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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 54, de 24/09/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1996 VI Legislatura Núm. 54



JUSTICIA E INTERIOR



PRESIDENTE: DON RODOLFO MARTIN VILLA



Sesión núm. 7



celebrada el martes, 24 de septiembre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Director General de la Guardia Civil (López
Valdivielso) para informar sobre las medidas de reestructuración de las
competencias de la Guardia Civil, según el desarrollo de los pactos de
investidura, y el redimensionamiento del papel de dicho Cuerpo en la
defensa nacional y su dotación de personal. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

(Número de expediente 212/000009.)



Se abre la sesión a las diez de la mañana.




--COMPARECENCIA DEL DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (LOPEZ
VALDIVIELSO) PARA INFORMAR SOBRE LAS MEDIDAS DE REESTRUCTURACION DE LAS
COMPETENCIAS DE LA GUARDIA CIVIL, SEGUN EL DESARROLLO DE LOS PACTOS DE
INVESTIDURA, Y REDIMENSIONAMIENTO DEL PAPEL DE DICHO CUERPO EN LA DEFENSA
NACIONAL Y SU DOTACION DE PERSONAL. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
212/000009.)



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El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Buenos días.

Comienza esta sesión de la Comisión de Justicia e Interior con la
comparecencia del director general de la Guardia Civil para informar
sobre las medidas de reestructuración de las competencias de la Guardia
Civil, según el desarrollo de los pactos de investidura,
redimensionamiento del papel de dicho Cuerpo en la defensa nacional y su
dotación de personal.

Esta presidencia da la bienvenida a don Santiago López Valdivielso, como
se la damos a todas las autoridades que comparecen ante esta Comisión,
pero en este caso es especialmente cordial en atención a los muchos años
que ha permanecido en esta Cámara, ya que incluso en esta misma
legislatura perteneció a ella como Diputado por Valladolid.

Tiene la palabra el director general de la Guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Muchas
gracias, señor Presidente. Y, si me lo permite, antes de nada, y en
relación con sus palabras, quiero poner de manifiesto, en esta mi primera
comparecencia en el Congreso de los Diputados, que para mí es un gran
honor y me produce una gran satisfacción personal comparecer hoy aquí,
volver a esta casa, donde he pasado tantas horas, algunas de ellas
compartidas con muchas de SS. SS., durante los más de diez años que fui
miembro de esta Cámara.

La comparecencia solicitada por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya se refiere a una serie de cuestiones. Si
me lo permite el señor Presidente, las abordaré, pero no en el mismo
orden.

La solicitud se refiere, como punto de partida, a las competencias de la
Guardia Civil. Como SS. SS. saben perfectamente, las misiones, las
competencias de la Guardia Civil están recogidas en la Ley Orgánica de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que genéricamente dice que las de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, son --y sólo las enumero--: velar por el
cumplimiento de las leyes y ejecutar las órdenes de las autoridades,
auxiliar y proteger a las personas y custodiar los bienes, vigilar y
proteger los edificios públicos, proteger a las altas personalidades,
mantener el orden y la seguridad ciudadana, prevenir la comisión de
delitos, investigar los delitos que se cometen; captar, recibir y
analizar datos de interés para el orden público y colaborar en las tareas
de protección civil.

Dentro de estas competencias genéricas de todas las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, a la Guardia Civil se la encomienda la ejecución de estas
funciones en todo el territorio nacional y en todo el mar territorial,
excepto de las capitales de provincia, núcleos de población y términos
municipales que el Gobierno determine que quedan a cargo del Cuerpo
Nacional de Policía.

Además de estas competencias exclusivas de la Guardia Civil, recogidas en
el artículo 12 de la ley a la que me he referido, que son las derivadas
de la legislación sobre armas y explosivos, el resguardo fiscal del
Estado; la vigilancia del tráfico, tránsito y transportes por vías
interurbanas; la custodia de vías de comunicación, costas, fronteras,
puertos y aeropuertos; la vigilancia de los recursos de la naturaleza, la
conducción de presos y detenidos y cuantas la legislación vigente
atribuya a la Guardia Civil. Ese es el marco competencial de la Guardia
Civil.

En definitiva, nuestras misiones son proteger y dar seguridad a los
ciudadanos y proteger sus intereses y sus bienes, lo que constituye una
de las obligaciones básicas del Estado, ya que ustedes saben que el
empleo y la seguridad son las dos principales demandas que la sociedad
hace a sus gobernantes. Por ello, lo primero que debemos plantearnos
quienes compartimos la responsabilidad es tener muy claro cuáles son los
riesgos que amenazan esa seguridad. Sin ánimo de ser exhaustivo, les
enumeraré cuáles son, a nuestro juicio, los riesgos que amenazan la
seguridad de los españoles.

El principal sigue siendo, sin duda, el terrorismo de ETA. Por tanto,
luchar contra ETA constituye el principal objetivo que hoy tiene ante sí
la Guardia Civil, objetivo compartido por la inmensa mayoría del pueblo
español. Nuestro convencimiento de que esa partida la vamos a ganar es
absolutamente inquebrantable. Además, podemos, debemos y queremos
hacerlo, como no podría ser de otra manera, desde la más estricta
legalidad, desde la total fidelidad al Estado de Derecho y desde el más
escrupuloso respeto a los derechos humanos. Yo soy consciente, en la
Guardia Civil somos conscientes, de que hay o puede haber sectores de la
sociedad que disculparían otras actitudes, otras formas de proceder, y
que creen que el fin justifica los medios y, por tanto, que en esta lucha
no tendría que haber límites. Yo digo ahora, porque creo que es bueno que
lo repitamos cada vez que tenemos oportunidad, que eso es un error; estoy
convencido de que todas SS. SS. coinciden conmigo en que eso es un error
y que sólo el estricto respeto y acatamiento de las leyes, que, entre
otras cosas, es precisamente lo que nos sepa de los terroristas, nos da
fuerza moral.

Además, estamos afianzados por el amplio consenso político de todas las
fuerzas democráticas para luchar contra el terrorismo, con la certeza de
que, mejorando nuestra eficacia en lo que podamos, acabaremos con este
territorio etarra. Lamentablemente, acabar con ETA no podrá ser cuestión
de cien días, pero tampoco debe ser cuestión de cien años. En los últimos
meses, la actividad de la Guardia Civil en materia antiterrorista se ha
intensificado y hemos tenido unos cuantos --no pocos-- éxitos
importantes. Y que conste --quiero dejar esto muy claro-- que no quiero
apuntarlos a lo que hemos hecho en los últimos meses; tengo claro que
esto no es sólo fruto de nuestra gestión --nada más lejos de mi
intención--, sino que algunos asuntos estaban trabajándose desde mucho
antes de que yo estuviese al frente de la Guardia Civil y han dado sus
frutos ahora. Por otra parte, tenemos muy claro que los éxitos no son de
tal o cual cuerpo, no son de la Guardia Civil, de la Política Nacional o
de la Policía autónoma vasca. Los éxitos en la lucha antiterrorista son
éxitos, primero, de toda la sociedad y, segundo, de todas las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado en su conjunto; una vez rematará una
operación la Guardia Civil, otra lo hará la Policía



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Nacional y otra lo hará una policía autonómica. Lo importante es que unos
y otros nos coordinemos para, entre todos, conseguir éxitos, al margen de
absurdas y estériles disputas para apuntarse méritos o medallas. Digo
esto para que conste, para que quede muy claro, cuál es el espíritu en la
lucha contra el terrorismo.

El narcotráfico constituye sin duda el segundo de los grandes retos a los
que se enfrenta nuestra seguridad; no sólo por el terrible daño que la
droga produce en la sociedad española y, sobre todo, en los más jóvenes,
sino por la multitud de actitudes delictivas que aparecen siempre ligadas
al tráfico de estupefacientes. Aquí también es fundamental la
coordinación entre la Guardia Civil, Policía Nacional, Servicio de
Vigilancia Aduanera, policías autónomas, etcétera, y tengo que decir que
en la última reunión del Consejo Superior de la Lucha contra el Tráfico
de Drogas, que tuvo lugar el 31 de julio, se firmaron una serie de
acuerdos dirigidos a conseguir la mayor coordinación en la lucha contra
el narcotráfico.

El tercer gran problema para la seguridad de los ciudadanos es lo que
todos conocemos como la delincuencia común. Es muy importante porque, aun
siendo menos grave que el terrorismo o el narcotráfico, afecta a un
número mayor de ciudadanos y además lo hace de forma más cotidiana.

He de señalar, lo pongo de relieve en el seno de esta Comisión, que en
los últimos años se ha producido un crecimiento sostenido en el número de
delitos cometidos en nuestro país. En concreto, en lo que es demarcación
de la Guardia Civil, el crecimiento en 1995 ha sido de más del 7 por
ciento, produciéndose los mayores aumentos en los delitos contra la
propiedad, robo y hurto, y es algo que tenemos que tener muy en cuenta
para la fijación de nuestros planes de prevención de comisión de delitos
y en torno a la seguridad ciudadana.

Como riesgos emergentes, para terminar esta parte de mi intervención, a
los que hay que prestar sin duda atención, yo citaría los que pudiéramos
llamar delitos económicos, empleo ilícito, falsificación de valores,
operaciones ficticias, blanqueo de dinero, aumento de la actividad del
proselitismo en sus muy diversas variantes, sectas, prostitución
infantil, comercio humano y lo que podríamos llamar delitos informáticos.

La experiencia de otros países, de cómo ha ido evolucionando este tipo de
delitos, nos muestra hasta qué punto debemos ser precavidos y estar muy
atentos a ello.

Ante esta enumeración de cuáles son los riesgos para la seguridad de
nuestros ciudadanos, ¿qué podemos hacer para luchar de forma más eficaz
contra todo este conjunto de riesgos y amenazas a nuestra seguridad
interna?
En nuestra opinión, en lo que es mi competencia directa, la actuación de
la Guardia Civil a los nuevos desafíos de la seguridad ciudadana debe
realizarse sobre tres grandes líneas de acción: la racionalización de
nuestra estructura orgánica y territorial, la adecuación tecnológica de
nuestros medios materiales y la potenciación de nuestros recursos
humanos.

La racionalización de la estructura orgánica y territorial de la Guardia
Civil ha sido la primera tarea que nos hemos marcado en el calendario.

Con esta reforma, nuestro objetivo, por un lado, es tener una estructura
más flexible, más operativa, más eficaz, y, por otro, liberar el máximo
número posible de hombres dedicados a tareas administrativas,
burocráticas o de apoyo para trasladarnos a funciones puramente
operativas, donde pueden dar un servicio directo a la seguridad de los
ciudadanos.

La reestructuración de la dirección general tendrá dos etapas. En primer
lugar, una, que ya se ha culminado en su manifestación legal, por decirlo
de alguna forma; el real decreto de organización del Ministerio del
Interior ha reducido a tres las cinco subdirecciones generales que
existían en la Guardia Civil, suprimiendo la subdirección de la
Inspección General y transformando o convirtiendo lo que era una
subdirección también del gabinete técnico en un gabinete genuino de apoyo
al director general. Segundo, estamos elaborando una orden ministerial de
desarrollo del mencionado real decreto que reducirá y racionalizará la
estructura de todas las unidades de rango inferior a la de subdirección
general. Finalmente, vamos a revisar en profundidad el catálogo de
puestos de trabajo del órgano central, de forma que se adapte a la nueva
estructura y reduzca el personal destinado en él. Como hemos señalado,
todo el personal liberado de las tareas burocráticas será transferido a
unidades operativas.

En segundo lugar, acometeremos una adaptación y simplificación de la
estructura territorial de la Guardia Civil. Los objetivos de esta
reorganización territorial serán, en primer lugar, adecuar de forma
definitiva la organización territorial de la Guardia Civil a la
estructuración autonómica del Estado y para ello constituiremos una zona
de la Guardia Civil por cada comunidad autónoma. Segundo, buscaremos una
simplificación de la estructura territorial, suprimiendo alguno de los
escalones de mando intermedios, y, por último, en cada provincia habrá
una comandancia. El personal disponible, como consecuencia de esta
simplificación --insisto-- pasará a ser destinado también a unidades
operativas.

En este último punto, la existencia de una comandancia por provincia, sé
que ha creado ciertos recelos en alguna de las provincias afectadas, como
pueden ser Cádiz o el Principado de Asturias, y quiero dejar muy claro
ante esta Comisión de Interior del Congreso que esta reorganización en
absoluto va a suponer ni una merma de los efectivos ni cierre de ninguna
de las instalaciones que la Guardia Civil tiene en esas provincias; por
el contrario, por tratarse de dos provincias con unas características
especiales, con una especial conflictividad, estamos pensando en
incrementar los efectivos. Se trata, pues, y lo quiero dejar muy claro,
de una reestructuración podemos decir burocrática o administrativa que
busca una mayor eficacia.

Hablemos, por ejemplo, del Principado de Asturias. Asturias, tras la
reestructuración, será una zona de la Guardia Civil que dejará de
depender de La Coruña, es decir que, en cierto modo, por decirlo de
alguna manera, con respecto a la situación actual, tendrá más rango en lo
que a presencia de la Guardia Civil se refiere, y tendrá una comandancia,
o sea, zona y comandancia. Por explicarlo de otra manera, ahora, en
Asturias, hay dos tenientes coroneles de la



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Guardia Civil; después habrá un coronel y un teniente coronel. Insisto,
no se cerrará ninguna de las instalaciones actuales, ni se reducirán los
efectivos y la presencia de la Guardia Civil en Asturias, ni habrá menos
presencia de la Guardia Civil. Ahora hay dos estructuras, dos
organizaciones, una en Oviedo y otra, en Gijón, que se llaman
comandancias, y después seguirá habiendo dos estructuras, dos
organizaciones, una será la zona y otra, la comandancia.

¿Qué ganamos con esto? Que se reducirá lo que en la estructura se conoce
como una plana mayor, con funciones puramente burocráticas, que supone no
menos de treinta o treinta y cinco efectivos, treinta o treinta y cinco
personas, que no se reducirán en su conjunto --insisto--, sino que se
dedicarán a tareas operativas. En todo caso, éste es un proceso que
estamos planteando, que tendrá unos plazos para su puesta en práctica y
--veo que hay Diputados por Asturias-- estoy a disposición de los señores
Diputados, de todos, para darles cuantos detalles precisen en relación
con esta reestructuración territorial.

Por último, hablando de este capítulo, esta reestructuración territorial
tiene necesariamente que venir acompañada de un plan de actualización del
despliegue de la Guardia Civil. En este punto, quiero dejar muy claros
dos principios básicos que van a guiar nuestra acción. En primer lugar,
que este plan de actualización del despliegue no puede, ni debe, ni va a
ser un mero plan de reducción de cuarteles; no hay un plan de reducción
de cuarteles y mucho menos aplicando a esa posible reestructuración
criterios pura y simplemente economicistas, porque lo más importante para
nosotros --supongo que para ustedes también-- es la seguridad de los
ciudadanos. No hay un plan de cierre de cuarteles, insisto. En segundo
término, no se realizará ninguna actuación concreta sin antes haberlo
consensuado con todas las instituciones involucradas o afectadas.

Dicho todo esto, resulta evidente que la nueva distribución de la
población española, los modernos medios de transporte y comunicaciones
que hoy nos ofrecen las tecnologías actuales, por un lado, y la escasez
de nuestro presupuesto, por otro, nos obligan ciertamente a una reflexión
sobre el despliegue de la Guardia Civil, que proviene --no lo olviden SS.

SS.-- del siglo XIX. Este plan necesariamente tendrá que compatibilizar
los criterios operativos con el estado de las infraestructuras, con las
posibilidades de personal, así como, por qué no decirlo, la intensidad de
las demandas sociales que en cada momento se planteen.

En este último punto, estamos dispuestos a facilitar todo tipo de
convenios, de colaboración con comunidades autónomas, entes locales o
provinciales, para subsanar el déficit presupuestario de infraestructuras
que padecemos.

Finalmente, quiero destacar que uno de los objetivos de este plan de
actualización de nuestro despliegue será mantener el máximo contacto con
el terreno y con las gentes que pueblan nuestra zona rural, porque eso es
precisamente una de las misiones de la Guardia Civil.

Permítanme dar a SS. SS. algunos datos en relación con esto. A 31 julio
de 1996, tenemos 2.423 puestos rurales. Por poner algunos ejemplos, sólo
en la provincia de Badajoz tenemos 100 cuarteles; en Valencia, 84; en
Madrid, 140 y en Sevilla, 81. De los 2.423, 413 tienen cinco o menos
efectivos y, según informe de la Subdirección General de Apoyo, de esos
2.423, sólo 1.381 están en buen estado; 713, en muy mal estado y 660 en
estado regular, teniendo en cuenta que lo de buen estado y estado regular
es desde la perspectiva de la austeridad con la que ellos mismos
contemplan la situación de las instalaciones. Esta es una realidad que
todos tenemos que asumir. Por tanto, a pesar de que --insisto-- no hay
ningún plan de cierre de cuarteles, todos tendremos que ver si es posible
mantener la estructura tal y como está o si tenemos que ponernos de
acuerdo en que hay que hacer otros planteamientos.

La segunda gran línea de trabajo que nos hemos marcado es la puesta al
día tecnológica de la Guardia Civil. Este esfuerzo que estamos decididos
a comenzar de forma inmediata, pero que sólo podremos culminar a largo
plazo, tendrá el freno de las restricciones presupuestarias que nos
impone la actual situación económica; a nadie se le oculta. Es difícil
hablar de afrontar retos tecnológicos para una organización que se ve
obligada a gastar el 92 por ciento de su presupuesto en retribuciones de
personal. No creemos necesario insistir demasiado en la penosa situación
financiera heredada del equipo anterior en la Guardia Civil, pero baste
señalar, como ejemplo, que el agujero presupuestario que nos hemos
encontrado en la Guardia Civil asciende a cerca de 40.000 millones de
pesetas. Sin embargo, ni queremos ni podemos apelar a la herencia
recibida para condenar a la Guardia Civil a la obsolescencia tecnológica.

Por el contrario, aun conscientes de las enormes dificultades
presupuestarias que toda la Administración pública atraviesa, como
consecuencia de la voluntad del Gobierno de sanear la economía e
incorporar nuestro país a la Unión Monetaria --la voluntad del Gobierno,
y yo creo que del país en su conjunto--, queremos y debemos seguir
pensando en el futuro. A la velocidad que avanza la tecnología, no
podemos permitirnos que la delincuencia organizada nos supere
definitivamente en esa carrera de medios que se ha desatado en muchos
campos de la seguridad.

Cierto es que las restricciones presupuestarias nos obligan a abrir un
período previo de reflexión que nos permita establecer con claridad
cuáles son los objetivos y las prioridades. En este sentido, sin poder
desatender otras muchas necesidades de material que nos apremian, como
pueden ser vehículos, armamento, etcétera, en los proximos años queremos
realizar un especial esfuerzo en comunicaciones y en informática, porque
nos parece que es fundamental para enfrentarnos al futuro. Estos dos
componentes son los elementos operativos básicos en la acción de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en el futuro; por tanto, no podemos
desatenderlos y es preciso hacer un esfuerzo importante en esta materia.

No obstante, es cierto que ese esfuerzo en transmisiones informáticas
debemos simultanearlo con una adecuación en materia de acuartelamiento.

Me gustaría que, cuando viajen por su circunscripción, se acercasen a los
cuarteles de la Guardia Civil, viesen su estado, hablasen con los
guardias y conociesen sus inquietudes, sus problemas. Insisto en que me
gustaría que lo hiciesen para que la realidad de la Guardia Civil la
conociesen no solamente



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por lo que este humilde Director General les pueda decir; que comprueben
con sus propios ojos cuál es la situación de la infraestructura rural de
la Guardia Civil y, por tanto, el esfuerzo que hay que hacer en ese
campo.

Nuestra tercera gran línea de actuación será la atención y potenciación
de nuestros recursos humanos. La mejor organización y los más modernos
medios materiales no servirían de nada --y en eso creo que SS. SS.

estarán de acuerdo conmigo-- si no contásemos con la disposición y la
capacidad de un personal convenientemente formado y motivado. Hemos de
partir de una realidad previa, y es que la situación no es buena, desde
el punto de vista de personal de la Guardia Civil. Yo no voy a hablar de
jornada laboral, que creo que es una expresión que no cuadra con la
Guardia Civil, dado su carácter militar, pero sí puedo decir que la media
de horas de servicio de un guardia civil es más de 44 a la semana. Hay,
además, una importante falta de regulación de las condiciones de su
trabajo, del desarrollo de sus funciones y de su carrera profesional. Voy
a poner un ejemplo. La hora nocturna o trabajada en día festivo tiene una
compensación económica para un guardia civil de 70 pesetas, una cantidad
que, además, ha estado congelada en los últimos tres años.

Todos estos son problemas viejos y complejos que exigen soluciones a
largo plazo. Yo en este momento no soy capaz de plantear soluciones a
corto plazo, ni siquiera a medio --son soluciones a largo plazo--, pero
ello no nos exime de la responsabilidad de empezar a trabajar para
cambiar alguna de estas realidades. ¿Cómo? Insisto, y se lo digo con toda
claridad, créanme SS. SS. que estamos empeñados en ello, estamos
planteando posibilidades, pero tendremos que ir avanzando muy poco a poco
en la mejora de la situación.

El exceso de horas de trabajo tiene una explicación muy sencilla y es que
los efectivos de los que dispone la Guardia Civil son insuficientes o no
están en proporción a las misiones que tiene encomendadas y a las
demandas sociales que se les pide. A nuestro juicio, la solución a este
problema requiere distintas líneas de actuación, entre las que podría
señalar, y que darán fruto a largo plazo, como he dicho antes, en primer
lugar, una reflexión sobre el reparto de tareas entre los distintos
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Creemos que es preciso, según
he explicado, una revisión de la orgánica y el despliegue operativo
dentro de la Guardia Civil, en lo que ya estamos, que nos permita
transferir recursos humanos de tareas burocráticas a tareas operativas y,
finalmente, que es preciso desarrollar la figura del guardia civil de
empleo, ya prevista en la legislación; no nos estamos inventando nada,
pues, como en casi todos los sistemas, está ya todo inventado.

Simplemente se trataría de poner los medios para desarrollarlo. Con el
guardia civil de empleo nos planteamos la posibilidad de incrementar
temporalmente los efectivos del Cuerpo a un costo razonable, con una
mayor flexibilidad en la política de personal. La puesta en práctica de
todo este conjunto de políticas creemos que a medio y largo plazo nos
permitirá mejorar las condiciones de prestación del servicio de los
guardias civiles, sin que por ello se vea deteriorada la seguridad
ciudadana.

En materia legislativa, ya que hemos hablado de la necesidad de poner en
marcha cosas que ya están reconocidas por la legislación, nos encontramos
en pleno desarrollo de un nuevo régimen de personal que comienza en 1994,
con la aprobación por el Parlamento de la Ley 28/1994, por la que se
completa el régimen de personal de la Guardia Civil en aquellos aspectos
específicos del Cuerpo no regulados por la Ley 17/1989, relativa al
personal de todas la Fuerzas Armadas. Este desarrollo legislativo genera
dos tipos de problemas: por un lado, la aplicación de la normativa ya
aprobada en los últimos años, pero que ha sido poco desarrollada en la
práctica y, por otro, un amplio número de normas pendientes aún de ser
tramitadas. Y sobre esto sí que tengo que decir que nos hemos encontrado
con un importantísimo retraso normativo. A nosotros nos parece
injustificable que sobre cuestiones derivadas de leyes de 1989 y de 1994
no se haya hecho ningún tipo de desarrollo normativo y que todo esté
prácticamente pendiente. Parece ser que a otros les preocupaban otros
asuntos más lucrativos que desarrollar normativamente todo lo relacionado
con la Guardia Civil.

Una vez analizados los problemas a los que nos enfrentamos y las grandes
línea políticas que pondremos en marcha desde la Guardia Civil para
darles respuesta, quiero finalizar con una breve referencia a las
prioridades operativas.

En relación con la seguridad interior, son tres los servicios a los que
dedicaremos un esfuerzo especial en los próximos años, sin que esto
signifique en absoluto el abandono del resto. Fíjense, además, que antes
les he dicho que para nosotros es prioritaria la lucha contra el
terrorismo y todos los medios que pongamos al servicio de esa lucha ahí
están. Pero, al margen de eso, para nosotros hay tres servicios que
necesitan una especial atención: la Policía judicial, el servicio
marítimo y el servicio de protección de la naturaleza.

La actuación de la Policía judicial es especialmente crítica. Actualmente
estamos al 50 por ciento de los efectivos teóricos de guardias civiles
dedicados a las tareas de las funciones de Policía judicial. En 1995, las
unidades orgánicas de Policía judicial sólo llegaron a realizar
inspecciones oculares, por falta de personal, en menos del 6 por ciento
de los delitos denunciados. Es decir, que nuestra Policía judicial sólo
puede hacer inspecciones oculares en el 6 por ciento de los delitos que
nos fueron denunciados.

Las carencias operativas y de material son aún mayores que las de
personal; por eso decimos que esto va a exigir un esfuerzo para poner al
día un servicio esencial, tanto para un correcto funcionamiento de la
justicia en nuestro país como para garantizar la seguridad de los
ciudadanos.

Un segundo servicio potencial es el servicio marítimo. El reforzamiento
de la protección de la frontera sureuropea, en concordancia además con lo
dispuesto por el Tratado de Schengen, la lucha contra el narcotráfico, la
inmigración ilegal y el contrabando, son motivos más que suficientes que
apoyan nuestra voluntad de potenciar este servicio. Como ustedes saben,
el servicio marítimo fue creado --y creo que fue una excelente
iniciativa-- en 1991 y ha venido desarrollándose con extraordinaria
eficacia en los últimos años.




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A finales de 1996 está previsto alcanzar un despliegue de doce servicios
marítimos provinciales, con veintiocho embarcaciones. Hoy hay diecinueve
y el resto está en proceso de fabricación.

Por último --aunque luego, si quieren, volvemos sobre estos asuntos,
estoy simplemente enunciándolos--, creo que la especial preocupación del
Gobierno y, como dije antes, de toda la sociedad por el medio ambiente
nos obliga a potenciar el Servicio de protección de la naturaleza, el
Seprona, cuya creación fue también en su día un magnífico acierto de la
Administración anterior; creemos que hay que dotar a sus unidades de
personal y medios materiales adecuados a las particularidades de cada
zona. El Seprona está desplegado en todas las provincias, pero es
necesario crear destacamentos en los espacios naturales protegidos, por
ejemplo, e incrementar el personal especializado en algo que supone una
de nuestras mayores amenazas que son los incendios forestales. Nuestro
objetivo sería alcanzar al final de 1998 un total de 1.500 efectivos para
este servicio.

Por otro lado, quiero referirme a una cuestión que se plantea por parte
del Grupo solicitante de la comparecencia que es lo que hemos llamado las
misiones militares de la Guardia Civil. Es uno de los aspectos
importantes a desarrollar. La Guardia Civil está llamada a jugar un papel
mucho más activo y relevante en la defensa nacional del que desempeña
actualmente. Y existen, a mi juicio, tres razones para ello. En primer
lugar, porque así lo prevé la legislación vigente; como decía antes, no
hemos inventado nada. La Guardia Civil tiene ya misiones militares; lo
que ocurre es que eso después no ha sido desarrollado en la práctica.

Segundo, porque los nuevos riesgos y amenazas a los que se enfrenta
nuestro país requieren, a su vez, nuevas respuestas para las que la
Guardia Civil se encuentra especialmente capacitada. Finalmente, porque
el cambio a un modelo de Fuerzas Armadas enteramente profesionales, que
ha decidido el Gobierno y que creo que cuenta con el acuerdo unánime de
todas las fuerzas representadas en esta Cámara, va a exigir un uso más
racional e intensivo de todos los instrumentos militares para garantizar
su defensa.

La Guardia Civil es un cuerpo de naturaleza militar que tiene unas
competencias amplias y variadas y que posee potenciales capacidades para
ejercer un notable papel en el marco de la defensa nacional, tanto en la
defensa civil como en el ámbito de la defensa militar. Y su cooperación
en este componente básico para la defensa nacional se puede realizar a
través de una doble vía. Por un lado, mediante el cumplimiento cotidiano
de las misiones de carácter civil que le corresponde como cuerpo de
seguridad del Estado. Si las finalidades de estos cometidos no son otros
que la garantía de orden constitucional, el cual integra aquellos valores
de soberanía, independencia, integridad territorial, derechos y
libertades, protección de la población y los intereses nacionales, es
obvio que, por medio de esos objetivos, ya está contribuyendo
genéricamente a los objetivos y fines de la defensa nacional e
indirectamente de la defensa militar.

La segunda vía se materializa mediante el desempeño de aquellas otras
misiones de carácter estrictamente militar que, de manera directa y
extraordinaria, inciden en esa defensa militar y que no son otras que las
previstas en la Ley Orgánica 6/1980, de Criterios Básicos de la Defensa
Nacional y de la Organización Militar, que aún permanecen indefinidas. A
fin de suplir ese vacío, el Plan Estratégico Conjunto vigente, aprobado
en el año 1995 por el anterior gobierno, prevé una acción de planeamiento
específico sobre la participación de la Guardia Civil en misiones de
carácter militar.

Como ven, no nos estamos inventando nada nuevo. En 1980 ya se plantean
misiones militares; en el Plan Estratégico Conjunto de 1995, también, y
la Ley de Criterios Básicos de la Defensa Nacional de 1980 habla de
misiones militares de la Guardia Civil. Lo que creemos es que es preciso
desarrollarlas.

Estoy terminando, señor Presidente.

Pensamos que es imprescindible que en el futuro procedamos a una mayor
cooperación y especialización de tareas entre ejércitos y Guardia Civil.

El alejamiento de las posibilidades de una fuerza directa sobre nuestro
territorio permitirá a nuestro Ejército de Tierra y, en general, a todas
las Fuerzas Armadas especializarse en misiones fuera de nuestras
fronteras. Por el contrario, para hacer frente a los posibles riesgos
interiores y a lo que se denominan amenazas de baja intensidad, creemos
que la Guardia Civil es el cuerpo más adecuado. Todo ello sin perjuicio
de que la responsabilidad última de la defensa del territorio ante una
agresión exterior recaiga, según establece la Constitución española, en
las Fuerzas Armadas, actuando en ese caso la Guardia Civil como una
fuerza auxiliar colaboradora.

Es necesario ir dando pasos en la dirección que nos marcan las leyes del
ordenamiento al que me refiero y los acontecimientos. En ese sentido, nos
parece que la inclusión, algo que hemos iniciado ya, de la Guardia Civil
en todo el planeamiento de la defensa militar es importante. La
integración de la sala de operaciones y crisis de la Guardia Civil dentro
del sistema de gestión de crisis de defensa también nos parece
importante; avanzar en la compatibilidad y complementariedad de nuestros
respectivos sistemas de comunicaciones; la incorporacón de oficiales de
la Guardia Civil diplomados en Estado Mayor a los Estados Mayores
conjuntos, al Estado Mayor de la Defensa, todo esto me parece que es
importante en el desarrollo de esas futuras misiones militares de la
Guardia Civil.

Estamos, pues, en una disposición magnífica de hacer una valiosa
contribución a la defensa nacional y a la defensa militar, tanto en el
ámbito interno como en su proyección exterior, cooperando con las Fuerzas
Armadas, como he dicho, y muy especialmente con el Ejército de Tierra.

También actuamos en las misiones de paz, para las que la Guardia Civil
está excelentemente preparada. Estamos ya, como SS. SS. saben,
desplegados en el extranjero en misiones internacionales; estamos
recibiendo todas las felicitaciones que se pueden recibir por la gestión
que está realizando allí la Guardia Civil. Piensen que para las misiones
de paz, en cierto modo --y no quiero decir con esto que las Fuerzas
Armadas no lo estén haciendo bien; yo he estado muchos años sentado en la
Comisión de Defensa reconociendo la excelente tarea de nuestras Fuerzas
Armadas



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en las misiones de paz--, para determinadas misiones de paz, está más
preparado un guardia civil que un legionario o un paracaidista, que para
lo que están preparados es para combatir. Nosotros, en las misiones de
paz, hacemos lo que hacemos habitualmente desplegados en nuestro
territorio nacional. Esto lo digo en apoyo de la importancia creciente
que puede tener la Guardia Civil en misiones internacionales de paz
colaborando con el resto de nuestras Fuerzas Armadas desplegadas en esos
territorios, cumpliendo también de manera muy eficaz esas misiones de
paz.

Y quiero hacer unas reflexiones sobre las implicaciones de los acuerdos
de gobernabilidad del Grupo Popular y Convergència i Unió para el modelo
policial en Cataluña, que plantea también la solicitud de comparecencia.

En primer lugar, el Ministro del Interior ya ha dicho muy claro que el
modelo policial catalán será similar al vasco. Y todos ustedes saben cuál
es el modelo policial vasco. La Guardia Civil no tiene nada que añadir al
respecto. Nuestra disposición para desarrollar ese modelo es, como no
puede ser de otra forma, plena y absoluta.

Segundo, existen conversaciones, como ustedes saben también, entre el
Gobierno y la Generalitat, para ir perfilando el desarrollo concreto de
ese modelo y eso significa que aún no hay nada concreto, sino que nos
encontramos inmersos en un proceso de diálogo y negociación. Les digo lo
mismo, con respecto a eso, la Guardia Civil nada tiene que decir.

Nosotros, en su momento, colaboraremos a ejecutar ese modelo policial que
esta Cámara, el Gobierno --quien sea-- determine. Nosotros ahí no
entramos.

Tercero, es cierto, se ha planteado en los términos de la negociación y
es público que la Guardia Civil podría ceder competencias, como la de
tráfico, a la policía autonómica vasca. Pues bien, de producirse estas
transferencias, una vez cerrado el modelo que vaya a ser el definitivo en
el futuro, estaríamos en disposición, primero, de cubrir los importantes
déficit que tienen otros servicios cuyas competencias nos serían
transferidas y si, una vez cubiertos esos déficit, hubiera efectivos
sobrantes, serían destinados inmediatamente a otras zonas de España donde
existen carencias importantes de personal. En definitiva, nuestra
voluntad --compartida por el Ministerio del Interior-- es que en Cataluña
no haya ni un guardia civil más de los necesarios, pero tampoco uno menos
de los imprescindibles. ¿Cuántos guardias civiles tendrá que haber al
final en el País Vasco o en Cataluña? Vamos a determinar cuáles son las
competencias de cada cuerpo o fuerza de seguridad, vamos a determinar las
posibilidades que tenemos, vamos a determinar cómo consideramos entre
todos que esos servicios están suficientemente cubiertos, y, si sobran,
irán a otro sitio. Insisto, la Guardia Civil no tiene interés alguno en
mantener un solo guardia civil ocioso en ningún sitio, porque las
necesidades de seguridad son muchas y una de nuestras obligaciones es
utilizar de la mejor manera posible todos nuestros recursos.

Creo, señor Presidente, haberme referido a todas las cuestiones
planteadas en la solicitud de comparecencia y, para terminar, quiero
decirles con toda claridad, señoras y señores Diputados, que cualquier
sugerencia, iniciativa o reflexión que consideren que puede ser útil al
mejor cumplimiento de nuestras misiones --misiones que, en definitiva,
nos atribuye la sociedad y nos encomienda la ley-- les ruego que me las
hagan llegar. Se lo digo con toda sinceridad; esto es tarea de todos.

Les decía al principio de mi intervención que yo he estado más de diez
años sentado ahí, donde hoy están ustedes, y eso hace que sepa, que sea
consciente de la importancia de las cosas que desde esos escaños se
plantean --naturalmente, cuando se hace de buena fe y yo presumo que en
todo caso hay buena fe--, soy consciente de que, a veces, desde ahí se
plantean cosas que podrían ser muy importantes, que podrían ser muy
útiles para quienes tenemos responsabilidades en algún área de gestión o
de gobierno. Por eso, señor Presidente, señoras y señores Diputados, les
aseguro que cualquier iniciativa que me sugieran será escuchada, tenida
en cuenta y que, si juntos llegamos a la conclusión de que eso produciría
efectos positivos para la Guardia Civil, para la seguridad española en
general, será sin reserva puesta en práctica y aplicada por el actual
equipo que tiene la responsabilidad de la Dirección General de la Guardia
Civil.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): El Grupo proponente de la
comparecencia es Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

¿Los demás grupos presentes en este acto desean intervenir?
Para sustanciar esta comparecencia, en primer lugar, el Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya tiene la
palabra. Señor Meyer.




El señor MEYER PLEITE: En primer lugar, quiero agradecer al director
general de la Guardia Civil su presencia en esta comparecencia, desearle
muchos éxitos en su cometido y asegurarle la disposición a la
colaboración, lógica, de este grupo parlamentario en esa difícil tarea
que tiene por delante esperando de corazón que tenga mucha más suerte que
sus antecesores.

Efectivamente, en su día solicitamos esta comparecencia al hilo de una
serie de declaraciones públicas que usted hizo en los medios de
comunicación; de algunas compartíamos el contenido, mientras otras nos
producían cierta perplejidad y preocupación, por lo que entendimos que
era en sede parlamentaria donde debíamos intercambiar opiniones respecto
a la situación actual de la Guardia Civil y a su futuro, que es lo que se
trataría de plantear al hilo de su intervención.

De una de sus declaraciones nos preocupaba la idea de que, ante la
reforma del modelo de defensa en el Estado español, usted preveía que la
Guardia Civil tendría que asumir más funciones en lo militar y menos en
lo civil; incluso hablaba para ello de la creación de 10.000 nuevas
plazas de guardias civiles. Por contra, nosotros --y es uno de los
primeros puntos que después desarrollaré, en que tenemos discrepancia,
aunque espero que eso no nos perturbe a la hora de encontrar puntos de
acuerdo sobre el modelo policial que necesita el Estado español en el
siglo XXI-- creemos que el debate de la reforma del modelo de



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defensa es una buena oportunidad para avanzar en la desmilitarización de
la Guardia Civil, una oportunidad importante que podría resolver un
desencuentro que tenemos en el actual modelo policial de dos cuerpos con
las mismas funciones pero con carácter distinto, uno civil y otro
dependiendo de Defensa y de Interior. Podría avanzarse en la idea de
desmilitarizar el Cuerpo, de racionalizar recursos, de unificar los dos
Cuerpos, en estos momentos con los mismos cometidos, de la España de las
autonomías, en el sentido de avanzar así hacia un modelo policial de la
España del siglo XXI que lógicamente va hacia un modelo irreversiblemente
federal.

A partir de esa preocupación, se pueden buscar puntos de encuentro, se
esté o no de acuerdo en la desmilitarización o no de la Guardia Civil,
sobre la base de las deficiencias que usted mismo ha detectado, también
nosotros, en cuya solución conviene avanzar.

Nosotros tenemos --todos lo compartimos-- unos mandatos constitucionales
sobre el modelo de seguridad, algunos muy claros y otros que son
interpretables. Uno absolutamente claro es que el modelo de seguridad
constitucional abandona claramente el concepto de orden público por el de
seguridad ciudadana, referida ésta a la protección de las personas y a la
preservación y mantenimiento de la tranquilidad ciudadana y a la
resolución pacífica de los conflictos, que en ningún caso puede amparar
prácticas restrictivas de los derechos y libertades fundamentales. Esta
es una primera base del mandato constitucional, que creo que no es
interpretable. Hay un segundo mandato que creo que sí es interpretable;
nosotros entendemos que la Constitución plantea la separación clara de
las competencias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de las de las
Fuerzas Armadas, atribuyendo con carácter exclusivo a los primeros la
protección del libre ejercicio de los derechos y libertades y el
mantenimiento de la seguridad ciudadana. En este punto tenemos una
interpretación distinta del mandato constitucional y vamos a seguir
diciendo con claridad que el mandato constitucional establece esa clara
separación de competencias entre Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado y Fuerzas Armadas.

Otro mandato constitucional, que creo que en parte se intentó resolver
con la actual Ley Orgánica de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado,
de 1986, es la estructuración de ese modelo de seguridad que,
lógicamente, tiene que seguir el modelo pluralista de las
administraciones del Estado, es decir, policías de la Administración del
Estado, policías autonómicas y policías locales, con una relación entre
las tres policías no de subordinación de unas a otras o convirtiendo en
auxiliar la una respecto a la otra, sino con una visión integral de lo
que debe ser la acción policial en el conjunto del Estado español.

El cuarto mandato constitucional, y creo que de eso estamos todos
absolutamente convencidos, es la dependencia de la Policía judicial de
los tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación
del delito y descubrimiento y aseguramiento de los delincuentes.

Pues bien, sobre esos grandes principios, nuestra primera preocupación
es, y tiene mucho que ver con una iniciativa que hemos presentado en esta
misma Comisión, que interesaría una adecuación del actual modelo policial
al Estado de las autonomías en la perspectiva de esta España que camina
irreversiblemente hacia una España federal.

En este punto nosotros seguiremos planteando en esta sexta legislatura,
como lo hicimos en la quinta --y esperemos que con más éxito en la
séptima-- que entendemos que la desmilitarización de la Guardia Civil es
indispensable si se quiere abordar con perspectiva de futuro el modelo de
policía civil en esa perspectiva del siglo XXI.

Actualmente, señor director general, tenemos dos Cuerpos de Seguridad del
Estado, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, mal pagados,
desmoralizados, sin la formación adecuada, sin medios materiales
suficientes, descoordinados, con bases de datos distintas y, en algunos
casos, superponiéndose en materias como la lucha antiterrorista o la
lucha contra el narcotráfico.

Nosotros entendemos que la mejor vía es la de la desmilitarización y
empezar a racionalizar un modelo que permita la unificación de esa
Guardia Civil desmilitarizada y el Cuerpo Nacional de Policía en un solo
cuerpo, un cuerpo federal, un cuerpo de carácter estatal. En los últimos
años hay países de nuestro entorno, como Bélgica y Grecia, que han
procedido a desmilitarizar sus cuerpos de policía y, por tanto, no es
ningún objetivo cuya realización esté fuera de lo posible.

En cualquier caso, la desmilitarización o no desmilitarización es un tema
que no va a tener, desde mi punto de vista, un consenso en esta Comisión,
pero sí podemos ponernos a trabajar en la necesidad, en primer lugar, de
avanzar en la coordinación de la Policía Nacional, policías locales,
policías autonómicas y Guardia Civil. Es indispensable resolver lo
fundamental en la acción policial, que es la base de datos; eso es
imprescindible; y cualquier tipo de demora en no resolver la unificación
de toda la base de datos va a ir en detrimento de una mayor eficacia en
el conjunto de la acción policial del Estado. Tenemos ejemplos sobrados
en Europa, en nuestro entorno, el ejemplo alemán, con la BKA, la policía
federal, con esa concentración de servicios y de datos que sirve al
conjunto de los länder, de las comunidades autónomas alemanas; podría ser
un ejemplo. En todo caso, sí conviene discutir y avanzar en un tema que
en estos momentos hace agua y por ello no resuelve la eficacia policial,
como todos desearíamos.

También interesaría que nos diera su opinión sobre cómo entiende que debe
ser el esquema organizativo de la superestructura de mando de la Guardia
Civil. Nosotros creemos que actualmente hay una inflación de altos
cargos, se pasó de nueve generales en la dirección general, antes de
Roldán, a dieciocho; nos parece, sinceramente, que ahí hay una inflación,
como digo, de altos cargos y que debería no sobredimensionarse lo que es
la cúpula de mando de la Guardia Civil. Querríamos, pues, conocer cuál es
su opinión y cuál va a ser su modelo de dirección para el conjunto de la
Guardia Civil.

Entendemos también --y es una de las asignaturas pendientes, aunque se ha
avanzado, pero creemos que hay que seguir avanzando-- que sería
conveniente no crear agravios



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entre funcionarios que cumplen los mismos cometidos, es decir, Cuerpo de
Policía Nacional y Guardia Civil. Es verdad que los salarios están
homologados, se ha conseguido, pero también interesa homologar la jornada
laboral y el pago de las horas extras. Yo pienso que es una cuestión en
donde si no hay dinero, hay que encontrarlo, encontrarlo en el
presupuesto, lógicamente, en el sentido de que no es de recibo que ese
agujero al que usted hacía mención, que ese despilfarro, ese mal uso por
parte de altos funcionarios de lo que fueron fondos reservados, etcétera
--no me voy a extender en ello--, lo paguen los guardias que están
haciendo un trabajo yo creo que formidable, excelente, pero que ven, por
contra, que compañeros funcionarios de otro cuerpo por el mismo trabajo
realizado son mejor tratados y también mejor tratados por la sociedad. A
mí me parece que ésa es una injusticia que hay que resolver, que no se
puede demorar y que los presupuestos generales del Estado tienen que dar
respuesta a esa situación de injusticia sin demora. Además, ese
reconocimiento va a redundar en una mayor eficacia en el servicio. He
tenido la oportunidad de conocer a muchos guardias que en su queja
plantean que muchas veces se les encomienda determinados servicios fuera
de horas, cuando no han tenido posibilidad de descanso, y la verdad es
que no tienen cuerpo para realizar ese servicio; y si, además, no se les
paga o se les paga setenta pesetas la hora extra, la verdad es que no hay
ser humano que pueda soportarlo. Esta es una de las reivindicaciones que,
sin más demora o, por lo menos, a la misma altura que la necesidad de
acometer la renovación tecnológica del Cuerpo, la parte humana del
reconocimiento al trabajo de la Guardia Civil de a pie es absolutamente
imprescindible resolverlo.

También nos preocupa --y usted ha hecho referencia a ello-- cómo resolver
el despliegue operativo en el sentido de las zonas, las comandancias,
pero sin que se pueda dar lugar a un vacío en determinados cuarteles de
la Guardia Civil que en este momento están cumpliendo un papel
importante. Usted hacía mención a Cádiz; en concreto, el de Algeciras es
el que más nos preocupa. Porque, efectivamente, las entidades comarcales
importantes, como en este caso la de Algeciras, deben tener un respaldo,
un apoyo, un despliegue que sea capaz de resolver todo lo que significa
un punto así; mucho más la lucha contra el narcotráfico, todo lo que
significa la extorsión, la aparición de mafias, etcétera. Por tanto, que
ese despliegue operativo no dé la sensación y que no se produzca como una
especie de vacío en cada una de las instalaciones que en estos momentos
tiene la Guardia Civil.

En relación con la lucha contra el narcotráfico, nosotros entendemos que
el despliegue de la Guardia Civil, al igual que en la Dirección General
de la Policía, debería garantizar que las zonas calientes, y todos
conocemos cuáles son, la costa gallega, Cataluña, Almería, Málaga, Cádiz,
que en esas zonas calientes en la primera línea se constituyeran grupos
de información fiscal y antidroga bien dotados, con la tecnología al
menos al mismo nivel que los narcotraficantes. Ya sabemos que los
narcotraficantes cada vez se dotan de medios más sofisticados y
necesitamos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tengan por
lo menos el mismo nivel de sofisticación de medios que los narcos.

Nosotros entendemos que el despliegue de los grupos de información fiscal
y antidroga se debería dar fundamentalmente resolviendo bien esa primera
línea caliente, atendiendo bien esa primera línea y, lógicamente, a
partir de ahí también nos preocupa el otro escalón de la lucha contra el
narcotráfico, que es la investigación de los patrimonios de los narcos.

En ese sentido, parece que hay una experiencia en Galicia que puede dar
buen resultado, que consiste en crear unas brigadas de información
específica sobre el patrimonio, en coordinación entre Interior y
Hacienda, pero yo creo que esa experiencia habría que trasladarla al
conjunto del Estado para ver si somos capaces de ir, eslabón por eslabón,
hacia donde más duele al narcotraficante, que es su patrimonio.

En la lucha antiterrorista, nosotros, lógicamente, vamos a estar siempre
del lado de esa lucha antiterrorista contra ETA, con un respeto absoluto
de la legalidad constitucional. Entendemos que lo contrario, además de
ser democráticamente inadmisible, ha sido profundamente contraproducente
para el avance de la pacificación de Euskadi, y nos interesaría que en
este tema concreto de la lucha contra ETA en Euskadi se pasara de las
palabras a los hechos en relación con los datos informativos sobre todo
lo que es el servicio de información compartido entre la Ertzaintza y el
resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Efectivamente, se
avanza en palabras en cuanto a la necesidad de compartir esos servicios
de datos pero, en la práctica, todavía hace falta resolverlo y poner los
medios para que esto se pueda concluir de una manera determinante.

En este punto concreto, señor director general, nos interesaría conocer
directamente cuál es la situación del General Galindo en la dirección
general, en concreto, porque en muchas publicaciones, en muchos medios de
comunicación se ha dado una información contradictoria y nos interesaría
conocer por su parte, como director general de la Guardia Civil,
exactamente la situación del General Galindo, si dispone o no de despacho
en la dirección general, si...




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Señor Meyer, el director
general puede contestar libremente, porque, además, esta presidencia
considera que los debates cuanto más abiertos sean, mejor, pero usted ya
ha rebasado con mucho el tiempo de su intervención. Yo le rogaría que
fuera concluyendo y con una pequeña sugerencia, hay otra comparecencia
interesada sobre ese particular. Si la de hoy se completa con esos
extremos, sin duda la otra queda vacía de contenido, digo yo, salvo que
usted quiera repetición del mismo debate.




El señor MEYER PLEITE: Yo creo que es bueno avanzar en todo lo que sea
información, y si esa información nos la da hoy y...




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Sí, pero el debate
parlamentario tiene vocación de ser ordenado.




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El señor MEYER PLEITE: Sí, indudablemente. En cuanto al tiempo, espero
que me haya advertido sobre el mismo no porque haya hecho referencia a
Galindo, sino porque daba la casualidad de que en ese momento me daba
usted el toque de atención.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Que yo sepa, no tienen
ninguna relación Galindo y el tiempo.




El señor MEYER PLEITE: Voy terminando. En todo caso, lo dejo a la
discreción del Presidente y del Director General si viene bien
contestarme hoy o cuando reglamentariamente sea oportuno.

En ese paso que yo creo que deberíamos de dar --y que no vamos a poder
dar con la contundencia que nosotros quisiéramos-- de ese nuevo modelo
policial del siglo XXI nosotros planteamos el pleno reconocimiento de los
derechos civiles de todos los guardias. Esto ya sé que tiene esa
dificultad al ser un cuerpo militarizado, pero en la perspectiva de
alcanzar el objetivo que vamos a seguir planteando en esta legislatura y
en la siguiente, sí deberían abrirse cauces para conocer las
reivindicaciones de los guardias. Es decir, en ese hasta no alcanzar lo
que nosotros consideramos que es un objetivo fundamental, que es la
desmilitarización, sí convendría, al tener esa doble virtualidad de
cuerpo desmilitarizado y con funciones de orden policial, abrir esos
cauces de información para conocer directamente sus reivindicaciones.

Finalmente, señor Director General, nos gustaría que nos informara sobre
la situación actual del Patronato de Viviendas de la Guardia Civil,
porque tenía un mandato de suspensión al 31 de marzo de 1996, y según
nuestras informaciones parece que ese patronato sigue funcionando.

Termino como empecé, señor Director General, deseándole muchos éxitos en
su cometido y manifestando nuestra disposición a colaborar en todo lo que
signifique un avance en la lucha contra el delito, contra el crimen
organizado y contra el terrorismo.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Por el Grupo Parlamentario
Mixto, tiene la palabra la señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Agradezco al Director General de la
Guardia Civil que haya tratado las principales líneas de actuación de la
Guardia Civil cuya dirección es competencia suya.

He oído muy atentamente toda su exposición y a lo largo de ella he
tratado de hacer un esfuerzo de abstracción, en el sentido de entender
que usted ha estado hablando genéricamente, porque mi pensamiento se
contradecía con lo que iba usted diciendo. Digo genéricamente porque
luego ha mencionado al final la especialidad, excepcionalidad o
peculiaridad del servicio o modelo vasco. Voy a decirle por qué. Entiendo
que usted tiene que hablar de manera genérica, pero no comparto una serie
de afirmaciones; ya sé que luego ha hecho una especial mención y, por
tanto, entiendo que pueden estar de alguna manera un poco diferenciadas
respecto de las afirmaciones generales.

En primer lugar, ha hablado usted de las competencias genéricas que tiene
la Guardia Civil sobre seguridad ciudadana, protección civil y otras. En
este tema, como usted puede comprender, por el partido al que represento
y el ámbito en el que está implantado, de naturaleza exclusivametne
vasca, creemos que existe un ordenamiento jurídico, existe un estatuto de
autonomía que establece muy claramente, a nuestro entender, sin perjuicio
de interpretaciones diferentes, que no hay tales competencias genéricas,
al menos en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Por eso le digo que
intentaba abstraerme en la primera afirmación que usted realizaba porque
entendía que era general, pero no se aplicaba a la Comunidad Autónoma del
País Vasco, porque no hay competencias genéricas.

Esta es una de las cuestiones clave que nosotros llevamos intentando que
se establezca y que se clarifique lo más posible. Nos gustaría saber --lo
hemos hecho ya por escrito, pero reitero en este debate la misma
pregunta--, en las competencias que establece el artículo 17 para las
Fuerzas y Cuerpos de Seguriad del Estado, qué competencias va a tener la
Guardia Civil, qué dotación de personal va a tener en cada una de las
competencias de manera clara para saber de qué es lo que se tienen que
ocupar, cuántas personas o dotaciones tiene que haber y, de esa manera,
tener una clarificación total y absoluta de cuál es la policía que en
este momento existe en la Comunidad Autónoma del País Vasco, entendidas
como competencias la vigilancia de puertos, aeropuertos, costas, control
de entrada y salida de españoles y extranjeros, régimen general de
extranjería, armas y explosivos. Nos gustaría saber --lo hemos pedido por
escrito, pero le reitero la petición-- exactamente, a raíz de su toma de
posesión como director, cuántas personas de la Guardia Civil van a llevar
a cabo estas tareas en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Eso respecto
a la primera afirmación, que ya le digo entiendo que la ha hecho de modo
genérico.

Ha hablado usted de los distintos retos que tiene planteados la Guardia
Civil: racionalizar la estructura orgánica y territorial, la puesta al
día tecnológica y la potenciación de recursos humanos. Quizá mi
intervención sea muy especial, porque no me voy a referir al territorio
del Estado español y sí al territorio en concreto del País Vasco o más de
la Comunidad Autónoma del País Vasco. A nuestro entender, la
racionalización territorial hace referencia a esas competencias
exclusivas y solamente limitadas que debiera tener la Guardia Civil en
estos temas. Nos gustaría saber en concreto cómo se va a reestructurar de
manera territorial la Guardia Civil. Ha hablado usted de una zona de la
Guardia Civil por comunidad autónoma y de una comandancia por provincia.

Nos gustaría saber cómo va a quedar en la Comunidad Autónoma del País
Vasco esa racionalización territorial y, en concreto, qué va a suceder
con determinados cuarteles de la Guardia Civil. No se le oculta en la
actual problemática --no quiero entrar en todo el conglomerado de
opiniones que hay, porque no me parece oportuno ni el lugar ni el
momento-- qué va a ocurrir con el cuartel de Intxaurrondo. Es un cuartel
muy polémico



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por muchas razones, aparte de la dirección del cuartel por parte del
señor Rodríguez Galindo, pero también porque personas que han trabajado
--no me gusta generalizar y creo que no es conveniente-- o han estado
destinadas en él en algunas ocasiones se han visto involucradas en
operaciones no demasiado lícitas. Por ello entendemos que debiera hacerse
una racionalización, una investigación y, en concreto, una clarificación
de determinados cuarteles, y más específicamente en este caso del cuartel
general de la Guardia Civil de Intxaurrondo.

Ha hablado usted --y perdone que le mencione una anécdota-- de por qué no
ibamos a visitar los cuarteles. Le aseguro que para los ciudadanos donde
yo vivo --yo sí he estado a las dos de la mañana como abogado de oficio
de un miembro de la Guardia Civil-- una visita al cuartel general de
Intxaurrondo le aseguro que produce miedo. Le aseguro que sí. Haga usted
una encuesta y a la generalidad de la población le produce miedo. No se
puede vivir en un sitio donde produce miedo esta serie de cuestiones. Lo
primero que hay que hacer es tratar de clarificar, porque no conviene
generalizar y porque yo creo que investigando, clarificando y
determinando responsabilidades se conseguirá tener un mejor ambiente para
llegar a cumplir aquellas responsabilidades que el estatuto de autonomía
confiere a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Una segunda cuestión que tampoco compartía, pero que luego usted mismo ha
especificado, es el tema del despliegue, es decir, el plan de
actualización o el plan de despliegue. Entiendo, por la misma razón que
he dicho antes, que no se referiría a la Comunidad Autónoma del País
Vasco, en el momento en que se está produciendo, cuando menos, un ajuste
o un examen y un análisis de cuáles son los efectivos que la Guardia
Civil requiere para llevar a cabo las tareas que tiene conferidas según
el estatuto de autonomía. Entiendo que en ese aspecto, y permítame que
interprete, no sería un despliegue sino un repliegue.

Esos son los dos puntos clave respecto de su intervención, sin perjuicio
de que entiendo que no es el momento de plantearlos. Como ya lo he hecho
por escrito, solicitaremos una clarificación de cuáles son las
competencias en la Comunidad Autónoma del País Vasco, qué dotación va a
tener y cuál va a ser la articulación respecto de las demás Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y también en concreto de la Ertzaintza.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Por el Grupo Parlamentario
de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Comienzo con gran cordialidad por dar la
bienvenida a esta Comisión al nuevo Director General de la Guardia Civil,
recordando las colaboraciones y los compromisos de participación en
comisiones, sobre todo la de Defensa, en que tuve la ocasión de coincidir
con él como portavoces de nuestros respectivos grupos, deseándole el
mejor éxito y acierto en el desempeño de la alta responsabilidad que le
ha encomendado el Gobierno con uno de los cuerpos de selección por
excelencia, por historia y por eficacia en los servicios de seguridad, de
orden público y en todas la competencias que tiene atribuidas el
benemérito Instituto de la Guadia Civil.

Le agradezco, señor Director General, la exhaustiva información que nos
ha dado por los aspectos novedosos que tiene y, al hilo de los mismos,
voy a hacerle una serie de preguntas aclaratorias y algunas reflexiones
sobre la problemática específica que con respecto a los servicios y
funciones la Guardia Civil tiene encomendados en el archipiélago canario
por sus especiales circunstancias de lejanía, de estructura territorial,
de ubicación geográfica, etcétera.

Mi primera pregunta, señor Director General, es con respecto a la
organización, al organigrama del que ha hablado al decir que se va a
adaptar a la estructura de las comunidades autónomas y que, por tanto, en
cada una habrá una zona de la Guardia Civil. Las comandancias se
mantienen con un teniente coronel a su frente. Mi primera pregunta es, al
hilo de lo que ha mencionado como ejemplo para Asturias: ¿es que va a
haber zonas con mando de coronel y zonas con mando de general? Lo digo
porque, como bien sabe el Director General, al frente de cada zona de la
Guardia Civil existía un general de brigada, salvo alguna excepción de
última hora, como se puede haber hecho con Cataluña, al haber mandado un
general de división, pero esto es anecdótico. El tema que le planteo es
si esto va a ser así. En este caso, la zona de la Guardia Civil en la
Comunidad Autónoma de Canarias ¿será como la que hay en este momento, con
la existencia de un tercio a cuyo frente hay un coronel? El señor
Director General no ha hablado nada de los tercios; ha hablado de
comandancias y zonas. No sé si esto implica que desaparecen los tercios.

Si el tercio se mantiene, el caso que le plantearía sería: si al frente
de la zona de la Guardia Civil en Canarias habría un general, se
mantendría el tercio con un coronel y habría los dos tenientes coroneles
respectivos de las dos comandancias de Las Palmas y de Santa Cruz de
Tenerife.

La segunda pregunta que le hago es con respecto a las estructuras
organizativas mezclándolo también con las mejoras de equipamiento y la
potenciación de medios humanos. ¿Hay alguna medida con respecto a la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil? Aquí tiene que coordinarse,
dentro del seno del propio Ministerio del Interior, tanto con la
Dirección General de la Guardia Civil como con la Dirección General de
Tráfico, porque, a fin de cuentas, es la Agrupación de Tráfico de la
Guardia Civil quien tiene que velar por el cumplimiento del Código de
Circulación. En comunidades autónomas como la de Canarias, no sé cómo
estarán las peninsulares, el tema es muy deficiente, tremendamente
deficiente en la adjudicación de personal. Quisiera saber si va a haber
un análisis sensato y racional, dado que el señor Director General, y en
esto le apoyo porque me parece encomiable, desea realizar una
redistribución del personal reduciendo aquel que está en líneas
burocráticas para llevarlo a unidades operativas; unidades operativas
que, en este caso, entiendo también no solamente son de lucha
antiterrorista sino de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con
otras sobre las que ya preguntaré más adelante. Qué coordinación se va a
realizar, porque la deficiencia es tremenda.




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Aquí se mezcla un problema, señor Director General, y es que habrá que
coordinarse también con la Dirección General de la Policía, porque en una
estructura de despliegue de la Guardia Civil, y le pongo otra vez el
ejemplo de Canarias por sus especiales características en el tráfico
aéreo, la duplicidad de funciones entre la Guardia Civil y el Cuerpo
Nacional de Policía parecen evidentes. Entonces, se están duplicando los
medios humanos para hacer la misma cosa: luchar contra la droga, el
resguardo fiscal en los aeropuertos, etcétera. Al mismo tiempo surge una
cuestión, ya que ha hablado de la Agrupación de Tráfico de la Guardia
Civil. Salvo que me corrija el señor director con datos numéricos, hay
más guardias civiles adscritos a la vigilancia estática del aeropuerto de
viajeros que a hacer cumplir el Código de la Circulación. Es decir, a
partir de determinadas horas de la tarde ya no hay prácticamente Guardia
Civil en las carreteras, salvo que sean fines de semana o puentes. Desde
luego, la incidencia de casuística de intervención, por el uso del
aeropuerto durante 24 horas, que obliga a un despliegue tremendo de tres
turnos de la Guardia Civil para el control de viajeros, de los arcos
magnéticos y de la revisión de equipajes, como digo, la incidencia de
casuística es algo que carece de significado contra la casuística incluso
por muertes y accidentes que acontece en las carreteras, a veces por una
falta de radares, de controles de velocidad, de elementos disuasorios de
la propia Guardia Civil sobre los conductores irresponsables que tratan
de infringir el Código de la Circulación aprovechando que no hay
vigilancia de la Guardia Civil de Tráfico. Yo quisiera que el señor
Director hiciera algunas reflexiones sobre este tema que nos preocupa
tremendamente, dado que este Diputado incluso ha llegado a sugerir en la
última comparecencia del señor Ministro del Interior ante esta Comisión
que se analice la posibilidad de destinar no solamente personal
burocrático de la Guardia Civil a zonas operativas sino personal
estático, que está de plantón en aeropuersos, a unidades operativas de
lucha contra la delincuencia en cualquiera de los órdenes que ha citado
el Director General, y que las funciones de control de viajeros, de arcos
magnéticos de pasajeros se haga, como se hace en otros países o en otros
aeropuertos o puertos, por empresas de seguridad privadas o de otro tipo.

Mi siguiente pregunta, señor Director General, es si en este momento se
pueden cuantificar los efectivos de la Guardia Civil que estamos
destinando en estos momentos a cubrir las misiones de paz de la ONU en
ciertos países, en una loable actividad que está desarrollando este
cuerpo; si junto a las cifras que ha ofrecido el señor Director General,
verdaderamente ridículas, del pago por horas extraordinarias, este
personal tiene alguna incentivación económica al realizar estas misiones
en el exterior, ya que normalmente, como servicio del Estado, tienen un
tratamiento más favorable en cuestiones de dietas, por poner un ejemplo a
este respecto.

En cuanto a la dotación de medios, señor Director General, va a tener
todo nuestro apoyo, porque verdaderamente, aunque vengan unos
Presupuestos Generales del Estado tremendamente reducidos, hay
infraestructuras y equipamiento de la Guardia Civil que o se tienen o no
se tienen, y si se tienen hay eficacia de lucha contra el delincuente, y
si no se tienen el delincuente queda impune. Ejemplos, señor Director
General. Usted ha citado una de las competencias de la Guardia Civil en
el mar territorial. Tengo la sensación de que por el problema de la
inmigración del Magreb, de las pateras marroquíes, etcétera, los
efectivos para la custodia y seguridad en el mar territorial, es decir,
lo que se llama la Guardia Civil del Mar, se han concentrado en esta zona
del Estrecho. Señor Director General, yo le denuncio aquí en este momento
la tremenda inseguridad que existe en las aguas del mar territorial de
Canarias. Allí se desconoce qué es la Guardia Civil del Mar. El tema es
muy grave, señor Director General, porque hace unos años en el mandato
socialista, sin saber por qué, la Armada española, que era la que tenía
las patrulleras que velaban por este tema, se retiró y la Marina de
guerra ya no presta ese servicio con sus patrulleras. Allí se ha
producido un vacío por lo que se refiere a la Ley de Costas, acerca de la
seguridad marítima sobre las lanchas fuera borda que se aproximan a zonas
de bañistas por lo que se refiere a la entrada de droga, a la entrada de
cualquier inmigración clandestina o para que pueda utilizar el
archipiélago canario como plataforma de penetración hacia el territorio
europeo. Lo cierto es que l vigilancia de las costas carece de garantías
en este momento, porque no hay dotación de la Guardia Civil del Mar.

Tiene todo nuestro apoyo, porque, claro, no puede haber Guardia Civil del
Mar sin lanchas patrulleras, sin el equipamiento que tienen que tener
estos efectivos para el desempeño de su labor allí.

Finalmente, señor Director General, quisiera hacerle una pregunta sobre
los sistemas de control económico dentro de la Dirección General de la
Guardia Civil, al hilo de que en el dictamen que la Comisión que
investigó el caso Roldán, presentó ante el Pleno de esta Cámara en la
pasada legislatura y que consta en el Boletín de las Cortes del día 5 de
julio de 1994, había dos indicaciones a la Dirección General de la
Guardia Civil: una, la novena, en todo lo que suponía dar transparencia a
los ingresos y gastos atípicos que había en la Dirección General. Ahí
estaba, por ejemplo, el tema de la imprenta del Colegio de Huérfanos de
la Guardia Civil. Deseo saber si se han tomado algunas medidas que
satisfagan el acuerdo del Congreso de los Diputados sobre la
transparencia y racionalización de los ingresos y gastos atípicos que se
detectaron en la Dirección General de la Guardia Civil. También con
respecto a las recomendaciones de la denominada, en nuestro lenguaje
parlamentario, Comisión Roldán, quisiera saber si se han adoptado las
medidas correctoras que propuso tanto la Intervención General del Estado
como el Tribunal de Cuentas, y que hizo suyo este Congreso de los
Diputados, sobre el tema de las adjudicaciones de obras. Me estoy
refiriendo fundamentalmente a que se denunció el uso excesivo que se
venía haciendo en la Dirección General de la Guardia Civil de las
adjudicaciones directas, en que se invocaban razones de secreto y de
seguridad del Estado y, por tanto, de urgencia, lo que llevó al escándalo
de la corrupción que allí se había producido. Sobre este particular,
señor Director General, quisiéramos saber si han adoptado ya medidas
acordes con las recomendaciones del Tribunal de Cuentas,



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de la Intervención General del Estado y del Congreso de los Diputados.

Por lo demás, señor Director General, le expreso mi apoyo y mis deseos de
éxito, y contará con nuestra colaboración para la función encomendada.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Por el Grupo Parlamentario
Vasco (PNV), tiene la palabra la señora Uría Echevarría.




La señora URIA ECHEVARRIA: Gracias, señor Director General, por las
explicaciones que nos ha dado sobre lo que era el contenido de esta
comparecencia, que han resultado esclarecedoras para alguien, como yo, no
experta en cuestiones policiales.

Al hilo de su intervención me gustaría suscitarle cuestiones en tres
bloques de temas distintos. El primero hace referencia al análisis del
modelo policial entendido como reparto de tareas entre cuerpos y fuerzas.

Ni en su intervención ni en la del señor Ministro que tuvo lugar al
comienzo de esta legislatura en esta misma Comisión me quedó claro si
existe o no un modelo policial. El señor Ministro entendía que sí, decía
que es el recogido en la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado, aunque a él le parecía que permanece excesivamente abierto y que,
fruto del trabajo entre todos, podría llegar a concretarse de una forma
más precisa. Está previsto también, y esta Comisión será quien deba
decidirlo, si se crea o no una subcomisión para decidir cuál sea el
modelo policial, y en esto la propia Comisión quizá va a tener que darse
a sí misma la respuesta sobre hacia dónde caminamos en este reparto de
tareas o distribución entre los distintos cuerpos y fuerzas.

Un segundo orden de cuestiones se me suscita en relación con el sistema
Schengen, que usted ha citado, pero no con la precisión que a mí me
hubiera gustado. Dentro de este apartado me quiero referir a dos
cuestiones. En primer lugar, a lo que fue noticia de prensa este verano
sobre la adecuación a la Lortad de los ficheros antiterroristas de la
Guardia Civil, cuestión sobre la que ya tuve ocasión de preguntar en el
Pleno al señor Ministros y cuya respuesta me satisfizo en parte, en la
medida en la que me contestó que no era una cuestión cerrada en absoluto,
sino que se estaba a la espera de cuál fuese el informe de la Agencia de
Protección de Datos para poder proceder a la adecuación de los ficheros,
lo que a mí me parece que es importantísimo si queremos tener la
reciprocidad del resto de los países para el intercambio de datos en
materia antiterrorista.

Dentro también del apartado Schengen me interesa lo que hace referencia a
las fronteras exteriores, y ello en relación con la distribución de
efectivos del cuerpo al que usted se ha referido. España, no podemos
olvidarnos, es frontera sur de Europa, y en relación con los asuntos de
extranjería, de tanta actualidad en los últimos tiempos, tiene especial
interés para el resto de los países europeos en esto que se ha dado en
llamar euroegoísmo de limitar o contingentar la entrada a Europa de
extranjeros procedentes de los países de Africa. Me gustaría saber si
existe previsión a este respecto o si en los recientes acuerdos
hispano-franceses hay alguna cláusula no explícita de una mayor
dedicación de efectivos a este cometido.

En un apartado distinto y que no podía faltar, teniendo en cuenta que
pertenezco al Partido Nacionalista Vasco, me quiero referir a la
distribución competencial Estado-País Vasco en materia policial, dentro
de lo que usted ha denominado reorganización territorial de la Guardia
Civil, haciendo mención a que existirá una zona por cada comunidad
autónoma. En el caso vasco, dada la plena implantación y despliegue de la
Ertzaintza, creo que los ajustes de la plantilla deberán hacerse con una
perspectiva distinta al resto de las comunidades. Debe velarse por el
respeto a las competencias y funciones que la propia Constitución y el
estatuto establecen, más allá de parámetros coyunturales.

Usted se ha dicho --y creo que ha sido un lapsus, que se refería a los
catalanes y no al País Vasco-- que se iban a transferir las competencias
en materia de tráfico al País Vasco. Esas competencias --usted lo
conoce-- las venimos ostentando como propias hace tiempo y creo que con
notable éxito. Por tanto, en todas aquellas cuestiones en las que la
policía vasca ejerce como policía integral debe procederse a la retirada
o al progresivo apartamiento de otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado. Le reconozco que existe una variable respecto de la cual no tengo
perspectiva, es la variable defensa nacional, que es competencia
exclusiva del Estado, y no sé en qué medida pueda justificar la cierta
presencia en el territorio del País Vasco de efectivos del cuerpo que
usted ahora dirige.

En todo caso, me gustaría insistir --y éste es un aspecto en el que mi
partido tiene especial interés-- en que la adecuación de efectivos, a
pesar de que se esté produciendo en términos de carácter conflictivo para
la prensa, se puede hacer en el seno de la junta de seguridad como
organismo estatutario propio previsto en la normativa de la comunidad
autónoma. Existe al respecto una promesa expresa del señor Ministro al
comparecer en esta misma Comisión, y lo ha repetido en diversos foros.

Insisto, los términos de carácter conflictivo que aparecen en la prensa
obedecen, creo, a la complejidad del problema. Habría sido milagroso que
nos hubiésemos podido poner de acuerdo a la primera. En todo caso, debe
ser en el seno de la junta y por acuerdo donde se vayan a establecer,
esperemos que más pronto que tarde, los acuerdos sobre los términos en
que se deba seguir produciendo la implantación de la Guardia Civil en el
País Vasco.

Para terminar, al igual que quienes me han precedido en el uso de la
palabra, le deseo éxito en su labor de lucha contra la delincuencia desde
la legalidad, ya que su éxito, entiendo, será el éxito de todos.




El señor VICEPRESIDENTE (Padilla Carballada): Por el Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Guardans i
Cambó.




El señor GUARDANS I CAMBO: Yo también quiero empezar, lógicamente, aunque
no haya compartido con usted las actividades de Diputado en esta Cámara,
puesto que me he estrenado en esta legislatura, en la que usted abandonó
su escaño, felicitándole ante todo, en esta su primera



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comparecencia, por su nombramiento y agradeciéndole el hecho mismo de la
comparecencia, aunque haya sido a instancias de un grupo parlamentario, y
en conjunto las explicaciones ofrecidas.

Yo empezaría por el final, por lo que ha sido el último punto de su
intervención, diciendo que poco tengo que comentar ahora acerca del
desarrollo de los acuerdos de despliegue de la policía autonómica
catalana y del desarrollo del acuerdo de investidura en lo que hace
referencia a la modificación de la situación de la policía catalana.

Simplemente he de destacar, tanto en las palabras del Ministro en su
momento como en las suyas, con las que al fin y al cabo se ha hecho eco
de aquéllas, ese espíritu abierto y absolutamente pragmático, que
agradecemos, un espíritu de carácter no ideológico, como habíamos visto
en algún miembro del partido que da apoyo mayoritario al Gobierno, acerca
del papel de la Guardia Civil, es decir, un espíritu pragmático en el
cual vamos hacia un modelo distinto, un modelo de sustitución, que tiene
como principal punto de referencia el modelo ya existente en el País
Vasco, y hacia él es hacia donde vamos en Cataluña. Simplemente nos
felicitamos porque ésa sea la línea en la que se estén llevando a cabo
las negociaciones y nos permitimos animarle a que, en la medida en que
dependa de usted, desde su puesto --incluso a nivel simplemente técnico,
que puede ser lo que muchas veces puede llegar a retrasar una decisión
política--, apoye tanto como sea posible el más pronto desarrollo de esas
negociaciones y, por tanto, que puedan llevarse a cabo tan pronto como
sea posible, muy concretamente en el ámbito del tráfico, que
efectivamente es un tema abierto, que se está negociando y sobre el que
poco puedo decir, sino simplemente pedirle que, en la medida en que
dependa de usted, de su Dirección General, lógicamente --insisto, porque
aquí hay temas técnicos que deben ser resueltos, sobre los cuales se
tomará la decisión política posterior--, se pueda actuar sin prisa pero
sin pausa, señor Director General.

Ya hablando más en general de su intervención, haciendo referencia al
conjunto del Estado, al margen de cómo afecte en alguna de estas cosas el
despliegue creciente de la policía autonómica en Cataluña y, por tanto,
animando a que, como estoy seguro que se hace, eso se tenga presente --es
decir, no se tomen ahora decisiones que deban ser modificadas tan pronto
cambie el modelo policial catalán, evidentemente--, quería empezar
felicitándole por esa mención, que ya conocíamos, de la mejora en la
racionalidad de la estructura territorial de la Guardia Civil. Sin entrar
en detalles, nos parece muy correcto que todo, en este caso la Guardia
Civil, refleje de manera cada vez más clara la forma de Estado que nos
dimos en la Constitución. La Guardia Civil no es el único ente que no lo
reflejaba hasta ahora, pero es un ente más, por utilizar un término que a
partir de ahora, por la descripción que nos ha hecho, pasa a reflejar
efectivamente la realidad del Estado autonómico en lo que es su
distribución de mandos, y nos parece una iniciativa que merece nuestra
felicitación.

Estamos, como no puede ser de otra manera, totalmente de acuerdo en todo
lo que haga referencia al impulso de modernización y le damos nuestro más
absoluto apoyo, en concreto, sobre la referencia que ha hecho, que nos
parece muy real y nos consta que es así, a que los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado no pueden estar por debajo en medios materiales de
la delincuencia organizada, y corremos el grave riesgo de que sea así.

Nos consta porque, como bien sabe el Director General, el conjunto del
arco mediterráneo, y especialmente Cataluña, corren el riesgo de ser nido
importante de delincuencia organizada. Todo lo que se haga en esa línea,
y muy concretamente con los límites presupuestarios que usted mismo ha
mencionado, todo lo que haga referencia al perfeccionamiento y a la
actualización material que permita tener por lo menos la misma fuerza que
la delincuencia organizada tendrá nuestro apoyo.

Podemos estar sustancialmente de acuerdo con esas tres prioridades
operativas que ha señalado. Me limitaría a destacar la necesidad y la
conveniencia --de hecho la ha puesto como la primera de las prioridades
operativas, pero quisiera dejar constancia de ello-- de impulsar la
Policía judicial y la contribución de la Guardia Civil en esa formación
de la Policía judicial. Esa cifra que nos ha dado de un seis por ciento
de respuesta respecto de las comunicaciones de delitos recibidas por
parte de la Policía judicial nos parece una cifra dramática y esperamos
que pueda ser corregida de la forma más urgente, porque uno de los
déficit claros que tiene en este momento el sistema judicial de este
país, entre otros muchos, es el funcionamiento de la Policía judicial.

Globalmente estamos de acuerdo con la línea de potenciación de las
misiones militares de la Guardia Civil. Como sabe el señor Director
General, somos uno de los grupos --no nos atrevemos a atribuirnos solos
el mérito-- que han impulsado con mayor fuerza la profesionalización de
las Fuerzas Armadas. La meta hacia la que tendemos, como es la
profesionalización del Ejército, de las Fuerzas Armadas en su conjunto,
nos parece coherente asimismo con que la Guardia Civil, dado que es un
cuerpo militar, contribuya a complementar, allí donde sea necesario, esa
labor de las Fuerzas Armadas ya profesionales. Por tanto, todo lo que
vaya en la línea de coordinación --ha mencionado, por ejemplo, la del
sistema de comunicaciones, es un ejemplo entre otros muchos y, más
globalmente, en la asignación de funciones-- nos parece algo correcto que
también tiene nuestro pleno apoyo. (El señor Presidente ocupa la
Presidencia.)
Ha mencionado la gran capacidad que tiene la Guardia Civil para
contribuir en misiones de paz. Es algo que también queremos subrayar como
ya ha hecho el portavoz de Coalición Canaria, si no me equivoco. En una
reciente intervención en esta Cámara, que fue calificada de heterodoxa
por estar hecha al margen del reglamento y por su carácter informal, pero
intervención al fin y al cabo, el Secretario General de la OTAN destacó,
y es una voz autorizada para poner de relieve este tema, cómo las
misiones internacionales lo que precisan cada vez más es de una fuerza de
policía internacional y no tanto --excepcionalmente también-- de un
ejército al servicio de las misiones de paz. Dichas misiones precisarán
cada vez más de un cuerpo de policía internacional. El propio Secretario
General



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de la OTAN puso de relieve que el problema es que los Estados sí suelen
tener unas fuerzas militares susceptibles de ser enviadas a misiones de
paz y, en cambio, raramente tienen unas fuerzas policiales disponibles
para ser enviadas a misiones de paz, y somos conscientes de ello. Quería
subrayar nuestro pleno apoyo a cualquier iniciativa que se pueda tomar en
esa línea, con los límites presupuestarios, que son la espada de Damocles
que pende sobre cualquier iniciativa que se pueda tener en este momento,
pero todo lo que tienda hacia la mayor participación de la Guardia Civil
en este tipo de misiones, será absolutamente bienvenido por nuestra
parte, porque estamos convencidos de que puede desarrollar su tarea
incluso mejor que otras fuerzas policiales de otros Estados, precisamente
por ser una fuerza policial muy a caballo con su carácter militar, y toda
iniciativa que se pueda tomar en cuanto a esa participación en misiones
de paz tendrá nuestro apoyo.

Quería terminar haciendo referencia a algo que también ha sido comentado
por la portavoz del Grupo Nacionalista Vasco y que nos parece importante,
aunque en su momento fue dicho grupo el que lo destacó en una
intervención en el Pleno. Es la necesidad de la regularización y
adecuación de las bases de datos de la Guardia Civil, para lograr su
plena conformidad con las indicaciones de la Agencia de Protección de
Datos y en conjunto con los requisitos de la Ley Orgánica de regulación
del tratamiento automatizado de datos de carácter personal, la Lortad.

Sería lamentable que hubiera zonas oscuras y fuera de la regularización
de tratamiento de datos de carácter personal, tratamiento informático en
este caso y, además, tendría graves consecuencias, como ha puesto de
relieve la portavoz del Grupo Vasco, de cara a la correcta reciprocidad
de la comunicación de informaciones en el marco Schengen. Por tanto,
aprovechando esta comparecencia, instamos a que esa regularización se
lleve a cabo tan pronto sea posible.

Termino reiterando la felicitación con la que empezaba y deseándole el
máximo éxito en la amplia tarea que tiene usted por delante.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Sanjuán.




El señor SANJUAN DE LA ROCHA: En primer lugar, quisiera decir que nuestro
grupo parlamentario había pedido también la comparecencia del Director
General de la Guardia Civil para que viniera a explicar cuál era la
política que en este ámbito quería desarrollar el Ministerio del
Interior. Es obvio que no podía entrar en el orden del día, pero
quisiéramos ponerlo de manifiesto porque es una petición que normalmente
va a decaer, puesto que no tenemos la voluntad de volver a traer al
Director General dentro de quince o veinte días, para que nos explique lo
que ya ha tenido la amabilidad de hacer.

En segundo lugar, quisiera agradecer la presencia y las explicaciones que
el Director General de la Guardia Civil nos ha dado. Hemos compartido con
él numerosas sesiones parlamentarias en la época en que estuvo en esta
casa como Diputado. Desde ese punto de vista, lo hemos escuchado con suma
atención y con el respeto que se merece una persona que tiene la
responsabilidad de dirigir una institución de la solera y la relevancia
de la Guardia Civil, de fundamental importancia para mantener la
seguridad ciudadana en España y que ha sabido adaptarse a las exigencias
del nuevo orden constitucional y ha sabido también reestructurarse día a
día para cumplir, junto con la Policía Nacional, la misión fundamental de
mantener la seguridad de todos.

Dicho esto y al hilo de la intervención del Director General, al hilo
también del decreto de reestructuración orgánica básica del Ministerio
del Interior, de la propia intervención del Ministro del Interior ante
esta Comisión y de declaraciones que ha hecho el propio Director General,
quisiera hacerle una serie de reflexiones y también algunas preguntas.

Ha basado su exposición en tres aspectos fundamentales de lo que quería
hacer con relación a la Guardia Civil. En primer lugar, hablaba de que
había que racionalizar la estructura orgánica y territorial, y de los
pasos que había dado en este camino, de la necesidad de potenciar
tecnológicamente las misiones de seguridad que tiene la Guardia Civil y,
por último, de la necesidad de racionalizar los medios humanos y atender
mejor a las necesidades del cuerpo.

Con relación a la estructura orgánica, nos ha dicho que la han reducido y
que la Guardia Civil ahora se basa en tres subdirecciones generales, la
Subdirección General de Operaciones, la de Personal y la de Apoyo. Nos
manifiesta que desaparece el gabinete técnico de dirección general. No es
exacto que desaparezca. Desaparece con el rango de subdirección general,
es decir, baja de rango administrativo. Nos manifiesta que desaparece la
Subdirección General de Inspección General, aparte de las jefaturas de
estudios y planes, la jefatura de planificación y control de gestión que
de alguna manera no aparecen en el organigrama de la Guardia Civil.

¿Qué es lo que ha ocurrido? Ustedes han creado una Dirección General de
Administración de la Seguridad dentro de la Dirección de Seguridad del
Estado y le han atribuido todas aquellas funciones que eran de
planificación, de control de gestión, de contratación, unido también a
las políticas de selección de personal, de formación, incluso toda la
política de personal. Yo no voy a criticar esta medida. Basta leer los
papeles para ver cuáles son las buenas intenciones que persigue la misma;
persigue, efectivamente, coordinar mejor a la Policía y a la Guardia
Civil. Sin embargo, lo cierto es que se mantiene la dirección de
personal, como es lógico, tanto en la Policía como en la Guardia Civil y,
por consiguiente, que se va a producir un cierto solapamiento y, desde
luego, una discordancia, muchas veces, entre lo que puede ser la política
de personal de la Guardia Civil y la que pretenda instrumentalizar y
llevar adelante la dirección general que ustedes han creado, pero, en
fin, el tiempo nos dirá; no criticamos la medida en este momento, dadas
sus buenas intenciones.

Sí me parece más importante el hecho de que ustedes manifiesten que
desaparece la Subdirección General de la Inspección. Esto, evidentemente,
no puede ser cierto; no puede desaparecer de la Guardia Civil. Dicen
ustedes: lo



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ponemos en la Secretaría de Estado de Seguridad. Todo lo relacionado con
la inspección --que es un órgano absolutamente fundamental, como usted
sabe-- lo ponen en la Secretaría de Estado. Sin perjuicio de reconocer
que, desde luego, la Secretaría de Estado tenía que tener, y las tenía
antes, funciones de coordinación de la inspección y funciones de
impulsión de la inspección de todos los servicios, a nuestro juicio la
inspección de funcionamiento, de rendimiento de los servicios y de las
unidades requiere una inmediatez a fin de arbitrar las soluciones que un
funcionamiento ineficaz e inadecuado puede en muchas ocasiones requerir,
lo que nos parece que es difícil que ocurra si se hace depender la unidad
de inspección de un órgano, diríamos, que está en la superestructura y
que no depende directamente ni de la Dirección General de la Guardia
Civil ni, en su caso, tampoco de la Dirección General de la Policía.

Por otro lado, observamos que dentro de las funciones que corresponden
naturalmente al Director General, y que tiene delegadas en la
Subdirección General de Personal, están todas las funciones
disciplinarias y de corrección. Suponemos que esto está también en
función de la propia inspección. Por consiguiente, nos tenemos que, en
ocasiones, puede haber un cierto solapamiento. Pero, en fin, son
reflexiones generales; el tiempo lo dirá. Evidentemente, el Ministro de
Interior tiene todas las facultades para reorganizar como desee, como le
parezca conveniente, su departamento.

Para nosotros es más importante lo que usted nos ha indicado de la
reestructuración territorial de la Guardia Civil. Usted señala que van a
desaparecer las zonas --la Guardia Civil se organizaba en zonas, tercios
y después ya en comandancias y puestos-- y las van a sustituir
adecuándolas a la estructura territorial del Estado. Por consiguiente,
vamos a tener muchas más zonas, por decirlo de alguna manera, que las que
existen en este momento. Esa reestructuración territorial y la estructura
orgánica, que persigue también el objetivo de liberar recursos humanos
para dedicarlos a actuaciones operativas, me temo que no va a ser así;
pero, evidentemente, el Estado está estructurado de una determinada
manera y no es malo que la Guardia Civil se reestructure con relación a
ese criterio, pero diciéndolo, no diciendo que esto es para ahorrar
personal, para adecuarlo y destinarlo a otras funciones operativas. Por
otro lado, esto estará claramente también en función de cómo
reestructuran las zonas; hay comunidades autónomas uniprovinciales y hay
comunidades autónomas pluriprovinciales, unas con muchas provincias y
otras, como La Rioja, Murcia, el Principado de Asturias, al que usted ha
hecho referencia, que constituyen una sola provincia, y, por
consiguiente, la zona tendrá que adecuarse, diríamos, a esa estructura
territorial.

El tema de los tercios, si lo estructuramos por zonas, realmente deja de
tener ya su importancia, sobre todo si hacemos crecer el número de zonas,
y creo entender que van a hacer desaparecer los tercios. Por
consiguiente, dejan ustedes la comandancia como órgano fundamental, que
es y ha sido siempre el órgano básico de funcionamiento de la Guardia
Civil, las comandancias provinciales, aunque con escasas excepciones
había en alguna provincia dos comandancias; era el caso, que usted ha
citado, de Asturias o de Cádiz; de Cádiz por su singularidad: hay muchos
gaditanos que dicen que prácticamente son dos provincias, porque
Algeciras constituye en sí misma una provincia diferente de Cádiz. Desde
esa perspectiva y habida cuenta del problema específico de Gibraltar, era
necesario en esos momentos que existiera esa comandancia.

Me interesa en mayor medida el tema del despliegue territorial de verdad,
que son los puestos de la Guardia Civil, los cuarteles. A este respecto,
me ha preocupado lo que el Director General ha dicho. Ha dicho que no va
a hacer nada en ese tema que no sea consensuadamente, que no se van a
reducir los cuarteles. Decir esto, hablar de consenso entre todos los
grupos parlamentarios, por un lado, y, por otro, con las autoridades de
las comunidades autónomas y las autoridades locales de cada sitio
significa en puridad que no vamos a reducir un solo cuartel. Acto
seguido, después de decirnos todo esto, que lo quiere hacer, que es
conveniente, pero que no lo va a hacer, y además darnos su visión,
coincide con lo que nos decía el señor Alvarez-Cascos cuando era
Diputado, que comentaba que había que mantener a la Guardia Civil en
todos sus puestos, con independencia del número de guardias que hubiera
en cada puesto, porque lo importante no era que estuvieran en el cuartel,
lo importante era que podían salir a la calle y eso generaba un ámbito de
seguridad. En 1982-1983 había cerca de 4.000 cuarteles de la Guardia
Civil y hoy nos ha dicho que hay 2.423, es decir, se ha reducido de
manera considerable lo que era el despliegue territorial de la Guardia
Civil adecuándolo a las nuevas condiciones, como usted ha señalado,
sociales y económicas de España, que de ser un país fundamentalmente
rural ha pasado a ser un país donde la inmensa mayoría de la población
vive en las ciudades; de ser un país con escasas comunicaciones o en el
que la Guardia Civil efectuaba correrías andando y, por consiguiente, no
podía tener un ámbito de actuación más allá de 8, 10 ó 15 kilómetros,
obviamente hoy en día las comunicaciones permiten que el ámbito de
actuación de un puesto de la Guardia Civil sea muchísimo más amplio y,
además, realizado de manera mucho más eficaz. Usted nos ha dicho que hay
más de 450 puestos en los que hay cinco o menos de cinco guardias
civiles; no sé exactamente el número de puestos en los que son seis,
siete u ocho. Si tenemos en cuenta el servicio de puerta que tienen que
prestar, la necesidad de estar presentes, dígaseme cuántos son los que
pueden realizar funciones de Policía judicial, de defensa de la
naturaleza, etcétera. No me extraña, por consiguiente, que el número de
inspecciones oculares, desde la perspectiva de Policía judicial, sea tan
escaso como usted ha señalado. Por consiguiente, creo que la Guardia
Civil y la Dirección General tienen que seguir el camino en ese ámbito de
reestructuración territorial que se había hecho, con mucho costo, porque
es muy fácil no querer tener nunca ningún costo político por gobernar.

Gobernar significa tener que tomar decisiones y, naturalmente, las
decisiones tienen un costo político, a veces; otras veces tienen un valor
positivo. Pero lo que le quiero decir es que ustedes tienen la
responsabilidad de dirigir una organización



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de la importancia de la Guardia Civil y, por consiguiente, de adecuarla
realmente a las necesidades de la seguridad hoy en España.

A ese respecto, me gustaría que me dijera cuál es el número de guardias
civiles por puesto que usted considera mínimo, porque sobre esto hay
estudios. Yo he leído intervenciones anteriores en las que se dice que
para que un puesto fuera operativo el Gobierno socialista consideraba que
el número de guardias civiles debía ser de diez como mínimo. Esto sí que
libera realmente recursos humanos y nos permite adecuar los cuarteles
--los que queden-- a las condiciones de vida que se merecen los guardias
civiles y liberar también recursos para poder atender otra serie de
necesidades.

Ha hablado de la necesidad de incrementar el número --en unas
declaraciones dijo que eran necesarios 10.000 guardias civiles más--. Si
esto es cierto, ¿por qué, para qué y cómo? Porque, por otro lado, el
Ministro del Interior, en su comparecencia, nos dijo aquí que había un
número suficiente de efectivos policiales en España y que no era
necesario incrementarlos, que lo necesario era coordinarlos mejor,
adecuarlos mejor, dentro del modelo policial que hoy tenemos en España,
que, ciertamente, es un modelo complejo, un modelo, digamos, singular,
derivado del hecho de la existencia de dos cuerpos policiales, cuya
permanencia me parece absolutamente necesaria, es decir, que desde el
Grupo Socialista no somos partidarios de una unificación, que
significaría la desaparición de la Guardia Civil; nos parece que la
Guardia Civil cumple unas funciones muy importantes dentro de la
seguridad en este país pero también es evidente que es necesario
coordinar mejor el hecho de las policías autonómicas que se están
creando. Tenemos la Policía autonómica del País Vasco, que prácticamente
cuenta con la generalidad de las competencias, y ahora hemos tomado el
camino de atribuir a Cataluña todas las competencias que tiene el País
Vasco, incluido lo relativo al Tráfico --respecto a lo cual, dicho sea
entre paréntesis, ustedes se mostraban absolutamente contrarios cuando
desde el Gobierno socialista se empezó a estudiar, aunque no se tomó la
decisión con la Generalitat de Cataluña--, pero eso le va a liberar
recursos humanos. Evidentemente, cuando se cumplimente ese acuerdo al que
han llegado con Convergència i Unió, la Guardia Civil de Tráfico que está
en Cataluña podrá pasar a desempeñar otras funciones. Yo quiero decir que
lo lamento, pero me parece que en esta proposición de modelo policial...




El señor PRESIDENTE: Perdón, pero me parece que oigo una radio. Ruego que
permitan al señor Sanjuán proseguir su intervención con normalidad.

Continúe, señor Sanjuán.




El señor SANJUAN DE LA ROCHA: Siguiendo con el asunto, diré que en estos
últimos años se han atribuido nuevas funciones a la Guardia Civil, como
la Guardia Civil del Mar, y otra cosa muy querida para la Guardia Civil,
que está muy en su ámbito y que, además, hoy es una necesidad para el
conjunto de los ciudadanos: la defensa de la naturaleza. Nosotros, tanto
en uno como en otro ámbito, quisiéramos que se potenciara en esas
funciones a la Guardia Civil y que, desde la perspectiva del despliegue
territorial, se hiciera el esfuerzo de reestructuración necesario.

Asimismo desearíamos que la perspectiva de liberación de recursos humanos
que va a significar la atribución de competencias en materia de seguridad
a comunidades autónomas sirva también para potenciar tanto uno como otro
servicio.

En el tema tecnológico tenemos que estar de acuerdo. Hay que ir
potenciando tecnológicamente los medios que tiene la Guardia Civil como
cuerpo de seguridad, lo mismo que hay que intentar potenciar y
administrar lo mejor posible los escasos recursos que reciben los Cuerpos
y Fuerzas de Seguridad del Estado. Aquí ha habido quienes quieren
expresar el disederátum de que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad tengan
los mismos medios que tienen los narcotraficantes, con el fin de poder
luchar contra ellos. Permítame una broma. Beccaría decía que la mente del
delincuente es siempre más fértil que la del legislador, y Belloch, mi
compañero de grupo, dice: y por eso sigue existiendo el delito. Lo cierto
es que los medios que tiene el narcotráfico para esa finalidad específica
del narcotráfico, que sólo tiene que ocuparse de eso, que es su negocio
único, desgraciadamente son siempre mayores que los que puede dedicar el
Estado más potente a defender la seguridad de todos.

En cuanto al Patronato, ya ha habido quien le ha hecho una pregunta.

Nosotros estamos totalmente de acuerdo, pero quisiéramos hacerle una
observación. El Patronato de la Guardia Civil tiene un valiosísimo
patrimonio, que, según parece, va a ser transferido en su globalidad al
patrimonio del Estado, es decir, a Hacienda. Pelee, señor Director
General, para que una parte de ese patrimonio de Hacienda le sea adscrito
a la Guardia Civil y sirva para mejorar los acuartelamientos. Pelee por
eso y la Guardia Civil y todos, entre ellos nuestro grupo, le apoyaremos
en la consecución de ese objetivo.

En cuanto al carácter militar de la Guardia Civil, nosotros estamos
--creo que se transluce de mis palabras-- por mantener el carácter
militar de la Guardia Civil. No estamos por potenciar este carácter
militar, sino por mantener a la Guardia Civil en la situación que tiene y
por ir potenciando todos aquellos aspectos civiles que tiene la Guardia
Civil, que son todos los relacionados con la seguridad, con temas de
formación, etcétera. De forma que --quede claro-- nosotros queremos que
se mantenga el carácter militar de la Guardia Civil, no potenciarlo, y
potenciar los aspectos civiles.

Y, desde luego, estamos absolutamente de acuerdo con el hecho de que la
Guardia Civil preste una valiosa contribución a la defensa, pero desde
esa perspectiva de que todo, la economía, la Guardia Civil como tal,
etcétera, contribuye a la defensa nacional, y estamos menos de acuerdo en
que vayamos a potenciar aquellos aspectos que serían de contribución a la
defensa desde una perspectiva militar. Los aspectos de reclutamiento que
tiene ahora asignados la Guardia Civil son, sin duda, aspectos de
contribución a la defensa pero no tenemos por qué potenciar, sobre todo
cuando vamos hacia un ejército profesional, lo que son los



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aspectos militares de la defensa con relación a la Guardia Civil; sí los
aspectos internacionales de presencia de la Guardia Civil en la defensa
de la paz, porque, efectivamente, como ha señalado --me parece que ha
sido él-- el portavoz del Grupo Catalán, el Secretario General de la OTAN
manifestó que las intervenciones de defensa de la paz de la ONU van a
requerir, cada vez más, de una policía como es la Guardia Civil. Por eso
mismo, hemos recibido toda clase de felicitaciones en aquellos lugares
donde los gobiernos anteriores han mandado a guardias civiles a realizar
misiones de paz.

Nada más, señor Director General. Espero que mis reflexiones sirvan para
algo y espero la contestación a las preguntas, reiterando nuestra
felicitación por su nombramiento y nuestro agradecimiento por su
presencia en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Señor Director General, en ésta, su primera
comparecencia ante la Cámara, mis palabras iniciales quieren ser de
especial bienvenida, tanto a quien asume hoy una responsabilidad
trascendental en el organigrama de la seguridad del Estado como a quien
nos acompañó a todos durante muchos años en la tarea de representar desde
esta casa a la soberanía nacional.

Es obvio que usted tiene por delante un cometido difícil y apasionante a
la vez, pero es obvio también que en el ejercicio de aquél cuenta con ese
gran patrimonio que conforman los valores de lealtad al ordenamiento
jurídico, disciplina, solidaridad y sacrificio, característicos del
espíritu colectivo de la Guardia Civil, valores estos en todo punto
incuestionables y que perviven más allá de cualesquiera actuaciones
individuales que se han podio situar fuera de los mismos, lo que supone
decir fuera de la ley, y, por ende, fuera de lo que significa y es la
Guardia Civil en el contexto de la España democrática contemporánea. Amén
de Roldán, es evidente que durante los últimos años han podido suceder
ciertas cosas en el seno del instituto que nunca debieran haberse
producido. Por eso conviene recordar hoy el sentido de lo dicho en
algunas manifestaciones públicas por el señor Director General; conviene
recordar hoy una vez más que no caben atajos en la persecución del delito
y que, por tanto, nadie es héroe fuera del sometimiento al imperativo de
la ley; conviene recordar que el uso del informe comporta un compromiso
de honor con la legalidad y que ese compromiso no admite laguna ni
excepción en su observancia permanente; conviene recordar que los modos y
métodos de aquellos a los que está encomendada la defensa legítima de la
convivencia del pluralismo, de la tolerancia y de la paz son y han de ser
siempre distintos a aquellos de los que disponen quienes sólo tienen el
pseudoargumento, el argumento oscuro del terror, porque en esa diferencia
reside y residirá siempre la fortaleza de los demócratas y nuestra razón
intelectual y moral.

Lo dicho como recordatorio constituye, sin duda, una expresión de
principio que nunca está de más, y máxime --y quiero subrayar esto--
cuando a la vez entraña el mejor homenaje que se pueda rendir a los miles
de hombres y mujeres del cuerpo, que por su atenimiento ejemplar a estos
presupuestos acreditan con su conducta diaria lo que supone formar parte
de la Guardia Civil.

De la intervención del señor Director General se desprende claramente que
el principal reto de fondo en esta nueva etapa consiste en definir desde
el presente cómo debe ser la Guardia Civil del futuro, y de dicha
intervención se deduce también el alcance de las líneas maestras sobre
las que impulsar esa evolución, una evolución que ha de conjugar en sí
factores de índole diversa y que a juicio del Grupo Parlamentario Popular
pasa fundamentalmente, en primer lugar, por establecer un modelo de
vertebración acorde con la nueva realidad del Estado que reordene su
despliegue territorial y redistribuya sus efectivos en pro de la máxima
rentabilidad operativa, sin menoscabo de esa demanda social de proximidad
en la presencia y en la prestación del servicio.

En este enunciado se inscribiría, como nos ha dicho el señor Director
General, y entre otros extremos, la reducción de subdirecciones
generales, la circunscripción de zona por comunidad autónoma, la
supresión de los tercios, la atribución del mando operativo integral al
escalón autonómico, el señalamiento de comandancia única por provincia y
la revisión de cometidos de plantilla a fin de aplicar el máximo posible
de efectivos a tareas no burocráticas.

En segundo lugar, por establecer un modelo de gestión económica acorde
con las disponibilidades y las necesidades que incida especialmente sobre
la inversión en comunicaciones informáticas y acuartelamientos y que
permita ampliar la capacidad tecnológica de la Guardia Civil en su lucha
técnica o científica contra las nuevas formas sofisticadas de delito y
contra la gran delincuencia organizada.

En tercer lugar, por establecer un modelo de atención y cuidado
permanente del factor humano, esto es, de la formación, necesidades
laborales y condiciones de vida de los hombres y mujeres de la Guardia
Civil y de sus familias, en consonancia con la importancia pública de su
función y con la situación propia de otros funcionarios policiales al
servicio de las diversas administraciones, sea cual sea la naturaleza
territorial de éstas.

En cuarto lugar, por establecer un modelo de selección de prioridades
operativas conforme a la propia evolución de la delincuencia y de la
necesidad de respuesta frente a las mismas, no sólo en el ámbito de la
persecución del delito ya cometido, sino de manera muy singular en el de
la prevención, lo que comporta potenciar los mecanismos de obtención,
tratamiento y análisis de la información, así como aquellos servicios
especializados que requiera en cada caso la realidad del momento y el
efecto de alarma social que generan ciertas formas delictivas concretas.

Estos cuatro parámetros básicos han de situarse, a juicio del Grupo
Parlamentario Popular, en el contexto de nuestra actualidad, en la medida
en que esa actualidad plantea a su vez determinados considerandos a la
hora de concretar el ritmo de esta evolución. En este sentido, hay que
tener en cuenta el esfuerzo ingente que supone la lucha contra el
terrorismo, las disfuncionalidades que surgen



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ante la carencia de un modelo policial definido que integre en un
concepto global de la seguridad todos los recursos humanos y materiales
que en este terreno se encuentran al servicio de las diferentes
administraciones o, por no extenderme en demasía, los condicionamientos
inherentes tanto a la necesaria disciplina presupuestaria como sobre todo
a la carga de pasado heredada en este ámbito.

Tiempo habrá, desde luego, para abordar este último asunto en las
próximas semanas con la atención que merece. Pero es lo cierto también
que en el conjunto de esta primera comparecencia del Director General de
la Guardia Civil ante el Congreso, no se puede dejar de hacer siquiera
una escueta mención a un diagnóstico financiero que condiciona cuanto se
desearía hacer de modo inmediato.

Es muy grave, tanto en términos absolutos como relativos, esa cantidad
superior a los 40.000 millones de pesetas en la que se cifra el agujero
presupuestario de la Guardia Civil y la incidencia porcentual que
representa sobre el total del presupuesto anual del cuerpo, rayana en el
20 por ciento del mismo.

Tendríamos que plantearnos todos algunos interrogantes que surgen de este
estado de cosas: con qué margen de viabilidad se puede tratar de impulsar
nuevas inversiones en obras cuando la deuda en obra ya realizada es
cercana a los 7.000 millones de pesetas; cómo pueden ignorar algunos que
existe un desfase presupuestario en el capítulo de personal que ronda los
24.000 millones de pesetas; qué mejoras pueden lograrse de inmediato
cuando la deuda reconocida en bienes y servicios alcanza los 10.000
millones de pesetas, de los cuales 6.000 corresponde a factura telefónica
y 1.000 millones de pesetas a combustibles impagados.

Frente a esta realidad, el impulso de los objetivos propuestos va a
exigir, sin duda, un ritmo distinto al que se desearía a priori y va a
exigir también de un esfuerzo adicional que obliga, entre otros extremos,
a perfilar fórmulas innovadoras que faciliten el acceso a esos objetivos,
y en ese sentido habrá que estudiar, por ejemplo, la promoción de
convenios entre la Guardia Civil y las diversas administraciones en orden
a compartir la articulación del coste de determinados servicios, lo que
redundará en la mejor prestación de los mismos.

También queda por delante la importante tarea de actuar en el terreno
normativo a fin de abordar una adecuada regulación de cuestiones tales
como el sistema de evaluaciones, clasificaciones y ascensos, régimen de
destinos, distribución de plantillas por escalas y empleos o régimen
disciplinario específico de los centros de formación, entre otras
cuestiones, si bien hay que decir que la mayoría de los nuevos textos
legales que se esperan están ya en fase de adelantada elaboración.

Por último, parece conveniente resaltar el papel que la Guardia Civil
debe continuar desempeñando en materia de cooperación policial
internacional, y especialmente en la relación bilateral tanto con Francia
como con Marruecos. Hay que celebrar las gestiones directas realizadas
por el Director General en sus recientes visitas a ambos países.

En este marco de relaciones internacionales es bueno seguir manteniendo
también la presencia de la Guardia Civil en misiones humanitarias y de
paz, lo que viene posibilitado por la naturaleza militar del cuerpo.

Precisamente esa naturaleza militar implica, a su vez, la necesidad de
incentivar una reflexión de futuro de todos respecto de las tareas que la
Guardia Civil debe asumir en el contexto de la defensa nacional y en el
marco de la reducción y progresiva profesionalización de nuestras Fuerzas
Armadas, nuevas tareas que comportarán la revisión y mejora de los
procesos de enseñanza inicial y de formación permanente de los miembros
del instituto y que implicarán también establecer mecanismos formativos
mucho más especializados.

Así pues, la labor que aguarda al señor Director General en esta nueva
etapa es, sin duda, importante e intensa, como lo es, como debe serlo
también la participación que en ella debe tener el Parlamento, haciendo
uso de la oferta permanente de diálogo lanzada por el Ministerio del
Interior y, como no podía ser de otra forma, revalidada hoy por el señor
Director General, lo que a su vez comporta el que también los grupos
parlamentarios estemos a la altura de la circunstancia que compone ese
reto trascendental. Creo que no me equivoco, señor Director General, si
concluyo diciendo que en ello puede usted tener por cierto que contará
con nuestra cooperación, con la cooperación de todos los grupos de la
Cámara, cada uno desde su legítima posición, y, sin lugar a duda, con
nuestro esfuerzo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General de la
Guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Antes
de nada quiero agradecer tanto la forma como el fondo de las
intervenciones de todos los portavoces que han hecho uso de la palabra,
porque todos somos conscientes de que lo que tenemos entre manos afecta a
todos los grupos políticos, a toda la sociedad y por ello todos debemor
ir en la misma dirección, con los matices que desde cada planteamiento
político se puedan realizar en cada momento.

Respecto a la intervención del señor Meyer, debo decir lo mismo. Ha
habido muchos portavoces que se han referido al modelo policial. Hay un
modelo policial que es abierto y poco a poco habrá que ir cerrando, habrá
que terminar por delimitar cuáles son las funciones y las competencias de
unos y de otros. Hablando de modelo, en cuanto a la Guardia Civil yo no
me pondría de acuerdo con él. El no me iba a convencer a mí y yo tampoco
a él respecto a si la Guardia Civil ha de ser o no un cuerpo militar.

Creo que la Guardia Civil es un cuerpo de naturaleza militar y que, por
tanto, la pérdida de esa naturaleza supondría la pérdida de la razón de
ser de un cuerpo como el de la Guardia Civil. Si no se entendiera así, lo
que habría que hacer sería disolverla. No estamos en esa tesitura porque
creemos que la Guardia Civil cumple una misión muy importante y tampoco
somos una excepción. Su señoría ponía algún ejemplo sobre países que han
desmilitarizado. Ustedes saben que hay países de nuestro entorno como
Francia, Italia y Portugal, en los que, junto a la policía, en el sentido
estricto de la palabra, hay unos cuerpos de naturaleza militar, como es
la gendarmería, los carabineros, la guardia republicana



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portuguesa, que también tiene funciones policiales con características,
estructura, funciones y misiones de carácter militar.

Estoy de acuerdo con él en que hay que racionalizar los recursos, en eso
estamos. Pero a veces, cuando los recursos son escasos, es muy difícil
racionalizar porque es complicado ahorrar cuando se tiene poco para
gastar; no obstante, estamos en esa dirección. Gran parte de las medidas
que les he expuesto a ustedes en todos los ámbitos de lo que ha de ser
nuestra acción al frente de la dirección general van dirigidas en ese
camino.

Estoy totalmente de acuerdo en cuanto a la colaboración y cooperación de
todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Sin criticar etapas
anteriores, quizá hemos detectado que había falta de cultura de
cooperación entre cuerpos. Nosotros estamos insistiendo mucho en ello.

Tanto el Director General de la Policía como yo mismo tenemos muy claro
--y sé que lo tienen los responsables de las distintas policías
autonómicas-- que aquí tenemos un objetivo común, un enemigo común. Todas
son fuerzas de seguridad del Estado. La Ertzaintza es una fuerza de
seguridad del Estado, así como la policía autónoma; por eso, cuando yo
hablo de cooperación me refiero a todas las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. Tenemos que conseguir la máxima eficacia, que es
nuestra obligación además, en la protección de los ciudadanos, de sus
bienes, de sus intereses; en definitiva, de conseguir lo que denominamos
genéricamente como seguridad ciudadana.

Se ha referido el señor Meyer, así como otros portavoces, al conflicto en
relación con la base de datos, los archivos antiterroristas. La verdad es
que nos hemos encontrado con un conflicto de baja intensidad entre la
Dirección General de la Guardia Civil y la Agencia de Protección de
Datos. Mantuvimos las posición que había tenido el anterior director
general y fue un asunto de los que expresamente tratamos en el momento en
que se produjo el traspaso de poderes. También digo aquí, para que conste
en el «Diario de Sesiones», que fue ejemplar la actitud por parte del
señor Ferrán Cardenal. Este es un asunto con el que nos encontramos,
repito, e hicimos unas alegaciones que la Agencia de Protección de Datos
--es una noticia muy reciente-- no ha aceptado. Digo también como
primicia que no vamos a ir al contencioso y nos pondremos en contacto con
la Agencia para proceder a la entrega de los ficheros antiterroristas.

Nosotros defendíamos una postura que adoptó la anterior administración y
que cuando nos lo explicaron consideramos que era razonable, pero así son
las cosas y así funcionan. Existen los caminos para defender cada uno sus
posiciones. Al final hay que tomar una decisión y nosotros no somos
partidarios de recurrir al contencioso, que sería el siguiente paso y,
por tanto, unificando lo que han hecho los demás, procuraremos ponernos
al día en esa cuestión de ficheros.

En cuanto al esquema organizativo, decía el señor Meyer que había que
reducir la estructura de la Guardia Civil; en eso estamos. Hablaba del
número de generales. No son exactas las cifras que él ha dado. En este
momento hay cuatro generales de división y once generales de brigada.

Tengo que insistir en que no es mucho. Si lo comparamos, por un lado, con
el cuerpo de la Policía Nacional en cuanto a su estructura, o desde la
otra vertiente con la tasa de encuadramiento de las Fuerzas Armadas, no
estamos sobrados ni de generales ni de mandos. Tenemos muchos menos
generales por efectivos que los cuerpos comunes, o que la Armada o que el
Ejército del Aire. No estamos, a nuestro juicio, altos en cuanto al
número de mandos. La tasa de encuadramiento incluso creemos que es
pequeña porque, dicho en el mejor sentido de la expresión, nosotros, como
fuerza, necesitamos tener músculos, pero también cerebro. Hay que adecuar
músculo y cerebro para que esa organización funcione y no estamos en
absoluto, repito, sobrecargados de mandos.

Estoy de acuerdo respecto a salarios, jornada y horas de trabajo, es una
injusticia y un agravio comparativo, pero estamos intentando ver cómo
podemos equiparar las condiciones de prestación del servicio. No me gusta
hablar de jornada laboral en el caso de la Guardia Civil, que es una
fuerza militar, pero vamos a equiparar las condiciones de prestación del
servicio entre unos y otros. Nunca podremos llegar a la equiparación
total porque insisto en que no somos exactamente iguales. No olvidemos el
componente militar.

Qué duda cabe que cuanta mayor motivación se tenga mayor eficacia se
consigue. Al respecto tengo que decir que en los meses que llevo al
frente de la Dirección General de la Guardia Civil --ya tenía descubierta
a la Guardia Civil de antes-- lo que se ha ratificado es mi idea de la
ejemplaridad, de la disponibilidad para la prestación del servicio al
ciudadano. De eso no cabe duda a ningún ciudadano y yo, desde dentro en
este momento, les tengo que decir que esto es así y que por duras que
sean las condiciones de trabajo, por malas que sean las condiciones de
habitabilidad de las viviendas en las que residen con su familia, por
mucha que sea la jornada de trabajo, día a día la Guardia Civil nos da
ejemplo de servicio al ciudadano y a la sociedad.

Se ha referido al despliegue territorial de Cádiz y Algeciras. Es cierto
que tenemos que potenciar la provincia de Cádiz, ya que nuestra
estructura en esa provincia en cuanto al servicio fiscal y marítimo es
escasa en estos momentos para el trabajo que hay que desarrollar en esa
área. Necesitamos más personal. Vamos a intentar reducir la estructura
burocrática para destinar más personal a misiones operativas.

Necesitaríamos más embarcaciones. En este momento, si no recuerdo mal,
hay siete en fase de construcción. No serían suficientes. Tendríamos que
tener muchas más, pero ahí estamos.

Muy ligado con lo que planteaba está el narcotráfico, las zonas
calientes. Para ello está el GIFA, que es el Grupo de Investigación
Fiscal y Antidroga. En cuanto a medios más sofisticados, antes lo
comentaba el portavoz de Convergència i Unió y a ello se refería el
portavoz del PSOE, voy a contar una anécdota. Nuestra mejor embarcación,
la más rápida, la hemos incautado a unos narcotraficantes y el juez nos
la ha adjudicado para el servicio marítimo. Es nuestra embarcación más
potente, la más rápida.

Se ha referido a las consecuencias del narcotráfico y el blanqueo de
dinero. Creo que he hecho mención a ello en



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mi exposición. Uno de los riesgos emergentes que tenemos --los llamamos
delitos económicos-- naturalmente engloba al narcotráfico, y hay que
tener una perfecta colaboración no sólo a nivel nacional con todos los
cuerpos de seguridad --el Servicio de Vigilancia Aduanero, el Ministerio
de Hacienda--, sino también a nivel internacional, porque si hay un
delito que traspasa las fronteras --hay muchos-- el tráfico y el blanqueo
de dinero negro están a la cabeza.

Lucha antiterrorista. Ya he dicho que coincidimos con todas SS. SS. --el
señor Meyer se ha referido a ello-- en que hay que luchar desde el más
absoluto respeto a las leyes. Ese es un deseo compartido por todos y creo
que no merece la pena seguir insistiendo en algo en lo que estamos de
acuerdo.

Ha hecho una pregunta relacionada con el general Enrique Rodríguez
Galindo. Sé que no es punto del orden del día, pero le puedo decir que su
situación administrativa es la de disponible y, por tanto, no tiene
asignada ninguna función ni ningún despacho en la Dirección General de la
Guardia Civil.

Derechos civiles de los guardias. Es un asunto que nos preocupa, en el
mejor sentido de la palabra preocupar. Y, con toda prudencia, sin
precipitaciones, quienes tenemos la responsabilidad de la Dirección de la
Guardia Civil nos hemos planteado estudiar, buscar --en principio hasta
ahí llega el compromiso-- cauces por los que dirigir las reivindicaciones
profesionales de los guardias civiles. Eso no debe asustar a nadie y ha
de ir, sin duda, a la mejora de la eficacia y del servicio. O sea, que no
nos asusta planteárnoslo y, de hecho, ya digo que no sabemos cómo lo
articularemos, si crearemos una comisión interna para estudiar la
posibilidad de establecer cauces a través de los cuales los guardias
civiles puedan hacer llegar a sus mandos y a la Dirección General sus
reivindicaciones, sus sugerencias, sus planteamientos de mejora de sus
condiciones pero también de la eficacia del servicio. Es decir, estamos
dando los primeros pasos también en esa dirección.

Respecto al Patronato de Viviendas, ha habido también más de una mención.

Ciertamente se inicia un proceso de disolución. Trataremos por todos los
medios de que sea un proceso lo más ordenado posible y nos pelearemos con
Hacienda, tal y como me recomienda el señor Sanjuán, para que parte de
ese patrimonio pueda redundar en beneficio de la Guardia Civil.

Seguiremos peleándonos con Hacienda; la verdad es que en los pocos meses
que llevo ya me he peleado algo. Pero, en fin, algo habrá que pelearse
también en otros frentes.

La representante del Grupo Mixto, la señor Lasagabaster, mencionaba las
misiones. Yo he mencionado la Ley Orgánica de Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, que se refiere a lo que son las misiones genéricas
de esas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Insisto en que la
Ertzaintza es una fuerza de seguridad del Estado. Luego hay unas que son
exclusivas de la Guardia Civil, como es armas y explosivos, resguardo
fiscal, costas, fronteras, puertos, aeropuertos, vigilancia de
naturaleza, conducción interurbana de presos y detenidos, es decir, las
que les atribuye la legislación vigente. Antes hablaba de que el modelo
existe pero que está abierto y hay que cerrarlo. No es competencia
directa de este Director General decir cuál es el modelo definitivo. Yo
soy un escalón de ejecución de las decisiones que se tomen a otro nivel.

Pero, en todo caso, creo que lo he dicho antes y lo repito, plena
disposición para que aquel reparto de funciones que se acuerde que se
consensúe, que se legisle al final, nosotros lo cumpliremos y, nunca
mejor dicho, un primer tiempo de saludo. O sea, que desde la Dirección
General es todo cuanto puedo decir. Lo he manifestado en mi intervención.

Hemos de definir perfectamente cuáles son las misiones de unos y de
otros; de acuerdo con eso decir cuántos guardias hacen falta en cada
sitio, en cada especialidad, para cada cosa, pero sin perder de vista
otros aspectos, porque puede que haya cosas que nos separen en el debate
en cuanto a esto, pero hay muchas más que nos unen. Seguro que usted y yo
coincidimos en cuál es nuestro enemigo, cuál es nuestro objetivo. En todo
eso coincidimos, insisto, pues eso es lo importante. Ahora a ver cómo,
entre todos, unos y otros, ponemos de acuerdo los medios de los que
disponemos para cumplir esas misiones, esos fines y esos objetivos en los
que, sin reserva, estoy seguro que coincidimos.

Me habla usted de Intxaurrondo y que ha sentido miedo. Yo la invito, la
próxima vez que vaya a Intxaurrondo, a que me acompañe a ver sus
instalaciones. Yo lo único que puedo decir es que he estado allí y no me
he encontrado más que excelentes profesionales que están luchando contra
ETA, aquellos que están dedicados a la lucha antiterrorista, otros tienen
sus misiones. Creo que lo están haciendo de manera eficaz, y nada que
decir respecto a eso.

¿Que no le gusta a usted el cuartel de Intxaurrondo?, a mí tampoco. Ojalá
tuviésemos los medios suficientes como para poder abandonar Intxaurrondo
e irnos a unas instalaciones que se adecuasen más a lo que son las
necesidades de la Guardia Civil en la comandancia de Guipúzcoa. A mí,
repito, tampoco me gusta Intxaurrondo, me parece poco funcional, poco
operativo; lo que pasa es que, hoy por hoy, por desgracia no podemos
abandonar esas instalaciones porque no tenemos otras, pero se admiten
sugerencias con respecto a cómo conseguir unas nuevas instalaciones para
la Guardia Civil en San Sebastián.

Luego dice usted que allí parece ser que se cometieron ciertos hechos.

Sobre eso ya sabe cuál es mi posición. Eso tendrán que decirlo los
jueces. En todo caso, me parece un poco prehistórico el decir: como en un
sitio se ha cometido tal o cual acto, hay que destruirlo; como, según
usted, ha habido conductas irregulares hay que destruir el recinto. Por
esa regla de tres tendríamos que destruir la Dirección General de la
Guardia Civil, volarla; volar la Cruz Roja; volar incluso algún
departamento ministerial. Es decir, a mí me parece que el contenido no
tiene que ver nada con los que en cada momento desarrollan allí sus
funciones y sus misiones.

El señor Mardones me planteaba algunas preguntas concretas. Le agradezco
naturalmente también, como a todos, el tono, el fondo y la forma de su
intervención. Ciertamente, los tercios desaparecen. Es un escalón
intermedio que consideramos que debe ser anulado, a pesar de que



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tiene una gran tradición en la organización de la Guardia Civil. También
existía mucha tradición del tricornio, pero dentro de un Nissan Patrol no
es muy cómodo llevarlo. Entonces, el tricornio lo dejamos para los
desfiles y para los actos oficiales. Al tercio le pasa un poco lo mismo.

Es una estructura con una gran tradición, pero nos parece que no es
necesario en estos momentos para la operatividad y funcionamiento de la
Guardia Civil.

Ciertamente hay comunidades autónomas uniprovinciales y otras
pluriprovinciales. El criterio, en principio, y a esto tampoco estamos
cerrados ni somos herméticos, es que las zonas que sean de hasta tres
comandancias estén mandadas por un coronel y las demás de dos o tres
comandancias, dependiendo, estén mandadas por un general. Es decir, las
comandancias seguirán mandadas por un teniendo coronel, las zonas de
menos de tres comandancias por un coronel y las de más de tres
comandancias por un general.

Respecto a la Agrupación de Tráfico, es verdad que en Canarias la
densidad de Guardia Civil por mil habitantes es baja; está por debajo de
la media española. Ahí tendremos que hacer un especial esfuerzo, por lo
menos para ponerla al nivel del resto de España. Habrá que potenciar la
Agrupación de Tráfico. Pero la Agrupación de Tráfico es un problema en su
conjunto. La plantilla de la Agrupación de Tráfico está congelada desde
hace muchos años cuando el parque de vehículos sigue aumentando. Por eso,
cuando hablo de las deficiencias y carencias de personal, una de ellas,
la que nota muy directamente el ciudadano, es que a veces no ve a los
guardias civiles que tenía que ver en la carretera; otras veces les ve y
se arrepiente de verles, si están con un radar oculto. Pero, en general,
yo creo que sería recomendable resolver esto, porque la plantilla no está
al completo, ni mucho menos.

Ahora no sé decirle, pero se lo enviaré con mucho gusto, cuántos guardias
civiles tenemos destinados al control de tráfico de viajeros en los
aeropuertos de Canarias y cuántos al tráfico, no lo sé, pero es un dato
que esta misma tarde le remitiré por vía de la Presidencia o como
consideremos oportuno.

Referente a la duplicidad de funciones, en teoría no tenía por qué
producirse entre Policía y Guardia Civil en los aeropuertos, porque cada
uno tiene unas misiones distintas: control de personas, control de bienes
y mercancías. Pero es cierto que a veces se plantea. Es una cuestión que
tenemos localizada y que estamos la Dirección General de la Policía y
nosotros viendo cómo podemos evitar. Son unas duplicidades que a veces,
además, producen roces y fricciones entre los distintos cuerpos y, por
tanto, es malo en todos los ámbitos y sentidos. Es un asunto más sobre el
que estamos trabajando. Yo comprendo que me estoy refiriendo a muchas
cosas que tenemos en marcha, pero entiendan que estoy aquí desde el 8 de
mayo y que lo que he estado haciendo ha sido localizar los problemas y
empezar a ir viendo soluciones.

También se ha referido a las misiones de paz. Estoy totalmente de acuerdo
en que tenemos que potenciar nuestra presencia en los escenarios
internacionales. En este momento tenemos en torno a 130 guardias civiles
destacados en misiones de paz --80 en Yugoslavia, 20 en Guatemala y 30 en
El Salvador-- y queremos potenciarlo, lo que pasa es que tenemos un
problema de efectivos.

No tenían unos incentivos adecuados, pero estamos igualándolos a los que
tienen los militares de su mismo rango que están prestando también
misiones de paz. No sé si estamos ahora ya al cien por cien de
equiparación, pero nos encontramos con que se producía una situación
injusta, de agravio comparativo, es decir, un sargento de legionarios
tenía unos incentivos y un sargento de la Guardia Civil tenía otros muy
inferiores, y estamos ahí tomando las medidas y los ajustes para que no
exista esa diferencia.

Infraestructura de la Guardia Civil del mar. No tenemos medios, tenemos
veinte barcos, siete ligeros y doce medianos, más uno que nos ha
adjudicado el juez de la misma dotación, y no hay Guardia Civil del mar
en el archipiélago Canario, es uno de nuestros objetivos y una de
nuestras prioridades, de tal forma que en cuanto vayamos incorporando
nuevos barcos a nuestro servicio marítimo crearemos la Guardia Civil del
mar en el archipiélago canario. Lo que no puedo hacer es comprometerme a
una fecha determinada.

Control económico de la gestión. Se tomarán todas las medidas previstas
por la ley, todas las recomendaciones que nos haga la Intervención de
cuentas. Es cierto que el cien por cien de adjudicaciones de obras se
producían a dedo, como vulgarmente se dice, y lo que vamos a hacer es
cumplir estrictamente la legislación y las recomendaciones de la
intervención, como decía, salvando que efectivamente hay determinadas
cuestiones en las que hay razones de seguridad que aconsejan que no se
haga un concurso público, pero sinceramente son las menos; el 90 por
ciento, por ejemplo, de las inversiones en infraestructura pueden salir a
concurso, y así se hará.

Un poco al margen de esto nos hemos encontrado con cuarteles de la
Guardia Civil absolutamente distintos, no responden a un diseño común,
incluso algunos no están adecuados a las funciones que los guardias
civiles desarrollan, el cuartel que se construye en una provincia no
tiene que ver nada con el que se construye en otra, y estamos pensando en
estandarizar un poco lo que son los cuarteles de la Guardia Civil, crear
una especie de módulo, lo mismo que hacen los concesionarios de
automóviles o las oficinas bancarias, que tienen todas sus instalaciones
uniformadas, estandarizadas, y para eso estamos pensando en diseñar lo
que necesita un cuartel básico de la Guardia Civil y a partir de ahí
sacar un concurso de ideas --no sé muy bien todavía cómo lo haremos--
para tener lo que ha de ser un cuartel de la Guardia Civil por módulos, y
dependiendo de la importancia de la unidad que vaya a ubicarse allí será
más grande o más pequeño, pero siempre con unos criterios uniformes.

Luego en el Pirineo tendrá el tejado de pizarra y en Palencia de teja,
pero que el cuartel se adapte a las necesidades de los servicios que se
prestan allí y que estén todos más o menos normalizados.

Ya he contestado a algunas de las cuestiones que planteaba la portavoz
del PNV, señora Uría. Respecto al modelo policial, cuanto antes se cierre
mejor para saber cuáles son las funciones de unos y de otros, desde el
punto de



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vista operativo y de cuáles son nuestras responsabilidades, las mías como
Director General y las de la Guardia Civil en su conjunto. Hay un modelo,
eso no lo puede negar nadie. Ahora, ¿llegamos al acuerdo de que hay que
modificarlo y reestructurarlo? Pues adelante, y cuanto antes desde mi
punto de vista.

Schengen, adecuación de ficheros. Creo que ya he contestado, no estamos
cerrados a nada y vamos a resolverlo.

Inmigración ilegal, más efectivo, más medios. Le voy a decir una cosa, yo
estoy convencido de que la inmigración ilegal no se resuelve sólo con
medidas policiales. Será la puesta en práctica de un conjunto de medidas
la que limite, porque tampoco se va a eliminar nunca, el fenómeno de la
inmigración ilegal. Nosotros pondremos por nuestra parte todos los medios
a nuestra disposición, porque a nosotros nos toca la parte más fea, ser
los porteros y evitar el paso, pero las medidas policiales son
insuficientes. Yo he comentado en más de una ocasión que cuando se habla
de impermeabilización total en la frontera de Ceuta y Melilla --que
ustedes conocen y, si no, véanlo-- es imposible, salvo que pusiésemos a
muchos guardias cogidos de la mano, la impermeabilización policial total.

Ya digo que nosotros cumpliremos de la forma más eficaz posible las
misiones que en ese asunto tenemos asignadas, pero, insisto, el problema
de la inmigración ilegal no se resuelve sólo con medidas policiales, sino
con la puesta en marcha de un conjunto de políticas, y creo que además
estamos todos en ello: el Gobierno, la oposición y la sociedad española.

En cuanto a efectivos, repito lo dicho ya, ni uno más de los necesarios,
pero tampoco uno menos de los imprescindibles. De acuerdo con nuestras
funciones y misiones, en el País Vasco habrá los guardias civiles que
tenga que haber. No tenemos ningún interés en que haya más guardias
civiles de los necesarios, sino en acabar con la ETA, en que haya menos
delitos y menos narcotráfico, para lo cual vamos a ponernos todos de
acuerdo en cuántos de cada uno de los uniformes tiene que haber
desplegados en el País Vasco.

Perdón por el lapsus con respecto al tráfico y Cataluña.

Por Convergència i Unió, el señor Guardans también preguntaba por el tema
de tráfico. Por nuestra parte daremos las máximas facilidades para que en
su momento, cuando tenga que producirse, si es que se produce --que yo
tampoco entro en el momento ni en el modo--, haya plena disponibilidad y
todas las facilidades por parte de la Guardia Civil para hacer ese
traspaso ordenado y esa cesión de competencias.

Racionalización de la estructura y de los medios. Ahí estamos. Se refería
a lo del seis por ciento de la inspección ocular. Practicamos inspección
ocular en el seis por ciento de los delitos denunciados contra la
propiedad y se aclaran en torno al 35 ó 36 por ciento. Son dos parámetros
distintos, no quiere decir que sólo seamos capaces de resolver el seis
por ciento, sino que hacemos el seis por ciento de inspecciones oculares,
pero luego la eficacia policial está en torno al 35 ó 36 por ciento de
los delitos denunciados.

Misiones militares. Está claro. Si vamos a un modelo de 150.000 hombres,
un modelo reducido, con una estructura y una organización para ser
proyectados fuera de nuestra frontera, en caso de que fuese necesario, y
Dios no lo quiera, ahí está la Guardia Civil, con una fuerza militar
organizada, reestructurada, desplegada, que puede asumir funciones de
carácter militar, y luego me referiré un poco a ellas, porque --ya lo he
dicho-- no es nada excepcional, no nos estamos inventado nada que no esté
ya incluso recogido en textos legales, pero nosotros creemos que hay que
desarrollarlo y ponerlo en marcha.

A don Carlos Sanjuán --yo diría mi querido colega, con quien he
compartido tantas horas de debate, también tengo que decir que al final
ha habido más encuentros que desencuentros y no me desmentirá el señor
Sanjuán-- le agradezco sus palabras como a todos, pero a él, si me lo
permiten, un poco más especialmente, porque en su día éramos portavoces
que nos oponíamos uno a otro en nuestras intervenciones.

En cuanto al decreto, nosotros creemos que con esta estructura vamos a
conseguir los fines que nos proponemos. Dentro de un año vendré aquí y
diré: teníamos razón, hemos conseguido todo lo que nos proponíamos con
esta reestructuración, el 80 por ciento, o estábamos totalmente
equivocados, es decir, no solamente no tenemos menos personal
burocrático, sino que tenemos más. Creemos que no es así y que vamos a
poder ahorrar y destinar a funciones operativas no menos del 15 al 20 por
ciento del personal que hoy está destinado a tareas burocráticas.

Se ha referido a la inspección. Respecto a la inspección, lo que
desaparece es el órgano, no la función. La función de inspección de la
Guardia Civil, como de cualquier cuerpo, tiene que existir, pero yo ahí
distingo una inspección operativa, que se va a producir a través del
mando, como por otra parte se ha hecho tradicionalmente y como se hace en
las Fuerzas Armadas y en muchos cuerpos militares, y a través de la
Subdirección General de Personal, y luego las competencias de inspección
que asume la recién creada Dirección General de la Inspección de la
Seguridad, que son en lo que se refiere a gestión, adecuación y
aplicación de métodos, programas, cumplimiento de las normas, etcétera, o
sea, que hay que distinguir muy bien qué inspección asume la recién
creada Dirección General de la Inspección de la Seguridad del Estado y
qué inspección se asume a través del mando en lo que es la estructura de
funcionamiento. Pasa un poco lo mismo cuando se dice: es que tiene
competencias relacionadas con el personal. Pues sí, lo que pasa es que en
relación con el personal está la planificación, la gestión, la ejecución,
y unas se corresponderán a la Dirección General de la Inspección de la
Seguridad y otras nos seguirán correspondiendo a nosotros, que mantenemos
una Subdirección General de Personal que ahora tiene además una tarea muy
importante que hacer. Antes me he referido a ese atraso legislativo que
existe y que queremos poner al día, y eso va a exigir esfuerzos, medios y
mucha dedicación.

Les he hablado de que tenemos ya muy avanzada la Orden Ministerial que
desarrolla la estructura de la Dirección General, partiendo de lo que
recoge el decreto, y ahí vamos a reducir entre el 20 y el 25 por ciento
de la estructura, de



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las casillas que hay por debajo de eso en el organigrama, y entre el 15 y
20 por ciento del personal burocrático.

Respecto al territorio, ya lo he dicho, desaparecen los tercios, eso va a
liberar personal. Lo que hemos estimado y la simulación que hemos hecho
es que con el aumento de las zonas --que ya pasamos a 17 zonas-- y la
desaparición de los tercios, sí que vamos a poder mantener ese objetivo
de reducción del 10/15, incluso un poco más, de los puestos burocráticos,
sin que se resienta el funcionamiento interno de la Guardia Civil.

Insisto en que creemos que sí que lo vamos a poder conseguir. Sumando el
personal que hay en los tercios y los que va a haber en la plana mayor de
las zonas de nueva creación, la suma algebraica es positiva, o negativa,
según se quiera ver; positiva con respecto a nuestro objetivo y negativa
en cuanto a que va a haber menos efectivos de la Guardia Civil destinados
en puestos y funciones burocráticas y administrativas.

Referente a los cuarteles, dicen ustedes: como quieran contentar a todo
el mundo no van a cerrar ni uno. Ya veremos. ¿Por qué no podemos plantear
la cuestión a las autoridades, al Delegado del Gobierno, a los alcaldes,
a ustedes los Diputados; hacer el planteamiento de cuál es la situación
en cada circunscripción, en cada provincia? ¿Por qué no? Yo lo voy a
intentar.

Ustedes tuvieron un plan de cierre de cuarteles que ejecutaron en buena
medida, luego lo pararon porque se acercaban las elecciones. Yo comprendo
que eso tiene desgaste, y estoy dispuesto a asumir todos los desgastes
que hagan falta, pero si podemos hacerlo sin enfrentarnos con nadie y con
el acuerdo de todo el mundo, ¿por qué no? Vamos a intentarlo.

Yo no tengo ningún deseo de cerrar cuarteles. ¿Es que un cuartel con
menos de cinco Guardias Civiles es inoperativo? No estoy muy seguro. Hay
muchos alcaldes que plantean --y yo coincido a veces con ellos-- que la
mera presencia del cuartel de la Guardia Civil a la entrada del pueblo,
un edificio con una bandera española donde pone Todo por la Patria, y con
un guardia civil en la puerta es bueno para la seguridad de ese
municipio.

¿Cuál es el número mínimo de efectivos que debe haber por cuartel?
Depende del sitio, de las circunstancias de la delincuencia en esa zona,
de su situación geográfica. Es decir, que no hay un plan de cierre de
cuarteles, pero es cierto que hay un porcentaje muy alto en muy mala
situación y con poco personal. Vamos a ver por zona, comandancia por
comandancia, y haremos un planteamiento de racionalización, pero yo no
soy maximalista en decir: sobran cuarteles o no sobran. Vamos a verlo.

Quiero implicar, eso sí --y alguno lo ha planteado también, por supuesto
el señor Gil Lázaro--, el que teniendo en cuenta cuál es la situación
presupuestaria nos tienen que ayudar al mantenimiento de las
infraestructuras. Cuando vayamos a hablar de este asunto a una provincia,
a una comandancia, plantearemos cuál es la situación de la
infraestructura y las ayudas y colaboraciones que podamos tener para
mantener abierta y operativa esa red de cuarteles.

Diez mil guardias. Yo no niego que haya hablado de que harían falta
10.000 guardias más; no lo niego. Lo he dicho y ha aparecido en titulares
de prensa. El planteamiento es que, teniendo en cuenta las demandas que
nos hace la sociedad, las necesidades de seguridad que se nos plantean,
cuál es la jornada de trabajo --hemos dicho 44 horas--, si dijéramos que
vamos a hacer 40 horas, estamos reduciendo un diez por ciento de la
jornada, ya de entrada nos harían falta 7.000 guardias más. No es la
cuenta de la vieja la que nos hacemos. Yo digo que nos harían falta
10.000 guardias más, pero también decimos que necesitaríamos gastarnos un
dos por ciento del PIB en Defensa, y en eso yo creo que la gran mayoría
de la Cámara coincide con ello, pero no es posible por dotación
presupuestaria, no quiero meterme en lo que no es mi cometido, porque
harían falta más kilómetros de autopistas, que las pensiones fuesen más
altas y que hubiese más camas hospitalarias. Ya lo sabemos, pero también
sabemos que ni es posible tener el dos por ciento del PIB en gastos de
defensa, ni hoy por hoy se puede plantear tener 10.000 guardias civiles
más.

Lo que digo es que para atender las necesidades que se nos demandan nos
haría falta tener más guardias operativos en la calle, en el terreno, en
el campo. Lo que pasa es que como eso no es posible es por lo que estamos
diciendo que vamos a sacar guardias de tareas burocráticas a operativas,
recuperaremos en su momento los en torno a mil guardias que se dedican a
tareas de tráfico en Cataluña y no sé si los llevaremos a otro sitio.

Haremos toda esa serie de combinaciones para poder seguir cumpliendo
nuestras misiones de la mejor manera posible, con los efectivos que
tenemos, porque hoy por hoy no podemos pensar en tener muchos más, y
además mejorando las condiciones de prestación de servicio de los
guardias civiles.

¿Misión imposible? Yo creo que no. Creo que, como todo, se hará poco a
poco. Ya lo he dicho reiteradamente en mi intervención. A largo plazo son
objetivos que nos planteamos.

Seprona y Guardia Civil del Mar, lo he dicho y lo repito, son dos
aciertos incuestionables de la anterior administración, y ya he dicho
también que nosotros queremos potenciarlas, porque son dos de las
funciones muy importantes que nosotros creemos que la Guardia Civil ha de
desarrollar y seguir haciéndolo con toda la eficacia posible.

Desarrollo tecnológico y limitaciones presupuestarias. Yo sí quiero decir
aquí una cosa. Ha habido mala administración de recursos, y eso yo creo
que lo reconocen hasta los representantes del Grupo Socialista. Vamos a
pagar la consecuencia de esa mala utilización, pero cuando uno asume un
cargo lo hace con todas sus consecuencias. Ya estamos poniendo orden en
las cuestiones económicas para ir reduciendo esa deuda, pactando también
--no es exacta la expresión-- con los proveedores a los que se les debe
para poner orden económico en la casa, que había un desorden tremendo.

Ahí es donde más desorden nos hemos encontrado, y ustedes lo saben
perfectamente porque lo han vivido, también se lo encontraron en un
momento determinado.

Las misiones de carácter militar, yo comprendo que me estoy pasando de
tiempo, pero cuando hablo de misiones militares --lo he dicho también--,
¿de qué hablamos? Tenemos ya un avance de lo que pueden ser esas misiones



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militares y cómo las articularíamos: cooperar en la defensa del
territorio de acuerdo con sus medios y posibilidades; seguridad de puntos
sensibles; instalaciones de zonas de interés para la defensa nacional;
protección y movilidad de conboyes terrestres; control de tráfico
marítimo. Competencias que ya lo son en el día a día de la Guardia Civil,
pero que hay que estructurar y canalizar también para cuando haya que
desarrollarlas en tiempo de crisis o guerra. También desempeñar funciones
de policía militar; colaborar en actividades de inteligencia de los
cuarteles generales. La Guardia Civil tiene un gran potencial de
información e inteligencia, y es lógico que en caso de crisis o guerra
pongamos esa capacidad de inteligencia al servicio de la defensa
nacional. Formar parte en apoyo a las operaciones militares de los
órganos encargados de realizar actividades de cooperación cívico-militar,
apoyando en su día a las autoridades judiciales militares en el desempeño
de funciones propias de policía judicial y colaborar en las unidades de
reclutamiento y movilización.

Estas son las misiones militares a las que yo me refiero que hay que
potenciar. No estoy planteando convertirnos en una fuerza de choque y ser
desplegados en paracaidas en territorio enemigo. Hablo de esto.

Por último, le agradezco la intervención al señor Gil Lázaro. Estoy de
acuerdo con todo lo que ha dicho, aunque alguno podría pensar: pues no
faltaría más. No es así, muchas veces no estoy de acuerdo con todo lo que
dicen los miembros de mi partido, pero tengo que decir que sí que estoy
de acuerdo y asumo todo lo que ha dicho el señor Gil Lázaro.

Situación económica muy grave. Vamos a poner orden. Hay una hipoteca,
pero lo asumimos, y dentro de un año, si ustedes lo tienen a bien, vendré
por aquí a explicar lo que he podido hacer. Algunas cosas, que conste que
ya estaban empezando a dar resultados.

Se ha referido a misiones de paz, me he referido yo también a ellas.

En definitiva, es cierto que tenemos todos una gran tarea por delante. Yo
estoy poniendo por mi parte todo lo que puedo y todo lo que sé, pero no
estoy solo, está la estructura de la Guardia Civil, que con toda lealtad
y toda colaboración está funcionando.

Voy a decir una anécdota como última cuestión, si me permite, señor
Presidente, en relación a ese ejemplo que nos dan el conjunto de las
Fuerzas Armadas, la Guardia Civil en concreto. Don Fernando Cardenal
tenía un teniente coronel, jefe de su Secretaría, que le nombró él, que
le sirvió con toda honestidad, eficacia y lealtad, yo le he heredado, y a
mí me ha prestado un servicio también con toda lealtad, con toda
fidelidad y con toda eficacia. Pues eso es lo importante, que aquí
podamos cambiar a los directores generales, pero ahí está la Guardia
Civil muy consciente de cuáles son sus funciones y ayudando y apoyando
para llevar adelante las misiones que tenemos encomendadas. Por otro
lado, tengo la colaboración --que sé que la tengo, porque expresamente me
la han ofrecido-- de todos los grupos parlamentarios, e insisto en mi
ofrecimiento de que para cualquier sugerencia estoy a su disposición para
estudiarla, valorarla y ponerla en páctica, si con eso conseguimos
mejorar y cumplir mejor las funciones que tenemos encomendadas.




El señor PRESIDENTE: La presidencia va a conceder un segundo y brevísimo
turno a los grupos.

Quiero adelantar también, para que lo vayan pensando, que tenemos alguna
dificultad de carácter formal en el punto siguiente, insisto de carácter
formal, no de fondo, que es la proposición no de ley planteada por
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya para la constitución de una
ponencia sobre el modelo policial. La dificultad tiene su origen en que
hay una disposición de la Mesa de la Cámara de tal suerte que, primero,
ese tipo de decisiones no las podemos tomar las comisiones, sino que
tienen que adoptar la forma de propuestas. Y, segundo, la propuesta tiene
que incluir, de acuerdo con la norma, una serie de temas, como la
composición de la misma, la delimitación de sus trabajos y un plazo para
ello.

Yo confieso también que soy el primer responsable en pensar que en una
sesión de la mañana podría caber, junto con las proposiciones no de ley
que restan, una comparecencia tan importante como la del Director General
de la Guardia Civil, que agradecemos. Por ello, voy a conceder estos
segundos turnos, breves, pero también les ruego a los componentes de la
Mesa y a los portavoces que empiecen a pensar en estos minutos si no
sería más conveniente que, terminada esta comparecencia, suspendiéramos
la reunión y que nos reuniéramos dicha Mesa y portavoces para señalar día
para los temas que nos quedan pendientes, procurar un acuerdo que coloque
la propuesta de Izquierda Unida sobre la ponencia policial en el marco de
las disposiciones de la Mesa de la Cámara y resolvamos un problema
importante que tenemos pendiente sobre la forma con la que la Comisión
aborda los informes del anterior Presidente del Consejo General del Poder
Judicial en relación con sus actividades de los años 1995 y 1994. Yo
adelanto que la posición de la presidencia sería, después de estas
intervenciones, suspender esta Comisión y sustituirla por una reunión.

Creo que en media hora de reunión de Mesa y portavoces podríamos darle
solución a todas estas cuestiones pendientes. Vayan pensando y luego
hablamos y decidimos.

En primer lugar, tiene la palabra el señor Navas, en nombre del Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, en sustitución
del señor Meyer.




El señor NAVAS AMORES: Iba a decir que se ha disculpado el portavoz de
Izquierda Unida, señor Meyer, por otras obligaciones parlamentarias. Voy
a hacer un ligero comentario sobre algunas de las apreciaciones que se
han estado haciendo por parte del señor Valdivielso.

La primera anotación que le he tomado ha sido la observación que ha hecho
sobre uno de los objetivos fundamentales que usted se plantea desde su
responsabilidad, que es cumplir su obligación desde el más escrupuloso
respeto a las leyes, sin atajos, etcétera. Esa observación la he anotado
como destacable, porque en sede parlamentaria y por parte de un alto
responsable del Ministerio del Interior me parece chocante que se tengan
tics como éstos, como el



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de hacer relevancia en la declaración de observar el cumplimiento de la
ley; algo que parece obvio, pero que yo considero que son tics motivados
por el pasado, tics que lamentablemente se van a seguir produciendo,
porque ese pasado sigue oscuro, sigue negro, sigue sin clarificarse, y
difícilmente podemos caminar hacia el futuro, como el Gobierno
constantemente nos está proponiendo, si disponemos de ese lastre en el
pasado. De ahí que yo justifique de alguna forma esa observación que
usted ha hecho, aunque en un juicio analítico neutral debería sobrar
dicha cita a la legalidad.

Entrando en los aspectos más concretos, usted ha hablado de una primicia
informativa en cuanto a que se van a entregar los ficheros
antiterroristas y que no se va a recurrir. Creo que es un paso importante
por parte de usted o del Ministerio del Interior, cara a la coordinación
y a la cooperación entre los distintos cuerpos de Seguridad del Estado,
porque como usted muy bien ha dicho, la Ertzaintza también es un cuerpo
de Seguridad del Estado, y a veces desde Euskadi nos hemos dado cuenta
que había más distancia de la debida entre la Policía Nacional, la
Guardia Civil y la propia Ertzaintza a la hora de trabajar asuntos
policiales. Por eso consideramos que este paso va a posibilitar la
desmitificación de ese aislamiento en el cual las distintas policías
desarrollan su trabajo en Euskadi.

Nosotros hemos visto situaciones un tanto kafkianas, como ertzaintzas a
punto de disparar a policías nacionales o guardias civiles que estaban
apuntando con sus respectivas armas a presuntos delincuentes sin saber
realmente de qué operación se trataba. Hemos asistido a situaciones como
la de que en un mismo incidente aparecían cuatro cuerpos distintos y
rivalizaban a la hora de tomar la iniciativa de cómo solventar el asunto.

Quiero decir que las voluntades de coordinación, de cooperación, están
sobre la mesa y ahora llega el momento de dar estos pasos; creo que usted
con esta afirmación lo ha dado y muy importante.

Otro asunto al que no ha hecho mención, pero que yo creo que quizás
intrínsecamente puedo considerar que estaba contemplado en su discurso a
la hora de hablar de qué hacer en esta situación cara al futuro, es el de
la racionalización, la adecuación tecnológica de recursos humanos. No ha
comentado la palabra formación, pero yo considero que para usted, y para
todos, es un hecho elemental, y quisiera mencionarla, al menos en esta
comparecencia. Formación en otros ámbitos profesionales se llama
formación continua y permanente. Estamos hablando de nuevas tecnologías,
estamos hablando de nueva delincuencia, estamos hablando incluso de
recordatorios de base judicial, de base legal mínima que los agentes
tienen que desarrollar en el quehacer diario. Yo creo que eso es muy
importante, porque la profesionalización de la policía no sólo va a
suponer una mayor eficacia, sino una mejor atención y una mejor
observancia de lo que son sus funciones y lo que es el respeto al Estado
de Derecho.

Una cuestión que también nos preocupa es que nosotros consideramos que se
está incurriendo en casos muy concretos en una aplicación arbitraria de
los distintos reglamentos sancionadores de que dispone la Guardia Civil.

Y voy a poner un ejemplo que quizá es más clarificador que cualquier
explicación, y es que ustedes han tardado muy poco tiempo en actuar
contra dos guardias civiles que estaban espiando a un testigo de cargo en
un sumario de la Audiencia Nacional, han actuado rápidamente, les han
abierto un expediente, les han apartado de sus funciones. No se está
actuando de la misma forma con otras personas que han tenido, y tienen,
de hecho, un cargo de gran responsabilidad en la Guardia Civil, a los que
no se les aplica ese código sancionador, cosa que ocasiona al Cuerpo una
sensación de impunidad por parte de alguno de sus miembros, quizá los más
cualificados, y una desmoralización porque, evidentemente, no todos están
sujetos al mismo baremo en la aplicación de los códigos internos. No digo
el nombre de esa persona porque el señor Vicepresidente antes a mi
compañero le ha recriminado el mencionarlo.

Por último, la referencia que usted ha hecho a Intxaurrondo. Considero
que usted, como máximo responsable de la Guardia Civil, le da la
importancia debida. Pero sí quisiera, al menos, puntualizar su comentario
sobre si Intxaurrondo habría que volarlo, que por qué no lo apartamos o
lo quitamos. Aunque el desarrollo de la comparecencia es distendido, hay
algunas cuestiones que, debido a la relevancia que tienen, sí convendría
que las puntualizásemos suficientemente. Para nosotros, en Euskadi,
Intxaurrondo no es el único cuartel de la Guardia Civil que existe; hay
otros en las distintas capitales de provincia que no tienen tras de sí,
digamos, la serie de conflictos o de indicios que recaen sobre ése; por
tanto, digamos que algo le hace especial. Para nuestro Grupo
Parlamentario lo fundamental es que desde su responsabilidad se ayude, se
colabore a que cualquier indicio sobre la conducta de los distintos
agentes o responsables de dicho cuartel se aclare a la mayor brevedad
posible y, desde luego, siguiendo todos los conductos reglamentarios
pertinentes y que no se generalice, de alguna forma, diciendo que quizá
puedan ser ataques a la Guardia Civil o al propio Cuerpo. Creo que
perjudica mucho más a la imagen de la Guardia Civil al pasar página sobre
posibles conductas irregulares que el hecho de que, de una forma
responsable, se actúe y se intente conocer la verosimilitud de cualquier
tipo de acusación.




El señor PRESIDENTE: Quiero hacer notar a las señoras y señores Diputados
que este turno, que es excepcional, debe ser muy breve y que no debe ser
de replanteamiento de problemas, sino de una cierta réplica a las
manifestaciones del señor Director General.

Tiene la palabra la señora Uría.




La señora URIA ECHEVARRIA: Muy brevemente, quiero hacer referencia a dos
cuestiones que, a mi modo de ver, no han sido contestadas, o a mí se me
ha escapado, por el señor Director de la Guardia Civil.

Cuando yo he hecho referencia a las fronteras externas, en relación con
Schengen, no quería decir, en modo alguno, que la extranjería sea un
problema policial, sino que a lo que me estaba refiriendo, puesto que
estábamos hablando de distribución de efectivos, era a si los recientes



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acuerdos hispano-franceses han requerido un fortalecimiento o dedicación
de un mayor número de efectivos, si existe alguna cláusula no explícita
--he dicho-- que requiera una mayor dedicación de efectivos,
singularmente en lo que hace referencia a los puertos --me refería a
ellos en concreto por noticias aparecidas en la prensa-- de Bilbao y de
Pasajes, que han pasado a ser considerados como fronteras exteriores.

Otro aspecto --también me hubiera gustado poder arrancarle al señor
Director General una confesión en ese sentido-- es el de que conviniese
conmigo, o con lo que es el criterio de mi partido, en cuanto a la
adecuación de efectivos, el repliegue, el despliegue, en relación con la
dotación o la cobertura de todo el territorio de la Comunidad Autónoma
por la Ertzaintza, que el foro adecuado para llegar a un acuerdo, por
trabajoso que éste vaya a ser, sea la Junta de Seguridad del País Vasco.

Ahí no se escatimarán los esfuerzos por parte de los representantes
policiales vascos, pero sí nos gustaría que se pronunciase en el mismo
que ya lo ha hecho, de alguna manera, el propio señor Ministro, indicando
que es ahí, en ese foro, en esa institución prevista en el Estatuto,
donde deberá producirse ese acuerdo, que no dudamos de que, aunque sea
trabajoso, se va a producir.

No quería tampoco terminar, aunque a lo mejor me riñe el señor
Presidente, sin hacer una referencia a lo que se ha señalado por los
Diputados vascos que me han precedido en el uso de la palabra. Convengo
con el representante de Izquierda Unida y con la representante de EA, en
que para los vascos, no digo para todos, pero sí para muchos,
Intxaurrondo es símbolo de muchas cosas que la pacificación a la que
todos aspiramos exige erradicar.




El señor PRESIDENTE: Señora Uría, la capacidad de la Presidencia para
reñir es muy escasa; su yugo es suave y su carga ligera. (Risas.)
Tiene la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Brevísimamente, señor Presidente, para
agradecer al Director General la respuesta o los distintos comentarios a
mi intervención, y simplemente para felicitarnos por esta primicia que
nos ha dado de la regularización de las bases de datos, siguiendo las
indicaciones de la Agencia de Protección de Datos.

Respecto de los medios dedicados a la lucha contra la delincuencia
organizada, estoy de acuerdo con el portavoz del Grupo Socialista, que ha
hecho referencia a ello, en que es un desideratum y que, lamentablemente,
el Estado muchas veces tiene menos medios. De todos modos, es bueno saber
hacia lo que tendemos. El camino de recuperar objetos por la vía del
embargo puede ser interesante, como el ejemplo que ha puesto de la
embarcación. El hecho de que sea un desideratum y que parezca remoto no
nos hace perder de vista que, efectivamente, todo el apoyo en cuanto a
medios materiales es poco contra la delincuencia organizada.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Sanjuán.

El señor SANJUAN DE LA ROCHA: También con brevedad.

A mí no me gusta tener que referirme a lo que he oído en la primera
intervención del Director General, pero que después ha ratificado, de
alguna manera, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, a lo que el
Director General, después, de mejores maneras, ha venido a hacer
referencia. Estoy hablando de las expresiones «agujeros», el agujero de
40.000 millones de pesetas. Miren ustedes, yo creía sinceramente que,
después del debate presupuestario, del debate que hubo en el Pleno sobre
los 720.000 millones famosos, ese tema estaba ya claramente determinado y
dilucidado. De agujero nada, son expresividades contables de maneras
distintas y diferentes; la prueba evidente es que ustedes dicen: 7.000
millones de pesetas de inversión en obras que no están pagadas. Las obras
están allí y eso que ha ganado usted, que evidentemente tendrá que
pagarlas, pero ya las tiene efectuadas, con relación a cuarteles de la
Guardia Civil, tan necesarias de hacer.

Pero, repito, me parece que era un tema suficientemente dilucidado, y
ustedes tienen ya cubierto ese desfase presupuestario, vamos a llamarlo
así, con las subidas del alcohol y del tabaco. Por consiguiente, desde
esa perspectiva, con la subida de impuestos han cubierto ustedes
suficientemente para poder atender a esas necesidades, según nos
explicaron con toda claridad en el Pleno de la Cámara.

Miren ustedes, como yo no quiero hablar de agujeros, diré que también hay
un desfase presupuestario, en expresión de ustedes sería agujero, como
consecuencia de las medidas fiscales tomadas con relación a las rentas de
capital, las plusvalías, la regularización de balances, que es del orden
de 900.000 millones de pesetas de ingresos menores que va a tener el
Estado.

Les pediría que dejaran de ser oposición y que pasaran, de una vez, a ser
Gobierno. Sean ustedes Gobierno y dejen de ser oposición y de recordar o
de amparar lo que no hacen, lo que no pueden hacer o lo que quisieran
hacer y no pueden, en las herencias anteriores.

Dicho esto, paso ya al aspecto más concreto de la intervención del señor
Director General. El tema de inspección. En este tema usted me ha dicho
que la inspección operativa queda en los cuerpos, tanto en la Guardia
Civil como en la Policía, y no es lo que resulta del decreto. El decreto
que ustedes han aprobado dice: La Secretaría de Estado de Seguridad
depende del Secretario de Estado de Seguridad, con nivel orgánico de
Subdirección General, de la Inspección de Personal y Servicios de
Seguridad encargada de la inspección, comprobación y evaluación del
desarrollo de los servicios, centros y unidades centrales y periféricos
de las direcciones generales de la Policía y de la Guardia Civil, así
como de las actuaciones realizadas por los miembros de los respectivos
cuerpos en el cumplimiento de sus funciones.

Yo creo que este tema está suficientemente claro y si es como usted dice,
obviamente se va a producir un solapamiento entre las funciones de un
órgano que se hace depender de la Secretaría de Estado de Seguridad y las
competencias que corresponden a la Subdirección General de Personal
dentro de la Guardia Civil o al Director General



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directamente. Repito que puede existir un cierto solapamiento y espero
que ustedes lo corrijan.

Me voy a referir a continuación al tema de los cuarteles, a la
distribución y reorganización territorial. Me agradará ver que se puede
dedicar un número determinado --veremos cuál es la suma algebraica, en
expresión de S. S.-- de personas que quedan liberadas de tareas
burocráticas a otro tipo de funciones. Insisto en el tema de los puestos,
porque creo que tienen fundamental importancia en la estructura y
organización de la Guardia Civil. Ha dicho S. S. que, por usted, no se
cerraría ningún puesto. Es usted el Director General de la Guardia Civil
y, por consiguiente, si usted dice que no hay que cerrar ningún puesto,
no habrá que cerrar ningún puesto.Todos sabemos que hoy hay puestos en la
Guardia Civil que son absolutamente inoperativos, pero es usted el que
tiene que hacer la política respecto a la Guardia Civil. Si usted piensa
que no sólo no hay que cerrar ningún puesto, sino que aquellos que se han
cerrado hay que reabrirlos, todavía existen allí muchas de las casas y se
pueden adecuar y abrir nuevamente. Por tanto, creo que eso no se
corresponde con la realidad y que ustedes tienen que decir lo que quieren
hacer en este ámbito. Porque no pensará usted que yo, desde la oposición,
le voy a decir, si usted no quiere cerrar ningún puesto, que cierre el
puesto equis o el y. Sencillamente, estas propuestas se tienen que hacer
desde la Dirección General, reestructuración hecha desde la Dirección
General con relación a cuál es la estructura orgánica, de despliegue
territorial de la Guardia Civil, lo mismo que lo hacen con relación a la
estructura general; exactamente igual, es su competencia; pero si usted
cree que no hay que cerrar ninguno, de verdad, dígalo con toda claridad,
pero luego sea consecuente y no cierre ninguno. Haga usted esa política.

A mí me parece --y creo que le parece también a la Guardia Civil-- que,
si queremos adecuar sus recursos humanos, si queremos elevar su nivel de
vida, si queremos adecuar sus jornadas, si queremos tener eficacia
policial, es necesario continuar con una política de evolución en cuanto
a ese despliegue territorial de la Guardia Civil.

Finalmente, respecto al tema de las misiones militares, yo creo que he
sido muy preciso y claro. Estoy por mantener el carácter de la Guardia
Civil, estoy por que se mantengan las funciones que tienen en el tema de
defensa --no en la parte militar de la defensa, no nos gustaría que la
Guardia Civil tuviera funciones militares con relación al tema de
defensa, excepto aquellas que son ineludibles y que vienen marcadas por
la legislación-- y sí estaría por potenciar, desde la perspectiva de la
formación, etcétera, aquellos aspectos que son policiales con relación a
la Guardia Civil. Desde luego, en todo lo que sea coordinación entre los
Cuerpos, tendrá todo el apoyo de nuestro grupo. Creo que éste es uno de
los temas siempre difíciles y complicados cuando existen dos Cuerpos de
seguridad de la importancia del Cuerpo Nacional de Policía y del de la
Guardia Civil; a eso se une el problema derivado de la existencia de las
policías autónomas, así como el de las policías locales --problema que no
hay que olvidar-- en las grandes ciudades, queriendo tener cada día un
mayor nivel de presencia y competencia, y en ese aspecto, que tiene que
ver con el cierre del modelo policial, obviamente encontrarán
colaboración por nuestra parte en la búsqueda de un modelo policial para
la España del futuro.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: En primer lugar, señor Presidente, nosotros
celebramos --en la segunda intervención el señor Director General se ha
reafirmado en lo que veíamos como expresión de principio en su
intervención inicial-- que, sobre la existencia de un modelo que en estos
momentos está en fase de estudio por parte de la Dirección General de la
Guardia Civil, se nos señale expresamente que ése no es todavía un modelo
plenamente cerrado y que está abierto a las singularidades o excepciones
que aconsejen en cada caso la propia necesidad de articulación de los
servicios, incluso conceptos o valores que deben ser tenidos en cuenta,
como son los de la tradición; me estoy refiriendo, por ejemplo, por no
ser demasiado extenso, a la determinación del modelo de comandancia única
por provincia.

Celebro, además, la exacta visión con la que el señor Director General ha
planteado la cuestión, evidentemente candente, de la necesidad de la
racionalización de las infraestructuras en inmuebles de la Guardia Civil,
el plan de acomodación del despliegue de la red de cuarteles a las nuevas
necesidades. Y digo que lo celebro porque, sin lugar a duda, el señor
Director General de la Guardia Civil ha dejado ver que tiene muy presente
la necesidad, como criterio operativo y, por tanto, como
criteriodeeficacia --dentro de una inspección de racionalización-- velar
y cuidar --en la medida en la que lo permitan las disponibilidades tanto
presupuestarias como la propia realidad de la articulación de los
servicios-- por ese valor de proximidad social que, sin lugar a duda, es
un valor operativo de primer orden. En ese sentido, compartimos algunas
de las manifestaciones que el señor Director General de la Guardia Civil
ha realizado en orden a la eficacia de la presencia de estos cuarteles,
especialmente en las zonas rurales.

Se ha desprendido asimismo de la intervención del señor Director General
de la Guardia Civil algo que ya manifestaba también yo en mi
intervención, esto es, la necesidad de activar --de cara a ese modelo de
evolución futura de la Guardia Civil, de lo que debe ser la Guardia Civil
del futuro partiendo desde el presente-- una nueva articulación del mapa
de centros de formación. Como sabemos que en eso existe un empeño muy
singular del Cuerpo y del propio Director General, nos gustaría, en la
medida de lo posible, que nos trazara alguna línea maestra añadida a lo
que ya nos ha anunciado.

Es evidente --y nosotros se lo reclamamos al señor Director General,
sabiendo que ésa es una preocupación básica del Ministerio del Interior,
también del señor Director General de la Guardia Civil y desde luego de
este grupo parlamentario-- que se hace necesario, por razones de eficacia
policial y --si se me permite decirlo-- también por razones de naturaleza
social, potenciar todos aquellos mecanismos operativos de la Guardia
Civil que permitan una



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lucha más eficaz contra el delito de naturaleza económica, considerando
stricto sensu o puro y, desde luego, contra el delito de naturaleza
económica vinculado a otras formas concretas o manifestaciones
delictivas, por ejemplo, las que puedan nacer del tráfico de drogas o las
que puedan nacer también de la explotación clandestina de personas. Así
lo manifestaban todos los portavoces de los grupos parlamentarios, lo
manifestaba el señor Director General de la Guardia Civil. En estos
momentos el conjunto del Ministerio del Interior, de la política de
seguridad del Estado, y de las tareas propias de la Guardia Civil, tienen
planteado un reto operativo especial en relación con presencia en España
--una ya real, otras en fase de intento de establecimiento-- de eso que
se da por llamar las grandes mafias o la gran delincuencia organizada
internacional. Sobre ello hay que operar un esfuerzo adicional y estamos
seguros --porque se desprende así de la intervención del señor Director
General-- de que en la Guardia Civil se es consciente de esa necesidad.

No quiero hacer especial mención, porque ya ha habido ocasión de
plantearlo en las comparecencias del señor Ministro del Interior y de la
señora Ministra de Justicia --a ello ha hecho hoy referencia el Director
General de la Guardia Civil--, pero sí quiero apuntar la necesidad de
realizar un esfuerzo adicional urgente en materia de vertebración y de
dotación del servicio de Policía Judicial. En ese tema queda mucho por
hacer y es preciso --probablemente esté también dentro de alguna de las
tareas que va a asumir esta Cámara-- que exista un diálogo permanente
entre esta Cámara, el Ministerio del Interior y el Gobierno en su
conjunto para articular medidas eficaces que permitan, sobre todo, que el
servicio pueda estar a la necesidad de lo que representa la lucha contra
el delito.

Yo no quiero hacer, señor Presidente, señor Director General, ni mucho
menos, polémica especial de ninguna manifestación de las que se hayan
podido producir, porque es lo cierto que, en cuestiones como las que
estamos abordando --y he tenido ocasión de manifestarlo en mi primera
intervención--, ante todo es necesario mantener y cuidar ese clima
imprescindible de diálogo, de mutua comprensión, de mutuo respeto entre
todas las fuerzas parlamentarias, en la medida en que hablar de una
política de seguridad es hablar de una política de Estado.

Por tanto, sin ribete alguno polémico, sí quiero señalar simplemente, si
se me permite como un mero apunte de la realidad, que poco importa
emplear expresiones más consolidadas en el argot presupuestario, como
pueda ser la expresión agujero, o aportar innovaciones, sin lugar a dudas
interesantes, como las que el señor portavoz del Grupo Socialista ha
expresado al hablar de expresividades contables.

Lo cierto es que, amén de la pura disquisición terminológica o
conceptual, la realidad es la que manda, y la realidad es la que es. Es
evidente que ha faltado --ya lo ha señalado el señor Director General--
una administración ordenada, y que esa administración ordenada de la que
ha habido ausencia manifiesta en la última etapa de la dirección política
de la Guardia Civil, impone un diagnóstico de realidad que no se puede
desconocer, porque lo que se construye evidentemente construido está, lo
que se adquiere, evidentemente adquirido está, pero si lo que se
construye o lo que se adquiere no se paga, genera sin lugar a dudas una
carga acumulada que impide después la debida vertebración en el tiempo de
las necesidades impuestas por la actualidad de la lucha contra el delito,
y ésa, sin voluntad alguna por nuestra parte de profundizar en ningún
género de polémica adicional, es una realidad que en este momento está
presente y con la que va a tener que contar la Dirección General de la
Guardia Civil, en el espíritu sin lugar a dudas constructivo y, si se me
permite la expresión, deportivo del que ha hecho gala el señor Director
General cuando ha afirmado que los cargos se asumen con toda su carga.

Pero esa carga asumida ha representado en tiempo no muy lejano coches que
no se movían, esa carga asumida ha representado en tiempo no muy lejano
un volumen de dietas impagadas y esa carga asumida ha representado en un
tiempo no muy lejano una situación deficitaria que al final no se carga
tan sólo en el haber específico de este o de aquel grupo parlamentario,
sino que, por estar hablando de una política de Estado, se carga en la
aspiración frustrada de todos los demócratas, en orden a construir
debidamente una política de seguridad dentro de los márgenes de la
legalidad y dentro de la significación de lo que es la Guardia Civil, en
el contexto de una sociedad democrática, que impide que pueda haber una
mayor rentabilidad en los márgenes de eficacia, siendo muy altos, como se
ha apuntado en algunas de las cifras dadas por el señor Director General
de la Guardia Civil.

En definitiva, y con esto concluyo, señor Presidente, señor Director
General, tenga por cierto que este grupo parlamentario no toma, en la
mera consideración de la anécdota, el acierto con el que S. S. al final
de su prolija e interesante intervención ha sabido sintetizar yo creo que
todo el contenido de la misma y toda la realidad y la naturaleza del
Cuerpo bajo su mando.

Esta herencia personal de un jefe de secretaría del anterior Director
General al actual Director General representa, en definitiva, la mejor
acreditación, en muy pocas palabras, en una imagen si cabe, de lo que es
el espíritu y la realidad de la Guardia Civil en el contexto de la España
democrática, al servicio, como en aquel interesante libro de memorias con
el que nos obsequió a todos los que estamos interesados por la lectura
del señor Presidente de esta Comisión, al servicio exclusivamente del
Estado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Con
toda brevedad.

Señor portavoz de Izquierda Unida, reconozco que he dicho obviedades en
mi intervención, pero no sea usted tan severo conmigo. En el debate
parlamentario todos decimos a veces obviedades. Mañana o pasado, repase
el «Diario de Sesiones» y verá cómo usted también ha dicho obviedades.

Es verdad, antes se me ha olvidado y no tenía que haber sucedido, hacer
mención de la formación, porque es una de



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las cuestiones a la que queremos prestar muchísima atención. Por un lado,
es imprescindible también reestructurar nuestra red de centros. Tenemos
trece centros de formación en la Guardia Civil, y, por economía de medios
y de recursos, también tenemos que plantearnos una posible
reestructuración de centros. Y luego queremos, y estamos ya en ello,
revisar los planes de estudios, tanto los planes de estudio generales de
la Guardia Civil, como los de las especialidades.

Sobre la aplicación literal de las leyes, yo discrepo. Ha puesto dos
ejemplos. En relación a los guardias civiles a los que se refiere,
pensamos que ahí había la sospecha de una conducta que podría no ser la
adecuada, se abrió una investigación y se les cesó en sus funciones, que
es aproximadamente la misma situación en la que se encuentra la otra
persona a la que usted se refería, cesado en sus funciones y pendiente de
destino. Era asesor de la Dirección General cuando yo llegué y se le cesó
en sus funciones; es decir, que la situación administrativa es muy
similar en ambos casos.

Ha hablado usted sobre los indicios que recaen sobre el cuartel. Los
indicios no recaerán sobre el cuartel, hablando de Intxaurrondo; recaerán
sobre personas que, en un momento dado, pudieran trabajar en
Intxaurrondo. Pero ahí digo lo que dije antes, y se ha referido a ello la
señora Uría. Si a mí me proporcionan unas instalaciones más adecuadas,
más funcionales, más prácticas, más habitables y más seguras, yo estoy
dispuesto a llevar a la Guardia Civil de San Sebastián a otro
acuartelamiento. Yo el primero, pero no por lo que ustedes dicen, sino
porque las instalaciones de Intxaurrondo no se adaptan a las necesidades
de lo que es una comandancia de la Guardia Civil.

Entrando en la intervención de la señora Uría, no hay más efectivos
destinados al control de las fronteras exteriores. Hacemos el esfuerzo
que podemos por dotar a las unidades dedicadas a esa misión, pero no hay
una instrucción de destinar ni se ha producido una modificación del
reparto de nuestros efectivos expresamente.

¿El foro? ¿Es adecuada la Junta de Seguridad del País Vasco? ¿El Ministro
dijo que era ese el foro adecuado? Pues es el adecuado.

Con respecto a la intervención del señor Sanjuán: yo no sé cómo lo
llamará usted; no sé si agujero es una expresión adecuada o no. Yo le voy
a decir lo que me he encontrado, y cómo justificamos los 40.000 millones.

El crédito inicial para 1996 para gastos de personal eran 239.639
millones, y en la previsión de gasto al 31 de diciembre, es decir, para
poder pagar a los guardias civiles, nos han faltado 263.000; es decir,
que hay un déficit, un agujero, o yo no sé cómo lo querrá llamar usted,
de 23.807 millones de pesetas.

Capítulo II. La deuda en este capítulo asciende 10.560 millones de
pesetas; 680 millones en energía eléctrica, 1.064 en combustibles, 5.867
en comunicaciones telefónicas y 1.748 en dietas, locomoción y traslados.

Yo no sé cómo lo llamará usted a esto, si deuda, agujero o qué.

En el Capítulo VI, debíamos 6.861 millones en edificios y construcciones,
que hay que pagar a los que han construido o han hecho obras de
reparación en edificios y acuartelamiento. Esto suma 41.229 millones de
pesetas que debemos y que excede de las partidas presupuestarias. Yo no
sé cómo llamará usted a esto, si agujero, déficit, deuda o qué. Yo lo que
digo es que tengo que pagar esto, que son unas cuentas que han dejado
ustedes sin pagar, y que es algo que debemos y que no tenemos dinero para
pagarlo. Eso es una deuda, un agujero, no sé cómo llamarlo.

En relación con esto, no se hace idea, señor Sanjuán, de la de cosas que
yo podría haber recordado aquí con respecto a la gestión de lo que ha
sido la Guardia Civil en los últimos trece años; no se puede imaginar
usted la de cosas que podía haber dicho aquí y no las he dicho, ni quiero
decirlas; pero, encima, no me tiente.

Creo que se ha referido también a mejor utilización de los recursos.

Hemos hablado mucho de infraestructuras. Ha hablado usted del estado de
los cuarteles. Yo también me he referido a ellos. Voy a poner algunos
ejemplos; no estoy echando nada en cara, son unos ejemplos que están ahí
y que quiero que conozcan sus señorías. Política de inversiones en la
Guardia Civil: acuartelamiento de Teruel, 2.045 millones de pesetas. Es
un acuartelamiento magnífico. Tiene piscina cubierta, con agua
climatizada. A mí me parece muy bien que los guardias civiles disfruten
en un acuartelamiento en Teruel de piscina cubierta con agua climatizada,
pero, cuando hay cuarteles que se están cayendo porque no hay dinero para
retejarlos, el gastarse 2.045 millones en un cuartel con piscina con agua
climatizada, me parece que no es una política adecuada de inversiones.

Cuartel de Melilla: llevamos gastados 3.340 millones de pesetas. Está sin
terminar. Hay que gastarse otros 700 que no están presupuestados, porque
en su día se equivocaron al presupuestarlo y al redactar el proyecto. Ahí
hay 4.000 millones de pesetas en un acuartelamiento que no está
terminado. Fíjese la cantidad de cuarteles rurales que se podían haber
reparado con 4.000 millones de pesetas.

Acuartelamiento del Grupo Rural de Seguridad en San Andrés de la Barca
--supongo que alguno lo conocerá--. Se han gastado 5.684 millones de
pesetas. Es un acuartelamiento magnífico. Es una obra faraónica, pero
desde luego innecesaria para acuartelar a un grupo rural de seguridad en
San Andrés de la Barca. Es un crimen haberse gastado 5.684 millones de
pesetas en un cuartel cuando hay, insisto, otros que se están cayendo
porque no hay dinero para retejar.




El señor PRESIDENTE: Con la intervención del señor López Valdivielso,
damos por concluida la comparecencia del Director General de la Guardia
Civil.

Si los portavoces están en disposición de aceptar la propuesta del
Presidente, levantaríamos la sesión, pero a cambio convocaría en este
mismo momento Mesa y portavoces, tal como estaba previsto, para hablar de
la agenda de trabajo y sesiones pendientes.

¿Les parece que lo hagamos así? (Asentimiento.)
Se levanta la sesión.




Eran las doce horas y treinta y cinco minutos del mediodía.