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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 276, de 20/09/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 276
ECONOMIA, COMERCIO Y HACIENDA
PRESIDENTE: DON ANGEL MARTINEZ SANJUAN
Sesión núm. 28
celebrada el martes, 20 de septiembre de 1994



ORDEN DEL DIA:
--Elección de Secretario Primero de la Comisión. (Número de expediente
41/000020) (Página 8131)
--Comparecencia del señor Secretario de Estado de Comercio Exterior (Ruiz
Ligero), en relación con el informe cuatrimestral sobre la evolución del
comercio exterior en España. A solicitud de la Comisión. (Número de
expediente 212/000921) (Página 8132)



Se abre la sesión a las once y treinta y cinco minutos de la mañana.




--ELECCION DE SECRETARIO PRIMERO DE LA COMISION. (Número de expediente
41/000020.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, muy buenos días.

Se abre la sesión de la Comisión de Economía con el orden del día que SS.

SS. conocen.

El primer punto del orden del día es la elección del Secretario Primero
de la Comisión. Habiendo presentado su renuncia el señor Juan Costa,
Secretario Primero de la Mesa de la Comisión de Economía, su puesto queda
vacante. Antes de proceder a la votación, quiero, como Presidente, y en
nombre y en sentir de todos los miembros de la Mesa de la Comisión de
Economía, agradecer al señor



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Costa su trabajo en el buen orden de esta Comisión y felicitarle por su
nueva tarea encomendada en el seno del Grupo Parlamentario Popular.

Dicho esto, vamos a pasar a la votación de Secretario Primero de la
Comisión.

El señor Letrado va a proceder a la lectura de la lista de integrantes de
la Comisión, pidiendo a los portavoces de los Grupos Parlamentarios que
cuando algún parlamentario sustituya a otro lo hagan constar en el
momento de la votación, con el fin de utilizar la lista que de los
miembros de la Comisión tenemos en esta Mesa. (Pausa.)



Terminado el escrutinio, dijo:



El señor PRESIDENTE: Con 19 votos a favor del señor Cabezas y tres en
blanco, queda elegido Secretario Primero de la Comisión de Economía el
señor Cabezas, a quien felicito y doy la enhorabuena por participar en
esta Mesa, cuyo trabajo, siendo en un ambiente cordial, es
mucho.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO EXTERIOR (Ruiz
Ligero), EN RELACION CON EL INFORME CUATRIMESTRAL SOBRE LA EVOLUCION DEL
COMERCIO EXTERIOR EN ESPAÑA. A SOLICITUD DE LA COMISION. (Número de
expediente 212/000921.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, pasamos al segundo punto del orden del
día: Comparecencia del Secretario de Estado de Comercio Exterior, en
relación con el informe cuatrimestral sobre la evolución del comercio
exterior en España.

Como SS. SS. recuerdan, la Comisión de Economía aprobó hace tiempo una
proposición no de ley en la que se instaba al Gobierno a enviar con
carácter preceptivo a determinados altos cargos de la Administración un
informe sobre la evolución de diferentes aspectos de la vida económica
para su posterior examen y discusión en el seno de la Comisión de
Economía.

El primer compareciente de este tipo de iniciativas, que surgieron como
consecuencia de la aprobación de esa proposición no de ley en la Comisión
de Economía, es el Secretario de Estado de Comercio, al que damos la
bienvenida.

Comunico a SS. SS. que en un primer momento, en el mes de junio,
cumpliendo los trámites preceptivos en tiempo y en forma, se envió y fue
distribuido a los miembros de la Comisión un informe sobre la evolución
del comercio exterior en el primer cuatrimestre del año.

Dado que la comparecencia no pudo celebrarse durante el mes de junio y al
tener lugar ésta en los primeros días de septiembre, se ha recibido y
distribuido entre los miembros de la Comisión un informe complementario
de aquél, con el fin de que SS. SS. conozcan ya la evaluación de las
principales magnitudes del comercio exterior no en el primer cuatrimestre
del año, sino en el primer semestre del año.

Dicho esto, doy la palabra al señor Secretario de Estado para que haga la
primera intervención y posteriormente daré la palabra a los Grupos
Parlamentarios que componen la Comisión de Economía.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO EXTERIOR (Ruiz Ligero): Muchas
gracias, Presidente, y buenos días, señorías.

En primer lugar quisiera añadir a lo que acaba de comentar el señor
Presidente de la Comisión que al informe enviado en el mes de junio con
los resultados del comercio exterior del primer semestre hemos
incorporado, dado que la comparecencia se está produciendo ahora, también
para repartirlo ahora, los datos del mes de julio, datos de exportaciones
e importaciones del mes de julio. Es importante tener estos datos porque,
a lo largo del análisis que voy a hacer de la evolución del comercio
exterior en lo que va de año, el mes de julio viene a modificar algunas
tendencias que se habían producido y, sobre todo, registrado en la
segunda parte del primer semestre.

Como sus señorías saben, el primer trimestre de 1994 ha sido
extraordinariamente favorable desde el punto de la marcha del comercio
exterior, en el sentido de que las exportaciones crecieron a ritmos muy
por encima de los previstos y, desde luego, muy por encima de los del año
93, que ya fue un buen año para las exportaciones. El crecimiento fue
espectacular y, por otra parte, las importaciones en el primer trimestre
crecieron a ritmos superiores a los del año 93, porque fue casi un año de
encefalograma plano en lo que se refiere a importaciones, un año de
restricción económica, de caída del producto interior bruto en un punto,
lo que hizo que las importaciones en el año 93 crecieran un dos por
ciento.

Por tanto, en el primer trimestre se produce un incremento muy fuerte de
las exportaciones, pero las importaciones, aunque crecen algo más que en
el mismo período del año 93, sin embargo no tienen todavía un impacto
sustancial sobre la modificación del déficit comercial y eso hace que el
primer trimestre, en todos los sentidos, sea muy positivo, puesto que
mejora las cifras del 93. En segundo lugar, consigue reducir el déficit
comercial por debajo del año 1993, que ya era un déficit sustancialmente
muy bajo, y, por otra parte, deja la situación, incluso a nivel de
déficit corriente, debido también, como comentaré más adelante, a las
buenas cifras de ingresos por turismo, en una situación sumamente
favorable.

El segundo trimestre tiene un comportamiento ligeramente distinto, y eso
lo tienen ustedes ya incorporado en el informe que se repartió, en el
sentido de que se produce un pequeño cambio de tendencia, puesto que las
importaciones empiezan a crecer más que en el primer trimestre y más que
en el segundo trimestre del año anterior, lo que supone una modificación
de lo que he dicho antes, en el sentido de que el déficit comercial
todavía, en cifras acumuladas, sigue siendo inferior al déficit comercial
del mismo período del año 93, pero empieza a acortarse la diferencia y
empiezan a pulsar fuertemente las importaciones.




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El elemento explicativo fundamental del crecimiento de las importaciones
tiene mucho que ver con dos factores que yo quiero señalar a SS. SS. En
primer lugar, tiene que ver con el inicio de la recuperación de la
economía, con los primeros inicios de recuperación de la demanda interna.

Eso por un lado, lo cual, aunque lentamente, se empieza a traducir en un
incremento de las importaciones. Pero por el análisis que hemos hecho de
esas importaciones, evidentemente esas importaciones son
fundamentalmente, en esa parte del período, de semimanufacturas y de
bienes de capital, lo que indica que, efectivamente, hay un inicio de
recomposición de la demanda interna por la vía de mejorar los «stocks» y
por la vía de importar determinados bienes que están incorporados a la
actividad productiva.

El segundo elemento importante es que nuestro sector exterior es
fundamentalmente transformador, que lo que hace también es importar
bastantes componentes, semimanufacturas e incluso bienes de capital para
poder incorporar al incremento que se está produciendo en las
exportaciones. Es decir que el propio crecimiento de las exportaciones
está alimentando a partir de un determinado momento en que ya no hay más
almacenamiento y empieza a tirar de la importación.

Ello nos llevó, al hacer el análisis conjunto de todo el primer semestre
del año, a hacer algunas correcciones sobre nuestras propias predicciones
iniciales. Las correcciones tenían que ver con la cuantía del déficit
comercial para final de año, tanto en términos absolutos como en términos
relativos, porque, efectivamente, estaba creciendo más fuertemente la
importación de lo que estaba inicialmente previsto y, en segundo lugar,
las perspectivas que teníamos de que se pudiera alcanzar un pequeño
superávit incluso en cuenta corriente, nos llevaba más bien al registro
de un ligero déficit en cuenta corriente porque íbamos a estar, entre
400.000 y 500.000 millones, por encima de las cifras que nosotros
habíamos previsto desde el punto de vista de las importaciones y por
debajo de lo que nosotros habíamos previsto en cuanto a la contención del
déficit comercial.

Las cifras de julio son ligeramente distintas. No quisiera nunca que un
mes fuese definitivo a la hora de establecer las tendencias y
perspectivas de todo el año, pero, evidentemente, el mes de julio modera
la tendencia de los tres meses anteriores, en el sentido de que, como
verán ustedes en el informe complementario que se les ha repartido,
registra una moderación en el crecimiento, tanto de las importaciones
como de las exportaciones. Ello significa una mejora en lo que se refiere
a la cifra de déficit comercial, porque se consigue que tanto los datos
de la Dirección General de Aduanas como los crecimientos, ya con las
correcciones del nuevo sistema de contabilización de la Unión Europea,
del Intrasat, nos dan crecimientos más suaves, inferiores, tanto en las
exportaciones como en las importaciones a los del primer semestre, lo
cual no modifica sustancialmente, como después tendré oportunidad de
comentar, nuestras previsiones en cuanto a déficit comercial, déficit por
cuenta corriente y presumiblemente situación de la demanda interna, pero
sí nos lleva a otro tipo de consideraciones que ahora tendré oportunidad
de comentar.

En el informe que recibieron sus señorías, la primera parte no se
limitaba únicamente a un análisis cuantitativo del sector exterior y, por
supuesto, no quiero dejar de señalar, y tiene que ser puesto muy de
manifiesto, que el sector exterior ha sido, en el año 93, va a ser en el
año 94, el sector absolutamente fundamental en el crecimiento de la
economía española. Piensen ustedes que en el año 93, si no hubiera sido
por el juego del sector exterior, en el crecimiento del producto interior
bruto, la economía española hubiera recogido no una caída del uno por
ciento del producto interior bruto, sino prácticamente tres puntos de
producto interior bruto si no hubiera sido por el juego del sector
exterior y por el carácter dinámico que dicho sector tuvo sobre la
economía española.

En el año 94 todavía la demanda interna no va a tener más que una pequeña
responsabilidad para todo el año. Por lo tanto, el sector exterior
nuevamente está jugando una baza esencial en el crecimiento económico y,
lo que es más importante, no sólo en el crecimiento, sino en el carácter
sostenido del crecimiento económico.

Como digo, en el informe se hacía una consideración no sólo cuantitativa,
en cuanto a todas las cifras de comercio exterior, sino a la evaluación
del estado de la competitividad de nuestra economía. Si importante es que
el sector exterior vaya bien, aún es más que el sector exterior esté
reflejando una mejora de la competitividad. En todos los planes que el
Gobierno ha venido presentando, y desde luego en lo que se refiere al
Plan de Medidas de Estímulo a la Actividad Exterior de las Empresas
Españolas, se hace fundamentalmente hincapié en la competitividad. Esa
competitividad, medida en los términos en que la medimos, tiene mucho que
ver, por supuesto, con la situación de costes de las empresas españolas,
con carácter agregado, y tiene mucho que ver también, ¡cómo no!, con el
tipo de cambio.

Pues bien, la evolución del tipo de cambio de la peseta frente a los
países de la OCDE y el comportamiento de los precios relativos ha hecho
que el resultado neto de la evolución de ambos indicadores hasta el mes
de junio del año 94 supone una mejora de la competitividad de las
exportaciones españolas del 17 por ciento; es decir, desde 1992 a 1994 la
competitividad española ganó un 17 por ciento. Pero bien es cierto que,
como ya habíamos recogido en informes del propio Ministerio de Comercio y
Turismo y se ha recogido también por otros analistas económicos, el juego
a favor de la modificación del tipo de cambio de la peseta se va
agotando, se puede agotar en dos años o en dos años y medio; es una
cuestión de discusión casi doctrinal, pero de lo que no cabe duda es de
que eso se va agotando y ya empieza a notarse, en parte por la
modificación del tipo de cambio --por ejemplo, con respecto al dólar, que
pasó de las cuotas del 140 a 130, 129 o, incluso, 127, lo que quiere
decir que la competitividad en el área dólar se vio, lógicamente,
empeorada-- y en parte por otro componente fundamental, que es el de los
precios relativos de la economía española, con algunos repuntes
inflacionistas,



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como, por ejemplo, el del mes de agosto, que tiene, evidentemente, un
impacto sobre la competitividad.

Pero tenemos que saber que, comparando el período enero-junio de 1992 con
el período enero-junio de 1994, la competitividad de las exportaciones
españolas mejoró un 17 por ciento. De enero a junio ha habido un ligero
empeoramiento del indicador de competitividad, consecuencia de ese
movimiento apreciatorio de la peseta con el conjunto de divisas de la
OCDE y, además, combinado con una estabilización de precios relativos
que, si incluyéramos el mes de agosto, más que estabilización es un
pequeño agravamiento, por lo que no tenemos más remedio que volver a
insistir en la absoluta necesidad de vigilar claramente la situación de
precios relativos, mejorar muy razonablemente todas las medidas que
tienen que ver con la mejora de la competitividad de la empresa: el coste
unitario, el factor trabajo, la financiación de las empresas, etcétera,
y, desde luego, los elementos cualitativos fundamentales, lo que supone
una mejora de la competitividad de las empresas vía mejora de la
penetración en el exterior, mayor cantidad invertida en investigación y
desarrollo, etcétera.

El tipo de cambio, que actualmente está a nivel más realista, indica que
la mejora de la competitividad no puede venir por la vía de las
modificaciones del tipo de cambio; es decir, lo que se modifique el tipo
de cambio no va a deberse tanto a un efecto querido u obligado por las
autoridades económicas españolas, ni siquiera de la Unión Europea, sino
que va a ser, como SS. SS. saben, la consecuencia de movimientos de
carácter financiero y monetario de las principales monedas y donde,
razonablemente, nosotros vamos a ser una parte más pasiva, pero que
tendremos que reacccionar a través de los otros elementos, no del
elemento tipo de cambio, sino del elemento que es la vigilancia de
precios relativos y mejora de la competitividad, a través de las mejoras
cualitativas a que hago mención.

El estudio del Ministerio de Comercio y Turismo, que SS. SS. conocen,
muestra que, de mantenerse al nivel actual el tipo de cambio de la peseta
y el diferencial de inflación frente a nuestros socios comerciales, el
período del que hablábamos de agotamiento de la ventaja comparativa vía
devaluación desaparecería en treinta meses aproximadamente, por lo que
hay que estar tomando el pulso a la economía permanentemente y tomando
medidas que compensen razonablemente esa pérdida de competitividad vía
tipo de cambio.

Volviendo otra vez a la marcha de las exportaciones y de las
importaciones en el primer semestre del año y en el mes de julio, me
gustaría hacer algunas otras consideraciones que tienen que ver no sólo
con los aspectos cuantitativos --en cuanto a crecimiento de las
exportaciones y de las importaciones, que, como ustedes lo tienen en el
informe, no les voy a cansar con datos--, sino con el análisis geográfico
del sector exterior, con el análisis sectorial y con el por qué y en el
sentido de determinadas medidas de apoyo a la actividad exterior de las
empresas españolas, así como haré también algunas consideraciones sobre
la recuperación económica y el sector exterior.

Desde el punto de vista del análisis geográfico del comercio exterior,
nuestro déficit comercial es: con la Unión Europea, el 24,2; con el resto
de la OCDE, el 46,7, y con los países en vías de desarrollo, el 29,1. La
evolución respecto a la Unión Europea es la más negativa en estos
términos, puesto que con el resto de la OCDE y con los países en vías de
desarrollo sí se ha notado una modificación en sentido positivo. A pesar
de todo, la tasa de cobertura frente a la Unión Europea es mucho mejor,
en gran medida --y eso hay que tenerlo en cuenta-- porque mientras aquí
teníamos un año 1993 bastante restrictivo, los principales países de la
Unión Europea, que son nuestros principales clientes, también lo tenían.

En muchos aspectos la exportación mejoró sustancialmente, pero es verdad
que nuestra economía seguía muy apática, por decirlo de alguna manera, y
eso ha hecho que la tasa de cobertura frente a la Unión Europea para el
primer semestre del año haya ganado cinco puntos y tengamos una cobertura
con la Unión europea de un 92,5 por ciento.

Nuestra tasa de cobertura frente a países no comunitarios es, por muchas
razones que SS. SS. conocen, muy inferior. Fue del 50,8 por ciento, que
incluso es inferior a la del año anterior. Ello tiene que ver con la
importación de materias primas y tiene que ver con la importación de
determinados productos que, vía cantidad o vía precios, han visto
modificada su situación.

En cuanto a las áreas geográficas y en lo que se refiere a la
importación, diré que la importación fue un 31,4 por ciento más alta a la
Unión Europea; un 30 por ciento a Estados Unidos; un 23 por ciento a
Japón; un 23,5 por ciento a América latina, y al total de la Unión no
Europea, un 20,6 por ciento. Ello supone, desde el punto de vista de la
concentración de nuestras importaciones, que seguimos teniendo
concentrada la importación en un 68,3 en la Unión Europea. Si sumamos
Estados Unidos, con el 8,3, y Japón, con el 0,3, resulta que, como hemos
dicho en otras ocasiones, los países de la OCDE absorben casi el 80 por
ciento de nuestra importación.

Respecto a la exportación, las áreas geográficas son similares. Nuestra
exportación a la Unión Europea creció un 38,6 por ciento; a Estados
Unidos, un 38,3 por ciento; a Japón, un 78,9 --aquí el impacto del tipo
de cambio fue fundamental--; a América latina, un 37,7 por ciento, y el
total de incremento de la exportación a toda la no Unión Europea fue del
30,4 por ciento.

Si la concentración en el caso de la importación era importante, en el
caso de la exportación lo es aún más, puesto que exportamos el 72,7 a la
Unión Europea; el 5,1 a Estados Unidos, y el 2 por ciento a Japón, con lo
cual entre esas tres áreas, sin incluir otros países, nos movemos en una
cifra cercana al 80 por ciento de nuestras exportaciones.

Sin embargo, hay que decir, y yo he tenido oportunidad de informar en
esos términos a SS. SS. en anteriores comparecencias, que entre el 25 y
el 30 por ciento del mercado que no es Unión Europea es el que está
registrando mayores porcentajes de crecimiento de nuestras exportaciones.

Los mercados emergentes, el caso de China, el caso de muchos países de
Asia y la recuperación de todos los países de América latina, casi sin
excepciones, ha hecho que realmente nos encontremos con que esos
mercados, los mercados, por decirlo de alguna manera, no tradicionales, o



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muchos de los cuales habían sido, a consecuencia de los años ochenta
--por ejemplo, América latina--, mercados claramente en decadencia, se
recuperen gracias a la mejora de la actividad económica en esos países
desde principios de los noventa, lo cual ha incidido de una manera muy
positiva en nuestras exportaciones. Es decir que en esto no sólo ha
influido el factor tipo de cambio, que es importante, o incluso el
mantenimiento de los precios, sino que ha sido fundamental el crecimiento
de la demanda de esos países.

En cuanto al análisis sectorial de nuestro comercio exterior, podemos
decir que las semimanufacturas, en lo que se refiere a las importaciones,
fueron las que más crecieron, el 39,6 por ciento; automóvil y componentes
creció un 15 por ciento; alimentos, un 32,7 por ciento; bienes de equipo,
un 28 por ciento, y manufacturas de consumo, un 20,5 por ciento.

Por tanto, la recuperación de las importaciones ha estado más concentrada
en aquellos sectores ligados a la inversión que en los ligados al
consumo. Esto tiene que ver con lo que antes he mencionado: ligados a la
inversión porque ha sido la primera que ha empezado a tener signos de
recuperación --antes que el consumo-- y porque una parte de esos bienes
de inversión iban a atender la demanda creciente de los mercados
exteriores. Por tanto, si uno hace el análisis desde el punto de vista
sectorial y no sólo desde el punto de vista macroeconómico de las cifras
globales, verá que es en esos sectores donde se da un porcentaje de
crecimiento, un dinamismo mucho mayor.

Sin embargo, cuando hablo de semimanufacturas, quiero ponerles nombres y
apellidos, para que no parezca que estamos hablando de una categoría un
poco esotérica; hablo de productos químicos, siderúrgicos y materiales de
construcción; esos son los subsectores dentro del sector de
semimanufacturas que más crecen, y, en el caso de los bienes de equipo,
son los equipos de oficina y telecomunicación, así como material de
transportes, vehículos de carretera, etcétera, que no son directamente
automóviles, y luego los componentes del automóvil.

En cuanto a la exportación, la de manufacturas de consumo es la que
registra un porcentaje más alto de crecimiento, con un 42 por ciento, las
semimanufacturas casi se acercan con un 40 por ciento, el automóvil casi
también un 40 por ciento; los alimentos, un 33 por ciento, y los bienes
de equipo, un 40 por ciento, es decir, es una balanza comercial sumamente
saneada, donde se recogen las ventajas comparativas y las ventajas
competitivas de cinco sectores clave de nuestra exportación: manufacturas
de consumo, automóvil, alimentos, bienes de equipo y semimanufacturas.

Por tanto, en términos generales, podemos seguir afirmando que, dado el
comportamiento del primer semestre de 1994, dadas las cifras del comercio
exterior en julio, que no modifica sustancialmente lo que les he dicho,
aunque hace que se ralentice el crecimiento tanto de la exportación como
de la importación, podemos hacer --y me gustaría adelantarles a SS. SS.--
algunas previsiones para todo el año 94 en la balanza comercial, en el
déficit comercial y en el crecimiento o ralentización tanto del déficit
comercial como del déficit por cuenta corriente.

Pensamos, con los datos que tenemos hasta finales de julio, que las
exportaciones de bienes van a crecer un 14 por ciento para todo el año,
que es un porcentaje de crecimiento extraordinariamente importante, que
es un porcentaje de crecimiento que se da cuando ya está tirando la
demanda interna, que se da cuando hay muchos sectores y hay subsectores
que están tirando de la demanda; las importaciones crecerán un 7 por
ciento, con lo cual esperamos tener un déficit comercial para todo el año
94 de aproximadamente 2,6 billones de pesetas, que es casi el mismo (2,5
el año pasado) que el de 1993. Ello supone --quiero hacer hincapié en
este aspecto-- una mejora muy sustancial incluso de las expectativas del
déficit comercial, por cuanto que no es lo mismo estabilizar un déficit
comercial en un año en el que, al final, todos los datos (ayer el
Vicepresidente del Gobierno adelantaba ya estas estimaciones) van en el
sentido de que la economía española en su conjunto va a crecer en el año
94 seguramente dos puntos; no es lo mismo mantener un déficit comercial,
por razones que conocen SS. SS., además, de carácter estructural y de
rigideces en determinados sectores; no es lo mismo mantener ese déficit
comercial con una economía como la del año 93, que fue una economía de
recesión, a mantenerlo con una economía como la del año 94, donde ya se
produce crecimiento económico.

Por tanto, entendemos que el déficit comercial, aunque las cifras son
algo superiores a las que nosotros habíamos pronosticado a principios de
año, es muy satisfactorio e indica hasta qué punto, en nuestra opinión,
el sector exterior no va a frenar, ni mucho menos, ni va a ser una
restricción para el crecimiento de la economía como lo pudo ser en el
pasado, sino que va a ser al revés: va a ser, por segundo año, el motor
del crecimiento económico. A ello hay que añadir no sólo el componente
comercial, sino el de la balanza de servicios, fundamentalmente el
turismo, pues, como ha tenido oportunidad ya de comentar el Ministro de
Comercio y Turismo en los pasados días, los ingresos brutos que se
esperan por turismo son de 2,9 billones de pesetas. Si hacemos la
deducción de los pagos por turismo que tiene que hacer la economía
española por los turistas españoles que salen fuera y que pagan en
divisas sus gastos, el saldo neto estará en torno a los 2,4 billones de
pesetas. Es decir que, al final, debido al mantenimiento casi en los
mismos niveles del año pasado del déficit comercial y a la extraordinaria
cifra de los ingresos netos por turismo, podemos tener un déficit por
cuenta corriente que estimamos en aproximadamente unos 60.000 millones de
pesetas, que supone el 0,1 del producto interior bruto, frente a 510.000
millones de pesetas del año pasado, que fue un 0,9 del producto interior
bruto, a pesar de ser un año mucho más en recesión que éste. Yo me atrevo
a pronosticar que incluso es posible que estemos en posición de
equilibrio en cuenta corriente, lo cual va a suponer una liberación de
tensiones muy importantes sobre la balanza de pagos en general. Creemos
que la balanza de capitales va a tener un comportamiento positivo, por lo
que no va a ser la balanza de pagos y, desde luego, no va a ser el sector
exterior en su conjunto el que va a incidir en forma restrictiva sobre el
crecimiento de la economía, como ha ocurrido a veces en el



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pasado, y esto sí quería reseñarlo, no sólo por demostrar hasta qué punto
la mejora de la competitividad y la mejora del sector exterior son
factores que cuantitativamente ayudan a la recuperación de la economía
española, sino porque, además, son factores dinamizadores e impulsadores
del crecimiento de la economía. Es decir, esto no sólo no es una
restricción, sino que es un fenómeno completamente impulsor del
crecimiento económico sostenido.

Lo que sí es importante (y con esto quisiera terminar para no alargar
demasiado mi intervención, y después, en el turno de preguntas, con mucho
gusto contestaré a SS. SS. sobre cualquier aspecto que pueda incidir en
lo que acabo de comentar) es volver a insistir en dos temas
fundamentales: uno, que para que el sector exterior siga siendo
efectivamente un sector dinamizador y motor de la actividad económica la
competitividad, el índice de competitividad tiene que ser mejor, y
mejorar sustancialmente tanto en términos cuantitativos (véase índice de
competitividad que publicamos mensualmente), como en términos
cualitativos; que para ello no basta con la concienciación de que la
Administración pública y la administración a todos los niveles, no
solamente a nivel de Administración central, sino de todas las
Administraciones autonómicas, sino que es importante que ese nivel de
convencimiento llegue también a las empresas.

Pero, en cualquier caso, como siempre el sector público tiene que jugar
una parte importante de ese papel dinamizador, yo quisiera volver a
insistir en cómo está cumpliendo el Gobierno y va a cumplir con el
paquete de medidas, de sesenta y cinco medidas que se aprobaron por el
Gobierno en el mes de abril, que se publicaron en el mes de mayo, y del
que SS. SS. tienen también cumplida información. De esas sesenta y cinco
medidas, una parte muy importante eran medidas de carácter institucional,
otras eran de carácter financiero, otras de carácter de promoción
comercial e implantación de la empresa española en el exterior y una muy
importante, dentro de estas de implantación, que tenía que ver con
modificaciones fiscales, que eran incentivos fiscales a las
implantaciones del exterior, y fundamentalmente no tanto a la exportación
de mercancías como a la inversión en el exterior.

Pues bien, el proyecto de ley de presupuestos que entrará en el
Parlamento en los próximos días recoge, tanto en ley de presupuestos como
en ley financiera, estas modificaciones sustanciales, y ya advertíamos en
la publicación de las medidas que algunas de las recogidas en ese paquete
iban a entrar en vigor el 1.º de enero de año 1995. Creemos que se va a
cumplir con rigor esa previsión. En última instancia, tendrá que ser una
vez que sean aprobados los presupuestos por las Cámaras, obviamente, pero
en la iniciativa del Gobierno está, por supuesto, la inclusión, tal y
como estaba previsto en ley financiera y en ley de presupuestos, de esas
medidas.

Por otra parte, sí creo, para finalizar, que sería importante llamar la
atención sobre un aspecto muy claro, y es el que cada vez menos va a ser
posible que el Gobierno, en general, las autoridades económicas, en
particular, puedan tomar medidas que tengan que ver o con devaluaciones
competitivas o con cierre de nuestras fronteras. Quitando algunos
sectores muy concretos y muy específicos de nuestra economía, como puede
ser en algunos casos el sector textil o algunos sectores específicos de
las manufacturas de consumo, en el resto, nuestro país, con un consenso
generalizado --creo que es así--, ha optado por la decisión de una
economía cada vez más libre, cada vez más abierta; nos hemos comprometido
en el final de la Ronda Uruguay; vamos a cooperar abiertamente al
funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio, que, si nada lo
impide, empezará a funcionar el 1 de enero de 1995, y creo que con esos
parámetros hay que necesariamente comprometer todo lo que sea ganancia de
competitividad en la mejora de esos factores a que he hecho mención, y
nunca, porque ya es un camino de no retorno, intentar modificar de una
manera no digo arbitraria, pero un poco arbitrista, el tipo de cambio,
que no podemos hacerlo, y tampoco, como es lógico, modificar
sustancialmente nuestros derechos aduaneros o incluir medidas de
contingentes o de cuotas, medidas restrictivas a la importación o de
carácter cuantitativo, que no es posible.

Creo que con esta presentación, con el añadido de las cifras del mes de
julio y con las consideraciones que he hecho, que son un poco el resumen
de lo que desde el Ministerio vemos como seguimiento de la evolución del
comercio exterior, estamos dando desde el Gobierno cumplido procedimiento
y cumplida respuesta al compromiso que había, a instancias de esta
Comisión, de que, de manera periódica, por parte del Gobierno se
informase con detalle, con documentación y con explicaciones, a la Cámara
sobre la evolución del sector exterior de la economía española.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
En primer lugar, señorías, voy a dar la palabra al señor Homs,
representante del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), por
cuanto me ha manifestado --y creo que lo ha hablado con los portavoces de
los grupos-- que se tiene que ausentar de la Comisión.

Tiene la palabra el señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: Gracias, señor Presidente, y gracias también a
los portavoces de los demás grupos, por la amabilidad de concederme la
palabra en este turno de réplica de esta sesión.

Gracias también, señor Secretario de Estado, por la presentación de su
informe sobre la evolución del sector del comercio exterior. Nuestro
Grupo no puede más que coincidir con usted en que ésta es una buena
coyuntura de la actividad exterior, sin duda ayudada y estimulada por el
cambio de orientación que ha tenido la política económica en el último
año o año y medio, que ha incidido --como usted ha explicado
perfectamente-- en esa evolución. Las devaluaciones han permitido
resituar el tipo de cambio de la peseta para que favorezca nuestra
exportación y sin duda tiene usted razón cuando afirma que hoy la
evolución del comercio exterior está siendo un motor de la reactivación
de la economía.




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No obstante, nuestro Grupo entiende que debe se siempre un motor de la
economía. La actividad exterior, en el futuro, señorías, va a ser el
elemento clave del crecimiento económico de la economía española. Y toda
la política económica tiene que orientarse a este objetivo, a garantizar
que seamos capaces de mantener unas tasas de crecimiento importantes en
nuestras exportaciones, para poder garantizar el crecimiento medio
interno de la economía.

Creo que la problemática del paro no va a resolverse si no tenemos una
muy buena evolución de las exportaciones en España y por eso cree nuestro
Grupo que es importante, vistas esas perspectivas que está dando la
coyuntura del comercio exterior, reflexionar sobre cómo garantizar la
consolidación de esa evolución. Yo creo que ahora el propósito, el
objetivo, señor Secretario, para el Gobierno debe ser, iniciada ya esta
senda de recuperación y de crecimiento del comercio exterior,
consolidarla. ¿Y cómo debemos consolidarla? Para nuestro Grupo es
evidente que hay que mantener los tipos de cambio en esa misma relación
que tenemos ahora. Para ello es importante que toda la política económica
no se nos desajuste por un punto, que es el único que puede quebrar esta
perspectiva, que es la existencia del déficit público. Si se descontrola
el déficit público en España se nos va a quebrar toda la estrategia de
recuperación económica. Por ello, ahora que estamos en un marco de
negociaciones de los presupuestos del Estado, no pueden venir más que
unos presupuestos de contención del gasto, de austeridad en el gasto y de
control en el déficit público. De lo contrario va a generarse un efecto
--como usted sabe, señor Secretario de Estado-- sobre los tipos de
interés; y si suben los tipos de interés en España se va a quebrar la
recuperación.

Por tanto, nuestro Grupo Parlamentario, señor Secretario de Estado, le
transmite, en esta sesión de comparecencia, nuestra coincidencia en la
valoración, pero ponemos, en primer lugar, la urgencia, ya que para
consolidar esa perspectiva hay que garantizar la contención del déficit
público y mantener los tipos de interés en la situación en que se
encuentran en estos momentos.

En segundo lugar --y oigo a algún Diputado que me apunta: ¡Ojo con la
inflación!--, señorías, creo que en estos momentos es más importante el
déficit público que la inflación. Y creo que es más importante porque en
la coyuntura en que nos encontramos, con el paro que tenemos, medio punto
más --y no se escandalice nadie--, medio punto menos de inflación no va a
alterar la situación de la economía española y, no obstante, una tasa de
influencia del crecimiento de las exportaciones nos permitirá resolver el
paro. Y hoy es más importante el paro que la inflación.

Señorías, nuestro Grupo pone el segundo acento, señor Secretario de
Estado --y se lo transmito-- en que hay que ser competitivos. Como usted
ha dicho perfectamente, en el informe que nos transmite hay una
recuperación de los índices de competitividad de la economía española.

Por ello ponemos también la incidencia en que es necesario ayudar a que
la economía española sea competitiva y por ello creemos conveniente
revisar algunos aspectos. ¿Qué aspectos tenemos posibilidades de revisar
a corto plazo? A nuestro juicio, la fiscalidad.

Es cierto que el Gobierno ha tomado una serie de medidas de naturaleza
fiscal, ya en el año 1994. Quiero recordarles que se adoptaron incentivos
a la exportación en el año 1994, que se están aplicando, pero, señor
Secretario de Estado, estos incentivos están siendo interpretados por las
disposiciones ejecutivas legales de forma restrictiva. Y quiero
transmitirle que sería conveniente revisar ese aspecto; creo y espero que
en el marco de los presupuestos pueda hacerse, como usted también ha
apuntado, y que en la inversión que realicen las empresas españolas en el
exterior tengan posibilidad de acogerse a todos estos incentivos a la
exportación. Hasta ahora parece claro que las inversiones en activos
materiales se pueden acoger, pero todo lo que son las inversiones en
activos mobiliarios es discutible en estos momentos por el Gobierno y por
Hacienda y no se les permite acogerse a estas deducciones. Creo que
interesa a España la mayor cuota posible de participación en empresas
extranjeras. Nos interesa que las empresas españolas estén presentes, con
participaciones, en empresas fuera del territorio de España. Es la
primera vía para incrementar la exportación, y por eso creemos que estas
medidas fiscales de estímulo a la exportación --que usted ha apuntado--
de la ley de presupuestos, deben ir en esta dirección para ayudar a
potenciar al máximo las inversiones que puedan generar las empresas
españolas en el exterior.

Por último, señor Secretario de Estado, creo que es importante, como
usted ha apuntado, reforzar los instrumentos de promoción. Creo que es
importante que el Icex cuente con una dotación presupuestaria suficiente
como para incrementar sus acciones de promoción de las empresas españolas
en otros países; en Europa y en Sudamérica preferentemente, donde tenemos
la gran área de mercado de exportación que puede beneficiar a nuestros
intereses.

Por eso, señor Presidente, señorías, señor Secretario de Estado, nuestro
Grupo cree que es importante dotar de mayores recursos al Icex; y dotarlo
de forma que pueda instrumentar, de manera más eficaz y en colaboración
con las organizaciones empresariales y con las comunidades autónomas,
acciones de promoción.

Y le apunto, señor Secretario de Estado, que sería interesante vincular
las líneas de crédito preferente que hoy pudieran existir en nuestro
mercado a las acciones de promoción del Icex. Es importante que las
empresas que exporten puedan tener crédito a bajo coste para poder
financiar sus exportaciones y que esas líneas preferentes se vinculen a
las acciones de promoción.

Creo que estas dos cuestiones: revisar la fiscalidad e incrementar las
políticas presupuestarias, vía créditos preferentes y dotación a las
instituciones de promoción, son los dos ejes más importantes para poder
hacer, el año 1995, un mejor balance del comercio exterior.

Ha apuntado usted algunas cuestiones sobre el turismo y quiero
simplemente apostillar que es verdad que el turismo ha sido una gran
esperanza para nuestra coyuntura en estos momentos.

Los datos son los que usted ha dado, y por eso es también muy importante
tener claro que para los años 1995 y 1996 el turismo español tiene que
ser mucho más



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competitivo. Y quizá ahí también podemos tomar medidas; medidas fiscales
que ayuden a que el turismo español sea más competitivo todavía para los
años 1995 y 1996.

Creo, señor Secretario de Estado, que, en síntesis, coincidimos en el
balance; aplaudimos esta coyuntura y sin duda nos parece muy positiva,
pero lo importante es consolidar esa tendencia en los años 1995 y 1996 y
por eso creemos que es preciso insistir en esa línea, en la que estamos
insistiendo desde hace un año y medio, en mejorar la competitividad
mediante ajustes en las políticas económicas de naturaleza tributaria, de
naturaleza laboral, de naturaleza financiera, que puedan ayudar a las
empresas españolas a estar más presentes en el mundo.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Secretario de Estado de
Comercio Exterior, por su comparecencia, ya que creemos en la utilidad de
este tipo de comparecencias, lo que llevó al Grupo Popular a presentar la
proposición no de ley que hoy ha dado origen a esta comparecencia.

No obstante, señor Secretario de Estado, discrepamos en la forma en que
ha presentado el documento por cuanto, sin pretender irritar a nadie,
queremos dejar constancia en la intervención de que el documento sobre la
evolución del comercio exterior al cierre del primer cuatrimestre de 1994
llega a los grupos el 13 de septiembre de 1994 y posteriormente, en la
mañana de hoy, según hemos entrado en esta Comisión, nos ha llegado a los
portavoces la evolución del sector exterior al cierre de junio de 1994.

Ya estamos acostumbrados a que se produzca este tipo de regates con la
documentación y no vamos a insistir más en el tema.

Siendo interesantes las afirmaciones que contienen los documentos sobre
la evolución del comercio exterior en sus principales magnitudes,
nosotros queremos resaltar principalmente que se detecta en la evolución
del comercio exterior una importante desaceleración en la corrección del
desequilibrio exterior. No sé si lo compartirá con nosotros --supongo que
no--, pero queremos dejar también constancia de que comienzan a existir
en esta evolución indicios para empezar a pensar que la contribución de
la actividad exterior al crecimiento de la economía está tocando a su
fin.

Significativo resulta que su Departamento haya modificado las optimistas
previsiones del cuadro macroeconómico del Estado y significativo es
también para nosotros que ustedes, en declaraciones que recogen los
medios de comunicación, no oculten su temor a que la corta recuperación
que se ha iniciado provoque una nueva recaída de la balanza de pagos, de
manera que el sector exterior represente más una restricción a las
posibilidades del crecimiento sostenido de la economía.

Decimos lo de optimistas previsiones del cuadro macroeconómico del Estado
en lo que se refiere a importaciones y exportaciones por cuanto ustedes,
cuando hicieron esas previsiones, no quisieron valorar dos de los
factores que esgrimían todos los centros de análisis económicos a finales
de 1993. En aquella ocasión todos los centros de análisis económicos ya
advertían la verdadera duración de los efectos de las devaluaciones, que
en el año 1994 comenzaría a notarse su pérdida de importancia y, al mismo
tiempo, que en cuanto se produjera la más mínima recuperación de la
demanda sus consecuencias sobre el sector exterior se notarían de forma
negativa.

Las optimistas previsiones que a nosotros nos parecían más un objetivo
deseado que una estimación rigurosa
--me estoy refiriendo a las previsiones del cuadro macroeconómico-- se
han venido abajo. Ustedes mismos las han modificado. Hoy he prestado
atención a un anuncio que ha hecho de esas modificaciones, pero observo
que es un anuncio sobre unos datos ya publicados precisamente por usted
en alguna entrevista en medios de comunicación y, por lo tanto, veo que
no hay novedad en las modificaciones que usted introdujo, si no recuerdo
mal, a primeros del mes de septiembre.

Esto nos conduce a pensar que ustedes van entendiendo que los efectos de
la devaluación y de la recuperación mínima de la inversión van a generar
la desviación de las previsiones iniciales en una cifra nada desdeñable.

Si no recuerdo mal, las cifras de previsión en aquella ocasión eran de
2,1 billones y hoy nos confirma usted que estas previsiones hay que
llevarlas 500.000 millones más arriba, hasta 2,6 billones. Por lo tanto,
la desviación merece, como mínimo, ser subrayada.

Del informe que hoy valoramos, a nosotros nos parece elogiable la
sinceridad que contiene cuando viene a reconocer que el problema central
de la competitividad de nuestra economía es precisamente el efecto del
crecimiento de los precios, pero nos parece ciertamente reprochable que
no haya reformas estructurales desde el Gobierno para reducir
precisamente los efectos de la inflación. Es cierto, el mayor crecimiento
de los precios en pesetas se está comiendo, a nuestro entender, la
ganancia de competitividad lograda por las devaluaciones de la peseta.

Pero si grave es este reconocimiento, señor Secretario de Estado, este
reconocimiento expreso que se realiza en el informe de su Departamento,
más grave aún es identificar que el origen de la evolución de la
inflación --y quiero subrayar esto-- se encuentra en unos precios
crecientes de determinados servicios prestados por el Estado en régimen
de monopolio.

Señor Secretario de Estado, junto a la finalización próxima del efecto de
las devaluaciones, nos encontramos en la evolución de la actividad
exterior con otro factor ya anunciado y que comienza a dar sus primeras
expresiones, que es que el crecimiento de la economía se puede convertir
en el verdugo de nuestra balanza comercial. Podemos observar que ante la
leve recuperación del consumo o de la inversión las importaciones
muestran un crecimiento desproporcionado.

Ustedes, a principios de 1994, exhibieron la corrección del déficit como
consecuencia de los logros de sus políticas aplicadas en el sector
exterior. En la evolución que hoy podemos leer en su documento hay una
cosa que queda al descubierto y es que la corrección se está frenando y
que



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aquella corrección era más consecuencia de la crisis económica y de las
devaluaciones que de políticas aplicadas desde su Departamento.

Cuando lentamente estamos abandonando la crisis gracias al tirón de la
recuperación del resto de los países europeos, a nuestro entender están
emergiendo beligerantes los desequilibrios tradicionales de la economía
española. El sector exterior está volviendo a dar indicios de reproducir
su comportamiento. La situación del indicador de competitividad-precio
retrocede de una manera decidida al registrado en 1992 y las políticas
anunciadas para el área vamos a ver qué capacidad operativa tienen, una
vez que se pongan en marcha con la presentación de la ley de presupuestos
y de la ley de acompañamiento.

Señor Secretario de Estado, el cambio de tendencia de la actividad
exterior anuncia que su contribución al crecimiento de la economía está
tocando su fin. El sector exterior, si no adoptamos medidas muy concretas
sobre el déficit público, puede volver a representar, en corto plazo, una
restricción a las posibilidades del crecimiento sostenido de la economía;
la inflación se está comiendo las ganancias de la competitividad de las
devaluaciones y el crecimiento de la economía se puede convertir en el
verdugo de la balanza comercial.

Es probable que 1994 se cierre con las previsiones que usted nos ha
anunciado. A nosotros nos gustaría conocer si estas previsiones que usted
nos ha anunciado están confirmadas por el Ministerio de Economía. Decimos
esto porque últimamente el Ministro de Economía manifiesta públicamente
con excesiva reiteración las discrepancias sobre las previsiones
anunciadas por otros departamentos. Recientemente tenemos la prueba de
que la previsión anunciada por el Vicepresidente Serra ha sido
inmediatamente corregida por el Ministro de Economía. Algunas previsiones
que en materia de turismo ha hecho su Ministerio sobre los ingresos netos
por turismo han sido calificadas por el Ministerio de Economía de
previsiones excesivamente calculadas al alza. Quisiéramos conocer si
estas previsiones que hoy nos ha confirmado en el anuncio que ya puso en
conocimiento de los medios de comunicación coinciden con las del
Ministerio de Economía.

Nos decía, en un pasaje de su intervención --y con ello termino, señor
Presidente--, que la evolución del sector exterior, debido
fundamentalmente a la pérdida del efecto de las devaluaciones, obliga a
tomar constantemente --y reproduzco de manera literal su frase-- medidas
que razonablemente compensen esa pérdida de competitividad. Nos gustaría
conocer qué medidas considera que hay que adoptar constantemente y que
razonablemente compensen esa pérdida de competitividad.

Por lo demás, señor Secretario de Estado, deseo agradecerle su
comparecencia, el tono de la misma e indicarle que, como podrá comprobar,
este tipo de comparecencias vienen muy a la actividad parlamentaria.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Zabalía.

El señor ZABALIA LEZAMIZ: Agradecer también la comparecencia del
Secretario de Estado de Comercio Exterior y las explicaciones que nos ha
dado.

Nos hubiese gustado tener el documento con los datos al mes de julio,
pero dadas las explicaciones del señor Presidente sobre la situación creo
que está suficientemente clara la no posibilidad de haberlo tenido antes.

De todas formas, debo decir que para el futuro sería conveniente poder
disponer de la documentación actualizada antes de la comparecencia.

Al margen de esto, pocas cosas se pueden decir después de las
intervenciones de mis compañeros anteriormente. Lo que está claro es que
de la recuperación económica que estamos teniendo tiene en parte una gran
culpa el efecto positivo del comportamiento del sector exterior, con una
contribución que puede llegar al 1,5 por ciento de crecimiento sobre el
producto interior bruto, cosa que hace algún tiempo era impensable y, de
alguna forma también, frenar el comportamiento negativo de la demanda
interna que hasta ahora estaba totalmente paralizada.

Sin embargo, ese crecimiento económico sí puede tener algunos peligros,
como puede ser el que genere desequilibrios en la balanza de pagos,
fundamentalmente por el crecimiento de las importaciones --éste es el
grave peligro que puede tener-- y la pérdida de la competitividad/precio,
que hasta ahora ha sido beneficioso sobre todo por las devaluaciones que
ha tenido la peseta desde septiembre
de 1992.

Desde luego, las claves de la evolución positiva de las exportaciones y
de la mejora de la competitividad han sido tres factores: el fin de la
recesión europea, lo que está permitiendo obtener unas exportaciones
importantes a los países de la Unión; la apertura de nuevos mercados,
motivada fundamentalmente porque la carencia de posibilidad de las
empresas de desarrollarse en el mercado interior está haciendo que vayan
buscando mercados exteriores, éste ha sido uno de los factores que
también ha influido en esta evolución positiva del mercado exterior; y,
por supuesto, lo que decíamos de los efectos positivos de la devaluación
de la peseta, que ha sido fundamental.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que gran parte de esta evolución
positiva de las exportaciones se debe más bien a hechos coyunturales que
estructurales, lo cual quiere decir que tenemos que estar permanentemente
vigilantes para seguir con esta trayectoria que está teniendo el sector
exterior y, concretamente, de las exportaciones.

De los datos se desprende que ha habido por parte de las exportaciones
una ralentización. En el primer trimestre del año se habían incrementado
en un 44 por ciento con respecto al primer trimestre del año anterior y,
sin embargo, ya en el primer semestre se ha reducido al 36 por ciento con
respecto al primer semestre del año 1993, lo cual quiere decir que las
exportaciones están en un proceso de ralentización que parece ser que se
mantiene, por los datos que ha dado el señor Secretario de Estado,
también en el mes de julio.

Las importaciones, sin embargo, se mantienen a lo largo de todo el año.

En el primer semestre representaban el 28,1 por ciento sobre el primer
trimestre del año 1993, y



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en el primer semestre, son el 27 por ciento sobre el primer semestre de
1993, lo que significa que en las exportaciones se está manteniendo el
nivel alcanzado. Esto supone que el déficit del comercio exterior se está
estabilizando, creo que se ha reducido en el primer semestre el 1,3 por
ciento. Existe una estabilización del déficit del comercio exterior que
motiva un déficit por cuenta corriente en el primer semestre de unos
532.000 millones de pesetas, lo que significa una disminución del 32 por
ciento. Esto se debe, fundamentalmente, a la mejora del saldo de las
exportaciones, en donde sí que ha habido un incremento importante del 33
por ciento.

No voy a entrar a analizar los pormenores de toda esta evolución, porque
creo que han sido ya suficientemente analizados. Lo que sí me gustaría es
hacer algunas consideraciones o análisis sobre qué se está produciendo en
el comercio exterior.

Hay que tener algunas cautelas cuando estemos analizando las cifras
comparativas de gastos, dado que hay una fuerte discrepancia entre las
fuentes de datos que dificultan esta medición. Sobre todo con la apertura
de las fronteras digamos que los datos no son homogéneos en algunas
ocasiones, lo cual dificulta la comparación. Lo que está claro es que los
polos de desarrollo del comercio exterior, de las exportaciones, están
claramente en Estados Unidos, Japón y sudeste asiático. Esta es una
cuestión a tener en cuenta por la problemática que concretamente en todo
el área del sudeste asiático están creando para las empresas las
exportaciones.

Lo que hemos visto es que el saldo de la balanza comercial en los tres
últimos meses --abril, mayo y junio-- ha empeorado con respecto al primer
trimestre, y creo que en junio el déficit está por 231,2 millones, un 12
por ciento más que el mismo mes del año 1993. Esto viene a confirmar lo
que decíamos antes de la ralentización del sector exterior en cuanto a
las exportaciones.

Aquí hay una cuestión a tener presente, y es que en todo lo que sea el
control y el desarrollo del mercado exterior hay que tener en cuenta que
hay una parte importante que está centrada en el desarrollo de las
propias empresas en cuanto que tienen que establecer mecanismos que en
muchos casos pasan por las asociaciones de exportadores para abrir nuevos
caminos en los mercados exteriores. Al margen de esto, el futuro
desarrollo de nuestro mercado exterior depende también de una política
económica adecuada y de un apoyo de la Administración. En este aspecto,
hay que tener en cuenta que, como decía, muchas de nuestras empresas
están empezando a salir al extranjero y se encuentran con graves
problemas de establecimiento de redes comerciales, o de delegaciones.

Aquí hay una labor importante de la Administración en cuanto a la
organización de ferias y exposiciones para que puedan enseñar los
productos de nuestras empresas, permitir que nuestras empresas puedan
enseñar sus productos y, desde luego, hacer también en algunos casos
«marketing» de país. Hay países, como, por ejemplo, el área del sudeste
asiático, donde incluso es poco conocido el potencial económico de un
país concreto. Es también responsabilidad del Gobierno el hacer
«marketing» del país, que se sepa lo que se está haciendo, qué productos
se fabrican.

En segundo lugar, será necesario establecer apoyos concretos, en mercados
concretos; no todos los mercados son iguales y tienen su problemática
específica. En este aspecto, y centrándome en el tema del sudeste
asiático, hay un claro problema para las empresas que están en este
momento abriéndose camino allí y es un problema financiero. Los créditos
FAD que están siendo utilizados --creo que es un instrumento muy
importante-- tienen algunas deficiencias que sería conveniente mejorar.

Con independencia de la burocratización, que puede hacer lenta la
formalización de estos créditos, hay otras cuestiones que también habría
que tener en cuenta.

En tercer lugar, la cantidad presupuestaria que tiene que estar destinada
a estos créditos no se puede hacer anualmente. Las empresas no pueden
programar de un año para otro sus expectativas de exportaciones teniendo
en cuenta unos créditos que pueden estar sólo presupuestados para un año.

Hace falta tener seguridad en que esos créditos van a mantenerse en un
período de dos o tres años por lo menos, que es la planificación de las
empresas para las exportaciones.

En algunas ocasiones ocurre que gran parte de los créditos FAD se destina
a grandes proyectos, con lo cual las empresas medianas o pequeñas pueden
quedar en un momento determinado sin fondos suficientes para acceder a
estos créditos. Este es un problema real con el que se están encontrando
algunos sectores y empresas pequeñas que no pueden competir con los
grandes proyectos en cuanto a la financiación de los mismos.

Sí es cierto que el desarrollo de los créditos FAD u otros créditos
puede, de alguna forma, tener dificultades ante la Unión Europea. Existen
por parte de otros países ya algunas fórmulas alternativas que enmascaran
las ayudas a través de créditos a las empresas. En este aspecto, sectores
que conoce nuestro Grupo Parlamentario han estudiado este tema
suficientemente y me brindo a buscar fórmulas alternativas que salven
esta situación que, por otra parte, mejorarían y abaratarían el costo
para el Gobierno, para el presupuesto del Estado.

Por otra parte, y siguiendo con la explicación, que agradezco, al
Secretario de Estado, sobre la situación de las medidas de apoyo a las
actividades de comercio exterior de las empresas españolas, ya nos ha
explicado cómo algunas medidas de tipo fiscal van a estar dentro de los
Presupuestos Generales de este año. Sí me gustaría, si puede concretar
más, saber cuál va a ser el calendario de implantación de las medidas,
que son muchas, creo que alrededor de sesenta y cinco, porque lo que
interesa ahora es ponerlas en práctica lo más rápidamente posible. Es
fundamental en estos momentos el apoyo de la Administración a las
empresas en el sector exterior. Las que estaban acostumbradas a manejarse
en el mercado exterior no tienen problemas porque precisamente su
experiencia les está dando una movilidad y un desarrollo importante y,
por tanto, son las que menos necesitan a veces de apoyos institucionales,
pero gran parte de nuestras empresas, que han conocido el mercado
exterior ahora por necesidades del cierre de los



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mercados interiores, son los que verdaderamente necesitan un apoyo claro
y preciso de la Administración, vuelvo a repetir, que ese apoyo va en la
línea de incrementar, o por lo menos mantener, el nivel de participación,
a través de ferias y exposiciones, en los mercados exteriores y de las
ayudas directas a los exportadores.

Creo que todo los que hagamos en esta línea será beneficioso y redundará
en el mantenimiento de esas expectativas del comercio exterior. Como
decía al principio, en este momento nos pueden deslumbrar las cifras,
pero hay que tener en cuenta los aspectos coyunturales que en este
período de crecimiento del sector exterior se ha producido a través de
las devaluaciones, a través de este crecimiento económico del resto de
los países europeos. Por lo tanto, todo lo que incidamos en estos
aspectos de ayudas a las empresas será bienvenido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Caballero.




El señor CABALLERO ALVAREZ: Quiero dar las gracias al señor Secretario de
Estado por su comparecencia, especialmente por la claridad de su
exposición.

Quiero empezar recalcando lo que me parece el dato más importante de lo
que aquí hoy hemos oído y es que el saldo por cuenta corriente en la
balanza de pagos española va a ser en 1994 equilibrado. Esto no sucedía
en la economía española desde 1987. Tuvieron que pasar siete años para
que pudiéramos presentar y tener un saldo equilibrado en la balanza por
cuenta corriente. Este es un dato razonablemente positivo en el ámbito de
una economía como la española que compite y muy duramente en estos
momentos --siete u ocho años después--, en una economía que se hace
bastante más dura de sobrevivir en el ámbito del exterior. Esto, sin
ninguna duda, no es gratuito. Responde a bastantes variables que se
conjuntan, pero que producen un resultado razonablemente esperanzador y
razonablemente satisfactorio, sin que nadie pueda echar nunca en ninguno
de estos temas las campanas al vuelo.

La segunda cuestión que creo que se puede enfatizar y que también es un
buen dato de lo que acabamos de oír y de los datos que el Secretario de
Estado nos acaba de proporcionar es la composición de esas importaciones
crecientes que van planteando y manteniendo una razonablemente buena
estructura en su composición. El hecho de que una parte muy relevante
tenga que ver con las semimanufacturas, bien para su posterior
elaboración y exportación, bien para el proceso de producción interna, es
un dato relevante e implica una mejora de la competitividad, en la medida
en que lleva mejoras de productividad implícitas y sin ninguna duda y de
forma mucho más clara todavía lo que sucede con los bienes de capital.

Sobre la marcha fuimos oyendo algunos datos --y ahora ya hablo de la
balanza comercial--, en la que las expectativas que desde el gobierno se
hacían llegar sobre el déficit empeoraron de forma no muy dramática, pero
empeoraron en torno a dos billones a 2,6 billones, en previsión del
déficit comercial para el año 1994. Si uno coge los viejos libros de
texto de teoría económica no podía ser de otra forma. Es decir, ¿cómo es
posible que con un crecimiento que casi se duplica con respecto a la
previsión en la que fue hecha la previsión inicial no hubiera
necesariamente un empeoramiento del déficit comercial? Yo me atrevo a
catalogarlo de consecuencia del crecimiento y, por tanto, no es nocivo
para una economía que esto suceda.

Estamos ante un fenómeno sobradamente conocido en economía y que lo que
refleja es que estamos en tasas de crecimiento bastante superiores a las
que inicialmente preveíamos para la economía española. Yo creo que el
Secretario de Estado lo decía con mucha claridad. Decía: Conseguimos
estabilizar el déficit comercial --previsión es todavía, pero con un
margen aproximado de error menor-- en la misma cifra prácticamente que el
año pasado con tres puntos de diferencia de crecimiento, y esto es un
logro bastante notable que yo creo que requiere de análisis pormenorizado
para ver exactamente a qué se debe esta mejora singular de la composición
del sector exterior español. Yo creo que una ulterior comparecencia sería
conveniente poder disponer de toda esta información.

No quiero dejar pasar la cuestión para hablar del modelo de crecimiento,
para ir un poco más allá del estricto sector exterior y del análisis de
lo concreto de la balanza de pagos, balanza por cuenta corriente y
balanza comercial para hablar de un modelo de crecimiento que inicia su
despegue en el sector exterior y que consigue que el año pasado el
crecimiento se vea corregido en su faceta negativa por el sector exterior
y que este año prácticamente todo el tirón de demanda total que la
economía española tiene en su crecimiento en positivo sea debido al
sector exterior. Décima para arriba, décima para abajo, creo que no es
muy relevante la cuestión. Lo que es claro es que el crecimiento
económico en España en el año 1994 va a ser debido al tirón del sector
exterior.

Esto, aparte de la cifra y aparte del dato en lo concreto, es un modelo
que implica que el arranque en la economía española se produce por este
sector, lo cual permite suponer razonablemente, y sin echar las campanas
al vuelo, que la reactivación de la demanda interna que uno tiene que
prever --y hablo del año 1995-- en el año 1995 va a poder ser con una
situación del sector exterior razonablemente bueno por la propia inercia
de este año. Esto indica que la economía española tiene, en un período en
el que los economistas podemos hablar, posibilidades de crecimiento
«sano» --entrecomillado--, posibilidades de crecimiento estable y sin que
se vea amenazado por eso que todos tememos tanto, que es el sector
exterior. Con estas perspectivas, uno incluso podría hablar ya del año
1996, pero no quiero ser excesivamente optimista e ir tan adelante.

La señal de atención (yo no lo llamaría señal de alarma) hay que situarla
siempre en la competitividad, porque, aunque las cosas fueran muy bien,
muy bien en esta área, nunca se puede bajar la guardia. Esto es
absolutamente determinante en una economía como la española, que se
desenvuelve en la Unión Europea y que se desenvuelve en la perspectiva de
un comercio exterior en el medio plazo, con un mayor endurecimiento y,
por tanto, extraordinariamente difícil. Luego todo lo que sobre
competitividad sea



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bueno señalar, bienvenido sea. Sin ninguna duda es una cuestión
prácticamente capital.

A mí los papeles me llegaron como a todo el mundo. Bien es cierto que
sobre el primero de ellos ya me dio tiempo a tener un debate con una
parte del sector empresarial del territorio por el que soy Diputado
porque llegó con diez días de antelación. No sólo me dio tiempo a leerlo
y estudiarlo, sino a repartirlo entre una parte del sector empresarial de
mi circunscripción electoral, someterlo a debate y verlo con las
conclusiones que ellos también nos trasladaron. Es cierto que el segundo
papel acaba de llegar ahora, pero no hay grandes variaciones en lo
estructural, cuando además yo creo que lo político es la clave de esta
cuestión. Así, sobre la marcha, ya se puede ver un dato sobre la
competitividad entre el análisis que el Ministerio nos hacía para el
primer cuatrimestre y el análisis que nos hace para el semestre.

La situación de competitividad hasta marzo era de 16,8 y ahora ya es de
17 por ciento, lo cual implica que, en todo caso, en este tan pequeño
período de tiempo (nunca es bueno barajar décimas) mantenemos una
situación relativamente estable, que probablemente en agosto haya bajado
una décima, pero estamos en posición estancada en este momento en el muy
corto plazo. Sin embargo, vuelvo a decir que este tema sí es lo
suficientemente importante como para que todos los esfuerzos se centren
en él. Además, creo que aquí, otra vez, nos tenemos que ir ya del ámbito
estricto del sector exterior, y nos tenemos que ir a la estructura
productiva y nos tenemos que ir a los costes, situando aquí dos: los
costes laborales unitarios y los costes financieros.

Los primeros tuvieron una mejor evolución en los últimos tiempos en
nuestro país; los segundos también, aunque en el cortísimo espacio de
tiempo anterior --he hablado de los dos últimos meses-- hay un dato
preocupante, como es la subida de los tipos a diez años, que
necesariamente, desde el ámbito del Ministerio de Economía y Hacienda,
hay que atender con toda atención.

Quiero señalar una tercera línea, que son las reformas estructurales. El
programa de convergencia que el Gobierno hizo público señala toda una
gama de reformas estructurales de la economía española en la que hay que
seguir incidiendo. Ya no le hablo sólo al Secretario de Estado de
Comercio Exterior, sino al Secretario de Estado del Gobierno de la
Nación, para que continúen desde el Gobierno en el esfuerzo de las
reformas estructurales, ya que en estas tres cuestiones --costes
laborales, costes financieros, otros tipos de costes y reformas
estructurales-- yo creo, que nosotros tenemos en juego una parte
importante de nuestra capacidad futura de crecimiento a tasas más altas
que nuestros vecinos y, por tanto --estoy hablando ya del medio plazo--,
sí es muy importante que el Gobierno mantenga la tensión en ese tipo de
reformas.

En lo concreto de este Ministerio, no quiero extenderme mucho porque el
Secretario de Estado ha sido suficientemente detallado, creo que hay dos
cuestiones en las que hay que incidir, que son, en el ámbito de fomento
de la red exterior, desde la promoción, ya se incidió mucho por
anteriores portavoces de otros grupos y creo superfluo hacerlo yo en este
momento, por lo que quiero llamar la atención sobre el aspecto más
estable de la promoción, que son las redes de comercialización. La
incidencia desde el Ministerio en ser capaz de establecer redes
comerciales estables, que es lo que puede permitir que sectores con
dificultades de salir al exterior, por su tamaño básicamente, sectores de
pequeñas y medianas empresas, puedan tener una cada vez mayor facilidad
institucional, una cada vez mayor facilidad de acceso a estos mercados.

También creo que aquí nunca es demasiado lo que se haga. No quiero decir
que haya que aumentar el presupuesto del Icex --ya hablaremos de
presupuestos cuando llegue el debate de esto--, pero sí que es muy
importante que mantengamos la tensión y, por tanto, que la mantengamos en
todo lo que tiene que ver con la productividad, con la competitividad, en
sentido amplio, y con la productividad, en el sentido de lo concreto.

Quiero acabar con algo que señalaba el Secretario de Estado en su
intervención, y es que en la Unión Europea actual y futura y en la Ronda
Uruguay futura, cada uno puede defender y pensar en todas las políticas
económicas que quiera, pero el que no sea competitivo se queda fuera. Por
tanto, se puede discrepar y se pueden tener determinadas líneas de
injerencia con otros grupos en la política económica que se desarrolla,
pero yo creo que hay una absoluta unanimidad en torno al necesario
mantenimiento de la competitividad. Por tanto, desde el Grupo Socialista
el Gobierno va a tener todo el apoyo, e incluso trataremos de ir por
delante en el estímulo, para que no baje la guardia en este tema
primordial y fundamental en el medio plazo.




El señor PRESIDENTE: Para contestar, tiene la palabra el Secretario de
Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO EXTERIOR (Ruiz Ligero): Me
gustaría empezar con carácter general mi turno de respuestas diciendo que
sí creo, y en eso tengo la misma percepción que el señor Diputado del
Grupo Socialista, que en el asunto de la competitividad y en la mejora de
la productividad de las empresas, después de la apuesta que este país ha
hecho de internacionalización, hay casi una total unanimidad. Habrá
matices, habrá medidas distintas que recomendar o habrá que atemperar el
ritmo en la puesta en marcha de determinadas medidas, pero lo que no cabe
ninguna duda es que ése es un elemento y por eso quería empezar con las
últimas palabras del señor Caballero diciendo que, efectivamente, sobre
este punto yo, como Secretario de Estado de Comercio, percibo una
unanimidad en los grupos en cuanto a que la ganancia de la
competitividad, la lucha por la competitividad es un factor, es una
condición absolutamente necesaria, no sé si suficiente, pero sí
absolutamente necesaria, para conseguir que nuestra economía, que es una
economía ya integrada en marcos de referencia mucho más amplios, pueda
realmente crecer de una manera sostenida.

Creo que desde el punto de vista de cualquier economista, oficial o
privado, lo que es claro es que la actividad económica no es un fin «per
se», sino que la actividad económica es importante en su desarrollo
porque genera



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empleo y bienestar, y también creo que sobre ese punto debe de haber
bastante consenso, no sólo desde el punto de vista político en esta
Cámara, sino desde el punto de vista de la opinión pública y de los
principales profesionales de la economía.

Quisiera hacer, al hilo de todas las intervenciones, algunas
consideraciones, en muchos casos tampoco tengo interés en repetir parte
de lo que ya he dicho o algunas cosas que han sido mencionadas por SS.

SS., pero, a pesar de la ausencia del señor Homs, que nos comentaba que
le iba a ser imposible estar aquí, sí me gustaría hacer algunos
comentarios a los que ha hecho el señor Homs, porque creo que pueden
servir de referencia y también constar en el acta de la sesión.

Y creo que es absolutamente fundamental, y quiero decir que estamos
totalmente de acuerdo, garantizar la consolidación del crecimiento
económico y para ello vuelvo a ver como un denominador común el de la
competitividad. También quiero decir que, desde el punto de vista del
Gobierno y de la eficacia en la aplicación de medidas por parte del
Gobierno, puede quedarse muy tranquilo el Grupo Catalán (Convergència i
Unió) en lo que se refiere a la puesta en funcionamiento y la eficacia de
muchas de las medidas, que después tendré oportunidad de comentarlo
cuando me refiera a la intervención del Grupo Vasco, en el sentido de que
ha hay una serie de medidas --y después, si puedo, doy un calendario--
que han entrado en vigor que son sumamente novedosas sobre el resto de
las medidas, como fueron la firma por parte del ICO con el Icex y del
Icex con Cofides de líneas de crédito que están pensadas precisamente
para fomentar y financiar, a tipos de interés por debajo de los mercados,
la actividad exterior de las empresas, no sólo en su vertiente de venta,
su vertiente de exportación, sino --lo que es fundamental-- en su
vertiente de implantación. Por tanto, creemos que no sólo desde el punto
de vista de las «medidas tradicionales»
--entre comillas-- que están recogidas todos los años en los presupuestos
del Instituto Español de Comercio Exterior y del resto del Ministerio,
sino en muchas de las nuevas medidas incluidas en el paquete de medidas
del mes de abril, se están poniendo en marcha sin esperar, en muchos
casos, a lo que en otros no hay más remedio por imperativos legales, como
es la entrada en vigor de la ley financiera de acompañamiento a la ley de
presupuestos. Lo que sí hemos hecho ha sido adelantarlo, porque había una
alternativa, que era incluirlo en la reforma de sociedades y lo que se
hace es aprovechar determinadas modificaciones que la ley de
acompañamiento hace para introducir ya esas medidas y ponerlas en
práctica a partir del 1 de enero.

No sé si a estas alturas tiene mucho sentido decir o no qué es más
importante si la reducción del déficit público o la corrección de la
inflación. Yo creo que son barajas de una misma partida, creo que es
absolutamente fundamental la lucha por la reducción del déficit público;
en eso el Gobierno está empeñado y va a estarlo y los presupuestos van a
ir en esa dirección. Pero al mismo tiempo es verdad que no se puede
perder de vista en ningún momento la evolución de los precios, porque
incluso, a veces, yo no sería demasiado permisivo en el tema de la
inflación, como decía el diputado señor Homs, en el sentido de que alguna
décima más de inflación puede ser buena cuando hay reactivación; puede
ser bueno si tuviéramos una inflación uniforme, pero, desgraciadamente,
en el país, todavía por la distorsión de sectores, como el sector
servicios, la inflación no es uniforme y se producen disfunciones que a
veces un incremento --y no hablo de las cifras de agosto, donde puede
estar la polémica o no en relación a las tarifas telefónicas, no quiero
entrar en esa consideración--, pero incluso desde el punto de vista de un
mes «normal» --entre comillas--, en el que los componentes de la cesta de
la compra son los que son, yo creo que es importante que tenemos un
elemento estructural grave que habla de sectores donde todavía se
trasladan con mucha facilidad los incrementos de demanda vía precios y no
vía mejora del sector e incremento de la demanda.

El señor Aguirre hacía una serie de consideraciones sumamente importantes
sobre las propias afirmaciones que yo he hecho. Yo creo que, en términos
generales, hay cosas en economía que son tan evidentes que hacen posible
no luchar, como decía Durrenmatt, por lo evidente. Decía Durrenmatt que
no hay cosa peor que luchar por lo evidente. Yo creo que para todos los
grupos, incluso para el Grupo Popular, es absolutamente evidente que se
está produciendo la recuperación, que el sector exterior, tanto en su
vertiente comercial como en su vertiente del turismo, está siendo el
sector claramente estrella de la economía y, sin embargo, es lógico que
por su parte se carguen las tintas, a veces, en aspectos que a nosotros
no nos parecen dramáticos, pero es verdad que nosotros mismos hemos dicho
que el impacto, vía tipo de cambio, se agota. Si se agota en treinta
meses o se agota en un año, ya entramos en un esquema de opinión que no
es tanto por percepción política como por percepción de cómo está la
realidad económica. A pesar de todo --SS. SS. han tocado este punto en
sus intervenciones--, a pesar del agotamiento, todavía nuestras
previsiones en el año 1994 es que el sector, como mínimo, va a aportar
1,5 puntos al crecimiento del producto interior bruto; es decir que
creemos que el crecimiento del producto interior bruto va a estar entre
el 1,4 ó 1,5 puntos. Es verdad que el sector exterior va a seguir siendo
motor del crecimiento y va a seguir siendo origen de la recuperación,
pero eso no es malo, y ahí sí me gustaría insistir en un aspecto que me
parece importante.

No nos parece mal, como síntoma, que el empeoramiento --empeoramiento en
términos relativos, puesto que, al final, vamos a acabar con un déficit
por cuenta corriente prácticamente nivelado-- de la balanza comercial se
deba fundamentalmente a una mejora de la actividad productiva, a una
mejora de la actividad económica y a una mejora, en definitiva, de la
demanda interna. A nosotros nos parece que eso es bueno. Lo que sí sería
razonable, y ahí es donde yo creo que hay que seguir insistiendo, es que
se pudiera dar, y eso creo que sería un modelo sano --ahí coincido
totalmente con el Grupo Socialista en el análisis--, la circunstancia de
que esté creciendo el sector exterior con una actividad razonable de la
demanda interna. Es decir, no es bueno --y ahí tenemos el caso alemán,
que



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acaba de superar una de sus peores crisis en la época de la posguerra--
que, necesariamente, el sector exterior sólo funcione bien cuando la
demanda interna esté en total atonía; eso no es bueno porque se está en
un sistema muy asimétrico, en un sistema que, por supuesto, tiene incluso
discusiones políticas en el sentido de si cuando uno, en ocasiones, no
tiene déficit está transfiriendo recursos al exterior y, por tanto,
generando desempleo en su propio país. Para no entrar en esa dinámica, el
modelo sano de crecimiento es tener un sector exterior que, por supuesto,
no puede aportar, como aportó el año pasado, casi 2,9 puntos sobre el
crecimiento del producto interior bruto, pero sí que sea posible, y
creemos que va siendo posible cada vez más --en eso nos permitimos ser
optimistas--, tener un sector exterior saneado con crecimientos
razonables de las exportaciones y con un crecimiento de las
importaciones, que en muchos casos son absolutamente necesarias en
aquellos componentes que suponen capitalización de la economía y mejora
del aparato productivo e incluso del consumo, ya que estamos en una
economía completamente abierta donde no debemos poner pegas a que haya
una gran variedad de productos importados, puesto que queremos que
nuestros productos también formen parte de la cesta de la compra de
nuestros colegas de la Unión Europea. Creo, razonablemente, que esto se
puede conseguir.

Por ello creo que la recuperación no es mínima, que la desviación es una
desviación razonable y que, efectivamente, el modificar las previsiones
en muchos casos no supone tampoco una manifestación de fracaso político,
sino un realismo y una sinceridad con los hechos y, lo que es más
importante, que ni nosotros ni ningún país de nuestro entorno tenía a
principios de año los objetivos de crecimiento económico que tenemos hoy.

No es que nosotros estemos hablando ya casi de un 2 por ciento sólo por
nuestra economía, como si estuviera en una esfera de cristal
completamente aislada, sino que en gran medida se debe a que los demás
también lo están revisando. Lo ha revisado el Banco Mundial, lo ha
revisado la OCDE, lo ha revisado la Comisión de la Unión Europea,
etcétera. Por tanto, es lógico que se hagan esas revisiones, sobre todo
cuando son al alza; no se puede decir: Cuán equivocado estaba el
Gobierno, cuán mal es capaz de pronosticar. Se debe, por el contrario,
decir: Estamos en un contexto donde las previsiones son cambiantes, pero,
afortunadamente, son cambiantes en sentido positivo.

Insiste el señor Aguirre, y estamos totalmente de acuerdo, en la
inelasticidad de sectores como el sector servicios. Estamos, repito,
absolutamente de acuerdo en que hay que estar permanentemente llevando a
cabo reformas, sean legislativas o sean incluso de carácter puramente
normativo, para hacer que esos sectores que se llaman de bienes no
comercializables estén, cada vez más, sometidos a la competencia, sean,
como ocurre con otros sectores que están abiertos a la competencia
exterior, conscientes de que es imposible trasladar de manera automática
cualquier crecimiento de los precios directamente al consumidor y que o
bajan su margen o mejoran sus costes de transformación, porque, si no, no
hay capacidad de mejorar la competitividad.

Sinceramente, yo no creo --pienso que por ello hay un cambio cualitativo
importante-- que el sector exterior pueda volver a ser, aplicando las
palabras del señor Diputado, verdugo; no creo que la mejora de la
economía sea verdugo del comercio exterior o que el comercio exterior
vuelva a jugar un papel restrictivo sobre el crecimiento de la economía.

Creo que si analizamos cuál era la composición del sector exterior de la
economía española hace diez años y el que es hoy, veremos que tenemos un
sector exterior, contando importación y exportación de bienes, todavía
sin entrar en servicios, que ya supera el 50 por ciento de la economía
española.

Por tanto, las modificaciones posteriores en el sector exterior afectan a
una economía que es cada vez más dependiente del sector exterior, más
internacionalizada en todos los sentidos. Eso no significa en absoluto
que no se pudieran provocar en un momento determinado modificaciones
dramáticas, en el caso, por ejemplo, de las importaciones, que pudieran
tener un efecto mucho menos positivo y mucho más perverso del deseado.

Pero yo creo razonablemente que no existe un peligro inmediato de que se
pueda derrumbar el efecto positivo que el sector exterior está teniendo y
puede todavía tener compartiendo un crecimiento de la demanda interna en
el resto de la economía.

Si contemplamos las previsiones confirmadas por el Ministerio de Economía
en un enfoque temporal, al final casi todas acaban coincidiendo. El hecho
de que en un momento determinado avancemos previsiones, entre comillas,
«no oficiales» indica que los departamentos, cada uno en su competencia,
van avanzando razonablemente esos datos que luego acaban confirmándose en
el cuadro macroeconómico. Yo no creo que exista, lo afirmo rotundamente,
ni enorme ni pequeña diferencia de opinión entre el Departamento de
Economía y Hacienda y otros Departamentos, concretamente el Ministerio de
Comercio y Turismo en las previsiones y pronósticos sustanciales de las
variables básicas de la economía, en lo que se refiere a crecimiento de
la exportación, crecimiento de la importación, comportamiento del déficit
comercial, comportamiento del déficit por cuenta corriente y, en
definitiva, situación de competitividad de la economía española.

En cuanto a la aplicación de las medidas de forma permanente, preguntaba
el señor Aguirre qué quería yo decir cuando señalaba que permanentemente
hay que estar tomando medidas. A lo mejor me explicaba incorrectamente.

Hay que estar permanentemente tomando el pulso a la actividad económica
para que muchas de las medidas se apliquen cuando hay que aplicarlas, que
no nos encontremos con el desfase a veces coyuntural de aplicar medidas
en una fase del ciclo en que pueden no ser suficientemente útiles. Eso es
lo que nosotros queremos hacer con muchas medidas que no necesitan
desarrollo normativo. Hay muchas medidas que forman parte de la actividad
concreta del Instituto Español de Comercio Exterior o de la Secretaría de
Estado de Comercio Exterior o de la Secretaría General de Turismo o del
conjunto de los distintos sectores de la administración económica.

Por tanto --y empiezo a contestar al señor Zabalía--, creo que siguen
siendo en este momento más del 75 por



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ciento las medidas que tienen su aplicación en el año. En algunos casos
será el año que viene por razones presupuestarias, pero no por razones
legislativas o por razones legales.

Las líneas de crédito del Icex con el ICO y con Cofides --y es una
responsabilidad posiblemente nuestra-- no son suficientemente conocidas.

Fueron firmadas en el mes de junio o julio y tal vez con la venida del
verano no se conocieron. La cuantía es muy importante. Una de ellas,
precisamente la de redes comerciales en el exterior, en que tanto
insistía S. S., es de 20.000 millones de pesetas y el ámbito de
aplicación, desde luego, es la pequeña y la mediana empresa. El cliente
fundamental de un ministerio que se vuelca en ser un departamento de
servicios, en prestar servicios homologables, al empresario en general,
no sólo al exportador, al inversor, tiene que ser la pequeña y la mediana
empresa, por una razón yo diría que es casi obvia, y es que el noventa y
tantos por ciento del tejido empresarial de nuestro país son pymes.

Eso enlaza a veces con la contestación a una crítica o una observación
que creo sinceramente que no es totalmente correcta y que he procurado en
algunas comparecencias aclarar, pero con mucho gusto estoy dispuesto a
seguir intentándolo. Muchos de los mecanismos, sobre todo los
financieros, se dice que van dirigidos sólo a las grandes empresas. Esto
es sólo en parte verdad. Es verdad, por ejemplo, que si de lo que se
trata es de construir una planta de detergentes en China o construir un
metro para una ciudad china, por poner dos ejemplos que son reales,
evidentemente es un consorcio de grandes empresas, nacionales e incluso
internacionales. Pero detrás de todos esos pedidos, en la mayor parte de
las ocasiones en estos casos de que estoy hablando son más de 250 y de
300 empresas. Son empresas que, bien directamente, porque ellas han
conseguido el pedido, o indirectamente, porque son suministradoras del
exportador final, lo notan en su cuenta de resultados y en su empleo. Eso
no significa que ése sea el único camino en que las pymes pueden
desarrollar su actividad exterior. Estoy absolutamente de acuerdo en que
también tienen su parcela de participación en el comercio exterior de
manera directa. Para ello, evidentemente, tanto en los presupuestos del
Icex para el próximo año como en todas las medidas que se están poniendo
en marcha, se hace un hincapié permanente en la pequeña y mediana
empresa, incluso en el caso de las líneas de Cofides, que son para
inversión directamente productiva, casi hasta al revés: se limita el que
sean grandes empresas. Se pone el techo en una determinada cantidad para
que ése no sea el mecanismo de financiación de la actividad exterior de
las empresas grandes, sino fundamentalmente de las pequeñas y medianas.

Mencionaba S. S. que había habido una ralentización de las cifras de
comercio exterior y decía que la exportación solamente ha crecido el 36
por ciento. El 36 por ciento de crecimiento es una cifra muy respetable
y, aunque haya sido menor que otras veces, es muy importante. Ojalá
pudiéramos mantener esa cifra para todo el año. Yo he sido más modesto y
he hablado del 17 por ciento para todo el año, porque somos conscientes
de que esa cifra es muy difícil de mantener. Sí creemos --y vuelvo a
retomar mis argumentos, que han sido corroborados por el señor Caballero
cuando decía que un país que va a crecer, si todo va según lo previsto,
alrededor del 2 por ciento de su PIB-- poder mantener y que no se
empeore, el déficit comercial, cuando se está dando un salto de tres
puntos en el crecimiento del PIB. Creo que es una buena noticia. Eso no
significa, en absoluto, futuro, y en eso posiblemente comparto la mayoría
de las opiniones que se han vertido en esta sesión. No podemos quedarnos
mirándonos al ombligo y diciendo que se ha conseguido ya mucho, que la
economía española está mucho más internacionalizada. Los datos indican
que hay que seguir siendo optimistas, pero queda mucho por hacer. Muchas
de esas medidas de las que hablaba y de las que el Diputado señor Aguirre
preguntaba cuáles son, muchas son fundamentalmente cualitativas, muchas
son inversiones en investigación y desarrollo, en mejora muy sustancial
de la política de costes de las empresas para mejora de puestos laborales
unitarios y, por supuesto --y esto es importante desde el punto de vista
del entorno financiero--, una mejora en la financiación. Pero, si
seguimos en una lucha razonable contra la inflación, no habrá peligro, no
digo ya de estar pensando en bajadas de tipos de interés, pero al menos
del mantenimiento del tipo de interés en los niveles actuales.

Comentaba el Diputado señor Zabalía el problema de las discrepancias en
fuentes de datos y, a veces, en la insistencia que hacemos en
determinados mercados. Yo creo que cuando usted hablaba del mercado
asiático, las mejores pruebas de que el camino va por ahí y de que somos
muy conscientes de esas preferencias que las empresas de su
circunscripción seguramente le reclaman, son la Expotecnia en China, que
ahora empieza a cosechar resultados; la reciente visita del Presidente de
Filipinas, con la firma de un protocolo financiero importante, y la
visita a Vietnam, con un grupo de empresarios, que confirmará para el año
que viene la creación de la embajada y de la oficina comercial en un país
como Vietnam, que es sumamente prometedor e importante como mercado para
nuestras exportaciones.

Si sumamos Vietnam, con ochenta millones de habitantes; Pakistán, con la
reciente visita de la primera ministra y la firma de un protocolo
financiero; Filipinas, la consolidación en el mercado indonesio y la
importancia que cada vez más tiene el mercado chino, podemos decir que la
prioridad Asia empieza a ser realmente importante. Pero no podemos dejar
a un lado a países del área latinoamericana, que están teniendo
porcentajes de crecimiento dobles del crecimiento mundial. Hay que ver
que América latina ha crecido un 5 por ciento, en términos relativos, en
los últimos años, que es casi el doble del crecimiento a nivel mundial.

Por no hacer demasiado largo mi turno, quisiera mencionar dos cuestiones
más. Una, desde el punto de vista del calendario de puesta en marcha de
las medidas. Retomando el propio documento, diría que, del conjunto de
medidas, las de carácter institucional han ido entrando en marcha, se ha
firmado el protocolo con Vietnam, el protocolo con Pakistán, el protocolo
con Filipinas, el protocolo



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con Paraguay en la reciente visita del señor Presidente del Gobierno. Se
han ido tomando porque estaban dentro de las posibilidades tanto del
marco financiero como de las dotaciones presupuestarias y, por tanto,
muchas de carácter institucional están ya en marcha. Me refiero también a
la firma de acuerdos de protección y promoción recíproca de las
inversiones. Creo que ya estamos en cerca de treinta acuerdos de esta
naturaleza institucional, que son fundamentales para poder atemperar, en
gran medida, el sentido de riesgo de nuestras empresas fuera, sabiendo
que hay un marco adecuado en el que, en última instancia, pueden confiar
en casos de litigios o de arbitrajes internacionales.

En cuanto a las medidas de promoción comercial, muchas de ellas se
adelantaron antes de 1995. Quiero recordar a SS. SS. que el Instituto
Español de Comercio Exterior incrementó su presupuesto, gracias a la
aplicación de remanentes, en 6.000 millones de pesetas en el año 1994,
precisamente para poner en marcha la enorme demanda que supuso solamente
el anuncio de las medidas de carácter de promoción y de estímulo a la
actividad exterior, y esperamos que el año 1995 no suponga un elemento
restrictivo para el desarrollo de este tipo de medidas.

Respecto a las medidas de carácter financiero, en muchas de ellas vamos a
entrar en modificaciones sustanciales, por ejemplo en los créditos FAD,
ya que es verdad que existe un entorno que nos aconseja cada vez más
modificar ese instrumento. Ustedes son conscientes de las obligaciones
internacionales, pero S. S. mencionaba --y estamos totalmente de acuerdo
y encantados de poder hablar de ello-- esos mecanismos que de alguna
manera pueden
--creo que era el término que utilizaba-- enmascarar o tal vez disimular
la realidad. En algunos casos ya lo estamos corrigiendo, o lo vamos a
hacer, pero estamos perfectamente abiertos a aquellos sectores o empresas
que con su experiencia y con su bien hacer en los mercados
internacionales nos puedan, en algunos casos, decir que eso que están
haciendo competidores fundamentales, por qué España, que igualmente está
en el consenso de la OCD o de la Unión Europea, no lo puede hacer.

Las medidas de carácter fiscal entendemos que todas ellas entran en vigor
con la Ley de Presupuestos y la Ley de Acompañamiento; no ha habido que
esperar a la modificación total de la Ley de Sociedades, pero esto es
algo que sólo lo avanzo como propuesta. Y las de carácter informativo y
de formación, casi todas ellas entrarán en vigor, en lo que se refiere a
lo adicional --puesto que eran medidas adicionales--, en 1995.

Por tanto, creemos que, desde el punto de vista de cumplimiento de los
compromisos del Gobierno, entre lo que va de año y 1995 habremos dado
fiel respuesta a medidas que en ningún momento --y estoy dispuesto a
demostrarlo con números--, en ningún caso son un ¡Viva Cartagena!, en
ningún caso son simplemente una consideración de carácter general de
cosas que hay que hacer, sino de cosas que se anuncian y se hacen.

Para terminar, quisiera simplemente hacer dos consideraciones en cuanto
al modelo de crecimiento que ya he mencionado pero que quiero reiterar.

Creemos, por la nueva estructura que va teniendo nuestra propia actividad
productiva, nuestro tejido empresarial, que sí es posible
--no sin dificultades, pero sí es posible-- tener un modelo de
crecimiento que haga compatible un sector exterior creciente, un sector
exterior saneado, con una actividad normal de la demanda interna del país
suficientemente importante, evitando movimientos de péndulo y teniendo,
siempre como un referente fundamental, un desequilibrio básico, que es el
del sector exterior, pero que no pueda incidir estructuralmente sobre
nuestra actividad. Y para ello retomo la palabra estructural, porque creo
que las reformas estructurales, cada vez más, forman parte del vademécum
de nuestra propia política económica, y cada vez más no son solamente los
criterios macro, a corto plazo, los que inciden fundamentalmente sobre
esa consolidación del modelo de crecimiento.




El señor PRESIDENTE: Concluido el orden del día, se levanta la sesión.




Era la una y treinta minutos de la tarde.