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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 89, de 16/10/1995
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 1995 V Legislatura Núm. 89
DE LOS DERECHOS DE LA MUJER
PRESIDENTA: DOÑA MARTIRIO TESORO AMATE
Sesión núm. 14
celebrada el lunes, 16 de octubre de 1995,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia, a petición propia, de la Ministra de Asuntos Sociales,
Excma. Sra. doña Cristina Alberdi Alonso, para informar de la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer. (Números de expediente S. 711/000143;
C. D. 221/000004.)



Se abre la sesión a las diecisiete horas y diez minutos.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señoras y señores Diputados,
Senadoras y Senadores. Se abre la sesión.

La Comisión Mixta Congreso-Senado para los Derechos de la Mujer celebra
esta tarde sesión con la comparecencia de la Ministra de Asuntos
Sociales, a petición propia, para explicar la Cumbre que se acaba de
celebrar en Pekín sobre las mujeres.

Antes de darle la palabra y, por supuesto, la bienvenida, quería pedir a
los señores portavoces que, cuando terminemos esta comparecencia y todas
las intervenciones, se quedaran unos minutos para que concretáramos la
conveniencia o no de celebrar un acto informativo de Mesa y portavoces,
del que ya hablamos en la reunión anterior, para concretar todos los
conceptos, las intervenciones, la duración, etcétera, de esa citada mesa
redonda.




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Le damos la bienvenida a doña Cristina Alberdi y su señoría tiene la
palabra.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Muchas gracias,
señora Presidenta.

Señorías, comparezco a petición propia en la Comisión Mixta de los
Derechos de la Mujer para realizar una valoración de los resultados
conseguidos en la Conferencia de Pekín. La IV Conferencia Mundial de las
Mujeres, que se acaba de celebrar en Pekín, ha sido un nuevo hito para la
causa de las mujeres en el mundo y ha dado un poderoso empuje al
compromiso de la Organización de Naciones Unidas con la promoción de la
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Desde que 1975 se
declaró el Año Internacional de la Mujer las cuestiones relacionadas con
las mujeres se han ido convirtiendo en una de las principales
preocupaciones de la comunidad internacional. Ya las Conferencias
mundiales de México, Copenhague y Nairobi impulsaron la elaboración de
leyes igualitarias en numerosos países y contribuyeron a la creación de
mecanismos para poner en marcha políticas y acciones positivas concretas
en favor de la igualdad de oportunidades. También la Conferencia Mundial
sobre Derechos Humanos de Viena reafirmó explícitamente que los derechos
de las mujeres y de las niñas son parte inalienable, integrante e
indivisible de los derechos humanos fundamentales. De igual modo la
Conferencia de Población y Desarrollo de El Cairo reconoció que el futuro
de la humanidad dependerá en gran medida del nuevo papel de las mujeres
en la sociedad; de su autonomía, de su independencia, de su visibilidad y
de su entrada en la toma de decisiones. También la Cumbre de Desarrollo
Social de Copenhague acordó la necesidad de fomentar la participación y
el liderazgo de las mujeres en la vida política, civil, económica y
social y, sobre todo, en el proceso de desarrollo.

Sin retroceder sobre los acuerdos alcanzados en conferencias anteriores,
ya citadas, y consolidando los avances logrados hasta ese momento, en
Pekín, 189 Estados miembros de Naciones Unidas y los representantes de
distintos organismos internacionales hicieron posible el reconocimiento
internacional del nuevo protagonismo de las mujeres y la necesidad de
seguir avanzando en un papel activo de las mujeres en la sociedad. En
Pekín se ha puesto de manifiesto con claridad que lograr la igualdad de
oportunidades entre las mujeres y los hombres no sólo interesa a las
mujeres, sino que es una cuestión fundamental, general, de política
general, que es necesaria para alcanzar el desarrollo social y que, por
tanto, interesa a la sociedad en su conjunto. Lo que tantas veces
veníamos planteando se ha consolidado ya a nivel internacional y de
comunidad de naciones. Los temas de las mujeres ya no son temas
sectoriales para las mujeres; son temas generales, de política general,
interesan a toda la sociedad y afectan, por tanto, a hombres y a mujeres.

En Pekín, aprobamos por consenso una declaración resumida de las ideas
generales que allí se trabajaron, de los puntos fundamentales, de los
instrumentos más imprescindibles para conseguir el avance de la mujer y,
por tanto, de la sociedad y una plataforma de acción que contiene las
medidas concretas para la potenciación de las mujeres. Hay algo
importante que atraviesa como un eje toda la plataforma, lo que se dio en
llamar «unpowerman», que era difícil de traducir al castellano, pero que
es la potenciación, capacitación o habilitación, como algunos traducían,
en suma, dotar a las mujeres, al igual que los hombres, sin que exista
discriminación, de los instrumentos necesarios en salud y, sobre todo, en
educación para que puedan ser artífices y participar en la construcción
de sus propias sociedades.

Esta Conferencia ha sido también de compromisos, de medidas concretas
para seguir avanzando, tanto a nivel nacional como a nivel internacional.

El balance es muy positivo, el esfuerzo por contribuir y conseguir el
consenso ha hecho que las grandes expectativas que había generado esta
Conferencia no se defraudaran.

La Unión Europea, bajo Presidencia española, ha hablado como en otras
ocasiones anteriores desde la aprobación del Tratado de Maastricht, con
una sola voz y ha defendido firmemente una posición de progreso y de
avance de las mujeres, sobre todo, en materia de salud y de derechos
humanos, frente a un grupo de países, minoritarios pero muy activos, que
defendieron posturas basadas en concepciones religiosas o culturales
verdaderamente negativas. Las principales aportaciones de la Unión
Europea y sus prioridades han quedado reflejadas con éxito y, además, de
un modo bastante adecuado y equilibrado.

Voy a referirme a continuación al análisis de los aspectos más
importantes que contiene la plataforma de acción aprobada en Pekín. En
esta plataforma de acción se definen 12 áreas fundamentales objeto de
mejora y se anuncian las medidas que deberán adoptar los gobiernos, la
comunidad internacional, las organizaciones internacionales, los
particulares y también el sector privado. Son medidas encaminadas a
eliminar los obstáculos que persisten para la plena participación de las
mujeres, en pie de igualdad, en el desarrollo social.

Además de la potenciación de las mujeres, a la que me he referido con
anterioridad, hay otro elemento clave que atraviesa también la plataforma
como un eje y es la integración de la perspectiva de igualdad de
oportunidades en el diseño de las actuaciones en todos los ámbitos,
sociales, económicos y políticos. En consecuencia, la toma en
consideración de la dimensión de género en el análisis de los problemas
sociales y políticos y, por tanto, en el diseño, aplicación y evaluación
de las políticas y programas ha quedado determinado como un elemento
fundamental.

En relación con los temas de la plataforma, de las doce áreas de
preocupación sobre las que se desarrollan medidas de actuación, hay que
destacar tres por su importancia fundamental, como instrumentos
necesarios y condiciones «sine qua non» para poder avanzar en la
actuación en igualdad de oportunidades para las mujeres. Estos son: los
derechos humanos, la educación y la salud.

El disfrute de los derechos humanos es fundamental, no puede haber unos
derechos humanos distintos para hombres y para mujeres, no puede haber
tradiciones, no puede haber ningún tipo de razón, de etnia, de tradición
o de religión que sea causa para que haya una discriminación o una



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agresión contra las mujeres. Por primera vez se ha establecido y ha
quedado muy claro, y en la Conferencia de Viena ha quedado incluso
reforzado en su famoso artículo 5, que el límite al debido respeto a las
diferentes tradiciones, culturas y religiones se encuentra en los
derechos humanos. Por tanto, no podrán nunca esgrimirse esos valores
pretendidamente derivados de religiones o culturas como justificación
para la discriminación contra las mujeres o para atentar contra sus vidas
o sus derechos fundamentales.

Se partía en la plataforma del reconocimiento de que miles de mujeres y
de hombres en el mundo tienen una situación de creencia en religiones, de
creencia en tradiciones, en costumbres, que forman parte de sus vidas y
que, por tanto, la comunidad de naciones respeta esas religiones y esas
tradiciones, pero las respeta sola y únicamente hasta el punto de que
esas religiones respeten también los derechos humanos fundamentales y la
dignidad de las mujeres, y que no sean causa de atropello, de violencia o
agresiones contra las mujeres. De ahí que se asuma claramente por todos
los gobiernos que hay que respetar y proteger los derechos fundamentales
de las mujeres y desarrollar programas comprensivos de educación también
en derechos humanos.

Otro de los temas tratados en la plataforma de acción era la salud, que
es un instrumento fundamental, pero, además, fue uno de los temas
conflictivos. De estos tres aspectos a los que me he referido: educación,
derechos humanos y salud, fueron los dos últimos los que más conflicto
encontraron con determinadas posturas fundamentalistas.

En cuanto a la salud, la plataforma de acción reafirma los derechos de
las mujeres en materia de reproducción, como se acordó en El Cairo, en
materia de salud sexual y reproductiva, derecho a la información y al
acceso a los métodos anticonceptivos. Además, en caso de aborto, derecho
a que haya una atención primaria, aunque el aborto se realice en
condiciones de ilegalidad.

Pero en esta ocasión, en Pekín, hemos ido más allá de El Cairo, bastante
potenciado por la posición de la Unión Europea. Se establece claramente
el derecho de las mujeres a su propia sexualidad. Nosotros hablábamos,
como Unión Europea, de los derechos sexuales, al final quedó como
sexualidad, es decir, el derecho a una sexualidad libre de coerción, de
discriminación o violencia. Esto fue, curiosamente, muy contestado por
los países más radicales y también por el Vaticano. En el tema del aborto
se avanzó sobre la reunión de El Cairo, y esto es un instrumento
importante para todos los países y también para nosotros, especialmente
en estos momentos en que estamos tramitando en el Parlamento un proyecto
de ley de interrupción voluntaria del embarazo que mejora la normativa
con respecto a la situación anterior, porque se acordó que ninguna mujer,
aunque el aborto sea ilegal en el país en el que se realice, debe o puede
ser perseguida por haber realizado un aborto, aunque sea en condiciones
ilegales. Se recomienda a los países que no persigan penalmente a la
mujer que aborta. Este es un cambio cualitativo verdaderamente notable
que llegó entre corchetes, ya saben ustedes, en una situación de
dificultad, contestado por muchos países y que, sin embargo, al comienzo
del debate del tema relativo a la salud, una vez asumido recoger
íntegramente los acuerdos de El Cairo, se añadió sin ninguna dificultad
este último apartado.

En cuanto a la educación, en la plataforma se afirma que es un derecho
fundamental y una herramienta esencial para lograr la igualdad, el
desarrollo y la paz. Una educación no discriminatoria beneficia a los
niños y a las niñas y, sobre todo, beneficia a la sociedad. Y lo que es
importante, en el tema de la educación se reconoce claramente la
situación de desigualdad histórica que han padecido las mujeres durante
siglos por no tener derecho a la educación, a la formación, a esa
capacitación en igualdad de condiciones que luego permite participar en
igualdad de condiciones.

Quizás uno de los atropellos más grandes que hemos sufrido las mujeres ha
sido el no tener derecho a la educación por el mero hecho de ser mujeres.

Lo hemos vivido hasta muy recientemente, incluso en nuestros países, ya
que existían determinadas carreras y determinados estudios a los que por
ser mujer no se podía acceder, y mucho menos, naturalmente, ejercer o
tener la más mínima opinión en determinadas materias, puesto que no se
tenía acceso a la formación que requeriría esa entrada en la toma de
decisiones. Este es quizás, a mi juicio, uno de los temas claves y
fundamentales. La educación, como decíamos en una ocasión en un panel con
determinados grupos de la Unesco y de la Cedaw, Convención de eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer, es algo más que la
formación en cuanto a ilustración, en cuanto a preparación, en cuanto a
carrera, en cuanto a formación en el sentido clásico. También la
educación es la formación en valores, y en este tema es fundamental la
participación de la mujer y, sobre todo, el cambio en la sociedad del
papel de la mujer, de la dignidad de la mujer, y ese cambio en valores
también tiene que formar parte de la educación. Y esa educación tiene que
ser una educación no estereotipada, una educación no segregada, una
educación que ya desde la infancia incorpore la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres como parte de los valores de la sociedad.

Otros aspectos de la plataforma de acción se refieren a un tema crucial y
fundamental como es la pobreza, que está muy ligada al tema económico. El
orden de la plataforma era diverso y yo he pretendido agrupar estos temas
por el ámbito instrumental, el ámbito necesario que forma parte esencial
de los instrumentos que la mujer necesita o que en cualquier sociedad se
necesita para que la igualdad de oportunidades sea realidad, y también
las situaciones en las que nos encontramos con una carencia o una
desigualdad clara. Ahí tenemos la feminización de la pobreza, un fenómeno
que abría la plataforma: la pobreza, el problema de la pobreza en el
mundo y de la mujer, doblemente pobre. Un 70 por ciento de los 1.300
millones de pobres en el mundo son mujeres, y este fenómeno de la
feminización de la pobreza es un hecho de una gravedad extraordinaria.

Por tanto, en la plataforma de acción se insta a los gobiernos y a las
instituciones internacionales a aplicar políticas y programas encaminados
a ayudar a las mujeres que



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viven en situación de pobreza y a las mujeres marginadas en el empleo
productivo y en la vida económica. Para ello se propone que los gobiernos
analicen los programas y las políticas desde una perspectiva de género y
que los ajusten para promover un distribución más equitativa de los
bienes productivos de la tierra, de las oportunidades, de la renta y de
los servicios. Esto es, muy resumido, lo referente al área de pobreza. Es
verdaderamente impresionante leer este apartado de la plataforma de
acción y ver las alternativas que se proponen y, sobre todo, el gran reto
que tenemos en desarrollo sobre esta materia, porque la clave fundamental
va a estar en el avance de los países en vías de desarrollo.

Por lo que se refiere a la participación económica, se insta a los
gobiernos a elaborar leyes que garanticen el derecho a percibir un
salario igual por trabajo de igual labor, a elaborar y aplicar leyes
contra la segregación ocupacional y contra la discriminación en el
mercado de trabajo, tanto a la hora de contratar como en las
posibilidades de promoción, en las condiciones de trabajo o en las
prestaciones y en el sistema de Seguridad Social.

También los gobiernos se comprometen a eliminar las prácticas
discriminatorias por parte de los empleadores y a adoptar las medidas
adecuadas para tener en cuenta las funciones reproductivas de las
mujeres. Hay un tema fundamental que queda en la plataforma, y es esa
nueva sociedad que es ya una realidad, hasta podemos decir que es
incipiente, pero afortunadamente irreversible, esa nueva forma de
convivencia en la que todos, hombres y mujeres participemos, en el ámbito
privado y en el ámbito público, pero hay que establecer las medidas
necesarias para que ello sea posible, porque hasta ahora la mujer ha
salido del ámbito doméstico, ha entrado en el mercado de trabajo con
todas estas dificultades y discriminaciones, pero no se ha encontrado con
que haya una colaboración en la responsabilidad doméstica, familiar, de
cuidado de los mayores, de los hijos, de las personas dependientes,
etcétera. Y esto sí que constituye un reto porque implica un cambio
estructural extraordinariamente importante, desde el punto de vista del
mercado de trabajo, y, por tanto, va a requerir el desarrollo y puesta en
práctica de muchas medidas en esta línea de actuación.

También aparece la valoración del trabajo hasta ahora realizado por las
mujeres. Cuando este verano, en el mes de agosto, presentábamos el
informe de desarrollo social, se hablaba de una valoración desde las
Naciones Unidas de once billones de dólares en todo el mundo en cuanto a
la valoración del trabajo que se realiza en el ámbito doméstico. No se
consiguió incluirlo, porque no hubo consenso en ese punto, dentro de las
contabilidades nacionales, pero sí se quedó en que se aconsejaba la
inclusión de la valoración del trabajo que realizan las mujeres en las
cuentas satélites que tienen determinados Estados y, sobre todo, se
reconoció la necesidad de valorar socialmente ese trabajo; que sea
naturalmente compartido por hombres y mujeres. Hay que establecer esa
corresponsabilidad en el ámbito de lo doméstico y lo familiar, pero, a la
vez, hay que conseguir que socialmente se valore ese trabajo, con
independencia de que, además, se contabilice.

En cuanto a la participación en la toma de decisiones, se reconoce en la
plataforma de acción que la participación de las mujeres en condiciones
de igualdad en la toma de decisiones políticas desempeña un papel
fundamental en el proceso de cambio de nuestras sociedades. Las mujeres
tenemos que estar donde se toman las decisiones, tenemos que estar en los
parlamentos, tenemos que estar en los gobiernos, y para ello hay que
establecer mecanismos que permitan que esa igualdad o ese equilibrio se
produzca, porque arrastrando como arrastramos una desigualdad de siglos
y, sobre todo, una situación de expectativa y de promoción mucho menor en
este campo en las mujeres que en los hombres, lo lógico es que haya que
desarrollar acciones positivas para que se consiga un principio de
igualdad de oportunidades.

En la Plataforma de Pekín los gobiernos se han comprometido a proteger y
a promover la igualdad de derechos de hombres y de mujeres en las
actividades políticas y en la pertenencia a los partidos políticos y a
los sindicatos. En el área relativa a la participación de las mujeres en
la toma de decisiones, se hacen recomendaciones a los partidos políticos,
a los sindicatos y a los gobiernos y, claramente, a los partidos
políticos, para que también éstos establezcan medidas y mecanismos para
hacer real esa igualdad de participación de hombres y de mujeres. Se
alude también a las listas y se alude a la necesidad de que esa
participación sea equilibrada. Incluso en las recomendaciones que se
hacen a los gobiernos se pide que se estudien los mecanismos electorales,
porque quizá sea preciso, a través del estudio de dichos mecanismos, ver
si existe alguna posibilidad de modificación o reforma que permita hacer
realidad la igualdad de oportunidades de hombres y de mujeres en la toma
de decisiones, naturalmente en ese ámbito de decisiones políticas y, por
tanto, en los partidos políticos y en los gobiernos y en los parlamentos.

Una cuestión de extraordinaria importancia que, además, se incluyó en la
Conferencia preparatoria de Nueva York, es la de las niñas. Se pensó
incluso, inicialmente, en hacer una conferencia paralela, tal era la
preocupación de las responsables y los responsables en el tema de las
niñas. La desigualdad, la discriminación, parte de una edad muy temprana,
parte de la socialización, parte del inicio de las relaciones sociales.

Cuando existen discriminaciones muy graves, incluso en cuanto a
nutrición, incluso en cuanto a niveles de escolarización, cuando se
permite que, si hay medios económicos en la familia, estudien o tengan
mejor alimentación los niños y se discrimina claramente a las niñas,
incluso el conocimiento de que hay discriminación a la hora de decidir
abortos en países como China o como Corea hizo que hubiera una
sensibilidad especial en esta materia. La discriminación es tremenda
cuando se elige el sexo varón a la hora de tener un aborto. Esto puede
producir incluso un desequilibrio en la población, como ya se ha
detectado o se está detectando, de hecho, en China. Y también se habló de
las enormes discriminaciones que padecen las niñas por mutilaciones
sexuales que luego tienen secuelas y problemas a lo largo de toda su
vida, cuando padecen, en aras de esa tradición o justificadas por razones
de costumbres ancestrales o de tradiciones, esas mutilaciones



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sexuales de una gravedad tremenda. Por eso hubo un apartado especial para
las niñas en el que se vieron todos estos asuntos que se referían, en
general, a la salud, a la educación, a los derechos de las niñas, a los
derechos humanos, pero que incidían en una plataforma específica para que
hubiera también acciones concretas, áreas de acción específicas
incorporadas a la preocupación sobre las niñas.

Otros aspectos que fueron objeto de debate y de cierto conflicto con
algunos países fueron los derechos parentales. Esta cuestión tenía su
relación con el ámbito de la salud, con el ámbito de la sexualidad y
también, sobre todo, con el ámbito de las niñas. Se llegó a una solución
de compromiso según la cual se trataría de una responsabilidad, de un
derecho y también de un deber, el dar a los niños orientación y
asesoramiento para el ejercicio de sus derechos, pero sin que ese
asesoramiento o esa orientación implicara una imposición que impidiera a
los niños, a las niñas, sobre todo a los y las adolescentes, el poder
ejercer sus derechos sobre todo en algunos ámbitos, como en el relativo a
los anticonceptivos. Ese era el tema de mayor preocupación para
determinados países que no querían que los padres dejaran de tener una
presión, y fundamentalmente un derecho, sobre los hijos menores y, de
forma especial, sobre las hijas.

Otro elemento importante fue la violencia contra las mujeres y los
conflictos armados. Estas eran dos áreas de la plataforma de acción, la
cual, ahí, insta a los gobiernos a condenar todo tipo de violencia, a
facilitar a las mujeres que la sufren el acceso a los mecanismos de
justicia y a establecer leyes contra los perpretadores de actos y
prácticas violentas contra las mujeres. En los Emiratos Arabes estamos
teniendo ahora el caso de Sarah Balabagán, que es verdaderamente
paradigmático de los que es el atropello a una mujer cuando no se le da
derecho ni a tener un juicio justo.

También se insta a la puesta en marcha de mecanismos de apoyo a las
mujeres que han sufrido violencia. La plataforma de acción reconoce la
necesidad de condenar y eliminar toda forma de violencia contra las
mujeres, tanto si se produce en el seno de la familia, en la sociedad o
si es realizada desde el Estado. Se mencionan aquí de manera específica
las mutilaciones genitales a las que antes me he referido, las
violaciones en tiempo de guerra, los embarazos forzosos, la prostitución
forzosa y el acoso sexual. Todas estas formas de violencia son
violaciones de los derechos y las libertades fundamentales. En Pekín se
llegó a un acuerdo importante al considerar que las violaciones
perpetradas en tiempo de guerra deben ser consideradas como un crimen de
guerra e incluso, en ciertas circunstancias, como un crimen contra la
Humanidad y un acto de genocidio. La plataforma de acción reconoce
expresamente que, a pesar de que la religión y las creencias desempeñan
un papel central, como antes he dicho, en la vida de muchas personas,
cualquier forma de extremismo puede tener un impacto negativo sobre las
mujeres y puede conducir a la violencia y a la discriminación.

Otro elemento esencial, y al que tanto yo como los y las responsables del
Ministerio de Asuntos Sociales y del Instituto de la Mujer damos una
importancia enorme desde el punto de vista estratégico, es la cuestión de
la imagen de las mujeres; quizás un tema poco comprendido y en el que
enseguida encontramos quiénes defienden banderas en contra de que haya
una imagen de la mujer que sea respetuosa con su dignidad. Precisamente
en Pekín bastantes representantes de la Unión Europea trabajamos y
contribuimos a que se pudiera conformar esa idea de que era necesario un
planteamiento rotundo y claro en relación con la imagen de las mujeres en
los medios de difusión y en la publicidad. Quiero decir que hemos
conseguido una plataforma de acción que establece claramente la
responsabilidad de los medios de comunicación en la promoción de imágenes
no estereotipadas de los hombres y de las mujeres y en la eliminación de
los modelos que generen violencia. Y, como es natural, se insta también a
que haya guías profesionales, a que haya códigos de conducta en esta
materia. No se impone, porque no es una plataforma que imponga, sino que
es una plataforma que orienta, y es un compromiso moral de todos los
gobiernos en esta línea. Se insta, así, a los gobiernos a cambiar las
imágenes negativas y degradantes de las mujeres y a favorecer su acceso a
la toma de decisiones en el ámbito de las comunicaciones y de las nuevas
tecnologías. Quiero señalar en este punto la importancia de la resolución
que hemos aprobado. Quizá sea lo primero que ha tenido una traducción
práctica desde la Conferencia de Pekín. El pasado día 5 de octubre, en el
Consejo de Ministros de Trabajo y de Asuntos Sociales de la Unión
Europea, precisamente a propuesta de España, hemos aprobado una
resolución sobre el tratamiento de la imagen de las mujeres y de los
hombres en la publicidad y en los medios de comunicación.

Esta resolución afirma la necesidad de desarrollar acciones de
sensibilización y de información que permitan fomentar la imagen de la
mujer acorde con su dignidad, mediante la difusión de una imagen realista
de las posibilidades y actitudes de las mujeres y los hombres hoy en la
sociedad y que no sea atentatoria ni discriminatoria por razón de sexo,
que no reproduzca los estereotipos y que no reproduzca las imágenes
tradicionales.

Estos son, haciendo un resumen muy rápido, los puntos más esenciales de
la plataforma de acción. Junto con ella, había una declaración, a la que
me he referido al inicio, que viene a ser sucintamente el resumen claro y
sencillo para poder transmitir a los medios de comunicación, a la
sociedad, a las asociaciones, el contenido de la plataforma. Esa
declaración se refiere, fundamentalmente, a los tres instrumentos: a que
los derechos humanos fundamentales son derechos también para las mujeres;
que la educación es un derecho que tienen las mujeres y que no puede
haber ninguna razón por la que se impida a las mujeres prepararse,
formarse y, sobre todo, educarse en los nuevos valores de una sociedad no
discriminatoria; y a la salud. También se refiere al ámbito relativo a la
participación económica de las mujeres, su papel en el mercado de
trabajo, su derecho a la igualdad en la remuneración y en la promoción, y
a la participación de las mujeres en la toma de decisiones políticas, en
el poder organizado y establecido. La participación de las mujeres en la
toma de decisiones políticas



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es un tema clave. Y ahí sí que tenemos una enorme responsabilidad las
mujeres --también los hombres, pero sobre todo las mujeres--, pues
tenemos que hacer partícipes a los hombres de esa necesidad de incorporar
mujeres en los partidos políticos, en las listas, de una forma
equilibrada para que la correlación y la participación de mujeres en los
parlamentos y en los gobiernos sea también equilibrada. Por tanto,
tenemos la responsabilidad de formarnos para el liderazgo político y de
formarnos en unos valores que establezcan expectativas en igualdad de
condiciones para las mujeres en nuestra sociedad.

Este es el resumen de la plataforma y la declaración. Ahora me voy a
referir muy brevemente a algunos medios fundamentales para lograr estos
objetivos. Qué duda cabe de que, como gobierno, ahora tenemos la
responsabilidad de ponerlo en marcha, en España y en la Unión Europea, en
la medida en que atañe a nuestros países, pero también hay elementos
importantes que afectan a los países en vías de desarrollo y que están
ligados a la solidaridad que, como países más ricos y más avanzados,
especialmente en el tema de la mujer, tenemos con los países en vías de
desarrollo. Son los temas de los recursos y los mecanismos.

Los instrumentos que, fundamentalmente, vamos a necesitar para llevar a
cabo esta plataforma de acción son, en primer lugar, los recursos. Hay
que destinar recursos suficientes para la elaboración de las estrategias
aprobadas en Pekín y esos recursos suficientes pasan por establecer,
también, recursos de tipo privado.

En Pekín hubo un gran debate, como muchas recordarán, en el que se
condicionaba la eficacia de la plataforma de Pekín a que hubiera recursos
suficientes y en el que se recordaba que había que aumentar los recursos
que ya existían. Como probablemente saben, la Unión Europea es el grupo
de países que tiene una cooperación al desarrollo más amplia y, por
tanto, su responsabilidad era mayor. Se incluyó que habría recursos
nuevos y adicionales, pero que también podría venir por la vía de los
recursos privados.

La cooperación al desarrollo es el siguiente instrumento clave, ligado a
los recursos. Aquí, naturalmente, se hablaba de conseguir, como objetivo
de aquí al 2000, el 0,7 del PIB de ayuda oficial al desarrollo. Pero,
sobre todo, hay un tema importante, que se acordó con la Unión Europea, y
es dar prioridad a los programas que tengan como objetivo la igualdad de
oportunidades y la perspectiva de género. Ese acuerdo de la Unión Europea
va a dar lugar a que los programas de cooperación al desarrollo que se
refieran a las personas, es decir, los programas de salud y de educación
que tengan como objetivo la igualdad de oportunidades, tengan prioridad a
la hora de dotarles de los recursos que damos para la cooperación al
desarrollo.

También se instó a la ratificación de todos los instrumentos de derechos
humanos, de tratados internacionales, y a la adhesión a las convenciones,
tratados, etcétera. Hay, fundamentalmente, una convención que todos los
países tienen que aprobar, la que propugna la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, el Cedan. Esta convención es un
elemento clave. Su aprobación implica la creación de mecanismos
administrativos, la evaluación de políticas y el seguimiento de
políticas. Por tanto, es totalmente necesaria su ratificación y también
el que los países que la hayan aprobado levanten las reservas que tengan
al respecto. Todavía existen 90 países en el mundo que no han aprobado
esta convención.

El reforzamiento de mecanismos nacionales para la igualdad de
oportunidades es un elemento fundamental de la coordinación para llevar a
cabo la puesta en práctica de la plataforma. Dentro del sistema de
Naciones Unidas, se invita a la creación, en la Secretaría General de
Naciones Unidas, de un puesto de alto nivel para el asesoramiento en la
búsqueda de la integración de las mujeres en el sistema y para el
tratamiento de sus problemas específicos, es decir, para el «mainstream»,
para la famosa integración de las políticas sectoriales en las generales.

Ya que se insta a la creación de ese cargo de alto nivel y alta
responsabilidad para la puesta en marcha de esta política, probablemente,
en los próximos meses, tenga lugar la creación de ese puesto dentro del
sistema de Naciones Unidas.

Otro elemento fundamental para la puesta en marcha es la cooperación con
las ONG, con las organizaciones no gubernamentales. Hemos visto en Pekín,
en la cumbre de desarrollo social, y también en El Cairo, el papel
creciente que desempeña el movimiento asociativo, que desempeñan las ONG.

Hemos visto cómo el trabajo que se ha hecho desde el movimiento de
mujeres a lo largo de muchos años ha sido clave en el avance de la mujer.

En Pekín se reconoció claramente ese papel, así como la necesidad de que
desde los gobiernos apoyemos y alentemos a las organizaciones no
gubernamentales para trabajar activamente con ellas y brindarles todo
nuestro apoyo.

Hasta aquí hemos visto las principales cuestiones contenidas en la
plataforma y en la declaración, así como los mecanismos necesarios para
poner en marcha esta plataforma y estas medidas. El desafío verdadero
comienza ahora: la puesta en marcha de la plataforma de acción, la
movilización de todos para este fin y, fundamentalmente, la movilización
de los gobiernos. Los gobiernos tenemos una enorme responsabilidad en
este tema.

Es necesario, sin perjuicio, naturalmente de las peculiaridades
nacionales o regionales o la diversidad cultural, religiosa, que los
Estados, cualquiera que sea su sistema político, promuevan y protejan
todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las mujeres.

Para la Unión Europea las políticas de igualdad de oportunidades, junto
con la lucha contra el desempleo, son dos tareas prioritarias. En la
Cumbre de Cannes, que cerró la presidencia francesa, se acordó que había
dos prioridades claras: la lucha contra el desempleo y la igualdad de
oportunidades.

En la intervención que se hizo en Pekín, en nombre de la Unión Europea,
en la que recogimos los acuerdos de las reuniones de la Unión Europea,
quedamos en que esa seña de identidad, que ha sido siempre una clave en
la Unión Europea, la igualdad de oportunidades, tendría que tener ahora
una traducción en la aprobación del IV Plan de Igualdad de Oportunidades
para las Mujeres. Precisamente, en el Consejo de Ministros de Trabajo y
Asuntos Sociales, de 5 de octubre, al que me he referido antes, en el que
aprobamos la resolución sobre imagen, trabajamos, y debatimos sobre los
acuerdos de Pekín --fue un



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debate intenso y muy rico, con participación de todos los ministros y
ministras de la Unión Europea-- y, además, tuvimos ocasión de debatir
también sobre el IV Programa de Igualdad de Oportunidades. Este IV
Programa de Acción iría de 1996 al año 2000. Ahora termina, como
probablemente casi todos saben, el III Programa de Acción comunitario.

Este IV Programa de Igualdad de Oportunidades pretende promover la
igualdad de oportunidades en una economía cambiante, promover las
políticas para la conciliación de la vida familiar y profesional para las
mujeres y para los hombres, favorecer la participación equilibrada de los
hombres y de las mujeres en la toma de decisiones y reforzar las
condiciones que permitan el pleno ejercicio del derecho a la igualdad.

Este IV Plan enlaza perfectamente con esa nueva forma de convivencia en
el ámbito privado y público compartido por hombres y mujeres, con la
entrada en la toma de decisiones, con la nueva imagen de las mujeres y
con la participación real de las mujeres en la sociedad contribuyendo a
construir el propio futuro.

Hemos decidido concretar todas estas medidas y evaluar lo acordado en
Pekín para intentar incluirlo en este IV Plan de Igualdad de
Oportunidades.

Desde el punto de vista de España, en diciembre termina el II Plan de
Igualdad de Oportunidades, enmarcado en el III Plan Comunitario. Por
tanto, en diciembre vamos a evaluar este II Plan, y puedo adelantarles
que la valoración es muy positiva, ya que prácticamente se han llevado a
cabo el cien por cien de las doscientas y pico medidas del Plan, con lo
cual, acometeremos el desarrollo del III Plan para España.

Por otra parte, quiero agradecer la proposición no de ley que ha
presentado el Grupo Parlamentario Socialista, así como las proposiciones
presentadas por el Grupo Popular en la Comisión de Trabajo y Asuntos
Sociales, porque entre unas y otras también nos están marcando un camino
importante para poner en práctica la plataforma de acción. La proposición
no de ley que ha presentado el Grupo Parlamentario Socialista en el
Congreso ya está teniendo su plasmación en el acuerdo que hemos adoptado
para que en la II Conferencia Sectorial de la Mujer, que tendrá lugar en
enero --todavía no sabemos en qué Comunidad Autónoma; la primera tuvo
lugar en Sevilla--, se analice cómo vamos a desarrollar todos los
contenidos de la plataforma de Pekín en las diecisiete Comunidades
Autónomas. Puesto que esa proposición no de ley aludía a la necesidad de
desarrollar políticas en la Unión Europea, en ese sentido ha tenido su
resultado en el Consejo de Ministros del 5 de octubre, en cuanto al
seguimiento y evaluación de las políticas en la Unión Europea se refiere.

Con respecto a las otras proposiciones, es interesante decir que el Pleno
del Congreso de los Diputados ha instado al Gobierno a tomar una serie de
medidas en el ámbito de la formación de la mujer, en cooperación con las
Comunidades Autónomas; en el de su situación laboral; en el de la
protección social --llamado Pacto de Toledo--, y en el ámbito de la
plataforma de acción, aprobada en la Conferencia de Pekín.

Pero, sobre todo, me parece importante lo que han acordado todos ustedes,
en el sentido de que el Gobierno remitirá un informe anual a la Cámara
tres meses antes de que se inicie el debate presupuestario. Como digo, me
parece importante ligar la evaluación y las medidas al debate
presupuestario, para poder ver cómo se relacionan esos objetivos y
realizaciones con los créditos presupuestarios correspondientes, para
ponerlos en marcha. También se nos insta a que en el IV Plan de Igualdad
de Oportunidades Europeo desarrollemos el III Plan de Igualdad de
Oportunidades para España.

Sólo me queda agradecerles su trabajo, sus sugerencias y, sobre todo, su
ánimo, en una línea de participación y trabajo conjunto para seguir
desarrollando todas las medidas que puedan significar un avance en la
igualdad de oportunidades de las mujeres y, en especial, todas aquellas
que podamos adoptar para desarrollar, tanto en España, como a nivel de la
Unión Europea, los acuerdos de Pekín.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias señora Ministra, por su resumen y
evaluación de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín.

A continuación, abrimos el turno de portavoces. Por Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra su portavoz, doña
Presentación Urán.




La señora URAN GONZALEZ: Gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, quiero agradecer la comparecencia de la señora Ministra,
así como sus explicaciones, aunque algunas hayamos vivido más de cerca lo
que nos ha dicho y tuviéramos más información de la que pudiera tener
esta Comisión.

Con respecto a la valoración hecha por la señora Ministra, este Grupo
Parlamentario cree que no podemos hacer una valoración tan sumamente
positiva cuando sabemos que todavía hay muchas reservas por parte de
numerosos países a la plataforma de acción; reservas que tienen mucho que
ver, precisamente, con los derechos humanos, la salud y la educación. Es
curioso que solamente se hayan planteado reservas en estos apartados y no
en los relativos a las medidas para erradicar la pobreza o en contra de
la violencia. Estos apartados tienen que ver con lo más intrínseco de las
mujeres, con aquello que no se cumple: con los derechos humanos, su
derecho a la salud y el derecho a la educación.

Esto se debe, desde nuestro punto de vista, a que siguen existiendo
problemas muy importantes para que las mujeres sean consideradas
ciudadanas de igual categoría que los ciudadanos por distintas culturas,
religiones, etcétera, cosa que nosotros no compartimos y que sigue
ocurriendo. De ahí que nuestra valoración no sea tan entusiasta y que a
la hora de que la plataforma sea efectiva posiblemente dejemos todo
--como así ocurre y es voluntad de los Gobiernos-- al empuje que puedan
tener todas las mujeres a nivel mundial y, sobre todo, las occidentales,
que vamos «tirando» de los derechos de las mujeres y su aplicación en los
distintos países.




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Hay algo que nos preocupa mucho, como es la pobreza, que no solamente se
está dando en los países en vías de desarrollo o subdesarrollados. La
pobreza y, fundamentalmente, la de las mujeres, está aumentando en los
países de nuestro entorno; está creciendo en nuestro país y en otros
países desarrollados. Esto tiene mucho que ver con las políticas
económicas que se están aplicando, con las reformas estructurales. Y
aunque la plataforma de acción hace referencia a que, al mismo tiempo que
se toman ese tipo de medidas, hay que adoptar medidas positivas para que
los sectores más vulnerables --como el de las mujeres y el de las
personas marginadas-- sean los menos perjudicados, según nuestro
criterio, en nuestro propio Estado estamos padeciendo un tipo de política
económica y unos ajustes estructurales que están perjudicando a las
mujeres. En este sentido, creemos que las medidas que otros Grupos, e
incluso el propio Gobierno, pueden considerar como positivas están
siendo, no a medio, sino a largo plazo, totalmente perjudiciales para las
mujeres, porque se sigue considerando el salario de la mujer, o su
autonomía e independencia económica, como algo subsidiario y no como un
derecho que tiene.

La señora Ministra ha hablado de que en la plataforma se debían
establecer políticas que no permitieran que los empleadores utilizaran
prácticas discriminatorias de cara a la mujer. En ese sentido, todos los
días se da en la práctica la diferencia salarial a la hora de poder
firmar un convenio. Pero no sólo eso, sino que, en general --porque hay
mujeres con una determinada cualificación profesional que tienen puestos
muy avanzados y están medidas por otro rasero--, se considera subsidiario
el trabajo de las mujeres, sobre todo, si forman pareja o viven en un
ámbito familiar. Y al ser subsidiario, son las primeras que sufren el
desempleo y, a la hora de volverlas a contratar, suelen tener los
contratos más precarios y en peores condiciones sociales.

Es complicado atajar todas estas cuestiones si no se acomete una
modificación o se llevan a cabo unas políticas económicas diferentes que
tengan en cuenta lo que establece la plataforma, como es el desarrollo
sostenible, y no la ampliación del desarrollo sostenido. Como digo, es
muy complicado, pero es un cambio de política económica que se tiene que
producir no sólo a nivel de nuestro Estado, sino de todos los Estados
desarrollados, porque la práctica política en la economía está dando como
resultado el aumento de la pobreza en los países desarrollados, y no
digamos ya en los subdesarrollados, que todos estamos expoliando
conjuntamente.

Por tanto, nos parece que sólo será posible llevar a cabo la plataforma
si somos conscientes de que la forma en que estamos aplicando nuestras
políticas económicas no hace más que llevarnos a aumentar la pobreza, e
incluso el expolio que sufren países en vías de desarrollo o
subdesarrollados.

Por otro lado, nos ha parecido un avance el que quede plasmado en la
plataforma de acción que ninguna mujer pueda ser encarcelada por haberse
practicado un aborto. Me parece que eso debería acometerse en nuestro
país, pero no ya sólo por el proyecto de ley que está paralizado en el
Congreso por otros grupos parlamentarios, porque nuestro propio proyecto
se queda corto en este sentido con respecto a la plataforma de acción.

Digo esto, porque, según nuestro Código Penal, las mujeres que se
practicaran un aborto --tanto en el caso de que se pudiera aprobar el
propio proyecto, o con la despenalización que hay en estos momentos, si
no se aprobara el texto que se encuentra en el Congreso-- fuera de los
supuestos que en estos momentos están contemplados sufrirían
encarcelamiento. Es decir, que incluso para estar de acuerdo con la
plataforma de acción en este tema, nuestro Estado tendría que acometer no
solamente lo que establece el proyecto de ley que se encuentra en el
Congreso, sino que tendría que ir mucho más allá, porque este caso se
encontraría ya fuera de los supuestos.

En cuanto al tema de educación, y por lo que nos afecta la plataforma
como Estado, se debería seguir incidiendo en la educación no sexista. En
estos momentos, a nivel educativo, en nuestro país las niñas y los niños
tienen las mismas garantías de acceso en igualdad de condiciones. Los que
no tienen las mismas garantías son niños y niñas que puedan estar en una
determinada situación y que puedan tener trabas a la hora de su
incorporación a la educación de una forma normalizada. Pero no tiene ya
que ver con la discriminación por sexos, sino por su condición social.

Por tanto, a nosotros el tema de educación nos afecta mucho menos, pero
nos parece importante para otros países en los que sí sufren
discriminación las niñas y las mujeres en los temas educativos,
alimentarios y otros muchos a los que se hace mención en la plataforma.

Entrando en la vía de los medios, la señora Ministra conoce sobradamente,
porque lo hemos hablado, que nosotros, como organización política,
planteábamos que hubiera sido muchísimo más eficaz, sin dejar de
reconocer que puede servir si no como un gran avance, sí como tímido
avance que ya por lo menos se reconozca que se ha de dar prioridad a la
hora de los programas de cooperación al desarrollo a los programas con
perspectivas de género, es cierto que hubiera sido muchísimo mejor, para
que realmente la plataforma se hubiera podido aplicar en aquellos países
que necesitan de ayuda internacional, que se hubiera podido abrir una
línea de financiación específica para este tipo de proyectos, porque
estos países no solamente necesitan que las mujeres puedan avanzar, sino
que también, en general, toda su sociedad pueda avanzar, además de que
las mujeres lo necesiten más.

Por tanto, creemos que puede ser un avance, pero que el avance real
hubiera sido abrir una línea de financiación independiente que hubiera
permitido que, por un lado, se hubieran financiado programas y proyectos
de cooperación al desarrollo y, por otro lado, se hubieran podido
desarrollar otro tipo de programas dedicados exclusivamente a la igualdad
de oportunidades.

Es importante que se reconozca el papel de las organizaciones no
gubernamentales a la hora de la plataforma de acción, porque realmente
son las que tienen el contacto más directo, y nosotras, como mujeres
feministas que hemos estado durante mucho tiempo luchando en este
terreno, somos conscientes de que precisamente sin la sociedad, sin el
resto de las personas es muy difícil que se puedan



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llevar a cabo, por muy buena intención que tengan los gobiernos, este
tipo de políticas. De ahí que el papel de las organizaciones no
gubernamentales sea tan fundamental y que esperemos que para próximas
reuniones de Naciones Unidas, sobre todo en este tema de mujer,
independientemente de que en los demás también, tengan un papel
prioritario y que, además, no vuelva a suceder, como ha ocurrido en
Pekín, que el foro no gubernamental, donde existe la mayor participación
de organizaciones no gubernamentales esté tan lejos del foro
gubernamental que sea prácticamente imposible el intercambio de
opiniones, experiencias, resultados o necesidades.

Esperamos ver el cuarto programa de acción comunitaria, pero por las
líneas de actuación que nos daba la señora Ministra, tiene tres ejes
fundamentales, que son: la participación de las mujeres, la imagen y la
toma de decisiones. Nosotros consideramos que habría que abordar desde
ese programa ya el tema de la pobreza en nuestro entorno y que habría que
abordar también, desde nuestra perspectiva de género, el tema del
desempleo femenino, porque es uno de los temas que, independientemente de
que se pueda afrontar de una manera global, hay que hacerlo de manera
específica porque las mujeres, hoy por hoy, en nuestra sociedad, todavía
siguen teniendo trabas para la incorporación al mercado laboral. Y
esperamos ver la evaluación del Segundo Plan de Igualdad de
Oportunidades, para poder hacer después una valoración de la línea de
actuación del tercer plan de nuestro Estado.

Por mi parte, señora Ministra, acabo diciéndoles que esta plataforma de
acción solamente se va a poder llevar a cabo en nuestro país si buscamos
el consenso con las organizaciones no gubernamentales, si somos capaces
de hacer que sea realmente pública y llegue a todos los rincones de
nuestro Estado, sea conocida por todas las mujeres para que la puedan
hacer suya y realmente puedan reivindicar aquello que les afecta y
podamos debatirlo, que será de la única manera que las medidas contenidas
en esta plataforma de acción se puedan plasmar en los planes de igualdad,
tanto a nivel de nuestro Estado como de la Unión Europea.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, doña Presentación Urán.

Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, tiene la palabra doña
Joaquima Alemany.




La señora ALEMANY ROCA: Señora Presidenta, en primer lugar, y no
solamente por cortesía parlamentaria, agradezco el informe que, a
petición propia, nos ha expuesto la Ministra, porque en realidad era
necesario que esta Comisión tuviera conocimiento de todo el trabajo que
se ha realizado. Yo quisiera aquí, en este momento, en nombre del Grupo
Parlamentario de Convergència i Unió, que represento, agradecer
personalmente no solamente la tarea de la señora Ministra a nivel
personal, sino también la representación que ha realizado de la Comunidad
Europea.

Yo creo que la representación ha sido plural, ya que, por voluntad de su
departamento, ha sido la primera vez que las Comunidades Autónomas hemos
tenido la oportunidad de estar presentes, así como ha habido también
presencia de los grupos parlamentarios. No fue fácil, y por tanto yo debo
agradecerle su interés, ya que también las Diputadas que asistimos
teníamos interés, pero sin su ayuda nuestra participación hubiera sido
muy difícil.

Una vez expresado este agradecimiento, yo creo que estamos cumpliendo con
la obligación que tenemos, que es dar a conocer el trabajo de los 189
Estados, el 90 por ciento de los cuales fueron presentados por las mismas
mujeres como primeras ministras o presidentas o mujeres que llevaban la
representación de sus gobiernos. También podemos decir que es la primera
vez que en una conferencia internacional se da esta presencia. Hemos
asistido a muchas y, por suerte, hemos visto que la incorporación de
mujeres en los gobiernos ha ido aumentando.

Por tanto, quiero decir que me parece que los objetivos se han conseguido
plenamente en cuanto a consenso, en cuanto a solidaridad entre mujeres
muy diferentes, de culturas muy diversas, mujeres de todo el mundo, y que
muchísimas veces se ha coincidido en los mismos temas tanto en el forum
de ONG como en la Conferencia Intergubernamental. Se ha coincidido, como
ya ha apuntado la portavoz que me ha precedido en el uso de la palabra y
la misma Ministra, en el tema de Bosnia, en el tema de la pobreza, en el
tema del sida y de las enfermedades de las mujeres, el tema de la salud.

En temas tan prioritarios, que todos conocemos y sabemos que son
importantes para el desenvolvimiento sostenible de la población, creemos
que ha habido solidaridad.

Las conclusiones de esta plataforma de acción han estado en la línea de
atender a las personas que tenían más problemas, y yo creo, por tanto,
que se puede hablar de un antes y un después de esta Conferencia. Como
muy bien ha dicho también la Ministra, se ha ido más allá de la
Conferencia de El Cairo. Yo creo que ha sido muy positiva la definición
de los derechos de las mujeres como totalmente independientes de
cualquier tipo de cultura, de religión o de límite a estos valores que
muchas comunidades establecen para impedir que las mujeres den el paso de
la vida privada a la pública y que puedan trabajar de una manera
igualitaria en la sociedad. Pero al mismo tiempo creo que ha sido
positivo el hecho de que las mujeres hayan sido protagonistas de su
propio trabajo, como hemos dicho antes, desde su propia especificidad,
desde la diversidad y no solamente desde culturas, sino también desde
preocupaciones muy particulares y diversas. Se ha llegado a una cohesión
que yo creo que es, precisamente, la fuerza que permitirá seguir
avanzando, porque aún estamos en la línea de los discursos en tono
positivo.

Señora Ministra, señorías, creo que aún nos faltan muchos mecanismos y no
solamente los de la plataforma de acción. Según le escuchaba, pensaba en
las listas electorales. Seguro que necesitamos mecanismos electorales. En
la reunión mundial de la Unión Interparlamentaria tuvimos la oportunidad
de ver la gran preocupación y el informe que su Presidente nos
presentaba. Se veía en el mismo que, a nivel internacional, las mujeres,
en los Parlamentos, durante diez años, en lugar de avanzar habían pasado
de tener un 12 por ciento de representación a un 10 por ciento. La



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misma persona nos dijo que se estaba preparando un estudio, para dentro
de dos años, a fin de ver de qué manera se tenían que proponer unos
mecanismos electorales que obliguen y permitan que un género no sea más
del 60 por ciento y que el otro no sea menos del 40 por ciento.

Por lo tanto, creo que respecto de todas estas acciones de las que se ha
hablado, y que los Gobiernos tenemos que plantearnos cómo podemos
convertirlas en leyes, sí auguran un futuro diferente. Nos han abierto
las puertas a nuestro trabajo diario y cotidiano, al de los grupos
políticos, al de los Gobiernos y Parlamentos que quieren estar al día,
porque creo que en estos momentos no se puede considerar el tema, como
sabemos que se hace por muchos sectores de la sociedad, diciendo que este
problema no existe, que es una cosa pasada de moda, que cualquier mujer
puede hacer lo que quiera en estos momentos. En la práctica sabemos que
estamos en la misma situación. Por ejemplo, el domingo pasado estábamos
haciendo listas electorales en Cataluña --por lo tanto, es algo
caliente-- y la representación de las mujeres es prácticamente la misma o
menor --aún no tengo los números y no sé con exactitud-- pero por parte
de los partidos políticos sólo se ven las luchas, como siempre que se
hacen listas, pero la participación de las mujeres no aumenta, y no sólo
en un partido o en un color, sino en todos los colores. ¿Por qué? Porque
las que hacen las listas no son las mujeres. Porque las mujeres no están
en los organismos que deciden. Por lo tanto, muy bien el discurso y muy
bien la Conferencia pero yo creo que la tarea es cómo trabajar, cómo
concienciar y cómo hacer unas leyes que permitan este avance de las
mujeres en la sociedad.

Es verdad que la Unión Europea es región I, junto con Estados Unidos y
Canadá, y es donde a nivel mundial se está trabajando más para conseguir
la igualdad de oportunidades. Y España, sin quererlo --creo que para
nosotros esto ha sido un hecho importante--, se ha convertido no
solamente en la voz de toda la Unión Europea, sino que también nos hemos
convertido en un país que se ha sumado al proyecto de progreso. Creo que
para nosotras las mujeres ha sido no sólo una ilusión sino la
constatación de que nuestra tarea, no sólo personal sino a nivel de
grupos, se había consolidado y había permitido, en este momento
histórico, que fuéramos la voz de muchas mujeres europeas.

Creo que la consolidación buscada puede venir, por ejemplo, por este III
Plan de Actuación del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, que se va a
realizar el año que viene; por el V Plan de Acción del Parlamento Europeo
y también por el que se va a hacer aquí. Todos estos planes de actuación
tienen que ir ligados y tenemos que avanzar haciendo una valoración de lo
que hemos conseguido. Desgraciadamente, entrando en esta valoración,
debemos pensar que en estos momentos tenemos muchos problemas, y que, por
ejemplo, lo que el año 1989 se había conseguido por una valoración de
todos los grupos parlamentarios, el Fondo de Garantías de Pensiones, aún
no lo tenemos en este momento.

Sabemos que cambiar las cosas es difícil y es necesario cambiarlas.

Sabemos también que no es suficiente hacer leyes. Sabemos que la sociedad
debe avanzar de una manera paulatina. Creo que esta tarea que estamos
llevando a cabo es difícil, pero tampoco podemos caer en el desánimo. En
realidad, tenemos que buscar mecanismos de avance que nos puedan
demostrar que no sólo avanzan a nivel personal las mujeres que pueden,
que ya sabemos que sí lo hacen: van a la universidad, estudian, consiguen
sitios en la sociedad, sino que en los sitios de toma de decisiones donde
a las mujeres les cuesta entrar, y tienen dificultades, también pueden
alcanzarlo.

Un punto que también valoraría como muy positivo es una de las últimas
acciones de la Plataforma de Acción de Pekín que dice que hombres y
mujeres deberían trabajar conjuntamente para que de esta manera fuera más
fácil el paso de la vida privada a la vida pública y, en los hombres, de
la vida pública a la vida privada. Yo creo que tenemos una nueva visión:
la de no hacerlo todo entre instituciones y mujeres, sino que también los
hombres deben sumar su esfuerzo para poder avanzar. Porque en realidad
estamos haciendo la transformación de una sociedad que necesita la ayuda
de todos nosotros, que necesita la ayuda de hombres y mujeres para poder
tener un mundo donde no solamente haya un nivel de funcionamiento igual
para todos, sino que también sea posible para las mujeres conseguir estos
sitios de responsabilidad. Y para las mujeres que tienen un nivel de
información y de formación más bajo, mostrarles cómo salir de la pobreza,
este problema que tenemos tan cerca y que, en este mundo tan competitivo,
son las mujeres quienes lo están pagando, lo vemos cada día: la
problemática de la maternidad, que de alguna manera es asumida en
solitario por muchísimas mujeres, y los conflictos de pareja, en los que
las mujeres tienen todas las cargas y todas las responsabilidades.

Pensamos que todo esto necesita las leyes que nos puedan promover y los
presupuestos que nos puedan cambiar. Es mejor ayudar a una mujer antes de
que llegue a ser pobre y ayudar a la familia a transformar su realidad
social.

Señora Ministra, agradezco una vez más su presencia aquí. Pero se ha
hecho mención de un tema por parte de algunos grupos, y aunque yo no
quisiera hablar de ello, creo que es mejor tratarlo.

Sabemos que en estos momentos hay un conflicto, porque al menos un Grupo,
el Socialista, está preocupado y tiende a presentar un problema, que es
más que un problema suyo, en un problema que hace recaer en otros grupos
parlamentarios. En este caso, como Portavoz del Grupo Parlamentario de
Convergència i Unió, creo que tengo la obligación de aclararlo. Me
refiero al proyecto de despenalización de la ley del aborto, en el que,
como ustedes saben, nosotros tenemos libertad de voto. Pero lamentamos
muchísimo que en este momento, en momento electoral, se intente maniobrar
con las mujeres una vez más. Creo que hubiera sido más prudente tratar
este tema durante los doce años de Gobierno socialista, ocho de los
cuales de mayoría absoluta, en las Cortes Generales. Pero presentarlo
ahora y acusar a los demás grupos parlamentarios de esta responsabilidad,
cuando, insisto, nuestro Grupo Parlamentario de Convergència i Unió no
tiene ningún interés en poner cortapisas a esta ley, sino



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que en lo único en lo que no está de acuerdo es en que esta ley se
realice en un momento como éste y con carácter de urgencia.

Nos parece que ésta es una ley que debe hacerse con luz, con taquígrafos,
sin ninguna problemática y en un momento que no sea electoral. Hemos
hablado muchísimas veces de que una directiva comunitaria que permitiera
una legislación para toda la Unión Europea sería un mecanismo eficaz para
plantear un tema que no tiene que ser de debate, y menos electoral, sino
que tiene que ser un tema que se pueda tratar tranquilamente, con una
mayoría muy representativa que permita que los ciudadanos y las
ciudadanas de nuestro país puedan vivir tranquilos.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, doña Joaquima Alemany.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su Portavoz, doña
María Jesús Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular quiero agradecer la
comparecencia de la señora Ministra que, junto con las intervenciones de
los distintos grupos parlamentarios, va a contribuir, sin lugar a dudas,
a difundir también la trascendencia de esta IV Conferencia Mundial de
Pekín.

Fue, efectivamente, un acontecimiento de importancia fundamental para
todas las mujeres, para las mujeres de todo el mundo. Nuestro Grupo
considera satisfactorio e importante el trabajo que en ella se ha
desarrollado. Importante es ya, en primer lugar, que el mundo entero
siguiera el desarrollo de esta Conferencia, donde el protagonismo, como
ya se ha dicho por parte de la Ministra y de algún otro Grupo
Parlamentario, fue fundamentalmente de la mujer.

Además, en esta Conferencia se pudo ver también que el poder de decisión
de las mujeres, aunque con muchas dificultades, iba contribuyendo a
concienciar a todos los países --desde los que se encuentran en vías de
desarrollo hasta los de economía en transición o los de nuestro entorno--
de la necesidad --y esto es lo fundamental-- de arbitrar acciones
positivas para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, algo que
todos parecen en principio aceptar pero que está muy lejos todavía de ser
una realidad.

Nuestro Grupo resalta también como algo positivo, a pesar de que el hecho
no lo sea, el reconocimiento unánime de que siguen existiendo esas
desigualdades entre hombres y mujeres, y que ello produce graves
consecuencias para el bienestar de los pueblos. Se insistió en este
aspecto y a mí me parece de principal relieve, muy importante y, desde
luego, digno de destacar, la apuesta de todos los países --como aquí se
dijo por parte de la Ministra-- para avanzar, dejando, por lo tanto, a un
lado diferencias, hablando de solidaridad fundamentalmente, pero
intentando por todos los medios concienciar a todos los países de la
necesidad de avanzar, frente --no cabe duda también, y se ha dicho-- a
algunas posiciones cerradas que, afortunadamente, eran minoritarias de
algunos países.

Quiero reconocer también el importante trabajo previo a la Conferencia
desempeñado por las ONG, utilizado después para los documentos de la
Declaración y para la Plataforma de Acción. Todos los que allí estuvimos
fuimos testigos de cómo se movían representantes de las ONG tratando de
influir o, incluso, haciendo un seguimiento exhaustivo de todos aquellos
temas que eran motivo de mayor conflicto y que, por lo tanto, requerían
de un consenso previo a un diálogo.

Como no podía ser menos nuestro Grupo valora satisfactoriamente una serie
de avances importantes a los que la señora Ministra ha hecho referencia:
en el área de los derechos humanos, los derechos humanos de la mujer y de
las niñas son ya considerados indisociables de los derechos humanos
universales, sin admitir esas escasas referencias a tradiciones
culturales o religiosas de algunos países, los derechos sobre la salud
reproductiva y sexuales, la igualdad de los derechos de sucesión y, por
tanto, hereditarios, los derechos parentales que permitan a los padres
ejercer su función de apoyo y de guía a los menores. En el área de la
familia reconocer el papel fundamental de las mujeres y la importancia
social de la maternidad y la responsabilidad compartida de los padres. En
el terreno de la educación, fundamental para todos --afortunadamente en
esta Cámara no hay en ese tema diferencias entre grupos políticos--,
nuestro Grupo considera que el seguir avanzando y contribuyendo a que
cada vez más el porcentaje destinado a educación se incremente en
términos de producto interior bruto es todavía un objetivo que hay que
alcanzar en nuestro país y, desde luego, hay que eliminar cualquier
referencia a estereotipos que contribuyen a que sigan perviviendo
determinadas desigualdades.

Nos preocupa, como no podía ser menos, el apartado de pobreza, sobre el
que se trabajó mucho y se hizo muchísimo hincapié; en la medida en que
uno ha podido ser testigo recuerdo cómo todos los países hacían una
referencia muy especial a esta circunstancia. Desde la Unesco en concreto
la llamada era verdaderamente importante, y yo creo que no solamente los
países, sino representantes de todas las organizaciones insistían de una
manera extraordinaria.

El tema de las niñas es fundamental y está unido al tema general de las
mujeres; habla de las desigualdades en la edad temprana, decía la señora
Ministra, yo incluso añadiría --creo que ella también hizo referencia--
antes de nacer, porque a muchas de ellas se les niega el derecho a la
vida. Pues bien, la condena absoluta de la violación como arma de guerra
y de la violencia doméstica física y psíquica importante y clara, y doce
áreas en las que no voy a entrar por razones de limitación de tiempo,
pero donde, a juicio del Grupo Parlamentario Popular, se contemplan
importantísimas medidas que deben adoptar los gobiernos, sin olvidar
tampoco esas recomendaciones del sector privado que requieren un
compromiso serio y decidido para eliminar las muchas dificultades, los
muchos obstáculos que todavía hoy día persisten para conseguir el
objetivo de la igualdad de oportunidades que, además, es un principio



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de interés universal; también la señora Ministra hacía referencia a ello.

Un punto clave, a nuestro juicio, que también se ha mencionado aquí pero
no queremos dejar de omitir, es la introducción de la perspectiva de
género en todas las políticas y en todos los programas, tanto de
cooperación, como de desarrollo, política social y de empleo, etcétera.

Es decir, esa perspectiva de igualdad en todos los ámbitos.

Es importante, desde luego, el objetivo, defendido también por la
Comunidad Europea, de establecer ese nuevo tipo de relación social y
familiar entre las mujeres y los hombres que incluya la participación
plena e igualitaria de la mujer en la vida civil, política, económica y
social. Precisamente en los documentos que obran en mi poder de la
Comisión de las Comunidades Europeas se hacía muchísimo hincapié en esto
en uno de los trabajos previos a la Conferencia de Pekín.

Ahora bien, si importante es el contenido de la Plataforma de Acción y
las medidas que allí se contemplan, el éxito dependerá ahora de la
aplicación que se haga de estas medidas, de las acciones y de los
proyectos y, naturalmente, eso estará en función de la voluntad política
de los gobiernos y del grado de compromiso real que asuman. Eso lo decía
la señora Ministra y es algo tan evidente que no necesita mayor
comentario.

La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer requiere estrategia, requiere
acciones y éstas no tendrán éxito --también tengo que decírselo-- si no
se acompañan de recursos económicos y de mecanismos políticos, como se
recoge precisamente en este documento al que hice referencia en el
apartado de Medios, Recursos y Seguimientos de la Conferencia de Pekín
sobre la que estamos hablando.

Sé que a usted no le gusta que le recuerden, pero es una verdad, que la
política sin las medidas encaminadas a promover la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres, a mejorar, en definitiva, la
situación de la mujer en distintos ámbitos, en la vida laboral --se ha
hecho aquí referencia por otra Diputada de una manera especial al tema
del desempleo en España--, creemos sinceramente que no tendrán el éxito
deseado. España --usted lo sabe perfectamente-- es el país de la
Comunidad Europea en el que la mujer sufre la mayor proporción de paro. A
mí me parece importante que en esta reciente Conferencia se haya
acordado, como uno de los objetivos fundamentales, la igualdad y la lucha
contra el desempleo. Es un objetivo que creo que compartimos todos los
grupos políticos y que, desde luego, valoramos esencial en este momento
para nuestro país, dado que se da la circunstancia de que España es el
país en donde la mujer sufre más paro de todos los países de la Unión
Europea, por no hablar de la precariedad en el empleo o de la situación
de pobreza en la que viven muchas mujeres. La anterior Diputada que me ha
precedido en el uso de la palabra hablaba de que seguimos sin un fondo de
garantía de pensiones. Yo lamento que su Grupo y algunos otros grupos no
hayan apoyado las propuestas presentadas precisamente por el Grupo
Parlamentario Popular en la línea de establecer ese fondo de garantía de
pensiones.

Por otro lado, la Cumbre de Copenhague reconoció que un desarrollo
económico, por otra parte duradero, no puede garantizarse sin la plena
participación de la mujer. Por lo tanto, es un interés también económico
la participación de la mujer en ese ámbito.

Ante esta situación la posición del Grupo Parlamentario Popular tiene que
ser la de exigir, la de pedir al Gobierno acciones concretas dirigidas a
acelerar el proceso de aplicación de la igualdad y lo importante --usted
lo decía-- son las medidas concretas. Pues bien, es preciso, señora
Ministra, que en España se incluya la política de la igualdad también en
el marco de la política global, de una política sólida, para lo que es
imprescindible --piensa nuestro Grupo-- empezar por realizar una mejor
redistribución de los recursos existentes, tal vez para eso haya que
controlar el gasto, y realizar un seguimiento de la repercusión que la
mujer tiene en todas las políticas. Y en ese tratar de redistribuir los
presupuestos, el Grupo Parlamentario Popular le recuerda, en concreto,
que en la referencia que yo hacía a la Comisión de las Comunidades dice:
Las mejores estrategias para el progreso de la mujer no tendrán éxito si
no van apuntaladas mediante la asignación de recursos económicos.

Yo tengo que decirle que comparto sus palabras sobre la necesidad de
movilizar al Gobierno, de nuevas propuestas, de proyectos importantes,
pero esas palabras no pueden tener ante nuestro Grupo credibilidad. ¿Por
qué? Porque los hechos son los que cuentan; son los que, al final,
indican si esas palabras están sostenidas por una base sólida, por la
realidad de unos hechos. Nuestro Grupo desearía creer sinceramente en sus
palabras, pero no podemos hacerlo cuando al mismo tiempo usted presenta
ante la Cámara del Congreso de los Diputados un presupuesto del Instituto
de la Mujer, instrumento para la promoción y fomento de la mujer, donde
se produce un drástico recorte. Una reducción del 6,4 por ciento que,
unida a la inflación, al final nos acerca a un 10 por ciento, no es una
buena tarjeta de presentación, señora Ministra, para venir aquí a decir
que es necesario movilizar al Gobierno y aportar nuevos proyectos y
programas. Yo le pregunto, ¿qué nuevos proyectos, qué nuevos programas se
incorporan dentro del presupuesto que usted lleva a la Cámara del
Congreso de los Diputados para ser aprobado?
Una portavoz de la Comisión decía el año pasado que en el Presupuesto de
1995 no se plasmaba la defensa de la mujer porque se mantenía igual que
en 1994. Por lo tanto, decía, se ha perdido. Pues bien, si esto era así
--lo decía una portavoz de otro grupo político, y yo lo comparto-- qué
decirle ahora del año 1996 en donde hay ese descenso que usted conoce
perfectamente y que nosotros lamentamos.

Es evidente que no tratamos de tergiversar la realidad si yo le digo que
no hemos sabido aprovechar la oportunidad para demostrar esa movilización
y sensibilidad del Gobierno ante la Conferencia de Pekín y exigir que el
Gobierno asumiera la necesidad de un compromiso serio, de una eficacia y
de dar un paso adelante, incorporando, por lo tanto, no mermando, en la
cuantía que además hemos indicado, las políticas de impulso a la
promoción de la mujer,



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porque así se llaman los programas que usted presenta. Nuestro Grupo
lamenta que no haya sido así.

Para el impulso del Gobierno, señora Ministra, tendrá la colaboración de
nuestro grupo, así como para las medidas o programas que usted presente
para impulsar las acciones aprobadas en Pekín. Y desde luego nuestro
Grupo quiere, usted lo ha dicho y estamos muy satisfechos de compartir
ese objetivo, un seguimiento de la plataforma de acción aprobada.

Efectivamente tendremos oportunidad de hacerlo porque, como usted sabe, a
propuesta del Grupo Parlamentario Popular se aprobó que el seguimiento y
la evaluación se realizase permanentemente a través de la Conferencia
sectorial de la mujer. No fue la aprobación de una proposición no de ley
del Grupo Parlamentario Socialista, porque si la ha presentado, todavía
no se ha debatido, pero sí se ha debatido una resolución del Grupo
Parlamentario Popular. Además, esa resolución contiene la propuesta --a
usted le ha parecido muy bien y nos alegramos de que así sea porque fue
un empeño especial del Grupo Parlamentario Popular y además quiero
agradecer su apoyo a todos los grupos políticos-- de que se remitiese un
informe anual sobre ello a la Cámara. ¿Por qué? Porque así efectivamente
veremos en qué medida se van alcanzando esos objetivos y será, o no,
necesario incrementar los presupuestos, los objetivos, los programas y
los proyectos para conseguir que la plataforma de acción realmente
suponga un avance en la política de igualdad y no un freno que dé
simplemente unas maravillosas declaraciones de intenciones; una
plataforma de acción que en líneas generales hemos asumido prácticamente
el mundo entero y una declaración que desde luego ha obtenido los
aplausos unánimes.

Reiteramos, señora Ministra, nuestro espíritu de colaboración para
avanzar en el papel activo de la mujer. La sociedad hace una valoración
en general positiva de los acuerdos de Pekín. En la medida en que nuestro
Grupo pueda hacerlo contribuirá a ir extendiendo en la sociedad española
la necesidad de ir avanzando y siendo cada vez más solidarios con esa
mitad de la población; con las mujeres que tienen en estos momentos
muchas más dificultades y que luchan en términos de igualdad para avanzar
en lo que se ha considerado, no sé si usted lo ha dicho o no pero me
parece que se puede decir, la causa de la mujer.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, doña María Jesús Sainz.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra su portavoz, doña
Isabel Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señorías, en primer lugar, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista,
quiero agradecer a la señora Ministra la explicación y la valoración que
nos ha hecho de la Conferencia de Pekín. Conferencia que yo creo que ha
sido de una gran importancia para las mujeres del mundo entero y que
puede suponer el punto de partida nuevo en el avance de las condiciones
en que las mujeres podemos desarrollar nuestra vida a todos los niveles.

Yo quiero también resaltar que por primera vez la delegación que ha ido a
esta Conferencia internacional ha sido una delegación, como decía la
portavoz de Convergència i Unió, no sólo formada por las personas, como
es lógico, representantes del Gobierno, sino también por representantes
de esta Comisión, las portavoces de la Comisión Mixta de los Derechos de
la Mujer, personas representantes de las políticas de igualdad en las
Comunidades Autónomas y también ONGS, mujeres que habían sido elegidas
entre las organizaciones no gubernamentales, entre las asociaciones que
se dedican a trabajar y a cooperar por la lucha y por la igualdad de las
mujeres en todos los aspectos de la sociedad en la que vivimos. Yo creo
que eso es un cambio y una diferencia en lo que puede ser el trabajo en
una Conferencia de este tipo.

Comparto el análisis que hacía la Ministra en cuanto a que desde 1975 a
1995 tan sólo han transcurrido 20 años desde que se declarara el Año
Internacional de la Mujer y realmente las conclusiones, lo que supone la
Plataforma de Acción que se aprueba en Pekín, nos genera una gran
satisfacción y nos genera además satisfacción al Grupo Parlamentario
Socialista porque los tres ejes que, como usted decía, atraviesan la
plataforma: el refuerzo de la posición de poder y el refuerzo social de
las mujeres; el carácter horizontal de las políticas de igualdad; el
hecho de que las políticas de igualdad de las mujeres no son algo
sectorial, sino que tienen que estar horizontalmente engranadas en todo
lo que es la política general de cualquier Gobierno, de Naciones Unidas o
de cualquier organización con un carácter global; y el que en cualquier
momento y desde todo punto de vista se tenga en cuenta la perspectiva de
género en los análisis, son también los tres ejes que este Grupo ha
apoyado desde 1982 en las políticas de igualdad que los distintos
Gobiernos socialistas han llevado adelante en nuestro país. Por eso,
tenemos una gran satisfacción, porque evidentemente va en una línea que
es la que luego, con mayores o menores logros, ha supuesto un avance; son
los ejes que también han movido las políticas de igualdad que nosotros
como Grupo que ha apoyado a los gobiernos desde 1982 hemos sustentado
desde el Congreso y el Senado.

Por otro lado, yo quiero manifestar no sólo la satisfacción, sino el
acuerdo de nuestro Grupo con la posición que el Gobierno español, la
delegación española que además ostentaba la presidencia y representaba a
toda la Unión Europea, ha mantenido a lo largo de toda la Conferencia.

También hay que destacar, nuestro Grupo así lo entiende, la idea de
solidaridad que la Unión Europea y España ha defendido en esta
Conferencia. No la idea de solidaridad, es decir, somos solidarias con
mujeres que están en peores circunstancias que nosotras, por lo cual
rebajamos los planteamientos generales de la Plataforma de Acción, sino
la solidaridad que nosotros entendemos mejor, que es decir podemos
pertenecer a una sociedad donde las mujeres hemos avanzado más, pero es
desde este avance y sin perder ninguna posición, como las mujeres
europeas apoyamos y nos solidarizamos con las mujeres que están en
mayores dificultades. Porque está bien claro y compartimos el análisis
que usted hace de que hemos conseguido



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que los derechos de las mujeres sean derechos humanos. Era algo que de
alguna manera ya estaba reconocido en Viena, pero que aquí se ha
reforzado profundamente.

También en el tema de la salud reproductiva, como usted decía, no sólo no
hemos retrocedido con respecto a El Cairo, que es algo que se temía antes
de ir a la Conferencia que pudiera pasar, sino que hemos avanzado y 189
países tan diversos, tan diferentes, con culturas tan dispares, hemos
alcanzado conclusiones, llegando a ser solidarios, pero solidarios sin
retroceder. A nosotros como Grupo Parlamentario Socialista esto nos
parece entender la solidaridad de una manera adecuada al mundo en que
vivimos. Y, por supuesto, estamos de acuerdo con que la educación es el
elemento clave, aparte de las doce áreas, que hay que destacar en la
Plataforma que se ha aprobado en Pekín porque, en España especialmente,
sabemos cómo la educación es un mecanismo, más allá de lo puramente
instructivo, que es importante; es el mecanismo fundamental para cambiar
actitudes y comportamientos, es un mecanismo clave. Lo han sabido todas
las mujeres que han luchado por la igualdad a lo largo de la historia y
si no acordémonos de las más pioneras que ya reivindicaban el derecho a
la educación de las mujeres. Y es importante porque no es sólo el derecho
a la educación de mujeres que ya afortunadamente lo tenemos, sino que lo
es para las mujeres del mundo entero.

Es verdad que esta Conferencia es además una Conferencia en la cual
existe un compromiso por parte de los Gobiernos. No se plantean unos
objetivos ni se declaran unas intenciones, sino que se declara que
existen unos objetivos a conseguir mundialmente para la igualdad de las
mujeres, y se establecen asimismo unas medidas para conseguirlos, a la
vez que existe un compromiso a este respecto por parte de los gobiernos,
con lo cual, nos alegramos de que se haya hablado de recursos --aunque
siempre sea dificultosa la asignación de más recursos-- e incluso de que,
recursos ya existentes para la cooperación, a partir de la Conferencia de
Pekín, pasen a tener prioridad en programas de cooperación y desarrollo
específicamente para las mujeres.

Creemos que también es muy importante que los mecanismos para la igualdad
salgan reforzados, pero no sólo por un compromiso por parte de los
gobiernos, sino también por el compromiso de Naciones Unidas --al que
usted hacía referencia-- de crear un organismo --ya no se trata sólo del
CEDAW, que es el que hace el seguimiento de la Convención contra toda
forma de discriminación-- dentro de las propias Naciones Unidas que tenga
rango elevado y que se ocupe de que la perspectiva del género, el papel
de las mujeres, esos tres ejes que atraviesan toda la Plataforma,
funcionen también en la propia organización. Es decir, se trata de que
Naciones Unidas cree un plan de igualdad dentro de su propia
organización, y de que tenga en cuenta, en todos aquellos sectores en los
que trabaja, que el de la igualdad de las mujeres no es un tema sectorial
sino horizontal, es decir, que es otro de los ejes básicos de la
Plataforma.

Por otra parte, también nos parece de importancia que en la Plataforma se
haga referencia al papel de las organizaciones no gubernamentales.

Nosotros hemos venido trabajando así en España. Hemos trabajado en planes
de igualdad en coordinación con las mujeres e intentando que éstas
presenten sus propias iniciativas, sus propias reivindicaciones para
convertirlas luego en planes de igualdad, en medidas concretas para que,
cooperando con las que se encuentran más cerca de ellas, se consiguiera
que las mujeres fueran mejorando.

En ese sentido, creo que la Plataforma aprobada en Pekín y el compromiso
que supone la Conferencia que allí se ha celebrado, van a suponer un
avance para las mujeres, en general, y también para las de nuestro país,
y es que es evidente que en esas doce áreas hay aspectos importantísimos
para las mujeres españolas. Ahora mismo hacía referencia la portavoz de
Convergència i Unió, señora Alemany --y siento referirme a ello--, al
proyecto de ley de despenalización de la interrupción voluntaria del
embarazo, aún en debate. Pues bien, yo creo que ése es uno de los
acuerdos de Pekín que debemos intentar llevar a cabo: que ninguna mujer
pueda ser llevada a prisión por tener que tomar una decisión tan fuerte
como es la del aborto.

Evidentemente, en el marco del Código Penal, cuando se le quita el
carácter punitivo a la interrupción voluntaria del embarazo, es cuando se
lleva al Congreso un proyecto de ley distinto, un proyecto que contempla
el aborto, no como una cuestión puramente penal, sino como una cuestión
social más compleja. Pero lo que es sorprendente --y no es ninguna
acusación-- es que se obstruya ese debate. Quiero decir con todo respeto
que no debe obstruirse ese debate aunque se tengan posiciones distintas a
las de mi Grupo. Repito que lo que nos llama poderosamente la atención es
esa obstrucción y no otra cosa, señora Alemany.

Con respecto a lo que usted decía sobre el seguimiento de esta Plataforma
de Acción aprobada en Pekín, quiero manifestar que desde el primer
momento, es decir, nada más volver de Pekín, el Grupo Socialista presentó
una proposición de ley que todavía no ha sido debatida y que se formuló
antes que las propuestas del Grupo Popular que iban en la misma línea y
que fueron aprobadas con nuestro apoyo y con el de otros grupos.

Nosotros creemos que el compromiso de los gobiernos es algo que tiene que
ser exigido día a día, pero yo entiendo también ese tipo de compromisos
--refiriéndome más concretamente a España, país en el que vivimos-- como
algo más amplio que lo que es en sí el Gobierno de la nación. Todas las
españolas y los españoles hemos decidido tener un Estado de las
Autonomías, tenemos un Gobierno, tenemos también gobiernos autonómicos y
asimismo nos gobierna la Administración local.

Creo que la experiencia demuestra los buenos trabajos que se han
realizado y se siguen realizando en España por conseguir la igualdad de
las mujeres, trabajos que se vienen desarrollando hace más de una década.

Considero que sólo con el compromiso del Gobierno, en coordinación con
las Comunidades Autónomas y con los ayuntamientos, es como podemos
avanzar. Eso se ve clarísimamente en las Comunidades Autónomas gobernadas
o no por personas pertenecientes al mismo Grupo que yo. Evidentemente,



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los gobiernos socialistas han hecho en las Comunidades Autónomas una
serie de políticas de igualdad, pero otros gobiernos no socialistas, por
ejemplo, el de Convergència i Unió o el del Grupo Parlamentario Vasco
(PNV) también las han hecho.

Hay que entender que en las Comunidades Autónomas y en los ayuntamientos
hay miles de competencias en las que sólo desde la coordinación, y que
sólo desde los planes europeos, pasando por los del Gobierno de nuestro
país, las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos, es como
conseguiremos avanzar. Por ello, ustedes tienen que convencer a los
gobernantes de sus Comunidades Autónomas --y se lo digo con todo cariño a
la portavoz del Grupo Popular-- de que este compromiso no es sólo del
Gobierno central sino que también es de las Comunidades Autónomas en la
línea a que usted se refería y que también comparto con usted, es decir,
recursos, políticas de igualdad, planes de acción, una apuesta decidida
por conseguir la igualdad; apuesta decidida que desde aquí vamos a exigir
al Gobierno de la nación que mantenga --y creemos que la hace--, que la
intensifique y que vaya en ella más allá. Pero en un país organizado en
17 Autonomías y con una Administración local que tiene sus propias
competencias, necesitamos también la confluencia de las políticas de
igualdad y que se vaya por esa línea.

Queremos decirle también a la señora Ministra que nos alegramos de que se
haya aprobado la Resolución de la Unión Europea sobre la imagen de las
mujeres. Este tema también se ha discutido en la Plataforma de Acción de
Pekín y sale siempre a debate. Es verdad que en el tema de la imagen lo
que hay que hacer es convencer, persuadir, pero nunca se debe imponer.

Ocurre como con la socialización que se hace a través de la familia o de
los medios de comunicación. Se debe persuadir.

Es muy importante que todos los países de la Unión Europea hayan
adquirido el compromiso moral de trabajar juntos --que no impositivo, en
ese campo no puede serlo-- ya que la imagen de la mujer que se transmite
en los medios de comunicación, la que pueden ir percibiendo las niñas y
los niños, las personas que estamos constantemente en un mundo mediático
como éste en que vivimos y en el que estamos constantemente en contacto
con las imágenes, debe ser una imagen en que se respete la dignidad de
las mujeres y transmita nuestra posición real con todas las
contradicciones y problemas en que las mujeres nos movemos. No debe
hacerse referencia a imágenes estereotipadas que lo único que pueden
hacer es que se destruya el equilibrio y las posibilidades de
entendimiento y de convivencia pacífica entre hombres y mujeres.

En cuanto al IV Programa Europeo de Igualdad, nos alegramos de las líneas
que usted comenta van a ser los ejes del Plan. Creemos que la Plataforma
de Acción de Pekín entra dentro de esas líneas generales, bien es cierto
que habrá después cosas concretas, objetivos particulares y medidas para
conseguirlos que harán referencia a más aspectos específicos que en este
momento no ha podido mencionar.

Esperamos que nos presente la evaluación del II Plan de Igualdad,
correspondiente al III Plan europeo, que se ha desarrollado en España y
que ahora finalizará. Dado que su acción termina, ahora habrá que aprobar
el IV Plan europeo y hacer un III Plan para España. Esperamos que hayan
cumplido ustedes dicho Plan y, desde luego, no dude de que desde el Grupo
Socialista vamos a trabajar constantemente para que, mediante mecanismos
de seguimiento, mediante el impulso de cualquier tipo de medidas --vengan
de donde vengan las iniciativas-- que apoyen que esta Plataforma tenga un
desarrollo beneficioso para las mujeres españolas, sigamos apoyando las
políticas de igualdad entre hombres y mujeres.

Le vuelvo a agradecer su comparecencia y su explicación, y le animo a que
trabaje usted también --cosa que no dudo hará-- para que la Plataforma de
Acción aprobada en Pekín no sea un documento más sino que se convierta en
realidades para las mujeres de nuestro país.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Alberdi.

Para contestar a todas las portavoces tiene la palabra la señora
Ministra.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Muchas gracias.

Voy a ser muy breve en mi intervención.

En primer lugar, tengo que darles mi mensaje de agradecimiento por su
apoyo y por la valoración tan positiva que han hecho todos los grupos,
tanto del trabajo preparatorio, como del que hemos llevado a cabo en
Pekín.

Qué duda cabe que hay todavía temas, como son las reservas a las que se
ha referido la representante de Izquierda Unida o temas de ejecución, que
requieren un esfuerzo continuado y permanente. Pero creo que esa
valoración positiva del trabajo preparatorio previo a través de las
regionales que ha hecho España como representante de la Unión Europea en
los últimos encuentros de los grupos europeos y también de los grupos
allí en Naciones Unidas, en Nueva York, ha sido importante, y por eso les
agradezco esta valoración positiva.

Una vez dicho esto, la mayoría de las intervenciones se han centrado en
algunos aspectos que a todas nos preocupan y que pueden ser los que más
afecten a España. Por un lado, la solidaridad. Es un planteamiento clave
la solidaridad en cuanto a la responsabilidad que tenemos como mujeres
que estamos en países privilegiados, desde el punto de vista de la
igualdad de oportunidades de las mujeres, y cómo esa solidaridad tiene
que traducirse, no permitiendo retroceder nosotras sobre nuestros logros,
en hacer llegar a las mujeres de otros países del mundo nuestro apoyo
para que consigan salir de una situación de discriminación gravísima en
la que se encuentran y de verdadero atentado a sus derechos
fundamentales. Ese mensaje de solidaridad quizás es el primero y se tiene
que traducir de una forma muy clara también en la eficacia de la puesta
en práctica de acciones a través de la cooperación al desarrollo. Todo el
trabajo de cooperación al desarrollo que se hace desde la Unión Europea
tiene que ir marcado, en lo que afecte a las personas, por la prioridad,
que ya hemos acordado en los



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programas, de que lleven incorporada la igualdad de oportunidades para
hombres y para mujeres. Esa solidaridad también se tiene que manifestar
en casos como el que antes comentábamos de Sarah Balabagan que son
paradigmáticos de lo que sufren mujeres pobres de otros países del mundo,
en los que además de tener que emigrar luego padecen esa situación de
injusticia, atropello y de violación de sus derechos más elementales. Por
tanto, ese trabajo en solidaridad me parece clave desde nuestra posición;
esa solidaridad es de lucha contra la pobreza y de erradicación de las
violencias y los atentados contra las mujeres.

Desde nuestro punto de vista, de cómo afecta y cómo se traduce en la
realidad esa plataforma de acción para los países que forman parte de la
Unión Europea, el asunto está claro, es el tema económico, pero ya con un
planteamiento nuevo de la participación de las mujeres en el mercado de
trabajo. Ese planteamiento nuevo tiene que erradicar el mayor desempleo
que existe sobre las mujeres, consecuencia de la mayor precariedad en el
trabajo y de que en cuanto hay una crisis las primeras sobre las que
recae es sobre las mujeres; también consecuencia de una situación de
dificultad mayor para obtener puestos de mayor responsabilidad; una
situación de discriminación en el salario; una situación, en suma, de una
posición más débil que la de los hombres en el mercado de trabajo. Ese es
un tema clave sobre el que trabajar, pero está unido a los obstáculos
principales que tiene la mujer y que es la asunción casi en exclusiva de
responsabilidades en el ámbito doméstico.

Por tanto, todas sus señorías en sus intervenciones se han referido a ese
ámbito económico en el que vamos trabajando y que está muy ligado, desde
luego, a los otros dos terrenos que nos afectan como mujeres europeas,
que es la participación política y la imagen.

El tema de la imagen es clave. Si no contamos con los medios de
comunicación, si no contamos con el cambio de mentalidad, si no contamos
con lo que puede suponer ese convencimiento de que hay que ir avanzando
hacia una posición, dignidad e imagen distintas de las mujeres que
respondan a su realidad actual y a la que estamos construyendo entre
todos y que es muy diferente de la de otros tiempos, qué duda cabe que no
avanzaríamos. Tenemos que contar con los medios de comunicación, con la
publicidad, con esos elementos que van ayudando a conformar también una
mentalidad y unos valores distintos en relación con las mujeres. Ese es
un trabajo pendiente.

Desde luego, un tema clave es la participación de las mujeres en la toma
de decisiones políticas en el poder, también un poder para transformarlo,
un poder en el que la entrada de las mujeres tiene también su sentido y
un sentido transformador, un sentido de cambio, un sentido de aportación
de otros valores con los que como mujeres contribuimos. Pero, en
cualquier caso, es importante lo que se ha dicho desde la propia Unión
Interparlamentaria, que trabajó muy activamente en Pekín, alertando sobre
la necesidad de estudiar los mecanismos electorales, porque hasta ahora
con acciones positivas, con medidas que se han ido desarrollando, en
ocasiones se ha retrocedido en lugar de avanzar. Quizás el modelo más
interesante en ese sentido sea el modelo nórdico que han aplicado tanto
medidas de acción positiva, como, sobre todo, de cambio de mentalidad o
de valores.

En cualquier caso, yo creo que son temas pendientes. Son tres áreas que
se traducen en la realidad de nuestras sociedades: el área económica, el
área política y el área de la imagen, y que tienen que tener una
realización en las medidas que llevemos a cabo.

También se ha aludido a que existe pobreza, y es verdad, en nuestras
sociedades, en los países occidentales, lo que se ha dado en llamar el
cuarto mundo, todo lo que son las mujeres inmigrantes del cinturón de las
grandes ciudades. Ese tema no podemos descartarlo, pero es una minoría de
mujeres, y quizás es un tema que pueda ser más fácil de salvar que todo
lo que es ese cambio más trascendental que hay que operar en las
sociedades y que llevará su tiempo.

Entrando ya en la realidad concreta de los planes de acción, en Europa
vamos a desarrollar ya ese IV Plan de Acción y en España el III Plan de
Acción de igualdad de oportunidades.

Pero quiero decir algo sobre el aspecto al que se ha referido la
representante del Partido Popular y la Diputada del Partido Socialista y
que es clave, porque el Gobierno de la nación no puede actuar en este
terreno solo. Tenemos una realidad autonómica integrada por las
diecisiete Comunidades Autónomas, y en estos temas de mujeres y en temas
sociales las competencias de ejecución están transferidas a las
Comunidades Autónomas. La función del Gobierno del Estado es una función
de coordinación: cooperación de las diecisiete Comunidades Autónomas. En
cuanto a lo que es hacia el interior el trabajo sería de las Comunidades
Autónomas y hacia el exterior el trabajo, tanto en la Unión Europea como
en los organismos internacionales, en las cumbres mundiales, en Naciones
Unidas sería del Estado. La función del Estado cada vez está más
claramente delimitada, y más en asuntos sociales, en cuanto a ese trabajo
de coordinación y cooperación con las diecisiete Comunidades Autónomas y
de actuación de fuera de nuestras fronteras en la Unión Europea o en
organismos internacionales. Por ello es fundamental que se haga un
trabajo muy serio en las Comunidades Autónomas y que los Institutos de la
Mujer o Direcciones generales de la mujer, o como se las quiera
denominar, de las diecisiete Comunidades Autónomas no reduzcan sus
competencias, sus cuantías en créditos presupuestarios ni tampoco sus
posibilidades de actuación. Ya hemos tenido noticias de que hay algunas
Comunidades Autónomas que han cambiado la denominación de los Institutos
de la Mujer por Institutos de la Familia. Esto me preocupa porque es
derivar el tema de la igualdad de oportunidades de la mujer hacia las
protecciones que pueda tener la familia como institución. Yo creo que son
dos cosas distintas porque para lo que hay trabajar es para que la
responsabilidades familiares sean de todos, de hombres y de mujeres, y en
cualquier caso que no pierdan ni las competencias ni los créditos. Yo
creo que ese tema es fundamental, y que no se piense que sólo es el
Gobierno central quien tiene funciones que realizar aquí. Lo que tenemos
es que trabajar todos. En ese sentido, en esa labor de coordinación va a
ser importante el III Plan de Igualdad de Oportunidades que desarrollemos



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desde el Gobierno porque va a tener un efecto multiplicador en las
autonomías. Pero, desde luego, lo que es la cooperación en el tema de
empleo, en tema de trabajos, en tema educativo, con las transferencias
que se han efectuado últimamente en materia educativa a las Comunidades
Autónomas dejan en manos de las mismas lo que es la responsabilidad en
esta materia. Por tanto, yo creo que tenemos que tener una función de
cooperación importante. En ese sentido creo que la propuesta que se nos
hace desde el Pleno del Congreso de los Diputados, de instar al Gobierno
a que hagamos el seguimiento a través de la Conferencia sectorial va a
ser un buen lugar de encuentro.

Con los acuerdos de febrero de 1992 y la ley que desarrolló todo lo que
son las transferencias del artículo 143, el impulso autonómico que se ha
llevado a cabo fundamentalmente en esta legislatura, desde el Instituto
de la Mujer hemos creado una serie de comisiones de trabajo, incluso para
conformar nuestra posición cuando vamos a la Unión Europea, con las
diecisiete Comunidades Autónomas. Este es un trabajo que se está llevando
a cabo en esta legislatura con bastante eficacia y lo conocen muchas de
ustedes. Lo que sí tenemos que hacer es profundizar mucho más en ese
aspecto y cuando hablemos de responsabilidad en ejecución sepamos también
qué competencias tiene cada uno y cómo nuestra responsabilidad es de
coordinación y cooperación como Gobierno del Estado y, sobre todo, de
actuación allende nuestras fronteras en la Unión Europea y en las Cumbres
internacionales. Pero que la ejecución y muchas veces la realización de
esos programas compete más a las Comunidades Autónomas que al propio
Gobierno del Estado.

Termino ya haciendo votos para que entre todos y todas seamos capaces de
llevar a cabo con eficacia este trabajo y de traducir en realidades lo
que es una plataforma de acción tan ambiciosa a la que hemos llegado en
esta Cumbre de Pekín.

Muchas gracias, señor Presidente.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Ministra.

Si alguna portavoz quiere hacer alguna pregunta sobre lo que ha dicho la
señora Ministra puede hacerlo muy brevemente, puesto que la primera
intervención ha sido sin límite de tiempo.

Tiene la palabra la señora Sainz García.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias.

Sin ánimo ninguno de polémica, señora Ministra, le diré, puesto que usted
ha dicho que le preocupa la posibilidad de que en las Comunidades
Autónomas se reduzcan presupuestos y se pierdan competencias, que yo
estoy completamente segura de que no se van a perder. Otra cosa es que,
porque hay que ahorrar, en una Dirección General estén asumidas las
funciones diferentes de coordinación muchas veces y, desde luego, de
impulso de políticas claramente dirigidas a objetivos distintos, aunque,
a veces, también compartidos y en correlación.

Yo le agradecería, dado que a usted le preocupa la rebaja de los
presupuestos de las Comunidades Autónomas , que empiece por preocuparse
por la rebaja relativa al Instituto de la Mujer con que usted presenta
los Presupuestos Generales este año.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

Tiene la palabra la señora Ministra.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Muchas gracias,
señora Presidenta.

Responderé muy brevemente. La rebaja, como usted muy bien ha dicho, se
debe al control del gasto al que estamos sometidos todos los
departamentos ministeriales. El objetivo es la reducción del déficit y el
control del gasto y con él somos todos solidarios. No ha habido nada
específico que haya afectado de una forma especial al Instituto de la
Mujer.

En cualquier caso, tenemos que trabajar también en los retornos que
podemos obtener de la Unión Europea. En ese sentido, tengo que decir que
vamos por muy buen camino; que en el primer programa now hemos obtenido
unos retornos verdaderamente llamativos, de más de 7.000 millones y en el
segundo hemos propuesto, con la colaboración de Comunidades Autónomas,
ayuntamientos y ONGs muchísimos programas. Creemos que podemos obtener
unos retornos de la Unión Europea verdaderamente importante que, además,
van a afectar al empleo porque ustedes saben que el programa now afecta
especialmente al empleo.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Ministra.

Tiene la palabra la señora Alemany i Roca, con la misma brevedad, por
favor.




La señora ALEMANY I ROCA: Gracias.

Seré muy breve, señora Presidenta, solamente quiero referirme al tema de
los presupuestos al cual ya me he referido antes. Yo creo que lo
importante no sólo es que no se reduzcan, sino que hay que cambiar las
partidas. Muchísimas veces hay que hacer un estudio para ver dónde y de
qué manera se apoyan los proyectos políticos, dónde y de qué manera se
demuestra la voluntad. Yo creo que esta línea es también importante. No
hay que hacer hincapié solamente en la rebaja, sino en dónde se sitúan
estos presupuestos y de qué manera se hace el apoyo a los temas
políticos.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Antes de levantar la sesión reiteramos nuestro agradecimiento a la señora
Ministra por sus palabras y por el esfuerzo realizado. Les recuerdo a las
portavoces lo que he dicho al principio, que se queden, por favor, unos
minutos para que podamos concretar la mesa redonda.

Muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Eran las diecinueve horas y cinco minutos.