Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 490, de 10/05/1995
PDF





CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 490
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 37
celebrada el miércoles, 10 de mayo de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Director de la Casa de América (Garrigues
López-Chicheri), para informar del desarrollo, funcionamiento y gestión
de la Casa de América. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente 212/001348). (Página 14908)
Proposición no de ley sobre el conflicto del pueblo saharaui. Presentada
por el Grupo Parlamentario Mixto. (BOCG serie D, número 216, de 10-4-95.

Número de expediente 161/000456). (Página 14921)
Preguntas:
--De la señora Balletbó Puig (Grupo Parlamentario Socialista), sobre
posición española en relación con la demanda del Gobierno guineano de
cierre de las emisiones de Radio Exterior dirigidas a dicha ex colonia
española. (BOCG serie D, número 189, de 10-2-95. Número de expediente
181/001294). (Página 14921)
--Del señor Robles Fraga (Grupo Parlamentario Popular), sobre opinión del
Secretario de Estado acerca de la prioridad del programa de preservación
del patrimonio cultural de Iberoamérica. (BOCG serie D, número 189, de
10-2-95. Número de expediente 181/001298). (Página 14922)



Página 14906




--Del mismo señor Diputado, sobre motivos de la disminución del
presupuesto para la restauración del patrimonio hispano en Iberoamérica.

(BOCG serie D, número 189, de 10-2-95. Número de expediente 181/001299).

(Página 14922)
--Del señor Peralta Ortega (Grupo Parlamentario Federal IU-IC), sobre
gestiones para solucionar la problemática de los denominados «niños de la
guerra» que vivieron en Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania y
Bielorrusia. (BOCG serie D, número 191, de 17-2-95. Número de expediente
181/001337). (Página 14925)
--Del mismo señor Diputado, sobre gestiones que lleva a cabo el
Ministerio de Asuntos Exteriores para la ratificación por los órganos
competentes de la Federación Rusa del Acuerdo de Seguridad Social entre
España y Rusia, suscrito en octubre de 1994. (BOCG serie D, número 194,
de 24-2-95. Número de expediente 181/001340). (Página 14925)
--Del señor Melián Mestre (Grupo Parlamentario Popular), sobre ayudas del
Gobierno al de la República Popular de China. (BOCG serie D, número 201,
de 10-3-95. Número de expediente 181/001425). (Página 14926)
--Del mismo señor Diputado, sobre criterios del Gobierno ante la crisis
económico-política de la República de México y sus posibles derivaciones
sociales. (BOCG serie D, número 201, de 10-3-95. Número de expediente
181/001426). (Página 14929)
--Del mismo señor Diputado, sobre posición del Gobierno ante los sucesos
de Chiapas del mes de febrero en México. (BOCG serie D, número 201, de
10-3-95. Número de expediente 181/001427). (Página 14929)
Dictámenes sobre:
--Retirada por parte de España de la reserva número 2, formulada por
España al Convenio Europeo, relativo al reconocimiento y la ejecución de
decisiones en materia de custodia de menores, así como al
restablecimiento de dicha custodia, hecho en Luxemburgo el 20 de mayo de
1980. (BOCG serie C, número 186-1, de 21-3-95. Número de expediente
181/000152). (Página 14929)
--Protocolo sobre el Estatuto de los Cuarteles Generales Militares
Internacionales establecidos en cumplimiento del Tratado del Atlántico
Norte, hecho en París el 28 de agosto de 1952. (BOCG serie C, número
187-1, de 24-3-95. Número de expediente 181/000153). (Página 14930)



Se abre la sesión a las diez y diez minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a esta sesión de
nuestra Comisión. Debo decirles que se han producido algunas alteraciones
en el posible orden del día, y digo posible porque en este momento
debemos discutirlo. Por consiguiente, voy a informarles de cuál es
exactamente la situación y voy a abrir un breve turno de portavoces para
que lleguemos a un acuerdo sobre cómo se va a desarrollar finalmente el
orden del día previsto.

Tenemos dos tipos de problemas. Uno, que someto inmediatamente a su
consideración, es el siguiente. El punto número 10 del orden del día, que
se refiere a una proposición no de ley sobre el conflicto del pueblo
saharaui, presentada por el Grupo Parlamentario Mixto y en su nombre por
el señor Albistur, tiene la siguiente situación procedimental. El señor
Albistur ha pedido a la Mesa de la Cámara que esta proposición no de ley
se tramite en el Pleno. La Mesa ha examinado la situación y ha tomado el
siguiente acuerdo: trasladar a la Comisión de Asuntos Exteriores para que
por la misma se adopte, si procede, decisión acerca de la eventual
exclusión del orden del día de la proposición no de ley de referencia,
comunicándolo al grupo parlamentario autor de la iniciativa. Por
consiguiente, tenemos que decidir si aceptamos esta propuesta del señor
Albistur de modo que esta proposición no de ley se excluya de nuestro
orden del día hoy y pase al Pleno o si seguimos adelante con ella. De
todas maneras, veo que el señor Albistur no está siquiera presente. (El
señor Rupérez Rubio pide la palabra.) Señor Rupérez, tiene usted la
palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Así, a bote pronto, señor Presidente, ciertamente
nosotros no tendríamos ningún inconveniente en que se tramitara en otra
instancia de esta Cámara, pero nos parece un procedimiento relativamente
peculiar, primero, porque el señor Albistur no esté aquí en este momento
para defender su proposición no de ley, y segundo, porque es evidente que
el resto de los grupos parlamentarios veníamos preparados para discutirlo
y enmendarlo. Me parece una cierta falta de consideración hacia el resto
de la Cámara. De manera que sin mucha convicción, porque tampoco es una
cuestión teológica, diría que viéramos la proposición en la Comisión de
Asuntos Exteriores y que se mantuviera en la competencia de la misma. Y,



Página 14907




desde luego, pediría al señor Albistur que venga aquí a defender las
iniciativas que él o su Grupo ha tomado, porque me parece que es regla
evidente y elemental de cumplimiento.




El señor PRESIDENTE: El señor Martínez, por el Grupo Socialista, tiene la
palabra.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Estoy totalmente de
acuerdo con el planteamiento del señor Rupérez. Lo único es que, viendo
el orden del día y no estando el señor Albistur, no sé si no decae esta
proposición no de ley, que está en el orden del día de hoy. Por lo menos
cabría esperar que este colega estuviera en la Comisión para explicar por
qué cree que no se debe discutir aquí y sí en el Pleno, para lo que
posiblemente tenga alguna razón.

Como ha dicho el señor Rupérez, nosotros venimos preparados, habiéndolo
discutido en el Grupo, como discutimos siempre estos temas. Por otra
parte, tengo entendido que hay alguna iniciativa en marcha con
perspectiva de que fuera común de todos los grupos, o de la mayoría, en
un tema en el que a mí me parece muy importante que hubiera una posición
de consenso. Desde luego, estoy de acuerdo con el señor Rupérez, pero no
sé si lo que propone es que lo veamos sin que nadie defienda la propuesta
o que se posponga a otra reunión de la Comisión.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro grupo desea expresar su opinión?
(Pausa.) El señor Recoder, por el Grupo Catalán (Convergència i Unió),
tiene la palabra.




El señor RECODER I MIRALLES: Nosotros teníamos conocimiento del escrito
del señor Albistur desde el momento en que entró en el registro. Por
tanto, este portavoz creía que la proposición no de ley no se iba a ver
en esta Comisión.

Desde luego, si el Grupo proponente ha solicitado que la proposición no
de ley se vea en el Pleno, a nosotros nos parece que es perfectamente
aceptable, siempre evidentemente que la mayoría de esta Comisión lo
decida así, como parece que es preceptivamente reglamentario. En el caso
de que no se decidiera atender la petición del señor Albistur, creo que
lo que procede es que, llegado el momento de discutir esta proposición no
de ley dentro del orden del día, si no hay ningún representante del Grupo
Mixto para defenderla, la proposición decaería y el portavoz se vería en
la obligación de volver a presentarla, en este caso para ser vista en el
Pleno, cosa que además creo que no perjudicaría a lo que es su intención.




El señor PRESIDENTE: Así es exactamente, señor Recoder.

El señor Espasa, por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra.




El señor ESPASA OLIVER: Nuestra posición es la misma que la del portavoz
del Grupo Catalán. En cuanto a lo que procede, no me veo con fuerzas para
decidir si retiramos o no un punto del orden del día, por mucho que lo
pida otro Diputado. Es él quien debe hacerlo, está en su legítimo
derecho. Por tanto, creo que lo mejor es seguir con el orden del día y
cuando llegue el momento procesal oportuno veremos qué sucede, si decae o
si el interesado la retira, y entonces decidiremos lo que se debe hacer.




El señor PRESIDENTE: No sé si interpreto el sentir global de la Mesa,
pero mi opinión al respecto coincide con lo que se acaba de exponer por
los diversos portavoces.

Creo que aquí ha habido un problema de mala tramitación; es decir, que se
presentó muy tardíamente la petición de que la proposición no de ley
fuese vista en el Pleno, por lo que la Mesa del Congreso ha tenido que
reaccionar también un poco a contrapié. Creo que lo más sensato es
mantener el orden del día tal como está previsto. Cuando llegue el
momento en que tengamos que examinar este punto del orden del día, si el
señor Albistur está presente se verá con toda normalidad y si no lo está
decaerá. Esa es la impresión que yo tengo. ¿Los miembros de la Mesa
coinciden con esta apreciación? (Asentimiento.) En este caso, si les
parece, sin ninguna votación mantenemos el orden del día en lo que se
refiere a este punto y actuaremos tal como acabamos de decir.

El segundo problema que se presenta en relación con el orden del día es
que nos acaban de comunicar que el Secretario de Estado de Cooperación,
señor Dicenta, se encuentra enfermo y que por consiguiente no podrá
acudir hoy a esta sesión. El señor Secretario de Estado tenía previsto
contestar a las preguntas números 3 y 4, sobre el patrimonio cultural de
Iberoamérica y el patrimonio hispano en Iberoamérica, y a la número 7
sobre ayudas del Gobierno a la República Popular de China. El problema es
si por la ausencia del señor Dicenta aplazamos el examen de estas
cuestiones o lo mantenemos, en cuyo caso otro de los representantes del
Ministerio de Asuntos Exteriores que acudan aquí esta mañana pueda
contestarlas, aunque sin haberlas preparado debidamente. Por ello
pregunto al grupo que ha presentado estas preguntas su opinión al
respecto.

El señor Rupérez tiene la palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, ¿podríamos saber quién en
nombre del señor Dicenta y procedente del Ministerio de Asuntos
Exteriores estaría en situación de contestar a las preguntas?



El señor PRESIDENTE: Nos han comunicado que sería el señor Subsecretario.




El señor RUPEREZ RUBIO: Yo creo que en ese caso sí nos parecería
razonable que fuera el Subsecretario el que contestara a las preguntas
del Diputado señor Robles Fraga, así como también la del señor Milián.




El señor PRESIDENTE: Si no hay opiniones en contra, se lo comunicaremos,
por consiguiente, a los representantes



Página 14908




del Ministerio, concretamente al señor Subsecretario, para que asuma la
responsabilidad de contestar estas preguntas.




--COMPARECENCIA DE DON EDUARDO GARRIGUES LOPEZ-CHICHERI, DIRECTOR DE LA
CASA DE AMERICA, PARA INFORMAR DEL DESARROLLO, FUNCIONAMIENTO Y GESTION
DE LA CASA DE AMERICA. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO.

(Número de expediente 212/001348.)



El señor PRESIDENTE: Sin más, pasamos a desarrollar el orden del día de
hoy. El primer punto es la comparecencia de don Eduardo Garrigues
López-Chicheri, Director de la Casa de América, para informar del
desarrollo, funcionamiento y gestión de la Casa de América, a quien doy
la bienvenida. Siguiendo el uso establecido en esta Comisión para las
comparecencias, en este caso a petición del Grupo Socialista, pregunto a
dicho grupo si desea introducir el debate o prefiere que sea el propio
señor Garrigues el que empiece exponiendo el fondo de la cuestión.

(Pausa.)
Puesto que el Grupo Socialista renuncia a introducirlo, le doy la palabra
al señor Garrigues para que en tiempo prudencial nos exponga su versión.




El señor DIRECTOR DE LA CASA DE AMERICA (Garrigues López-Chicheri):
Señorías, deseo, ante todo, agradecer esta oportunidad de comparecer ante
la Comisión para informar del desarrollo, funcionamiento y gestión de la
Casa de América. Entiendo que esta comparecencia había sido sugerida en
relación con la intervención del Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, señor Dicenta, en la sesión de esta
misma Comisión del 21 de diciembre pasado, cuando se produjo, junto a una
valoración positiva por parte del Secretario de Estado de la labor que
está desarrollando la Casa de América, una valoración negativa del
funcionamiento general de la institución por parte de un Diputado del
Grupo Popular que me acusó de realizar, en función de mi cargo, gastos de
difícil justificación, manifestando sus dudas de que mi actuación pudiera
ser modelo de alto cargo o de funcionario socialista.

Antes de pasar a informar, señor Presidente, sobre los asuntos para los
que se me ha citado, desearía hacer ciertas aclaraciones. En primer
lugar, que no comparezco ante esta digna Comisión como representante de
ningún grupo político o partido al no pertenecer a ninguno. Por lo tanto,
difícilmente podría ser modelo de funcionario socialista. Estoy aquí como
diplomático profesional que ha ido desarrollando su carrera por un
sistema de concurso-oposición ajeno a la designación a un puesto por
motivos políticos, circunstancia que, pienso, pudo facilitar mi
nombramiento por consenso al puesto de Director General entre las tres
instituciones que integran el consorcio Casa de América: el Ayuntamiento
de Madrid, la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En segundo lugar, querría destacar que ni el consejo rector de la Casa ni
la comisión delegada que, en su representación, se reúne regularmente se
ha cuestionado en ningún momento lo correcto de mi actuación, a pesar --y
creo que esto es importante-- que en dichos órganos de gobierno de la
Casa de América están representadas diversas fuerzas políticas,
incluyendo el Partido Popular. Por último, en este preámbulo querría
añadir que estoy plenamente convencido de que la mayoría de los datos
suministrados por el Diputado Popular, señor Hernando Fraile, en la
sesión de 21 de diciembre en esta Comisión, deben haberse originado en
fuente apócrifa y oficiosa. No se justificaría de otro modo que S. S. me
acusara de comer prácticamente a diario en Zalacaín, restaurante que
jamás he utilizado en función de mi cargo, o que pretendiese que había
consumido en sólo tres meses y en un solo restaurante más de 1.250.000
pesetas, lo cual, de ser cierto, no sólo hubiera constituido un quebranto
contra el erario público sino contra mi propia salud, a pesar de las
inclinaciones pantagruélicas que injustificadamente se me atribuyen. Lo
cierto es que esta cifra correspondía a todos los gastos de recepciones
institucionales y gastos de representación de un trimestre en la Casa de
América, incluyendo, por supuesto, los de los diversos miembros de la
alta dirección. Pienso que el atribuir a un solo funcionario todos los
gastos sociales de una institución resultaría tan absurdo como si un día
la empresa eléctrica decidiese cargar a un solo inquilino los gastos de
luz de todo un edificio. Desafortunadamente, este tipo de errores de
bulto fueron suministrados como datos fehacientes ante esta Comisión,
circunstancia que considero especialmente lamentable por estimar que una
simple gestión de información ante las fuentes oficiales hubiera servido
para aclarar los hechos.

Señor Presidente, señorías, paso ahora a exponer las líneas generales del
desarrollo, funcionamiento y gestión de la Casa de América, institución
que, sin duda, puede beneficiarse de los criterios de esta Comisión en la
labor siempre difícil de fijar sus metas y prioridades.

Al hablar del desarrollo de la Casa de América, creo que es importante
destacar tres aspectos que marcan el mismo desde su origen. El primero
que la Casa de América nace como un proyecto de gran envergadura para
dotar a Madrid de un centro cultural, diplomático, institucional,
coincidiendo con el año de la capitalidad europea y de la conmemoración
del V Centenario del Descubrimiento en 1992. En segundo lugar, que la
Casa de América es un proyecto de Estado, por lo que se buscó
precisamente el consenso institucional entre el Ministerio de Asuntos
Exteriores, la Comunidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de la
capital, aportando este último el edificio del Palacio de Linares,
valorado en unos 3.000 millones de pesetas, y aportando Exteriores y la
Comunidad, a partes iguales, las obras de rehabilitación del edificio,
cuyos costos finales vinieron a acercarse al valor de lo aportado por el
Ayuntamiento. Ese sentido de consenso entre las diversas fuerzas
políticas se manifestó cuando el anterior Secretario de Estado, señor
Arias Llamas, expuso ante esta misma Comisión, el 19 de febrero de 1992,
las líneas maestras de las actividades del que entonces era todavía



Página 14909




futuro centro y recibió el apoyo unánime de los distintos grupos
políticos. Así, el señor Arias-Salgado Montalvo, que entonces
representaba al Grupo CDS, manifestó que se trataba de un proyecto de
interés común, para todos. El señor Cremades Sena, del Grupo Socialista,
anticipaba entonces que la Casa de América sería aquello que permaneciese
después de 1992 en Madrid. Y el señor Milián Mestre, del Grupo Popular,
coincidía en que se trataba de una de las aportaciones más importantes de
las últimas décadas, como nexo de comunicación entre las realidades
históricas de España y Latinoamérica. Pienso, señorías, que para el
fructífero desarrollo de esta institución es imprescindible que continúe
el clima de consenso y de apoyo de los diversos grupos políticos
interesados en mantener y en ahondar las raíces de la comunidad
iberoamericana.

El último elemento que deseo señalar en el desarrollo de este centro y
con respecto a su origen, precisamente por haber podido condicionar su
posterior desarrollo, es el sentido de urgencia con el que fue creado.

Como quizá algunos de ustedes saben, aunque oficialmente fue constituido
en marzo de 1990 e inaugurado por Su Majestad el Rey y los demás Jefes de
Estado y de Gobierno reunidos en la II Cumbre Iberoamericana en julio de
1992, la Sociedad Estatal V Centenario, que era la encargada de gestionar
las operaciones de rehabilitación, no pudo entregar las obras hasta
septiembre de ese mismo año 1992, inaugurándose la primera actividad
cultural en la Casa de América «Méjico, hoy».

Como destacaba el titular de Asuntos Exteriores, señor Solana Madariaga,
en una intervención ante el Pleno del Congreso, el 5 de octubre de 1994,
se trata de una institución muy joven, demasiado joven --añadía el
Ministro--, ya que tan sólo en septiembre de este mismo año 1995 cumplirá
sus tres años completos de funcionamiento. En un artículo publicado en el
semanario «Tribuna», el 5 de diciembre de 1994, el encargado de la
sección cultural de esta revista realizaba una valoración positiva de la
Casa de América describiéndola como la institución más útil y hermosa
nacida del V Centenario, y cito lo que el periodista dice al respecto. No
hay día --dice-- que la Casa de América no ofrezca algo de interés y su
programa mensual es a veces una pequeña enciclopedia hispanoamericana:
cine, conferencias, exposiciones de pintura y fotografía, semanas
culturales dedicadas a cada país. Fin de la cita. Aparte de las frases
apologéticas de la obra de la Casa de América, creo importante el título
de un artículo que se llamaba «El retorno de las carabelas», ya que
siempre había imaginado yo la Casa de América como una cuarta carabela
anclada en la castiza plaza de La Cibeles pero dirigida a Latinoamérica
en un viaje de mutuo descubrimiento. No hace mucho escuchábamos al
Presidente François Mitterrand declarar que España e Inglaterra somos los
únicos países europeos capaces de proyectar nuestra cultura en un ámbito
universal gracias a nuestra lengua. Y hace menos aún pudimos comprobar,
con las secuelas de un incidente internacional sobre intereses pesqueros,
cómo un tronco cultural puede vincular más que la pertenencia de dos
países a una misma comunidad económica e incluso estratégica. Por eso
pienso que cuando las tres instituciones que colaboraron generosamente en
la creación de la Casa de América buscaron un centro en el propio corazón
de Madrid, y restauraron un bellísimo palacio, no estaban sino saldando
una deuda importante con nuestra propia historia y la irrenunciable
necesidad de afirmar y promocionar nuestro patrimonio cultural.

En cuanto al funcionamiento de la Casa de América, no creo necesario
repetir hoy los datos que suministró en su día el Secretario de Estado
señor Dicenta Ballester, en la misma sesión antes indicada, aunque
suscribo plenamente su opinión de que el funcionamiento de un centro se
mide por sus resultados y que la mejor forma de valorar ese
funcionamiento es comprobar in situ cualquiera de las distintas
actividades que todos los días se ofrecen en la Casa de América. Para dar
una idea de la variedad de las mismas podría citar que en un sólo día
recogía la prensa de Madrid tres actividades diferentes de la víspera en
la Casa de América: el seminario sobre el poeta y político cubano José
Martí, la concesión del premio Tribuna Americana a dos juristas españoles
por un exhaustivo tratado sobre las fronteras en Iberoamérica, y la
presentación de la película «Sinfonía en soledad», del director
canadiense François Girard.

Por economía de tiempo he preparado un resumen de las actividades de
1994, que pongo a disposición de la Presidencia, donde se recogen
actividades culturales que caen bajo el capítulo de Ateneo, y actividades
docentes y foros de debate que caen bajo el capítulo de Tribuna, así como
otros actos de carácter institucional. De esos datos y cifras quería
destacar algunos: 450 horas lectivas en el Magister de Estudios
Superiores Iberoamericanos, organizado en colaboración con la Universidad
Complutense; 460 horas en el Master de Estudios Norteamericanos,
organizado en colaboración con la de Alcalá de Henares; 50.000 asistentes
a diversas muestras y exposiciones; 12.000 a un total de 38 espectáculos
escénicos y musicales; 211 películas sobre temas latinoamericanos; 209
conferencias, seminarios y mesas redondas; y 83 actos institucionales
entre los que me gustaría destacar la entrega por Su Majestad la Reina a
la Casa de América del premio Europa Nostra por las obras de
rehabilitación del Palacio de Linares. En total, el número de actividades
del pasado año es de 730, lo cual, si descontamos los días festivos y las
vacaciones del centro, da un promedio de 4,2 actividades. El número de
personas atendidas en el punto de información era de 146.000 y el total
del público asistente más de 180.000.

Estas cifras, señor Presidente, señorías, me parecen satisfactorias,
especialmente si pensamos que se trata de una institución cultural de
nuevo cuño y si tenemos en consideración que el personal en plantilla
fijo del centro no es superior al de 30 empleados, contando tan sólo con
un presupuesto algo superior a los 500 millones de pesetas. También creo
que es importante mencionar que los gastos generales, dada la condición
museística y las necesidades de conservación y mantenimiento del
edificio, son muy elevados, por lo que de ese presupuesto total
corresponde a las actividades finales de índole cultural o académica tan
sólo un 23 por ciento del mismo, que globalmente podríamos cifrar en unos
125 millones de pesetas. Si comparamos



Página 14910




esas cifras con lo que cuesta a otras instituciones culturales algunas
actividades concretas, por ejemplo, la última exposición celebrada en la
Casa de América sobre la selva amazónica, que costó a la fundación La
Caixa 60 millones y fue visitada en un mes y medio por 33.000 personas,
vemos que con poco más del doble de lo que cuesta una sola exposición,
una sola actividad, la Casa de América ofrece a su público anualmente 8
exposiciones, 39 espectáculos, 209 conferencias, etcétera. Por supuesto
que no existe, señorías, ninguna fórmula mágica para poder organizar un
número tan amplio de actividades con fondos relativamente limitados, como
no sea la localización excepcional y la belleza del edificio que invita a
otras instituciones académicas, culturales y editoriales a compartir los
gastos de actividades en la Casa de América o incluso, a veces, a
financiar esa actividad íntegramente.

La relación con las embajadas latinoamericanas es una de las prioridades
de nuestra actividad, hasta el punto de que países como Perú y Chile
celebran ahí sus días nacionales, y últimamente la reunión de agregados
culturales iberoamericanos se convoca también en la Casa. Sin embargo,
cuando debemos organizar un programa ambicioso, como el que se celebró
con ocasión de la pasada Cumbre Iberoamericana, titulado «Colombia en
portada», en este caso los costos de las diversas actividades se
comparten con el país de origen de dicha promoción cultural. Y cuando
acuden al centro figuras de la literatura como Carlos Fuentes, que ha
estado cuatro veces en los últimos meses en la Casa de América, o Mario
Vargas Llosa, que ha estado tres en los últimos meses, y otros
importantes escritores como Jorge Amado, Mario Benedetti o José Saramago,
la Casa de América procura hacer coincidir el acto con la recepción de un
premio o la presentación de un libro, lo cual nos permite colaborar con
otras entidades y disminuir los gastos. Incluso cuando hemos invitado a
conferencias a altas personalidades de la política o la diplomacia
latinoamericana nos limitamos siempre a sufragar el costo del transporte,
el alojamiento y la manutención, sin otras compensaciones. Por haber
organizado yo varios seminarios en cursos de verano universitarios sé las
cifras tan altas que se suelen pagar por esas participaciones y lo que se
ahorra la Casa de América por ese capítulo, gracias, por un lado, al
prestigio de la institución y, por otro, a la generosidad de algunos de
sus más importantes colaboradores. Por supuesto, con motivo de estas
contribuciones, la Casa de América suele tener alguna atención con los
ilustres invitados que puede consistir desde una recepción el día de la
inauguración o clausura del acto hasta un almuerzo ofrecido en su honor
dentro o fuera de la sede.

Señorías, aparte de las líneas generales del funcionamiento de la Casa de
América, pienso que a esta Comisión podría interesar conocer cuáles son
los criterios y las prioridades que intentamos aplicar a la hora de
seleccionar nuestro programa. En primer lugar, intentamos presentar una
oferta cultural lo más variada posible, de acuerdo con la complejidad y
la riqueza del acervo cultural iberoamericano: exposiciones como la del
arte precolombino de la colección Barbier Müeller o el arte colonial de
las reducciones jesuíticas, hasta la muestra del arte actual más
contemporáneo como la del colombiano Luis Caballero, o las expresiones de
arte popular chicano de la emergente población latina de Los Angeles.

También en espectáculos se han ofrecido desde la obra vanguardista «El
hilo de Ariadna», un viaje del espectador por el laberinto de su propia
conciencia, hasta musicales de romántica tradición caribeña, como la
Vieja Trova Santiaguera.

El equilibrio de nuestra programación está también en la manifestación de
distintas tendencias políticas y de pensamiento, y de ello es una prueba
la concurrencia a diversos actos de personalidades de distintos partidos.

Por ejemplo, podría citar en una mesa redonda sobre la experiencia
chilena al Presidente de esta Comisión de Exteriores, junto al portavoz
en la misma del Grupo Popular, señor Rupérez. Con frecuencia igualmente
participan en nuestros actos ministros del Gobierno como los de
Exteriores, Cultura, Asuntos Sociales, Educación pero también han acudido
personalidades de otros partidos como recientemente el Presidente de la
autonomía catalana, señor Pujol, más recientemente el Presidente del
Partido Popular y anteayer mismo, el lunes, el Presidente de
Castilla-León en un acto de clausura que celebramos sobre las actividades
del V centenario del Tratado de Tordesillas. También es norma de la Casa
realizar siempre un debate abierto al público después de cada
comparecencia o seminario, ya sea una exposición del Secretario de Estado
norteamericano para asuntos latinoamericanos, señor Watson, o una
presentación del Ministro cubano de cultura, don Armando Hart. También
intentamos ir algo más allá de la cultura oficial y buscar la cultura
real. El que mantengamos una estrecha relación con las representaciones
oficiales latinoamericanas no nos impide que abramos un foro de debate a
la oposición de esos países o sirvamos de plataforma de tendencias
culturales diferentes a las de los respectivos gobiernos, por pensar que
ese pluralismo, a la larga, favorece la búsqueda de entendimiento y
reconciliación que a veces es más sencillo lograr fuera del entorno
nacional. Ejemplo de tales casos es el coloquio de poesía sobre Cuba «La
isla entera», en el que participaron junto a poetas de la isla
distinguidos representantes de la oposición en el exilio, y también el
seminario sobre el proceso de paz en El Salvador, que reunió por primera
vez en el mismo lado de la mesa a una serie de personalidades que habían
luchado no sólo en partes opuestas de la mesa sino incluso con las armas
en la mano, como Ana Guadalupe Martínez, del FMLN, o Rubén Zamora, que
fue vicepresidente del Frente Democrático Revolucionario.

Por último, pretendemos que la Casa de América sirva no sólo de
plataforma para afirmación de valores consagrados sino para el ejercicio
de promoción de nuevos valores o de creadores ya cuajados, pero no
suficientemente reconocidos fuera de su país. Tal es el caso del escrito
peruano Julio Ramón Ribeyro, cuya presentación coincidió con la
publicación de sus obras, que constituyó en España una revelación y un
verdadero lanzamiento, ganando inmediatamente después este escritor
varios premios de importancia, incluyendo el de narrativa Juan Rulfo.

Dado que, como todos ustedes saben, el escritor peruano murió a los pocos
meses de esa promoción le cabe a uno, al menos,



Página 14911




la satisfacción de haber contribuido a un postrero pero bien merecido y
eficaz reconocimiento de su obra. También en el cine latinoamericano ha
servido la Casa de América de punta de lanza, habiéndose estrenado en la
misma películas que más tarde alcanzarían renombre internacional como la
mejicana «Como agua para chocolate», la colombiana «La estrategia del
caracol» y la cubana «Fresa y chocolate», todo ello en el deseo de
promocionar un espacio cinematográfico en lengua española.

Me ocuparé por último, señor Presidente, señorías, del capítulo de
gestión. El que haya realizado una valoración positiva del desarrollo y
del funcionamiento de la Casa de América no supone que considere a esta
institución como un instrumento perfecto. Como todo organismo joven
--condición que destacaba desde el principio de mi intervención--, sin
duda, necesitará un período de rodaje para limar ciertas imperfecciones.

El propio Secretario de Estado, en su comparecencia anteriormente citada,
apuntaba las imperfecciones que podían existir tanto en la definición de
competencias entre los distintos órganos de gobierno como en aspectos
concretos de la administración y la contabilidad. En relación con la
distribución de competencias, antes de mi incorporación al centro se
había ya constatado una cierta ambivalencia con respecto a la toma de
decisiones de los órganos ejecutivos, ya que en los estatutos iniciales
la figura del gerente estaba prácticamente al mismo nivel que la del
director del centro. A raíz de la incorporación de un nuevo equipo en
marzo de 1994 se modificaron los estatutos, elevándose el nivel de
director a director general y suprimiéndose el puesto de gerente, cuyas
competencias se distribuían en dos nuevos cargos: un director de
programación y relaciones institucionales encargado de la elaboración del
presupuesto, la ordenación de pagos y la coordinación de las actividades
y una directora de administración encargada del mantenimiento general de
la casa y de los temas de personal, siendo también responsable de la
contabilidad. El problema que, a mi entender,sigue existiendo es que
mientras la nueva figura del director general tiene amplias atribuciones
en la representación institucional del consorcio y en la preparación de
un programa de actividades, en cambio en lo que se refiere a la gestión
diaria económica y financiera lo cierto es que las atribuciones del
director general son mucho más vagas o inexistentes. Querría poner a
disposición de SS. SS., y para ello entregaré a la mesa un ejemplar de
los estatutos vigentes de la Casa de América, las atribuciones de los
distintos órganos, que se establecen fundamentalmente en los artículos 12
y 13 y del artículo 17 al 22, dentro de los cuales el 21 concretamente
describe las competencias del director general. Pienso que un
reforzamiento de las competencias del director general en el terreno
económico y administrativo es esencial para poder asegurar la unidad de
dirección y el cumplimiento de mis responsabilidades al frente de la
institución, y pienso que así lo ha entendido la comisión delegada que
próximamente elevará al consejo rector una propuesta de delegación de
funciones en ese sentido.

Otra imperfección que pude intuir a las pocas semanas de mi nombramiento
fue la deficiente estructura del sistema administrativo y contable. A
raíz de un incidente de tesorería planteé ante la comisión delegada la
petición de un informe de auditoría de una firma independiente,
iniciativa que fue inmediatamente respaldada por la comisión, según
figura en actas de la sesión de 14 de abril que me permito citar. Dice
así: El señor director considera que sería una buena ocasión para
realizar una auditoría y que se generalice para su realización anual y
cuando haya cambiado de presidente o de director general. Los reunidos lo
acuerdan por unanimidad. Fin de la cita. El informe de la firma Price
Waterhouse no fue presentado hasta finales de julio de 1994, que fue
cuando pude comprobar que no habían existido anteriormente estados
contables completos por su ausencia de registros de los movimientos de
tesorería y de facturas emitidas y recibidas, así como también que
existían otras deficiencias en el sistema de control interno. Por tanto,
en cuanto fue posible solicité una convocatoria del consejo rector, el
cual, una vez informado, tomó las medidas necesarias con la colaboración
y supervisión de esa misma firma de auditoría que, tras realizar las
oportunas medidas de verificación, cursó un nuevo informe en el que
decía: Consideramos que las deficiencias que detectamos en nuestro
trabajo de auditoría están sustancialmente subsanadas a raíz de la
implantación de los nuevos procedimientos a partir del 1 de octubre de
1994, si bien será necesario completar su puesta en funcionamiento. Fin
de la cita del nuevo informe de auditoría. Gracias a la implantación de
estas medidas, señor Presidente, se ha podido conocer la situación
financiera del consorcio y elaborar un presupuesto realista, ya que el
aprobado en 1993 se basaba en una previsión abultada de ingresos,
ignorando en cambio ciertas partidas de gastos, y se ha podido también
absorber una deuda acumulada de los ejercicios anteriores, tanto en 1994
como en 1995, de unos 40 millones de pesetas, todo ello --insisto-- sin
disminuir el volumen de actividades.

Al hilo de estas explicaciones deseo manifestar que la interpretación del
Diputado del Grupo Popular, señor Hernando Fraile, sobre la forma en que
se realizó la auditoría en la Casa de América y sus consecuencias se
aparta de la realidad en diversos aspectos. En primer lugar, el señor
Hernando Fraile quiso destacar que la petición de auditoría a la firma
Price Waterhouse correspondía a un proceso iniciado hacía tiempo, que ya
se había realizado una auditoría en la Casa de América y que la
correspondiente a los años 1993 y 1994 no es que fuera pedida
expresamente por mí sino que era ya un acuerdo del consorcio de la Casa
de América. Esa afirmación, señorías, es rigurosamente incorrecta, como
lo demuestra el acta de la comisión delegada que les acabo de leer.

Efectivamente, se había presentado una auditoría económica realizada por
esa misma firma el 30 de julio de 1993, pero a diferencia de lo que
ocurrió el 18 de octubre de 1994, cuando presenté al consejo rector la
nueva evaluación de auditoría, aquel consejo de julio de 1993 entendió
que los sistemas de control y los registros contables que sugería la
firma auditora no eran de aplicación al régimen del consorcio y se
concluyó --y cito-- que en el futuro bastaría con presentar al final de
cada ejercicio la liquidación económica y cada dos años una auditoría
externa. De acuerdo con este criterio no hubiera correspondido



Página 14912




presentar una nueva auditoría hasta el mes de julio de 1995, y el haberla
presentado un año antes fue debido a mi petición expresa. Tal como
indicaba el Secretario de Estado en su comparecencia, refiriéndose a mi
gestión --y cito--, mal se puede atribuir mala fe a quien espontánea y
voluntariamente desea aclarar y mejorar los sistemas de gestión y
contabilidad. No les oculto, señorías, que resulta algo desmoralizador
comprobar que, en el clima de crispación política y social en que
vivimos, el que se preocupa por corregir una posible deficiencia o
irregularidad puede ser a la postre inculpado de las mismas faltas que
intentó atajar con la debida diligencia.

Tampoco comparto la interpretación negativa del Diputado del Grupo
Popular relativa a las aportaciones de los patrocinadores privados a la
Casa de América bajo un alto patronato. Lo cierto es que de las 10
empresas del alto patronato que han estado colaborando con una cifra fija
desde la creación de la Casa de América, la única entidad financiera que
ha interrumpido totalmente su aportación a la Casa de América es la
Fundación Banesto, por razones que no creo necesario explicar. También la
Compañía Iberia, que mantenía un sistema de contribución mediante
descuentos en billetes, interrumpió esa ayuda por un cambio en la
filosofía comercial del grupo. No obstante, en la actualidad se está
renegociando con los representantes de esta compañía la renovación de su
acuerdo. Mientras tanto, los otros miembros del alto patronato han
cumplido generosa y puntualmente las aportaciones que estaban recogidas
en el correspondiente convenio, y los ingresos previstos por tal capítulo
se calcula que asciendan este año a más de 100 millones de pesetas; en el
año anterior ascendieron a 115. Precisamente este año llegan a su fin
varios de los acuerdos de patrocinio y, aunque tengo buenas impresiones
de la renovación de varios de ellos, no me gustaría echar las campanas al
vuelo, ya que una afirmación aventurada pudiera incidir negativamente en
el generoso apoyo que vienen prestando hasta ahora estas instituciones
financieras.

Señor Presidente, una vez tratados los temas generales de gestión,
desearía referirme a ciertas acusaciones concretas sobre gastos de
representación y protocolarios que el señor Hernando Fraile consideraba
injustificados y suntuarios. Antes, sin embargo, desearía manifestar que
los gastos de representación y de protocolo, de acuerdo con las
necesidades institucionales de la Casa de América, aparecían en el
presupuesto para 1993, es decir antes de mi llegada a la Casa, por un
total de 3,5 millones de pesetas, y que en el nuevo presupuesto, en cuya
elaboración he participado, he rebajado dicha cifra total a menos de la
mitad en el presente ejercicio. Considero, sin embargo, que aun contando
con la oportuna partida presupuestaria, y a pesar de que estarían
justificados estos gastos de representación en función de mi cargo, si
hubiera abusado de esa facultad estaría justificada la preocupación del
Diputado del Grupo Popular. Afortunadamente, señor Presidente, señorías,
creo que puedo demostrar que no ha sido éste el caso. En primer lugar, ya
indiqué al principio de mi intervención que la sugerencia de que
frecuentaba el restaurante Zalacaín era absolutamente falsa. Sólo he
comido una vez en mi vida en dicho restaurante --por cierto invitado por
uno de los miembros del alto patronato-- y jamás he utilizado dicho
restaurante a cargo de la Casa de América, lo que puedo atestiguar por
una carta del gerente de Zalacaín que pongo a disposición de la
presidencia.

También he indicado antes que la acusación de haber gastado 1.253.000
pesetas en un solo restaurante era igualmente falsa. A dicha cifra
asciende todo lo facturado por el restaurante Arturo, que es quien tenía
la concesión de la Casa de América en ese período, y en dicha cifra se
incluyen las facturas correspondientes a los gastos de representación de
varios miembros de alta dirección, además de los gastos de actos
institucionales y recepciones, en ocasiones tan solemnes como la entrega
del Premio Europa Nostra a la Casa de América, que antes mencionaba. De
esa cifra total, en almuerzos de trabajo perfectamente justificados, me
corresponde a mí la fracción 187.197 pesetas. Asimismo me gustaría dejar
a la Mesa el desglose de estos gastos de representación, donde aparecen
reflejados los números de factura, el concepto y el importe de los
mismos, adjuntando también fotocopia de las facturas originales.

Entre los gastos que el Diputado popular consideraba injustificados
mencionaba una fiesta --y digo fiesta entre comillas-- en mi casa de
Toledo, cuando en realidad fue un almuerzo organizado en honor de los
participantes en un seminario sobre las cumbres iberoamericanas, dirigido
por el ex Presidente de Colombia Belisario Betancur, a la que asistían
también cuatro ex ministros de Relaciones Exteriores de Costa Rica,
Chile, Guatemala y Colombia, más el ex Gobernador de Puerto Rico. Por
cierto, este seminario había sido incluido en la programación de la Casa
de América incluso antes de mi llegada, pero ante la importancia y el
nivel de los participantes consideré que era casi obligado tener una
atención y brindarles la hospitalidad de mi casa, sin ocultar que en este
momento me parece asombroso que se califique de fiesta, con las
connotaciones de frivolidad que ello implica, un acto de profesionalidad
y de hospitalidad hacia ilustres personalidades que habían cruzado el
Atlántico para venir a hablarnos de su fe en un proyecto común
iberoamericano.

Por último, en relación con los almuerzos en el restaurante Horcher, he
de decir que en el período de más de un año que llevo en mi puesto he
utilizado dicho restaurante exclusivamente en tres ocasiones: una con el
mismo ex Presidente de Colombia, antiguo embajador de su país en España,
don Belisario Betancur, otra con el también embajador Eduardo Foncillas,
actualmente asesor de importantes empresas financieras, en relación con
un asesoramiento de patrocinio y, por último, con el actual Subsecretario
de Comercio don Angel Serrano, antiguo consejero delegado de la Sociedad
Estatal para el Quinto Centenario, empresa con la que la Casa de América
tenía una deuda importante a raíz de las obras de rehabilitación de la
misma. En esta ocasión, sin embargo, tras haber anunciado que llegaría
tarde a almorzar, el señor Serrano llamó al mismo restaurante indicándome
que una reunión de urgencia le impedía asistir al almuerzo. Por tanto,
deseo aclarar que no se trata de que hubiera acudido a Horcher --como se
dijo en esta



Página 14913




misma Comisión-- para comer solo, sino que se canceló el almuerzo cuando
ya había empezado, de lo cual tengo también constancia en una carta del
señor Subsecretario que desearía poner a disposición de la presidencia.

Perdón por estas explicaciones tan puntuales y anecdóticas, pero dado que
se han hecho estas acusaciones y estos alegatos creo que es mi deber
explicarlos. Por supuesto, entiendo perfectamente la necesidad de
austeridad en el gasto de los bienes públicos, pero parto de la base de
que cuando actúo como Director General de la Casa de América lo hago en
representación de altas personalidades de la esfera política que integran
el consorcio de esa misma Casa y que han delegado en mí para que me
relacione con personalidades de su mismo nivel e imprima a las
actividades de la Casa de América el dinamismo que este importante centro
merece. Pienso también que mi labor será evaluada por esta Comisión no
por temas anecdóticos, sino por mi eficacia o mi fracaso en conseguir
afianzar y profundizar las relaciones políticas, diplomáticas y
culturales entre España y los demás países de la comunidad
iberoamericana. Por tanto, quiero dejar aquí el resumen de las
actividades y también un dossier de la extensa cobertura de prensa, que
en la gran mayoría de los casos es muy positiva, sobre algunas de las más
importantes actividades.

Antes de terminar desearía insistir en que pienso que la idea de consenso
y el apoyo de las instituciones y de los diversos grupos políticos son
importantísimos para una institución, por lo joven, muy vulnerable. Si
como creo que decía el portavoz del Grupo Popular, embajador Rupérez, en
algún momento estuvo la Casa de América bajo el peligro del piquete, de
ser derribada para fines no tan dignos, pienso que si no existe ese
consenso, si no existe esa confianza, podríamos hacer zozobrar la
singladura de esta cuarta carabela. El otro día me preguntaba un
periodista si creía que existían fantasmas en la Casa de América y le
contesté que no. Pienso que los únicos fantasmas que pueden rondar por
aquellos bellos salones podrían ser los de la insolidaridad, el
sectarismo y la deslealtad.

Con ello, señor Presidente, he acabado mi intervención, pero desearía, si
me lo permite y para no agotar mi tiempo en el turno de respuestas, hacer
una referencia a mi actuación como cónsul general de España en Los
Angeles.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo proponente de la comparecencia, tiene
la palabra el señor Cremades.




El señor CREMADES SENA: En primer lugar, quiero agradecer al Director
General de la Casa de América su presencia en esta Comisión. En segundo
lugar, quiero decir que probablemente esta comparecencia no debiera haber
tenido lugar si, como bien dijo mi compañero Luis Yáñez el 21 de
diciembre, la comparecencia en la sesión de aquel día en esta Comisión se
hubiese dedicado realmente a lo importante, que era controlar, tener una
mayor información de la gestión, el funcionamiento y el desarrollo, que
eran los objetivos que se pedían en aquella comparecencia. No sucedió así
y creímos conveniente, por dos razones, que se produjese esta
comparecencia del Director General. La primera, porque para nosotros no
quedaron claros los objetivos de las actividades, el desarrollo y la
gestión, en aquella comparecencia del 21 de diciembre, del señor Vicente.

La segunda, porque aquella comparecencia que creímos oportuna, pedida por
el Grupo Popular, porque nos iba a permitir conocer y controlar cuál era
la actividad y la gestión de la Casa de América, derivó a la hora de la
verdad, de una manera, a nuestro juicio, incomprensible, en una serie de
acusaciones de mala gestión, de mal gasto del dinero público y entonces
entendimos que valdría la pena, como así se dijo aquel día, que se
produjese esta comparecencia para que con mayores datos --y estudiaremos
todos los que el director ha aportado a la Mesa-- pudiéramos tener
conocimiento de cómo funciona esta institución, que yo, sin sentirme
satisfecho de tener vocación de agorero, dije que después de 1992 sería
la única institución de este tipo que continuaría en Madrid, y
efectivamente así es, y esperemos que se siga potenciando en los próximos
años.

Dicho esto, creo que hay que remarcar una vez más que probablemente es
difícil la gestión de una institución de estas características, que, como
todos saben y aquí se ha dicho, está formada por un consorcio de tres
entidades, tres instituciones: Ministerio de Asuntos Exteriores,
Comunidad Autónoma de Madrid y Ayuntamiento de Madrid; que está dirigida
por un consejo rector que tiene una presidencia rotativa, con un alto
espíritu de consenso en su conformación y en su propio funcionamiento y
con tres cargos unipersonales: el director general, presente aquí hoy, el
director de programación y el director de administración,
consensuadamente nombrados por el propio consejo rector y propuestos por
el Ministerio, el primero, por la comunidad autónoma, el segundo, y por
el Ayuntamiento de Madrid, el tercero.

Entendemos que, como se dijo ya el 21 de diciembre, a nivel de
actividades, la Casa de América está en un alto nivel. Estas 730
actividades en un año o estas 4,2 actividades diarias demuestran que es
una institución viva, una institución que trabaja, una institución
positiva. Evidentemente se ha convertido en el lugar de encuentro de
países iberoamericanos en el ámbito cultural y también en la institución
utilizada en muchas ocasiones por los distintos embajadores de países
iberoamericanos en Madrid para diversas actividades de su funcionamiento.

La programación es variada y pluralista políticamente, como no podía ser
de otra manera. Se basa en exposiciones, conferencias, presentación de
libros, cine, etcétera, y es un centro de debate y reflexión sobre la
actual realidad social y política en Iberoamérica.

En este sentido, creemos que la Casa de América cumple un papel
importante y que es necesario potenciarla y mantenerla. Hasta hace muy
poco, como también conocemos todos, solamente en París y en La Habana
existían instituciones de estas características y afortunadamente Madrid,
aprovechando la capitalidad europea en el año 1992, cuenta con esta
institución que todos consensuadamente debemos seguir respaldando.

Lamentamos, evidentemente, el tiempo que el director general ha tenido
que dedicar --por supuesto con toda la razón del mundo-- a defenderse de
aquellas imputaciones



Página 14914




que se le hicieron en aquel momento por parte del portavoz del Grupo
Popular sobre su vida --y si era su vida privada nadie tiene por qué
entrar en ella-- y que nos preocuparon mucho, pero lo más grave es que se
dijeron cosas sobre una persona que está al frente de una institución.

Aquí se habló de despilfarro de dinero público, de una vida de lujo a
cargo de los presupuestos, etcétera. Lamentamos esa parte de la
comparecencia, nos hubiera gustado que no se hubiera producido ni el 21
de diciembre ni hoy, y reconocemos el derecho que asiste al director
general de defenderse de esas imputaciones.

En cuanto al funcionamiento, el desarrollo y la gestión, creo que se han
aclarado algunas cosas importantes o algunos errores que se plantearon,
como el tema de la auditoría, si era obligada o no, y sus resultados.

Creemos que en aquella comparecencia del 21 de diciembre, por parte del
portavoz que la pidió, bien por ignorancia, bien por no muy buena
intención --preferimos pensar que fue por ignorancia--, se cometieron
errores importantes en muchas de las imputaciones sobre el desarrollo de
la gestión y el funcionamiento.

Espero que con la comparecencia de hoy esos temas queden aclarados y
definitivamente seamos todos capaces, desde el Ayuntamiento de Madrid,
desde la Comunidad Autónoma y desde el Ministerio, por supuesto, con el
respaldo de esta Comisión y de las Cortes Generales, de seguir
manteniendo, controlando y supervisando el funcionamiento de la Casa de
América para que vaya mejor y se consolide como ese foro necesario e
importante de los países iberoamericanos en nuestra capital, en nuestro
país.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra?
Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Hernando.




El señor HERNANDO FRAILE: El señor Garrigues ha venido hoy a defender de
forma patética lo que parece ser una afección a su honor. Parece que hoy
ha pretendido venir el señor Garrigues a lavar su honor. Yo solamente le
diré una cosa que decía Vigny: el honor es la poesía del deber. Y
nosotros lo que pusimos y hemos puesto en evidencia es que usted, a
nuestro juicio, no había cumplido con su deber; no había cumplido con su
deber de representar a una institución como la Casa de América en unos
momentos de situación económica como eran y como son los actuales, en los
que ha de destacarse una gestión austera del gasto.

Yo me alegro de que usted no vaya a Zalacaín --luego ha reconocido que ha
ido alguna vez-- y sobre todo de que haya decidido dejar de visitar estos
restaurantes de lujo, en concreto Horcher, que parecía que sí visitaba,
porque eso es algo que no ha negado, en los primeros días de su mandato.

Esto ha sido lo que fundamentalmente pusimos en evidencia los primeros
días de su mandato, en los que usted entró en la Casa de América sin
saber --eso nos parecía a nuestro Grupo-- cuáles eran los objetivos que
debía cumplir como funcionario público.

Yo nunca dije que usted era un funcionario público socialista. Yo no he
dicho que usted sea socialista. Yo sí he dicho que usted, en su actuación
y en sus gastos, parecía que era el reflejo de lo que era un funcionario
socialista. Lamento que le haya molestado, pero en ningún caso yo he
pretendido adscribirle a ningún partido. Han sido otros los que han hecho
tendenciosamente adscripciones de usted hacia otro partido, que yo, al
igual que usted ha hecho ya, tengo que desmentir.

En aquel momento yo tampoco hablé de mala fe. Yo no he hablado de mala fe
en el tema de las auditorías. Yo dije que había habido una auditoría en
el año 1993, eso es evidente, y otra en el año 1994, y que luego se
realizaron informes posteriores de auditoría.

En aquella auditoría, señor Garrigues, y usted nos lo ha comentado, se
detectaron hasta veintitrés incidencias, cosa que es, a nuestro juicio,
bastante grave para un organismo de estas características, y algunas de
ellas, como denunciamos en su momento, seguían después de realizarse la
auditoría que correspondía hasta el mes de junio de 1994. Yo voy a
empezar, si me lo permite usted, por esto, porque a mí me gustaría que me
aclarara algunas cuestiones de las que se denuncian en esta auditoría y
en el informe que se ha realizado a 28 de noviembre de 1994, del que creo
que usted también tiene alguna responsabilidad, porque la responsabilidad
no está sólo en función de que uno cambie su título de director por el de
director general. Usted es el responsable de la gestión de la Casa de
América y es la cabeza visible, y, por tanto, es usted quien tiene que
hacer las modificaciones que sean pertinentes.

En el informe de auditoría de noviembre de 1994 se dice, en una de las
incidencias, que, de cara al cumplimiento de los propios estatutos de la
entidad, será necesaria la realización de estados financieros y
presupuestarios completos. A la fecha de hoy y con los medios disponibles
en la entidad no es posible la obtención de los mismos. Esto es de 28 de
noviembre de 1994. Me gustaría que me dijera el señor Garrigues si
posteriormente ha habido otro informe de auditoría que esté más de
acuerdo con lo que usted ha venido a decir hoy aquí.

Además dice que se está trabajando en la localización de pagos nos
documentados por facturas. Me gustaría que me comentara si se han
localizado esos pagos no documentados por facturas y a qué pagos se
refería.

Otra de las incidencias a las que hacía referencia era a que el consorcio
no llevaba control contable sobre los activos inmovilizados; el equipo
auditor dice: los responsables de administración del consorcio nos
confirmaron que realizar un inventario de inmovilizado resultaría un
trabajo demasiado prolijo y que no se encuentra entre sus prioridades. Es
realmente pintoresco que no se encuentre entre las prioridades de un
organismo realizar un inventario del inmovilizado, es decir, de sus
propiedades.

Otra de las incidencias --estoy hablando de noviembre de 1994, como decía
al principio-- era que, si bien el departamento de administración
mantiene en la actualidad un control de facturas emitidas recibidas, no
es posible por el momento controlar lo que las áreas comprometen, al no
existir un mecanismo ágil de comunicación en las áreas de administración.

Me gustaría saber para cuándo cree el señor Garrigues que puede existir
este mecanismo ágil.




Página 14915




Otro comentario de los auditores dice que sería recomendable realizar un
estudio de las obligaciones fiscales de la entidad, de manera que se
determinen claramente las actividades generadoras de ingresos
susceptibles de ser gravadas. Querría que me dijera si se ha realizado
este estudio ya.

También señala el informe de noviembre de 1994 que desde el 1 de octubre
se han realizado cambios que permiten conocer globalmente los derechos y
obligaciones del consorcio, pero que, sin embargo, sería recomendable dar
un paso más, de forma que se realicen estos estados de compromisos y de
derechos por acreedor-deudor y así controlar directamente los saldos
individuales. Me gustaría que me comentara en qué situación se encuentra
esto.

Otra de las incidencias sobre las cuales el informe de los auditores dice
que todavía quedan cosas por hacer consiste en que la entidad no ha
llevado desde su creación ninguno de los libros oficiales necesarios.

Dice en el comentario a la evolución que actualmente se lleva registro
contable del diario de intervención, si bien todavía no se hacen libros
oficiales formales. ¿Para cuándo van a realizar esta gestión en libros
oficiales formales?
Tampoco hay gestión de tesorería, según se denuncia en el informe de
noviembre de 1994; luego, a nuestro juicio, la gestión que se hace es
absolutamente insuficiente. No creemos que la rentabilidad del 6 por
ciento sea la máxima del mercado; se puede obtener, mediante otro tipo de
valores, no sólo manteniendo el dinero en cuentas abiertas, una
rentabilidad mejor, pero hay que hacer, señor Garrigues, gestión de
tesorería. Querríamos saber si tienen pensado hacerla.

Dice en otro de los comentarios: durante nuestra revisión detectamos
compras de elementos de inmovilizado que el consorcio consideró como un
gasto corriente del ejercicio. Es decir, no aparecen estos bienes en el
activo. Me gustaría saber cómo va el proceso anunciado de localización de
estos activos.

En otra de las incidencias dice que el consorcio incurrió en gastos de
cuantía significativa por conceptos muy concretos para los que no existía
una partida presupuestaria individualizada, sino que se cargaban a
distintas partidas cuyo concepto no necesariamente coincidía con el
gasto. Me gustaría saber si se han creado partidas presupuestarias
individualizadas ya para estos casos.

También en el informe de la auditoría dicen los auditores: pudimos
verificar que existían algunos conceptos de gasto que no estaban
adecuadamente soportados por su justificante. Para los ingresos no se
realizaba un mandamiento que soportara las entradas de fondos o el
reconocimiento de derechos. Los responsables de administración que están
en la Casa de América dicen que se está procediendo a la localización de
documentos justificativos de esos apuntes. ¿Han sido localizados?
En cuanto a otra de las cuestiones que se analizan por los informes de
los auditores, dice que se utiliza el principio de caja y se sigue sin
utilizar el principio de devengo, lo que provoca claramente la confusión
de cobros y pagos con ingresos y gastos. Dicen los responsables de la
Casa de América que se han implementado controles necesarios para
solventar esta incidencia. Me gustaría que el señor Garrigues me dijera
qué tipo de controles.

También voy a hacerle otra pregunta, y es que según el artículo 14 del
Capítulo II de los estatutos del consorcio existe el Consejo Asesor
Iberoamericano. Me gustaría saber quiénes son los embajadores que
conforman la comisión permanente, cuántas veces se han reunidos en el
primer año de su mandato y, si se hubieran reunido, si han asistido el
presidente y los vicepresidentes del Consejo. Querría saber también si
han sido informados los miembros de este Consejo Asesor Iberoamericano de
las actividades que usted viene realizando.

Usted ha pretendido hoy eludir su responsabilidad sobre determinados
aspectos administrativos desde el principio y yo debo decirle que usted
tiene la responsabilidad y que tiene que aceptarla. Ha hecho referencias
constantes a la intervención que realicé en el mes de diciembre del año
pasado y una de las referencias ha sido sobre el tema de los
patrocinadores. Yo me hice eco del problema de los patrocinadores
recogiendo simplemente sus palabras, que constan en el acta de la sesión
del consejo rector del consorcio de la Casa de América celebrada el 18 de
octubre de 1994, en donde habla claramente de los problemas de la
situación financiera como consecuencia de la situación presupuestaria y
la minoración de ingresos del alto patronato en ingresos por
concesionarios. Habla usted además de los incrementos del programa de
personal. A continuación hace referencia a la baja de algunos miembros
del alto patronato. Es usted quien hace referencia a la baja de
patrocinadores y quien ya en octubre de 1994, lógicamente ante la baja de
algunos patrocinadores, habla de los peligros económico-financieros. Por
tanto, no era un invento mío ni una cuestión de este Diputado o de mi
Grupo.

Voy a concluir con el tema de las famosas facturas, para que quede
absolutamente claro. Yo no he dicho que usted hay consumido 1.253.000
pesetas en restaurantes; lo que he dicho es que usted ha consumido en
gastos de representación, partida presupuestaria número 22.60.101,
1.253.556 pesetas en tres meses, cuando el presupuesto para todo el año
era de dos millones de pesetas. Eso es lo que he dicho. Y que lo ha
consumido además en gastos de representación en el restaurante «Palacio
de Linares» durante los meses de marzo, abril y mayo. Es evidente que no
voy a decir que usted ha comido por importe de 1.253.000 pesetas, que es
lo que ha pretendido manifestar que yo he dicho. Yo no he dicho eso. Aquí
está el acta justificativa del gasto y supongo que ésta será su firma,
señor Garrigues.

Lamento tener que dar más datos, pero, como usted ha descendido a
detalles directos, tengo que decirle lo siguiente: yo creo que la Casa de
América tiene salones suficientes como para que las comidas o las cenas
representativas se puedan celebrar allí y no tengamos que acudir a su
casa particular. Usted es generoso prestando su casa, pero eso podría
llevarnos a la conclusión de que sólo personas que tengan casas como la
suya podrían ofrecer con garantía estas actividades de representación al
frente de la Casa de América.

Lo que hay que hacer es no hacer estas cosas y usted mismo lo sabe. Un
hecho evidente es que no ha vuelto a



Página 14916




hacerlas. Cuando compareció el señor Secretario de Estado, insistí en una
cosa y es que usted no era el responsable de estas cuestiones, el
responsable es quien le nombró a usted. Yo ni siquiera pedí su dimisión,
simplemente pedí la dimisión del Secretario de Estado de Cooperación
Internacional por no haber estado no sólo encima de estas cuestiones,
sino por haber justificado este tipo de gastos, que a nosotros siguen
pareciéndonos injustificables y absolutamente impresentables, en unos
momentos en los que España padece problemas como los que tiene.

A usted le parece que ésas son las actividades de un alto cargo que tiene
que representar a aquellos que le nombraron. Por esa razón, todas las
personas que pertenecen al Gobierno pueden sentirse responsables,
comandados o representantes del Presidente del Gobierno, y darse a la
vida a la que usted parece ser que durante un tiempo se dio y que hoy ha
querido justificarnos, explicándonos con quién ha realizado las comidas.

Yo sólo le digo que no es normal que usted se tenga que gastar 14.000
pesetas por cubierto en un restaurante. Me parece que en Madrid hay
muchísimos restaurantes en los que usted puede quedar estupendamente
bien, sin tener que realizar este tipo de gastos. Y si un día le ha
fallado el Subsecretario o quien sea, es el problema de encontrarse sólo.

Por mi parte nada más. Simplemente reiterar que sus explicaciones son de
agradecer, aunque a este Diputado le han resultado patéticas. Nos
alegramos de que el señor Garrigues haya cesado en prácticas de este tipo
y le deseamos, mientras siga como director de la Casa de América, todo
tipo de éxitos, porque estamos seguros de que sus éxitos lo son también
para España.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra el
señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: A nuestro Grupo le pareció algo sorprendente la
comparecencia del director general de la Casa de América, aunque dada la
gravedad de algunas de las acusaciones creíamos que sí merecía la pena
elucidar estas cuestiones. Somos los primeros y los más interesados en
ejercer el control que nos da la soberanía popular sobre todo el gasto
público, sobre todos los funcionarios o representantes directos o
indirectos de esta soberanía popular que en su nombre ejercen las más
diversas funciones, como es el caso del director general de la Casa de
América.

Por lo tanto, con interés y con una cierta curiosidad queríamos oír las
explicaciones en primer lugar del director general, explicaciones que,
con la salvedad evidente del estudiar y comprobar todos los datos que él
ha aportado y que nos ha manifestado que deja en manos de la Presidencia
para que todos los grupos conozcan, líneas generales nos han parecido
satisfactorias. Nos ha parecido satisfactoria la descripción de las
actuaciones generales de la Casa de América. Quizá habría que hacer una
única crítica, no a él como persona, pero sí al consorcio y a nosotros
mismos, en la medida en que controlamos al Gobierno y al Ministerio de
Asuntos Exteriores, en cuanto al reparto total del gasto de la propia
Casa de América en sus gastos de funcionamiento.

El señor director general nos recordaba que el presupuesto aproximado
anual es de 500 millones de pesetas, de los cuales 350 se consumen en
gastos de mantenimiento por las características del propio edificio.

Quedan sólo 125 millones para actividades; de éstos hay que restar los
gastos de personal. Quizá se podría decir, mirando las cosas de forma muy
estricta, que el peso del gasto de personal sobre el total de actividades
también es un pelín demasiado alto, pero en conjunto no nos parece mal.

Sí nos parece preocupante este peso excesivo de los gastos fijos de
mantenimiento, puesto que restan capacidad de actividad política,
institucional y cultural a la propia Casa de América.

Si con estos 125 millones que le restan a la dirección general se hace lo
que se nos ha dicho que se hace, estos 730 actos al año y todo lo que ha
sido la explicación del director general, nos parece razonablemente
aceptable esta gestión. Y sería de desear, repito, que pudiese ser mayor
porque tuviese mayores medios a su disposición.

Dejando a un lado lo que motivó esta actividad, normal, por otra parte,
de fiscalización desde una comisión sobre cualquier actividad de la
Administración pública, en este caso hay que reconocer y precisar --y ahí
el señor Hernando no anduvo del todo fino en sus primeras acusaciones--
que éste es un nombramiento de consenso. El señor director general,
méritos personales aparte, está donde está porque tres administraciones,
la Comunidad Autónoma de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y el
Ministerio de Asuntos Exteriores, se han puesto de acuerdo en un
determinado perfil personal y profesional para nombrar a un director
general. Por lo tanto, se trata de un nombramiento no directamente
imputable a ninguna fuerza política en particular, aunque no por eso
queda excluido de la necesaria vigilancia por parte de quienes podemos y
debemos ejercerla.

Voy a lo que, a nuestro entender, parecía que podía ser el hilo de donde
sacar un ovillo, que parece que el señor Hernando perseguía con ahínco,
pero en esta persecución nos parece que se ha perdido; no sé si ha
perdido el hilo, si ha perdido el ovillo o no se ha encontrado todavía a
sí mismo. Porque lo que se imputó a este director general, y podía ser
revelador de mayores males y mayores desmanes, era grave, era importante,
señor Hernando. Por eso nosotros estábamos interesados y esperando con
impaciencia la comparecencia del director general.

Usted decía, señor Hernando, que en tres meses este funcionario público
había consumido 1.253.000 pesetas en gastos de representación en un solo
restaurante; usted decía que a continuación daba una fiesta en su casa de
Toledo que costaba 170.000 pesetas y decía en la frase siguiente: Este
señor lleva una vida que no nos parece adecuada para un gestor público.

Por la mañana desayuna en el Palace, uno de los desayunos más caros de
Madrid; como en Horcher o en Zalacaín (ahí tengo las facturas, 13.000
pesetas por cabeza), y además este señor no se priva ni siquiera del
tabaco.

Señor Hernando, no voy a ser yo el defensor del director de la Casa de
América ni del nombramiento de tres instituciones



Página 14917




en las que la fuerza política que represento no está presente, ni en la
Comunidad de Madrid, ni en el Ayuntamiento, ni, por supuesto, en el
Ministerio de Asuntos Exteriores, pero, por dignidad de esta Comisión,
creo que las acusaciones --y hay que hacerlas y sabe que a veces nuestro
Grupo Parlamentario las ha hecho, las hace, y muy duras-- intentamos
siempre que sean con un soporte de verdad.

Por lo que nos ha informado el director general (y pongo entre paréntesis
a reserva de comprobar y estudiar todas sus manifestaciones y las pruebas
que nos ha dado de su aparentemente, y no tengo por qué dudarlo en
principio, recta gestión) nos parece que sus imputaciones estaban
absolutamente fuera de lugar. Por las anotaciones que he podido tomar a
lo largo de la exposición del señor director general, estas informaciones
que usted manifestaba el 21 de diciembre no se ajustan en absoluto a la
realidad; y a partir de ahí, en el resto de la intervención --que por
supuesto no voy a leerle--, usted monta toda una teoría de la perversidad
del gestor público y de la perversidad del funcionario público que
dilapida los dineros del probo contribuyente. No sé si quería usted
llegar al final a la tesis tan vigorosamente defendida por su Partido de
que lo mejor sería que no hubiese fiscalidad porque los funcionarios
públicos lo malgastan todo gestionando muy mal los recursos públicos; es
decir, menos Estado, menos Estado y menos Estado, que es lo que parece
ser el programa económico de su Partido.

No quiero polemizar con usted, simplemente quiero señalar que, entre lo
que se dijo el 21 de diciembre, lo que hemos oído del director general y
lo que ha sido su segunda intervención, nos parece, como le decía al
principio, que del 21 de diciembre al 10 de mayo usted ha perdido el hilo
y el ovillo de lo que eran sus aparentes y contundentes denuncias. Por
supuesto que si algo de verdad hay en todo lo que usted decía le
ayudaremos a esclarecerlo, que no queremos contribuir a que personas
puedan malgastar o malversar patrimonios públicos, que hay que vigilar de
forma continuada, estricta y lo más exacta posible la gestión pública,
pero también hay que ser cuidadoso con las imputaciones, con las
denuncias y no permitir, por lo que pueda parecer una noticia que añadir
a una campaña de denuncia de la corrupción, que sí ha existido en nuestro
país, desgraciadamente, echar fuego a un clima de crispación política,
que se pueda coger el primer elemento que pasa por la calle y convertirlo
en un gran elemento de acusación.

Hay que estudiar las cosas, hay que conocerlas y, en este sentido,
repito, a nosotros nos han satisfecho, hasta el momento, las
explicaciones del director general. Vamos a estudiar su comparecencia, su
deposición, vamos a estudiar los documentos que nos aporta y con todo
rigor examinaremos lo que de verdad o no pueda haber. Pero hasta ahora a
nosotros nos ha parecido más convincente, más realista y más ajustado a
los hechos el relato que hemos oído que algunas imputaciones que no
creemos que sea correcto hacerlas tan a la ligera en esta Comisión o en
cualquier otra, pero hablamos de esta Comisión. (El señor Hernando Fraile
pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Hernando, creo que sería mejor para el
desarrollo de la sesión que pudiese ahora contestar el señor Garrigues.




El señor HERNANDO FRAILE: Señor Presidente, ha habido alusiones
directísimas y parece que el compareciente he sido yo más que el señor
Garrigues, según se desprende de las palabras...




El señor PRESIDENTE: Señor Hernando, tengo la palabra yo.

Digo que creo que me parece más funcional en este momento que el señor
Garrigues responda. Después le concederé un turno para que usted pueda
exponer lo que desee.

Tiene la palabra el señor Garrigues.




El señor DIRECTOR DE LA CASA DE AMERICA (Garrigues López-Chicheri):
Gracias, señor Presidente.

Ante todo, contestaré a los comentarios del señor Hernando Fraile. En
primer lugar, no es cierto que haya venido a defender de forma patética
--creo que ha dicho-- mi gestión en la Casa de América. Yo he sido
nombrado, insisto, por tres instituciones diferentes a dicho alto cargo,
que he intentado desarrollar con mi mejor diligencia y mis mejores
conocimientos. Me he encontrado de pronto con una valoración muy negativa
de mi gestión, a mi modo de ver injustificada, y no sólo por la
importancia máxima que atribuyo a lo que es hoy en día la Casa de
América, sino también por el futuro de mi carrera profesional. He venido,
digo, y en eso consiste la democracia, no sólo en perseguir a las
personas cuando realmente han hecho algo incorrecto, sino también en que
las personas a quienes se imputan actos de forma incorrecta puedan
defenderse ante el Parlamento. Por tanto, no es una defensa patética.

Hay otro elemento, quizás anecdótico, pero que también deseo aclarar. No
es que a mí me moleste que se me califique de funcionario socialista; lo
que sí he querido indicar (puesto que en algún matiz de su intervención
del día 21 de diciembre parecía que se me quería asimilar de alguna forma
a un grupo político) es que yo he sido precisamente nombrado por ser
--ninguno somos apolíticos-- independiente.

Paso a aclarar el tema de la auditoría. Creo que es importante, ante
todo, decir que el documento al que estaba usted aludiendo, y que es de
28 de noviembre de 1994, ha sido superado por un informe posterior. Le
explico un poco lo que ocurrió, en qué consistió todo ello. A raíz de
nuestra información en el Consejo Rector, que usted mismo ha mencionado,
se nombró un equipo de seguimiento de lo que era la contabilidad y la
situación financiera de la Casa de América; en ese equipo figuraba de
forma preeminente precisamente la firma Price Waterhouse, que había hecho
la evaluación. Estuvieron reunidos en varias ocasiones con algunos
miembros de la comisión delegada; más tarde vino la firma Price
Waterhouse a la Casa de América a hacer una evaluación «in situ» de
cuáles eran los resultados, una vez que habían pasado ya unos meses.

Usted menciona el 28 de noviembre, pero a mí, como director general de la
Casa de América, y al resto de la comisión delegada nos



Página 14918




pareció que era importante completar esa evaluación de una forma,
digamos, más exhaustiva. Con ese motivo, los auditores sometieron una
nueva evaluación, un nuevo informe el 9 de marzo. Aunque voy a hacer
alusión a alguno de los puntos que usted ha indicado, pienso que sería
importante ante todo presentar --como creo que es mi obligación-- este
informe al consejo rector, cosa que todavía no he hecho; muy posiblemente
alguno de los puntos que usted ha mencionado, de una evaluación anterior,
hayan sido ya subsanados. No le oculto, señor Diputado, que
indudablemente la labor de actualizar la situación contable y financiera
de la Casa de América no ha sido fácil, pero hemos tenido el apoyo total
de las tres instituciones y el asesoramiento de la firma Price
Waterhouse, como es lógico, con total objetividad y con una gran
transparencia. Quisiera mencionar sólo dos o tres puntos.

Los activos inmovilizados. Indudablemente no se ha hecho una evaluación
completa de cuáles son estos activos, porque es muy difícil; partimos de
un edificio público, adquirido por el ayuntamiento, comprado a base de
una permuta de posibilidad o de derechos de edificabilidad en otra zona
de Madrid. Se ha valorado ese edificio en 3.000 millones de pesetas, pero
se podría valorar, supongo, de forma diferente, de entrar en
consideración el mobiliario, el nuevo equipo cibernético, una serie,
digamos, de elementos que han ido incorporándose a lo largo de la vida de
esa institución. Por tanto, es cierto que no existe una evaluación exacta
al día de hoy de esos activos, pero creo que en su momento a las tres
entidades consorciales les interesará saber exactamente cuál es el
patrimonio que están administrando y que tienen la responsabilidad de
gestionar.

En lo que se refiere a que no es posible controlar lo que las áreas
comprometen, voy a intentar explicarle un poco cómo funciona como centro
cultural la Casa de América. Continuamente, y eso creo que dice mucho con
respecto al prestigio de la institución, los responsables de la Casa
América estamos literalmente bombardeados con una serie de ofertas de
tipo cultural, de iniciativas, que no podemos aceptar en su totalidad, ni
podemos realizar. ¿Qué ocurre? Eso se presenta ante un comité de
coordinación, después a la comisión delegada y, más tarde, de forma
anual, lo presento yo mismo al Consejo Rector. Dado que eso se hace con
antelación con respecto al programa del año siguiente, no resulta posible
saber exactamente cuántos actos se van a realizar, sino que se dan unas
líneas globales. En ese sentido, en el curso del ejercicio económico sí
puede ocurrir que existan compromisos posteriores pero que indudablemente
están ya comprendidos globalmente en la línea general de programación.

Otro tema: obligaciones fiscales. Sí nos llamó la atención la firma de
auditoría sobre la posibilidad de que existieran obligaciones fiscales
contingentes que no hubieran sido debidamente evaluadas. De hecho,
teníamos una deuda fiscal que este año hemos absorbido dentro del
Presupuesto de 1995. O sea que en ese sentido está subsanado.

Respecto a los registros contables y libros oficiales que mencionaba su
documento --documento que entiendo que está parcialmente superado por el
que yo tengo en este momento en mis manos--, yo creo que la razón por la
que en un momento dado la situación fiscal y contable de la Casa de
América ha sido indudablemente deficiente es porque el mismo sentido de
urgencia que requería el que la institución se pusiera en funcionamiento
a fecha fija ha movido a criterios voluntaristas y no se han ocupado
tanto los promotores de la organización de controlar los libros y los
registros como de hacer actividades.

Con respecto a qué tipo de contabilidad había que llevar en esta
institución, existían diversas teorías. La prueba es que en un consejo
rector se consideró que lo que pedía la firma auditora no era necesario
para el sistema de consorcio y en un consejo rector, celebrado tan sólo
un año después, se consideraba que sí era importante para un organismo de
derecho público tener los registros contables debidos y los libros
oficiales. Le puedo indicar, señor Hernando Fraile, que estamos
trabajando en ello y que en poco tiempo espero que tendremos la
contabilidad y los libros perfectamente en orden.

Respecto a la rentabilidad máxima de nuestros fondos en el mercado,
perdóneme que le diga que yo creo que este asunto no me parece
prioritario para un ente de derecho público que lo que intenta sobre todo
es realizar una serie de actividades y promocionar una cultura y un
proyecto de Estado. Ocurre que tenemos en la Casa de América unos
patrocinios precisamente de entidades financieras y lo que hacemos
normalmente es ceder nuestros fondos de tesorería a esas entidades porque
estamos recibiendo mucho de ellos y nos parece que es una pequeñísima
contraprestación a su generosa contribución.

Indicaré también otro tema que me parece más importante. Me refiero al
consejo asesor iberoamericano, que figura como uno de los órganos de la
Casa de América. Es cierto que no se ha reunido con frecuencia, creo que
hasta mi incorporación a la Casa de América no había tenido ninguna
reunión formal. Sí tuvimos una reunión, convocada por el Secretario de
Estado precisamente en el Palacio de Viana, a la que asistieron los cinco
embajadores más antiguos por orden jerárquico de prioridad de
presentación de credenciales y en la que se discutieron tanto temas
generales de la Casa de América como de interés común. El problema que
existe con respecto a la reunión continua y eficaz de este órgano asesor
es que está compuesto por veintiuno o veintidós embajadores y es muy
difícil que puedan participar todos en un diálogo, en un intercambio de
opiniones sobre lo que es el proyecto Casa de América. ¿Qué ocurre? Que
si limitamos el proceso para hacerlo más factible a los cinco embajadores
de mayor antigüedad, no necesariamente están debidamente representados
los diversos sectores de Latinoamérica ni los intereses regionales.

Yo había sometido al Secretario de Estado la posibilidad de que, aparte
de este consejo asesor iberoamericano que incluye a los veintiún
embajadores, se constituya una especie de consejo ejecutivo con el que
nos podamos reunir frecuentemente.

Después de esto, diré que, desde cierto punto de vista, el consejo asesor
iberoamericano está reunido permanentemente, siempre que hacemos una
actividad en la Casa de América. Antes mencionaba el acto de clausura del
V Centenario



Página 14919




del Tratado de Tordesillas. En este acto, presidido, como le decía, por
el Presidente de la Junta de Castilla y León, había no menos de siete
embajadores de importantes repúblicas latinoamericanas y vino también
espontáneamente el Ministro de Cultura de Costa Rica.

Creo que es un hecho evidente que existe una compenetración absoluta
entre la Casa de América y el Cuerpo de embajadores iberoamericanos, me
he referido a ello durante mi intervención.

Al principio de la suya, señor Hernando Fraile, usted decía que no me
había acusado directamente de haberme gastado 1.253.000 en gastos de
representación en un solo restaurante. Me permitiré leerle cuál era
exactamente la frase que aplicaba: «Porque este señor...» --se refería a
mí mismo-- «... desde que llegó, tan sólo en tres meses, en tres meses,
digo, había consumido...» --la frase está dicha en singular, no en plural
como corresponde a una institución en la que participan muchas personas--
«... había consumido...» --repito-- «... 1.253.000 pesetas en gastos de
representación, en un solo restaurante, en el restaurante de la Casa de
América, y aquí está la factura.» Yo también me he permitido traer no
sólo esa factura, en la que se me atribuyen globalmente los gastos de
toda la institución durante tres meses, sino las facturas
individualizadas con un desglose de las mismas. Espero que una vez que
usted pueda leer todo eso y comprobarlo, se quede satisfecho. (El señor
Hernando Fraile: ¡Si lo tengo!)
También indicaba en su itervención que tampoco se había referido en
términos catastrofistas a la situación del alto patronato de los
patrocinadores de la Casa de América, pero yo leo aquí, en las actas de
su intervención, que dice: «Los patrocinadores...» --estoy citándole--
«... han caído de forma impresionante.» Eso, señor Hernando Fraile, no es
cierto, porque realmente ha habido una sola institución que se ha dado de
baja por motivos que parece obvio indicar.

También deseo hacer referencia al hecho de eludir responsabilidades. Eso
no es cierto. Desde que yo he tomado la dirección general de la Casa de
América precisamente lo que intento es asumir las mayores
responsabilidades, no por un afán de protagonismo, sino porque creo que
así podrá funcionar mejor el centro. Y cuando estoy pidiendo a la
comisión delegada y al consejo rector unas competencias más claras que,
insisto, no aparecen definidas en los estatutos, lo que estoy es pidiendo
responsabilidades y no eludiéndolas.

Por último, quiero dar una idea de tipo general que creo que se puede
aplicar a su intervención del día 21 de diciembre y también a la actual.

Consideraría que los gastos de representación, señor Hernando Fraile,
habría que concebirlos en un sentido mucho más amplio. Me he referido a
cómo hacemos un intento de economía en cosas mucho más importantes que el
que una, dos o tres veces un director general pueda comer con un ex
presidente de gobierno en un restaurante de lujo. Esas economías se
manifiestan en que podemos traer a unas personalidades que de otra forma
sería impensable que pudiéramos presentar en la Casa de América con un
presupuesto tan reducido.

Me atrevería a decir, aun respetando muchísimo --y créame que así es--
los criterios de austeridad que deben imperar en el gasto público en un
momento como el presente, que no hay que fijarse tanto en las 14.000
pesetas o en el hecho de que se pueda celebrar un desayuno, de trabajo,
por supuesto, en un lugar como el Hotel Palace. Si ese almuerzo o ese
desayuno contribuye a generar una actividad de la Casa de América que sea
digna, del suficiente nivel, y que seguramente pueda ahorrar dinero al
Estado y a la Casa América, ese dinero gastado en ese caso será útil; si
no será totalmente injustificable. Eso es lo que yo quería defender como
línea de principio de mi gestión.

En cuanto a la intervención del Diputado de Izquierda Unida, señor
Espasa, ante todo quiero agradecerle el voto de confianza, a reserva del
estudio que pueda hacer de los documentos que presento a la Mesa. También
quiero decirle que estoy plenamente de acuerdo con su evaluación sobre el
reparto del gasto en la Casa de América. Yo he sacado el presupuesto, aún
no aprobado por el consejo rector, pero que seguramente, con ciertas
modificaciones, se aprobará, y las remuneraciones de personal suponen un
33,64 por ciento del presupuesto total y los gastos corrientes, que
incluyen las actividades culturales, se dividen de la siguiente forma:
gastos generales, 33,29 por ciento; actividades, como antes decía, 23 por
ciento; deuda --deuda que, por supuesto, no corresponde a mi gestión,
sino a la de ejercicios anteriores--, un 5,8 por ciento; inversiones
reales, un 4 por ciento.

Quería indicar al señor Espasa que, desgraciadamente, en una institución
como la Casa de América es imprescindible un mantenimiento costoso,
porque se trata de un palacio que ha costado restaurar cerca de 3.000
millones de pesetas. No podemos dejar de hacer actividades de utilizar
tanto las salas de conferencias como los salones para actos protocolarios
o presentaciones de actividades culturales. Por ejemplo, ayer presentamos
los cursos de la Universidad de Verano en El Escorial. No podemos dejar
de hacerlo, pero hay que considerar que cualquier acto, cualquier pequeño
desperfecto, puede tener un costo muy superior a lo que sería en
cualquier centro de tipo moderno. Lo que sí me gustaría es reducir de
alguna forma los gastos de personal, otras partidas, pero los gastos de
mantenimiento y de conservación no podrán reducirse demasiado.

Cuando se hablaba de la Secretaría de Estado y del Ministerio de Asuntos
Exteriores como único órgano responsable por llamarlo de alguna forma, de
mi nombramiento, no es, en absoluto cierto --y le agradezco su
aclaración--, porque el director general de la Casa de América, a
diferencia de los otros órganos de Gobierno, debe ser nombrado por
unanimidad dentro del consejo rector. Basta con que una sola persona de
las dieciocho que integran dicho consejo, y donde, insisto, existe amplia
representación del Partido Popular, dijese que el señor Garrigues no le
parece la persona oportuna para este cargo y yo no sería en este momento
director general de la Casa de América.

Si me permite el señor Presidente, solamente dos minutos con referencia a
las alusiones, que me parecieron especialmente inadecuadas, del Diputado
del Grupo Popular sobre mi actuación en Los Angeles. Querría indicar en
primer lugar --quizá sea la forma más clara de defenderme



Página 14920




ante esas acusaciones-- que solicité, al haber indicado el señor Hernando
Fraile una serie de irregularidades, decía dieciocho, en las que se
incluían desde un cambio de las oficinas del consulado de Los Angeles a
un lugar que parecía poco adecuado o poco correcto hasta muchas otras
imputaciones que me parecen absolutamente injustificadas e inaceptables,
un certificado del Subsecretario de Asuntos Exteriores, que, dado que es
muy breve, me voy a permitir leer y que dice lo siguiente: Ni en esta
Subsecretaría ni en la Dirección General del Servicio Exterior existe
ningún procedimiento abierto ni expediente alguno en relación con la
gestión llevada a cabo por don Eduardo Garrigues López-Chicheri, actual
director general de la Casa de América durante el período en que fue
Cónsul General de España en Los Angeles. Segundo, durante el período en
que don Eduardo Garrigues López-Chicheri fue Cónsul General de España en
Los Angeles se efectuó el traslado de las oficinas de dicho consulado
general, operación que fue llevada a cabo de acuerdo con las
instrucciones de los servicios competentes de ese Departamento y
debidamente autorizada. En tercer lugar, dice el Subsecretario, de los
datos que obran en esta Subsecretaría y en la Dirección General del
Servicio Exterior puede concluirse que la gestión llevada a cabo por don
Eduardo Garrigues López-Chicheri como Cónsul General de España en Los
Angeles durante el período 1989-1993 fue satisfactoria.

Deseo dejar este certificado en la Mesa junto con los otros documentos e
indicar que yo estoy, si se me permite decirlo, especialmente orgulloso y
satisfecho de la época en que estuve en Los Angeles y especialmente de
las actividades de todo tipo que desarrollé en relación con el V
Centenario. Me he permitido incluir en la documentación dos cartas, una
de ellas del Presidente de la Junta de Supervisores de Los Angeles, que
representa a unos ocho millones de personas, y otra de una entidad
financiera con un equivalente al del producto bruto de España,
concretamente las Sesenta Millas alrededor de Los Angeles, que está
escrita en inglés; tengo la traducción, pero no me parece necesario
leerla aquí, aunque la dejaré junto a la documentación que entrego a la
Mesa.

No deseo decir más. Muchas gracias, de nuevo, por permitirme aclarar las
razones de mi comparecencia.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún grupo desea hacer un breve turno de
intervención? Muy breve, de todas maneras, porque creo que las cosas han
sido ya suficientemente discutidas.

El señor Hernando, por el Grupo Popular, tiene la palabra.




El señor HERNANDO FRAILE: Quiero dejar, en primer lugar, aclarado, señor
Espasa, que en lo que dije me mantengo. Son las facturas. ¿Qué quiere que
le diga? ¿Hubo un consumo o no de gastos de representación, señor
Garrigues, por 1.253.000 pesetas? ¿Es ésta o no su firma? Eso es lo que
parece venir a plantear aquí. Si usted quiere más facturas, señor Espasa,
se las doy. Están a su entera disposición y se las aportaré a la Mesa
para que usted las consulte. Serán las mismas que aportará el señor
Garrigues, porque supongo que son copias de la mismas facturas; facturas
del Palace, de Horcher y de algunos otros restaurantes. Creo que esto es
evidente. Cómo quiere usted interpretarlo o darle salida, usted verá. Yo
hice unas manifestaciones, hoy he vuelto a reiterarlas y me mantengo en
ellas. Estos gastos nos parecen absolutamente inadecuados, señor
Garrigues, y prueba de que no sólo a nosotros nos parecen inadecuados,
sino también a usted, es el hecho de que no se han vuelto a repetir.

Señor Garrigues, yo no pretendo hacer sangre ni perseguir a nadie, lo
único que he enunciado aquí ha sido la constatación de unas actuaciones
que a nosotros no nos parecen las más adecuadas ni las que debe hacer un
director general de la Casa de América porque, eso, sin duda alguna, va,
no en el prestigio de la Casa, sino a poner en evidencia su prestigio.

En cuanto los patrocinadores, vuelvo a reiterarlo, lea usted el acta del
18 de octubre y sus propias manifestaciones.

Por último, porque no quiero ahincar en este asunto, ya me he manifestado
suficientemente, sobre lo que usted hablaba del Consulado de Los Angeles,
me parece muy bien el certificado, me parece estupendo que no se le hayan
abierto expedientes, me parece muy bien que incluso nos aporte ese
certificado, pero yo aportaré también las denuncias de la Cónsul de Los
Angeles, de su propio puño y letra y con fotocopias, de todas las cosas a
las que yo hice referencia; se pueden demostrar o avalar las
manifestaciones que yo he hecho. Supongo que, de la lectura templada de
estos documentos, muchas otras personas, también el señor Espasa, que
tiene dudas sobre lo que hemos dicho, podrán aclararse y tomar juicio.

Por mi parte, nada más. Quiero desear a la Casa de América en su gestión
todo tipo de éxitos y que todas estas cuestiones que se han puesto en
evidencia, la gestión y los distintos informes de auditoría, se vayan
corrigiendo; ese es el deseo de este Diputado y de nuestro Grupo, señor
Garrigues. Nosotros no vamos crispando la vida pública innecesariamente.

Nosotros recibimos denuncias de ciudadanos y nuestra obligación es
someter a usted y a todos los altos cargos al control parlamentario. Eso
es lo que en su día hicimos, en diciembre, y eso es lo que hemos venido a
realizar hoy, con agrado de que usted haya tenido la oportunidad de
explicarnos y darnos su punto de vista sobre este lamentable asunto.




El señor PRESIDENTE: Señor Garrigues, si desea hacer uso de la palabra,
sólo tiene un minuto.




El señor DIRECTOR DE LA CASA DE AMERICA (Garrigues López-Chicheri): Sólo
una simple aclaración.

El señor Hernando ha mencionado a la Cónsul de Los Angeles. Creo que se
refiere a la Canciller, que mandó una carta a «El Mundo». Yo deseo
aclarar que junto a esa carta, y lo voy a incluir en la documentación
hubo otra respondiendo a esas acusaciones por parte de los que
antiguamente colaboraban con ella en el Consulado de España en Los
Angeles.

Nada más.




Página 14921




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Garrigues. Le agradecemos su
presencia aquí y damos por terminado este punto del día.




--PROPOSICION NO DE LEY SOBRE EL CONFLICTO DEL PUEBLO SAHARAUI.

PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente
161/000456.)



El señor PRESIDENTE: Debo comunicarles, señorías, que el señor Albistur
me acaba de expresar su deseo de que la proposición no de ley que había
presentado, y que hemos decidido mantener, se dé por retirada, con lo
cual, efectivamente, la damos por retirada. (Pausa.)



CONTESTACION A LA SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE:



--POSICION ESPAÑOLA EN RELACION CON LA DEMANDA DEL GOBIERNO GUINEANO DE
CIERRE DE LAS EMISIONES DE RADIO EXTERIOR DIRIGIDAS A DICHA EX COLONIA
ESPAÑOLA. FORMULADA POR LA SEÑORA BALLETBO PUIG. (Número de expediente
181/001294.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Señorías, reanudamos la
sesión con el turno de preguntas.

La pregunta que va a contestar el señor Villar, a quien damos la
bienvenida, es la número 2: posición española en relación con la demanda
del Gobierno guineano de cierre de las emisiones de Radio Exterior
dirigidas a dicha ex colonia española. La pregunta la había formulado la
Diputada señora Balletbó, que tiene la palabra, si quiere dar alguna
explicación.




La señora BALLETBO PUIG: Sí, sí; hemos esperado esta oportunidad durante
meses y usted comprenderá que la aproveche. Digo esto porque realmente
hace bastantes meses que se presentó esta pregunta.

Por algunas informaciones que tengo y por algunas notas que se han visto
en la prensa me consta que hace tiempo que hay ciertas interferencias por
parte de la autoridades ecuatoguineanas en relación con las emisiones de
Radio Exterior. En estas interferencias se han solicitado diversos
niveles de acción: el cierre de la emisora, o que no se oyera, o que se
suspendiera provisionalmente, o ejercer una cierta censura previa en
relación a los contenidos. A mí me consta que estas emisiones tienen un
seguimiento importante entre la población de aquel país. Son emisiones
que recogen informaciones de lo que está sucediendo en Guinea desde una
cierta libertad de información cosa que la oposición ecuatoguineana no
consigue obtener de las informaciones oficiales, mientras que Radio
Exterior de España emite tomando como base las informaciones que recibe
de la Agencia Efe, de France Presse y también de la oposición al Gobierno
de aquel país, y no sólo se limita a explicar lo que sucede allí, sino
que sus informaciones se enmarcan dentro de un contexto informativo que
abarca otras informaciones de esta zona subsahariana.

Yo querría saber, en relación con estas presiones, cuál es la posición
del Gobierno español. No sé si es procedente pedir esto al señor
Secretario General, ni si realmente se han recibido o no estas presiones.

Tal vez esto forme parte del nivel de discreción diplomático, pero, en
todo caso, sí le agradecería una cierta respuesta a esta pregunta.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Tiene la palabra el señor
Villar.




El señor SECRETARIO GENERAL DE POLITICA EXTERIOR (Villar y Ortiz de
Urbina): Voy a tratar de contestar a la pregunta de la señora Balletbó lo
más brevemente posible. En primer lugar, para decir que las autoridades
ecuatoguineanas no han planteado nunca exactamente el cierre o la
supresión ni de la emisora ni del programa especial sobre Guinea
Ecuatorial, pero sí es cierto que han formulado, con mucha frecuencia, de
manera recurrente, quejas sobre los contenidos de la programación
especial dirigida hacia Guinea Ecuatorial y que, como sabe S. S., tiene
una gran audiencia en todo el país de Guinea Ecuatorial y que, como sabe
S. S., tiene una gran audiencia en todo el país de Guinea Ecuatorial.

Naturalmente, la posición del Ministerio de Asuntos Exteriores, del
Gobierno Español, ante estas quejas, ha sido en todo momento la de
manifestar a las autoridades correspondientes de Guinea Ecuatorial que
las han transmitido que Radio Exterior de España es un ente público, pero
que goza de absoluta autonomía e independencia en cuanto a la
programación y a los contenidos de los programas, así como a la
orientación de los mismos.

Por otra parte, debo decir a S. S. que la valoración del Gobierno español
y del Ministerio sobre las emisiones al exterior de Radio Exterior,
especialmente las dirigidas hacia Africa y en concreto la programación
hacia Guinea Ecuatorial, coincide con la que ha efectuado S. S., es
decir, es una valoración positiva, en términos generales, sobre la
programación, sobre lo que esto significa y las posibilidades que ofrece
al pueblo de Guinea Ecuatorial desde la perspectiva de una información
plural de la realidad de su país y también desde la de ofrecer una
plataforma a distintos sectores guineanos, fuerzas políticas y sociales,
que, de otra forma, tendrían muy poca posibilidad de hacer llegar sus
puntos de vista a la población guineana.

Esto no quiere decir, naturalmente, que debamos compartir los contenidos
de todos los programas. Tengo entendido que, a veces, algunos contenidos
concretos de algunos programas son discutibles porque hay algunas
personas que intervienen en los mismos --lo que me imagino será difícil
de evitar-- que transmiten informaciones no contrastadas o incurren en
determinado tipo de acusaciones no probadas o de una especial gravedad
hacia las autoridades. Qué duda cabe que esto no contribuye a facilitar
las cosas en un proceso tan complejo como el que está viviendo ese país,
con muchas dificultades de intento de apertura, de ciertos cauces de
diálogo y de un cierto y limitado pluralismo en relación con la
oposición.




Página 14922




El deseo del Gobierno y del Ministerio de Asuntos Exteriores es que las
emisiones de Radio Exterior y los programas dirigidos en concreto a
Guinea Ecuatorial contribuyan sobre todo a un mejor conocimiento por
parte del pueblo guineano de la realidad de su país; que contribuyan
también a proporcionar a todas las fuerzas políticas y sociales de Guinea
Ecuatorial una plataforma para exponer sus puntos de vista frente a los
medios oficiales u oficiosos del Gobierno y del partido del Gobierno. Al
mismo tiempo, deseamos que esta actuación de Radio Exterior y esta
programación contribuya naturalmente a un conocimiento más profundo y a
un estrechamiento de los lazos entre los dos pueblos, el pueblo español y
el pueblo de Guinea Ecuatorial. Nuestro deseo también es que todo esto,
naturalmente, se haga dentro de unas normas elementales de cierta
cortesía y de no prestar ninguna plataforma a posibles actuaciones que
sobrepasen los límites normales de lo que es una información contrastada
y no irresponsable.

Y eso es todo lo que puedo decir a S. S.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): La señor Balletbó tiene la
palabra.




La señora BALLETBO PUIG: Quiero agradecer a don Francisco Villar su
respuesta y también decirle que estoy absolutamente de acuerdo con esta
posición del Gobierno español en relación con las emisiones de Radio
Exterior.

Quiero decir en este sentido que en la historia hay precedentes de la
importancia que han tenido determinadas emisiones exteriores en
situaciones de falta de democracia en algunos países, como por ejemplo,
el muy sabido de la BBC, que ha mantenido durante años emisiones en
diversos países. Concretamente en España, la BBC empezó sus emisiones en
Bush House, desde el Foreing Service, en 1939, después de la Guerra Civil
española. Yo siempre he considerado que esto se empezó por la mala
conciencia, tal vez, de los aliados; en este caso de los países
democráticos, porque los aliados son posteriores en el tiempo, que tenían
que haber tenido una posición diferente respecto al conflicto civil de
España. Tal vez en el caso inglés, justamente en el 39, se deba a esa
mala conciencia y a querer reparar un error. Esas emisiones se terminaron
después de la consolidación de la democracia en España y, por descontado,
fueron seguidas con mucha atención por la audiencia española como fórmula
de obtener aquella información que no había forma de obtenerla de la
radio y la televisión oficiales. Yo, que tuve la satisfacción de ser
corresponsal de la BBC con el pseudónimo de «Lluís Sans», por razones
obvias, puedo asegurarle que éste es un trabajo que se agradece en el
interior y que contribuye poderosamente en esos países a tener un poco de
luz, de referencia, para saber por dónde anda la información y, sobre
todo, para situarse dentro de una leal oposición.

Por tanto, animo a que eso siga así y, por descontado, dentro de lo que
se considera una información leal a los principios del pluralismo, creo
que hacer oídos sordos a estas demandas, porque los que tendrían que
tener los oídos atentos son las autoridades de ese país para ir
culminando ese proceso de democratización que es tan necesario y se
considere a los líderes de la oposición de una forma distinta a como se
están considerando hasta ahora.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso Ledo): El señor Villar tiene la
palabra.




El señor SECRETARIO GENERAL DE POLITICA EXTERIOR (Villar y Ortiz Urbina):
Unicamente deseo señalar que estoy de acuerdo con el planteamiento que
acaba de efectuar S. S.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Muchas gracias, señor
Villar, por su presencia.

Continuamos con las siguientes preguntas, que va a contestar el
Subsecretario señor Ezquerra.

Damos la bienvenida al Subsecretario señor Ezquerra y continuamos con el
desarrollo del orden del día.




--OPINION DEL SECRETARIO DE ESTADO ACERCA DE LA PRIORIDAD DEL PROGRAMA DE
PRESENTACION DEL PATRIMONIO CULTURAL DE IBEROAMERICA. FORMULADA POR EL
SEÑOR ROBLES FRAGA (GP). (Número de expediente 181/001298.)



--MOTIVOS DE LA DISMINUCION DEL PRESUPUESTO PARA LA RESTAURACION DEL
PATRIMONIO HISPANO EN IBEROAMERICA. FORMULADA POR EL SEÑOR ROBLES FRAGA
(GP). (Número de expediente 181/001299.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Las siguientes preguntas,
3 y 4, han sido formuladas por el señor Robles Fraga y versan acerca de
la prioridad del programa de preservación del patrimonio cultural de
Iberoamérica y motivos de la disminución del presupuesto para la
restauración del patrimonio hispano en Iberoamérica.

El señor Robles Fraga tiene la palabra para hacer una introducción
respecto a estas preguntas.




El señor ROBLES FRAGA: Gracias, señor Subsecretario, por permitir que
finalmente, después de mucho tiempo, se dé cabida en esta Comisión a
estas preguntas que, si no le importa al señor Presidente, voy a
acumular, porque en realidad tratan de lo mismo.

El programa de preservación del patrimonio cultural en Iberoamérica
empieza en 1984. De 1984 a 1989 se incrementan anualmente las
intervenciones de restauración del patrimonio hispánico arquitectónico y
urbanístico en Iberoamérica. En 1989, ante la incapacidad de gestión de
la maquinaria del ICI para resolver las necesidades del programa se
traspasa a la Sociedad Estatal V Centenario y se constituye una comisión
institucional que trata de aglutinar los fondos que destinan los
distintos ministerios a estas actuaciones del patrimonio. Hasta 1992 se
produce un incremento



Página 14923




de los presupuestos del programa y, por tanto, del número de obras y de
planes de rehabilitación realizados.

También es muy importante señalar que se inicia en 1990 el programa de
escuelas-taller en Iberoamérica, con la incorporación a este programa de
preservación del patrimonio cultural del INEM, Instituto Nacional de
Empleo, que financia los costes de estas escuelas-taller.

A finales de 1992 se plantea la necesidad de que la Agencia Española de
Cooperación recupere la gestión del programa de preservación del
patrimonio, recuperación y transferencia que se consolidan en el año
1993, a pesar de que no se han resuelto los problemas que dieron lugar al
traspaso del programa en su día a la Sociedad Estatal.

Los problemas a los que me voy a referir empiezan en el año 1993, cuando
la nueva Presidenta de la Agencia Española de Cooperación, doña Ana María
Ruiz-Tagle, entiende --y cito a la Presidenta-- que el programa de
preservación del patrimonio es un lujo que no corresponde con las
necesidades de la cooperación, planteamiento que arrastra también al
programa de escuelas-taller. Este planteamiento se transforma
inmediatamente en una falta de apoyo político y en una lucha diaria, por
parte de los responsables de este programa, para mantenerlo con vida. A
finales de 1994, el presupuesto que el programa solicitaba de 450
millones es reducido drásticamente a 200.

¿Por qué se produce esto? Porque, junto a la desaparición de las
contribuciones, a partir de 1992, de la Comisión Nacional y de la
Sociedad Estatal del V Centenario, que pasan de 300 millones anuales a
cero entre 1992 y 1993, la reducción de la participación del Ministerio
de Cultura, concretamente la Dirección General de Bellas Artes y
Archivos, que pasa de 120 millones en 1993 a 46 millones en 1994, se
empieza ya a anunciar la retirada del Instituto Nacional de Empleo.

Actualmente, el programa de obras se mantiene en 200 millones de pesetas
de la Agencia Española de Cooperación, a los que hay que añadir los 31
millones del Ministerio de Cultura y los 25 millones de la Dirección
General de Relaciones Culturales, del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En conclusión, creo que es importante señalar la falsedad y la falacia,
por tanto, si es necesario, desmontar la teoría de que el programa de
preservación del patrimonio es un lujo cultural, pues no solamente hace
referencia a nuestras señas de identidad con Iberoamérica, sino al propio
concepto de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, basada en lazos
culturales muy importantes.

Es especialmente patético el cierre del programa de escuelas-taller o,
por lo menos, la retirada del Instituto Nacional de Empleo, recordando
que, de 1991 a 1995, por este concepto se gastan 2.701 millones de
pesetas, con lo cual se está destruyendo una extensa red de centros de
formación ocupacional para la juventud en catorce países, donde se están
formando actualmente más de 1.300 jóvenes, se disuelve un equipo humano
de 430 personas, se desmantelan 122 talleres o, por lo menos, se pone en
peligro este programa y se arriesga con este desmantelamiento que siga
funcionando el programa, y se renuncia a rentabilizar más de 3.500
millones de pesetas de inversión pública desde 1991 a 1996. La verdad es
que, con ello, se destruye una línea de participación solidaria y un foro
de entendimiento y comunicación que, desde luego, cumple perfectamente
los criterios establecidos por este Parlamento en lo que se refiere a la
cooperación internacional, muy especialmente con Iberoamérica.

La verdad es que, si tenemos en cuenta la totalidad del esfuerzo
realizado, vemos cómo se ha producido, desde 1993 a esta parte, una
radical disminución del esfuerzo estatal en la preservación del
patrimonio cultural en Iberoamérica. Es por ello por lo que se hacen las
dos preguntas sobre la prioridad para el Gobierno de este programa y se
le preguntan los motivos de la disminución del presupuesto para la
restauración del patrimonio hispánico en Iberoamérica.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso Ledo): Tiene la palabra el señor
Ezquerra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Gracias,
señor Robles, por unir las dos preguntas, lo que permite contestarlas
conjuntamente.

La situación económica y social en Iberoamérica exige establecer una
serie de prioridades en nuestra acción en esa zona. Por ello, la
Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica se ha planteado muy seriamente qué papel tiene que jugar un
programa de cooperación para la recuperación del patrimonio y cuáles son
los supuestos sobre los que se debe trabajar en este tema.

La Secretaría de Estado de Cooperación concibe, creo que correctamente,
el patrimonio cultural como lo que es, es decir, como una parte
importante del capital social, del capital de una sociedad, y constituye
a la vez una referencia obligada para que esa sociedad se reconozca y, en
el caso de Iberoamérica, para que nos reconozcamos también nosotros, para
entender quiénes somos y por qué somos. Por lo tanto, es una obligación
contribuir a convertir ese patrimonio cultural de Iberoamérica en un
instrumento que, a la vez, sea socialmente útil y rentable. Como decía
antes, la situación económica y social de Iberoamérica es tal que nos
exige que tratemos de cohonestar ambos objetivos. Así, pues, ese programa
de conservación y recuperación del patrimonio cultural en Iberoamérica
debe hacerse en un sentido que permita recuperarlo para usos sociales que
mejoren la calidad de vida de la población de esos países
iberoamericanos. Lo hecho en este sentido permite apreciar que en
bastantes casos se ha conseguido esa cohonestación de objetivos. La
acción en el llamado Parque de los Reyes en Santiago de Chile, un espacio
recreativo de unas 30 hectáreas que ocupa la zona que antes ocupaba la
vieja red viaria de la estación de Mapocho, es un ejemplo dentro de una
zona urbana especialmente sensible. La recuperación de la antigua Iglesia
de Belén en Potosí, Bolivia, transformándola en teatro, en un proyecto
premiado por la IX Bienal de Arquitectura de Quito, es otro ejemplo de
cómo tratar de atender ambos objetivos. El Centro de Formación
Profesional en Antigua, la vieja capital de Guatemala,



Página 14924




que ocupa los claustros norte y sur del viejo convento de los jesuitas,
podría ser otro ejemplo. La conversión de la Iglesia y Convento de San
Francisco en La Habana vieja, en la zona del puerto, hoy día Centro
Nacional de Musicología, es quizá también otro ejemplo.

En realidad, desde 1984, que es cuando se inició, el programa de
preservación del patrimonio cultural en Iberoamérica ha realizado más de
60 intervenciones importantes en 17 países, formándose 160 profesionales
de alta categoría en sus oficinas de gestión y en sus centros históricos
y dando algún tipo de formación a más de 1.500 jóvenes iberoamericanos en
las 17 escuelas-taller. El estrato social al que pertenece el 99 por
ciento de los jóvenes que participan en los programas de las
escuelas-taller no les hubiera permitido acceder a otro tipo de formación
profesional. La capacitación adquirida en esos centros posibilita su
incorporación al mundo laboral, bien a través de empresas, de
cooperativas, o bien accediendo como especialistas a empleos de la
empresa privada o de las instituciones públicas.

La labor realizada por los alumnos durante su período de aprendizaje han
sido, en todos los casos, decisiva para la recuperación del patrimonio
cultural de sus respectivas ciudades o lugares de origen. La Secretaría
de Estado comprende, pues, que mantener y potenciar el patrimonio
cultural no es sólo un bien cultural y un derecho prioritario de la
sociedad, sino que puede y debe ser un importante elemento del patrimonio
económico y del patrimonio social para contribuir a dinamizar las
estructuras sociales y a generar un importante número de puestos de
trabajo y de recursos económicos.

En cuanto a los recursos económicos puestos a disposición de este
programa, debe señalarse, en efecto, que desde 1989 hasta 1992, debido a
la participación de la Comisión Nacional V Centenario y de la Sociedad
Estatal, hay una contribución especialmente importante para llevar a cabo
una serie de realizaciones que tengan como fecha señera la celebración
del V Centenario. Pero si atendemos a los recursos puestos a disposición
de estos programas por parte de la Agencia Española de Cooperación,
puesto que la Sociedad Estatal ha desaparecido ya y la Comisión Nacional
de 1992 también ha desaparecido, vemos que la Agencia Española de
Cooperación Internacional ha realizado un esfuerzo, pasando de 24
millones en 1989 a 205 millones en 1990 para este programa, y desde el
año 1991 a la actualidad se ha mantenido en ese nivel de 200 millones de
pesetas anuales al programa, con la excepción del año 1993. Es decir, no
se trata de unas cantidades excesivamente altas, aunque bien quisiera
poder disponer de recursos superiores, pero no supone una disminución ni
una falta de interés, sino el mantenimiento, dentro de las posibilidades
presupuestarias, de su presencia en este campo. En total, desde 1989 a
1995, dando por invertido lo correspondiente a 1995, se habrán invertido
1.329 millones de pesetas.

La contribución de la Dirección General de Relaciones Culturales,
perteneciente al Ministerio de Asuntos Exteriores, ha sido constante, de
25 millones de pesetas desde 1990 hasta nuestros días, sumando, por
tanto, un total de 167 millones 900.000 pesetas.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Tiene la palabra el señor
Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Presidente, precisamente, todo lo que usted
ha dicho es verdad desde el punto de vista de la utilidad de este
programa, y por eso yo he insistido en la importancia que tiene. Sin
embargo, quiero recordar que lo que está pasando es que el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, a través del Instituto Nacional de Empleo, y
el Ministerio de Cultura se han retirado del programa de preservación del
patrimonio cultural. Ya le he dado las cifras y se las vuelvo a decir: el
Ministerio de Cultura pasa de 120 millones a 31 en dos años; y el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a través del INEM, pasa de 600
millones a cero en un año. Es verdad que el gran éxito de la política
exterior cultural de la Agencia Española de Cooperación consiste en que
va perdiendo socios conforme se avanza en el camino. Antes se decía que
había varias políticas exteriores. Ahora tenemos una, y ni siquiera,
porque no hay dinero.

El esfuerzo que está haciendo la Agencia Española de Cooperación y el
ICI, desde luego notable, no compensa la disminución brutal de
presupuesto de este importantísimo programa. Mientras tanto, se ponen en
marcha otros programas de muy dudosa eficacia. Lo que nos alarma
especialmente, lo que genera la grave preocupación del Grupo Popular por
la política cultural de España en Iberoamérica llevada a cabo por la
Agencia Española de Cooperación Internacional es que, mientras que se
desmantelan los programas y las actividades de los que funcionan y de,
por ejemplo, los mismos centros del Instituto de Cooperación
Iberoamericana, o se reducen todavía más las minúsculas contribuciones a
los viejos Institutos de Cultura Hispánica, se ponen en marcha programas
como el Intercampus, ya denunciado en esta misma Comisión, que cuestan
muchos cientos de millones, que no sirven absolutamente para nada útil y
que, desde luego, no están en conformidad con los criterios sociales o de
interés político de España en Iberoamérica.

La política de la Agencia Española de Cooperación Internacional y del
Instituto de Cooperación Iberoamericana se caracteriza por tres cosas: su
incapacidad, su ineficiencia y su frivolidad. Se privilegian los
criterios de imagen sobre cualquier otro; se incumplen los compromisos
asumidos por España y asumidos por el Gobierno en esta Cámara, y en esta
misma Comisión por el Secretario de Estado de Cooperación, por sus
antecesores y por la Presidenta de la Agencia Española de Cooperación.

No me gustaría repetir los datos ya dados. Sin embargo, me parece de una
enorme gravedad que el programa que reafirma la vinculación y la
presencia española en Iberoamérica, que es este programa de preservación
del patrimonio cultural, sufra de la ineficacia ya mencionada y sea
sacrificado en aras de otros programas cuya utilidad está por demostrar y
que, desde luego, no justifican en ningún caso el abandono de unas
actividades de España en Iberoamérica que, con muy poco dinero, están
cumpliendo muy provechosamente con las finalidades establecidas para la
cooperación española.




Página 14925




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): El señor Ezquerra tiene la
palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Señor
Presidente, quisiera insistir sobre el hecho de que creo que la Agencia
Española de Cooperación sigue destinando a este programa de conservación
y recuperación del patrimonio cultural e histórico en Iberoamérica los
mismos recursos que venía utilizando desde antiguo, aunque quizás se
hayan retirado algunos elementos colaboradores. Sin embargo, al mismo
tiempo, es lógico que desee desarrollar otros programas distintos, en
concreto, la presencia y el contacto entre jóvenes universitarios
españoles e iberoamericanos, a veces difíciles de conseguir por el
problema lógico de la dificultad de ingreso en nuestras universidades de
alguien formado en el extranjero, que es lo que persigue el programa
Intercampus, y es un objetivo importante. No ha sido detraído de la
cantidad, más o menos homogénea, de 200 millones de pesetas al año para
preservación de bienes del patrimonio cultural el dinero para la
realización, afortunada o no --eso el tiempo lo dirá--, del programa
Intercampus.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Muchas gracias, señor
Subsecretario.




--GESTIONES PARA SOLUCIONAR LA PROBLEMATICA DE LOS DENOMINADOS «NIÑOS DE
LA GUERRA» QUE VIVIERON EN UCRANIA, ESTONIA, LETONIA, LITUANIA Y
BIELORRUSIA. FORMULADA POR EL SEÑOR PERALTA ORTEGA (GIU-IC). (Número de
expediente 181/001337.)



--GESTIONES QUE LLEVA A CABO EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES PARA LA
RATIFICACION POR LOS ORGANOS COMPETENTES DE LA FEDERACION RUSA DEL
ACUERDO DE SEGURIDAD SOCIAL ENTRE ESPAÑA Y RUSIA, SUSCRITO EN OCTUBRE DE
1994. FORMULADA POR EL SEÑOR PERALTA ORTEGA (GIU-IC). (Número de
expediente 181/001340.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Pasamos a las preguntas
números 5 y 6 que, como tratan sobre el mismo asunto, entiendo que pueden
formularse conjuntamente. Ambas preguntas las ha presentado don Ricardo
Peralta.

La pregunta 5 dice: Gestiones para solucionar la problemática de los
denominados «niños de la guerra» que vivieron en Ucrania, Estonia,
Letonia, Lituania y Bielorrusia; y la pregunta 6: Gestiones que lleva a
cabo el Ministerio de Asuntos Exteriores para la ratificación por los
órganos competentes de la Federación Rusa del Acuerdo de Seguridad Social
entre España y Rusia, suscrito en octubre de 1994.

Tiene la palabra el señor Peralta.

El señor PERALTA ORTEGA: Señor Ezquerra, usted sabe perfectamente que uno
de los medios importantes para solucionar la problemática de los
conocidos como «niños de la guerra» sería conseguir culminar un tratado
de seguridad social con la actual República Federativa Rusa. En esta
línea se viene trabajando desde hace años e incluso se ultimó,
prácticamente, un tratado de seguridad social con lo que era la antigua
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que, precisamente por la
desaparición de esa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, quedó
inconcluso.

En estos momentos, existe ya terminada la tramitación parlamentaria por
parte española de lo que es el Tratado de Seguridad Social con la actual
República Federativa Rusa, tramitación parlamentaria que se terminó en
noviembre de 1994 por parte española y que, sin embargo, no ha culminado
por parte de la República de Rusia. Parece ser que esa tramitación se ha
retrasado por la necesidad de culminar también un acuerdo administrativo.

Esta era la objeción, la excusa o la razón que se daba por parte de la
República de Rusia. La última noticia que tenemos nosotros es que el día
21 de abril estaba previsto firmar ese acuerdo administrativo, y que ello
daría vía libre a la tramitación parlamentaria rusa del Tratado de
Seguridad Social que en su día se firmó coincidiendo con la visita del
señor Yeltsin a nuestro país.

Nos gustaría saber cuál es, al día de hoy, el estado de la tramitación
parlamentaria por parte de la República Rusa del Tratado de Seguridad
Social, en la medida en que ello puede permitir --insisto-- solventar una
parte importante de la problemática de «los niños de la guerra». Aunque
el mayor número de los que conocemos como «niños de la guerra» se
encuentra en Rusia o ya, afortunadamente, en nuestro país, también los
hay en otras repúblicas. En concreto, nos gustaría saber qué gestiones se
están llevando a cabo en algunas de ellas, fundamentalmente en Ucrania,
Estonia, Letonia, Lituania y Bielorrusia, que son donde se concentran en
un pequeño número. Parece ser que, en función de ese pequeño número, el
Gobierno español ha abandonado lo que podría ser la vía de trabajar
también en un tratado de seguridad social y se plantea, pura y
simplemente, acuerdos de garantizar la exportación de las pensiones.

Nos gustaría saber qué gestiones se están haciendo en esta dirección y en
qué medida se plantea, por parte del Gobierno, poner punto final a esas
gestiones en orden a que se puedan garantizar ese mínimo de derechos y
esa parte importante de los derechos de «los niños de la guerra».




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Tiene la palabra el señor
Ezquerra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Muchas
gracias, señor Peralta, que además ha dado ya la contestación a una buena
parte de la pregunta. Hago gracia de hacer historia de los esfuerzos del
Gobierno para llegar a unos acuerdos de seguridad social que permitiesen
el retorno de «los niños de la guerra»,



Página 14926




y de sus acompañantes, porque en este cuadro siempre se ha incluido tanto
a los que eran niños en el momento de la salida de España como a los
adultos que les acompañaban. Yendo al caso actual, la ratificación por
parte española del convenio hispano-ruso de 1994 no permitió el
intercambio de instrumentos de ratificación porque la parte rusa no había
ratificado el acuerdo. La excusa dada, o la razón, sobre todo por parte
del equivalente al ministerio de seguridad social ruso, es que, sin el
acuerdo administrativo, era imposible remitirlo a la Duma, es decir, al
Parlamento. En vista de esa objeción, se ha trabajado a lo largo de
finales del año 94 y el comienzo del 95 en ultimar el acuerdo
administrativo, que fue firmado el 21 de abril pasado en Moscú, y ahora
haremos el seguimiento para que el convenio pase a la Duma y sea
eventualmente ratificado. A partir de ese momento, los españoles de ese
colectivo que vengan a España --españoles o rusos, tengan la nacionalidad
que tengan, nos da lo mismo-- podrán percibir las pensiones a las que
tuvieren derecho según la legislación de la Federación Rusa y el
complemento necesario, que habrá de aportar la parte española, para que
alcancen las pensiones mínimas en España. El plazo transcurrido entre el
21 de abril y el presente no nos permite ver todavía si ha habido
retrasos.

En cuanto a «los niños de la guerra» existentes en algunas de las
repúblicas sucesoras de la antigua Unión Soviética, nuestros datos no
hacen ver que en Ucrania residen 142 personas de ese colectivo; en
Bielorrusia, dos; en Letonia, dos, y en Estonia y en Lituania, ninguno,
aunque es posible que aparezca alguno. En el caso de Bielorrusia y
Letonia, consideramos que no es posible intentar un convenio de seguridad
social para dos personas; en cambio, en el caso de Ucrania consideramos
que el colectivo es lo suficientemente importante como para no intentar
soluciones de carácter individual, y durante el mes de marzo se ha
celebrado la primera ronda de negociaciones para la elaboración de un
proyecto de convenio de seguridad social con la República de Ucrania, con
similares características al firmado con la Federación Rusa. Las
negociaciones, una vez que hemos elaborado este principio de borrador, se
reanudarán en Madrid en los próximos meses; desde luego, pasado el
verano. Por lo tanto, con Ucrania, esperamos poder llegar a un acuerdo
semejante al de la Federación Rusa y poder dar la debida acogida en
España a este, afortunadamente ya, grupo reducido de españoles que quedan
todavía en territorio de la antigua Unión Soviética. En efecto, si «los
niños de la guerra» fueron en principio unos 5.000, hasta 1973 retornaron
unos 2.500 y hoy día, en lo que era la Unión Soviética, quedan unos 615 ó
620.

Esperamos que estos dos instrumentos, la ratificación del acuerdo con la
Federación Rusa y la eventual firma y ratificación del de Ucrania,
permitan establecer las bases seguras para que este grupo de españoles
pueda retornar a España como es su deseo.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Señor Peralta, tiene la
palabra.




El señor PERALTA ORTEGA: Gracias, señor Ezquerra, por sus datos, que
confirman en alguna medida los nuestros. Es verdad que, como consecuencia
de las gestiones que se vienen realizando desde la recuperación de la
democracia en nuestro país, este problema, hoy día, es un problema
relativamente menor o en términos inferiores a los que lo fue en su
momento. No obstante, sigue siendo un problema de reparar y de saldar un
pasado triste de nuestro país; son personas que en ocasiones se
encuentran en situaciones muy difíciles. Por eso yo le animaría, en
nombre de nuestro Grupo, a que vigile y siga de cerca la ratificación
definitiva, por parte de la Duma de la República de Rusia, del tratado
hispano-ruso, que realmente viene retrasado en cuanto a su tramitación,
al menos desde la perspectiva de lo que ha tardado el Parlamento español
en tramitar ese tratado hispano-ruso. En relación con los otros países,
en concreto con Ucrania, en donde tenemos todavía un número importante de
ciudadanos, esperamos que se hagan las gestiones con la mayor celeridad
posible, de tal manera que se pueda dar solución a una parcela
significativa de la problemática de estos antiguos niños de la guerra.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Señor Ezquerra, tiene la
palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Señor
Peralta, sólo quiero significarle que en ello pondré un interés
particular porque quizá tenga un poco de complejo de Sísifo en esta
materia. Participé, personal y activamente, en la elaboración y
tramitación del primer acuerdo con la Unión Soviética y, al cabo del
tiempo, volver a encontrarme de nuevo con este problema digamos que no es
ya un reto de carácter general y humano, como corresponde a cualquier
ciudadano español, sino que me encuentro con deseos de culminar la obra
que afortunadamente se empezó en su momento y que no dio frutos por
razones que no dependían de nuestra voluntad.




--AYUDAS DEL GOBIERNO AL DE LA REPUBLICA POPULAR DE CHINA. FORMULADA POR
EL SEÑOR MILIAN MESTRE, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de
expediente 181/001425.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Pregunta número 7, de la
que es autor el señor Milián Mestre, sobre ayudas del Gobierno al de la
República Popular de China.

Tiene la palabra el señor Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Señor Ezquerra, ésta es una pregunta que viene de
meses atrás, como alguna otra que una colega ha mencionado anteriormente.

Fue presentada ya hace tiempo, el 29 de noviembre de 1994, pero decayó
por el cambio de período de sesiones. Entonces tenía actualidad, pero
después ha sido reproducida el 24 de febrero. La razón por la cual yo he
insistido en la pregunta es porque ocurrieron ciertos hechos,
concretamente en octubre



Página 14927




de 1994, que la prensa económica española reprodujo --en este caso el
diario «Expansión», en primera página-- con el siguiente texto: Las
diferencias entre Pekín y Madrid bloquean contratos españoles por valor
de 150.000 millones de pesetas.

Ciertamente este es un tema de suma importancia y de sumo interés, y veo
que el Gobierno así parece reflejarlo en su política de expansión
comercial y de inversiones hacia China, pero no deja de ser un tema
especialmente preocupante por cuanto que tiene unos altos riesgos y,
evidentemente, unos altísimos intereses de futuro. Mi pregunta está
fundamentada en este dato objetivo, pero después ha ido ampliándose esa
posibilidad. Por lo tanto, voy a situarla en sus actuales circunstancias,
es decir, en lo que es ahora mismo el «status questionis» de nuestro
comercio o nuestras inversiones con China.

Creo, en primer lugar, que huelga decir que China es un país asombroso en
todo su desarrollo, con crecimientos tan espectaculares como el del año
1993, de casi el 13 por ciento del producto interior bruto, pero sobre
todo porque marca una meta objetiva final donde los estudios más serios
de prospectiva que se están haciendo hablan de que en el año 2010 tendrá
la economía más potente del mundo, por tanto, muy superior incluso a la
japonesa y a la norteamericana. Consecuentemente, aquí hay un objetivo
claro, pero también empieza a haber una preocupación, que ya apunta en
los últimos estudios que se están haciendo por parte de los bancos
internacionales, acerca de la garantía de esta medida política. Es decir,
se pretende el gran cambio económico, sin entrar siquiera a considerar el
cambio político, en función de un intento de un híbrido final como
sistema económico-político de aquel gran país. Esta es una de las
conclusiones del último trabajo de la Trilateral.

En lo económico, es evidente que el interés es máximo en toda la economía
del mundo por atraer el mercado chino, de 1.200 millones de personas, y
lo que todo parece indicar es que en este momento estamos conociendo algo
que empieza a ser ya ese peligro amarillo que André Malraux, en su día,
profetizó y que, desde 1987, cuando el señor Den Xiao Ping abrió China a
la nueva realidad del mundo, ciertamente ha supuesto una crecida, yo
diría que geométrica y no aritmética, de proporciones impresionantes.

En segundo lugar, China necesita de forma imprescindible tecnología y
financiación exterior. Ahí está precisamente la apuesta española en el
buen camino, desde el punto de vista estratégico, como se demostró con
Expotecnia-94, que tuvo un espectacular resultado, tan espectacular que
--y está reproducido en el diario «Expansión» del 17 de octubre de 1994--
hasta se cita un informe de la CIA acerca justamente del impacto de esta
promoción española y de la ejemplaridad de la misma, conforme a los
propios intereses norteamericanos de penetración en ese mercado. Por
tanto, ahí se acertó. Pero en cambio --y es uno de los elementos clave de
mis preguntas-- hay un primer dato importante: se apuntó la posibilidad
de entrar en un volumen de inversión, de contratación o precontratación y
de cartas de compromiso en torno a 700.000 millones de pesetas. En
consecuencia, «a posteriori» --el año 1995 es el año posterior a la
clausura de Expotecnia--, quisiera saber en qué punto están esas
garantías y esas inversiones.

En tercer lugar, España ha hecho una aportación de medios considerable.

La inversión del mundo en este caso está en volúmenes espectaculares: en
el año 1990 se invierten 4.000 millones de dólares en China por parte de
toda la economía del mundo y en el año 1994, 30.000 millones de dólares
en el mismo sentido.

¿Qué ocurre? Que el Gobierno español está apostando de forma importante
en ese mercado de gran futuro y las empresas españolas, por lo que voy
viendo, están siguiendo esa pauta y, consecuentemente, nos están
iluminando un camino de grandes esperanzas en los contratos exteriores
por parte española. Pero esto plantea, finalmente, la razón de mis
preguntas. En primer lugar --y paso a la pregunta, por tanto a la
conclusión--, me gustaría saber el seguimiento del éxito de esa
Expotecnia-94 y este volumen que he mencionado de 700.000 millones de
pesetas de inversión y contratos en qué punto está y si realmente sigue
esa pauta.

En segundo lugar, las nuevas ayudas españolas últimamente han
experimentado un crecimiento, particularmente en el capítulo de créditos
FAD, ya que desde el año 1987 a 1993 China recibió 80.600 millones de
pesetas, convirtiéndose en el segundo país receptor de créditos de ayuda
al desarrollo entre los más de sesenta países beneficiados por nuestro
programa, y mucho más, desde luego, que otros países latinoamericanos y
mediterráneos, lo cual me parece muy bien desde el punto de vista
estratégico, pero me parece un tanto preocupante desde el punto de vista
político, puesto que la cláusula democrática, a la que tantas veces se
alude en esta Comisión, no parece puesta a punto, al menos en el momento
de la decisión, ya que el disparo de los créditos FAD se opera justamente
después de la matanza de Tiananmen.

Por último, hay un nuevo paquete de ayudas posterior a estos 150.000
millones de pesetas que España tuvo en conflicto en octubre del año
pasado, que se acaba de producir en la reciente visita de la Ministra
Wu-Yi, de Comercio chino, en el mes de abril pasado, donde el Gobierno
español concede créditos por 276 millones de dólares a China, el 50 por
ciento de los cuales, si no tengo mal entendido, son créditos FAD.

Por tanto, ésta es la razón por la que yo le interrogo acerca de las
inversiones, las ayudas y la política del Gobierno español respecto a
China, puesto que entendemos que siendo un objetivo muy importante ese
proyecto, esa necesidad, no es menos importante saber las garantías de
cumplimiento y las razones de esos créditos FAD.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Tiene la palabra el señor
Ezquerra.




El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra
Calvo): No puedo sino estar de acuerdo con la exposición que ha hecho
inicialmente de la importancia actual y futura del mercado chino y la
preocupación, por tanto, de conseguir allí



Página 14928




una cabeza de playa, una presencia proporcional a nuestras posibilidades.

En efecto, entre 1983 y 1993 España concedió a China créditos mixtos, es
decir, créditos en condiciones OCDE y créditos FAD o blandos, por un
total de 75.000 millones de pesetas, y permitieron exportar bienes de
equipo en ese período por valor de 170.000 millones de pesetas. El año
1993 se firmó un protocolo financiero adaptándonos a las nuevas normas de
consenso de la OCDE sobre créditos promocionales. Este protocolo que
cubría los años 1993 y 1994 puso a disposición de las autoridades chinas
un total de 60.000 millones de pesetas, 40.000 millones de pesetas en
condiciones OCDE y 12.000 millones de pesetas en condiciones
preferenciales, de fondos de ayudas al desarrollo, que posteriormente se
ampliaron en otros 2.700 millones de pesetas; es decir, fueron en total
14.700 millones de pesetas. La celebración de Expotecnia, en agosto de
1994, llevó a la negociación de un nuevo protocolo financiero con una
cifra de 17.500 millones de pesetas, de los cuales 7.000 eran créditos
FAD, es decir, preferenciales, blandos, y el resto, 10.500, en
condiciones normales OCDE.

En cuanto al futuro, se acaba de convenir en la reciente visita que ha
citado S. S. de la Ministra de Comercio para el período 1995 unos
créditos por valor de 12.000 millones de pesetas en condiciones de fondos
de ayuda al desarrollo y 24.000 millones de pesetas en créditos en los
términos normales de la OCDE. Es decir, se trata de poner a disposición
de nuestros exportadores unos recursos importantes que puedan permitirles
la acción necesaria para la penetración en un mercado que aunque
importante y abierto en relación sobre todo al pasado, no deja de ser
para el exportador español un campo nuevo y difícil.

Por supuesto, la concesión de créditos supone siempre un riesgo. Esa es
la razón por la que el Estado lo asume para que no recaiga ese riesgo
exclusivamente sobre el empresario, sobre el exportador, pero no creo que
en el momento actual la situación china, en cuanto a la estabilidad
política interna y en cuanto a sus compromisos internacionales, haga
peligrar de forma particular estas transacciones más allá del razonable
riesgo que cabe asumir en este tipo de créditos.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Tiene la palabra el señor
Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Gracias, señor Subsecretario por la información,
que es más clarificadora que la que yo manejaba en cuanto a cifras, pero
me siguen preocupando dos datos que están apareciendo en este momento en
los analistas internacionales.

Primer dato, no hay tanta garantía de estabilidad interna cuando MoodyÕs
ha modificado el «rating» en función precisamente de las innovaciones o
las situaciones nuevas que se están produciendo en el panorama político y
en el monetario.

En segundo lugar, existe en este momento una gran preocupación porque los
bancos chinos --usted sabe que son bancos estatales, pero no de garantía
estatal, y lo subrayo-- están soportando no solamente los compromisos
exteriores, sino los graves compromisos de financiación de la deuda
interna y, sobre todo, de las pérdidas de las empresas estatales, que son
108.000 empresas, que aguantan o soportan la mano de obra más importante
de China, que son 100 millones de personas, que tienen pérdidas
importantes y que tienen que reducir las plantillas, para tener
rentabilidad, en el 30 por ciento de su número. Por tanto, fíjese usted
lo que significa eso en desequilibrios internos de orden económico,
social y que pueden preocupar y, objetivamente, veo en los informes
internacionales, está preocupando a la economía del mundo que invierte
allá.

En tercer lugar --y termino aquí--, hay unos datos de orden político que
me preocupan mucho más, y me voy a circunscribir simplemente al reciente
informe de la Trilateral sobre este punto --y le voy a citar algún
dato--, donde se sugiere a sus miembros que el respeto de los derechos
humanos no debe ser condición previa para mantener las relaciones
comerciales con China. Me preocupa esta afirmación puesto que rompemos
todo el esquema operativo que hemos construido sobre la cláusula
democrática y sobre todo por ese intento de los chinos, según parece, de
crear ese monstruo, ese ser híbrido, desde el punto de vista
jurídico-institucional y político, que es una mezcla del sistema
económico capitalista y del político comunista.

Pero aquí hay más datos preocupantes. Se quiere estimular la
incorporación al GATT, lo cual es lógico, por parte de China, pero
también se dice en este informe: no hacer depender la admisión de Taiwan
en el GATT a las negociaciones para el ingreso de China. Es decir, vamos
viendo cómo existe un exceso de pragmatismo que puede preocupar. Por
ejemplo se dice: realizar inversiones a largo plazo para fomentar la
liberación económica. Evidentemente, hay un intento estratégico muy
claro, pero después también se pide, a pesar de todo, que se haga caso
omiso de estos problemas políticos internos para que Estados Unidos dé un
año más de prórroga a lo de nación más favorecida. Existen sobre todo, al
albur ya de los próximos acontecimientos de integración de un factor
económico tan importante cual es Hong Kong, que se integrará en 1997,
algunos motivos de preocupación. En uno de sus puntos, la Trilateral
dice: Exponer a China que sus relaciones con el mundo exterior se verían
muy perjudicadas si incumple el compromiso de mantener a Hong Kong a
partir de 1997 como un área separada y autónoma, con esos 50 años de
margen de situación peculiar. Pero, claro, en el año 1999 tenemos el caso
de Macao, es decir, una crisis institucional que puede suceder, si no se
aclaran las circunstancias, tras la muerte o desaparición de Deng
Xiaoping, que ha sido el cerebro que ha montado esta gran operación
espectacular en China; segundo, hay problemas de afinidad con otros
intereses como estamos viendo en este informe que yo menciono; tercero,
hay un problema interno objetivo y que los bancos, los analistas
financieros del mundo están detectando, cual es, por ejemplo, las grandes
emigraciones del mundo rural que se pueden producir sobre el perímetro
industrial costero. Usted sabe que hay un desequilibrio brutal. El 80 por
ciento de la población china todavía vive de la agricultura, y fíjese lo
que significa en el standing de un sector u otro. Es decir, hay todo un
problema amaneciendo



Página 14929




políticamente en el seno interno de aquella ciudad tan compleja, de
crecimiento tan espectacular que puede llevar a ciertas reflexiones de
prudencia. Simplemente, con esos datos trato de configurar esa tilde en
función de que creo sinceramente que el objetivo es magnífico y que hay
que estar en ese gran mercado porque ahí está, como decía antes, el gran
futuro de la economía del mundo, pero ciertamente quiero subrayar estos
datos porque a mí me preocupan mucho algunos aspectos políticos que no se
tienen en consideración en este momento.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Señor Ezquerra, ¿desea
contestar algo? (Denegaciones.)
Con esta pregunta queda terminado el ciclo de preguntas que tenía que
contestar.




--CRITERIOS DEL GOBIERNO ANTE LA CRISIS ECONOMICO-POLITICA DE LA
REPUBLICA DE MEXICO Y SUS POSIBLES DERIVACIONES SOCIALES. FORMULADA POR
EL SEÑOR MILIAN MESTRE (GP). (Número de expediente 181/001426.)



--POSICION DEL GOBIERNO ANTE LOS SUCESOS DE CHIAPAS DEL MES DE FEBRERO EN
MEXICO. FORMULADA POR EL MISMO SEÑOR DIPUTADO. (Número de expediente
181/001427.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Continuamos con el
desarrollo del orden del día.

Señor Milián, yo quisiera que nos ratificara la retirada de las preguntas
8 y 9 a efectos de constancia.




El señor MILIAN MESTRE: Señor Presidente, no tengo ningún inconveniente.

Yo creo sinceramente --y mis compañeros lo agradecerán también-- que esas
dos preguntas se deben dar por decaídas en razón de que hace un mes
justamente ya debatimos este tema con el señor Ministro. Como se dio la
concomitancia de las dos iniciativas, obviamente después en el orden del
día se han seguido cronológicamente pero no sincrónicamente. En
consecuencia, que decaigan las dos preguntas. Yo me doy por satisfecho.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Quedan, por lo tanto,
retiradas.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): También está retirada del
orden del día la proposición no de ley, punto 10.




DICTAMENES SOBRE:



--RETIRADA POR PARTE DE ESPAÑA DE LA RESERVA NUMERO 2 FORMULADA POR
ESPAÑA AL CONVENIO EUROPEO RELATIVO AL RECONOCIMIENTO Y LA EJECUCION DE
DECISIONES EN MATERIA DE CUSTODIA DE MENORES, ASI COMO AL
RESTABLECIMIENTO DE DICHA CUSTODIA, HECHO EN LUXEMBURGO EL 20 DE MAYO DE
1980. (Número de expediente 110/000152.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Pasamos, por lo tanto, al
debate y votación de los dictámenes sobre convenios.

El primero de ellos --punto número 11 del orden del día-- se refiere a la
retirada por parte de España de la reserva número 2 formulada por España
al Convenio Europeo relativo al reconocimiento y la ejecución de
decisiones en materia de custodia de menores, así como al
restablecimiento de dicha custodia, hecho en Luxemburgo el 20 de mayo de
1980.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.) Por el Grupo Socialista tiene la
palabra la señora Pla.




La señora PLA PASTOR: España ratificó el 9 de mayo de 1984 el Convenio
105 del Consejo de Europa relativo al reconocimiento y a la ejecución de
decisiones en materia de custodia de menores, así como al
restablecimiento de dicha custodia, hecho en Luxemburgo el 20 de mayo de
1980.

En el momento de su ratificación se formularon tres reservas numeradas
con los números 1, 2 y 3. La reserva número 3 ya fue retirada el 4 de
febrero de 1991. La reserva número 1, que se refiere a la redacción de
las comunicaciones en lengua española, debe mantenerse por el momento. En
cuanto a la reserva número 2, la que hoy nos ocupa, consta de tres
apartados: el a), el b) y el c). Teniendo en cuenta que en el Consejo de
Europa se está intentando promover en la medida de lo posible la retirada
de las reservas formuladas por los Estados europeos y que España en estos
momentos ostenta la Presidencia del Comité del Consejo de Europa para el
seguimiento de este Convenio 105, es obvio que España debe dar ejemplo
retirando esta reserva.

Hay que señalar también que la evolución de los distintos sistemas
jurídicos en Europa y el proceso de armonización y homologación que se
está realizando tanto en la Conferencia de La Haya, en el Consejo de
Europa, como en el propio seno de la Unión Europea hacen que cada vez
tenga menos sentido la formulación de estas reservas a los convenios
europeos. Ello no obstante, en el ámbito de derecho civil, especialmente
en temas de familia, siguen existiendo diferencias notables que
dificultan la consecución de progresos concretos en este tema de la
retirada de reservas.

Entrando en la materia, la reserva número 2, que vamos a retirar,
establece que España se reserva la facultad de denegar el reconocimiento
y la ejecución de resoluciones relativas a la custodia de menores. En el
apartado a) se denegaría la ejecución de estas sentencias y resoluciones
cuando son contrarias a los principios del derecho de familia del Estado
miembro. El apartado b) se refiere



Página 14930




a la nacionalidad española del menor o a su residencia habitual como
razones que avalarían la denegación del reconocimiento y ejecución de la
resolución. Este criterio de nacionalidad ya no tiene el valor de hace
unos años y la tendencia actual de los convenios europeos es a no tenerlo
en cuenta. Por tanto, es obvio también que conviene retirar este apartado
de la reservada. Y el apartado c) contempla la posibilidad de negar el
reconocimiento y ejecución de la resolución si fuera incompatible con
otra dictada en España o en un tercer Estado en interés del menor.

Razones de interpretación del concepto ambiguo del interés del menor y
del propio convenio que en el artículo 9 recoge también este principio
aconsejarían también su retirada. Y, por último, el párrafo final de la
reserva 2 alude a la posibilidad de suspender el reconocimiento y
ejecución al haber sido objeto de recursos ordinarios la resolución de
origen o si estuviera pendiente en España algún proceso relativo a la
custodia del menor o si hubiera otra resolución en proceso de ejecución o
reconocimiento. Este párrafo final de la reserva puede también retirarse,
dado que resoluciones de este género no se pueden considerar como firmes
y no son, por tanto, ejecutables, lo cual le da un carácter absolutamente
superfluo.

Por todo ello, señor Presidente, el Grupo Socialista, coherente con su
política de suprimir todo aquello que suponga trabas para el normal
desarrollo de la infancia y su vocación europeísta, votará
afirmativamente la supresión de estas reservas al Convenio 105 del
Consejo de Europa.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Por el Grupo Popular tiene
la palabra el señor Robles Orozco.




El señor ROBLES OROZCO: Las cuestiones de fondo han sido explicadas
detalladamente por la portavoz del Grupo Socialista, pero quiero insistir
que básicamente, en la reserva número 2 sobre la que versa esta retirada,
España se reserva la facultad de denegar el reconocimiento y la ejecución
de las resoluciones relativas a la custodia de menores, en el caso de que
se compruebe que los efectos de la resolución son contrarios a los
principios del derecho de familia español; en segundo lugar, por razones
de nacionalidad, de residencia habitual del menor, que avalarían la
denegación del reconocimiento y ejecución de esta resolución; y asimismo
también por los motivos de incompatibilidad con otra resolución dictada
en España o por un tercer Estado en interés de un menor.

Las razones que fundamentan la retirada de esta reserva básicamente son
que el Consejo de Europa está intentando promover la supresión de las
reservas formuladas por los Estados europeos, que es aconsejable la
retirada por parte de España de esta reserva y que nuestro país ostenta
actualmente la Presidencia del Comité del Consejo Europeo para el
seguimiento del Convenio número 105. Otra razón, lógicamente, para
retirar esta reserva es la evolución que han tenido los diferentes
sistemas jurídicos europeos.

Estas razones que ya se han explicado con detalle y las que yo acabo de
decir muy someramente son las que nos mueven a votar afirmativamente.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Vamos a proceder a la
votación.




Efectuada la votación, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Queda aprobado por
unanimidad.




--PROTOCOLO SOBRE EL ESTATUTO DE LOS CUARTELES GENERALES MILITARES
INTERNACIONALES ESTABLECIDOS EN CUMPLIMIENTO DEL TRATADO DEL ATLANTICO
NORTE, HECHO EN PARIS EL 28 DE AGOSTO DE 1952. (Número de expediente
110/000153.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Pasamos al punto siguiente
del orden del día, número 12: Protocolo sobre el estatuto de los
cuarteles generales militares internacionales establecidos en
cumplimiento del Tratado del Atlántico Norte, hecho en París el 28 de
agosto de 1952.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.) Por el Grupo Popular tiene la
palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Nosotros vamos a votar favorablemente este
protocolo, este acuerdo internacional, pero no querríamos hacerlo sin
explicar alguna de las razones por las cuales nos parece enormemente
satisfactorio que el Gobierno haya tomado esta decisión, que supone un
acercamiento progresivo no únicamente a la organización de Tratado del
Atlántico Norte sino incluso a su aparato de integración militar.

Como el propio nombre del protocolo explica y expone, pretende regular
--y de hecho regula-- las relaciones que se puedan producir entre los
cuarteles generales militares de la OTAN, las personas de ellos
dependientes, tanto militares como civiles, y los lugares en los que se
encuentren. El preámbulo del mismo protocolo dice literalmente:
«Considerando que en sus territorios» --de los Estados partes del Tratado
del Atlántico Norte-- «pueden establecerse cuarteles generales militares
internacionales, mediante acuerdos separados, en virtud del Tratado del
Atlántico Norte, y deseando definir el estatuto de dichos cuarteles
generales...»
El mismo protocolo, en su artículo 1, especifica muy claramente cuál es
el sentido de la expresión cuartel general supremo, que significa el
cuartel general supremo de las fuerzas aliadas en Europa, del Atlántico y
cualquier cuartel general militar internacional, así como la del cuartel
general aliado, que significa cualquier cuartel general supremo y
cualquier cuartel general militar internacional establecido en
cumplimiento del Tratado del Atlántico Norte.




Página 14931




Es evidente que si el Gobierno español ha sentido la necesidad de entrar
a formar parte de este Protocolo sobre el estatuto de los cuarteles
generales militares internacionales es porque adecuadamente --y nosotros
nos felicitamos de ello-- no excluye que en su momento esos cuarteles
generales militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
puedan estar establecidos de una manera temporal o definitiva en España o
puedan realizar funciones en territorio español que puedan necesitar la
cobertura para su personal de este tipo de acuerdos.

Desde ese punto de vista, creo que es significativa y digna de alabanza
la decisión del Gobierno español al entrar como parte en este Protocolo
que, como digo, aproxima a España a los planteamientos y a las
necesidades de la integración militar de la Alianza Atlántica. De hecho,
creo que resulta especialmente significativo e interesante leer el
dictamen del Consejo de Estado en aquellas partes que reproduce del
dictamen que a su vez había realizado la Dirección General de Asuntos
Internacionales de Seguridad y de Desarme sobre la conveniencia de entrar
a formar parte de este Protocolo. No se nos puede ocultar que en ese tipo
de referencias que hace el Ministerio de Asuntos Exteriores existe una
cierta voluntad explicativa de por qué el Gobierno se acerca a uno de los
aspectos fundamentales de la integración militar, cual es la presencia de
los cuarteles generales militares internacionales en el territorio de uno
de los Estados miembros, aunque, se repite varias veces, España no forme
parte de esa estructura militar integrada. Creo que esas sistemáticas
referencias en uno y en otro sentido revelan claramente cuál es el
relativo embarazo con el cual el Gobierno en su momento se acercó a la
firma de este protocolo; embarazo que, sin embargo, produjo una situación
positiva, porque, como el mismo dictamen del Consejo de Estado reproduce
al hacerse eco de las manifestaciones hechas por el mismo Ministerio de
Asuntos Exteriores, era infinitamente mejor para los intereses españoles
la firma del Protocolo que no la consideración aislada de acuerdos
bilaterales que pudieran tener lugar precisamente y sólo para cumplir
aquellos aspectos relativos a los acuerdos de coordinación que el mismo
Gobierno español había firmado al respecto.

Quizá la referencia más específica y al mismo tiempo más contundente en
ese sentido es el último párrafo del dictamen del Ministerio de Asuntos
Exteriores, de la Dirección General de Asuntos Internacionales de
Seguridad y de Desarme, cuando, aparte de toda una serie de razones a las
cuales de una manera perifrástica he hecho referencia, por las cuales el
Gobierno estima que era necesario firmar este Protocolo, añade que esa
adhesión a este Protocolo resulta urgente para estar en condiciones de
asumir el papel que le corresponde en un momento en que precisamente se
están definiendo las citadas nuevas misiones y estructuras de la Alianza
y para evitar que el protagonismo sea asumido por otros, especialmente en
nuestra área de intereses estratégicos. Y continúa: En ese contexto, debe
señalarse que la demora en la concesión de un estatuto adecuado para los
cuarteles generales aliados entraña el riesgo de que determinadas
instalaciones logísticas de la Alianza se establezcan en Gibraltar y no
en España, en contra de la política española de vaciar de contenido el
mando aliado del Peñón. La adhesión al Protocolo de París es, en todo
caso, preferible a la adopción de una legislación interna que confiera un
estatuto de ese tipo a los cuarteles generales aliados, ya que dicha
legislación no garantizaría la reciprocidad que requeriría una
tramitación más lenta y jurídicamente más compleja.

Creo, señor Presidente, que son frases enormemente esclarecedoras del
grado de realismo que en este momento crepuscular ha ido,
afortunadamente, entrando en la cabeza de los rectores del Gobierno
español y, consiguientemente, dictándoles la necesidad de acercarse a
algo que en su momento debió considerarse de una manera radicalmente
diferente, cual es la integración militar en la estructura
correspondiente de la Alianza. Pero, en fin, nunca es tarde si la dicha
es buena, y, desde ese punto de vista, creo que este Protocolo, por esas
razones, debe ser adecuadamente votado, de manera favorable, y
adecuadamente recibido.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Por el Grupo Socialista,
tiene la palabra el señor Moya.




El señor MOYA MILANES: Como ya ha sido explicado prolijamente en la
intervención del señor Rupérez, el Protocolo de París se ocupa de regular
el estatuto legal de que gozarán los cuarteles generales militares
internacionales, creados en el seno de la Alianza, así como su personal,
cuando se establezcan o desarrollen actividades en el territorio de un
Estado parte. El Protocolo se refiere, por tanto, a los órganos militares
de la organización, no sólo a los cuarteles generales propiamente dichos,
sino también a determinados organismos de apoyo creados en su seno. Tales
órganos militares es verdad que son el soporte en que se basa la
estructura de mandos de la Alianza, pero también es verdad que, además,
proporcionan medios de mando y control y de apoyo logístico para
cualesquiera operaciones aliadas, incluyendo aquellas que se realizan con
participación española fuera de la estructura militar integrada.

Debido a esta doble dimensión de los cuarteles generales, la adhesión de
España al Protocolo de París no se produjo en 1987, pero una vez definido
el nuevo modelo de adhesión a la Alianza, se ha clarificado
definitivamente esta relación, y con los acuerdos de coordinación y
teniendo en cuenta los mismos, se hace patente la necesidad de que en
ciertas circunstancias, determinados cuarteles generales militares
internacionales y organizaciones logísticas puedan ubicarse en territorio
nacional para el cumplimiento de misiones derivadas de la puesta en
práctica de dichos acuerdos de coordinación.

Por otro lado, en el proceso al que estamos asistiendo de transformación
de la Alianza Atlántica, tanto en misiones bajo la autoridad de Naciones
Unidas, como de responsabilidad de la CSCE, como en el nuevo tipo de
estructuras que se perfila de la CJTF, tenemos que convenir que muchas de
estas actividades se sitúan al margen de la estructura militar integrada,
pero utilizan en gran medida los



Página 14932




recursos de la misma, por lo que la deseable participación de España en
ellas requiere una estrecha cooperación con los cuarteles generales
aliados y el envío de personal a los mismos para ese fin.

Por todo ello, surge la necesidad de dotar de un estatuto legal a los
citados cuarteles y organizaciones para que puedan desarrollar
actividades en territorio español en operaciones enmarcadas en los
acuerdos de coordinación o en las nuevas misiones de la Alianza.

Lógicamente, votaremos favorablemente el citado acuerdo.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Vamos a proceder a la
votación.




Efectuada la votación, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Queda aprobado por
unanimidad.

Hemos llegado al final del desarrollo del orden del día.

Se levanta la sesión.




Era la una y veinte minutos de la tarde.