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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 564, de 28/09/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 564
INDUSTRIA, ENERGIA Y TURISMO
PRESIDENTE: DON JOAQUIM MOLINS I AMAT
Sesión núm. 40
celebrada el jueves, 28 de septiembre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Elección de Vicepresidente Segundo de la Comisión. (Página 17122)
Elección del Secretario Segundo de la Comisión. (Página 17122)
Constitución de la Ponencia encargada de informar el proyecto de ley de
creación de determinadas entidades de derecho público. (Número de
expediente 121/000107). (Página 17123)
Comparecencia del señor Ministro de Industria y Energía (Eguiagaray
Ucelay), para:
--Explicar los planes que tiene el citado Organismo en relación con los
astilleros de Cádiz, Puerto Real y Sevilla. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente 212/001351). (Página 17123)
--Informar acerca del Plan estratégico de los Astilleros Españoles, así
como de la viabilidad de los Astilleros de la Bahía de Cádiz. A solicitud
del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente 213/000651).

(Página 17123)
--Informar sobre cómo va a afectar el nuevo Plan de reestructuración de
la División de Construcción Naval del Instituto Nacional de Industria
(INI) a la factoría que Astilleros Españoles posee en Cádiz,



Página 17122




a la vista de unas informaciones que aseguran que Astilleros Españoles
debe abandonar la actividad de reparación de buques. A solicitud del
Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000652). (Página 17123)
--Explicar el Plan Estratégico de Competitividad (PEC) diseñado por la
Dirección de Construcción Naval del INI, que prevé una reducción de
plantillas de personal de un 51% en los astilleros públicos. A solicitud
del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000657).

(Página 17123)
--Explicar los avances que se han producido en la negociación con los
agentes sociales sobre el plan estratégico de competitividad de
Astilleros Españoles, S. A. (AESA). A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 213/000670). (Página 17123)
Preguntas:
--Del señor Andreu Andreu (Grupo Parlamentario Federal IU-IC), sobre
intención de prorrogar, por parte de la empresa Infoinvest, la opción de
compra al Ayuntamiento de Cádiz para que pueda adquirir los antiguos
terrenos de Astilleros. (BOCG serie D, número 268, de 15-9-95. Número de
expediente 181/001623). (Página 17140)
--Del señor Fernández de Mesa Díaz del Río (Grupo Parlamentario Popular),
sobre motivos por los que el Ministerio de Industria y Energía piensa
renunciar a reparaciones de barcos en los diques de Astilleros y Talleres
del Noroeste, S. A. (ASTANO). (BOCG serie D, número 268, de 15-9-95.

Número de expediente 181/001626). (Página 17142)
--Del mismo señor Diputado, sobre cuenta de resultados de carenas en
Astilleros y Talleres del Noroeste, S. A. (ASTANO) durante el año 1994.

(BOCG serie D, número 268, de 15-9-95. Número de expediente 181/001627).

(Página 17142)



Se abre la sesión a las cuatro y quince minutos de la tarde.




--ELECCION DEL VICEPRESIDENTE SEGUNDO DE LA COMISION.




--ELECCION DEL SECRETARIO SEGUNDO DE LA COMISION.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señorías, ocupen sus escaños.

Vamos a dar comienzo a la sesión número 40 de la Comisión de Industria,
Energía y Turismo. De acuerdo con el orden del día procede la elección
del puesto de Vicepresidente Segundo en la mesa de la Comisión, así como
la elección del Secretario Segundo. Voy a hacerles una sugerencia y es
que como veo que existen dos urnas, tal vez podamos hacer la elección
simultáneamente.

Agradecería a los portavoces de los distintos grupos que comunicaran a la
mesa si existe alguna sustitución a efectos de la votación posterior.

Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra la señora Urán.




La señora URAN GONZALEZ: Don Jerónimo Andreu va a sustituir a don José
Luis Centella.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Por el Grupo Popular, tiene la
palabra el señor Landeta Alvarez-Valdés.




El señor LANDETA ALVAREZ-VALDES: Don Francisco Peón Torre es sustituido
por don Arsenio Fernández de Mesa y don Francisco Murcia Barceló por don
Eduardo García de Sola.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: Doña Arancha Mendizábal sustituye a don José Luis
Marcos Merino.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señorías, iniciamos la votación
con el requerimiento por el Secretario de cada uno de los miembros de la
Comisión, en el bien entendido de que nos aportarán las papeletas
separadas para que en las urnas podamos introducir la correspondiente al
Vicepresidente Segundo y al Secretario Segundo de la Comisión.




Realizada la votación, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señorías, comenzamos el
recuento de la votación correspondiente a la elección de Vicepresidente
Segundo.




Página 17123




Verificado el escrutinio, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señorías, con 35 votos
emitidos, don Rafael Antonio Hernando Fraile ha resultado elegido para el
puesto de Vicepresidente Segundo de la Mesa. El resultado de la votación
ha sido: 15 votos a favor del señor Hernando Fraile, un voto a favor del
señor Landeta y 19 votos en blanco.

Comenzamos el escrutinio de los votos emitidos para la elección del
puesto de Secretario Segundo de la Mesa.




Verificado el escrutinio, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señorías, el resultado del
escrutinio arroja las siguientes cifras: Ha sido elegido don Antonio
Landeta Alvarez-Valdés con 15 votos, don Rafael Antonio Hernando Fraile
ha obtenido un voto, y ha habido 18 votos en blanco.

En consecuencia, una vez conocido el resultado de los escrutinios,
rogamos a las señorías que han sido elegidas pasen a ocupar su puesto en
la Mesa. (El señor Presidente ocupa la Presidencia.)



El señor PRESIDENTE: Quisiera, en nombre de la Mesa, y estoy seguro que
también en nombre de la Comisión, dar la bienvenida a don Rafael
Hernando, que a partir de ahora ocupará la Vicepresidencia de esta
Comisión, así como a don Antonio Landeta. También quisiera agradecer a
don Antonio Gómez Vázquez, que hasta ahora ocupaba la Vicepresidencia de
esta Comisión y que ha abandonado la Cámara tras renunciar a su acta de
Diputado, los trabajos que para bien de esta Comisión ha realizado
mientras ha ocupado el cargo de Vicepresidente de esta Comisión. Quisiera
que constara así en acta.




--CONSTITUCION DE LA PONENCIA ENCARGADA DE INFORMAR EL PROYECTO DE LEY DE
CREACION DE DETERMINADAS ENTIDADES DE DERECHO PUBLICO. (Número de
expediente 121/000107.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 3 del orden del día: Constitución
de la Ponencia encargada de informar el proyecto de ley de creación de
determinadas entidades de derecho público.

La constitución de la citada Ponencia propuesta a la Comisión es la
siguiente: En representación del Grupo Parlamentario Socialista, don José
Luis Ros Maorad, doña María Pellicer Raso y don José Luis Marcos Merino;
en nombre del Grupo Popular, don Luis Gámir Casares y don José Manuel
Fernández Norniella; en nombre del Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, don Francisco Frutos Gras; en
representación del Grupo Catalán (Convergència i Unió), don Josep Sánchez
Llibre; en nombre del Grupo Vasco (PNV), don Ricardo Gatzagaetxebarría
Bastida; en nombre del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, don Adán
Pablo Martín Menis; y en nombre del Grupo Mixto, don Xabier Albistur
Marín.

¿Ratifica la Comisión la constitución de esta Ponencia? (Asentimiento.)
Queda ratificada.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray
Ucelay):



--PARA QUE EXPLIQUE LOS PLANES QUE TIENE EL CITADO ORGANISMO EN RELACION
CON LOS ASTILLEROS DE CADIZ, PUERTO REAL Y SEVILLA. A SOLICITUD DEL GRUPO
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
212/001351.)



--PARA INFORMAR ACERCA DEL PLAN ESTRATEGICO DE LOS ASTILLEROS ESPAÑOLES,
ASI COMO DE LA VIABILIDAD DE LOS ASTILLEROS DE LA BAHIA DE CADIZ. A
SOLICITUD DEL GRUPO IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de
expediente 213/000651.)



--PARA QUE INFORME SOBRE COMO VA A AFECTAR EL NUEVO PLAN DE
REESTRUCTURACION DE LA DIVISION DE CONSTRUCCION NAVAL DEL INSTITUTO
NACIONAL DE INDUSTRIA (INI) A LA FACTORIA QUE ASTILLEROS ESPAÑOLES POSEE
EN CADIZ, A LA VISTA DE UNAS INFORMACIONES QUE ASEGURAN QUE ASTILLEROS
ESPAÑOLES DEBE ABANDONAR LA ACTIVIDAD DE REPARACION DE BUQUES. A
SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR. (Número de expediente 213/000652.)



--PARA QUE EXPLIQUE EL PLAN ESTRATEGICO DE COMPETITIVIDAD (PEC) DISEÑADO
POR LA DIRECCION DE CONSTRUCCION NAVAL DEL INI, QUE PREVE UNA REDUCCION
DE PLANTILLAS DE PERSONAL DE UN 51 POR CIENTO EN LOS ASTILLEROS PUBLICOS.

A SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR. (Número de expediente 213/000657.)



--PARA EXPLICAR LOS AVANCES QUE SE HAN PRODUCIDO EN LA NEGOCIACION CON
LOS AGENTES SOCIALES SOBRE EL PLAN ESTRATEGICO DE COMPETITIVIDAD DE
ASTILLEROS ESPAÑOLES, S. A. (AESA). A SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR.

(Número de expediente 213/000670.)



El señor PRESIDENTE: Punto cuarto del orden del día: Comparecencia del
excelentísimo señor Ministro de Industria y Energía, don Juan Manuel
Eguiagaray para que explique los planes que tiene el citado organismo en
relación con los Astilleros de Cádiz, Puerto Real y Sevilla, a petición
del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa



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per Catalunya. Este punto del día se tramitará conjuntamente con el punto
5: Para informar acerca del Plan Estratégico de los Astilleros Españoles,
así como de la viabilidad de los Astilleros de la Bahía de Cádiz, del
mismo Grupo Parlamentario. Al igual que con el punto 6: Para que informe
sobre cómo va a afectar el nuevo Plan de reestructuración de la División
de Construcción Naval del Instituto Nacional de Industria a la factoría
que Astilleros Españoles posee en Cádiz, a la vista de unas informaciones
que aseguran que Astilleros Españoles debe abandonar la actividad de
reparación de buques, del Grupo Parlamentario Popular. También con el
punto 7: Para que explique el Plan Estratégico de Competitividad diseñado
por la Dirección de Construcción Naval del INI, que prevé una reducción
de plantillas de personal de un 51 por ciento en los astilleros públicos,
del mismo Grupo Popular. Y con el punto 8: Para explicar los avances que
se han producido en la negociación con los agentes sociales sobre el plan
estratégico de competitividad de Astilleros Españoles, también del Grupo
Parlamentario Popular.

Para la sustitución de esta comparecencia, tiene la palabra don Juan
Manuel Eguiagaray, Ministro de Industria y Energía.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Me parece
que tras dos comparecencias en las que he tenido ocasión de explicarles
la estrategia del Gobierno y la estrategia de la Agencia Industrial del
Estado en materia de reconversión del sector naval, las razones, los
orígenes y los planteamientos del problema, puedo ser muy breve en esta
comparecencia, fundamentalmente por una razón, porque ayer, de una manera
especialmente eficaz, el Ministro de la Presidencia me sustituyó, ante
una interpelación parlamentaria en el Pleno, explicando exactamente la
situación del proceso de negociación, no solamente los orígenes, las
razones y las causas, sino también cuál había sido la evolución del
proceso de negociación y en qué momento nos encontrábamos. Hoy es el día
en el que estando cerca, a mi juicio, la posibilidad de un acuerdo, las
partes, a quienes otorgo un gran protagonismo, deben ser quienes tengan
que hacer el esfuerzo de acercamiento en las posiciones para obtener el
acuerdo. Confío en que este acuerdo sea posible. Confío en que se obtegan
en condiciones razonables. Confío, por tanto, en que el plan, que en un
momento surgió y que generó inquietud, preocupación, zozobra, que además
ha sido fuente de debates públicos y regionales y, al mismo tiempo,
origen de algunos conflictos sociales, pueda terminar, como ha sido
siempre la voluntad del Gobierno, en términos pactados entre la empresa y
los sindicatos.

No estoy en condiciones de decirles cuáles pueden ser los términos de un
acuerdo, que me parece que tiene que ser no el fruto de la decisión del
Ministro de Industria sino el fruto del acuerdo entre las partes, como
siempre he mantenido. Pero entenderán que habiéndose producido ayer, de
una forma especialmente expresiva, a mi juicio, una comparecencia del
Gobierno, representado por el Ministro de la Presidencia, para
explicarles los mismos datos del proceso de negociación que probablemente
ustedes conocen, pueda, sin que lo tomen a mal, dar por reproducida la
posición del Gobierno y los datos que hasta este momento están
disponibles.

Aprovecharé, por lo tanto, señor Presidente, para ponerme a su
disposición para contestar, después de sus intervenciones, a las
clarificaciones que deseen.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

De acuerdo con lo que es costumbre por parte de la Mesa, daré la palabra,
por orden de sustanciación de las distintas peticiones de comparecencia,
al Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

En su nombre, el señor Andreu tiene la palabra.




El señor ANDREU ANDREU: Gracias, señor Ministro, por su comparecencia.

Si usted lee cuál es el orden de aparición de cada una de las peticiones
de comparecencia verá que algunas de ellas están presentadas en la Cámara
antes de que el conflicto de Astilleros tuviera una repercusión pública
tan sonora como la que ha tenido desde el mes de julio. Por lo tanto,
para este Grupo Parlamentario desde hace ya mucho tiempo era conocido que
existían problemas en Astilleros y unos planes en la División de
Construcción Naval; planes que, para sacarlos adelante, se estaba
esperando el momento en que la División de Construcción Naval y el propio
Ministerio de Industria considerara más oportuno.

Que ayer compareciera el señor Rubalcaba en nombre del Gobierno no
disculpa que la intervención que ha tenido hoy aquí el señor Ministro
como preámbulo del conjunto de la comparecencia debiera haber sido más
extensa, sobre todo para explicarnos cuál es el papel que el Ministro de
Industria ha tenido en todo este proceso y cuál es el papel que el
Ministerio de Industria va a tener de ahora en adelante en la política de
ordenación del sector naval, porque lo que no puedo compartir, señor
Ministro, es que esto sea, como usted dice, un asunto entre las partes,
en el cual usted narra prácticamente lo que ha pasado sin que, al
parecer, tenga ningún tipo de protagonismo. Creo que eso no es así.

Sinceramente, nosotros pensamos que todo lo que ha ocurrido ha pasado por
sus manos, que usted es artífice y responsable, para bien o para mal, de
todo lo que ha pasado. Creo que avala este hecho que cuando la situación
ha sido políticamente especialmente conflictiva, cuando algunos Diputados
del Partido Socialista han querido conocer la situación, no se han
dirigido a ninguna otra persona que no fuera usted, y usted, cuando la
situación se volvió no solamente conflictiva sino explosiva, tuvo a bien
recibir a algunos Diputados del Partido Socialista, imagino que para
explicarles las entrañas del proceso, cuando no lo explicaba ante este
Congreso de Diputados. Posiblemente algunos de los Diputados aquí
presentes podrían confirmar los hechos que manifiesto.

En cualquier caso, señor Ministro, a nosotros nos llama poderosamente la
atención que el proceso se haya generado con la virulencia con que se ha
planteado, y que, de alguna manera, esta virulencia haya sido provocada
desde la propia División de Construcción Naval (y repito que no



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lo reiteraré porque podría parecer cansino), en la seguridad de que esa
División de Construcción Naval actuaba directamente a las órdenes de su
Ministerio y de usted mismo. Nos llama la atención porque, a principios
de julio, los sindicatos planteaban ya, como una línea de llegada, unas
cotas que no difieren sustancialmente de los acuerdos cuya consecución
ahora mismo se está barajando. Y siendo así que desde el mismo mes de
julio ya los sindicatos planteaban que lo que no se podía aceptar en este
conflicto es que hubiera excedentes que se resolvieran con bajas
obligatorias, llama poderosamente la atención que el conflicto se haya
prolongado durante los meses de julio, agosto y septiembre. Si el
resultado que al final se podría producir era de un tono similar al de
esas 3.200 bajas que preveían y planteaban los sindicatos en un principio
en la mesa de negociación, nos extraña mucho que se haya mantenido
durante los meses de julio, agosto e, incluso, de septiembre, una
actuación tan dura, tan radical, por parte de la División de Construcción
Naval y, en última instancia, por parte del Ministerio que usted dirige.

También nos llama poderosamente la atención que cuando se dieron los
primeros pasos en dirección a un acuerdo, justamente en ese preciso
momento apareciera un acta de regulación de empleo, que fue la que
provocó los incidentes que tanto llamaron la atención --que eran para
llamar la atención porque fueron especialmente graves--, que se
produjeron en la Bahía de Cádiz y más concretamente en la ciudad de
Cádiz. Todo eso para nosotros merece el juicio de que ha habido una
política de provocación, no sé si deliberada o no, pero de provocación al
fin y al cabo.

También nos llama la atención --y creemos que es algo que se debe pensar
de ahora en adelante-- que precisamente usted apareciera públicamente en
el conflicto --concretamente el día 15 de septiembre-- e interviniera
hasta el punto de que la negociación cambiara de mano y pasara de la
División de Construcción Naval a la Agencia Industrial del Estado. Usted
toma esa decisión una vez que se producen esos conflictos que tan
extraordinariamente provocaron la atención del conjunto del país, porque
realmente eran unos conflictos que demostraban una situación de auténtica
desesperanza en las zonas afectadas; desesperanza que este portavoz, en
nombre del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, ya tuvo a
bien comunicársela a usted en el mes de julio, hablándole de la gravedad
de las propuestas que se estaban haciendo en el plan estratégico de
competitividad y de la alarma social que habían provocado sobre la zona.

Por lo tanto, no le habrán cogido de nuevas ninguna de las cosas que le
dijo este portavoz en su comparecencia del mes de julio. Además, habrá
comprobado que no había ningún tipo de exageración ni de intentos de
incrementar la exasperación que ya de hecho existía en las zonas.

Por todo ello, nosotros no comprendemos que la actuación suya como
Ministro se haya demorado tanto. No entendemos las razones. Y no
comprendemos que cuando hubo la manifestación de 100.000 personas en la
ciudad de Cádiz, que fue una movilización de masas impresionante --y no
se puede hablar de minoría de agitadores, ni muchísimo menos, sino que
era la expresión de toda una comarca movilizada en la calle, diciendo que
no quería estar encadenada a la desesperanza y que quería un futuro para
Astilleros--, no eligiera usted ese momento para aparecer y para dar un
giro sustancial a todo proceso negociador, y que tuviera que pasar lo que
pasó, incluso tuviera que producirse un desafortunado incidente en el que
se llegó a asaltar la sede del Partido Socialista Obrero Español, para
que usted eligiera ese momento.

Creo que usted ha estado tensando la cuerda hasta sus últimas
consecuencias y quizá su cálculo de tensión no era acorde con la
situación que existía, que socialmente era más grave de lo que quizás
usted pensaba. En ese sentido hay una responsabilidad política importante
por su parte en cómo se han sucedido estos hechos.

Aparte de ese asunto, que me parece importante, porque políticamente es
relevante cuál ha sido el comportamiento de su Ministerio en
representación del Gobierno en todo este proceso --esto en política
significa que hay que dar cuentas de las responsabilidades--, quisiera
señalarle algunos aspectos que considero relevantes.

En primer lugar, que en un momento dado se dijera que se cerraban algunos
astilleros fue un elemento que supuso un auténtico estremecimiento tanto
en Sevilla como en Cádiz. Por supuesto, que se produjeran el número de
bajas que se preveía en un principio en factorías como la de Sestao,
Manises, en la Juliana, en Barreras o en Astander, supuso una alarma
social importante en todas estas zonas. También se ha comprobado en la
calle que la población de estas zonas ha respondido con movilizaciones
importantes porque no estaban de ninguna manera de acuerdo con lo que se
preveía por parte del Ministerio. Pero el hecho de que se dijera que se
cerraban factorías en Cádiz y Sevilla pasó más allá de la alarma, supuso
un auténtico terremoto social, y considero que de ninguna de las maneras
estaba justificada la alarma social que se produjo con este
planteamiento. Creo que también hay aquí una responsabilidad política y
no veo explicación alguna. Confío en que usted nos pueda dar alguna razón
por la cual planteó desde el principio esta tesitura diciendo que se iban
a cerrar factorías, y solamente la importante movilización social ha
hecho que se variara la posición.

Aparte de esto --esperamos que el acuerdo se cierre lo antes posible--,
lo que el acuerdo no va a poder contemplar, imaginamos en mi Grupo, es
una variación de las diferentes políticas industriales del Gobierno. El
acuerdo podrá conseguir que no haya bajas traumáticas, que las factorías
se mantengan abiertas; ojalá sea así, ojalá que todo lo que se ha
planteado hasta el momento se confirme y no haya bajas traumáticas, que
no se cierre ninguna factoría, que la factoría de Sevilla esté en
producción y que la de Cádiz continúe teniendo una gestión autónoma y que
se siga ocupando de las reparaciones. Ojalá que todo esto sea así, pero
difícilmente lo que el acuerdo va a poder plantear es una nueva política
industrial del Gobierno. Ayer se lo decía al señor Rubalcaba, del que no
obtuve respuesta desgraciadamente. El señor Rubalcaba tuvo una
intervención más o menos adecuada y brillante si se quiere, pero no pasó
de leer y ni siquiera replicó. Lo que no se va a poder



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presentar es una nueva política industrial por parte del Gobierno, y esas
nuevas políticas industriales son necesarias para el futuro de los
astilleros.

Pensar que el futuro de los astilleros solamente se dirime en las
oficinas de la División de Construcción Naval es completamente erróneo.

El futuro de los astilleros se define también en la mesa del Consejo de
Ministros. Se define con la coordinación de las diferentes empresas
públicas que dependen, en última instancia, de ese Consejo de Ministros y
con la planificación y ordenación de los diferentes recursos que el mismo
maneja.

Ayer puse un ejemplo, señor Ministro. Dije que parecía inconcebible que
en una situación como la que nos encontramos una empresa como Repsol, que
tiene un importante paquete de accionariado público, esté dudando a estas
alturas si un petrolero --producto de dos petroleros que se transforman
en uno-- se construye en Singapur o en la Bahía de Cádiz. Solamente desde
una coordinación de los diferentes organismos, que dependen en última
instancia de decisiones del Consejo de Ministros, se puede conseguir que
la industria naval vaya ya adelante.

Le podría poner otros ejemplos de como que algunas empresas navieras
encarguen algunos ferries, depende de que determinadas decisiones del
Consejo de Ministros se solucionen de una manera o de otra. Creo que
estamos más allá de lo que es una mera política de la División de
Construcción Naval. hace falta otra política industrial, una política
industrial que incentive la producción española, una política industrial
que, por ejemplo, implemente los fondos de garantía que se formularon en
este Congreso y en donde se adoptaron algunas resoluciones, que no
terminan de tomar cuerpo en el seno del Consejo de Ministros, en
definitiva, hacen falta otras políticas industriales que actúen más
decisivamente en beneficio del futuro de los astilleros. Esto es lo que
políticamente nos preocupa del asunto.

Repito que deseamos que se resuelva favorablemente lo que se apunta como
una solución positiva del conflicto, en donde no haya bajas obligatorias
y se mantengan abiertas todas las factorías. También deseamos que no
solamente se hable de bajas, sino de la creación de nuevos puestos de
trabajo en estas factorías, porque oír hablar de nuevos puestos de
trabajo significaría que estamos ante la esperanza de que los astilleros
tienen futuro, de que no solamente se está a la defensiva, intentando que
haya el menor número de bajas posibles, sino que también se está en la
expectativa de crear nuevos puestos de trabajo.

Aparte de hablar de todo esto que se oye en la mesa de negociaciones
entre la Agencia Industrial del Estado y los sindicatos, también
quisiéramos oír hablar de una nueva política industrial por parte del
Gobierno que incentive no sólo los astilleros, sino igualmente la
producción industrial en todas las zonas afectadas. En cuanto a los
excedentes, yo no me atrevería a hablar de reconversión --hasta ahora
solamente es destrucción de empleo-- hasta que no viera que hay una
industria nueva, que hay nuevas actividades industriales que se proyectan
en las zonas. Quisiéramos que hubiera planes industriales para estas
zonas; planes industriales que se hicieran de acuerdo con las diferentes
comunidades autónomas para que la curva de pérdida de empleo industrial
que se viene padeciendo desde hace doce años en las zonas afectadas sufra
una inflexión definitiva, y que esa curva de pérdida de empleo comience a
generar nuevos puestos de trabajo tanto en la cornisa cantábrica como en
Andalucía. De esto quisiéramos que el señor Ministro nos hablara en el
día de hoy, porque es la única forma que nosotros creemos que puede
suponer una esperanza en estas zonas que han sufrido tanto en los últimos
meses.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra el
señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señorías, señor Ministro, está
bien que hayamos agrupado cinco comparecencias en una para abreviar el
trámite, puesto que todas se refieren prácticamente a lo mismo, aunque
sea la última la que solicita que se expliquen los avances que se han
producido en este último período, pero tratar de lidiar este miura con
dos muletazos y una estocada nos parece excesivamente abreviado, sobre
todo porque hay unas variaciones importantes entre lo que el Ministro de
Industria nos decía el 26 de julio y lo que ahora se nos dice; sobre todo
porque, después de la intervención del Ministro de la Presidencia en el
día de ayer en el Congreso de los Diputados, el Presidente de la Agencia
Industrial del Estado ha realizado unas manifestaciones que explican de
una manera muy clara cuáles son los nuevos puntos de ese acuerdo y deja
en el aire el nuevo marco jurídico en el que ha de desarrollarse este
nuevo acuerdo. Por tanto, señor Ministro, creemos que hay algo más que
explicar y no simplemente remitirse a una lectura detallada de cuáles
eran los planes del Gobierno, hasta el día de ayer.

Sin embargo, a nosotros no nos duelen prendas. El Partido Popular muestra
su satisfacción porque, poco a poco, se restablezca la paz social, y
muestra su satisfacción porque se produzcan avances reales en una
negociación que ha estado poco menos que en el aire durante los meses del
verano. Y nosotros tenemos que decirle, señor Ministro, que ojalá esa
satisfacción no sólo sea para solucionar el marco sindical que se va a
producir, a partir del acuerdo, dentro de los astilleros, sino para
solucionar realmente el problema de la competitividad de nuestra
industria naval, de cara al futuro. Esto también se lo decimos con toda
claridad.

Por ello, señor Ministro, nosotros entendemos que en un principio se
presenta el plan estratégico de competitividad, genera una gran alarma
social, y la intervención del Ministro de Industria pacifica un poco los
ánimos, y con su intervención parece --y lo recalco, igual que el 26 de
julio-- que ya no era imprescindible despedir a 5.200 trabajadores; que
ya no era imprescindible cerrar los centros de Sevilla y Cádiz; que ya no
era imprescindible la desinversión de los centros de Juliana, Barreras y
Astander, y que ya no era imprescindible, por lo que parece, que
astilleros como Astano tuvieran que renunciar a lo que es la reparación
de buques.




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Por consiguiente, se ha producido un cambio sustancial. Se inician las
negociaciones y llegamos a la conclusión de que, como no hay un acuerdo,
la DCN vuelve a presentar el plan en toda su integridad. Y vuelve a
intervenir el señor Ministro de Industria --fíjese usted si es importante
su intervención-- y vuelve a aplacar los ánimos. Y entonces se decide
que, en vez de seguir en una mesa de negociación, la DCN incorpore a la
Agencia Industrial del Estado para tratar de conseguir avances en esa
negociación. Pues bien, en ese ínterin de tiempo se han producido
importantes declaraciones, en un sentido y en otro, que han tenido en
vilo, ni más ni menos, a 10.000 familias en España, como representantes
de 10.000 trabajadores directos de la construcción naval, sin contar los
puestos de trabajo indirectos que existen, dependiendo de ésos y sin
tener en cuenta a todo este Parlamento que reclamaba del Gobierno una
explicación de qué era lo que estaba pasando.

Yo no le voy a decir, señor Ministro, que usted no ha dado la cara ni ha
explicado qué es lo que ha venido pasando, porque eso no sería cierto,
usted lo ha hecho: ha comparecido ante la Cámara y ha hecho
declaraciones, pero precisamente lo que se reclama desde el Congreso de
los Diputados es una mayor implicación del Gobierno, puesto que no sólo
queremos el acuerdo del marco social para que los trabajadores se queden
contentos, sino que, precisamente en virtud de una política de
construcción naval de este Gobierno, se apliquen los criterios para que
sea efectivamente competitiva, de cara al año 1998.

Señor Ministro, usted estará de acuerdo conmigo en que los acuerdos de la
OCDE, empezados a negociar y prácticamente ultimados en septiembre del
año pasado y cerrados en diciembre del año 1994, ya sabíamos lo que nos
pedían. ¿Por qué se empieza a negociar y se presenta este plan
estratégico en el mes de junio? Y no quiero hacer mención del pasado,
señor Ministro, prefiero olvidarlo, vamos a hablar de futuro. En ese
sentido, queremos decirle que nos preocupa de una manera importantísima
que exista un acuerdo sindical, un nuevo marco sindical de la empresa que
no genere traumatismos en ninguno de los trabajadores ni en ninguno de
los agentes sociales que se vean afectados por las decisiones, pero
también nos preocupa, y de manera muy importante, el futuro de la
construcción naval. Y ahí viene nuestra pregunta: ¿El Ministro de
Industria, el Gobierno de la Nación, creen que este nuevo marco social es
suficiente para garantizar la competitividad de nuestros astilleros,
renunciando a los postulados iniciales del plan estratégico de
competitividad? Si esto es así, no se entiende cómo se presenta este plan
y de la manera que se presenta, en el mes de junio pasado.

Señor Ministro, ya no se aplicarán despidos; ya no son 5.200 los
trabajadores que van a tener que dejar los astilleros. Ahora se habla de
3.600, pero fíjese usted cómo: con bajas incentivadas voluntarias y con
jubilaciones voluntarias. Y se habla de 240 trabajadores más, con otras
bajas incentivadas. Ya no son 5.200.

Sevilla, según lo que declaraba ayer el señor Fernández Segura, volverá a
construir barcos, pero siempre y cuando se comprometan a mejorar su
competitividad. ¿Quién va a tener la responsabilidad de que Sevilla
mejore la competitividad, los trabajadores, el director del astillero, la
dirección de AESA, el Gobierno, quién va a tener esa responsabilidad? Nos
gustaría, señor Ministro, que aclarara simplemente a qué se refiere el
Presidente de la Agencia Industrial del Estado cuando dice que Sevilla
tiene que comprometerse a mejorar su competitividad. Sevilla no es un
ente etéreo, habrá que concretar quién es quien tiene esa responsabilidad
en Sevilla.

Cádiz continuará con transformaciones de barcos y con reparaciones.

Astano, señor Ministro, ya no le pregunto en este punto del orden del día
si va a poder o no construir barcos, porque mucho me temo que el Gobierno
no ha hecho ningún tipo de gestión ante la Unión Europea para tratar de
dar cumplimiento de un acuerdo del Congreso de los Diputados, pero
simplemente, ¿va a tener que renunciar a las reparaciones? Le anticipo,
señor Ministro, que el Partido Popular es contrario a esa política,
porque en Astano, durante el último ejercicio, los resultados de
reparaciones han sido los únicos positivos en el haber del astillero, con
300 millones de pesetas de beneficio durante el ejercicio anterior. Por
tanto, señor Ministro, ¿Astano tendrá que renunciar a la reparación de
barcos?
¿Qué va a pasar con la desinversión prevista en Astander, en Juliana y
Barreras, ya no es necesaria? ¿Y cómo se va a realizar la incorporación
de 300 nuevos trabajadores de cara al año 1998? Usted hablaba, señor
Ministro, del know how, en la pasada intervención del 26 de julio, y es
importantísimo lo que usted decía, pero quizá hayamos abandonado y
hayamos descuidado lo que eran las escuelas de aprendices, que era lo que
auténticamente potenciaba el know how dentro de los astilleros, en este
caso concreto en la construcción naval en España.

Y habrá que hablar de una reindustrialización posterior. Y esa
reindustrialización de los excedentes que se produzcan, sobre todo cuando
son personas jóvenes, en edad de trabajar, no puede estar condenada al
fracaso del año 1984; no puede estar condenada a un fracaso con las zonas
de urgente reindustrialización que no sirvieron absolutamente para nada;
con las posteriores zonas industriales en declive, que no sirvieron
absolutamente para nada. El Gobierno tendrá prevista una
reindustrialización de esas zonas, me imagino que en el mismo plazo en
que está prevista la desinversión o la retirada de personal de esos
centros de negocio. Yo hago hincapié, señor Ministro, porque me gustaría
conocer cuál es ese marco jurídico especial al que se refería ayer el
presidente de la Agencia Industrial del Estado. Al margen de ello, señor
Ministro, quizás usted pueda decirnos ahora si el decreto de ayudas con
un incremento del 3 al 5 por ciento está ya publicado en el «Boletín
Oficial del Estado». Yo lo desconozco, pero, desde luego, hasta hace una
semana no había sido publicado este decreto.

Y en cuanto al fondo de garantías, señor Ministro, que se ha aprobado en
el Congreso de los Diputados en el mes de marzo de este año, tiene que
tener un acuerdo de la Comisión delegada, formada por los Ministerios de
Comercio, Industria y Economía y Hacienda, que todavía no se ha reunido,
a pesar de que el Secretario de Estado de Industria, en una tertulia
radiofónica conmigo, decía que a ver si



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el señor Diputado se leía el «Boletín Oficial del Estado» porque ya
estaba publicado el real decreto del fondo de garantías. Mire usted, ni
se tienen por qué publicar ni se publican los fondos de garantía.

Confunde lamentablemente lo que es el fondo de garantías con el decreto
de primas y, lo que es más lamentable, no sabe que todavía ni siquiera se
ha reunido la Comisión delegada.

Señor Ministro, desde hace mucho usted viene hablando de que el tiempo
corre en contra nuestra. Usted viene hablando de que tenemos ahí una
fecha tope que es el 31 de diciembre de este año, pero ustedes no ponen
el marco adecuado para, al margen de las decisiones del acuerdo sindical
que se logre con la empresa, al margen de esa política que ustedes se
supone van a seguir para que los astilleros sean competitivos, poner los
mecanismos adecuados para los armadores y los astilleros a fin de que
suba la contratación de barcos. Por tanto, después de muchos años,
continuamos sin que exista un fondo de garantías en el terreno de la
construcción naval, que cubra los tramos de hipoteca que no cubre hoy en
día la banca oficial. Y a eso se ha comprometido el Gobierno; se ha
comprometido usted mismo, señor Ministro. Y yo sé que no es un problema
del Ministerio de Industria. Yo sé que es un problema de falta de
entendimiento, por lo menos por lo que yo sé. Probablemente usted, con su
actitud caballeresca permanente, asumirá las responsabilidades de todo lo
que no tiene culpa, pero no le quepa la menor duda de que en el
Ministerio de Economía y en el Ministerio de Comercio es donde está
bloqueado hoy en día ese fondo de garantías.

Por tanto, señor Ministro, no sólo hay que estar pensando en la
negociación de ese marco sindical, no sólo hay que pensar en cómo se va a
garantizar la productividad de nuestros astilleros y nuestra
rentabilidad, no sólo hay que explicar cuál ha sido la variación que se
ha producido desde la presentación del plan estratégico de competitividad
hasta la actualidad, sino que hay que poner los mecanismos adecuados para
que se refuerce y se incremente la contratación en España. El Partido
Popular ha propuesto el fondo de garantías, ha propuesto el incremento de
primas. Lamento tener que repetirme en este sentido, puesto que lo
venimos haciendo desde hace muchos años, pero el Partido Popular ha
propuesto otra serie de medidas, como un nuevo fondo de garantías como
los que funcionan en Europa para los armadores, como la mejora del
segundo registro de Canarias, como una serie de medidas, de las que
hablaremos en una proposición de ley la próxima semana, que todavía están
sin aprobar, que se podían haber aprobado hace tiempo y no nos
encontraríamos en la situación actual.

Termino, señor Ministro, pidiéndole sobre todo claridad en lo que va a
pasar, porque durante estos días se han oído opiniones de todo tipo:
desde el punto de vista de los técnicos, desde el punto de vista de los
políticos, y se ha dejado entrever que España entera, que este Gobierno
tiene que estar soportando poco menos que el 46 por ciento de la
construcción de cada barco porque lo que no es capaz de conseguir el
astillero a la hora de cobrarlo lo tiene que pagar el Estado. Eso es
falso, señor Ministro, porque si metemos en el cómputo general del Estado
las deudas que tenemos todos los españoles y lo que nos está costando la
empresa pública y hacemos un prorrateo de lo que debemos todos, seguro
que todos debemos una cantidad impresionante de dinero al Estado por
todas aquellas empresas públicas que hoy no están metidas en Teneo.

Señor Ministro, si en el año 1993 las pérdidas de producción fueron
aproximadamente de 1.000 millones de pesetas en construcción de barcos y
de 10.000 millones de pesetas en el año 1994, nos gustaría saber cuáles
son los motivos por los que los gastos financieros que se producen en los
astilleros no tienen a su debido momento las compensaciones que el
Gobierno recibe de la Unión Europea en materia de primas a la
construcción naval, porque esos gastos financieros están originados
exclusivamente porque todos los astilleros acuden permanentemente a los
créditos que después, cuando cobran las primas, son insuficientes para
hacer frente a lo que han solicitado.

Señor Ministro, también nos gustaría saber cómo con este nuevo plan que
ustedes están diseñando ahora, respecto al que parece que se va a llegar
a un acuerdo, piensan pasar de los 45.000 millones de pérdidas que dice
el plan estratégico de competitividad al mejorar sus resultados el año
que viene y hacerlos positivos en el año 1997, porque entonces vendría a
darnos la razón en su conjunto de que ese plan, tal y como estaba
presentado, no era necesario y que lo que habría que hacer sería buscar
no sólo nuevos mercados, sino aumentar la productividad en base al
incremento de la contratación. Si es tan fácil decir en astilleros que,
de aquí a fin de año, hay que incrementar la carta de pedidos en 200.000
millones de pesetas, probablemente esas mismas directrices habría que
haberlas realizado hace muchos años.

Termino, señor Presidente, señorías. Espero, señor Ministro, que usted
pueda dar contestación a estos interrogantes que nosotros planteamos,
porque seguimos diciéndole que es importante el marco sindical al que se
llegue en el acuerdo, que es importantísimo que se defina el plan de
productividad o el plan de competitividad de nuestros astilleros. Para
ello, consideramos importantísimo también, señor Ministro, que trabajen
los expertos en construcción naval que tiene el Gobierno, porque los
tiene en los astilleros públicos, porque conocen el mercado, porque lo
quieren, porque saben cómo conseguir la contratación, porque se mueven en
el mercado internacional y, de la misma manera que está creciendo en
otros países del mundo, España no tiene por qué renunciar a ello.

Señor Ministro, quisiéramos que diera contestación cuando menos a esas
incógnitas que nosotros le planteamos, sobre todo para saber cuáles han
sido al final los motivos por los que efectivamente se ha cambiado de una
manera tan drástica el inicio del plan estratégico de competitividad a lo
que hoy en día se habla, para saber a qué atenernos para que el futuro de
la construcción naval en España no sea, como nosotros prevemos, tan
oscuro como hacen ver los datos que se nos facilitan.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Finalizadas las intervenciones de los grupos que han
solicitado la comparecencia, es



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el turno de los restantes grupos que deseen intervenir en el debate.

En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra don Josep Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, quiero agradecer la
comparecencia del señor Ministro de Industria para que nos informe de la
situación del sector naval.

Nuestro Grupo, Convergència i Unió, ya adelantaba, en la comparecencia
del señor Ministro del pasado 26 de julio de 1995, que valoraba
positivamente la presentación del plan estratégico de competitividad por
parte del Ministerio ante la difícil situación que presentaba el panorama
español de los astilleros navales. Después de diez años de una crisis
importante en dicho sector, que había llevado a unas pérdidas acumuladas
de casi 400.000 millones de pesetas, hecho que había repercutido en unas
regulaciones de pérdida de empleo en dicho sector que ascendía
prácticamente a 18.000 personas, habiendo pasado el sector de 28.000
puestos de trabajo en el año 1984 a 10.000 en 1994, para su Departamento
no existía otra alternativa que la de presentar este plan estratégico de
competitividad para conseguir en un futuro inmediato, en los próximos
tres o cuatro años, la competitividad necesaria para nuestro sector, con
unas aportaciones que ustedes cifraban en 187.000 millones de pesetas y
con unos beneficios futuros que ustedes preveían a partir del año 1988.

Preveía asimismo el plan estratégico el cierre de unas factorías
determinadas, lo que comportaba unas regulaciones de plantilla
importantes, y las privatizaciones de tres centros: Astander, Barreras y
Juliana. Nosotros entendíamos que este plan había llegado tarde, pero
también decíamos que más valía tarde que nunca. Por esto, finalmente, lo
valoramos positivamente.

También apuntábamos en nuestra intervención que era deseo de nuestro
Grupo que este plan se llevara a efecto con el menor número posible de
traumas y que sería muy importante pactarlo con las fuerzas sindicales y
con las comunidades autónomas correspondientes. Al final de nuestra
intervención señalábamos que valía la pena hacer un esfuerzo importante
por parte de su Ministerio en un plan estratégico de competitividad, pero
que éste debía tener la solvencia suficiente para conseguir los objetivos
previstos, como era la aportación por parte del Estado de los 187.000
millones de pesetas, conseguir la competitividad suficiente y
rentabilizar los astilleros a partir del año 1998.

Nuestro Grupo consideraba que todo lo que fuera inyectar dinero público a
proyectos industriales estatales con falta de futuro contaminaba el
ambiente del territorio, se producía un desequilibrio industrial en
dichas zonas o regiones, se producían inflaciones importantes de
salarios, contaminaban el ambiente de los proveedores y, finalmente,
desequilibraban lo que podríamos denominar una economía de mercado.

El Ministro Pérez Rubalcaba, en su intervención de ayer, dio optimismo en
cuanto al futuro de las negociaciones y usted acaba de decir en su breve
intervención que posiblemente las partes interesadas en este conflicto
puedan llegar a acuerdos importantes para que finalmente este plan
estratégico de competitividad tenga luz verde, pero nuestras dudas, señor
Ministro, son las siguientes. ¿Cuánto va a representar a su Ministerio, a
su Departamento, en definitiva a las arcas del Estado, pues no dejan de
ser accionistas en estas empresas públicas todos los ciudadanos del
Estado español; cuántos miles de millones más va a representar para el
Estado dicho acuerdo posible? Nuestro Grupo se alegraría en el caso de
que finalmente se puedan formalizar dichos compromisos. Nosotros
entendemos que si los acuerdos pueden variar los planes y los objetivos
inicialmente propuestos por su Ministerio, en el sentido de que solamente
van a ser 187.000 millones de pesetas los que se van a destinar a este
sector en crisis, difícilmente se podrían conseguir los objetivos.

Repito, si son más de 187.000 millones de pesetas los que se van a
inyectar, nuestro interrogante será si, a través de este cambio de
posturas en base a los principios que usted nos presentó el pasado 26 de
julio de 1995, será posible conseguir beneficios; si a a partir de 1998 y
en el horizonte del año 2000, en base a estos acuerdos que pueden diferir
de los inicialmente planteados por ustedes, será posible mantener la
competitividad de los astilleros españoles.

En definitiva, señor Ministro, al Grupo de Convergència i Unió le
gustaría saber si los temas que se están negociando en estos momentos y
que pueden representar el acuerdo entre las partes podrían significar el
que se hipotecara el futuro de la competitividad de los astilleros
españoles.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene
la palabra el señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: Muchas gracias, señor Ministro, por su presencia.

Terminamos el anterior período de sesiones hablando del sector naval,
tuvimos una sesión extraordinaria en verano, en el mes de julio, también
para hablar de este sector y abrimos la primera sesión de esta Comisión
en el mes de septiembre, como no podía ser menos, hablando del sector
naval. Parece lógico puesto que esta Comisión tiene que ser sensible a
los problemas que tenemos delante. Por tanto, sería injusto decir que no
le hemos prestado atención al problema en esta Cámara, más aún si tenemos
en cuenta que ayer se debatió una interpelación y que tenemos pendientes
de debate cuatro o cinco proposiciones no de ley, tanto en Pleno como en
Comisión. Desde nuestro punto de vista, se está haciendo el debate que se
debe hacer y se está prestando la atención en esta Cámara que se debe
prestar a una cuestión tan importante como la que se refiere al sector
naval.

Desde el punto de vista del Grupo Socialista, era muy importante que el
plan que se ha puesto en marcha se llevara a cabo mediante la negociación
y, a ser posible, a través del acuerdo. Nos parecía importante que para
que hubiese negociación y acuerdo se respetara, en la mayor medida
posible, la autonomía de las partes. Quizás en este tiempo hemos oído
demasiadas cosas, muchas veces inexactas,



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otras poco responsables, que han dificultado que el proceso se ha
producido con una mayor paz social puesto que en un proceso que exigía
sacrificios y un período de negociación y maduración, como conllevan
todos estos procesos que son difíciles y que tiene siempre un coste en
puestos de trabajo.

Habría sido necesario menor ruido en el exterior de la negociación y una
mayor autonomía de las partes para poder negociar con tranquilidad. Hemos
estado convencidos, desde el principio, de que era posible el acuerdo,
porque nuestro Grupo piensa que los objetivos de los trabajadores y los
del Gobierno son concordantes. Todos queremos que haya un sector naval
competitivo en el año 1997 y, aunque se parta de posiciones
diferenciadas, tan perjudicial sería para el Gobierno hacer un plan que
no hiciera viables las empresas en el año 1997, como para los
trabajadores, Los más directamente afectados en sus puestos de trabajo
serían los propios trabajadores.

Desde nuestro punto de vista, siempre ha habido unos objetivos de fondo
comunes, a pesar de las diferencias en las posiciones. Siempre hemos
pensado que era posible el acuerdo y que no era bueno introducir
discursos demagógicos; introducir desde fuera elementos negativos en la
negociación; introducir confusión, porque eso es lo que lleva a actos que
luego todos lamentamos y con los que ninguno nos queremos identificar.

Por eso no me parece ocioso que, aunque sea repetitivo, señalemos cuál es
la posición de nuestro Grupo que piensa que la situación actual de los
astilleros en el marco de acuerdo de la OCDE y la normativa comunitaria
era totalmente insostenible, Porque, efectivamente, la Unión Europea nos
ha ofrecido la posibilidad de hacer un plan y dedicar unos recursos
cercanos a los 180.000 millones de pesetas para reestructurar el sector.

Por tanto, es indispensable hacer un plan aprovechando la última
oportunidad de utilizar fondos públicos, pero el plan debería ser
presentado antes del uno de enero ante la Comisión en su debido plazo.

Hemos oído discursos muy distintos a éste en los que se decía que no era
necesario reestructurar el sector, que había que retirar el plan. Incluso
hay proposiciones no de ley y propuestas políticas presentadas en esta
Cámara diciendo que hay que retirar el plan, aunque no sé bien cuáles son
las alternativas.

Es indispensable hacer un plan y su primer objetivo, desde el punto de
vista de nuestro Grupo, es hacer que sea viable un sector naval en
nuestro país para finales de siglo para que podamos tener una presencia
en la construcción naval mundial lo más significativa posible. Ese
objetivo tiene que ser concurrente con los intereses del Gobierno, los
intereses de la empresa pública y los intereses de los trabajadores.

Nuestro Grupo siempre ha pensado que tras un período de tensión y de
negociación, lo lógico es que fueran acercándose posiciones y se pudiera
llegar a acuerdos.

El primer objetivo es que haya un plan creíble de competitividad, que
necesariamente va a suponer una disminución de puestos de trabajo, puesto
que es necesario aumentar la productividad, pero que debe suponer también
una disminución de los costes financieros. Por tanto, abordar el problema
de la financiación de la construcción de buques debe suponer también
buscar cuál es nuestro papel en el mercado de la construcción de buques a
nivel mundial y hacer un esfuerzo en investigación y desarrollo, en
introducción de tecnologías, es decir, contemplar todos los aspectos que
deben ser básicos para dar viabilidad de futuro al sector.

El segundo punto relevante para nuestro Grupo, al que me he referido
antes, es que esto se haga mediante la negociación y, a ser posible, a
través del acuerdo. A ese respecto, nos parecía muy importante que se
respetara lo más posible la autonomía de las partes. No es bueno que se
apunten las soluciones desde fuera del marco negociador, porque muchas
veces eso dificulta las posibilidades de llegar a un acuerdo e introduce
tensión donde no tendría que haberla.

También pasa ese acuerdo por que se mantenga la actividad en todos los
centros de trabajo de la empresa Astilleros Españoles. Así lo hemos
señalado en la proposición no de ley que debatiremos en la Cámara el
próximo martes.

Para llegar a esos acuerdos es necesario que el Gobierno ponga en marcha
las medidas de acompañamiento laboral, específicas en este caso pero
similares a las que se han puesto en marcha en otros casos de
negociaciones de reconversión, y que se haga un esfuerzo por parte de
todas las instituciones públicas (ayuntamientos, comunidades autónomas,
el propio Gobierno) para que en las zonas afectadas por una disminución
del empleo se den los apoyos públicos necesarios para crear actividad
económica, y para que, mediante la diversificación y todos los mecanismos
de que dispone la Administración Pública, pueda buscarse un crecimiento
de la actividad económica en las zonas que se vean afectadas por el
empleo. Es un esfuerzo que podemos hacer entre todos.

Lo que nuestro Grupo lamenta es que los acontecimientos hayan
introducido, en algún momento, elementos de ruptura de la paz social, que
hubiera sido mucho más difícil que se produjeran si no hubiéramos oído
demasiadas voces aparentemente sabias o que sabían todo desde el
principio, no respetando que sean la empresa y los trabajadores quienes
negocien y discutan. Porque, al final, puesto que los objetivos de la
empresa y los de los trabajadores a medio plazo son similares, lo lógico
es que se pueda llegar a un acuerdo.

Repito que hemos oído demasiadas cosas. Pensamos que el ruido ha
perjudicado el ambiente social de la negociación. Animamos al Gobierno a
que sobre estos presupuestos que nuestro Grupo ha planteado como básicos
se busque una salida que sea lo menos traumática posible, pero que, al
mismo tiempo, señor Ministro, permita la viabilidad del sector, porque si
no no habrá servido para nada el esfuerzo que habremos realizado entre
todos.




El señor PRESIDENTE: Con esta intervención finaliza el turno de los
grupos parlamentarios. Para dar réplica a las mismas, tiene la palabra el
señor Ministro de Industria y Energía.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Quisiera
empezar por decir, una vez



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más, a todos los grupos parlamentarios que el no haber hecho una
intervención inicial más amplia no quiere decir que no me merezcan
profundo respeto las iniciativas parlamentarias que desde tiempo atrás
habían sido suscitadas por los grupos. Lo que no sé si es demasiado útil
es el que todos los días no digamos lo mismo en diferentes sedes,
especialmente cuando se conocen las posiciones de unos y de otros y
cuando, por lo que estamos --y en esto creo que existe una amplia
coincidencia-- es por esperar el momento en que podamos constatar la
existencia de un acuerdo --creo que en esto también hay una coincidencia
entre todos-- que lleve a la viabilidad futura de los astilleros. Yo creo
que éstas son las dos claves de las intervenciones que han existido,
críticas aparte, a las cuales, naturalmente, contestaré, y
responsabilizaciones al Gobierno aparte, a las que también contestaré aun
asumiéndolas.

En este momento estamos en una situación en la que lo relevante es ver si
la esperanza suscitada de que pueda ser posible un acuerdo, efectivamente
se consuma. Quiero decirles que hoy no hay --por lo menos todavía, que yo
sepa-- un acuerdo. No sé si a lo largo de esta tarde tendremos la buena
noticia de que hay un acuerdo. Es verdad que hay una aproximación seria
de posiciones, y es verdad que algunas de las cosas que han salido dan
lugar a algo más que a una esperanza infundada, a algo más que a una mera
ilusión o un deseo, pero, naturalmente, los acuerdos en un proceso de
negociación de la dificultad que tiene éste, son acuerdos que sólo
existen cuando finalmente se confirma que existen, no solamente cuando se
van aproximando posiciones.

Ayer, ante una ausencia justificada por mi parte, el Ministro de la
Presidencia, señor Rubalcaba, me sustituyó --con ventaja para sus oídos--
explicando cuáles eran las posiciones del Gobierno y cuál había sido la
evolución del conflicto y las posiciones. Yo he tenido ocasión, no sólo
de conocer la intervención que iba a hacer el Ministro --que,
naturalmente, conocía de antemano--, sino también las intervenciones que
los portavoces que hoy han tomado la palabra hicieron ayer en el Pleno,
en el turno de la interpelación. Debo decir --y no quiero que lo tomen
como una crítica-- que, en buena medida, naturalmente bien explicable por
la coherencia de sus respectivas posiciones políticas, estamos ante un
turno en el que se vuelven a repetir las mismas posiciones, pero no trato
de ser descortés rehuyendo el bulto, como quizás el señor Andreu
pretendía insinuar anteriormente.

Es verdad que esto es un problema de protagonismo de las partes. Lo he
dicho siempre, y jamás he rehuido la responsabilidad en la orientación.

Es verdad que yo he conocido este plan. Es verdad que antes de que este
plan, en su versión incluso original, se presentase --lo presentara yo
mismo en esta Comisión de Industria--, tuve la ocasión de discutirlo muy
seria y profundamente y, probablemente, con mucho tiempo, lo que en buena
medida explicó la tardanza en plantearlo --algunos de ustedes lo
interpretaron solamente en clave política, en términos electorales--,
porque las consecuencias de un plan de esta naturaleza no iban a ser
fáciles. Desde el principio tratamos de ver si era posible aminorar las
consecuencias que se derivaban de un planteamiento que debía forzosamente
--planteado por la División de Construcción Naval, o por la Agencia
Industrial del Estado, como quieran ustedes-- garantizar la viabilidad.

He asumido desde el principio mi responsabilidad como Ministro del
Gobierno y, naturalmente, mi responsabilidad también en la orientación
del conflicto. He asumido y seguiré asumiendo también los errores que
puedan haberse cometido.

Es verdad que las empresas públicas --no me cansaré de decirlo-- no son
instancias administrativas. Yo no negocio cuál es el ajuste laboral, yo
no negocio cuál es la retribución de cada uno de los trabajadores, hay
una autonomía empresarial que también en el ámbito de la empresa pública
debe existir, salvo que queramos que las empresas públicas sean
dependencias administrativas estrictamente del Ministerio de Industria.

La Agencia Industrial del Estado, de acuerdo con el decreto-ley de su
creación, tiene una serie de funciones, y esas funciones son garantizar
la viabilidad de las empresas, incluso desde las limitaciones que algunas
de ellas, como ésta, tienen. Por tanto, tienen un marco, que es el de su
propia responsabilidad; una responsabilidad que yo tengo que asumir en la
orientación general, pero que, naturalmente, no me permite ser el
negociador de todos y cada uno de los extremos, aunque en este caso haya
asumido, y de una manera muy directa también, una responsabilidad, por
otro lado, a veces bien visible en términos públicos, porque me parece
que es verdad que hay otro conjunto de efectos que se derivan, casi
siempre, de cualquier negociación en el ámbito público. Son percibidas a
veces, a mi juicio equivocadamente, como un problema distinto del que se
plantea en una empresa privada y, en consecuencia, se le atribuyen al
Gobierno cosas que jamás se le atribuirían si se tratase de empresas
privadas. Jamás hubieran venido ni los sindicatos ni los parlamentarios
ni otros a decirme que yo interviniera --como es razonable, por otro
lado-- si se hubiera tratado de una empresa privada. Esta es una empresa
pública, una empresa en la que la orientación del proceso de reconversión
le corresponde al Gobierno, en este caso, al Ministerio de Industria, y
si quieren ustedes personalizarlo en mí, a mí mismo.

He recibido a Diputados, no solamente de mi Partido, también he recibido
a otras personas de otros grupos políticos, y he tenido ocasión de
hablar; incluso algunos han pasado por mi despacho, habiéndome solicitado
una entrevista, para hablar de otras cosas, como, por ejemplo, de los
terrenos en Cádiz, y han salido hablando de otras cosas que no tenían
nada que ver con el objeto de la entrevista. Ha habido de todo, señor
Andreu. No se sienta celoso, porque yo he estado dispuesto a hablar con
todo el mundo, y he tenido ocasión de hablar en público y en privado con
muchísimas personas sobre esta cuestión.

Usted tiene una versión que yo creo que se compadece muy poco con lo que
es no solamente la experiencia histórica de cualquier proceso de
reconversión, sino con algo que es imposible de evitar: el que un proceso
de negociación es eso precisamente, un proceso de negociación, no una
posición cerrada que se mantiene desde el primer día hasta el último,
sino un proceso en el que dos partes, varias



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partes --a veces, en este caso, como recordaba el señor Sáenz, con
muchísimas interferencias ajenas-- tratan de buscar una aproximación de
posiciones.

Recibí críticas yo mismo, el Gobierno, la Agencia Industrial, la División
de Construcción Naval, por haber hecho el plan que inicialmente se
planteó. Ese era un plan que no debía existir. Ahora recibo críticas --no
sé si por su parte-- porque se ha producido una flexibilización de
algunas de las posiciones iniciales, cuando cualquier proceso de
negociación tiene que facilitar el que la otra parte esté dispuesta a
aceptar. El Gobierno y yo mismo he expresado desde el principio mi
convicción, no solamente en la conveniencia de un acuerdo, sino en la
necesidad de que, más allá de la letra de un papel que terminase el
conflicto, debiera haber, cuando éste termine, un proceso de gestión del
acuerdo en los próximos meses, en los próximos años, que lleve a la
viabilidad.

El plan se presentó en público, pero sin ninguna formalización
negociadora, sin ningún tipo de marco que permitiera llegar a una
solución que no dependiera estrictamente de la voluntad de las partes, y
se dieron las partes un período de tiempo para explorarlo. Ese período de
tiempo, que inicialmente se leyó como si fuera un ultimátum aunque nadie
lo había dado, significó el que establecimos un calendario que llevaba a
los meses de julio y de agosto. Se discutió y terminó en esos meses con
modificaciones de posiciones que, sin embargo, no permitían augurar un
acuerdo ni, simultáneamente, tener un claro compromiso de los sindicatos
en este sentido de aceptar algunas de las propuestas que allí se habían
hecho. Les recuerdo que en la propuesta que el 1 de septiembre hacía la
empresa formalizando su posición había ya una modificación en los
planteamientos tanto sobre el centro de Sevilla como sobre el de Cádiz y,
simultáneamente, una modificación en el número de los excedentes, todo
ello, naturalmente, siempre supeditado a la existencia de un acuerdo. No
hubo aquel acuerdo y, por lo tanto, pareció necesario hacer algo que en
cualquier estrategia negociadora es probablemente bastante razonable:
poner el reloj a funcionar. Un reloj, en función no de una imposición de
nadie, sino en función de un marco que estaba previamente pactado por la
empresa y por los sindicatos, para resolver sus propios conflictos. No de
la imposición de alguien, sino de algo que fue aplaudido por los
sindicatos, hace meses o, en este caso, hace años ya, cuando ese marco se
creó, un marco de resolución de conflictos pactado, convenido por las
partes para resolver sus diferencias. Era un marco que llevaba, teniendo
en cuenta que teníamos alguna limitación en el tiempo, como consecuencia
de la necesidad de negociar también el plan con la Unión Europea, a que
supiéramos cuál era una fecha cierta de terminación del proceso de
negociación, incluso con, en última instancia, el recurso al arbitraje.

Esto es lo que dio lugar a iniciar el proceso de formalización.

Yo creo que es bueno que se hayan producido modificaciones en las
posiciones, que no significan decir digo donde dije Diego, sino decir, en
este momento, que también ha habido aproximaciones por parte de los
sindicatos que permitían que algunas cosas, establecidas inicialmente,
pudieran, por así decirlo, intercambiarse sin poner en cuestión la
viabilidad de la empresa, porque existían también aproximaciones en otros
temas especialmente importantes. En cualquier proceso de esta naturaleza,
lo que suele enfatizarse --especialmente en la comunicación pública,
porque es aquello que tiene más incidencia social--, naturalmente, es
cuántas bajas y qué centros. Sin embargo, cualquiera que conozca las
interioridades de una empresa, sabe que esto es muy importante, pero no
es lo único importante. Hay otras cosas de las que depende en buena
medida, también, el funcionamiento de una empresa. Durante el mes de
agosto hubo un análisis en profundidad de todo un conjunto de planes, que
constituyen casi el corazón del plan de competitividad ahora en marcha,
que tienen que ver con otras cosas que no son ni ajustes laborales ni
especialización productiva de una u otra planta. Por lo tanto, ha habido
elementos que han permitido flexibilizar la posición de la empresa,
manteniendo la coherencia y, sobre todo, el objetivo de viabilidad.

Yo no creo, señor Andreu, que, como algunos han dicho --y estos días lo
han dicho bastantes--, esto sea una política de voluntaria provocación,
sino algo perfectamente entendible, más allá de que, sin duda alguna,
algunos han tenido mucha más audiencia que otros en la comunicación en
medio del conflicto. Recuerdo, por ejemplo, que la oferta de la empresa
que se hizo el 1 de sepiembre apenas se expresó a través, digamos, de los
medios habituales de llegar a la audiencia pública; por el contrario, se
manifestaron con notable estruendo no solamente las expresiones en la
calle, sino sobre todo las voces de rechazo, a la vez que el
planteamiento del mantenimiento de actividad productiva, tanto en Sevilla
como en Cádiz, apenas llegó a nadie. Incluso cuando se presentó el
expediente para que el reloj empezara a funcionar, la empresa hizo
expresa protesta de que la primera base de negociación, al día siguiente,
en cada uno de los centros, iba a ser su propia oferta del 1 de
septiembre, esto es, el mantenimiento de actividad productiva, tanto en
Cádiz como en Sevilla. Pero naturalmente, en la dinámica de una
negociación y en la necesaria, hasta cierto punto, dramatización de un
conflicto por parte de quienes necesitan y utilizan los medios a su favor
para mejorar su posición negociadora, quizás estas cosas encuentren un
cierto lugar, por lo menos, para el entendimiento. Por lo tanto, cuando
me plantea usted por qué se han demorado algunas cosas, yo creo que no se
han demorado ni se ha demorado mi intervención por el hecho de que se
haya producido o hasta que se ha producido una manifestación en Cádiz, o
hasta que ha habido la quema o el asalto de una sede del Partido
Socialista. Créame que yo no expreso todos los días ni mis pensamientos
ni mis intenciones y ustedes tienen, a veces, una percepción notablemente
limitada de lo que uno hace o puede hacer, porque, naturalmente, no todos
los días tengo la fortuna de poder hablarles, pero es verdad que, antes
de que eso ocurriera, en el Ministerio, mi equipo y yo estábamos
pensando, como ya lo habíamos hecho en anteriores fases del conflicto, en
un contacto directo con los representantes sindicales, a su propia
instancia o a instancia propia. Esto ocurrió en ese momento y vino bien,
seguramente porque sirvió para retomar el proceso de negociación ante una
percepción



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pública de bloqueo y, quizás, para poner las bases de lo que podría ser
después la negociación.

Por lo tanto, señor Andreu, no he rehuido en ningún momento ni el
conflicto, cuando me ha parecido inevitable, ni la expresión con claridad
de lo que pensaba, ni la insistencia, a veces a riesgo de ser tachado de
duro o de provocador por algunos, para decir a los ciudadanos, a los
sindicatos y a los trabajadores, también de Sevilla y también de Cádiz,
como a los de los otros centros, lo que --puede usted pensar que
equivocadamente-- yo creo honestamente: que un mal plan, un plan que
signifique solamente la paz social, pero que signifique engañarnos, es el
peor favor que este Ministro, desde luego, y los negociadores de la
Agencia Industrial pueden hacer a la causa del empleo, a la causa de la
actividad económica y a la causa del desarrollo regional. Y como creo en
los planes serios y en los planes creíbles, quizás a veces algo más de
conflicto es, tal vez, inevitable. Quizá yo lo haga menos bien que lo que
usted lo haría, pero, en todo caso, creo en un acuerdo serio, no en
cualquier tipo de acuerdo, y estoy tratando, por todos los medios, de que
ese acuerdo se produzca.

Hace dos meses resultaba casi increíble pensar en un acuerdo, muchos de
ustedes lo expresaron. Hoy me parece que la posibilidad de ese acuerdo,
todavía no suscrito, empieza a ver la luz. ¿Se obtendrá? Deseo y seguiré
trabajando por ello, para hacer posible una nueva política industrial
también en el sector naval, señor Andreu. Una opción de construcción
naval no es, obviamente, sólo un ajuste laboral, ni siquiera una
especialización de cada una de las plantas. Es mucho más: algunas de la
cosas que se contienen en el plan y a las que me he venido refiriendo.

Pero no crea que lo que se hace en la construcción naval depende
solamente de la existencia de mecanismos adicionales de financiación. No
tenga --y quizás luego me referiré a ello a propósito de otra
intervención, aunque no iba en esta dirección-- la impresión de que, con
algo más de financiación complementaria, el problema de fondo que tienen
los astilleros, se resuelve. Es falso. Y ya sé que se ha dicho mucho de
esto. Alguna gente ha creído que con nuevos esquemas de financiación, se
resolvía un problema que es, fundamentalmente en este momento, un
problema de estructura de costes. No exclusivamente, pero
fundamentalmente, un problema de estructura de costes, y que no depende,
básicamente, siquiera, de los costes financieros, sino de otras muchas
cosas. Por lo tanto, no es sólo por esa vía, aunque también es por esa
vía, como hay que resolver los problemas. Tiene usted razón cuando dice
que hay que hablar de otras medidas complementarias, pero, como luego
volveré a repetir a propósito de la intervención del señor Fernández de
Mesa, las dos que me reclama están ya adoptadas. En el mes de julio, en
mi segunda comparecencia para hablar de esta cuestión, le dije --y se lo
dije con la prudencia que creo que a veces me caracteriza al hacer
promesas--: Probablemente, en una próxima Comisión Delegada del Gobierno
para Asuntos Económicos, se adoptará esta decisión. Pues bien, en el
Consejo de Ministros de la primera semana del mes de agosto, a propuesta
del Ministro de Industria, con acuerdo del Ministro de Economía y
Hacienda y del Ministro de Comercio, se adoptó la decisión tanto sobre
los tipos de interés, en realación con la financiación nacional, como en
relación con el fondo de garantías. Por lo tanto, ésos no son sistemas
que tengamos que inventar, puesto que ya están acordados por el Gobierno,
sino que son más cosas las que hay que hacer.

Quiero darle la satisfacción, señor Andreu --por lo menos, aunque
expresemos unos u otros diferencias, legítimas--, de decirle que, en este
plan, también se está pensando en un proceso de rejuvenecimiento, que
pueda significar en el futuro la incorporación de nuevo personal en el
industria de construcción naval. Pero esto no es sólo un problema de
voluntad, no es solamente un problema de que el Ministro les diga: yo
quiero hacerlo. Es un problema de que, además, sea económicamente
razonable para garantizar la viabilidad y, al mismo tiempo, incluso, un
elemento adicional de funcionamiento, de eficacia, en el interior de la
empresa. En esa dirección están trabajando y en esa dirección espero que
pueda obtenerse también un acuerdo sensato, que implique que en los
próximos años, después del ajuste inevitable, no solamente haya reducción
de empleo sino, tal vez, la esperanza de poder sustituir personal de más
edad por personal de menos edad, incluso incorporación neta de
trabajadores en los próximos años, si conseguimos que los astilleros
entren en la rentabilidad, que es el objetivo.

Señor Fernández de Mesa, espero que me perdone si no vuelvo a insistir,
otra vez, en que son varias las comparecencias que ya he hecho; usted se
ha referido a ello. Tengo sumo respeto por su iniciativa y la de otros
grupos, pero es verdad que he venido aquí dos veces ya. No depende de mí
en qué momento vengo. Por lo tanto, ésta es mi tercera comparecencia para
hablar de contrucción naval, como nos recordaba el señor Sáenz, y ha
habido también una interpelación, contestada en nombre del Gobierno ayer
mismo. No se trata, por tanto, de lidiar ningún miura con dos muletazos y
tengo demasiado respeto por la Cámara como para hacer juegos malabares.

Creo que usted y yo estamos de acuerdo. Me parece que su intervención ha
sido una buena intervención, se lo debo de decir, señor Fernández de
Mesa. No siempre he oído --y me perdonará también que lo recuerde--
intervenciones de representantes de su Grupo del mismo talante de la que
usted ha hecho y de las que, por cierto, ha hecho ya en varias ocasiones,
a propósito del sector de construcción naval, en comparecencias mías,
sino que he oído otras muchas cosas de representantes de su Grupo. He
oído de representantes de su Grupo Parlamentario decir que no era
necesario hacer esto; he oído decir a cualificados representantes que, a
veces, se colocan delante de las manifestaciones, hablar de que esto era
un ajuste absolutamente brutal; he oído decir que no había que hacer esto
y que, probablemente, lo que el Gobierno tenía que hacer era otra cosa,
es decir, haber hecho en el pasado otras cosas y no tener que hacer ahora
esto. Usted no ha dicho eso. Usted ha dicho que le preocupa la manera en
que se hacen las cosas, que le preocupa la viabilidad futura, pero usted
creo que está de acuerdo, más allá de las críticas que ha expresado,
también sobre el pasado, en que es necesario un plan, en las
circunstancias actuales, que permita garantizar la viabilidad.




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También ha dicho algo importante que quiero recalcar, que es su
satisfacción por los avances en la negociación. De nuevo, le recuerdo que
todavía no hay un acuerdo --no sé si tendremos novedades--, pero es
verdad que estamos avanzando.

No creo que sea una incoherencia mantener, como acabo de decir,
modificaciones en los planteamientos, sobre todo cuando lo que se busca
es la negociación. Quiero recordar que usted también expresó su
satisfacción cuando anuncié públicamente que el plan presentado por la
división de construcción naval era un plan abierto y un plan, por tanto,
sometido a la negociación, que es tanto como decir sometido a cambios. No
me parece, por consiguiente, que debiera poder utilizar ahora el
argumento en sentido contrario. Se trataba, eso sí, de obtener
precisamente un buen acuerdo.

Tampoco me parece que deba aceptar la afirmación de que no se haya tenido
en cuenta a este Parlamento, pues aunque han ocurrido muchas cosas, creo
que, en cuanto de mí ha dependido por lo menos, han tenido la información
que yo les podía dar, como en este momento también les puedo dar.

El Gobierno está implicado, qué duda cabe. ¿Cómo no va a estar implicado?
Si es el Gobierno el que ha impulsado ese proceso, aun a sabiendas del
coste político y de la repercusión que probablemente podría tener o
incluso de la utilización, no siempre, a mi juicio, moderada que se ha
hecho del conflicto, desde el punto de vista político, por los Grupos de
la oposición, naturalmente que el Gobierno lo ha hecho y lo ha hecho en
un ejercicio que siempre consideraré un ejercicio de responsabilidad, la
mejor contribucion que podemos hacer al empleo y a la viabilidad de los
astilleros en el futuro.

Sevilla y Astano. Dice usted que se han cambiado los planteamientos
iniciales. Señoría, no traicionaré la lógica de una negociación si en
este momento le digo que podría formar parte, en el análisis del proceso
negociador y en la estrategia negociadora, de algo que pudiera
considerarse si efectivamente había otros elementos adicionales. Alguna
vez he insistido en algo que me parece importante y que me lo sigue
pareciendo: un marco de relaciones laborales en esa empresa adaptado no
al pasado, sino a las circunstancias del futuro. Creo que avanzar en esa
dirección puede ser bastante más importante que tener o dejar de tener
alguna actividad más en algunos astilleros.

Se ha planteado algo que me parece que tendré que contestar después,
sobre si se va a mantener la actividad de reparaciones en Astano y por
qué sí o por qué no. Ha hecho usted una afirmación que le quiero
desmentir --quizás después se lo daré con datos, si el Presidente me da
la ocasión de contestar a una pregunta que tiene usted formulada--, pero,
señor Fernández de Mesa, Astano no ha ganado dinero con reparaciones ni
este año ni el año pasado.

¿Qué significa el marco jurídico especial, al que se ha referido el
presidente de la Agencia Industrial del Estado? Se ha referido a algo que
no está en su mano decidir; se ha referido a algo que es una reclamación
por parte de los sindicatos y que, en todo caso, depende de una
autorización del Gobierno y de la Comisión Delegada de Asuntos
Económicos, en particular, para la aplicación de la ley de industria;
esto es, para hacer un tratamiento específico en este caso de los
excedentes y de las garantías salariales y de jubilación de los
eventuales excedentes.

Señor Fernández de Mesa y señores Diputados, en este momento, hay una
pregunta que yo creo que responsablemente debemos hacernos todos: ahora
que no ha terminado el proceso de negociación y sin dar ninguna cifra, sí
les quiero decir que este país, en el cual tenemos un buen número de
problemas de toda clase y magnitud; este país en el cual tenemos un
déficit público que estamos tratando de reducir; este país que tiene
empresas públicas que pierden, como es patente, mucho dinero,
probablemente tiene que establecer algunos límites a la cantidad de
dinero que dedique a determinados procesos económicos, de reconversión u
otros, sabiendo que las cantidades que se dedican a una finalidad
sustituyen a las que potencialmente podrían dedicarse a otra. ¿Cuál es el
límite? ¿El límite es aquello que solicitan los sindicatos o el límite es
lo que colectiva y socialmente este país puede establecer como
prioritatio? Dicho de otra manera: ¿Cuánto dinero es necesario dedicar a
obtener el acuerdo? ¿Mucho más que en cualquier otra empresa privada?
¿Mucho más que en cualquier empresa pública? ¿Cuánto?
No quiero contestar a estas preguntas que son parte, sin duda alguna, del
proceso de discusión que está entablado. Sin embargo, quiero adelantar un
criterio razonable o que me parece razonable. ¿Vale cualquier coste para
resolver el conflicto? ¿Vale cualquier posición defendida por los
sindicatos? ¿Vale dedicar más dinero a eso, cuando hay deficiencias de
muchos tipos en este país que, en ese caso, no podrán ser suplidas en
parte? ¿Dónde se pone la raya? ¿Cuál es el nivel de transigencia o de
intransigencia en un proceso de negociación de esta naturaleza?
Tenemos unas cifras, que son las establecidas en el Acuerdo OCDE; esas
cifras expresan unas cuantías que están en torno a los 179.000 millones
de pesetas. Una parte de ellas significa la contribución al saneamiento
financiero; otras son posibles para el proceso de ajuste laboral.

¿Podemos incrementarlas en alguna medida? ¿Hasta cuándo?
¿Indefinidamente, para que los trabajadores de Astilleros tengan un
tratamiento sustancialmente distinto al de otros trabajadores o,
simplemente, para que tengan un tratamiento equiparable al de otros
procesos de reconversión, como ha señalado anteriormente el representante
del Grupo Socialista? Esto tiene que formar parte también del proceso de
negociación, y yo quiero entender que los sindicatos son no solamente
sindicatos del sector de la construcción naval, sino que también
representan a los trabajadores de empresas privadas y también de empresas
públicas, en las cuales, quizás, los mecanismos de solución a
determinados conflictos no son los mismos. Me parece, por tanto, que es
en esos términos en los que hay que plantear el problema, y así es como
honradamente estoy tratando de que se plantee.

Una última precisión, señor Fernández de Mesa. Ayer el señor Pérez
Rubalcaba dijo, y yo mismo lo he dicho, en contradicción con lo que usted
después, en su réplica, le dijo, que de cada 100 pesetas de ingresos,
aproximadamente



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--quizás no es exacto--, casi 50 provienen de ayudas públicas. No sólo
por las primas y no sólo por los gastos financieros, sino que, si se hace
la media de lo que han significado estos diez últimos años de vida de los
astilleros --ésa es la cuenta y ése es el cálculo--, nos encontramos con
que hay ayudas públicas equivalentes prácticamente a la mitad del precio
de construcción de un buque. Dicho de otra forma, si no las hubiera
habido, y ahora que el marco jurídico no va a permitir que eso ocurra,
significa que tenemos que hacer que los astilleros puedan ser capaces de
remontar una diferencia de costes de casi el 50 por ciento. Este es el
problema, señor Fernández de Mesa, y quizás le aclaro una parte de la
discusión que tuvieron usted y el señor Pérez Rucalcaba ayer.

Por tanto, me parece que estamos en esta orientación, en la que espero
contar con el concurso de una intervención también responsable, más allá
de las cosas que a veces se dicen al calor de las refriegas en un tema
que me parece que es importante para todos.

Señor Sánchez i Llibre, usted ha recordado anteriormente la intervención
que ya hiciera en la última comparecencia y sobre todo su énfasis en
algunos de los problemas que significaba la puesta en competitividad, en
condiciones de rentabilidad, de los astilleros. Siempre le he agradecido
que expresara su posición en esos términos, porque me parece que éste es
un punto medular.

Me ha hecho alguna pregunta y sobre todo una que es, de nuevo, la
central: Si con los términos en los que se está planteando el acuerdo
será posible garantizar la competitividad. Esa es una pregunta relevante
y que solamente la historia podrá contemplar, pero que los gestores, los
negociadores, lo mismo que el Ministerio, están tratando de analizar.

Este plan, en la medida en que se separa de la posición inicial, se
separa porque es posible que sea así, pero no es tampoco inexacto decir
que, al separarse de la posición inicial, algunos riesgos adicionales se
asumen, riesgos que deben estar compensados precisamente por una mayor
corresponsabilidad por parte de los sindicatos y de los trabajadores como
consecuencia de un plan pactado, y algunos riesgos que también están
compensados por la existencia, como he dicho a lo largo de mi
intervención, de otros elementos que son muy relevantes desde el punto de
vista del funcionamiento de una empresa, y señalaré sobre todo aquellos
que tengan que ver con compromisos futuros de modernización del marco de
las relaciones laborales de la empresa.

Ahora, en cuanto a la pregunta de cuánto va a representar este coste, le
he señalado las cifras del acuerdo OCDE, no son 187.000 --corríjalo--,
son 179.104 exactamente entre gastos financieros y otras autorizaciones.

El problema es cuánto cuesta finalmente el plan y en qué medida una
cierta separación de lo que pueden ser las previsiones iniciales, si
finalmente se diera, puede estar no solamente justificada, sino
simultáneamente ser objeto de aprobación por parte de las autoridades
europeas. Esto es de lo que en este momento estamos también discutiendo.

Señor Sáenz Lorenzo, no puedo sino estar de acuerdo, y le agradezco
además algunos de los apuntes que usted ha hecho. Es verdad que se ha
prestado por esta Comisión una importante atención a este plan, y yo le
agradezco que recalque el problema de la autonomía de las partes, algo
que desde luego al Gobierno no le impide, sino lo contrario, asumir
también su responsabilidad en la orientación de un plan, pero que
ciertamente no debe confundir lo que es la decisión en torno a un acuerdo
en una mesa de negociación con lo que es una intervención política, ni
del Parlamento ni del Gobierno. Ni el Parlamento puede sustituir a las
partes en un proceso que está jurídicamente y de acuerdo con las leyes
laborales dotado de autonomía, ni siquiera el Gobierno puede imponer a
los sindicatos un acuerdo que no acepten. Por tanto, es de eso de lo que
estamos hablando y es algo que debemos conseguir sin más interferencias
externas de las que son inevitables.

Era necesario reestructurar, usted lo ha dicho. Otros decían que no y que
había incluso que retirarlo, a la vez que no se presentaban demasiadas
alternativas. Creía el Grupo Socialista que al final se podía llegar a un
acuerdo, ojalá que el Grupo Socialista y el Gobierno tengan al final
razón, en eso trabajamos, y las medidas de ajuste, lo mismo que las
medidas de apoyo regional, me parece que tienen que ser una parte
importante del proceso que se inicie cuando el acuerdo exista, medida que
naturalmente debieran ser, a mi juicio, fruto no solamente de la voluntad
del Gobireno, sino también de la colaboración de otras administraciones
públicas en el proceso de restaurar también tejido industrial y
contribuir sobre todo al desarrollo del mismo en aquellas áreas
especialmente afectadas. Créame que en esa dirección estamos trabajando,
y yo espero que los grupos parlamentarios puedan estar de acuerdo en una
orientación de esa naturaleza cuando discutan las distintas mociones que
están planteadas en el Pleno del Congreso de los Diputados.

Finalmente termino como prácticamente empecé. Lo más importante en este
momento es si finalmente las esperanzas se convierten en acuerdo. Creo
que habrá valido la pena el esfuerzo, y si esto ocurriera, quizás puedan
ustedes recordar que cuando se planteó el plan dije que tendría sentido
cuando hubiera un acuerdo y que el acuerdo era posible.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún Grupo desea intervenir? (Pausa.)
Rogándoles que no se excedan de los cinco minutos, a ser posible, el
señor Andreu, en nombre del Grupo Parlamentario Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra.




El señor ANDREU ANDREU: Seguro que consumiré mucho menos, porque yo creo
que ya no se trata de reiterar las posiciones políticas, sino simplemente
de comentar algunas cosas que creo que son de obligada respuesta porque
implican también posicionamiento político. En cualquier caso, la opinión
política que todo este asunto merece ya está consolidada; estamos en un
proceso en el que creo que de lo que todos debemos preocuparnos es de que
cicatricen de la mejor forma posible las heridas que se hayan podido
abrir, y ya los ciudadanos irán valorando la evaluación política de todo
esto y tomarán sus propias opiniones cara al



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futuro sobre cómo ha actuado cada cual en este asunto. (El señor
Vicepresidente, Dávila Sánchez, ocupa la Presidencia.)
Sin embargo, algún comentario sí quisiera hacerle, porque quisiera
plantearlo como debate de futuro. En primer lugar, esta exaltación de la
autonomía de las partes, que se ha reiterado por usted y por numerosos
portavoces del Partido Socialista, creo que no se compadece con la
realidad. Yo creo que la autonomía de las partes no es tal en lo que son
negociaciones del sector público con los trabajadores, ni en lo que son
negociaciones del sector privado industrial con los trabajadores. Siempre
hay un proceso de intervención por parte de la Administración, y buen
conocimiento tiene usted de ello cuando se ha encontrado con los
conflictos en el sector del automóvil, sector privado, que continuamente
ha pedido la intervención del Estado, y para el que usted ha tenido a
bien hacer el plan Renove, así como la Seat, por ejemplo, cada vez que ha
tenido conflicto, ha pedido la intervención del Estado. En cualquier
caso, con mucha mayor razón creo que podemos hablar de la necesidad de
actuar desde una política industrial por parte de la Administración en un
sector público fundamental, como del que estamos hablando ahora, que es
el sector naval. Yo creo que además esa autonomía de las partes no ha
existido nunca en este proceso. Usted ha hablado de que estamos ante una
escenografía de la negociación, quizás también estas comparecencias
formen parte de esa escenografía de la negociación, pero permítame creer,
señor Ministro, que por lo que es la parte de la empresa ha estado
siempre dirigida por usted en última instancia.

No crea usted, señor Ministro, que nosotros criticamos la flexibilidad
del proceso, ni mucho menos, más bien, si hubiera alguna crítica o si he
creído traslucir alguna crítica, la he entendido desde la posición del
Partido Popular, que no sabemos si en su intervención casi se queja de
que las premisas del plan estratégico de competitividad no se mantengan
ahora. Me ha parecido incluso traslucir algo de eso, porque cuando se
pregunta el Partido Popular qué va a pasar si ya no se dan las premisas
iniciales, si hay futuro para ello, creo entender ahí no sé si una
posición para mantener cara al futuro por el Partido Popular, una venda
que se pone cara al futuro, o si es algo que se escapa exactamente de mi
entendimiento.

Pero no critico yo la flexibilidad, lo que yo critico, señor Ministro, es
la sobreactuación. Yo creo que no era necesario en este proceso
negociador poner tantas cartas sobre la mesa, es decir, haber planteado
desde el principio el cierre de Cádiz y Sevilla o haber planteado un
número de bajas, como se planteó, creo que ha sido extraordinariamente
excesivo en este proceso negociador. Yo le puedo asegurar a usted que,
desde las primeras conversaciones que tuve con las centrales sindicales,
los números de excedentes que se planteaban eran relativamente similares
a los que se están planteando en las últimas conversaciones, que, como
usted bien dice, aún no se han cerrado, y esperemos a ver cómo terminan.

Los sindicatos, antes de empezar las negociaciones, ya tenían planteado
el número de 3.200 excedentes, cifra mucho más similar a las que se están
barajando en última instancia, que las cifras que planteó el Gobierno
desde el principio. Digo esto desde el pensamiento de que usted, como
bien ha reconocido, ha tenido una intervención importante en el plan; por
tanto, critico esa sobreactuación en este proceso negociador.

Esa actuación que ha habido es lo que yo creo explica que cuando el 1.º
de septiembre, como usted manifiesta, se plantean unos determinados giros
en la negociación, esos giros encuentran poco eco. La respuesta social
que ha habido es de tal naturaleza que ya es muy difícil que un leve giro
en la negociación tenga un eco importante en la opinión pública. Por
tanto, creo que no debe quejarse de que se han aireado poco los sucesivos
giros que han dado en el proceso negociador, sino que más bien debería
usted criticar sensatamente que el Gobierno se ha excedido en los
planteamientos iniciales, que la respuesta social que ha habido ha
excedido con mucho a sus previsiones; quizá no han sido ustedes capaces
de detectar la inmensa herida que estaban hurgando con esta operación.

Por tanto, señor Ministro, repito lo que dije al principio de esta
segunda intervención: Nosotros deseamos que las heridas cicatricen; que
haya soluciones de futuro para todas las zonas que han quedado
enormemente afectadas por este proceso que hasta ahora es de destrucción
de empleo. Confiamos que alguna vez se hable de reconversión naval y de
reconversión industrial. Por tanto, aquellas cosas que hemos planteado
sobre la necesidad de planes de reindustrialización de las zonas es algo
en lo que hacemos especial énfasis. De la actuación política que cada uno
hayamos tenido en este conflicto, buena cuenta habrán tomado cada uno de
nuestros ciudadanos y enjuiciarán cara al futuro lo que hemos hecho en
este problema.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Fernández de Mesa
tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Parece que todo el mundo quiere
dar interpretación a mis palabras y probablemente la contestación esté en
el boletín del día 26 de julio.

Usted dice ahora, señor Andreu, que no está en contra de la
flexibilización. Nosotros tampoco. Usted critica la sobreactuación que ha
tenido el Gobierno. Nosotros ya lo dijimos el día 26 de julio. Nosotros
pedimos la retirada del plan estratégico de competitividad en esa sesión.

¿En base a qué? A que nos parecía excesiva la reducción de 5.200
trabajadores; de que nos parecía inadecuado cerrar Sevilla; de que nos
parecía inadecuado cerrar Cádiz; de que nos parecía inadecuada la
desinversión de Juliana, de Astander y Barreras; de que nos parecía poco
adecuado que se pusiera una fecha límite en el 15 de agosto; que nos
parecía poco adecuado que se renunciara a las reparaciones.

En ese marco dijimos también que nos parecía increíble que, simplemente
con estas medidas, pasáramos de 45.000 millones de pesetas de pérdidas,
el año pasado, a 17.000 el que viene y a 1.700 millones de pesetas de
ganancias en el año 1997, porque no cuadran las cifras. O es en base a la
contratación que hay hasta ahora o simplemente por la aplicación de este
plan estratégico era imposible alcanzar esas cifras. Por tanto nosotros,
en base a



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eso, pedimos la retirada del plan estratégico de competitividad, porque
nos parecía un simple ajuste de plantillas y por eso, señor Sáenz
Lorenzo, pedimos la retirada del plan estratégico de competitividad. Hoy
no, porque ya no son 5.200, son 3.800; porque ya no se cierra Sevilla y
Cádiz, se mantienen; porque ya no es necesario negociar antes del 15 de
agosto y prueba de ello es que estamos a 28 de septiembre; porque ya no
es necesario que antes del 31 de diciembre, por una serie de condiciones,
saber si primero es necesaria la reconversión naval y por eso la hacemos,
o si porque tenemos que coger esos 179.000 millones de pesetas vamos a
hacer la reconversión naval. Por eso ahora ya no pedimos, naturalmente,
la retirada del plan estratégico.

Si ese marco lo aplauden los sindicatos, nosotros también. ¡Faltaría más!
Lo que pasa es que decimos que para la continuidad no sólo es necesario
el acuerdo sindical y laboral, ni muchísimo menos. Aquí hay que hablar
del futuro de la construcción naval, y hay que hablar de un plan de
reindustrialización serio.

No es justo decir que ahora todas las administraciones públicas tienen
que mojarse. Nosotros sí lo creemos, señor Sáenz Lorenzo, pero ustedes lo
creen ahora. ¿Por qué no está la Xunta de Galicia o los gobiernos
autonómicos, como viene pidiendo el Partido Popular desde hace muchos
años, incluidos en los consejos de administración de esas empresas
públicas? Habrá que contestar a eso, señor Sáenz. El Partido Popular
pidió en el año 1991 la participación de los gobiernos autonómicos, y el
Gobierno no lo autorizó. Por eso nosotros decimos: De acuerdo que
participen ayuntamientos y comunidades autónomas; pero piensen lo que ha
pasado.

Usted decía que hay que hacer un plan creíble de competitividad. Yo le
pregunto ¿qué credibilidad tienen ustedes, si en el año 1984 el señor
Solchaga --y lea los boletines oficiales de las Cortes desde entonces--
decía que ese plan de reconversión naval era para llegar al año 1986 en
igualdad de condiciones que el resto de los países de la Comunidad
Europea y para poder hacer rentables estos astilleros? ¿Cuántos procesos
de reconversión se han hecho desde el año 1984, señor Sáenz? Estamos en
1995 y siguen ustedes con la misma cantinela.

Creo lo que dice el señor Eguiagaray porque en cierto sentido está
probablemente liberado de lo que han hecho anteriores Ministros de
Industria, pero no creo en la política del Partido Socialista, señor
Sáenz. Ustedes durante años han venido aplicando una política en materia
de construcción naval que nos ha llevado a esta situación en el año 1995,
con declaraciones, apoyadas en decisiones muy importantes tomadas por el
Gobierno, como que la mejor política industrial era la que no existía, o
que el sector naval era un sector tercermundista, y aquí está el «Diario
de Sesiones»; yo no me lo invento. Por tanto, creo que hay posibilidad de
salvar el sector de construcción naval, porque sé lo que hay en el
mercado internacional, y ustedes no han creído.

De aplicarse el plan estratégico de competitividad que se planteaba en el
mes de julio, en el año 1998 no serían rentables los astilleros, estarían
cerrados, señor Sáenz.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, me permito recordarle que
el compareciente es el señor Ministro, aunque fuese sólo por cortesía. Es
un recordatorio.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Perdón, señor Presidente, pero
es que los ataques más directos se producían desde el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista en el sentido de las propuestas que nosotros
hemos realizado.

Nosotros, señor Ministro, y yendo a su intervención, creemos en el
protagonismo de las partes, como aquí se ha dicho; creemos en la
autonomía de las partes; pero también creemos que no son la empresa y
sindicatos los depositarios del patrimonio público de construcción naval,
ni muchísimo menos. Creemos en su autonomía y creemos en su protagonismo;
pero ¿quién es el responsable de los astilleros públicos en España? No
pueden ser sindicatos y patronal; no pueden ser directivos que se nombran
hoy, se cambian mañana y a los cuatro días están en otra empresa pública
como está pasando para tratar de dirimir qué va a pasar en la empresa
pública. Por eso el Partido Popular ha solicitado del Gobierno que nombre
a expertos auténticos en materia de construcción naval, que no tienen que
ser sólo ingenieros navales que, por cierto, no hay ninguno; que no sólo
tienen por qué ser personas de la DCN, sino economistas y abogados que
sean capaces de conseguir hacer competitivos estos astilleros porque
conocen el mercado, conocen las mecánicas de exportación e importación y
conocen las mecánicas de contratación.

Es cierto que los fondos de garantía no solucionan nada en este momento,
pero sí lo hubieran solucionado en el año 1991 que es cuando lo pedimos y
que es cuando se ha puesto en funcionamiento en el resto de los países de
la Unión Europea. Entonces lo hubieran solucionado y hubieran ayudado a
paliar este tema. Sí a un plan de renovación de flota que probablemente
hoy ya no sea posible realizarlo, pero sí de haberse realizado hace años;
sí un plan de renovación de flota en la Marina Mercante; sí una mejora en
el segundo registro de Canarias, para que nuestros barcos, incluso los de
las empresas estatales, no estén abanderados en países extranjeros. Eso
sí hubiera favorecido el clima de construcción naval en España.

Naturalmente que la cirugía que se puede aplicar en este momento, no es
la misma de hace cuatro años para llegar en este momento a esta
situación. Eso está clarísimo. Por eso nosotros decimos al Gobierno,
señor Ministro, que nuestra satisfacción porque se llegue a un acuerdo
sindical es grande. ¡Claro que estamos satisfechos de que se llegue a un
acuerdo! ¿Cómo no lo vamos a estar? ¿O es que se creen ustedes que para
nosotros lo cómodo es desear que la situación de construcción naval
llegue a la bancarrota? Eso será lo que piensen algunos como medida
irresponsable del Partido Popular, si es que en algún momento consigue el
Gobierno de la nación. Ojalá liquiden estos señores la construcción naval
y el día que yo llegue ya me encargaré de hacer lo que pueda con ella.

Esa sería la auténtica situación irresponsable del partido mayoritario de
la oposición. Eso sería una irresponsabilidad por nuestra parte. No la
situación



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más dura y más comprometida que estamos manteniendo en estos momentos.

Por eso, nosotros pedimos al Gobierno que no sólo sea un acuerdo laboral
y un acuerdo sindical, en el que están de acuerdo los sindicatos, ya lo
sabemos, y la patronal, ya lo sabemos, pero es imprescindible que haya
algo más; que realmente se discuta la competitividad del sector naval del
futuro, y que realmente se discuta una política de reindustrialización de
las zonas que están afectadas por ello.

Yo le pregunto, señor Ministro: ¿Cuánto dinero es necesario para salvar
esto? Usted lo sabrá. ¿Cuánto llevan invertido diciéndonos que se iba a
solucionar de un año a otro, y lo decía el señor Solchaga para que el
señor Croissier volviera a decir lo mismo, el señor Aranzadi volviera a
decir lo mismo, y usted nos vuelve a decir lo mismo? ¿Cuánto dinero? Yo
no lo sé. Dígamelo usted. Son cifras astronómicas las que se barajan de
lo que ya hemos invertido en este tema. Por tanto, no es tan incoherente
la postura que estamos manteniendo.

Quiero terminar diciendo, señor Ministro, que efectivamente del Fondo de
Garantía se ha aprobado el sistema, pero ¿han nombrado ustedes ya la
Comisión del CESCE y de los ministerios competentes para que se aprueben
las líneas? Eso no. El sistema está aprobado, pero ¿cuáles son las líneas
de actuación? De nada sirve aprobar el Fondo de Garantía si no se
aprueban las líneas de actuación y no se cuantifica la prima, que está
sin cuantificar hasta este momento. Ese es el auténtico problema.

Señor Ministro, si usted en el siguiente turno de dúplica me contesta, le
libero de las contestaciones siguientes sobre reparaciones en Astano.

Tengo la memoria anual del Astillero. Señor Ministro, yo no me invento
las cifras. Dice en uno de sus apartados: Astano ha alcanzado gran
aceptación en el ámbito internacional con una especial incidencia en los
mercados noruego y americano y su facturación anual a buques ronda los
3.000 millones de pesetas.

Después en el segundo apartado de datos estadísticos, entre las
observaciones, que en el último trimestre del año tal, tal, tal, dice:
Ejercicio del año 1994: coste hora; plantilla, 285 personas; peticiones
de oferta, 275; horas facturadas en miles de pesetas; buques reparados;
facturación en millones de pesetas, 2.690; margen, 300,3 millones de
pesetas. Yo no me invento nada. ¿O es que lo que dice para presentar en
Aberdeen, en una feria, «ship repair of Astano» miente? Yo creo que no.

Lo que pasa es que a lo mejor o estas cifras sumadas y globalizadas con
lo que es el resto de la producción en Astano se rebajan o si en el fondo
no se puede segregar lo que son las cuentas de resultados de reparaciones
de lo que es la cuenta de resultados del astillero.

Yo no me invento nada, señor Ministro. Probablemente utilice los datos de
una forma que usted no los utilizaría, pero son los datos que vienen del
propio astillero. Yo no tengo por qué dudar de la memoria, y si no, ya
sabe usted lo que tiene que hacer con los que mienten de una forma tan
descarada en documentos oficiales.

Por tanto, el Partido Popular está satisfecho de que se avance en las
negociaciones, no le quepa la menor duda; cree que el acuerdo sindical no
es lo único importante de este plan de competitividad; y lo que hay que
hacer realmente es competitiva nuestra construcción naval para que dentro
de dos años, sea el Gobierno que sea, y sea Ministro el señor Eguiagaray
o el señor equis, no tenga que volver a plantear ante esta Cámara un
sistema y un plan estratégico similar al de hoy, porque lamentablemente
seguiremos perdiendo dinero y no habremos resuelto el auténtico problema,
que es el de que España no está en el lugar que le corresponde en materia
de construcción naval en el mundo, y es lo que nosotros queremos.

Gracias, señor Presidente. (El señor Sáenz Lorenzo pide la palabra.)



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): ¿Ve S. S., señor Fernández de
Mesa, las consecuencias del protagonismo y tratamiento de Ministro de
Industria que le ha concedido el señor Sáenz Lorenzo? Supongo que será
por alusiones o réplicas.

Tiene la palabra el señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: He sido aludido. Evidentemente este turno no es
para responder al señor ministro. Estoy de acuerdo con sus planteamientos
y no hemos mostrado discrepancias, lo que pasa es que el señor Fernández
de Mesa parece que da un tratamiento especialmente cordial al señor
ministro y quiere dirigir sus iras hacia el grupo parlamentario, cosa que
me parece tiene su lógica.

Señor Fernández de Mesa, yo no aludía a usted cuando decía que alguien ha
propuesto retirar el plan. Los señores que han propuesto retirar el plan
han sido los señores de Izquierda Unida en su proposición no de ley. Que
yo sepa en sus propuestas no aparece la retirada del Plan, sino la
retirada de otras cosas distintas.

Si quiere que hablemos del pasado, le diré que usted ha moderado sus
posiciones en este proceso, cosa que agradecemos y creo que está presente
también en la intervención del señor ministro, pero tendré que decirle,
señor Fernández de Mesa, que yo no estoy de acuerdo, si vamos mirando la
historia de sus intervenciones en el Pleno y en Comisión respecto al
sector naval, y tendré que decirle que a lo largo de este tiempo usted
siempre ha defendido que el sector naval es viable, que solamente con
algunos apoyos a la financiación, con los fondos de garantía y con otras
actuaciones es un sector viable por sí mismo, cosa tremendamente falsa,
un discurso que lleva a la confusión a las personas afectadas y que puede
introducir que se lleven la sorpresa de que de repente eso no es así y se
encuentran con que aproximadamente la mitad de los costes están viniendo
de los fondos del Estado. Eso rompe con todo un esquema de discurso de
que el sector es viable, que basta con que haya unas pequeñas
modificaciones para que se resuelvan los temas.

Hoy su posición es mucho más próxima a la del Gobierno, es mucho más
moderada. Nos congratulamos de que el primer partido de la oposición esté
en posiciones más racionales, pero no trate usted de confrontarse
conmigo.




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Le diré que parece como si no supiera usted lo que es una negociación. A
ustedes les parece bien dónde se va a llegar; no les parecía bien de
dónde se partía. ¿Qué pasa, que donde se va a llegar tenía que haber sido
el sitio de donde se partía? Entonces no se hubiera llegado donde se va a
llegar. Si donde se va a llegar hubiera sido el lugar de partida, el
lugar de llegada hubiera sido distinto, lo cual es importante de cara a
la competitividad. Entonces, cuando se inicie un proceso negociador todos
tenemos que saber, y el señor ministro lo dijo en su anterior
comparecencia, que se va a un proceso negociador y, por tanto, se va con
propuestas abiertas.

Todos sabemos hacer demagogia, es fácil. Desde mi punto de vista, lo he
dicho antes, a mí me parece que es malo cuando hay una negociación
abierta en una empresa, y yo desde luego no soy partidario de politizar
la empresa pública. Al revés, nuestro grupo parlamentario ha defendido
siempre la autonomía de la empresa pública; que la empresa pública
funcione como una empresa privada; que haya unas líneas básicas de
orientación política, pero muy básicas.

No estoy de acuerdo con que los consejos generales de administración se
llenen de políticos y acabe aquello no pareciéndose en nada a una
empresa. En absoluto, ni de la Comunidad Autónoma, ni del Ayuntamiento,
ni de no sé dónde. No, no estamos en eso. Si alguna vez tenemos que
aceptar alguna cosa de ésas será porque tendremos que llegar a algún
acuerdo o tendremos que ganar alguna votación. No estamos en esa
posición; por tanto, discrepo totalmente. Yo creo que al revés, la
empresa tiene que funcionar como empresa; la negociación corresponde a la
empresa y a los sindicatos. La introducción de elementos políticos en la
negociación es negativa. Ha sido tremendamente negativa en todo este
proceso y, además, ha producido efectos de confrontación social muy
graves. Creo que tenemos que pensar un poco las cosas cuando las hacemos.

Dejemos que la empresa negocie; dejemos a la autonomía de las partes y
creamos en los sistemas que planteamos.

Desde luego pienso que si el punto de partida de la negociación hubiera
sido el actual punto de llegada, no sé dónde estaríamos ahora y cuáles
serían las conclusiones. En cualquier caso, creo que serían negativas.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señor ministro, le ruego que
con el uso de la palabra dé término a este interesante debate.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Muy
brevemente, señor Andreu, un par de puntualizaciones nada más.

Ha hablado usted de que las heridas debían cicatrizar y yo creo que ésa
es una buena reflexión colectiva. Probablemente es bueno que cicatricen
socialmente y quizá es bueno también que las distintas posiciones
políticas no impidan tener una posición más de acuerdo si efectivamente
se consuma, como deseamos, un acuerdo razonable y un acuerdo que conduzca
a la viabilidad.

De todas formas, la puntualización tiene que ver con el tema de la
autonomía de las partes y usted ha citado algunas cosas que tienen muy
poco que ver con la intervención administrativa en los ámbitos de
negociación a los que yo me refiero. Una cosa es la política industrial,
una cosa es la política, por ejemplo, de incentivación de la demanda de
automóviles, o el Plan Renove, y otra cosa es un proceso de negociación
colectiva en SEAT, por ejemplo, como el que se produjo hace dos años en
plena crisis de la empresa, en el cual le aseguro que el Ministerio de
Industria no tuvo arte ni parte, salvo llamar a que la empresa y los
sindicatos hicieran un acuerdo racional y un acuerdo pensando también en
la viabilidad y en el futuro.

No confundamos las cosas. La política y la intervención administrativa se
justifica en los términos en que es posible, pero las empresas, insisto
hasta las públicas --otra cosa es el que la titularidad sea pública--,
tienen alguien con una responsabilidad específica de preocuparse también
por sus resultados y de garantizar esa función empresarial.

La maldición que pesa sobre los gestores públicos, unos mejores, otros
peores, es que permanentemente son analizados estrictamente en términos
políticos, y, a veces, se les concede menos autoridad de la que tienen
precisamente porque se entiende que están recibiendo todos los días
instrucciones políticas de quien, en ese caso, se diría que se retirase
de su posición de ministro para convertirse en gestor empresarial.

Sobre la modificación del plan, me parece que ha establecido usted un
ámbito de crítica que no iba dirigida a mí sino a los señores del Partido
Popular, y no entraré en él, pero sí recojo lo que ya le he dicho
anteriormente y especialmente su llamada a la cicatrización de las
heridas que, efectivamente, se puede alcanzar.

Señor Fernández de Mesa, me ha colocado en una posición en la que parecía
que la crítica era al representante del Grupo Socialista, y aparentemente
no al Gobierno, a pesar de que el Grupo Socialista y el Gobierno en este
caso y sin que sirva de precedente, están en absoluto acuerdo.

Quiero decir, señor Fernández de Mesa --se lo digo con toda cordialidad--
que me ha parecido lo peor de su intervención, más allá de la brillante
dialéctica de su exposición, es eso de que yo ya lo dije. Pretender tener
razón porque yo ya había advertido de todo lo que ha ocurrido, me parece
pelín pretencioso, si me permite la expresión.

Señor Fernández de Mesa, usted ha dicho muchas cosas sobre el sector de
construcción naval, se ha preocupado específicamente de esta materia, ha
tenido esta responsabilidad, pero ha dicho muchas cosas que no tienen
nada que ver con los problemas reales del sector de construcción naval o
con sus causas fundamentales. Su crítica es a que no se ha alcanzado una
viabilidad que desde hace tiempo se viene pretendiendo a pesar de
sucesivos planes que tienen naturalmente su explicación en el tiempo,
fundamentalmente el hecho de que buena parte de los planes, especialmente
el último, estaban sustancialmente basados en una perspectiva que no se
cumplió, como usted sabe bien, de recuperación de la demanda.

Usted ha insistido mucho, como recordaba el representante socialista --no
quiero incidir sobre lo mismo-- en los temas de financiación que hoy ha
reconocido que no



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son probablemente los temas sustanciales, ni hoy ni tampoco en el pasado,
aunque sean elementos relevantes. Segundo, usted ha insistido y me remito
a sus últimas intervenciones en mis comparecencias, en algo que es todo
el problema de la contratación, cuando la constancia es que hemos hecho
un gran esfuerzo y ya el último día le recordé en mi anterior
comparecencia, en las cifras de contratación, la capacidad de captación
de mercado que hemos tenido, y el problema no ha sido tanto cuánto
mercado hemos captado, sino sobre todo cuánto mercado solvente o cuánto
mercado rentable hemos sido capaces de captar porque hemos estado también
contratando barcos a pérdida. Por tanto, el problema fundamental y el
problema que inspira este plan, además de un ajuste en costes, que no es,
en la caricatura que usted ha hecho ahora también, un simple ajuste
laboral, señor Fernández de Mesa, es un plan de competitividad, tocando
todos los palos o todos los palillos de los que depende fundamentalmente
un planteamiento serio de gestión empresarial. De todas formas agradezco
algo que ha dicho, con independencia del error de pedir la retirada del
plan en su momento. Yo le agradezco que ahora diga que, efectivamente, el
plan no debe ser retirado, aunque tal vez esto me da lugar a una
reflexión, a aquella vieja reflexión en virtud de la cual las victorias
tienen muchos padres y las derrotas son huérfanas. Quizás en los momentos
de dificultad uno se sentía muy solo; cuando se atisba que puede haber un
acuerdo, se empieza uno a sentir más acompañado.

Finalmente, dos correcciones, señor Fernández de Mesa, CESCE aplicará las
medidas aprobadas por el Consejo de Ministros, porque tiene sus
comisiones para hacerlo. Segundo, en Astano ha organizado cierta puesta
en escena sobre la falsedad presunta de determinados datos. Esos datos
que ha dicho usted son rigurosamente ciertos y son exactamente los mismos
que yo utilizo, pero probablemente debiera usted conocer algo y si no le
pido que profundice en la materia, porque hablar de margen bruto no es
hablar de beneficios; los 300 millones de pesetas son el margen bruto,
como dice la memoria, pero las pérdidas son 600 millones.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez). Gracias, señor ministro.

Con esto, terminamos los puntos del orden del día que hacían referencia a
las comparecencias.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:



--INTENCION DE PRORROGAR, POR PARTE DE LA EMPRESA INFOINVEST, LA OPCION
DE COMPRA AL AYUNTAMIENTO DE CADIZ PARA QUE PUEDA ADQUIRIR LOS ANTIGUOS
TERRENOS DE ASTILLEROS. FORMULADA POR EL SEÑOR ANDREU ANDREU, GRUPO
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente:
181/001623.)



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): A continuación, procede pasar a
la contestación de las preguntas planteadas.

Según el punto 9 del orden del día, está la presentada por don Jerónimo
Andreu, que dice: Intención de prorrogar, por parte de la empresa
Infoinvest la opción de compra al Ayuntamiento de Cádiz, para que pueda
adquirir los antiguos terrenos de Astilleros.

Tiene la palabra el señor Andreu.




El señor ANDREU ANDREU: La casualidad ha sido caprichosa y ha querido que
esta pregunta sobre el suelo de Astilleros de Cádiz, que era antigua,
haya coincidido con el debate que hemos tenido anteriormente y que
también haya coincidido con la fecha muy reciente en que se acababa la
opción de compra por el Ayuntamiento de Cádiz de esos terrenos que ahora
gestiona Infoinvest y que fueron de Astilleros de Cádiz.

Más para ilustrar al conjunto de SS. SS. que para darle datos al señor
ministro, que sin duda los conoce perfectamente, los terrenos de los
Astilleros de Cádiz son terrenos excedentes de cuando se produjo la
primera reconversión del año 1984, con todo el proceso posterior y son
unos terrenos muy necesarios a la ciudad de Cádiz. En un momento dado
hubo la tentación por parte de Astilleros Españoles de venderlos a
algunas entidades privadas, pero hubo una reivindicación muy grande en la
ciudad de Cádiz para que esos terrenos pasasen a propiedad pública y que
de esa manera se pudieran planificar algo mejor esos terrenos que en una
ciudad como Cádiz son extraordinariamente importantes porque es una
ciudad que carece de suelo. El precio que se acordó no ha podido ser
abonado por el Ayuntamiento de Cádiz, y ahora Infoinvest reclama los
intereses, y en el caso de que no le fueran pagados, incluso la opción de
compra podría finalizar.

Pregunto, señor ministro, qué criterios va a seguir Infoinvest; si se va
a demorar esta petición de los intereses y si se va a llegar a algún
acuerdo con el Ayuntamiento de Cádiz de continuar con la opción de compra
para que esos terrenos puedan ser públicos y para Cádiz.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Ministro tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Quiero
decirle, señor Andreu, que su pregunta está mal formulada, en términos de
precisión, pero trataré de explicárselo.

En el año 1992, el Ayuntamiento de Cádiz manifiesta a Infoinvest su
interés en adquirir la propiedad de los terrenos del antiguo Astillero de
Cádiz. La negociación terminó el 12 de abril de 1993, con la firma de un
convenio de compra-venta (no con una opción de compra, sino con la firma
de un convenio de compra-venta) entre el Ayuntamiento de Cádiz e
Infoinvest, cuyo contenido es el siguiente: El compromiso del
Ayuntamiento de Cádiz de comprar a Infoinvest los terrenos del antiguo
astillero, una vez aprobada definitivamente la revisión del Plan General
de Ordenación Urbana de Cádiz, por un precio de 2.200 millones de
pesetas,



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que devenga intereses desde el 1.o de enero de 1993 hasta el momento del
pago, a un tipo fijo anual del 12 por ciento. Por tanto es un contrato
firme de compra-venta exclusivamente condicionado a la realización del
Plan General de Ordenación Urbana. Pago al contado del precio definitivo
en un plazo máximo de 90 días desde la publicación de la revisión del
Plan General de Ordenación Urbana de Cádiz, o, en todo caso, en un plazo
de 180 desde la fecha en que se produzca el acuerdo de aprobación
definitiva de la revisión del mencionado Plan General, y compromiso de
Infoinvest de lograr, en el momento del otorgamiento de la escritura
pública y pago del precio, que Astilleros Españoles, S. A., renuncie a
sus derechos sobre la denominada dársena sur, actualmente en litigio, así
como una concesión administrativa sobre otros terrenos colindantes.

Estos son los términos del contrato. La aprobación definitiva de la
revisión del Plan de Cádiz se produjo el 20 de marzo de 1995. Con arreglo
a lo acordado en el contrato, el Ayuntamiento debería haber pagado a
Infoinvest, S. A., el precio inicial de 2.200 millones de pesetas y los
intereses devengados no más tarde del día 18 de septiembre de 1995.

En julio de 1995 se celebró una reunión entre el Ayuntamiento de Cádiz e
Infoinvest, en la que el primero confirmó su interés por adquirir los
terrenos pero manifestó su incapacidad de hacerlo en el precio y
condiciones exactos establecidos en el convenio de 12 de abril de 1993.

Posteriormente, con fecha 15 de septiembre, Infoinvest recibió del
Ayuntamiento de Cádiz una propuesta de novación del convenio en términos
jurídicos, en los siguientes términos: Primero, fijar el precio
definitivo de la compra-venta en la cantidad de 2.200 millones de pesetas
con expresa renuncia por parte de Infoinvest a los intereses convenidos.

Segundo, modificar la forma del pago del precio, pagando 1.100 millones
de pesetas dentro del último trimestre natural de 1995 y aplazando el
resto hasta el primer trimestre natural del año 1996. Tercero, establecer
las garantías que se estimen oportunas para el cumplimiento del pago del
precio aplazado.

Al día de hoy, por lo tanto, vencido el plazo establecido en el convenio,
se ha producido, por parte del Ayuntamiento de Cádiz, el incumplimiento
de los compromisos asumidos. Esta es, señor Andreu, la situación. No
estamos ante una opción de compra, estamos ante un contrato vencido e
incumplido por el Ayuntamiento de Cádiz.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Andreu tiene la
palabra.




El señor ANDREU ANDREU: Señor Ministro, creo que puede haber una
imprecisión semántica, pero los contenidos estaban bastante claros. Usted
mismo ha dicho que existe el compromiso de comprar y el interés del
Ayuntamiento por adquirir, lo que significa, de alguna manera, que la
operación aún no está culminada.

Lo que quisiera saber fundamentalmente, que es lo que nos interesa, es si
el Ministerio tiene voluntad de llegar a un acuerdo definitivo con el
Ayuntamiento de Cádiz, a pesar del incumplimiento que usted manifiesta.

Del incumplimiento tendrán que responder los responsables del
Ayuntamiento de Cádiz, tanto los anteriores como los actuales, y explicar
por qué se ha producido. El conjunto de los ciudadanos tendrá la
oportunidad de exigirle las responsabilidades en su momento. Pero hay que
decir que la otra parte, Infoinvest, depende del Ministerio de Industria
de alguna manera, aunque no sé si querrá hablar aquí de autonomía de las
partes. Lo que quisiéramos saber fundamentalmente es si el Ministerio de
Industria tiene la voluntad, a pesar de los incumplimientos reales de
este contrato, de solucionar el conflicto de manera que el Ayuntamiento
de Cádiz consiga los terrenos en algún momento. O si, por el contrario,
como no se ha cumplido el pago, que ha vencido el 18 de septiembre, el
Ministerio de Industria considera que hay que buscar las fórmulas
jurídicas adecuadas para dar por concluido ese contrato y encontrar otro
comprador. Eso es lo que sustancialmente me interesa, más que un debate
semántico sobre si estamos ante una opción de compra o ante una
compra-venta «stricto sensu». Sería interesante saberlo, señor Ministro;
yo le expreso la voluntad de mi grupo parlamentario, así como la del
grupo municipal de Izquierda Unida de Cádiz, en el sentido de que el
Ministerio de Industria, a pesar de todos los percances acaecidos en este
proceso, continúe con la voluntad de vender esos terrenos al Ayuntamiento
de Cádiz, en la firme creencia de que cualquier otra operación encaminada
a vendérselos a un operador privado será mucho más lesiva o más
especulativa, si se quiere, tanto para el Ayuntamiento como para la
ciudad de Cádiz, cuyos intereses defendemos ante todo. Usted podrá
decirme que no es su problema como Ministro de Industria, pero cualquier
persona interesada en el bien público, sea cual sea la Administración en
que se encuentre, trataría de buscar la mejor solución posible para que
este bien público quede en las mejores manos.

Por lo tanto, señor Ministro, como representante del pueblo de Cádiz, le
solicito que exprese públicamente la voluntad de llegar a un acuerdo con
el Ayuntamiento de Cádiz --que ojalá tuviera otro color político del que
tiene, pero es el que tiene--, y si esta voluntad se va a expresar de
forma que esos terrenos sean propiedad municipal.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Tiene la palabra el señor
Ministro.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Señor
Andreu, me admira cómo transforma un problema de naturaleza jurídica en
un problema semántico. No sé si funciona usted por la vida con semejante
flexibilidad conceptual, pero me parece que es difícil aceptar el que una
opción de compra y un contrato de compra-venta en firme y un
incumplimiento manifiesto por parte del Ayuntamiento de Cádiz se ventile
simplemente en términos de voluntad política.

El Ministerio de Industria tiene dos responsabilidades, y no acudiré en
este caso a la autonomía de las partes para explicar mi posición. Una es
velar por los intereses patrimoniales de las instituciones a mi cargo, y
una de ellas es Infoinvest. En un contrato ciertamente beneficioso desde



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el punto de vista económico para el Ayuntamiento de Cádiz se produce una
cierta renuncia, probablemente a lo que en términos estrictamente de
mercado podría obtenerse en otros terrenos.

Ciertamente, habiéndose incumplido el contrato, me sigue pareciendo
importante el que las funciones a las que deseaba reservar esos terrenos
el Ayuntamiento de Cádiz puedan ser factibles en el futuro. Es un
problema de renegociación, en el que espero que los intereses públicos,
parcialmente en conflicto, puedan finalmente poder ser compatibilizados.

Pero me importa mucho, señor Andreu, el que no convirtamos compromisos
firmes de los ayuntamientos simplemente en problemas que se pueden
ventilar con modificaciones estrictamente semánticas, y me importa
decirlo porque así como la responsable municipal de ese ayuntamiento ha
anunciado que va a venir a hablar conmigo de esa cuestión, cuando lo
hemos hecho la verdad es que no hemos hablado de ese tema. Yo espero que
cuando se resuelvan los conflictos se tome interés por resolver esta
cuestión. Yo haré mis mejores oficios para que eso sea posible y trataré
de defender, simultáneamente también, los intereses económicos de
Infoinvest, que son también intereses públicos y que afectan a las
cuentas públicas.




--MOTIVOS POR LOS QUE EL MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA PIENSA
RENUNCIAR A REPARACIONES DE BARCOS EN LOS DIQUES DE ASTILLEROS Y TALLERES
DEL NOROESTE, S. A. (ASTANO). FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ DE MESA
DIAZ DEL RIO (GP). (Número de expediente 181/001626.)



--CUENTA DE RESULTADOS DE CARENAS EN ASTILLEROS Y TALLERES DEL NOROESTE,
S. A. (ASTANO), DURANTE EL AÑO 1994. FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ DE
MESA DIAZ DEL RIO (GP). (Número de expediente 181/001627.)



El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Punto 10 del orden del día,
pregunta presentada por don Arsenio Fernández de Mesa Díaz del Río:
motivos por los que el Ministerio de Industria y Energía piensa renunciar
a reparaciones de barcos en los diques de Astilleros y Talleres del
Noroeste, S. A. (ASTANO).

Tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señor Ministro, no voy a
formular la pregunta número 11, pues me doy por contestado con su
intervención en la comparecencia, pero como ferrolano quiero transmitirle
la preocupación que existe en la ciudad de Ferrol y en toda su comarca
ante la posibilidad de que Astano pueda renunciar a la reparación de
buques, con lo que ello reporta para una zona muy deprimida, como sin
ninguna duda el señor Ministro conoce, en la que Astano ha pasado de ser
un astillero que tenía cerca de 10.000 trabajadores de mano de obra
directa a tener hoy en día menos de 2.000 (1.800 en plantilla); en la que
la Empresa Nacional Bazán, de similares características a la de Cádiz, ha
sufrido un proceso importantísimo desde el año 1964 hasta la actualidad,
y que ha pasado de 17.000 trabajadores a tener hoy en día en toda España
unos 7.000; en la que el traslado de la Comandancia General de la flota y
de todas las unidades de la Armada ha supuesto una pérdida importante de
ingresos para toda la industria de la zona, al igual que ha pasado con
las unidades que la ciudad de Ferrol tenía del Ejército de Tierra. Es
lógico suponer la preocupación que en el ámbito social de Ferrol y toda
su área de influencia, toda la comarca de Ferrolterra, que puede tener
cerca de 330.000 habitantes, ha supuesto la intención, por lo menos no
desmentida, de que Astano pudiera renunciar a la reparación de buques.

Por ello le pregunto, señor Ministro, si es que efectivamente el
Ministerio de Industria o la división de construcción naval o simplemente
Astano ha previsto la renuncia a su división de carenas, a su división de
reparación de buques.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Ministro tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Señor
Fernández de Mesa, yo creo que entiende los argumentos que
permanentemente he establecido. Creo que tenemos que juzgar el futuro de
ese astillero en términos básicamente de especialización en aquello en lo
que puede ser más capaz. Sabe, y es un criterio del que no nos hemos
separado, que la actividad de reparación de buques no es, en líneas
generales --no digo en cada caso concreto--, una actividad para la cual
nuestro país, ni siquiera el astillero de Astano, esté en la mejor
situación, desde el punto de vista de las ventajas comparativas en
relación con otros astilleros. Sabe que es una actividad difícilmente
mecanizable o automatizable, una actividad que es más o menos
competitiva, en términos mundiales, en función de los costes laborales, y
en ese sentido tenemos algunos problemas para otorgar una función
significativa a esa tarea en los distintos astilleros. Esto reza también
con Astano.

No me voy a referir a los resultados de Astano porque se los he explicado
anteriormente, y aunque esa actividad en otros sitios puede ser peor, en
Astano tampoco es buena, no es una actividad que pudiera ser el corazón
del negocio. Esos resultados no aconsejan que ésa sea una función, pero
igualmente quiero decirle que en el proceso de negociación está aceptada
como posición de la empresa que la actividad de reparaciones sea
complementaria de la actividad principal y de la especialización
principal en artefactos «off-shore».

Por tanto, se seguirá trabajando en esa dirección, y espero que los
términos en los que se produzca el acuerdo permitan que en determinados
momentos, y especialmente en momentos valle, la actividad de reparaciones
pueda ser una actividad complementaria de lo que tiene que ser el centro
y la actividad principal de Astano.




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El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez). Gracias, señor Ministro.

El señor Fernández de Mesa tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Yo lamento, señor Ministro, la
contestación por lo que significa, porque pensar que en épocas valle se
va a poder contratar en un momento determinado un barco para reparar o no
es condenar realmente al cierre a esa división, porque como no esté
permanentemente en funcionamiento, cuando baje la ocupación en el campo
«off-shore» nadie va a salir a decir: oye, ahora tengo el dique libre,
que venga un barco a reparar. Señor Ministro, eso no funciona así. No
funciona así y usted lo sabe perfectamete, lo sabe exactamente igual que
yo.

Por tanto, yo espero que en esa negociación se pueda llegar al final a
definir claramente lo que puede suponer para Astano en su conjunto, para
la ciudad de Ferrol y para la comarca Ferrolterra en general que pueda
desaparecer esta actividad tan importante, con una repercusión económica
cifrada por algunas personas, pero que tiene repercusión especial en los
pedidos vía consignatario, en los pedidos vía astillero directamente por
el armador en cuanto a remolcadores, prácticos, amarradores, servicios de
lancha, hoteles, provisionistas, transportistas, comercio, restaurantes,
cafeterías, etcétera.

Señor Ministro, nosotros creemos que mantener reparaciones en ese
astillero es importante para la actividad global del astillero en su
conjunto y es importante para la ciudad y para su comarca, y creemos que
no se debe perder esa actividad.

Por ello, yo le pido hoy aquí que reconsideren esa posibilidad y que se
mantenga la actividad de reparaciones en el astillero, además de decirle
que, de no ser así, ya existe una propuesta --no sé si el Ministro o el
Ministerio tiene conocimiento de ella-- sobre la posibilidad de la
segregación del apartado de carenas del resto del astillero, y hay
personas comprometidas a hacer rentable y a que se pueda subsistir desde
el punto de vista exclusivo de las reparaciones, de la misma manera que
se ha hecho, por ejemplo, con Imenosa. No considero deseable en este
momento, porque no tengo suficientes elementos de juicio como para
decirlo así, no considero deseable que se pueda segregar carenas de lo
que es la actividad del astillero en su conjunto, pero lo que sí me
atrevo a pedirle como ferrolano es que en este momento duro de la
industria de la construcción naval, con ajustes como el que acabamos de
estar debatiendo esta tarde, me atrevo a pedirle que no se pierda esa
actividad porque, en definitiva, significaría poco menos que el preámbulo
de la desaparición de la actividad en el astillero.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Ministro tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Señor
Fernández de Mesa, soy sensible a lo que usted me está diciendo y creo
que mi contestación también trataba de serlo. En primer lugar, como usted
no ignora, porque ya estamos de acuerdo en el análisis de resultados de
lo que está significando la actividad de reparaciones, con esa actividad
hoy se pierde dinero. Por tanto, no parece que debamos dedicar una parte
del negocio a la actividad de reparaciones desde lo que significa Astano,
pero he dicho expresamente que especialmente en momentos valle, lo cual
no quiere decir que no pueda haber una actividad de reparaciones
permanentes si se ajusta la actividad en los términos oportunos.

Conozco la propuesta, que he hecho analizar para ver hasta qué punto una
posibilidad de segregación puede ser una oportunidad para seguir
manteniendo actividad económica también adicional a la que se derivaría
dentro del plan, y espero que eso pueda ser motivo de análisis por parte
de la propia agencia y de la propia división de construcción naval.

Aparentemente pueden existir empresarios dispuestos a ello, es necesario
constatarlo, verlo y, naturalmente, analizarlo desde el punto de vista
técnico.

Por tanto, se trata de no excluir la actividad de reparaciones dándole la
función que puede ejercer, sabiendo, naturalmente, que no es una cuestión
de blanco o negro y que ahora que no tenemos artefactos «off-shore» nos
dedicamos a las reparaciones; ése no puede ser el funcionamiento, pero
ése ha sido en parte el funcionamiento de Astano. Por el contrario, se
trataría de mantener algún tipo de actividad de reparación pero,
obviamente, con una especialización que de ninguna manera puede ser ésa
y, al mismo tiempo, sin tener personal específico dedicado a la actividad
de reparaciones como tal, que difícilmente podría ser en la estructura de
Astano una actividad rentable a medio plazo.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez). Gracias, señor Ministro.

Si he entendido bien, de una de las intervenciones del señor Fernández de
Mesa se deducía que la pregunta que figura con el número 11 ha sido
suficientemente contestada. Siendo eso así, resta únicamente, señor
Ministro, expresarle el agradecimiento por su contribución al debate de
la sesión de esta Comisión en el día de hoy.

Señorías, se levanta la sesión.




Eran las siete de la tarde.