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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 601, de 23/10/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 601
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 44
celebrada el lunes, 23 de octubre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Pregunta de don Rafael Arias-Salgado Montalvo (Grupo Popular), sobre
cumplimiento del compromiso del Gobierno de facilitar una sede al
Instituto de Relaciones Latinoamericanas (Irela). (Número de expediente
181/001753). (Página 18287)
Debate, y aprobación en su caso, del Informe de la Ponencia sobre nuevos
retos y reforma institucional de las Naciones Unidas. (Número de
expediente 154/000003). (Página 18288)



Se abre la sesión a las seis y cinco minutos de la tarde.




--PREGUNTA DE DON RAFAEL ARIAS-SALGADO MONTALVO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR, SOBRE CUMPLIMIENTO DEL COMPROMISO DEL GOBIERNO DE FACILITAR UNA
SEDE AL INSTITUTO DE RELACIONES LATINOAMERICANAS (IRELA). (Número de
expediente 181/001753.)



El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías, vamos a dar comienzo a la
sesión.




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Como SS. SS. habrán comprobado, en el orden del día de hoy no sólo figura
el debate y aprobación en su caso del informe de la Ponencia sobre nuevos
retos y reforma institucional de las Naciones Unidas, sino también la
contestación a una pregunta formulada en su día por don Rafael
Arias-Salgado Montalvo, del Grupo Parlamentario Popular. Esa pregunta
decayó al terminar el período legislativo y, por consiguiente, se
transformó en una pregunta a contestar por escrito. Al no haber sido
contestada en su momento, se ha vuelto a formular y, según lo que dispone
el Reglamento, es el Prseidente del Congreso el que decide su inclusión
en el orden del día, y es lo que ha ocurrido. La pregunta será contestada
por el Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien, por
imperativos de su labor en el Ministerio, solicita de esta Presidencia
poder contestar en primer lugar, invirtiendo, por consiguiente, el orden
del día. De acuerdo con lo que establece el Reglamento, someto a la
consideración de SS. SS. dicho cambio del orden del día. (Pausa.)
Procedemos a entrar en el segundo punto del orden del día, que se verá en
primer lugar. Invito al señor Subsecretario de Asuntos Exteriores a que
suba a la Mesa para contestar la pregunta. (Pausa.) Damos la bienvenida
al señor Ezquerra Calvo, que sabe --se lo he dicho más de una vez-- que
ésta es su casa y que es un placer tenerle aquí.

Por el Grupo Parlamentario Popular, en vez de intervenir el señor
Arias-Salgado Montalvo, hará uso de la palabra el señor Durán Núñez para
formular la pregunta.




El señor DURAN NUÑEZ: Señor Presidente, agradecemos la amabilidad del
señor Subsecretario por venir a esta Comisión y querríamos conocer el
grado de cumplimiento del compromiso del Gobierno en facilitar una sede
al Instituto de Relaciones Latinoamericanas (Irela).




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Subsecretario de Asuntos
Exteriores.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Señor
Presidente, señorías, me complace comparecer hoy en esta Comisión en
sustitución del Ministro señor Solana, quien, como SS. SS. saben, se
encuentra en Nueva York con motivo del 50 centenario de las Naciones
Unidas...




El señor PRESIDENTE: Aniversario; centenario todavía no.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo):
Efectivamente, quería decir aniversario.

Como SS. SS. saben, en 1985 el Comité organizador del Instituto de
Relaciones Latinoamericanas (Irela) y las Comisiones para América Central
y América Latina del Parlamento Europeo decidieron aceptar la candidatura
presentada por España para que la sede de este Instituto se estableciera
en Madrid. Así se estableció con carácter provisional, puesto que estaba
pendiente por parte del Gobierno español el cumplimiento de dos
condiciones: la primera, la de la concesión de determinadas exenciones
fiscales y de derechos de importación y de exportación, y la segunda, la
de que existiese una sede adecuada. La primera de estas condiciones,
normal en este tipo de establecimiento de sedes --la concesión de
exenciones y privilegios de importación y exportación-- fue satisfecha
por la Ley 22/1986, de 23 de diciembre. En cuanto a la sede física para
que se instalara el Instituto, un primer ofrecimiento del Gobierno
español no satisfizo suficientemente a la institución y ésta, de modo
unilateral, alquiló unos locales de unos 800 metros cuadrados en la calle
de PedroValdivia. La situación era insatisfactoria para el propio
Instituto y para el compromiso del Gobierno español, y después de
numerosas gestiones en ese sentido se ha podido identificar un local
apropiado, que satisface, creemos, las condiciones y exigencias del
Irela, sito en la calle Serrano, números 187 y 189, esquina a la calle
Segre, donde estaba la sede de la Sociedad Estatal del V Centenario. Se
trata de un edificio completo, exento, con jardín, de unos 1.800 metros
cuadrados disponibles. Este ofrecimiento me satisface comunicar a S. S.

que ha sido expuesto o se ha sustanciado precisamente hoy por la mañana,
con ocasión de la reunión en Madrid del Comité delegado del Irela, al
cual se ha expuesto esta propuesta, y se ha tomado la decisión de
llevarla a la reunión del Comité ejecutivo del Irela del próximo día 30,
que será el que tome la decisión y el que eventualmente convoque una
reunión extraordinaria de la asamblea en el primer trimestre del próximo
año para que se pronuncie definitivamente sobre este ofrecimiento del
Gobierno español. Con ello, anticipando la aceptación de este
ofrecimiento, quedarían satisfechas las dos condiciones para el
establecimiento definitivo del Irela en su sede en Madrid.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Durán.




El señor DURAN NUÑEZ: Señor Subsecretario, hemos tomado buena nota de su
respuesta, la analizaremos y en su momento quizá volvamos a preguntarle.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Subsecretario desea añadir algo?



El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Nada más,
señor Presidente. Muchas gracias por su comprensión.




El señor PRESIDENTE: Damos, pues, por terminada la sustanciación de la
pregunta y despedimos al señor Subsecretario.




--DEBATE Y APROBACION, EN SU CASO, DEL INFORME DE LA PONENCIA SOBRE
NUEVOS RETOS Y REFORMA INSTITUCIONAL DE LAS NACIONES UNIDAS. (Número de
expediente 154/000003.)



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El señor PRESIDENTE: Vamos a entrar en el primer punto del orden del día,
ahora segundo, que es el debate y aprobación en su caso del informe de la
Ponencia sobre nuevos retos y reforma institucional de las Naciones
Unidas. Sus señorías tienen en su poder el proyeco de informe elaborado
hasta ahora por la Ponencia, que todavía tiene algunos puntos pendientes
de completar. Debo decirles que la Ponencia se ha venido reuniendo a lo
largo de las últimas semanas y que se reunió por última vez hace una
semana para finalizar este informe, que ha tenido, como todos saben, una
tramitación larga y compleja. La Ponencia llegó a un acuerdo global que
queda ilustrado por la propia estructura del informe que tienen delante.

La forma de realizar este debate plantea un problema porque en el
Reglamento no se contempla de manera específica la tramitación de un
informe de estas características. Por consiguiente, de acuerdo con el
asesoramiento del Letrado, esta Presidencia opina que procede aplicar el
artículo 74 del Reglamento, que se refiere a los casos en que no hay un
precepto específico, entendiendo que debe haber un turno a favor y otro
en contra. No sé si estamos en condiciones de establecer un turno a favor
y otro en contra teniendo en cuenta cómo se ha desarrollado el trabajo de
la Ponencia. Por consiguiente, podemos entrar en una discusión lo más
abierta y lo más flexible posible para que podamos alcanzar dos
objetivos: que cada grupo parlamentario exprese su posición sobre el
contenido del informe y que se puedan introducir las reformas,
modificaciones o enmiendas que cada uno desee. Lo que podemos hacer es
proceder pura y simplemente a esto, si SS. SS. no tienen inconveniente,
de modo que daría la palabra a cada grupo, de menor a mayor, para que
puedan fijar posición y, al mismo tiempo, presentar enmiendas o votos
particulares, si es que lo consideran necesario. ¿Les parece que sería un
procedimiento razonable? (Pausa.) Si no hay comentarios sobre lo que
acabo de decir, procederemos según lo que he expuesto y daré la palabra
al señor Carrera i Comes, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió).




El señor CARRERA I COMES: En el transcurso de todas las sesiones que ha
habido para ultimar el informe final de la Ponencia prácticamente
habíamos resuelto todas las cuestiones que se habían planteado, habiendo
celebrado la última reunión el jueves de la semana pasada. Al
incorporarme a la sesión, se nos plantean una serie de modificaciones, en
algunos casos adoptadas de común acuerdo en la última reunión que
mantuvimos, en las que no he tenido ocasión de profundizar demasiado;
algunas se refieren a temas cuya redacción exacta había quedado pendiente
de ultimar; en otras se proponen modificaciones como la de unir en un
solo punto las conclusiones séptima y novena, además de la corrección de
una serie de errores que son asumibles en la mayoría de los casos.

En concreto, por lo que se refiere a las modificaciones que nos plantean
ahora, por mi parte y a bote pronto, no tengo objeción que poner.

Entiendo que se han hecho sobre la base de los argumentos que dejamos
encima de la mesa en la última reunión. Por tanto, no veo impedimento a
su incorporación al informe final, a expensas de que la Comisión vote si
las incorpora o no.

En cuanto al resto, diré que nuestro Grupo Parlamentario va a apoyar este
informe, tanto en la Comisión como en el Pleno de mañana, cuando este
punto se debata, y aunque aprovecharé la sesión de mañana para hacer una
valoración exhaustiva y para profundizar en una serie de argumentos,
quisiera hacer algunas consideraciones en este trámite para que consten
en el «Diario de Sesiones». Serán muy pocas y seré breve.

La primera se refiere a la oportunidad de este informe sobre la posible
reforma de las Naciones Unidas, cuando se conmemora el 50 aniversario de
su creación. Es una cuestión de oportunidad clara. Esta conmemoración ha
motivado reuniones, declaraciones y valoraciones que vamos siguiendo y
leyendo estos días, y es importante que se añada a las valoraciones
globales del informe de la Ponencia que se someterá mañana a la
consideración del Pleno.

La segunda consideración es que se trata de un informe extenso, de 26
apartados, más las conclusiones. Está compuesto por cinco capítulos
densos y significativos, que son la introducción y los que se refieren a
las Naciones Unidas después de cincuenta años, a las operaciones de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, a la contribución de
España a las operaciones de paz y a las reformas institucionales de las
Naciones Unidas.

En tercer lugar, en el Pleno de mañana profundizaré en cada uno de los
apartados, pero ahora creo necesario dejar constancia de que estos
contenidos no son todo lo que hay que decir de Naciones Unidas, porque es
difícil abarcarlo todo, pero constituyen mucho de lo que hay que tratar,
y es importante reflejarlo.

En cuarto lugar, habría que resaltar el trabajo, las aportaciones y el
consenso que han presidido la Ponencia y la redacción del propio informe.

En cuanto a las conclusiones, quiero dejar constancia de que son muy
extensas, incluso en algún caso demasiado. Abarcan todos los temas
tratados y esbozados en los 26 apartados y en los capítulos mencionados.

Son conclusiones asumibles. En algunas hubiera sido necesaria más
contundencia o concreción, pero en el fondo son asumibles. Reflejan los
nuevos retos, el nuevo papel, la reforma institucional, la ampliación, la
financiación, las operaciones de paz, el papel del Parlamento,
sugerencias que darán a las conclusiones contenido y actualidad, al mismo
tiempo que serán aportaciones importantes.

Con todo esto sólo vengo a decir que estamos de acuerdo con el informe y
que las correcciones o ampliaciones que se nos plantean ahora no
modifican sustancialmente el informe que fue debatido en Ponencia. Quiero
dejar constancia del buen trabajo realizado y de que vamos a apoyar el
informe en el trámite de esta Comisión y, evidentemente, mañana en el
Pleno con las argumentaciones necesarias.




El señor PRESIDENTE: Debo decir, al señor Carrera y a los demás
Diputados, que en una sesión como la que estamos celebrando en este
momento procede que seamos flexibles. Si en algún momento del debate S.

S. o cualquier



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otro Diputado pide la palabra, se la daré, sin ningún tipo de rigidez
reglamentaria.

Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la
palabra el señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Señor Presidente, el método de discusión que S.

S. ha planteado me parece correcto, ya que comparto su opinión de que no
podemos tener una rigidez excesiva al discutir un informe tan amplio.

Haciendo una lectura rápida del mismo empezaré por señalar su
oportunidad, teniendo en cuenta la fecha en que nos encontramos, del 50
aniversario de la creación de las Naciones Unidas. En el apartado VI, de
las conclusiones, se hace un análisis correcto de la situación actual y
de cuáles son los retos presentes en Naciones Unidas. Voy a señalar muy
de pasada aquellos aspectos que me parecen más significativos.

En el punto 10 se habla de las misiones de Naciones Unidas...




El señor PRESIDENTE: Tendrá que señalar las páginas para que nos
entendamos.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Son las páginas 31 a 36. Lo que se hace es
tipificar correctamente aquellas misiones que Naciones Unidas han venido
desarrollando en el pasado reciente, haciendo continua referencia de
forma adecuada al programa para la paz del Secretario General. Pasa un
poco por encima del derecho de injerencia, que se cita en la página 35, y
me parece que es un tema esencial. Ya dijimos en Ponencia que sería
necesario ampliar la reflexión sobre esta cuestión, porque como muy bien
se dice en el texto, la comunidad internacional no puede permanecer
impasible ante escenas de hambre, muerte, violaciones, de desastres que
tienen lugar en algunos Estados, y la propia comunidad internacional
tiene derecho a plantear la violación de algunos derechos convencionales
ejerciendo el derecho de injerencia, pero para que ese derecho de
injerencia pueda ser aceptado por todas las naciones de la comunidad
internacional debería evitarse la sensación de discrecionalidad que en
ocasiones han generado en la comunidad internacional acciones de Naciones
Unidas, más atentas a intereses geoestratégicos de alguno de sus miembros
que a la realidad del conflicto que debería ocupar esas acciones, como
bien se dice en la página 21, cuando se señala que la ONU también choca
con el obstáculo de la lucha por el predominio de tal o cual potencia
frente a otras, o incluso frente a la propia ONU. Esa guerra blanca por
aparecer más como detentador de la hegemonía mundial en ocasiones genera
en la opinión pública una imagen no positiva para que algunas misiones
tengan el respaldo que deberían tener. Todo esto lo digo en relación con
el derecho de injerencia que deberíamos defender, pero cambiando el marco
de relaciones internacionales, como se dice en alguna parte del informe,
con el Tribunal Internacional de Justicia, por ejemplo, y haciendo que
desaparezca de la opinión pública esa idea de discrecionalidad en función
de intereses geoestratégicos de una u otra potencia, generalmente de la
misma, prácticamente de la única realmente existente.

En el punto 11, cuando se habla de las carencias de las Naciones Unidas,
páginas 36 a 38, se hace un buen catálogo de las mismas. Convendría poner
énfasis, porque sólo conociendo las carencias podremos aportar las
soluciones en la parte alícuota que nos toque.

En cuanto a las propuestas de solución, páginas 39 a 41, es cierto que la
opinión mayoritaria es la de que Naciones Unidas no debe convertirse en
un gendarme universal, pero también convendría dejar constancia en el
informe de la necesidad de convertir, si no lo es ya, a Naciones Unidas
en el foro privilegiado de solución de conflictos, en los aspectos
preventivos fundamentalmente, es decir, el foro en el que todos los
conflictos, no ya los interestatales sino los intraestatales, pudieran
tener solución, teniendo en cuenta la dificultad que esto conlleva.

Naciones Unidas es una organización de Estados y tiene las capacidades
que quieren los Estados que tenga. Nos parece que podría ser interesante
hacer alguna reflexión o referencia a esa necesidad de dotar a las
Naciones Unidas del carácter de foro privilegiado para el análisis y la
solución de conflictos inter e intraestatales. Nos parece adecuada la
referencia a los comités de Estado Mayor ad hoc, que pueden solucionar
problemas importantes, y apoyamos la descripción que se hace de las
alternativas posibles, fundamentalmente en lo que se refiere a la fuerza
de reserva a disposición, las stand-by forces, a disposición del
Secretario General, como instrumento adecuado para ser utilizado por
Naciones Unidas.

En el apartado 14, páginas 43 a 46, en que se habla de las relaciones
entre la OTAN y las Naciones Unidas, se hacen algunas referencias a las
contradicciones evidentes que se han producido entre ambas
organizaciones, y en opinión de mi Grupo éste puede ser un apartado
innecesario, en función de que no es un tema, como SS. SS. saben bien,
pacífico ni estrictamente necesario para la coherencia global del
informe, reconociendo lo realmente existente, que es la presencia de la
OTAN como organización de defensa, que en muchas ocasiones «subcontrata»
su fuerza para las acciones de Naciones Unidas.

En cuanto a las medidas operativas de reforma de las operaciones de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz --página 47--, hay una
conclusión de cómo deben hacerse, fundamentalmente por parte de España:
con acuerdo de las partes, con imparcialidad y con renuncia al uso de la
fuerza excepto en casos de defensa. También se hace referencia a la
necesidad a que me refería al principio, de evitar la discrecionalidad en
sus acciones, para aumentar la credibilidad de Naciones Unidas ante la
opinión pública. Y se vuelve a citar, aunque de pasada, el tema del
derecho de injerencia humanitaria, sobre el que me expresaba
anteriormente.

Un tema importante que se cita es el de la eficacia de las acciones. Se
dice en el informe muy adecuadamente que se tiene que garantizar la
llegada de asistencia humanitaria a la población civil; si no, con mucha
frecuencia nos encontramos con la doble paradoja de poblaciones civiles
que no sólo tienen que sufrir a su tirano interno, sino que, además,
cuando la comunidad internacional pretende combatir al supuesto tirano, a
quien perjudica es al ciudadano de ese



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país que ya sufre por la otra vía. Tenemos el ejemplo de Irak y de cómo
una sanción que probablemente es justa con referencia a su gobernante
Sadam Husein es injusta en lo que afecta a las condiciones de vida de sus
ciudadanos, que tienen que soportar a Sadam Husein y, además, condiciones
de sanciones económicas y de embargo económico que están deteriorando muy
gravemente aspectos vitales de esa sociedad, en temas sanitarios y otros.

En la página 61, apartado 16, se habla de la participación de España en
las operaciones de paz. Se vuelve a insistir en las condiciones de dicha
participación: imparcialidad, consentimiento de las partes y el no
recurso a la fuerza, y siempre de acuerdo con las misiones de Naciones
Unidas. En uno de los párrafos se dice que la participación de España en
operaciones de paz se hará bajo la autoridad de Naciones Unidas y por
mandato de su Consejo de Seguridad, bajo la responsabilidad directa de la
ONU o de la de otras organizaciones como la OSCE. Esto nos parece
importante.

En el apartado 19, páginas 65 a 70, el papel del Parlamento, nos parece
conveniente la referencia que se hace a la necesidad de introducir mayor
racionalidad en los mecanismos de información al Parlamento. Si vemos el
cuadro que figura en la página 70, que resume las competencias en los
Parlamentos de diferentes países de la Unión Europea y otros, en relación
con las misiones bajo mandato de Naciones Unidas, veremos que nuestro
país no sale bien parado en lo que significan competencias del
Parlamento, es decir, ni en las misiones de combate, ni en las misiones
de paz, ni en la necesidad del Gobierno de informar al Parlamento, ni en
el tipo de procedimiento, ni en los límites en el tiempo de despliegue,
existiendo países que necesitan del acuerdo del Parlamento, de la
comunicación previa, de la autorización, etcétera. Por tanto, creo que es
conveniente insistir en ese aspecto y acercar las competencias del
Parlamento de nuestro país a los que mayor rango tienen dentro de este
cuadro, repito, de la página 70, en el que se citan las competencias de
los diversos países de la Unión Europea y otros.

La referencia que se hace a la conveniencia de vincular la Unión
Interparlamentaria a Naciones Unidas nos parece adecuada, teniendo en
cuenta, como decíamos antes, que Naciones Unidas es una organización de
Estados, es decir, no es una organización parlamentaria, no son los
ciudadanos los que participan en sus trabajos, sino los Gobiernos, y a
través de la Unión Interparlamentaria podría verse de alguna manera
compensado ese significativo déficit.

En el apartado 20, de reforma de la Carta, en la página 21, creo que es
muy importante el párrafo que hace referencia a que el texto, que debería
ser revisado, incluso radicalmente, como propone el señor Estrella en las
últimas enmiendas que nos ha hecho llegar, se fundamentaría no sólo en el
poder constituyente de los 51 miembros fundadores que firmaron la Carta
de San Francisco en 1945, sino deseablemente en la totalidad de los
actuales miembros, que no sólo expresarían su adhesión a un texto
preestablecdo, sino que contribuirían a su redacción. Sería una forma más
de dotar a Naciones Unidas (recordemos: única organización universal), de
dotar a Naciones Unidas, decía, de la credibilidad y del privilegio
suficiente para ser el instrumento adecuado, el foro adecuado de solución
de conflictos.

En las páginas 73 y 74 se habla de la reforma del Consejo de Seguridad y
su ampliación, se revisan las diferentes posibilidades y la falta de
voluntad real de entrar a reformar en profundidad. Compartimos los
criterios que se citan en este apartado y que después se reiteran en las
conclusiones.

De la misma manera, en cuanto a la Asamblea General (las páginas 78 y
siguientes), nos parece correcta la referencia a la existencia de
cincuenta microestados que entre todos tienen el 30 por ciento de los
votos de Naciones Unidas y, sin embargo, sólo tienen el 0,5 por ciento de
la población mundial. Es decir, los que defendemos el papel de la
Asamblea General en el entramado institucional de Naciones Unidas vemos
la absoluta necesidad de, a través de mecanismos de voto ponderado, con
criterios demográficos, económicos y otros, dotar de la entidad necesaria
al voto en la Asamblea General. Actualmente, no parece razonable que
Andorra tenga el mismo voto que Rusia o que España, o que las Islas Fidji
que Estados Unidos. Parece poco razonable y, por tanto, los resultados de
las votaciones que se produzcan en la Asamblea General partiendo de ese
desequilibrio de origen hacen poco creíbles los mismos.

Ya hemos dicho anteriormente que nos parece adecuada la propuesta que se
avanza antes de las conclusiones de creación de una Asamblea
Parlamentaria de Naciones Unidas y nos parece muy bien también que se
remarque la contradicción entre el texto inicial de «Nosotros, los
pueblos de las Naciones Unidas...» y el hecho de ser una organización
interestatal y, por tanto, no parlamentaria.

Nos parecen correctas las referencias que se hacen a la necesidad de
aumentar las competencias, los recursos y los apoyos políticos al
Secretario General y a la Secretaría, que no sólo es un órgano de
representación, sino que es un órgano de primera magnitud política, y,
por tanto, nos parecen correctas las afirmaciones que se hacen.

En el apartado de financiación, en la página 83, ya decíamos también en
Ponencia que nos parece desafortunada, digamos, la relación porcentual
actual de contribuyentes o de deudores, mejor de deudores, entre Estados
Unidos y Rusia, que paradójicamente son los mayores aportadores de fondos
y, a la vez, los mayores deudores. Naciones Unidas tiene hoy un déficit
prácticamente insoportable, que hace que su funcionamiento se vea
absolutamente lastrado, coincidiendo con la paradoja de que los dos que
más tendrían que aportar son los dos que más deben. Habría que intentar
cambiar, acercándolos más a la realidad económica de los países, los
mecanismos porcentuales de aportación a los presupuestos generales y
también a los presupuestos específicos de operaciones de paz.

Nos parecen muy adecuadas las referencias al Consejo de la Administración
Fiduciaria y especialmente, en el apartado 26, al Tribunal Internacional
de Justicia. Yo creo que nos tenemos que felicitar todos de que España en
el año 1990, si no recuerdo mal, depositara la declaración ante el
Secretario General de Naciones Unidas por la que reconocía



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como obligatoria la jurisdicción de este Tribunal, y nos parece adecuada
la mención que se hace a la necesidad de conseguir que todos los miembros
de la Asamblea General, y especialmente los del Consejo de Seguridad,
acepten esta jurisdicción del Tribunal Internacional de Justicia.

Entrando ya en el capítulo de las conclusiones, en buena medida son
repetición de todo lo que hemos dicho hasta ahora --a estas alturas del
proceso probablemente sea imposible cambiarlo--. Todo lo que se dice
hasta la página 99 de alguna manera se repite, a veces muy ligeramente
reducido, pero sólo muy ligeramente reducido, en el capítulo de las
conclusiones. Por tanto, si dispusiéramos de tiempo, cosa que no ocurre,
podríamos intentar hacer un capítulo de conclusiones muchísimo más
escueto, teniendo en cuenta --como decía-- que todo son repeticiones de
lo que ha venido exponiéndose en el texto previo.

En principio, estamos de acuerdo con las conclusiones que se nos ofrecen,
a las que hemos llegado. Yo creo que es un documento, en su conjunto, con
el que todos nos podemos sentir representados, con algunas objeciones
como las que yo he expresado hasta ahora.

Las enmiendas que nos ha hecho llegar el señor Estrella, por parte del
Grupo Socialista, hace un momento, y leídas un poco en diagonal, nos
parecen correctas. Nos parece bien refundir las conclusiones 7 y 9 del
informe en esta nueva que habla del mantenimiento de la paz y del
desarme. Nos parece bien la redacción que se ha buscado para Naciones
Unidas y las ONG, y nos parece bien la primera, relativa a Naciones
Unidas y a las organizaciones regionales. Las otras enmiendas que se nos
han presentado, más encaminadas a cambios en la redacción no hemos tenido
tiempo material de poderlas leer y, por tanto, nos iremos posicionando
sobre ellas conforme se vayan produciendo, señor Presidente.

Y acabo aquí, con la salvedad, acogiéndome a sus palabras después de la
intervención del señor Carrera, de que su flexibilidad nos permitirá
intervenir, si ha lugar, a lo largo del debate de la comisión.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez, yo le quería preguntar si, por
ejemplo, cuando usted habla de la necesidad de ampliar la referencia al
derecho de injerencia, tiene usted algún texto o alguna propuesta
concreta sobre esto. O si, por ejemplo, cuando habla usted de las páginas
43 a 46 y se refiere al tema de la OTAN, si usted propone formalmente
suprimirlo o no, lo digo a efectos luego de poderlo votar.




El señor VAZQUEZ ROMERO: En cuanto al tema del derecho de injerencia
humanitaria, yo creo que lo que se dice es correcto y puede incluso ser
suficiente, pero ya dije en Ponencia y digo ahora --no tengo un texto
alternativo que ofrecer-- que me parece que es un tema de mucha vigencia,
de mucha utilidad y de cierta enjundia, y que quizá hubiera sido
conveniente explayarse un poco más, porque, de hecho, en algunos aspectos
sí nos hemos explayado más en la Ponencia. Respecto al derecho de
injerencia humanitaria, lo que se dice es correcto y no tengo un texto
alternativo que ofrecer.

Respecto al apartado 14, de la página 43 a la 46, que decía que desde
nuestro punto de vista es, quizás, un apartado innecesario, no creo que
perdiera nada el informe porque lo suprimiéramos. En cualquier caso, no
lo propongo a votación directamente. Estaré a resultas de lo que los
demás grupos vayan opinando y quizá posteriormente pueda volver a
intervenir sobre eso.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias, señor Presidente, para dar algunos
apuntes mínimos, porque mañana, en la sesión plenaria, será el señor
Muñoz-Alonso el que exponga las razones últimas de nuestra actitud, pero
quería adelantar que nosotros estamos básicamente de acuerdo con el
contenido y con la forma de la Ponencia, que tratándose de un producto
parlamentario de sexo indeterminado, tampoco vamos a entrar en este
momento en muchas más previsiones, entre otras razones porque quizás,
precisamente en función de ese carácter del texto, sea más cierto que
nunca aquello de que lo mejor es enemigo de lo bueno, y no vamos a entrar
tampoco en esta hora 25 a cambiar cosas, aunque sí me gustaría subrayar
algunos aspectos, para los cuales no voy a solicitar ningún tipo de
asentimiento, sino simplemente de reflexión.

Primero, el texto nos ha quedado un tanto desequilibrado. Las Naciones
Unidas son algo más que las operaciones de mantenimiento de la paz. De
hecho, incluso, en una pura estadística cuantitativa, resultaría que sólo
un tercio de los fondos de las actividades de las Naciones Unidas son
estrictamente para operaciones de mantenimiento de la paz. Estos mismos
días, cuando está teniendo lugar en Nueva York precisamente la
celebración del 50 aniversario, hemos oído algunas voces de algunos
países pequeños que pedían menos operaciones de mantenimiento de la paz y
más actividades en favor del desarrollo. Hemos olvidado en gran parte el
desarrollo, las actividades del desarrollo económico y social.

Parcialmente, gracias a la conclusión que a última hora introdujo el
señor Presidente, hemos olvidado lo que creemos que es uno de los
entramados básicos de todas las Naciones Unidas, que son precisamente las
actividades para promover el respeto de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales. Hemos dado ligeramente de lado, por no decir
abiertamente, a las organizaciones de la familia de las Naciones Unidas,
fueran sectoriales o fueran regionales, que tan importante papel les
pedimos que desarrollen en algunas partes del texto y, como digo, nos
hemos centrado, yo creo que de una manera un tanto excesiva, sobre los
aspectos concretos del mantenimiento de la paz y de las operaciones
correspondientes. También decimos en alguna parte que no se pretendía
hacer una Ponencia exhaustiva, pero queríamos dejarlo para la
consideración ulterior, porque posiblemente, cuando esas operaciones
vayan desapareciendo por la misma evolución histórica, quedará la
sustancia fundamental de las Naciones Unidas.

Segundo, tenemos algunas dudas, y en ello me quedo, no vamos a proponer
ningún tipo de alteración al respecto,



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sobre algunas manifestaciones de la misma evolución reciente de las
Naciones Unidas. La verdad es que las Naciones Unidas surgen como un
proyecto de aliento y de filosofía democrática que sólo por la evolución
de uno de los países que formó parte de la coalición victoriosa, que fue
la Unión Soviética, no pudo durante muchos años poner en práctica toda su
virtualidad. Desde ese punto de vista, la multiplicación de los recursos
al derecho de veto, que se tradujo en una paralización notable y
conspicua de las acciones de las Naciones Unidas, tiene como actor básico
a la Unión Soviética. Parece como si en alguno de los puntos en que
reflejamos la evolución histórica de las Naciones Unidas no hubiéramos
sido capaces de reflejar ese dato de atribución histórica de
responsabilidades y nos quedamos pura y simplemente en una descripción
global que en el fondo no hace justicia ni a unos ni a otros, y nos
gustaría también dejar constancia de que para nosotros esa atribución de
responsabilidades tendría que ser hecha de una manera más equitativa y
más acorde con la verdad histórica, no porque creyéramos que éste es el
momento de pasar cuentas o de hacer balance de los buenos y de los malos,
al fin y al cabo no hay nadie que pueda ser calificado de una manera
indiscriminada con ese tipo de adjetivos, pero es indudable que en la
evolución histórica de las Naciones Unidas se ha producido ese tipo de
actos, y la verdad es que las Naciones Unidas vuelven a cobrar toda la
vigencia que este momento tienen precisamente cuando desaparece la Unión
Soviética y el sistema que la Unión Soviética había implantado en su
propio país y en sus aledaños. Desde ese punto de vista también, algunas
afirmaciones no es que no sean exactas, pero pueden tener algún alcance
dudoso. En alguna parte se dice, por ejemplo, que la desaparición de la
Unión Soviética ha traído consigo los conflictos étnicos y nacionalistas,
como si hubiera una relación de causa-efecto. Yo creo que eso es una
afirmación incluso peligrosa, porque ésa ha sido una de las consecuencias
laterales de la desaparición de la Unión Soviética. Pero, leída en su
literalidad, pareciera como si alguien (no sé quién ha puesto ese texto
en la Ponencia) lamentara la desaparición de la Unión Soviética.

Seguramente no ha sido la intencionalidad que se buscaba, pero la
consecuencia es prácticamente ésa.

De manera que entre las presencias y las ausencias, entre lo que se podía
haber hecho mejor y lo que seguramente se podía haber hecho peor,
nosotros nos quedamos con una línea intermedia que, en cualquier caso,
anunciamos que nos lleva a un voto positivo a la Ponencia y también al
deseo de que en un momento ulterior, quizá ya en otra legislatura, no
creo que tengamos tiempo en ésta para hacerlo, podamos completar el
trabajo todavía pendiente para hacer lo que las Naciones Unidas en el
fondo se merecen, que es un trabajo mucho más en profundidad, mucho más
en perspectiva, mucho más hacia el futuro y mucho más subrayando aquellos
aspectos para los cuales las Naciones Unidas están quizá más preparadas
que para las mismas operaciones de mantenimiento de la paz, que son --y
repito-- el tema de los derechos humanos, su respeto, su promoción, el
tema del desarrollo, el tema de la igualdad, el tema de la universalidad,
el tema del Estado de derecho llevado hasta sus últimas consecuencias a
lo largo y a lo ancho de todo el mundo.

Queríamos, desde ese punto de vista, subrayar dos o tres pequeñas cosas
que sí nos parece que necesitan de algún cambio textual. En primer lugar,
en la página 41, in fine, como dicen los castizos o los cursis, en
cualquier caso al final de la página, se habla de una serie de
organizaciones regionales. Yo creo que ese párrafo hay que corregirlo,
porque la Liga de Estados Arabes y la Conferencia Islámica no son
organizaciones regionales del sistema de las Naciones Unidas. Lo es la
Organización de la Unidad Africana, lo puede llegar a ser, y no
tendríamos inconveniente que se mencionara, la OSCE, y la ASEAN
evidentemente lo podría llegar a ser, aunque me parece que tampoco tiene
estrictamente esa consideración. En cualquier caso, no son organizaciones
regionales de las Naciones Unidas ni la Liga de los Estados Arabes ni la
conferencia Islámica en Somalia, y, consiguientemente, deberían
desaparecer. En segundo lugar, en la página 61 nos encontramos con una
afirmación que puede dar lugar a cierto error, y me refiero al primer
párrafo de la mencionada página. Dice: La participación española en
operaciones de paz se hará siempre bajo la autoridad (hay un error) de
Naciones Unidas y por mandato de su Consejo de Seguridad, bien bajo
responsabilidad directa de la ONU o bajo la de otras organizaciones... En
el resto de la frase, o bien decimos «como la OSCE o la OTAN», o bien no
decimos nada, porque con la afirmación con la que nosotros estamos de
acuerdo es con la de que la participación española, y de cualquier otro
país, en operaciones de la paz se hará siempre bajo autoridad de Naciones
Unidas y por mandato del Consejo de Seguridad, bien bajo responsabilidad
directa de las Naciones Unidas o bajo la de otras organizaciones, porque
si no fuera así, y por ejemplo, no apareciera en este caso mencionada la
OTAN, nos encontraríamos con que la voluntad anunciada del Gobierno
español, que nosotros compartimos, de participar en la futura operación
de la OTAN en la antigua Yugoslavia bajo el patrocinio y la autoridad del
Consejo de Seguridad en este párrafo no tendría lugar. De manera que no
es porque nosotros queramos que aparezca la OTAN; se puede dejar
simplemente el párrafo «bajo la de otras organizaciones», punto, pero si
se menciona la OSCE, tendríamos que mencionar la OTAN.

Y en tercero y último lugar a este respecto, nosotros sí creemos --al fin
y al cabo el texto es el que hemos ido elaborando a lo largo de estos
últimos meses-- que los párrafos dedicados a la participación, a la
colaboración de la OTAN con las Naciones Unidas están equilibradamente
redactados y, por otra parte, reflejan algo que ha sido enormemente
importante en el curso de estos últimos meses, y es la posibilidad de que
las Naciones Unidas se dotaran de una acción efectiva para el
cumplimiento de los mandatos del Consejo de Seguridad. De manera que nos
parece que esos párrafos están, como decía, equilibradamente redactados,
y siento desde ese punto de vista disentir con el señor Vázquez e incluso
me atrevería a pedirle que reconsiderara su punto de vista, para que
texto en cuestión permaneciera donde está.




Página 18294




En la misma longitud de onda y teniendo en cuenta que en las conclusiones
no aparece ninguna mención de la OTAN, sí nos parece oportuno que en el
segundo texto que ha sometido a nuestra consideración don Rafael
Estrella, el documento 3, «Mantenimiento de la Paz y el Desarme», pudiera
figurar el texto que a continuación paso a leer lentamente, a
continuación del párrafo 2, en punto y seguido, de la página 2 de dicho
texto. Ese texto acaba con «una fuerza de despliegue rápido de carácter
preventivo». Recuerdo que estamos hablando de las posibilidades de que
las Naciones Unidas se doten de algún tipo de recurso de fuerza
permanente o de fuerza asignada para la realización de las operaciones de
mantenimiento de la paz. Cabría añadir, desde nuestro punto de vista lo
siguiente: «En esa perspectiva, sin embargo, cabe destacar el importante
papel desarrollado por la OTAN en colaboración y bajo la autoridad última
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, colaboración que
seguramente podrá seguir dando frutos notables en el futuro.» Nos parece
que eso constituye un mínimo resumen de lo que previamente hemos dicho
sobre la colaboración de la OTAN con el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, retiene exactamente los términos de la colaboración y
simplemente los sitúa en las páginas conclusivas.

Naturalmente, no tenemos ningún inconveniente en considerar también
positivamente las últimas adiciones que ha sometido a nuestra
consideración el Diputado señor Estrella, aunque sí nos gustaría que, por
lo que afecta al documento 4, fuéramos, como es lógico, considerándolo
punto a punto, y, naturalmente, reservándonos las posibilidades de
expresar nuestra opinión y nuestros votos positivos o negativos al
respecto.




El señor PRESIDENTE: ¿Se refiere al documento número 4?



El señor RUPEREZ RUBIO: Sí, ahí donde se habla de votos particulares y de
corrección de errores, y entramos ya en una consideración más bien
casuística de párrafos, correcciones, páginas y líneas, dicho todo lo
cual, señor Presidente, yo sí quiero manifestar que, en general,
desearíamos que mañana el texto tuviera una consideración positiva por
parte de todos los grupos. La va a tener por el nuestro; esperemos que
los temas todavía pendientes no alteren ese tipo de manifestación,
porque, sea cual sea la calidad del texto, las carencias, las ausencias,
las cosas mejor o peor dichas, lo que sí nos merecen las Naciones Unidas
es un inmenso respeto y, consiguientemente también, la necesidad de que
por parte de todos, este país y todos los que forman parte del sistema,
realicen los máximos esfuerzos para dotar a ese instrumento máximo de la
legitimación internacional de toda su capacidad, toda su posibilidad y
toda su fuerza.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, muy brevemente, para
expresar nuestra conformidad con el texto aprobado por la Ponencia, y
ahora tendremos ocasión de especificar algunos aspectos más concretos, y
para destacar que uno de los problemas con que se encontraban los
miembros de la Ponencia al iniciar sus trabajos fue la delimitación del
ámbito, de las cuestiones que debían abordarse. Parecía evidente que una
parte de los temas a tratar debía ser todo el debate sobre la reforma
institucional de Naciones Unidas. A partir de ahí, se nos abría un campo
muy amplio, que ha sido señalado por algún otro portavoz, donde las
actividades desarrolladas por Naciones Unidas a través del conjunto del
sistema daban lugar a un nuevo escenario, en el que la Ponencia se veía
tentada de entrar y de centrar su actividad. Yo creo que la Ponencia
ejerció una labor de autolimitación, que venía en gran medida justificada
porque las materias que son objeto importantísimo de actividad de
Naciones Unidas, como puedan ser las cuestiones relativas al desarrollo,
como puedan ser las cuestiones relativas al medio ambiente, etcétera, son
habitualmente objeto y han sido objeto de tratamientos y de
pronunciamientos en esta Cámara por iniciativa o como consecuencia de
trabajos de comisiones específicas. De ahí que, por una parte, existiera
ya un horizonte bastante claro.

En segundo lugar, en un país que se ha incorporado muy recientemente, en
1988, a las operaciones de paz, que es algo que ha tenido un impacto
considerable en la opinión pública, que ha tenido también unas
consecuencias importantes sobre nuestras Fuerzas Armadas, sobre el papel
de nuestra policía o sobre las organizaciones no gubernamentales
españolas, parecía necesario que hubiese una cierta codificación de, por
un lado, explicar lo que ha hecho España en ese ámbito y lo que hace
Naciones Unidas en un campo que, como se señala en el informe, se ha
multiplicado de una manera geométrica, y también parecía necesario
intentar definir algo que hasta ahora no habíamos hecho --España venía
participando en operaciones de paz sin que hubiera habido un
pronunciamiento formal de la Cámara apoyando esa participación--, definir
el porqué España está en las operaciones de paz y también intentar
definir los términos que deben presidir nuestra participación, intentar
definir nuestras concepciones en cuanto a dónde reside la legitimidad,
por ejemplo. Yo creo que en todo esto se ha ido profundizando y se ha ido
desarrollando y especificando en el informe.

El informe incorpora también otras cuestiones que desde mi punto de vista
son importantes y donde hay aportaciones sustanciales. Me refiero, por
ejemplo, al tema del Tribunal Internacional de Justicia. Yo creo que las
reflexiones que se aportan en el informe y algunas de las propuestas que
se avanzan son bastante innovadoras. Los que hemos tenido ocasión de ver
a lo largo de los últimos meses otros informes parlamentarios de otros
Parlamentos de nuestro entorno sobre el hoy de Naciones Unidas vemos que
los temas que se abordan en ellos no son muy distintos y vemos también
que el informe que ahora tenemos ante nosotros, a pesar de que esta
Comisión y las comisiones en esta Cámara no cuentan con los importantes
medios de ayuda, de asistencia técnica, de asesoramiento, con que cuentan
otras comisiones en otros Parlamentos, yo creo



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que no desmerece en absoluto, por su profundidad, por su capacidad de
análisis y también por el grado de interés que pueden despertar las
propuestas que se avanzan en el informe. Yo creo que en ese sentido nos
podemos sentir bastante satisfechos.

Hemos abordado también el papel o el interés de España con relación a una
eventual reforma del Consejo de Seguridad. Yo creo que es también nuestra
responsabilidad realizar esa reflexión sobre un debate que puede parecer
a algunos académicos, pero que sin duda tiene un trasfondo político
considerable y que, en el caso de los intereses españoles, dadas las
posibles reformas de la composición del Consejo que podrían producirse,
esos intereses se podrían ver, tal vez, perjudicados. Yo creo que la
Ponencia trae a la Comisión una propuesta, una línea argumental, que
justifica y legitima plenamente las aspiraciones de España a tener una
presencia más continuada, más frecuente en el Consejo de Seguridad, y no
solamente en el Consejo de Seguridad, sino, como planteamos en una de
nuestras enmiendas, una mayor presencia en el conjunto de las
organizaciones del sistema de Naciones Unidas.

Hay cuestiones que se han abordado, y recordaba el portavoz de Izquierda
Unida las referencias que se hacen al derecho de injerencia. Yo comparto
su preocupación y, de hecho, él conoce perfectamente que, a lo largo del
trabajo de la Ponencia, los ponentes, en algún momento, nos hemos
encontrado perplejos y sin saber por dónde dirigir nuestros pasos. Y, en
el caso concreto del derecho de injerencia, a mí me surge el siguiente
problema: si ese derecho estuviese endosado y definido por la Asamblea,
lo cual requeriría la aceptación de todos sus miembros, porque si no
sería una imposición, yo podría empezar a compartir la necesidad de
definirlo y lo apoyaría sin ninguna reserva. Ahora, en los términos
actuales, una definición del derecho de injerencia realizada a espaldas
de la Asamblea, desde un Consejo de Seguridad donde existe el derecho de
veto, a mí me suscita bastantes reservas. Por eso, yo creo que es
conveniente quedarnos en los términos en que se plantea en el Informe:
decir que hay un movimiento hacia una progresiva aceptación de que puede
existir y puede practicarse el derecho de injerencia, pero señalar
también que existen ciertas reticencias por parte de numerosos miembros
de Naciones Unidas cuando ese derecho se vincula con los derechos
humanos. Es la realidad; yo creo que la situación, la complejidad y la
pluralidad, incluso en la práctica de los derechos humanos que existe en
Naciones Unidas, es algo con lo que tenemos que actuar y con lo que
tenemos que vivir.

Y, finalmente, Presidente, hay incorporaciones importantes en cuanto a,
no sólo la necesidad de que Naciones Unidas, su Consejo de Seguridad, la
Asamblea, sean más democráticos en su funcionamiento y más transparentes
en su actuación, sino que se hacen propuestas concretas de cómo se puede
articular esa mayor transparencia y mayor democracia.

En las propuestas que desde el Grupo Socialista hemos distribuido, hay
dos que no proceden del Grupo Socialista, sino que son mandatos de la
propia Ponencia a este portavoz como miembro de la Ponencia, en el
sentido de reelaborar un párrafo donde se agrupan las organizaciones
regionales y las no gubernamentales. Los dos textos están ahí y queda,
evidentemente, a expensas de lo que decida la Comisión.

Y este portavoz ha pensado que era conveniente reestructurar dos
apartados de las conclusiones, el 7 y el 9, que al final, resulta que
abordaban el mismo tema y además lo abordaban en la misma perspectiva; es
decir, el propio tabajo de la Ponencia, la inserción de nuevos apartados,
nos había llevado a que quedase ahí un islote. Lo que yo he tratado de
hacer, no sé si con fortuna o sin ella, es reordenar los párrafos, el 7 y
el 9, de la siguiente manera, empezando por el 1 del 9, continuando por
el 1 del 7, los dos con leves modificaciones, ninguna de ellas de fondo,
sino simplemente de ordenación del texto. A continuación el 2 del 7, a
continuación el 2 del 9, el 3 del 9, el 4 del 9, el 6 del 9 y el 4 del 7,
suprimiendo el 5 del 9, porque lo que en él se dice está ya expresado en
otra parte de las conclusiones. Esa ha sido la labor que se ha hecho,
pero entiendo que los portavoces tendrán que decir, cuando llegue su
momento, si están de acuerdo o no, o si desean modificarlo.

Hemos pasado a la Secretaría de la Comisión el resultado de una lectura
más atenta del texto, donde hace un momento el portavoz del Grupo Popular
detectaba una falta mecanográfica; hemos pasado una nota con algunas de
ellas, repeticiones, reiteraciones de palabras, etcétera. Y hemos creído
más conveniente traer a la Comisión estas dos páginas, donde se recogen
algunas propuestas de modificación, que, en algunos casos, son de
redacción, pero pensamos que debe ser la Comisión quien lo decida, y que,
en otros, los menos, son propuestas de modificación de los párrafos o de
supresión de alguno de ellos. Pero sugiero que eso lo veamos al llegar a
cada punto concreto.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Respecto al derecho de injerencia. Yo estoy de
acuerdo estrictamente con lo que ha dicho el señor Estrella. Y he dicho
en mi intervención anterior que me hubiera parecido adecuado que
reflexionáramos sobre ese derecho, desde la perspectiva de cambiar su
operatividad actual. El hacía referencia a la necesidad de que fuera la
Asamblea General la que tomara la decisión de injerirse en un Estado
soberano en función de la alteración en ese Estado de determinados
derechos humanos, lo que haría poco menos que imposible, y yo estaría de
acuerdo con esto. Lo que ocurre es que todos somos conscientes de que en
el «status» actual, y con la poca voluntad política de cambiar el
«status» actual de relaciones internas de los Estados en Naciones Unidas,
legitimar digamos, sin más, el derecho de injerencia podría significar la
oposición radical, absolutamente lógica, de la mayoría absoluta de los
países miembros. Yo me refería a defender el derecho de injerencia en un
cambio, digamos, de relaciones y de correlaciones dentro de Naciones
Unidas.

Y una cosa de orden procesal. Yo haría una propuesta al señor Rupérez: yo
aceptaría mantener las páginas 42 a 46, las que hacen referencia a la
colaboración entre la OTAN y Naciones Unidas, a cambio de suprimir el
párrafo que él



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añadía a la redacción que había hecho el señor Estrella en la página 2
del Documento 3, al final de ese segundo párrafo. De forma y manera que,
aunque obviamente hubiera constancia de la existencia, por otra parte
--repito-- obvia, de OTAN y de sus relaciones con Naciones Unidas,
pudiéramos encontrarnos todos en el texto y evitarnos dificultades cada
cual con su cada cual y su cada quien. Si eso fuera aceptado, yo se lo
agradecería al señor Rupérez, porque no creo que añada nada
conceptualmente nuevo al Informe y, por contra, puede crear alguna
dificultad añadida.




El señor PRESIDENTE: Yo me encuentro en la doble condición de Presidente
de esta sesión y, al mismo tiempo, de miembro de la Ponencia, no sé si
Presidente o coordinador, porque nunca he conseguido entender cuál era la
denominación de mi cargo. En fin, el hecho es que he trabajado en ella,
como ustedes saben. Y quiero aclarar que los documentos que se presentan
hoy aquí, los enumerados por el señor Estrella como número 1, como número
2 y como número 3, a mi entender, responden a lo que fuera decisión de la
Ponencia en su última reunión. En aquella reunión del jueves pasado se
llegó al acuerdo de que, efectivamente, lo que era un texto, una parte de
las Conclusiones, que se refería a la ONU y las organizaciones regionales
y ONG, se separaría en dos conclusiones aparte. Y eso es lo que se ha
hecho. Una de ellas es «Las Naciones Unidas y las organizaciones
regionales» y la otra «Las Naciones Unidas y las organizaciones no
gubernamentales». Insisto en «las Naciones Unidas» y «las Naciones
Unidas» también, porque aquí sólo dice «Naciones Unidas».

En cuanto al Documento 3, yo creo que también eso fue acordado en la
Ponencia, porque yo mismo señalé que había repetición de textos en
relación con lo que el señor Estrella presentaba y una de las
conclusiones ya existentes. La refundición de las conclusiones 7 y 9 creo
que corresponden perfectamente a lo que allí se había acordado, si no
entiendo mal.

Por consiguiente, teniendo en cuenta lo que se ha dicho y las
consideraciones que yo mismo acabo de hacer, creo que lo que nos queda
ahora es proceder, digamos, a la discusión o incluso a la votación, si es
necesario, de algunas de las propuestas que se han hecho de añadir algo o
de suprimir algo; también de esta especie de enmienda in voce que ha
hecho el señor Vázquez (aquí todo son enmiendas in voce, no nos
engañemos), proponiendo un acuerdo al señor Rupérez.

Tenemos ante nosotros, si yo no he anotado mal los puntos del debate, las
sugerencias que se han hecho, en primer lugar, de las páginas 36 y 38,
una propuesta del señor Vázquez para ampliar la definición del derecho de
injerencia. Entiendo que eso, después de la intervención del señor
Estrella y del señor Vázquez, no es objeto ya de votación ninguna.

El señor Estrella tiene la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Yo sugeriría que fuésemos avanzando en el
texto en su propio orden. Es decir, si en la página 5 hay alguien que
plantea alguna cuestión, nos detenemos en ella.

En lo que se refiere tanto a los votos particulares que nosotros hemos
presentado como a los que pudiera presentar in voce cualquier otro
grupo...




El señor PRESIDENTE: Señor Estrella, creo que es mejor proceder de otra
manera. Puntos que se han objetado o que se han propuesto son seis o
siete; los podemos ver ahora mismo. Y luego, puesto que hay un Documento
4, éste sí que podemos verlo punto por punto. Me parece que es lo que ha
propuesto además el señor Rupérez, y creo que tiene razón.

Este punto de la ampliación o no ampliación del derecho de injerencia
entiendo que está superado y que, por consiguiente, no hay que someterlo
a ninguna votación.

Sobre la referencia a la OTAN, entre las páginas 42 a 46, ha habido una
propuesta del señor Vázquez para mantener ese texto a cambio... A cambio,
perdón, quizá no debería decirlo así; que al mismo tiempo esto conlleve
una de las propuestas que ha hecho el señor Rupérez. Se refiere a
introducir un párrafo que él mismo ha leído sobre la OTAN en lo que es el
Documento tercero que nos propone el señor Estrella y que es la
refundición de las conclusiones 7 y 9 en una sola; si esto es posible o
no; no sería necesario proceder a ninguna votación y se mantendría el
texto del informe relativo a la OTAN, si esto se acuerda. Si no es así,
tendríamos que someter ambas cosas a votación.

Señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: La propuesta del señor Vázquez es claramente
asimétrica. Nos ofrece apoyar un texto que ya existe a cambio de que
nosotros retiremos la propuesta sobre un texto que no existe. Yo
comprendo los problemas del señor Vázquez, no voy a hacer filosofía al
respecto; este país lleva ya algunos años siendo miembro de la OTAN. Yo
lo único que propongo, pura y simplemente, es que, a efectos de las
conclusiones, en la medida en que las conclusiones pueden tener una
cualidad distinta del resto del papel, se recoja en dos líneas una
manifestación que se hace de una manera muy nítida en el curso del texto
de la Ponencia; además, sin ningún tipo de alteración, ni cualitativa ni
cuantitativa.

Yo pediría al señor Vázquez que vea que no hay absolutamente ningún
cambio en nada. Lo que pasa es que, como en su momento parece que nos
inclinamos a dotar de una cualidad mayor de capacidad representativa a
las conclusiones, una cosa que se dice, también se diga en las
conclusiones, pura y simplemente. De todas formas, me gustaría conocer el
parecer del resto de los portavoces al respecto.




El señor PRESIDENTE: El señor Carrera me pide la palabra.




El señor CARRERA I COMES: Señor Presidente, evidentemente, el hecho de
que se añadiera ahora una clarificación sobre la propia actividad o
posición de la OTAN en este contexto a mí no me produce ninguna variación
sustancial, ningún problema aparte.

Dicho esto, yo preferiría realmente dejar el texto tal cual figura en el
propio informe de la Ponencia, es decir, ni



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añadir ni quitar. Por lo tanto, aunque si al final se decide añadir algo,
no me produciría una sensación, entre comillas, «extraña», la posición de
mi Grupo o la de este portavoz sería no modificar en este punto el
informe de la Ponencia.




El señor PRESIDENTE: Muy bien, señor Carreras.

Señor Estrella, tiene la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Me gustaría que se volviera a leer el texto y
que se dijera dónde iba exactamente. El texto que ha propuesto el señor
Rupérez.




El señor PRESIDENTE: Si no hemos tomado nota mal, el texto era el
siguiente: Añadir al Documento número 3, en la página segunda, después
del segundo párrafo, que termina con la frase «con una fuerza de
despliegue rápido de carácter preventivo», las líneas: «En esta
perspectiva, sin embargo, cabe destacar el importante papel desarrollado
por la OTAN en colaboración y bajo la autoridad última del Consejo de
Seguridad de la ONU, colaboración que seguramente podrá seguir dando
frutos notables en el futuro.» Ese es el texto que usted había propuesto.

Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: No tenemos ningún problema con el texto. Quizá
el texto debiera expresar, y ahora no tengo el texto delante, de manera
más ajustada la disposición de la OTAN a poner, o la disponibilidad, a
poner a disposición (valga la redundancia) del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas sus capacidades y recursos, que, en definitiva, es de lo
que se trata. No sé si eso cabe en la formulación que hacía el señor
Rupérez o no. Para mí, lo esencial no es tanto que digamos: «Qué bien lo
está haciendo la OTAN», que es un poco lo que yo creo que preocupa
también al señor Vázquez, sino que constatemos que se ha producido ese
hecho y que, además, se ha producido con esa puesta a disposición. Yo
creo que podría ser si se encuentra una formulación que recoja eso.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Mi propuesta es bastante fácil de entender. Si
el señor Rupérez conoce mis problemas --yo a veces no soy capaz de
identificarlos--, a lo mejor después me puede ayudar y se lo agradecería.

En cualquier caso, creo que, como decía antes y he dicho varias veces, el
texto, la globalidad, tal como está, es bastante equilibrado. Las
posiciones políticas de cada cual son más que conocidas. Es verdad que
estamos ya hace muchos años en la OTAN, pero también es verdad que lo
estamos por una decisión gubernamental en la que no tenía nada que ver el
ciudadano español de a pie, al que se le negó la posibilidad de
expresarse en referéndum, por ejemplo, cosa que, sin duda, hubiera
validado más esa existencia de nuestro país en el seno de la OTAN. Sin
duda. (Varios señores Diputados pronuncian palabras que no se perciben.)



El señor PRESIDENTE: Por favor, no hagan comentarios, pues no sólo es
difícil para nosotros, sino también para los taquígrafos.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Señor Presidente, perdón, me he equivocado yo
hace un momento. Efectivamente, España entró en la OTAN con un
referéndum, tiene usted razón; lo perdimos. Se me ha ido la neurona a
otro referéndum pedido y no conseguido.




El señor PRESIDENTE: Se le ha ido la OTAN al cielo.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Exactamente, se me ha ido la OTAN al cielo.

En cualquier caso, yo creo que hay suficientes referencias al papel de la
OTAN, a la existencia, a sus relaciones con Naciones Unidas en esas
páginas 42-46, en las que están yo creo que bien recogidas, para una
persona defensora de esta organización, como el señor Rupérez, las
potencialidades de la misma en relación con Naciones Unidas, y que es
quizá un pequeña vuelta de tuerca, pero en cualquier caso una vuelta de
tuerca, añadir un párrafo a un texto que ya está escrito y con el que yo
estoy de acuerdo sin ese añadido. Por tanto, yo reiteraría mi propuesta,
que coincide con la del señor Carrera, que es dejar el texto como está y
apoyarlo unánimemente, sin necesidad de introducir más expresiones. Y
repito, antes me he equivocado con lo del referéndum; se me ha ido la
OTAN al cielo. Yo estaba haciendo referencia a otro referéndum pedido y
no conseguido. Ese sí fue pedido por alguno, por mucha gente.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, estamos donde estábamos. El señor
Rupérez tiene la palabra. Si insiste en que sometamos su propuesta a
votación, eso es lo que haremos.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, este país no entró en la OTAN
como consecuencia de un referéndum, este país entró, en la OTAN como
consecuencia de la manifestación de los representantes de la voluntad
popular en esta Cámara; conviene recordarlo. El referéndum tuvo otros
efectos, de tipo psicoanalítico, pero no necesariamente políticos. Dicho
todo lo cual, ya que estamos en ello, tardamos poco, votemos y lo
decidimos.




El señor PRESIDENTE: Creo que no hay más sistema ni recurso que proceder
a la votación de esa propuesta del señor Rupérez. Repito, consiste en
añadir, en la segunda página del Documento número 3 que nos ha presentado
el señor Estrella, inmediatamente después del segundo párrafo, que
termina con las palabras «con una fuerza de despliegue rápido de carácter
preventivo», el párrafo siguiente: «En esta perspectiva, sin embargo,
cabe destacar el importante papel desarrollado por la OTAN en
colaboración y bajo la autoridad última del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, colaboración que seguramente podrá seguir dando frutos
notables en el futuro.»



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El señor VAZQUEZ ROMERO: Sin embargo, ¿qué quiere decir?



El señor PRESIDENTE: No sé si es que lo hemos tomado mal, porque el texto
al que queremos añadir esto ya dice: «Sin embargo, en las operaciones
recientes... se han de poder desplegar efectivos de la ONU inmediatamente
después de una decisión del Consejo de Seguridad y se ha puesto de
relieve la necesidad de contar, al menos en algunos casos, con una fuerza
de despliegue rápido de carácter preventivo.» Ya hay un «sin embargo».

Por consiguiente, es suficiente con decir «En esta perspectiva cabe
destacar...»
Vamos a someter a votación esta propuesta del señor Rupérez.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos en contra, uno;
abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Se aprueba, por consiguiente, la adición de este
párrafo.

Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Habiéndose votado eso, yo ahora pediría que se
votara la supresión del apartado 14, el que hace referencia a la
colaboración de la OTAN con Naciones Unidas.




El señor PRESIDENTE: Tiene usted toda la razón del mundo. Se somete a
votación la supresión del citado apartado.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, uno; en
contra, 21.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, no se suprime.

Pasamos a otro punto planteado por el señor Vázquez. (Pausa.) No, creo
que no hay ninguno más, señor Vázquez.

El señor Rupérez sí ha pedido unos cambios en el texto. Por ejemplo, en
la página 41, al hablar de organizaciones regionales, se dice que no
todas lo son y ha propuesto concretamente que algunas de ellas sean
eliminadas del texto, si yo no he entendido mal, concretamente la
Conferencia Islámica en Somalia y la Liga de Estados Arabes. ¿Eso es lo
que ha propuesto, señor Rupérez?



El señor RUPEREZ RUBIO: Es una razón absolutamente neutra. No son
organizaciones regionales de las Naciones Unidas. Lo es la Organización
de la Unidad Africana, está en trance de serlo la OSCE y creo que podría
llegar a serlo la ASEAN, aunque tampoco me consta. Lo que sí me consta, y
yo creo que nos consta a todos, es que la Liga de Estados Arabes y la
Conferencia Islámica no son organizaciones regionales de las Naciones
Unidas. Y no se entienda como ningún tipo de consideración negativa o
crítica, sino simplemente como una constatación. Y por eso pediría que,
para mantener un poco la lógica interna del texto y consiguientemente la
adecuación y la precisión, mencionáramos aquellas que definitivamente son
organizaciones regionales de las Naciones Unidas.




El señor PRESIDENTE: Muy bien. ¿Alguna objeción? Señor Estrella, tiene la
palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Yo entendía que la referencia era más genérica
y que no se sespecificaba si se trataba de organizaciones del sistema o
no. En cualquier caso, no habría ningún inconveniente en suprimir la Liga
de Estados Arabes y la Conferencia Islámica y dejar la OUA, en Somalia,
la ASEAN, en Camboya o la OSCE en los Balcanes.




El señor PRESIDENTE: ¿Estamos de acuerdo con ello, señorías? ¿Hay alguna
objeción? Lo damos por aprobado.

También propone, en la página 61, el señor Rupérez, que se resuelva la
aparente contradicción que existe al citar, como otras organizaciones,
sólo a la OSCE. Propone suprimir «como la OSCE» o añadir la OTAN, o bien
terminar el párrafo con «bajo la de otras organizaciones». ¿Opiniones
sobre esto?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Yo preferiría que se mantuviera el texto como
está.




El señor PRESIDENTE: El texto dice: «La participación española en
operaciones de paz se hará siempre bajo la autoridad (aquí dice «al
autoridad», es un error mecanográfico) de Naciones Unidas y por mandato
de su Consejo de Seguridad, bien bajo la responsabilidad directa de la
ONU o bajo la de otras organizaciones como la OSCE». Eso es lo que dice
el texto. La propuesta del señor Rupérez es eliminar las palabras «como
la OSCE» o bien añadir «la OTAN». Esta es la propuesta.

Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, plantear una equiparación en
cuanto a las responsabilidades que se puedan asumir entre la OTAN y la
OSCE yo creo que no procede. La OSCE es una organización del sistema de
Naciones Unidas, puede actuar, de acuerdo con el capítulo VIII de la
Carta, asumiendo competencias delegadas por las Naciones Unidas. En el
caso de la OTAN es bien distinto, no se trata de que el Consejo de
Seguridad le delega la autoridad, sino que se establece un acuerdo en
virtud del cual la OTAN va a cumplir, y probablemente no sea la OTAN como
tal, como organización con una estructura integrada, sino va a poner a
disposición, para el cumplimiento de unas resoluciones del Consejo de
Seguridad, sus capacidades y recursos, incluido también sus propios
cuarteles generales y sistemas de mandos y control, etcétera, en una
operación donde estará la OTAN, donde probablemente, por su mayor peso,
será la OTAN quien lleve la dirección de las operaciones, pero donde van
a participar, y están participando ahora, por ejemplo, países que o bien
no son de la estructura militar integrada, o bien no son



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de la Alianza ni lo van a ser. Por lo tanto, no se puede equiparar. Yo
sería partidario de dejarlo como está, porque hay una diferencia bastante
clara.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, yo no creo que haya ninguna
diferencia clara, todo lo contrario. Nos encontramos con algo en lo que
todos estamos de acuerdo, que es la función legitimadora de las
decisiones del Consejo de Seguridad a efectos de las operaciones de
mantenimiento de la paz y, luego, una doble posibilidad, o bien que sean
las propias Naciones Unidas las que se ocupen y se encarguen de este tipo
de actividad, o bien encarguen o subarrienden ese tipo de realización.

Unprofor ha sido una manifestación muy clara de lo primero. Las últimas
acciones de mantenimiento de la paz con empleo de la fuerza en Bosnia
Herzegovina han sido una manifestación muy clara de lo segundo, encargado
a la OTAN. La posibilidad de que en un futuro inmediato se produzca una
operación bajo mando OTAN, con independencia de que otros países
participen, es también resultado de un encargo directo, hecho por el
Consejo de Seguridad y aceptado por el Consejo Atlántico de la OTAN, para
realizarlo. De manera que los casos son absolutamente simétricos, con una
diferencia además, y es que la OSCE todavía no ha realizado nada,
mientras que la OTAN, sí. La lectura de ese texto, tal como está, es que
la participación española en operaciones de paz se haga siempre bajo la
autoridad de tal, tal y bajo el mandato exclusivo de la OSCE, no de la
OTAN. Eso produciría un efecto que seguramente gustaría mucho al señor
Vázquez, pero que ciertamente no le gustaría al señor Estrella, tampoco a
nosotros, y seguramente tampoco al Gobierno español. Hacemos lecturas
bastante lineales de las cosas que aprobamos y queríamos llevar a esas
consecuencias, para que luego nadie diga otra cosa.




El señor PRESIDENTE: El señor Carrera tiene la palabra.




El señor CARRERA I COMES: Yo sería de la opinión, señor Presidente, de
anular la frase «como la OSCE». Entiende este portavoz que no tiene que
ser necesariamente explícito el final de este párrafo, indicando qué tipo
de organizaciones, y se puede dejar abierto tranquilamente, sin hacer
mención expresa de la OSCE. Lo que pasa es que no sé si el señor Rupérez
mantiene la doble oferta OSCE-OTAN o anular OSCE. Son dos cosas
distintas.

Yo aprovecho este momento para manifestar mi posición, que sería: no
añadir OSCE más OTAN, sino sacar OSCE.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: ¿Se trata de decir que la participación española
en operaciones de paz se hará bajo la responsabilidad directa de la OTAN,
que es lo que se entiende leyendo, linealmente también, lo que propone el
señor Rupérez? Si es eso, yo me opongo radicalmente. Y repito que
mantengo la literalidad total del texto.




El señor PRESIDENTE: Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: En una lectura literal de la incorporación de
la OTAN a este párrafo, diría exactamente lo que acaba de decir el señor
Vázquez y entonces nosotros estaríamos en contra. Porque no es viable la
responsabilidad exclusiva de la OTAN. Sí lo es la de la OSCE. Y yo creo
que el señor Rupérez conoce suficientemente esa diferencia. Y, de hecho,
se ha puesto de manifiesto en las operaciones que se han desarrollado
hasta ahora en la antigua Yugoslavia y en los preparativos para una
futura operación.

En cualquier caso, para resolver el conflicto, nos sumaríamos a la
propuesta del señor Carrera de la supresión de la palabra OSCE.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, hay tres propuestas: Una, suprimir
la referencia a la OSCE suprimir las palabras «como la OSCE»; ésa es una
de las propuestas. Otra es dejarlo como está. Y otra, añadir «la OTAN».

Señor Rupérez..




El señor RUPEREZ RUBIO: Ya lo he dicho antes, señor Presidente. Yo creo
que incluso tiene su razón que no entremos en más profundidades y lo
dejemos en «bajo la de otras organizaciones». Punto y aparte.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, la propuesta que han formulado
diversos grupos de suprimir las palabras «como la OSCE», me parece que es
mayoría. Veo que mueve la cabeza el señor Vázquez, pero no sé si en
sentido negativo o positivo.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Yo mantengo la propuesta de votación del texto
exactamente tal como está.




El señor PRESIDENTE: Nos encontramos ante una alternativa que consiste en
lo siguiente: El señor Vázquez propone el texto tal como está y los demás
grupos proponen suprimir las palabras «como la OSCE». Vamos a votar esto
último, porque, si se aprueba, ya no estaría igual. Por consiguiente,
vamos a proceder a la votación de esa propuesta de suprimir las palabras
«como la OSCE».




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, 23; en
contra, uno.




El señor PRESIDENTE: Se suprimen las palabras «como la OSCE».

Señorías, yo creo que no hay más propuestas de enmienda o de cambio. Lo
que sí nos queda por ver es el Documento número 4, que contiene una serie
de propuestas, que en algunos casos son correcciones de errores y en
otros son propuestas de supresión o de sustitución de párrafos. De
acuerdo con lo que ha solicitado el señor Rupérez, yo creo que es lo más
razonable, vamos a verla una por una.




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El señor Muñoz-Alonso tiene la palabra.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Señor Presidente, es una corrección de
estilo. En el Documento 2, «Naciones Unidas y las Organizaciones No
Gubernamentales», al final del segundo párrafo, dice que las ONG actúan
como elementos de concienciación de la opinión pública. Esa es una
palabra que yo creo que debíamos evitar. Es una corrección puramente de
estilo. Podríamos decir: Como elementos para la toma de conciencia, o la
información, algo así, de la opinión pública; pero lo de «concienciación»
creo que lo debíamos suprimir.




El señor PRESIDENTE: Yo me sumo a la opinión del señor Muñoz-Alonso. Creo
que, efectivamente, habría que encontrar un término, toma de conciencia,
elementos de toma de conciencia...

Actúan como elementos de toma de conciencia. No me acaba de gustar.

Elementos de sensibilización... Podría ser algo así como: Al mismo
tiempo, las actividades de las ONG contribuyen a sensibilizar a la
opinión pública. Algo así. ¿Estamos de acuerdo? Diríamos: Al mismo
tiempo, las actividades de las ONG contribuyen a sensibilizar a la
opinión pública y favorecen el apoyo social a las actuaciones de Naciones
Unidas. Así quedaría el párrafo. ¿Estamos de acuerdo? ¿Alguna otra
observación? Si no es así, vamos a preceder a las propuestas de este
documento cuarto, presentado por el señor Estrella. Es una mezcla de
peticiones de supresión y de sustitución de algunas partes del texto, en
algunos casos, de palabras o de párrafos enteros.

El primero se refiere a la página 18, primera línea, que empieza
diciendo: «Más todavía, con el comienzo de la guerra fría y la división
del mundo en dos grandes bloques liderados por» tal, tal, tal. Suprimir
la expresión «Más todavía». ¿Estamos de acuerdo en esa supresión?
Asentimiento.) Pues queda suprimida.

El siguiente es: en la página 22, en medio del párrafo, pero no sé muy
bien dónde, dice: Sustituir «de necesidad de» por «que requiere». Vamos a
ver dónde está eso. Sí, en en la línea 10. Después de «a disposición de
la propia ONU» Debe la ONU. Es correcto, sí. Otro caso de necesidad de
una toma de posición...». Sería: «Otro caso que requiere de una toma de
posición previa». Así. En la línea 10. ¿Estamos de acuerdo? Muy bien.

En la página siguiente, la 23, línea dos, dice: «la elaboración del
informe se percibe, por muy necesarias y evidentes que parezcan algunas
reformas...». Propone añadir «de la Carta». ¿Estamos de acuerdo?
Adelante.

En la misma página 23, en la línea siguiente a la que acabamos de
referirnos, cuando dice «resultará» muy difícil que alguna de ellas»,
propone suprimir la palabra «algunas».




El señor ESTRELLA PEDROLA: «Alguna de ellas», señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Claro. Será «resultará muy difícil que se puedan
llevar a cabo», me imagino.

Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, es que en este párrafo, en
dos líneas alguneamos a todo el mundo. El texto dice: «Resultará muy
difícil que algunas de ellas se puedan llevar a cabo por la tendencia de
alguno de los países más significativos y de algunos sectores de la
propia estructura interna a preservar la situación actual». Por muy
necesarias y evidentes que parezcan algunas reformas, resultará muy
difícil que se puedan llevar a cabo. El segundo «algunas» sobra. Por la
tendencia de los países más significativos (y los más significativos son
algunos de los países del sistema) y de sectores de la propia
organización. Sobran todos los «algunos», menos el primero.




El señor PRESIDENTE: Me parece razonable lo que dice el señor Estrella:
hay muchos «algunos» aquí. Los suprimimos todos. Muchas gracias.

Página 24, línea seis, empezando por el final de la página. Dice: «A 30
de septiembre de 1995, el número total de efectivos desplegados es de
62.498», y propone añadir «de los que España aporta 1.461, siendo el
duodécimo contribuyente». ¿Estamos de acuerdo también? De acuerdo.

Seguimos adelante.

En la página 39, párrafo segundo, línea tres, después de referirse al
Comité de Estado Mayor, «que, de acuerdo con la Carta», propone añadir
después de la Carta «sería responsable, bajo la autoridad del Consejo de
Seguridad, de la dirección estratégica de cualesquiera». En realidad, se
trata de añadir, entre «responsable» y «de la dirección», las palabras
«bajo la autoridad del Consejo de Seguridad».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Y dirección estratégica.




El señor PRESIDENTE: ¡Ah, sí! En vez de decir «de acuerdo con la Carta,
sería responsable de la dirección de cualesquiera Fuerzas Armadas puestas
a disposición del Consejo de Seguridad», diría «de acuerdo con la Carta,
sería responsable, bajo la autoridad del Consejo de Seguridad, de la
dirección estratégica de cualesquiera Fuerzas Armadas», y repetiría otra
vez «puestas a disposición del Consejo de Seguridad». Tendríamos dos
veces «Consejo de Seguridad».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, es que, tal y como estaba
redactado el texto, se podía entender que el Comité de Estado Mayor una
vez constituido puede hacer de su capa un sayo y actúa de manera
autónoma, cuando lo que dice la Carta es que, uno, actúa bajo la
autoridad del Consejo de Seguridad; dos, que es responsable de la
dirección estratégica de las operaciones y que es un órgano consultivo.

Son las dos funciones que le asigna del Consejo. Da igual que diga «de la
dirección estratégica de cualesquiera», o simplemente «de las Fuerzas
puestas bajo la autoridad del Consejo», para no reiterar excesivamente.

Lo importante es clarificar cuál es el ámbito de responsabilidad.




El señor PRESIDENTE: ¿No se podría decir de otra manera? Por ejemplo,
«Sería responsable de la dirección



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estratégica de cualesquiera Fuerzas Armadas puestas a disposición del
Consejo de Seguridad, bajo la autoridad de Este». Así se evitaría la
repetición.

Señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, yo creo que esa fórmula es más
correcta, porque, además, «cualesquiera» no es demasiado brillante.

Yo creo que sí sugeriría es que, en vez de dirección estratégica,
habláramos de dirección militar. La palabra «estratégica» tiene toda una
serie de connotaciones que pueden conducir a una cierta confusión. A mí
me parece que de lo que estamos hablando exactamente es de la dirección
militar, de la dirección militar de las tropas puestas a disposición del
Consejo de Seguridad.




El señor PRESIDENTE: La propuesta del señor Rupérez es acoger la
rectificación en el sentido que yo he dicho, pero sustituyendo la palabra
«estratégica» por «militar».




El señor ESTRELLA PEDROLA: No estaríamos de acuerdo, porque «dirección
militar» daría la sensación de que es un mando operativo de las
operaciones, cuando, en realidad, es un órgano consultivo y asesor, y así
lo dice la Carta claramente, del Consejo de Seguridad, y señala que sería
responsable de la dirección estratégica, es decir, del apoyo logístico,
de fijar las líneas maestras y, en definitiva, de aportar al Consejo de
Seguridad la información necesaria para que las resoluciones del Consejo
y los mandatos se ajusten a los medios disponibles y a los objetivos
políticos de la misión.




El señor PRESIDENTE: Nos encontramos ante dos propuestas. Una, que diría
que de acuerdo con la Carta, sería responsable de la dirección
estratégica de cualesquiera Fuerzas Armadas puestas a disposición del
Consejo de Seguridad bajo la autoridad de éste. Y otra, que diría: «Sería
responsable de la dirección militar de cualesquiera Fuerzas Armadas
puestas a disposición del Consejo de Seguridad bajo la autoridad de
éste». ¿Es así?



El señor RUPEREZ RUBIO: Yo sigo prefiriendo militar, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Entonces, vamos a proceder a la votación. Los que
sean partidarios de la fórmula del señor Estrella, es decir, de la
dirección estratégica, que levanten la mano. ¿Cuántos? Once votos.

La fórmula del señor Rupérez, ¿votos a favor? Siete.

Por consiguiente, acordamos que diga «de la dirección estratégica de
cualesquiera Fuerzas Armadas».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, entendemos que se aprueba con la
corrección de orden de la frase que proponía.




El señor PRESIDENTE: Sí, sí, como he dicho yo. «Sería responsable de la
dirección estratégica de cualesquiera Fuerzas Armadas puestas a
disposición del Consejo de Seguridad bajo autoridad de éste»; eso es lo
que diría.

Pasamos al punto siguiente, página 57. Suprimir del texto «aunque no
existe, sin embargo». Esta es toda una enmienda casi existencial. ¿A qué
línea se refiere usted?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, es en el último párrafo, en el
segundo párrafo, en la mitad del párrafo, después de decir a lo que
contribuye España, al 2,24, dice: «aunque no existe unanimidad al
respecto, una actualización de este baremo incrementaría previsiblemente
todavía más la cuota a aportar por España». La experiencia de los
ponentes, de los redactores del texto, nos ha demostrado que esta
afirmación no es necesariamente cierta. Entonces, yo preferiría
suprimirla y decir simplemente cuál es la contribución de España y en qué
ámbitos contribuye.




El señor PRESIDENTE: Sería: después del párrafo que termina con «2,24 por
ciento del total. Nuestro país participa en operaciones»...




El señor ESTRELLA PEDROLA: Exactamente.




El señor PRESIDENTE: Se suprime también la expresión «sin embargo». Al
final del párrafo, punto y seguido, y luego «Nuestro país participa en
operaciones». Muy bien.

En la página 64 se pide suprimir del último párrafo las tres líneas
últimas, que dicen: «En este sentido, la decisión del Consejo de
Seguridad de financiar con cargo al presupuesto de operaciones de paz la
creación de una Fuerza de Acción Rápida constituye una medida en la
dirección adecuada». ¿Se pide la supresión de esto, señor Estrella?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Sí, Presidente. Es que esta frase se encuentra
ya en la parte relativa, si mal no recuerdo, a la financiación... Si el
Presidente quiere seguir adelante, localizo dónde se encuentra
exactamente. Está duplicada la frase, es el motivo de la supresión.




El señor PRESIDENTE: Mientras encuentra la duplicación, seguimos adelante
y dejamos pendiente este asunto.

En la página 69 propone insertar una frase entre las palabras
«seguimiento parlamentario» y «permitirían prestar». Está en la línea 4
empezando por abajo: «La labor de seguimiento parlamentario permitiría
prestar a las Naciones Unidas...». Y diría, según la propuesta: «La labor
de seguimiento parlamentario favorecería la democratización y
transparencia de la ONU y permitirá prestar (a ésta, sería) el apoyo
político necesario en ámbitos como la consolidación de la democracia, los
derechos humanos o la consolidación y el mantenimiento de la paz».

¿Estamos de acuerdo? Muy bien. Seguimos adelante, se incorpora.

En la página 71...




El señor ESTRELLA PEDROLA: Si me permite, Presidente, ya he encontrado la
frase duplicada. Está en la página 58, al final del primer párrafo.




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El señor PRESIDENTE: Efectivamente, está repetido. El único problema es
saber de dónde es mejor suprimirlo, si de este párrafo o del otro.

Entonces acogemos la propuesta del señor Estrella, en el sentido de
suprimir esta frase. Muy bien.

Seguimos adelante. Estamos en la página 71; se propone sustituir «reforma
total» por «reforma radical». Está en la línea cuatro, «una reforma total
de esta última». Señor Muñoz-Alonso.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Señor Presidente, como muy bien sabe su
señoría por su profesión, la terminología constitucional es reforma total
y reforma parcial. La Carta de las Naciones Unidas utiliza, sin embargo,
la expresión «revisión» para hablar de la reforma total y «reforma» para
hablar de la parcial. Una de dos: o dejamos reforma total, que es la
terminología, digamos, habitual en el constitucionalismo, o ponemos
revisión, que es lo que dice la Carta, pero nunca reforma radical, que es
una expresión un tanto insólita, y además no sé muy bien qué significa.




El señor PRESIDENTE: Nos movemos entre extremos, reforma total, reforma
radical. Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, lo de radical era una aproximación
a la reforma total. Yo creo que tenemos que producir un texto que sea
legible para el común de los mortales, incluidos los que no somos
constitucionalistas, para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Entonces,
yo me inclinaría por buscar una expresión que reflejase esa idea de
reforma en profundidad o de modificación en profundidad de la Carta.




El señor PRESIDENTE: Personalmente, yo sería partidario de la fórmula que
proponía el señor Muñoz-Alonso, introducir la palabra revisión, que es lo
que dice la Carta.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: El artículo 109 de la Carta utiliza la
palabra revisión, claramente, lo podemos ver, con la idea de hacer una
reforma de toda la Carta. Por lo tanto, es la que vale aquí.




El señor PRESIDENTE: Acordamos, por consiguiente, sustituir radical y
totalmente la reforma total y la reforma radical por revisión. Eso es lo
que hemos acordado. Seguimos adelante.

Página 76, al final, sustituir, en la penúltima línea, «razones de
principio como de utilidad» por «razones de principio como de
aplicación». El texto diría: «Otras hipótesis que se han barajado, como
la legítima aspiración a la representación unitaria de la Unión Europa,
no parece factible, tanto por razones de principio como de aplicación».

¿Estamos de acuerdo? Adelante, pues.

Página 77. Al principio, dice: «No tendría demasiado sentido, porque
sería difícilmente aplicable». «Siendo Naciones Unidas una organización
de Estados, no tendría demasiado sentido». En vez de esto, sería: «En
efecto, siendo Naciones Unidas una organización de Estados, sería
difícilmente aplicable la representación unitaria». ¿Estamos de acuerdo?
Estamos de acuerdo. En la página 80, sustituir voto por consenso por
aprobación por consenso. Yo creo que sí, que está claro.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Y la siguiente. Luego hay otra expresión, en
el centro, que dice «la adopción de resoluciones sin voto». Esa es
precisamente el voto por consenso, entiendo.




El señor PRESIDENTE: Se pide la supresión también. Sería: «cabe mencionar
la ponderación del voto, la aprobación por consenso, declaraciones
presidenciales», etcétera; éste sería el texto. Eliminaríamos «el voto
por consenso», sustituyéndolo por «la aprobación por consenso», y
eliminaríamos «la adopción de resoluciones sin voto». Estamos de acuerdo.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Y en las conclusiones tenemos el mismo
problema.




El señor PRESIDENTE: Página 80. Un párrafo entero, el último, que dice:
«Habría que estudiar también la creación de una asamblea de
parlamentarios de Naciones Unidas... me imagino que hasta la página 81,
todo el párrafo, por el que tienen SS. SS. delante, cuyo texto leo: «Una
de las críticas más frecuentes que se hacen al funcionamiento actual de
Naciones Unidas es que la organización adolece de un importante déficit
democrático. No hay que olvidar que, aunque el preámbulo de la Carta reza
«Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas...», en realidad son
Gobiernos los que ejercen la representación efectiva, sin que exista una
representación directa de la soberanía de los pueblos. Con el fin de
corregir esa situación, se ha propuesto la creación de una asamblea
parlamentaria de la ONU, y la Unión Interparlamentaria, que agrupa a los
representantes de los Parlamentos del mundo, ha propuesto a la ONU la
conclusión del acuerdo en dicho sentido. La iniciativa de dotar a la ONU
de una asamblea parlamentaria se podría poner en marcha siguiendo las
pautas de otras organizaciones internacionales, como el Consejo de
Europa, la OSCE, la UEO, la OTAN o, en sus comienzos, las Comunidades
Europeas, que instituyeron asambleas parlamentarias con excelentes
resultados. Incorporando la representación parlamentaria, se aproximaría
la organización a los pueblos de los Estados miembros, trasladaría a la
ONU el pulso vital de sus opiniones públicas y, en consecuencia,
aumentaría su legitimidad». Ese párrafo, según la propuesta, sustituiría
al párrafo que empieza por «Habría que estudiar también la creación de
una asamblea parlamentaria» y que acaba en «aumentaría su legitimidad».

Señor Muñoz-Alonso.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Señor Presidente, plenamente de acuerdo,
con una pequeña matización. Donde dice «la representación directa de la
soberanía de los pueblos», yo creo que habría que decir «de las
soberanías».




Página 18303




El señor PRESIDENTE: ¿Estamos de acuerdo? Sí. Hay también un problema de
redacción, puesto que, si antes se han suprimido varios «algunos», ahora
se repite «se ha propuesto», con la siguiente línea, prácticamente.

(Pausa.) El primero sería «se ha planteado»; «se ha planteado la creación
de una asamblea y se ha propuesto a la ONU». Muy bien. Estamos de
acuerdo, pues, con la corrección que ha propuesto el señor Muñoz-Alonso.

Adoptamos, por consiguiente, este párrafo, que sustituye al que antes se
ha citado.

Página 93, al final del párrafo inicial, en la tercera línea,
exactamente, se propone sustituir las palabras «su participación
financiera». El texto, como ustedes ven, dice: «Es inevitable que para
lograr un mayor peso de España en el sistema de las Naciones Unidas, su
participación financiera tendría que modificarse en el futuro». La
propuesta es sustituir «su participación financiera» por «la relación
entre su participación financiera y la de otros principales
contribuyentes», ésa es la propuesta del señor Estrella. Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Desearía explicar el sentido de esta enmienda;
puede ser este texto o cualquier otro. En cualquier caso, nos preocuparía
que quedase en el texto la idea que nosotros mismos, en la Ponencia,
hemos rebatido, de que hay que incrementar la contribución de países como
España. Por el contrario, lo que hemos dicho es que hay que establecer
mecanismos más ajustados de ponderación de las cuotas, que reflejen de
manera más adecuada la capacidad económica de los países. Lo cual,
previsiblemente, hará que aumenten la de países como los de la zona del
Golfo, por ejemplo, y que, como consecuencia de ello, los principales
contribuyentes no vean necesariamente aumentar sus contribuciones,
incluso que las vean reducirse.

En la lógica que está expresada aquí, que se establece una referencia de
la contribución de España con la de otros países del grupo de los
principales contribuyentes, con el fin de no distorsionarla, nosotros
hemos pensado buscar una relación que lo limite a ese grupo de países,
nuestro peso específico en el ámbito de ese grupo de países, que no
quiere decir en absoluto un aumento de la contribución neta de España a
los presupuestos de Naciones Unidas. Por eso diría «la relación entre su
participación financiera y la de otros principales contribuyentes tendría
que modificarse en el futuro para lograr un mayor peso específico».




El señor PRESIDENTE: Señor Muñoz-Alonso, ¿está de acuerdo?



El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Sí, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: ¿Estamos todos de acuerdo? ¿Señor Vázquez, S. S.

también? El señor Vázquez ha hecho un gesto, que esta vez espero haber
interpretado bien, porque, a veces, sus afirmaciones con la cabeza tienen
un sentido un poco oblicuo y no acabo de entender si quiere decir «Sí» o
«No».




El señor VAZQUEZ ROMERO: Algunos dicen que sí negando con la cabeza.




El señor RUPEREZ RUBIO: Son los turcos.




El señor PRESIDENTE: Puede ser. Entonces me tiene que aclarar si es que
está utilizando el método turco o no. (Risas.) Muchas gracias.

Señorías, creo que hemos acabado las propuestas de votos particulares y
de corrección de errores. (Rumores.) Si entiendo bien, el Documento 5 es
corrección de errores. (Denegaciones.) ¡Ah!, no, no, es verdad. El señor
Estrella es realmente implacable. Sigamos con la corrección de errores,
que es algo más que eso.

Página 96, línea cuatro, sustituir la palabra «retirada» por «denuncia».

Se refiere a la jurisdicción del Tribunal Internacional de Justicia:
«Esta declaración tiene vigencia indefinida y su eventual retirada por el
Gobierno español...»; sustituir por «denuncia». ¿Estamos de acuerdo?
(Pausa.) Estamos de acuerdo. Por consiguiente, se adopta.

En la misma página 96, en la mitad de este mismo párrafo primero, la
propuesta del señor Estrella no la entiendo muy bien, porque ha dicho que
hay que clarificar «únicamente en lo que concierne...».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Es que me da la impresión de que hay algún
error en el texto, porque se dice que el alcance en el caso de la forma
que...




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Yo he percibido también lo mismo e hice un
intento de transcribir el documento oficial, pero se ve que al
transcribirlo me equivoqué de alguna manera. Voy a recuperar el documento
y a transmitir a la Secretaría el sentido exacto del mismo.




El señor RUPEREZ RUBIO: No, con todo respeto. Dice lo que dice.




El señor ESTRELLA PEDROLA: «Aquellas en las que la otra parte no haya
aceptado la jurisdicción del TIJ únicamente en lo que concierne a la
controversia de que se trate.» Es decir: «... no haya aceptado...» Es lo
lógico.




El señor PRESIDENTE: Yo propondría, señorías, que se vea esto sobre el
texto, puesto que aquí hay dudas sobre su transcripción no sobre su
traducción y que, por consiguiente, el señor Muñoz-Alonso, una vez visto
sobre el texto, haga la corrección que crea conveniente con el señor
Letrado. ¿Estamos de acuerdo? (Asentimiento.)
Seguimos. En la página 97, al final, la propuesta genérica dice:
«clarificar». El texto, ya lo ven ustedes, dice: «Todavía mejor sería una
modificación de la Carta de las Naciones Unidas y del Estatuto del
Tribunal Internacional de Justicia que estableciera la jurisdicción
obligatoria de ésta sobre unas tareas determinadas. En esta línea,
algunos han sugerido que las áreas donde podía alcanzarse el consenso
deseado son las relativas a los derechos humanos o cuestiones como el
genocidio. Pero ni siquiera este objetivo limitado parece factible en el
momento presente.»



Página 18304




¿Qué quiere decir, señor Estrella, cuando pide clarificación de este
párrafo?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Me refería a la página 98, al final, la frase
«incluso en contra de los Estados en los que residen». ¿Quiere decir en
contra de la voluntad o...? Página 98, la última frase: «... establecer
mecanismos que permitieran la detención del individuo acusado de esos
crímenes, incluso en contra de los Estados en los que residen».




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Quiere decir, incluso aunque se opongan los
Estados en que residen, o en contra de la voluntad de los Estados en que
residen. Posiblemente falta la palabra «voluntad».




El señor PRESIDENTE: Habría que incorporar la palabra «voluntad»: «... en
contra de la voluntad de los Estados en los que residen».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, se ha saltado una enmienda, la
inmediatamente anterior, que habla de prohibir la participación de los
jueces nacionales y de los jueces «ad hoc» en los fallos del TIJ.

Entiendo que debe clarificarse que afecten a sus propios Estados, a los
Estados de los que son miembros los jueces, de los que son nacionales los
jueces. En la primera y segunda línea de la página 97.




El señor PRESIDENTE: Esta la introduce usted «in voce».




El señor ESTRELLA PEDROLA: No, está en el texto, es la tercera de esta
página.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Es correcta la interpretación de S. S.: es
en las causas en las que está implicado el Estado del que son...




El señor PRESIDENTE: Entonces, ¿cuál es el texto que debe quedar en este
caso en la página 97, al principio?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Añadir después de «los jueces «ad hoc»», «en
los fallos del TIJ que afecten a sus propios Estados».




El señor PRESIDENTE: ¿Está de acuerdo, señor Muñoz-Alonso?



El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: «... en los casos...».




El señor PRESIDENTE: «... en los casos que afecten a sus propios
Estados». ¿Estamos de acuerdo? (Asentimiento.)
En la página 98 quedaría lo que antes ha citado el señor Estrella: «...

en contra de la voluntad de los Estados en que residen». Sería el final
de todo este párrafo, en la página 98. De acuerdo.

En la propia página 98 propone sustituir «consideraciones finales» por
«Conclusiones y Recomendaciones».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Si me permite, Presidente, lo explico muy
brevemente. Tenemos ahora un título VI que se llama «Consideraciones
finales» y a continuación un punto 27 que se llama «Conclusiones». Los
dos son únicos, no hay una secuencia a partir de ellos, aunque luego
aparece ya la secuencia de las conclusiones, de la primera a la última.

Me parecería lógico que desapareciera uno de los dos, y lo que
propondríamos sería que se denominase al conjunto de lo que viene a
partir de ahora «Conclusiones y Recomendaciones».




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Seis romano, entiendo.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Sí, sí.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: En el VI, de acuerdo.




El señor PRESIDENTE: Sí, el VI, en vez de «Consideraciones finales»,
sería «Conclusiones y Recomendaciones», lo cual significa suprimir el
punto 27 que dice «Conclusiones».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Los apartados tienen su numeración hasta el
26. (Pausa.)



El señor PRESIDENTE: ¿Estamos de acuerdo con que el VI se titule
«Conclusiones y Recomendaciones» y luego basta citar las conclusiones con
el número de orden que llevan? (Asentimiento.)
Página 99: Sustituir --dice-- «conflictos nacionalistas» por «conflictos
intranacionales». Esto es en la línea nueve.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, si me permite, quiero indicar que
en el texto se dice que los conflictos más frecuentes actualmente son
nacionalistas, sin más. Nosotros entendemos que eso requiere cierta
matización, ya que los conflictos que se están produciendo son de base
étnica o de base religiosa, y se producen como expresiones de
nacionalismo. Y se están produciendo, además, no entre Estados, sino
dentro de Estados generalmente. Eso es lo que se intenta expresar ahí,
pero se podría expresar con otras palabras, probablemente de manera más
adecuada.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Yo creo que la palabra más adecuada ahí es
«intraestatales», porque difícilmente van a ser «intranacionales».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Sí, sí, absolutamente.




El señor PRESIDENTE: El señor Vázquez propone «intraestatales».




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El señor VAZQUEZ ROMERO: Son conflictos nacionalistas intraestatales.




El señor RUPEREZ RUBIO : No estamos seguros de que ninguna de las dos
fórmulas sea mejor que la originaria. Al fin y al cabo, no todos los
conflictos son estrictamente intraestatales o intranacionales. Hay
algunos que, bien en el origen o bien en su evolución, han llegado a ser
conflictos internacionales. El caso de Yugoslavia en este momento ya es
un conflicto internacional. No todos los conflictos son necesariamente de
origen religioso o étnico, hay otros conflictos que se basan en algún
tipo de reivindicación no necesariamente basada en esos aspectos.

Podríamos decir en conflictos que tienen su origen en reivindicaciones
nacionalistas; interestatales o no interestatales.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Sin duda, no soy el más cualificado aquí para
reflexionar sobre algo que el señor Presidente de la Comisión ha escrito
en algún libro, reflexionando sobre el Estado-Nación, Nación con o Nación
sin Estado. Si el conflicto es intraestatal, es un conflicto intraestatal
entre diferentes nacionalidades intraestatales, que es lo que está
ocurriendo «urbi et orbi» en la ex-Unión Soviética: dentro de Estados,
conflictos entre nacionalidades, entre naciones distintas. Me parece más
adecuada la expresión intraestatal, pero, en fin...




El señor RUPEREZ RUBIO: Yo creo que el alcance del párrafo es puramente
descriptivo, es decir, que no debe contener más de lo que quiere
contener. Es simplemente hacer estado de una situación, una situación que
tiene su raíz en conflictos de origen nacionalista. No pretenderíamos
decir más, ni menos.




El señor PRESIDENTE: Voy a hacerles una confesión a todos ustedes: este
párrafo lo redacté yo y tuve dudas en este mismo adjetivo, porque yo
mismo tenía la sensación de que no definía exactamente lo que quería
decir. Lo que quería decir es estallido, sobre todo de conflictos entre
etnias, entre religiones o simplemente entre entidades nacionales.

Básicamente, en lo que quería insistir era en la importancia de lo
conflictos que se producen dentro de los Estados, no tanto entre Estados,
que yo creo que es uno de los rasgos fundamentales de la fase actual,
como el caso de Yugoslavia. Pero no se me ocurrió en aquel momento un
adjetivo que pudiese sintetizar exactamente lo que quería decir. Y debo
decir que lo que se me ha propuesto aquí de conflictos intranacionales o
intraestatales tampoco me satisface. No veo que explique exactamente lo
que se pretendía decir aquí.




El señor RUPEREZ RUBIO: Dejémoslo tal como está.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Si dijese «conflictos nacionalistas», aunque a
mí me ofrece cierta reserva, y siguiera: «generalmente de base de étnica
o religiosa», estaríamos de acuerdo. Porque esos son los fenómenos que se
están dando en la mayoría de los agrupamientos que estamos viendo.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Los conflictos no son étnicos, son nacionales.

Son naciones dentro de un Estado.




El señor RUPEREZ RUBIO: ¿Por qué no decimos conflictos que tienen su
origen en reivindicaciones nacionalistas y no cualificamos más?



El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, es que hay nacionalismos y
nacionalismos, la verdad. Es cierto que hay nacionalismos de base étnica,
religiosa, etcétera, como el caso mismo de Yugoslavia, y otros que no son
estallidos de grandes conflictos. Es decir, no me gustaría meter todos
los nacionalismos en un mismo paquete, porque no lo son. Por eso no me
satisface la fórmula.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: No hay una descripción ni siquiera
peyorativa. Se habla de unos conflictos, no estamos valorando si son
conflictos justos o si no lo son, simplemente decimos que hay conflictos
y que todos esos conflictos tienen un común denominador, que es que son
de índole nacionalista, y unos son intraestatales y otros no está tan
claro que lo sean. Por lo tanto, creo que lo mejor es dejarlo con esa
fórmula: de índole nacionalista.




El señor PRESIDENTE: El señor Carrera tiene la palabra.




El señor CARRERA I COMES: Señor Presidente, pienso que es difícil ahora
darle un cambio aquí. Realmente, no es muy acertado hablar de conflictos
nacionalistas, porque creo que estamos cargando puramente las tintas en
este sentido, cuando deberíamos matizar mucho más. A mí tampoco me va lo
de interestatales o intranacionales y no sé si al final será mejor
dejarlo tal cual está: «conflictos nacionalistas», con todos los reparos
que pueda tener por mi parte, pero es que cualquier otra cosa será
complicarlo.




El señor PRESIDENTE: Lo dejamos tal como está, con las precisiones que
aquí se han hecho.

En la página 103, al principio, se dice: «Algunas de las reformas más
evidentes conciernen a sus principales instituciones.» Y se propone:
«Algunas de las reformas más evidentes conciernen a las principales
instituciones de las Naciones Unidas.» ¿Estamos de acuerdo?
(Asentimiento.) De acuerdo.

El señor Vázquez tiene la palabra.




El señor VAZQUEZ ROMERO: De acuerdo con ésa. Sin embargo, hay una
anterior a la siguiente del señor Estrella, en la página 104, cuando se
dice, en el segundo párrafo: «Hasta ahora, todas las propuestas de
reforma del Consejo de Seguridad se centran en tres cuestiones», y
después se citan cuatro. Simplemente es cambiar «tres» por «cuatro». Se
citan a), b), c) y d), son cuatro.




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El señor PRESIDENTE: Póngase cuatro.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Por una vez, y sin que sirva de precedente, se
acepta mi propuesta.




El señor PRESIDENTE: De vez en cuando, también.




El señor VAZQUEZ ROMERO: De vez en cuando, para decorar, viene bien.

(Risas.)



El señor PRESIDENTE: Sigamos, señorías.

Página 105, al final del último párrafo, donde termina diciendo: «...al
presupuesto ordinario y, en particular de operaciones de paz, y a la
contribución de efectivos a las mismas operaciones», se añadiría: «...tal
como prevé el artículo 23.1 de la Carta». ¿Estamos de acuerdo?
(Asentimiento.)
Adelante.

Página 105, añadir un nuevo párrafo final que diría: «Al mismo tiempo, es
necesario diseñar una estrategia política y diplomática para incrementar
la presencia española en los niveles superiores del conjunto del sistema
de Naciones Unidas. Salvo circunstancias excepcionales, las
contribuciones extraordinarias debieran vincularse a estos objetivos
políticos.» ¿Estamos de acuerdo? (Asentimiento.)
El señor Vázquez tiene la palabra.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Presidente, decir que «...salvo circunstancias
excepcionales, las contribuciones extraordinarias debieran vincularse a
estos objetivos políticos...», es vincular aportaciones extraordinarias a
conseguir disponer de más españoles en el «staff» de Naciones Unidas y
parece un poco duro dicho así. Quizá sería más adecuado decir: «...salvo
circunstancias excepcionales, las contribuciones extraordinarias
deberían, entre otros, vincularse a estos objetivos». A mí me parece un
poco duro, porque damos dinero a cambio de más «staff».




El señor PRESIDENTE: ¿Cuál sería la propuesta del señor Vázquez?



El señor VAZQUEZ ROMERO: Decir, después del punto y aparte: «Las
contribuciones extraordinarias deberían, entre otros, vincularse a estos
objetivos políticos.»



El señor PRESIDENTE: «¿Entre otros» qué quiere decir? (Risas.) O sea, que
salvo circunstancias excepcionales, las contribuciones extraordinarias
debieran vincularse, coma.




El señor VAZQUEZ ROMERO: O mejor aún, Presidente: suprimir desde «salvo»
hasta el final. «Al mismo tiempo es necesario diseñar una estrategia
política y diplomática para incrementar la presencia española en los
niveles superiores del conjunto del sistema de Naciones Unidas.» Punto.




El señor PRESIDENTE: De acuerdo. Para que vea, señor Vázquez, que va
usted triunfando.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Mis propuestas normalmente deberían triunfar
mucho más, lo que pasa es que con frecuencia choco contra el muro.

(Risas.) El señor RUPEREZ RUBIO: Pero ¿cuál? ¿El de Berlín?



El señor PRESIDENTE: Los muros caen, ¿sabe usted?



El señor VAZQUEZ ROMERO: Afortunadamente, ése cayó, pero quedan otros en
pie.




El señor PRESIDENTE: Sigamos. Página 106, en el segundo párrafo, tercera
línea, dice: «La Cámara que es fundamental», aquí hay un error. ¿Cómo
sería? «La Cámara considera que es fundamental la reforma de las
Comisiones de trabajo» y otra cuestión. En vez de «... adoptando el mismo
método que otros organismos parlamentarios...», sería «... por algunos
organismos parlamentarios...»



El señor ESTRELLA PEDROLA: Estamos hablando de la Asamblea, no estamos
hablando de grupos parlamentarios.




El señor PRESIDENTE: Sí, sí, muy bien. ¿Les parece bien? (Asentimiento.)
Hemos recuperado uno de los «algunos» que habíamos suprimido y lo
reincorporamos.

En la misma página 106, volveríamos al párrafo último, que repetiría un
poco el que ya hemos modificado, porque habla de la ponderación de voto,
la institución del voto por consenso y de la adopción de resoluciones sin
voto. Yo creo que tendríamos que reproducir literalmente el párrafo que
antes hemos adoptado.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Es lo mismo, quitando «aprobaciones por
consenso», que es lo que decía.




El señor PRESIDENTE: Quitar «aprobación por consenso», y dejar «la
adopción de resoluciones sin voto.» ¿Estamos de acuerdo? (Asentimiento.)
Página 108, el párrafo final, donde dice: «La Secretaría debe recibir,
por consiguiente, todo el apoyo de los países miembros y, por
consiguiente, mucho más apoyo del que recibe actualmente...» Pediría
sustituir «... y por consiguiente, mucho más apoyo del que recibe
actualmente» por «... debiendo incrementarse el apoyo que recibe
actualmente...»



El señor ESTRELLA PEDROLA: Si me permite, Presidente, quisiera hacer una
observación sobre la página anterior.




El señor PRESIDENTE: Perdón. No me cuadra bien desde el punto de vista de
la redacción. Si decimos: «La Secretaría debería de recibir, por
consiguiente, todo el apoyo de los países miembros, debiendo
incrementarse el apoyo que recibe actualmente.», aquí sobra un «por
consiguiente», eso es evidente. «La Secretaría debe recibir



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todo el apoyo de los países miembros y, por consiguiente...»



El señor ESTRELLA PEDROLA: «Debiendo incrementarse el que recibe
actualmente», o cualquier otra expresión que evite esa redundancia.




El señor PRESIDENTE: Se puede quitar el primero: «La Secretaría debe
recibir todo el apoyo de los países miembros y, por consiguiente, mucho
más apoyo del que recibe actualmente...» Quitar el primer «por
consiguiente».




El señor ESTRELLA PEDROLA: Si me permite, Presidente, expondré una
cuestión muy menor. En la página 106 se dice que la Asamblea celebra
cortos períodos de sesiones. Entiendo que lo que se quiere decir aquí son
períodos de sesiones muy distanciados en el tiempo. ¿Cómo se podría decir
eso?



El señor PRESIDENTE: ¿Cómo dice su señoría?



El señor ESTRELLA PEDROLA: Sí. Dice que la Asamblea celebra cortos
períodos de sesiones. A quien está allí durante un mes no le debe parecer
corto, pero el problema es que son distanciados, que se hace un solo
período de sesiones al año.




El señor RUPEREZ RUBIO: Un mes, en doce es corto. Yo creo que se puede
mantener «corto».




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Pueden ser muchos y cortos. No aclara nada.

Se puede decir: «cortos y distanciados».




El señor ESTRELLA PEDROLA: De acuerdo: «cortos y distanciados».




El señor PRESIDENTE: Aquí tiene que haber algún error, porque ese párrafo
no decía exactamente eso. Decía la posibilidad de crear pero es que se
refiere en este caso a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

El texto sería : «... Comisiones, como la Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa, que crea comisiones especiales para temas concretos, y
cuyos informes se someten después...» Es decir, aquí le sobra este guión.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Entonces nada, está clarificado.




El señor PRESIDENTE: Entonces, hemos quedado que en la página 108 le
quitaríamos un «por consiguiente», el primero.

Y llegamos a la última de las propuestas de modificación. En la página
110 se trata de añadir un párrafo último a la conclusión sexta. Después
de: «Sería necesario introducir criterios de financiación de la
organización que reflejen de una manera más adecuada la realidad
autonómica de los países miembros», añadir: «Del mismo modo, los
presupuestos de Operaciones de Paz deben tender a reflejar los
desembolsos reales necesarios para las operaciones. Debe asegurarse la
viabilidad de las mismas en medios y recursos antes de la aprobación del
mandato. Es también necesario que otras organizaciones (OTAN, UEO, UE)
asuman colectivamente gastos derivados de operaciones en los que
participan varios de sus miembros.»
El señor Rupérez tiene la palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Es evidente que este último párrafo podrá ponerse
en funcionamiento en el caso de que la Organización como tal haya
decidido asumir la operación. Porque, tal como se lee, parece como si la
participación de alguno de los miembros de dichas organizaciones trajera
consigo la obligación por parte de la Organización de contribuir a la
operación, cosa que me parece que no es lo que se intenta decir, en
cualquier caso, no es lo que debería funcionar. De manera que habría que
reformularlo y decir: «... asuma colectivamente gastos derivados de
operaciones en las que participan varios de sus miembros y que hayan sido
previamente aprobadas por los órganos rectores de las mismas». Una cosa
así o se quita.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Iba a pedir que se quitara, porque no entendía
que se colocara en el mismo plano OTAN, UEO y UE.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Faltaría la OSCE.




El señor PRESIDENTE: ¿Qué es lo que se suprime, la última frase? Desde
«Es también necesaria...» Quedaría «Debe asegurarse la viabilidad de las
mismas en medios y recursos antes de la aprobación del mandato.» Hasta
aquí sería la propuesta de inclusión de un nuevo párrafo, suprimiéndose,
por consiguiente, las dos últimas líneas. ¿Estamos de acuerdo en eso?
(Asentimiento.) Muy bien.

Señorías, creo que ahora sí hemos llegado al final de esta pequeña
tortura que nos ha infligido el señor Estrella. De todas maneras, a pesar
de eso, le doy la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Presidente, para una cuestión que no es menor,
como muchas de las que hemos visto a lo largo de la última hora y media.

El Grupo Socialista ha votado la enmienda que ha propuesto del señor
Rupérez porque no nos creaba ningún problema, pero también piensa que es
muy importante que este Informe reciba, en el Pleno, el respaldo de todos
los Diputados que estén presentes en la Cámara y que tenga el respaldo de
todos los grupos parlamentarios. Entendemos que esa enmienda puede crear
algunos problemas y provocar una falta de respaldo al conjunto del
Informe por parte, concretamente, del Grupo de Izquierda Unida. Nosotros,
pudiendo vivir perfectamente con la enmienda que ha presentado el señor
Rupérez y que se ha decidido incorporar, no tendríamos el menor
inconveniente en que se pudiera producir un punto de encuentro entre la
propuesta que hacía el señor Rupérez y los planteamientos que defiende el
señor Vázquez, las limitaciones que tiene el señor Vázquez con relación a
esa enmienda, y encontrar una formulación



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que resultara satisfactoria y que, sobre todo, lo que es más importante
para nosotros, permitiera la aprobación por unanimidad del Informe.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez tiene la palabra.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Pregunto si no hay inconveniente en volver atrás
por parte de la Comisión, si existe la posibilidad.




El señor RUPEREZ RUBIO: Sí, sí hay inconveniente.




El señor PRESIDENTE: Por parte de esta Presidencia no hay inconveniente,
ya lo he dicho al principio, en el sentido de plantearlos. Perdone usted,
señor Vázquez, no hay inconveniente en el sentido procedimental de la
palabra ¿Quiere usted insistir en esto?



El señor VAZQUEZ ROMERO: Sí, yo quería insistir en que en la página 31
del Informe, cuando hemos retirado la referencia a la OSCE, decimos que
las misiones de paz de España se deberán de colocar siempre bajo
responsabilidad de Naciones Unidas o de otras organizaciones. Yo quisiera
hacer reflexionar a sus señorías sobre lo que decimos ahí. Es decir, a
partir de la aprobación de este Informe será perfectamente válido que
bajo la responsabilidad exclusiva de la OTAN se puedan producir misiones
de paz, no misiones de paz con responsabilidad de ONU, sobre las que
después establezca la relación que tenga que establecer con la OTAN, sino
que directamente bajo la responsabilidad de OTAN, España podrá participar
en misiones de paz.

Yo creo que esto no es demasiado correcto y por eso me oponía entonces y
me sigo oponiendo. Sin embargo, si hay inconveniente para discutirlo, al
final cada cual vota lo que tenga que votar y solucionado.




El señor PRESIDENTE: Su propuesta sería, por consiguiente, volver a
introducir en aquel párrafo las palabras «como la OSCE».




El señor VAZQUEZ ROMERO: Dejarlo como está, y la referencia que hacía el
señor Rupérez al final del segundo párrafo de la nueva redacción del
señor Estrella, retirarla. Entendiendo que la referencia a la OTAN ya
estaba suficientemente explícita en algo que yo simplemente quería
retirar del texto, que era el capítulo que hacía referencia a las
relaciones ONU-OTAN. Yo aceptaba finalmente que ese capítulo, que me
parecía innecesario, estuviera, en función de que la realidad es que
existen, pero me parecía que no aportaba nada y que era un elemento de
incomodidad, al menos, la redacción que nos sugería el señor Rupérez. Yo
mantengo esa posición. En cualquier caso, y se votó, pero si hay
posibilidad de volverlo a votar y de reconsiderar esa situación volviendo
a conseguir el consenso, encantados. En caso contrario, cada Grupo hará
lo que tenga que hacer con su voto.




El señor PRESIDENTE: Yo entiendo que posibilidad existe, ya he dicho al
principio que adoptaríamos un método flexible, pero la palabra en ese
sentido la debe tener el grupo proponente, y le pido su opinión al señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, yo creo que hay cosas que en la
formalidad de la vida democrática no se deberían pedir. Se pueden pedir
muchas cosas, pero volver atrás, no. No porque a nosotros nos afecten o
nos dejen de afectar, sino porque no está en el orden natural de las
cosas el volver atrás. Hemos tenido tiempo suficiente para ir decidiendo
las cosas como se deciden en la Cámara, que es, en un sistema
democrático, por votación. Unas veces hemos ganado en unas cosas y otras
veces hemos perdido. Claro que dentro de ese contexto tiene sentido el
pedir reconsideraciones, pero también yo puedo pedir reconsideraciones.

¿Qué es lo que se nos está diciendo, que como consecuencia de
determinadas frases se va a votar en contra? Yo también puedo volver el
mismo requerimiento a la inversa, diciendo: señor Vázquez, considere
usted que, al fin y al cabo, lo que hemos añadido no tiene ninguna
diferencia con lo que ya habíamos aprobado. Consiguientemente, ¿qué es lo
que usted me dice, que hay determinados grupos que tienen dificultades?
Yo no sé bien dónde está la dificultad, distinto sería si hubiéramos
aprobado cosas diferentes, o cosas añadidas, o cosas más graves. No. Debe
ser un problema de número de veces que se mencionan determinadas
palabras, que para el señor Vázquez y para su Grupo son molestas y para
nosotros no.

Creo que eso no tiene nada que ver. Yo digo simplemente lo que he dicho:
no volvemos atrás, porque me parecía que sería de pésima costumbre para
las normas establecidas en esta Cámara y concretamente en esta Comisión.

La petición que se nos hace, la devuelvo por activa: otros grupos también
consideren que, al fin y al cabo, todos hemos hecho nuestros esfuerzos
(hay cosas que a nosotros no nos gustan demasiado en este texto) y,
consiguientemente, en esos esfuerzos, uno más no cuesta nada.




El señor PRESIDENTE: Señor Carrera.




El señor CARRERA I COMES: Yo sólo le haría al señor Vázquez una
consideración. Tiene, por parte suya o de su Grupo, un cierto reparo en
anular la expresión «como la OSCE». Yo estaba intentando ahora recomponer
el propio párrafo y reconocer que puede estar bajo el mandato, o llámele
como quiera, de otros organismos, cosa que usted acepta. El decir «como
la OSCE» no quiere decir que otros lo puedan hacer. Hacemos mención a la
OSCE como podríamos hacer mención a cincuenta más. Es puramente un
añadido que no varía que pueda haber otro organismo que realmente también
lo haga, y vendríamos a decir: «como la OSCE, entre otros muchos». Yo lo
interpreto así y, por lo tanto, no le veo realmente el que variemos de
una manera definitiva, sustancial, el sentido de la página o del párrafo
en concreto. Repito, el decir «como la OSCE», en definitiva es una
concreción entre otros organismos, que podría ser este o cualquier otro
que nos inventáramos, pero no estamos diciendo ninguna cosa más. Por mi
parte, si la Presidencia, dado como ha ido el debate, cree oportuno abrir



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otra vez un turno de votación, independientemente de que yo vaya a votar
lo mismo, no hay ningún inconveniente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Carrera. Los señores Estrella y
Vázquez me piden la palabra, pero antes quisiera aclarar una cosa. No voy
a abrir un turno de votación porque lo decida yo. Esta es una sesión,
como ustedes habrán comprobado, incluso por su propio desarrollo,
atípica, no se atiene a una fórmula reglamentaria rígida, desde el
principio yo mismo he dicho que mantendría un clima y una forma de hacer
absolutamente abierto. En realidad, lo que hemos hecho es acabar las
labores de la Ponencia, pero con mayor público, digamos, y con
participación de todos los miembros de la Comisión que han estado
presentes. Por consiguiente, volver atrás o no volver atrás, creo que no
es exactamente el problema. No se trata de eso. Se trata de hacer una
reconsideración final para ver si es posible que el consenso fundamental
que tiene que presidir esto es factible, no es factible o si está
amenazado pura y simplemente, no exactamente por la voluntad de los que
estamos aquí, sino que creo que por otros motivos y por otras razones. Si
es posible llegar a un acuerdo, bien. Si no es posible llegar a un
acuerdo, nos atenemos pura y simplemente a lo que ya se ha votado y no
ocurre nada. Es decir, ésta es la única forma democrática que hay para
resolver un problema, exclusivamente votando. Pero yo no creo que en este
momento yo tenga que arrogarme la posibilidad de hacer una nueva
votación. Es decir, incluso para proponer una votación se necesitaría el
acuerdo de todos; no lo haría en contra de la voluntad de un solo grupo.

Tiene la palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, si de algo sirve la
expresión de la voluntad del legislador, queda claro que cuando aquí se
dice que la participación española en operaciones de paz se hará siempre
bajo la autoridad de Naciones Unidas, por mandato de su Consejo de
Seguridad y bajo la responsabilidad de la ONU o bajo la de otras
organizaciones, esa responsabilidad no es transferible a una organización
como la OTAN. Para nosotros, no solamente queda claro en esa frase, sino
que queda también claro a lo largo del texto, donde se explicita, por
ejemplo, que la OTAN, aunque está constituida bajo la advocación de la
Carta, no es una organización del sistema de Naciones Unidas; donde se
explican los procedimientos a través de los cuales la OTAN está
articulando la puesta a disposición de Naciones Unidas de sus capacidades
y recursos. Son circunstancias absolutamente distintas. Yo creo que a lo
largo del conjunto del texto, el señor Vázquez tiene suficientes
elementos de juicio como para poder sustentar la tesis de que no existe,
ni puede existir, ni se puede extraer de aquí, una transferencia íntegra
de esa autoridad a una organización como la OTAN. Y, por lo tanto, no
debe preocuparle en absoluto esa frase.

En cuanto a lo demás, nosotros habríamos deseado, si hubiese sido
posible, un entendimiento, no sobre la base de volver atrás, sino de
reconsiderar e intentar buscar una formulación más cómoda para todos, en
aras de conseguir una mayor integración en el conjunto, en el todo, en la
aprobación mañana del informe en el Pleno y esta tarde en la comisión. En
cualquier caso, si no es así, en conjunto, creo que estamos satisfechos
con el informe.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: No es mi voluntad ni he sido yo quien ha
sugerido la posibilidad de volver atrás. Reconozco las razones, tanto de
la Presidencia como del señor Rupérez, para mantener su posición, y me
parece absolutamente legítimo que no se pueda volver atrás, me parece
--repito-- normal. Unicamente, abierta esa posibilidad, yo hacía la
reflexión de que me parece peligroso que digamos que la participación
española en operaciones de paz se podrá hacer bajo la autoridad y
responsabilidad directa de la ONU o de otras organizaciones, que es lo
que decimos aquí. Se podrá entender lo que se quiera, pero si decimos «La
participación española en operaciones de paz se hará siempre bajo la
autoridad de Naciones Unidas y por mandato de su Consejo de Seguridad» y
acabáramos ahí, estaba clarísimo y no habría ninguna dificultad. Ahora
bien, bajo la responsabilidad directa de la ONU o..., y ya se añaden
«otras organizaciones», es otra cosa. Yo no apoyo la idea de que las
misiones de paz en que participe España se puedan establecer bajo la
responsabilidad de otras organizaciones que no sea Naciones Unidas. Que
después Naciones Unidas, que es lo que ocurre, utilice las fuerzas de que
haya disposición en la comunidad de naciones para llevarlas a cabo, es
otra situación, que se compadece con la realidad, pero el dejar escrito,
blanco sobre negro, que bajo la responsabilidad directa de una
organización que no sea Naciones Unidas, España podrá participar en
misiones de paz, es lo que mi Grupo y yo personalmente no aceptamos.

Y sí se han producido modificaciones, señor Rupérez, se ha quitado un
trocito y se ha añadido otro. No es que estemos discutiendo sobre lo que
hemos discutido: Este es el cuarto borrador, si no me equivoco de número,
que se ha producido. Y sí se está modificando el último borrador sobre el
que hemos trabajado, añadiendo una enmienda sobre la marcha y retirando
una parte de lo que estaba en el texto.

En cualquier caso, repito, no estoy pretendiendo utilizar ninguna
artimaña parlamentaria, ni nada parecido. Cada Grupo está en su perfecto
derecho, y lo comprendo absolutamente, de defender sus posiciones y, por
supuesto, votar con arreglo a sus ideas.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, entiendo que ésta es una cuestión
cerrada, el texto es tal como se ha votado y lo único que queda es votar
el conjunto del informe.

Antes de pasar a la votación, quiero decirles que por parte del señor
Letrado se ha procedido también a la modificación de muchos pequeños
detalles de estilo, de ortografía, etcétera, correcciones que están ya
más o menos integradas en lo que será el texto definitivo del informe de
esta Comisión. No quisiera cerrar esta reunión, sin agradecer la
colaboración que ha presidido las labores de la Ponencia, muy
especialmente de una parte de sus miembros, que son los que realmente han
trabajado en ella y que están todos presentes aquí. Creo que se ha hecho
una labor compleja,



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que ha pasado por diversas fases; hemos tenido momentos incluso de un
cierto desánimo, pensando que algunas de las propuestas que íbamos a
hacer iban a ser meramente declaraciones que no tendrían ninguna
eficacia, pero mi impresión es que al final ha quedado un texto que, a
pesar de que pueda haber disensiones sobre tal o cual punto, es
equilibrado, un texto que va a tener la influencia que pueda tener, pero
que es una contribución, yo creo que honrosa, que puede hacer nuestro
Parlamento a este aniversario. No sé si esto es una especie de
autoelogio, en virtud de que soy miembro de la Ponencia, pero no lo
considero así. Creo que es necesario que reconozcamos que se ha hecho una
labor digna.

También quiero agradecer al señor Letrado y a sus colaboradores, la gran
eficacia de su labor; nos ha ayudado muchísimo y creo que expreso el
sentimiento de todos manifestándole públicamente mi agradecimiento.

Vamos a proceder a la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dijo:



El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el informe con una abstención.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Una formalidad. Para proponer que la
presentación ante el Pleno de la Cámara la haga el Presidente. Creo que
tenemos que acordar también eso.




El señor PRESIDENTE: Es verdad. Considero que mañana lo que hay que hacer
ante el Pleno es proceder a una presentación breve y, luego cada Grupo
exponer su punto de vista.

Sobre la presentación, no sé cuál es la opinión que tienen ustedes, pero
no caben muchas alternativas: o la hace el Presidente-coordinador o la
hace algún miembro de la Ponencia que elijamos. (Varios miembros de la
Comisión). El Presidente, el Presidente.




El señor PRESIDENTE: Encantando de asumir este papel, que no es ninguna
gran responsabilidad, es simplemente hacer una síntesis de las cosas que
hemos hecho, pues la palabra la tienen, evidentemente, los grupos.

Muchísimas gracias, damos por terminada la sesión.

Se levanta la sesión.




Eran las ocho y cincuenta minutos de la tarde.