Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 70, de 11/05/1994
PDF





CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACION PERMANENTE
Año 1994 Núm. 70 V Legislatura
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELIX PONS IRAZAZABAL
Sesión Plenaria núm. 69
celebrada el miércoles, 11 de mayo de 1994



Página



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de conformidad con el
artículo 203 del Reglamento de la Cámara:



--Comparecencia del Gobierno ante el Pleno, de conformidad con
el artículo 203 del Reglamento de la Cámara, solicitada por
los Grupos Parlamentarios Federal de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya, Mixto y de Coalición Canaria, para
dar a conocer la posición del Gobierno ante la situación
generada entre la sociedad española a la vista de la huida de
la justicia del Sr. Roldán (ex Director General de la Guardia
Civil) y responsabilidades de todo tipo que se van a derivar
de la misma (número de expediente 210/000011) (Página 3477)



(Continúa el orden del día en el «Diario de Sesiones» número
71, de 12 de mayo de 1994.)



Página 3472




SUMARIO



Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




Comparecencia del Gobierno ante el Pleno, de conformidad con
el artículo 203 del Reglamento de la Cámara, solicitada por
los Grupos Parlamentarios Federal de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya, Mixto y de Coalición Canaria, para
dar a conocer la posición del Gobierno ante la situación
generada entre la sociedad española a la vista de la huida de
la justicia del señor Roldán (ex Director General de la
Guardia Civil), y responsabilidades de todo tipo que se van a
derivar de la misma (Página 3477)



El señor Presidente del Gobierno (González Márquez) manifiesta
que comparece, ante la petición de diversos grupos
parlamentarios y de acuerdo con el artículo 203 del
Reglamento, para dar a conocer la posición del Gobierno ante
la situación generada entre la sociedad española a la vista de
la huida del señor Roldán y de las responsabilidades de todo
tipo que se van a derivar de la misma.

En relación con las circunstancias en torno a la huida del
señor Roldán manifiesta que las mismas fueron explicadas por
el ex Ministro del Interior señor Asunción, en una
comparecencia ante la Comisión de Justicia e Interior,
siguiendo su curso la investigación abierta dentro y fuera de
nuestras fronteras, con un fuerte dispositivo de las Fuerzas
de Seguridad que espera dé sus frutos cuanto antes. Añade que
cualquier información en torno a ésta resultaría imprudente
porque podría restar eficacia a la labor de las Fuerzas de
Seguridad. Por otro lado, por parte de la Fiscalía se ha
pedido el embargo de las cuentas corrientes del señor Roldán,
lo que no sólo facilitará el trabajo de la justicia sino
también limitará su capacidad de movimientos.

Respecto a las responsabilidades que se van a derivar de esta
huida, afirma que, a su juicio, éstas pueden tener un carácter
político, administrativo o penal. Respecto a las primeras, el
señor Ministro del Interior presentó su dimisión irrevocable
en el plazo de menos de 24 horas desde la desaparición del
señor Roldán, pero teniendo en cuenta la gravedad del asunto y
su gran repercusión social, el señor Corcuera ha renunciado a
su acta de Diputado. Puede haber otro tipo de
responsabilidades en el orden administrativo o penal, y el
Ministerio está investigando las que pudieran haberse
producido en su ámbito. Si de esa investigación pudieran
derivarse responsabilidades penales, se trasladarán las
actuaciones al Poder Judicial para que éstas fueran depuradas
de acuerdo a derecho. Pero la prioridad fundamental es poner
al señor Roldán a disposición de la justicia y por ello los
esfuerzos del Ministerio de Justicia e Interior se orientan en
esta dirección. Rechaza cualquier insinuación de connivencia
en la fuga, afirmando que para el Gobierno más que para nadie
la prioridad fundamental es poner al señor Roldán a
disposición de la justicia.

Respecto a la petición insistente por parte de algunos Grupos
de su dimisión como Presidente del Gobierno, reitera que su
obligación es permanecer al frente del Ejecutivo respetando la
voluntad de las urnas y ayudando a esclarecer éste y otros
asuntos para que se haga justicia. Señala que estamos ante el
comienzo de la recuperación de nuestra economía, con lo que
ello significa para el empleo, y esta es la mayor y más
constante preocupación de nuestra sociedad. Como Gobierno,
están obligados a mantener la estabilidad política y a superar
la justificada preocupación de la sociedad, no sólo por la
importancia que esto tiene en sí mismo sino por establecer el
clima de confianza que ayude en el proceso de recuperación.

Recuerda que hace tres semanas, en el debate sobre el estado
de la Nación, discutieron a fondo el problema planteado por
los casos de corrupción, decidieron acciones de gobierno, y
acciones parlamentarias y anunciaron también la disposición a
asumir las responsabilidades que les correspondieran. Desde
ese momento la huida del señor Roldán aumentó, sin duda, el
clima de preocupación social, pero, al mismo tiempo, el
Gobierno y el Parlamento han actuado cumpliendo los
compromisos emanados de aquel debate. En estas tres semanas
han demostrado con hechos la capacidad para adoptar medidas
que refuercen el control de la Cámara o que supongan
iniciativas y decisiones gubernamentales, como también han
demostrado la disponibilidad para asumir responsabilidades
políticas en virtud de la voluntad de contribuir a la
disminución de la inquietud de la sociedad o del deseo de no
perjudicar un proyecto compartido.

Hoy puede percibirse que la lucha contra la corrupción es
prioritaria en la acción política del Gobierno, y como
fundamento de lo que acaba de afirmar menciona algunas de las
medidas puestas en práctica como consecuencia de lo aprobado
por la Cámara en aquel debate y que hacen referencia a la
potenciación del papel de las comisiones de investigación, con
la obligación de comunicar los datos que requieran referidos a
la declaración de la renta y del patrimonio. Asimismo se ha
constituido,



Página 3473




con posterioridad, la Comisión de investigación sobre el
asunto del ex Gobernador del Banco de España y se ha propuesto
la modificación del Estatuto orgánico del Ministerio Fiscal
para la creación de la Fiscalía especial para la prevención y
la represión de los delitos relacionados con la corrupción.

Por otra parte, se ha creado ya una Unidad especial para
coordinar la lucha contra el fraude y la corrupción, y hay
otra serie de acuerdos a los que el Gobierno, en lo que le
concierne, dará prioridad para su pronto desarrollo. Se trata
de un conjunto de medidas que configuran, en su opinión, uno
de los sistemas más rigurosos de prevención y de lucha contra
la corrupción entre los existentes en otros países europeos y
democráticos.

Sin embargo, no basta con adoptar medidas de esta naturaleza
sino que también debe asumirse, como antes dijo, una serie de
responsabilidades políticas, y es lo que se ha producido en
los últimos días. Así, junto a la dimisión de los señores
Asunción y Corcuera, cabe añadir la del señor Solchaga como
presidente del Grupo Parlamentario y Diputado socialista. Se
trata de una asunción de responsabilidades que seguramente va
más allá de lo que razonablemente es exigible.

Por último, el anterior Ministro de Agricultura ha asumido su
responsabilidad política derivada de cuestiones fiscales. Son
acontecimientos que demuestran con total claridad que en
nuestra democracia no existe ningún tipo de impunidad para los
comportamientos irregulares o ilícitos y la voluntad como
grupo político de asumir las responsabilidades que les
corresponde.

Se trata, así, de evitar que se cause mayor alarma social ante
las circunstancias que afrontamos y colaborar a restablecer lo
antes posible el clima de confianza en las instituciones y en
las perspectivas económicas reales que se presentan para el
futuro, lo cual no puede alcanzarse sin estabilidad política.

Termina señalando que como Presidente del Gobierno está
abierto a plantear la cuestión de confianza en el momento
mismo en que sienta que ello es necesario para constatar el
apoyo o la falta de apoyo suficiente en esta Cámara, situación
que hasta el momento no se ha producido. Reitera la obligación
del Gobierno de luchar contra la corrupción y de restablecer
un clima de confianza que facilite la recuperación de nuestra
economía, afirmando que las iniciativas que dificulten esta
doble tarea tarde o temprano serán percibidas negativamente
por la sociedad porque mermará la estabilidad política
necesaria.

En representación del Grupo Popular, el señor Aznar López
expresa su falta de coincidencia con el punto de vista del
señor Presidente del Gobierno, que, a su juicio, no ha
informado a la Cámara adecuadamente, ni cree que haya
encauzado los escándalos que están afectando en este momento
al país y al Gobierno. En su opinión, no ha resuelto la crisis
política, ni tampoco cree que vaya a abanderar ninguna lucha
contra la corrupción. Expone que han pasado quince días de la
fuga del señor Roldán, antiguo Director General de la Guardia
Civil, sin que a estas alturas se sepa dónde está, dejándole
que se escabulla al Director de 65.000 hombres armados,
responsables de la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo
y, en gran medida, de la seguridad ciudadana del país y en
posesión de secretos de Estado. Sin embargo, en sus distintas
comparecencias el Presidente del Gobierno lo más relevante que
ha dicho es que por esa situación siente bochorno, pero sin
explicar nunca por qué nombró al señor Roldán, por qué lo
sostuvo y por qué se le escapó.

Hay otra explicación pendiente, que es el caso del señor
Rubio, sobre el que nadie engañó al Presidente del Gobierno,
porque fue él, en persona, quien se negó a investigar y a
averiguar qué estaba pasando hace ya dos años, poniendo su
mano en el fuego a sabiendas de que faltaba a la verdad,
contribuyendo así a crear un daño inconmensurable. Fue él
quien obstruyó la investigación de Ibercorp, como obstruye la
de Filesa o la del señor Roldán, al no permitir que comparezca
el Vicepresidente del Gobierno señor Serra. Tiene que explicar
todo esto e informar en primer lugar a la Cámara, que no puede
acabar enterándose de las cosas por la prensa. Afirma que el
Presidente del Gobierno no vino a la Cámara porque no se
atrevió y convocó la rueda de prensa porque le obligaron sus
socios, los que le señalan los pasos que debe dar y los que le
tienen hipotecado, hasta llegar a unos extremos en los que
empieza a ser pertinente preguntarse quién manda en este país.

En relación con las dimisiones habidas, señala que no se ha
explicado por qué se han producido las de los señores Solchaga
y Corcuera, dimisiones que exigen una explicación. Pregunta
también si puede garantizar que dichas dimisiones son las
últimas y por qué se han omitido las producidas recientemente
del señor Garzón y la de la Presidenta de la Cruz Roja. Agrega
que cada día aparecen más novedades llamativas como la
gravísima información que hoy se publica y que afecta al
Vicepresidente del Gobierno, señor Serra, ante la cual hay
pocas alternativas: o bien se dice que todo lo publicado es
rigurosamente falso o no tiene más remedio que prescindir de
él y cesarle inmediatamente.

Menciona seguidamente lo que se dice en estos días en los
periódicos y medios de comunicación de



Página 3474




prestigio reconocido en el exterior, manifestando que lo que a
él le abochorna como español es que se puedan decir esas cosas
de la Presidencia del Gobierno de España.

Afirma, por otra parte, que existe un Fiscal que actúa a la
carta, bien para distraerse cuando le conviene o para
precipitarse a actuar cuando se le manda, llevando el señor
González las cosas demasiado lejos porque somete a su capricho
personal reglas fundamentales de convivencia. Concluye
señalando que en este momento el Presidente del Gobierno no
puede luchar contra la corrupción porque es rehén de su propio
pasado. Y cuando dice que va a arreglar esto nadie le puede
creer después de negarse a investigar las reprivatizaciones de
Rumasa y Galerías Preciados, o prohibir investigar las
presuntas irregularidades de Ibercorp o los entresijos del
asunto Filesa.

Hace tres semanas le pedía que dimitiese y hoy no lo va a
repetir porque se ha convertido en un sentirgeneral, ya que
España reclama un proceso de regeneración ética y política.

Necesita recuperar tranquilidad y confianza en sus
instituciones. Afortunadamente, vivimos en una sociedad
democrática donde la última palabra la tienen los ciudadanos,
y pronto tendrán los españoles ocasión de manifestarse. De
momento, sólo le pide que explique, primero, por qué se le
escapó el señor Roldán; segundo, por qué no ha cesado al
Fiscal General del Estado; tercero, por qué se opuso a la
Comisión de Investigación sobre Ibercorp y, cuarto, qué
pretende hacer con el señor Serra.

En turno de réplica y dúplica intervienen sucesivamente los
señores Presidente del Gobierno (González Márquez) y portavoz
del Grupo Popular (Aznar López).

En nombre del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, el señor Anguita González manifiesta que el
Presidente del Gobierno, en su corta y esperada intervención,
no ha sido en absoluto claro, claridad que debe ceñirse a
datos, hechos, causas y efectos; en suma, a una explicación
cohesionada, coherente y, sobre todo, clara.

Alude a los hechos acaecidos en los últimos días y al debate
sobre el estado de la Nación en el que él pidió la dimisión
del Presidente del Gobierno por los cinco motivos que entonces
expuso, a la vez que presentaron un programa alternativo de
Gobierno basado en el desarrollo de la Constitución y que
giraba sobre tres ejes fundamentales, como son la reforma de
la política económica, la reforma del Estado y la reforma de
la política. A continuación se refiere a la huida del ex
Director de la Guardia Civil señor Roldán, relatando la
sucesión de hechos desde aquel momento, llamándole
especialmente la atención la circunstancia de que se le
retirara la escolta a una persona que en la Comisión de
Investigación había afirmado que tenía en su casa más basura
que FOCSA. Entiende que ha habido negligencia culpable e
irresponsabilidad política por encima del señor Asunción,
colaboración por omisión para facilitarle la fuga, manejo de
fondos reservados y toda una trama que pone de relieve para
qué sirven estos fondos.

Agrega el señor Anguita que, a la vista de los
hechosexpuestos, Izquierda Unida pidió la comparecencia del
señor Presidente del Gobierno, dándole un margen de tiempo
suficiente para que preparase su intervención y diese una
explicación a la Cámara, produciéndose entre tanto la
detención de los señores Rubio y De la Concha, con un
procedimiento inusual que llevó a la ciudadanía la impresión
de que se empezaban a tomar medidas y a atajar los males.

Paralelamente se produjo una serie de dimisiones que, a su
juicio, el Presidente del Gobierno tiene que explicar a qué
obedecen y qué tipo de responsabilidades hay.

Alude también a la responsabilidad del señor Serray al hecho
de que el Gobierno y sus aliados impidan su comparecencia en
la Comisión de investigación y concluye señalando que, en su
opinión, la intervención del señor González ha sido
desafortunada, no ha añadido nada nuevo, no ha justificado
este Pleno extraordinario, por lo que con serenidad,
tranquilidad y sin ninguna acritud le pide nuevamente su
dimisión como Presidente del Gobierno o, en otro caso, que
plantee la cuestión de confianza, ya que, si no, sólo quedaría
apelar al pueblo español para que a través del proceso
electoral correspondiente dictase sentencia. Asimismo, se
solicita que el señor Serra comparezca en la Comisión de
investigación en nombre de la transparencia y de la
democracia.

En turnos de réplica y dúplica, intervienen los señores
Presidente del Gobierno (González Márquez) y Anguita González.

En nombre del Grupo Catalán de Convergència i Unió, el señor
Roca i Junyent. Manifiesta que la comparecencia del Presidente
del Gobierno obliga a formular una valoración de su actuación
desde el último debate de política general en lo que concierne
a los casos de corrupción, que han causado una importante
irritación y alarma social. Desde entonces se han acordado por
el Gobierno medidas sobre las que realiza una valoración
positiva, pero que sólo significan que el camino se ha
iniciado y que resulta imprescindible seguir actuando con
contundencia y prontitud frente a todos los supuestos, ya que
todavía queda mucho por hacer para recuperar la credibilidad
perdida. Sin embargo, debe



Página 3475




actuarse siempre en el marco de las exigencias del Estado de
Derecho. Afirma que la corrupción es fruto de un estilo de
vida que conviene erradicar de nuestra vida política,
económica y social y que uno de los argumentos que debería
determinarbien ese nuevo estilo de vida sería una mayor
proximidad del Presidente del Gobierno a esta Cámarapara
debatir aquellos problemas que puntualmente afectan o
interesan al conjunto de la sociedad, intentando así dar al
país la estabilidad que precisa para hacer frente a las
exigencias económicas del momento.

Respecto a la convocatoria de elecciones anticipadas que
algunos comentaristas reclaman señala que nadie en esta Cámara
plantea la cuestión en esos términos, puesto que tal
convocatoria anticipada representaría una paralización de la
acción de Gobierno durante algunos meses que no sería positiva
para la lucha contra la corrupción ni beneficiosa para avanzar
en el conjunto de medidas que puedan asegurar la continuidad
de un crecimiento económico creador de puestos de trabajo.

Acepta que existen diferentes percepciones sociales sobre lo
que ahora conviene al país y hasta los propios medios de
comunicación social sostienen tesis distintas. Respecto a su
Grupo, se le atribuyen a sus decisiones efectos y
consecuencias que les responsabilizan de muchas cosas. Le
satisface aportar a la vez serenidad e intentar servir los
objetivos inmediatos de una recuperación económica, sin
renunciar por ello a exigir del Gobierno una lucha decidida
contra todos y cada uno de los supuestos de corrupción. Sin
embargo, no son insensibles a las críticas que reciben, agrias
y ofensivas a veces, estimando que injustas y que no echan en
saco roto. Saben de las grandes dificultades y de los grandes
riesgos de la tarea que se han fijado, pero creen que su
obligación es intentar no desaprovechar esta coyuntura, las
posibilidades de resolver los problemas de los ciudadanos,
asegurándoles un horizonte económico más esperanzador,
especialmente cuando los indicadores económicos ponen de
manifiesto la recuperación que se ha iniciado y que la falta
de estabilidad política podría perjudicar. Su Grupo no quiere
renunciar a hacer la política que cree más conveniente para el
interés general y nadie les dictará desde fuera otra política
de su coalición, pues aceptan las responsabilidades que
asumen. Contesta el señor Presidente del Gobierno (González
Márquez). En nombre del Grupo Vasco (PNV) interviene el
señorAnasagasti Olabeaga. Manifiesta que esta comparecencia
técnicamente se limita a las explicaciones que el Presidente
del Gobierno ha dado en el caso Roldán, ante lo cual hay poco
que decir. El ex Director se ha fugado, el Ministro del
Interior ha dimitido y el Presidente dice que las Fuerzas de
Seguridad trabajan en su búsqueda. Junto a esto existe un
juicio de intenciones sobre si la fuga fue pactada, que ellos
no van a hacer porque no tienen pruebas y les cuesta creerlo.

Sólo va a aludir al sinfín de corruptelas que se han detectado
en la Comisión de investigación que ilustran que si don Luis
Roldán fue el gran culpable, alrededor de él algunos mandos
corruptos y testaferros crearon una malla indecente que nadie
tocó, quizá por no tocar a la Guardia Civil. Por consiguiente,
confían en que, además de capturar a don Luis Roldán, el nuevo
Ministro profesionalice drásticamente el Cuerpo, introduzca
los controles necesarios para que no se vuelvan a producir
situaciones como la que estamos viviendo.

Agrega que, a diferencia de la gran corrupción habida y no
perseguida con anterioridad al 20 de noviembre de 1975, ahora
sí se persigue, y su Grupo, desde luego, aboga por el mayor
esclarecimiento, por los adecuados controles y por un Poder
Judicial ágil y con instrumentos para esclarecer los hechos,
determinar responsabilidades y aplicar sanciones. En esta
lucha contra la corrupción debe ser el propio Gobierno el más
interesado en vigilar, descubrir y eliminar cualquier abuso.

Contesta el señor Presidente del Gobierno (González Márquez).

En nombre del Grupo de Coalición Canaria, el señor Olarte
Cullen manifiesta que comparecen hoy ante un clamor que existe
en nuestra sociedad de preocupación generalizada y en
progresión geométrica creciente. El Presidente del Gobierno
comparece, a petición de Coalición Canaria, forzado por las
circunstancias ya que previamente lo hizo en una conferencia
de prensa en lugar de dar carácter prioritario a una
comparecencia rigurosa en esta Cámara. Añade que el Presidente
viene hoy pagando un precio notable por un cúmulo de errores
iniciados cuando disfrutó de una mayoría absoluta que no ha
sabido digerir.

En relación con el caso Roldán, afirma que se reaccionó tarde
y mal, en lugar de producirse una respuesta pronta y
contundente. Sobre este asunto recuerda que en su momento
solicitaron la dimisión del Vicepresidente del Gobierno por su
responsabilidad en el nombramiento del antiguo Director
General, decisión que políticamente considera que debe
pagarse, a la vez que expresa su profunda preocupación por las
graves imputaciones que se le hacen hoy en algunos medios de
comunicación y respecto de las cuales seguirán con atención la



Página 3476




entrevista que se anuncia para el día siguiente en televisión.

En cuanto al nombramiento del nuevo Ministro del Interior
expresa su preocupación por la repercusión negativa que dicho
nombramiento puede teneren el Ministerio de Justicia, así como
por la situación grave en que queda el Consejo General del
Poder Judicial al privarle de uno de sus miembros.

Concluye pidiendo al Presidente del Gobierno que reconsidere
su actitud y, mientras no se celebren nuevas elecciones,
despeje la interrogante de la confianza, que no va a poder
soslayar dado el clamor social al que aludía al inicio de su
intervención.

Contesta el señor Presidente del Gobierno. Replica el señor
Olarte Cullen, duplicando el Presidente del Gobierno.

El señor Idígoras Gerrikabeitia, del Grupo Mixto, afirma que
nos encontramos en un momento de crisis del sistema político
constitucional español, más allá de la crisis que afecta al
PSOE o al Gobierno. Se trata de una crisis de Estado en cuanto
que sus instituciones fundamentales están implicadas, en una u
otra medida, en todo el tema de la corrupción, de la sinrazón
y de la falta de respeto a los derechos colectivos e
individuales que caracterizan esta mal llamada democracia. Son
las estructuras del Estado las que están contaminadas con una
clase política en general orientada a la búsqueda del poder y
del enriquecimiento personal. El origen de estos problemas
reside en que es un sistema político heredado del franquismo,
con una estructura militar, económica, política y judicial que
permite con impunidad la corrupción.

Recuerda, finalmente, que esta Cámara es la que aprueba los
fondos reservados que han servido para organizar y financiar
los llamados GAL y termina pidiendo que les dejen decidir su
futuro y ejercer el derecho democrático a la
autodeterminación.

La señora Rahola i Martínez, del Grupo Mixto, comienza
señalando que el orador que le ha precedido está poco
legitimado para hablar de respeto democrático. Añade que,
desde su condición de demócrata y de persona de izquierdas, se
ve obligada más que nunca a pedir al señor González que
reaccione y se vaya ante la grave situación actual de la que
él es el primer responsable. Señala que llegó a la Moncloa con
el mandato de cambiar las estructuras del Estado, de
protagonizar la ruptura moral con el régimen anterior y, sin
embargo, ha sido el Estado, impregnado de las corruptelas del
pasado, el que le ha dominado a él.

Critica a continuación el apoyo de Convergència i Unió,
aclarando que no todos los catalanes están a favor de mantener
a toda costa al señor González en el poder a pesar de la
corrupción, y pide que el Vicepresidente del Gobierno explique
todo lo que sabe sobre el escándalo Roldán viniendo a la
Comisión de investigación y asumiendo su responsabilidad
política. El señor Mur Bernad, del Grupo Mixto, califica de
decepcionante el debate al que asisten en cuanto que han
faltado explicaciones, aclaraciones y propuestas ilusionantes.

Al igual que muchos ciudadanos, él se pregunta dónde está el
señor Roldán, cómo ha sido posible que se escapara y que no lo
encuentren, lo que da lugar a la pérdida de confianza en la
clase política. Expone la necesidad de adoptar medidas para la
regeneración política, la recuperación económica, el
desarrollo autonómico y la imagen exterior de España, para lo
cual el Presidente dispone de un plazo perentorio ya que los
ciudadanos le van a enviar, sin duda, un claro mensaje dentro
de un mes.

El señor Albistur Marín, del Grupo Mixto, manifiesta que los
objetivos que ha planteado el señor Idígoras son perfectamente
defendibles con la presencia continuada en esta Cámara y el
trabajo diario, represetando a los ciudadanos que les han
votado para que les representen aquí en Madrid. Recuerda a
continuación que hace escasos días habló de la absoluta
provisionalidad del actual Gobierno por su incapacidad para
afrontar con urgencia, rigor y seriedad su responsabilidad
política, pidiendo al Presidente que pusiera su cargo a
disposición de esta Cámara, presentando la cuestión de
confianza basada en un programa de regeneración política,
depuración de cargos y exigencia de responsabilidades. Hoy le
reitera dicha petición porque los ciudadanos necesitan conocer
sus verdaderos apoyos y con la colaboración de quién va a
seguir gobernando, dando lugar, en todo caso, a un Gobierno
radicalmente nuevo para responder a la actual situación de
emergencia y alarma social.

El señor González Lizondo, del Grupo Mixto, condena desde su
firme condición de demócrata las palabras de quienes han
hablado de paz con las metralletas en la mano y hablan de
democracia sin querer participar en esta Cámara. A
continuación recuerda algunas de sus palabras en el debate
sobre el estado de la Nación, agregando que la sociedad
española asiste con una gran sensación de cabreo a esta
secuencia de corrupción ante la cual el Presidente del
Gobierno se conforma con ofrecer algunas explicaciones como
las que hoy ha dado aquí. Si piensa que esto es suficiente
significa, a su juicio, que ha perdido el rumbo, como lo
demuestra la falta de confianza puesta de manifiesto por los
inversores y el que su imagen internacional esté por los
suelos, lo cual le duele



Página 3477




por afectar al Presidente del Gobierno de nuestro país. Afirma
que cuando se produce un clima de corrupción como el existente
en España no queda otro recurso que dimitir.

Interviene de nuevo el señor Presidente del Gobierno para
contestar brevemente a los representantes del Grupo Mixto.

En nombre del Grupo Socialista interviene el señor Almunia
Amann, que agradece las explicaciones del Presidente del
Gobierno cuyas palabras les satisfacen y cuya actuación de
gobierno desde que se produjo la huida del señor Roldán les
merece un juicio inequívocamente positivo. Creen que se está
haciendo lo exigible racionalmente y desean el éxito en la
obtención de los objetivos anunciados y que se obtengan
pronto.

En cuanto a las alusiones veladas o explícitas a supuestas
connivencias para impedir u obstaculizar la detención del
señor Roldán cuentan con su absoluto rechazo.

Por otra parte, no confunden las negligencias que hayan podido
producirse o la falta de eficacia que haya podido darse con
omisiones voluntarias de los responsables de vigilar a quien
todavía no estaba reclamado por la justicia.

En un plano más general, el Grupo Socialista reitera su
compromiso de promover una aplicación rápida y rigurosa de
todas las medidas aprobadas recientemente para luchar contra
la corrupción, no admitiendo que nadie ponga en duda su
voluntad al respecto. Consideran verdaderamente importante que
los ciudadanos tengan la seguridad de que ningún corrupto va a
quedar impune y las investigaciones que se desarrollan en el
ámbito parlamentario van a ayudar a facilitar la acción de la
justicia. En su actuación sólo reconocen los condicionantes
obligados en democracia, en el sentido de que en la
persecución de los delitos de corrupción no pueden quebrar las
garantías que cada persona tiene reconocidas en nuestro Estado
de Derecho. Termina afirmando que al Grupo Socialista no le va
a faltar el ánimo y la disposición para trabajar con la
intensidad que la gravedad del momento exige y desde la
asunción de su propia responsabilidad solicita a los demás
grupos parlamentarios y a los medios de comunicación actitudes
de franca y leal colaboración.

Respecto a la estabilidad, cuestionada por algunos grupos de
la oposición, considera que el propio desarrollo del debate
permite despejar las dudas en el sentido de que el Gobierno,
en particular su Presidente, disponen en esta Cámara del
suficiente apoyo para llevar a buen término su compromiso con
los electores. Desde el Grupo Socialista agradecen en todo el
valor que tienen los apoyos que hoy se han vuelto a reiterar y
rechazan muy especialmente los intentos de quienes imputan
intenciones oscuras o presiones inconfesables a lo que no son
sino posicionamientos políticos responsables a la altura de
las circunstancias en que nos estamos desenvolviendo.

Considera que no es de recibo pedir la dimisión del Presidente
del Gobierno sin atreverse simultáneamente a plantear una
moción de censura o solicitar la convocatoria de elecciones y
descalifican toda propuesta y cualquier apoyo sin apuntar a la
vez argumentos y apoyo alternativos de los que se dispone. Se
suspende la sesión a las ocho y cinco minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO, DE CONFORMIDAD CON
EL ARTICULO 203 DEL REGLAMENTO DE LA CAMARA:



--COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO, DE CONFORMIDAD CON
EL ARTICULO 203 DEL REGLAMENTO DE LA CAMARA, SOLICITADA POR
LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA-
INICIATIVA PER CATALUNYA, MIXTO Y DE COALICION CANARIA, PARA
DAR A CONOCER LA POSICION DEL GOBIERNO ANTE LA SITUACION
GENERADA ENTRE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA A LA VISTA DE LA HUIDA DE
LA JUSTICIA DEL SEÑOR ROLDAN (EX DIRECTOR GENERAL DE LA
GUARDIA CIVIL) Y RESPONSABILIDADES DE TODO TIPO QUE SE VAN A
DERIVAR DE LA MISMA (Número de expediente 210/000011)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Punto cuarto del orden del día: Comparecencia del Gobierno
ante el Pleno, de conformidad con el artículo 203 del
Reglamento de la Cámara, solicitada por los Grupos de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, Mixto y de Coalición
Canaria, para dar a conocer la posición del Gobierno ante la
situación generada entre la sociedad española a la vista de la
huida de la justicia del señor Roldán (ex Director General de
la Guardia Civil) y responsabilidades de todo tipo que se van
a derivar de la misma. Tiene la palara el señor Presidente del
Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, diversos grupos parlamentarios han
pedido mi comparecencia ante la



Página 3478




Cámara, de acuerdo con el artículo 203 del Reglamento, para
dar a conocer la posición del Gobierno ante la situación
generada entre la sociedad española --leo literalmente-- a la
vista de la huida del señor Roldán y de las responsabilidades
de todo tipo que se van a derivar de la misma. Aun siendo éste
el motivo de la comparecencia, teniendo en cuenta la alarma
social producida y la incertidumbre política vivida en los
últimos días, comprenderán SS.SS. que haga, siquiera sea
brevemente, algunas consideraciones de carácter más general.

En primer lugar, la circunstancia que puede ser explicada en
torno a la huida del señor Roldán lo ha sido por el ex
Ministro del Interior señor Asunción en una comparecencia ante
la Comisión Mixta de Justicia e Interior, celebrada la semana
pasada tras la convocatoria de este Pleno. La investigación
sigue su curso, dentro y fuera de nuestras fronteras, con un
fuerte dispositivo de las Fuerzas de Seguridad que esperamos
dé sus frutos cuanto antes. Por mi parte, señorías, añadir
cualquier información en torno a esta tarea resultaría
imprudente, porque podría restar eficacia a la labor de las
Fuerzas de Seguridad.

Conocen SS.SS., sin embargo, que por parte de la Fiscalía se
ha pedido el embargo de las cuentas corrientes del señor
Roldán. Esto no sólo facilitará el trabajo de la justicia sino
que también limitará su capacidad de movimientos.

En segundo lugar, se requiere conocer la posición del Gobierno
respecto de las responsabilidades de todo tipo que se van a
derivar de esta huida. Esas responsabilidades, a mi juicio,
pueden tener un carácter político, administrativo o penal.

Parece indudable que existen responsabilidades políticas,
aunque los límites jurídico-constitucionales de la vigilancia
sean también claros. Pues bien, ante la primera constatacion,
la primera, señorías, de la desaparición del señor Roldán, el
Ministro del Interior presentó su dimisión irrevocable en el
plazo de menos de 24 horas. En relación con el hecho concreto
de la huida, ésta es la responsabilidad política asumida. Pero
teniendo en cuenta la gravedad del asunto en su conjunto y su
gran repercusión social, el señor Corcuera ha renunciado a su
acta de Diputado, en un gesto que por su naturaleza misma
seguramente va más allá de la normal exigencia de este tipo de
responsabilidades. En relación con esta fuga es indudable que
puede haber otro tipo de responsabilidades en el orden
administrativo o penal. El Ministerio está investigando las
que pudieran haberse producido en su ámbito, y si de esta
investigación pudieran derivarse responsabilidades penales se
pasarían las actuaciones al Poder Judicial para que éstas
fueran depuradas de acuerdo a Derecho.

Pero, sobre todo, quiero dejar claro a SS.SS. que la prioridad
fundamental es poner al señor Roldán a disposición de la
justicia, y por ello el máximo esfuerzo del Ministerio de
Justicia e Interior se orienta en esta dirección. Por
consiguiente, es necesario reconocer la grave preocupación
ciudadana que ha generada esta fuga. Se puede y se debe ser
crítico y exigente con las circunstancias que produjeron la
huida, pero no se debe ser más preciso en el momento actual
para no perjudicar la labor de las Fuerzas de Seguridad. Se
puede demandar la responsabilidad por un fallo constatado por
los hechos; aquélla ya se ha asumido plenamente.

A mi juicio, no se debe especular desde posiciones
responsables con hipotéticos chantajes ni pulsos imposibles en
un Estado de Derecho; menos aún podemos admitir como Gobierno
cualquier insinuación de connivencia. Para nosotros, repito,
más que para nadie, la prioridad fundamental es poner al señor
Roldán a disposición de la justicia. El cumplimiento de este
propósito demostrará claramente que no puede haber ningún tipo
de impunidad. Sé que algunos Grupos han reclamado con
insistencia, ahora y en ocasiones anteriores, mi dimisión como
Presidente del Gobierno. (Un señor Diputado del Grupo Popular:
¡Y ahora otra vez!) Como ya he dicho ante la Cámara,
respetando las posiciones planteadas, cuando éstas no tienen
una connotación claramente sesgada hacia intereses partidistas
o de otro tipo, estimo que mi obligación es permanecer al
frente del Ejecutivo, respetando la voluntad de las urnas,
ayudando a esclarecer éste y otros asuntos, con el fin de que
se haga justicia y se restablezca la necesaria confianza en
las instituciones.

He dicho al comienzo de mi intervención que me parecía
necesario explicar la actitud del Gobierno ante la inquietud
generada en nuestra sociedad por éste y otros acontecimientos
de indudable trascendencia, aunque no sean el motivo
específico de la petición de comparecencia de hoy. Estamos
ante el comienzo de la recuperación de nuestra economía, con
lo que ello significa para el empleo. Esta es, sin duda, la
mayor y la más constante preocupación de nuestra sociedad.

Como Gobierno, estamos obligados a mantener la estabilidad
política y a superar la justificada preocupación de la
sociedad, no sólo por la importancia que esto tiene en sí
mismo sino para establecer el clima de confianza que ayude en
el proceso de recuperación. Me siento pues, señorías,
doblemente obligado a contribuir, desde la acción del
Gobierno, a restablecer esa confianza en el funcionamiento de
las instituciones y estoy firmemente decidido a hacerlo. (Un
señor Diputado del Grupo Popular: ¡Ahora!) Por ello, no
comparto las peticiones de dimisión, en la convicción de que
se generaría un clima de inestabilidad que haría más difícil
esta tarea.

Hace tres semanas, en el debate sobre el estado de la Nación,
discutimos a fondo el problema planteado



Página 3479




por los casos de corrupción. Decidimos acciones de gobierno,
acciones parlamentarias y anunciamos, también, nuestra
disposición a asumir las responsabilidades que nos
correspondan. Consideramos necesario mejorar los medios
instrumentales para prevenir, investigar y juzgar las
prácticas irregulares y los comportamientos corruptos.

Desde ese momento, la huida del señor Roldán ha aumentado, sin
duda, el clima de preocupación social. Pero, al mismo tiempo,
el Gobierno y el Parlamento han actuado cumpliendo los
compromisos emanados de aquel debate. En estas tres semanas
hemos demostrado, con los hechos, la capacidad para adoptar
medidas, medidas que refuercen el control de las Cámaras o que
supongan iniciativas y decisiones gubernamentales. Pero
también hemos demostrado nuestra disponibilidad para asumir
responsabilidades políticas en virtud de la voluntad de
contribuir a la disminución de la inquietud de la sociedad o
al deseo de no perjudicar un proyecto compartido. Estamos así
contribuyendo a mejorar la situación, a pesar de los
incidentes que puedan producirse en el recorrido. Hoy se puede
percibir, con la nitidez que ofrecen los hechos, que la lucha
contra la corrupción es prioritaria en nuestra acción
política. Me permitirán SS.SS. que desarrolle y fundamente lo
que acabo de afirmar. Para empezar, me referiré al conjunto de
nuevos instrumentos que esta Cámara aprobó o instó al Gobierno
a que pusiera en marcha.

En primer lugar, se aprobó que se potenciara el papel de las
comisiones de investigación, eliminando los obstáculos que
impedían el acceso a acierta información reservada legalmente
a los jueces. El Gobierno ha aprobado y remitido a esta
Cámara, para su convalidación, un Real Decreto-ley que regula
la obligación de comunicar datos, como los referidos a la
declaración de la renta o del patrimonio, a requerimiento de
las comisiones parlamentarias de investigación. Inmediatamente
de publicado el Real Decreto se ha dado traslado a la Comisión
que investiga el caso Roldán de la documentación requerida.

En segundo lugar, se aprobó la constitución de una comisión de
investigación sobre el asunto del ex gobernador del Banco de
España señor Rubio, cuya puesta en funcionamiento dependía de
esta Cámara. Como saben SS.SS. en la mañana de ayer se
constituyó esta Comisión.

En tercer lugar, propusimos la modificación del Estatuto
orgánico del Ministerio Fiscal para la creación de la Fiscalía
especial para la prevención y la represión de los delitos
relacionados con la corrupción. El Gobierno ha remitido ya al
Consejo Fiscal y al Consejo General del Poder Judicial, para
su preceptivo informe, el proyecto de ley que modificará dicho
Estatuto. Las funciones de la Fiscalía creada consistirán,
fundamentalmente, en la intervención en los procesos penales
pordelitos económicos relacionados con la corrupción y en la
coordinación de actuaciones de las distintas fiscalías.

En cuarto lugar, propusimos la creación de una Unidad especial
en el seno del servicio jurídico del Estado, Unidad especial
para coordinar la lucha contra el fraude y la corrupción. El
Gobierno ya ha creado, por Real Decreto, esta Unidad, que
defenderá los intereses del Estado en este tipo de asuntos.

En quinto lugar, se acordó que se desarrollara la regulación
del jurado para conocer, entre otros, de aquellos delitos
cometidos por responsables públicos en el ejercicio de su
cargo. El Gobierno ya ha remitido a la Cámara el
correspondiente proyecto de ley orgánica.

En sexto lugar, se acordaron orientaciones para modificar la
Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. El proyecto
está en el Parlamento y nuestro Grupo está dispuesto a
introducir las modificaciones necesarias para la consecución
de los objetivos fijados en las resoluciones aprobadas por la
Cámara.

Hay otra serie de acuerdos a los que el Gobierno, en lo que le
concierne, dará prioridad para su pronto desarrollo. Entre
estas resoluciones quiero destacar la del endurecimiento de
las penas en el futuro Código Penal para las conductas
delictivas relacionadas con la corrupción, o la modificación
de la Ley General Tributaria para mejorar la lucha contra el
fraude, o un nuevo marco regulador para los fondos reservados,
o la reforma de la Ley del Tribunal de Cuentas para
incrementar sus competencias fiscalizadoras y sus facultades
sancionadoras, o la constitución de una comisión de estudio e
investigación sobre la financiación de los partidos políticos;
la modificación de la Ley General Presupuestaria, para mejorar
la gestión del gasto público y reducir, con carácter general,
cualquier criterio de discrecionalidad.

Por consiguiente, señorías, señor Presidente, en estas tres
semanas, además de importantes actuaciones por parte de la
Fiscalía, el Gobierno ha puesto en marcha una parte sustancial
del mandato recibido por la Cámara. Todas estas medidas
configuran, en mi opinión, uno de los sistemas más rigurosos
de prevención y de lucha contra la corrupción entre los
existentes en otros países europeos y democráticos.

Pero no basta, sin embargo, con adoptar medidas de esta
naturaleza. También deben asumirse, como he dicho al principio
de mi intervención, una serie de responsabilidades políticas,
y esto es lo que se ha producido en los últimos días.

He hecho ya referencia a la decisión del ex Ministro del
Interior, don Antonio Asunción, de presentar su dimisión,
asumiendo su responsabilidad política por la huida del señor
Roldán. Asimismo me he referido al señor Corcuera, que ha
presentado su renuncia al acta de Diputado en función de su
pasada responsabilidad como Ministro del Interior. El ex
presidente del Grupo



Página 3480




Parlamentario y Diputado socialista don Carlos Solchaga
presentó su renuncia a ambos cargos en función de la
responsabilidad que estimaba contraída como Ministro de
Economía y Hacienda en relación con el caso del ex Gobernador
del Banco de España señor Rubio.

He dicho antes, y vuelvo a reiterar ahora, que, en mi opinión,
tal asunción de responsabilidades seguramente va más allá de
lo que razonablemente es exigible (Rumores.), pero que la
generosidad de quienes las han asumido está dirigida a
contribuir y a dar una respuesta más contundente a esta
situación y a restablecer la confianza de los ciudadanos en
las instituciones y en sus representantes políticos.

Finalmente, el anterior Ministro de Agricultura asumió,
asimismo, sus responsabilidades políticas derivadas de
cuestiones fiscales, que explicó a la opinión pública tras
presentarme su dimisión irrevocable. Los acontecimientos que
se han producido en fechas recientes demuestran con total
claridad que en nuestra democracia no puede existir, y de
hecho no existe, ningún tipo de impunidad para los
comportamientos irregulares o ilícitos, así como nuestra
voluntad como grupo político para asumir las responsabilidades
que nos corresponden.

Señor Presidente, señorías, es urgente culminar este conjunto
de medidas y clarificar por completo las situaciones de
corrupción, para erradicar cualquier sensación de impunidad
que se haya podido percibir y para despejar así las
incertidumbres que pueden debilitar el impulso y la energía
necesarios para la recuperación económica. Esta recuperación
requiere restablecer la confianza en el futuro, y esto sólo
puede surgir en un ambiente de mayor sosiego y serenidad que
el de los días pasados. La mejor contribución que todos
podemos hacer a este clima de confianza consiste, a mi juicio,
precisamente en asumir cada uno sus propias responsabilidades,
renunciando a obtener beneficios políticos a costa de causar
daño al conjunto de la sociedad. (Aplausos en los bancos del
Grupo Socialista.--Rumores y protestas en los bancos del Grupo
Popular.) Nuestra obligación es evitar que se cause mayor
alarma social ante las circunstancias que afrontamos y
colaborar a restablecer lo antes posible el clima de confianza
en las instituciones y en las perspectivas económicas reales
que se presentan en el futuro. Todo ello no puede alcanzarse
sin estabilidad política. Después de las elecciones del 6 de
junio, para garantizar esa estabilidad es imprescindible
completar la mayoría minoritaria que representamos como
partido. Así se está haciendo, en una correcta interpretación
de la voluntad de los ciudadanos en las urnas. En nuestro
sistema democrático el respeto a las reglas es una garantía
para todos. No beneficia a la estabilidad y, por consiguiente,
no beneficia a la necesaria confianza para la recuperación
pretender discurrir por atajos que no representan la voluntad
claramente expresada en las urnas. (Aplausos y rumores.)
Como Presidente del Gobierno estoy abierto a plantear la
cuestión de confianza en el momento mismo en que sienta que
ello es necesario para constatar el apoyo o la falta de apoyo
suficiente en esta Cámara. Esto hasta el momento presente no
se ha producido. Por consiguiente, nuestra obligación como
Gobierno es la de seguir tomando las decisiones necesarias
para combatir los supuestos de corrupción y restablecer un
clima de confianza que facilite la recuperación de nuestra
economía. (Rumores.)
Señorías, las iniciativas que dificulten esta doble tarea
tarde o temprano serán percibidas como negativas por la
sociedad porque mermarán la estabilidad política necesaria.

Muchas gracias. (Aplausos y rumores.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente. (Continúan los
rumores.) ¡Silencio, señorías!
Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor Aznar.




El señor AZNAR LOPEZ: Señor Presidente, señorías, comparece
usted hoy, señor González, para informar a la nación de lo que
está pasando y para explicar, para dar cuentas, al menos las
que se le soliciten, de lo que está pasando, de lo que está
ocurriendo en nuestro país.

Le adelanto que mi punto de vista, desde luego, no coincide
con el suyo. No ha informado usted adecuadamente. No creo que
haya encauzado los escándalos que están afectando en este
momento al país y a su Gobierno. No ha resuelto, en nuestra
opinión, la crisis política y, desde luego, no creo, ni
creemos, que, en absoluto, vaya usted a abanderar ninguna
lucha contra la corrupción. Pero vayamos por partes.

Dice usted que no ha cogido al señor Roldán y que no sabe si
podrá detenerle. (Rumores y protestas.) Eso es lo que ha
dicho. (Aplausos y rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor AZNAR LOPEZ: ¿Ha detenido usted al señor Roldán,
señor González? (Varios señores Diputados: ¡No! ¡No!--
Rumores.) ¿Ha garantizado usted a la Cámara que está en
condiciones de detenerle? (Varios señores Diputados: ¡No!
¡No!--Rumores.) Han pasado 15 días desde la fuga del señor
Roldán --recuerdo que era el antiguo Director General de la
Guardia Civil-- y a estas alturas todavía no se sabe dónde
está.

Nosotros no vamos a sospechar, ni sospechamos, de sus
actuaciones, pero es natural que podamos pensar, y que buena
parte de la sociedad pueda pensar, que no estamos ante un
simple caso de incompetencia y que tal vez pueda existir algo
más. (Rumores.)
Ha dejado usted que se escabulla el director de 65.000 hombres
armados, responsables de la lucha contra el



Página 3481




terrorismo, responsables de la lucha contra el narcotráfico,
responsables en gran medida de la seguridad ciudadana del
país, que cuentan con unos importantes servicios de
información y que están en posesión de secretos de Estado y,
para lo que aquí nos ocupa, de otros secretos que se suponen
lesivos para su Gobierno y para su partido. (Aplausos en los
bancos del Grupo Popular.--Rumores.)
De sus distintas comparecencias públicas --porque en la de hoy
usted no ha dicho nada del señor Roldán--, lo más relevante
que usted ha dicho es que por esa situación siente bochorno.

Ahora bien, ni esta tarde ni ningún otro día ha explicado
usted por qué nombró al señor Roldán, por qué sostuvo al señor
Roldán y por qué se le escapó el señor Roldán. Y no le pido ni
una opinión, ni un comentario y tampoco una excusa. Le pido
una explicación de por qué nombró, por qué mantuvo y por qué
se le ha escapado el señor Roldán. Aquí tiene usted, señor
González, una explicación pendiente, porque hasta este momento
lo único que sabemos es que usted consideró --por razones que
prefiero no imaginar-- que lo más conveniente era dejarlo
suelto mientras S.S. miraba hacia otro lado. (Un señor
Diputado: ¡Fuera!--Rumores y protestas en los bancos del Grupo
Socialista.--Aplausos en los bancos del Grupo Popular.--Otro
señor Diputado: ¡Irresponsable!)
Llegados a este punto, no quiero dejar de señalar en este
asunto algo que me impone la equidad, en especial cuando hoy
concurren a esta Cámara unos Diputados que respaldan al
terrorismo, es decir, que combaten a la Guardia Civil.

(Aplausos en los bancos del Grupo Popular.--Rumores.) Y en
estas circunstancias quiero dejar sentado que, pese a todos
los desmanes del señor Roldán, yo sí pongo la mano en el fuego
por una Institución tan benemérita como la Guardia Civil
(Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Muy bien! ¡Muy
bien!--Aplausos.), cuya intachable hoja de servicios no merece
el baldón de haber padecido unos dirigentes corruptos e
irresponsables. (Varios señores Diputados: ¡Muy bien! ¡Muy
bien!, en los bancos del Grupo Popular.)
Tiene usted en estos casos y en estos días otra explicación
pendiente, que es el caso del señor Rubio. Ha dicho usted
públicamente que no sabía nada y que había sido traicionado su
confianza. Se lo diré en términos un poco humorísticos, señor
González, pero desde los tiempos de «La lozana andaluza» no se
ha conocido en España una confianza tan vulnerable como la
suya. (Risas, rumores y protestas.) A usted no le engañó nadie
en el caso del señor Rubio. Fue usted, en persona, quien se
negó a investigar (Un señor Diputado: ¡Sí, señor!), a
averiguar qué estaba pasando, o tal vez --por mejor decirlo--,
a que los españoles conocieran la verdad sobre lo que estaba
pasando. Y lo hizo poniendo su mano en el fuego, a sabiendas
de que faltaba a la verdad. Y eso no ha ocurrido ayer, ocurrió
hace dos años. De manera que ha contribuido usted a crear un
daño inconmensurable. (Un señor Diputado del Grupo Socialista:
¡Sí, hombre, sí!) No sé medirlo y no alcanzo a señalar sus
límites. Si lo sabe usted, dígame cuánto daño ha causado usted
con esta ocultación.

Fue usted quien obstruyó la investigación de Ibercorp, como
obstruye la de Filesa, como obstruye la del señor Roldán al no
permitir que comparezca el Vicepresidente del Gobierno señor
Serra. (Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Eso!
¡Eso!--Aplausos.) Y todo esto es lo que usted tenía que haber
explicado y no ha explicado a esta Cámara. Y tiene que
explicarlo en esta Cámara. Su referente es esta Cámara, su
interlocutor es esta Cámara y su deber es venir a informar de
todo lo que tenga que informar, en primer lugar, a esta
Cámara. Lo que no puede ser, señor González, es que este
Parlamento acabe como usted, enterándose de las cosas por la
prensa. (Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Muy
bien! ¡Muy bien!) Y no porque hagamos como usted, que no
quiere enterarse, sino porque usted nos usurpa a nosotros y a
los ciudadanos que representamos un derecho primordial. Su
obligación, sin que tenga que recordárselo nadie, era acudir a
las Cortes, y para no hacerlo alegó aquel contrasentido de que
su presencia aquí podía aumentar la alarma social, pero a
continuación convocó una rueda de prensa arguyendo que existía
alarma social. (Rumores.) Hoy riza el rizo, la alarma social
la crea esta Cámara por celebrar un Pleno sobre el caso
Roldán, no la crea el Gobierno responsable de que se haya
fugado el señor Roldán. (Aplausos.) Pero ya que no explica
usted esta incongruencia, se la voy a explicar yo. No vino a
la Cámara, señor González, porque no se atrevió. (Protestas.)
y convocó la rueda de prensa porque le obligaron. (Grandes y
prolongados rumores.) Y ¿quiénes le obligaron? Pues sus
socios, naturalmente. (Varios señores Diputados del Grupo
Socialista: ¡Hala!) Los que le señalan a usted los pasos que
debe dar, los mismos que le excusan de legitimar su posición
en esta Cámara a cambio de una legitimación telefónica.

(Rumores.) Los que le tienen hipotecado. Estamos llegando a
unos extremos en los que empieza a ser pertinente preguntarse
quién manda en este país, y si será usted el interlocutor
adecuado o resultará más eficaz descolgar ese teléfono por
donde usted recibe las garantías y las instrucciones. (Grandes
y prolongados rumores.--¡Muy bien, muy bien!) y después de no
explicar estas cosas, señor González, viene usted a decir aquí
que los demás podemos ser responsables de la alarma social, o
que todos los problemas que ustedes han creado están
encauzados, como quien está deseando evadirse de la situación
y cambiar de capítulo, como si aquí no hubiese pasado nada y
como si todo estuviera resuelto.

Y ¿qué ha resuelto usted? ¿La crisis política? Es verdad que
han dimitido dos ministros, uno de ellos por dejar escapar a
Roldán y el otro por irregularidades fiscales.




Página 3482




Han dimitido también dos ex ministros, el de Economía y el de
Interior. Ha nombrado usted un nuevo Ministro de Agricultura y
ha fusionado dos ministerios: Con eso considera zanjada la
crisis. (Un señor Diputado del Grupo Socialista: No está mal
¿no?)
Permítame como un inciso que le recuerde que, después de
escucharle, todavía no sabemos por qué han dimitido el señor
Solchaga y el señor Corcuera; no lo sabemos. (Rumores.)
Después de su explicación de esta tarde no se sabe por qué han
dimitido el señor Corcuera y el señor Solchaga. (Rumores.) Y
si, como usted ha insinuado, resulta que han dimitido por
circunstancias, actuaciones o responsabilidades asumidas en
sus tiempos de ministros, le tenemos que preguntar cuáles
fueron en concreto las actuaciones u omisiones del señor
Corcuera o del señor Solchaga que ahora les aconsejan
presentar su renuncia al escaño del Congreso de los Diputados.

(Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Bien!--
Aplausos.) Todo parece indicar, señoría, que usted, lejos de
resolver ninguna crisis, no ha hecho más que dejarse arrastrar
por unos acontecimientos que no controla. (Rumores y
protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!, señorías.




El señor AZNAR LOPEZ: Lo único que se le ha ocurrido, aparte
de aparentar un pudoroso bochorno, es aceptar unas dimisiones
que no ha podido evitar, que eran inevitables ya muchos meses
atrás y que exigen una explicación. ¿Puede usted garantizar a
esta Cámara y a la nación, señor González, que esas dimisiones
son las últimas? De momento, hace muy pocas fechas, se le ha
abierto la crisis de nuevo con la dimisión del Secretario de
Estado para la lucha contra la droga, el señor Garzón (Varios
señores Diputados del Grupo Socialista: ¡Hombre!), omitido
curiosamente en su exposición. (Aplausos.) Ayer, ha dimitido
la Presidenta de la Cruz Roja. (Un señor Diputado del Grupo
Socialista: ¿Qué tiene que ver?) Permítame que le pregunte,
señor González: ¿Ni la Cruz Roja se ha podido respetar? ¿Es
que ya no queda nada sano? ¿Ni la Cruz Roja siquiera, señor
González? (Rumores.) Seguramente, no terminarán aquí las
cosas. ¿Puede usted asegurar que no dimitirá el Fiscal General
del Estado? (Fuertes rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!, señorías.




El señor AZNAR LOPEZ: ¿Puede usted asegurar que no dimitirá el
Vicepresidente, señor Serra, después de las gravísimas
afirmaciones que hoy se publican? (Rumores.) ¿Cómo puede
pretender en este momento que los escándalos por corrupción
puedan estar encauzados y que usted está dando una respuesta
adecuada? Cada día que pasa conocemos nuevos detalles que
prueban su acierto en la selección de colaboradores en los
puestos de gran responsabilidad. Cada día que pasa vamos
conociendo mejor los detalles por los que usted se opuso a la
creación de una comisión de investigación sobre Ibercorp. Cada
día que pasa nos trae novedades llamativas, como la que están
protagonizando sus compañeros de Partido, el señor De la Torre
y ahora el señorSerra. (Protestas.) Todo esto sin que hayamos
conocido nada de todo ese tráfico de dinero que es el llamado
caso Filesa.

Seguramente no acaban aquí las cosas, seguramente van ustedes
a seguir distrayendo al país durante una temporada. Viven
ustedes las incertidumbres de Damocles, pendientes de que les
caiga encima otra fotocopia. Permítame que le pregunte una vez
más, señor González: ¿Cuál será el próximo escándalo? ¿Lo sabe
usted? (Un señor Diputado del Grupo Socialista: ¡Hormaechea!)
Realmente, usted no ha resuelto nada. Todo el mundo sabe que
durante estos días está usted dejando caer a las personas de
su máxima confianza porque no le queda otro remedio, porque
necesita esos sacrificios para salvar su propia posición. Le
está saliendo el cargo carísimo, señor González. ¿Cuántas
víctimas le quedan todavía?
Hoy se publica una información gravísima que afectaal
Vicepresidente del Gobierno, señor Serra (Rumores.), cuyo
brazo derecho, al parecer, era el señor Roldán. (Un señor
Diputado del Grupo Socialista: ¡Un delincuente!) El señor
Roldán será un presunto delincuente, un prófujo, un rebelde y
un fugado de la Justicia, y un director de la Guardia Civil
durante ocho años nombrado por ustedes. (Aplausos.) De ser
cierto lo publicado, podríamos intuir por qué nombró usted al
señor Roldán, por qué amparó usted al señor Roldán y tal vez
por qué se les escapó el señor Roldán (Rumores.), porque era
el hombre de confianza, el protegido del señor Serra. Dígame,
señor González: ¿Conocía usted las actividades de su
Vicepresidente o se ha enterado, como de costumbre, por la
prensa? ¿Sabía usted que se estaban utilizando fondos
reservados para iniciativas particulares? ¿Lo sabía usted o se
ha traicionado su confianza? (Rumores.) ¿Es cierto que el
Vicepresidente dedicaba sus ocios al espionaje de ciudadanos
para fortalecer su propia posición política? (Rumores.--
Protestas.) ¿Se siente usted abochornado, señor González, por
las actividades de su Vicepresidente? (Rumores.)
Pues bien, aquí caben muy pocas alternativas: o diceusted que
todo lo que se ha publicado, todo, es rigurosamente falso, o
no tiene usted más remedio que prescindir y cesar al señor
Serra; y de momento, esta tarde, usted aquí no ha dicho nada,
ni lo uno ni lo otro. (Rumores.)
Y a todo esto, viene usted aquí esta tarde a proclamar su
voluntad firme, diligente y rigurosa de seguir combatiendo y
luchando contra la corrupción. Lo que antes no existía, según
sus palabras, hoy es su objetivo



Página 3483




prioritario. (Rumores.) Usted no puede resolver el problema,
señor González, porque usted es parte del mismo problema. ¿O
es que pretende usted, a estas alturas, salir garante de sí
mismo? ¿Nos va a decir que pone usted la mano en el fuego por
usted mismo? Ha puesto tantas veces la mano en el fuego por
colaboradores corruptos que no le quedan manos para
arriesgarse más (Rumores.), y ya no puede usted salir garante
de nadie y, menos aún, de usted mismo.

A usted, señor González, ¿quién le avala en este momento? (Un
señor Diputado del Grupo Socialista pronuncia palabras que no
se perciben.--Rumores.) Hasta hace dos días contaba usted con
el señor Garzón. Pero, por lo visto y lo escuchado, ya no le
cree ni su propio escogido, ni la persona que usted mostró a
la sociedad como prueba de su voluntad purificadora. Y
recuerde que lo buscó porque necesitaba a alguien que pudiera
inspirar la confianza que usted no despertaba. Y fíjese usted
que tuvo que ir a buscarlo fuera del PSOE. (Rumores.--
Protestas.--Un señor Diputado del Grupo Socialista pronuncia
palabras que no se perciben.) No fui yo a buscarlo; fue a
buscarlo el señor González. (Rumores.--Risas.--Pateos.--
Aplausos.) Y, ¿qué ha pasado? ¿Que se equivocó al escogerlo
también? El caso es que el señor Garzón no se fía de usted a
la hora de luchar contra la corrupción. Así pues, hay que
preguntar, ¿quién le avala ahora, señor González? (Un señor
Diputado del Grupo Socialista: Los ciudadanos.)
¿Tiene una idea, aunque sea aproximada, de cómo le ven en
estos momentos fuera de España? Alguna debe tener cuando ha
tenido que cancelar viajes al extranjero. (Rumores.) ¿Sabe
usted lo que dicen periódicos y medios de comunicación de
prestigio reconocido en el exterior todos los días? Escuche
porque hablan de usted. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!, señorías.

Señor Aznar, le ruego concluya.




El señor AZNAR LOPEZ: Voy terminando, señor Presidente.

«Time»: «Nunca hubo más desfachatez o un Gobierno menos
sensible a los dictados de la decencia.» No está mal.

(Rumores.) «The Economist»: «La actitud de González ante la
corrupción no es de contrición sino de desafío». «Financial
Times»: «González ha fracasado en su intento de desmarcarse de
la corrupción. González se hunde en sus propias huellas.» ¿Qué
le parece? Nunca hubo más desfachatez; se hunde en sus propias
huellas; nos desafía. Así le ven en este momento a usted,
señor González; y es para sentir bochorno. Y no es que me
importe lo que digan de usted; lo que me molesta es que su
imagen contamine el puesto que ocupa; y lo que me abochorna
(Protestas.--Rumores.), y lo digo, lo que me abochorna como
español es que se puedan decir esas cosas de la Presidencia
del Gobierno de España. (Largos y prolongados aplausos.--
Pateos.--Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Muy
bien, muy bien!) Y mire usted --no quiero externderme--, para
luchar contra la corrupción hay que ser tan respetuoso con las
reglas como en cualquier otro campo de actuación. (Rumores.)
Se han dado instrucciones y tolerado comportamientos que ponen
en riesgo los principios de seguridad jurídica y el Estado de
derecho (Un señor Diputado: ¡Bueno!--Otro señor Diputado:
¡Quién habló!); tiene usted un Fiscal que actúa a la carta,
bien para distraerse cuando le conviene, bien para
precipitarse a actuar cuando se le manda (Rumores.), y está
usted llevando las cosas demasiado lejos, señor González,
porque somete a su capricho personal reglas fundamentales de
convivencia. (Rumores.--Un señor Diputado del Grupo Popular:
¡Muy bien!) Ni los fiscales se pueden usar a la carta ni los
principios están para ser interpretados a capricho, y un país
en el que puede cundir la sospecha de que la Presidencia del
Gobierno no respeta las reglas es un país inseguro.

¿Quién, por lo tanto, puede creerle a usted a estas alturas?
Frente a lo que ha dicho aquí, ¿cuántos casos de corrupción ha
descubierto usted? Ninguno, ni uno solo. Ni uno solo de los
escándalos de corrupción ha sido descubierto por usted.

(Rumores.), y no sé si los conocía o no, pero no los ha
descubierto. Y no ha hecho nada y se ha limitado a responder
tarde y mal cuando no le ha quedado más remedio. Tarde y mal
porque su reacción habitual ha sido negarlo todo,
empequeñecerlo todo y quitarle trascendencia a todo, y, eso
sí, poner a cargo del problema a quien mejor pudiera enturbiar
los esclarecimientos, enredar los procesos y echar a dormir
las averiguaciones. Y en estas circunstancias a nadie puede
extrañar lo que ha ocurrido: que uno de los principales
encargados de la lucha contra la corrupción --el Director
General de la Guardia Civil-- fuera un corrupto.

Y no sólo es que ha negado usted lo que son, es que ha
facilitado la tarea de esas actividades y de esos
comportamientos. ¿Quién ha levantado las barreras durante
estos años? Ha sido usted. Usted se ha dedicado durante estos
años a eliminar los controles que aseguraban una
Administración transparente. De manera que son ustedes los que
han favorecido con sus acciones y con sus actitudes y con sus
imprudencias el desarrollo de la corrupción en España
(Rumores.) y, una vez crecida ésta, se han encontrado presos
de su propia conducta. Y, por eso, se han opuesto tercamente a
todas las medidas que pudieran haberla combatido a tiempo y
con eficacia (Un señor Diputado: Elecciones.) y se han negado
porque necesitaban negarse para amparar sus propias
actuaciones. Y eso, señor González, es lo que ha generado el
clima de impunidad, lo que ha desatado la codicia individual.

Y, por eso, ahora, usted no puede luchar contra la corrupción,
porque ya no sabe ni siquiera hasta



Página 3484




dónde llega y no está en condiciones, además, de permitir que
se investigue. Es usted, señor González, un rehén de su propio
pasado. Y esto no es pasividad, como piadosamente ha señalado
el señor Garzón, es algo peor. Y cuando usted dice que va a
arreglar esto, no se le puede creer. No sólo ha negado y ha
favorecido, sino que se ha ocupado personalmente de obstruir
todas las investigaciones que ha podido. ¿Cómo se le va a
creer entonces? Durante años ha tenido usted a gala que no se
investigara la reprivatización de Rumasa y de Galerías
Preciados. (Varios señores Diputados: ¡Muy bien!) En 1992
prohibió investigar las presuntas irregularidades de Ibercorp
y todo el mundo sabe que usted oculta los entresijos de aquel
tráfico de dinero llamado caso Filesa. Y sin necesidad de
mirar hacia atrás, ahora mismo --se lo vuelvo a decir--,
impide usted la comparecencia del señor Serra y deja escapar
al señor Roldán.

Ha obstruido usted todo lo que ha podido y si no oculta más no
es porque quiera, sino porque se le escurren los escándalos
por los dedos. De manera que ni determinación, ni firmeza ni
contundencia. Más bien, lo suyo ha sido pasividad, obstrucción
y negligencia.

¿Cómo quiere usted que le crea alguien si todo el mundo conoce
ya su intención? ¿Cómo se le va a creer si no manifiesta más
preocupación que intentar salir del paso lavándose las manos
una y otra vez, caiga quien caiga? Usted está pensando en
usted mismo, señor González, no en España ni en el Gobierno ni
en la situación económica. Está pensando sólo en usted mismo.

(Aplausos.) Piensa en usted mismo y en cómo salva la cara y en
cómo apañar las cosas para salvar y salir de esta situación
sin desaire. Ustedes visten muy mal los cargos pero los
desnudan muy bien, y a esto, pomposamente, usted le llama
responsabilidad. Pues yo no. ¿No se da cuenta de que se ha
convertido usted en una pura hipoteca para nuestro país?
(Rumores.) Le amenaza un fugado de la Justicia, a quien no
encuentra. Le amenazan inversores extranjeros que desconfían
de la situación. Le condicionan sus aliados parlamentarios que
le dictan dimisiones y le imponen las comparecencias. Le
amenazan sus propios colaboradores, porque ignora sobre cuál
de ellos tratará el próximo escándalo. (Un señor Diputado del
Grupo Socialista: ¡Venga ya!) Y a esta fragilidad del Gobierno
le llama usted, pomposamente, estabilidad. Pues yo no, señor
González. (Un señor Diputado del Grupo Socialista: ¡La
mayoría!--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio! señorías.




El señor AZNAR LOPEZ: Se limita usted, atrincherado, a esperar
la hora fatídica en que un periodista denuncie otro desmán u
otra fechoría, y ya ve usted a dónde hemos llegado.

España está gobernada por quienes temen, cada hora que pasa,
que alguien hable demasiado. A esta zozobra, a esta
tribulación y a esta parálisis le llama usted gobernabilidad.

Pues yo no, señor González.

Hace tres semanas, en el debate sobre el estado de la Nación,
le ofrecí una salida honrosa que usted no quiso aceptar.

(Rumores.) No piense usted que yo le empujo a nada. (Rumores.)
No necesita usted que le empujen, se cae solo ya. (Aplausos.)
Lo único que yo le pedía es que nos evitara el espectáculo
degradante de una agonía indecorosa para usted y perjudicial
para el país. (Protestas.) Creo que aquella sugerencia de hace
tres semanas hoy se ha convertido en un sentir general.

Señor Presidente, señorías, España soporta ya demasiados
problemas. (Varios señores Diputados del Grupo Socialista: ¡A
ti!) Demasiados para malgastar tiempo y energías en discutir
las interminables excusas de un Presidente del Gobierno que
vive de espaldas a la realidad. (Protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!



El señor AZNAR LOPEZ: España reclama un proceso de
regeneración ética y política. (Rumores.) Necesita recuperar
tranquilidad y los españoles necesitan recuperar confianza en
sus instituciones. (Protestas.) Reclaman que la conducta de
sus representantes sea ejemplar y exigen que se aclare la
situación política para que podamos dedicar efectivamente
todos nuestros esfuerzos a luchar contra el paro, a crear
empleo y a superar la crisis económica. Esas urgencias que
reclaman la atención de los españoles deberían ser atendidas,
y no lo son porque usted se ha convertido en el obstáculo,
porque usted, diga lo que diga, no puede pasar la página ni
cambiar de capítulo.

Afortunadamente, señorías, vivimos en una sociedad
democrática, con todos los resortes precisos para salir del
atolladero en que usted la ha sumido. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!, señorías.




El señor AZNAR LOPEZ: En democracia la última palabra la
tienen siempre los ciudadanos. (Varios señores Diputados del
Grupo Socialista: ¡Eso es!) Y en situaciones de crisis más
aún.

No le quepa duda de que la voluntad popular, que contempla con
irritación el degradante espectáculo de este Gobierno, sabrá
aprovechar las urnas para expresar sin equívocos lo que desea.

(Rumores.) Pronto tendrán los españoles ocasión de
manifestarse. Para entonces dejémosles a ellos la palabra.

(Varios señores Diputados del Grupo Socialista:
¡Efectivamente!) De momento, señor González, tenga usted la
bondad de explicarnos lo que usted tiene la obligación de
explicar, que para eso hemos venido aquí y no lo hemos
escuchado en su anterior intervención. No le pedimos



Página 3485




opiniones, ni que hable de ignorancias, ni de confianzas
traicionadas, ni de bochornos, sino que explique las cosas.

Primero, ¿por qué se le escapó el señor Roldán? (Rumores.)
Segundo, ¿por qué no ha cesado al Fiscal General del Estado?
(Rumores.) Tercero, ¿por qué se opuso a la comisión de
investigación sobre Ibercorp? (Rumores.) Cuarto, ¿qué pretende
hacer con el señor Serra?
Espero sus explicaciones, señor González. (Los señores
Diputados del Grupo Popular, puestos en pie, prorrumpen en
fuertes y prolongados aplausos.--Protestas en los bancos del
Grupo Socialista.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Gracias. (Continúan los rumores.)
¡Silencio! señorías.

Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
tiene la palabra... (El señor Presidente del Gobierno,
González Márquez, pide la palabra.)
Perdón, señor Anguita. (Rumores.) Tiene la palabra el señor
Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, con toda brevedad, para responder,
aunque sólo fuera por cortesía parlamentaria, a las corteses
palabras que acabamos de oír al señor Aznar. (Rumores.--
Protestas.) Se ha subido usted a la tribuna para repetir algo
de lo que dijo en el debate del estado de la Nación, subiendo
el tono y haciéndolo más insultante y descalificador.

(Rumores.--Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Venga
ya! ¡Venga ya!--Protestas.) Como siempre, no ha oído las cosas
que he dicho desde la tribuna. (Rumores.) Ha empezado diciendo
que no he afirmado que pondremos a disposición de la justicia
al señor Roldán. Lo he dicho con toda claridad. (Varios
señores Diputados del Grupo Popular: ¡No! ¡No! ¡No!--Fuertes
rumores.) Lo he dicho con toda claridad, señorías. (Un señor
Diputado del Grupo Popular: ¿Cuándo?) Si supiera cuándo,
también lo diría. (Risas.--Rumores.) Es evidente que no lo sé.

(Continúan las risas y los rumores.) Pero es bastante absurdo
pedir el cuándo o el cómo. Lo que se puede tener es la
absoluta seguridad, si no se quiere incurrir en contradicción,
de que todas las Fuerzas de Seguridad --a ellas se ha hecho un
alegato, en particular a la Guardia Civil, desde esta tribuna-
-, todas las Fuerzas de Seguridad tienen el máximo interés en
cumplir con su obligación y con su deber, y eso sería
contradictorio con afirmar que el dispositivo puesto en marcha
no va a ser eficaz. (Rumores.) Va a ser eficaz y va a haber
una puesta a disposición de la justicia del señor Roldán.

(Rumores.)
Pero además, siguiendo con las contradicciones, se han hecho
afirmaciones de un calibre que me resulta poco tolerable, y
que no voy a devolver... (Un señor: Diputado del Grupo
Popular: ¡Faltaría más!) No voy a devolver por mantener un
grado de respeto... (Rumores.--Protestas.), por mantener un
grado de respeto que creo que se le debe a la Cámara
(Rumores.) y a las instituciones en su conjunto. (Fuertes
rumores y protestas.--Varios señores Diputados del Grupo
Popular: ¡Eso, eso!) Por ejemplo, ¿no le parece a usted
contradictorio insinuar que hay una connivencia en la huida
del señor Roldán y, al mismo tiempo, afirmar que lo que dice
el señor Roldán en perjuicio del Gobierno o de miembros del
Gobierno, como el Vicepresidente, le parece cierto? (Varios
señores Diputados del Grupo Popular: ¡No! ¡No! ¡No!--Fuertes
rumores.) ¡No, claro, es que vale todo! (Fuertes aplausos en
los bancos del Grupo Socialista.) En esa regla vale todo
(Continúan los aplausos y los rumores.), en la regla
establecida desde la tribuna, vale todo. Pues bien, es falso
lo que se afirma. Lo ha dicho el Vicepresidente, lo ha dicho
con toda claridad en el día de hoy. (Fuertes rumores.--
Protestas.) Pero, claro, vamos a terminar, señorías...

(Continúan los rumores, las protestas y los aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, silencio. (Continúan los
rumores, las protestas y los aplausos.) ¡Silencio! (Continúan
los rumores.) ¡Silencio!



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Vamos a
terminar contemplando el espectáculo. (Continúan los rumores.)
Vamos a terminar contemplando el espectáculo, decía, señorías,
lo decía con calma, además... (Rumores.) Vamos a terminar
contemplando el espectáculo de afirmar que el señor Roldan no
está a disposición de la justicia porque no le conviene al
Gobierno y, al mismo tiempo, montar la estrategia política
sobre lo que el señor Roldán diga o sobre la veracidad o el
engaño de las palabras del señor Roldán. (Rumores.--
Protestas.--Aplausos.) Y hay quien es capaz de montar la
estrategia política sobre eso, sobre las palabras de un
fugado. (Rumores.) Mire usted, señor Aznar, a mí no me parece
realmente aceptable ni tolerable que se hagan afirmaciones
como que ustedes han dejado escapar al señor Roldán (Rumores.-
-El señor García-Margallo y Marfil: ¡Es que se les ha
escapado!--Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Claro!
¡Claro!) y que se insinúe, repito --y lo dije en mi primera
intervención--, ningún tipo de connivencia. (Rumores.) ¿Usted
ha puesto la mano en el fuego por la Guardia Civil? ¡Póngala,
hágales, de verdad, el honor de creer que están buscando y van
a conseguir encontrar al ex Director General! (Aplausos en los
bancos del Grupo Socialista.--Varios señores Diputados del
Grupo Popular: ¡Ahora, sí! ¡Ahora, sí! ¡Entonces...! Continúan
los aplausos.--Fuertes rumores y protestas.)
Usted ha hecho... (Continúan los rumores y las protestas.)



Página 3486




El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Usted ha
hecho afirmaciones desde la tribuna que son claramente
ofensivas, yo creo que con la intención de ofender. (Varios
señores Diputados del Grupo Popular pronuncian palabras que no
se perciben.--Rumores.) Dice que no vine a la Cámara porque no
me atreví. Nunca he tenido el menor temor a venir a la Cámara
(Fuertes protestas en los bancos del Grupo Popular.), nunca,
ante ninguna situación. (Continúan las protestas.) Nunca he
esquivado ningún debate. (Un señor Diputado del Grupo Popular:
¡No!) Pero es más, usted dice que convoqué la rueda de prensa
porque me obligaron nuestros socios --creo que ha empleado esa
palabra-- en la tarea de Gobierno. Pero, ¿cómo se atreven a
hacer afirmaciones sin ningún fundamento? (Fuertes risas en
los bancos del Grupo Popular.) ¿Cómo se atreven? ¿Cuál es la
razón para hacer afirmaciones de esa naturaleza? (Risas.)
Usted hace una valoración sobre la crisis política y sobre las
responsabilidades políticas que me parece el súmmum de la
contradicción. Llevan ustedes mucho tiempo pidiendo
responsabilidades políticas, nunca asumiendo, cuando les
afectan, responsabilidades políticas, pero sí pidiéndolas.

(Fuertes aplausos en los bancos del Grupo Socialista.--Fuertes
protestas en los bancos del Grupo Popular.) Y resulta que
cuando personas como el señor Solchaga (Una señora Diputada
del Grupo Popular: es su obligación.) o el señor Corcuera
asumen la responsabilidad política (La señora Villalobos
Talero: ¿De qué, cuál?) dicen ustedes que por qué la asumen
(Fuertes protestas en los bancos del Grupo Popular.), después
de haberlo explicado. (Continúan las protestas.) Es un doble
juego políticamente intolerable.

Ha dicho usted que quién me avala después de la dimisión del
señor Garzón. (El señor Hernández-Sito García-Blanco pronuncia
palabras que no se perciben.) Mientras no se demuestre lo
contrario, los votos de los ciudadanos. (Risas en los bancos
del Grupo Popular.--El señor Cortés Martín: ¡Claro, claro!
Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.) Mientras no se
demuestre lo contrario, los votos de los ciudadanos. Quiero
recordarles que el próximo día 13 de junio aquí habrá --y me
parece que las reglas del juego son claras-- 159
representantes del Grupo Socialista y 141 de su Grupo.

(Rumores.) Por consiguiente, el 13 de junio nos tendremos que
plantear cómo funciona democráticamente la Cámara, como hoy, y
todo lo demás son cuentos (Fuertes y prolongados aplausos en
los bancos del Grupo
Socialista.--Protestas en los bancos del Grupo Popular.--Un
señor Diputado: ¡Cuentista!), atajos de impaciencia para
llegar al poder, no por el camino correcto de las urnas sino
por cualquier otro. (Varios señores Diputados del Grupo
Popular pronuncia palabras que no se perciben.--Fuertes
protestas.) Por consiguiente, no voy a entrar en las
descalificaciones personales. (Varios señores Diputados del
Grupo Popular: ¡No!) Asumo mis responsabilidades, señor Aznar.

(Fuertes protestas en los bancos del Grupo Popular.) Y no soy
capaz, como hace usted, de insultar --como lo ha hecho desde
esta tribuna-- a los fiscales (Continúan las protestas.), que
han actuado en el asunto de Rubio, no soy capaz. (Continúan
las protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Son
personas independientes que han actuado con independencia y
que han hecho lo que creían razonable hacer. Me parece muy
duro que desde la responsabilidad política del mayor Partido
de la oposición, se ponga en entredicho la honorabilidad de
los fiscales que han hecho una investigación (Fuertes
protestas en los bancos del Grupo Popular.) eficaz y de
acuerdo con el derecho. (Continúan las protestas.--Desde los
bancos del Grupo Popular: ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!--Unseñor
Diputado del Grupo Socialista: ¡Fascistas!)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): En
definitiva, todavía esperamos (Continúan las protestas en los
bancos del Grupo Popular.) que suba usted a la tribuna y diga
algo constructivo, algo de lo que puede o va a hacer, todavía
lo esperamos y me parece que lo esperamos inútilmente. Sólo
sabe usted descalificar, pero ahora no sólo descalifica
(Varios señores Diputados del Grupo Popular pronuncian
palabras que no se perciben.), ahora insulta. Yo no le
devolveré insulto por insulto, aunque pudiera tener razones
para ello. (Fuertes aplausos en los bancos del Grupo
Socialista.--Fuertes y prolongadas protestas en los bancos del
Grupo Popular.--Desde los bancos del Grupo Popular: ¡Fuera!
¡Fuera! ¡Fuera!)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías! Tiene la palabra el
señor Aznar. (Continúan las protestas.)
¡Silencio¡ ¡Señor Merino y señor Vallejo, silencio! ¡Les llamo
al orden! (Fuertes rumores.)
Un momento, señor Aznar. Señorías, ruego silencio y sosiego.

(Los señores Hernández Moltó y Martínez Sanjuán: Ahora.--
Continúan los rumores.) Señor Aznar.




El señor AZNAR LOPEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Con la mayor brevedad... (Rumores.)..., si puedo.

Tengo la sensación, señor González, de que usted, a fuer de no
explicar nada, realmente ha perdido la tarde, incluso no sé
muy bien para qué ha venido usted aquí. (Rumores.) Pero se lo
diré: en relación con el caso



Página 3487




Roldán, por si usted no lo ha entendido bien. Mire, nosotros
creemos en todos los esfuerzos que está haciendo la Guardia
Civil. En quien no creemos es en usted. En la Guardia Civil,
sí; en usted, nada. (Aplausos en los bancos del Grupo
Popular.) El señor Roldán, al que usted nombró y mantuvo,
ahora se ha fugado, y yo me limito a constatar que el señor
Roldán se ha fugado, no otra persona, el señor Roldán, del que
se dijo que no tenía por qué estar sujeto a ningún tipo de
vigilancia, a pesar de todo lo que se estaba diciendo sobre
él, porque no existía ningún mandamiento judicial al respecto,
cosa que otros ciudadanos no lo han podido conseguir. Le tengo
que decir al respecto que usted no se puede presentar aquí
esta tarde diciendo que no se hable de este asunto. (Rumores.)
A usted --nos ha venido a decir--no se le ha escapado el señor
Roldán. Usted ha venido a decir: a España se le ha escapado el
señor Roldán. ¡Vaya desgracia! Apáñenselas como ustedes
puedan. No, no señor González, ustedes tienen esa
responsabilidad encima de la mesa y, después de hoy, la tienen
ustedes doblemente, después de lo que se ha sabido y se ha
conocido de las presuntas actividades del señor Serra.

(Rumores.)
En relación con lo demás, señor González, hablando de
legitimaciones, le diré que la nuestra ni será más ni será
menos; por lo menos será tanto como la suya, y no conviene
poner eso en discusión en este momento. Lo que para nosotros
no tiene discusión es que usted ha llevado a España a una
situación política de una degradación inaceptable y usted no
puede hacer nada para superarla, nada, porque está usted
hipotecado. Y además de estar hipotecado, cuanto más
permanezca, cuanta más estabilidad demande usted, los
ciudadanos verán que no es sino un intento desesperado de
supervivencia. Usted ha hipotecado el presente de España y
está amenazando su futuro, y a eso, señor González, usted no
tiene ningún derecho, porque los españoles tienen derecho a
creer en un futuro mejor, no el que ustedes les ofrecen.

(Fuertes y prolongados aplausos en los bancos del Grupo
Popular.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Presidente del
Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, ahora sí que con total brevedad porque no se ha
añadido nada a lo dicho anteriormente.

Vamos a ver, ¿no le parece contradictorio decir que cree en la
Guardia Civil y no en nosotros en relación con la persecución
del señor Roldán? Pero si el encargo se hace a las Fuerzas de
Seguridad (El señor Ollero Tassara: ¿Cuándo?), Policía y
Guardia Civil por el Ministerio de Justicia e Interior, ¿cómo
es posible mantener ese doble juego? (La señora De Palacio
Valle-Lersundi: ¡Con Roldán al frente!) Mire usted, no se
puede decir ante los ciudadanos que se ha escapado el señor
Roldán y que no ha habido consecuencias. (Un señor Diputado
¡Es mentira!). Ha huido el señor Roldán y ha dimitido el
Ministro del Interior en 24 horas, esto es lo que ha ocurrido.

Ha ocurrido que se ha asumido inmediatamente la
responsabilidad política del caso.

Se dice que estamos hipotecando a nuestro país. Mire usted,
cuando durante algunos días, en los diez o doce días pasados,
ustedes incrementaron la carga y el rumor respecto de una
posible dimisión por mi parte, hubo preocupaciones de los que
usted ha citado, entre otros de inversores extranjeros
(Risas.), y lo saben ustedes, que conocen muy bien cómo
funcionan los mercados. De inversores extranjeros e inversores
nacionales. ¿Y sabe usted por qué? (El señor García-Margallo y
Marfil pronuncia palabras que no se perciben) Porque hubo
preocupación de que hubiese otro Gobierno. (Algunos señores
Diputados: ¡Ya!) Y le digo más. Hubo aún más preocupación de
pensar que ustedes llegarían al Gobierno. (Risas.--Protestas.-
-Aplausos) Esta es la realidad. (Algunos señores Diputados
pronuncian palabras que no se perciben.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, silencio!



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Por
consiguiente habla impropiamente de hipotecas, impropiamente.

Yo podría hacer lo mismo, pero sería insultante que se hablara
de hipotecas, ¿verdad? Y yo podría hacer lo mismo incluso
citando resoluciones judiciales. (La señora Villalobos Talero:
¿De qué?) Yo no tengo ninguna hipoteca. He hecho con honor la
defensa de los intereses del Gobierno (La señora Villalobos
Talero pronuncia palabras que no se perciben.), dentro y fuera
de España, y voy a terminar mi mandato con honor, lo voy a
terminar con honor, sin bajar la cabeza. (Fuertes y
prolongados aplausos en los bancos del Grupo Socialista.--
Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Anguita.

(Rumores.) ¡Silencio, señorías, silencio!



El señor ANGUITA GONZALEZ: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, menos mal que el señor Presidente del Gobierno ha
comenzado su intervención reconociendo que había una gran
alarma social, y menos mal que al finalizar su intervención ha
recomendado serenidad.

Señorías todos de este hemiciclo, Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, hace gala de serenidad en estos momentos, y
hace gala de serenidad porque reconoce que cuanto más
gravedad, más serenidad. Pero el espectáculo montado aquí ni
ayuda a la democracia ni ayuda a la responsabilidad, porque se
transforma este hemiciclo, depositario de la soberanía
nacional, en un



Página 3488




circo en el cual se pretende, a voces y pataleos, transformar
algo que no es real, un supuesto Gobierno y una supuesta
alternancia. Si esto es así, las consecuencias que saque el
pueblo español son bastante negativas. Por tanto, serenidad,
serenidad que implica firmeza; firmeza que es no admitir
transacción ni debilidad ni connivencia, activa o pasiva, con
aquellas acciones y actuaciones que están minando y lesionando
el Estado social y democrático de Derecho. Y junto a la
firmeza, claridad, porque, señor Presidente del Gobierno, en
su cortísima y muy esperada intervención, usted no ha sido en
absoluto nada claro; claridad que debe ceñirse a datos,
hechos, causas y efectos, en suma, una explicación mínimamente
cohesionada, mínimamente coherente, y sobre todo claridad
porque cada fuerza política, aquí, tiene que decir exactamente
en dónde está, qué partido toma y cuál es su posición.

Para intentar ayudar a comprender este debate y para responder
a la intervención del Presidente del Gobierno, en Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya hemos escogido un método que
creemos que es bastante correcto en estos momentos, el método
consistente en seguir cronológicamente (desde el día 19 de
abril) los acontecimientos y ver cómo ellos mismos arrojan una
luz para interpretar correctamente las palabras del Presidente
del Gobierno. Comencemos.

Precedido de un estado de alarma y consternación social por el
estallido de casos de corrupción --anunciados ya por nuestra
fuerza política hace años--, tiene lugar el debate sobre el
estado de la nación. En dicho debate, Izquierda Unida plantea
dos ejes fundamentales en su discurso. Primero, pide la
dimisión del Presidente del Gobierno, basándola en cinco
causas que ordena, y exige además el entendimiento de que el
orden es el siguiente. En primer lugar, por el paro, ya que
las últimas cifras dan un paro juvenil del 37,5 por ciento,
por encima de los demás países de la Unión Europea. En segundo
lugar, se demanda la dimisión por la destrucción de tejido
productivo, ya que, día a día, estamos asistiendo al cierre de
una fábrica, de un taller o de una industria, con lo cual
tenemos más gente en el paro, y sobre todo tenemos la falta de
una base auténtica para una auténtica economía productiva; por
tanto, se demuestra que en estos años ha habido prioridad de
la economía financiera sobre la economía productiva. La
tercera razón que fundamenta nuestra petición de dimisión es
la política antisocial, sin parangón en toda Europa, que hace
palidecer a los gobiernos más conservadores, me refiero a la
llamada Ley de reforma del mercado laboral. En cuarto lugar,
hacemos residir nuestra petición de dimisión en algo
importante. La actuación del Presidente González, de su
Gobierno y de su política ha empujado más que ellos mismos el
avance de estos bancos de la derecha; por tanto, le hacemos
responsable del avance de la derecha, no sólo en el avance
social sino también en el avance ideológico. (Rumores.) Y en
última instancia colocamos, como punto de partida también para
pedir la dimisión, la corrupción y la corresponsabilidad con
la misma, por todo lo anterior, por el consentimiento de
rápidas y excesivas concentraciones de poder económico, por el
consentimiento de desviaciones perversas del poder político y
por hacer de la democracia una simple y pura técnica. Pues
bien, a partir de ahí, en aquel debate, presentamos, como
siempre, una propuesta, un programa alternativo de Gobierno
sustentado y basado en el desarrollo de la Constitución, un
programa alternativo de Gobierno sobre tres ejes: la reforma
de la política económica, la reforma del Estado y la reforma
de la política. Porque aquí se viene también a traer
propuestas alternativas. Aquí no se viene sólo a atacar y
denunciar; se viene a traer el modelo propio de gobernabilidad
ante una ciudadanía angustiada, porque, si aquí no se traen
propuestas, la excusa se le está entregando ya en mano: ¿Qué
traen ustedes? Más vale lo malo conocido que lo bueno por
conocer. Por tanto, aquí hay que traer diariamente
alternativas y programas de Gobierno. Al término de aquella
intervención hicimos un comentario que se ha transformado en
profético. Hablábamos del doble Estado, esa parte opaca de los
aparatos del Estado, esa parte opaca que avanza en cuanto que
la democracia se va reduciendo a una pura técnica; esos
aparatos del Estado que van aumentando de peso en la medida en
que hay Ejecutivos cada vez más fuertes, por mor de la
eficacia, y Legislativos o Cámaras de control cada vez más
disminuidas, y un aparato de Estado con una creciente
autonomía y, por tanto, con un descontrol y a veces un control
no reglado, un control no legítimo, un control no
reglamentado.

Ver en el caso de Roldán solamente el caso de un individuo que
se lucra, de un individuo que produce ingresos extraordinarios
a través de medidas no legales es simplemente desviar el
problema. Ya dijimos en aquella intervención que el problema
en el asunto del señor Roldán hay que verlo a la luz de esta
Cámara, a la luz del doble Estado, a la luz de los fondos
reservados, de la venalidad de su uso, de la utilización de
los mismos, de las gratificaciones pasadas y, en definitiva,
es el problema del Ministerio del Interior en su conjunto.

Día 30 de abril, rueda de prensa del Ministro Asunción en la
que, contradiciendo afirmaciones hechas hacía unos días, hace
dos: comunica la fuga del señor Roldán y su dimisión como
Ministro. Izquierda Unida pide inmediatamente, la reitera, la
dimisión del Presidente González y pide la dimisión de los
señores Corcuera, Barrionuevo y Solchaga y espera
prudentemente otras actuaciones para seguir pidiendo
dimisiones. Día 3 de mayo, comparece en Comisión el señor
Asunción y lo que el señor ex Ministro o Ministro dimisionario
viene a decir a un país expectante es lo siguiente: no sabe
dónde está Roldán. Y dice algo extremadamente



Página 3489




preocupante ante una ciudadanía conturbada: «Será un éxito que
encontremos al señor Roldán en tres meses.» ¿Dónde está el
baremo para medir los tres meses? ¿Qué ocurre en tres meses?
¿Quién le ha dicho que en los tres meses puede ser un éxito o
no? ¿Por qué se da esa fecha? Es altamente inquietante ver esa
fecha y sobre todo ver cómo el Ministro responsable habla de
que será un éxito coger al señor Roldán antes de tres meses.

A partir de ahí el señor Asunción insinúa que ha podido tener
ayudas, es decir, que el señor Roldán ha podido gozar de toda
una logística; dicho de otra manera mucho más clara, que el
señor Roldán se ha beneficiado de su entorno para poder
intentar huir, algo que constituye una gravedad sin
precedentes, porque no solamente implica a agentes o números
de los servicios de las Fuezas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, sino a sus mandos y, en definitiva, por la cadena de
mandos puede llegar hasta muy arriba. Pero a partir de ahí
también dice algo extraordinariamente preocupante, que al
señor Roldán se le retiró la escolta. Y bien, se le retira la
escolta a un señor que es notoriamente objetivo terrorista, a
un señor que tiene más que indicios, que ha habido informes
del Tribunal de Cuentas, de la Intervención General del
Estado, informes publicados en los medios de comunicación,
pero, sobre todo, y llamo la atención a SS.SS., se le retira
la escolta a alguien que en la Comisión que lleva su nombre,
en su comparecencia, le dice a todos los Diputados lo
siguiente: «Tengo en mi cabeza y en mi casa más basura que
FOCSA», reconocida empresa de basura. Un señor que dice en
Plena Comisión que tiene más basura que FOCSA y, por tanto,
utilizando un tono amenazante, no llama la atención al señor
Ministro, ni al CESID, ni al Presidente del Gobierno, ni llama
la atención qué querrá decir simplemente por curiosidad --a
este señor se le retira la escolta-- ni, sobre todo, esa
insinuación, esa afirmación que después se ve verificada por
afirmaciones hechas en una entrevista.

Conclusión: negligencia culpable, irresponsabilidad política
por encima del señor Asunción, colaboración, por omisión, en
la facilidad para la fuga y agravamiento de esa fuga, de esa
omisión, de esa negligencia en la medida en que tenemos
presente lo afirmado por Roldán, el uso de los fondos
reservados, toda una trama que va y que viene, de qué sirven
esos fondos reservados, cómo se han utilizado entradas y
salidas de maletines, firmas de guardias civiles, toda una
auténtica trama cuya cabeza visible está en la del señor
Roldán y, sin embargo, eso se olvida.

Pero a partir de ahí hay algo más inquietante, que esto trae a
primera fila otra vez el tema de los GAL, en la medida en que
recordamos cómo el Ministro entonces, señor Corcuera, no quiso
dar explicaciones en el juicio acerca de la utilización de los
mismos. Dichos fondos reservados pasan a ser ya algo
fundamental en esta cuestión, porque, señorías, no estamos en
el caso de un fugado que ha delinquido presuntamente --y
parece que hay evidencias--; estamos ante el caso de algo de
mucha mayor envergadura: del uso y abuso de fondos reservados
que atentan contra la propia seguridad del Estado porque hacen
emerger lo que se califica como el doble Estado.

Consecuentemente y a tenor de las palabras del señor Asunción
en Comisión, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya pide la
comparecencia del señor Presidente del Gobierno. Pero llamo
también la atención de sus señorías, por mor de la serenidad,
sobre lo que hizo Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya: no
dijo que compareciese inmediatamente el señor González, se
dijo que fuese el miércoles, hoy; diez días se le dieron de
tiempo, porque ante la gravedad de los acontecimientos y
sabiendo que vendría aquí el Presidente del Ejecutivo, no se
puede atosigar a nadie, hay que darle tiempo para que prepare
su intervención, para que investigue, para que con toda la
solemnidad y responsabilidad, como Presidente del Gobierno,
venga preparado para dar una explicación. Otra cosa es la que
haya dado aquí, pero eso ya no es responsabilidad de las
fuerzas políticas que lo han ido persiguiendo o atosigando; en
todo caso, es responsabilidad exclusiva del señor Presidente
del Gobierno, que tuvo el tiempo suficiente y la serenidad
suficiente para preparar otro tipo de intervención.

Día 3 de mayo, por la mañana: aparece la entrevista al señor
Roldán en un diario de tirada nacional, y a partir de ahí
vuelve otra vez la insinuación de si tira o no tira de la
manta. Por cierto, hay otra entrevista a otro ex cargo del
Ministerio del Interior, en la que dice que espera del señor
Roldán la caballerosidad que ha tenido el señor Amedo. Todo
ello cobra perfiles inquietantes.

Día 3 de mayo por la tarde: detención de Mariano Rubio y
Manuel de la Concha con un procedimiento inusual pero, desde
luego, impactante, porque esa detención por la noche y el paso
de los detenidos a Carabanchel lleva a la ciudadanía la
impresión de que se empiezan a tomar medidas y que, por tanto,
se comienza a atajar el mal.

Día 4 de mayo: dimisión del Ministro de Agricultura, señor
Albero, por irregularidades fiscales.

Día 5 de mayo, por la mañana: comparecencia del Presidente del
Gobierno en rueda de prensa. ¿Qué dice el señor Presidente del
Gobierno? Primero, que no dimite. En segundo lugar, nos
confiesa conturbado una situación de ánimo: se siente
abochornado. En tercer lugar, en nombre de terceros, afirma
tener el apoyo de Convergència i Unió y del PNV, con cuyos
dirigentes máximos ha tenido una conversación telefónica, y
que acepta las dimisiones de Albero como Ministro de
Agricultura y de los señores Solchaga y Corcuera, uno como
portavoz parlamentario y el otro como Diputado,



Página 3490




simplemente por una atención, puesto que no se dimite de
Diputado ante el Presidente del Ejecutivo.

Llamo la atención nuevamente a sus señorías: exonera de toda
responsabilidad al hoy Vicepresidente del Gobierno sentado
ahí, el señor Serra i Serra. Conclusión. Las dimisiones,
cuando se producen en cadena, y el Presidente del Ejecutivo
tiene que explicarlas, se explican con un modelo, a qué
obedecen, a qué tipo de responsabilidad, por qué, qué lugar
tiene cada dimisión en el modelo de aceptación de las mismas,
pero esto no se hace así, porque, salvo el caso del Ministro
Albero, donde más claramente se manifiesta irregularidad
fiscal, ¿qué se dice? En el caso de Solchaga: «En el asunto
del señor Rubio, don Carlos Solchaga ha presentado la
dimisión.» ¿Por qué? Izquierda Unida lo tenía claro, porque el
señor Solchaga había sido Ministro de Economía y Hacienda.

Pero no, no dice en qué ha consistido la responsabilidad, y
esto tiene una explicación. Corcuera renuncia al escaño, y
ahora cito su intervención, «por un sentido de responsabilidad
política». ¿Cuál? Evidentemente no ha podido ser la fuga del
señor Roldán. En todo caso debe ser --yo lo colijo-- porque el
señor Corcuera cuando llegó al Ministerio mantuvo o planteó o
presentó, conjuntamente con el Ministro de Defensa, la
continuidad del señor Roldán, pero eso no se dice, es algo que
colegimos los demás por pura lógica. ¿Qué significa esto?
Significa que se plantean dimisiones, pero no se plantea la
lógica interna de las mismas, porque si se llega a plantear la
lógica interna, tenían que haber dimitido el señor Barrionuevo
y el señor Serra, porque, al contrario de lo que manifiesta el
señor Presidente del Gobierno, el señor Serra tiene mucho que
ver en el nombramiento del Director General de la Guardia
Civil y en otras cuestiones.

Si me permiten, voy a leer brevemente el artículo 14 de la Ley
de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en el que se
dice que ambos Ministros, el de Defensa --entonces lo era el
señor Serra-- y el de Interior, propondrán al Gobierno... Y
proponen al Gobierno, y el Gobierno presidido por el señor
González es el que nombra. El mismo artículo, en apartado
siguiente, dice lo que voy a leer a continuación: Ambos
Ministros, conjuntamente, hacen selección, formación,
perfeccionamiento, armamento y despliegue territorial de la
Guardia Civil, y el Ministerio de Defensa, el señor Ministro,
como responsable máximo, dispondrá lo concerniente al régimen
de ascensos y situaciones del personal.

Las dimisiones, por tanto, las plantea el señor Presidente del
Gobierno como la tinta del calamar. Dimisiones, pero sin
explicar la lógica interna, porque si tiene que explicar la
lógica interna tiene que concluir con que también tienen que
dimitir los señores Barrionuevo y Serra. A partir de ahí lanza
la amenaza hablando de estabilidad y hace depender la
estabilidad del número de Diputados. Y en 1993, que tenían 175
Diputados y después 176, ¿no estaba la estabilidad amenazada
por situaciones económicas y situaciones de corrupción?
Día 5 de mayo por la tarde: los votos del Partido Socialista
Obrero Español, de Convergència i Unió, del Partido
Nacionalista Vasco y de Coalición Canaria impiden en la
Comisión Roldán la comparecencia del señor Serra i Serra; una
comparecencia extremadamente interesante en la citada Comisión
del señor Roldán, porque el señor Serra i Serra había sido el
Ministro de Defensa, proponente, conjuntamente con el señor
Barrionuevo, del señor Roldán, porque había sido también el
mantenedor, junto con el nuevo Ministro señor Corcuera, de la
propuesta del señor Roldán, y también porque el señor Serra
había sido responsable máximo de algo que todavía no ha salido
aquí pero que a nuestro Grupo Parlamentario le gustaría hacer
siquiera una referencia: responsable máximo del Cesid. ¿Qué
sabía el Cesid sobre Roldán? ¿Qué sabía el Gobierno sobre el
señor Roldán? ¿Qué hacía el Cesid? ¿Conocía a los famosos
guardias civiles pata negra? ¿Por qué esa especie de guardia
pretoriana, de información, del señor Roldán no había sido
denunciada al Ministro pertinente? ¿Cómo se podía tolerar esa
situación, puesto que aquí hay una intervención del Ministro
de Defensa, en este caso el nuevo Ministro de Defensa? ¿Qué es
lo que estaba pasando ante los hechos del señor Roldán? Nadíe
lo sabía. ¿Qué hacía el Cesid?



El señor PRESIDENTE: Señor Anguita, le ruego concluya.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Estoy terminando.

Conclusión: el Gobierno, su Presidente y esta vez sus aliados
entorpecen, impiden que alguien tan importante para clarificar
el asunto Roldán como el señor Serra vaya a la Comisión. y
tiene su parte de responsabilidad en nombre de la democracia y
de la transparencia que la democracia conlleva. Día 6 de mayo:
dimisión del Secretario de Estado Delegado del Gobierno para
el Plan Nacional contra la Droga. Día 9 de mayo: rueda de
prensa del citado señor. Y dice algo que solamente he recogido
porque tengo aquí después pruebas. El señor Garzón viene a
decir que no hay voluntad de lucha contra la corrupción. Señor
González, simplemente he cogido sus promesas en el debate
sobre el estado de la Nación habido en marzo de 1992. Su
señoría hizo unas propuestas y aquí está el nivel de
cumplimiento: no llega ni a un 10 por ciento. Por tanto, la
falta de voluntad de luchar contra la corrupción de que
hablaba el señor Garzón se ve reflejada en este no
cumplimiento de las medidas que usted propuso en su primera
intervención en el debate del estado de la Nación.




Página 3491




Día 10 de mayo: en medio de toda esta tensión y como un hecho
adicional, pero que va incidiendo en la opinión pública,
dimite la Presidenta de la Cruz Roja.

Día 11 de mayo por la mañana: nuevo dossier de prensa que
involucra al señor Serra y rumores de la dimisión del Fiscal
General del Estado; un Fiscal General del Estado que el día 26
de noviembre del año pasado dice en Santa Cruz de Tenerife que
no ha encontrado indicios de que el señor Roldán haya tenido
unos ingresos extraordinarios y desde luego, que sean
ilegales. La perspicacia del señor Fiscal del Estado ha
quedado demostrada; un Fiscal General del Estado sobre el cual
está pendiente una sentencia del Supremo acerca de la
legalidad de su nombramiento.

Día 11 de mayo por la tarde: comparece el señor Presidente del
Gobierno. ¿Y qué nos dice? Señoras y señores Diputados, ¿qué
nos dice el Presidente del Gobierno después de lo que acabo de
relatar de estos días, los acontecimientos, lo que se ha
dicho, los datos aportados? Pues bien, hace un llamamiento a
la serenidad, dice que hay que tener mucho cuidado de que no
haya alarma social y que la investigación sigue su curso. Sí,
pero hubo preguntas al señor Asunción que tenían que haber
sido respondidas aquí por S.S. hoy. Porque cuando se hace
alusión a la logística, o se ha contado con apoyos, tendrá que
haber ya algunos responsables. ¿Se fue el señor Roldán por un
simple hecho de levitación? Si el señor Ministro dijo que
había tenido la logística, ¿se ha sabido algo de ella? ¿Es que
el señor Presidente del Gobierno no ha tenido en once días
tiempo ni información para traer aquí, siquiera por respeto a
la Cámara o simplemente para tranquilizar a la ciudadanía, un
pequeño dato más que aportar acerca de la fuga del señor
Roldán? Ha repetido básicamente lo que dijo el señor Asunción.

Y para esto viene a comparecer aquí.

Pero es más, dice que las responsabilidades políticas se han
saldado con las dimisiones que anteriormente han sido
relatadas. Creo que no. Después hablaré sobre ello porque
estoy terminando, señor Presidente. Cuando habla de la
dimisión del señor Corcuera dice que es a causa de la
dimensión social de la misma. No, no. Es que el señor Corcuera
admitió que continuase el señor Roldán como Director General
de la Guardia Civil. Ahí está la responsabilidad política, no
la dimensión social o el escándalo. Se está investigando para
buscar responsabilidades penales. ¿En qué líneas de trabajo y
sobre quién pueden caer las responsabilidades penales? Yo no
digo que aquí se digan secretos de investigación, pero se le
puede decir a esta Cámara, grosso modo, siquiera grosso modo
porque han pasado once días, en dónde se está, desde qué
supuestos, con qué datos mínimos. Que esta Cámara,
representante de la soberantía nacional, tenga una idea, no
solamente la fiabilidad del señor Presidente del Gobierno, de
que se está haciendo algo más allá de las palabras del señor
Presidente del Gobierno. No se puede aceptar la imputación de
connivencia. ¡Hombre! No se puede aceptar --dice el señor
Presidente del Gobierno-- que nosotros acusemos al Gobierno de
connivencia con lo que está ocurriendo. Bien, pues no lo vamos
a acusar; simplemente relatamos los hechos. Un señor que ha
dicho lo que ha dicho, que tenía una escolta estática, que
dice que se le retira, que amenaza con decir ciertas cosas, se
le retira la escolta, el Cesid no dice nada..., eso no es
connivencia, eso es negligencia. y cuando la negligencia llega
a estos niveles, cuando lo que hay detrás es lo que hay
detrás, eso tiene un nombre muy parecido a connivencia, es
verdad, en todo caso no querida, no voluntariamente querida,
pero desde luego el resultado final es como si hubiese sido
querida.




El señor PRESIDENTE: Señor Anguita, le ruego concluya.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Señor Presidente, solamente pido el
mismo tiempo que el señor Aznar. Estoy terminando ya.

El señor Presidente en su intervención ha hablado de que va a
permanecer al frente del Ejecutivo, de que estamos ante la
recuperación de la economía. Bien. Eso, que es muy dudoso y
que me gustaría discutir con usted, señor Presidente, en esta
Cámara, cuando haya un Pleno acerca de esa tan anunciada
recuperación de la economía, no debe servir para distraernos
del problema fundamental que tenemos aquí, de problemas que
afectan al Estado y al desarrollo del Estado social y
democrático de Derecho. Y a partir de ahí, en la lucha contra
la corrupción, propone una serie de medidas, una de las cuales
ya propuso en 1992 y que no se ha desarrollado totalmente. En
definitiva, señor González --tengo aquí su intervención--,
para mí ha sido una intervención desafortunada, no ha añadido
nada nuevo, no ha justificado este Pleno extraordinario, y
solamente nos queda por decir lo siguiente, como fin de
nuestra intervención. Señorías, si Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya tuviese la fuerza parlamentaria suficiente, que
no la tenemos porque el pueblo no nos la dio, no duden ustedes
de que estábamos ya aquí con una moción de censura tiempo ha,
sabiendo que la íbamos a perder; como sabía el señor González
hace tiempo que plantearía una moción de censura, y la planteó
al señor Suárez, cuando tenía 121 Diputados, pero el señor
González vino aquí a plantear una moción de censura sabiendo
que la iba a perder para plantear un programa de gobierno.

Porque cuando se habla de moción de censura, se plantea y se
viene aquí a traer el programa de gobierno. Y las demás
fuerzas políticas, escuchando el programa de gobierno, ya
veremos lo que hacemos. Por tanto, amagar y no dar no sirve.

Lo único que podemos decir es que lamentamos que no haya una
moción de



Página 3492




censura para escuchar otro programa alternativo. Por tanto,
como no podemos plantearla porque no tenemos los 35 Diputados
suficientes, tenemos que decir, con toda serenidad, con toda
tranquilidad, y utilizando una expresión que gusta mucho a
S.S., sin acritud, sin ninguna acritud, que planteamos
nuevamente su dimisión como Presidente del Gobierno. Y tengo
que decir a esta Cámara que este planteamiento de dimisión va
a operar durante mucho tiempo, aunque no estemos
constantemente repitiéndolo. ¿Y por qué? Planteamos la
dimisión como responsable de una situación socioeconómica y
moral en la cual se inscribe y se potencia la corrupción. La
cultura del pelotazo, la ganancia fácil sirven para motivar e
incrementar, son caldo de cultivo de la corrupción. Dimisión
avalada, además, por una situación anormal. Señorías, en tres
años dimiten un vicepresidente del Gobierno y tres ministros,
dos ex ministros y un secretario de Estado. Yo creo que algo
está ocurriendo para que haya tanta dimisión; algo está
ocurriendo en el seno del Gobierno; algo se está moviendo.

Pero a partir de ahí el tema más grave --y me gustaría tener
respuesta ante esto-- es que se ha obstaculizado que el señor
Serra comparezca en la Comisión del caso Roldán. Y lo pido
aquí en nombre de la transparencia y de la democracia: el
señor Serra tiene que comparecer ante esa Comisión. El es
responsable del nombramiento del señor Roldán, él tuvo bajo
sus órdenes al Cesid, aquí hay cuestiones muy graves que
atentan contra el Estado social y democrático de Derecho y
tiene que comparecer, porque es fundamental.

Dimisión por presidir el Consejo de Ministros en el que el
señor Roldán fue nombrado Director General de la Guardia Civil
y por presidir el Consejo de Ministros en el cual fue
ratificado en el cargo.

Dimisión por desviación de los principios de izquierda. En
esto quiero ser suave. Cuando hoy tenemos que escuchar por
extensión, porque la base electoral de esa fuerza política,
una parte muy importante de esa fuerza electoral se ve
acobardada, inculpada de corrupción, inculpada de haber
desviado los principios que a la izquierda la han mantenido
siempre con la cara muy alta, los demás también nos sentimos
afectados sin tener ninguna responsabilidad. Eso tengo que
demandarlo aquí en este hemiciclo. En esa cuestión S.S. tiene
responsabilidad, y tengo yo que protestar por la parte que nos
afecta a los demás, aunque no hayamos incurrido en estas
cuestiones, pues esto es grave.

Dimisión por esa Ley de reforma del Mercado Laboral. Y
dimisión que no debe conllevar ningún trauma, señores que
apoyan al Gobierno. En nombre de la democracia, la
Constitución es la garantía de que no ocurra nada. En nombre
de la democracia, señores que apoyan al Gobierno, ¿qué es esa
visión cesarista que hace descansar la estabilidad política en
un hombre, cuanto tiene el mecanismo institucional correcto,
que es la propia Constitución? La estabilidad está en la
Constitución; está en que el pueblo español la sigue apoyando;
está en la normalidad. Y, por tanto, en nombre de esa
estabilidad pedimos la dimisión, pero no una dimisión
cualquiera. Esa fuerza política ganó las elecciones y todos lo
asumimos. Que salga de esa fuerza política un candidato o una
candidata y que venga aquí y que plantee un programa
alternativo en un debate de investidura. Y digo algo más en
nombre de mi fuerza política: que si ese candidato o esa
candidata plantea un programa de gobierno, una alternativa que
signifique rectificación de la política económica, lucha
contra la corrupción, lucha contra el fraude, esta fuerza
política está dispuesta a quemarse en nombre de ese programa,
pero el paso previo es la dimisión del actual Presidente de
Gobierno. Porque si esa fuerza política está presa del
discurso cesarista de que solamente el señor González, actual
Presidente del Gobierno, puede garantizar la estabilidad
política, entonces ya no hay solución, que se convoquen
elecciones porque esa fuerza política no está a la altura del
voto recibido el 6 de junio del año pasado.




El señor PRESIDENTE: Señor Anguita...




El señor ANGUITA GONZALEZ: Termino ya. Son dos minutos, señor
Presidente. (Rumores.)
Y si no hay posibilidad de que esto ocurra, plantéese la
cuestión de confianza. No se hable en nombre de terceros. Que
vengan los terceros aquí, delante de la luz y los taquígrafos,
a decir que apoyan al actual Presidente del Gobierno y por qué
lo apoyan. Aquí es donde se da la confianza, aquí se gana,
aquí se mantiene, aquí se otorga, y aquí se asume la
responsabilidad por otorgarla o por dejarla de otorgar. En
definitiva, aquí se sabe quién es quien en momentos de
gravedad y de importancia.

Y ya no podemos hacer otra cosa, desde el Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, que añadir un
grano de serenidad y de análisis a la luz de los
acontecimientos y el comentario de los mismos, porque, en
definitiva, a estas alturas, si no hay dimisión si no hay una
cuestión de confianza, solamente nos queda apelar al pueblo
español para que, en determinados momentos, que son los
momentos electorales, dicte sentencia y diga quién debe
cumplirla. (Aplausos en el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Anguita.

Tiene la palabra el señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, en primer lugar quiero agradecer el tono
de la intervención del señor



Página 3493




Anguita y, en segundo lugar, rebatir algunas de las cosas que
ha dicho, manteniendo el mismo tono.

Ha dicho el señor Anguita que no he dado una explicación. El
motivo de la comparecencia ha sido ampliamente desbordado por
la explicación que he dado a la Cámara. Puede considerarse
insuficiente, pero el motivo de la comparecencia era un motivo
muy específico. Es cierto que he dicho con claridad, y ni
siquiera he repetido las explicaciones del anterior Ministro
del Interior, el señor Asunción, en la Comisión
correspondiente de Justicia e Interior, y lo he dicho desde la
tribuna: no voy a repetir lo ya dicho por él y no voy a añadir
nada. Espero que se haga un cierto esfuerzo de comprensión
porque añadir cualquier elemento de una investigación, que ya
es voluminosa, cualquier elemento de esa investigación puede
perjudicar el resultado de la misma. Y a veces tengo la
tentación de quedar bien abrumando con una serie de datos.

¿Pero me puedo permitir hacer eso, en la Cámara, en perjuicio
del objetivofundamental que se persigue, del objetivo
fundamental de puesta a disposición de la justicia del señor
Roldán? Este es el problema esencial en esa explicación.

Además, la explicación la he dividido no sólo en esto sino en
este asunto y en otros; una explicación de por qué se aceptan
y en qué nivel se aceptan responsabilidades políticas que han
sido voluntariamente expresadas por cada una de las personas
que las han asumido. Responsabilidades políticas, en unos
casos, de dimisión y, en otros casos, de renuncia;
responsabilidades políticas que han constituido otra de los
núcleos de mi intervención. Y un tercer núcleo de la
intervención --que estaba colocado en el segundo lugar--se
refería al cumplimiento de los acuerdos a los que se había
llegado como resultado del debate sobre el estado de la
Nación. Y lo he hecho con bastante detenimiento, numerando. He
dado a conocer a la Cámara los seis acuerdos fundamentales --
hay más naturalmente y también los he relatado--a los que ya
nosotros hemos dado la tramitación adecuada. Por consiguiente,
estamos dando un alto grado de cumplimiento a esos acuerdos.

Los podría reiterar, pero me parecería absolutamente
innecesario.

Quiero hacer una pequeña reflexión sobre las responsabilidades
políticas. La responsabilidad política se puede asumir --y lo
he dicho-- en algunos casos incluso por exceso. ¿Por qué un
diputado tiene que renunciar a su acta de diputado --me
pregunto-- en función de haber hecho un nombramiento que ha
resultado erróneo en una responsabilidad que tenía
anteriormente? Es difícil establecer una relación de causa-
efecto. Sólo por un esfuerzo de voluntad política se llega a
la conclusión de contribuir a aclarar el clima. Lo he dicho
expresamente tanto en el caso del señor Corcuera como en el
caso del señor Solchaga, en los dos casos: la explicación que
ellos mismos han dado estaba relacionada con su
responsabilidad anterior como Ministros por la confianza
depositada en personas que era evidente que, por una u otra
razón, no la merecían. Es lo más cercano a lo que algún
articulista ha llamado responsabilidad vicaria. Porque en
realidad es difícil establecer la responsabilidad hasta ese
nivel, pero se ha asumido.

He explicado --como ya lo explicó anteriormente el ex Ministro
del Interior, señor Asunción-- cuál era la razón de su
dimisión. Y la razón era un fallo, un fallo en la
localización, en la detención o en la puesta a disposición,
para ser más precisos, del señor Roldán ante la juez que lo
había requerido. Ese fallo provoca una dimisión. Pero usted ha
hecho una reflexión que es una reflexión equivocada. El
servicio de escolta no es un servicio de vigilancia, es de
escolta. Por tanto, es difícil establecer la responsabilidad
de la escolta respecto de lo que puede ser la misión de
vigilancia, y es verdad que el anterior Ministro del Interior
ya explicó qué era lo que había hecho en variadas ocasiones
respecto de la escolta el señor Roldán. La vigilancia es algo
distinto. Yo creo que se ha fallado en la vigilancia aunque se
haya cumplido estrictamente, repito, desde el punto de vista
jurídico-constitucional, pero se ha fallado en esa vigilancia,
y ese fallo ha provocado la dimisión del señor Ministro. Yo
comprendo que usted diga que no es suficiente, que tiene que
ser por encima del señor Ministro, y por encima del señor
Ministro del Interior sólo está el Presidente del Gobierno;
por consiguiente, que tendría que ser la dimisión del
Presidente del Gobierno. Yo ya he dicho en esta tribuna que
cuando no hay un motivo de otra naturaleza acepto las razones
o acepto la discrepancia que se pueda producir respecto de una
petición de dimisión de esa naturaleza. Usted hoy la ha
explicado por cinco razones: de desempleo, de destrucción de
tejido productivo, de política antisocial, ha dicho, de
responsabilidad por el avance de la derecha y por los temas de
la corrupción. Es verdad que no ha entrado en esos temas ni yo
voy a entrar en ellos.

Cuando el señor Ministro dice que es posible que tardemos tres
meses en encontrar al señor Roldán, yo creo que está haciendo
un esfuerzo de explicación de la dificultad, que no quiere
decir que no sea en quince días o en cuatro semanas o en
catorce semanas. Nadie lo puede decir de antemano y eso lo
comprende cualquiera, sólo hace falta hacer un esfuerzo de
sentido común. Lo que me importa resaltar sobre todo, antes de
terminar, es que la responsabilidad política tiene unos
límites. Yo creo que en este caso se han asumido incluso más
allá de los límites que son razonables, porque es difícil
pedirle a un parlamentario que renuncie, es muy difícil
presenciar que un parlamentario renuncie a su escaño en
función de lo que ha hecho alguien que fue designado o que
estuvo bajo su mando, bajo su responsabilidad, en un
ministerio ejercido anteriormente. Es difícil encajar eso; sin
embargo se ha hecho.

Usted ha hecho de nuevo una cita de la dimisión del Secretario
de Estado en la lucha contra la droga y le



Página 3494




voy a decir algo desde esta tribuna. Yo le tengo aprecio al
señor Garzón; se lo tenía y se lo tengo. Por consiguiente, no
voy a entrar en ningún tipo de polémica con él. Ya he dicho
que el aval de la política democrática son los votos. Junto al
señor Garzón han entrado en el Gobierno, han entrado en el
grupo parlamentario otras personas independientes, no sólo
personas pertenecientes al Partido Socialista, que me merecen
tanto respeto como me merece el señor Garzón. Pero no voy a
entrar en esa polémica. Sí le voy a decir que no me parece
razonable --y se lo voy a decir en el tono que usted ha
empleado-- que se diga que el Ministro de Defensa es tan
responsable como el Ministro del Interior en el caso de
estudiar responsabilidades políticas en relación con el
Director General de la Guardia Civil, en el caso que sea. Esto
no es verdad, no es serio, aunque formalmente sea un
nombramiento que se haga por parte de dos ministros. Es verdad
lo que usted dice, que los nombramientos son por decreto y
esos decretos son de todo el Consejo de Ministros. Cualquiera
sabe que, a pesar de que la Guardia Civil tiene una
organización y una estructura militar, la dependencia de la
Guardia Civil lógicamente es una dependencia de Interior. Esto
no es más que una explicación razonable. Por consiguiente, no
trata de ir más allá de una explicación que todo el mundo
conoce pero que, sin embargo, en política se utiliza como se
quiere.

Yo creo que hay un cierto abuso en la petición de
comparecencia del señor Serra ante una Comisión que no le
concierne en cuanto a su responsabilidad directa. Por
consiguiente, veo bastante lógico que haya grupos
parlamentarios que entiendan que esto no es razonable. Este es
un pronunciamiento al menos tan respetable como el de
cualquier otro grupo parlamentario. El señor Serra ha dicho
que no tiene inconveniente, pero lo digo yo sencillamente
porque no me parece razonable. Imaginemos que se llama a todos
los ministros. ¿Por qué? Porque se quiere hacer pasar eso como
algo natural cuando no lo es.

En definitiva, he subido a esta tribuna, señor Anguita, para
dar una explicación respecto de la situación en torno a la
huida del señor Roldán; he subido a esta tribuna para dar una
explicación sobre las medidas adoptadas entre el momento en
que se celebra el debate del estado de la Nación y el día de
hoy; y he subido a la tribuna para explicar qué
responsabilidades políticas se han asumido. Hago un enorme
esfuerzo de autocontención cuando dice que usted no se siente
responsable, y no tiene por qué sentirse responsable, de lo
que pueda ocurrir en la responsabilidad del Grupo Socialista y
del Partido Socialista. Cada uno tiene que asumir sus propias
responsabilidades; es verdad que usted también tiene que
asumir las suyas. Yo le ruego que lo haga.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Tiene la palabra el señor Anguita.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, claro que asumo mi responsabilidad, y asumo mi
responsabilidad en la medida en que, eludiendo la tentación de
historiador, no quiero traer aquí otras intervenciones
parlamentarias crispadas, hechas por su Grupo, por usted y
otros Diputados de su Grupo, a anteriores presidentes de
Gobierno en situaciones lejanamente parecidas a la actual.

Claro que hago en estos momentos ejercicio de responsabilidad
circunscribiendo este debate al debate en sí y al objeto que
lo trae, sin querer añadir carga negativa alguna, por
ejercicio de la responsabilidad, por la serenidad, por no
buscar crispación, por llevar a la mente del ciudadano que nos
pueda estar viendo o escuchando el análisis de los hechos y
que saque él sus conclusiones. Sería para mí, que he seguido
los debates de años anteriores, muy fácil traerlos aquí y
montar un número. Eso nunca lo voy a hacer, por ejercicio de
responsabilidad. Pero por ejercicio de responsabilidad tengo
que seguir preguntando, demandando y subrayando aspectos de
las preguntas que hice al principio.

Aquí no se le ha pedido al Presidente del Gobierno que cuente
con pelos y señales cómo está la operación de caza y captura
del señor Roldán, sino simplemente si se puede hablar de qué
apoyos logísticos tuvo, si se puede hablar de quiénes fueron o
dónde está la responsabilidad, en qué parte de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado ¿o es que no había nadie?
Sobre la escolta, señor Presidente del Gobierno, yo sé que hay
una escolta estática y otra itinerante y que llega un momento
en que la personalidad le dice a la escolta que se puede ir.

Pero cuando una personalidad está más o menos señalada y
advertidos, o tenían que estar advertidos, responsables
políticos de que tal personalidad puede coger las de
Villadiego, cuando llega el cablegrama de la escolta diciendo
que el personaje ha renunciado a la escolta, supongo yo que el
Ministerio de Interior, que para eso está, tendría previstos
los mecanismos suficientes, con permiso del juez, que para eso
está, para seguir discretamente al personaje. No es lo mismo
que cuando uno de nosotros dice a la escolta hasta mañana. El
señor Roldán no era un cualquiera; el señor Roldán era alguien
que había amenazado en la Comisión con tirar de la manta y, si
la escolta se va, la escolta pone el cablegrama y los jefes de
esa escolta sabrán a quién tienen que poner en conocimiento
que se ha quedado solo. Y a partir de ahí esperábamos algo,
hasta dónde podría llegar la trama, si es que hubo trama, que
ayudó a escapar al señor Roldán. Yo creo que sí porque, si no,
no se puede ir por las buenas. ¿Por qué no comparece en la
Comisión el señor Serra? A fuer de repetitivo, señor
Presidente, voy a leer otra vez el artículo 14 de la Ley de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a ver si, tal vez,
yo no he leído



Página 3495




bien. El artículo 14 dice que ambos Ministros, ambos, el de
Interior y el de Defensa, propondrán al Gobierno el
nombramiento. Luego, ya tienen que ver en algo: en el
nombramiento. Y se supone que el señor Roldán era conocido,
incluso en el interior del Partido: Secretario de Organización
del Partido Socialista de Aragón, Concejal del Ayuntamiento de
Zaragoza, Delegado del Gobierno en Navarra... Yo creo que era
conocido. En segundo lugar, sigue la Ley: El Ministro de
Defensa --con respecto a la Guardia Civil-- dispondrá lo
concerniente al régimen de ascensos y situaciones del
personal; «situaciones del personal». La frase es muy
elástica. Y la situación del personal puede ser en qué destino
está, y no me gusta hablar de trivialidades, pero nos gustaría
saber si los «pata negra» estaban en una situación especial,
porque, en todo caso, están dentro de un escalafón que depende
del señor Ministro de Defensa, del actual y del anterior, del
señor Serra. Por tanto, cuando la propia Ley está hablando de
que corresponde a ambos Ministros, a los dos, conjuntamente,
la selección, la formación, el perfeccionamiento, el armamento
y el despliegue territorial, es que los dos son responsables
del señor Roldán y, por tanto, el señor Serra tenía que estar
en esa Comisión compareciendo. (Un señor Diputado: ¡Muy bien!)
Por más cosas.

Cuando un señor como el Director General de la Guardia Civil,
nada menos que tiene todo un servicio de información, que
después se ha sabido de los servicios de información paralelos
y cuasi privados, cual «condottiero» de la Edad Media italiana
(Risas.) se había montado --es normal-- se supone que el
Cesid, que depende del Ministro de Defensa, está para algo más
que para cobrar la nómina y que su jefe responsable político,
el señor Ministro de Defensa, sabría algo del señor Roldán,
porque si no sabían en el Cesid nada, es para que los cesasen
a todos sus mandos; luego algo tenía que saberse. ¿Es que, de
pronto, de la noche a la mañana, aparece el señor Roldán, como
una especie de Mr. Hyde, cuando antes ha sido un Dr. Jekyll, y
nadie lo esperaba? Señor Presidente del Gobierno, eso no se lo
cree nadie, porque, además, si fuese cierto, ese banco azul
tenía que marcharse, pero por inepto, no por corresponsable.

(Rumores.) ¿Cómo es posible que, disponiendo de una
información y de unos organismos como el Cesid, no se sepa lo
del señor Roldán?



El señor PRESIDENTE: Señor Anguita, le ruego concluya.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Termino.

Señor Presidente, sobre la cuestión de confianza, yo no voy a
insistir más en el tema de la dimisión; está pedida ya para lo
que quede. Pero, señor Presidente del Gobierno, a usted, que
habla de la estabilidad, que interpretó, seguramente porque se
lo dijeron así, las palabras del señor Pujol y del señor
Arzalluz, ¿le costaría mucho trabajo molestarnos, ganarnos en
un debate en esta Cámara y mostrar a los demás que aquellos
señores le apoyan a usted? (Señalando los bancos de
Convergència i Unió y Partido Nacionalista Vasco, PNV.)
Hágalo. Porque el pueblo español sabrá que usted tiene la
confianza política dada por aquellos Grupos en torno a un
programa, y que aquellos Grupos se manifiesten aquí claramente
en torno a quien apoyan. Esto se llama transparencia
democrática. Lo contrario, señor Presidente --sin que yo
pretenda insultar--, suena un poco a barullo, a interpretación
que usted da desde La Moncloa que ha tenido el apoyo. Véngase
aquí a esta Cámara, cuestión de confianza, vótese el apoyo que
S.S. tenga y los rechazos que tenga y aquí todo queda
perfectamente aclarado. Si no, vamos a estar siempre: Me
apoyan, no me apoyan... Confusión. Y eso no ayuda a la
serenidad.




El señor PRESIDENTE: Señor Anguita, le ruego concluya.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Termino.

Yo le ruego, y fíjese qué palabra utilizo, le ruego, y casi le
ruego con un sentido de advertencia por lo que puedan traer
los tiempos futuros, para que no haya un debate crispado en
esta Cámara por lo que pueda ocurrir en momentos futuros, que
ese señor que tiene usted ahí, a su izquierda (Señalando al
Vicepresidente del Gobierno, Serra i Serra), actual
Vicepresidente del Gobierno, comparezca ante la Comisión
Roldán y diga cuanto sabe sobre el tema.

Muchas gracias. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Anguita.

El señor Presidente del Gobierno tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Vamos a
ver, señor Anguita. Para empezar, usted ha planteado qué
apoyos pudo tener el señor Roldán para escapar. Como no
tenemos ninguna seguridad sobre cuáles pudo tener, he
informado de lo que hasta este momento hay, que es un
expediente abierto dentro del ámbito de la responsabilidad del
propio Ministerio y, desde luego, nunca un responsable
político del Ministerio ni, por supuesto, del Gobierno, puede
prejuzgar el resultado del expediente. Tenemos que ver cómo se
desarrolla ese expediente sin, a la vez, perjudicar a la
investigación. Eso es lo que he querido decir. De nuevo lo
repito ahora. Me parece tan claro que es difícil no
entenderlo.

Después me ha dicho que no había habido la vigilancia adecuada
o debida. Ya hemos dicho que se ha asumido una responsabilidad
política por ello, pero tiene usted razón en algo: no ha
habido ninguna decisión judicial, ninguna, para adoptar
ninguna medida cautelar



Página 3496




hasta el momento en que se produce la decisión de detención y
puesta a disposición de la juez correspondiente. Por
consiguiente, no ha habido ninguna medida cautelar. Aun no
habiendo medidas cautelares, hemos asumido desde el Gobierno,
desde el anterior Ministro del Interior, la responsabilidad
por la huida.

Finalmente usted insiste en el papel del CESID. Pero yo creo
que no se entiende bien lo que es el papel del Servicio de
Inteligencia. Desde luego no es --y es un fallo clamoroso que
ha costado, como he dicho, algunas renuncias
extraordinariamente importantes-- la misión del Servicio de
Inteligencia, del CESID, la vigilancia del Director General de
la Guardia Civil. Por consiguiente, es difícil hacer ese
gambito de relacionar al Servicio de Inteligencia con la
Dirección General de la Guardia Civil. Usted opina que debo
marcharme. Yo lo respeto; ya se lo he dicho. Que debo
presentar la dimisión, y, en caso de que no presente la
dimisión, opina que debo plantear la cuestión de confianza. Y
yo también respeto lo que usted dice. Ya lo he dicho. Yo no
excluyo plantear la cuestión de confianza. En cuanto que tenga
la demostración clara de que puede faltar el apoyo para
obtener la mayoría en la tarea de Gobierno en la que estamos
empeñados, yo plantearé sin perder un segundo la cuestión de
confianza. Hasta ahora, repito, eso no se ha producido, y se
produce más en la voluntad o en la petición de los que no
están apoyando al Gobierno o no quieren apoyar al Gobierno que
en la voluntad de aquellos grupos que están dando un apoyo,
por responsabilidad, al Gobierno.

Me gustaría despejar una duda que ha flotado toda la tarde
aquí sobre las llamadas de teléfono o las conversaciones de
teléfono con los máximos responsables de Convergència i Unió o
del PNV. Me parece haber aclarado con toda nitidez que no han
sido conversaciones telefónicas, sino conversaciones
personales las que se han producido. No tiene mucha
importancia porque, en definitiva, para eso están los
teléfonos (Un señor Diputado pronuncia palabras que no se
perciben.) Pero lo que ha habido han sido conversaciones
personales, y de esas conversaciones personales he podido
deducir con absoluta autorización lo que he dicho; si no,
naturalmente, no lo hubiera dicho.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra
el señor Roca.




El señor ROCA I JUNYENT: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, aun cuando la sesión de hoy tiene su origen en la
lamentable e inexcusable fuga del señor Roldán, es evidente
que la comparecencia del Presidente del Gobierno obliga a
formular una valoración de su actuación desde el último debate
de política general en lo que concierne a los casos de
corrupción que han causado una importante irritación y, como
se ha dicho, alarma social. Reclamábamos entonces que el
Presidente del Gobierno liderase la lucha contra la
corrupción, que exigiera y depurara las responsabilidades
pertinentes y que tomara las medidas concretas que
visualizasen un cambio de actitud por parte del Gobierno para
intentar así, de esta manera, ganar una confianza que él mismo
reconocía como seriamente erosionada a raíz de todos estos
sucesos. Y es evidente que algo de todo ello se ha actuado
desde el Gobierno y por su Presidente. Se han producido
dimisiones, se han adoptado medidas y el Presidente del
Gobierno ha comparecido ante la opinión pública y ante esta
Cámara para asumir la responsabilidad que le corresponde en la
lucha contra la corrupción.

Pero si todo ello permite hacer una valoración inicialmente
positiva de las medidas adoptadas por el Gobierno, no queremos
por ello dejar de señalar que el camino sólo se ha iniciado,
que resulta imprescindible seguir actuando con contundencia y
prontitud frente a todos estos supuestos y que todavía queda
mucho por hacer en el campo de la recuperación de la
credibilidad perdida.

La lucha contra la corrupción no es una actitud puntual; no es
simplemente un conjunto de medidas que se adoptan en un
momento concreto, sino que es una práctica constante, tenaz y
permanente de la acción del Gobierno. Debe trasladarse al
conjunto de la sociedad la certeza, hoy inexistente, de un
compromiso decidido tanto para luchar contra todo cuanto de
cerca o de lejos se relacione con la corrupción, como para
evitar que se produzcan nuevos supuestos de esta naturaleza. Y
todo ello, además, en el marco de las exigencias del Estado de
Derecho. Es con los mecanismos de éste y desde la legalidad
como deberá lucharse contra cualquier supuesto de corrupción.

Ni los linchamientos morales ayudarán a esta tarea, ni las
justicias paralelas colaborarán a la mayor eficacia en la
administración de justicia, ni el retorno nostálgico a ciertas
prácticas inquisitoriales fortalecerán el objetivo común de la
exigencia ética ni la arbitrariedad hará más sólida la acción
de las autoridades públicas.

Ni impunidad, ni indefensión, ni privilegios ni negación de
derechos, ni la presunción de inocencia puede ser sustituida
por la presunción de culpabilidad. Pueden y deben terminar
ustedes con la corrupción desde el Estado de Derecho. Sólo
faltaría que los corruptos nos arrastraran para su persecución
y sanción a la más innoble de las corrupciones: poner en
cuestió las libertades y garantías del Estado de Derecho.

(Varios señores Diputados: ¡Muy bien!)
Su comparecencia, señor Presidente, no termina una etapa.

Simplemente debería abrir una nueva que definiera



Página 3497




un nuevo estilo de la acción política entre todos y para
todos.

La corrupción es fruto también de un estilo que conviene
erradicar de nuestra vida política, económica y social. Uno de
los argumentos que debería determinar también este nuevo
estilo sería, a nuestro entender, una mayor proximidad de
usted, como Presidente del Gobierno, a esta Cámara, para
debatir aquellos problemas que puntualmente afectan o
interesan al conjunto de la sociedad. Su presencia debería ser
más habitual, menos cargada de expectación y solemnidad. Le
invito, señor Presidente, a que, sin esperar a la aprobación
del nuevo Reglamento de esta Cámara y atendiendo a que ya
existe conformidad de todos los Grupos sobre el contenido de
su artículo 220, compareza usted cada semana --los miércoles
durante la sesión de control del Ejecutivo-- para contestar,
en los términos que resultan del referido proyecto, a las
preguntas que le dirijan los portavoces de los Grupos
parlamentarios.

Evidentemente, con ello no van a resolverse los problemas de
la corrupción, pero su presencia periódica en esta Cámara
permitirá que los problemas que afectan a la globalidad de la
acción de Gobierno y que convulsionan a la opinión pública
tengan respuestas inmediatas por parte del propio Presidente
del Gobierno.

Sé que ésta es una propuesta puntual, pero no secundaria ni
anecdótica. Sería también una manera de visualizar un cambio
en la propia acción del Gobierno, en la línea que estamos
recabando y que puede otorgar mayor credibilidad al ejercicio
de su responsabilidad ante toda la sociedad para liderar y
dirigir la lucha contra la corrupción.

Todo ello tiene, señor Presidente, un objetivo: intentar dar
al país la estabilidad que precisa para hacer frente a las
exigencias económicas del momento.

¿Es compatible, nos preguntamos, asegurar la lucha tenaz,
firme y sostenida contra cualquier supuesto de corrupción y, a
la vez, avanzar en el proceso de la recuperación económica de
nuestro país? Nosotros creemos que sí. Es más: creemos que
estamos obligados a intentar que sea así. Hay mucha gente sin
trabajo, mucha gente que tiene miedo de perderlo, muchos
pequeños empresarios que tienen miedo sobre la continuidad de
su actividad empresarial, muchas personas que se debaten en
problemas que afectan a su calidad de vida, a su futuro y al
de su familia. ¿Podemos renunciar, frente a todos ellos, a
proseguir en el proceso de recuperación de la crisis económica
porque nos declaramos vencidos e impotentes frente a la
corrupción? Vuelvo a decir: nosotros creemos que es nuestra
obligación hacer compatibles ambos objetivos.

Ciertamente, algunos comentaristas reclaman la convocatoria de
unas elecciones anticipadas. Ya dijimos hace tres semanas que
nosotros no compartíamos esta opinión y, de hecho, nadie de
esta Cámara --hoy quizá alguien lo ha insinuado, pero de una
manera remota-- lo plantea en estos términos. Hoy por hoy, la
convocatoria anticipada de elecciones representa una
paralización de la acción de gobierno durante algunos largos
meses, que no resultaría ni positiva para la lucha contra la
corrupción ni beneficiosa para avanzar en el conjunto de
medidas que pueden asegurar la continuidad de un crecimiento
económico creador de puestos de trabajo. Seguramente por esto
nadie lo pide. No obstante, debo reconocer que se plantean a
veces otras propuestas que, bien por la vía de la dimisión del
Presidente del Gobierno, bien por la formulación de una
hipotética moción de censura, conducirían de hecho a la misma
situación de una disolución anticipada de estas Cámaras.

Incluso, algunos teóricos de la denominada moción de censura
catártica, en la que se pondría en un mismo saco al Parlamento
Popular, a Izquierda Unida y a nosotros mismos, justifican
esta absurda propuesta con el único motivo de proceder, acto
seguido, a convocar nuevas elecciones. Debería aceptarse que
existen diferentes percepciones sociales sobre lo que ahora
mismo conviene a este país. Los propios medios de comunicación
social sostienen tesis distintas, incluso a veces en función
de los ámbitos territoriales donde se publican, y mientras
unos invitan a poner punto final a este proceso, con
disolución o como sea y con los costes que ello pueda
comportar, otros reclaman que la firmeza y la contundencia no
se alejen de la serenidad y que las soluciones a la corrupción
se hagan compatibles con la resolución de los demás problemas
de los ciudadanos. En ambos supuestos nuestro Grupo está en el
centro del debate. Nuestra posición en esta Cámara y la
ausencia de una mayoría alternativa, tanto programática como
numéricamente, nos convierte en decisivos para unos y para
otros. Es más: se atribuye a nuestras decisiones efectos y
consecuencias que nos responsabilizan de muchas cosas. El otro
día, un periódico de Madrid, cuya línea editorial se viene
caracterizando por una actitud fuertemente crítica,
respetable, pero fuertemente crítica con la política de
nuestro Grupo, titulaba, en su sección de Economía: «El apoyo
de los nacionalistas a González sujeta la peseta, la Bolsa y
la deuda pública.» (Rumores.) ¡Pues no está mal! Si les
hubiéramos hecho caso, es decir, si hubiéramos seguido los
consejos del propio periódico unas páginas antes, el titular
habría sido: El rechazo de los nacionalistas a González hace
caer la peseta, la Bolsa y la deuda pública. Nos quedamos con
el primer titular. (Rumores.) No les extrañará, pues, que les
diga que nos satisface más la opinión de los que reclaman de
nuestro Grupouna actitud de exigencia, que a la vez aporte
serenidad y que nos demanda muy especialmente a nosotros que
intentemos servir los objetivos inmediatos de una recuperación
económica, sin por ello renunciar --insisto



Página 3498




una vez más-- a exigir del Gobierno una lucha decidida contra
todos y cada uno de los supuestos de corrupción.

No por ello somos insensibles a las críticas que recibimos.

Críticas agrias, ofensivas a veces --que estimamos injustas--
y que no echamos en saco roto. Sobre las que reflexionamos,
pero que debo reconocer que harían más mella en nuestro
espíritu si algunos de los que las formulan no fueran los que
siempre nos han criticado. No lo hacen hoy; lo han hecho
siempre. Sus críticastienen, incluso, viejas reminiscencias de
continuidad histórica. (Varios señores Diputados: Muy bien.--
Aplausos.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!



El señor ROCA I JUNYENT: Cuando ustedes hayan terminado, yo
continuaré. (Rumores.)
En estos tiempos de turbación y de crispación, cuando SS.SS.

se encuentran con sus electores puede ser que les digan --a
menudo ocurre--: Métales caña. Nosotros también nos
encontramos con electores que nos reclaman lo mismo, pero nos
encontramos con muchos más que lo que nos piden es: A ver si
lo arregláis. Es con éstos con los que nos queremos
comprometer especialmente. Sabemos de las grandes dificultades
y de los grandesriesgos de la tarea que nos hemos fijado, pero
creemos que nuestra obligación es intentar no desaprovechar en
esta coyuntura las posibilidades de resolver los problemas de
los ciudadanos, asegurándoles un horizonte económico más
esperanzador. Hoy, por segundo mes consecutivo, el índice de
paro se reduce en este país. (Rumores.) Especialmente cuando
los indicadores económicos ponen de manifiesto que la
recuperación se ha iniciado y que sólo la falta de estabilidad
política podría perjudicarla.

Para algunos nuestro comportamiento merece el calificativo de
chantajista y, además, se extrapola al conjunto de los
ciudadanos de Cataluña, que todavía es mucho más injusta. Esta
afirmación es falsa, injusta y ofensiva. No diga que no, que
no se lo digo a usted, señorita. (Dirigiéndose a los bancos
del Grupo Popular.) Pero, además --y esto es lo más grave--,
es, a nuestro entender, irresponsable. Avivar recelos y
resentimientos territoriales puede ser rentable, pero la
historia incapacita a los que levantan estas banderas.

(Rumores.) No voy a entrar en la polémica porque sería
introducirnos en un terreno resbaladizo, muy alejado de la
serenidad que en este momento conviene al país. Pero quiero
señalar que con la misma legitimidad que se formula contra
nosotros aquella acusación, sería válido sostener --y no lo
hago-- que hay estrategias que descansan en el «cuanto peor,
mejor»; es decir que, si la recuperación económica se
truncase, no sería una mala noticia para ciertas perspectivas
electorales. (Un señor Diputado: ¡Muy bien!)
No podemos renunciar, nuestro Grupo no quiere renunciar a
hacer la política que creemos más conveniente al interés
general. (Rumores.) Nadie nos dictará nuestra política desde
fuera de nuestra Coalición, ni desde esta Cámara ni desde
fuera de ella, y aceptamos la responsabilidad que asumimos; la
aceptamos mientras creamos que nuestro esfuerzo sirve de algo,
que no se desactiva la lucha contra la corrupción, que no se
rectifican las líneas de la política económica que han hecho
posible el cambio de la tendencia actual. Si con ello
conseguimos resultados positivos para el conjunto de la
sociedad, estaremos satisfechos de haberlo hecho y, si así no
fuere, asumiríamos nuestra responsabilidad y nos veríamos
obligados a reconducir nuestra posición, porque nuestro
compromiso con la gobernabilidad y la estabilidad de este país
tienen estos objetivos.

En este campo, y termino --muchas gracias por su permiso,
señor Presidente--, corresponde a usted, señor Presidente,
seguir liderando la acción del Gobierno. No una acción
esporádica y discontinua, sino permanente y tenaz, con
respuestas rápidas a cualquier incidencia, pero sin negligir
los demás frentes de su acción de Gobierno y muy especialmente
el de la recuperación económica, el de la creación de puestos
de trabajo, el del relanzamiento de la actividad, el de la
mejora de las perspectivas sociales en este país. Ganar la
confianza y la credibilidad perdida será tarea difícil y usted
lo sabe, señor Presidente, pero más difícil sería para usted
asumir la responsabilidad de no intentarlo.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Roca.

Tiene la palabra el señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, brevemente, para dar, como no podía ser de otra
manera, las gracias por el contenido y el tono de la
intervención del señor Roca, y hacerlo con respeto a cualquier
otra posición, cosa que parece que es algo poco usual en
algunos pagos.

Señor Roca, es verdad que nosotros podemos tener
discrepancias, como es natural, en algunos aspectos de
cuestiones que pueden tener una relativa importancia, pero
tenemos el mismo enfoque en cuanto a los problemas que usted
ha planteado desde esta tribuna y que también yo he relatado
al comienzo de mi intervención. Nosotros creemos que la lucha
contra la corrupción tiene un doble valor: tiene un valor en
sí mismo de saneamiento institucional y de recuperación de
confianza, pero también tiene un valor porque servirá para que
la superación de la crisis económica se acelere o para que la
recuperación tome impulso.

Creo haberlo dicho con total claridad durante mi intervención
al comienzo de esta sesión: yo aprecio la estabilidad
política. Lo he explicado muchísimas veces ante todos los
responsables políticos y lo he explicado



Página 3499




también a los ciudadanos y sé que la estabilidad política
cuando no se tiene la mayoría parlamentaria depende de una
política de acuerdos. Esto, que se reclamaba hace poco más de
un año como algo absolutamente conveniente para el
funcionamiento de la democracia, ahora se convierte, como
usted bien ha dicho desde esta tribuna, en una crítica feroz,
porque da la impresión de que uno genera o soporta
dependencias que no existen, y no digo ya dependencias, sino
que algunos hablan incluso de chantajes que no existen. Verá
usted, le voy a dar un poco de razón cuando dicen que hay
dependencias. Usted me pide que comparezca más. Ya le he dicho
que yo estoy siempre dispuesto a comparecer, antes lo dije.

¿Que es respondiendo a preguntas? Pedí simplemente que hubiera
un acuerdo, ni siquiera que se modificara el Reglamento; pedí
que hubiera un acuerdo para saber cómo funcionaba. Si ese
acuerdo existe, yo estoy absolutamente dispuesto, lo he estado
siempre y así lo he reiterado desde esta tribuna. (Los señores
Novella Suárez y Robles Fraga cruzan palabras que no se
perciben.)



El señor PRESIDENTE: Señor Novella y señor Robles. (El señor
Robles Fraga pronuncia palabras que no se perciben.) ¡Señor
Robles! (Rumores.) ¡Silencio, señorías!
Señor Presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Gracias,
señor Presidente.

He subido a la tribuna sobre todo para decir que comparto su
análisis de cómo hay que luchar contra la corrupción, con el
máximo respeto al Estado de Derecho, sin linchamientos para
nadie y sin impunidades para nadie, respetando la presunción
de inocencia; es decir, manteniendo la firmeza y la serenidad,
no convirtiendo la lucha contra la corrupción en una subasta,
en algo de a ver quién da más y quién corre más. Usted puede
tener la seguridad de que voy a llegar al fondo de esa lucha
sin perder la serenidad, sin perder el pulso necesario para
defender algo fundamental, el Estado de Derecho, y la peor de
las corrupciones es, sin duda, la inexistencia del Estado de
Derecho.

Ha hablado usted de recuperación económica en mayor medida de
lo que he hecho yo en el curso de la mañana; ni siquiera he
querido hablar de las cifras de empleo. Está mejorando esa
situación, se reconoce por todos, menos por los que no lo
quieren ver, incluso por los que les gustaría que eso no fuera
así. Por consiguiente, tiene usted razón; yo sólo subo a esta
tribuna para darle las gracias por dos cosas: primero por el
tono de su intervención; segundo, por el fondo del apoyo que
su grupo está dando a este Gobierno por la gobernabilidad de
nuestro país en la lucha contra la corrupción y en la lucha
por la recuperación de la economía. Muchas gracias. (Un señor
Diputado del Grupo Popular: ¡Un abrazo!--Aplausos en los
bancos del Grupo Socialista.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Anasagasti.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor Presidente, señorías,
técnicamente esta comparecencia se limita a las explicaciones
que usted ha dado por el caso Roldán y ante eso hay poco que
decir. El ex director de la Guardia Civil se ha fugado, el
Ministro del Interior ha dimitido; y usted nos dice que las
Fuerzas de Seguridad trabajan en su búsqueda.

Junto a eso existe un juicio de intenciones, sobre si la fuga
fue pactada, que nosotros no vamos a hacer porque no tenemos
pruebas y porque cuesta creerlo. Hay que seguir buscando a
Luis Roldán y ahora veremos con hechos, si el Cesid, entre
otros Cuerpos, sirve para algo concreto y algo tan importante
como esto.

Esto es lo que hay sobre el caso Roldán que por otra parte nos
ilustra de algo tan importante como que la corrupción no era
privativa del ex director y de que en un sector de la Guardia
Civil no había llegado la transición, como pretende hacer ver
lo más reaccionario, distinguiendo entre Luis Roldán y ciertos
mandos. No hay más que seguir la Comisión Roldán para
introducirnos en una verdadera corte de los milagros. No es
entendible cómo se permitió esta gravísima situación durante
tanto tiempo; cómo el Gobierno no hizo la correspondiente
depuración, y un sinfín de corruptelas que se han ido
detectando en dicha Comisión, que ilustran que si Luis Roldán
fue el gran culpable, alrededor de él algunos mandos,
constructores, ayudantes y testaferros, crearon una malla
corrupta e indecente que nadie tocó porque quizá era tocar a
la Guardia Civil. De ahí que confiemos que además de capturar
a Luis Roldán el nuevo ministro profesionalice drásticamente
el Cuerpo, tarea loable que había enfocado correctamente el
Ministro Asunción, e introduzca los controles necesarios para
que una democracia no vuelva a tolerar situaciones como las
que estamos viviendo.

Con esto no me estoy refiriendo al honrado número que con
privaciones, riesgos y amenazas llega justo a fin de mes, tras
cumplir con su deber y ver con asombro, indignación y rabia a
la anterior cúpula del Cuerpo manchada por la ignominia. Al
parecer, la llamada lucha del norte daba para mucho. La
ciudadanía exige beligerencia en la lucha contra la
corrupción; menos prepotencia, admitir errores, identificar
los focos de corrupción, sin caer en el maccarthismo y en la
paralización de la Administración, y luchar sobre todo contra
las solidaridades automáticas.

Por esta razón hemos de salir de esta emboscada moral, de este
chantaje permanente según el cual se entiende como agresión a
una institución o corporación



Página 3500




determinada, o al sistema democrático en su totalidad,
cualquier señalamiento que se haga sobre una parte de la
estructura o de un individuo aislado. Y es que si no se hace,
esto lleva hacia un aborrecimiento de todo cuanto suena a
política, siguiendo esta graduación: desprecio de algunos
políticos, desprecio de los partidos políticos, desprecio de
la poltíca, lo cual no es sino una primera forma de decir, por
cansancio, desprecio a la democracia.

De ahí que los mayores enemigos que usted tendrá serán la
impaciencia de la ciudadanía que creyó sus promesas y acertar
en recuperar la confianza perdida, porque aquí no vale una ley
de punto final, un borrón y cuenta nueva. Esa es la diferencia
entre democracia y dictadura. Porque aquí sí hubo un borrón y
cuenta nueva el 20 de noviembre de 1975, que no investigó, que
no encarceló, que no persiguió la corrupción inmensa de la
dictadura durante 40 años; una dictadura donde toda corrupción
tenía su asiento y muchos de cuyos sobrevivientes hoy se
escandalizan ante la actual corrupción que, por lo menos,
tiene un ojo público para acabar con ella. (Un señor Diputado:
¡Muy bien!)
La diferencia está en que nosotros no abogamos, como abogaron
ellos, por una ley de punto final; nosotros abogamos por el
esclarecimiento, por los controles, por un poder judicial ágil
y con instrumentos para esclarecer los hechos, determinar
responsabilidades y aplicar sanciones. Nosotros abogamos por
la beligerancia; la beligerancia y la persecución, porque no
hay mayor lacra en una democracia que la ruptura de las reglas
del juego que daña todo el sistema. Somos todos, pero sobre
todo deben ser ustedes los más interesados en no atrincherarse
en sus propios errores, como quizá lo han hecho hasta ahora,
porque sólo así podrá recuperarse cierto clima de confianza
que nos permita ocuparnos de otras importantísimas cuestiones.

A nuestro juicio, no es de recibo que las elecciones de junio
sirvan para desviar su contenido. Las elecciones europeas
deben servir para elegir parlamentarios a Estrasburgo. No es
de recibo que sigamos sin ocuparnos con emergencia de crear un
clima de confianza que nos permita salir de la recesión
económica, que podamos luchar contra el paro de manera
adecuada, que podamos denunciar la parálisis europea, que no
podamos quizá alcanzar la primera velocidad, que la imagen
internacional se hunda y que todo el país gire
desgraciadamente alrededor de los señores Roldán y Rubio. Sin
duda alguna, las corrupciones, malversaciones, cohechos y
demás secuelas de todo poder, sobre todo si es omnímodo,
existen, pero una cosa es la lucha contra la inmoralidad en
los diferentes niveles de poder y sus aledaños, y otra muy
diferente la utilización de toda esta miseria para una guerra
puramente política, caótica, absolutamente desanimante. De ahí
que sea el propio poder, que sea el propio Gobierno, que sea
usted mismo, quien deba estar más interesado que nadie en
vigilar, descubrir y eliminar el parasitismo que brota siempre
en torno a cualquier forma de poder. Muchos ciudadanos han
sacado la impresión de que ha habido partidos que han sabido
cumplir con gallardía su función de salvaguardia de la
moralidad política, mientras que otros, como ciertos partidos
nacionalistas, algo tienen que ocultar, o algo han cobrado a
cambio por no haber participado en el toque a degüello contra
Felipe González. Olvidan que la democracia es fundamentalmente
pacto, pero están en su derecho en presentarnos así, aunque
quizá no sea cierto. Como está también la propia Herri
Batasuna al decir que hay que aprovechar los actuales casos de
corrupción para realizar una política desestabilizadora,
olvidándose que la mayor corrupción es no denunciar el
chantaje terrorista, el chantaje revolucionario y los
asesinatos de ETA; no sé como se puede hablar de corrupción
quien está corrompido por la violencia.

Por su parte --en otra onda totalmente distinta--, pocos
habrán concluido que, tras esta loable función moralizadora,
la derecha lucha legítimamente por arrebatar el poder a los
socialistas, y que Izquierda Unida discute al Partido
Socialista, a nivel Político y sindical, el liderato de la
izquierda española, aprovechando todas las circunstancias, con
unas elecciones a la vuelta de la esquina.

Unos y otros nos critican porque hoy no pidamos su dimisión
aunque seamos una oposición constructiva, sin percartarse de
que al Grupo Vasco no se le ha perdido nada en estas batallas
partidistas y que del mismo modo que no participamos directa
ni indirectamente en las operaciones políticas contra Suárez,
tampoco estamos interesados en las luchas particulares del
Partido Popular y de Izquierda Unida, mientras al menos los
detentadores del poder no nos nieguen el pan y la sal.

Quien esté viendo este debate debe recordar que hace un año
hubo elecciones; que esta legislatura, si se cuenta con apoyos
parlamentarios, debería durar cuatro años, si se ha de tener
en cuenta la dimensión real de las batallas que se están
librando, dimisiones incluidas.

Señor Presidente, a todo partido se le debe exigir su
participación en la guerra contra la inmoralidad pública. Así
pues, como Grupo Vasco hemos participado siempre en todas
ellas, pero quizás con más ecuanimidad que aquellos que
superponen a la guerra ética la guerra del interés partidista.

Proclamamos nuestra decisión de permanecer en el campo de la
oposición constructiva, pero también hacemos saber que ni
desde la calle, ni desde el Parlamento, nada haremos para que
por adversar al Gobierno pudiera dañarse a la propia sociedad.

No estamos evadiendo responsabilidades, sino abriendo el
camino para que el Gobierno asuma plenamente las suyas con la
urgencia que la crisis reclama.




Página 3501




Sin pulso moral ni respuesta ética no hay absolutamente nada
que hacer y el bien más necesario en este momento es la
confianza fundada en hechos y en la identificación de personas
honestas con efectiva capacidad de orientar y guiar salidas
concretas a problemas específicos. Hace falta, pues, un estado
de ánimo político nuevo y distinto para salir de esta psicosis
de que aparentemente no hay futuro, cuando sí lo hay, y además
absolutamente prometedor. Por eso la guerra contra Suárez
nunca fue nuestra guerra, del mismo modo que la guerra contra
usted no es nuestro planteamiento, porque nosotros pensamos
que esta sociedad debe empezar a conocer quiénes tienen
capacidad de hacer política de soluciones y quiénes esperan
crecer alimentados por la frustración y resentimiento de la
población entendiendo que la lucha contra la corrupción
requiere una diligencia y firmeza sin contemplaciones que
nosotros vamos a apoyar con todas las consecuencias.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Anasagasti.

Señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, muy brevemente para de nuevo agradecer
la intervenció que se ha producido en esta tribuna por parte
del señor Anasagasti. Ha dicho el señor Anasagasti que hay que
continuar con la búsqueda hasta la detención y la puesta a
disposición de la justicia del señor Roldán. No le quepa la
menor duda de que lo haremos y lo conseguiremos; lo haremos y
lo conseguiremos, ese es un objetivo prioritario no sólo para
nosotros, lo es también para las Fuerzas de Seguridad del
Estado que naturalmente se sienten dolidas por lo que ha
ocurrido.

Hemos admitido errores, pero además de admitir errores, sin
caer como usted ha dicho, en el maccarthismo, además de eso
hemos asumido responsabilidades y en una democracia
relativamente joven esa es una parte del camino que hay que ir
haciendo y las responsabilidades, decía al principio de la
sesión y lo repito ahora, probablemente han sido
responsabilidades que han ido más allá de lo que normalmente
se puede concebir como la responsabilidad política en el
sentido europeo del término, ya que estamos insertados dentro
de la realidad europea.

Usted ha entendido una parte de las palabras que dije esta
mañana de una manera absolutamente correcta. Creo que no es
posible utilizar que se produzcan situaciones así con
finalidades que no sean justamente corregirlas; pero, en fin,
la democracia en libertad, se utiliza de cualquier manera y a
veces como usted sabe muy bien, se utiliza sin la legitimidad
de tener comportamientos que sean correctos respecto a
situaciones parecidas.

Ha hecho usted un análisis de la disponibilidad del Partido
Nacionalista Vasco y del Grupo Vasco a participar en esta
lucha que usted dice que debe, como es natural, asumir con
toda responsabilidad el Gobierno. El Gobierno la asume
plenamente y con total responsabilidad, incluso admitiendo la
paradoja de que en este tipo de lucha cada vez que se enfrenta
uno con un problema se crea una sensación de angustia, de tal
manera que hay una contradicción entre enfrentar el problema y
la reacción que se produce ante ese hecho. Incluso se ha
citado aquí, como ha oído usted a lo largo de la tarde, algún
caso, como algo atribuible a nosotros, que nosotros hemos
denunciado; nosotros como formación política y, sin embargo,
se vuelve del revés, naturalmente con intenciones que no son
claras.

Le quiero decir, además, que me siento particularmente
identificado con el análisis que ha hecho usted desde el punto
de vista histórico de lo que ocurría y de lo que ocurre. Hay
un aspecto que es innegable, indudable: una sociedad
democrática, como sociedad transparente acabará, con voluntad,
con seriedad y con rigor, con cualquier tipo de práctica
irregular, con cualquier tipo de práctica corrupta. Una
sociedad no democrática, una sociedad oscurantista (y algunos
de los que proceden de ella, tiene usted razón, se rasgan las
vestiduras), ampara, oculta, tapa siempre todo tipo de
corrupción.

Gracias de nuevo por su intervención y también por su actitud
de oposición crítica y constructiva. (Aplausos en los bancos
del Grupo Socialista.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor
Olarte.




El señor OLARTE CULLEN: Señor Presidente, señorías,
indiscutiblemente, señor Presidente, en razón de la dimensión
cuantitativa de mi Grupo Parlamentario no podemos formar clac,
ni siquiera la estableceríamos. Por eso, que se nos perdone si
hoy nos incorporamos a alguna petición que previamente se ha
formulado en tal sentido y solicitamos de nuestra ciudadanía
que se nos disculpe a todos por un espectáculo, no
precisamente edificante, que dimos en los preliminares, en las
primeras intervenciones que hoy se han producido aquí.

Creo que también es importante desde aquí (y nosotros en la
modestia de nuestra representación estamos dispuestos a
colaborar con ello siempre) transmitir una sensación de
serenidad, de sosiego y de respeto recíproco a nuestros
ciudadanos, porque precisamente en esta Cámara es donde tiene
su máxima razón de ser y su máxima capacidad --debe tenerla al
menos-- la expresión.

Hoy, señor Presidente, señor Presidente del Gobierno,
comparecemos aquí ante un clamor que existe en nuestra
sociedad, que existe y que subsiste, de preocupación



Página 3502




generalizada; preocupación que yo diría, lamentablemente para
todos, va en progresión geométrica creciente.

Señor Presidente del Gobierno, hoy comparece aquí, entre
otras, a petición de Coalición Canaria, forzado por las
circunstancias, cuando es obvio (y a lo mejor es bueno que
haya atendido la llamada de atención al respecto formulada por
el señor Roca; a lo mejor no es que sea bueno, sino que con
toda seguridad es óptimo) que usted ha comparecido aquí
forzado por las circunstancias cuando quería anteponer a la
comparecencia ante los representantes del pueblo español una
comparecencia ante los medios de comunicación social, hablando
en su casa, terminando el diálogo a su voluntad y, en
definitiva, anticipándose, como tratando de pinchar el globo
de la expectación del país, a lo que debía ser, con carácter
prioritario, una comparecencia rigurosa ante esta Cámara.

Usted, señor Presidente, hoy viene pagando a un precio notable
un cúmulo de errores que traen causa de viejas actitudes y
que, desde luego, no se han iniciado en esta legislatura sino
que se inician en pasadas legislaturas, cuando usted disfrutó
de una mayoría absolutaque no ha sabido digerir. Esto lo
decimos amistosamente, lo decimos serenamente, pero con
contundencia y con convicción absolutas.

Cuando se produce el caso Roldán, cuando se producen las
reacciones ante el caso Roldán, nos encontramos con que el
Ministro señor Asunción reacciona tarde y mal; deja que
transcurran casi 24 horas desde que tiene la convicción de que
se encontraba ausente e ilocalizable el señor Roldán. El señor
Asunción deja transcurrir 22 horas exactamente hasta su
comparecencia, por tanto, usted tuvo que disponer de ese mismo
período de tiempo para conocer el hecho sin reaccionar.

Nosotros hemos mantenido desde el primer momentocuál debía
haber sido el comportamiento mínimamente exigible ante un
hecho tan grave en razón, fundamentalmente, a que desde las
áreas del Gobierno, y concretamente desde el responsable del
Ministerio del Interior, se había asegurado el control de la
ubicación física del señor Roldán. Usted deja que transcurran
22 horas cuando debía haberse producido un cese fulminante y
usted deja que transcurran, después de la expresión de
dimisión del señor Asunción, ocho días sin aceptarla.

Hay que reconocer, señor Presidente, que se ha producido una
incapacidad absoluta para reaccionar como no tenía que haberse
producido, obviamente, en quien en todo momento debe llevar
las riendas con toda firmeza, con toda seguridad y con una
capacidad pronta de respuesta a cualquier problema que surja,
dirigiendo la nave del Estado.

Señor Presidente, en su día (y he ahí precisamente por qué
también consideramos que usted reacciona tarde y mal, pero,
además, nunca) nosotros solicitamos la dimisión o el cese del
señor Vicepresidente del Gobierno. Lo solicitamos por una
razón obvia y sin la menor crispación, con absoluta serenidad;
lo solicitamos porque es indiscutible que cuando era Ministro
de Defensa tomó parte activa, parte importante en la decisión
de proponer, juntamente con el Ministro del Interior, para el
cargo de Director General de la Guardia Civil al señor Roldán.

Esa decisión es una decisión que políticamente había que
pagar. No entiendo cómo se puedeparangonar la falta de
voluntad de cesar con la inexistencia de voluntad de dejar su
escaño por parte del exministro señor Barrionuevo, que, entre
otras cosas, estoy convencido de que no lo deja porque tiene
la conciencia tranquila. Pero, además, respetando
absolutamente su decisión --lo digo con toda sinceridad--, el
caso del señor Vicepresidente no es el mismo. El señor
Vicepresidente accedió a la Vicepresidencia después de ser
Ministro de Defensa, comprometiéndose a coordinar la actuación
de los distintos ministerios. Establecióque esa era la razón
de ser de su acceso a la Vicepresidencia del Gobierno; de ahí
que, después de haberlo asumido, tuviera que haber mantenido
permanentemente ese compromiso y esa responsabilidad. De ahí
nuestra pretensión.

Señor Presidente, hoy por la mañana, es decir, hace unas
horas, hablaba un miembro del Grupo Parlamentario Socialista,
no socialista por cierto, extrapolando a las exigencias de
responsabilidades políticas y de compromisos políticos viejos
conceptos acuñados en el Derecho Penal, de la culpa «in
vigilando» y de la culpa «in eligendo». Efectivamente, culpa
«in eligendo» en elegir a quien no debió haber sido jamás
Director General de la Guardia Civil, y culpa «in vigilando»
porque quien asumió la obligación de coordinar a los distintos
departamentos ministeriales no podía sustraerse jamás a esa
obligación de ver qué pasaba, sobre todo en un área tan
comprometida y tan delicada como aquella en la cual se
manejaban a sus anchas quien tenía la posibilidad de utilizar
los fondos reservados. Siempre hemos mantenido nosotros,
aunque realmente se nos hurtase la posibilidad de traer esta
iniciativa con voz propia a esta Cámara, que los Fondos
reservados eran y debían ser perfectamente controlables, pese
a que, posterior y afortunadamente, en el Pleno sobre el
estado de la nación en una serie de propuestas se acepta
aquella preocupación, nuestra sin duda, aunque se explicite no
precisamente como iniciativa nuestra exclusiva, cosa que por
otra parte tampoco pretendíamos.

¿Por qué Coalición Canaria no se sumó a las peticiones de
comparecencia del señor Vicepresidente del Gobierno? En primer
lugar, yo no solicito sino que exijo para mi grupo
parlamentario un respeto que nosotros tenemos para con los
demás, y en ningún momento toleraremos que se formulen juicios
de valor sobre nuestrasintenciones sin escuchar previamente
cuál es nuestra posición al respecto.




Página 3503




Nosotros hemos dicho desde el primer momento que no queríamos
yuxtaponer con nuestra actividad y sobre todo con la
revelación pública de lo que ocurría en el seno de una
Comisión que por ministerio de la Ley y porque el Reglamento
de la Cámara lo exige así, fuera secreta, y que diéramos un
espectáculo precisamente corriendo prácticamente detrás de los
medios de comunicación cuando terminaba la Comisión para
revelar lo que allí pasaba. Si hay que cambiar el Reglamento,
si hay que cambiar la Ley, mudémosla. Establezcamos en qué
supuestos se puede formular, se pueden aceptar o se pueden
imponer conductas de riguroso secreto y cuándo no, pero
mientras el Reglamento así lo establezca preciso es ser
respetuoso con el Reglamento, que es serlo con la Ley. Además
no yuxtaponer nuestra actividad a la actividad del órgano
judicial correspondiente que cuando despierta de un letargo en
el que evidentemente se encontraba antes de la desaparición
del señor Roldán, incluso prorroga el secreto del sumario, y
nosotros no podíamos incurrir en el riesgo de sacar a relucir
aquí cuestiones que pudieran coincidir con temas fácticos que
allí se estuviesen instruyendo y que se perjudicase además el
éxito de la investigación.

Hoy, por el contrario, profundamente preocupados por cuanto
que en algún medio de comunicación se ha dicho al respecto con
graves imputaciones al Vicepresidente del Gobierno y
analizando sosegadamente lo que él diga y lo que diga mañana
donde tendrá una gran oportunidad en esa entrevista que se le
hará en Televisión Española y en Radio-1, cosa que nosotros
seguiremos con la máxima atención, reconsideraremos en su caso
nuestro planteamiento inicial, lo reconsideraremos desde el
ejercicio de la responsabilidad y de la libertad con que
queremos actuar y actuaremos siempre aquí sin que nadie nos
indique, ni siquiera lejanamente, cuál debe ser nuestro ámbito
de actuación.

Usted, señor Presidente, retomando el hilo de la cuestión,
está pagando las consecuencias de esa indigestión de la
mayoría absoluta, de sus negativas y de las negativas de
quienes le apoyaban a dar luz verde y a facilitar la no
constitución de las comisiones de investigación como ocurrió
anteriormente, señor Presidente, y el señor Presidente lo
sabe, aunque hoy se haya rectificado. De esa tardanza en
remitir aquí un dispositivo que se decía tan importante para
combatir la corrupción, como es el proyecto de ley de
contratos del Estado, que a tardado un bienio sin que esté en
la Comisión; de Filesa, que cuando se habla de ese tema se
considera como excusa absolutoria el caso Naseiro, sin que el
caso Naseiro sea excusa absolutoria del primero, ni el primero
justifica en absoluto el segundo. Un deterioro, señor
Presidente, que se inició antes de las últimas elecciones
generales, cuando, en un afán que yo humanamente comprendo y
que a lo mejor de modo partidista no se entiende tanto, se
quiso judicializar las listas del Partido Socialista,
integrando en las mismas prestigiosas figuras de la
judicatura, una de las cuales ha dejado en evidencia al
Gobierno cuando, al margen de que no podemos hacer ahora el
menor juicio sobre su intención, sobre su pensamiento o sobre
la reacción del señor Garzón, es evidente que él ha acusado
públicamente al Gobierno de una falta de colaboración con él a
la hora de luchar contra la corrupción, que era una de las
razones por las cuales se establecía su inclusión en las
listas socialistas como el «number two», nada menos que por
Madrid.

Hace unos días nosotros asistimos a algo que realmente era
esperpéntico o era triste desde cualquier posición, y es que
quien hablaba en la Comisión en que compareció el ex ministro
del Interior, señor Asunción, el señor Pérez Mariño, en nombre
del Grupo Socialista, otro representante de la judicatura,
independiente en el Grupo Socialista, lo primero que hacía era
decir: voy a hablar en nombre del Grupo Socialista, pero
advirtiendo que yo no pertenezco al Partido Socialista.

Muchos, muchos, señor Presidente, han pensado que eso es una
especie de «excusatio non petita, accusatio manifesta». Yo no
lo pienso así, pero expliquen ustedes a los ciudadanos cómo
quien hablaba en ese tema tan grave, tan importante, en el
caso Roldán, en definitiva, en nombre del Grupo Socialista,
empezaba a preconizar, a pregonar a los cuatro vientos que no
pertenecía al Partido Socialista, que no era socialista.

Hoy, señor Presidente, ustedes han tenido --o ha tenido usted,
porque es su responsabilidad y ojalá acierte-- que designar a
una persona de relieve, y hasta ahora de un comportamiento
ético, y seguro que en el futuro también --no lo digo con
segundas intenciones, Dios me libre--, para que se ocupe de la
tarea de controlar, de vigilar lo que ocurre en el Ministerio
del Interior, poniendo además en peligro el que un ministerio
que marchaba perfectamente pueda ahora resentirse ante el
hecho de que personalidades que de manera importante y eficaz
venían funcionando en el Ministerio de Justicia tengan que
actuar ahora en el Ministerio de Interior. Y no lo digo, señor
Presidente, sin autoridad, porque la tengo, y mucha, desde el
momento en que desde esta misma tribuna en más de una ocasión
he elogiado sin reservas la actitud, la actividad, la eficacia
del señor Ministro de Justicia y de sus colaboradores. Y hoy,
además, para potenciar, porque se viste un santo desnundando a
otro. Para tratar de cubrir los huecos en el Ministerio de
Justicia se trae al mismo a un miembro del Consejo del Poder
Judicial, al cual se le deja en una situación incluso de
imposibilidad de consecución de quórum, en un momento
importante, y cuando parece que las responsabilidades
compartidas aquí existentes no van a cubrir ese vacío que
actualmente existe en el Consejo del Poder Judicial.

Señor Presidente, hubo una etapa en la historia política de
nuestro país en que usted, cargado de ilusión,



Página 3504




de energía, de seguridad en sí mismo, de seguridad en una
fuerza que también le respaldaba y que le aseguró, a pesar de
que sabían que no lo iban a conseguir, el éxito en su intento,
promovió la moción de censura en esta misma Cámara. En aquel
momento la situación del país era grave en lo económico. El
paro era grave, aunque no se había alcanzado ni era previsible
que se alcanzase la dimensión actual. Después ustedes
prometerían aquello que nunca se pudo cumplir de los puestos
de trabajo que se iban a crear. Había un notable debate
interno en la fuerza política que apoya al Gobierno en materia
de educación, entre otras, como la LOGSE y la Ley del
Divorcio, lo que, en definitiva no era un partido sino una
coalición. Siempre hemos dicho que no podía convertirse en un
partido con la mera comparecencia ante un notario. No tenía el
grado de dificultades internas tan importantes de que ustedes
han venido haciendo gala a lo largo de esta legislatura. Usted
decía el otro día que estaban unidos como una piña, pero, como
se dice en mi tierra, lo que ha habido es muchas piñas entre
ustedes mismos. Señor Presidente, yo creo que en aquel
entonces aquella gallardía, aquella seguridad, aquella ilusión
que usted tenía no es lo que hoy le caracteriza. En bien de
nuestro país, y precisamente conforme con la decisión de
nuestro electorado, al que nunca hemos tratado de desviar con
nuestras pretensiones ni con nuestras propuestas, yo deseo que
usted recupere esa confianza que entonces tuvo en sí mismo, y
que la traslade a esta Cámara a través de la cuestión de
confianza. Que no se produzca lo que nunca es lógico ni
deseable, como es una censura encubierta, ni mucho menos que
se encubra la confianza. Y hoy la confianza está encubierta.

Yo quiero que se plantee aquí, precisamente, una cuestión de
confianza de suerte que cada palo aguante su vela y todos
seamos capaces de expresar nuestro parecer para someternos, en
su caso, a los rigores del electorado.




El señor PRESIDENTE: Le ruego concluya, señor Olarte.




El señor OLARTE CULLEN: Señor Presidente, en alguna ocasión,
precisamente por nuestra contribución a la gobernabilidad del
país, hemos sido objeto de más de una crítica. Menos mal que
hoy, por el señor Anguita, no se nos ha incluido entre los
famosos aliados. Hemos hecho gala, eso sí, de una
independencia absoluta a la hora de formular nuestras
posiciones. Después de reiterar que, sin lugar a dudas, tiene
que reconsiderar cuál ha sido su actitud hasta el momento,
sigo expresando nuestro deseo de que mientras no se celebren
las próximas elecciones, que tendrán que producirse en el
momento en que sea oportuno, aquí es preciso despejar el
interrogante de la confianza. Estoy casi seguro que a la mayor
brevedad lo tendrá que hacer S.S., estoy completamente seguro.

Y estoy completamente seguro de que cuando se comprende todo
esto no se puede soslayar esa necesidad, en virtud del clamor
social al que me refería al principio de mi intervención.

Presente usted, señor Presidente, ante esta Cámara un plan
global en el cual, de verdad, se adopten una serie de
posiciones, ya que a nosotros no nos basta con lo que hoy ha
querido S.S. capitalizar, cuando la capitalización corresponde
a toda la Cámara. Me refiero a los acuerdos adoptados el día
en que usted aquí nos habló a todos del estado de la Nación.

De esa Nación cuyo estado sigue siendo el mismo de entonces;
un estado que se sigue agravando cuando, de manera
imprescindible, usted tiene que presentar ante todo el pueblo
español esa voluntad real de cambio, no con palabras, con
hechos; no oscureciendo la realidad con tinta de calamar, como
decimos allá por nuestra tierra, sino ese cambio del cambio
del cambio, pero sin volver a lo cambiado, por supuesto. Esa
es una esperanza que todavía nosotros tenemos, pero que como
por parte de ustedes no se afronte la situación con arrojo y
con decisión no va a tener solución ninguna, porque, en
definitiva, a estas alturas, casi del siglo XXI, me parece que
en esta clase de milagros nadie cree ya.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olarte.

Tiene la palabra el señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, de nuevo y con total brevedad pediré
excusas a los intervinientes por no reiterar argumentos que
haya dado antes, aunque de nuevo hayan surgido en las
intervenciones. Imagino que esto es comprensible en este tipo
de debates en que se va dando una respuesta a cada grupo
parlamentario. Comparto con S.S., y lo he dicho al comienzo de
mi intervención --varias veces en el curso del debate he
hablado de esta mañana, pero yo sé que era de esta tarde--,
que ha habido y hay una preocupación ciudadana generalizada y,
por consiguiente, que hay que hacer un enorme esfuerzo para
combatirla. No comparto la idea de que la comparecencia sea
forzada. Los Grupos parlamentarios solicitan una comparecencia
y yo, repito, la hago siempre con mucho gusto porque nunca he
tenido interés alguno en eludir una confrontación
parlamentaria.

Hay algo que me importaría dejar lo más claro posible, de lo
que ha dicho usted, que no sea reiterativo con otras
explicaciones que he dado antes. Usted ha dicho que el señor
Asunción reaccionó tarde y mal y que yo reaccioné tarde y mal
en su sustitución. Quiero decirle que el señor Asunción, en la
mañana del sábado, me había mandado la carta de dimisión, en
la mañana del sábado, antes de convocar la conferencia de
prensa. Usted ha hablado incluso de 22 horas, y 22 horas es un
plazo extremadamente corto para comprobar una desaparición.




Página 3505




Podríamos habernos llevado la sorpresa de haber tenido una
dimisión y después haber hecho una localización en horas. Esto
podría haber ocurrido. Es un plazo extremadamente corto. Si
por algo se ha pecado creo que es por un exceso de rapidez en
la respuesta, desde el punto de vista de la responsabilidad
política, cuando se tenía una cierta convicción moral de que
era bastante probable que se hubiera producido la huida o la
fuga. Y debo decirle que yo acepté inmediatamente la dimisión.

Usted lo que me plantea es en qué tiempo se produce la
sustitución. La sustitución se produce efectivamente, seis,
siete días después, que es un tiempo extraordinariamente
razonable, entre otras cosas, para dar lugar al propio
Ministro del Interior saliente a que pudiera continuar la
gestión sin una interrupción indeseable en el tema que hoy nos
ocupa en la comparecencia, es decir, la búsqueda y la puesta a
disposición de la justicia del señor Roldán.

Por tanto, yo creo que muchas veces ha habido reacciones
tardías, y ya lo he dicho desde esta tribuna, pero en esta
ocasión convendrá conmigo en que no ha sido tardía. La puede
usted calificar de insuficiente, y de hecho lo ha hecho así
cuando pedía la dimisión del Vicepresidente. Yo creo que no es
justo, y como creo que no es justo --ya lo he dicho
anteriormente cuando alguna otra persona ha hablado de ello--
lo vuelvo a repetir ahora. Creo que no lo es ni por su etapa
de Ministro de Defensa ni por su etapa de Vicepresidente.

Ahora ha hecho usted un análisis de lo que ocurre en la
Comisión de investigación, que comparto, pero también me ha
sorprendido que manifieste que el señor Pérez Mariño diga que
es independiente. Es verdad, es la constatación de un hecho, y
cuando ocupa la responsabilidad que ocupaba en el momento que
usted decía puede perfectamente hablar en nombre del Grupo
porque así lo cree el propio Grupo.

Ha planteado usted de nuevo, y no es la primera vez esta
tarde, el tema de la cuestión de confianza, y he dicho desde
la tribuna que no lo excluyo. No excluyo la cuestión de
confianza. Es más, le digo que según las previsiones
constitucionales uno debe plantearlo en el momento en que
tenga la conciencia de que puede haber una insuficiencia de
apoyo parlamentario para la gestión del Gobierno. Imaginemos
que en un proyecto de ley fundamental no se dé el apoyo
parlamentario suficiente, o imaginemos que no se dé en una
acción fundamental de gobierno. No hablo de cualquier votación
que se pueda producir, como se produjo en el debate del estado
de la nación, que no tenga mayor trascendencia. Tiene que
tener una trascendencia política para tomar en serio lo que es
la previsión constitucional. Por tanto, acepto perfectamente
su posición, me parece lógica, razonable. Es más, creo que si
se llega a plantear la cuestión de confianza usted me
permitirá que yo le pida la suya o su apoyo para seguir en la
tareaque doblemente he expresado o que he expresado en el
sentido doble a lo largo de la tarde. También quiero decirle
sólo como información que el Consejo del Poder Judicial no se
queda sin quórum. A pesar de todo, para evitar esas
dificultades, sabe usted que también hemos planteado una
modificación legal que permita que el quórum exista en
cualquier circunstancia. No vayamos a tener una desgracia de
paralización de la institución sin ninguna razón que sea
sostenible.

Finalmente, me gustaría hacerle un brevísimo comentario. En la
tarde de hoy he dicho cuál ha sido el grado de cumplimiento de
las mociones y resoluciones, es decir, de los acuerdos
parlamentarios que se derivaron del debate del estado de la
nación. Por consiguiente, no he querido capitalizar nada. He
querido cumplir con mi obligación, que es dar cuenta al
Parlamento de cuál es el grado de cumplimiento de esas
mociones, y considerar prioritario en aquello que concierne al
Gobierno el resto de las resoluciones o de las mociones que
todavía no se han puesto en funcionamiento y, por tanto, no
son eficaces.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

El señor Olarte tiene la palabra.




El señor OLARTE CULLEN: Señor Presidente, señorías, intervengo
muy brevemente para insistir en nuestro criterio de que S.S.

ha comparecido aquí forzado por las circunstancias, y que las
circunstancias fueron la solicitud de diversos grupos
parlamentarios y, entre otros, de Coalición Canaria para que
se produjera esta comparecencia. Usted, que en muchas
ocasiones ha tenido críticas, temores, reticencias respecto al
llamado cuarto poder, hay que reconocer que en este caso ha
preferido el parlamento de papel, y lo prefirió incluso desde
antes de que nosotros solicitáramos su comparecencia. ¡Allá
cada cual con su preferencia! Esa no es la mía precisamente.

Señor Presidente del Gobierno, yo no le he dicho que ustedes
hubiesen dispuesto de 22 horas para comprobar la desaparición
del señor Roldán. No. Lo que he dicho es que, después de 22
horas de haberlo comprobado, ustedes no tomaron ninguna
decisión, cosa que es bien distinta.

En absoluto he hecho juicio peyorativo alguno, antes al
contrario, del señor Pérez Mariño por el hecho de que esté
integrado en el Grupo Socialista, tiene su derecho. Otra cosa
es que yo me haya sobrecogido ante el hecho de que el portavoz
de un Grupo, el Grupo Socialista, haya empezado su
intervención, cuando la comparecencia del señor Asunción,
diciendo: Yo tengo que advertir a toda España --porque se
estaba televisando en directo-- que no soy socialista, que no
pertenezco al Grupo Socialista. Dirán unos que era una
ociosidad, otros malpensados dirán que, efectivamente, era una



Página 3506




«excusatio non petita» y otros dirán lo que quieran; yo digo
lo que siento al respecto: mi profunda sorpresa.

Señor Presidente, no creo que esto resista mucho sin plantear
la cuestión de confianza, incluso anticiparía una fecha. Estoy
seguro de que a partir del 13 de junio tendrá que venir aquí,
tendrá que presentar, o por lo menos hacer que intuyamos cuál
va a ser al nuevo Gobierno, un programa y que se le otorgue la
confianza. Entonces, ya veremos las fuerzas políticas todas,
quienes componemos este arco parlamentario, qué dice usted,
cuál es el programa que ofrece y, en definitiva, a qué se
compromete. Mientras tanto, no me satisface en absoluto la
explicación que ha dado, que, para solucionar la situación en
que se va a encontrar de falta de quórum en el Consejo General
del Poder Judicial, se modifique la Ley y se cambie el quórum.

Eso, desde mi punto de vista, política y legalmente, es una
chapucería, porque no puede estar la normativa reguladora del
Consejo General del Poder Judicial a resultas de cuál sea la
persona en la cual recaiga el honor de ser objeto de la
confianza del Presidente del Gobierno o del Ministro. Yo no lo
comparto, señor Presidente. Permítame que no comparta un punto
más, en el cual parece que estamos en desacuerdo. En
definitiva, me alegro de las coincidencias que ha tenido usted
conmigo; en otras ocasiones no me satisfacen porque, como reza
el viejo dicho, cuando una persona no quiere responder, por un
lado dice qué quieres que te diga y, por otro, dice qué es lo
que te voy a decir.

Nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olarte.

Tiene la palabra el señor Presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Un
minuto, señor Presidente, por cortesía.

Me ha dicho usted que prefiero el parlamento de papel al otro
Parlamento. No es cierto. Es verdad que en la vida política
los responsables políticos hacen la doblefunción,
comparecencias de prensa y comparecencias parlamentarias. Con
cierta frecuencia se ha reprochado que yo hago poco de las
unas y de las otras, pero nunca he tenido una especial
preferencia por lo que dice que es el parlamento de papel o
las ruedas de prensa. Verá usted, veintidós horas transcurren
desde que se da la orden de búsqueda hasta el momento en que
se produce la dimisión. Creo que es un tiempo
extraordinariamente corto.

Es verdad que mantenemos alguna discrepancia, una de ellas
respecto del quórum necesario para el funcionamiento del
Consejo del Poder Judicial. Creo que es perfectamente riguroso
lo que proponemos nosotros y, además, supera algunos
obstáculos que a veces no dependen de nuestra voluntad.El
señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Por el Grupo Mixto, tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Idígoras.




El señor IDIGORAS GERRIKABEITIA: (El orador empieza su
intervención con una frase en vasco.--Rumores.) Señor
Presidente, telegráficamente, porque el tiempo es muy corto,
sin duda, nos estamos encontrando en un momento de crisis del
sistema político constitucional español, más allá todavía de
la crisis del PSOE o del Gobierno. Esta es una crisis del
Estado, porque el Estado y sus instituciones fundamentales,
desde la Corona hasta la Guardia Civil, y pasando por el
Parlamento, están implicados, en una u otra medida, en todo
este tema de la corrupción, de la sinrazón y de la falta de
respeto a los derechos colectivos e individuales que
caracterizan esta mal llamada democracia.

Son las estructuras del Estado las que están contaminadas, y
la clase política hoy, en general, hace de la corrupción una
pauta de comportamiento orientada a la búsqueda del poder y
del enriquecimiento personal. No es, pues, ésta de la
corrupción una pequeña enfermedad o un sarampión juvenil, sino
una auténtica epidemia, una plaga que ha infectado los lujosos
despachos de partidos, instituciones, comisarías y
cuartelillos. Es el modelo político, señores, el que está
permitiendo, e incluso alentando, que esto ocurra. El origen
de estos problemas reside en este sistema político heredado
del franquismo, cuyo Jefe de Estado, precisamente no nos
olvidemos, fue designado por Franco; un sistema que mantiene
una estructura militar, económica, policial y judicial que
permite con absoluta impunidad la corrupción. Y ustedes,
señores presuntos socialistas, que decían querer democratizar
el Estado, han terminado por aliarse con las fuerzas más
reaccionarias de este país.

No es de recibo que se pretenda usar la corrupción, el GAL y
los fondos reservados como arma arrojadiza en vuestras luchas
por el poder. Todos ustedes son cómplices de esta perversidad,
porque a sabiendas de que este sistema político no es
verdaderamente democrático; a sabiendas de que se está
perpetuando un aparato del Estado corrompido y a sabiendas de
cuál es el talante de la Guardia Civil y de la Policía,
ustedes han dado como bueno este modelo y, en su día, han
aplaudido a Roldán y a Rubio. Desde esta tribuna he oído
varias intervenciones que hacían mención a los Diputados que
apoyan el terrorismo, y también a los Diputados corrompidos
por la violencia. Y tengo que darles la razón, porque no se
olviden, señores, que esta Cámara, todos ustedes, aprobaron
los fondos reservados; fondos reservados que fueron utilizados
en su día para asesinar a militantes vascos y a algún Diputado
de esta misma Cámara, y este Diputado que está hablando en
este momento fue perjudicado también en un atentado y estuvo a
punto de



Página 3507




ser víctima. (Un señor Diputado: Y los demás, ¿qué? Rumores.)
Señores, ustedes han dado vía libre al ejercicio de la tortura
y han permitido que el Gobierno, de alguna manera, organizara
o permitiera la organización, financiación y dirección de los
llamados GAL; y de esos GAL, señores, una responsabilidad
importante es del propio Gobierno. No es casual que eso que
llaman política antiterrorista esté hoy en el terremoto
político. Los roldán, los galindos, la mafia policial, el GAL,
los amedo, los domínguez, ... éste es el macabro plantel de
las Fuerzas de Seguridad (Un señor Diputado: ¡Fuera!), y he
aquí que defienden, como dice usted, señor González, el Estado
desde las cloacas.

Nosotros venimos denunciando hace años la sinrazón... (Un
señor Diputado: HB.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.

Le ruego concluya.




El señor IDIGORAS GERRIKABEITIA: Digo que venimos denunciando
la sinrazón del Estado, porque posibilita la normalización
democrática. Pero quienes viven de la corrupción, quienes
viven y se lucran de la violencia, son a quienes menos les
interesa que acabe este conflicto.

Es necesaria una verdadera democratización del Estado; es
necesaria una profundización en la democratización. Por ello
les decimos, señores, que deben sacar sus sucias manos de
Euskadi y dejar de interferir en los asuntos vascos. (Un señor
Diputado: ¡Asesinos!)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio!



El señor IDIGORAS GERRIKABEITIA: Debéis renunciar a oprimir,
reprimir y exprimir a nuestro pueblo. (El orador enseña a la
Cámara un cartel.) Como podéis ver en este cartel, nuestro
mensaje es claro: Déjennos ustedes vivir en paz. Cada día que
pasa y cuanto más y mejor conocemos la realidad de este
sistema político; cuanto más sufrimos vuestra política
económica, vuestra corrupción, vuestra represión y vuestra
prepotencia, más convencidos estamos de la necesidad de romper
amarras y de reclamar nuestra soberanía política y nuestra
independencia. (Un señor Diputado: ¡Asesino!)



El señor PRESIDENTE: Termine, señor Idígoras.




El señor IDIGORAS GERRIKABEITIA: Quiero decir --y termino con
esto, señor Presidente-- con esto que nos dejen ustedes vivir
en paz; déjennos ustedes decidir nuestro futuro y ejercer el
derecho democrático a la autodeterminación.

Por último, les digo que saquen sus sucias manos de Euskal
erría. «¡Gora Euskalherría askatuta!» (Silbidos.--
Exclamaciones de algunos señores Diputados de ¡Fuera! ¿Dónde
vas? ¡Fuera! ¡Asesinos!)
(El señor Idígoras, al descender de la tribuna de oradores,
deposita unos folios delante del escaño del señor Presidente
del Gobierno.)



El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.

Gracias, señor Idígoras.

Tiene la palabra la señora Rahola.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Gracias, señor Presidente.

No lo tenía previsto pero sólo quiero decir una cosa: que está
poco legitimado para hablar de respeto democrático quien me ha
precedido. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Un momento señora Rahola. Ruego al
público de las tribunas se abstenga de expresar su aprobación
o desaprobación de las intervenciones de los oradores.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Subo a esta tribuna con la
convicción que mi condición de demócrata y de persona de
izquierdas me obliga más que nunca a pedirle a usted, señor
Felipe González, que reaccione; que la situación actual en que
la corrupción ha pervertido el corazón de todas las
instituciones y ha dejado huella en el alma de todos los
ciudadanos, en esta grave situación, el comprensible apego a
la poltrona que usted demuestra y las enormes dificultades que
tenemos la oposición para poder aplicar el bisturí a fondo son
una irresponsabilidad que puede pagar la democracia y que, sin
duda, pagará la izquierda.

Señoría, usted es el primer responsable de la situación
actual, y no me diga que sólo lo es por elevación. ¿Lo es por
información directa? ¿O no sabe usted que su Vicepresidente se
dedica a jugar a los espías con el juguetito del Cesid, que ya
se dedicaba cuando era ministro de Defensa? ¿Lo es por
decisión? ¿O no es usted el responsable directo del señor
Mariano Rubio, por ejemplo? Lo es, señoría, porque el
compromiso político de un presidente comporta la asunción de
la responsabilidad política y, por tanto, también el
compromiso de la dimisión. Pero usted es responsable, y desde
una perspectiva de izquierdas esta es la responsabilidad más
dolorosa, de haber fracasado en la regeneración del poder.

Usted, señoría, llegó a la Moncloa con el mandato de cambiar
las estructuras del Estado, de protagonizar la ruptura moral y
efectiva con el régimen anterior, pero ha sido el Estado,
impregnado de la herencia de corruptelas del pasado, quien le
ha dominado a usted. Nacieron políticamente para regenerar y
se han instalado en la sociedad, la han permitido o la han
tolerado; la sociedad de todos los roldanes, paseándose
durante siete



Página 3508




largos años por las esferas del poder, creciendo en miseria lo
que crecían en riqueza; la suciedad de la gente guapa que
tanto fascino a la Jet-set, al socialismo, esa nueva clase
social que se ha emborrachado de coche oficial y de talonario.

Señoría, usted representa la rotura de un sueño, el final de
la transición política que tenía en usted la clave de la
regeneración. Su fracaso es, sobre todo, el fracaso de la
época y cualquier época nueva, esa segunda transición que
tenemos que protagonizar, ya no lo puede protagonizar usted.

Me dirá que están reaccionando, que ha habido dimisiones
importantes, que hay voluntad. Permítame que le diga que está
cometiéndose el peor de los errores, que quien ha
protagonizado el fracaso histórico no puede liberar la
regeneración porque no es creíble.

Le he pedido que reaccione, se lo he pedido como demócrata y
como progresista. Señoría, sólo puede hacer dos cosas si
quiere cerrar con dignidad una etapa que se acaba con usted si
no quiere salir por la puerta de atrás: facilite la aplicación
del bisturí, no se deje llevar por las maravillas retóricas y
comprométase de verdad con la limpieza. No ponga obstáculos
permanentes, ayudado por todo y para todo por Convergència i
Unió, que, por cierto, está comprometiendo desde mi punto de
vista la imagen de los catalanes con su permanente servilismo.

De hecho, como se demuestra, Miquel Roca empieza a ser el
mejor portavoz socialista de esta Cámara. Pero quiero
recordarlo aquí. No todos los catalanes estamos a favor de
mantenerle a usted a toda costa en el poder, a pesar de la
corrupción. Ni los catalanes de Esquerra Republicana, tercera
fuerza política en el Parlamento de Cataluña, ni los de
Iniciativa per Catalunya, ni otros, ni quizás muchos votantes,
gente de orden de CiU, que quizá no entienden cómo se apoya
esto.




El señor PRESIDENTE: Señora Rahola, le ruego concluya.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Acabo, señoría.

Decía, señor Presidente, que no ponga obstáculos, por ejemplo,
a que Narcís Serra explique todo lo que sabe y tiene que saber
del escándalo Roldán. No lo tape más usted. No nos lo escondan
más. No nos lo protejan; que venga a la Comisión, ¡por Dios!;
que responda; que asuma con madurez su responsabilidad
política; que nos explique todo lo que sabía con el juguetito
del Cesid.

Reaccione y no tape, reaccione y responda a todas las
incógnitas de la huida de Roldán, a todas las complicidades de
su corrupción. ¿Quién más lo sabía, qué sabían, quién se
beneficiaba? Ponga el bisturí que le exigía Baltasar Garzón,
el de verdad, el que corta y no el de maquillaje, y después
replantéese usted si se va a casa. Pase el poder a otros
dirigentes socialistas y convoque elecciones.

Lo creo sinceramente. Si no quiere coronar de manera poco
digna, manteniéndose en el poder a toda costa, el final de una
etapa que no ha sabido protagonizar con radical compromiso,
usted tiene que marcharse, pero antes tiene la obligación de
arrancar toda la suciedad incrustada, la que se encontró al
llegar y no fue capaz de limpiar, y la que ustedes han
aportado.




El señor PRESIDENTE: Señora Rahola, le ruego concluya.




La señora RAHOLA I MARTINEZ: Sólo después de que usted se vaya
y se lleve a Narcís Serra en su viaje, podremos empezar la
gran catarsis de regeneración que necesitamos.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rahola. (La señora Rahola
i Martínez, al pasar junto al banco azul: ¿Pica, pica? Rasca.-
-Rumores y silbidos.) Tiene la palabra el señor Mur.

(Rumores.)
¡Silencio!, señorías.




El señor MUR BERNAD: Gracias, señor Presidente.

Señorías, cuando desde el Grupo Mixto pedimos la comparecencia
del señor Presidente del Gobierno, pensábamos que la iba a
aprovechar para decirnos más cosas de las que nos ha dicho. A
nuestro juicio, hemos presenciado un debate decepcionante y no
sólo por el alegato antidemocrático al que hemos sido
sometidos hace unos momentos y que yo rechazo abiertamente.

Señor Presidente, creo que han faltado explicaciones, han
faltado aclaraciones, han faltado propuestas ilusionantes,
porque yo, al igual que los ciudadanos, me pregunto muchas
cosas. Me pregunto dónde está Luis Roldán. Me pregunto cómo es
posible que se escape. Me pregunto cómo es posible que ustedes
no lo encuentren. Porque todo lo que está pasando, señor
Presidente, y son muchas cosas, aparecen de momento, las
conocemos ahora y son de extrema gravedad, y ustedes --
permítanme que les diga-- han reaccionado tarde. Los
ciudadanos están perdiendo la confianza y la esperanza en la
clase política, en sus dirigentes, y me temo, como algunos se
encargan de resaltar, que, de seguir por este camino, la
perderán también en el sistema. Se preguntan atónitos en qué
manos estamos. Cómo es posible que en un Estado de derecho y
en una democracia pasen estas cosas. Se sienten defraudados
por usted, señor Presidente, al que le dieron apoyo electoral
para que resolviera problemas, para que gobernara y no para
que creara esos problemas o simplemente los ignorara.

El caso Roldán es un caso aislado, pero no es un caso único.

Quizá es un caso muy llamativo por lo que supone estar al
frente de una institución tan básica como la Guardia Civil.

Señor Presidente, señorías, que nadie se equivoque a estas
alturas. La responsabilidad de lo



Página 3509




ocurrido en el caso Roldán sólo es responsabilidad del señor
Roldán y, en todo caso, del Gobierno que lo nombró. No puede
afectar a la credibilidad de los integrantes de la Guardia
Civil, que están dando en estos momentos, difíciles para
ellos, un ejemplo a todos los españoles. Queremos desde aquí
expresar nuestra solidaridad con el comportamiento de tantas y
tantas personas --de la Guardia Civil y de sus familias-- que
están pasando momentos difíciles por el clima que se les ha
creado.

¿Cómo es posible, señor Presidente, que todo esto ocurra y que
ustedes lo perciban ahora? ¿Dónde estaban hasta ahora? ¿De
dónde vienen ustedes para que se encuentren con estas
sorpresas? Estaban, señor Presidente, permitiendo el clima
necesario para que todo esto fuera posible. Un clima de
permisividad muy peligroso, como cuando ustedes no han hecho
nada por atajar el transfuguismo. Les recuerdo que en Aragón
sus compañeros socialistas están gobernando en las dos
instituciones más importantes --en el Gobierno de Aragón y en
el Ayuntamiento de Zaragoza-- con el apoyo de los tránsfugas,
y esto es lo que está perjudicando el clima social y el clima
moral de nuestra sociedad.

Hemos sufrido, señor Presidente, un inmenso daño. Quizá por el
abuso de la mayoría absoluta. Se demuestra lo mala que es la
mayoría absoluta cuando no se sabe hacer un buen uso de ella.

Ustedes no han sabido administrar la confianza, han penetrado
en las instituciones del Estado y socavado las estructuras
básicas de la sociedad, y eso es muy grave. Es urgente tomar
medidas, señor Presidente, porque, a pesar de todo, hay que
asegurar la regeneración política, la recuperación económica,
el desarrollo autonómico y la imagen exterior de España. Y
nosotros, en estas circunstancias, también apostamos por la
estabilidad, pero no queremos ni podemos colaborar con el
bloqueo de la situación.

Por tanto, señor Presidente, tiene usted una última
oportunidad, tiene usted un plazo perentorio. Los ciudadanos
le van a enviar un mensaje, dentro de un mes, que usted tiene
que recibir y, desde luego, si usted no da satisfacción a la
inquietud social que en este momento existe, nosotros no le
vamos a pedir la dimisión, sería demasiado fácil quizá para
usted, nosotros le vamos a pedir, como buenos demócratas, que
apele usted al pueblo español y que convoque, en esa situación
extrema, nuevas elecciones. Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur.

Tiene la palabra el señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, señor Presidente. Me va a
permitir que, como vasco y representante de un partido vasco,
tenga que decir en esta Cámara, después de lo que hemos oído,
que los objetivos que ha planteado el señor Idígoras son
perfectamente defendibles con la presencia continuada en esta
Cámara y con el trabajo diario, oculto y sacrificado, sin
eludir la responsabilidad del voto y representación que
nuestros ciudadanos nos han dado para que les representemos
aquí, en Madrid, en nombre del pueblo vasco. Por lo tanto,
quiero anular cualquier representación que acaba siendo
solamente el soporte real del terrorismo asesino que asola a
nuestra sociedad. Yo sí que pido que se vayan y que, si
quieren, que vengan, pero que vengan a dar la cara, si la
tienen.

Hace veinte días, señor Presidente --perdóneme esta pequeña
expansión, que creo que necesitamos también hacer de vez en
cuando los vascos para que se vea quiénes son las mayorías--,
con motivo del debate sobre el estado de la Nación, destaqué
la absoluta provisionalidad del actual Gobierno debido a su
incapacidad para afrontar y abordar con urgencia, rigor y
seriedad la responsabilidad política. Le solicité, señor
Presidente, que fuera valiente, que asumiera su
responsabilidad política, que pusiera su cargo de Presidente a
disposición de esta Cámara y que presentara, en nombre de su
Gobierno, una cuestión de confianza basada en un programa que
inicie una nueva etapa capaz de devolver a la actividad
política el prestigio que se merece. Frente a las solicitudes
de dimisión, defendí, por razones políticas, sociales y de
recuperación económica, que usted, en un ejercicio sano de
autocrítica por su responsabilidad en los errores cometidos,
tomara la iniciativa y presentara una cuestión de confianza
basada en un programa de regeneración política, de depuración
de cargos y exigencia de responsabilidades. Usted me respondió
que la moción de confianza era una prerrogativa que la
Constitución le otorga al Presidente para aquellas situaciones
en las que exista una duda razonable, una duda clara sobre el
respaldo parlamentario de la política del Gobierno. Yo creo
que hoy, aquí, se da esta situación. Señor Presidente, yo creo
que existe una duda razonable y una duda clara sobre el
respaldo parlamentario con mayoría suficiente. Pese a las
declaraciones escuchadas en la Cámara, le pido que confirme y
compruebe en esta misma Cámara una cuestión de confianza. En
el momento actual, no vale la cuestión de confianza
desarrollada en su despacho de la Moncloa. Los ciudadanos
necesitamos conocer sus verdaderos apoyos y los planes que
usted tiene para sostenerlos. Tenemos que conocer si usted
quiere seguir gobernando o no, cómo y con quién lo va a hacer,
pero le pido que lo haga en este foror institucional.

Hoy por hoy, la gobernabilidad pasa por un acuerdo con los
partidos nacionalistas; puede haber otros, pero éste para mí
es importante. Para este acuerdo, precisa una decisión amplia,
generosa, rápida y definitiva en el desarrollo de competencias
que impiden el desarrollo de autogobierno, como es el caso del
País Vasco. Hoy por hoy, para gobernar es necesario plantear
en



Página 3510




esta Cámara un debate de política económica, de política
industrial, de saneamiento de la Administración pública, así
como las bases de un pacto político y social, con sus
correspondientes resoluciones y ponerlas de inmediato en
práctica.

Para gobernar con eficacia, limpieza y rigor ya puede
empezar --y se puede--a trabajar con la aplicación de las 107
resoluciones aprobadas por amplia mayoría de este Congreso --
algunas por amplia mayoría sólo de la oposición--, y con
ellas, su Gobierno tiene tarea para combatir o impedir la
corrupción, para realizar un desarrollo autonómico, impulsar
la economía, el empleo y regenerar la vida política.

Señor Presidente, si usted quiere seguir liderando el Gobierno
del Estado, no hay otra alternativa que ser valiente y
someterse a la cuestión de confianza, basada en un gran
acuerdo político, y dar a su vez origen a un gobierno
radicalmente nuevo para responder a la situación de emergencia
y de alarma social, pero, además, un gobierno que dirija la
lucha contra la corrupción como condición básica para el
desarrollo económico y la consolidación democrática. Usted
debe solicitar la confianza de la Cámara para que el Gobierno
tire de la manta, caiga quien caiga, para que se aclare y se
investigue todo aquello que hasta ahora no ha podido conocerse
porque nos hemos topado con el secretismo y silencio del
Estado, del Gobierno o del Partido.




El señor PRESIDENTE: Señor Albistur, le ruego concluya.




El señor ALBISTUR MARIN: Termino ya, señor Presidente.

Señor Presidente, sea usted valiente. Es lo que espera la
sociedad de un presidente en un régimen democrático. O me hace
caso o al final sólo tendrá usted dos alternativas: el camino
vergonzante de Craxi o irse a la oposición, pero con la
dignidad derrotada. Lo que espera la ciudadanía de todos
nosotros, y especialmente del Presidente, es la lealtad al
sistema antes que la lealtad al Partido o a los amigos.

Yo, señor Presidente, le deseo que acierte.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Tiene la palabra el señor González Lizondo.




El señor GONZALEZ LIZONDO: Señor Presidente, señorías, desde
la firme convicción de demócrata, desde la firme convicción de
valenciano y nacionalista, quiero condenar esas palabras
pronunciadas aquí por unos señores que han hablado de paz con
metralletas en la mano y hablan de democracia sin querer
participar en lo que verdaderamente es el único foro
democrático de todo el Estado, que es esta Cámara, donde se
viene a trabajar y a expresar nuestros deseos de unaforma más
o menos feliz, en función cada uno de su propia ideología.

Señor Presidente, hace quince días España era el país de la
OCDE con mayor tasa de desempleo: ocupábamos el cuarto lugar
en la tasa de inflación, después de Turquía, Grecia y
Portugal; el déficit público era de los más elevados; tan sólo
leves mejorías --es cierto-- en el sector exterior,
consecuencia de las obligadas devaluaciones de la peseta.

Pero, señor Presidente, quince días después, desgraciadamente,
somos, quizá, el país del mundo con mayor sensación de
corrupción vinculada al Gobierno y al Partido que lo sustenta:
el suyo. Cinco Diputados que dimiten, dos ministros, un
secretario general, una crisis de Gobierno mal resuelta, un ex
director de la Guardia Civil en fuga y el ex gobernador del
Banco de España en la cárcel. ¿En qué país del mundo y cuándo
se ha visto una situación como ésta y en tan poco tiempo?
La sociedad española, señor Presidente, asiste con una gran
sensación de cabreo a esta secuencia de corrupción, y usted se
conforma con ofrecer algunas explicaciones como las que hoy ha
dado aquí. ¿Cree usted de verdad que esto es suficiente? Si es
así, es que ha perdido usted el rumbo. Mire usted a su
alrededor y verá lo equivocado que está. En sólo una semana
las bolsas de valores españolas han perdido quince puntos, los
inversores extranjeros están vendiendo sus participaciones en
empresas y títulos de deuda pública; no sé por culpa de quién,
pero lo están haciendo. Hay desconfianza en España por
desconfianza en su Gobierno y desconfianza en usted. Su imagen
internacional, lamentablemente, está por los suelos y me
duele. Aunque no coincida políticamente con usted, es usted
Presidente del país, de mi país y, por lo tanto, me duele.

Señor Presidente, cuando en un sistema democrático se desata
un clima de corrupción como el que existe actualmente en
España, sólo queda un recurso: dimitir. Este país necesita
algo que lo ilusione para salir adelante, y ese algo es su
dimisión, señor González, porque usted ya ha llegado, después
de doce años de Gobierno, al límite de sus posibilidades.

Dimita, señor Presidente, y hágalo con dignidad, ahora que
está a tiempo. Las elecciones europeas pueden representar el
primer gran descalabro, tanto de su Partido como suyo. Como no
parece que vaya usted a hacerme caso, queda otra posibilidad
(la oposición tiene otro sistema; no me escucha la oposición)
que es, naturalmente, la moción de censura, y esta grave
situación política del país exige responsabilidad a los
partidos de la oposición, exige que, dejando al margen las
diferencias ideológicas que les separan, ataquen
definitivamente. Desde nuestra modesta representación, Unión
Valenciana expuso en el debate sobre el estado de la Nación la
necesidad de una moción de censura, justificada ante la
urgencia de dar respuesta a tanta corrupción y corresponde a
los partidos de la oposición



Página 3511




alcanzar el acuerdo que suponga su sustitución al frente del
Gobierno por no asumir el deber de responsabilidad ante la
sociedad con su dimisión. Moción de censura para convocar unas
elecciones generales inmediatas; no actuar de este modo supone
una frustración para todos los electores, para los honrados
electores socialistas que ya están hartos de sus palabras por
no reconocer su responsabilidad, como el niño que todo lo
niega. Señor Roca, si tuviera más tiempo, como usted, para
intervenir, le desarrollaría una firme teoría que haría
tambalear sus frágiles tesis continuistas.

No quiero finalizar mi intervención en nombre de Unión
Valenciana sin un mensaje de esperanza a la sociedad, que ha
comprendido que el binomio mayoría absoluta-corrupción ha sido
el origen de todos los problemas actuales. Estoy seguro de que
el comportamiento electoral de todos los españoles en un
futuro conducirá a una sociedad aún más plural, con menos
concentración de poder político en una sola fuerza partidista
y donde el diálogo, la responsabilidad y las explicaciones de
lo que se hace pasen a ser la norma básica de actuación
política.

Señor Presidente, yo le ruego que dimita, es preciso; España
no lo puede soportar más. (Rumores y protestas.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González Lizondo.

¡Silencio!, señorías.

Tiene la palabra el señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (González Márquez): Señor
Presidente, señorías, he subido a responder a cada Grupo
Parlamentario y voy a hacerlo de nuevo, pero, sin duda, la
primera intervención no merece ningún tipo de respuesta.

Hablar de paz es un sarcasmo en determinadas bocas; es una
terrible contradicción, y hablar de democracia aún más. El
modelo de sociedad que nos ofrecen no merece un debate ni una
respuesta. (Varios señores Diputados: ¡Muy bien, muy bien!)
La señora Rahola me ha pedido que reaccione y me ha pedido la
dimisión y dice que lo hace desde una posición de izquierda.

Dice que lo que ocurre representa el fracaso de una época.

Lamento no estar de acuerdo, creo que ésta ha sido una época
importante para nuestro país, una época de grandes
transformaciones en la que se ha producido no sólo un proceso
interno y muy importante, sino un proceso de apertura al
exterior y de integración europea que probablemente marcará
todo un ciclo histórico. Por consiguiente, independientemente
de los errores o de los aciertos, la época histórica que nos
ha tocado vivir ha sido, a mi juicio, extraordinariamente
importante y está constituyendo, sin duda,un gran bagaje, una
gran plataforma para el desarrollo de nuestro país.

El señor Mur me decía que cómo es posible que se produzca una
huida como la del señor Roldán. Hemos tratado de explicar un
hecho, que sin duda es criticable, hemos tratado incluso de
explicar cuáles son las responsabilidades políticas asumidas
y, por consiguiente, comparto con él la valoración del inmenso
daño que sin duda se ha sufrido y su valoración de la
institución de la Guardia Civil. Me pide que actúe en un plazo
perentorio. Estamos trabajando intensamente en los dos frentes
abiertos: estamos trabajando en la lucha contra la corrupción
y estamos trabajando en el esfuerzo por acompañar esa
recuperación económica que nosotros, en buena parte, con
decisiones de política económica, hemos propiciado. El señor
Albistur me habla de responsabilidad política en relación con
la cuestión de confianza. Esta tarde me he referido a esto
varias veces. Sin embargo, le quiero decir que soy sensible a
los argumentos que ha expuesto aquí, lo que no significa que
los comparta, pero, repito, soy sensible a sus argumentos y al
modo de razonarlos. Usted cree que tiene que ser en base a un
nuevo programa. Yo creo que hay un programa de política
económica que nos está ayudando a salir de la crisis, que sin
duda es mejorable, que se puede completar, pero no cabe la
menor duda de que si hay algunos efectos también se pueden
deber, en parte, a la política económica que se ha venido
siguiendo desde hace bastante tiempo.

Y me plantea usted que lo haga por lealtad al sistema. La
única, la principal, la prioritaria lealtad desde la función
que tengo como Presidente del Gobierno, es la lealtad al
sistema. Ha sido así siempre para mí y, desde luego, como
Presidente del Gobierno siempre lo será. Otra cosa es que
tenga lealtades en otras funciones, como las lealtades de
partido, pero quiero decir que como Presidente del Gobierno
para mí no hay otra lealtad más que la lealtad al sistema.

El señor González Lizondo me ha dicho que no es suficiente con
las explicaciones dadas ni con las dimisiones habidas y me ha
pedido, en diversos tonos, que presente la dimisión. Es su
visión de las cosas; también ha recomendado una moción de
censura. No tengo nada que añadir a lo que ya he dicho en
relación con esta petición que han formulado también algunos
otros intervinientes. Creo que, en algunos casos, la formulan
con la esperanza de que no se produzca, en algunos casos, en
otros no, pero en algunos casos probablemente se lo volverían
a pensar si se pudiera producir una situación de este tipo. Ya
he dicho, a lo largo de esta tarde, que pensaba que mi
responsabilidad no era dimitir, sino todo lo contrario: asumir
la tarea de Gobierno en ese doble camino de lucha contra la
corrupción y de recuperación económica, que ya hemos empezado
y que



Página 3512




va, sin duda alguna, a consolidarse en los próximos meses.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente.

Por el Grupo Socialista tiene la palabra el señor Almunia.




El señor ALMUNIA AMMAN: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, quiero agradecer, en primer lugar, en nombre del
Grupo Socialista, las explicaciones que nos ha dado el
Presidente del Gobierno en relación con el motivo de su
comparecencia en este Pleno extraordinario. Debo decir que sus
palabras nos han satisfecho y que las actuaciones llevadas a
cabo por el Gobierno, desde que se produjo la huida del señor
Roldán, nos merecen un juicio inequívocamente positivo.

Creemos que se está haciendo lo que es exigible racionalmente
y les deseamos éxito en la obtención de los objetivos, que nos
ha comunicado, que esperemos que los obtengan pronto. Su
satisfacción, cuando sea detenido el señor Roldán, será
compartida sin reservas por el Grupo Socialista. Desde el
momento en que se conoció su desaparición ha quedado patente
para mi Grupo la voluntad inequívoca del Gobierno de lograr
poner al señor Roldán en manos de la justicia y cualquier
alusión, velada o explícita, a supuestas connivencias para
impedir u obstaculizar su detención, cuentan con nuestro
absoluto rechazo. Nosotros prestamos credibilidad a quien
actúa del lado de la ley y al dictado de la justicia, y en
modo alguno estamos dispuestos a otorgarla a quien huye de
ella y pretende, desde su escondite, someter a un chantaje a
este Parlamento y a las demás instituciones democráticas.

(Varios señores Diputados: ¡Muy bien!)
No confundimos tampoco las negligencias que haya podido haber
o la falta de eficacia que haya podido darse, por las que el
señor Asunción presentó su dimisión, con omisiones voluntarias
de los responsables de vigilar a quien todavía no estaba
reclamado por la justicia. Si hubiese alguna responsabilidad,
como ha dicho el Presidente del Gobierno, se deducirá del
expediente abierto con carácter inmediato desde que se conoció
esa fuga. Hasta entonces, quien tergiversa de forma grave e
irresponsable la realidad acaba haciendo el juego, lo quiera o
no, a quienes transgreden la ley y no a quienes queremos que
se cumpla.

Pasando a un plano más general, el Grupo Socialista reitera su
compromiso de promover una aplicación rápida y rigurosa de
todas las medidas que hemos aprobado recientemente para luchar
contra la corrupción. Somos beligerantes en esa tarea. No
admitimos que nadie ponga en duda nuestra firme voluntad al
respecto, ni lo hacemos nosotros respecto de los demás. Es
más, solicitamos con insistencia la colaboración de todos los
grupos para hacer de esta tarea un empeño común. La lucha
contra la corrupción no puede convertirse en un arma que sólo
se utiliza como argumento en luchas partidarias, olvidando el
interés general.

Todavía está muy reciente el debate del estado de la Nación y
lo han recordado aquí diversos intervinientes. Hace tres
semanas culminamos aquel debate con la aprobación de numerosos
compromisos y medidas encaminadas a luchar contra la
corrupción, muchas de ellas propuestas a iniciativa del Grupo
Socialista. Algunas de ellas ya están siendo aplicadas, como
ha recordado el Presidente del Gobierno, unas, a iniciativa
del propio Gobierno, otras, por impulso de esta Cámara.

Sabemos que algunas de las soluciones que pretendemos alcanzar
con esas medidas no van a venir, sin embargo, inmediatamente,
ni pueden ya evitar, para nuestra desgracia, hechos cometidos
hace tiempo, que ahora salen a la luz. Por paradójico que
parezca, a veces sucede lo contrario, cuanto más intensamente
atacamos los casos de corrupción, tanto más aparecen éstos en
primera línea de la propia actividad parlamentaria, en los
titulares de los medios de comunicación, en la atención de los
ciudadanos. El Presidente del Gobierno se ha referido a ello
en la réplica a uno de los portavoces parlamentarios. Pues
bien, lo que verdaderamente importa es que los ciudadanos
tengan la seguridad de que ningún corrupto va a quedar impune,
la seguridad de que vamos a ir al fondo de lo que haya
ocurrido. La opinión pública debe tener y tiene nuestro
compromiso de que las investigaciones que desarrollamos en el
ámbito parlamentario van a ayudar a facilitar la acción de la
justicia y no a perseguir la brillantez de algunas
declaraciones en algunos escasos minutos de algún Telediario.

Los españoles deben confiar sin reservas en que lo que nos
mueve es la voluntad de limpiar la vida pública, expulsando de
ella a quienes vinieron a hacer política para su lucro
personal, exigiendo responsabilidades a quienes la ensuciaron
con su conducta, poniendo en marcha todos los medios
imaginables para que no se repitan hechos como los que
tuvieron lugar en el pasado, para detectarlos inmediatamente y
responder, frente a quienes los cometen, con la máxima
agilidad. En nuestra actuación, sólo reconoceremos un
condicionante, obligado en democracia: la persecución de los
delitos de corrupción y de todo tipo de actuaciones
irregulares de la vida pública no puede quebrar las garantías
que cada persona tiene reconocidas en nuestro Estado de
derecho. La justicia debe ser igual para todos y las garantías
de tutela de los derechos de los acusados también. Todo puede
ser esclarecido y sancionado sin poner en riesgo la dignidad
de las personas ni sus derechos constitucionales. Por
desgracia, todavía hay necesidad de repetir en estos tiempos
estas consideraciones elementales en una democracia.

Señor Presidente, señoras y señores Diputados, son muchas las
tareas que tenemos planteadas para el futuro inmediato. A mi
Grupo Parlamentario, el Grupo Socialista,



Página 3513




no le va a faltar ni el ánimo ni la disposición para trabajar
con la intensidad que la gravedad del momento nos exige. Y,
desde la asunción de nuestra propia responsabilidad,
solicitamos a los demás grupos parlamentarios y a los medios
de comunicación actitudes de franca y leal colaboración. La
lucha contra la corrupción no consiste sólo en airear hechos
supuestamente delictivos, ni siquiera basta con aclarar la
realidad de lo sucedido, tipificar conductas ilícitas y
depurar responsabilidades jurídicas o políticas; además,
debemos enviar señales y mensajes claros y firmes al conjunto
de la sociedad, mostrar con contundencia nuestro rechazo a
todo intento de acercamiento a la vida política que implique
búsqueda de lucro particular o partidario, proclamar nuestra
voluntad de hacer prevalecer siempre los valores a los
intereses. Hemos aprendido muchas cosas en poco tiempo a este
respecto, y es bueno que los ciudadanos lo sepan; ese
aprendizaje debe servirnos para reconocer errores y sancionar
irregularidades del pasado, y también para evitar casos que
pudiesen producrise en el futuro. Hemos aprendido que nuestro
sistema de control de la gestión pública ha tenido lagunas
importantes en algunas áreas, que deben desaparecer. Hemos
comprobado que la confianza depositada en algunas personas que
han ocupado responsabilidades importantes ha sido traicionada,
y se han asumido por ello responsabilidades políticas, como ya
ha referido el Presidente del Gobierno. Hemos constatado la
ausencia de criterios suficientemente rigurosos para delimitar
el ámbito de estas responsabilidades políticas y, pese al
dolor que sentimos por la ausencia hoy en este hemiciclo de
algunos de nuestros compañeros, hemos preferido extremar el
nivel de exigencia de esas responsabilidades. Hemos diseñado
nuevas medidas de lucha contra la corrupción, completando las
ya existentes hasta ahora. A partir de ahí, queremos actuar
con la máxima eficacia, no dejando nuestro cometido a medio
hacer. Los ciudadanos deben y pueden tener confianza en que
nuestras intervenciones no se van a quedar sólo en palabras,
pero ese depósito de confianza necesita un grado suficiente de
estabilidad política. La incertidumbre política sería, en
estos momentos, sinónimo de impotencia para dar respuestas
contundentes y eficaces a la situación y para superar el clima
en el que se está desenvolviendo, durante estas últimas
semanas, nuestra vida colectiva.

Algunos grupos de la oposición han cuestionado hoy mismo esa
estabilidad, pero el propio desarrollo de este debate permite
despejar esas dudas. El Gobierno, y en particular su
Presidente, disponen en esta Cámara del suficiente apoyo
político para llevar a buen término su compromiso con los
electores. A lo largo de la legislatura hemos cimentado la
robustez de esos apoyos en ámbitos tan importantes como la
política económica, la aprobación de los Presupuestos
Generales del Estado o la puesta en marcha de reformas
estructurales cruciales para garantizar una superación de la
recesión económica.

También el Gobierno tiene respaldo suficiente, a la luz de lo
que hoy se ha escuchado en esta Cámara, para aprobar en esta
legislatura, en los próximos meses, en las próximas semanas
aquí medidas de lucha contra la corrupción como las que el
propio Gobierno nos ha enviado recientemente u otras que se
anuncian para este mismo período de sesiones. Desde el Grupo
Socialista agradecemos en todo el valor que tienen esos apoyos
que hoy se han vuelto a reiterar y rechazamos muy
especialmente los intentos de quienes imputan con frivolidad
intenciones oscuras o presiones inconfesables a lo que no son
sino posicionamientos políticos responsables, a la altura de
las circunstancias en que nos estamos desenvolviendo. Quienes
no están a esa altura, a mi juicio, son quienes no saben verlo
cegados por su interés partidario. Estoy convencido de que
millones de ciudadanos, entre ellos muchos que no nos votaron
en el pasado o que no piensan hacerlo en el futuro, agradecen
y apuestan claramente por esas actitudes de colaboración y de
sensatez y rechazan los argumentos negativos, la falta de
alternativas, la obsesión por destruir lo que hay sin ofrecer
salidas constructivas. No es de recibo, por ejemplo, pedir la
dimisión del Presidente del Gobierno sin atraverse
simultáneamente a plantear una moción de censura o a solicitar
la convocatoria de elecciones. No es de recibo descalificar
toda propuesta y cualquier apoyo sin apuntar a la vez
argumentos y apoyos alternativos, de los que no se dispone. No
pasa desapercibido ante la opinión pública el menosprecio con
el que se trata a veces a personas y programas que el
electorado ha apoyado mayoritariamente hace menos de un año,
dando la impresión de que lo que no se pudo ganar en las urnas
entonces trata de obtenerse ahora por otras vías al precio que
sea. (Varios señores Diputados desde los bancos del Grupo
Socialista: ¡Muy bien!--Rumores) Desde el grupo Socialista no
vamos a responder a la descalificación con la descalificación,
no vamos a responder al todo vale con el vale todo, no es
nuestro estilo y mucho menos en los momentos por los que
atraviesa nuestra vida política. Simplemente estamos
plenamente convencidos de que la opinión pública toma buena
nota de quién es quién y presta su confianza a quien la
merece. Queremos, eso sí, apoyar con convicción las propuestas
del Gobierno o las de cualquier otro grupo político, siempre
que sirvan para superar esta crisis y este clima, para
responder con rigor a las causas que lo han generado, para que
cada uno asuma la responsabilidad que le corresponde, para que
no quede un solo culpable sin sanción ni sufran en su
honorabilidad o en su imagen pública quienes no son culpables
sino víctimas de las actuaciones corruptas de unos cuantos. A
todo ello queremos comprometernos con nuestros electores y con
quienes asumen la responsabilidad



Página 3514




de gobernar, porque esos mismos electores así lo han decidido
libre y conscientemente.

Nada más. Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos en
los bancos del Grupo Socialista.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Almunia.

El Pleno se reanudará mañana a las nueve de la mañana.

Se suspende la sesión.




Eran las ocho y cinco minutos de la tarde.