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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 392, de 20/12/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 392
DEFENSA
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 23
celebrada el martes, 20 de diciembre de 1994



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Defensa (García Vargas), para:
--Dar cuenta de las maniobras realizadas por la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) frente a las costas de Barbate, sus
consecuencias sobre la pesca del atún en esta zona, así como las
responsabilidades económicas que asumirá el Gobierno. A solicitud de
Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente 213/000295)
(Página 12097)
--Informar de la posible participación española en la «operación
Turquesa», llevada a cabo por soldados franceses en Ruanda, así como
sobre la posición del Gobierno respecto a la situación del país africano
y los resultados de la reunión de los Ministros de Defensa de la Unión
Europea (UE) sobre dicha cuestión. A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 213/000375) (Página 12100)
--Informar sobre la participación española en la misión de UNAMIR. A
petición propia. (Número de expediente 214/000082) (Página 12100)



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--Dar cuenta de las declaraciones efectuadas en la cumbre de Ministros de
Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
relativas a la ampliación de la presencia militar española en dicha
Organización. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número
de expediente 213/000443) (Página 12104)
--Informar sobre el contenido y desarrollo de la reunión informal de
Ministros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en
Sevilla, y en particular de los aspectos relativos a la ampliación de la
Alianza, las relaciones entre la Alianza, la Unión Europea Occidental
(UEO) y otras organizaciones europeas de seguridad, la percepción de los
riesgos en la región del Mediterráneo, así como de la futura actitud de
la citada Organización en Bosnia. A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 213/000445) (Página 12104)
Preguntas:
--Del señor Rupérez Rubio (Grupo Parlamentario Popular), sobre resultado
de la reunión informal de los Ministros de Defensa de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrada en Sevilla. (BOCG, serie D,
número 146, del 10-10-94. (Número de expediente 181/001023) (Página 12104)
Comparecencia del señor Ministro de Defensa (García Vargas), para
(Continuación):
--Informar de los gastos de España en el conjunto de operaciones de
mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, así como de los retornos que
eventualmente se hayan producido con relación a esos gastos por parte de
la misma organización de Naciones Unidas. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000464) (Página 12115)
--Informar de la situación creada en el conflicto de Bosnia-Herzegovina
tras la decisión de los Estados Unidos de Norteamérica de suspender las
operaciones de vigilancia del embargo de armas en el Adriático, de las
posibles implicaciones de esa decisión en el contingente español
desplegado en la zona, de los acuerdos adoptados por la Unión Europea
Occidental (UEO), así como de la política del Gobierno respecto a este
conflicto tras los últimos acontecimientos. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000482) (Página 12115)
Preguntas (Continuación):
--Del señor Elorriaga Fernández (Grupo Parlamentario Popular), sobre
contenido del Estatuto de participación provisional de España en el
Euroejército. (BOCG, serie D, número 146, de 10-10-94. Número de
expediente 181/001016) (Página 12125)
--Del mismo señor Diputado, sobre motivos por los que no se ha dado a
conocer a la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados,
previamente a su firma, el acuerdo de la participación de España en el
Eurocuerpo. (BOCG, serie D, número 154, de 31-10-94. Número de expediente
181/001070) (Página 12125)
--Del señor Rupérez Rubio (Grupo Parlamentario Popular), sobre
importancia que concede el Gobierno al ejercicio militar denominado
«Guardia Dinámica 94» realizado en el sur de Europa por 9 países miembros
de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). (BOCG, serie
D, número 146, de 10-10-94. Número de expediente 181/001022) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre evaluación realizada por la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) del primer ejercicio
militar llevado a cabo en el marco de la Asociación para la Paz en el mes
de septiembre de 1994 en Polonia. (BOCG, serie D, número 146, de
10-10-94. Número de expediente 181/001024) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre posibilidades de que un militar español
pueda desempeñar las funciones de Comandante de la Fuerza Naval
permanente del Mediterráneo, en el contexto de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN). (BOCG, serie D, número 146, de
10-10-94. Número de expediente 181/001025) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre estructura de mandos, de coordinación y
número de tropas entre España y la Fuerza Aliada Móvil de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una vez que entre España a formar
parte de dicha Fuerza. (BOCG, serie D, número 146, de 10-10-94. Número de
expediente 181/001026) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre opinión del Gobierno acerca de si la no
integración de España en la estructura militar de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) puede llegar a plantear



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dificultades en la articulación de las fuerzas operativas
combinadas-conjuntas de la Alianza. (BOCG, serie D, número 154, de
31-10-94. Número de expediente 181/001067) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre integración de las Fuerzas Armadas
Españolas en las fuerzas operativas combinadas-conjuntas de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). (BOCG, serie D,
número 154, de 31-10-94. Número de expediente 181/001068) (Página 12127)
--Del mismo señor Diputado, sobre actuación de las tropas españolas
integradas en el Eurocuerpo en caso de que el mismo se integrara en la
estructura militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN). (BOCG, serie D, número 154, de 31-10-94. Número de expediente
181/001069) (Página 12127)
--Del señor López Valdivielso (Grupo Parlamentario Popular), sobre
conversaciones entre el Ministerio de Defensa y el de Cultura encaminadas
a una posible ampliación del Museo del Prado en el edificio que alberga
el Museo del Ejército. (BOCG, serie D, número 133, de 16-9-94. Número de
expediente 181/000932) (Página 12132)
--Del mismo señor Diputado, sobre planes de ubicación de las colecciones
del Museo del Ejército. (BOCG, serie D, número 133, de 16-9-94. Número de
expediente 181/000933) (Página 12132)



Se abre la sesión a las diez y quince minutos de la mañana.




--COMPARECENCIAS DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (GARCIA VARGAS) PARA: DAR
CUENTA DE LAS MANIOBRAS REALIZADAS POR LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL
ATLANTICO NORTE (OTAN) FRENTE A LAS COSTAS DE BARBATE, SUS CONSECUENCIAS
SOBRE LA PESCA DEL ATUN EN ESTA ZONA, ASI COMO LAS RESPONSABILIDADES
ECONOMICAS QUE ASUMIRA EL GOBIERNO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL IZQUIERDA UNIDA-INCIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
213/000295.)



El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.

Punto primero del orden del día: comparecencia del Ministro de Defensa
para dar cuenta de las maniobras realizadas por la Organización del
Tratado del Atlántico Norte frente a los costas de Barbate, sus
consecuencias sobre la pesca de atún en esta zona, así como las
responsabilidades económicas que asumirá el Gobierno. La comparecencia ha
sido solicitada por el Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Muchas gracias, señor
Presidente.

Como SS. SS. sin duda conocen, en la Sierra de Retín, que es un campo
adjunto a la ensenada de Barbate, se realizan maniobras con ejercicios de
tiro de armas portátiles, y ocasionalmente también es utilizado para la
realización de ejercicios anfibios. Es el campo habitual de maniobras de
la infantería de marina española.

En el caso del ejercicio combinado OTAN, «Resolute Response», las
actividades que tuvieron lugar en la zona de Retín fueron las siguientes.

Del 25 al 28 de abril de 1994 una agrupación de ocho dragaminas efectuó
ejercicios de comunicaciones y maniobras fuera del mar territorial; es
decir, a más de doce millas de la costa. Del 29 de abril al 2 de mayo la
misma agrupación fondeó, en una zona situada entre las almadrabas
existentes, cinco minas inertes para la localización y neutralización por
buceadores; además se llevaron a cabo operaciones de conducción de buques
a través del campo minado que consisten en tránsitos por canal, una forma
de navegación que es silenciosa por excelencia. El 2 de mayo, durante la
madrugada, una agrupación anfibia, compuesta por nueve buques, fondeó en
la zona con tiempo muy duro y realizó un ensayo de asalto anfibio,
reembarcando la fuerza que desembarcó en la tarde de ese mismo día.

Tanto en las reuniones preoperativas como en las instrucciones y órdenes
promulgadas por el mando del ejercicio se ordenó la estricta observancia
por todos los participantes de los resguardos necesarios a las zonas de
almadrabas; órdenes que se respetaron escrupulosamente durante la
realización de los ejercicios.

En el ejercicio «Resolute Response», sólo se realizó un fondeo de cinco
minas inertes, una navegación silenciosa y un desembarco y reembarco que
además se realizó con mala mar, no muy positiva para la actividad
pesquera. No hubo fuego real ni se utilizó ningún tipo de explosivos. Por
lo tanto, señorías, carece de fundamento cualquier afirmación dirigida a
atribuir daños a la captura del atún u otras



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pesquerías por actividades de la Armada como consecuencia del ejercicio
señalado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra el señor Andreu.




El señor ANDREU ANDREU: Señor Ministro yo no estaba ahí y, por lo tanto,
no voy a decir si lo que usted ha manifestado fue lo que se hizo o no; me
imagino que si usted lo ha expresado así evidentemente así sería, pero lo
que me preocupa no son las diferentes versiones de lo que se hizo sino
cuáles son los efectos reales que producen la serie de maniobras
continuadas que se están dando en la ensenada de Barbate sobre la pesca.

Lo cierto es que, independientemente de que haya habido o no explosiones,
de que haya habido o no incidencias directas en la zona de almadrabas,
los pescadores tienen unas quejas muy profundas sobre las consecuencias
que han tenido en las almadrabas y en la pesca del atún las maniobras de
la OTAN del 25 al 28 de abril. La versión de los pescadores es que para
ellos ha sido una situación absolutamente ruinosa que ha supuesto
pérdidas importantísimas.

Si en un sitio como Barbate, en que desde que se ha ubicado el Ministerio
de Defensa en la sierra de Retín tiene contenciosos tan importantes como
el de haber perdido la utilización de esos montes propios, ahora se
añaden las consecuencias que las maniobras de desembarco, que de forma
cada vez más reiterada se están haciendo en esa ensenada, están teniendo
sobre la pesca, comprenderá que la población de Barbate, que
fundamentalmente es pescadora, sienta un descontento bastante profundo y
considere que, de alguna manera, sus derechos están seriamente
lesionados.

Por lo tanto, sin entrar en una polémica de versiones sobre si lo que se
hizo allí es lo que usted manifiesta o son otras cosas (ya le digo que no
tengo por qué dudar de que sus manifestaciones son correctas en este
sentido), lo que me interesa saber, señor Ministro, intentando ser
constructivo y positivo, es si el Ministerio de Defensa está teniendo
contactos con los pescadores de Barbate; si tiene algún tipo de relación
con ellos; si está dispuesto a sentarse con ellos para solucionar estos
problemas que, le repito, son reiterados porque ya el día 18 de noviembre
había quejas de los pescadores, en este caso sobre la sardina. Dicen las
informaciones que maniobras militares están perjudicando la captura de
sardinas. Lo que me interesa saber es si realmente ustedes están
dispuestos a hablar con los pescadores para intentar solucionar todo este
tipo de problemas.

Evidentemente si esta situación se reitera nos encontraremos con un
problema realmente grave porque es una zona que está bastante deprimida,
como me imagino que usted conocerá y si no yo se lo manifiesto, con
problemas importantísimos de empleo, con dificultades en los caladeros de
Marruecos, etcétera, que no le voy a cansar aquí narrándole. Si encima
tienen este problema de que las reiteradas maniobras militares causan
dificultades para la pesca en lo que han sido sus caladeros habituales
comprenderá usted que nos encontremos ante una situación de serias
dificultades. Yo le pregunto sobre si han entrado en contacto con los
pescadores o si tienen intención de hacerlo para intentar solucionar los
problemas que se están dando con las maniobras militares en la ensenada
de Barbate.




El señor PRESIDENTE: Grupos que desean intervenir. (Pausa.)
Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Cortés.




El señor CORTES MUÑOZ: Señor Ministro, señorías, ciertamente que éste es
un tema de pura aplicación del sentido común y del realismo. Parece ser
que, dicho en lenguaje taurino, hay división de opiniones entre la
versión que apunta el señor Ministro y la que parece ser que mantienen
los pescadores de la zona de Barbate.

Yo tampoco he estado en esa zona, precisamente en esos días, pero tampoco
estuve en la batalla de las Termópilas y sé bastante de lo que pasó allí.

(Risas.) En cualquier caso, lo que sí parece evidente es que en la zona
de Barbate existen almadrabas, y la discusión es si estas maniobras han
afectado o no a las mismas. Cuando se discute es porque hay algo, habrá
un fondo de verdad, habrá un fondo de realidad, que yo creo que habrá que
tener en cuenta. No cabe duda que la parte más débil en este tema, y al
mismo tiempo quizás también la parte más importante, son los propios
pescadores de Barbate, a los que habrá que atender en sus razones.

Nos gustaría seguir en la línea planteada por el portavoz de Izquierda
Unida, y saber hasta qué punto el Gobierno está manteniendo relaciones
para aclarar definitivamente estos hechos y si el Gobierno, el Ministerio
de Defensa, está dispuesto, si llega el caso y se considera que es lo
pertinente, a indemnizar a estos pescadores. Quisiera terminar dejando
muy clara que nuestra postura es absolutamente a favor de que se celebren
maniobras de la OTAN, y si es con participación española con mayor razón,
pero estamos a favor de ello igual que estamos a favor de que se juegue
al fútbol y, sin embargo, estaríamos en contra de que se jugara al fútbol
en las salas del Museo de El Prado.

Insisto en que es una cuestión de sentido común. Por lo tanto, estamos
convencidos de que el Gobierno y su Ministro nos aclarará ahora en su
intervención, definitivamente, qué es lo que ocurre y cuál es la posición
que van a tomar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Curiel.




El señor CURIEL ALONSO: Muy brevemente también para fijar la posición de
nuestro Grupo. Digo brevemente porque, al menos personalmente, cuando leí
el texto de la comparecencia, en virtud de la cual se requería la
presencia del Ministro sobre este tema, debo confesar que me costó un
cierto esfuerzo suponer que hay una causa-efecto directa en cuanto a las
maniobras de la Alianza Atlántica y las dificultades de pesca en las
costas de Barbate. El señor Andreu lo afirma así o, por lo menos, lo
sugiere; no tengo por qué creer que no sea así, pero en todo caso no
parece probable que estemos ante el principal problema de los



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pescadores de Barbate. Ya que estamos hablando de conocimientos, yo sí
conozco personalmente la zona y sé que desgraciadamente hay problemas,
pero no, como sabe muy bien el señor Andreu, por las maniobras de la
OTAN, sino por la actividad de algunas flotas pesqueras que utilizan
medios ilícitos para la pesca del atún.

En todo caso, con independencia de que estemos ante un tema presentado
probablemente con una cierta exageración, que pretende establecer esa
relación de causa a efecto, por nuestra parte, estamos convencidos y
persuadidos de que el Ministerio de Defensa habrá adoptado y adoptará
permanentemente las medidas oportunas para evitar que maniobras de
Alianza Atlántica puedan lesionar intereses muy legítimos y muy
respetables, y por lo demás muy importantes, como en este caso el de los
pescadores de Barbate y de la costa de Cádiz. Desde luego, también
estamos convencidos de que si se suscitara algún problema seriamente
planteado, desde el Ministerio de Defensa se establecería la comunicación
correspondiente para solventarlo.

Probablemente estemos ante una relativa posición interesada porque se
trata de maniobras de la Alianza Atlántica. Yo creo que cualquier
sociedad, cualquier país tiene que hacer frente a las necesidades y a las
obligaciones que se derivan, no ya de sus vinculaciones internacionales
en materia de defensa, sino del propio mantenimiento de su ejército en
condiciones razonables para la defensa nacional. Esto puede traer en
ocasiones algún problema menor, pero yo estoy absolutamente persuadido de
que desde el Ministerio de Defensa se han tomado las medidas oportunas y
que desde luego, si es preciso, se abrirán los canales de comunicación
para solventarlos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Efectivamente, éste es un
asunto de sentido común y se trata de armonizar los intereses de los
pescadores con los intereses de la defensa.

La pregunta es bien sencilla, si la sierra de Retín deja de tener
actividad, ¿dónde puede hacer ejercicios la Infantería de Marina? ¿Dónde
se pueden hacer ejercicios anfibios, ejercicios de desembarco? ¿Hay
alguna alternativa? No.

La Armada Española ha estado ubicada en esa zona a lo largo de los dos
últimos siglos --algún beneficio económico habrá supuesto para esa zona,
supongo--, y la playa que no es turística, tiene pesca, y la que no tiene
pesca, tiene otro tipo de interés. Si no hay población, se debe proteger
ecológicamente porque no está hollada por el hombre, y si tiene población
hay intereses económicos. Por lo tanto, cualquier decisión que toma en
este terreno el Ministerio de Defensa siempre tiene alguna contestación.

Y el Ministerio de Defensa no puede renunciar a realizar ejercicios, no
puede renunciar a tener determinadas unidades que son necesarias para la
seguridad de todos los españoles. Por consiguiente, habrá que hacer ese
ejercicio de sentido común y encontrar una solución en la que todos cedan
un poco.

De todas maneras, señor Andreu, me parece que, aún agradeciendo mucho su
tono tan ponderado, ha deslizado usted alguna exageración al decir que ha
sido ruinoso, cuando estamos hablando de siete días, de los cuales tres
hubo mal tiempo y no se pudo pescar. Luego estamos hablando de cuatro
días, y cuatro días no suelen ser ruinosos. No me vaya a decir ahora que
el banco pesquero del Estrecho, especialmente de atunes, se ha
deteriorado a lo largo del tiempo por la Armada. No, señoría, usted sabe
que no es por eso, y a mí me gustaría que lo dijera, puesto que usted lo
sabe mejor que yo. Usted representa a los ciudadanos de Cádiz, usted sabe
mejor que yo por qué se ha deteriorado. Entonces, no vayamos a caer en la
insinuación de que eso ha sido porque la Armada y la Infantería de Marina
tienen allí actividades. En consecuencia, creo que se debe matizar eso de
ruinoso y pérdidas muy importantes. Estamos hablando de siete días, de
los cuales una parte sustancial hubo mal tiempo.

Luego, ha dicho que se ha perdido el uso de los montes. No es verdad,
señoría. En el entorno de la sierra de Retín, el Ministerio de Defensa
permite la explotación del corcho y del pastoreo, hay más de 4.000
cabezas de ganado y el Ministerio de Defensa, desde 1988, no percibe
ningún canon por esa actividad. Existe una comisión paritaria entre Icona
y el Ministerio de Defensa que mantiene el bosque, que lo repuebla de
alcornoques y quejigos, que repara caminos y que limpia los bosques.Y
desde el punto de vista medioambiental, se han realizado mejoras
sustanciales, con una proliferación, en consecuencia, de aves de distinto
tipo.

Los posibles inconvenientes que se ocasionan a la pesca durante los
breves días que duran las maniobras en el Campo de Retín se ve
compensados, señorías, por el uso de los pastos y la base superficial que
permite a los ganaderos que la explotan la percepción de subvenciones
procedentes de la Unión Europea. Para este año, 24.000 pesetas por vaca
nodriza.

Quiero decirle también, señoría, que el año 1994, según declaraciones de
los propios pescadores de la zona, ha sido bueno para la pesca del atún
en la zona de Barbate, ha sido buena. Y ya, simplemente, como una
información adicional, por si tiene la oportunidad de comunicarlo a las
autoridades correspondientes, en la zona marítima del Estrecho las
autoridades marítimas de la Armada han detectado con cierta frecuencia
que pequeñas embarcaciones o embarcaciones de pesca de bajura entran y
salen del puerto a todo motor, con las artes de pesca puestas, y eso sí
puede provocar un impacto en la pesca; por lo tanto, señoría, reitero que
el deterioro que se ha producido en el banco pesquero no se puede imputar
a la Armada.

En todo caso, por supuesto que el Ministerio de Defensa está dispuesto a
hablar sobre este asunto con los pescadores.

Las normas de uso del Campo de Retín así lo establecen, por eso hay una
comunicación cada vez que se realiza un ejercicio. No obstante, si
hubiera alguna dificultad adicional se pueden cambiar las fechas de los
ejercicios; los ejercicios se van a seguir haciendo, por supuesto, pero
se puede cambiar la fecha, si eso interesa realmente y de manera fundada
a los pescadores. Además, da igual que los ejercicios sean de la Alianza
o españoles exclusivamente. Eso no es sustancial.




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Del Prado, señor Cortés, hablaremos después (El señor Andreu Andreu pide
la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Andreu?



El señor ANDREU ANDREU: Señor Presidente, el Ministro me ha pedido alguna
opinión. Creo que, por cortesía, se la debiera dar.




El señor PRESIDENTE: Más que opinión, le ha pedido que transmita
información, según le he entendido yo al señor Ministro.

¿Ha pedido alguna opinión?



El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Si me la quiere dar el
señor Diputado, con gusto la acepto y la escucharé.




El señor PRESIDENTE: Conoce perfectamente, señoría, que, en los trámites
de comparecencia, las opiniones no están en el Reglamento, simplemente
hay un turno excepcional muy breve de aclaraciones, concreciones,
etcétera, que se rige por el 203 del Reglamento. En todo caso, en este
sentido le doy la palabra.




El señor ANDREU ANDREU: Como el Ministro ha incidido en que solamente era
una semana, simplemente le manifiesto que la época de almadrabas, como
sabe, es muy reducida, ni siquiera llega a dos meses en primavera. Por lo
tanto, una semana es un hecho bastante importante y creo que sus efectos
son superiores al propio tiempo exacto en que se realizan las maniobras.

Señor Ministro, me quedo con lo positivo de su respuesta. Espero que
realmente se produzca una conversación fluida entre el Ministerio de
Defensa y los pescadores y que estas situaciones que se han producido
tengan solución en las próximas actuaciones.




--INFORMAR DE LA POSIBLE PARTICIPACION ESPAÑOLA EN LA «OPERACION
TURQUESA» LLEVADA A CABO POR SOLDADOS FRANCESES EN RUANDA, ASI COMO SOBRE
LA POSICION DEL GOBIERNO RESPECTO A LA SITUACION DEL PAIS AFRICANO Y LOS
RESULTADOS DE LA REUNION DE LOS MINISTROS DE DEFENSA DE LA UNION EUROPEA
(UE) SOBRE DICHA CUESTION. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN
EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000375.)



--INFORMAR SOBRE LA PARTICIPACION ESPAÑOLA EN LA MISION DE UNAMIR. A
PETICION PROPIA. (Número de expediente 214/000082.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 2, comparecencia del señor Ministro
de Defensa, para que informe de la posible participación española en la
«Operación Turquesa» y comparecencia, a petición del propio Gobierno,
para informar sobre la participación española en la misión de Unamir.

Ambas solicitudes de comparecencia, una solicitada por el Grupo Popular y
otra por el propio Gobierno, se tramitan conjuntamente.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): El Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, señorías, estableció la misión de asistencia a Ruanda,
Unamir, por Resolución 872, de 5 de octubre de 1993, para poner en
práctica los Acuerdos de Arusa, de 4 de agosto de ese año, y resolver las
tensiones históricas en Ruanda mediante el diálogo y la negociación. Su
mandato fue prolongado por resoluciones sucesivas --la 909, de 5 de
abril; la 925, de 8 de junio; la 965, de 30 de noviembre-- hasta el 9 de
junio de 1995. La presencia española en Ruanda es anterior a la decisión
de participar en Unamir.

En efecto, ante el agravamiento de la situación, producido durante el mes
de abril, el Gobierno decidió cooperar con las fuerzas belgas desplegadas
en la zona y apoyarlas en la evacuación de personal y material. Se
enviaron dos aviones C-113 Hércules, que participaron en estas tareas
desde el 13 al 22 de dicho mes. El día 26 de julio pasado se envió otro
avión militar que transportó a Ruanda a miembros de organizaciones no
gubernamentales, Médicos del Mundo y Cáritas concretamente, y ayuda
humanitaria donada por la Agencia Española de Cooperación Internacional.

En los primeros días de agosto se envió otro avión Hércules.

Tras la reunión del Consejo Permanente de la Unión Europea Occidental, en
la que se solicitó ayuda de los países europeos, a lo que antes me he
referido, el Gobierno decidió contribuir al transporte de carga y
personas, una de las mayores carencias de Unamir. La oferta española fue
aceptada por Naciones Unidas, firmándose el 8 de septiembre pasado una
carta de asistencia entre España y Naciones Unidas de tres meses de
duración, prorrogados el día 1 del presente mes por otros tres meses.

Así, la participación española finalizará, en caso de no volver a
prorrogarse, el día 1 de marzo de 1995.

Los datos de esta participación son los siguientes: España proporciona un
avión caza 235, cuya zona de actuación comprende Ruanda, Uganda, Kenia,
Somalia, Burundi, Zaire, Tanzania y Mozambique. El avión realiza misiones
de transporte de pasajeros, carga, abastecimiento logístico y apoyo
médico y evacuaciones. Está previsto realizar unas 125 horas de vuelo
mensualmente y los costes de esta operación los debe sufragar Naciones
Unidas. Su importe trimestral aproximado es de 1,25 millones de dólares.

El Consejo de Ministros, en su reunión del 9 de septiembre, acordó la
participación de las Fuerzas Armadas españolas en Unamir. El día 19 de
septiembre, en cumplimiento del citado acuerdo y en las condiciones
estipuladas en el contrato antes citado, salió para la zona el avión
mencionado, C-235, con un total de diecinueve personas, dos tripulaciones
completas, cinco mecánicos de mantenimiento



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y seis zapadores paracaidistas para protección del avión y de la
tripulación.

Como balance de la participación española, cabe señalar que, por ser el
único avión a disposición de Unamir, se tiende a su sobreutilización, con
una media de cincuenta vuelos mensuales. De ellos, la inmensa mayoría han
sido vuelos para transporte de viajeros y sólo algunos para transporte de
carga. Diariamente se hacen entre uno y dos vuelos de ida y vuelta entre
Nairobi y Kigali. El trabajo realizado está siendo intenso y difícil, en
unas condiciones meteorológicas desfavorables y en condiciones precarias
de control aéreo y entre aeropuertos muy poco equipados.

No se ha podido trasladar el destacamento a Kigali por dificultades para
la obtención de combustible y por problemas de seguridad, alojamiento y
comida. Periódicamente se releva al personal del destacamento, que suele
estar una media de treinta días en la zona.

El Gobierno considera, señorías, que nuestra participación en Unamir
arroja un balance favorable, que ha suscitado expresiones de
agradecimiento, tanto por las autoridades ruandesas como por el
representante especial del Secretario de Naciones Unidas, embajador Khon,
y el Alto Comisionado de Derechos Humanos para Ruanda.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Cortés.




El señor CORTES MUÑOZ: Señor Ministro, creo que, en primer lugar, hay que
decir, parece casi inevitable, que ambas comparecencias refundidas en una
sola llegan tarde. Creo que el ritmo que tenemos en esta Comisión sobre
este caso concreto tiene poco que ver con la realidad de los hechos.

Estamos hablando al día de hoy de un tema que no diré que esté terminado,
puesto que el Ministro nos informa que todavía tenemos un avión
participando en esa zona del mundo, pero la realidad es que prácticamente
todos los temas candentes referentes a Ruanda hace ya meses que han
dejado de tener una virtualidad importante.

Contrasta esto con la Comisión de Asuntos Exteriores de esta misma
Cámara, que tuvo una reunión el 3 de agosto de este mismo año, cuando
naturalmente sí tenía virtualidad porque era una fecha absolutamente
adecuada y correcta para plantear estos temas.

Sin pedir responsabilidades a nadie, porque tampoco creo que ésa sea la
cuestión en estos momentos, debemos ser todos lo suficientemente
realistas como para plantearnos y exigir que, de aquí en adelante, los
temas se traten con la prontitud necesaria, con la urgencia requerida,
para que tengan cierto sentido y cierta enjundia las cuestiones que aquí
debatimos.

Parece que, por simpatía, esa misma lentitud y desvinculación con los
hechos que se sucedían a una velocidad vertiginosa, el Gobierno de la
nación española también se contagió de esa lentitud. Creo que todos
recordamos, y tenemos que hacer un ejercicio de memoria para recordarlo,
que la salvaguarda de la vida de los españoles que estaban aquellos días
en Ruanda no se hizo con la presteza ni con la diligencia deseable, ni
mucho menos. El Gobierno español no montó su propio dispositivo de
evacuación. Yo no entro ahora a enjuiciar de forma definitiva si era o no
procedente, me figuro que estaría en función de muchos factores, pero la
realidad es que no lo hizo y se produjo en toda la opinión pública
española, en los ciudadanos españoles en general, la sensación de que se
había abandonado a los españoles, una gran parte de ellos religiosos,
aunque es cierto que algunos de los cuales prefirieron quedarse en
aquellas tierras, a pesar de saber que corrían peligro sus vidas. La
sensación que se transmitió en España y que tuvimos todos los españoles
fue que se les había dejado desamparados y que había un cierto caos y un
cierto desorden, no sólo a niveles que afectan al Ministerio de Defensa,
sino también a niveles que afectan a otros ministerios, en este caso el
de Exteriores, donde parece ser que nuestros servicios diplomáticos en
Nairobi tampoco se lucieron de forma especial.

Los dos Hércules que nosotros enviamos en aquellos momentos --insisto, ya
tarde, pero aún con cierta vigencia--, al parecer, sólo realizaron dos
vuelos entre Nairobi y Kigali, lo cual demuestra que su momento de
actuación quizá no era el más adecuado.

hay otro tema, en el cual el señor Ministro hizo incidencia en su
momento, hace ya meses, que es sobre la participación española en base a
una solicitud de las Naciones Unidas. Nos parece absolutamente correcto
que fuera así, España interviene cuando las Naciones Unidas así se lo
solicitan, nada que oponer a eso, pero también de las manifestaciones del
señor Ministro en aquellos momentos parecía deducirse que había como una
crítica solapada, o por lo menos había la posibilidad de que algún otro
país europeo en este caso hubiera tenido participación en este conflicto,
sin el mandato expreso de las Naciones Unidas. Como fueron palabras y
comentarios del Ministro, nos gustaría que en alguna medida nos aclarara
esta cuestión. Insisto en que, siendo un tema trascendente, importante,
en el cual quedó, a nuestro juicio, clara --o por lo menos eso fue lo que
pensamos el conjunto de los españoles-- una actuación no diré negligente,
pero sí excesivamente lenta y torpe por parte de los ministerios
afectados de nuestro Gobierno, yo creo que el señor Ministro, aun ya a
destiempo, porque ha pasado mucho tiempo, aun así, podría aclararnos
algunas de estas cuestiones en mayor profundidad y no limitarse a la
información pírrica que nos ha planteado en la primera parte de su
intervención.




El señor PRESIDENTE: Las responsabilidades de las comparecencias son de
la propia Mesa de la Comisión, que, como usted conoce, suele consultar a
los portavoces sobre sus contenidos. hay que decir que las cuestiones
pendientes en la Comisión son, evidentemente, muy abundantes, y
generalmente se siguen las que se consideran más oportunas.

Aclarado este punto, ¿grupos que deseen fijar su posición?
Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor
Carrera.




El señor CARRERA I COMES: Aunque la observación por parte de la
Presidencia es correcta en cuanto a los



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temas que se tratan en la propia Mesa, sí deberíamos reconocer que, por
la razón que sea, no tanto la comparecencia sino el tema llega quizá un
poco desfasado en el tiempo, pero está aquí y creo que vale la pena pedir
las explicaciones o que se nos informe adecuadamente, a pesar, repito, de
que pueda dar la sensación de que está desfasado en el tiempo. Por mi
parte, muy brevemente, por tanto, en este punto.

Nosotros entendemos que las aportaciones en las misiones que se han
desarrollado y se continúan desarrollando en esta zona son correctas y
que el coste lo viene soportando Naciones Unidas. Básicamente, y a
nuestro entender esto es importante, son misiones de transporte de
personas, por tanto de una trascendencia vital, y transcurrido el tiempo
desde que se iniciaron y vista la actuación en estos momentos yo diría
que ha sido una buena experiencia y, por tanto, en conjunto ha sido o
está siendo una buena misión. No añado nada más por mi parte, sino que
nuestro Grupo cree que éste es un punto concreto en el que debíamos estar
presentes, aunque al principio pudiera dar la sensación de una cierta
precipitación, pero en su conjunto creemos que es una buena experiencia y
una buena misión en la que debíamos intervenir.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Curiel.




El señor CURIEL ALONSO: Algún otro portavoz que me ha precedido en el uso
de la palabra ha puesto de manifiesto que estamos ante un tema relevante
e importante para nuestro país y para el futuro de nuestra actuación en
conflictos similares o parecidos al de Ruanda. Yo quiero decir que estoy
de acuerdo con ello y que además, desde nuestro punto de vista, sería
útil para la política exterior y para la política de defensa y de
seguridad de nuestro país que en estos temas hubiera el máximo consenso
por parte de todas las fuerzas políticas, porque conviene recordar que no
estamos hablando de la actuación de un gobierno determinado en cuanto a
su orientación ideológica o política, sino que estamos hablando de la
responsabilidad de España en el marco de las Naciones Unidas y en el
marco de las relaciones internacionales.

Por ello, me gustaría insistir al menos, señor Presidente, en tres
vertientes que hacen referencia al tema de Ruanda pero que quizá valdrían
también para ir estableciendo lo que podríamos llamar unos criterios
básicos de actuación sobre circunstancias similares que se puedan
producir en el futuro y que ya se han producido. La primera cuestión es
que yo creo que sería oportuno establecer ese principio al que la
comunidad internacional ha llegado en cuanto a lo que supone la
relativización del principio de no injerencia. Probablemente ha sido uno
de los cambios más importantes que se han producido en la doctrina de las
relaciones internacionales en los últimos años, posiblemente no ajeno a
los cambios que también se han producido en el mapa geopolítico desde el
final de la Segunda Guerra hasta el año 1989, en el sentido de que ese
principio de no injerencia se relativiza ante necesidades de carácter
humanitario o ante vulneraciones flagrantes y gravísimas de los derechos
humanos. Se va estableciendo una doctrina en virtud de la cual la
comunidad internacional, ante circunstancias como ésa, puede y debe
intervenir, precisamente para frenar situaciones que repugnan a la razón
de cualquier conciencia democrática y a la defensa más elemental de los
derechos humanos.

Una pregunta que se ha suscitado en relación con esto, establecido este
principio, es si Naciones Unidas debería tener o no una fuerza operativa
de intervención autónoma, que dependiera directamente de Naciones Unidas.

Este es un tema extraordinariamente complejo, señor Presidente, y lo
cierto es que, aunque hay opiniones diversas al respecto, todo indica que
estamos ante un tema que tiene grandes dificultades: dificultades desde
el punto de vista económico, que sin duda SS. SS. conocen en cuanto a la
propia financiación de Naciones Unidas, o dificultades de carácter
operativo, porque es muy difícil establecer en cada momento el tamaño y
la adaptación de la fuerza que necesitamos para intervenir en función de
cada conflicto. Por consiguiente, la rapidez, la capacidad operativa y de
adaptación que tiene una fuerza multinacional bajo, como se ha dicho, el
paraguas del Consejo de Seguridad, en este momento al menos, es mucho más
importante, mucho más rápida que la idea, que en todo caso no hay que
cerrar, de que Naciones Unidas pueda disponer en el futuro de una fuerza
operativa para que, bajo el control del Consejo de Seguridad, pudiera
intervenir en conflictos como los que tenemos, desgraciadamente, en
varias zonas del mundo.

Tercera consideración, señor Presidente, es el papel de nuestro país. Yo
quiero decir que, desde luego, no participamos de la idea de que el
Gobierno actuó, digámoslo así, con abandono de los intereses de los
españoles en Ruanda, más bien pensamos lo contrario, pensamos que el
Gobierno reaccionó en el momento oportuno y sobre todo con el consenso de
la sociedad española. Probablemente --y muchos observadores
internacionales lo han dicho--, una de las sociedades europeas que
reaccionó más abiertamente en cuanto a criterios de solidaridad con los
acontecimientos de Ruanda fue la sociedad española. Yo creo que el
Gobierno conectó con ese sentimiento social, con esa voluntad de
intervenir, de ayudar en la medida de lo posible en una verdadera matanza
que se estaba produciendo, algo ciertamente impensable a finales del
siglo XX para quienes nos contemplen dentro de algunas décadas, pero que
ciertamente estaba ocurriendo. Pienso yo que el operativo en virtud del
cual el papel de España fue el de apoyar esa intervención, esa actuación
se hizo en el momento oportuno, se hizo con los medios de los que
disponemos, pero lo más importante de todo, se hizo con la voluntad
política de que nuestro país cada vez más vaya estando más presente en
estas actuaciones que están inspiradas, repito, en principios
humanitarios y en la defensa de los derechos humanos.

Pensamos que esta actitud, repito --y termino con ello--, debería de ser
motivo de amplio consenso parlamentario, porque no estamos discutiendo,
pienso yo, la actuación de un Gobierno concreto, estamos definiendo
criterios generales de actuación en la política exterior y de seguridad
de nuestro país y queremos decirle al Gobierno



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que desde luego en este tema, como en tantos otros, ha contado y cuenta
con el apoyo de este Grupo.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Presidente, debo
decir al señor Cortés, del Grupo Popular, que no es justo lo que ha dicho
sobre el momento y sobre el contenido de esta comparencia ni sobre la
actuación del Gobierno español, porque él mismo ha reconocido que el
Gobierno ya informó en la Comisión de Exteriores y es un principio de
sentido común y de economía de tiempo de SS. SS., que están muy ocupados,
el no repetir lo que se ha dicho en una Comisión en otra. El Gobierno
informó a través del Ministro de Asuntos Exteriores sobre su actuación
con respecto a este conflicto y desde luego, señoría, niego que se
actuara sin presteza o que se actuara con torpeza.

Quizás, señoría, hay que estar un poco informado de lo que es la realidad
sobre el terreno de este tipo de conflictos. Espero que me conceda que el
Ministerio de Defensa empieza a tener ya una experiencia bastante larga
en estas situaciones, no solamente por operaciones de paz, sino
previamente por atención a poblaciones afectadas por terremotos o
catástrofes durante mucho tiempo. Por tanto, cuando se produce la
inquietud en la opinión pública por la información que prestan los medios
no siempre es posible el hacer algo justo en ese momento. Es exactamente
lo que sucedió en el conflicto de Ruanda, se puede enviar un avión
inmediatamente o seis, si S. S. lo piensa así, y se puede tener a los
aviones esperando en un aeropuerto en un punto intermedio del camino
porque no se puede acceder a la zona de conflicto porque los aeropuertos
están cerrados por combates o por otra razón. Esto es justo lo que
sucedió en este conflicto. Los acontecimientos más dramáticos ocurrieron
durante el mes de abril y los aviones españoles estuvieron preparados a
mediados de ese mes; di la orden de tenerlos preparados, creo recordar,
hacia el 14 o el 15, no pudieron desplazarse hasta finales del mes de
abril y estuvieron operando desde el día 13 al 22 de abril (salieron
antes, señoría, las fechas incluso subrayan lo que estoy diciendo), justo
cuando pudieron llegar los aviones de otros países europeos. Usted sabe,
señoría, que una vez que llegaron estuvieron operando en circunstancias
ciertamente difíciles, realizaron misiones arriesgadas para rescatar a
religiosas, algunas de las cuales, cuando el avión había llegado ya a
realizar esa tarea, decidieron permanecer en Ruanda, decisión muy
respetable.

Señoría, no sé qué quiere decir con la virtualidad, pero dado que la
comparecencia se produce justo hoy, a finales del año, no me parece que
esté mal recordar que el problema de Ruanda no se ha resuelto, a pesar de
la buena voluntad, de la inquietud, de la emoción que recorrió a la
opinión pública de muchos países europeos y a los gobiernos, no se ha
resuelto completamente, aunque se ha avanzado en su pacificación. Por
tanto, no me parece que esté mal el recordar que ahora a final de año,
cuando muchos ciudadanos ya no recuerdan lo que sucedió en Ruanda hace
seis o siete meses, el Ministerio de Defensa sigue allí presente, pero no
está solo, sigue presente con organizaciones no gubernamentales españolas
de carácter civil y religioso, y que gracias a esta colaboración entre
entidades no gubernamentales y personal del Ministerio de Defensa se está
haciendo una meritoria labor. No me parece mal que lo recordemos ahora,
precisamente porque ya se habló en la Comisión de Exteriores de los
acontecimientos dramáticos y ahora conviene hablar de otra cosa.

En este momento hay en Ruanda, operando en coordinación con el personal
del Ejército del Aire, dos médicos forenses y dos investigadores
policiales enviados por el Gobierno para indagar sobre el genocidio, de
acuerdo con lo establecido en la resolución 935 del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas y en este momento está en estudio el envío de ocho
observadores de derechos humanos que se sumarían a los 46 de otras
naciones que ya están sobre el terreno.

En Ruanda y en los campos de refugiados de los países limítrofes, que
todavía existen, hay alrededor de noventa personas pertenecientes a
organizaciones no gubernamentales y religiosas como Médicos del Mundo,
Farmacéuticos Mundi, Médicos Mundi, Farmacéuticos Sin Fronteras,
Movimiento por la Paz, Médicos Sin Fronteras, Cáritas, ADRA y CELSA, que
son las siglas de Trabajando en el Interior de Ruanda y Trabajando en el
Interior de Ruanda en Tareas Logísticas, respectivamente.

En definitiva, se produce lo que el Gobierno y yo en particular, señoría,
he dicho muchas veces y es que en este tipo de operaciones conviene que
desde el principio nos planteemos la cooperación entre personal militar
--cascos azules y personal civil--, cascos blancos, como suelen denominar
desde el terreno, y en ese aspecto la misión de Ruanda ha sido muy
positiva y ha sido una buena experiencia.

Debo decir que así como en Yugoslavia la iniciativa la han llevado los
cascos azules y el personal de organizaciones no gubernamentales se ha
sumado en proporción sustancialmente inferior, en Ruanda ha sido a la
inversa, han sido organizaciones no gubernamentales las que desde el
principio han dispuesto de una mejor información sobre el terreno, las
que han hecho propuestas de envío de material, de medios, de ayuda, han
hecho sugerencias de cómo repartirlo y en el terreno han sido
extraordinariamente eficaces. Y a mí me congratula mucho esto, el que
seamos capaces de actuar como lo hacen otros países con más experiencia
que nosotros en este terreno y, sobre todo, de una forma que creo que es
especialmente gratificante para la ciudadanía, como es el que voluntario
civiles y personal militar sean capaces de trabajar, unas veces, con una
iniciativa más intensa por parte de unos y, otras veces, con una
iniciativa más intensa por parte de otros. (El señor Cortés pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, las excepciones siempre son peligrosas
porque luego se convierten en regla. He tenido una debilidad con el señor
Andreu y ahora me piden que continúe teniendo otra debilidad en el
momento de la aplicación del Reglamento a esta comparecencia.




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Yo les rogaría que ayudaran a la Presidencia no solicitando la palabra
porque creo que éste es un turno muy excepcional, el del 203, cuando son
cuestiones muy concretas. La posición del señor Cortés ha quedado clara y
creo que también la contestación del señor Ministro, pero si se empeña,
señor Cortés, le doy la palabra para que lo haga con brevedad. Con esta
primera excepción en la sesión de hoy, ya vamos a tener que mantener la
regla, pero que conste que no va a crear precedente.




El señor CORTES MUÑOZ: Señor Presidente, le agradezco el monodebate que
ha hecho usted, aunque yo no he llegado a abrir la boca todavía, pero le
agradezco que tenga usted este tipo de debilidades, con nosotros, sólo
éstas, naturalmente. Voy a ser absolutamente escueto.

Simplemente decirle al señor Ministro que yo lo que he dicho es que esta
Comisión había sido lenta en reaccionar aquí y que el Gobierno había sido
lento en reaccionar allí. Cuando digo también y pongo como ejemplo la
Comisión de Exteriores, lo estoy haciendo porque en comparación al mes de
diciembre, agosto parece fecha muy temprana, pero agosto tampoco es
pronto en relación con abril, que era el momento más álgido de los
problemas en Ruanda.

En segundo lugar --y con esto termino porque no quiero comprometer más a
nuestro Presidente--, decir que no me cabe duda que ahora posiblemente
las cosas se estén haciendo bien y que junto a las organizaciones civiles
y religiosas que tenemos en Ruanda trabajando y actuando está
participando el Ministerio de Defensa, cosa de la que me congratulo.

Decir también que el problema de Ruanda no está resuelto y
desgraciadamente no lo estará en mucho tiempo.




El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, mi prediscurso era consecuente.




--DAR CUENTA DE LAS DECLARACIONES EFECTUADAS EN LA CUMBRE DE MINISTROS DE
DEFENSA DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN),
RELATIVAS A LA AMPLIACION DE LA PRESENCIA MILITAR ESPAÑOLA EN DICHA
ORGANIZACION. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 213/000443.)



--INFORMAR SOBRE EL CONTENIDO Y DESARROLLO DE LA REUNION INFORMAL DE
MINISTROS DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN) EN
SEVILLA, Y EN PARTICULAR DE LOS ASPECTOS RELATIVOS A LA AMPLIACION DE LA
ALIANZA, LAS RELACIONES ENTRE LA ALIANZA, LA UNION EUROPEA OCCIDENTAL
(UEO) Y OTRAS ORGANIZACIONES EUROPEAS DE SEGURIDAD, LA PERCEPCION DE LOS
RIESGOS EN LA REGION DEL MEDITERRANEO, ASI COMO DE LA FUTURA ACTITUD DE
LA CITADA ORGANIZACION EN BOSNIA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000445.)



CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE:



--RESULTADO DE LA REUNION INFORMAL DE LOS MINISTROS DE DEFENSA DE LA
ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN) CELEBRADA EN SEVILLA.

FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO. (Número de expediente 181/001023.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto tercero, comparecencia del señor
Ministro de Defensa sobre la cumbre de Ministros de Defensa de la
Organización del Tratado del Atlántico, que tuvo lugar en Sevilla.

Agrupamos las comparecencias solicitadas por el Grupo Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, número 3, y la número 4, a
solicitud del Grupo Popular, incorporándose también la pregunta número
10, del señor Rupérez.

Señor Ministro, a estos efectos tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Lamento que haya
transcurrido cierto lapso de tiempo entre la reunión y esta
comparecencia. Me brindo para que en próximas ocasiones, a través de
procedimientos que están en el Reglamento, este lapso se acorte.

señorías, el contenido, el desarrollo y los resultados de la reunión
informal mantenida en Sevilla por los Ministros de Defensa de la OTAN ya
fueron expuestos ante esta Comisión el día 4 del pasado mes de octubre,
ante el Pleno del Congreso de los Diputados al día siguiente, el 5 de
octubre, y ante la Comisión de Defensa del Senado el día 25 del mismo
mes. Como ya dije en dichas comparecencias, el Ministerio de Defensa
valora muy positivamente los resultados de la reunión de Ministros de
Defensa de la OTAN, que tuvo lugar a finales del mes de septiembre.

En la reunión, que por su carácter informal carecía de agenda previa, se
analizaron, con mayor profundidad que en reuniones habituales, diversos
asuntos presentados en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del
pasado mes de enero. Por primera vez desde la retirada de Francia, en
1967, de la estructura militar integrada, el Ministro de Defensa francés
asistió a una de estas reuniones, lo que es un síntoma muy positivo para
toda la organización. El Gobierno español se congratula por ello, ya que
considera primordial la contribución de todos los aliados en las tareas
de definición y puesta en práctica de las nuevas misiones y estructuras
de la Alianza.

En la reunión se analizaron cinco asuntos principales. A dos de ellos, la
situación en la antigua Yugoslavia y la adaptación de la estructura de la
Alianza para integrar el nuevo concepto de fuerza operativa combinada
conjunta, me referiré posteriormente en el marco de otras comparecencias
solicitadas para el día de hoy. Por tanto, señorías,



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si me permiten, me voy a ceñir al análisis realizado sobre la antigua
Yugoslavia, sobre la situación en el Mediterráneo y a las relaciones con
los países del Este y Centro de Europa, dentro de la Asociación para la
Paz.

En cuanto a la situación en la antigua Yugoslavia, los acontecimientos
han transcurrido tan rápidamente que lo que se habló en Sevilla puede
sonar ahora como algo ya sobrepasado. En la reunión se analizó la
situación en aquella zona del mundo, bajo el prisma de la preocupación
que en aquel momento teníamos los países con fuerzas en la zona ante la
posibilidad de que Estados Unidos decidiese un levantamiento unilateral
del embargo de armas, ya que, como recordarán SS. SS., la reunión tuvo
lugar antes de la decisión norteamericana de no continuar participando en
la imposición del embargo a Bosnia-Herzegovina de determinados sistemas y
equipos, de cuyas consecuencias creo que podremos tratar posteriormente.

Respecto al Mediterráneo, que era el punto de la reunión que más
interesaba a España, como continuación a la iniciativa propuesta por el
Gobierno español en la cumbre de enero de dedicar una mayor atención por
parte de la Alianza a los países del sur del Mediterráneo, tras analizar
la posible cooperación con estos países, España presentó una propuesta
que contenía los siguientes aspectos: primero, el establecimiento de
contactos entre la OTAN y algunos países del norte de Africa para
explicar los objetivos y actividades de la Alianza en su nueva etapa
histórica; segundo, la posibilidad de participar conjuntamente en algunos
casos en operaciones de paz y de ayuda humanitaria, y, tercero, la
posibilidad de invitar a observadores militares del Norte de Africa a
ejercicios aliados en el mediterráneo, aspecto este último que ha
iniciado nuestro país invitando al ejercicio «Tramontana» a los agregados
de Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto.

Como recordarán SS. SS. de mis comparecencias anteriores, lo que se
pretende con ello es crear una relación de confianza entre los estamentos
militares del norte y sur del Mediterráneo que pudiera servir como canal
de información y, llegado el caso, también como mecanismo de consulta.

Esta propuesta fue aceptada por todos los Ministros de Defensa aliados,
tanto de países mediterráneos como del Norte y, por supuesto, por Estados
Unidos.

En cuanto a las relaciones con los países del centro y del este de Europa
y la Asociación para la Paz (cuestión abierta sobre la que hemos venido
discutiendo después de la reunión de Sevilla y se tendrá que seguir
discutiendo en los próximos meses), se revisó la iniciativa de dicha
Asociación para la Paz y se valoró positivamente como ha funcionado hasta
esa fecha, igual que se ha valorado positivamente en la última reunión
del Comité de Planes de Defensa. Alemania presentó la sugerencia de dar
un nuevo ímpetu a esta iniciativa y en una etapa siguiente diferenciar
entre aquellos socios que buscan integrarse inmediatamente en la Alianza,
los de Visegrado, Rusia y Ucrania, por sus características especiales, y
otros cuya relación con la OTAN está menos avanzada. Con esto se indicaba
la necesidad de una discusión interna en la Alianza sobre la posible
ampliación de la OTAN en un breve plazo a los candidatos más cercanos,
los del grupo de Visegrado.

La postura española es que se debe profundizar en los contactos con estos
países para adaptar progresivamente la Alianza a un número mayor de
miembros. No obstante, hay que tener también en cuenta que estos países
necesitan tiempo para reforzar sus estructuras de defensa y sus Fuerzas
Armadas, por lo que estimamos que el proceso no será tan breve.

En resumen, la reunión de Ministros de Defensa en Sevilla supuso un
intercambio de puntos de vista sobre aspectos que tienen una importancia
primordial para España, especialmente la atención de la OTAN hacia el
diálogo, la cooperación en el Mediterráneo y con los países de la ribera
sur. La decisión adoptada fue, por tanto, una buena noticia y concuerda
con las tesis mantenidas en nuestro país.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Andreu.




El señor ANDREU ANDREU: Ante todo, quiero manifestar, para que conste,
que sustituyo en esta intervención a mi compañero, Antonio Romero, que es
portavoz en la Comisión de Defensa y que por un problema ferroviario no
ha podido estar en este momento para sustanciar esta comparecencia pedida
por Izquierda Unida.

En cualquier caso, señor Ministro, la escueta información que nos
manifiesta sobre la reunión celebrada en Sevilla por los Ministros de
Defensa de la Alianza del Atlántico Norte de alguna forma consideramos
que debería ser ampliada en su segunda intervención, porque mi grupo
parlamentario quisiera tener luz y creo sería interesante que usted
pudiera ayudar sobre algunas interrogantes que en este momento, a nuestro
juicio, se abren sobre el Tratado del Atlántico Norte, pues no sabemos si
realmente en esta reunión de Sevilla tuvieron un análisis profundo y
pormenorizado por los ministros que se sentaron a la mesa.

Ha manifestado como una buena noticia --usted lo ha considerado así-- que
el ministro francés apareciera en esta reunión. Con ello, usted parece
indicar un fortalecimiento de las estructuras de la OTAN cuando, a
nuestro parecer, la situación no es exactamente ésa. Consideramos que, en
términos objetivos, intentando no ser sesgados en el análisis de esta
situación, se vive una profunda crisis en el seno de la Alianza del
Atlántico Norte; una crisis de la que consideramos que es un exponente
bastante taxativo que Estados Unidos haya decidido por su cuenta y riesgo
acabar con el embargo de armas a Bosnia. Si bien es cierto que ustedes no
pudieron tener ciencia cierta de ello en la reunión de Sevilla, desde
luego todas las iniciativas de la diplomacia americana en los tiempos
anteriores a la ruptura del embargo ya apuntaban en esa dirección. Por
tanto, creo que los intereses de Estados Unidos y los intereses de los
países europeos en lo que supone el conflicto de la antigua Yugoslavia de
alguna manera se han visto confrontados, y se han visto confrontados
peligrosamente, porque pueden llevar a una situación en la que incluso
haya un enfrentamiento directo con los intereses de Rusia.




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Esta situación, a nuestro juicio de quiebra profunda de intereses en el
seno de la OTAN, creemos que habrá tenido un análisis pormenorizado en
esa reunión de Sevilla o que, por lo menos, usted tendrá una opinión
exacta sobre este punto que creemos es de vital importancia y que el
asunto de Bosnia no ha sido más que el exponente más llamativo. Mucho nos
tememos que en el futuro este proceso puede ir acentuándose e incidir, de
forma importante, sobre el futuro de la Alianza.

La prensa internacional incluso lo recoge así. Cuando digo la prensa
internacional no hablo ni de «LÕHumanité», ni el «Morning Star», hablo,
por ejemplo, de «The Economist», que en un artículo de hace apenas dos
semanas analizaba esta profunda quiebra y hasta qué punto significa que
tanto los aliados europeos como Estados Unidos están jugando roles muy
diferentes a partir de ahora en el conflicto de la antigua Yugoslavia.

También nos interesa que profundice en el análisis que se hace sobre la
Asociación para la Paz y, sobre todo, en el análisis que pudieron hacer
los ministros en Sevilla sobre la ampliación de la OTAN, ampliación que
llegue hasta las mismas fronteras de Rusia.

Una vez que el bloque del Este se desmembró, que cayó hecho añicos, que
el muro quedó roto, en ese momento cualquier espectador míninamente
objetivo podría entender que una vez que el enemigo de la OTAN había
quebrado, la OTAN se encontraba con unos roles bastante complicados para
buscar enemigos que justificaran un poco la continuidad de su estructura.

Ha pervivido durante unos años y lo cierto es que cuando se habla de
ampliarla hasta las mismas fronteras de Rusia podremos vestir con los
argumentos que queramos esta ampliación pero, desde luego, da la
sensación de que se construye la OTAN frente a Rusia; dinámica que no
sabemos hasta dónde nos puede conducir y que tampoco sabemos exactamente
si es una dinámica que realmente interese a Europa, y concretamente a
España. No entendemos hasta qué punto esta nueva construcción de la OTAN
meta en su seno a países como Rumania, que han tenido conflictos
tradicionalmente fronterizos con Rusia, si esta situación no puede
significar de hecho, como yo creo que los rusos no sin alguna razón
histórica plantean, cierto elemento de agresividad hacia ellos; no lo sé.

Nos tememos que hay ahí cierta razón histórica y, desde luego, no creo
que vaticine nada bueno para el futuro de la paz en Europa.

Quisiera que usted profundizara en este aspecto. De igual manera también
nos gustaría que nos comentara qué significa esta apertura de relaciones
con los países del Norte de Africa. Cuál es el objetivo exacto que usted,
a través de la reunión de Sevilla, pudo conocer que se propone la
Organización del Atlántico Norte respecto a los países del Norte de
Africa. Imaginamos que no será ningún elemento de integración, ni nada
por el estilo; imaginamos, no lo sabemos a ciencia cierta pero nos parece
positivo, que se creen algunos mecanismos de relación con los países del
Norte de Africa. Que eso quede expuesto de antemano y así es para mi
grupo parlamentario. Lo que sí quisiéramos saber exactamente es la
naturaleza del mismo, porque veíamos con preocupación cómo la atención de
esta organización militar se centraba fundamentalmente en el Este de
Europa y ya vemos con qué objetivos y cómo se han ido consolidando hasta
el punto de que hoy se habla abiertamente de la ampliación y nos interesa
saber cuáles son los objetivos que se tienen concretamente respecto al
Norte de Africa, porque son realmente los que pueden afectar a la
seguridad de España y, desde luego, afecta también a la seguridad de
Europa más de lo que los propios europeos puedan tener conciencia o han
tenido conciencia hasta el momento. Quisiéramos saber si realmente ha
cambiado la percepción de los ministros de Defensa europeos sobre lo que
pueden implicar para la seguridad de Europa las relaciones con el Norte
de Africa.

Estas son las cuestiones a las que nosotros quisiéramos que usted nos
respondiera en la segunda intervención que tenga.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, en su momento efectivamente
pedimos su comparecencia para hablar de la reunión de Sevilla porque nos
pareció y, a pesar del tiempo transcurrido, nos sigue pareciendo
significativa. Claro que algunos de los aspectos que aparecieron en la
reunión de Sevilla han sido posteriormente clarificados y, en gran parte
decididos, al menos parcialmente, por la reunión del Consejo Atlántico de
principios de diciembre y, en gran parte también si no recuerdo mal, por
la reunión del Consejo del Comité de Planes de Defensa a que usted mismo
debe haber asistido hace todavía muy pocos días.

En cualquier caso, la misma enumeración de los temas tratados en la
reunión hacen que siga siendo importante y relativamente insólita no
tanto ni únicamente por la participación, por primera vez, prácticamente
desde final de los sesenta, de un Ministro francés de Defensa, sino
además porque parece haberse creado una relación bastante operativa entre
las reuniones informales de los Ministros de Defensa y las decisiones que
posteriormente son adoptadas por la misma Alianza. Eso parece que también
debe ser recogido quizá como primicia de este tipo de reuniones.

Hace bien el señor ministro en mencionar el Mediterráneo, la ampliación
de la Alianza, el tema de Yugoslavia y los temas relativos a la fuerza
operativa combinada conjunta como algunos de los aspectos tratados.

El señor ministro se olvida, consciente o inconscientemente, de un
aspecto que fue el más noticioso de esa reunión, a efectos españoles,
cuales fueron sus propias declaraciones respecto a la progresiva
aproximación de España a los esquemas de integración militar;
declaraciones sobre las cuales naturalmente le pediría una exposición más
detallada que a nosotros no nos producen demasiada sorpresa dados los
progresivos deslizamientos que desde ese punto de vista se vienen
produciendo por parte del Gobierno español respecto a la integración
militar y de los cuales cabe recordar, en tiempos relativamente
recientes, incluso muy recientes, la decisión, que nosotros saludamos
positivamente, de participar en los programas de infraestructura y



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la decisión de firmar los acuerdos de París sobre estatutos de los
cuarteles militares de la Alianza; documento que, por cierto, todavía no
ha sido enviado a esta Cámara, si no recuerdo mal o si mi memoria no me
es infiel, y que en cualquier caso forman parte significativa de esa
participación.

Muchos comentaristas, muchos representantes de los medios de información
tuvieron por otra parte la tentación, perfectamente lógica, de hermanar
en algún sentido, como en otro sentido también lo habían estado, las
actitudes del Ministro español de Defensa con la del Ministro francés de
Defensa, desde el punto de vista de esa aproximación a los esquemas de la
integración militar.

Si me lo permite el señor Ministro y el señor Presidente, yo quería hacer
algunas consideraciones que tienen algo de hipótesis y algo de propuesta
de síntesis en un camino que nos gustaría que recorriéramos
conjuntamente.

Por una parte, es cierto que en muchos sectores de la Alianza se sigue
pensando --y algunas razones se tiene para ello-- que la Alianza, la
OTAN, sigue firmemente anclada en el centro y en el este del continente
europeo. Para aquellos que así piensan, el mayor problema de la
percepción de seguridad aliada lo constituye, lo sigue constituyendo la
incertidumbre social y política que en este momento conoce la Federación
Rusa y, al mismo tiempo, la potencial inestabilidad en otros países de
Europa central y oriental.

Desde luego, esos mismos reconocen que pueden plantearse determinados
problemas de seguridad en el sur de la Alianza, en el Mediterráneo pero,
al mismo tiempo, tenderían a afirmar que nada podría o debería distraer a
la OTAN de sus objetivos esenciales en el centro y en el este del
continente.

Hay un paso importante respecto a la decisión de Sevilla. La reunión de
Sevilla se dedicó a considerar las posibilidades de ampliación de la
Alianza, de una manera más o menos específica, incluso era también
notable cómo, por ejemplo, había ciertas divergencias en los
planteamientos entre lo que habían sido planteamientos del Ministro
alemán de Defensa, que incluso ya quería una denominación de los
candidatos que lo serían en primer lugar, mientras que otros, incluso el
propio Secretario de Defensa americano, se mostraban más circunspectos al
respecto.

En cualquier caso, lo evidente es que ya el Consejo Atlántico, en su
reunión de diciembre, ha tomado una decisión muy clara en ese sentido, no
tanto por lo que se refiere a la nominación de los candidatos pero sí al
principio de la ampliación, de manera que desde ese punto de vista la
reunión de Sevilla fue una premonición de lo que más tarde iba a ocurrir.

Pero es evidente también que, incluso de manera relativamente inesperada,
la oposición de la Federación Rusa a la ampliación de la Alianza ha sido
bastante más firme de lo que se esperaba; aquellos aspectos que, por
ejemplo, aparecieron como moneda de cambio relativa en el contexto de la
Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa no han
funcionado, y nos hemos encontrado con datos preocupantes, como ha sido,
por ejemplo, la negativa rusa a otorgar su consenso para las decisiones
de la Conferencia sobre la Seguridad precisamente sobre el tema Bosnia.

No es exagerado decir que en este momento, en muchos círculos de la
Alianza, la confianza sobre la evolución democrática y estable de la
Federación Rusa está bastante disminuida y, por si algunos que así
piensan tuvieran alguna duda, los acontecimientos en Chechenia no han
hecho nada más que venir a confirmar tales negras premoniciones.

A nosotros, señor ministro, nos parece que en este contexto podríamos
correr un peligro, y es el de la marginación de los intereses españoles
de seguridad en el contexto de la Alianza. Podría ser que el nuevo
escenario estratégico, surgido después de la guerra fría y de la
desaparición de la Unión Soviética, de la desaparición del
marxismo-lenilismo como sistema estatal, empujara a España a una
creciente irrelevancia en el contexto de la Alianza. No es que hayamos
sido un socio relevante en términos de poder militar, pero sí podríamos
contemplar cómo esa importancia geo-estratégica comparativa o relativa,
iría o podría ir decreciendo. Eso podría tener más o menos importancia si
no pudiéramos temer que se produjera una progresiva erosión de la
capacidad de la Alianza como garantía de nuestros últimos intereses de
seguridad y, desde luego, desde ese punto de vista e interés nuestro
subrayar que la excesiva y potencial atención que la Alianza pudiera
prestar exclusivamente a los acontecimientos que se producen en el Centro
y en el Este de Europa, con toda su importancia que nosotros seríamos los
últimos en negar, pudiera olvidar los conflictos potenciales que, de una
manera cada vez más creciente aunque también cada vez más potencial, se
van produciendo, van apareciendo o se van delineando en el Sur.

Yo creo que sería una buena norma de comportamiento decir que alguna
parte de esa situación la tenemos nosotros, los propios mediterráneos,
los propios sureños, en primer lugar, porque no parece que exista un
discurso sólido sobre nuestra percepción de riesgos en el Mediterráneo
occidental. Es más, nosotros mismos, el Gobierno español entre otros,
quizá principalmente el Gobierno español, prefiere (yo comprendo que las
palabras tienen el valor que tienen pero al fin y al cabo definen también
percepciones y actitudes), el Gobierno español, digo, prefiere negar la
existencia de tales riesgos, habla simplemente de desafíos, y,
naturalmente, desde ese punto de vista evita incluso referirse a los
riesgos de seguridad lo cual podría producir una falta de interés por
parte de la misma Alianza hacia esos riesgos reales en el Sur.

Nos dice el señor ministro, y es positivo en cualquier caso, que la
reunión de Sevilla decidió la adopción de algunas medidas respecto a los
vecinos del Norte de Africa. Los contactos con esos países, la
participación de esos países conjuntamente con organizaciones en
actividades de mantenimiento de la paz, o humanitarias, incluso la
presencia de observadores militares. Eso es parte de la respuesta, pero
el señor ministro sabe perfectamente que no es toda la respuesta; al fin
y al cabo ésas son medidas que entran perfectamente dentro del campo de
las medidas que la CSCE en su momento describió o inventó para fomentar
la confianza; pero no son estrictamente medidas para fomentar



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la seguridad de los aliados. De manera que ésa es una de las primeras
constataciones que habría que hacer, no únicamente respecto a la reunión
de Sevilla sino respecto a nuestra propia definición de los intereses de
seguridad y, consiguientemente, al futuro de nuestros intereses en la
zona.

Nosotros creemos que, efectivamente, en este contexto y en esa dimensión,
la adopción de posiciones conjuntas por parte de los aliados del Sur de
Europa es absolutamente imprescindible, y ése es uno de los principales
valores añadidos que tiene el reforzamiento de la cooperación militar
entre Francia, España e Italia en el Mediterráneo. A nosotros nos parece
un dato positivo y normalmente hemos sido bastante críticos de la postura
de Francia en el contexto de la Alianza, sin embargo nos parece que la
evolución de Francia de los últimos meses ha sido positiva, entre otras
razones no sólo porque se acerca o comprende la necesidad de coordinar
sus participaciones en el seno de la Alianza y acercarse hacia los
esquemas de integración militar, sino porque también su atención e
interés por el sur parece ser creciente.

Desde luego, yo creo que de eso nos tenemos que congratular todos, a
pesar del esquema que describí al comienzo de mis palabras, hoy hay en el
contexto de la Alianza un reconocimiento general de los problemas que la
inestabilidad en el Magreb podría plantear a la seguridad de los aliados
del Sur y, consiguientemente, también de toda alianza. Pero es también
perfectamente descriptible el hecho de que en el criterio OTAN las
repercusiones de esa inestabilidad en la seguridad aliada son
infinitamente menores que las implicaciones de la inestabilidad en Rusia
o en Europa del Este y, además, como antes decía, también se considera
que los problemas del Norte de Africa no son tanto problemas de seguridad
sino problemas de tipo político, económicos y demográficos.

Por eso, a nosotros nos gustaría, en primer lugar, llamar la atención
sobre ese tema porque correríamos el riesgo también de que esa
percepción, hoy en cierto sentido generalizada de que existe un problema
más o menos bien descrito de seguridad en el flanco sur de la Alianza, se
pudiera solventar simplemente con manifestaciones más o menos genéricas
de buena voluntad y de reconocimiento de ese tema en los comunicados
finales de las reuniones de la Alianza.

Por ejemplo, cuando alguien, dentro de la Alianza, propone la
constitución de un mando principal para el Mediterráneo, hay todavía
muchos miembros de la Alianza, muchos aliados que piensan que eso es una
propuesta pura y simplemente de seguridad-ficción por no decir por no
decir de política-ficción.

Señor Ministro, desde ese punto de vista la reunión de Sevilla, siendo un
primer paso, sin embargo no aportó grandes soluciones o grandes
novedades. Es desde luego positivo, como he dicho, el hecho de incluir el
Mediterráneo, dentro de la reflexión conjunta aliada sobre la seguridad
en Europa, pero creemos que empieza a ser el momento de pasar de la
reflexión a los hechos, y yo creo que echamos de menos en la reunión de
Sevilla propuestas concretas al respecto aparte de estas medidas para
fomentar la confianza, que nos parecen bien, pero son lo que son, no son
otra cosa. Esperemos que quizá en la próxima reunión informal de los
Ministros de Defensa se pueda avanzar un paso más o dos pasos más en este
sentido.

A todos estos problemas hay que añadir las consecuencias negativas de la
no integración de Francia y de España en la estructura militar de la
Alianza.

El señor Ministro seguramente habrá oído críticas al modelo de
integración española en la OTAN. Todavía hace pocos días, en un artículo
publicado por don Eduardo Serra, que fue Secretario de Estado en su
Departamento, señor ministro, en la revista española «Defensa» escribía
literalmente: La propuesta española sobre el Mediterráneo, anunciada en
la reunión informal de ministros de Defensa de la OTAN en Sevilla,
servirá sin duda para fomentar la confianza entre ambas riberas, pero
España también tendría que estar preparada para hacer frente a posibles
crisis si la confianza se pierde y nuestros intereses entran en conflicto
con los de otras naciones.

En otro párrafo añade: Se nos ha dicho hace poco que nuestros aliados han
aceptado ya nuestro modelo de integración en la OTAN; sin embargo, ellos
siempre nos recuerdan nuestra peculiaridad cuando realmente importa.

Como seguramente en el curso de la mañana vamos a tener ocasión de seguir
hablando de estos temas, precisamente en relación con la cuestión de las
fuerzas operativas combinadas conjuntas, no insistiré demasiado al
respecto, pero sí me parece importante subrayar que la OTAN, al menos
determinados círculos de la misma, no parecerían estar demasiado
dispuestos a consentir cargar con el costo de formar, adiestrar y dar
cobertura logística y de infraestructura a fuerzas que eventualmente no
serían utilizadas bajo el paraguas de la Alianza. El papel del Saceur no
queda en absoluto definido sin que pueda existir un control político ni
operativo efectivo de esas fuerzas por las estructuras de la misma
Alianza.

En opinión de muchos, señor ministro, la posición franco-española está
contribuyendo a complicar toda la estructura, a crear falsos problemas y
a entorpecer el proceso. Se lo digo, y lo adelanto de antemano, no porque
queramos reabrir un debate que en gran parte está cerrado sino porque,
honestamente y precisamente porque no queremos reabrir el debate, nos
parece que sería enormemente importante que entre ustedes, el Gobierno, y
nosotros en la oposición, contribuyéramos a solventar algunos de estos
problemas, que son graves y que pueden plantear serias distorsiones en la
capacidad operativa de nuestras Fuerzas y, consiguientemente, también en
la capacidad de la defensa de nuestros intereses de seguridad en el marco
de la Alianza.

Es cierto que el problema político de fondo lo plantea Francia en su
deseo de buscar una autonomía militar europea a costa de la OTAN; sin
embargo, nos parece que España hubiera podido solventar algunos de esos
problemas a los cuales levemente he hecho referencia, si a través de una
simple carta de usted, señor Ministro, en representación del Gobierno, se
hubiera pactado, con el esquema de las fuerzas operativas combinadas
conjuntas, un acuerdo de cooperación que, por otra parte, no merecería



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ningún tipo de expresión sorprendida por parte del señor Ministro porque
sería, pura y simplemente, el calcado o el consecuente de los acuerdos de
cooperación militar contraídos entre España y la Alianza Atlántica. Esto
obviaría muchos de los problemas políticos y operativos suscitados. Nos
preocuparía que no se hiciera esto mientras Francia no mueva un poco más
su posición.

Algo de esto se plantea también respecto al Eurocuerpo, pero como en las
preguntas tendremos también ocasión de hablar de eso, lo dejo para ese
momento.

En el marco general de la reflexión que ustedes llevaron a cabo en la
reunión de Sevilla, nos gustaría que procurásemos por todos los medios
--y ciertamente nosotros estamos decididos a hacerlo-- que la legitimidad
española para exigir una mayor atención de la OTAN hacia el Sur se
encuentre cada vez más reforzada. Hay que reconocer que en estos momentos
esa legitimidad se encuentra un tanto disminuida, por no decir muy
disminuida, por el hecho de ser el aliado que menor esfuerzo dedica a
Defensa, lo cual es también una manifestación, directa o indirecta, de la
escasa preocupación que en el fondo nos merecen los problemas del Magreb,
así como por el hecho de no participar en la estructura militar
integrada.

Si queremos invertir la peligrosa tendencia de marginación de los
intereses españoles de seguridad dentro de la OTAN, nos parece que
resulta absolutamente imprescindible ser capaces de elaborar y vender una
doctrina propia sobre los riesgos para la seguridad aliada en el
Mediterráneo occidental. También resulta importante que vayamos
equiparando nuestro esfuerzo de defensa al del resto de nuestros aliados
y, al mismo tiempo, como el señor ministro recordó en Sevilla, que
propiciemos un mayor acercamiento de España a la estructura militar de la
Alianza.

Tengo que decirle, señor ministro, y con esto acabo mi intervención, que
para nosotros es realmente muy importante que este tipo de debates tenga
lugar sin ninguna crispación o aristas. Lo digo con toda la honestidad de
que mi grupo y yo somos capaces al respecto. Nosotros querríamos que, en
combinación de ustedes, de nosotros y de cualquier otra fuerza política
que quisiera sumarse al respecto, fuéramos rediseñando nuestros esquemas
de seguridad, que acerquemos la formalidad de las cosas a la realidad de
las cosas. Eso y no otra cosa es lo que pretendimos hace muy pocos días
en el Pleno del Congreso cuando propusimos en la Cámara un decálogo sobre
paz y seguridad. Lamentablemente, su grupo, señor ministro, lo rechazó
sin más consideraciones. Esperemos que esa actitud de su grupo no sea en
absoluto la actitud del Gobierno y de gentes como ustedes, como usted
concretamente, que estamos seguros tienen en su cabeza, por encima de
cualquier otro tipo de consideración, la conveniencia y la necesidad de
dedicar a la seguridad de España los mejores esfuerzos de todos.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor
Carrera.




El señor CARRERA I COMES: Por mi parte, creo que sería bueno, en la
segunda intervención del señor ministro, hacer referencia a algo que el
portavoz del Grupo Popular ha mencionado, y es la mayor implicación o no
de nuestra presencia en la OTAN y, haciéndome eco también del contenido
de la comparecencia que se pide en el punto cuarto, a las relaciones
entre la Alianza, la Unión Europea y otras organizaciones europeas, por
ejemplo el CSCE.

Por tanto, en principio, quisiera decir que a este diputado le
interesaría saber cuál es la posición por parte del señor ministro sobre
dos temas, que serían una mayor implicación y las relaciones con la UEO
y, por ejemplo, CSCE.

Sobre el primer punto, avanzo que creo que estamos suficientemente
implicados en lo que es la OTAN y no tenemos ningún reparo en que así
sea. Siempre hemos sido defensores de la incorporación y presencia de
España en la OTAN. No obstante, avanzo que una mayor presencia en estos
momentos debería ser valorada adecuadamente. Por tanto, quedo a la espera
de conocer las manifestaciones en ese sentido por parte del señor
ministro.

Sobre el Mediterráneo, creo que son buenas algunas de las resoluciones o
planteamientos que se hicieron en la reunión de Sevilla, contactos OTAN
con algunos países, participaciones en operaciones de paz, observadores
militares, ejercicios en la zona, porque toda la cuestión del
Mediterráneo es difícil, compleja y requiere una atención extrema.

Respecto a algunas otras manifestaciones, no creo que, cuando hablamos
del Mediterráneo, haya que referirse a un tema puramente militar; no es
en absoluto un riesgo militar, hay otras cuestiones quizá tanto o más
importantes que las militares, por ejemplo la inmigración.

El proceso de ampliación de la OTAN no es fácil, creo que será largo a
pesar de ese intento de Estados Unidos de que vaya con una rapidez total
y absoluta. Creo que será un proceso largo, pero sin duda no se pueden
cerrar las puertas a esta ampliación y serán necesarios, como siempre en
estos casos, los contactos con algunos de esos países para ir valorando
cuál es la posición y el punto ideal de esta posible o no ampliación de
la OTAN.

Así pues, por mi parte, señor Presidente, señor ministro, pediría una
ampliación de la propia información dada por el señor ministro en cuanto
a la posible mayor implicación de España en la OTAN y sus relaciones,
repito, con la UEO y la CSCE.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Moya.




El señor MOYA MILANES: Quiero agradecer al señor ministro las
informaciones que, al hilo de los dos puntos del orden del día relativos
a la naturaleza de la Alianza y al problema de su ampliación y a la
reunión de Sevilla, nos dan la oportunidad de poner al día en esta
Comisión las reflexiones que por parte del Gobierno y de los distintos
grupos se hacen en la actualidad sobre estos temas. No entraré, por
supuesto, en los temas en que el propio señor ministro no ha entrado,
como el caso de Yugoslavia, porque será objeto de una comparecencia hoy
mismo en otro



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punto del orden del día; me referiré solamente a los dos aspectos en los
que se ha centrado su atención y, por otra parte, la intervención
prácticamente de casi todos los portavoces: el tema Mediterráneo y el
tema de la ampliación de la Alianza.

En relación con el primero, muy brevemente, nosotros constatamos que por
parte del Gobierno, siempre que ha habido ocasión en distintos foros
internacionales, en cumbres, etcétera, se ha venido produciendo el
impulso que por parte de España se ha venido pretendiendo
permanentemente, a mi manera de ver de una forma muy positiva, sobre la
necesidad de ir reequilibrando progresivamente los espacios, escenarios y
zonas de interés de la Alianza en relación con los problemas de seguridad
internacional y acentuando el perfil de preocupación por parte de la
Alianza en relación con los problemas relativos a la cuenca mediterránea
como factor de equilibrio frente a la preocupación esencial, tradicional,
que por parte de la Alianza se ha mantenido siempre hacia la frontera del
Este. En esa búsqueda de ir reequilibrando esas preocupaciones, yo creo
que España siempre ha tenido distintas cumbres, me parece, un
protagonismo especial, y creo que en ese sentido la reunión de Ministros
de Defensa de la Alianza en Sevilla supone un salto cualitativo
importante, porque por primera vez se producen una serie de medidas o de
acuerdos, o existe un cierto consenso que va más allá, a mi juicio, de
una mera retórica que quizás hasta ese momento se había producido en
otros foros, en los que simplemente se había manifestado una preocupación
por los problemas de la orilla mediterránea, pero sin pasar a mayores
concreciones. Yo creo que el tipo de concreciones sin que sea,
indudablemente, todo lo que en este terreno se pueda y se deba hacer, el
acuerdo y el consenso entre todos los países miembros sobre la necesidad
de contactos, sobre la integración en operaciones de mantenimiento de la
paz y de ayuda humanitaria de países del Norte de Africa y la presencia
de observadores militares, en definitiva, un fortalecimiento de esa
relación de confianza, no cabe duda que es en esta reunión celebrada en
España donde tiene un impulso importante.

Al hilo de esa preocupación que por parte de España se ha venido
manteniendo por esta necesidad de reequilibrar las preocupaciones de la
Alianza, yo creo que también es motivo de satisfacción y de felicitarnos
en el sentido de que, por ejemplo, en la propia Asamblea Parlamentaria de
la Alianza Atlántica, por parte de la Delegación española y de todos sus
componentes, hubo un especial interés y protagonismo en hacer realidad
esta mayor relación de confianza, y la Delegación española jugó un papel
activo, creo yo, en la conveniencia de dotar de estatuto de observador
dentro de la Asamblea de la Alianza a algunos países del Norte de Africa.

En ese sentido, la decisión que se tomó hace ya algunos meses de aceptar
a Marruecos como país observador dentro de la Asamblea Parlamentaria del
Atlántico Norte estimo que es una medida que está en la dirección
adecuada, que es acorde y paralela con los esfuerzos que se están
haciendo en el terreno ejecutivo y del Consejo Atlántico, que se han
manifestado aquí esta mañana, y me parece que es un dato también
importante a resaltar en cuanto que yo creo que la Delegación española
jugó en ese sentido un papel importante.

Por otra parte, quisiera pedirle al señor ministro que nos hiciera alguna
consideración en relación con el próximo futuro de esta preocupación de
la Alianza en cuanto al Mediterráneo y en qué escenario se puede ir
plasmando. Tenemos una conferencia sobre el Mediterráneo el segundo
semestre de 1995 en España, en la que, aunque evidentemente está mucho
más centrada en temas de cooperación entre los países europeos y los
países del Norte de Africa, indudablemente también hay una componente y
un factor de seguridad, que ignoro en este momento si tendrá también su
tratamiento en esta conferencia. En cualquier caso, lo evidente es que
hay iniciativas de muy diverso tipo, algunas de largo alcance y que
parece han quedado un tanto olvidadas en el tiempo, como la Conferencia
de Seguridad y Cooperación Mediterránea, otras de menor alcance, en
cuanto que tienen un mayor aspecto o carácter bilateral y que se han ido
desarrollando a lo largo de estos últimos meses entre países europeos y
países del Norte de Africa. En cualquier caso, nos gustaría que por parte
del ministro se pudieran dibujar de alguna forma las líneas tendenciales
de estas iniciativas en torno al Mediterráneo que en el próximo futuro se
pudieran ir alumbrando en este tema.

El segundo aspecto que quería considerar era el de la ampliación, al que
han han hecho referencia el señor ministro y prácticamente todos los
portavoces. Yo creo que, cuando hablamos de ampliación, es un término y
al mismo tiempo una realidad que casa mal con la realidad o con el
término de crisis. Lo digo porque con cierta frecuencia se oye por parte
de algún grupo (no necesariamente estoy haciendo referencia ahora a
intervenciones de ningún grupo aquí, pero me parece que es una tesis que
a veces se avanza por parte de algunos) hablar sobre la crisis de la
Alianza. Yo creo que no hay tal crisis; en todo caso, si hay que hablar
de crisis, es de crisis de crecimiento, porque lo que se está produciendo
es una llamada a las puertas de la Alianza por parte de países que no
pertenecían a ella, y en todo caso lo que hay es un problema de tráfico,
un atasco, por decirlo de manera gráfica. En cualquier caso, si hay
problemas son los que se derivan de los efectos externos de la ampliación
y los que guardan relación con terceros países o con terceras potencias,
pero en sí misma, en la propia naturaleza de la organización y del
tratado y en lo que significa el propio espíritu, con todos los cambios
que se han producido en la Alianza, yo ceo que no es correcto hablar de
crisis; en todo caso, como digo, son los problemas derivados de una
ampliación que están solicitando la mayoría de los países del Este.

En cualquier caso, quisiera solicitar al señor ministro algún tipo de
reflexión, de aclaración o de opinión en relación con lo que se podría
llamar, dentro del problema de la ampliación, un cierto espíritu de
Sevilla --si a su juicio se pudiera hablar de eso--, diferente de alguna
manera al espíritu del Consejo Atlántico de diciembre en Bruselas. Por
decirlo de alguna forma, da la impresión de que en los últimos meses --y
Sevilla es la expresión quizá más palpable de eso-- está vigente una
tesis ampliamente compartida por todos los socios, incluido Estados
Unidos, que es



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la tesis de la Asociación para la Paz, consistente en una ampliación
tranquila, sosegada, real, pero cubriendo los ritmos adecuados y, al
mismo tiempo, teniendo en cuenta todos los efectos derivados de una
seguridad global compartida y, por tanto, que tenga en cuenta también los
problemas de terceros y concretamente los problemas de Rusia. Diríamos
que ésa era un poco la tesis vigente en el momento en que tiene lugar la
reunión de Sevilla.

Yo no digo que no sea la tesis vigente hoy, creo que sigue siendo tesis
vigente la de la Asociación para la Paz, pero hay cierta impresión de que
en la reunión del Consejo Atlántico de diciembre se produce un cierto
salto cualitativo, una cierta fuga hacia adelante, y de esa tesis de
ampliación sosegada y tranquila se desliza la impresión de que se produce
cierto acelerón hacia una ampliación más apresurada; ignoro las razones
que hayan llevado a este nuevo escenario, pero en cualquier caso hay en
ese sentido posiciones previas por parte de influyentes personajes de la
política norteamericana que avalan la tesis de que era necesario dar un
giro más rápido a la situación, aprovechando la situación de Rusia, para
conseguir los efectos de ampliación de la Alianza o para no tener que
esperar a una situación en la que Rusia se encontrara con mayores
dificultades, aprovechando estas situaciones de dificultad por las que
atravesaba Rusia para dar una aceleración al proceso y resolver
determinadas situaciones. Al mismo tiempo, no sé si en el caso de Estados
Unidos la propia presencia de mayoría republicana en las Cámaras acelera
también esa tesis. En cualquier caso, sí da la impresión de que en la
reunión del Consejo Atlántico en Bruselas en diciembre hay una
aceleración del proceso, al menos esa impresión se transmite y quisiera
en ese sentido que el señor ministro nos dijera cuál es su impresión al
respecto. Evidentemente, por parte de los socios de la Alianza parece que
esa impresión se ha recibido, indudablemente por parte de terceros; ya lo
creo que es así. Las declaraciones del propio Presidente Yeltsin, que no
creo puedan considerarse simplemente semánticas, de entrar en una era de
paz fría, etcétera, y algunos efectos posteriores inmediatos que tienen
lugar en la cumbre de la CSCE en Budapest, donde no se llega a acuerdo en
el terreno práctico sobre ningún punto, ni sobre Bosnia, ni sobre
Nagorno-Karabaj, ni sobre otros temas; posteriormente también en Bosnia
donde Rusia empieza a jugar un papel diferente, da la impresión de que
tiene como efecto una desconfianza por parte de Rusia en relación con la
aceleración del proceso de ampliación.

No estoy entrando en este momento en un juicio de valor, estoy
simplemente constatando, en primer lugar, que parece se produce cierta
diferencia, todo lo matizada que se quiera, de espíritu y de ritmos entre
una reunión y otra, y, en todo caso, constatar un cierto elemento de
preocupación porque todos los elementos de seguridad global compartida,
en cierto modo, parece que entran en crisis, como consecuencia de ese
proceso.

Después hemos tenido ocasión de constatar declaraciones posteriores más
tranquilizadoras, ayer o anteayer, recientemente del Secretario de Estado
norteamericano diciendo que no, que habrá una ampliación a su debido
tiempo y con los ritmos adecuados. En cualquier caso, parece que estamos
en un proceso de tranquilidad en un momento determinado, de aceleración
meses después, de vuelta a cierta sensación de tranquilidad. Querría que
en ese sentido el señor ministro nos ampliara su parecer al respecto.

Por último, simplemente en relación con los problemas derivados de la
colaboración o de la presencia española en la organización de la Alianza,
en ese sentido España me parece que está actuando como debe ser, a
nuestro juicio, apurando todas las posibilidades que el Tratado le da,
apurando todas las posibilidades que los acuerdos de coordinación le dan,
sin ningún tipo de complejos y con un único límite, a mi juicio, que es
el referéndum. Salvo eso creo que todas las decisiones que van orientadas
a extremar las posibilidades de colaboración me parece que son
absolutamente positivas. En esa línea está la decisión que, de alguna
manera estaba ya prefigurada de la integración en infraestructuras,
etcétera, y me parece que ésa es la línea en la que debemos seguir
caminando.




El señor PRESIDENTE: El señor ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Presidente, las
intervenciones han sido largas y muy interesantes. Voy a contestar a las
cuestiones que han suscitado en dos bloques: el primero en lo que se
refiere a la situación de la Alianza y su futuro y el segundo bloque se
referirá a la específica participación de nuestro país en la OTAN.

En el primer bloque, el señor Andreu suscitaba interrogantes sobre la
Alianza. Tengo la impresión, señor Andreu, que por más esfuerzos que yo
haga hoy los interrogantes específicos que usted tiene no se los voy a
resolver, porque son de una naturaleza ya más profunda y obedecen,
probablemente, a una postura firma, discutida y adoptada conscientemente
por su partido político, por su coalición. Por tanto, tengo la impresión
de que por más esfuerzos que yo haga hoy no voy a llegar al Comité
Ejecutivo, a la Asamblea Federal y a los órganos que ustedes tienen en
Izquierda Unida y que han decidido esta materia.

Sí quiero decirle por lo menos que algunas cuestiones que ha mencionado
requieren alguna matización, sobre todo lo que se refiere a la crisis de
la Alianza. Lo que cualquiera puede ver es que Francia está rompiendo
poco a poco su tradicional frialdad en materia militar hacia la Alianza;
su ministro participa ya en una reunión informal; sus representantes
militares del más alto nivel también acuden a determinadas reuniones que
son de importancia para todos los miembros de la Alianza, sea cual sea su
modalidad de participación. hay un proceso que es muy positivo para la
Alianza y muy positivo en general para la seguridad en Europa.

También cualquiera puede ver que hay aproximadamente diez países que han
decidido formalmente y han expresado en repetidos foros y en numerosas
ocasiones que quieren ser miembros de la Alianza. Si la Alianza estuviera
en crisis dudo que hubiera una decena de países llamando a la puerta y
dudo mucho que Francia, que tiene una doctrina



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en este terreno que ha defendido a lo largo de los años, tuviera mucho
interés en intensificar su colaboración con la Alianza.

En realidad su posición viene al hilo de otra cuestión, que es la
situación del conflicto yugoslavo y las diferencias de opinión que se han
expresado entre distintos miembros de la Alianza. Quiero recordarle que,
en cualquier caso, ésta es una organización compuesta por países
democráticos y, por tanto, no actúa con unanimidad sistemática y no actúa
siempre porque alguien diga qué hay que decir y lo que hay que opinar.

Por tanto, a lo largo de su historia diferencias de criterio se han dado
y se ha pasado por etapas en las que realmente la organización estuvo en
situación difícil. Debo recordarle como ejemplo la crisis de los misiles
de finales de los setenta, donde hubo diferencias sustanciales de opinión
entre ciertos miembros europeos de la Alianza y Estados Unidos y también
entre miembros europeos de la Alianza. No estamos ahora en esas
circunstancias.

Sobre el conflicto yugoslavo, señoría, todos debemos reconocer que
estamos en una situación francamente difícil, la propia naturaleza del
conflicto dificulta una actuación debidamente coordinada, porque además
no es una sola organización la que decide, no es una organización europea
la que decide, y no es la OTAN la que decide. Señoría, no fue la OTAN la
que estableció el embargo; no fue la OTAN la que decidió enviar cascos
azules a la zona, fue Naciones Unidas. La OTAN simplemente realiza
determinadas tareas de apoyo porque Naciones Unidas se lo pide, pero su
capacidad de decisión en estas materias es bien reducida, por no decirle
que nula. Por tanto, el que haya una falta de coordinación en las
posiciones, dificultades para encontrar solución al conflicto no es
responsabilidad de la OTAN; la OTAN no puede entrar en crisis porque el
conflicto yugoslavo no se encauce como todos quisiéramos.

Me pregunta, señoría, el análisis sobre la Asociación para la Paz. hay
documentos que le puedo trasladar, puesto que es una iniciativa bien
compleja que en mi opinión tiene sobre todo una gran utilidad y la gran
utilidad es que los miembros de esta asociación, que son una veintena,
conozcan lo que son las democracias occidentales, cómo organizan su
seguridad, cómo organizan sus Fuerzas Armadas, cómo se coordinan entre
sí, cómo contemplan en sus constituciones y en su legislación militar la
organización de sus fuerzas, y cómo todo eso es coherente entre sí. En
definitiva, esos países que han vivido desgraciadamente mucho tiempo en
la dictadura, conozcan lo que es el mundo occidental, lo que es la
democracia y cómo en ese contexto deben organizarse y deben funcionar las
Fuerzas Armadas. El que haya esta posibilidad de conocerse, de hacer
ejercicios, de intercambiar comisiones, en mi opinión, resuelve la
principal dificultad que tienen los países del Este, y especialmente sus
militares, en sus relaciones con los países occidentales cuando hablamos
de seguridad. Los militares del Este desconocen, en una inmensa mayoría,
cómo funcionan los ejércitos del Oeste y cómo se organizan con estos
principios que le he dicho. Es muy positivo que vayan a Bruselas y puedan
hablar con sus colegas con entera libertad, abiertamente y, sobre todo,
que puedan comprender que se les respeta, que se les trata con toda
cordialidad, que se está deseoso de cooperar con ellos y que, por lo
tanto, no conservan ningún espíritu de animadversión o de hostilidad.

Debo decirle que la Asociación para la Paz es también una antesala para
establecer relaciones más estrechas con la Alianza. En cada uno de los
casos no va a ser igual que con el resto; es decir, va a haber diferentes
grupos de países. Yo, sinceramente, no veo a Rusia dentro de la OTAN y
tampoco veo a Turkmenistán, pero sí creo que es muy positivo que haya
unas relaciones con esos países y que todos ellos tengan acceso al acervo
organizativo y al acervo doctrinal de la Alianza.

En definitiva, señoría, que haya desaparecido el Pacto de Varsovia no
significa que tenga que haber un vacío de seguridad en Europa. Puesto que
la única organización que funciona en el campo de la seguridad es la
OTAN, es natural que las nuevas democracias la consideren atractiva y
pidan ingresar en ella.

Sí quiero decir a SS. SS. --el señor Moya se ha referido a ello y también
el señor Rupérez-- cuáles son los principios del Gobierno español con
relación a esta ampliación de la OTAN. El primero es que nadie puede
poner ya vetos, nadie puede poner vetos a nadie en el centro de Europa
cuando un país, democráticamente, decide establecer relaciones estrechas
o integrarse plenamente en la OTAN. Quiero recordarle, señoría, que no
estoy de acuerdo con la interpretación que hace de la Historia. En mi
opinión, es más bien al revés: ha sido Rusia la que ha tenido, y todavía
en algunos estamentos parece tenerla, cierta vocación imperial. Este no
es el caso en relación a las democracias de Europa Occidental. hay
algunos estamentos, creo que afortunadamente minoritarios, en Rusia que
todavía se expresan con un lenguaje que recuerda al lenguaje imperial de
otra época. Luego, señoría, no estoy de acuerdo con esta interpretación.

Deseo firmemente que esas voces minoritarias, que existen y que se pueden
oír con cierta frecuencia, pierdan el eco en Rusia y poco a poco se vayan
apagando. Eso es bueno para la seguridad en nuestro continente, para la
seguridad en el centro de Asia y para la seguridad en el Cáucaso.

El segundo punto es que la OTAN no amenaza ya a nadie. En realidad, es
una organización defensiva, lo que siempre, y está abierta a nuestros
miembros, pero también a algún tipo de cooperación estrecha, lo más
estrecha posible, con Rusia.

En tercer lugar, creemos que la ampliación debe hacerse progresivamente,
dando tiempo, en primer lugar, a la propia Alianza para adaptarse a un
número de miembros que, potencialmente, puede ser sustancialmente mayor y
dando también tiempo a los países aspirantes para prepararse, porque la
OTAN no es sólo una organización política, también es una organización
militar y, por lo tanto, es una organización en la que se da y de la que
se recibe. Los nuevos miembros tienen que aportar fuerzas a la defensa
del territorio de todos los que están integrados en ella, obtienen
acuerdos de coordinación con ella y eso significa que tienen que aportar
medios que tienen que ser compatibles, lo que significa que tienen que
ser compatibles en



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doctrina, en organización y en tecnología. Ahora no es el caso. hay que
dar tiempo.

No es ya un principio, es una consideración, pero no creo que sea tampoco
baladí pensar que deberíamos dar tiempo, un cierto tiempo, porque no
podemos depender continuamente de lo que allí suceda, a que las fuerzas
democráticas de Rusia entiendan todo lo anterior, entiendan que la OTAN
no les amenaza, que la OTAN puede establecer con ellos unas relaciones
que pueden ser muy estrechas, que este proceso mejora las condiciones de
seguridad en nuestro continente y, por lo tanto, a ellos también les
beneficia. La actitud reciente de Rusia en las últimas semanas, expresada
sobre todo en Budapest, en la Conferencia de Seguridad en Europa, pienso
que no debe alterar estos principios. No creo que debamos reaccionar con
una inquietud excesiva. Tengo la impresión de que muchas de las
declaraciones que a veces se hacen en conferencias de esta naturaleza
tienen que ver con problemas interiores concretos del momento, del propio
país.

Sí quiero decirle, porque además el señor Moya insistió en ello, que la
actitud de Estados Unidos no es muy distinta de la del Gobierno español.

Recordarán ustedes precisamente que, con motivo de su visita oficial y
posterior participación en la reunión de Sevilla, el secretario de
Defensa de los Estados Unidos, señor Perry, hizo una consideración que a
mí me pareció sensata. Dijo que si se acelera el proceso de integración
de ciertos países del centro de Europa en la OTAN, pudiera suceder que
sus vecinos más inmediatos no lo comprendieran, reaccionaran con
hostilidad y se diera la paradójica situación de que una decisión tomada
para mejorar la situación de seguridad de un determinado país, por lo
menos durante un período de tiempo la empeorara. Me pareció una
consideración razonable que tiene que ver con esta necesidad de que demos
tiempo a los vecinos para que lo comprendan y para que se adapten a una
situación que va a ser la que decidan los países interesados en ello, sin
vetos de nadie.

Con respecto al Mediterráneo --también se refirieron a ello los señores
Moya, Andreu y Rupérez--, la reunión de Sevilla supone la consolidación
de un cierto cambio de mentalidad en la OTAN. Hasta ahora, la Alianza
había estado concentrada casi exclusivamente en los problemas del Centro
y del Este de Europa y el que una reunión como ésta dedique tiempo e
intercambio de información al Sur --conscientemente no digo flanco sur,
sino que me refiero al Sur-- pienso que no tiene que ver con la realidad
concreta que hay en el Mediterráneo. Ese cambio de mentalidad supone un
esfuerzo para crear confianza, aumentar la información mutua y subrayar
lo que es la Alianza en estos tiempos, que no amenaza a nadie, no amenaza
al Sur, tampoco amenaza al Norte de Africa, y está abierta a la
cooperación, intercambio para la formación, participación en ejercicios e
incluso participación conjunta en determinadas operaciones al servicio de
Naciones Unidas. Esos contactos ya están en marcha. Se ha actuado con
rapidez por parte de la Alianza y ha habido la primera visita de un
responsable político del Norte de Africa de importancia. Ha sido el
Ministro de Asuntos Exteriores de Túnez, que visitó la sede de Bruselas
hace pocas semanas. Fue una reunión ciertamente interesante por lo que se
habló y le seguirán otros Ministros de Asuntos Exteriores, pero también
le seguirán militares y, probablemente, le seguirán comisiones
interesadas en conocer qué es lo que la OTAN les puede ofrecer en
concreto para mejorar su formación y mejorar su organización.

No es --y esto se subrayó después de la reunión-- esta iniciativa de la
Alianza hacia el Mediterráneo una asociación para la paz del sur, no es
eso. Es una iniciativa que tiene un alcance menor. En este caso no se
trata de una antesala. Hay diferencias de naturaleza sustanciales con la
Asociación para la Paz y, sobre todo, no está formalizada tan
estrictamente como la Asociación para la Paz. Creo que con esto contesto
también las consideraciones que hacía el señora Carrera, que también se
ha referido a la Conferencia de Seguridad en Europa.

Desde hace algún tiempo estamos insistiendo en la necesaria cooperación
que tiene que haber entre la CSCE y la OTAN, porque no son organizaciones
que compitan, señorías. Son organizaciones de naturaleza diferente,
incluso de ámbitos diferentes, por el número de miembros --en el caso de
la Conferencia de Seguridad en Europa es notablemente superior-- y por
los cometidos. La Conferencia de Seguridad es una organización que se
autodefine como una organización regional de Naciones Unidas, por tanto,
tiene un ámbito abierto a cualquier aspecto de las relaciones entre sus
miembros y, sobre todo, tiene una especial vocación --declarada y
escrita-- que es la de la prevención de conflictos. Es una Organización
eminente y exclusivamente política. En el caso de la Alianza estamos
hablando de una organización política y militar que tiene un carácter
mucho más limitado, ceñido exclusivamente al campo de la seguridad.

Paso a las consideraciones relativas a las relaciones específicas entre
la Alianza y nuestro país. Cuando terminó la reunión de Sevilla yo
declaré --y hoy lo reitero-- que España debe aprovechar todas las
posibilidades de participación que le ofrezcan los acuerdos de
coordinación de 1986; empezaron a negociarse en el año 1986 y terminaron
de negociarse cuatro años más tarde. Dije que no se puede contemplar la
OTAN desde la misma perspectiva de los años ochenta, sino que debe verse
como una organización que ha cambiado, que actúa incluso bajo el mandato
de Naciones Unidas y que puede hacerlo también bajo el mandato de la
Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa. Es una OTAN que ha
cambiado también porque los países europeos tienen mayor peso en sus
decisiones y está incluso trabajando sobre la posibilidad de que se
produzca su actuación sólo con parte de sus países miembros y no
forzosamente como un bloque único, tal y como sucedía en los años
ochenta.

Por consiguiente, si la OTAN ha cambiado, también nuestras relaciones con
ella tienen que ser diferentes y ya dije que España no puede estar
poniendo continuamente condiciones a una OTAN que está abierta ya a la
participación de otros países, incluidos nuestros antiguos potenciales
enemigos, para misiones concretas. Insisto en que cuando hay diez países
que aspiran a integrarse lo antes posible en la Alianza, nuestro país no
puede estar subrayando permanentemente



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sus diferencias con la Alianza, sino que tiene que estar aprovechando las
posibilidades de cooperación con la Alianza que los acuerdos de
coordinación le ofrecen.

Por otra parte, nuestro país está contribuyendo muy activamente, a través
de relaciones bilaterales con las nuevas democracias del centro de
Europa, al desarrollo de la Asociación para la Paz y pretende participar
en el concepto de fuerza operativa combinada conjunta en igualdad de
condiciones con el resto de los aliados. Trataré posteriormente este
asunto en otra comparecencia. Reitero, por lo tanto, que el límite de
nuestra participación en la OTAN está en las condiciones estrictas del
referéndum de 1986 y en el principio de no integración en la estructura
militar. No obstante, reitero, debemos utilizar las posibilidades que nos
permiten los acuerdos de coordinación. Por lo tanto, señor Rupérez, yo no
dije que tuviéramos que dar pasos hacia la integración militar. Reiteré
--y hoy lo he vuelto a hacer-- que esa condición no la podemos traspasar.

Eso está específicamente incluido en los términos del referéndum de 1986.

Con esto contestó también a la pregunta formulada por el señor Carrera.

Sí estamos dando otros pasos, pasos que estaban previstos desde el
principio de la negociación de los acuerdos de coordinación.

Concretamente la participación de España en los programas de
infraestructura --y S. S. lo conoce bien; usted, señor Rupérez es un buen
experto en materias de seguridad y en la OTAN en particular-- estaba
incluido en el punto siete de la carta que el 13 de mayo de 1986 envió el
Embajador Ojeda al Secretario General de la Alianza. En mayo de 1986 ya
se preveía este tema.

Se ha pospuesto esta participación en los programas de infraestructura
sobre todo por razones organizativas; estábamos discutiendo los acuerdos
de coordinación, estábamos poniendo a punto los mecanismos de cooperación
entre nuestros ejércitos y los del resto de los miembros de la Alianza.

Solamente hace un par de años hemos visto la necesidad de completar las
condiciones de participación en la Alianza que estaban contenidas en las
dos cartas del Embajador Ojeda y hemos iniciado las negociaciones para
participar en la infraestructura. Ha habido algunos problemas
financieros; por fin hemos llegado a un acuerdo sobre la aportación de
nuestro país que, en un principio, será perfectamente aceptable, incluso
en las condiciones actuales de los presupuestos de Defensa.

Respecto al Protocolo de París, se encuentra en el trámite de redacción
del preceptivo informe del Consejo de Estado. Tengo alguna noticia en el
sentido de que el Consejo de Estado está ya en la última fase de su
redacción e inmediatamente pasará a la siguiente fase que sería la de la
aprobación, dando cuenta inmediatamente a las Cortes, que tienen que
estar informadas al respecto.

El señor Rupérez ha hecho unas reflexiones largas, bastante complejas,
sobre las relaciones con el Mediterráneo, la situación de seguridad en el
Mediterráneo; ha hecho una afirmación con cierta contundencia sobre la
irrelevancia de la posición española. Creo que no es coherente hablar de
esta irrelevancia cuando simultáneamente estamos haciendo referencia
continua a una reunión celebrada en nuestro país que da lugar a unas
nuevas relaciones con los países del norte de Africa.

Suele hacer referencia S. S. a los riesgos en el sur poniendo énfasis en
lo militar y creo, señoría, que no es el enfoque correcto, es un enfoque
que debe ser completado con otros aspectos. Pensamos que en la Alianza se
hace una evaluación permanente sobre todo de los aspectos de
proliferación de cierto armamento que podría amenazarnos y reiteradamente
se comprueba que los riesgos que pueden derivarse en el norte de Africa
son militarmente limitados. No estoy diciendo que no existan, pero son
militarmente limitados. Algún riesgo existe, pero es perfectamente
controlable y, sobre todo, se hace un seguimiento permanente de esos
riesgos.

La seguridad de los aliados no debe entenderse sólo --y la doctrina de la
Alianza últimamente lo viene subrayado-- como una mera y exclusiva
disuasión militar. Esa es la razón de ser básica de la Alianza, pero cada
vez se hace más énfasis en la necesidad de establecer contactos y cauces
de entendimiento que den lugar a un clima en el que se produzca la
distensión, sin necesidad de llegar a una contabilidad estricta de los
medios militares que cada uno pone en su lado.

Es verdad que la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa había
decidido ampliar esos contactos, pero de lo que se trataba ahora era de
dar cumplimiento a ese principio y que la OTAN lo llevara a cabo, y eso
es lo inédito. En el último comité de planes de Defensa, celebrado la
semana pasada, se ha dado cuenta de cómo --tal y como he dicho antes--
estos contactos se han iniciado y se están preparando otros contactos más
específicos y especializados en el campo militar.

Insisto, señoría, en que no estoy de acuerdo con que los riesgos en el
sur deban evaluarse exclusivamente bajo una óptica militar, porque,
siendo ése el componente, tienen un carácter parcial; los riesgos son de
carácter más global, carácter político, económico y social.

El señor Rupérez con cierta frecuencia hace una reflexión sobre las
limitaciones de la participación española en la OTAN y hace unas críticas
al modelo de participación de nuestro país. Esas críticas, señoría, yo,
sinceramente, no las oigo en la Alianza. Es más, hay un sentimiento
creciente de satisfacción por ambas partes sobre el buen funcionamiento
del modelo español. En todo caso, sí debo decirle que don Eduardo Serra
no asiste a las reuniones de la Alianza y, por lo tanto, no creo que
pueda ser una fuente que transmita el espíritu que reina en Bruselas.

Pienso, por otra parte, señoría, que es un poco pronto para escribir
cartas sobre la fuerza operativa conjunta y la modalidad en que nuestro
país podría participar en ese tipo de nuevas misiones. Sí le adelanto
que, en opinión mía, en opinión del Gobierno, España debe participar en
esas misiones en igualdad de circunstancias con los demás miembros de la
Alianza y con los no miembros, que también pueden formar parte de estas
misiones. Pero luego podremos tratar sobre ello.

Y una última reflexión, señoría. Creo que el decálogo que usted presentó
hace unos meses y que se debatirá la semana próxima contiene puntos de
gran coincidencia con los del Gobierno. Entre ese decálogo y lo que
piensa el Gobierno hay una gran coincidencia, y yo me congratulo de ello,
pero, señoría, reconocerá que, en una materia de tanta



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importancia, es lógico que si el partido del Gobierno, el grupo
parlamentario, tiene una redacción de un decálogo alternativo, que viene
a ser muy similar, en muchos de sus puntos, lo normal es que se llegue a
una síntesis. Estamos hablando de algo de gran trascendencia y de algo
que, en mi opinión, empieza a ser conveniente, porque la posición de
seguridad que nuestro país definió en 1986 sigue siendo válida, pero debe
readaptarse a las circunstancias históricas y a las circunstancias
internacionales de 1994. Me parece oportuno que los principios de 1986 se
adapten a las circunstancias de ocho años más tarde, sobre todo cuando se
ha producido una aceleración histórica tan grande como ha ocurrido en los
últimos años.

Por lo tanto, señoría, espero que los dos grupos parlamentarios sean
capaces de llegar a un acuerdo y redactar un decálogo, puesto que las
posiciones, según he podido comprobar, son bastante próximas, como no
podía ser de otra manera. Y quiero agradecer el esfuerzo que S. S. ha
hecho precisamente para recoger en su propuesta muchas de las posiciones
que el Gobierno ha defendido y ha aplicado a lo largo de los últimos
años.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




COMPARECENCIA DEL MINISTRO, PARA (Continuación):



-- INFORMAR DE LOS GASTOS DE ESPAÑA EN EL CONJUNTO DE OPERACIONES DE
MANTENIMIENTO DE LA PAZ DE NACIONES UNIDAS, ASI COMO DE LOS RETORNOS QUE
EVENTUALMENTE SE HAYAN PRODUCIDO CON RELACION A ESOS GASTOS POR PARTE DE
LA MISMA ORGANIZACION DE NACIONES UNIDAS. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000464.)



-- INFORMAR DE LA SITUACION CREADA EN EL CONFLICTO DE BOSNIA-HERZEGOVINA
TRAS LA DECISION DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA DE SUSPENDER LAS
OPERACIONES DE VIGILANCIA DEL EMBARGO DE ARMAS EN EL ADRIATICO, DE LAS
POSIBLES IMPLICACIONES DE ESA DECISION EN EL CONTINGENTE ESPAÑOL
DESPLEGADO EN LA ZONA, DE LOS ACUERDOS ADOPTADOS POR LA UNION EUROPEA
OCCIDENTAL (UEO), ASI COMO DE LA POLITICA DEL GOBIERNO RESPECTO A ESTE
CONFLICTO TRAS LOS ULTIMOS ACONTECIMIENTOS. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000482.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 5, comparecencia para informar de
los gastos de España en el conjunto de operaciones de mantenimiento de la
paz de Naciones Unidas, así como de los retornos que eventualmente se
hayan producido en relación con esos gastos por parte de la misma
organización de Naciones Unidas, comparecencia que se tramita
conjuntamente con la número 6, para informar de la situación creada en el
conflicto de Bosnia-Herzegovina tras la decisión de los Estados Unidos de
Norteamérica de suspender las operaciones de vigilancia del embargo de
armas en el Adriático.

Ambas solicitudes de comparecencia han sido pedidas por el Grupo Popular.

En primer lugar, tiene la palabra el señor Ministro y posteriormente la
tendrá el portavoz del Grupo Popular. (Pausa.)



El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Perdón, señorías. He
entendido el orden del día de otra manera, señor Presidente. El número de
preguntas y comparecencia es tan grande que en algún momento pierdo el
orden.

Comenzaré por las operaciones de mantenimiento de la paz y los retornos.

Las operaciones de esta naturaleza en las que han participado hasta la
fecha cascos azules son las siguientes: Untag, el Grupo de Asistencia
para la Transición de Namibia; Onuca, Grupo de Observadores para
Centroamérica; Unavem 1 y 2, que es una Misión de Verificación en Angola;
Onusal, Observadores Militares de Naciones Unidas para El Salvador;
Onumoz, Misión de Naciones Unidas en Mozambique; Unprofor, Fuerza de
Protección de Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia; Unamir, Misión de
Naciones Unidas para Ruanda y Onuvem, Misión de Verificación del Proceso
Electoral en Haití.

Los gastos incurridos por España por estas participaciones se pueden
cifrar, a 31 de julio de 1994, en la cantidad de 24.373 millones de
pesetas. Detallando este coste por años, porque el cuadro es más
comprensible, en 1990 hay un coste en la operación Untag, del Grupo de
Asistencia para la Transición en Namibia, que se elevó a 1.999 millones
de pesetas. Es el único coste que hay en el año 1990. En el año 1991 hubo
un coste de la operación de Onuca de 322 millones; un coste de la
operación de Unavem de 189 y de la operación de Onusal de 10 millones.

Total en 1991, 521 millones. En 1992 hubo un coste de 62 millones en
Onuca, 73 en Unavem, 419 en Onusal, 31 en Onumoz y 2.332 en Unprofor.

Total en el año 1992, 2.918 millones. En 1993 hubo un coste de 35
millones en Unavem, 100 millones en Onusal, 15 millones en Onumoz y 9.504
en Unprofor. Total en 1993, 9.655 millones. Y en 1994, a 31 de julio, el
coste en Unprofor había sido de 9.279 millones.

Total por operaciones y total de estos cinco años, de 1990 a 1994, 24.373
millones, que se reparten, 1.999 en Untag, en Namibia; 385 en Onuca,
Centroamérica; 298 en Unavem, Haití; 529 en Onusal, El Salvador; 45
millones en Onumoz, Mozambique, y 21.115 millones en Unprofor.

Por lo tanto, señorías, el peso mayor lo produce la misión en la antigua
Yugoslavia, de tal manera que esto supone el 86 por ciento del total. A
continuación, la segunda misión en coste fue la de Namibia con un 8,2 del
total.

Si SS. SS. están interesados, les comentaré cómo se reparten los gastos
de estas participaciones españolas en misiones humanitarias, según el
tipo de gasto y por ejércitos.




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El Ejército de Tierra ha gastado 6.946 millones en personal, 975 en
funcionamiento y 6.951 en gastos operativos. Total de gastos realizados
por el Ejército de Tierra en todas las operaciones, 14.873 millones. La
Armada ha gastado en personal 1.825 millones, 36 en funcionamiento y
2.073 en gastos operativos. En total, la Armada ha gastado 3.935 millones
en estas operaciones. El Ejército del Aire ha gastado 686 millones en
personal, solamente cinco en funcionamiento y en gastos operativos 1.489.

Total, 2.181 millones.

Ha habido también algunos gastos, que corresponden al Estado Mayor de la
Defensa y al órgano central conjuntamente, que se elevan a 126 millones
de pesetas. Total, los gastos de personal de estas operaciones, 9.582
millones; gastos de funcionamiento, 1.017 y gastos operativos 10.515. Por
lo tanto, el coste mayor de estas operaciones, como no podía ser menos,
recae, en primer lugar, sobre conceptos operativos y, en segundo lugar,
sobre personal.

En relación con los retornos efectuados por Naciones Unidas, es preciso
decir que la cantidad recibida hasta la fecha en compensación por nuestra
participación --me estoy refiriendo también a 31 de julio-- es de 6.669
millones y quedan pendientes de recibir, ya tramitados y con el conforme,
otros 661 millones, lo cual hace un total de reintegros a 31 de julio de
7.331 millones.

Los reembolsos han sido: Por la operación de Untag, 1.246 millones; de
Unprofor, 5.938 y por Unamir, 147. En total, 7.331 millones, como he
dicho. Luego los 1.246 millones de la operación en Namibia los tenemos
que poner en relación con los 1.999 que costó; los 5.938 recibidos por la
operación de Unprofor con los 21.115 que supuso y la operación de Unamir
son 147 millones, pero no consta la otra cifra en el cuadro general.

En general estos reintegros representan el 30 por ciento de los gastos
totales incurridos en operaciones de mantenimiento de la paz. España, por
tanto, tiene que hacer frente al 70 por ciento restante, lo que supone
aproximadamente unos 17.200 millones. Quizá de estos 17.000 millones se
puedan compensar algunas cantidades, pero no serán muy elevadas.

Tengo muchos datos, señorías, pero son cuestiones muy técnicas de
compensaciones fijas en función del contingente autorizado, por
reembolsos de gastos justificados en conceptos previstos inicialmente por
las propias Naciones Unidas y considero que esto lo podríamos contestar
en las preguntas concretas que hicieran sus señorías. Hay también
reintegros por relevos del contingente, por gastos de desplazamiento, que
no son grandes, y compensaciones por material y equipo. Creo que esto lo
podemos contestar a continuación.

Además de esta petición de datos, que he preferido dar a SS. SS.

ampliada, puesto que no hay muchas ocasiones de poderlo dar al Parlamento
con tanto detalle, se han reunido dos comparecencias. La otra es sobre la
situación creada en el conflicto de Bosnia-Herzegovina tras la decisión
de Estados Unidos de suspender parcialmente las operaciones de vigilancia
del embargo de armas en el Adriático.

El pasado 4 de octubre comparecí en esta Comisión de Defensa para
informar sobre los resultados de la reunión de Ministros de Defensa en
Sevilla, que sirvió para evaluar la situación en Yugoslavia. El día 17 de
noviembre se celebró en la Comisión de Asuntos Exteriores una
comparecencia conjunta de los Ministros de Defensa y Exteriores. El
Ministro de Asuntos Exteriores ha vuelto a comparecer sobre este asunto
la semana pasada. Por lo tanto, ha habido una información continuada del
Gobierno sobre esta importante materia.

Los hechos más importantes que han ocurrido en los últimos meses quiero
recordárselos a S. S. Fueron: el 7 de octubre el Consejo Atlántico adoptó
medidas concretas para el fortalecimiento de las acciones aéreas en
Bosnia-Herzegovina para dotarlas de mayor efectividad. El 11 de noviembre
se produjo la decisión de la administración norteamericana de dejar
vigilar el embargo de armas al gobierno bosnio y todo parece indicar que
esta decisión tuvo alguna incidencia de carácter indirecto sobre la
ofensiva desencadenada por el gobierno bosnio musulmán en Bihac y en la
contraofensiva subsiguiente con hechos concatenados.

El 19 de noviembre, ante el estrangulamiento de Bihac y los ataques desde
el territorio croata (una, área segura, y la otra, área protegida por
Naciones Unidas), se produjo la Resolución 958 del Consejo de Seguridad
que autoriza los ataques aéreos en respuesta sobre el territorio del que
partieran los ataques. El 21 de noviembre se produjo el ataque aéreo de
la OTAN al aeropuerto de Ubdina en el territorio de Croacia. El 30 de
noviembre, el Secretario General de las Naciones Unidas visitó Sarajevo y
no consiguió entrevistarse con las autoridades serbias de Bosnia. En esos
días se activaron además las defensas antiaéreas en todo el territorio
controlado por los serbios bosnios. En los primeros días de diciembre se
produjo el anuncio de la administración norteamericana de su intención de
desplegar marines en la zona, si eran necesarios como refuerzo de una
eventual retirada de los cascos azules.

El 14 de diciembre, la semana pasada, tuvo lugar la reunión del Comité de
Planes de Defensa en Bruselas y, siguiendo las decisiones adoptadas por
los jefes de gobierno en la reunión del anterior fin de semana en
Budapest, se evaluó la situación y se reiteró las consecuencias negativas
que tendría una eventual repatriación de los cascos azules sobre la
población civil. Se evaluó una vez las consecuencias humanitarias que
esta retirada de la presencia de cascos azules tendría sobre el terreno,
lo cual suponía un riesgo de expansión del conflicto y, por supuesto, una
exacerbación de la situación en Bosnia Herzegovina.

En esa reunión del 14 de diciembre se hizo una evaluación de la situación
concreta en ese momento y paradójicamente se llegó a la conclusión de
que, a pesar de los acontecimientos de las dos o tres semanas anteriores,
la situación, comparada con la de diciembre de 1993, era algo mejor.

Concretamente en diciembre de 1993, hace ahora un año, toda Bosnia
Herzegovina estaba en conflicto. Sarajevo estaba en unas circunstancias
francamente precarias. Doy fe de ello porque en aquellas fechas visité
Sarajevo con ciertas dificultades porque las visitas estaban
interrumpidas,



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precisamente porque el aeropuerto no estaba operativo. Bihac estaba en
una situación mejor, pero toda Bosnia central, en el mes de diciembre de
1993, estaba en una tensión muy elevada y ahora, sin embargo, está en una
relativa calma. Así pues, al evaluar con una cierta perspectiva de
tiempo, el pasado, se comprobó que habíamos atravesado por momentos
ciertamente más difíciles sobre el terreno y esto era especialmente claro
para el contingente español. Habíamos pasado por momentos sobre el
terreno claramente más difíciles. Lo que era inédito era la ausencia de
total sintonía que se había puesto de manifiesto las dos semanas
anteriores.

El otro día, señorías, al terminar la reunión del Comité de Planes de
Defensa, hice una declaración pública que hoy reitero aquí. Dije que los
gobiernos de los países que tenemos tropas sobre el terreno y algunos
otros gobiernos occidentales aliados, amigos, debían hacer cierta
autocrítica por lo ocurrido en la última semana de noviembre y la primera
semana y media de diciembre. En mi opinión hicimos demasiadas
declaraciones sobre una materia muy complicada resumiendo nuestra
posición en muy pocas palabras y sin matizar suficientemente lo que
queríamos decir. Teníamos que reconocer que en algún momento habíamos
causado cierta inquietud, precisamente por no matizar las posiciones que
manteníamos; por primera vez se habló de una eventual retirada, aunque se
habló de las consecuencias dramáticas que eso tendría sobre la población
civil y, sin embargo, esta segunda consideración se perdió muchas veces
en el mensaje.

Yo estimo muy positiva y conveniente la decisión que se ha adoptado. El
Gobierno español, ante cualquier eventualidad, tomó medidas precautorias,
medidas precautorias que han venido repitiéndose cada cierto tiempo.

Recordarán SS. SS. que se informó a esta Comisión sobre la realización de
ejercicios de repatriación y de evacuación en la Sierra de Retín hace
algunos meses. Siguiendo con esta tónica de adelantarse a posibles
acontecimientos, ponerse siempre que pudiera ocurrir lo más negativo. Por
ello el Gobierno decidió también enviar la flotilla con el portaaviones
«Príncipe de Asturias» para hacer ejercicios en la zona, familiarizarse
con las costas y, sobre todo, realizar ejercicios de comunicaciones y de
entrenamiento con otras unidades navales y con otras unidades aéreas. Por
cierto que en el breve tiempo de esos ejercicios, que fueron unos días,
se puso de manifiesto que la decisión fue correcta, entre otras cosas
porque salvamos a un piloto aliado inglés que había perdido el Harrier y
había caído al agua; se pusieron en marcha las previsiones sobre un caso
real de salvamento.

Por tanto, creo que se tomaron las decisiones adecuadas; en primer lugar,
prepararse para lo peor, aun sabiendo que era muy improbable y, en
segundo lugar, contribuir a que se mantenga la misión humanitaria, aunque
probablemente con un operativo distinto, distinto sobre todo en lo que se
refiere al despliegue de los cascos azules.

Ayer tuvo lugar una reunión en La Haya de los jefes de Estado Mayor de
los países que tenemos tropas en la zona, también de otros países de la
OTAN que no tienen directamente tropas pero que contribuyen al
dispositivo del embargo o que apoyan el dispositivo de Naciones Unidas,
en general, y se puso de manifiesto que hay que estudiar el despliegue de
los cascos azules. Hay una dispersión muy grande y se observan algunas
deficiencias de presencia en algunas zonas que pudieran compensarse
disminuyendo la que hay en otras áreas. Concretamente se habló de algo
que, en mi opinión, es sumamente necesario, como es incrementar el número
de observadores en la frontera entre Serbia y Bosnia, puesto que pudiera
suceder que en las últimas semanas, quizá en el último mes, las buenas
intenciones que declaró Milosevic a finales de septiembre se hayan ido
debilitando con el tiempo. Tenemos la impresión de que ha habido una
ayuda militar especialmente en algunas materias que pudieran estar
relacionadas con el dispositivo de radares y de medios tierra-aire, cuya
proliferación se ha observado en las últimas semanas.

Por tanto, habría que aumentar la presencia de observadores y se ha
encargado a un grupo especial para que evalúe la posibilidad de
redistribuir los contingentes sobre el terreno y también de incrementar
ciertos medios, sobre todo ciertos medios de transporte, además de
incrementar las medidas de autoprotección.

En este terreno sí quiero tranquilizar a SS. SS., dentro de lo que es
posible en un conflicto como éste, dada la situación de los cascos
azules; ya les expliqué hace algún tiempo que, desde el principio, los
cascos azules españoles han ido dotados de medidas de autoprotección que,
además, hemos aumentado recientemente. Estas medidas tienen un carácter
limitado, no hay carros de combate, pero sí hay otro tipo de armamento
que puede aumentar sustancialmente su seguridad, en caso de que sean
hostigados.

El conflicto está en este momento en una situación muy lábil y todo se
está moviendo. Hay una nueva iniciativa que SS. SS. conocen
perfectamente, una iniciativa que no puede estar al margen de la del
grupo de contacto, por muy positiva y bienintencionada que pueda ser la
misión del ex presidente Carter. Tiene que estar en relación con los
trabajos del grupo de contacto y no puede constituirse en una iniciativa
«ex novo» y diferente. Este es el espíritu con el que se inicia esa
mediación. Las buenas palabras, tanto de Belgrado como de los dirigentes
serbios bosnios merecen una credibilidad muy limitada, pero, dada la
situación del conflicto, tiene que explorarse cuáles son las intenciones
reales que tienen en este momento.

Por tanto, señorías, creo que, a la vuelta de las vacaciones
parlamentarias, sería conveniente que se volviera a hacer una
comparecencia, probablemente conjunta de los dos Ministros, Exteriores y
Defensa, para evaluar cómo se han aplicado estas medidas y cuáles son las
decisiones que, definitivamente, y bajo la tutela de los Jefes de Estado
Mayor, se aplican en el terreno estrictamente militar y sobre el terreno,
bajo las órdenes de Unprofor.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias, señor Ministro, por su muy detallada
información en la primera parte de su intervención sobre los costes de
las operaciones de mantenimiento



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de la paz en las que ha participado España. Creo que ésa es una
información útil e importante. Me atrevería a solicitar del señor
Ministro que, regularmente, incluso con todo el detalle que tiene el
señor Ministro delante de sí, que, por razones evidentes que
comprendemos, no nos ha facilitado en toda su precisión, se facilitara
esta información por los medios que el señor Ministro y la Presidencia
consideraran más adecuados, a los grupos parlamentarios, para saber dónde
nos encontramos, porque las cantidades son importantes.

Nosotros partíamos de una base errónea. Creíamos que la proporción del
reembolso iba a ser del 60 por ciento, por lo menos, en la operación de
Yugoslavia, en la de Unprofor, y vemos que es al revés; que al final
obtenemos un reembolso del 30 por ciento y que corremos con el 70 por
ciento de los gastos, que es una cantidad importante. Todo esto tiene que
ver también con la discusión presupuestaria que hemos tenido hace poco.

Nos gustaría que los reembolsos se produjeran con cierta premura, porque,
la verdad, es que no se puede acusar a España de no ser puntual a la hora
de realizar los pagos, en este y en otros conceptos, relacionados con la
financiación de Naciones Unidas. En cualquier caso, quiero constatar que
sólo Unprofor nos ha costado 17.000 millones de pesetas en el curso de
los últimos tres años; no son los cinco años a los que hacía referencia
el señor Ministro, pues entiendo que la operación comienza en el año
1993. Son cantidades no baladíes.

Y, señor Ministro, no sé si lo habrán calculado o no sus servicios, hay
otro aspecto que no deja de ser importante, que es la amortización de
material, ya que el material que va a volver de Yugoslavia en gran parte
será un material no en demasiadas buenas condiciones, con lo cual hay
otro coste adicional que no aparece directamente en lo que son
contribuciones a Naciones Unidas y que, sin embargo, también deberíamos
tener en cuenta.

En cualquier caso, quiero darle las gracias por esa información que nos
parece útil, información que rogaríamos que se nos fuera facilitando a
los grupos parlamentarios, sin necesidad de realizar este tipo de
formales comparecencias parlamentarias, para saber exactamente en qué
situación nos encontramos.

En segundo lugar, yo quería agradecerle al señor Ministro esa autocrítica
que ha realizado. Es tan extraordinariamente insólito que un Ministro de
este Gobierno realice una autocrítica que la suya es doblemente de
agradecer, señor Ministro. Además, esta crítica refleja un buen ánimo y
una buena disposición para resolver problemas que a todos nos interesan
de una manera muy específica.

Yo creo que todos hemos pasado por situaciones de cierto desconcierto
moral y político y ese momento de desconcierto se sitúa, precisamente, en
aquel al que hacemos referencia en la petición de comparecencia, que es
el anuncio del levantamiento parcial del embargo por parte de los Estados
Unidos.

Por otra parte, creo que nunca sobran estas comparecencias. Es cierto que
incluso la última semana tuvimos una comparecencia del Ministro de
Asuntos Exteriores en la Comisión correspondiente para hablar de estos
temas, pero cuanto más al día estemos y cuanto más en sintonía pongamos
nuestras reflexiones, será mejor para todos, no tanto ni únicamente por
los costes materiales a los que nos hemos referido, sino también por los
costes humanos que naturalmente forman el frontispicio de nuestras
preocupaciones al respecto.

También es bueno recordar, como indirectamente ha hecho el señor
Ministro, que todos los contingentes de Unprofor están cumpliendo un
mandato de Naciones Unidas que no es únicamente humanitario, sino que más
bien, siendo un mandato humanitario, es un acompañamiento a un esfuerzo
de pacificación. En el fondo, todos contemplamos con preocupación no
tanto el fracaso del esfuerzo humanitario, que, en términos relativos,
incluso absolutos, no ha sido tal --y creo que el esfuerzo humanitario ha
procurado claramente, dígase lo que se diga al respecto, aliviar
determinados sufrimientos, que si no se hubiera producido ese esfuerzo
hubieran sido mayores--, sino un poco el cansancio psicológico, natural
también, a lo cual hizo referencia varias veces el señor Ministro, como
consecuencia de la falta de resultado práctico en los esfuerzos de
pacificación. La combinación de los dos factores produce esos
desconciertos a los que el señor Ministro ha citado y que, en el fondo,
todos hemos contemplado o hemos participado con mayor o menor interés o
buena voluntad.

Por eso, pienso que ahora no se trataría tanto de si éste es el momento,
sino simplemente de hacer unas reflexiones que deberán tener su
continuación inmediatamente después de la pausa navideña; no se trata de
revivir otra vez el debate sobre la retirada sí o la retirada no, que en
este momento está cerrado y, además, cerrado por nuestra parte con un
acuerdo muy claro, con la decisión de la permanencia, por las razones a
las que antes he hecho referencia. Creemos que en este momento cualquier
tipo de retirada hubiera significado una catástrofe mayor de la que en
términos absolutos o relativos se contempla. Hay que imaginar cuáles son
las obligaciones o los escenarios de la retirada, es decir, aquellas
condiciones en las cuales nuestras tropas, nuestros contingentes y otros
podrían verse obligados a retirarse. Todos hemos subrayado, prácticamente
con las mismas palabras, que la presencia se mantendrá a no ser que
llegue a ser imposible su continuación. Sería un poco la descripción, en
estos momentos ideal, pero no por ello menos necesaria, de cuál es esa
imposibilidad.

Por otra parte, nosotros hemos señalado que las medidas que el Gobierno y
otros gobiernos que participan con contingentes en el esfuerzo de
Unprofor, medidas precautorias, nos parecen perfectamente plausibles y
dignas de ser tenidas en consideración.

¿Cuáles son esas condiciones? Hay que recordar que nosotros estamos
realizando un esfuerzo importante en la antigua Yugoslavia; que ese
esfuerzo es doblemente importante si tenemos en cuenta las limitaciones
de nuestro despliegue militar; que ese esfuerzo ha tenido consecuencias
que nosotros consideramos claramente positivas en el terreno del
reencuentro, de la reconciliación entre el pueblo español y sus
ejércitos, que han hecho mucho más que normalizar las relaciones a veces
deterioradas entre la sociedad



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y las Fuerzas Armadas. Desde luego, nosotros nos alegramos de ello,
nuestro país ha conseguido algunos puntos de mejora en la imagen externa
y en el compromiso militar por nuestros socios y aliados.

Sin embargo, todos tenemos la sensación de que estamos un poco en tiempo
de descuento y que, naturalmente, las circunstancias pueden alterarse de
manera no siempre previsible; en función de la alteración de las
circunstancias se producirán las consiguientes reflexiones, pero en las
actuales circunstancias estamos empezando a pensar en ese tiempo de
descuentos de la continuación de ese esfuerzo, tiempo de descuento con
vistas a esa posible imposibilidad de continuación de las tareas de
Unprofor.

Nos parece que hay tres escenarios donde la prolongación de nuestra
presencia podría cumplir esa imposibilidad de las condiciones. La primera
sería la continuación indefinida de la situación actual. Hay que recordar
que estamos en una situación en la que nuestros soldados son impunemente
hostigados, como los últimos casos del sargento primero Ramón Lozano y
del soldado José Benito López, que fueron heridos de manera más que
intencionada desde posiciones serbio bosnias; tampoco podemos seguir
contemplando cómo impunemente nuestros soldados, los miembros de nuestro
contingente, son utilizados como escudos humanos o como rehenes, como
fuera el caso del capitán Chamorro; tampoco podemos seguir contemplando
la situación en la que los convoyes de ayuda humanitaria son detenidos
una y otra vez a capricho de los contendientes, con grave riesgo para el
personal que forma parte de ellos.

Reconocer que la situación actual tiene en su indefinida continuación en
el tiempo un marcado carácter de imposibilidad es tanto como decir que o
contemplamos una mejora de la situación --y el señor Ministro,
efectivamente, se ha referido a un dato comparativo que tampoco es
anónimo; la situación es relativamente mejor hoy que la de hace un año--
o, si no se hace algo donde efectivamente esa situación de los
contingentes tenga una mejor utilidad, sería mejor que nos planteáramos
ese tiempo de descuento y, consiguientemente, esa imposibilidad.

Ha habido una iniciativa francesa, apoyada por Estados Unidos que nos
parece muy positiva, aunque sea limitada, porque supone una redefinición
de los objetivos, y me imagino que el señor Ministro ha hecho referencia
a ella cuando narraba algunas de las medidas de tipo operativo que se
están tomando en estos momentos. Ha faltado, ciertamente --creo que sería
necesario recuperarlo--, un sentido del equilibrio entre los mandatos del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y los medios de que, sobre el
terreno, dispone Unprofor. Ese desequilibrio ha llevado a actuaciones tan
patéticas y tan graves como las que han vivido los miembros del
contingente bengalí en el enclave de Bihac.

Desde luego, como apuntaba el señor Ministro --y nosotros estamos
absolutamente de acuerdo--, es importante redefinir los objetivos,
reducir su alance, reorganizar los medios y los despliegues, en función
de ese diseño de objetivos.

Por otra parte, parece que cualquiera que sea el cálculo de tiempo que al
respecto se haga, la presencia, que en este momento ha sido prolongada,
tendría un cierto marco temporal, un cierto límite temporal que sería el
de la primavera. No es la primera vez que hablamos de la primavera,
también el año pasado se habló. La verdad es que la situación, afortunada
y efectivamente, mejoró y aquello permitió la prolongación de las
misiones. Pero estamos de nuevo planteándonos ese plazo limitado. Ese
será el momento, señor Ministro, en el que deberemos replantearnos cuál
es la utilidad de nuestra presencia y de la de todos y qué riesgos,
conmensurados o no, estamos corriendo. Pensamos, y lo digo con todo tipo
de cautelas, que si en la primavera la situación fuera la misma que en
este momento estamos conociendo, sin ninguna perspectiva por parte de los
contendientes para llegar a un acuerdo razonable, sería el momento de un
replanteamiento con cierta contundencia.

En cualquier caso, y ésa es una premisa de todo este tipo de
razonamientos sobre una de las condiciones que nosotros estimamos que
sería uno de los escenarios de imposibilidad, todo eso debería ser
regularmente , periódicamente examinado en conjunto con el resto de
nuestros aliados y socios comprometidos en la operación.

Hay un segundo escenario en el que creemos que nuestra presencia también
llegaría a ser imposible, cual sería el caso de un levantamiento del
embargo de armas por parte de Estados Unidos. Esa hipótesis,
afortunadamente, en estos momentos, en estos días, parece más lejana que
hace unas pocas semanas, pero sigue siendo defendida, ardorosamente por
lo que parece, por la mayoría republicana del Congreso de los Estados
Unidos. A nuestros nos parece que esa medida traería consigo no
únicamente la retirada automática de los contingentes españoles
destacados en este momento en la ex Yugoslavia, sino prácticamente el
cese de las actividades de Unprofor.

No quiero decir con esto que debiera cesarse todo tipo de ayuda
humanitaria, porque eso sería incomprensible y prácticamente irrealizable
en el contexto del conflicto, pero sí a través de otros medios
posiblemente de la mismas organizaciones humanitarias directamente y sin
el apoyo de estos contingentes, que, como todos sabemos, están realizando
una tarea en el marco de la ayuda humanitaria y no en ningún otro marco
de actividad militar. La posibilidad de incurrir en represalias de unos o
de otros en ese contexto significaría pública y claramente la
imposibilidad de seguir realizando las tareas que en este momento estamos
realizando, aparte de la elevación prácticamente insoportable de los
riesgos que correríamos en esas circunstancias.

Un tercer escenario de imposibilidad de continuación de nuestras misiones
sería el aumento de hostilidad hacia las fuerzas de Unprofor y,
ciertamente, entre ellas, hacia nuestras fuerzas.

He visto recientemente unas manifestaciones del embajador de Bosnia en
Naciones Unidas diciendo que los cascos azules en Bosnia Herzegovina no
eran unas tropas de paz sino tropas de ocupación. Posiblemente son unas
manifestaciones que, viniendo de quien vienen, tienen su justificación,
no sé si su legitimación, en la emoción del momento y en la emoción de la
persona que las profiere. Pero paradójicamente ésa es la misma
catalogación que merecen las Fuerzas de Unprofor para los generales
serbios y si de



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esas palabras se pasara a los hechos --hay que recordar que hace muy
pocos días se disparó al helicóptero del General Rose desde posiciones
musulmanas--, la situación de las tropas de Unprofor sería realmente
desesperada.

Creemos que en cualquiera de esos tres escenarios la continuación de las
misiones de Unprofor y ciertamente la continuación de las tropas
españolas llegaría a ser prácticamente imposible y, en cualquier caso,
incapaces de continuar con la realización de las misiones que tienen
encomendadas por las Naciones Unidas.

En definitiva, a nosotros nos parece que la cuestión no es tanto ni sólo
si nos quedamos o si no nos quedamos, sino fundamentalmente para qué nos
quedamos y en qué condiciones nos quedamos. Ya sabemos que es importante
evitar la generalización del conflicto, ya sabemos que es importante
evitar la generalización de los sufrimientos, pero puede llegar un
momento en que incluso esas dos por demás loables y participativas
misiones queden anuladas por las mismas circunstancias objetivas que se
producen sobre el terreno.

En ese sentido, sería interesante conocer a fondo cuál es la situación
actual de nuestros destacamentos y si la iniciativa franco-norteamericana
va a suponer algún cambio en nuestro despliegue o en nuestras misiones y
si se va a producir algún reagrupamiento de nuestras fuerzas. Por eso,
quería acabar esta intervención, señor Presidente, formulando al señor
Ministro algunas consideraciones, algunas preguntas claras.

Primera, ¿cuál sería la contribución de las Fuerzas Armadas españolas a
los planes de evacuación de los cascos azules? La segunda pregunta: ¿Qué
parte de los 270 millones de dólares que, según hemos visto, es la
cantidad evaluada del coste de la operación de retirada, correspondería
pagar a nuestro país? En tercer lugar, si en la primavera contempláramos
la intensificación de los combates ¿supondría esto una mayor dificultad
para la evacuación? Cuarta pregunta: ¿Cree el señor Ministro que
realmente nuestro país se encuentra al límite de sus posibilidades
militares, como el mismo señor Ministro ha reiterado en varias ocasiones?
¿Es posible que una operación de poco más de 1.000 hombres coloque al
límite de sus posibilidades a unas Fuerzas Armadas que tienen más de
200.000 hombres en total? Otra pregunta: ¿Qué valoración hace el Ministro
y el Gobierno español en general sobre la última propuesta de paz
realizada por los serbios bosnios? Desde ese punto de vista, aprovecho la
ocasión para subrayar nuestro acuerdo con las palabras del señor Ministro
en el sentido de que la mediación del señor Carter debería tener lugar en
el contexto y no fuera del plan de paz del grupo de contacto. Por eso nos
gustaría preguntar qué esperanzas hay, si alberga alguna el Gobierno
español, en la oferta y actividad mediadora del ex presidente de los
Estados Unidos, el señor Carter. Y, finalmente, ¿cuál es el material
militar que en este momento ya estamos repatriando desde la ex Yugoslavia
en función de la reordenación de los objetivos de las correspondientes
misiones?



El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.) Ahora les
encarezco que las intervenciones sean lo más concisas posible, porque la
hora y los puntos del orden del día que nos quedan por tratar harían a lo
mejor difícil agotarlo. Y la Presidencia les dice que a las dos y media
levantará la sesión.

Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor
Carreras.




El señor CARRERAS I COMES: Señor Presidente, con toda brevedad.

En cuanto a las cifras dadas por el señor Ministro del coste de las
operaciones de paz, de las distintas operaciones en los distintos años en
que venimos actuando, yo diría que no dudo de que, en su conjunto, estas
operaciones de mantenimiento son costosas, aunque, como siempre y en
cualquier situación y actividad en general, encontrar el punto medio
sería lo mejor, pero sean cuales sean los costes de estas operaciones,
nosotros en este momento no las vamos a cuestionar. Si se quiere, puede
ser necesario un estudio, de acuerdo, pero no vamos a hacer una oposición
o a hacer ningún reparo a las mismas. Casi diría, si se quiere de una
manera muy simplista, que este tipo de operaciones y costes ayuda a
justificar incluso un presupuesto en política de defensa y sirven además
para cambiar el concepto que se tenía o se tiene de las Fuerzas Armadas.

Pueden ser quizás, o nos pueden parecer, unos costes desproporcionados
con respecto a otros países. Pues bien, que se analice, que se estudie,
que se reflexione y que se tomen decisiones pero, repito, no vamos a
ahora, en absoluto, a cuestionar los mismos.

Sobre ex Yugoslavia, nosotros no estaríamos en el inicio de la cuenta
atrás --creo que son posiciones que se han matizado, se han comentado y
se han justificado adecuadamente--; estaríamos más por un seguimiento
siempre actualizado, que permitiera tomar decisiones rápidas en todos los
casos. Este es un tema debatido, preocupante, cambiante y, por desgracia,
siempre de actualidad. Creemos que no sería bueno un desmarque de Estados
Unidos. Quizá la práctica nos reportara mayores implicaciones o riesgos
para el contingente español, porque, en definitiva, estos riesgos los
conlleva la propia situación en dicha zona, ya que continúa siendo una
situación evidentemente, y coincidimos todos, incomprensible, inaceptable
y, sobre todo, insostenible.

Siendo defensores de siempre de agotar hasta las últimas consecuencias la
vía diplomática, uno a veces llega a dudar, por desgracia, de que esta
vía conduzca a la solución final. Por tanto, y antes de hacer la pregunta
final, debemos estar de acuerdo en estar preparados para una posible
evacuación y, sobre todo, en este cambio de estrategia en cuanto al
despliegue que anuncia el señor Ministro. Y ya le emplazamos a la nueva
comparecencia que anuncia para contrastar o para ver cómo ha ido este
cambio de despliegue.

La pregunta sería una de las que ha hecho el portavoz del Partido Popular
y es si estamos o no al límite de nuestras posibilidades militares en
cuanto a nuestra aportación en el caso de la ex Yugoslavia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Andreu.




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El señor ANDREU ANDREU: Señor Ministro, le agradecemos los datos que nos
ha dado sobre los costes de la operación que están realizando las tropas
españolas en Unprofor, en la antigua Yugoslavia, y nosotros, desde luego,
no vamos a entrar en la crítica de esos costes.

Como ha sido reiteradamente manifestado por mi Grupo parlamentario,
nosotros valoramos positivamente la acción que están llevando las tropas
españolas en Unprofor, en la antigua Yugoslavia, y no vamos a poner en
este momento un límite a cuál sería, según nuestro criterio, el tiempo de
actuación de nuestras tropas. (El señor Vicepresidente, Carrera i Comes,
ocupa la Presidencia.) Es evidente que nosotros consideramos que tiene
sentido nuestra permanencia allí mientras la actividad que se realice sea
la de prestar ayudas humanitarias y la de impedir la extensión del
conflicto. En cualquier caso, veremos, después de navidades, cuando usted
comparezca de nuevo, como anuncia, con el Ministro de Asuntos Exteriores,
si es oportuno plantear un límite a este tipo de actuación, o por lo
menos oportuno por parte de mi Grupo parlamentario y no lo haremos en
este momento. Simplemente quiero manifestar esta política tradicional de
mi Grupo sobre cuáles deben ser los objetivos de nuestras tropas allí.

Sí tiene relevancia para nosotros el hecho de la actuación de los Estados
Unidos con respecto al embargo a Bosnia. Sí tiene relevancia porque el
debate interno que se está produciendo en los Estados Unidos tiene una
proyección exterior y ejecutiva; el resto de los países tenemos debates
internos y posiciones diferentes sobre cómo se debe actuar allí, pero no
tiene una plasmación ejecutiva y estamos viendo cómo el debate interno de
Estados Unidos tiene una manifestación, en un momento dado, en el sentido
de plantear el fin del embargo; por otra parte está la actuación del ex
presidente Carter que también responde al otro lado del debate que se
produce en los Estados Unidos. El problema es que cuando un país no sólo
tiene un debate, sino que dicho debate lo plasma ejecutivamente en un
conflicto de esta naturaleza, de alguna manera se está distorsionando la
posibilidad de una actuación conjunta. Por lo tanto, señor Ministro, el
tema no es baladí y no voy a retomar el debate que tuvimos en la anterior
comparecencia, pero es bastante más importante de lo que usted nos
manifestó entonces y de lo que se trasluce de sus manifestaciones en esta
comparecencia; al menos nosotros lo entendemos así. Tiene una relevancia
muy importante que se pueda plantear una acción diferente por parte de
uno de los países implicados en la salvaguarda de la situación, porque de
alguna forma creo que distorsiona bastante la estrategia del conjunto de
los países. Además, yo creo que tiene relevancia cara al futuro esquema
de seguridad que se plantea en Europa. En este caso sí coincido con el
portavoz del Grupo Popular en el sentido de que, si se produjera
definitivamente un levamentamiento del embargo a Bosnia, la situación
cambiaría radicalmente y habría que plantearse seriamente la continuidad
de nuestras Fuerzas en ese caso. Veremos cómo se resuelven esos
interrogantes en estos días y estaremos atentos a la comperecencia que
usted ha anunciado y simplemente quiero reiterar que el asunto es más
grave de lo que pudiera traducirse de sus palabras. En la antigua
Yugoslavia se están jugando muchísimas cosas, fundamentalmente una
situación de conflicto en la que están en juego vidas humanas y, por lo
tanto, el tema humanitario es el que aparece en el primer plano de
nuestras ocupaciones, pero aparte de eso se están jugando esquemas de
seguridad importantísimos en el futuro dentro de Europa.




El señor VICEPRESIDENTE (Carrera i Comes): Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Estrella. Entiendo que va a compatir su intervención
con el señor de Puig y, por tanto, rogaría que entre los dos intentaran
ajustarse al tiempo establecido.

Tiene la palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor Presidente, ocuparé solamente la mitad
del tiempo y me referiré exclusivamente al punto 5 del denso orden del
día.

Quiero agradecer, como lo han hecho otros portavoces, la información
facilitada por el señor Ministro, que creo que sería conveniente que
tuviera lugar de una manera regular. Parece obvio que conviene
profundizar en ella.

Me ha sorprendido también el escaso porcentaje de retornos producidos,
lejos de ese estimado 60 por ciento que se supone cubre Naciones Unidas
en las operaciones de paz; entiendo que buena parte de esa desviación se
debe a los costes de Unprofor I y entiendo también que ello pone en mayor
evidencia la necesidad de abordar una reforma del proceso de toma de
decisiones en Naciones Unidas con relación a la puesta en marcha de
operaciones y a su financiación, donde el margen de maniobra que
actualmente tiene el Secretario General para la apropiación de recursos
es excesivamente limitado.

Respecto a los criterios de amortización de material querría preguntar si
existe --algo que considero difícil-- un criterio homogéneo entre los
países que participan en misiones de Naciones Unidas. También voy a hacer
una reflexión con relación a la cuantía y no me referiré a los términos
en los que este tema se ha planteado por algún otro portavoz, en el
sentido de decir que el esfuerzo es importante, así como el prestigio de
nuestras Fuerzas Armadas. Yo uniría esa reflexión con un ejercicio que
acabamos de hacer hace muy pocos días en el trámite presupuestario donde
se ha aprobado destinar hasta un 0,5 del producto interior bruto a ayuda
oficial al desarrollo, con posibilidad de incrementarlo hasta un 0,7 por
ciento. Realmente esa decisión que ha adoptado el Parlamento hay que
vincularla con acontecimientos que se han producido en meses anteriores.

Ha habido una movilización ciudadana, una alta sensibilidad con relación
al conflicto de la antigua Yugoslavia, un sentimiento solidario que se ha
incrementado considerablemente este verano cuando han surgido los
conflictos en Ruanda.

Yo creo que las misiones de paz en las que participa España, que tienen
como objetivo hacer llegar ayuda humanitaria, proteger a poblaciones
civiles o colaborar en un proceso de desarme y de construcción de paz,
incluso sentar las bases o garantizar la protección para que se pueda
poner en marcha la reconstrucción de un país después de un conflicto --el
caso de Mostar, por ejemplo, sería bastante



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paradigmático en ese sentido--, hay que ponerlo a beneficio de inventario
de esa voluntad de la sociedad española y del Parlamento español para
incrementar nuestra contribución a los países que padecen algún tipo de
sufrimiento, sea por su pobreza, sea por los enfrentamientos interétnicos
entre sus poblaciones, sea por viejas heridas que no terminan de
restañarse. Es ahí precisamente donde hay que ubicarlo, con independencia
de que esas cantidades se puedan o no computar como ayuda oficial al
desarrollo, de acuerdo con los criterios del Comité de la OCDE. Pero me
parece importante resaltar la valoración política que debe hacerse de
esta contribución española.




El señor VICEPRESIDENTE (Carrera i Comes): Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor De Puig.




El señor DE PUIG I OLIVE: Señor Presidente, señor Ministro, voy a ser muy
breve para referirme a la comparecencia relativa a la situación en Bosnia
y a las consecuencias de la actitud de Estados Unidos en relación al
levantamiento del embargo.

En relación a esto último, al levantamiento del embargo, no ha lugar a
discutir demasiado, lo tratamos ya en Comisión y, además, la aproximación
de los Estados Unidos, de la Administración americana, a la posición
europea en este sentido de momento ha dejado el tema en una situación no
conflictiva. Veremos cómo se desarrolla, pero creo que estamos en mejor
situación que hace unas semanas.

Respecto al tema de la retirada, es verdad que tampoco hay que hablar de
ello. La decisión que se tomó creo que es buena y también creo que fue
buena la valoración negativa que hizo el Comité de Planes de Defensa de
cualquier idea de retirarse. En este sentido entiendo el elemento
autocrítico que ha manifestado el señor Ministro, que supongo que debería
hacerse extensivo no sólo a aquellos ministros o gobiernos no tan
prudentes que llegaron a hablar de retirada, sino a aquellas fuerzas
políticas que hablaron y propusieron la retirada. Yo creo que habrá que
aplicarse el rigor de la autocrítica sobre todo en los casos en que se
llegó a manifestar públicamente la necesidad de la retirada.

En cualquier caso, el tema no es la retirada en este momento; la
situación es la redistribución, la seguridad de los contingentes. Hoy me
parece que hay una reunión en la que se va a hablar de esto, de cómo
proteger con más seguridad las tropas. Queda siempre la incógnita de
hasta cuándo a estas tropas se les podrá garantizar una mínima seguridad,
pero eso también pertenece al capítulo de hasta cuándo estas tropas van a
seguir en Bosnia.

Sí es verdad que se puede decir que estamos mejor que hace un año;
también es verdad que hay que decir que persiste la gran incógnita, que
es la solución del conflicto, o incluso la incógnita previa el alto el
fuego; que, de momento, aunque no haya una solución del conflicto, como
mínimo cese la guerra.

Es verdad que hay movimientos que pueden traernos algún aire de
optimismo, pero también existe una gran confusión. Por ejemplo, la
actividad del señor Carter, que yo espero que sea en el marco
naturalmente de la unidad de la colectividad internacional y de los
acuerdos del grupo de contacto, etcétera, pero esa actividad del señor
Carter, como hoy podemos ver en los periódicos, no está exenta tampoco de
la confusión. Cuando vemos que la propia Casa Blanca tiene que corregirle
su entusiasmo pro serbio, no sabe uno, cuando ve este tipo de cosas,
adónde nos van a llevar. Supongo que es un desliz y no hay que darle
mayor importancia, pero, sin embargo, a diferencia de lo que ha dicho
algún grupo interviniente, yo creo que si la mediación de Carter redunda
en resultados positivos, no sólo la del ex presidente Carter, sino
cualquiera que pueda dar lugar a que se pacifique la situación a que
derive hacia diálogo político, bienvenida sea, la traiga quien la traiga.

Finalmente, la otra gran incógnita es, si una vez más falla esta
mediación, pasan semanas, no hay ni se vislumbra acuerdo político y no
hay alto el fuego, ¿qué vamos a hacer?
Algunas de las cosas que se han dicho en los últimos tiempos es que había
una cierta capacidad de endurecer la actitud de la coalición occidental
que está allí; por ejemplo, si por parte de la OTAN, en operaciones
disuasorias, pero disuasorias casi corteses, como fue la famosa operación
aérea, que no fue ni mucho menos de la eficacia a que podía dar lugar una
tal operación, va a haber un endurecimiento, como algunos países piden;
si se va a producir --esto ya serían preguntas al señor Ministro, y con
ello termino-- una solución o una resolución en torno a la idea francesa
de crear un corredor humanitario protegido, que diera lugar a utilizar la
fuerza, si fuera necesario, incluso a operaciones de una inutilización de
armamento pesado de los serbios, que es la propuesta francesa, o
simplemente, si pasan las semanas y no hay posibilidad de llegar a un
acuerdo político, sí llegaríamos al caso de plantear la retirada en
primavera o cuando fuera, o que aparezcan otras soluciones.

Me gustaría conocer el punto de vista del señor Ministro en estas
materias.




El señor VICEPRESIDENTE (Carrera i Comes): Para ampliar la información,
tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Por supuesto que estoy de
acuerdo en aportar información adicional sobre el coste de las
operaciones internacionales de carácter humanitario de nuestro país. Al
término de la sesión, señor Rupérez, me puede hacer una nota, o más
adelante, cuando le parezca bien, que con mucho gusto se lo
proporcionaré.

Sí quiero explicar esta aparente contradicción entre lo que eran
expectativas de reembolso, en virtud de experiencias anteriores y lo que
está siendo la realidad en el caso de la operación de Unprofor. En
emisiones anteriores, incluso se reembolsó un porcentaje superior al 60
por ciento; han visto SS. SS. lo que sucedió en el caso de la operación
de Namibia, que aproximadamente fue esa cantidad, que es la que también
está prevista para otras operaciones, del 50 o el 60 por ciento.

Este porcentaje se ha roto en Unprofor por la complejidad de la
operación, hay un terreno material mucho más



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sofisticado, hay más cascos azules, hay más gastos de aprovisionamiento,
hay más medios, más aviones, más barcos, y algunas de esas posibilidades
no están contempladas en las normas financieras de Naciones Unidas. Por
lo tanto, hay algunas contribuciones que no son objeto de reembolso y
otras, como en el caso de material, que mencionaba el señor Rupérez, que
están sometidas a unas reglas que son ciertamente modestas en cuantías.

Las compensaciones por material y equipo son abonadas por Naciones Unidas
en un porcentaje del uso del material y equipo propiedad del contingente
situado sobre el terreno con arreglo a un plan de amortización cuya
duración y tasas para la operación está aún en fase de determinación; en
cualquier caso, las normas provisionales corresponden a una proporción
relativamente baja del gasto efectivo de los vehículos. No estamos
hablando de vehículos de transporte de personal convencional, sino que
estamos hablando de vehículos bastante complicados que tienen un
mantenimiento muy caro y además es muy diverso; por tanto, Naciones
Unidas lo que hace es comparar el coste de mantenimiento de los vehículos
de un contingente y otro y hacer una media, y no todos los vehículos son
iguales y no todos tienen el mismo coste en dólares. No es lo mismo
hablar de un vehículo ruso prácticamente ya amortizado, como es el caso
de algunos contingentes, que de unos vehículos en magnífico estado, de
España, de Francia, o de Inglaterra.

Tengan SS. SS. la convicción de que el Gobierno español va a seguir
insistiendo para conseguir el máximo reembolso, porque no solamente se
tarda mucho en cobrar; por la propia burocracia de Naciones Unidas, que
es muy compleja; intenta a demás contemplar todos los casos, empieza a
contemplar además los costes en las respectivas monedas; además, Naciones
Unidas no tiene una buena situación financiera y es verdad que España es
un buen contribuyente, pero otros no lo son tanto, y, en el momento de
cobrar estas operaciones, no hay lamentablemente una clasificación según
la seriedad del país que contribuye.

En todo caso, es una reflexión que se desprende de las opiniones de todos
los grupos parlamentarios. Estas operaciones son caras, tienen un coste
elevado, no solamente hay un esfuerzo en vidas humanas sino también
financieramente, y estas operaciones que los españoles respaldan, que dan
peso a nuestra contribución a políticas de Naciones Unidas y a políticas
europeas, que son un instrumento inevitable e importante de nuestra
política exterior, requieren basarse en unas Fuerzas Armadas bien
dotadas. Y éste es el mensaje que esta Comisión de Defensa lanza y yo
creo que poco a poco va calando en la sociedad española. (El señor
Presidente ocupa la Presidencia.)
La impresión que a veces se tiene desde el Ministerio de Defensa es que
los ciudadanos españoles nos dicen: participe usted en esas misiones, sea
usted eficaz humanitariamente, salve vidas, pero, por favor, confórmese
con un presupuesto de Defensa lo más reducido posible por no decir a
veces mínima expresión.

Este es un mensaje que se percibe en el Ministerio de Defensa y en esta
Comisión, y creo que la propia sociedad española lo percibe.

Paso ya al asunto de Bosnia. Yo estoy de acuerdo con las líneas generales
de reflexión de todos los grupos parlamentarios y celebro que una vez más
se ponga de manifiesto en esta Comisión, como ocurrió antes con la de
Exteriores, la sintonía que sobre las líneas generales existe entre todos
los grupos parlamentarios cuando hablamos de una cuestión tan delicada y
tan complicada como es nuestra presencia en la antigua Yugoslavia, a
pesar de la dificultad para tener una postura que se mantenga estable a
lo largo del tiempo, dadas las alteraciones que se producen en el
conflicto, los altibajos que hay en la propia posición de los Gobiernos
que intentan contribuir a su solución. A pesar de todo eso se mantiene en
este Congreso de los Diputados, igual que en el Senado, una postura de
gran sintonía en las líneas generales, en la política a seguir, que creo
que debemos agradecer y congratularnos por ello.

Las hipótesis que ha mencionado el señor Rupérez, de hecho, son las que
posteriormente han mencionado otros intervinientes y las que se planteó
el Comité de Planes de Defensa una vez más --porque no era la primera
vez-- la semana pasada. En realidad lo que nos preguntamos la semana
pasada era si puede continuar la misión humanitaria, como nos piden que
continúe los Jefes de Gobierno reunidos en Budapest en la Conferencia de
Seguridad y Cooperación en Europa. La respuesta fue que sí, sí porque
hemos pasado por momentos tan difíciles como éste; hemos pasado por
momentos en los que, analizando sector a sector, en Bosnia-Herzegovina ha
habido más focos de combates que los que hay en este momento, luego
tenemos experiencia para afrontar la situación sobre el terreno. Y la
respuesta fue también sí si, además, redefinimos objetivos; es decir, si
reagrupamos los contingentes, que ahora tenemos muy dispersos, si
reforzamos ciertas zonas y si somos capaces de mantener abierta la ciudad
de Sarajevo, es decir, si mantenemos el puente aéreo, si sigue abierto el
aeropuerto, y una ruta por tierra para abastecerla durante el invierno.

Dimos la respuesta que en otras ocasiones nos hemos dado y que con
dificultades hemos llevado a la práctica. Los objetivos siguen siendo los
mismos. Lo que ocurre es que se pasa por momentos muy dramáticos y la
imposibilidad de mantener abierto el aeropuerto, pero al fin y a la
postre siempre se vuelve a abrir y siempre se vuelve a mantener ese
contacto por la costa, por el aire y también por tierra.

Es verdad, señor Rupérez, y creo que todos los grupos están de acuerdo
--yo lo he insinuado en más de una ocasión--, que en cierto modo estamos
en un tiempo de descuento. El conflicto dura mucho tiempo, tiene un coste
muy grande en vidas humanas y también un coste financiero, y la
continuidad de la misión cada cierto tiempo hay que volverla a
considerar, y es lo que estamos haciendo. Por tanto, su consideración de
hecho ya se está aplicando. Cada ciertos meses los aliados y los países
que participamos en la misión hablamos con mucha crudeza de cómo se está
desarrollando, de los éxitos y fracasos que tiene, y siempre se llega a
la misma conclusión, y es que en lo político puede ser que no constituya
un éxito fulgurante, en lo humanitario es un claro éxito. Por eso la
respuesta siempre a la pregunta de si continuamos o, por el contrario,
decidimos



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una repatriación es: sigamos puesto que humanitariamente no hay otra
alternativa. Por supuesto que si volvemos a evaluar esta continuidad
vamos a tener en cuenta los puntos que sus señorías han mencionado: si se
produce un demandamiento del embargo, lo hemos dicho hasta la saciedad,
será imposible. Si se somete a un hostigamiento claro y continuado a los
cascos azules será imposible, ya se ha producido en algunos momentos el
repliegue en determinadas zonas donde esto sucedía; si no hay un acuerdo
o una perspectiva de acuerdo, es decir, si se rompe completamente todo
tipo de negociaciones, el repliegue sería inevitable.

Cada vez somos más capaces de matizar qué queremos decir con el repliegue
o con la repatriación o con la retirada. Concretamente hay tres puntos
que me gustaría que en esta ocasión sí quedaran claros. En primer lugar,
que al hablar de retirada hay que hablar de seguridad de la operación. Es
decir, que antes de proceder a cualquier iniciativa en este terreno hay
que tener la seguridad garantizada en la mayor proporción posible, nunca
al cien por cien será conseguible. En segundo lugar, hay que mantener la
ayuda humanitaria, lo que suscita muchas cuestiones: cómo se garantiza
esa ayuda humanitaria, cómo se protege esa ayuda humanitaria, y por tanto
se plantea la cuestión de si de la retirada de los cascos azules es
completa o no. El tercer punto es que hay que evitar bajo cualquier
concepto la extensión del conflicto. Las tres cuestiones tienen que estar
continuamente encima de la mesa. ¿Se puede llevar a cabo la misión con
seguridad? Si la respuesta es sí, que puede ser, hay que decir qué
ocurrirá con la ayuda humanitaria, porque hay que tratar de mantenerla
aun sin la presencia de los cascos azules, o con una presencia muy
limitada, concreta en ciertos puntos, y esto contribuirá o no a la
extensión del conflicto.

En cuanto a la situación de nuestro contingente, sobre el que se
interesaba el señor Rupérez y todos los grupos, es una situación
relativamente tranquila que vive pendiente de un problema, que es la
precariedad de la federación entre croatas y musulmanes. Mientras que la
federación se mantenga, continuará la administración de Mostar por parte
de la Unión Europea, y mientras continúe la administración de Mostar
continuará el contingente español. No obstante, yo quiero comprobar sobre
el terreno cuál es la situación real, cuál ha sido el origen del
hostigamiento de los últimos días, que no ha sido solamente serbio,
también ha habido hostigamiento probablemente croata o musulmán con armas
ligeras. Teniendo en cuenta que la regulación de Naciones Unidas de las
visitas se ha hecho mucho más estricta y se nos ha pedido que si es
posible las reduzcamos al mínimo puesto que producen ciertas dificultades
en el transporte y en la organización de las comunicaciones, teniendo en
cuenta estas consideraciones de Naciones Unidas, yo en todo caso voy a ir
en estas fiestas a comprobar cuál es la situación sobre el terreno. En
otras ocasiones esto ha sucedido y ha sido muy útil, porque yo pienso que
siempre hay un riesgo de falta de exactitud en la información entre la
que menejamos los responsables gubernamentales y la información concreta
sobre el terreno, lo que da origen con cierta frecuencia a esas
perturbaciones en el mensaje a las que me refería anteriormente. En todo
caso, señor Rupérez, me refería en tono autocrítico, pero yo creo que es
un ejercicio que le viene bien a todos, y cuando hablamos de este asunto
en particular que es tan complejo, sobre el que a veces nos vemos
obligados a responder a bote pronto a las demandas de los informadores
sin poder matizar, poder decir después que fui excesivamente conciso en
tal momento y dije tal cosa cuando tenía que haberlo ampliado y haberlo
matizado más, no viene mal.

En cuanto a las preguntas que el señor Rupérez me hacía ya concretamente,
la contribución de España a la retirada, he de manifestar a su señoría
que el plan de repliegue se está llevando a cabo sobre el proyecto que ya
tenía Unprofor por parte de la OTAN. Unprofor tenía un plan con los
medios de los países que contribuyen a poner tropas sobre el terreno, es
decir, con los propios medios de Unprofor más el apoyo que los países
miembros pudieran aportar, y ahora se ha abierto una nueva posibilidad, y
es que algún país que no tiene tropas sobre el terreno, concretamente
Estados Unidos, contibuyera para aumentar el nivel de seguridad. Ahora
ese plan de Unprofor se está mejorando por la OTAN aun en el supuesto de
que por el momento, y después de las decisiones que hemos tomado en las
últimas dos semanas, esa eventualidad no se prevé. Y la contribución
española será con todos los medios navales, aéreos, incluso terrestres
que despleguemos desde el territorio nacional que sean precisos, que
establezca la OTAN en virtud de nuestra contribución sobre el terreno y
también la disponibilidad de las unidades adecuadas, de las más
preparadas para esto y las que tienen las características más favorables.

El plan no está terminado y en todo caso va a tener carácter secreto,
como es lógico. Por tanto, si hubiera alguna petición de información por
parte de los grupos sobre este plan tendríamos que recurrir a los
procedimientos previstos en el Reglamento de la Cámara. En cuanto al
coste sinceramente no conocía que fuera tan exacto, 270 millones de
dólares, porque el plan no está acabado y por tanto no sé si está
perfectamente evaluado. Probablemente haya alguna cifra en ese sentido.

Había una pregunta capciosa del señor Rupérez que se refería al límite de
las posibilidades militares. Algunas veces he hecho referencia a que
estamos con limitaciones, pero a pesar de eso, gracias al esfuerzo del
Ejército de Tierra y del Estado Mayor de la Defensa, hemos sido capaces
de ir relevando y vamos a ser capaces de relevar en primavera si fuera
necesario, y ya está previsto el proceso. Probablemente todo es así
porque desde que empezamos la misión hemos aprendido mucho, y hemos
aprendido que una doctrina que teníamos hace tres años, que era que
solamente la fuerza de acción rápida estaba dispuesta para actuar
inmediatamente fuera de nuestro país, la hemos sustituido por la doctrina
de que no solamente la fuerza de acción rápida sino también toda la
fuerza de maniobra. Es decir, que cuando se discute en esta Comisión
sobre el plan Norte y la reorganización del Ejército de Tierra, luego eso
tiene una aplicación práctica en casos tan directos como éste. Es decir,
señor Rupérez, vamos a ser capaces de relevar. Y a medida que vayamos
teniendo una proporción mayor



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de profesionales, vamos a ser capaces de hacer relevos adicionales en
esta misión o en otra. Al principio de esta legislatura le dije cuál era
el objetivo del Ministerio de Defensa sobre fuerzas disponibles para
cualquier misión fuera del territorio nacional y le di una explicación de
equivalencias; es decir, la equivalencia de una brigada considerando,
dentro de este concepto, la aportación de un escuadrón completo de
aviones o de dos escoltas. Realmente hemos mantenido ese esfuerzo casi
desde el principio del conflicto, porque hemos mantenido 1.300-1.400
hombres del Ejército de Tierra, hemos mantenido dos escoltas más un buque
logístico, más un submarino, dependiendo de los momentos, lo cual
aproximadamente supone otros 500-600 hombres, y hemos aportado
recientemente un escuadrón reducido de F-18, que supone el traslado de
otros tres centenares. Luego poco a poco nos vamos acercando a ese
esfuerzo de la equivalencia de brigada de unos 3.000 hombres, dependiendo
de una composición u otra. En ese sentido, se va cumpliendo lo que el
Gobierno se propuso y prometió ante esta Comisión.

En cuanto a la última pregunta, la opinión sobre la oferta que ha hecho
el líder de los serbios de Bosnia y la misión Carter, creo que dije ya en
mi primera intervención que yo dudo cada vez más de las ofertas que hace
el señor Karadzic; nos ha acostumbrado a no confiar demasiado en su
palabra, y sobre todo en estos últimos tiempos, cuando ha ofrecido cosas
que luego no se han producido, como liberar en un determinado momento a
determinados rehenes civiles, o dejar pasar convoyes que luego sus jefes
militares no han tolerado y no han cumplido. Por tanto, no confío mucho
en ello. En cuanto a la misión Carter, ya dije que me merecía el máximo
respeto y una opinión positiva, pero esa misión no podría tener éxito si
no estaba enmarcada en los trabajos del Grupo de Contacto.

El señor De Puig preguntó por esto y concluyó con una pregunta muy
concreta, que era si se podría endurecer la posición. Le voy a ser
sincero, señoría. Cada vez que hablamos de robustecimiento de las
acciones, nos encontramos con dificultades prácticas insalvables, porque
mantener simultáneamente una postura de fuerza, especialmente desde el
aire, con una presencia de cascos azules a veces en los lugares más
inverosímiles y de observadores en los lugares más remotos, no es
compatible. Por tanto, el robustecimiento lleva consigo el redespliegue,
y el redespliegue lleva consigo el dejar sin observadores o sin presencia
de cascos azules determinados núcleos de población y, por tanto, dejar al
albur, dejar en riesgo a la población civil. Unprofor se ve en la
obligación de optar siempre por la protección de los civiles que pudieran
estar en peligro y, por tanto, el robustecimiento, siendo posible técnica
y militarmente sin grandes dificultades, se termina por posponer. Luego
no me gustaría lanzar nuevamente un mensaje de que vamos a robustecer y
vamos a incrementar sin estar seguro de que eso no perjudica la otra
misión.

Al señor Carrera le agradezco su intervención apoyando las operaciones en
general. Debo contestar a su inquietud sobre el coste que efectivamente
es muy caro, pero no gravita directamente sobre el presupuesto de
Defensa. Esto constituye un crédito ampliable que el Ministerio de
Hacienda (al cual también hay que agradecer su esfuerzo) atiende
regularmente.

Respecto a las consideraciones que hizo el señor Andreu sobre la
relevancia de la posición de Estados Unidos, qué duda cabe que esa
posición es muy condicionante sobre lo que ocurre con el resto de los
países por la aportación de medios que hace a la OTAN --y la OTAN hace la
vigilancia desde los medios más sofisticados-- y también por el peso
político que tiene. Por eso, cualquier falta de sintonía entre ambos
lados del Atlántico no es positiva, y por eso conviene mantener la
relación transatlántica a través de la OTAN. Esta es una de las grandes
utilidades de la OTAN, que es el mecanismo más sólido que tenemos para
mantener esa buena relación, que ha dado tan buenos resultados en los
últimos 40-50 años.

Por último, el señor Estrella hizo una reflexión que a mí me parece muy
correcta, que es el que se explique que este coste, ciertamente
importante, se debería tener en cuenta cuando se habla de la ayuda a
países en desarrollo, porque es una contribución a que la guerra en esas
naciones no vaya más lejos y se consigan acuerdos rápidamente. Tengo la
impresión de que no es una tarea que deba explicar el Ministerio de
Defensa.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE (CONTINUACION):



--CONTENIDO DEL ESTATUTO DE PARTICIPACION PROVISIONAL DE ESPAÑA EN EL
EUROEJERCITO. FORMULADA POR EL SEÑOR ELORRIAGA FERNANDEZ (GP). (Número de
expediente 181/001016.)



--MOTIVOS POR LOS QUE NO SE HA DADO A CONOCER A LA COMISION DE DEFENSA
DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PREVIAMENTE A SU FIRMA, EL ACUERDO DE LA
PARTICIPACION DE ESPAÑA EN EL EUROCUERPO. FORMULADA POR EL SEÑOR
ELORRIAGA FERNANDEZ (GP). (Número de expediente 181/001070.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al turno de preguntas. Preguntas números 8 y
17, del señor Elorriaga, que tiene la palabra.




El señor ELORRIAGA FERNANDEZ: Estas dos preguntas se refieren al grado de
conocimiento que los Diputados de esta Comisión tenemos (mejor dicho, que
no tenemos) del estatuto de participación de España en el Euroejército y
del acuerdo de la participación de España en el Eurocuerpo.

El 25 de abril pasado el Ministro nos dijo en Comisión que se encontraba
en pleno proceso de negociación para determinar las condiciones de
incorporación de una unidad española en el Eurocuerpo. No se podía
concretar entonces la posición definitiva española hasta sucesivos
encuentros del grupo de planificación internacional. Luego, el 1 de
julio,



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se produjo la carta de los Ministros de Defensa y de Exteriores a sus
homólogos de otros países partícipes del Eurocuerpo. Es decir, que
entonces parece que sí se sabían las condiciones y se podría concretar la
posición definitiva española. Y el 14 de julio ya desfilaban los soldados
españoles por primera vez por París como integrantes del Eurocuerpo, sin
que realmente estas informaciones nos fuesen facilitadas. El 27 de
septiembre se adhirió España a la declaración común para el empleo por
parte de la UEO y a continuación por parte de la OTAN del Eurocuerpo.

Todo este proceso nos parece muy razonable, pero no es fácil comprender
por qué en todo este período de negociaciones en el exterior no ha sido
posible que esta Comisión de Defensa tuviese una información más rigurosa
de las condiciones de incorporación, de la carta de los Ministros, de la
declaración común para el empleo de esta fuerza por la UEO y la OTAN, y
todos cuantos detalles debieran ser conocidos por el Parlamento sobre
unas decisiones de tanta trascendencia y, sobre todo, del contenido de
las misiones que de ahora en adelante ha asumido el Ejéricto español, en
cuanto partícipe, con una división en dicho Eurocuerpo. El estatuto de
participación provisional en el Eurocuerpo nosotros consideramos que es
lo mínimo que debía ser conocido por esta Comisión, y junto a ello las
características de las misiones que se ha comprometido a asumir a partir
de la participación española en el Euroejército. Esta es la pregunta.




El señor PRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Presidente, con mucho
gusto doy esta información a su señoría, y si me la pide regularmente se
la daré regularmente, como me la solicite: oralmente, por escrito o
personalmente si quiere, simplemente con una llamada telefónica.

En el proceso de adhesión de España al Eurocuerpo no se ha suscrito
todavía formalmente ningún acuerdo de participación. Ha tenido lugar
exclusivamente un intercambio de cartas entre los ministros de Asuntos
Exteriores y de Defensa españoles y sus homólogos alemanes, belgas y
franceses, en las que se informaba, por parte española, de la decisión
del Consejo de Ministros de 1 de julio del presente año. Esa decisión va
en la dirección de participar en el Eurocuerpo y establecía las
condiciones generales de nuestra participación. La contestación a estas
cartas se ha considerado como la aceptación oficial de España como
miembro de pleno derecho del Eurocuerpo, pero ahora todo eso debe ser
formalizado y hacerse en relación con todo el proceso de organización
jurídica del Eurocuerpo.

El proceso de consolidación del Eurocuerpo está actualmente en vías de
desarrollo. Esta unidad carece todavía de algunas normas importantes que
regirán su funcionamiento en el futuro. No tiene definido todavía el
estatuto de personal, en el que está trabajando actualmente el grupo de
juristas del Eurocuerpo. El Comité Común, que es el órgano de dirección
del Eurocuerpo, en su reunión de 14 de noviembre de este año encargó a
ese grupo de juristas que finalizaran los trabajos con anterioridad al 1
de octubre de 1995, fecha en la que el Eurocuerpo ha decidio estar
operativo. Puesto que se trata de un convenio de carácter militar, su
entrada en vigor requerirá la previa autorización de las Cortes
Generales, según especifica el apartado b) punto 1 del artículo 94 de la
Constitución Española, sin perjuicio de los demás trámites previstos en
el Convenio de Viena sobre el derecho de los tratados, de 22 de mayo de
1969, al que España se adhirió el 2 de mayo de 1972. Una vez aprobado el
estatuto, en él se contendrán las bases jurídicas para el funcionamiento
diario de los individuos, las unidades o las formaciones de los Estados
partes del Eurocuerpo. Mientras tanto, Alemania, Bélgica y Francia han
acordado la aplicación provisional, al personal destinado en el Cuartel
General del Eurocuerpo, del convenio entre los Estados partes del tratado
del Atlántico Norte, relativo al estatuto de sus fuerzas. Dado que este
convenio se encuentra en trámite de aprobación por España, como antes
vimos, la Asesoría Jurídica Internacional del Ministerio de Asuntos
Exteriores, a petición del Ministerio de Defensa, está estudiando la
conveniencia de aceptarlo también como estatuto provisional para el
personal español destinado en el Cuartel General del Eurocuerpo.

Creo que con esto se da una explicación con bastante detalle a la
pregunta que S. S. hacía.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Elorriaga.




El señor ELORRIAGA FERNANDEZ: Le agradezco su actitud de informar a la
Comisión, pero creo que o ha sido un poco tardía, porque aunque hay
normas que están en trance de elaboración, hay otras, como las cartas,
que se podían haber conocido, lo mismo que las condiciones de
incorporación provisional, o es que ustedes van muy deprisa y quiere
decir que los soldados españoles que desfilaron con el Eurocuerpo no
tenían estatuto alguno; es decir, que estaban en una situación en
precario. En todo caso, soy partidario de la filosofía de que se debe
informar seriamente a la Comisión de los pasos que se van a dar respecto
al Eurocuerpo. No es que con esto estemos haciendo una crítica del hecho
de que se produzca esa incorporación. Lo que quiero decir es que la
participación española, al nivel de división que ustedes han planificado,
tiene una gran trascendencia y significa un cambio cualitativo importante
en las proyecciones de fuerzas exteriores posibles que hasta ahora han
tenido las Fuerzas Armadas españolas. Hasta hace poco se ha estado
hablando aquí en el tema de Bosnia de acciones humanitarias, que es
evidente que hasta la fecha son las que se han desarrollado más
habitualmente; pero no se puede dar a todas ese carácter de acción
humanitaria, sino que se debe hablar de mantenimiento o establecimiento
de la paz. Por ejemplo, los bloqueos en la Guerra del Golfo no se puede
decir que fueran una acción humanitaria, sino más bien una participación,
aunque no sea en primera línea de fuego, en el mantenimiento de la paz.

Pero yo creo que las acciones atribuibles al Eurocuerpo entran en el
nivel de lo que podríamos llamar acciones de defensa común. Es decir, una
división mecanizada con



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elementos acorazados y con carros Leopard no es para acciones
humanitarias sino de combate. Por tanto, esta decisión de pasar a
comprometerse en acciones de defensa común, que me parece muy lógica
dentro de los compromisos y de las alianzas internacionales de España,
cuando se hace un gesto de esa importancia (no de gestos que hasta ahora
nos movían a mandar unidades ligeras para misiones humanitarias, sino
cuando se trata de unidades con capacidad de intervención armada
operativa) significa un salto cualitativo muy importante. Y parece que un
gobierno debe dar ese salto informando y contando con el Parlamento, y es
conveniente que con un consenso de las fuerzas políticas, ya que se trata
de actuaciones con un significado muy serio, aunque hasta el momento no
hayan tenido la oportunidad de manifestarse en situaciones de crisis.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Solamente quiero decirle,
señoría, que si se ha producido algún retraso pido disculpas, pero no se
ha debido a la actitud del Ministerio de Defensa. Por nuestra parte ha
habido siempre una disposición a informar de manera inmediata. Se han ido
tomando decisiones, como es lógico, con una cierta regularidad, porque
así lo exigía el propio ritmo de constitución del Eurocuerpo, que no es
lento. Por otra parte, no hay contradicción entre los objetivos que se
fijaron al principio de la legislatura y el Eurocuerpo. Al principio de
la legislatura dijimos --y lo repetí antes-- que el Ministerio de Defensa
se planteaba tener el equivalente de una brigada, contabilizando dos
escoltas y un escuadrón. Un escuadrón de F-18, aviones de combate, no
está para misiones muy humanitarias sino de otro tipo; está para proteger
una misión humanitaria o una misión de evacuación, está para proteger
utilizando la fuerza. Algo similar ocurre con las fragatas, que pueden
tener una misión humanitaria pero indirectamente pueden estar haciendo
uso de la fuerza. Con los cascos azules ocurre igual, si tienen que
aplicar las reglas las aplican.

En definitiva, creo que no hay contradicción entre ese objetivo y la
adhesión al Eurocuerpo. ¿Por qué? Porque estamos hablando de mantener el
equivalente a una brigada en número de hombres, unos 3.000,
simultáneamente fuera de nuestro país. Lo que ocurre es que el Eurocuerpo
no está fuera de nuestro país. Las unidades asignadas al Eurocuerpo van a
estar en España, en nuestro territorio. Están a disposición del
Eurocuerpo como están a disposición de la Alianza, y están para defender
el territorio en virtud de los acuerdos de coordinación; y en el caso del
Eurocuerpo están para participar en las misiones que se determinen dentro
o fuera de nuestro país.




--IMPORTANCIA QUE CONCEDE EL GOBIERNO AL EJERCICIO MILITAR DENOMINADO
«GUARDIA DINAMICA 94» REALIZADO EN EL SUR DE EUROPA POR NUEVE PAISES
MIEMBROS DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN).

FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente
181/001022.)



--EVALUACION REALIZADA POR LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO
NORTE (OTAN) DEL PRIMER EJERCICIO MILITAR LLEVADO A CABO EN EL MARCO DE
LA ASOCIACION PARA LA PAZ EN EL MES DE SEPTIEMBRE DE 1994 EN POLONIA.

FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente
181/001024.)



--POSIBILIDADES DE QUE UN MILITAR ESPAÑOL PUEDA DESEMPEÑAR LAS FUNCIONES
DE COMANDANTE DE LA FUERZA NAVAL PERMANENTE DEL MEDITERRANEO, EN EL
CONTEXTO DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN).

FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente
181/001025.)



--ESTRUCTURA DE MANDOS, DE COORDINACION Y NUMERO DE TROPAS ENTRE ESPAÑA Y
LA FUERZA ALIADA MOVIL DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE
(OTAN), UNA VEZ QUE ENTRE ESPAÑA A FORMAR PARTE DE DICHA FUERZA.

FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente
181/001026.)



--OPINION DEL GOBIERNO ACERCA DE SI LA NO INTEGRACION DE ESPAÑA EN LA
ESTRUCTURA MILITAR DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE
(OTAN) PUEDE LLEGAR A PLANTEAR DIFICULTADES EN LA ARTICULACION DE LAS
FUERZAS OPERATIVAS COMBINADAS-CONJUNTAS DE LA ALIANZA. FORMULADA POR EL
SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente 181/001067.)



--INTEGRACION DE LAS FUERZAS ARMADAS ESPAÑOLAS EN LAS FUERZAS OPERATIVAS
COMBINADAS-CONJUNTAS DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE
(OTAN). FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de expediente
181/001068.)



--ACTUACION DE LAS TROPAS ESPAÑOLAS INTEGRADAS EN EL EUROCUERPO EN CASO
DE QUE EL MISMO SE INTEGRARA EN LA ESTRUCTURA MILITAR DE LA ORGANIZACION
DEL TRATADO DEL ATLANTICO



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NORTE (OTAN). FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GP). (Número de
expediente 181/001069.)



El señor PRESIDENTE: Preguntas del señor Rupérez, que se van a tramitar
conjuntamente, números 9, 11, 12, 13, 14, 15 y 16.

Tiene la palabra, señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Las preguntas son relativamente diferentes. La 9
y la 11 se refieren a evaluaciones concretas de determinados ejercicios
militares realizados recientemente, y el resto tienen que ver --como
seguramente el señor Ministro habrá podido comprender fácilmente-- con
las consecuencias que se pueden producir en determinados esquemas
operativos de participación española del peculiar sistema de integración
español en el sistema de los mandos, en un caso concreto con respecto a
la fuerza aliada móvil de la OTAN, en otro caso concreto con respecto a
las fuerzas operativas combinadas-conjuntas de las que antes hablábamos,
etcétera. En cualquier caso, serían para nosotros especialmente útiles
las contestaciones informativas sobre unos y otros aspectos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): El señor Rupérez se ha
interesado por el ejercicio denominado «Guardia Dinámica 94», realizado
en el sur de Europa por nueve países de la Alianza Atlántica. Este
ejercicio, dirigido por el Comandante en Jefe del sur de la OTAN, con
participación de fuerzas terrestres, navales, anfibias y aéreas, se
desarrolló en el Mediterráneo central y oriental entre el 26 de
septiembre y el 14 de octubre del presente año. Este ejercicio se
clasificó en tercera prioridad, dentro de las actividades de nuestras
Fuerzas Armadas, dado que el ámbito geográfico en que se realizó queda
alejado de nuestras costas y de nuestra zona de interés estratégico
directo. Esta clasificación se debe también a la intensa actividad
desarrollada por las fuerzas armadas durante 1994, cuyos ejercicios
internacionales se han reducido en número, pero han aumentado
sustancialmente en complejidad y en fuerzas empleadas. Esta es una
tendencia general en la Alianza y esto ha creado dificultades de
planeamiento en los cuarteles generales, que en algunos casos están
francamente saturados de trabajo. Todo ello ha motivado la no
participación de España como nación en este ejercicio. No obstante, la
fragata Andalucía, que participaba en la operación «Sharp Guard» en el
Adriático, bajo control operativo del comandante del «Tash Group 3» que
en aquel momento era el comandante de la fuerza naval de la UEO en el
Adriático, fue destacada por dicho comandante para colaborar en el
ejercicio «Guardia Dinámica-94», y esa colaboración se iba a realizar
como parte de su adiestramiento, pero en el último momento el mando que
he citado, el comandante de la fuerza naval de la UEO en el Adriático,
canceló el 7 de octubre la participación de nuestra fragata, cuando
estaba ya en tránsito hacia la zona de ejercicios, porque la operación
«Sharp Guard» requería su presencia.

Los dos ejercicios, señoría, de mayor entidad en la región sur de la OTAN
son el «Impacto Dinámico», que se desarrolla en el Mediterráneo central y
occidental y la «Guardia Dinámica», que tiene lugar en el Mediterráneo
central oriental y ambos se están redefiniendo de acuerdo con las nuevas
misiones de la OTAN y a partir de 1995, señoría, se van a refundir en uno
solo que se va a llamar «Dinamic Mix», precisamente por las dificultades
que hay para realizar dos grandes ejercicios como esos simultáneamente
con la realización de otros del tipo de Tramontana y otros del tipo de
vigilancia de las costas del Adriático permanentemente.

Hay otro ejercicio por el que se interesa S. S., que es el realizado en
el marco de la Asociación para la Paz a principios de septiembre en
Polonia. Este ejercicio se llamaba «Puente Cooperativo-94», desarrollado
en el marco de la Asociación para la Paz; tuvo lugar en Polonia entre los
días 12 y 16 del pasado mes de septiembre con la participación de 13
países: Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Holanda, Italia y el Reino
Unido como países de la OTAN, y Bulgaria, Eslovaquia, Lituania, Polonia,
República Checa, Rumania y Ucrania por parte de los países de la
Asociación para la Paz.

Los informes de evaluación de las unidades y cuarteles generales
participantes han sido remitidos al comandante en jefe de la zona central
de la OTAN durante el mes de noviembre; ya se conocen. El informe final
del ejercicio será remitido a las autoridades políticas y militares de la
Alianza; no está acabado, está siendo elaborado durante el presente mes
de diciembre y se espera disponer de él a finales del mes de enero de
1995.

De los informes preliminares, uno verbal de la división de operaciones
del estado mayor internacional de la OTAN y otro de la delegación de
Polonia para la Coordinación de la Asociación para la Paz, se deduce que
el ejercicio «Puente Cooperativo-94» ha tenido unos resultados
satisfactorios y servirá de punto de referencia para futuros ejercicios
de la misma naturaleza, pero ambos informes coinciden en señalar que la
buena atmósfera reinante entre los participantes y el interés mostrado
por los mandos y soldados contribuyeron decisivamente al éxito del
ejercicio, aunque se consideró que los cuarenta y cinco días de
preparación habían sido insuficientes y también se estimó que existiera,
antes de llevar a cabo ejercicios de esta naturaleza, una doctrina común.

Ha sido necesario utilizar, de común acuerdo entre las partes y con
algunas modificaciones, la doctrina noruega, originalmente preparada para
servir de guía a las unidades de este país que participan en misiones de
Naciones Unidas con contingentes de otras naciones.

Asimismo se ha puesto también de manifiesto el limitado conocimiento del
idioma inglés por parte de los miembros de las unidades polacas,
búlgaras, rumanas, que dificultó el desarrollo del ejercicio. Todos los
participantes coinciden en señalar que este aspecto debería ser una de
las prioridades en los programas de la Asociación para la Paz, pues de
otro modo no será posible alcanzar una coordinación



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satisfactoria entre las unidades de la OTAN y las pertenecientes a dicha
Asociación.

El informe, en líneas generales, es positivo. Se ha observado, no
obstante, una cierta falta de tiempo en la preparación. Se ha echado en
falta una doctrina común. Ha habido problemas también de idioma, pero se
ha puesto en marcha un tipo de cooperación, ejercicios reales sobre el
terreno, que habrá que prodigar en el futuro con los países de la
Asociación para la Paz, y cuando estos ejercicios estén más consolidados,
el Ministerio de Defensa español se planteará la participación en los
mismos.




El señor PRESIDENTE: El señor Rupérez tiene la palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Le agradezco la información, señor Ministro.

El señor Ministro ha entendido bien que la razón de la primera pregunta
estaba precisamente en una cierta extrañeza por la no participación
española. Hablamos tanto del Mediterráneo, que luego, cuando llegamos al
Mediterráneo y hay ejercicios en el Mediterráneo, no participamos en
ellos. Espero que en el futuro no se nos escape las «dynamic mix», que
tiene nombre de disco de los 90.

Me parece interesante la información sobre el primer ejercicio de la
Asociación para la Paz, aunque sea para concluir que la Asociación para
la Paz va a servir para enseñar inglés a los que no lo saben. Pero, en
fin, son siempre cosas útiles que uno aprende.

Gracias, en cualquier caso, por la información detallada que nos es de
mucha utilidad.




El señor PRESIDENTE: Pasamos a las preguntas números 18 y 19, del señor
López Valdivielso. (El señor Rupérez Rubio pide la palabra.) ¿Qué desea,
señor Rupérez?



El señor RUPEREZ RUBIO: Falta por contestar a algunas preguntas.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, estoy absolutamente sorprendido,
porque yo entendía que se tramitaban conjuntamente.




El señor RUPEREZ RUBIO: Pero es que el señor Ministro no se ha referido
en absoluto al resto de las preguntas. Comprendo que el señor Presidente
tenga prisa. Autocritiquémonos.




El señor PRESIDENTE: Perdón por el malentendido. Tiene la palabra el
señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Perdón, señor Presidente,
porque la confusión es mía.

Las preguntas del señor Rupérez se refieren a una cuestión muy
sustancial, que es la futura participación española, cuando esté
organizada, en la fuerza combinada conjunta. Se refieren también a la
posibilidad de que un militar español pueda desempeñar las funciones de
comandante de la fuerza naval permanente del Mediterráneo; y se refieren
también a la estructura de mandos, de coordinación y número de tropas
entre España y la fuerza aliada móvil de la OTAN, una vez que en 1995
España entre a formar parte de dicha fuerza. También hay una última, que
es la actuación de tropas españolas integradas en el Eurocuerpo, en el
caso de que la mencionada unidad se integrara en la estructura militar de
la Alianza Atlántica.

Creo que no me dejo ninguna, señor Rupérez, que son estas cuatro las que
faltan por contestar. En cualquier caso, todas van dirigidas en la misma
dirección que todas SS. SS. han comprendido desde el principio, y yo me
atrevería a calificar como una comprobación por parte del señor Rupérez
de que las condiciones en las que España forma parte de la OTAN se
respetan, al mismo tiempo que se aprovechan todas las oportunidades que
las condiciones iniciales nos ofrecen para intensificar la cooperación
entre España y la Alianza. Creo que la pregunta viene a ser cómo se va a
hacer.

Contestando a la relación de España con las futuras fuerzas operativas
combinadas conjuntas, hay que recordar que estas fuerzas están pensadas
para misiones que se podrían denominar genéricamente como misiones no
artículo 5. Se trata, por tanto, de unas fuerzas creadas expresamente
para misiones que no están comprendidas en la defensa colectiva, que es
la misión principal para la que fue creada y existe la OTAN. Esta misión
de defensa colectiva, por cierto, se contemplaba por la OTAN hasta que se
aprobó recientemente, hace escasamente un año, el concepto de fuerzas
operativas conjuntas. En estas nuevas misiones podrían participar los 16
países de la Alianza, se podrían poner medios de la OTAN al servicio de
la Unión Europea Occidental e incluso podría invitarse a participar en
esas misiones a países no pertenecientes a la OTAN. Es un concepto de
difícil aplicación. Prevé el establecimiento de uno o más cuarteles
generales desplegables, conjuntos y multinacionales, capaces de actuar en
el escenario en el que se desarrolle la misión. Insisto que esto supone
afrontar muchas complejidades de carácter técnico y político.

En el aspecto técnico, señorías, es preciso llegar a acuerdos sobre la
transferencia de medios a la UEO o al mando de la coalición que se forme
y diseñar la forma de incorporación de fuerzas de países no
pertenecientes a la OTAN.

En el aspecto político, la fuerza combinada conjunta sería dirigida por
el Consejo Atlántico o que el Consejo Permanente de la Unión Europea
Occidental actuase bajo su autoridad, y en el caso de que contribuyan
países no OTAN, sería necesario también añadir representantes políticos
de esos países. La dificultad es coordinar esa iniciativa con la
existencia de los mandos integrados. Todos reconocemos que los actuales
mandos integrados han acumulado una gran experiencia y deben contar en
estas misiones o deben tener algún papel en estas misiones. Por eso,
Francia y España y la UEO --la UEO como organización-- prefieren que los
mandos integrados no figuren como tales en la cadena de mando
político-militar de estas nuevas misiones, pero consideran que los mandos
integrados tienen que tener algún papel, puesto que, en definitiva,



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son responsables últimos de los medios que se pudieran poner a
disposición de éstos agrupaciones de países para estas misiones fuera del
artículo 5. Por lo tanto, se trata de encontrar un concepto que sea
aceptable para todos los aliados, aunque el proceso sea más laborioso, y
por eso nuestro país, desde el principio, ha mantenido una posición, que
es una posición propia no compartida estrictamente por Francia, tampoco
compartida por la UEO como organización, pero que consiste en decirle a
los aliados que es preferible el trabajar un poco más de tiempo en este
concepto que el arriesgar una discusión sobre el papel que vayan a tener
los mandos integrados. Por cierto, los mandos integrados tampoco
pretenden tener el control total de este tipo de misiones. Habrá que
encontrar un equilibrio entre la responsabilidad que pudieran tener sobre
el planeamiento y sobre el material que se cediera y la responsabilidad
directa que tuvieran los estados mayores creados específicamente.

En relación con este tema, parece oportuno subrayar que los acuerdos de
coordinación entre España y la Alianza que se desarrollaron como
consecuencia del referéndum lo fueron para regular la contribución
española a la defensa común, es decir, a la defensa del artículo 5. Al no
ser miembros de la estructura militar integrada, tuvimos que establecer
unos mecanismos para relacionarnos y coordinarnos con sus mandos, que son
los mencionados acuerdos de coordinación. Pero el concepto de fuerza
conjunta combinada se sale del marco del artículo 5 y, por tanto, se sale
del marco de los acuerdos de coordinación, es un mecanismo nuevo y
sustancialmente diferente que no está subordinado a la estructura militar
integrada y, por lo tanto, en mi opinión, señoría, no está afectado por
las limitaciones del referéndum.

Los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa están participando en las
negociaciones para elaborar las directrices político-militares de este
concepto, de manera que la aportación de España, su participación se
realice en igualdad de condiciones a las del resto de los aliados. Esto
implica la participación española en los mandos, estados mayores y
cuarteles generales de las fuerzas combinadas conjuntas que se pudieran
quedar para cada misión en proporción, lógicamente, a las fuerzas con la
que España contribuyera. Para ello es condición indispensable que el
nuevo mecanismo, aunque se apoye en la estructura militar integrada, esté
aparte, es decir, tenga naturaleza no integrada y opere bajo el control
político del Consejo Atlántico A 16.

Respecto a España, a la vista de las negociaciones que se están llevando
a cabo, aunque los trabajos, como he dicho antes, son muy lentos y muy
laboriosos, no se advierte ningún tipo de dificultad especial. Nuestro
país no está teniendo problemas en su posición. Es impensable, señorías,
que pueda surgir ninguna dificultad, dado que, como antes he indicado, es
una iniciativa abierta a países no OTAN, incluidos los que hasta hace
relativamente poco se les consideraba enemigos potenciales.

Por tanto, reitero que la fuerza operativa combinada conjunta es una
iniciativa más importante para emplear los medios de la OTAN en las
nuevas misiones y supone para España la ocasión de participar en igualdad
de condiciones con el resto de los aliados, por lo que el desarrollo
tiene para nosotros una gran importancia. Estoy seguro que en esto todos
los grupos de la Cámara van a estar de acuerdo.

Sobre la respuesta a la pregunta sobre si un militar español puede
desempeñar funciones de comandante de la fuerza naval permanente en el
Mediterráneo, una vez más hay que recordar que la contribución española a
la defensa colectiva, regulada especialmente en el artículo 5 del Tratado
de Washington, se realiza fuera de la estructura militar integrada y está
regulada por el documento MC-313 y por los seis acuerdos de coordinación
que lo desarrollan. Esta contribución se llevaría a cabo mediante
operaciones coordinadas y combinadas en las que España acepta el control
operativo de mandos OTAN y, recíprocamente, se contempla la posibilidad
de que España pueda ejercer el control operativo de fuerzas aliadas. Así
está previsto en los acuerdos de coordinación. Por lo tanto, no parece
existir ningún inconveniente para que un oficial español pueda asumir el
control operativo de fuerzas aliadas en operaciones combinadas ni tampoco
en categorías subordinadas al control operativo de fuerzas aliadas, como
es el mando táctico de estas fuerzas. Concretamente, en el ámbito naval,
señoría, los artículos de los acuerdos de coordinación determinan
textualmente: como oficial con mando táctico --en el caso que nos ocupa
es el comandante Stanav Formed-- será nombrado aquel oficial con mejores
condiciones para ejercer responsabilidades, lo cual, en principio no
excluye a ningún mando español.

Respecto a nuestra contribución al esfuerzo aliado en el Mediterráneo,
hay que destacar que España participa desde 1989 en la agrupación naval
Stanav Formed y que nuestra contribución asignando de forma continuada un
buque a dicha agrupación se realiza en un plano de estricta igualdad con
otras naciones participantes. Y, dentro de este modelo de contribución,
nuestra participación, sin pertenecer a la estructura militar integrada,
no supone una diferencia apreciable con nuestros aliados, y esto incluye
también lo relativo al mando, que debemos considerar en una doble
vertiente.

Por una parte, hay que contemplar la sucesión de mando, que, ante una
ausencia temporal del comandante de la Stanav Formed, de acuerdo con los
usos normales del ceremonial naval y documentos técnicos de la OTAN, debe
recaer en el comandante más antiguo de la fuerza. El no cumplimiento de
esta norma, en el caso de que el oficial más antiguo de los presentes
fuera un español, no sería coherente con la importante contribución que
España realiza a Stanav Formed.

Por otra parte, el documento MC-318, el concepto de la Stanav Formed,
establece que el comandante de la fuerza será elegido mediante
negociaciones entre los países de forma rotatoria y entre aquellas
naciones que participan con buques a la fuerza, que es el caso de España.

Por ello es lógico que, habiendo participado los buques españoles en la
agrupación Stanav Formed desde su creación, se tenga opción a que un
oficial de nuestra nacionalidad mande la agrupación en rotación con otros
países.

Por consiguiente, tanto por la reprocidad implícita en los acuerdos de
coordinación como por la proporcionalidad



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y continuidad de nuestra participación, es lógico aspirar al mando de la
Stanav Formed, bien por rotación normal o por sucesión de mando. Además,
España está decidida, como he dicho antes, a participar plenamente en las
operaciones no artículo 5.º. Por ejemplo, en la actualidad, Stanav Formed
forma parte del dispositivo naval de OTAN-UEO en el Adriático; es decir,
una operación no artículo 5.º. Esta participación se materializará en
todos los niveles de decisión en proporción a nuestra contribución de
fuerza, como dije antes. Por ello se considera deseable y posible que un
oficial español pueda desempeñar las funciones de comandante de Stanav
Formed, aunque ésta tampoco es una cuestión urgente y se debe tratar con
tranquilidad con el resto de los miembros de la Alianza y de los países
que contribuyen a Stanav Formed.

La siguiente pregunta se refería a la estructura de mandos, de
coordinación y número de tropas entre España y la fuerza aliada móvil de
la OTAN. El documento MC 317 del comité militar por el que se fijó la
estructura de fuerzas de la OTAN determina que las fuerzas de la Alianza
se estructurarán, a partir de 1995, en fuerzas de defensa principal,
fuerzas de reacción y fuerzas de aumento. Dentro de las fuerzas de
reacción, existirán las de reacción inmediata y las de reacción rápida.

Las primeras se desarrollarán a partir de la hasta ahora conocida como
fuerza aliada móvil, perteneciente al mando aliado en Europa. Esta
fuerza, compuesta por las aportaciones nacionales, asegurará la
representación de los intereses de la Alianza en cualquier crisis.

Equipada ligeramente y con gran movilidad, estará disponible para llevar
a cabo misiones de seguridad y para preparar, cuando sea necesario, la
llegada de otros componentes de las fuerzas de reacción, lo que
normalmente se llama mostrar bandera. España participa en el planeamiento
de la defensa colectiva y, dentro de él, en el planeamiento de fuerzas.

Las propuestas españolas de fuerzas para 1994 fueron aprobadas en el
Comité de Planes de Defensa el pasado mes de mayo y contienen la
contribución española de fuerzas hasta el año 2000. Esta contribución, en
lo que se refiere a las fuerzas de reacción inmediata, se concreta en la
fuerza terrestre, un batallón paracaidista que sería empleado dentro del
marco establecido por el Acuerdo de Coordinación Alfa; la fuerza naval,
dos escoltas y un submarino; la fuerza aérea, un escuadrón de defensa
aérea con un cometido secundario de atacar suelo.

Respecto a la estructura de mando, el documento MC 313 recoge claramente
que las autoridades militares españolas conservarán el mando operativo de
sus fuerzas.

En resumen, señorías, la participación española en la fuerza de reacción
inmediata de la OTAN se realiza exactamente en las mismas condiciones que
en el resto de la defensa colectiva, sin que se aprecie necesidad de
modificar el contenido de los acuerdos de coordinación.

La última pregunta se refiere a la coordinación entre el Eurocuerpo y la
Alianza. El Eurocuerpo no forma parte de ninguna organización de defensa
y seguridad y, por tanto, puede ponerse a disposición de la OTAN o de la
UEO cuando así lo determinen los países que lo constituyen, que son los
únicos responsables de su empleo. Para operaciones en el marco de la
Alianza Atlántica existe un acuerdo específico entre el mando supremo
aliado en Europa y los jefes de estado mayor de los países que forman
parte del Eurocuerpo. Dentro de este marco, en operaciones de defensa
colectiva de la Alianza --operaciones del artículo 5 del Tratado de
Washington--, el citado acuerdo contempla que el Eurocuerpo pueda estar
bajo mando operativo de Saceur, del mando supremo aliado en Europa, si
bien exclusivamente para cumplir la misión acordada previamente y
utilizando el agrupamiento táctico decidido por los países miembros. Esto
significa que esta cooperación del Eurocuerpo con la OTAN está de acuerdo
con lo previsto en los acuerdos de coordinación firmados por España. Para
operaciones no artículo 5, el Eurocuerpo podrá contribuir también en el
marco de la OTAN formando parte de la fuerza combinada operativa
conjunta. En este caso, una vez adoptada por los países integrantes del
Eurocuerpo la decisión de participar en esta fuerza, las operaciones
serían planeadas y conducidas caso por caso, siguiendo procedimientos aún
sin desarrollar, aunque es posible que estén basadas en el concepto de
OTAN de fuerzas combinadas conjuntas, que aún se está elaborando. En este
concepto se prevé que el mando de una operación será asignado en función
de la contribución de fuerzas de cada país.

Esta participación de las fuerzas españolas integradas en el Eurocuerpo
en misiones OTAN no artículo 5 también respeta escrupulosamente el modelo
de contribución militar de España a la defensa colectiva de la Alianza.




El señor PRESIDENTE: El señor Rupérez tiene la palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Voy a ser breve, aunque el señor Presidente y el
señor Ministro comprenderán que las respuestas, por lo que dicen y por lo
que no dicen, son especialmente interesantes para un intercambio de
puntos de vista que en su momento deberíamos tener.

Creo que el señor Ministro, en el fondo, responde a la pregunta número
14: opinión del Gobierno acerca de si la no integración de España en la
estructura militar de la OTAN puede llegar a plantear dificultades en la
articulación de las fuerzas operativas combinadas-conjuntas de la
Alianza, a la que indirectamente contesta que sí. Dice que cuando tiene
dificultades lo que hace es que sitúa las dificultades fuera del
referéndum; lo cual me parece muy bien, pero va a llegar un momento en
que el referéndum no sea más que un recuerdo, más o menos vacío, un
cascarón sin ningún tipo de contenido.

Reclama --eso también lo hace consciente o inconscientemente--, igualdad
en la participación, reconociendo implícitamente que en determinados
sectores de la Alianza no hay igualdad en la participación. Por eso el
señor Ministro se muestra especialmente satisfecho cuando puede encontrar
un terreno, como es el de las fuerzas combinadas-conjuntas, donde sí
puede reclamar igualdad de participación. Por lo dicho, lo que dice y lo
que no dice, revela las fragilidades del sistema.

Quería simplemente recordarle tres cosas, que para nosotros son
absolutamente fundamentales: primero, la declaración



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sobre la UEO que firmó, entre otros , el Gobierno español como uno de los
codicilos al Tratado de Maastricht, dice que la UEO incrementará su
contribución a la solidaridad, dentro de la Alianza Atlántica, dice que
la política de defensa común será compatible con la de la Alianza
Atlántica, habla de la transparencia y complementariedad, habla de que la
UEO actuará de conformidad con las posiciones adoptadas en la Alianza
Atlántica, etcétera. No hace falta que se lo recuerde porque seguramente
él participó más directamente que yo en la negociación de ese primer
acuerdo.

Segundo, hace bien el señor Ministro en recordar el Acuerdo contraído el
21 de enero de 1993 entre los jefes del estado mayor del Cuerpo del
Ejército Europeo con el comandante supremo de las fuerzas aliadas en
Europa. Recuerda él que ese acuerdo se refiere a las misiones del Cuerpo
en el marco de la OTAN, tanto por lo que se refiere al artículo cinco
como por lo que respecta a las misiones pacificadoras no humanitarias,
las condiciones en las que el Cuerpo quedaría sometido al mando operativo
del Saceur y las competencias en materia de planificación en la Central
del Saceur y el mando del Cuerpo. Es decir, las dos cosas puestas en
relación hacen ver una pertenencia del Eurocuerpo de la UEO y de la OTAN
al mismo complejo de temas que en este momento nos ocupa.

En tercer lugar, nos parece que todo ese complejo de temas, si queremos
dotar a nuestra defensa de la eficacia, unilateral, bilateral y
multilateral que queremos que tenga, debería responder a estos cuatro
breves principios: primero, las tropas asignadas por los países miembros
de la OTAN a su organización militar serían las mismas que las asignadas
al Ejército Europeo bajo la UEO. Nos parece importante precisar, desde
ese punto de vista, la integración del Eurocuerpo en el contexto general
de la defensa OTAN y UEO; segundo, nos parece que los mandos europeos de
las tropas europeas asignadas a la OTAN serían, al mismo tiempo, o
deberían ser o podrían ser mandos UEO y mandos nacionales; tercero, las
doctrinas de utilización y mando de tropas asignadas serían coordinadas
por la OTAN en función de las diferentes misiones previstas: nacionales,
europeas, aliadas, artículo cinco, no artículo cinco, y cuarto, y último,
los elementos comunes de funcionamiento: logística, transportes,
comunicaciones, suministros, reservas, incluso cuarteles generales,
serían unificados bajo la práctica de la OTAN y utilizados sus
modalidades y acuerdos por precisar, aquellos de los que la OTAN ya
dispone, por una razón evidente: si no, vamos a construir un esquema de
seguridad absolutamente enloquecedor con tropas diversas, misiones
diversas, bajo mandos diversos. Creo que en este sistema el señor
Ministro se ha mostrado ampliamente favorable a los frustrados
planteamientos, por nuestra parte, de que la Cámara discutiera sobre un
esquema de paz y de seguridad y que no se convirtiera en un rompecabezas
de absoluta recomposición; es decir, que hubiera un gran propósito, un
solo propósito, diferentes misiones, las mismas tropas y los mismos
mandos con esa técnica que tantos años ya lleva practicando con éxito,
por otra parte, la OTAN, que es la del doble sombrero, que en este caso
serían múltiples sombreros. Nos gustaría que alguno de los sombreros
también recayera en nuestra cabeza.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Rupérez, a la primera
pregunta que usted mismo se hizo y se respondió, le tengo que decir que
mi posición es que no hay dificultades. Luego, no ponga en mis labios la
respuesta de que sí hay dificultades. No hay dificultades precisamente
porque el sistema es flexible y porque el modelo español de anteriores
acuerdos de coordinación se negoció muy bien y, por lo tanto, permite
resolver todos estos problemas, ciertamente complejos, sin grandes
dificultades insalvables.

Respecto a la necesidad de evitar duplicidades a través de los principios
que S. S. ha dicho, he de decirle que en eso está la OTAN precisamente en
estos momentos y a eso se va a concentrar el trabajo en los próximos
meses. El director de su célula militar es un español y tendrá especial
cuidado en que eso no ocurra.

En cuanto al rompecabezas, señoría, al principio es algo inevitable que
sea así, puesto que partimos de situaciones institucionales dadas; la
OTAN es como es, con la participación de ciertos países que todavía no
han cambiado la posición que tomaron hace ya tiempo. La UEO parte de esa
situación de cierta parálisis que ha tenido durante décadas y, mientras
tanto, se trata de ir constituyendo, por parte de los europeos, unidades
que sean operativas sin necesidad de la tutela, la ayuda y el soporte
continuo de los Estados Unidos. Es lógico que al principio haya una
cierta impresión de que se están haciendo demasiados esfuerzos al mismo
tiempo en campos diferentes, pero el objetivo común existe y se va a
conseguir sin duda alguna.




--CONVERSACIONES ENTRE EL MINISTERIO DE DEFENSA Y EL DE CULTURA
ENCAMINADAS A UNA POSIBLE AMPLIACION DEL MUSEO DEL PRADO EN EL EDIFICIO
QUE ALBERGA EL MUSEO DEL EJERCITO. FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ
VALDIVIELSO (GP). (Número de expediente 181/000932.)



--PLANES DE UBICACION DE LAS COLECCIONES DEL MUSEO DEL EJERCITO.

FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ VALDIVIELSO (GP). (Número de expediente
181/000933.)



El señor PRESIDENTE: Preguntas números 18 y 19 del señor López
Valdivielso.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Señor Presidente, renuncio a formular las
preguntas, pero las mantengo vivas para que, de acuerdo con lo
establecido con el reglamento, al final del período de sesiones pasen a
ser tramitadas como preguntas por escrito.




El señor PRESIDENTE: Señor López Valdivielso, no tiene problema si desea
tramitarlas ahora.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Señor Presidente, lo haré ahora con toda
brevedad.

La idea de las preguntas era que nos informase el señor Ministro en
relación con las conversaciones que se han llevado



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a cabo sobre la posibilidad de ceder al Museo del Prado la actual
ubicación del Ministerio del Ejército y adónde va a ir el Museo. Perdón,
me he equivocado. He dicho Ministerio en lugar de Museo del Ejército.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Concluye esta larga sesión
con una pregunta que tiene incluso su aspecto humorístico. Muchas
gracias, señor Diputado.

Como SS. SS. conocen, el Museo del Ejército ocupa ahora y desde 1841 un
edificio de gran valor histórico y de gran porte. El traslado de sus
salas y dependencias es la adecuada por un museo romántico donde se
exhiben armas, banderas, condecoraciones, retratos, uniformes, maquetas,
que reflejan bien el devenir histórico de España.

Este Museo posee algunas colecciones que son consideradas en su género
entre las mejores del mundo, como es la colección de cañones en hierro y
bronce desde los siglos XV al XIX y, muy especialmente, la colección de
bombardas del siglo XV; la colección de armas largas y cortas de fuego en
una oploteca, que es comparable a la de los mejores museos militares, en
donde se pueden contemplar ejemplares auténticos, no reproducciones, de
armas desde su aparición hasta nuestros días. Posee también retratos,
objetos, uniformes y armas de nuestros reyes, de nuestros más
prestigiosos militares y de todos aquellos que se distinguieron a lo
largo de nuestra Historia por su patriotismo y heroísmo.

En el Museo se expone un total de más de 22.000 fondos, todos ellos de
gran valor, destacando, por ejemplo, la espada de El Cid, la marlota y
babucha de Boabdil, una de las dos mascarillas de Napoleón; en
definitiva, objetos de lo más variado pero de gran contenido histórico.

Hago referencia a todo esto, señoría, porque esta riqueza de fondos y
documental que los avala, no permite un desalojo --como dice el texto de
su pregunta-- a la ligera. No permite que el traslado se realice a la
ligera. Le aseguro, señoría, que eso no se va a hacer. No obstante, ante
las necesidades de ampliación del Museo del Prado, debo decir a SS. SS.

que tanto el Ministerio de Defensa como el cuartel general del Ejército,
están en la mejor disposición para contribuir a esa necesaria y
demostradísima ampliación de nuestra primera pinacoteca nacional.

En este sentido, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Defensa
vienen trabajando, desde hace algunos meses, considerando que la
ampliación del Museo del Prado se debería de hacer en el edificio del
actual Museo del Ejército, en lo que supone buscar un emplazamiento nuevo
al Museo del Ejército, con una línea similar a la que ahora tiene, y
realizando ambos traslados en paralelo. Para ello, se están analizando
edificios alternativos, y es propósito de mi Departamento intentar
resolver, en la misma operación, las limitaciones actuales de ubicación
del Archivo Histórico Militar, cuyos fondos documentales son de una
inmensa riqueza y no están en condiciones idóneas. Insisto en este último
propósito, aunque ya sé que, en España, los archivos no reciben la misma
atención que los museos, por parte del gran público, aunque son
igualmente valiosos, puesto que la identidad y la historia colectiva de
los españoles está contenida en ellos.

Hace unos años, esta alternativa al Museo del Ejército y al Archivo
Histórico Militar, permitiendo la ampliación del Museo del Prado, se
programó en un solo edificio de nueva construcción en el antiguo
Regimiento Inmemorial, en el Paseo de Moret de Madrid, junto al Cuartel
General del Ejército del Aire. Sin embargo, esta opción tuvo que ser
abandonada en 1991 por dificultades presupuestarias en el Ministerio de
Defensa, cuando ya el proyecto básico había sido redactado e incluso
había sido objeto de un concurso.

En la actualidad, se está trabajando sobre dos posibles alternativas para
el Museo del Ejército: el Cuartel del Conde Duque de Madrid y el Alcázar
de Toledo. Se está realizando un estudio en ambos edificios para conocer
las necesidades y el coste de rehabilitación de cada uno de ellos.

Insisto en que, además de pretender una reubicación para el Museo del
Ejército, simultáneamente, se intenta resolver el problema de los
archivos históricos militares.

Concluyendo, señoría, el Ministerio de Defensa y el Cuartel General de
Tierra están dispuestos, cómo no, a contribuir a la ampliación y mejora
del Museo del Prado. La cesión del actual emplazamiento del Museo del
Ejército se hará respetando la Ley de Gerencia e Infraestructura de la
Defensa y sin desmantelar el Museo del Ejército, encontrándole una
ubicación al menos tan digna como la que tiene ahora.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor López Valdivielso.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Con toda brevedad, señor Presidente, en
primer lugar para pedir disculpas por mi error inicial en la formulación
de la pregunta, que no sé si ha sido un lapsus por mi deseo de que vaya
cuanto antes a un museo. Pero volviendo al asunto del posible traslado
del Museo del Ejército, he de decir que nuestro Grupo comparte lo dicho
por el señor Ministro en el sentido de que si al Museo del Prado se le
puede facilitar esa necesaria ampliación, una vez más, las Fuerzas
Armadas y el Ejército de Tierra están dispuestos a facilitarlo. También
coincidimos, prácticamente, con las condiciones a que se ha referido, es
decir, que sea un edificio singular, al menos de la misma dignidad del
que hoy ocupa; que el traslado se produzca en paralelo, porque a lo mejor
se desaloja uno y resulta que pasan años hasta que se vuelve a buscar una
nueva ubicación; y que, a ser posible, esté dentro de lo que podríamos
denominar circuitos histórico-turístico-artístico.

En cuanto a las dos soluciones que el señor Ministro dice que se están
planteando, a nosotros la opción del Alcázar de Toledo nos parece mucho
más adecuada, puesto que creemos que reúne un poco más las
características de esa ubicación ideal a la que el Ministro se ha
referido.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro; muchas gracias,
señorías.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y cuarenta minutos de la tarde.