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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 442, de 06/03/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 442
NO PERMANENTE SOBRE COOPERACION
Y AYUDA AL DESARROLLO
PRESIDENTE: DON LUIS YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA
Sesión núm. 5
celebrada el lunes, 6 de marzo de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias:
--Del señor Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica (Dicenta Ballester), para informar sobre los planes de
cooperación, objetivos y prioridades para 1995. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 212/001347). (Página 13506)
Preguntas:
--Pregunta del señor Hernando Fraile (Grupo Parlamentario Popular), sobre
previsiones acerca de proceder a algún programa bilateral de condonación
de deuda durante 1995. (BOCG serie D, número 187, de 6-2-95. Número de
expediente 181/001245). (Página 13515)
Comparecencias (Continuación):
--De la señora Presidenta de la Agencia Española de Cooperación
Internacional (Ruiz-Tagle Morales), para informar sobre la ejecución de
los proyectos de cooperación. A solicitud del Grupo Parlamentario
Socialista. Número de expediente 212/001349). (Página 13519)



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Preguntas (Continuación):
--Del señor Hernando Fraile (Grupo Parlamentario Popular), sobre razones
para que la condonación de deuda que se hizo a Egipto en el año 1991
procedente de varios créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), se
haya consignado en el Plan Anual de Cooperación Internacional del año
1993. (BOCG serie D, número 187, de 6-2-95. Número de expediente
181/001241). (Página 13532)
--Del mismo señor Diputado, sobre medidas de reestructuración que tiene
previstas por el Ministerio de Asuntos Exteriores para mejorar la
eficacia de la cooperación internacional y la ayuda al desarrollo . (BOCG
serie D, número 187, de 6-2-95. Número de expediente 181/001242). (Página 13532)
--Del mismo señor Diputado, sobre papel que debe cumplir la ayuda
alimentaria dentro de la ayuda oficial al desarrollo. (BOCG serie D,
número 187, de 6-2-95. Número de expediente 181/001243). (Página 13532)
--Del mismo señor Diputado, sobre medidas para incrementar los retornos
de capitales aportados por España a la Unión Europea (UE) para programas
de ayuda alimentaria. (BOCG serie D, número 187, de 6-2-95. Número de
expediente 181/001244). (Página 13532)
--Del mismo señor Diputado, sobre medidas para favorecer los retornos de
las dotaciones obtenidas en los últimos años con cargo al VI y VII Fondo
Europeo al Desarrollo. (BOCG serie D, número 187, de 6-2-95. Número de
expediente 181/001246). (Página 13532)
Solicitud de creación de una Ponencia de estudio sobre la cooperación
norte-sur en el área del Mediterráneo, con el fin de elaborar un informe
relacionado con ese objetivo. (Página 13537)



Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías.

Se abre la sesión de la Comisión no permanente sobre Cooperación y Ayuda
al Desarrollo con dos modificaciones, si así lo acuerda la Comisión, del
orden del día.

La primera es la supresión del número 3, que desaparecería del orden del
día, porque ha habido una rectificación por parte de la Mesa de la
comparecencia del Director de la Casa de América, que pasa a la Comisión
de Asuntos Exteriores y, por tanto, no va a comparecer ante esta
Comisión, en este caso y con este motivo. Más adelante, si hay otras
ocasiones u otros motivos, no se excluye que pueda comparecer también en
esta Comisión.

La otra modificación es la inclusión de un número 10, si están de acuerdo
los señores comisionados, para crear una ponencia de estudio sobre la
cooperación norte-sur en el área del Mediterráneo. En consulta previa a
los portavoces así se ha pensado hacer, y cuando hayamos agotado los
puntos anteriores del orden del día pasaremos a debatir, en su caso, este
último punto, del que ahora estamos en su fase de inclusión en el orden
del día. Si no hay inconveniente, se admiten esas modificaciones.

(Asentimiento.) CELEBRACION DE LAS SIGUIENTES COMPARECENCIAS: -- DE DON
JOSE LUIS DICENTA BALLESTER, SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION
INTERNACIONAL Y PARA IBEROAMERICA, PARA INFORMAR SOBRE LOS PLANES DE
COOPERACION, OBJETIVOS Y PRIORIDADES PARA 1995. A SOLICITUD DEL GRUPO
SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de expediente 212/001347.) El señor
PRESIDENTE: Pasamos a cubrir el orden del día con el punto primero, que
es la comparecencia de don José Luis Dicenta Ballester, Secretario de
Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, para
informar sobre los planes de cooperación, objetivos y prioridades para
1995, a solicitud del Grupo Socialista del Congreso.

¿Quiere el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista intervenir antes
que el compareciente o damos paso a la intervención del señor Secretario
de Estado?



El señor CREMADES SENA: Señor Presidente, pienso que, como ya viene
siendo costumbre, es preferible que se produzca la intervención del
Secretario de Estado y que, a continuación, se siga el curso normal.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Dicenta Ballester,
Secretario de Estado para la Cooperación Internacional, al que damos la
bienvenida a esta Comisión.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): En primer lugar, muchas gracias por
hacerme comparecer hoy aquí para explicar



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e informar sobre los planes de cooperación, objetivos y prioridades para
el año 1995.

Quiero introducir brevemente el tema recordando que ya en el año 1987 se
habían fijado las líneas generales, directrices de la política exterior
española para la cooperación al desarrollo, con las que España se dotaba
de un marco ideológico y político para la cooperación. Un marco
ideológico y político del que se carecía --como SS. SS. bien saben--
hasta ese momento.

Un segundo punto en estos antecedentes fue el posterior ingreso de
España, en diciembre de 1991, en el Comité de Ayuda al Desarrollo de la
OCDE, que implicó, por una parte, la asunción de todo el acervo sobre
cooperación al desarrollo de los países miembros del Comité y, por tanto,
de los países que más cooperación realizaban y que más experiencia tenían
en ese terreno. Por otra parte, supuso también la adaptación de nuestra
cooperación a los lineamientos del CAD, contenidos en los principios para
una ayuda eficaz.

El tercer antecedente sería el informe sobre los objetivos y líneas
generales de la política española de cooperación y ayuda al desarrollo,
que, como SS. SS. saben, se aprobó por esta Cámara en noviembre de 1992,
que actualizaba las líneas del año 1987 y que se ha convertido ya en un
punto de referencia obligado cuando se habla de las orientaciones de la
cooperación española al desarrollo. Entre las ideas esenciales de ese
informe figura la introducción de medidas administrativas que consigan
aportar la máxima eficacia a nuestra cooperación, y el reto fundamental
que recoge ese documento es la mejora de la coordinación entre las
diversas instancias de la Administración que llevan a cabo acciones en el
terreno de la cooperación para que se logre un máximo de unidad de acción
tanto en la formación de políticas como en la toma de decisiones.

Como consecuencia de estos tres puntos que he señalado, se refuerza el
papel de la Comisión Interministerial de Cooperación Internacional, la
CICI, que es la encargada de aprobar las líneas estratégicas de la
cooperación al desarrollo, a las que deben adaptarse los distintos
departamentos y entidades que desarrollen acciones en este ámbito. Por
último, en febrero de 1994 la Comisión Interministerial de Cooperación
Internacional aprueba las líneas generales de la política de cooperación
española para 1995 con el objetivo general de potenciar, dice, la
coordinación entre los distintos ministerios y mejorar la calidad y el
impacto de nuestra ayuda.

Pues bien, todas estas líneas que actualizan las del año 1987, vienen
también a resumir los objetivos y prioridades de nuestra política de
cooperación al desarrollo, política en la que quiero señalar que los
rasgos distintivos que van a ser los característicos de esa cooperación
podrían ser definidos de la siguiente forma: en primer lugar, la
concentración en el desarrollo humano. La cooperación se concentra en
distintas facetas del desarrollo humano, como son las políticas de gasto
social que tengan por objetivo dar un mínimo de oportunidades de
desarrollo a amplias capas de la población (por tanto, la creación de
empleo, la atención primaria a la salud, programas de salud preventiva,
la educación básica, la formación profesional son elementos sustanciales
de estas políticas de gasto social), la de atender a los países más
desfavorecidos y, dentro de ellos, a los núcleos de población más pobres
y más vulnerables, con lo cual de paso se refuerza un tercer objetivo que
sería el de poner en marcha programas específicos de eliminación de
tensiones sociales y de apoyo a los procesos de paz en determinadas zonas
del mundo como pueden ser Oriente Medio, el Magreb, Centroamérica, Africa
Meridional; en cuarto lugar, el apoyo a las políticas que refuercen el
Estado democrático, que extiendan las oportunidades de la población para
disfrutar de las libertades básicas y de los derechos políticos y humanos
y que contribuyan en consecuencia, también, a la modernización de las
instituciones estatales y, en quinto lugar, dentro de este primer
apartado de la concentración en el desarrollo humano, los programas de
ayuda de emergencia directamente realizados o desarrollados a través de
organismos internacionales competentes.

En segundo lugar, se pretende la concentración y especialización
geográfica y sectorial. La concentración en este caso exige plantearse
como regla general no asumir gastos que no vayan a tener un impacto
significativo para determinado sector en un país concreto, que no se
inserten en programas generales, es decir, eliminar flecos, retazos o
programas que no tengan impacto en el desarrollo efectivo del país al que
se destinan esos programas o esas ayudas.

Por tanto, el resultado lógico de este intento debe ser conseguir una
presencia fuerte de nuestra cooperación en los países que nosotros
consideramos como prioritarios con proyectos de envergadura, de una
cierta envergadura al menos, lo cual permitirá dedicar una mayor atención
a la planificación por países en la elección y el diseño de los
proyectos, y también convendrá igualmente concentrarse en aquellos
sectores en los que la presencia de colectivos españoles sea mayor al
objeto de poder incrementar la movilización de los españoles para
contribuir al desarrollo del país beneficiario.

Este punto de la concentración se puede reforzar, y éste sería el tercer
elemento, con una cooperación integral. Esta idea lo que persigue es la
coordinación de flujos públicos y privados para trascender el ámbito de
la mera ayuda e impulsar la multiplicación de contactos directos entre
personas, empresas e instituciones a todos los niveles, para lo cual es
crucial, como se ha dicho varias veces en esta Cámara, integrar al sector
privado en el terreno de la cooperación. En este sentido, consideramos
que es del máximo interés apoyar las iniciativas que puedan producirse en
el terreno del desarrollo industrial o tecnológico.

Un cuarto elemento sería distinguir el tipo de cooperación en función del
nivel de desarrollo de los países receptores. Esto es fundamental, sobre
todo, a los efectos de lograr una cooperación paritaria que ponga énfasis
en los vínculos entre las sociedades a través de la participación de
empresas, de fundaciones, de asociaciones y de universidades, sobre todo
en los países de desarrollo medio, en los que España tiene concentrado un
importante porcentaje de su cooperación.

En quinto término, consideramos esencial la coordinación con otros
donantes, tanto bilaterales como multilaterales,



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especialmente, como es lógico, con la Unión Europea.

En sexto lugar, prestar una atención preferente a la consecución de un
desarrollo sostenible que tenga en cuenta el impacto medioambiental y de
género, los temas de población y los de desarrollo social. Y por último,
eventualmente se integrarán los programas de condonación de la Deuda en
la cooperación al desarrollo, en el convencimiento de que no puede haber
una política eficaz de cooperación hacia un país sin que se dé un
tratamiento adecuado a los problemas que muchos de estos países tienen
planteados precisamente por el tema de la Deuda.

Las líneas generales de la política de cooperación española para 1995
definen cuáles son las prioridades y los objetivos de la cooperación
española, objetivos que, por otra parte, guardan una absoluta consonancia
con los principios que inspiran la Cumbre de desarrollo social y con los
compromisos que pueden resultar de esta Cumbre.

Una vez resumidos estos objetivos y prioridades, me voy a referir a
continuación al contenido básico de los planes de cooperación para este
año 1995, año que va a suponer, evidentemente, un punto de inflexión
significativo en la cooperación al desarrollo española, no sólo porque es
evidente la creciente sensibilización social que este tema provoca sino
también porque de esa sensibilización ha surgido o se ha provocado un
incremento notable de los recursos que las diversas instancias en las que
se vertebra el Estado, tanto la Administración central como la autónoma o
la local, van a destinar a cooperación, incremento que podría situar el
porcentaje de Ayuda Oficial al Desarrollo-producto nacional bruto, en un
valor del 0,35 por ciento, porcentaje que es superior al de la media de
los países miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE que
actualmente está en torno al 0,3 por ciento, habiendo descendido algo
respecto a lo que era la media en el último año conocido.

Por otra parte, el aumento de este volumen de ayuda va a implicar la
posibilidad de conseguir el objetivo, afirmado repetidas veces por el
Gobierno y apoyado siempre por esta Cámara y por el Senado, de ir
aproximando nuestra conducta en el campo de la cooperación a la del resto
de los países industrializados, sobre todo los de aquellos que más
cooperación y de mayor calidad realizan. Sin embargo, la auténtica
dimensión del esfuerzo realizado sólo se obtiene si se mira un poco hacia
atrás y se parte de mínimos casi inexistentes. Hace escasos años, hace
algo más de diez años nuestro país ya alcanzó en 1992 la cifra de más de
155.000 millones de pesetas en concepto de ayuda oficial al desarrollo,
lo cual representaba ya el 0,26 por ciento del producto nacional bruto, y
en 1993, que es el último año respecto al cual se ha efectuado ya el
seguimiento, representó el 0,28 por ciento.

Este salto cuantitativo en el volumen de recursos previsto para este año
1995, al mismo tiempo que refleja, como decía, el hondo calado en la
sociedad española del deber ético de solidaridad con los países menos
favorecidos, que intensifica la exigencia de coordinar los esfuerzos de
los distintos órganos implicados en este ámbito con el objeto de
optimizar el impacto de nuestra ayuda, coloca a la cooperación española
ante la posibilidad de avanzar decisivamente en la consecución de los
objetivos que señalábamos al principio.

Centrándonos en el análisis de los datos de la ayuda, la propuesta de
PACI para este año 1995 fue aprobada por la Comisión Interministerial de
Cooperación Internacional, la CICI, en diciembre de 1994. No obstante,
antes de someter el PACI-94 a la aprobación del Consejo de Ministros, fue
necesario ajustar los datos que se recogían en ese PACI a los datos que
figuran en los Presupuestos Generales del Estado para el año 1995. Es un
proceso de revisión que está prácticamente concluido; faltan los datos de
un Departamento y, debido precisamente a la ausencia de este dato,
todavía no está terminado definitivamente el ajuste de cifras.

De todas maneras, quiero señalar aquí que, según el acuerdo que se
estableció en la CICI, en la Comisión Interministerial de 22 de diciembre
del año pasado, nosotros solicitamos a todos los departamentos
ministeriales que enviaran urgentemente los ajustes de las previsiones a
los créditos presupuestarios reales del año 1995 y, durante los meses de
enero y de febrero, se han ido recibiendo las correcciones de
prácticamente la totalidad de los ministerios. El 28 de febrero pasado se
ha enviado a la Dirección General de Presupuestos, a través de la
Vicesecretaría General Técnica de Asuntos Económicos del Ministerio de
Economía y Hacienda, el informe detallado de la OP, con los ajustes de
cada Departamento y las justificaciones, en su caso, de las desviaciones
observadas entre las previsiones del PACI-95 y las dotaciones
presupuestarias de este ejercicio.

Hecha esta matización y advertido el carácter provisional que en algún
caso pueden tener los datos aquí ofrecidos hasta que culmine este proceso
de ajuste del PACI, el total de los recursos que España va a destinar a
la cooperación al desarrollo durante este ejercicio 1995, desglosado
entre los diversos componentes e integrantes de la ayuda, se reflejará en
los datos que les voy a facilitar con una cierta brevedad, porque serán
objeto de mayor ampliación en cuanto a su distribución y aplicación en la
exposición que, después de ésta, llevará a cabo ante SS. SS. la
Presidenta de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Ese desglose sería básicamente en dos grandes apartados, la cooperación
multilateral, por un lado, y la bilateral por otro. En la cooperación
multilateral, tres grandes apartados: la política comunitaria de
cooperación al desarrollo, es decir, lo que se hace de cooperación en el
ámbito de la Comunidad; lo que se hace a través de los organismos
internacionales financieros, y por último, de los organismos
internacionales no financieros.

En cuanto al primer apartado, política comunitaria de cooperación al
desarrollo, esto se articula básicamente a través de dos instrumentos, el
Fondo Europeo de Desarrollo y el Presupuesto Comunitario Ordinario. El
Fondo Europeo de Desarrollo, como SS. SS. saben, tiene un carácter
extrapresupuestario y canaliza la ayuda de la Unión a los países
signatarios de la Convención de Lomé, los países de Africa, del Caribe y
del Pacífico. La previsión de gastos del FED, Fondo Europeo de
Desarrollo, para toda la



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Comunidad en este año ascenderá a 1.800 mecus, que se van a destinar a
financiar programas correspondientes al séptimo FED. La previsión de 1990
a 1995 es, como saben SS. SS., de 10.940 mecus, a los que habría que
añadir 1.240 mecus de préstamos del Banco Europeo.

En este séptimo FED, España va a participar con un 5,89 por ciento del
total. Es decir, que nosotros vamos a aportar 18.880 millones de pesetas
al FED de 1995, lo cual equivale a 106 millones de ecus y, en el total
del FED 1990-1995, 655 millones de ecus en los cinco años. Esto en cuanto
al FED.

En cuanto al Presupuesto Comunitario Ordinario, la Unión Europea destina
varias partidas de su presupuesto ordinario, fundamentalmente las del
capítulo VII, a financiar programas de cooperación con los países en vías
de desarrollo que no se consideran ACP, es decir los países de América
Latina y Asia, de la cuenca mediterránea, de Europa del Este y los
programas de ayuda alimentaria.

La contribución española al presupuesto comunitario destinada a la
cooperación es de 45.071 millones de pesetas, lo cual representa un 6,34
por ciento del presupuesto comunitario en su conjunto. De esta cifra,
45.000 millones, se considera ayuda oficial al desarrollo 30.063 millones
de pesetas, 182 millones de ecus, dado que los programas destinados a
países europeos no se computan como ayuda oficial al desarrollo, ni
siquiera en el caso de los programas destinados a países de Europa del
Este, porque estos países no están de momento incluidos en la primera
parte de la lista de países receptores del Comité de Ayuda al Desarrollo
de la OCDE, que es la lista relevante a efectos del cómputo de la AOD,
aunque sí están en la de países en transición.

Por tanto, de acuerdo con estos datos, la contribución española global a
la política comunitaria al desarrollo, es decir, lo que damos al FED más
todo lo que damos al presupuesto comunitario, sería de 63.951 millones de
pesetas, de los cuales 48.943 millones son considerados ayuda oficial al
desarrollo.

En cuanto a las organizaciones internacionales financieras, España es
miembro del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y de todos los
grandes bancos regionales de desarrollo, el Banco Interamericano, el
Banco Asiático, el Banco Africano y el Banco Europeo de Reconstrucción y
Desarrollo, de acuerdo con el criterio del CAD, que considera que, si se
trata de suscripciones de capital o de títulos pagaderos a la vista, han
de contabilizarse por el total de esos títulos independientemente del
momento en que se hicieron efectivos. La previsión de la contribución de
España computable como ayuda oficial al desarrollo a estos organismos
financieros para este año 1995 se eleva a 27.000 millones de pesetas,
puesto que van a destinarse al Fondo Africano de Desarrollo, al Fondo
Asiático de Desarrollo, al Banco Interamericano de Desarrollo, a la
Agencia Internacional de Desarrollo --la AID-- y a la Corporación
Financiera Internacional, organismos que, como conocen SS. SS., tienen
como finalidad ayudar a los países en vías de desarrollo.

En tercer lugar, los organismos internacionales no financieros, es decir,
aquellos que tienen por objetivo promover la cooperación internacional en
los ámbitos cultural, técnico, científico, laboral u otros similares;
organismos que son, para citar algunos representativos de este
componente, la Agencia Espacial Europea, el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo --PNUD--, la Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y Agricultura --la FAO-- o la Unicef.

En este tercer sector, los gastos previstos para 1995 como aportación de
España alcanzan los 58.613 millones de pesetas, de los que se consideran
ayuda oficial al desarrollo sólo 6.272 millones. Esto por lo que a la
cooperación multilateral se refiere.

La cooperación bilateral se canaliza a través de tres vías; los créditos
FAD, los programas y proyectos y la cooperación oficial descentralizada.

Los créditos FAD en 1995 alcanzarán un monto global de desembolsos netos
en torno a los 85.000 millones de pesetas. Todos ellos se considerarán
como AOD, ya que los niveles de concesionalidad de estos créditos superan
el límite establecido en el consenso OCDE que regula este tipo de
transacciones con los países en vías de desarrollo.

En cuanto a programas y proyectos, que comprenden todos los relativos a
asistencia técnica, cultural, científica, ayuda alimentaria, ayuda de
emergencia, ayuda de equipamientos, subvenciones y ayudas a las
organizaciones no gubernamentales, que además de los diferentes
departamentos ministeriales cuentan como principal agente gestor,
coordinador y ejecutor con la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, en la mayoría de los casos a través de
la Agencia Española de Cooperación Internacional, la cifra asciende en
total a 43.000 millones de pesetas y sobre la distribución de esta cifra
se referirá también más ampliamente la Presidenta de la Agencia Española
de Cooperación Internacional.

Dentro de este capítulo de programas y proyectos, que es un capítulo de
ayuda bilateral no reembolsable, seguimos concediendo una importancia
especial a los diversos programas de educación, en especial en su
componente de becas, y se valoran también muy especialmente los programas
de subvenciones a las ONG por la línea de buenos resultados que van dando
y porque es crucial para la sensibilización ciudadana en estos temas,
como ha quedado suficientemente demostrado en las movilizaciones
ciudadanas a las que antes he hecho referencia. A este respecto, el
incremento de los fondos para atender a la convocatoria ordinaria de
subvenciones en el año 1995 --convocatoria ordinaria, repito-- es
altamente significativo, ya que supone pasar de los 755 millones de
pesetas disponibles en 1994 a 8.000 millones presupuestados como crédito
ampliable para este ejercicio en la Ley de Presupuestos.

El segundo capítulo de esta cooperación bilateral sería la cooperación
oficial descentralizada, esto es, la que llevan a cabo las comunidades
autónomas y el conjunto de las entidades locales; una cooperación que ha
experimentado un continuo crecimiento desde sus inicios a mediados de la
década de los ochenta; crecimiento que ha impulsado a la Secretaría de
Estado a organizar diversas jornadas de colaboración con los responsables
de las comunidades autónomas a fin de unir esfuerzos y lograr una
continua mejora en



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la eficacia de los programas de cooperación. Se han ensayado ya vías de
colaboración a través de la firma de convenios de colaboración entre la
Agencia Española de Cooperación Internacional y algunas comunidades (las
de Madrid, Andalucía, Asturias, Galicia y Valencia) que prevén no sólo la
financiación conjunta de proyectos sino también el intercambio de
información y el apoyo a estas comunidades en sus acciones de cooperación
por parte de las oficinas técnicas de cooperación.

También considero que es importante afrontar con decisión la
participación de las comunidades autónomas en las comisiones mixtas
bilaterales periódicamente celebradas entre España y el Estado receptor
de la ayuda. En la última jornada de colaboración celebrada, que tuvo
lugar en noviembre del año pasado, los representantes de las comunidades
autónomas pusieron de manifiesto el considerable incremento de los fondos
que éstas van a destinar a la cooperación al desarrollo en el ejercicio
de 1995; incremento que podría llegar a triplicar los recursos empleados
en el año 1994 y alcanzar una cifra que rondaría los 12.000 millones de
pesetas. Esta cifra habla ya por sí sola de la necesidad de seguir
ahondando en las vías de colaboración ya abiertas y en las que podamos
establecer en el futuro. A este respecto la Secretaría de Estado tiene
previsto dar entrada a las comunidades autónomas en el PACI-previsiones
como instrumento idóneo de colaboración que en la actualidad está siendo
reformado para convertirlo en un auténtico instrumento de planificación y
de evaluación de la ayuda oficial al desarrollo, participación que se
sumaría de esta forma a la ya efectivamente realizada en el seguimiento
del PACI.

En resumen, la ayuda oficial al desarrollo española va a sufrir una
aceleración en su crecimiento durante el año 1995 que es preciso
aprovechar. La Secretaría de Estado de Cooperación es plenamente
consciente de la oportunidad histórica que esta circunstancia supone para
afrontar con un empuje renovado los diversos y a veces difíciles retos
que van a presentársenos. La futura promulgación de la ley de cooperación
establecerá el marco jurídico de desenvolvimiento de este sector crucial
de la acción exterior del Estado, que se halla en la actualidad en buena
medida huérfano de regulación legal.

Se trata, en definitiva, de responder eficaz y eficientemente a las
exigencias planteadas por una política de cooperación al desarrollo, que
surgió como consecuencia de la voluntad española, expresada en el mismo
preámbulo de la Constitución, de colaborar en el fortalecimiento de unas
relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de
la Tierra. Eficaz cooperación es un término perfectamente recogido en
nuestra Constitución, porque al hacer cooperación y al diseñar la
cooperación actualmente insistimos mucho en la necesidad de encontrar las
vías de una mayor coordinación, coordinación no solamente de nuestra
cooperación internacional a nivel interno, sino cooperación también en el
área internacional. Sin mecanismos de coordinación eficaces la
cooperación, tanto interna como internacional, puede menguar
sensiblemente en su eficacia y su calidad. Insistimos también en este
punto, en el de la calidad de los programas de la ayuda oficial al
desarrollo para, por una parte, conseguir que el desarrollo acabe siendo
un desarrollo endógeno y, por otra, para no hipotecar a las futuras
generaciones de los países en vías de desarrollo y de los países
subdesarrollados.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo que ha solicitado la
comparecencia, el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Cremades.




El señor CREMADES SENA: En primer lugar mi Grupo quiere agradecer la
información que nos ha dado el Secretario de Estado.

Habíamos pedido esta comparecencia porque en una intervención anterior
del Ministro en esta Comisión el 10 de octubre de 1994 para hablar de las
previsiones del PACI 1995 observábamos una serie de datos, interesantes a
nuestro juicio, y teníamos una cierta inquietud por ver de qué manera,
transcurridos estos meses, se iban a plasmar en la práctica en la
elaboración del PACI 1995, ya que en aquella fecha era algo prematuro
hablar de cosas más concretas. En este sentido agradecemos la información
que en este momento nos da el Secretario de Estado.

Nosotros pensamos que, como bien ha dicho el Secretario de Estado, las
líneas generales de la cooperación española están diseñadas; están
diseñadas tanto en el Senado como en el Congreso. Creemos que el esfuerzo
de adaptación hacia las directrices que marca el Comité de Ayuda al
Desarrollo es un esfuerzo importante, ya que somos un país joven como
país donante y que ha realizado un esfuerzo importante de cooperación en
los últimos años. En este sentido observamos con cierta satisfacción el
hecho de la elaboración del PACI 1995, ya que es difícil elaborar un plan
de estas características --quiero recordar que pocos países son los que
hacen un plan semejante en el entorno de los países del Comité de Ayuda
al Desarrollo, probablemente sólo alguno más como Francia y pocos más-- y
es un esfuerzo que creo que hay que tener muy en consideración, sobre
todo cuando observamos que se están intentando dar pasos agigantados
recogiendo aquellas recomendaciones del informe de evaluación de la
cooperación, el único informe que hay del CAD evaluando la cooperación
española. Es un esfuerzo de coordinación, con ese incremento importante
de responsabilidad a la hora de elegir la línea estratégica de la
cooperación que globalmente tiene la CICI. Por otra parte, aunque
entendemos que se ha realizado ese esfuerzo, todavía no está terminado,
como bien ha dicho el Secretario de Estado, por los reajustes que hubo
que hacer con el presupuesto, y quisiéramos que pudiéramos tenerlo
editado cuanto antes y a disposición de los grupos parlamentarios para
valorarlo de forma pormenorizada y concreta.

Dentro de las estrategias que marcó la CICI y el Consejo de Ministros
para la elaboración del PACI de 1995, esperemos que sea posible ir hacia
la consecución del objetivo de la concentración geográfica y sectorial,
frente a la dispersión, porque es importante el hecho que ya se ha
recalcado varias veces en esta Comisión de que no es conveniente ni creo
que sea eficaz dar mucha ayuda o la ayuda que podamos prestar en muchas
zonas, a muchos sectores



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y en muchos países, sino que es preferible marcar previamente unos
objetivos geográficos y sectoriales muy concretos en aras a conseguir esa
segunda finalidad de un desarrollo sostenido y sostenible que no pueda
frustrar las expectativas de las futuras generaciones en los países
receptores y también en los países donantes en los próximos años.

En este sentido, si el Secretario de Estado tiene mayor información,
quisiera saber en qué línea nos vamos a ir aproximando a ese porcentaje
que habíamos marcado en el informe del Congreso de los Diputados para
llegar a ese 45 por ciento de nuestra cooperación global en el área
iberoamericana y en el 30 por ciento en el área del Magreb, especialmente
en esta segunda, donde creo que tenemos una importante labor que realizar
en países que están en vías de desarrollo, con una trascendencia y con
una proximidad grandes de cara a nosotros y con unos problemas que tiene
planteados el norte de Africa, a la vista de los cuales creo que hay que
hacer un mayor esfuerzo por incrementar el porcentaje que en años
anteriores se había producido y que venía siendo bastante escaso con
arreglo a la directriz marcada del 30 por ciento de la totalidad de la
AOD.

No voy a extenderme sobre las cifras que nos da el Secretario de Estado
sobre la cooperación multilateral. Son cifras que muchas veces vienen
marcadas por nuestros compromisos de integración en la Comunidad Europea,
con esos 63.000 millones de participación en el 5,89 del total del FED,
tampoco me voy a centrar en el tema de las organizaciones internacionales
financieras y en las no financieras, que en muchos casos viene marcado
por una serie de desembolsos o no que se tengan que hacer, como en la
ayuda alimentaria. Sin embargo, me voy a detener un poco más en la ayuda
bilateral.

El problema que tiene nuestra ayuda oficial al desarrollo es, como ya se
ha dicho aquí algunas veces, el incremento, es decir, el peso específico
importante que tienen los fondos de ayuda al desarrollo en lo que es AOD
global. Yo me alegro de que aquí se diga que los 85.000 millones de
pesetas que se van a desembolsar como créditos FAD para este próximo año,
el total de esos 85.000 millones de pesetas pueda ser computable como
ayuda oficial al desarrollo, porque, de entrada, automáticamente, esta
afirmación que usted nos hace refleja claramente que se van a tener en
cuenta los criterios para poder ser computada como AOD la totalidad del
FAD --eliminando esas reticencias que algunos grupos tienen y que en el
pasado se ha dado sobre que algunos de estos créditos no están destinados
como primer objetivo a ayuda al desarrollo sino al incremento de las
exportaciones españolas--, ciñéndome al Fondo de Ayuda al Desarrollo, el
Ministerio de Comercio y Turismo tendrá que hacer un esfuerzo, sobre todo
en el sentido de compaginar el interés que tiene el Fondo de Ayuda al
Desarrollo para ayudar a las empresas españolas en la exportación de
bienes y servicios españoles ligándolo con objetivos posiblemente
computables como AOD. Si fuera cierto que, al final, podemos conseguir
que a la terminación de 1995 los 85.000 millones de pesetas del FAD sean
computables como AOD, yo me felicito y felicito en ese caso al Gobierno
por hacer ese esfuerzo, porque éste es uno de los temas --como usted bien
sabe-- que ponía de relieve el CAD en el informe como algo negativo: el
excesivo peso que tenían los fondos de ayuda al desarrollo. De todas
maneras, yo me temo que probablemente por algunos proyectos que estén en
marcha en el Fondo de Ayuda al Desarrollo, no se atienda prioritariamente
a áreas importantes geográficas y sectoriales, como las citadas del
Magreb e Iberoamérica, y creo que habrá que hacer un esfuerzo más
importante todavía en los programas y proyectos para compensar las
posibles dispersiones geográficas que pueda haber con los compromisos del
FAD, bien de años anteriores o bien con aquellos que hagan posible
compatibilizar el esfuerzo de ayudar a la exportación de bienes y
servicios españoles con la ayuda oficial global de nuestro país.

Sobre los programas y proyectos, prefiero no hacer comentario alguno, ya
que tenemos una segunda comparecencia, de la Presidenta de la Agencia,
quien creo que será la persona más adecuada para hablarnos sobre la
ejecución de proyectos de cooperación para el año 1995.

Sin embargo, me quiero detener en la cooperación descentralizada al
desarrollo. En primer lugar, me gustaría valorar muy positivamente el
hecho de las reuniones con las comunidades autónomas y de que las
comunidades autónomas se vayan a integrar en el PACI, previsión, porque
ese incremento importantísimo --unos 12.000 millones de pesetas, si no he
tomado mal la cifra--, que la ayuda descentralizada va a aportar a la
ayuda global de 1995 es una cantidad creo que muy importante para que
seamos capaces de hacer un esfuerzo supletorio a la hora de intentar
coordinar, a través de los convenios con comunidades autónomas, a través
de líneas y de proyectos de cooperación, la eficacia de esos 12.000
millones de pesetas, porque, de lo contrario, yo me temo que, por la
mayor sensibilidad social que ha habido a lo largo del pasado año y en el
presente, afortunadamente de mayor sensibilización de cara a la
cooperación y el desarrollo, muchas comunidades autónomas, muchos
ayuntamientos, muchas diputaciones han destinado una parte importante del
presupuesto que cubre esos 12.000 millones de pesetas aproximadamente a
ayuda al desarrollo. Es evidente que esos 12.000 millones si están bien
coordinados, si están bien planificados, si están bien previstos en ese
PACI-previsión, en futuros años serán eficaces a la hora del gasto y
evitarán a veces duplicidades, que un determinado proyecto se esté viendo
en dos o tres lugares a la vez, con lo cual se están multiplicando
esfuerzos innecesariamente, y, por otra parte, a lo mejor, el propio
objetivo que se pretende puede ser un objetivo que al final no sea capaz
de conseguir el fin último que se busca con este esfuerzo que estamos
realizando.

En este sentido, como el Secretario de Estado ha citado algunas de estas
reuniones y de estos convenios de cooperación con comunidades autónomas
que dice que ya se han hecho --ha citado algunas de ellas--, me gustaría
que ampliase un poco más cómo se ha esbozado este tema, qué posibilidades
hay de cara al futuro de relacionar, de integrar las comunidades
autónomas o bien en la CICI o bien por algún otro mecanismo, a través de
la Federación Española de Municipios y Provincias, para que haya un
proyecto



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global sobre cómo gastar la ayuda al desarrollo descentralizada que,
afortunadamente, cada vez va siendo más importante en nuestro país.

Finalmente, quiero decir que estamos esperando ese proyecto de ley de
cooperación que, como sabe el Secretario de Estado, sobre cuya
terminación, con una proposición no de ley, instamos al Gobierno a que
tuviera lugar en ese período legislativo. Nosotros creemos que la
envergadura y el esfuerzo de cooperación que ha realizado este país en
los últimos años requiere --como bien ha dicho usted-- necesariamente
dotarlo de una legislación precisa y concreta. Tenemos las líneas
generales prácticamente diseñadas, pero nos falta tener esa ley de
cooperación que sea capaz de que, año tras año, nos vayamos adaptando y
configurando una mayor eficacia a la hora de destinar este esfuerzo
tremendo que está haciendo la sociedad española con ese incremento
importante que se ha producido este año.

Ha dicho el Secretario de Estado que para el presente año se va a
considerar el 0,35 por ciento del PIB. Yo recuerdo que en el debate sobre
el 0,7 por ciento, en los Presupuestos Generales del Estado, nosotros
habíamos intentado ir más allá: ir al 0,5 por ciento, por ese crédito
ampliable, por esa fórmula que vislumbramos al final, para ser capaces de
rebasar no la media de los países del CAD, que es cierto que ha bajado
hacia el 0,30 por ciento del PIB aproximadamente, sino para intentar
superar el objetivo del 0,35 por ciento que en un principio nos habíamos
marcado para el año 1995. Yo creo que esta cuestión no se puede dilucidar
en este momento. Pienso que va a depender un poco de la capacidad que
tengan, tanto la Administración, como las ONG y los países receptores a
la hora de ser capaces de traspasar el listón del 0,35.

No obstante, yo quiero decir hoy aquí que si en el PACI 95 queda recogido
que el gasto final, con programas, proyectos, etcétera, es del 0,35
inicial que habíamos previsto, también es un motivo de satisfacción que
ya haya materia y capacidad suficiente para gastarnos el 0,35 del PIB,
porque quiero recordar que en el debate de los Presupuestos Generales
para 1995 en todos los grupos subyacía un problema. El problema es que
tenemos la voluntad política de ir más allá del 0,35 del PIB, y de llegar
incluso a ese 0,5 del PIB a través de la fórmula del crédito ampliable,
pero todos teníamos la incertidumbre de si íbamos a ser capaces, no
solamente nosotros sino los propios países receptores y las propias
organizaciones no gubernamentales, de tener en cartera los presupuestos
suficientes para agotar, en la medida de lo posible, esa partida que no
estaba cuantificada, pero que sí tenía un tope máximo del 0,5 y con un
crédito ampliable a partir del 0,35 sin necesidad de pasar por el Consejo
de Ministros o pasando cuando se rebasaba esa cifra del 0,35. Yo espero
que a lo largo del año seamos capaces de poder incrementar esa partida y
que al final del año el dato que nos da aquí de que el gasto del 0,35 del
PIB ya está contemplado cuantitativamente en el PACI sea lo más próximo
posible a ese 0,5, que era la voluntad política que tenían todos los
grupos en relación a lo que debía destinar España este año en AOD para
los países en vías de desarrollo.

Con esto termino agradeciendo una vez más sus datos y su comparecencia
esta tarde en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): Gracias al portavoz del Grupo
Socialista por sus consideraciones, que voy a comentar brevemente.

Soy el primero en lamentar, en cuanto al PACI 95, que no se haya
distribuido y que no esté aquí. Deseo, y así lo voy a hacer en cuanto
salga de esta sala, que se pongan en marcha los mecanismos necesarios
para que se acelere el trámite de lo que falta, que es muy poco, queda un
solo departamento, y puedan disponer SS. SS. de ese PACI cuanto antes,
como S. S. ha solicitado. Repito, soy el primero en lamentar que no lo
tenga.

Su señoría se ha referido a la concentración geográfica y sectorial
frente a la dispersión. Efectivamente, estamos decididos a que no haya
dispersión. Creemos que muchos y pequeños proyectos sirven de muy poco.

Es más, estamos convencidos de que, si no se hace un estudio serio, yo
diría que a priori, con el país receptor, de cuáles son las auténticas
necesidades que permitirían sentar las bases sobre las que se pueda poner
en marcha y llevar a la práctica un verdadero desarrollo, sostenido y
sostenible, posiblemente se puedan llevar a cabo incluso acciones
voluminosas importantes de cooperación que, al final, no acaben
produciendo ese despegue necesario hacia el desarrollo y ese despegue que
genere una dinámica de desarrollo sostenido en el propio país. Los
grandes proyectos necesariamente no generan eso. Lo podrán generar los
proyectos que se hayan estudiado con el país receptor de tal forma que se
cree una especie de plan, que se planifique a priori cuáles serían, desde
el punto de vista de la ayuda tanto bilateral como multilateral, los
puntos en los que la cooperación bilateral y multilateral deben incidir y
en qué deben incidir cada uno de los países y organizaciones
multilaterales para que, de verdad, se cree la plataforma de la que pueda
desprenderse un desarrollo sostenido y sostenible.

Si mantenemos esas cifras aprobadas por SS. SS. en cuanto al reparto
geográfico, y le puedo señalar muy brevemente, porque, repito, luego
tendrán SS. SS. conocimiento de los distintos proyectos en detalle por
parte de la Presidencia de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, que nosotros hemos contemplado en nuestros presupuestos el
0,35 por ciento. Este 0,35 por ciento supone que las dos direcciones de
la Agencia, la Dirección del ICI, Instituto de Cooperación
Iberoamericana, y la de la nueva Dirección, en la que se fusionan las
anteriores del ICMA, Instituto de Cooperación con el Mundo Arabe, y del
ICD, Instituto de Cooperación y Desarrollo, las dos direcciones dispongan
cada una de ellas de un presupuesto aproximado de 14.000 millones de
pesetas, a los que hay que sumar el presupuesto del que dispondrá tanto
la Secretaría General como el gabinete de la Agencia, que entre los dos
suman otros 14.000 ó 15.000 millones de pesetas.




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Dentro de esta distribución básicamente el ICI piensa destinar unos 2.000
millones de pesetas en dotación a fondos de ayuda de equipamiento, unos
3.735 a programas de Comisión Mixta, programas que están en curso y de
los que se acaba de suscribir recientemente el primero en la visita del
Presidente del Gobierno a El Salvador. Se crearán en el año 1995 tres
fondos mixtos por un valor aproximado de 1.054 millones de pesetas; habrá
unos programas de becas y acciones de formación por unos 3.050 millones
de pesetas; programas en el área cultural en América Latina por 500
millones de pesetas; cofinanciaciones con organizaciones internacionales
por 800 millones de pesetas; programas derivados de las cumbres
iberoamericanas, como el CITEC, la televisión educativa iberoamericana, o
los programas de alfabetización, etcétera, por 700 millones de pesetas.

Luego habrá programas sectoriales en materia sanitaria, educativa,
laboral, de seguridad social, por valor de 1.815 millones de pesetas, y,
por último, un capítulo destinado a estudios, trabajos técnicos,
reuniones y conferencias por unos 350 millones de pesetas.

En cuanto a las previsiones generales del Instituto de Cooperación con el
Mundo Arabe y de los Países en Vías de Desarrollo los grandes capítulos
mencionados grosso modo, serían la cooperación española con los países
árabes, que tendrá un presupuesto de unos 5.500 millones de pesetas, la
cooperación con Africa austral, Asia y Oceanía, 5.600 millones de
pesetas; la cooperación con Guinea Ecuatorial, 1.250 millones de pesetas;
la cooperación con Africa occidental, central y oriental, 300 millones de
pesetas, y, por último, un capítulo de 1.500 millones de pesetas
destinado a programas de cofinanciación con organismos multilaterales de
cooperación, básicamente con la Unión europea y con el PNUD. De esta
forma creemos responder, por una parte, a la necesidad de adaptar unos
mayores recursos a una exigencia de distribución geográfica prioritaria
y, por otra parte, insistiremos en que esa concentración geográfica no se
desligue de la concentración sectorial a la que atribuimos también, como
decía al principio, un interés prioritario.

Es verdad, en cuanto a su tercer punto, que el FAD ahora tiene un peso
menor en el conjunto de la ayuda oficial al desarrollo y es lógico prever
que el porcentaje del FAD en el total de la ayuda oficial al desarrollo
española sea cada vez menor, es decir que descienda el porcentaje del FAD
y ascienda paralelamente el porcentaje de la ayuda oficial al desarrollo
de otras procedencias. Es la tendencia lógica que se enmarca muy
claramente en este presupuesto del año 1995 y, por supuesto, es desear
que todo el FAD sea ayuda oficial al desarrollo y que todas las ayudas
oficiales al desarrollo, procedentes del FAD, se generen y distribuyan de
acuerdo con los criterios que el propio Comité de Ayuda al Desarrollo ha
fijado y subrayado en reiteradas ocasiones.

La cooperación descentralizada efectivamente ha aumentado. Los 12.000
millones de pesetas son únicamente de las comunidades autónomas. No
incluyo aquí las cifras que puedan destinar a ayuda oficial al desarrollo
o a cooperación internacional las entidades locales. Tomo buena nota de
la sugerencia hecha por S. S. de integrar en la CICI a esas comunidades y
a las entidades locales. Es muy importante, a todos los efectos, dotarnos
de un marco legal adecuado. En esa tarea estamos. Es verdad que es una
tarea un poco más lenta y complicada de lo que nosotros mismos
desearíamos. Nos gustaría tener terminado definitivamente el anteproyecto
de ley de cooperación, en el que se recogerán temas que todos estamos
esperando que sean trasladados a un texto legal, como los del estatuto
del cooperante y otros, pero es preferible pasar unas semanas más en el
estudio, la reflexión y la consideración de un texto que sea positivo que
caer en apresuramientos que nos puedan hacer someter a la consideración
de SS. SS. textos que tengan fallos lamentables.

Por último, en cuanto al 0,35 y el 0,5, quisiéramos aproximarnos lo más
posible al 0,5. Estamos contemplando, como he dicho antes, en la
distribución presupuestaria el 0,35. Así están actuando los responsables
en cada uno de sus institutos, con objeto de que el 0,35 se pueda
planificar. El paso del 0,35 al 0,5, como SS. SS. conocen bien, depende
de un proceso que es el de los créditos ampliables por la vía de
aprobación de proyectos concretos en Consejo de Ministros y que estará en
función de que haya o no proyectos que justifiquen esos desembolsos que
hagan llegar la ayuda oficial al desarrollo español al 0,5 del PIB.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Convergència i Unió tiene la palabra
el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Quiero agradecer al señor Dicenta su
comparecencia ante esta Comisión, así como la información que nos ha
brindado en su primera intervención que juzgo completa e interesante en
cuanto a la exposición global sobre lo que va a constituir el PACI para
el año 1995.

Voy a efectuar una serie de preguntas y reflexiones, le advierto que con
brevedad puesto que los debates en esta Comisión son reiterativos porque
las preocupaciones son bastante fijas en los diversos grupos de la Cámara
y, asimismo, porque las preocupaciones acostumbran a ser compartidas
entre las diversas fuerzas políticas que integran la Cámara. Ello es
sumamente importante en cuanto que, más allá de las diferencias, hay unos
objetivos que son compartidos y existe una posición no excesivamente
alejada entre las distintas fuerzas políticas, repito.

Nos ha hablado de las prioridades territoriales y ha dado una serie de
cifras. Yo simplemente quisiera saber a título informativo si coinciden
porcentualmente --me imagino que sí-- con las previsiones contenidas en
los diversos documentos que se han aprobado tanto por esta Cámara y por
el Senado como por el Gobierno que, de entrada, en los tres casos las
prioridades territoriales en cuanto a dedicación de esfuerzos
presupuestarios son coincidentes.

En segundo lugar, hay una cuestión que preocupa a nuestro grupo
parlamentario que es la referente al acervo comunitario. Cuando España se
integra en la Comunidad Europea entonces, Unión Europea ahora, existe una
tradición comunitaria de política de cooperación que ha ido desarrollando
su propio acervo y que no coincide necesariamente



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con las prioridades de la política de cooperación española y, si quiere
usted, la tradición de cooperación española. Yo siempre he creído que era
importante que se realizara un esfuerzo dentro de los organismos
comunitarios para ir incorporando la tradición de cooperación del Estado
español en las prioridades de la Unión Europea. Me consta que se ha
realizado un esfuerzo por parte del Gobierno en ese sentido, pero
quisiera que el Secretario de Estado hiciera una valoración sobre la
evolución de la política de cooperación comunitaria en el sentido que le
apuntaba, si se ha avanzado al respecto desde nuestra integración en la
Comunidad y qué posibilidades de evolución futura ve.

Una tercera cuestión que también me preocupa es la relativa a la
educación para el desarrollo. La magnitud del problema del subdesarrollo,
que se refleja en la cooperación, va a exigir en el futuro un esfuerzo
muy importante por parte del mundo desarrollado. Ya lo está exigiendo
ahora, pero previsiblemente ese esfuerzo va a verse incrementado. A mí me
preocupa el nivel de correspondencia superficial entre la preocupación
que puede existir en nuestra sociedad respecto de ese esfuerzo y el nivel
de corresponsabilización real por parte de los ciudadanos respecto de la
necesidad de ese esfuerzo. Me voy a explicar. Está muy claro que tras los
hechos dramáticos que se produjeron durante el año 1994 a escala
internacional (me refiero concretamente a la catástrofe de Ruanda) hubo
una sensibilización extraordinaria por parte de la opinión pública
española, a la cual contribuyó muy decisivamente la actuación de la
famosa Plataforma del 0,7 por ciento, integrando grupos de una muy buena
voluntad que han realizado su papel de manera positiva. Es cierto que a
partir de esa campaña de sensibilización por la realidad internacional se
produjo una reacción de nuestra opinión pública. Si salíamos a la calle
con la cámara y el micrófono y preguntábamos a los ciudadanos, todo el
mundo estaba absolutamente de acuerdo en que había que incrementar muy
sustancialmente nuestra cooperación internacional. Esa constatación nos
lleva la reflexión a un segundo término, que es el siguiente. Es evidente
que si dedicamos un esfuerzo, que nuestro Grupo Parlamentario cree que
debemos realizar y que en el futuro vamos a tener que hacer de forma más
exigente, de cooperación de ayuda al Tercer Mundo, como el presupuesto
nos tiene que cuadrar, vamos a tener que dejar de invertir en otros
sectores. Para que la ciudadanía sea corresponsable se tiene que realizar
una labor de educación. Ya sé que es difícil, pero los poderes públicos
pueden tener un papel importante a realizar en ese ámbito. Es decir, que
la convicción sea lo suficientemente profunda, por parte de la
ciudadanía, sobre la magnitud del problema del Tercer Mundo y sobre la
necesidad de cooperar que justifique ante los ciudadanos el hecho de que
saquemos dinero de otros ámbitos de inversión para dedicarlos al esfuerzo
de la ayuda al desarrollo.

La siguiente cuestión usted la ha citado muy por encima. No hace falta,
señor Secretario de Estado, que se explique más, porque le avanzo que
nuestro Grupo Parlamentario ha pedido su comparecencia para que nos
informe sobre las líneas generales del proyecto de ley de cooperación
exterior; la pedimos hace aproximadamente dos semanas. Simplemente
quisiera preguntarle si prevé una fecha para llevar ese proyecto no digo
a la Cámara, porque en última instancia no depende de usted, sino al
Consejo de Ministros. ¿En qué estado se encuentran esos trabajos?
Otro tema que nos preocupa es el relativo a la coordinación
interadministrativa, que también ha citado. Nuestro Grupo ha tenido
ocasión de manifestarlo en las dos últimas comparecencias que se han
producido en esta Comisión, que no eran de altos cargos del Ministerio de
Asuntos Exteriores sino del Ministerio de Comercio. Me refiero a los
fondos de ayuda al desarrollo que continúan teniendo una importancia
decisiva en la ayuda oficial al desarrollo española. ¿Qué tipo de
influencia ejerce el Ministerio de Asuntos Exteriores en la configuración
de los FAD en cuanto, por ejemplo, a sus prioridades territoriales, que
hemos podido constatar en esta Comisión que no coinciden con las
prioridades territoriales de la política española de cooperación
exterior? ¿Qué tipo de coordinación quisiera usted para que esos fondos
puedan realmente coadyuvar a la cooperación española con el Tercer Mundo?
Otra cuestión nos preocupa, señor Secretario de Estado. Yo recuerdo que
cuando se constituyó en la Cámara la Ponencia que se encargó de elaborar
un informe en relación a la cooperación española --se constituyó en esta
Cámara--, citamos a diversos representantes de las ONG y hubo un tema que
surgió reiteradamente, muy concentrado en determinados países, que era el
papel de las embajadas como organismos, como instituciones, como
representantes del Gobierno español en relación a la cooperación y,
fundamentalmente, a las ONG que realizaban su esfuerzo en esos países.

Oímos desde alabanzas muy efusivas en relación al papel de determinados
embajadores que mostraban una disposición absoluta a colaborar con
nuestros cooperantes hasta algunas críticas -- y a eso me refiero--
respecto de la falta de colaboración por parte de las embajadas en
relación a las ONG. Quisiera, señor Secretario de Estado, que nos
definiera cuál es el papel que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores
se confiere a las embajadas en relación a la cooperación española.

Me ha parecido entender que en el proyecto de ley de cooperación exterior
se va a contener lo relativo al estatuto del cooperante. Quisiera
simplemente que me lo confirmara. Le iba a plantear una pregunta más
amplia sobre ese tema, pero cuando contestaba usted al señor Cremades me
ha parecido que lo ha incluido.

La penúltima cuestión, señor Secretario de Estado, es la integración del
sector privado, a la cual usted ha dado importancia. Para nosotros tiene
suma importancia que nuestras empresas puedan tener una participación
activa en la cooperación. Hemos echado en falta muchas veces unos
mecanismos de información a las empresas españolas que tienen interés o
la posibilidad de invertir en países que son receptores de cooperación.

¿Se han mejorado esos mecanismos? Qué política se sigue desde su
departamento en relación a este tema y a otra cuestión que creemos que es
sumamente importante: la posibilidad de que empresas españolas puedan
participar en concursos convocados por



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organismos internacionales en el ámbito de la cooperación.

La última cuestión, señor Secretario de Estado, es la relativa a la
participación de objetores de conciencia en programas de cooperación.

Sabe usted que la Ley reguladora de la Objeción de Conciencia y de la
Prestación Social Sustitutoria prevé expresamente que uno de los ámbitos
donde se podrá realizar la prestación social sustitutoria es en programas
de cooperación internacional. Creo que éste es un ámbito tradicionalmente
bastante abandonado, no ha existido una actividad decidida por parte del
Ministerio de Asuntos Exteriores para crear unos programas que
posibilitaran la participación de objetores en un ámbito que yo creo que
sería muy motivador para tantos y tantos jóvenes objetores de conciencia.

¿Qué previsiones tienen ustedes al respecto?



PREGUNTAS:



--SOBRE PREVISIONES ACERCA DE PROCEDER A ALGUN PROGRAMA BILATERAL DE
CONDONACION DE DEUDA DURANTE 1995, FORMULADA POR EL SEÑOR HERNANDO
FRAILE, GRUPO POPULAR. (Expediente número 181/001245.)



El señor PRESIDENTE: Señor Secretario de Estado, el portavoz del Grupo
Popular tiene que intervenir en otra Comisión. Si no le importa, prefiere
intervenir ahora, antes que el representante de Izquierda Unida.

(Asentimiento.)
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular, señor Hernando.




El señor HERNANDO FRAILE: Gracias, señor Presidente. Quiero agradecer
también la gentileza del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya que me ha cedido el turno de palabra.

Agradezco al Secretario de Estado su presencia aquí y deseo que cuanto
antes el PACI 1995 pueda, como ha señalado antes usted mismo, estar en
nuestras manos. También desearía que, si es posible, nos mandara el PACI
de seguimiento de 1993 y que nos hablara sobre la situación y grado de
elaboración del PACI 1994, así como de qué ministerios y organismos
públicos son los más reticentes a la hora de adoptar los datos para
elaborar los PACI de seguimiento.

Quisiera preguntarle también sobre la cumbre, sobre Desarrollo Social de
Copenhague y la propuesta 20/20, de gastos sociales; si va a ser un
objetivo a defender por nuestro Gobierno en esta cumbre social y de qué
forma se va a trasladar a los componentes que va a tener nuestra AOD para
1995, si de alguna forma va a afectar a esos componentes.

Me gustaría saber si cree el Secretario de Estado que deben incorporarse
otros índices de desarrollo, como puede ser el de libertad humana, a la
hora de tener en cuenta el grado de desarrollo de los países y, por
tanto, el destino de nuestra ayuda hacia esos países.

Ha hablado usted de la incorporación del sector privado, y nosotros
coincidimos con usted. Me gustaría saber si tienen sistemas de medición
de esta incorporación del sector privado y de qué forma cree usted que ha
impactado la Ley de Mecenazgo y si esta ley ha despertado interés por
parte de los agentes privados, ya sean fundaciones, empresas, ONG,
universidades o si más bien la presencia de estos agentes privados es
debida a las campañas de sensibilización que se produjeron durante el año
pasado.

Respecto a los programas de condonación, a los que usted ha hecho
referencia --y yo aquí introduzco la pregunta número 8 que iba a formular
después--, nos gustaría que nos diera las previsiones en relación a qué
países van a ir destinados esos programas de condonación de deuda y si va
a estar de alguna forma coordinado con otros países, especialmente con el
Club de París.

En lo que se refiere a los fondos de ayuda al desarrollo, en un borrador
de anteproyecto de ley de cooperación que ha llegado a nuestras manos
vemos que desarrollan ustedes una nueva figura que se llama créditos de
ayuda al desarrollo. Me gustaría saber en qué consisten esos créditos de
ayuda al desarrollo, si tienen algo que ver con los actuales FAD, porque
lo que es cierto es que se ha producido una alteración en el Ministerio
de Comercio, que ha mandado a sus huestes enseguida a darnos aviso sobre
la necesidad de establecer un sistema concreto y de definir esa figura
nueva que aparece de los créditos de ayuda al desarrollo.

Me gustaría saber también, por las cifras que usted ha dado de los
programas de ayuda multilateral, si la devaluación que vivimos en el día
de ayer va a afectar a nuestras dotaciones a esos organismos
multilaterales, ya sean financieros o no financieros, fundamentalmente si
va a afectar a nuestras aportaciones en ecus al presupuesto de la Unión
Europea y al FED y cuál va a ser el impacto.

También nos gustaría saber si ustedes van a presionar al CAD para que los
países PECO y los países NEI entren en la lista de los países objeto de
ayuda oficial al desarrollo dentro de la OCDE.

En lo referente a la necesaria coordinación entre la ayuda
descentralizada estamos de acuerdo con lo planteado por el señor
Cremades. Creemos que es algo de interés extraordinario para que no se
provoquen frustraciones en todos aquellos ayuntamientos y comunidades
autónomas que han hecho esfuerzos considerables para sus dotaciones
Por último, ¿tienen ustedes previsto de alguna forma llegar a una
comisión interministerial única?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Yo también quiero saludar la comparecencia del
señor Dicenta, comparecencia que considero oportuna, fundamentalmente
porque a esta altura del curso político es conveniente que se nos
expliquen, con el detalle con que lo ha hecho el señor Secretario de
Estado, las previsiones el PACI para el año 1995. Y si ésta es oportuna,
más oportuna será la que se produzca



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a finales de este año o a primeros del siguiente, en el supuesto de que
sigamos aquí todos, para ver qué trecho hay entre lo que usted ha
señalado ahora como objetivos y lo que realmente se ha ejecutado de esos
objetivos. Es evidente que compartimos todos los grupos de la Cámara con
usted esos dos grandes ejes de lo que es la política de cooperación y
ayuda al desarrollo del Estado, fundamentalmente centrada en todo lo que
significa desarrollo humano y en esa concentración geográfica, a la que
antes se ha referido, para evitar la dispersión que de alguna manera se
ha producido hasta la actualidad y que hace ineficaz la dedicación de
recursos en no pocas ocasiones.

Decía que al final de este período de sesiones o al principio del
siguiente tendremos la ocasión de comprobar cuántos de los objetivos que
hoy compartimos se verán satisfechos entonces. Aunque ni usted ni ningún
grupo se ha referido a ello, yo quisiera preguntarle, señor Dicenta, qué
repercusión van a tener sobre su departamento los recortes
presupuestarios que se han establecido ya. Aunque no tenemos noticia
exacta de en qué ministerios o en qué partidas presupuestarias se produce
el recorte, algo de la disminución de lo presupuestado en los
Presupuestos Generales del Estado para 1995, alrededor de 300.000 ó
400.000 millones de pesetas, le tocará a usted. Me temo que sea un área
muy sensible a la que meterle la guillotina y que esas cifras que usted
nos ha desglosado y de las que después hablaremos se reduzcan
sensiblemente. Yo quisiera saber, señor Dicenta, en qué van a repercutir
esos recortes presupuestarios sobre los fondos que nos ha citado
anteriormente. Y en la misma dirección le pregunto si el departamento
ministerial que falta por enviar a ustedes lo necesario para poder tener
todo el PACI 1995 publicable es precisamente el Ministerio de Economía y
Hacienda y en lo que a recortes se refiere. Personalmente me parece
interesante que usted nos diga cuál es el departamento ministerial que no
ha hecho sus deberes o, por exceso, lo que está esperando es a ver por
dónde se recortan presupuestos a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Me temo
--ojalá me lo desmienta usted-- que pueda ser el Ministerio de Economía y
Hacienda el más reticente a la hora de poder completar ese PACI,
precisamente porque lo vaya a disminuir sensiblemente.

Me gustaría también una precisión sobre el nivel de compromiso que van a
adoptar ustedes con las conclusiones de la Cumbre de Desarrollo Social
que se está celebrando en Copenhague; es decir, si el Gobierno tiene la
voluntad y su departamento en concreto, de comprometerse con las
conclusiones de esa cumbre de Naciones Unidas y de implementar
responsablemente los recursos necesarios. para llevarlos adelante en la
cuota que nos toca.

Ya se le ha preguntado sobre la condonación de la deuda. Me gustaría
conocer también si está coordinado con el Club de París, a qué países se
tiene previsto condonar la deuda, etcétera.

El señor Recoder ha hecho una reflexión sobre lo que hoy parece una
conciencia colectiva, bastante extendida en la sociedad española, de
necesidad de dedicar partidas presupuestarias generales más importantes a
la ayuda al desarrollo. El se preguntaba si esa conciencia es superficial
o profunda, y si en el momento en que España dedique una cantidad como la
actual o más importante todavía van a surgir no pocas voces que pongan en
cuestión esa ayuda hablando de nuestro cuarto mundo interno, etcétera.

Coincido con él en que es posible que haya más conciencia superficial que
profunda, pero obligación del Ejecutivo es --y obligación de todos,
también los grupos políticos-- hacer que esa conciencia sea lo más
profunda posible. Yo estoy bastante convencido --y lo he dicho en alguna
ocasión-- de que eso es así, y tan es así que, a muy poco tiempo vista,
en los programas electorales que planteen las distintas formaciones
políticas de cara a unas elecciones generales, los capítulos de
cooperación y ayuda al desarrollo, las propuestas que cada partido haga
no serán un florero, sino parte sustancial de la oferta que haga cada
partido a la sociedad, porque cada vez va a ir penetrando más en el seno
de la sociedad la necesidad de este tipo de políticas, y no sólo por
razones nobles, altruistas, de generosidad, de solidaridad, sino por
estrictas razones de egoísmo. Es decir, razonablemente nadie puede pensar
que España o que Europa --y es una frase que hemos dicho ya muchas veces
y seguiremos diciendo todas las veces que haga falta-- puedan prever un
futuro para nuestro país y para el conjunto de la Unión Europea como una
especie de isla rodeada de miseria. Eso es inviable a corto y a medio
plazo. Desde la presión demográfica a la presión económica de los países
del entorno van a obligar a que, por razones --repito-- no altruistas
sino de estricto interés, se ayude con los recursos necesarios a que el
desarrollo en nuestro entorno se produzca y dejemos de ser esa isla de
relativa riqueza o de relativo bienestar rodeados de miseria por casi
todas las partes. Por tanto, yo creo que el futuro puede beneficiar a esa
idea de la necesaria cooperación.

Decía el señor Cremades que le alegra que usted haya dicho que los 85.000
millones de pesetas del FAD sean considerado AOD. Siempre han sido
considerados AOD, lo cual no quiere decir que los 85.000 millones de
pesetas que se destinan al FAD cambien la prioridad de estos fondos que
es, ni más ni menos, favorecer nuestro comercio exterior y buscar
retornos. Es decir, el señor Dicenta nos podrá aclarar si el que sean
computables como AOD va a cambiar la filosofía del FAD. Yo creo que en
absoluto. Me alegro de que el peso relativo del FAD en todo lo que es
ayuda al desarrollo haya disminuido. Yo he hecho cuentas aquí rápidamente
y me sale alrededor de un 25/30 por ciento lo que es FAD respecto de todo
lo demás. Es menor que lo que había; estábamos en el 50 por ciento. Si
hoy nos situamos en el 30 por ciento nos podemos alegrar. En cualquier
caso, tenemos que hacer el esfuerzo de que en el conjunto de la ayuda
oficial al desarrollo los FAD signifiquen cada vez menos, porque no sea
el estímulo a la exportación, porque no sea el estímulo a buscar retornos
para nuestra industria --que por otra parte es lógico y deseable-- el
primum movile de la cooperación española. Por tanto, cuanto más baja sea
la participación porcentual de los FAD en lo que se dedica a cooperación
mejor será para todos.

La ley de cooperación están ustedes obligados a presentarla en este
período de sesiones. Tienen ustedes hasta junio



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de 1995 para presentar ese proyecto de ley de cooperación que espero,
como los demás intervinientes, que contenga todo lo necesario,
especialmente ese estatuto del cooperante del que tan faltos estamos
nosotros y aquellos ciudadanos que hacen cooperación in situ, que son los
agentes directos de esa cooperación.

Creo que prácticamente he hecho todas las preguntas que quería al señor
Dicenta y, si es usted capaz de contestarnos a todos, habremos tenido una
buena comparecencia esta tarde y habremos sacado un adecuado fruto de sus
palabras.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): Señorías, voy a tratar de contestar
telegráficamente a las diferentes observaciones que me han hecho los tres
portavoces intervinientes, anticipándome a decirles que la observación
que ha hecho, me parece, el señor Recorder en cuanto a las preocupaciones
compartidas se refleja muy claramente en las múltiples observaciones que
han recogido SS. SS. y que forman parte de lo que son preocupaciones
cotidianas de todos los que desde la Secretaría de Estado y desde la
Agencia Española de Cooperación Internacional trabajamos en este tema.

Prácticamente todos los temas que me han planteado son de preocupación
constante y estoy seguro de que coincidimos básicamente en la mayor parte
de ellos.

Hay coincidencia en cuanto a los porcentajes del reparto geográfico. Se
sigue prestando una mayor importancia a la zona de Iberoamérica, a la que
se le asigna aproximadamente un 45 por ciento de nuestra cooperación, y
en las demás zonas se respetan los porcentajes que fueron aprobados en
las Cámaras.

Es deseo nuestro también que se adapten las prioridades en cooperación de
la Unión Europea a las prioridades españolas. Es verdad que hay un gran
distanciamiento fruto del proceso cronológico de la incorporación de
España a la Comunidad Europea. Llegamos tardíamente cuando ya la llamada
ahora Unión Europea llevaba muchos años haciendo cooperación y
concentrando esa cooperación de ayuda al desarrollo en los países que
eran objeto preferente de atención por parte de los socios comunitarios
que más cooperación hacían y que, obviamente, eran países que tenían una
vinculación muy especial con territorios africanos, países de Extremo
Oriente u otras zonas en donde España realmente ha estado menos presente.

Nuestro esfuerzo desde dentro de la comunidad ha sido el de ir llevando a
los socios comunitarios la idea de que Iberoamérica es importante, que
tenemos que hacer cooperación en América Latina, que no se puede dejar de
lado, en virtud de argumentaciones que pueden ir desde la falta de
conocimiento hasta la indiferencia, pasando por el «status» medio de
desarrollo que algunos de esos países tienen, no se puede concluir en que
hay que ir concentrando la cooperación en otras zonas del planeta y dejar
abandonada Iberoamérica. Nuestro esfuerzo está dando resultados. Hay una
mayor atención de la comunidad hacia los problemas y las realidades de
Iberoamérica. Hay presencia de la Unión Europea en esos países. Hay
acciones de cooperación importantes; hay mayores fondos destinados a esa
cooperación y, por tanto, en un proceso que no puede ser nunca rápido,
porque es difícil cambiar de golpe y porrazo las querencias o los hábitos
de nuestros socios comunitarios, estamos avanzando en la dirección de que
haya cada vez más una atención dirigida hacia esos países.

Hay un tema que ha sido reiterado en las intervenciones de SS. SS., que
es el de hasta qué punto hay conciencia en la ciudadanía, porque sí la
hay de que hay que hacer más cooperación e ir al 0,7 cuanto antes. ¿Hay
conciencia de que eso supone dejar de invertir en otros sectores? ¿Es
consciente la ciudadanía de que una aproximación rápida hacia el 0,7 debe
suponer, inevitablemente, una desviación de fondos, que hasta ahora
tenían que destinarse a otras finalidades? Lo que contestaría es que
paralelamente a un clamor de calle debería haber una labor pedagógica
seria, porque no se puede reducir el eslogan a: «el 0,7 ya», como si eso
en la mente de muchos jóvenes o menos jóvenes que siguen ese eslogan
supusiera que la solución está ahí. Esa es una parte del proceso; una
parte pequeñísima de la solución; es una gota de agua en el océano. Es
una parte importante porque refleja la sensibilización de una sociedad
hacia un problema, como es el del subdesarrollo, que es absolutamente
vital porque, como decía el señor Vázquez, nadie, ni en el norte ni en el
sur, puede vivir en una isla rodeado de pobreza o miseria, pero es una
parte nada más y es muy importante llevar a la conciencia de la
ciudadanía cuáles son los problemas que verdaderamente comporta un avance
en la dirección del 0,7. Hacer una labor pedagógica en ese sentido creo
que es una responsabilidad de todos. Lo es del sector público, pero lo es
también del sector privado, en la medida en que hay muchas parcelas del
sector privado que ocupan agentes sociales que hacen cooperación, que
hacen de la mejor buena fe ayuda al desarrollo y que están obligados,
igual que lo está la Administración, a sensibilizar, pero con pedagogía,
sobre la importancia que tiene ese proceso de avance hacia el 0,7.

Sobre la condonación de la deuda, si me lo permiten SS. SS., expondré
posteriormente la situación, porque tengo dos preguntas a las que voy a
contestar sobre dicho tema.

Por parte de dos portavoces se me ha hecho una observación sobre la ley
de cooperación y sobre la prontitud o no con que pueda estar concluida.

Tenemos la decisión tomada de que en esta legislatura se va a presentar
el proyecto de ley. Está muy avanzado; hay varios anteproyectos Ðalguno
de ellos en circulaciónÐ, pero el anteproyecto último, la última fase de
ese trabajo estará concluida y presentada antes del mes de junio.

Incidencia del Ministerio de Asuntos Exteriores en los FAD. Como SS. SS.

conocen, el Ministerio de Asuntos Exteriores está representado Ðla
Secretaría de Estado tambiénÐ en el Comité interministerial de los Fondos
de Ayuda al Desarrollo. Opinamos sobre cada uno de los proyectos que se
debate en esta Comisión y que deben ser sometidos a aprobación y tratamos
de llevar el agua a nuestro molino en el buen sentido de la palabra, en
el de que las



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aprobaciones de créditos FAD destinados a proyectos de desarrollo vayan
siempre en la dirección de lo que son las normas fijadas por el Comité de
Ayuda al Desarrollo sin querer tampoco ser más papistas que el Papa,
porque en la misma dirección en que van los fondos de ayuda al desarrollo
españoles van también fondos de ayuda al desarrollo considerados como AOD
de otros países que forman parte del Comité de Ayuda al Desarrollo y de
la Unión Europea y de otros países que además tienen, por otras vías,
como, por ejemplo, la de los retornos, mayores beneficios, directos o
indirectos, para su propio sector privado y su mundo empresarial.

Es absolutamente necesaria, como señalaba el señor Recoder, una
coordinación muy estrecha entre las dos comisiones interministeriales que
existen en la actualidad: la del Fondo de Ayuda al Desarrollo y la de
Cooperación Internacional, para que no haya solapamientos ni escisiones
en ese sentido.

En la ley de cooperación sí va a estar incluido el estatuto del
cooperante y le dedicamos toda la atención que requiere un tema del que
somos conscientes que tiene la mayor importancia. Somos conscientes del
desasistimiento que tiene en estos momentos el cooperante, el hombre que
hace cooperación en países muchas veces dificilísimos y en donde la
indefinición de su «status» puede llegar incluso a complicar su acción
profesional como cooperante. Por tanto, le prestamos toda la atención y
le damos la importancia que tiene a este tema y lo pensamos incluir en la
ley de cooperación.

La participación de empresas españolas en concursos de cooperación
internacional es tema que toco más extensamente al responder a alguna de
las preguntas que se me hacen en esta misma comparecencia, pero adelanto
que, efectivamente, desde la Secretaría de Estado de Cooperación, desde
la Agencia Española de Cooperación Internacional estamos poniendo todo el
interés necesario para llevar a la conciencia del sector privado la
importancia que tiene su participación en el proceso de cooperación
internacional y de ayuda al desarrollo; la necesidad de que no estén
ausentes de ese proceso; la conveniencia incluso, por razones de egoísmo
para estos sectores, de que estén presentes y de que hagan cooperación
internacional y ayuda al desarrollo de la forma más intensa y mejor
posible.

Estamos estudiando también Ðy con esto contesto a su última pregunta,
señor RecoderÐ la prestación social sustitutoria y su inclusión en los
programas de cooperación internacional, con el ánimo de hacer posible que
la prestación social sustitutoria sea viable por ese camino de la
participación en programas de cooperación internacional.

Comparto con el diputado señor Hernando, portavoz del Grupo Popular, como
dije antes, el deseo de SS. SS. de que cuanto antes este PACI 95, igual
que el PACI, seguimiento, 93, esté en sus manos. Hemos compartido desde
el principio las preocupaciones Ðrespondo a su segunda preguntaÐ de la
Cumbre Social que está celebrándose en estos momentos en Copenhague y,
por supuesto, no solamente a la propuesta del 20/20, sino a todas y cada
una de las propuestas que se aprueben en esa Cumbre responderemos con las
acciones que deban ser tomadas desde la Secretaría de Estado de
Cooperación y desde la Agencia, al nivel en que los organismos públicos
deban comprometerse con las decisiones adoptadas en Copenhague. Somos los
primeros interesados en hacer reales y efectivas las decisiones que en
esa Cumbre se adopten, que consideramos de la mayor importancia y a la
que, como S. S. conocen, asistirá, en su fase final, el propio Presidente
del Gobierno.

Sí tenemos en cuenta el índice de libertad humana en los programas de
cooperación. Esa es una pregunta que en reiteradas ocasiones se me ha
formulado en esta o en otras comisiones y a la que siempre hemos
contestado que, en la medida en que esa libertad y ese «status» del ser
humano se violen y haya violaciones serias, hay una reacción y respuesta
correspondiente desde la cooperación hecha por España; en la medida en
que tengamos que responder, responderemos. Pero, repito, una vez más, que
siempre se han tomado las correspondientes decisiones tratando de que se
dañe lo menos posible a las poblaciones de esos países. No se hace ningún
favor a las poblaciones de los países menos desarrollados castigándolas
cuando hay violaciones de derechos humanos. Tenemos que ser muy claros en
este tema y, al mismo tiempo, ser conscientes de que muchas veces la
exigencia de homologar estatus de carácter político en países
desarrollados, menos desarrollados o subdesarrollados es una quimera
difícilmente alcanzable, y en el momento de tomar decisiones hay que
tener en cuenta que pueden afectar al bienestar de la ciudadanía de esos
países.

Hablé antes del sector privado, vía Ley del Mecenazgo y vía contactos y
reuniones con ese sector, a fin de que participe cada vez más en acciones
de ayuda al desarrollo y de cooperación internacional. Responderé a la
condonación de la deuda --sobre lo que me ha preguntado el Grupo
Popular-- cuando me refiera a las preguntas que tengo pendientes.

Me han hecho una pregunta sobre los créditos de ayuda al desarrollo en el
borrador de anteproyecto que, al parecer, posee el Grupo Popular. Ha
habido varios borradores y presentaciones de distinta índole. Aceptamos
que uno de los mecanismos de la cooperación internacional es la ayuda
financiera reembolsable y no reembolsable Ðasí lo queremos hacer constar
en el último borrador del anteproyectoÐ, pero lo que ocurre es que en el
último borrador no recogemos la vía financiera de ninguna forma, mientras
que en otro inicial se hacía referencia a unos créditos al desarrollo que
se llamaban así porque sería el nombre que mejor correspondería al
objetivo real de esos créditos, sabiendo como sabíamos de antemano que
los fondos de ayuda al desarrollo iban a ser cambiados en su nominación
por el Ministerio y la Secretaría de Estado de Comercio. Eso es lo que
posiblemente ha dado lugar a las contradicciones o malentendidos que este
tema haya podido producir. No hemos tenido tiempo de estudiar los efectos
que la devaluación que conocemos hoy pueda tener en nuestras
contribuciones a organismos multilaterales o en nuestras acciones de
cooperación internacional y de ayuda al desarrollo. Es cierto que los
recortes presupuestarios que se produjeron recientemente afectan también
a la Agencia y a la Secretaría de Estado en una medida relativamente
reducida. En realidad, lo que ha supuesto el recorte efectivo de



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la ayuda en la Agencia o en la Secretaría de Estado se ve ampliamente
compensado, por lo que supone de posibilidades de programas y acciones,
como consecuencia de la mayor cantidad de recursos de que se dispone por
la vía del 0,35 e incluso del 0,50 por ciento.

Nosotros hemos solicitado que las ayudas a los países de Europa central y
oriental sean contabilizadas como ayudas oficiales al desarrollo. Es un
tema que se debate en la Comunidad. Hay posiciones enfrentadas. Hasta la
fecha no lo han querido aceptar. Se considera que están en una lista
especial de países en vías de transición y el dinero que se invierte en
programas no se estima como ayuda oficial al desarrollo hasta la fecha.

No es precisamente el Ministerio de Hacienda el que falta en el PACI;
falta el Ministerio de Justicia e Interior por entregarnos los datos, y
supongo que lo hará en breve.

Ya me he referido al nivel de compromiso de la Secretaría de Estado y de
la Agencia con las conclusiones de la Cumbre. Cumpliremos con los
compromisos que se deriven de esa Cumbre.

En cuanto al FAD, como dije antes, nosotros consideramos que lo que
tienen que hacer esos créditos es cumplir con las condiciones que exigen
el Comité de Ayuda al Desarrollo, ni más ni menos. Tampoco hay que pedir
a los fondos de ayuda al desarrollo más que lo que se les exige a
créditos similares de otros países que también están en el CAT y que,
como decía antes, tienen, por otra parte, unos retornos, de los que luego
hablaré brevemente, más importantes de los que tiene España.




El señor PRESIDENTE: Se suspende la sesión por cinco minutos. (Pausa.)
COMPARECENCIAS (CONTINUACION):



--DE DOÑA ANA MARIA RUIZ-TAGLE MORALES, PRESIDENTA DE LA AGENCIA ESPAÑOLA
DE COOPERACION INTERNACIONAL, PARA INFORMAR SOBRE LA EJECUCION DE LOS
PROYECTOS DE COOPERACION. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO.

(Número de expediente 212/001349.)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión con el punto 2 del orden del
día: comparecencia de doña Ana María Ruiz-Tagle, Presidenta de la Agencia
Española de Cooperación Internacional, para informar sobre la ejecución
de los proyectos de cooperación, a petición del Grupo Socialista del
Congreso.

Tiene la palabra la Presidenta de la Agencia.




La señora PRESIDENTA DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION INTERNACIONAL
(Ruiz-Tagle Morales): Buenas tardes, señorías.

Quiero empezar esta comparecencia agradeciéndoles la oportunidad que se
me brinda de presentarme a esta Comisión para explicar los aspectos más
destacados de la ejecución de las acciones de cooperación que hemos
diseñado y programado para este año en la Agencia Española de Cooperación
Internacional. He solicitado comparecer ante la Comisión sobre
Cooperación y Ayuda al Desarrollo porque el momento me parece
especialmente importante, dado que se ha producido una extraordinaria
transformación tanto en la percepción --lo señalaban sus señorías-- que
sobre esta materia tiene la sociedad española como en el grado de
compromiso social y político alcanzado en los últimos meses.

Como reflejo de la importancia que este proceso está adquiriendo, los
medios de comunicación se hacen eco del papel de vanguardia que España
está asumiendo en un momento en que otros países donantes tienden a
recortar los fondos públicos destinados a la ayuda al desarrollo. Además,
llama la atención la coincidencia de este proceso con un momento en el
que, a pesar de que la sociedad española sale y se enfrenta a la salida
de una crisis cuya repercusión ha incidido sobre el empleo, no sólo no se
ha dejado de lado esta solidaridad nacional con otros pueblos sino que,
por el contrario, ésta ha crecido notoriamente entre nuestra ciudadanía.

Por consiguiente, las entidades que gestionamos los fondos públicos con
destino a la Ayuda al Desarrollo estamos obligados a redoblar nuestros
esfuerzos en favor de la eficacia y transparencia de nuestras
actuaciones.

Una buena parte del innegable avance en el grado de concienciación
responde, sin lugar a dudas, al amplio consenso social y político logrado
en la sociedad española. Gracias a las iniciativas de las organizaciones
ciudadanas más comprometidas con este tema, de las administraciones
(central, autonómica y local) así como de los órganos soberanos de
representación ciudadana (Congreso de los Diputados y Senado), la
cooperación para el desarrollo ha calado progresivamente en el tejido
social y hoy es parte de nuestro activo como país.

Es un hecho a destacar, igualmente, que la cooperación para el desarrollo
de España, que cuenta con poco más de una década de existencia, haya ido
elaborando, con el concurso de todas las fuerzas políticas representadas
en el Parlamento, su fundamento estratégico de actuación. Como saben SS.

SS., el 22 de noviembre del pasado año se elaboró el Informe de la
Ponencia del Senado de estudio de la política española de cooperación
para el desarrollo. En dicho documento se señala que las directrices
políticas enunciadas por el Gobierno en el año 1987 siguen de actualidad
y se reiteran y actualizan en el informe que SS. SS. aprobaron en la
anterior Legislatura, en el que se marcan las líneas y las orientaciones
de nuestra política de cooperación.

Voy a pasar por alto estas líneas y estas estrategias de cooperación,
toda vez que en su comparecencia el Secretario de Estado se ha extendido
en su exposición sobre esta materia y, como es lógico, este diseño de
política nos ha servido para establecer toda nuestra programación con
respecto a la ejecución de los trabajos de la Agencia española.

Ateniéndonos, como les decía, a estas líneas, directrices y
orientaciones, marcadas en la comparecencia del Secretario de Estado, es
obligado que nuestros proyectos partan de la premisa de que el ser humano
y su desarrollo social es el



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sujeto indiscutible hacia el que se dirigen todas nuestras acciones. Por
tanto, la tarea prioritaria de la cooperación para el desarrollo en este
sentido es poner en marcha programas concretos que contribuyan a la
erradicación del hambre, de la pobreza, de la malnutrición, así como a
garantizar el acceso de toda la población a los servicios sociales
necesarios sin los cuales no puede hablarse de un verdadero desarrollo.

En definitiva, señorías, es montar toda una estrategia de desarrollo.

Desde un punto de vista temático, se recomienda trabajar en tres áreas
fundamentales: en primer lugar, en el área de recursos humanos; en
segundo lugar, en el área de reforma del Estado y fortalecimiento
institucional y, en tercer y último lugar, en el área de la reforma de
las estructuras productivas, añadiendo a esta especialísima preferencia
lo que también se ha hablado con anterioridad de nuestra prioridad en
cuanto a dos áreas geográficas: Iberoamérica y el Magreb, países del
Mediterráneo. Adaptaré mi exposición a los sectores señalados en este
informe, con especial referencia a las áreas geográficas mencionadas.

En mi calidad de Presidenta de la Agencia, quiero transmitir a S. S. que
soy consciente de la enorme responsabilidad depositada en la institución
que presido y sinceramente espero que las acciones de cooperación en
marcha y el plan de trabajo que hemos diseñado en la Agencia para el
presente año, que a continuación les expondré en esta Comisión, darán
cumplida respuesta a la expectativa creada en nuestra sociedad.

Como saben SS. SS., la Agencia, organismo autónomo adscrito al Ministerio
de Asuntos Exteriores y dependiente de la Secretaría de Estado para la
Cooperación Internacional y para Iberoamérica, actualmente está
estructurada en dos direcciones generales, por un Real Decreto de 23 de
diciembre de 1994. Las dos direcciones generales son la antigua Dirección
General del Instituto de Cooperación Iberoamericano, conocido como ICI, y
la Dirección General del Instituto de Cooperación con el mundo árabe,
Mediterráneo y países en desarrollo. Además, la Agencia cuenta con un
gabinete técnico adscrito a la presidencia, encargado básicamente de las
relaciones con organismos multilaterales y de la coordinación de la ayuda
alimentaria y de emergencia, y una Secretaría General que se ocupa de la
gestión administrativa y presupuestaria. La Agencia tiene oficinas en el
exterior para el desarrollo de su acción de cooperación. Cuenta en la
actualidad con 28 oficinas técnicas de cooperación, de las cuales 20 se
ubican en Iberoamérica. Ultimamente la oficina técnica de Haití se ha
reabierto tras el regreso del Presidente Aristide. Además de estas 20
oficinas en Iberoamérica, hay tres en el área del Magreb y el resto en
Africa, en los países de Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial,
Filipinas, así como en Jerusalén. Además dispone de seis centros
culturales en Argentina, Brasil, Costa Rica, Paraguay, Perú y República
Dominicana, y tres centros de formación: el centro de Santa Cruz de la
Sierra, en Bolivia; el de Cartagena de Indias, en Colombia, y en
Guatemala, el centro de Antigua.

En términos presupuestarios saben SS. SS. que la situación ha variado de
forma considerable. Mientras que en el año 1994 ejecutamos un presupuesto
de 11.303 millones de pesetas, en este año la Agencia cuenta con un
crédito presupuestario, asignado en el programa 134 A de los Presupuestos
Generales del Estado, que asciende a 19.061 millones de pesetas; crédito
presupuestario ampliable en los términos recogidos en la disposición
adicional vigésima en el proyecto de ayuda al desarrollo en los países
del Tercer Mundo de la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Así
pues, señorías, disponemos de un crédito ampliable de 24.000 millones de
pesetas en el concepto 4.1.4, lo que totaliza, con la partida anterior de
crédito presupuestario de 19.000 millones, un total de 43.000 millones de
pesetas, más la posibilidad de ampliar esta aplicación, como saben SS.

SS., mediante la aprobación del Consejo de Ministros.

La composición o estructura del presupuesto de la Agencia en este
ejercicio goza, por tanto, de una cierta singularidad, toda vez que nos
tenemos que mover entre créditos presupuestarios y créditos ampliables.

Por ello, en esta comparecencia, en una primera aproximación, me creo en
la obligación de facilitar a SS. SS. cómo serán distribuidos estos 43.000
millones de pesetas entre las distintas unidades orgánicas de la Agencia.

Con destino a acciones de cooperación en sus distintas modalidades en los
países del área geográfica de Iberoamérica se destinan 14.000 millones de
pesetas, como ya ha dicho aquí en la comparecencia anterior el Secretario
de Estado. Idéntica cantidad, es decir, 14.000 millones de pesetas, se
destina al resto de los países con los que tenemos acciones de
cooperación: Magreb, Guinea, Africa Central, países del Mediterráneo y
Filipinas. Se destinan 9.000 millones de pesetas al gabinete de
presidencia en los capítulos o conceptos de ayuda alimentaria, de
emergencia humanitaria y en cooperación con organismos multilaterales y
distintos programas que en el apartado de proyectos concretos les
expondré a SS. SS. El resto de nuestro presupuesto hasta los 43.000
millones, se destina a atender las necesidades de la Secretaría General
en los capítulos de personal, gastos corrientes y atención a nuestros
centros y oficinas de cooperación.

Debo decir que constituye para mí un ejercicio de responsabilidad
política poder garantizar ante SS. SS. la total transparencia en la
gestión por parte de la Agencia de tan importantes cantidades destinadas
a ser empleadas, como no podía ser menos, a conjugar la eficacia y la
solidaridad. Entiendo con usted, señoría, que con unos presupuestos
elaborados con carácter restrictivo, con objeto de contener el déficit,
un incremento del gasto de esta naturaleza sólo se justifica cuando se
fundamenta en los principios de eficacia y de solidaridad.

Por otra parte, este incremento presupuestario, que amplía, como es
lógico, nuestra acción de cooperación, requiere un mayor esfuerzo y una
mayor dotación de recursos humanos. Por todos es sabido --S. S. también
al hablar de la ley de cooperación así lo ha hecho saber, en cuanto a su
preocupación por el estatuto del cooperante-- que existe un acuerdo
unánime en que la creciente complejidad metodológica y técnica de la
cooperación para el desarrollo exige unas dotaciones de personal con una
formación específica adecuada, es decir, una profesionalidad, a las
tareas que se ejecutan. Nuestra situación actual es transitoria.




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La aplicación de la reforma laboral al ámbito de la Agencia, tanto en sus
servicios centrales como en el exterior, nos ha situado en la necesidad
de trabajar en una relación de puestos de trabajo con una intención clara
de abrirnos camino en la funcionarización del personal. Mientras tanto,
es nuestro firme propósito, a fin de no aumentar los capítulos 1 y 2,
dedicados a personal y gastos corrientes, gestionar los recursos del
crédito ampliable previsto asignado al capítulo 4 a través de
contratación externa, subvenciones y consultoría.

Acciones y actuaciones de la Agencia. Como saben SS. SS., la Agencia
realiza acciones de cooperación en tres modalidades: cooperación
multilateral para el desarrollo, cooperación multibilateral para el
desarrollo y cooperación bilateral.

Cooperación multilateral para el desarrollo. El área de organismos
multilaterales se ha ido conformando dentro del Gabinete Técnico de la
Presidencia de la Agencia para el seguimiento de los diversos programas,
fondos y agencias especializadas del sistema de Naciones Unidas dedicado
a la cooperación técnica para el desarrollo. La presencia española en los
mismos se ha ido haciendo imprescindible por razón de la materia y por la
condición de donante de España, reforzada por su incorporación al Comité
de Ayuda al Desarrollo en el año 1991.

Los organismos multilaterales con los que mantenemos más estrechas
relaciones, en la medida en que su orientación coincide con nuestros
objetivos, son: el Programa y Fondo de Cooperación creado por el Consejo
Económico y Social de Naciones Unidas, así como el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo, Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, Fondo de Naciones Unidas para la Población y Unicef. También
mantenemos contactos permanentes con las grandes agencias especializadas,
como es la Organización Internacional del Trabajo, la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), la Organización
Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y
Organizaciones de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, así como
con otros organismos internacionales fuera del sistema de Naciones
Unidas, como son el Centro Norte-Sur del Consejo de Europa, la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza y, por último, la
Organización Iberoamericana de Seguridad Social.

Nuestro interés en seguir estrechando nuestros lazos de colaboración con
estos organismos internacionales es doble. En primer lugar, porque
queremos incrementar la presencia española en su estructura organizativa
y, por otra parte, porque deseamos estar presentes en la ejecución y
seguimiento de sus programas y proyectos multilaterales de asistencia
técnica al desarrollo.

Quiero recordar a SS. SS. cuando, en la comparecencia del Ministro de
Asuntos Exteriores, el día 10 de octubre, éste decía que España es el
noveno país contribuyente al sistema de Naciones Unidas y que, en el día
de hoy, estamos al corriente en el pago de nuestras cuotas. De ahí que
España tenga aún un papel importante en el seno de la comunidad
internacional. Por ello, estamos dispuestos a coordinar todas nuestras
acciones con otros donantes y con organismos multilaterales,
especialmente de la Unión Europea, a fin de conseguir un valor añadido
para esta cooperación.

Se había dicho que nuestra cooperación, nuestras acciones de cooperación,
tenían un desequilibrio entre la modalidad de cooperación bilateral y la
cooperación multilateral. Por ello hemos querido, señorías, en el diseño
de las acciones de cooperación de este ejercicio presupuestario, tender a
este equilibrio. Voy a concretar a SS. SS. alguna cifra y programa
relativo a este área. Para el año 1995, tenemos previsto destinar en
torno al 10 por ciento de los presupuestos de 43.000 millones a este
área.

Entre las distintas actuaciones que destacamos figuran las siguientes:
Vamos a colaborar con la Organización Iberoamericana de Seguridad Social
en cuatro programas, centrados en el área de formación y fortalecimiento
de los sistemas de Seguridad Social iberoamericanos, con un monto
superior a los 250 millones de pesetas.

Con la Organización Internacional del Trabajo también se llevarán a cabo
varios programas, con un volumen de recursos superior a los 380 millones
de pesetas, destinados a contribuir a la abolición del trabajo infantil a
través de mejoras de la capacidad institucional pública y privada de los
países mandantes de la OIT. Así también, tiene otro programa, como la
creación de empresas en Marruecos y reconversión laboral en los países de
la subregión andina.

Vamos a colaborar también con distintas agencias especializadas de
Naciones Unidas, como el Fondo de Población de Naciones Unidas. Después
de la Conferencia de El Cairo, España, entre los compromisos que
contrajo, firmó un convenio con el Fondo de Población para trabajar en el
mundo árabe en el tema de la mujer, con un núcleo de beneficiarias de
35.000 mujeres de esta zona. Igualmente, en este año se va a firmar un
plan operativo con este Fondo, así como con Unicef y con PNUD. En
términos globales, destinaremos a este apartado una cantidad cercana a
los 1.000 millones de pesetas.

Por último, para no cansar a SS. SS., les citaré nuestros programas
conjuntos con la OPS, Organización Panamericana de la Salud, destinado a
la erradicación del sarampión, al control de enfermedades infecciosas,
diarreas, al fomento de investigación y a la capacitación técnica en este
área. En esta línea de colaboración, destinaremos un montante de 425
millones de pesetas. Como verán SS. SS., nuestra participación en
organismos multilaterales beneficia, por consiguiente, no sólo a la
Administración del Estado, autonómica, local e institucional, sino al
resto de la sociedad civil, es decir, a expertos, empresas y
organizaciones no gubernamentales.

Junto a la cooperación multilateral, les hablaba a SS. SS. de la
cooperación multibilateral para el desarrollo. Hemos consolidado,
igualmente, dentro del gabinete técnico de presidencia de la Agencia, en
torno a un núcleo que ya existía, una unidad dedicada a la selección de
personal español para los concursos internacionales convocados por el
sistema de Naciones Unidas. En especial, es competencia de este servicio
la presentación de candidatos para los correspondientes programas de:
primero, programa de jóvenes profesionales en práctica; en segundo lugar,
programa



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de voluntarios de Naciones Unidas; y en tercer lugar, programa de
expertos asociados para los diferentes organismos internacionales.

En relación con el primer programa, jóvenes profesionales en práctica,
con el PNUD, le diré que vamos a invertir alrededor de 150 millones de
pesetas y, en este caso, para que, en este año, 15 jóvenes expertos
españoles en materias relacionadas con la gestión y ejecución de
proyectos de cooperación para el desarrollo puedan trabajar o bien en la
sede central de PNUD, en otras agencias o bien en países en vías de
desarrollo.

En segundo lugar, programa de voluntarios de Naciones Unidas. Debo decir
que el pasado año hemos recibido muchas más candidaturas de las que
podíamos admitir. En 1994 trabajaron voluntarios españoles en países de
Centroamérica, y hemos querido este año, habida cuenta de que contábamos
con más presupuesto, incrementar claramente el número de nuestros
voluntarios. Lo hemos incrementado a 50 nuevos voluntarios, prorrogando a
los siete antiguos que teníamos en el proyecto del año anterior. Para
este programa pensábamos destinar en el presente ejercicio 200 millones
de pesetas.

Por último está el tercer programa de jóvenes expertos españoles que se
incorporarán a trabajar en la delegación que la Unión Europea tiene en
países de Africa, Caribe y Pacífico. También para esta finalidad hemos
previsto destinar 100 millones de pesetas.

Por otra parte, seguimos interesados en que nuestros jóvenes se
incorporen a los organismos internacionales, consagrados a tareas de
cooperación técnica, que es el programa general de expertos asociados, al
cual destinaremos 200 millones de pesetas. Gracias a todo este conjunto
de iniciativas y programas, alrededor de 100 profesionales españoles se
incorporarán este año a programas de colaboración con Agencia y
organismos internacionales, con lo que habremos logrado incrementar
significativamente la presencia española en los mismos.

También, y dentro de esta cooperación multibilateral y concretamente en
el área Iberoamericana, está previsto llevar a cabo programas de
cofinanciación con la Unión Europea, con el PNUD, con el BID, Banco
Interamericano de Desarrollo, y con la Conferencia de Naciones Unidas de
Comercio y Desarrollo, por un total de 800 millones de pesetas.

En tercer lugar, hablábamos de la cooperación bilateral. Hasta ahora la
Agencia ha venido trabajando en proyectos y programas que abarcan la
práctica totalidad de los terrenos relativos a recursos humanos en todos
sus aspectos, siempre en función, como es lógico, de la identificación de
los mismos que asegurasen su utilidad y su viabilidad. No obstante, han
existido ya, desde el inicio de nuestra acciones de cooperación, sectores
con los que la Agencia ha logrado trabajar con más ventaja, gracias o
bien a la cualificación técnica o bien a la dotación de medios con que
cuenta nuestro país. A este respecto, hay que hacer mención, y así lo ha
hecho el Secretario de Estado y así está en nuestras líneas estratégicas
de desarrollo, que hemos trabajado fundamentalmente en sectores de
educación y capacitación, en sectores de sanidad, de desarrollo humano y
agropecuario, en servicios sociales y fortalecimiento institucional. Pero
también, junto a estas líneas de trabajo, se han incorporado en los
últimos años otros programas derivados de nuevas demandas de la comunidad
internacional y de nuestra parte. Este es el caso de los programas de la
mujer y, fundamentalmente, también de los programas de ambiente y
conservación de los recursos naturales.

Quiero llevar muy brevemente al ánimo de SS. SS. un esbozo de las líneas
definitorias de cada sector, hablando de algunos proyectos y programas.

En primer lugar, en esta cooperación bilateral tenemos el programa de
ayuda alimentaria y de emergencia. La ayuda alimentaria consiste, como
saben SS. SS., en la aportación de productos alimentarios a países en
vías de desarrollo que tienen dificultades de autoabastecimiento, con el
propósito de garantizar su seguridad alimentaria. Es, por tanto, este
programa un instrumento de cooperación para el desarrollo que debe de
conjugarse con los demás instrumentos y mecanismos. La ayuda de
emergencia, por otra parte, trata de paliar situaciones críticas
originadas en catástrofes naturales o bien desastres provocados por el
hombre. Ambas modalidades las englobamos bajo el epígrafe de ayuda
humanitaria. Nuestra labor fundamental consiste en la gestión de la ayuda
alimentaria y de emergencia, realizada por el Gobierno español a países
en desarrollo canalizada por esta vía.

Como saben SS. SS., por acuerdo del Consejo de Ministros del 26 de junio
de 1992, se designó a la Agencia española como organismo encargado de la
gestión de los envíos de ayuda alimentaria del Reino de España,
derogándose el acuerdo que existía hasta entonces de que fuese el
Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. El Programa de ayuda
alimentaria se sustenta en dos compromisos. Por una parte, España forma
parte del Convenio Internacional de ayuda alimentaria, dependiente del
convenio internacional del trigo desde su origen en el año 1980. Desde
entonces la contribución anual mínima es de 20.000 toneladas en cereales
y productos similares. En segundo lugar, el otro compromiso es la reserva
alimentaria internacional de emergencia que es gestionada por el programa
mundial de alimentos. Desde el año 1981 España ha adquirido el compromiso
de contribuir anualmente con un mínimo de 10.000 toneladas de cereales o
su equivalente en efectivo.

En lo referente a ayuda alimentaria, me gustaría destacar también nuestro
trabajo en el ámbito de la Unión Europea, donde nos corresponde la
titularidad del Comité de Ayuda Alimentaria de la Comunidad, con
periodicidad bimestral, coordinando los distintos departamentos
ministeriales españoles implicados en el tema. También nos ocupamos del
seguimiento y de la participación española en estos temas. A través de
estos foros no sólo se realiza una contribución española a la formación
de la voluntad comunitaria en este tema, sino que se obtiene y distribuye
información privilegiada para las empresas españolas, algo que S. S.

trataba con anterioridad en la comparecencia del Secretario de Estado.

Por otra parte, también se cubren otros foros internacionales,
especialmente del sistema Naciones Unidas, como es el Programa mundial de
alimento y su órgano



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de gobierno el Comité de programas y políticas alimentarias.

La gestión de las ayudas alimentarias implican el desplazamiento a los
puertos de salida de los embarques del personal del Departamento, para
comprobar y firmar el acta de reconocimiento del suministro, junto con
los representantes designados por la Intervención General del Estado.

Para el año 1995 tenemos previsto incrementar fuertemente nuestras
partidas de ayuda alimentaria, hasta alcanzar una cantidad cercana a
2.350 millones de pesetas, que van dirigidos básicamente a los distintos
países. En el área Iberoamericana hemos centrado estos programas de ayuda
alimentaria en República Dominicana, Perú, Haití, El Salvador, Honduras,
Nicaragua, Cuba. En el resto del mundo, hemos fijado como objetivo:
Egipto, Filipinas, refugiados saharauis, territorio palestino y Angola.

A la ayuda de emergencia, como las situaciones que se trata de paliar
son, en muchos casos, por su propia naturaleza, imprevisibles, pensamos
destinar un volumen de fondo en torno a los 1.500 millones de pesetas,
aunque, como el crédito es ampliable, se podrá incrementar si se produce
alguna catástrofe como la de Ruanda, que ha sido un hito en nuestra
cooperación. Por estos 1.500 millones de pesetas, que en principio hemos
presupuestado, irán básicamente destinados, por una parte, a continuar,
en colaboración con ACNUR, con nuestras actuaciones con los refugiados
ruandeses, apoyando su repatriación y creando las condiciones e
infraestructuras necesarias para su reinstalación, así como atendiendo a
las necesidades más inmediatas de los refugiados en los distintos campos.

También queremos impulsar nuestra ayuda hacia esa zona a través de
diferentes organizaciones no gubernamentales con las que ya en el pasado
año hemos venido colaborando estrechamente con resultados más que
satisfactorios. También en esta materia de ayuda de emergencia
colaboraremos con la Cruz Roja y contribuiremos a cubrir los llamamientos
internacionales para operaciones de socorro con materiales de primera
necesidad.

Quizá también merezca destacarse entre nuestras iniciativas la
financiación de los llamamientos de Naciones Unidas en proyectos
destinados a atender las necesidades inmediatas de familias sin recursos
en Haití, que serán ejecutados por organizaciones no gubernamentales
españolas. Asimismo, en el año 1995 nuestras actuaciones de emergencia
darán prioridad a zonas de nuestro continente, como la antigua Yugoslavia
y Chechenia, castigadas recientemente como saben SS. SS. por los
conflictos bélicos.

Por último, y en el ámbito del gabinete, llevaremos adelante acuerdos de
colaboración con distintas entidades, instituciones, organizaciones no
gubernamentales, al objeto de impulsar en régimen de cofinanciación
programas y proyectos de cooperación, entre los cuales se pueden destacar
los siguientes: por ejemplo, cursos de derechos humanos en distintos
países, reuniones de organizaciones no gubernamentales latinoamericanas
preparatorias de la Comisión de desarrollo sostenible de Naciones Unidas,
aportación al fondo especial para las actividades sobre la participación
de la mujer en el desarrollo del CAD, contribución al foro de
organizaciones no gubernamentales de la conferencia mundial de Pekín,
etcétera.

En el diseño de las acciones de cooperación, dentro de esta modalidad que
venimos examinando, a continuación y brevemente, porque no quiero cansar
a SS. SS. (después ante sugerencias, cuestiones o reflexiones que
planteen podré detallar más), voy a intentar, porque la materia es muy
amplia, plantearles los programas de cooperación que tenemos en el área
iberoamericana y en el área del Magreb, países mediterráneos y otros
países en desarrollo.

En el área iberoamericana, en el tema de recursos humanos tenemos el
programa de becas y acciones de formación. La Agencia, a través de su
Instituto, ofrece un programa de becas con el objetivo primordial de
contribuir a la formación de recursos humanos como medio que permita
sentar las bases y consolidar el potencial de desarrollo de aquellos
países. Invertir en educación, siempre lo hemos dicho, es invertir en
desarrollo. En este programa de becas tenemos una convocatoria general de
becas --me refiero siempre al área de Iberoamérica-- que para el curso
1995-96 asciende a un total de 1.000 millones de pesetas y del que se
benefician 1.200 becarios. Junto a ello tenemos un programa de becas
MUTIS. Este programa se aprobó en la segunda cumbre iberoamericana de
jefes de Estado y de Gobierno, como saben sus señorías. Para este
programa se ha aprobado en este año 1995 una dotación de 400 millones de
pesetas, poniéndose en marcha con el espíritu de que estas becas sean
consideradas de excelencia, tanto por los centros receptores becarios
como por los candidatos que las soliciten y que avalan el alto nivel de
sus expedientes académicos.

En tercer lugar, tenemos el programa de Intercampus América
Latina-España, España-América Latina que comenzó, como saben SS. SS., en
el año 1994. Es un programa de cooperación en el ámbito universitario,
orientado a impulsar la participación de estudiantes, jóvenes licenciados
y profesores en la acción exterior, aportando un cauce a su capacidad de
contribuir al desarrollo de las sociedades iberoamericanas, al
acercamiento de las mismas y a su vinculación. En el año 1995 este
programa tiene previsto destinar un crédito presupuestario de 500
millones de pesetas y afectará a más de 700 estudiantes y 200 profesores.

En cuarto lugar, y también dentro de formación de recursos humanos,
tenemos un programa de formación intensiva teórico-práctica en empresas e
instituciones. Tal programa consiste en la realización de pasantías de
técnicos iberoamericanos en empresas o instituciones españolas por
períodos entre seis y ocho semanas, destinado a la mejor formación en
sectores productivos con una clara repercusión en los procesos de
desarrollo social, tales como gestión hospitalaria, recursos naturales y
problemas de hacienda pública. En el presente ejercicio se destinarán
alrededor de 800 millones de pesetas a este programa.

Junto a ello, y en quinto lugar, está el programa Ibercomett. Esta
iniciativa busca la inserción durante nueve meses de profesionales
iberoamericanos en empresas españolas, con objeto de que realicen un
amplio período de práctica en materias vinculadas directamente con su
formación



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teórica. Como ven SS. SS., el tema de la vinculación de nuestras empresas
con la sociedad ha sido una preocupación. El volumen de recursos con que
hemos dotado a los presupuestos de este año a este programa asciende a
100 millones de pesetas.

Igualmente, y en sexto lugar, tenemos el programa Universidad-empresa.

Para la Agencia es una línea prioritaria apoyar y profundizar en las
conexiones entre la universidad y el mundo empresarial. En este sentido
hemos dotado esta iniciativa con un programa de cooperación
Universidad-empresa, dotado con 250 millones de pesetas, que favorecen la
interrelación entre ambas, de forma que pueda estructurarse una relación
continua y regular. Las instituciones adecuadas que sirvan para
garantizar este vínculo pueden ser las fundaciones. Esto lo hemos
estudiado después de la aprobación de la Ley de fundaciones y mecenazgo,
pensando que éste es un campo en el que especialmente puede ser
importante utilizar estos mecanismos.

Adicionalmente a las actuaciones que les he mencionado y para cursos de
alfabetización y educación básica se destinan también en el área de
Iberoamérica 215 millones de pesetas. En conjunto y en este capítulo de
formación de recursos humanos se van a destinar en el área del Instituto
de Cooperación Iberoamericana un total de 3.050 millones de pesetas.

En el área de sanidad --sigo igualmente dentro del área de
Iberoamérica--, uno de los ejes prioritarios de nuestra cooperación para
el desarrollo, nos hemos ajustado en los últimos años a las
recomendaciones de los organismos y agencias internacionales del sistema
de Naciones Unidas y a los acuerdos suscritos por el Gobierno español que
hacen hincapié en la atención primaria y preventiva en todo lo que se
refiere al área de salud. La contraparte normalmente son los sistemas
sanitarios públicos de cada país. Como saben SS. SS. el punto inicial de
nuestra acción de cooperación se derivó de los compromisos contraídos por
el Gobierno español en la primera conferencia de Madrid, titulada:
Contadora Salud para la Paz en Centroamérica y Panamá, que auspiciada por
la Organización Mundial de la Salud y por la Organización Panamericana de
la Salud tuvo lugar en el año 1985. España asumió la responsabilidad de
actuar en tres de los siete campos prioritarios. A nivel de recordatorio
estas prioridades en el campo sanitario para España eran: formación de
recursos humanos, fortalecimiento de los servicios de salud y
medicamentos esenciales. Siguiendo estas prioridades el programa
sanitario en Iberoamérica contará para el año 1995 con un presupuesto de
1.000 millones de pesetas, una de cuyas concreciones --y que se ha
firmado hace escasamente unos días-- es un convenio con el Gobierno de
Colombia en relación con la vacuna del doctor Patarroyo para conseguir un
plan de urgencia y preventivo en tres países: Bolivia, creo recordar,
Filipinas y Tanzania.

El área de reforzamiento institucional es un área, como les decía a SS.

SS., de acción preferente en nuestras acciones de cooperación, tanto en
lo que se refiere a la captación técnica de los profesionales al servicio
de la Administración pública como de la gestión de los servicios que
desde las distintas instituciones del Estado se ofrecen a la sociedad.

Para la Agencia este área siempre ha tenido una especial dedicación,
máxime en este momento en que en Latinoamérica todos los países tienen
gobiernos democráticos y en tanto que la mejora de su capacidad pública
contribuye, sin lugar a dudas, a esa consolidación democrática. Ejemplo
de ello es que en el acta de nuestras comisiones mixtas, el marco
jurídico en el que nos movemos, de Gobierno a Gobierno, hemos hecho un
apartado especial para el tema del reforzamiento institucional.

Conscientes de nuestra posición y experiencia en este terreno, la Agencia
continuará ejecutando en 1995 programas y proyectos concretos en campos
diversos como, por ejemplo, registro civil sistemas, informáticos,
seguridad social, materia laboral, procesos electorales, sistema
judicial, hacienda pública, etcétera, todo ello bajo el paraguas de las
comisiones mixtas. Para la cobertura de estos programas y proyectos de
comisiones mixtas tenemos un crédito presupuestario consignado de 3.735
millones de pesetas, distribuido entre todos los países latinoamericanos,
en una media de 250 millones anuales, menos en Argentina, Méjico y El
Salvador, para los que, como el Secretario de Estado decía en su
comparecencia, este año se han creado tres fondos mixtos que darán
cobertura a proyectos y programas de cooperación gestionados y
cofinanciados con los países receptores, aportando España un total de
1.000 millones de pesetas.

Otra área, señorías, es la del desarrollo social y económico. Esta área
se ocupa tanto a nivel de desarrollo de la población rural, núcleos de
población más desasistidos, como de poblaciones marginales en las
ciudades. La dotación presupuestaria en materia social es para el año
1995 de 400 millones de pesetas, y en materia laboral, para creación y
fomento del empleo, creación de cooperativas, se ha dotado con 200
millones de pesetas. Igualmente, estimular la consolidación de un tejido
industrial en los países en desarrollo constituye una de las premisas
importantes para garantizar este desarrollo económico. Para ello hemos
puesto en marcha proyectos de apoyo técnico y financiero a pequeñas
empresas, promoviendo el desarrollo empresarial a través de la
articulación de fondos de crédito y ahorro. Por ello contamos con
instrumentos, conocidos ya por SS. SS., como es el fondo de ayuda a
equipamiento, consistente en la exportación de bienes de equipo
fabricados por empresas españolas hacia los países en desarrollo, sin que
éstos tengan que realizar una transferencia de divisas. Para el ejercicio
presupuestario hemos destinado 2.000 millones de pesetas a los siguientes
países: Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Perú.

Por último, y también para el área iberoamericana, están los programas en
el área cultural. Utilizando la red de centros culturales --que antes
expresaba a S. S.-- que tenemos en Latinoamérica, y en los casos en que
no existan, a través del consejero cultural de la embajada, hemos dotado
este programa con 500 millones de pesetas, con una cierta flexibilidad
que iremos cerrando trimestralmente.

Asimismo, financiaremos programas derivados de las cumbres
iberoamericanas --y también ha hecho referencia a ello el Secretario de
Estado--, como son: programa Citec, televisión educativa, programas de
alfabetización, programas



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de fondos indígenas y programas de desarrollo estratégico de las
ciudades. Todo ello con un montante de 700 millones de pesetas.

Para finalizar con el plan de programación y propuestas presupuestarias
de este Instituto, se destinará una partida de 300 millones de pesetas
para trabajos técnicos, seminarios, conferencias y, fundamentalmente,
para evaluación y programación, porque entendemos, señorías, que es
fundamental estar evaluando continuamente los programas, para ver si
cumplen el objetivo previsto.

Pasamos ahora al área de cooperación en el mundo árabe, mediterráneo y
países en desarrollo. Igualmente, seguiré la distribución por proyectos y
programas y las dotaciones o créditos presupuestarios que hemos destinado
a los mismos.

En cuanto a recursos humanos, hay que citar el programa de becas y
acciones de formación. Aunque responde a la misma idea de la convocatoria
general de becas, sin embargo tiene algunas singularidades que haré saber
a sus señorías. En el Magreb y Oriente Medio, se destinará un total de
350 millones de pesetas para 300 plazas, con un claro perfil de
asistencia técnica y formación profesional en sectores industriales, así
como en labores de promoción de la cultura española, en colaboración con
el Instituto Cervantes, fortaleciendo los puestos de lectorado en los
países árabes.

En el Africa subsahariana los programas educativos que llevamos a cabo
están concentrados principalmente en los esfuerzos en Guinea Ecuatorial,
Angola, Mozambique y, en un futuro próximo, en Suráfrica, y consisten,
básicamente, en apoyar la formación in situ en todos sus niveles y
también en el apoyo a la enseñanza del español. Para este programa en
Africa subsahariana destinaremos un crédito de 500 millones de pesetas.

Países asiáticos. En el año 1995 llevaremos a cabo programas de formación
y de promoción cultural en países como China, Filipinas, Malasia,
Indonesia, consistente en dotaciones de becas, intercambios de docentes,
manifestaciones culturales españolas, así como el envío en ocasiones de
material didáctico y de apoyo a la difusión del español. A este conjunto
de acciones de carácter educativo y cultural vamos a destinar 270
millones de pesetas.

Por último, tenemos previsto realizar otros programas de carácter
cultural en el Magreb, en el Africa subsahariana y en los países
asiáticos, por un montante global entre los tres espacios geográficos de
500 millones de pesetas.

El área sanitaria. En programas sanitarios en el área del Magreb, área
prioritaria para España, como le consta a S. S., y como ha quedado
también aquí expresado esta tarde, están programadas para el año 1995
acciones de cooperación sanitaria por un total de 350 millones de
pesetas. Entre ellas le destacaré por su importancia, en primer lugar, un
plan de choque para reducir los índices de mortalidad infantil,
reforzando los programas de salud materno-infantil mediante la dotación
de equipamiento y recursos humanos. A su vez, vamos a impulsar la
creación de centros de salud para dar cobertura a los barrios populares y
marginales de las grandes ciudades del Magreb, colaborando además en la
creación de un servicio de urgencia hospitalaria y, concretamente, con un
plan piloto en la ciudad de Larache. En Africa subsahariana la tarea
primordial que nos planteamos es fortalecer los sistemas básicos de
salud, especialmente en los servicios de maternidad y de pediatría.

También estamos financiando centros para atención de enfermedades
tropicales, como por ejemplo, en Guinea Ecuatorial, dos laboratorios, uno
en Bata y otro en Malabo. En el año 1995 los fondos presupuestados para
atender estos programas rondarán los 442 millones de pesetas.

El reforzamiento institucional también entendemos que es fundamental en
esta área geográfica. En los países árabes y mediterráneos durante este
año se celebrarán comisiones mixtas con Marruecos, Túnez, Mauritania,
Siria y los territorios ocupados, teniendo previsto un montante global
para la cooperación científico-técnica de alrededor de 4.741 millones de
pesetas. La manera en que los repartiremos, para no cansar a SS. SS. con
cifras, oscilará entre Marruecos, con 1.800 millones de pesetas, pasando
por Mauritania, con 525 millones de pesetas; Túnez, 962 millones de
pesetas, hasta Siria, 100 millones, y Líbano, 60 millones. De esta
cantidad se destinarán partidas importantes para el programa de
reforzamiento institucional.

En Africa subsahariana igualmente, dentro de nuestras acciones de
cooperación con carácter preferente, daremos nuestro apoyo decisivo, como
no podía ser menos, a los procesos de democratización, toda vez que
cualquier acción de cooperación necesita un entorno que garantice el
respeto a los derechos humanos y un proceso de paz para que los mismos
redunden en favor de la población. Creo, señorías, y también se ha
señalado entre esas prioridades aquí esta tarde, que la paz y las
garantías de la seguridad humana individual o colectiva son fundamentales
para acciones de cooperación. En los últimos años, en diversos países del
área subsahariana, se ha iniciado una participación democrática que
demanda apoyo técnico en la organización de sus procesos electorales.

Ultimamente hemos estado en la consulta electoral en Mozambique, con una
serie de observadores de derechos humanos donde la Agencia ha tenido un
papel destacado tanto en cuanto al número de observadores como a la
calidad de los mismos, hasta el punto de que tres de ellos han sido
solicitados en Naciones Unidas para que vuelvan a prestar estos servicios
en Ruanda. En el año 1995 tenemos previsto llevar adelante distintos
programas de asesoramiento institucional destinados primordialmente a
estos procesos, así como a elaborar programas de registros civiles y de
documentos de identidad. Para la cobertura de estos programas hemos
destinado una cantidad de 550 millones de pesetas.

En el área de desarrollo social y económico, con especial interés, les
expondré los programas distinguiendo entre países árabes, mediterráneos,
Africa subsahariana y países asiáticos. Principalmente en el Magreb
tenemos un proyecto piloto que les voy a describir, porque pienso que
tiene especial relevancia en el debate que nos ocupa aquí esta tarde y
que afectará a 16.000 hectáreas; con este proyecto, a través de diversas
acciones, se luchará contra la erosión, se mejorará el aprovechamiento
del potencial agrícola y ganadero, fomentando el empleo y contribuyendo



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así a la disminución del éxodo rural. Tal proyecto va a tener un núcleo
de beneficiarios de una población de alrededor de 30.000 personas.

También queremos contribuir al incremento de la capacitación técnica con
la creación de un centro de formación y demostración en la utilización
del agua y aprovechamiento óptimo de técnicas de regadío en Marruecos.

Asimismo, en colaboración en este caso con el Ministerio de Agricultura,
estamos trabajando en el aprovechamiento de algunas especies vegetales
para conseguir alimentos destinados al ganado. Además trabajaremos en el
ensayo de variedades y técnicas de cultivos frutales.

Para desarrollar estas actuaciones en el ámbito agropecuario en los
países del Magreb contamos con una cantidad cercana a los 1.000 millones
de pesetas. En el Africa subsahariana, en el sector agropecuario,
pondremos en marcha muy especialmente proyectos para la creación de
unidades agrícolas en régimen de cooperativa. Por tanto, queremos también
contribuir a la formación en el sector pesquero y en la producción del
aceite.

En los países asiáticos, en Filipinas, principal receptor de nuestra
cooperación en Asia, como saben SS. SS., vamos a impulsar un proyecto de
desarrollo rural integrado como continuación de la financiación de
proyectos productivos y sociales en los que ya veníamos trabajando.

También trataremos de mejorar la agricultura mediante la introducción de
filtros biológicos. A todas estas intervenciones destinaremos en torno a
325 millones de pesetas.

Por otra parte, y como ya le comenté a SS. SS. cuando hablábamos de
fondos de ayuda de equipamiento en el área iberoamericana, todos sabemos
la importancia que estos fondos tienen para el desarrollo de cooperación
y fundamentalmente porque cubren tres objetivos, cuales son el
equipamiento del sector productivo, la balanza de pagos y la financiación
y realización de programas de contenido social. Hemos dotado de estos
fondos de equipamiento a Angola con 150 millones de pesetas; a
Mozambique, en esta fase que se inicia, con 200 millones de pesetas, y a
Filipinas, con otra cantidad equivalente.

Señorías, para acabar mi intervención quiero al menos mencionarles dos
grandes áreas de intervención que en los últimos años han cobrado un
relevante papel en nuestra acción y cooperación, a las que hemos
destinado partidas presupuestarias importantes con un elenco de
proyectos. Me estoy refiriendo a los temas de la mujer y de desarrollo y
medio ambiente.

La Agencia, siguiendo las recomendaciones de los organismos
internacionales, ha incorporado el tema de la mujer como agente de
desarrollo en todos sus proyectos --últimamente he oído decir que
invertir en la mujer es invertir en desarrollado-- y desde esa
sensibilidad, y fundamentalmente después de la Cumbre de El Cairo, hemos
puesto en marcha una serie de proyectos y programas que tienen como
objetivo fundamental los núcleos de población más desasistidos como es la
población infantil y la femenina.

Por otra parte, la Agencia también cuenta con una serie de programas
destinados a favorecer el logro de un desarrollo sostenible a través de
proyectos con objetivos estrictamente medioambientales. Nuestro propósito
es contribuir a la transformación productiva de los países en vías de
desarrollo mediante una correcta utilización de los recursos naturales,
no sacrificando el desarrollo de generaciones futuras. Por todo ello, y
dentro de nuestras comisiones mixtas, tenemos un programa y un área
destinados a todos los programas de desarrollo medioambiental.

Señorías, éste es a grandes rasgos el plan operativo y la planificación
de la Agencia para la ejecución del presupuesto de 1995 en esta cantidad
que hablábamos de combinación de crédito presupuestario y crédito
ampliable hasta los 43.000 millones de pesetas, pero que, como bien saben
SS. SS., es posible ampliar a través de la aprobación del Consejo de
Ministros; cuando existan graves dramas humanos o bien cuando se trate de
proyectos o programas que tengan este objetivo de desarrollo y que hayan
sido objeto de un estudio, a través de organizaciones no gubernamentales
o de los estudios plan-país, o cuando los organismos internacionales así
lo demanden estaremos en condiciones de seguir cerrando esos programas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a la señora Presidenta de la Agencia
Española de Cooperación Internacional por su presencia aquí --no se lo
había dicho con anterioridad--, y teniendo en cuenta que hay todavía
varios puntos de orden del día en la sesión de hoy, propongo a los
señores portavoces que, primero, sus intervenciones no sean excesivamente
prolongadas y, segundo, que las hagamos seguidas para que la señora
Presidenta conteste a todas en su conjunto. Si les parece bien
procederemos así.

Tiene la palabra el representante del Grupo Socialista que ha sido
peticionario de la comparecencia.




El señor CREMADES SENA: Atendiendo las recomendaciones de la Presidencia,
voy a intentar ser muy breve.

El objetivo de mi Grupo cuando solicitó la comparecencia de la Presidenta
de la Agencia era precisamente comprobar sobre el papel, con datos muy
concretos, el esfuerzo que había de realizar la Agencia para destinar ese
incremento importantísimo que en los presupuestos de 1995 aprobamos en
estas Cámaras, pasando a ese 0,35 por ciento del producto interior bruto.

En este sentido agradezco a la Presidenta los pormenorizados datos y
detalles que nos ha facilitado, como no podía ser de otra manera.

Cuestiones muy concretas que hemos oído en su primera intervención nos
impiden dar una opinión; por ello posteriormente cuando consultemos
dichos datos será cuando tengamos una visión más completa. Sin embargo,
sí quiero destacar ahora el importantísimo esfuerzo realizado por parte
de la Presidenta con el fin de facilitarnos detalles, cantidades,
etcétera, esfuerzo que agradezco.

El paso hasta el 0,35 del producto interior bruto iba a suponer un reto
importante. Es una satisfacción que un representante de la Administración
pueda decirnos que de 11.303 millones de pesetas que figuraban en el
presupuesto de la Agencia para el año 1994 se haya pasado a 43.000
millones de pesetas en el año 1995. Esto ha supuesto un trabajo arduo,
difícil y complejo que algunas voces han querido poner en entredicho. Yo
he oído comentar



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que por parte de la Administración o de la Agencia no existía decisión de
llenar de contenido este incremento que afortunadamente apoyamos todos
los grupos en los presupuestos. Después de la intervención de la
Presidenta de la Agencia, creo que sí se ha realizado este esfuerzo de
una forma muy evaluada para evitar en el futuro saltos en el vacío,
frustrantes, que podían hacernos perder las perspectivas del camino que
nos queda por recorrer para llegar al objetivo último de ese 0,7 del PIB
recomendado por Naciones Unidas. Creo que con la comparecencia de la
Presidenta de la Agencia hoy podemos constatar que el esfuerzo
presupuestario que hicimos para este año queda lleno de contenido, y tan
sólo queda pendiente un tramo que creo que habrá que seguir negociando
con ese crédito ampliable por aprobación del Consejo de Ministros, con
programas más concretos o --como ha dicho la Presidenta-- en algunas
cuestiones como ayudas de emergencia imprevisibles, con motivo de
catástrofes que pudieran suceder a lo largo del año 1995 --ojalá no sea
así--, como ocurrió el pasado año.

Quiero destacar el hecho de que se hayan incorporado a los programas y
proyectos de la Agencia dos temas fundamentales para mi Grupo y creo que
para el resto de los grupos de la Cámara. Me refiero al tema del
desarrollo de la mujer --creo que es fundamental, lo hemos dicho en
varias ocasiones en esta Cámara--, así como al desarrollo medioambiental
de cara a los programas de desarrollo para impedir, de alguna manera, que
las futuras generaciones queden hipotecadas con la ayuda a un desarrollo
poco equilibrado de cara al futuro. Estos dos nuevos temas, unidos al
esfuerzo presupuestario que afortunadamente está previsto para el año
1995, es algo que mi Grupo quiere destacar y agradece que así haya sido
contemplado por parte de la Agencia.

En el área iberoamericana, área prioritaria para nuestros objetivos de
política de ayuda al desarrollo, es importante la cantidad de dinero que
vamos a destinar y el esfuerzo que realizaremos en las tres grandes áreas
que van a ocupar la mayoría de los programas destinados para
Iberoamérica, por ejemplo, a recursos humanos, el tema sanitario y al
institucional.

En un continente como el iberoamericano, con décadas difíciles para esas
sociedades hermanas --afortunadamente prácticamente todos los países
cuentan con gobiernos democráticos--, el esfuerzo evaluado en 3.735
millones de pesetas, para este año 1995, de reforzamiento de las
instituciones en estas áreas va a posibilitar que ayudemos a consolidar
esas democracias, aunque siempre tememos que pueda haber un retroceso en
las débiles, en algunos casos, instituciones democráticas cuando surge un
problema, como ha ocurrido recientemente entre Ecuador y Perú. Estamos
haciendo un trabajo importantísimo en esta área y es algo digno de
valorar, teniendo presente que nuestro país tiene una importante
experiencia reciente que sirve de ejemplo a muchos de estos países a los
que exportamos nuestra experiencia para ayudar a la consolidación
democrática de Iberoamérica.

Destaco algo que todos los grupos hemos echado en falta: el importante
incremento que se hace en este presupuesto en ayuda alimentaria y de
emergencia. Evidentemente la ayuda alimentaria es una cuestión básica. La
nutrición es el tema básico para cualquier ser humano más que cualquier
otra consideración. El hecho de que haya ese incremento importante hasta
llegar a los 3.850 millones de pesetas en ayuda alimentaria y de
emergencia, lo que llamamos la ayuda humanitaria, y el que esté prevista
la posibilidad de poder echar mano --ojalá no fuera así-- del crédito
ampliable, para algún caso concreto de emergencia que pudiera haber,
cubre para el año 1995 bastante bien, con arreglo a nuestras
posibilidades, nuestro apoyo a esa importantísima área que se engloba en
lo que llamamos ayuda humanitaria.

Yo creo que los objetivos de la cooperación española desde la Agencia no
pueden improvisarse. Hay que hacer un trabajo sereno y tranquilo con los
recursos humanos con los que contamos en este momento y que hay que
seguir con esos programas de formación, de capacitación profesional de
nuestros cooperantes. En este sentido, como digo, creo que con los
recursos humanos que tenemos en este momento y con el gran salto
presupuestario que dimos en 1995, es un esfuerzo digno de tenerse en
cuenta y que disipa las dudas de algunos, manifestadas en algún medio de
comunicación, en el sentido de que el importante reto presupuestario del
incremento que habíamos aprobado probablemente no lo íbamos a poder
llenar de contenido por falta de recursos. Yo creo que hay que seguir
haciendo ese esfuerzo. No nos tenemos que quedar en ese 0,35 por ciento.

El compromiso unánime de la Cámara de rebasar el tope del 0,35 tiene que
llevarse adelante. Para ello, además de haber llenado de contenido ese
0,35 por ciento, como ha dicho la Presidenta de la Agencia, hay que
continuar con un esfuerzo, probablemente a lo largo de este ejercicio,
por parte de las organizaciones no gubernamentales en los países
receptores de algunos programas o proyectos que sean posibles de llevarse
a la práctica, en este año 1995, para intentar llenar de contenido el
tramo que va del 0,35 al 0,5, que era el objetivo no sólo querido por
unanimidad de los grupos políticos de esta Cámara, sino, como muy bien
decía usted hace un momento, por toda la sociedad española en ese salto
de sensibilización que se dio por los temas de cooperación a lo largo del
año pasado.

En aras de las recomendaciones del Presidente y agradeciéndole a la
Presidenta de la Agencia todos los datos que nos ha facilitado, termino
mi intervención.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Recoder, del Grupo Catalán
(Convergència i Unió).




El señor RECODER I MIRALLES: Quiero agradecer a la Presidenta de la
Agencia Española de Cooperación Internacional su intervención, que valoro
como muy positiva en cuanto a su amplitud. Estamos en una Comisión
especializada, por tanto es importante que se nos puedan facilitar cuanto
más datos mejor para que podamos evaluar y formar nuestra propia opinión
sobre lo que es la política gubernamental en el ámbito de la cooperación
internacional.




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De la pormenorizada exposición debo valorar, también positivamente, en
cuanto a la traducción presupuestaria de lo que es la política que se
ejecuta desde la Agencia, el hecho precisamente de la articulación de esa
misma política. Es decir, la sensación que he sacado de su intervención
es que existe una claridad de objetivos a perseguir que tienen su
correspondiente traducción presupuestaria. Ahora bien, me queda la
preocupación de que si, a partir de la voluntad de elaborar una política
bien hecha, una política coherente de cooperación internacional desde la
Agencia, por tanto, de intentar llegar a todos aquellos ámbitos donde se
considera que una política de Estado de cooperación debe llegar, no habrá
algún caso donde estemos cayendo en la dispersión y estemos yéndonos al
extremo contrario de la optimización de los esfuerzos y sobre todo de los
recursos. No se me ocurre esto al hilo de las partidas presupuestarias
que nos ha ido exponiendo, porque es imposible efectuar una valoración en
ese sentido; es simplemente una reflexión que traslado y que quisiera que
tuviera en cuenta.

Una segunda cuestión que me preocupa como dato es la siguiente. La
inversión, que se maneja desde la Agencia, en qué porcentajes se gasta
directamente y en qué porcentaje se traslada a las organizaciones no
gubernamentales que realizan actividades de cooperación. Es para nosotros
un dato importante.

Una cuestión que quisiera que me ampliara es la relativa a la evaluación
de los proyectos. Tema también sumamente importante. Qué política
realizan ustedes o cómo se realiza la evaluación de los proyectos de
cooperación en sus dos ámbitos, tanto aquellos que se ejecutan
directamente por parte del personal al servicio de la Agencia como
aquellos que se ejecutan a través de las organizaciones no
gubernamentales.

Reitero una pregunta que he formulado al Secretario de Estado y que
seguramente se ha olvidado de responderla: el papel de las embajadas. Es
decir, qué papel juegan las embajadas españolas en el ámbito de la
cooperación, cómo las encajan ustedes en la política de cooperación, qué
papel realizan, que creo que debe ser un papel importante.

Para terminar, siguiendo el consejo del señor Presidente, ha citado como
ámbito de cooperación multilateral, como muy de pasada, el Centro
Norte-Sur del Consejo de Europa. Quisiera que ampliara algo más al
respecto. Qué participación tiene el Estado español en ese Centro y si
hay alguna colaboración que vaya más allá que la simple aportación al
presupuesto del propio Consejo de Europa.




El señor PRESIDENTE: Por Izquierda Unida tiene la palabra el señor
Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: También quiero agradecer a la señora Ruiz-Tagle
su larga y pormenorizada intervención, y voy a ser breve porque coincido
sustancialmente con las preguntas que le ha formulado el señor Recoder.

A mí también me ha dado la impresión de que el problema fundamental, al
menos desde el punto de vista político, de este gran abanico de acciones
que teóricamente ejecuta la Agencia, es si la Agencia dispone de los
instrumentos adecuados para su ejecución y de instrumentos de valoración,
sobre la población afectada, de las acciones que se desarrollan.

Tengo también una cierta sensación de dispersión, aunque no en el ámbito
geográfico. En la comparecencia anterior hablábamos de que los ejes que
animaban la cooperación eran el desarrollo humano y la concentración
geográfica. En este caso las dos grandes líneas se comparten, pero la
impresión es que hay una relativa dispersión de acciones a ejecutar con
dotaciones presupuestarias pequeñas --100 millones en una acción, 150
millones en otra, 200 millones en otra--, de las que honestamente nada
sé, por lo que pregunto a la Presidenta de la Agencia si la valoración
que se hace de ese tipo de acciones favorece la insistencia en las
mismas. Es decir, si para acciones que conceptualmente son muy loables
--y nadie puede discutir--, como dedicar una partida presupuestaria, por
pequeña que sea, a la alfabetización, a la lucha contra el hambre en
determinadas zonas del planeta, sea al Africa subsahariana o
Latinoamérica, o a la formación de recursos humanos, etcétera --son
muchas las que usted ha citado--, se dispone de los instrumentos para
ejecutarlas correctamente y, sobre todo, si se valoran en función de
seguir en la misma línea o, por contra, hay que modificarlas. Los
porcentajes de aplicación que tengan las ONG en este tipo de acciones a
mi Grupo también le interesan.

Termino manifestando que leeremos atentamente el «Diario de Sesiones»
porque el rosario de acciones que usted ha citado es extenso,
difícilmente cuestionable ninguna de ellas, pero con la duda ya
explicitada de hasta qué punto la ejecución de las mismas es
satisfactoria, sobre todo por su repercusión en las poblaciones a las que
se dirige.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Hernando en nombre del
Grupo Popular.




El señor HERNANDO FRAILE: En primer lugar quiero excusarme ante la
Presidenta de la Agencia Española de Cooperación Internacional por no
haber podido estar al comienzo de su intervención, agradeciendo su
presencia en esta Comisión.

No pretendo ser pejiguero sobre si hemos llegado o no al 0,35 por ciento,
pero sumando antes las partidas del PACI 1995 parece que salen 210.000
millones, lo que supone el 0,30. Y si sumamos a esto la descentralizada
estaríamos en el 0,32, no en el 0,35. Sin embargo, no vamos a entrar en
decimales, pero lo que me preocupa es si el recorte presupuestario que
anunció a mediados del mes de enero el señor Solbes, Ministro de
Economía, va a afectar a su Departamento, porque al parecer, según
nuestras noticias, sí va a incidir en la Agencia Española de Cooperación
Internacional por un monto de 5.000 millones de pesetas, y si esto lo han
tenido en cuenta a la hora de darnos los datos que nos han facilitado, en
el caso de que se haya producido este recorte presupuestario que nos han
anunciado.

Me gustaría que nos precisara algo más sobre cómo piensan resolver desde
la Agencia la necesidad de contar cada día más con profesionales de la
cooperación, que permitan dotar de mayor eficiencia a nuestra
cooperación, y



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de qué forma esto va a influir en la nueva estructuración que creemos que
debe tener la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Secipi,
en lo que se refiere a los profesionales que trabajan en este campo. ¿Se
realizan cursos internos que vayan a mejorar la capacitación del personal
del Ministerio de Asuntos Exteriores en este campo?
En otro orden de cosas ha hablado usted de forma extensa sobre la
formación de recursos humanos y los intercambios que en forma de becas se
van a producir con otros países. Hemos analizando algunos de estos
programas que se han efectuado en otras ocasiones y nosotros tenemos
ciertas reservas sobre si la duración que tienen algunos de ellos hacen
que sean útiles para las personas que los realizan. Estoy pensando en el
programa Intercampus o en alguno como el de Empresa-instituciones, en que
la propia señora Ruiz-Tagle nos ha hablado de una duración de seis a ocho
semanas. Me gustaría que incidiera un poco más en el tema para saber si
este sistema de escasas semanas puede ser útil o si sería más
recomendable ir a algo que asemejara estos programas similares a los que
se hacen con otros países de la Unión Europea, y estoy pensando en el
programa Erasmus.

Por lo que se refiere a la red de centros culturales, de que usted nos ha
hablado, me gustaría que nos especificara las relaciones y el grado de
coordinación que existen con los distintos centros del Instituto
Cervantes, así como su grado de cooperación, y si el ser distintas las
actividades hace que no tengan nada que ver ni sea necesaria esta
coordinación y cooperación.

En cuanto a la evaluación de los programas tenemos nuestras dudas
respecto a la eficiencia de los mismos, y en esto coincidimos con el
portavoz de Izquierda Unida. Nos gustaría que nos especificara más si se
han producido cambios en la Oficina de planificación y evaluación. Esto
es algo que debía haberle preguntado al Secretario de Estado, y si usted
no puede contestarme se lo plantearé en la pregunta número 5, que tenemos
presentada.

También me gustaría que nos diera algunos datos más sobre la controversia
que se ha desatado en los medios de comunicación respecto de la formación
y configuración del futuro consejo de cooperación, si se ha avanzado algo
en este tema, sobre los acuerdos con la coordinadora de las ONG y la
Plataforma del 0,7 y en qué situación nos encontramos en este momento.

Por último, si me lo permitiera la Presidencia haría dos preguntas, que
están incluidas en el orden del día con los números 6 y 7, relativas a la
ayuda alimentaria --que me parece que en principio le correspondería
responder a usted--, sobre el papel que debe cumplir la ayuda alimentaria
dentro de la ayuda oficial al desarrollo y las medidas para incrementar
los retornos.

¿Puedo realizarlas en este momento, señor Presidente?



El señor PRESIDENTE: Estaba previsto que las contestara el Secretario de
Estado.




El señor HERNANDO FRAILE: Correcto. Simplemente quiero decir que nos
alegra que para 1995 esté ya previsto un incremento importante de la
ayuda alimentaria. Son 2.350 millones, lo que supone volver a las
dotaciones que se realizaron en 1989, que fueron las mismas, 2.350
millones.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la Presidenta de la Agencia para
contestar al grupo peticionario de la comparecencia y a los demás
portavoces.




La señora PRESIDENTA DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION INTERNACIONAL
(Ruiz-Tagle Morales): En la medida de lo posible voy a agrupar las
respuestas a las preguntas que me han hecho los portavoces de los
distintos grupos parlamentarios, en tanto en cuanto se han repetido una
serie de reflexiones, dudas o peros a mi exposición, tal vez prolija o
desmenuzada de cantidades presupuestarias que entiendo que a SS. SS., en
un principio, les ha podido parecer un bombardeo porque he dado multitud
de cifras. Pero me he creído en la obligación de hacerlo --se lo decía al
inicio de mi comparecencia-- porque realmente sobre estos temas de
cooperación para el desarrollo y sus programas y proyectos hay una
sensibilidad especial, y ese esfuerzo de detallar las cantidades
presupuestarias para proyectos y programas es importante. De todas
maneras, quiero salir al paso y como esto lo tenemos perfectamente
determinado y detallado en los presupuestos, señorías, puede constar en
la Comisión.

En esta preocupación inicial señalaría --y quizá esto les pueda servir--
que en el mes de febrero todas las fuerzas parlamentarias de esta Cámara
aprobaron, por unanimidad, una moción en la que se establecía y se
mandataba que en los esfuerzos de cooperación para el desarrollo nos
centráramos en conseguir el 0,35 por ciento de los presupuestos generales
del Estado. Desde ese momento el Gobierno hizo suya esta moción y tuvo en
su agenda, a lo largo de todo el año 1994, que esto fuera una realidad.

Por eso no le extrañe a S. S. que en la confección de los presupuestos de
la Agencia del año 1994 para 1995 tuviéramos muy en cuenta toda esta
programación. Esto es lo que nos ha llevado, cuando se pudieron aprobar
los presupuestos con el 0,35, a que en varias ocasiones reiteráramos esta
voluntad política --porque entendíamos que era el Parlamento el que tenía
que ratificar esta moción--, hasta el punto de que cuando los
presupuestos generales del Estado tuvieron entrada en esta Cámara existía
en el capítulo IV el concepto 490, artículo 49, que permitía el crédito
ampliable. Se iniciaba con un crédito de 7.500 millones ampliable, que ha
sido posible con el apoyo --como bien decía-- de todas las fuerzas
parlamentarias. De ahí que ya existiera esta programación por proyectos y
programas.

Decía su señoría que a pesar de ello le preocupaba --creo que le preocupa
a usted y nos preocupa a nosotros-- una posible dispersión. Voy a salir
un poco al paso de esta preocupación, que como le decía también es la
nuestra, y he de manifestar que en cooperación bilateral hemos seguido
trabajando en las mismas áreas en las que veníamos trabajando con
anterioridad en el seno de las comisiones mixtas. En este momento
contamos con comisiones mixtas, que es el marco jurídico en el que nos
desenvolvemos en acciones de cooperación con los países de



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Latinoamérica en este caso, pero también con el Magreb, y en dichas
comisiones mixtas tenemos programas y proyectos por áreas que están
cuantificados porque, como saben muy bien sus señorías, la identificación
de un proyecto no consiste sólo en decir que hay que realizar un proyecto
de salud en tal sitio, en Panamá por ejemplo sino que en conversaciones
con el ministro o con el homólogo correspondiente, y ante las necesidades
prioritarias de salud que ellos nos comuniquen, con toda su información
nosotros decimos que podemos atender este programa que afecta a un núcleo
de población por tantas pesetas. Tal y como lo he expuesto cuando he
hablado de los programas ha podido parecer una dispersión, pero responde
a ello. Por ejemplo, en octubre nos desplazamos a Haití, como cualquier
otra agencia de cooperación internacional, donde Naciones Unidas estaba
desarrollando un programa de reconstrucción y de rehabilitación. Naciones
Unidas ya tenía evaluado ese programa con las necesidades expuestas por
el ministro de planificación correspondiente, lo que permitía decir a
cada agencia internacional: quiero trabajar preferentemente en la
reconstrucción de Haití o en la ayuda a este proceso en el área de salud.

Nosotros preguntábamos qué proyectos o programas tenían identificados y
de los diez o doce de todo el área España decía que se responsabilizaba
de uno determinado. Lo que acabo de señalar puede responder a la
preocupación que tenían sus señorías.

Si ustedes se fijan bien verán que no existe dispersión porque sólo
estamos trabajando en cuatro áreas. Les recuerdo que trabajamos en el
área de recursos humanos, de sanidad, en el campo del reforzamiento
institucional y en el ámbito medioambiental y de la mujer, pero incluidos
en estas áreas de sanidad y de recursos humanos, por lo que pienso que
esta dispersión no se da geográficamente, como no podía ser menos, porque
es el mandato del Congreso de los Diputados y porque es nuestra política
de acción exterior. Se trata de priorizar en la acción de cooperación los
tres ejes fundamentales, la Unión Europea, Iberoamérica, el Magreb y
algunos países del Mediterráneo.

Se pregunta su señoría que ante tantas acciones de cooperación cómo se
evalúan esos programas y esos proyectos. Yo le indicaba una partida
presupuestaria importante en este año destinada a consultoría para
empresas, fundamentalmente para oficinas, donde podamos hacer un
seguimiento de los proyectos y programas. Muchas veces el que un programa
se evalúe no quiere decir que no estuviera bien concebido al principio,
sino que en su desarrollo, en cuanto que el receptor tiene movilidad, lo
que podía ser prioritario en un momento determinado puede dejar de serlo
por una serie de circunstancias. Pienso que hay que saber corregir a
tiempo, aunque el programa pudiera parecer perfecto, porque podría no
estar cubriendo el objetivo correspondiente.

Comentaba me parece el portavoz socialista algo de lo que también se ha
hablado en la comparecencia del Secretario de Estado y que a todos nos
preocupa, que es la educación para el desarrollo. En España estamos
viviendo una situación especial. Ha habido un movimiento de solidaridad
de gran intensidad y muy acentuado, pero puede tener un gran componente
de frustración si los responsables a todos los niveles, tanto desde el
punto de vista de los que gestionamos un presupuesto como de los grupos
parlamentarios, las instituciones en general y las organizaciones no
gubernamentales, no le damos una salida importante, lo cual nos puede
afectar a todos. Respecto a la educación para el desarrollo hay un
programa que antes no he detallado a SS. SS. pero es un plan operativo
que vamos a firmar con Unicef, porque es una agencia que trabaja
fundamentalmente para educarnos en el desarrollo, no sólo aquí sino
también en los países receptores. Hay una preocupación que SS. SS. han
reflejado y que yo comparto. Se dice muchas veces, pero no se tiene
siempre en cuenta, que el país receptor tiene que ser el sujeto de la
cooperación, pero también el protagonista y el determinante del mismo.

Pongo un ejemplo que nos puede servir. Antes comentaba que en Mozambique
ha habido un proceso electoral y como país está realizando una andadura
importante. En este momento se está gestionando una ayuda oficial al
desarrollo de 3.000 millones de pesetas para este país, tanto a través de
organizaciones no gubernamentales, en la convocatoria que tiene con la
Secretaría de Estado, como de la propia Agencia. Los responsables de
muchas organizaciones no gubernamentales nos decían que por favor les
diéramos un respiro porque no tenían capacidad para asumir todos los
proyectos y programas, que esperáramos a que ellos también pudieran ser
determinantes. Esto es importante en este sentido.

Me comentaba el portavoz de Convergència i Unió el problema del gasto de
la Agencia. Yo he hecho una exposición detallada de los 43.000 millones y
los proyectos y programas a los que afecta, pero él preguntaba qué
partida va a ser gestionada por las organizaciones no gubernamentales. En
este sentido tengo que decirle que directamente con las organizaciones no
gubernamentales no tenemos más que acciones puntuales, toda vez que la
convocatoria para subvencionar a las organizaciones no gubernamentales
depende de la Secretaría de Estado. A ello se ha referido antes el
Secretario de Estado. Como S. S. sabe hay dos convocatorias. Una es la
ordinaria, que en años anteriores era sólo de 700 y pico millones de
pesetas y que este año se ha incrementado, con la idea de que las
organizaciones no gubernamentales participen también, hasta 8.000
millones, más una convocatoria extraordinaria que es el 20 por ciento del
IRPF de lo que va destinado a interés social. Las organizaciones no
gubernamentales van a pasar de gestionar en años anteriores 3.000 y pico
millones de pesetas a gestionar 11.000 millones este año. La Agencia, a
través de su Oficina Técnica de Cooperación y de los países donde estos
proyectos y programas se van a llevar a cabo, tiene la responsabilidad de
incorporarlos a las comisiones mixtas de los países donde los tenemos
firmados --en toda el área de Latinoamérica--, y en nuestra oficina se
hace el seguimiento de todo el gasto, de control del programa, la
evaluación y la finalidad del mismo, facilitando, como no podía ser
menos, todo el apoyo logístico que tenemos en este servicio exterior.

Cuando la Agencia quiere hacer un trabajo, por ejemplo, en Ruanda o en
Haití, como entendemos que las organizaciones no gubernamentales llegan
más directamente a la población, firmamos un plan operativo



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para un proyecto o programa que ellos nos piden y lo concretamos. En
Haití vamos a participar en lo que dije antes a SS. SS., pero gestionado
por ONG españolas porque quiere trabajar en este sentido una plataforma
determinada y nosotros hacemos un elenco de las áreas donde van a
trabajar y cómo lo van a gestionar.

Su señoría preguntaba sobre la evaluación de los proyectos. Entendemos
que este año es fundamental la evaluación, pero no porque no estén bien
concedidos los proyectos, sino porque pensamos que después de la Cumbre
Mundial sobre Desarrollo Social va a haber una redefinición de los
elementos determinantes de lo que significa la cooperación para el
desarrollo, y los indicadores determinantes del mismo van a ser
fundamentales en estas políticas de acción de cooperación.

Comentaba el papel de las embajadas. Yo tengo que decirle, señoría, que
las oficinas técnicas de cooperación en las embajadas trabajan al unísono
en todo lo que es acción de cooperación, porque, en definitiva, la acción
de cooperación se hace en el exterior y realmente hay un trabajo
coordinado, un trabajo día a día y tienen el mismo apoyo que tienen las
organizaciones no gubernamentales y las personas cooperantes que están
desplazadas en estos países, el mismo apoyo tanto desde el punto de vista
de nuestros coordinadores generales, de nuestras OTC, como de las
embajadas, hasta el punto, por ejemplo --yo sé que con esto hubo una
protesta que, en definitiva, fue un malentendido, me cogió a mí en
Guatemala y a lo mejor S. S. se refiere a ello-- de que hubo un problema
político, unos cooperantes tuvieron alguna dificultad y se estudió la
posibilidad de que no tuvieran necesidad de hacer el permiso de
residencia, sino que se le habilitara un permiso; así se resolvió. Así
pues tienen total apoyo y esto va a estar más resuelto en el Estatuto de
cooperantes, el Secretario de Estado también ha dicho que va incluido en
la ley de Cooperación, pero al final son derechos y deberes que irá
incluido.

Decía S. S. que si había algo más que enunciación en mi exposición sobre
la cooperación con el tema del centro, norte y sur. Le comentaba a S. S.

que queremos incluirnos este año en esta idea que tenemos de que la
cooperación multilateral ocupe un lugar importante y que España tenga una
presencia en todos estos organismos internacionales.

De nuevo el portavoz de Izquierda Unida comentaba lo de la dispersión y
lo de los recursos. Señoría, hay algo que estamos realizando, como no
podía ser menos, y que además va a servir mucho para esta preocupación
que tenemos de incrementar nuestras partidas presupuestarias de Ayuda
Oficial al Desarrollo hasta llegar al 0,7 lo antes posible, y es que
tenemos que pasar a hacer un estudio de plan PAIF, estudio de plan PAIF
donde no sólo se tenga en cuenta la necesidad de una cooperación
bilateral, sino también cómo trabajan otros países donantes en éstos
países, porque hay muchas veces que las agencias internacionales están
solapándose en actividades concretas, mientras que otros sectores están
totalmente desatendidos. Yo creo que eso va a jugar un papel muy
importante en este tema. En esta orientación de Plan PAIF en conexión con
la Unión Europea estamos trabajando de manera muy importante.

Usted hablaba de alfabetización. Decía que tenía el tema de educación
básica incorporado a la Comisión Mixta y, por otra parte hablaba de un
programa de alfabetización. Ese programa al que a lo mejor me he referido
concretamente era uno de los compromisos de la Cumbre y en ello iba
incluido.

El representante del Partido Popular mostraba su preocupación ante los
recortes presupuestarios. Arrojaba una cifra que yo al menos no conozco.

No sé cuál es su fuente de información. Pero lo que sí voy a hacer va a
ser despejarle una preocupación. Ya ha dicho el Secretario de Estado que
los recortes presupuestarios no van a afectar fundamentalmente ni a la
Agencia ni a la Secretaría de Estado, pero en la medida en que le pueda
afectar, que algo le afectará, como trabajamos --tenemos esa ventaja--
con el crédito ampliable, ese crédito ampliable hasta el 0,35, esos
43.000, pueden subir el tramo, con lo cual a todas estas acciones de
cooperación no les va a afectar ningún recorte presupuestario. Digo esto
para tranquilidad de su señoría.

Por otra parte, usted ha jugado con un recorte presupuestario de la
cantidad total, y yo le recuerdo que en dos Consejos de Ministros hubo
recortes; uno fue de 150.000 millones, pero el otro recorte no fue tal,
sino que es una bolsa que está ahí, con lo cual esto no afecta a ninguna
actividad en concreto. Por eso le despejo esta duda. De todas maneras, a
lo largo del año parlamentario tendremos ocasiones de ver en qué medida
le puede afectar.

Hablaba usted de profesionales de la cooperación. Yo comparto esa
preocupación. Yo pienso que hoy día la actividad de cooperación exige una
profesionalización que ha de ser en todas las materias, porque realmente
las técnicas, la capacitación y el trabajo en sí así lo requieren.

Yo comentaba --a lo mejor no le ha cogido a usted en la sala-- la
preocupación de la Agencia por tener que ejecutar un presupuesto que es
tres veces el que ejecutamos en el año 1994 con el mismo personal, los
mismos recursos humanos o, si me apura, menos, porque la aplicación de la
reforma laboral a la Agencia ha afectado a trabajadores eventuales y
estamos en una relación de puestos de trabajo intentando crear el órgano
correspondiente para absorberlo. Por otra parte, con esta relación de
puestos de trabajo en el exterior, queremos tender a profesionalizar la
cooperación, para que sean funcionarios de los distintos departamentos
ministeriales los que puedan realizar esa responsabilidad.

En este programa tan extenso de formación de recursos humanos, le
preocupaba la utilidad del tiempo en el desplazamiento de los estudiantes
y profesores y le tengo que decir, señoría, que algunos programas se
están iniciando, y otros son de más larga duración. Yo creo que no es tan
importante la duración de los programas, sino sus técnicas de
profesionalización. Por ejemplo, al final del año pasado, hemos hecho una
evaluación del programa de convocatoria general de becas, que es el
programa de más antigüedad en la Agencia, y nos hemos encontrado con que
lo teníamos que adaptar, unos por mucho tiempo y otros por poco. Cuando
venían licenciados para hacer el doctorado, mientras en la Universidad
Carlos III la duración para conseguir el doctorado era de cuatro años, en
la Complutense era de



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dos. Nos parece que no hay que darle tanta importancia al tiempo, sino a
la intensidad de la formación.

Le preocupaba también a S. S. qué relación hay entre los centros
culturales y el Instituto Cervantes. En Latinoamérica es donde tenemos
centros culturales, seis o siete. Allí no tenemos Instituto Cervantes y,
lógicamente, no hay relación. El Instituto Cervantes trabaja en la zona
del Magreb, en la parte de Africa, que es precisamente su objetivo y su
actividad.

Por lo que se refiere a la evaluación de los proyectos y programas, me
remito a lo ya dicho. Después me preguntaba usted sobre el Consejo de
Cooperación. Yo no lo quiero obviar y, aunque no es objeto de esta
comparecencia, le puedo decir que se están realizando los trámites
oportunos, el dictamen del Consejo de Estado, etcétera. Desde luego, como
le habrán informado, estamos teniendo mucha relación con la coordinadora
y con la plataforma del 0,7.

En cuanto a la ayuda alimentaria, al final, no he sabido si me lo
preguntaba usted a mí o si lo dejábamos aparcado para la contestación de
su pregunta posterior. De todas maneras, tengo que decir a S. S. que
cuando yo he dado partidas de 2.350 millones para ayuda alimentaria, así
como de emergencia, al tener el crédito ampliable, siempre se posibilita
que podamos ampliar esas partidas a lo largo del año 1995.

Por último, le quiero decir --me parece que todo esto surgía al hablar de
la ayuda alimentaria y la ayuda de emergencia-- que yo creo que entre los
compromisos de la Cumbre de Desarrollo Social, dado que va a girar en
torno al concepto de seguridad humana, los programas de ayuda alimentaria
y de ayuda humanitaria van a adquirir una gran importancia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Presidenta de la Agencia
Española de Cooperación Internacional. Con las gracias, la despedimos y
la liberamos de sus obligaciones con esta Comisión en el día de hoy.

Volvemos a llamar al Secretario de Estado para que pueda contestar a las
preguntas del Grupo Popular.

Lógicamente, si SS. SS. entienden que alguna pregunta ha sido ya total o
parcialmente contestada, les ruego lo comuniquen a la Mesa.




El señor HERNANDO FRAILE: La octava está ya contestada.




El señor PRESIDENTE: Sí, ya lo tenía anotado.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE (CONTINUACION):



--RAZONES PARA QUE LA CONDONACION DE DEUDA QUE SE HIZO A EGIPTO EN EL AÑO
1991 PROCEDENTE DE VARIOS CREDITOS DEL FONDO DE AYUDA AL DESARROLLO
(FAD), SE HAYA CONSIGNADO EN EL PLAN ANUAL DE COOPERACION INTERNACIONAL
DEL AÑO 1993. FORMULADA POR EL SEÑOR HERNANDO FRAILE (GP). (Número de
expediente 181/001241.)



--MEDIDAS DE REESTRUCTURACION QUE TIENE PREVISTAS POR EL MINISTERIO DE
ASUNTOS EXTERIORES PARA MEJORAR LA EFICACIA DE LA COOPERACION
INTERNACIONAL Y LA AYUDA AL DESARROLLO. FORMULADA POR EL SEÑOR HERNANDO
FRAILE (GP). (Número de expediente 181/001242.)



--PAPEL QUE DEBE CUMPLIR LA AYUDA ALIMENTARIA DENTRO DE LA AYUDA OFICIAL
AL DESARROLLO. FORMULADA POR EL SEÑOR HERNANDO FRAILE (GP). (Número de
expediente 181/001243.)



--MEDIDAS PARA INCREMENTAR LOS RETORNOS DE CAPITALES APORTADOS POR ESPAÑA
A LA UNION EUROPA (UE) PARA PROGRAMAS DE AYUDA ALIMENTARIA. FORMULADA POR
EL SEÑOR HERNANDO FRAILE (GP). (Número de expediente 181/001244.)



--MEDIDAS PARA FAVORECER LOS RETORNOS DE LAS DOTACIONES OBTENIDAS EN LOS
ULTIMOS AÑOS CON CARGO AL VI Y VII FONDO EUROPEO AL DESARROLLO. FORMULADA
POR EL SEÑOR HERNANDO FRAILE (GP). (Número de expediente 181/001246.)



El señor HERNANDO FRAILE: Si le parece oportuno al señor Presidente,
podríamos agruparlas todas, hacer una exposición global y, luego, que nos
fuera contestando, a fin de no ir una a una, ya que algunas tienen el
mismo tema.




El señor PRESIDENTE: Muy bien. ¿El señor Hernando quiere hacer una
exposición sobre las mismas?



El señor HERNANDO FRAILE: Sí, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra.




El señor HERNANDO FRAILE: Señor Presidente, la primera de nuestras
preguntas orales se refiere a una relación de créditos FAD que fueron
concedidos a Egipto entre los años 1981, 1982, hasta el año 1985, y cuyo
proceso último acabó en una condonación que se realizó durante la
primavera de 1991. Fue un caso excepcional en cuanto que se condonaba la
totalidad de la deuda con este país originada en esos créditos FAD y que
suponía una condonación para Egipto de 898 millones de dólares,
aproximadamente, unos 12.000 millones de pesetas. Nuestra sorpresa fue
que en algunos de los datos que se nos han remitido, esta condonación fue
incluida como un ingreso en el PACI de 1993 y, por tanto, queríamos que
nos resolviera esta duda referida a cómo es posible que una condonación
se haya podido



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considerar como un ingreso a la hora de ajustar las cifras referentes a
los retornos de FAD de 1993, y si es correcto este dato que se nos envió
en su momento.

Por lo que se refiere a las preguntas números 6 y 7, sobre la ayuda
alimentaria, la primera de ellas trata del papel de la ayuda alimentaria
dentro de nuestra Ayuda Oficial al Desarrollo. Quiero decirle, en
principio, señor Secretario de Estado, que las dotaciones que se han
realizado para estos programas de ayuda alimentaria por parte de nuestro
país han tenido un camino bastante errático, a nuestro juicio. De las
dotaciones de 1.700 millones o de 2.350 millones en 1989 y 1990, se pasó
a 300 millones en 1992 y una cifra similar para 1993, que creo que, al
final, quedó ampliada o llegó a alcanzar incluso los 1.000 millones de
pesetas. Lo que se observa en esta evolución es que no ha habido una
claridad sobre cuáles deben ser los fines de la ayuda alimentaria. Hemos
visto, ya que nos ha sido anunciado por la Presidencia del AECI, que, una
vez más, en 1995 vamos a alcanzar la cifra de 1990, a pesar de que
incluso pueda ser superior mediante créditos ampliables. Sin embargo, a
nuestro juicio, se sigue sin definir los objetivos que debe tener este
tipo de ayuda.

Para la decisión sobre qué producto enviar sólo se tiene en cuenta, a
nuestro juicio de manera no demasiado razonable, las peticiones oficiales
de los países afectados, sin que exista contraste con la voluntad de los
países donantes, en este caso, de España. Los procedimientos de
licitación, a nuestro juicio, siguen todavía sin ser claros. Hay otros
países, como Irlanda o Italia, que tienen muy claramente definido el
objetivo de su ayuda alimentaria. No queremos ni pretendemos en ningún
momento que se llegue a las cifras de estos países, que incluso alcanza,
en el caso de Irlanda, a duplicar y, en el caso de Italia, a triplicar el
total del presupuesto comunitario, pero sí creemos que las dotaciones a
la ayuda alimentaria deben también servir como un paso para la
internacionalización de empresas agroalimentarias, sobre todo, en
aquellos productos que puedan contribuir a cubrir las necesidades de
nutrición de los países más afectados y que, por tanto, deben ocupar un
papel mucho más relevante en nuestra ayuda oficial al desarrollo.

La pregunta número 7 hace referencia a las medidas para incrementar los
retornos de capitales aportados por España a la Unión Europea. En su día,
comentamos con el señor Ministro, en Pleno, que los retornos en este
capítulo eran absolutamente exiguos. Nuestras aportaciones en 1992
superaron los 7.000 millones, en 1993 estuvieron en torno a los 7.300
millones y en 1994 en torno a los 7.843 millones. Es cierto que en 1994,
y una vez cerradas las cifras presupuestarias definitivas, se ha
producido un incremento y que, mientras el retorno en 1993 fue del 12 por
ciento, es decir, 12 pesetas de cada cien, en 1994 ha ascendido a 19
pesetas de cada cien de lo aportado. Esto, a nuestro juicio, es un
indicio positivo; España ha pasado de seis a diez millones de ecus en
retornos, en lo que se refiere a las cifras comparativas, de 1993 a 1994.

Sin embargo, los retornos siguen siendo todavía muy limitados, a pesar de
la importante presencia que tenemos en el Comité que decide el destino de
la ayuda alimentaria.

No es que pretendamos que nuestros funcionarios allí ejerzan de «lobby» a
favor de España, pero sí que estemos en las mismas condiciones que otros
países, porque, al igual que se han incrementado las dotaciones a España,
hemos visto que de forma extraordinaria también se han incrementado esas
dotaciones, por ejemplo, a países que siguen ocupando el primer lugar,
como es el caso francés, que ha pasado de 60 millones de ecus a 80
millones, frente a los 10 millones de ecus de retornos obtenidos por
España.

Hemos visto, sin embargo, un dato interesante en 1994, y es que,
atendiendo a la reclamación que hacíamos en 1994, respecto a los
resultados de 1993, se han invertido las dotaciones que se realizan «gré
à gré», las famosas adjudicaciones a dedo, respecto a las adjudicaciones
por reglamento, y así la tendencia ha sido incrementar de forma
extraordinaria las dotaciones por reglamento y disminuir las dotaciones a
dedo en una proporción de ocho a dos casi. Entendemos que eso es una
buena noticia. Pero se sigue manteniendo una indefinición sobre los
objetivos, también, en este caso, de ayuda y el destino o la
participación de nuestras empresas a la hora de obtener retornos.

Siguen además sin ser incluidos en la lista de los alimentos objeto de
esta ayuda alimentos importantes para España, alimentos de tradición en
España, como puede ser la carne de cerdo o de ave, si bien se mantienen
en esa lista otros alimentos, como puede ser el «corn beef», y se sigue
sin tener el aceite de oliva cuando existe otra clase que mantequillas
holandesas muy específicas. También sigue sin introducirse la famosa
galletería española, si bien se sigue contemplando determinado tipo de
productos de galletería de alto contenido calórico, que no es el que
precisamente se produce en España, y se sigue sin incluir en esta lista
de alimentos objeto de la ayuda alimentaria productos en los que España
tiene mucha importancia, como son, por ejemplo, los zumos en conserva.

Nosotros pretendemos que ustedes hagan un esfuerzo para que estos
alimentos puedan ser incluidos en esa lista y que eso favorezca
precisamente el acceso de nuestras empresas a estos programas de ayuda
alimentaria y, por tanto, la presencia y la importancia de los retornos
que se puedan producir.

La última pregunta, porque la anterior, la 8, hemos dicho que estaba
contestada, hace referencia al Fondo Europeo al desarrollo y a las
medidas que piensa adoptar el Secipi para favorecer los retornos de las
dotaciones que con cargo al VI y VII FED se han realizado por parte de
España, sobre todo cuando estamos a punto de que se constituya y se
empiecen a valorar los resultados del VIII FED.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): Efectivamente, voy a tratar de unir las
preguntas agrupables, concretamente la 4 y la 8. En la pregunta 4 se
interroga sobre las razones para que la condonación de deuda que se hizo
a Egipto en el año 1991 procedentes de varios créditos del Fondo de Ayuda
al



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Desarrollo se haya consignado en el Plan Anual de Cooperación
Internacional del año 1993. Ese es exactamente el texto y el
planteamiento de esa pregunta.

Yo creo que se trata básicamente de un problema contable. El mes de
febrero del año 1994 se preparó un memorándum con motivo del primer
examen que nos hizo el CAD --Comité de Ayuda al Desarrollo-- de la ayuda
española al desarrollo y este memorándum incluye datos de operaciones de
condonación de deuda externa de los años 1991, 1992 y 1993. Todos estos
datos fueron facilitados por la Subdirección General de Economía
Internacional del Ministerio de Economía y Hacienda, en enero de aquel
mismo año 1994. Según ese informe, que luego fue completado con datos que
facilitaron posteriormente, las operaciones de reestructuración de
créditos con Egipto en el año 1991 supusieron una condonación de la deuda
que Egipto tenía con España por un monto de 378,90 millones de dólares
americanos. Sin embargo, esta condonación no se pudo reflejar en el plan
anual de cooperación internacional, en el PACI de 1993, porque, aunque
este informe hubiera sido comunicado con anterioridad a la aprobación del
PACI de 1993 --se comunicó el 13 de noviembre de 1992-- no se habría
podido incluir ya que, como es bien sabido, el PACI es un documento que
recoge estimaciones, previsiones de proyectos o acciones de cooperación y
no recoge gastos realizados o ejecutados.

Además, el plan anual de cooperación internacional, el PACI 1993, no
recogió la operación por la que se me pregunta, ni previsión alguna sobre
condonación de la deuda, como tampoco lo hizo el PACI 1994, ni lo hace la
propuesta de PACI 1995, en función de que, hasta ahora, no se ha recibido
información ninguna sobre previsiones o estimaciones de ese componente.

Sin embargo, en el seguimiento del PACI 1993 es donde, por primera vez, y
utilizando el informe que he mencionado antes del Ministerio de Economía
y Hacienda, se han podido reflejar datos de condonaciones de deuda. Y las
dos únicas operaciones de este tipo recogidas en el PACI de seguimiento
de 1993 son: una condonación de deuda a Mauritania, de enero de 1993, por
236,43 millones de pesetas, y otra a Mozambique de mayo de 1993, por
356,66 millones de pesetas. Total, 593,09 millones de pesetas. A partir
de ahora los sucesivos seguimientos anuales que se elaboren van a poder
ofrecer una información correcta sobre las condonaciones de deuda que se
hayan realizado en el ejercicio correspondiente, contando siempre con la
colaboración de la Subdirección General de Economía Internacional del
Ministerio de Economía y Hacienda.

Creo que S. S. me ha dicho que no hacía falta contestar a la pregunta
número cinco sobre previsiones acerca de proceder a algún programa
bilateral de condonación de deuda durante el año 1995. En realidad,
nosotros no tenemos conocimiento de la existencia de ningún programa
bilateral de condonación de deuda del año 1995, aunque, eventualmente,
podrían derivarse programas de esta naturaleza de compromisos que se
contraigan en el Club de París, como consecuencia de acuerdos de
refinanciación que puedan efectuarse durante el año y que afecten a los
países de los que España es acreedora; primero, tendría que haber una
negociación multilateral y, una vez aceptada de una manera global en la
negociación multilateral la condonación de deuda a un país, cada uno de
los países tendría que negociar bilateralmente la parte alicuota que
tenga de deuda con ese país.

En cuanto a la pregunta relativa a acciones o medidas de reestructuración
que tiene previstas el Ministerio de Asuntos Exteriores para mejorar la
eficacia de la cooperación internacional y ayuda al desarrollo, tengo que
decir que éste es un tema que constituye, como decía en mi exposición
anterior, una exigencia constante para la Administración española y
específicamente para el Ministerio de Asuntos Exteriores, que es el
responsable de que la eficacia de la cooperación española se corresponda
con el esfuerzo financiero que nuestro país está haciendo en esta
materia, así como --insisto-- con la sensibilización, cada vez mayor, de
la sociedad española al respecto.

En el cumplimiento de este compromiso hemos tratado de mejorar los
instrumentos de planificación de los proyectos, los procedimientos de
gestión de los proyectos y de control de los proyectos.

En cuanto a la planificación, hemos reforzado la Comisión
Interministerial de Cooperación Internacional, la CICI, a fin de mejorar
la coordinación entre todos los Ministerios competentes para planificar
la ayuda española al desarrollo.

Con este fin se ha creado un nuevo procedimiento por el cual a principios
de cada año la CICI aprueba las líneas directrices a las que deberán
someterse los proyectos y programas contenidos en el PACI del año
siguiente.

La mejora de la eficacia de la cooperación española requiere igualmente
estrechar la colaboración con las comunidades autónomas, a las que ya me
he referido, sobre todo en función del volumen de recursos que vienen
dedicando a la cooperación. El cauce fundamental de esta cooperación es
el de los convenios-marco, a los que ya me he referido también, que
prevén la financiación conjunta de proyectos, intercambio de información,
colaboración con las oficinas técnicas de cooperación.

Otra muestra de esta colaboración entre administraciones es la
posibilidad, a la que aludía antes, de que las comunidades autónomas
puedan participar en las comisiones mixtas bilaterales que periódicamente
se unen a España y diferentes países receptores de ayuda, lo cual va a
hacer posible que todos los proyectos financiados o ejecutados por las
comunidades autónomas o por los entes autonómicos que se integren en el
marco formal de la cooperación bilateral puedan ser tratados directamente
con el país receptor.

En los intentos de mejorar la gestión, se concretan en la adopción de
tres medidas básicas: la profesionalización de las labores de dirección
en las unidades de cooperación en el exterior, la normalización y
difusión de los instrumentos de gestión y la adaptación de la
organización administrativa a las prioridades de la cooperación española.

En la Agencia Española de Cooperación los puestos de coordinador general
de cooperación y de director del Centro Cultural y de Formación van a ir
siendo cubiertos progresivamente por funcionarios de carrera.




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La persistencia de las actividades de cooperación, la estabilidad de la
ayuda al desarrollo en determinados países y la progresiva madurez de la
organización de la agencia, hacen necesaria una redefinición de las
relaciones de empleo del personal de la cooperación en el exterior, hasta
ahora circunscritas en buena medida a la eventualidad de contratos
laborales, lo cual en muchas ocasiones ha permitido y ha facilitado que
se puedan poner en marcha esas actividades, que se inicien, pero no
siempre ha podido garantizar el mantenimiento de los recursos humanos
laborales que en los últimos años han venido formándose en cooperación y
ayuda al desarrollo.

No obstante, la consideración del régimen funcionarial con su
característica de estabilidad-movilidad, también para la cooperación
internacional, debe compatibilizarse con la situación actual. El objetivo
aquí es asignar la contratación estrictamente laboral y temporal a la
ejecución de proyectos y la funcionarial a las responsabilidades públicas
de dirección de la agencia.

La normalización y difusión de los instrumentos de gestión se obtendrá
mediante la elaboración de normas e instrucciones internas sobre
procedimientos en materia económico-presupuestaria, sobre temas como la
tramitación de convocatorias, contratación de personal, etcétera,
completado mediante el despliegue de un sistema de envío regular de
disposiciones generales de aplicación o referencia para los servicios
centrales y unidades en el exterior.

Como S. S. sabe, se ha procedido a una reorganización administrativa que
ha consistido en fusionar el Instituto de Cooperación del Mundo Arabe con
el Instituto de Cooperación para el Desarrollo bajo el nombre de
Instituto de Cooperación con el Mundo Arabe Mediterráneo y Países en
Desarrollo.

Por último, en cuanto al objetivo de hacer más eficaz el control sobre la
ejecución de los proyectos, se ha hecho, en primer lugar, mediante la
adopción de una aplicación informática ajustada a las exigencias del
Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que incorpora criterios para el
seguimiento y la evaluación de los proyectos desde el momento mismo de la
planificación. Se trata, desde el principio, de disponer de una
información completa y sistematizada sobre los objetivos específicos y
generales del proyecto, estableciendo indicadores del grado de
consecución de los objetivos fijados, de manera que los proyectos puedan
ser finalmente evaluados conforme a criterios homologados, objetivos y
sistemáticos.

El incremento del control sobre los fondos situados en el exterior se
persigue mediante la potenciación del equipo de control integrado en la
Subdirección adjunta de recursos financieros de la Secretaría de la
Agencia, competente para todo tipo de gastos, tanto para los gastos
generales administrativos como para los gastos de proyectos. Esta labor
se realiza conforme a lo dispuesto por el texto refundido de la Ley
General Presupuestaria, reales decretos sobre pagos a justificar, sobre
contrataciones en el exterior y sobre fiscalización previa, junto con sus
correspondientes normas de desarrollo.

Por último, señalo que en el plano legislativo, como dije antes, está en
estudio un borrador de anteproyecto de ley de cooperación en el que se
incluye el estatuto del personal cooperante, que vendrá a definir las
bases de la cooperación española en el curso de los próximos años.

Paso a la pregunta sobre el papel que debe cumplir la ayuda alimentaria
dentro de la ayuda oficial al desarrollo.

La ayuda alimentaria es un instrumento básico de política de cooperación
para el desarrollo ligado al objetivo de la seguridad alimentaria,
consistiendo básicamente, como saben SS. SS., en la aportación de
productos alimenticios a países en vías de desarrollo. Como un
instrumento de cooperación que es, la ayuda alimentaria tiene que, por
una parte, enmarcarse en el proceso de desarrollo del país beneficiario,
y coordinarse con los demás instrumentos de cooperación que se utilicen
con ese país para incidir en la mejora de las infraestructuras y
potenciar la producción agrícola de ese país.

Además de este objetivo genérico de desarrollo del país beneficiario, la
ayuda alimentaria persigue también alcanzar la seguridad alimentaria a
través del acceso de todas las personas en todo momento a una
alimentación suficiente y adecuada, desde el punto de vista nutritivo,
para una vida activa sana, considerando la accesibilidad, la calidad y la
disponibilidad de los alimentos, y convirtiéndose así en un elemento
importante de la lucha contra la pobreza.

La ayuda alimentaria española, como saben SS. SS., se remonta a los
acuerdos del Consejo de Ministros de mayo de 1980 y de 31 de julio de
1981, por los cuales, en el marco del Convenio internacional de ayuda
alimentaria y del Programa Mundial de Alimentos, del PMA, se aportan
anualmente un total de 30.000 toneladas de cereal a los países
beneficiarios. Desde el año 1992, la gestión íntegra de la ayuda
alimentaria bilateral corresponde al Ministerio de Asuntos Exteriores,
dentro del marco de la cooperación española.

Tanto en el marco de organismos internacionales de Naciones Unidas como
en el programa mundial de alimentos, la OCDE y el FIDA (Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola), todos ellos, con el fin de
incrementar los sistemas de producción de alimentos en los países con
déficit alimentario, como en el ámbito de la propia Unión Europea, la
seguridad alimentaria y la ayuda alimentaria, siguen siendo un objetivo y
un instrumento prioritarios dentro de la cooperación al desarrollo.

El Consejo de Desarrollo de la Unión Europea aprobó el pasado 25 de
noviembre de 1994 una resolución relativa a la coordinación entre la
Comunidad y los Estados miembros respecto a las políticas y prácticas
relativas a la seguridad alimentaria. En esa resolución se refuerza el
vínculo entre desarrollo, rehabilitación, operaciones de socorro y ayuda
alimentaria y el compromiso de la Comunidad y los Estados miembros de
intensificar los esfuerzos para coordinar su apoyo a las políticas de
seguridad alimentaria en los países receptores.

Por otra parte, la ayuda alimentaria de emergencia sigue siendo
necesaria, especialmente en aquellas zonas de conflicto con un
considerable número de refugiados y desplazados, como son los casos de la
ex-Yugoslavia o de Ruanda.




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Las previsiones de la FAO para este año indican una situación crítica en
la zona sur de Africa que puede tener dimensiones equiparables a la
producida a mediados de los años ochenta en el cuerno de Africa, por todo
lo cual se considera que la ayuda alimentaria sigue siendo un instrumento
necesario a corto y medio plazo con los objetivos de mejorar y promover
la seguridad alimentaria en los países y regiones beneficiarios, aumentar
el aporte nutricional de las poblaciones, reducir el déficit de la
balanza de pagos de los países importadores netos de productos
alimentarios y apoyar los esfuerzos de los países beneficiarios para
incrementar sus producciones agrícolas. Tengo aquí a disposición de SS.

SS. la distribución geográfica de la ayuda alimentaria para el año 1995.

En relación con las medidas tomadas para incrementar los retornos de
capitales aportados por España a la Unión Europea para programas de ayuda
alimentaria, tengo que decir que la Unión Europea realiza acciones de
ayuda alimentaria cada año por un valor aproximado de 600 millones de
ecus y de ayuda humanitaria por un valor de 700 millones de ecus. Con el
fin de que las empresas suministradoras españolas tengan una mayor
participación en estos proyectos, se ha reforzado el sistema de
información y de asesoría a las empresas del sector agroalimentario.

¿Cómo se ha hecho esto? Realizando jornadas informativas sobre la
participación de las empresas españolas en la movilización de ayuda
alimentaria comunitaria. Jornadas de este tipo --las dos primeras-- se
realizaron en diciembre de 1991 y febrero de 1992 organizadas por la
Agencia Española de Cooperación Internacional y la Secretaría de Estado
para las Comunidades Europeas, con participación de funcionarios
comunitarios y asistiendo a ellas tanto las empresas del sector como las
federaciones empresariales que las representan.

El año 1993, y a iniciativa de los dos mismos organismos, la Agencia y la
Secretaría de Estado de las Comunidades, se realizaron las primeras
jornadas sobre la participación de empresas y ONG españolas en los
contratos que la Unión Europea realiza para los suministros de ayuda de
urgencia a través de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comunidad
Europea (ECO), que empezó a ser operativa, como saben SS. SS., en el año
1992. En abril de 1993 se organizó un seminario similar sobre el acceso
de la empresa española a los programas de ayuda alimentaria que
organizaron la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y el Ministerio
de Comercio y Turismo, con la colaboración de la Agencia.

En el año 1994, por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores se ha
reforzado la información a los organismos más relacionados con la ayuda
alimentaria. En enero de 1994 se celebró una reunión sobre ayuda
alimentaria comunitaria gestionada a través de organizaciones no
gubernamentales, en la que participó el jefe de la unidad de ayuda
alimentaria de la Comisión Europea y a la que asistieron tanto ONG
españolas como empresas del sector agroalimentario. En los primeros días
de marzo, la Confederación de Empresarios de Andalucía y el Centro
Empresarial Andaluz para licitaciones europeas organizaron un seminario
sobre oportunidades de negocio en los mercados públicos de la Unión
Europea en el que participaron los responsables de ayuda alimentaria del
Ministerio de Asuntos Exteriores y en el que se puso de manifiesto el
incremento de las empresas españolas que han sido adjudicatarias de
licitaciones comunitarias, principalmente en los sectores de aceite,
arroz, trigo duro, conservas de pescado y de carne.

Otras actividades previstas en esta materia se están organizando, a modo
de ejemplo, por la Confederación de Cooperativas Agrarias y asociaciones
empresariales, como la FIAB, la Federación de Industrias de Alimentación
y Bebidas, o la Asociación para la Cooperación Española, entre otras. En
el seno de la Unión Europea se están revisando los reglamentos base para
las operaciones de ayuda alimentaria, por lo que la labor de
reinformación y recogida de indicaciones y sugerencias se está realizando
durante todo el proceso de revisión. Esperemos que todo este esfuerzo
informativo y de colaboración redunde en una participación más activa,
efectivamente, de los sectores empresariales y de las organizaciones en
el campo de la ayuda alimentaria.

Por último, en cuanto a las medidas para favorecer los retornos de las
donaciones obtenidas en los últimos años con cargo al sexto y séptimo FED
(Fondo Europeo al Desarrollo), tema que nos preocupa, evidentemente, de
una manera importante, decir que desde que España se incorporó a la
Comunidad Europea, en el año 1986, el Gobierno español ha venido haciendo
toda clase de esfuerzos para tratar de obtener la mayor participación
posible de las empresas españolas en la ejecución de programas
comunitarios de desarrollo. Evidentemente, existían desde el principio
algunas deficiencias que había que corregir, deficiencias
administrativas, como eran la inexperiencia sobre el funcionamiento del
mecanismo de Lomé o la no adecuación de las estructuras administrativas
existentes, lo cual se traducía en una insuficiencia en los mecanismos de
seguimiento sobre todo el proceso por el que atraviesan los contratos del
FED o la inexistencia de una agencia de cooperación internacional en el
momento de nuestro ingreso en la Comunidad Europea.

Pero es que, además de esas deficiencias de carácter administrativo, esa
escasez inicial en los retornos se explicaba también por otras
deficiencias; deficiencias por parte de las empresas que estaban
desinformadas. Existía una desinformación en las empresas sobre el
funcionamiento de los procedimientos de ejecución de los proyectos. Las
empresas adolecían también de una falta de experiencia, tenían una
inexperiencia en el trabajo de cooperación con los países ACP, ya que las
experiencias que tenían nuestras empresas provenían básicamente de
trabajos que llevaban a cabo con países de Iberoamérica o del
Mediterráneo. Además, existía una posible falta de competitividad de las
ofertas de nuestras empresas, al no contar con unas estructuras adaptadas
a la realidad de estos países y, en general, carecer de experiencia de
trabajo en Africa.

Había, en tercer lugar, deficiencias por parte de la propia Comisión
Europea, donde la rígida estructura burocrática comunitaria no facilita
la comunicación a las empresas que empiezan a trabajar en estos mercados
de difícil acceso:



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donde, en una situación en la que, de doce socios --hoy ya quince--, once
se benefician en mayor o menor grado de los mercados, no era fácil
esperar por parte de los demás socios una movilización en favor del nuevo
socio que pudiera conducir a una bajada de los retornos del resto de los
socios.

No conviene tampoco olvidar, por otra parte, que existen en el seno de la
Comunidad numerosos grupos de presión que hacen difícil el acceso de
nuevas empresas.

Pues bien, con todos los datos acumulados, a finales del año 1993 la tasa
de retorno por contratos adjudicados a empresas españolas en el sexto FED
ascendió a un 1,2 por ciento, y si comparamos exclusivamente los datos
correspondientes a 1992 y a 1993, la situación mejoró, por cuanto la tasa
de retornos pasó del 0,8 de 1992 al 1,46 de 1993. Y en cuanto al séptimo
FED, nuestra tasa de retorno, con los datos de fines del año 1993, ya es
algo superior, ligeramente superior, al 4 por ciento. Al hablar del
séptimo FED hay que tener en cuenta que España durante el primer semestre
del pasado año 1994 obtuvo dos importantes contratos: uno en la República
Dominicana y otro en Jamaica, por un total de algo más de 18 millones de
ecus, que supondrán una sensible mejora en la tasa de retornos.

¿Qué acciones hemos emprendido para que sea posible una mayor
participación de empresas españolas en los contratos del FED? La
Administración española ha elaborado todo un sistema de apoyo a las
ofertas españolas, que consiste en el apoyo y seguimiento de estas
ofertas, tanto en las instancias comunitarias, en Bruselas, a través de
los servicios técnicos de la representación permanente española ante la
Unión Europea, como a través de las embajadas de España en los países ACP
y particularmente en aquellos países donde existe una oficina técnica de
cooperación. Oficinas técnicas de cooperación existen en siete países
ACP, que son: Angola, Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Mozambique, Namibia,
República Dominicana y Haití.

Los responsables del seguimiento de estos proyectos dentro de las
embajadas deben mantener un contacto directo y continuo, tanto con el
delegado comunitario como con las autoridades locales, y asistir a la
apertura de plicas en las licitaciones en las que hay empresas españolas
solicitantes, adquirir los pliegos de condiciones de los contratos,
informar regularmente sobre el estado de ejecución de los PIN, de los
programas indicativos nacionales, o de cualquier otro programa
comunitario en su país o países de acreditación, y elaborar informes
regulares sobre el estado de ejecución del programa indicativo nacional.

El contacto con los miembros de la embajada --con el embajador y con el
coordinador de cooperación y con el consejero comercial o con los
secretarios de embajada--, cuando se planifica un viaje de aproximación a
estos países, ha venido demostrándose sumamente útil a la hora de
identificar los interlocutores idóneos tanto en la delegación comunitaria
como en el propio gobierno ACP.

Dentro de la Agencia, como saben SS. SS., existen tres unidades de
cooperación con la Comunidad: el ICI, para el Caribe; el ICMA-ICD, para
el resto de los países ACP, y el gabinete de la Presidencia, que es el
responsable del seguimiento de los proyectos de ayuda alimentaria de
emergencia.

En estas tres unidades se puede, evidentemente, recabar siempre
información sobre el estado de los proyectos y estas tres unidades se
centran fundamentalmente en el seguimiento de los proyectos comunitarios
de cooperación con los países ACP. Desde ellas se viene aconsejando a las
empresas la cumplimentación de impresos y se realizan gestiones
directamente ante funcionarios comunitarios que de otra manera serían
difícilmente ejecutables por la empresa solicitante.

Quiero señalar aquí que, aunque la titularidad del comité FED corresponde
al Ministerio de Comercio, la unidad de cooperación con la Unión Europea
del ICMA y de la Agencia participa en todas las reuniones del comité, en
la aprobación, en el seguimiento y en la difusión de proyectos; asimismo,
realiza otras actividades de información en torno, sobre todo, a la
organización de jornadas y seminarios, publicaciones y remisión de
documentos.

Finalmente, he de señalar que estos esfuerzos deben ir lógicamente
acompañados de una mayor presencia e interés por parte de las propias
empresas españolas en las operaciones que puedan tener lugar en el área
ACP. A la Comisión le corresponde, por otra parte, la labor de
incrementar la transparencia en los procedimientos de selección y de
adjudicación de contratos y de mejorar el máximo posible toda la
información que suministra a los Estados miembros.

En relación con este tema, la Administración española está apoyando ante
las instancias de Bruselas cada vez que se presenta la ocasión todas
aquellas acciones que tienden a mejorar los procedimientos en materia de
licitaciones, así como asegurar una rotación más regular en los niveles
de decisión real en el seno de los servicios de la Comisión.

Finalmente, el Gobierno español está exigiendo a la Comisión un
seguimiento más estricto del compromiso descrito en el acuerdo interino
financiero de 1990, según el cual la Comisión procuraría adoptar todas
las medidas oportunas para que se garantice una participación en igualdad
de condiciones lo más amplia posible en las licitaciones para contratos
de suministros, obras y servicios, velando porque los criterios de
selección de los adjudicatarios se apliquen con todo el rigor y la
transparencia necesarios.




--CREACION DE UNA PONENCIA DE ESTUDIO SOBRE COOPERACION NORTE-SUR EN EL
AREA DEL MEDITERRANEO CON EL FIN DE ELABORAR UN INFORME RELACIONADO CON
ESE OBJETIVO.




El señor PRESIDENTE: Entiendo que están agotados los nueve primeros
puntos del orden del día. Nos queda sólo el punto décimo aprobado por
esta Comisión que había anunciado al principio de esta sesión, que es la
creación de una ponencia sobre la cooperación en el área del



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Mediterráneo con el fin de elaborar un informe relacionado con ese
objetivo.

Propongo a la Comisión que la constituyan siete miembros, uno por cada
Grupo parlamentario, y el Presidente, entendiendo que la adopción de los
acuerdos correspondientes que tengan lugar en esa Ponencia y el informe
final sigan la regla del voto ponderado, como es práctica habitual en la
Cámara. Si los portavoces están conformes, eso podría ser constitutivo de
un acuerdo y, por tanto, de la Comisión para elevar a la Mesa del
Congreso de los Diputados.

Además de eso, sugeriría, aunque lo haríamos después de levantar la
sesión, que trabajemos con cierta premura, sobre todo para que los grupos
presenten iniciativas en el sentido de redactar un programa de trabajo,
una agenda, teniendo en cuenta que se va a celebrar una conferencia
europea del más alto nivel sobre el Mediterráneo el 12 de noviembre en
Barcelona.

En consecuencia, si el Congreso de los Diputados va a tener una posición
formada sobre la cooperación en el Mediterráneo antes de esa fecha,
deberíamos de tener los trabajos finalizados para septiembre, para que el
Pleno pueda aprobarla en el período de sesiones que comienza en
septiembre en tiempo útil de presentarlo, si ése es el resultado, en la
conferencia de Barcelona. Si están todos de acuerdo, constará así en
acta.

Y no habiendo más puntos que tratar, quiero agradecerles a todos su
presencia y su paciencia.

Se levanta la sesión.




Eran las ocho y veinticinco minutos de la tarde.