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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 156, de 21/06/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACION PERMANENTE
Año 1995 V Legislatura Núm. 156
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELIX PONS IRAZAZABAL
Sesión Plenaria núm. 154
celebrada el miércoles, 21 de junio de 1995



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del Gobierno, ante el Pleno de la Cámara, para dar
cuenta en relación con las informaciones referidas a actividades
el Centro Superior de Información de la Defensa (número de
expediente 210/000025) (Página 8209)



Preguntas (Página 8245)



(Continúa el orden del día en el «Diario de Sesiones» número 157,
de 22 de junio de 1995.)



SUMARIO



Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




Solicitud de comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la
Cámara para dar cuenta en relación con las informaciones
referidas a actividades del Centro Superior de Información de la
Defensa (Página 8209)



El señor Vicepresidente del Gobierno (Serra i Serra) expone que
el Gobierno ha solicitado comparecer ante el Pleno de la Cámara
para la celebración de un debate especifico sobre hechos que
alteran el



Página 8206




normal discurrir de la convivencia ciudadana y que provocan un
estado de alarma social plenamente justificada. Señala que el
propósito del Gobierno es explicar ante la Cámara, y con ello
ante todos los ciudadanos españoles, los hechos que han dado
lugar a la comparecencia, su verdadero alcance, las
circunstancias en que se han producido, las investigaciones que
para su conocimiento se han puesto en marcha, la puesta de las
mismas a disposición de las instancias judiciales y las
responsabilidades que se están depurando, todo ello dentro de los
limites de discreción que aconsejan, y aun exigen, la materia y
el organismo del Estado a que han afectado.

Aclara que comparece también como antiguo Ministro de Defensa,
porque, como tal, tiene el deber de informar ante la Cámara de lo
que él mismo y el actual Ministro de Defensa han averiguado hasta
la fecha en torno a los hechos que han dado lugar a la
comparecencia.

Informa, por otra parte, que la dimisión que se le viene
solicitando ya la presentó, como también lo hizo el Ministro de
Defensa y el Director General del Cesid, habiendo hecho ya el
señor Presidente del Gobierno pública la decisión al respecto de
no admitir las dimisiones de los dos miembros del Gobierno,
estando sólo él constitucionalmente habilitado para resolver
sobre ellas.

Advierte, por otro lado, para que nadie se llame a engaño, que el
contenido de la comparecencia del Gobierno tiene, lógicamente,
algunas limitaciones derivadas de la materia reservada sobre la
que hoy debaten, que no es otra que la actuación y procedimientos
operativos de los servicios de inteligencia de nuestro país,
procedimientos que tienen por ley, el carácter de secretos y en
relación con los que el Gobierno ya ha comparecido ante los
Diputados que tienen acceso a los secretos oficiales, ofreciendo
abundantes datos y detalles sobre la actividad general del Cesid.

Reconoce que ello no excluye la crítica, aunque cree que ésta
debe situarse en un contexto que al menos los responsables
políticos tienen la obligación de conocer y respetar.

Expone seguidamente amplias consideraciones en torno al
funcionamiento del Cesid, comprometiéndose finalmente el Gobierno
a comparecer nuevamente ante los señores Diputados con acceso a
los secretos oficiales cuantas veces sea necesario, y desde luego
cuando el avance de la investigación abierta sobre el caso asi lo
aconseje.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




Para fijación de posiciones hacen uso de la palabra el señor
Alvarez-Cascos Fernández, del Grupo Popular; la señora Aguilar
Rivero, del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya;
los señores López de Lerma i López, del Grupo Catalán
(Convergencia i Unió); Anasagasti Olabeaga, del Grupo Vasco
(PNV); Olarte Cullen, del Grupo de Coalición Canaria; la señora
Rahola i Martínez y los señores Mur Bernad, Albistur Marín y
Chiquillo Barber, del Grupo Mixto, y el señor Almunia Amann, del
Grupo Socialista.

Intervienen de nuevo el señor Vicepresidente del Gobierno (Serra
i Serra) para contestar a los portavoces de los Grupos
Parlamentarios, replicando el señor Alvarez-Cascos Fernández, la
señora Aguilar Rivero, los señores Anasagasti Olabeaga y Olarte
Cullen, la señora Rahola i Martínez y los señores Mur Bernad y
Albistur Marín, duplicando el señor Vicepresidente del Gobierno.




Preguntas (Página 8245)



Del Diputado don Rafael Ribó Masso, del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, que formula
al Gobierno: Después de los últimos acontecimientos que han
tenido lugar en torno a las escuchas del Cesid, ¿cree el
Presidente del Gobierno que con la salida del Vicepresidente y
del Ministro de Defensa del equipo de Gobierno se depuran las
responsabilidades políticas de este caso? (Número de expediente
180/001281) (Página 8245)



Del Diputado don Francisco Alvarez-Cascos Fernández, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Presidente del Gobierno: ¿Admite alguna responsabilidad política
propia el Presidente del Gobierno por la acumulación de los
escándalos que implican a altos cargos del Banco de España, de la
Guardia Civil, del Ministerio del Interior y del Servicio de
Inteligencia (CESID)? (Número de expediente 180/001263) (Página 8246)



Del Diputado don Rafael Antonio Hernando Fraile, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro de Comercio y Turismo:



Página 8207




¿Para cuándo tiene previsto el Ministerio de Comercio y Turismo
proceder a la privatización de la empresa pública Fomento del
Comercio Exterior, S. A. (FOCOEX)? (Número de expediente
180/001273) (Página 8247)



Del Diputado don Antonio Martín Mesa, del Grupo Socialista del
Congreso, que formula al Gobierno: ¿Cuál es la valoración que
realiza el Sr. Ministro de Comercio y Turismo sobre la solución
finalmente adoptada para resolver la crisis de la empresa
Galerías Preciados, S. A.? (Número de expediente 180/001276)
(Página 8248)



Del Diputado don José María Chiquillo Barber, del Grupo
Parlamentario Mixto, que formula al Excmo. Sr. Ministro de
Agricultura, Ganadería y Pesca: ¿Qué compromisos ha adquirido el
Gobierno español con Israel, en materia agrícola y en especial en
lo referente a los productos cítricos, en el sentido de que la
Unión Europea otorgue un trato preferente a las producciones
hortofrutícolas de Israel en la firma de un próximo acuerdo
comercial entre la Unión Europea e Israel, que permita la entrada
en condiciones de privilegio a los cítricos de dicho país en los
mercados europeos? (Número de expediente 180/001257) (Página 8249)



Del Diputado don José Ramón Pascual Monzo, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro de Asuntos Exteriores: ¿Cuál es la posición que
mantendrá el Gobierno en defensa de los intereses del sector
hortofrutícola español, ante las conversaciones que la Unión
Europea mantiene con Israel para modificar el Tratado
preferencial suscrito con este país? (Número de expediente
180/001274) (Página 8250)



Del Diputado don Francisco Arnau Navarro, del Grupo Socialista
del Congreso, que formula al Gobierno: ¿Se adecua a la legalidad
la estructura retributiva de los altos cargos de las entidades
gestoras de la Seguridad Social? (Número de expediente
180/001244) (Página 8251)



Del Diputado don Francisco Arnau Navarro, del Grupo Socialista
del Congreso, que formula al Gobierno: ¿Qué valoración hace el
Gobierno sobre los datos del paro referidos al pasado mes de
mayo? (Número de expediente 180/001245) (Página 8252)



Del Diputado don Agustín Díaz de Mera y García Consuegra, del
Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo.

Sr. Ministro de Trabajo y Seguridad Social: ¿Cuáles son las
verdaderas razones que ha tenido el Gobierno para cesar al
Director Provincial del Instituto Nacional de Empleo (INEM) en
Avila? (Número de expediente 180/001269) (Página 8253)



Del Diputado don Joxe Joan González de Txabarri Miranda, del
Grupo Vasco (PNV), que formula al Gobierno: ¿En qué estado se
encuentran las investigaciones abiertas por el Ministerio de
Justicia e Interior en relación al secuestro y asesinato de Lasa
y Zabala? (Número de expediente 180/001259) (Página 8254)



Del Diputado don Luis de Torres Gómez, del Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr. Ministro de
Justicia e Interior: ¿Qué acciones concretas va a iniciar su
Ministerio a tenor de la sentencia del Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía, referida al Inspector Jefe de la Policía
Judicial de Sevilla que investigó el caso Juan Guerra? (Número de
expediente 180/001268) (Página 8255)



Del Diputado don Xabier Albistur Marín, del Grupo Parlamentario
Mixto, que formula al Excmo. Sr. Ministro de Obras Públicas,
Transportes y Medio Ambiente: ¿Cuál es la participación del
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente en la
financiación de las obras de restauración del teatro Victoria
Eugenia, peatonalización del barrio del Gros en San Sebastián, la
eliminación del viaducto de Iztueta y la reforma de la estación
de Renfe? (Número de expediente 180/001258) (Página 8256)



Página 8208




Del Diputado don Ricardo Fernando Peralta Ortega, del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, que formula al Gobierno: ¿Qué medidas tiene previsto
adoptar el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio
Ambiente, antes de proceder a la firma de un acuerdo con
Autopistas del Mare Nostrum, S. A. (AUMAR) sobre prórroga de la
concesión de la Autopista A-7, para conocer la opinión de los
valencianos, y especialmente de sus instituciones
representativas, sobre el contenido del mismo? (Número de
expediente 180/001262) (Página 8257)



De la Diputada doña Blanca Fernández-Capel Baños, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente: ¿Qué
soluciones piensa adoptar el Ministerio para evitar las
inundaciones que se vienen produciendo en la Nacional 323 y
pueblos del entorno desde la inauguración de la autovía Madrid-
Granada, en la zona del pantano de Cubillas? (Número de
expediente 180/001275) (Página 8258)



Del Diputado don Angel Díaz Sol, del Grupo Socialista en el
Congreso, que formula al Gobierno: ¿Qué medidas piensa tomar el
Gobierno para evitar que vuelvan a producirse inundaciones como
las que han padecido diversos pueblos de la provincia de Granada
en los pasados días 7, 8 y 9 de junio? (Número de expediente
180/001277) (Página 8259)



Del Diputado don Enrique Martínez Martínez, del Grupo Socialista
del Congreso, que formula al Gobierno: ¿Qué valoración hace el
Gobierno de las iniciativas presentadas por España en la recién
clausurada Conferencia Medioambiental del Mediterráneo y de las
resoluciones aprobadas en la misma? (Número de expediente
180/001278) (Página 8260)



Del Diputado don José Gabriel Díaz Berbel, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula a la Excma.

Sra. Ministra de Cultura: ¿Cuál es el criterio del Gobierno sobre
la posible inclusión del Albaicín, recientemente declarado
Patrimonio de la Humanidad, dentro de la relación de actividades
y programas prioritarios de mecenazgo de los Presupuestos
Generales del Estado para 1996, como vía para impulsar su
restauración y así hacer frente a la res ponsabilidad que implica
tan alta distinción internacional? (Número de expediente
18/1001270) (Página 8261)



Del Diputado don Cristóbal Ricardo Montoro Romero, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro de Economía y Hacienda: ¿Qué previsiones tiene el
Ministerio de Economía y Hacienda de menor crecimiento económico
por el mantenimiento de elevados tipos de interés? (Número de
expediente 180/001266) (Página 8262)



Del Diputado don Ramón Aguirre Rodríguez, del Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr. Ministro de
Economía y Hacienda: ¿Qué impacto tendrá la inflación, si se
mantiene en la media de los cinco primeros meses del año, sobre
los Presupuestos Generales del Estado de 1995 y 1996? (Número de
expediente 180/001267) (Página 8263)



Del Diputado don Pablo Marcial Izquierdo Juárez, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro de Economía y Hacienda: ¿Qué medidas adoptará el
Gobierno en relación a las actuaciones de los responsables del
proceso de privatización de la empresa INTELHORCE? (Número de
expediente 180/001271) (Página 8264)



Del Diputado don Alfonso Soriano Benítez de Lugo, del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, que formula al Excmo. Sr.

Ministro para las Administraciones Públicas: ¿Por qué razón el
Gobierno no quiere facilitar la relación de funcionarios
eventuales o de confianza nombrados durante el año 1994, ni sus
retribuciones? (Número de expediente 180/001272) (Página 8266)



Se suspende la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la
noche.




Página 8209




Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DEL GOBIERNO, ANTE EL PLENO DE LA CAMARA, PARA DAR
CUENTA EN RELACION CON LAS INFORMACIONES REFERIDAS A ACTIVIDADES
DEL CENTRO SUPERIOR DE INFORMACION DE LA DEFENSA (Números de
expediente 2101000025)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Siguiente punto del orden del día: Comparecencia del Gobierno,
ante el Pleno de la Cámara, para dar cuenta en relación con las
informaciones referidas a actividades del Centro Superior de
Información de la Defensa.

Tiene la palabra el señor Vicepresidente del Gobierno.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señor
Presidente, señoras y señores Diputados, el Gobierno ha
solicitado comparecer ante el Pleno de esta Cámara para la
celebración de un debate específico sobre hechos que alteran el
normal discurrir de la convivencia ciudadana y que provocan un
estado de alarma social plenamente justificada. (Rumores.) Los
últimos días, señorías, han estado marcados--y están marcados
todavía--por el impacto que ha provocado la noticia de que el
Centro Superior de Información de la Defensa, el Cesid, ha
realizado escuchas de conversaciones de ciudadanos españoles.

Esta ha sido la noticia, apoyada por otra parte en unos datos,
dados a conocer a la opinión pública de una manera sesgada, que
incluyen informaciones falsas (Protestas.) que han tergiversado
gravemente la realidad. (Continúan las protestas.) Sobre una y
otros se han multiplicado los comentarios, las declaraciones y
los posicionamientos políticos.

El propósito del Gobierno, señorías, es explicar ante la Cámara,
y con ello ante todos los ciudadanos españoles, los hechos que
han dado lugar a esta comparecencia, su verdadero alcance, las
circunstancias en que se han producido, las investigaciones que
para su conocimiento se han puesto en marcha, la puesta de las
mismas a disposición de las instancias judiciales y las
responsabilidades que se están depurando, todo ello dentro de los
límites de discreción que aconsejan y aun exigen la materia y el
organismo del Estado que son afectados.

Comparezco, asimismo, como antiguo Ministro de Defensa, porque
como antiguo Ministro de Defensa tengo el deber de informar ante
esta Cámara de lo que yo mismo y el actual Ministro de Defensa
hemos averiguado hasta esta fecha (Risas.) en torno a los hechos
que han dado lugar a esta comparecencia. (Rumores.)
Me asiste finalmente, señorías, el derecho de explicarme ante
esta Cámara y ante todos los españoles sobre informaciones
fragmentarias que buscan imputarme personalmente comportamientos
irregulares en relación con el funcionamiento de los servicios de
seguridad y de información del Estado y que interesadamente se
utilizan para solicitar mi dimisión como Vicepresidente del
Gobierno (Fuertes rumores.) Esta dimisión, señorías, ya la
presenté. La presenté, como lo hizo también el Ministro de
Defensa y el Director General del Cesid, en el mismo momento en
que tuvimos constancia de las conductas y de los graves fallos de
seguridad que se habían producido en el Cesid y que habían
permitido la filtración de la información reservada.

El Presidente del Gobierno ya ha hecho pública su decisión al
respecto de no admitir las dimisiones de los dos miembros del
Gobierno (Rumores y protestas.) y sólo él, señorías, está
constitucionalmente habilitado para resolver sobre ellas.

(Continúan los rumores.) Mi responsabilidad, como la del Ministro
de Defensa, fue la de poner nuestro cargo a su disposición, y la
suya ha sido la de mantenernos en el ejercicio de los mismos para
que, entre otras cosas, podamos impulsar las investigaciones en
curso. (Risas.) Esta sesión permitirá que SS. SS. conozcan el
estado actual de estas investigaciones.

Quiero advertir, como he dicho antes, para que nadie se llame a
engaño, desde el principio, que el contenido de la comparecencia
del Gobierno tiene, lógicamente, algunas limitaciones derivadas
de la materia reservada sobre la que hoy discutiremos (Rumores.),
que no es otra que la actuación y procedimientos operativos de
los servicios de inteligencia de nuestro país. Estos
procedimientos, señorías, tienen por ley el carácter de secretos.

Con el propósito de que esta limitación no hurtase a los
representantes de la soberanía popular el conocimiento y debate
en profundidad sobre esta cuestión, el Gobierno ha comparecido ya
el pasado jueves ante los Diputados que tienen acceso a los
secretos oficiales. Allí se ofrecieron abundantes datos y
detalles sobre la actividad general del Cesid y sobre extremos
vinculados con el caso que hoy examinaremos, y que no podré
reproducir plenamente aquí para no violar el carácter secreto de
aquella reunión (Rumores.), pero, sobre todo, para no poner en
riesgo, cosa que nunca hará el Gobierno, por mínimo que este
riesgo fuese, la seguridad del Estado. (Continúan los rumores.)
Tengan presente, señorías, hoy y siempre--ténganlo presente--,
que debilitar al Cesid es también debilitar la seguridad de
todos. (Protestas y aplausos.--Varios señores Diputados del Grupo
Popular: ¡Fuera! ¡Fuera!)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio. (Los señores
Guerra Zunzunegui y Peón Torre pronuncian palabras que no se
perciben.)
¡Señor Peón! ¡Señor Guerra Zunzunegui! (Continúan los rumores.)
¡Silencio, señorías!
Señor Vicepresidente, continúe.




Página 8210




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señorías,
ello no excluye la crítica, y su portavoz (Dirigiéndose al Grupo
Popular.) tendrá ocasión de llevarla a cabo dentro de muy poco.

Pero esa crítica debe situarse en un contexto que al menos los
responsables políticos tenemos la obligación de conocer y
respetar.

Quiero reiterar ante SS. SS. el doble ofrecimiento que hicimos en
esa comparecencia. Por un lado, el Gobierno se compromete a
comparecer nuevamente ante los Diputados con acceso a los
secretos oficiales cuantas veces sea necesario y, desde luego,
cuando el avance de la investigación abierta sobre el caso así lo
aconseje. Por otro lado, el Gobierno invita a esos Diputados con
acceso a los secretos oficiales a visitar las instalaciones del
Cesid para examinar los sistemas de control del aparato
radioeléctrico. (Risas y aplausos en los bancos del Grupo
Popular). Espero que el miembro de su Grupo Parlamentario que
tiene acceso a los secretos oficiales ejercite esa posibilidad.

De la misma manera que añado un tercer ofrecimiento: todos los
miembros de esta Cámara con acceso a los secretos oficiales
tienen acceso, por descontado, a la información que el Cesid
envía al Gobierno, su notas informativas y la documentación que
nos transmite. (Rumores).

Conviene, dicho lo anterior, comenzar el examen de lo sucedido,
analizando el funcionamiento y las misiones de nuestros servicios
de inteligencia. Se trata, ante todo, de tranquilizar a los
ciudadanos españoles (Un señor Diputado del Grupo Popular: De
espiarles), explicándoles que la labor de los servicios de
inteligencia del Estado se realiza y se seguirá realizando con
eficacia para garantizar la seguridad nacional en el interior y
en el exterior de nuestras fronteras (Rumores.); explicándoles
también que esa labor se realiza y se seguirá realizando con
respeto a los derechos y libertades que se consagran en nuestra
Constitución (Risas y protestas.); explicándoles a los ciudadanos
españoles que la grave quiebra del secreto que se ha producido y
que el grave perjuicio que la divulgación de datos sustraídos
fraudulentamente puede tener sobre los derechos individuales y la
seguridad colectiva serán depurados y serán corregidos, todo ello
tratando de reforzar hacia el futuro la eficacia de unos
servicios de inteligencia que han garantizado la continuidad de
nuestro sistema democrático en momentos particularmente graves de
nuestra historia reciente y que de forma permanente garantizan
nuestra seguridad nacional; explicándoles también a los
ciudadanos y sobre todo --y esto quiero dejarlo muy claro,
señorías--, que el Gobierno de España no ha ordenado
conversaciones telefónicas privadas de ningún ciudadano español.

(Risas.); que el Gobierno de España no ha tenido nunca la menor
voluntad de hacerlo (Rumores.); que no ha utilizado nunca contra
ciudadano alguno información irregularmente obtenida por
cualquier medio y que no ha conocido que por ninguno de los
servicios oficiales de información se estuvieran realizando estas
prácticas. (Continúan los rumores.)
Pero recordemos, antes de relatar los hechos, aunque sea
brevemente, cuál es la naturaleza de nuestros servicios de
inteligencia que hoy motivan esta comparecencia del Gobierno.

En efecto, el Cesid, el Centro Superior de Información de la
Defensa, es el servicio de inteligencia del Estado. Su regulación
en conocida, está publicada, son dos disposiciones: una Orden
Ministerial de septiembre de 1982 y el Real Decreto de 27 de
diciembre de 1985. El Cesid, conforme a esta normativa, depende
orgánica y funcionalmente del Ministro de Defensa. Su máximo
responsable es su Director y proporciona al Presidente del
Gobierno y al Ministro de Defensa el resultado de las tareas
informativas que corresponden al Centro; resultado que mediante
la autorización del Ministro de Defensa o del Presidente puede
hacer llegar a otras autoridades o a otros órganos del Estado y
este es el marco en el que se desarrollan las actividades del
Cesid. Este es el marco que explica mi presencia en esta tribuna,
como explica mi comparecencia, junto con el Ministro de Defensa,
el pasado jueves en la reunión con los Diputados que tienen
acceso a los secretos oficiales, en tanto que Ministros de
Defensa desde el período que va desde diciembre de 1982 hasta el
día de hoy.

Conocen SS. SS. las misiones del Centro; entre ellas quiero
destacar dos: una, obtener, evaluar y difundir la información
para prevenir cualquier peligro, amenaza o agresión exterior
contra la independencia o integridad territorial de España y sus
intereses nacionales. Tal información abarcará los campos
político, económico y militar. Otra misión es la siguiente:
oponerse al espionaje y a las actividades de los servicios de
inteligencia extranjeros que atenten contra la seguridad o los
intereses nacionales, mediante su prevención, detección y
neutralización dentro y fuera de nuestro territorio nacional.

Es, señoras y señores Diputados, en el ejercicio de estas
misiones y del resto de misiones que corresponden al Cesid en el
que hay que encuadrar el examen de los hechos que dan lugar a
esta comparecencia.

Una información aparecida en un medio de comunicación alertaba,
hace unos diez días, sobre una presunta, y cito entre comillas,
«Operación de espionaje a políticos, empresarios, periodistas y
otras personas por parte de los servicios del Cesid». (Una señora
Diputada: ¡Al Rey!) Así titulada, esta noticia es rigurosamente
falsa (Rumores.) y desde luego no responde al concepto de
información veraz y objetiva. Quede desde ahora bien claro para
todos: el Cesid no ha organizado ninguna operación de espionaje a
políticos, empresarios y periodistas; ninguna. (Rumores.--Una
señora Diputada: ¡El Gobierno!) Ninguna de las personas citadas
en las informaciones publicadas en relación a este caso



Página 8211




ha sido objeto de espionaje por parte del Cesid. En ningún
momento ha pretendido el Cesid intervenir conversaciones
telefónicas de ninguna de estas personas. (Fuertes rumores.) Lo
que sí ha puesto de manifiesto... (Continúan los rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Lo que sí
se ha puesto de manifiesto es la actividad realizada por el Cesid
entre 1982 y 1992 en su misión de vigilancia del espacio
radioeléctrico de nuestro país. (Rumores.)
El carácter de dominio público del campo radioeléctrico le
confiere la condición de ser ámbito de interés para la defensa y
para la seguridad nacional cuando en él se desarrollen
actividades esenciales para su garantía, tal como afirma el
artículo 5ø de la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones. Lo
que hace esta norma es ordenar el uso de dicho campo, dado que
constituye el medio obligado en el que se realizan todas las
comunicaciones mediante radio. Y es precisamente en estas
comunicaciones donde se encuentran también las que afectan a la
seguridad y a la defensa nacional. Por eso la Ley de Ordenación
de las Telecomunicaciones prevé la existencia de mecanismos de
vigilancia de todo tipo de transmisiones que afecten a nuestra
seguridad nacional.

Este hecho es el que justifica que para contribuir a la seguridad
y defensa nacionales el Cesid dedique parte de su actividad a
participar en la vigilancia de las comunicaciones que se
transmiten mediante ondas eléctricas. (Rumores.) Esto es así,
señorías, en todos los Estados democráticos (Nuevos rumores.) y
si no lo fuera, estos Estados democráticos renunciarían a la
vigilancia de este espacio, que es utilizado también por
servicios de inteligencia de otros países, por grupos
terroristas, por narcotraficantes y por todo tipo de delincuencia
(Rumores.)
Las características de estos sistemas de comunicaciones obligan a
que su vigilancia se realice mediante una técnica de barrido
electrónico de un espectro de la banda de frecuencias en las que
coinciden señales tan diversas como las procedentes de estaciones
marítimas o aéreas, radioescucha, emisoras de servicios
sanitarios, contra incendios o de seguridad, y también teléfonos
móviles. (Rumores.)
Los dispositivos de los que se dotó el Cesid para realizar esta
labor de control del espacio radioeléctrico consistieron en la
adquisición de varios escáneres y en la preparación de un equipo
técnico para su uso y explotación, pero conviene precisar ante
SS. SS que en el período considerado estos escáneres no tenían
capacidad para realizar escuchas programadas (Rumores.), sino que
barrían por completo el espectro y analizaban cada una de las
señales detectadas, fueran éstas de radio o fueran éstas de
telefonía móvil. (Persisten los rumores.)
Conviene también recordar que en los sistemas de telefonía móvil
automática el usuario no tiene control sobre la frecuencia o
radiocanal que va a utilizar; es el propio sistema telefónico el
que le va asignando, de forma totalmente automática, los
distintos radiocanales que son utilizados, por lo que es
imposible conocer «a priori», la frecuencia que va a ser
utilizada por un usuario determinado. Por consiguiente, el Cesid,
en el período considerado, carecía de medios técnicos suficientes
para seleccionar con carácter previo comunicaciones determinadas
y, por tanto y con más razón, para escoger las personas o los
teléfonos a quienes controlar o seguir. (Rumores.) Por ello, en
absoluto se trata de que el Cesid haya establecido un sistema de
escuchas con finalidades ajenas por completo a la seguridad y a
la defensa del Estado. Lo que ha ocurrido es que en el barrido
del espacio radioeléctrico, realizado mediante esas técnicas de
forma automática, se han captado comunicaciones telefónicas de
distintos ciudadanos españoles. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): El
conocimiento de estos hechos ha originado el debate actual sobre
su legalidad, que probablemente sólo será zanjado cuando
finalicen los procedimientos judiciales en curso instados por el
propio Gobierno a través del Fiscal General del Estado.

Debo señalar a SS. SS. que el Centro no albergó dudas sobre la
legalidad de los procedimientos empleados para su actividad de
control del espacio radioeléctrico. Sin duda alguna, nos
encontramos ante un problema de colisión entre la salvaguarda de
derechos fundamentales y la legitimidad de uno de sus límites, es
decir, las actuaciones dirigidas a conseguir el bien común, en
este caso identificado en la eficaz garantía de la seguridad de
todos los españoles. En todo caso, tiene que quedar claro que no
existió, por parte del Cesid, ningún ánimo de descubrir los
secretos de la vida privada, sino de efectuar seguimientos
relacionados con sus propias misiones.

La creencia en la legalidad de su comportamiento que el Cesid
mantiene deberá ser ratificada o rechazada por los órganos del
Poder Judicial del Estado. Entretanto quiero creer que SS. SS.

convendrán conmigo que si algún servicio del Estado, al igual que
sucede en otros Estados democráticos, debe garantizar la
vigilancia del espacio radioeléctrico, en cuanto éste es
susceptible de ser utilizado para amenazar la seguridad de todos,
ese servicio es el Cesid.

En la comparecencia del pasado jueves ante la Comisión de
Secretos Oficiales, tuve ocasión de exponer, en unión del
Ministro de Defensa, a los señores Diputados



Página 8212




que la integran (El señor Isasi Gómez: ¡Si no habló!) ejemplos
concretos de determinadas misiones, proporcionadas por el
Director del Centro, de operaciones realizadas por el Cesid en
las que este tipo de in. formación había resultado relevante,
tanto en asuntos vinculados con el narcotráfico y el terrorismo
como en otros que se referían a la seguridad exterior e interior
del Estado.

Entonces, señorías, ¿qué es lo que ha ocurrido? (Varios señores
Diputados: ¡Eso! ¡Eso!--Risas.) Pues precisamente porque el Cesid
siempre ha mantenido la voluntad de vincular sus actuaciones a la
legalidad, se ha sometido estrictamente a esa legalidad cada vez
que ha estimado necesario controlar determinadas comunicaciones
telefónicas por red, es decir, teléfonos convencionales. En
consecuencia, en todos esos casos, ha solicitado la
correspondiente autorización judicial.

El sistema de telefonía tradicional garantiza la posibilidad de
supervisar, controlar y asegurar el cumplimiento fiel y estricto
de estas previsiones constitucionales, y con ello la salvaguarda
del derecho al secreto de las comunicaciones. Las características
de la telefonía móvil han hecho más difícil ese estricto control
de la legalidad, y el caso que analizamos lo demuestra.

La realidad es que sólo a partir de 1994 se han establecido por
ley las condiciones técnicas y legales que han hecho posible
exigir a la Compañía Telefónica la adopción de sistemas de
seguridad que permitan, por un lado, garantizar el secreto de
este tipo de comunicaciones, es decir, la telefonía móvil y, por
otro, ofrecer a jueces y tribunales la posibilidad de valorar y,
por lo tanto, ordenar o autorizar la interceptación de las
comunicaciones que ellos mismos decidan. (Rumores.)
Creo de justicia referir a SS. SS. en esta sesión, y para
conocimiento general, que fue precisamente la iniciativa del
propio Cesid al Gobierno la que, entre otras, permitió modificar
la ley hasta entonces vigente para incorporar, a partir de 1994,
a su nuevo texto este tipo de garantía para todos los ciudadanos.

La preocupación por rodear de garantías los controles técnicos de
estos sistemas de comunicación llevó al Cesid, señorías, a
establecer un procedimiento estricto para proteger la intimidad
de las conversaciones que pudiesen captarse en el ejercicio de su
actividad de vigilancia del espacio radioeléctrico, que, no lo
olvidemos, es un espacio abierto y, por lo tanto, indiscreto y al
alcance de muchos. Con este fin, el Director General del Cesid
dictó instrucciones internas retenidas a proteger la información
obtenida mediante este sistema de vigilancia y salvaguardar los
derechos ciudadanos que pudieran verse eventualmente afectados.

Estas instrucciones determinaban, en primer lugar, que se
efectuara una discriminación de lo grabado entre lo que tenía una
vinculación directa con las misiones del Centro y aquello que
resultara innecesario o irrelevante para las mismas. En este
segundo caso, cuando la información era innecesaria o
irrelevante, la orden terminante era la de proceder al borrado
automático de la información innecesaria o no pertinente.

(Rumores.) En ambos supuestos, la responsabilidad última de tal
discriminación entre el material pertinente y el no pertinente
correspondía al Jefe del Departamento de Acción Operativa del que
dependía el Gabinete de Vigilancia.

En segundo término, las instrucciones del director del Centro
establecían que de la información conservada se diera traslado a
cada Jefe del Departamento que correspondiera, según la
característica de esta información, para su análisis y empleo en
operaciones previamente decididas. Si la detección producida lo
justificaba o se captaba en idioma extranjero, se trasladaba a
soporte escrito. En este sistema no sólo se debía proceder a la
destrucción de lo grabado, sino hacer lo mismo con su
transcripción, una vez concluido el análisis de esta información.

Esto explica, por cierto, y en contra de lo publicado, que en el
Centro no exista ninguna grabación de conversaciones ni, en
consecuencia (y lo digo entre comillas, señorías), «cintateca»
alguna en el Cesid. Así, pues, el Cesid disponía y dispone de una
estricta normativa para la actuación de su servicio de escucha.

De nuevo, la pregunta, es ¿qué ha pasado, entonces? (Rumores y
risas.) Señorías, no se preocupen que voy a contestar no sólo a
las preguntas que formulo yo mismo, sino a las que me formulen
SS. SS. (Rumores.)
Esta pregunta que acabo de formular tiene una respuesta. ¿Qué es
lo que ha sucedido? (Continúan los rumores.) Ha sucedido que se
ha producido el incumplimiento, la infracción de las
instrucciones internas del Cesid para el control de las garantías
de la información que obtiene, y esto, señorías, es lo que ha
causado los hechos que hoy estamos analizando.

La investigación abierta por el Director del Cesid indica una
presunta deslealtad con el Centro y con nuestro país de
responsables de los servicios del Cesid. Esta presunta deslealtad
ha conducido, primero, a que no se destruyeran automáticamente,
como se había ordenado, algunas grabaciones de conversaciones que
carecían de interés para la labor del Centro. (Rumores.) Después,
y esto es aún peor, a que se hayan almacenado y sustraído estas
grabaciones y también a que se hayan transmitido a personas
ajenas al Cesid. Por último, a que hayan llegado a algún medio de
comunicación que, pese a conocer su origen y naturaleza, las ha
reproducido. (Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.--
Rumores y protestas.)
Obviamente, señorías, esta cadena de actuaciones, que supone una
violación tan grave de las instrucciones que protegían los
derechos individuales y la custodia de los secretos de Estado, es
responsabilidad directa de quienes la iniciaron al conservar en
su poder grabaciones indebidas, como también de la selección de



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este material que luego fue sustraído. Lo diré más concretamente,
la única explicación existente de lo ocurrido es que las normas
del Cesid han sido alteradas, han sido violadas. (Rumores y
protestas.) De la investigación practicada en el Centro se
desprende que quienes hayan sido responsables del sistema
pudieron ejercer un control personal y directo sobre los
resultados que obtenían, impartiendo en algunos casos y
directamente a los operadores instrucciones distintas sobre la
rutina de las escuchas o para solicitar copias de ciertas cintas
antes de su destrucción; copias que guardaban personalmente. Con
estas conductas, realizadas a espaldas del Director del Centro,
se rompían las órdenes recibidas y los criterios de actuación
exigidos en el interior del Cesid.

En todo caso, quien ejerció la Jefatura del Departamento de
Acción Operativa entre el 23 de enero de 1983 y el 27 de
noviembre de 1991, cuando fue relevado definitivamente, en
noviembre de este último año, firmó personalmente ante el
Departamento de Seguridad del Centro el compromiso de reserva y
seguridad sobre lo conocido en el ejercicio de su función. En
esta declaración manifestaba, además, haber entregado toda la
documentación o material que había tenido bajo su custodia.

Teniendo en cuenta lo hasta ahora averiguado por el Director del
Centro, cabe presumir que no era cierta esta manifestación y que
conservó en su poder documentos que en estos momentos se están
identificando y que son objeto de investigación por la justicia
militar.

Toda la extensa información, señorías, que parece haberse
sustraído, puede dar origen en el futuro a filtraciones muy
graves para la seguridad del Estado (Rumores.), para el mismo
funcionamiento del Cesid y para la seguridad de algunos
ciudadanos, máxime cuando no hay ni siquiera la certeza de que su
eventual filtración no sea, a su vez, total o parcialmente
manipulada, como ha ocurrido con el material hasta ahora
publicado.

Señoras y señores Diputados, hasta aquí los hechos, pero el
Gobierno no quiere quedarse con ellos en esta comparecencia. Es
necesario, primero, comparar estos hechos con la presentación que
los mismos han tenido en algunos medios de comunicación o en las
intervenciones de algunos dirigentes políticos.

Se ha dicho, en efecto, señorías, que el Cesid dedica su
actividad a espiar a los ciudadanos españoles. (Rumores.) Es,
señorías rotundamente falso. El Gobierno ha reconocido que este
sistema de control de las comunicaciones ha producido algunas
desviaciones que han puesto en riesgo derechos de los ciudadanos,
pero también ha afirmado--y lo reitero ahora--que el control de
los modernos sistemas de comunicaciones es práctica usual en
todos los Estados democráticos; que con ello se persigue
salvaguardar la seguridad nacional y, por tanto, los propios
derechos y libertades de los ciudadanos; y que el Cesid no se ha
desviado en su actuación de lo que es práctica común a esos
servicios de inteligencia. (Rumores.)
Señorías, imputar al Cesid como institución la actuación...

(Algunos señores Diputados desde los bancos del Grupo Popular:
¡Al Gobierno! ¡Al Gobierno!)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Voy a
insistir, con la venia del señor Presidente. Imputar al Cesid
como institución la actividad irregular de uno o algunos de sus
miembros es faltar a la verdad y es una injusticia. Y no sólo
eso, debilita gravemente a uno de los servicios más importantes
para garantizar la seguridad del Estado.

Se ha afirmado también que el Cesid como tal conservó casi un
centenar de grabaciones cuya relación también ha sido publicada
bajo la apariencia de que se trataba de un documento interno del
Centro. Es igualmente rotundamente falso. Ni el Cesid conserva
tales grabaciones, ni se debe confundir a la opinión presentando
como una relación oficial de documentos o cintas lo que no es
sino una nota manuscrita sin firma, ni membrete, presuntamente
ordenada por quien ilegalmente parece que mantuvo en su poder
grabaciones destinadas a la destrucción y ordenó esta relación
para sus propios fines, relación que, en consecuencia, no reviste
ningún íormato reglamentario en el Cesid ni era documento oficial
del Centro.

Se ha dicho--he hecho antes alusión a ello--que el Cesid conserva
miles de grabaciones en una denominada--entre comillas--
«cintateca'. Ya he dicho antes que es absolutamente falso y que
en el Cesid ni se guardaban ni se guardan grabaciones de ninguna
clase sobre persona alguna. (Rumores.)
Se ha dicho también--y eso es algo especialmente grave por la
intencionalidad que encierra--que el Cesid y aun el Gobierno se
han dedicado a espiar a Su Majestad el Rey. (Nuevos rumores.)
Quiero ser especialmente rotundo y firme en relación con esta
infamia, señorías. Señor Presidente, señorías, el Gobierno se
siente, se ha sentido siempre como el Gobierno de Su Majestad.

Quiero afirmar, pues, con énfasis, que es absolutamente falso que
el Cesid haya espiado a Su Majestad el Rey. Sólo en una ocasión
(Rumores.) se detectó una conversación de Su Majestad por estos
sistemas y, de modo inmediato, se puso en su conocimiento por el
propio Director del Cesid, con el fin de aconsejarle la no
utilización de dicho medio de comunicación. Esto acredita no sólo
la falsedad y la intencionalidad de esta imputación, también pone
en evidencia que los procedimientos de control de comunicaciones
utilizados por el Cesid permitieron al Centro en distintas
ocasiones alertar a alguna autoridad del Estado sobre la
inseguridad de los teléfonos móviles. Lo que constituyó una
advertencia para incrementar la seguridad de Su Majestad el Rey



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se ha presentado exactamente como lo contrario. Por ello, en esta
ocasión el Gobierno quiere que se dé pu. blicidad a la actuación
del Cesid, tal como se produjo, y se restablezca la verdad sobre
lo que ha acontecido.

Junto a estas reflexiones sobre el tratamiento que los hechos que
vengo considerando han tenido en distin. tos medios de expresión,
al Gobierno le parece igual. mente necesario poner de relieve en
esta comparecencia cuáles han sido las medidas que ha adoptado
para su conocimiento, control, corrección y, en su caso, exigen.

cia de responsabilidades.

Desde el mismo momento en que el Ejecutivo conoció la publicación
de estas actividades del Cesid en el control del espacio
radioeléctrico y su incidencia en derechos de la vida privada,
que, reitero, señorías, el Gobierno no ordenó, ni conoció, ni
utilizó, adoptó las siguientes medidas. En primer lugar, el
Ministro de Defensa ordenó expresamente al Director del Centro
una investigación exhaustiva de lo ocurrido.

Segunda. El Gobierno solicitó, con carácter de urgencia, su
comparecencia ante los Diputados que tienen acceso a los secretos
oficiales.

Tercera. El Gobierno interesó asimismo del Ministerio Fiscal que
promoviera la acción de la justicia en defensa de la legalidad y
los derechos de los ciudadanos, practicando las diligencias
necesarias en comprobación de los hechos y de las
responsabilidades atribuibles a los partícipes en los mismos.

Cuarta. El Director General del Cesid, como consecuencia de las
primeras conclusiones de la investigación abierta, presentó el
pasado sábado una denuncia contra el antiguo Jefe del
Departamento de Acción Operativa, el coronel en situación de
reserva, don Juan Alberto Perote Pellón, ante el juzgado togado
militar de guardia del Tribunal Militar Central.

Señorías, quiero subrayar que la investigación que se lleva a
cabo en el Cesid está siendo necesariamente laboriosa porque han
quebrado los dos principios básicos de funcionamiento de un
centro de inteligencia (Rumores.--Varios señores Diputados:
¿Quién los ha quebrado?): la absoluta confianza en las personas y
las medidas adoptadas para la custodia de la información
utilizada. Esta quiebra, como he dicho antes, puede afectar
seriamente a la seguridad y defensa del Estado e incluso al
propio funcionamiento del sistema democrático si la información
se encuentra en poder y es utilizada por quienes pretenden
alterarlo. El Cesid ha aplicado en estos aspectos un sistema
similar al de cualquier servicio de inteligencia, cuya piedra
angular de funcionamiento se encuentra en la garantía de la
lealtad de sus servidores, en la fiabilidad de sus medios y en la
reserva de sus documentos.

Es evidente que en este caso el sistema no ha funcionado
correctamente y el hecho es extremadamente grave. Determinar su
alcance y las medidas de corrección que requiere tiene que ser
resultado final de esta investigación, con especial incidencia en
el control de los agentes que abandonan el centro y se dedican a
actividades privadas. Este control va a exigir, sin duda, nuevas
disposiciones administrativas y penales.

Señorias, debemos afirmar hoy que siendo rotundamente condenable
la utilización ilegítima de conversaciones privadas... (Varios
señores Diputados del Grupo Popular: ¡Y las grabaciones!),
también lo es y con la misma intensidad... (La señora Cremades
Griñán pronuncia palabras que no se perciben.)



El señor PRESIDENTE: Señora Cremades, la llamo al orden.

Continúe, señor VicePresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señorias,
sigo afirmando que siendo rotundamente condenable la utilización
ilegítima de conversaciones privadas, también lo es, y con la
misma intensidad, la sustracción y entrega de documentos que
afectan a la seguridad física de quienes realizan misiones en
otros países o de aquellos que han estado y están en la lucha
contra el terrorismo o contra el narcotráfico.

Puedo anunciar que de la investigación en curso se está
deduciendo la necesidad de corregir los mecanismos de la
seguridad del Centro. Las conclusiones de esta investigación
podrán ser conocidas en su momento por los Diputados con acceso a
los secretos... (Fuertes protestas y pateos.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, les ruego guarden silencio y dejen
de perturbar el orden de la sesión. (Persisten los rumores.)
¡Silencio, señorías!
Continúe, señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Gracias,
señor Presidente, seguiré cumpliendo, como he dicho al principio,
con el deber y el derecho que tengo de informar a la Cámara sobre
todos estos temas. (Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.-
-Varios señores Diputados desde los bancos del Grupo Popular:
¡Dimisión! ¡Dimisión!) Decía, señorías, que, aparte de que luego
sean debatidas en esta Cámara, los Diputados con acceso a los
secretos oficiales tendrán las conclusiones de esta investigación
en su momento.

Por otra parte, la información realizada por el Ministerio Fiscal
sigue su tramitación y de ella deberá concluirse, si procede, el
ejercicio de acciones para dirimir las responsabilidades de
quienes han intervenido en estos hechos.

Por lo que se refiere a las actuaciones seguidas ante la
jurisdicción militar, debo afirmar con contundencia que se ha
respetado la estricta legalidad decidida por las Cámaras entre
los años 1985 y 1989, y cuya constitucionalidad ha sido
ratificada hace poco menos de un año por el propio Tribunal
Constitucional.




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La jurisdicción militar, señorías, está investigando una
sustracción de documentos llevada a cabo presuntamente por quien
tuvo y tiene aún condición militar, y por ello sometido a
vínculos de disciplina y lealtad mucho más firmes que los
exigidos en cualquier otra institución. No hay que olvidar que la
condición de militar y el estatuto que la respalda fue, en gran
medida, la que permitió, a quien parece presunto responsable de
los hechos, el acceso a puestos de responsabilidad en el centro y
la que le permitió también prevalerse de su jerarquía frente a
sus subordinados. Sin conocer en absoluto los hechos denunciados
y sin ponderar esta situación especial que confirió el acceso por
razón del servicio a informaciones extraordinariamente delicadas,
se han vertido opiniones inaceptables... (Grandes rumores y
pateos.)



El señor PRESIDENTE: Señor Vicepresidente, perdone un momento.

Señorías, la Presidencia puede llamar al orden a los diputados
que lo perturben. La Presidencia no puede llamar al orden a los
Diputados que anónimamente lo perturban. Les ruego se atengan al
Reglamento y no obliguen a la Presidencia a la única medida que
ante esta perturbación anónima puede tomar, que es la de
suspender la sesión. (Varios señores Diputados desde los bancos
del Grupo Popular: ¡Que suspenda la sesión!--Fuertes y
prolongados rumores.)
Continúe, señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Decía,
señor Presidente, señorías, que se han vertido opiniones
inaceptables porque han afectado al valor más singular de toda
jurisdicción, es decir, su independencia. El orden jurisdiccional
militar, al igual que cualquiera de los demás órdenes que
integran el Poder Judicial único del Estado, es independiente y
quienes lo sirven tienen'esta misma garantía. Son jueces
predeterminados por la ley, inamovibles y responsables únicos de
sus decisiones.

En este caso, como en otros, el Gobierno se ha mantenido
absolutamente al margen de sus actuaciones y confía en su
exclusiva dependencia de la legalidad. Una vez más, el Gobierno
espera que los errores y precipitaciones manifestados estos días
a través de opiniones, sólo explicables desde el claro
desconocimiento de lo que la democracia ha decidido para la
jurisdicción militar, cesen de inmediato para permitir que el
procedimiento que sigue concluya con un esclarecimiento íntegro
de lo ocurrido.

Criterios más autorizados que el mío, como el del propio
Presidente del Consejo General del Poder Judicial así lo han
avalado y solicitado, y el mismo Fiscal General del Estado,
después de conocer más a fondo el alcance de lo actuado, ha
podido matizar su posición inicial.

Estas son, señorías, resumidamente, las iniciatias que ha
adoptado el Gobierno en los escasos días transcurridos desde que
estos hechos vieron la luz. A ellas hay que sumar una más: la
aceptación por parte del Presidente del Gobierno de la dimisión
que el Director General del Cesid había presentado previamente al
Ministro de Defensa. (Rumores.--Un señor Diputado: Se mata al
mensajero.) La deslealtad padecida y el fallo en los sistemas de
seguridad para su detección y corrección, es lo que ha impulsado
al Director del Cesid a presentar el lunes día 12 de junio su
dimisión.

Señoras y señores Diputados, permítanme que acabe mi intervención
inicial con las conclusiones que pueden extraerse, a juicio del
Gobierno, de este caso y de cuanto les he referido hasta el
momento. Primera conclusión. El Gobierno ha actuado con la
diligencia debida, ordenando investigar lo ocurrido. (Rumores.)
Desde la aparición de las primeras noticias sobre las grabaciones
que están en el origen de esta comparecencia, el Gobierno, por
medio del Ministro de Defensa, ordenó al Director del Cesid que
llevase a cabo una minuciosa investigación interna, de la que les
he referido cuanto puedo y debo en esta sesión plenaria del
Congreso de los Diputados.

Segunda conclusión. El Gobierno nunca ha espiado a persona
pública o privada o a institución alguna (Fuertes rumores.) fuera
de los casos y mediante los procedimientos previstos o
autorizados por las leyes. Quiero afirmar, una vez más, señorías,
que ningún miembro del Gobierno autorizó, ordenó, conoció ni, por
tanto, utilizó jamás el contenido de las grabaciones que están en
el origen de esta comparecencia; como quiero también indicar que
el Director del Cesid advirtió hace unos años al Gobierno de los
problemas de seguridad que existen en las comunicaciones mediante
telefonía móvil automática, algo que, por otra parte, estoy
seguro de que conocen muy bien SS. SS. La realización de esas
actividades de vigilancia del espacio radioeléctrico era
desconocida por el Gobierno. El Director del Cesid tiene la
obligación de comunicar a las autoridades competentes el
resultado de las tareas informativas del Centro, no sus
instrumentos, los medios operativos o los procedimientos
utilizados.

Como saben SS. SS., la salvaguarda de las fuentes de la
información es absolutamente vital e inherente a las labores de
inteligencia. Por ello, el marco jurídico del Cesid no establece
obligación alguna de dar a conocer los procedimientos operativos
empleados, que gozan de presunción de legalidad.

Tercera conclusión. Se ha padecido una grave sustracción de
documentos clasificados y su posterior puesta a disposición de
determinadas personas. (Rumores.) Al Gobierno no le cabe duda
alguna de que esta sustracción ha creado una grave alarma social.

(Rumores.) En primer lugar, por la violación del secreto de las
comunicaciones como derecho constitucional esencial. En



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segundo lugar, porque la sustracción significa un gra. vísimo
atentado a la seguridad del Estado. En tercer lugar, porque no se
ha evitado la actuación desleal y delictiva de persona o personas
que, violando todas las normas legales, técnicas, profesionales y
éticas, no só. lo han sustraído documentos, sino que también los
han manipulado y los han puesto en manos de terceros.

Por ello, también desde esta perspectiva la alarma social está
plenamente justificada, pues no cabe duda de que se ha dado pie
para que los ciudadanos se pregunten por el alcance de la quiebra
sufrida en la seguridad de los servicios de información; que se
pregunten por las garantías con que se protegen las informaciones
sensibles que tales servicios obtienen y que se pregunten, en
definitiva, por la eficacia con que se protege la seguridad y la
defensa nacionales.

Como consecuencia de todo ello, en la actualidad ha sido puesto a
disposición de la justicia militar el anterior Jefe del
Departamento de Acción Operativa del Cesid. (Rumores.)
Cuarta conclusión. El Director General del Cesid ha asumido la
responsabilidad por el fallo de seguridad padecido. (Fuertes
rumores.--Varios señores Diputados: ¡Ya lo ha dicho!) Ya lo he
dicho señorías. Ya lo he dicho, pero no quiero dejar en este
punto este tema ni dar la sensación de que se trata de una
decisión que no tiene trascendencia.

Es cierto, y esta comparecencia lo demuestra, que han existido
fallos, y fallos graves, en el funcionamiento interno del Cesid.

Es cierto también que la responsabilidad de estos fallos pudiera
atribuirse directamente al Director General del Centro. (Fuertes
rumores.) Así lo ha reconocido él mismo presentando su dimisión
con carácter irrevocable. Pero no es menos cierto, señorías --y
por un momento les ruego cortesía parlamentaria--, no es menos
cierto que durante muchos años el Director General del Cesid ha
desarrollado una impresionante tarea al frente de dicho organismo
con un solo objelivo: garantizar la seguridad del Estado y sus
instituciones. (Rumores.)
El Gobierno, y en concreto quien está hablando desde esta
tribuna, sabe bien hasta qué punto ha extremado el celo y la
dedicación el General Manglano al servicio de los intereses que
juró defender al inicio de su carrera militar. Como sabemos bien-
-y yo sé bien particularmente--de las incomprensiones y
sinsabores por los que el general ha tenido que pasar en momentos
difíciles--no muy lejanos en el tiempo, por cierto--para nuestro
sistema democrático. (Rumores.)
El Gobierno afirma también hoy solemnemente ante la Cámara que la
actuación del General Manglano al frente del Cesid ha constituido
una sólida aportación para asegurar la libertad de la que hoy
gozamos todos los españoles. Por ello, su dimisión, aunque
inexcusable, nos produce un intenso pesar.

Quinta conclusión. El Gobierno ha instado al Fiscal
General del Estado a que investigue las responsabilidades
jurídicas deducibles del conjunto de hechos producidos. En
efecto, el Gobierno ha instado a la Fiscalía General del Estado
para que, en uso de las atribuciones que tiene conferidas, abra
un proceso de investigación en relación tanto con el delito o
delitos que hubieran podido cometerse en el proceso de escucha y
grabación, al que vengo haciendo referencia, como en la
vulneración de la Ley de Secretos Oficiales por parte de aquellos
que sustrajeron el material secreto y lo hayan puesto a
disposición de determinadas personas, así como también en
relación a su publicación.

Sexta conclusión. Hemos asistido en estos días, señoras y señores
Diputados, a una verdadera incriminación del Cesid (Rumores y
protestas.), de sus directivos y del Gobierno (siguen los rumores
y protestas.). Parecería, de creer buena parte de lo que en estos
días se ha escrito y de lo que en estos días hemos tenido ocasión
de leer, que el Cesid no tenía mayor ni mejor ocupación que
espiar las conversaciones telefónicas de los españoles. (Rumores
y protestas.) Y convendría preguntarse también, señorías, por qué
a nadie parece preocupar la captación de conversaciones
telefónicas por parte de entidades o de ciudadanos individuales
que, evidentemente, no están desempeñando tareas de utilidad
pública, sino que responden a intereses estrictamente privados.

(Protestas.)
Conviene, señorías, para dejar claras las cosas (Rumores .), . .

.




El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Conviene
que SS. SS. y todos los españoles sepan que en este momento
existen y probablemente operan en España, según estimaciones del
Ministerio de Justicia e Interior, más de 30.000 escáneres, que
pueden adquirirse en el mercado por un precio que está al alcance
de muchos. Conocen de sobra SS. SS. algún caso célebre de
conversación captada, más de uno, señorías,... (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Conocen de
sobra SS. SS. más de un caso célebre de conversación captada por
sistemas similares al que nos ocupa, que llegó a ser difundida
por algún medio de comunicación sin que, por cierto, se haya
podido perseguir penalmente con éxito ni su captación, al
desconocerse su autoría, amparada en el secreto profesional, ni
su difusión, amparada por el derecho a la libre información.

La transformación radical que en los últimos años ha sufrido el
mundo de las telecomunicaciones ha posibilitado



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la realización de prácticas que hace muy po.co tiempo no podíamos
ni imaginar.

Añadiré una séptima y última conclusión. La acción delictiva de
difusión de información clasificada ha po. dido ser instada por
terceras personas con finalidad que sólo ellas conocen con
detalle, pero que, con toda seguridad, persiguen su
instrumentación política y tam. bién, por qué no decirlo, su
utilización eventual en ope. raciones de extorsión o de
alteración de normales relaciones económicas, empresariales,
políticas o jurídicas
Señor Presidente, señorías, acabo ya. Pero, antes de hacerlo,
quiero trasladar a esta Cámara algunas reflexiones últimas de
carácter general. (Rumores y protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Tras
conocer la información que ahora tienen SS. SS., espero que
coincidan conmigo en que, en buena parte de los casos, los
pronunciamientos hasta hoy realizados no han guardado la debida
cautela, o no se han manifestado con la prudencia requerida, o no
han esperado el resultado de las investigaciones que desde el
primer momento el Gobierno anunció que ponía en marcha. Estas
reacciones en muchos casos descalificadoras y que considero que
todos debemos lamentar sólo se entienden en el contexto por el
que discurre el debate político en nuestro país desde hace
demasiado tiempo, un contexto que puede explicar el porqué y el
cómo de la aparición de este tipo de informaciones, la
significación del momento, la intencionalidad buscada, y que
igualmente podría dar respuesta a las preguntas de por qué se
llevó a cabo esta iniciativa fuera de las instrucciones y del
Reglamento del Cesid, por qué se produjo esta deslealtad, a los
intereses de quién o quiénes sirvió finalmente. (Protestas.)
Cabe esperar, señorías, la pronta respuesta a estas preguntas de
las investigaciones judiciales puestas en marcha, pero sí quiero
subrayar el compromiso del Gobierno, para el que creo necesario
asegurar el concurso de todas las fuerzas democráticas, en
superar este clima en el que han ido debilitándose
progresivamente el respeto a la dignidad de las personas, ha ido
debilitándose progresivamente la defensa de la presunción de
inocencia, ha ido debilitándose progresivamente el afán por
salvaguardar las instituciones del Estado.

Más allá de este propósito general, quiero expresarles la
preocupación del Gobierno por el deterioro que esta situación ha
producido en la consideración social y política del propio Cesid.

Las democracias occidentales han conocido igualmente dificultades
o problemas en el funcionamiento de sus servicios de
inteligencia. Nunca, señorías, se han utilizado estas
circunstancias para deslegitimarlos, sino, antes bien, para
reforzar el consenso social sobre su necesidad, sobre su eficacia
y el alcance estratégico del resultado de sus actividades. En
todos los casos se ha aprovechado la situación para introducir
las mejoras necesarias, para reforzar los controles que
garanticen que siguen prestando inestimables servicios al sistema
democrático y a su seguridad. Estos mismos servicios los ha
prestado el Cesid, y en concreto la persona de su Director, el
Teniente General Emilio Alonso Manglano. La institución que ha
dirigido y él mismo personalmente, como les he dicho antes, han
prestado grandes servicios que creo de estricta justicia
reconocer... (Fuertes protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías, silencio!



El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Decía,
señorías, que creo que es de estricta justicia reconocer otra vez
por mi parte, aunque cada vez que lo he hecho hayan respondido
ustedes con esta actuación de descortesía parlamentaria. (Fuertes
protestas.--Aplausos en los escaños del Grupo Socialista.)
Tengo también, señoras y señores Diputados, la convicción
personal de estar siendo objeto de un intento de desprestigio.

(Risas y Rumores.--Varios señores Diputados del Grupo Popular:
¡No!) Y tengo igualmente conciencia... (Fuertes rumores y
protestas.) Decía, señorías... (Continúan los rumores y
protestas.) Y tengo, señorías, igualmente conciencia, a pesar de
que ustedes quieran obstruir que me exprese libremente en este
hemiciclo, tengo la convicción de ser objeto de un intento de
desprestigio personal... (Rumores.) E igualmente la conciencia de
no ser más que el destinatario circunstancial de este intento. Me
preocupa extraordinariamente que el destinatario último no sea ni
siquiera el propio Gobierno, sino el funcionamiento normal,
reglado y respetuoso de las instituciones democráticas. (Fuertes
y prolongados rumores y protestas y gritos de ¡Fuera! ¡Fuera! en
los escaños del Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio. (Continúan los
gritos de ¡Fuera! ¡Fuera!) ¡Silencio, señorías! ¡Guarden
silencio! (Siguen los fuertes rumores y protestas.) ¡Silencio,
señorías!
Señor Gayarre, le llamo al orden. (Persisten las pro. testas.)
Señor Gayarre, le llamo al orden. (Continúan los fuertes rumores
y protestas.) ¡Silencio, señorías! ¡Silencio! (Un señor Diputado
del Grupo Socialista: ¡Me dais miedo!) ¡Silencio, señorías!
Señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señorías,
no van a impedir, se lo repito por tercera vez, que exprese en
esta Cámara lo que tengo intención de expresar. (Fuertes
rumores.) Y acabo la frase diciéndoles que estoy... (El señor
Gayarre Bermejo pronuncia palabras que no se perciben.)



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El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Vicepresidente.

Señor Gayarre, le llamo al orden por segunda vez. Su señoría
conoce el Reglamento y las consecuencias. ¡Señor Gayarre!
Señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Quiero
terminar añadiendo que personalmente en cualquier situación en la
que yo esté voy a contribuir con mi esfuerzo a que estos fines
que he señalado nunca prosperen. Pero me corresponde ahora, señor
Presidente y señorías, proporcionar seguridades al conjunto de
nuestra sociedad y confirmar ahora a todas sus señoría y a todos
los ciudadanos españoles que con toda rotundidad su Gobierno, el
Gobierno de España no ordenó, no conocio, no utilizó las
comunicaciones obtenidas, y es esta constatación la que le otorga
la plena legitimidad para afrontar y resolver los problemas
planteados.

También, aunque a tenor de la conducta de algunos de los miembros
de esta Cámara parece difícil solicitar eso, también debo pedir a
todas las fuerzas políticas aquí representadas, al margen de la
legítima crítica que puedan hacer al Gobierno, que puede ser todo
lo dura que estimen conveniente, y al margen también de las
responsabilidades políticas que legítimamente también formulen,
quiero pedir a todos los grupos de la Cámara que mediten sobre la
presión que están sufriendo nuestras instituciones... (Fuertes y
prolongados rumores y protestas.) Les estoy pidiendo...

(Continúan los rumores y las protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías! ¡Silencio, señorías!



El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Les estoy
pidiendo señorías, aunque eso parece difícil, que hagan
compatible la legítima crítica al Gobierno con la defensa más
firme de la estabilidad de nuestras instituciones.

Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.--
Fuertes rumores y continuados gritos de ¡Dimisión! ¡Dimisión! en
los bancos del Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio señorías! ¡Silencio! Vamos a
suspender la sesión durante diez minutos.

Ruego a SS. SS. que, si es posible, vengan con una actitud más
serena. (Fuertes rumores.)
Se suspende la sesión.

Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Para fijar la posición, en nombre del Grupo Popular tiene la
palabra el señor Alvarez-Cascos.




El señor ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ: Señor Presidente, señorías, es
práctica acrisolada en el deporte que los árbitros concedan los
tiempos muertos a aquel que está en posesión del balón para no
dar ventajas al adversario, como la que acaba de concederle el
señor Presidente de la Cámara al Gobierno socialista. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Señor Alvarez-Cascos, es regla de oro de la
Presidencia de una Cámara no debatir con los Diputados que ocupan
la tribuna. Sólo quiero señalarle que la responsabilidad de
dirigir los debates es una responsabilidad del Presidente, que
este Presidente la ejerce sin necesidad de vindicación de ninguno
de los dos equipos y sin necesidad de ver quién tiene el deseo o
el gusto de una suspensión, y que bajo la exclusiva
responsabilidad de la Presidencia, que además había advertido que
podía hacerlo, se ha decretado la suspensión a la vista de cómo
se estaba desarrollando la sesión.

Tiene la palabra el señor Alvarez-Cascos.




El señor ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ: Señor Presidente del Gobierno,
si nos atuviéramos a la inverosímil explicación que el señor
Serra nos ha dado esta tarde y la aceptáramos, usted, como
Presidente del Gobierno, no sólo no debería de admitir la
dimisión del señor Serra, sino que debería de proponerle para una
condecoración, porque lo que ha expuesto el señor Serra y la
realidad guarda muy poca relación. La realidad con la que hoy nos
enfrentamos es bien distinta de la que ha descrito el señor Serra
y, por supuesto, nos sitúa en un escenario impensable hace tan
sólo muy poco tiempo. Quién iba a decir que aquella enigmática
frase del señor González de 1990 (tendrán dos al precio de uno)
con el tiempo resultaría profética, personalizada en las cabezas
de los dos Vicepresidentes para salvar la suya propia. Ambos
Vicepresidentes representan ya el cenit y el ocaso, el alfa y el
omega de un estilo de Gobierno que pasará a la historia con el
«Guinness» de los escándalos políticos en la Europa democrática.

Su hora ante el Parlamento ya ha pasado, señor Serra. Usted, que
se negó a comparecer aquí, en este Congreso, la tarde del 15 de
diciembre de 1993 para responder políticamente de la trama de
espionaje telefónico de Barcelona que le implicaba a usted y al
Cesid, llega hoy demasiado tarde a explicar lo inaceptable.

Escuchándole a usted me parece el más vivo retrato del político
descrito por Larra: quien pudo hacer un año dar salida
conveniente a ese río no lo supo hacer, y cuando llega la avenida
se queja del río.

Hoy a venido usted a esta Cámara a tirar balones fuera, para
prestar el último servicio político al señor González,
descargándole de la basura de un nuevo escándalo provocado por
las escuhas telefónicas ilegales e indiscriminadas del Cesid.




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Permítame, señor Serra, un paréntesis en mi inter. vención.

Cuando usted se refería al riesgo de atentados contra el
funcionamiento reglado de las instituciones democráticas ¿se
estaba usted refiriendo a las turbias historias de Filesa, a los
manejos del Gobernador del Banco de España, al terrorismo de los
GAL, a la apro. piación indebida de los fondos reservados, a las
escu. chas ilegales del Cesid? ¿Qué legitimidad moral tiene usted
para apelar en esta Cámara al funcionamiento reglado de las
instituciones democráticas en representación de ese Gobierno?
(Aplausos.)
Hoy, como a lo largo de estos últimos días, están ustedes
intentando desesperadamente convencer a la nación española de
tres cuestiones. Primero, que del más grave atentado contra los
derechos constitucionales y las libertades de los españoles que
ha ocurrido desde 1981 el señor González se ha enterado por la
prensa, y no tiene ninguna responsabilidad. Segundo, que este
atentado es un chantaje de un grupo de conspiradores contra el
Estado, empeñados en acabar por cualquier medio con los legítimos
gobernantes. Tercero, que muy pronto concluirán sus
investigaciones sobre dicha trama.

Ni a usted, señor Serra, ni al señor González les importa ni les
interesa que se roben o se malversen los fondos reservados ni que
se espíe la intimidad de los ciudadanos, incluido el Jefe del
Estado. Lo único que les preocupa es que, a pesar de ser
actividades que ustedes han ocultado y amparado en la impunidad
de la Ley de Secretos Oficiales, los españoles nos hayamos
enteresado de su existencia. Y por eso intentar, diluir la
gravedad extrema de un delito probado contra el derecho a la
intimidad de los españoles, que afecta política y personalmente
al Gobierno, con la insostenible apelación a la seguridad y a la
defensa nacional para imputar otro delito de difusión al medio de
comunicación que lo ha descubierto y denunciado con su
publicación.

Al señor González se le ve el plumero a la legua. Está ganando
tiempo desesperadamente para concluir sus coartadas y que el
deselance de este escándalo se resuma en estos titulares: «Serra,
García Vargas y Manglano, sin cargos, a la calle. Los periodistas
responsables, a la cárcel».

Si el modelo socialista de desarrollo de las libertades comenzó a
perfilarse en el entierro de Montesquieu, el señor González está
a punto de culminarlo ahora con la ejecución sumaria de
Gutenberg.

Para el señor González no hay delito más grave en el Estado de
Derecho que dar a conocer las actividades inconfesables de su
Gobierno y de su partido. La verdad amenaza cada mañana con
acabar con el señor González, y el señor González no tiene otro
afán que acabar con la verdad. Por eso, precisamente, es el señor
González, y no otro, quien tiene la obligación moral y política
de venir a dar explicaciones al Parlamento accrca del desafuero
cometido. No es necesario elevarse hasta la Constitución para
encontrar la justificación jurídicopolítica del deber de
comparecer por el escándalo de las escuchas ilegales del Cesid.

Basta recordar que el Cesid es, legalmente, el órgano de
información del Presidente del Gobierno para el ejercicio de sus
funciones de dirección de la política de defensa y de
coordinación de la acción del Gobierno en la defensa del Estado.

Basta esto para exigirle al señor González la responsabilidad
directa por lo sucedido. Responsabilidad política a la que se
debe añadir la derivada de la función presidencial de control, es
decir, en el sentido múltiple de limitar, verificar e intervenir
la gestión de los ministros. Pero al señor González no le
conviene el Parlamento, porque aquí no puede decir con tanto
desparpajo como en los escándalos de los Guerra, de Filesa, de
Rubio, de Roldán, de GAL, de los fondos reservados o del Cesid,
eso de que se ha enterado de los asuntos por la prensa.

El tancredismo político, señor González, no cuela en un sistema
democrático parlamentario, y en el caso del Cesid menos. En este
escándalo de las grabaciones del Cesid ni siquiera cabe la duda
de si nos encontramos ante un Presidente de Gobierno
irresponsable que no se entera de nada o bien ante un Presidente
de Gobierno cínico que miente con aplomo para negar la evidencia.

No cabe la menor duda, señorías. Nos encontramos ante un
Presidente de Gobierno cínico que miente con aplomo para negar la
evidencia. (Aplausos en los bancos del Grupo Popular.) Porque no
cabe en este caso el recurso a la ignorancia; no cabe, señor
Presidente. Es imposible que una operación de escucha, grabación,
clasificación y archivo de tal magnitud, tales objetivos, tal
duración en el tiempo y realizada no por una empresa particular,
sino por un organismo público con personal de élite, directamente
dependiente del Presidente del Gobierno, no fuera conocida por el
señor González hasta hace una semana. Es imposible, no se lo cree
nadie, señorías; no se lo cree nadie, con excepción del señor
González y del señor Serra. Porque con excepción de ellos dos
todos los españoles estamos convencidos de que ustedes han
autorizado, conocido y utilizado el trabajo de esta trama
organizada para controlar a los ciudadanos.

¿Pero cómo pueden hacerse hoy de nuevas? ¿Cómo puede decir el
señor Serra hoy que ha actuado con diligencia al conocer la
primera noticia de la actuación irregular de esta trama? ¿Cómo
puede decir eso en esta tribuna si hace más de diez años los
medios de comunicación, que ustedes critican porque publican sus
escándalos, vienen denunciando las actividades irregulares del
Cesid, la extralimitación de sus funciones y las vulneraciones
del derecho constitucional de los españoles a su intimidad? Les
ahorro, señorías, la larga lista de noticias recogidas por los
medios de comunicación en estos diez años.




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Y lo anterior no es todo. Las continuas evidencias de las
violaciones a la garantía constitucional del secreto de las
comunicaciones telefónicas han obligado a celebrar tres debates
parlamentarios en este mismo Congreso, en 1988, en 1991 y en
1993, sin otra consecuencia que el desinterés del Gobierno y las
displicentes respuestas de los portavoces socialistas acusando a
mi Grupo de apoyarse en meras sensaciones para acusar al Gobierno
del clima de impunidad de las violaciones reiteradas del derecho
al secreto de las comunicaciones telefónicas. ¿Por qué, entonces,
no se atendieron las denuncias presentadas ante esta Cámara por
la oposición?
Y por si esto fuera poco, un libro aparecido en 1993 titulado
«La Casa», del que es autor el periodista Fernando Rueda,
recopila en un capítulo lo que llama las grandes chapuzas del
Cesid: dossier sobre altos cargos y políticos, el control de los
periodistas y espías en el Ministerio de Defensa. ¿Por qué no se
investigaron los datos aportados en este libro?
En fin, remotándonos a los escándalos más recientes, ¿cómo puede
el señor González, siendo Cesid su ór. gano de información, negar
cualquier conocimiento del escándalo de la red mafiosa de
escuchas ilegales de Barcelona, que saltó a la actualidad hace
menos de dos años, en la que estaban implicados miembros del
Cesid y el propio Vicepresidente, señor Serra? ¿Por qué tampoco
se tomaron medidas ni se investigó lo que ocurría en el Cesid?
¿Cómo puede el señor González no darse por enterado de que, a
raíz de su infamante acusación para atribuir a los gobiernos de
UCD la creación de los GAL, el Cesid intentó reunir testimonios
falsos que lo avalaran? ¿Cómo puede el señor González justificar
su pasividad cuando hace tres meses se descubrió la existencia de
una grabación del Cesid, archivada en la cintateca, al Presidente
Suárez en los años en los que estaba en el ejercicio de sus
funciones? ¿Por qué si se conocía la sustracción de documentos
atribuida al coronel Perote nadie desde el año 1991--repito,
desde el año 1991--, en que se produjo su cese en el Cesid, se
tomó la molestia de ponerlo en conocimiento del juez togado
militar hasta la pasada semana? Sencillamente, señorías, porque
el señor Presidente, que estaba informado de todo, consentía los
manejos de usted, señor Serra, amparados ambos en la impunidad
del secreto. (Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Muy
bien, muy bien!--Aplausos.) Un secreto que parecía asegurado
mientras el supuesto autor de la sustracción de las grabaciones
estuviera tranquilo y con la boca cerrada, disfrutando, no por
casualidad, de la canonjía de la jefatura de seguridad de Repsol,
la primera empresa pública española dependiente del Gobierno.

(Aplausos.)
Todos estos hechos ponen de relieve que no cabe alegar que
ustedes, como Gobierno, sólo conocían los resultados de las
investigaciones del Cesid y no sus métodos y objetivos
reiteradamente aireados por la opinión pública.

La teoría de la ignorancia, por otra parte, señor Serra, señor
González, es incompatible con la teoría del chantaje, porque todo
chantaje presupone, justamente, dos cosas: que ustedes hacían
algo susceptible de ser chantajeado y que el chantajista les
avisaba de lo que sabía para amenazarles y pedirles algo a
cambio.

Descartados, por pura lógica, la ignorancia y el chantaje, este
escándalo del Cesid, como la mayoría de los que salpican a este
Gobierno y que ya he mencionado, se empieza a perfilar más bien
como una «vendetta», es decir, una operación de ajuste de cuestas
entre grupos sin escrúpulos.

Su reacción ante el escándalo también les delata y agrava la
responsabilidad de su conducta, conocedora y consentidora. Es
insólito, si se tiene voluntad de aclarar y depurar una trama,
permitir que sean algunos de los investigados por practicar las
escuchas ilegales quienes sigan en sus puestos, funciones y
despachos, «investigándose» --entre comillas--a sí mismos, es
decir, disfrutando de la oportunidad de hacer desaparecer las
pruebas documentales que permitieran esclarecer con imparcialidad
todos los hechos, tal como la prudencia y la responsabilidad
exigen a la hora de hacer justicia ante cualquier acusación.

Quedaba, señor Serra, mucho por investigar y conocer. El
perfeccionamiento de los medios tecnológicos de escucha,
seguimiento y grabación del Cesid desde el cese del sospechoso de
las sustracciones hasta hoy ha sido muy notable, lo que entraña
un salto cualitativo de su potencial de escucha. No haber
apartado ful. minantemente de sus puestos a los responsables del
Cesid les garantiza a ustedes la desaparición de toda prueba
comprometedora, demuestra la complicidad de usted, señor Serra, y
de quien le mantiene en el cargo hasta que concluya tan delicado
trabajo, el señor González, y, por supuesto, resta toda
credibilidad a la investigación que se puedan hacer a sí mismos.

Y la tragedia, señor Serra, es que ustedes no se dan cuenta de
que son víctima de sus propios errores, porque esa falta de
credibilidad que se deriva del método que han elegido provoca que
hoy, dramáticamente, la sociedad tenga que elegir entre su
palabra, señor Serra, y la del señor Perote.

Mientras, los antaño paladines de la jurisdicción ordinaria
universal y de la libertad de expresión frenan al Fiscal General
del Estado y promueven la rápida intervención de la justicia
militar, como si algo de cuanto hemos conocido a través de los
medios de comunicación tuviera que ver con la seguridad del
Estado o la defensa nacional. Señorías, ¡vivir para ver!
Concluyo, señor Presidente. Estamos ante el más grave atentado
cometido contra los derechos y libertades básicos de los
españoles desde el golpe de Estado de 1981. Un caso como éste, de
espionaje generalizado por parte de un organismo dependiente del
Gobierno, no tiene precedentes en ningún Estado democrático. Los
trabajadores de la trama ilegal de escuchas del Cesid



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eran forzosamente conocidos y consentidos por el Presidente del
Gobierno, bajo el manto protector del secreto, como demuestra su
comportamiento anterior y posterior a la divulgación del
escándalo. Las graves responsabilidades políticas que se derivan
de todo ello no se agotan con las dimisiones del Director del
Cesid, del Ministro de Defensa o de usted mismo, señor Serra,
alcanzan de lleno al señor González, por más que intente
eludirlas con teorías conspirativas y negación de las evidencias
de su desgobierno. La convocatoria de elecciones ha dejado de ser
una legítima propuesta política para convertirse en una
apremiante necesidad democrática, y si ustedes, en 1982,
brindaron a los ciudadanos una pasada por la izquierda para
incorporar los valores del socialismo, hoy, en nombre del Partido
Popular, me parece imprescindible proponer a los españoles una
urgente pasada por la Constitución para recuperar los valores de
la justicia y de la libertad.

Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos en los bancos del
Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: Cracias, señor Alvarez-Cascos.

Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene
la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Señor Presidente, señorías, sean mis
primeras palabras, en nombre del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, para decir, señor
Serra, que hemos asistido a su intervención con sonrojo y
preocupacicn, porque no ha dicho nada nuevo y lo que ha dicho no
es creíble; lo han desmentido los hechos denunciados, los
reconocidos por el propio señor Manglano y la realidad, que en
esto es implacable, y es que el sistema de seguridad ha hecho
agua por todas partes.

Señor Serra, nos ha relatado en su intervención un expediente
administrativo y ha omitido las responsabilidades políticas que
el Gobierno tiene que asumir y más concretamente el Presidente
del Gobierno, señor González.

Pero es más: ha pretendido situar al Gobierno como un mero
espectador ante un tema del que es responsable político directo,
y para concluir su intervención ha entrado, señor Serra, en un
juego extremadamente peligroso, confundiendo lo que son las
críticas políticas al Gobierno con el ataque a las instituciones
democráticas, y eso, permítame que se lo diga, señor Serra, es
ciertamente irresponsable.

Por parte de nuestro Grupo también queremos manifestar que
estamos ante un escándalo más de los que con su política ha
originado el Gobierno del señor González. En nuestro país, en la
ciudadanía hay preocupación, hay alarma y están repercutiendo
estos escándalos desde un punto de vista político, ético y
económico.

Hoy Precisamente hablamos sobre las escuchas ilegales del Cesid,
sobre la violación, por un servicio del Estado, de nuestra
Constitución, pero es que hace sólo algún tiempo hablábamos
también del «Boletín Oficial del Estado», de la trama Austral, de
los GAL, de los fondos reservados, de Rubio, de Roldán, etcétera.

Los escándalos se suceden y el posterior siempre supera en
gravedad al anterior, y nadie puede negar que todos y cada uno de
ellos están afectando muy directamente al sistema democrático.

Lo que hoy nos trae aquí, señor Serra, no es un hecho aislado y
casual, sino un hecho muy grave, unido a una sucesión de
escándalos y producto de la política del PSOE. Hasta ahora todos
los casos, todos los escándalos tienen algo en común: la actitud
de huida, de no dar la cara, de no asumir reponsabilidades por
parte del señor González.

Señorías, para mi Grupo Parlamentario es, cuando menos,
lamentable y vergonzante que hoy, ante este Pleno del Parlamento,
no comparezca quien es responsable político directo de lo que
está ocurriendo, es decir, el señor don Felipe González Márquez,
al parecer Presidente del Gobierno, y es que nadie, ni las
Diputadas y Diputados en relación a esta Cámara ni el pueblo
español entienden que, ante un tema tan grave que ha generado en
la ciudadanía inquietud, que ha generado preocupación y que la ha
alarmado, hoy, aquí y ahora, en este debate, no esté
compareciendo el Presidente del Gobierno, y es que el señor don
Felipe González Márquez ha tratado a este Congreso de los
Diputados, lugar donde reside la soberanía popular, con total
desprecio.

La sociedad española debe saber que de ninguna de las maneras el
Presidente del Gobierno quería dar explicación en el Parlamento.

Si viene--y dudamos todavía que este hecho se produzca, y ya
veremos a ver, si viene, qué es lo que nos dice y qué es lo que
hace-- es porque todos los Grupos Parlamentarios, menos el Grupo
Socialista, le hemos obligado.

La ciudadanía debe también saber que el Felipe González de hoy no
es el de antaño; que hoy el Presidente del Gobierno es alguien
que, ante la adversidad, ante los problemas, se esconde; que no
tiene capacidad de reacción, y que falta a su obligación política
para con el Parlamento español.

Es más: deben conocer las ciudadanas y los ciudadanos que, además
de lo expuesto, el Presidente del Gobierno, el señor González, es
profundamente injusto e insolidario; injusto e insolidario para
con el país con su actitud y su política, perjudicándolo; también
es injusto e insolidario porque está dejando en evidencia a su
propio Partido; ya no escucha ni las voces de sus propios
compañeros; y porque, además de todo eso, envía aquí, a esta
Cámara, a debatir a un Vicepresidente del Gobierno que cuando
acabe el debate estará fuera del propio Gobierno; envía a debatir
a un político dimitido que no puede adquirir en nombre del
Gobierno ni un solo compromiso, un político al que usted, señor



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González, está pidiendo que haga para usted mismo el último acto
de servicio; un político, el señor Serra, sin credibilidad y que,
lamentablemente, se ha movido en las tinieblas, en la oscuridad,
con un alto grado, por cierto, de absentismo laboral.

Sencillamente, señor González, esto no sólo nos parece
insolidario, sino también esperpéntico, aunque, a lo mejor o, más
bien, a lo peor, después de hoy deja al señor Serra a su lado en
agradecimiento al servicio a usted prestado.

Porque esta situación que tenemos se produce cuando hablamos de
un centro de información de la Defensa, que es el órgano de
información del Presidente del Gobierno para el ejercicio de sus
funciones, de dirección política de la Defensa y de coordinación
de la acción del Gobierno en la defensa del Estado, es decir,
hablamos del Cesid, que depende directamente del Presidente del
Gobierno. De ahí, señor González, que su responsabilidad sea
clara e inequívoca.

Llegado este momento, podríamos preguntarnos: ¿qué ha ocurrido?
Pues algo muy grave y, qué duda cabe, preocupante, y es que un
servicio del Estado, dependiente del Presidente del Gobierno, que
pagamos los ciudadanos, en lugar de limitarse a cumplir con sus
funciones y sus obligaciones para con la defensa nacional, se ha
dedicado a expiar. El Cesid, y nadie lo puede negar, es obra del
Partido Socialista Obrero Español, de usted mismo, señor Serrra,
y lo debilita el Gobierno con su forma y con sus métodos. No nos
haga responsables a quienes no tenemos nada que ver en esto. Su
Director General, el señor Manglano, lo nombró este Gobierno, y
no nos digan, una vez más, como con Rubio y con Roldán, que
también se han equivocado, porque son demasiados errores ya. Es
un servicio para la defensa nacional, y lo que ha hecho es
escuchar conversaciones telefónicas privadas, interviniendo
teléfonos, conversaciones no casuales, y usted lo sabe bien,
señor Serra, sino buscadas a propósito, a conciencia; además de
escuchar, han gravado las conversaciones y, encima, para concluir
la obra, las han archivado. Ha habido, pues, tres actos: el de la
escucha, el de la grabación y el del archivo. Y todo esto durante
años y con dinero de los contribuyentes. Y no se sabe, incluso,
si con el objetivo de presionar, de chantajear, de coaccionar
políticamente a personas, a institucianes o a partidos.

Alguien debió ordenar la operación y alguien la debió montar.

Dicha operación ha estado funcionando y cuesta mucho trabajo
creer, por no decir que es imposible de hacerlo, que de todo ello
no sabía nada el Gobierno. Diez años, señorías, realizando el
Cesid una actividad ilegal, y el Gobierno dice ahora que sin
saberlo. Miren ustedes, si me creyera esta hipótesis, que,
insisto, no me la creo, habría que pensar hasta dónde llega la
irresponsabilidad y la ineptitud para que en un Estado social,
democrático y de Derecho como el nuestro, un organismo militar
funcione al menos durante diez años sin control político, porque
no ha tenido control parlamentario, ya que el Grupo Parlamentario
Socialista se ha negado reiteradamente en esta Cámara a
aceptarlo, a propuesta del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya. Si establecemos el supuesto de que conocían--
porque comprendo, señor González, que nos parezca deplorable el
que diga que del espionaje del Cesid se ha enterado por los
medios de comunicación--hay que concluir que si conocían son
ustedes copartícipes, corresponsables y cómplices con la
violación de la Constitución, con la violación de la intimidad
personal y con poner en peligro la seguridad del Estado. Una
hipótesis u otra nos lleva a la conclusión de lo irresponsable
que para con el país y su ciudadanía ha sido el Presidente del
Gobierno, capaz de poner en peligro la seguridad de todos.

Hay una realidad evidente en todo esto, y es que el Gobierno del
PSOE no ha desmontado las estructuras de la seguridad del pasado,
y que lo nuevo que montaron, como fue el Cesid, lo hicieron con
los mismos modos, métodos y costumbres de antaño. No han
democratizado la seguridad, ni la han sabido, como valor,
preservar, ni controlar, a pesar, como decía con anterioridad, de
que Grupos parlamentarios como el mío, Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, lo hemos propuesto en esta Cámara hasta la
saciedad.

En este gravísimo problema hay una responsabilidad del Gobierno y
del Presidente del Gobierno, por acción o por omisión. Y les
digo, señoras y señores Diputados, que mi Grupo no va a caer en
la trampa de convertir el caso Cesid en el «caso Perote», el caso
de las escuchar ilegales en el caso de la conspiración contra el
Estado, del contubernio, sino que el caso que hoy nos trae aquí y
que vamos a debatir es la violación de los derechos
fundamentales, ordenada, permitida, por acción u omisión, por el
Presidente del Gobierno español. Es el aspecto político el que
debemos sustanciar en este Parlamento, sin menoscabo de las
responsabilidades jurídicas que se puedan derivar de otras
actuaciones.

Han hablado ustedes de conspiración democrática, cuando, a lo
mejor, era mucho más correcto hablar de ajuste de cuentas, en la
que la peor parte se la lleva el pueblo español. Pero es que las
personas que, según ustedes, están detrás de esta operación han
sido designados en unos casos por ustedes mismos; ahí está el
señor Perote, que después de dejar el Cesid, le hicieron jefe de
seguridad de Repsol; sin duda, le otorgaron un premio. Además,
algunos de ellos han sido amparados por el propio Gobierno
socialista, han sido protegidos desde el poder, incluso se han
hecho conocidos en la etapa del «felipismo», y es que,
lógicamente, hay que plantear, cuando se dice que existe una
conspiración, datos, no sólo excusas, que es lo que nos ha dado
el señor Guerra... (Rumores.--Risas.), argumentos y datos
fehacientes que demuestren cualquier teoría que nos ha tratado de
explicar y que no lo ha conseguido. Además, si hubieran dado
lugar a que existiera esa conspiración, es



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que también ustedes son responsables de esos acontecimientos.

Porque si no hubiera habido escuchas, si no hubiera habido
grabación y si no hubiera habido archivo no podía haber habido
filtración ni podía haber habido utilización en cuanto a
documentos que afectan a la seguridad del Estado. Por tanto, es
su responsabilidad, la responsabilidad del Gobierno y, en
concreto, del Presidente del Gobierno, de quién dependía
directamente el servicio del que estamos hablando.

Ante esta situación, a nosotros nos gustaría que respondiera a
algunas preguntas, señor Serra. Ha dicho que el Gobierno ni
conoció, ni ordenó ni mandó las escuchas, pero ¿y personas
individuales de las que conforman el Gobierno, conocían,
ordenaron o mandaron? Porque usted nos habla de un ente abstracto
y aquí hay personas individuales responsables de este tema. Lo
que aquí ha explicado a este Parlamento, señor Serra, ¿es lo que
le ha contado un Director General del Cesid dimitido, el señor
Manglano? ¿Desde cuándo no ha despachado usted con el Director
General del Cesid, con el señor Manglano? Y el Presidente del
Gobierno, ¿cuándo fue la última vez que despachó con el señor
Manglano? ¿Con qué frecuencia se hacían estos despachos? ¿Los
conocía acaso usted, señor Serra, para venir a dar la explicación
hoy ante este Parlamento español? ¿Por qué dirige la
investigación el señor Manglano, una persona a la que ustedes ya
han aceptado la dimisión y que, además, es también acusado? ¿Nos
pueden explicar esta cuestión, que es, lógicamente,
contradictoria con toda la situación que está concurriendo?



El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, le ruego que concluya.




La señora AGUILAR RIVERO: VOY concluyendo, señor Presidente.

En este sentido, lo que el Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya realmente plantea es que
en lo político y en lo jurídico se debe, inexorablemente, llegar
hasta el final y que hay que dejar trabajar con independencia y
con libertad a la Administración de justicia. Esperamos que ésta
no sea una ocasión más a las que nos tienen acostumbrados para
que empiecen a arremeter injustificadamente contra esa
Administración de justicia, que tiene que actuar desde una total
independencia y con una absoluta libertad.

Pero es más: es que nosotros consideramos que, pensando en el
interés general del país, de nuestro pueblo, aquí y ahora, se
deben depurar responsabilidades políticas y no hay más que un
camino para ello: que el responsable político directo de todo
esto dimita. Es decir, que, de una vez por todas, en el señor
González no prevalezca el yo sobre todas las cosas y piense que
ya está bien, que no tiene ningún derecho a poner a este país en
entredicho en Europa. Somos un espectáculo a los ojos de Europa y
usted lo sabe muy bien: sin fuerza política, moral y ética, a
toda costa quiere presidir la Unión Europea. Esa es la realidad,
a la que con su política está dando lugar en el ámbito de la
Unión Europea.

Pero es más, señor González. No tiene derecho, con su política y
su forma de hacerla, a menoscabar el sistema democrático que nos
hemos dado. No tiene derecho a poner en peligro, con su
actuación, la seguridad del Estado. No tiene derecho a sembrar
cada día el desconcierto, el desánimo, la inquietud, la
indignación y la alarma entre las ciudadanas y los ciudadanos.

Que no se responde ante un fallo generalizado de los servicios
claves del Estado--Boletín Oficial del Estado, Guardia Civil,
Bando de España; ahora, Cesid--remodelando el Gobierno, eludiendo
la responsabilidad propia y haciéndola recaer en los demás; que
no se responde así a una situación tan grave como esta.

Llegado este momento, ante la gravedad de la situación, mi Grupo
Parlamentario --y en esto bien sabe el Presidente que no estamos
solos-- le solicita solemnemente que haga un ejercicio de
responsabilidad y se vaya. No tiene ya autoridad moral para
aceptar la salida del Gobierno del señor Serra y del señor García
Vargas si con ellos no se va usted también, señor Presidente del
Gobierno.

Señor González, dimita. Hágalo por el bien de este país. Se lo
debe a un pueblo que tanta confianza depositó en Felipe González.

Usted, por los votos que un día le dio, le ha devuelto escándalo,
decepción, inseguridad y un país vigilado, un país espiado por un
servicio, el Cesid, del que usted es directamente responsable.

Señor González, ha llegado el momento. Por favor, por el bien de
nuestro país, ¡váyase!
Nada más y muchas gracias, señor Presidente. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Aguilar.

Por el Grupo Catalán (Convergencia i Unió), tiene la palabra el
señor López de Lerma.




El señor LOPEZ DE LERMA I LOPEZ: Señor Presidente, señoras y
señores Diputados, al hilo de los acontecimientos sucedidos en
estos últimos días y, lógicamente, también al hilo de la
intervención del señor Vicepresidente del Gobierno, me dispongo a
desarrollar, en nombre de nuestro Grupo Parlamentario, el Grupo
Parlamentario Catalán (Convergencia i Unió), una serie de
consideraciones que van a servir para dar a conocer nuestro
posicionamiento político respecto de las escuchas realizadas
desde el Centro Superior de Información de la Defensa, es decir,
del Cesid.

La primera de las reflexiones, señorías, es la siguiente. Estamos
ante un hecho muy grave y de consecuencias difíciles de calibrar,
porque tenemos la sensación de que no todo está dicho o escrito
ni tan sólo hecho o realizado, posiblemente ni conocido o
presumido, pero,



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en todo caso, repleto de incuestionable gravedad, por la especial
naturaleza de lo que aquí se trata. Ante ello, la postura de
nuestro Grupo Parlamentario, no va a plantear equívoco alguno.

Nosotros reprobamos, señor Vicepresidente del Gobierno, que un
organismo del Estado o persona a él adscrito haya espiado
casualmente, dice usted, a numerosísimas personas, a ciudadanos
de este país; que se haya hecho sin justificación válida, con
auténtico abuso de poder, violando derechos individuales que
aparecen como fundamentales en nuestra Constitución; que además
se hayan conservado las cintas producto de este espionaje,
querido o no, pero espionaje a fin de cuentas, y de esa
vulneración de derechos y libertades sin que se sepa a ciencia
cierta el porqué de ello y que, para colmo y para sonrojo de
ustedes, Gobierno, y de todos nosotros, señorías, de todos
nosotros, ese mismo organismo no haya sido capaz de evitar la
sustracción, el mercadeo, parece, y, finalmente, la difusión de
este material.

Nuestro Grupo Parlamentario, señorías, condena todos estos
hechos. Le causa repugnancia lo acaecido, le produce perplejidad
el desgobierno en que ustedes han caído; le preocupa
profundamente el desafío al sistema democrático que presuntamente
envuelve al asunto, según se nos dice esta tarde, y, finalmente,
le produce asombro la resistencia de ustedes, Gobierno, a aceptar
las responsabilidades políticas que, sin duda alguna, se derivan
de todo ello. Hasta en esto son tremendamente ineficaces. Porque
filtrar, decir o dar a conocer que se han presentado dimisiones,
no es inteligente. Lo inteligente es publicarlas en el «Boletín
Oficial del Estado» antes de que se produzca esta comparecencia
(Rumores.), lo inteligente y lo adecuado, si me permiten, lo
pertinente en democracia.

Reitero, por tanto, a SS. SS. nuestro posicionamiento. Condenamos
el hecho, reprobamos a sus responsables, censuramos la falta de
reflejos del Ejecutivo y subrayamos que nos hallamos ante una
nueva crisis de credibilidad del Gobierno, que sólo estupor puede
transmitir al ciudadano; estupor e inquietud a la sociedad y, por
supuesto, a este Grupo Parlamentario. También resalto a este
Grupo Parlamentario. Porque, en democracia, un Gobierno está para
ejercer el poder con dignidad y honestidad; obviamente, también
con acierto, que es lo que demandamos todos, pero nunca para
acabar siendo víctima de ese mismo poder, porque la legalidad no
ha acompañado su uso o porque, simplemente, no se ha habido o no
se ha querido hacer un uso justo y apropiado de ese poder.

El otro día, el señor Ministro de la Presidencia, Pérez
Rubalcaba, decía que usted, señor Presidente del Gobierno, es
poco partidario de tomar decisiones precipitadas. Nosotros lo
podemos entender, lo entendemos en función de la gravedad de los
hechos, pero no podemos aceptar el antónimo correspondiente, que
es exactamente la palabra «sosegado», cuando este antónimo puede
equivaler a difuminar hasta diluir en el tiempo las
correspondientes responsabilidades políticas, porque haberlas,
las hay, y éstas también,son sinónimo de buen ejercicio de la
democracia.

Havel tiene escrito que la tragedia del hombre moderno no radica
en el hecho de que desconoce cada vez más el sentido de la vida,
sino que eso le importa cada vez menos. Pues bien, parafraseando
al Presidente checo, no nos gustaría saber que el ejercicio del
poder Ejecutivo llevase a olvidar el sentido de la
responsabilidad propia de quien, en nombre de la voluntad
democrática, lo ejerce--debería ejercerlo--en beneficio de todos
y no para un uso personal. Volviendo a Havel, estando en el poder
uno debería sospechar de sí mismo permanentemente.

Segunda reflexión, señorías. Podemos aceptar (y es lo que nos
sugiere el señor Vicepresidente del Gobierno esta tarde) que el
Gobierno no ha ordenado jamás la grabación de conversaciones, no
ha conocido su existencia y nunca ha utilizado su contenido;
podemos aceptarlo, claro que sí, pero el problema es que pocos se
lo van a creer, señor Vicepresidente del Gobierno. La
incredulidad domina el horizonte y la desconfianza aparece; a
pesar nuestro, aparece como absoluta. Pero vamos a suponer que es
verdad, que ustedes se han enterado por los periódicos, que nada
sabían y que, por consiguiente, no son sujetos activos de este
escándalo. Si esto es así (que es mucho suponer y posiblemente
inmerecido el margen de buena fe que se les otorga) lo cierto y
probado es que desde el Cesid, por decisión de su mando o por
decisión individual de alguien con capacidad real de llevarlo a
cabo, desde el Cesid--digo-- se grababan conversaciones y se
almacenaban. Esto es ilegal, señor Vicepresidente del Gobierno.

Lo era entonces, a pesar de la chusca nota de prensa difundida el
pasado día 12 por el Ministerio de Defensa, y lo sigue siendo
hoy, porque no todo aquello que penalmente no está sancionado
está permitido legalmente, ni todo aquello que una laguna legal
circunstancial puede presuntamente amparar es éticamente
aceptable. Será cierto que en aquel entonces había déficit de
regulación normativa referida al espacio radioeléctrico, pero es
igualmente cierto que desde 1978, afortunadamente para todos
nosotros, para el conjunto de este país, existe una Constitución
que garantiza el derecho a la intimidad personal y el secreto de
las comunicaciones, especialmente las referidas a las
telefónicas, y que desde 1984 el Código Penal tipifica como
delito la interceptación de las comunicaciones telefónicas o la
utilización de instrumentos de escucha, transmisión o
reproducción del sonido con el fin de poner al descubierto la
intimidad de los ciudadanos sin su consentimiento o del
correspondiente juez.

Con autorización o sin ella, señor Vicepresidente, estamos ante
una aterradora vulneración de derechos realizada desde un
organismo del Estado, cuya responsabilidad



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les alcanza plenamente como Gobierno. Si se hizo por encargo,
mal, muy mal; si se hizo por inspiración propia, peor, porque al
indudable delito cometido debe sumársele el error de la tutela
política efectiva de ese organismo, que nació--no lo olvidemos,
ya se ha dicho desde esta misma tribuna--para defendernos desde
la legalidad y no para intimidarnos desde la ilegalidad. Decir
que se desconocía esta actividad del Cesid puede ser verdad,
señor Vicepresidente, pero en todo caso no es menos cierto que
esa supuesta ignorancia no hace otra cosa que poner al
descubierto la incompetencia e ineptitud gubernamental en la
dirección y control de un organismo nacido para proteger al
Estado y nunca para convertirse en instrumento de inseguridad
para ese mismo Estado. La paradoja, señorías, es brutal, y del
consiguiente escándalo sólo ustedes, Gobierno, son responsables,
nadie más.

Tercera consideración. ¿Es suficiente, señor Serra, la
información que nos ha facilitado? Si se responde que sí, que
efectivamente es suficiente, es tanto como suponer que usted lo
ha explicado todo y nada se guarda. Si se responde que no, que no
es suficiente, es tanto como decir que nosotros sabemos más, cosa
absolutamente inverosímil, y que usted esconde información al
Parlamento y a la opinión pública, supuesto siempre condenable
que no le atribuyo.

La cuestión no es ésta, señorías; el problema hoy es otro. La
incógnita es saber si el ciudadano se cree todo esto o, por el
contrario, desconfía de ustedes, de su gestión política, de la
veracidad de sus palabras y de la aparente contundencia de la
información suministrada esta misma tarde. El asunto no es si
este Congreso de los Diputados les cree. La contrariedad radica
en que apenas transmiten seguridad en lo que hacen ni en lo que
dicen. Esta es una gran dificultad: la credibilidad. ¿Se creen
los ciudadanos que las grabaciones realizadas son fruto del azar,
como aquí se sugiere o se dice? ¿Se creen los ciudadanos que en
una casa de espias nadie espía al espía? ¿Se creen los ciudadanos
que un organismo al servicio de la seguridad del Estado está al
margen del control de quienes gobiernan ese Estado? No lo sé,
señor Serra, pero a nosotros nos parece que no, al menos, si me
permiten, lo cuestionamos abiertamente, y esto es muy grave,
porque demuestra una profunda crisis de credibilidad del
Gobierno; les falta solvencia. Repito que la cuestión no es
creerles o no creerles, aceptar como suficiente o insuficiente la
información facilitada por el señor Vicepresidente. El problema
es otro, el descrédito y la suspicacia, el recelo y el
escepticismo, la sospecha y la incredibilidad, y así no podemos
seguir porque su manifiesta insolvencia y su progresiva falta de
crédito no hacen otra cosa que dañar a la mismísima democracia.

Ciertamente mienten quienes afirman que la política es
consustancialmente sucia, pero aciertan plenamente quienes exigen
a los políticos sentimiento moral,



capacidad de autoreflexión crítica y sentido de la
responsabilidad. Por ello, decimos que no se trata tanto de
calificar como suficiente o insuficiente la explicación ofrecida
como de observar con preocupación el declive de autoridad moral
del Gobierno ante el ciudadano.

Cuarta consideración. Considerar banal o irrelevante la teoría de
la conspiración no es apropiado en función de lo conocido o
supuesto o de lo que aquí se ha dicho, sugerido e incluso
afirmado esta misma tarde, pero pretender que ése sea el aspecto
principal del asunto supondría inaceptable ingenuidad política.

Vamos a ver, señorías, ¿Para qué está el Cesid? Pues, según la
vigente normativa, la cual ya se ha citado, está para ser útil al
Gobierno en la defensa del Estado y de sus instituciones. ¿Es
verosímil la hipótesis de que alguien pueda estar traficando con
la estabilidad del sistema al amparo de la debilidad del
Gobierno, como aquí se ha planteado esta tarde abiertamente?
Parece que sí, pero ello, señor Vicepresidente, no les exculpa de
responsabilidad, sino todo lo contrario, la incrementa.

Sería en base a sus propios errores, a la comisión de delitos
como la vulneración de la intimidad de numerosos ciudadanos; y
nos alegra saber, señor Serra, que éste no es el caso de Su
Majestad el Rey. Se lo digo de otra manera, el país necesita
creerle, al menor en esto. Sería en base a todo esto que ustedes
habrían producido, habrían hecho posible esa supuesta
conspiración. Si el complot existe, es suyo, quiero decir
provocado por su incompetencia en la tutela efectiva del Cesid.

Si existe, las primeras víctimas de ese supuesto chantaje son
ustedes mismos, lo están comprobando ya, porque también sirve
para agravar el deterioro de su autoridad, que la necesitamos,
que el país la necesita. (Un señor diputado del Grupo Popular:
¡No!) Sí, la necesita. Y si existe, sólo a ustedes les compete
neutralizarla, porque no están en el Gobierno para introducir
factores de desestabilización sino precisamente para evitarlos.

Por tanto, señor Vicepresidente, la teoría de la conspiración no
les protege; en todo caso, les desnuda todavía más ante una
opinión pública perpleja y desconcertada ante lo que va
conociendo. Una opinión pública que debe pensar que si existe
chantaje debe explicarse quién está detrás, por qué y para qué.

Con sólo apuntar la tesis, el supuesto, no basta. Es preciso
avalarla con hechos, con pruebas y llevarlo al juzgado. En todo
caso quede bien nítido nuestro posicionamiento, señor Serra,
quede muy nítido. Nosotros, el Grupo Parlamentario Catalán
(Convergencia i Unió) estamos a favor del fortalecimiento de la
democracia, y nunca apostaremos por su debilitamiento. En esa
trinchera estuvimos antes, estamos hoy y estaremos siempre.




El señor PRESIDENTE: Señor Lopez de Lerma, le ruego concluya.




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El señor LOPEZ DE LERMA I LOPEZ: Voy concluyendo, señor
Presidente.

Finalmente, señor Serra, señor Presidente del Gobierno, señores
ministros, la democracia está pagando un muy alto precio por su
pasividad. Es cierto que un cambio de ministros en el Gobierno no
garantiza la superación de la crisis política suscitada por este
asunto, ni tampoco paraliza la posibilidad de conocer de otros
temas igualmente comprometedores, pero no hay solución que no
pase por asumir responsabilidades políticas. Serenamente, claro
que sí, serenamente, pero aceptando y llevando a la práctica,
repito, responsabilidades políticas por un hecho de la magnitud y
de la gravedad del que comentamos. Asumir la pertinente
responsabilidad política no significa reconocer responsabilidad
penal--a veces esto se confunde malignamente--, pero sí
coherencia respecto de una cierta manera de entender y servir a
la democracia; coherencia respecto de valores, por ejemplo,
aquellos que este escándalo ha evidenciado que no eran tenidos en
cuenta. Es cierto, señor Presidente, es cierto que si no hay
ceses o dimisiones, se le acusará de impasibilidad, y es
igualmente cierto, ya se ha dicho aquí esta misma tarde, señor
Presidente del Gobierno, que si se producen, se dirá que arroja
lastre para seguir al frente del Ejecutivo. Pero algo habrá que
hacer, señor Presidente del Gobierno. A ustedes les corresponde
dilucidarlo, administrarlo en la forma y en el tiempo. A nosotros
nos corresponde hoy, lamentablemente, decir que a ustedes y a
usted le corresponde asumir las responsabilidades políticas que
se derivan de todo este embrollo, porque, a fin de cuentas, por
activa o por pasiva, ustedes son sus creadores y, naturalmente,
están siendo sus víctimas.

Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor López de Lerma.

Por el Grupo Vasco (PNV) tiene la palabra el señor Anasagasti.

(Rumores.) Señorías, ruego guarden silencio. (Pausa.)
Cuando quiera, señor Anasagasti.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor Presidente, señorías, a nadie
se le oculta que estamos viviendo una situación de extrema
gravedad en lo que necesidad de credibilidad política tienen las
instituciones. Todo empieza a estar bajo sospecha, ya todo es
posible, y eso es en realidad lo que está ocurriendo.

El problema de fondo es que llueve tanto sobre mojado que,
tratando de ser objetivos, generosos, comprensivos y crédulos,
cuesta tanto que invalida muchas veces una construida
argumentación.

Pero nosotros, que seremos uno de los grupos parlamentarios que
pueden acercarse a esta situación con cierta distancia y con
menos apriorismos, y que no tenemos la obligación impuesta por la
dinámica política de dramatizar los hechos, tenemos la suficiente
libertad de criterio para argumentar las cosas, no en clave
apocalíptica sino en análisis de honda preocupación, sobre lo que
son los servicios de información, que es, a nuestro juicio, la
realidad y el meollo del asunto, sin olvidarnos de las
responsabilidades políticas que la situación creada merece.

Su intervención esta tarde, señor Vicepresidente, como la del
jueves de la semana pasada, se puede creer o no creer. Nosotros
no tenemos elementos de contraste para rechazarla o para
aceptarla, salvo la crítica general a unos servicios de
información puestos en algunas manos desaprensivas durante tanto
tiempo y sin que el Gobierno, según su argumentación, controlara
nada esta situación. Pero sí tenemos motivos de crítica por no
haber hecho una reunión de secretos oficiales, una denuncia
pública o algún tipo de acción hace tres meses, en el momento que
conocen ustedes por la prensa que el Presidente Suárez y el
Vicepresidente Gutiérrez Mellado fueron grabados y esa noticia
salió publicada.

Ustedes no trataron en serio este asunto con los grupos
parlamentarios, con la Justicia, con la opinión pública, con el
propio Cesid. Ahí está resumida la absoluta falta de reflejos del
Ejecutivo, ocurrido tan sólo hace tres meses: no pasar al
contraataque para cargarse de razón. Hoy, quizás, es demasiado
tarde. Identificado el problema, el Gobierno no hizo
aparentemente nada. Es más, ahora se habla de modificar el Código
Penal para tipificar este tipo de delito. Pues bien, el Congreso
en ese momento discutía en Ponencia la modificación del Código
Penal y este apartado no estaba ni tan siquiera contemplado para
su cambio. Es decir, ustedes no pusieron los medios adecuados
para hacer frente a una situación que irremediablemente se les
venía encima. Sólo esperar acontecimientos, algo, por lo demás,
muy típico en los últimos años, que deja demasiadas veces pudrir
las situaciones en lugar de salirles al encuentro por falta de
una real política de Gobierno.

Pero, a nuestro juicio, el grave error también es otro. Es el de
no haber actuado a tiempo para haber modernizado unos servicios
de inteligencia que ponen muy en cuestión la actuación de los
mismos y su verdadera finalidad. Lógicamente, entendemos que la
obtención de información ha de ser confidencial, ha de ser
secreta y ha de ser continua porque son muchos los peligros que
acechan a una sociedad democrática; pero nos parece inadmisible
que en 1995 estos servicios de información estén en manos de la
defensa militar. Se nos podrá decir que dependen del Ejecutivo y
que ya llega al 50 por ciento su personal civil, pero también
ahora mismo se habla de un militar para sustituir al General
Manglano en lugar de un civil, como tendría que ser a nuestro
juicio y estamos asistiendo también a la instrucción del caso por
un juez militar en lugar de ser



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llevado por la jurisdicción civil. No es de recibo que toda la
información exterior e interior, en un país democrático europeo,
en sus grandes líneas esté en manos de la defensa militar, que le
cuenta al poder civil lo que ellos quieren y hacen lo que les
parece. Por eso nosotros decimos que ya es hora de que termine la
transición y que este servicio se modifique de arriba a abajo. De
eso acusamos nosotros, no a Narcís Serra en particular sino al
Gobierno socialista en general. Haber sido demasiado
condescendientes con la estructura anterior, a la que no llegó
plenamente la democracia; una estructura sin control del poder
civil. El excesivo permisivismo con estructuras del pasado y no
haber dado a su debido tiempo el corte que su mayoría
parlamentaria les permitía ha hecho que ahora paguen ustedes el
error de la excesiva tolerancia con algo inadmisible a la hora de
permitir ciertas conductas y, sobre todo, a la hora de disminuir
el Parlamento como órgano de control legitimado por el voto
popular.

En sus años de mayoría absoluta el Partido Socialista podía haber
contado con un aliado valiosísimo: el propio Parlamento. Pero
ustedes, señor Vicepresidente, huyeron del control político, de
las comisiones de investigación, de dar cuentas, y esa aparente
patente de corso para todo hizo que conductas como las de Rubio,
Roldán, ahora el Cesid, y tantas prácticas diarias incorrectas,
se dieran ante el manto protector de un Ejecutivo que las iba a
parar sin más porque la razón nunca podía estar en la denuncia de
la oposición democrática, sino en los designados y en esa mayoría
absoluta que era democrática, pero que no permitía cabalmente el
control. Esa es la verdadera responsabilidad política, a nuestro
juicio.

Desaprovechar durante estos trece años la oportunidad de haber
unificado esos dispersos y, en demasiadas ocasiones, enfrentados
servicios de información. Ustedes no quisieron dar el paso de
quitar a estos servicios su carácter militar, como ocurre en
otros países, y usted no quiso compartir estos análisis más que
con muy pocos, y de esos polvos han venido estos lodos.

Hoy, señor Vicepresidente, usted nos invita a visitar de nuevo el
Cesid. Hace dos años la Comisión de Defensa visitó el Cesid y no
se nos enseñó ese famoso cuartel de las escuchas. Ahora,
aparentemente, se puede enseñar cualquier cuarto oscuro. Ese es
el verdadero error político cometido en estos años.

Para finalizar le diré que nosotros, como grupo parlamentario,
sabemos que el Cesid sigue de cerca todo lo vasco. Tenemos la
intuición, aunque todavía no haya salido nada, que no sólo se ha
actuado en el caso del terrorismo, sino de los propios partidos
democráticos, porque todo vale en esa concepción de lucha contra
todo proceso interno, durante estos años.

Dentro de poco vamos a ir viendo aparecer informaciones sobre el
Cesid y la lucha antiterrorista; el cuartel de la Guardia Civil
de Inchaurrondo, donde funciona el Cesid; las escuchas a
políticos porque, curiosamente, como en el caso de Roldán, del
GAL, del 23 de febrero, lo vasco siempre está presente como gran
telón de fondo porque nunca ha sido abordado de manera
inteligente, y esa lucha mal planteada y peor ejecutada es como
un cáncer que está acabando con todo.

Hoy mismo es noticia que quien fuera Comisario Jefe Superior de
Policía de Bilbao, Miguel Planchuelo, aseguró al juez que las
claves para desentrañar el atentado del Monbar, obra del GAL,
debe buscarlas en el ámbito de la Guardia Civil y del Cesid. Como
se ve, la historia no ha hecho más que empezar.

Ahora también algunas personalidades políticas desde fuera nos of
recen fórmulas de control del Cesid. Se dice que la Cámara
delegue sus funciones en una comisión o consejo integrado por
antiguos altos cargos de la Administración de Justicia o de la
Administración civil. Nosotros nos revelamos ante un nuevo
planteamiento corporativo.

Los errores de bulto que se han ido cometiendo han sido
realizados por tratar de evitar siempre el control político del
Parlamento en una democracia joven, que veía existían demasiados
cuartos oscuros, demasiadas tramas, demasiados impedimentos para
su actuación y que, de haber funcionado de manera cabal, el
principal beneficiario hubiese sido el propio Partido Socialista,
al que este Congreso hubiera señalado y puesto en evidencia a
tiempo errores de funcionamiento, comportamientos corruptos y
vicios de un pasado que todavía continúan ahí, en sus malos usos,
como gran herencia.

Ha hecho falta que el Partido Socialista perdiera la mayoría
absoluta para que esta Cámara empiece a recuperar parte de un
protagonismo que nunca debió perder en su capacidad de control.

Ahí están las verdaderas responsabilidades políticas, que no las
paga nunca la Administración, sino el partido que sustenta al
Gobierno, por no dejar ese Gobierno que su partido tenga nada que
decir en muchos asuntos como el que ahora nos está ocupando.

Finalizo, señor Presidente. El Gobierno, además de aclarar el
actual y grave escándalo, ha de presentar, a nuestro juicio en
breve, un nuevo modelo de funcionamiento del Cesid, nunca
controlado por la defensa militar. Y que no se nos hable de
patriotismo de algunos cuando estamos constatando el patriotismo
y el honor de quienes juran unos principios y luego trafican con
ellos y cobran por información. Y no generalizo, sino señalo con
el dedo a quienes hoy están encausados.

Asimismo, el Gobierno tiene que coger un nuevo impulso, si quiere
hacer frente a la presidencia de la Unión Europea durante este
semestre de una manera mínimamente solvente, porque si no
reacciona, si deja pudrirse aún más la situación, no sólo saldrá
perjudicado él, sino toda la ciudadanía, e incluso el propio
sistema.




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Que quede clara la idea de que parte de la situación que ustedes
están viviendo es responsabilidad de no haber cortado amarras de
cuajo en algunos estamentos que estaban ocupados por gentes del
pasado y con los que ustedes fueron demasiado condescendientes.

Ahora ellos se cobran su venganza. Ustedes han tenido trece años
para haberles puesto en su sitio. La voluntad popular les dio ese
encargo. Ahí está, a nuestro juicio, la verdadera responsabilidad
política. Quizás no tanto la acción, aunque también, sino
fundamentalmente la gran omisión política.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Anasagasti .

Por el Grupo de Coalición Canaria tiene la palabra el señor
Olarte.




El señor OLARTE CULLEN: Señor Presidente, señorías, estoy seguro
de que tanto el portavoz del Grupo Vasco, que me ha precedido en
el uso de la palabra, como quien en nombre de Coalición Canaria
se encuentra ahora en el uso de la misma, nos sentiremos en
cierta manera aliviados al suponer que el señor Presidente del
Gobierno a través del «Diario de Sesiones» podrá conocer cuanto
hemos expresado aquí al respecto, ya que no contamos en ningún
caso con el honor de su presencia; una presencia que nos habría
servido, por lo menos, para que en este mismo acto conociera
nuestro disgusto ante el hecho de no haber comparecido hoy, en
nombre del Gobierno, para haber expresado su posición en este
tema tan ingrato en el que hemos estado empeñados unos y otros en
un debate de la máxima importancia.

Desde el primer momento Coalición Canaria ha expresado sin éxito
su deseo de que fuese el señor González quien compareciera hoy
aquí, sin haber vetado, ni mucho menos, el hecho de que el señor
Vicepresidente dimisionario lo hiciera en esta sesión.El señor
González, el 11 de mayo de 1994, a petición de Coalición Canaria,
de Izquierda Unida y del Grupo Mixto compareció ante esta misma
Cámara para expresar cuál era su parecer con relación al estado
de cosas y a la situación de alarma que vivía el país derivada de
la ausencia del mismo del señor Roldán. Aquí compareció entonces
el señor González y hoy, en un hecho que sin duda rebasa incluso
la importancia de aquél, no se ha dignado comparecer. (El señor
Presidente del Gobierno entra en el salón de sesiones.)
Ya tenemos aquí al señor Presidente, de lo cual me alegro, para
decirle que no ha llovido a gusto de todos, ni siquiera en el
propio Grupo Parlamentario Socialista, porque es evidente que con
determinadas excepciones se ha alzado una voz protagonizada por
personalidades importantes dentro de su partido que exigían, que
solicitaban su presencia en esta Cámara.

Tenemos que recordar que ya en 1990 un semanario español, creo
que «Tiempo», si no me es infiel la memoria, denunció que el
Cesid practicaba escuchas de la más variada índole en una
actividad que precisamente por la índole privada de las escuchas
a todos nos parecía reprobable. Señor Vicepresidente, ¿no se
consideró entonces necesario investigar los hechos denunciados?
¿Por qué razón? ¿Dio alguna explicación el General Manglano ante
tan grave acusación? ¿Qué le dijo entonces el general? ¿Le mintió
a don Felipe? ¿Le mintió a usted? ¿Mintió al Ministro de Defensa?
¿Por el contrario dijo la verdad, dijo que eran una realidad
tales escuchas? En tal caso, ¿por qué no se actuó en
consecuencia?
Hace muy pocos meses también se supo que el Cesid había grabado
fraudulentamente nada menos que a quien entonces era Presidente
del Gobierno español, en unión del Teniente General Gutiérrez
Mellado, sujeto pasivo también de tal grabación. Y se dijo, se
expresó, se aseguraba que se habían conservado dichas
grabaciones. Nosotros desde esta tribuna preguntamos: ¿por qué
tampoco se consideró necesario entonces practicar la
investigación correspondiente? A todo esto y a todo aquello, ¿qué
dijo el General Manglano? ¿Qué había que hacer con Manglano?
¿Simplemente prolongarle años y años--más de una docena--al
frente del Cesid?
Tras haber escuchado con paciencia bíblica y la máxima atención
al Vicepresidente dimisionario en su hora y media de
intervención, vaya por delante que no nos alegramos en absoluto
de su situación actual ni es nuestra costumbre actuar con cierto
sadismo haciendo leña del árbol ya caído. Todos hemos sido
testigos de una de las intervenciones posiblemente más patéticas
que han tenido lugar en esta Cámara. Hemos escuchado
argumentaciones un tanto deshilvanadas de un Vicepresidente del
Gobierno que «de facto» ya no lo es, que no comparece aquí
investido de la menor autoridad que como tal debiera tener y a
quien el Presidente le ha dado una breve prórroga. La ha
argumentado hace unas horas tan sólo en base a que se debe
proseguir en la investigación y clarificación de hechos
denunciados, cuando la opinión pública ve en el investigador--en
el mejor de los casos--si no a un encubridor, a alguien que no
clarifica, sino que oscurece. Esto es lo que ve la opinión
pública en usted, señor Vicepresidente. Y lamento tener que
decirlo con esta contundencia y claridad. Otros, acaso con más
rigor, interpretan que tal prórroga sólo constituye un burdo
mecanismo en virtud del cual pueda bajar la marea del escándalo,
de suerte que tras la tempestad pueda venir la mar llana, pueda
venir la calma, al producirse el sacrificio del Vicepresidente
para que termine precisamente ahí la demanda de superiores
responsabilidades.

Cualificados dirigentes de su Partido y del Grupo Socialista, han
exigido, abierta y contundentemente, el cese



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del señor Serra en las funciones que, a disgusto de casi todos,
ha venido ejerciendo. ¿Cómo es que los restantes grupos
parlamentarios no se van a incorporar en el día de hoy, de
consumo, por unanimidad, sin habérselo propuesto «a priori», a
demandas que cualificados miembros del Grupo Socialista y de su
Partido, dirigentes del mismo, han manifestado?
Porque, señorías, ¡qué difícil resulta dar credibilidad o
prestar un mínimo de confianza por parte de esta Cámara a quien,
como el señor Vicepresidente, en el mejor de los casos, ha sido
incapaz de conocer, corregir o evitar la comisión de tamaños
abusos por parte del Cesid! ¿Quién puede exigirnos a los grupos
parlamentarios comulgar con tales ruedas de molino, haciéndonos
creer u obligándonos a creer que él--en quien nadie cree ya--será
capaz o tendrá esa mínima voluntad de esclarecer la verdad con
cuyo motivo el señor Presidente le ha prolongado un mandato que,
evidentemente, está condenado de antemano? Porque esta es una
muerte política ya previamente anunciada, con toda claridad y
contundencia.

¿Se puede tranquilizar a una opinión pública en la que se ha
incrementado su permanente alarma social, diciendo que el señor
Vicepresidente precisamente va a tomar una parte activa en un
esclarecimiento en el que nadie cree?, si es que en este país,
señor Presidente, hay algún ciudadano que sea capaz de alarmarse
por algo.

¿Qué nos deja usted, señor Vicepresidente, tras su marcha, como
legado? ¿Unos servicios de información que nos garanticen a todos
que funcionarán con respeto riguroso y pleno a los principios
constitucionales o, por el contrario, un Cesid característico del
régimen policíaco propio de una dictadura ya superada?
Por eso creemos muy sinceramente que el Presidente del Gobierno
se ha equivocado de cabo a rabo al no haber aceptado
inmediatamente su dimisión, la dimisión de los señores Serra y
García Vargas, a quienes desde esta tribuna, con todo respeto,
nos permitimos recomendarles que presten un último servicio, pero
un servicio de verdad a España: que a la salida de esta sesión
vuelvan a presentar su dimisión a don Felipe González, pero que,
oída la Cámara esta vez la presenten con carácter sincero y
contundentemente irrevocable, no para ganar tiempo ni para
permitir que un tercero pueda ganarlo; que usted, señor
Presidente, a quien en los últimos tiempos le ha faltado aquella
capacidad de reacción de que hacía gala cuando tanto ilusionaba a
España, tome nota de que esa misma España, a la cual pertenecen
líderes importantes de su Partido que así opinan, está pidiendo a
gritos no una mera operación de maquillaje cambiando a uno o a
dos miembros de su Gobierno, está pidiendo a gritos un cambio de
Gobierno, no una mera remodelación, está pidiendo a gritos algo
que comparte Coalición Canaria, exigiendo ese cambio que hoy
parece más necesario que nunca v que



debe producirse en las próximas fechas y que con toda seguridad
tendrá que producirse, porque si no estaríamos viviendo en un
país de locos, antes de que comience su Presidencia en la Unión
Europea.

Cuando la inmensa mayoría de los españoles considera que este
Gobierno vulnera o, en el mejor de los casos, tolera la
vulneración de derechos fundamentales, perdida la confianza en
términos generales, resulta que ya no se puede medir el tamaño de
la crisis en términos cuantitativos sino cualitativos, porque no
es que algo huela a podrido en Dinamarca, sino que en España casi
todo huele mal. Y para la ingente tarea de limpiar y purificar
las cloacas del Estado no se puede contar con quienes, según
unos, las ensuciaron, consintieron que se ensuciaran, admitieron
que las aguas putrefactas discurrieran por ellas y según otros,
colaboraron en ese discurso de las aguas deliberadamente
putrefactas.

Clara, sincera y contundentemente, señor Presidente, Coalición
Canaria piensa que si el Presidente del Gobierno, con las
presiones a que le someta legítimamente una parte importante del
propio Partido que le apoya, no es capaz de asumir sus errores,
los errores de todo su equipo, o al menos de una parte
importantísima del mismo, y con ello no se produce una catarsis
profunda, tan sólo existirá algo mejor para la salud de nuestro
sistema democrático: celebrar cuanto antes elecciones generales.

La incredulidad es total, señoras y señores Diputados, desde el
punto y hora en que se ha pretendido hacernos creer que las
escuchas se producían con carácter aleatorio. ¿Cómo es posible
que dichas escuchas tuviesen una especialísima capacidad para
discriminar, identificando por el tono la identidad de los
cientos y miles de personas que figuran en los archivos secretos
del Cesid? Durante muchos años, el Cesid, a la vista, ciencia y
paciencia--y de ahí, con el mejor de los casos, la
responsabilidad política de ello derivada--, se ha dedicado a
vigilar a personas relevantes de la vida social. política e
institucional española. Un espionaje que, en definitiva, no tiene
nada que ver con la defensa de la seguridad del Estado o del
orden constitucional, y mucho menos con la obsesión controladora
propia de un Estado totalitario.

La cadena de responsabilidades no se rompe en el General
Manglano, señorías, porque el General Manglano no es el extremo
final de la cadena sino un eslabón más entre los dos extremos de
la misma. Y repárese en que tampoco tenemos el menor elemento de
juicio para proclamar ante la oposición pública la inocencia de
los responsables políticos. Esto es lo grave del asunto. El hecho
de la filtración de las escuchas es algo que, de suyo, no tiene
que ver con la ilegalidad precedente en el tiempo. El mero hecho,
el mero acto de escuchar indebidamente, la filtración en sí no
puede purificar el conjunto de actos ilegales de las que trae
causa. En



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este caso, una vez más, señor Presidente, habrá que aplicar en
política la célebre teoría de la causalidad: quien es causa de la
causa es causa del resultado. Si, como se ha afirmado por
alguien, alguien extrajo también documentación del Centro, ¿por
qué no se actuó inmediatamente, exigiéndosele las
responsabilidades de rigor y con todo rigor?
Finalmente--y voy terminando, señor Presidente-- hay otro tercer
aspecto de notable importancia. Nos referimos a la famosa trama
conspiratoria. Sin negar la necesidad de depurar
responsabilidades, incluso penales, por las estrictas escuchas de
particulares y de depurar responsabilidades de igual género por
la sustracción y también por la divulgación de tal documentación,
de tal información, no es de recibo pretender desviar la atención
del problema número uno en el orden cronológico producido, lo que
hace que, una vez más, acaso con excesiva reiteración, se tenga
que formular de nuevo por nosotros el interrogante quién y por
quién se ordenó y quién toleró este masivo espionaje.

Hoy ha comparecido un Vicepresidente no absentista, sino en
situación de desempleo ya; un Vicepresidente al que sólo le ha
faltado jugar con nosotros a las adivinanzas y preguntar quién
está detrás o quién se esconde detrás de la divulgación
interesada de esas escuchas ilegales o en qué armario se guardan
todavía tales informaciones. Todos habríamos dado la respuesta.

Para ese viaje nadie necesitaría las alforjas de la menor
adivinanza.




El señor PRESIDENTE: Señor Olarte, le ruego concluya.




El señor OLARTE CULLEN: Termino, señor Presidente.

Para terminar, expresaré que tal pregunta no tendría lugar ni
razón de ser si previamente no se hubieran producido tales
escuchas. Y ya que estamos en el ámbito del Código Penal, habrá
de permitírseme utilizar el famoso símil de que si previamente no
existieran ladrones, no existirían tampoco los peristas.

Termino ya, señor Presidente. Quiero poner en mis últimas
palabras un énfasis especial en el profundo rechazo, por parte de
Coalición Canaria, a que haya sido espiado además nada más y nada
menos que Su Majestad el Rey, al igual que a la divultación de
tan repugnante espionaje. Nuestra Constitución señala que la
persona del Rey es inviolable. Su Majestad el Rey se ha
convertido en estos años de andadura democrática, por mérito
propio y por la voluntad del pueblo español, en un punto de unión
y de concordia entre todos. Por eso nos parece intolerable que
alguien haya podido permitir que se escuchen, que se graben, que
se archiven, que se filtren y que se comenten sus conversaciones
priva



das, que deben constituir la intimidad acaso más sagrada de todas
las intimidades de los españoles.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olarte.

Por el Grupo Mixto, tiene la palabra en primer lugar la señora
Rahola.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Gracias, señor Presidente.

Derrota moral, esta sensación anímica es la que hoy tenemos
algunos, por lo que ha ocurrido y por lo que entiendo que ha sido
una escandalosa comparecencia.

Permítame que le diga, señor Serra, que usted no sólo tiene la
obligación de dimitir por su graves responsabilidades políticas,
tanto por activa como por pasiva, a tenor de las dimensiones del
escándalo, sino sobre todo porque con las prácticas abusivas en
las instituciones de su responsabilidad, con la perversión de lo
que significa el compromiso democrático, usted ha ayudado a
erosionar la credibilidad del Estado de derecho.

Cuando éramos unos más jóvenes que otros, pero unos jóvenes
antifranquistas, definíamos el Estado totalitario como el Estado
corrupto, el Estado violento y el Estado espía. Contra esa triple
lacra luchamos y forjamos nuestras convicciones, y no olviden
nunca que ustedes llegaron al poder con el mandato de la
libertad, de la convicción democrática, de la ruptura moral. Sin
embargo, ¿cómo creen que nos sentimos aquellos que vemos que un
partido de izquierda y unos líderes de izquierdas han permitido,
por activa o por pasiva, por corresponsabilidad o por negligencia
gravísima, que el fantasma de la corrupción, de la violencia de
Estado, del espionaje sistemático, volviera a nacer como si fuera
el Ave Fénix de nuestras pesadillas de antaño? Ya sé que nos
hablan de conspiraciones de salón, aunque le recomiendo que cuide
la narrativa; en el pasado, todos los demócratas formábamos parte
de la conspiración judeomasónica, pero, de momento, la única
conspiración que, modestamente, soy capaz de vislumbrar es la que
surge del abuso del poder.

¿Quién daña y desestabiliza la democracia, señor Serra? ¿Quién
abusa del poder público que ostenta o no se entera del abuso, o
quién se hace eco del abuso? Matar al mensajero es práctica
bíblica, pero eso no significa que sea práctica legítima. Si hoy
no fuera por el mensajero, el señor Roldán estaría sentado a su
vera disfrutando plácidamente de la alegría presupuestaria. ¿O es
que ustedes habrían hecho algo? Díganme qué han hecho para
encontrar, identificar y poner en el banquillo a los criminales
del GAL, una de las grandes vergüenzas de la democracia ¿Y qué ha
ocurrido con el Cesid? ¿A qué nivel de perversión de aquello que
se ha definido como la virtud pública se llega cuando una
institución democrática, nacida para defender la democracia, se
convierte en un órgano de espionaje masivo,



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acumulador y almacenador de vidas y secretos privados? ¿Para qué
se almacena la información si no es para la intimidación? ¿A qué
niveles de inmoralidad se puede haber llegado?
Señor Serra, y tanto que tiene que dimitir, pero no sólo porque
quiere hacernos creer que usted no se enteraba, que tocaba el
piano mientras sus subordinados se llenaban hasta el cuello con
el fango de las cloacas; tiene que dimitir porque están dejando
sin ilusión a los ciudadanos, están destruyendo la credibilidad
de las instituciones, están arrastrando por el suelo el concepto
de ética política, porque han hecho de la sospecha permanente
hacia el poder público una obligación democrática, porque en su
carrera desenfrenada hacia la propia salvación lo van a destruir
todo, van a dejar la tierra quemada.

Señor Serra, señor González, no tiene justificación nada de lo
ocurrido, desde el GAL hasta la corrupción, pasando por el
espionaje, pero, sobre todo, lo que no tiene justificación es que
usted intente encontrarla, nos trate como a bobos y nos quiera
hacer creer que este monumental escándalo sea la consecuencia de
los duendes de las telecomunicaciones. ¿Fueron los duendes los
que decidieron espiar sistemáticamente a las mismas personas, los
que decidieron guardar información que vulnera derechos
fundamentales? Si no lo guardaron, ¿cómo se robó una información
que no existía? ¿Qué nos quieren vender, señor Serra, que la
central de inteligencia no sabía que los espías espiaban, que era
la «TIA» de Mortadelo y Filemón? No hay solución: grave si lo
encargaron, grave si lo permitieron, inverosímil que no lo
conocieran. Y si algún monstruo se ha escapado de control, en sus
entrañas se forjó y se alimentó, no nos lo carguen.

Señorías, urge una línea lúcida de defensa democrática, pero no a
causa de los enemigos exteriores, sino de los abusos interiores;
urge una catarsis democrática que devuelva la ilusión y la
credibilidad política y, sobre todo, que nos libre de los que se
creen la encarnación de la democracia en la tierra. Señor Serra,
ni usted ni el señor González son el rey sol; no son la
democracia, forman parte de ella; sólo son gestores públicos que,
a mi parecer, lo han hecho francamente mal y, con su
incompetencia, han dañado la credibilidad institucional. Por eso
tienen que irse, y cuando se vayan no temblará la democracia, al
contrario, la democracia sólo tiembla cuando se pervierte el
sentido de lo ético, el sentido de lo público, y eso es
exactamente lo que han hecho ustedes.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rahola.

El señor Mur tiene la palabra.




El señor MUR BERNAD: Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, intervengo desde el Grupo Mixto, en nombre del Partido
Aragonés, para decirle al señor Serra que su esfuerzo esta tarde
ha resultado inútil, su explicación insuficiente y llena de
contradicciones. Ha hecho usted más preguntas que respuestas ha
dado a las interrogantes planteadas. Nos ha informado usted
bastante menos de lo que informa este libro (mostrando un
ejemplar de «La Casa»), que está al alcance de todos los
españoles en cualquier quiosco. Realmente, para eso no hacía
falta que usted nos hubiera estado entreteniendo durante tanto
rato, porque poco es lo que usted ha dicho. Y es que, señorías,
ese titular de prensa que, como una especie de losa, pesa sobre
ustedes: «El Cesid lleva más de diez años espiando y grabando a
políticos, empresarios y periodistas», pasará a la historia como
uno de los acontecimientos más graves de la historia democrática
de este país. Si a alguno nos parecía que sucesos como el caso
Roldán, Mariano Rubio, el GAL, los fondos reservados, eran
insuperables en cuanto a su gravedad política, el nuevo «affaire»
de las escuchas del Cesid, con tintes de John Le Carré pero
encutre, ha sobrepasado las expectativas de los más firmes
detractores del social-felipismo.

Quiero también aprovechar la oportunidad para reconocer que lo
que se está achacando al Cesid no hay que achacárselo al conjunto
de la institución ni a los miles posiblemente de servidores de la
institución que han trabajado con honradez, con eficacia y con
dedicación. Eso es lo malo, que el comportamiento de algunos daña
la imagen del conjunto.

No es de extrañar, señor Serra, que a estas alturas ustedes,
cuando han hecho lo posible e imposible por que el Cesid no
tuviera el necesario control parlamentario, se extrañen ahora y
se hagan de nuevas de lo que está ocurriendo, cuando todos
sabemos lo que los agentes de Cesid firman cuando entran allí y
son contratados, cosas como que la reserva que tienen de las
informaciones que conocen se extiende incluso a los supuestos en
que la información les sea solicitada por interrogatorio de
cualquier autoridad, ya sea parlamentaria, gubernativa o
judicial. ¿Usted cree de verdad que van a poder llegar al fondo
de todas las investigaciones con estas premisas, que son las que
aceptan los funcionarios,del Cesid cuando entran y tienen que
firmar en su ficha? ¿Usted sabe que desde 1988, en que aquí ya
surgió el escándalo de las escuchas y del espionaje en la persona
de Rafael Pastor Ridruejo, a la sazón Director General de Asuntos
Consulares, ustedes negaron la Comisión de control parlamentario?
¿Usted sabe que el señor Manglano ha dicho públicamente en el
curso de verano de la Complutense en 1991 cuál era el concepto
que tenía del comportamiento de los agentes del Cesid y del
control parlamentario que les era exigido, y cómo se ha negado
sistemáticamente diciendo, incluso: En cualquier caso, yo tengo
que decir aquí que ningún servicio está obligado ante una
Comisión



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Parlamentaria a arriesgar sus trabajos? Palabras del Director del
Cesid. Cuando no se quieren tener esos controles y cuando no se
propician, señor Serra, no es extraño que ocurra lo que está
ocurriendo.

Para rematar la guinda del concepto que el Director del Cecid
tenía sobre el servicio que estaba prestando, y hablando
precisamente de huir del control parlamentario, diciendo incluso
que los parlamentarios del Grupo Mixto eran dudosos para recibir
información, como si los dudosos no fueran los que la estaban
recibiendo, dice, en el párrafo que recoge la opinión del señor
Manglano, que la definición del que trabaja en el Cesid es:
Persona especialmente adiestrada para realizar actividades
secretas, legales o no.

Y es que para ellos, para los que los dirigían, el fin parece ser
que justifica todos los medios que se han puesto a contribución.

En conclusión, señor Serra, oscurantismo en general en todo lo
que ha ocurrido y, sobre todo, en particular en este Parlamento
donde ustedes se han negado sistemáticamente a que fueran
controlados, porque no ha sido una falta de control lo que ha
ocurrido allí, ha sido un control selectivo, quizás un excesivo
control por parte de ustedes en beneficio propio, para saber
ustedes y utilizar ustedes lo que allí estaba ocurriendo.

Nos gustaría que nos aclarara si usted puede asegurarnos que no
hay más grabaciones, fuera del Cesid que las que se han conocido
y se han publicado, y que no conoceremos nuevos hechos en los
próximos días por la prensa. O me gustaría que usted me dijera
también si tiene garantías de que no han espiado al director del
diario «El Mundo», que parece ser que es el que está en la
conjura que ustedes han denunciado y que es el que está echando
un pulso al Gobierno.

Señor Serra, a estas alturas dudar de ustedes y de sus
comportamientos no es dudar de la democracia ni atacar al sistema
democrático. Dudar de ustedes es necesario precisamente para
reforzar la democracia.

Voy concluyendo, señor Presidente, diciendo que la conversión del
Cesid en un instrumento de control de los ciudadanos es una
intolerable invasión de la intimidad y privacidad de las
responsabilidades políticas que alcanzan a usted, señor González,
señor Presidente del Gobierno, y esta vez no tiene salida alguna.

Si estaba al corriente, debe dimitir por permitirlo; si fue el
que lo ordenó, debe dimitir por hacerlo; y, si no lo sabía, debe
dimitir por no saberlo.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur.

Tiene la palabra el señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, uno viene a esta tribuna desazonado, quemado y un tanto
harto, y uno viene a hacer un papel que no le gusta y que no le
correspondería, pero el cargo y sus funciones lo exigen para
afrontar unos sucesos graves para la democracia y las
instituciones que la sostienen.

Se ha hablado de tres delitos en torno a los hechos que nos han
reunido hoy aquí; el de las escuchas y grabaciones ilegales, el
de su robo o sustracción y el de su difusión. Sobre ello hay que
aclarar que ni su gravedad, en términos de responsabilidad
política, ni su implicación son las mismas. El hecho más grave,
sin lugar a dudas, es el primero: las escuchas, grabaciones y
conservación de un extenso número de conversaciones telefónicas
de ciudadanos, ordenadas y ejecutadas ilegalmente y sin ninguna
relación con la seguridad del Estado ni de la defensa. Es el
hecho más grave por dos razones. Es el delito hace, como lo ha
calificado el Fiscal General del Estado, el que posibilita los
demás, ya que sin la existencia y conservación de las
grabaciones, mal puede haber ni sustracciones ni filtraciones.

Además, es un hecho cometido por un organismo del Estado,
actuando oficialmente en tanto que tal. Los restantes serían
delitos cometidos por particulares, y aunque hubiera
responsabilidades políticas por tratarse, en su caso, de delitos
cometidos por funcionarios, esa responsabilidad política nunca
sería del mismo rango. Por lo tanto, el hecho clave sobre el que
tienen que darse todas las explicaciones necesarias y asumir las
responsabilidades consecuentes es el de esas escuchas y
grabaciones ilegales efectuadas por el Cesid.

Su responsable hasta ahora, el Teniente General Manglano, ha
reconocido ante el Fiscal que él dio la orden de que se
efectuaran, y así nos lo ha ratificado el señor Vicepresidente.

Ante eso, la primera respuesta clara que el Gobierno debería de
haber dado esta tarde es ¿a quién se ha espiado, durante cuánto
tiempo, cuál es la lista completa de los ciudadanos de este país
que han sido sometidos a escuchas y grabaciones ilegales por
parte del Cesid? Esta pregunta es absolutamente pertinente,
porque hay algo que debe quedar muy claro para todos nosotros.

Cualquier ciudadano tiene derecho a saber si ha sido objeto de
una escucha ilegal, y el Gobierno tiene la obligación de dar a
esta Cámara dicha información, información que pido y exijo como
ciudadano y parlamentario, y que este Parlamento debe conocer
para que sean públicas las listas de todos los ciudadanos
espiados a los efectos oportunos. Me fundamento precisamente en
manifestaciones, como decía anteriormente, de Carlos Granados,
Fiscal General del Estado, que lo califica como delito base,
delito mucho más importante en cuanto a que están en juego
derechos constitucionales amparados y reconocidos como son la
intimidad de las personas y el secreto de las comunicaciones. Y
con esta información los ciudadanos tienen derecho a defenderse.

La segunda respuesta que el Gobierno debería dar, y que todavía
no se nos ha dado esta tarde, es qué conocimiento



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tenía el Gobierno de tales escuchas. El Presidente del Gobierno
afirmó ayer en rueda de prensa que no sabe los medios que emplea
el Cesid, porque lo importante son los resultados. Esta
afirmación no es admisible ni desde la legalidad ni desde la
ética de un sistema democrático. Y por si no bastara con ese caso
de las escuchas, seguimos teniendo pendiente todavía el caso GAL,
para afirmar con total rotundidad que esa es una respuesta que no
se puede admitir, en particular cuando las relaciones Cesid y GAL
están bajo sospecha y pendientes de investigación judicial.

La tercera respuesta que el Gobierno también debería dar es,
obviamente, ¿qué medidas se han tomado y se van a tomar? Primero,
para asumir las responsabilidades políticas en el ámbito del
propio Gobierno; segundo, para depurar las responsabilidades a
que hubiera lugar en el interior del propio Cesid; y, tercero,
para evitar que hechos como los que nos ocupan puedan volver a
repetirse, cosa que no nos ha sido asegurada por el señor
Vicepresidente.

Después de doce años de supuesto Gobierno de progreso, viniendo
además de donde veníamos, se debería de haber llevado al Estado a
una situación de modernidad institucional y política, homologable
con los Estados que configuran la Unión Europea, lo que
induciría, a su vez, a un prestigio internacional que hubiera
permitido estar entre los Estados influyentes en las relaciones
internacionales. Sin embargo, los resultados están suponiendo un
retroceso en la democracia institucional y en la convivencia
social y un desprestigio internacional. El Estado español hoy día
es débil y sospechoso de ser sacudido por escándalos políticos
que lo dejan en evidencia ante organismos internacionales, ante
inversores y ante conflictos económicos pendientes.




El señor PRESIDENTE: Señor Albístur, le ruego que concluya.




El señor ALBISTUR MARIN: En seguida, señor Presidente.

Como tozuda negación de estos datos, cabe cualquier tesis sobre
conspiraciones y tramas de ex financieros despechados. Considero
que son cortinas de humo, a las que no dedicaré ni un minuto, ya
que aún en el supuesto de que el peligrosísimo señor Perote haya
dispuesto ilegalmente de información sensible y, además,
chantajee, todo ello se vuelve contra ustedes por haber permitido
que un ahora procesado dispusiera de un poder descontrolado y,
además, fuera beneficiado dentro del propio sector público. Que
no se nos pida prudencia en el juicio de las situaciones ni en la
petición de responsabilidades concretas. Nosotros, como
representantes de los ciudadanos no hemos sometido a presión a
las instituciones y mucho menos a esta Cámara. Aquí nos trajeron
para legislar y controlar y no sólo para señalar chapuzas.

Todo esto no es casual, señor Vicepresidente, ni desligado de una
determinada gestión política. Toda esta situación grave está
relacionada con actuaciones sin rigor en materia antiterrorista,
acompañadas de la defensa de defraudadores de fondos públicos y
de la piratería, en vez de la profesionalidad y la búsqueda de
soluciones y de la pacificación.

En esta misma línea, espías e instituciones que deberían haber
asegurado la influencia internacional y la seguridad de la
sociedad, se han entretenido con provecho personal en cotilleos
domésticos, presuntamente amparados institucionalmente.




El señor PRESIDENTE: Señor Albístur, le ruego que concluya.




El señor ALBISTUR MARIN: Termino en seguida, señor Presidente.

La sociedad no se merece este trato ni esta dirección política.

No hay capacidad de reacción en las propias filas del Partido
Socialista. Pagarán en este tema justos por pecadores. Ustedes,
que lideraron el cambio, que han sido portavoces del progresismo,
que han hecho una defensa feroz de los derechos humanos y de la
libertad del individuo, no entiendo cómo pueden permanecer
callados e impasibles.

Señor Presidente, concluyo porque aquí ya no pasa nada. La
catarsis hoy día también se ha producido...




El señor PRESIDENTE: Señor Albístur, le ruego que concluya en
quince segundos.




El señor ALBISTUR MARIN: En quince segundos, señor Presidente.

Esta Cámara y el Gobierno han encontrado una formula de
supervivencia política y de continuidad. Se pasan los temas entre
comparecientes y confrontaciones, se hacen oídos sordos a las
palabras de los grupos políticos, se capea el temporal hasta un
próximo susto que ni siquiera el Gobierno sabe cuándo será. El
próximo miércoles comparecerá el Presidente del Gobierno para
informar sobre la cumbre intergubernamental, continuará el
procedimiento judicial para los miembros del Cesid y esta Cámara
seguirá legislando con apremio nuevos proyectos de ley.

Hemos abierto una vía cínica de Gobierno y de parlamentarismo que
debemos concluir y cerrar. Con pesimismo afirmo que ya no es
posible cambiar, pero que es necesario el cambio. Mientras tanto,
los ciudadanos confirmarán, una vez más, que aquí no pasa nada.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albístur.

Tiene la palabra el señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señor Presidente, señorías, quiero en
primer lugar, agradecer la intervención



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del Vicepresidente, en particular por la «información»--entre
comillas--que ha facilitado y por advertirnos de los graves
peligros que acechan a nuestra joven democracia por las conductas
de personajes anónimos, según él, que incontroladamente, sin que
el Gobierno nada tenga que ver, hacen tambalear la estructura del
Estado de Derecho.

La corrupción generalizada, la trama de los GAL, las escuchas,
según usted, las originan los enemigos de la democracia, incluso
nos acusa a nosotros--a la oposición--de alentarlo; y nos
preguntamos cómo se atreve usted a decir esto en esta Cámara, si
todo esto se ha producido en los aledaños de su Gobierno por
personas muy próximas a él.

Unión Valenciana considera la situación planteada por las
escuchas telefónicas ilegales practicadas por el Cesid, órgano de
información del Presidente del Gobierno, de extrema gravedad,
conducta inadmisible, impropia de un Estado de Derecho, que
constituye un ataque frontal a los derechos fundamentales de los
ciudadanos consagrados en la Constitución española de 1978 en su
artículo 18.3, que garantiza el secreto de las comunicaciones. Se
ha producido un flagrante ataque y vulneración por los
responsables directos del Cesid. Unión Valenciana estima que dada
la gravedad de los hechos se requería--y así lo mantuvimos en la
Junta de Portavoces--una explicación seria y rigurosa por parte
del Presidente del Gobierno.

No ha sido así y hoy ha comparecido el Vicepresidente, que ha
dejado muchas lagunas y dudas sobre la trama de las escuchas
ilegales: la práctica de las mismas, su intencionalidad, y qué
autoridad ordenó realizarlas; la sustracción de las grabaciones,
quién lo hizo y quién no ha podido, no ha sabido o no ha querido
evitarlo y el contenido de esas ilícitas grabaciones.

El objetivo del Cesid en sus orígenes era el de velar por la
seguridad, pero se ha convertido, por su brillante gestión, en un
instrumento que genera inseguridad, sospecha e inestabilidad.

¿Por qué, señor Serra? Eso usted hoy no lo ha contestado.

Las responsabilidades no se detienen en la dimisión de Alonso
Manglano y en la nocturna detención del señor Perote. ¿Quién es
el responsable político último? Usted, en su honrosa
intervención, en la que puede ser su despedida, no ha añadido luz
a tan oscuro tema. ¿Cómo le vamos a creer si ni usted mismo se
cree lo que ha dicho?
En la trama se reúne un compendio de figuras delictivas varias
que procede deslindar y personalizar, puesto que el curso normal
de los hechos puede llegar--y eso nos preocupa a todos--a poner a
prueba el sistema democrático, sus poderes, los medios y la
sociedad civil en su conjunto.

Usted ha acuñado una nueva terminología para el Cesid: centro de
espías indisciplinados y desleales. Esa confianza tiene usted en
esas personas que han estado



durante muchos años llevando los servicios de la seguridad del
Estado. A tenor de su intervención, señor Serra, la trama de las
escuchas ilegales del Cesid es una situación propia de un
capítulo de la serie televisiva «Expediente X»: efectos, casos,
conductas y hechos anómalos y paranormales en los que el Gobierno
niega todo conocimiento o explicación. Usted es un buen guionista
de esa serie televisiva que se emite los lunes por la noche.

Señor Serra, ¿qué va a ocurrir en unos días que afecta tanto a la
seguridad nacional? Señor Serra, imagino que usted debe conocer
muy bien cuál es el lema del Cesid, igual que el señor
Presidente. Y, si no, se lo recuerdo, por si algún miembro de la
Cámara no lo conoce. El lema del Cesid es: sanear para vencer.

Vencer ¿a quién?, ¿a qué precio?, ¿con qué medios?, ¿con qué
tácticas? Para vencer, señor Vicepresidente, ¿vale todo? Esa
pregunta, usted no la ha contestado.

Ya para terminar, querría hacer una breve valoración de lo que me
ha parecido su intervención. Hoy, señor Serra, ha demostrado sus
dotes de consumado espía. Hoy, señor Serra, usted ha hecho
méritos más que sobrados para que, caso de que el señor González
acepte su dimisión, le nombre para cubrir la vacante que ha
dejado el señor Manglano en el Cesid. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Chiquillo. Por el Grupo
Socialista, tiene la palabra el señor Almunia.




El señor ALMUNIA AMANN: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, quiero empezar agradeciendo al Vicepresidente del
Gobierno su presencia en este Pleno y el contenido de su
intervención, que me ha parecido de gran utilidad para el
propósito que hoy nos ocupa.

A cualquier demócrata produce repugnancia la violación de los
derechos y libertades fundamentales que nuestra Constitución
garantiza a los ciudadanos. Uno de esos derechos es el
contemplado en su artículo 18.3 y por ello esta Cámara aprobó,
hace ya más de diez años, la tipificación penal de las escuchas
telefónicas ilegales.

El año pasado, una nueva proposición de ley ha modificado de
nuevo el Código Penal en lo referente al secreto de las
telecomunicaciones. Como se deduce de aquellos debates, todos los
que aquí representamos a los españoles coincidimos en la
necesidad de impedir que conversaciones privadas entre ciudadanos
puedan ser conocidas y utilizadas sin previa autorización
judicial. Esta repugnancia aumenta aún más, si cabe, cuando el
contenido de esas conversaciones privadas se convierte en objeto
de tráfico mercantil y llega a difundirse por los medios de
comunicación o a utilizarse como elemento de presión o chantaje
contra las personas cuya intimidad ha sido previamente violada.

Todos los demócratas sostenemos también que la única manera de
garantizar y proteger el ejercicio de las



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libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos estriba en
la garantía de un funcionamiento eficaz del Estado democrático de
Derecho. Precisamente por eso, cualquier debilitamiento de sus
instituciones supone un riesgo cierto para el pleno ejercicio de
nuestra libertad. Es más, frente a quienes puedan pensar que la
fragilidad del Estado permite una mayor libertad individual, los
socialistas pensamos que un Estado fuerte es garantía de
libertad. Y en aras de esa libertad debemos defender sus
instituciones y sus mecanismos de seguridad, uno de los cuales,
sin duda, son los servicios de inteligencia.

Ciertamente, pueden darse zonas de conflicto entre la
operatividad de esos servicios de inteligencia y el pleno
ejercicio de los derechos ciudadanos. La historia de otros países
está llena de casos. No sólo en España se producen esas zonas de
conflicto.

Sabemos que la relación entre seguridad y libertad no siempre es
pacífica. Negar esos conflictos supondría un acto de ingenuidad o
de irresponsabilidad. Pero pensar que su resolución es fácil,
implica que se ha pensado poco sobre la naturaleza del Estado.

En democracia, la existencia de conflictos y la dificultad para
superarlos no lleva a ningún callejón sin salida. La armonización
entre libertad y seguridad, o entre el ejercicio de los derechos
y la eficacia de la acción del Estado, deben resolverse en el
plano jurídico y son los jueces quienes, en última instancia,
arbitran, en función de su interpretación de conjunto del
ordenamiento constitucional, a partir de los valores superiores
que la informan y de los textos legales que nosotros elaboramos
en esta Cámara.

En el caso que hoy debatimos, hay algunos aspectos que expresan
muy bien esos conflictos. Porque es verdad que con la información
que proporcionan los técnicos en la materia, ni la telefonía
convencional por cable, ni la tecnología ya disponible en la
actualidad para captar de forma selectiva determinadas
comunicaciones a través del espectro radioléctrico, plantean
dificultades en orden a la armonización de la privacidad con la
operatividad de los servicios de inteligencia. En uno y otro
caso, la escucha telefónica solamente puede realizarse previa
autorización judicial, autorización referida necesariamente a un
número de teléfono determinado y previa causa justificada
apreciada por un Juez.

El problema se planteaba, sin embargo, de modo distinto, y lo ha
explicado con extensión el Vicepresidente en su intervención
durante una parte de los años 80 y comienzos de los 90, al
coincidir la inexistencia de una tecnología selectiva para
interceptar comunicaciones en el espectro radioeléctrico con la
aparición de radioteléfonos, primero, en los automóviles y,
posteriormente, la comercialización de teléfonos portátiles.

Pero por compleja que sea la solución ética y jurídica del
conflicto entre la necesidad de explorar ese espacio y la
imposibilidad de violar el derecho a la intimidad de muchas
personas que utilizaban tal espacio, de esa situación no se
deducía, según las normas legales vigentes, la posibilidad de
guardar, almacenar y difundir conversaciones privadas
desprovistas de cualquier relación con los objetivos asignados a
los servicios de inteligencia. Así lo ha dejado claro el
Vicepresidente del Gobierno esta tarde, y no hay que confundir
las cosas.

Cuestión importante es saber hasta qué punto el modo de
exploración del espacio radioeléctrico, llevado a cabo durante
una serie de años, colisiona derechos de los ciudadanos cuya voz
transitaba por el mismo. Pero otra cosa muy distinta y no menos
importante, por más que haya quien esté interesado en mezclarlo
todo, es saber quién ordenó grabar y almacenar algunas de esas
conversaciones, cuando no sólo no tenían ninguna relevancia para
los objetivos de la seguridad del Estado, sino que las normas
internas del Cesid lo prohibían expresamente.

El Gobierno nos ha respondido, una y otra vez, que él nunca dio
tales órdenes, y el Grupo Socialista cree al Gobierno. En cambio,
existen indicios de que tal grabación y almacenamiento fueron
realizados al margen de las propias normas internas del
funcionamiento del Cesid y, por tanto, al margen de las
instrucciones y de las normas y reglamentos aprobados por el
Gobierno.

¿Conocía el Gobierno, a través de los informes del Cesid, la
existencia o el contenido de tales conversaciones? El Gobierno
nos ha reiterado, una y otra vez, que no las conocía, y el Grupo
Socialista cree también al Gobierno. Pero por vías irregulares y,
probablemente, delictivas, algunas de esas conversaciones y un
listado de las mismas, realizado al margen de la documentación
oficial del Cesid, han llegado a conocimiento de medios de
comunicación que las han difundido total o parcialmente.

Puestas así las cosas, el Grupo Socialista se pregunta: ¿Quién
fue el instigador de las escuchas? ¿Quién las ordenó y almacenó?
¿Quién las pasó de mano en mano hasta llegar, en algún caso, a su
difusión? ¿Quién tiene hoy esas cintas y con qué fines? Sin duda,
de las respuestas a esas preguntas se deducen las verdaderas
responsabilidades penales de las escuchas ilegales; y esas
respuestas, señorías, no apuntan en absoluto hacia el Gobierno.

Además, los hechos que estamos analizando no se agotan en el tema
de las escuchas. Hay otros datos de extraordinaria gravedad que
hemos ido conociendo a medida que han avanzado las
investigaciones puestas en marcha el mismo lunes día doce. La
justicia está ya investigando, a instancias del Gobierno, la
sustracción de un volumen importancia de información clasificada
del Cesid que no tiene relación con las escuchas y que incluso ha
comenzado a publicarse de modo fragmentario en algún medio de
comunicación. ¿Quién ha sustraído esa información? ¿Quién la ha



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puesto a circular por manos de terceros hasta llegar en algún
caso a su difusión pública? ¿Es delito publicar documentos
clasificados como secretos oficiales a conciencia de que son
secretos?
Mi Grupo, señorías, quiere que todas esas preguntas reciban una
respuesta rápida, la más rápida posible, y para ello exige de la
actuación de jueces y fiscales, tanto civiles como militares, la
máxima diligencia y la máxima eficacia.

Pero hay más consideraciones que hacer al margen de la actuación
de la justicia. Un dicho periodístico muy conocido dice: No dejes
que la realidad te estropee un buen titular. Y en estos días
hemos visto titulares de un periódico que siguen tal
recomendación al pie de la letra. También hemos escuchado algunas
declaraciones de quienes se sientan en esos bancos que han
trasladado esa norma también al debate político. Se ha hablado de
Gobierno policiaco, de prácticas gansteriles, de montaje
delictivo del Gobierno, se ha llegado a afirmar que el Gobierno
había encargado no sólo las escuchas ilegales sino también la
destrucción de pruebas en el interior del Cesid. En esta ocasión,
y quizás en otras, quienes se quieran erigir en paladines del
Estado de Derecho no han titubeado ni un solo instante en actuar
conforme a la creencia de que el fin, deteriorar al Gobierno,
justifica cualquier medio. Como la información que el Gobierno
nos suministró el jueves pasado, bajo la cobertura de secreto
oficial, a seis Diputados de esta Cámara cuestionaba la versión
de los hechos sobre la que se basaban críticas al Gobierno, a
algunos les convenía no escucharla. Si actúa la justicia militar,
hay quienes tratan de desacreditarla por todos los medios por más
que esté plenamente encajada en el ordenamiento constitucional;
si alguien aparece como sospechoso de haber cometido actuaciones
delictivas, se indaga primero si es amigo o enemigo del Gobierno
para desear su cárcel o su liberación.

La actitud del Grupo Socialista no puede ni quiere coincidir con
quienes hacen este uso alternativo del Derecho en función de si
la norma jurídica les beneficia o perjudica políticamente. Para
nuestro Grupo todos los delitos deben ser perseguidos, pero
cuando haya delito. Hay delitos más graves y menos graves, pero
no puede haber delitos buenos o malos en función de los intereses
políticos de quienes los enjuician sin ser jueces. Para nuestro
Grupo todos los ciudadanos gozan de la presunción de inocencia,
sean amigos o adversarios políticos, sean civiles o militares, y
todos los delincuentes deben ser castigados, también los que se
tratan de escudar bajo la virulencia de sus ataques al Gobierno.

Que nadie interprete lo anterior como manifestación de ignorancia
o de desprecio acerca de la gravedad de los hechos que hemos
conocido, ni como satisfacción del Grupo Socialista por el
funcionamiento de los servicios de inteligencia. Es obvio que se
requieren cambios en esos servicios, cambios para mejorar los
sistemas de custodia de su información, cambios para intensificar
los mecanismos internos de control que eviten un uso irregular de
la información de que disponen, cambios también en los mecanismos
de control externo de esos servicios, cuestión que hay que
meditar seriamente y que ya en alguna ocasión ha sido planteada
por otros grupos es esta Cámara. Todos esos cambios tienen que
producirse procurando, en la medida de lo posible, que no se
deteriore la capacidad operativa de los servicios de
inteligencia, porque su concurso es imprescindible en áreas clave
para la seguridad nacional y, por tanto, para la tranquilidad de
los ciudadanos.

Debo referirme también, como han hecho otros portavoces, a la
cuestión de las responsabilidades políticas. Hasta el momento, el
señor Alonso Manglano ha visto aceptada su dimisión por el
Gobierno y el Presidente del Gobierno ha recibido las peticiones
de dimisión del Vicepresidente y del Ministro de Defensa. En
cuanto al General Alonso Manglano quiero expresarle, en nombre
del Grupo Socialista, nuestro reconocimiento por su ingente labor
al frente del Cesid desde su nombramiento por el señor Calvo
Sotelo cuando él era Presidente del Gobierno hasta estos días en
que, aún en funciones, sigue trabajando para ayudar al
esclarecimiento de los hechos. (Un señor Diputado desde los
bancos del Grupo Popular: ¡Condecórale!) Los españoles deben
saber que el final de las actividades involucionistas, durante la
primera mitad de la década de los 80, no podrá explicarse en
nuestra historia sin la figura y la trayectoria del señor Alonso
Manglano, y es de justicia recordarlo y agradecérselo en estos
momentos.

En cuanto a la puesta a disposición del cargo por parte de dos
miembros del Gobierno, corresponde a su Presidente aceptar o no
esas peticiones y elegir el momento que considere oportuno para
aceptarlas o rechazarlas. En su próxima comparecencia ante este
Pleno quizá podamos debatir con él sus razones para fundar la
decisión que estime más conveniente en uno o en otro sentido. Por
mi parte, no dudo de que su criterio estará presidido por el
interés general en unos momentos que exigen de todos y no sólo
del Gobierno altura de miras, sentido del Estado, generosidad y
serenidad.

Señor Presidente, señorías, antes de acabar mi intervención
quiero reiterar ante esta Cámara la convicción del Grupo
Socialista de que, con los datos ya conocidos, el comportamiento
de los dos Ministros de Defensa que han tenido los gobiernos
socialistas, el comportamiento del Vicepresidente Serra en el
desempeño de sus funciones como tal Vicepresidente desde 1991, y
del propio Presidente del Gobierno como destinatario último de
los resultados obtenidos por los servicios de inteligencia se ha
sujetado en todo momento a Derecho como corresponde a un Gobierno
inequívocamente defensor y respetuoso de las libertades y
derechos constitucionales de los ciudadanos.




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Sin embargo, no todos los abversarios de este Gobierno pueden
hacer gala de la misma limpieza si nos atenemos al modo en que
algunos de ellos seleccionan y utilizan los instrumentos para
tratar de desgastarlo y, si les fuese posible, derribarlo. Junto
a la legítima batalla democrática, en la que unas veces se gana y
otras se pierde, hay otras batallas y otras guerras--y alguien ha
utilizado esta misma frase en estos días--frente a las que no
queda otro remedio que plantar cara. De lo contrario, las
hipotecas creadas por la violación de las reglas del juego no
recaerán sobre un Gobierno o sobre una fuerza política, sino
sobre el conjunto de las fuerzas políticas, que es lo mismo que
decir sobre el conjunto del sistema democrático, y para esta
tarea también cuenta el Gobierno con nuestro apoyo.

Nada más y muchas gracias. (Prolongados aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Para contestar a las intervenciones de los
distintos portavoces de los grupos, tiene la palabra el señor
Vicepresidente del Gobierno.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señor
Presidente, señorías, ante todo quiero reiterar a esta Cámara que
he acudido a ella a informar de un suceso grave, de un suceso que
afecta crucialmente a aspectos fundamentales de nuestra propia
seguridad. Estamos tratando temas graves, no resueltos, sobre los
que hay investigación abierta. Por tanto, aseguro que el Gobierno
está dispuesto--lo está haciendo--a tratarlo con todo el rigor,
con toda la profundidad que este tema merece.

Quiero decir a la Cámara que acudo aquí a informar después de
estar, durante varios días, de forma denodada, con el Ministro de
Defensa, intentando averiguar con todo detalle qué fue lo que
sucedió en nuestros servicios de seguridad, afrontando la
situación creada por los fallos de seguridad, por la divulgación
de secretos oficiales, por la sustracción presunta de documentos
de mayor importancia, y trabajando también honesta y
denodadamente para tomar medidas, junto al Ministro de Defensa,
para restaurar el daño producido.

Repito (porque sinceramente les digo a SS. SS. que he oído
intervenciones que parecen redactadas con clara anterioridad a la
mía y sin haber escuchado las explicaciones que he formulado) que
el Gobierno no ordenó, ni conoció ni utilizó estas informaciones
sobre escuchas privadas. Repito que el Director del Cesid no
conocía que había uno o algunos elementos que las grababan, que
las almacenaban y que estas cintas precisamente fueron grabadas
desoyendo las instrucciones, vulnerando la normativa del Centro,
y fueron almacenadas a espaldas del Director y de la normativa.

Si se hubiera cumplido la normativa del Centro, en estos momentos
no estaríamos ante este atentado a los derechos de los
ciudadanos.

Señorías, quiero decir--y de esta manera tarnbién respondo
globalmente a varias intervenciones--que creo que en varias de
ellas se ha hecho un tratamiento injusto para con el esfuerzo de
adaptación, de modernización, que ha efectuado el Cesid desde su
creación y, sobre todo, en los últimos años. El Cesid ha sabido
transformarse de un servicio de inteligencia específicamente
militar en un servicio de inteligencia del Estado. Ha sabido
transformarse de un servicio volcado a luchar contra los procesos
involutivos a un servicio moderno conectado con los servicios de
inteligencia de todas las democracias que nos rodean y, sobre
todo, con los servicios de inteligencia de las democracias con
las que compartimos uniones políticas o alianzas de seguridad,
hasta el punto de que puedo decirles que este servicio es
equiparable a ellas en calidad, tiene reconocimiento
internacional y proporciona--eso también está reconocido--
información muy válida sobre determinados sectores y países a esa
comunidad de inteligencia que tenemos con los servicios de los
países con los que estamos en un proceso de unidad política o de
alianza de seguridad.

A partir de aquí, quisiera hacer algunos comentarios sobre temas
que se han tratado, que me parecen de mayor relevancia o que
requieren una mayor clarificación por mi parte. Por la
importancia que otorgo a este tema y porque ha sido citado de
forma que parece no haberse escuchado mis explicaciones, quiero
volver a reiterar que en cuanto el Cesid obtuvo una grabación de
una conversación de Su Majestad el Rey fue entragada al Director
del Centro, quien le informó inmediatamente para que reforzara de
esta forma su seguridad en materia de telecomunicaciones.

Este hecho, porque es cierto, debe decirse y se debe restablecer
en esta Cámara la verdad.

Quiero decirle al señor Anasagasti--al que agradezco el tono
constructivo de sus palabras--que, evidentemente, en una
situación como la actual no sólo es legítimo sino que debemos
reflexionar sobre la estructura de los servicios de inteligencia,
los mecanismos de su seguridad, el propio estatuto del personal y
las reformas que deban introducirse en el futuro. Lo está
haciendo el Gobierno. Lo haremos en debate con los grupo
parlamentarios, cuando sea necesario con aquellos parlamentarios
que tienen acceso a los secretos oficiales; luego, en debates
abiertos para, entre todos, encontrar los mecanismos de
estructuración y de control que los servicios de inteligencia
demandan en estos momentos.

Por descontado, señor Anasagasti, que los miembros de la Comisión
de Defensa no tienen el acceso a secretos oficiales que sí tienen
los seis miembros de esta Cámara que pueden acceder a ellos.

Cuando se produzca la visita de estos seis miembros al Cesid será
para conocer a fondo todos los mecanismos y el funcionamiento de
estos sistemas de vigilancia del espectro radioeléctrico.




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Al señor López de Lerma quiero decirle--al final también me
referiré a su intervención--que en estos momentos hay
investigaciones en curso que tienen que aclararnos muchos de los
aspectos que he señalado en mi intervención. Esperemos que estas
investigaciones internas y las que está haciendo la Justicia en
este momento despejen realmente las preguntas que S. S. y todos
nosotros nos formulamos en relación a este tema.

No discutiré con S. S., sino todo lo contrario. Estoy
absolutamente de acuerdo en que grabar escuchas a personas
privadas y almacenar el material de estas escuchas es un delito,
señor López de Lerma. Evidentemente. Y ante ese delito hemos de
reaccionar. Por eso el Gobierno ha instado al Fiscal General del
Estado para que actúe en relación a ese delito. El Gobierno ha
añadido a ese delito el de sustracción de documentos y el
publicación de escuchas ilegalmente obtenidas.

A la señora Aguilar quiero contestarle, por verdadera cortesía
parlamentaria, las preguntas que me ha realizado. ¿Qué personas
individuales del Gobierno conocieron estas escuchas? Ninguna,
señoría, y creo que he sido explícito y muy claro en mi primera
intervención. Ningún miembro del Gobierno ha conocido estas
escuchas ni las ha ordenado ni ha utilizado su resultado.

¿Desde cuándo el Vicepresidente del Gobierno no ha despachado con
el Director del Cesid? Señoría, en eso puedo ser tajante.

Despachos de trabajo con el Director del Cesid el Vicepresidente
del Gobierno no los ha tenido desde el día en que dejó de ser
Ministro de Defensa, porque soy absolutamente respetuoso y
conocedor de la necesidad de mantener las líneas de disciplina y
de escala de mando. Evidentemente, todos estos días con el
Ministro de Defensa, acompañando al Director del Cesid, hemos
estado trabajando en la dirección que he señalado a sus señorías.

¿Por qué dirige la investigación el General Manglano? Porque es
la persona más preparada para resolver los problemas de aclarar
cuáles fueron las rupturas de la normativa del Cesid, de la
conducta ética establecida en el Cesid, porque es la persona que
puede ayudarnos a responder a los interrogantes que tienen SS.

SS. y de los ciudadanos de este país. Y el Gobierno tomará todas
las medidas para que haya una respuesta adecuada, suficiente,
rigurosa a las preguntas de SS. SS y que tienen todos los
ciudadanos de este país.

Al señor Alvarez-Cascos le quiero responder como mínimo a dos
temas, aparte de reiterar que no ha hecho más que leer una
intervención que tenía preparada de antemano sin haber demostrado
que en absoluto haya escuchado las informaciones y razonamientos
que he dado a esta Cámara. (Rumores.)
Ha preguntado el señor Alvarez-Cascos qué legitimidad tengo yo
para apelar al funcionamiento de las instituciones democráticas.

Yo puedo hablarle de la mía y de la suya. En cuanto a la mía,
llevo muchos años, señor Alvarez-Cascos, con responsabilidades
políticas y mi trayectoria política en un gobierno autónomo, en
un ayuntamiento y en el Gobierno de la nación es suficientemente
conocida de todos los ciudadanos, y mis servicios al país,
modestos, y la democracia, también son conocidos de todos los
ciudadanos. Pero usted, señor Alvarez-Cascos, en este debate no
tiene ninguna autoridad para decir que defiende las instituciones
democráticas. (Protestas.)
Señor Alvarez-Cascos, usted ha hecho dos declaraciones en estos
dos últimos días, que voy a citar literalmente. Usted ha
declarado--y cito literalmente--: El Coronel Perote ha podido
prestar un gran servicio al Estado. Esto lo ha declarado usted,
señor Alvarez-Cascos. Ha declarado también, señor Alvarez-Cascos,
y cito literalmente: El Cesid es una banda mafiosa para hacer
espionaje de alcoba con carácter indiscriminado. Esta ha sido su
declaración sobre el Cesid (Aplausos en los bancos del Grupo
Socialista.) ¿Desde cuándo puede usted decir que defiende las
instituciones democráticas?
No sé dónde leí que usted, el día que el Partido Popular ganase
unas elecciones, podía llegar a ser Ministro del Interior. Me
aterra pensar que una persona que ha cometido la
irresponsabilidad política que entrañan esas dos declaraciones
pudiera tener este cargo. Y no sólo esto, sino que también señalo
al señor Aznar. Me aterra la posibilidad de que piense el señor
Aznar que puede, si algún día gana las elecciones, presidir un
gobierno si no ha corregido inmediatamente esas declaraciones en
defensa de que su partido está a favor de las instituciones
democráticas. (Rumores y protestas.-- Aplausos en los bancos del
Grupo Socialista.)



El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Y no sólo
esto, señorías.

El señor Alvarez-Cascos no sólo no tiene legitimidad para apelar
a que defiende las instituciones democráticas (Rumores.--Un señor
Diputado: ¡Payaso!), sino que ha formulado en su intervención...




El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señorías,
insisto en que he venido aquí a informar porque es mi deber,
porque es mi derecho y a explicar mis razonamientos. Lo haré
soportando incluso no ya descortesía parlamentaria, sino insultos
como el que acabo de escuchar. (Aplausos en los bancos del Grupo
Socialista.)
He insistido al principio de mi intervención, y señalo al
Diputado que me ha dirigido la palabra, que he comparecido para
informar sobre un tema de la máxima seriedad, sobre el que el
Gobierno no frivolizará. Ustedes responden ante este tema con la
bronca política.




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Seguiré, porque mi propósito es transmitir seguridad a SS. SS. y
a todos los ciudadanos, desde esta tribuna, con serenidad,
respondiendo a mi obligación al comparecer. Y respondiendo a mi
obligación quiero señalar que el señor Alvarez-Cascos ha
formulado desde esta tribuna una grave acusación. Ha acusado al
general Emilio Alonso Manglano de estar mantenido en su cargo
para hacer desaparecer pruebas.

El general Emilio Alonso Manglano no puede comparecer aquí para
defenderse, pero estoy yo para hacerlo. Lo que usted ha dicho es
una indignidad. (Rumores.) Acusar al General de esa posibilidad
es absolutamente intolerable, y le recuerdo que el historial, no
ya militar, de servicios a esta democracia del general Emilio
Alonso Manglano contiene elementos tan importantes como el de
haber sido un elemento clave para que la Brigada Paracaidista, la
noche del 23 de febrero, fuera leal al Rey y a la democracia;
servicios también tan importantes como haber colaborado con el
Ministro de Defensa y con el Gobierno de UCD en todo el período
del proceso judicial a quienes se levantaron en el 23-F, siendo
fundamental para el funcionamiento del Ministerio y el
sostenimiento de aquel período; que ha rendido servicios tan
importantes a la democracia como desmantelar el intento de golpe
de Estado del 27-0; que luego ha rendido servicios tan
importantes como colaborar desde el Cesid al proceso de
transformación y de consolidación en relación con la constitución
de las Fuerzas Armadas de este país. A este personaje, a esta
persona, señor Alvarez-Cascos, no se la puede ni se la debe
acusar impunemente.

Sólo le digo que, al lado de ese balance del General Emilio
Alonso Manglano en favor de la democracia, el suyo es nulo, es el
de la descalificación, el insulto y en este caso la acusación
infundada. (Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.)
Insisto, señor Alvarez-Cascos, en relación a la consolidación de
la democracia de este país y en relación al papel que usted y el
General Alonso Manglano hayan hecho por la consolidación de la
democracia en este país, el General es un elemento que ha hecho
grandísimas aportaciones y usted es un cero a la izquierda.

(Rumores y protestas.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio. (Continúan los
rumores y protestas.) ¡Señorías, guarden silencio! ¡Señor
Hernández-Sito!
La Cámara ha escuchado con respeto y silencio las intervenciones
duras en el fondo y en la forma que han precedido a la
intervención del señor Vicepresidente. Les ruego mantengan la
misma actitud SS. SS. con la intervención del señor
Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señor
Presidente, voy a introducir un elemento de distensión, señorías,
porque veo que protestan y muy fuertemente, quizá me he
equivocado, no debí decir un cero a la izquierda, dado el
posicionamiento político, debí decir un dero a la derecho.

(Fuertes rumores y protestas.)
Señorías, dicho esto quiero contestar a un punto que ha sido
común, general, de prácticamente la totalidad de las
intervenciones, la exigencia de asunción de responsabilidades.

Aquí quiero reiterar lo que ya he dicho. Precisamente, y tampoco
mi sucesor en el cargo de Ministro de Defensa, aunque ni ordené,
y tampoco mi sucesor ordenó, aunque no conocí, y tampoco mi
sucesor conoció), aunque no utilicé la información de estas
escuchas, y tampoco lo hizo mi sucesor, y aunque ni él ni yo
teníamos ninguna obligación legal de conocer estas escuchas
porque pertenecen al campo de los procedimientos operativos que
no deben transmitir los servicios de inteligencia a los cargos
políticos, a pesar de ello presenté la dimisión, precisamente
porque quiero que quede claro que ni el Ministro de Defensa ni
yo, ni ningún miembro del Gobierno ordenaron, conocieron o
utilizaron esa información. Por eso, señorías, asumo mis
responsabilidades y presenté al Presidente del Gobierno mi
dimisión.

Por último, señor Lopez de Lerma, ha dicho usted que su Partido
está por el fortalecimiento de la democracia. Yo he venido a esta
tribuna a expresar la posición del Gobierno, de mi Partido y mía
personal, exactamente en la misma dirección. Quiero decirle a
usted, señor López de Lerma, con cuyo Grupo Parlamentario estoy
seguro que compartimos suficientes elementos como para trabajar
conjuntamente para resolver el grave problema que tenemos
planteado en este momento la sociedad española y que hemos estado
discutiendo, quiero decirle--y conecto con la explicación
anterior--que la menor de mis preocupaciones en estos momentos es
la de mantenerme en el cargo que ocupo, en el cargo de
Vicepresidente del Gobierno.

Yo, señorías, no me he iniciado en la política en el cargo de
Vicepresidente del Gobierno. Yo me incorporé a un proyecto
político cuando aún no tenía ni veinte años. un proyecto político
que trabajó por recuperar para nuestro país la democracia para
restablecer en nuestro país las libertades. (Rumores.) Mi
compromiso desde entonces ha seguido siendo éste y seguirá
siéndolo en el futuro, antes de ocupar el puesto que ahora tengo,
mientras lo ocupe y después de que deje de ocuparlo, estaré en el
mismo sitio en el que he estado --permítanme la expresión--desde
que tengo uso de razón política: el puesto de luchar por las
libertades y la igualdad entre los ciudadanos. Seguiré trabajando
en esta dirección. Y le voy a decir algo más. Siempre he pensado
que descalificar a alguien en política sin escuchar sus razones
envilece el debate político. Impedir el debate, desoír la
información precisamente deteriora el prestigio de esta Cámara,
de la política y de



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la relación que los políticos representantes de los ciudadanos
hemos de tener con la sociedad.

Muchas gracias. (Aplausos.--El señor Alvarez-Cascos Fernández
pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Saben SS. SS. que es excepcional el turno de
réplica, pero vamos a abrirlo para los portavoces que deseen
hacer uso de la palabra, en vista de la exposición del señor
Vicepresidente.

Tiene la palabra el señor Alvarez-Cascos.




El señor ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ: Señor Presidente, señorías,
subo a esta tribuna para responder, por razones de cortesía, a la
intervención del señor Serra. Y digo que por razones de cortesía
porque nada de lo que ocurra a partir de ahora, ninguna de las
soluciones que hay que aportar a partir de ahora, ninguno de los
remedios que hay que poner en marcha para solucionar estos
problemas tiene que ver ni va tener que ver con el señor Serra,
entre otras cosas, porque el que ha causado los problemas
difícilmente va a contribuir a resolverlos.

Señor Serra, yo, que no aspiro a ser--y gana usted todas las
carreras--más demócrata que nadie (Fuertes rumores y protestas.);
para ustedes todos los títulos. Lo que no estoy dispuesto a
aceptar son lecciones de democracia de quien ha suspendido la
asignatura fundamental, que es ejercerla cuando se está en el
Gobierno. (Aplausos en los bancos del Grupo Popular.)



Usted, que no ha tomado una sola iniciativa contra los
responsables de la trama de Filesa, organizada para vulnerar la
legalidad y obtener ventajas a favor del partido en el Gobierno y
sólo desde el Gobierno; usted, que no ha tomado una sola
iniciativa para acabar con los GAL; usted, que no ha tomado una
sola iniciativa para impedir que los fondos reservados se
conviertan en patrimonio particular de los altos cargos de la
Administración; usted, que no ha tomado ninguna iniciativa para
atajar durante diez años los comportamientos mafiosos de los
responsables de las escuchas telefónicas ilegales en el Cesid;
usted, señor Serra, es más bien un conspirador que ha degradado
la democracia, y lo que es mucho peor, señor Serra, que ha
traicionado su juramento de lealtad de cumplir y hacer cumplir la
Constitución. (Aplausos.)
Usted, señor Serra, cita parcialmente mis declaraciones y saca
las conclusiones que le convienen. Yo he dicho que, si el
Gobierno mantiene pertinazmente su conducta de centrar la
atención de este problema en la divulgación de las cintas y en la
autoría de su publicación, va a acabar convirtiendo al señor
Perote en una persona que ha prestado un servicio al Estado,
puesto que gracias a su actividad se ha podido poner fin a un
comportamiento mafioso de un grupo de personas incrustado en un
organismo público dependiente de ustedes. (Aplausos.) Eso es lo
que he dicho, señor Serra. Pero ahora voy a decir algo más. Es
que, además, ni usted, ni el señor Manglano, ni el señor
Manglano, ni usted, ni con el apoyo del señor González, pueden
dar lecciones en este momento de respeto a la responsabilidad
política ni a la trayectoria de las personas, porque usted, el
señor Manglano y el señor González han mantenido al señor Perote
durante cuatro años en la jefatura de Repsol para taparle la boca
y para que no se conocieran ni se exigieran las responsabilidades
penales oportunas.

Eso lo han hecho ustedes, el señor Manglano, el señor Serra y el
señor González.

Lo que usted, señor Serra, ha venido diciendo esta tarde resulta
una ofensa a la razón y a la lógica, propia de quienes
infravaloran la inteligencia de los ciudadanos y la inteligencia
de los miembros de esta Cámara. Usted ha pretendido hacernos
comulgar con ruedas de molino. Porque, del mismo modo que es
imposible que el Presidente del Gobierno no supiera nada del GAL
después del primer muerto del GAL, es imposible desconocer la
actividad irregular del Cesid, primero, porque la larga duración
de la trama, la larga lista de las personas y las innumerables
noticias de la prensa, a las que me he referido, hacen imposible
tanto la calidad como la ignorancia; segundo, porque el
funcionamiento jerarquizado del Cesid, su férreo control y esa
característica tan especial de la preparación del personal de
élite que lo integra hace inviable una desobediencia continuada,
cuyas pruebas (la cintateca), por cierto, lejos de ser
invisibles, ocupaban muchos metros cúbicos de espacio en el
archivo como para que nadie las hubiera podido identificar; y
tercero, señor Serra, porque la larga, la intensa, la estrecha
colaboración entre el señor Manglano, ustedes y el señor González
invierte la carga de la prueba y hace inverosímil la ignorancia
en un círculo tan cerrado de confianza. Ustedes tenían la misma
información, compartían la misma información, consentían la misma
información y utilizaban la misma información.

Por eso, el señor González, ayer, al comparecer ante los medios
de comunicación, también dejó traslucir lo que subliminalmente
piensa, desde el punto de vista de su compromiso con las
libertades. Fíjese lo que dijo el señor González ayer, en esta
misma Cámara, pero en rueda de prensa. Le preguntaban por la
energía con que hay que perseguir estas actuaciones y el señor
González, literalmente, dijo lo siguiente: La misma energía hay
que aplicar respecto a quien captó las señales; segundo, quien
las robó y las transmitió por uno u otro procedimiento; y
tercero, quien las divulgó, violando el derecho a la intimidad.

No, señorías, violó el derecho a la intimidad aquél que escuchó,
grabó, archivó y clasificó; ésa esa la primera y más grave
vulneración del derecho a la intimidad a la luz de nuestra
Constitución. La más grave, señorías, la más grave. (Aplausos.)
Por eso



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sus declaraciones y su comparecencia esta tarde son muy poco
convincentes.

Como han dicho otros portavoces de grupos políticos, estamos ante
una grave situación de desgobierno; situación de desgobierno que,
por el contrario, sí tiene una salida, la salida que consiste
democráticamente en apelar a los ciudadanos. Aquellos que en este
momento afirman que estamos ante una grave situación de
desgobierno y no ven la salida tienen en sus manos hacer luz en
esa salida, porque algunos de ellos tienen la responsabilidad de
que esa situación se perpetúe. Por eso, señorías, mi Grupo
parlamentario apela al conjunto de las fuerzas políticas de esta
Cámara para, entre otros, buscar la salida que nos niegan el
señor González, el señor Serrra y sus compañeros de partido.

Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alvarez-Cascos.

Señora Aguilar



La señora AGUILAR RIVERO: Señor Presidente, señorías, deseo
decirle, señor Serra, que mi Grupo parlamentario no va a entrar
en su juego. Nosotros no queremos desviar la atención. Hemos
venido a esta Cámara a hablar de las escuchas ilegales del Cesid,
de la violación de la Constitución y de las responsabilidades por
todo ello del Gobierno de la nación. En ese sentido, en esta
comparecencia suya ante la Cámara, el Gobierno y el Grupo
Parlamentario Socialista lo que están haciendo es esfuerzos
ímprobos por esconder la realidad, por negar lo que ya todos
sabemos, por negar la evidencia. La evidencia es que sabemos que
un servicio del Estado, que el Cesid espió, que el Cesid escuchó
conversaciones, que las grabó y que las archivó. Y, como
consecuencia de su irresponsabilidad, de su negligencia y de su
falta de control, ustedes han dado lugar a la filtración y ahora
se quejan de ella. Lo que hay que hacer, lógicamente, es actuar,
desde un Gobierno, de forma responsable, para que cosas de éstas
no sucedan. La realidad no la puede negar ante esta Cámara señor
Serra. Hubiera sido mucho más lógico, por otra parte, que hubiera
venido a plantear que el Gobierno asume su responsabilidad
política en toda su extensión y que lo hubiera venido a plantear
no usted, Vicepresidente del Gobierno dimitido, sino el
Presidente del Gobierno, el señor González.

No es cierto que el Gobierno quiera tratar con rigor y con
profundidad el tema. El Gobierno ha venido aquí única y
exclusivamente a eximir su responsabilidad. El Gobierno pretende
como único objetivo exculparse de lo que es responsabilidad
directa suya, que ha ocurrido, que es tremendamente grave y que
ha generado preocupación en la ciudadanía y alarma social.

Es más, señor Serra. Con su intervención ante esta
Cámara, ha venido a reconocer que el Cesid es un desastre. Ha
reconocido que es un desastre un organismo que depende
directamente del Presidente del Gobierno, del señor González.

Alguna responsabilidad tendrá el Presidente del Gobierno con las
circunstancias que han concurrido al aceptar usted que en el
Cesid se han dado circunstancias anómalas en comportamientos de
personas que ustedes designaron y a los que, durante muchos años,
les han otorgado todo tipo de confianza.

Y usted ha reiterado en su segunda intervención que el Gobierno
no ordenó, no conoció ni utilizó las cintas en las que se han
grabado conversaciones privadas de ciudadanas y ciudadanos. Y le
tengo que decir aquí que ha habido unas manifestaciones públicas
de una persona de las escuchadas que ha dicho que precisamente
esa escucha que se le hizo valió para que poco tiempo después se
le pidiera que entregara el careé del Partido Socialista Obrero
Español. Y ustedes no lo han desmentido. Por tanto, parece ser
que algo tenían que saber cuando algunas escuchas las utilizaron
de manera indebida y a nivel interno de su propio partido.

Insisto, esta manifestación pública no la han desmentido ustedes
en ningún momento. Es más, señor Serra, en estos momentos le
tengo que decir que no sé lo que pensarán los otros compañeros
que entienden de los asuntos secretos en representación de la
Cámara, pero yo, que soy una de las seis personas designadas por
este Parlamento, le digo que su invitación a visitar el Cesid la
hace tarde y mal, y se lo voy a explicar. Tarde, porque la
formula cuando estamos ante este desastre, ante esta grave
irresponsabilidad del Gobierno del PSOE, que nos ha llevado a
esta situación, y mal, porque en su invitación no nos garantiza
que no nos vayan a grabar y no nos a-lara si, al final, nos van a
mandar la cinta de la grabación o no. Por tanto, no hay duda de
que no ha hecho la invitación de forma suficientemente clara.

Señor Serra, usted sabe, perfectamente que los hechos que ahora
ha denunciado Manglano no los conoce cuando ha saltado el
escándalo, sino hace varios años, y si el señor Manglano denuncia
ahora lo que sabía hace varios años, hay que preguntarle al
Gobierno por qué se ha instado al señor Manglano a que lo haga
precisamente ahora y no se le instó cuando concurrieron las
circunstancias anómalas con el señor Perote. Tanto el señor
Manglano como el propio Gobierno, al no actuó con diligencia
cuando se conocieron los hechos, se han convertido en cómplice y
corresponsales de los hechos mismos, y usted ha admitido en esta
tribuna que, efectivamente, el señor Manglano conocía esa
situación, que no es nueva; que la ciudadanía la hemos conocido
ahora porque ha saltado a los medios de comunicación, pero que
ustedes la sabían; la sabían y, a pesar de eso--se ha dicho en
esta tribuna--, llevaron al señor Perote, no sé si para comprar
su silencio, a la



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jefatura de seguridad de una empresa pública tan importante como
la empresa Repsol. En ese sentido, hay que decir que el Cesid ha
espiado y ha investigado a casi todo el mundo, pero, qué
casualidad, cuando en un caso tan importante como el de Roldán
preguntamos al señor Manglano, el Cesid no sabía absolutamente
nada del Director General de la Guardia Civil.

La verdad es que hay toda una serie de datos contradictorios,
que, cuando menos, hacen toda la explicación que usted nos ha
dado no sólo no creíble, sino sospechosa de guardar elementos
clave para conocer toda la verdad--que es justamente lo que
queremos conocer-- y dar transparencia y claridad a todos y cada
uno de los escándalos de corrupción que han concurrido,
especialmente ante las escuchas ilegales del Cesid. El Cesid, y
hay que decirlo también, que depende del señor González, conspiró
contra quienes fueron escuchados ilegalmente--esto parece claro--
y el propio Director General del Cesid, el señor Manglano, ha
aceptado que, efectivamente, él mandó escuchar, que él mandó esas
escuchas, que él las ordenó, y mucho nos tememos que el señor
Manglano no actuaba solo ni de «motu proprio» cuando para asuntos
tan importantes como los de la defensa y la seguridad del Estado
depende políticamente del propio Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, le ruego concluva.




La señora AGUILAR RIVERO: Señor Presidente, concluyo planteando
una cuestión. Señor Serra, más que nada, lo que parece es que
quienes mandaron espiar, al final fueron espiados, y a partir de
ahí todos en manos del señor Manglano y en manos del Cesid, y a
partir de ahí un servicio tan importante como el del Cesid, que
depende del Presidente del Gobierno, ha estado sin control de
ningún tipo, con una grieta importante abierta y ha perjudicado
en su actuación al sistema democrático. Eso es tremendamente
grave, porque no se trata aquí de que cada cual diga que es más
demócrata que el anterior que ha intervenido, sino que hay que
demostrarlo con los hechos, y en la irresponsabilidad del
Gobierno en el caso del Cesid lo único que se ha demostrado es
que ustedes, y fundamentalmente el señor González, Presidente del
Gobierno, han ocasionado un grave perjuicio al sistema
democrático.

Nada más v muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Aguilar.

El señor Anasagasti tiene la palabra.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor Presidente, desearía ser muy
breve para no redundar en la argumentación mantenida en mi
intervención anterior.

Usted, señor Vicepresidente, ha hecho una alusión a algo que yo
he dicho en mi intervención respecto a una visita que nosotros,
como miembros de la Comisión de Defensa, realizamos al Cesid. En
aquella oportunidad, lógicamente, como usted dice, no se nos
informó de todo porque la Comisión de Defensa no tenía acceso a
los secretos oficiales.

Yo creo que éste es uno de los temas fundamentales que nosotros
hemos criticado en nuestra intervención, en el sentido de que la
Comisión de Defensa fue al Cesid ya muy tarde (ustedes llegan al
poder en 1982 y la visita se produce en 1992, creo recordar, por
tanto, diez años después), y sobre todo no se nos dice toda la
verdad, se nos dice quizá la verdad, pero no toda la verdad.

Yo he contado públicamente cómo en aquella oportunidad al General
Manglano le preguntamos qué sabía él concretamente de lo que
había ocurrido con el caso GAL y qué sabía de las escuchas
telefónicas. En el primer caso nos contestó que no sabía
absolutamente nada, que no podía decir nada y, en el segundo
caso, que cualquier tipo de escucha se realizaba bajo estricto
mandato judicial. Posteriormente, con el tema de los barridos ha
salido la información de que siendo eso verdad no era toda la
verdad.

Pero la argumentación nuestra se basa en una gran preocupación.

Durante todos estos años, independientemente de los servicios que
ha podido realizar el General Manglano en esos primeros tiempos
de la transición política española (hay que decir también que esa
transición política española tan mitificada no está contada en su
totalidad y que el Gobierno Suárez no controló nunca los
servicios de información), aquí hemos tenido una democracia
bastante tutelada. A nosotros nos llama mucho la atención que
durante todos estos años el servicio de información ha sido un
servicio de información de la Defensa, que analizaba, procesaba
los datos y se los suministraba al Gobierno, y el Gobierno, como
usted bien ha dicho, no buscaba cómo se recogían esos datos, sino
simplemente se hacía eco de la información que le suministraba el
Cesid.

Esa es la gran denuncia que nosotros tenemos que realizarle,
señor Vicepresidente. ¿Por qué han confiado ustedes tanto en ese
servicio? ¿Por qué no ha habido un criterio mucho más crítico a
la hora de recabar ese tipo de información? ¿Por qué no se ha
hecho un análisis serio del funcionamiento de los servicios de
inteligencia? ¿Por qué no ha habido un estatuto nuevo del Cesid?
¿Por qué ahora se está hablando de un militar en lugar de un
civil? ¿Por qué la información al poder civil la recogen los
militares?
Señor Vicepresidente, nosotros, como Grupo Parlamentario,
tenemos que decir que aquí hay algo muy anómalo y que tiene que
ser denunciado, y nosotros lo hacemos de una manera muy enfática.

Señor Vicepresidente, nosotros tomamos la información que usted
nos ha suministrado en el sentido de que está en camino una
reforma en sustancia, y sobre todo en profundidad, del
funcionamiento del Cesid, y nos



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gustaría que una de las conclusiones de este debate fuera que se
entrara muy a fondo sobre los servicios de inteligencia, porque,
de lo contrario, sí diríamos que ustedes han sido cómplices de
una situación.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Señor Olarte, de lo que yo he podido
entender de la intervención del señor Vicepresidente, no ha
habido una alusión directa a las palabras de su señoría. Por
tanto, considerando que no es para réplica, su intervención, sino
en la medida en que se sienta contradicho por la exposición
general del señor Vicepresidente, dentro de la excepcionalidad
del turno le ruego la máxima brevedad.




El señor OLARTE CULLEN: No ha sido ésta la advertencia inicial
del señor Presidente, y me entero ahora de ello. No obstante, al
no haber sido aludido, tengo que contestar en cuanto a la falta
de alusión, ya que puede entenderse incluso de conformidad
previa. (Risas.) Así que por lo que creo que no dijo el señor
Vicepresidente y debió haber dicho, voy a contestar.

Se encontraba ausente el señor Presidente del Gobierno y no me he
prevalido de su ausencia; tuve que constatarlo, no me quedaba
otro remedio, ya que pensaba iniciar mi intervención extrañado de
que no hubiese querido comparecer hoy, pese a la solicitud
unánime de todos los grupos parlamentarios (a excepción del
socialista, naturalmente, y no de todos los miembros del Grupo
Socialista), al contrario de lo que había ocurrido a instancia de
Coalición Canaria cuando la huida de Roldán, en que sí
compareció, ya que entonces lo habíamos solicitado. Y hoy
creíamos que había razones más que suficientes porque el caso era
más grave que el anterior.

Sabido es que según la vurgalmente llamada Ley del Gobierno--no
sé si por estas latitudes se la llama así también--, el señor
Vicepresidente sustituye al Presidente en los casos de
fallecimiento--Dios nos libre y le dé larga vida, señor
Presidente--, ausencia, enfermedad o incapacidad. Sano está el
señor Presidente, a la vista está; no está ausente, es obvio que
se encuentra presente, y no está incapacitado. Luego hoy, estando
aquí el señor Presidente, Coalición Canaria cree que precisamente
por ello era él llamado a haber intervenido.

Las grabaciones de Adolfo Suárez y de Gutiérrez Mellado, también
las grabaciones de conversaciones particulares realizadas por Su
Majestad el Rey, se conocieron en un momento determinado y no se
actuó. ¿Por qué no se actuó? ¿Por qué no se puso en conocimiento
del Ministerio Fiscal para que obrase en consecuencia? ¿Se
consideraba entonces una conducta leve lo que hoy se considera
que es una conducta gravísima? ¿Es preciso que la oposición haya
puesto de manifiesto la gravedad de la conducta para que hoy se
repare en que aquello de suyo era sumamente grave? ¿Por qué,
repito, no se actuó? Esto no ha sido explicado. Tampoco sabemos
dónde se encuentran las responsabilidades del General Manglano en
el momento en que conoce que se producen las escuchas y la
divulgación de las mismas. ¿Cuándo se conoce? ¿Por qué no se
actua? ¿Qué explicación se da?
El portavoz de Coalición Canaria, en quien concurre la doble
condición de miembro de la Comisión o no Comisión de Secretos del
Estado, no cabe duda que tiene una intervención sumamente
delicada. Yo he procurado ser siempre extraordinariamente
riguroso con esas obligaciones. Reparen SS. SS. que ni siquiera
he comparecido a una sola rueda de prensa después de las
reuniones, respetando el parecer de quienes, no revelando tampoco
ningún secreto, lo hayan hecho. No quise jamás ni siquiera pecar
por imprudencia.

Hoy concurro aquí como representante de un grupo parlamentario, y
sin necesidad de revelar secreto alguno sí me encuentro en la
obligación de expresar nuestro parecer, que es el de que se tiene
que producir inexorable y rápidamente, para conseguir la mínima
credibilidad que necesita este país en una de sus instituciones
fundamentales, el cese del Ministro de Defensa y del
Vicepresidente del Gobierno, porque lo fue también en la época en
que estos problemas se suscitaron.

Termino ya, señor Presidente. Con estos ceses no se conforma
Coalición Canaria. Es preciso actuar más en profundidad, es
preciso coger el toro por los cuernos, darse cuenta de que no
basta una mera operación de maquillaje ni una simple
remodelación, hace falta un cambio de Gobierno en profundidad. Y,
si no, señor Presidente, tan sólo cabe una posibilidad, que
usted, de acuerdo con las facultades que la Constitución le
confiera, disuelva las Cortes Generales.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olarte.

Tiene la palabra la señora Rahola.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Muy brevemente, señor Presidente.

Señor Serra, lamentable. Como siempre, ustedes han optado por el
numantinismo, por la falta absoluta de voluntad de transparencia
y por continuar vulnerando el sentido de este propio debate, y
han optado también por echar tinta para poder taparse a sí
mismos.

Señor Serra, no hace falta que usted luche por la democracia y
las libertades, sólo hace falta que no las dañe desde el
ejercicio público. No nos explique, pues, sus batallitas a los 20
años, sino sus desastres más de 20 años después. La libertad se
defiende viniendo a las comisiones de investigación cuando se es
reclamado, y no escapando como pasó con la Comisión Roldán;
creándolas cuando se detecta el problema, el escándalo, y no
dejando que años después ese escándalo se podrá, aparezca



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en la prensa y corriendo tengamos que hacer unacomisión.

Detectando, controlando y evitando un terrorismo organizado en
los aledaños de Interior, evitando que la central de inteligencia
se convierta en un centro de control de los ciudadanos, así se
defiendes las libertades.

La crisis actual, señor Serra, no nace de su defensa militante a
favor de las libertades, nace de las agresiones graves que han
sufrido las instituciones que sustentan esas libertades, de las
agresiones, pues, que ha sufrido la democracia. No busque
enemigos exteriores, usted ha sido su propio enemigo.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rahola.

Tiene la palabra el señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Gracias, señor Presidente.

Brevemente. Lamento, señor Serra, el tono y la forma en que usted
ha hecho hoy su intervención. Y permítanme, desde el respecto que
le tengo, y reconociendo públicamente que usted tiene acreditados
servicios al Estado y credibilidad democrática, decirle que no lo
eche todo a perder, no lo tire por la borda con intervenciones
como la de esta tarde, con la falta de explicaciones en el asunto
del Cesid. Los silencios, señor Serra, a ustedes no le van a
beneficiar.

Permítame que reitere, una vez más, la necesidad del control
parlamentario para las actividades del Cesid, como tantas veces
hemos dicho, y que hubieran evitado este bochornoso espectáculo
que se está dando. No provoque, señor Serra, comparando actitudes
de personas nombradas o designadas a dedo con lo que podamos
decir los que hemos sido elegidos por el voto popular; no hay
comparación posible y, desde luego, dice poco de su talante
democrático haberlo hecho esta arde aquí.

En cuanto a la visita que usted ofrece al Cesid, yo, como miembro
de la Comisión de Defensa de este Congreso, he sido invitado y he
visitado esas instalaciones, y de verdad que, a la vista de lo
que ha sucedido después, me siento defraudado, y no voy a
explicarle por qué, ya que tengo bastante sentido de la
discreción.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur.

Tiene la palabra el señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, señor Presidente.

Muy brevemente. Señor Vicepresidente, oída su réplica, la poca
atención prestada a la oposición y a sus propuestas, y oído
también que está lleno de buenas intenciones que hasta ahora por
lo visto no ha podido poner en práctica, pero que, sin embargo,
nos ha comprometido usted en esta dura y larga sesión, que se
podría haber evitado de hacer actuado con diligencia, y
constatado que en este Gobierno no se van a tomar decisiones para
cambiar el estilo de gobierno, ni corregir la actuación
anticonstitucional de determinadas instituciones como la que esta
tarde estamos aquí analizando, le quiero reiterar la reclamación
para esta Cámara--porque antes no me ha debido atender--del
listado de ciudadanos investigados para darles opción a
defenderse.

Finalmente, quiero que mientras no haya medidas de renovación en
el Gobierno, que la Virgen de los Desamparados nos proteja.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Tiene la palabra el señor Vicepresidente del Gobierno.




El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (Serra i Serra): Señor
Presidente, señorías, quiero hacer una breve intervención en la
que voy a responder a algunas o a todas la cuestiones concretas
que creo que deben tener una respuesta en esta sesión.

Señor Albistur, el listado no existe, no ha existido nunca.

Cuando se ha cumplido con el ordenamiento del Cesid ha habido que
borrar esas escuchas inmediatamente. Por tanto, ni existen las
cintas, ni existe el listado, ni ha existido en el Cesid. Ha
existido la rotura, la desobediencia de la normativa interna por
una o varias personas que han hecho estas grabaciones y
ocultándolo a los mandos del Cesid las han guardado. Por tanto,
no existe este listado porque no existen en el Cesid esas
grabaciones, ni han existido.

Al señor Mur y a la señora Rahola no tengo ninguna cuestión
concreta que responderles, porque no la han formulado.

Al señor Olarte, sí. Señor Olarte, cuando se conoció la
revelación de la cinta grabada en 1978 al entonces Presidente del
Gobierno, Adolfo Suárez, y al Vicepresidente, el General
Gutiérrez Mellado, se actuó, se abrió una investigación. Puedo
decirle que esta cinta no estaba en los locales o depósitos del
Cesid y que, precisamente porque se actuó, quizá luego se han
precipitado otros acontecimientos y en estos momentos se han
producido las publicaciones que se han producido.

Señor Anasagasti, pide usted entrar a fondo. Tiene absolutamente
dispuesto al Gobierno y usted lo sabe. Para un diálogo serio,
constructivo y riguroso como el que usted ofrece, siempre el
Gobierno estará dispuesto a trabajar.

A doña Rosa Aguilar quisiera preguntarle con toda cordialidad:
¿se dio usted cuenta de que al final de su primera intervención
los miembros del Grupo Popular tuvieron que reprimir sus
aplausos? (Rumores.--Varios señores diputados: ¡No!, ¡no!) ¿No le
incomoda?
Me temo, señoría, que su discurso cada vez se acerca más al
discurso del Grupo Popular. (Rumores.) Pura retórica, señoría,
pura retórica. Pero, eso sí, una retórica



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que es perjudicial para los intereses del país, perjudicial para
la seguridad de nuestro país.

Ha dicho usted, señoría, que el Cesid espió, grabó, almacenó.

Sabe que no es cierto. Sabe que para decir esa falsedad tiene que
confundir la institución con la conducta contraria a su normativa
de alguno de sus funcionarios o de sus agentes.

Ha dicho usted que yo he declarado que el Cesid es un desastre.

También en eso falsea, obviamente, la realidad, y ahí está el
«Diario de Sesiones».

Por último, una respuesta concreta. Ha llegado usted a acusar de
que habíamos utilizado esas cintas--que ni conocimos ni, por
descontado, empleamos--en relación a un tema de un miembro del
partido y su expulsión. Certifica usted que eso es cierto porque
no lo hemos desmentido. Yo sólo le digo: señoría, los
despropósitos no se desmienten. Pensar que con esas llamadas
desde el Gobierno se controlaba el partido es un absoluto
despropósito.

Al señor Alvarez-Cascos quiero señalarle un punto en el que estoy
absolutamente de acuerdo con él, para que haya uno. (Rumores.) El
señor Alvarez-Cascos ha dicho que vulneró la ley quien grabó y
almacenó estas cintas. Y yo le digo que estoy absolutamente de
acuerdo con él.

Respecto al resto de su intervención, debo expresar los
comentarios siguientes. En primer lugar, ha vuelto a formular una
falsa acusación que es una insidia, y se lo he dicho, señor
Alvarez-Cascos: usar falsas acusaciones en el debate político lo
devaluó, y decir que el Gobierno ha dado--lo cual no es cierto--
un cargo a la persona que en estos momentos está procesada por la
jurisdicción militar para taparle la boca es una falsedad y es
una insidia. (Rumores y protestas.)
Además, no cabe en cabeza humana que pudiéramos contratar a una
persona sobre la que tuviéramos la más mínima sospecha de
conducta irregular en este tema
También usted tiene que exagerar la realidad. Ha hablado de
metros cúbicos de cintas. ¿Se da usted cuenta de que las 86
cintas de la lista ocupan un volumen ridículo?
Señor Alvarez-Cascos, también en eso tiene que exagerar.

Señor Alvarez-Cascos, usted ha vuelto a subir a la tribuna no a
demandar el esclarecimiento de los hechos, sino a descalificar y,
además, señor Alvarez-Cascos, se ha sumergido otra vez en lo que
podríamos llamar la laguna de una ignorancia jurídica. Mire, yo
soy economista, no soy hombre de Derecho, pero no me atrevo a
invertir la carga de la prueba, no me atrevo a exigir que nadie
pruebe su inocencia, sino que lo que hay que hacer es exigir que
se prueben las culpabilidades. Ni con usted me atreveré a
invertir la carga de la prueba, porque ello, señor Alvarez-
Cascos, es desconocer los principios de nuestra Constitución.

Por último, ha terminado, como antes acabó dona Rosa Aguilar,
solicitando a los grupos una salida, dice usted, que niega el
Grupo Parlamentario. Esa salida que usted pretende, que es la
sustitución del Gobierno, este «márchese, señor González» que ha
pronunciado doña Rosa Aguilar y que pronunció el señor Aznar,
precisamente--en eso le ha copiado, doña Rosa Aguilar-- en la
campaña de 1993, esta salida, que no lo es, no se la niegan los
demás grupos parlamentarios; se la niega la voluntad de los
españoles expresada en la urna en 1993, que decidieron (Rumores y
protestas.) que don Felipe González, el Grupo Socialista, el
Partido Socialista, gobernaran a los españoles, y lo estamos
haciendo con el apoyo parlamentario suficiente.

Una vez más, ustedes no saben variar el programa que ya
inventaron en 1993. Su programa sigue consistiendo, tristemente,
en esta frase: «Márchese, señor González». (Aplausos.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.




PREGUNTAS



-- DEL DIPUTADO DON RAFAEL RIBO MASSO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA.INICIATIVA PER CATALUNYA, QUE FORMULA
AL GOBIERNO: DESPUES DE LOS ULTIMOS ACONTECIMIENTOS QUE HAN
TENIDO LUGAR EN TORNO A LAS ESCUCHAS DEL CESID, ¿CREE EL
PRESIDENTE DEL GOBIERNO QUE CON LA SALIDA DEL VICEPRESIDENTE Y
DEL MINISTRO DE DEFENSA DEL EQUIPO DE GOBIERNO SE DEPURAN LAS RES
PONSABILIDADES POLÖTICAS DE ESTE CASO? (Número de expediente
180/001281)



El señor PRESIDENTE: Punto quinto del orden del día, preguntas.

Pregunta del señor Ribó Masso, que tiene la palabra.




El señor RIBO MASSO: Gracias, señor Presidente.

Señor Presidente del Gobierno, ¿donde termina la responsabilidad
política del señor Serra y del señor García Vargas? ¿Dónde
empieza la suya propia?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ribó.

El señor Presidente tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Eso depende
de quien lo vaya a juzgar Seguramente para usted la
responsabilidad no tiene límites y, desde luego, siempre recae en
el Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

El señor Ribó tiene la palabra.




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El señor RIBO MASSO: Señor Presidente del Gobierno, un gran
estadista, como fue Willy Brandt, dimitió de su cargo,
homologable al suyo, por un asunto relacionado con los servicios
secretos alemanes de ínfima categoría comparado con el que nos
ocupa. Willy Brandt tenía una gran talla política.

Señor Felipe González, usted se ha desprendido de personas
valiosas de su entorno. Debe ser usted responsable de algo.

Estamos hablando de la violación de la Constitución y de derechos
fundamentales, y estamos hablando de la institución más
neurálgica para la seguridad del Estado. ¿Tiene algo que ver con
el Presidente del Gobierno?
Dijo usted en esta Cámara, a la salida de una sesión, que se
enteró por la prensa. Esta misma frase le descalificaría para dar
cualquier tipo de explicaciones. Usted tiene una responsabilidad
directísima, como mínimo, señor González, por negligencia, por
ingenuidad e incluso por inutilidad o ineficacia para preservar
al Estado de maniobras, conspiraciones o conjuras, como en este
caso ustedes están argumentando. Una conjura o una maniobra no
puede ser nunca alardeada para parar las críticas y distraer la
atención.

Nuestro Grupo Parlamentario tiene una tradición de lucha, como el
que más, contra conjuras y conspiraciones, especialmente, y la
más importante, la dictadura franquista. Apele a los demócratas y
exhiba las pruebas, que nos tendrá a su lado para defender de
conjuras y conspiraciones a la democracia, pero no hagamos
trampas. Usted, ahora, puede ser vulnerable, teme nuevas
publicaciones y, por ello, yo creo que pueden ir adelante las
especulaciones de los que están presentando la no aceptación de
la dimisión de Serra y García Vargas, pues son sus escudos
humanos, señor González. Usted puede acabar siendo quien impida
desde estos escaños--se lo dije el día de la investidura--que la
izquierda de verdad protagonice la necesaria tarea de limpieza
democrática.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ribó.

Señor Presidente, tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Se confunden
muchas cosas; para empezar, se confunde el final de su frase, eso
de la izquierda de verdad, que yo no sé en qué consiste, no sé si
será la izquierda real, como era el socialismo real. Alguna vez
se lo he recordado: nosotros no somos eso, es evidente, somos el
socialismo democrático desde siempre. Usted ha desviado, además,
el sentido de su pregunta--lamento tener que darle la espalda,
porque antes me lo reclamaron--, que se refería a
responsabilidades políticas. Nosotros hemos asumido
responsabilidades políticas, a veces hay una visión de la
responsabilidad política absolutamente vicaría. El Presidente del
Gobierno es responsable de la coordinación del Gobierno, no, como
se ha dicho esta tarde aquí, responsable del Cesid; es el
destinatario de la información del Servicio, no el responsable
del Servicio, que lo es funcionalmente, como es lógico, el
Ministerio de Defensa, y no sólo aquí, sino en otros países.

¿Qué es lo que hemos hecho, señor Ribó? Hemos ordenado, como
primer paso, una investigación interna,
e es compatible con la puesta en marcha por la Fiscalía General
del Estado y compatible también con la puesta en marcha por la
jurisdicción militar, y estamos a las resultas de esa
investigación para hacer nuestra propia evaluación, y lo hacemos
por sentido de la responsabilidad ante un tema
extraordinariamente delicado para el Estado, cosa que parece que
brilla por su ausencia en algunas intervenciones.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.




-- DEL DIPUTADO DON FRANCISCO ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR, EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL
EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DEL GOBIERNO: ¿ADMITE ALGUNA
RESPONSABILIDAD POLÖTICA PROPIA EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO POR LA
ACUMULACION DE LOS ESCANDALOS QUE IMPLICAN A ALTOS CARGOS DEL
BANCO DE ESPAÑA, DE LA GUARDIA CIVIL, DEL MINISTERIO DEL INTERIOR
Y DEL SERVICIO DE INTELIGENCIA (CESID)? (Número de expediente
180/001263)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 16, del señor Alvarez-
Cascos.




El señor ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ: ¿Admite alguna responsabilidad
política propia el Presidente del Gobierno por la acumulación de
los escándalos que implican a altos cargos del Banco de España,
de la Guardia Civil, del Ministerio del Interior y ahora del
Servicio de Inteligencia (Cesid)?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alvarez-Cascos
Señor Presidente, tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Siempre he
dicho que me siento responsable de los acontecimientos que se
derivan de la propia acción del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Señor Alvarez.Cascos, tiene la palabra.




El señor ALVAREZ-CASCOS FERNANDEZ: Muchas gracias, señor
Presidente.




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La verdad es que sentirse responsable y no asumir ninguna
responsabilidad hasta ahora ha sido el ejercicio práctico de su
teoría, señor González. No ha hecho usted nada, no ha asumido
ninguna responsabilidad ni ante el escándalo Rubio, ni ante el
escándalo Roldán, ni ante el escándalo de los fondos reservados o
ante el escándalo GAL, y ahora estamos ante el escándalo del
Cesid. Se lo voy a explicar de otra manera, señor González. Para
que no tengan usted que criticar la doctrina de las
responsabilidades del Partido Popular, le voy a recordar la suya
aplicándole el espejo. Ustedes, cuando estaban en la oposición,
cuando a un Diputado socialista le propinó una bofetada un
miembro del Cuerpo Nacional de Policía, ustedes no pidieron
responsabilidades al que mandaba la compañía, ni al Gobernador
Civil ni al Director General de la Policía, ustedes pidieron en
esta Cámara las responsabilidades del Ministerio del Interior.

Ahora, un grupo de élite, señor González, que trabaja para usted,
que además tiene como misión asegurar la soberanía nacional,
golpea en estos momentos la seguridad particular, los derechos
fundamentales particulares de un número indiscriminado de
ciudadanos españoles durante un tiempo continuado, y cuando este
escándalo se descubre, señor González, aplicando el espejo a su
teoría, no parece que los inmediatamente responsables sean los
titulares de la responsabilidad política. La responsabilidad
política, con arreglo a su doctrina, le corresponde justamente al
escalón político jerárquico superior, que es usted, señor
González, y por eso le pregunto si usted va a aceptar por primera
vez alguna, y no conteste, como es habitual, descalificando al
Grupo Popular, porque yo le recuerdo esa frase castiza que dice:
«Arrojar la cara importa que el espejo no hay por qué». (Aplausos
en los escaños del Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alvarez-Cascos. Señor
Presidente, tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Alvarez-Cascos, acaba de inventarse una teoría de la
responsabilidad en base a la bofetada a un Diputado por parte de
un policía nacional, que tiene «tomate» llegar hasta ese extremo.

(Risas.) Pues bien, lo que está ocurriendo es que usted da por
supuesto que el Servicio de Inteligencia espía a ciudadanos
concretos, vulnerando sus derechos constitucionales, y eso que da
por supuesto sencillamente no es verdad. Esta tarde hemos tratado
de explicarlo. Usted, que pertenece a un partido con vocación de
Gobierno, debería tener el sentido de la responsabilidad de
defender a los Servicios de Seguridad y de Inteligencia del
Estado, y no está demostrando ese sentido de la responsabilidad,
y sobre esto es, sobre todo, sobre lo que tendría que reflexionar
usted y su Grupo. Reflexionen sobre lo que supone poner en crisis
a una institución nada más y nada menos que de defensa de la
seguridad o de la inteligencia. (Fuertes rumores.) Sí, usted, sí,
sí, sí. Mire usted, en todos los servicios de inteligencia de
todo el mundo, de todos los países democráticos ha habido fallos
como el que vivimos aquí hoy... (Fuertes y prolongados rumores.)
Y nadie responsable, nadie responsable ha reaccionado como están
reaccionando ustedes, y esto es lo que les duele que les diga.

Usted no tiene otra responsabilidad que exigir en todos los casos
que ha mencionado que la del Presidente del Gobierno, y en todos
los que ha mencionado, en todos ha habido asunción de
responsabilidades políticas, cosa a la que no están acostumbrados
ustedes. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.




-- DEL DIPUTADO DON RAFAEL ANTONIO HERNANDO FRAILE, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL EXCMO. SR.

MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO: ¿PARA CUANDO TIENE PREVISTO EL
MINISTERIO DE COMERCIO Y TURISMO PROCEDER A LA PRIVATIZACION DE
LA EMPRESA PUBLICA FOMENTO DEL COMERCIO EXTERIOR, S. A. (FOCOEX)?
(Número de expediente 180/001273)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 26, del señor Hernando
Fraile, que tiene la palabra para formularla.




El señor HERNANDO FRAILE: Gracias, señor Presidente.

¿Para cuando tiene previsto el Ministerio de Comercio y Turismo
proceder a la privatización de la empresa pública Fomento del
Comercio Exterior (FOCOEX)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Hernando.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro
Navarrete): El Ministerio está analizando la entrada de capital
privado en FOCOEX, y nos gustaría que eso se pudiese hacer en el
último trimestre de este año.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

El señor Hernando tiene la palabra.




El señor HERNANDO FRAILE: Gracias, señor Ministro, por su
contestación. Obviamente, el objeto de esta pregunta era
vislumbrar el futuro de esta empresa y, sobre todo, desvelar las
contradicciones existentes entre las declaraciones que usted
había formulado al respecto y las que había formulado el
Secretario de Estado



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de Comercio Exterior. Y es que la privatización de FOCOEX no es
un tema que puede pasar desapercibido para esta Cámara, señor
Ministro. (El señor Vicepresidente, Beviá Pastor, ocupa la
Presidencia.) FOCOEX ha sido, como usted muy bien sabe, un
instrumento de poder político; ha sido una empresa que no ha
fomentado el comercio exterior de la generalidad de las empresas
españolas, sino sólo y especialmente el de algunas empresas,
dándose además la paradoja de que entre las cinco mayores
beneficiadas tres han sido extranjeras. Es una empresa pública
que ha ejercitado competencia desleal contra otras empresas
españolas en base a su carácter público, que le permitía influir
en la obtención de créditos FAD y otros instrumentos de
financiación y seguros para la exportación también privilegiados.

Es una empresa pública que, tal como ha contrastado el informe
del Tribunal de Cuentas, en ella los altos directivos se
concedían subidas salariales que en los últimos cuatro años han
superado el 50 por ciento y que cuando abandonan estos mismos
directivos la empresa perciben indemnizaciones ilegales, según el
informe del Tribunal de Cuentas. Es una empresa, señor Ministro,
en la que los miembros de su Consejo de Administración cobran
dietas dobles, a los cuales usted no ha exigido la devolución de
esas dietas, a pesar de ser muchos de ellos miembros y altos
cargos de su Ministerio.

Nosotros, señor Ministro, estamos a favor de la privatización de
ésta y otras empresas públicas, porque entendemos que el sector
público no tiene por qué dedicarse a vender hospitales, azúcar o
grúas.

Sin embargo, no parece que ahora sea el momento más adecuado para
la privatización de Focoex cuando tiene pendiente un juicio por
alcance por el pago irregular de comisiones en 1991 y 1992, por
un valor de 1.310 millones, cuando tiene una reclamación de
Hacienda por más de 800 millones de pesetas o cuando se ha
producido una caída de sus beneficios en 1994 del 50 por ciento.

Usted ha planteado la privatización como la solución de un
problema que acucia y le acucia políticamente y la privatización
de Focoex no puede ser una huida hacia adelante que usted
pretenda hacer con nocturnidad, como se hizo en su día con la
privatización de I-4. La privatización de Focoex tiene que ser
hecha, señor Ministro, con luz y taquígrafos, y desde esta Cámara
y desde estos escaños, señor Ministro, le vamos a exigir esa luz
y esos taquígrafos.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Tiene la palabra el señor
Ministro.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro
Navarrete): Gracias, señor Presidente.

Como es habitual, señoría, usted no me preguntaba la fecha de la
privatización, que no le importaba mucho. Como siempre, iba a
hacer un alegato de lo que usted considera de Focoex, que, por
cierto, no se corresponde en absoluto con el informe del Tribunal
de Cuentas. Ni Focoex ha sido un instrumento, cosa que no acepto
de ninguna manera, ni ha sido una empresa que no haya contribuido
a la exportación española, ni tiene ningún juicio por alcance ni
tiene irregularidades con Hacienda por valor de 800 millones de
pesetas. Lo que tiene exclusivamente es una reclamación que está
ante el Tribunal Económico Administrativo Central--y, por lo
tanto, deje usted que actúen los tribunales--de un acta levantada
por valor en total, con sanción incluida, de 500 millones.

Por lo tanto, usted lo que quiere es continuar con el ejercicio
sistemático de atribuir a Focoex cosas que el Tribunal de Cuentas
no dice. Focoex ha tenido beneficios históricamente desde el año
1976 todos los años, excepto el año 1977. La cartera de
operaciones a 31 de diciembre de 1994 es próxima a 400.000
millones de pesetas. Se ha convertido en un operador
internacional de primera magnitud y es una empresa que actúa en
el mercado de comercio exterior, con toda la complejidad que eso
significa.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON ANTONIO MARTIN MESA, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿CUAL ES LA VALORACION QUE
REALIZA EL SR. MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO SOBRE LA SOLUCION
FINALMENTE ADOPTADA PARA RESOLVER LA CRISIS DE LA EMPRESA
GALERIAS PRECIA. DOS, S. A.? (Número de expediente 180/001276)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta del Diputado don
Antonio Martín Mesa, que tiene la palabra.




El señor MARTIN MESA: Señor Ministro, tomando como punto de
partida que Galerías Preciados es una empresa privada al cien por
cien, que adopta la fórmula jurídica de sociedad anónima y que,
consecuentemente, está sometida al mercado y al derecho privado
y, en segundo lugar, que la muy difícil situación por la que ha
atravesado durante estos últimos meses sólo es imputable a la
gestión de sus propietarios y sus directivos, sin embargo es
notorio y manifiesto que el Gobierno, a través de su Ministerio,
ha realizado actuaciones decisivas encaminadas a colaborar en la
resolución de la crisis de Galerías Preciados, S. A., y ello con
una preocupación básica, como ha sido la defensa del empleo de
los más de 7.000 trabajadores que constituyen la plantilla de
Galerías.

Señor Ministro, desde que se presentó el expediente



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de suspensión de pago el 17 de diciembre hasta el pasado 7 de
junio en que se han conocido los dictámenes de la Unión de Bancos
Suizos y de Bankers Trust, los bancos de negocios encargados de
evaluar la oferta presentada, se ha dudado reiteradamente aquí
por varios Grupos parlamentarios de la eficacia en la resolución
de la crisis. Por ejemplo, recuerdo al Partido Popular en el
Pleno del pasado 14 de diciembre o a Izquierda Unida en la
Comisión de Economía del pasado 22 de febrero.

Sin embargo, a partir del día 7 de junio, en que todo parece
encontrarse en vías de solución, existe un apoyo prácticamente
unánime de trabajadores, de sindicatos, de opinión pública
respecto a la solución finalmente adoptada. A juicio de nuestro
Grupo, el compromiso de mantener en torno al 75 por ciento de la
actual plantilla, incluso con la intención de ampliarla en un
futuro inmediato; el hecho de que no se requieran importantes
ayudas públicas, sobre todo vía aportaciones crediticias del ICO;
que la quita sea de un 81 por ciento en la deuda de Hacienda y
Seguridad Social, similar, consecuentemente, a la de los bancos
acreedores y a los proveedores y, además, la garantía de la
cadena de El Corte Inglés, de capital español, de eficacia y de
solvencia probada, nos hace sumarnos a la opinión mayoritaria de
que la solución puede ser adecuada.

Señor Ministro, le pregunto, y con ello termino: ¿Qué valoración
realiza sobre la solución adoptada para resolver la crisis de la
empresa Galerías Preciados, Sociedad Anónima?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Martín
Mesa.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro
Navarrete): Muchas gracias.

El problema de Galerías es un problema--todavía está sin resolver
hasta que se firme el contrato definitivo, pero está encaminado--
muy complejo, en un sector maduro, en un sector enormemente
competitivo, como es el de grandes almacenes, donde los múltiples
gestores que han pasado en los últimos veinte años por Galerías
han demostrado la complejidad para encontrar una solución. La
solución pasaba, evidentemente, por que la empresa fuese viable
en el futuro, por que hubiese garantía de solvencia en el grupo
adquirente y, al mismo tiempo, que tuviese el menor coste laboral
posible, el menor coste para el conjunto de los acreedores y para
la Administración como uno de los acreedores principales. Creemos
que la solución encontrada es positiva, que tiene un coste
asumible por la Administración y que era la mejor de las
posibles.

En España, en mi opinión, sólo había dos grupos que podían
garantizar el futuro de la compañía, que eran Cortefiel y El
Corte Inglés. El que uno de ellos se vaya



a hacer cargo definitivamente de la compañía es, repito, una
garantía de su futuro, del empleo de 5.200 trabajadores, con el
compromiso de una contratación de casi 1.000 trabajadores más en
el plazo de un año.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON JOSE MARIA CHIQUILLO BARBER, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO, QUE FORMULA AL SEÑOR MINISTRO DE
AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA: ¿QUE COMPROMISOS HA ADQUIRIDO EL
GOBIERNO ESPAÑOL CON ISRAEL EN MATERIA AGRICOLA Y EN ESPECIAL EN
LO REFERENTE A LOS PRODUCTOS CITRICOS, EN EL SENTIDO DE QUE LA
UNION EUROPEA OTORGUE UN TRATO PREFERENTE A LAS PRODUCCIONES
HORTOFRUTICOLAS DE ISRAEL EN LA FIRMA DE UN PROXIMO ACUERDO
COMERCIAL ENTRE LA UNION EUROPEA E ISRAEL, QUE PERMITA LA ENTRADA
EN CONDICIONES DE PRIVILEGIO A LOS CITRICOS DE DICHO PAÖS EN LOS
MERCADOS EUROPEOS? (Número de expediente 180/001257)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 11, del
señor Chiquillo Barber.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señor Ministro, ¿qué compromisos ha
adquirido el Gobierno español con Israel en materia agrícola, y
en especial en lo referente a los productos cítricos, que puedan
permitir la entrada en condiciones de privilegio de los cítricos
de dicho país en los mercados de la Unión Europea?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Chiquillo.

Para contestar en nombre del Gobierno, tiene la palabra el señor
Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga):
Muchas gracias, señor Presidente.

Todavía ninguno, porque, como quizá sepa S. S., en el último
Consejo de Asuntos Generales, celebrado el lunes, no se ha podido
alcanzar un acuerdo en lo que está tratando la Unión Europea con
Israel. Pero sí le puedo decir que las bases fundamentales (sin
ser más preciso en este momento, puesto que no se ha acabado)
estarían ligadas con España en cuatro temas que tenemos todavía
como reserva, que tenemos que ser capaces de intentar levantar.

El primero, sobre la exportación de autobuses; el segundo, sobre
el incremento en atunes y sardinas, que, como sabe S. S., han
bajado bastante las exportaciones a Israel; el tercero tiene que
ver con las naranjas, que, como sabe, a partir del Acuerdo



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del GATT el precio de entrada subió y están dispuestas las
autoridades de Israel a que vuelva a bajar siempre que disminuyan
el contingente, y el cuarto tiene que ver con los cítricos. El
caso más concreto, como S. S. sabe, son mandarinas, que en
cualquier caso la negociación sería siempre fuera del plazo, es
decir, fuera del 15 de marzo en adelante hasta septiembre, en
que, como S. S. sabe, los efectos en España de estas
exportaciones son prácticamente nulos.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señor Ministro, le tengo que decir que
las opiniones que se han publicado en los medios de comunicación
son que España no iba a adoptar una postura firme al respecto y
parecía que no se iba a oponer a que los productos cítricos de
Israel y de Marruecos, etcétera, transitaran por España y
entraran en el mercado europeo en situación de condiciones de
privilegio.

La agricultura valenciana no podría soportar que esas 300.000
toneladas anuales de cítricos israelíes entraran en la Unión
Europea, y esto causa una gran indignación y preocupación en el
sector. Por lo tanto, lo que le exigimos es que dejen de estar un
poco pasivos ante el tema y no sean cómplices de lo que podría
ser un atropello al sector citrícola, porque ello podría suponer
la crónica de una muerte anunciada.

Tras Israel, Marruecos y Egipto la puntilla sería sobre el sector
citrícola español, que genera una riqueza, un trabajo y unas
divisas para nuestra economía. He atendido su contestación y lo
que le pido, como otras veces lo he hecho, es que sea firme en
los planteamientos, en defensa de los intereses de la agricultura
española, y que no haga más concesiones a cambio de nada.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Chiquillo.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga):
Gracias, señor Presidente.

Le quiero decir, una vez más, que siempre trato de defender los
intereses de España en su conjunto, y cuando tengo que resolver
algunos problemas donde entran en conflicto a lo mejor dos
sectores, lógicamente tengo que arbitrar una solución a los
mismos, de la misma manera que haría S. S. Siempre hasta ahora he
optado por defender esos intereses--no sé si S. S. Los defiende--
porque, en cualquier caso, tienen repercusiones en la agricultura
mediterránea.

Creo que no me podrá poner ningún ejemplo en contrario. Me
gustaría que volviera a mirar, aunque sólo sea por un minuto, las
cifras últimas de exportaciones de España a la Unión Europea en
materia de cítricos en los últimos años. Me gustaría que las
mirara y que algún día dijera que los hemos defendido de la
manera como lo hemos hecho.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DE DON JOSE RAMON PASCUAL MONZO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR MINISTRO DE ASUNTOS
EXTERIORES: ¿CUAL ES LA POSICION QUE MANTENDRA EL GOBIERNO EN
DEFENSA DE LOS INTERESES DEL SECTOR HORTOFRUTICOLA ESPAÑOL, ANTE
LAS CONVERSACIONES QUE LA UNION EUROPEA MANTIENE CON ISRAEL PARA
MODIFICAR EL TRATADO PREFERENCIAL SUSCRITO CON ESTE PAÖS? (Número
de expediente 180/001274)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 27, del
Diputado don José Ramón Pascual Monzó.

Señor Pascual.




El señor PASCUAL MONZO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, ¿cuál es la posición que mantendrá el Gobierno en
defensa de los intereses del sector hortofrutícola español, ante
las conversaciones que la Unión Europea mantiene con Israel para
modificar el Tratado preferencial suscrito con este país?
Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, acabo de contestar a la misma pregunta. Por lo tanto,
S. S., si es tan amable, se podía dar por contestado con la misma
respuesta. Si no es así le repetiré lo mismo que acabo de decir.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.

Señor Pascual.




El señor PASCUAL MONZO: Señor Ministro, su contestación ha sido
que exportamos más cítricos. Digo yo que para algo hemos entrado
en la Comunidad Económica Europea, actualmente Unión Europea.

Porque para exportar menos cítricos no habíamos entrado.

El señor Ministro no ha contestado porque con Israel, lo mismo
que está pasando con otros países, tratado a tratado, concesión a
concesión, poco a poco está afectando



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nuestro sector hortofrutícola, y en este caso al sector citrícola
español. Porque no hacemos una valoración global de todas las
concesiones que estamos haciendo, sino que siempre vamos de país
en país, de concesión en concesión y cada vez apretamos más a
nuestro sector citrícola, sector citrícola, señor Ministro, del
que viven más de 500.000 familias, que todo su capital y su
trabajo es totalmente español, que apenas hacemos importaciones
en «inputs» y que estas concesiones, aunque no son excesivamente
importantes para Israel, sí que repercuten. Las mismas
concesiones que hacemos a Israel automáticamente van a repercutir
en otros países con un potencial agrario muy superior en
exportaciones al de Israel.

El señor Ministro ha dicho que las compensaciones se van a
producir porque vamos a exportar más atún, sardinas y aceite de
oliva. Pero no dice que el Tratado de la Unión Europea con Israel
supone exportar a este país otros productos continentales, como
mantequilla, cereales, carne, oleaginosas, semillas, café. ¿Y qué
va a ocurrir? Que se van a beneficiar, como siempre, los países
del norte de Europa a costa de los intereses españoles.

El sector agrario valenciano, especialmente en estos momentos,
está tremendamente cabreado y ha acusado públicamente en los
medios de comunicación, y en carta enviada al Presidente del
Gobierno, que el señor González está vendiendo el sector, porque
una vez más es a costa de los intereses de los mismos y, además,
sin ningún tipo de compensación.

No veo que haya contestado a mi pregunta, señor Ministro, que se
refiere a la posición que va a mantener...




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Pascual.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga):
Muchas gracias, señor Presidente.

El que S. S. vuelva a afirmar que se vende al sector
hortofrutícola, con los datos que obran en su poder, no sé cómo
lo puede decir con la cabeza alta. Su señoría sabe --y si no se
lo reitero--que el precio de entrada de las naranjas, después del
acuerdo del GATT, pasa de 275 a 374 pesetas. ¿Quién ganó esa
batalla? ¿Acaso S. S.? Vamos a ver si somos sensatos y decimos
las verdades.

Tengo una vez más que decir que tengo muchas veces que poner en
consonancia intereses, porque en su tierra de Valencia hay gente
que produce naranjas y hay gente que produce otras cosas y hay
que ser capaces de tener la suficiente altura de miras, la
suficiente generosidad para saber que hay que a veces llegar a
acuerdos entre unos y otros y en este caso, señoría, el precio de
entrada de las naranjas, por la buena negociación que hicieron
España y la Unión Europea en la entrada del GATT, subió y me
imagino que eso es algo que S. S. debiera aplaudir. ¿Cómo se
compadece eso con las afirmaciones que acaba de hacer? Alguna vez
me gustaría que dijera usted que eso ha sido y ha sido así, y
aplaudiendo, bajito, pero aplaudiendo.

Gracias



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON FRANCISCO ARNAU NAVARRO, DEL GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿SE ADECUA A LA LEGALIDAD
LA ESTRUCTURA RETRIBUTIVA DE LOS ALTOS CARGOS DE LAS ENTIDADES
GESTORAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL? (Número de expediente
180/001244)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 9, del
señor Arnau Navarro, que tiene la palabra.




El señor ARNAU NAVARRO: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, un dictamen de 17
de marzo de 1995, de la Dirección General del Servicio Jurídico
del Estado, consideró nula de pleno derecho una resolución de la
Dirección General de Personal del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social que fijaba las retribuciones de los directores
generales de las entidades gestoras y servicios comunes de la
Seguridad Social.

Según tengo entendido, primero, las retribuciones afectadas por
dicho dictamen son las correspondientes al año 1994. En segundo
lugar, no se ponía en cuestión la retribución, sino la
reordenación de conceptos retributivos, de acuerdo con la Ley de
Presupuestos.

Sin embargo, aquel dictamen motivó hace unos quince días que
algunos medios de comunicación se apresuraran a hablar de
sobresueldos irregulares percibidos por la Directora General del
Insalud o por los Directores Generales del Inserso del INSS o del
Instituto Social de la Marina.

A fin de aclarar esta cuestión es por lo que, señor Ministro, le
pregunto: ¿se adapta a la legalidad vigente la estructura
retributiva de los altos cargos de las entidades gestoras de la
Seguridad Social?
Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Arnau.

Tiene la palabra el señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL (Griñán
Martínez): Gracias, señor Presidente.




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Sí, señoría, ya quedó aclarado. Las retribuciones y la estructura
retributiva de los altos cargos por los que usted pregunta, las
entidades gestoras de la Seguridad Social se ajustan a la
legalidad vigente, se ajustan, además, a la cuantía
presupuestaria que ha aprobado esta Cámara; es decir, en el
estado de cuentas figura exactamente la cantidad que han venido
percibiendo.

Es cierto que en fecha reciente, como usted ha señalado, los
servicios jurídicos consideraron que algunas de las cantidades
que percibían desde años atrás en concepto de complemento
especial de destino no se soportaban por la actual estructura
retributiva vigente y que, en todo caso, deberían haberse
liquidado en el concepto de productividad, es decir, se les
pagaba por un concepto inadecuado y no se incorporaba a otro
concepto distinto. Este error se subsanó este año, pero le quiero
dejar claro, en todo caso, que las cantidades percibidas son las
que, como le digo, figuran en la Ley de Presupuestos. Todas ellas
figuran en nómina y sobre ellas se efectúan los descuentos y
todas las nóminas fueron fiscalizadas por la Intervención del
Estado.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON FRANCISCO ARNAU NAVARRO, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA DEL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO:
¿QUE VALORACION HACE EL GOBIERNO SOBRE LOS DATOS DEL PARO
REFERIDOS AL PASADO MES DE MAYO? (Número de expediente
180/001245)



EL señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 10, del
señor Arnau Navarro, que tiene la palabra.




El señor ARNAU NAVARRO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, de la EPA del
primer trimestre de 1995 se desprende, en primer lugar, un
importante crecimiento del empleo y, en segundo lugar, un notable
descenso del paro. Empleo y paro muestran una evolución favorable
vinculada al aumento de la actividad económica. El paro ha venido
disminuyendo en abril y mayo y en los meses anteriores como
consecuencia del comportamiento de la población activa y del
empleo. La tasa de paro se sitúa por primera vez desde 1993 por
debajo del 16 por ciento. Según Eurostat, España es el Estado
miembro de la UE que ha registrado el mayor descenso de la tasa
de desempleo desde principios de año. Sin embargo, por claras y
contundentes que sean las cifras, y lo son también las relativas
al aumento del número de afiliados a la Seguridad Social, cada
mes estamos asistiendo a interpretaciones y comparaciones
variadas, algunas veces tergiversadas de los datos relativos al
paro registrado.

Es por ello por lo que, señor Ministro, le pregunto: ¿qué
valoración hace el Gobierno sobre los datos del paro registrado
referidos al pasado mes de mayo?
Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Arnau.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL (Griñán
Martínez): Gracias, señor Presidente.

Permítame, señoría, que le haga una doble valoración o, por lo
menos, le haga una valoración con alguna observación pertinente.

En el mes de mayo el paro registrado descendió en 39.421 personas
y creo que es bueno celebrar que por cuarto año consecutivo
desciende el paro y que ya estamos en una tasa interanual
aproximadamente de 215.000 parados menos de los que había en
igual fecha del año anterior. En lo que va de año son casi
100.000 parados menos, cuando en 1994, en ese mismo período de
tiempo, el paro disminuyó solamente en 26.000 personas y en el
año inmediatamente anterior, en 1993, se acrecentó en 125.000 el
número de desempleados. La observación que le hago es que, por
los datos del mes de mayo, se puede percibir que se ha
incrementado también la actividad, es decir, que junto a la
ocupación parece que se ha incorporado el número de activos,
porque el descenso que se ha experimentado en el mes de mayo es
inferior en promedio al de otros años. Si S. S. se fija en los
distintos sectores verá que en todos ellos disminuye el paro como
en la media de años anteriores, salvo en el colectivo sin empleo
anterior, que disminuye en menor cuantía, lo que parece indicar
que la reanimación económica está produciendo también una
reanimación de la incorporación de personas a la actividad, el
mercado de trabajo. Esto pasa siempre que se producen períodos de
reanimación económica. Le recuerdo que, por ejemplo, en 1987 que
fue segundo año de un ciclo de recuperación económica, el paro
registrado aumentó en 122.000 personas y, sin embargo, la
población ocupada aumentó en 572.000 empleos. Quiere decirse que
en estos fenómenos siempre la recuperación económica se ve
acompañada de un incremento de la actividad. La valoración en
este caso es positiva, porque creo que este país no solamente
tiene un problema de paro--el paro sigue siendo hoy el principal
problema de España--, sino que tiene un problema de baja
actividad, por tanto, es bueno que disminuya el paro y es bueno
también que se incremente la actividad.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




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-- DEL DIPUTADO DON AGUSTIN DIAZ DE MERA Y GARCIA CONSUEGRA, DEL
GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR
MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL: ¿CUALES SON LAS
VERDADERAS RAZONES QUE HA TENIDO EL GOBIERNO PARA CESAR AL
DIRECTOR PROVINClAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE EMPLEO (INEM) EN
AVILA? (Número de expediente 180/001269)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 22, del
Diputado don Agustín Díaz de Mera y García Consuegra.

Señor Díaz de Mera.




El señor DIAZ DE MERA Y GARCIA CONSUEGRA: Gracias, señor
Presidente.

Señor Ministro, ¿cuáles son las verdaderas razones que ha tenido
el Gobierno para cesar al Director Provincial del Inem en Avila?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL (Griñán
Martínez): Gracias, señor Presidente.

Le aclaro, en primer lugar, que el Gobierno no nombra ni
destituye a los directores provinciales del Inem ni siquiera el
Ministro de Trabajo, lo hace el Subsecretario, a propuesta del
director general del organismo que es, en este caso, el que ha
propuesto la destitución del Director Provincial del Inem.

El cese se ha producido porque ha creído conveniente el relevo,
teniendo en cuenta que vigila por el mejor funcionamiento de este
organismo, que es lo que se pretende cuando se produce el relevo
en una institución.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.

Señor Díaz de Mera.




El señor DIAZ DE MERA Y GARCIA CONSUEGRA: Gracias, señor
Presidente.

Señor Ministro, no estoy preguntando por un cese, obviamente
convencional. Yo quiero obligarle hoy, señoría, a informarse y a
profundizar en un asuntillo de provincias--con esta intervención
le abro la puerta-- para que usted encuentre la verdad y
restablezca la decencia profesional y política en el Inem de
Avila.

La verdad, señor ministro, es que sin usted saberlo --le libero
del conocimiento y ratifico lo dicho por usted--, le han cesado a
un socialista honrado porque había descubierto una serie de
ilegalidades e irregularidades entramadas que complican en su
ejecución, interesada y clientelista, a personas y grupos
satélites del socialismo local.

El director cesado había iniciado una exhaustiva investigación de
la que tienen noticias puntuales y documentadas en la Dirección
General del Inem. Le estoy hablando, señor ministro, de 36
escritos relativos a irregularidades y presuntas ilegalidades
detectadas en el seguimiento del Convenio Inem-Mancomunidad
Asocia, de Avila; le estoy hablando, señor Ministro, de 22
escritos relativos a irregularidades y supuestas ilegalidades
gestadas en la responsabilidad de la gestión del programa de
iniciativas locales de empleo y agencias de desarrollo local; le
estoy hablando, señor ministro, de 17 escritos de seguimiento de
irregularidades en cursos problemáticos; le estoy hablando, señor
ministro, del escrito del director cesado denunciando
arbitrariedad y relaciones extrainstitucionales, intromisión del
aparato socialista en la función administrativa del Inem de la
provincia de Avila; le estoy enunciando, señor ministro, que esta
iniciativa parlamentaria no se vota aquí ni en sí misma, estoy
diciéndole que quiero que se restablezca la verdad, la decencia y
la legalidad en el Inem de Avila; estoy diciéndole que ya hay
otra iniciativa en curso y estoy diciéndole, señor ministro, que
si usted no profundiza y no restablece esa legalidad que invoco,
usted será cómplice de un poder troglodita y caníbal. (Rumores.)
Usted, señoría, ha asistido conmigo esta tarde aquí--sin duda ha
asistido--a la ejecución política, democrática y parlamentaria
del Presidente del Gobierno, por tanto, este sillón, señoría, es
muy efímero.

Con sujeción a su estricta conciencia, señor ministro, le ruego
que me conteste y le ruego que restablezca la legalidad invocada.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Díaz de
Mera.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL (Grinán
Martínez): Señoría, le he de decir que lo importante no es la
verdad que usted cree que es, sino la verdad que sea
objetivamente, y esa verdad se analizará y se concluirán los
trámites de esos expedientes que ahora mismo están en marcha.

Pero ¿qué tiene que ver eso con la destitución de un director
provincial? Una cosa son esos expedientes, que tendrán que
comprobarse (si usted tiene datos, apórtelos, no agote su
iniciativa parlamentaria aquí, sino tráigalos a este Parlamento),
y otra cosa es la destitución de un director provincial.

Le diré que precisamente durante el Plan de actuaciones de 1995--
y esto sí se puede comprobar--, las instrucciones que da la
Dirección General del Inem a las provincias, textualmente, son
las siguientes: Durante 1995 se cuidará especialmente el
cumplimiento de la liquidación y justificación de las
subvenciones en los plazos establecidos. También ese mismo año,
para lograr



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una mayor eficacia, la programación de la Inspección de Servicios
del Inem para 1995 contiene el programa ocho que es precisamente
el de evaluación y seguimiento de los operativos de los controles
que se efectúan precisamente en la adjudicación de subvenciones
por el Instituto Nacional de Empleo. Esta es la realidad, y esto
es lo que se hace a través de la Inspección de Servicios, sin que
tenga que ver para nada la figura del director provincial que ha
sido destituido.

No voy a entrar en por qué ha sido destituido, porque no quiero
nunca traer a colación la aptitud o ineptitud de una persona en
esta Cámara. Siendo funcionario, ése es un tema que se debe
debatir entre él y yo, o entre él y el organismo a que pertenece.

Por tanto, no es cuestión de verlo aquí. Lo otro, aquí y donde
quiera, porque eso se tiene que tramitar por los cauces
adecuados.

Le diré también, para que corrija usted su gramática, que el
verbo cesar es intransitivo; no se cesa a las personas, sino que
son las personas las que cesan.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON JOXE JOAN GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA, DEL
GRUPO VASCO (PNV), QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿EN QUE ESTADO SE
ENCUENTRAN LAS INVESTIGACIONES ABIERTAS POR EL MINISTERIO DE
JUSTICIA E INTERIOR EN RELACION AL SECUESTRO Y ASESINATO DE LASA
Y ZABALA? (Número de expediente 180/001259)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 13 del
Diputado don Joxe Joan González de Txabarri Miranda.

Señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Justicia e Interior, en su comparecencia ante
la Comisión de Justicia e Interior, a solicitud de este Grupo
Parlamentario, el pasado 3 de mayo (ha pasado ya mes y medio),
usted anunció que procedía una investigación extraordinaria y que
daría cabal cuenta de los avances y resultados de la misma. Da la
impresión de que aquí no pasa nada, señor ministro. Para nosotros
es muy duro tener que convivir con una situación así. Supongo que
tendrá cabal conocimiento de lo que ha sucedido esta misma tarde
en Hondarribia y Tolosa, por ello le formulo esta pregunta: ¿ En
qué estado se encuentran las investigaciones abiertas por el
Ministerio de Justicia e Interior en relación al secuestro y
asesinato de Lasa y Zabala?
Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor González
de Txabarri.

Señor Ministro de Justicia e Interior.




El señor MINISTRO DE JUSTICIA E INTERIOR (Belloch Julbe): Muchas
gracias, Presidente.

Señoría, las diligencias siguen abiertas y siguen produciendo
resultados; esos resultados se transmiten a la autoridad
judicial, y no se puede hacer otro comentario, como S. S.

comprenderá. Siguen abiertas y sus resultados se transmiten al
juez.

Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.

Señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor Presidente.

Lamento muy mucho su respuesta, señor ministro, porque usted fue
el que adquirió el compromiso, el día 3 de mayo, de informar a
esta Cámara debidamente.

Desde nuestra perspectiva, demorar esta serie de situaciones «ad
calendas graecas» supone no investigar. Nosotros entendemos que
es peor mantener esta situación que genera más violencia en el
País Vasco.

Señor ministro, no dudamos de sus buenas intenciones,
evidentemente que no, lo que sí queremos manifestarle con toda
claridad es que ni usted ni el Gobierno tienen carta blanca en
estas situaciones, que no están legitimados para saldar, a su
voluntad y a su libre albedrío, las cuentas de este pasado negro
y tenebroso. Nosotros entendemos que ni el Gobierno, ni el
Ministro de Justicia e Interior se pueden erigir en el guerrero
del antifaz, que hace justicia amparado en su trayectoria
democrática. No es ése el caso, señor ministro. Estamos hablando
de crímenes de Estado, nada más y nada menos, en una democracia.

Unos crímenes de Estado que están provocando una serie de
conflictos sociales que desvertebran el País Vasco, y los que
creemos --usted, como nosotros--que en el País Vasco hay que
desarrollar una labor de pacificación y normalización debemos
entender --supongo que usted, igual que nosotros--que ha de ser
una labor seria, una labor de transparencia institucional que no
vemos por ninguna parte, señor ministro. Creemos que hay gente
que está esperando el período estival para que esto todavía entre
en un Guadiana mucho más largo, y entendemos que esta situación,
señor ministro, es lamentable. Apelamos a su sentido democrático
para que tome cartas en el asunto; no espere sólo a las
actuaciones judiciales, sino que políticamente, en esta Cámara se
puedan...




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
González de Txabarri.

Señor Ministro.




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El señor MINISTRO DE JUSTICIA E INTERIOR (Belloch Julbe): Muchas
gracias.

Señoría, creo que seguramente es un problema en el que no nos
entendemos o no hablamos el mismo idioma.

Usted mismo lo dice: son crímenes y como crímenes están
investigados en un juzgado, con un sumario. Ese sumario dice que
es secreto. Lo dice el juez. Un sumario secreto no puede ser
informado por nadie, aunque en este país, de repente, otras
personas se dediquen a filtrar sumarios secretos. ¿Quiere S. S.

que el Ministro de Justicia e Interior les comunique el contenido
del sumario? Es seguro que no. Entonces, ¿qué pregunta? Para el
Gobierno es absolutamente imposible dar cuenta del resultado de
una investigación judicial que se aporta a un sumario que está
declarado secreto. Eso es así de obvio. Pero, además, es lo único
sensato. Precisamente porque la instrucción se está realizando
bien, y manteniéndose ese secreto, existen expectativas y
posibilidades reales de que la investigación prospere. Sólo
pueden tener interés en filtrar datos sobre la investigación de
Lasa y Zabala quienes pretendan la impunidad de sus asesinos. Es
así de simple. No es sólo el secreto del sumario; es que no se
puede desarrollar una investigación seria sin mantener el secreto
de sumario. El secreto del sumario no es una retórica o un
informe para tapar algo, sino un instrumento imprescindible para
que las diligencia policiales y judiciales puedan lograr
resultados efectivos.

Espero, señoría, que esta vez me haya sabido explicar.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.




-- DEL DIPUTADO DON LUIS DE TORRES GOMEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR MINISTRO DE JUSTICIA
E INTERIOR: ¿QUE ACCIONES CONCRETAS VA A INICIAR SU MINISTERIO A
TENOR DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE
ANDALUCIA, REFERIDA AL INSPECTOR JEFE DE LA POLICÖA JUDICIAL DE
SEVILLA QUE INVESTIGO EL CASO JUAN GUERRA? (Número de expediente
180/001268).




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 21, del
Diputado don Luis de Torres Gómez.

Señor De Torres.




El señor DE TORRES GOMEZ: Gracias, señor Presidente.

Señor ministro, el Jefe de la Policía Judicial adscrita a los
Juzgados de Sevilla, señor Vidal Arcioles fue el que hizo
posible, actuando bajo las órdenes del Juez Márquez, la
investigación del caso Guerra, la detención de los responsables
del caso Ollero y el que desveló importantes tramas de corrupción
policial y de financiaciones ilegales del Partido Socialista, a
través del SAS y empresas como Litomer, Mutua, Oper Reunidos,
Tragaperras, etcétera. Precisamente esta participación directa en
esas investigaciones fue la causa que motivó que sus mandos
orgánicos dependientes del Ministerio del Interior, siendo
Corcuera su titular, lo apartaran de las investigaciones, a pesar
de negármelo por tres veces en este Pleno a preguntas mías,
destituyéndolo por fin el 8 de junio de 1992, mediante una
resolución de la Dirección General de la Policía, regida entonces
por don Carlos Conde Duque, en un intento de desmantelar la única
policía judicial en la que se ha hecho efectiva la dependencia
judicial que, respecto a los jueces, ordena la Constitución,
respondiendo dicha destitución al deseo de neutralizar su
trabajo, etcétera, según consta en la sentencia de la Sección
Segunda de la Sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, que obliga a reponer
oficialmente en su cargo al señor Vidal Arciole.

Por esto, y sólo por esto, este hombre ha sido acusado
falsamente, atropellado, represaliado diría yo, por mandos
policiales que en lugar de estar al servicio de la seguridad
estaban al servicio de otras causas menos nobles.

Ante el contencioso de dicha sentencia, le pregunto: ¿Qué
acciones concretas va a iniciar su ministerio a tenor de la
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía,
referida al mencionado inspector?
Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor De Torres.

Señor ministro.




El señor MINISTRO DE JUSTICIA E INTERIOR (Belloch Julbe): Muchas
gracias, Presidente.

Señoría, ejecutarla en sus propios términos.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor De Torres Gómez.




El señor DE TORRES GOMEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor ministro, yo así no lo creo suficiente. Usted es Ministro
del Interior y Justicia. Bien es cierto que estos hechos no se
han producido durante su mandato, pero como Ministro del Interior
usted está obligado ahora a dar satisfacciones a toda la policía
en la persona del inspector Vidal, quienes tienen que tener la
seguridad de que su honestidad va a ser siempre protegida por sus
mandos y nunca perseguida. Como Ministro de Justicia usted está
obligado a restablecer la misma cesando como mínimo a los
responsables y especialmente al señor Conde Duque o, de lo
contrario, teniendo



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conocimiento de ello, usted se convertirá en cómplice de
semejante atropello.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor ministro.




El señor MINISTRO DE JUSTICIA E INTERIOR (Belloch Julbe):
Estaba a punto a renunciar al uso de la palabra, pero le voy a
contestar.

El 9 de diciembre de 1992 fue colocado provisionalmente en el
puesto de trabajo que tenía, que era concretamente Jefe de la
oficina Judicial adscrita a los juzgados de Sevilla. La
sentencia, por lo que S. S. se interesa, lo único que va a
determinar es que la adjudicación provisional, que ya se había
verificado en esa fecha, se convierta en definitiva. No veo otra
posible forma de reparación. Las sentencias están para cumplirse,
no para otra cosa. Para eso están los tribunales, para cuando hay
una discordia, cuando hay un contencioso, resolverlo. Los
ciudadanos, y desde luego el Gobierno, frente a eso sólo debemos
hacer una cosa; acatar las resoluciones judiciales.

Nada más y muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON XABIER ALBISTUR MARIN, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO, QUE FORMULA AL SEÑOR MINISTRO DE OBRAS
PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: ¿CUAL ES LA PARTICIPACION
DEL MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE EN
LA FINANCIACION DE LAS OBRAS DE RESTAURACION DEL TEATRO VICTORIA
EUGENIA, PEATONALIZACION DEL BARRIO DE GROS EN SAN SEBASTIAN, LA
ELIMINACION DEL VIADUCTO DE IZTUETA Y LA REFORMA DE LA ESTACION
DE RENFE? (Núm. exp. 180/001258)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 12, del
Diputado don Xabier Albistur Marín.

Señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, Señor Presidente.

Señor Ministro, ¿cuál es la participación de su ministerio en la
financiación de las obras que se citan en la pregunta?
Nada más y muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Albistur.

Señor Ministro de Obras Públicas.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLlCAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE
(Borrell Fontelles): Gracias, señor Presidente.

Señoría, la participación arranca de la colaboración suscrita, en
octubre de 1992, gracias a la cual ha sido posible reconstruir la
playa del Gros y el paseo de Zurriola. Después ha habido otros
dos convenios, en marzo y mayo del presente año. Mediante el
primero se van a realizar conjuntamente el proyecto de diseño
ambiental para el corazón de Gros, la amplicación de la actuación
prevista para el corazón de Gros al sector de dicho barrio
comprendido entre la Plaza de Cataluña y el Paseo Marítimo, y
terminar las obras de rehabilitación del teatro Victoria Eugenia.

La aportación enocómica del ministerio será del 50 por ciento del
coste las obras, que estimamos sumarán unas cantidades cercanas a
los 130 millones de pesetas. Las actuaciones de los apartados b)
y c) están pendientes de evaluación económica, pero creemos que
en el caso del teatro Victoria Eugenia la cantidad a comprometer
será del orden de 400 millones de pesetas.

Para el segundo convenio se ha acordado ejecutar la accesibilidad
e integración urbana del ferrocarril por donde circula Renfe,
entre Herrera y Martutene, en el ámbito urbano de San Sebastián.

Entre estas actuaciones, que comprenden las aludidas en su
pregunta, es decir la eliminación del viaducto de Iztueta y la
reforma de la estación de Renfe, hay que destacar la construcción
de un nuevo apeadero en Amara, que pagará el ministerio, con un
coste estimado de 225 millones de pesetas, la remodelación del
área Atocha-Gros, el cubrimiento de la trinchera del ferrocarril
en Zubiaurre, la revisión y mejora de las condiciones de
accesibilidad e integración general de la línea férrea, cuya
financiación se concretará en los correspondientes estudios y
proyectos de desarrollo de la misma, que ahora no podemos
cuantificar porque no disponemos todavía de ellos.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
ministro.

Señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Muchas gracias, señor ministro, por su
contestación.

Desde luego, es satisfactoria la noticia que nos da, y sobre todo
su confirmación, aunque algunos de los temas, como ya en otras
comparecencias anteriores cuando le he preguntado por temas como
la cornisa de Zurriola y Mumpas, todavía estén en el aire. Parece
que hay un aire en el ministerio que en otras épocas no ha
habido, y hay alcaldes afortunados, aunque otros que gestionaban
con su ministerio no eran tan afortunados; lo importante es que
gane San Sabastián, de lo cual me alegro.

Sin embargo, me gustaría que usted me complementara con cargo a
qué presupuesto, al de 1995 o al de otros años, y a qué partidas
presupuestarias lo va a hacer.




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Sobre todo, siendo usted tan exquisito en los temas de defensa de
los ámbitos competenciales, me gusta. ría que me dijera dónde
residencia, de alguna forma, los títulos competenciales para esa
intervención. Intervención que considero muy positiva porque todo
lo que sean recursos para un ayuntamiento que los necesita de
forma importante siempre es bueno. Me alegro por San Sebastián,
pero me gustaría que esos convenios no fueran solamente debidos a
circunstancias políticas sino verdaderamente a las necesidades y
preferencias que en todo momento puede tener una ciudad.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Albistur.

Señor ministro.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE
(Borrell Fontelles): Muchas gracias, señor Presidente.

La financiación vendrá obviamente de los presupuestos en curso,
dentro de la partida presupuestaria relativa a actuaciones en
medio ambiente urbano, de costas y de infraestructura
ferroviaria.

He creído detectar en su tono una cierta insinuación acerca de
que el Alcalde de San Sabastián, no sé por qué extrañas razones,
recibe un trato preferente. No lo recibe más preferente que el
Alcalde de Bilbao, que tengo entendido no es del Partido
Socialista y que ha sido escenario de una de las grandes
actuaciones de remodelación urbana, como tantos y tantos
alcaldes, por ejemplo el de Tarragona, aquí no presente, donde
dentro de pocos días tendré oportunidad de poner en servicios
nuevas instalaciones en beneficio de la ciudad. No nos mueve
ningún afán sectario ni discriminación alguna, sino servir, como
usted ha dicho, a los ciudadanos, cualquiera que sea el color
político del alcalde que les gobierna.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.




-- DEL DIPUTADO DON RICARDO FERNANDO PERALTA ORTEGA, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER
CATALUNYA, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUE MEDIDAS TIENE PREVISTO
ADOPTAR EL MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO
AMBIENTE, ANTES DE PROCEDER A LA FIRMA DE UN ACUERDO CON
AUTOPISTAS DEL MARE NOSTRUM, S. A. (AUMAR) SOBRE PRORROGA DE LA
CONCESION DE LA AUTOPISTA A-7, PARA CONOCER LA OPINION DE LOS
VALENCIANOS, Y ESPECIALMENTE DE SUS INSTITUCIONES
REPRESENTATIVAS, SOBRE EL CONTENIDO DEL MISMO? (Número de
expediente 180/001262)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 15, del
Diputado don Ricardo Fernando Peralta Ortega.

Señor Peralta.




El señor PERALTA ORTEGA: Gracias, señor Presidente.

Señor ministro, si toda autopista es una infraestructura
importante, entre otras razones, y no la más importante, por su
coste, en concreto la autopista A-7 es particularmente relevante
para el país valenciano, al discurrir, como usted conoce
perfectamente, en paralelo a la alargada estructura geográfica de
esta Comunidad Autónoma. Sin embargo, la realidad, señor
ministro, es que la autopista A-7 se encuentra infrautilizada,
mientras que otras estructuras viarias, otras carreteras que
discurren parcialmente en paralelo con la A-7, se encuentran
sobresaturadas, razón por la que, mientras distintos colectivos,
distintas fuerzas políticas reclamábamos la necesidad de que se
facilitara el acceso y el tránsito por la A-7, desde el Gobierno
se optaba y apostaba por la construcción de otras
infraestructuras, cuestionables tanto desde el punto de vista
básico, de su propia necesidad, como por razones
medioambientales, entre otras.

Por otra parte, señor ministro, recientemente se daba a conocer
la firma de un preacuerdo entre el ministerio que usted dirige y
Aumar, concesionaria de la A-7, cuyo contenido, en mi opinión, no
ha sido suficientemente explicado y en el que, al parecer, se
incluye, entre otras cosas, un determinado descuento de las
tarifas de peaje, unido a una prórroga de la concesión, así como,
parece ser, la paralización de las infraestructuras por las que
el Gobierno había apostado anteriormente. A pesar de ser poco
conocido, en mi opinión, este acuerdo y su contenido, el mismo ha
provocado una reacción de preocupación entre la mayoría de los
partidos políticos valencianos, de la propia Generalitat
Valenciana, de muchos ayuntamientos de la comunidad, de las
cámaras de comercio, y ello, sin lugar a dudas, por entender
estos organismos, estas instituciones, que la validación de ese
preacuerdo puede frustrar las esperanzas de que se aliviaran,
como decía un medio de comunicación, algunos de los problemas que
afectan al transporte por carretera en la costa valenciana.

Parece, pues, imprescindible, señor ministro, que se explique
adecuadamente el contenido de ese preacuerdo y parece también
necesario que se haga realidad el compromiso.. .




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Peralta.

Señor ministro.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE
(Borrell Fontelles): Muchas gracias, señor Presidente.




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Señor Peralta, tiene usted razón, este acuerdo no ha sido
suficientemente explicado y me temo que, en todo caso, muy mal
comprendido. Ha habido acuerdos parecidos en Cataluña y en la
autopista entre Burgos y Vitoria hemos aplicado ya esta
estrategia de bajar peajes y alargar tiempos de concesiones.

Siempre es discutible, porque el cálculo económico implícito en
una disminución de los ingresos presentes a cambio de obtener más
ingresos futuros encierra hipótesis que siempre podrán ser
discutidas. Por eso, comprendo que el acuerdo deba ser explicado,
para garantizar que el ministerio no quiere sino mantener el
equilibrio económico-financiero de la concesión, que no podríamos
alterar unilateralmente y, al mismo tiempo, conseguir más tráfico
para las autopistas, lo cual quiere decir menos tráfico para las
carreteras nacionales, en particular tráfico pesado.

Las autopistas de peaje son un capital social que este país tiene
muy mal utilizado; las carreteras paralelas están llenas y las
autopistas vacías. ¿Por qué? Son demasiado caras. Para que sean
más baratas hemos de alterar el equilibrio precio/tiempo, que es
lo que pretendemos conseguir, pero no lo haremos antes de haber
efectuado consultas con las entidades, con las instituciones, con
los ayuntamientos y, también, con los diputados, porque nadie
mejor que ustedes, aquí, en el Parlamento, nadie mejor que
nosotros representa el interés de los usuarios de estas
autopistas: en la Comisión de Obras Públicas, en una comisión «ad
hoc» que se cree; cualquier foro debe ser aprovechado para
explicar las hipótesis que subyacen en los cálculos que nos han
conducido a creer que ésta es una buena solución.

Después de esto, y de modificarlo si fuera necesario, habría que
remitirlo a informe del Consejo de Estado, que verificaría si los
cálculos que hemos hecho son razonables o no; a informe, por
supuesto, del Ministerio de Economía y Hacienda y, finalmente, a
aprobación del Consejo de Ministros. Este camino hay que
recorrerlo sin prisas, pero también sin pausas, porque creo que
la estrategia de bajar peajes alargando concesiones es buena para
el usuario; para el usuario que usa la autopista y para el que no
la usa, porque se va a encontrar con carreteras nacionales más
descongestionadas. Pero no hay trampa ni cartón, ni voluntad de
que la haya, sino de mantenimiento de un equilibrio con otros
factores, y cualquier observador que pueda aportar un mejor
conocimiento del problema, será bienvenido. Espero poderlo hacer,
cuando lo hagamos, con el mejor conocimiento y el apoyo social
necesario.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.




-- DE LA DIPUTADA DONA BLANCA FERNANDEZ-CAPEL BAÑOS, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR
MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: ¿QUE
SOLUCIONES PIENSA ADOPTAR EL MINISTERIO PARA EVITAR LAS
INUNDACIONES QUE SE VIENEN PRODUCIENDO EN LA NACIONAL 323 Y
PUEBLOS DEL ENTORNO DESDE LA INAUGURACION DE LA AUTOVIA
MADRID.GRANADA, EN LA ZONA DEL PANTANO DE CUBILLAS? (Número de
expediente 180/001275)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 28, de la
Diputada doña Blanca Fernández-Capel Baños.

Señora Fernández-Capel.




La señora FERNANDEZ-CAPEL BAÑOS: Gracias, señor Presidente.

Señor ministro, ¿qué soluciones piensa adoptar el ministerio para
evitar las inundaciones que se vienen produciendo en la Nacional
323 y pueblos del entorno desde la inauguración de la autovía
Madrid-Granada, en la zona del pantano de Cubillas?
Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señora
Fernández-Capel.

Señor ministro.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE
(Borrell Fontelles): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, las inundaciones que se han producido en la provincia de
Granada en los primeros días de este mes de junio--
desgraciadamente aquí alteramos la sequía con las inundaciones--,
dieron lugar, como S. S. señala, a avenidas de importancia en los
arroyos Juncaril y Púrcal así como en el Barranco del Cubo.

Estas inundaciones tienen lugar en una zona, la margen derecha
del Genil, en los términos municipales de Granada, Maracena,
Peligros de Albolote y Atarfe, que viene siendo alterada
sistemáticamente por la mano del hombre en acciones como redes de
acequias, caminos, polígonos industriales, ferrocarriles y
autovías, que se han hecho muchas veces sin tener en cuenta los
cauces preexistentes, lo que ha dado lugar a la desaparición de
desagües sin la previa adecuación de los restantes a las
necesidades de evacuación del área frente a hipótesis de
torrencialidad típicas de esta zona. En particular hay que
señalar la falta de capacidad del desagüe situado en el arroyo
Púrcal.

Para hacer frente a este problema vamos a ejecutar una serie de
obras de emergencia, en concreto las obras de dragado y limpieza
del arroyo y arroyos en la Vega



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de Granada, en las que vamos a invertir casi 300 millones de
pesetas, y otras por un valor de 500 millones de pesetas, que
restituyan de forma provisional la capacidad de desagüe de los
cauces mencionados, para evitar situaciones parecidas a las
recientes. Pero esa no sería más que una solución transitoria;
hemos de abordar obras definitivas de encauzamiento, para lo cual
estimamos una inversión necesaria --asústese-- de 4.000 millones
de pesetas. Hemos solicitado asistencia técnica para redactar un
proyecto que se denomina Unión de los Cauces de los Barrancos de
la Zona Noroeste de Granada con el río Genil, que esperamos poder
contratar el próximo 28 de junio, doce meses para redactar el
proyecto, y dos años para ejecutar una obra de esta magnitud,
esperando que con ello, y con la inversión cercana, entre pitos y
flautas, a los 5.000 millones de pesetas podamos resolver
definitivamente un problema de gravedad como el señalado.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor ministro.

Señora Fernández-Capel.




La señora FERNANDEZ-CAPEL BAÑOS: Gracias.

Señor ministro, me alegro muchísimo de las noticias que me da y
espero verlas realizadas en los plazos que promete, porque, como
usted sabe, jamás se habían producido en esta zona inundaciones
anteriores a la construcción de la Autovía de 1992 y el
desdoblamiento de la Nacional 323 en el tramo Granada-Cubillas,
que en su comienzo es la autovía Granada-Madrid.

Ahí se han ido sumando varios factores que han ido propiciando
las inundaciones producidas por las últimas tormentas. En primer
lugar, el dique que forma la presencia de la vía férrea; en
segundo lugar, el desdoblamiento de la 323 ha dejado sin salida,
como usted reconoce, las aguas de los barrancos de Viznar,
Alfacar, Cogollos Vega, etcétera; en tercer lugar, el polígono de
Juncaril, construido y equipado por el Sepes, que carece de
canalizaciones adecuadas, los alcantarillados rebosan el lodo
hacia arriba, y además se han rellenado al construirlo cauces
antiguos que discurrían por la zona y que vierten a la Nacional
323; los barrancos que alimentan las fuentes de la Cuenca del
Guadalquivir han visto alterado su trazado, como usted ha
reconocido, señor ministro. El encauzamiento se ha visto alterado
por la autovía de 1992, autovía cuyo trazado fue muy discutido
por parte del Partido Popular y que la convierte en un río
artificial que recoge las aguas desde Huertor Santillán y que las
lleva a verter a la Nacional 323 y a los polígonos de la zona.

Todo ello, como usted sabe, tiene el balance de accidentes
mortales.

Sin detrimento de que las soluciones de competencia autonómica se
reclamen en la Junta de Andalucía, me congratulo de que el
ministerio haya decidido actuar tan rápido y espero verlo, sobre
todo en esa zona de los barrancos de la Confederación
Hidrográfica, que esperan ser limpiados también, la Nacional 323,
y la salida de los polígonos industriales.

Señor ministro, las medidas son tan urgentes que los granadinos
no podemos a la vez estar muriéndonos de sed y temblando por la
lluvia.

Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señora
Fernández-Capel.

Señor ministro. (Pausa.)



-- DEL DIPUTADO DON ANGEL DIAZ SOL, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUE MEDIDAS PIENSA TOMAR EL
GOBIERNO PARA EVITAR QUE VUELVAN A PRODUCIRSE INUNDACIONES COMO
LAS QUE HAN PADECIDO DIVERSOS PUEBLOS DE LA PROVINCIA DE GRANADA
EN LOS PASADOS DIAS 7, 8 Y 9 DE JUNIO? (Número de expediente
180/001277)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 30, del
Diputado don Angel Díaz Sol.

Señor Díaz Sol.




El señor DIAZ SOL: Muchas gracias, señor Presidente.

Mi compañera de circunscripción, doña Blanca Fernández-Capel, ha
hecho una pregunta que tiene la misma finalidad que la mía.

Por tanto, en mi turno, valorando muy positivamente que ya esté
en marcha, incluso antes de las últimas inundaciones, la
previsión de la realización de obras, agradezco la respuesta del
señor Ministro. Al mismo tiempo, le pediría que tenga la máxima
atención, porque en un período menor a tres años hemos tenido
graves daños en esa zona por causa de las tormentas.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Díaz Sol.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANS. PORTES Y MEDIO
AMBIENTE (Borrell Fontelles): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, la respuesta es obviamente la misma en lo concreto, pero
aprovecho el tiempo que su pregunta me concede para ahondar un
poco más en la dimensión del problema, en la razón de su
existencia y en sus posibles soluciones.

Es verdad, muchas veces, de una forma sistemática, invadimos
cauces a través de obras civiles y también



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de asentamientos humanos e industriales en zonas don. de la
naturaleza aconsejaría no hacerlo. Es una actitud típica de este
país en todas las zonas torrenciales, don. de desgraciadamente no
guardamos el suficiente res. peto a la posibilidad de que la
lluvia, cuando llegue, se produzca de una forma tan intensa que
convierta en ríos lo que normalmente son caminos. Esto ocurre en
todo el Mediterráneo español y exige una disciplina urbanística y
un mayor cuidado de todas las administraciones a la hora de
construir obras públicas, teniendo en cuenta circunstancias que
se producen pocas veces, pero que cuando se producen tienen
efectos catastróficos.

En Francia recientemente acaban de aprobar una ley para desalojar
todas las instalaciones humanas ubicadas en zonas de riesgo de
inundación, una ley que obliga a establecer, fíjense bien, un
seguro sobre estas instalaciones y un recargo sobre los seguros
inmobiliarios que se establecen en todo el país para, con ese
dinero, expropiar, limpiar los cauces y evitar ese riesgo mayor.

Eso en Francia, que es un país donde el riesgo de lluvia
torrencial es infinitamente menor que el nuestro. Aquí no se nos
han ocurrido soluciones tan imaginativas, pero tendríamos que
hacer un esfuerzo de desalojo de instalaciones que están situadas
en zonas de alto riesgo, donde la Confederación Hidrográfica
deberá establecer una disciplina mucho mayor para evitar estas
situaciones, y los ingenieros civiles cuando proyecten obras
deberán tener en cuenta los efectos de retención, de muralla, de
conducción de obstáculos que representan infraestructuras
pesadas, sobre las que en el pasado, quizá por la premura en
construirlas y por la falta de estudios hidrológicos suficientes
y también por no haber incorporado la variable ambiental con
suficiente intensidad en el cálculo de la obra, no lo hemos
tomado suficientemente en consideración.

Pero comprometo desde aquí actuaciones inmediatas por un importe
de 500 millones de pesetas y la respuesta que he dado antes,
señoría.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON ENRIQUE MARTINEZ MARTINEZ, DEL GRUPO
SOCIALISTA DEL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUE VALORACION
HACE EL GOBIERNO DE LAS INICIATIVAS PRESENTADAS POR ESPAÑA EN LA
RECIEN CLAUSURADA CONFERENCIA MEDIOAMBIENTAL DEL MEDITERRANEO Y
DE LAS RESOLUCIONES APROBADAS EN LA MISMA? (Número de expediente
180/001278)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 31, del
Diputado don Enrique Martínez Martínez.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Enrique): Muchas gracias, señor
Presidente.

Señor Ministro de Obras Públicas y Medio Ambiente, durante miles
de años, afortunadamente, el Mediterráneo ha sido un mar cordial,
acogedor y generoso. Ha permitido con largueza actividades
económicas provechosas, ha posibilitado el encuentro enriquecedor
entre sus pueblos ribereños y ha sido también un foco generador
de cultura. Lamentablemente, hoy ese mar de vida es un espacio
amenazado, es, utilizando una expresión que usted ha empleado en
algún momento, un mar herido.

Señor Ministro, de no poner coto con urgencia al proceso de
degradación que suponen los vertidos tóxicos a sus aguas, bien
sean los procedentes de las tierras limítrofes, bien sean los
procedentes de los barcos que por él navegan, podremos
encontrarnos lamentablemente dentro de poco convertido el
Mediterráneo, no quisiera exagerar, en una especie de cloaca
agónica.

Las repercusiones de este acelerado deterioro al que estamos
sometiendo al Mediterráneo están teniendo ya manifestaciones tan
negativas como notorias en al menos dos aspectos: de un lado, su
degradación biológica, con las lógicas consecuencias nocivas
sobre la salud humana, y de otro, su incidencia preocupante en
una actividad económica tan vital como es el turismo, al menos
para ciertas zonas, y éste es el caso de Andalucía y en concreto
de la Costa del Sol, que han basado en él buena parte de su
trabajo y de su renta.

Señor Ministro, algunas personas pensamos que el reciente
compromiso firmado en Barcelona por los estados ribereños del
Mediterráneo es de un alcance demasiado corto, demasiado modesto,
tanto en la determinación de sus objetivos, como en el
establecimiento de los recursos necesarios para la consecución de
dichos fines. Esta es la razón por la que me intereso por la
valoración que hace el Gobierno de las iniciativas presentadas
por España en la recién clausurada Conferencia Medioambiental del
Mediterráneo y de las resoluciones aprobadas en la misma.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Martínez.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE
(Borrell Fontelles): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, cuando hace 20 año se acordó en Barcelona el primer plan
de acción del Mediterráneo su prioridad se centró en la lucha
contra la contaminación marina, pero desde entonces se ha
comprobado que la evolución socioeconómica, la deficiente
ordenación de los recursos naturales y las tensiones emanadas del
desarrollo constituyen la raíz de la mayor parte de los problemas
ambientales Por eso el PAM ha ido evolucionando



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desde un enfoque sectorial de lucha contra la contaminación a una
planificación y ordenación de zonas costeras y a la defensa de la
riqueza biológica de los ecosistemas marinos. Esto dio lugar a un
nuevo enfoque, y España ha jugado un papel de primer orden para
volver a reunir otra vez a los países signatarios, frente a la
reticencia de algunos países comunitarios, para revisar el PAM y
efectuar una nueva versión del mismo.

En la reunión de Barcelona hemos aprobado un conjunto de
documentos, ciertamente no todos ellos suficientemente
satisfactorios, pero que marcan una nueva línea de acción; en
particular, hemos enmendado el convenio sobre vertidos de buques,
ampliando el área geográfica y prohibiendo incineraciones en el
mar y vertidos de residuos. Ha habido un nuevo protocolo sobre
áreas protegidas y biodiversidad, estableciendo la obligación de
proteger especies de flora y fauna en peligro, incluso fuera de
las aguas jurisdiccionales de los Estados.

Pero quizá lo más importante ha sido la resolución de Barcelona
sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible en la cuenca
mediterránea, cuyos logros más notables son el propio plan de
acción II, la creación de una comisión mediterránea de desarrollo
sostenible, que veremos qué da de si; un conjunto de áreas
prioritarias de actividades de medio ambiente y desarrollo y un
acuerdo para transferencia de tecnologías limpias a los países
del norte del Mediterráneo, que son los países del sur a efectos
socio-económicos.

Los rasgos básicos del nuevo plan se refieren a la protección de
ecosistemas marinos y terrestres, la integración del medio
ambiente en el desarrollo socioeconómico, sin haberse conseguido
algunos objetivos maximalistas en su enunciado acerca de la
prohibición radical de vertidos de productos bioacumulables, pero
si un compromiso de reducción de estas emisiones por debajo de
los límites que puedan representar daño para las especies
afectadas.

Ahora se trata, en el marco de la Unión Europea, de dar contenido
cuantitativo a este compromiso...




El señor VICEPRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON JOSE GABRIEL DIAZ BERBEL, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA A LA
EXCELENTISIMA SEÑORA MINISTRA DE CULTURA: ¿CUAL ES EL CRITERIO
DEL GOBIERNO SOBRE LA POSIBLE INCLUSION DEL ALBAICIN,
RECIENTEMENTE DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, DENTRO DE LA
RELACION DE ACTIVIDADES Y PROGRAMAS PRIORITARIOS DE MECENAZGO DE
LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1996, COMO VIA PARA
IMPULSAR SU RESTAURACION Y ASI HACER FRENTE A LA RESPONSABILIDAD
QUE IMPLICA TAN ALTA DISTINCION INTERNACIONAL? (Número de
expediente 180/001270)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 23, del
Diputado don José Gabriel Díaz Berbel .

Tiene la palabra.




El señor DIAZ BERBEL: Gracias, señor Presidente.

En esta mi última intervención, después de trece años de
actividad parlamentaria, le hago esta pregunta a la señora
Ministra de Cultura no sólo en mi condición de Diputado sino en
mi condición de alcalde de Granada, relativa a nuestro barrio de
Albaicín, recientemente declarado patrimonio de la humanidad por
la Unesco.

Señora Ministra, las arcas municipales de Granada no permiten, en
absoluto, acometer ningún tipo de transformación en este momento,
después de estar la ciudad durante dieciséis años regida por los
socialistas. Tenemos una enorme deuda que no permite, en
absoluto, rescatar de la ruina ese barrio histórico y, como digo,
patrimonio de la humanidad. Una buena vía para contribuir a la
solución de los problemas sería la inclusión del Albaicín en la
relación de actividades y programas prioritarios de mecenazgo,
previsto en el artículo 67 de la Ley de Fundaciones y de
Mecenazgo que elabora el Gobierno y que debe acompañar al
proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado. Ello
permitiría elevar en cinco puntos los porcentajes de deducción
hasta el 25 por ciento y las cuantías porcentuales de los límites
máximos de deducción que se prevén en la propia Ley de
Fundacioens y de Mecenazgo para las donaciones puras y simples
que se destinen a la conservación, reparación y restauración de
bienes que formen parte del patrimonio histórico español, entre
los que, naturalmente, se encuentra el Albaicín.

Yo me siento hoy contento y honrado de que sea la señora Ministra
Alborch la que creo que con su especial sensibilidad hacia la
cultura dé luz verde a esta iniciativa que hoy le propongo. Por
eso me atrevo a preguntar a la señora Ministra, como figura en el
orden del día: ¿Cuál es el criterio del Gobierno sobre la posible
inclusión del Albaicín, recientemente declarado patrimonio de la
humanidad, dentro de la relación de actividades y programas
prioritarios de mecenazgo de los Presupuestos Generales del
Estado para 1996, como vía para impulsar su restauración y así
hacer frente a la responsabilidad que implica tan alta distinción
internacional ?
Gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Díaz
Berbel.

Tiene la palabra la señora Ministra de Cultura.




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La señora MINISTRA DE CULTURA (Alborch Bataller): Gracias, señor
Presidente.

En primer lugar, quisiera manifestarle, señoría, que el Gobierno
no ha entrado todavía en aspectos tan concretos como los que S.

S. señala en relación con las previsiones presupuestarias para el
próximo año. No obstante, sin perjuicio de cuál sea la posición
del Gobierno en su momento, lo que sí le puedo adelantar--y
seguramente conoce S. S.-- es que este año hemos establecido,
como ha recordado bien S. S., que tengan cinco puntos más de
deducción, dentro de las actividades y programas prioritarios de
mecenazgo, bienes singulares definidos como bienes de interés
cultural y declarados patrimonio de la humanidad.

El objeto de centrarnos en bienes singulares y no recoger los
conjuntos históricos o cascos antiguos, como puede ser, desde
luego, el maravilloso Albaicín, no era otro que el de priorizar y
concentrar con mayor eficacia los efectos de los beneficios
fiscales que prevé la Ley de Mecenazgo para estos bienes
singulares. Todos ellos, sin duda, son de relevante significación
histórica y alto valor patrimonial. Naturalmente, el conjunto del
Albaicín también lo es y también tiene este valor, pero el
criterio que consideramos entonces--y no quiere decir que
miméticamente lo reproduzcamos este año--es el de que era más
interesante concentrar los esfuerzos en aquellos bienes de
carácter singular que permiten una mayor identificación entre el
patrocinador y el bien al que destinan las donaciones. Este,
insisto, es el criterio de este año, y el año que viene, por
supuesto, tendremos en cuenta todas las sugerencias.

Quisiera recordar a S. S. que en Granada, por otra parte, entre
estos bienes de carácter singular, de los que todos nos sentimos
orgullosos, encontramos la Alhambra y el Generalife y esperamos
de la sensibilidad de los ciudadanos y ciudadanas de Granada, y
de las empresas que allí actúan, etcétera, de que puedan,
efectivamente, concentrar sus esfuerzos en estos grandes
monumentos. No obstante, las inversiones en el Albaicín tendrían
la desgravación más normal, que es del 20 por ciento. Yo creo que
esto ha supuesto un avance importante. Espero que nos veamos en
Granada.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señora
Ministra.

Tiene la palabra el señor Díaz Berbel. Le quedan diez segundos,
señoría.




El señor DIAZ BERBEL: Solamente quiero agrader su benevolencia al
Presidente--en este momento el señor Beviá; también al señor
Pons--, a todo el personal de la Cámara y a sus señorías.

Muchas gracias, señor Presidente. (Aplausos.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Estoy seguro, señor Díaz
Berbel, de que hablo también en nombre del Presidente de la
Cámara deseándole éxito y los mejores resultados para la
prosperidad de su ciudad.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Las preguntas números 17
y 18, planteadas por el señor Fernández-Miranda y el señor Burgos
Gallego, han sido aplazadas por solicitud del Gobierno, de
acuerdo con las conversaciones que han mantenido con los
Diputados que han formulado dichas preguntas.




-- DEL DIPUTADO D. CRISTOBAL RICARDO MONTORO ROMERO, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SR. MINISTRO
DE ECONOMIA Y HACIENDA: ¿QUE PREVISIONES TIENE EL MINISTERIO DE
ECONOMIA Y HACIENDA DE MENOR CRECIMIENTO ECONOMICO POR EL
MANTENIMIENTO DE ELEVADOS TIPOS DE INTERES? (Número de expediente
180/001266)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pasamos a la pregunta
número 19, de don Cristóbal Montoro Romero.




El señor MONTORO ROMERO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Economía, ¿qué previsiones tiene el Ministerio
de menor crecimiento económico por el mantenimiento de elevados
tipos de interés?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Tiene la palabra el señor
Ministro de Economía y Hacienda.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, señor Presidente.

Señoría, cuando en los Presupuestos Generales del Estado
establecimos una previsión de crecimiento medio de 2,8 por ciento
se hizo con un criterio--yo diría-- de gran moderación. Por
tanto, por la evolución de tipos de interés pensamos--y lo mismo
que nosotros piensan también la Comisión Europea o el propio
Banco de España--que ese 2,8 no sólo se podrá cumplir, sino que
incluso se podrá superar.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.

Tiene la palabra el señor Montoro.




El señor MONTORO ROMERO: Gracias, señor Presidente. España, señor
Ministro, está viviendo una crisis política derivada de la crisis
de Gobierno, cuya comparecencia esta tarde, por parte del
Vicepresidente del Gobierno, no hace sino agudizarla.

Pues bien, el coste de esa crisis de Gobierno, el coste económico
mayor, se plasma en los elevados tipos de



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interés; unos tipos de interés que, a largo plazo, han subido en
el último año, y unos tipos de interés que, a corto plazo,
también han subido merced a la actuación del Banco de España,
urgido por los acontecimientos, urgido por la necesidad de
compensar la ausencia de políticas económicas capaces de luchar
eficazmente contra la inflación en nuestro país.

Esos altos tipos de interés pasan una altísima factura a los
españoles. Si se mantienen esos tipos de interés tan elevados,
vamos a mermar el desarrollo económico de nuestro país y vamos a
mermar la creación de empleo, y, además, están obstaculizando la
adquisición de bienes primarios tan necesarios, como el acceso a
la vivienda por parte de miles y miles de españoles.

Evidentemente, estamos ante unas circunstancias que además
perjudican gravemente a los Presupuestos Generales del Estado
para el año 1996 y ejercicios sucesivos, lastrándolos,
hipotecándolos. Y esos altos tipos de interés, señor Ministro de
Economía y Hacienda, obedecen, revelan en definitiva unas
expectativas de inflación muy elevadas en España y que no se
corrigen a la baja; esos altos tipos de interés proceden, en
definitiva, de unos déficit públicos y de una deuda pública que
este Gobierno no está siendo capaz de reducir.

¿Cuál es la causa última en definitiva? ¿Estamos ante un error de
política económica que nos lleva a padecer esos altos tipos de
interés? ¿Estamos, en definitiva, ante un mal diseño, ante un
fallo de política económica o estamos ante algo más profundo? En
nuestra opinión, la opinión del Grupo Parlamentario Popular, es
que estamos ante unas causas más profundas. Esas causas se llaman
falta de credibilidad del Gobierno, falta de credibilidad de la
política económica del Gobierno y, por tanto, de ahí se deriva
una altísima factura que están pagando todos los españoles, una
altísima factura que vamos a pagar en años sucesivos y una
altísima factura de la que el señor Ministro de Economía y
Hacienda es portador; él es, como responsable de esa política
económica, la persona que está pasando el coste económico de la
crisis política que está padeciendo España.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Montoro.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, señoría.

Es evidente que los elementos políticos pueden acabar incidiendo
en la situación económica. Sin embargo, yo creo que, en nuestra
situación actual, hay que analizar los problemas económicos mucho
más en su propios términos.

Es cierto que la evolución de nuestra inflación ha sido algo
mayor que la prevista. El comportamiento del



Banco de España ha significado un incremento de 1,9 en los tipos
de interés a corto en este año, pero no es menos cierto que, como
consecuencia precisamente de esas medidas, también se han
reducido los tipos de interés a largo en deuda pública. Por
tanto, lo que estamos viendo ahora es un mejor comportamiento, un
comportamiento más racional en las curvas de rendimientos de
tipos de interés.

¿Va a dañar esta evolución de tipos de interés a largo plazo a la
economía? Evidentemente, si se mantuvieran durante mucho tiempo,
sí; yo creo que todos estaremos de acuerdo. Sin embargo, yo no
veo esa expectativa como una expectativa razonable. Primero,
hasta ahora, la evolución del crecimiento se basa principalmente
en inversión, que, en general, se está produciendo además con
fondos propios de las empresas, dado que los resultados no han
sido claramente positivos en los últimos años y se están
dedicando a esta finalidad.

En cuanto al consumo, indudablemente, en el momento en que se
pueda producir una variación más positiva del mismo, podría
acabar produciéndose esa incidencia. Sin embargo, estamos
convencidos de que para ese momento, la inflación habrá vuelto a
una senda normal y también el déficit público se estará
comportando de acuerdo con los planes de convergencia, y, en
consecuencia, existirá mayor margen para la reducción de tipos de
interés, cosa que nos gustaría ver ya en el segundo semestre de
este año.

Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON RAMON AGUIRRE RODRIGUEZ, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL EXCMO. SEÑOR
MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA ¿QUE IMPACTO TENDRA LA INFLACION,
Sl SE MANTIENE EN LA MEDIA DE LOS CINCO PRIMEROS MESES DEL AÑO,
SOBRE LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO DE 1995 Y 1996?
(Número de expediente 180/001267)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 20, del
Diputado don Ramón Aguirre Rodríguez.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, ¿qué impacto tendrá la inflación, si se mantiene
en la media de los cinco primeros meses del año, sobre los
Presupuestos Generales del Estado de 1995 y 1996?
Gracias, señor Presidente.




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El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Aguirre.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, señor Presidente.

Su pregunta me ha planteado al leerla esta tarde alguna reflexión
sobre cómo respondería. Es verdad que usted parte de un supuesto
que es discutible que sea aceptable, y es el de que vamos a
comprobarnos al final de año de una determinada forma. Si S. S.

me hubiera planteado qué sucedería si subiese mucho más las
inflación, evidentemente los resultados serían distintos. Por
tanto, ante una pregunta de ese tipo, sólo le puedo responder de
una forma, y es, primero, no creo que la inflación a fin de año
se comporte de la misma forma que en el momento actual; segundo,
si hay diferencia respecto a lo previsto, no para 1995, pero sí
para 1996, tendremos que aumentar los presupuestos en la cantidad
pertinente en aquellas partidas que son revisables en función de
la inflación.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.

Señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Presidente. Recordará
S. S. que, con motivo del debate de los presupuestos en el pasado
otoño de 1994, ya le advertimos que, a nuestro entender, usted
estaba incurriendo en unas previsiones cargadas de optimismo
oficialista. También le advertimos que arrastraba una falta de
credibilidad en sus previsiones, falta de credibilidad que está
trabajando, sin lugar a dudas, en favor de incrementar la
desconfianza de mercados. Hoy todavía veo que mantiene desde su
voluntarismo un objetivo de inflación del 3,5; los hechos, la
evolución de las cifras y la propia OCDE le han desmentido ese
objetivo. La inflación está recorriendo un trayecto casi fuera de
control y camina de una manera muy firme hacia un 4,5 ó 4,6, es
decir, un punto más de lo previsto. Yo creo que ya se está
apuntando un error en su previsión que, unido al que ya se
descubre en el déficit, como ha podido reconocer también la OCDE,
que lo sitúa cercano al 6,2, o unido a lo que acaba de decir mi
compañero Montoro respecto a la evolución de los tipos de
interés, va a condicionar muchísimo los presupuestos de 1996.

Usted sabe que hay distintos créditos de los presupuestos de
1996, como pueden ser pensiones, salarios de funcionarios,
inclusive transferencias de Sanidad, y si ese incremento de
inflación sigue por esa senda, se estima que va a repercutir
aproximadamente en unos 150.000 millones, que serán un
condicionante irrenunciable, por otra parte, pero un
condicionante de los presupuestos. Yo confío en que no hagan
ustedes lo de siempre, meternos un crédito extraordinario, sino
que lo incorporen a los presupuestos inicialmente, porque si no,
insisto, su credibilidad sigue perdida por la senda del fuera de
control.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Aguirre.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Gracias,
señor Presidente.

Señor Aguirre, yo creo que usted está mezclando unos elementos
con otros, y la verdad es que todo ello da lugar a una cierta
confusión. Siempre hemos hablado, evidentemente, de objetivo de
inflación y no de previsiones, aunque S. S. mezcla los dos
conceptos, y por algo bastante elemental. Si fuéramos a objetivos
menos ambiciosos, con más crecimiento, seguramente el riesgo de
inflación sería aún mayor. Sin embargo, yo no creo que se estén
produciendo esas desviaciones tan tremendas, especialmente cuando
S. S. habla del déficit previsto por la OCDE. Tome por ejemplo,
que también se han publicado estos días, las previsiones de la
Comisión Europea y verá usted que habla de un déficit de 4,8, en
las mismas condiciones que la OCDE habla del 5,5, es decir, no
adoptando medidas adicionales, situación que no se va a producir
en ninguno de los dos caso, con lo cual la realidad se ajustará a
ese 4,4 que planteamos.

Con la inflación posiblemente se producirá alguna desviación
respecto a ese 3,5. Sin embargo, si S. S. analiza en estos
momentos cuál es el comportamiento de la inflación en media
anual, verá que es prácticamente parecido al del año pasado. En
consecuencia, verá que lo que tenemos que hacer ahora es el
esfuerzo entre todos para seguir reduciendo, y cuando digo entre
todos digo entre todos, incluido su Grupo Parlamentario, y
también a mí me gustaría saber cuál es la posición de su Grupo
Parlamentario para adoptar medidas estructurales que ayuden a
resolver la inflación, por ejemplo en los colegios profesionales,
las farmacias o, evidentemente, en el tema del suelo, temas sobre
los que tampoco sería malo conocer cuál es su punto de vista. (El
señor Fernández-Miranda y Lozana: Cuando esté en la oposición, lo
podrá preguntar.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON PABLO MARCIAL IZQUIERDO JUµREZ, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR
MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA: ¿QUE MEDIDAS ADOPTARA EL
GOBIERNO EN RELACION A LAS ACTUACIONES DE LOS RESPONSABLES DEL
PROCESO DE PRIVATIZACION DE LA EMPRESA INTELHORCE? (Número de
expediente 180/001271)



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El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 24, del
Diputado don Pablo Marcial Izquierdo Juárez.




El señor IZQUIERDO JUµREZ: Gracias, señor Presidente. Señor
Ministro, ¿qué medidas piensa adoptar el Gobierno ante las
actuaciones de los responsables en la privatización de
Intelhorce?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, señor Presidente.

Señorías, el Ministerio de Economía y Hacienda, a través de la
Dirección General de Patrimonio, formuló en su día la denuncia
ante la Fiscalía, que ha dado lugar a las actuaciones judiciales
en curso, y remitió también al juez cuanta información o
documentación le fue solicitada en cada momento.

La posición del Gobierno--ya lo dije el otro día--es muy clara y
se concreta en los siguientes puntos: primero, esa remisión de
información; segundo, ello no es óbice para que, con
posterioridad a dicha denuncia, en el curso de las
investigaciones judiciales, hayan aparecido hechos cuya
calificación corresponde a la autoridad judicial; tercero, el
Ministerio ha colaborado y está colaborando, y seguirá
haciéndolo, con los órganos judiciales correspondientes en
aquellos puntos que se le planteen.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUµREZ: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, yo creo que a estas alturas y también a estas
horas no sabe muy bien el Ministro a quién corresponde la
responsabilidad y quiénes son los responsables de esta situación.

Señorías, hoy sabemos que desde Intelhorce se pagaron honorarios
millonarios por informes a empresas relacionadas con Filesa y que
son propiedad de personas unidas por vínculos de amistad y
profesionales con el Presidente del Gobierno don Felipe González.

Intelhorce compró a estas mismas personas una oficina en Madrid
por la que se pagaron más de 100 millones de pesetas. A un ex
sindicalista que intervino en la venta se le compró un
apartamento en Marbella y hoy se encuentra en paradero
desconocido. Se ha sabido también de la relación de imputados en
este escándalo con otros implicados en los escándalos de la PSV-
IGS. Estamos, señorías, ciertamente, ante un gran escándalo de
naturaleza económica, evidencia clamorosa de incompetencia, y
probablemente también, y a la vista de lo anterior, ante otro
grave caso de corrupción política.

El Ministro nos habla de medidas, de transparencia y de
responsabilidad, y, sin embargo, ruego la atención de S. S. sobre
los siguientes datos creo que incontestables. El Gobierno omitió
inicialmente ante la justicia la responsabilidad de altos cargos
de la Administración socialista como el Presidente de Improasa.

Esta Cámara lleva cinco meses esperando la comparecencia del
actual Presidente de esta empresa pública y del propio Ministro.

El Ministro de Economía don Carlos Solchaga descargó ante el juez
su responsabilidad en la propia Dirección General del Patrimonio,
y el Gobierno ha negado a la Cámara información y documentación
esencial, por lo cual nos hemos visto obligados a solicitar el
amparo de la Presidencia.

Señorías, la actuación de la empresa pública Improasa es esencial
en este escándalo. ¿Por qué no permite el Ministro que el
Parlamento sepa qué es y a qué se dedica esta misteriosa empresa
pública que, aparte de tener su sede social en un chalet de una
lujosa urbanización de Madrid, ha manejado durante años cientos
de miles de millones de pesetas de todos los españoles? Señor
Ministro, el Gobierno debe aclarar la naturaleza de tantos
premios y minutas millonarias, el papel de tanto intermediario,
alto cargo y la complicidad en la estafa de políticos y amigos de
políticos, incluso de amigos del propio Presidente del Gobierno,
señor González.

Señor Ministro, ¿está el Gobierno dispuesto a tomar medidas
serias, a actuar de una vez por todas con un mínimo de
responsabilidad democrática...?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, señor Presidente.

Señor Izquierdo, el pasado día hablamos ya de este tema y ya le
dije que la iniciativa en cuanto al planteamiento del mismo había
correspondido al Gobierno. También le dije que en esos momentos
la Fiscalía de la Audiencia de Málaga había remitido un escrito
el día 16 de noviembre al juez de instrucción en el cual de forma
expresa se decía que se interesa la práctica de las diligencias
ya instadas por la parte querellante, es decir, por parte de
Improasa y, evidentemente, con el conocimiento del Gobierno,
debiendo asimismo recibirse declaración en concepto de imputados
del entonces Presidente de Improasa, don José Miguel Moreno
García. Por tanto, ya estaba en los documentos que en su momento
se plantean ante el juez y en ningún caso ha habido ningún
intento de ocultar nada. Si S. S. lo que plantea es que el
Gobierno entre en otras disquisiciones que S. S. considera
probadas, yo no, referente a personas privadas que pueden haber
actuado en uno



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u otro tema, evidentemente eso corresponderá a los tribunales.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.




-- DEL DIPUTADO DON ALFONSO SORIANO BENITEZ DE LUGO, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL SR. MINISTRO
PARA LAS ADMINISTRACIONES PUBLICAS: ¿POR QUE RAZON EL GOBIERNO NO
QUIERE FACILITAR LA RELACION DE FUNCIONARIOS EVENTUALES O DE
CONFIANZA NOMBRADOS DURANTE EL AÑO 1994, NI SUS RETRIBUCIONES?
(Número de expediente 180/001272)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Pregunta número 25 del
Diputado don Alfonso Soriano Benítez de Lugo.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: Muchas gracias, señor
Presidente.

¿Por qué razón el Gobierno ha venido obstaculizando la
información solicitada por este Diputado sobre los funcionarios
eventuales que ocupan cargos de confianza en los respectivos
departamentos ministeriales de libre nombramiento de los
ministros?



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Ministro para las
Administraciones Públicas.




El señor MINISTRO PARA LAS ADMINISTRACIONES PUBLICAS (Saavedra
Acevedo): Gracias, señor Presidente.

Señoría, el Gobierno no viene obstaculizando facilitar los datos
sobre los funcionarios eventuales y sus retribuciones. Prueba de
ello es que S. S. dispone ya de los datos solicitados. Por lo
menos creo que con fecha de 15 o 16 de junio el Ministerio de la
Presidencia remitió a S. S. los datos que estaban pendientes de
facilitar, y se habrá cruzado con la pregunta formulada por su
señoría.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Soriano.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: Me temo, señor Ministro, que
sus servicios en el Ministerio no le han informado debidamente.

Desde el año 1992 me vengo interesando por este asunto
solicitando la relación de estos funcionarios por cada
ministerio, funciones desempeñadas y retribuciones que prestan.

Se me contestó el 28 de julio de 1992 indicándome que las
relaciones de puestos de trabajo están publicadas en el «Boletín
Oficial del Estado», cuando yo no pregunté por los puestos de
trabajo, sino por las personas que ocupan esos puestos de
trabajo, pero nada se dice, en consecuencia, sobre las personas.

Y, en cuanto a las retribuciones, se me contestó que son las que
corresponden a los conceptos retributivos de cada puesto de
trabajo Esto fue en los años 1992 Y 1993.

Vuelvo a preguntar en el año 1993 respecto a los funcionarios del
año 1992 Y se me contesta en los mismos términos. Vienen las
elecciones de 1993, se interrumpe en consecuencia el diálogo con
el Gobierno, y el 12 de enero de 1994 vuelvo a preguntar respecto
de los funcionarios eventuales del año 1993. Se me contesta el 8
de abril de 1994 enviándome por fin la relación de funcionarios
por departamentos, bastante ilegibles, sin indicar las
retribuciones totales de cada uno de ellos, las funciones
desempeñadas ni la titulación académica, por lo que solicito el
amparo del Presidente de la Cámara, que me es concedido el 12 de
mayo de 1994 Y en ese amparo consigo, por fin, que se me
comuniquen las retribuciones, donde se observa que el Gobierno
destinó, en el año 1993, más de 1.000 millones a retribuir a
varios centenares de personas. En concreto y por sólo citar un
ejemplo, en el Ministerio de Justicia e Interior figuran 106
personas, por importe de más de 370 millones de pesetas.

Vuelvo a preguntar ahora respecto del año pasado, 1994, Y el
Gobierno me remite una contestación referida sólo a cinco
ministerios diciéndome que la información correspondiente al
resto me será enviada a la mayor brevedad posible. Interpongo un
nuevo recurso de amparo que es estimado por la Presidencia,
formulo esta pregunta y es entonces cuando se me manda esa
relación a Canarias. Precisamente he hablado hoy por teléfono y
me han dicho que se ha recibido,ayer por correo y no he tenido
tiempo de verla, pero si no es porque formulo esta pregunta mucho
me temo que me siguen toreando, como han venido haciéndolo desde
el año 1992.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Soriano.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO PARA LAS ADMINISTRACIONES PUBLICAS (Saavedra
Acevedo): Gracias, señor Presidente.

Señoría, respecto al año 1993, se le facilitaron a S. S. Las
cuantías individuales de las retribuciones de cada uno de los
funcionarios de empleo eventual cuya relación se acompañaba,
incluido el complemento de productividad individual.

Su señoría ha venido aceptando la información que el Gobierno le
remitía y que era la existente en el Registro Central de
Personal, cuya inscripción sólo contiene los datos que exige la
ley: autoridad que efectúa



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el nombramiento, nivel de destino asignado y complemento de
destino específico abonado.

Fue en 1993 cuando el señor Diputado solicitó el amparo del
Presidente de esta Cámara para obtener los datos relativos al
complemento de productividad. Sin embargo, estas cantidades son
asignadas independientemente por cada Ministerio dentro de sus
respectivas partidas presupuestarias. Por eso mismo, hubo que
solicitar a cada uno de los ministerios las cantidades
individualmente atribuidas.

Este año, como S. S. acaba de reconocer, por el Ministerio de la
Presidencia se complementaron, en el plazo de los 30 días
reglamentarios, los datos relativos a los Ministerios para las
Administraciones Públicas, Justicia e Interior, Agricultura,
Pesca y Alimentación, Economía y Hacienda e Industria y Energía.

En esta relación, que se remitió el pasado 29 de marzo, se
comunicaba a SS. SS. que la remisión de los datos que faltaban se
efectuaría a la mayor brevedad. Dicha remisión se efectuó el
pasado 12 de junio.

Por tanto, en el momento de interponer la pregunta al Pleno ya se
ha mandado. Ahora acaba de indicarnos que lo ha recibido por
correo mientras se encontraba aquí y quizás ésa sea la de razón
de que no lo conozca. No existe ningún obstáculo por parte del
Ministerio para las Administraciones Públicas y del Registro
Central de Personal. Cuando se necesita concretar tan
específicamente las partidas solicitadas por S. S. es necesario
esperar a que nos contesten los distintos ministerios, pero en
cuanto hemos tenido los datos se los hemos facilitado a su
señoría. (El señor Soriano Benítez de Lugo: ¡Cuatro meses!)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Ministro.

El Pleno continuará mañana a las nueve de la mañana. Se suspende
la sesión.




Eran las diez y treinta y cinco minutos de la noche.