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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 88, de 10/10/1995
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 1995 V Legislatura Núm. 88
PARA LA UNION EUROPEA
PRESIDENTA: DOÑA ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA
Sesión núm. 29
celebrada el martes, 10 de octubre de 1995
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores, Excmo. Sr. don Javier
Solana Madariaga, para informar:
--A petición del Grupo Popular, acerca del Libro Blanco relativo a la
preparación de los países asociados de Europa Central y Oriental al
mercado interior comunitario. (Número de expediente S. 711/000147; C. D.

213/000626.)
--A petición del Grupo Popular, sobre los preparativos y proyecto de
declaración final de la Conferencia del Mediterráneo. (Número de
expediente S. 711/000148; C. D. 213/000698.)
--Y a petición propia, sobre el último Consejo de Asuntos Generales y la
marcha de los trabajos de la Presidencia española. (Número de expediente
S. 711/000149; C. D. 214/000123.)



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Se abre la sesión a las dieciséis horas cuarenta minutos.




La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.

Buenas tardes, señor Ministro, buenas tardes, señorías.

El orden del día de hoy tiene tres puntos, y yo querría someter a su
consideración, puesto que ambos están íntimamente relacionados, la
posibilidad de que el señor Ministro realizase una única comparecencia
refiriéndose a los tres puntos mencionados. Como saben sus señorías, el
señor Ministro pidió comparecer ante esta Comisión para informar sobre el
último Consejo de Asuntos Generales y la marcha de los trabajos de la
Presidencia española. Asimismo, había dos solicitudes por parte del Grupo
Popular, una para que el señor Ministro de Asuntos Exteriores explicara
el Libro Blanco relativo a la preparación de los países asociados de la
Europa Central y Oriental al mercado interior y otra para que informara
sobre los preparativos y proyectos de declaración final de la Conferencia
del Mediterráneo.

Si les parece a sus señorías, el señor Ministro está dispuesto, según me
ha comunicado, a hacer una comparecencia única en la que exponga todos
estos temas. Posteriormente los portavoces de los distintos Grupos
Parlamentarios tendrán la oportunidad de hacer hincapié en aquello que
les parezca más interesante y el señor Ministro les irá contestando.

¿Aceptan este cambio del orden del día? (Asentimiento.) Muchas gracias.




El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Gracias,
señora Presidenta. Como sus señorías saben, era mi deseo comparecer ante
esta Comisión al término de los distintos Consejos de Asuntos Generales.

El primero tuvo lugar en julio y, por razones de calendario no fue
posible mi comparecencia. Hoy trataré de darles a sus señorías sobre todo
una valoración, porque una parte importante de la información ya la
tienen después de los dos Consejos de Asuntos Generales que han tenido
lugar.

Como sus señorías saben bien, acabamos de cubrir hace pocos días la
primera mitad de nuestra Presidencia del Consejo de la Unión Europea en
este segundo semestre de 1995. Creo que el trabajo realizado en estos
tres primeros meses ha sido intenso y que hemos alcanzado resultados
importantes.

Voy a comenzar refiriéndome a los asuntos debatidos en el último Consejo
de Asuntos Generales que tuvo lugar no hace mucho tiempo. Con ello podrán
sus señorías hacerse también una idea de la situación en que en estos
momentos se halla la Presidencia española en lo que se refiere a los
temas competencia de dicho Consejo. Después, si tenemos tiempo, trataré,
aunque sea muy brevemente, algunas cuestiones de carácter sectorial, las
más destacadas que han tenido lugar durante estos meses, y me detendré a
lo largo de mi exposición en las dos solicitudes que, como la Presidencia
ha señalado, fueron presentadas por el Grupo Popular y que figuran en el
orden del día.

Permítanme, por tanto, que haga referencia en primer lugar a las
actuaciones en el ámbito de las relaciones exteriores de la Unión Europea
que es lo que compete fundamentalmente al Consejo de Asuntos Generales y
a la política exterior y de seguridad común.

Se han celebrado, como ya les he dicho, dos Consejos de Asuntos
Generales, uno el 17 de julio, otro el 2 de octubre y un consejo
informal, en Santander, los pasados 9 y 10 de septiembre. En mi
exposición procuraré seguir, respecto a los asuntos tratados, el mismo
esquema geográfico que utilicé al presentar el programa de la Presidencia
española en esta misma Comisión, creo recordar que el día 15 de julio
pasado. Por tanto, empezaré por los temas relativos a Europa central y
oriental que, como saben, era una de nuestras prioridades en la
estrategia de pre-adhesión, como hemos dado en llamar, de estos países.

Hemos celebrado ya los consejos de asociación con Polonia y con Hungría
en el mes de julio, están teniendo lugar las ocho reuniones ministeriales
a que nos habíamos comprometido en el marco del diálogo estructurado con
estos países, y ya se han terminado las de Justicia e Interior,
Transportes y Agricultura y la del grupo de reflexión sobre la
Conferencia Intergubernamental para la reforma de los tratados. El
próximo 31 de octubre, en el marco del tercer Consejo de Asuntos
Generales tendrá lugar la reunión con los nueve ministros de asuntos
exteriores de los países asociados. En las próximas semanas esperamos
recibir de la Comisión los informes que serán presentados al Consejo en
el mes de noviembre y al Consejo Europeo de Madrid sobre el Libro Blanco
de aproximación de legislaciones al mercado interior, sobre el impacto de
la adhesión, sobre la política agrícola común y sobre las políticas
comunitarias, de gran importancia para nosotros.

Permítanme unas brevísimas palabras sobre la aproximación de estos países
al mercado interior.

El llamado Libro Blanco sobre la aproximación de legislaciones --el
titulo es muy largo-- con objeto de preparar la estrategia de adhesión de
los países asociados de Europa central y oriental a la Unión Europea, fue
presentado por la Comisión al Consejo el pasado mes de mayo. El Libro,
como quizás hayan podido ver, tiene dos volúmenes. Analiza la naturaleza
y los objetivos de preparación de los llamados PECOS para el mercado
interior, y presenta de forma bastante detallada la legislación
comunitaria que se considera indispensable cumplir para alcanzar dichos
objetivos. Constituye por tanto solamente una guía, una guía práctica, y
no tiene todavía carácter jurídico alguno. Además de enumerar y describir
la normativa, el Libro hace referencia a los mecanismos de aplicación y
ejecución que los países candidatos deberán poner en práctica. La
responsabilidad de cada país asociado es definir el calendario de
actuación y sus propias prioridades.

La Comisión, como saben, está estudiando la creación de una oficina de
asistencia técnica a estos países, a los PECOS, para la aplicación del
Libro Blanco y está financiada por el programa Phare. Durante los meses
de nuestra presidencia se ha comenzado a aplicar a los PECOS algunas
recomendaciones del Libro. En la reunión del Consejo de Mercado Interior
del día 23 de noviembre se celebrará una



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sesión de trabajo informal con los ministros de estos países. Por tanto,
ésta es la situación en la que se encuentran. Como ven, todavía estamos
más bien dentro del ámbito de lo que pudiéramos denominar una guía más
que ante elementos que tengan carácter jurídico.

Paso en segundo lugar, en el mismo orden que seguí en junio, a decirles
unas palabras sobre Chipre y Malta.

Como saben, la Presidencia española está siguiendo las decisiones del
Consejo sobre la adhesión de Chipre y de Malta a la Unión. El día 17 de
julio aprobamos la puesta en práctica del diálogo estructurado con estos
dos países, y han tenido ya lugar reuniones a nivel ministerial de
Justicia y de Interior, y por otra parte reuniones de expertos.

Paso en tercer lugar a darles mi impresión sobre la situación en la
antigua Yugoslavia, puesto que actualmente sí estamos viviendo momentos
de una cierta esperanza. Recordarán sus señorías que durante el mes de
agosto visité, en coordinación con el mediador europeo, señor Carl Bildt,
y la delegación negociadora estadounidense, entonces encabezada por el
Subsecretario Holbrooke, las tres capitales para hacer llegar la idea de
que la Unión Europea seguía esperando una solución negociada, pacífica,
del conflicto.

Desde entonces, como saben, han tenido lugar múltiples actuaciones que
nos permiten en el día de hoy estar yo creo que bastante próximos a lo
que pudiéramos llamar un cese de hostilidades generalizado. Es verdad que
ese cese de hostilidades generalizado tenía que haber llegado ayer a las
doce de la noche y desgraciadamente no ha sido así. Y no ha llegado
porque, como sus señorías recordarán, las condiciones aceptadas por las
partes para alcanzar este cese del fuego o cese de hostilidades no han
podido llevarse a efecto en su totalidad, fundamentalmente por cuatro
cuestiones básicas que se habían acordado de las cuales todavía faltan
algunas por cumplir. Les recuerdo las más importantes: el suministro de
gas y de fluido eléctrico a Sarajevo, y las dos carreteras que deberían
unir Gorazde por una parte con Belgrado, y por otra con Sarajevo.

Tras las conversaciones que he mantenido a lo largo del día de hoy con el
representante de las Naciones Unidas en Sarajevo, el español Antonio
Pedanyé, éste me garantiza y me afirma que la llegada del gas a Sarajevo
está ya siendo una realidad. El gas, como saben sus señorías, viene de
Rusia, tiene que atravesar Hungría y una parte de Ucrania y está llegando
a baja presión, con un número de atmósferas que quizá no sean todavía las
adecuadas, pero todo parece indicar, por las decisiones que ha tomado el
Gobierno de la Federación Rusa que podremos tener en las próximas horas,
no me atrevo a decir en cuántas, en los próximos días, el suministro casi
normalizado de gas a la ciudad de Sarajevo.

Con respecto al suministro de energía eléctrica, el problema que existe,
que está a punto también de resolverse, es que algunos de los postes de
alta tensión han sido minados a lo largo de la guerra y hay que hacer un
esfuerzo por quitar las minas y hacerlos operativos. También la
información que dispongo en este momento es la de que prácticamente en la
totalidad de la línea se está ahora trabajando y por tanto el suministro
eléctrico puede ser una realidad dentro de pocas horas; espero que en
cualquier caso dentro de pocos días.

En cuanto a la carretera que une Gorazde con Sarajevo, es una carretera
que conozco, la he transitado, y tiene todavía algunos tramos
especialmente minados. Las fuerzas de Unprofor, al mando del General
Rupert Smith, están tratando de limpiarla de minas, y de la misma manera
están haciendo con la que va hacia Belgrado. Lógicamente, los riesgos que
los soldados de Unprofor van a asumir serán los mínimos y, por tanto,
quizá no vaya a la velocidad que a todos nos gustaría la limpieza de
minas, pero entendemos que el respeto a la vida de estos soldados, en una
operación muy compleja como es desminar una zona que desgraciadamente
estaba extremadamente minada, lo exige así. Por tanto, se está haciendo
un esfuerzo para que las cuatro condiciones básicas se puedan cumplir en
las próximas horas y que el alto el fuego, el cese de hostilidades sea
una realidad.

Si el alto el fuego y el cese de hostilidades se convierten en una
realidad, ¿qué es lo que tenemos ante nosotros para intentar resolver el
conflicto? Tenemos los siguientes compromisos: desde ahora hasta el día
31 de octubre por la tarde tenemos que seguir trabajando de manera
intensa en el campo de los acuerdos constitucionales, de los arreglos
constitucionales. Recordarán sus señorías que a partir de la reunión del
8 de septiembre en Ginebra y la que tuvo lugar no hace mucho tiempo en
Nueva York, hay una decisión de considerar Bosnia-Herzegovina como una
entidad con fronteras reconocidas, un país con fronteras reconocidas y
respetadas por la comunidad internacional, un país con dos entidades que
tienen que encontrar su forma de relación desde el punto de vista
constitucional para seguir viviendo juntas, que es el deseo y el
compromiso que la comunidad internacional tiene. No les oculto a ustedes
que hay problemas todavía de definición constitucional en las que
tendríamos que avanzar antes del 31 o alrededor del 31 de octubre de este
año para que las conversaciones que se van a iniciar muy posiblemente en
Estados Unidos a partir de esa fecha puedan llegar a buen puerto.

Por tanto, el calendario sería el siguiente: trabajar hasta el día 31 de
octubre, reunir a los presidentes a partir de ese día 31 en algún lugar
de Estados Unidos en primera convocatoria, y a partir de ahí tratar de
avanzar para resolver los problemas que quedan, fundamentalmente de mapa.

Después, habría un regreso hacia Europa, probablemente a París, donde con
el mismo formato de conferencia se tratarían de resolver en profundidad
los temas constitucionales.

Quedan, por tanto, esos dos temas básicos por solucionar, que esperamos
que puedan lograrse en el ámbito de un formato de conferencia
internacional, y queda todavía pendiente el asunto de la Eslavonia
Oriental, donde también se ha avanzado en las últimas horas pero donde
aún me temo que queda un trecho de camino por recorrer.

Ese sería el camino, desde el punto de vista de los trabajos que estamos
en disposición de hacer, para tratar de alcanzar el alto el fuego primero
y la paz después. Una vez alcanzada la paz, nos quedan dos grandes
desafíos: uno que es lo que pudiéramos llamar la implementación de la
paz, es decir, la puesta sobre el terreno de las fuerzas necesarias,



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el contingente necesario para garantizar la paz firmada, y otro, lo que
pudiéramos llamar la reconstrucción de todo el territorio de la antigua
Yugoslavia. La reconstrucción del territorio, a nuestro juicio, tiene
tres vectores o tres planos sobre los que tenemos que trabajar. Primero,
la reconciliación, es decir, todo aquello que tiene que ver con los
refugiados, que va a ser un problema de dimensiones enormes pues es
seguramente el movimiento de refugiados más importante que se ha
producido desde hace muchos años, muy superior al ocurrido, por ejemplo,
en Palestina. Segundo, la rehabilitación o reconstrucción física, es
decir, tratar de resolver los destrozos que la guerra ha producido, que
estaría fundamentalmente centrada en Bosnia-Herzegovina y en la Krajina,
y tercero, lo que desde la Unión Europea deberíamos asumir como
responsabilidad mayor que son los lazos contractuales que podemos
establecer con los países de la antigua Yugoslavia desde la perspectiva
de la Unión Europea, lazos que tienen fundamentalmente una componente de
carácter económico, de carácter comercial, para dar las máximas
posibilidades a que la situación de Bosnia-Herzegovina, después de
firmada la paz, sea una paz no solamente justa sino que sea duradera.

En el empeño de reconstrucción, a la Unión Europea le va a corresponder
una gran responsabilidad. Estamos trabajando ya en ello y yo creo que en
el Consejo de Asuntos Generales del día 30 de este mes tendremos ya una
propuesta o por lo menos un marco de referencia para lo que puede ser la
contribución de la Unión Europea a todo este esfuerzo de reconstrucción.

Quiero subrayar que, a nuestro juicio, no debe ser un esfuerzo de
reconstrucción que recaiga únicamente sobre las espaldas de la Unión
Europea. Nos gustaría que otros miembros de la comunidad internacional
también se sumaran a lo que es un esfuerzo de reconstrucción de un
territorio que ha tenido en los últimos años un gran sufrimiento debido a
una terrible guerra.

Esto es lo que puedo decirles del estado de la cuestión en este momento.

Lo más probable es que el día 22, 23 ó 24, sábado, domingo o lunes, del
mes de octubre, con ocasión de la Asamblea especial de las Naciones
Unidas con motivo del Cincuenta Aniversario, tengamos otra reunión donde
se pueda dar, esperemos ya que con el cese de hostilidades producido, un
impulso a todos estos temas que les acabo de mencionar.

Después de esta breve intervención sobre Yugoslavia, paso a decirles
algunas palabras, que quisiera que fueran atendidas con la importancia
que a mi juicio tienen, sobre Turquía.

Para la Presidencia española, y creo que para todos nosotros y para todos
los países de la Unión, por lo menos para la mayor parte de los mismos,
las relaciones de la Unión Europea con Turquía nos parecen absolutamente
fundamentales. Turquía se convierte en un país «pivotal» de la nueva
estructura de paz en el Continente, y más allá del Continente, me
atrevería a decir que en el mundo. Como saben, tenemos con Turquía un
acuerdo de Unión Aduanera acordado con el Consejo de Ministros, es decir,
por los Estados, pero que tiene todavía que atravesar el trámite de
ratificación por parte del Parlamento Europeo.

Los últimos cambios que se han producido en el Gobierno de la señora
Çiller, primera Ministra de Turquía, todavía no somos capaces de evaluar
qué relación van a tener con lo que a nuestro juicio deberían ser las
modificaciones en el esquema constitucional que Turquía tiene para que el
Parlamento Europeo pudiera dar su voto positivo a la Unión Aduanera con
ese país que, insisto, para nosotros es de gran importancia. ¿Cuáles son
los temas que todavía quedarían por resolver? Para el Parlamento Europeo
quedan fundamentalmente dos temas básicos: uno, la modificación del
artículo 8.º de la Ley Antiterrorista, y, otro, la liberación de los
cuatro Diputados que están detenidos, acusados de tener alguna
connivencia con el terrorismo. La nueva situación, la nueva relación de
fuerzas en el Gobierno de la Primera Ministra Çiller, que como saben sus
señorías es un gobierno minoritario, no nos permite hacer una evaluación
sobre lo que puede ser el futuro. Por tanto, más que una evaluación me
gustaría mostrar a sus señorías un deseo, el deseo de que las
transformaciones se produzcan y que el Parlamento Europeo sea capaz de
entender lo que a nuestro juicio es una decisión de enorme calado: que
Turquía sea un país que quede básicamente en la órbita de las
negociaciones con la Unión Europea y que no fuera un país que quedara más
bien al albur de otras tentaciones que serían enormemente
desestabilizadoras no sólo para la Unión Europea sino en general para
todo el Continente en términos amplios.

Paso ahora a referirme a las decisiones que se han tomado sobre Rusia que
también han sido de una cierta importancia durante este período de
tiempo. La Presidencia, lógicamente, continúa haciendo el esfuerzo que
iniciaron otras presidencias anteriores para reforzar los lazos no
solamente con Rusia, sino también con otro gran país de la región que es
Ucrania con el que nos interesa también tener una relación privilegiada.

Les recordaré, señorías, que el 17 de julio firmé con el Comisario Van
den Brock, en nombre de la Presidencia, el acuerdo interino entre la
Unión Europea y Rusia, que debe permitir, entre otras cosas, incrementar
los intercambios comerciales. Saben también que durante nuestra
Presidencia en el mes de septiembre tuvo lugar la visita a Rusia del
Presidente del Consejo Europeo y el Presidente de la Comisión para dar un
impulso a nuestras relaciones y permitir el desbloqueo de la firma del
acuerdo interino. ¿Qué es lo que queda hoy pendiente para que sea una
realidad? La ratificación por parte de todos los parlamentos del Acuerdo.

Algunos miembros de la Unión Europea, como saben sus señorías, tenían
alguna dificultad para su ratificación por parte de sus parlamentos, que
se oponían debido a la situación en Chechenia. Hoy parece que hay una
resistencia menor por parte de la mayoría de los parlamentos de los
países miembros de la Unión Europea y esperemos que ese acuerdo ya
definitivo, no el interino, se pueda aprobar dentro de poco tiempo y
podamos tener una relación estabilizada con la Federación Rusa.

Les diré también que a iniciativa de la Presidencia española pusimos en
marcha lo que pudiera ser una nueva relación con la Federación Rusa, que
iba incluso un poco más allá del acuerdo interino. Se encargó a la
comisión que empezara a trabajar sobre ello, y se ha comprometido a que



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el 20 de noviembre el Consejo de Asuntos Generales nos presente las
conclusiones sobre lo que podría ser una relación con Rusia a fin de
adoptar las posiciones correspondientes. Seguramente en ese Consejo habrá
una primera toma de contacto y sería, lógicamente, en uno ulterior cuando
las decisiones se pudieran tomar. Nuestra intención sería dar a conocer
estos aspectos positivos de nuestra relación con Rusia antes de las
elecciones legislativas que van a tener lugar el día 17 de diciembre en
la Federación rusa para de esa manera, entendemos, poder apoyar a
aquellas fuerzas políticas y aquellas fuerzas sociales que están por el
proceso de reformas en aquel país.

Paso muy brevemente a comentar lo relativo a posiciones geográficas más
próximas y de esta manera explicar cómo marchan los trabajos de la Unión
en relación con la Conferencia del Mediterráneo, a solicitud del Grupo
Popular. No es necesario volver a insistir en la importancia estratégica
que para la Unión Europea tiene, pero muy concretamente también para
nuestro país, iniciar una nueva política de la Unión con relación al
Mediterráneo que asegure lo que todos deseamos: la paz, la estabilidad,
la prosperidad en esta región. Los documentos que aprobará la conferencia
de Barcelona serán básicamente dos: uno, que podríamos denominar una
declaración política y otro, que podríamos denominar programa de trabajo.

Los preparativos de la conferencia están avanzando a buen ritmo. El
borrador de declaración lo aprobamos en el último consejo de Asuntos
Generales hace no muchos días, y el día 5 de octubre, el Consejo fue el
2, empezamos ya las reuniones de negociación con los otros doce países
del Mediterráneo no europeos para tratar de consensuar la declaración
política. Las reuniones han marchado bastante bien, hay algunos puntos en
los que puede haber todavía zonas de fricción o de rozamiento,
fundamentalmente en la parte relativa a la componente cultural, humana,
etcétera, más que en elementos que tienen que ver con la cooperación en
materia de estabilidad o en materia de diálogo político. Por supuesto,
habrá problemas cuando tratemos el programa de acción, puesto que habrá
que repartir los 4.500 millones de ecus de manera equitativa de acuerdo
con los programas que se vayan planteando, y ahí lógicamente habrá su
pequeño debate, pero quizá la parte donde pueda surgir alguna dificultad
mayor, pero siempre con minúscula, vuelvo a repetir que será en los temas
que tienen que ver con las relaciones sociales, derechos humanos, valores
democráticos, etcétera. Ahí es donde tendremos que hacer un esfuerzo de
artesanía, más delicado, más de encaje de bolillos para poder encontrar
formulaciones de consenso que no perjudiquen los planteamientos globales
que la Unión Europea está tratando de llevar a cabo en este nuevo empeño
de relación con los países del Mediterráneo.

Esto es lo que les puedo decir en este momento. Vuelvo a insistir en que
las cosas marchan bien. Se ha decidido ya el número de países que van a
participar: los quince de la Unión Europea más los doce del Mediterráneo.

Es posible que se dé entrada, que a nosotros no nos viene mal como
españoles, a Mauritania, que aunque no es un país estrictamente
mediterráneo sí es un país importante en el ámbito del Magreb. Se ha
acordado ya también que los mecanismos de seguimiento de la conferencia
sean de una cierta entidad, que no tengan una carga burocrática excesiva,
pero que los mismos se realicen a través de lo que pudiéramos llamar en
nuestro lenguaje nuestra «troika», la «troika» de la Unión Europea, y por
parte de los otros doce países el mecanismo tipo «troika» que ellos se
quieran dar. En cualquier caso, se incorporará también a este mecanismo
la Secretaría del Consejo y la Comisión. Insisto, las dos cosas,
Secretaría del Consejo y Comisión, puesto que una parte muy importante
del seguimiento tiene que ver con el programa económico, el programa
financiero, el programa MEDA que, como saben y reitero una vez más,
alcanza la cifra de aproximadamente seis billones de dólares de aquí
hasta el final del siglo.

Les reiteraré una vez más que el esfuerzo que se está produciendo en
relación con el Mediterráneo tiene como objetivo, desde el punto de vista
económico, constituir lo que pudiéramos denominar un espacio
euro-mediterráneo que nos lleve progresivamente de aquí al año 2010, es
decir, a principios del siglo que viene, a lo que pudiera ser una zona de
libre comercio, de libre cambio con estos países. Posteriormente, si sus
señorías tienen interés, podría desarrollar con mayor precisión algunos
de los extremos por los que tengan a bien preguntar.

Paso a otro tema importante, al tema de Oriente Medio.

El día 2 se celebró el Consejo de Asuntos Generales. Pocos días antes,
como sus señorías recordarán, tuvo lugar el acontecimiento histórico en
Washington de la firma del acuerdo interino entre Israel y Palestina, que
sus señorías tendrían ocasión de ver en televisión o de leer en los
periódicos. Fue un acuerdo de gran envergadura que abre sin duda alguna
la vía de la paz en Oriente Medio, creemos que en todas las direcciones.

Nos queda todavía, y trabajaremos en ello, la banda siria que es la que
sigue más retrasada, y la banda libanesa que, como sus señorías saben
bien, tiene alguna relación con la banda que acabo de mencionar
anteriormente.

¿Cuáles son los compromisos que adquiere la Unión Europea en relación con
Oriente Medio y que tenemos que poner en marcha a la máxima brevedad?
Hemos asumido la responsabilidad de ayudar a la celebración de las
elecciones en Palestina, elecciones que, como sus señorías saben, en
principio están pensadas que se puedan celebrar a finales de
diciembre-principios de enero. Si no se celebran en esas fechas,
diciembre-enero, tendría que posponerse ya a después del Ramadán, con lo
cual se perdería un tiempo a nuestro juicio importante para la
estabilización de la región. Hemos asumido esta responsabilidad aunque el
tiempo sea corto. Tenemos que poner sobre el terreno trescientos
observadores, trescientas personas de la Unión Europea para la puesta en
marcha del proceso electoral. Cada país está aportando ya su contingente,
el nuestro también, y tenemos el compromiso de dirigir unas elecciones
que no van a ser fáciles desde la perspectiva de la situación, pero estoy
seguro de que con el esfuerzo que la Unión Europea va a realizar podremos
contribuir al buen éxito de las mismas. Primera cuestión.

Segunda cuestión. El mismo día que se firmó el Acuerdo de Paz o el
acuerdo interino en Washington, tuvimos



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por la tarde una reunión «ad hoc» con el Comité que está llevando la
responsabilidad de las aportaciones económicas y financieras para el
desarrollo de Oriente Medio y muy concretamente de Palestina. No era una
reunión formal pero sí era una reunión en la que los países que forman
parte empezaron a poner sobre la mesa las posibles aportaciones que se
quiere realizar. Y quisiera resaltar dos acuerdos tomados. En primer
lugar, en ese mismo día yo presidía la Delegación de la Unión Europea y
tuve la posibilidad de decir que ya habíamos desbloqueado la línea de
crédito del Banco Europeo de Inversión en 250 millones de ecus y seguimos
siendo con esa aportación, con mucha diferencia, el primer donante a la
ayuda al desarrollo de Oriente Medio.

El segundo acuerdo que tomamos es celebrar una conferencia de donantes,
no ya informal como la que tuvo lugar en Washington sino formal con los
compromisos ya específicos de cada país, al inicio del mes de diciembre,
es decir después de que haya tenido lugar la Conferencia Euromediterránea
y la Conferencia de Amán, y que sea el ámbito en el cual cada país
comprometa ya sus cantidades para lo que a nuestro juicio es un proyecto
enormemente ambicioso y enormemente importante para la estabilidad y para
el buen fin de todo este proceso de paz.

Queda todavía por resolver en la Conferencia de Amán, que tendrá lugar el
día 30 de este mes de octubre, un tema importante, sobre todo para los
Estados Unidos de América y para Israel, quizá menos importante para
nosotros, que es el mecanismo de crédito que se podría crear para
gestionar no solamente esta parte de los donantes del Comité «ad hoc»
sino también otras iniciativas privadas que pudieran llegar. La posición
de Estados Unidos, junto con Israel, y anteriormente con Jordania y con
Egipto, era la construcción de un nuevo banco, un banco de desarrollo de
la región. La Unión Europea no es partidaria de constituir un nuevo
banco. Creemos que existen ya en la esfera internacional instituciones
suficientes para poder realizar este trabajo, pero hay todavía alguna
tensión, tensión que va creciendo en los últimos días conforme se va
aproximando la conferencia de Amán para clarificar esta situación. En
Washington, con ocasión de la reunión del Fondo Monetario Internacional,
que como saben está teniendo lugar esta semana, las delegaciones
españolas, las de la Presidencia y las dos de los Estados Unidos de
América e Israel están tratando de ver si hay una posibilidad para que a
la Conferencia de Amán este tema llegue, si es posible, resuelto.

Paso a otros territorios no próximos geográficamente pero sí próximos
afectivamente, como es Iberoamérica. En estos meses que llevamos de
Presidencia se han dado pasos de un cierto calado en relación con
Iberoamérica. Como saben, y no se lo reitero, el pasado 29 de septiembre,
es decir, hace nada, se rubricó en Montevideo el Acuerdo-marco
interregional de cooperación entre la Unión Europea y Mercosur, que ha
sido negociado casi a velocidad récord en menos de un mes. Esperemos que
este acuerdo, ya rubricado, pueda ser firmado al margen del Consejo
Europeo de Madrid el próximo mes de diciembre. No hace falta que les
subraye que ésta era una de las prioridades que yo creo que todos los
Grupos parlamentarios habían expresado como una de las más importantes de
nuestra Presidencia; prácticamente está ya completa.

Confiamos asimismo en que en los próximos días la Comisión nos presente
al Consejo los proyectos de mandato de negociación de los nuevos acuerdos
con Méjico y con Chile, que recordarán sus señorías nos habíamos
propuesto también impulsar durante nuestra Presidencia. Nuestra intención
es aprobar estos mandatos y abrir las negociaciones antes del final de
año. En el caso de Chile el mandato podría incluir también una
declaración política que ya fue aprobada en el caso de Méjico durante la
Presidencia francesa.

Quisiera decir una palabra sobre la decisión que tomamos en el último
Consejo de Asuntos Generales del día 2 para la apertura de un diálogo con
Cuba por parte de la Unión Europea, que esperemos contribuya a la
transición de ese país, país querido para nosotros. Se ha abierto, por
tanto, la posibilidad de un diálogo exploratorio que pueda conducirnos a
unas relaciones de cooperación con Cuba. Sus señorías saben que era una
prioridad también de la Presidencia española, al menos del Gobierno,
quizá no compartida por todos los Grupos, pero hemos encontrado la
unanimidad en los demás miembros de la Unión Europea para iniciar por lo
menos este proceso. Cómo será el final de este proceso, el tiempo nos lo
dirá, pero en cualquier caso nos parece importante poner en marcha este
diálogo. Como primeros pasos de este diálogo exploratorio habrá una
visita de la «troika» a Cuba para tomar contacto con las autoridades
cubanas y pasar revista a la cooperación que existe en este momento, que
es estrictamente humanitaria, y también a la situación en la isla tanto
desde el punto de vista económico como desde el punto de vista político.

Por tanto, les daré información al regreso de la «troika» para que sus
señorías estén informados de cómo avanza un tema que entiendo que es
sensible para los Grupos de esta Cámara, ya sea por la pasión que algunos
pueden poner en una dirección o que algunos podemos poner en otra en
cuanto a las dificultades que se pudieran plantear.

Paso por fin a un tema de gran importancia como es el de las relaciones
de la Unión Europea con los Estados Unidos de América. Recordarán,
señorías, que en la comparecencia del 15 de junio pasado les dije que la
renovación del vínculo trasatlántico era también una prioridad de la
Unión Europea. La Presidencia española lleva trabajando en este objetivo
con el deseo de dar el impulso al que antes he hecho referencia y
pensamos que es crucial que este paso también se dé. Vivimos de una
declaración trasatlántica del año 1990 y no hay duda alguna de que han
acontecido muchísimas cosas importantes en la esfera internacional y en
la esfera de nuestras relaciones con los Estados Unidos desde esa fecha
hasta ahora. Nos pareció, como tuve ocasión de decir a sus señoría el 15
de junio, que no era una mala idea revisitar esa relación y darle un
contenido mayor del que tenía anteriormente que estaba casi estrictamente
limitado a los ámbitos de la seguridad y la defensa.

De acuerdo con lo decidido en la Cumbre pasada, se constituyó el grupo de
trabajo de alto nivel formado por dos altos funcionarios españoles en
representación de la Presidencia, dos de la Comisión y dos de los Estados
Unidos de



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América, que están también trabajando sobre lo que pudiéramos denominar,
exactamente igual que cuando hablamos del Mediterráneo, un plan de
trabajo, un plan de acción que sería la parte operativa que acompañara y
diera vida a la nueva declaración de relación trasatlántica que no digo
sustituyera, pero sí enriqueciera a la declaración de 1990.

Tuvimos un primer debate en el último Consejo de Asuntos Generales y sí
quisiera, con la franqueza con la que tenemos que hablar en esta
Comisión, decirles que existen algunas dificultades sobre todo en lo que
hace referencia a los temas de carácter comercial. En el propio seno de
la Unión Europea hay posiciones ligeramente distintas sobre el alcance
que debieran tener estas relaciones. Hay algunos países que estiman que
quizá sería el momento de empezar ya a considerar la posibilidad de tener
con los Estados Unidos de América un primer contacto sobre lo que pudiera
ser una zona de recambio, y hay quienes piensan, entre los que se
encuentra la Presidencia, que quizá sea excesivamente prematuro empezar a
hablar de este tema teniendo tan próxima como tenemos la finalización de
la Ronda Uruguay y la puesta en marcha, todavía en los primeros pasos, de
la Organización Mundial de Comercio que es el órgano multilateral donde
nos gustaría que se fueran resolviendo los problemas comerciales en el
ámbito internacional.

En cualquier caso, de aquí al próximo consejo del día 30, creo que
avanzaremos. Habrá otra reunión en Madrid de altos funcionarios de la
Presidencia de los Estados Unidos y de la Comisión, y podremos yo creo
que acotar lo que a nuestro juicio debe ser un ejercicio de política
exterior positivo. No tiene mucho sentido que este nuevo paso que
queremos dar sea un paso que genere más problemas de los que se trata de
resolver. Queremos contemplarlo como un ejercicio positivo y, por tanto,
donde los temas que se traten sean temas acordados y aceptados por ambas
partes, es decir, los Quince de un lado y los Estados Unidos de otro.

Les diré también que con motivo de esta nueva relación con los Estados
Unidos tendrá lugar en Sevilla los días 10 y 11 de noviembre una cumbre
de empresarios europeos y americanos para que ellos mismos sugieran
algunas ideas que pueden ser de utilidad e incorporadas a esta nueva
relación trasatlántica. Por tanto, querríamos también que fuera una
relación que no funcionara solamente de arriba a abajo, de Administración
a sociedad, sino que tuviera también un ingrediente de sociedad hacia las
tomas de decisiones en los órganos de los Gobiernos o de las
Administraciones.

Entre los temas que se están tratando en esta relación trasatlántica hay
unos de carácter comercial, cuyo alcance, como acabo de decir, no está
todavía definido, y otros que tienen que ver con la seguridad. Otro
bloque de cuestiones tienen que ver con lo que nosotros denominamos
tercer pilar, donde creemos que hay un margen de operación y de trabajo
muy amplio en temas que van desde la lucha contra el crimen organizado a
la droga, el terrorismo internacional, etcétera, en que podemos colaborar
de manera muy estrecha e institucionalizada con los Estados Unidos de
América. Por último hay una parte dedicada a los temas de cooperación
científica y tecnológica donde también existe un amplio abanico de
posibilidades que quizás en los últimos años no se estaban aprovechando
con la profundidad con que se debía.

Dos palabras, antes de terminar, sobre Asia. El 15 de junio les dije que
estábamos a punto, en aquel momento todavía muy en embrión, de preparar
la convocatoria de una cumbre al máximo nivel de Jefes de gobierno y
Jefes de Estado de Europa con los países de Asia, lo que pudiéramos
llamar la cumbre Euroasiática. Hoy les puedo ya confirmar que es una
realidad, que tiene fecha, y que tiene ya un programa de trabajo inicial
que se va a cerrar en los últimos días del mes de diciembre aquí en
Madrid entre los representantes de la Unión Europea, Presidencia y
comisión, y por parte de los países de Asia por la representación que ha
asumido Asean. La cumbre tendrá lugar en Bangkok en marzo de 1996, es
decir, durante la Presidencia italiana.

Quisiera, aunque no sé si me estoy alargando mucho, decir dos palabras
sobre el compromiso que la Unión Europea tiene con la región de los
Grandes Lagos, Ruanda y Burundi muy concretamente. La «troika» acaba de
visitar Ruanda y estamos apoyando con toda nuestra energía la conferencia
de los Grandes Lagos para tratar de evitar, dentro de nuestra capacidad,
que vuelva a haber una situación como la que desgraciadamente ya
conocimos no hace muchos años.

Me acerco al final, señorías, y no quisiera hacerlo sin subrayar que
durante estos tres meses la Presidencia española ha hecho un gran
esfuerzo y ha tomado como prioridad las relaciones con el Parlamento
Europeo. Hemos comparecido todos los miembros del gobierno en las
distintas Comisiones del Parlamento Europeo entendiendo que es una
instancia que debe jugar un papel muy importante en este momento. Yo he
participado como Presidente del Consejo de Ministros en dos sesiones
plenarias del Parlamento Europeo y en dos sesiones también de la Comisión
de Asuntos Exteriores, una dedicada estrictamente al tema de Yugoslavia.

Les diré también que las reuniones institucionales
Parlamento-Comisión-Presidencia se están realizando con toda normalidad y
creo que este diálogo establecido entre las tres instituciones básicas de
la Unión Europea está funcionando y resuelve, por la vía de los acuerdos
institucionales, problemas que de otra manera serían muy difíciles
resolver.

Si me permite la Presidencia les diré dos palabras sobre los temas más
importantes de algunos consejos sectoriales, aunque estoy seguro de que
sus señorías convocarán a los respectivos ministros responsables. Los
trabajos en el área de economía y finanzas están siendo llevados con gran
importancia. Por subrayar quizás el tema más significativo les citaré el
tema relativo al Ecofin informal, a la reunión de Valencia, donde creo
que se ha dado un paso extraordinariamente importante de cara al Consejo
de Madrid relativo al marco de la gerencia para el paso a la moneda única
después de todas las conmociones tanto monetarias como mediáticas que se
produjeron en las semanas anteriores.

En lo que se refiere a la agricultura, ha habido tres Consejos de
Ministros, uno informal y dos formales, y se ha



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realizado ya un primer debate sobre la reforma de la OCM del arroz.

Aunque todavía no se ha aprobado la OCM de frutas y hortalizas, la
comisión, que acaba de aprobar la correspondiente propuesta, nos da
indicaciones de que quizá se pueda empezar a debatir en el Consejo del
presente mes de octubre. En la reunión mantenida hoy con los dirigentes
de Francia están también de acuerdo con nosotros para que se realice ese
debate a poder ser durante el mes de octubre. Y quiero decirles que se ha
tomado una decisión de gran interés para España en el Consejo de
Agricultura del 25 y 26 de septiembre pasado sobre el porcentaje de
retirada de tierras en cereales y oleaginosas para la próxima campaña. Es
un tema que quizá con el ruido de fondo que hemos estado viviendo en las
últimas semanas no se ha puesto de manifiesto suficientemente, pero es
una de las decisiones más importantes desde el punto de vista del interés
de nuestros agricultores.

Estos son los consejos más relevantes que han tenido lugar. Ha habido
otros, por supuesto, pero creo que los más importantes son el de Ecofin,
por haber empezado ya a plasmar cuáles pueden ser las referencias para el
paso a la moneda única, y este relativo a la agricultura que me parece
que es de gran importancia para nuestros agricultores.

Señora Presidenta, quizá debiera callarme ya, llevo demasiado tiempo
hablando, y estoy a disposición de sus señorías para contestar a cuantas
preguntas quieran formularme, ya sea de los temas que he tratado, algunos
quizá con excesiva superficialidad para algunos de ustedes, pero he
querido por lo menos dar unas pinceladas sobre los temas más destacados
durante estos primeros meses de la Presidencia española. Entiendo que,
como sus señorías habrán podido comprobar, marcha con gran actividad y
por el camino que nos habíamos prefijado entre todos tras la
comparecencia del día 15 de junio, en la que básicamente acordamos las
líneas fundamentales de prioridades de la Presidencia española con un
acuerdo de fondo, si no en todos los puntos, con la práctica totalidad de
los Grupos Parlamentarios.

Gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Ministro. En efecto, tuvimos la
suerte de escuchar al señor Ministro de Agricultura después de la
celebración de estos Consejos, y vamos a tener la oportunidad de debatir
sobre los temas del Ecofin el próximo día 31 de octubre. Por tanto,
estamos efectivamente en la línea de hacer ese seguimiento y le
agradecemos mucho su comparecencia esta tarde.

Tiene la palabra, por el Grupo Popular, el señor Arias Salgado.




El señor ARIAS SALGADO: Muchas gracias, señora Presidenta. Muchas
gracias, señor Ministro, por su comparecencia y por la información que
nos ha suministrado, que nos ayuda de manera sustancial a formar una
opinión sobre muchos temas.

Voy a reducir mi intervención básicamente a la formulación de unas
cuantas cuestiones y a la emisión de algunas opiniones para fijar la
posición del Grupo Popular. Naturalmente, no voy a establecer una línea
divisoria clara entre las preguntas que le formule como Ministro de
Asuntos Exteriores y como Presidente de la Unión Europea, sino que ambas
dimensiones se mezclan porque sería enormemente complicado establecer la
línea divisoria entre una y otra función.

En relación con el primer punto, es decir, la culminación del proceso de
formación del Mercado Interior y la ampliación de la Unión Europea hacia
los PECOS está claro que la postura de la Unión Europea y, dentro de
ella, de España, es la de la incorporación, la plena integración de los
PECOS en la Unión. Es cierto que estos países no han recibido muy bien el
Libro Blanco sobre el proceso de formación del Mercado Interior y las
exigencias que se les plantean. Pero eso es lógico en un proceso
negociador. Yo, por actualizar el planteamiento de la cuestión, diría dos
cosas. En primer término, que es absolutamente imprescindible insistir
una y otra vez en la necesidad de realizar un reparto equitativo del
costo de la ampliación, y que España no puede dejar de plantear esa
cuestión permanentemente. Y en segundo lugar, hoy aparece en la prensa la
filtración del borrador, supongo de un primer borrador, de un trabajo que
realiza la Comisión sobre el coste de la ampliación. A mí personalmente
me ha parecido, a botepronto, exorbitante la cantidad de seis billones de
pesetas anuales como posible coste financiero de ese proceso de
ampliación. En todo caso, es evidente que ahí no solamente España se
juega mucho sino que se lo juega también la propia Unión Europea en su
configuración y en su evolución hacia un proceso de mayor integración.

En segundo lugar, respecto a la unión monetaria, teniendo en cuenta las
turbulencias que se han producido en las últimas semanas y teniendo en
cuenta también la reunión de Formentor y del Consejo de Ministros del
Ecofin en Valencia, le haría al señor Ministro una pregunta fundamental y
es la de cómo valora el Gobierno español o el Presidente de la Unión
Europea las declaraciones del Comisario Silguy sobre la necesidad de
encontrar un régimen de transición para aquellos países que formando
parte del Mercado Unico, y queriendo entrar en la tercera fase de la
Unión Monetaria, no reúnan, sin embargo, las condiciones o los criterios
de Maastricht; países a los que, según Silguy se les impediría, habría
que pensar en un régimen que les impidiera la posibilidad de realizar
devaluaciones, llamémoslas así, competitivas, cosa extraordinariamente
difícil si las monedas de los países que quedan fuera quedan sujetas a
las turbulencias de los mercados financieros y cosa probablemente
inevitable desde el momento en que se quedan fuera por no cumplir
precisamente los requisitos de Maastricht. Ahí hay una posición en los
trabajos de la Comisión en los que el Gobierno español debería tener,
supongo que tiene, un principalísimo interés, porque ya no es sólo el
problema de reunir los requisitos, esfuerzo en el que todos debemos estar
empeñados, sino de saber qué ocurre si, aun estando en un camino
positivo, al final no se reúnen esos criterios de convergencia y los
países del, llamémosle entre comillas, núcleo duro dan el paso hacia la
Unión Monetaria en su tercera fase.

Desde la perspectiva de la Política Exterior y de Seguridad Común, voy a
ir agrupando los temas de la siguiente



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manera. En primer término, lo que podríamos denominar ámbito
mediterráneo. Yo compartiría buena parte de las reflexiones que ha hecho
el señor Ministro sobre Turquía. Creo que es absolutamente fundamental
que la Unión Europea haga un planteamiento estratégico sobre este país y
no solamente porque es un país mediterráneo sino porque se da la
circunstancia de que es el único Estado con población de religión
musulmana que es un Estado laico y, por consiguiente, a los efectos del
equilibrio que se debe buscar en esa zona, la cooperación con Turquía
parece fundamental. Que se encuentre dentro de la órbita de la Unión
Europea parece un objetivo absolutamente razonable, y desde esa
perspectiva yo trataría de que los países miembros hicieran un esfuerzo
para que el Parlamento europeo diese vía libre al tratado sobre la unión
aduanera con Turquía. Creo que hay ahí un objetivo de primerísima
magnitud en el que es absolutamente imprescindible dar el apoyo a las
fuerzas moderadas y occidentales que operan en la vida política turca.

En lo que afecta a Argelia, mi pregunta se centraría en si se están dando
los primeros pasos hacia un posible convenio de asociación entre la Unión
Europea y dicho país. Hay un proceso electoral en marcha, se va a elegir
Presidente de la República, no es fácil percibir en qué condiciones va a
resultar elegido el futuro Presidente de la República Argelina, pero en
todo caso sí parece conveniente que la Unión Europea encontrase la forma
de sugerir la necesidad de ir a un proceso de apertura y de diálogo que
desembocara en unas elecciones legislativas que permitieran de alguna
manera la pacificación o el inicio de un proceso de pacificación de la
vida política argelina. No sé si eso entra en los planteamientos posibles
pero la Unión Europea, a mi juicio, debería entrar en el planteamiento de
las líneas de actuación del Gobierno español.

En relación con el diálogo de paz en Oriente Medio, la pregunta es: ¿Se
ha planteado la posibilidad de un convenio de asociación con la autoridad
palestina, de un convenio de asociación Euromediterránea en el ámbito de
los convenios de asociación de los países mediterráneos con la autoridad
palestina?
Y, finalmente, unas palabras sobre las dos negociaciones que en estos
momentos realiza la Unión Europea con Marruecos. Hay por una parte la
negociación del convenio de pesca, y por otra parte la del convenio de
asociación. Yo creo que ha habido consenso entre las fuerzas
parlamentarias españolas de no desvincular ambas líneas de negociación
sino de trasladar al Gobierno de Marruecos la necesidad de hacer un
planteamiento global sobre ambas, en la idea de que también Marruecos se
beneficia de él, porque no se trata de hacer una especie de pulso de
fuerza con el Gobierno marroquí sino de encontrar fórmulas de cooperación
y colaboración que permitan desarrollar el espacio de lo mediterráneo en
relación con todo el norte de Africa y en particular con el Magreb.

Yo querría preguntarle cómo están en estos momentos las negociaciones del
convenio de asociación y las negociaciones del convenio de pesca. Me
interesa en particular conocer si hay posibilidad de que efectivamente se
llegue a firmar un acuerdo pesquero de cuatro años, de larga duración y
sin revisión intermedia, y si en ese convenio se van a tener en cuenta de
manera principal los intereses de la flota pesquera de bajura que, como
flota artesanal, no tiene posibilidad de reconversión y que, por
consiguiente, requeriría una mayor protección en el ámbito del convenio
que se negocie con Marruecos; siempre en el espíritu, señor Ministro, de
que la política con Marruecos es una política de cooperación, una
política en la que el objetivo fundamental es la estabilidad y la
prosperidad de los países del norte de Africa y en particular de
Marruecos porque España está particularmente interesada en alcanzar esos
objetivos y en trazar esos caminos.

En relación con la Conferencia de Barcelona le querría plantear tres
cuestiones. La primera, en lo que afecta a los participantes. ¿Finalmente
va a participar Libia? ¿Cuál ha sido la razón de la invitación a
Mauritania? ¿Se va a cursar una invitación para que participe como
observador a los Estados Unidos.

La segunda cuestión, en relación con la Conferencia de Barcelona, es
relativa a la continuidad de los trabajos, no solamente al programa de
aplicación para distribuir los 4.500 millones de ecus en el próximo
cuatrienio sino fundamentalmente cuál es el camino que se
institucionaliza para ir construyendo el espacio no mediterráneo, que es
el objetivo fundamental. Y finalmente, me gustaría saber si se realiza en
estos momentos una especial cooperación con Francia para el buen éxito de
la Conferencia Mediterránea y para la continuidad de esos trabajos, o hay
por el contrario en nuestro vecino del norte una visión relativamente
estrecha de acotar en exceso los trabajos de la conferencia
Euromediterránea y sus consecuencias.

En relación con Iberoamérica, debemos felicitarnos por la rúbrica del
acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea. Ha sido un objetivo de la
Presidencia española, es un objetivo alcanzado y por ello nosotros nos
felicitamos, repito, porque creemos que es un objetivo muy importante, no
solamente para la Presidencia española sino también para la futura
evolución de las relaciones entre la Unión Europea e Iberoamérica y para
ir fijando, si queremos que tenga éxito, la futura configuración de la
PESC, lo que yo llamaría la vertiente latinoamericana de la Unión
Europea. Pienso que éste es un paso de una extraordinaria importancia
destinado justamente a reequilibrar lo que es la presencia de la Unión
Europea en el Continente Iberoamericano en relación con la propia
Presidencia de los Estados Unidos de América.

En relación con Cuba, señor Ministro, yo creo que aquí probablemente hay
diferencias de matiz más que obstáculos. Es decir, yo no creo que
nosotros, mi Grupo Parlamentario, tenga problemas con Cuba ni tenga
problemas con el pueblo cubano. Yo creo, y ahí debemos aprender todos, a
matizar y a especificar, que todos tenemos problemas con el régimen
político de Cuba. Y que habría acuerdo en afirmar que en Cuba hay presos
políticos, que en Cuba no hay libertades, y que en Cuba la existencia del
régimen castrista está suponiendo pagar un alto precio para el pueblo
cubano. Yo estimo que ese análisis es hoy básicamente compartido en el
mundo occidental, y es desde esa perspectiva desde la que hay que enfocar
las relaciones de la



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Unión Europea con Cuba y más en particular las relaciones de España con
Cuba. Yo quiero recibir con agrado el paso, si se quiere de matiz, dado
entre lo que es el planteamiento de un acuerdo de cooperación con Cuba,
que puede ser útil pero que puede ser también manipulado, y el acuerdo
finalmente obtenido dentro de la Unión Europea sobre la apertura de un
diálogo exploratorio. Son dos planteamiento distintos, y a mí me parece
mucho más positiva la apertura de un diálogo exploratorio que el
plantearse directamente un acuerdo de cooperación que podría
interpretarse en todo caso, dada la naturaleza del régimen cubano, como
un apoyo al régimen castrista y que, desde luego, no gustaría a las
fuerzas democráticas de la oposición cubana. Me refiero fundamentalmente
a las fuerzas de la oposición democrática que operan en el interior.

En lo que afecta a la relación trasatlántica es absolutamente fundamental
renovar la declaración del año 1990. Creo que los problemas que puedan
existir en las relaciones con los Estados Unidos deben superarse. Y a mí
sí me preocupa la existencia creciente de puntos de desacuerdo. Si
analizamos la lista, yo, a botepronto al preparar esta intervención, me
acordaba de los desacuerdos en Bosnia o sobre Bosnia; de los desacuerdos
manifestados por la Unión Europea en el conflicto comercial entre el
Japón y los Estados Unidos; del desacuerdo en el llamado comercio nuclear
con Irak; del desacuerdo sobre las relaciones con Irán; del desacuerdo en
relación con China; del desacuerdo también en relación con Cuba. Son, por
así decirlo, una multiplicación de puntos de desacuerdo que hay que
encauzar necesariamente en un marco de relación que debe establecer los
instrumentos y los mecanismos para que estos conflictos, en parte de
competencia económica y en parte de competencia política entre la Unión
Europea y los Estados Unidos, vayan desapareciendo. Y ello, por una razón
fundamental: porque la experiencia histórica demuestra que cuando los
principales países europeos, hoy Unión Europea, y los Estados Unidos
actúan de acuerdo en el mundo, todos los problemas tienen solución.

Esa experiencia histórica, que recogemos de los últimos cincuenta años,
debemos continuarla en su proyección sobre el futuro inmediato. Yo creo
que Estados Unidos y la Unión Europea tienen gran papel que jugar en la
configuración del nuevo orden mundial que costosamente se va abriendo
paso después de la caída del Muro de Berlín. Y es absolutamente
fundamental que en ambos lados del Atlántico exista el marco de
cooperación y los instrumentos para hacer posibles los acuerdos en
aquellos puntos donde efectivamente exista desacuerdo.

Comparto el planteamiento que ha hecho el señor Ministro de la triple
dimensión que hay que tocar en la relación con los Estados Unidos, y
fundamentalmente ir centrándose --y así lo dicen algunos comentaristas
norteamericanos, yo creo que con sentido común-- en aquellas cuestiones
que tienen un interés ciudadano más directo, o que afectan más
directamente a los ciudadanos. Es decir, sería importante y fundamental
que los ciudadanos de uno y otro lado del Atlántico pudieran, y así se ha
dicho, viajar, estudiar, comerciar e invertir sin obstáculo alguno. Ese
sería hoy a plazo corto el verdadero objetivo de una relación con los
Estados Unidos además de esa otra dirección a la que me he referido para
ir pudiendo solucionar los puntos de conflicto entre la Unión Europea y
Estados Unidos.

Hay una pregunta no fácil de contestar, pero que tengo que hacer: ¿Cómo
valora la oposición francesa el primer borrador de documentos de trabajo,
de programa de acción? ¿Cómo valora el Presidente de la Unión Europea en
este semestre la oposición francesa a ese primer documento de trabajo
sobre el programa de acción que habría de vincularse a la declaración
política sustitutiva de la declaración del año 1990?
Y voy terminando, señora Presidenta, no me alargo mucho más. En relación
con Rusia comparto también el planteamiento que ha hecho el señor
Ministro, probablemente hablando como Presidente de la Unión Europea.

Creo que Rusia es la principal cuestión que tiene planteada la Unión
Europea por muchas razones que no es necesario comentar, y el que se
empuje la ratificación del acuerdo con Rusia es absolutamente
fundamental. La Unión Europea debe hacer todos los esfuerzos posibles
para favorecer el proceso electoral que se inicia allí a finales de año,
así como para integrar a Rusia de una manera más amplia, más flexible,
con vínculos más o menos estrechos en todos sus mecanismos, en todos los
organismos posibles en los que puede formar parte, con objeto de que se
vayan estableciendo unos lazos, llamados de «partenariado» en una mala
traducción que son lazos más bien de asociación, que permitan a Rusia
participar en la ordenación de la vida internacional.

Finalmente, en relación con Bosnia debemos felicitarnos también porque
las cosas van mejor aun cuando los últimos minutos, por así decirlo,
puedan arrojar algún rayo de preocupación. Sí querría hacer una reflexión
política: gradualmente, el conflicto de Bosnia se ha ido escapando,
primero, del ámbito de la PESC hacia el grupo de contacto y, después,
desde el grupo de contacto hacia la política exterior de los Estados
Unidos. Acepto de antemano que esto, expuesto así, es una simplificación,
pero el señor Ministro estoy seguro que comprenderá que efectivamente hay
ahí un problema de fondo que se traduce en la dificultad de las
relaciones entre el mediador europeo, Bildt, y el mediador
norteamericano, Holbrooke. La misma falta de acuerdo que ha habido en el
Consejo de Ministros de Luxemburgo para aprobar la declaración conjunta
sobre el conflicto de Yugoslavia pone en el fondo de relieve que hay ahí
elementos importantes que deben ser objeto de nuestra preocupación porque
reflejan un deficiente funcionamiento.

En relación con la reconstrucción, yo creo que la Unión Europea debe dar
la batalla para repartir el coste de esa reconstrucción y tiene que
quedar claro, puesto que son muchos los participantes, que la Unión
Europea naturalmente tendrá que participar, pero los Estados Unidos
también. Será, me imagino, una batalla no fácil para ver cómo se reparten
los costes de esa financiación.

Y concluyo. En relación con los intereses españoles --que yo creo que hay
que impulsar y defender también aun en el ámbito de la Presidencia
española-- hemos visto con preocupación que el borrador de reglamento de
Organización Común de Mercado de las frutas y hortalizas



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aprobado ya por la Comisión contiene una fórmula de financiación
difícilmente aceptable por España. Ya no se trata solamente de una
financiación compartida entre el presupuesto comunitario y el presupuesto
nacional, sino que se introduce una tercera línea de financiación a cargo
de las organizaciones de productores. Evidentemente esto va a ser de muy
difícil aceptación por parte de los sectores productivos interesados.

Ha habido también una noticia reciente del intento de prorrogar un
régimen limitativo para la exportación de los productos farmacéuticos
españoles. No sé si la Presidencia española ha hecho alguna gestión a la
vista de una prórroga que es injustificada, visto por lo menos desde la
perspectiva que suministra la información de los medios de comunicación
social. Y una última pregunta, señor Ministro: ¿Cómo y en qué situación
se encuentran los proyectos españoles relacionados con las redes
europeas, teniendo en cuenta que se acaba de aprobar el Reglamento de
Financiación de esos proyectos?
Nada más y muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Arias Salgado.

Señor Ministro, ¿quiere su señoría contestar ahora?



El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Gracias,
señora Presidenta. Como sólo hay tres Grupos esta tarde, estamos en
familia. Contestaré como la Presidencia estime oportuno y como quieran
los Grupos.




La señora PRESIDENTA: Entonces, al final a todos.

Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya tiene la palabra
el señor López Garrido.




El señor LOPEZ GARRIDO: Gracias, señora Presidenta.

Gracias, señor Ministro, por su comparecencia un tanto repentina y
sorpresiva para este Grupo Parlamentario, que se enteró ayer a las ocho
de la tarde de que teníamos hoy sesión de la Comisión Mixta de la Unión
Europea. En todo caso, el seguimiento de la Presidencia española hace que
se agradezca cualquier reunión con el señor Ministro, aunque sea de esta
forma inesperada.

Quisiera empezar por alguno de los temas que el señor Ministro no ha
tocado, aunque se ha mostrado dispuesto, como siempre, a tratar los
relativos básicamente al seguimiento de la Presidencia española en la
Unión Europea. Naturalmente me estoy refiriendo a la cuestión que está
más candente en estos momentos, también en nuestro país, porque hoy ha
acabado la cumbre hispano-francesa: las pruebas nucleares en Mururoa y en
otros lugares. Yo creo que es una cuestión que no sólo es francesa; es
decir, las acciones tomadas por Francia en relación con las pruebas
nucleares afectan al conjunto de la Unión Europea y deben ser una
preocupación fundamental de quien la preside en estos momentos, como es
el caso de España.

Para nosotros está claro que tendría que haber habido una preocupación
mucho mayor, una implicación mucho mayor de la Unión Europea en esta
cuestión y que no debería haberse limitado a una mera lamentación de
estas pruebas sino a una condena clara de las mismas porque en este tema
difícilmente cabe hacer matices o medias tintas. Se está a favor o se
está en contra y nosotros deberíamos haber mostrado mucho más claramente
nuestro rechazo a esas pruebas --no sólo el lamento-- no simplemente como
Gobierno español sino como Gobierno que preside la Unión Europea y a la
que está afectando sin duda este tipo de acciones de la República
Francesa. Afecta a todo el planeta Tierra, por tanto, por supuesto que
nos afecta a nosotros y a la Unión Europea que presidimos. Y digo que
debería haberse implicado no solamente por razones políticas, sino porque
incluso desde el punto de vista estrictamente jurídico es una cuestión
comunitaria. Las ONG están planteando en este momento un posible recurso
ante el Tribuna de Justicia de la Comunidad Europea, que no sé que
efectividad podrá tener cuando dictamine supuestamente dentro de algún
tiempo. En todo caso, el tratado del Euratom prescribe en su artículo 34
que determinadas pruebas que lleven a cabo los Estados miembros del
mismo, entre los que se encuentra Francia, tienen que recibir antes, como
mínimo, un dictamen de la Comisión Europea.

La Unión Europea tiene competencias en política de medio ambiente, que es
una política comunitaria, y estas pruebas nucleares están afectando
claramente al mismo. A pesar de eso, no ha habido una posición decidida y
a nosotros nos parece claramente insuficiente la que ha adoptado el
Gobierno español como Presidente de la Unión Europea en este tema. Lo ha
tenido algo más fácil en cuanto a su frente interior, por hablar de esta
forma, ya que la segunda fuerza política de este país, el Partido
Popular, por boca de su Presidente, señor Aznar, apoyó las pruebas
nucleares realizadas por la República Francesa. Pero eso no es,
naturalmente, una razón para que se aprovechase de esa posición del
principal grupo de la oposición y no hubiese una posición mucho más
decidida de rechazo de estas pruebas nucleares por parte de España en un
momento en que tenía una especial responsabilidad al presidir la Unión
Europea.

Pasando a temas algo menos candentes, pero muy importantes también, como
es el caso de la Conferencia Euromediterránea, nos gustaría, dada la
importancia que tendrá esta conferencia, conocer algo más, si es posible,
del contenido de los dos principales capítulos: el capítulo político,
derechos humanos, etcétera, y el capítulo económico, es decir, la
aportación financiera y su desarrollo posible tanto lo que se aprobó en
Cannes como lo que se prevé del Banco Europeo de Inversiones, los
aspectos relativos a los acuerdos de libre cambio que creo pueden ser
importantes para ambas partes, para la Unión Europea y para países del
ámbito mediterráneo que no pertenecen a ella.

También quisiéramos hacer una reflexión sobre el tema de Yugoslavia. La
guerra en Bosnia parece que está entrando en una vía de solución.

Coincidimos, desde luego, con lo señalado anteriormente por el señor
Arias Salgado en cuanto al protagonismo que los Estados Unidos han tomado
en este tema como grandes pacificadores, prácticamente casi en el momento
que han querido, porque en este



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caso la acción del Presidente Clinton ha sido espectacular. Los análisis
inevitablemente llevan a pensar que algo tienen que ver en esto las
próximas elecciones norteamericanas previstas para comienzos del próximo
año y que la acción estadounidense, que sabe siempre históricamente medir
bien los tiempos de intervención, está bastante sincronizada con la
proximidad de esas elecciones. La verdad es que en este tema sí se echa
en falta el desarrollo de la auténtica Política Exterior y de Seguridad
Común y esperamos que esto sea un acicate más para que en la futura
Conferencia Intergubernamental pese decididamente este dossier.

En todo caso, sí nos interesaría conocer la opinión del Ministro de
Asuntos Exteriores sobre las perspectivas --quizás es un poco optimista
decirlo ahora mismo, pero estamos deseando serlo en este tema-- de la
reconstrucción de Bosnia. Las cifras que se están manejando están en
torno a un tercio por aparte de la Unión Europea. No sé si son cifras
realistas, porque aquí puede suceder que haya un pacificador, Estados
Unidos, y un pagador que sea la Unión Europea, bien a través de la
coordinación del Banco Mundial, bien a través de la coordinación de la
propia Unión Europea. Es un tema que se está debatiendo, creemos que no
hay un acuerdo al respecto todavía y nos gustaría saber cuál es la
posición del Gobierno español en cuanto a las dos alternativas que están
apareciendo en estos momentos para esa formalización de la
reconstrucción. Es decir, o bien ir a un acuerdo de asociación con un
objetivo quizá de adhesión futura, o bien ir a lo que se ha llamado «los
acuerdos balcánicos» que es una idea más bien británica de ir a acuerdos
más concretos, no tan ambiciosos como los acuerdos de asociación. Me
gustaría saber si hay algún tipo de reflexión a ese respecto, aunque
quizá sea algo prematuro por el momento.

En cuanto al tema cubano conocemos y saludamos la aprobación de las
conclusiones del Consejo de Ministros del 2 de octubre sobre el inicio de
un diálogo exploratorio, expresión que utiliza el señor Ministro, para
llegar en su caso, naturalmente con un lenguaje muy diplomático y
tremendamente cauteloso, a un acuerdo con la República de Cuba. Ya
dijimos en el Congreso de los Diputados, en su intervención al comienzo
de la Presidencia española, que en el documento que se nos entregó
aparecía una timidez, a nuestro juicio excesiva, en cuanto al tema del
acuerdo con la República de Cuba.

Las declaraciones del señor Ministro en Nueva York sobre determinadas
condiciones mucho más concretas para poder llegar a un acuerdo, me parece
que habló de amnistía o algo por el estilo, quizá no sean la mejor forma
de iniciar ese diálogo exploratorio con la República de Cuba, porque
nosotros, al contrario de lo que opina el Grupo Popular, creemos que la
cooperación económica y los acuerdos formalizados de cooperación
económica ayudan al desarrollo, en el sentido democrático, de las
libertades de régimen cubano y no al contrario. Lo que creemos que no
ayuda es tener a Cuba aislada, no solamente desde los Estados Unidos sino
también desde la Unión Europea. Recordemos que Cuba es uno de los tres o
cuatro Estados que hay en todo el planeta Tierra que no tiene un acuerdo
comercial, un acuerdo económico con la Unión Europea, y me da la
impresión de que hay más Estados en el mundo que no cumplen condiciones
democráticas que para nosotros serían imprescindibles en el entorno en
que vivimos.

Es un anacronismo absoluto que la Unión Europea no tenga acuerdos con la
República de Cuba y no nos parece que haya sido especialmente dinámica la
Presidencia española respecto a este país. Yo le invitaría a ser mucho
más impetuoso y decidido en cuanto a expresar una voluntad política para
llegar a acuerdos con la República cubana que serían muy beneficiosos no
solamente para el pueblo cubano sino también para un desarrollo
democrático del régimen cubano. Nos dice que la «troika» va a visitar
Cuba a un nivel de relativa importancia, a un nivel de Dirección General.

Yo le invitaría a que fuese usted a Cuba, a que visitase Cuba en este
período de Presidencia española. Sería un gesto muy importante de apoyo a
la necesidad e ir a un acuerdo de cooperación y comercial que el pueblo
cubano, que Cuba necesita, y también un acuerdo beneficioso para la Unión
Europea.

Hay ya unas importantísimas inversiones, entre ellas españolas, en la
República de Cuba, y a ver si va a suceder que también en esto nos ganen
los Estados Unidos, porque está todo por ver. La verdad es que desde el
momento en el que la Unión Europea aprueba las conclusiones el 2 de
octubre, Estados Unidos ha adoptado una serie de decisiones
significativas, como la autorización de comunicaciones con Cuba o como la
autorización de inversiones de residentes en Miami, de residentes
estadounidenses en Cuba, dos medidas muy importantes que ha tomado
inmediatamente Estados Unidos en cuanto que ha visto que la Unión Europea
se mueve. Desde luego, si no se avanza decididamente en esta línea cuando
España preside la Unión Europea, no sé cuándo va a ser, y creo que es un
momento muy adecuado para dar un impulso definitivo a ese acuerdo de
cooperación con Cuba que me parece, además, que es de justicia histórica
y donde tendría que tener el protagonismo la Unión Europea.

Para seguir con Estados Unidos, diré que sin duda coincidimos en que la
visita a España del Presidente Clinton el previsto para el 3 de diciembre
es de una gran importancia y nos gustaría saber algo más del contenido
que pueda tener esa declaración trasatlántica. También coincidimos en que
la firma del acuerdo con Mercosur es un éxito que tiene una importancia
realmente estratégica para el futuro de las relaciones de la Unión
Europea y que está teniendo un polo de atracción incluso para otros
países que están cercanos a Mercosur.

En cuanto a aspectos de otras negociaciones que nos afectan, no voy a
profundizar mucho porque ha habido reuniones con otros colegas suyos aquí
en esta Comisión, pero en cuanto al Acuerdo de Pesca con Marruecos me
gustaría saber si hay prevista una fecha de terminación y sobre qué
líneas podría ir. En cuanto a la OCM de frutas y hortalizas coincido con
la preocupación expresada por el señor Arias Salgado, con el que algunas
veces también estamos de acuerdo en algunas cosas, y quiero destacar,
como él señalaba, que hay un problema de financiación. En estos momentos,
aproximadamente las cifras que yo



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manejo son las de que la producción agrícola de frutas y hortalizas es un
16 por ciento del conjunto de la producción agrícola de la Unión Europea
y sin embargo recibe solamente ese sector el 4 por ciento del Feoga. Hay
un desequilibrio en ese sector y no parece que vaya a se remediado por
esa OCM que se está preparando a través de la propuesta que acaba de
presentar la Comisión. Me gustaría saber si existe la previsión de que
esa OCM sea aprobada durante la Presidencia española, antes de que
termine este semestre.

Y en cuanto a la OCM del vino, es sabido que la propuesta de la Comisión
no nos parece precisamente positiva, sobre todo en el tema del
arrancamiento de viñedos. La verdad es que no sabemos por qué no hay un
excesivo interés por parte del Ministerio de Agricultura en que avance
esa OCM del vino, en que haya una negociación más a fondo sobre la misma
y nosotros dudamos de que se pueda conseguir una mejor OCM del vino en
una Presidencia que no sea la española. También nos gustaría saber por
qué ese cierto retraso, esa desidia al respecto, empleada la palabra en
términos objetivos, no subjetivos.

Y por último...




La señora PRESIDENTA: Vaya terminando, señor López Garrido.




El señor LOPEZ GARRIDO: Termino inmediatamente, señora Presidenta.

Por último, nos gustaría saber también algo sobre otro tema del que no ha
hablado el señor Ministro: el futuro Consejo Europeo de diciembre en
Madrid. Qué temas podrían estar presentes en esa sesión del Consejo
Europeo, con qué posición va el Gobierno a ese Consejo en algunas
cuestiones como por ejemplo tres que yo destacaría básicamente: la
primera, la relación con los PECOS. La Comisión va a presentar a ese
Consejo Europeo un informe llamado el Libro Blanco de impacto de la
adhesión de esos países en la política agrícola común, y otro informe
sobre el impacto en la ampliación en otras políticas comunitarias pero lo
que más nos interesa a nosotros es el tema de la cohesión, es decir, los
fondos estructurales a que también se ha referido anteriormente el
diputado que me precedió en el uso de la palabra.

Segundo aspecto: el tema del empleo. Cuál es la posición que en este
momento tiene España como Presidente de la Unión Europea respecto de
algunas decisiones que puedan tomarse en ese Consejo Europeo en cuanto al
papel del empleo en las futuras políticas comunitarias. Va a haber una
reunión conjunta de uno de los Consejos, llamado Jumbo, del Ecofin y de
los Ministerios de Asuntos Sociales, y creemos que ya que ha habido esa
preocupación sobre el tema del empleo que fue objeto, parece ser, de
interesantes debates en el último Consejo Europeo informal, querríamos
saber si hay alguna propuesta concreta por parte de España sobre el
objetivo del empleo en las políticas de la Unión Europea y si va a salir
algo concreto en este tema.

Y ya por último, en cuanto a la Unión Económica y Monetaria, coincido en
la misma pregunta que me parece que hacía el señor Arias Salgado, es
decir, ¿hay previsto algún tipo de decisión o incluso como mínimo una
reflexión sobre qué pasa con los países que se van a quedar o que pueden
quedarse fuera de la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria, es
decir, que no estén en la moneda única, y qué pasará con esos países para
que puedan acceder a esa tercera fase? ¿Está pensado que haya
determinadas ayudas, por ejemplo del Banco Central Europeo a Bancos
centrales? ¿Cuál es la posición a este respecto de la Presidencia en ese
Consejo Europeo sobre esta trascendental etapa de desarrollo de la Unión
Europea que es la Unión Económica y Monetaria, y las dificultades de que
muchos Estados, por ejemplo España, puedan acceder a esa famosa tercera
fase de la Unión Económica y Monetaria.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor López Garrido.

Antes de dar la palabra al señor Costa, quería aclarar al señor López
Garrido, que manifestaba su sorpresa por haber sido convocado su Grupo
con tan sólo veinticuatro horas y telefónicamente, que fue un acuerdo de
Mesa y Portavoces, en el que supongo que algún representante de su Grupo
estaría, por el que se buscó una fecha para solicitar la comparecencia
del señor Ministro de Asuntos Exteriores, que podía ser la del 20 o el 31
de octubre. El viernes el señor Ministro nos dijo que podía comparecer el
día 10 e inclusive entró en Registro la solicitud de comparecencia,
solicitud que no ha podido ser calificada hasta esta mañana por la Mesa
de la Cámara. Esto ha hecho que hayamos tenido que convocar, en una
situación de excepcionalidad del procedimiento, telefónicamente ayer
lunes para que hoy por la mañana recibieran sus señorías el telegrama,
que a lo mejor va a tener su señoría cuando regrese a casa. Esa ha sido
la situación, pero en cualquier caso estábamos buscando una fecha para la
comparecencia del señor Ministro.

Habida cuenta de las dificultades que tiene el señor Ministro de Asuntos
Exteriores, siempre en cuanto Ministro de Asuntos Exteriores pero mucho
más en esta temporada de Presidencia de la Unión Europea, ha tenido la
amabilidad de buscarnos un hueco incluso en su agenda de hoy, que ha
tenido lugar la Cumbre hispano-francesa. Por eso aprovechamos la fecha y
aceptamos todos benévolamente saltarnos esa formalidad del procedimiento.

En cuanto a la solicitud de palabra del señor Arias Salgado por
alusiones, yo le pediría que dejemos intervenir al señor Costa, que el
señor Ministro responda a todas sus señorías y que después, en la medida
en que el señor López Garrido ha aludido al señor Presidente del Partido
Popular, daremos la palabra al representante del grupo Popular, señor
Arias Salgado. (El señor López Garrido pide la palabra.)
¿Señor López Garrido?



El señor LOPEZ GARRIDO: Simplemente, quiero agradecer las explicaciones
de la señora Presidenta y decirle que en todo caso siempre es muy grato
recibir en esta Comisión al señor Ministro de Asuntos Exteriores.




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La señora PRESIDENTA: Gracias, señor López Garrido.

Tiene la palabra...




El señor ARIAS SALGADO: Yo creo que el señor Costa, con el que he hecho
un comentario aparte, me cede amablemente la palabra durante medio
minuto, si la señora Presidenta lo autoriza, para puntualizar al señor
López Garrido.




La señora PRESIDENTA: Con mucho gusto, señor Arias Salgado.




El señor ARIAS SALGADO: Querría decirle tres cosas muy concretas y
telegráficamente. Primero, comparto la opinión de que el Gobierno español
lo ha tenido más fácil. Segundo, quiero, como testigo presencial,
especificar que el señor Aznar, a la salida de su visita al Presidente de
la República Francesa en el Elíseo no apoyó las pruebas nucleares, y se
puede recoger el texto literal en el diario «El País», no sospechoso de
simpatía hacia el Grupo Parlamentario Popular. El señor López Garrido
sabe que entre la no oposición y el apoyo a una determinada posición hay
una amplísima distancia en el lenguaje político y diplomático. Tercero:
Debo decir al señor López Garrido que me he sumergido en los antecedentes
existentes en esta Casa sobre las iniciativas parlamentarias de Izquierda
Unida condenando las pruebas nucleares chinas y no he encontrado ninguna.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Salgado. Tiene la palabra el señor
López Garrido.




El señor LOPEZ GARRIDO: Bueno, pues para que sirva de precedente,
nosotros condenamos ahora, en este momento, las pruebas nucleares chinas
y de cualquier otro país del mundo. Esto servirá de precedente para la
Historia.

Me alegro de que no fuese tanto el entusiasmo del señor Aznar por las
pruebas nucleares, pero en fin, constatamos que sí ha habido una
expresión muy clara del señor Arias Salgado sobre que el Grupo Popular no
se opone a las pruebas nucleares que ha realizado y está realizando la
República Francesa, y en el lenguaje diplomático y político a lo mejor
hay mucha distancia; en el lenguaje popular hay muy poca distancia entre
un apoyo a estas pruebas nucleares y una no oposición a estas pruebas
nucleares.

Gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Les ruego vayan terminando porque éste es el debate
que yo quería haber evitado. ¿Señor Arias?



El señor ARIAS SALGADO: Señora Presidenta, es que el señor López Garrido
confunde la especificación sobre las palabras del señor Aznar a la salida
del Elíseo y la posición del Grupo Popular. Es decir, la posición del
Grupo Popular, como la del Grupo Socialista, quedó perfectamente
expresada en la aprobación en el Congreso de los Diputados de una
iniciativa parlamentaria en relación con las pruebas nucleares. Lo que sí
quiero especificar es que en las declaraciones del señor Aznar no hubo
apoyo a las pruebas nucleares francesas, sino simplemente una
manifestación de respeto a una decisión perteneciente al ámbito de la
soberanía francesa. Esto es exactamente lo que pronunció el señor Aznar a
la salida de su visita al Presidente de la República Francesa. No tiene
nada que ver...




La señora PRESIDENTA: Queda suficientemente claro, señor Arias Salgado, y
en cualquier caso no es tema que vaya a solicitar el consenso de sus
señorías.

El señor Costa tiene la palabra, en representación del Grupo Socialista.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Después de asistir a este debate interesante sobre la posición de los
Grupos de Izquierda Unida y Popular, voy a intentar fijar mi posición
respecto a la comparecencia del señor Ministro de Asuntos Exteriores, una
comparecencia que, para empezar, quiero decir que me ha parecido del
máximo interés, por su contenido y por el momento en que se produce. Si
analizamos esta comparecencia desde las perspectivas que el propio
Congreso de los Diputados, no sólo el Grupo Socialista, se fijó para el
programa de la Presidencia española, hay que decir que nos encontramos
con que hemos avanzado un gran trecho en el camino hacia el final de esa
Presidencia. Voy a limitarme no a hacer exhaustivos los temas tratados en
la comparecencia del Ministro sino a señalar algunas de las que fueron
las prioridades sobre las que el Congreso de los Diputados y nuestro
Grupo en particular incidieron particularmente.

Estamos todos de acuerdo en que uno de los grandes problemas que tiene
hoy la sociedad europea es el problema del empleo, el problema del
desempleo, y ésa era la máxima prioridad para nuestro Grupo, todo lo que
es introducir políticas que conllevaran la creación de empleo dentro de
la Comunidad y combatir esta lacra social que es el desempleo dentro de
la Unión Europea.

De la comparecencia de hoy del señor Ministro hemos deducido dos
cuestiones importantes: una directamente de la comparecencia, y es que en
los trabajos de la Presidencia, particularmente en el Ecofin se está
avanzando hacia una posible propuesta para el Consejo de Madrid, lo cual
esperamos con esperanza, valga la redundancia, porque creemos que esto es
lo que esperan los ciudadanos europeos de la política de nuestra
Presidencia, de la política de las instituciones de la Unión Europea:
trabajar sobre lo que es uno de los problemas principales de la sociedad
europea en el año 1995 y de aquí a finales de siglo.

El segundo elemento importante sobre el que hubo un amplio acuerdo,
relacionado también con el Ecofin, es la Unión Económica y Monetaria y si
mantener o no los criterios de convergencia. En esta Cámara se especificó
claramente que había que mantener los criterios de convergencia y
naturalmente compartimos la preocupación de salida en caso de no cumplir
esos criterios en el momento en



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que se ha previsto, es decir en el año 1997, para después poder estar en
la Unión Económica y Monetaria. Pero a mi Grupo Parlamentario le parece
de singular importancia no poner el acento en las salidas para no
cumplir, sino poner las políticas necesarias para estar en condiciones de
cumplir los criterios de convergencia y, por tanto, de dotarnos de los
instrumentos que nos lleven a estar en la Unión Económica y Monetaria
desde el primer momento. Y para ello en estos momentos, en esta Cámara,
se está debatiendo lo que es el instrumento fundamental para poder estar
en esa Unión Económica y Monetaria, que no es otro que las cifras
macroeconómicas que están presentes en los Presupuestos Generales del
Estado y que cumplen, nos llevan por la senda de cumplir los criterios de
convergencia, los criterios para estar en la primera fase de la Unión
Económica y Monetaria. Como entiendo que desde la Presidencia española se
está en primer lugar garantizando que se mantengan los criterios de
convergencia, y en segundo lugar, y como Gobierno del Estado español,
haciendo todo aquello que sea posible para estar en esa primera fase, no
tengo más que decir sino que compartimos esas políticas y que pedimos a
los otros Grupos que sean coherentes, que sobre políticas de partido,
políticas absolutamente partidistas, pongan el interés general, el
interés de no perder un ejercicio que haría imposible que España
estuviera presente en la última fase de la Unión Económica y Monetaria,
por tanto en la moneda única. Creo que es una cuestión de Estado que
todos los Grupos de la Cámara se pongan de acuerdo en cumplir las
condiciones del programa de convergencia para estar en esta fase.

Hay otros aspectos no menos importantes porque afectan a sectores
sociales de la vida política y económica española, como el transporte, la
agricultura o la pesca en donde se ha ido avanzando en la línea que el
Congreso de los Diputados planteó en sus propuestas para la Presidencia
española. Pero quisiera hacer también una reflexión sobre algunas de las
cuestiones que estamos convirtiendo en el núcleo central de la política
europea cuando en realidad y vistas fríamente representan porcentajes muy
bajos de nuestra actividad económica aunque sean muy importantes para los
sectores afectados. Creo que después de oír la comparecencia del señor
Ministro sería lamentable que al final de la Presidencia española nos
encontráramos con una situación en la que dependiera el éxito de la
Presidencia española de si se había aprobado una Organización Común de
Mercado más o menos. Me parece que a ninguno de los portavoces presentes
en esta Comisión se le ocurre pensar así, pero siempre existe la
tentación populista de hacer ver que aquello que forma parte de un
conjunto de cosas pero que ni siquiera es lo fundamental, se convierte en
fundamental para intentar desprestigiar un éxito que en cualquier caso
creo que sería un éxito de nuestro país y, evidentemente, un éxito
también del Gobierno que lo lleva a cabo.

En la negociación con Marruecos, por tanto en unos temas sectoriales que
ha tenido efectos importantes en determinadas regiones de nuestro país,
sería deseable que se llegara a un acuerdo, pero un acuerdo que no sea a
cualquier precio. Ya han dicho otros Grupos intervinientes que ahora hay
dos procedimientos que se están negociando a la vez y que permiten sin
duda, sin condicionar uno a otro, el hacer ver las potencialidades que
esa unión de políticas, que esta colaboración entre las dos vertientes
del Mediterráneo puede tener para ambas partes y, por tanto, de lograr un
acuerdo satisfactorio.

En Política Exterior y de Seguridad Común recordar que a esta Cámara le
preocupaban todos los temas que aquí se han manifestado pero especial y
básicamente continuar con el proceso para la integración de los PECOS,
Chipre y Malta en la Unión Europea; la modificación de la relación
trasatlántica con Estados Unidos; la realización de la Conferencia del
Mediterráneo; la firma de Mercosur; las relaciones con Méjico, Chile y
Cuba, y después otros temas que ya no tenían el mismo nivel de prioridad
que era Oriente Próximo y Turquía. Estoy hablando de las resoluciones de
esta Cámara, no de las posiciones ni siquiera de las posiciones de mi
Grupo. En todas ellas asistimos a avances sustanciales en cada una de la
materias que esta Cámara se planteó.

Por tanto, quiero felicitar hoy al Ministro de Asuntos Exteriores y
Presidente del Consejo de la Unión Europea por el ingente trabajo que
está realizando con su equipo, con la Unión Europea, para llevar a
término una Presidencia que incluso los más crédulos nos trataban de
ilusos cuando planteábamos, repito, el ingente programa de trabajo que
tenía por delante en una Presidencia que tiene el principio de la misma
el mes de agosto, que todos sabemos lo que significa para el calendario
de la propia Presidencia.

Quisiera dedicar unas palabras al problema de Yugoslavia. Es verdad que
asistimos día sí y día también prácticamente a ver cómo foros externos a
la Unión Europea, principalmente Estados Unidos, están contribuyendo
decisivamente a solucionar problemas de nuestro ámbito político, de
nuestro ámbito geográfico. Pero esto no tiene por qué ser una demérito de
la Unión Europea. En cualquier caso hay que situarlo en el justo
contexto, en el contexto de una Unión Europea que se termina de dar en
Maastricht una Política Exterior y de Seguridad Común que aún es
incipiente y que ha realizado una ayuda humanitaria, una ayuda económica
ingente para que esas soluciones sean hoy posibles, y si esas soluciones
se dan están en condiciones de poder aportar ayuda humanitaria, ayuda a
la situación interior que vive la antigua Yugoslavia y, por tanto, de
estar presente en las mejores condiciones de ayudar a resolver un hecho
lacerante para todos los europeos.

Por todo ello, debemos felicitarnos también por los acontecimientos
esperanzadores que vivimos estos días respecto a Yugoslavia y desear que
la Unión Europea en el futuro pueda jugar un papel más decisivo pero no
desdeñar el que hemos estado ejerciendo desde una política que
prácticamente es una política que empieza a nacer y a la que habrá que
dotar de más instrumentos para que en el futuro pueda ser más eficaz.

Finalmente quería preguntar al señor Ministro sobre la situación que vive
actualmente el grupo de reflexión y sobre todo por la última reunión.

Hemos tenido la comparecencia hace apenas quince días del Secretario de
Estado en una Ponencia en donde nos explicó cuál era la situación,



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Le agradecería hiciera alguna referencia, aunque sea breve, respecto de
los últimos avances que se han producido en el documento que tendría que
estar también en el Consejo de Madrid.

Y después de esas preguntas y esas valoraciones, una vez más quiero
apoyar y valorar el ingente trabajo que se está realizando en pro de los
objetivos políticos y económicos de la Unión Europea, y decirle que en mi
opinión, que he podido contrastar con numerosos responsables políticos,
esta Presidencia, por el camino que lleva, es una de las Presidencias que
más trabajo, que más huella va a dejar de todas las que ha habido en la
Unión Europea hasta el día de hoy. Esperemos que de aquí a diciembre se
vayan confirmando lo que hoy son avances sustanciales y que nos podamos
felicitar todos en el Consejo de Madrid porque este programa de la
Presidencia española se haya cumplido al menos en gran parte.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Costa.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Muchas
gracias, señora Presidenta.

Trataré de contestar a los tres portavoces de los Grupos Parlamentarios
agradeciéndoles en primer lugar su presencia aquí esta tarde. Uno siempre
tiene la impresión de que trabaja en algo importante, y quizá cuando le
toca presidir la Unión Europea piensa que trabaja en algo todavía más
importante y entra una gran satisfacción de ver que al menos tres Grupos
Parlamentarios de la Cámara se interesan por lo que uno hace.

Quiero decirles al inicio de mi intervención que agradezco a los tres
portavoces de manera muy sentida y muy sincera la forma como se ha
producido esta tarde. Creo que podemos y debemos encontrar los máximos
acuerdos posibles dentro de las pequeñas diferencias que podamos tener en
temas que ami juicio no son fundamentales. Pienso que es lo que se ha
vuelto a poner de manifiesto esta tarde y espero que con la contestación
que dé a algunas de las preguntas que se han formulado, las posibles
zonas de incomprensión o donde podamos tener diferencias de mayor grado
puedan quedar sensiblemente disminuidas.

Empezaré, por tanto, por los temas planteados por el primer portavoz que
ha hecho uso de la palabra, don Rafael Arias Salgado en representación
del Partido Popular. He dividido su intervención en ocho puntos. Dentro
de estos ocho puntos algunos de ellos tienen tres, cuatro o cinco
subpuntos. Trataré de contestar a todos.

Empiezo por el primero, formación de Mercado Interior y PECOS. La
preocupación que su señoría tiene en esta materia es perfectamente
compartida por mí, por quien le habla en este momento. A veces, los
países de los PECOS no son conscientes de la dimensión que tiene para
ellos las exigencias del Mercado Interior. Yo creo que ya un día les puse
un símil que utilizó el Presidente de la República Húngara. Me decía que
es cierto que la Unión Europea para ellos es como un gran pastel de
chocolate, pero que ese pastel de chocolate a veces tiene chocolate dulce
y otras chocolate amargo, y a veces incluso tiene alguna almendra que se
atraganta al tragarla. Pues ciertamente, de todos estos problemas que van
a tener estos países para su incorporación en la Unión Europea, unos van
a ser problemas dolorosos. España tiene también experiencia, y España
partía de cotas en cuanto a renta per cápita, en cuanto a aproximación a
la renta media de la Unión Europea mucho más próximas que las de muchos
países de los que estamos hablando. Recuerden solamente sus señorías
alguna de las cifras, algunos de los datos que están publicados, y por
tanto no son inventados. Hay países que están llamando a la puerta de la
Unión Europea, y que hemos decidido abrírsela, que tienen rentas medias
que no alcanzan al 30 por 100 de la renta media de la Unión Europea, y no
estoy hablando de los peores, de los menos prósperos. Hay algunos que no
llegan al 10 por 100. Transformar esos países a sociedades para
incorporarse a la Unión Europea es un problema de enorme envergadura que
requerirá enormes apoyos, de carácter económico alguno, los que podamos,
y muchos también de carácter político. Por tanto, cuando pensamos en la
incorporación de estos países a nuestras estructuras europeas, yo creo
que tenemos que pensar también no solamente en los ingredientes
económicos sino también en darles salidas por válvulas de carácter
político que les permite sentirse atraídos ya a ese foco, a ese núcleo
focal que sin duda es la Unión Europea para muchos de ellos.

Sí es verdad que las cifras que se avanzan sobre el coste que puede
suponer todo el proceso de ampliación son muy variadas. Depende mucho de
quién las haya hecho, o depende de qué institución es la que las
proporciona. Su señoría aporta unas cifras de seis billones; hay otras
mayores y hay otras también menores. Es muy difícil establecer en este
momento una cifra precisa, exacta. Lo que sí es verdad es que preferiría
en este caso ser cualitativo a ser cuantitativo. No diré una cifra pero
sí desgraciadamente diré que es mucho, y que ese mucho no puede caer
sobre las espaldas de unos pocos, ese mucho debe caer equitativamente
distribuido entre las espaldas de muchos, y muchos somos los que formamos
la Unión Europea ahora y también con diferencias, unos más prósperos,
otros menos prósperos. Sería lógico y justo que esa distribución de
costes fuera una distribución equitativa, de la misma manera que yo creo
que ha sostenido el portavoz del Grupo Parlamentario Popular.

El segundo punto que me preguntaba tenía que ver con la Unión Monetaria,
y es una pregunta no técnica pero sí de calado. De calado porque la ha
repetido después algún otro portavoz que plantea cuál va a ser la
relación entre los países que se incorporen a la tercera fase y los
países que no se incorporen a ella para siempre o en un tiempo limitado
en cuanto a la relación entre sus monedas. Y es una pregunta fundamental,
es una pregunta a la que todavía no hemos respondido formalmente la Unión
Europea. En este momento estamos decidiendo, y creo que decidiendo a buen
ritmo, el marco de referencia para el paso a la tercera fase, eso es lo
que básicamente se ha hecho en el Ecofin de Valencia y a eso es a lo que
tenemos que dar realidad y



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plasmarlo en normas de aquí al Consejo de Madrid o en el Consejo de
Madrid.

También hay que plantearse cuál va a ser la relación entre esas monedas y
las monedas que se queden fuera. Tenga la certeza su señoría de que por
lo menos quien le habla no puede estar de acuerdo con el planteamiento
del Comisario. Si entiendo bien, el planteamiento del Comisario, según lo
ha descrito su señoría, sería: he aquí las monedas que están en el grupo
de la tercera fase y he aquí las monedas que no lo están; señalemos un
cambio fijo entre éstas y éstas. Pues para ese viaje no necesitamos
alforjas, porque lo que estamos diciendo es que éstas también están en el
núcleo fijo, lo que pasa es que están sin tener las ventajas pero
teniendo los inconvenientes. Al que se queda fuera, no sé cómo será la
banda de fluctuación, no se le puede fijar una paridad fija con aquellas
que se han quedado dentro, porque de esa manera estamos realmente
haciendo una moneda única de dos niveles, pero única, porque el grupo que
se queda fuera tendría también una paridad fija. Por tanto no conozco en
detalle las declaraciones del Comisario pero en cualquier caso me parecen
incoherentes con el proceso. Bien es verdad que las monedas que se quedan
fuera tendrán que tener alguna banda de fluctuación en relación con lo
que pueda ser la moneda única. La tenemos ahora, al menos los que se
salen del sistema monetario y por tanto sería lógico que alguna relación
en cuanto a las fluctuaciones posibles o potenciales de esas monedas se
fijara.

Tercera cuestión. Sobre la PESC hace una división en cuatro puntos.

Respecto al Mediterráneo me parece que estamos totalmente de acuerdo y me
gustaría trasladar a sus señorías la preocupación sincera que por lo
menos la Presidencia tiene sobre el juego que Turquía puede y debe jugar
y las dificultades que podemos plantearle en un momento dado, alguna de
las cuales pueden ser irreversibles. Turquía para cualquier persona que
mire la estructura mundial posterior a la caída del Muro de Berlín sabe
que será un punto pivotal en las relaciones internacionales, y es un país
que puede girar o inclinarse hacia uno u otro lado, hacia el lado de la
modernidad entendiendo por modernidad aproximación a la Unión Europea, o
hacia el lado que aleje a los turcos de ella. Es cierto que la sociedad
turca tiene problemas y problemas muy serios, y es cierto que ha habido
un pequeño cambio de gobierno en el Gobierno de la señora Çiller, que es
un Gobierno minoritario en este momento que está apoyándose sobre un
grupo que dudosamente o con dificultad podemos pensar que va a dar el
paso a la modificación del artículo 8.º de la Ley Antiterrorista porque
ha sido uno de los grupos más duros en esa dirección. El envés de esa
moneda es que ese grupo político ha sido el que ayudó a que la reforma
constitucional saliera. Por tanto aquí hay un haz y un envés. Y cuando se
habla con los dirigentes políticos turcos a partir del nuevo cambio de
Gobierno, argumentan de una manera que puede ser positiva que la
oposición, toda la oposición, curiosamente hoy está a favor de la
reforma, y ahí puede quizás apoyarse la Primera Ministra para dar el
paso, teniendo una posición en el Parlamento con un gran apoyo de la
oposición, que sí se ha comprometido a apoyar la reforma.

El segundo tema que planteaba el portavoz del Grupo Parlamentario era
Argelia y preguntaba si hay un convenio; no hay ni mandato. Le diré que
la noche del día 2 de octubre tuve ocasión de cenar con el Ministro de
Asuntos Exteriores de Argelia, al que convocamos para escucharle cómo
veía la situación en su país. No les aburro contándoles lo que fue
aquella cena, que fue una cena por otra parte de gran interés
lógicamente, pero sí les quiero decir a sus señorías que se llevó un
mensaje bien claro: nosotros estamos por un diálogo que legitime la
situación política de Argelia, creemos que sin esa legitimación o esa
estabilidad política difícilmente se va a poder mantener el desarrollo
económico, estamos muy involucrados todos desde el punto de vista
económico con ayudas no solamente de instituciones internacionales como
el Fondo, sino que la propia Unión Europea ha desarrollado ya y ha puesto
sobre la mesa el segundo tramo de sus ayudas, y por tanto ligamos las
futuras relaciones o el salto en las futuras relaciones que la República
de Argelia tenga con la Unión Europea al desarrollo de sus elecciones. No
nos han pedido observadores para las elecciones pero sí les gustaría que
algunos de los que mandaran las Naciones Unidas fueran de la Unión
Europea.

Con respecto al proceso de paz en Oriente Medio, preguntó su señoría si
habrá acuerdo con la autoridad palestina. Sí, queremos que lo haya. De
los doce países que van a venir a la Conferencia Euromediterránea uno es
Palestina, por tanto lo contamos entre aquellos países que tienen ya una
relación con la Unión Europea y que nos gustaría que tuvieran también el
siguiente nexo, el siguiente grado de relación con la Unión Europea.

Sobre Marruecos le diré lo que a mi juicio es más importante. La
negociación ha sido larga, está siendo larga, pero creo que la tenacidad
no ha sido una mala medida. Como saben sus señorías, hubo un momento en
que no había posibilidad de globalizar el tipo de negociación que la
Unión Europea debía tener con Marruecos. Se ha producido, no hace mucho
tiempo, un cambio de posición en las autoridades marroquíes, y aceptan
que la relación de Marruecos con la Unión Europea es una relación global
y por tanto puede y debe haber vasos comunicantes entre unas cosas y
otras. Por consiguiente, ahí tenemos un margen más amplio si globalizamos
la negociación y aunque nos corresponda a nosotros arbitrar en el último
momento a los distintos sectores de la producción española y tendremos
quizá los problemas de cada uno de los sectores sumados y será peor para
el Gobierno, sin embargo, creo que será mejor para el conjunto de la
sociedad española.

Me preguntaba sobre la duración del acuerdo de pesca, y si sería posible
que fuera de cuatro años sin cláusula de revisión. Le quiero contestar
que sí, que es posible que sea de cuatro años sin cláusula de revisión.

En eso estamos, no quiero echar las campanas al vuelo todavía, y nos
daría una mayor flexibilidad en algunas proporciones, fundamentalmente en
cefalópodos. Su señoría me preguntaba también por la parte digamos más
social de la pesca; ahí hemos puesto nuestro énfasis y creo que sí
tendremos un buen acuerdo en aquellos que tiene que ver con la pesca más
ligada a las zonas menos desarrolladas, incluso de Andalucía



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por ser una zona más artesanal. Tenemos todavía un problema más en la
zona industrial, muy concretamente en alguna componente del cefalópodo,
porque es verdad que una parte de nuestra pesca no viene a la Unión
Europea sino que se exporta a países terceros, por ejemplo Japón, y los
marroquíes también lo saben. Insisto en que sobre la bajura podemos tener
yo creo un acuerdo bastante prometedor. Con respecto a si Libia puede
participar en la Conferencia de Barcelona le diré que no porque para
participar hay que tener acuerdos de cooperación con la Unión Europea, y
Libia, por razones obvias, no los tiene. Y en cuanto a Mauritania vamos a
intentar que Mauritania participe por la vía posiblemente de la Huma. No
quiero cerrarlo todavía, es uno de estos temas que no son fundamentales
pero nos gustaría tomar la decisión sin que causara demasiadas tensiones
por ejemplo como la que acabo de mencionar hace un minuto. Con respecto a
Estados Unidos, Rusia, etcétera, la posición en este momento es que éste
es un ejercicio de política exterior de la Unión Europea y por tanto que
de la misma manera que nosotros no vamos a las reuniones de APEC, no
tiene mucho sentido que tengan una presencia activa en la Conferencia. En
la sesión inaugural, donde se admite a todos los embajadores acreditados
en España no habría ningún problema en que asistieran, pero la
participación activa en la Conferencia estimamos que debe ser de Quince
más Doce, como habíamos pensado al principio.

La segunda cuestión es sobre la continuidad, que me parece de vital
importancia. Yo creo que lo que nosotros deseamos es que Barcelona no sea
un acto que nace y muere en sí mismo, sino que sea un acto que abre una
nueva página en las relaciones entre la Unión Europea y los países del
Mediterráneo. Por tanto, los mecanismos de seguimiento son importantes.

¿Cuál es la posición que yo creo que puede encontrar consenso? No nos
olvidemos de que estamos hablando no de países del sur de la Unión
Europea, de países mediterráneos de la Unión Europea, estamos hablando de
los Quince países, estamos hablando también de Finlandia o de Dinamarca,
que no les extrañará a sus señorías que vean a Marruecos a Libia o a
Túnez un poco más distante de lo que lo vemos nosotros. Yo creo que se
puede conseguir sin gran dificultad que haya un mecanismo de seguimiento
tipo «troika», más la Comisión y la Secretaría del Consejo que se reúna
con periodicidad. Y hay una razón que puede ser atractiva incluso para
países que comprendan menos, algunos los he mencionado ya. Aquí hay unos
programas financieros muy importantes: hay seis millones de dólares,
4.500 mecus. Hay bastantes recursos y, por tanto, no solamente hay que
seguir la componente política de la relación, sino que hay que seguir la
componente económica, la buena utilización de los recursos, y el
seguimiento de una cantidad de recursos de la Unión Europea que son
importantes. Por tanto, sí habrá continuidad y creo que convenceremos a
todos de que a todos nos interesa que haya continuidad, a unos por unas
razones y a otros por otras.

La cooperación con Francia es total. En este momento se puede decir que
la posición que España y Francia están tomando en la Cumbre de la
Conferencia Euromediterránea es una posición muy próxima, me atrevería a
decir que casi en algunos puntos prácticamente idéntica, con pequeñas
variaciones, con pequeños matices, y creo que es bueno para todos que así
sea. Es bueno que haya un núcleo de países mediterráneos, habría que
incluir a Italia también, que sigan siendo en cierta manera motores de
estas iniciativas como lo fueron en el pasado.

La cuarta cuestión a que hacía referencia su señoría es Iberoamérica. Le
agradezco la felicitación. Creo que debe haber un vector no solamente de
España con Latinoamérica sino de la Unión Europea con Latinoamérica en
sus pilares de política exterior y de política comercial y en esa
dirección vamos dando pasos.

Con respecto a Cuba su señoría afirma que hay diferencias de matiz más
que obstáculos, el obstáculo es el régimen político, y que no le parece
mal el diálogo exploratorio. Esto es lo que entre Quince es el común
denominador que se puede obtener. Sí quisiera decirle, lo conoce bien su
señoría, que a mí me hubiera gustado ir más lejos, como Presidencia
española, pero estamos unidos en una política intergubernamental en esta
materia y creo que hemos dado un paso de una cierta importancia para las
relaciones de la Unión Europea con Cuba y también tiendo a pensar que
para la evolución del régimen cubano desde la doble vertiente política y
económica.

La quinta cuestión que planteaba es la relación trasatlántica. Es verdad
que la Unión Europea tiene puntos de fricción con Estados Unidos de
América, y que uno no se atreve a decir si son crecientes o decrecientes,
pero depende de cómo se mire, se puede pensar que son crecientes. Su
señoría ha planteado algunos: Bosnia, del que luego me gustaría hablar en
particular, el contencioso de coches Japón-USA que estuvo y claro que
nosotros estábamos en una posición más proclive a la postura japonesa que
a la de Estados Unidos en el fondo. Iraq, Irán, China, Cuba. Les diré
algunos más que yo creo que se deben poner sobre la mesa, y de ahí la
importancia que tiene este ejercicio que estamos haciendo. No quiero
hablar del tema audiovisual, pero tenemos un choque muy duro en esta
materia con Estados Unidos. De ahí que cuando algunos quieren ser muy
ambiciosos en el tema comercial, a veces se olvidan de que tenemos
restricciones muy importantes y que no nos conviene sacar a relucir en
este momento. Le reitero que creo que la segunda o la tercera rúbrica de
exportación que tiene Estados Unidos es el tema audiovisual.

Otra cuestión que es muy importante para nosotros es la no
multilaterización. Hemos aprobado la Organización Mundial de Comercio,
pero Estados Unidos mantiene todavía la cláusula 301 y, por tanto, tiene
la posibilidad de actuar unilateralmente. Estas son cosas que hay que
discutir entre los Estados Unidos y la Unión Europea. No diré nada sobre
agricultura, pero sí sobre algo muy importante que en este momento nos
separa: las Naciones Unidas. Yo creo que en esta reflexión conjunta que
hacemos con los Estados Unidos tenemos que poner sobre la mesa el sistema
de las Naciones Unidas.

El sistema de las Naciones Unidas requiere reformas sin duda alguna.

Requiere agilidad en su forma de trabajar, requiere modificaciones,
requiere también recursos, y lo



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que es muy difícil de aceptar es que a la altura de este momento en que
estamos hablando, año 1995, aproximadamente el 60 por 100 de la
financiación de las Naciones Unidas, en su doble vertiente, financiación
básica, corriente, normal y financiación de operaciones de mantenimiento
de la paz se está haciendo por la Unión Europea. Los Estados Unidos
estaban pagando o tenían que pagar el 31 por ciento y el 25 en gastos
corrientes y el 25 por ciento en operaciones de mantenimiento de la paz.

Quieren bajar del 31 al 25 por ciento las dos cosas, más una deuda que
tienen con el sistema de Naciones Unidas cuya cifra no quiero ni
recordársela. El tema de las Naciones Unidas sí que es un tema que la
Unión Europea debe poner sobre la mesa para hablar seriamente con los
Estados Unidos de América. De lo contrario todo el sistema de
mantenimiento de la paz se nos puede ir al garete.

Les pondré dos ejemplos, y dos ejemplos tremendos. Uno. Hay una parte de
los gastos corrientes de las Naciones Unidas que ya se están pagando con
cargo a la rúbrica de operaciones de mantenimiento de la paz, con todo lo
que supone de dramático desde el punto de vista moral y político y lo que
supone también de dramático incluso desde el punto de vista legal, porque
no hay recursos para pagarlo. Les diré que dos operaciones, la operación
de Angola y la operación de Liberia, estaban preparadas para salir, y no
hay dinero para ponerlas en marcha. Son reflexiones que deben hacernos
pensar seriamente. Y ahí sí que la Unión Europea tiene poca
responsabilidad. Estamos, como les digo, con una financiación que se
acerca al 55 por ciento en lo que va de año. Por tanto, este tipo de
cosas también debemos ponerlas sobre la mesa en unas relaciones
equilibradas con los Estados Unidos.

Y por último les diré que también en la relación trasatlántica, el tercer
pilar, hay mucho que se puede hacer: lucha contra la droga, crimen
organizado, lucha contra el terrorismo. Si ponemos en común estas
cuestiones podríamos avanzar mucho en la relación trasatlántica.

Me preguntaba cómo valoran en Francia el primer borrador. Me atrevería a
decir que habría en el último Consejo una división de 9-6 o de 8-7, y la
diferencia fundamental se encontraba y se encuentra en los términos, en
la formulación sobre el comercio. Entre aquellos que quieren avanzar o
abrir la vía para una posible zona de libre cambio, que casi los propios
americanos no la desean porque les plantearía graves problemas pasarlo
por su propio Parlamento, y los que dicen: «Vayamos más despacio,
cerremos los temas importantes, y dejemos los temas comerciales en la
dimensión de abrir ya una zona de libre cambio con los Estados Unidos,
que también plantearía a terceros países dificultades grandes. Si los dos
grandes bloques mundiales se ponen de acuerdo en una zona de libre
cambio, realmente la multilateralidad tendría algunas críticas muy
significativas por parte de terceros países. Por tanto, creo que podremos
llegar a un acuerdo y las últimas redacciones creo que nos permitirán
llegar a él.

La sexta cuestión que planteaba era Rusia. Estoy totalmente de acuerdo,
creo que lo he dicho en mi primera intervención, en que a Rusia no la
podemos dejar sola. Tiene que seguir siendo uno de nuestros grandes
países aliados en Europa. Pero no ha dicho algo que me gustaría decir.

Cuando estamos pensando en la ampliación de la Alianza Atlántica, que es
una decisión tomada, la posición que nosotros tenemos con Rusia es una
posición muy clara: no hay vetos de Rusia hacia nosotros, no hay
sorpresas de nosotros hacia Rusia. Yo creo que ésa debe ser nuestra
posición: no aceptar vetos, no podemos aceptar vetos de nadie, pero sí
tenemos que comprometernos a no dar sorpresas. Con Rusia hemos de tener
una relación de amistad y de cooperación y no podemos darle sorpresas, y
alguna le damos. Les pondré un ejemplo que tiene que ver con Bosnia. El
jueves por la tarde había que cerrar el alto el fuego en Bosnia; lo cerró
en ese momento el negociador Holbruk, porque el negociador Ivanov no
estaba, y se comprometieron a dar presión al gas que se suministra a
Sarajevo, pues dicho gas viene de Rusia. Un representante se enteró y
dijo: A mí me parece muy bien que avancemos hacia mecanismos de alto el
fuego y que se pongan ustedes las medallas, pero es que el gas es mío, y
tengo que dar el visto bueno. Es decir, tomar a Rusia «for granted», por
usar el término inglés, no puede ser. Tenemos que sentarla en nuestra
mesa de negociación y trabajar con ella como un país que está también
jugando en la misma dirección que los demás y que tiene una gran
importancia.

Otra cosa que quería mencionar al Diputado Arias Salgado se refiere a
Ucrania. De los países del centro de la Unión Europea más los PECOS queda
un territorio importantísimo, inmenso, riquísimo potencialmente que es
Ucrania. Cuando pensamos en ampliar la Alianza Atlántica difícilmente
podemos pensar en este momento en ampliarla a Ucrania. Por tanto,
tendremos también que pensar no sólo qué haremos con Rusia, sino qué
hacemos con Ucrania. Yo creo que pensamos o reflexionamos poco en ello.

El séptimo tema era Bosnia y ha utilizado una forma de explicar muy
plástica y muy gráfica, y en parte no le falta razón desde el punto de
vista de un observador que mira desde fuera. Metido dentro de todo este
proceso las cosas no son tan sencillas, al contrario, son mucho más
complejas y este ejercicio se rompería por lo menos en dos de las
flechas. Es verdad que la Unión Europea y la PESC han nacido hace muy
poco tiempo, y siempre he dicho y quiero volver a decirlo que han tenido
un peso sobre sus alas extraordinario que ha sido la guerra de
Yugoslavia. Si no hubiéramos tenido la guerra al inicio de la PESC,
seguramente ésta podría haber volado más alto. Hemos tenido que
enfrentarnos con una situación enormemente difícil, delicadísima, con
ribetes históricos tremendos, y eso ha impedido quizá que se desarrollara
la PESC de una manera más útil. Pero también es verdad que la Unión
Europea ha conseguido que el conflicto se mantuviera sin duda alguna en
los confines, en unas fronteras; ha conseguido también que la ayuda
alimentaria fuera prácticamente en su totalidad de la Unión Europea, y
hubiera conseguido más de haber hecho Estados Unidos al final lo que no
quiso hacer al principio. La posición de los Estados Unidos de América
recordarán sus señorías que fue completamente contradictoria con la
posición que está tomando ahora. Tuvo altos y bajos dependiendo quizá de
influencias de política interna.




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Pero si hubiéramos tenido un mayor grado de cohesión, si hubiera sido más
compacta la acción internacional hace tiempo quizás hubiéramos resuelto
algunos problemas. Yo recuerdo muy bien que tuve una conversación en
Ginebra con el Presidente Milosevic en nombre de la Unión Europea hace
tiempo y decía: si yo pacto con ustedes pero luego ustedes tienen que
pactar con los Estados Unidos, tráiganme ya directamente a los Estados
Unidos y me ahorro un paso. Es decir, esa falta de cohesión que ha habido
a veces entre los Estados Unidos y la Unión Europea ha permitido quizá
que el tiempo haya sido un tiempo más largo o, por el contrario, pensando
como lo haría un optimista, a lo mejor es que la situación no estaba
madura en aquel caso y lo hubiera estado solamente cuando ya ha pasado el
tiempo que ha pasado.

Sobre la reconstrucción, sin duda tenemos que hacer lo posible para que
no caiga sobre nuestras espaldas; no tendría sentido. Tendremos que tener
un cuidado grande en no coger un acuerdo por los pelos que tenga algún
sentido de política interna para algún país, hagan una parte del trabajo,
se pongan las medallas en sus respectivas pecheras, y nos encontremos
después al cabo de los meses con un problema enormemente complicado sobre
nuestras espaldas. Tenemos que estar vigilantes para que no nos pase eso.

Y le diré que en la declaración del 2 de octubre, señor Arias Salgado,
prácticamente sólo hubo un problema, pero un problema que arrastró muchas
declaraciones. Había un punto, el punto 9, que fue el único que planteó
dificultades, y era si decíamos ya públicamente que queríamos que hubiera
un Alto Comisario de las Naciones Unidas que controlara toda la operación
de reconstrucción no militar (porque va a haber que seguir con ayuda
humanitaria que no puede hacer la OTAN y tendrá que hacer Naciones
Unidas, operaciones de reconstrucción, etcétera) y que algunos opinábamos
que debía ser europeo, y otros creían que era precipitado el decir que
fuera un europeo. Cosas tan pequeñas como ésas a veces hacen que un
documento, que tampoco es que fuera un documento para el Premio Nobel, no
fuera un documento esencial, esencial era el compromiso con el proceso de
reconstrucción.

Por fin el octavo punto de su señoría trata temas de carácter doméstico o
influencia doméstica: frutas y hortalizas. Acaba de ponerse sobre la
mesa, no se ha iniciado todavía prácticamente el debate. Portugal acaba
de presentarse y por tanto me remito a lo que pueda pasar a lo largo del
proceso de negociación.

En cuanto a los productos farmacéuticos tenemos una contradicción, que su
señoría quizá conoce y conoce bien, entre la industria farmacéutica, una
parte muy importante de ella en manos no nacionales, que prefiere lo que
yo creo que con sentido común los españoles no debiéramos preferir: la
prórroga. Cúmplase la norma y cúmplase la ley. Lo que pasa es que algunas
multinacionales tienen miedo de que eso tenga consecuencias para ellas, y
pueden amenazar, uso la palabra en término coloquial, con que algunos
gastos de I+D o algunos otros pudieran no realizarse en España si no se
prorrogara la situación. La posición del Gobierno, del Ministerio de
Industria, y del Comisario Monti, que es el responsable del Mercado
Interior, es la de no prorrogar. Parece que es lógico, pues lo contrario
sería bastante chocante. Esperemos a ver cómo evolucionan los
acontecimientos.

Preguntaba sobre las redes transeuropeas. Lo que se ha aprobado para los
años 1995 a 1999 son 2.345 millones de ecus, es decir, ya hay una partida
presupuestaria. ¿Cuál es el grado de madurez de los proyectos españoles?
Se ha dado prioridad a dos tramos: Zaragoza-Lérida y Ricla-Calatayud.

Para el tramo Zaragoza-Lérida, 140 kilómetros, se estima una financiación
necesaria de 114.000 millones de pesetas, y para el Ricla-Calatayud, 40
kilómetros, 42.000 millones de pesetas. Son cifras importantes.

Yo creo que con esto contesto a los ocho puntos de su señoría.

Respecto a la intervención del portavoz del Grupo de Izquierda Unida,
también podríamos dividirla en varios puntos. El primero, creo que
competía más a la Presidencia el dar la contestación y a mí pedir
disculpas. Sinceramente creía que esta tarde era un buen momento para
comparecer y quizá me he equivocado.

En cuanto a las pruebas nucleares en Mururoa, le diría a su señoría que
creo que la Presidencia ha obrado como debía hacerlo. La política nuclear
de la Unión Europea no es una política común, y al no ser una política
común, el equilibrio que debe tener la Presidencia creo que es el que ha
mantenido, que ha sido lamentar lo profundamente y sobre todo lo que, a
mi juicio, es más importante, que nunca más tengamos un debate como éste.

¿Y cómo conseguimos que nunca más tengamos un debate como éste? Haciendo
lo posible para que a la mayor brevedad se firme por todos los países
nucleares lo que es un acuerdo ya, que es la prohibición a nivel cero, de
todas las pruebas nucleares en el año 1996. Yo creo que eso es lo más
importante que podemos hacer en este momento. Como Gobierno español
podemos hacer otras cosas, pero como Presidencia algún equilibrio tenemos
que hacer porque no hay una posición común ni la puede haber, porque no
hay una política común. Y su señoría podrá sacar consecuencias y
conclusiones. Imagínese que otra Presidencia en temas que no son de
política común que podrían afectarnos a nosotros, tomara una posición de
condena a lo que estamos haciendo. Yo creo que todos tenemos que ser
capaces, cuando estamos en una posición institucional, de ser
institucionales. Hemos ido lejos, hemos hecho una crítica muy severa a la
actitud de Francia, pero yo creo que, honestamente, con la posición que
tenemos en este momento y el equilibrio que debemos guardar, no debíamos
ir más lejos. No tiene la Presidencia más competencias que las genéricas
de medio ambiente que tiene el Consejo que es intergubernamental. La que
tiene competencias es la Comisión, según el artículo 35 de Euratom. Y la
Comisión ha hecho lo que a su juicio debería hacer. Puedo decirle que he
comparecido en el Parlamento Europeo, conjuntamente con el Presidente
Santer, y se puso de manifiesto claramente cuáles eran las competencias
que la Presidencia tenía, que el Consejo tenía y cuáles tenía la
Comisión. Yo salí del debate parlamentario, si me permiten decirlo,
bastante bien, y el Presidente de la Comisión salió un poquito peor,
porque le acusaron del artículo 35, cuando es verdad que el artículo 35



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está un poco cogido por los pelos, pero legalmente se puede aplicar y lo
está aplicando la Comisión que ha mandado expertos a Mururoa para medir
los niveles de radiactividad. Recuerdo que el artículo 35 habla de: por
si afectara a la salud de ciudadanos de la Unión Europea. Esa es la
posibilidad a través de la cual la Comisión podría entrar, y le diré que
el Tribunal de La Haya ya ha dictaminado que no procede la sanción a
Francia. Pero, insisto, yo creo que lo más importante y lo más
constructivo que podemos hacer es ponernos todos a trabajar para que el
tratado, no el de no proliferación que ya está aprobado con carácter
indefinido, que impide que haya pruebas nucleares a nivel cero, que no
sea a nivel de potencia más alto, se apruebe lo antes posible. En eso
estamos trabajando.

Con respecto a la Conferencia Euromediterránea creo que en mi
intervención ya he dado toda la información que prácticamente obra en mi
poder en este momento. El documento aprobado por el Consejo creo que lo
tienen sus señorías, si no es así se lo haremos llegar, con lo cual la
declaración la pueden leer y sacar las consecuencias que entiendan
oportunas.

El programa Meda que redistribuirá los 4.500 millones de ecus no está
terminado. Compete a la Comisión proponérselo al Consejo; no lo ha hecho
todavía, lo hará en fecha relativamente próxima y en cualquier caso para
el consejo del mes de noviembre lo tendremos y también tendremos ya un
primer debate sobre ello. Lo que podemos hacer, al finalizar el consejo
del día 30, es volver a cambiar impresiones sobre cómo marcha la
distribución del Programa Meda que le corresponde a la Comisión realizar.

La tercera cuestión que planteaba su señoría es sobre Bosnia y en cierta
manera alguna parte de razón tiene en cuanto a que los comportamientos de
algunos países siguen un ciclo de la política interior, de la política
doméstica. Eso es así y de nada vale negarse. En este caso no es tanto el
ciclo electoral, y quiero recordar que más bien es el ciclo de sus
decisiones parlamentarias. Es decir, el movimiento anterior al verano del
Presidente Clinton mandando a España y a otros países de la Unión Europea
a su asesor máximo de seguridad, el señor Lake, tenía más que ver con la
votación que había aprobado el Senado americano sobre el levantamiento
del embargo de armas que con el calendario electoral. Lo que pasa es que
al transcurrir el tiempo a lo mejor es difícil separarlo uno del otro
porque es verdad que el mes de noviembre de 1996 se aproxima, pero
realmente la urgencia era una urgencia más noble que la electoral. No es
que sea innoble la urgencia electoral, pero sí era la urgencia de no
tener un conflicto con el Parlamento que perdiera y que se levantara el
embargo de armas a Bosnia con el drama que supondría. De haberse
levantado el embargo de armas a Bosnia estaríamos ahora seguramente mucho
peor de lo que estamos. Eso es lo que yo pienso, por lo menos.

Por tanto, el dar facilidades para que el Congreso americano no ganara
ese pulso al Gobierno americano, creo que era una oposición de progreso
más que una oposición retardataria de la solución del problema.

Con respecto a la reconstrucción, su señoría ha mencionado si tres
tercios es una cifra razonable. Me encantaría que fuera razonable y por
ella vamos a trabajar. Y luego su señoría pregunta sobre dos modelos de
incorporación de estos países al polo de la Unión: los acuerdos llamados
de asociación o lo que su señoría ha calificado, al igual que otros, como
acuerdos balcánicos. Quiero decirle que ésa no es una posición de Gran
Bretaña, no la califique como posición británica, porque es una posición
mucho más amplia que la británica y no estoy seguro de que sea
fundamentalmente británica. ¿Cuáles son los dos modelos? El modelo que yo
llamaría radial, es decir, en el centro de la rueda de la bicicleta está
la Unión Europea, y cada uno de los radios es una ligadura que tiene la
Unión Europea con un país de la zona balcánica. Y otro modelo que podría
ser no solamente radial sino que tuviera también relaciones obligadas
entre los distintos países de la zona balcánica.

Tienen ventajas e inconvenientes los unos y los otros. Si me pide mi
opinión, yo en este momento sería más partidario del segundo que del
primero, de los acuerdos balcánicos, porque sería una relación que no
sólo obligaría a esos países a tener relación con el centro, con la Unión
Europea, sino que además les obligaría a relacionarse entre ellos. Y
estamos viendo incluso con los PECOS que lo que se consigue no es tanto
una relación interpaíses de la zona, sino que acaban teniendo todos
relaciones comerciales entre ellos y la Unión Europea más altas, más
elevadas, pero no se acaba generando una zona de intercambios en la
propia región. Ucrania es un ejemplo claro. Ucrania era un país que
suministraba alimentos a toda una región del centro de Europa; hoy no da
alimentos prácticamente a nadie y en cambio tiene comercio de otros
productos mucho menos útiles desde el punto de vista de su rentabilidad
con el centro, es decir, con la Unión Europea.

Deberíamos ser capaces, al tratar de establecer este tipo de relaciones
digamos radiales, de favorecer también las relaciones entre ellos mismos.

Y aquí nos jugamos mucho, porque esto no es hablar de Checoslovaquia,
Hungría y Polonia, es hablar de Bosnia, es hablar de Serbia, es hablar de
Croacia, es hablar de Macedonia, es hablar de Albania y, a menos que
tengamos ahí también un mercado que les ayude a ellos mismos a vivir
juntos, quizá no hagamos el mejor servicio. Con eso no quiero decir que
sea más rápido o que sea más lento o que sea de mayor o menor nivel o de
mayor o menor calidad el tipo de relación que tengan con la Unión
Europea. El problema lo vamos a encontrar con Croacia, ahí va a estar el
problema. Porque yo creo que algunos países de la Unión Europea no
permitirán o les será muy difícil permitir que Croacia se incorpore a una
aproximación, digamos, balcánica. Creerán que Croacia y Eslovenia deben
separarse de esa especie de zona balcánica donde hay contaminación y
sacar a los croatas y eslovenios para que no se contaminen de lo que son
los problemas potenciales o reales de los Balcanes. No tengo por qué ser
más explícito, creo que los conocimientos históricos de su señoría dan
perfecta contestación a mi pregunta.

Y por último, me referiré al tema de Cuba. Señoría, en menos de tres
meses desde que yo tomé la responsabilidad de la Unión Europea, de la
Presidencia, con un mes en que no hubo ningún Consejo, porque era el mes
de agosto, con un mes de septiembre en el que pasamos semana y media



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reunidos en las Naciones Unidas, en menos de tres meses, insisto, hay un
acuerdo una decisión tomada por unanimidad sobre Cuba. No sé qué entiende
su señoría por dinámica, o si su señoría entiende por dinámica la
velocidad supersónica. Esto está bastante bien hecho y a una velocidad
bastante rápida. Teniendo en cuenta los entresijos de la toma de
decisiones en la Unión Europea, algo que se decide en menos de tres meses
de esta envergadura, entendería que su señoría en vez de llamarme tímido
me llamara audaz. Y creo que en el fuero de su conciencia lo que me
quiere llamar es audaz y no tímido; otra cosa es que no lo diga.

Y la segunda reflexión que le quiero hacer a su señoría es que aquí
tenemos varias posibilidades. Yo no soy de Derecho, soy de Ciencias. (El
señor López Garrido: Yo también soy de Ciencias.) Su señoría es de
ciencias blandas, yo soy de ciencias duras. (Risas.) Permítame la broma.

Pero, señoría, en ciencias se sabe muy bien que la forma de intentar
resolver el todo de un problema es la mejor forma de no resolver las
partes del problema. Yo lo que le quiero decir es que prefiero arreglar
las partes del problema una tras otra y así resolveré el problema.

En el tema de Cuba a su señoría le hubiera gustado ir mucho más lejos.

Bueno, pues no hubiéramos ido, porque para ir más lejos se necesita el
voto de quince miembros, y no lo hay. Y por tanto lo importante y lo
interesante es ir paso a paso, y conseguir lo máximo que se pueda sacar
de cada paso. Desde luego ésa es mi posición: lo máximo que se pueda
sacar de cada paso, pero necesito catorce votos más el mío; el mío está,
pero necesito los otros catorce. Creo honestamente que si su señoría
recapacita un minuto se dará cuenta de que quince votos en una materia
como ésta no se sacan tan fácilmente. Y haberlos sacado en menos de tres
meses me parece algo muy, muy importante.

Señoría, no le puedo contestar si iré a Cuba en los próximos días porque
no tengo la agenda tan clara, pero sí le puedo decir que veré a Castro la
próxima semana, no en Cuba, sino en otro sitio. No sé si tendré fechas
para ir a Cuba, pero quiero explicarle personalmente cuál es el sentido
que tienen los acuerdos que hemos tomado. Se lo he explicado ya al
Ministro Rovaina pero se lo quiero explicar también a él.

Y, por fin, le diré algo para su conocimiento personal, sin ánimo de
ofenderle. Las medidas que el Presidente Clinton ha tomado en un acto
público no hace muchos días (que su señoría liga con la decisión tomada
por la Unión Europea como si esta decisión de la Unión Europea le hubiera
forzado) son dos medidas que están en la Ley Torricelli, no son medidas
que vayan contra dicha Ley. Sepamos también de lo que estamos hablando.

Esas dos medidas que se han celebrado tanto están contenidas en la Ley
Torricelli.

Y por último, señoría, nada me gustaría más que por lo mismo ir a la
misma velocidad que el Vaticano.

La quinta cuestión que su señoría me plantea es Mercosur y la Declaración
Trasatlántica. En cuanto a Mercosur, gracias por su felicitación, y sobre
la Declaración Trasatlántica creo que he dado una explicación bastante
amplia. No podría añadir mucho más a lo que he dicho contestando al
portavoz del Grupo Parlamentario Popular. A frutas y hortalizas también
me he referido y respecto al vino, yo no soy un experto en vino aunque
disfruto con él, o la impresión que yo tengo del Ministerio de
Agricultura y del sector es que preferirían que no se tratara la
directiva del vino, tal y como está la cosecha en estos momentos y las
posibilidades que hay actualmente.

Y quisiera sacarle de un error. La Presidencia de un país no es el mejor
momento para sacar cuestiones que beneficien a su país. Vuelvo a
insistir, lo he dicho muchas veces y quiero repetirlo porque es así.

Desde mi punto de vista, la Unión Europea se forma de miembros de por
vida, y cada seis o siete años toca tener la Presidencia. El resto del
tiempo hay que defender con uñas y dientes los intereses de su país.

Cuando corresponde ostentar la Presidencia hay que respetar, animar, al
entrar al colectivo de la Unión Europea. Tenemos tiempo infinito. No nos
va a tocar hasta dentro de mucho tiempo volver a ostentar la Presidencia.

Pero cuando hay una Presidencia tenemos que ser capaces de dejar la
impronta institucional de construcción europea, no ir a sacar la grande o
pequeña cosa que interesa a su país. Imagínese, si todos los Presidentes
hicieran eso no nos serviría para nada la Presidencia, sino al contrario,
sería un estorbo. Tenemos que tener durante seis meses a alguien, que se
dedique a impulsar realmente lo que es el elemento fundamental de
cohesión de la Unión Europea. Me parece que ése es un planteamiento en el
que podemos estar o no de acuerdo, pero es lo que a mí me parece. Con eso
no quiero decir, lógicamente, que se desprecien los intereses del país o
que no se defiendan; pero que la prioridad creo yo que durante la
Presidencia es aquello que es lo colectivo de la Unión, donde un país
deja su impronta es en el impulso que dé al colectivo de la Unión más que
en preocuparse y poner toda su administración, aprovechando que se sienta
en una silla un poco particular, para arreglar el pequeño o gran problema
que pueda tener con la Unión.

Y, por fin, sobre el Consejo Económico, el Consejo Europeo de Madrid,
todavía no puedo ser muy preciso sobre ello. Me preguntaba sobre los
PECOS, si van o no van a venir. Yo creo que sí, que al final serán
invitados a una reunión posterior al calor del Consejo como ha sucedido
en los anteriores. Al tema del empleo le puedo contestar tajantemente que
sí habrá medidas completas sobre el empleo y habrá el informe de los dos
Consejos conjuntamente, el del Ecofin y el de Asuntos Sociales o Trabajo,
como quiera su señoría llamarle. España ya ha presentado sus medidas
aunque no sé si el Ministro de Trabajo ha comparecido. Y sobre la Unión
Económica y Monetaria, relación de las monedas de dentro y de las monedas
de fuera, entiendo que he dado ya una contestación al responder a don
Rafael Arias Salgado como Portavoz del Grupo Popular. Será un tema
difícil, delicado, pero creo que no sería ya aceptable que hubiera un
tipo de cambio fijo, porque para ese viaje, insisto, no necesitábamos
alforjas.

Al Portavoz del Grupo Socialista, señor Costa, le agradezco muy
sinceramente sus palabras, me gustaría resaltar una parte de ellas, y
espero que los demás Grupos también las entiendan. La valoración global
de una Presidencia no sería justo que se hiciera por una directiva o por
dos o por



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una y media; creo que tiene un sentido quizá mucho más amplio que esa
medida, aunque es verdad que todas las medidas son importantes.

Sobre el empleo ya he contestado. Será uno de los puntos de la Cumbre de
Madrid, dentro de lo que se pueda hacer en el ámbito europeo aunque
tampoco creamos que en el ámbito europeo está la solución a los problemas
del empleo.

Sobre Marruecos también he contestado ya. En los temas de la pesca estoy
totalmente de acuerdo con lo que su señoría ha apuntado. Y sobre la
situación en Yugoslavia, creo que también estamos de acuerdo en que la
Unión Europea tiene responsabilidades y, lo que es más importante, debe
sacar lecciones de la situación y de cómo se ha gestionado. Ha habido
partes con luz y partes con sombra, pero sin duda alguna debe sacar
lecciones, lecciones que debe utilizar en la Conferencia
Intergubernamental. Al debate en la Conferencia Intergubernamental sobre
el segundo pilar, política de seguridad y política exterior, con los
datos y las experiencias vividas que hoy tenemos, seguramente le
debiéramos dedicar, el Parlamento español, España en general y la Unión
Europea, una atención mayor.

Sobre el grupo de reflexión tienen el documento de la segunda etapa. El
Secretario de Estado ya estuvo aquí, y la última sesión ha estado
dedicada a la PESC, básicamente al segundo pilar, y quizá va madurando
una idea que por el verano circulaba no de un «míster PESC» que entraría
en contradicción quizá con el propio Presidente de la Comisión, pero sí
algo intermedio que diera visibilidad a la acción de la Unión Europea, y
lo que es más importante, a mi juicio, que el «míster PESC»: que hubiera
una célula de preparación más seria, más rigurosa, más sólida, más
permanente, de planteamiento sobre los problemas de política exterior y
de seguridad que la Unión Europea tiene. Hoy los mecanismos de toma de
decisiones del primer pilar son muy claros: el Coreper funciona y
funciona bien y creo que se cometen pocos errores desde el punto de vista
del nivel de preparación con que llegan los asuntos. En el segundo pilar,
aunque al final siempre pasa por el Coreper, está el mecanismo del COP,
Consejo de Cooperación. A veces pueden llegar los temas con una
preparación menor de la que yo creo que debe ser necesaria para la toma
de decisiones a veces tan importantes y con tantas consecuencias como las
que se adoptan a veces.

Y esto es lo que puedo decirle. Quiero agradecer una vez más a todas sus
señorías la buena disposición de ánimo y pedir disculpas por haber
llegado hoy. (Risas.)



La señora PRESIDENTA: Señor Ministro, queremos agradecerle muy
sinceramente el tiempo que ha dedicado a su comparecencia ante esta
Comisión, a pesar de las dificultades de última hora, pero creo que ha
permitido satisfacer el interés informativo de los Grupos intervinientes
en esta Comisión, por lo menos hasta el día de hoy.

Y si me permiten sus señorías, antes de levantar la sesión querría
también que conste en acta una mención específica de agradecimiento a la
taquigrafía que ha seguido en solitario las tres horas que ha durado esta
comparecencia, porque hoy los servicios de la Cámara no podían prestarnos
más atención puesto que estaban todos los demás ocupados. Le agradecemos
haber soportado el peso de esta reunión y sin más asuntos de qué tratar
se levanta la sesión.




Eran las diecinueve horas treinta minutos.