Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 86, de 02/10/1995
PDF





DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 1995 V Legislatura Núm. 86
Para la union Europea
PRESIDENTA: DOÑA ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA
Sesión núm. 28
celebrada el lunes, 2 de octubre de 1995,
en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia urgente del señor Ministro de Agricultura, Pesca y
Alimentación (Atienza Serna), para exponer las conclusiones del Consejo
Informal de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, celebrado el 19
de septiembre de 1995, con remisión del documento presentado por la
Presidencia sobre la «Política Agraria Comunitaria y los riesgos
climáticos en la agricultura europea», así como para informar del Consejo
de Ministros de Agricultura de la Unión Europea de los días 25 y 26 de
septiembre de 1995. A petición del Gobierno. (Número de expediente
Congreso 214/000122 y número de expediente Senado 711/000144.)



Se abre la sesión a las cinco y treinta y cinco minutos de la tarde.




La señora PRESIDENTA: Señorías, se abre la sesión.

Celebramos esta reunión del pleno de la Comisión Mixta para la Unión
Europea para asistir a la comparecencia urgente, solicitada por el propio
Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, para exponer las
conclusiones del Consejo informal de Ministros de Agricultura de la Unión
Europea del día 19 de septiembre, así como para informar del Consejo de
Ministros de Agricultura de la Unión Europea de los días 25 y 26 de
septiembre. El señor Ministro ha enviado previamente a esta Comisión, y
obra en poder de SS. SS., un documento titulado «La política agraria
comunitaria y los riesgos climáticos en la agricultura europea».

Sin más preámbulos, agradeciéndole su presencia, tiene la palabra el
señor Ministro para que tenga a bien explicarnos



Página 1718




cuál ha sido el resultado de esos dos Consejos y, posteriormente, tendrán
la palabra SS. SS. para hacer las preguntas o consideraciones que
consideren pertinentes.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señora Presidenta, como SS. SS. recordarán, en mi última comparecencia
ante esta Comisión Mixta, el pasado 6 de julio, tuve ocasión de informar
del desarrollo de la reunión informal celebrada en Toulouse, bajo
presidencia francesa, así como de los objetivos de la presidencia
española de la Unión Europea durante este semestre en el campo de la
agricultura. He considerado, por tanto, de interés solicitar comparecer
de nuevo en esta Comisión Mixta para informar del desarrollo de los dos
encuentros que hemos mantenido los Ministros de Agricultura de la Unión
Europea durante este mes de septiembre. En este sentido, quiero
manifestarles mi total disposición a informar a esta Comisión de los
Consejos de Agricultura y Pesca que vamos a celebrar en los próximos
meses.

Así, en relación con la reunión informal que mantuvimos en Burgos los
días 19 y 20 de septiembre, ya tuve ocasión un día más tarde de exponer
ante el Pleno del Congreso cuáles habían sido las propuestas que formulé
como Presidente del Consejo comunitario de Ministros de Agricultura sobre
los riesgos climáticos y su influencia en la política agrícola
comunitaria. Dado que SS. SS. ya disponen del documento de reflexión que
presenté a mis colegas comunitarios, hoy sólo quiero exponer cuáles deben
ser, a juicio del Gobierno, las líneas sobre las que debe continuar
trabajando la Comisión Europea y cuáles fueron las posiciones mantenidas
por los diferentes Estados miembros.

Quiero insistir ante SS. SS. que, al igual que en Toulouse, la reunión de
Burgos es un encuentro informal en el que no se adoptan acuerdos, sino
que se reflexiona conjuntamente sobre un tema monográfico
insuficientemente tratado por la política agrícola comunitaria y sobre el
que más tarde la Comisión adopta iniciativas. Asimismo, el país anfitrión
programa otras actividades para un mejor conocimiento de la realidad
agroalimentaria de la zona escogida.

Los riesgos climáticos tan variados, a los que con tanta frecuencia están
sometidas la agricultura, la ganadería y los bosques de la Unión Europea,
afectan de diversa manera a las explotaciones agrarias por la disminución
de ingresos, a las administraciones nacionales por desajustes
presupuestarios, IPC y empleo, y al buen funcionamiento de la PAC. Los
Estados miembros, al no existir programas comunitarios, vienen adoptando
diferentes medidas, como actuaciones específicas ante daños de carácter
extraordinario (ayudas directas, créditos subvencionados, exenciones
fiscales); en algunos casos, la creación de un fondo de calamidades o un
sistema específico de seguros agrarios que, a su vez, requiere de una
aceptación de compatibilidad de las ayudas. Por ello, he planteado ante
mis colegas comunitarios que la adopción de medidas para hacer frente a
los riesgos climáticos sería una forma de contribuir a la construcción de
la Unión Europea, implicando a las instituciones comunes en la solución
de los problemas que afectan a su funcionamiento. También he considerado
oportuno reflexionar sobre la incidencia de los riesgos climáticos en el
funcionamiento y los objetivos de la PAC. Quisiera destacar algunos de
los aspectos que inciden muy directamente.

La disminución de los ingresos de los agricultores y el posible impacto
en la viabilidad a medio plazo de algunas producciones. En ese sentido
quiero recordar los objetivos que establecen los tratados para la
política agrícola comunitaria en su artículo 39. Cambios en los programas
de siembra, ante la inviabilidad de los cultivos previstos, pudiendo
derivar en una superación de los límites de superficie establecidos para
algunas producciones. Pérdida del derecho a la percepción de las ayudas
de la PAC por incumplimiento de algunas de las condiciones exigidas para
ello, como sucedería en el caso de no nascencia. Desabastecimiento de
mercados, con los consiguientes efectos económicos en cuanto a materias
primas para la industria transformadora, evolución del IPC, etcétera.

Impacto ambiental como consecuencia de la pérdida de cubierta vegetal,
erosión del suelo, riesgo de desertización. Consecuencias negativas para
el desarrollo rural y la ordenación del territorio. Situación de
inferioridad de la agricultura europea frente a la de otros países
competidores que tengan establecido un sistema generalizado de cobertura
de riesgos. Relación de complementariedad y posibilidad de sustitución
entre las ayudas compensatorias de la PAC y los sistemas de cobertura de
riesgos.

Por ello, como Presidente del Consejo de Ministros he planteado que las
medidas que se vayan a adoptar deben instrumentarse con criterios de
solidaridad financiera, que es uno de los principios que inspira la PAC,
y de cohesión económica y social, regla que deben tener en cuenta todas
las políticas comunes. Asimismo deben respetar las tres condiciones
siguientes: Compatibilidad de las medidas con el Tratado de la Unión
Europea, equilibrio financiero y respeto a los compromisos
internacionales derivados de los Acuerdos de la Ronda Uruguay y del GATT.

Considerando lo anterior, he planteado a los Ministros las tres preguntas
que figuran en las páginas 14, 15 y 16 del documento que les ha sido
entregado y que básicamente son: cómo debemos flexibilizar la aplicación
de la PAC para que la renta de los agricultores no se vea gravemente
perjudicada por las diversas condiciones climáticas; qué marco de
referencia común debemos establecer para que nuestros agricultores no
estén en inferioridad respecto a los de terceros países; cuáles deben ser
los criterios de solidaridad y cohesión a establecer en la Unión Europea
para hacer frente a los riesgos climáticos. En este sentido, he recibido
una carta de los presidentes del Copa y del Cogeca expresando su posición
a favor de que, además de las ayudas específicas y puntuales para los
agricultores víctimas de catástrofes naturales, se establezcan mecanismos
comunitarios permanentes para cubrir los riesgos naturales como, por
ejemplo, la creación de un fondo europeo de calamidades o de un sistema
comunitario de seguros.

Al principio de mi intervención ya les comentaba que estas reuniones
informales concluyen sin adoptar conclusiones definitivas, ya que los
Estados miembros exponen sus reflexines y la Comisión las toma como
orientaciones para el desarrollo de sus propuestas. Así, de manera
evidente



Página 1719




y unánime todos los ministros y la Comisión se manifestaron favorables a
la adopción de medidas para que los agricultores europeos puedan afrontar
situaciones difíciles en cuanto a la continuidad de sus explotaciones. En
este punto, frente a una posición minoritria que abogaba por aplicar en
exclusiva el principio de subsidiariedad, la gran mayoría se pronunció
por una política que combine subsidiariedad y solidaridad, aunque con los
límites presupuestarios establecidos en la Unión Europea.

Bajo este principio solidario, el Comisario europeo anunció su
disposición, en nombre de la Comisión, a movilizar de las reservas
financieras de los fondos estructurales hasta un total de 300 millones de
ecus, unos 50.000 millones de pesetas para financiar programas,
fundamentalmente preventivos, que contribuyan a la modernización de
infraestructura, al uso eficiente del agua, aunque también podrían
dirigirse a restablecer el potencial productivo dañado. Este compromiso
fue valorado por algunos países como un paso previo a la creación de
mecanismos de apoyo permanente. También la gran mayoría de los ministros
se mostró favorable a flexibilizar la aplicación de la PAC cuando se den
circunstancias climáticas particularmente extremas. Un ejemplo de ello lo
constituye el adelanto de las ayudas directas a los agricultores
españoles afectados por la sequía, que ha permitido anticipar en los
meses de julio y agosto más de 225.000 millones de pesetas. Asimismo,
fruto de esta reflexión conjunta, y como más adelante detallaré, se va a
revisar el Reglamento 1765/92 para autorizar a la Comisión Europea a que
pueda eximir de penalizaciones en la forma de barbecho extraordinario sin
compensación a las regiones que vean disminuidas sus producciones por
causas climáticas, lo que constituye el primer resultado concreto de la
reflexión de Burgos, sólo una semana después. También la propuesta de
reforma de la OCM de arroz contempla la posibilidad de adoptar medidas
para proteger a la industria cuando disminuya la producción comunitaria
por causas climáticas.

En lo que se refiere al Consejo de los días 25 y 26 de septiembre, esta
reunión se articulaba en dos partes diferenciadas: por un lado, el
Consejo formal propiamente dicho y, por otra parte, el inicio en el
ámbito de la agricultura del diálogo estructurado de la Unión Europea con
los países asociados de Europa Central y Oriental y del Báltico,
candidatos a la integración en la Unión Europea, y ello de acuerdo con
los compromisos del Consejo Europeo de Essen. En cuanto al Consejo
propiamente dicho, el tema estrella era el de la determinación de la tasa
de retirada obligatoria de cultivos herbáceos para la campaña de
comercialización 1996-97, es decir, el porcentaje de barbecho obligatorio
para las siembras que ya se están empezando a efectuar, lo que daba a la
decisión un carácter de urgencia como dificultad añadida a la propia de
encontrar un equilibrio entre las diferentes posiciones del Consejo.

Quiero recordar a SS. SS. que la reglamentación establece, con carácter
general, que la tasa de retirada obligatoria es del 15 por ciento, cuando
dicha retirada es rotativa y del 20 por ciento en los demás casos.

Igualmente hay que recordar que para la campaña pasada se fijó como tasa
de retirada obligatoria rotativa la del 12 por ciento y cinco puntos más
para los otros tipos de retirada, es decir el 17 por ciento. En esta
campaña la situación de reducción de stocks, la elevación de los precios
interiores comunitarios, el incremento del consumo y las tensiones
alcistas en los mercados internacionales aconsejaban una reducción mayor.

Así, la propuesta de la Comisión fijaba la tasa de la retirada
obligatoria rotacional en el 10 por ciento, dos puntos por debajo de la
aplicada en esta pasada campaña, dejando también en cinco puntos más la
de otras retiradas. Por tanto, la propuesta era 10 por ciento para la
rotacional, 15 por ciento para el resto de las retiradas obligatorias, no
rotacional, fija o libre. El debate estuvo centrado entre los países que
daban prioridad a los precios interiores de los cereales y que no querían
descensos significativos, y otros países que deseaban bajadas muy
sensibles de la tasa de retirada para poder mantener el potencial
productivo y exportador de la Unión Europea. En medio, otros países con
posiciones más singulares y con preocupaciones por el impacto de la
situación actual del mercado en el sector ganadero.

Por otra parte, hubo también un debate técnico y jurídico sobre la
posibilidad y conveniencia de unificar los distintos tipos de retiradas
en el mismo porcentaje, tanto para la presente campaña como para el
futuro, por ser un elemento importante en la filosofía de la
simplificación de la política agrícola comunitaria. El compromiso al que
se llegó, sobre la base de una propuesta transaccional de la presidencia
española, consistió en la fijación del 10 por ciento de la tasa de
retirada, tanto para la rotativa como para las otras modalidades. Al
final del Consejo esta propuesta fue valorada como muy positiva por la
gran mayoría de los países. Asimismo, la Comisión adquirió el compromiso
de estudiar la unificación de un modo formal para ulteriores campañas de
todos los tipos de retiradas obligatorias, que será sometido al Consejo
previsiblemente en el próximo paquete de precios. El acuerdo comprende
también un compromiso de la Comisión de dar prioridad en la gestión de
mercado de cereales al abastecimiento interior de la Comunidad, en
particular a los ganaderos. Este compromiso ha empezado a dar sus frutos
para el caso español, puesto que cuando la delegación española en el
punto «varios» del orden del día suscitó la delicada situación del
mercado actual de cereales y sus repercusiones en el sector ganadero y en
la industria harinera, la Comisión asumió plenamente ese planteamiento y
se comprometió a tomar medidas de adjudicación directa desde otros
organismos de intervención de diferentes países, así como de un transfer
directo hacia el Senpa para resolver los problemas de abastecimiento de
cereales en España.

Siguiendo con el compromiso, la Presidencia española consiguió introducir
un compromiso del Consejo y de la Comisión de modificación de la
reglamentación de cultivos herbáceos que permita aprovechar las
superficies de base no utilizadas en las distintas regiones o comunidades
autónomas por su cómputo nacional, pero permitiendo penalizar solamente a
las que lo han rebasado. Cuando este compromiso se plasme en un
reglamento, España procederá a una modificación de las superficies de
base de secano y regadío, de forma que se pueda establecer una única
superficie nacional pero con superficies de referencias



Página 1720




para cada una de las comunidades autónomas, cuestión que era un objetivo
prioritario de España, de acuerdo con los planteamientos de las
organizaciones profesionales agrarias, de las comunidades autónomas y de
las resoluciones del Parlamento español, puesto que permitirá aprovechar
plenamente el total de las superficies de base asignadas a España como
Estado miembro. Igualmente, y como consecuencia de la reunión del Consejo
informal de Burgos, la Presidencia introdujo en el acuerdo transaccional
un compromiso de la Comisión de estudiar también con rapidez la
modificación de la reglamentación, para que no se aplique total o
parcialmente la retirada extraordinaria de tierras sin compensación en
los casos en que haya una superación de las superficies de base debido a
condiciones climáticas excepcionales que conduzcan a producciones y
rendimientos muy reducidos.

No quiero ser triunfalista en la valoración de este acuerdo, pero sí debo
decirles que personalmente me encuentro satisfecho. Se ha conseguido un
objetivo comunitario de consenso y equilibrio razonable, alcanzado en el
momento adecuado en lo que se refiere a las decisiones de nuestros
agricultores, respecto a la tasa de retirada para esta campaña; se ha
avanzado en el tema de la simplificación de la regulación de los cultivos
herbáceos para el futuro y se han introducido compromisos que afectan de
forma importante a intereses españoles. Quiero destacar finalmente,
respecto a este tema, que el compromiso fue aceptado por la totalidad de
los Estados miembros con la excepción de Portugal, como ustedes conocen.

Un segundo reglamento, relacionado con los cultivos herbáceos sobre la
retirada extraordinaria, no pudo ser votado por ausencia del dictamen del
Parlamento, sin perjuicio de que el tema necesitaba todavía algunos
debates técnicos que proseguirán en el Comité Especial de Agricultura.

En el Consejo se presentó también la propuesta de reforma de la OCM del
arroz por parte de la Comisión y hubo un primer debate de orientación
sobre el tema. Como no es previsible que se apruebe esta propuesta hasta
el Consejo de noviembre, no voy a incidir mucho en la posición española
que, por otro lado, conocen, aunque sí puedo adelantarles que apoyamos la
orientación general de establecer un modelo semejante al de los cultivos
herbáceos, pero que mantenemos reservas en cuanto a los mecanismos de
penalización previstos a la superficie de base asignada a España, a los
nuevos mecanismos de intervención y a la definición de calidades tipo.

Por último, en el orden del día figuraba una propuesta de reglamento por
el que se disponen las normas aplicables a la autorización de
determinados establecimientos del sector de nutrición animal, sobre el
que se aprobó un texto de compromiso de la presidencia que modifica dos
directivas. Con estas modificaciones se actualizan y complementan las
condiciones que deben cumplir fabricantes, personal e instalaciones con
el objeto de asegurar la manipulación y el empleo de materias primas,
premezclas y aditivos, a excepción de los medicamentos veterinarios
regulados por otra reglamentación ya existente. Se persigue con ello
especialmente la protección de la salud pública, reforzando los controles
existentes, con el fin de que los productos utilizados en la alimentación
animal sean lo más saludables posibles. Quiero recordar que ésta es una
directiva que llevaba en discusión dos años.

Finalmente, quiero destacar que en el punto de «varios» la delegación
española, además del tema del mercado de cereales, al que antes me he
referido, suscitó la situación del mercado de aceite de oliva y la
necesidad de que la Comisión asuma sus responsabilidades para luchar
contra la tensión de precios, sugiriéndose la eliminación de las tasas a
la importación y la elevación de la ayuda al consumo. La Comisión
reflexiona sobre el tema, además de proponer una modificación de la OCM.

Tras la reunión del Consejo y como les indicaba al principio, los
Ministros de Agricultura de la Unión mantuvieron una reunión con los
Ministros de Agricultura de los países asociados de Europa Central y
Oriental, los pecos, y del Báltico. Se trata de la primera reunión sobre
agricultura celebrada con estos países asociados en el marco del
denominado diálogo estructurado. Como SS. SS. conocen, el Consejo Europeo
de Essen, de diciembre de 1994, estableció un procedimiento de diálogo
estructurado con estos países asociados en diversos sectores de interés
mutuo. Se trata de reuniones de naturaleza consultiva, por lo que en
ningún caso cabe la posibilidad de adoptar decisiones vinculantes para la
Unión. Por ello, en el supuesto de que, como consecuencia de estas
consultas, la Unión decidiera en el futuro adoptar algún tipo de medida,
orientación o disposición, ello debería hacerse mediante el procedimiento
interno habitual establecido en el Tratado.

El orden del día de esta reunión se preparó de acuerdo con los pecos,
conteniendo fundamentalmente dos puntos: política, evolución y
perspectivas futuras del sector de la agricultura en estos países
asociados y aspectos importantes de la política agrícola comunitaria para
estos países. Como puede observarse, se trató de evitar cualquier tema
conflictivo sobre repercusiones para la PAC de la futura adhesión de
estos países a la espera del próximo informe de la Comisión al respecto.

A la reunión asistieron nueve Ministros de Agricultura de los países
asociados: Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia,
Rumania, Estonia, Letonia y Lituania. No participó Eslovenia. Dentro del
primero de los puntos del orden del día --política, evolución y
perspectivas futuras del sector de la agricultura en los países
asociados-- el Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, señor
Fischler, hizo referencia a la importancia para los pecos de preparar sus
sistemas económicos para su integración en el mercado único, en el que se
incluyen aspectos agrarios relacionados especialmente con las
legislaciones fitosanitaria y veterinaria. El Comisario se refirió,
igualmente, a los estudios realizados recientemente sobre el estado de la
agricultura de cada uno de los países asociados que constituyen una base
sólida que servirá de apoyo importante para futuras deliberaciones. Entre
las conclusiones de dichos estudios pueden citarse las siguientes. En
primer lugar, la importancia del número de consumidores que se sumarán al
actual mercado único, algo más de cien millones, equivalentes al 29 por
ciento, aunque con menor poder adquisitivo. El porcentaje de la población
activa agraria de estos países se sitúa en torno al



Página 1721




25 por ciento, sensiblemente superior al de la Unión Europea, que se
encuentra en el seis por ciento. El PIB agrario se sitúa en el ocho por
ciento, mientras que en la Unión Europea se sitúa en torno al 2,5 por
ciento. Importante incremento de la superficie agraria útil (más de 60
millones de hectáreas adicionales) con lo que se alcanzará un total
próximo de 200 millones de hectáreas, por tanto un incremento del 50 por
ciento. Impacto en la agricultura de la transición a la economía de
mercado. Sus niveles de precios dependen en cada país del proceso de
reestructuración económica general en curso. Por otro lado, para estos
países son más importantes las reformas estructurales que los apoyos a
los precios y las producciones. Posteriormente, los Ministros de
Agricultura de cada uno de los pecos expusieron, de forma general,
algunos comentarios adicionales sobre la situación de la agricultura en
sus respectivos países, con mención a la crisis resultante de sus
reestructuraciones, al proceso de privatización, a las estrategias que
están diseñando para la futura adhesión, a las necesidades de
modernización de sus infraestructuras, de estructuras de explotaciones
agrarias, a los problemas de financiación del sector agrario derivado de
la crisis del sistema financiero que las apoyaba, a los problemas de
formación del personal en el campo agrario, etcétera.

En cuanto al segundo punto del orden del día --aspectos importantes de la
PAC para países asociados-- yo mismo, como Presidente del Consejo, hice
una descripción de la PAC, así como de la reforma aprobada en 1992, de
las modificaciones posteriores y de los temas que en estos momentos están
encima de la mesa: organizaciones pendientes de reforma como el arroz, el
vino y las frutas y hortalizas, entre otras. Finalmente, el Comisario
resaltó que la PAC está sometida a reformas y cambios permanentes y que
los resultados actuales son alentadores, si bien la valoración definitiva
debe realizarse a más largo plazo. También se refirió a la presentación
en el próximo Consejo Europeo de Madrid de estrategias alternativas para
la adhesión de los pecos.

Este es el resumen de los encuentros desarrollados en los dos Consejos de
Ministros, el Consejo informal de Burgos y el Consejo formal celebrado en
Bruselas en el mes de septiembre, y me pongo a disposición de SS. SS.

para hacerles todos los comentarios y aclaraciones que consideren
oportunas.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió, tiene
la palabra el señor Ferrer i Profitós.




El señor FERRER I PROFITOS: Señor Ministro, su intervención es más o
menos una continuación de la que efectuó el 6 de julio en el Congreso de
los Diputados, que voy a intentar sintetizar en los puntos que para mí y
para mi grupo son más interesantes del resumen de la reunión informal de
Burgos y la formal de Bruselas en septiembre.

Recordará que de los indicadores que ha dicho hice una referencia a las
tasas de retirada. El señor Pau, del Grupo Socialista, amigo y compañero
mío de circunscripción, enmendó un descuido mío y habló de los seguros.

Usted nos anunció que uno de los puntos importantes de la reunión de
Burgos fue el tratamiento de los riesgos climáticos que traducido para
nosotros es la cobertura de los seguros para los siniestros. Como
criterio general, señor Ministro, diré lo siguiente. Para nosotros es
básico lo que usted anunció el 6 de julio y hoy ha vuelto a enumerar como
reflexión de lo que se trató en Burgos y en Bruselas. No se puede tener
una aplicación de la PAC rígida. Tiene que ser flexible porque van
cambiando constantemente las condiciones y las situaciones tanto
climáticas como de otro orden. Los agricultores dicen que esto no deja de
ser un engaño del tan socorrido tema norte-sur. En la Península Ibérica,
en España, hay tierras abandonadas, incluso de regadío, pero usted ha
anunciado que, como consecuencia del déficit de cosecha, se tiene que
importar cereales para cubrir las necesidades básicas del Estado español.

No es necesario hablar más de esto. Esto es un error. Quizá es una
obligación que nosotros no podemos evitar, pero tenemos que luchar para
que esto no se produzca. No deja de ser incomprensible para los
agricultores que se importe dejando tierras abandonadas. Además, es
peligroso porque uno se acostumbra a malvivir de subvenciones. Y no deja
de ser incluso, desde un punto de vista global y con criterios
económicos, un poco esperpéntico. No quiero referirme más a esto.

Respecto a los riesgos climáticos, estoy de acuerdo en que puede haber
ayudas directas y ayudas de otro tipo. Pero en una agricultura moderna,
señor Ministro, lo que queremos, aparte de esto --estas ayudas directas y
de otro tipo vienen como consecuencia de las quejas en un momento dado
como consecuencia de un siniestro determinado--, es que continúe el plan
de seguros. Usted contestó al compañero Pau que estaba garantizado, pero
hay muchas maneras de que continúe este plan de seguros. Por ejemplo,
pagando unas pólizas insostenibles para la renta de los agricultores, o
haciéndolo más llevadero como consecuencia de que la relación
coste-cobertura de riesgo sea asumida por una economía que usted mismo ha
dicho que no es floreciente en general. Me gusta que me diga usted que
los seguros se tienen que defender en todos los consejos mientras usted
presida --después también, pero ahora tiene más ventaja--, sobre todo la
flexibilización de la aplicación de la PAC, pero no para los otros países
sino para nosotros. Hay que tener mucha precaución con los pecos porque
podemos ser invadidos de productos por los países del norte, mientras que
los países centroeuropeos, que tienen una relación costes-producción muy
por debajo que las nuestras, nos podemos encontrar que se lleven para sus
reformas estructurales todas las ayudas por un equívoco sentido de la
solidaridad, lo que puede hacer que los que estamos en medio seamos los
que peor parados salgamos.

Usted ha hecho referencia --ayer me lo recordó el Director General que en
su nombre vino a clausurar la feria de San Miguel--, además de al arroz y
al vino, a las OCM de frutas y hortalizas. No quiero comprometer a su
Director General, pero lo que se expuso es que seríamos tan firmes como
con el vino; es decir, que no toleraríamos una OCM de frutas y horalizas
que no figurara en el documento



Página 1722




que usted avanzó al Consejo de Ministros europeo, y que no dijésemos que
sí al que anticiparon ellos y con el cual no hubo ningún grupo político
que estuviera conforme. Como consecuencia de la devaluación de la moneda
española se produjo una invasión de fruta francesa al término de la
campaña pasada --para muchos productos es más fácil exportar, pero a los
agrarios había que ayudarles para poder vender, no hablemos del término
exportar--, lo que originó unos perjuicios tremendos. Hay que tener mucha
cautela y control. Usted me dijo que el Ministro le había prometido que
esto no sucedería. Pues le engañó. La campaña era bastante buena y al
final casi se tuvo que destruir la fruta que durante toda la campaña
estaba guardada en frigoríficos. En toda España este año ha habido una
cosecha de fruta regular y ha estado, en general, poco afectada por los
riesgos climáticos. Le ruego, señor Ministro, que en este momento tengan
mucho cuidado para que se pueda comercializar sin que los países
comunitarios tengan un trato de ventaja, porque tienen que ser no
solamente solidarios, sino cumplir sus obligaciones para que se pueda
desarrollar el ejercicio económico con normalidad. En caso contrario se
estropearían las perspectivas que tienen muchos agricultores en este
momento. Si hace años se pedían ayudas por los riesgos que pudiera haber,
por lo menos que este año no se produzcan los siniestros por falta de
control o porque haya algunos países de la misma Comunidad que se
aprovechen de unas situaciones de ventaja.

La sequía, señor Ministro --es una frase que, aunque sea modesta, muchos
Senadores me la atribuyen a mí--, sólo se resuelve con agua. No se
arregla con agua de la forma que lo quiere solucionar el Ministro de
Obras Públicas, señor Borrell; es decir, modificando la Ley de Aguas de
1985. Le ruego que usted, que es el directo responsable de los
agricultores, tome buena nota. Aunque nosotros, en el planteamiento de la
filosofía de base, estamos de acuerdo en usar de manera racional el agua,
lo que no se puede es, sin poner fecha, pasar a la obligatoriedad de
cambiar el sistema de riego con técnicas más modernas a cargo de los
agricultores de este sector --que todos decimos que no es boyante
económicamente-- y que no de la noche a la mañana, pero en un tiempo
corto se tenga que hacer este cambio, porque esto, señor Ministro, es
imposible hacerlo desde el punto de vista económico. Ya le digo que con
la filosofía de base todos estamos de acuerdo. La prueba es que la mayor
parte de las explotaciones modernas ya tienen un tanto por ciento
importante de riegos con tecnologías nuevas para el ahorro del agua. Pero
con esto, que son cosas de comer, en nombre de mi Grupo y en el mío
propio --y creo expresar el sentir de muchos agricultores-- le ruego,
señor Ministro, que no deje que juegue nadie (usted ya sé que no) que no
juegue ningún compañero de gabinete, quizá llevado de la mejor intención.

Señora Presidenta, doy por finalizada mi breve intervención y que el
señor Ministro nos amplíe en su contestación algunas cosas, lo que él se
guarda siempre para las réplicas, cuanto más documentación y más
información nos dé de las intenciones de la Comunidad, mejor.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra la señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA: Gracias, señor Ministro, por su
comparecencia. Lamento decirle, señor Atienza, que según lo expuesto aquí
hoy por usted el saldo de la presidencia española de la Unión Europea de
momento es pobre. Hemos avanzado en lo relativo a la tasa de retiradas en
la superficie de barbecho, bastante normal, sobre todo para nuestro país,
dada la situación de escasez. Es verdad que al PAC ha demostrado una
cierta flexibilidad, pero ya tuve ocasión de decirle, cuando compareció
con motivo de la interpelación de nuestro Grupo en relación con el Real
Decreto, ahora proyecto de ley, sobre la sequía, que la situación en
nuestro país era gravísima y que, por tanto, había que intentar que la
Unión Europea habilitase una serie de medidas que iban desde las ayudas
directas --señor Ferrer, pensamos que sí que tiene que haber ayudas
directas para compensación de renta-- hasta ayudas para potenciar el
ahorro de agua, como son las medidas agroambientales. Le dijimos también
que una situación gravísima que ha afectado al 60 por ciento del
territorio, que ha supuesto unas pérdidas de 600.000 millones de pesetas
y que ha supuesto también la pérdida de seis millones y medio de
jornadas, requiere de medidas especiales. ¿Cuál es el saldo, señor
Ministro? El saldo, del cual usted se mostró tan contento, son 50.000
millones de pesetas a repartir entre cuatro años, de 1994 a 1999, y no
para España sino para toda la Unión Europea. Ya le dije que eso iría
también a pagar las inundaciones de Holanda, de Bélgica; iría a pagar
también los daños ocasionados por la sequía, supongo. Es un balance
realmente pobre.

Los riesgos climáticos deben ser tenidos en cuenta por la Unión Europea
cuando se fijen los estabilizadores de superficies y producciones de
referencia. Pero también se debe tener en cuenta que si los objetivos de
la PAC son garantizar la renta de los agricultores y fijar la población
al territorio, se tienen que tener en cuenta las situaciones de sequía y
de heladas y habilitar medidas y fondos especiales para ello. En relación
con este tema quiero recordarle, señor Ministro, que usted tiene el
compromiso de traer a esta Comisión el plan de regadíos. Usted se
comprometío a traer el primer borrador en octubre y a que estaría listo
para diciembre. Quisiera que en su respuesta me dijera en qué estado se
encuentra este plan de regadíos.

Usted ha hablado también de un tema que nos ha preocupado especialmente
(ya se lo dije): la no coincidencia de la normativa de la Unión Europea
en relación a la mezcla de aceite, y nuestra normativa, en cuanto al
envasado del aceite de oliva, que puede crear problemas. Las
organizaciones agrarias ya están diciendo que puede haber problemas de
importaciones de aceite que son mezclas, cuando en este país se está
empezando a introducir en el consumo general el aceite de oliva (por
cierto, después de la mala prensa que tuvo en algunas industrias
agroalimentarias americanas ahora se ha visto que el aceite de oliva es
buenísimo para el colesterol), en un momento como éste en que los hábitos
alimentarios están introduciendo con carácter



Página 1723




generalizado el aceite de oliva, y no vaya a ser que ahora entren otros
aceites, teniendo en cuenta las alzas experimentadas en este producto,
que puedan incidir en el mercado. Por eso también estoy de acuerdo con
cuantas medidas se tomen para dar otra vez una ayuda al consumo. Pienso
que no debería detraerse tampoco la ayuda a la producción. Debería haber
ayudas para la producción y para el consumo.

Me ha extrañado muchísimo que usted no hablase del tema que está
preocupando a los agricultores en este momento, que es la reforma de la
OCM del vino y de frutas y hortalizas. Creo recordar que al inicio de la
presidencia española de la Unión Europea le pregunté: ¿qué va a hacer
usted en relación con la OCM del vino? Me dijo: Poca cosa porque está muy
verde; nos vamos a centrar en la OCM de frutas y hortalizas que, parece
ser, tiene más probabilidades de salir adelante. La Comisión ha
presentado una propuesta de reforma de la organización común de mercado,
que usted coincidirá conmigo, también con otros grupos parlamentarios y
con las organizaciones agrarias en que es una organización que no es
común, no respeta el principio de solidaridad financiera, no respeta el
principio de preferencia comunitaria, deja fuera cantidad de productos.

Realmente esto ya es preocupante en sí, y hay que añadirle las magnitudes
económicas que usted nos ha dado en relación con los pecos: sesenta
millones de hectáreas y una población activa del 25 por ciento. Mi grupo
parlamentario está de acuerdo en que estos países han de tener el derecho
a integrarse en la Unión Europea, pero si la línea directriz
presupuestaria de Edimburgo no se modifica, señor Ministro, si resulta
que la línea directriz ya no es suficiente para hacer frente a los
productos no reformados, como son los mediterráneos, y nos deja en franca
desventaja en relación con las otras producciones continentales; si
resulta que la Unión Europea no muestra ahora su voluntad de atender a la
financiación completa, como ha sucedido con la reforma del vacuno y de
los cultivos herbáceos, y nos deja bajo un sistema en el que las
organizaciones de productores de frutas y hortalizas tendrán que
financiar la propia gestión de sus mercados, señor Ministro, realmente
esto es preocupante.

Para terminar quisiera indicarle que usted ha dicho que la Unión Europea
va a hacer una valoración de las repercusiones que la reforma de la PAC
ha tenido sobre la agricultura. Creo que eso corresponderá hacerlo a cada
país y después todo se pondrá en común entre los distintos países. Yo
hace tiempo que le estoy pidiendo, señor Ministro, que me dé datos sobre
cómo se está repartiendo la financiación que viene de la Unión Europea.

Esos 800.000 millones que el año pasado pasaron por nuestro presupuesto y
se fueron en ayudas directas a cultivos y a primas a cabezas de ganado
quisiera saber cómo están repercutiendo en la modernización de nuestro
sector agrario, cómo están repercutiendo sobre la explotación familiar
agraria y cómo, por contra, pudieran estar repercutiendo en sectores
especulativos ayudados por su reforma de la Ley de Arrendamientos, que
fija cinco años exclusivamente el período de arrendamiento mínimo
obligatorio. Es decir, cómo estará afectando a aquellas personas
titulares que tienen tierras, que no se habían dedicado nunca a la
agricultura y que ahora, como resulta que las primas comunitarias les
representa más dinero, más ingresos que el arrendamiento, hay que saber
cómo puede estar incidiendo sobre el mercado de la tierra, sobre los
agricultores profesionales y sobre las explotaciones familiares agrarias.

Creo que con la infraestructura que tiene su Ministerio estos datos
tendrían que estar ya a disposición de los grupos parlamentarios y, si
no, le invito, señor Ministro --aunque hay pocas probabilidades de que el
presupuesto de este año salga adelante--, a que dote presupuestariamente
la infraestructura informática para que esto se pueda llevar a cabo y
podamos saber exactamente cómo incide la política comunitaria sobre
nuestro sector agrario y ganadero.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Ramírez.




El señor RAMIREZ GONZALEZ: Gracias, señor Ministro, por su breve
información, que no es más allá de la que se ha publicado en los medios
de comunicación. Creo que a pesar de su esfuerzo los dos Consejos no han
sido favorables para los intereses españoles. Quizá la propaganda oficial
haya cargado sobremanera las expectativas, en el Consejo informal de
Burgos, sobre la creación de ese famoso fondo específico para hacer
frente a los riesgos climáticos, se había puesto mucho énfasis en el
logro. Usted mismo se refería a él de una forma importante en su
comparecencia del 6 de julio y realmente lo obtenido es escaso. Cincuenta
mil millones de pesetas para repartir entre quince países miembros, en
los próximos cuatro o cinco años, realmente es algo escaso, teniendo en
cuenta los daños que solamente en España hemos sufrido este año por
motivo de la sequía, sin contabilizar otros riesgos climáticos que
también se han sucedido a lo largo y ancho de la geografía española, las
heladas, los pedriscos, etcétera. Por tanto, convendrá con nosotros,
señor Ministro, que Burgos no ha servido para nada, y que se ha
demostrado una vez más la incapacidad del Gobierno español de hacer
llegar a la Unión Europea los planteamientos de nuestra agricultura,
afectada por una sequía cuyos daños posiblemente superen los 700.000
millones de pesetas y con una situación de desabastecimiento en nuestros
mercados realmente importante. En estos momentos necesitaremos,
aproximadamente, unos ocho millones de toneladas de cereales y de
productos sustitutivos, necesitaremos más de un millón de hectolitros de
vino, necesitaremos aproximadamente unas 200.000 ó 250.000 toneladas de
aceite, estamos importando girasol, y estamos importando toda una serie
de productos que podríamos haber obtenido aquí si se hubiesen limitado
los efectos de la sequía y si no se hubiesen producido esas limitaciones
que la reforma de la política agraria nos ha impuesto con el beneplácito
del Gobierno socialista y de otros grupos parlamentarios que, en su
momento, se mostraron muy felices en relación con las cifras y las
limitaciones impuestas a España. Por tanto, digamos que Burgos ha sido un
fracaso puesto que no hemos conseguido sensibilizar a la Unión Europea
con respecto a algo fundamental.




Página 1724




Señor Ministro, nos gustaría conocer un dato que supongo que los
servicios técnicos del Ministerio deberán tener ya: ¿Cuánto se va a
ahorrar el Feoga de los pagos compensatorios de las obligaciones
financieras de una cosecha normal en España? Porque la cifra es
importante, y es bueno que conociéramos una aproximación oficial que
supongo que estará hecha. Se habla de 200.000 millones de pesetas de
ahorro --algunas cifras son superiores y otras inferiores--, pero sería
bueno conocer cuál va a ser el ahorro que la situación dramática de la
agricultura y de la ganadería española va a producir en las arcas
comunitarias, porque entonces podríamos valorar el pequeño esfuerzo que
supone poner al servicio de estos riesgos climáticos 50.000 millones de
pesetas para la totalidad de la Unión Europea.

Pasando al Consejo formal, señor Ministro, tampoco podemos echar las
campanas al vuelo, en lo que respecta a los intereses españoles, por las
conclusiones y los acuerdos obtenidos en ese Consejo de Ministros. Usted
ha hecho referencia al logro del barbecho y a la tasa de retirada del
diez por ciento, pero en un país que va a tener que importar las
cantidades a que ha hecho referencia, yo no me explico, señor Ministro,
cómo usted, en representación de los intereses españoles, no optó por la
opción cero. Con una tensión de precios en la Unión Europea tan
importante como la que tenemos en materias primas, donde incluso se está
poniendo en tela de juicio la posibilidad de mantener las restituciones a
la exportación, con una tensión de precios en los mercados
internacionales --ahí está la Bolsa de Chicago todos los días subiendo el
precio de las materias primas--, con los anuncios del fracaso de la
cosecha de Rusia y de la cosecha de Argentina, con las dificultades de
todo tipo que se producen en el mercado de abastecimientos o en el
mercado de materias primas, no comprendemos cómo el Gobierno español no
optó por una opción cero y defendió esa posibilidad, porque las normas
comunitarias tienen que ser flexibles. Posiblemente el año próximo o
dentro de dos años habrá que hablar del 15 ó el 12 por ciento, pero para
la cosecha próxima no tiene explicación, señor Ministro, que por ejemplo
en España tierras de regadío que aún tienen agua, porque su situación así
se lo permite, tengan que destinar el diez por ciento de su superficie a
un barbecho que no va a tener justificación por el grado de
desabastecimiento en que se encuentran nuestros mercados, las tensiones
de precios que se están produciendo y sus repercusiones negativas en el
IPC. Señor Atienza, no entendemos cómo no se jugó mucho más fuerte en ese
tema y por qué no nos alineamos con otros países que estaban solicitando
tasas mucho más pequeñas que las que al final resultaron.

Intimamente ligado con lo anterior, señor Ministro, no nos explicamos por
qué no se aprobó o no se adelantó el reglamento que se debe aplicar en
España respecto a la superficie de leguminosas. No tenemos reglamento, no
tenemos marco jurídico. Tenemos un compromiso político, pero no está
publicado que los agricultores españoles tengamos la garantía de las
400.000 toneladas. Señor Ministro, cuando le digo que no está publicado
es porque no lo está, y le repito que es necesario hacer esa referencia a
un cultivo que exige poca agua y que ofrece un marco de rentabilidad
importante en la meseta, que es donde la sequía está produciendo los
mayores daños. Es inexplicable que usted no haya hecho referencia a ello
y que en el Consejo de Ministros no se hablara de ese elemento tan
importante, así como de la aclaración definitiva de la aplicación de los
barbechos voluntarios en España. Paradójicamente, estamos necesitados de
la opción cero en determinadas regiones y de garantizar la posibilidad
del barbecho voluntario, hasta el tanto por ciento solicitado, en otras
regiones como garantía de la renta de los agricultores. Por tanto, no
resultan tan buenos para los intereses españoles los acuerdos obtenidos
en el Consejo de Ministros formal en relación con las tasas de retirada y
barbechos obligatorios.

Otra cuestión gravísima para nuestra situación es la ayuda al consumo del
aceite de oliva. Recordará, señor Ministro, que cuando se llegó a aquel
acuerdo de precios y usted vino tan satisfecho porque lo consideraba
beneficioso para nuestros intereses y dijo que la práctica desaparición
de la ayuda al consumo no iba a resultar negativa para el sector aceitero
español --está en el «Diario de Sesiones», señor Ministro-- yo le
manifestaré mi profunda preocupación al respecto, y los hechos así lo han
demostrado. Necesitamos urgentemente esa compensación al consumo para
impedir lo que puede suceder, y es que gran parte de la sociedad española
abandone el consumo de aceite de oliva por resultar muy caro para su
economía doméstica, y una vez que el consumidor se pierde es muy difícil
retomarlo. La desaparición de esa ayuda al consumo fue una gran operación
de intereses foráneos a España, fue una operación dirigida por
determinadas multinacionales que controlan el sector de las grasas
vegetales y que en España, gracias a la política del Gobierno, hemos
permitido que se asienten. Usted sabe que hemos mantenido una actitud muy
crítica respecto a la expansión de Koype, los debates que se produjeron
en esta Cámara respecto a la venta o compra de Elosúa y cómo
demostrábamos que para nuestros intereses resultaba inaceptable que una
aceitera multinacional, cuyos intereses directos no son los del aceite de
oliva, controlara ese gran tanto por ciento de nuestro sector de
distribución, y desgraciadamente lo que decíamos se está cumpliendo. Por
tanto, señor Atienza, resulta urgente recuperar una ayuda importante al
consumo para impedir lo que desgraciadamente puede suceder y es que la
carestía de este producto provoque la desaparición de consumidores, e
íntimamente ligado a ello suponemos que España mantendrá a ultranza la
prohibición de la norma española de la mezcla de aceites vegetales. Que
se produzca en Francia o que se haga en otras latitudes nos parece muy
bien, pero permitir la mezcla en España supondría un atentado importante
para nuestros intereses.

Yo me alegro, señor Ministro, de que ahora nos hable de la posibilidad de
las transferencias directas entre los organismos de intervención para que
se pueda abastecer el mercado de cereales en España, me alegro muchísimo,
porque el 6 de julio usted tenía profundas dudas técnicas sobre la
eficacia de ese mecanismo cuando el Grupo Popular así lo reclamaba. Me
alegro de que dos meses después hayan desaparecido esas dudas técnicas
que tenía el



Página 1725




Ministro de Agricultura y que haya comprendido la bondad de nuestros
planteamientos relativo a la urgencia de provocar la transferencia
directa de cereales en posesión de organismos de intervención en los
países de la Unión que hayan tenido una cosecha medianamente aceptable y
permitir su urgente abastecimiento. La segunda cuestión es que ese cereal
tiene que viajar a los almacenes del Senpa, ubicados en las zonas
ganaderas, con el fin de que efectivamente entre todos podamos paliar la
dureza con la que se presenta el futuro año ganadero, especialmente para
la ganadería extensiva y, por qué no, para los fabricantes de piensos.

Es urgente, señor Ministro --y no quisiera olvidarme del tema de aceite
de oliva--, la reducción a cero del arancel del tráfico de
perfeccionamiento activo. Tenemos un mercado exterior que nos ha costado
muchísimo lograr, especialmente en Estados Unidos y Australia. Por lo
tanto, es necesario favorecer a esas industrias para que, a través del
arancel cero, se puedan mantener determinados compromisos con los
clientes.

Me ha preocupado, señor Ministro, que incluso fuera del orden del día, en
ese Consejo formal no se haya abordado el contenido de la propuesta de
reforma del sector de frutas y hortalizas. Todos los adjetivos se han
dicho y no voy a insistir en ellos. Ni es comunitaria, ni hay
preferencia, ni hay solidaridad financiera y se institucionalizaría una
doble moral en la Unión Europea. Cuando se trata de productos
continentales, sí hay financiación comunitaria al cien por cien; cuando
hablamos de productos mediterráneos, no hay financiación comunitaria al
cien por cien, se limita la capacidad presupuestaria y se exige la
participación de los presupuestos nacionales si quieren actuar ustedes en
estos productos. Por lo tanto, esa doble moral, señor Ministro, habrá que
denunciarla enérgicamente e impedir que esa propuesta prosiga el camino
que ha seguido la del vino, que desgraciadamente está ahí y que en un
momento determinado se hará posible, a pesar de que el señor Ministro
renunció el 6 de junio a utilizar el mecanismo que le proporciona la
Presidencia para devolverla. El 6 de julio se nos prometió que si no se
utilizaba ese mecanismo de la devolución, al menos se elaboraría un
documento de reflexión que, en nombre del Consejo de Ministros, se
remitiría a la Comisión. Estamos ya en el meridiano del mandato español y
suponemos que ese documento de reflexión del Consejo de Ministros estará
a punto de elaborarse. Por lo tanto, deberíamos de conocer qué le va a
decir el Consejo de Ministros a la Comisión en relación con la propuesta
de reforma del sector vitivinícola.

En cuanto al arroz, señor Ministro, no sólo basta con decir que es
punitivo para los intereses españoles. Hay que decir por qué. La
propuesta de la superficie garantizada queda un 25 por ciento por debajo
de un marco español mediano, ni el más alto ni el más bajo. De las 89.700
hectáreas propuestas a las 125.000 hay una diferencia realmente
importante, y las penalizaciones son espectacularmente elevadas.

Suponemos, señor Ministro, que sabremos negociar y defender los intereses
españoles, no como hasta ahora, sino esperando que podamos mejorar muy
mucho en la defensa de nuestros intereses.

Hay algunas cuestiones, señor Ministro, que me preocupan. No se ha
referido a ellas y espero que en la segunda parte de su intervención sí
lo haga: se trata de la propuesta de prohibición de la utilización del
bromuro de metilo, que es fundamental a la hora de valorar nuestra
agricultura intensiva, nuestra agricultura bajo plástico. La propuesta de
su prohibición sanciona directamente los intereses españoles. Somos el
país de la Unión Europea con mayor superficie bajo plástico de cultivos
intensivos, y este producto es fundamental a la hora de la rotación de
cultivos y del sa-neamiento de las parcelas.

Supongo, señor Ministro, que nos hablará de los 36 expedientes que en
relación con las denominaciones de origen reconocía en julio que estaban
pendientes y que son fundamentales para una parte importante de la
agricultura española, así como que se habrá avanzado en convencer a los
Estados Unidos de que desaparezca la retorsión que mantiene sobre
nuestras exportaciones de tomate en conserva, inexplicables. Ya
coincidíamos el 6 de julio que eran inexplicables y, por tanto, el 1.o de
octubre son más inexplicables aún. Es fundamental que conozcamos cuál es
la posición del Gobierno español en la Presidencia de la Unión Europea en
relación con estas cuestiones.

También nos gustaría conocer, señor Ministro, el contenido del informe
que la Comisión tiene respecto a la utilización de hormonas en la
alimentación de la ganadería, hecho fundamental también para los
intereses ganaderos comunitarios y españoles en concreto. Si unimos el
informe y la posibilidad de desbloquear esa utilización con las ayudas
nacionales que Francia ya ha establecido en favor de su ganadería de
vacuno, convengamos, señor Ministro, que el panorama no es muy atractivo
para nuestros intereses.

Quisiera hacer una referencia muy breve con relación a la segunda parte
del Consejo formal en que ustedes estudiaron lo que supondría la
ampliación de la Unión Europea hacia los pecos, hacia los países
centrales, orientales y bálticos europeos, especialmente en el capítulo
agrícola. ¿Es cierto, señor Ministro, que existen cuatro estudios en
posesión de la Comisión y, por lo tanto, del Consejo de Ministros, que
valoran lo que supondría esa ampliación y que las conclusiones son muy
dispares? Hay un estudio en el sentido de que el coste solamente sería de
algo más de 5.000 millones de ecus y otro que aproxima el costo a cerca
de 60.000. Por lo tanto, partiendo de esa disparidad de cifras, el asunto
es realmente importante. Antes se ha dicho, y es fundamental que lo
reiteremos, que tenemos una limitación presupuestaria en el gasto
agrícola desde la cumbre de Edimburgo. Una ampliación en este sentido que
exigiera cerca de 60.000 millones de ecus para hacer frente a los
compromisos que se derivarían para esa superficie agrícola, para ese
número de agricultores, etcétera, sería una catástrofe para la
agricultura y para la economía española. Nosotros, señor Ministro,
difícilmente nos íbamos a beneficiar de esos cien millones de
consumidores. El bajo nivel de renta que tienen, su incapacidad para
comprar algunos productos españoles demuestra que los beneficiarios van a
ser otras economías de la Unión Europea. Por lo tanto, los costes de la
ampliación difícilmente van a poder ser pagados



Página 1726




por la agricultura del sur, por la agricultura española en concreto.

Yo quisiera terminar, señor Ministro, dándole una cifra. En junio, los
gastos agrícolas de la Unión Europea --es el último dato que tengo y
supongo que habrá mejorado-- estaban en 1.225 millones de ecus por debajo
del presupuesto para 1995. En ese informe se añadía que hemos ahorrado
muchísimo, especialmente en medidas complementarias porque además se está
vendiendo mucho producto en el interior de la Unión Europea que no
necesita restituciones a la exportación. Es decir, que España no
solamente está colaborando a este magnífico resultado económico del gasto
agrícola comunitario, impidiendo por nuestra situación meteorológica que
los pagos compensatorios --nunca ayudas, señor Ministro-- a la renta de
los agricultores que no han podido alcanzar los objetivos de producción
se detraigan de las arcas comunitarias, sino que además la tesorería
comunitaria se está beneficiando de no tener que restituir productos
fuera de los límites geográficos de la Unión porque España está
consumiendo en las cifras a que antes nos referíamos respecto al
desabastecimiento que se está provocando en los mercados españoles. Yo
creo, señor Ministro, que hay que reflexionar sobre esta cifra y ser
mucho más enérgicos y concluyentes en la defensa de nuestros intereses
que la que hasta ahora ha venido realizando el Gobierno socialista.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Pau i Pernau.




El señor PAU I PERNAU: Señorías, comprenderán la dificultad de intervenir
como Grupo Parlamentario en el último lugar, ya que tanto la intervención
del señor Ministro, que valoramos y agradecemos por su contenido y por el
momento en que se produce, como la de los distintos grupos parlamentarios
que me han precedido han tratado exhaustivamente los temas que hoy nos
convocan en esta Comisión. De todas maneras, no quiero desaprovechar la
ocasión para recordar y ratificar algunas de nuestras propuestas en esta
materia, también para reflexionar en voz alta respecto a las importantes
cuestiones que hoy aquí hemos tratado y finalmente para formular algunas
preguntas al señor Ministro.

Quiero recordar, en primer lugar, que nuestro Grupo apoyó con entusiasmo
las propuestas de resolución aprobadas en esta Comisión a finales del mes
de junio respecto a las prioridades agrícolas de nuestra Presidencia de
la Unión, propuestas que elaboramos conjuntamente y que hoy son el marco
de referencia permanente en la actuación del Ministro y del Ministerio de
Agricultura. Nuestro sistema parlamentario, nuestro sistema político,
quizás al revés o de manera distinta que en otros países, no obliga
expresamente a las comisiones parlamentarias a fijar unos mandatos
imperativos para sus negociadores, pero me consta y nos consta que,
efectivamente, las propuestas que elaboramos en las distintas comisiones
de la Cámara recomendando posiciones al Ministro de Agricultura respecto
a las negociaciones importantes que no solamente durante este semestre
sino durante su actuación se realizan en el marco de la Unión Europea son
tenidas en cuenta y son propuestas que se defienden con rigor, muchas con
eficacia y otras pasan por la criba o por el cedazo de una resolución que
debe recibir el acuerdo comunitario, el acuerdo de quince países. Me
gustaría decir que ratificamos nuestro compromiso como Grupo
Parlamentario con nuestras propuestas y continuamos demandando, como así
lo hace el señor Ministro, su defensa en el marco de la Unión durante el
semestre de nuestra Presidencia en la misma.

Hay otro tema que me gustaría recordar hoy. No es el momento para hacer
el balance de nuestra Presidencia de la Unión Europea. Como dice la
Biblia, hay un tiempo para cada cosa, y tendremos tiempo para hacer esta
valoración en su momento oportuno. Hoy creo que se trata de analizar dos
Consejos de Ministros, uno formal y otro informal, ver qué resultados
prácticos han tenido y habrá ocasión de hacer una valoración global que
desde este momento nosotros consideramos que puede y debe ser positiva.

Me gustaría recordar que en los Consejos informales ya no se trata de
llegar a acuerdos, sino que, en definitiva, se trata de un Consejo que
reflexiona sobre aquellos temas que el país que preside la Unión en aquel
momento considera que es mejorar para sus propios intereses. En su
momento Francia planteó en el Consejo de Toulouse la PAC, la política
agrícola comunitaria, en su doble función, la agricultura en su doble
función de productora de alimentos y de defensora del medio ambiente y
del medio rural, y no se llegó a un tipo de acuerdo que se materializase
ya en presupuestos. En cambio, en nuestro planteamiento en este Consejo
informal, sobre la PAC y los riesgos climáticos, al final ha habido un
compromiso, que puede ser pequeño o puede ser mayor pero, efectivamente,
hay un compromiso de unas ayudas para paliar estos riesgos climáticos,
compromisos que, en definitiva, creo que no se habían dado antes en
ningún otro Consejo informal.

¿De qué se trataba, pues? Se trataba de que el conjunto de los países de
la Comunidad se diesen cuenta de que hay algunos países, básicamente los
países mediterráneos, que asumimos muchos más riesgos climáticos que los
demás, y se trata de buscar fórmulas que permitan, en el marco de la
solidaridad financiera, que el conjunto de la Unión Europea pueda
atenderlos. Efectivamente, para paliar esos riesgos existen o pueden
existir diversas posiciones. Cuando estos riesgos se producen, distintos
países venían arbitrando ayudas puntuales, individuales en el pasado, y
digo esto porque hay que recordar que los riesgos climatológicos no son
de ahora, no son de los últimos tiempos, siempre se han producido estos
riesgos y, por suerte, en los últimos tiempos, en los últimos años los
distintos Estados a través de sus presupuestos han ido mitigando o
paliando en lo posible estas catástrofes climatológicas. La segunda
posición sería la de crear un fondo de compensación comunitario que
atendiese estas situaciones. Creo que ésta es una posición que mantienen
y que también defiende el Copa-Cogeca, los distintos sindicatos agrarios,
que en el marco de la solidaridad financiera se establezca un mecanismo
de compensación de estos riesgos y, lógicamente, nuestra primera posición
sería con ayudas o con fondos totalmente comunitarios, ésta es una
posición que debemos mantener,



Página 1727




y una segunda posición, una segunda trinchera --quizá no sea preciso
recordar en estos momentos-- que consistiría en una importante aportación
comunitaria, y luego alguna pequeña ayuda a detraer de las que la
Comunidad va dando a los distintos países en función de la política
agrícola comunitaria, pero lógicamente nuestra posición debería ser la
primera. La otra es defender un sistema de seguros, comunitarizar en lo
posible el sistema de seguros, garantizar la pervivencia de las ayudas
que este sistema de seguros debe mantener para poder ser útil a los
agricultores. En el marco de la negociación del GATT se consiguió que las
ayudas de los seguros agrarios formasen parte de la caja verde; creo que
en ese sentido es interesante, es bueno defender ese sistema que en
España está dando buenos resultados, que es mejorable como todos los
sistemas de seguros, que se debe y se puede ampliar en lo sucesivo a
otras producciones y riesgos que todavía no cubren y, lógicamente, es una
posición que debemos mantener.

En ese sentido, yo creo que el Consejo de Ministros informal fue
positivo. Desde nuestra propia posición política no se puede decir que ha
sido un fracaso. El Consejo fue positivo porque, primero, dimos cuenta a
los restantes países de la Comunidad de cuál era la situación de nuestra
agricultura, de los riesgos que sufre nuestra agricultura y, finalmente,
se consiguió ese fondo de 50.000 millones de pesetas que puede ser o no
pequeño, pero que, lógicamente, es mayor que el que existía con
anterioridad, ya que no había ninguno para atender estos riesgos. Y aquí
vendría, quizá, mi primera pregunta, señor Ministro. ¿Cómo se van a
distribuir estas ayudas? Parece ser que en principio serán ayudas para
prevenir este tipo de catástrofes, o quizá serán ayudas para paliar los
daños concretos que se puedan producir en determinadas zonas. Nos
gustaría conocer cómo se van a distribuir, si hay algún criterio, o si,
por lo menos, se discutió algún criterio en ese sentido.

Respecto al Consejo de Ministros formal yo creo que hay que tener en
cuenta que se consiguió alguno de los temas en los que veníamos
insistiendo en la Comisión de Agricultura y se reivindicaba por parte de
todo el sector. En este sentido he de manifestar que se ha producido una
reducción importantísima de la superficie de barbecho y creo que hay que
reconocerlo, es importante, se ha conseguido una reducción, con
posiciones enfrentadas en el propio Consejo de Ministros, porque saben
SS. SS. que había posiciones en el propio Consejo de Ministros que eran
muy diferentes. Finalmente, se llegó a un acuerdo por unanimidad, lo cual
es importante, es así como se debe llegar a un acuerdo, y para llegar a
cualquier acuerdo hacen falta posiciones que sean distintas, pero al
final para conseguirlo todo el mundo tiene que ceder algo en sus propias
posiciones iniciales. Creo que el acuerdo al que se ha llegado, fijar un
porcentaje de barbecho tanto al rotativo como al permanente del 10 por
ciento es un avance considerable y permite en cierta manera caminar en la
dirección que nos habíamos propuesto, de que en los tiempos de sequía o
de reducción importante, o quizá por la propia aplicación de la política
agrícola comunitaria, la reducción importante que había tenido lugar en
la producción de cereales pueda verse mitigada y compensada con esta
reducción del barbecho. Podemos estar de acuerdo en que habrá que buscar
más flexibilidad en ese tipo de políticas, pero una de las posiciones
mantenidas por el Ministro de Agricultura, que también se mantiene en el
Consejo de Ministros, es la de buscar una fórmula mucho más flexible que
permita adaptarse a las circunstancias cambiantes que se pueden dar todos
los años en ese sentido. En consecuencia, para nosotros es importante
esta reducción y creo que ha sido positiva y bien recibida por los
agricultores.

Otro tema --sobre el que también formularía una pregunta-- está
relacionado con lo siguiente. Se decía en su intervención que hay un
compromiso del Consejo y de la Comisión para modificar la reglamentación
de cultivos herbáceos que permita aprovechar las superficies de base no
utilizadas en las distintas regiones o cumunidades autónomas por su
cómputo nacional, penalizando solamente a las que la han rebasado. Decía
S. S. que cuando tuviéramos este reglamento España procedería a la
modificación de las superficies de base de secano y de regadío, creo que
esa modificación que se ha producido por parte de la Comisión ha sido
altamente positiva, y desearíamos saber en cuánto tiempo cree S. S. que
se podrán modificar esas superficies de base de secano y de regadío, tal
y como se había pedido por parte de este Diputado en la anterior reunión
de esta Comisión.

Hay otros temas que creo que vale la pena recordar. Algunos
parlamentarios han hecho referencia a la reforma de la OCM de frutas y
hortalizas. Es evidente que para nosotros es una OCM importantísima --así
se ha dicho--, existiendo además la voluntad política de que pueda
aprobarse cuanto antes, efectivamente, pero que sus contenidos sean
favorables a nuestros intereses, al sector de frutas y hortalizas de
nuestro país. En ese sentido, creo que sería conveniente también que
todos los grupos utilizáramos nuestros recursos parlamentarios en España
y en Europa para intentar llegar a acuerdos y a posiciones comunes
respecto a este tema. Ha llegado a mis oídos que en los pasillos del
Parlamento Europeo se comenta que determinadas fuerzas políticas no han
insistido suficientemente a sus parlamentarios para que se pueda producir
un pronunciamiento de la Comisión de Agricultura respecto a esta OCM.

Sabemos que el Colegio de Comisarios va a estudiarla --creo que es esta
semana-- y yo creo que sería conveniente que por parte de todos los
grupos parlamentarios intentáramos agilizar al máximo la posición del
Parlamento Europeo de manera que tengamos ya una propuesta vinculante que
permita tomar una decisión a este respecto, lógicamente defendiendo
nuestros intereses e intentando modificar todas aquellas cuestiones, que
aquí hemos repetido hasta la saciedad, que creemos que no son positivas
para nuestro sector. Defender lógicamente el principio que se formuló en
el Consejo de Ministro jumbo, relativo a que la financiación se haga por
parte de la Comunidad Europea, defender también la preferencia
comunitaria y la solidaridad financiera creo que deben ser los objetivos
de nuestro trabajo y del trabajo del Ministro de Agricultura en el
Consejo de Ministros.




Página 1728




Finalmente, quisiera hacer algunas reflexiones más generales respecto a
lo que debe y puede ser la posición de la Presidencia española en este
semestre.

Yo creo que es difícil, pero se puede y se debe --y me consta que se está
haciendo-- defender a la vez los intereses generales, como compete a la
Presidencia de la Unión, con la defensa a ultranza los intereses
nacionales que defiende un Ministro de Agricultura en España. Yo creo que
ese equilibrio debe mantenerse y, en ese sentido, estamos convencidos de
que se hace por parte del señor Ministro, intentando que aquellas
cuestiones que interesan a España, a nuestro sector agrario, puedan verse
tramitadas, solucionadas, aprobadas durante el período de Presidencia
comunitaria, pero sabiendo también exactamente cuáles son los límites de
nuestra propia posición como país que preside la Comunidad en el semestre
concreto. En ese sentido también me gustaría hacer alguna reflexión sobre
el tema que se suscitó al final del Consejo formal de Ministros respecto
al ingreso en la Comunidad de los países del centro y del este de Europa.

Efectivamente, se han dado por parte del señor Ministro datos
preocupantes de la situación agrícola en el sentido de que difieren
muchísimo de lo que es la media comunitaria respecto a la población
activa agraria, su peso en el PIB, la superficie agrícola utilizable que
se puede incorporar cuando estos países entren en la Comunidad y la
necesidad de reformas estructurales que estos países mantienen, con la
difícil transición a la economía de mercado que conlleva unas diferencias
de precio importantísimas.

Yo creo que debemos ratificar aquí también la doble voluntad que debemos
mantener, la voluntad de defender que estos países puedan conseguir
entrar en la Comunidad cuando cumplan determinados requisitos. Yo creo
que nuestro compromiso político con esos países debe ser su ingreso en la
Comunidad, pero, por otra parte, defender que este ingreso no se haga
perjudicando directamente nuestra agricultura. Es cierto que a partir de
la directriz presupuestaria fijada en Edimburgo, limitando los
presupuestos comunitarios destinados a la agricultura, la incorporación
de estos países puede distorsionar gravemente los ingresos agrícolas que
se producen en nuestro país y que son, como hemos reconocido todos,
importantísimos para nuestro sector. En ese sentido, yo creo que los
trabajos que se están realizando son previos, que están necesitados de un
tiempo prudente para llegar a materializarse, y que antes de tomar una
decisión definitiva sobre el ingreso de estos países deberá tenerse en
cuenta especialmente esta situación que puede perjudicar, si no se
corrige de antemano, muchísimo los intereses de nuestro sector agrícola y
ganadero.

Quisiera formularle algunas preguntas --algunas se las he concretado
anteriormente, otras no--. Primera, ¿qué países defendieron una posición
distinta respecto a las ayudas comunitarias relativas a las catástrofes
agrícolas? Ha dicho S. S. que algunos países defendieron el principio de
la subsidiariedad. En otros temas creemos interesante, pero en ése,
lógicamente, entendemos que debe ser la solidaridad financiera la que
prime. ¿Qué países defendieron la subsidiariedad, es decir, que cada uno
aguante su palo en ese sentido? Se trata de ver un poco cuál es la
posición global de los países con respecto a este importante tema que nos
preocupa mucho como es el de las catástrofes naturales.

Otro tema sería el que anunciaba también el señor Ramírez y que S. S.

comentaba: el importante acuerdo que se ha producido respecto a la
posibilidad de transfers directos entre los organismos de intervención de
los distintos países comunitarios y el organismo de intervención español
para paliar la escasez de cereales que se puede producir y se produce de
hecho en España durante este año. Apuntábamos en nuestra reunión anterior
que, efectivamente, éste es un problema gravísimo, que perjudica de gran
manera a los ganaderos de nuestro país, a las fábricas de pienso. El
sector ganadero esperaba, en principio, que con la aplicación de la
política agrícola comunitaria descenderían los precios de los piensos
compuestos. Efectivamente, esta situación no se ha producido de la manera
que todos creíamos que iba a suceder. Por lo tanto, este mecanismo que se
ha aprobado yo creo que es positivo e interesante, aunque sólo sea para
satisfacer el interés del señor Ramírez, para que vea que, efectivamente,
los Consejos de Ministros sirven para algo y que en los mismos se
aprueban cosas positivas. Creo que sería bueno también reconocerlo.

Para concluir, señor Ministro, quisiera recordarle nuestro compromiso con
las posiciones que hemos mantenido a lo largo de los últimos tiempos.

Quisiera agradecerle su información y estimularle en este difícil trabajo
de ser al mismo tiempo Presidente de la Unión Europea y Ministro del
Gobierno de un país que tiene en su agricultura determinados problemas y
necesidades y exige también determinadas cuestiones de manera
irrenunciable. Creo que esto debe lograrse, para lo cual no le faltará el
apoyo de nuestro Grupo Parlamentario.




La señora PRESIDENTA: Para responder a los distintos portavoces tiene la
palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Quiero agradecer a todos los intervinientes sus observaciones, sus
comentarios y también sus críticas. Como me decía hace unos días un
colega comunitario, cada día que pasa sin que le pidan a uno la dimisión
en este puesto de Ministro de Agricultura constituye, sin duda, un activo
fundamental. Deben aplicarse ustedes muy poco porque solamente así se
puede explicar que llevando diecisiete meses en el cargo sea el segundo
con más tiempo en ejercicio de los quince ministros de la Unión Europea.

Dicho eso, yo destacaría al señor Ferrer i Profitós respecto al Consejo
de Burgos --y con eso espero responder a todas las inquietudes-- que a mí
me parecen sorprendentes algunos de los comentarios que se han vertido.

Yo he asistido desde que tengo responsabilidades en el Ministerio de
Agricultura creo que como a ocho Consejos informales. He seguido sus
debates, he tenido oportunidad de seguir los trabajos que se han
desarrollado en los meses, incluso en los años posteriores a esos
debates, y quiero decirles que respecto de ninguno de ellos se puede
decir que



Página 1729




se hayan obtenido los resultados concretos que se han logrado en este
Consejo informal. Todos los Consejos informales a los que he asistido han
consistido más en debatir sobre pájaros y flores, sobre orientación de
carácter filosófico, preocupación de carácter genérico, y en éste hemos
estado hablando de cuestiones muy concretas: ¿cómo hay que flexibilizar
la política agrícola comunitaria? ¿Hay que permitir que un agricultor que
como consecuencia de la sequía no tiene nascencia suficiente cobre o no
la ayuda? ¿Hay que penalizar o no a un agricultor en una zona en la que
se han superado las superficies en el contexto de una situación de
catástrofe climatológica y los rendimientos han sido extraordinariamente
bajos? ¿Si o no? ¿Hay que establecer algún mecanismo de solidaridad
comunitaria? En mi opinión --lo digo en particular para aquellos que han
sido más críticos respecto al resultado del Consejo--, podemos decir que
sean insuficientes. Son mucho más que todas las expectativas, porque
nunca este Ministro podía pensar que se podía avanzar ni en 50.000
millones ni en 25.000 ni en 2.000 millones de pesetas, porque no es ése
el papel de un Consejo informal. El Consejo informal tiene como único
objetivo concienciar, debatir en común y orientar a la Comisión para que,
en el futuro, presente propuestas que vayan en la dirección de la
reflexión que se ha puesto a debate. Por tanto, que en el Consejo se
anuncie que va a proponer, en plazo muy corto, el destino de 50.000
millones (300 ó 310 millones de ecus) de reservas financieras, por tanto,
que no se detraen de otros fondos estructurales que tengan un destino
fijo, sino de las reservas financieras de la Comisión, que lo mismo
podían ir a programas de promoción de tecnologías que a programas
vinculados a catástrofes climatológicas, anuncie que va a destinar unos
recursos para tareas de prevención y de restablecimiento del potencial
productivo dañado constituye un resultado concreto, que, insisto,
sobrepasa todas las expectativas con las que afrontamos ese debate. Sin
embargo, que en el primer Consejo formal que se celebra sólo una semana
después de ese debate de carácter informal, el Consejo comparta una
conclusión concreta de autorización a la Comisión, por tanto, de dar
poderes a la Comisión, para eximir total o parcialmente de penalización a
los agricultores que se vean penalizados por barbecho obligatorio como
consecuencia de la superación de las superficies de base en zonas
afectadas por catástrofes climatológicas supone, repito, más resultados
concretos que de ninguno de los ocho Consejos informales a los que yo he
tenido oportunidad de asistir desde que estoy en el Ministerio de
Agricultura como Ministro o como Secretario General. Por ello me llama la
atención que se hagan esas valoraciones negativas, que las entiendo como
valoraciones de oposición de oficio, pero que, en el fondo, están
reflejando un desconocimiento muy profundo de la mecánica institucional
comunitaria y del proceso de toma de decisiones que se sigue en las
instituciones comunitarias. Además está el hecho de que se haya
compartido, no solamente respaldado, este criterio de que algún respaldo
de solidaridad financiera comunitaria debe existir y que hay que
interpretar la reglamentación con criterios de flexibilidad o introducir
en la misma tales criterios para preparar mejor a la política agrícola
comunitaria para responder ante estas situaciones de catástrofe
climatológica.

Quiero confirmar al Senador Ferrer i Profitós que el plan de seguros
agrarios va a continuar; que nuestro objetivo es consolidarlo, reformarlo
para reforzarlo, ampliando su cobertura, yo creo que para avanzar en su
carácter actuarial, de seguros, y para apoyar en mayor medida a los
agricultores a título principal; es decir, ampliar la cobertura, revisar
los mecanismos para garantizar un trato más proporcional entre las
primas, los rendimientos y las coberturas otorgadas; reforzar el apoyo a
los agricultores a título principal, para decirles que, allí donde las
comunidades autónomas complementan la subvención que se otorga con cargo
al Ministerio de Agricultura, el apoyo al sistema de seguros agrarios en
España no tiene parangón en Europa. El esfuerzo que en España se realiza
para subvencionar el sistema de seguros agrarios, el porcentaje de
subvención de las primas con cargo a los presupuestos del Ministerio más
los presupuestos de las comunidades autónomas con diferente intensidad en
unas o en otras no tiene parangón en cuanto a apoyos públicos con otros
sistemas de cobertura de riesgos agrarios en el marco europeo.

Se ha planteado por varios intervinientes la reforma del sector de frutas
y hortalizas, y quiero manifestar mi preocupación por el hecho de que
algunas tácticas dilatorias en el seno de la Comisión, por parte de
algunos comisarios, hayan hecho que hasta ahora no haya sido posible
aprobar esa propuesta por parte de la Comisión, para tener un elemento de
discusión que nos permita avanzar en los debates en el seno del Consejo.

No es posible iniciar un debate en el seno del Consejo sobre una
propuesta que no existe, porque no ha sido aprobada por el Colegio de
Comisarios. A partir, previsiblemente, de este próximo miércoles, cuando
la Comisión apruebe su propuesta, es cuando la remite formalmente al
Consejo, y el Consejo puede empezar a debatir ese documento. Mientras esa
propuesta no salga de la Comisión, no es más que un borrador, y, por
tanto, en la mecánica institucional comunitaria, no le es posible al
Consejo discutir sobre ese borrador. Sin embargo, me preocupa que, siendo
un borrador, por lo que conocemos ahora, y previsiblemente una propuesta
manifiestamente mejorable, esta dilación de por lo menos quince días en
la Comisión, si se le añaden dilaciones en la emisión del informe por
parte del Parlamento Europeo, nos pueda dejar en situación de gran
dificultad para conseguir aprobarla dentro de la Presidencia española,
como sería nuestro deseo. Por consiguiente, vamos a estar con un programa
de trabajo más apretado en el Consejo, aunque pongamos a los grupos de
trabajo a trabajar desde que recibamos la propuesta con toda la
intensidad, y vamos a estar muy condicionados por el calendario del
Parlamento Europeo en la emisión de su informe preceptivo para su
aprobación.

Por lo que se refiere al Consejo celebrado en Burgos --por volver a este
asunto--, quiero decir que todavía no conocemos cuáles van a ser las
orientaciones que la Comisión establezca para esta partida de 50.000
millones de pesetas que, previsiblemente, van a aprobar en las próximas
semanas. Se ha hecho un gran énfasis en los debates sobre las inversiones
de carácter preventivo, ya sea en infraestructuras,



Página 1730




ya sea en modernización de los sistemas de riego, en eficiencia en el uso
del agua, pero también podrían encajar, y espero que así sea, inversiones
de restablecimiento del potencial productivo, ya sean infraestructuras
dañadas, ya sea capital productivo de las explotaciones agrarias dañado
como consecuencia de estas catástrofes climatológicas. Pero éste es un
elemento que todavía tendremos oportunidad de debatir. Por otro lado,
quiero decir a S. S. que comparto que uno de los instrumentos
fundamentales para combatir las sequías es modernizar nuestros sistemas
de regadíos y alcanzar una mayor eficiencia en el uso del agua, como es
obvio, aunque también es cierto que, por mucha eficiencia que consigamos,
tenemos algunas cuencas hidrográficas con déficit estructural en sus
disponibilidades de agua que es necesario cubrir con aportaciones desde
una perspectiva solidaria.

Por lo que se refiere a la decisión sobre la superficie de barbecho y a
que podría haber sido más bajo, no ha habido ningún Estado miembro que
haya cuantificado ninguna petición por debajo del 10 por ciento, no ha
habido ningún Estado miembro --ya se lo digo porque he dirigido los
debates y he mantenido reuniones bilaterales con todas las delegaciones--
que haya formalizado una petición de un porcentaje por debajo del 10 por
ciento. Lo habrá expresado en términos de que hay que bajar el porcentaje
más de lo que pide la Comisión, pero eso es todo lo que se ha planteado.

La posición de la delegación española estaba a favor de reducir el
porcentaje para que la máxima reducción alcanzase un nivel de apoyo
suficiente, y eso es lo que hemos hecho y hemos trabajado intensamente
para orientar, más de lo que todos los observadores se esperaban, el
resultado del Consejo hacia una reducción adicional respecto de lo que
proponía la Comisión, para colocar en el mercado comunitario unas
expectativas o previsiones de producción de entre cuatro y cinco millones
de toneladas, más de lo que preveía la propuesta de la Comisión. Ese es
el trabajo que hemos hecho, valorado satisfactoriamente por todos los
observadores, por todos los Estados miembros y por todas las
organizaciones agrarias, aunque lamento que no sea a satisfacción de S.

S., pero todas las organizaciones agrarias, todos los observadores y
todos los Estados miembros han valorado positivamente el trabajo
desarrollado por la Presidencia, que consiguió, además de formar muy
rápida, alcanzar un compromiso que mejoraba, en términos de las
expectativas de los agricultores, del sector de cereales y del sector
ganadero comunitario, las propuestas de la Comisión y que se situaba en
la banda más favorable del acuerdo previsible a partir de las posiciones
que llevaban las diferentes delegaciones cuando nos reunimos en el
Consejo de Ministros en Bruselas. Además hay que valorar positivamente la
simplificación que significa la decisión, previsiblemente hacia el
futuro, porque ahora la decisión formal todavía se refiere solamente a
esta campaña, de unificar los porcentajes de barbecho para próximas
campañas.

Creo que es particularmente importante para España la decisión en lo que
se refiere a la posibilidad de que la superación de la superficie
nacional se pueda repercutir sobre los agricultores de las regiones en
las que se supera la superficie de carácter regional, es decir de los
agricultores de las regiones que han contribuido a esa superación de la
superficie nacional. ¿Qué situación tenemos ahora? Tenemos una situación
en la que, como en el secano, tenemos superficies de carácter regional (y
ésta es una decisión que se adoptó en su momento por acuerdo de todas las
comunidades autónomas que preferían ser responsables de sus propias
decisiones en cuanto a superficies de cultivo y cumplimiento de la
normativa en materia de barbechos, etcétera), y nos encontrábamos con que
algunas comunidades autónomas superaban su superficie regional y, sin
embargo, no se superaba la superficie nacional, lo que podía significar
una penalización de varios miles de millones de pesetas para nuestros
agricultores, pero cuando esta decisión esté en vigor se soslayará
plenamente, porque solamente se aplicará penalización cuando se supere la
superficie nacional. Pasaremos a una superficie nacional con superficies
regionales de referencia, de tal forma que la penalización solamente
empieza a jugar cuando se supera la superficie nacional, pero se
repercute sobre aquellas comunidades autónomas que, con la superación de
su superficie de referencia de carácter regional, han contribuido a esa
superación de la superficie de carácter nacional. Es decir, las regiones
que superan su superficie regional se ven favorecidas porque otras
comunidades autónomas no superen su superficie regional correspondiente.

Yo creo que ahora ésta es una decisión importante por lo que se refiere
al secano e importante también en el futuro en lo que se refiere al
regadío, porque, aunque ahora tenemos una superficie de carácter
nacional, nos permite establecer unas superficies regionales de
referencia que hagan recaer sobre los agricultores de las comunidades
autónomas que están teniendo una evolución más fuerte en cuanto al
incremento de sus superficies de cultivo la penalización que se deriva de
la superación de sus superficies. Este es un tema en el que habíamos
trabajado durante mucho tiempo y espero que la Comisión instrumente su
propuesta lo más rápidamente posible para que se pueda aprobar a lo largo
de esta campaña de siembras para que esté en vigor en la campaña de
comercialización 1996-1997.

Sobre el plan de regadíos, aunque no sea tema objeto de la comparecencia,
quiero decirles que tenemos un primer borrador de avance preliminar, que
espero someter a la conferencia sectorial en este mes de octubre. Este es
un tema de competencia compartida, yo diría casi de competencia
transferida a las comunidades autónomas. Por tanto, comprenderán que yo
quiera poner el primer documento a disposición de los consejeros en la
conferencia sectorial, aunque inmediatamente podamos remitirlo a la
Cámara para que se pueda empezar a realizar un primer debate sobre este
primer documento de avance.

En lo que se refiere a las mezclas de aceite de oliva, comparto el
criterio de quienes defienden que no debemos dar ninguna facilidad para
la mezcla de aceites en nuestro país. Nosotros pondremos todas las trabas
que nos permita la legislación comunitaria para que no se puedan
comercializar mezclas de aceites realizadas en otros Estados miembros.

Todavía no hemos detectado ninguna introducción



Página 1731




de mezclas de aceites, como las que están autorizadas en otros países, en
nuestro mercado, ni hemos detectado, en las consultas que hemos realizado
con algunas de las empresas afectadas, ninguna intención de realizarlo en
los próximos meses, sin que esto signifique ningún compromiso por parte
de estas empresas. Por tanto, habrá que estar vigilante estableciendo los
mecanismos pertinentes.

Sobre el tráfico de perfeccionamiento activo estoy de acuerdo en que hay
que dar el máximo de facilidades para que se puedan mantener nuestras
corrientes de exportación y nuestra presencia en mercados
internacionales.

Sobre la ayuda al consumo, aunque no recuerdo exactamente los términos en
los que se produjo mi valoración del acuerdo del Consejo sobre el paquete
de precios de la campaña pasada, quisiera explicar que en aquel Consejo
España fue el único país productor que se resistía a la reducción tan
fuerte de la ayuda al consumo. Nos quedamos bastante en solitario. Por
eso, al final, solamente conseguimos mantener una ayuda al consumo de 10
ecus por tonelada, cuando la propuesta de la Comisión había sido la de la
supresión total. No creo en absoluto en las tesis «conspirativas» de las
empresas envasadoras multinacionales para esa propuesta, porque estas
empresas tienen interés en que la ayuda al consumo sea lo más elevada
posible, porque la ayuda a la producción ha fortalecido el poder
negociador de los productores respecto de los envasadores. Confluían dos
intereses para la supresión de la ayuda al consumo: uno la simplificación
por parte de la Comisión, ya que prefería tener una sola ayuda por
razones de simplificación administrativa y de los mecanismos de gestión y
de control; dos, la posición de aquellos países productores de aceite de
oliva que no explotaban la ayuda al consumo, como lo había conseguido
explotar nuestro sector de aceite de oliva, y que consideraban que el que
pasara su sector a la ayuda de producción era una garantía de percepción,
mientras que si no tenían un desarrollo de una política de envasado y
comercialización como el que se estaba produciendo en España no se
beneficiaban en la misma medida de esta ayuda al consumo. Ahora se está
produciendo una reflexión en esos Estados miembros que va en nuestra
línea. Reconocen que la posición que mantuvieron no respondía a los
intereses del sector. También se está produciendo una revisión de la
posición por parte de la Comisión, que espero que se pueda materializar
en breve.

Sobre la reforma del sector del vino no se ha producido todavía ningún
debate en el Consejo. Creo que habrá que realizar algunos trabajos de
carácter bilateral, para ver si es posible que surja alguna orientación
del Consejo a la Comisión. El trabajo de devolver la propuesta a la
Comisión es irrelevante. Esto no se ha producido nunca y es irrelevante
en la medida en que el proceso de discusión está paralizado por la
existencia de una minoría de bloqueo suficiente en el seno del Consejo.

Yo cada vez me inclino más por el pragmatismo de algunas reformas
progresivas de carácter puntual de la regulación del sector del vino, que
no por una gran reforma, que va a ser muy difícil de desbloquear en el
Consejo, en ninguna dirección, puesto que hay posiciones muy enfrentadas.

Quizás el enfoque más pragmático y el más razonable para orientar a
futuras presidencias sea el de una orientación de reformas de carácter
parcial de la regulación, que vayan resolviendo los problemas más
urgentes en una dirección suficientemente consensuada por parte de todos,
pero éste es un tema sobre el que tendremos todavía seguridad de
discutir, de aquí al final de la Presidencia española.

Sobre la ampliación de la Unión Europea a los países de la Europa central
y oriental, la reunión de la semana pasada ha permitido constatar algo
que ya sabíamos todos y es que el proceso está muy verde. Las necesidades
del establecimiento de normas básicas de regulación del sector, las
necesidades en materia de modernización de infraestructuras agrarias, las
necesidades de carácter financiero son tan básicas que hay muchas líneas
de trabajo a desarrollar antes de pensar en el establecimiento de un
calendario de integración. Todos los ejercicios teóricos que se han
realizado han ido encaminados en dos direcciones, bien la de aquellos que
querían poner de manifiesto la imposibilidad de realizar la ampliación,
dada la inaceptabilidad de un proceso de integración de esos países en la
política agrícola común de acuerdo con el modelo nórdico, es decir, un
período de discusión corto y un período transitorio extraordinariamente
corto, o bien la que responde a la posición de quienes han sido siempre
partidarios de desmantelar la política agrícola comunitaria y utilizan la
ampliación de la Unión Europea a los países del este como un ariete para
debilitar la política agrícola común y para promover su desmantelamiento.

Existe una mayoría muy amplia en el seno del Consejo y una posición muy
firme del Gobierno español, que ha sido expuesta muy recientemente por el
Presidente del Gobierno, a favor de una discusión suficientemente
profunda y un período transitorio suficientemente prolongado como para
que se produzca una adaptación de las agriculturas de esos países a la
política agrícola comunitaria y no una política comunitaria adaptada a
las agriculturas de esos países. Ese es el proceso de discusión que se va
a desarrollar a lo largo de los próximos años y que conducirá, en un
horizonte todavía difícil de establecer, a un proceso de integración con
períodos transitorios lo suficientemente largos como para que esa
aproximación se produzca sin traumas, tanto para sus agriculturas, sus
economías y sus consumidores, como para la política agrícola comunitaria
y para las finanzas comunitarias.

En cuanto al efecto de la reforma de la política agraria comunitaria
sobre la estructura de nuestras explotaciones agrarias (el reparto de las
subvenciones, etcétera), voy a consultar a los servicios técnicos del
Ministerio. No estoy seguro de que ahora, teniendo en cuenta que quienes
gestionan las ayudas son las comunidades autónomas, el Ministerio
disponga de la suficiente información desagregada como para hacer un
análisis con una casuística muy detallada. En cualquier caso, lo
consultaré para ver si podemos comprometernos a un calendario para
realizar un informe sobre la materia que me parece de interés, aunque
seguramente el período de referencia todavía sea un poco corto.

Sobre el reglamento de leguminosas le corresponde a la Comisión presentar
su propuesta. Esta ya viene diciéndonos



Página 1732




desde hace unas semanas que la presentará. Como no depende tanto de la
Presidencia cuanto de la Comisión, no me atrevo a establecer ningún
calendario. Existe el compromiso de presentarlo y de cumplir ese
compromiso político, pero no me atrevo a establecer un calendario que no
depende del Consejo sino, inicialmente, de la Comisión. En cualquier
caso, es un tema que para nosotros tiene importancia.

En cuanto a la transferencia de cereales, como ya hemos comentado,
nuestros trabajos se orientan en dos direcciones; una, las subastas de
los organismos de intervención comunitarios dirigidas al mercado español,
como ya se han realizado a lo largo de los últimos meses, y luego un
transfer hacia los stocks comunitarios que nos permitan disponer de una
cantidad para poder facilitar el acceso de pequeños consumidores de estos
cereales-pienso.

Sobre la reforma del sector del arroz, no quiero entrar a discutir la
superficie de base del arroz, ya que he planteado que tenemos una reserva
para su elevación, fundamentalmente con un argumento obvio y es que es
necesario neutralizar todo el efecto que la sequía haya podido tener
sobre los períodos que se tomen como referencia, en ese sentido, sacando
el tratamiento de Extremadura y Andalucía del resto de las regiones que
puedan tener el mismo tratamiento en cuanto a período de referencia que
para el resto de los Estados miembros, pero el 25 por ciento de
incremento que plantea es muy difícil de justificar en ninguna de las
hipótesis, cogiendo el dato más favorable de la historia en todas y cada
una de las regiones. Por tanto, se alejaría de lo que hay que defender
como una propuesta rigurosa, con una metodología comparable a la que se
aplica en otros sectores y para el resto de los Estados miembros.

En cuanto al bromuro de metilo ya se lo hemos transmitido a los
responsables del Consejo de Ministros de Medio Ambiente, que son los que
tienen que discutir este tema. Tomo nota de su preocupación, que también
lo es del Ministerio, como también de lo que se refiere a temas que no
son tanto trabajo de la Presidencia o decisiones que tienen que adoptar
la Comisión, como lo que se refiere a los reconocimientos de las
denominaciones de origen, sobre lo que la Comisión anunció que estarían
en condiciones de hacerlo para todo un primer paquete dentro de la
Presidencia española, pero, efectivamente, seis meses no es nada.

Corremos el riesgo de que finalice la Presidencia y de que la Comisión no
haya tomado la decisión, pero está en el ámbito institucional de la
Comisión.

En cuanto a la utilización de hormonas en la alimentación, la Comisión ha
convocado una conferencia sobre el uso de hormonas en la alimentación
animal creo recordar que para los días 29 y 30 de noviembre en Bruselas,
a la que ha invitado a expertos, científicos, representantes de
consumidores, de administraciones, etcétera. La Comisión no va a
presentar un documento que refleje sus posiciones como tales, sino que
pretende hacer una conferencia abierta para poner al día el debate de los
diferentes sectores sociales y del mundo científico. Habrá que esperar
para ver el resultado de esta conferencia y cuáles son las orientaciones
que proporciona.

Sobre el tema que ha planteado el señor Ramírez, en cuanto a que la
sequía provoca una disminución de las restituciones a la exportación,
afortunadamente y en la medida en que la lógica de la gestión hacia el
mercado interno, como debe ser por parte de la Comisión, que no siempre
es el caso, tiene que conducir a reducir al máximo las exportaciones de
productos que son muy necesarios en el mercado interno, aunque eso
suponga a veces problemas en cuanto a pérdida de mercados tradicionales
para productores comunitarios. Está claro que hay una preferencia
comunitaria que no sólo hay que reflejarla en términos de protección en
la frontera, sino también en la preferencia en el destino de la
producción comunitaria hacia el mercado interno frente a los mercados
exteriores.

Quiero resaltar --ya lo he hecho en más de una ocasión, pero parece ser
que con poca fortuna-- la diferencia con la que hemos abordado la sequía
en relación con otras situaciones equivalentes antes de la reforma de la
política agrícola comunitaria. Porque ahora tenemos un mecanismo de
protección, una red de protección de las rentas agrarias, que significan
las ayudas directas para el caso de los cultivos herbáceos, que
establecen que es una compensación de renta, pero también protege la
renta del sector de las oscilaciones climáticas que se produce en el
sector de los grandes cultivos y no en el aceite de oliva porque la ayuda
es por kilo. Sin embargo, en el aceite de oliva hay que seguir
manteniendo que la ayuda sea por kilo y no por superficie. Eso responde
mejor a los intereses de nuestro país, aunque cuando llegue la sequía esa
situación coyunturalmente nos perjudica.

Ahora tenemos un mecanismo de apoyo que ha permitido movilizar, en los
meses de julio y agosto, 225.000 millones de pesetas en ayudas directas,
que no hubiesen ingresado los agricultores si la reforma no se hubiese
realizado. Antes de la reforma, la pérdida de la producción significaba
la pérdida de la renta, mientras que después de la reforma la pérdida de
la producción no supone la pérdida de las ayudas directas; lo que hace
que el mecanismo de protección --repito-- para estos grandes cultivos,
resultante de la suma de las ayudas directas por hectárea y de la
cobertura del sistema de seguros agrarios para quien suscriba la póliza,
signifique una protección que no ha existido nunca para situaciones de
sequía como ésta.

En este sentido, el efecto de ahorro para el presupuesto comunitario de
esta situación de sequía es mucho menor que el que se hubiere producido
si la reforma no hubiese estado en vigor. La reorientación de la
producción comunitaria hacia el mercado interno se hubiera producido de
la misma manera, solamente que el ahorro en restituciones de exportación
hubiese sido muchísimo mayor y la pérdida de renta para nuestros
productores habría sido muchísimo mayor.

Creo que con esto he respondido a todas las intervenciones. Quedaba, por
lo que veo, la que se refiere a qué países defendieron más la
subsidiariedad que la solidaridad en el marco de la Unión Europea. Es
fácilmente comprensible que defendieron más la solidaridad aquellos que



Página 1733




tienen una frecuencia de riesgos climatológicos mucho mayor, y
defendieron más la subsidiariedad aquellos que tienen una frecuencia de
riesgos climatológicos mucho menor. En general, los países del norte de
Europa defendieron más bien la subsidiariedad y los países del sur de
Europa --aunque acepten el principio de subsidiariedad-- más la
solidaridad, con una posición abierta por parte de Alemania, como país
del norte, a la atención de las situaciones de catástrofe u otras
extremas que se produzcan en algunos países desde el principio de la
solidaridad.

Quiero destacar también que en la orientación de nuestros problemas de
abastecimiento de cereales se ha producido un giro, una actitud más
favorable por parte de los responsables del sector agrario o de la
administración agraria alemana, que están siendo muy colaboradores en
cuanto a las propuestas que la Comisión tiene intención de poner sobre la
mesa en las próximas semanas.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro, por su
comparecencia esta tarde, así como por la extensión de sus explicaciones.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y treinta y cinco minutos de la tarde.