivo en los
últimos años, precisamente por la visión que tuvo el Presidente Delors de
establecer el sistema de las perspectivas financieras. Es decir, fijar el
presupuesto, en vez de por años, en una secuencia de cinco años. Los
actuales presupuestos son válidos, es decir, las perspectivas dentro de
una serie de parámetros, hasta el 31 de diciembre de 1998. Por lo tanto,
este ejercicio es complejo, pero tuvo su última materialización en el
Consejo Europeo de Edimburgo, que ha citado el señor Diputado. Por eso
fue tan importante, porque ahí se fijaron las perspectivas financieras y
además se fijaron con parámetros políticos, es decir, en función de las
concesiones que se hacían en un instrumento tan importante para la
reforma de la Unión como fue el Tratado de Maastricht. Los Gobiernos, y
naturalmente el Gobierno español, aprovecharon todos los input políticos
del Tratado de Maastricht para poderlo plasmar de una manera real en una
evolución financiera en los próximos cinco años. Por lo tanto, el tema
clave para España es qué es lo que recibe en función de lo que aporta y
las perspectivas financieras a partir de Edimburgo quedaron muy claras, y
hasta el 31 de diciembre de 1998 las variaciones son mínimas. Les diré
cuál es la diferencia, pero se puede ver la secuencia a lo largo de los
años.

Las perspectivas financieras de este ejercicio han desdramatizado
enormemente el debate presupuestario dentro de la Unión Europea. El señor
Yáñez recordará que antes de que se iniciaran las perspectivas
financieras, el ejercicio presupuestario era un enfrentamiento entre la
Comisión y el Consejo y entre el Consejo y el Parlamento. Como nunca se
ponían de acuerdo, se llegaba siempre a principios de año sin presupuesto
y se aplicaba un sistema comunitario que se llamaba las duodécimas
provisionales. Se aplicaba del presupuesto anterior la duodécima parte y
se iba por meses hasta que se encontraba un acuerdo. Este, gracias a
Dios, no es el caso hoy en día. Lo digo no sólo por la voluntad política
de los países miembros, sino por la gran visión que tuvo el Presidente
Delors de eliminar un elemento de disfunción que existía continuamente en
los debates presupuestarios de la Comunidad. Las diferencias entre el
presupuesto de 1996 y el de 1997 no son dramáticas ni extraordinarias,
porque ya está todo programado en las perspectivas financieras.

Con respecto a las cifras que están hoy encima de la mesa, nuestras
aportaciones por los recursos tradicionales, es decir, los derechos de
aduanas de todas las mercancías sometidas a derechos arancelarios que
entran dentro de la Unión Aduanera, van directamente al presupuesto
comunitario. Luego hay un porcentaje del IVA que, a partir de Edimburgo,
se trató de que fuera menos significativo, entre otras cosas porque había
países con gran proporción en el sector de los servicios, notablemente
España, que tenían grandes partidas de IVA que no se correspondían con su
producto nacional bruto, y un sistema progresivo por el cual ese
porcentaje del IVA se iba modulando con la utilización mayor de una
proporción de pago con respecto al PNB.

Por tanto, para el año 1997 España tiene una contribución de 126.000
millones 671,2 de recursos propios tradicinales, es decir, por derechos
arancelarios; 452.971 millones de recurso del IVA, 340.000 millones 096,4
de recurso PNB. Es decir, que todavía en España el recurso PNB es
inferior al del IVA, porque España tiene un producto nacional bruto
relativamente menor que el de los grandes. Si comparamos las aportaciones
de Alemania o de Francia, los contribuyentes netos, el recurso PNB ha
superado ampliamente el recurso IVA. Por otro lado, hay un tema
importante que nosotros siempre hemos considerado --y yo creo que el
señor Yáñez, por sus antiguas funciones, conoce bien--, y es la
disfunción del Fondo Europeo de Desarrollo. Nuestra reivindicación ha
sido siempre, y yo creo que fue la suya cuando era secretario de Estado,
que se presupuestara el fondo Europeo de Desarrollo, que no estuviera
fuera del presupuesto. Pero usted sabe que ésa ha sido una guerra que no
ha ganado nadie, puesto que hay una serie de países que desean que el
Fondo Europeo de Desarrollo siga fuera del presupuesto, pero nosotros
tenemos unas contribuciones y nuestra aportación al Fondo Europeo de
Desarrollo, que es aquel que financia las acciones de desarrollo dentro
de la llamada Convención de Lomé, los países de Africa, Caribe y
Pacífico, es de 17.000 millones 740. Por tanto, si sumamos todas estas
cifras, la aportación española en el año 1997 sería de 937.478 millones.

¿Qué es lo que nosotros vamos a recibir? En concepto de pagos
comunitarios tenemos un pago previsto de 851.104 millones al
Feoga-garantía, 140.000 millones al Feoga-orientación, que son los fondos
de garantía agrícola, unos para pagos de intervenciones y otros para
pagos estructurales, para modificación de los sectores; el Fondo de
Desarrollo Regional tiene una aportación de 340.000 millones, que
curiosamente es una cifra casi idéntica a lo que pagamos nosotros por
PNB; el Fondo Social Europeo, 190.000 millones; el Fondo de Cohesión,
175.000 millones; una compensación por gastos de percepción de 12.000
millones, y pequeñas transferencias de otros programas, 6.980 millones.

Todo esto hace un total de pagos comunitarios de 1.000 millones, o sea,
en castellano un billón, a pesar de que hay alguien que lo llama
millardo. Ya lo he visto alguna vez en la prensa, y es que hay una
disfunción de la lengua castellana porque en todas las lenguas mil
millones es un billón menos en la nuestra, que un billón es un millón de
millones. En consecuencia, son 1.000 millones 716.351, y el saldo
financiero es de 778 millones 872. Si esto se compara --porque es bueno
compararlo para verlo en perspectiva-- con los años anteriores, por
ejemplo en 1996 los pagos comunitarios a España fueron de 1.000 millones
528.000, en números redondos, recibimos 765.000 millones, es decir, un
poco menos que este año, y el saldo financiero fue de 762.000 millones.

En el año 1995 los pagos comunitarios fueron 1.000 millones 755.000, la
aportación



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española fue de 615.000, y el saldo fue de 1.000 millones 140.000. Es
decir, fue un saldo muy superior, porque nosotros teníamos acumulados
pagos que nos debían. En el año 1994 los pagos a España fueron de 1.000
millones 155.000 y la aportación española fue de 803.000 millones, y en
cambio el saldo financiero fue mucho menor, precisamente porque no nos
habían pagado por varios conceptos que nos pagaron el año anterior; fue
de 351.000 millones. Si estudiamos la evolución de los últimos años, la
aportación del Estado español ha venido oscilando entre 800.000 millones
en 1994; 615.000 millones en 1995; 765.000 millones en 1996; y 937.000
millones. Las aportaciones han sido de 1.000 millones 155; 1.000 millones
755; 1.000 millones 528 en 1996 y 1.000 millones 716 en 1997, y los
saldos totales han venido fluctuando alrededor de 750.000 millones; es
decir, este año son 778.000 millones, el año pasado fueron 762.000
millones, el año 1995 fueron 1.000 millones 140, pero hay que promediarlo
con el año anterior, que fueron mucho menores, de 351.000 millones.

Esto no hace más que confirmar lo que yo había dicho al principio, y es
que este ejercicio de perspectivas financieras, por suerte, permite
planificar en una serie de años y no deja margen a sorpresas. Con lo
cual, puedo confirmar a esta Comisión que los flujos financieros de
España se mueven en la evolución normal. El saldo ha sido positivo en
alrededor de 750.000 millones, y las aportaciones este año han sido del
orden de 937.000 millones, pero también vamos a recibir muchos más pagos;
lo cual garantiza las aportaciones del Feoga, del Feder, del Fondo Social
Europeo y del Fondo de Cohesión.

El señor Yáñez ha preguntado sobre el supuesto agujero presupuestario,
que no es supuesto, sino que es un agujero presupuestario probado. Creo
que eso quedó claro ya en un debate y en un Pleno de esta Cámara. Yo me
remito al «Diario de Sesiones». El Ministro de Economía y Hacienda logró
compensar, de esos 700.000 millones, 200.000 millones e imputó 500.000
millones al déficit de 1995. Esta imputación fue presentada formalmente a
la Comisión Europea, y yo debo decir algo que ya se ha dicho pero que
tengo que confirmar, y es que la Comisión Europea ha aceptado plenamente
que la imputación se hiciera al presupuesto de 1995. Puesto que había
dudas sobre dónde se debía imputar, el Comisario encargado de asuntos
económicos y financieros, señor de Silguy, por una carta formal, aceptó
que se imputara al año 1995. Efectivamente, si se imputan esos 500.000
millones, el déficit español, que estaba en 5,8, sube ocho décimas de
punto, al 6,6; lo cual estaría claramente por encima del límite de un
porcentaje del 6 por ciento, que era el tope de déficit para recibir el
Fondo de Cohesión. Como saben, el Consejo Ecofin puso unos límites para
empujar a los países receptores de fondos de cohesión a que tuvieran el
necesario rigor presupuestario, y si se superaban esos límites no se
pagaba el Fondo de Cohesión. Naturalmente, en puridad, si se aplican
ahora mismo, podría interrumpirse el Fondo de Cohesión. Sin embargo, yo
creo que la Comisión Europea ha tenido una consideración muy positiva, es
decir: la aplicación de la foto, el flash en este momento sería subir al
6,6. Pero la economía no es un flash. En este momento, para llegar a los
criteriso de convergencia del Tratado de la Unión Europea, se está
tratando de buscar un elemento dinámico, es decir, cómo el mecanismo
presupuestario y la política económica del Gobierno español conducen a
una progresiva reducción del déficit. Porque de eso es de lo que se
trata. Se trata de conseguir el objetivo final, si vamos a estar en el 3
por ciento en el momento del paso a la tercera fase o no. El trocear por
flashes el tema del presupuesto comunitario no es precisamente ni lo más
constructivo ni lo que más interesa a la consecución del objetivo final.

Por tanto, en este momento, la posición del Gobierno, que la Comisión
comparte, es que esto hay que verlo en función de lo que pasa en 1996.

Las primeras cifras provisionales de 1996 no se conocerán en los
servicios de la Comisión hasta el mes de noviembre; es decir, aunque en
octubre ya se conocen las de 1995, y teóricamente se podría parar el
Fondo de Cohesión, ¿cuál es el objeto de parar los pagos del Fondo de
Cohesión cuando en noviembre se van a tener las primeras cifras de 1996 y
en ellas se verá que ese déficit de 500.000 millones ha sido ya absorbido
y se está ya en el 4,4? Si se está en el 4,4, se está dentro de los
criterios y de los porcentajes establecidos para la recepción del Fondo
de Cohesión. Naturalmente, éste es un tema, como todos, de debate.

Algunas de SS. SS. pueden estar o no de acuerdo con que se afloren o no
500.000 millones; la realidad es que quien tiene la responsabilidad, que
es el Gobierno y el Ministerio de Economía, ha tomado esta decisión a la
vista de los resultados del ejercicio presupuestario que ha hecho para
elaborar los presupuestos de 1997. Por tanto, lo ha comunicado
correctamente a la Comisión, en lugar de meterlo debajo de la alfombra;
creo que ése es un esfuerzo de transparencia que ha sido elogiado por la
Comisión Europea y, al mismo tiempo, tiene el gran argumento de demostrar
que a pesar de eso, por la política que se está siguiendo y por el rigor
de los presupuestos, ese déficit puede ser absorbido en 1996.

La Comisión está estudiando este tema, hay opiniones para todos los
gustos y, naturalmente, ha habido artículos en la prensa que dan todo
tipo de interpretaciones al tema. Pero la Comisión es un órgano
responsable que, repito, no trocea estos temas, sino que los ve en su
evolución y que está dispuesta a analizar qué es lo que pasa cuando las
primeras cifras de 1996 se hagan públicas en el mes de noviembre. En ese
momento, si se demuestra, como se demostrará, que el déficit español está
en el 4,4 por ciento, no hay ninguna razón para interrumpir el Fondo de
Cohesión. Quiero tranquilizar a SS. SS. en el sentido de que la Comisión
no ha tomado ninguna, repito, ninguna medida para interrumpir el Fondo de
Cohesión, pero que éste es un tema, naturalmente, de diálogo entre el
Gobierno español y las autoridades competentes de la Comisión.

Con respecto al FED, no puedo más que participar de la opinión del
Diputado señor Yáñez sobre la realidad de que en ese mundo las empresas
españolas no tienen un retorno proporcionado a nuestras aportaciones.

Esta dificultad seguramente la conoce él mucho mejor que yo, porque
precisamente ha sido responsable de fomentar el que las empresas
españolas entren en los concursos y en las licitaciones



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del FED, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo, fundamentalmente
porque ese mundo de Africa, Caribe y Pacífico es un mundo en el cual no
se ha ejercido tradicionalmente la cooperación española. España ha estado
siempre mucho más volcada hacia el continente americano, hacia Asia y
hacia el Mediterráneo, y mucho menos hacia Africa. En este tema del FED
hay ya una serie de países, antiguas potencias coloniales en Africa, que
tienen muy bien situadas a sus empresas. Por otra parte, hay un tema muy
complejo, y es el de cómo son las licitaciones. Las licitaciones se hacen
en tramos muy pequeños, de tal manera que puedan beneficiarse las
empresas locales de Africa, Caribe y Pacífico. ¿Qué pasa? Que todas
aquellas empresas de países europeos que por razones de su pasado
colonial están establecidas en esos países, pueden concurrir a tramos
pequeños y a licitaciones pequeñas; sin embargo, ése no es el caso en
nuestras empresas. Empresas grandes como, por ejemplo, Dragados y
Construcciones, no va a meterse, y le resulta muy difícil hacerlo, en una
licitación de 100 millones de dólares en Malawi, en Mali o en Burundi,
porque por una cosa tan pequeña no le merece la pena la movilización
inmensa que supone el trasladar personal y material. Sin embargo, en
Burundi una empresa belga, en Malawi una empresa británica o en Mali una
empresa francesa, que llevan allí establecidas a lo mejor desde hace
cincuenta años, con socios locales, pueden ir haciendo pequeños tramos de
50 y 100 millones de dólares y van obteniendo un retorno más grande sobre
sus aportaciones al FED.

El hecho de que los grandes países que se alimentan del FED se estén
negando continuamente a que se introduzca en el presupuesto indica que
hay una tendencia verdaderamente muy preocupante en la Comunidad, y es
que una serie de países se están beneficiando de una manera prioritaria
de estos fondos. Nosotros, naturalmente, seguimos la misma política que
ya se hacía con el Gobierno anterior, hacer todo lo posible para que las
empresas españolas participen, allanarles el camino, tratar de que las
embajadas envíen toda la información sobre todos los pequeños proyectos
que se hagan y, desde luego, ya se han conseguido algunos éxitos. Pero
tengo que decir (y esto, naturalmente, creo que es una cosa a la que
podría responder con mucha más propiedad mi colega el Secretario de
Estado de Cooperación) que, a pesar de que se han hecho muchos esfuerzos,
todavía queda mucho camino por andar.

Con respecto a la pregunta sobre la Conferencia Intergubernamental y la
introducción de un quinto recurso, ésta es una de las cosas de las que se
habla, pero todavía no se ha puesto nada encima de la mesa ni nadie ha
hecho ninguna propuesta ni es un tema recurrente. No está ni estuvo en el
inventario de temas que hizo la Presidencia italiana, tampoco estaba como
propuesta en el informe Westendorp, y en este momento, que yo sepa, la
Presidencia irlandesa no lo considera como una prioridad entre las
reformas que hay que hacer. Sin embargo, yo no diría que ha sido
totalmente descartado. Yo creo que el quinto recurso se va a plantear de
una manera quizá más dramática cuando se estudie la revisión de las
perspectivas financieras en el año 1998, porque el 31 de diciembre se
acaban las perspectivas financieras, o sea que hay que volver a hacer
otro ejercicio, otro plan quinquenal, como quien dice, hasta el año 2003.

Pero hacer ese ejercicio de las perspectivas financieras a nadie se le
escapa que va a ser diabólico, porque no solamente siempre es muy difícil
fijar las perspectivas financieras, sino que, además, eso se va a mezclar
con la ampliación, que es otra de las preguntas que ha formulado el señor
Yáñez. ¿Qué pasa con la ampliación? ¿Cómo se financia la ampliación?
Nosotros, naturalmente, estamos haciendo estudios y proyecciones de lo
que puede ser el gasto de la ampliación. La verdad es que si a la
ampliación se aplican los mismos criterios que hoy en día, las cifras son
verdaderamente --aunque sea una expresión de la calle-- para alucinar,
verdaderamente son de alucinación; los números son absolutamente
espectaculares si se aplican los mismos criterios para el Fondo de
Desarrollo Regional o para el Feoga-garantía y orientación. Y tiene mucha
razón el señor Yáñez al decir que ése es un tema en el que hay que estar
muy atento, porque simplemente por el mero hecho de aplicar la media de
la renta per capita de los países candidatos a la adhesión, en el momento
en que se aplicara esa media toda España estaría por encima de la media
comunitaria. Como dato digno de señalar diré que todos los países, y digo
bien, todos los países bálticos, los de Visegrado, más Rumanía y Bulgaria
más la ex Yugoslavia, todos juntos no alcanzan el PNB de España; todos
juntos. Países como lo bálticos están al 6 por ciento de la media
comunitaria. Nosotros consideramos nuestras regiones desfavorecidas así
porque están a menos del 75 por ciento de la renta comunitaria, estamos
preocupados y estamos aplicando el Fondo de Cohesión, y estamos en un
empeño, que por cierto ha tenido éxito, de acercar las rentas. Pero si
mañana, a las zonas desfavorecidas de España las ponen en la media
general, resulta que estarían todas por encima de la media comunitaria;
la media, naturalmente, bajaría y resulta que serían receptores netos del
fondo los tres países bálticos y a lo mejor partes de Extremadura o
Andalucía quedarían totalmente por encima de la media comunitaria. Por lo
tanto, es un tema de reflexión profunda. Creo que además está ligado no
solamente con la ampliación en sí, sino con la reforma de las políticas
y, particularmente, de la política agrícola común. Se ha dicho desde el
principio que la ampliación no se puede hacer hasta que no se revisen
perfectamente todas las políticas comunitarias y hasta que no se hagan
los cálculos del coste. Yo creo que en este tema va a haber que recurrir
a soluciones imaginativas, pero no cabe la menor duda de que los
presupuestos van a tener que aumentar. Nosotros decimos que los países
que están más interesados en la adhesión tendrán que pagar más. Porque la
adhesión no se hace a costa de la cohesión económica y social de países
que, como España, entraron en el proyecto europeo con un objetivo,
objetivo que ahora está deformado porque se amplía, pero la ampliación no
tiene que ir en detrimento del objetivo histórico que España se ha
planteado al entrar en la Unión Europea, de hacer ese gran pacto de
participación en el gran mercado a cambio de unificar las rentas del gran
mercado.




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Respecto a los fondos de cohesión, usted sabe que en un principio
quedaron indeterminados. En Edimburgo y en reglamentos posteriores se
decidió que se dedicaran a infraestructura y a medio ambiente. La
posición española en aquel momento fue, creo que con buen criterio, la de
no fijar porcentajes muy estrictos porque España tenía una gran necesidad
de mejorar sus infraestructuras de transportes, además de mejorar los
temas medioambientales, pero la mejora de infraestructuras de transportes
en España, que es particularmente cara por razones de geografía y
orografía, tenía que tener un margen mayor, sobre todo para que no
hubiera una tendencia de los países del Norte a convertir este país, con
fondos comunitarios, en un santuario de pájaros donde no hubiera
carreteras, por hablar de una manera coloquial. Durante años ha habido un
porcentaje más amplio para infraestructuras, y posteriormente, España ha
estado de acuerdo en que se dividiera cincuenta/cincuenta; en este
momento está dividido cincuenta/cincuenta. Además, España logró que se
imputara a gastos de medio ambiente todo lo que se refiere a recursos
hídricos y a plan hidrológico, que es sin ninguna duda, en el caso de
España, quizá no en el de Bélgica, un tema medioambiental de primer
orden. Por tanto, en este momento los fondos de cohesión están al
cincuenta/cincuenta, con la salvedad importante de que se pueden imputar
a gastos de medio ambiente los planes de recursos hídricos e
hidrológicos.

Respecto a la última pregunta que me planteó su S. S. en relación con
Iberoamérica, yo le confirmo lo que figura en los organigramas. La
Dirección General de Iberoamérica depende, para todos los temas de
política exterior, de la Secretaría de Estado de Política Exterior, lo
cual tiene el sentido de dar a Iberoamérica una coherencia dentro del
panorama de todas las direcciones generales geográficas y todas las áreas
del mundo.

Usted sabe también, porque ocupó esa responsabilidad, que existe una
división de funciones dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, puesto
que es muy difícil que todo el mundo pueda hacerlo todo. Y como para
nosotros Iberoamérica es una parte del mundo muy especial, donde el
desarrollo de la política siempre --para el Gobierno anterior y para el
actual-- tiene una especial significación, se decidió que se siguiera
manteniendo la figura de un secretario de Estado ocupado especialmente
del tema iberoamericano. Es el mismo caso de años anteriores, pero ahora
tiene la ventaja de estar integrado en la política exterior. No hay
ningún conflicto. Es decir, el tema de Iberoamérica está dentro de la
corriente general de la política exterior del Ministerio y, sin embargo,
funcionalmente hay un secretario de Estado que se ocupa y que dedica más
tiempo. Porque aunque yo me ocupo de toda la Unión Europea y de toda la
política exterior del resto del mundo, no puedo tener el don de la
obicuidad. Por tanto, creo que hay un reparto de trabajo en el equipo del
Ministerio de Asuntos Exteriores que se ha realizado con la mayor
coherencia, puesto que se deja a Iberoamérica dentro de la corriente de
la política exterior y, al mismo tiempo, hay un secretario de Estado que
se ocupa del seguimiento, del día a día de los temas de Iberoamérica,
pero con conexión con la política exterior, naturalmente en perfecto
contacto conmigo y con el Ministro, que es el que hace las síntesis de
los temas. Por tanto, no hay ninguna disfunción; todo lo contrario. Antes
podía haber un error de percepción --por cierto, nada bueno-- al pensar
que el tema de Iberoamérica sólo comprendía la cooperación internacional,
lo cual en algunos casos podía explicarse, por ejemplo, en países con
renta muy baja, como Nicaragua, donde nuestras relaciones de cooperación
son importantes. Pero mezclar a Iberoamérica única y exclusivamente con
la cooperación en países que ya tienen vocación de ser el Primer Mundo,
como Argentina o Chile y algunos otros países del Cono Sur o del resto de
Iberoamérica, daba una percepción quizá errónea, percepción que se ha
terminado en este momento, cuando Iberoamérica está considerada, con
todas las zonas geográficas y con las del primer Mundo, como Europa,
Estados Unidos y Norte de América, dentro del paraguas de la política
exterior. Con ello se ha añadido coherencia y se han eliminado
susceptibilidades, si es que alguna vez las hubo. (El señor
Yáñez-Barnuevo García pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Yáñez, le ruego la máxima brevedad, porque si
no nos salimos del tiempo previsto.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Señor Presidente, yo no puedo criticar al
secretario de Estado por haberse extendido, sino elogiarle, aunque
comprendo las limitaciones de ordenación del debate del Presidente de la
Comisión.

Tengo que agradecer al señor secretario de Estado no solamente su
comparecencia, sino lo exhaustivo de su explicación, así como los
detalles que nos ha facilitado. Sabe el señor secretario de Estado,
aunque no tenga dedicación desde el punto de vista personal y ésta sea
estrictamente política, que es casi de oficio que la oposición diga que
no está de acuerdo o que discrepa de lo que se ha informado; pocas veces
se dice que agradece la información y que está muy bien. Este es el caso
ahora, porque me parece muy oportuna su explicación. Puedo tener
discrepancia en aquellos temas opinables, en algún punto u otro en los
que no me voy a extender por razones de tiempo, pero lo importante es que
haya contestado a todas y cada una de las preguntas e incluso más allá de
las preguntas. Menos mal que éstas no tenían nada que ver con los
presupuestos ni con las cuentas ni con los números, porque si tienen que
ver entonces dedica usted dos horas a explicar los presupuestos no sólo
de la secretaría de Estado, sino también los de la Comunidad Europea.

Sobre el tema del famoso peligro de la congelación de los fondos de
cohesión, la técnica de adelantar ingresos y aplazar gastos puede
llevarnos a problemas importantes en los años1998, 1999 ó 2000, porque
ésa ha sido la técnica presupuestaria de los presupuestos de 1997 no sólo
en Exteriores, sino en general.

Hay una frase que retengo y que le agradezco mucho. Dice que es más fácil
decirlo que hacerlo. Se refiere a los fondos FED y a los retornos.

Durante años nosotros hemos dicho lo mismo desde esa parte de la mesa: es
más fácil decirlo que hacerlo. Me alegro que vaya usted aprendiendo que
esas cosas ocurren cuando se está en la gestión de la cosa pública.




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Termino agradeciendo la referencia que ha hecho a determinados temas. Las
preguntas respecto a la reducción de los gastos protocolarios y de
representación se las formularé al señor subsecretario porque son muy
sustanciosos. De 100.000 millones de presupuesto de la sección 12,
Asuntos Exteriores, se dice que se reducen de 300 a 200 millones en
protocolo, aunque afloran por otro lado. Pero ese tema lo trataremos
después con el señor subsecretario.




El señor PRESIDENTE: Quiero recordar a todos que la práctica habitual en
las comparecencias de presupuestos es que intervenga en exclusiva el
portavoz del grupo que ha solicitado la comparecencia de la autoridad o
del representante ministerial correspondiente. Sin embargo, querría
ampliar la posibilidad de que algún otro portavoz interviniera, si fuera
así su deseo. ¿Hay algún otro grupo que desea hacer uso de la palabra?
Tiene la palabra el señor Robles, por el Grupo Popular.




El señor ROBLES FRAGA: Agradezco muy especialmente la presencia del señor
secretario de Estado y las aclaraciones que nos ha dado sobre el
verdadero peligro que han podido correr nuestros fondos de cohesión, que
no era sino una política presupuestaria llena de artificios, que
evidentemente no se correspondía con los criterios de convergencia a los
que se había comprometido España y el Gobierno anterior. Desde luego, si
este ejercicio de rigor es un compromiso de España, no me cabe duda de
que para eso necesitamos un Gobierno capaz de poner en marcha políticas
económicas y políticas de gasto que se correspondan con ese compromiso.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado, muchísimas gracias. Han
sido por demás ilustrativos su sacrificio y su voluntad de explicación.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Solamente me excuso, señor Presidente, porque
ahora mismo me doy cuenta que he abusado de su tiempo, pero me pareció
que eran necesarias las explicaciones.




El señor PRESIDENTE: Se lo cargaremos a su colega, el señor Secretario de
Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica.




--DEL SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (VILLALONGA CAMPOS). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
SOCIALISTA (número de expediente 212/000276) Y GRUPO VASCO (PNV). (Número
de expediente 212/000218.)



El señor PRESIDENTE: Solicitaría la presencia del señor Secretario de
Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica. (Pausa.)
Continuamos la sesión de esta Comisión de Asuntos Exteriores y es un
placer para mí dar la bienvenida a don Fernando María Villalonga Campos,
Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica, cuya comparecencia está prevista precisamente en este
momento del orden del día, comparecencia que ha sido solicitada en este
caso tanto por el Grupo Socialista como por el Grupo Vasco (PNV), a cuya
representante veo allí sentada en la penúltima fila, de manera que en el
momento procesal oportuno, daré la palabra a unos y a otros,
Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Señor Presidente, señorías, pretendo
exponerles las líneas básicas del presupuesto que destina el Estado a los
dos programas que desarrolla el Ministerio de Asuntos Exteriores, el
organismo autónomo Agencia Española de Cooperación Internacional y el
ente público Instituto Cervantes. Los programas a que me refiero tienen
la numeración 134.A, cooperación para el desarrollo, y 134.B,
cooperación, promoción y difusión cultural en el exterior.

Cabe señalar, en primer lugar, que las actividades del Ministerio de
Asuntos Exteriores han sido priorizadas por el Gobierno desde el punto de
vista presupuestario, según se desprende del proyecto de presupuestos de
1997, que asigna 118.243 millones de pesetas al Ministerio de Asuntos
Exteriores, frente a los 105.936 millones que figuraban en el presupuesto
base de 1996. Ello significa que el Ministerio de Asuntos Exteriores es
uno de los pocos ministerios cuyo presupuesto crece en 1997, exactamente
un 11,6 por ciento, y que, además, el Ministerio de Asuntos Exteriores
gana peso en los presupuestos del Estado, pues frente al 0,6 por ciento
que significaba el presupuesto de 1996, en 1997, el presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores alcanza el 0,7 por ciento del
presupuesto de gastos del Estado, es decir, se ha incrementado
porcentualmente un punto. En este marco pretendo explicarles las cifras
básicas que vendrán a demostrar que la mejora presupuestaria aludida se
explica precisamente por el sustancial incremento de la cooperación
internacional, y más específicamente en la ayuda oficial al desarrollo.

Me referiré, en primer lugar, al primero de los programas citados, la
cooperación para el desarrollo.

En este programa, la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica tenía un presupuesto base en 1996 de
1.636 millones de pesetas. El proyecto de 1997 recoge un presupuesto de
8.649 millones de pesetas. Como se ve, 7.013 millones de pesetas más que
el presente año, lo que representa un espectacular incremento del 529 por
ciento respecto al año anterior. La diferencia básica se encuentra en el
concepto 4.8.4, instituciones sin fines de lucro en el campo de la
cooperación, que pasa de 729 millones de pesetas a 8.000 millones de
pesetas para el ejercicio presupuestario siguiente. Por lo que hace a la
Agencia Española de Cooperación Internacional, se pasa de un presupuesto
base ajustado de 18.077 millones de pesetas a 26.169 millones de pesetas.

El incremento, en términos



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absolutos, para la agencia asciende a 8.092 millones de pesetas,
creciendo el presupuesto de la AECI un 44,7 por ciento. Considerando los
datos anteriormente expuestos, se puede concluir que, frente a un
presupuesto base de la Secretaría de Estado más la agencia en 1996 de
19.713 millones de pesetas, se pasa a un proyecto de presupuestos en
1997, de 34.818 millones de pesetas, en el programa de cooperación para
el desarrollo. Ello ha supuesto un incremento en términos absolutos de
15.105 millones de pesetas y en términos porcentuales del 76,6 por
ciento.

Pasando a analizar el segundo de los programas antes citados, el 134.B,
cooperación, promoción y difusión cultural en el exterior, es preciso
reconocer, y así lo reconozco, que en su conjunto el proyecto de
presupuestos de 1997 es algo inferior al presupuesto base de 1996, aunque
en términos absolutos, como después se dirá, la minoración sólo alcanza
475 millones de pesetas. Secipi, la secretaría de Estado parte de un
presupuesto base de 1.832 millones de pesetas, en 1996, figurando 1.330
millones de pesetas en el proyecto de 1997, lo que representa 502
millones de pesetas menos y una minoración porcentual del 37,7 por
ciento. Por lo que respecta al Instituto Cervantes, ente que también
participa en el mismo programa, partimos de un presupuesto base de 4.462
millones de pesetas, mientras que el proyecto de presupuestos de 1997
alcanza 4.489 millones de pesetas, cifra mayor en 27 millones, lo que
representa un crecimiento del 0,6 por ciento. El conjunto de las cifras
de este programa supone un presupuesto base de 1996 de 6.294 millones de
pesetas, frente a un proyecto de presupuestos para 1997 de 5.819 millones
de pesetas, es decir, como señalé antes, 475 millones menos y un descenso
porcentual del 8,1 por ciento.

Una vez proporcionados los datos a SS. SS., conviene hacer una
valoración. La mía es muy favorable, como espero que también sea la de
sus señorías. Si empezamos por el programa que representa el proyecto de
presupuestos quizá menos desfavorable, a la vista de las cifras que les
he transmitido, se debe concluir que en materia de cooperación, promoción
y difusión cultural existe un descenso, pero no dramático; descenso que
es solidario con el presupuesto restrictivo que ha elaborado el Gobierno
con el objeto fundamental de minorar el déficit público y conseguir el
cumplimiento del resto de los indicadores necesarios para la plena
incorporación de España a la Unión Monetaria. Como a todo le llega su
turno, el año que viene, 1997, es el año en el que se dará un
espectacular impulso al programa de cooperación al desarrollo. Así lo
demuestran los crecimientos espectaculares a los que me he referido,
singularmente los relativos a ayudas y subvenciones a organizaciones no
gubernamentales para el desarrollo y los referidos a la ayuda oficial al
desarrollo. Es el capítulo 4, de transferencias, el que consigue muy
notables incrementos que, como he indicado anteriormente, son del 529 por
ciento en ayudas a organizaciones no gubernamentales y del 70,2 por
ciento en ayuda oficial al desarrollo. Este dato no lo había
proporcionado todavía. Cabría señalar, además, que los anteriores
créditos tiene el carácter de ampliables como ocurría ya en el
presupuesto anterior. Tal carácter no lo pierden, sino que lo recoge
expresamente la ley de presupuestos del Estado, incluso flexibilizando su
gestión en algunos casos, com ocurre en los créditos de ayuda al
desarrollo, que no precisarán para su ampliación acuerdo del Consejo de
Ministros en ningún caso.

También quiero llamar la atención sobre el esfuerzo inversor, aunque se
trata de créditos relativamente reducidos, que va a realizar la Agencia
Española de Cooperación, pues frente a una reducción global del 15 por
ciento en el capítulo 6 del presupuesto del Estado, tal capítulo en la
agencia experimenta un incremento del 58 por ciento, pasando de 177
millones de pesetas a 279,5 millones de pesetas.

Merece asimismo mencionar el comportamiento del capítulo 1, gastos de
personal, en el conjunto de los presupuestos que les estoy exponiendo.

Pese a la consolidación del incremento del 3,5 por ciento correspondiente
a 1996, se puede apreciar un esfuerzo de una presupuestación más ajustada
por cuanto la tónica de los organismos involucrados en los dos programas
a los que me he venido refiriendo es la de minorar el capítulo 1; lo que
se explica tanto por una presupuestación más ajustada a los efectivos
reales existentes como por las perspectivas muy restrictivas de la oferta
de empleo público para 1997.

Refiriéndonos al capítulo 2, gastos de bienes corrientes y de servicios,
para el conjunto de los programas a los que me he referido se aprecian
unos decrecimientos muy importantes que llegan al 47 por ciento en la
secretaría de Estado, al 10 por ciento en el Instituto Cervantes y al 15
por ciento en la Agencia Española de Cooperación Internacional. Hay que
destacar especialmente la fuerte reducción del concepto destinado a
atenciones protocolarias y representativas, por no citar más que el caso
de la AECI, que llega a un 48,7 por ciento de reducción.

La mejora del presupuesto de la Agencia Española de Cooperación
Internacional supone que en 1997 ocupará el sexto lugar entre los
organismos autónomos por el volumen de su presupuesto, desplazando de tal
puesto a la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos del Ministerio
de Educación y Cultura. Tan sólo tendrán un presupuesto mayor que el de
la agencia y por este orden: el Inem, Muface, el Fogasa, el Isfas y la
Jefatura Central de Tráfico. El presupuesto de la agencia representaba en
1996 el 0,7 por ciento del total del presupuesto de gastos de todos los
organismos autónomos. En 1997 el peso que representa su presupuesto pasa
a ser del 1,1 por ciento.

Si hubiera de sintetizar la filosofía que inspira a los presupuestos a
los que me estoy refiriendo, señalaría básicamente lo siguiente. El
presupuesto del programa 134.A revela un incremento presupuestario
importante a tenor de los compromisos que en materia de cooperación
internacional se han adquirido por el Gobierno. De hecho, en términos de
presupuestos iniciales la ayuda oficial al desarrollo gestionada por la
agencia crecerá más de un 70 por ciento y las subvenciones a
organizaciones no gubernamentales más de un 500 por ciento. Por otra
parte, los gastos de personal y de compra de bienes y servicios
corrientes se comportan en los presupuestos de los dos programas de
manera muy similar, incluso más restrictivamente en algunos casos que en
los demás presupuestos de otros ministerios y organismos.




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Se trata pues, a mi juicio, de un presupuesto solidario en una doble
vertiente: hacia el programa de cooperación al desarrollo, incrementando
de la manera expresada los créditos gestionados por Secipi y por AECI, y
hacia el resto del sector público, restringiendo ese presupuesto de los
centros y organismos que participan en los programas de cooperación por
encima de la media exigida al resto de ministerios y organismos como
ocurre en el capítulo 2.




El señor PRESIDENTE: Han pedido esta comparecencia el Grupo Parlamentario
Vasco (PNV) y el Grupo Parlamentario Socialista.

Primero comenzamos por el Grupo Vasco. Tiene la palabra la señora
Aguirre.




La señora AGUIRRE URIBE: En primer lugar, quiero agradecer la
comparecencia del señor Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y formularle algunas preguntas.

¿Me puede decir qué porcentaje sobre el PIB representan los créditos de
cooperación internacional computables como AOD?
Hay otro dato que creo ha dado cuando ha hablado del incremento, pero le
rogaría que lo repita. ¿Qué cantidad de la consignada en el programa de
cooperación para el desarrollo es computable como ayuda oficial al
desarrollo?
¿Qué cantidad del presupuesto de la AECI va dirigida a las contribuciones
a organismos internacionales no financieros?
¿Qué mecanismos se van a utilizar para garantizar el acceso de las
organizaciones no gubernamentales a la financiación de proyectos de
cooperación con cargo al crédito ampliable de la AECI?
Quiero preguntarle también si está prevista una subvención para las
actividades de la coordinadora de organizaciones no gubernamentales.

Como creo que en su comparecencia de hace un mes en la Comisión indicó
que la normativa era provisional, ¿va a modificar la normativa para la
financiación de proyectos de desarrollo presentados por las
organizaciones no gubernamentales?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fuentes, en nombre del
Grupo Socialista.




El señor FUENTES GALLARDO: Como posteriormente hay una comparecencia para
hablar de la Agencia Española de Cooperación Internacional, voy a
reservarme todo lo que afecta a la agencia para dicha comparecencia.

Señor secretario de Estado, gracias por su presencia en este debate
presupuestario.

En primer lugar, usted ha planteado que la partida para subvencionar
proyectos y programas de las organizaciones no gubernamentales pasa de
792 millones de pesetas a 8.000, que es un aumento espectacular. Creo que
habría que precisar esa cifra. Usted sabe perfectamente que en la
disposición adicional vigésima del presupuesto de 1995 establecía un
crédito de 8.000 millones de pesetas. Lo que ustedes hacen es consolidar
en los presupuestos ese crédito; es decir, que a efectos reales la
partida para subvencionar proyectos y programas de las ONG no sube una
sola peseta, son 8.000 millones de pesetas.

En segundo lugar, quería plantearle otra pregunta y si no puede
responderme en este momento, lo entenderé, aunque sí le rogaría que me lo
mandase por escrito lo antes posible. Desearía saber si estos fondos para
proyectos y programas de ONG para el desarrollo se van a aplicar para
este tipo de ONG o van a poder entrar otras organizaciones no
gubernamentales respetables, pero que no se dedican a la cooperación para
el desarrollo, o incluso si pueden acceder a estas ayudas otras
instituciones.

La tercera pregunta que quería plantearle es si el secretario de Estado
considera que estos presupuestos sirven para cumplir el pacto firmado
entre el Partido Popular, la coordinadora de ONG y la plataforma del 0,7
todavía no hace un año, donde se establecía por escrito que, como mínimo,
repito, como mínimo, se alcanzaría el 0,35 del PIB, y si fuese posible,
se llegaría al 0,5 del PIB para cooperación.

También querría saber si considera el señor secretario de Estado que este
presupuesto cumple también el pacto firmado por el PP y las ONG para
dedicar como mínimo el 20 por ciento de la ayuda oficial al desarrollo a
programas sociales básicos para los sectores más vulnerables de los
países empobrecidos.

Paso a formularle la quinta pregunta. Usted sabe que la Ley de
fundaciones e incentivos fiscales prevé que la ley de presupuestos de
cada año fije unos programas prioritarios que tendrán derecho a unas
deducciones fiscales, que pueden ser el 25 por ciento en la cuota del
IRPF o del 15 por ciento en el impuesto de sociedades. En el presupuesto
para 1995 --en 1996 no hubo presupuesto, no por culpa del Gobierno de
entonces, que lo presentó-- se incluyeron los programas de ayuda al
desarrollo como desgravables. En este presupuesto, por lo que yo he
podido observar, se suprimen estos programas dentro de los declarados
prioritarios y sujetos a desgravación. ¿Me quiere explicar por qué?
Una sexta pregunta coincide con la que ha planteado antes la
representante del PNV, simplemente voy a reiterarla: cuáles son los
créditos de cooperación internacional computables como ayuda oficial al
desarrollo y qué porcentaje del PIB representan.

Una séptima pregunta es saber si el Gobierno piensa tomar alguna medida
para que en el caso de que la partida para créditos FAD no se ejecute en
su totalidad en el año en curso, los fondos sobrantes se puedan aplicar a
otra partida para proyectos de ayuda al desarrollo incluyendo los
proyectos de las ONG.

También quería saber cuál es el descenso importantísimo, superior a un 20
por ciento, del presupuesto de la Dirección General de Relaciones
Culturales, que figura en el presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores, porque, repito, el descenso es muy importante; según mis
datos, superior a un 20 por ciento.

Desearía saber o tener información sobre algo que ha sido muy
controvertido en esta Cámara en ejercicios presupuestarios anteriores.

Muchísimas veces hemos oído hablar de la importancia --y en eso
coincidíamos todos--



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que tenía el Instituto Cervantes. Se nos imputaba que la partida, aun
siendo importante otros años, era claramente insuficiente,
extraordinariamente insuficiente, por decirlo con palabras textuales de
algún portavoz del Grupo Popular. Este año la partida destinada al
Instituto Cervantes baja respecto al año pasado, poco, creo que son siete
millones, pero baja. Quería saber qué piensa sobre este aspecto.

Por último, la oficina de planificación y evaluación, como usted sabe,
está adscrita a la Secretaría de Estado de Cooperación y ubicada en la
agencia. Quería saber en qué situación se encuentra, y, a la vista de los
presupuestos, qué proyectos tiene para ella.




El señor PRESIDENTE: El señor secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Intentaré contestar a todas las
preguntas. Si me olvido algunas de ellas, SS. SS. me las recuerdan e
intentaré volver sobre las mismas.

En principio, todo el presupuesto de la Agencia Española de Cooperación,
todo el presupuesto del programa 134.A, cooperación para el desarrollo,
es computable como ayuda oficial al desarrollo, y también algunas
partidas presupuestarias de otros ministerios, que después, a la hora de
ser evaluadas por la oficina de planificación se consideran como ayuda al
desarrollo y se aportan esos datos al Comité de Ayuda al Desarrollo de la
OCDE.

Lo que se entiende como cooperación al desarrollo ya lo he expresado en
esta Comisión en alguna ocasión anterior. Creo que España, así como otros
países, deberían hacer un esfuerzo por revisar el concepto de ayuda
oficial al desarrollo y para imputar a este concepto de ayuda oficial al
desarrollo algunas partidas muy importantes dentro de nuestro
presupuesto, que, por ejemplo, van destinadas a operaciones de
mantenimiento de la paz y que no son computadas como ayuda oficial al
desarrollo. Si se computasen las operaciones de mantenimiento de la paz,
que tienen un importante contenido social no sólo de mantenimiento de la
paz, no sólo de operaciones militares, sino que tienen un relevante
contenido social, como en el caso de Bosnia a través de trabajos
realizados por nuestras tropas en el servicio de aguas, en acciones
sociales concretas, la ayuda oficial al desarrollo podría llegar hasta un
0,5 por ciento en España. De todas maneras, son criterios que habrá que
revisar en el marco de los organismos multilaterales que evalúan la ayuda
oficial al desarrollo.

Pasando a preguntas concretas, diré que es cierto que el presupuesto que
figuraba en la Secretaría de Estado para Cooperación Internacional y para
Iberoamérica, que iba destinado a la convocatoria ordinaria de
subvenciones para las organizaciones no gubernamentales y que ha crecido
espectacularmente en ese 500 por ciento, responde al hecho de consolidar
unos créditos que hasta ahora tenían la estructura de créditos ampliables
y que llegaban hasta 8.000, es decir, eran setecientos y pico millones lo
que figuraba en el presupuesto como consolidado, y el resto desde hace
varios años tenía una estructura de crédito ampliable. Es cierto que la
hemos consolidado en el presupuesto ordinario, y esto ya es un gran
avance. Es un gran avance porque la estructura de crédito ampliable tenía
siempre la espada de Damocles de la duda sobre si se iba a ejecutar o no.

También hacía falta ejecutar los créditos consolidados para poder acceder
a la estructura de crédito ampliable, con lo cual siempre se hacía en la
última etapa de ejecución del ejercicio presupuestario y, por tanto,
deprisa y a veces con dificultades administrativas para gestionar los
créditos. Es decir, que hemos consolidado una partida que hasta ahora
tenía una estructura inestable y que aportaba cierta duda a la ayuda
oficial al desarrollo.

Ahora bien, quiero precisar que, frente a lo que se ha dicho estos días,
esa partida para organizaciones no gubernamentales sigue permaneciendo en
el presupuesto de la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica y nada tiene que ver con el incremento
real que se ha producido en los fondos de ayuda oficial al desarrollo de
la Agencia Española de Cooperación Internacional, que asciende a 8.092
millones de pesetas, es decir, que incrementan el presupuesto de la AECI
en un 44,7 por ciento. Es decir, por un lado, se consolida en la parte de
ampliables los créditso a organizaciones no gubernamentales, pero, por
otro, se incrementa el presupuesto de la Agencia Española de Cooperación
en 8.092 millones de pesetas.

Respecto a la pregunta sobre si estos presupuestos son suficientes para
conseguir el 0,35 por ciento recogido en el pacto por la solidaridad, en
principio estos presupuestos nos vendrían a garantizar el 0,28 por ciento
de ayuda oficial al desarrollo, incluso el 0,35 por ciento en el caso de
que se comportasen normalmente y se ejecutasen por completo los créditos
del fondo de ayuda al desarrollo. Con todos los presupuestos del Estado
para ayuda oficial al desarrollo, en el caso de que se ejecutasen al cien
por cien, lograríamos alcanzar un 0,35. De todas maneras, quiero indicar
a S. S. que, en un momento de presupuestos restrictivos, en un momento en
el que se están pidiendo esfuerzos considerables a la población, a los
funcionarios, la Administración, el Gobierno, ha incrementado
notablemente el presupuesto de la ayuda oficial al desarrollo, no sólo
formalmente consolidando estructuras de presupuestos de créditos
ampliables, sino que se ha incrementado realmente. Esto es un signo claro
de la voluntad del Gobierno de cumplir con el compromiso del 0,35 y de
cumplir con el compromiso de alcanzar durante esta legislatura el 0,7 por
ciento de ayuda oficial al desarrollo. Creo que son unos presupuestos
solidarios y que han avanzado mucho, en momentos tremendamente difíciles
en los que los presupuestos han exigido sacrificios importantes a toda la
Administración y también a los ciudadanos.

Respecto a los incentivos fiscales, es cierto que en el proyecto de ley
de presupuestos desaparece esa remisión a la aplicación de posibles
incentivos fiscales, del 25 por ciento, a donaciones para organizaciones
no gubernamentales u organizaciones sin fines de lucro, es cierto. Ahora,
quiero señalar a S. S. la poca relevancia que dichos incentivos fiscales
han tenido a efectos de lograr mayores aportaciones



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de la sociedad civil a organizaciones no gubernamentales, ya que el año
pasado las deducciones por este concepto en el Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas alcanzaron la ridícula cifra de 66 millones de
pesetas.

La Administración ha pensado que quizá sería adecuado introducir, en el
marco de la ley de cooperación que estamos elaborando, medidas más
creativas que incentiven fiscalmente las donaciones particulares y de
empresas, tanto a organismos oficiales de desarrollo como a
organizaciones no gubernamentales. No obstante, en el ínterin, no tendría
ningún inconveniente en apoyar, incluso de sugerir una enmienda para
mantener dichos incentivos fiscales, aunque, repito, los resultados
prácticos de estos incentivos han sido bastante escasos.

Respecto al Instituto Cervantes, no sé los datos que manejarán SS. SS.,
pero, frente a un presupuesto base en 1996 de 4.462 millones de pesetas,
en el proyecto para 1997 figuran 4.489 millones de pesetas, es decir, 27
millones más que el año pasado, un incremento del 0,6 por ciento. No
obstante, he de decir que, desde la Secretaría de Estado para la
Cooperación Internacional y para Iberoamérica, estamos realizando un
importante esfuerzo de coordinación de la acción cultural en el exterior,
concretamente desde la Agencia Española de Cooperación Internacional se
pueden asumir, como de hecho se asumen ya, algunas funciones que el
Cervantes, por su juventud y por su escasez presupuestaria, no puede
todavía asumir, como es la acción cultural en Brasil o en muchos países
árabes, a la que ahora coadyuvará con más energía y con más fondos la
Agencia Española de Cooperación Internacional, tanto a través del ICI,
Instituto de Cooperación Iberoamericana, como del Instituto de
Cooperación con el Mundo Arabe, de manera que, en muchas ocasiones,
podremos relevar al Instituto Cervantes de la carga financiera de la
acción cultural en el exterior en la mayoría de países africanos, en el
Magreb, incluso en Brasil y en algunos centros culturales en los Estados
Unidos.

Lo mismo puedo decir a S. S. respecto a la fuerte reducción que ha tenido
la Dirección General de Relaciones Culturales, fundamentalmente en el
capítulo 2, no tanto en el capítulo de subvenciones, que exigirá sin duda
una mayor coordinación tanto con el Cervantes, en el sentido que le he
indicado, como con el Ministerio de Cultura, que deberá aportar su
esfuerzo y su creatividad, así como los servicios para la acción cultural
de España en el exterior. Creo que la reducción experimentada en la
Dirección General de Relaciones Culturales en el capítulo 2 tampoco es
dramática y que una mejor coordinación entre los órganos de la
Administración, Agencia Española, Ministerio de Cultura, Instituto
Cervantes y Dirección General de Relaciones Culturales, podrá reportar
claros beneficios a la acción cultural del Estado en el exterior.

Respecto a la oficina de planificación y de evaluación, ya expliqué en
esta Comisión que dicha oficina, que está adscrita a la Secretaría de
Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, ha dejado de
gestionar directamente lo que eran subvenciones a las organizaciones no
gubernamentales, tanto por la vía de la subvención ordinaria como por la
vía del IRPF, y se está dedicando exclusivamente a organizar la
planificación y la evaluación de la ayuda oficial al desarrollo. Es
decir, estamos en estos momentos en un proceso de reorganización de la
propia oficina de planificación y de evaluación. La gestión ordinaria de
las subvenciones a las organizaciones no gubernamentales corresponderá a
la Agencia Española de Cooperación --ya hemos procedido a dividir a los
funcionarios adscritos a la OPE-- y la oficina de planificación y
evaluación a partir de ahora tendrá como misión fundamental --en estos
momentos se está elaborando la ley de cooperación-- elaborar el PACI, el
plan plurianual al cual me comprometí ante esta Comisión, y sobre todo
una evaluación seria de las acciones de cooperación de las organizaciones
no gubernamentales.

He de decir a SS. SS. que es importante reforzar las acciones de
evaluación de la oficina de planificación, por cuanto las sucesivas
convocatorias, ya desde hace varios años, de subvenciones a
organizaciones no gubernamentales hacen que estén siendo gestionados en
estos momentos importantísimos fondos, que superan los 20.000 millones de
pesetas, y es necesario tener un control sobre ellos con un servicio
dedicado exclusivamente a lo que es la evaluación. Por tanto, el
seguimiento y la gestión de los programas corresponderá funcionalmente a
la agencia y la evaluación y la planificación a la oficina citada.

Respecto a la pregunta sobre si otras entidades, si he entendido bien,
que no sean organizaciones no gubernamentales van a poder acceder a estas
ayudas, yo creo que no. Se trata de un programa para subvencionar
organizaciones no gubernamentales. Habrá que decidir qué son
organizaciones no gubernamentales, y en esto SS. SS. tienen la última
palabra como Poder Legislativo que son. En el momento en que debatamos la
ley de cooperación, veremos lo que son organizaciones no gubernamentales,
cuyo perfil jurídico todavía no está demasiado bien definido. De manera
que nuestra intención es que los fondos destinados a la subvención de
programas --no a la subvención de ONG, no nos equivoquemos; financiamos
programas de desarrollo y no organizaciones no gubernamentales-- tienen
que estar gestionados por organizaciones no gubernamentales. Aquí, en el
concepto de organizaciones no gubernamentales es importante la no
finalidad de lucro de la propia organización. Lo que pueda entrar o no en
el concepto de ONG lo debatiremos en su momento.

Respecto a la partida para créditos FAD, en principio me gustaría, como a
usted, que los créditos no utilizados se pudiesen aplicar para ayuda
oficial al desarrollo.

No sé si he respondido a todas las preguntas. La filosofía que quería
transmitirles es que estos presupuestos, en un contexto de restricciones
importantes, los presupuestos más restrictivos que ha tenido la
democracia española y que, sin embargo, han mantenido el Estado del
bienestar, han querido demostrar también un esfuerzo del Gobierno por
mantener la cuota de solidaridad que corresponde a un país desarrollado
como es España. Una vez más quiero manifestar que si no fuera por el
convencimiento de todos los elementos que están implicados en la
cooperación internacional de que la Administración no es un obstáculo
para la cooperación



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internacional sino un instrumento esencial de la solidaridad,
difícilmente se puede funcionar. Estos presupuestos demuestran que la
Administración, que el partido en el Gobierno es un partido que tiene
presente esa obligación solidaria de España, y la Administración sólo
quiere coadyuvar a que esta cooperación se desarrolle en términos de
calidad, que la ayuda llegue. En cuanto a las cantidades, estamos
dispuestos, como se ha demostrado en estos presupuestos, a realizar este
esfuerzo presupuestario para incrementar año a año la ayuda oficial al
desarrollo por parte de España.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor secretario de Estado.

¿Alguna pregunta suplementaria? (La señora Aguirre Uribe pide la
palabra.)
Tiene la palabra la señora Aguirre.




La señora AGUIRRE URIBE: Señor Presidente, le he formulado algunas
preguntas al señor secretario de Estado que no me ha respondido. Le
agradecería que me respondiera.




El señor PRESIDENTE: ¿Quiere formularlas de nuevo o espera que el señor
secretario de Estado refresque su memoria?



El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Preferiría que me las formulara, porque
posiblemente no he apuntado todas.




La señora AGUIRRE URIBE: Es que aquí los grupos pequeños parece que
pintamos poco.




El señor PRESIDENTE: Pintan exactamente igual que todos los demás. No se
preocupe, señora Aguirre.




La señora AGUIRRE URIBE: No quiero ser impertinente, señor Presidente.

Una de las preguntas que no me ha contestado era qué cantidad del
presupuesto de la AECI va dirigida a las contribuciones a organismos
internacionales no financieros. Otra pregunta era qué mecanismos se van a
utilizar para garantizar el acceso de las organizaciones no
gubernamentales a la financiación de proyectos de cooperación con cargo
al crédito ampliable. También le he preguntado si en este proyecto de
presupuestos se prevé una subvención para las actividades de la
coordinadora de organizaciones no gubernamentales y también si va a
modificar la normativ para la financiación de proyectos de desarrollo
presentados por dichas organizaciones.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguirre, no se preocupe que siempre que esté
en su derecho no será nunca impertinente. Aquí está el Presidente para
garantizárselo.

Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Yo también quiero pedirle disculpas por
si no le he contestado a alguna pregunta, pero han sido muchas las
formuladas, y ahora inmediatamente paso a contestarle.

Me pregunta si van a poder acceder las organizaciones no gubernamentales
a la financiación de proyecto con cargo al crédito ampliable. Por
supuesto que sí, a través de la convocatoria abierta y permanente, y
aclaremos términos. Por un lado, están las convocatorias destinadas a
proyectos para desarrollo, de la secretaría de Estado, que son dos, la
ordinaria y la de la renta, la extraordinaria. Ahí participan las
organizaciones no gubernamentales. Pero después organizaciones
gubernamentales son las que constantemente participan en la convocatoria
abierta y permanente que tiene la Agencia Española de Cooperación
Internacional y que para esa partida ha incrementado su presupuesto en
más de 8.000 millones de pesetas. Por supuesto que podrán participar.

Me pregunta si se ha previsto una subvención a la coordinadora de
organizaciones no gubernamentales. No se ha previsto una subvención a la
coordinadora de organizaciones no gubernamentales. Hasta ahora, como
usted sabe, se utilizaba una vía extraña, poco normal, para subvencionar
a la coordinadora de ONG en 40 ó 50 millones de pesetas, como en algunos
ejercicios presupuestarios, sus actividades. Se subvencionaba vía los
programas de desarrollo en la convocatoria ordinaria y lo presentaban
como un programa más de desarrollo. En nuestra filosofía está ayudar a
aquellas acciones puntuales que plantee la coordinadora, pero no dar una
subvención anual amplia de actividades, como se venía haciendo, en un
instrumento que no era el más adecuado, que eran programas para el
desarrollo. En las convocatorias ordinarias que organiza la secretaría de
Estado se incluye una partida importante --el año pasado llegó a casi 250
millones de pesetas-- para tareas de sensibilización, en la que pueden
participar las organizaciones no gubernamentales con proyectos de
cooperación internacional al exterior. Se producía la paradoja de que ONG
--concepto todavía no demasiado perfilado jurídicamente-- que no tenían
programas de cooperación internacional se presentaban para las tareas de
sensibilización. Creemos que en esto, como en muchas otras cosas de la
vida, la experiencia es absolutamente necesaria para la transmisión del
conocimiento. Es necesario haber ejercido la solidaridad internacional
para poder explicar a los demás qué es solidaridad internacional. Está en
la filosofía de esta Administración que a través de esas partidas
importantes que se conceden a organizaciones no gubernamentales éstas
organicen con la coordinadora campañas de sensibilización, pero no que
aparezca la coordinadora como una ONG más. Esa es la filosofía de este
equipo.

Me pregunta si se modificarán las bases. Las bases no son un elemento
rígido. Las bases sirven y coadyuvan a una cooperación de calidad. Vuelvo
a repetir que el espíritu de este Gobierno, de la Administración y del
Ministerio de Asuntos Exteriores siempre es --como no puede ser de otra
manera y como ocurre en todos los países europeos-- de ayudar a ayudar.

Nuestra misión no es poner obstáculos a las organizaciones no
gubernamentales. Creemos



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en la solidaridad y coadyuvamos a que esa solidaridad sea posible. Las
bases están hechas para tener una cooperación de calidad, mejor, de mayor
transparencia y para que la ayuda llegue. Las bases no son rígidas, por
supuesto. En el momento en el que se produzcan disfuncionalidades, como
es a través de órdenes ministeriales que se aprueban, se modificarán.

Ya manifesté que somos jóvenes en la cooperación al desarrollo, llevamos
pocos años realizando esta labor. Nuestras organizaciones no
gubernamentales en su mayoría no tienen la experiencia que otras ONG
europeas y, por tanto, las bases no están planteadas en los mismos
términos de exigencia de países vecinos y es deseable que a medio plazo
nos vayamos acercando cada vez más a los términos de referencia de
nuestros países homólogos, es decir, Francia, Gran Bretaña, Alemania,
países nórdicos, etcétera. En este sentido la lógica evolución de los
hechos, llevará a medio plazo, a que la normativa española se vaya
adaptando a la europea, pero todavía estamos muy lejos.

Respecto a las contribuciones de la agencia española a organizaciones
internacionales, le puedo facilitar los datos por escrito; no los tengo
aquí en este momento, pero he de decirle que las contribuciones
voluntarias de España a organismos internacionales para el desarrollo,
como PNUD, Cruz Roja Internacional, Comité Internacional de la Cruz Roja,
etcétera, se producen por dos vías, por la vía del presupuesto ordinario
del Ministerio de Asuntos Exteriores y por la vía de la Agencia Española
de Cooperación, que en casos concretos decide firmar un convenio, por
ejemplo el último que hemos realizado ha sido con el PNUD, para
desarrollar programas de gobernabilidad. Por cierto, que muchas veces
esos programas de gobernabilidad en Centroamérica no computan como ayuda
oficial al desarrollo, de ahí lo relativo del concepto de ayuda oficial
al desarrollo y lo relativo de las cifras utilizadas en materia de ayuda
oficial al desarrollo. Qué duda cabe que, si queremos sociedades
estatales, respetuosas con los derechos humanos, que permitan un
desarrollo sostenido, es necesario tener estructuras políticas,
judiciales, policiales, seguridad jurídica, y eso lo da la cooperación a
la gobernabilidad; pero eso no es computado como ayuda oficial al
desarrollo. De manera que, tanto en el presupuesto de la agencia como en
el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores, hay contribuciones
voluntarias a organismos internacionales dedicados a ayuda oficial al
desarrollo. Le facilitaré todos los datos; no sé si me he dejado alguna
pregunta sin contestar.




El señor PRESIDENTE: ¿Satisfecha, señora Aguirre? (Asentimiento.)
Señor Fuentes, tiene la palabra.




El señor FUENTES GALLARDO: Señor Presidente, voy a hacer unas cuantas
matizaciones al señor secretario de Estado.

Es verdad que pasar de aquella cifra tan llamativa de su primera
intervención, de 792 millones, a 8.000 millones obedece, simplemente,
como usted ha dicho, a un criterio contable, porque, a efectos prácticos,
lo que se gastaba realmente en los últimos años eran 8.000 millones de
pesetas, que es lo que se va a gastar este año. Se puede decir que se
consolida la partida presupuestaria, lo cual da más firmeza, pero nunca
ha habido inquietud en el sector de las ONG sobre el anterior crédito
ampliable y la posibilidad de no llevarse a cabo, sino que eso se tenía
asumido. A efectos prácticos, la cantidad del año 1997 es exactamente
igual que la del 96 y que la del 95: 8.000 millones de pesetas.

Contablemente, usted podrá hablar de los 500 millones. Está en su
derecho; yo reitero esa cantidad. Pero, a efectos reales, es menor,
porque si hay 8.000 millones para el año 1997 y había 8.000 millones en
el 95, habrá que descontar la inflación acumulada.

En cuanto a la pregunta que yo le planteaba sobre el pacto del Partido
Popular con las ONG y con la plataforma, está usted en su derecho --y
hace bien-- de explicar los motivos por los cuales ese pacto no se ha
podido cumplir. Evidentemente, tendrá usted sus motivos. No va a ser por
mala fe, deduzco yo, ni lo pienso tampoco; tendrá sus motivos.

Unicamente, quiero exponer que en ese pacto figuraba el 0,35, como
mínimo, repito, hasta poder llegar al 0,5, y no se puede cumplir con los
presupuestos para 1997.

Respecto a las exenciones fiscales, tiene usted razón en que han sido
poco relevantes las exenciones fiscales de los programas o las ayudas
para la cooperación. También es verdad que había dificultades técnicas.

Como usted está de acuerdo, después de su afirmación, no tengo la menor
duda de que, si se presenta una enmienda en esta línea, gozará del apoyo
del grupo que sustenta al Gobierno.

Por lo que se refiere a la Dirección General de Relaciones Culturales y
el Instituto Cervantes, yo digo que bajan siete y usted dice que sube 20.

Prácticamente, el presupuesto del Instituto Cervantes se equipara de año
a otro; pero es que la dirección general tiene una bajada muy importante,
superior al 20 por ciento. No podemos tocar las campanas cuando una
partida sube un 5 por ciento, y cuando otra baja el 20 decir que no tiene
mucha importancia. Yo creo que esto tiene importancia. Ustedes tendrán
sus motivos, pero yo tengo la obligación de resaltarlo y de manifestar la
preocupación del Grupo Socialista, porque estas dos partidas tan
importantes, a efectos prácticos, una se mantiene igual y la otra baja de
forma muy considerable.

Usted ha hecho una afirmación que quizá ha dejado caer sin darle
demasiada importancia, pero yo creo que la tiene. No podemos dar la
sensación de que los fondos para proyectos de las ONG, actualmente, no
tienen control. Tienen control. Puede ser que a usted le parezca
insuficiente y que haya que mejorarlo, que haya que hacerlo más rígido,
que haya que hacerlo de otra forma. Bien, cuando ustedes lo presenten, lo
podemos discutir; pero no dejen en el aire que no hay ningún control
sobre los fondos para proyectos de las ONG, porque hay controles. Podemos
decir que tienen deficiencias, podemos decir que hay problemas; pero no
dejar en el aire que no hay control --no digo que sea ésa su intención;
pero, después en el «Diario de Sesiones» se puede interpretar de esa
forma--, porque sí hay control. ¿Que hay que mejorarlo? De acuerdo. Vamos
a discutir, ahora o en el



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futuro, cuáles son las formas mejores para controlar estos fondos para
programas y proyectos de las ONG.

De la agencia vuelvo a repetir que no voy a hablar, porque después hay
otra comparecencia y no quiero mezclar los argumentos.

Por último --aunque no tiene relación con los presupuestos, aprovecho su
presencia--, quiero recordarle que, hace un mes, usted se comprometió a
convocar de forma inmediata al consejo de la cooperación. Un mes tal vez
no sea mucho. Unicamente le recuerdo que, en su comparecencia, se
comprometió a ello, para ver si ese consejo de la cooperación puede
reunirse lo antes posible.




El señor PRESIDENTE: Señor Secretario de Estado, tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Para su información, ya está convocado
el consejo de la cooperación. Ya ha aparecido su nueva composición en el
«Boletín Oficial del Estado» y ya está convocado para final de mes. Las
dificultades que se habían producido son las mismas que les advertí
entonces. La modificación de departamentos ministeriales obligaba también
a una reestructuración de los miembros del consejo.

Señor Fuentes, parece que usted quiera dar a entender que a este lado de
la mesa estamos en contra de las organizaciones no gubernamentales. No es
mi intención expresar una duda generalizada sobre el funcionamiento de
las organizaciones no gubernamentales. Simplemente, señalo a esta Cámara
que, cuando se manejan fondos de 22.000, 23.000 ó 25.000 millones de
pesetas, los criterios de control tienen que ser más estrictos. Además,
los fallos que se produzcan en ese control pueden dar lugar a mayor
escándalo social, cuando se trata de fondos tan importantes. Simplemente,
esto.

Sobre el pacto que no se ha podido cumplir, produce cierto rubor que
usted me lo diga, porque ustedes sí que firmaron pactos, incluso en los
Presupuestos Generales del Estado. Tenían una previsión de llegar al 0,5
por ciento. Todo lo que superase los 24.000 millones de ampliación de
crédito y hasta un 0,5 por ciento, vía aprobación en Consejo de
Ministros, se podía autorizar. Y no quiero recordar el contenido de sus
negociaciones con la plataforma del 0,7, pero es que en ayuda oficial al
desarrollo, su Gobierno ni siquiera alcanzó el 0,24 por ciento. En el año
1994 se alcanzó el 0,28 y en el 95, el Comité de Ayuda al Desarrollo ha
establecido que España ha llegado al 0,24 por ciento. Ni siquiera. Habla
del 0,22, pero se equivoca el Comité de Ayuda al Desarrollo. En esto
tenemos que ser serios y no lanzarnos las cifras unos a otros. Yo voy a
luchar contra la cifra que me ha dado el Comité de Ayuda al Desarrollo,
porque considero que, en justicia, el esfuerzo español para la ayuda
oficial al desarrollo es importante, es mayor que las cifras frías que
aporta el CAD, creo que es una política de Estado y que el Comité de
Ayuda al Desarrollo es injusto cuando valora cifras hechas por su
Gobierno. Personalmente, en el Comité de Ayuda al Desarrollo, yo
reivindicaré la incorrección o la falta de precisión de esa cifra que da
el CAD, pero lo haré con sentido de Estado, de la misma manera que le
pido cierta responsabilidad al hablar de ese tipo de temas. Vuelvo a
reivindicar el carácter de política de Estado de la cooperación
internacional. No me diga que el pacto no se ha podido cumplir cuando
estamos hablando de proyecto de presupuestos. Déjeme que cumpla los
presupuestos y, el año que viene, cuando los presupuestos estén
ejecutados, si no ha llegado ese 0,35 por ciento --que, según las
previsiones que yo tengo, si se comporta bien el componente FAD, sí
podríamos llegar--, podremos hablar.

En cuanto a la reducción de la partida del Instituto Cervantes y la
Dirección General de Relaciones Culturales --qué duda cabe--, a mí me
hubiese gustado, como a usted, como a todos los miembros de la
Administración, a todos los departamentos ministeriales y a todos los
españoles, que la coyuntura o los criterios de convergencia fuesen menos
estrictos, que no tuviésemos que hacer este esfuerzo presupuestario
solidario, todos, y contar con presupuestos cada vez más expansivos, en
materia de cultura, de ciencia, de tecnología, de Estado del bienestar,
servicios públicos, dineros para nuestros ayuntamientos, etcétera, pero
desgraciadamente la realidad es muy otra.

A la hora de apretar el cinturón, hemos reducido en aquellos capítulos
que menos daño hacían, y concretamente en el capítulo 2, que son gastos
corrientes, que no afecta tanto a la acción cultural de España en el
exterior. En cuanto al Cervantes, en esta coyuntura de restricción
presupuestaria, hemos mantenido su presupuesto.

Lo que sí quiero señalarle es que, en el caso de la Secretaría de Estado
para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica y las subvenciones
a proyectos de desarrollo de ONG, hemos intentado la consolidación de
crédito, que ustedes no hicieron y mantuvieron durante varios años como
crédito ampliable, con la incertidumbre que eso suponía para la ayuda
oficial al desarrollo, y esto no lo digo yo, lo dice la coordinadora y lo
dicen todas las ONG. En todas las críticas de la coordinadora se habla de
la estructura --cójase usted el «Diario de Sesiones»-- de crédito
ampliable aplicada a ayuda oficial al desarrollo. Hemos intentado en ese
capítulo concreto, sin incrementarlo, mantenerlo con una estructura mucho
más saneada y mucho más transparente para la ayuda oficial al desarrollo.

Por otro lado, sí se ha incrementado respecto al dinero que usted dice
que existía en los años 1994 y 1995. En el año 1994 la subvención total a
ONG era de 3.000 millones, en 1995 de 10.000; en 1996, sólo en la
convocatoria ordinaria --es un esfuerzo que ha hecho esta
Administración--, se incrementaron en 400 millones de pesetas. Todavía no
sabemos la cantidad definitiva que supondrá la convocatoria
extraordinaria del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

Usted dice que es un cambio meramente formal. No es sólo formal, dotamos
a la cooperación internacional de una estructura mucho más saneada. Es
cierto que ese dinero se empleó anteriormente, pero le damos la solidez,
la consolidación y la dignidad presupuestaria que merece la ayuda oficial
al desarrollo. Pero no sólo hacemos eso, sino que encima



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incrementamos en 8.092 millones de pesetas el presupuesto consolidado de
la Agencia Española de Cooperación, un 44,7 más, en estos momentos de
restricciones presupuestarias. Reconózcame que no es la situación ideal,
que no es el 0,7, pero que es un esfuerzo que merece ser valorado
debidamente. (El señor Fuentes Gallardo pide la palabra.) El señor
PRESIDENTE: Brevísimo, señor Fuentes.




El señor FUENTES GALLARDO: No olvidemos que el control político del
anterior Gobierno lo hacía bien el Grupo Popular, después lo sancionaron
los ciudadanos, y ahora estamos controlando al actual Gobierno, no al
anterior, eso es lo que estamos haciendo aquí.

Usted habla de los 400 millones, y ya le dije en la comparecencia que
ustedes pusieron los dos proyectos de investigación de la malaria, que
estaban pagados con fondos de la secretaría de Estado, en los fondos de
las ONG, y así les salieron los 400 millones de aumento. No aumentaron,
fue una especie de operación contable.




El señor PRESIDENTE: El señor secretario de Estado quería decir algo,
pero yo también le ruego que sea brevísimo, porque, si no, vamos a
prolongar excesivamente este trámite.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Villalonga Campos): Simplemente una consideración, porque
creo que no merece el tratamiento que usted le dio, y creo que no
responde a una buena información, al proyecto de la famosa vacuna
Patarroyo, de la Fundación Clinic de Barcelona. Antes este proyecto no
existía en la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, es la
primera vez que se le da subvención. Es un proyecto capital y esencial,
un proyecto en el que tanto esta Administración como la anterior se
comprometieron; es un proyecto que ha sido ejemplar en el mundo; se le
llama la vacuna con ideología, que ha supuesto, en vez de entregar a
laboratorios farmacéuticos para que exploten a precios de mercado una
vacuna, regalar a la solidaridad internacional, a través de la
cooperación española, la vacuna contra la malaria, y la cooperación
española, a través de la Fundación Clinic, de Barcelona, que es la que ha
hecho los trabajos de campo y experimentación, ha desarrollado la
aplicación generalizada de esta vacuna en el mundo que salvará muchas
vidas.

Es decir, no se ha producido un cambio de la secretaría de Estado al
proyecto de subvención; nunca antes la secretaría de Estado había
subvencionado este proyecto, precisamente porque no estaba en
funcionamiento. Es el primer año en que, cuando tenemos los primeros
trabajos de la Fundación Clinic, de la Universidad de Medicina de
Barcelona, aplicamos la subvención, y porque es un proyecto digno de ser
tenido en cuenta, lo hemos subvencionado. (El señor Izquierdo Juárez pide
la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Veo que el señor Izquierdo me pedía la palabra. Será
para decir que está de acuerdo con el secretario de Estado, calculo.

(Risas.) Para eso tiene la palabra.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Y para decir también que es difícil, señorías,
escuchar un ejercicio de responsabilidad, de sinceridad, de concreción,
de transparencia y de claridad como el que ha hecho el señor secretario
de Estado hoy aquí.

Señor Fuentes, hemos tenido ocasión de debatir...




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo, yo le rogaría que no reabriera el
debate; diga usted lo que tenga que decir al señor secretario de Estado,
los piropos y las flores, y al señor Fuentes le deja en paz, y así nos
ahorramos algunos minutos.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Pues entonces, sin dirigirme al señor Fuentes,
señorías, nuestro grupo parlamentario piensa que se ha invertido la
tendencia, que una cosa son presupuestos y otra cosa es ejecución del
gasto y que la tendencia de los años anteriores era, en presupuestos,
señor Fuentes --con permiso, señor Presidente--, extremadamente
decreciente. Se ha invertido le tendencia y los presupuestos que hoy nos
ha explicado amablemente y con extensión el señor secretario de Estado
son muy importantes para la cooperación internacional y para la ayuda al
desarrollo. Por tanto, señorías, señor Presidente, tenemos todos que
felicitarnos por ellos y además pedir, en nombre de nuestro grupo, el
apoyo de todos los grupos parlamentarios a estos presupuestos, que, como
he dicho, son importantes.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor secretario de Estado, ha sido un
placer tenerle entre nosotros, y espero que dentro de poco volvamos a
tener ocasión.




--DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 212/000277.)



El señor PRESIDENTE: A petición del Grupo Socialista, comparece el señor
Subsecretario de Asuntos Exteriores, don José de Carvajal Salido, a quien
sin más preámbulos doy la palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido): Muchas
gracias, señor Presidente, por darme la palabra y por esta ocasión que me
proporciona la Comisión para, tal vez, hacer una primera intervención
introductoria de lo que es el proyecto de presupuestos para el Ministerio
de Asuntos Exteriores, sección 12. Y tal vez, al hilo de esa primera
intervención, resaltar algunas cifras, algunos datos de ese proyecto de
presupuesto, que quizá puedan servir para ilustrar a los señores
Diputados y para, en cierta medida, contestar ya, de forma anticipada, a
algunas de las preguntas que tengan a bien plantear posteriormente. (El
señor Vicepresidente, Milián Mestre, ocupa la Presidencia.)



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El presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores, en el proyecto para
1997, alcanza, como es sabido, una cifra total de 118.247 millones de
pesetas, que, si se compara con la cifra de presupuesto disponible para
el presente año 1996, de 103.852 millones de pesetas, representa un
aumento del 13,86 por ciento o, en términos de dinero, de 14.500 millones
de pesetas.

A efectos argumentativos, incluso si se tuviera en cuenta, al hilo de lo
que se ha hablado en la anterior comparecencia, que de este aumento de
14.500 millones de pesetas hay una partida importante, 7.200 millones de
pesetas, que tiene como motivación la transformación en crédito
consolidado de lo que hasta entonces era crédito ampliable para las ONG,
estaríamos ante un incremento de 7.300 millones de pesetas. Debo decir,
para que no se me interprete mal, que desde luego yo suscribo plenamente,
como no podría ser de otra forma, las afirmaciones y las observaciones
que el Secretario de Estado acaba de realizar en esta Comisión respecto a
la bondad y mejor adecuación de este sistema presupuestario por lo que
toca a los créditos a las ONG.

En todo caso, creo que esta primera observación denota, de forma clara,
la importancia que el Gobierno concede a la acción exterior del Estado.

Por supuesto, no quiero pretender que esa importancia que el Gobierno
concede a la acción exterior del Estado sea patrimonio exclusivo del
actual Gobierno, pero sí me gustaría subrayarlo, y subrayarlo con la
satisfacción lógica que produce a un responsable del Ministerio de
Asuntos Exteriores que esa preocupación se traduzca en hechos constantes,
en este caso en dinero constante.

Por capítulos, en números redondos, esa cifra global que antes he
mencinado muestra una distribución de un capítulo 4, muy importante,
73.800 millones de pesetas, dentro del cual, a su vez, hay que señalar
una partida muy sustancial, de 37.000 millones de pesetas, en cuotas a
organismos internacionales; un segundo capítulo igualmente sustancial, el
capítulo 1, gastos de personal, 29.500 millones de pesetas, y dos
pequeños capítulos, el 2 y el 6, 10.800 millones por lo que toca al
capítulo 2 y 3.300 millones por lo que toca al capítulo 6, de
inversiones.

De esta distribución por capítulos entiendo que podríamos extraer unas
primeras consideraciones evidentes: la importancia de los gastos de
personal y de cuotas. Sumados ambos apartados llegaríamos al 60 por
ciento del total presupuestado para la sección 12, cantidad que llegaría
incluso al 90 por ciento si sumáramos al capítulo 4, de personal y las
cuotas, las transferencias corrientes, y a una cifra todavía más elevada
si sumamos las transferencias de capital, 822 millones.

No se trata, por tanto, creo que es absolutamente evidente, de un
ministerio que tenga una naturaleza de ministerio inversor, sino de un
departamento cuya acción se desarrolla fundamentalmente a través de una
función de personal, de una participación en los organismos
internacionales, sin olvidar --y es un rubro también importante-- la
participación de España en operaciones de mantenimiento de la paz, y, por
último --este tema ha sido suficientemente tratado en la anterior
comparecencia--, a través de una importante participación en ayuda al
desarrollo.

Por lo que toca al capítulo 1, muy brevemente, experimenta un pequeño
incremento del 4,37 por ciento, que quiero subrayar no es consecuencia de
un aumento de los efectivos de personal del ministerio sino,
fundamentalmente, una consecuencia de la imputación al proyecto de
presupuesto de 1997 del aumento de 1996, del 3,50 por ciento en las
retribuciones de los funcionarios, que no estaba computado en el
presupuesto disponible de 1996, al ser una prórroga del presupuesto de
1995.

Por lo que se refiere al capítulo 2, capítulo importante, como
consecuencia lógica de la propia naturaleza de exterior del Ministerio de
Asuntos Exteriores, quiero señalar alguna partida especialmente
relevante: comunicaciones, 1.687 millones; dietas, 1.693 millones. Aquí
tengo que adelantar --a eso me referiré posteriormente-- que se trata
efectivamente de un presupuesto ajustado, pero entiendo suficiente, que
va a permitir al ministerio asegurar el buen funcionamiento de nuestros
servicios, fundamentalmente en el exterior. Cuotas internacionales, ya me
he referido a ello, 37.151 millones de pesetas, cantidad similar a la
contenida en el presupuesto de 1996 e incluso a la que hubo para el año
1995, distribuida en 28.000 millones de pesetas, cuotas obligatorias a
organismos internacionales; 2.800 millones por lo que toca a las
contribuciones voluntarias, y una cantidad del orden de 6.300 millones de
pesetas para operaciones de mantenimiento de la paz.

Respecto a las cuotas, me gustaría destacar el hecho, también evidente,
de que en el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores se
centralizan todas las cuotas a organismos internacionales en los que
participa España. Creo que ésta es una decisión lógica, con independencia
de que el organismo en cuestión dependa directamente, por así decirlo,
del propio Ministerio de Asuntos Exteriores o de otro departamento
ministerial. Creo, como decía, que es una buena decisión, ya que ello
permite una centralización de las cuotas y un mejor control de toda la
acción que el Estado realiza a través de su participación en los
organismos internacionales. El caso del CERN, Centro Europeo de
Investigación Nuclear, es paradigmático a esos efectos, pero lo señalo
porque solamente la cuota de ese organismo representa 11.400 millones de
pesetas, es decir, casi la mitad de lo que es la totalidad de las cuotas
obligatorias contenidas en el proyecto de presupuestos.

Capítulo 6. Estamos ante una partida del orden de los 3.300 millones de
pesetas, de los cuales --creo que tal vez eso es lo que pueda interesar
más a los señores Diputados-- se destinan 2.200 millones a obras en el
exterior, relativas a obras o construcción de cancillerías o de
residencias de jefes de misión en el extranjero. No es un presupuesto
especialmente generoso, pero entiendo (podré ampliar esto en la medida
que los señores Diputados así lo deseen) que nos van a permitir continuar
y terminar determinadas obras en el exterior y acometer otras que, poco a
poco y gradualmente, vayan completando la lista de propiedades que el
Estado español tiene, en el marco de su servicio exterior, en el
extranjero.




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Entiendo, por tanto, que se trata --quiero insistir en ello-- de un
presupuesto ajustado. No es un presupuesto restrictivo en el sentido de
que sea menor. Ya he mencionado que, incluso, haciendo esa precisión
relativa a las ONG, es un presupuesto que crece, respecto al presupuesto
disponible de 1996, del orden de 7.300 millones de pesetas. Es un
presupuesto acorde con la evolución del presupuesto del Ministerio de
Asuntos Exteriores en los últimos años: 76.000 millones de pesetas en
1991; 73.000 millones en 1992; 71.000 millones en 1993; 95.000 millones
en 1994; 109.000 millones en 1995; 103.000 millones disponibles en 1996
--hay una importante rebaja respecto al año 1995-- y 118.247 millones
--por tanto, un crecimiento respecto a 1996--, que es la cifra contenida
en el proyecto de presupuestos para 1997. A pesar de todo, y no quiero
tampoco ocultarlo, entendemos que, por lo que toca en especial a los
capítulos 2 y 6, se trata de un presupuesto de austeridad para el
Ministerio de Asuntos Exteriores; austeridad que, por suerte o por
desgracia para el ministerio, no es una virtud desconocida en los
presupuestos de nuestro departamento, al menos en los últimos años.

Pero, a diferencia de los años anteriores --y de nuevo yo creo que es
importante resaltarlo--, somos conscientes esta vez de que el esfuerzo
que se nos pide va en favor del equilibrio y servirá como contribución
del servicio exterior en el mercado de Maastricht a una mayor y mejor
integración de España en Europa, lo que en sí mismo constituye uno de los
objetivos primordiales del ministerio y básicos en nuestra política
exterior. Por tanto, creo que nadie mejor que el Ministerio de Asuntos
Exteriores para compartir y apoyar ese objetivo.

En consecuencia, la austeridad de este presupuesto, insisto que centrada
en los capítulos 2 y 6, con los importantes sacrificios y las
limitaciones que nos impone, se integra en la coherencia de nuestro
diseño político.

Sin perjuicio de ello --y es el mensaje principal que me gustaría
transmitir, con su permiso, a los señores Diputados--, el Ministerio de
Asuntos Exteriores tiene el firme propósito de hacer frente a estas
obligadas limitaciones impuestas por la austeridad del presupuesto
mediante tres tipos de medidas.

En primer lugar, una racionalización y optimización de recursos. Muestras
de lo cual son, entre otras, las siguientes acciones, que ya hemos
emprendido, y que desde luego continuaremos a lo largo de todo el
ejercicio presupuestario del año 1997: primero, el redespliegue de
nuestra red consular y de nuestra red de embajadas en el exterior. Como
he dicho, en la actualidad estamos ya estudiando diversas posibilidades
de cierre y de apertura de nuevas embajadas y de consulados que hagan más
eficaz y rentable, desde todos los puntos de vista, nuestra red de
representaciones en el exterior. Segundo, hemos iniciado ya también el
estudio de un sistema que permita, de cara al futuro, cambiar nuestro
sistema de alquileres, en lo que invertimos una parte importante de
nuestro presupuesto del capítulo 2, por un sistema de compras de
edificios, residencias y cancillerías, a base de reconvertir los pagos
por arrendamiento en pagos aplazados de compra; y, tercero, mediante un
esfuerzo continuado para dar unidad a nuestra acción exterior, estamos
buscando tanto la integración del mayor número posible de oficinas
sectoriales de otros ministerios en nuestras propias oficinas,
integración incluso física, como ofreciendo la disponibilidad de nuestro
personal a aquellos ministerios que carecen de oficinas especiales en un
país determinado. Todo ello en aras de la coherencia y de la unidad de
acción en el exterior.

En segundo lugar, estamos empeñados en continuar la mejora de los
procedimientos de gestión del gasto, tanto por lo que se refiere a los
aspectos técnicos, como a los aspectos normativos, como respecto a la
estructuración del propio gasto.

Por lo que toca a los aspectos técnicos, quiero señalar que el
departamento, a través de la Dirección del Servicio Exterior, está en
contacto con la Intervención General del Estado para la elaboración de
diversas iniciativas, tales como compilación de manuales prácticos de
gestión, informatización contable generalizada, descentralización del
gasto, que permitan --estoy seguro que así lo haremos-- mejorar
técnicamente la gestión de nuestro presupuesto.

En lo referente a los aspectos normativos, está ya planteada una revisión
de las numerosas y dispersas órdenes ministeriales, circulares,
instrucciones de servicio, que tratan de regular el gasto exterior con
miras, como digo, a una compilación que traiga como consecuencia una
mayor eficacia y racionalización de la gestión.

Por último, algo también muy importante, respecto a la estructuración del
gasto el Ministerio de Asuntos Exteriores está y seguirá estando en
contacto permanente con el Ministerio de Hacienda para buscar las
fórmulas más adecuadas para que la estructura presupuestaria se adecue,
dentro de las limitaciones y de los términos del presupuesto, a las
necesidades reales y a las especialidades de la acción en el exterior.

Es evidente que, como complemento a estas medidas que acabo de señalar,
el Ministerio de Asuntos Exteriores seguirá, en la línea de lo que ya se
viene haciendo, realizando un esfuerzo adicional en el control del gasto
y transmitiendo la preocupación por este control del gasto a nuestro
personal en el exterior, concienciándole, y desde luego contando con el
apoyo que nuestro personal en el extranjero estoy seguro nos va a dar
para proceder, como digo, a sacar el mejor rendimiento, a optimizar de la
forma más eficaz posible los recursos con que va a poder contar el
Ministerio de Asuntos Exteriores.

Yo creo que con estas acciones estructurales --y es tal vez lo que a mí
me gustaría más señalar en esta comparecencia-- el Ministerio de Asuntos
Exteriores, como digo, va a poder asumir los compromisos que tiene en el
exterior, asegurar el funcionamiento de sus servicios y hacerlo todo con
un espíritu de solidaridad, aportando también su contribución a la
consecución de ese objetivo político primordial, cual es alcanzar los
objetivos de convergencia que nos tenemos fijados en el marco del Tratado
de Maastricht.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Gracias, señor subsecretario.

Tiene la palabra el señor Yáñez.




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El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Gracias al señor subsecretario, señor
Carvajal, por su presencia ante esta Comisión, a petición del Grupo
Socialista, para explicar los presupuestos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, siendo el principal responsable de la elaboración de los
mismos, lógicamente con la supervisión del ministro.

La primera pregunta que yo quería hacerle es de dónde se sacan esos 7.000
millones que hay de aumento según sus cuentas, porque de la comparecencia
anterior yo saqué la conclusión de que el aumento había sido sólo por la
consolidación de los créditos ampliables en cooperación, pero si además
hay aumento en el resto, querría saber en dónde. Porque, del estudio que
mi grupo ha realizado de los presupuestos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, no se deduce ningún aumento significativo en ninguno de los
capítulos que hemos podido analizar, salvo el que he citado antes y por
la vía que he dicho.

Concretamente hay capítulos como el 2, fundamentalmente por su cuantía,
el 6 y el 7, donde hay una reducción del 16 por ciento, del 32 por ciento
y del 76 por ciento; y globalmente, en la subsecretaría, que es donde
está, como sabe muy bien porque es el responsable de la misma, la sala de
máquinas de todo el ministerio, hay una reducción del 3,55 por ciento del
total de rúbricas de la propia subsecretaría, con algunas situaciones
curiosas que luego muy brevemente intentaré relatar en forma de
preguntas.

Durante años hemos visto cómo desde esta Comisión se ha preguntado cómo
se podían cumplir los objetivos que se planteaban desde la acción
exterior con unos presupuestos que progresivamente iban siendo reducidos
o ajustados justamente para el objetivo, la ambición, de converger en los
criterios de Maastricht, que no vienen de estos presupuestos, como sabe
muy bien el señor subsecretario, sino de presupuestos anteriores, pero
que por parte del Grupo Popular se ponía siempre en contradicción esa no
adecuación, al menos se decía, entre objetivos y medios puestos al
servicio de esos objetivos.

Esa es la primera preocupación, si la sala de máquinas, todo el
componente del propio Ministerio de Asuntos Exteriores, se puede
garantizar con algunas de las reducciones que voy a relatar a
continuación y que se van viendo en algunos aspectos, que si bien en
otros ministerios no son esenciales, en el Ministerio de Asuntos
Exteriores, como sabe muy bien el subsecretario, lo son. Por ejemplo, la
reducción en reuniones y conferencias puede parecer baladí en otro
ministerio, pero no en el de Exteriores, que basa su gestión y su
despliegue exterior en reuniones, negociaciones, conferencias, presencia
internacional, en una palabra, donde hay una reducción nada menos que de
un 46 y pico por ciento, se acerca al 50 por ciento, siempre en cifras
pequeñas; considerado globalmente el presupuesto, hay una reducción
importante. Hablando de reducción, recordará que hubo un enorme aparato
de propaganda, sobre todo antes de las elecciones, sobre reducción de
gasto, se llamaba despilfarro, en altos cargos. He visto que al
eliminarse algunos altos cargos hay una reducción de 46 millones de
pesetas, cifra que no es importante, pero lo es todavía menos cuando
vemos que se suben los gastos de miembros del gabinete de 40 a 66
millones. Hay 26 millones más en gastos salariales, teniendo en cuenta,
además, que la reducción de altos cargos no significa la eliminación de
esas personas que los ocupaban, porque en el cien por cien de los casos
eran funcionarios y los conozco bien. Han tenido que ser reubicados en
alguna función. O han ido a una embajada, o tienen el nivel 30, o están
en alguna de las unidades del ministerio. Luego siguen cobrando, no como
director general, pero sí como funcionarios del ministerio. La reducción
no va más allá, según mis cálculos, de diez a quince millones en todo el
ministerio, de tal manera que aquella famosa propaganda de la reducción
del despilfarro por la reducción de altos cargos se ha quedado en una
cifra verdaderamente ridícula y quisiera que el señor subsecretario me
hiciera un comentario al respecto.

En temas que son importantes en el Ministerio de Asuntos Exteriores,
especialmente para el subsecretario, como son las comunicaciones, las
reuniones y conferencias, los estudios y trabajos técnicos, en todos esos
capítulos hay reducciones del 20 por ciento en comunicaciones, del 46 por
ciento en reuniones y conferencias y del 52,8 por ciento en estudios y
trabajos técnicos. La pregunta es cómo, con tantas reducciones, se pueden
adecuar los fines con dichos medios.

Hay algo que ha salido mucho en la prensa y que hoy también se ha
comentado aquí por sus predecesores en las comparecencias, y curiosamente
no por usted, que es la reducción de temas protocolarios y de
representación. Quiero que me aclare por qué aparece en el concepto
2.2.6.01, atenciones protocolarias y representativas, que baja un 98 por
ciento, de 344.000 millones y pico a 4.500 millones, pero un poco más
abajo aparece el concepto 2.2.6.11, que pone, gastos protocolarios y
representativos, concepto nuevo, que pasa de cero a 268 millones. ¿Qué
diferencia hay entre atenciones protocolarias y representativas y gastos
protocolarios y representativos? Me gustaría que me lo aclararan, porque
creo que la burra que le vendieron a la prensa de reducción de gastos
protocolarios no es tal, al parecer, entre otras cosas porque no podía
ser de otra manera. Esperamos su respuesta para aclararlo. Sabe usted
como yo que son gastos obligados en un ministerio de tanta
representación, de tantas visitas y compromisos de Estado como los que
tiene el Ministerio de Asuntos Exteriores. Por cierto, eso me permite una
pregunta añadida sobre ese tema. ¿Qué porcentaje corresponde a Exteriores
en los viajes de jefes de Estado extranjeros a nuestro país, incluso qué
corresponde a los viajes de Sus Majestades los Reyes al extranjero? Lo
digo para aquellos que cada vez que oyen hablar de gastos protocolarios
representativos parece que son gastos de lujo, de copas y de gastar en
dar canapés en ese ministerio, cosa que no es así.

Hay otro concepto sobre el que también le pediría aclaración, porque hay
una cierta contradicción: en dos conceptos sucesivos, dietas y
locomoción, curiosamente las dietas suben un 42 por ciento y la
locomoción baja un siete por ciento. A los diplomáticos que vayan a
negociar o vayan a reuniones, son ese presupuesto les dará para
hospedarse en tiendas de campaña, si tienen las dietas para viajar



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pero no la locomoción... No entiendo la relación entre una cosa y otra.

Ha citado lo importante que es, ya lo han dicho los subsecretarios que
comparecieron los últimos años, que se vaya cambiando el sistema de
alquileres por compra de edificios y tener propiedades en compras
aplazadas. Es un buen criterio que ya se viene haciendo desde los últimos
años y es bueno que se continúe haciendo para racionalizar el gasto.

Pero, mientras no se hace (es una pregunta a la que no he encontrado
respuesta estudiando los presupuestos), ¿por qué bajan los alquileres en
los presupuestos de 1997? La respuesta puede ser que han cerrado alguna
instalación, pero lo desconozco, porque por la evolución del IPC no creo
que bajen los alquileres. Debe ser porque ha habido algún piso menos con
instalación del Ministerio de Asuntos Exteriores. Desde el punto de vista
presupuestario y de proyecto me gustaría conocer la situación de la nueva
sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, a la que no ha hecho
referencia, ya que contribuiría en parte, no al cien por cien, a reducir
la dispersión de instalaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores por
todo Madrid. ¿Cuál es la situación de esa famosa nueva sede en la que se
viene trabajando desde hace varios años?
Sobre las cuotas internacionales, obligatorias, voluntarias y de
mantenimiento de la paz, que el señor subsecretario ha explicado y que le
agradezco, ha citado un caso concreto que es importante, el del CERN, de
11.000 millones, pero hay algunos, que son de cifras menores, que no sé
si son obligatorias o no. Me refiero a las del mantenimiento de la paz,
de 905 millones para la administración de la transición en Eslavonia
Oriental y de 200 millones en la misión OSCE, en Nagorno-Karabaj. La suma
de los dos son 1.100 millones, que prácticamente solucionarían todos los
problemas que tiene usted en la Subsecretaría de gastos protocolarios, de
estudios, de trabajos técnicos, de reuniones, de comunicaciones, de
conferencias. Por cierto, también una cosa muy curiosa: en limpieza y
aseo se disminuye un 14 por ciento. No creo que sean ustedes menos
limpios en 1997 que en 1996. A lo mejor es que son muy buenos
negociadores con las empresas de limpieza y les han reducido el contrato.

Podía contestarle, porque le serviría de experiencia para el grupo
parlamentario que apoya el Gobierno, que a lo mejor en eso de la limpieza
no andan muy allá.

Del despliegue consular al que se ha referido el señor subsecretario se
viene hablando desde hace tiempo. Se ha hecho algún esfuerzo en años
anteriores, pero, si no me he equivocado estudiando el presupuesto, en
1997 se relaciona un consulado más, no menos. Es verdad que algunos se
están creando o se van a crear porque surgen nuevas necesidades en zonas
y regiones donde hay una demanda de prácticas consulares, pero en otras
habría que ir cerrándolas, porque ha desaparecido la demanda que existía
hace años. Me extraña que en 1997 haya perspectivas de un consulado más y
de ninguna supresión o cierre de algunos de los existentes.

En cuanto a temas muy concretos, por la importancia de la embajada, me
gustaría saber cómo está el tema de la embajada en Washington que, dado
que es una de nuestras principales embajadas, tiene su importancia.

Por último, tampoco he entendido bien por qué se suprimen de un plumazo
alguna de las transferencias corrientes a instituciones u organismos sin
ánimo de lucro, como el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo,
el Centro Español de Estudios Internacionales, el Centro de Información y
Documentación Internacional, la Asociación Atlántica Española, y otros,
que son cantidades muy pequeñas pero que se quedan a cero. No sé si es
una técnica presupuestaria para obligar a los grupos a presentar
enmiendas para cubrir esa laguna, pero, en todo caso, me gustaría saber
su respuesta sobre esa cuestión.

Una última pregunta: ¿han hecho el cálculo del coste que va a suponer el
cambio tan grande, sin precedentes en un plazo de tiempo tan corto, de
embajadores? He perdido la cuenta, pero creo que son cuarenta o cincuenta
desde el mes de mayo; algunos justificados, porque llevaban más de cuatro
o cinco años; otros tiene una justificación mucho menos comprensible. El
cambio de embajadores no solamente es una decisión de tipo político
profesional, en este caso más político que profesional, sino que además
tiene traducción presupuestaria y de costes, porque se están moviendo
muchos enseres y muchos temas relacionados con los costes presupuestarios
que eso supone. Me gustaría saber si usted, como subsecretario y
responsable de ello, ha hecho el cálculo de lo que va a suponer en 1996
el cambio récord de embajadores de España en el mundo.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Tiene la palabra el señor
subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido): Muchas
gracias, señor Diputado. Intentaré contestar, no sé por qué orden, a sus
preguntas interesantes y numerosas, debo decir. A lo mejor me permito
empezar por dos de ellas para decir que estoy muy de acuerdo con dos
afirmaciones que ha hecho usted: la primera que en el Ministerio de
Asuntos Exteriores los diplomáticos no toman canapés por tomar canapés.

Efectivamente, los gastos protocolarios son algo más que eso. En segundo
lugar, que, efectivamente, la situación de la sede central del Ministerio
de Asuntos Exteriores es lo que es.

Refiriéndome a lo primero, a las atenciones protocolarias, lo que se ha
producido en este proyecto de presupuestos, en relación con el
presupuesto de 1996, es una racionalización de la estructura
presupuestaria de este tipo de atenciones. En el año 1996 teníamos dos
únicos conceptos, el 2.2.6.01, atenciones protocolarias y
representativas, en donde había tres tipos de gastos realmente algo
heterogéneos: en primer lugar, el dinero de que disponían los altos
cargos del ministerio para atenciones sociales, para entendernos, 20
millones de pesetas; en segundo lugar, lo que se daba a los cónsules y a
los embajadores para sufragar los gastos de la fiesta nacional de España,
el 12 de octubre, 72 millones de pesetas, y el resto, hasta casi 261
millones de pesetas, era lo que correspondía a los viajes de Sus
Majestades los Reyes y a las visitas de Estado a España.

Aprovecho que he mencionado este tema para confirmarle al señor Diputado
que esos gastos derivados de las visitas de Estado a España o de los
viajes de Sus Majestades



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al extranjero son sufragados al cien por cien por el presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores.

La segunda partida que había en el año 1996 de este tipo de gastos eran
los gastos de representación de los embajadores, por un importe de 416
millones de pesetas, en números redondos. La estructura presupuestaria
para el año 1997 nos lleva a un subconcepto exclusivo para las atenciones
sociales de altos cargos, que pasan a ser 9.100.000 pesetas; es decir,
hay efectivamente una reducción del orden de 11 millones de pesetas
respecto a lo que había en 1996. Entiendo que ésa es la parte alícuota de
esfuerzo que corresponde asumir a los altos cargos del Ministerio de
Asuntos Exteriores, igual que lo van a asumir el resto de altos cargos de
los demás ministerios, porque entiendo que la cuantía asignada a cada uno
de los directores generales, subsecretarios, secretarios de Estado es
idéntica para todos los ministerios. Por tanto, ahí lo que quiero ver es
un esfuerzo, desde luego de reducción, pero también de racionalización.

La segunda partida que se incluye para 1997 es la referente a gastos
protocolarios y representativos, que es donde de nuevo hay una partida
importante, 224 millones, destinada a la financiación de los viajes de
Sus Majestades al extranjero y a recibir las visitas de Estado a España,
que sufre un pequeño ajuste de 36 millones de pesetas. Estoy convencido
de que esa cantidad es suficiente para financiar este tipo de gastos,
teniendo en cuenta además que ya hemos procedido, de acuerdo con la
Presidencia del Gobierno y con la propia Casa de Su Majestad el Rey, a
planear los viajes y las visitas de Estado que habrán de realizarse en
1997, procediendo, como digo, a una racionalización y a una
estructuración, tal vez más racional que en el pasado, de este tipo de
viajes y visitas.

Dentro de esa partida, hay 45 millones para fiestas nacionales, 27 menos
que en el anterior. No es una diferencia demasiado significativa,
teniendo en cuenta la dispersión de nuestras representaciones en el
exterior y el número elevado de consulados y de embajadas.

Por lo que toca a los gastos de representación de embajadores, si tiene
usted en cuenta que hay del orden de cien embajadores y otros tantos
cónsules que se benefician de este tipo de gastos y que la reducción que
se efectúa es de 31 millones, considero que también esto va a ser
suficiente para tener un nivel de gastos o un nivel de atención social
muy similar al que venimos teniendo hasta este momento.

En cuanto al otro asunto que he mencionado, la sede central del
Ministerio de Asuntos Exteriores, efectivamente, este ministerio tiene
una situación física que no es, digamos, demasiado positiva, en el
sentido de que estamos repartidos en una serie de edificios, tanto
propiedad del Estado como en alquiler, en Madrid, y que eso produce, no
hay que engañarse, una serie de disfuncionalidades y también una serie de
gastos derivados de la duplicación de una serie de servicios, tales como
la seguridad, limpieza, comunicaciones, etcétera. Para paliar esa
situación se había pensado en el pasado en un edificio a construir de
nueva planta en un solar que, como saben los señores Diputados, está sito
en la calle de Padre Damián.

A este asunto el nuevo equipo ministerial ha dedicado desde el primer
momento una atención preferente y, después de un análisis realmente
cuidadoso, el ministro ha llegado a la conclusión de que esta solución no
es adecuada para solucionar el problema de la instalación física del
ministerio. ¿Por qué? Porque nosotros en el ministerio necesitamos del
orden de 85, 90.000 metros cuadrados, entre despachos y zonas comunes,
para poder alojar con criterios funcionales, con criterios de dignidad, a
todos los servicios del ministerio. Pues bien, según el proyecto de
edificio que estaba previsto construir en ese solar que he mencionado
antes, se preveía que se pudiera tener una superficie total de 75.000
metros cuadrados, de los cuales, es importante, 46.000 bajo rasante, es
decir, no aptos para oficinas, y una superficie dedicada a oficinas de
sólo 25.000 metros cuadrados. Es decir, con esa superficie el proyecto
existente para ese edificio acogería de manera muy ajustada a una parte
tan sólo del Ministerio de Asuntos Exteriores y habría que excluir a la
Secipi, a la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Dirección
General de Relaciones Culturales, a la Escuela Diplomática, a la
Biblioteca Hispánica y desde luego a dos sedes cuyo alquiler paga el
ministerio para organismos internacionales como son el Acnur y la CERN.

En otras palabras, no creemos que sea una solución adecuada, todo ello
sin contar con lo que supone tener que hacer un edificio de esas
proporciones en un momento de restricciones presupuestarias y sin contar
también con el tiempo que necesitaría esa nueva construcción.

A la vista de todo ello, lo que estamos haciendo es examinar, de acuerdo
con el Ministerio de Hacienda, y más en concreto con la Dirección General
del Patrimonio, otras posibilidades que nos permitan encontrar pronto,
incluso en los próximos meses, una sede tal vez no única para todos los
servicios del Ministerio, pero sí que nos permita consolidar en dos o
tres sedes principales todos los servicios del ministerio. Confío
razonablemente en que pronto podamos exponer una solución, como les digo,
más racional a este problema.

Continuando con las preguntas del señor Diputado, me gustaría referirme a
dos partidas que son importantes dentro de lo que es el capítulo 2 del
Ministerio de Asuntos Exteriores, y aquí, una vez más, estoy de acuerdo
con el señor Diputado cuando ha dicho que el capítulo 2, en el caso del
Ministerio de Asuntos Exteriores, tiene una naturaleza distinta tal vez
de la que pueden tener en otros departamentos ministeriales, habida
cuenta de la naturaleza exterior, por difinición, del Ministerio de
Asuntos Exteriores. Me refiero a las partidas de dietas y de locomoción.

Por lo que toca a la partida de dietas, yo no sé si he entendido mal al
señor Diputado, pero yo no veo esa incoherencia entre la cantidad
presupuestada para dietas y locomoción. He creído entenderle que había un
incremento en dietas y un descenso en locomoción. Me temo que hay
coherencia porque hay disminución en las dos partidas, pero trataré de
explicar por qué, a pesar de que hay un descenso en las dos partidas, ese
descenso es coherente y además los créditos que constan son suficientes
para atender a nuestras necesidades.




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En la partida de dietas tenemos, según mis datos, una disminución de 205
millones de pesetas, y en la partida de locomoción, una disminución de 28
millones de pesetas. ¿Cómo vamos a hacer frente a esta disminución?
Primero, como consecuencia de un acuerdo que ha logrado el Ministerio de
Asuntos Exteriores con el Ministerio de Interior para que sea este
segundo departamento el que, a partir de ahora, vaya pagando las dietas
de los 59 agentes de seguridad, miembros de la Policía Nacional y de la
Guardia Civil, que se ocupan de la seguridad de una serie de embajadas de
España en el exterior, dietas que corrían a cargo del presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores. Y estoy hablando en este caso de 287
millones de pesetas. Eso ya, por sí sólo, va a compensar ese descenso.

Evidentemente también, con la partida de dietas vamos a asegurar un
control más rígido de las comisiones de servicio, y todo en el sentido de
racionalizar mejor nuestros recursos; vamos a utilizar, posiblemente más
de lo que veníamos haciendo hasta ahora, el personal de las embajadas que
puedan tal vez representar a España en los ambientes internacionales y,
por tanto, ahorrarnos, en la medida en que sea posible también, el
desplazamiento de personal desde Madrid.

Por lo que toca a locomoción, los argumentos que acabo de dar creo son
igualmente válidos. Ahí nos vamos a ahorrar una parte importante, como
consecuencia de ese acuerdo al que hemos llegado con el Ministerio de
Interior, y vamos a utilizar, en la medida que sea necesario, vía
generación de crédito, el dinero que el Consejo de la Unión Europea y la
Comisión de la Unión Europea reintegra, en concepto de gastos de viaje, a
los funcionarios que se desplazan a Bruselas a asistir a reuniones de la
Unión Europea. Por tanto, una vez más, yo creo que estas dos medidas,
sumadas a un mayor control de este tipo de gastos, serán suficientes para
hacer frente a nuestros gastos de funcionamiento.

Quisiera referirme ahora --y pido disculpas por hacerlo de nuevo en orden
disperso-- a algo que ha mencionado el señor Diputado, que creo que es
importante también, al capítulo de cuotas.

El capítulo de cuotas, por recordarlo, está presupuestado en 37.151
millones de pesetas. Es una cifra muy similar a la que había en el año
1996 --siempre estoy hablando de cifra disponible, 37.277 millones de
pesetas--, aunque algo mayor a las que hubo en 1995 y en 1994.

El señor Diputado se ha referido a dos partidas. Ha hecho una primera
pregunta respecto a si las cuotas o la contribución de España a las OMP,
a las Organizaciones de Mantenimiento de la Paz, son voluntarias o son
obligatorias. Son obligatorias, en el sentido de que España como, por lo
demás, todos los países miembros de la organización de que se trate (que
aprueba y lleva a cabo la operación de mantenimiento de la paz que
corresponda) deben participar en la financiación de esa operación,
aporten o no aporten soldados efectivos a la operación en cuestión. Por
tanto, se nos carga vía gastos comunes el porcentaje que previamente está
acordado en el seno de la organización de que se trate, bien sea la OSCE
--Organización de Seguridad y Cooperación en Europa--, bien sea Naciones
Unidas, etcétera.

¿Por qué una cantidad determinada para el caso de Eslavonia Oriental o
por qué una cantidad determinada en el caso de la operación OSCE de
mantenimiento de la paz en Nagorno-Karabaj? Creo que puedo hacer aquí una
observación de carácter general, que se refiere a la forma absolutamente
inevitable que tenemos de presupuestar nosotros este tipo de gastos en el
sentido de que España, por definición, pero tampoco ningún país, tiene a
priori la certeza de lo que va a costar una operación de mantenimiento de
la paz determinada. La cantidad del costo total de la operación no se va
a tener hasta que finalice la operación de mantenimiento de la paz y, por
tanto, lo único que podemos hacer nosotros --pero insisto que los demás
ministerios de asuntos exteriores están en la misma situación-- es una
previsión de gasto a la vista de cómo va evolucionando la crisis de que
se trate, y todo ello, evidentemente, basado en informaciones que
nosotros vamos recibiendo de nuestras representaciones permanentes y de
nuestras embajadas en el sitio de que se trata. En el caso de Eslavonia
Oriental, son informaciones de nuestra representación permanente en Nueva
York, en Naciones Unidas; se trata de una operación en el marco de
Naciones Unidas; en el caso de Nagorno-Karabaj, de las informaciones que
nos vaya enviando nuestra representación permanente ante la OSCE. ¿Hay un
margen de error? Efectivamente, pero insisto que no tenemos otra forma de
presupuestar esas operaciones.

Por lo que toca a la observación que ha hecho el señor Diputado sobre la
limpieza del departamento, si me permiten, prefiero pasarla por alto.

Debería investigar, efectivamente, si lo que ha habido es una mejor
técnica negociadora con las empresas de limpieza. Estoy seguro que ha
sido eso y no otras consideraciones que alguien pueda pensar.

Más importante, si me permite el señor Diputado, es la cuestión del
redespliegue de las oficinas consulares y de las embajadas en el
extranjero. Estamos, como digo, embarcados en una operación, yo ceo que
importante, de definir cuál debe ser la red de representaciones españolas
en el exterior, como consecuencia de varias cosas: como consecuencia,
efectivamente, de nuestra pertenencia a la Unión Europea, y eso es
evidente que ha traído consigo un cambio en las funciones de determinados
consulados en Europa occidental, en los países de la Unión; como
consecuencia también de los proyectos de adhesión a la Unión Europea de
determinados países de Europa central; como consecuencia también de un
auge económico que se percibe en determinadas zonas del planeta --me
estoy refiriendo, por supuesto, a Asia--, y todo ello nos lleva a la
conclusión de que debemos estudiar al menos la necesidad o la
conveniencia de proceder tal vez al cierre de determinados consulados,
siempre, por supuesto, que tengamos la absoluta tranquilidad de que
seguirán debidamente atendidos nuestros ciudadanos, nuestros compatriotas
en los países de Europa, y al mismo tiempo saber si, a cambio de ese
ahorro que va a producir el cierre de esos consulados, podemos abrir unas
embajadas en países como Vietnam, pero no teóricamente, sino abrirlas y
dotarlas con los créditos presupuestarios necesarios, o en países tipo
Chipre --candidato



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a la adhesión a la Unión Europea--, los países Bálticos o en países de
Europa central, como Eslovaquia o Eslovenia, en donde todavía no tenemos
representación permanente. En cuanto a consulados, también tendremos que
ver si no hay algún otro en donde la propia dinámica de la Unión Europea
ha traído consigo un aumento de su actividad, y estoy pensando en el caso
más típico, que es el consulado en Moscú. No existe consulado general en
Moscú, sino una sección consular, que ha pasado de dar un número reducido
de visados a estar dando 350.000 visados Schengen al año, lo que hace que
tengamos que plantearnos el cambio de la estructura de la representación
de esa oficina consular. En eso estamos, señor Diputado, y creo que todo
ello traerá consigo una mayor racionalización y optimización de recursos.

Me queda por contestar la pregunta relativa al personal del ministerio,
altos cargos y personal eventual. Efectivamente, la reducción de altos
cargos en el Ministerio de Asuntos Exteriores ha sido la que ha sido, que
creo que es importante. Quiero recordar que se ha suprimido un secretario
general, es decir, un cargo de categoría de subsecretario, tras la fusión
de la Secretaría General de Política Exterior con la Secretaría General
para la Unión Europea; que se han suprimido cuatro direcciones generales,
la de Asuntos Políticos, la de Organismos y Conferencias Internacionales,
que se ha fundido con la Dirección General de Seguridad y Desarme, la
Dirección General de Asuntos de Norteamérica y de Asia, que ha pasado en
parte a la Dirección General de Europa y en parte a la Dirección General
de Africa, y, por último, la Dirección General de Coordinación Jurídica e
Institucional, que ha pasado a fundirse en la Dirección General de
Asuntos Técnicos de la Unión Europea.

Pienso, señor Diputado, que esta estructura es más funcional y más
racional que la que había antes. No sé si el Secretario de Estado de
Política Exterior y para la Unión Europea ha tenido ocasión de referirse
a esta cuestión en su comparecencia a primeras horas de esta tarde, pero
puedo decirles que lo que se ha hecho con este sistema es consolidar de
alguna forma los efectivos de la estructura del departamento y acabar con
un sistema que inevitablemente, por muy buena que fuera la voluntad de
las personas que estuvieran en uno u otro sitio, llevaba a una cierta
dispersión de esfuerzos y a una cierta descentralización indeseable de la
actividad del ministerio, y creo que se entiende lo que quiero decir.

El personal eventual que figura en el proyecto de presupuestos para el
año 1997 es el que efectivamente estaba en el presupuesto el 1 de enero
de 1996. Entiendo que ése es el criterio de presupuestar los gastos de
personal de todo el capítulo 1. Debo decirle que, en estos momentos, en
el Ministerio de Asuntos Exteriores no hay más personal eventual que el
que nos permite el acuerdo adoptado en su día por el Consejo de
Ministros: siete niveles 30 en el gabinete del ministro, más tres niveles
28, un nivel 24 y un nivel 18, y tres niveles 30 en cada una de las dos
secretarías de Estado, más un nivel 22, que es la jefe de secretaría del
secretario de Estado correspondiente. Todos ellos están ocupados y no hay
ni una persona más de lo que permite ese acuerdo; por tanto, estamos
ciñéndonos a lo que está previsto. Además, debo decir que en determinados
casos, por lo menos en el Ministerio de Asuntos Exteriores, algún
personal eventual es ya funcionario y lo que estamos haciendo con eso es
no aumentar un gasto que podríamos aumentar vía traída al ministerio de
personal que no fuese funcionario.

No sé, señor Presidente, si he contestado a todas las preguntas. Creo que
he contestado a casi todas o, al menos, a las que parecían más
importantes en la intención del señor Diputado.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Creo que, efectivamente, ha
respondido a muchas y con precisión, señor subsecretario, no obstante,
tiene la palabra el señor Yáñez-Barnuevo, ajustando al máximo el tiempo.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Tiene razón, señor Presidente, ha
contestado a la mayor parte de las preguntas, pero ha habido dos
respuestas que no he oído, no sé si es que estaba tomando notas, una
sobre la embajada en Washington y otras sobre las instituciones sin ánimo
de lucro, pero es verdad que no eran las fundamentales; no le doy
importancia a la enumeración cronológica de las preguntas, sino al
espíritu y al esfuerzo de concreción que ha hecho el subsecretario a la
hora de responder a todos los temas, cosa que le agradezco.

Otra cosa es que comparta o no algunos aspectos, concretamente, cuando
habla de la traslación de las dietas. Por cierto, en cuanto a dietas y
locomoción, efectivamente, me he podido confundir en la exposición, pero
he supuesto que el señor subsecretario entendería lo que quería decirle.

Si ahora resulta que las dietas las paga Interior, a usted, como
subsecretario, le vendrá muy bien, pero a los Presupuestos Generales del
Estado le da exactamente igual, al contribuyente le da igual que lo pague
Exteriores o que lo pague Interior en cuanto a los efectos de austeridad
y de rigor. Pero no es eso lo más importante.

Sí le doy importancia al organigrama, pero no quiero suscitar un debate
sobre ello, sobre todo hoy mismo, porque no es el tema de la
comparecencia. Yo no me he extendido excesivamente en ello, sólo hice
referencia al nuevo organigrama en razón a su traducción presupuestaria
no a su funcionalidad, pero tengo que confesar que me ha llamado la
atención que usted considere que la actual estructura es más funcional.

Es usted el primer diplomático al que se lo oigo, y he hablado con
decenas, muchos del actual equipo dirigente del ministerio. A mí me
parece un organigrama endiablado, que van a tener que cambiar
necesariamente en muy poco tiempo. Usted ha empleado la expresión de
consolidar los efectivos de la estructura del ministerio. Yo no entiendo
qué quiere decir eso, pero no le pido que me lo explique ahora porque
quizá sea motivo de debate con el ministro en otro momento. De todos
modos, le reitero mi agradecimiento por la disposición y el esfuerzo de
explicación que ha hecho. Sin duda esas explicaciones nos serán muy
útiles.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Si quiere el señor
subsecretario, puede contestar a las preguntas.




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El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido): Voy a
ser muy breve.

En primer lugar, quiero agradecer al señor Diputado los comentarios
elogiosos hacia mis explicaciones y, en segundo lugar, voy a contestar a
dos preguntas que, efectivamente, me habían quedado en el tintero: una,
sobre Washington, sobre algo que se viene arrastrando desde hace tiempo,
y otra, sobre las subvenciones, que, efectivamente no constan en el
proyecto de presupuestos para 1997, me refiero a las subvenciones al
Consejo Federal Europeo, al CERN y al CEI, a una serie de organismos e
instituciones.

Empezando por lo segundo, diré que, efectivamente, son contribuciones que
tradicionalmente constaban en el presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores y que no figuran en este proyecto de presupuesto. Creo que ha
sido consecuencia del reajuste, de lo ajustado de nuestro presupuesto en
una serie de capítulos y también en el capítulo 4. Desde luego, yo no
puedo sino decir que, no obstante esta supresión en el proyecto de
presupuestos, si de las Cortes no saliese una partida presupuestaria, una
consignación a estos efectos, si a pesar de eso el Gobierno lo considera
conveniente, desde el ministerio estamos muy dispuestos a considerar, de
acuerdo con el Ministerio de Hacienda, la posibilidad de, vía el oportuno
expediente de modificación presupuestaria, incluir a lo largo del
ejercicio una subvención. Efectivamente, estamos hablando de cantidades
modestas que, sumadas todas ellas, suponen unos 35 millones de pesetas.

Por lo que toca a la residencia de nuestro embajador en Washington, diré
que este asunto es algo antiguo. La compra del solar es del año 1987 ó
1988 y hay ya un proyecto básico que realizó, en su día, el arquitecto
don Rafael Moneo, por el que se pagó una cantidad del orden de siete
millones de pesetas, y quiero decirle al señor Diputado que la obra de
esa residencia prevemos que se pueda terminar en 1998. Las previsiones de
gasto que tenemos es que en este año 1996 se paguen unos 20 millones de
pesetas de honorarios al arquitecto, que en el año 1997, entre honorarios
y obra ya realizada a lo largo de dicho año, lleguemos a 190 ó 200
millones de pesetas, y que el resto del importe de la obra hasta una
estimación de 700 millones de pesetas finalice y se ejecute por lo tanto
en el año 1998, como he dicho.

Espero que realmente podamos en ese momento disponer de una embajada
digna y adecuada para una representación tan importante como la que tiene
España en Estados Unidos.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Tiene la palabra el señor Robles
Fraga.




El señor ROBLES FRAGA: Ademas de agradecer y felicitar al señor
subsecretario por su exposición, quiero señalar una diferencia notable
frente a anteriores ejercicios presupuestarios.

Efectivamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores, como ha señalado el
señor subsecretario, es, por naturaleza o por definición, un ministerio
más austero que otros, que tiene además características especiales por la
función que desempeña y los instrumentos que utiliza, instrumentos de
carácter físico, de carácter personal. Pero frente a anteriores
comparecencias de predecesores del señor subsecretario actual, por
primera vez, además de escuchar un discurso de austeridad y de rigor y de
escasez de medios que es consustancial a la amplitud de tareas y de
objetivos con los que ha de llevarse a cabo la acción exterior,
escuchamos y podemos encontrar, en el discurso por parte de las
autoridades del Ministerio de Asuntos Exteriores, consideraciones
referidas al esfuerzo de reordenación y de adecuación de nuestra red
diplomática y consular, de tal modo que tenga en cuenta y se adapte a los
cambios de la posición internacional de España y de la propia realidad
internacional, de mejora en los mecanismos de gestión, etcétera. Esto es,
sin duda notable.

Pasaré por alto, naturalmente, las alusiones, incomprensibles por otra
parte para mí --esto es una respuesta a una alusión, señor Presidente--,
a las costumbres de limpieza del Grupo Popular, pero sí me gustaría decir
que me parece importante subrayar por parte del Grupo Popular, e instar
por ello al señor subsecretario, tantos y tantos problemas que derivan de
una escasa comprensión de gobiernos anteriores por la importancia de la
defensa y promoción del principio de unidad de acción exterior y de la
necesidad de ocuparse también de la cocina de la política exterior, e
instarle a que esos esfuerzos, esos estudios y esas medidas que anuncia
puedan tener una concreción rápida y eficaz en los próximos tiempos.

De nuevo quiero felicitarle por la introducción, novedosa en esta
Comisión, de elementos que no solamente tienen que ver con la eficacia en
nuestra acción exterior sino que creo son garantía de su éxito.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Damos las gracias al señor
Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, con lo que terminamos
el tercer punto del orden del día.




--DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (ESPINOSA FERNANDEZ), A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA.

(Número de expediente 212/000278.)



El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Pasamos al cuarto y último punto
del orden del día, con la comparecencia de don Luis Espinosa Fernández,
Secretario General de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Tiene la palabra el señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (Espinosa Fernández): Gracias, Presidente.

Señorías, la comparecencia anterior del secretario de Estado de
Cooperación me evita volver a hacer toda una serie de literatura, y me
remitiré exclusivamente a las cifras del presupuesto de la Agencia
Española de Cooperación



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Internacional, que en su capítulo 1, gastos de personal, disminuye en un
3,76 por ciento; que en los gastos corrientes disminuye un 15,52 por
ciento; que en las transferencias corrientes e inversiones reales, que es
precisamente lo dedicado a cooperación, suma un 70,20 por ciento y un
57,91 por ciento, respectivamente, y que en transferencias de capital
disminuye un 5,19 por ciento. Como resumen global, el total presupuestado
de la Agencia Española de Cooperación Internacional sufre un aumento del
44,76 por ciento.

Dicho esto, debo decir también que la apelación posterior al crédito
ampliable, cuando el crédito consolidado esté gastado, se mantiene en la
cifra de 24.000 millones de pesetas.

Con esto --insisto-- creo que explicitando la doble solidaridad de este
presupuesto, como ha dicho el secretario de Estado, daría paso a las
preguntas que quisieran hacer sus señorías.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Muchas gracias por su brevedad,
además porque nos permitirá terminar dentro de una hora prudente la
sesión.

Tiene pedida la palabra solamente el Grupo Socialista. Tiene la palabra
el señor Fuentes.




El señor FUENTES GALLARDO: Intentaré seguir la brevedad de la que ha
hecho gala el señor secretario de la Agencia.

En primer lugar, respecto a los presupuestos de la Agencia, que suben,
según sus datos, de 18 a 26.000 millones, pregunto si ahí también puede
pasar como en las subvenciones a los proyectos de las ONG, es decir, si
se consolida parte del crédito ampliable que figuraba en la disposición
adicional vigésima de los Presupuestos Generales del Estado de 1995, y la
adicional decimoséptima de los Presupuestos Generales del Estado de 1996.

Es la primera pregunta.

En segundo lugar, usted sabe que en años anteriores los presupuestos
establecían que la Agencia Española de Cooperación Internacional podía
llegar hasta 24.000 millones de pesetas en proyectos de ayuda oficial al
desarrollo, y que, en la hipótesis de haber agotado la cantidad de 24.000
millones de pesetas, podían seguir aumentando, previo acuerdo del Consejo
de Ministros. Según mis datos, en los presupuestos de este año desaparece
esta última posibilidad, no la de los 24.000 millones, sino la de que el
acuerdo del Consejo de Ministros pueda sobrepasar el tope de 24.000
millones de pesetas. Si es así, quería saber la causa.

En tercer lugar, quería saber algo relacionado con el programa
Intercampus, en el que sé coincidirá conmigo en que ha sido y es algo muy
importante, que goza también de prestigio y aceptación en España y fuera
de España, y quería saber qué futuro tiene desde su punto de vista y qué
reflejo presupuestario tiene.

En cuarto lugar, en la memoria de los presupuestos de la Agencia Española
de Cooperación Internacional, aparece que la AECI tiene previsto
cofinanciar con la Unión Europea --cito textualmente-- a empresas
españolas para la realización de asistencias técnicas previas a las
licitaciones comunitarias.

Quería preguntarle cómo será el acceso a esas ayudas y qué porcentaje de
fondos propios deben aportar las empresas. Si puede ser me responde en
este momento o posteriormente, cuando usted pueda.

En quinto lugar, en la memoria aparece también la creación de una escuela
de formación de cooperación al desarrollo. Actualmente, usted sabe que
existe una amplia oferta de formación en España, centros especializados,
Casa de América, institutos de la mujer, universidades, etcétera. ¿Ha
evaluado usted la oferta de formación y la demanda de especialistas?
Por último, ¿tiene previsto la Agencia contratar cooperantes?



El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Tiene la palabra el señor
secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (Espinosa Fernández): Señoría, no sé si voy a ser capaz de
contestarle claramente, pero voy a intentarlo al menos.

En cuanto a la primera pregunta, he de decir que no pasa lo mismo con lo
que usted ha puesto como ejemplo en la comparecencia del secretario de
Estado. En las transferencias corrientes se pasa de un presupuesto de
12.049 millones a 20.507, es decir, un incremento de 8.458 millones en
transferencias corrientes para cooperación, un 70,20 por ciento,
dejándose completamente igual la posibilidad del crédito ampliable. Esta
cifra es 24.000 millones de pesetas. Por lo tanto, no pasa lo mismo,
nunca se ha gastado esa cantidad de 20.507 millones en ayuda de
cooperación y desarrollo; es un añadido que hace este presupuesto para la
cooperación.

Ante la segunda pregunta, debo decir que, efectivamente, se ha variado la
redacción en el sentido de que, tras gastarse los 20.000 millones, más
24.000 millones de crédito, ahí se acaba. Antes había una posibilidad:
tras los 12.000 millones, podían gastarse hasta 24.000 y luego, por
Consejo de Ministros, hasta el infinito. Las teorías son las teorías y
las realidades son las realidades. Puedo darle datos desde el año 1993,
pero por no cansarle le voy a dar solamente los del año 1995. Se
aprobaron 6.228 millones el 27 de julio de 1995; 2.387 el 20 de octubre
de 1995, y 6.539 el 20 de noviembre, lo cual, si la suma no falla, no
llegan a 15.000 millones. Podrá decirme que también el 23 de noviembre de
1995 se aprobó un nuevo expediente de 1.430 millones, pero
automáticamente se desechó porque había entrado ya el cierre
presupuestario, con lo cual fue algo no concedido.

El año anterior, es decir, el año 1994, fue bastante menor la cantidad de
crédito ampliable. El crédito ampliable jamás, insisto, jamás, ha podido
ser gastado. Y ello, entre otras cosas, porque, como sabe, para empezar a
gastar el crédito ampliable hay que haber gastado el crédito consolidado.

Y el crédito consolidado no se conseguía gastar, como mínimo, hasta el
segundo semestre, con lo cual no se iniciaban los proyectos de ampliación
de crédito hasta ese segundo semestre y cuando llegaban ya no había
tiempo.




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Antes le ha explicado el secretario de Estado, y yo reitero brevemente,
que precisamente la gran ventaja de la consolidación es que desde el día
1.o de enero están disponibles para el gasto, en ayuda al desarrollo, las
cantidades que están previstas en el presupuesto.

Sobre la tercera pregunta que ha hecho relativa al Intercampus tengo que
decir que ha dado una visión y yo no puedo dar la misma. Quiero decirle
que es el programa más criticado en todas las cancillerías
latinoamericanas e iberoamericanas. Dígalo usted como quiera. En muchos
casos se le conoce como el programa de las vacaciones pagadas. Y creo que
la cooperación no está por el camino de las vacaciones pagadas.

Indudablemente, se ha hecho una gran reforma en el Intercampus,
habiéndose reducido no la cuantía, sino la posibilidad. Se ha reducido a
que los profesores con programas de cooperación en países iberoamericanos
y los iberoamericanos en España sean los beneficiarios. Estoy convencido
de que la experiencia de este primer cambio llevará a un segundo, que
será el definitivo, que puede pasar, entre otras cosas, porque
desaparezca este programa como tal o porque se amplíe con nuevas
competencias.

El cuarto punto se refiere a lo de la memoria, en el sentido de las
licitaciones. Creo que, desde mi punto de vista --y puedo estar
equivocado--, me ha parecido entenderle que se amplía el concepto para el
cual se hace esto. Usted sabe que ECHO es una agencia comunitaria, que
trata de la ayuda alimentaria y de emergencia a los países. Tiene una
serie de listas cortas y largas en las que las empresas tienen que
inscribirse, clasificarse, licitar, para poder intervenir en los
programas de ayudas de emergencia y alimentaria. Es precisamente ahí
donde está el rubro de una cantidad a mi juicio nada importante para
esto. Además, este rubro está en todos los programas de todos los países
de la Unión Europea. El no tenerlo nosotros significaría una
discriminación hacia nuestras empresas, lo cual me parece poco propio.

Creo que es bueno que las empresas en este país también ayuden a la
cooperación, que a la cooperación se puede ayudar de bastantes maneras,
porque tenga en cuenta que la cooperación, al menos en la definición más
extendida, es la ayuda que se concede a un país, a una sociedad
determinada, para que eleve su nivel de vida y desarrollo.

En cuanto a la escuela de formación de cooperación, si se entiende por
tal escuela la realización de un edificio o de una estructura física
donde se den unas enseñanzas regladas, cuyo final sea una titulación de
cooperación, no es algo que esté en la mente del actual equipo. Lo que sí
está es dotar a las personas que quieren llevar su vida profesional o
parte de ella por el camino de la cooperación, de una serie de
conocimientos que les permitan saber bien qué es la cooperación, qué no
es la cooperación, quitar un tanto de mesianismo, que algunas veces,
lamentablemente, lo hay y hacer que estas personas vayan a la cooperación
con unas capacidades adquiridas. Pero esto no significa, insisto, que
tenga que hacerse en algo creado como una estructura fija y ex novo, sino
que se pueden aprovechar perfectamente cantidad de organismos y de
instituciones ya existentes, quizá con algunos ajustes en sus programas o
quizá sin ellos. Pero no está en la mente de la Agencia Española de
Cooperación Internacional realizar unas estructuras ni crear nuevas
formas de cooperación.

Perdone, pero me ha hecho una quinta pregunta que en este momento no
recuerdo. Lo siento. Si me la vuelve a repetir le contestaré.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): ¿Quiere volver a formularla,
señor Fuentes?



El señor FUENTES GALLARDO: ¿Tiene previsto la Agencia contratar
cooperantes?



El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (Espinosa Fernández): No como tales cooperantes. La
cooperación española sabe que normalmente se hace a través de las OTC, a
través de programas bilaterales, por los que se contratan a esos
cooperantes. Nosotros tenemos una serie de ayudas para los jóvenes
cooperantes en organismos de Naciones Unidas, en Cruz Roja, etcétera, que
pagamos por medio de unas becas, pero no sé exactamente la contratación.

Con la ley de cooperación, si es que se aprueba también la ley del
voluntariado, quizá esto pueda cambiar, pero en principio, como habrá
visto en los rubros del presupuesto, no hay ninguna partida para esa
posible contratación.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): El señor Fuentes puede hacer uso
de la palabra para una breve intervención.




El señor FUENTES GALLARDO: Señor Espinosa, en el año 1995, según mis
datos, el gasto real de la Agencia Española de Cooperación Internacional
fue de 29.454 millones de pesetas y 8.000 millones en vías de ejecución.

En total, 37.454 millones de pesetas. Finales de 1995.

Usted dice que tienen 26.000 millones y 24.000 en crédito ampliable. Me
parece, en primer lugar, una cierta contradicción con anteriores
afirmaciones, no por su parte, sobre la maldad de los créditos
ampliables. Pero aparte de eso, a final del año lo veremos, a final de
año sumaremos; sumaremos lo que aparece, sumaremos la parte utilizada del
crédito ampliable y estableceremos las diferencias. Pero como dato, que
estoy seguro que coincide con los suyos, el presupuesto a finales de
1995, entre lo realmente ejecutado y en vías de ejecución, era de 37.454
millones de pesetas.

Con respecto al Intercampus, tengo que decir que cada uno habla con un
sector diferente. Yo no dudo que los sectores con los que ha hablado
critiquen de forma demoledora el programa Intercampus. Con los sectores
que nosotros hemos hablado no lo critican de esa forma. Tal vez todo el
mundo tenga parte de razón, pero no me parece riguroso descalificar el
programa Intercampus con la afirmación de vacaciones pagadas. Y más en el
tono que estamos manteniendo en esta Comisión. Yo no digo que haya
elementos criticables dentro del programa Intercampus, como en cualquier
otra acción. Pero la descalificación de esa forma, perdóneme la
expresión, un poco frívola, de que son vacaciones pagadas me parece que
no se corresponde



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con la realidad. ¿Que hay disfunciones en Intercampus? Seguro que las
habrá. Intentemos arreglarlas, pero si hay una cierta parte de razón en
críticas que se hagan, que no lo dudo, tampoco podrá obviar que debe
haber una importante parte de razón entre la gente que apoya, defiende y
quiere que siga adelante el programa Intercampus. No quiero hacer el
juego maniqueo de buenos y malos y blanco y negro. Tal vez todos tengan
una parte de razón, pero partiendo de esa base no me parece correcto, y
no insisto más en este tema. Usted ha dicho, quizá, de una forma
coloquial, pero no me parece correcto, en una comparecencia de este tipo,
hacer esa descalificación en base a que son vacaciones pagadas.

En la pregunta que le hice en cuarto lugar, no hablo tanto de cantidades
como de los conceptos que aparecen en la memoria. Quisiera saber --pero
si ahora no puede ser, lo entendería perfectamente y cuando sea posible
lo puede contestar-- cómo será el acceso a esas ayudas por parte de las
empresas --yo no lo discuto, únicamente lo quiero conocer--, y qué
porcentaje de fondos propios deben aportar las empresas. Tal vez todavía
no se sepan --si no se sabe, cuando usted pueda nos lo comunica-- las
previsiones que hay, para que tengamos conocimiento de esto. Simplemente
era una pregunta sin otro ánimo que tener información sobre este campo.

Acepto sus explicaciones sobre el tema de la cooperación y creo que son
importantes varias cosas. Hay ahora mismo una mayor oferta de formación
que demanda de especialistas --tal vez pase eso-- y me parece bien que se
aprovechen los instrumentos que existen ahora, que se coordinen. No
estamos defendiendo ni siquiera la existencia de una especie de nueva
universidad para formar a cooperantes, no era ése nuestro ánimo, sino
únicamente preguntar cuál era la opinión del Gobierno, del Ministerio de
Asuntos Exteriores sobre este tema.

Nada más, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Dado que usted ha expresado
solamente opiniones políticas, luego consideraciones en torno a lo dicho
por el señor secretario general, y no nuevas preguntas, dejo a merced del
secretario general la voluntad de hacer alguna consideración, aunque sea
breve, si quiere.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (Espinosa Fernández): Voy a ser muy breve.

Quisiera hacer una consideración fundamentalmente. Si en algún momento ha
podido parecerle al señor Diputado una descalificación por mi parte, le
ruego disculpe porque no ha sido ésa la intención en ninguno de los
casos. Sencillamente le he dicho que hay opiniones de muchos tipos y que
van desde algunas personas de altura que calificaban ese club como de
vacaciones hasta lo contrario, sin ánimo de descalificar un programa que
he dicho que está en reestudio y puede ser que desaparezca o que sea muy
apoyado y sea diferente.

Sólo una cosa más, respecto al dinero, que me parece importante. En el
año 1995 la cantidad exacta que se ha ejecutado del presupuesto ha sido,
incluido el programa 800.X, de 29.859.503.000 millones de pesetas. Si
usted quiere comparar el presupuesto final, que no es el ejecutado como
sabe, que es 36.419.620.000 millones de pesetas --creo que es la cifra
que usted tiene--, es el consolidado más créditos, solamente se ha podido
ejecutar 29.000 millones de pesetas. No obstante, comparando
homogéneamente, en cualquier caso da un beneficio de un 44,47 por ciento
de incremento a los presupuestos actuales. Si usted lo quiere en
consolidado, en consolidado, si lo quiere en consolidado más los créditos
ampliables, en esta categoría.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Tiene la palabra por un tiempo
muy breve el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Intervengo para agradecer, como no podía ser
de otra manera, la comparecencia del Secretario General de la Agencia
Española de Cooperación Internacional y decir, señorías, que, en opinión
de nuestro grupo parlamentario, estamos ante un esquema presupuestario
casi perfecto. Lo de casi perfecto puede parecer un voluntarismo, pero no
lo es tanto si estudiamos y observamos la estructura del presupuesto de
la Agencia Española de Cooperación Internacional, una estructura muy
mejorada. Y en eso, señorías, consiste el cambio también, en mejorar las
cosas en base a experiencias anteriores, lo cual no se puede negar por
parte del anterior interviniente. Y tampoco es un voluntarismo si
consideramos los compromisos electorales del partido en el Gobierno; unos
compromisos electorales en los que se decía con toda claridad que se iba
a producir un ejercicio de austeridad donde se podía y se debe producir,
en el capítulo de personal.

Aquí se han resuelto holguras presupuestarias de años anteriores, se ha
disminuido la retribución a altos cargos, SS. SS. conocen los
presupuestos que nos ha presentado el secretario general, y se ha
producido una importante disminución en el capítulo de compra de bienes
corrientes y servicios, algo así como del 15,5 por ciento, lo cual es
extraordinariamente relevante puesto que supera con mucho la media del
resto de los departamentos. Pero con todo esto, y como también era un
compromiso del Partido Popular, se ha dado un salto importantísimo y sin
precedentes al impulso de solidaridad y a la dotación para la cooperación
al desarrollo, por mucho que se pretendan hacer intervenciones
confundiendo presupuestos consolidados y presupuestos sin consolidar por
anteriores intervinientes.

Termino, señorías, señor Presidente, recordando a todos ustedes que la
política de cooperación es una cuestión de Estado como la política
exterior, y tratar de romper esto no se puede entender si no es desde
posiciones partidistas o quizá sectarias y, desde luego, desde la
irresponsabilidad.




El señor VICEPRESIDENTE (Milián Mestre): Agradecemos la comparecencia de
don Luis Espinosa Fernández, Secretario General de la Agencia Española de
Cooperación Internacional.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y diez minutos de la tarde.