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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 56, de 08/11/1994
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 1994 V Legislatura Núm. 56
DE INVESTIGACION CIENTIFICA Y DESARROLLO
TECNOLOGICO
PRESIDENTE: DON MARCELINO PALACIOS ALONSO
Sesión núm. 7
celebrada el martes, 8 de noviembre de 1994,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del Ministro de Educación y Ciencia, Excmo. Sr. don Gustavo
Suárez Pertierra, para presentar la Memoria del Plan Nacional de I+D del
año 1992. (Números de expedientes S. 711/000094 y 701/000024; C. D.

213/000470 y 049/000019) (Página 1161)
Designación de la Ponencia encargada de informar la Memoria de
actividades del Plan Nacional de I+D correspondiente a los años 1992 y
1993. (Número de expediente S. 701/000024) (Página 1180)



Se abre la sesión a las doce horas y cinco minutos.




El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión. Muy buenos días a todas las
señoras y todos los señores parlamentarios.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE EDUCACION Y CIENCIA, PARA PRESENTAR
LA MEMORIA DEL PLAN NACIONAL DE I+D DEL AÑO 1992. (S. 711/000094 y
701/000024.) (C. D. 213/000470 y 049/000019.)



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El señor PRESIDENTE: Hoy tenemos la satisfacción de contar con la
presencia del señor Ministro de Educación y Ciencia, que viene a hacer
una breve exposición sobre la Memoria del Plan Nacional de I+D del año
1992. Aun cuando en la convocatoria consta que se haría referencia a la
Memoria del año 1993, el señor Ministro tiene interés en exponer la de
1992, lo que no se había hecho todavía, y así dejar esta cuestión
terminada.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE EDUCACION Y CIENCIA (Suárez Pertierra): Muchas
gracias, señor Presidente, muchas gracias, señorías.

Me complace comparecer ante sus señorías para exponer la Memoria de
actividades del Plan Nacional de I+D correspondiente a 1992, cuyo texto
se había remitido a las Cámaras el pasado mes de marzo. Con este motivo
también les comentaré, con la venia del Presidente, los acontecimientos
más significativos relacionados con la ciencia y la tecnología que han
tenido lugar en los últimos tiempos y que completan lo que se vaya a
exponer en la Memoria de 1992.

Quisiera iniciar mi exposición agradeciendo sinceramente a esta Comisión
Mixta los dictámenes que ha emitido sobre sucesivas memorias del Plan
Nacional de I+D. Sus señorías saben bien que los que desarrollamos
nuestra actividad en torno al Plan Nacional valoramos muy positivamente
las recomendaciones que se nos vienen haciendo porque siempre surgen como
consecuencia de un interés que es compartido por todos de que nuestro
sistema de ciencia y tecnología sea potenciado y pueda proporcionar a la
sociedad los conocimientos y las tecnologías que la propia sociedad
precisa para desarrollar adecuadamente un conjunto de objetivos de
carácter social y económico que a todos interesa.

Paso, pues, a exponer en forma resumida las principales líneas de la
Memoria de Actividades del Plan Nacional de I+D del año 1992.

A lo largo de los años las sucesivas aportaciones que las propias Cámaras
y todo el conjunto de los órganos de seguimiento del Plan Nacional de I+D
han venido realizando han permitido mejorar el contenido de la Memoria
hasta llegar a esta versión que se estructura en tres capítulos
diferenciados. El primero de ellos se dedica a dar cuenta de las
actividades desarrolladas en el año al que se refiere la Memoria, en el
segundo se recoge la evolución reciente del sistema español de ciencia y
tecnología, y en el tercero las perspectivas de futuro del Plan Nacional
de I+D. El documento contiene igualmente diversos apéndices del Plan
Nacional de I+D y diversos apéndices de cuadros estadísticos y tres
anexos que incluyen las acciones financiadas en 1992 y la distribución de
las ayudas por objetivos de carácter científico-técnico. Voy a detenerme
brevemente en cada uno de estos tres capítulos de la Memoria.

El primero, como ya se ha dicho, describe las actividades desarrolladas
en 1992 y la distribución del Fondo Nacional para el Desarrollo de la
Investigación Científica y Técnica por programas y acciones, y presenta
una estructura similar a la de años anteriores. Esta similitud es
intencionada porque se pretende facilitar a los estudiosos de la política
científica los datos de una forma semejante para que se puedan analizar
series históricas que resulten homogéneas. A grandes rasgos, se exponen
las actividades de forma que se pueda analizar el avance en el
cumplimiento de los objetivos fundamentales del Plan Nacional de I+D, el
fomento de la investigación, la planificación de las actividades de I+D,
ambas cuestiones mediante la aplicación del Fondo Nacional por programas
y por acciones, y la coordinación de los esfuerzos tanto en el ámbito
nacional como en el ámbito internacional.

En el apartado relativo a los programas nacionales, quisiera destacar los
dos aspectos que me parecen más novedosos. Por una parte, el seguimiento
de los proyectos que ya han sido finalizados, y por otra el análisis de
los proyectos integrados que están en marcha.

En 1991 finalizaron los proyectos de investigación aprobados en la
primera convocatoria del Plan Nacional de I+D, lo cual ha permitido
iniciar el proceso de evaluación de los resultados científicos y
tecnológicos obtenidos, y consecuentemente de los programas
correspondientes.

Además del análisis del informe final presentado por los investigadores,
la evaluación se ha basado en la exposición oral ante un panel de
expertos integrado por representantes de los sectores académicos, pero
también por miembros de la industria y, por supuesto, de los
Departamentos ministeriales que están implicados en el Plan, de los
resultados obtenidos y de las principales conclusiones de cada proyecto.

El balance detallado de cada programa se encuentra en su apartado
correspondiente pero como primera aproximación la valoración de los
participantes en los planes, tanto de los evaluadores como de los
evaluados, ha sido muy positiva y con frecuencia ha proporcionado ideas
interesantes para el futuro desarrollo de las líneas de investigación.

Estimo que la lectura del apartado de seguimiento correspondiente a cada
programa resultará suficientemente expresiva, pero quizá merezca la pena
destacar que todos los participantes coinciden en señalar la necesidad de
potenciar los mecanismos de transferencia de resultados para facilitar su
utilización, valoración en la que sus señorías coinciden, tal como se
desprende de los dictámenes y que, como se sabe muy bien, ha sido uno de
los objetivos fundamentales desde la puesta en práctica del Plan
Nacional. Sin duda es una materia en la que es preciso avanzar todo lo
posible.

También se incluye en cada uno de los programas los informes de
seguimiento de los proyectos concertados entre empresas y centros
públicos de investigación, eje de actividad que, como sus señorías saben,
gestiona el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial por encargo
de la Comisión Interministerial, y ello para favorecer la máxima
coordinación de estas ayudas con los planes que se hacen desde el
Ministerio de Industria.

Los ejemplos incluidos en la Memoria ponen de manifiesto que se ha
desarrollado un buen número de tecnologías de alto interés industrial y
de alto interés comercial.

Respecto de los proyectos integrados, la Memoria informa sobre los cinco
proyectos que se encontraban en



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marcha en el momento de su redacción: La interconexión de recursos
informáticos, conocida como la Red Iris; el proyecto de comunicaciones de
banda ancha; el proyecto de minisatélites; los proyectos llamados «Virgo»
y «Golf» en el satélite Soho, y el proyecto «Perfiles de sísmica de
reflexión profunda». Quisiera comentar sucintamente los dos primeros con
el fin de ilustrar este tipo de acciones.

El Proyecto integrado Iris procede del antiguo Programa nacional de
interconexión de recursos informáticos y en síntesis puede afirmarse que
se desarrolla de acuerdo con el plan que había sido previsto. Respecto de
la información recogida en la Memoria se ha producido una novedad
importante, y es que la gestión de la red ha pasado desde FUNDESCO al
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El paso de uno a otro
organismo gestor se realizó a principios de 1994 y se desarrollo con toda
normalidad. El Consejo Superior ha creado un centro de comunicaciones
Iris como nudo central de la red. Se ha dado, pues, un paso hacia la
consolidación de la red tras la etapa previa de promoción e introducción
de estos servicios teleinformáticos en el sistema. En estos momentos
están conectadas unas ciento veinte instituciones, lo que significa que
son usuarios de la red cerca de veinticinco mil científicos. Sus señorías
coincidirán, sin duda, con nosotros y con los responsables del Plan en el
interés de esta red, tanto para facilitar la comunicación entre nuestros
científicos como por permitirles el acceso a determinadas bases de datos
y otras redes científicas de carácter internacional, lo que esta poniendo
al alcance de nuestros científicos importantes medios informáticos de
otros países.

El proyecto integrado de comunicaciones de banda ancha, el segundo de a
los que he aludido, tiene como objetivo desarrollar en nuestro país un
prototipo de red experimental de comunicaciones de banda ancha y sus
servicios. Esta tecnología constituye, según manifiestan los expertos del
área, un avance considerable respecto de las tecnologías que están en uso
actualmente. En el proyecto participan todos los organismos de la
Administración con competencias en telecomunicaciones y en política
científica y tecnológica, coordinación que puede considerarse como una de
las aportaciones fundamentales de este tipo de proyectos. Las actividades
incluidas en el Plan son desarrolladas --quiero decir en el Plan de
Comunicaciones-- por consorcios de empresas y centros públicos que
despliegan los diferentes elementos de red definidos en el plan de
trabajo inicial. Así, en 1992 se aprobaron diez proyectos en los que
participan catorce empresas y otros tantos grupos universitarios:
Telefónica I+D, ALCATEL y las Escuelas de Telecomunicaciones de las
Politécnicas de Madrid y de Cataluña son los órganos que tienen una mayor
participación en el programa.

No sólo se están desarrollando los elementos de la red sino también
diversas aplicaciones: turismo, educación, medicina y otras de indudable
interés socioeconómico. En síntesis, puede decirse que el proyecto
integrado marcha ahora adecuadamente.

Para finalizar con el análisis de los programas, me referiré a los de
formación del personal investigador, nacional y sectorial, y en concreto
a dos aspectos que han sido destacables en 1992 y que responden a
recomendaciones de esta Comisión.

El primero se refiere al notable incremento de las becas de doctorado de
empresas, tendencia que se ha mantenido en 1993 y 1994, porque
consideramos de la máxima importancia fomentar la participación de las
empresas en el proceso de formación de nuestros jóvenes doctores.

La otra línea a las que se están dedicando recursos crecientes es la
incorporación de doctores a proyectos en curso, de forma que los nuevos
doctores se formen en aquellos grupos de probada calidad científica y
cuyas líneas de investigación han sido consideradas por los organismos
del Plan y otros de mayor interés.

En síntesis, el programa de formación de personal investigador está
orientado su quehacer hacia las nuevas demandas del sistema. En estos
momentos se considera que lo más necesario es asegurar la adecuada
inserción en el sistema de los jóvenes doctores, sea en el sector público
o, preferiblemente, en el sector empresarial. Respecto de la formación en
el extranjero se está tratando de que constituya el complemento adecuado
de la formación en España o la vía para obtener formación en áreas en las
que la capacidad de formación de nuestro sistema es todavía insuficiente.

Al igual que el pasado año, el capítulo de programas sectoriales incluye
el de promoción general del conocimiento y el I+D agrario y alimentario
del Instituto Nacional de Investigaciones agrarias, cuya integración en
el Plan Nacional de I+D ha sido enormemente beneficiosa para el sistema.

Como novedad, en la Memoria de 1992 se recoge por primera vez información
detallada sobre las actividades del Fondo de Investigación Sanitaria
poniéndose de relieve el excelente grado de colaboración con los
programas más afines dentro del Plan, fundamentalmente el de salud y
farmacia y el de promoción general del conocimiento. A este respecto me
complace informarles de que el Ministerio de Sanidad y Consumo ha
solicitado la integración del Fondo de Investigación Sanitaria, como
programa sectorial, dentro del Plan Nacional, y en la última reunión de
la Comisión Permanente de la CICYT, de la Comisión de Investigación
Científica y Técnica, que se ha celebrado la pasada semana, se aprobaron
los términos en que se producirá esta integración del Fondo de
Investigación Sanitaria. Con ello estamos dando un paso muy importante en
la necesaria coordinación sectorial.

También se detallan en este apartado de la Memoria otras iniciativas de
coordinación tales como el Programa para el aprovechamiento industrial de
la investigación en superconductividad, el programa del buque
oceanográfico «Hespérides» o la acción especial de fomento de la I+D en
el área microelectrónica, programas que tienen, cada uno en su área, un
notable efecto coordinador entre el sector público y las empresas.

Como parte de la necesaria coordinación entre la investigación que se
desarrolla en el sector público y las necesidades sociales, se incluye en
este capítulo un apartado de los avances más significativos en el proceso
de articulación del sistema ciencia, tecnología, industria. A este
respecto,



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la red OTRI, OTT, que es una estructura creada al amparo del Plan
Nacional de I+D, ha continuado realizando una notable labor que se
traduce en un sustancial incremento de los contratos y convenios con
empresas y con otros agentes sociales. El apartado resume, asimismo, los
datos más relevantes de las otras acciones que se desarrollan en este
ámbito, entre las que me parece que son de destacar los primeros
resultados del programa de estímulo de la transferencia de resultados de
la investigación, el llamado Programa Petri, algunos de ellos de
indudable interés industrial a juzgar por lo que las propias empresas
involucradas han manifestado en las evaluaciones finales de los programas
correspondientes.

Asimismo, el capítulo recoge las nuevas inversiones aprobadas en el
programa FEDER de la Comunidad Europea para 1992 y 1993 en las
Comunidades de Objetivo Dos, cerca de 6.000 millones de pesetas que sin
duda permiten una sustancial mejora de las infraestructuras de I+D en las
propias empresas.

Para finalizar, el Capítulo I recoge las principales actividades
desarrolladas en el ámbito internacional. Es de destacar en este capítulo
la inclusión de un primer balance de la participación española en el
tercer programa marco de I+D de la Unión Europea. En resumen, los datos
recogidos en la Memoria ponen de manifiesto una mejora sustancial de
nuestra participación en el programa marco, porque cuando sólo se había
distribuido un cincuenta por ciento de los fondos, España ya había
conseguido retornos similares, en términos absolutos, a los que se habían
conseguido en todo el conjunto del programa marco segundo de la Comunidad
Europea, 186 millones de ecus, de los que eran fondos superiores, en
términos no ya absolutos sino relativos, el 6,2 por ciento frente al 5,5
por ciento en el segundo programa marco. Estos datos han mejorado aún con
posterioridad de forma que el balance final del tercer programa marco es
que se ha obtenido el 6,3 por ciento del total de fondos distribuidos,
alcanzándose un retorno cifrado en los 312 millones de ecus.

La Memoria incluye un detallado análisis de esta participación, estudio
que ha sido de enorme utilidad en las negociaciones del cuarto programa
marco que tendrá ocasión de comentar más adelante.

En plena coincidencia con lo que había recomendado en su momento esta
Comisión, continuamos realizando todos los esfuerzos posibles para
incrementar la participación española en el programa marco, tanto por la
necesidad de lograr el máximo nivel de retornos como por aprovechar esta
participación en beneficio de nuestros grupos de investigación y de
nuestras empresas.

Para finalizar la referencia al capítulo de las actividades
internacionales, creo que debo referirme al Programa Iberoamericano de
Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, comúnmente conocido como
Programa CYTED, porque 1992 fue un año importante para este programa. En
ese año se realizó una evaluación del mismo a cargo de una comisión
internacional de expertos y el informe emitido es muy positivo. En sus
análisis los expertos pudieron comprobar el profundo impacto del programa
en la región iberoamericana y cómo ha dado lugar a una serie de
resultados tecnológicos interesantes que ya se están aplicando en estos
momentos. Como quiera que nuestro país ha sido el impulsor de este
programa, creo que podemos compartir con sus participantes la
satisfacción por esta valoración y por los magníficos resultados
obtenidos. Todo ello ha dado lugar a que el programa se haya consolidado
como una pieza clave para la integración científica y tecnológica de la
región iberoamericana, tal como se ha considerado explícitamente en las
sucesivas cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, pues
en todas ellas ha existido una referencia positiva al programa CYTED. En
este sentido me complace comunicarles que muy recientemente, el pasado 27
de octubre, el Gobierno argentino entregó al Secretario General del
Programa un importante premio de cooperación científica y tecnológica
internacional que lleva por nombre «Doctor Louis F. Leloir», tanto por
sus resultados transferibles a los sectores productivos y a la sociedad
como, dice el documento de concesión, por haber contribuido a la
modernización productiva y a la calidad de vida en la región
iberoamericana.

El segundo capítulo de la Memoria trata sobre la evolución del sistema
español de ciencia y tecnología, estudio que se aborda siguiendo el
modelo de evaluación que se estableció con ocasión de la primera revisión
del Plan Nacional de I+D.

El capítulo se inicia con un apartado de consideraciones generales en el
que se recogen los datos del sistema en el período 87-92. En los
apartados siguientes el estudio se desagrega en los tres sectores de
ejecución: empresa, Administración pública, enseñanza superior.

Tratando de responder a las recomendaciones de los diversos órganos
consultivos, se ha incluido un apartado sobre la I+D en las Comunidades
Autónomas, un apartado aún bastante limitado, en el que se detallan todas
las fuentes de financiación y los correspondientes resultados científicos
y tecnológicos.

El capítulo concluye con un estudio de la producción científica española
y un análisis del peso del Plan Nacional de I+D, dentro del sistema
español de ciencia y tecnología, tanto en términos económicos como en
cuanto a los recursos humanos involucrados en sus actividades.

Al leer este capítulo sus señorías habrán tenido ocasión de comprobar que
recoge una cuantiosa y elaborada información sobre la evolución de los
principales indicadores de ciencia y tecnología en España, y además, que
recoge también su comparación con los países de nuestro entorno. Hasta
1990 los datos corresponden a las estadísticas de I+D que realiza el
Instituto Nacional de Estadística. Los de 1991 y 1992 son aún
estimaciones. A este respecto, la evolución reciente de la economía nos
ha impulsado a revisar a la baja las estimaciones para 1992 y 1993 aunque
los datos permiten prever un ligero crecimiento del gasto, eso sí, un
crecimiento menor que el que se había producido en los años anteriores.

En estos momentos estimamos que el gasto de I+D en 1993 pudo alcanzar los
530.000 millones de pesetas, si bien con una disminución del peso del
sector empresa y también se estima que el número de investigadores en
1993 superó la cifra de 43.000. Esto significa una tasa acumulativa anual
de crecimiento del gasto nacional



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en I+D en el período 87-93 de un 15 por ciento en pesetas corrientes y un
8 por ciento en pesetas constantes. Por su parte, el crecimiento medio
anual del número de investigadores en idéntico período sería del 8 por
ciento. En ambos casos, el crecimiento español es superior al de los
demás países de la Unión Europea, gracias a lo cual continuamos
reduciendo las diferencias que nos separaban de ellos. Por su parte, los
resultados científicos y tecnológicos derivados de este esfuerzo, medidos
con los indicadores que son habituales en el mundo de la investigación,
también han experimentado crecimientos que son dignos de ser destacados:
el crecimiento de la producción científica ha sido del 10 por ciento
anual y el de las patentes en el extranjero del 22 por ciento anual.

Considero que los datos aportados ponen de manifiesto la necesidad de
continuar en el empeño de promover la I+D en nuestro país y no dejar el
papel motor que hemos venido asumiendo. Muchos estudios empresariales
ponen de manifiesto que en épocas de recesión económicas surgen
innovaciones importante, pero es evidente que las empresas españolas
precisan el apoyo de la Administración o del sector público en general a
estas actividades, no sólo mediante aportaciones financieras sino también
poniendo a su disposición recursos humanos, infraestructuras y medios que
faciliten la actividad innovadora de las empresas.

En esta línea, el Plan Nacional de I+D ha logrado movilizar el sistema de
ciencia y tecnología tal como reflejan los datos sobre la cobertura del
Plan incluidos en el correspondiente apartado de la Memoria. El Plan
mueve cerca del 30 por ciento del gasto en I+D, y casi el 57 por ciento
de los investigadores del sistema participan en sus acciones. Es evidente
que el Plan Nacional de I+D orienta fundamentalmente la actividad de los
centros públicos, más del 73 por ciento de los investigadores de las
universidades y de los organismos públicos, pero también a través de los
proyectos concertados se están movilizando recursos que vienen del sector
empresa o industria. Puede decirse, en todo caso, que el Plan Nacional
está desempeñando activamente el papel coordinador y programador de la
actividad investigadora que le fue asignado por la Ley de la Ciencia.

Para finalizar la exposición de la Memoria, pasaré a su tercer y último
capítulo en el que se exponen las perspectivas para los próximos años.

La introducción al capítulo resume el nuevo marco socioeconómico en el
que se ha de desarrollar nuestro sistema y las grandes líneas que en ese
contexto deberían orientar el quehacer el Plan Nacional de I+D en los
próximos años. Es preciso, a grandes rasgos, impulsar con mayor fuerza la
articulación del sistema, profundizar en el conocimiento de sus
mecanismos de actuación y de los efectos de las políticas sobre los
diferentes agentes, y finalmente dedicar esfuerzo a facilitar que la
sociedad se familiarice con las nuevas tecnologías. Para ello se propone
una serie de actuaciones a corto plazo y otras a medio plazo que precisan
un desarrollo ulterior o diríamos que más profundo.

Las actuaciones a corto plazo, que se han iniciado ya en 1994 y que en
gran medida responden a recomendaciones hechas por esta Comisión, son las
siguientes: En primer lugar, el deslizamiento del Programa Nacional de
Información para la investigación científica y el desarrollo tecnológico,
ampliando su actividad hacia la evaluación de programas, los estudios
prospectivos y el desarrollo de la interfase investigación-sociedad a
través de la evaluación del impacto social de la ciencia y la tecnología
y a través del análisis de las nuevas demandas sociales. Ello supone
proporcionar al programa una orientación más marcada como instrumento
propio de la política científica.

En segundo lugar, la puesta en marcha de tres nuevos proyectos
integrados: la tecnología en materiales compuestos avanzados para el
transporte, los recursos hídricos y el aceite de oliva. En todos ellos
subyace la filosofía común de integrar la actividad de empresas y centros
de investigación hacia un objetivo común más ambicioso bajo las
directrices de las políticas sectoriales a que hacen referencia los
programas a que acabo de aludir. Los tres proyectos abordan áreas de gran
importancia socioeconómica para España y gracias a las actividades
desarrolladas hasta el momento en los programas nacionales, que son
afines, se dispone de una base sólida sobre la que asentar las
actividades propuestas que, naturalmente, tiene un carácter mucho más
específico.

En tercer lugar, el establecimiento de un programa nacional de
transferencia de resultados científicos y técnicos que profundice y
avance en los mecanismos de cooperación entre las empresas y los centros
públicos de investigación. El objetivo general de este programa nacional
de transferencia es promover la articulación del sistema español de
ciencia y tecnología con el entorno socioeconómico y fomentar una eficaz
utilización de los conocimientos y capacidades del mismo por parte de los
sectores productivos y en general de la sociedad. He citado literalmente
la definición de los objetivos del programa. En estos momentos se está
culminando el texto base de este programa que se debatirá ampliamente en
los próximos meses con el Ministerio de Industria y Energía primero y con
otras entidades relacionadas con el mismo después. El programa, en
síntesis, trata de agrupar todas las acciones de articulación contenidas
en el Plan hasta el momento con objeto de potenciarlas aprovechando las
sinergias que se pueden derivar de su mutua relación e introducir otras
nuevas que potencien las actividades de I+D conjuntas entre empresas y
centros públicos. A este respecto señalaré que va a constituir un
objetivo básico del programa el apoyo a los centros de servicios
tecnológicos y una mayor definición de su importante papel, quizás hasta
ahora no suficientemente destacado, dentro del sistema, dado que el
tejido industrial español está mayoritariamente constituido por PYMEs que
han de apoyarse en este tipo de centros para desarrollar su actividad de
carácter innovador.

Con esto, señor Presidente, señorías, finalizo el resumen de la Memoria
de actividades del Plan Nacional en 1992 y paso a comentar, con su
permiso, los más recientes acontecimientos que han tenido lugar en el
sistema.

En primer lugar, es importante informar a sus señorías sobre el estado
del cuarto programa marco de I+D de la Unión Europea. Tanto 1993 como
1994 han sido años clave en la política de I+D de la Unión Europea dado
que



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la ratificación del Tratado de la Unión ha establecido un nuevo marco
para la I+D que la consolida como una de las piedras angulares de
cooperación entre los Doce. La cumbre de Jefes de Estado ha ratificado,
con el Libro Blanco de la Comisión Europea, el papel clave que Europa
asignó a la tecnología como factor de competitividad y de desarrollo
socioeconómico. Así se refleja en el Tratado de la Unión y se reflejó de
forma evidente en las perspectivas financieras que fueron aprobadas por
la Cumbre de Edimburgo.

El Programa Marco es el instrumento fundamental para la ejecución de la
I+D comunitaria y el Tratado ha introducido en él importantes
modificaciones tanto en lo que se refiere a su contenido como a su
estructura y a su procedimiento de aprobación. El Gobierno ha tenido
ocasión de participar activamente en el diseño del cuarto Programa Marco
y en las sucesivas negociaciones que han tenido lugar hasta llegar a la
posición común del Consejo de Ministros de Investigación y a la posterior
ratificación del Parlamento Europeo. Para ello la CICYT puso en marcha un
proceso de consulta a los diferentes organismos de gestión de los
programas comunitarios con el objetivo de preparar la posición española
sobre la propuesta inicial de la Comisión y asimismo para proponer que se
modificaran aquellas propuestas que pudieran perjudicar a España y, de la
misma manera, que se incluyeran otras propuestas especialmente
importantes para nuestro país.

El pasado 26 de abril fue formalmente aprobado el cuarto Programa Marco
con un presupuesto de 12.300 millones de ecus, que equivalen a 1,9
millones de pesetas, para el período 94-98 y un complemento de 700
millones de ecus a librar en una fase posterior. Este presupuesto es,
prácticamente, el doble que el del tercer Programa Marco. Como novedades
más notables del cuarto programa cabe citar las siguientes: en primer
lugar, un gran porcentaje de los fondos se dedica a las llamadas
tecnologías difusoras, tecnologías de la información y de las
comunicaciones, biotecnología, etcétera, y al medio ambiente. En segundo
lugar, se ha incluido por vez primera, una línea dedicada al estudio de
los sistemas de transportes y otra a estudios socioeconómicos ligados a
los nuevos sistemas productivos y a los sistemas educativos. En tercer
lugar, aumenta significativamente el peso relativo de los fondos
destinados a las llamadas ciencias de la vida, como la biotecnología o la
agricultura y otras, de gran importancia para España.

Por otra parte, se otorga mayor peso económico a las actividades de
difusión y valorización de la tecnología y también a la formación y
movilidad de investigadores y tecnólogos muy cualificados, aspectos ambos
que también revisten un gran interés para nuestro país.

Y, finalmente, el cuarto Programa Marco incluye una actividad para
financiar la cooperación en ciencia y tecnología con terceros países,
países en vías de desarrollo, países de Europa central y del Este, por
una parte, y por otro lado, con otros programas internacionales de I+D
sin perjuicio de los países que le sirvan de soporte.

A partir del pasado mes de junio el Consejo de la Unión Europea comenzó a
aprobar los programas específicos a través de los cuales se desarrolla el
Programa Marco en un proceso que esperamos que culmine en el próximo mes
de diciembre. A partir de ese momento, comenzarán a publicarse las
convocatorias para la presentación de las propuestas.

Estamos haciendo un verdadero esfuerzo para movilizar a las empresas y a
los grupos de investigación y así conseguir la máxima participación
posible dado el nivel de recursos que se ponen en juego para el próximo
cuatrienio. A tal fin, con el ánimo de reforzar la labor de la
representación permanente en Bruselas en lo referente a los programas de
investigación científica y tecnológica, la Comisión Interministerial de
Ciencia y Tecnología abrirá muy en breve una Oficina española en la que
van a estar representados los diferentes Ministerios y organismos con
competencias en I+D. Con esta medida esperamos incrementar el apoyo a los
investigadores pero también a los empresarios españoles que participen en
los proyectos comunitarios, fundamentalmente en el marco del cuarto
Programa.

Continuando con asuntos comunitarios, pasaría al siguiente tema.

Creo recordar que sus señorías fueron invitadas al acto de firma del
Convenio entre el Reino de España y la Comisión de las Comunidades
Europeas para el establecimiento en Sevilla del Instituto de Prospectivas
Tecnológicas del Centro Común de Investigaciones, un acto que, como
recordarán, tuvo lugar en el pasado mes de abril en Sevilla. El interés
de la ubicación de este Centro en nuestro país es evidente, tanto por
tratarse de la primera instalación comunitaria en España cuanto por
dedicarse a una actividad, la prospectiva, de gran importancia para la
toma de decisiones sobre política científica y tecnológica y que, sin
duda, ha de impulsar esta actividad en nuestra comunidad científica y
empresarial.

Me satisface comunicarles oficialmente que, tal y como se había
establecido en el Convenio, el pasado día 2 de septiembre comenzaron
oficialmente las actividades en la sede española. Es una noticia grata
para nosotros por el hecho de que la primera instalación comunitaria en
nuestro país está relacionada con las actividades de investigación y sin
duda porque ha de contribuir a fomentar las actividades de prospectiva en
nuestra comunidad científica y empresarial.

Como ustedes saben, y por otra parte, en los últimos tiempos se ha
mantenido una intensa negociación con las autoridades del CERN en
relación con la deuda que España tenía con esa organización y en general
con los reducidos retornos tecnológicos que nuestro país venía obteniendo
en los contratos del CERN. El asunto es de mucha trascendencia debido a
su dimensión internacional y a la elevada cuantía de la deuda que
habíamos acumulado. No voy a explicar en detalle este asunto porque me
consta que en la serie de comparecencias relacionadas con la Memoria
correspondiente al año de 1991 se explicó con detalle el caso ante esta
Comisión Mixta.

Tras las negociaciones entre los representantes del Gobierno español y
las autoridades del CERN, el Consejo del CERN, en su reunión del 24 de
junio pasado, adoptó una solución que constituye un compromiso del
Gobierno español y que fue ampliamente debatido. En síntesis, el
resultado



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de la negociación ha sido, a nuestro juicio, muy positivo para España
porque se ha logrado una reducción de nuestra cuota para el período 94-98
que, en términos globales, supone una disminución de un 23 por ciento
sobre la cuota global de los cinco años. A cambio, nuestro país ha
adquirido el compromiso de abonar la deuda acumulada y de hacer un
esfuerzo para mejorar la infraestructura científica y tecnológica en
Física de altas energías con objeto de que nuestra capacidad de
participación en los programas y contratos del CERN vaya mejorando
paulatinamente y vayamos obteniendo mejores retornos. A este aspecto
estamos dedicando una atención preferente.

Hay otro hecho importante relacionado con una gran instalación científica
europea. El pasado 30 de septiembre fue inaugurada en Grenoble la
instalación europea de radiación SINCOTRON, costosa instalación
científica para cuya construcción se han asociado un conjunto de países:
Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda,
Italia, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza. Esta instalación ofrece
amplias posibilidades de aplicación en numerosas ramas de la ciencia
básica y aplicada, tales como Física, Química, Biología, Medicina y
ciencias de los materiales y de las superficies.

La instalación inaugurada es la de mayor energía de todos los sincotrones
existentes en la actualidad. Se ha construido en seis años y el coste
total ha sido de unos 55.000 millones de pesetas de los cuales España, a
través de la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, ha
aportado 2.242 millones que representa en torno a un 4 por ciento de la
inversión total, una cifra establecida voluntariamente con arreglo a
nuestras posibilidades de utilización de la gran instalación.

Esta inversión va a permitir a nuestros científicos el acceso a una
instalación de gran interés para su actividad investigadora y de hecho en
estos momentos nuestros investigadores están participando en un 6 por
ciento de los proyectos en curso. Adicionalmente, hemos decidido iniciar
la puesta en marcha de una línea española en este SINCOTRON que, además
de cubrir las previsibles demandas de la ciencia y la tecnología
españolas en los próximos años permitirá, como un valor añadido
importante, la formación de ingenieros y científicos expertos en el
diseño y en la construcción de este tipo de aceleradores y el desarrollo
de una tecnología industrial de carácter propio.

Estamos satisfechos de la forma en la que se ha llevado adelante este
proyecto y de cómo se han establecido las participaciones de los
diferentes países, diríase que a la carta, porque de esta forma cada uno
aporta proporcionalmente al uso que estima que va a poder hacer de la
instalación. Consideramos que puede ser un modelo a seguir en otras
instalaciones de las que se incluyen en el término «megaciencia» para que
las aportaciones a este tipo de instalaciones sean efectivamente
rentables.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología en muchos campos requiere la
disponibilidad de grandes equipamientos científicos cuyo coste de
construcción y mantenimiento está fuera del alcance de instituciones
individuales e incluso en algunos casos, como los que he citado, están
fuera del alcance de los países. Se trata de un asunto de tal
trascendencia económica o científica y tecnológica que ha sido objeto de
estudio por parte de la Comisión interministerial. A este respecto la
CICYT ha establecido una serie de criterios que condicionan su apoyo a
estas instalaciones --criterios objetivos-- y ha aprobado la creación de
un Comité asesor de grandes instalaciones científicas del que formarán
parte entre diez y quince científicos de reconocido prestigio o
responsables de instituciones de especial relevancia. Este Comité va a
informar tanto sobre las nuevas iniciativas que puedan surgir como sobre
las que tenemos actualmente en curso. Esperamos que, gracias a este
Comité, las decisiones que podamos tomar en el futuro acerca de la
construcción de una de estas instalaciones o de la participación en
iniciativas de carácter internacional sean sobre la base de una
valoración rigurosa sobre su oportunidad y sobre su interés para el
sistema de ciencia y tecnología en su conjunto.

Debo ir finalizando, señor Presidente, señorías, con una referencia a la
financiación y otra breve a las líneas futuras del Plan Nacional de I+D.

En estos momentos ya se están debatiendo los Presupuestos Generales del
Estado para 1995 en los que el Gobierno ha querido poner de manifiesto un
apoyo explícito a las actividades de I+D. Así, los presupuestos para
estas actividades ascienden a 207.000 millones de pesetas, lo que supone
un incremento de algo más del 11 por ciento respecto de los presupuestos
de 1994. Dentro de ellos, los presupuestos de la Comisión
Interministerial alcanzan los 24.000 millones de pesetas. En un año de
contención del gasto público, de lucha contra el déficit público,
consideramos que este incremento es revelador del valor que otorgamos a
la política científica y tecnológica como motor del desarrollo en nuestro
país. Por nuestra parte, vamos a tratar de aplicar estos recursos con la
máxima eficacia estableciendo los necesarios mecanismos de coordinación
con los diferentes Departamentos ministeriales, con las Comunidades
Autónomas y, por supuesto, de coordinación con los fondos procedentes de
la Unión Europea.

Y, finalmente, quisiera anticiparles que hemos iniciado ya los trabajos
para el diseño de la tercera fase del Plan Nacional de I+D que se ha de
iniciar en 1996 y que estará vigente hasta 1999. Sin duda, las dos fases
anteriores han sido decisivas en el proceso de consolidación de la
investigación española y en la apertura del sistema español de ciencia y
tecnología al exterior, especialmente hacia Europa.

Los indicadores y los resultados ponen claramente de manifiesto que la
actividad desarrollada ha sido positiva, pero si bien podemos estar
satisfechos de la labor desarrollada, no es menos cierto que hay que
proporcionar a esta acción política un nuevo impulso. El objetivo es
alcanzar los niveles de calidad científica y tecnológica que demanda una
economía global y competitiva y, simultáneamente, que las actividades de
investigación que fomentemos con los recursos del Plan Nacional de I+D
respondan de forma eficaz a las nuevas y crecientes demandas de la
sociedad española. Para ello, en esta nueva etapa pretendemos hacer un
especial hincapié en la coordinación de los



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esfuerzos públicos y privados para que la eficacia de los mismos sea lo
mayor posible.

Nos encontramos en unas condiciones óptimas para realizar esta tarea
porque ahora disponemos de abundante información sobre las actividades de
I+D financiadas hasta el momento sobre los grupos y entidades que
realizan I+D en España, sobre el reflejo de nuestra ciencia y nuestra
tecnología en bancos de datos internacionales, etcétera. Estamos
trabajando intensamente en este proyecto y tratando de discutirlo
abiertamente con todas las instancias interesadas. Cuando dispongamos de
un borrador con el suficiente grado de información, esperamos tenerlo en
los primeros meses del próximo año, solicitaré comparecer ante esta
Comisión Mixta para, si sus señorías me lo permiten, exponer el
planteamiento. Estoy seguro de que sus señorías estudiarán el texto con
el interés habitual y de que realizarán aportaciones tan constructivas y
valiosas como en ocasiones anteriores. Quede constancia de mi
agradecimiento anticipado por ello.

No quiero ocupar más el tiempo de sus señorías.

En esta intervención he tratado de destacar algunos de los aspectos que
considero relevantes de la documentación de que disponen. Espero haber
sido capaz de demostrar objetivamente que nuestro sistema de ciencia y
tecnología ha avanzado de acuerdo con los pautas previstas por la Ley de
la Ciencia hacia niveles de competitividad que nos van aproximando a la
que es nuestra referencia más inmediata, la media comunitaria. Asimismo,
que podemos y debemos seguir avanzando al ritmo adecuado para lo cual
contamos con recursos, con planificación y con voluntad política por
parte del Gobierno. Lógicamente sería ingenuo pensar que no van a existir
dificultades y errores. Espero que sus señorías nos ayuden a salvar las
primeras y a evitar los segundos.

Señor Presidente, señorías, muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro, por su intervención.

Con mucho gusto esperamos su comparecencia a comienzos del próximo año
para profundizar en el nuevo diseño del tercer Plan Nacional de
Investigación y Desarrollo.

Pasamos ahora a abrir un primer turno de intervenciones. Por tanto, los
señores portavoces que quieran utilizar este turno pueden hacerlo.

(Pausa.)
El señor Baltá, del Grupo de Convergència i Unió, tiene la palabra.




El señor BALTA I LLOPART: Muchas gracias, señor Presidente. También al
señor Ministro hemos de agradecerle la extensa exposición que ha
realizado de la Memoria de la que iniciamos el debate.

Mi Grupo Parlamentario se congratula con usted de los datos positivos que
nos hablan de que el país, paso a paso, va tomando conciencia de una
necesidad de investigar que no tenía históricamente, y ha tomado
conciencia de ello, me parece, en el período de nuestra democracia, ya
que a medida que vamos analizando las Memorias que llegan a esta Comisión
vamos comprobando que los datos objetivos hablan de esta realidad. Ha
tomado nota también de la necesidad de conectarse internacionalmente, de
no vivir aislados, especialmente cuando los convenios internacionales, en
concreto los que se refieren al marco de la Unión Europea, nos permiten
acceder a instrumentos de investigación que pueden favorecer el papel de
nuestros investigadores. El hecho de que el señor Ministro haya podido
hablar de millares de investigadores nos indica que esta realidad se ha
ido produciendo.

Todos los datos que nos ha expuesto, nuestra presencia en importantes
convenios que sin duda ayudarán a la labor de estos millares de
investigadores, nos impulsan a sentirnos optimistas. Sin embargo, quizá
por temperamento, la gente de mi Grupo tiene un sentido de la realidad
que nos hace poner los pies en el suelo cuando nos planteamos cifras de
tanta importancia. Sin ponerlas en discusión de ninguna de las maneras,
porque son una realidad de la que nos podemos sentir todos satisfechos,
sin embargo consideramos que es muy posible que estos niveles de
investigación que se traducen en estas estadísticas nos están hablando de
una investigación que, sobre todo, se produce en el ámbito de la
Universidad y en el ámbito de los organismos que se dedican
específicamente a la investigación y que la conexión con la sociedad, con
la industria básicamente, no se produce a los niveles que todos
quisiéramos. Pensamos, y los contactos que hemos tenido con grupos de
investigadores así lo corroboran, que nuestra investigación todavía
adolece de importantes defectos. Es cierto que se han puesto en sus manos
medios que sirven para desarrollar su predisposición a una actividad que
sería un gran beneficio para el país. A veces también hemos detectado que
muchos de estos medios están infrautilizados, defecto que se daba en
épocas anteriores: aparatos de gran costo y en organismos científicos que
durante años no eran utilizados es algo que avergonzaba al mundo de
nuestra investigación, y en estos momentos nos llega información de que
esto puede estar sucediendo en alguna parte, cosa que lamentaríamos fuese
cierta y que sin duda el Ministro tendría interés en rectificar
inmediatamente. Como también debería preocuparnos que a veces se
establecen estructuras de investigación en lugares, en Comunidades, en
espacios, donde no existe tradición por la investigación, con lo que se
desaprovechan.

No obstante, los aspectos positivos superan en mucho a estas anécdotas
que debiéramos rectificar.

Lo que sí nos preocupa es aquello que ya he planteado hace un momento: la
conexión del mundo de la investigación con el mundo de la industria.

Desgraciadamente los productos que llevan a nuestros consumidores siguen
siendo en absoluta mayoría, estadísticamente en absoluta mayoría,
estadísticamente sería un dato preocupante, productos de investigación
realizada en el extranjero, y esto no será fácil de rectificar, no es
cuestión de un decenio ni quizá de una generación, han sido demasiadas
las generaciones que despreciaron la necesidad de investigar y,
lógicamente, a esta sociedad nuestra, más mentalizada, le costará
rectificar y poner al día los niveles de investigación que este país,
debido al papel que había ocupado a nivel universitario, debiera haber
alcanzado.

A este portavoz le preocupa concretamente la actividad de las llamadas
oficinas de transferencia. Es cierto que se



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investiga; pero ¿nuestros investigadores tienen agentes capaces de llevar
esta investigación al lugar concreto donde pueda ser aprovechada? Es algo
que quisiera que el señor Ministro, con su capacidad de comunicación
demostrada, nos profundizara y nos dijera a qué nivel están funcionando
en estos momentos las oficinas de transferencia.

Otro hecho que también nos preocupa: los niveles de incorporación de los
doctorandos a la actividad industrial. Ha dicho el señor Ministro que las
épocas de crisis también son épocas en las que se desarrolla la
investigación, pero nos dicen que las dificultades de incorporación de
nuestros doctorandos, de los que se forman en el país son importantes en
estos momentos. Y hay otros doctorandos que también nos preocupan, los
que se forman en el extranjero y que, por tanto, pueden aportarnos
información interesante para el país. ¿Hasta qué punto estos doctorandos,
cuando acaban la labor que han desarrollado y para la cual han sido
becados, cuando vuelven a España somos capaces de incorporarlos al tejido
de investigación, en primer término, y al tejido industrial a
continuación? ¿Qué niveles de aprovechamiento de la investigación que
estamos desarrollando hemos observado que es capaz de asumir nuestra
industria? Es más, ¿cuál es la relación, qué datos tenemos sobre la
relación que existe entre el CDETI y los entes de investigación
universitaria, que realmente es un mecanismo de coordinación o de
introducción de la capacidad de investigación en el ámbito de la sociedad
como a todos nos conviene?
El señor Ministro también nos ha dado un informe detallado, y creo que
muy acertado, en cuanto a la línea que se ha planteado sobre una serie de
programas de investigación referentes a aspectos concretos que son de
interés nacional, a aquellas áreas de la industria, de la actividad
empresarial, que necesitan el soporte de la investigación porque tienen
un impacto económico muy importante en nuestra sociedad. ¿Qué ejemplos
nos puede dar, desde un punto de vista razonable, pragmático? Porque
tiene poco sentido que estemos investigando en la Luna; pero tiene mucho
sentido que estemos investigando, como ya ha dicho el señor Ministro,
sobre los temas del aceite y sus posibilidades de desarrollo industrial.

¿Hasta qué punto estos hechos se están produciendo y estamos consiguiendo
resultados que justifiquen la importante inversión que está haciendo
nuestra sociedad? Son dudas que este portavoz, recogiendo información del
mundo universitario y de la Administración, plantea en esta Comisión. No
obstante, creo que, a pesar de tener cierto aire de pesimismo, no pueden
ensombrecer el resultado positivo que ha sido expuesto por el señor
Ministro y que esta Comisión, a través de las comparecencias que se
producirán, acabará considerando de gran interés.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Baltá.

Tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, señor
Ripoll.




El señor RIPOLL SERRANO: Muchas gracias, señor Presidente.

Quiero, en primer lugar, agradecer al señor Ministro su presencia en la
Comisión y ello por un doble motivo: primero, porque ha hecho la
presentación de la Memoria de 1992, con lo que ha cumplido el compromiso
de no dejar ninguna Memoria sin presentar; y por otro lado, por habernos
facilitado algunos datos y noticias al margen de esta Memoria que
consideramos de interés, que matizaré a continuación y sobre los que haré
alguna pregunta.

Al hilo de la Memoria de 1992, valoramos como positivo que se haya
recogido alguna de las recomendaciones de esta Comisión Mixta, de lo cual
se hace referencia en el propio texto, y aquí haríamos una petición:
vamos a entrar ahora en si estamos atrasados o no estamos atrasados con
el tema de la Memoria, pero sí rogaríamos al señor Ministro que, ya que
parece que la Comisión se ha estabilizado, pudiéramos ir analizando las
siguientes Memorias con más prontitud, y en cualquier caso, que la
Memoria nunca se analizara en el segundo semestre del año siguiente. Es
una petición que imagino que, si puede ser recogida, agradecerá toda la
Comisión.

En cuanto a la Memoria propiamente dicha, hay que entrar en dos
consideraciones, como el señor Ministro ha dicho muy bien: por un lado,
está lo que corresponde al año 1992, y por otro, lo que corresponde a una
evolución del sistema español de ciencia y tecnología y a unas
perspectivas de futuro de dicho sistema. Tengo alguna discrepancia con
los datos globales que se han aportado aquí, y también con la manera de
valuarlos. En principio se ha dicho que los gastos en el año 1992 habían
supuesto 530.000 millones: mis datos, evidentemente, son contrastables,
apuntan hacia una disminución importante, sobre los 449.000 millones. En
cualquier caso, la referencia importante no es al dato concreto sino a la
evolución de estos datos.

La evolución que se ha producido desde el año 1988 hasta el año 1991 ha
sido muy positiva, hemos pasado de 255.000 --según mis datos,
evidentemente-- de 1988 a 339.000 aproximadamente, es decir, redondeo las
cifras, en el año 1989; 416.000 en 1990 y 439.000 en 1991. Pero ahí se
produce lo que podemos llamar una inflexión sobre todo a nivel de los
gastos del propio Estado que ya sufren en 1992 una disminución frente a
los del año 1991 cuando ya habían sufrido un parón relativo porque en el
año 1988 los gastos del Estado eran de 128.000, en el año 1989 172.000,
en 1990 207.000 y en 1991 en 209.000. Por tanto, creo que las
evaluaciones no se deberían hacer solamente de manera global desde el año
1988 hasta 1992 o 1993, sino ir analizando las variaciones anuales, y ya
que tenemos la posibilidad de ir discutiendo la Memoria año a año, ir
analizando las variaciones año a año, variaciones 1990-91, variaciones
1991-92, no sólo referidas a los gastos sino también a otro tipo de
indicadores generales.

Hemos escuchado al señor Ministro el dato de que el tanto por ciento de
investigadores ligados al Plan del 57 por ciento, pero pensamos que
quizá, como ha dicho el anterior portavoz, ese 57 por ciento se refiere
en una gran parte al sector público, y del sector privado no hay tanta
incorporación al Plan Nacional.




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También hemos analizado algunos datos sobre la evolución del número de
becas, que pensamos que están disminuyendo o en cualquier caso
estacionándose.

Quiero insistir en que el extraordinario crecimiento de 1987 a 1990 no
debe oscurecer nuestra mirada cuando se producen en los pasos sucesivos,
1991-92.

Ya analizando esquemas de la propia Memoria, pasando al propio Plan
Nacional, la referencia que se ha hecho a los planes de las Comunidades
Autónomas ha sido muy pequeña, en la actualidad los planes de las
Comunidades Autónomas incluidos en el Plan se reducen solo a uno, de la
Comunidad catalana, el Plan de Química Fina, y ha desaparecido, me
imagino que lógicamente porque su objetivo era acabar en 1991, el Plan de
la Comunidad Autónoma valenciana de nuevas tecnologías para la
modernización de la industria tradicional. Pero en memorias anteriores se
ha insistido en que estos planes eran muy interesantes y que conseguían
movilizar no sólo a la Comunidad proponente del plan sino a Comunidades
cercanas, y por tanto creo que sería una de las líneas a seguir intentar
que estos planes se mantuvieran o en cualquier caso se incrementaran
posibilitando el desarrollo en las propias Comunidades.

También, siguiendo con el tema de las Comunidades Autónomas, quizá falte
un poco más de articulación o movilización respecto del Plan Nacional con
los planes internos de las Comunidades Autónomas, sobre la capacidad de
coordinación del Plan Nacional dentro de la investigación, dentro de las
Comunidades Autónomas. A ello se hace alguna referencia en la propia
Memoria, cuando se dice textualmente: «En consecuencia, debe prestarse
especial atención a la geografía de los centros de I+D si se quiere
explicar la distribución regional del gasto además de la consideración
debida al efecto tamaño.» Quiero decir que si se está contemplando algún
tipo de regionalización en la implantación de los centros de
investigación y sobre todo en el tema de los parques tecnológicos, tan
ligados a la investigación industrial, parques tecnológicos cuya creación
muchas veces se propone sin verdaderos fundamentos y otras veces, cuando
realmente tienen esos fundamentos, quizá se están dejando un poco de
lado.

Pensamos, sobre todo, que ha acabado con una pincelada muy ligera sobre
el tema de la investigación en las Comunidades Autónomas y nos gustaría
que profundizara un poco más.

En cuanto a la participación española en Europa, en el Plan marco, el
señor Ministro ha aportado el dato fundamental: que se ha producido una
mejora sustancial de la participación española en los planes europeos y
en su influencia sobre los mismos, pero quizá la Memoria cuando se
refiere a ello es excesivamente generosa, porque dice textualmente que
conviene subrayar con todo que en el momento actual el sistema español de
Ciencia y Tecnología ocupa un lugar principal en el concierto
comunitario. Es evidente que se ha producido una mejora sustancial, pero
decir que ocupa un lugar principal sería excesivo y fruto quizá de la
propia voluntad de los redactores de la Memoria.

Creo que se podría incidir un poco más en los tres objetivos
fundamentales que tenía la Ley de la Ciencia, que eran controlar o
incrementar el esfuerzo económico, que en su momento era insuficiente, la
falta de coordinación y la carencia de prioridades. A ello me referiré un
poco más cuando comente las últimas noticias que nos ha dado el señor
Ministro.

En cuanto a que se van produciendo incorporaciones sucesivas al Plan
Nacional de Investigación, quería hacerle el ruego de que nos diga si
existe intención, en relación con el Ministerio de Industria, de
incorporar de alguna manera el PATI, Plan de Actuación Tecnológica
Industrial, o alguna vinculación con el Plan Nacional, o si se prevé en
un futuro, o quizá considera el Ministro que deben ir por separado. En
cuanto a las acciones PETRI, pensamos que existe mucha diferencia entre
lo solicitado, 710 millones, y lo concedido, 420 millones, tal como
refleja la Memoria.

Resumiendo, sobre todo respecto de la segunda parte de la Memoria, cuando
se habla de la evolución del sistema español, creemos que los redactores
de la Memoria son excesivamente generosos a la hora de calificar el
proceso español.

También quisiera hacer algún comentario sobre la balanza tecnológica, que
no ha sido citada por el señor Ministro, y con referencia también a los
comentarios que efectúa el propio redactor de la Memoria, que plantea
alguno de los inconvenientes de los datos existentes en el pasado y en la
actualidad. Dice el redactor que la balanza tecnológica, en tanto que
indicador del sistema de ciencia y tecnología, se ha visto afectada por
un cambio legislativo, el cambio legislativo producido por el real
decreto 1816/91, de 20 de diciembre. Tenemos constancia de que la
cobertura de la balanza tecnológica ha disminuido y queremos que nos
especifique, si puede ser, si los datos corresponden a la diferencia real
de la bajada de la balanza tecnológica, de la cobertura de la balanza
tecnológica o si corresponden a esta dificultad del indicador.

En cualquier caso, también analizando los últimos datos aportados por el
señor Ministro, muy interesantes por cierto, ha mencionado el tema del IV
Programa Marco Europeo, el de 1994-98, y ha dicho también que se han
producido negociaciones a la hora de elaborar los objetivos de esos
programas, y ha mencionado que había habido presiones para producir la
inclusión de algunos programas por parte del Gobierno español y presiones
para producir la exclusión de otros programas. Querría nos explicitara,
si es posible, cuáles han sido las prioridades del Gobierno a la hora de
pedir la inclusión de determinados programas en ese programa marco, y las
prioridades del Gobierno a la hora de pedir exclusiones del citado
programa.

También se ha referido al Centro de Investigación Prospectiva de Sevilla
y, en tercer lugar, se ha referido al CERN. Nos ha comentado que parece
ser que ya existe un acuerdo para solucionar el problema, del que hemos
tratado efectivamente en una sesión monográfica no hace más de un año, y
parece que existe un compromiso serio para que España vea disminuida su
participación económica en dicho organismo en un 23 por ciento, pero nos
ha dicho también que existe el compromiso de abonar la deuda acumulada.

No sabemos si en su totalidad, rebajada o de qué forma, si se va a abonar
de una vez o no. Quisiéramos



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nos hablara sobre el compromiso económico para saldar esa deuda.

En cuanto al resto de noticias que nos ha dado, el SINCOTRON de Grenoble,
celebramos la participación española, celebramos sobre todo la última
noticia que nos ha dado en cuanto a la tercera fase del Plan Nacional de
Investigación Científica 1996-99 que puede ser discutido o en cualquier
caso ilustrado por esta Comisión, lo que hará que esta Comisión tenga más
sentido que actualmente, al menos al parecer de mi Grupo, debido a los
distintos retrasos a la hora de evaluar la Memoria y que siempre se
producen informes que al final no conducen más que a una valoración muy
lejana en el tiempo que no aporta demasiado a la labor de investigación.

En cualquier caso, sí quisiera matizar el tema de la financiación de la
investigación científica en los presupuestos para 1995. Se ha referido el
señor Ministro a que se contemplan unos gastos del Estado de 206.932
millones, lo que supone un 11 por ciento. Queremos matizar que
efectivamente se produce un aumento, pero si analizamos los gastos del
Estado en I+D sobre el producto interior bruto, sale un porcentaje del
0,30 que es muy inferior, por ejemplo, al porcentaje registrado en 1990,
que era del 0,42; en 1991 era el 0,38 y en 1992, el 0,34. Sólo en 1993
fueron inferiores, lógicamente por la crisis de ese año, el 0,29; pero en
1994 subieron al 0,34. Por tanto, se produce un aumento global, pero no
en relación al producto interior bruto, por lo que consideramos que se ha
producido una disminución.

Por resumir la intervención final, creo que el tema de la I+D no permite
dormirse en los laureles. Fíjense en el esfuerzo importantísimo realizado
de 1987 a 1991, reflejado en las Memorias que hemos ido discutiendo hasta
ahora, y la pobreza de los indicadores alcanzados, no en sí mismos, sino
en comparación con los indicadores de otros países de nuestro entorno.

Estamos encarando ya el último año del segundo cuatrienio, 1992-95, y
creemos que en este segundo cuatrienio no se ha realizado ni la mitad del
esfuerzo anterior, lo que ha producido que objetivos como alcanzar el 1
por ciento sobre el gasto de I+D sobre el PIB parecen estancados, o
inalcanzables, y que si no nos ponemos a trabajar dotando generosamente
nuestro sistema de I+D, perderemos posiblemente el tren de la modernidad.

No olviden que el Libro Blanco que ha citado el señor Ministro reclama un
objetivo del 3 por ciento del gasto para I+D sobre el producto interior
bruto, lo que en España todavía somos incapaces ni siquiera de sugerir en
qué fecha se podría alcanzar. En cualquier caso, quizá habría que llegar
a ese objetivo muy progresivamente, porque si no, no podría ser asimilado
por el propio sistema. Pero de todos modos, ya no se cumplen ni siquiera
las previsiones del equipo director del PNI de alcanzar el 1,5 por ciento
para el año 1995. Creemos que se diseñó un marco de convergencia en I+D y
nos estamos quedando atrás en todas las previsiones, y si no se da un
nuevo golpe de timón similar al de los años 1987-91, que supuso un
auténtico avance en el sistema, perderemos definitivamente el reto y no
podremos alcanzar los mínimos establecidos en los países de nuestro
entorno europeo más cercano.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ripoll.

Tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, señor
Del Pozo.




El señor DEL POZO I ALVAREZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista le saludo
con toda cordialidad en ésta su primera comparecencia oficial en esta
Comisión, con la voluntad y la esperanza de que próximas comparecencias
ya anunciadas y las que sean de rigor y costumbre sean provechosas para
el objetivo que creo es fundamental para el país de mejorar nuestra ya
importante carrera en el progreso, en la política de I+D.

Creo que debo saludar también la iniciativa del señor Ministro de no
limitarse a presentar la Memoria de forma escueta, e introducir en su
presentación elementos de actualidad. Es cierto que esta Comisión tiene
un cierto complejo colectivo de andar siempre lejos en el tiempo de la
iniciativa en política científica y, por tanto, por supuesto vamos a
cumplir siempre, como es de rigor, con la obligación legal de dictaminar
las Memorias tan pronto como sea posible, pero desearíamos y agradecemos
por tanto la iniciativa del Ministro, incorporarnos también a la
reflexión en el tiempo presente de forma simultánea a la que realice el
propio Gobierno en el diseño de los futuros planes de investigación y
desarrollo. Por tanto, esperamos con mucho interés su comparecencia y le
ofrezco la colaboración de mi Grupo, y estoy seguro que la de todos los
Grupos, en el trabajo de reflexión sobre futuros planes de investigación
y desarrollo.

Me parece importante también que entre las cuestiones de actualidad
comentadas el Ministro se haya referido a algo que a este Grupo le
preocupa: y es la posibilidad de aprovechar con plenitud lo que ofrece
como campo abierto a la investigación y el desarrollo en nuestro país y
en toda Europa el IV Programa Marco de la Unión Europea. Sabemos que
aproximadamente el IV Programa Marco dobla la dotación presupuestaria
respecto del tercero. A este Grupo le preocupa que la capacidad
investigadora de nuestro país se vea desbordada por exceso en el sentido
de no poder alcanzar las posibilidades que se le ofrezcan. Agradezco, por
tanto, al Ministro, que ya se haya anticipado a una pregunta que le iba a
formular anunciando que el Gobierno tiene la voluntad de organizar todo
lo posible para estimular y aproximar a la investigación española a los
programas, a los objetivos y a las posibilidades presupuestarias que se
van a plantear en el cuarto Programa Marco.

En relación con la Memoria, que desde luego es nuestro objetivo concreto
de hoy y para las próximas semanas cuando se forme la Ponencia para
estudiarla, creo que debo resaltar que presenta un especial interés en
relación con las anteriores, no por despreciar éstas, pero sin duda esta
Memoria incorpora ya algunas de las recomendaciones de la Comisión Mixta,
incluso lo hace de manera explícita, cosa que esta Comisión reconoce y
agradece, pero no es sólo por eso por lo que creo que esta Memoria tiene
interés: tiene interés objetivo por el hecho de que es la Memoria



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del primer año de la segunda fase del Plan Nacional de I+D, y se incluye
la evaluación de resultados, además desagregados, en el ámbito de la
empresa, de la Administración y de la Universidad; se incluyen líneas de
actuación futuras, lo que no era habitual en memorias anuales, porque
tampoco era obligatorio, sólo lo fue el final de la primera fase del Plan
en 1991. Creo que debería animarse a los redactores de la Memoria a que,
aunque las memorias sean anuales, incluyan siempre unas líneas de
previsión futura que a esta Comisión le permiten también engarzarse en
ese tren de la actualidad científica. Por ser, también, Memoria de una
nueva fase del Plan, se ofrecen ya los programas de forma mucho más
integrada, es decir, el que lee la Memoria no tiene necesidad de repasar
uno por uno unos interminables esquemas de datos muchas veces francamente
insulsos, y puede acceder a una valoración de la inversión en los
programas de I+D mucho más sintética, mucho más concentrada, y los
programas resultan así mucho más coordinados y se fomenta algo que
sabemos que es bueno en el ámbito de la investigación científica que es
un cierto grado de interdisciplina.

La Memoria, por tanto, hay que resaltar que es ágil para quien la lea,
mucho más ágil que las anteriores, es menos prolija, es más sintética, es
mucho más interesante. Por ejemplo, incluye un capítulo que a mí me ha
resultado francamente, no diré apasionante, porque tal vez la pasión deba
reservarse para otros objetivos, pero en cualquier caso estimulante: la
valoración social de la ciencia en nuestro país. Creo que eso debe seguir
haciéndose de forma regular y debe formar parte de nuestras reflexiones,
puesto que en el conjunto de los organismos que en este país se dedican a
reflexionar y a intentar diseñar una política de investigación y
desarrollo, es precisamente una Comisión parlamentaria la que
específicamente debe representar la sensibilidad y los intereses de la
sociedad. Nosotros no somos investigadores, tampoco somos gestores de la
investigación, somos específicamente representantes de una sociedad en la
que se produce cada vez más investigación y que necesita de esa
investigación. Y, finalmente, incluso creo que la Memoria es valiente,
que hace algo que es ciertamente importante al comparar los datos de
nuestra investigación científica, todavía modestos pero crecientemente
importantes, con unidades de producción científica como Japón, como el
conjunto de la Unión Europea o como Estados Unidos. Ciertamente en la
comparación de los datos nosotros debemos reconocer modestamente la
lejanía respecto a esas unidades de producción científica; pero también
es cierto que tiempo atrás hubiéramos sido incapaces de presentar en
papel escrito, negro sobre blanco, unos datos de la investigación
española en relación con esos gigantes de la investigación científica a
escala mundial.

Yendo ya a aspectos de contenido, cuatro son los que han llamado la
atención de este portavoz en representación de su Grupo. Desde luego, tal
vez no son ni siquiera los más importantes, pero yo creo que son
fundamentales y este portavoz propone que sean tenidos en cuenta en el
momento de redactar el correspondiente informe. Hacen referencia a la
evaluación del sistema, a la acción de transferencia de resultados de
investigación, al proceso de internacionalización de nuestra
investigación científica, y a la valoración social a que me refería
anteriormente.

Muy brevemente, por señalar algunas de las ideas que concretan nuestro
interés en estos cuatro ámbitos, diré que es importante la explicación
que hace la Memoria de las actividades de la Agencia Nacional de
Evaluación y Prospectiva. Esta es una pieza fundamental del sistema y es
interesante conocer que el año 1992, porque desde luego los datos son
referidos a ese año natural, en ese año 1992 se incrementan las tareas de
la Agencia de Valoración y Prospectiva, tareas de evaluación de
organismos gestores del Plan Nacional de Investigación y Desarrollo,
hasta alcanzar un 40 por ciento del total. Eso es importante en sí mismo,
pero es sobre todo revelador del prestigio y la credibilidad que esta
Agencia de Evaluación y Prospectiva ha adquirido, y eso es fundamental
para que los propios gestores del Plan sigan acudiendo a ella para la
evaluación de sus programas y para que el conjunto de todos los que
investigan en España tengan acceso con confianza a su trabajo. El número
de evaluaciones ha alcanzado, y es un número realmente espectacular,
15.000 en un año. Eso es ciertamente importantísimo. Y se evalúan
instituciones científicas «ex ante» y «ex post». Esto me parece también
interesante: que se conozca que los institutos universitarios que se
prevén en la Ley de Reforma Universitaria reciben una evaluación «ex
ante» y que ya empieza a haber Universidades, y a ello deberíamos desde
esta Comisión estimular para que otras lo hagan, que desean ser evaluadas
«ex post», que piden a la Agencia de Evaluación y Prospectiva que se
ocupe de ver cuáles son sus resultados científicos. Eso es de
extraordinaria importancia, como no se le escapa a nadie, para hacer que
los procesos de investigación en el ámbito universitario sean algo más
que simples carreras para la mejora del «curriculum» personal, y que
tengan una eficacia real y efectiva.

Es muy positiva, además, y a ello se ha referido el Ministro en su
exposición, la voluntad de evaluación contrastada del informe sobre los
programas nacionales ante un panel de expertos, tanto del sector
académico como del sector industrial. Creemos que eso da a esa evaluación
un cariz importantísimo de realismo, de apertura, de diálogo auténtico
con los sectores realmente implicados en la investigación.

Respecto del segundo ámbito temático de interés para mí, la transferencia
de resultados de investigación, creo que hay que saludar con complacencia
incluso desde esta Comisión la consolidación y eficacia de la Red
OTRI-OTT, puesto que fue esta Comisión en su momento, en uno de los
primeros informes que emitió, quien animó al Gobierno a constituir estas
oficinas de transferencia de resultados de la investigación. Hoy son ya,
datos del año 1992, sesenta y cinco oficinas, treinta y cinco en
Universidades, once en organismos públicos de investigación y quince en
asociaciones de investigación y centros tecnológicos. Es muy positivo
también el despliegue de datos que se da sobre las OTRI, que hace
referencia a patentes registradas, a contratos establecidos, a su
financiación y a las acciones PETRI, e incluso, finalmente, en este
aspecto, el grado de



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satisfacción que presentan las empresas por las acciones PETRI: 92 por
ciento de las empresas que han participado en una acción PETRI
manifiestan un grado alto de satisfacción y el 8 por ciento un grado
medio. Y de ellas están dispuestas a proyectos concertados con la
Administración el 30 por ciento, a la realización de tesis e intercambio
de investigadores un 25 por ciento y a participar en proyectos de la
Unión Europea un 20 por ciento. A nadie se le escapa que ese es un camino
fundamental para el enganche de las empresas en la necesaria actividad de
investigación y desarrollo.

Otro capítulo al que también nos hemos referido y por tanto brevemente
paso a comentar es el de la internacionalización de la actividad de
investigación y desarrollo. Fue aceptable, como se ha dicho, la
participación española en el segundo Programa Marco, al que nos
incorporamos tarde y, por tanto, con menos posibilidades; mejoró la del
tercer programa marco con unos retornos que empiezan a ser
satisfactorios, y es fundamental, como se ha dicho antes, aprovechar las
enormes posibilidades del cuarto, habiéndolo comentado antes, por tanto
no digo más sobre la cuestión.

Paso a la última de las ocupaciones principales o de los ámbitos
temáticos que han despertado mi atención, como es la valoración de la
ciencia y la tecnología en la sociedad española.

Creo que hay que resaltar que es positiva en sí misma la realización y la
publicación de la encuesta, y espero que podamos introducir alguna
recomendación de este tenor en el informe. Animo al Ministro a que
sucesivamente cada año pueda presentar a esta Comisión cuál es el estado
de opinión de la sociedad en relación con la ciencia y la tecnología. Me
parece destacable de esta encuesta la proximidad considerable que la
sociedad española tiene a la valoración media europea de la actividad de
investigación y desarrollo, a las prioridades de investigación y a la
repercusión económica y social que ella considera que tiene la
investigación y desarrollo sobre sí misma. Hay también un avance
conceptual importante, y es que se señala que ciencia, tecnología y
sociedad constituyen un sistema unitario interdependiente. Efectivamente,
si hemos hablado y todavía hablamos frecuentemente de la importancia de
la articulación de la cadena ciencia-tecnología-industria, más importante
aún es que se hable de ciencia, tecnología y sociedad. Sin duda la
industria está ya en la propia sociedad, es un elemento terminal de esa
cadena, pero es absolutamente fundamental que seamos capaces, Parlamento
y Gobierno, de establecer una complicidad fundamental --y entiéndase la
palabra «complicidad» con la mejor de las connotaciones posibles--, una
complicidad con la sociedad para que la política de investigación y
desarrollo que nuestros gobiernos puedan desarrollar sea estimulada,
impulsada, incrementada, bien entendida y bien acogida. Es evidente que
no es lo mismo realizar una política de investigación contra corriente
que a favor de la corriente; se trata, por tanto, de que empleemos
esfuerzos políticos y parlamentarios en hacer que la corriente social sea
favorable a las políticas e investigación y desarrollo, de lo cual no
puede beneficiarse nadie más que la propia sociedad en último término.

Es positivo también el reconocimiento de la necesaria mayor articulación
en España del sector productivo privado y los grupos básicos de
investigación. Esta es también una pequeña obsesión de nuestros informes,
de nuestras recomendaciones, y yo creo que nunca hemos de dejar de
insistir en lo fundamental: que además de la investigación pública en
este país empiece a haber ya una costumbre arraigada de investigación en
las empresas, en las industrias, porque ésa es la forma de dar finalmente
salida a todas las ideas, innovaciones, descubrimientos que se vayan
produciendo en cualquiera de los ámbitos de investigación tanto públicos
como privados.

Interesante también, finalmente, el objetivo de trabajo que se plantea en
la Memoria al señalar las actividades de difusión que familiaricen la
sociedad con la investigación.

Termino ya con unas preguntas, algunas de las cuales prácticamente han
sido formuladas de forma parecida a como yo pensaba hacerlo, pero creo
interesante insistir en ello, la primera de las cuales tiene relación con
lo que acabamos de decir, las actividades de difusión. Puesto que
consideramos que es fundamental el interés y la percepción que tenga la
sociedad acerca de la investigación científica y técnica, ¿qué medidas se
piensa promover desde la Administración en este sentido?
Una segunda pregunta es coincidente con la que ha hecho el señor
representante del Grupo de Convergència i Unió. El señor Ministro ha
hecho alusión a la necesaria y adecuada inserción de los jóvenes doctores
en el sistema cuando terminan su formación postdoctoral. Una parte
importante de esta formación postdoctoral el Gobierno, creo que con buen
criterio, desea que se haga en el extranjero. La importancia enorme de
recuperar esos doctores no se le escapa a nadie. ¿Qué tipo de medidas se
prevé tomar para facilitar el retorno y la reincorporación positiva de
los doctores formados en el extranjero?
Y, finalmente, una tercera pregunta respecto de la cuestión de la
regionalización de la ciencia. Ese es un proceso necesario, todos sabemos
que la I+D es un factor de desarrollo económico y social, y desde luego
existe el peligro de que se produzca una concentración de actividades de
investigación y desarrollo donde ya existe una masa crítica de
investigadores y de infraestructura, y eso en detrimento de otras zonas
con menores posibilidades económicas y menor infraestructura y tradición
investigadora. Sería interesante conocer qué piensa el Gobierno acerca de
esa regionalización de la actividad investigadora y, por supuesto, sin
olvidar algo que esta Comisión también tiene como objetivo preferente en
todos sus dictámenes: la necesaria coordinación para obtener una mejor
rentabilidad de los esfuerzos públicos en materia de investigación y
desarrollo.

Muchas gracias, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Del Pozo.

Bien, terminado este primer turno de intervención de los señores
portavoces, tiene la palabra el señor Ministro de Educación y Ciencia.




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El señor MINISTRO DE EDUCACION Y CIENCIA (Suárez Pertierra): Muchas
gracias, señor Presidente, muchas gracias, señores portavoces, señorías.

Voy a comenzar haciendo referencia a algunas de las cuestiones que me han
planteado por el orden en que han intervenido los señores portavoces.

En primer lugar, en relación con la intervención del señor Baltá,
portavoz de Convergència i Unió.

He de agradecer al señor portavoz que comparta el conjunto de los
planteamientos que se indican en la Memoria y su primera pregunta hace
referencia a la distribución del esfuerzo de investigación entre
Universidad y empresa, industria y otros factores. Los índices que se
vienen utilizando internacionalmente para determinar cuál sea el esfuerzo
de I+D en un país distinguen, por un lado, enseñanza, es decir, educación
superior y Administración, y por otro lado, empresa, y éstos son los
índices de los que puedo disponer en este momento sin perjuicio de que,
si a su señoría le interesa desagreguemos la información todo lo que sea
necesario.

De acuerdo con esta distribución, el gasto español tiene una estructura
que se va asemejando, aunque no es exacta --hay algunas disfunciones,
como diré--, a las de los países europeos. En 1991, que son los últimos
datos de los que dispongo, el 56 por ciento del gasto se realizó en el
sector empresa y el 44 por ciento en los sectores Administración y
enseñanza superior. La media europea en ese año era de 60 a 40. Se ve,
efectivamente, que mientras está disminuido en cuatro puntos el gasto en
sector empresa, está aumentado en cuatro puntos el gasto en sector
Universidad y Administración. No obstante, los parámetros que se siguen
tienen un cierto grado de similitud bastante acusado con los de la media
europea sin perjuicio de que, en todo caso, lo importante es que las
empresas han de dedicar una parte creciente a dotarse de una
infraestructura de I+D sólida y avanzada. Según mis datos, hasta este
momento solamente el 20 por ciento de los gastos de las empresas se
destinan a activos fijos y efectivamente éste sí que es un porcentaje
menor del que aplican otros países. En cualquier caso, es una cuestión en
la que todas sus señorías responsables de la política científica,
responsables del propio Plan Nacional y sus gestores, estamos plenamente
de acuerdo. Es necesario potenciar, promocionar, incrementar los recursos
procedentes del sector empresarial y del sector industrial a la
investigación y al desarrollo, es condición de progreso y a la
Administración pública cumplen determinados papeles que creo que también
están perfectamente significados sin perjuicio del peso importante en el
sistema de nuestros organismos públicos de investigación.

Plantea su señoría, a continuación, cuestiones ligadas con los
equilibrios y los desequilibrios regionales en materia de investigación y
desarrollo, posibles concentraciones, y a esto hace referencia también
una de las preguntas del señor portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista.

¿Qué podría decir con respecto de la cuestión a su señoría? El Plan
Nacional se basa en acciones fundamentalmente de carácter competitivo, en
acciones que tengan además una proyección directa y social sobre aquellos
elementos que son elementos de progreso. Precisamente uno de los factores
que motivan el presupuesto, la financiación de la I+D en España en
proyecto para 1995, a lo que luego aludiré, es su puesta al servicio de
elementos que resultan cruciales para la recuperación económica en el
Estado, cuales son fundamentalmente la creación y la generación de
empleo.

Se basa por consiguiente, decía, en acciones de carácter competitivo que
ya tienen algún punto de referencia en relación con la solución de los
desequilibrios de carácter regional. La propia filosofía del Plan
Nacional obliga a que se mantengan estos criterios de competitividad. Es
verdad, sin embargo, que disponemos de un mecanismo poderoso de cohesión
interregional que estamos utilizando, yo espero que de una manera
correcta y con eficacia por parte del Plan Nacional que es la aplicación
de los Fondos Feder en su distribución territorial a determinados
objetivos de investigación. En términos teóricos, la combinación de estos
dos mecanismos, es decir, la actuación del Plan Regional a través de sus
fines y objetivos con la combinación de Fondos Feder habría de tener como
resultado un correcto equilibrio entre, por un lado, distribución
regional de los fondos y por otro, obtención de resultados de calidad
para el sistema científico y tecnológico español.

Nuestro planteamiento de futuro no atiende, por supuesto, a un
planteamiento de concentración ni tampoco a un planteamiento de
desconcentración, en lo que se refiere a la implantación de nuestros
centros de investigación. Me explicaré.

El planteamiento es aprovechar las posibilidades que ofrece el sistema
utilizando y aplicando líneas de investigación en aquellos centros y
zonas de interés para el sistema de investigación y tecnología que ya
vengan existiendo, de la misma manera que nuestro plan de actuación
integra la idea de potenciar los centros existentes en la manera en que
de verdad respondan a necesidades de la investigación básica o de la
investigación aplicada. Pero también es necesario realizar el
planteamiento de desarrollar líneas de actuación en la investigación, en
la ciencia y en la tecnología en aquellos lugares que, respondiendo a
necesidades concretas de carácter territorial, regional o nacional,
ofrezcan sin embargo infraestructuras suficientes y necesarias como para
que esas líneas de investigación puedan tener garantías de calidad en sí
mismas. Y, en cualquier caso, además de la potenciación de centros
existentes y quizá de la aparición de algún centro nuevo, el
planteamiento de la política en materia científica que estamos llevando a
cabo desde el Ministerio de Educación y Ciencia y del Gobierno consiste
fundamentalmente en repartir responsabilidades. Luego me referiré un poco
más detenidamente a la coordinación necesaria, imprescindible, con las
Comunidades Autónomas también en esta materia que, por principio, en
función de lo dicho en la Ley y de los pronunciamientos habidos por el
Tribunal Constitucional no es transferible; sin embargo, sí que es
necesaria la coordinación. Nuestro planteamiento, que liga con el
principio de coordinación entre las diferentes Administraciones,
organismos y entidades, es la implantación de centros de carácter mixto,
con Universidades, con empresas o por medio de cofinanciación desde
diferentes órganos o Administraciones



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públicas. Este es un planteamiento que está dando buen resultado, tenemos
en este momento funcionando señaladamente, que es lo más sencillo e
inmediato de implantar, con Universidades, un conjunto de centros mixtos
de investigación y estamos a punto --no me tomen la cifra al pie de la
letra-- de inaugurar otros cuatro centros de carácter mixto. Esto pone de
manifiesto que el sistema va avanzando por este camino de una manera
bastante correcta.

No sé si es posible que haya, sobre todo es posible que haya habido
grandes instalaciones, quizá no tanto sin utilizar, pero sí a las que no
se han extraído todas sus posibilidades de actuación. Todo el sistema, y
no sólo el responsable, comparte la preocupación de sus señorías porque
todo el sistema es perfectamente consciente de que siendo los recursos
escasos, recursos que se mal utilicen van a impedir que se pueda avanzar
en otros aspectos de conveniencia para el sistema y para la sociedad en
general. Pero precisamente a este tipo de cuestiones y con respecto a lo
más significativo, como pueden ser esas megainstalaciones a las que antes
me refería, o esos instrumentos básicos para la megaciencia, precisamente
se pretende responder con la creación de organismos como ese Comité de
Expertos que ha creado la Comisión Permanente de la CICYT la semana
pasada y del que yo espero que valoren convenientemente nuestras
posibilidades de utilización de la nueva línea de luz en el SINCOTRON de
Grenoble, o las posibilidades de implantación de determinadas grandes
instalaciones que serían nuevas dentro de nuestro país, o la reconversión
de otras instalaciones, etcétera. Porque creo que es algo que debe
tratarse con la mayor objetividad científica en la medida en que la
ciencia puede ser objetiva, y no descargando sólo estas decisiones en la
responsabilidad, por mucha que sea, de los gestores políticos o de los
gestores administrativos en materia de ciencia y tecnología, porque es
mucho lo que nos jugamos. Por consiguiente, señoría, a este tipo de
preocupaciones responden iniciativas como las indicadas.

Planteaba su señoría alguna inquietud en relación con el funcionamiento
del sistema OTRI. En la Memoria se analizan con bastante profusión los
indicadores, incluso el planteamiento que subyace respecto al
funcionamiento de los sistemas de transferencia de tecnología. Creo
sinceramente que en esto se ha conseguido bastante, ya en 1992 se van
revisando algunos planteamientos en relación con iniciativas anteriores
y, sobre todo, para todo el sistema se ha puesto de manifiesto cómo la
línea de implantación de las oficinas de transferencia es la que habrá
que potenciar, porque es la línea que puede dar mejores resultados para
hacer de puente entre lo que es investigación básica, investigación
aplicada, o entre la investigación que se hace propiamente en los centros
de investigación y su utilización por parte del sistema productivo.

Se introduce un conjunto de datos que su señoría ha manejado sin duda a
partir de las páginas 135 y siguientes de la Memoria, pero en cualquier
caso no vamos a permanecer insensibles a la incorporación de avances a la
Red OTRI u OTRI-OTT, como es ahora y desde el año 1992 precisamente para
que esa transferencia de resultados pueda darse con una mayor agilidad.

Estamos terminando la preparación de un plan que llamamos por el momento
Plan Nacional de Transferencia de Tecnología, y esto no es un abuso de
planteamiento de grandes planes nacionales que luego se integran de una
manera o de otra en el ámbito del Plan Nacional de I+D, sino una
respuesta a lo que entendemos que es una verdadera necesidad como su
señoría entiende. El Plan intentamos que esté plenamente operativo para
1995, no será fácil, pero no partimos de cero, tenemos toda la
experiencia acumulada anterior, y en cualquier caso ya estamos trabajando
con el Ministerio de Industria y Energía; hace creo recordar que dos
meses hemos firmado un convenio que es el que inicia todo el proceso para
que en 1995 construyamos de verdad un Plan Nacional de Transferencia
Tecnológica en el que se incorpore toda la experiencia tanto de la
gestión administrativa de los recursos en esta materia cuanto de la
gestión por parte de los sujetos que tienen que recibir la transferencia,
que son los sujetos del sistema productivo, como ahora se dice.

Uno de los elementos que más nos preocupan a nosotros es la formación del
personal investigador o la formación de jóvenes doctores en lo que sus
señorías han insistido; la formación de personal investigador y el
aprovechamiento del personal investigador formado precisamente para
dedicarlo a trabajar en aquello para lo que el Estado realiza esfuerzos
de financiación de su formación generalmente en el postgrado. Hay un
esfuerzo bastante importante, muy limitado por razones de carácter
presupuestario y por la contención de los presupuestos de los últimos
años, pero hay un intento bastante importante de incorporación de estos
doctores al ámbito de nuestros organismos públicos de investigación.

También están haciendo esfuerzos en menor medida, como es natural, por la
diferente envergadura del sistema las Comunidades Autónomas, otras
Administraciones, etcétera. Si bien las ofertas públicas de empleo
conocen sus señorías que han estado paralizadas en general en el ámbito
de la Administración los últimos años, siempre ha habido posibilidades de
nuevas incorporaciones al Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, nuestro organismo público de investigación más importante, y
puedo anunciar a sus señorías que se van a convocar en nuevas ofertas
públicas de empleo unas 250 plazas nuevas en el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas que cobija el proyecto de presupuesto de
1995. Esfuerzo por esta vía, por consiguiente; pero también esfuerzo para
atraer a nuestros investigadores que van al extranjero que tienen
dificultades para incorporarse directamente al mundo de la industria y
que necesitan un puente con los organismos públicos de investigación para
poder desarrollar su función de carácter investigador en las industrias o
en las empresas. Y en este sentido algún dato tengo sobre el
funcionamiento en 1993 de este tipo de ayudas y reincorporaciones. Voy a
leer para que quede claro el dato: En 1992 se otorgaron ayudas para 329
contratos, contratos para jóvenes investigadores en el extranjero. En
1993 se concedieron 504. Por consiguiente, sí que hay un aumento de las
becas para investigación, que espero que pueda todavía potenciarse más a
lo largo



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del año 1995, puesto que los presupuestos de los programas que se
refieren al caso van a aumentar.

Pues bien, en el año 1993 --perdón, quería poner de manifiesto el dato
siguiente y he tenido una confusión-- se otorgaron 329 contratos en
España para personas que en 1992 volvían del extranjero después de
disfrutar de sus becas doctorales, con su formación doctoral. En 1993 se
otorgan en España 504 contratos para estas personas que están viniendo
del extranjero. Pues bien, de los 504 beneficiarios de contratos que
iniciaron el año 1993 sólo acabaron el año 364. Los demás beneficiarios
solicitaron la cancelación de sus contratos porque se va desarrollando un
sistema de agrupamiento por parte de la industria y por parte de la
empresa sin perjuicio de que alguno de ellos, pero creo que en ningún
caso de éstos que median entre 364 y 504, haya dejado sus labores de
investigación. Por consiguiente, el sistema va funcionando y en la medida
en que se le puedan inyectar recursos, esa incorporación estará más o
menos asegurada.

Y finalmente, señoría, es pronto para hablar del resultado de los
programas integrados, pero sí es verdad que está claro que las zonas de
interés para políticas sectoriales que además tienen a su vez recursos
para investigaciones, deben ser priorizadas por los planteamientos de la
política científica. Por eso estamos seguros de que es bueno para España
y para el propio desarrollo del sistema trabajar en el ámbito de los
recursos hídricos, trabajar en el ámbito de la producción que rodea el
aceite de oliva, trabajar en materia de desarrollo del medio ambiente,
trabajar en materia de tecnologías de materiales, todo ello muy ligado,
por ejemplo, a los planes de construcción de carreteras, etcétera. En
cualquier caso, algunos de los resultados ya pueden verse. Del primer
funcionamiento de esos programas integrados, como creo recordar, el
aceite de oliva, ya pueden verse en la propia Memoria y estaremos en
condiciones de ir pasando a sus señorías información a medida que esos
programas vayan avanzando.

Gracias, finalmente, por el balance final que su señoría ha hecho acerca
de la Memoria del Plan Nacional.

En contestación al portavoz del Grupo Popular, señor Ripoll, muchas
gracias, señoría, por su tratamiento en relación con el momento en que
vemos la Memoria de 1992. En la última reunión que tuve ocasión de
presidir de la CICYT aprobamos un borrador de la Memoria de 1993, es
verdad que hay algún tipo de deslizamiento pero también es verdad que es
muy difícil conjuntar todo el gran volumen de datos indicadores muchos de
los cuales tienen que venir de oficinas o de diferentes organizaciones
internacionales, etcétera. Aprobamos el borrador que estará en
condiciones de constituirse en Memoria aprobada por el Pleno de la CICYT
probablemente a final de año. Esto quiere decir que a principios de año y
en cuanto pudiera tener una redacción final podría verla el Gobierno, que
es quien aprueba por medio de un acuerdo la Memoria; inmediatamente la
pasaría a las Cámaras y en el momento en que sus señorías estuvieran en
condiciones, después de haberla estudiado, de poder trabajar sobre ella,
comparecería. Mientras tanto intentaríamos hacer, si les parece, la
comparecencia, señor Presidente, que me he comprometido a solicitar en el
momento en que tenga la información que quisiera pasar a su señoría.

Es indudable, señoría, que ha habido una inflexión en los presupuestos
generales del Estado con respecto de la materia de investigación desde
1991. También es indudable que ha habido un esfuerzo extraordinario que
nos ha permitido todavía seguir diciendo que crecemos con más velocidad
de lo que están creciendo otros países en materia de investigación y
desarrollo, lo que sucede es que partimos de otros puntos de partida de
los que parten los países más cercanos a nosotros. Esto supone que
necesitamos todavía inyectar muchos recursos en el sistema de
investigación y desarrollo para acabar convergiendo de verdad en las
medias de la Unión Europea. Pero de la misma manera que se produjo una
inflexión en 1991, inflexión que se produjo también en otros países, pero
que la sintieron menos que nosotros por las razones a las que acabo de
aludir, también es indudable que se produce una inflexión, en mi opinión,
en el proyecto de Presupuestos de 1995.

El proyecto de presupuestos de 1995 acierta en la medida en que hayamos
sido capaces de aplicar los recursos proyectados a esos intereses
generales de recuperación económica del país y acierta desde luego en la
medida en que apunta a la investigación como uno de los elementos que
mueven el progreso y, por consiguiente, la recuperación económica y
social de España. Y aquí sí que se produce también con ese intento de
recuperación una inflexión importante que permite que crezca, porque no
es el momento de abrumar con datos de carácter presupuestario a sus
señorías, pero que permite que crezca con respecto, naturalmente, del
presupuesto anterior, que es el presupuesto vigente de 1994, un 11,23 por
ciento la función investigadora y que en el ámbito de mi departamento,
que es el que mayor cantidad de recursos dedica a la materia de
investigación y desarrollo, el incremento consiguiente sea del 8,43 por
ciento, o que el presupuesto del propio Plan Nacional aumente 2.000
millones de pesetas, lo cual es importante, o que los programas
sectoriales de formación del personal investigador y promoción general de
conocimiento aumenten en una cuantía del 7,5 por ciento o que se puedan
inyectar inversiones al Consejo Superior de Investigaciones Científicas
que suponen un 25 por ciento, creo recordar, de incremento en el
presupuesto de inversión del organismo.

Estoy seguro de que, si somos capaces de gestionar bien estos recursos y
aplicarlos a la movilización de la ciencia y la tecnología en el sistema
productivo --y es evidente que hemos de ser capaces de hacerlo y sus
señorías me pedirán responsabilidades por ello--, éste será un
presupuesto de recuperación.

Un aspecto que preocupa a su señoría pero que también preocupa a los
responsables del Plan es el de la colaboración con los Gobiernos de las
Comunidades Autónomas, es decir, entre las diferentes administraciones
educativas para integrar un proyecto general de actuación en la materia.

Es verdad que el Estado tiene competencia privativa en materia de fomento
y coordinación general de la investigación científica y técnica, pero
también es verdad que



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las Comunidades Autónomas pueden asumir competencias en el fomento de la
investigación. Actualmente las Comunidades Autónomas están participando
en la elaboración y seguimiento del Plan Nacional a través de un órgano
que conjunta las autoridades del Plan, autoridades nacionales, con las
autoridades autonómicas. Su señoría conoce perfectamente cómo es el
Consejo General de la Ciencia y la Tecnología; es un órgano consultivo de
la Comisión interministerial y en él están representadas todas las
Comunidades Autónomas. La mayoría de los Gobiernos autonómicos están
desarrollando políticas activas en materia de I+D o en materia de
innovación dedicando un cierto número de recursos y algunos recursos con
carácter creciente, generalmente, es verdad, que en colaboración siempre
con los organismos públicos radicados o no en las propias Comunidades
Autónomas. La idea es aprovechar al máximo estas virtualidades que se
generan del trabajo en común y en coordinación y conexión entre los
diferentes organismos.

En el estado actual de preparación de criterios a lo largo de 1995 para
el tercer Plan Nacional, creo recordar que uno de los cuatro o cinco
objetivos básicos que nos hemos propuesto es el de incrementar o de
construir líneas exactas de coordinación con las Comunidades Autónomas.

Uno de los cuatro o cinco objetivos del Plan, que ya se apunta como
preocupación en la Memoria del Plan Nacional correspondiente a 1992.

Hemos desglosado una serie de aspectos que estamos ahora comentando con
las Comunidades Autónomas para acabar en el Consejo General de la Ciencia
y la Tecnología que incidirían en esta coordinación, y que son en
concreto --me limito a indicarlos para demostrar a su señoría cómo
estamos trabajando en el tema-- los siguientes: Primero, el intercambio
de información --esto parece un elemento evanescente, pero tiene que ver
con el aprovechamiento de la Red Iris y determinados proyectos de
modulación de esta red--, intercambio de información, repito: que en un
tiempo lo más ágil posible todos sepamos de todos los datos básicos que
tengamos que aplicar en nuestro sistema de ciencia y tecnología. Segundo,
inclusión en el Plan Nacional de objetivos que sean prioritarios de las
Comunidades Autónomas, de tal manera que el Plan Nacional pueda dedicar
esfuerzos a la satisfacción de esos objetivos, por más que la iniciativa
con respecto a ellos haya partido de las Comunidades Autónomas. Tercero,
puesta en marcha de proyectos integrados que sean de interés de una o
varias Comunidades Autónomas, es decir, participación que, generalmente,
supondrá cofinanciación o coordinación de esfuerzos para la realización
de proyectos integrados. Cuarto, participación en la gestión de las
grandes instalaciones científicas. No tiene sentido que, tratándose
generalmente de proyectos integrados --estoy pensando en estos momentos
en determinados proyectos en cualquier Comunidad Autónoma, podríamos
hablar de algún proyecto en Andalucía--, que siendo proyectos integrados
de colaboración de Comunidades Autónomas con el Plan Nacional, de
cofinanciación por parte de las Comunidades Autónomas, no participen en
su gestión. Y, por último, en quinto lugar, muy importante, y que ya
estamos haciendo, la coordinación de convocatorias de ayudas. Las
convocatorias de ayudas de este año están coordinadas en su propia
convocatoria, y lo están siendo en este momento para la solución de las
ayudas.

Seguramente es una manera de expresarse no sé si muy voluntarista hablar
de que ya ocupamos un lugar principal en Europa en materia de
investigación. Habría que ver seguramente el contexto, pero lo que sí es
verdad es que ya significamos algo. Esto no es suficiente, pero va siendo
importante. Ya constituimos en algunas cosas, en algunas áreas de
trabajo, áreas de actuación, en algunos procedimientos que hemos puesto
en marcha punto de referencia en Europa: se ve claramente cómo tenemos
una voz en materia de programas de investigación --luego tendré ocasión
de referirme al programa marco, aunque no recuerde algún dato concreto--
y en materia de dirección de los recursos que provienen de la Unión
Europea. Bueno, esto es bastante significativo del momento actual en que
nos encontramos. Hemos despertado y hemos despertado con mucha fuerza, si
bien es verdad que tardaremos más tiempo en llegar a donde se puede decir
que tiene velocidad de crucero la investigación y desarrollo, que es al
nivel de otros países.

El Plan PATI no está previsto que se incorpore al Plan Nacional, sí que
está previsto que haya una coordinación exacta e íntima con lo dispuesto
en el Plan Nacional, que en su momento puede llegar a arbitrar algún
procedimiento de coordinación más intenso. Pero, por el momento, sin
coordinación no hay incorporación al Plan.

Es muy difícil matizar los datos de nuestra balanza tecnológica sobre
todo en este momento de 1992 y todavía en 1993 cuando los datos de la
balanza tecnológica se ven afectados por el dato al que su señoría se
refería, que es la variación del decreto que, si mal no recuerdo, regula
las transacciones de carácter exterior. En el momento en que se produce
ese real decreto deja de tener entrada en nuestro sistema de evaluación,
no en el fondo, no en el mayor interés del problema, pero en nuestro
sistema de evaluación, deja de tener entrada la aplicación de los
recursos situados en el exterior y, por consiguiente, sólo podemos
trabajar, como lo están haciendo otros países, por medio de una serie de
encuestas que en estos momentos todavía no se puede decir que estén
perfiladas. Quizás eso nos da una seguridad insuficiente y por eso se
pone de manifiesto en la Memoria acerca de la determinación de la balanza
tecnológica, pero cuyo resultado último sinceramente no considero
negativo.

No puedo en este momento decir a sus señorías, aunque algún recuerdo
tengo, todo el resultado --no el discurso-- de la negociación de los
diferentes programas que entraban y salían en el programa marco.

Generalmente nosotros trabajamos en el apoyo de la inclusión de aquellos
programas que pueden tener un mayor interés con respecto a determinados
planteamientos; estoy pensando en medio ambiente, en redes de
comunicación, cuestiones de este tipo, o la posibilidad de cobijar
programas que vinieran bien a nuestra sociedad en general, como son los
programas sectoriales, que algún engarce podrán tener en el cuarto
programa marco, lo tendrán sin duda, o a nuestras empresas, o
señaladamente



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al campo de las PYMEs, por donde ha habido, creo recordar, alguna presión
importante por nuestra parte y que podría aclarar a su señoría en cuanto
lo viera. Probablemente en lo que nuestro apoyo en este caso fue más
definitivo es en la obtención de los 700 millones de ecus suplementarios
de recursos del cuarto programa marco sobre los más de 12.000 que el
programa marco ya contiene al día de hoy. Esta es una fórmula arbitral en
la que tuvimos una intervención importante frente a planteamientos de
otros países que pretendían reducir la dotación del programa marco.

Es perfectamente conocido y está perfectamente previsto, aprobado por el
Gobierno español por una parte y aprobado por otra parte por el CERN,
cómo va a funcionar el sistema de cuotas; se lo haré llegar a sus señoría
a través del Presidente de esta Comisión. El planteamiento --creo
recordar, pero deseo estar seguro, por eso voy a remitir los datos
concretos-- es ir satisfaciendo la deuda, ponerse al día en la cuota,
pero una cuota rebajada, e ir satisfaciendo la deuda histórica que
tenemos. Esto ha supuesto que este año haya sido necesario realizar un
pago, creo recordar, situado en torno a unos 3.000 millones de pesetas ya
en 1994, la misma cuota adaptada en el porcentaje que proceda está
prevista para 1995, aunque situada en el ámbito de los presupuestos del
Ministerio de Asuntos Exteriores y no aparece en el proyecto de
presupuestos del Ministerio de Educación y Ciencia, donde nunca estuvo, o
del Ministerio de Industria donde estuvo y dejó de estar. Pero, en
cualquier caso, pasaré a su señoría los datos exactos correspondientes.

Finalmente, señor Presidente, agradezco al señor portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista sus referencias a la memoria que, por supuesto,
comparto, e igualmente a la participación de la Comisión. Nada más lejos
de mi intención, señoría, que no utilizar especialmente desde aspectos de
movilización del sistema, si se puede decir así, a esta Comisión que me
parece que tiene una entidad muy importante como lo demuestra su carácter
de Comisión Mixta. Entre otras razones por ésta, pediré comparecer como
he anunciado en mi intervención para que sus señorías puedan contar con
la información correspondiente en un momento dado y contar yo con el
planteamiento que sus señorías hagan.

Quiero referirme simplemente a dos o tres cuestiones que me parece que
son las que su señoría ha planteado y quedan por contestar.

Hay una que me interesa mucho decir. Creo que hay que afrontar el cuarto
programa marco con ilusión, con ganas y con optimismo. El programa marco
actual contiene una serie de virtualidades que, si somos capaces de
extraerlas, y de aportar los recursos necesarios para cofinanciar estas
actuaciones allí contenidas, supondrán un efecto irreversible para el
sistema español de ciencia y tecnología. Por consiguiente, me parece que
ésta es una cuestión básica en nuestro planteamiento, y de ahí que se nos
haya ocurrido favorecer a lo que se llama nuestro tejido industrial a
través de la colocación de una oficina en Bruselas que no queremos que
sea una oficina como todas, sino de verdad una estructura de apoyo a este
conjunto de proyectos. Y de ahí que estemos intentando motivar a la
comunidad científica a los efectos de que desde las Universidades, desde
las empresas, sean capaces de construir proyectos de investigación
integrados en esto. Tenemos de tiempo hasta diciembre, en que se
empezarán a convocar los proyectos. La comunidad científica en este
momento se encuentra bastante movilizada y soy optimista en relación con
la posibilidad de obtención de recursos del programa marco. Por
consiguiente, mantengamos ese optimismo.

La segunda cuestión a la que creo que todavía no me he referido, porque
sí me he referido a la recuperación de los doctores del extranjero y a
los problemas relacionados con la regionalización de la ciencia, es a las
cuestiones ligadas con la actividad de difusión. Como me parece que un
elemento fundamental para que la investigación avance es el que sea
percibida la investigación y sus resultados por la sociedad como algo
favorable para el propio avance de la sociedad, es por lo que me parece
que hay que activar la realización de este tipo de encuestas que, por
supuesto, seguiremos haciendo, y me parece que hay que establecer de
verdad también, ya que estamos hablando siempre de planes, planes de
actuación en materia de vitalización y percepción social de lo que es la
investigación. Cosa que, además, tampoco es nueva, porque algunos otros
países o lo han hecho o lo están haciendo o están pensando en hacerlo,
como se pone de manifiesto en los Consejos de Ministros de Investigación,
etcétera. Tenemos la idea de realizar un conjunto de proyectos --de
momento no convendría ser mucho más ambiciosos-- que habrían de converger
en un primer programa de divulgación científica. En ese conjunto de
proyectos --es pronto para decir cualquier cosa--, en ese conjunto de
proyectos estarían integrados aquellos que tienen que ver con
investigaciones en materia de ciencia pura y tienen que ver con
investigaciones en ciencias sociales, algunos proyectos, pongo por caso,
en materia de conmemoración del 98, o tienen que ver con proyectos
relativos a la investigación de determinadas materias antropológicas o
arqueológicas, etcétera.

Todos los proyectos, en cualquier caso, habrían de tener un elemento
añadido que supusiera la extracción nuevamente de todas sus virtualidades
desde la perspectiva, la divulgación social y de la percepción por la
sociedad de que se trata de proyectos vivos y que tienen una incidencia
más o menos directa pero siempre en línea de progreso sobre la sociedad
en su conjunto. En esta materia estamos trabajando y seguiremos, por
supuesto, señoría, haciendo las encuestas.

Y con mis disculpas, señor Presidente, por extenderme seguramente
demasiado, he terminado.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro, ha sido una
exposición muy rica y creo que ha dado buena respuesta a las preguntas de
los señores portavoces. De todas maneras, es intención de esta
Presidencia abrir un segundo turno de intervenciones para aquellas de sus
señorías que brevemente quieran manifestarse, si así lo estiman,
rogándoles que para evitar que hayamos de recurrir a una limitación de
tiempo se autolimiten ustedes mismos si es posible.




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¿Señores que quieren intervenir? (Pausa.) Tiene la palabra el señor
Baltá.




El señor BALTA I LLOPART: Gracias, señor Presidente. Siguiendo sus
indicaciones procuraré ser breve, ya lo pensaba ser porque, además, el
Ministro ha dado buena respuesta, como usted mismo decía, a mi
intervención, cosa que la agradezco. Pero, además, quiero agradecerle
otra cuestión --no sé si alguien lo ha hecho en el seno de la Comisión--
que se refiere a la visita que la misma hizo al Instituto Astrofísico de
Canarias, que fue extraordinariamente enriquecedora y que, aunque
significó en cierto sentido una cierta «paliza» física, el contacto con
el mundo de la investigación por personas que nos vemos obligadas a
desarrollar un trabajo polivalente en la Cámara es de una gran
importancia. Pienso, señor Ministro, que igualmente que pretende
introducir la actualidad científica y tecnológica en los debates de esta
Comisión, una visita, aunque no fuera tan lejos, más próxima, a las
actuaciones puntuales del mundo de la investigación sería de agradecer
por la Comisión, porque nosotros, aparte de ejercer como parlamentarios
un cierto control del Ejecutivo, también somos divulgadores de aquello
que sucede, y aquello que sucede cuando es tan positivo como lo que
vimos, es bueno que lo veamos con nuestros ojos.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Baltá.

El señor Ripoll tiene la palabra.




El señor RIPOLL SERRANO: Muchas gracias, señor Presidente. Con brevedad
también, simplemente tres pequeñas referencias.

En primer lugar, le había comentado al señor Ministro el tema de las
acciones del Programa de estímulo a transferencias del resultado de
investigación, PETRI. Era un programa que había tenido solicitudes por un
importe total de 710 millones de pesetas y que sólo había podido
satisfacer 420, vemos que es una proporción excesivamente baja de
satisfacción y que puede llevar a ahuyentar solicitudes de este programa
que realmente es muy interesante y fundamental para la transferencia de
resultados de la investigación y que, en cualquier caso, el 71 por ciento
de las acciones ya estaban en curso. Por tanto, pensamos que a ese
programa --lógicamente estamos refiriéndonos a 1992 y puede haber habido
modificaciones en 1993 y 1994-- sería conveniente que no le volviera a
suceder lo mismo.

También quería referirme a la coordinación o influencia del programa
nacional, o a la coordinación del Ministerio con las Comunidades
Autónomas. Ha descrito cinco objetivos que creo haber recogido, uno es el
intercambio de la información, relacionada con la Red Iris; otro era la
inclusión de objetivos prioritarios de las Comunidades Autónomas en
programas nacionales; otro la participación de proyectos integrados con
una o varias Comunidades; otro era colaborar en la gestión de los centros
de investigación de las distintas Comunidades, y otro unificar la
convocatoria de ayudas. Pero no he encontrado ninguna referencia, no sé
si existe el objetivo también de participar en la infraestructura de las
propias Comunidades Autónomas a nivel de investigación en la construcción
de centros de investigación. No lo ha mencionado, no sé si es uno de los
objetivos que se dejan exclusivamente a la competencia de las Comunidades
o simplemente es que no se ha mencionado en ese momento.

Por último ya, quiero matizar el tema de la inflexión en el presupuesto
de 1995 ya que, efectivamente, se produce una inflexión con respecto a
los de 1993 y 1994, incluso con respecto al de 1992, que había rebajado
el presupuesto anterior; pero en cualquier caso, sólo se llega a un nivel
en pesetas constantes inferior al de los años 1990 y 1991, que eran
208.000, aproximadamente, el año 1990, en cuanto a los gastos de Estado
en I+D, y 209.000 el año 1991, y en el año 1995, tal como está en el
presupuesto en la actualidad, se propone que llegue aproximadamente a los
207.000. Es una inflexión importante respecto de los años en que
realmente ha estado bajo, pero en todo caso todavía no hemos llegado a
los niveles a los que llegamos en 1990 y 1991, o sea que estamos
intentando retomar un poco el pulso pero creo que tímidamente; en
cualquier caso, no superando los niveles ya alcanzados en otros momentos.

Esto si se hubiera producido con un incremento muy sustancial de la
participación de la empresa podía ser subsanable, pero creemos que
todavía no se ha producido ese incremento sustancial de la participación
de las empresas en sufragar los gastos de investigación en el conjunto
global. Simplemente quería matizar ese tema respecto del presupuesto.

Muchas gracias por su respuesta al resto de las cuestiones y sí le
agradecería que me hiciera llegar el tema del CERN, que algo de lo que
tratamos aquí y quedó en el aire en aquel momento debido a la
circunstancia de que todavía no se había llegado a una solución, pero me
gustaría tener constancia documentada de la solución. Nada más, muchas
gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ripoll.

Tiene ahora la palabra el señor Maragall.




El señor MARAGALL I NOBLE: Gracias, señor Presidente.

Entre las perspectivas y evolución del Plan Nacional no he escuchado una
referencia al conocimiento general. En estos momentos en que están en
crisis los estudios de Humanidades, creo que tiene especial importancia
mencionar estos estudios. En España tenemos un déficit de cultura básica
y de estudios sociales, lo cual constituye un elemento de mal
entendimiento entre los diversos pueblos españoles y en la vigencia de
unos valores de comprensión y tolerancia. Creo que el Plan Nacional
debería hacerse sensible a este déficit y promover los estudios de
Humanidades para consolidar una madurez cultural, base indiscutible de
una evolución positiva de la sociedad española.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Maragall.




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El señor Ministro, sin duda, querrá hacer algunas consideraciones sobre
estas intervenciones.




El señor MINISTRO DE EDUCACION Y CIENCIA (Suárez Pertierra): Pero
brevísimamente, señor Presidente.

Muchas gracias por sus palabras, señor Baltá. Sí que es verdad que el
resultado de las visitas es bueno, yo creo, desde la perspectiva de sus
señorías. Desde la perspectiva de las autoridades del Ejecutivo no les
queda duda de ello. Pero especialmente tienen una repercusión muy
importante en el mundo científico y esto me parece que debemos
potenciarlo sus señorías y quienes desde el Ministerio nos ocupamos de la
cuestión. Yo propondré, señoría, ya pensaba hacerlo, una nueva visita
quizá más cercana y menos agobiada, a alguna instalación científica
importante o que merezca la pena que sus señorías conozcan según nos
indiquen los expertos, quizás en el mes de enero en que no hay sesiones
parlamentarias, buscando la fecha más adecuada como hemos hecho en la
ocasión anterior, porque hasta fin de año probablemente sus señorías y el
Ejecutivo tendremos mucho trabajo.

Muchas gracias, por consiguiente.

Al señor Ripoll intentaré enviarle los datos sobre PETRI de 1993, si es
que los tenemos ya, en este momento no puedo contestar a su señoría
acerca de cuál es la razón de que el número de solicitudes atendidas sea
diverso con respecto al número de peticiones, pero en cualquier caso
vamos a ver si con la evolución para el año siguiente existe alguna
diferencia y cómo se nos explica, explicación que sin duda existe, desde
el Plan Nacional.

Actuaciones en el marco del Plan Nacional de I+D que estamos estudiando
pensando en el futuro y que irían incluidas en el epígrafe coordinación
con las Comunidades Autónomas en el tercer Plan. Serían: Primera,
inclusión entre las prioridades --voy a decirlas en otro orden, porque
estoy utilizando otro documento-- de los programas nacionales de
objetivos de especial interés para las Comunidades Autónomas. Se exigiría
una cierta cofinanciación, naturalmente. Segunda, coordinación de las
convocatorias del Plan Nacional --es coordinación, no es desaparición de
alguna de estas convocatorias-- coordinación de las convocatorias del
Plan nacional con las convocatorias homólogas de las Comunidades
Autónomas a niveles diversos con cada Comunidad. Tercera, participación
de las Comunidades Autónomas en los proyectos integrados puestos en
marcha por iniciativa de la CICYT, lo cual podría suponer la
participación por parte de la Comunidad Autónoma en el órgano de gestión
correspondiente de este proyecto. Cuarta, puesta en marcha de proyectos
integrados por iniciativa de una o varias Comunidades Autónomas:
cofinanciación a través del mantenimiento de los principios generales de
actuación del plan, lo que también supondría actuación conjunta,
etcétera. Quinta, participación conjunta en la gestión o instalación de
grandes instalaciones científicas, por consiguiente, queda abierta la
puerta a la construcción de instalaciones coparticipadas por el conjunto
de las Comunidades o de las Administraciones educativas, y por último,
establecimiento de sistemas rápidos y operativos de intercambio de
información. Con esto creo que aclaro más a su señoría la cuestión, y en
relación con su referencia al presupuesto, reconociendo, como reconocemos
usted y yo, todos los datos en relación con el presupuesto de 1995, he de
decir a su señoría que me parece que constituye un esfuerzo
extraordinario y por mi parte, que cuento con los presupuestos de todo el
conjunto del Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte, y por mi parte
--digo-- extraordinariamente apreciado en el conjunto del Departamento.

Hay dos elementos claramente priorizados en el presupuesto del
Departamento de Educación y Ciencia para el próximo año, todavía en
proyecto, que tienen una incidencia directa en el empleo y, por
consiguiente, en la recuperación económica, y que se refleja muy
claramente en las diferentes partidas presupuestarias, y no son otros dos
elementos que la formación profesional y la investigación, desarrollo,
ciencia y tecnología.

Por supuesto que los estudios de las Humanidades, señor Maragall, están
presentes en el ámbito de los programas generales del conocimiento, que
aparecen incluso como epígrafes, junto con otros; programas generales de
conocimiento son todos en el contenido de la Memoria. Es verdad que hay
que potenciar este tipo de estudios, y ya lo están: hay planes
específicos que hacen referencia a determinados estudios del ámbito de
las Humanidades o de las ciencias sociales. Sucede, sin embargo, que es
necesario equilibrarlo con la potenciación de aquellos estudios que en
nuestro campo tienen probablemente carencias superiores o cuando menos
algunas carencias con respecto de las referencias que podemos tener en el
exterior. Pero le aseguro, señor Maragall, que la sensibilidad del
Departamento está también puesta, en el ámbito de los estudios, en el
campo de las ciencias sociales y las Humanidades.

Muchas gracias, señor Presidente, señorías.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Muy brevemente, debo decir que creo que es opinión de toda la Comisión
que su comparecencia ha sido de un enorme provecho para todos nosotros.

Esperamos la propuesta para esa visita probablemente en el mes de enero,
agradecemos la exposición amplia que se ha relacionado con la Memoria del
Plan Nacional de I+D para 1992, así como ese anticipo de nuevos enfoques
en el futuro desarrollo del mismo que, sin duda, contribuirá a una cierta
expansión y dinamismo de esta Comisión.

Muchas gracias por todo al señor Ministro, y mientras le acompaño, el
señor De la Vallina continuará presidiendo la sesión para tratar del
segundo punto del orden del día. (Pausa.)



--DESIGNACION DE LA PONENCIA ENCARGADA DE INFORMAR LA MEMORIA DE
ACTIVIDADES DEL PLAN NACIONAL DE I+D CORRESPONDIENTE A LOS AÑOS 1992 Y
1993. (S. 701/000024.)



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El señor VICEPRESIDENTE (De la Vallina Velarde): El segundo punto del
orden del día es la designación de la Ponencia encargada de informar la
Memoria de Actividades del Plan Nacional de I+D correspondiente a los
años 1992 y 1993.

Pregunto a los portavoces si están en condiciones de formular sus
propuestas. (Pausa.)
Veo que no se encuentran presentes en la Comisión todos los portavoces de
los Grupos Parlamentarios. Por tanto, lo más operativo sería, si les
parece a sus señorías, que hicieran llegar la correspondiente propuesta
por escrito al señor Letrado de la Comisión.

Se levanta la sesión.




Eran las catorce horas y treinta y cinco minutos.