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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 617, de 20/11/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 617
COMISION DE INVESTIGACION DEL PROCESO
DE PRIVATIZACION DE LA EMPRESA PUBLICA
INTELHORCE
PRESIDENTE: DON JOSEP LOPEZ DE LERMA I LOPEZ
Sesión núm. 6
celebrada el lunes, 20 de noviembre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias sobre el proceso de privatización de la empresa pública
Intelhorce.

--Del ex Director General del Patrimonio del Estado, señor García Gómez.

(Número de expediente 219/001006) (Página 18746)
--Del ex presidente de Intelhorce señor García Morales. (Número de
expediente 219/001007) (Página 18752)



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Se abre la sesión a las cinco y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIAS SOBRE EL PROCESO DE PRIVATIZACION DE LA EMPRESA PUBLICA
INTELHORCE.




--DEL EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO, SEÑOR GARCIA GOMEZ.

(Número de expediente 219/001006.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a esta nueva sesión
de la Comisión de investigación del proceso de privatización de la
empresa pública Intelhorce. De acuerdo con el orden del día que se
estableció en su momento, comparece ante la misma don Prudencio García
Gómez, en su condición de ex Director General del Patrimonio del Estado,
a quien damos nuestra más cordial bienvenida a esta Comisión.

Le informamos sobre lo que es habitual en nuestro procedimiento, y que
consiste en lo siguiente: Durante un tiempo prudencial, el que usted
estime oportuno, puede informar a los comisionados sobre aquello que crea
conveniente, siempre en relación con el objeto de la comparecencia que
está en el escrito de citación. Puede hacer uso de ese tiempo y también
puede renunciar. A partir de su intervención, si accede a ella, los
grupos parlamentarios, de mayor a menor, cerrando el Grupo Parlamentario
Socialista y abriendo el Grupo Parlamentario Popular, pueden formularle
preguntas en relación con el objeto de su comparecencia.

Señor García Gómez, tiene la palabra, si lo cree pertinente; si no
pasaríamos directamente a las cuestiones que puedan plantearle los
señores comisionados.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
Señor Presidente, no he traído ningún papel preparado, por tanto creo que
es mejor tratar de responder a las preguntas que me formulen.




El señor PRESIDENTE: Pasamos, pues, a las distintas intervenciones, que
naturalmente deben ajustarse al objeto de la comparecencia.

En primer lugar, tiene la palabra don Pablo Izquierdo Juárez, en nombre
del Grupo Parlamentario Popular.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señor García Gómez, iniciamos nuestra
intervención pidiéndole que explique un poquito a la Comisión Intelhorce
cuál es su papel en todo este asunto; cuándo ocupa usted la Dirección
General de Patrimonio del Estado; si es cierto, como se ha dicho en
medios de comunicación, que usted impulsa o recibe el encargo del
Gobierno, en su condición de Director General de Patrimonio del Estado,
de iniciar los trámites del proceso de privatización de Intelhorce; si
es también cierto, como se ha dicho, que es usted la persona que en un
momento determinado nombra a José Miguel Moreno García Presidente de
Improasa; si a usted lo propone para el cargo el Ministro de Economía,
don Carlos Solchaga; y si el nombramiento del señor Moreno García es una
propuesta suya en aquel momento o es una propuesta que habría podido
realizar cualquier otro tipo de entidad o persona del Ministerio de
Economía.

Dicho esto, sería conveniente, señor García Gómez --y entrando en el
fondo de la cuestión-- que nos explicara su función en el tema de la
privatización de Intelhorce, cuáles fueron las razones para vender
Intelhorce justo después del año 1987 en el que, según las noticias que
conocemos, obtiene unos resultados, creo recordar, de tan sólo 217
millones de pesetas de pérdidas, lejos de los resultados realmente malos
de Intelhorce en los años anteriores, con unos 2.000 millones de pesetas
de pérdidas anuales, y justo el año 1988, en el que según los medios de
comunicación el Gobierno anuncia su intención de privatizar Intelhorce,
se producen unas pérdidas terribles.

Tenemos entendido también que, en estos momentos, usted está fuera de la
actividad pública, pero, en un momento determinado, el Gobierno lo pone
al frente de IGS-PSV, cuando interviene en aquella cooperativa, por las
razones de todos conocidas. Nuestras noticias --usted nos las confirmará
o no-- son que el señor Moreno García, después de ser Presidente de
Improasa, pasó a IGS-PSV.

Estas son las cuestiones que queríamos plantearle, que son más bien de
orden formal, a modo de introducción del asunto.




El señor PRESIDENTE: Cuando usted desee, señor García Gómez.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
En cuanto a mi nombramiento, si no recuerdo mal, se produjo en septiembre
de 1985, y mi marcha del ministerio se produce en julio o agosto de 1988.

Evidentemente la persona que me nombra es Carlos Solchaga, con quien
había estado trabajando como asesor, cuando era Ministro de Industria,
y es el que me lleva al ministerio.

Por lo que se refiere al nombramiento del señor Moreno, obviamente es una
decisión mía puesto que se trata de una empresa pública y no tuve que
consultar a nadie; lo que sí hice fue buscar varios candidatos y entre
ellos encontré que el señor Moreno era el más adecuado para ocupar el
puesto en aquel momento.

Me preguntaba también por las razones de la privatización y qué había
inducido a preparar el proceso. Yo creo que básicamente dos razones, si
no recuerdo mal. Una que, en mi opinión, el Estado no estaba haciendo
ningún papel, al margen puramente social de mantener una actividad
industrial como la de fabricar sábanas, camisetas, textiles en general,
o zapatos, como en el caso de Imepiel, lo cual, desde mi punto de vista,
no tenía demasiado sentido puesto que no tenía carácter estratégico y
había competencia privada más que suficiente; de hecho, estábamos
subvencionando claramente esa actividad y el volumen de pérdidas
acumuladas durante los distintos años hacía temer que esto se iba a
seguir produciendo así. Por tanto, en mi opinión,



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no tenía demasiado sentido continuar, por lo que propuse al subsecretario
la privatización de las tres empresas. Se iniciaron los procesos y
encargué al Presidente de Improasa, señor Moreno, lo mismo que había
encargado en ocasiones anteriores con el proceso de privatización de
Rumasa, la constitución de un cuaderno de ventas, iniciar las gestiones
correspondientes con los posibles compradores para hacer una selección
de los dos o tres candidatos que se podían presentar para cada uno de los
casos y sobre esa base juzgar si las propuestas eran razonables o no. El
proceso lo inicié yo y del resto me he enterado por los periódicos, como
creo que lo ha hecho S. S.

En cuanto al tema de IGS, no es el Gobierno el que me nombra, porque no
puede hacerlo, lo que sí hace es proponerme como interventor, siendo UGT,
como accionista en aquel momento, la que me propone como Presidente de
IGS, ya que, ante una situación de crisis por la salida de Carlos Sotos,
había estado buscando candidatos profesionales en el mercado, nadie se
atrevía ante un toro de semejante tamaño y en aquel momento me pareció
que, profesionalmente, era una actividad que tenía sentido, tanto desde
el punto de vista personal como desde el punto de vista social. Por ello
me puse al frente de la misma hasta que acabé una etapa y un proceso. Le
tengo que recordar que soy la persona que presenta la suspensión de pagos
a los dos meses de hacerme cargo de la empresa y que a partir de ese
momento, cuando se contrata al señor Moreno, éste entra ya en un proceso
de intervención; lo que yo propongo al señor Moreno es seguir haciendo
lo que había hecho en Improasa, desde mi punto de vista bien, que era la
intermediación para la venta de empresas puesto que había una serie de
actividades que colgaban de IGS y que no tenían como objeto la
construcción de viviendas sociales. Es decir, había que utilizar a
alguien, y como este hombre había trabajado correctísimamente bajo mi
mandato pensé que era lo más razonable. Cuando propongo a la Comisión de
intervención al señor Moreno todo el mundo lo admite, la intervención
judicial evidentemente admite su nombramiento y su contrato es
supervisado por la misma pues no es una actividad que yo unilateralmente
pueda hacer. Como usted bien sabe, en un proceso de intervención judicial
prácticamente tenía que pedir autorización para llevar a cabo cualquier
actividad, y mucho más una de este tipo tenía que pasar por la
Intervención.

No sé si con ello he dado respuesta a sus preguntas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el Diputado don José
Luis Centella Gómez.




El señor CENTELLA GOMEZ: Quiero agradecer al señor García Gómez su
presencia en esta Comisión, como no podía ser menos, e intentaremos que
nos aclare algunos temas puesto que el señor Ministro de Hacienda en su
intervención, reconoció la existencia de irregularidades en toda la venta
de Intelhorce, centrando las responsabilidades en el ámbito de Improasa,
ya que, según él, se emitieron informes que llegaron a confundir, hasta
el punto de que se tomó una decisión en el Consejo de Ministros que luego
se ha demostrado incorrecta, a pesar de que usted ha dicho que, en su
opinión, la gestión del señor Moreno fue en todo momento correcta. Es un
tema en el que debería aclarar qué entiende usted por la gestión del
señor Moreno al frente de Improasa. Por eso, yo quisiera que usted
explicase, si es posible, cómo se pueden tomar decisiones sin contrastar
la información, o cómo se pueden emitir informes desde Improasa sin que
éstos sean confirmados y sean creídos, así porque así, de la intervención
que podía tener Benetton en toda la operación.

También nos gustaría que explicara, porque nos resulta sorprendente, cómo
la Dirección de Patrimonio del Estado es tan benévola con esta empresa,
que, aunque era una empresa privada, era deudora del Estado y, además,
no se podían olvidar las posibilidades que tenía de revisión en el caso
de que el contrato por algún motivo, como luego sucedió, no llegase a sus
últimas consecuencias y hubiese que recuperarla.

Por tanto, quisiéramos saber si hicieron algún informe por parte de
Patrimonio, tanto de Benetton como de Benservice antes de la venta, en
qué medida se hicieron, si hubo un seguimiento por Patrimonio de la
marcha en general del textil español y cómo se hizo, sobre todo porque
ya el año antes de que el Estado iniciase el procedimiento judicial,
Izquierda Unida puso una denuncia ante la Fiscalía de Málaga, que, por
motivos que no vienen al caso en este momento, se archivó o no se llegó
a tramitar, pero ya estaba en la prensa y ya era pública la existencia
de anomalías en todo este proceso. En resumen, quisiéramos saber cuál fue
el papel de Patrimonio del Estado durante todo este tiempo.




El señor PRESIDENTE: Como ya les he advertido antes de comenzar la
sesión, tengo que abandonar esta Presidencia de la Comisión
temporalmente. Propongo que en esta comparecencia presida don Juan Carlos
Guerra Zunzunegui, y en la próxima podría presidir doña María Dolores
Sánchez López, si a ustedes les parece bien. (Asentimiento.) Así lo
haremos.

Les recuerdo que ya están convocados para el jueves, al término del
Pleno, o bien por la tarde, a las cuatro y media, para tratar de
reordenar los trabajos de la Comisión, teniendo en cuenta que el próximo
viernes por la mañana finaliza lo que llamamos la primera tanda de
comparecencias, por lo que deberíamos tomar nuestras decisiones, tanto
respecto de nuevas comparecencias como en relación con solicitudes de
documentación, y, a la vez, conocer cuál es el estado de la situación.

Aunque prácticamente ya lo avanzamos la semana pasada, las dos
comparecencias siguientes, la tercera y la cuarta, que son de doña Erika
Tordjman, de Consultores SARL, y la de don Miguel González Martínez,
igualmente de Consultores SARL, ha sido imposible su citación por lo que,
momentáneamente al menos, se suspenden.

Tiene la palabra el señor García Gómez.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
Cuando me he referido a una gestión correcta por parte de Improasa, no



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exclusivamente del señor Moreno, decía que se habían privatizado cerca
de treinta empresas de Rumasa, la parte más difícil, las empresas más
difíciles de vender, y que en todo momento, durante mi mandato en este
proceso como Director General del Patrimonio, la actuación tanto de
Improasa como del señor Moreno fueron correctísimas. Lo que haya pasado
después no lo conozco, no lo puedo juzgar, no tengo información y sería
temerario por mi parte emitir un juicio. (El señor Guerra Zunzunegui
ocupa la Presidencia.)
En cuanto al adjetivo que usted ha dado de benévolo a Patrimonio, tengo
que responder un poco lo mismo que anteriormente; es decir, al no haber
estado presente durante el proceso. Dije al principio que yo inicié el
proceso, pero no recuerdo que llegara ninguna documentación hasta el mes
de julio de 1988, relativa a alguna empresa relacionada con Benetton o
con otro, se había puesto en marcha un proceso bastante largo, en el que,
como le digo, me parece que era enviar varias decenas de cuadernos de
preventas, hacer una selección de las empresas que estuvieran
interesadas, enviar el cuaderno de ventas definitivo, iniciar
negociaciones; en fin, yo no recuerdo en este momento haber tenido encima
de mi mesa ninguna documentación relativa al proceso y cualquier opinión
que le pueda dar de si Patrimonio fue o no benévolo no tiene ningún
sentido porque estaría asumiendo una información que no tengo. Sí le
puedo garantizar que en el proceso que yo sí viví, previo a la venta de
estas empresas, es decir, la privatización de Rumasa, había una Comisión
privatizadora que estaba nombrada, como usted sabe, por el ministro
Boyer, donde todos los procesos se llevaban a través de esa Comisión, y,
luego, evidentemente, estaban los órganos del Estado desde la propia
Subdirección de Patrimonio, que velaba por la calidad de la información
que se estaba procesando, pasando por la Intervención y por la Abogacía
del Estado en sus distintos matices. No le puedo contestar más, y bien
me gustaría.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: En principio, deseo comunicar que la señora
Sánchez también hará algunas preguntas.

Buenas tardes, don Prudencio García Gómez. Muchas gracias por su
presencia en esta Comisión. Simplemente le quería preguntar cuál es su
opinión, aunque se podía deducir de lo que usted ha contestado a la
primera pregunta, pero quisiera que clarificara directamente si usted
cree que la decisión de privatizar Intelhorce era una decisión correcta,
puesto que Intelhorce, en los últimos años, venía perdiendo un promedio
de 2.000 millones de pesetas, se acababa de entrar en la Comunidad
Económica Europea, la Comunidad Económica Europea empieza a pedir
información respecto a las recapitalizaciones de la empresa y por tanto,
da la impresión de que difícilmente puede seguir en el sector público.

¿Cree usted que entre las alternativas que se presentan, es más correcta
la alternativa que se toma de privatizar la empresa?
Nada más, por mi parte.




El Señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Tiene la palabra la señora Sánchez López, y,
posteriormente, el señor García Gómez contestará a ambos señores
Diputados.




La señora SANCHEZ LOPEZ: También doy la bienvenida a don Prudencio García
a esta Comisión.

Quería hacer sólo dos preguntas muy cortas. Primero, si no tiene
inconveniente en decirnos cuáles son los informes preceptivos para la
enajenación de una empresa pública y cúales son los informes
razonablemente necesarios para efectuar esta enajenación. Segundo, ya que
fue usted quien tomó la decisión de venta de la empresa, si puede
decirnos en cuánto se valoraba esta empresa en 1988, momento en que se
toma la decisión de privatizar.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Para contestar, el señor García Gómez tiene
la palabra.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
Las razones de la privatización ya las he dicho. Yo tenía una
responsabilidad presupuestaria, que era el presupuesto de la Dirección
General del Patrimonio y, a pesar de que hacíamos beneficios, en mi etapa
por lo menos y creo que ha seguido siendo así porque había empresas
verdaderamente poderosas en cuanto a su capacidad general en recursos,
como eran Tabacalera, Telefónica o el propio Banco Exterior, las grandes
empresas que configuraban el Grupo Patrimonio, como digo las grandes
empresas, evidentemente, perder todos los años 2.000 millones de pesetas,
a cualquier gestor, sea privado o público, no le puede resultar cómodo
ni fácil. Entonces, yo creo que esa acumulación de pérdidas que se venían
arrastrando desde hacía años tenían muchas consecuencias directamente
sobre el presupuesto, y, según mi criterio muy personal --me puedo
equivocar no pretendo que mis razones sean las mejores--, era una
discriminación clarísima para las zonas donde estaban ubicadas esas
empresas. Es decir, el presupuesto del Estado se volcaba casi todos los
años en ellas a través de capitalizaciones, etcétera, para recuperar las
pérdidas que se habían producido durante la gestión, a lo largo de los
años, y para aquellos trabajadores específicos era recibir unas ayudas
especiales para mantener una actividad que en otras condiciones no
hubiera podido resistir, si el Estado no hubiera estado detrás. A mí me
parecía que en unos sectores como el del calzado o el textil, a través
de estas ayudas, estábamos haciendo una competencia ilícita a otras
industrias que estaban sobreviviendo con dificultades. Todos conocemos
la crisis del calzado que se estaba viviendo desde hacía años, y que ha
continuado durante unos años más, y la crisis del textil. Me parecía que
se estaba haciendo una competencia desleal y no estimaba justo que se
utilizaran los dineros públicos en esa dirección. Tenía una
responsabilidad sobre unos dineros que había de manejar de la mejor
manera posible y, además, tenía un criterio político, quizás equivocado,
en el sentido de que se estaba ayudando a unas industrias que no estaban
aportando gran cosa, salvo a los trabajadores específicos de aquella
zona, y que se estaba compitiendo



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contra el sector privado. No sé si con esto respondo a lo que me han
expresado.

En cuanto al tema del proceso y a cómo se privatizaba una empresa,
primero había que tomar la iniciativa. Como responsable de esa parte
presupuestaria, hablé con el subsecretario, que no recuerdo si en aquel
momento era García Alonso, y le propuse el proceso de privatización,
dadas estas mismas razones que he aducido antes.

El paso siguiente, una vez que el subsecretario aprobaba ese proceso, era
hacer el encargo formal a Improasa, que se había constituido para eso y
no tenía ningún objeto de lucro. Se había establecido para crear un
equipo de profesionales que pudieran hacer ese tipo de trabajos de
intermediación, dado los enormes volúmenes de venta que se habían
producido en años anteriores y aprovechando esa estructura, se encargó
nuevamente a Improasa el proceso de venta. El proceso de venta es el
tradicional de cualquier proceso de intermediación: la creación de un
cuaderno en el que se trataba de suscitar el interés de los posibles
compradores. El segundo paso era enviar un cuaderno definitivo de ventas
en el que se daba información detallada a aquellas empresas que habían
sido preseleccionadas. Después, una serie de entrevistas y un forcejeo
personal para intentar enterarse de si las empresas tenían verdaderamente
las cualificaciones necesarias, es decir, capacidad financiera, interés
estratégico en el sector en que iban a intervenir, para juzgar si
aquellas empresas eran o no las mejores. Una vez hecho esto, al no ser
ya unas empresas de Rumasa y al no existir la comisión privatizadora --yo
no participé en ese proceso y no sé cómo se haría-- lo normal es que
fuera a la Subdirección General de Patrimonio, que se encargaba de las
participaciones públicas y, por tanto, tenía la responsabilidad directa
sobre las empresas, para juzgar la bondad o no de la propuesta que se
hacía.

El paso siguiente era pedir los informes preceptivos de la Intervención
y de la Abogacía del Estado, tanto en la parte económico-financiera como
en la parte jurídica. Posteriormente se reparaba un preacuerdo de Consejo
de Ministros, que se enviaba a los subsecretarios y el paso siguiente,
si todos esos procedimientos iban por su camino normal, era la aprobación
por el Consejo de Ministros.

¿Qué valor tenía la empresa? La verdad que es una temeridad por mi parte
decir lo que voy a manifestar, porque en este momento no tengo cifras del
patrimonio neto --han pasado ya seis años y mi memoria no es muy buena--,
pero lo que sí le puedo decir es que cualquier empresa capaz de perder
2.000 millones de pesetas al año, por mucho patrimonio inmobiliario que
tenga o en maquinaria, que además se tiene que depreciar, su valor, si
no es cero, se aproxima. Usted conocerá que el procedimiento más sencillo
para saber el valor de una empresa es capitalizar los beneficios futuros
esperados. Es decir, si una empresa genera 500 millones de pesetas,
dependiendo de la «ratio» que se aplique, valdrá 2.500 ó 5.000 millones.

Si se hace con cifras negativas, podrá imaginar que el precio será
negativo. Como hay unos valores de maquinaria, inmovilizados, etcétera,
me resulta muy difícil decir cuál era el valor neto patrimonial, sin
tener los datos aquí; pero no me sorprendería que se aproximaría a cero
o por debajo de cero.

En cuanto al aspecto social, fuimos muy sensibles en todo el proceso de
Rumasa --y perdónenme que cite a Rumasa una y otra vez, pero es lo que
he vivido y lo que he hecho--, y una de las cosas que se siguieron a
rajatabla en aquel proceso fue el tema de la no pérdida de puestos de
trabajo. Fue una de las razones por las que se generaron más pérdidas de
las esperadas. Cualquier proceso de privatización implicaba que
obligáramos al comprador a que mantuviera la plantilla. Evidentemente,
nadie compra una empresa con su plantilla sin tener algunas ventajas que
justifiquen esa inversión.

No estaba allí y no lo sé, pero yo creo que este mismo criterio de tratar
de salvar los puestos de trabajo era el mismo que siguieron mis sucesores
en el puesto; y trato de responder a otra pregunta implícita que había
en su intervención anterior. ¿Que había otras cosas que hacer --y vuelvo
a expresar una opinión-- y otras alternativas a la privatización?
Evidentemente, estaba el cierre. Hubiera sido la primera vez en la
historia o si no la primera una de las raras ocasiones en que una empresa
pública quiebra. El Estado siempre se ha vanagloriado de que nunca puede
quebrar; por tanto, difícilmente una de sus empresas podía quebrar. Se
podía haber cerrado, se podía haber liquidado, pero el impacto social
hubiera sido enorme y eso fue lo que impulsó a buscar un gestor que,
además, invirtiera sus fondos y se hiciera cargo de la empresa.

Por lo que he podido leer en la prensa, evidentemente no se alcanzaron
esos objetivos. Lo que trato de decir es la opinión que debió inspirar
a mis sucesores.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: ¿Algunas preguntas concretas? (Asentimiento.)
Quiero recordar que en este segundo trámite no debemos entrar en la
valoración general, sino en preguntas concretas.

El señor Izquierdo tiene la palabra.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señor García Gómez, según nuestras noticias,
en el año 1985, por eso le preguntábamos la fecha de su nombramiento y
nos ha contestado que fue hacia el mes de septiembre, Intelhorce tiene
unas deudas (si sobre lo que ahora mismo le voy a plantear no tiene
conocimiento, dígalo y se lo plantearemos a otro compareciente, pero no
sabemos si tuvo usted o no conocimiento de esta cuestión) de 5.745
millones de pesetas con el Banco de Madrid y la Banca Catalana de
Desarrollo, que, como S. S. sabe, pasan a formar parte de Banesto,
después de la crisis del Banco de Madrid y este otro banco. En ese
momento, en 1985, el Banco Español de Crédito compra Intelhorce, compra
acciones de la serie uno por valor de 5.745 millones de pesetas y se
convierte en el accionista mayoritario de una empresa pública, señor
García Gómez, sin acuerdo del Consejo de Ministros y sin que se cumpliera
para nada la Ley General Presupuestaria ni la Ley de Patrimonio del
Estado. Inmediatamente después de adquirir el Banco Español de Crédito
la mayoría del capital social de Intelhorce, vende por una peseta a
Patrimonio del Estado su participación en Intelhorce, todo esto sin
acuerdo de Consejo de Ministros y sin tener en



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cuenta las disposiciones legales que antes he mencionado. Mi pregunta es
muy concreta: ¿conocía usted, como Director General del Patrimonio del
Estado, esta situación? Si la conocía, explique a la Comisión por qué se
produce esta historia realmente curiosa. Intelhorce, que es recuperada
por Patrimonio del Estado en 1980, sufre una privatización en 1985, de
la cual no se ha tenido conocimiento hasta ahora. En esos meses, días o
fechas de 1985, vuelve a tener una nacionalización y posteriormente, en
1989, otra privatización.

A mí me llaman mucho la atención, señor García Gómez, las coincidencias,
y la segunda pregunta que le voy a hacer es: ¿qué se pretendía hacer con
Improasa? Nosotros tenemos entendido que Improasa era una sociedad de
ferrocarriles españoles, que apenas tenía actividad, que gestionaba los
antiguos ferrocarriles del Norte y residuos de antiguas sociedades y se
convierte en instrumental de Patrimonio del Estado, con un capital social
muy pequeño pero hoy tiene 16.000 millones de capital social. Como usted
ha dicho, a Improasa se le encarga parte de la privatización de la Rumasa
estatal, también Imepiel, Intelhorce, Hytasa y Lactaria Española, por
ejemplo. Son gestiones que hace el señor Moreno García, que usted pone
al frente de Improasa. Señor García Gómez, es que el Ministro, la semana
pasada, descargó toda la responsabilidad del escándolo Intelhorce en el
señor Moreno García, diciendo que la responsabilidad de este tema
empezaba en el señor Moreno García y terminaba ahí. (El señor Sáenz
Lorenzo pide la palabra.) Nosotros, lógicamente, esta tarde no estamos
dilucidando ningún tipo de responsabilidad individual, ni siquiera la
suya. Estamos intentando averiguar responsabilidad políticas, por qué se
tomó la decisión de privatizar, aunque no exactamente, ya que privatizar
parecía una decisión obvia de acuerdo con los resultados de la compañía;
no tan clara de acuerdo a los intereses de los trabajadores de Málaga,
puesto que los trabajadores de Intelhorce tenían el compromiso del señor
Presidente del Gobierno, desde 1982, de que Intelhorce nunca se iba a
privatizar. Es más: se dijo que se haría rentable.

Hay otra pregunta que puede quedar en el aire. Hay personas que no somos
capaces de entender --y yo me incluyo entre ellas-- cómo es imposible
hacer rentable a una empresa con tantas inyecciones de dinero. De 1982
a 1994, cerca de 52.000 millones de pesetas. Creo yo que cualquier
persona con un poquito de sentido empresarial hubiera hecho algo
importante con este dinero, que en definitiva sale de los fondos
públicos. Segunda pregunta. ¿Qué es Improasa exactamente y por qué se
relanza Improasa? ¿Por qué se pone al señor Moreno García al frente de
Improasa?
El valor patrimonial de Intelhorce está auditado y en el momento de la
venta era de 18.000 millones de pesetas. La pregunta que le voy a hacer
se la hice al Ministro la semana pasada y no la contestó, pero se la
repetiré a usted. Si el valor económico de Intelhorce --no el valor neto
patrimonial, que ése se deriva de balances-- era cero en 1988, cuando se
impulsa su proceso de privatización, que culmina en 1989, ¿estaba a lo
mejor Intelhorce en aquel momento en alguno de los supuestos de
disolución, de acuerdo con la Ley de Sociedades Anónimas?
Señor García Gómez, yo creo que alternativas --y permítame opinión por
opinión-- a Intelhorce ha habido muchas, aparte de liquidar o cerrar. En
definitiva, me gustaría que nos explicara si usted entiende que en este
tema existen responsabilidades políticas más allá de la gestión, puesto
que usted ocupó un cargo político, no un cargo técnico, de libre
designación, en la Dirección General del Patrimonio. Probablemente la
responsabilidad política no es de usted, puesto que abandonó la Dirección
General del Patrimonio antes de que el proceso de privatización
culminara. Y en relación con la pregunta anterior, ¿conocía usted por el
señor Moreno García, presidente de Improasa, cómo iba la marcha de la
venta de Intelhorce por aquellas fechas? ¿Ya se le planteaba a usted en
1988 la posibilidad de que Benorbe y Benservice compraran Intelhorce?
Eso es cuanto quería plantear, señor Presidente. (El señor Sáenz Lorenzo
pide la palabra.)



El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor Sáenz Lorenzo, una cuestión de orden,
supongo.




El señor SAENZ LORENZO: Sí, señor Presidente. El señor Izquierdo hace
alusiones a intervenciones de comparecientes y con una interpretación con
la que yo no estoy de acuerdo. Yo no estoy de acuerdo con que el
Ministro, señor Solbes, en su intervención echara la culpa al señor
Moreno o a nadie en especial. Por tanto, yo rogaría que no se hicieran
esas alusiones, porque creo que es difícil poner en boca de otra persona
la intencionalidad de la intervención y además no se suele ajustar a la
realidad. Evidentemente, son puntos de vista distintos y diferenciados.

Yo rogaría que no se volviera a realizar ese tipo de planteamientos.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor Sáenz Lorenzo, en el «Diario de
Sesiones» constará su intervención.

Señor García Gómez, tiene la palabra.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
En cuanto al Banco de Madrid y al crédito, evidentemente no lo recuerdo
con detalle pero, al llegar a Patrimonio, me contaron que había sucedido
eso. Yo no tuve participación alguna en ese proceso.

Respecto al porqué de Improasa, es muy sencillo. Cuando llegué a
Patrimonio y vi los pagos que se habían realizado al intermediario que
había hecho básicamente casi todas las operaciones grandes de Rumasa, y
vi las cuentas millonarias de dinero que se habían pagado, me pareció que
no tenía sentido, sobre todo porque yo creía que el trabajo de
intermediación que se estaba haciendo, o sea, preparar un cuaderno o un
precuaderno de ventas y hacer una selección, era algo que los
profesionales españoles podían hacer perfectamente sin tener que contar
con el aval de una empresa extranjera. La decisión fue, de entre las
empresas de Patrimonio que estaban sin contenido, porque habían terminado
su función, utilizar a Improasa porque era lo más barato insuflarla un
pequeño capital y cambiarle el objeto social. Esa fue la razón.




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Por lo que se refiere a los temas relacionados con el señor Moreno y lo
del Ministro, no conozco las declaraciones del Ministro. No dudo que su
interpretación sea ésa, pero como yo no lo he podido leer y no sé lo que
dijo el señor Ministro, me siento incapaz de pronunciarme. Si hubiera
vivido el proceso y tuviera la documentación que usted posee --la
información que yo tengo de este proceso es totalmente fragmentaria, por
los medios de comunicación--, que me permitiera hacer una valoración,
estaría encantado de hacerla, porque creo que es mi deber, pero es que
no tengo esa información y, por tanto, me resulta muy difícil juzgar.

También me ha preguntado usted sobre el valor neto. No recuerdo. Insisto
en que 18.000 millones a mí me parece una cifra muy alta, pero no me
encaja en las cuatro ideas fragmentarias que me quedan de aquella época.

En cualquier caso, aunque hubiera un valor patrimonial tan alto como el
que usted está señalando, el hecho de que estuviera perdiendo dinero como
lo estaba perdiendo ya es bastante significativo.

En cuanto a si se han cometido errores, parece obvio que así ha sido.

¿Qué tipo de errores? Pues no lo sé, porque tampoco tengo información.

Me resulta muy difícil juzgar, sin información, los errores que se hayan
podido cometer, pero parece obvio que, si esta Comisión está en
funcionamiento y las cosas que dicen los periódicos son ciertas,
evidentemente, se han cometido muchos errores. Me imagino que habrá
habido todo tipo de historias: habrá habido manipulación por parte de los
compradores, que habrán hecho difícil la investigación, y habrá habido
quizá alguna negligencia, que desconozco.

La pregunta en relación al proceso de venta, ya la he contestado antes.

Hasta el mes de julio yo sólo tuve noticia de que se había puesto en
marcha el proceso, que se habían hecho las comunicaciones, que se estaba
recopilando información de posibles interesados, pero la primera vez que
aparece ante mis ojos el nombre de Benetton como implicado en el proceso
es dos años después de que yo haya salido, y desde luego tiene que ser
a través de la prensa y las primeras actuaciones judiciales que se
debieron producir por aquella época. O sea, yo no tenía conocimiento de
que el grupo Benetton estuviera interesado en esta empresa.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor Centella, tiene la palabra.




El señor CENTELLA GOMEZ: Después de la exposición tan detallada que se
nos ha hecho de lo que es un proceso de privatización, yo le quisiera
preguntar si él cree que, de haber seguido esos pasos, que además deben
ser rigurosos, es posible cometer errores tan de bulto como el no
detectar que Benetton no está detrás o que Benorbe y Benservice son
empresas que, paguen lo que paguen, no tienen solvencia para relanzar y
hacer un plan de viabilidad para Intelhorce, que era la empresa que se
estaba vendiendo. ¿Usted cree que, de haber seguido esos pasos, era
posible no detectar esas irregularidades o esas anomalías tan de bulto?



El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor García Gómez, tiene la palabra.




El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
Es evidente que se han cometido errores. Le repito que no sé hasta qué
punto todo el procedimiento que se sigue con estos temas en la mecánica
formal administrativa es para intentar evitar esos errores, pero lo que
le quiero decir es que en la empresa privada --que también conozco,
porque he estado muchísimos más años de mi vida profesional trabajando
en la empresa privada que en el sector público-- se cometen terribles
errores. No quiero mencionar ninguno, pero no hay más que leer los
periódicos de estas últimas cuatro semanas para ver los errores que
cometen las empresas privadas, y las empresas privadas, por la
experiencia que yo tengo, siguen procedimientos muy parecidos a los del
Estado. En vez de llamarse Intervención, es el departamento
económico-financiero; en vez de llamarse Improasa, es un intermediario,
que puede ser cualquiera de los «brokers» nacionales o internacionales;
en el caso legal, la secretaría general de las empresas; o sea, los
procedimientos en las empresas y en el Estado son parecidos y las
empresas privadas cometen gravísimos errores que cuestan a los
accionistas centenares de millones de pesetas, como estamos viendo
últimamente. Evidentemente, los hombres, los profesionales, somos
falibles y parece evidente que en estos procesos también intervienen
intereses no muy legítimos, pero yo no puedo valorar en qué se
equivocaron o qué intereses no muy legítimos existían en este proceso.

Repito que si tuviera información estaría encantado de dársela, pero no
la tengo y, como he dicho anteriormente, me parece temerario juzgar
cuando no tengo información.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: ¿Alguna pregunta? (El señor Izquierdo Juárez
pide la palabra).

Hemos concedido un segundo turno y rogaría que solamente se refiriera a
algunas de las preguntas que no hayan sido contestadas y no a preguntas
nuevas.

Tiene la palabra el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señor Presidente, es para apuntar a la
Comisión de investigación de Intelhorce, a la luz de las palabras del
señor García Gómez, una cuestión informativa y probablemente también para
conocimiento del señor García Gómez.

Ha hablado de que Improasa se relanzó precisamente para que profesionales
españoles, y no profesionales o sociedades extranjeras, intervinieran en
trabajos de intermediación, y también ha dicho antes que Improasa ha
realizado una importante labor en este sentido en la privatización de la
Rumasa estatal y otras empresas públicas, propiedad de Patrimonio del
Estado.

La información puntual, señor Presidente y señor García Gómez, es que
Improasa --y consta en su contabilidad y balances-- encargaba muchos de
sus trabajos a «brokers» extranjeros. En este caso, la venta del
Intelhorce se encargó a Improsa, como usted ha dicho, por la Dirección
General de Patrimonio del Estado cuando usted era titular



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de ese cargo; Improasa encarga la promoción del cuaderno de ventas y
todos los trabajos a un «broker» con sede en París y se le pagan esos
trabajos por cantidades elevadas y millonarias. Es precisamente uno de
los problemas del señor Moreno García en estos momentos.

Esta es una cuestión, señor García Gómez, agradeciéndole sus palabras
anteriores, que abre una vía importante de investigación en esta
cuestión, puesto que no está muy clara, a nuestro juicio --y usted nos
corregirá si no hablamos bien--, la labor de Improasa en este proceso y
nos gustaría pensar que la labor de Improasa y del señor Moreno García,
por tanto de la Dirección General de Patrimonio y del Ministerio de
Economía, en otros procesos de privatización de empresas públicas pueda
estar más clara que en éste.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: ¿Quiere añadir algo el señor García Gómez?



El señor EX DIRECTOR GENERAL DEL PATRIMONIO DEL ESTADO (García Gómez):
La historia de la intermediación de empresas extranjeras en el proceso
es una novedad para mí, es decir, me entero también por los medios de
comunicación. Yo no soy consciente de que durante mi etapa se hubieran
contratado empresas, pero si se hubiera hecho no me habría parecido mal,
siempre y cuando hubieran aportado al proceso algo que Improasa no podía
tener. Lo que le digo es que la captación de clientes extranjeros resulta
muy difícil para un «broker» español; habitualmente, es natural que en
este sector haya un enlace entre «brokers» nacionales y extranjeros. La
calidad de empresa pública de Improasa poniéndose en contacto con
empresas privadas, ese punto de contacto difícil entre los intereses del
sector público y los del sector privado, hace difícil explicar las cosas
claridad, pero que se pongan de acuerdo «brokers» para facilitar un
proceso de venta es lo normal en el mercado. Las características de
«broker» público de Improasa hacen que el proceso tuviera que ser más
claro y transparente. Respecto a por qué se escoge ese «broker» francés
y no otro, no tengo contestación, primero, porque creo que durante mi
etapa no se contactó con ninguno, pero si se hubiera hecho --no lo
recuerdo y me puedo equivocar-- y se hubiera hecho en condiciones
normales de mercado, me parece razonable. Si se pide la ayuda y se hace
de una forma pública, se cita a varios y se elige la mejor oferta, la que
pueda facilitar el proceso, no me parece inmoral o poco ético o que vaya
en contradicción con lo que he dicho al principio, que se creó Improasa
para generar puestos de trabajo de profesionales españoles, igualmente
cualificados que los extranjeros y, desde luego, sin las comisiones
millonarias que estaban cobrando otros cuando yo llegué a Patrimonio. Lo
digo porque está en la contabilidad pública, no es ningún misterio que
las cantidades que se pagaron eran de varios cientos de millones de
pesetas. El objetivo que intentamos con Improasa fue que con unas pocas
decenas de millones de pesetas se pudieran hacer esas mismas operaciones.

Usted me dice que en este momento Improasa tiene 16.000 millones de
capital. Evidentemente, han cambiado el objeto social de la empresa;
desde luego, no era el objeto de la Improasa que yo intenté fundar y con
la que intenté operar.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Si no hay ninguna pregunta más, quiero
agradecer al señor ex Director General su comparecencia. (La señora
Sánchez López ocupa la Presidencia.)



--DEL SEÑOR GARCIA MORALES, EX PRESIDENTE DE INTELHORCE. (Número de
expediente 219/001007.)



La señora SANCHEZ LOPEZ: Vamos a pasar a la segunda comparecencia de esta
tarde, la de don Diego García Morales, quien ha dicho a esta Presidencia
que prefiere pasar directamente a las preguntas de los grupos.

Por tanto, tiene la palabra el señor Izquierdo, del Grupo Parlamentario
Popular.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señor García Morales, vamos a intentar
plantearle cuestiones concretas sobre el escándalo Intelhorce. Sabemos
que usted ha tenido varias etapas en la Intelhorce pública después de
1982, que participó activamente en el proceso de privatización, no en
vano era usted consejero delegado de Intelhorce --me corrige si me
equivoco-- el 4 de agosto de 1989, que era la persona de Intelhorce,
empresa pública desde 1980, que participó de alguna manera en las
reuniones previas que se produjeron, tanto anteriores al acuerdo del
Consejo de Ministros de 14 de julio de 1989, como a la formalización del
contrato de venta el 4 de agosto de 1989. A la Comisión le gustaría que
nos hablara de estas reuniones, si conoció usted a Carlos Benetton, un
hermano del dueño de Benetton, si conoció previamente al señor Muñiz, al
señor Orefici, y si presentó usted al señor Moreno García, presidente de
Improasa, a estas personas, porque esto sigue siendo una incógnita, señor
García Morales. ¿Cómo llegó a conocimiento de Improasa, o de Intelhorce,
o del Ministerio de Economía que existían dos sociedades, Benorbe y
Benservice, de las cuales era dueño un súbdito italiano, señor Giovanni
Orefici, cuando ni siquiera habían recibido el cuaderno de promoción de
ventas por parte de Improasa, no estaban entre esas empresas que el
«broker» Improasa había seleccionado en un principio? Ni siquiera el
«broker» extranjero que Improasa contrató había seleccionado a estas
personas y a estas sociedades para acceder a Intelhorce.

Por tanto, sigue siendo un misterio cómo se ponen en relación con el
Ministerio de Economía estas personas. Es probable que se enteraran por
los medios de comunicación y se pusieran en contacto con usted, que era
presidente de la Intelhorce pública en 1989, porque sí era conocido en
Málaga que el señor Orefici, representante de Benetton para esa parte de
la geografía española, tenía una serie de tiendas con otros socios
españoles y comercializaba productos Benetton. Es una incógnita de
momento saber realmente quién presentó a Improasa o a la Dirección
General del Patrimonio del Estado o al propio Ministerio de Economía a
estas personas.




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En relación a estas reuniones previas, en las que creo que usted
participa, puesto que ha declarado públicamente que conoció al tal Carlos
Benetton, que participó en el hotel Cervantes, de Torremolinos, en una
reunión con el señor Muñiz, el señor Orefici y miembros del comité de
empresa por el mes de junio de 1989 --me corrige si me equivoco--, me
gustaría que nos hablara de cómo aparecen estos señores en la órbita de
Intelhorce por aquellas fechas.

Posteriormente usted, una vez vendida Intelhorce, pasa a Improasa, según
tenemos entendido. Pasa usted con el señor Moreno García y a sus órdenes,
como es lógico, porque era el presidente de Improasa, que es la que vende
Intelhorce. Y le recuerdo que el Ministro de Economía, señor Solbes, nos
dijo el otro día en esta Comisión de investigación que en el señor Moreno
García terminaban todas las responsabilidades del escándalo Intelhorce,
como presidente de esa empresa pública. Usted estuvo algunos años, que
sepamos, trabajando a las órdenes del señor Moreno García en Improasa.

Además, siguió, de alguna manera, tutelando la cuestión Intelhorce,
puesto que constan sus intervenciones en el año 1991, cuando las cosas
ya van mal, en el proceso de negociación que se inicia con Hytasa, que
también había sido privatizada por Improasa, para que Hytasa comprara
Intelhorce. Otra pregunta que ruego a usted nos aclare: ¿qué papel tuvo
usted en esa cuestión del intento de compra de Intelhorce por parte de
Hytasa?
Señor García Morales, en el momento de la venta se produce una
circunstancia muy curiosa, que es que, siendo usted presidente o
consejero-delegado de la Intelhorce pública, entrega --corríjame si no
son exactas mis palabras-- un cheque de 1.800 millones de pesetas a los
compradores. Ese cheque era nominativo a Intelhorce y provenía,
seguramente, de los 5.869 millones que el Patrimonio del Estado había
suscrito, previo a la venta como ampliación de capital y que, por
contrato escriturado ante notario, estaban depositados en una cuenta del
Banco Exterior de España que solamente podía ser movida con permiso del
Patrimonio del Estado. Suponemos que usted tendría la autorización. Ruego
que me conteste con precisión a esta cuestión, porque sigue siendo un
misterio. ¿Tuvo usted, como presidente de Intelhorce, la autorización del
Patrimonio del Estado para disponer de esa cuenta, en principio
bloqueada, de 5.869 millones de pesetas y por qué entregó el cheque al
señor Orefici o a sus representantes? Circunstancia que se produce,
sorprendentemente, según apuntes bancarios, el día 4 o, quizá, el día 7
de agosto de 1989, puesto que el 4 de agosto fue viernes y el día 7
lunes, y la Cámara de Compensación no funciona el fin de semana.

A mí me cuesta mucho trabajo creer, señor García Morales, que usted, que
era la única persona que en ese momento, y antes de la venta, podía
disponer de fondos de Intelhorce, entregara un cheque a los que iban a
ser compradores de Intelhorce y que luego estos señores utilizaran ese
dinero, como usted bien sabe, para contragarantizar un aval, puesto que
esas sociedades no tenían capacidad suficiente para contragarantizar un
aval ante el Patrimonio del Estado por importe de 2.000 millones de
pesetas. Si esto no fue así, señor García Morales, y fue después, ¿cómo
es posible que usted firmara un talón de 1.800 millones de pesetas
después de haberse vendido la compañía y no teniendo en teoría ya nada
que ver usted con Intelhorce? Estamos hablando probablemente de cuestión
de minutos, puesto que es una operación que se hace en unas horas. Es un
misterio. Este comisionado no entiende muy bien por qué usted firmó por
detrás ese talón, que luego fue endosado a una entidad bancaria y que
sirvió para contragarantizar un aval. Señor García Morales, la cuestión
del cheque es capital y creo que usted debería aclararla a la Comisión
de investigación de Intelhorce.

Resumo. Reuniones previas; cómo aparecieron Benorbe, Benservice u Orefici
en el entorno de Intelhorce y la cuestión del cheque. ¿Cuándo tiene usted
conocimiento, como trabajador de Improasa, de que hay irregularidades en
Intelhorce? Por ejemplo, ¿cuándo tiene usted conocimiento de que los
compradores de Intelhorce han contragarantizado ese aval con fondos
públicos, y qué sugirió usted que se hiciera si es que sugirió algo?
Vamos al penúltimo escenario de este escándalo. Es un escándalo como otro
cualquiera, señor García Morales, lo que sucede es que éste es de miles
de millones de pesetas y con un montón de trabajadores que en su camino
han perdido su puesto de trabajo. Creo que usted tuvo la responsabilidad
de la gestión de Intelhorce y, por tanto, parte de responsabilidad en las
pérdidas. Si no es así, explíquenos por qué perdía Intelhorce tanto
dinero. ¿Era buena la gestión de los directivos de Intelhorce? ¿Está
usted satisfecho de la gestión que se hacía allí?
En el año 1992, señor García Morales, parece ser que usted encarga a un
detective privado, antiguo funcionario de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, un informe que se ha dado en llamar el informe
Cordón. Me gustaría conocer la génesis de este informe, por qué se
encarga, cuánto costó, si usted cree que no tenía Intelhorce, Improasa,
o la Dirección General del Patrimonio del Estado, o el propio Estado,
medios para conocer de las irregularidades que habían sucedido en
Intelhorce. Si sirvió en parte este informe como base --así se ha dicho
aquí por anteriores comparecientes-- a la denuncia que el Patrimonio del
Estado puso el 14 de julio del año 1994 ante la Fiscalía General. Otra
cuestión que me gustaría que usted puntualizara es si la denuncia ante
el Fiscal, cuya base está en varias auditorías y en el informe Cordón,
la presenta Intelhorce o Patrimonio del Estado. Eso no consta en la
denuncia. ¿Se omiten partes del citado informe Cordón ante el Fiscal? ¿Se
le entrega al Fiscal el informe Cordón en su totalidad, con todos sus
informes, considerandos, índices, etcétera? Y si se omitieron partes, por
ejemplo las relativas a la actuación del señor Moreno García en todo este
proceso, ¿por qué se omitieron?
En el año 1991 --y con esto termino, señora Presidenta, mi primera
intervención--, según consta incluso en las actas de los consejos de
administración de la empresa pública Improasa, en las deliberaciones que
había sobre la problemática de Intelhorce y a lo que hemos tenido acceso,
se hacen gestiones de venta para sacar adelante la situación, incluso
antes se había nombrado al señor Muñiz administrador único de Intelhorce.

Como he dicho antes, se hacen gestiones para que Hytasa compre
Intelhorce. Se encarga



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un informe de viabilidad a una sociedad que se llama Interdoxa. Me
gustaría conocer quién encargó dicho informe de viabilidad. ¿Usted cree
justificado que dicho informe costara 32 millones de pesetas? ¿Cuál fue
la razón para que después Improasa consiguiera una rebaja en ese informe?
Creo que quedó en 29 millones o en 22 millones.

¿Conocía el señor García Morales, Interlhorce o Improasa que la sociedad
Interdoxa estaba al 50 por ciento participada por la sociedad Guadén
implicada en el escándalo Filesa, y que el propietario de la misma, entre
otras personas, es don Antonio Gutiérrez Castaño, compañero de despacho
de don Felipe González en Sevilla, en su época de abogado laboralista?
Por ejemplo, fue el fundador, con don Felipe González, del despacho, del
que formaba parte el señor Escuredo y otras personas. Además,
curiosamente, señor García Morales, ¿conocía Improasa, Intelhorce o la
Dirección General de Patrimonio del Estado, cuando se enfocó la venta,
que se iba a Interdoxa un informe de viabilidad sobre Intelhorce, que en
el año 1992 había revertido de nuevo al sector público a través de
Improasa y que estaba muy mal de fondos? ¿Son conocidos los socios? ¿Es
conocida la amistad --sin que eso signifique nada, como es lógico-- con
el señor González Márquez, Presidente del Gobierno? ¿Comparte despacho
también con otro amigo del señor Presidente del Gobierno el señor Bores?
Me gustaría que nos explicara estas cuestiones.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Tiene la palabra el señor García Morales.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Me hace no una
pregunta, sino casi una exposición de todo el tema Intelhorce desde el
principio. He ido tomando notas de lo que he considerado más
significativo, pero es posible que, dada la amplitud de sus preguntas,
algún tema se me pueda pasar. No es que no lo quiera contestar y le
rogaría que, por favor, me lo recordase.

Fui nombrado presidente del consejo de Intelhorce en junio de 1987,
aunque desde el mes de noviembre de 1983 ya era responsable de la
política de esta sociedad debido a que Patrimonio me nombró coordinador
y responsable de las tres empresas públicas textiles que en ese momento
pertenecían al Patrimonio del Estado, que eran Gossypium en Barcelona,
Hytasa en Sevilla e Intelhorce en Málaga.

La venta se inició con el envío del cuaderno de promoción a principios
de 1987. No participé activamente en la venta. Es más, yo diría que en
la venta de la sociedad no participé, sino que colaboré, dando a Improasa
todos los datos que necesitaba para la confección del cuaderno de
promoción y del cuaderno de venta. En Málaga acompañé yo personalmente
a todos los posibles compradores que por indicación de Improasa iban a
visitar las instalaciones industriales. Facilitamos datos que
generalmente los posibles compradores pedían como ampliación a los ya
contenidos en el cuaderno de venta. En definitiva, ésta fue
fundamentalmente mi intervención en las gestiones de venta.

Yo no recibía una información sistemática y oficial, por decirlo de
alguna manera, de cómo iban las gestiones. Sí es cierto que, a través de
las conversaciones que tenía con Improasa, y en alguna visita que hacía
a Madrid, me informaban, a título personal y de una manera oficiosa, de
cómo marchaban las conversaciones, las dificultades que había y lo que
opinaban sobre la sociedad los distintos compradores, muchas veces con
objeto de tener argumentos para contrarrestar ciertos comentarios o
anomalías que encontraban en la sociedad y de esta manera defenderla ante
los compradores. Me enteré de que Benorbe y Benservice eran posibles
compradores en un momento muy avanzado de la gestión. No recuerdo
exactamente --hace mucho tiempo de ello y esto no era en aquel momento
algo significativo para mí--, pero no creo que sería antes de unos tres
meses de producirse la venta.

Improasa, en general, procuraba también no dar demasiada información de
los compradores, porque en Málaga había un clima no propicio a la
privatización. Allí en general la plantilla, el comité, las centrales
sidicales preferían que siguiera como empresa pública. Por tanto, no
querían que se filtraran informaciones a fin de evitar alguna actuación
que pusiera dificultades, por ejemplo, que el posible comprador pudiera
preocuparse por el clima que había y pudiera dar marcha atrás.

El señor Benetton hizo una visita a la fábrica, creo que fue
aproximadamente en mayo de 1989. Visitó las instalaciones industriales
y se marchó prácticamente sin hacer comentarios. Pienso que esta visita
se encuadraba seguramente dentro de la actuación que tuvo en esta venta
Benetton. Creo que hizo todo lo posible para que la versión que daban los
compradores de que detrás de Benorbe y Benservice estaba Benetton tuviera
una cierta verosimilitud. La prueba es que en aquellas fechas la
participación de Benetton en esta compra era algo que se estaba
comentando diariamente en la prensa y nunca hubo por parte de Benetton
la más mínima manifestación en el sentido de que esto no era así.

Cuando se celebró la reunión en el hotel Cervantes --de la que hemos
hablado-- ya estaba prácticamente todo decidido y acordado. Me refiero
a las condiciones que posteriormente se plasmaron en el contrato de
compraventa. Una de las condiciones que pusieron los compradores era que,
para definitivamente adquirir la sociedad, querían tener la seguridad de
que su presencia como accionistas sería aceptada por las fuerzas sociales
y que no entrarían a la empresa a encontrarse una verdadera oposición por
parte de la plantilla.

En esta reunión del hotel Cervantes, que nos pareció más prudente hacerla
fuera del recinto de la sociedad, estuvo el señor Orefici, el señor
Muñiz, el consejero delegado y yo como presidente de la sociedad. En
realidad, en esta reunión se trataba de que los posibles compradores
explicaran al comité y a las centrales sindicales cuál era el plan que
ellos tenían si llegaban a adquirir la sociedad. El plan de estos señores
estaba fundamentalmente basado en una fuerte acción comercial y hacía
hincapié en que el exceso de plantilla no era para ellos un problema
preocupante. Creían que quizá la plantilla estaba un poco
sobredimensionada, que habría que ajustarla, pero que ése no era el
problema de la sociedad, sino crear los productos necesarios



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para venderlos y tener la red y los medios para poder hacerlo. Dieron
muchas explicaciones y muchos números y contestaron a las distintas
preguntas que les hicieron los representantes del comité de empresa. En
definitiva fue una reunión muy satisfactoria, porque uno de los temores
que tenía la plantilla era que se pensara en unas reducciones drásticas.

Desde el momento en que se aseguró que esto no era así, estos señores
contaron con el beneplácito de la parte social.

Una vez resuelto este tema, el día 4 de agosto se pasó a firmar el
contato de compraventa. Primero se hizo una ampliación de capital de
5.869 millones. A continuación se desembolsaron estos millones, que
venían en un talón del Tesoro, en una cuenta creada especialmente en el
Banco Exterior para depositar estos fondos. Después se firmó el acuerdo
de compraventa (fueron cuatro escrituras). A continuación, los nuevos
accionistas de la sociedad se reunieron en junta general, nombraron un
consejo, modificaron los estatutos e hicieron una ampliación de capital
de 2.000 millones de pesetas, que era una de las condiciones de la
escritura de venta. Fue después de la escritura de compraventa cuando
surgió el tema del talón de los 1.800 millones. De los 5.869 millones de
la ampliación de capital había dos partes: 4.000 millones que quedaban
depositados en el Banco Exterior, que tenían, en principio, un calendario
de desembolsos fijado en la escritura de compraventa, aunque se
contemplaba también la posibilidad de que debido a determinadas
circunstancias este calendario pudiera ser adelantado; y 1.869 millones
de pesetas que eran de libre disposición para la empresa desde el mismo
momento de la firma de la escritura. Supongo que este talón--porque no
podría ser de otra manera-- lo llevarían los dos representantes que había
del Banco Exterior en el momento de la firma, que fueron los que se
hicieron cargo del desembolso para abonarlo a la cuenta prevista para
este fin. Era un talón nominativo de Intelhorce.

Hago un inciso. Antes me preguntó desde cuándo conocía a los señores
Muñiz y Orefici. Al señor Orefici yo no le conocí hasta la reunión del
hotel Cervantes. Al señor Muñiz lo conocía desde hacía ya muchos años,
porque era un asesor jurídico que colaboraba con la empresa y llevaba los
contenciosos de la misma, fundamentalmente temas de impagados.

El señor Muñiz me dijo que el único que tenía poderes para firmar este
talón era yo --esto era un 4 de agosto-- y que ellos querían empezar a
tomar medidas en la empresa inmediatamente, sin perder tiempo, pues
llevaban ya muchos meses, en los que veían que eran posiblemente los
adjudicatarios de la empresa, pensando las medidas que iban a tomar,
querían hacerlo inmediatamente y para ello necesitaban dinero, contaban
con estos fondos, pero aunque en la reunión de la junta general se habían
dado poderes a una serie de personas (a Orefici y no sé si al propio
Muñiz) los mismos tenían que ser registrados y pensaban que sobre todo
a primeros de agosto les podía llevar un mes o mes y medio y mientras
tanto no podían disponer de esos fondos.

A mí el comentario me pareció bastante normal y bastante razonable. No
vi ningún inconveniente para firmar este talón, que era nominativo a
Interholce. Eran unos fondos propiedad de Interholce y, por tanto, de los
accionistas. En ese momento los únicos accionistas de Interholce eran
Benorbe y Benservice, representados por los señores que estaban allí.

Desde este momento el dinero era de libre disposición. Otra cosa era el
destino que le dieran al dinero. Tendrían que responder ellos si era el
que estaba acordado en la escritura de compraventa o era distinto. Por
otra parte, lo único que hacía era adelantar un mes o mes y medio la
disposición de unos fondos a que tenían perfecto derecho. En aquel
momento no pensé que pudiera haber nada irregular en ello. Desde luego
no manifestaron jamás que esto iba para fianzas y créditos, para
contraavalar el aval. Esto en absoluto se tocó. Ellos llevaron el aval
de fianzas y créditos, perfectamente presentado, que aportaron en el
momento de la firma de la escritura de compraventa.

Como decía, yo no vi nada extraño en firmar por detrás el talón para que
Interholce pudiera disponer de estos fondos. La única razón que yo habría
tenido en aquel momento para no hacerlo hubiera sido presuponer lo que
iba a ocurrir después. Por supuesto que si alguien hubiera pensado lo que
iba a ocurrir después, no es que no se hubiera firmado el talón, es que
no se hubiera hecho la escritura de compraventa.

Después de la venta yo pasé a Improasa, empresa también de la Dirección
General de Patrimonio, de una manera provisional. No sé si era una
práctica común, pero se había hecho ya en distintas ocasiones con
determinadas personas de empresas de Patrimonio que iban a Improasa, como
instrumental, y estaban en unos casos muy poco tiempo, y en otros un poco
más, en espera de que en cualquier otra empresa de Patrimonio pudiera
haber un puesto en que encajasen estas personas. Yo no tuve ocasión. Se
barajaron algunas posibilidades, pero al final no surgió ninguna y seguí
en Improasa bajo las órdenes de José Miguel Moreno, que era el
presidente. En Improasa yo no tenía poderes. Era un director más de la
sociedad. Estuve durante una temporada larga, hasta agosto de 1991, en
que prácticamente no tuve ningún contacto con Patrimonio, es más, no
conocía siquiera a su director en aquel momento, don Luis Alcaide. Cuando
las gestiones con Hytasa para una posible compra estaban ya avanzadas,
Luis Alcaide decidió que le acompañase a una reunión que iba a celebrarse
en Málaga a primeros de agosto. Me dieron documentación de lo que se
había hablado, los borradores de posibles acuerdos con Hytasa para que
los estudiara, con objeto de que yo, que conocía las dos sociedades, le
asesorara y le ayudara a tomar la determinación que fuera más
conveniente. Esa fue mi vuelta a los temas de Interholce y a partir de
entonces, unas veces con más intensidad y otras con menos, seguí la
trayectoria y el camino de Interholce.

Sobre por qué Hytasa estuvo estudiando, con el beneplácito de la
Dirección General, la posible compra de Interholce, había ya una gran
preocupación porque se veía que la sociedad marchaba muy mal y podía
encontrarse en una situación límite. Las posibilidades de venta en las
circunstancias en que estaba también eran muy difíciles. No sé cómo se
iniciaron las conversaciones con Hytasa. Desde siempre, desde que yo
entré en el grupo textil de Patrimonio se hablaba, aunque nunca se llegó
a hacer nada, de la



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posibilidad de un textil andaluz, de una mayor colaboración entre las
empresas, de una especialización, de unos servicios comunes en
determinados terrenos, por ejemplo en la exportación. Quizá por esta
teorías, que tenían su fundamento pero no se hacían porque había otras
dificultades, decidieron que Hytasa estudiara la posible compra de
Interholce.

Se estudió. Presentaron en principio un esquema de proyecto, pero el tema
se terminó porque hubo una oposición absoluta por parte de la plantilla
de Interholce a que Hytasa interviniera en la empresa. Existía el temor
de que la unión de ambas sociedades fuera en detrimento de Málaga, por
lo que hubo una oposición fuerte; tan fuerte que a la salida de la
reunión fue necesario, porque así lo demandaban cientos de personas que
había allí, desplazarnos al salón de actos para que don Luis Alcaide les
diera explicaciones y los tranquilizara. Los ánimos se calmaron, pero la
oposición a que Hytasa pudiera hacerse cargo de Interholce acabó con
estas conversaciones.

El diez de abril de 1992, la Dirección General del Patrimonio, de acuerdo
con una proposición no de ley apoyada por la mayoría de los partidos
políticos, interviene en Interholce comprando el 48 por ciento del
capital de la sociedad y haciéndose cargo de la gestión. En ese momento
se me pide que forme parte del consejo, y que yo, que tengo experiencia
en el sector textil y, además, conocimiento de la gestión de Interholce
durante varios años, me ocupe de ponerla en marcha. En ese momento la
sociedad estaba prácticamente parada. Me desplazo a Málaga con dos
misiones: estudiar en qué situación se encuentra la sociedad y poner en
marcha las instalaciones industriales e iniciar la actividad comercial.

La situación de la sociedad es de absoluto y total abandono en ese
momento, de manera que hubo que hacer unos trabajos previos para poner
en marcha las instalaciones y para tratar de captar nuevamente a los
clientes, pues la mayoría habían abandonado la sociedad porque no tenía
ninguna confianza en que pudieran cumplir sus compromisos comerciales.

Después de estos trabajos previos que hubo que hacer de compra de materia
prima, compra de repuestos, revisión de máquinas, visitas a clientes, la
sociedad inició progresivamente su actividad en el mes de julio y después
de las vacaciones, en septiembre y octubre, aunque no a plena capacidad,
todas las secciones de la sociedad estaban en funcionamiento.

Al estudiar la situación de la sociedad se empezaron a observar ciertas
anomalías, muy difíciles de precisar porque faltaban documentos en la
contabilidad. Había muchas operaciones enrevesadas con sociedades
interpuestas. Todo esto preocupó mucho en el consejo de administración,
que éramos los responsables de la sociedad. Se habló de todo ello en un
consejo y se convino en la necesidad de hacer cuanto antes un análisis
de todo lo ocurrido en la sociedad con objeto de aclararlo y,
posteriormente, tomar las medidas oportunas. Entre las medidas que se
tomaron, algunas fueron de tipo interno, como dedicar más medios a la
investigación de estas anomalías, y otras hablar con los auditores y
pedir documentación; incluso nos pudieron aportar fotocopias de
documentación que la propia empresa no tenía. Posteriormente se pidió a
los auditores que habían hecho la auditoría de esos años que hicieran
otra del período 4 de agosto de 1989 a 30 de abril de 1992, sobre unos
determinados puntos que nos preocupaban, para tratar de esclarecer y de
pormenorizar en lo posible esas cuestiones, y entre las medidas que en
el consejo se decidieron tomar estaba pedir un investigador para que nos
ayudara en algunos temas. Entonces surgió el nombre de Cordón. Tuvimos
una entrevista con él --estoy hablando de diciembre de 1992--,
conversamos, nos dio muy buena impresión y llegamos a un acuerdo para que
empezara a investigar temas. Así se hizo, y empezó a hacer unos informes
mensuales en los que poco a poco iba estudiando y desbrozando todos los
temas conflictivos que le habíamos señalado. Este informe junto con el
de los auditores del período privado con todas las investigaciones que
hicimos dentro de la empresa fueron la base de la denuncia que se
presentó en el mes de julio de 1994. No fue solamente el informe Cordón.

El informe Cordón no se entregó con la denuncia. Es un informe muy
voluminoso, creo que catorce o quince tomos. En el momento en que la
denuncia estuvo en manos del juez y se habló con Improasa para que se
entregara toda la documentación que se tuviese, el informe completo de
Cordón fue inmediatamente entregado, y no sólo fue entregado al juzgado
de Málaga sino que incluso al señor Cordón se le dieron instrucciones de
que todos los papeles de trabajo que pudiera tener y que no estuvieran
reflejados en el informe los pusiera a disposición judicial.

Respecto a si en la denuncia no se cita de forma expresa a ciertas
personas de la Administración, concretamente al señor Moreno, fue porque
del informe Cordón no se desprendía que tuviera ninguna responsabilidad.

Voy a aclarar esto porque quizás pueda dar lugar a un malentendido. No
sólo a partir del informe Cordón, sino antes, esto era algo que ya
habíamos pensado, y precisamente por esto el señor Cordón puso especial
énfasis en tratar de encontrar algo que lo pudiera demostrar, pero no
pudo encontrar nada que de manera clara pudiera demostrar que el señor
Moreno tuvo una intervención que no fuera correcta, desde el punto de
vista penal, no hablemos ya desde el punto de vista profesional, que ése
es otro tema distinto. Por eso fue por lo que en la denuncia penal no se
incluyó el nombre del señor Moreno.

Me ha preguntado por Interdoxa. Interdoxa es una compañía de
organización, uno de cuyos accionistas y socios es Antonio Gutiérrez. En
el consejo de General Textil, que era el nombre de Intelhorce entonces,
de febrero de 1990, ya se habla del tema de Intelhorce. Dicen que
preocupados porque se está encontrando en la empresa unas dificultades
mayores de las previstas, por las que no pueden llevar a cabo el plan
estratégico que tenían trazado en el momento de la compra, el presidente
propone al resto de los consejeros que se encargue a Interdoxa --ya da
el nombre de Interdoxa, no dice a una compañía-- un estudio de viabilidad
para la sociedad; estudio que aparece en abril o mayo y que a lo largo
de 1991 en cuatro o cinco ocasiones fue actualizado, porque iban dejando
de ser de actualidad algunas



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de sus previsiones, y adaptado a la conversación con el comité de
empresa, tratando de que este informe fuera apoyado y aceptado por la
parte negociadora, y cuya última versión es de noviembre de 1991.

Respecto al precio de los treinta y tantos millones, la verdad es que me
es difícil opinar. No sé el tiempo que pudieron dedicarle. Me es difícil
dar una opinión. Informes de este tipo se pueden hacer por quince
millones y por cien millones; depende de quién los haga y cómo los
negocie. Ahora bien, esto fue encargado por el equipo privado de
Intelhorce.

No sé si me he dejado muchas cosas sin contestar. Esto es de lo que he
tomado nota.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Por el Grupo de Izquierda Unida, el señor
Centella tiene la palabra.




El señor CENTELLA GOMEZ: Usted ha hecho una larga exposición, yo diría
que ha planeado sobre todo el proceso, pero a mí me gustaría,
aprovechando su misma intervención, porque la pregunta que yo traía
preparada iba en ese sentido, que aterrizase sobre alguna de sus
afirmaciones. En concreto, cuando usted dice que tienen noticias del
interés de Benorbe cuando ya estaba avanzado el proceso, parece que al
final solamente había una empresa interesada, que era Benorbe, una de las
argumentaciones que tiene el Gobierno es que se vende a Benorbe y
Benservice porque no había otra empresa que se hubiera interesado. Yo
quería que me comentase si esto era real o si había otras empresas que
pareciesen tener interés en la compra de Intelhorce.

También quería saber qué datos tenían ustedes (la verdad es que tenían
poca relevancia pero no eran desconocidos) qué conocimiento se tenía por
parte del consejo de administración, del cual usted era presidente y le
correspondió el triste papel de firmar la ampliación de capital y de
hacer la venta que luego resultó tan chapucera. Quería saber qué
conocimiento había en el consejo de administración de la solvencia de
Benorbe y Benservice y si a usted le preguntaron en algún momento su
opinión.

Usted también ha hablado de la visita de Carlos Benetton a la fábrica.

Aunque usted dice que no hizo ningún comentario, se tuvo que presentar
en calidad de algo. Quería saber si venía representando a la empresa
Benetton, si venía representando a Benservice o en calidad de qué se
presentó. Me imagino que aunque no hiciese ningún comentario, tampoco iba
a estar callado todo el tiempo, sino que en calidad de algo tuvo que
visitar la fábrica.

También quería preguntarle si ustedes valoraron en el consejo de
administración la viabilidad del proyecto empresarial, en la reunión que
celebraron en el hotel Cervantes, donde todo era muy bonito, porque
detrás de Benorbe estaba Benetton o porque ustedes estaban allí
cumpliendo órdenes de Improasa, de Patrimonio, del Gobierno, y lo único
que les interesaba en aquel momento era vender la empresa de la manera
que fuese. Usted ha dado un dato, y le honra que lo haya dicho, que puede
causar cierta preocupación: que los trabajadores no se enterasen de que
se estaba vendiendo la empresa porque eso podía reventar la operación.

Efectivamente, por parte de la sociedad malagueña había grandes temores
puesto que no era la primera privatización de Intelhorce, pues ya se
conocía cómo se había privatizado anteriormente, qué frutos dio y, como
ya se ha dicho por otro comisionado, había compromisos muy concretos,
incluso personales del entonces y actual Presidente del Gobierno, Felipe
González, en el sentido de que no se iba a privatizar. Había esa
sensibilidad, pero la mejor forma de reaccionar no era encubrir el
problema, sino explicarlo. Lo que sí tenían muy claro los trabajadores
era que había que evitar que la privatización se realizase de una manera
--y repito la palabra-- chapucera --porque no encuentro otra más
benévola-- como la que luego se llevó a cabo. Quería saber cuál era su
papel en ese momento, si se requería su opinión o si la decisión ya
estaba tomada y ustedes eran unos meros ejecutores de esa decisión.

No me ha quedado claro cuándo se enteran de que Benetton no está detrás
de la operación. A nosotros nos sigue pareciendo imposible que al
Gobierno se le pueda engañar tan fácilmente en la venta y que la
responsabilidad sea de los informes del señor Moreno. Lo que viene a
decir el Ministro, aunque sé que mi compañero de Comisión no va a estar
de acuerdo, es que la única responsabilidad fue del informe del señor
Moreno, que obligó prácticamente al Gobierno a tomar una decisión
equivocada. Yo no sé si estaba o no en el informe Cordón, pero hay
responsabilidades, aunque no sé de qué tipo. El inducir al Gobierno a
tomar una decisión sobre la base de informes que no son correctos tiene
responsabilidades. Por tanto, yo quisiera que aclarase esta cuestión.

Por último, quisiera que nos dijera las sensaciones que ustedes tuvieron
cuando retomaron la actividad empresarial en septiembre, así como las
perspectivas de viabilidad que la empresa tenía. Todo el mundo era
consciente de que la empresa tenía dificultades, pero también de que era
viable. En Málaga se ha considerado que el problema de Intelhorce era su
gestión y nadie piensa que en Andalucía no pueda haber una empresa textil
viable, salvo que haya otro tipo de intereses que los meramente
empresariales. En Málaga nadie se explica por qué Intelhorce no puede ser
viable. Cuando se vuelve a recuperar, de nuevo se habla de la viabilidad,
y se dice a los trabajadores que hay que hacer una serie de sacrificios
que ellos asumen. Por último, se les dice que la empresa tiene que cerrar
y que no hay más posibilidades de viabilidad. En un diario local de
Málaga de hoy viene publicada una carta de los trabajadores que se
acogieron a la jubilación anticipada y que se encuentran en una situación
bastante desesperada; en esos sacrificios que hicieron en gran medida por
responsabilidad de los sindicatos, no solamente para asegurarse su futuro
personal sino como una aportación al futuro industrial de Málaga, hoy se
ven frustrados y en cierta medida se sienten engañados al ver que nadie
es capaz de hacer viable una empresa textil en Málaga. Quisiera saber qué
impresión se llevaron cuando vieron que Intelhorce se había parado, por
decirlo así, de forma voluntaria o qué motivos habían conducido a esa
parálisis de la actividad industrial de Intelhorce, porque nos consta que
los conflictos laborales no



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llevaron a esa situación; al contrario, la colaboración de la plantilla
fue total.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Como comenté
anteriormente, el consejo no tuvo ninguna participación directa en la
venta. Yo quiero dejar claro que el consejo de Intelhorce, como el de
cualquier sociedad anónima pública o privada, tiene todas las
responsabilidades de la gestión de la sociedad, pero ahí se acaban. El
consejo no puede intervenir en lo que el accionista haga con su paquete
de acciones, a no ser que los propios consejeros sean accionistas. Es
más, el accionista podía vender su paquete de acciones sin necesidad
incluso de comunicárselo al consejo. En este caso nos lo comunicaron por
deferencia, pero en realidad el consejo no estudió el plan estratégico
de Benorbe y Benservice, ni estudió ni opinó sobre otros posibles
candidatos. De manera que el consejo de administración se limitaba a
tomar nota de que la intención de Patrimonio era vender la sociedad. Esa
es prácticamente la única información que tuvo el consejo. La siguiente
se produjo poco antes de la firma de la escritura de compraventa, en que
se pidió que todo el consejo presentara una carta de dimisión para que
en el momento de la compraventa el consejo lo nombraran los compradores.

Respecto a otras posibles empresas interesadas en la compra, hubo varias,
nacionales y extranjeras. Lo que pasa es que, a lo largo de las
conversaciones, poco a poco se fueron retirando y al final quedó una
española, que no pudo continuar siquiera las conversaciones, porque había
que presentar un aval de cien millones de pesetas en el momento de
formalizar la oferta, para que ésta se tuviera en cuenta en una decisión
final, y no lo presentaron. La única firma que presentó el aval de cien
millones de pesetas fue el grupo Benorbe y Benservice. Este aval no tiene
nada que ver con el del contrato de compraventa.

Carlos Benetton se presentó allí, en nombre de Benetton, poco antes de
la adjudicación, hacia el mes de mayo, y la explicación que dio es que
venía a visitar las instalaciones, pues estaban considerando qué interés
podía tener la sociedad, sin decir que lo tenían. Dentro de la campaña
de que Benetton estaba detrás de la operación, esto no fue más que ir
creando el escenario adecuado. En el mes de julio al consejero-delegado
lo llevaron a Italia, estuvo un día en la sede de los Benetton y habló
con Luciano, cabeza del grupo Benetton. Preguntó qué se fabricaba, de qué
calidades, de qué tipos, mostrando su interés. No dijo prácticamente
nada. Se limitó a hacer comentarios o preguntas muy generales. No incidió
en ningún punto de una manera precisa y profunda. Las preguntas fueron
todas ellas muy superficiales.

Respecto a la plantilla, no es que se estuviera encubriendo que la
sociedad estaba en venta; esto lo conocía perfectamente el comité de
empresa. De lo que se trataba era de no dar información a lo largo de las
conversaciones, porque esto podría dar lugar a que, en un determinado
momento, hubiera presiones que a lo mejor estropearan a un comprador que
luego podía tener interés. La verdad es que lo primero que dijeron todos
los que se interesaron por la compra de Intelhorce fue que tenía que
hacerse con un consenso de la plantilla y de las centrales sindicales.

Nadie quería meterse en una sociedad, que en aquel momento debía tener
alrededor de 1.600 personas, a enfrentarse con la plantilla, tratando de
tomar medidas que ésta no aceptaba. O sea que la plantilla siempre tuvo
conocimiento, como lo había tenido en el Hotel Cervantes, de quién era
el comprador y qué es lo que pensaba hacer. Pero lo que no se quería es
que pudiera interferir a la mitad de un proceso, antes de que llegara el
final. En el Hotel Cervantes, estos señores explicaron el plan
estratégico que habían entregado a Improasa, que fue muy bien acogido,
entre otras razones que he explicado porque no implicaba reducción de
plantilla. Luego, los hechos han demostrado que el plan estratégico
posiblemente nunca se intentó aplicar.

Pregunta S. S.: ¿Por qué estaban parados en abril de 1992, por temas
laborales? No, en absoluto. Yo diría, conociendo a la plantilla --en
todos los años que estuve, afortunadamente, no tuve huelga ni incidente
grave alguno--, que tuvieron bastante paciencia con los accionistas
privados y que la parada de la sociedad se produjo por un problema
financiero: falta de dinero para comprar materias primas, repuesto de
maquinaria, materiales auxiliares, etcétera. Esto es una espiral. En el
momento en que se empieza a no cumplir, llegan menos pedidos, se empieza
a facturar menos y acaba parando. En el año 1992 estaba prácticamente
parada.

Referente a si Intelhorce es viable o no, ésa es una pregunta muy
difícil, cuya contestación sería muy prolija. Además, yo diría que en
cada momento de la historia de la sociedad, posiblemente, las respuestas
hubieran sido distintas. El sector textil ha cambiado muchísimo en pocos
años. En la Unión Europea, este sector ha quedado reducido prácticamente
a menos de la mitad en los diez o doce últimos años. Por hacer un
comentario y no salir del tema con estas generalidades, yo diría que, si
nos referimos al momento actual, Intelhorce puede ser rentable con una
serie de premisas, y estoy dando una opinión, evidentemente, como gestor
de la sociedad. En primer lugar, de accionariado. Hoy día no es posible
que una empresa textil pueda ser pública en un sector tan competitivo y
tan difícil, porque la forma de actuar de los gestores que llevan la
empresa y las medidas que pueden tomar en la sociedad no son las mismas
si la empresa es pública que si es privada. Puedo afirmar esto porque la
mayor parte de mi vida profesional la he desarrollado en la industria
privada. La industria pública tiene una serie de connotaciones, aquí y
en todos los países de Europa. Toda la industria textil europea --y había
industria textil importante en algunos países, por ejemplo en Grecia--
prácticamente se ha privatizado o, en otros casos, desgraciadamente, ha
desaparecido.

En segundo lugar, hay que corregir una serie de vicios y problemas que
se han venido acumulando a lo largo de muchos años. En el exterior hay
que darle a la sociedad una imagen que no tiene y que nunca ha conseguido
tener. La única forma de conseguir todo ello es poner al frente unos
gestores privados, pertenecientes, desde luego, al



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sector textil. Yo no creo que a esta sociedad la puedan sacar adelante
simplemente unos financieros, porque necesita producto, canales de
distribución y exportar, y para ello es necesario que los accionistas de
la sociedad sean unas personas con un gran conocimiento del sector, con
una implantación ya importante en el sector europeo, con unas ideas muy
claras de cómo hay que llevar las inversiones y la parte industrial. Por
último, la plantilla debería iniciar desde cero su actuación en la
sociedad, desde luego, sin los derechos adquiridos que han tenido a lo
largo de toda la etapa pública. En cualquier caso, a mí me parece algo
posible, pero difícil, y que requerirá, por parte de los gestores
privados --si finalmente se concretan y compran la sociedad--, un
esfuerzo grande; no será un tema fácil.

Con esto he pretendido contestar a sus señorías.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Sáenz Lorenzo, tiene la palabra.




El señor SAENZ LORENZO: Deseo formular unas cuantas preguntas al señor
García Morales. En primer lugar, por lo que nos ha contado referente a
Benetton, da la impresión de que los que tenían interés en que pareciera
que Benetton estaba muy relacionado con ellos eran los compradores, que
el señor Orefici era representante de Benetton en Málaga y que, en esta
operación de aparentar una relación más allá de la de un cierto carácter
comercial, colaboraron los propios dueños de Benetton, puesto que si el
señor Carlos Benetton vino a Málaga a visitar la compañía e invitó a
algunas personas a visitar la empresa en Italia, parece que hubo una
cierta colaboración para dar una imagen que luego resultó ser falsa, pero
que estaba presente en los medios de comunicación. Quisiera que usted
confirmara estos datos, que ya se deducen de sus afirmaciones anteriores.

Respecto al tema del cheque de los 1.800 millones de pesetas, interpreto
que ha habido una ampliación de capital de 5.860 millones de pesetas
--capital que pertenece a Intelhorce-- y que, en el momento en que a
usted le piden que firme ese cheque, acaba de producirse la venta de
Intelhorce y, por tanto, los propietarios son ellos; no tienen los
poderes en ese momento, pero sí tienen el poder, digamos, moral e incluso
contractual. La pregunta es: ¿Usted recibió instrucciones desde
Patrimonio de que firmara ese cheque o fue algo que le plantearon en ese
momento y, dadas las condiciones que acabo de señalar, no vio razones
para oponerse a ello? ¿Cree usted que el mantenimiento de los puestos de
trabajo ha sido uno de los objetivos básicos que se han planteado a lo
largo de la vida de Intelhorce, en todo momento, por parte de Patrimonio?
Usted, en la última etapa, tiene que ver de nuevo con la gestión de
Intelhorce y es uno de los que realizan el informe que luego da lugar a
la presentación de la denuncia ante los juzgados. Su participación ha
sido activa en todo ese proceso y, por tanto, difícilmente se puede
pensar que usted tenga ningún tipo de connivencia con las personas que
compraron. Querría que contestara a estas preguntas. Nada más por mi
parte.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor García Morales, tiene la palabra.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Efectivamente,
Benetton, de una forma premeditada, creó la imagen de que estaban detrás
de la operación. Si no, es inexplicable que, cuando apareció, no en una
ocasión sino en decenas de ocasiones, en los medios informativos de
Andalucía que Benetton estaba detrás, en ningún momento rectificaran esta
afirmación. Es impensable que esto se les pasara en una empresa como
Benetton; simplemente no quisieron hacerlo, si no lo estaban incluso
propiciando.

Respecto a la visita a Italia, que el señor don Luciano Benetton, un
señor tremendamente ocupado, dedicara prácticamente un día el Consejero
Delegado y que viniera aquí Carlos Benetton, no lo puedo encuadrar sino
en que, efectivamente, trataron de apoyar la oferta de Benorbe y
Benservice creando la apariencia falsa de que Benetton estaba detrás de
la operación.

En cuanto al cheque de 1.800 millones, no voy a insistir más en por qué
lo firmé, creo que lo he explicado con claridad. Contestaré a la pregunta
de si recibí instrucciones de que firmara este talón por parte de
Patrimonio. A esto respondo categóricamente que en absoluto. Patrimonio
no me habló ni de este talón, ni del aval de Fianzas y Créditos, ni de
ningún tema relacionado con esto. Lo firmé porque me parecía que no
hacerlo era causar un trastorno a la empresa sin ninguna razón que lo
justificara. No quiero repetir lo que he dicho anteriormente, pero
Patrimonio jamás me habló, ni me dio instrucciones, ni me hizo
insinuaciones, repito, de ningún tipo respecto al talón. Supongo que a
Patrimonio le ocurrió como a mí, que se enteró de que el tal talón estaba
cuando los del Exterior, supongo que siguiendo instrucciones de los
nuevos accionistas, se lo entregaron al señor Muñiz y éste me pidió que
firmara.

Referente a la preocupación de la Dirección General del Patrimonio por
el mantenimiento del máximo número de puestos de trabajo en la sociedad,
ésta siempre ha sido una preocupación de Patrimonio y de la plantilla,
con la fuerza que tiene en una empresa pública, indudablemente mayor que
en una empresa privada; es una de las diferenciaciones que hacían antes.

Ambas preocupaciones en el mismo sentido han hecho que el mantenimiento
de los puestos de trabajo haya sido siempre algo prioritario dentro de
Intelhorce; diría que quizá en algunas ocasiones esto haya podido ser la
causa de que la empresa tuviera unos resultados un poco peores de los que
en realidad tuvo, pero efectivamente ésta ha sido la preocupación,
insisto, de la Dirección General de Patrimonio.

Respecto a la última etapa, me parece que lo único que tendría que
contestar es si yo tenía alguna connivencia. Absolutamente ninguna.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Vamos a dar un segundo turno. Les pediría a los
señores parlamentarios que hiciesen preguntas concretas y obviasen las
argumentaciones en la medida de lo posible.




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Tiene la palabra el señor Izquierdo por el Grupo Popular.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señora Presidenta, como en otras ocasiones,
con su benevolencia, en este turno de réplica preguntaremos el señor
Guerra Zunzunegui y yo diferentes cuestiones al señor García Morales.

Señor García Morales, usted se habrá fijado que yo empecé mi intervención
preguntándole cuándo habían aparecido en el entorno de Intelhorce el
señor Muñoz y el señor Orefici. Si había un misterio en esta operación,
lo que pasa es que creo que sus palabras de hoy, que agradezco, han sido
enormemente clarificadoras. Si había un misterio respecto a cuándo
aparecen en el entorno de Intelhorce y de Improasa estas dos sociedades,
Benorbe y Benservice, representadas por el señor Muñiz, que además no
habían recibido ninguna información documental de Improasa sobre el
cuaderno de ventas, etcétera, hoy hay menos misterio. Usted lo ha
contestado en parte porque nos ha dicho que el señor Muñiz trabajaba ya
en numerosas ocasiones para la Intelhorce pública, de la cual era usted
Presidente antes de la venta, había llevado impagados, era asesor
jurídico de la empresa. Bien, pues ya es un dato, es muy posible, señor
García Morales, según lo que nos ha dicho hoy, que el señor García Muñiz
ya conocía muy bien Intelhorce y que, a lo mejor, en ese entorno se
interesaron por comprar la empresa.

En mi opinión, esto es enormemente clarificador, puesto que si el señor
Muñiz, de alguna manera, estaba en nómina de Intelhorce por encargos que
se le podían hacer, era una persona de la confianza de la empresa pública
Intelhorce, dirigida por usted, por su Consejo de Administración y, en
definitiva, por el Ministerio de Economía y Hacienda, cuyo titular era
don Carlos Solchaga, y por la Dirección General de Patrimonio del Estado.

Luego para don Carlos Solchaga, para el Director General de Patrimonio
del Estado de turno y para la propia Intelhorce pública dirigida por el
Gobierno socialista, el señor Muñiz no era desconocido, era una persona
que estaba en nómina de esta empresa pública. Es un dato, ya sabemos algo
más sobre la génesis del problema Intelhorce, pero es que nos ha contado
más.

Yo he terminado mi intervención preguntándole por el informe Interdoxa,
porque en todo lo que he leído siempre se centra la sociedad Interdoxa
y en ese famoso informe de 32 millones de pesetas, que luego queda en 26,
en el año 1991, cuando de alguna manera Improasa está tutelando de nuevo
sacar a Intelhorce de las manos de sus gestores privados. Usted ha dicho
que se intentó la venta a Hytasa sin mucho éxito, y en el año siguiente
entra Improasa en el accionariado de Intelhorce. Nos ha dicho algo
enormemente importante, que Interdoxa fue contratada por los gestores
privados de Intelhorce en febrero de 1990, o sea, pocos meses después de
la compra. (El señor Sáenz Lorenzo: De 1991.) En febrero de 1990, señor
Sáenz Lorenzo.

Tengo que recordar a esta Comisión qué sociedad es Interdoxa diciendo que
es fundada por Antonio Gutiérrez Castaño, que fue fundador, a su vez, con
Felipe González y Rafael Escuredo, a principios de la transición, de su
despacho en la calle Capitán Vigueras, de Sevilla; que Interdoxa fue
creada el 19 de febrero de 1988 por la sociedad Guaden, S. A., con un 50
por ciento de su capital social; por Antonio Gutiérrez Castaño, con un
16,6 por ciento; por Fernando Yélamos Navarro, con un 16,6 por ciento,
y por José Luis Muñoz Selma, con un 16 por ciento... (El señor Sáenz
Lorenzo hace signos de protesta.) La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor
Izquierdo, entiendo que no responda al ruego que ha hecho la Presidencia
de no introducir nuevas argumentaciones y limitarse a las preguntas. En
todo caso, esta Comisión puede tener conocimiento de los extremos que
usted apunta ahora en el momento oportuno. No creo que sea éste el
momento en que, tanto el compareciente como el resto de los comisionados,
tengamos que acceder a esa información que usted da y creo que no es
absolutamente imprescindible proporcionarla.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señora Presidenta, con todos los respetos,
intento hacer una pregunta.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Lo consigue relativamente, señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Tiene un capital social inicial de 600.000
pesetas. El 1 de junio del año 1992, fecha importante para Intelhorce,
la sociedad Interdoxa, S. A., se transformó en sociedad limitada y su
accionariado quedó distribuido de la siguiente manera: Estudios y
Explotaciones, S. L.; Winlod, S. A.; José Sánchez Bernal y Fernando
Yélamos Navarro a partes iguales. Los administradores eran: José Sánchez
Bernal, Presidente; Antonio Gutiérrez Castaño, Secretario, y Fernando
Yélamos, Vocal. En agosto de 1991, Interdoxa amplió su capital en
3.400.000 pesetas, que fue suscrito por una sociedad con domicilio en
Luxemburgo llamada Financier Monet, S. A. La sociedad Winlod, S. A.,
señor García Morales, fue creada el 20 de septiembre de 1989 por Antonio
Gutiérrez Castaño en un 90 por ciento, como administrador único; José
Fernández Calvo, en un 5 por ciento, y Pilar Capdevilla Carrillo, en un
5 por ciento. Esta señora actualmente es Administradora única de
Interdoxa.

La propietaria del 50 por ciento de Interdoxa, señor García Morales (y
esto viene a colación de que ya en febrero del año 1990 está Interdoxa
en el ámbito de Intelhorce, pocos meses después de la privatización, que
es contratada, según usted ha dicho, por el señor Muñiz, y que el señor
Muñiz era, a su vez, una persona que estaba en nómina de la Intelhorce
pública) es propietaria de la sociedad Guaden, que fue la empresa que
actuó como intermediaria en el pago de las comisiones que el PSOE recibió
a través de Filesa, en concreto las de...




El señor SAENZ LORENZO: Señora Presidenta, protesto formalmente de que
aquí se hagan afirmaciones sin ninguna...




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señora Presidenta, ¿podré terminar mi
intervención?



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El señor SAENZ LORENZO: Quiero plantear una cuestión de orden, porque
aquí parece ser que porque una empresa...




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Entiendo, señora Presidenta, que si el señor
Sáenz Lorenzo quiere replicar tendrá su turno, y que no interrumpa
habitualmente mis intervenciones.




El señor SAENZ LORENZO: Es que no estamos en un debate. Estamos haciendo
preguntas a un interviniente. El debate lo tendremos al final.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Perdón, señor Sáenz.

Señor Izquierdo, le reitero el ruego de que, a ser posible, haga
preguntas concretas y escuetas. En el primer turno ha habido toda la
flexibilidad posible por parte de la Presidencia para que hiciera las
observaciones y argumentaciones que ha considerado pertinentes. Este
segundo turno se utiliza normalmente para hacer preguntas escuetas o para
aclarar algún término de la intervención del compareciente que no haya
quedado suficientemente aclarado. Le ruego, por favor, que obvie, en la
medida de lo posible, las argumentaciones, sobre todo no las haga tan
extensas y vaya directamente a hacer las preguntas que considere
convenientes.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Gracias, señora Presidenta.

Entiendo que les pueda molestar lo que estoy diciendo, pero en cualquier
caso estoy argumentando una pregunta que estoy haciendo sobre el tema de
Interdoxa, y aclarando que...




El señor SAENZ LORENZO: Pero para acusar a un partido político tendrá
usted que tener alguna prueba, ¿o se pueden hacer en esta Comisión de
investigación afirmaciones sin ninguna fundamentación? Creo que la
Comisión de investigación tiene que ser algo serio, no una cosa frívola.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Sainz Lorenzo, le ruego que no interrumpa
al Diputado que está en el uso de la palabra.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Gracias por su amparo, señora Presidenta.

Me da la sensación, señor García Morales, que sus palabras han sido
enormemente clarificadoras y que en este escándalo de Intelhorce late lo
que late en tantos otros escándalos que han sucedido.

Haré la pregunta concreta, señor García Morales. Con relación al cheque:
¿es consciente de la responsabilidad que tiene usted al haber firmado un
cheque por detrás cuando no tenía ningún poder para hacerlo, pues, según
nos ha dicho, se efectuó después de la venta? ¿Es consciente de la
responsabilidad que tiene? ¿Es consciente de que nos ha dicho también que
se fió --quizá por buena fe-- del señor Muñiz, al que probablemente
conocía muy bien porque había trabajado con usted en Intelhorce en
anteriores fechas?
En cualquier caso, y lo digo para que haga la consideración que estime
oportuno, en mi opinión no despeja la sospecha de que la venta de
Intelhorce se pactó. Le voy a decir por qué. En el año 1991 se conoció
por parte de los servicios del Ministerio de Economía y Hacienda (y ha
declarado aquí esa circunstancia el propio Subsecretario actual del
Ministerio y consta, además, en declaraciones públicas hechas por
personas implicadas en el caso) que los compradores de Intelhorce habían
contragarantizado el aval con fondos públicos. Se conoció en 1991;
corríjame si me equivoco. ¿Qué sucedió el 20 de diciembre de 1991? Yo se
lo diré. El 20 de diciembre de 1991, el Banco Exterior volvió a avalar
a los compradores con los mismos fondos que habían servido para la venta
en 1989. ¿Conocía usted esa circunstancia?
Consta en declaraciones públicas que se retira el aval de Fianzas y
Créditos por decisión de Patrimonio del Estado, y que un cheque de 1.724
millones de pesetas es transferido del Banco Pastor al Banco Exterior.

¿Cómo es posible que después de todo lo que estaba pasando Patrimonio del
Estado permitiera en 1991 --hablamos del mismo cheque prácticamente, lo
que pasa que quizá ya minusvalorado-- se volviera a transferir el cheque
al Banco Exterior? ¿Eso lo hicieron también los compradores por su cuenta
y riesgo? Eso no se sostiene, señor García Morales --y usted me dará su
opinión autorizada--, puesto que la póliza de crédito del Banco Exterior
está firmada por Benorbe y Benservice, por el Banco Exterior y por la
propia Intelhorce. Eso sucede en el año 1991, no en el año 1989.

¿Explicará usted esta cuestión a la Comisión?
De todas formas, señor García Morales, si recibe o no recibe
instrucciones para la firma de ese cheque, ¿qué quiere que le diga? Le
reitero la pregunta. ¿Es usted consciente de la responsabilidad personal
que tiene al haber firmado un cheque cuando no tenía ningún poder para
hacerlo puesto que la compañía estaba vendida ya?



La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Guerra Zunzunegui, tiene la palabra.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Voy a hacer algunas preguntas muy concretas.

Indica el señor García Morales que él estuvo al margen de la operación
de venta. Sin embargo, posteriormente, por sus manifestaciones aclara que
ha tenido conocimiento, y muy extenso, de la misma. ¿Cómo es posible que
una persona como usted, que ha estado al frente de las textiles del
sector público, no indicara que las dos empresas compradoras, Benservice
y Benarbe, no tenían nada que ver en el sector textil? y, como ha
indicado posteriormente, no cree en la viabilidad simplemente con
empresas financieras. Por cierto éstas, como empresas financieras, tenían
un capital absolutamente ridículo para una operación como ésta. ¿Cómo es
posible que usted no comente y no diga que realmente estas empresas no
tenían nada que ver con el sector textil, no tenían ningún conocimiento
técnico y jamás habían estado en este sector?



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Segunda pregunta. Indica que la prensa dijo que si Benetton... ¿Cree
posible, señor García Morales, que una venta se efectúe sin que realmente
Benetton diga por escrito que está detrás de estas sociedades y que avala
la compra de Intelhorce? ¿Cree que simplemente por las conversaciones que
usted ha mantenido en el hotel Cervantes y por posteriores viajes que
hicieron el señor Moreno o no sé quiénes a Italia, en donde parece ser
que el señor Benetton lo único que hizo fueron algunas preguntas
generales, pero que no dijo en absoluto que estaba detrás de la
operación, se haya podido decir en el informe que emitió Improasa que
estaba el Grupo Benetton detrás?
Tercera pregunta. ¿Se da usted cuenta, como ha dicho mi compañero señor
Izquierdo, de la responsabilidad que supone el firmar un cheque cuando
ya no tenía poderes, cuando había habido una junta universal de la
sociedad en la que se había tomado el acuerdo de ampliar a 2.000 millones
de pesetas, suscribir el 25 por ciento, 500 millones de pesetas, que,
como se ha demostrado con la documentación y con las manifestaciones que
se ha hecho por otras personas, hubo realmente una falsedad en documento
público puesto que el primer cheque de 500 millones de pesetas de la
ampliación no fue ingresado en Intelhorce y, además, en la escritura de
compra no figura ni contra qué banco es ni número del cheque ni si era
nominativo o al portador? Nada más dice que se ingresaron en la caja de
la sociedad, fórmula general, pero no suele ser usual que 500 millones
de pesetas se ingresen en caja y no a través de banco. ¿Se da cuenta de
que en una junta general universal se podían haber dado los poderes por
parte de los privados y podían haber estado inscritos, a los quince días
o menos, en el Registro Mercantil? Pero usted facilita con su firma es
cheque, del que posteriormente los señores compradores hacen una
disposición indebida.

Por último, señor García Morales, ¿no advirtió, en el momento de la
compraventa --que realmente conocía puesto que en los años 1987 y 1988
estaba usted al frente de la empresa--, que había habido por parte de la
Unión Europea una información diciendo que parte de las ayudas que se
habían dado a esta sociedad podían no estar de acuerdo con el Real
Decreto de 1987 aprobado por el propio Gobierno? ¿Cómo es posible que
usted no advirtiera esto cuando estando al frente de la sociedad debería
haber tenido conocimiento de que la Unión Europea había comunicado al
Gobierno español respecto de las ayudas anteriores a 1987-1988, que si
posteriormente se declararan compatibles, en el momento de la
compra-venta fueron declaradas incompatibles y, por tanto, con perjuicio
para la devolución de este dinero?
Señor García Morales, estas preguntas son muy concretas. Le agradecemos
que haya hecho una exposición amplia y ahora conocemos bastante de la
trama Intelhorce.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Tiene la palabra el señor García Morales.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Voy a tratar de
contestar a las preguntas una por una.

El señor Muñiz no estaba en la nómina de la sociedad, como se ha dicho
repetidamente. Era un colaborador externo, tenía un bufete de abogados
en Marbella y hacía determinados trabajos a la sociedad. Por otra parte,
por lo que conozco de él, es un señor que ha sido diputado en el
Parlamento andaluz (para mí eso es algo a tener en cuenta) en
representación de UCD, ha sido vicepresidente de Sodián, ha sido
consejero delegado de Carbonell, es una persona que ha ocupado puestos
políticos y ha estado en el sector privado. Mientra que no se demuestre
lo contrario, hay que pensar que era una persona normal y correcta como
cualquiera de nosotros.

En todo el tiempo que estuvo colaborando con la sociedad lo hizo a plena
satisfacción y sin que jamás hubiera habido el más mínimo indicio de una
actuación que pudiera considerarse que no era correcta. Es lo que quería
decir sobre el señor Muñiz.

En cuanto a Interdoxa, lamento haberme confundido --si es que ha sido
así-- en la fecha que he dicho del consejo y que como consecuencia de
ello se hayan hecho una serie de razonamientos. La reunión del consejo
de Intelhorce --lo acabo de mirar en mis notas--, en la que se habló del
tema de Interdoxa, fue el 15 de febrero de 1991, no de 1990. Si lo he
dicho mal lo lamento y pido disculpas. La verdad es que no sé lo que he
dicho.

Respecto a todo lo demás sobre Interdoxa, me supongo que no esperará que
conteste. Son cosas para mí nuevas, desconocidas, que no me afectan.

Referente al cheque de 1.800 millones de pesetas, creo que S. S. está en
un error al decir que yo lo firmé sin poderes; tenía todos los poderes
para firmarlo. El hecho de que los accionistas hayan cambiado no tiene
nada que ver con que mis poderes sean revocados. Cuando yo firmé el
cheque mis poderes no estaban revocados. ¿Por qué lo firmé? Quiero
insistir en ello. El talón era nominativo de Intelhorce. Se firmó después
de la escritura de compra-venta. Por tanto, el talón lo tenían los
accionistas que representaban el cien por por cien del capital de
Intelhorce. De acuerdo con el contrato de venta, podían disponer de los
1.869 millones de pesetas en el mismo momento de la firma, porque es lo
que está acordado en escritura pública. El no firmar este talón por mi
parte podía suponer o bien que había adivinado el futuro --ojalá hubiera
sido capaz de ello en ese momento-- o simplemente causar un perjuicio,
sin tener ninguna razón que lo fundamentara o justificara, a los nuevos
accionistas.

No me he enterado muy bien cuando hablaba de que la venta de Intelhorce
se pactó. No sé si con esto lo que S. S. ha querido decirme es que el 4
de agosto estaba todo arreglado, al menos en lo que respecta al aval,
para que estos señores, con dinero público, contraavalaran el aval de
Fianzas y Créditos. Puedo dar mi opinión sobre lo que yo sé, como lo he
hecho en otros temas. Insisto en que nadie me dio instrucciones, ni hubo
la más mínima insinuación de ningún tipo sobre el talón de los 1.800
millones. Lo firmé por las razones que he explicado ya varias veces.

Quizá equivocadamente, pero lo firmé por esas razones.

Ahora voy a añadir una opinión. De acuerdo con todo lo que yo he oído en
las semanas antes de la privatización,



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bien a Improasa, bien a Patrimonio, jamás he notado, examinándolo a
posteriori --porque en ese momento era fácil que no lo notara, pero
después, conociendo lo que había ocurrido, me podía llamar la atención--,
ningún indicio que pudiera justificar que Patrimonio en ese momento, no
ya que estuviera de acuerdo, sino que conociera remotamente que estos
dineros de la ampliación de capital iban a servir par contraavalar el
aval de Fianzas y Créditos. Por ningún comentario ni por ninguna
conversación he visto motivo alguno para que esto pudiera pensarse con
un mínimo de fundamento.

Respecto a que pasó al Banco Exterior el 20 de diciembre, no sé qué me
quiere decir con ello.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Con el permiso de la Presidencia, el señor
García Morales me ha dicho que no sabe lo que quiero decir con esa
cuestión. Lo que quiero decir, señor García Morales, es que el 20 de
diciembre de 1991 se vuelve a hacer la misma operación. En 1989 la hizo
Fianzas y Créditos, y usted ha dicho que con desconocimiento completo de
Patrimonio del Estado, de usted, etcétera. Es su declaración y su
criterio, no lo pongo en duda porque, en definitiva, es su palabra contra
la de otras personas que dicen que usted conocía el tema.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Izquierdo, simplemente debe limitarse a
aclarar al señor García Morales lo que no ha entendido.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Es su palabra, decía, contra la de otras
personas. Pero, ¿qué sucede el 20 de diciembre de 1991 cuando el Banco
Exterior, banco público del que era miembro de su Consejo de
Administración don Luis Alcaide de la Rosa, que también era director
general de Patrimonio del Estado, avaló al señor Orefici otra vez por
2.000 millones de pesetas y se utilizó el famoso cheque que usted firmó?
Se cogió ese dinero del Banco Pastor y se pasó al Banco Exterior.

¿Entiende ahora cuál es la pregunta?



El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): No sé exactamente.

Posiblemente no lo entiendo porque es algo que no puedo contestar. El día
20 de diciembre de 1991 conozco que se pasó de Fianzas y Créditos al
Banco Exterior de España. No sé más; no sé por qué se hizo, si fue porque
Fianzas y Créditos no ofrecía confianza. No sé qué razones tuvo
Patrimonio para pasar ese dinero al Banco Exterior, si es que fue una
decisión de Patrimonio, como me supongo que sería. Creo que he contestado
a su pregunta.

No tengo muy clara su primera pregunta, pero me parece que ha sido si
estando yo en textil no conocía que Benorbe y Benservice no eran
empresas. Quiero insistir en lo primero que he dicho. Yo no era el
encargado ni el responsable de la venta de la sociedad. Colaboraba en lo
que me pedían que colaborase, pero no me tomaba atribuciones que no me
correspondían. Yo no me puse a examinar el plan estratégico para decir
si era bueno o era malo, ni me puse a investigar a Benorbe y Benservice.

Mi misión no era ésa; había una empresa que se encargaba de estudiar la
venta y de hacer los informes correspondientes, con las ayudas nuestras
que necesitaban, que se le prestaban, y nada más. Sobre este tema no he
opinado sencillamente porque no me correspondía.

Otro punto era el hecho de que Benetton saliera en prensa y que Carlos
Benetton viniera a la fábrica, o que se fuera a ver a Luciano Benetton
a Italia. Estas no son razones suficientes para poder asegurar que
Benetton está detrás de la operación. Es una faceta de la venta y una
opinión que a mí me parece muy respetable y con mucho fundamento, pero
nada más. No le puedo decir nada. Yo no era el responsable de la venta,
ni el que tenía que juzgar si Benetton estaba detrás o no. No le puede
decir nada. Simplemente que no era misión mía averiguar si Benetton
estaba haciendo una comedia o realmente estaba interesado en la compra
de Intelhorce. No lo sé.

Lo de falsedad en documento público, creo que ha quedado aclarado antes.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Presidenta, ¿puedo aclararle? Es que no lo
debe tener claro.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Guerra, exclusivamente para aclararle este
punto.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Señor García Morales, se hace la compra y en
la escritura de compraventa (por tanto, cuando usted todavía tiene
poderes en la sociedad en ese momento, y posteriormente, como nos ha
declarado ahora) manifiestan los compradores que se hace una ampliación
de capital de 2.000 millones de pesetas y que el 25 por ciento, como
prescribe la Ley de Sociedades Anónimas, se ingresa en un talón de 500
millones, el cual, en el documento público, no figura contra qué banco,
ni qué numeración, etcétera. Nada más figura que entraron en caja en
Intelhorce --usted todavía con poderes de Intelhorce--, y se demuestra
posteriormente que esos 500 millones de pesetas no entran en Intelhorce.

Por tanto, hay una falsedad en documento público, cuando usted todavía
tiene poderes de la sociedad. Por consiguiente, esa posible falsedad de
documento público es para todo el Consejo y, además, para las personas
que tienen poderes.

Por eso yo le decía cómo es posible que usted posteriormente firme un
talón de la empresa de 1.800 millones de pesetas cuando se ha incumplido
el contrato de compra-venta y se ha hecho una falsedad en documento
público, puesto que esos 500 millones del 25 por ciento de la ampliación
no entran en Intelhorce.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): El asunto de los
500 millones efectivamente ocurrió en la forma que usted lo está
exponiendo; ahora, en lo que yo ya no estoy de acuerdo es con las
conclusiones que S. S. saca.

En primer lugar, creo que hay cierta confusión entre ser accionista, ser
consejero, tener poderes o no tenerlos. El hecho de que yo tuviera
poderes no significa que en ese momento fuera consejero de la sociedad.

Había dimitido



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como Presidente; por tanto, no era consejero de la sociedad, aunque
seguía teniendo poderes en la misma, porque mis poderes no habían sido
revocados. Sí había sido aceptada la dimisión del Consejo en pleno,
incluido yo, pero no la revocación de poderes.

Por tanto, como no formo parte del Consejo de Administración, yo no soy
responsable de esa falsedad en documento público; falsedad en documento
público donde había un notario que daba fe de ello, que parece ser
tampoco se dio cuenta del tema, y fue una anomalía más dentro de las que
ha habido en esta gestión privada.

Por lo que a mí respecta no creo tener responsabilidad, porque no era
consejero, y el hecho de tener poderes no significa que sea responsable
de los actos que tome el Consejo de Administración en ese momento.

Por último, sobre si yo tenía conocimiento del expediente abierto por la
Unión Europea. Efectivamente, yo conocía que la Unión Europea había
abierto una investigación sobre las ayudas públicas a Intelhorce, tema
que lógicamente llevaba el accionista, que era el que había concedido las
ayudas públicas, y no conocía el detalle ni tenía por qué advertir a los
vendedores, en primer lugar, porque no era conocedor exactamente de cómo
estaba este proceso que, además, es un proceso largo que fue recurrido;
y, en segundo lugar, porque yo no llevaba la venta y no era quien tenía
que informar a los vendedores. (El señor Guerra Zunzunegui pide la
palabra.)



La señora SANCHEZ LOPEZ: Señor Guerra, tiene la palabra, si antes la
utiliza el señor Centella y después vemos si es necesario un nuevo turno
de aclaraciones.




El señor CENTELLA GOMEZ: Permítame que empiece por hacer el comentario
de una de sus últimas afirmaciones respecto a que uno de los objetivos
fundamentales de todo este proceso ha sido el mantenimiento de los
puestos de trabajo, y le diga que si ése era uno de los objetivos, usted
mismo juzgue los resultados obtenidos.

Al margen de eso, sigo sin entender cómo podía interferir la plantilla
en el proceso de compra y por qué había que tener ese sigilo, cuando la
plantilla, y usted mismo lo ha dicho, ha jugado en todo momento un papel
positivo en la segunda privatización y en esta tercera; en todo momento
la plantilla ha jugado un papel positivo. No entendemos qué recelos podía
haber, salvo que se quisiera ocultar precisamente que las empresas
compradoras no tenían ninguna solvencia, y la plantilla sí tenía interés
en conocer, al igual que ahora, la solvencia de las posibles empresas
compradoras.

Lo más grave que yo le he escuchado ha sido que usted --no sé si ha sido
consciente o no-- ha denunciado la participación de Benetton en una
operación para engañar al Gobierno español. De eso ha quedado constancia.

Textualmente usted ha dicho que de forma premeditada creó la imagen falsa
de que estaba detrás de la operación (El señor Sáenz Lorenzo: Eso no lo
ha dicho él; lo he dicho yo.)
Aparte de tener mal oído tiene usted mala memoria. Yo le digo que lea las
actas. Nos ha dicho en dos ocasiones que se ha creado la imagen falsa de
que Benetton estaba detrás de la operación. Eso ha sido involucrar a
Benetton en una operación de intentar engañar, porque aquí se nos dijo,
por parte del ministro, que se había engañado al Gobierno con una serie
de informaciones falsas en lo referente al amparo de Benetton en esta
operación.

También sigo sin comprender, y me gustaría que usted lo ratificase,
aunque no es su responsabilidad, pero aquí estamos para dilucidar
responsabilidades políticas, cómo el Gobierno no les pidió su opinión
sobre la venta. Evidentemente, no tienen obligación de dársela, pero
entendemos que políticamente la obligación del Gobierno era preguntarles
a ustedes antes de tomar la decisión, porque algo sabrían del tema.

Por último, no quisiera terminar esta segunda ronda sin agradecerle su
matizada confianza en el futuro de Intelhorce porque al margen del
trabajo que aquí estamos haciendo, tratando de dilucidar lo que pasó con
toda la historia de Intelhorce, sí es interesante que a los trabajadores
se les den mensajes de esperanza matizada, como usted ha dicho. Estoy
convencido de que si las ideas que nos ha expuesto se hubiesen tenido en
cuenta, posiblemente no estaríamos ahora donde estamos, porque, por lo
que usted ha dicho, no se tuvo en cuenta a la hora de adjudicar la
empresa a Benorbe y Benservice. Esperemos que en la operación actualmente
en marcha se tengan más en cuenta las opiniones que usted ha dado, aunque
no sé si en este momento se las han pedido o no, pero en aquel momento
sí debieran haberlo hecho.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Tiene la palabra el señor ex Presidente de
Intelhorce.




El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Comprendo que
Intelhorce con una plantilla que ha ido disminuyendo de forma progresiva
desde hace bastantes años, puede parecer un poco chocante la afirmación
de que el Patrimonio siempre ha tenido preocupación por mantener el mayor
número de puestos de trabajo. Si Intelhorce hubiera sido privada y
hubiera llevado la marcha que llevó, hace muchos años habría estado
cerrada y no habría ningún puesto de trabajo. Es cierto que han
disminuido, pero se han mantenido, intentando por todos los medios que
aquello funcionara sin perder dinero y manteniendo el mayor número de
puestos de trabajo.

Insiste de nuevo con el sigilo y el secreto. Creo que no me he explicado
antes bien. Voy a intentar hacerlo ahora mejor. No había ningún sigilo
con la plantilla, que conocía perfectamente que se iba a vender. No es
que la plantilla tuviera que dar su opinión; tenía que dar su visto bueno
al comprador porque así lo quería Patrimonio y porque así lo exigía el
comprador. Lo que no quería era mantenerse en una lucha social en la
empresa. No se podía estar diciendo a la plantilla cada paso que se daba;
ni yo mismo lo conocía y además me parece lógico, porque podía ser
interpretado de una forma o de otra y podía haber acciones. Podía haber
acciones, por ejemplo, una huelga en protesta por la privatización, y el
que la iba a comprar dijese: ¿pero dónde me voy a meter, si yo no quiero
tener



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problemas sociales? No ha habido sigilo, no ha habido engaño, lo que ha
habido es una información previa de que se va a vender y un visto bueno
del comité y de las centrales antes de la venta. A lo largo del proceso
se querían hacer las cosas con calma y sin presiones. Se pensó que era
el procedimiento más lógico, y la verdad es que yo también lo pienso así.

Respecto a Benetton, me quedo un poco preocupado después de la afirmación
que hace. Estamos en una Comisión en la que se ha dicho repetidamente que
se estaban viendo aspectos políticos. No estoy ante un fiscal diciéndole
que denuncio a Benetton. He querido decir, y quizá lo he hecho de manera
excesivamente espontánea y natural, es que todas las apariencias
--repito, todas las apariencias--, eran que Benetton ayudó a crear la
imagen de que estaba detrás de la operación, no desmintiéndolo en los
periódicos, no haciéndome preguntas como haría cualquier persona
interesada de verdad en la venta, perdiendo Luciano Benetton un día
atendiendo al consejero delegado, etcétera. Es por esto por lo que pienso
así; pero no puedo decir que Benetton ha incurrido en una falsedad y hay
que meterlo en la denuncia. Supongo que en el proceso judicial que se
sigue el juez sabrá si hay o no alguna responsabilidad de Benetton, pero
quiero repetir que yo aquí no he hecho ninguna denuncia de Benetton. Me
he limitado a aclarar un aspecto, porque me parecía interesante que se
conociera.

Por último, parece que S. S. ha interpretado de mis palabras que yo he
dicho que no se tuvo en cuenta que BB no era del textil y que no era
solvente. Yo no he querido decir eso de ninguna manera; además casi me
atrevería a decir que no lo he dicho. Esto es lo que luego ha resultado,
desgraciadamente, pero cuando se tomó la determinación, las personas que
la tomaron --que no fui yo--, si no todos casi todos, porque hay una
persona imputada, supongo que lo hicieron con el pleno convencimiento de
que la sociedad estaba adjudicando a unas empresas que ofrecían toda la
garantía necesaria para sacar esto adelante.

Es cierto que uno de los problemas de esta sociedad, y lo puedo decir
porque lo conozco, ha sido el problema comercial. Parecía que este
problema podía quedar resuelto de esta manera; luego la realidad ha
resultado muy distinta, pero «a priori» no era conocido, yo diría que no
era conocido absolutamente por nadie. Si hay alguna persona implicada,
cosa que tendrán que decir donde proceda, estoy convencido que tampoco
podía pensar que las cosas iban a tomar el derrotero que luego tomaron.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Quiero recordar al señor García Morales que en
esta comparecencia, según la normativa de las comisiones de
investigación, le asiste el derecho constitucional a no declarar cuando
se le planteen cuestiones que pueden rozar imputaciones penales. Se lo
recuerdo y solicito a los señores Diputados que no hagan afirmaciones que
puedan tener esta consideración.

El señor Sáenz Lorenzo tiene la palabra.




El señor SAENZ LORENZO: Mi grupo quiere manifestar su perplejidad porque
se pueda decir gratuitamente que porque una empresa haya hecho un estudio
de viabilidad en Intelhorce, se puedan hacer afirmaciones. Yo también las
podría hacer diciendo que ha habido personas próximas al Partido Popular
que han trabajado en este tema (El señor Guerra Zunzunegui: ¿Cuáles?) y
hacer una inferencia, sin ningún fundamento, de financiación de partidos.

Me parece muy grave que ese tipo de cosas se puedan afirmar en una
comisión de investigación, sin ningún rigor y sin ningún documento que
pueda avalar semejantes afirmaciones.

Dicho esto, y ciñéndome al tema que nos ocupa, que no es ése sino
preguntarle al compareciente sobre sus opiniones, quería señalar dos
cosas. Primera. La Unión Europea había solicitado información; en el
momento de la venta lo único que hizo fue solicitar información, según
consta en la documentación que hemos recibido y, según creo, en la
escritura pública se adjuntó el acuerdo del Consejo de Ministros. En este
acuerdo que tengo delante hay una referencia a esta información
solicitada por la Comunidad Económica Europea, luego no se puede pensar
que los compradores no supieran que esta información estaba solicitada,
puesto que existía el acuerdo del Consejo de Ministros y dicho acuerdo
está unido al acta de compraventa. Esa es la primera cuestión: el acuerdo
de Consejo de Ministros estaba presente en el momento de la compraventa.

Segunda. El tema de la falsedad de documento público es objeto de
investigación por parte del juez, según tengo entendido y, sin embargo,
parecía como si ese tema fuera una novedad. Es un tema objeto de
investigación por parte del juez y por parte del juzgado, y ya hay
opiniones del juez al respecto. Ese tema está enfocado y existe cierta
interferencia si entramos muy detalladamente, porque ya es objeto de
investigación y acusación por parte del juez.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Tiene la palabra el señor Guerra Zunzunegui.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: A efectos de que las preguntas que le he
hecho, una concreta no me la ha contestado o quizá yo no me he explicado
bien. Cuando presenta su dimisión, señor García Morales, como Presidente
o Consejero delegado de la empresa, me imagino que sería antes de la
compraventa, ¿no encuentra algo por lo menos no usual en el tráfico
mercantil, que una vez presentada su dimisión como presidente o consejero
delegado siga utilizando los poderes que tenía de la empresa?



El señor EX PRESIDENTE DE INTELHORCE (García Morales): Hecha así esta
pregunta, efectivamente, que una persona dimita como presidente y, a
continuación, use sus poderes, puede parecer algo extraño, si se saca del
contexto que estamos examinando.

Si son los accionistas de la nueva empresa los que están pidiendo el
favor de que, puesto que soy el único que tiene poderes, firme para poder
disponer de este dinero y poder iniciar cuanto antes, ya que sin dinero
sería imposible



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empezar a tomar las medidas para reflotar la sociedad, y en ese momento
pensamos que son personas con fines honestos y cuyas intenciones son
sacar adelante Intelhorce, yo no vi y sigo sin ver motivo alguno para no
hacerlo.

Efectivamente, a la escritura de compraventa se adjunta el acuerdo del
Consejo de Ministros, y en el acuerdo del Consejo de Ministros, en su
último párrafo, se dice claramente y sin que haya lugar a dudas, la
situación en que se encontraba respecto a la Unión Europea, que era una
información de las ayudas públicas, sin que hubiera habido todavía
decisión y sin que hubiera habido sentencia.

Yo creo que esto ha sido todo.




La señora SANCHEZ LOPEZ: Muchas gracias, señor García Morales.

Damos por concluida la sesión del día de hoy de la Comisión de
investigación.

Se levanta la sesión.




Eran las ocho y cinco minutos de la tarde.