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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 550, de 05/09/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 550
AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA
PRESIDENTE: DON JOSEP PAU I PERNAU
Sesión núm. 35
celebrada el martes, 5 de septiembre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
(Atienza Serna), para informar sobre el estado de las negociaciones entre
la Unión Europea y Marruecos en materia de pesca. A solicitud del
Gobierno y de los Grupos Parlamentarios Popular y Federal de IU-IC.

(Números de expedientes 214/000121, 213/000667 y 213/000666,
respectivamente.)



Se abre la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías.

Se inicia la sesión.

Como todas SS. SS. conocen, el único punto de hoy es la comparecencia del
excelentísimo señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, a
petición del Gobierno y de los Grupos Parlamentarios Popular y Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, para informar sobre el estado
de las negociaciones entre la Unión Europea y Marruecos en materia de
pesca.

Agradeciéndole su comparecencia en la tarde de hoy, sin más, tiene la
palabra el señor Ministro.




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El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señor Presidente, señorías, antes de abordar el análisis de la situación
de la negociación del acuerdo pesquero con Marruecos, y particularmente
de la sexta ronda recientemente concluida, creo que será de utilidad
hacer un breve recordatorio de su historia inmediata y de la génesis del
proceso y el contexto del desarrollo que ha abocado a la configuración de
la situación actual.

Siguiendo un criterio cronológico, los orígenes de la negociación se
remontan, como SS. SS. recordarán, al propio contenido del acuerdo
expirado el 30 de abril de 1995. En efecto, el acuerdo de 1992 establecía
una cláusula de revisión a medio plazo, explicitada en el punto 2 de su
artículo 15. De conformidad con dicho compromiso contractual, ambas
partes iniciaron en julio de 1994 el citado proceso de revisión. Durante
el mismo la delegación marroquí manifestó unas pretensiones
reduccionistas de tales dimensiones que, en realidad, más que una
revisión de acuerdo constituían una auténtica renegociación del mismo,
materializadas en una reducción del 50 por ciento en las modalidades de
arrastre norte y cefalópodo. Además planteó en su momento, en el verano
de 1994, otras exigencias que desnaturalizaban el acuerdo, codificándolo
sustancialmente en detrimento de los intereses de la flota comunitaria:
desaparición de modalidades de pesca tales como el cerco norte, la
merluza negra y el arrastre demersal, modificación de la zona de pesca de
la palangreros y desplazamiento de la flota sardinal hacia el sur del
banco canario-sahariano, hacia la zona fronteriza con Mauritania.

La Unión Europea, haciéndose eco de la posición española, se negó
rotundamente a aceptar las exigencias marroquíes, negativa que condujo a
un bloqueo del proceso de revisión, resuelto, como SS. SS. conocen, el 13
de octubre del pasado año, cuando ambas partes convinieron en suspender
la aplicación del último año del acuerdo e iniciar las negociaciones para
la firma de un nuevo acuerdo de tres años de duración. Por otro lado, la
respuesta de la Unión Europea a las exigencias marroquíes no estaba
determinada exclusivamente por su contenido maximalista, sino que suscitó
un elemento fundamental de índole jurídica: la carencia de un mandato de
la Comisión para concertar variaciones de acuerdo que, de facto,
constituían una auténtica negociación de sus términos y condiciones.

A la luz de lo anterior, el Consejo de Ministros de la Unión Europea
aprobó el 23 de noviembre la preceptiva directiva de negociación basada,
entre otros elementos, sobre el principio de ajustes, distribuidos a lo
largo de la duración del acuerdo, de los rivales de pesca para ciertas
modalidades, aspecto que resulta fundamental para un correcto encuadre de
las posteriores negociaciones. Desde el primer momento la delegación
marroquí no sólo se mantuvo inflexible en la posición preanunciada
durante el citado proceso de revisión, sino que lo aderezó con nuevas
exigencias, tales como el incremento incluso de sus aspiraciones
reduccionistas, la supresión del Mediterráneo como zona de pesca, el
desembarque obligatorio de capturas en puertos marroquíes para
determinadas modalidades, el incremento lineal de los cánones, el aumento
del número de marineros marroquíes embarcados en la flota comunitaria,
etcétera. Por otro lado, la delegación marroquí se negó en todo momento a
la propuesta comunitaria de negociar los elementos sobre los que sin
grandes dificultades hubiera podido llegarse a un consenso, insistiendo
como cuestión de principio en cerrar previamente dos temas clave: el
nivel de posibilidades de capturas ofrecidos a la flota comunitaria y el
desembarque de capturas en sus puertos. Como base de su posición esgrimió
argumentos ya conocidos y reiterados hasta la saciedad: el deterioro de
los stocks y la ineludible necesidad de regenerarlos para mantener una
pesquería rentable a medio y largo plazo, la crisis de su sector
pesquero, la congelación de inversiones en el mismo, la inactividad de
buques marroquíes, etcétera. Asimismo subrayó enfáticamente que la oferta
hecha a la Comunidad no está constituida por excedentes que no pudiera
capturar su propia flota puesto que tales excedentes no existen, por lo
que no dudó en calificar dicha oferta de benevolente y generosa,
subrayando el sacrificio que para Marruecos comporta, la actividad
cuantitativa de su contenido y la consideración de los intereses de la
flota comunitaria al escalonar las reducciones en el tiempo.

En cuanto a los principios conservacionistas manifestados por la
delegación alauita, la Unión Europea siempre ha mantenido que sea el
Comité científico conjunto, previsto en el acuerdo de 1992, la instancia
que analice y evalúe la situación de los recursos pesqueros, ya que la
documentación aportada no justifica su propuesta de reducción de
posibilidades pesqueras. Además, la Unión Europea ha manifestado la
necesidad de reformar la cooperación administrativa, particularmente en
el ámbito del control, para propiciar la preservación o regeneración en
su caso de los recursos. Quiero recordar que, en la revisión que se
realizó en 1994, la parte comunitaria llegó a proponer su disposición a
aceptar un arbitraje científico por parte de este Comité científico de
las posibilidades que los stocks, que los recursos biológicos permitían
para el ejercicio de la pesca en las diferentes pesquerías. La delegación
comunitaria se negó firmemente a aceptar en los términos porcentuales
expresados por Marruecos las drásticas reducciones exigidas --65 por
ciento en cefalopoderos, 50 por ciento en arrastre norte y 30 por ciento
en palangre--, amén de la supresión de las modalidades de cerco norte,
merluza negra y arrastre demersal al sur, proponiendo a su vez, en un
gesto de voluntad negociadora, unos índices de reducción más acordes con
los intereses de la flota comunitaria. Al propio tiempo y con igual
firmeza insistió en canalizar las negociaciones por la vía de abordar los
elementos más susceptibles de consenso: condiciones técnicas, medidas de
control, etcétera.

Debido a lo alejado de las posiciones y al concluir el 2 de junio la
quinta ronda, ambas partes optaron por abrir un período de reflexión
durante el que mantuvieron intensos contactos instituciones antes de
reanudar las conversaciones en una nueva ronda, la sexta, iniciada el
pasado 11 de agosto y dividida en dos partes: la primera hasta el día 19
y la segunda concluida el 28, con un paréntesis de reflexión y consultas
internas. En la citada fecha de 28 de agosto la delegación comunitaria,
con el apoyo de los Estados



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miembros representados en las negociaciones, decidió suspender las sine
die, decisión que estuvo motivada por las siguientes consideraciones:
constatación de la falta de voluntad negociadora marroquí en estos
momentos, resultando evidente su pretensión de obligar a la Comunidad a
aceptar unos porcentajes de reducción sin ofrecer ninguna garantía de
modificación de su oferta inicial; la aceptación del esquema marroquí
habría implicado una precariedad obvia, maxime considerando que las
posibilidades de pesca no representan sino un elemento del acuerdo,
existiendo otros ya aludidos, como la pesca en el Mediterráneo, descargas
obligatorias, etcétera, de una importancia tal que podrían hacer inviable
y vaciar de contenido el futuro acuerdo; el rechazo de Marruecos a
aceptar el procedimiento negociador propuesto por la Comunidad,
consistente en ir consensuando temas en orden de menor a mayor
dificultad, al objeto tanto de soslayar la precariedad mencionada como de
impulsar un clima de confianza negociadora; y por último, el evidente
estancamiento de las negociaciones, resultante de la confrontación
dialéctica entre metodologías de negociación.

La concatenación de estas razones situó a la Comunidad ante la precisión
de optar por una de las dos alternativas: aceptar la posición marroquí,
lo que hubiera significado una claudicación, o interrumpir las
negociaciones en tanto que Marruecos no modificara sustancialmente su
posición. Como se ha dicho y SS. SS. saben, la Comisión propuso la
segunda alternativa que, reitero, contó con el respaldo unánime de los
Estados miembros presentes, España, Portugal y Francia, y de la
presidencia española. Por lo que a España se refiere apoyó sin reservas a
la Comisión, dado que la posición maximalista e inmóvil marroquí
imposibilitaba a todas luces una negociación de concesiones progresivas.

De otro modo se hubiera entrado en una dinámica de aproximación
unilateral, con la aceptación prácticamente en su totalidad de la
reducciones marroquíes sin la contrapartida de ningún tipo de garantía de
concluir un acuerdo operativo. La posición de firmeza de la Comunidad es,
pues, la única viable en el momento actual y la que puede encontrar
comprensión en el sector español en las actuales circunstancias. Por su
parte la Comisión ha ratificado públicamente su posición de firmeza,
señalando la falta de voluntad negociadora marroquí, que ha rechazado las
fehacientes muestras de flexibilidad comunitaria como el motivo de la
ruptura de las negociaciones.

En cuanto al futuro, señorías, es importante subrayar la firmeza de la
posición comunitaria y la voluntad de enfocar la negociación del acuerdo
pesquero en el contexto del conjunto de relaciones entre la Unión Europea
y el Reino de Marruecos. En este sentido, si bien es cierto que la
Comunidad es demandante en posibilidades pesqueras en aguas de Marruecos,
no lo es menos que en su propuesta de acuerdo de asociación se incluyen
múltiples ofertas de cooperación económica, comercial, financiera y
técnica, destinadas a contribuir al desarrollo económico de Marruecos y a
estrechar los lazos entre este país y la Unión Europea. En las actuales
circunstancias, por una parte la firmeza de la posición comunitaria y,
por otra, la conveniencia de mantener la calma en los puertos afectados
pueden permitir proseguir la negociación, en su día, en el necesario
ambiente de serenidad. En este contexto, señorías, es preciso destacar
que por parte de la Unión Europea la Comisaria de Pesca se ha
comprometido a poner en marcha las medidas precisas de apoyo al sector
--instrumento financiero de ordenación pesquera, iniciativas
comunitarias, medidas «ad hoc»-- y que por parte del Gobierno español,
como ya es conocido, estamos a la expectativa de que la Unión Europea
concrete su posición y su compromiso financiero para reforzar las ayudas
a la flota, tanto a corto como a medio plazo.

No quisiera concluir, señorías, sin enfatizar dos puntos clave para el
futuro de la negociación: el mantenimiento de la solidaridad comunitaria,
para lo que debe evitarse cualquier tipo de acto que pudiera contribuir a
su enajenación, y el mantenimiento de la cohesión interna, a nivel
español, cuyo resquebramiento no haría sino debilitar una fuerza y una
firmeza que se nos muestran como imprescindibles.

Señorías, confío en que mi intervención haya clarificado una cuestión tan
importante para intereses españoles como es la negociación del acuerdo de
pesca entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos, y manifiesto mi
disponibilidad a realizar los comentarios adicionales y a proporcionar la
información que consideren oportuna.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Conjuntamente con la petición del Gobierno han solicitado la
comparecencia del señor Ministro los grupos parlamentarios Popular e
Izquierda Unida. El señor Fernández de Mesa tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señor Presidente, señorías,
realmente ha dado muy poco de sí la información del Ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación, con el gravísimo problema que en estos
momentos está viviendo la flota de bajura española que faenaba en las
aguas marroquíes. Prácticamente, con la lectura diaria de los periódicos,
el señor Ministro se hubiera podido evitar la comparecencia hoy ante esta
Cámara.

Quiero decirle, señor Ministro, que quizá debiéramos haber pedido la
comparecencia de la Comisaria de Pesca, la señora Bonino, para que nos
explicara qué es lo que está haciendo la Unión Europea por el sector
pesquero español, porque usted no ha mencionado en absoluto ningún tipo
de responsabilidad del Gobierno de España. Es decir, el Gobierno español
se lava las manos y es un mero intermediario entre aquellos que hoy en
día están parados, entre aquelos que tienen sus barcos amarrados, entre
aquellos que pagan sus impuestos en España, entre aquellos que esperan
verse defendidos por el Gobierno español y la Comunidad Europea. Es
decir, el Gobierno español está aquí de músico de Mondoñedo --y
permítaseme la expresión--, simplemente para tratar de hacer de
intermediario entre la Unión Europea y el sector afectado en España.

Permítame decirle, señor Ministro, que eso es poco serio, poco riguroso y
que desde luego el sector y las fuerzas sociales y políticas esperábamos
de esta comparecencia --yo por lo menos--



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algo diferente a lo que el señor Ministro ha venido a explicar esta
tarde.

El señor Ministro parte de una premisa que no es cierta en su totalidad.

Usted dice, haciendo un poco de historia, que el convenio de Marruecos,
en su artículo 15 apartado 2, preveía que se pudiera suspender el
convenio o se pudiera revisar en su totalidad. Eso no es así, señor
Ministro. Eso es consolarse con el menor de los males. Lo que dice el
segundo punto del artículo 15 es que las partes contratantes acuerdan
reunirse, mediado el plazo de duración del presente acuerdo, con el fin
de estudiar el estado de la puesta en marcha de éste, así como de las
posibilidades de pesca ofrecidas por Marruecos a la Comunidad, con vistas
a llevar a cabo, en su caso, los ajustes o cambios en elementos
necesarios para su ulterior aplicación, en consideración especialmente al
estado de los recursos. Si esto, señor Ministro, significa que Marruecos
tendría en su mano la posibilidad de suspender unilateralmente un acuerdo
o, lo que es más grave, sabiendo los graves perjuicios que iba a tener
para la flota española que la Unión Europea acepte, sin saber cuál es la
posición del Gobierno español, la suspensión de ese acuerdo, es lo que en
algún momento nos gustaría que el señor Ministro de Agricultura explicase
ante esta Cámara.

Mire usted, desde mayo del año pasado --mayo de 1994, como usted acaba de
recordar--, en que se propone y se prevé la revisión de ese convenio que
debería de haber durado cuatro años, y entre septiembre y octubre en que
se produce la suspensión material del acuerdo, a nosotros nos gustaría
saber, señor Ministro, qué ha hecho España para forzar la ronda
negociadora, qué ha hecho el Gobierno español para forzar esas
negociaciones que han empezado en el mes de abril, por lo que sólo hemos
tenido cuatro o cinco meses de rondas negociadoras, en lugar de haberlas
empezado el año pasado. A mí me gustaría saber, además de lo que ustedes
dicen de que la posición de intransigencia marroquí impedía la
realización de ningún tipo de negociación, qué ha ofrecido el Gobierno
español a Marruecos para entrar en una negociación. ¿Ha sido incapaz el
Gobierno español de conseguir que Marruecos se aviniera a algún tipo de
negociación? Que no es competencia de España yo lo dudo. Que además de
las relaciones bilaterales que puedan existir entre la Unión Europea y
Marruecos no puede haber otro tipo de relación entre España y el Reino de
Marruecos es falso. Ahí tenemos, como usted puede recordar, la reciente
visita que realizó el Ministro de Interior del Reino Marroquí a España
para solicitar, cuando menos, garantías en el tránsito del Paso del
Estrecho, lo que realmente se garantizó y fue fue ejemplar y modélico.

El Presidente del Gobierno (puesto que en estos momentos estamos hablando
de quien ostenta la presidencia de la Unión Europea), que tiene unos
viajes por la Europa del Este seguramente muy interesantes,
lamentablemente no ha previsto ni una sola visita al Reino de Marruecos,
que es donde probablemente habría que estar en estos momentos. A mí me
gustaría saber si el Ministro de Asuntos Exteriores español o el ministro
de Agricultura, Pesca y Alimentación tuvieron alguna reunión con sus
homólogos en el Reino de Marruecos para tratar de conseguir que se
desbloqueara esta postura de intransigencia marroquí. Por lo menos nos
gustaría conocerlo de usted, señor Ministro, y saber si efectivamente se
ha realizado algún tipo de gestión, porque no olvidemos que la Unión
Europea ha realizado ya un importante pago de la paralización de la
flota, curiosamente española. Llevamos prácticamente un año con la espada
de Damocles encima para la suspensión de este convenio y seis meses con
nuestra flota amarrada a puerto, y quienes están pagando en estos
momentos las consecuencias son los marineros, los armadores, el sector no
extractivo, del que no estamos hablando absolutamente para nada y que
engloba cerca de 40.000 españoles dependientes de este convenio, y es el
Gobierno español el que está pagando en estos momentos --después
hablaremos del IFOP-- esa parada de la flota española. De manera que
nosotros entendemos que no todo tiene por qué estar en manos de la Unión
Europea y que no todo tiene por qué estar, señor Ministro, en manos de
los técnicos españoles y de los técnicos marroquíes. Quizá habría que
haber elevado la categoría de la mesa de negociación y el nivel técnico
haber pasado a nivel político; quizá debería haberse estado a nivel
ministerial, del Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, del
Ministro de Asuntos Exteriores o incluso, ¡por qué no!, del Presidente
del Gobierno de España, puesto que nos estamos jugando mucho en estos
momentos.

Señor Ministro, nosotros vemos que poco a poco va subiendo la tensión en
España y el Gobierno o está callado o utiliza expresiones como las que
usted mismo acaba de usar aquí esta tarde. Está llamando permanentemente
al orden a un sector que está atravesando una crisis gravísima; está
usted recriminando a un sector permanentemente porque está realizando
acciones de violencia que nadie puede compartir, pero nos gustaría saber,
señor Ministro, cuándo --y no emulando precisamente al Ministro Tobin--
el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha elevado su voz para
decir en España y en los foros internacionales que lo que está pidiendo
Marruecos es inaceptable; y no simplemente quedarse en eso, sino
explicarlo punto a punto.

Miren ustedes, que pidan el doble del canon de utilización de caladero
por cánones a nuestros armadores es inaceptable; que pidan la elevación
al 35 por ciento de los marineros embarcados en nuestros barcos es
inaceptable, cuando ya tenemos embarcados entre uno y cinco tripulantes;
que soliciten una serie de medidas de desembarque de nuestra pesca en sus
puertos es inaceptable. Esto hay que repetirlo como una matraca y estar
permanentemente diciendo que es inaceptable lo que pide Marruecos en
estos momentos, y que lo pide la Unión Europea, pero que a quien está
afectando directamente es a España. Y una vez que usted se haya hecho con
el sector y lo secunde, señor Ministro, usted podrá decir: sector
español, extractivo pesquero y marineros, el Gobierno va a defender sus
intereses por encima de todo. Esto no lo ha dicho ni un solo miembro del
Gobierno en una sola ocasión: estamos totalmente solidarizados con el
sector pesquero español. Yo no se lo he oído a usted, no se lo he oído al
Ministro de Asuntos Exteriores, no se lo he oído al Presidente del
Gobierno. Si ustedes hubieran dicho algo de eso, posiblemente tendrían



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fuerza moral para decir ahora: Señores del sector, no vayan ustedes a
tomarse la justicia por su mano y con las acciones que vayan a realizar
puedan perjudicar cualquier tipo de negociación. No sirve decir eso sin
haberles dicho antes que el Gobierno se solidariza con ellos y está por
encima de todos en la defensa de los intereses pesqueros españoles. Nos
hubiera gustado oír eso, y estoy convencido de que al sector pesquero
español también le hubiera gustado oírselo.

Vamos a hablar de las ayudas. Efectivamente, España está pagando en este
momento a los armadores el 75 por ciento con cargo al IFOP. Lo ha dicho
el propio Gobierno. Pero el IFOP no está para lo que estamos pagando.

Sabe usted perfectamente que IFOP está determinando --y leo
textualmente-- para el plan de renovación de flota, para la modernización
de las industrias de transformación, para la acuicultura y para el
equipamiento de puertos. ¿Me quiere usted decir dónde encaja ese 75 por
ciento que viene a España estuviera o no la flota paralizada y por qué de
esos fondos estamos detrayendo algo que debería estar pagando la Unión
Europea, puesto que se está ahorrando los cánones de utilización de los
caladeros de la flota española que no faena allí? ¿Qué gestión ha
realizado el Gobierno español cuando en el Congreso de los Diputados se
ha aprobado por unanimidad de la Cámara, incluido el Grupo Parlamentario
Socialista, el que se realice alguna gestión ante la Unión Europea a fin
de que se haga una modificación presupuestaria para que España no sufra
en sus arcas esta paralización ajena a la negociación española y
marroquí, sino de la Unión Europea? Ahí es donde no se entiende, señor
Ministro, por qué en algunas ocasiones somos europeos y en otras
ocasiones somos única y exclusivamente españoles.

Habría que preguntarse también señor Ministro, hasta cuándo va a poder
soportar el Gobierno español esas ayudas que se están dando ahora, hasta
cuando va a poder soportar el Gobierno español el régimen de ayudas que
se están dando actualmente, porque ya se han oído voces del Ministerio de
Economía y Hacienda diciendo que será insostenible mucho más tiempo, y
esto es realmente preocupante. (La señora Romero López pronuncia palabras
que no se perciben.) Por lo tanto, señor Ministro, lejos de creer que el
Gobierno debe seguir pagando durante mucho tiempo estas ayudas, nosotros
consideramos, aunque a la señora del Presidente del Gobierno no le guste
ni le interese lo que yo estoy diciendo, nosotros entendemos que el
Gobierno español no tiene por qué estar soportando esta carga, sino que
quien debería de hacerlo serían los propios fondos de la Unión Europea.

(El señor Roncero Rodríguez: Diputado por Cádiz.) Así pues, señor
Ministro, señorías, señora Diputada por Cádiz, nosotros entendemos que el
Gobierno español tiene mucho más que decir en todo este proceso
negociador que lo que ha hecho hasta este momento.

Las paradas biológicas que durante los meses de septiembre y octubre
debería realizar la flota cefalopodera española estaban programadas para
los meses de mayo y de octubre, que es precisamente cuando tienen sentido
esas paradas biológicas y, sin embargo, por estar reglamentadas dentro de
las leyes marroquíes, se han juntado en los meses de septiembre y
octubre. ¿Ha explicado el Gobierno por qué es eso? El Gobierno sabe por
qué es eso sin ninguna duda. ¿Por qué no habla de lo que se nos está
haciendo desde el Reino de Marruecos? ¿Por qué no habla de los
apresamientos de barcos españoles en aguas jurisdiccionales españolas en
el Estrecho, según dicen las torres de tráfico, apresamientos por barcos
de la marina de guerra marroquí? ¿Por qué no contamos que a Marruecos no
le interesa que sus tripulaciones a bordo, coreanas en su mayoría y que
tienen que enviar a Corea cuando haya paradas biológicas, hagan dos
viajes al año, uno en mayo y otro en octubre, sino juntarlos y hacer un
solo viaje al año? ¿Por qué hablamos de todo lo que se nos está haciendo
desde el Reino alauita y lo ponemos en claro por lo menos ante el sector
para que sepa que conocemos cuáles son sus inquietudes, cuáles son sus
problemas y por dónde nos están atacando? ¿Por qué no hablamos con el
sector y le decimos que estamos preocupados por todos esos problemas que
conocemos fehacientemente, señor Ministro?
Me gustaría preguntar algo al Gobierno de la nación, al Ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación. ¿Ha sido un farol propio de un jugador
de mus el elevar al 25 por ciento la reducción de la flota de cefalópodos
o existe alguna base, algún estudio que España tenga y que haya
autorizado ese órdago a la grande de reducir el 25 por ciento una flota
que en estos momentos no sabemos si podría o no soportar esa reducción?
¿Y si llega a salir mal el farol, señor Ministro? ¿Quién asumiría esa
reestructuración de la flota? ¿La Comisaria europea o el Ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación y todos los españoles? ¿Quién lo
asumiría, señor Ministro? Porque evidentemente lo que está claro es que
este Gobierno sabe desde hace un año y medio, por lo que usted acaba de
contar como relato histórico, que estas negociaciones iban a terminar si
no como las tenemos hoy en día, sí con muchas cesiones al Reino de
Marruecos. Yo he oído declaraciones de miembros del Gobierno, de miembros
del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación diciendo que sin
ninguna duda habría que hacer una reestructuración de la flota española y
habría que buscar caladeros alternativos. A lo que no hay ningún derecho
es a que el Gobierno, sabiendo esto desde hace año y medio, no tenga ya
preparado un plan de reestructuración de flota y no haya buscado
caladeros alternativos. Ahora no podemos partir de cero. Hemos perdido un
año y medio para haber tenido ahora ya elaborado un plan de
reestructuración pesquera y una busqueda de caladeros alternativos.

Quizá, señor Ministro, usted pueda aclarar si efectivamente todo esto se
ha realizado ya o no.

También quiero que sepa que el Grupo Parlamentario Popular --y creo que
el Gobierno de España-- no puede aceptar la imposición de Marruecos de la
reestructuración unilateral de la flota española dentro del conjunto de
la Unión Europea. No ha de ser la presión de Marruecos la que nos obligue
a reducir más nuestra flota. Nosotros creemos que eso no debe ser así.

Una vez negociadas las posibilidades reales de pesca --y ahí es donde
habremos de jugar con el colchón de reducción o no de nuestras
posibilidades pesqueras, de nuestra presencia en el caladero marroquí



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y no apearnos de ese colchón que nos ofrecen las posibilidades reales de
pesca, señor Ministro--, una vez que se haya llegado a un acuerdo con el
Reino de Marruecos será cuando la Unión Europea, de común acuerdo y entre
todas sus flotas (la española, la francesa, la británica)
proporcionalmente reduzcan sus sectores productivos, sus sectores
pesqueros. De manera proporcional. España no va a poder realizar un
desarme unilateral de su flota porque Marruecos en estos momentos nos
esté forzando, porque habrá otros que se estén frotando las manos de ver
cómo España, por presiones de otro país, está reduciendo su flota de una
manera unilateral. Nosotros entendemos que esto no puede ser de esa
manera, señor Ministro, y por eso le rogamos que sobre este tema nos dé
alguna luz respecto a qué es lo que piensa el Gobierno español, porque no
hemos hablado nada de las posibilidades reales de pesca, de las licencias
que realmente hemos utilizado para pescar, de las que no hemos utilizado
y hasta dónde está dispuesto el Gobierno a jugar con ese colchón que nos
permite hablar en este momento de esas condiciones.

Habría que recordar también, señor Ministro, aunque sea de pasada, aquel
acuerdo del 1 de marzo de 1994, en el Pleno del Congreso de los Diputados
y a propuesta del Grupo Parlamentario Socialista, de que los dos meses de
parada biológica tendrían exenciones a la Seguridad Social; acuerdo del
año 1994, ratificado nuevamente en el año 1995 e incumplido todavía a
fecha 5 de septiembre de 1995. ¿Quién puede creerse en estos momentos los
ofrecimientos que el Gobierno pueda realizar en esta materia? Y hay que
acordarse, señor Ministro (algo de lo que no hablamos nunca), del sector
no extractivo: de los exportadores, de los transportistas, de los
fabricantes de hielo, de los subastadores, de los vendedores, de los
envasadores, de ese colectivo que suma cerca de 40.000 trabajadores en
España que hoy en día se están viendo con el agua al cuello, y nunca
mejor dicho, por la paralización del sector pesquero español.

Por tanto, nosotros creemos que no es que sean insuficientes las ayudas
que está realizando el Gobierno español, sino que lo realmente
insuficiente es la presión que está realizando España y es insuficiente
la defensa que está realizando el Gobierno español de los intereses de
España --les gustará oírlo o no-- en materia pesquera en el seno de la
Unión Europea. Nosotros entendemos, señor Ministro --y termino--, que
para hacer una reestructuración de la flota española no es el momento de
hablar simple y llanamente del desguace de barcos. Nosotros entendemos
que hay que mantener las unidades operativas de pesca, y España ahí no
puede ceder ni un ápice. Habrá que reubicar a nuestra flota.

Probablemente el señor Ministro pueda hablarnos de qué se ha hecho con
Mauritania, independientemente de que de una manera sorpresiva y como
efecto dominó desde que estamos con el problema de NAFO, ahora con el de
Marruecos y ayer o hace dos días Mauritania se nos sube a las barbas y
nos dice que durante el mes de octubre parada biológica obligatoria para
la flota española; cuando no está en ningún tipo de convenio, Mauritania
se nos ha subido a las barbas y 94 barcos de Cádiz van a estar amarrados
durante todo el mes de octubre. Simplemente habrá que explicar por qué se
produce este deterioro en cascada del sector pesquero español.

Probablemente habrá que explicar también, señor Ministro, si con
Mauritania y otros caladeros africanos, Sudamérica, Libia, Malta, Senegal
o las Guineas se ha realizado alguna gestión para que nuestras flotas se
puedan reubicar en esas zonas. Estoy seguro, señor Ministro, de que
España tiene que reestructurarse. Habrá que preguntar cómo se va a
reestructurar el resto de los países. Lo que tenemos muy claro --y vuelvo
a repetir lo que decía en el Pleno del Congreso de los Diputados hace
unos meses-- es que España ha salido con mentalidad de perdedor en estas
negociaciones. Hemos salido acoquinados, hemos salido con miedo y al
final hemos pensado que es preferible una derrota por poco que perder por
goleada. Con esos ánimos no se puede salir a ningún tipo de negociación.

Por tanto, señor Ministro, nosotros entendemos que este Gobierno ha dado
sobradas muestras de que no está capacitado en estos momentos para
resolver los problemas pesqueros que tiene planteados España. En ese
sentido le recuerdo, señor Ministro, que gustosamente seguro que
cualquier otro miembro del Partido Socialista Obrero Español podría tener
mayor garra y mayor fuerza para enfrentarse en estos momentos a los
graves problemas que tiene planteada la pesca española. (Varios señores
Diputados del Grupo Popular: Muy bien.--Aplausos.--El señor
Hernández-Sito García-Blanco: Si no os gusta, vosotros no
aplaudáis.--Risas.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.

Por el Grupo de Izquierda Unida tiene la palabra el señor Andreu.




El señor ANDREU ANDREU: Señor Presidente, señor Ministro, señoras y
señores Diputados, en primer lugar quiero agradecer al señor Ministro su
intervención, aunque breve, así como que a petición propia, no solamente
por la solicitud de los grupos parlamentarios, haya comparecido ante esta
Comisión de Agricultura y Pesca.

Nosotros creemos que su breve intervención puede estar en consonancia con
la poca relevancia política del papel que un ministro de Agricultura en
un tema de esta naturaleza puede haber tenido. Aunque fuese eficaz o
dejara de serlo, nosotros consideramos que la cuestión de la pesca, hoy
por hoy, no es un problema en sí, sino que es un síntoma de una política
global de Marruecos hacia España y hacia la Unión Europea, cuya víctima
principal es España. Nosotros consideramos que Marruecos tiene una
estrategia perfectamente delimitada de su relación con la Unión Europea
para con España y que el problema pesquero no es más que una pieza de esa
política global y de esa estrategia también global que tiene Marruecos
para con la Unión Europea y para con España. Yo creo que no es baladí en
este momento se encuentre pendiente la firma del acuerdo de cooperación,
y tampoco es ocioso recordar la no asistencia de Marruecos a la primera
reunión convocada por el ahora Presidente de la Unión Europea, señor
González, para hablar sobre los problemas del Mediterráneo y la amenaza
perenne de Marruecos de boicotear cualquier



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posible acuerdo de esta naturaleza. Por tanto, nosotros consideramos que
el problema de la pesca no es más que un síntoma del conjunto de las
relaciones, un síntoma que puede decirnos cómo pueden caer en cascada
otros problemas también agrícolas de la relación de Marruecos para con
España. Pensamos que este problema merecía que el Presidente del
Gobierno, señor González, hubiera planteado en cualquier momento una
posición global del Gobierno español y manifestara el juicio que merecía
a dicho Gobierno la actitud de Marruecos, diciendo lo que políticamente
estaba dispuesto a defender en el seno de la Unión Europea cara el futuro
de las relaciones con Marruecos. Esto es lo que nosotros hemos echado en
falta. Sin embargo, Marruecos ha manifestado claramente por boca de su
primer ministro, señor Filali, cuál es su posición; el señor Filali
incluso en medios de comunicación españoles ha manifestado cuál es la
posición marroquí. En ningún momento hemos oído un posicionamiento por
parte del señor González, en ningún momento hemos oído un juicio de valor
sobre cómo deben ser las relaciones de Europa para con Marruecos en el
futuro y lo son en el presente, y consideramos que eso es un elemento
esencial en el conjunto de este problema.

Nosotros no partimos de una vocación imperial. ¡Librémonos de eso!
Pensamos que Marruecos tiene derecho a solicitar lo que considere
oportuno; lo tiene. Esas aguas son suyas. Ahora bien, Marruecos también
debe entender que aspira a un tratado de cooperación con la Unión
Europea, que aspira a ser socio preferencial con la Unión Europea. Y
alguien que aspira a eso no puede jugar de una forma tan artera, tan
desleal para con la Unión Europea; no puede sentarse en la mesa de
negociaciones semanas y semanas mareando la perdiz sin buscar una
auténtica solución al problema, porque eso le deslegitima como un socio
leal y le deslegitima para poder llegar a acuerdos reales con ellos. Por
tanto, nosotros no partimos de una vocación en el sentido de avasallar a
Marruecos, ni pensamos que haya que ir a destrozarlo, ni que haya que ser
más machos que nadie en la mesa de negociación, ni muchísimo menos.

Creemos que la lealtad mínima entre socios que pretenden serlo exige una
posición más seria por parte del interloculor marroquí o alauita, como
queramos llamarlo, porque sobre el concepto que le damos tendríamos que
afinar mucho. Nosotros hemos echado en falta esta actitud de buena fe y
buena voluntad por parte de Marruecos. Por lo tanto, este juicio nos hace
pensar que la posición de la Unión Europea, que ha sido tajante en el
último momento, debería haberse manifestado con igual contundencia
muchísimo antes. Probablemente si España hubiera tenido una posición
política más seria, más firme, más clara, dicha posición también se
hubiera manifestado con anterioridad por parte de la Unión Europea.

Muchas veces hemos podido comprobar en esta Comisión de Agricultura y
Pesca hasta qué punto el Gobierno vivía el espejismo o quería hacernos
ver el espejismo de que pesaba mucho en el conjunto de la Unión Europea,
sobre todo en política pesquera. Aquí, no hace mucho tiempo, hemos oído
muchas veces decir al Secretario de Pesca que en materia de pesca europea
se movía al son que marcaba España. Pero ya con el problema del fletán
pudimos comprobar hasta qué punto aquello no dejaba de ser una broma
absurda. Hoy también, hasta que al final la señora Bonino no ha puesto
las cartas encima de la mesa, hemos podido comprobar cómo España, en
relación con los temas pesqueros, ha estado aislada reiteradamente en el
seno de la Unión Europea e incluso era vista por el resto de los países
de la Unión Europea como un socio incómodo. Todo esto indica hasta qué
punto el Gobierno no ha sido eficiente durante muchísimo tiempo y esa
política de falta de eficacia, de no haber sabido hacer comprender al
resto de los socios de la Unión Europea cuál era nuestra auténtica
posición, aclarando que nosotros no éramos los malos de la película, ni
muchísimo menos, es lo que hace que probablemente la Unión Europea haya
tardado muchísimo en tener una posición de firmeza ante un pretendido
socio como Marruecos. Creo que esto también hay que ponerlo en el «debe»
de la actuación del Gobierno español durante muchísimo tiempo.

Respecto a la falta de política global española, creo que también es
oportuno recordar que parece como si España no tuviera una política
demasiado sólida con el norte de Africa. Decía el anterior portavoz que
ha intervenido que el señor Solana debería ir a Marruecos. Muy bien, y
también debería ir a Tinduf. Marruecos está gestionando aguas que
legalmente no son suyas todavía. El hecho de que Marruecos esté
negociando con la Unión Europea sobre las aguas del Sáhara Occidental,
que todavía no son suyas, pretendiendo ser el soberano por los siglos de
los siglos, es algo que no le reconocen ni siquiera las Naciones Unidas,
ya que está pendiente del referéndum. Por tanto, me parece muy bien que
el señor Solana vaya a Rabat, que vaya a Argel, a Tinduf, a todo el Norte
de Africa, y que se entienda también en Europa que el Norte de Africa la
soberanía todavía no está delimitada claramente. Esto, que se debería
haber hecho, hubiera o no acuerdo de pesca, ahora que el acuerdo está en
el alero, creo que sería más oportuno ahora llevarlo a cabo. Parece como
si en este aspecto el Gobierno español se olvidara de los compromisos que
ha tenido en el Norte de Africa, máxime cuando dichos compromisos
revierten ahora en el propio entendimiento de la situación global del
problema. Esto también lo echamos en falta dentro de la esta política
global.

Dentro de la posición equilibrada que pretendemos tener sobre este
asunto, creemos que ha sido bueno en esta crisis que, por fin, se haya
contado con la parte social al abordar el problema con Marruecos. Esto ha
tenido sus frutos. El hecho de que los sindicatos hayan estado en
Bruselas, el que a través de las cofradías de pescadores,
fundamentalmente del sur, hayan tenido participación en este problema,
creo que ha tenido sus frutos y supone que la respuesta que se está dando
en los puertos sea justa y adecuada, sin ningún tipo de excesos, pero
perfectamente en consonancia con lo que creemos que es la agresión que se
está cometiendo por parte de Marruecos. No se están bloqueando puertos ni
muchos menos, pero se está teniendo una posición en correspondencia con
lo que ocurre con Marruecos. Hay que decir aquí, por cierto, que no
solamente se están poniendo trabas a las mercancías que entran



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en los puertos españoles, sino que en Marruecos se está dificultando
administrativamente a muchísimos camiones que están esperando hasta
catorce y quince días para poder pasar a España. Por tanto, es recíproca
esta posición de bloqueo del tránsito comercial entre Marruecos y España,
no solamente en los puertos andaluces sino también en los marroquíes, y
en este caso la Administración está poniendo trabas a este tráfico
portuario.

Lo que nosotros fundamentalmente preguntamos ahora es cuáles son los
pasos que se deben seguir para que el problema se solucione de una forma
satisfactoria. Para nosotros hay un hecho fundamental. No se puede perder
más empleo. La situación del empleo en el sector de pesca es gravísima.

Si en el año 1974 la peca daba empleo a 120.000 trabajadores, hoy
solamente hay 80.000, y además en zonas en las que difícilmente esos
puertos pueden trasladarse a otras actividades distintas de la pesca.

Para nosotros éste es un hecho fundamental. Se debe entender que esas
pérdidas de empleo en última instancia van en perjuicio de los caladeros
españoles, impidiendo de alguna forma su regeneración. Tampoco conviene
que nos pongamos una venda en los ojos. Muchas de esas pérdidas de empleo
se convierten luego en trabajos que se realizan en la pesca de bajura de
forma más o menos ilegal, donde la gente lucha como puede por sacar un
jornal, y a cambio de eso se actúa de forma irregular y se esquilman
mucho los caladeros que tenemos. Esas pérdidas de empleo, además de que
socialmente suponen un gravísimo perjuicio para las zonas, representan la
imposibilidad de que los caladeros nacionales tiren adelante de nuevo,
porque esos pescadores --repito-- no estarán legalmente en ningún sitio,
pero siguen realizando algún tipo de actividad. Esto me parece importante
cara a la negociación que se tenga que hacer. No se puede perder más
empleo.

En segundo lugar, nos parece importante que se mantenga la cohesión cara
a la negociación con Marruecos y que se dé la imagen perfectamente nítida
de que el conjunto del sector está dispuesto a aguantar el pulso con
Marruecos, lo que significa que se deben mantener e incrementar las
ayudas. Cuando me refiero a incrementar las ayudas no quiero decir que se
tengan que aumentar para todos los sectores, porque hay algunos que están
más perjudicados que otros. Desde luego, el sector social está más
perjudicado que otros. Los trabajadores están más perjudicados que otros
sectores, lo que no significa que haya que seguir manteniendo las ayudas
al conjunto del sector. Se están recibiendo las ayudas del IFOP,
fundamentalmente para los armadores, y no se reparten con la parte social
de una forma adecuada. Eso sé que no es responsabilidad del Gobierno,
sino de las comunidades autónomas. Aquí hay grupos políticos que
gobiernan en cada una de las comunidades autónomas, y no ha sido posible
hasta ahora negociar con ellas reparto del IFOP en donde la parte social
tenga más beneficios de los actuales. Esto ha sido en Galicia, en el País
Vasco y en Andalucía. Hace falta que la parte social en este problema,
que es la más perjudicada, mantenga la cohesión y tenga una respuesta
adecuada, con una modulación adecuada, a la agresión que se está
sofriendo por parte de Marruecos.

También nos parece extraordinariamente importante que el Gobierno
manifieste políticamente cómo cree que debe ser el futuro de las
relaciones de la Unión Europea con Marruecos, máxime ahora que el
Presidente del Gobierno es Presidente de la Unión Europea. El Presidente
del Gobierno no puede ser Presidente de la Unión Europea como si fuera el
Zeus del Olimpo para pasar a la mitología. Tendrá que pringarse, tendrá
que mojarse, tendrá que manifestar sus opiniones políticas sobre este
punto, porque para eso están los políticos y están los presidentes, tanto
de los gobiernos como de la Unión Europea. Nosotros creemos que es
importante en este proceso, que llega de forma muy fundamental hasta
octubre-noviembre, hasta la cumbre del Mediterráneo, en que se van a
repartir las ayudas a los diferentes países ribereños del Mediterráneo,
que el Jefe del Gobierno, y hoy también Presidente de la Unión Europea,
manifieste cómo considera que debe ser esas ayudas y a qué socios leales
y no leales se deben repartir. Esta actitud política nos parece esencial,
puesto que es a lo que está jugando Marruecos. Lo que no podemos seguir
permitiendo es que los pescadores españoles sean rehenes de Marruecos
cara a una negociación de este país con la Unión Europea. Nosotros nos
rebelamos ante esta actuación.

Me voy a permitir hacer un juicio, ya que no se hace nunca o nosotros lo
oímos muy poco. Como parlamentarios tenemos que decir las cosas, y lo
vamos a hacer. Muchas veces tenemos dudas de que Marruecos ni siquiera
negocie en favor de los intereses del pueblo marroquí. No nos parece que
sean casuales las vinculaciones que tanto Filali como el Rey Hassan
tienen con los armadores, con la industria pesquera, los numerosísimos
intereses que la élite del Gobierno marroquí tiene con los intereses
pesqueros. Tenemos serias dudas de que ellos negocien en beneficio de los
intereses del pueblo marroquí. Queremos manifestar que en muchas
ocasiones tenemos la sensación de que se negocia en función de intereses
personales de los miembros del Gobierno marroquí y ligados incluso al
propio entorno del Rey Hassan. Esto nos preocupa seriamente porque no se
están haciendo concesiones que redunden en beneficio de un pueblo, sino
que redundan en beneficio a una élite dominante.

Señor Ministro, le pedimos el mantenimiento de las ayudas, le pedimos que
se incrementen las ayudas al conjunto del sector, le pedimos una
actuación más relevante por parte de la Unión Europea y, sobre todo, le
pedimos al Gobierno --del cual usted es hoy representante-- que
manifieste sus opiniones políticas sobre cómo debe ser la relación con
Marruecos y con el conjunto del Norte de Africa. Diga usted en el Consejo
de Ministros al señor Solana que viaje a Tinduf, que viaje a Argel, y
dígale al señor González que manifieste de una vez quiénes son los socios
leales del conjunto del Norte de Africa y quiénes están actuando con una
deslealtad manifiesta.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Vidal.




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El señor VIDAL I SARDO: Señor Presidente, señorías, le agradezco, señor
Ministro, en nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), su comparecencia, oportuna e imprescindible, para debatir de nuevo
ahora el estado actual del conflicto originado por el fracaso de la sexta
y última ronda de negociaciones entre la Unión Europea y Marruecos, que
impide --sigue impidiendo-- a 700 barcos de la flota pesquera española y
a 9.000 pescadores, especialmente de Andalucía, Canarias, Levante y
Galicia, reemprender la pesca en los caladeros de soberanía marroquí y en
el caladero canario-sahariano, también controlado por la Monarquía
alauita.

Han transcurrido dos meses, señor Ministro, desde su anterior
comparecencia, en la que nos informó sobre este grave problema nacional,
y no sólo no se ha realizado ningún progreso, sino que se han visto
defraudadas todas las esperanzas de llegar a un acuerdo que permitiera
faenar a primeros de septiembre o en meses próximos. Por ello, no nos
sorprende que con esta situación, a cuatro meses del amarre forzoso de
esta flota especializada, que no puede faenar en otros caladeros, y sin
que se vislumbren soluciones en breve plazo, no nos sorprende --digo--
que se haya agotado la paciencia del sector y que no sean atendidas las
llamadas de usted a la calma, ni siquiera ofreciendo continuar con las
imprescindibles compensaciones económicas de supervivencia.

Compensaciones, señor Ministro, que no podrá mantener indefinidamente y
tampoco podrá limitarlas, si se tiene que continuar con ellas, al sector
extractivo, sin ampliarlas a los 40.000 empleados dependientes de dicho
sector. Nos referimos al sector complementario con empresas
transformadoras, comercializadoras y auxiliares, cuyas fuertes
inversiones son semejantes a las de los armadores, que también sufren
ahora la misma paralización de nuestra flota, y a las que ya les
afectaron, además, las paradas biológicas, el cambio de las redes de
monofilamento, con lo que ya llevan bastante tiempo desabastecidas de su
única materia prima en la que basan su actividad. ¿Qué previsiones tiene,
señor Ministro, a este respecto?
Nuestro Grupo condenó las iniciales movilizaciones, pero ahora, sin
compartirlas, por ineficaces, comprendemos la lógica impaciencia del
sector, porque desde el Gobierno, a nuestro juicio, no se han hecho las
cosas bien ni con la suficiente diligencia y eficacia, lo cual nos ha
conducido a una situación a la que nunca se tendría que haber llegado.

Decíamos que los bloqueos de los puertos son ineficaces, señorías, porque
¿alguien puede creer que Marruecos ha dejado de pescar y de vender sus
productos en Europa y en la propia España, por el simple hecho de que se
hayan cerrado algunos puertos y que algún día se haya cerrado algún
aeropuerto a las importaciones de pescado? El incremento de precios por
disminución de la oferta es notorio, y compensa la sustitución del
transporte por carretera, en transporte aéreo o la descarga en puertos
franceses. Todo ello está conduciendo no sólo al agravamiento de la
conflictividad social, sino al enfrentamiento entre las diferentes
parcelas del propio sector. ¿Es consciente el señor Ministro de ello? ¿Es
consciente Europa de que las ayudas y privilegios concedidos a Marruecos
no llegan, tal como decía el compañero de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, al pueblo marroquí, sino al entorno dominante de la Monarquía,
copropietaria de empresas mixtas, pesqueras o no, en todo el país, y que
por ello es una falacia que ni siquiera a corto plazo el astuto Rey
Hassan es realmente un baluarte frente al integrismo islámico? ¿Es
consciente Europa de que la insolidaridad respecto a nuestro país no
sirve al objetivo de progreso del pueblo de Marruecos y a su estabilidad?
Nuestro Grupo sabe que nos hallamos frente a una negociación compleja,
con intereses muy contrapuestos entre todas las partes, entre la Unión
Europea y Marruecos e incluso a nivel interno europeo. Tal vez de aquí
viene parte de la paralización de esta negociación. Pero, señor Ministro,
debemos recordar que también por parte de España y de la Unión Europea
perdimos seis meses en iniciar las negociaciones desde que Marruecos
anunció y acordó con la Unión Europea la suspensión del último año del
acuerdo de pesca de 1992, por aplicación, tal como ha dicho usted, del
artículo 15. Esperaron a iniciarlas oficialmente a que se hubiera
consumado el amarre de toda la flota, y luego la negociación no ha sido,
a nuestro juicio, eficiente por parte de la Unión Europea ni apoyada, que
sepamos, por contactos bilaterales eficaces. El Gobierno no ha sabido
hacer comprender a la Unión Europea la trascendencia que tiene para
nuestro país y para el sector profesional extractivo transformador que
pueda seguir faenando en estos caladeros, especialmente en el caladero
canario-sahariano, en el que tenemos derechos históricos válidos no
anulados debido al incumplimiento de Marruecos de las resoluciones de la
ONU respecto al referéndum del Sáhara.

Le decimos todo esto, señor Ministro, sin que se pueda poner en duda ni
nuestro decidido europeísmo ni que signifique contradicción con el
convencimiento con el que nuestro Grupo defiende una política global de
solidaridad mediterránea y de desarrollo del Norte de Africa. En toda
negociación influyen multitud de factores, pero son inaceptables las
desorbitadas contrapartidas exigidas por Marruecos, que no se
corresponden con el esfuerzo de aproximación ofrecido por España y por la
Unión Europea, que de alguna forma debería ser también aceptado por
España, convencidos como estamos de que será imposible mantener el actual
nivel de capturas. Una reducción del 25 por ciento como promedio es,
efectivamente, un sacrificio muy costoso para nuestro país. Así lo vemos
en el contexto de una negociación puramente pesquera. Pero Marruecos va
mucho más allá y usa este contencioso como presión para obtener de Europa
más beneficios en un futuro acuerdo global de asociación que signifique
sustanciales mejoras respecto al actual tratado preferencial, que
seguramente irían también, en parte, y de nuevo, en detrimento y en
competencia con otros sectores de la economía productiva española,
especialmente la hortofrutícola.

Es en esta impunidad, en permitir que se mezclen presiones y que se
mezclen dos negociaciones a la vez, y como coacción añadida la del factor
tiempo, y sin réplica ninguna por parte europea, ni siquiera en un
emplazamiento temporal para finalizar el acuerdo ni condicionando la
continuidad de los privilegios y ayudas europeas de que goza actualmente
Marruecos en donde a nuestro



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juicio falla estrepitosamente la estrategia negociadora realizada hasta
ahora, no tanto en lo que ha dicho el señor Ministro --en la falta de
voluntad negociadora y de aproximación de Marruecos--, sino en que
Marruecos utiliza todas sus armas, y la Unión Europea solamente buena
voluntad.

Nuestro Grupo aplaudió, por las convicciones que he citado antes, el
acuerdo de la cumbre de Cannes de destinar al desarrollo mediterráneo del
sur europeo y norte de Africa una dotación de 745.000 millones de
pesetas. Ello es así porque también la entendíamos vinculada a la
negociación pesquera, que afecta esencialmente a nuestro país. Pero su
distribución definitiva, a nuestro juicio, debe exigir contrapartidas
razonables, si Marruecos desea de verdad verse beneficiadas por ellas.

Desearíamos --el señor Ministro tal vez tenga conocimiento de ello--
conocer el contenido del informe de la Comisaria señora Emma Bonino
anunciado para mañana su análisis de la situación, sus previsiones y sus
soluciones de futuro inmediato y especialmente si en su contenido se
refleja la firmeza que hasta ahora, a nuestro juicio, ha estado ausente
y, sobre todo, el apoyo que tendrá de todos los países de la Unión
Europea este informe de la Comisaria Bonino.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Vasco tiene la
palabra el señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Ministro de Agricultura, Pesca
y Alimentación, nuestro Grupo Parlamentario agradece que haya solicitado,
a petición propia, la comparecencia en la Cámara, en la medida en que
están en juego cuestiones políticas y económicas importantes en
diferentes zonas de la geografía española, pero llamaríamos la atención
sobre que usted se halla, al día de hoy, en una situación política en la
que no se encuentra su colega marroquí de Agricultura y Pesca, porque
usted pertenece a un régimen político democrático, y su colega no
pertenece a una sociedad de estas características, en la que quizá
debería dar cuenta, como usted lo está haciendo, a un Parlamento elegido
democráticamente. Por lo tanto, fijemos unos parámetros claros, nítidos y
un contexto político en el que se está produciendo la negociación, ya que
se trata de un país, dicho sea con todos los respetos, que obedece a otra
mentalidad cultural, a otra situación, en cuanto a sus avances sociales y
económicos, y no a una mentalidad occidental. Por lo tanto, cuesta
entender qué es lo que está ocurriendo. Es más difícil la posición
política de la Unión Europea y obviamente la posición del Gobierno
español, en la medida en que participa en una entidad de derecho
internacional como es la Unión Europea, en la que han de tomarse las
decisiones de forma conjunta, con la exigencia de un debate previo, y
ello sustentado siempre sobre la base del principio democrático de
respeto a la soberanía popular. En la medida en que eso no ocurra en la
otra contraparte es muchísimo más fácil la adopción de medidas de
presión, la adopción de contraoferta, la adopción de planteamientos que
desvirtúan la posición de la Unión Europea, en la medida en que la toma
de decisiones está absolutamente centralizada, y éstas no dependen de lo
que un Gobierno elegido democráticamente pueda hacer o de lo que un
Parlamento de las mismas características pueda instar a un Gobierno a
hacer, sino que dependen de una serie de responsables políticos que no
están imbuidos de las características que personalizan a los
representantes europeos y que le personalizan en este caso a usted como
representante de un Gobierno legítimamente elegido por el pueblo español.

Por tanto, nos encontramos ante un contexto político complicado.

Marruecos lleva una estrategia fraudulenta, porque la situación política,
su «status» económico, social, su régimen político, le permiten mantener
unas estrategias de negociación que no son permisibles ni se pueden
entender desde la posición de la Unión Europea, desde el mundo occidental
democrático. Y ahí hay que buscar un punto de equilibrio, en la medida en
que lo que Europa debería y está intentando hacer, y España como país
miembro de la Unión Europea, es, por una parte, buscar un acuerdo
satisfactorio, un equilibrio en los intereses contrapuestos en juego: por
una parte, el desarrollo económico, social, industrial de un pueblo más
atrasado, como puede ser el marroquí, y respecto al cual los europeos
debemos mostrar también nuestra solidaridad y al que debemos ayudar, como
al resto de los países del norte de Africa, pero a su vez que se respeten
una serie de tradiciones, una serie de puestos de trabajo, una serie de
actitudes, un «modus vivendi» que existe en zonas de la geografía
española muy importantes, y en este momento Marruecos, por circunstancias
políticas, económicas y por la preponderancia que ha adquirido, muchas
veces sobre la base de las ayudas financieras de los créditos FAD
españoles, de las ayudas de la Unión Europea, se permite mantener esta
estrategia (diríamos entre comillas) fraudulenta a la hora de la
negociación.

Queremos recordarle, señor Ministro, cómo Marruecos, para dar luz al
asunto, ha incrementado extraordinariamente la flota pesquera dedicada a
la captura del calamar, de la jibia, en definitiva de los cefalópodos. El
mayor «holding» marroquí está compuesto por parte de los miembros de la
realeza, por parte de miembros del Gobierno. Esa cuestión sería
absolutamente lamentable y demoniaca si usted o representantes de otros
países europeos tuvieran intereses a la hora de la negociación. Pues eso
no ocurre en el caso marroquí. Aparte de eso, siguen faenando en ese
caladero, con la aquiescencia de Marruecos, flotas como las
correspondientes a países de bandera de conveniencia como San Vicente,
países como Rusia o como China; y además de que se permite que estén
ahora faenando estos países, Marruecos está utilizando, dentro de la
legislación pesquera interna, un «modus» social, un «modus» protector que
no se acomoda tampoco, en ningún caso, al que tenemos en la Unión
Europea. No hay un régimen protector de seguridad social; los sueldos son
ínfimos. En definitiva, vemos una negociación verdaderamente complicada
para Europa, y aunque usted tenga que asumir una responsabilidad
política, como la tendrá que asumir (se lo decimos con toda sinceridad),
hay una responsabilidad de la Unión



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Europea, no sólo del Gobierno español, en la medida en que la estrategia
y todas las relaciones con Marruecos no se circunscriben a la relación
bilateral España-Marruecos, sino que ya hay una tradición, hay el acuerdo
anterior y hay, en definitiva, un contexto global en el que se enmarcan
las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea.

Por tanto, visto este contexto, ¿qué podemos hacer, qué es lo que quiere
Marruecos? Señor Ministro, a nuestro juicio, nos encontramos ante la
crónica de unos acontecimientos anunciados. Marruecos ha estado haciendo
(lo sabemos y hay que decirlo alguna vez) el paripé. Se sabía que en
agosto no se podía llegar a ningún acuerdo. La Unión Europea y el
Gobierno español tenían que intentar forzar, fuera como fuera, una ronda
negociadora, porque el sector pesquero español estaba ardiendo. Por
tanto, había que dar la sensación de que en agosto se trabajaba, pero
sabíamos, y se sabía por parte de quienes conocen los entresijos de la
negociación, que no iba a haber un acuerdo. ¿Por qué? Porque Marruecos
pretende contextualizar, globalizar la negociación.

¿Qué es lo que pretende Marruecos? Marruecos pretende, en definitiva, lo
que ha logrado Noruega. Noruega entra en el Espacio Económico Europeo, no
entra en la unión política, y Marruecos pretende lo mismo: acceder a un
régimen económico semejante al del Espacio Económico Europeo, de una
mayor liberalización, de una desarancelización de la economía. En
definitiva, ¿qué es lo que ve Marruecos en Europa y qué es lo que ve
Marruecos en España? Marruecos ve el mercado, y el mercado es lo que da
riqueza, genera actividad económica; el mercado español genera unos
precios muy buenos y eso es lo que en definitiva quiere Marruecos. En
contraprestación a ello, Europa, el Gobierno español debe defender un
principio tradicional de la política pesquera, que es el de acceso a los
recursos a cambio de acceso a los mercados. En este caso sería viceversa:
acceso al mercado a cambio de acceder al recurso.

En definitiva, nos vemos ante una negociación muy difícil, en la que de
una u otra manera nosotros vemos que, por las afirmaciones que usted ha
realizado en los últimos tiempos, algún ajuste se va a producir. El tema
está en la importancia de ese ajuste, o si tienen que admitirse las
desproporcionadas peticiones que hace Marruecos de reducciones del 65 por
ciento en cefalópodos, o las reducciones en arrastre demersal, en
arrastre pelágico, en cerco; efectivamente eso no se puede aceptar por
parte de la Unión Europea, pero todas las partes negociadoras saben que
se va a producir algún ajuste de alguna manera, y eso encara la
negociación y la inviste de realidad. El tema está en cuánto y qué
alternativa hay respecto a eso, porque, como decían también dos
portavoces de grupos que me han precedido en el uso de la palabra, aparte
de la enorme crisis y la enorme tensión que hay en el sector extractivo,
se están generando unas regulaciones de empleo enormes en el sector
comercializador, en el sector de la industria auxiliar de cajas, de
envasados, etcétera, y eso, señor Ministro, ha de abordarse.

Sabemos que el Ministerio de Agricultura y Pesca, junto con el Ministerio
de Trabajo, ha creado una mesa sectorial para abordar los problemas
sociales. Creemos que hay que incorporar también a las comunidades
autónomas, porque la incidencia económica, laboral, industrial que va a
tener todo este empleo inducido, que está afectado también por la
parálisis, por la inactividad de Marruecos, hay que abordarla y hay que
darle una solución, y no es sólo responsabilidad del Gobierno central: es
responsabilidad de la Unión Europea, también en parte del Gobierno
central y de las comunidades autónomas. Por tanto nosotros, señor
Ministro, la sugeriríamos que para paliar los efectos sociales, que no se
van a producir sólo en el sector extractivo, sino que se están
produciendo en toda la cadena de la distribución, en el sector
comercializador, en la distribución, en la industria auxiliar, en todo el
entramado económico que rodea a la actividad pesquera, se abordara y se
ampliara ese grupo de trabajo que ustedes tienen creado entre el
Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Agricultura y Pesca a las
comunidades autónomas, porque es necesario comprometer a todos los
poderes públicos españoles y a la Unión Europea en la incidencia que esto
va a tener.

No olvidemos que si los armadores están recibiendo una ayuda, los
tripulantes están recibiendo una ayuda, los armadores o los empresarios
que tienen una pequeña industria de comercialización, o tienen un pequeño
taller auxiliar, o tienen una empresa suministradora de materiales o de
provisión de efectos navales, están realizando regulaciones de empleo y
esos autónomos, esos pequeños empresarios no reciben ese tipo de ayudas,
y eso está generando una tensión impresionante. Además, vamos a ver
dentro de poco tiempo cómo se van a producir una serie de confrontaciones
y de conflictos entre subsectores pesqueros españoles de diferentes zonas
de la geografía andaluza. Por tanto, señor Ministro, antes de que eso se
produzca, nosotros le sugerimos que aborden urgentemente el Ministerio de
Trabajo y el Ministerio de Agricultura y Pesca con las comunidades
autónomas esta cuestión.

Nos gustaría también que nos diera información de en qué situación se
encuentra el uso, la administración y la disposición que Marruecos está
realizando de las aguas del pueblo saharaui, porque si esa estrategia
fraudulenta se está realizando para la Unión Europea, ¿qué no se hará
respecto a un pueblo que está en un proceso autodeterminante y que, por
ciertos comportamientos, también fraudulentos, no ha podido todavía tomar
una decisión libre y soberana sobre su futuro político, en definitiva, la
celebración del referéndum autodeterminante? Nos gustaría conocer cómo
está, en la fase de negociación, el uso y disposición, así como la
administración de estas aguas, y cómo podría afectar a un posterior
cambio de «status» político del que en este momento tiene el pueblo
saharaui.

Finalizo, señor Ministro, manifestándole que nuestro Grupo Parlamentario
ve también difícil la negociación cuando Marruecos, dentro de su
estrategia, cuando la Unión Europea o el Gobierno español le ofrece
alternativas, como ir a un sistema de partenariado, ir a un sistema de
constitución de sociedades mixtas, que es un mal menor, pero que es una
alternativa en la medida en que se mantiene un empleo dentro de
diferentes zonas de la geografía



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española, que esos tripulantes van a seguir cotizando al régimen de la
Seguridad Social español, y sigue poniendo trabas, limitaciones, en ese
ámbito, y está exigiendo una serie de cortapisas que no existen en el
resto de la economía marroquí, mientras hay una liberalización de la
economía de las inversiones de los países de la Unión Europea en el resto
de la economía, y cuando los europeos pueden tener una mayoría en el
capital de las diferentes actividades económicas que se desarrollan en
dicho país, se establece una cortapisa, una limitación y una restricción
en la legislación interna marroquí de que no puede haber inversiones
europeas superiores al 51 por ciento en industrias relativas al sector
extractivo de pescado. ¿Por qué se produce eso? En definitiva, si
indagamos, y con un razonamiento lógico, vemos que nuevamente hay
intereses --también lo decía algún otro portavoz que me ha precedido en
el uso de la palabra-- que no son propiamente públicos, sino que son
privados, y que la generación de actividad y el incremento elevado de
determinados rendimientos que últimamente se han producido en Marruecos
en el sector pesquero se ha debido a la explotación de la flota
celafalopodera. He ahí por qué Marruecos pone cortapisas. Señor Ministro,
nosotros creemos que puede ser una solución, una alternativa que se
planteó por parte de la Unión Europea y que, en definitiva, se ha de
indagar en tal sentido.

Finalizo manifestando que, tal como está la cuestión, nuestro Grupo
Parlamentario le ofrece su apoyo y entiende la dificultad negociadora del
Gobierno central. Esperemos que, tal como se ha demostrado hasta ahora,
haya una mayor coherencia y una mayor solidaridad que la que ha habido en
lo relativo a la negociación con Canadá. En este sentido, visto el
contexto, el ámbito y lo que se pretende, nuestro Grupo Parlamentario
apoya en este momento la labor que está realizando el Gobierno en cuanto
a la consecución de un acuerdo pesquero más equilibrado y más
satisfactorio para el sector pesquero español.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo de Coalición Canaria, el señor
Mauricio tiene la palabra.




El señor MAURICIO RODRIGUEZ: Señor Presidente, quiero aprovechar la
comparecencia del señor Ministro, que mi Grupo agradece, para, a la vista
de su información sobre las rondas negociadoras que ha habido entre la
Unión Europea y Marruecos, hace algunas reflexiones sobre lo que, sin
duda, para nosotros aparece, hasta el momento, como un fracaso que no nos
tiene que sorprender en absoluto. De la intervención del señor Ministro,
las dudas que a mí se me han planteado es que no sé si, por táctica
negociadora o por prudencia, está explicando todo lo que piensa o el
señor Ministro sólo dice una parte de lo que piensa, y a mí me gustaría
escucharle, en su respuesta, si las reflexiones que nos ha hecho no eran
más que para abrir boca, por así decirlo.

¿Qué quiero decir con esto? Parece que el Ministro llega y nos dice:
hemos empezado una negociación, que nos ha sorprendido porque lo que
empezó siendo una revisión de un acuerdo ha forzado una renegociación de
un acuerdo, y lo que esperábamos que fueran posturas razonables nos hemos
encontrado con que han sido un conjunto de propuestas que nos han
sorprendido porque algunas de ellas incluso van contra los intereses del
propio Reino de Marruecos, por ejemplo, en la conservación del sector
pesquero. Dice que estaba dispuesto a un arbitraje, como se ha planteado
en otras ocasiones, un arbitraje cientifíco para la preservación y
regeneración de los recursos, porque está claro que Marruecos está
haciendo una reflexión sobre ese tema, que es equivocada y que yo también
considero equivocada. Luego, nos encontramos con que, muy paternalmente,
la negociación de la Unión Europea se hace para intentar crear un clima
de confianza --así se nos ha dicho--, empezando un método de negociación
desde las partes más fáciles a las partes más complicadas, para que así
se viera que era posible y fácil llegar a un acuerdo.

Yo me pregunto, ante la suspensión «sine die» de las negociaciones, a la
vista de lo que el Ministro ha calificado de falta de voluntad
negociadora de Marruecos, ¿no era evidente desde el primer momento que no
había una voluntad clara de llegar a acuerdo ahora? ¿No da la impresión
--y por tanto tenemos que llegar a esa reflexión-- que lo que el
Ministro, al final de su intervención y pasando por el tema de puntillas,
nos ha dicho del conjunto de las relaciones, del acuerdo de cooperación,
de las propuestas de asociación, de las compensaciones para crear un
necesario ambiente de serenidad, etcétera, era en definitiva la posición
inicial de negociación que tiene la comisión negociadora marroquí? Yo
creo que es evidente. Marruecos, en el desarrollo de los acuerdos del
GATT, los temas agrícolas que fueron objeto de negociación con la Unión
Europea --y ahora haré una breve reflexión sobre eso--, ahora con el
acuerdo pesquero y posteriormente, con el tratado comercial preferencial
o el acuerdo al que llegue con la Unión Europea, se está jugando
cuestiones muy importantes. A mí me parce que no es que la Unión Europea
amenace con que si en el tema pesquero no se llega a acuerdos razonables,
tendremos una capacidad de presión sobre el tratado o el acuerdo de
cooperación. Lo que es evidente es que Marruecos, hasta noviembre,
aproximadamente, es decir, la novena o décima ronda negociadora, no va a
llegar a acuerdos hasta saber qué compensaciones va a obtener en el
acuerdo de cooperación. Esa es la impresión que da, porque no se está
negociando en absoluto con una voluntad de llegar a acuerdos, con un
regateo razonable, normal, desde el punto de vista de la negociación
sobre una zona que sin duda alguna es de soberanía marroquí, aunque
lamentablemente se la llama el banco pesquero canario-sahariano, sea
dicho por el portavoz del Grupo de Coalición Canaria.

Si esto es así, ¿por qué no se ha forzado antes todo un proceso de
negociación global? ¿Por qué no tratar con el Reino de Marruecos y con el
Magreb en conjunto, con firmeza, no a base de negociar los tomates por un
lado, que fue el error gravísimo que nosotros denunciamos? Porque esto
que le estoy diciendo ahora, señor Ministro, ya se lo dijimos cuando se
llevó a cabo la negociación de los acuerdos agrícolas, y se trató de los
derechos de entrada del tomate marroquí en Europa y el sacrificio que
tuvieron que soportar, en este caso, las exportaciones canarias y las del



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levante español. Nosotros dijimos que no había que negociar eso por un
lado, los acuerdos pesqueros, por otro, y los acuerdos de cooperación,
por otro, sino que había que intentar, desde una visión global, que
Europa se plantee globalmente la necesidad de cooperar con el Magreb.

Después vienen las histerias: que si el fundamentalismo argelino, que si
Marruecos es el punto de freno a la inestabilidad del Magreb, del
desarrollo del fundamentalismo en un país como Argelia. Y entonces viene
las concesiones, porque en la Unión Europea hay interese parciales --de
ahí el fracaso de la negociación--, por lo que siempre se quieren hacer
negociaciones por un lado, que no supongan ningún coste para determinados
países. Yo creo que el fondo de la cuestión es que no hay que seguir
haciendo con Marruecos este juego de buenos y malos, en el que los
marroquíes son los malos, el rey Hassan es el astuto rey aluita y todas
estas historias que no sirven en las negociaciones internacionales. Las
negociaciones internacionales se hacen siempre sobre la base de que un
buen acuerdo se hace entre dos, y nadie engaña a nadie, y que los
intereses positivos y negativos, sopesados en la balanza, son los que
cuentan y no las astucias enrevesadas y complicadas del grupo del rey
Hassan II de Marruecos, sino los intereses generales de Marruecos y los
intereses generales de la Unión Europea.

En ese marco, lo que nosotros opinamos es que, si el acuerdo de
cooperación supone ayudas económicas e inversiones en el Magreb, está
claro que hay países de la Unión Europea que no están interesados en
absoluto en los incrementos de los presupuestos comunitarios. Siempre
quieren pagar, no con dinero, no con inversiones, no con ayudas; quieren
pagar con cupos que, si son del tomate canario o son del tomate
levantino, se les da a los marroquíes, porque eso no les cuesta nada a
Alemania, no les cuesta nada a determinados países. En el caso de la
Unión Europea, siempre se paga con los intereses españoles o con los
intereses más débiles. Creo que sería interesante que se nos aclararan
estas dudas que tenemos y que estamos planteando. Si no hubiera habido
oscurantismos, si el Gobierno español --como alguien aquí ha explicado--
y el Presidente del Gobierno español, hoy Presidente de la Unión Europea,
hubiese abierto todo un proceso de explicación de adónde hay que ir con
un acuerdo de cooperación con el Magreb en conjunto, qué compensaciones
hay que dar, estando los acuerdos pesqueros como elementos
complementarios y los acuerdos agrícolas y el desarrollo de la
Organización Mundial de Comercio como acuerdos complementarios, yo estoy
convencido de que, en ese marco, las posibilidades de acuerdo hubieran
sido reales. En este momento, lo único que se busca son las astucias de
un régimen más o menos autoritario --que tiene menor presión de opinión
pública sin duda alguna, como aquí se ha dicho--, frente a la división de
los socios europeos, que cada uno anda por su lado, como ha pasado en el
asunto de Yugoslavia y como está pasando, desgraciadamente, en el Magreb,
ya es ahora de que desde la presidencia europea se intente aglutinar, en
este caso desde la perspectiva de los países mediterráneos, los intereses
generales de Europa.

En consecuencia, nuestro planteamiento es el siguiente. ¿Por qué no nos
explican --que lo estamos pidiendo desde el año pasado-- cuál es la
estrategia negociadora del Gobierno español, que nadie nos lo explica,
global, de negociación del acuerdo de cooperación con Marruecos? Y si es
así, ¿qué costes tiene? ¿A quién va a sacrificarse, porque ése es el tema
que viene después? ¿A qué sectores económicos, agrícolas o de otro tipo
se va a sacrificar para no incrementar los presupuestos comunitarios, si
es que hay una estrategia negociadora para que no haya sorpresas después,
y si un acuerdo o una negociación global no es el marco que exige
Marruecos y que de verdad le interesa a Europa y a nosotros? ¿Esta es una
negociación de doña Emma Bonino, del señor Atienza y de algunos otros
ministros europeos en el terreno puro y exclusivo de un acuerdo pesquero
o es un acuerdo global político de gran interés para Europa que la
Conferencia del Mediterráneo tiene que plantear con toda fuerza y es el
único marco de solución de estos problemas? Nosotros creemos que las
cosas van en esa dirección. Si no fuera así, por lo menos, infórmennos
con datos y con detalle. El Ministro en su comparecencia nos tenía que
haber dado datos mucho más precisos porque así hubiésemos podido saber
cuál es la estrategia negociadora global de la Unión Europea, si es que
existe, y si el problema del tiempo es un arma que utiliza Marruecos en
este caso para forzar la presión de los sectores duramente afectados
europeos, pero fundamentalmente españoles, en esta negociación para que
la presión fuerce a un acuerdo en condiciones difíciles y malas para los
intereses europeos.

Nosotros, en esa línea, lo que pedimos, naturalmente --sumándonos a lo
que han dicho muchos otros portavoces parlamentarios--, es que si se está
ante una batalla de resistencia --utilizando una terminología sindical--,
utilícese una caja de resistencia; que las compensaciones del instrumento
financiero de ordenación pesquera que ha explicado el Ministro, con las
ayudas a las flotas, a corto y medio plazo, se incrementen
sustancialmente, sobre todo a los pescadores y a las actividades
complementarias, que están también sufriendo, como han explicado varios
portavoces, una situación muy difícil. «Caja de resistencia» --entre
comillas-- para que podamos resistir una negociación tan dura y tan
global, pero que sin duda no es una negociación coyuntural ni sectorial.

Se puede llegar a un buen acuerdo, nosotros estamos convencidos de ello,
y será un acuerdo duradero y fructífero, porque a Europa no le interesa
un Magreb débil; lo que nos interesa es un Magreb fuerte, que haga un
buen tratado de asociación, no hablar de socios malos ni de socios
buenos, sino de intereses mutuos y de cooperación internacional. En ese
marco, los pueblos siempre se entienden, y no se entienden cuando lo que
hay son ventajillas para salir del paso y métodos de negociación
parciales y no globales, que son los que interesan a Europa y al Magreb.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene
la palabra el señor Moragues.




El señor MORAGUES GOMILA: Señor Presidente, ante todo, quiero agradecer,
en nombre del Grupo Socialista, la comparecencia del señor Ministro en la
Comisión



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para dar conocimiento de los resultados y de la situación de la
negociación entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos para la
renovación del acuerdo de pesca. Es interesante en aras a la claridad
informativa y a recuperar un debate que se ha producido y reproducido en
innumerables ocasiones a lo largo de estos últimos meses. Del debate
siempre se pueden extraer algunas ideas o, por lo menos, dejar claro
cuáles son los planteamientos que cada uno de los grupos defiende en esta
Cámara ante un problema tan complejo como el de la revisión de este
acuerdo pesquero.

A mí me ha parecido que el debate de esta tarde ha demostrado un cierto
grado de incomprensión por parte de algunos grupos parlamentarios,
fundamentalmente del grupo mayoritario de la oposición, incomprensión
interesada ante la revisión de este acuerdo. Incomprensión porque me
parece, a raíz de las explicaciones que ha dado su portavoz, que no ha
entendido cuál es el problema que tiene el sector pesquero español, que
hemos discutido muchas veces en esta Cámara, de sobredimensión de la
flota que, independientemente de que se cerrara o no este acuerdo o
cualquier otro, están atacando las administraciones competentes, que son
las administraciones autonómicas. Vale la pena recordar que son las
competentes para atacar la reestructuración de la flota, y nos consta a
todos los grupos que se está haciendo. Pero éste es un problema muy
importante ante el cual repito que la muestra de incomprensión es muy
notable.

Otro de los problemas que no se entiende por parte de algunos grupos es
lo que significa la Unión Europea. Si alguna política en el conjunto de
Europa está comunitarizada, precisamente es la política pesquera. Ya no
se puede hablar de políticas pesqueras de países miembros, sino que se
tiene que hablar de la política pesquera global. Esto hace que la
negociación no sea bilateral entre España y el Reino de Marruecos, sino
que sea una negociación entre la Unión Europea y este país, lo cual
obliga a una negociación en términos muy distintos a los utilizados por
muchos portavoces que me han precedido en el uso de la palabra.

Es cierto que la negociación con Marruecos debía demostrar la falta de
voluntad que tenía Marruecos a la hora de plantear la revisión del
acuerdo; pero esto que es tan fácil de decir, es necesario hacerlo y,
para hacerlo, es preciso también que transcurran una serie de sesiones de
negociación, para que quede claro ante los países miembros de la Unión
Europea que no existe esta voluntad de negociación, esta voluntad de
llegar a acuerdos.

La Unión Europea ha demostrado su interés por llegar a acuerdos,
modificando posturas, aceptando planteamientos, pero, en cambio,
Marruecos, después de casi seis meses, está defendiendo las mismas
posturas desde el principio, posturas que, por otro lado, fueron
rechazadas inmediatamente después de haberse puesto sobre la mesa por las
autoridades pesqueras no solamente españolas, sino europeas.

Otro de los problemas de incomprensión que ha demostrado la sesión de
esta tarde es la falta de aceptación de que se está negociando con un
país soberano. Marruecos está defendiendo sus recursos e intereses de la
forma en que mejor le parece. Independientemente de que nos guste más o
menos lo que está haciendo y cómo lo está haciendo, tenemos que respetar
que Marruecos es un país soberano y que nosotros, la flota europea, está
pescando en aguas jurisdiccionales marroquíes. Y aquí, las condiciones de
juego las pone el propietario de las aguas territoriales y de los
recursos, y no podemos utilizar expresiones de exaltación patriótica, de
ínfulas militaristas, porque no es la forma en que una nación soberana y
una organización de países como la Unión Europea ponen sobre la mesa a la
hora de negociar o renovar el acuerdo pesquero. No es éste el camino,
porque este camino, emprendido por algunos portavoces, concretamente por
el portavoz del Partido Popular, no lleva a ninguna salida.

Tampoco se ha querido entender cuáles son la dinámica y los objetivos de
la negociación que ha llevado a cabo la Unión Europea y la postura
española en el contexto de esta negociación. Era importantísimo, continúa
siendo importantísimo, siempre es muy importante mantener la solidaridad
de los países miembros. Es fundamental para nuestro país, que tiene
algunas veces fama de tener una flota o sector pesquero que puede
ocasionar algunos problemas, que el conjunto de los países miembros de la
Unión Europea esté de acuerdo con la política que el Reino de España en
este caso quiere mantener con su flota en las aguas jurisdiccionales
marroquíes. Esto es importantísimo; esto creo yo que se ha logrado con
creces, lo cual demuestra, contrariamente a los argumentos utilizados por
otros portavoces, que la negociación se ha llevado bien, que los
resultados aún no han llegado, pero que la negociación se está llevando
bien y que la postura que está defendiendo el Gobierno español no es una
postura de debilidad. Otro de los condicionantes de esta negociación es
mantener la solidaridad del sector extractivo. Creo que también se ha
conseguido con creces.

Un conflicto tan largo en el tiempo como el que estamos soportando, como
el que está soportando el sector pesquero, se está tomando con una
tranquilidad bastante envidiable, exceptuando algunos lamentables
incidentes que todo el mundo, que todos los organismos u organizaciones
han condenado. ¿Por qué el sector pesquero está en esta situación de
expectación, de prudencia y de firmeza? Porque está de acuerdo con la
negociación, con los planteamientos, con la postura, con la defensa de
sus intereses que está haciendo el Gobierno español en primera instancia
y, en segunda, la propia Comisión Europea.

También falta decir algo bastante importante como guinda a este pastel de
la solidaridad de los países miembros y del sector: la solidaridad de las
comunidades autónomas. Es chocante ver cómo hay distintas posturas en un
mismo grupo porque cuando habla como grupo político está atacando una
postura negociadora, pero cuando está hablando desde las instituciones,
las instituciones gobernadas por el mismo grupo están de acuerdo y al
lado del sector, respaldando las actuaciones de los representantes
políticos ante la Unión Europea y el papel que está jugando en la
negociación con Marruecos. Esta es una contradicción que debe ponerse
sobre la mesa.

Se ha dicho aquí que se ha hecho mal la negociación y no se ha avanzado
más. Se ha dicho que se ha hecho mal la



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negociación, que tenemos una postura de debilidad, etcétera. Pero, ¿es
que alguien piensa que estaríamos en mejor situación negociadora si se
hiciera desde fuera de la Unión Europea, si la negociación fuera
bilateral entre España y Marruecos? Porque éste es otro de los sonsonetes
que reiteradamente se están utilizando a lo largo de estos últimos meses
cuando se habla de la negociación con Marruecos. Yo he llegado a oír
dentro de esta Cámara algunas intervenciones que prácticamente
solicitaban la salida de la política pesquera por parte del Estado
español. Yo lo he oído con estas orejas, que no son precisamente
pequeñas. Y que oyen bien, efectivamente. (Risas.)
Cuando se dice que se ha hecho mal la negociación, habrá que explicar por
qué, porque el argumento utilizado a «sensu contrario» ha sido solamente
la fuerza y no se concreta en nada. Me gustaría a lo largo de las
próximas semanas, que seguro tendremos ocasión de debatir nuevamente este
problema, oír argumentaciones un poco más potentes y no descalificaciones
tales como que se ha hecho mal la negociación, la postura de debilidad
del ministro, de España, etcétera. Creo que esto no ayuda en absoluto a
la consecución de los fines que estoy seguro que todos los grupos
políticos de la Cámara persiguen en un debate como el de hoy.

El problema es que a este portavoz le causa sorpresa la postura que
mantiene muchas veces el Grupo Popular ante este conflicto. Con algunas
de las manifestaciones que hemos oído en los últimos días lo único que
está haciendo el Partido Popular, aparte de romper esta solidaridad que
existe, como he dicho antes, entre los países miembros, entre el sector y
entre las comunidades autónomas, es romper también la solidaridad entre
los grupos políticos, porque parece que lo que está haciendo, yo creo que
sin querer, es defender los propios intereses negociadores de Marruecos.

(Varios señores diputados: ¡Muy bien!--El señor Ramírez González: ¡Qué
barbaridad!) Es así, señorías, y estoy seguro que no es lo que persigue,
porque conozco al portavoz del Grupo Popular, y estoy convencido de que
no es lo que quiere, pero la verdad es que las consecuencias de algunas
de las intervenciones que hemos oído en este país en las últimas semanas
lo único que hacen es reforzar la postura negociadora de Marruecos, que
deberíamos ser capaces de romper precisamente recuperando la solidaridad
interna entre los grupos políticos, como tenemos la solidaridad de los
Estados miembros, del sector y de las comunidades autónomas. Esta es una
responsabilidad que deben asumir los representantes del Grupo Popular. Yo
les pediría que la asumieran rápidamente para reforzar la postura
negociadora de la Unión Europea y la postura española ante la misma.

Señorías, para terminar hay que decir que, dado como está planteado el
conflicto, la responsabilidad inmediata que tiene el Gobierno español y
los grupos políticos de esta Cámara es intentar paliar las consecuencias
negativas que derivan precisamente de esta situación conflictiva,
consecuencias negativas que reciben directamente las tripulaciones, las
embarcaciones, aparte de las que sufre el sector pesquero no extractivo.

Hay que reconocer que el Gobierno español actuó con presteza en el mes de
mayo, cuando se aprobaron un conjunto de ayudas para paliar precisamente
estas consecuencias negativas que esperamos puedan disminuirse a lo largo
de los próximos días. Quiero anunciarles, señorías, que el Grupo
Socialista va a presentar una proposición no de ley solicitando no sólo
mantener las ayudas actuales, sino aumentarlas para, como decía, ayudar a
paliar las consecuencias negativas que muy especialmente reciben las
embarcaciones y tripulaciones; ayudas que deben venir de los fondos
comunitarios, no del IFOP sino de las medidas que adopte la Comisión
Europea. En ese sentido, quiero anunciarles la presentación de esta
iniciativa.

Quiero añadir que el Grupo Socialista va a presentar una solicitud para
que se invite a la comisaria Bonino a visitar y a debatir en la Comisión
Mixta para las Relaciones Europeas de la Cámara con nuestros
representantes la problemática planteada en la negociación del acuerdo
pesquero.

Quiero decirles, para acabar, que el Grupo Socialista no quiere un
acuerdo cualquiera. El Grupo Socialista está empeñado, conjuntamente con
el Gobierno --y me consta que con el resto de la Cámara--, en conseguir
un buen acuerdo, no cualquiera. Por esto le pedimos al Ministro que
prosiga las negociaciones, los intentos que hasta ahora ha llevado a cabo
ante la Comunidad Europea para que este acuerdo sea posible en el menor
plazo de tiempo, defendiendo posturas de firmeza pero teniendo en cuenta
la prudencia necesaria ante un conflicto plagado de problemas, de
intereses, de susceptibilidades que se deben vencer desde la negociación
con Europa. (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, supongo que la pide por
alusiones. A estos efectos, tiene S. S. la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Simplemente voy a contestar a
las alusiones concretas que ha hecho el señor Moragues a la intervención
que ha tenido este portavoz.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, en cualquier debate se
produce algún tipo de alusiones a las posiciones de cada grupo. En este
caso no le he concedido la palabra para rebatir la argumentación global
del señor Moragues. Efectivamente, hay una alusión muy concreta a su
grupo parlamentario a cuyos efectos tiene S. S. la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: El grado de incomprensión que
nosotros podamos tener con el Gobierno o con el Grupo Parlamentario
Socialista, que parece ser el único que está de acuerdo con las tesis del
Gobierno, está avalado por lo que el sector en este momento está
reivindicando en España entera. Y yo no sé dónde usted ve la paz en el
sector, hoy por hoy. Yo lo único que leo al abrir los periódicos, aunque
haya personas que se enteren también solamente por los periódicos de lo
que dice y pasa en España, realmente, señor Moragues, es que



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el sector pesquero en España, hoy por hoy, no está de acuerdo con lo que
está haciendo el Gobierno español.

Usted habla reiteradamente del problema de que la flota española está
sobredimensionada. Yo digo que usted está haciendo un flaco favor al
sector pesquero español reiterando permanentemente que nuestro sector
está sobredimensionado. Ya se encargarán aquellos que tengan interés en
que recortemos nuestra flota de recomendárnoslo permanentemente. Esto me
lo acaba de decir a mí, señor Moragues. Señor Moragues, usted ha hablado
de exaltación patriótica, de ínfulas militaristas. Al margen de la gracia
que puedan tener esos estereotipos que usted maneja, yo le puedo decir
que los dueños de las aguas son los marroquíes, que están en aguas de
Marruecos; que los propietarios de los peces que están en esas aguas
probablemente sean los marroquíes. Pero de la pesca, no. Porque la pesca
es el mercado pesquero y la pesca es para España, como plataforma
continental, uno de los factores más importantes para que precisamente en
estos momentos estemos hablando de la pesca en el caladero marroquí.

Por tanto, señor Moragues, no confunda lo que son los peces en el agua
con la pesca y todo lo que ello conlleva.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, le había dado la palabra
para contestar a una alusión muy concreta a su persona y a su Grupo. A
estos sólos efectos le he dado la palabra. Si reabre el turno, tendré que
volver a dársela a los demás.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Es que en lugar de fijar su
posición en relación con la intervención del Gobierno, lo ha hecho para
descalificar la de este grupo parlamentario, y ése no era el objeto de la
intervención.

Yo quiero decirle, señor Presidente, y concluyo, que, hablando de que el
Partido Popular pueda defender o no los intereses de Marruecos, eso es
una falacia inaceptable, señor Moragues. El grupo Parlamentario Popular
ha mantenido un silencio muy prudente, durante muchos meses, ante el
silencio permanente de este Gobierno, puesto que todo lo que ha caído en
España hoy en día en materia pesquera desde el 27 de junio hasta el día
de la fecha, este Ministro no ha comparecido ante esta Cámara, que era
donde tenía que haber explicado lo que iba pasando en la negociación.

Señor Moragues, quiero decirle que la solidaridad interna entre los
grupos políticos en España tendrá que pedirla y solicitarla el Gobierno
con sus actuaciones. Y no nos puede pedir solidaridad interna para algo
con lo que no estamos de acuerdo, siendo ésa una de las reglas de la
democracia.

Termino diciéndole, señor Moragues, que si ustedes van a presentar una
proposición no de ley para las ayudas a marineros y armadores --no le he
oído citar al sector no extractivo-- ya van a remolque del Grupo
Parlamentario Popular, que la presentó hace bastante más tiempo.




El señor PRESIDENTE: El señor Moragues tiene la palabra solamente a los
efectos en que ha dicho contradicho y citado.




El señor MORAGUES GOMILA: Efectivamente, no voy a entrar en el debate
porque, como he dicho antes, supongo que vamos a tener ocasión en la
próxima semana de volver sobre el tema.

Señor Fernández de Mesa, no era mi intención descalificar las posturas
políticas que defiende su Grupo, que para mí son absolutamente legítimas
y respetables. Algunas no las comparto, como éstas. Yo le he dicho que
estoy seguro de que ustedes no buscaban esta finalidad, pero con algunas
de las declaraciones que se han estado haciendo en estos últimos días lo
único que se ha conseguido ha sido beneficiar la postura negociadora de
Marruecos, porque han roto la solidaridad interna imprescindible para
sentarse en una mesa de negociación con Marruecos.

He dicho que ésta es nuestra interpretación, es mi interpretación, que a
lo mejor está equivocada. Al igual que yo acepto y respeto sus
argumentos, usted estará de acuerdo o no, pero en absoluto quería
descalificarle. Sigo diciendo lo mismo: es imprescindible recuperar la
solidaridad de todos los grupos políticos para atacar --si se me permite
la expresión, también militarista-- la revisión del acuerdo que tenemos
sobre la mesa.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas y observaciones que
se han formulado por parte de los distintos grupos, tiene la palabra el
señor Ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señorías, en primer lugar, tengo que decir que no me ha sorprendido en
absoluto la intervención del señor Fernández de Mesa. Creo que, una vez
más, ha dado muestras de su demagogia. Está usted siempre mucho más
preocupado por la forma de su discurso que por el fondo y, además, se lee
usted muy poco los papeles. Normalmente se prepara bien las
intervenciones desde el punto de vista de la forma, muy grandilocuente y
con mucha demagogia, pero incurriendo en múltiples desconocimientos,
algunos de ellos muy flagrantes. Sólo le voy a mencionar algunos.

Habla usted de la parada biológica en septiembre y octubre, pero
desconoce que esa parada biológica figura ya en el acuerdo de 1992, que
ahora ha expirado. Habla usted de que el IFOP no está previsto para la
compensación por paradas no programadas, lo cual es falso porque el IFOP
está previsto. El artículo 14 del Reglamento así lo establece. Léase
usted los papeles y podrá hablar con un poquito más de rigor y menos
frivolidad. Establece que esos recursos pueden ser utilizados para la
compensación por paradas no programadas. Eso no quiere decir que nosotros
no mantengamos una reivindicación sobre la obtención de recursos
adicionales comunitarios para que los que destinemos a esta parada no
vayan en detrimento de otros objetivos muy importantes que queremos para
nuestra flota: modernización, adaptación, acuicultura, desarrollo de
nuestra infraestructura de transformación y de comercialización,
etcétera. Por tanto, estamos reclamando de la Unión Europea que
establezca mecanismos presupuestarios de iniciativas comunitarias, de un
reglamento «ad hoc», de la línea de los fondos de pago por acuerdo con
terceros



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países. No nos preocupa tanto cuál sea la línea presupuestaria de la que
lo obtengamos como el hecho de obtener recursos adicionales.

Habla usted también de que el Gobierno español no ha establecido ninguna
iniciativa de carácter bilateral para apoyar las negociaciones. Quizá
olvida usted que el Ministro de Asuntos Exteriores se ha desplazado a
Rabat precisamente para impulsar las relaciones con Marruecos y apoyar
unas negociaciones que son de competencia y de responsabilidad de la
Unión Europea. No le interesa a España que estas negociaciones se
bilateralicen, porque hay una estrategia a la que se apunta demasiada
gente, y desgraciadamente se apuntan ustedes, de reforzar ese carácter
bilateral para impulsar el aislamiento de España en la Unión Europea. Ese
es un flaco servicio a los intereses de la flota española y a los
intereses españoles. Exactamente igual que el flaco servicio que realizan
ustedes permanentemente --y ésa es la mayor recriminación que le voy a
hacer--, rompiendo una unidad casi total a favor de las posiciones que
vienen manteniendo la Unión Europea y el Gobierno español. Respaldo de
los armadores en su reunión del pasado día 30, de los sindicatos en su
reunión del pasado día 30 con este Ministro, de las comunidades autónomas
en esa misma reunión, de todos los Estados miembros y del conjunto de la
Comisión Europea. Es decir, de todos menos ustedes, que se dedican, por
ver si sacan una pequeña rentabilidad, una miserable rentabilidad
política, a acusar al Gobierno de debilidad, a intentar erosionar esa
posición, para ver si consiguen así reforzar --no sé si ésa es la
voluntad, pero en cualquier caso ésa es la apariencia-- las posiciones de
la otra parte en la mesa de negociación. Creo que le hacen ustedes un
flaco favor a la Unión Europea y a las posiciones de la flota española
intentando permanentemente debilitar las posiciones de la Unión Europea
al criticar al Gobierno español. Además, están ustedes haciendo ese doble
juego de decir que la Unión Europea lo hace razonablemente bien, la
comisaria lo hace bien, pero es el Gobierno español el que lo hace mal.

Sepa usted que la Unión Europea hace lo que tiene que hacer, que es
defender los intereses de la flota comunitaria. Y lo está haciendo con el
respaldo del Gobierno español, que está participando --como todo el
sector conoce y seguramente le ha dicho, pero se lo calla-- con unas
posiciones firmes y vigilantes por parte del Gobierno español, como no
puede ser de otra forma, pero sabiendo que la negociación, la competencia
y la responsabilidad es de la Unión Europea, que también establece las
contrapartidas para ese acuerdo equilibrado. La contrapartida financiera
la negocia, establece y paga la Unión Europea. Las contrapartidas en
materia de desarme arancelario para las conservas de sardinas las negocia
la Unión Europea y se establecen para el conjunto del mercado
comunitario. Las relaciones de cooperación entre la Unión Europea y
Marruecos, que deseamos --repito, porque yo sí quiero dejar bien clara la
posición equilibrada del Gobierno, ya que creemos que es necesario
reforzar la cooperación entre la Unión Europea y Marruecos, y también la
bilateral entre España y Marruecos-- tienen que realizarse también en el
ámbito de la pesca, con un acuerdo equilibrado en el ámbito pesquero. Por
tanto, no se apunten a la frivolidad y a la demagogia, que lo único que
hace es aislarles en el contexto del sector, en el contexto de las
comunidades autónomas y en el contexto de la Unión Europea.

No voy a hacer referencias a otros errores que ha incluido en su
exposición y que me parecen menos relevantes, pero sí quiero decirle que
está incurriendo en algunas contradicciones muy importantes. Por un lado,
dice que el Gobierno no está haciendo nada para anticiparse y
reestructurar la flota, etcétera, y luego añade que no es el momento de
hablar de reestructuración. Son dos mensajes. Como alguien se los sopla a
usted a la oreja, a veces los mensajes que le llegan son contradictorios
entre sí. Dice que no se hace reestructuración y añade que no es el
momento oportuno para hablar de reestructuración. ¿En qué quedamos? El
Gobierno, para esta flota y para otras muchas flotas, viene haciendo un
esfuerzo de adaptación a las posibilidades pesqueras, cumpliendo los
planes plurianuales de orientación pesquera, cumpliéndoles razonablemente
incluso por encima de lo comprometido y está haciendo, a través de la
Unión Europea, gestiones en diferentes caladeros para apoyar la
reubicación de la flota y para adaptarse a las posibilidades pesqueras.

Un reflejo de que algo se ha venido haciendo es precisamente que el
porcentaje de utilización en algunas pesquerías de las posibilidades
pesqueras del acuerdo de 1982 está por debajo del cien por cien. ¿Por
qué? Porque se ha venido realizando un esfuerzo de reutilización, de
reubicación o de adaptación de esta flota y habrá que seguir haciéndolo,
pero con carácter no traumático, como hemos venido haciéndolo a lo largo
de los últimos tiempos.

Por otro lado, dice también que esto no es más que un reflejo del
deterioro en cascada del sector pesquero. Indudablemente, para el sector
pesquero que está faenando en aguas de Marruecos está siendo en estos
momentos una situación particularmente mala, pero en su conjunto el
sector está incrementando sus desembarcos. Eso quiere decir que el sector
pesquero en su conjunto está realizando un importante esfuerzo de
adaptación permanente y de reubicación que le permite sustituir unos
caladeros por otros, unas especies por otras. Hay años en los que algunas
campañas no van bien. El año pasado fueron mal la campaña de la anchoa y
la campaña del bonito, conflictivas y con capturas reducidas, pero este
año han sido dos campañas buenas, con incrementos importantes en las
capturas y con ausencia de incidentes. Están consiguiéndose resultados
crecientes como consecuencia de algunos acuerdos entre la Unión Europea y
terceros países, por tanto, con posibilidades pesqueras abiertas a
terceros países, por las posibilidades derivadas de la constitución de
empresas mixtas, etcétera. En general, el sector pesquero, en términos de
capturas, en términos de desembarco, está teniendo una evolución
razonable que no confirma en absoluto sus comentarios de carácter
apocalíptico, que, por otro lado, no se corresponden con las opiniones
del sector sino que son solamente un intento muy vano de sacarle un poco
de rentabilidad política, cualquiera que sea la razón o el marco en el
que se realicen.

El Diputado de Izquierda Unida ha planteado la pesca como síntoma de una
actitud global de Marruecos hacia la



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Unión Europea y hacia España. Efectivamente, yo creo que no ha sido más
que un síntoma de un desarrollo de unas relaciones que no han
evolucionado favorablemente en todos los ámbitos a lo largo de bastantes
meses, que se han traducido en el hecho de que las relaciones para la
firma de un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Marruecos no
hayan sido fluidas, que se haya progresado con otros países (con Israel,
con Túnez) y no se haya conseguido progresar con Marruecos. Por tanto, la
pesca no ha sido en el fondo más que un síntoma de unas relaciones que
han estado pasando y que todavía están pasando por un momento difícil.

Yo no creo que haya habido --no se ha explicitado nunca-- un deseo de
Marruecos de globalizar las relaciones. Antes al contrario, su actitud en
lo que se refiere a la firma del acuerdo de asociación ha favorecido un
retraso en esas negociaciones y, por tanto, no ha buscado en absoluto la
coincidencia temporal de los calendarios de negociaciones del acuerdo de
asociación con el acuerdo pesquero, quizá por el hecho de que en el
acuerdo pesquero es oferente de posibilidades pesqueras y en el acuerdo
de asociación es demandante de cooperación de carácter global entre la
Unión Europea y Marruecos.

Coincido plenamente en que las relaciones con Marruecos tienen que ser de
pleno respeto de su soberanía, de pleno respeto --yo lo he expresado hace
unos días-- de su privilegio, incluso de equivocarse si consideramos que
su estrategia no responde a los intereses de su propio país, de su propio
sector o de su propia economía y que, por tanto, aquí no valen vocaciones
imperiales de ningún tipo. Se trata de negociar posibilidades pesqueras
en aguas de Marruecos mediante un acuerdo equilibrado entre Marruecos y
la Unión Europea, un acuerdo equilibrado que puede tener contrapartidas
específicas en el propio acuerdo o que pueden formar parte de un enfoque
global de las relaciones entre la Unión Europea y Marruecos, como yo creo
que es lo razonable. Es razonable que la pesca sea un elemento de
conexión, de unión, entre la Unión Europea y Marruecos y no un elemento
de división y que, por tanto, un acuerdo equilibrado en pesca sea un buen
abono para unas relaciones muy fecundas en todos los ámbitos comerciales,
financieros, tecnológicos, económicos, culturales, etcétera.

También comparto, aunque no el tono y algunos calificativos, la decepción
por la estrategia de negociación de Marruecos a lo largo de estos meses.

Estoy de acuerdo --alguien más lo ha dicho-- en que se han perdido meses
antes del inicio de las negociaciones, pero quiero resaltar que la Unión
Europea hizo muchos gestos, tomó la iniciativa para intentar retomar las
negociaciones para la firma de un nuevo acuerdo desde que se alcanzó el
mes de octubre pasado y que esa posición no ha sido receptiva por parte
de Marruecos, que yo creo que ha buscado una negociación en un contexto
de tensión para la Unión Europea derivado de tener la flota amarrada.

Este escenario de negociación ha sido un escenario deseado, aplazando el
comienzo de las negociaciones y no concediendo una prórroga durante la
duración de las mismas. Por tanto, desde el principio sabíamos que íbamos
a tener una negociación en un contexto difícil, en un contexto complejo,
porque efectivamente, como alguien ha comentado y como es deseable en un
sistema político como el de la Unión Europea, todos los intereses se
expresan, como mayor o menor virulencia, y es bueno que así sea. Esa es
la belleza y la fuerza de la democracia, aunque haga más compleja la
búsqueda del equilibrio de intereses y el mantenimiento de la solidaridad
a veces entre diferentes sectores que tienen intereses contrapuestos.

Es particularmente importante que sigamos manteniendo, aunque hay algunas
expresiones de discrepancia, esa solidaridad básica que hasta ahora se
está manteniendo, tanto interna como externa; interna entre comunidades
autónomas, armadores, trabajadores y yo creo que entre todos los grupos
políticos, y soy moderadamente optimista sobre la mayor parte de las
intervenciones de los grupos; externa en el ámbito de Unión Europea. Que
la Comisión Europea mantenga su posición de firmeza en el ámbito pesquero
y su deseo de avanzar en la cooperación con Marruecos, pero incluyendo la
relación pesquera como un elemento de gran importancia económica para la
Unión Europea. Se puede decir que el Gobierno debe dar muestras de
firmeza, etcétera. Yo acepto todas las críticas que se hayan podido
realizar a este respecto, pero quiero decir que en algunos momentos las
declaraciones de firmeza por parte del Gobierno han sido utilizadas como
excusas para alargar la negociación y posponerla --también las de algunos
grupos parlamentarios, pero asumo la parte que le pueda corresponder al
Gobierno-- y por eso, por la necesidad de no distorsionar el proceso de
negociación entre la Unión Europea y Marruecos, por la necesidad de
mantener la máxima cohesión y la máxima solidaridad comunitaria, es por
lo que consideramos que debe ser la Unión Europea el canal a través del
cual se refleje la defensa de los intereses del sector, también por parte
del propio Gobierno. Yo creo, como el propio sector ha ratificado en su
reunión del pasado día 30, que hay una satisfacción generalizada por las
posiciones que se vienen manteniendo, tanto desde la Comisión como desde
el Gobierno.

Creo también que es necesario en el futuro reforzar la discusión y
negociación de los aspectos sociolaborales vinculados a la adaptación y
modernización del sector pesquero. Es necesario --como alguien ha
comentado-- reforzar la mesa intersectorial que se ha establecido para
discutir los aspectos vinculados a esas medidas sociolaborales, así como
aplicación de las nuevas medidas sociolaborales que acordamos en el
Consejo de Ministros comunitario del mes de junio, que está pendiente de
aprobación definitiva a partir del dictamen del Parlamento Europeo,
medidas que por primera vez van a establecer un tratamiento para los
aspectos sociales del proceso de adaptación de modernización de la flota
comunitaria, pero hay otros aspectos de cuestión interna, tratamiento de
la Seguridad Social, etcétera, que deben ser tratados en dicha mesa.

En cuanto al tema del Sáhara, no creo que se haya modificado la situación
respecto al tratamiento que se le dio en el acuerdo de pesca 1992-1996.

No se ha modificado el contexto internacional, y, por tanto, no prejuzga
las decisiones que se deriven del compromiso de la celebración de



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un referéndum de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas. Ese es
el contexto en que nos movemos, con las mismas reservas que se
establecieron en el acuerdo 1992-1996.

Sobre si España tiene o no una política sólida respecto del Norte de
Africa, aparte de que eso sea objeto de debate en la Comisión de
Exteriores, creo que la posición del Gobierno español en lo que se
refiere a la Conferencia Euromediterránea, las posiciones mantenidas con
éxito respecto de la solidaridad financiera de la Unión Europea con el
Mediterráneo, los acuerdos de asociación que se han firmado con algunos
países mediterráneos, las gestiones que se han realizado tanto como
Presidencia de la Unión Europea como país miembro para reforzar esas
relaciones bilaterales con los países del sur del Mediterráneo y, en
particular, con Marruecos, está reflejando claramente que hay una
política sólida respecto del Norte de Africa.

No comparto en absoluto algunos de los comentarios que se han realizado
de que la firmeza ha estado ausente de las posiciones de la Unión
Europea. Precisamente el desarrollo de la negociación durante los cuatro
meses y el estado actual reflejan claramente una posición de firmeza de
la Unión Europea de la que hasta ahora no tenemos particular queja, y el
sector tampoco. Quiero reiterarlo.

Sobre si hay otras flotas faenando en esas aguas, quiero decir que
algunas de las flotas que se han mencionado, como, por ejemplo, la rusa,
tienen un acuerdo para faenar en especies pelágicas y no afecta ni al
cefalópodo ni al marisco y, por consiguiente, no afecta a las pesquerías
que están siendo objeto de discusión en este acuerdo entre la Unión
Europea y Marruecos.

Ha preguntado el portavoz de Coalición Canaria si se buscaban
compensaciones en otros campos. Ya he comentado que el retraso en las
negociaciones para la búsqueda de un acuerdo de asociación desmiente de
alguna forma esa aparente voluntad de utilizar el sector pesquero como
elemento de negociación para lograr contrapartidas en otros campos. Para
ser coherentes --como he expresado hace unos días-- con nuestras
posiciones, en lo que se refiere al ámbito de Marruecos, es indudable
que, en la misma medida que le decimos a Marruecos que no puede
imponernos un ajuste traumático en nuestras posibilidades pesqueras en
esas aguas, tampoco podemos pedirle una reducción traumática de sus
exportaciones de productos agrícolas a la Unión Europea, y viceversa; no
pueden reivindicarnos un mantenimiento de esas posibilidades de
exportación y, al mismo tiempo, imponernos un ajuste traumático en
nuestras posibilidades pesqueras. Esto no quiere decir que se establezca
un chantaje ni nada por el estilo; es solamente un equilibrio en las
relaciones entre socios que desean reforzar su cooperación, pero que
desean mantener una relación equilibrada que tenga en cuanta los
intereses económicos y sociales de cada una de las partes en el conjunto
de sus relaciones. Por tanto, no se trata de sacrificar ningún sector en
beneficio de otros, sino de alcanzar un equilibrio razonable para el
conjunto de los sectores que se ven afectados por estas relaciones de
carácter global.

Resumiría diciendo que es importante mantener la unión de acción de la
Unión Europea, la solidaridad interna y externa, la unidad de criterio y
la posición firme de conjunto del sector --armadores, trabajadores y
comunidades autónomas-- y es deseable que la mayor parte o todos los
grupos políticos de la Cámara continúen respaldando la negociación que
debe realizar la Unión Europea. Es deseable que la Unión Europea realice
un enfoque global de sus relaciones con Marruecos con el fin de reforzar
la cooperación con dicho país, sobre la base de un acuerdo equilibrado en
nuestras relaciones pesqueras. Creo que es también necesario el refuerzo
de las ayudas, sobre todo a la parte más débil del sector, extendiéndolas
a todos los afectados por la parada, incluidos aquellos que no estaban
enrolados al 30 de abril por estar afectados por la parada biológica,
habiendo estado enrolados en 1995 y reforzar estas ayudas también desde
el punto de vista económico. Nosotros estamos a la espera de que la Unión
Europea concrete sus internaciones de aportar recursos adicionales con el
fin de apoyar a corto y a medio plazo las posibilidades de adaptación y
modernización, así como el sostenimiento de la renta de la flota mientras
dure esta negociación. (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río pide la
palabra.) El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, en este caso no
ha habido alusiones que impliquen juicio de valor, creo que no. En todo
caso, el debate es suficientemente interesante y daré la palabra por un
minuto a los distintos grupos, para alguna aclaración, pero no para
entrar en un debate. En este caso concreto no ha habido alusiones; puede
haber alguna matización por parte de S. S.




El señor FERNANDEZ DE MESA Y DIAZ DEL RIO: Quiero decir al señor Ministro
que solidaridad del Grupo Parlamentario Popular, toda. Pero no el
Gobierno, el sector. En el momento en que el Gobierno dé respuesta a las
necesidades que tiene planteadas el sector, solidaridad total.

Yo me hago una pregunta, señor Ministro, ¿qué pasaría si el que estuviera
ahí sentado fuera el señor Ramírez y el que estuviera aquí sentado fuera
el portavoz de un grupo parlamentario socialista? Ustedes estarían a la
cabeza de la manifestación en cada puerto de España; no se olviden
ustedes de eso. Y el Grupo Parlamentario Popular está manteniendo una
postura coherente, nada demagógica, porque detrás de todo lo que yo he
afirmado, señor Ministro, he formulado una pregunta a la que usted no ha
dado respuesta. Ni a una sola pregunta de las que yo le he formulado ha
dado usted respuesta. Afortunadamente, en lo que se refiere al IFOP, no
es ésta una parada no programada. Esto es una expulsión de un caladero, y
su Grupo parlamentario, por boca de su portavoz, ha dicho que no está de
acuerdo en que con cargo al IFOP --que va destinado para otros asuntos y
que está consignado antes de que hay o no esta expulsión del caladero
marroquí-- se abonen esas cantidades al sector pesquero español. Por ello
no vea tantos fantasmas en mi intervención y céntrese un poco en las
cuestiones que le hemos preguntado.

Nadie ha preguntado, ni le ha dicho, ni le ha acusado de que no haya
habido relaciones bilaterales. Hemos preguntado cuántas han realizado.

Usted me dice que no pueden



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suplantar a la Unión Europea, pero por si acaso el señor Solana ha ido a
Marruecos. ¿Qué ha conseguido allí? El Grupo Parlamentario Popular ha
aplaudido que en un momento determinado la Unión Europea levantara las
negociaciones. Estamos totalmente de acuerdo en que es preferible
levantar la negociación a que haya un mal acuerdo. Pero usted se ha ido
por los cerros de Ubeda y no me ha contestado a qué responde ese
incremento hasta el 25 por ciento de reestructuración de flota.

Contésteme. Yo le he dicho a usted que no han hecho una reestructuración,
no porque crea que haga falta o no, sino porque ustedes han hablado de
reestructurar la flota. ¿Dónde está su programa? Cuando usted lo presente
le diré si estoy de acuerdo o no. No he hablado de reestructuración. Le
he preguntado por qué ustedes hablan de la reestructuración. Cuénteme,
señor Ministro, por qué habla. He dicho que dónde está ese papel que
debían haber preparado para cuando llegara este momento y que ustedes
conocen desde hace año y medio. ¿Dónde está esa reestructuración que
ustedes preparan?
Le he dicho más. No estamos de acuerdo con que Marruecos fuerce la
reestructuración de nuestra flota. Eso ha de ser en el conjunto de la
Unión Europea, entre los países que la conforman.

Hablemos de otras cuestiones ahora. ¿Es esto demagogia, señor Ministro?
Es una pregunta directa. Y es una realidad como un templo. Quiero decirle
más: Si para usted la actual situación del sector pesquero no es de
deterioro, más vale que coja el petate y se marche, señor Ministro,
porque haga un balance respecto a la flota congeladora, la flota
bacaladera, lo que está pasando en estos momentos, la flota que está
faenando en el caladero marroquí, lo que nos está pasando con Mauritania,
y verá que es muy pobre.

Termino refiriéndome, ya que hacen tantas alusiones al imperialismo, que
parece que les encanta, a aquel emperador que decía a sus generales: no
contarme batallas con tanto lujo de detalle que puedo confundirlas con
una victoria. Ustedes ponen tan pocos detalles hasta para explicar esta
batalla que no hay ningún problema en confundirlo con ninguna victoria.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Andreu. Le ruego que sea
muy breve.




El señor ANDREU ANDREU: Solamente he de manifestar, en lo que se refiere
a cuanto el señor Ministro ha expuesto en su réplica, que nosotros somos
de la opinión de que el proceso negociador de la pesca sí está concernido
por el proceso del tratado de cooperación que va a realizar Marruecos. A
lo mejor política o diplomáticamente tiene que decir el señor Ministro.

Pero como dije anteriormente, creo que ha habido una pretensión de
utilizar a los pescadores españoles como rehenes ante este tratado.

En cualquier caso, el plazo que tenemos para esta negociación es hasta el
mes de noviembre y ahí podríamos ver hasta qué punto llega la actuación
del gobierno marroquí en este punto. Repetimos que en esta negociación
van a actuar dos partes totalmente soberanas, pero insistimos en que los
criterios de relación entre la Unión Europea y Marruecos deben cambiar.

Creo que el síndrome de la marcha verde debe acabar en la relación de la
Unión Europea con Marruecos; no vaya a convertirse cada vez que se firma
un nuevo tratado pesquero en una nueva marcha verde de Marruecos contra
España. Eso no puede seguir así. Marruecos es soberano y tiene el
derecho, como todos los países, a darse el régimen que considere
oportuno, pero con una relación fluida y leal entre las partes. No puede
haber astucias en la relación entre países o entre partes --éste no es el
tema, porque en este caso la Unión Europea no es un país propiamente
dicho-- como la Unión Europea y Marruecos. Esto debe cambiar de ahora en
adelante. La suspensión de estas negociaciones hasta una futura ronda
debe servir para eso. Si es solamente un gesto, no habremos hecho nada;
si a partir de ahora no cambia sustancialmente la relación, no habremos
hecho nada.

Por lo expuesto, nos sumamos a esa iniciativa de que comparezca la señora
Bonino en esta Cámara. Nos parece muy oportuno para decir que deben
cambiar sustancialmente a partir de ahora las relaciones entre estos
países. También quisiéramos que nos explicara si se están produciendo
ayudas a la agricultura después de que se han interrumpido las relaciones
sobre el tratado pesquero. Si se están produciendo ayudas a la
agricultura después de que no ha sido posible un acuerdo pesquero,
creemos que estaríamos ante una situación de farsa. Queremos que la
señora Bonino nos explique si esas ayudas a la agricultura se van a
producir o no.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRIGUEZ: Muy brevemente.

La opinión de mi Grupo es que, parezca o no, en toda negociación, con la
experiencia que tenemos con Marruecos, las apariencias engañan. Parece
que hay un intento deliberado de hacer coincidir el acuerdo de
cooperación y el acuerdo pesquero.

El señor Ministro ha dicho que no ha expresado ninguna voluntad, ninguna
intención de adelantar la negociación del acuerdo de cooperación y, por
tanto, parece que está al margen del acuerdo pesquero. También ha dicho
que querían que el acuerdo pesquero se negociara al mismo tiempo que la
flota está amarrada. Deliberadamente, ésa parece que es la intención
negociadora de la parte marroquí. Pienso que esa coincidencia se expresa
también con el acuerdo de cooperación. Yo creo que miden muy bien los
tiempos y de lo que se trata es de que en este otoño se pretenda hacer un
acuerdo global, con sus diferentes niveles, entre el acuerdo pesquero y
el de cooperación.

A mí lo que me preocupa es que en los acuerdos de cooperación no tenemos
ninguna información de qué se discute y qué es lo que se va a proponer.

El señor Ministro creo que ha dicho que la belleza y la fuerza de la
democracia, y también su complejidad, es contar con la opinión pública.

Entiendo que una obligación del Gobierno debía ser informar --cosa que
nosotros estamos buscando desde



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hace tiempo-- en qué dirección, con qué orientación, qué temas y qué
fórmula se emplea en los acuerdos de cooperación. Esa es la complejidad,
la fuerza y la belleza, en palabras --repito-- del señor Ministro, de la
democracia al contar con la opinión pública y no subestimarla como puede
ocurrir en un régimen autoritario.

Nos guste o no, en el otoño vamos a comprobar que la tesis de la
coincidencia de los dos niveles de negociación va a existir, en mi
opinión deliberadamente buscado, y en principio no es malo si lo que se
encuentra es un acuerdo de cooperación estable a largo plazo y que los
intereses del Magreb y Europa no pueden ser de ninguna manera
contradictorios y conflictivos, sino que tienen que ser en un marco de
cooperación internacional que interesa a ambas partes.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Brevemente para reiterar al señor Fernández de Mesa que está obsesionado
por la forma de su discurso y muy poco por el fondo. Por eso se permite
al mismo tiempo pedir un plan de reestructuración y decir que no se hable
de reestructuración. No pida usted al Gobierno que realice un plan de
reestructuración de la flota, que lo presente, y al mismo tiempo que no
queremos que se hable de reestructuración ahora porque se está negociando
y ya hablaremos posteriormente. No lleve usted sus contradicciones tan
lejos, o tan cerca. No establezca usted sus contradicciones de forma tan
inmediata en su discurso porque quedan en evidencia, aunque las adorne de
florituras retóricas.

En lo que se refiere a la posición de la Unión Europea sobre el
cefalópodo, ya se ha dado una respuesta al sector, que creo que es la que
en estos momentos es válida, y no me parece que debamos discutir sobre
las cifras de la negociación cuando tenemos una negociación todavía
abierta. Yo... (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río pronuncia
palabras que no se perciben claramente.)



El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Perdón.




El señor PRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Yo creo que la estrategia de negociación sobre este tema está respaldada
por el conjunto del sector, por todos los armadores, incluidos los del
sector del cefalópodo, por lo que no creo que sea eficaz, que refuerce
las posiciones de negociación, el que abramos discusiones sobre
diferentes pesquerías o subsectores pesqueros en el ámbito de una
negociación que todavía está abierta.

Pienso que es necesario cambiar las formas de relación y la metodología
de negociación entre la Unión Europea y Marruecos. Creo que la
metodología ha fracasado, el proceso negociador seguido en el ámbito
pesquero ha fracasado y, por tanto, hay que cambiar de metodología, hay
que esperar una actitud más abierta con este enfoque global que quiere
dar la Unión Europea a las relaciones. Además, este enfoque global es
deseable, como alguien ha dicho, y así ha sido valorado por el conjunto
del sector y por todas las fuerzas políticas. Espero que sobre la base
del deseo de reforzar la cooperación entre la Unión Europea y Marruecos,
pero al mismo tiempo de exigir un acuerdo equilibrado en el ámbito
pesquero, es posible retomar las negociaciones y encontrar una solución
satisfactoria para la actual parada de la flota que faena en este
caladero.




El señor PRESIDENTE: Agotado ya el orden del día, se levanta la sesión.




Eran las seis y cincuenta y cinco minutos de la tarde.