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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 476, de 19/04/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 476
AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA
PRESIDENTE: DON JOSEP PAU I PERNAU
Sesión núm. 30
celebrada el miércoles, 19 de abril de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
(Atienza Serna), para:
--Explicar las condiciones del acuerdo entre la Unión Europea y Canadá
sobre la regulación de la pesca del fletán negro en aguas de la
Organización de Pesquerías del Atlántico Noroccidental (NAFO). A petición
propia. (Número de expediente 214/000103)
--Informar sobre la posición mantenida por el Gobierno y el resultado de
las negociaciones sobre la distribución de la cuota pesquera en los
caladeros de la Organización de Pesquerías del Atlántico Noroccidental
(NAFO), así como de la grave situación en la que quedará la flota
pesquera española. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC.

(Número de expediente 213/000585)
--Explicar los extremos del acuerdo pesquero alcanzado entre Canadá y la
Unión Europea (UE) en relación con la pesca del fletán negro en el área
de la Organización de Pesquerías del Atlántico Noroccidental (NAFO), así
como las previsiones con respecto al acuerdo entre el Reino de Marruecos
y la Unión Europea (UE) y con respecto a la próxima «costera del bonito».

A solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente
213/000586)



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Se abre la sesión a las cinco y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Se inicia la sesión.

Todas SS. SS. conocen ya la convocatoria urgente de esta Comisión a los
efectos de sustanciar tres comparecencias, solicitadas por el Gobierno,
el Grupo Parlamentario Popular y el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida. Alguna de estas comparecencias, inicialmente dirigida por parte de
la Mesa del Congreso a otra Comisión, finalmente se ha decidido que se
sustancie en ésta, por lo que comparece el señor Ministro de Agricultura,
Pesca y Alimentación, con el fin de explicar las condiciones del acuerdo
entre la Unión Europea y Canadá, sobre la regulación de la pesca del
fletán negro en aguas de la Organización de Pesquerías del Atlántico
Noroccidental, tal como figura en la petición de comparecencia del
Gobierno. La petición del Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya es para que se informe sobre la posición mantenida por el
Gobierno y el resultado de las negociaciones sobre la distribución de la
cuota pesquera en los caladeros de la NAFO, así como de la grave
situación en que quedará la flota pesquera española, y la del Grupo
Parlamentario Popular es para que explique los extremos del acuerdo
pesquero alcanzado entre Canadá y la Unión Europea en relación con la
pesca del fletán negro en el área de NAFO, así como las previsiones con
respecto al acuerdo entre el Reino de Marruecos y la Unión Europea y con
respecto a la próxima «costera del bonito».

Dada la similitud de las tres comparecencias, las vamos a tramitar en el
mismo acto. Dando las gracias a SS. SS. por su presencia, así como al
señor Ministro, le doy, sin más, la palabra.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señor Presidente, señorías, comparezco ante ustedes para informar sobre
los temas que han sido objeto de petición de comparecencia, ya que
también es deseo del Gobierno informar sobre el acuerdo alcanzado entre
la Unión Europea y Canadá y sus condiciones, así como sobre la
negociación del acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos y las
perspectivas de la próxima «costera del bonito», como han planteado
también diferentes grupos de esta Cámara.

El acuerdo alcanzado el pasado domingo entre la Unión Europea y Canadá
pone fin a un contencioso que durante más de 40 días ha creado una
situación de conflicto y de tensión insostenible en las aguas del
Atlántico noroccidental. Esta situación, motivada por una actuación
lamentable de un país, Canadá, que no ha tenido reparo en vulnerar
flagrantemente la legalidad internacional y cuya conducta irresponsable
ha puesto en peligro no sólo la subsistencia, sino incluso la integridad
de nuestros pescadores, exigía una solución negociada que evitara una
escalada de violencia de consecuencias imprevisibles.

Ha sido una negociación particularmente difícil, tanto a nivel interno
comunitario como frente a Canadá. El resultado ha sido criticado. Como
todo acuerdo, se basa en un compromiso y, como tal compromiso, exige
congeniar lo deseable con lo posible. Ahora bien, sería injusto
descalificarlo sin más, sin conocer previamente los objetivos perseguidos
y las soluciones encontradas.

Quiero recordar que estos objetivos han sido los siguientes. Poner fin a
las agresiones y hostigamientos a nuestra flota y a nuestros pescadores.

Restituir la legalidad vulnerada, asegurando que no se pudieran volver a
realizar apresamientos de nuestros buques por patrulleras canadienses en
aguas internacionales. Recuperar el aval y la carga injustamente
decomisada al buque «Estai». Asegurar que no se reconociera a Canadá
ningún derecho preferencial en aguas internacionales, contrario a lo
previsto en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

Retornar, a nivel NAFO, a la normalidad en lo que a la distribución del
TAC de fletán se refiere; es decir, a la adopción de una clave de reparto
basada en el consenso y la aplicación de criterios objetivos. Obtener el
máximo nivel de cuota posible de fletán para España, junto con la
garantía de que la misma será refrendada multilateralmente en NAFO en un
momento posterior.

A la luz de estos objetivos, el acuerdo se estructura en tres partes: la
restauración de la legalidad vulnerada, la fijación de las posibilidades
de pesca y la puesta en práctica de un sistema reforzado para asegurar el
respeto y cumplimiento de las medidas de conservación y control.

En lo que se refiere a la restitución de la legalidad vulnerada, el
acuerdo alcanzado asegura de forma suficiente lo siguiente. En primer
lugar, la derogación del reglamento canadiense que autoriza a las
patrulleras de dicho país a apresar nuestros barcos en aguas
internacionales. Esta medida es el primer caso. El segundo se enmarca en
la reclamación formulada por España ante el Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya. A resultas de la decisión de dicho Tribunal se
podrán, asimismo, encauzar las eventuales indemnizaciones por los daños y
perjuicios causados a nuestra flota.

En segundo lugar, la devolución de la fianza y de la carga, como
condición previa para la firma del acuerdo.

En tercer lugar, la garantía de la multilateralización del acuerdo, ya
que lo contrario significa la suspensión del mismo. Este aspecto resulta
esencial para evitar una dinámica de reconocimiento de derechos
preferenciales para los Estados costeros.

En lo que se refiere a las posibilidades de pesca, aunque sean conocidos
por SS. SS., conviene recordar el origen del conflicto. En la reunión
anual de NAFO, en septiembre de 1994, se fija para 1995 y por primera vez
un total admisible de capturas --un TAC-- para el fletán negro de 27.000
toneladas. Esta cifra, aunque era acorde con la recomendación del Comité
Científico de que el nivel de capturas fuera inferior a 40.000 toneladas,
fue considerada como excesivamente baja por España y, en su momento, por
la propia Comunidad Europea. Por esta razón, la Unión propuso en esa
reunión anual de NAFO que el TAC de fletán negro para 1995 fuera de
40.000 toneladas. Ahora bien, esta iniciativa comunitaria no fue
respaldada por las demás partes contratantes de NAFO por considerarla
excesivamente elevada. En opinión de la mayoría, de la gran mayoría de
las partes contratantes de NAFO, un



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TAC de 27.000 toneladas respondía mejor a las necesidades de
conservación, así como a la aplicación de un enfoque de precaución en la
gestión de los recursos.

Ante esta situación, alegando además la gravedad de las consecuencias
socioeconómicas que resultarían de la aceptación de un TAC de 27.000
toneladas, España y Portugal plantearon, durante el Consejo de Pesca del
pasado mes de noviembre, que la Unión presentara una objeción a la
decisión de NAFO. La consecuencia de dicha objeción hubiera sido la
fijación de una cuota autónoma de 30.000 toneladas. El Consejo desestimó
esta propuesta al no obtenerse la mayoría cualificada necesaria para
aprobarla.

Si bien el TAC del fletán se fijó en septiembre, la distribución de ese
TAC no tuvo lugar hasta la reunión especial del Comité de Pesca de NAFO,
que se celebró en Bruselas a finales de enero y principios de febrero
últimos. De todos estos detalles ya he tenido ocasión de informar a SS.

SS. en otras comparecencias mías ante esta Comisión de Agricultura y
Pesca.

En relación con esta reunión especial de la NAFO, quisiera subrayar que
la misma se desarrolló en un clima poco conducente al diálogo y al
consenso, a resultas de la adopción por parte de Canadá de una actitud
agresiva y penalizadora contra los intereses legítimos comunitarios.

De haberse desarrollado la reunión en condiciones normales, se hubiera
buscado una fórmula de reparto equilibrada, aplicando los criterios
objetivos de distribución habituales, como son la actividad histórica
desarrollada, reflejada en las capturas declaradas a la Organización
junto con la incorporación de otros factores.

En definitiva, si bien no existe una fórmula fija de distribución, se
hubiera recurrido a las fórmulas aplicadas en situaciones similares por
otros organismos, como pueden ser la Comisión Internacional de Pesquerías
en el Atlántico Sudoccidental, la Comisión Internacional de Pesquerías en
el Atlántico Sudoriental, o por el reparto de posibilidad de pesca a
nivel comunitario en relación con Svalbard.

En este contexto, el principal criterio aplicado hubiera sido, como he
señalado antes, la actividad histórica desarrollada. Ahora bien, se
hubiera aplicado tanto respecto a un período corto de referencia, para
así reflejar mejor la realidad actual de la pesquería, como respecto a
uno más largo (de diez o veinte años), con vistas a poder incorporar los
intereses legítimos de todas las partes contratantes. Sin duda, se
hubiera aceptado asimismo, en aras de encontrar un compromiso, la
adjudicación de un porcentaje razonable, en torno al 10 por ciento, para
los Estados costeros.

Si se tiene en cuenta además que la NAFO es heredera directa del ICNAF es
más que posible que una solución de compromiso y consenso hubiera sido
posible aplicando la clave de distribución utilizada por dicho Organismo
antecesor. Esta clave era un 40 por ciento para un período de referencia
corto, un 40 por ciento para un período de referencia largo, un 10 por
ciento para el Estado costero y 10 por ciento para «otros».

En función de la modulación de esta fórmula y en especial de los períodos
de referencia utilizados, un resultado razonable de ese consenso hubiera
adjudicado a la Unión en torno al 45 por ciento del total del TAC. Ahora
bien, como he señalado antes, esto no fue posible por la radicalización
de la posición de Canadá, que fundamentó su propuesta en torno a dos
ejes: la reserva del 50 por ciento del TAC para el Estado costero y la
penalización de la legítima actividad pesquera comunitaria, por
considerarla desmesurada, a través de no contabilizar las capturas de los
años 1992 y 1993. Estos años fueron precisamente, como SS. SS. sin duda
saben, los de mayores capturas declaradas de la Unión Europea, como se
puede comprobar en la información que se les ha distribuido.

Como pueden ustedes comprobar en este panel (El señor Ministro muestra un
gráfico a la Comisión.), la evolución de las capturas de Canadá de fletán
a lo largo de la serie larga de los últimos veinte años, la evolución de
las capturas del conjunto de la Unión Europea, la parte de estas capturas
es la incorporación de la flota de la República Democrática Alemana,
ahora integrada como Estado miembro como Alemania, y en verde ven ustedes
las capturas de la flota española, que no aparecen por primera vez hasta
1990 con una cantidad prácticamente insignificante, que solamente en 1991
y, en particular, en 1992 y en 1993, adquieren una gran importancia
superando notablemente la actividad del resto de las flotas. Con estos
planteamientos no sólo se perjudicaba gravemente a la Unión Europea, sino
que, además, se beneficiaba injustamente a Canadá y a otras partes
contratantes de la NAFO.

Ante esta situación de polarización de la posición canadiense, la
reacción de la Unión fue la de hacer una propuesta en los términos más
favorables para sus propios intereses, y, en concreto, utilizar única y
exclusivamente un período de referencia corto (1991-1993) --no existían,
no existen todavía datos estadísticos oficiales de 1994--, matizada por
una ligera reducción en beneficio de las demás partes contratantes.

Así, si la propuesta canadiense en el seno de la NAFO se materializaba en
la adjudicación del 62 por ciento del TAC para Canadá frente a un 12 por
ciento para la Unión Europea, la propuesta comunitaria resultaba ser casi
su espejo, teniendo la Unión Europea el 69 por ciento y Canadá alrededor
del 13 por ciento.

Quisiera reiterar aquí que en un contexto normal de negociación de la
clave de distribución, ninguna de estas dos propuestas extremas hubiera
prosperado. No obstante, Canadá decidió recurrir a la votación,
consciente de su peso preponderante en el marco de la NAFO, y el
resultado fue de seis votos a favor, cinco en contra y dos abstenciones.

La falta de equidad y justificación de esta decisión fue tan flagrante
que la Unión Europea aprobó unánimemente la propuesta de la Comisión de
presentar una objeción y fijar una cuota autónoma de 18.630 toneladas,
que se corresponde con la posición extrema, en base al criterio de un
período corto, que era la posición más favorable para la Unión Europea,
que había sido presentada en la reunión de NAFO.

Ahora bien, aunque es indudable que el recurso a la objeción por parte de
la Unión Europea era una maniobra táctica necesaria, con vistas a una
negociación posterior o en ausencia de un acuerdo, no es menos cierto
que, a nivel de NAFO, la cuota adoptada para la Unión, únicamente
ascendía



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a 3.400 toneladas, y, por tanto, a un 12,5 por ciento del total.

Resultaba necesario asegurar unas posibilidades de pesca sustancialmente
superiores que contaran con el refrendo de NAFO. Es decir, replantear y
modificar una decisión ya adoptada y obtener el respaldo necesario para
consolidar un resultado más favorable a nivel multilateral. Para
lograrlo, resulta evidente que esto exige una concertación con Canadá.

Posteriormente, tuvieron lugar los incidentes que ustedes conocen, que ya
hemos tenido oportunidad de comentar en esta Cámara, junto con el inicio
del proceso negociador que ahora ha culminado con el acuerdo alcanzado.

En lo que a cuotas se refiere, las capturas de los buques de la Unión
Europea ascenderán durante 1995 al 41 por ciento, al menos, de la cuota.

Para 1996 y en adelante, la clave de distribución acordada, que establece
una relación de 10 toneladas para la Unión Europea, frente a tres para
Canadá en la zona de pesca del fletán, representa, al relacionarla con el
nivel de TAC actual, una cuota para la Unión Europea mínima del 55,35 por
ciento en esta zona.

He traído otro cuadro que refleja gráficamente la confrontación de las
dos posiciones que se mantuvieron en la reunión de la NAFO de finales de
enero y comienzos de febrero en la que, frente a la posición presentada
por Canadá que atribuía a Canadá 62 por ciento y a la Unión Europea un
12,2 por ciento, la Unión Europea presentó otra alternativa que le
atribuía el 69 por ciento, mientras que a Canadá le otorgaba el 13,2 por
ciento. El resultado acordado en NAFO, por una mayoría de un voto, fue
una ligera modificación de la propuesta de Canadá, presentada por Cuba,
que atribuía a Canadá el 60,4 por ciento y a la Unión Europea el 12,6 por
ciento del total.

Si utilizamos como referencia la pesca histórica a lo largo de los
últimos 20 años, en que la pesca de Canadá representaba el 46,8 por
ciento del total y la de la Unión Europea el 30,6 por ciento, vemos que
lo acordado para 1995 representa para la Unión Europea el 41 por ciento y
para Canadá el 37 por ciento. Por tanto, está en un punto medio entre las
posiciones distantes --yo diría que imposibles de defender desde el punto
de vista de criterios objetivos similares a los utilizados en otros
caladeros o para otras especies-- que representan lo acordado en NAFO y
lo defendido unilateralmente por la Unión Europea, y, en cualquier caso,
no demasiado alejado del criterio de pesca histórica o de la mezcla de
criterios que, en el caso más favorable y de acuerdo con las estimaciones
de nuestros técnicos, hubiesen dado lugar a un compromiso en una cifra en
torno al 45 por ciento.

Por último, conviene subrayar que la separación del «stock» del fletán en
«stock» norte y «stock» sur no representa, en ningún caso, la extensión
de los derechos del Estado costero en zonas de alta mar, ya que el
«stock» norte se circunscribe a la zona económica exclusiva de Canadá
dentro de sus 200 millas. Esta acuerdo bilateral deberá ser refrendado en
la próxima reunión NAFO para así adquirir su dimensión multilateral. Este
refrendo está sin duda garantizado ya que la clave de distribución se
plasmará en una propuesta conjunta entre Canadá y la Unión Europea que,
al actuar al unísono, tiene asegurada la mayoría de los votos de dicho
organismo.

Quisiera finalizar despejando algunos equívocos en relación con el
acuerdo alcanzado y el nivel de posibilidades de pesca del fletán en NAFO
disponible para nuestras flotas en 1995. Si bien es cierto que las
capturas españolas de fletán superaron las 40.000 toneladas en 1994, la
decisión de septiembre de fijar un TAC de 27.000 toneladas para toda la
pesquería puso fin a cualquier expectativa de mantener un nivel parecido
de capturas en años subsiguientes. Es decir, se ha pasado de una
pesquería libre, exenta de una regulación, a una pesquería limitada por
un tope de capturas. Por tanto, el marco de referencia para la reducción
de las posibilidades españolas está fijado fundamentalmente, con
anterioridad a este acuerdo entre la Unión Europea y Canadá, en el seno
de la propia NAFO. Concretamente, nuestras posibilidades de pesca o de
captura del fletán, a partir del mes de septiembre del pasado año, no son
ni más ni menos que la cuota que nos correspondiese tras fijar una clave
de distribución. Teniendo en cuenta que existen otras partes contratantes
en NAFO que también han realizado capturas de fletán y que en cualquier
solución de consenso en cuanto a la clave de distribución exige un
compromiso por parte de todos, el resultado alcanzado en este acuerdo
debe juzgarse en relación con el 45 por ciento al que antes he hecho
referencia y, en ningún caso, comparándolo con los niveles de captura de
años anteriores, en los que no existía regulación alguna.

En lo que se refiere a las medidas de control el acuerdo contempla el
refuerzo de estas medidas aplicables a la zona de NAFO. Se ha elaborado
un esquema muy completo que incluye la presencia de observadores a bordo,
el incremento de las inspecciones en tierra y en la mar, la aplicación de
la tecnología de satélites para un mejor seguimiento de la actividad
pesquera, junto con la revisión de las medidas técnicas existentes en
relación con la dimensión de las mallas, el establecimiento de una talla
mínima para el fletán, la revisión de los porcentajes de capturas
incidentales, etcétera.

En definitiva, todas estas medidas se enmarcan en tres parámetros que
definen una pesca responsable: el refuerzo de las obligaciones del Estado
del pabellón del buque; la mejora de los esquemas multilaterales de
inspección y control, y la adopción de las medidas técnicas adecuadas
para garantizar la mejor conservación en las poblaciones de peces y, por
tanto, la sostenibilidad a largo plazo de la actividad pesquera.

Es evidente que algunas de estas medidas serán criticadas por el propio
sector pesquero, no sólo en relación con los posibles costes que
conllevan, sino también por estimar que resultan excesivamente rígidas o
exhaustivas. Ahora bien, en relación con los costes, debe subrayarse que
el coste de los observadores, salvo su manutención, será sufragado por la
propia Unión Europea, al igual que lo serán los satélites. Asimismo, el
acuerdo prevé explícitamente que el embarque de observadores y la
instalación de los satélites no deberá perjudicar la normal actividad de
los buques, y, por tanto, en ningún caso debe implicar una moratoria «de
facto». Considero que no se puede criticar el sistema acordado por
cuestiones puramente económicas.




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En relación con la severidad de las medidas en sí, estimo que la
valoración debe realizarse no a nivel del natural recelo del sector, sino
en el contexto de una auténtica voluntad de compromiso en relación tanto
con las medidas de conservación, como con las de control y gestión. En
definitiva, en el marco igualmente de lo que debe ser una pesca
responsable. Ni que decir tiene que España apoya y apoyará siempre el
respeto a las normas de conservación, gestión y control y que está
dispuesta a asumir las obligaciones y el compromiso necesario para
asegurar el respeto y cumplimiento de las mismas.

Estamos asistiendo, indignados, a una intensa campaña de descrédito de la
actividad pesquera de nuestra flota, tanto en aguas comunitarias como en
aguas internacionales y de terceros países. Es una campaña injusta y mal
intencionada que para ser desarticulada exige la máxima transparencia.

Confiamos plenamente en la honestidad y profesionalidad de nuestros
pescadores. Por esta razón, la aceptación de estas medidas de control
representa una prueba de la cual estamos seguros que nuestro sector
pesquero va a salir airoso.

Quisiera también explicar aquí por qué hemos aceptado la aplicación
inmediata de estas medidas y estamos dispuestos a mantenerlas en vigor
hasta que sean adoptadas multilateralmente en NAFO. Las razones son
evidentes: no estamos dispuestos a aceptar acusaciones de que la flota
española pesca de forma irresponsable o destructiva, ni que nuestro país
encubre este tipo de actividades. La transparencia es, por tanto, nuestra
mejor --por no decir única-- respuesta ante estas difamaciones.

Ahora bien, consideramos igualmente que el mantenimiento de un sistema de
este tipo, a medio o largo plazo, exige su adopción en el seno del
organismo multilateral correspondiente. Por esta razón hemos concedido un
plazo a la multilateralización hasta el 31 de diciembre de este año.

Visto ya el acuerdo en lo que respecta a la obtención de respuestas a los
objetivos inicialmente perseguidos, no sería realista pensar que no va a
tener consecuencias para nuestra flota. Así, es evidente que la reducción
de las posibilidades de pesca de fletán en NAFO va a tener un impacto en
la actividad de nuestra flota congeladora en esas aguas. Ahora bien, no
se puede pretender responsabilizar a este acuerdo de todos los problemas
con los que se enfrenta hoy en día un país que mantiene una importante
flota pesquera, con gran capacidad de captura, que no faena en aguas
propias sino ajenas o internacionales en dos tercios de su actividad.

Tampoco se puede olvidar que el acceso a los recursos pesqueros está hoy
en día necesariamente condicionado por dos límites claros: la situación
biológica de los «stock» y la obtención de posibilidades de pesca a
través de la negociación de acuerdos bilaterales. A nivel de aguas
internacionales, el acceso a los recursos tiene necesariamente que
enmarcarse dentro de la pesca responsable. Lo anterior exige
necesariamente un importante esfuerzo de planificación, recolocación y
ajuste por parte tanto de la Administración como del propio sector
pesquero.

En este sentido conviene, por una parte, relativizar el impacto que pueda
tener este acuerdo en nuestra flota congeladora y, por otra, enmarcar las
soluciones en el contexto más amplio de búsqueda de alternativas y
opciones.

Por esta razón debe tenerse en cuenta que la principal reducción del
nivel de capturas no es consecuencia del actual acuerdo, sino que se
deriva de la adopción del TAC el pasado mes de septiembre. Ya en esta
fechas se mantuvieron reuniones con la flota afectada al objeto de
empezar a estudiar las consecuencias de esa reducción, tanto respecto a
la forma en que se venía llevando a cabo la pesquería del fletán, como a
la búsqueda de otras alternativas de colocación de esta flota.

En lo que al primer punto se refiere, se ha adelantado ya el diseño de
una forma de explotación de la cuota del fletán diferente a la que fue
utilizada cuando esta pesquería no estaba regulada. En concreto, se ha
potenciado la captura de otras especies no reguladas en el mismo
caladero, como pueden ser el granadero o la raya, al objeto de poder
llevar a cabo una pesquería mixta. Esto exige un cambio en las zonas y
períodos de pesca para poder aprovechar así las mayores concentraciones
estacionales o zonales de estas especies alternativas. En el marco de
NAFO se ha potenciado, asimismo, la pesquería dirigida al camarón.

En lo que a ubicación de las actividades pesqueras se refiere, se ha
venido insistiendo desde hace años, y especialmente a partir del pasado
mes de septiembre, en un mejor aprovechamiento de las posibilidades de
pesca de que dispone actualmente la Unión Europea en el marco de los
convenios bilaterales en vigor.

En este sentido, quisiera subrayar que existe una infrautilización de las
posibilidades de pesca de arrastre en los acuerdos de la Unión europea
con Angola, Costa de Marfil, Gambia, Guinea Bissau, Mauritania y Senegal.

Mención especial merece el acuerdo entre la Unión Europea y Argentina
que, si bien está ya siendo utilizado por nuestra flota, tiene todavía
disponibles posibilidades de pesca para 17.600 toneladas de registro
bruto o, a nivel de capturas, más de 153.000 toneladas/año.

Es evidente que esas posibilidades de pesca deben resultar, a corto
plazo, menos atractivas que una pesquería dirigida al fletán. En este
contexto es indudable que el hecho de que no se haya tenido que pagar
licencia para la pesca del fletán y que haya sido durante estos años una
pesquería no regulada, han sido razones poderosas de su atractivo.

Ahora bien, las dificultades reales que representa encontrar
posibilidades de pesca para una flota tan desarrollada como la nuestra
exige un mejor y mayor aprovechamiento de las posibilidades disponibles.

Por otra parte, se han venido asimismo analizando en detalle las
distintas opciones que ofrecen los fondos estructurales comunitarios y
nacionales y, especialmente, las asociaciones temporales de empresas, las
sociedades mixtas y las campañas experimentales. En este último contexto
de campañas experimentales se está planteando la realización de una serie
de campañas en relación con la gallineta y la platija americana.




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Espero, señorías, que a lo largo de esta intervención haya sido capaz de
aportar los datos suficientes y los elementos necesarios como para
permitir, tras una serena reflexión, una evaluación más objetiva y justa
de lo que representa el actual acuerdo. Es indudablemente complejo. Es
fácilmente criticable, especialmente si se valora de tal forma que los
árboles impidan ver el bosque. Es, no obstante, un acuerdo ajustado,
pragmático y realista. Es un acuerdo negociado no sólo a nivel
comunitario, sino también a nivel bilateral de la Unión Europea con
Canadá, que contiene las garantías de su próxima multilateralización. Es,
finalmente, una opción por la negociación, por la restitución de la
normalidad, por el mantenimiento de nuestra presencia en este caladero a
largo plazo. Es una opción de solución a un conflicto cuya permanencia en
el tiempo no supondría necesaria y probablemente un resultado mejor. Es,
en el fondo, una decisión de Gobierno ni fácil ni cómoda. Por ello
resulta fácilmente criticable, sobre todo desde las posiciones más
demagógicas. No es, en absoluto, una decisión irresponsable, sino todo lo
contrario.

En lo que se refiere al nuevo acuerdo de pesca de la Unión Europea y
Marruecos, como SS. SS. conocen, se está negociando un nuevo acuerdo de
pesca con Marruecos sobre la base de la directiva de negociación aprobada
por el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea del 23 de
noviembre, habiéndose celebrado hasta la fecha dos rondas de
negociaciones y estando prevista la iniciación de la tercera para el
próximo día 26.

Durante la primera de las citadas rondas la delegación marroquí presentó
una propuesta que contiene elementos, tanto cuantitativos como
cualitativos, que plantean muy serias dificultades de aceptación:
reducción sustancial de las posibilidades de pesca, particularmente en
las modalidades de arrastre y cefalópodos; supresión del Mediterráneo
como zona de pesca; eliminación de las modalidades de cerco norte,
arrastre de merluza negra; desaparición de la modalidad artesanal con
posibilidades de reconversión en palangreros; modificación de la zona de
pesca para la flota sardinal, y modificación del sistema aplicado a los
buques atuneros.

Junto a tales factores sectoriales la propuesta marroquí contiene otros
elementos de índole que cabría denominar horizontal, como son: la
descarga obligatoria de capturas en puertos marroquíes para los buques de
arrastre norte, cefalopoderos y ciertos palangreros; el incremento lineal
de un 50 por ciento en los cánones; el embarque de marineros marroquíes
en un 35 por ciento de la tripulación de todos los buques, y el
mantenimiento de paradas de actividad. En el aspecto comercial, Marruecos
solicita un contingente ilimitado para la exportación de conservas de
sardinas con arancel cero; y en el financiero, la desvinculación de la
contrapartida abonada por la Unión Europea de las posibilidades de pesca
concedidas.

En la segunda ronda la Unión Europea formuló una contrapropuesta con la
negativa a aceptar los niveles de reducción solicitados por Marruecos, el
mantenimiento del Mediterráneo como zona de pesca, así como de las
modalidades pesqueras objeto de supresión en la propuesta marroquí, con
alternativas para su mantenimiento o condiciones operativas, en su caso.

Asimismo, manifestó su oposición a la obligatoriedad de las descargas en
puertos marroquíes, aunque no excluyó la posibilidad de incentivarlas con
carácter voluntario, así como la oposición al incremento lineal de
cánones de tripulantes marroquíes y a la modificación del mecanismo
establecido para los buques atuneros.

En lo concerniente a paradas de actividad, manifestó su disposición a
aceptar todas aquellas que fueran aplicadas a la flota marroquí. En lo
que respecta a contrapartida financiera, reiteró el mantenimiento del
equilibrio con las posibilidades de pesca obtenidas.

La discrepancia de posiciones hace necesario un ejercicio de reflexión
profunda y serena al objeto de hallar una vía de aproximación que permita
concluir un nuevo acuerdo equilibrado y mutuamente satisfactorio. Confío
en que se pueda llegar, en tiempo útil, a un acuerdo de tal naturaleza
que permita a la flota comunitaria proseguir su actividad
ininterrumpidamente a partir del 1 de mayo.

Sin embargo, como SS. SS. no ignoran, en una negociación, y más de la
complejidad de la que nos ocupa, con la incidencia de factores de diversa
índole, no debe excluirse «a priori» ninguna hipótesis sobre sus
resultados.

Ante la posibilidad de que no llegara a disponerse en tiempo útil de un
nuevo acuerdo, el Gobierno ha previsto la adopción de medidas al objeto
de amortiguar los efectos sobre nuestra flota de una parada temporal de
la actividad, al propio tiempo que se instaría a la Unión Europea a
proseguir ininterrumpidamente las negociaciones con Marruecos hasta
hallar un punto de encuentro mutuamente aceptable.

Por último, en lo que se refiere a las perspectivas de la próxima campaña
costera del bonito, es necesario decir, en primer lugar, que continúa en
vigor el Reglamento de la Unión Europea 345/92 del Consejo, conforme al
cual la Unión Europea permite que los buques comunitarios continúen
utilizando redes de deriva siempre que la longitud individual o acumulada
sea inferior a 2,5 kilómetros.

Como ustedes saben, la normativa española en vigor prohíbe el ejercicio
de la pesca con artes de enmalle a la deriva a todos los buques españoles
en todas las aguas marítimas, con excepción del Mediterráneo, en el que
se permite su utilización a una pequeña flota artesana que opera
estacionalmente sobre unas especies muy concretas.

Si bien existe una propuesta de reglamento, como ustedes conocen, sobre
redes de deriva, que prevé la prohibición de esas artes a partir del 31
de diciembre de 1997, así como la congelación del esfuerzo pesquero en
número de buques a nivel de 1994 y la paulatina reducción del mismo hasta
su completa prohibición, también es preciso señalar que la misma se
encuentra en el Consejo de Ministros en situación de bloqueo. El Consejo
de Ministros de Pesca del pasado mes de diciembre solicitó un informe del
Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca sobre la influencia de
estas artes en diversas pesquerías del Atlántico y del Mediterráneo. Los
resultados, que han sido contestados en parte por los investigadores
españoles del Instituto Oceanográfico y del Azti-Sio no aportan datos
relevantes,



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aunque en contradicción con informes anteriores señalan la posibilidad de
obtener rentabilidad con redes de 2,5 kilómetros de longitud.

En lo que se refiere al estado del stock del bonito, los informes señalan
que se encuentra próximo a su plena explotación.

Finalmente, el informe del Comité Científico ha constatado, asimismo, que
las pesquerías de salmónidos y truchas de mar de Escocia, Mar del Norte y
Mar Báltico tienen una problemática diferente a la de los túnidos, y no
incide prácticamente en los aspectos ecológicos, al no producirse en esta
pesquería capturas incidentales de cetáceos y delfines.

El Consejo de Ministros de Pesca, celebrado en Luxemburgo el pasado 6 de
abril, abordó los asuntos relacionados con la pesca con redes de deriva,
pero no se pronunció sobre el proyecto de reglamento que prevé su
prohibición a corto plazo, encargando al Coreper que prosiga el examen
del dossier sobre la base de las informaciones científicas disponibles.

El Consejo centró su atención en los aspectos de control, indicando en
sus conclusiones que los Estados miembros afectados por la pesca con
redes de deriva deberán poner todos los medios de control necesarios para
asegurar el pleno respeto a la reglamentación en vigor. Esta se refiere
principalmente al cumplimiento de la longitud máxima de las redes de 2,5
kilómetros, que ocasionó serios incidentes durante la costera pasada.

El Consejo aprobó, asimismo, el fletamento de un buque por parte de la
Comisión Europea, en orden a que los inspectores de la Comisión puedan
asegurar la eficacia en el control por parte de los Estados miembros
durante la costera de 1995.

Por su parte, los Estados miembros afectados, Francia, Reino Unido,
Irlanda y, por supuesto, España, anunciaron que destacarían buques de
inspección a la zona.

La posición española continúa siendo meridianamente clara, ya que aboga
por la prohibición inmediata del uso de esas redes. En este sentido, cabe
matizar lo siguiente. En primer lugar, y en opinión de España, la
propuesta de la Comisión debe ser desbloqueada en el Coreper, y el grupo
de trabajo debe volver a examinarla sin más demora. En segundo lugar, la
propuesta debe ser enmendada, de modo que se retire la parte que afecta a
las pesquerías de salmón y trucha del Mar Báltico y en el Atlántico
Norte, porque ha quedado suficientemente demostrado que no existe
situación de riesgo para los stocks ni problemas de «by-catch» de
cetáceos y delfines, ni interacción con otras artes. En opinión de la
delegación española se deben incorporar las recomendaciones del
Parlamento Europeo, en el sentido de acometer la prohibición total de las
redes de deriva, con la única excepción de autorizar su uso dentro de la
franja costera de las 12 millas propuesta y con una longitud máxima de
2,5 kilómetros.

Antes de que se inicie la próxima campaña, el Consejo debe adoptar una
decisión en lo que respecta a la propuesta de reglamento de la Comisión
y, por supuesto, la Comisión y los Estados miembros afectados deben
alistar todos los medios de control disponibles y coordinar los planes de
inspección para garantizar el cumplimiento estricto de la normativa
vigente.

Es de esperar que este fuerte dispositivo de control que va a desplegar
tanto la Comisión como los Estados miembros interesados para el
cumplimiento de la normativa de los 2,5 kilómetros, si antes no se
alcanza una decisión sobre la situación definitiva, hará que se observe
con mayor rigor. Ante esta situación, en la que la mayoría de los países
de la Unión Europea entienden que la pesca con redes de deriva es un
ejercicio legítimo, en mi opinión, España debe seguir defendiendo la
prohibición inmediata del uso de redes de deriva fuera de las 12 millas.

Ahora bien, si la Unión Europea es incapaz de avanzar en este sentido y
de conseguir la plena supresión de las redes de enmalle a la deriva, creo
que nos vamos a ver obligados, tanto las administraciones como el propio
sector, a analizar en profundidad las consecuencias resultantes de una
falta de prohibición y debemos reexaminar y buscar el máximo consenso
sobre nuestra posición para evitar situaciones de agravio comparativo
para nuestros pescadores en esa pesquería.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señorías, señor Ministro, desde
luego, si el resultado de este acuerdo, desde nuestro punto de vista, es
inaceptable, después de haberle oído a usted aquí esta tarde no sólo nos
convencemos de que es malo, sino de que realmente, para futuras
negociaciones con Marruecos sobre la costera del bonito, este Gobierno y
este Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación tienen muy poca fuerza
para defender lo que son no sólo los intereses del sector, sino los
propios intereses de España en materia pesquera.

Con los datos que a usted le conviene manejar, empieza a contar la
historia de cómo ha sido el conflicto del fletán. Pero no se puede
olvidar usted de que en el mes de julio el sector ya le advierte,
mediante una carta, que va a haber problemas porque va a ser la primera
vez en la historia que se fije un TAC para el fletán. Dice usted que el
día 23 de septiembre, en Halifax, sale derrotada la propuesta de España y
de Portugal, pero usted no ha dicho que sale con la abstención de la
Unión Europea. ¿Qué ha hecho la diplomacia española, qué ha hecho el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que los Estados
miembros de la Unión Europea consigan hacer que nuestro delegado en
Halifax no sólo no se abstenga, sino que defienda nuestra posición?
¿Usted recuerda el resultado de la votación, señor Ministro? Seis contra
cinco. Y resulta que hay una abstención de la Unión Europea. (El señor
Ministro hace signos negativos.) Yo tengo aquí los datos.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Es otra reunión.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Repito que tengo aquí los datos:
la abstención de la Unión



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Europea y el voto favorable de Canadá en el reparto de las 27.000
toneladas del TAC.

Después hay varios acuerdos del Pleno del Congreso de los Diputados en
los que se insta a este Gobierno a que se objete ese TAC de 27.000
toneladas, y no sólo a que se objete, sino que se presente ante la Unión
Europea, en el Consejo de Ministros de Pesca del mes de noviembre, esa
objeción para que no siga adelante el reparto de un TAC de 27.000
toneladas que, como muy bien usted ha dicho, era un TAC que nunca se
había fijado. Hay que recordar que la Unión Europea había capturado del
orden de las 60.000 toneladas en los años anteriores, y estamos hablando
de que en el año 1994 había 44.400 ó 44.500, si mal no recuerdo, de las
cuales aproximadamente 40.000 correspondían a España.

Pero es que, después, NAFO se reúne en Bruselas y vuelven a hacer un
reparto del TAC realmente inaceptable: del 60,4 por ciento, es decir,
16.300 toneladas para Canadá; 3.200 para Rusia, que no tenía
prácticamente pesquería, y se reduce en un 92 por ciento en esa propuesta
lo que capturaba la Unión Europea. Es decir, pasa a otorgársenos para
capturar 3.400 toneladas.

Lo que es realmente lamentable es que en esos gráficos que usted acaba de
presentarnos no se tenga en cuenta que la pesquería sube por parte de la
Unión Europea en los últimos años no en virtud de que las demás se
retiren o de que nos encontremos con un regalo; en absoluto. Esa
pesquería se desarrolla cuando España y la flota congeladora española,
expulsada de otros caladeros, con la flota de la platija cerrada, y con
un TAC cero para poder pescar platija, entre otras especies, se tiene que
transformar e ir a pescar en aguas internacionales el fletán, y descubren
a 1.500 ó 2.000 metros de profundidad una pesquería que es rentable, y la
hacen rentable. Y lo que es más lamentable es que se sepa que hay un
informe del Consejo Científico Asesor que dice que hasta 40.000 toneladas
se podrían capturar sin ningún riesgo.

Usted habla de que, efectivamente, la Unión Europea ha realizado todo
tipo de conversaciones, pero no ha conseguido mejores resultados en sus
negociaciones con la Unión Europea. Vamos a recordar dónde empezó ese
listón, dónde lo puso España, dónde lo puso el Gobierno español y dónde
se fue cediendo terreno poco a poco a medida que avanzaban estas
conversaciones.

Señor Ministro, hay Boletines Oficiales y «Diarios de Sesiones» en los
que ustedes hablan de que en un principio, no admitirían que se rebajara
de un límite mínimo aceptable; después dicen que de 18.630 toneladas, que
es lo que se objeta y es la cuota autónoma que fija la Unión Europea, no
se va a bajar; luego que el 50 por ciento sería aceptable, 13.500
toneladas, y nos encontramos con que, al final, se han aceptado 9.000
toneladas de pesca de fletán negro en esas aguas.

Ustedes nos presentan como un acuerdo beneficioso el que se ha alcanzado.

Desde nuestro punto de vista hay más cosas que analizar. No sólo es que
se hayan perdido toneladas de pesca en aguas internacionales; es que no
ha habido negociación, no ha existido ningún tipo de negociación. Por
eso, el Partido Popular ha utilizado la palabra claudicación y,
efectivamente, la Unión Europea, o España ante la Unión Europea, ha
claudicado, y le voy a decir por qué: porque, entre otras cosas, ha
cedido a las constantes presiones canadienses con sus apresamientos del
Estai en primer lugar, con la captura de su pesca después, con el
hostigamiento permanente de nuestra flota de altura fuera de las 200
millas, con la rotura de los aparejos del Pescamar I, etcétera, y la
permanente presión de los barcos guardacostas o incluso de algún barco de
la Marina de Guerra, aunque desde aquí se haya negado, hostigando a
nuestros pesqueros.

Ante esa presión permanente y la amenaza constante de alguna persona (que
usted en su día dijo que tendría características de matón o un talante
chulesco) al final usted ha tenido que entenderse, y yo creo que, dentro
de lo que ha sido el resultado final, puede que estén ustedes de acuerdo,
el Ministro Tobin y el Ministro de Agricultura, en que ha sido
beneficioso; habrá que leer la prensa canadiense, británica o de otros
países y habría que leer la española. Yo creo que en este momento el que
está de acuerdo es el Gobierno español, su Ministro de Agricultura y su
Ministro de Asuntos Exteriores, y el Ministro Tobin y todo lo que tiene a
su alrededor dentro de Canadá. El resto de los sectores españoles,
incluidos algunos dirigentes socialistas, discrepan con el acuerdo que se
ha alcanzado.

Canadá ha dicho lo siguiente: señores, si yo retiro mis barcos,
avanzaremos en una negociación; si yo devuelvo la fianza a un barco que
jamás debí de apresar, rebajo la presión; si yo devuelvo la pesca que he
incautado a un barco ilegalmente, rebajo la presión; si yo derogo una ley
totalmente al margen de cualquier normativa internacional, que es la de
apresar los barcos fuera de las 200 millas, rebajo la presión. Pero, al
final, no ha derogado esa ley, ha derogado el reglamento que desarrolla
esa ley, y ya sabemos todos lo que pasa con las leyes y con los
reglamentos: la ley sigue en vigor y lo único que han derogado ha sido un
reglamento, que veremos durante estos días si efectivamente dejan de
cumplirlo.

Canadá, ¿qué derechos tiene en aguas internacionales? ¿Cómo es posible
que el Gobierno español no haya mantenido una postura de dignidad, de
decir: señores de la Unión Europea, aquí no se negocia ni una sola cuota,
ni una sola tonelada de fletán mientras que Canadá no restablezca la
normalidad y la legalidad vigente en aguas internacionales? Eso lo
dijeron ustedes al principio y luego no lo mantuvieron.

¿Qué puso Canadá encima de la mesa? Dígame, señor Ministro, ¿qué ha
otorgado Canadá a España en esta negociación que ustedes presentan como
tal? Incrementar en un 300 por ciento su pesquería o doblarla, en último
caso. Es decir, tener la misma pesquería de fletán negro que han otorgado
al final a la Unión Europea. Eso es lo que ha conseguido Canadá.

Sin embargo, no nos paramos sólo en esas medidas. Usted ha hablado --y yo
tengo aquí el «Diario de Sesiones» del día 15 de marzo-- de que en ese
contexto preparaban un dossier sobre medidas de retorsión contra Canadá,
incluidas las eventuales de carácter comercial. Ustedes no pueden engañar
a todo un país como lo están engañando y mucho menos tomarle el pelo,
señor Ministro.




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¿Cuáles han sido las medidas de retorsión? ¿Denunciar ante el Tribunal de
La Haya y renunciar a las 24 horas al procedimiento de urgencia? ¿Ustedes
de quién se burlan, señor Ministro? ¿De todo un sector pesquero? ¿De toda
la clase política española de esta Cámara? ¿Se burlan ustedes de toda la
sociedad española que desde el litoral hasta cualquier rincón del
interior está sensibilizada con este tema?
Señor Ministro, ¿sabe lo que quiere decir retorsión? Se lo voy a leer. En
el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hay dos
acepciones; la primera dice: acción de devolver o inferir a uno el mismo
daño o agravio que de él se ha recibido. Probablemente estuviera pensando
usted en el Ministro Tobin cuando dijo estas palabras, pero yo prefiero
pensar, con la mente más fría, que se refería a la segunda acepción:
acción de aplicar a otro, cambiando los nombres de las personas, el mismo
razonamiento empleado antes contra él. ¿Esas son las medidas de retorsión
o quizás sea una medida de retorsión contra Canadá haber impuesto el
visado a los canadienses, que después del Convenio de Schengen podían
entrar en España por cualquier otro país de Europa de los que han firmado
el convenio? ¿Vamos a poner a un policía detrás de cada canadiense? Señor
Ministro, esto no es serio. No ha habido ninguna medida de retorsión;
ninguna. Pero es que, además, señor Ministro, lamentablemente, el
Gobierno no ha atendido las reiteradas advertencias del sector --no
digamos ya de los grupos políticos; vamos a no nombrarlos-- de que allí
se estaba creando un problema que iba a terminar en un conflicto, aunque
no bélico, de cañonazos, como se ha pretendido presentar porque había
quien pedía barcos de guerra. Allí lo que pedíamos es que se aplicase la
Convención del Derecho de Mar, de Naciones Unidas, los artículos 92 y
117, que establecen la jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón que
llevaban sus buques en alta mar. Era lo único que se pretendía: que
barcos de la Marina de Guerra no salieran el día 10 de marzo, cuando el
apresamiento fue el 9.

Apliquen ustedes una medicina preventiva. Vayan ustedes por delante de
los acontecimientos, que para eso gobiernan España. No vayan ustedes a
remolque de lo que está pasando y, sobre todo, no vayan a remolque cuando
desde el sector se les avisa, desde los meses de octubre y noviembre, en
cartas dirigidas a usted, al Presidente del Gobierno y al Ministro de
Asuntos Exteriores, que los canadienses están amenazando con
apresamientos. Usted decía que en dos días estaría allí una patrullera;
no era un «fast-flow», no había ningún barco rápido que pudiera llegar a
aquellas aguas en dos días, sino en un mínimo de siete días, y para eso
reconozca usted que los barcos que se han mandado son unas patrulleras,
no fragatas ni corbetas, que han venido alguna de ellas con graves
problemas por haber soportado olas de 14 metros, con temperaturas muy
bajas y con grandes problemas de condensación en sus tuberías, entre
otras cosas. No hemos mandado más que unas patrulleras, repito, que, al
final, han demostrado su eficacia, la eficacia de la marina de guerra
española, lo cual quiere decir que podían haber tomado esta decisión
mucho antes, señor Ministro.

Al final acudimos a la gran voz del Presidente del Gobierno, que dice:
«en Portugal están admirados de la fuerza y eficacia del Gobierno español
en la negociación ante la Unión Europea», y España entera aplaude. Pero
en cuanto hay un momento para demostrarlo --en el Coreper del otro día--
el único país que vota en contra de la propuesta realizada es Portugal, y
España vota a favor. Desde España se reclama que al día siguiente no se
ratifique ni se firme ese acuerdo: Portugal no lo firma y España lo
firma. Es decir, nos vamos cerrando puerta tras puerta, señor Ministro.

Aquí hay un clamor popular, no sólo del sector, sino de España entera,
que dice que este acuerdo es malo de solemnidad, señor Ministro, y luego
veremos los datos concretos. Y ustedes, haciendo caso omiso de lo que
está pasando en España entera --yo no sé si para garantizarse una cómoda
Presidencia de la Unión Europea, prefiero no pensar en eso--, claudican
permanentemente ante lo que son los intereses españoles.

¿Qué va a pasar ahora? A mí me aterra que siga en sus manos este
Ministerio, con un Marruecos que ha aprendido rápidamente de lo que ha
hecho Canadá. Y me aterra que usted diga que estamos defendiendo los
derechos internacionales en alta mar cuando en cuatro días, en Semana
Santa, nos han apresado nueve buques Irlanda, Sudáfrica, Gran Bretaña y
Francia. ¿Saben ustedes algo de lo que ha pasado? ¿Saben ustedes por qué
han llegado a tener que pagar fianzas de hasta 50 millones? ¿Se han
puesto ustedes en contacto con los armadores, con los patrones o han
hecho alguna acción diplomática para saber qué es lo que ha pasado? Nada
de nada. Es una vergüenza, señor Ministro. Y dicen ustedes que están
defendiendo el Derecho Internacional del Mar, ¿para quién, señor
Ministro? No para la flota española.

Nos ha presentado usted lo que dice que es una fórmula de reparto
equilibrado. Yo quiero recordarle lo que decía hace exactamente diez
días: un equilibrio en el esfuerzo pesquero. ¿Ha habido equilibrio? ¿Sabe
usted que la flota congeladora española, que ahora dice usted que está
excesivamente dimensionada, que ha hecho una fuerte inversión, es la
única capacitada para pescar en esa zona? ¿Canadá va a pescar alguna de
esas toneladas de fletán? Usted lo sabe como yo: no va a pescar ni una
sola tonelada de fletán. Las aspiraciones de Canadá es terminar
expulsando a la flota gallega de ese caladero, exactamente igual que ha
hecho con la flota «patruxeira», exactamente igual. Eso es a lo que
estamos jugando con los canadienses, señor Ministro.

Usted ha presentado aquí un dossier de la situación en el pasado --podría
haberse remontado al año 40 antes de Jesucristo--, pero no tiene ningún
valor documental, porque habla usted de los últimos veinte años. Y en
otro cuadrito que nos presenta se ve perfectamente que cuando se
desarrolla esta pesquería es en los años 1991, 1992 y 1993, que es cuando
la flota española hace esa pesquería como experimental y la descubre.

Porque nos echan de otra descubrimos ésa, la hacemos rentable y ahora
todo el mundo quiere chupar de ella. Nos parece bien, pero de acuerdo a
un reparto equitativo con el esfuerzo pesquero.

La pesca en los últimos veinte años: Canadá, el 46,8 por ciento; la Unión
Europea, el 30,6. Y hemos conseguido un acuerdo en el que la Unión
Europea lleva el 41 por ciento



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y Canadá el 37 por ciento. Estos son los criterios de los años 1992 y
1993. ¿O es que usted le está haciendo ahora el juego al Ministro Tobin y
se olvida en ese reparto de los últimos años en los que se ha explotado y
rentabilizado esta pesquería y quiere hablar única y exclusivamente de
los años en los que nadie conocía esta pesquería? No podemos estar
haciendo el juego absolutamente a nadie, porque, entre otras cosas, para
recobrar el prestigio de nuestro sector pesquero quien tiene que empezar
a hacerlo es usted, señor Ministro, defendiéndolo por encima de todo.

Habla después de que en el reparto que ha habido al final los stock han
de tenerse en cuenta por el peligro. No sé en qué palabras se pierden,
porque realmente da la sensación de que lo que estamos defendiendo es que
no se esquilmen determinados caladeros. Pero usted sabe que hay un
informe del Consejo Científico Asesor que dice que se pueden capturar
hasta 40.000 toneladas en esa zona, fuera de las 200 millas. Ha citado
usted la fecha de mayo, en que se vuelve a reunir el Consejo de NAFO.

Pues le pido, señor Ministro, que el Gobierno, para ese Consejo de mayo,
ponga toda la diplomacia española a trabajar en la mayor de las
disposiciones para que consigan rectificar dicho TAC, para que consigan
rectificar esa cuota, y para que si, efectivamente, el informe científico
dice que se pueden pescar hasta 40.000 toneladas, podamos pescar, por lo
menos este año, esa cantidad, y eso se reparta. Porque aquí no hay nada
inamovible ni nada infalible, y si en Halifax se equivocaron quince
partes, se pueden rectificar en el mes de mayo. Lo que no podemos es
arruinar la flota congeladora española, señor Ministro.

Ahora, después de haber ratificado, dicen ustedes que hay que poner
soluciones. Ahora que hemos pasado de 40.000 toneladas a 9.000; ahora que
hemos pasado de tener 38 barcos a ocho, y el Estai, por ejemplo, tiene un
valor de unos 1.000 millones de pesetas; ahora que pasamos de cerca de
1.000 puestos de trabajo en alta mar a no llegar a 200; ahora que de
8.000 puestos de trabajo en tierra nos quedaremos, probablemente, en
1.500. Sin hablar de las industrias de transformación o de lo que contaba
ese empresario valenciano, que decía que probablemente tendría que cerrar
su empresa, abierta a este respecto. Y ahora que, irremediablemente, como
ustedes han dicho, habrá que acudir al desguace; ahora que habrá que
acudir a incrementar ese presupuesto de 7.000 millones de pesetas de
desguaces de los años 1992, 1993 y 1994 para meter más el soplete a
nuestra flota pesquera, para reducir más nuestra flota pesquera.

Es decir, señor Ministro, hay que estar siempre pendientes de lo que,
desde la Unión Europea, después de la falta de tablas españolas para
exigir lo que realmente nos corresponde, nos llegue como subsidios de
todas partes: fondos de cohesión, fondos de compensación, IFOP por en
medio, FEOGA, etcétera. Todos los fondos son buenos. Ustedes destruyan su
tejido productivo, que ya le llegarán fondos e inyecciones económicas a
través de la Unión Europea.

No se puede seguir creyendo en un país así, señor Ministro. Nosotros
tenemos que decírselo, porque este Gobierno ha contado con el respaldo de
todos los grupos de la Cámara para mantener una postura de firmeza, y
ustedes no la han tenido. Lamentablemente nosotros consideramos que si no
lo han hecho es porque este Gobierno no ha defendido los intereses
españoles, porque hay un acuerdo muy reciente de la Cámara en el que se
fija esa cuota autónoma de 18.630 toneladas, que está votado por el Grupo
Parlamentario Socialista, lo mismo que la defensa de este acuerdo ante
Halifax, lo mismo que se ha hecho en Pleno, lo mismo que nos hemos puesto
de acuerdo todos los grupos parlamentarios. Al Gobierno le traen sin
cuidado los acuerdos de la Cámara, aunque sean votados por el propio
Grupo Socialista. Eso, señor Ministro, en un país democrático no es de
recibo.

Para terminar con el tema de Canadá, quiero decirle que nosotros, que
hemos presentado una interpelación, plantearemos las soluciones que
creamos oportunas. Pero no se nos pueden pedir soluciones ahora que está
todo arruinado, ahora que ya hemos conseguido un acuerdo nefasto, no
desde su punto de vista, sí desde el nuestro. Así y todo, vamos a tratar
de plantear soluciones.

Hemos matado vacas, hemos perdido cuota láctea, hemos cerrado astilleros,
hemos dejado de construir barcos, dejado de cultivar viñedos y cepas, la
siderurgia y el sector del carbón, es decir, absolutamente todo, y ahora
el pesquero también. A usted le da igual, pero es una pérdida y un goteo
permanente de puestos de trabajo a cambio de subsidios de la Unión
Europea que no le hacen falta a España. (Aplausos en los bancos del Grupo
Popular.) De manera que, señor Ministro, nosotros, cuando con vehemencia
o sin vehemencia hacemos nuestras percepciones sobre lo que está pasando,
no somos los únicos. Aquí hay un arco parlamentario bastante distinto.

Hay un arco parlamentario, desde unos grupos políticos hasta otros, que
no le quepa la menor duda que hemos coincidido, pasando por el Partido
Socialista, en que este tema no se podía llevar así, señor Ministro. Y la
dignidad es la que nos ha enseñado Portugal y no la que ha mantenido
España.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Voy terminando, señor
Presidente.

En cuanto a lo que han mantenido ustedes, por «sostenella y no
enmendalla», estos días en el seno de la Unión Europea todavía tienen un
breve plazo, muy breve, para rectificarlo. Pueden rectificarlo en el seno
del Consejo de NAFO que se va a reunir en el mes de mayo. Después vendrán
declaraciones del señor Ministro de Asuntos Exteriores diciendo que nadie
tiene ni idea de lo que se habla. Seguramente nos encuentre un caladero
en Kuala Lumpur donde termine toda nuestra flota pescando, y seguro que
será el futuro de la flota pesquera española.

Voy a pasar a otro tema, al de Marruecos. Un tema que nos preocupa a
todos, un tema que preocupa al Partido Socialista también, que ya empieza
a pensar que no siempre está en sintonía con lo que hace el Gobierno.

Hemos votado una proposición no de ley hace quince días en el Congreso de
los Diputados bien clara en este sentido. Dice usted: «La próxima ronda
de negociaciones es el 26 de abril.




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Esperamos que todo esto no tenga que ser muy rápido y poder conseguir el
mejor acuerdo posible.» Pero si el día 30 es el día que vence el
Convenio, ¿es que vamos a ir contra reloj como en nuestra última
incorporación a la Unión Europea el mes de diciembre?
Dice que plantea serias dificultades, y las ha enumerado. Entre ellas
está la reducción del 60 por ciento de la flota. Ha hablado del
desembarco de la pesca en Marruecos, del incremento del 50 por ciento de
los cánones, del embarque del 35 por ciento marroquí, de las paradas de
actividad, es decir, paradas biológicas, de compensaciones comerciales,
del mantenimiento del equilibrio de compensaciones financieras. ¡No son
tontos ni nada! Es decir, en los 17.000 ó 18.000 millones de pesetas que
reciben anualmente a través de la Unión Europea por estar faenando la
flota española en aguas marroquíes, resulta que ahí es donde quieren
mantener el equilibrio. Pues es ahí donde le decimos nosotros, señor
Ministro: la parte equitativa o proporcional de cada barco español que
deje de faenar en aguas marroquíes será la misma parte que deje de
recibir en compensaciones desde la Unión Europea de esos 17.000 millones
de pesetas.

Es decir, Marruecos no pide absolutamente nada. ¿Cuál es la propuesta
española? ¿Cuál es la alternativa española? ¿La ha presentado usted,
señor Ministro? Sabemos lo que pide Marruecos desde hace meses. ¿Sabemos
lo que piensa hacer España? ¿Sabemos lo que España ha trasladado a la
Unión Europea? ¿O ha despejado usted otra vez el balón de cabeza y será
la señora Bonino la que tenga que defender exclusivamente los intereses
españoles en este convenio bilateral? España debe estar allí diciendo: A
mí lo que me interesa en Marruecos es esto. A mí lo que me interesa en
Marruecos es que cada vez que un marinero marroquí no pueda embarcar no
tenga que parar mi barco en puerto, mientras que si lo hace un marinero
español puedo salir cuando quiera. A mí lo que me interesa es que cuando
tenga pagadas las licencias pueda entrar en el caladero y no cierren las
radios para que nadie sepa si puedo entrar, y tenga que estar comunicando
mis entradas o salidas constantemente. Eso es lo que quiere la flota
española. Habrá que saber las apetencias del sector. Sobre todo, señor
Ministro, habrá que tener muy en cuenta lo que son las realidades de la
pesca española en aguas marroquíes y lo que son las posibilidades de
pesca española, que son dos conceptos diferentes que Marruecos está
manejando bien, y el Gobierno español ni menciona para no tener que dar
cuenta y a la larga poder confundir un término con otro; desde luego
habrá que tener en cuenta, señor Ministro, cómo va a ser ese convenio del
que ustedes hablan ahora.

Esta es la segunda estación, y usted ha dicho: «Haremos un ejercicio
profundo de reflexión.» Pues a ver si reflexionan algo más que con el
tema de Canadá e instan a la Unión Europea a que sea un acuerdo rentable,
rentable para el sector pesquero español y no rentable políticamente para
el Gobierno español.

Y voy a terminar, señor Ministro, hablando de la costera del bonito. Dice
usted que continúa en vigor el Reglamento 345/92. Claro que continúa en
vigor, ya lo estaba el año pasado, ¿y qué pasó con él? ¿Lo cumplió
Francia? No lo cumplió nadie. Los únicos que lo cumplimos fuimos los
españoles. Mientras capturábamos una tonelada de bonito, los franceses
capturaban 20 toneladas; mientras en España el kilo de bonito estaba a
400 ó 500 pesetas, el kilo de bonito francés, aquí, en España, porque nos
lo meten dentro, estaba a 90 ó 100 pesetas. ¿Eso es lo que nos espera en
esta costera, señor Ministro? Pues es lamentable que nos espere eso.

Ha dicho claramente una cosa que a mí me preocupa, sobre todo sabiendo
como sé que el sector pesquero de Burela se ha dirigido a usted
pidiéndole que se pronuncie sobre si van a poder utilizar o no redes de
enmalle a la deriva, y usted no ha hablado de eso hoy aquí. Ahí está
nuestra pregunta. Usted lo único que ha hecho ha sido recalcar que la
Administración española prohíbe las redes de enmalle a la deriva a su
flota, y aboga en el seno de la Unión Europea por su erradicación, como
lo hicimos el año pasado, el anterior y otro más y no hemos conseguido
nada. Francia continúa utilizándolas y otros países también; mientras
tanto, continuamos con nuestra flota pesquera en una seria discriminación
con las flotas pesqueras del resto del mundo. Y yo le pregunto: ¿Qué pasa
con esa petición que ha hecho la flota de la costera del bonito? ¿Qué va
a contestar el Gobierno? ¿Vamos a poder utilizar redes de enmalle a la
deriva? ¿Vamos a seguir utilizando pesca artesanal? Si los franceses y
otras flotas utilizan ese tipo de artes, ¿vamos a poder emplearlas?
Porque esto preocupa, y, desde luego, los problemas habrá que
solucionarlos antes y no después.




El señor PRESIDENTE: Le ruego concluya.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Termino, señor Presidente,
diciendo que el acuerdo es malo, que el acuerdo es inaceptable y que el
acuerdo es insuficiente para la flota pesquera española. Y, mire, señor
Ministro, cuando en una orquesta desafina un músico, estará dando la nota
mal; desafinan dos, y puede que también; desafinan tres, y sucede lo
mismo, pero si desafina ya toda la orquesta, y entre ellos hay algún
dirigente importante socialista de España, como es el Alcalde de Vigo,
quien está desafinando y quien no da la nota es el director de la
orquesta. De manera que, señor Ministro, aplíquese usted el cuento,
porque de aquí a la negociación con Marruecos no está usted en
condiciones de mantener mínimamente lo que el sector pesquero español se
merece por ser la tercera potencia del mundo, y desde luego la primera
europea. (Aplausos en los bancos del Grupo Popular.)



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, la señora Rivadulla tiene la palabra.




La señora RIVADULLA GRACIA: Señor Ministro, señorías, señor Presidente,
permítame, en primer lugar, que en nombre de mi Grupo y en el mío propio
manifieste a los representantes del Grupo Popular presentes en esta
Comisión nuestro más profundo rechazo por el atentado que ha sufrido hoy
el presidente del Partido Popular, don



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José María Aznar, lamentando que este acto criminal haya tenido como
resultado lesiones en personas que fortuitamente pasaban por el lugar.

Esperamos su pronta recuperación y esperamos también una postura
solidaria por parte de todos los ciudadanos españoles, especialmente por
parte del Gobierno, para que sean atendidos en las necesidades que a
partir de hoy se les presentarán de forma perentoria. De cualquier
manera, sólo quiero decir que el propósito criminal de la banda
terrorista ETA se enfrenta, una vez más, con la opinión unánime y la
postura decidida de todos los grupos, que, por encima de divergencias
ideológicas, pensamos que en la convivencia, en la tolerancia y en la
lucha por medios políticos pacíficos está la única que puede prosperar en
nuestro país.

Paso a continuación, señor Presidente, al objeto de la intervención. Yo
le diría al señor Ministro que, después de escucharle, le voy a dar la
razón: éste es el mejor acuerdo posible capaz de negociar este Gobierno,
que, efectivamente, por el modo en que ha llevado este proceso demuestra
que está a la deriva, y me gustaría saber qué tipo de presidencia vamos a
poder ejercer en la Unión Europea a partir del segundo semestre; que es
un gobierno desacreditado a nivel nacional y que empieza a serlo también,
y lamentablemente para todos los ciudadanos españoles, a nivel
internacional.

Tanto usted como el señor Solana pueden repetir hasta la saciedad que
éste es un buen acuerdo, que es un acuerdo pragmático, que es un acuerdo
real, pero con eso lo único que va a conseguir, señor Atienza, es que
nuestros socios comunitarios se empiecen a frotar las manos pensando en
lo fácil que se lo va a poner usted en las próximas negociaciones que
vamos a tener para la reforma de la OCM del vino, para la reforma de las
frutas y hortalizas y para el cumplimiento de un mandato que usted tiene,
señor Ministro, de esta Cámara para la ampliación de la cuota láctea en
un millón, que afecta también a ese territorio, a esa Comunidad Autónoma
de Galicia desde hace meses y que todavía no ha cumplido.

Por tanto, señor Ministro, flaco favor hace usted a nuestro país
aceptando de esta forma el resultado del acuerdo; un acuerdo que, más
allá de lo que usted diga, de lo que diga el Gobierno y de lo que no dice
el Presidente González --que todavía no se ha pronunciado sobre este
tema-- existe la certeza y la convicción de que es pésimo; un acuerdo
obtenido bajo presión, bajo coacción, y el cual por lo menos Portugal ha
tenido la dignidad como país de votar en contra, además, alegando cosas
que usted ya dijo en esta Cámara. Por ejemplo, Portugal ha alegado que
este acuerdo no reposa sobre bases científicas suficientes, que establece
controles excesivos para los pesqueros y que sienta precedentes. Algunos
de estos razonamientos usted los defendió enérgicamente en esta Cámara,
pero después no los ha cumplido. Y la postura de Portugal, señor
Ministro, no es testimonial, como yo le he oído a usted decir en algún
medio de comunicación. Es una postura de dignidad nacional, y a mí
concretamente, como ciudadana del Estado español, me hubiese gustado ver
en usted y en nuestro Gobierno esa misma postura.

Este acuerdo, señor Ministro, es inadmisible. Usted dice que a través de
él se restituye el Derecho internacional. No es cierto, Canadá no deroga
la ley sino el reglamento; no renuncia a ampliar la jurisdicción más allá
de las 200 millas. No hace falta más que ver cómo se ha recogido en toda
la prensa y en la opinión pública canadiense este acuerdo. Hoy mismo la
prensa nacional va llena de las bravuconadas que todavía el Ministro
Tobin está diciendo en el sentido de que, si no sabemos cuáles son sus
métodos, todavía están en condiciones de podérnoslos recordar.

Yo quiero decirle que desde el punto de vista económico es un golpe bajo
para los intereses económicos de Galicia y de unas consecuencias
extraordinarias. Usted sabe que este sector de la pesca de altura ha
hecho un gran esfuerzo por la modernización, que representa un puntal
importantísimo en la economía gallega por las innovaciones tecnológicas y
por ser fuente principal de la industria de la Comunidad de Galicia, y,
además, es uno de los sectores más competitivos de nuestra propia
industria nacional. En ese sentido quiero decirle que se llenan la boca
de hablar de competitividad, pero es cierto que ustedes no dan apoyo
suficiente para aquellos sectores que hacen esfuerzos grandes de
reconversión para que puedan salir adelante. Es verdad que habrá ayudas
estructurales, habrá ayudas de fondos, habrá ayudas de lo que sea, pero
lo importante es que de 38 barcos que estaban faenando en el caladero
NAFO, nos vamos a quedar con ocho. ¿Qué significa eso? Pues significa que
gran parte de los 1.350 puestos directos, más los 7.500 de tierra y los
22.000 millones de pesetas que generan de riqueza, tanto en venta directa
como frigorífica y de transformación, todo eso, señor Ministro, con su
acuerdo famoso, con ese acuerdo tan magnífico que dice que acaba de
firmar, se va a pique.

Pero es que, desde el punto de vista político, ustedes, el Gobierno que
integran, han aceptado un acuerdo que viene impuesto por métodos
absolutamente coactivos. Portugal mismo lo ha dicho en la explicación de
su voto. Ha dicho que se ejerció una excesiva presión por los socios
comunitarios para la obtención de este acuerdo; acuerdo que deja en
entredicho lo que es la legislación internacional, porque hay un país
agresor, que es Canadá, que se sale con la suya con medidas de presión.

Además, crea un gravísimo precedente en uno de los temas que usted ha
nombrado, como son las negociaciones que tenemos ahora mismo ya
planteadas con Marruecos.

Yo quisiera recordarle, señor Ministro --por lo que hace referencia a
Galicia, que tenemos 90 barcos gallegos que están faenando en las costas
de Marruecos, que el volumen económico que mueven es de 6.000 millones de
pesetas, que hay 800 trabajadores que están dependiendo de esos barcos y
5.000 empleos indirectos. Este acuerdo firmado ahora mismo con Canadá, y
sobre todo su actitud, señor Ministro, hace que tengamos serias y graves
dudas de cómo se puede desarrollar este acuerdo con Marruecos y qué
resultados vamos a obtener.

Se ha producido una cosa insólita con este acuerdo, señor Ministro. La
Unión Europea, por primera vez en 40 días, cambia su posición, y de las
18.630 toneladas pasa a aceptar 11.000 toneladas. Y para colmo y remate,
ustedes,



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votando a favor, están impidiendo que se utilicen unos instrumentos de
presión propios de la Unión Europea, como es la interposición de recursos
en el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, igual que en su
día los ingleses hicieron en el conflicto que mantuvieron con Islandia y
que fueron compensados por la Unión Europea con otras cuotas de pesca en
aguas comunitarias.

Ustedes renuncian también a utilizar el artículo 224 del Tratado de Roma
y a imposibilitar por tanto la puesta en marcha de dicho acuerdo, como en
su día hicieron Francia y Suecia en la negociación del Gatt. Pero es que
además, señor Ministro, ustedes no han hecho prácticamente nada para
contrarrestar la falacia del discurso conservacionista de Canadá. Ustedes
no han hecho una campaña como se merecía para señalar que es Canadá la
que ha esquilmado sus propios recursos, que el comité científico
recomendó no superar las 40.000 toneladas, que eran las capturas
realizadas por la flota española en el año 1994.

¿No le ha sorprendido, señor Ministro, el doble rasero de medir? En el
siguiente punto de su intervención nos hemos referido a las redes de
enmalle a la deriva. Resulta que gobierno como el de Gran Bretaña,
gobiernos que se han manifestado conservacionistas diciendo que nuestros
pesqueros esquilman los mares, están utilizando unas redes de enmalle a
la deriva que son absolutamente agresivas con el ecosistema marino, con
las que no sólo pescan lo que tienen que pescar, que es el bonito, sino
que se llevan por delante otras especies, como se ha dicho aquí
reiteradamente. ¿Dónde está la voluntad conservacionista? ¿En qué medida
su Gobierno ha utilizado todos los recursos que tenía en su mano para
contrarrestar esta campaña que es una falacia?
Le diría, señor Atienza, que por la boca muere el pez. Usted, en plena
negociación ya estaba diciendo que tendríamos que acudir a otros
caladeros, ya estaba diciendo que nos podíamos preparar ya para ir a
Argentina. Es una actitud inadmisible en una postura negociadora. ¿Cómo
se puede decir en plena negociación que vamos a renunciar a eso y nos
vamos a ir a abrir nuevos caladeros?
Por parte del Gobierno español se ha manifestado un papanatismo que ya
hemos visto en otro tipo de negociaciones. En Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya a europeístas no nos van a ganar. Queremos una Unión
Europea política, global, integral, pero ustedes lo han dejado todo en
manos de la Unión Europea. Usted decía en sus intervenciones que no
quería que esto fuera un conflicto bilateral. De acuerdo, es un conflicto
Unión Europea-Canadá, pero han renunciado a otras medidas, a otras
negociaciones bilaterales, a otras negociaciones y presiones sobre
Canadá, miembro de la OTAN, tema que ni siquiera han tocado.

Le diría una cosa, señor Ministro. La implicación de la Unión Europea en
este tema del caladero Nafo es mínima. Los datos de que disponemos nos
dan unas cifras clarísimas. Los pesqueros españoles representan el 36 por
ciento de la flota comunitaria. Los pescadores que están faenando, el 70
por ciento. El valor de la pesca española representa el 45 por ciento. La
Unión Europea en este tema prácticamente no está implicada. Como los
gastos que está haciendo denotan que me estoy extralimitando en mis
argumentaciones, voy a recoger sus propias palabras.

El día 1 de marzo usted decía: «Yo quiero decir sobre el tema de Nafo --y
es una confesión que realizo por primera vez-- que el no conseguir la
objeción a la fijación de la cuota de 27.000 toneladas ha sido mi mayor
frustración en los debates de los consejos de ministros comunitarios...

Yo creo que nos dejaron aislados porque nadie se jugaba nada y pesaban
las relaciones bilaterales de cada uno de los países de carácter global
con Canadá. Nadie se jugaba nada en la decisión y todo el mundo se calló,
sin posicionarse, ni en favor ni en contra...» Pues bien, ante una
actitud como ésta que representa una pasividad absoluta por parte de la
Unión Europea en el primer proceso negociar en el que se establecía el
TAC, no le suena a usted ni mínimamente regular ni mínimamente mal, ni se
le pone la mosca detrás de la oreja y deja que toda la negociación la
lleve la Unión Europea.

Esta tarde he oído unas cosas que no dejan de sorprenderme. Nos ha
querido decir que esa situación de la que gozaban nuestros pesqueros, con
una cuota de 40.000 toneladas en el caladero Nafo, una pesquería sin
regular, se tenía que acabar. Usted estaba obviando lo que se le ha dicho
aquí, y es que estos pesqueros que salieron de Namibia cuando fueron
expulsados de sus aguas jurisdiccionales, tuvieron que hacer grandes
esfuerzos de reconversión para llegar al caladero de Nafo y para saber
que allí había importantes bancos con posibilidades de explotación y con
rentabilidad.

No quiero excederme en recordarle cosas, pero como se les olvidan tan
rápidamente, aunque usted ahora nos ha retrotraído a hace 20 años, quiero
decirle que no hace tanto tiempo, el 1 de marzo, usted compartía nuestra
posición absolutamente, hasta tal punto que decía: «El hecho de que se
utilizase en esa distribución de las cuotas un criterio que favorecía a
los países costeros más allá de las 200 millas contravenía indudablemente
la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Por otro lado,
el hecho de que se utilizasen capturas de referencia de hace diez años y
se borrasen de los criterios de reparto las dos últimas campañas para
perjudicar notablemente a la flota española, también a la portuguesa,
pero sobre todo a la comunitaria... constituía una agresión sin
precedentes...» Esta agresión sin precedentes, como a usted le parecía el
día 1 de marzo, hoy le sirve de justificación de que estábamos
extralimitándonos en los propósitos de captura, por cuanto estaba claro
que las 40.000 toneladas eran excesivas y además esto se tenía que
regular.

Sólo quiero decirle que este acuerdo que le parece tan bien, no da
soluciones, porque qué va a pasar con estos barcos, Canadá ya se las está
ofreciendo. En el periódico «Expansión» de hoy aparece un titular que
dice que Canadá ofrece vender su fletán a Galicia, y lo hace con nombres
y apellidos de los empresarios a los cuales está ofreciendo sus pescas de
fletán.

Desde el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
queremos decir que una vez que se ha producido esta situación, desde
nuestro punto de vista absolutamente desastrosa, la alternativa debe
pasar forzosamente



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por mantener el abanderamiento de los barcos bajo bandera nacional. No
pueden volverse a aceptar alternativas distintas, dada la implicación que
esto tiene en las pérdidas de puestos de trabajo y de mantenimiento de
estructuras empresariales y de tejido industrial nacional.

En este punto, señor Ministro, quisiera que fijara una postura clara del
Gobierno español. También quiero que me diga qué mecanismos de
negociación y presión va a ejercer el Gobierno español para incrementar
la cuota del 41 por ciento que corresponde para este año en las
negociaciones próximas y qué previsiones tiene para la apertura de
negociaciones para otros caladeros alternativos, como el de Barents o el
de Groenlandia, y la negociación para la apertura de capturas de otras
especies planas como la platija, que en este momento tienen un TAC cero.

Voy a escucharle con mucha atención, señor Ministro, pero tengo que
decirle que para nuestro Grupo su credibilidad y la que nos merece su
Gobierno, nuestro Gobierno, en el que usted está integrado como Ministro,
es cero, porque se ha demostrado que lo que ustedes dicen aquí en esta
Cámara y lo que después hacen no se corresponde en absoluto. Usted, de la
misma manera que lo va a tener con la reforma de la OCM del vino y con la
reforma de la OCM de frutas y hortalizas, ha tenido un apoyo unánime de
esta Cámara para la defensa de posiciones de firmeza por parte de su
Gobierno. Pero he de decirle una vez más que su Gobierno ha defraudado
estas expectativas. Supongo que todos los grupos parlamentarios conocen
hoy la posición de la Asociación Nacional de Armadores de Buques
Congeladores de Pesca de Merluza (Anamer), y de la Asociación Nacional de
Armadores de Buques Congeladores de Pesquerías Varias (Anavar), en la que
a través de una serie de puntos desarrollan su postura en total
desacuerdo y su no aceptación de este acuerdo maravilloso que nos está
vendiendo hoy.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que quieran intervenir en este debate?
(Pausa.)
En nombre del Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el
señor Vidal.




El señor VIDAL I SARDO: Señor Ministro, señoras y señores Diputados,
antes de entrar en el fondo de la cuestión que nos ha convocado esta
tarde, el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) desea
manifestar su más rotunda condena de los actos terroristas perpetrados
hoy en Madrid por los asesinos de ETA, condena que hacemos extensiva a
quienes los justifican desde la más humana irracionalidad. Es otro
atentado contra la vida de pacíficos ciudadanos y contra la convivencia
democrática, pero no es un atentado más, porque éste ha pretendido
alcanzar a las más altas instancias de representación democrática, como
es el líder de la oposición, ya que éste representa la necesaria
alternancia, sin la cual se frustraría la propia esencia del sistema
democrático, en el que creemos todos, excepto algunos violentos.

Deseo expresar también la solidaridad de nuestro Grupo Parlamentario con
todas las víctimas, en este caso singularmente al Partido Popular y a su
Presidente, el compañero Diputado José María Aznar. La indignación por el
atentado de ETA del que ha sido víctima sólo se ve contenida por el hecho
de que, gracias a Dios, ha podido salir ileso.

Agradecemos, señor Ministro, su comparecencia, una difícil comparecencia,
porque en ella ha intentado explicar las razones de la aceptación de un
acuerdo de la Unión Europea con Canadá que, a nuestro juicio, no debería
ser aceptado por nuestro país en modo alguno, ya que ello significa
también la aceptación de una derrota sin paliativos de nuestros legítimos
intereses, de nuestros derechos, la aceptación de que nuestro país está
en Europa en una posición débil y de la vulnerabilidad del propio derecho
internacional a partir de este acuerdo.

Este final de la negociación, a nuestro juicio tan negativo, lo es para
nuestra flota congeladora y, en general, para la flota pesquera española,
pero también para el conjunto del país. Este acuerdo negativo empezó a
gestarse cuando a las declaraciones de la Comisaría de Pesca de la Unión
Europea, aparentemente duras, pero --luego se ha visto-- huecas, no se
añadieron sanciones concretas contra los actos de piratería de Canadá,
entre otras razones, gracias a la insolidaridad de países como Gran
Bretaña, país miembro de la Unión Europea, pero más identificado con los
intereses de la Commonwealth, por ilegales que éstos sean, y espero que
el Gobierno y todos los grupos parlamentarios tomemos buena nota.

Frente a este hecho, España ha salido de una negociación, creo, muy
negativa, porque no ha sabido o no ha podido convencer a sus socios,
miembros de la Unión Europea, de la legitimidad de nuestros
planteamientos y de algo tan esencial para nuestro país como es el que
nuestro sector pesquero es un sector estratégico nacional en lo económico
y en lo social y que el pescado es parte esencial de nuestra dieta
alimentaria, por lo que somos el país más consumidor de pescado, lo que
justifica que seamos también la primera flota pesquera europea. Aceptar
las negociaciones de cuotas de fletán sin haber tenido el coraje desde
Europa de exigir a Canadá el pleno restablecimiento de la legalidad
internacional, tan groseramente vulnerada, solamente podía tener este
lamentable final: Canadá triplica su cuota y España pierde el 70 por
ciento de la suya. Es incomprensible que ni siquiera se hayan podido
mantener las 18.630 toneladas que la propia Unión Europea se había
propuesto ya como drástica autolimitación.

Durante todo el proceso se ha evidenciado que Canadá no había iniciado
las agresiones a nuestra flota por motivos conservacionistas de los
caladeros, puesto que dichos motivos no tenían ningún fundamento
biológico ni científico, ni nuestra flota usaba artes ilegales, ni estaba
superando las cuotas. Simplemente, se ha significado burdamente la
ambición de controlar unos caladeros en aguas internacionales fuera de la
jurisdicción de Canadá descubiertos hace tres años por nuestros
investigadores, con grandes inversiones, a las que se suman las de
transformación de la propia flota para poder faenar en estas
profundidades. Esto lo prueba el hecho de que, al parecer, Canadá ya ha
insinuado la posibilidad de vender una parte de su cuota de fletán,
porque no está capacitado para capturarla. Mayor transparencia de las
intenciones de Canadá, imposible.




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Nuestro sector pesquero ha dado pruebas sobradas de ser conservacionistas
de los caladeros, de prohibir en nuestro país artes depredadoras y tallas
inmaduras en las capturas, y ha pedido insistentemente a la Unión Europea
la aplicación de idénticas restricciones, todo ello, como se ha visto
--usted mismo lo ha reconocido--, con poco o nulo resultado, cuando las
ventajas son, señor Ministro, para otros países europeos o para terceros
países. Todos somos conscientes de que el sector pesquero debe regularse
a nivel mundial, de que será un problema complejo, pero también
defendemos que España tiene adquiridos unos derechos y existe una
legalidad internacional que los ampara y, si son vulnerados, es la propia
comunidad internacional, la ONU, la FAO, la NAFO, quien sea, quien tiene
que actuar sin presiones, a instancias directas de España o de la Unión
Europea. Si no es así, ¿de qué sirve, señor Ministro, que el Gobierno nos
diga que buscaremos otros caladeros, otras pesquerías, si somos incapaces
de mantener los que tenemos, en los que nos hallamos presentes? Pasar de
38 barcos en los caladeros cercanos a Canadá a una capacidad de pesca
para 8 pesqueros, la verdad, es casi como perderlos.

Ustedes hablan de nuevas pesquerías. Suponiendo que existan, ¿qué podrá
ocurrir después de este mal acuerdo? ¿No habrá siempre un país más
próximo que reivindicará derechos prioritarios a nuestros propios
descubrimientos? No, señor Ministro; el acuerdo aceptado por ustedes y
por la Unión Europea no es, a nuestro juicio, el mejor acuerdo posible.

En todo caso, podría ser el menos malo de otros todavía peores, sobre
todo si significa el primer eslabón de una inseguridad jurídica en la
pesca en aguas internacionales o de una inseguridad laboral en aguas de
países con convenios pesqueros con la Unión Europea, como es el caso de
Marruecos.

Desde la serenidad que siempre ha caracterizado a nuestro Grupo
Parlamentario le tengo que transmitir, señor Ministro, un sentimiento de
preocupación y de frustración por el desenlace de esta negociación, que
no se corresponde con las esperanzas que usted mismo despertó en una
comparecencia reciente para hablar de este mismo tema; sentimientos,
señorías, que son de solidaridad con todo el colectivo de pescadores
españoles y especialmente con los de las comunidades autónomas más
afectadas. El futuro no pasa por cambiar nuestra dieta alimenticia, señor
Ministro, por más carne, más leche, etcétera, ni por amarrar o desguazar
nuestra flota pesquera, porque, sin un acuerdo internacional, lo que deje
de pescar nuestro país lo pescarán otros y luego aparecerá en nuestros
propios mercados y seguro que en peores condiciones, algo que ya ocurre
--usted lo sabe-- con el bonito, la anchoa, etcétera.

La solución por la que abogamos pasaría por el respeto a los caladeros en
los que faenamos, por su análisis científico, por el ejercicio de la
pesca responsable por todos, por la comunidad internacional, por la
compensación dentro de Europa y en el ámbito internacional de las
reducciones, que han perjudicado especialmente a nuestro país. Las
reducciones, en caso de tener que producirse, deben ser proporcionales a
las cuotas consolidadas por nuestro país en todos los caladeros.

Señor Ministro, nuestro Grupo no puede avalar los resultados de este mal
acuerdo, pero sí le puede apoyar a usted para que lo enmiende y lo
neutralice con cuotas compensatorias en el conjunto de las capturas
europeas o internacionales.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Vasco, tiene la
palabra el señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Ministro, verdaderamente, hoy
le ha tocado hacer un papelón, porque tiene usted que dar la cara en
nombre del Gobierno y es un momento políticamente difícil, complicado y
arduo el que usted está soportando. Evidentemente, determinadas
cuestiones no son de su incumbencia; políticamente le han venido o le han
derivado de instancias superiores. En este contexto es donde ha de
enmarcarse el debate y vamos a hacer un análisis profundo y riguroso de
cuál es la raíz y la esencia del conflicto.

Sin perjuicio de que nos encontramos ante una flagrante conculcación del
derecho internacional por parte de Canadá, el Grupo Parlamentario Vasco
cree que se ha alcanzado un acuerdo malo. Es, señor Ministro, como si a
usted se le secuestrara y se le ofreciera como salida negociada, como
salida pactada, que pagara un rescate. En contraprestación, la otra
parte, la secuestradora, estaría dispuesta a revocar el acto ilegítimo,
el acto ilegal, y, por tanto, usted, con la contraprestación del pago,
llegaría a una solución pactada. Poniendo un ejemplo, es lo que en la
práctica ha ocurrido, una medida ilegal, una medida ilegítima por parte
de las autoridades canadienses ha obligado a que las autoridades de la
Unión Europea, no directamente usted o el Gobierno al que representa, las
autoridades de la Unión Europea, hayan buscado una solución que en nada
satisface al sector pesquero español.

El conflicto, a nuestro juicio, viene ya desde hace unos años. El año
1992, la Comisión Europea adopta un acuerdo (creo recordar que era
Comisario el señor Marín) en virtud del cual no se objetan los cierres de
los caladeros 3L y 3NO (años 1992, 1993 y 1994), y dice exactamente el
acta de la Comisión Europea, como gesto para normalizar relaciones
políticas con Canadá. Tengo aquí el acta de la Comisión Europea, y es lo
que exactamente dice. España se encuentra sola y España se encuentra sin
una protección, sin un apoyo, sin unas medidas tuitivas por parte de los
países de la Unión Europea. Así, se cierran esos dos caladeros que
afectan a la flota bacaladera y, en definitiva, ¿qué es lo que está en
juego? Hay en juego intereses comerciales, intereses políticos, pero,
detrás de los intereses políticos, los intereses comerciales y
económicos.

Si nos remontamos a una época más reciente, como es la adopción del
acuerdo de la fijación del TAC en septiembre de 1994, las recomendaciones
científicas no establecían una reducción tan considerable de bajar a
27.000 toneladas. Esta cámara adoptó un acuerdo de que el Gobierno
objetara, y el Gobierno objetó, pero yo creo que usted, aunque sea
complicado y aunque sea duro, debe hacer una autocrítica de la Unión
Europea, de cómo está funcionando



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la Unión Europea. Usted está pasando malos tragos, es evidente; lo que
ocurre es que hay determinadas ocasiones en que quizá no se pueda decir,
pero sería conveniente que esta Cámara lo supiera. Nosotros no estamos en
los entresijos de las negociaciones de la Unión Europea pero tenemos la
sensación, por informaciones que poseemos, de que el Gobierno español lo
está pasando francamente mal por la falta de apoyo, por la falta de
solidaridad, por la falta de afinidad que ha encontrado en diferentes
países de la Unión Europea, y es ahí cuando no se produce la objeción, y
de ahí derivan todos los problemas. Se fija un TAC, un total admisible de
capturas, de 27.000 toneladas, y los países de la Unión Europea se oponen
a rechazar esa fijación del TAC. ¿Por qué? Por las razones expresadas ya
en mayo de 1992. Hay que normalizar las relaciones políticas con Canadá,
por una razón, porque hay intereses comerciales detrás de Alemania, del
Reino Unido y de Francia, y evidentemente son los países que tienen el
mayor peso, y, como usted sabe, políticamente, en la Unión Europea se
juega como se juega políticamente, cambiando cromos, como se dice en el
argot político, y estos países tienen muchos cromos que cambiar, sobre
todo con Canadá y entre ellos mismos. Esa es la situación. El Gobierno se
ha quedado solo, porque los socios no le han apoyado en septiembre de
1994, cuando se estableció el TAC.

Vamos a enero de 1995 y a la distribución del TAC. Nos encontramos con
una Comisaría de Pesca verdaderamente sorprendente, sorprendente porque
se ha enfrentado al problema, ha agarrado al toro por los cuernos. Nos ha
sorprendido, habría que darle un margen de confianza en los primeros cien
días de Gobierno, y creo que ha sido una de las personas que ha influido
de forma importante para que inicialmente se tomara una postura
contundente frente a Canadá que, con el paso del tiempo, se ha ido
mitigando o descafeinando.

¿Qué pasa en enero de 1995? Pasa que a la hora de la distribución del TAC
hay países, como Dinamarca, que actúan en el seno de la NAFO al margen de
la Unión Europea. Este dato es muy importante. Dinamarca, país miembro de
la Unión Europea, participa, con derecho propio, como parte contratante
de la NAFO, defendiendo los intereses de las Islas Feroe y de Groenlandia
y Dinamarca se abstiene en la votación, posibilitando y habilitando el
acuerdo final favorable a Canadá. Todavía es más grave, señor Ministro,
lo que ocurre con Noruega. Noruega se alía en el seno de la NAFO con
Canadá, se alía con Canadá y vota con Canadá, cuando Noruega es un país
que hace cinco meses ha estado a punto de ingresar en la Unión Europea.

Pero es más grave todavía porque Noruega es un país que es miembro del
Espacio Económico Europeo, es un país que goza de todas las preferencias
arancelarias, en cuanto a la introducción en el mercado pesquero español
de sus productos, y Noruega, un país que ha estado a punto de ingresar en
la UE y que es miembro del Espacio Económico Europeo, vota en contra de
los intereses de la Unión Europea.

En definitiva, ¿cuál es la raíz del conflicto, señor Ministro? Desde el
Grupo Parlamentario Vasco, entendemos que es un conflicto económico, un
conflicto comercial, un conflicto norte-sur, un conflicto entre los
países del norte y los países del sur. Los países del norte pretenden
adueñarse del mercado pesquero español, sin haber una correspondencia en
base al principio fundamental que inspira la política pesquera
comunitaria, que es el de acceso a los mercados a cambio de acceso a los
recursos. Nosotros tenemos muchísimas limitaciones, muchísimas
restricciones para acceder a los recursos y, por ejemplo, Noruega tiene
grandes posibilidades, grandes facilidades como miembro del Espacio
Económico Europeo, para acceder al mercado español. Esa es la raíz del
problema, el conflicto norte-sur, el conflicto económico entre esos
países que se quieren apoderar del mercado pesquero español y que no
dejan que la flota pesquera española pueda pescar lo que ellos luego
podrían pescar y comercializar en el mercado español. Esa es la raíz del
problema, y en definitiva nosotros hacemos unas consideraciones, una
autocrítica de cómo está funcionando la Unión económica y política
europea. Este modelo de funcionamiento está siendo desajustado, está
siendo disfuncional, está dejando desprotegido al sector pesquero
español. La flota pesquera que, por ejemplo, faena en aguas de la Unión
Europea, la flota pesquera de los 300, evidentemente queda mejorada, pero
hay disfunciones, desajustes importantes, con la flota que faena en aguas
internacionales, con la flota que faena en aguas de terceros países. Y
ésa es la preocupación que en este momento nos prende al Grupo
Parlamentario Vasco.

Señor Ministro, en esta cuestión, además, hay otro elemento a tener muy
en cuenta, que es que la Unión Europea está funcionando como un ente
único, la Unión Europea está teniendo el mismo peso político en el ámbito
de las negociaciones de la NAFO como parte contratante, como Cuba, como
Lituania o como Letonia, y evidentemente el peso político de la Unión y
el peso pesquero de la Unión no es el mismo. Por lo tanto, sería
necesario buscar un mecanismo, articular alguna medida para que la Unión
por lo menos tuviera a través de algún sistema un mayor peso político y
un mayor peso pesquero en cuanto al funcionamiento como parte contratante
en el seno de la NAFO, bien mediante voto ponderado o bien mediante
diversificación de voto por lo menos entre los países que faenan en esas
aguas, Alemania, Reino Unido, Francia, Portugal, España.

Otra cuestión, señor Ministro, que está en el candelero, es cómo se fijó
el TAC en septiembre de 1994, en base prioritariamente a informes
científicos de autoridades canadienses. Los datos que tiene la Unión
Europea no son de tal fiabilidad como los que aportaba Canadá; es decir,
se puede objetar políticamente, pero la objeción requiere vigor, requiere
seriedad, requiere conocimiento, y entendemos que el Gobierno
--prioritariamente la Unión Europea es la que debería tener los datos--
no tenía datos científicamente contrastados que pudieran contrarrestar
los datos que aportaba Canadá. Por ello, nosotros le pedimos --creo que
usted alguna vez lo ha reconocido-- que es necesaria una mayor
involucración de la Unión Europea y de España en la realización de
estudios sobre el nivel de los recursos, sobre el estado de la biomasa en
aguas internacionales reguladas por la NAFO.




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Si pasamos a analizar el contenido del acuerdo, señor Ministro, vemos que
Canadá, respecto al año 1994, con la cuota que se ha establecido, pasa a
pescar tres veces más de lo que pescó el año 1994, y España pasa a pescar
cinco veces menos de lo que pescó el año 1994. Esto es muy grave, señor
Ministro, y es grave además políticamente --y yo tengo la obligación de
censurárselo, censurárselo no a usted como persona, sino al Gobierno que
usted representa, porque en este momento estamos debatiendo con el
Gobierno-- porque esta Cámara, con el apoyo del Grupo Parlamentario
Socialista, aprobó el pasado 5 de abril una resolución parlamentaria
política, en virtud de la cual el Gobierno se comprometía a defender el
TAC autónomo de 18.600 toneladas. Yo, en mi fuero interno, pienso que
usted estaba convencido de que era necesario defender a capa y espada con
firmeza esa cuestión, pero condicionamientos políticos que a usted le
superan al final han obligado al Gobierno a adoptar esa medida.

Evidentemente, yo creo que usted no me lo puede reconocer en este
momento, porque sería desairar a un órgano colegiado como es el Gobierno,
pero conozco sus actuaciones, conozco sus comportamientos, conozco sus
declaraciones, conozco con quién se ha relacionado, y no cuadra todo lo
que usted ha venido haciendo respecto al sector pesquero español y las
medidas que ha adoptado con el posicionamiento al final político que el
Gobierno ha tenido que adoptar al encontrarse solo, desamparado, sin
solidaridad, sin apoyos, porque tenemos información de qué opinaba el
Gobierno danés, y aquí tengo las declaraciones del señor Ministro Dan
Kristiansen, cuando dice que la mayoría del pueblo danés simpatiza con
las posiciones canadienses. Efectivamente, ésa es la debilidad del
Gobierno español, debilidad que le ha sobrevenido por su situación de
encontrarse solo en la defensa de las posiciones pesqueras europeas. Por
lo tanto, desde nuestro Grupo Parlamentario, queremos hacer una fuerte
autocrítica respecto al funcionamiento político que está realizando y que
está plasmando en este momento la Unión Europea.

Esa resolución parlamentaria obliga a esta Cámara, por seriedad y por
rigor, a controlar al Gobierno. La resolución parlamentaria aprobada hace
unos días, señor Ministro, establecía que el Gobierno debería defender el
TAC de 18.600 toneladas, y no lo ha hecho. Jurídicamente no están
obligados a hacerlo, pero comprenderá que, como Grupo Parlamentario que
participa en esta Cámara, nosotros estamos obligados a comparar lo
aprobado por esta Cámara con lo que ha hecho el Gobierno. Es evidente que
se observa un desajuste en este sentido --y no me dirijo a usted como
Ministro sino al Gobierno en su conjunto--, que es objeto de una fuerte
censura política, porque no se ha cumplido ese acuerdo parlamentario, y
eso requiere la crítica y la censura por parte de esta Cámara.

Los mecanismos de control que se han adoptado ha dicho usted que son
rigurosísimos. Usted ha dicho --son palabras textuales-- que los
mecanismos de control son rígidos, muy rígidos. Por poner un ejemplo,
sería como si al conducir en carretera un vehículo lleváramos detrás
constantemente a un policía que fuera inspeccionando las condiciones
técnicas y el desarrollo del funcionamiento de ese vehículo de motor. Es
así, señor Ministro. Las condiciones muy rígidas y burocráticas que se
establecen en el acuerdo son muy duras.

En cuanto a la fijación del TAC, quizá se está dando más importancia de
la que tiene a la distribución o al reparto del TAC entre fuera y dentro
de las 200 millas. Es un tema de huevo o de fuero, pero es esencial,
porque cuando estamos hablando del TAC, señor Ministro, hablamos del TAC
en aguas internacionales, del TAC en aguas de la NAFO, es decir, el TAC
se fija en aguas internacionales, pero Canadá establece en el acuerdo que
lo pescará en sus propias 200 millas. Es una ambición muy perseguida
tradicionalmente, y no sólo por parte de Canadá, sino que también Noruega
ha ofrecido tradicionalmente a la flota pesquera española que pudiera
pescar y acceder a sus recursos no en las aguas internacionales, sino en
las aguas de las 200 millas, por la sencilla razón de que eso supone un
mayor control, una mayor fuerza por parte de las autoridades del Estado
ribereño. No se ha alcanzado eso, pero sí nos llama la atención. No vamos
a darle la trascendencia que quizá se le está dando en otros foros o por
parte de otras voces autorizadas, porque en definitiva Canadá va a pescar
esas 7.000 toneladas en las aguas que corresponden a la zona económica
exclusiva de pesca de las 200 millas. Pero sí nos preocupa porque en la
práctica esa pequeña argucia puede suponer que para posteriores ocasiones
el TAC sea menor. Es decir, en este momento para pescar en aguas
internacionales el TAC va a ser de 20.000 toneladas en la práctica,
porque las 7.000 restantes las va a pescar Canadá en sus aguas, cuando
tiene entera y absoluta libertad para pescar en sus aguas, al ser
jurisdicción de 200 millas por parte del Estado ribereño. Por tanto, el
precedente puede ser peligroso respecto a negociaciones para años
posteriores en el seno de la NAFO.

También nos preocupan, señor Ministro, las consecuencias económicas y
sociales que todo esto tiene. Esta Cámara aprobó hace dos años la Ley de
acompañamiento de los Presupuestos Generales para 1994 que establecía la
obligación del sector pesquero español de cotizar al régimen de la
Seguridad Social en los supuestos en que se produjera la paralización de
la actividad pesquera por fuerza mayor. Inmediatamente el Grupo
Parlamentario Socialista --esto se aprueba en diciembre de 1993--
presenta una proposición no de ley en virtud de la cual se plantea la
adopción de medidas económicas compensatorias sociales para el sector
pesquero afectado por estas inactividades. Se aprueba una iniciativa
parlamentaria posterior y yo en este momento, señor Ministro, le pregunto
¿qué medidas piensa adoptar el Gobierno para cumplir estas resoluciones
parlamentarias? Se lo digo porque en anteriores ocasiones se ha
desvirtuado el debate y lateralmente no se ha contestado al tema. El
sector pesquero español --y hemos estado en contacto con él-- conoce las
decisiones que se han adoptado. ¿Qué va a hacer el Gobierno respecto al
cumplimiento de estas resoluciones parlamentarias? Unas han sido
adoptadas a iniciativa del Grupo Parlamentario Popular, otras a
iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista y otras a iniciativa del
Grupo Parlamentario Vasco. Es importante que se diga por parte del
Gobierno qué se va a hacer



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con estas resoluciones parlamentarias por la sencilla razón de que ahí
están en juego medidas sociales que devienen, en definitiva, en este
caso, de la paralización obligada en base a un acuerdo político.




El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Presidente, otros portavoces
han intervenido durante 25 minutos y yo en este momento llevo 12 minutos
y voy a ir resumiendo mi intervención. Sin embargo, le rogaría, sobre la
base del principio de igualdad reglamentaria y de igualdad ante la ley,
que respetara las intervenciones del resto de los grupos de la Cámara en
cuanto a los tiempos.




El señor PRESIDENTE: Señor Gatzagaetxebarría, para garantizar esta
igualdad ya sabe que, desde siempre, a los grupos parlamentarios
peticionarios de las comparecencias, normalmente, el Presidente les
concede un tiempo adicional, que en este caso ha sido superado
ampliamente. Los demás grupos parlamentarios que intervienen disponen de
10 minutos y yo le he avisado cuando ya --y S. S. lo ha indicado-- habían
transcurrido 12 minutos de su intervención. No veo en este caso la
discriminación, en absoluto.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Gracias, señor Presidente, apelo a su
benevolencia.

Decía, señor Ministro, que nos preocupaban las medidas económicas y
sociales que va a adoptar el Gobierno y me gustaría que incidiera en esta
cuestión: en las medidas sociales, en el cumplimiento de las resoluciones
parlamentarias, porque hoy en día el sector pesquero está apelando al
cumplimiento de estas resoluciones. Esto es importante no sólo en el caso
de Marruecos sino también en el de Canadá.

Vamos a hacer un esfuerzo mental para intentar por lo menos dar
soluciones al problema. Desde el Grupo Vasco, señor Ministro, le
planteamos, ¿qué va a hacer el Gobierno sobre esto? Y le proponemos que
utilice el Real Decreto 2112/1994, de ayudas para la paralización
temporal. Este Real Decreto prevé, en su disposición relativa a la
paralización temporal, que en situaciones devenidas de causas de
imprevisibilidad se adoptarán medidas de ayudas económicas por
paralización temporal. Nosotros le solicitamos, señor Ministro, que se
involucre en tal cuestión. Solicitamos que se adopten tales medidas y que
se utilicen los fondos estructurales del INFOP, articulados mediante el
Decreto 2112/1994 por parte del Gobierno central en este fin porque es
importante que la flota que en este momento ha dejado de faenar en NAFO,
la flota bacaladera y la flota congeladora, pueda acogerse a estas
medidas sociales. Creo que hay mecanismos; creo que hay soporte
suficiente, y por eso se lo pediríamos, señor Ministro.

Finalmente, señor Presidente, nuestro Grupo Parlamentario no va a hacer
referencia en este momento al tema de la costera de la anchoa, porque
creo que sería prolongarnos demasiado, y me remitiría, in voce, a todas
las argumentaciones que este Grupo ha realizado sobre tal cuestión en
debates anteriores, pero antes de terminar sí querría hacer una
referencia --pues ha sido también objeto de debate político-- al tema de
Marruecos.

Nos preocupa porque nos encontramos negociando con un país que no tiene
una mentalidad occidental a la hora de la negociación pesquera, con un
país que evidentemente no es democrático, y cuando un país no es
democrático --y usted lo sabe mejor que yo-- hay determinados vicios,
corruptelas, prácticas por parte de las autoridades, en este caso las
marroquíes, de beneficiarse de todas las ayudas financieras, lo que está
dificultando el acuerdo con los países europeos. En definitiva, para la
mentalidad española, para la mentalidad europea moderna occidental, es
difícil de entender qué es lo que está ocurriendo en Marruecos con las
amenazas del fundamentalismo islámico, con esas amenazas de servir de
muro, cuando en definitiva lo que pretende es ser un miembro del Espacio
Económico Europeo y beneficiarse de una política de preferencias
arancelarias.

Usted decía que efectivamente, con relación a la primera propuesta
marroquí y a la contrapropuesta europea, hay en este momento una gran
discordancia, pero Europa debe defender a la flota pesquera española por
la sencilla razón de que esa reducción que plantea Marruecos no se
corresponde con la realidad. Marruecos, señor Ministro, ha incrementado
su flota pesquera incluso con ayudas financieras de países de la Unión
Europea. Marruecos ha incrementado la flota pesquera construyendo barcos,
y aquí viene el interés político de Francia. Francia está detrás delos
intereses económicos y políticos de Marruecos y está como aliado en esta
negociación, y a nosotros nos preocupa, porque nuevamente España puede
quedar desprotegida. Francia y sus astilleros están en juego, porque eso
origina una actividad económica importante y allí construyen barcos los
marroquíes con las ayudas de la Unión Europea.

Señor Ministro, además, en este momento, aparte de incrementar en los
últimos años Marruecos su flota en 85 barcos, se ha incrementado la
presencia en el caladero marroquí de flotas de los países del Este: de la
antigua Unión Soviética, de Bulgaria, de Rumania y sobre todo de Corea y
de China. Pero lo más flagrante es que Marruecos tiene la osadía de pedir
a la Unión Europea, a España, que aumente el nivel de tripulación
marroquí cuando, ¿sabe lo que está haciendo Marruecos? Está utilizando
tripulación del Oriente lejano, tripulación china y coreana en su flota
pesquera marroquí, en condiciones laborales indignas, sin Seguridad
Social, con salarios bajísimos, lo cual tenemos que denunciar.

En definitiva Europa, y cuando hablo de Europa me refiero a España, se
tiene que defender. Sé que las amenazas marroquíes son importantes, que
juega con determinadas armas para dar miedo y con determinados elementos
de los que Europa necesita protegerse y que en definitiva tiene que
ceder, pero hay que buscar un equilibrio, y todas las ayudas financieras,
importantísimas, que se dan a Marruecos, si no se llega a un acuerdo --y
creo que es la voluntad de la Cámara--, han de destinarse por la Unión
Europea a



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hacer frente a la reestructuración del sector pesquero español, para que
pueda dejar de faenar aquí, y sobre todo a implementar medidas de
acompañamiento sociales para todo el Levante, para Andalucía, para
Cataluña, zonas que pueden quedar afectadas. Eso es importante, señor
Ministro, y va a tener el apoyo de este Grupo parlamentario, pero es
necesario firmeza y no dejarse influenciar por las autoridades marroquíes
en ese sentido.

Nuevamente vamos a esperar a ver qué apoyos tiene España. Nosotros
tenemos dudas. Estamos contrariados, estamos afectados por la falta de
solidaridad que en el conflicto con Canadá ha habido y esperemos que no
vuelva a ocurrir otra vez con Marruecos, cediendo ante las presiones de
este país bajo la amenaza de determinados elementos que ellos dicen que
pueden devenir hacia la Unión Europea.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario de Coalición
Canaria tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, también quiero hacer constar
en el «Diario de Sesiones», como han hecho otros portavoces, el asesinato
de las libertades que una vez más ha pretendido ETA en el día de hoy, así
como el sentimiento de apoyo y adhesión del Grupo Parlamentario de
Coalición Canaria al Grupo Parlamentario Popular. Celebro que no
tuviéramos hoy un día luctuoso en lo personal, en lo parlamentario y en
lo político, y expreso mi condolencia con todas las víctimas y la
reprobación total de la barbarie que trata de ir en contra del sistema
democrático, en este caso en la persona de un compañero parlamentario, el
presidente del grupo mayoritario de la oposición, y de los lazos de
solidaridad parlamentaria, democrática y constitucional, de todo lo cual
quería dejar constancia.

Paso ya al motivo de la comparecencia del señor Ministro. Señor Ministro,
dado que se ha convocado para mañana a la Comisión Mixta Congreso-Senado
de la Unión Europea, en la que comparecerá el señor Ministro de Asuntos
Exteriores para hablar del acuerdo pesquero del fletán en las aguas del
Atlántico Norte, dejamos para ese debate unas cuestiones que no queremos
imputarle en su debe al señor Ministro de Agricultura, que tiene en lo
personal todo nuestro respeto. Yo creo, señor Ministro, que los
negociadores españoles han dilapidado en la negociación, de resultado
malo, un caudal que han llevado institucionalmente a la mesa. En primer
lugar, la parte española fue con un apoyo parlamentario total y absoluto.

Sus comparecencias anteriores ante esta Comisión demostraron que el apoyo
que daban los grupos parlamentarios al Gobierno español estaba en una
línea de defensa legítima y legal de los intereses pesqueros españoles de
todo tipo, desde los históricos hasta los jurídicos, en una posición de
firmeza. La firmeza no es haber mandado una, dos o tres patrulleras a
unas aguas incontrolables, unas simples patrulleras carentes del apoyo
logístico que esto requiere. Los negociadores españoles, señor Ministro,
han dilapidado los instrumentos diplomáticos y políticos que en el seno
de los organismos supranacionales o internacionales de que forma parte
España, llámese Unión Europea, con la inmediata presidencia española,
OTAN o UEO, no se han sabido utilizar. Señor Ministro, cree mi Grupo que
había argumentos suficientes en la razón técnica para que los
negociadores españoles en el seno de la Unión Europea pusieran en
evidencia las falacias del planteamiento canadiense. El filibusterismo y
falacia (y me responsabilizo de la constancia en el «Diario de Sesiones»
para que lo lean los parlamentarios canadienses) del negociador y del
Gobierno canadiense quedan patentes hasta en los propios acuerdos que han
conseguido imponer a la Unión Europea y, de corrido, a España y a su
flota pesquera.

Señor Ministro, el gráfico que usted nos ha enseñado es la prueba
fehaciente del filibusterismo canadiense, porque hay que explicar por qué
se producen estas curvas. El decaimiento de la curva roja de las capturas
de fletán canadiense, que alcanza un máximo de 30.000 toneladas en el año
1979 y llega en 1993 a cifras como la de 1994 de 5.000 toneladas, tiene
razones técnicas, señor Ministro, y los técnicos negociadores españoles
supongo que las sabrían, porque es un arte distinto de pesca el que venía
empleando la flota canadiense para el fletán, captura a lo mejor en
superficie, de la tecnología mucho más avanzada que fundamentalmente a
partir de 1990 tienen los buques pesqueros españoles.

Señor Ministro, no se pueden aceptar en una negociación argumentos
falaces como los empleados por Canadá, que vienen a evidenciar la
debilidad de la postura española, cuando se acepta en noviembre de 1994
que el Consejo de Ministros de la Unión Europea, no de Nafo, señale el
TAC de 27.000 toneladas, pero no se atreve a establecer reparto. Es
precisamente el 2 de febrero cuando, reunida ya en Bruselas la Comisión
Nafo, se hace el reparto. Pero qué cosa más curiosa que cuando Canadá en
la reunión de Bruselas, donde está la representación española en Nafo, se
queda con el 60,4 por ciento de la TAC, es decir, 16.300 toneladas, le
concede a Rusia 3.200 toneladas (el 11,8 por ciento), a Japón 2.600
toneladas (el 9,6 por ciento) y a la Unión Europea, léase España y
Portugal, le asigna solamente 3.400 toneladas (el 12,5 por ciento); hay
que decir, señor Ministro, que de las 5.000 que venía capturando la flota
canadiense no puede pasar ahora a atender unas capturas de 16.300
toneladas. No se puede improvisar una flota pesquera de la noche a la
mañana o de un mes a otro. La realidad es que la flota pesquera de Canadá
no tiene posibilidad física material para capturar la cuota que se ha
autodado con el beneplácito de la Unión Europea y de Nafo. Esto plantea
una cuestión que ya le hice ver en su anterior comparecencia en esta
Comisión: que España, a través de la Unión Europea, tiene que denunciar
los acuerdos Nafo --que es donde está el cáncer del problema-- porque es
quien resuelve la adjudicación de cuotas. El negociador español --salvo
que usted nos lo aclare ahora, señor Ministro-- tenía que haber
preguntado a los canadienses que si se querían quedar con el 60 por
ciento de las capturas, pasando de 5.000 a 16.300 toneladas, cómo las
iban a capturar el próximo año y con qué barcos. ¿O es que piensan hacer
dos obras de filibusterismo: vender las licencias a los



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armadores españoles o comprarles la flota? ¿Bajo qué bandera está en este
momento el «Estai», señor Ministro? ¿Hay alguna postura del Gobierno
español sobre los buques que se empiezan a vender a otros
abanderamientos? Estas con las cuestiones que hay que plantear en una
negociación seria y con firmeza. Hay que hacerle ver a Canadá que no
tiene siquiera argumentos técnicos para poder responder a esto. Ya sé que
éste es un problema que puede traer al fresco a la mayoría de los países
de la Unión Europea, insolidarios, por supuesto, porque no tienen allí
flota pesquera, que queda reducida prácticamente a la mayoritaria
española y a la portuguesa. Pero es curioso, señor Ministro, que Canadá,
que juega por anticipado, pero no de farol, al filibusterismo, cuando el
28 de febrero se abre el plazo para que se puedan denunciar, con el
derecho de objeción, los acuerdos del 2 de febrero en Bruselas y se
comunica a la Secretaría de la Nafo el 3 de marzo, es curioso que los
poderes diplomáticos españoles se quedan quietos, y el 3 de marzo es
cuando el gobierno canadiense deprisa y corriendo saca el reglamento que
desarrolla su ley de protección costera, de mayo de 1994, y da la orden
en ese reglamento --palabras textuales en francés y en inglés-- de
capturas sobre flotas --no dice de la Unión Europea-- de España y
Portugal. Que se explique este tema por los responsables de la Unión
Europea, por qué aceptan esto y por qué no se denuncia diplomáticamente.

De toda esta suma, señor Ministro, de abandonos de posiciones de firmeza,
de denuncias de los derechos que asisten a España en todos los órdenes,
de aquellos frutos yo creo que se han obtenido estos mostos, bastante
agrios y escasos en este momento, y cuyas consecuencias pagamos todos:
usted como miembro del Gobierno y Ministro de Agricultura, la flota
pesquera española y los intereses generales. Y sobre todo (y quiero con
esto terminar para acogerme al tiempo reglamentario y a la indicación del
señor Presidente), como ya han hecho otros intervinientes, crea el
terrible y tremendo ejemplo del precedente. Hemos hablado de que
Marruecos puede aprender perfectamente la lección, de la misma manera que
parece que Canadá ha aprendido la lección (ya Marruecos se ha
especializado) de filibusterismo con sus caladeros, de ir al doble
abanderamiento, a tripulaciones y a empresas mixtas, en una palabra, ir
metiendo bajo pabellón marroquí lo que antes tenía pabellón español en
nuestra flota de pesca, con toda la depredación que para ello se nos está
haciendo.

Señor Ministro, teniendo el Gobierno el apoyo político y parlamentario,
como se le dio en la anterior comparecencia, teniendo los argumentos
técnicos, teniendo los instrumentos diplomáticos y políticos para una
posición de fuerza, no se ha sabido estar en esas circunstancias, en lo
que entendemos eran los legítimos derechos españoles. Desde aquí se le va
a hacer un seguimiento. Usted ha puesto una fecha, el 31 de diciembre de
este año, para ver el cumplimiento de la multilateralidad. ¿Pero qué
multilateralidad va a cumplir eso? ¿Se va a exigir a Rusia, a Japón, a
Cuba y a los otros países que suscriban esa multilateralidad, cuando
ellos están en una situación totalmente distinta a la nuestra, cuando
ellos tienen incluso en los puertos canadienses todas sus bases o sus
sistemas logísticos de seguimiento, de aprovisionamiento y de
mantenimiento de flota? Esta es una cosa importante. Lo que sí le pido yo
a nuestro Ministro de Agricultura, al negociador español, al Gobierno
español, es que ante la UEO haga ver la evidencia de cuál ha sido el
grado de engaño, de encubrimiento, con que el Gobierno canadiense ha
planteado este tema. Y si no al tiempo, señor Ministro. O nos compran la
flota o entraremos en el mercadeo de las licencias. En cualquier caso, si
ésta es la solución al conflicto, es un mal acuerdo y es una mala
solución.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Mixto tiene la palabra el señor
Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señorías, quiero empezar mi intervención
manifestando, en nombre de Unión Valenciana y en el mío propio, la máxima
repulsa y condena del atentado que hoy ha sufrido un compañero de la
Cámara, José María Aznar, y que ha afectado a otros ciudadanos como él,
desde el ataque más vil y cobarde que censuro en su integridad. Pienso
que debemos luchar todos los demócratas por evitar que estos hechos
vuelvan a producirse. Quiero mostrar mi más sincera solidaridad a los
integrantes del Grupo Parlamentario Popular y el deseo de una rápida
recuperación tanto a José María Aznar como al resto de heridos en este
lamentable y censurable atentado.

Señor Ministro, quiero en primer lugar agradecerle la rápida
comparecencia y la información que nos ha facilitado. Inicio mi
intervención haciendo una pregunta. ¿Qué podemos decir hoy, que no se
haya dicho ya, del acuerdo firmado entre la Unión Europea y Canadá, que
reduce la cuota que España puede pescar de fletán negro en el Atlántico
Norte? Hasta el día de hoy, Unión Valenciana, confiando en que las
negociaciones podían llegar a buen término, no ha entrado a debatir, a
polemizar sobre lo que iba apareciendo de la negociación, porque
confiábamos en que el mandato parlamentario que usted había recibido no
nos iba a defraudar e iba a conseguir que los intereses españoles fueran
defendidos en toda su integridad y con toda firmeza. Pero es evidente que
hoy no podemos callar ante lo que ha ocurrido. Voy a serle sincero.

Después de mes y medio de conversaciones, chantajes, apresamientos,
ataques y actos de piratería varios, no esperaba otra conducta de la
Unión Europea, débil, dividida y condescendiente, donde los países del
sur no cuentan; ni de usted, representante del Gobierno español, con el
permiso y consejo de Solana, más débil todavía, claudicante, entreguista
y sumisa; ni de los nuevos piratas del siglo XX, los canadienses, que han
basado su estrategia (como ya se ha comentado por algún compañero) en la
mentira, el chantaje, la violencia, la ilegalidad, siempre contando con
la inestimable ayuda cómplice de un socio, Inglaterra, aliado natural del
mayor ataque al ordenamiento jurídico internacional de los últimos años.

Pero tampoco esperaba, porque ya estamos acostumbrados a su habilidad
negociadora, y de sus predecesores en el Ministerio, un milagro, un éxito
que hubiera sido alcanzar en este tira y afloja (tira y afloja aparente,
que no ha sido la realidad) un acuerdo satisfactorio para los intereses
pesqueros españoles. En esta negociación,



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como en otras precedentes en el tiempo, la negociación agrícola de
adhesión a la Comunidad Económica Europea, los acuerdos de la reforma de
la OCM del vino, de las frutas y las hortalizas, etcétera, nos ha faltado
decisión, firmeza y fuerza en la defensa de nuestros legítimos intereses.

Esta Semana Santa será recordada por los españoles como el punto final al
mes y medio de despropósitos, dejaciones y debilidades de un ejecutivo,
el español, ante sus socios de la Unión Europea y ante los alumnos
aventajados de aquel marino inglés, por llamarle de alguna manera, sir
Francis Drake, que entre 1570 y 1595 saqueó propiedades españolas, asaltó
barcos y robó, mientras recibía condecoraciones de la corona británica.

Con estos antecedentes, no eran de extrañar las prácticas canadienses ni
la posición británica ante los actos de piratería empleados por el
Canadá.

El acuerdo del fletán es muy negativo, ya que confirma la debilidad de la
Unión Europea, supone dar la razón a Canadá, en la medida en que ha
utilizado unos actos violentos para extender sus derechos económicos, y
sienta un precedente muy peligroso de indefensión en un futuro no sólo
para España, sino para toda la flota pesquera europea, frente a terceros
países en aguas internacionales. La Unión Europea no ha mantenido una
fuerza negociadora potente ni firme ni unitaria, y los británicos, sí,
los conservadores británicos han roto la unidad de acción comunitaria,
apoyando con su conducta a un país tercero. Mientras tanto, dos gobiernos
también conservadores, el francés y el alemán, levantaban los hombros.

Esto también hay que decirlo. El acuerdo no debió ser ratificado. El
ejemplo portugués es un buen referente a tener en cuenta. Hay que impedir
su vigencia por los medios legales que se nos permita. El acuerdo es
inaceptable. Reduce cuotas sustancialmente (se habla del 70 por cien),
supone la pérdida de más de 7.000 puestos de trabajo, desmantela la flota
pesquera gallega, pone en peligro el futuro de las empresas conserveras y
de productos preparados congelados, que comercializan con el fletán, como
es el ejemplo de la empresa valenciana Silomar, que perderá más de 2.000
millones y despedirá a más de un centenar de trabajadores, y pérdidas
económicas en el sector pesquero gallego de más de 10.000 millones. Pero
sobre todo significa que el «buen resultado», entre comillas, obtenido
por la ilícita conducta del Canadá, animará a otros países a seguir el
ejemplo pirata del país norteamericano.

El antecedente del Canadá de 1995, refresco actual de las conductas de
piratería marítima del siglo XVI, puede servir de ejemplo a otros países,
y eso nos debe hacer pensar en el futuro inmediato. El convenio con
Marruecos finaliza el 30 de abril: estamos negociando. El problema con
Francia por la pesca con redes de deriva del bonito, estilo francés, está
ahí y hay graves discrepancias. El futuro inmediato nos avisa que hay que
estar preparados. Firmeza: firmeza que no ha habido hasta el momento,
porque Marruecos se ha planteado la reducción de cuotas, o la reducción
en el número de embarcaciones españolas que pudieran faenar en las aguas
marroquíes.

Hay que recordar, porque ha sido utilizado como pretexto por Canadá, que
hay que conservar el entorno marítimo. Pero hay que recordar también, y
el señor Ministro lo sabe, que ha sido Canadá (los datos que usted nos ha
proporcionado así lo confirman) quien con un política nefasta de los
recursos pesqueros, desde el año 1977, ha esquilmado sistemáticamente
esos recursos, y para dar una salida a su sector ha utilizado la fuerza
intentando extender su jurisdicción económica fuera de las 200 millas.

El acuerdo con el Canadá significa el final o el réquiem por la flota
pesquera gallega. Si se producen recortes en el acuerdo que estamos a
punto de firmar con Marruecos, la flota de la Comunidad Valenciana,
Andalucía, Murcia y Cataluña seguirá o puede seguir el mismo camino, la
desaparición o unos momentos de gran dificultad. Las relaciones y los
conflictos con Francia por el bonito, por el besugo o por la merluza
siguen sin solucionarse. La luz de emergencia se ha encendido para los
pescadores vascos, andaluces y gallegos. El pesimismo, el temor, la
preocupación ante estas negociaciones con Marruecos, con Francia y con
otros países es evidente. Por ello le vuelvo a pedir firmeza.

Señor Ministro, después del acuerdo o, mejor dicho, de las concesiones en
blanco al Canadá, mi pregunta sería: ¿Está usted preparado y con las
fuerzas necesarias para negociar --digo negociar--, con Marruecos y con
Francia? Permítame que después de lo que nos ha demostrado hasta el día
de hoy lo dude, vistos los resultados de su peculiar negociación
diplomática. Si no lo está, por favor renuncie a su cargo, porque el
sector pesquero español se lo agradecería.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Socialista tiene la palabra el
señor Roncero.




El señor RONCERO RODRIGUEZ: Señor Presidente, la verdad es que me faltan
las palabras, como a todos, para condenar el atentado que hoy se ha
producido. Quiero manifestar, en nombre propio y de mi Grupo, la
solidaridad con los heridos de este atentado y con nuestro compañero José
María Aznar, Presidente del Grupo Parlamentario Popular, por sus heridas,
y desear su pronta recuperación. Yo creo que esta solidaridad es de todos
los españoles y en su nombre también se la transmitimos.

Entrando en el tema que nos ocupa, yo creo que entre todo lo que venimos
oyendo y leyendo en esta última semana hay intervenciones apasionadas,
vehementes y, como algún portavoz ha dicho, manejando datos a
conveniencia. Yo intentaré serenar este debate y esta situación con datos
objetivos y con reflexiones que se puede hacer el ciudadano medio de la
calle, sin apasionamientos, cuando piensa en la realidad política, en la
política real, en la realpolitik, como se dice, en las posibilidades
reales de cualquier negociación y en la situación en la que está nuestra
flota. La realidad es que nuestra flota, que es una de las más
importantes del mundo, sufre con éxito en los últimos 15 ó 20 años un
período continuo de reorientación, de diversificación, de reconversión y
de adaptación a circunstancias cambiantes y mantiene, al contrario que
otras flotas de nuestra importancia, niveles de pesca, captura y
productividad muy importantes, mucho más importantes que



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esas otras flotas que han venido perdiendo esos niveles en estos años.

Además, esta flota tan importante que tenemos realiza el 70 por ciento de
su actividad, prácticamente, en aguas exteriores, que es un dato que no
debemos olvidar. En función de esa reorientación, de esa diversificación
continua que debe seguir manteniendo nuestra flota, tenemos que
preguntarnos cuál es el interés que debemos primar: el interés del corto
plazo o el del medio y largo plazo; el interés del corto plazo de
pesquerías sin regulación del máximo aprovechamiento, o el interés del
medio/largo plazo de una regulación que a la larga dé estabilidad y pesca
responsable, que en definitiva dé a ese medio y largo plazo garantías de
supervivencia y de vigencia de una flota de la importancia de la nuestra.

Yo creo que sobre esto tenemos que reflexionar y preguntarnos.

En este caso concreto, para evaluar bien el problema, hemos partido de
una situación, según el Ministro ha expuesto yo creo que muy claramente,
como en cualquier negociación: de una posición dura de Canadá, dentro de
Nafo, respecto a sus peticiones de fijación de un TAC autónomo, por una
parte, que ha sido ganada en Nafo. Es decir, el organismo regulador ha
propuesto un tope de capturas autónomo de 27.000 toneladas, hecho que no
hay que olvidar y dato de partida que ha sido objetado, discutido e
inamovible, siendo decidido por el organismo regulador, como digo. Esa es
la situación de partida a la que teníamos que hacer frente en una
negociación en la que, como ha sido expuesto por el Ministro, se pueden
manejar las series históricas de diferentes maneras: los ciclos largos y
los ciclos cortos que en este caso, como sabemos por los datos, son
diferentes, y con los repartos de 40/40, 10/10, etcétera, como el
Ministro nos ha expuesto tan detalladamente, lo que llevaría a una
situación razonable respecto a otras anteriores de negociación de unos
repartos de alrededor del 45 por ciento para la Unión Europea. Esa era la
situación razonable. Sin embargo, en las negociaciones la propuesta de
Canadá era justamente de desequilibrio absoluto a favor de sus cuotas,
del 60 por ciento, frente a la reducción a un 12,6 por ciento de las de
la Unión Europea. En esa negociación, como en todas, hubo ofertas de las
dos partes. La oferta europea fue la fijación de un TAC autónomo, darle
la vuelta --como también ha dicho el Ministro-- en un espejo a la oferta
canadiense y plantear un 69 por ciento para la Unión Europea y un 13 por
ciento para Canadá. Es decir, situaciones de partida dispares en puntos
muy distantes y que, por tanto, son difícilmente aceptables por ninguna
de las partes.

Es verdad que en esta Cámara hemos dado apoyo al Gobierno español, hemos
resuelto apoyar esa postura de la oferta de la Unión Europea de un TAC
autónomo, pero, desde luego, por parte de nuestro Grupo, con la
consciencia y firmeza de cómo se dan esos votos y esa instancia a la
negociación: sabiendo que es una situación de partida que debe
defenderse, pero que supone un objetivo inalcanzable dentro de los
equilibrios que con el TAC de partida, de 27.000 toneladas, difícilmente
podía ser aceptable por las partes en un organismo regulador multilateral
que también debería aceptar el final de los acuerdos. En ese tira y
afloja se ha conseguido un equilibrio razonable en función de lo posible,
de la real política o de la política real. Razonable porque se está cerca
de esas posiciones con antecedentes negociadores, reguladores o
distribuidores de otras pesquerías, en torno al 45 por ciento, y se ha
quedado en un 41 por ciento, en un 37 por ciento; es decir, estamos en
niveles razonables en esos términos. La cuota y el mandato que dimos el
Gobierno los ha defendido hasta donde ha podido llegar en su defensa, y
lo ha hecho en el Consejo de Pesca, donde ha habido una primera
ratificación del TAC autónomo, hasta donde se ha podido defender, como en
toda negociación, como decía. Evidentemente, hay que llegar a situaciones
razonables de equilibrios que, como también se dice, y hay que
reflexionar sobre ello, como los dichos populares que son sabios, se
podrá calificar el acuerdo de malo, de menos malo, de regular, de
posible, del mejor posible, como queramos, pero es un acuerdo, es una
opción que en nuestra opinión es razonable y, desde luego, es un acuerdo
de entre los posibles quizás el mejor. Yo creo que aunque admitamos que
se pueda calificar de mal acuerdo, de regular o del menos malo, como dijo
un portavoz, según el dicho popular es mejor un mal acuerdo que un buen
pleito. En esta situación cabe hacerse la reflexión de que los grupos que
hacen los discursos vehementes, los discursos de la dignidad nacional que
aquí hemos oído, esos grupos deberían plantearse no las alternativas que
ahora está proponiendo el Gobierno al sector y que, de hecho, ya se había
hablado con el sector de que esas circunstancias se iban a presentar, de
que se acercaba una regulación y que había que afrontarla en Nafo
estableciendo medidas, llegando a acuerdos, diversificando capturas,
otras especies, otros caladeros, etcétera, como el propio sector se
plantea en ese escrito, que también ha sido citado, de algunos
portavoces, además de su rechazo, de sus consideraciones sobre el empleo,
etcétera, cifras que según quien las maneje son diferentes siempre, al
final, se plantean las medidas de futuro, lo que de verdad hay que hacer
en estos momentos, medidas de futuro que serán las que debemos discutir y
las que el Gobierno y nuestro Grupo, desde luego, está dispuesto a
discutir y a apoyar para la permanencia de l a flota, para la
productividad de la flota y para la búsqueda de soluciones alternativas.

Creo que sobre eso hay que reflexionar y plantearse esas situaciones
ahora. Pero cuando se dice que entonces fue cuando debieron plantearse
soluciones en la negociación ¿qué soluciones alternativas había en una
negociación con dos puntos, A y B, y se llega aproximadamente al centro
de la negociación de un equilibrio razonable desde esos puntos de
partida? ¿Qué situación alternativa hay? ¿Romper la negociación? ¿Negarse
a la negociación? ¿Alistarnos todos de voluntarios para ir a las aguas de
Terranova? ¿Salirnos de la Unión Europea? ¿Qué futuro había para nuestra
flota en esas alternativas? ¿Qué futuro teníamos dentro de esas medidas
alternativas que nadie ha planteado? Todo el mundo habla de firmeza, de
que no se ha hecho lo que se debía, lo que se podía haber hecho, pero
nadie se ha planteado qué es lo que teníamos que hacer. ¿Salirnos de la
Otan? ¿Salirnos de la Unión Europea? Creo que ésas son las reflexiones de
fondo que hay que hacer. Y las alternativas en la negociación son llegar
a acuerdos dentro de los límites



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razonables y de lo posible, de la real política, como decía al principio.

Pienso que eso se ha conseguido. Ahora el objetivo es no hablar tanto de
esto, que es una realidad que está ahí, que garantiza un acuerdo de
porcentajes permanentes y no cambiantes en los años, como pretendía
Canadá, y que garantizará, por el peso de las dos realidades políticas,
Unión Europea y Canadá, que la multilateralidad se va a producir, y el
acuerdo será efectivo dentro de Nafo, así como la permanencia de los
porcentajes con la regulación, la vigilancia y el control que se ha
acordado. Eso es así y lo que hay que hacer es buscar alternativas, que
es lo que la Administración ya está haciendo y ha venido avisando lo que
creo que todos los grupos debemos promover para conseguir en estos
momentos. Creo que eso es lo que hay que transmitir a los ciudadanos
españoles y al sector pesquero: la esperanza de que hay salidas, de que
hay posibilidad de permanencia, de que puede haber alternativas, de que
puede haber diversificación y de que se pueden conservar puestos de
trabajo. Y sobre lo que sea irremediable o de corto plazo o de ciertas
situaciones hasta que esas alternativas se encuentren, también se están
ofreciendo medidas de protección social, de financiación, etcétera, como
las que se están poniendo sobre la mesa. Ese es el término razonable del
debate de la situación, en nuestra opinión, que hay que transmitir a los
ciudadanos, y no la crispación, los discursos vehementes, que todos
podríamos hacer, pero que desde la responsabilidad de un Gobierno y de un
partido que apoya al Gobierno hay que hacerlo con esa seriedad y esa
racionalidad de la política real, de los hechos reales y de lo que es
posible, no de lo deseable.

Respecto a los otros temas, creo que también tenemos acuerdos en esta
Cámara que son bases para una negociación respecto al problema de
Marruecos; son bases claras que se deben defender. Como el señor Ministro
ha dicho, en estas dos rondas las posiciones también parten de
situaciones muy alejadas. Las propuestas marroquíes están muy alejadas de
las propuestas europeas, que han sido descritas por el señor Ministro.

Lógicamente, si queremos llegar a acuerdos, se tendrá que llegar a
situaciones intermedias. No podrá ser ni la oferta que hacemos nosotros
como miembros de la Unión Europea ni la oferta que hace Marruecos. En
esas situaciones intermedias tendrán que negociarse esos mecanismos que
recomendamos en las resoluciones que hemos hecho. Eso es lo que hay que
seguir defendiendo. Hay que seguir apoyando al Gobierno en esas
negociaciones, pero con esa reflexión de la real política, vuelvo a
repetir. Marruecos es un país que está desarrollando su flota,
independientemente de que sea un país no democrático, de que tenga
situaciones no deseables en determinados momentos, de los problemas
laborales que han sido descritos por algún portavoz, etcétera.

Independientemente de eso es un país en desarrollo. Creo que es interés
de todos que ese desarrollo se pueda ir produciendo --mejor si es
democráticamente--, y que ese país tenga una flota que lógicamente
también debe tener derecho a desarrollar. Desde luego, deberemos buscar
el equilibrio razonable entre ese posible y deseable desarrollo --a ser
posible democrático, repito-- y la permanencia, la productividad y las
capturas de nuestra flota.

En cuanto al tema de las redes de enmalle, creo que el Ministro también
ha sido claro. Nos estamos planteando todos una situación de una clara
reflexión de lo que pueden ser las consecuencias de que la Unión Europea
no adopte la decisión de suprimir las redes de enmalle. Hay que
reflexionar sobre esas consecuencias y reexaminar la situación y las
posibilidades de actuación que podemos tener en ese campo en función de
cómo se pueda desarrollar la costera de este año. Creo que ha sido
expuesto con meridiana claridad por el señor Ministro. Nuestro Grupo está
en apoyar la supresión por toda la Unión Europea y, si no se consigue en
los términos en que lo estamos planteando, tendremos entre todos que
reflexionar sobre esas consecuencias y reexaminar la situación de nuestra
flota y sus prohibiciones fuera de las 12 millas.

Por tanto, el mensaje de nuestro Grupo es de esperanza, de sensatez, de
que pensemos --como los propios armadores y el sector nos dicen en sus
escritos-- que, critiquemos o no el desarrollo de las negociaciones,
mantengamos las posiciones firmes en la condena de la actitud de Canadá,
que ha sido inaceptable en sus actos de violación del Derecho
internacional. Al final la situación es la que tenemos y el futuro es
buscar medidas de permanencia de la flota, de permanencia de los puestos
de trabajo, de permanencia de esos barcos, de las especies alternativas,
los caladeros alternativos, la diversificación de nuestra flota, la
investigación, la experimentación en las mismas aguas Nafo, etcétera,
como ha sido planteado por el mismo sector y como el propio Ministerio
está planteando en sus negociaciones con él.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas tiene la palabra el
señor Ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Aunque lo he hecho públicamente esta mañana, no quiero dejar de sumarme a
las posiciones adoptadas por los diferentes representantes de los grupos
de condena de un atentado indigno y lamentable dirigido contra un miembro
de esta Cámara, presidente del Partido Popular, que ha generado daños y
víctimas; víctimas que tienen toda mi simpatía, toda mi solidaridad y
todo mi apoyo.

Me van a permitir que manifieste que en ocasiones somos capaces de
repetir determinados eslóganes tantas veces que terminanos por
creérnoslos. Quiero decirle muy cariñosamente al portavoz hoy del Grupo
Popular que se embriaga a veces de retórica hueca, de retórica
demagógica, de retórica muy mal documentada, y que confunde la reunión de
la fijación de las cuotas con su distribución. Como usted sabe, en la
reunión de fijación de las cuotas no se produjo una votación que
condujese a un seis a cinco, sino una posición de apoyo de todas las
partes contratantes, excepto la Unión Europea, que se abstuvo, en la
fijación del TAC de 27.000 toneladas, que fue la decisión más relevante
desde el punto de vista de reducción de la actividad. Una decisión que no
se produjo porque la Unión Europea se abstuviese, sino que fue la única
parte contratante que se abstuvo en una decisión adoptada por todas las



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demás partes contratantes de Nafo que apoyaron la propuesta de Noruega en
lo que se refiere a las 27.000 toneladas. A mí me pareció una decisión
errónea y tuve oportunidad de expresarlo. La condené y puse todos mis
esfuerzos para que la Unión Europea objetase esa decisión porque
consideraba que no existía base científica suficiente para realizar una
restricción tan importante como la que suponía reducir en más de un 50
por ciento la actividad respecto a los niveles de capturas de 1994. Pero
precisamente --y hay muchas intervenciones que lo han expresado-- porque
existe un conocimiento científico muy insuficiente sobre el fletán, sobre
la relación entre el stock de profundidad y el stock de superficie, sobre
la biomasa reproducible, sobre el alcance de madurez para la especie,
sobre la situación de los stock, y porque consideramos que es necesario
reforzar la argumentación de la Unión Europea y de España en la futura
fijación de las cuotas, delos límites máximos globales de captura para el
futuro, es por lo que hemos puesto en marcha tres campañas de
investigación en aguas de Nafo a lo largo de este año. Una campaña de
investigación ya se ha realizado en enero o febrero, otra se va a
realizar en verano y una tercera se realizará en otoño, con el fin de
poder presentarnos a esas reuniones con argumentación científica sólida
que justifique una fijación global de capturas acorde con la auténtica
situación biológica de los stocks que nos permita realizar, como creo que
tenemos que defender todos, una gestión de pesca de carácter sostenible.

Desde ese punto de vista, creo que no es tan relevante el número de
toneladas que se consigan cuanto el porcentaje que se obtenga en los
futuros TAC, en los futuros volúmenes probables de captura, porque lo que
va a variar de un año para otro hacia el futuro es el límite total de
capturas y lo que va a mantenerse es el porcentaje. Por eso --y con ello
respondo a alguna duda del representante del Partido Nacionalista Vasco--
desde mi punto de vista me parece tan importante y positivo el que se
haya diferenciado el TAC Norte en aguas canadienses del TAC Sur, que nos
permite consolidar al menos un 55 por ciento del TAC que se fije para el
Sur. Porque ahora tendremos que fortalecer nuestra argumentación para que
ese TAC se fije al nivel biológicamente justificable, pero sabemos para
el futuro que hemos conseguido consolidar un 55 por ciento de ese TAC
cuando partíamos de una situación de NAFO que nos había asignado un 12
por ciento. Esa es la realidad y, por tanto, eso es lo que hay que
comparar en términos de futuro. Las 18.000 toneladas de fijación
unilateral por la Unión Europea varían para esta campaña en ausencia de
acuerdo.

Y quiero decir también que este Ministro cumplió con el mandato de este
Parlamento relativo a la defensa de las 18.600 toneladas al día siguiente
de que éste fuese aprobado por el Parlamento. Y este Ministro consiguió
que el Consejo de Ministros de Pesca de 6 de abril aprobase el Reglamento
que fijaba la posición --la cuota unilateral-- que iba a respetar la
Unión Europea --18.630 toneladas-- en ausencia de acuerdo. Y eso lo
defendió este Ministro y fue aprobado en ese Consejo con la oposición,
como ustedes saben, del Reino Unido y no estoy seguro, porque no he
podido ver las actas, si, al final, también con la abstención o la
oposición de Suecia; no lo sé. No he tenido la oportunidad de comprobar
si, al final, la posición ambigua de la delegación sueca se reflejó en
una abstención o en una oposición. Pero era una posición que todos
sabíamos que no se iba a poder sostener hacia el futuro --seamos
realistas-- porque no iba a ser posible consensuar en el seno de NAFO una
distribución que asignase a la Unión Europea el 69 por ciento de las
capturas, no íbamos a encontrar el más mínimo apoyo para una distribución
de estas condiciones. Por tanto, no teníamos ninguna garantía de
estabilidad y de permanencia en el caladero para el futuro y en un
porcentaje que se traducirá en más o menos toneladas en función del
límite global de capturas que se apruebe, pero que, en cualquier caso,
tiene ya una base consensuada del 55 por ciento, como mínimo, de las
capturas en la zona en la que hay fletán y en la única zona en la que la
flota española ha faenado. Por otro lado, yo soy el primero que reconozco
que me hubiera gustado que, en lugar de conseguir el 55 por ciento,
hubiésemos conseguido el 70 por ciento, para qué nos vamos a engañar, o
el 80 por ciento, o que hubiese un monopolio para la flota española en
ese caladero, y, por supuesto, voy a pelear sobre todo para justificar
unos niveles de captura globales que permitan ejercer una pesca
razonable, sostenible, rentable y que permita ocupar a una parte
importante de la flota para esta especie, aunque yo estoy convencido de
que una buena parte de la flota puede mantenerse con una pesquería mixta
en este caladero, pero luego tendré oportunidad de hablar de ello.

Me van a permitir que manifieste una cierta frustración. Reconozco una
cierta incapacidad para traspasar algunas barreras de la comunicación y
para explicar algunas cosas, y lo digo con toda modestia, porque no acabo
de entender esa victoria tan clara de Canadá en este conflicto. Canadá,
como saben los que han seguido los temas de pesca y muy en detalle los
conocen, lleva mucho tiempo defendiendo en los ámbitos internacionales la
extensión de la zona económica exclusiva a las 400 millas y este
conflicto que se producía a partir de una objeción de la Unión Europea a
la distribución de cuotas acordada en NAFO era una oportunidad para
desencadenar un proceso que podía ser seguido por otros países, que
permitiese, como sucedió a mediados de los años 70, ampliar las aguas
jurisdiccionales más allá de las 200 millas. Y éste era el primer
objetivo, yo diría el objetivo fundamental de Canadá; era el objetivo
fundamental de Canadá. Por tanto, era un objetivo prioritario parar ese
proceso y ese riesgo de contagio y de efecto dominó para con otros países
en la ampliación de las 200 millas. Yo lo siento por la flota afectada
--no podemos hablar de alternativas--, pero es un objetivo fundamental
para ese tercio de nuestra flota que faena en aguas internacionales desde
el punto de vista de una flota que padeció como ninguna la ampliación de
las aguas jurisdiccionales a las 200 millas en la segunda parte de la
década de los 70.

Y con eso quiero decir que me parece un auténtico disparate político lo
que se está transmitiendo al pueblo español sobre la falta de solidaridad
de la Unión Europea; yo diría que es un disparate político. Me parece que
algunos grupos políticos, y tengo que señalar en particular al Partido



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Popular, están haciendo una llamada a la conciencia nacional de lo más
retrógrado de nuestro aislacionismo histórico que ha servido para
defender posiciones de complejo y de repliegue del país sobre sí mismo,
añorando un pasado que ha sido muy negativo para este país. Voy a poner
un ejemplo muy reciente y que afecta al sector pesquero.

Como yo comentaba, nuestra flota pesquera tuvo la oportunidad de
comprobar la capacidad de reacción de nuestro país a la ampliación de las
aguas jurisdiccionales de la zona económica exclusiva a las 200 millas.

Quiero recordar que en aquella ocasión la flota española fue expulsada de
las aguas de Terranova --expulsada la flota española; no todas las flotas
lo fueron--, expulsada del Gran Sol, y nadie fue capaz de mover un solo
dedo, y no pudimos evitarlo; no pudimos retener ni un solo barco. ¿Por
qué? Porque estábamos solos en el concierto internacional, porque no
teníamos el apoyo de la Unión Europea, el apoyo que hemos tenido ahora,
que se puede decir ha sido un apoyo más solidario, perfectamente
cohesionado o con algunas fracturas, pero lo que nadie puede negar --y
este sector pesquero tiene memoria histórica-- que el resultado de aquel
proceso y el resultado de éste no tienen nada que ver.

Pero puedo poner otro ejemplo que afecta a uno de los países que ha roto
la solidaridad comunitaria; el conflicto, como muchos de ustedes
conocerán, entre el Reino Unido e Islandia, la guerra del bacalao antes
del establecimiento de la política pesquera comunitaria y, por tanto, sin
ninguna solidaridad comunitaria porque no era una política comunitaria,
sino una política nacional. Quiero recordar el resultado de esa guerra
del bacalao: después de movilizar muchas patrulleras y muchas fragatas,
la flota británica salió del caladero de Islandia y dejó de pescar
bacalao.

Esta es la realidad. Por tanto, no le vendan a la opinión pública
española, a la sociedad española, un aislamiento, una posición de: «nadie
nos entiende, nadie nos apoya, no pintamos nada», que está llamando a lo
mas retrógrado de nuestra conciencia nacional. Pero quiero decir también
--y alguien lo ha apuntado-- que la solidaridad comunitaria hay que
apreciarla en su justa medida. Es cierto que sólo se ha roto por un país,
pero ni siquiera por Irlanda. Tiene razón el embajador irlandés cuando
dice que ellos no han roto en ningún momento la solidaridad, y quiero
reconocérselo públicamente. Porque, al margen de sus inspecciones de
celo, contribuyendo a la imagen de desprestigio de la flota española
(ahora también le voy a decir algo a este respecto), ningún país, excepto
el Reino Unido, ha roto esa solidaridad, a pesar de lo difícil que
resultaba para muchos de estos gobiernos mantener esa posición en contra
de sus respectivas opiniones públicas. Esta es la realidad. Dinamarca,
Holanda, Suecia, todos estos países han tenido unas opiniones públicas
movilizadas, sensibilizadas previamente en contra de la posición de la
flota española, por el éxito de la campaña de comunicación desarrollada
durante muchos meses por parte canadiense, por qué no decirlo, pero
también algunos méritos habremos conseguido, y algunas imágenes que han
pasado a veces por las televisiones de toda Europa no han contribuido al
fortalecimiento de nuestra pesca ante las opiniones públicas de otros
países. Por tanto, algo de «mea culpa» tendremos que hacer cuando tenemos
un problema de imagen.

Se puede decir que el Gobierno no hace una campaña de imagen que
contrarreste esta campaña de desprestigio. Es cierto, algo se puede
hacer. La Unión Europea también debe reforzar esa defensa del prestigio y
de la imagen, sobre todo con transparencia y con medidas de control
reconocibles, identificables y rigurosas. Creo que no hay que ser
cicateros en las medidas de control porque tenemos que ser los primeros
en defender un ejercicio de la pesca de acuerdo con las reglas.

Lamento mucho que el portavoz del Grupo Popular se haya sumado a esa
campaña de desprestigio de la flota española adjudicando detenciones por
pesca ilegal a buques españoles que no lo son. Ha citado usted, quizá
porque hace política leyendo los periódicos, a un buque sudafricano que
no es español, ha citado capturas como si fuesen apresamientos en aguas
internacionales que se han producido en las aguas de los respectivos
países y ha mezclado en esa suma buques de bandera española con buques
británicos e irlandeses, aunque tengan propietario parcialmente español o
que algunos de sus tripulantes sean españoles. Me parece que le hacemos
un flaco favor al prestigio de la flota española acumulando a las
detenciones de buques españoles, por incumplimiento de las normas o por
pesca ilegal, buques que ni son de bandera española, ni son a veces de
propiedad española ni tiene nada que ver el hecho de que algunos de sus
tripulantes sean españoles.

Decía que Canadá tenía el objetivo de ampliar las 200 millas. No lo ha
conseguido. Tenía un segundo objetivo que usted mismo ha reconocido:
echar a la flota española del caladero. Ese era el segundo gran objetivo
y tampoco lo ha conseguido. Un objetivo que se ha materializado de muchas
formas. En primer lugar, asignando el 12,5 por ciento en Nafo a la flota
comunitaria, 3.400, que era ya un porcentaje testimonial. En segundo
lugar, intentando imponer una moratoria. En tercer lugar, intentando que
la flota comunitaria quedase excluida de la zona en la que se encuentran
los bancos del fletán. Y no ha conseguido ninguno de esos objetivos.

Tengo que reconocer que desde el punto de vista de imagen les va bien.

Quizá porque todos, a base de repetir los eslóganes y a base de estimular
esa campaña de autoflagelación nacional, le estamos ayudando a apuntarse
una victoria que a veces ni su propia prensa le reconoce. Porque la
realidad es que Canadá se presentó a este conflicto con una cuota
asignada en Nafo del 60 por ciento y sale con una cuota del 37 por ciento
para este año y con el 41 para el año que viene y siguientes. Y en las
zonas en las que realmente existe fletán, en la zona sur, se va a
producir una relación diez a tres entre las capturas de Canadá y las de
la Unión Europea. Esa es la realidad del resultado.

No acabo de ver cuáles son los objetivos, aunque es cierto que desde el
momento en que la negociación se produce en un contexto de violación
flagrante de la legislación internacional, está claro que el resultado,
cualquiera que sea éste objetivamente, de alguna forma está sesgado ante
la opinión pública y difícil de explicar. Lo reconozco plenamente. Pero,
en términos objetivos, si no hubiese habido ese



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conflicto y esta negociación se hubiese producido en un ambiente sereno,
al margen de ese apresamiento y de ese acto de piratería canadiense
contra el «Estai», el resultado de esta negociación no sería
objetivamente tan desfavorable.

Quiero decir también que respeto plenamente la posición que ha adoptado
Portugal en este conflicto. Si hay que hacer historia, yo diría que los
buques portugueses se alejaron del caladero y, por tanto, aceptaron una
moratoria de hecho en el momento en que estalló el conflicto. El Gobierno
portugués no destacó patrulleras para su defensa. No ha realizado
gestiones diplomáticas para la negociación de este conflicto, no ha
tomado una posición activa en esa negociación. Al final, ha optado por
una posición testimonial. Eso es respetable y yo lo respeto plenamente,
pero desde el punto de vista de la posición internacional del país no me
parece que sea lo más recomendable para España, y lo digo con total
sinceridad. Ni siquiera le ha sido reconocido por sus fuerzas políticas y
sociales en Portugal --lean ustedes la prensa--, que, sin embargo,
elogian la posición que el Gobierno español ha mantenido a lo largo de
todo este conflicto. A veces hay que situarse en las diferentes
perspectivas para realizar una evaluación más ponderada.

Tampoco comparto esas apreciaciones catastrofistas, apocalípticas que se
realizan sobre la flota gallega, a la que este acuerdo ha dado el tiro en
la nuca, como alguien ha tenido la valentía de decir. En primer lugar,
por lo que representan estas capturas del fletán en el conjunto de
nuestras capturas, es una pesca de carácter marginal. Pero quiero decir
también que estos armadores conocían desde hace dos o tres años que esta
pesca del fletán no podía mantenerse en estas condiciones, que esto era
una solución transitoria, que no era posible mantener una pesquería sin
pagar canon y sin regular durante mucho tiempo; una pesquería, además,
sometida a un proceso de intensificación creciente. Y éste, iba a decir
maná, no podía durar indefinidamente, que iba a estar sometido a una
regulación que iba a reducir las posibilidades de pesca para esta especie
en ese caladero. Desde el año pasado sabían que, en el mejor de los
casos, la reducción de las capturas iba a ser superior al 50 por ciento,
al fijar una cuota de captura inferior al 50 por ciento de la que se
había capturado en 1994. Por eso estos armadores empezaron a trabajar con
la Administración sobre la búsqueda de alternativas o complementos a esta
pesquería que permitiesen el mantenimiento de la flota, el mantenimiento
de la industria gallega, adaptándose una vez más, como tantas otras veces
ha hecho la flota española, a los cambios que se producen en la
disponibilidad de los caladeros o en las disponibilidades de las
especies, cambios que se están produciendo todos los años y en la mayoría
de las ocasiones de más intensidad de la que se deriva de la reducción de
las posibilidades del fletán. Todos los años se están produciendo cambios
en los niveles de captura como consecuencia de las informaciones
científicas, cambios en los caladeros como consecuencia de que finalicen
determinados acuerdos de la Unión Europea con terceros países. La flota
española va adaptándose, cambiando de especies y complementando con
otras, haciendo pesquerías mixtas, cambiando de caladeros. Con esas
adaptaciones, la flota española está manteniendo a lo largo de los
últimos quince años un nivel de capturas razonablemente estable. Ha
tenido muchos traumas, como la salida del caladero de Namibia, por poner
sólo un ejemplo. Por supuesto, traumas como la ampliación a las 200
millas que he comentado anteriormente. Sin embargo, la realidad es que
esta flota se ha mantenido con unos niveles de captura razonablemente
estables, porque ha sido capaz de capturar nuevas especies, de
desarrollar un aprovechamiento comercial para nuevas especies, de abrir
nuevas oportunidades de actividad pesquera y, en definitiva, de negocio.

Eso es lo que vamos a seguir haciendo en el futuro. Uno de los ejemplos
de la adaptación que se estaba produciendo, y que no debemos frenar, y me
preocupa que, al final, uno de los mensajes que transmitamos a los
propios armadores no sea un mensaje de mirar hacia el futuro, sino de
añorar el pasado, es precisamente lo que ha sucedido con el «Estai». Yo
ya conocía cuando el «Estai» fue apresado que era su última marea, porque
antes de este conflicto el armador del «Estai» había decidido ya la
exportación del buque para su abanderamiento en una sociedad mixta y su
destino a las islas Malvinas. Y eso no tiene nada que ver con el
conflicto. Esa decisión que ha tomado el armador del «Estai» de adaptarse
a las nuevas circunstancias no tiene nada que ver con este conflicto.

Quizá sí tenga que ver con el hecho de que sabía que tenía que adaptarse
a una pesca que había estado sin regular y que ahora iba a pasar a ser
una pesca regulada.

Hay --lo hemos comentado-- posibilidades de pesca; posibilidades de
complementar, y eso lo saben los armadores, porque he tenido oportunidad
de comentarlo con ellos hace no mucho tiempo; dentro de este conflicto,
he tenido la posibilidad de comentar con los armadores el interés de
desarrollar una pesquería mixta que, al mismo tiempo que vaya al fletán,
vaya al granadero, a la raya o al camarón, lo que permitiría que una
parte, a lo mejor importante, de esta flota pueda seguir en ese caladero
pescando complementariamente otras especies y que, por tanto, ese enfoque
apocalíptico de que se pierden 1.200 puestos de trabajo y 8.000 empleos
en tierra es falso. Ese es nuestro objetivo. El objetivo del Ministerio
no tiene por qué ser defender que hay que seguir pescando 40.000
toneladas de fletán cuando nuestro derecho histórico difícilmente nos iba
a permitir mantener esos niveles de captura cuando la pesca estuviese
regulada, sino mantener la actividad de la flota. Por tanto, no
defendamos tanto un determinado nivel de captura de una especie, sino la
actividad de la flota y de la industria pesquera correspondiente.

También de pasada quería referirme, porque me parece muy preocupante, al
análisis que se está haciendo sobre las consecuencias de la integración
en la Unión Europea. Quisiera hacer algunos comentarios sobre esa visión
catastrofista o derrotista de las consecuencias del ingreso en la Unión
Europea también para el sector agrícola: arrancan nuestras vides, matan
nuestras cepas... (Rumores y protestas.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías! (Continúan los rumores.--El
señor Pascual Monzo pronuncia palabras que no se perciben.)



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El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION: Sí lo ha dicho,
porque lo tengo anotado. El acta lo dirá.

Quiero decir que desde el ingreso de España en la Unión Europea la renta
agraria por ocupado en la agricultura española ha sido la que más ha
crecido de toda la Unión Europea. Si uno compara el período anterior al
ingreso en la Unión Europea con los datos actuales, lo verá. Esa es la
realidad, pero podemos expresarlo en términos de penetración en los
mercados, de ganancia de cuota para muchas de nuestras exportaciones, y
podríamos hablar de muchos sectores, pero quizá la evolución de la renta
agraria es el sector más significativo.

También se dice: Ahora va a negociar usted la reforma del sector del vino
o de las frutas y hortalizas en una posición de debilidad. Miren, este
Ministro ha tenido la oportunidad, en los 11 meses que lleva, de
participar en dos reformas de dos sectores y las dos reformas, la de
forrajes deshidratados y la del azúcar, han sido valoradas positivamente
por todos los sectores afectados. Las dos únicas reformas en cuya
decisión definitiva este Ministro ha tenido oportunidad de participar
demuestran que las decisiones --no los intentos de la Comisión, sino las
decisiones-- a las que se llega en la Unión Europea son favorables para
los intereses de nuestra agricultura. Por tanto, difícilmente se puede
anotar en el debe del Ministro el hecho de que la Unión Europea quiera
arrancar más vides, porque, entre otras cosas, la Unión Europea no ha
podido aprobar una reforma que nos arranque las vides por la posición de
este Ministro. Lo que avala la posición del Gobierno español y de este
Ministro en las reformas del vino y de las frutas y hortalizas son los
resultados conseguidos en las reformas realizadas hasta ahora.

Podría ir más atrás y referirme a las aplicaciones de las penalizaciones
por superación de superficies en la campaña pasada y podría referirme,
por supuesto, a lo que han realizado otros ministros sobre la reforma de
los grandes cultivos o, por supuesto, podría referirme al acuerdo de
diciembre sobre la plena integración de la flota española en la política
pesquera comunitaria, acuerdo sobre el que un interlocutor comunitario,
cuando observaba el comportamiento airado de los británicos, y sobre todo
de los pescadores británicos, ante la defensa que la Unión Europea hacía
de los pescadores españoles, decía: Esta respuesta se debe a querer ganar
por goleada en el acuerdo de diciembre sobre la integración de la flota
española en la política pesquera comunitaria. La realidad es que todo el
mundo conoce cuál fue la reacción del sector pesquero británico e
irlandés ante aquel acuerdo, un acuerdo en el que se exprimió al máximo,
como conocen todos los interlocutores y todos los observadores y testigos
de aquella negociación.

Sobre el tema de Marruecos, se me ha preguntado que cuál es la posición
de la Unión Europea y de España. No voy a repetir lo que ya he tenido
oportunidad de exponer. A nadie se le escapa que lo que he expresado en
mi exposición como posición de la Unión Europea es plenamente compartido
por el Gobierno español, porque es una posición plenamente acordada con
la Unión Europea.

Sobre las redes de enmalle a la deriva, quiero decir que la posición del
Gobierno español debe seguir siendo la de la supresión total de estas
redes, aunque, por razones del informe del Comité científico y por
razones de facilidad en la búsqueda del consenso en el marco de la Unión
Europea, hay que dejar al margen de esa supresión, de acuerdo, repito,
con las recomendaciones del Comité científico, al mar Báltico y al mar de
Escocia --las pescas de salmónidos y de trucha de mar--, pero, en
ausencia de decisión, ya que en estos momentos no es posible --se
encuentra bloqueada en el seno del Consejo con una inmensa mayoría en
contra de la supresión y a favor del mantenimiento de la regulación
actual de dichas mallas--, es necesario reflexionar internamente sobre
si, prolongándose esta situación, debemos mantener la misma prohibición
en el uso de redes de enmalle a la deriva para nuestra flota. Quiero
someter este tema a debate, a consulta con los consejeros de las
comunidades autónomas afectadas y de los sectores profesionales
afectados, ya que es un asunto que genera una gran controversia y una
gran división entre esos sectores. Yo ya he expresado que la posición del
Ministro es una posición abierta a la búsqueda de ese consenso y , por
tanto, no quiero pronunciarme sobre esa decisión hasta no conocer la
posición que desean adoptar los consejeros de las comunidades autónomas y
los representantes del sector pesquero. El señor Fernández de Mesa, que
es gallego, como todo el mundo sabe, me lanza a mí la pregunta sin
expresar cuál es su posición. Me gustaría, en cualquier caso --no es
necesario que sea hoy--, conocer también la opinión de todos los grupos
sobre este tema porque yo creo que, efectivamente, aunque no bajemos la
guardia en el objetivo de la supresión de las redes se malla a la deriva,
yo creo que debemos reflexionar seriamente si podemos mantener una
discriminación en cuanto a los instrumentos de los que puede disponer
esta flota para competir en la costera del bonito con otras flotas.

Quiero decirle a la señora Rivadulla, aunque yo creo que he respondido a
la mayor parte de sus planteamientos, que no es inevitable repetir
miméticamente los argumentos de los armadores, que yo creo que no debe
ser un objetivo irrenunciable de la reorientación que se realiza en la
flota el que se mantenga plenamente el abanderamiento de todos los buques
--el armador del Estaí ya lo había decidido anteriormente--; me parece
más importante el hecho de que se mantenga la actividad de toda la flota
y que se mantenga, en la medida de lo posible --si es posible de todo--,
el desembarco de esas capturas en los puertos españoles, en particular en
el puerto de Vigo, que es el puerto a que se destina, al que se dirige
esa flota. Ese es el objetivo y no tanto la bandera o el pabellón. Si es
necesario, para aprovechar al máximo las disponibilidades que ofrece el
Acuerdo argentino, realizar una sociedad mixta, una agrupación temporal,
con un 15 por ciento para un socio argentino, hágase. El que el buque o
varios buques puedan capturar varios miles de toneladas para descargarlos
en el puerto de Vigo, me parece que es lo más importante; es ahí hacia
donde dirigimos nuestros objetivos, hacia el mantenimiento pleno de la
actividad de la flota y el mantenimiento de la industria pesquera en el
puerto de Vigo, en Galicia en general y en el resto de España.




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Se me ha criticado al mismo tiempo en algunas de las intervenciones por
haber dicho, a lo largo de la negociación, que una parte de la flota
tendría que destinarse a otros caladeros, diciendo que eso era ya
anticipar un resultado por debajo del potencialmente posible, y al mismo
tiempo se me ha criticado por el hecho de que hayamos puesto objetivos
muy ambiciosos respecto de lo que al final se ha conseguido. Hay una
contradicción clara en esto. Por supuesto, que cuando uno está en una
negociación tiene que plantear, defender y considerar innegociables
objetivos ambiciosos (eso forma parte de cualquier estrategia de
negociación), pero, al mismo tiempo, quiero decir que era inevitable, que
era evidente desde el mes de septiembre del año pasado que no se iba a
poder mantener la actividad en la pesca del fletán de toda esa flota
durante toda la campaña, y que por tanto iba a ser necesario completar
esa actividad con otras pesquerías o con otros caladeros. Yo estoy
convencido y para ello voy a trabajar muy firmemente porque considero que
esto es lo auténticamente positivo para nuestro sector pesquero, de que
es posible mantener la actividad de esa flota y mantener la actividad
plena de esa industria pesquera. También estoy convencido de que el
acuerdo al que se ha llegado, en lo que se refiere a los principios de
pesca respecto de las 200 millas, respecto a la multilateralidad y no
reserva para ningún país, mucho menos para el Estado costero de ninguna
zona de pesca en aguas internacionales, son principios por los que
merecía la pena luchar y trabajar en esta negociación, que ha amparado un
proceso que podría haber evolucionado como el que se produjo a mediados
de los años 1970 y que condujo a nuestra flota, como todos ustedes saben,
a una traumática ampliación de la zona económica exclusiva de los estados
costeros hasta las 200 millas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro. (El señor Fernández
de Mesa Díaz del Río pide la Palabra.)
Tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Dos cosas. La primera, un turno
de réplica, porque ha habido tres comparecencias.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, le doy dos minutos
solamente dado lo avanzado de la hora.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: En medio minuto quiero dar las
gracias a los grupos que expresamente han manifestado su solidaridad con
un compañero de la Cámara, que se da la circunstancia que es el
Presidente del Grupo Parlamentario Popular, José María Aznar, y
transmitir el rechazo más enérgico a estos actos terroristas de violencia
y nuestra solidaridad con todos los que han sufrido la lacra del
terrorismo en el día de hoy en Madrid.

Muy brevemente, señor Ministro, he de decirle que habrá intervenciones
apasionadas y vehementes, no lo dudo ni desde luego voy a pedir excusas
por ser así, pero no es lo mismo que un gallego hable así que el que un
señor de Cáceres hable así. Yo lo comprendo, señor Roncero, es decir, las
vehemencias y apasionamientos se viven en la zona de donde uno es.

Lamento que hoy no esté aquí el señor Moragues; probablemente no está no
porque esté enfermo ni por ninguna otra cuestión sino porque realmente no
hay forma de defender este acuerdo. De manera que comprendo que he sido a
lo mejor excesivamente vehemente, pero es mi forma de expresarme, y yo
comparto con la gente gallega lo que están sufriendo en estos momentos.

Por tanto, no me avergüenzo en modo alguno de ser apasionado ni vehemente
en defender en este caso concreto los intereses de los pescadores.

Señor Ministro, el Grupo Parlamentario Popular se ha cansado de apoyar a
este Gobierno, es decir, nosotros no hemos estado en contra de él en modo
alguno; lo que pasa es que si también quieren que le digamos que estamos
totalmente de acuerdo con lo último firmado, eso no lo van a conseguir.

Usted decía, señor Roncero, que el ciudadano piensa en la realidad
política. Mire usted, el ciudadano está cansado de la realidad política,
y eso dicen las encuestas del CIS; lo que hará fata para que el ciudadano
pueda empezar a creer en la política que llevamos a cabo en esta Cámara
es que se cumplan los acuerdos del Parlamento, que no se están
cumpliendo, y uno de ellos es éste. Efectivamente, señor Ministro, usted
lo ha defendido, pero es que no le quedaba más remedio que defender ese
tema.

Entonces, yo me pregunto, ¿por qué en el seno de la Unión Europea, el
Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea aprueba una cuota
autónoma de 18.630 toneladas, y, a los dos días, sin que se vuelva a
reunir ese Consejo de Ministros, ese acuerdo es papel mojado? Pero,
¿quién va a creer en las instituciones si ningún acuerdo, ni del
Parlamento, ni del Consejo de Ministros, ni del Consejo de Ministros de
Pesca de la Unión Europea se mantiene en pie? Es que yo creo que para dar
credibilidad a las instituciones hay que empezar a cumplir los acuerdos
que se hacen.

Aquí hay más de 27.000 toneladas, y el Partido Popular apoyó y asumió que
con esas 27.000 toneladas algo había que hacer. Yo no he leído mal el
acuerdo, señor Ministro, yo no sé si me ha entendido mal, es que hay un
documento interno de su Ministerio que dice, textualmente, señor
Ministro: «Sorprendentemente, Canadá logró sacar adelante su propuesta de
27.000 toneladas el 23 de septiembre en Halifax, con la abstención del
representante comunitario.» Pero, bueno, ¿cómo me dice usted a mí que yo
me invento un tema, señor Ministro? Después, usted dirá lo que quiera,
pero ese mismo documento interno del Ministerio de Agricultura dice: «El
reparto aprobado, a propuesta de Canadá» (nos estamos refiriendo ya a
Bruselas en el mes de enero y febrero de este año)... «50 por ciento para
Canadá como Estado ribereño, ponderación de las cantidades pescadas en
los diez anteriores años, exceptuando los últimos tres...» Y el resultado
de la votación de esta increíble propuesta ha sido: a favor, seis
(Canadá, Cuba, Islandia, Noruega, Rusia y Japón); en contra, cinco
(Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y la Unión Europea). Lo que ya
habíamos pedido, yo no me estoy inventando nada ni estoy mal documentado,
señor Ministro. ¿Es que no le llegan los



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papeles a usted? Yo creo que sí, porque, después, circulan por todos los
lados. De manera que nosotros no nos inventamos nada, señor Ministro.

Yo lo que quiero decirle es que falta de solidaridad de la Unión Europea,
el Partido Popular no lo ha mencionado jamás. Aquí, si alguien ha hablado
de falta de solidaridad ha sido usted, ha sido el Ministro Solana, y ha
sido el Grupo Parlamentario Socialista hablando de los británicos. El
Grupo Parlamentario Popular ha dicho en reiteradas ocasiones --se lo
acabo de decir aquí esta tarde-- que el Gobierno no puede despejar
permanentemente los problemas de nuestra Nación hacia la Unión Europea.

Lo acabo de decir aquí esta tarde. Yo no sé si lo recuerda pero yo se lo
he dicho; es decir, nosotros formamos parte de la Unión Europea, y
afortunadamente que formamos parte de ella, y en el seno de la Unión
Europea este Gobierno tiene que asumir su responsabilidad, y su
responsabilidad en relaciones bilaterales, como hacen el resto de los
países, es conseguir las condiciones más ventajosas para cada uno de los
sectores que tenemos en España, y a usted en este caso concreto le
compete conseguir las mejores condiciones para el sector pesquero
español, y permítame subjetivamente que le diga que al Grupo
Parlamentario Popular no le gustan las condiciones que ustedes han
obtenido en el último acuerdo pesquero, y creo que coinciden bastantes
fuerzas políticas en la Cámara --por lo que he oído aquí esta tarde, la
totalidad-- y bastantes sectores sociales de España --incluidos los de
Cáceres o los de Cuenca-- en que el acuerdo pesquero ha sido malo. De
manera que no nos pongamos la venda delante de los ojos. Si alguien ha
criticado la falta de solidaridad española ha sido su Gobierno, no el
Grupo Parlamentario Popular, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Termino, señor Presidente. Lo
que pasa es que eran tres comparecencias. Yo no sé si ha habido un
acuerdo de la Mesa para meter las tres en una sola, porque podríamos
haber estado aquí hasta las dos de la noche discutiendo.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, sabe perfectamente que es
competencia de la Presidencia el tratar en un solo bloque los temas que
son idénticos.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Perdón, señor Presidente.

Además, agradezco su benevolencia por permitirme intervenir.

Aquí nadie ha vendido el que estemos aislados, nadie. Nosotros no lo
hemos dicho nunca, jamás. Hemos dicho que este Gobierno se ponga a
trabajar sobre todo en su parte correspondiente, en este caso concreto
los Ministerios de Agricultura y de Asuntos Exteriores, para conseguir en
el seno de la Unión Europea las voluntades del resto de los países. Nadie
ha dicho que no nos apoyen, nadie. Simplemente son ustedes los que dicen
que no consiguen los apoyos de la Unión Europea. Y no es lo que yo leo en
los periódicos. Es lo que les oigo a usted y al Ministro de Asuntos
Exteriores en la radio. Y respecto de los británicos incluso dicen:
Oigan, que los británicos son conservadores. A mí me ha llegado a decir
un líder socialista: ¿han hablado ustedes con los conservadores
británicos? Pero si a mí no me compete. ¿A mí qué me importa lo que hagan
los conservadores británicos? A mí lo que me importa es defender los
intereses de España. Y ojalá los españoles hubiéramos defendido los
intereses de España como los británicos han defendido los suyos, con el
Gobierno británico. Pero no establezcamos la comparación de manera
diferente.

Y no me diga usted que hablamos --decía usted textualmente-- como
catastrofistas, con frases apocalípticas. Mire usted, esas frases que
dice usted que no se corresponden con la realidad de parados, de barcos
que..., no las digo yo, las dice el Alcalde de Vigo, que es del partido
Socialista; lo ha dicho el Ayuntamiento de Vigo, que es de color
socialista, y lo ha dicho el Parlamento autonómico gallego por
unanimidad, incluido el Grupo Parlamentario Socialista, señor Ministro.

Esas frases apocalípticas, esas cifras apocalípticas, no las dicen el
señor Fernández de Mesa ni el Grupo Parlamentario Popular, las dicen
todos los partidos políticos en Galicia, señor Ministro, absolutamente
todos.

Nadie ha mencionado la posición de Portugal; aquí nadie habría mencionado
a Portugal si el señor Presidente del Gobierno no nos hubiera puesto de
ejemplo que Portugal veía en España la panacea de la defensa de los
intereses españoles, cuando al final hemos visto que la postura de
dignidad que ha mantenido Portugal le da opción a, si quiere, poder pedir
en cualquier momento la rectificación de ese Acuerdo de Halifax. Y ya me
contará usted cómo el Gobierno español, después de haber ratificado el
Acuerdo de Halifax y de haber ratificado el Convenio Canadá-Unión
Europea, puede plantear ahora, antes de mayo, ante el Consejo de NAFO la
rectificación de ese acuerdo. Ustedes no están capacitados para ello
porque ha votado a su favor en el Coreper el Embajador español y lo ha
ratificado el Gobierno español. No están capacitados para ello. Portugal
sí, porque Portugal ha votado en contra de ese Acuerdo. ¡Señor Ministro,
aquí nadie ha hablado de Portugal graciosamente; ha sido el señor
Presidente del Gobierno el que lo ha mencionado! Por tanto, tampoco se
puede verter sobre la opción cualquier tipo de acusación en este tema.

Y termino, señor Presidente. Termino diciéndole que en cuanto a lo del
«Estai» no me parece acertado que usted diga que ésta iba a ser su última
marea. ¿Y qué?, sigue siendo español, si se hubiera hundido ya no había
más marea. De manera que me parece un golpe bajo mencionar ahora aquí que
el «Estai» iba a tener su última manera. Pues sería la última.

Yo le pregunto, señor Ministro, si es posible que usted en este momento
reciba al sector que está ahí fuera y le cuente todo lo que nos ha
contado aquí ahora. Se lo pregunto a usted. Y también le quiero decir,
señor Ministro, por último, que si ustedes sabían, como acaba de decir
aquí, desde hace dos años que esto no iba a durar eternamente y que hay
que entonar el «mea culpa», yo entono todos los «mea culpa» que haga
falta, pero ustedes gobiernan



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y nosotros no. Ustedes son los que tienen que tomar decisiones y nosotros
no. Y así y todo, le voy a decir que mucho ojo con Marruecos y le voy a
decir que el Partido Popular, de momento, tiene una respuesta para lo que
usted ha dicho de la costera del bonito. Usted dice --como si fuera
gallego--: Me pregunta que qué voy a hacer ¿y usted qué me dice? Pues yo
se lo digo: El Partido Popular quiere que la flota pesquera española
pesque en las mismas condiciones que el resto de los países de la Unión
Europea. Nada más. (Varios señores Diputados piden la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Ruego a todos los portavoces, y se lo he indicado en
otras ocasiones, que no provoquen el arrepentimiento de la Presidencia de
abrir estos turnos y en este sentido les ruego a todos que se atengan a
los tiempos establecidos, que son excepcionales.

Tiene la palabra la señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA. Solamente para responder al señor Ministro en
relación a la alusión al mimetismo de nuestro Grupo sobre las propuestas
de los armadores. Quiero dejar constancia aquí de que la postura de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya está reflejada en los «Diario de
Sesiones» en las distintas intervenciones que el compañero que
habitualmente lleva los temas de pesca, Jerónimo Andeu, ha venido
desarrollando en las Comisiones de Agricultura, Pesca y Alimentación y en
el Pleno, la última en la interpelación urgente que nuestro Grupo realizó
el día 5 de abril, cuya moción consecuente está en el Registro de la
Cámara. Ahí figura la posición de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya antes de que hubiese llegado cualquier propuesta de los
armadores. De cualquier manera no nos importa, al contrario nos complace,
coincidir con las reivindicaciones del cuerpo social, en este caso de
unos armadores que han demostrado una gran capacidad de readaptación y un
gran sentido empresarial, no al corto sino al largo plazo, así como
coincidir con las reivindicaciones de los sindicatos de clase, que
también han hecho saber su total desaprobación de este acuerdo.

De cualquier manera, si nosotros hemos sido críticos aquí, recuerde,
señor Atienza, que el Parlamento Europeo fue extraordinariamente crítico
con la Comisaria de Pesca y con la Comisión Europea. Fue
extraordinariamente crítico en la resolución por la postura que había
adoptado la Unión Europea en el reparto del TAC por el cual se
establecían las 27.000 toneladas. Eso consta y hay una Resolución del
Parlamento Europeo que está ahí.

Usted dice que Canadá no se ha salido con la suya y yo le continúo
diciendo que sí. La Ley de 12 de mayo de 1994 está vigente en Canadá y lo
único que han hecho ha sido derogar el Reglamento. Por otra parte, dice
que tenían como objetivo echar a la flota y que no lo han conseguido.

Pues sí, señor Ministro, a gran parte de la flota; porque si resulta que
de 40.000 hemos pasado a 11.000 toneladas, de los 38 barcos es matemático
que podrán faenar en el fletán ocho. Por tanto el objetivo de dejar fuera
a la flota española en este campo lo han conseguido en gran medida.

En cuanto a lo que usted dice de términos objetivos, los datos reales
--en términos objetivos-- son que Canadá multiplica por tres y que la
Unión Europea reduce a una quinta parte. Esos son los datos objetivos,
señor Ministro.

En cuanto a algunas alusiones que ha habido en relación a que también en
Izquierda Unida estaríamos en una actitud aislacionista, en absoluto. Lo
que siempre hemos mantenido en Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya
es que en la Unión Europea todos los socios somos iguales, con igualdad
de derechos e igualdad de deberes. Y usted ha dicho que las reformas que
ha negociado han salido bien: sector del azúcar y forraje de secados. Ya
veremos qué pasará, señor Ministro --y yo espero que salga muy bien--,
cuando tengamos que reformar los productos que no son continentales sino
meridionales y que afectan a los países de la Europa del sur. Vamos a ver
cómo se comporta financieramente la Unión Europea, cómo reparte esa parte
del Feoga-garantía y cómo se comunitarizan los esfuerzos de la Unión
Europea



El señor PRESIDENTE: Concluya, señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA: Acabo ya, señor Presidente. Acabo diciendo lo
siguiente: nosotros no crispamos a los sectores. Son los sectores los que
están crispados, nos transmiten sus preocupaciones y nuestro deber, como
parlamentarios y representantes de la soberanía popular, es plantearlos
en el Congreso y procurar que esas propuestas, siendo razonables, salgan
adelante.

Por otra parte, señor Ministro, hoy se ha demostrado clarísimamente: las
asociaciones de armadores, los sindicatos de clase, el Consejo Económico
y Social de Vigo, la totalidad de las fuerzas políticas representadas en
el Parlamento --y hoy se acaba de ver--, todas, a excepción del Grupo
Socialista, rechazan y reprueban el acuerdo que usted magnifica y dice
que ha salido tan bien. (El señor Gatzagaetxebarría pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Para qué pide la palabra, señor Gatzagaetxebarría?



El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Para hacer una matización a una
alusión que ha hecho el señor Ministro a este Grupo.




El señor PRESIDENTE: Tiene medio minuto.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Gracias, señor Presidente, por la
flexibilidad que caracteriza la dirección de estos debates por parte de
la Presidencia.

Quería unirme a la intervención de otros portavoces destacando nuestra
solidaridad con el Grupo Popular respecto al atentado que ha sufrido hoy
don José María Aznar y, primordialmente, respecto a la amenaza que hace
pesar sobre todos los políticos el execrable comunicado de la banda
terrorista ETA, hecho público el sábado pasado, manifestando que todos
los políticos que se dedican profesionalmente a la vida pública están en
su punto de mira, lo



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que, en definitiva nos pone a todos en ese peligro y en ese riesgo. Por
tanto, en este momento, el Grupo Parlamentario Vasco se une al resto de
los grupos manifestando su solidaridad y su compañerismo a un Diputado
que es miembro de esta Cámara y que es Presidente del partido mayoritario
de la oposición.

Señor Presidente, querría referirme también a una interpelación que ha
hecho el señor Ministro al resto de los grupos de la Cámara cuando ha
dicho que quiere conocer la opinión de los grupos parlamentarios respecto
a sus posiciones en cuanto a las redes de malla a la deriva. Voy a ser
claro, señor Ministro; nuestro Grupo Parlamentario es firme defensor de
la prohibición definitiva, y en este sentido --y usted lo sabe-- ha
recibido el apoyo constante de este Grupo Parlamentario a la hora de
mantener la firmeza en el ámbito de los Consejos de Ministros de Pesca,
en aras a alcanzar la prohibición definitiva. Sabemos que puede haber
dificultades pero tenemos que ser, en la medida de lo posible,
pragmáticos. Si alcanzamos un acuerdo de prohibición gradual para el año
1998, mediante la reducción progresiva de la flota volantera francesa,
creemos que será un acuerdo dentro de lo posible, por lo que en este
punto va a tener nuestro apoyo.

En segundo lugar, quiero referirme también, señor Ministro, a la
interpelación que le he hecho, y que usted ha eludido nuevamente, sobre
las medidas sociales respecto al sector pesquero español y el
cumplimiento de las resoluciones parlamentarias que esta Cámara ha
aprobado; me gustaría conocer su opinión.

En cuanto al tema del acuerdo pesquero, evidentemente tenemos una
discrepancia, que es que todo el problema deriva del establecimiento del
TAC en septiembre de 1994 y, a renglón seguido, me mantengo en todas las
valoraciones que he efectuado, señor Ministro, porque los problemas se
derivan de esa falta de solidaridad política con España. Yo en eso
discrepo profundamente con usted, porque cuando usted decía que no había
falta de solidaridad, yo tengo que decir que sí la hay, señor Ministro, y
se demuestra en que el 5 de abril la Unión Europea adopta un acuerdo
político importante de fijación de una cuota autónoma y al cabo de 15
días se revoca ese acuerdo político.

¿Solución? Desde el Grupo Parlamentario Vasco creemos que se tenía que
haber mantenido la firmeza --usted lo ha hecho en la medida de lo
posible-- por parte de la Unión Europea, manteniendo la cuota autónoma, y
ya se vería lo que pasaría en septiembre de 1995, a la hora de fijar el
TAC, y en la posterior distribución, en enero de 1996, del TAC y de la
cuota en aguas de la NAFO. Por tanto, la Unión Europea tenía que haber
mantenido esa posición de firmeza que, a nuestro juicio, no ha mantenido.

Por ello, consideramos que ha habido una falta de solidaridad por parte
de los países.

Termino, señor Presidente, y gracias por su flexibilidad, manifestando
que en el contexto del acuerdo alcanzado ¿sabe lo que hay? Me remito al
acta de la Comisión del año 1992. Un gesto para normalizar relaciones
políticas. ¿Sabe lo que estaba en juego al día de ayer por parte de la
Unión Europea? Tres cuestiones. En primer lugar, había que impulsar,
concluir y firmar con rapidez --y lo dice la Comisión Europea, tengo aquí
el documento-- el acuerdo de cooperación científica y técnica
Canadá-Unión Europea; segundo, el acuerdo de enseñanza superior y
formación profesional, que estaba suspendido y pendiente de ratificación;
y tercero, y lo que es más importante y subyace en todo este conflicto
--y se lo he dicho anteriormente--, el conflicto Norte-Sur, normalizar y
continuar las discusiones sobre las repercusiones comerciales de la
ampliación de la Unión Europea con Canadá. Este es el trasfondo del tema,
y por ello entendemos, señor Ministro, que ha habido insolidaridad,
porque han defendido sus intereses comerciales, sus intereses económicos,
y no los intereses pesqueros europeos representados por España y
Portugal.




El señor PRESIDENTE: Medio minuto, señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Muy brevemente, en el furgón de cola, como
casi siempre.

Simplemente decir al señor Ministro que los argumentos que hoy ha
utilizado ya no es que no nos hayan convencido a la mayoría de los que
estamos aquí, sino que tampoco han convencido a la mayoría de ciudadanos
que han seguido con preocupación el acuerdo que finalmente se ha firmado.

Creo que sus argumentos no les han convencido y seguirán pensando, en una
mayoría aplastante, que ese acuerdo es nefasto y negativo par los
intereses españoles.

Usted ha sacado el debate del mar y lo ha llevado, por unas
intervenciones de la portavoz de Izquierda Unida y la mía propia, al
terreno de la tierra, a suelo firme. Nosotros no hemos utilizado ese
argumento para criticarle nada, sino simplemente decirle que este mal
acuerdo que usted ha firmado nos tiene que avisar de lo que nos puede
venir y de lo que puede ocurrir si usted no cumple ese requisito que yo
le he pedido y que le pide la sociedad española, que es firmeza. Usted ha
hecho unas cosas, hasta el día de hoy, criticables, y han sido criticadas
por muchos, creo que por todos, excepto por su Grupo Parlamentario. Lo
que le pedimos ahora es firmeza en la reforma de la OCM de las frutas y
hortalizas, del vino, del acuerdo pesquero con Marruecos, en los posibles
conflictos que va a haber --desgraciadamente los va a haber-- con Francia
por otros temas pesqueros. Por tanto, le vuelvo a repetir esa única
palabra, firmeza, que es la que quiero que usted cumpla para que yo pueda
estar a su lado apoyándole, como lo he estado hasta el día de hoy. Hoy no
le he apoyado porque ha abandonado ese primer postulado que es: firmeza
en la defensa de los intereses españoles. Si usted no defiende con
firmeza, con decisión y con fuerza los intereses españoles, usted se va a
quedar solo, usted se va a enfrentar a todos los ciudadanos del Estado
español, pero va a hipotecar el futuro de la agricultura, de la pesca y
la ganadería española.




El señor PRESIDENTE: El señor Roncero tiene la palabra.




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El señor RONCERO RODRIGUEZ: Solamente por las alusiones del señor
Fernández de Mesa y alguna matización muy breve.

El señor Moragues no se encuentra aquí porque está de viaje en el
extranjero; si no, él hubiera defendido la posición del Grupo Socialista,
como es habitual en los temas de pesca. De eso no le quepa la menor duda.

Vuelvo a pedir una reflexión colectiva en ese sentido que decía antes de
la realidad, de lo posible. ¿Qué hubiera sido lo posible con esa firmeza
que ustedes dicen y todos repiten: la firmeza negociadora, la firmeza de
las posiciones? ¿Dónde llegamos? Lo he comentado antes en plan medio de
broma. ¿Nos alistamos todos? ¿Nos vamos todos a Terranova? ¿Nos salimos
de la OTAN? ¿Nos salimos de la Unión Europea? ¿Qué hubiera sido de
nosotros solos, como el Ministro decía? ¿Qué hubiera sido de nosotros, un
país aislado hoy, sin pertenecer a la Unión Europea, en ese caladero?
¿Qué situación hubiéramos tenido? Hemos recordado los casos de Gran
Bretaña e Islandia, con mucha parafernalia de fragatas y de navíos de
guerra, etcétera, y al final fuera del caladero. Repito el dicho popular,
de sentido común, de que un mal acuerdo --para nosotros no es tan malo,
es un acuerdo dentro de lo posible-- es mejor que un buen pleito.

En cuanto a que una persona de Cáceres pueda hablar de estos temas, el
sentido común me permite hablar de los problemas de España, de Galicia y
de cualquier lugar de nuestro país. Creo que, desde el alejamiento
geográfico de los problemas, mantener la calma es quizá más posible que
estando en el corazón del conflicto, que a veces impide ver esa realidad
con perspectiva.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Muy brevemente, porque creo que al final se reiteran la posiciones que ha
sostenido cada uno a lo largo de este debate.

Quería aclarar que el acuerdo que yo mismo insté en el Consejo de
Ministros de aprobación de la cuota autónoma --siempre lo manifesté, lo
manifesté a la salida de ese mismo Consejo de Ministros-- era un acuerdo
que fijaba la posición negociadora de la Unión Europea y su decisión de
respetar ese límite de capturas en ausencia de acuerdo, pero manifestando
al mismo tiempo la voluntad de llegar a un acuerdo no solamente sobre los
niveles de captura para 1995, sino también de forma consensuada sobre la
distribución de los totales admisibles de captura para 1996 y siguientes.

Por tanto, no hay ninguna contradicción en el hecho de que el Consejo de
Ministros de Pesca aprobase una cuota autónoma de 18.600 toneladas y que
luego, como consecuencia de una negociación con Canadá para proponer al
Consejo de NAFO, se decida una cuota diferente, porque precisamente el
mensaje que quería mandar la Unión Europea con aquella decisión era: ésta
es mi posición de partida, y no la que se me asignó en el acuerdo de NAFO
para esta negociación, y ésta va a ser mi cuota de captura si no
conseguimos llegar a un acuerdo. No hay, por tanto, ninguna
contradicción.

Sobre ese acta que me saca de la reunión de septiembre, o ese comentario
interno del Ministerio de Agricultura sobre la reunión de septiembre, no
voy a entrar ahora, pero el acta hará justicia a lo que usted ha dicho y
a lo que yo he dicho sobre si ha confundido una reunión con otra, que
efectivamente la ha confundido. La reunión de septiembre fue una reunión
en la que todas las partes contratantes estuvieron de acuerdo con las
27.000 toneladas, excepto la Unión Europea, que se abstuvo en aquella
decisión; fue en la decisión de febrero sobre la distribución de esas
27.000 toneladas cuando se produjo esa división de 6 a 5 y 2
abstenciones.

Sobre la falta de solidaridad no me voy a extender. Podemos entrar a
discutir sobre las declaraciones que han hecho unos y otros; sobre la
solidaridad británica o de la Unión Europea sí que hemos hablado. El
Gobierno ha dicho que el Reino Unido ha roto la solidaridad, sin ninguna
duda; es que a ustedes parece que les preocupa que digamos que el Reino
Unido ha roto la solidaridad (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río: En
absoluto.), yo no sé si por los estrechos lazos políticos que mantienen
con el Gobierno del Reino Unido (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río:
En absoluto.), pero parece que les preocupa. A lo mejor también podían
haber echado una mano. No le extrañe tanto que algún responsable político
del Partido Socialista y del Gobierno les haya echado en cara que no
hayan ustedes echado una mano con sus socios políticos del partido
conservador del Reino Unido (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río: ¿Lo
han pedido?) A lo mejor podían haberlo hecho. Sí lo han pedido. (El señor
Roncero Rodríguez: «Motu proprio.»)



El señor PRESIDENTE: Señorías, ruego silencio, por favor.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Sí lo han pedido. Se lo dijo el portavoz del Gobierno en la rueda de
prensa a la salida del Consejo de Ministros. Dijo: a lo mejor podían
ustedes echar una mano y utilizar su influencia con el Gobierno
conservador inglés. A lo mejor podían haber mandado una carta, no lo sé.

«A posteriori» parece que sí se ha mandado.

Sobre si está haciendo declaraciones catastróficas, apocalípticas, de
nuevo están las actas de las sesiones. Yo creo que ha hecho usted cantos
al desmantelamiento de la flota pesquera que estábamos realizando, a la
ruina que estábamos llevando a la flota pesquera. Lo ha dicho usted
cantidad de veces, montones de veces. Lo que pasa es que la realidad no
le permite confirmar esos datos, son sólo declaraciones, declaraciones y
declaraciones. Sin embargo, las cuotas de captura están estables e
incluso aumentan en estos últimos años. Nuestra balanza comercial
pesquera no solamente se encuentra estable, sino que mejora. Es decir, el
año 1992 estuvo en el 28 por ciento, en 1993 creo que fue el 32, y en
1994 creo que ha sido el 35 por ciento, sin contar el hecho de que una
parte de nuestras importaciones proviene de esas empresas mixtas que se
han constituido para abanderar buques españoles con pabellón de otro país
y poder tener acceso a recursos de otros países.




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Sobre si la posición de Portugal le permite solicitar una rectificación
en NAFO, Portugal no es parte contratante en NAFO, por tanto la
rectificación la tendría que pedir la Unión Europea y no Portugal, y la
Unión Europea ha expresado, digamos que muy mayoritariamente, su posición
sobre este conflicto.

En cuanto al tema del «Estai», sí quería manifestar algo, porque yo no he
dicho lo del «Estai» para reducir o dudar de su españolidad por el hecho
de que fuese la última marea en el momento que fue apresado. Es más, yo
lo conocía desde antes, pero ni yo, ni nadie de la Administración
pesquera, en ningún momento lo ha transmitido cuando el «Estai» fue
apresado, y a lo largo de todo este conflicto ha dicho ni una sola
palabra sobre el hecho de que el «Estai» estaba pescando su última marea,
que estaba destinado a formar parte de una empresa mixta y, por tanto,
ser exportado para trabajar en el futuro con pabellón del Reino Unido. Ha
sido solamente cuando el armador ha hecho pública su decisión cuando yo
le digo: ésta es una de las decisiones de adaptación de nuestra flota que
se están produciendo permanentemente, para poder mantener su actividad y
el acceso a determinados caladeros. Por tanto, no es ningún golpe bajo,
es solamente el comentario a una decisión soberana del armador que ha
hecho pública y a la que yo he aportado mi comentario sin más, pero en
absoluto para reducir su españolidad; por tanto, el compromiso del
Gobierno español en su defensa, como hemos realizado a lo largo de este
conflicto y que se ha traducido en la retirada de los cargos y en la
devolución de las fianzas y el pago por el pescado. Además, como ustedes
saben, el Gobierno español no va a retirar su demanda ante el Tribunal de
Justicia, con el fin de solicitar las reparaciones correspondientes.

Sobre la petición de recibir a los armadores, lamento decirle que mi
agenda no la decide S. S. Me he reunido con esos armadores hace muy pocos
días. Hoy se ha mantenido una reunión con los responsables de la
Secretaría General de Pesca para lo más importante, para hablar de
alternativas de futuro para el mantenimiento de la actividad;
alternativas de futuro a corto plazo, no solamente de futuro a largo
plazo, sino de futuro inmediato, y yo creo que lo más importante ahora es
que, a nivel técnico, trabajen en esas alternativas, con el fin de que
los buques puedan estar en puerto el más corto espacio de tiempo posible,
que yo espero sea muy corto, y que puedan ser despachados para la
actividad en los próximos días.

En cuanto al tema de las redes de enmalle a la deriva, tomo nota de las
posiciones. Entiendo que la del Partido Nacionalista Vasco es una
posición de supresión, pero hasta que se alcance la supresión, no parece
que esté dispuesto a apoyar una autorización transitoria del uso de redes
de enmalle a la deriva. Vamos a recoger la opinión, institucional
también, de las comunidades autónomas afectadas y de los sectores
pesqueros antes de tomar una posición definitiva que yo no quiero
prejuzgar ahora y que prefiero reservarme hasta recibir todas las
opiniones.

Y sobre el tema de la firmeza o no, quiero decir, ya que en la tarde de
hoy, que nos ha tocado a todos vivir, no me han echado ustedes muchos
piropos, me los voy a echar yo y decir que en las reformas y en las
decisiones pendientes voy a mantener la misma firmeza que me ha
caracterizado hasta ahora en las negociaciones en Bruselas y que hasta
aquí ha sido reconocido por prácticamente todos mis interlocutores.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Acabado el orden del día, se levanta la sesión.




Eran las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche.