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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 262, de 27/07/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 262
AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA
PRESIDENCIA DE DON JOSEP GRAU I SERIS,
VICEPRESIDENTE SEGUNDO
Sesión núm. 16 (extraordinaria)
celebrada el miércoles, 27 de julio de 1994



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia, a petición del Gobierno, de los Excmos. Sres. Ministro de
Defensa (García Vargas) y Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
(Atienza Serna), para informar sobre la actuación de la Armada y, en
general, sobre las acciones desarrolladas en la evolución de los
acontecimientos en el sector pesquero, así como sobre los resultados de
las reuniones mantenidas con el Ministro de Pesca francés y el Comisario
Europeo. (Número de expediente 214/000062.)



Se abre la sesión a las diez de la mañana.




El señor VICEPRESIDENTE (Grau i Seris): Buenos días, señoras y señores
Diputados. En primer lugar, quiero excusar la asistencia del Presidente
de la Comisión, señor Pau, por hallarse ausente del territorio nacional,
y también la del Vicepresidente primero. Por tanto, esta Comisión
accidentalmente será presidida por el Vicepresidente segundo.

Vamos a iniciar la Comisión con la comparecencia, a petición del
Gobierno, de los Ministros de Defensa y de Agricultura, Pesca y
Alimentación para informar sobre la actuación de la Armada y, en general,
sobre las acciones desarrolladas en la evolución de los acontecimientos
en el sector pesquero, así como sobre los resultados de las reuniones
mantenidas con el Ministro de Pesca francés y el Comisario europeo. De
acuerdo con el artículo 61.3 del Reglamento de la Cámara, por el
Presidente del Congreso



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se ha resuelto que en el día de hoy se celebrara esta Comisión de
Agricultura a las diez horas. Por lo tanto, iniciamos ya el orden del día
con la intervención del señor Ministro de Agricultura.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señorías, comparezco ante esta Comisión, a petición propia, para exponer
las actuaciones llevadas a cabo por el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación en torno al conflicto suscitado por el incumplimiento de la
reglamentación comunitaria sobre redes de enmalle a la deriva, así como
las posiciones que han mantenido buques franceses. Para comprender la
problemática de las redes de enmalle a la deriva, así como las posiciones
que ha mantenido España a este respecto, conviene detenerse, aunque sea
brevemente, en los tres niveles en los que se plantea este debate:
internacional, multilateral y comunitario.

La utilización por determinadas flotas y en aguas internacionales de
redes de enmalle a la deriva, superiores incluso a cien kilómetros, para
la captura de grandes especies migratorias fue motivo de preocupación y
de rechazo de todos aquellos países, colectivos de pescadores y
organizaciones no gubernamentales que consideran inaceptable su
utilización no sólo por sus nefastas consecuencias medioambientales, sino
también porque conllevan una mortalidad por pesca que podría poner en
peligro la explotación sostenible de estos recursos. Entre los países que
abogaron por una prohibición de la utilización de estas artes siempre
estuvo el nuestro. Participamos activamente en el proceso llevado a cabo
en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas que permitió la
adopción, el 22 de diciembre de 1989, de la Resolución 44/225, que
estableció una moratoria respecto de todas las operaciones de pesca en
alta mar con grandes redes de enmalle a la deriva a partir del 30 de
junio de 1992. Tal vez el papel más destacado desarrollado por España se
haya producido en el seno de la propia Comunidad Europea en la medida en
que ha tenido que vencer grandes resistencias de determinados Estados
miembros, y en particular de Francia, antes de que la Comunidad aceptase
esta resolución de las Naciones Unidas. La resolución anterior de
Naciones Unidas se ha visto complementada por otras dos, la 45/167, de 21
de diciembre de 1990, y la 46/215, de 20 de diciembre de 1991. Ambas
resoluciones consolidan y confirman la moratoria en el uso de estas artes
destructivas. Nuevamente ha sido España quien ha tenido que emplearse a
fondo en el seno de la Comunidad para vencer las resistencias antes
mencionadas y obtener el apoyo comunitario a estas resoluciones.

A nivel multilateral, España planteó ante la Comisión Internacional para
la Conservación del Atún Atlántico, a partir de 1988, su grave
preocupación no sólo respecto de las redes de enmalle a la deriva como
tales, sino muy especialmente por el desarrollo detectado, a partir del
año anterior, de una pesquería francesa en el Atlántico nordeste dirigida
al atún blanco y que utilizaba este tipo de arte. Esta preocupación venía
motivada por el impacto negativo de estas artes sobre los recursos
pesqueros y el grave riesgo de desequilibrio que podía ocasionar a la
pesquería que desde tiempos inmemoriales se venía realizando con artes
tradicionales de anzuelo y que había demostrado de forma empírica y
constante su sostenibilidad. En los años siguientes España ha seguido
denunciando ante la Comisión Internacional para la Conservación del Atún
en el Atlántico las consecuencias negativas y perjudiciales antes
señaladas, y lo ha hecho con mayor insistencia, si cabe, al comprobar que
se ha producido un incremento notable en el número de barcos que recurren
a las redes de enmalle a la deriva, al utilizar el arte unidades o buques
de otros países comunitarios como Irlanda y el Reino Unido. Paralelamente
a lo anterior, España, en estrecha colaboración con la delegación de
Estados Unidos, apoyó la resolución aprobada en la reunión anual de 1990
mediante la cual la Comisión Internacional para la Conservación del Atún
en el Atlántico respalda y asume la Resolución de Naciones Unidas 44/225.

En este sentido, al igual que ocurrió en el marco de la Asamblea General,
España tuvo que vencer nuevamente las resistencias de algunas partes
contratantes y de la propia Comisión de las Comunidades Europeas que
mostraba ciertas reservas a que se adoptase una resolución rechazada por
uno de sus Estados miembros. En la reunión anual de 1993, la Comisión
Internacional para la Conservación del Atún en el Atlántico adopta una
nueva resolución en contra de las grandes redes de enmalle a la deriva.

Ni que decir tiene que tanto el papel que jugó España como las
resistencias con las que se tuvo que enfrentar fueron prácticamente
idénticas a las anteriormente descrita. La política española de
aprovechar todos los foros multilaterales pesqueros para denunciar el uso
de redes de enmalle a la deriva y apoyar su prohibición se manifiesta
también en el marco del Comité de Ordenación de Túnidos del Océano
Indico. En su reunión anual de 1990 se aprobó una resolución de apoyo a
las de la Asamblea General y se tuvo que vencer, en este caso también, la
oposición frontal de Francia y la reticencia de la propia Comisión.

Idéntico proceso tuvo lugar durante la XIX sesión del Comité de Pesca de
la FAO, en abril de 1991 y en la reunión del Comité de Gestión de
Pesquerías del Consejo General de Pesca del Mediterráneo, en octubre del
mismo año. En ambos casos se obtuvieron resoluciones de apoyo a las de
Naciones Unidas.

A nivel comunitario, ya se ha aludido antes a lo que tal vez haya sido el
principal papel desarrollado por España en el sentido de vencer las
reticencias de la Comisión y, a la vez, sensibilizar a los demás Estados
miembros en relación con la necesidad de reaccionar de forma explícita
para, así, dar auténtico contenido a los principios de conservación
englobados en la política común pesquera, así como conseguir un eficaz
cumplimiento de los compromisos asumidos por la Comunidad a nivel
internacional. De lo anterior surge la propuesta de la Comisión de
regular el uso por todos los barcos comunitarios, independientemente de
la zona de pesca, de las redes de enmalle a la deriva. Es el conocido
Reglamento 345/92, que se aprueba en el Consejo de Ministros de Pesca de
octubre de 1991, se publica el 27 de enero de 1992 y entra en vigor a
partir de junio de ese año. Representa un avance significativo no
solamente porque limita y regula el uso de este arte, sino



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también porque contribuye sustancialmente a la cristalización de la
definición de lo que es una gran red de enmalle. En efecto, las
resoluciones de Naciones Unidas no establecían todavía una longitud
máxima a partir de la cual sería aplicable la moratoria. La única
referencia había sido la Convención de Wellington, en 1989, que
establecía como tal límite los 2,5 kilómetros. Al adoptar idéntico
criterio la Comunidad, y poco antes Estados Unidos, puede decirse que ya
se ha consolidado esta longitud máxima a nivel internacional. El
Reglamento 345/1992 estableció una derogación, hasta el 31 de diciembre
de 1993, que permitió a un restringido número de barcos comunitarios --37
de nacionalidad francesa-- la utilización de redes de hasta cinco
kilómetros de longitud y fijó a la vez unas condiciones muy rígidas,
entre otras, que no podían beneficiarse más que aquellos barcos
comunitarios que pudieran demostrar una actividad de al menos dos años.

Esta medida permitió una efectiva congelación del incipiente desarrollo
del uso de redes de enmalle a la deriva por parte de Irlanda y del Reino
Unido, que se vieron excluidos de la derogación. Por otro lado,
establecía la posibilidad de prorrogar la derogación, pero se
condicionaba a la efectiva demostración de que su uso no representase
riesgo ecológico alguno. A lo largo de 1992 y 1993 fueron realizados
sendos estudios científicos por parte de centros de investigación
españoles y franceses. Las conclusiones de los centros, aunque
divergentes, coincidieron en la demostración de que sí existía un riesgo
ecológico. Por esta razón, y por otras de tipo procedimental, el 31 de
diciembre de 1993 finalizó la posibilidad de prórroga prevista en este
Reglamento. Por ello, a partir del 1 de enero de este año, los barcos
comunitarios únicamente pueden utilizar 2,5 kilómetros de red.

España ha mantenido siempre, en el seno de la Comunidad Europea, la
necesidad de proceder a la prohibición total del uso de redes de enmalle
a la deriva. Esta posición no surge exclusivamente de las proposiciones
no de ley adoptadas por el Parlamento nacional y por los parlamentos
autonómicos, sino que se fundamenta en la clara conciencia de que estas
redes representan un grave peligro ecológico, un atentado contra las más
elementales reglas de conservación de los recursos, un peligro para la
navegación y una incompatibilidad clara y manifiesta con las artes
tradicionales de anzuelo, que han sido el más claro exponente de lo que
debe ser una pesca responsable y una actividad sostenible. No obstante,
dado que la normativa comunitaria exige la adopción por mayoría
cualificada, España se mostró receptiva ante la propuesta del nuevo
Reglamento de la Comisión en materia de artes de deriva. Esta propuesta
incluía una prórroga de la autorización de redes de hasta 5 kilómetros
para buques franceses en la campaña de 1994, que fue categóricamente
rechazada por España en diciembre de 1993 y, por tanto, no pudo entrar en
funcionamiento para esta campaña de 1994. Esto se produjo durante el
debate del Consejo de Ministros de diciembre de 1993. Sin embargo, se
consideraron positivos otros elementos de control reforzado en el uso de
redes de enmalle a la deriva, así como la fórmula de eliminación
progresiva, propuesta por la Comisión, para hacer desaparecer las redes
de enmalle a la deriva en un plazo de cuatro años. En el marco del
Parlamento Europeo se mantendrá, al menos en lo que respecta al partido
del Gobierno, la misma posición de siempre de abogar por la prohibición
total de estas redes. No obstante, no deben descartarse los aspectos
positivos que incluye la nueva propuesta de la Comisión a la hora de que
el Parlamento emita su dictamen sobre la misma.

El desarrollo por parte de Francia, a partir de 1987, de una pesquería de
bonito con redes de deriva y la incorporación a la misma de un número
reducido de buques de Irlanda y Reino Unido han motivado un claro
conflicto entre los pescadores españoles y los de estos países
comunitarios por las siguientes razones. En primer lugar, los pescadores
españoles, que utilizan métodos tradicionales de anzuelo como el curricán
y el cebo vivo, llevan pescando de forma sostenible el bonito desde
tiempos inmemoriales. La irrupción de las redes de deriva y su notable
crecimiento ha demostrado que existe una clara incompatibilidad de artes
y ha motivado una creciente y razonable preocupación por el efecto
negativo que pueda tener su uso sobre los recursos. Por otro lado, la
alta rentabilidad de las redes de enmalle a la deriva y el menor coste
que representa su uso han tenido también un efecto negativo para nuestras
pesquerías tradicionales, en la medida en que el mercado de destino
principal del bonito es el español y los precios tienden a la baja. Los
efectos perjudiciales de estas redes, tanto medioambientales como
respecto a su peligro para la navegación, se han visto aumentados por el
hecho de que hasta junio de 1992 no existía una regulación comunitaria
para ordenar su uso. Las grandes dificultades de control han sido
motivadas por el hecho de que es una pesquería que se desarrolla
principalmente en aguas internacionales y que únicamente pueden actuar en
alta mar las autoridades del pabellón del barco en concreto.

Para solucionar estos problemas España ha llevado a cabo las siguientes
iniciativas. En primer lugar, una exhaustiva labor de concienciación y
condena en los foros internacionales, multilaterales y comunitarios, a la
que he hecho mención anteriormente. En segundo lugar, el conseguir a
nivel comunitario una regulación del uso de estas artes. En este sentido
debe considerarse un avance la aprobación del Reglamento 345/1992, ya que
establece una longitud máxima de red y un marco normativo que permite a
España exigir su cumplimiento. Hasta la adopción de este reglamento no
existía ningún límite de longitud; a partir de entonces, lo importante
pasó a ser asegurar el cumplimiento de la normativa. En tercer lugar, el
establecimiento de un sistema de control eficaz que asegurase el respeto
de las disposiciones. En este contexto España ha movilizado todos los
medios a su alcance: el desplazamiento de patrulleras de la Armada que
desde 1992 han acompañado, de forma constante, a la flota del bonito; la
presencia a bordo de inspectores nacionales y de observadores
comunitarios; las inspecciones en puertos de barcos de otros países que
utilizan estas redes y la imposición de las oportunas sanciones por
incumplimiento, así como el refuerzo de la vigilancia aérea dentro de
nuestras aguas jurisdiccionales.

La intensa labor de seguimiento desarrollada por las patrulleras de la
Armada en la pesquería ha sido



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recientemente reforzada por buques de apoyo, fletados por las comunidades
autónomas, y se ha traducido todo ello en un flujo constante y minucioso
de denuncias de infracciones a la normativa comunitaria, tanto a las
autoridades de los diferentes Estados miembros como a las comunitarias.

España ha procurado por todos los medios a su alcance subsanar las
limitaciones de control que establecen tanto la Convención del Derecho
del mar como la propia normativa comunitaria, concretamente en relación
con la imposibilidad de que patrulleras españolas puedan realizar
inspecciones directas en aguas internacionales a buques de otra
nacionalidad. Asimismo, para garantizar en la medida de lo posible que
las autoridades nacionales ejerzan un efectivo control y aseguren el
cumplimiento de la normativa se ha logrado, en los dos últimos años, la
presencia a bordo de los inspectores comunitarios, tanto en las
patrulleras españolas como en las francesas. En la actual costera España
destina a la zona de pesca, en misiones de vigilancia y apoyo a la flota,
a los patrulleros de la Armada Chilreu, Mahón y Serviola, así como al
buque de asistencia sanitaria investigador.

Ante la previsión de que en la costera de bonito volvieran a producirse
incumplimientos de la reglamentación comunitaria por parte de buques
franceses, el 16 de mayo, por tanto antes de que comience la costera,
diez días después de mi toma de posesión, envié una carta al Comisario de
Pesca, de la que entresaco algunos párrafos: Estimo absolutamente
necesario que los servicios de la Comisión actúen de forma contundente
ante la situación que se avecina y considero que debería asegurarse la
Comisión de estar presente en el despacho de los citados buques, así como
la presencia de inspectores comunitarios que han sido invitados a
embarcarse en los patrulleros españoles y que han sido designados para
seguir de cerca esta pesquería desde el primer momento. En otro párrafo
digo: En caso contrario, el potencial de conflicto es enorme y tanto el
sector como la Administración española y las organizaciones no
gubernamentales, que siguen de cerca este asunto, tendrán graves
dificultades para comprender, y mucho menos aceptar, que se pueda
producir una situación de flagrante desacato de la normativa comunitaria.

Y sigo: Espero, señor Comisario, que no ocurran los incidentes, pero por
ello le reitero la necesidad de que la Comisión actúe con firmeza y de
inmediato. Estos son párrafos de la carta remitida, como les digo, el día
16 de mayo, antes del comienzo de la campaña del bonito y diez días
después de mi toma de posesión como Ministro de Agricultura, Pesca y
Alimentación.

Iniciada la costera, la Administración española denunció ante el Gobierno
francés y las autoridades comunitarias las infracciones que venían
cometiéndose a partir de la primera detectada el día 13 de junio. Ante
las denuncias españolas la Comisión envió, el 17 de junio, una carta
dirigida al Gobierno francés denunciando las infracciones que venían
produciéndose. Posteriormente se celebró una reunión de alto nivel, el 29
de junio en Bruselas, en la que los representantes españoles volvieron a
insistir en la necesidad de asegurar un nivel de control suficiente y
eficaz por parte de los Estados miembros y en particular por parte del
Gobierno francés. Yo tuve la oportunidad también, en el Consejo de
Ministros de Pesca del día 10 de julio, de participar en un largo y duro
debate sobre la propuesta de la Comisión referente a la supresión total
de las redes de enmalle a la deriva. En ese debate tuve ocasión de
reiterar de forma insistente, aunque tengo que reconocer que
relativamente aislada, la necesidad de sacar adelante la propuesta de la
Comisión referente a la supresión definitiva de las redes de enmalle a la
deriva, entre otras cosas no solamente por los argumentos que ya he
mencionado, sino por las dificultades de control de una autorización de
redes de enmalle a la deriva, aunque fuesen limitadas en su longitud.

Ahora bien, a pesar de todas estas advertencias y ante la pasividad de la
administración francesa, la tensión fue subiendo en el caladero, dando
lugar a los lamentables incidentes ya conocidos. Dada la gravedad de
estos hechos y tan pronto estuvo disponible el Comisario, el día 18 de
julio --es decir, el lunes siguiente a los sucesos que se produjeron
entre el viernes y el sábado-- mantuve una reunión con el Ministro
francés y el Comisario de Pesca en un intento de recuperar la normalidad
y encontrar una solución al conflicto sobre la base del estricto
cumplimiento de la reglamentación comunitaria. El acuerdo que se alcanzó
en dicha reunión resulta, en mi opinión, satisfactorio. Me gustaría
destacar dos elementos importantes de este acuerdo. En primer lugar, en
contra de la interpretación hasta entonces mantenida por el Gobierno
francés, se ratificaba la prohibición no sólo de utilizar sino de llevar
a bordo redes de enmalle a la deriva con una longitud total superior a
los 2,5 kilómetros, incluso aunque estas redes estuviesen precintadas.

Este era un elemento fundamental para facilitar el control y para evitar
lo que estaba siendo un hecho y es que estas segundas redes estaban
siendo empalmadas y echadas a la mar. En segundo lugar, para evitar el
segundo gran punto débil del sistema de control de la reglamentación
comunitaria en esta pesquería, es decir, que el control del cumplimiento
de la reglamentación comunitaria por parte de los buques franceses, en
aplicación del principio de subsidiaridad, recayese exclusivamente en la
administración francesa, se concedieron facultades excepcionales de
inspección a los hasta entonces observadores comunitarios. Con ello se va
a obtener una mejora neta en la capacidad de actuación de los inspectores
comunitarios que podrán, en este marco de competencia ampliada, asegurar
de forma transparente el efectivo cumplimiento por los Estados miembros
de la normativa en vigor.

En el marco de la reunión técnica trilateral, que tendrá lugar esta
semana, se fijarán las condiciones concretas para plasmar el nuevo papel
que deberán desarrollar los inspectores comunitarios. Entre estas
condiciones cobrará especial relevancia que los inspectores comunitarios
puedan, dentro del pleno respeto de las atribuciones de los comandantes
de las patrulleras, dirigir las actividades de inspección, al objeto de
asegurar que los inspectores nacionales ejerzan con eficacia y
transparencia sus competencias de control sobre las actividades de los
buques de su pabellón. Asimismo, se deberá asegurar que los inspectores
comunitarios acompañen a bordo a los inspectores nacionales durante las
inspecciones en el mar, realicen mediciones



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independientes de las artes y elaboren los oportunos informes de cada una
de las inspecciones. En mi opinión, cobrará especial importancia la labor
de coordinación que deberán hacer los inspectores comunitarios a bordo de
las patrulleras de las diferentes nacionalidades, al objeto de poder
verificar las presuntas infracciones detectadas.

Por otra parte, en el acuerdo alcanzado, insisto, se dirime una cuestión
de capital importancia, como es el pleno respeto de la normativa
comunitaria sobre redes de deriva en el sentido de que únicamente está
permitido tener a bordo y utilizar una red de 2,5 kilómetros. El hecho de
que las autoridades francesas hubieran defendido una interpretación
diferente fue uno de los motivos principales de conflicto, actualmente
zanjado al haber aceptado Francia los planteamientos de España ante la
Comisión Europea. En contrapartida a lo anterior, la obligación que
asumió España no fue, ni más ni menos, que respetar la legalidad, es
decir, devolver el barco a las autoridades de su pabellón. Se ha
criticado la actuación de la Administración española durante este
conflicto. Se ha puesto de relieve especialmente que no estuviera
presente cuando el barco La Gabrielle arribó al puerto de Burela. No
puedo aceptar estas críticas. Se intentó, durante largas horas, encontrar
una solución al conflicto que incluía la respuesta favorable al
requerimiento de la Comisión de entregar el barco en alta mar ante
inspectores comunitarios. Desde el primer momento lo que se buscó a
través del acuerdo político, adoptado en Bruselas el lunes 18, fue una
solución estructural que permitiera resolver los problemas de
incumplimiento con el refuerzo de las actividades de los servicios de la
Comisión. Desde el primer momento se pensó en el día después. Lo que
interesa a nuestros pescadores es que puedan pescar de forma rentable y
que no aparezcan como agresores en un conflicto en el que les asistía la
razón de fondo. Por ello, permanecer en Burela hubiera supuesto el
respaldo a un comportamiento que ningún Estado responsable puede asumir.

El lunes 25 de julio, en la reunión celebrada con el sector para analizar
conjuntamente las reivindicaciones acordadas por éste en su reunión de
Santander, en lo que se refiere a las garantías de cumplimiento de la
reglamentación comunitaria se expusieron, por parte de los representantes
de la administración pesquera, los acuerdos alcanzados sobre la
imposibilidad de utilizar o llevar a bordo redes de enmalle a la deriva
superiores a 2,5 kilómetros y el reforzamiento de la inspección
comunitaria. No es posible responder de forma inmediata a la petición de
que los inspectores comunitarios puedan sancionar, porque ésta es una
facultad, hoy por hoy, exclusiva de los Estados miembros que requeriría
una aprobación de Consejo de Ministros y representa una modificación
sustancial de las posiciones que hasta ahora han sido mantenidas por
todos los países, incluido el Gobierno español, con el acuerdo
mayoritario del sector, sobre la no cesión de estas competencias a la
administración comunitaria. El acuerdo al que llegamos, antes descrito,
representa un avance neto respecto a la situación anterior, permitiendo
dar una solución específica a una situación concreta sobre la base del
acuerdo político refrendado por la Comisión. Por otro lado, no parece
oportuno plantearse la transferencia de nuevas y adicionales competencias
a la Comisión sin haber concedido al nuevo sistema la oportunidad de
demostrar su suficiencia. Ahora bien, sí procede considerar otra
exigencia del sector, en concreto lo que se refiere al debido
cumplimiento de las reglamentaciones comunitarias y nacionales en materia
de tallas y de condiciones sanitarias. En la conferencia sectorial de
agricultura, que se celebró ayer, tuve ocasión de plantear a las
comunidades autónomas la necesidad de que, en el ejercicio de sus
competencias, intensifiquen las inspecciones para que los productos
pesqueros, procedentes de Francia o de cualquier otro lugar, reúnan todas
las condiciones legalmente exigibles, tanto desde el punto de vista
higiénico-sanitario como de tallas y de calidad. La respuesta ha sido
unánime. Todas las comunidades autónomas, incluidas las no pesqueras, se
han comprometido a intensificar las medidas de inspección para garantizar
el estricto cumplimiento de las normas vigentes.

Como he señalado antes, se ha presentado al sector una respuesta acorde
con los límites que marcan tanto la legislación comunitaria como la
internacional. Es decir, se han ofrecido opciones viables y razonables
para atajar los problemas existentes y no ha sido posible, sin embargo,
acceder a otras exigencias de carácter maximalista por las razones antes
descritas. A pesar de lo anterior, la flota ha decidido bloquear
determinados puertos. Es, en mi opinión, una opción equivocada. Este tipo
de medidas no resultan necesarias para convencer al Gobierno de la
legitimidad en las reivindicaciones de nuestra flota bonitera. Hemos
defendido siempre y continuaremos defendiendo sus reclamaciones
legítimas. No podemos, sin embargo, asociarnos a planteamientos de fuerza
o de violencia, y no creo que este Parlamento deba hacerlo tampoco.

En resumen, el Gobierno español ha sido un protagonista activo y ha
estado siempre en la vanguardia, a nivel mundial, contra las redes de
enmalle a la deriva, tanto en los foros internacionales como en los
comunitarios. En segundo lugar, España se opuso rotundamente, en
diciembre de 1993, a la propuesta de la Comisión de que se permitiese
usar, en esta campaña de 1994, redes de hasta 5 kilómetros a 37 barcos
franceses, y ha estado siempre y va a seguir estando a favor de la
supresión total de las redes de enmalle a la deriva. En tercer lugar,
este Ministro, antes del comienzo de la campaña y diez días después de su
toma de posesión, remitió una carta al Comisario de Pesca instándole a
hacer cumplir la reglamentación comunitaria y avisándole del riesgo de
conflictividad si no se adoptaban medidas contundentes.

Por otro lado, quiero hacer dos constataciones. Ha habido dos tipos de
incumplimientos reiterados de la reglamentación comunitaria por parte de
buques franceses. Uno, reconocido por la propia administración francesa:
llevar a bordo redes de más de 2,5 kilómetros. Y otro, no reconocido pero
constatado por los inspectores españoles y de la Comisión: echar al mar
redes de mayor tamaño de las permitidas, es decir, redes de más de 2,5
kilómetros de longitud total.

La segunda constatación ha sido la pasividad de la administración
francesa, responsable de hacer cumplir la



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reglamentación por sus barcos en aguas internacionales. El Gobierno
español denunció todos los incumplimientos observados ante la
administración francesa y ante la Comisión. La Comisión envió una carta a
la administración francesa el pasado 17 de junio constatando el
incumplimiento de la reglamentación e instándola a tomar las medidas
oportunas.

El 18 de julio en Bruselas los ministros francés y español acordaron, con
el refrendo de la Comisión, respetar la prohibición de llevar a bordo o
utilizar más de 2,5 kilómetros de red de enmalle a la deriva, lo que
significaba una vuelta atrás en la posición hasta entonces mantenida por
la administración francesa respecto de la posibilidad por sus propios
barcos de llevar a bordo redes de enmalle a la deriva superiores a los
2,5 kilómetros.

También se decidió en aquella reunión dar poderes de inspección con
carácter excepcional para la costera del bonito a los hasta entonces
observadores comunitarios.

Ante las denuncias de incumplimiento de las reglamentaciones comunitaria
y nacional y, en particular, en materia de tallas y de condiciones
sanitarias, todas las comunidades autónomas, con el apoyo de la
Administración General del Estado, intensificarán, de acuerdo con lo
acordado en la conferencia sectorial de ayer, las medidas de inspección
para garantizar el estricto complimiento de las normas.

Tengo que decir que estos acuerdos no nos van a hacer bajar la guardia
sobre la exigencia del estricto cumplimiento de la reglamentación, aunque
consideramos que corresponde ahora a la Comisión, y no sólo a la
administración francesa, garantizar el cumplimiento de la legislación
comunitaria, y no renunciaremos a ninguna vía si los compromisos asumidos
por el Gobierno francés y la Comisión Europea para hacer cumplir la
reglamentación comunitaria no se cumplen.

Considero que, al calor de los acontecimientos, debemos ser
particularmente cuidadosos a la hora de proponer medidas que se puedan
volver contra nuestra flota, que es la flota comunitaria más grande y la
que más pesca en caladeros de otros países por todo el mundo.

Por último, quiero finalizar mi intervención reiterando el llamamiento a
la flota para que vuelva a faenar y para que aproveche los días que le
quedan de costera, lo que les permitirá constatar, evaluar y,
eventualmente, denunciar el funcionamiento de nuevos mecanismos de
control acordados.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE: Gracias, señor Ministro de Agricultura, Pesca y
Alimentación.

Siguiendo el orden del día, tiene la palabra el señor Ministro de
Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Gracias, señor Presidente.

Señorías, mi intervención en esta Comisión tiene que ser necesariamente
complementaria de la que ha realizado ante sus señorías el señor Ministro
de Agricultura, Pesca y Alimentación y centrarse en la intervención de la
Armada, que tiene a su cargo la vigilancia y el apoyo a la flota pesquera
española en pesquerías internacionales y en caladeros nacionales.

La Armada, para desarrollar estos cometidos, programa su actuación con la
Secretaría General de Pesca, en aplicación de un acuerdo conjunto entre
los Ministerios de Defensa y Agricultura, Pesca y Alimentación, sobre
inspección y vigilancia de las actividades de pesca marítima. En este
programa se materializan planes generales de vigilancia y pesca que
tienen carácter anual y que se elaboran por un órgano de enlace de ambos
departamentos.

El plan de vigilancia para este año preveía que el patrullero Chilreu
efectuara dichas misiones entre el 1 de junio y el 30 de septiembre para
la flota bonitera. En el plan estaba previsto el embarque en este
patrullero de inspectores de pesca de la Secretaría General y de
organismos internacionales como la Unión Europea, la organización de
pesquerías del Atlántico Noroeste y de la Comisión Internacional para la
conservación del atún del Atlántico.

Los franceses tienen también en esta zona otro patrullero denominado el
Tenace.

En la costera del bonito participa un número aproximado de 600 pesqueros
españoles que se desplazan de las Islas Azores hasta el Cantábrico y el
Golfo de Vizcaya. En estas campañas intervienen, además, pesqueros de
otros países con los que suelen producirse incidentes por la utilización
de distintas artes de pesca.

Para que las relaciones entre las autoridades marítimas discurran siempre
por cauces de normalidad, el almirante de la zona marítima del Cantábrico
ha mantenido una relación permanente y directa con su homónimo francés.

Estas relaciones tienen como fin la adopción de medidas que tiendan a un
mejor cumplimiento de las normas comunitarias y a reducir las tensiones
en los caladeros.

Desde el principio de la campaña, el patrullero Chilreu ha podido
constatar infracciones de pesqueros franceses que faenaban con redes
ilegales, según el reglamento de la Comunidad Europea. Dichas
infracciones fueron comunicadas a los patrulleros franceses, que se
limitaron a tomar nota de ellas, sin observarse sin ninguna otra
reacción, por alegar que carecían de autorización para decomisar las
redes ilegales.

A lo largo del mes de junio se han producido incidentes. El 13 de junio
el patrullero francés avisó al Chilreu de una fricción entre dos
pesqueros, uno francés y otro español, que resultó ser falsa, pero que
denotaba ya el comienzo de la tensión en la zona.

El almirante francés del Atlántico informó el 22 de junio que su Gobierno
había decidido reforzar las inspecciones en la mar y también en puerto
antes de la salida y después de la llegada.

Quiero dejar aquí claro, señorías, que, de acuerdo con el Derecho
internacional, la inspección de un barco, sea de pesca de otra
naturaleza, sólo puede realizarse por otro barco nacional, aunque existan
las excepciones de embargo o bloqueos decididos por Naciones Unidas. Un
barco de nuestra Armada, señorías, no puede, en aguas internacionales,
inspeccionar barcos de otra bandera. Lo repito, señorías: un barco de
nuestra Armada no puede,



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en aguas internacionales, inspeccionar barcos de otra bandera.

En definitiva, señorías, los barcos de la Armada española están para
defender a nuestros pesqueros, pero también para hacer respetar el
Derecho internacional, ya que todas las disposiciones de esta naturaleza
están dictadas por la comunidad de naciones. Por ello, el almirante del
Cantábrico coordina con su homólogo francés la actuación de los
patrulleros españoles y franceses en aguas internacionales,
intercambiando toda la información necesaria para aplicar este derecho y
evitar tensiones e incidentes.

La actuación de la Armada Española en el caso del pesquero francés La
Gabrielle se ha atenido a estas normas y siempre en cumplimiento estricto
de las órdenes remitidas por el Gobierno.

Quiero informar a SS. SS. de la secuencia de los hechos, de la que he
tenido información directa los días 15 y 16, a través de mi gabinete
durante toda la pasada semana, a lo largo de la cual estuve en viaje
oficial fuera de España.

El día 15 de julio el patrullero Chilreu interceptó una comunicación de
radio de la que se pudo desprender que las cofradías de pescadores
preparaban un comunicado para exigir por parte de Francia el respeto a la
reglamentación comunitaria y adoptar, en caso contrario, posturas de
fuerza. El incidente más serio comenzó el día 16, en el que se desató la
violencia, al cortar boniteros españoles las redes ilegales que se
encontraron, siendo respondidos con el lanzamiento de bengalas desde el
volantero francés La Gabrielle. Volanteros franceses con casco de acero
intentaron también abordar a boniteros españoles con casco de madero y
éstos les contestaron con el lanzamiento de cócteles molotov y piedras.

La intervención del Chilreu logró finalmente que los boniteros españoles
aceptaran dejar marchar a cuatro pesqueros franceses acompañados por el
Tenace, dejando estos abandonado el garete y sin dotación al pesquero La
Gabrielle. Diversos patrones españoles pretendieron entonces quemar La
Gabrielle y hundirlo, pero, finalmente, se decantaron por remolcarlo a
puerto. Ante esta situación, el mismo día 16 de julio se ordenó salir a
la mar al remolcador de la Armada Mahón para reforzar las operaciones de
vigilancia. El Mahón tiene unas características similares a la
embarcación francesa Tenace.

El día 18 la Embajada francesa, a través de su agregado militar, comunicó
informalmente a mi Gabinete que se habían reunido sus ministros de
Asuntos Exteriores, Defensa y Pesca para solicitar del Gobierno español
una solución al problema planteado por el apresamiento del referido
pesquero y, de acuerdo con los criterios que he informado, proceder a su
devolución a las autoridades francesas. Esta petición verbal fue
comunicada por escrito ese mismo día a las 18,15 horas. Posteriormente a
esta recepción, la petición francesa fue puesta en conocimiento de la
Vicepresidencia del Gobierno, Ministerio de Asuntos Exteriores y
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Las decisiones adoptadas discurrieron por dos caminos distintos: uno, la
negociación con las cofradías de pescadores para devolver el pesquero, y
otro, hacer que se cumpliera el Derecho internacional.

En este ámbito, se produjo la intervención de la Armada con el fin de
evitar una trasgresión cuyo alcance pudiera afectar a los intereses
nacionales españoles. Las órdenes transmitidas fueron muy claras:
convencer a los pescadores de la necesidad de la devolución del pesquero
en aguas internacionales y dificultar toda acción que tratase de conducir
el buque a puerto. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, se
decidió enviar a la zona a un tercer patrullero, el Mouro, embarcando en
el mismo fuerzas de la Guardia Civil e inspectores de pesca nacionales y
de la Comunidad Europea para evitar el enfrentamiento directo entre
pesqueros.

Tras diversas conversaciones con la flota pesquera, ésta no accedió a
permitir el embarco de los inspectores para comprobar las artes del
pesquero La Gabrielle, exigiendo que la inspección se efectuara en
tierra. Asimismo se les conminó a entregar el remolque al Mahón,
negándose a ello en todas las ocasiones e insistiendo en que si la Armada
intentaba abordar el pesquero francés, éste sería incendiado. Ante esa
actitud poco razonable, las órdenes de la Armada española excluyeron
tajantemente cualquier acto de fuerza militar que pudiera poner en
peligro tanto la seguridad de los pesqueros como la vida de sus
tripulantes. Tengan SS. SS. la convicción de que si las órdenes de la
Armada hubieran sido recuperar el pesquero a cualquier precio, el
pesquero hubiera sido recuperado. Pero, insisto, ésta no fue nunca la
intervención decidida por el Gobierno.

Las fuertes tensiones creadas por algunas cofradías y la decisión del uso
de la fuerza por los pesqueros españoles, que querían a toda costa crear
un conflicto, aconsejaron adoptar estas órdenes y no otras, de modo que
la Armada las cumplió con estricta profesionalidad. Las órdenes,
señorías, fueron dadas por el Gobierno y transmitidas al Ministerio de
Defensa por su Vicepresidente.

Calmada la situación, el pesquero fue entregado a las autoridades de la
Marina española con sus bodegas precintadas por los inspectores de pesca.

Cuando se intentó su remolque en alta mar para su entrega a las
autoridades francesas, las condiciones del mar eran peores que en días
anteriores y se comprobó que hundía anormalmente la proa, por lo que se
procedió, como medida de seguridad, a llevarlo a puerto y comprobar su
estado. Por otra parte, el buque había sufrido desperfectos serios en sus
sistemas de navegación, en los ordenadores de a bordo y en el mobiliario.

Atracado el barco y en presencia de inspectores comunitarios, se procedió
a una comprobación de grietas cercanas a la proa, desprecintándose las
bodegas de carga y comprobando que tenía inundados dos compartimentos. Un
equipo de buceadores de la Armada inspeccionó el casco y no detectó más
grietas en la obra viva, por lo que técnicos del arsenal de El Ferrol
repararon provisionalmente las grietas detectadas y reforzaron la
estanqueidad del buque. Un día después de estas reparaciones el barco
inició su navegación para su entrega a las autoridades navales francesas.

Como resumen, señorías, debo insistir en que los buques de la Armada han
actuado en todo momento en defensa de nuestros pesqueros y de la
legalidad del Derecho



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internacional del mar, han denunciado enérgicamente las infracciones de
las normas comunitarias por pesqueros franceses cuando ha habido
evidencia de ello. Obviamente, lo que no han hecho es actuar en aguas
internacionales contra barcos de bandera no española, ya que ello es
imposible según ese Derecho internacional del mar. Tampoco han amparado
actuaciones ilegales de nuestros pesqueros y han procurado en todo
momento calmar los ánimos y que el comportamiento de los mismos no se
centrara en actitudes de fuerza. Con ello se procuraba evitar que
nuestros pesqueros, teniendo la razón de su parte al denunciar a los
pesqueros franceses, no la perdieran al actuar por la fuerza violando las
normas internacionales.




El señor VICEPRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Siguiendo el orden de estas comparecencias, va a hacer uso de la palabra,
en primer lugar, el portavoz del Grupo Popular, señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señores Ministros de
Agricultura, Pesca y Alimentación y de Defensa, quiero agradecerles su
comparecencia esta mañana ante la Comisión de Agricultura, Pesca y
Alimentación.

Teniendo en cuenta que el Grupo Parlamentario Popular solicita el mismo
día 19 de julio ante la Diputación Permanente que se habilite un día para
la comparecencia urgente de ambos ministros, del Ministro de Agricultura,
Pesca y Alimentación y del Vicepresidente del Gobierno, no del Ministro
de Defensa, para explicar las órdenes que se habían dado a los buques de
la Armada, nos parece, en todo caso que, de ser a petición del propio
Gobierno, y para decir lo que ha dicho aquí durante esta mañana, podría
haberse producido con anterioridad.

Hablaba el señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación que el
Gobierno español no va a bajar la guardia. A mí me gustaría saber, señor
Ministro, desde dónde no la van a bajar, porque nos están dando bofetadas
en todos los carrillos. Señor Ministro, si toda la guardia que tiene
levantada el Gobierno español, en este caso el Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación, a pesar de toda la defensa que dice usted que se
está realizando de los intereses españoles, que yo no dudo que sea mucha
y muy importante, pero cuyos resultados, visto lo visto, no sirven más
que para que nuestra flota esté amarrada y no pueda salir a la mar,
realmente los resultados de la acción y de la intervención del Gobierno
español no pueden considerarse, ni mucho menos, como satisfactorios.

Usted ha hecho, señor Ministro de Agricultura, una introducción sobre lo
que ha sido la historia de las volantas, la historia de las normativas
comunitarias, de las propuestas españolas, pero lo cierto es que hasta
ahí, que todo lo conocemos (incluso yo podría referirle cuáles han sido
las propuestas realizadas por el Grupo parlamentario Popular a lo largo
de este año, puesto que los problemas surgidos en la costera del bonito
no vienen de ayer, ni del día 15, ni del día 14 de julio, sino que vienen
de mucho más atrás, con pérdidas importantes desde el punto de vista
pesquero y desde el punto de vista de los armadores, precisamente por ese
incumplimiento reiterado de la flota bonitera francesa de la normativa
comunitaria, el reglamento 345/92) desde el 17 de agosto del año pasado
el Partido Popular ha venido reiterando del Gobierno la necesidad no sólo
de reclamar ante la Unión Europea una mayor fuerza y contundencia a la
hora de requerir del Gobierno francés la no utilización por parte de sus
buques de unas volantas que están totalmente prohibidas, no sólo volantas
de más de 2,5 kilómetros, sino volantas a la deriva que no estén sujetas
a la relinga del barco, es decir, volantas sueltas a lo largo de alta
mar, donde nuestros barcos pesqueros, en reiteradas ocasiones, han visto
cómo sus hélices se enredaban en ellas, incluso con grave riesgo de
poderse haber ido a pique en más de una ocasión. Desde el mes de agosto
del año 1993, en el inicio de la pasada legislatura, nosotros no sólo
hemos venido denunciando lo que estaba pasando con la costera y lo que
podía pasar, sino que hemos venido presentando reiteradas propuestas, en
proposiciones no de ley y en mociones, rechazadas, en muchas ocasiones,
por el propio Gobierno y por otros partidos que hacían imposible su
viabilidad, que terminaron y culminaron con una intervención del portavoz
de pesca del Grupo parlamentario Popular ante la Comisión de Asuntos
Exteriores el pasado día 22 de junio, diciendo que este tema no era ya
meramente de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación, sino que
había rebasado todas sus atribuciones y que esto necesitaba de una acción
conjunta del Gobierno, en la que el Ministerio de Asuntos Exteriores
hiciera una queja formal ante la Unión Europea por este incumplimiento
reiterado de la normativa comunitaria, una acción decidida del Ministerio
de Agricultura, Pesca y Alimentación para su queja ante su homónimo
francés, para que no continuaran utilizando esas redes de enmalle, de
acuerdo con la normativa comunitaria, los pescadores franceses y la
acción decidida de Gobierno para que el Ministerio de Defensa pusiera a
disposición de nuestros pescadores españoles los barcos y los medios
necesarios para defenderles ante una costera permanente.

Haré por separado las comparecencias del Ministro de Agricultura y del
Ministro de Defensa.

Tenía buena razón el Ministro de Defensa al decir que no se puede
intervenir en aguas internacionales contra buques de otras banderas, pero
no es menos cierto que lo que sí se puede hacer es defender los intereses
españoles. Y lo que sí se puede hacer, ante un ataque como el de La
Gabrielle, lanzando bengalas contra nuestros buques --y eso está recogido
en todas las radios y en todos los VHF que se han podido interceptar
desde las cofradías de pescadores-- es haber tratado --y yo no pongo en
duda la actuación de la Armada española, como luego diré-- de defender lo
que fue un auténtico desastre para nuestros barcos, porque antes de
tratar ellos de abordar a nadie, vino hacia ellos un convoy de cinco
barcos de la flota bonitera francesa que pretendieron atemorizar y hundir
un propio barco español. Y esto a decir de los pescadores, de los
patrones mayores de los barcos que estaban allí, en alta mar.

Pues bien, señor Ministro, relatados todos los acontecimientos, vista la
normativa comunitaria, nos encontramos



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con que, desgraciadamente, para los pesqueros españoles, desgraciadamente
para la flota bonitera española, los días 15 y 16 de julio se vuelve a
repetir de una manera descarada, diría yo, por parte de los boniteros
franceses, la captura con volantas, con redes de enmalle, no de más de
2,5 kilómetros, sino de más de cinco kilómetros, prohibidas por la Unión
Europea, esas pescas masivas que, para darle un dato claramente
significativo, podré decirle que, según uno de los diarios de a bordo
duplicados de La Gabrielle, mientras que con una volanta francesa se
estaban capturando del orden de quinientos bonitos, con una línea
española se estaban capturando tres o cinco. Es decir que, mientras los
españoles capturan una tonelada de bonito, los franceses capturan 20 ó 22
toneladas de bonito. Y el agravante y el perjuicio más grave, aparte de
la desmoralización en alta mar por esta total falta de ecuanimidad a la
hora de aplicar unas redes de enmalle o una normativa de pesca a todos
por el mismo canal, se produce en España, cuando los franceses importan
esas capturas, cuando los franceses, una vez su pescado en España, lo
llevan a la lonja y, en primera venta, consiguen colocar el kilo de su
producto a 90 pesetas y los españoles, con su curricán, su caceo o su
cebo, resulta que tienen que vender el kilo a 450 o a 500 pesetas, en
primera venta de mercado.

De manera que no podemos quedarnos meramente en lo que ha sido el
esfuerzo del Gobierno español ante la Unión Europea o ante Francia. Hay
que ver las consecuencias y hay que analizarlo después de desafortunadas
declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores, de desafortunadas
declaraciones del Secretario General de Pesca Marítima, con mayor
conocimiento, acusando de piratería a nuestros pescadores, adelantándose
a algo que nadie ha hecho antes por nosotros. Me gustaría ver al señor
Balladur o al señor Ministro de Agricultura francés denunciando
permanentemente y con esa contundencia que nuestros camiones son volcados
en la frontera francesa o que nuestros barcos apresados en Marruecos
continúan con sus tripulaciones a pan y agua prácticamente y España nada
ha dicho todavía. En ese momento en que en España se está atravesando un
mal momento, no parece lo más oportuno que sea el propio Gobierno español
el que, antes de enterarse de cuáles son los auténticos motivos y razones
que han pasado en alta mar, se aventure a hacer todo tipo de
declaraciones, incluidas las del señor Ministro de Agricultura, Pesca y
Alimentación.

Yo quiero decirle que el Partido Popular no ha compartido en modo alguno
el apresamiento del buque La Gabrielle por los boniteros españoles, pero
sí había que estar allí. Sí había que estar allí y mucho más la
Administración. Porque aquello no concedía el beneplácito o la razón a
los boniteros españoles por haber apresado La Gabrielle, pero sí hubiera
sido muy conveniente que, con independencia de reunirse en horas de
madrugada con los patrones mayores de las Cofradías, palparan lo que era
la reivindicación de los patrones mayores de los barcos en alta mar. Con
tres días y medio hasta llegar al caldero, otros tres días y medio hasta
llegar a puerto, venir con sus bodegas vacías y tener el total
conocimiento de que por cada día de barco amarrado quien pierde no es el
Gobierno español, sino cada uno de los armadores, del orden de 200.000
pesetas por buque amarrado y del orden de 10.000 pesetas diarias por cada
tripulante embarcado.

De manera que, sin significar ningún tipo de respaldo al acto de fuerza
realizado por los boniteros, alguien de la Administración debería
haberles oído, debería haberles escuchado y debería haber tenido por lo
menos el arrojo de darles el aliento moral de que la Administración
española iba a estar con ellos. Fue mucho más cómodo preferir escudarse
en algo, aduciendo que no se podía respaldar un acto de piratería, en
lugar de oír y escuchar allí cuáles eran las auténticas razones por las
que ello se había producido.

Habla usted de las soluciones, señor Ministro. El día 17 de julio, antes
de la comparecencia en la Comisión de Asuntos Exteriores, el Director de
la Comisión Europea dirige al Director General de Pescas Marítimas y
Cultivos Marinos de Francia un fax en el que le dice que, según
informaciones recibidas de España así como de los inspectores
comunitarios que se encuentran a bordo de los patrulleros Pallol,
Centauro y Chilreu, parece ser que numerosos pesqueros franceses
mantienen a bordo y utilizan redes de enmalle a la deriva de longitud
igual o incluso superior a 2,5 kilómetros.

Se solicita de las autoridades francesas que, sin dilación, adopten las
medidas apropiadas para impedir esta práctica ilegal. Parece
especialmente necesario controlar los buques antes de su partida de
puerto, así como confiscar en la mar las redes que excedan las medidas
legales.

La Comisión subraya que la tenencia a bordo de redes suplementarias de
longitud superior a la permitida está prohibida, incluso si éstas están
precintadas y arrumadas de manera que no sean directamente utilizables.

Aparte de los aspectos legales, la situación actual conlleva el riesgo de
vigilar una escalada de conflictos entre los pescadores de los estados
miembros afectados. Firmado: Lorec. 17 de junio.

Estamos a día 27 de julio y continuamos con el problema, señor Ministro.

Usted ha mantenido en Bruselas una reunión con el señor Paleokrassas,
Comisario de Pesca Europeo, y con el Ministro galo de Agricultura, Pesca
y Alimentación, y han ratificado unos acuerdos que ya existían. No nos
engañemos. Los acuerdos a los que ustedes han llegado y que podrían haber
forzado mucho antes eran acuerdos que el Parlamento español ya había
aprobado, señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación; ya los
había aprobado el Parlamento español. Lo que pasa es que la laxitud del
Gobierno a la hora de defender los intereses españoles ante la Unión
Europea queda de manifiesto a la hora de que ninguna de las propuestas
realizadas por el Gobierno español con toda contundencia, como usted aquí
ha dicho ahora, se han aprobado ni se han mantenido.

¿Cómo pretende, señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, que
los pescadores españoles, sin haber un acuerdo por escrito de esa reunión
que usted mantuvo en Bruselas, puedan creerle a usted, que no estuvo en
Burela; puedan creerle a usted que en la reunión de hace cuatro días, en
lugar de estar con las cofradías de pescadores, prefería estar usted en
la fiesta del Pastor en Asturias?



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¿Cómo pueden creer, y no por usted, sino por el señor Paleokrassas, esos
acuerdos, cuando ayer mismo hace unas declaraciones diciendo que va a
volver a proponer a la Comisión Europea que Francia pueda utilizar
volantas de más de 5 kilómetros? ¿Pero es que usted cree que alguien del
sector, que ha perdido tantos miles de millones de pesetas durante tantos
años, puede creer al señor Paleokrassas, señor Ministro de Agricultura?
Yo dudo mucho que ni siquiera habiendo un acuerdo por escrito pudieran
llegar a creerle, sobre todo cuando el señor Paleokrassas acaba de
acompañar al señor Devilliers con una delegación de la isla de Yeu, de
pescadores, y han aceptado presentar ante el Consejo un estudio
científico adicional al ya existente, que se presentará el día 28 de
septiembre de este año. Y, en ese Consejo, aceptará o no el
complementario, según los estudios. ¿Sabe usted en qué consiste este
nuevo estudio complementario? En que la comisión podría reconsiderar su
posición de que las volantas de más de 2,5 kilómetros, las de 5
kilómetros, dañan el ecosistema marino y terminarían con los caladeros,
en este caso concreto de bonito, para que así la Comisión Europea pudiera
volver a prorrogar la utilización de las volantas de más de 2,5
kilómetros.

¿Quién puede creer al señor Paleokrassas, que ya, con la reciente
incorporación de Noruega a la Unión Europea, le dio el mayor de los
reveses al Gobierno español y, en este caso concreto, a la flota que
podía faenar en aguas noruegas?
Yo creo, señor Ministro, que, independientemente de las buenas
voluntades, de las buenas declaraciones de intenciones que el Gobierno
quiere hacer, el conflicto se ha desatado y lamentablemente yo tengo que
decir, señor Ministro, sin respaldar ningún acto de violencia, que de no
haberse producido lo de La Gabrielle y que de no estar hoy en día todos
los puertos del norte, desde Gijón hasta el Bidasoa, con ese bloqueo
realizado por la flota pesquera, probablemente ni ustedes estarían
haciendo lo que están haciendo ni Francia hubiera reconsiderado el día de
ayer lo que tenía que hacer con sus volantas en el Atlántico Norte.

Señor Ministro, después de esas reuniones que ustedes han mantenido,
ayer, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y en una reunión
meramente con consejeros de agricultura de las comunidades autónomas, no
de pesca --por ello, el Gobierno autonómico no ha tenido representación
del Conselleiro de Pesca, porque no estaba invitado a esta reunión y no
asistió, asistió el de Agricultura-- aprovechando que el Pisuerga pasa
por Valladolid --digo-- usted ha solicitado de las comunidades autónomas
que se realicen inspecciones sanitarias y que se realice un mayor control
de las importaciones francesas, cuando usted sabe, señor Ministro, que ya
lo están haciendo, que ya se está haciendo en todas las comunidades
autónomas. Incluso algunas, señor Ministro, han llegado mucho más lejos.

Han llegado tan lejos que, el año pasado, la Dirección General, por
ejemplo, la del Gobierno autonómico gallego --me consta que en el País
Vasco se ha hecho exactamente lo mismo y también en alguna otra
comunidad-- comunicó a todas las industrias pesqueras y a todas las
industrias del sector, en cada una de las comunidades autónomas, en
relación con el problema suscitado por la flota volantera francesa en la
presente campaña del bonito --y estamos hablando de la pasada--, que las
industrias de transformación que utilicen para su producción bonito
capturado con arte de volanta verán decaídas las ayudas concedidas por
estas consejerías.

¿Qué ha hecho el Gobierno español ante las reiteradas solicitudes de
todos los grupos parlamentarios en el Parlamento de la nación, a
iniciativa unas veces del Partido Popular, otras del Partido Nacionalista
Vasco, para que se controlara en puertos, aeropuertos y fronteras la
penetración de esas capturas ilegales? Porque no es que sean ilegales en
España, son ilegales en el seno de la Comunidad Europea. ¿Se ha hecho por
parte del Gobierno central alguna inspección que hubiera hecho devolver
las capturas, no sólo por ilegales sino por su estado sanitario? Ninguna.

Ustedes han ratificado la prohibición de redes de enmalle; es
innecesario. ¿A qué tiene que venir el Gobierno francés a ratificar algo
que viene de un órgano superior, que es la Unión Europea? ¿Pero a quién
le quieren tomar el pelo, a España otra vez? Señor Ministro, esto es
totalmente innecesario.

Se les han concedido facultades excepcionales a los inspectores
comunitarios, ya me dirá usted en razón de qué. El Gobierno autonómico
gallego, en un mes, ha levantado más actas de inspección que las que ha
levantado el Gobierno español en todo un año; ahí están los datos. A mí
me gustaría saber, señor Ministro, en qué van a consistir estas
facultades excepcionales de los inspectores comunitarios, y no olvide
usted que eso no es lo importante del acuerdo, porque ya estaba aprobado
en el Parlamento español. Lo realmente importante de este acuerdo,
insisto, es que la facultad de sancionar a quien infringe la ley no
corresponda a los países de la propia bandera, es decir, que quien tenga
la facultad de sancionar a los barcos franceses no sea el Gobierno
francés, que probablemente no lo haga. Esa facultad debería corresponder
a la propia Unión Europea, independientemente de que el Gobierno del país
de bandera quisiera o no que se sancionara a estos infractores.

Otra de las facultades de estos inspectores comunitarios será la
dirección de inspecciones, algo que en tantas ocasiones se nos ha dicho
en esta Comisión y en el propio Pleno del Congreso que por carencia de
personal son prácticamente imposibles de atender.

Señor Ministro, ustedes decían que el Gobierno español había solicitado
la devolución del barco al Gobierno francés por parte de la flota
española. Había que habérselo dicho allí, después de haberlos oído,
después de haber visto dos diarios de navegación, después de haber visto
dos diarios de pesca, después de haber visto redes de enmalle a la deriva
de dimensiones superiores a los seis y siete kilómetros, después de haber
visto fusiles de asalto a bordo de aquel barco y después de haber visto
el coraje con el que venían nuestros patronos mayores, porque no estaban
dispuestos a volver a las aguas a pescar para tener nuevas pérdidas ante
la flota bonitera.

Los representantes parlamentarios del Grupo Popular en aquella reunión,
de los gobiernos autonómicos vasco, cántabro, asturiano y gallego, y los
de otros grupos



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políticos, fuimos los primeros en decirles a los representantes de los
trabajadores de la mar, de esas --le recuerdo-- 8.000 personas que
trabajan y que dependen de esta costera del bonito, que una vez que el
barco estaba dentro, una vez que habían roto la línea de embargo de la
Armada española, deberían de apresurarse a poner el buque a disposición
de las autoridades navales o militares, para no demorar más y perder la
razón que les asistía en todo caso. Eso había que habérselo dicho allí.

Quizá habría que haberles enseñado por escrito el acuerdo que usted había
alcanzado en Bruselas y, desde luego, habría que haberles ofrecido
mayores garantías de que, una vez que vuelvan a la costera, no se va a
producir lo mismo.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, vaya concluyendo, por
favor.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Voy concluyendo, señor
Presidente.

Señor Ministro, dicho esto, nosotros consideramos que el Secretario
General de Pesca Marítima, después de tantos años al frente de la
Secretaría General de Pesca, no ha sido capaz de dar contestación ni
respuesta a lo que el sector demanda y, por tanto, nosotros pedimos aquí,
con el mayor de los respetos hacia su persona, el cese del Secretario
General de Pesca Marítima, por no ser capaz, desde nuestro punto de
vista, de en este momento ofrecer una alternativa clara al sector, que no
se atreve a salir a la mar por temor a ver violados nuevamente los
reglamentos comunitarios que los españoles están cumpliendo. Y, en todo
caso, señor Ministro de Agricultura, de no hacer unas propuestas más
razonables, más contundentes y que de verdad verifiquen que si nuestros
barcos van a ir allí no van a ver violada la normativa comunitaria, que
haga usted el favor, señor Ministro, yo lo digo con toda claridad, si
usted cree que no le interesa el tema pesquero, que no merece todos sus
esfuerzos en sus reuniones con el sector y prefiere delegar en el
Secretario General de Pesca Marítima, y si usted cree que no va a tener
la fuerza, la voluntad política y el respaldo de su Gobierno para tomar
medidas de rigor, para que España tenga su peso específico en materia
pesquera como lo representan los miles de barcos y de licencias que
tenemos, que usted ceda el testigo a otra persona de su propio Grupo, de
su propio partido, que se encuentre con una mayor voluntad política y con
una mayor fuerza moral para hacer la defensa de estos intereses.

Señor Ministro de Defensa, nosotros habíamos solicitado la comparecencia
del señor Vicepresiente del Gobierno, que no está aquí hoy presente.

Nosotros diferenciamos, señor Ministro de Defensa, lo que es la actuación
política de la actuación técnica; no ponemos en duda, en modo alguno, la
intervención de la Armada. Yo estoy completamente convencido, y el Grupo
Parlamentario Popular también, de que la Armada ha cumplido taxativamente
las órdenes que desde el Ministerio de Defensa se le daban. Por tanto, no
dudo, repito, en modo alguno de que esa Armada, que está dejando a España
al más alto nivel en el Adriático o en el Golfo Pérsico, nos dejará en el
más alto nivel en todas las misiones que se le encomienden, siempre que
haya fuerza y voluntad política para mantener las órdenes que se dan.

Señor Ministro de Defensa, usted ha hecho un relato de los hechos que
coincide básicamente con lo que los trabajadores de la mar, con lo que
los pescadores allí dijeron, aunque difiere en algo de la apreciación en
alta mar sobre el hundimiento o no de La Gabrielle. Yo quiero decirle,
señor Ministro de Defensa, que nuestros tiros no van por ahí.

Señor Ministro, independientemente de las comunicaciones que establecen
entre pesqueros con los propios barcos de guerra, que quiero decirle que
no tienen secráfono y, por tanto, esas comunicaciones entre ellas son
perfectamente audibles por los canales VHF de los que disponen los barcos
pesqueros, no al contrario, lamentablemente; independientemente de esas
comunicaciones, repito, hay un fax del Vicepresidente del Gobierno al
Almirante Jefe de la Zona Marítima del Cantábrico, a la una de la
madrugada, en el que se dice que se impida la penetración de los barcos
pesqueros, con «La Gabrielle», dentro de las aguas jurisdiccionales
españolas, y con ese texto se inicia una negociación en la Cofradía de
Pescadores de Burela, que, desde luego, al tener conocimiento de ello en
alta mar, encrespa todavía más la situación, y tengo que decirle, señor
Ministro, que, probablemente, de no haber existido esa orden, se hubiera
realizado esa inspección en alta mar, y de eso tiene constancia algún
miembro de la Administración que allí estaba.

Lo que yo quiero decirle, señor Ministro, es que ustedes pretenden que la
Armada española prohíba la entrada de ese barco en aguas jurisdiccionales
españolas, y usted dice: Si el Gobierno hubiera dado esa orden, la Armada
lo hubiera conseguido. Mi pregunta, señor Ministro, es: ¿De qué medios
disponía la Armada para parar a 350 barcos pesqueros? Señor Ministro, no
tenemos patrulleros allí; utilizamos esa palabra porque es la que más nos
conviene, pero son remolcadores de altura, que no tienen dotación
suficiente como para hacer frente absolutamente a nada, señor Ministro.

Disponíamos, insisto, de unos remolcadores de altura para parar a 350
barcos en alta mar. ¿Se mantuvo esa orden en el momento en el que se ve
aparecer y se avista a los barcos de la costera española? ¿Se da alguna
orden concreta? ¿Se les dice: déjenlos pasar, no queremos problemas con
nuestros propios boniteros? Probablemente sea cierto; probablemente no
esté por escrito, pero no cabía más remedio ni podía haber otra solución,
señor Ministro.

Lo que nosotros decimos es que no se puede mandar a esa Armada, que pone
el pabellón de España tan alto en sus intervenciones internacionales, a
ponerla en riesgo y en ridículo porque no se puedan cumplir las órdenes
que desde el Ministerio de Defensa, en este caso desde la Vicepresidencia
del Gobierno, se le dan. O ponen ustedes los medios a su alcance para
poder hacer efectivas sus órdenes, o realmente es lamentable que manden
unos barcos que saben de antemano que no van a cumplir absolutamente nada
de lo que ustedes les digan, por mucho que embarque la Guardia Civil del
Mar, por mucho que embarque personal antidisturbios.

Termino, señor Presidente. El Grupo Parlamentario Popular considera
imprescindible, señor Ministro, que dentro



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del ámbito internacional las presiones políticas que se puedan realizar
se realicen ya, y que los acuerdos que se adopten se adopten por escrito,
para dar credibilidad a algo que en política ya no existe, ese «fair
play», aquí ya nadie se cree nada, y mucho menos con declaraciones como
la del señor Paleokrassas, que está metido en medio de esas
negociaciones.

Y de cara adentro, señor Ministro, acciones concretas del Gobierno
español para garantizar que nuestros productos pesqueros, que nuestra
flota pesquera puede obtener rentabilidad de su duro trabajo en alta mar
y de su dura puesta en práctica a costa de arriesgar su dinero para
volver aquí y no tener el respaldo más mínimo de la Administración
española. Para ello, señor Ministro, yo le recomiendo que coja los
debates parlamentarios del 17 de agosto de 1993, del 25 de noviembre de
1993, del 22 de noviembre de 1993, del 27 de octubre de 1883, del 6 de
octubre de 1993 y del 22 y 17 de junio de 1994, del Grupo Parlamentario
Popular, en los que se recogen todas las actuaciones que consideramos
oportunas para defender los intereses pesqueros españoles, y sobre todo
intervenciones en las que se advierte lo que hoy desgraciadamente estamos
aquí debatiendo.

Muchas gracias, señor Presidente. (Varios señores Diputados del Grupo
Popular: ¡Muy bien, muy bien!)



El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra la señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA: Me voy a dirigir fundamentalmente al Ministro
de Agricultura, señor Atienza, y le quiero decir que una vez más, para su
desgracia y la de los intereses españoles, le vemos a usted ahora aquí
gestionando las consecuencias. Hace pocos días le veíamos a usted también
aquí gestionando las consecuencias de una imprevisión rotunda en materia
de incendios, y ahora le vemos a usted intentando gestionar las
consecuencias de una falta de contundencia y de decisión por parte de la
Administración española para la defensa de los intereses de pesca de
nuestro país.

Usted aquí ha hecho una relación de cómo se produjeron los hechos, y
quiero recordarle, señor Atienza, que si usted se dirigió por primera vez
a las instancias europeas me parece que ha dicho el 17 o el 18 de mayo,
en junio ya, antes de que surgiese todo el tema de La Gabrielle, habíamos
entrado en conflicto, cuando barcos franceses abordaron al pesquero San
Nicolás que estaba a 600 kilómetros de las costas gallegas.

Quiero decirle, señor Ministro, que la impresión que ha dado usted es que
por parte de las autoridades españolas no se podía hacer más. No es esto
lo que opinan las cofradías pesqueras ni los pescadores, que, entre otras
cosas, dicen algo que creo que no va a ser de su agrado: «Si la
Administración española quiere ser pisoteada, es su problema, no es el
nuestro.» Hoy mismo, en la prensa, dicen: «Los franceses se movilizan
para todo, pero a nosotros, el Ministro, ni caso --sus patrulleras les
apoyan siempre; las nuestras nunca sabes para quién están; si para ellos
o para nosotros--. Lo que de verdad nos gustaría tener es una marina como
la de Francia.»
Esto no lo dice esta Diputada, sino que son relatos de manifestaciones de
un sector, señor Ministro, que se ve en una situación económica
gravísima, una situación económica que, como ha dicho el Portavoz del
Grupo Popular, está afectando a 6.000 familias e indirectamente a 30.000,
y la interrupción de cada marea va a suponer unas pérdidas para estos
pescadores de 300.000 pesetas diarias a cada uno de los 400 barcos que
forma la flota atunera española. Si tenemos en cuenta, señor Ministro,
que nos estamos refiriendo a regiones como Asturias, que ya tiene de por
sí una gran crisis económica en todos los sectores, si la costera de este
año significa lo que va a significar --ya estamos al final de la misma,
puesto que termina en septiembre--, podemos imaginarnos en qué situación
se van a ver miles de familias de esas comunidades autónomas.

También quiero decirle que sí ha habido una falta de contundencia por
parte de la Administración española. Efectivamente, en el Congreso de los
Diputados, durante esta legislatura, se han aprobado proposiciones no de
ley en las que se hacía referencia a la prohibición que debería haber de
las artes de malla a la deriva y, por otra parte, el control que se
debería exigir de todos los productos que son capturados con esas artes.

Usted empieza en mayo, muy tarde; el Gobierno al cual usted está
representando en este momento empieza muy tarde.

Los pescadores --nosotros tampoco vamos a defender aquellos apresamientos
que se han hecho con violencia-- creyeron que la vía diplomática ya
estaba acabada. Desde 1987, estos pescadores españoles están faenando con
artes que no son de malla de deriva, sino con anzuelo, y eso,
efectivamente, está produciendo, por una parte, un menor número de
capturas, pero, por otra parte, estamos ante una competencia desleal,
porque capturas que están hechas en base a esas artes y a redes que
superan los 2,5 kilómetros entran en nuestros mercados y hacen una
competencia desleal a nuestros productos, ya que se están vendiendo a
precios mucho más bajos. Eso sin tener en cuenta lo que significa de
esquilmación de los caladeros españoles; ya hay estudios sobre cuánto
tiempo pueden durar con artes de pesca que sabemos que enlazadas unas
tras otras significan una barrera. Supongo que todos los Diputados,
Diputadas y los miembros de la Mesa deben conocer la desgracia que se
encontró en las bodegas de La Gabrielle, en la que se encontraron crías
de delfín, crías de cachalote, tortugas, capturas todas ellas inútiles,
perdidas y que después son lanzadas por la borda porque no es el objetivo
de la pesca, que es el bonito, pero resulta que en las redes se enredan
los cachalotes y delfines y esto es algo que se ha denunciado
continuamente.

Respecto a los acuerdos que se han producido, señor Ministro, en relación
con la inspección, es cierto que nadie se lo cree. Las cofradías de
pescadores y los pescadores mismos no se lo pueden creer, porque,
efectivamente, estos inspectores, que provendrán de España, de Francia,
de Irlanda y del Reino Unido en número de ocho, según los acuerdos a los
que usted llegó, no van a tener capacidad ni de sancionar ni de requisar.

Por tanto, van a ser las



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autoridades del pabellón del barco infractor las que, en su caso, tendrán
que imponer las sanciones, y ya sabemos los guantes de seda que Francia
usa con sus barcos.

La solución, según nuestro Grupo, Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, vendrá de un esfuerzo continuado por parte sobre todo del
Gobierno español, que es el que más afectado está --creo que al señor
Ministro no le debe interesar mucho lo que digo porque no está haciéndome
mucho caso--, y de la prohibición absoluta de las redes de deriva. Esto
es por lo que aboga el Parlamento Europeo, es por lo que abogan todas las
organizaciones ecologistas y toda la gente que tiene sentido común,
porque es la única forma de conseguir capturas que sean específicas de
bonito y que no se atente contra los ecosistemas marinos, como se está
haciendo ahora. Pero es también la única forma de evitar el fraude,
porque cuando se llevan redes de 2,5 kilómetros, y como se llevaban ahora
redes de repuesto, ¿quién es capaz, en alta mar, de medir si esas redes
son de 2,5 kilómetros o si las que tienen de repuesto no las están
uniendo unas a otras, llegando, como se está llegando en el Atlántico,
señor Ministro, a redes que son auténticas murallas de hasta 100
kilómetros, en las que queda enganchado absolutamente todo bicho viviente
que se mueve en el mar.

Por tanto, prohibición absoluta de esas artes, pero sobre todo, en tanto
esa solución no se adopte por parte de la Unión Europea, exigir un
control absoluto de que las redes no superarán los 2,5 kilómetros y, por
otra parte, un control también muy estricto por parte de las autoridades
españolas en el sentido de que no se van a comercializar en el Estado
español capturas que hayan sido objeto de pesca mediante esas artes.

La verdad es que no es de extrañar que cientos de miles de familias estén
ahora mismo en situación de perder absolutamente todos los ingresos que
tienen para después poder vivir durante todo el año, que estén en una
situación que pone lo pelos de punta, señor Ministro, según los titulares
de medios de comunicación. Dicen que están decididos a que se tiña la mar
de rojo. Llegar a una situación como ésta en nuestro país es
absolutamente inadmisible, y de eso algún responsable tiene que haber.

Por tanto, se exige una mayor contundencia por parte del Gobierno
español; se exigen menos declaraciones en contra de nuestros pesqueros y
más cumplir con las obligaciones, porque es a él a quien corresponde la
denuncia de situaciones anómalas. Usted ha dicho: Si me ponen muy
nerviosos los tendré que llevar al Tribunal Europeo de Justicia. Pues me
imagino, señor Ministro, que ya es el momento de que usted deba estar
nervioso, porque realmente la situación ha llegado a un punto
insostenible.

Y aprovechando su comparecencia quisiera preguntarle también por la
situación en que se encuentran pesqueros españoles, no en ese sector,
pero sí en el banco sabsahariano. Quisiera preguntarle por las gestiones
que ha heho nuestro consulado en relación a los pesqueros Puerto de la
luz, de Canarias, y al Arealonga, de Galicia. Queremos saber cómo se
encuentra la tripulación, en qué situación. La verdad es que las noticias
de prensa son bastante alarmantes en cuanto al suministro de alimento y
agua que reciben estas tripulaciones. También pensamos que es bastante
increíble que esos barcos, que han sido apresados porque carecían de
licencia de a bordo, y parece ser que han pagado ya la multa, lleven más
de dos semanas en la antigua Villa Cisneros, en la actual Dajla.

Nada más, señor Ministro. Espero que me conteste a estas preguntas que de
forma concreta le he formulado.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Vidal.




El señor VIDAL Y SARDO: Señor Presidente, señorías, también nuestro Grupo
agradece su comparecencia al señor Ministro de Defensa y al señor
Ministro de Agricultura y Pesca.

El Grupo Parlamentario Catalán (Covergència i Unió) asiste a esta
Comisión extraordinaria de Agricultura con la finalidad de reiterar la
preocupación por la situación en que se encuentran nuestro pescadores de
túnidos de la cornisa cantábrica y nuestra voluntad de hallar una rápida
solución al conflicto que enfrenta a los pescadores y autoridades
españoles con los pescadores y autoridades francesas.

Se trata de un problema anunciado, denunciado y debatido en estas Cortes
hasta la saciedad y respecto al que nuestro Grupo Parlamentario ha
reiterado su apoyo a la prohibición total de que en las aguas
comunitarias e internacionales se pueda pescar con redes de enmalle a la
deriva, y que solamente como solución transitoria, a corto plazo, y de
buena voluntad, se permita el uso del método de volantas hasta una
longitud máxima de 2,5 kilómetros, tal como, por otra parte, establece la
legislación comunitaria desde el 31 de diciembre de 1993.

Las razones en que se apoya esta exigencia son de dos órdenes. Uno, que
las capturas con estos métodos no selectivos tienen consecuencias
ecológicas graves contra toda la fauna piscícola, debilitando las
especies, al propio tiempo que es un método agresivo contra los túnidos,
deteriorando la calidad de esta pesca. Y, dos, que al ser un método más
productivo, el de enmalle, constituye, en el ámbito del mercado único
europeo, una competencia desleal de implicaciones económicas y sociales
irreparables para quienes no practican, en este caso nuestros pescadores,
estos métodos, sino que efectúan su pesquería por el método de cerco,
sobre todo en la cornisa cantábrica. La incompatibilidad entre ambos
métodos es, pues, manifiesta, y la indignación de las cofradías es
justificada ante el desafío y el incumplimiento reiterado de la normativa
comunitaria por parte de la flota pesquera, especialmente francesa, y por
ello no es de extrañar el fracaso del Director General de Pesca, señor
Loira, para modificar las decisiones de las cofradías de pescadores del
Cantábrico hasta que no tengan garantías absolutas.

Señoría, nuestro Grupo se solidariza con las reivindicaciones del sector
pesquero cántabro, porque les asiste, a nuestro juicio, toda la razón,
como les asiste a los pescadores españoles del Mediterráneo frente a los
pesqueros franceses, italianos y de terceros países, además de los del



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sudeste asiático, que faenan en aguas del Mediterráneo también con artes
prohibidas.

No se puede admitir que Europa se construya con normas y directivas
inoperantes, vacías de métodos de control; normativas, señorías, que sólo
cumplen los incautos, los de buena fe. O, lo que es peor, que los
controles establecidos sean responsabilidades de los gobiernos,
erigiéndose éstos en juez y parte, como es el caso que hoy nos ocupa,
especialmente siendo las autoridades francesas --gobiernen conservadores
o socialistas-- propensas a la pasividad, el encumbrimiento y, como hemos
constatado, a la complicidad en las actuaciones ilegales de algunos
colectivos, de sus agentes productivos. Incluso, señorías, comportándose
estas autoridades con pasividad ante hechos vandálicos en perjuicio
siempre de intereses españoles, sean como en este caso los de pesca, sean
los productos hortofrutícolas o sea contra nuestro turismo, utilizando si
hace falta a los controladores aéreos.

A nuestro juicio, el Gobierno español, cada Ministerio implicado
(Defensa, Agricultura, Exteriores), a pesar de lo que ha dicho el señor
Ministro y que ha definido como acciones de convicción, de regulación y
de control, ha actuado con cierta timidez, como acomplejado, ahora y
desde nuestra entrada en el Mercado Común, frente a las actuaciones
drásticas y arbitrarias de las patrulleras francesas; últimamente como
temor a ver reducidos nuestros fondos de cohesión, que son indudablemente
un importante logro del Gobierno, pero que deberían ser compatibles con
las reivindicaciones y exigencias en la defensa de los sectores
productivos españoles, las justas reivindicaciones ante la Comisión
Europea o en la denuncia de la competencia desleal.

Ahora habrá que actuar de forma más contundente, si se pretende obtener
una mínima credibilidad de los implicados, en defensa de nuestros
intereses en estos sectores primarios. Hay que poner en evidencia ante la
Unión Europea los métodos inadmisiblemente proteccionistas de las
autoridades francesas, los administrativos y los judiciales,
proteccionistas especialmente respecto a países como España, con quien
Francia mantiene un importante desequilibrio de la balanza comercial. Hay
que valorar, señorías, no solamente los perjuicios causados a nuestros
productos por los destrozos, sino también porque su reiteración nos ha
hecho perder importantes cotas de mercado europeo, contraviniendo el
Tratado de la Unión.

No le digo, señor Ministro de Agricultura, que desde que ha estallado el
conflicto no haya hecho usted lo imposible para reconducirlo, pero hay
que garantizar, tal como se ha dicho al principio, que se evitarán
conductas fraudulentas en el futuro; que las normas comunitarias serán
garantizadas por las propias instituciones comunitarias; que éstas
tendrán facultades de control, de inspección y también de sanción, tanto
respecto a los incumplimientos como respectos a las evidentes
arbitrariedades que se han producido en el castigo, pensamos muchos que
por represalia, a pesqueros españoles. Hay que tener esas garantías
absolutas, se las pide este sector, se las pide este Congreso, para
desactivar el conflicto. ¿Tiene usted, señor Ministro, esas garantías
absolutas?
No sé si reglamentariamente es posible, pero pensamos que esta Comisión
debería adoptar alguna resolución o declaración de mandato al Gobierno
que fuera en el sentido de denuncia de las autoridades francesas, que es
como se han pronunciado la mayoría de los portadores de cada uno de los
grupos parlamentarios que han intervenido. Incluso nuestro Grupo no
descartaría, señor Presidente, señores Ministros, la prohibición de la
importancia de túnidos y de otras especies procedentes de países que
toleren la pesca con artes ilegales. Nuestro Grupo está dispuesto a ello,
a sabiendas de que es una solución extrema. Tal vez no nos asista la
razón jurídica, pero sí razones de subsistencia del sector pesquero, y
éstas, señorías, son importantes.

Señorías, el decidido europeísmo de los españoles, el de todas las
fuerzas políticas, no puede estar sometido constantemente, como hasta
ahora, a más pruebas humillantes respecto a nuestros sectores
productivos. El diálogo constante entre países vecinos, unidos por
intereses comunes, debería ser la base de una sólida relación que evitara
situaciones como la presente, especialmente incomprensible a nuestro
juicio dada la excelente relación personal que existe entre los
presidentes de España y Francia.

Nada más. Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Grau i Seris): Por el Grupo Parlamentario Vasco
(PNV) tiene la palabra el señor Ricardo Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Ministro de Agricultura, Pesca
y Alimentación, el conflicto que se ha suscitado en los últimos días en
el Cantábrico constituye la crónica de una noticia anunciada, puesto que
todos los años se producen, con mayor o menor intensidad, con mayor o
menor volumen, incidentes en el Cantábrico. Los problemas se derivan
desde el año 1986, en que la flota francesa cambia de modalidad de arte
de pesca y empieza a utilizar redes de enmalle a la deriva. Por eso
nosotros entendemos el comportamiento que ha tenido la flota pesquera del
Cantábrico. Era lógico, puesto que ha habido una constante provocación,
ha habido una constante arrogancia, ha habido una constante prepotencia
--y usted lo sabe-- de la flota pesquera francesa y de las autoridades
francesas. Declaraciones como las efectuadas por el Diputado centrista,
señor De Villiers, o por el Ministro de Agricultura y Pesca francés,
donde lo que se exige es la reconversión de la flota pesquera española,
en definitiva constituyen eso que decía yo que era la prepotencia y la
arrogancia con que Francia está actuando en este asunto. Tendré ocasión
de profundizar más en el tema de la importancia, de la intensidad y de la
densidad de una flota y de la otra.

Por lo que se refiere a nuestro Grupo Parlamentario, en concreto yo
estuve en el puerto de Burela reunido con todos los pescadores que
arribaron al puerto; estuvo también el representante portavoz del Partido
Popular, estuvieron portavoces de las diferentes comunidades autónomas, y
le puedo decir que el buque francés era un muestrario de ilegalidades. Yo
tuve oportunidad de estar sobre el buque francés, de ver qué es lo que
tenía, de ver en mis propias manos la documentación que obraba en ese
buque --los



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diarios de navegación, los diarios de pesca--, de ver in situ las redes
de 5,7 kilómetros, un diario de navegación oficial y otro falso, un
diario de pesca oficial y otro falso. ¿Cómo se iba a justificar, cómo se
iba a probar la existencia de estas pruebas si no llega a venir el buque
al puerto español, cuando la inspección comunitaria no quería
inspeccionarlo en alta mar antes de que entrara en las 12 millas
españolas? Pero, además de ello, el buque pesquero francés tenía 25.000
kilos de túnidos, en 11 ó 12 días de pesca. Usted no sé si sabe que en 11
o 12 días los pescadores españoles estaban capturando entre 3.000, 4.000,
5.000 kilos de bonito. El buque pesquero francés La Gabrielle tenía
25.000 kilos de bonito; además tenía pez espada, además tenía mero,
además tenía marrajo, además tenía también un rifle con balas. Señor
Ministro, de todo eso no hubiera quedado constancia ante la opinión
pública española, ante el sector, si ese buque no hubiera arribado al
puerto de Burela.

Nos parece que los representantes del Ministerio que usted dirige, allí
presentes, no tenían que haber abandonado el puerto de Burela. Usted dice
que no querían ser partícipes de una ilegalidad. ¿De qué ilegalidad?
¿Dónde está tipificado el hecho de que el buque francés La Gabrielle
viniera a puerto español? ¿Qué sanciones están previstas para ello? ¿Cuál
es la sanción que al Estado español le corresponde por ello? Señor
Ministro, ¿usted no sabe que en el año 1984 Francia, por una infracción
de pesca, cañoneó a los barcos Valle de Atxondo y Burgoamendi? ¿No sabe
que por una infracción pesquera ocurrió eso? Una vez más, políticamente,
hay que actuar en cada momento según lo exigen las circunstancias, y las
circunstancias en ese caso exigían firmeza política, exigían energía,
exigían contundencia política. No hubiera conocido la opinión pública
española lo que estaba ocurriendo si todos los que estábamos allí no
hubiéramos visto eso. Hubiera sido una cosa que hubiera tenido muchísima
menor trascendencia. Por ello es fundamental. Y si usted me dice que no
querían participar, tampoco se podrá hacerlo en muchas otras actuaciones,
señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, en las que los
españoles incurrimos en infracciones de orden administrativo.

El Gobierno español tiene la obligación de defender la flota pesquera
española. Ha habido declaraciones de representantes muy cualificados del
Gobierno --de usted, del Ministro de Asuntos Exteriores, señor Solana--
donde se justificaba el acto de represalia que al día siguiente de la
entrada en el puerto de Burela se realizó por parte de las autoridades
francesas al apresar el arrastrero con base en el puerto de Ondárroa
Francisco y Begoña. Efectivamente se han cometido irregularidades y se
cometen, pero el Gobierno tiene obligación de defender a su flota. El
Gobierno no puede justificar las actuaciones que realizan las autoridades
francesas con una fragata del Ministerio de Defensa con 150 marines, es
decir, la arrogancia francesa. Cuando Balladur defiende a sus pescadores,
usted defiéndalos también. Ustedes tienen que hacerlo y luego ya se
solucionará el conflicto de otra manera. Sin embargo, yo le quiero decir
una cosa. Yo soy natural de un puerto pesquero, soy natural del puerto en
el que tiene su base el arrastrero Francisco y Begoña. Yo sé la
indignación que hay en toda la cornisa cantábrica. He estado en
Santander, he estado en Galicia, he estado en el País Vasco. Yo sé que
quizás a usted el conflicto le ha venido muy dado, y es cierto, hay que
reconocerlo y hay que darle también un período de confianza, pero, como
representante que es en este momento del Gobierno, yo le tengo que decir
que ustedes tienen que actuar con confianza, con la convicción de que a
ese sector pesquero hay que defenderlo, pase lo que pase, puesto que
Francia lo está haciendo así, y se va a llevar el gato al agua. En este
momento una comisión se ha reunido hace dos días con el Comisario
Paleokrassas. España tiene que actuar, y, señor Ministro, va a tener el
apoyo de todos los grupos parlamentarios de la Cámara para que actúe con
firmeza y con contundencia, pero con convicción, puesto que hay que
defender a ese sector pesquero. Y la opinión pública española entiende
que el Gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias. Es más,
ayer un medio de comunicación decía que incluso la Comisión Federal del
Partido Socialista entendía que determinadas actuaciones del Gobierno
durante el período de estiba no están a la altura de lo que exige la
talla política en estos momentos en la Unión Europea. Por ello, señor
Ministro, en el contexto en el que nos encontramos, efectivamente yo creo
que más a que a echar leña al fuego, tenemos que tender a solucionar el
problema.

Respecto a la actuación realizada por la flota pesquera francesa, porque
los hechos están conexos, al detener al día siguiente a un arrastrero
vasco, la sanción que se le ha impuesto, sabemos que es una sanción de
orden político, puesto que no tiene precedentes que se indemnice como
responsables civiles a entidades de carácter privado o a administraciones
pesqueras francesas, bien a las cofradías o a las agrupaciones de
pescadores. ¿Se imagina usted que aquí, por una infracción
administrativa, el perjudicado fuera la cofradía de pescadores o una
asociación de armadores? En definitiva, esa resolución judicial
sancionadora al barco pesquero español se ha producido vista la presión
de la opinión pública francesa y de las autoridades francesas. Yo creo
que en este contexto lo que tenemos que hacer --y lo repito-- es defender
con convicción a la flota pesquera española, que es lo que necesita,
puesto que yo --siento decirlo--, estando constantemente con el sector,
como lo estoy al vivir en un puerto pesquero, sé que el sector no se
siente representado por la Administración central española. Por ello le
haría el llamamiento de que estén con ellos, de que se reúnan, de que
tengan sensibilidad y de que los defiendan. Señor Ministro, lo que
nosotros tenemos es un gran capital humano. Nosotros tenemos unos grandes
profesionales de la mar a los que es necesario defender. Tenemos 600
barcos que se dedican a la pesca de la anchoa y del bonito, y esos
pescadores necesitan de una protección, de una credibilidad por parte del
Gobierno, puesto que, efectivamente, los españoles cometeremos
irregularidades, pero también necesitamos de una protección, y para ello
le vamos a dar nuestro apoyo parlamentario en la medida en que ustedes
defiendan a los pescadores españoles. Sin embargo, en este momento
entendemos --y reitero lo que he dicho-- que ha habido algunas
declaraciones de cualificados miembros del Gobierno que no han estado a
la altura de lo que las circunstancias exigían.




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Señor Ministro, ayer tuvo usted una reunión con los responsables de las
comunidades autónomas --nos parece oportuno que eso se haya efectuado--,
donde se acordó, por lo que usted hoy ha manifestado, el establecimiento
de mecanismos de control, tanto de pescado proveniente de Francia --sean
túnidos o, por ejemplo, boquerón o anchoa--. El Grupo Parlamentario Vasco
había presentado el 6 de junio y el 7 de julio dos proposiciones no de
ley que le voy a leer en su parte resolutiva. Una de ellas termina
diciendo: «En su virtud, el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a
que proceda: 1.º A la prohibición de importación a España de túnidos
procedentes de Francia capturados con redes de enmalle a la deriva
antirreglamentarias. 2.º A la prohibición de descarga en puertos
españoles de túnidos capturados por la flota francesa con redes de
enmalle a la deriva antirreglamentarias.» Esta proposición fue presentada
en esta Cámara el pasado 6 de junio. La siguiente proposición se presentó
este mes, el día 7, y dice: «El Congreso de los Diputados insta al
Gobierno a: 1.º Requerir de la Unión Europea la intervención de
inspectores dependientes de la Comisaría Europea de Pesca para poner en
práctica las medidas de control sobre los buques franceses en alta mar,
así como sobre el desembarco de las especies en los puertos franceses.»
Estamos pidiendo la creación de un potente cuerpo de inspectores de
pesca. «2.º La intervención de los servicios dependientes del Gobierno
central, de inspección pesquera dependientes de su Ministerio, de los
servicios de inspección del Soivre, del Ministerio de Comercio, y de las
Fuerzas de Seguridad del Estado para evitar el desembarco en puertos
españoles, así como la comercialización en el mercado español, de anchoa
y túnidos capturados de manera antirreglamentaria.»
Nosotros, señor Ministro, sabíamos lo que iba a ocurrir. Sabíamos lo que
iba a ocurrir con la guerra del bonito, puesto que ya había empezado a
suceder con la guerra de la anchoa. Es fundamental que intervengan las
Fuerzas de Seguridad del Estado, puesto que están interviniendo en
Andalucía, a requerimiento del Ministerio de Agricultura y Pesca,
incautando pescado proveniente de la flota pesquera española capturado en
aguas de la Unión Europea. Las Fuerzas de Seguridad del Estado tienen que
intervenir, puesto que lo están haciendo con decomisos que se realizan en
Andalucía de pescado capturado por la flota pesquera española. ¿Por qué
no intervienen con el mismo rigor a instancias del Ministerio de
Agricultura y Pesca ante pescado importado de Francia?
Nosotros, en definitiva, al igual que otros grupos parlamentarios, como
ha apuntado el señor Fernández de Mesa, ya habíamos presentado
iniciativas al respecto puesto que sabíamos en definitiva, poco más o
menos, lo que había, lo que iba a ocurrir y lo que se avecinaba. Por
ello, señor Ministro, en este debate y ante esta situación acalorada y
tensa que existe en el sector, yo creo que tenemos que hacer una
consideración general. Todos los males que en estos momentos padecemos,
tanto de la flota de bajura como de la flota de altura, provienen del
Tratado de Adhesión, donde ya se plasmó formalmente la incompatibilidad
de artes de pesca, porque los españoles no pueden utilizar artes de pesca
diferentes a las que estaban utilizando el 31 de diciembre de 1985.

Nosotros creemos que esas limitaciones que establece el Tratado de
Adhesión son importantes. No podemos acceder a todos los caladeros.

Teníamos 450 buques pesqueros, y el Tratado de Adhesión nos permitió
únicamente establecer una lista de 300. Nos hemos ido reconvirtiendo. En
este momento la flota pesquera de altura del Cantábrico que faena en
aguas de la Unión Europea va a quedar o está en unos 210/220 buques
pesqueros.

En segundo lugar, tenemos que lograr la plena integración de España en la
Unión Europea. Ese es el logro político que tiene que conseguir el
Gobierno, ahí está la credibilidad y ahí va a tener el apoyo de los
grupos parlamentarios. Yo sé que Francia está obstaculizando todo lo
posible, que tiene un enorme peso político, pero hay que trabajar, señor
Ministro, por ahí puesto que, en definitiva, la gente está cansada, pero
lo que tenemos, señor Ministro, son grandes profesionales. La gente
quiere ir a la mar. Tenemos gente joven preparada en escuelas de
formación, que está comprando pequeños barcos, que se convierten en
armadores, que forman cooperativas, y a esa gente hay que defenderla.

Toda la cornisa cantábrica y los puertos pesqueros dependen de que se les
integre plenamente en la Unión Europea en las mismas condiciones que al
resto de los países.

En tercer lugar, lo que nosotros pedimos también es que lo que España ya
viene realizando, que es la reconversión de la flota pesquera adecuando
el esfuerzo pesquero a la capacidad de suministro de productos que tiene
el mar, adecuándolo a la fauna biológica marina, la realice Francia, y,
señor Ministro, ahí hay que actuar políticamente, puesto que no es muy
difícil ir a la reconversión del sector pesquero, en la medida en que son
37 volanteros franceses, que dan empleo a 250 personas. Ahí es donde hay
que actuar. Hay instrumentos, está el Infop para otorgar ayudas a la hora
de la reconversión. Yo sé que Francia está haciendo un nacionalismo de
Estado. En estos momentos en que estamos hablando de la construcción de
la Unión Europea, volvemos a los nacionalismos grandes, a los
nacionalismos de los grandes Estados, y Francia está actuando con enorme
arrogancia. Recientemente tuvimos oportunidad de ver, hace unos meses, y
usted también lo vería por los medios de comunicación, que pescadores
franceses se manifestaron en París delante del Ministerio ocasionando
unos destrozos y, como consecuencia de ello, lograron unas ventajas
sociales que en estos momentos en España no existen. Nosotros no vemos
oportuno actuaciones de esa índole, de esa naturaleza, pero sí que es
necesaria una reconversión de la flota definitiva francesa que faena con
redes de enmalle a la deriva y, sobre todo, la reconversión de la flota
pelágica.

Usted me va a decir, lo sabe tan bien como yo, lo que el Tratado de
Adhesión prevé para la pesca de la anchoa. Ahora estamos en un efecto que
se ha derivado del conflicto del bonito, pero hace unos meses también
hubo una arribada a un puerto pesquero, el de Ondarribia, de un barco
francés con ocasión de la costera de la anchoa. La costera de la anchoa
en definitiva supone que de 3.000 toneladas que tiene la flota francesa
pescan más de 220 barcos pelágicos de Bretaña en aguas de la Unión
Europea,



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cuando el TAC, la cuota establecida para Francia, de 3.000 toneladas era
únicamente para los pesqueros cerqueros de San Juan de Luz, de Hendaya.

En definitiva, señor Ministro, lo que se tiene que adecuar esa la
capacidad pesquera que tiene Francia con los recursos existentes, puesto
que hay un desequilibrio, una disfunción importante, a la hora de la
pesca de la anchoa, entre el volumen de barcos y la cuota que tienen
asignada.

Por ello, señor Ministro, y voy a ir terminando, quería manifestar que
tenemos que mantener la cabeza fría. Nosotros entendemos que en este
momento lo que sería procedente es que el sector pesquero, y en eso
coincidimos, volviera de nuevo a la mar, emprendiera otra vez la costera
del bonito, pero eso requiere credibilidad política, requiere firmeza y
requiere que ustedes, nosotros, las comunidades autónomas, todos
defendamos a este sector, puesto que está padeciendo una fuerte crisis, y
si no se pesca, usted conoce bien la modalidad de ganancia, no hay sueldo
a fin de mes. Por ello, y termino con una consideración general, nos
encontramos ante un proyecto político y económico que es la unión
económica y política europea y hemos tenido un conflicto importantísimo
en la aplicación de una de las políticas fundamentales de la Unión
Europea, que es la PPC, política de pesca común, una de las políticas
europeas más antiguas, juntamente con la PAC, y todavía vemos las
distinciones, los errores, los vacíos que contiene el proyecto de
construcción política europea. Nos encontramos también con los grandes
nacionalismos de Estado que están impidiendo la construcción de una Unión
Europea, una Unión Europea más armónica, donde se respeten los derechos
de las minorías. Por todo ello, en este momento en que hay una gran
tensión en el sector, nosotros lo que pediríamos es que se mantenga la
cabeza fría, que haya una calma distendida y que el Gobierno actúe con
contundencia, con convencimiento, utilizando todos los instrumentos
políticos y diplomáticos a su alcance para que se defienda a los
pescadores españoles, para que haya mecanismos de control en alta mar y
mecanismos de control en el mercado pesquero español, evitando la
importación y la entrada ilegal de túnidos capturados a través de redes
de enmalle a la deriva y de anchoa capturada, una vez que se ha superado
la cuota adicional de las 6.000 toneladas que España cedió a Francia, y
que estos momentos tiene constancia el sector y yo también que ha sido
capturada, por lo que la entrada en el mercado español de anchoa
procedente de Francia sería ilegal y antirreglamentaria.




El señor VICEPRESIDENTE (Grau i Seris): Por el Grupo de Coalición
Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias, señores Ministros de
Agricultura y de Defensa por su comparecencia e información aquí.

Desde el punto de vista de Coalición Canaria y en una línea de
consecuencia, y yo diría de programa electoral, mis palabras van a ser un
complemento de las que ha dicho el compañero del Grupo Parlamentario
Vasco (PNV), dado que nuestras dos fuerzas políticas han ido en coalición
electoral en estas pasadas elecciones europeas, y en el problema de la
pesca, sobre todo en lo que afecta a las flotas comunitarias y la flota
española, habíamos trabajado y defendido el tema en conjunto. Por tanto,
suscribo todas las manifestaciones dichas por el compañero del Partido
Nacionalista Vasco.

Voy a hacer las siguientes reflexiones en continuidad de las mismas y en
una línea de prudencia, de sensatez y de sentido común. Parece que las
cosas tienen que ponerse mal para que comiencen a arreglarse, y la
paciencia de la que habían venido haciendo uso nuestros pescadores del
Cantábrico, con avisos y preavisos ya desde 1986, se ha agotado. Yo tengo
aquí algunas notas de los patronos mayores de las cofradías de pescadores
del Cantábrico advirtiendo a la Administración española precisamente del
no a las volantas y denunciando estas redes de enmalle a la deriva, en la
confrontación que tenían no solamente de denuncias frente a una práctica
ilegal o abusiva por parte de la flota francesa, sino también como una
llamada a la Administración pesquera española para que ésta prestara una
atención presupuestaria, política, legislativa, técnica, incluso de
modernización, buscando una mejor eficiencia y productividad del sector.

No se puede comprender desde ningún punto de vista, y esto lo entenderá
bien el señor García Vargas, que, calculadora en mano sobre lonja
pesquera, el kilo de bonito capturado por flotas francesas se pueda
vender, con beneficios para el armador, a 90 ó 100 pesetas kilo, y el
artesanal, capturado por la flota pesquera española del Cantábrico, tenga
que ofrecerse en lonja para ser rentable por encima de las 300 pesetas.

Algo hay ahí en cuanto a la eficiencia y productividad del sector en el
que ustedes, y usted más, señor Ministro de Agricultura y Pesca, tienen
que intervenir con la Administración española.

Qué duda cabe que a ustedes dos las circunstancias les están hermanando
este verano: o los incendios forestales, por un lado, o los líos en el
Cantábrico, por otro. Creo que algo se va avanzando en la situación,
porque, como recordaba el portavoz del PNV, hace diez años, el 7 de marzo
de 1984, un buque de la Armada de guerra francesa disparó, con proyectil
de guerra aunque con carga inerte, sobre dos pesqueros españoles vascos y
produjo nueve heridos. Hubo, por tanto, víctimas de sangre, no mortales,
afortunadamente, pero hubo nueve heridos. Es cierto que en aquella época
España no estaba todavía en el seno de la Comunidad Económica Europea
entonces, hoy Unión Europea. Parece que por lo menos Francia ya no
dispara ni siquiera en las fragatas a un país hermano de la Comunidad,
pero nos está haciendo daño por otra vía.

En esta línea de reflexión, señores Ministros, para evitar que se
reproduzcan estos incidentes lamentables, sobre todo para la parte
española, les brindo la siguiente recomendación. Primero, una actividad
de todo el Gobierno español, fundamentalmente de los Ministerios
implicados con el Ministro de Asuntos Exteriores a la cabeza, en el
sentido de que es necesario forzar al nuevo Consejo y al nuevo Comisario
que salga en la Unión Europea, una vez elegido su nuevo Presidente,
sustituto del señor Delors, el señor Santer, a que recojan este problema
y esta inquietud, y España debe hacer valer sus cartas. Esto es imperioso
no



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solamente por los incidentes tan lamentables que han ocurrido, sino
porque con la ampliación de la Comunidad, como usted sabe, señor Ministro
de Agricultura, entra en contienda un país de una potencialidad pesquera
tremenda que es Noruega. Si Noruega va a verse obligada a reconvertir su
flota ballenera en otra flota por las limitaciones a la captura de las
ballenas, va a entrar en el mundo del Gran Sol y de los grandes caladeros
que están en el Atlántico Norte y va a ir a por los túnidos, sobre todo
si hay un mercado, como el español, que acepta los precios en los que
pueden entrar en nuestras lonjas y mercados respectivos.

En segundo lugar, les invitaría --y en esto requiero más la atención del
Ministro de Defensa, señor García Vargas-- a que buscaran nuevos
instrumentos para hacer valer los nuevos reglamentos sobre pesca que
nazcan en el seno del nuevo Consejo de la Unión Europea; y digo nuevos
instrumentos porque la opinión pública española no entendería que el 14
de julio, con nuestro Presidente del Gobierno en la tribuna, se esté
asistiendo en los Campos Elíseos al desfile del Euroejército y dos días
después resulte que esa Euroarmada no existe en el Cantábrico ni en el
Atlántico Norte. Nadie sabe ni se explica para qué nos sirve en este
momento, desaparecido el bloque de la Unión Soviética, un Euroejército,
pero a lo mejor sí nos hace falta una Euromarina, porque si hubiera una
coordinación entre las Armadas española y francesa en estos aspectos de
policía de la mar para velar con la reglamentación en la mano y
sintiéndose partícipes de mandos comunes, esa buena idea que nunca hemos
discutido del Euroejército tal vez tendría hoy día más razón de ser,
señores Ministros, si la convirtiéramos en una Euromarina que al menos
administrase estos contenciosos desde una sola óptica en defensa de los
reglamentos de la Unión Europea.

En tercer lugar, quiero recomendarle, señor Ministro de Agricultura, las
medidas conducentes a la modernización del sector en lo que afecte, desde
luego, a España, sin estar al dictado de lo que diga el Primer Ministro
francés, señor Balladur, al hacernos estas recomendaciones. Las
recomendaciones que se las haga a sus estructuras políticas, porque si no
es una injerencia, y que España, a través de su Ministro de Asuntos
Exteriores, denuncie estas recomendaciones del señor Balladur como
injerencia en la política española. Nuestros defectos, los de la
Administración que controlamos, serán denunciados en este Parlamento,
pero las medidas correctoras tienen que estar dentro del marco de la
competencia y de la jurisdicción diplomática, técnica y política de
España. Y si el señor Balladur o su Ministro de Agricultura o de Defensa
quieren hacer recomendaciones a este respecto, que las haga en el marco
del Consejo de la Unión Europea, ahí tiene su foro, no en declaraciones
bilaterales para decirle a España lo que tiene que hacer.

Por otro lado, señores Ministros, que el Gobierno entienda que hay que
buscar un principio de simetría en el comportamiento en los productos
agropecuarios y los pesqueros que se manejan entre los dos países, porque
no puede ser que aquí estemos denunciando continuamente las agresiones de
los agricultores franceses a productos hortofrutícolas, fresas, etcétera,
a frutos españoles en frontera, y resulta que aquí el bonito o cualquier
pescado francés entra no digo ya con alfombra roja por las aduanas
españolas, es que entra con una serie de facilidades que más bien
parecemos los tontos de toda la película. Por tanto, esta asimetría es
injusta e intolerable, y es lo que permite que haya climas de crispación.

Y, efectivamente, ese clima actual de visceralidad hay que superarlo. Yo
creo que si algo define fundamentalmente a una política sensata de
asuntos exteriores o a una política exterior del Gobierno es tratar de
mantener buenas relaciones con los vecinos, y nuestro vecino inmediato es
Francia, y a eso debe conducir una política exterior sensata y con
sentido común, por supuesto con la defensa de los intereses nacionales. Y
a esta defensa de los intereses nacionales --porque nosotros no tenemos
que buscar más problemas, ya que crear problemas es muy fácil y mucho más
con los vecinos--, también hay que unir una política exterior; hay que
tener entendimiento y sensatez en una buena política con los vecinos,
pero ayudando a los nacionales.

Señor Ministro de Agricultura, eviten ustedes desde el Gobierno, porque
están obligados a mantener un control del lenguaje, echar gasolina en la
crispación. No se puede tildar políticamente, con un lenguaje de un
político, de «pirata» una acción de nuestros administrados, de sus
administrados, de los que sostienen con sus impuestos el presupuesto en
parte del Estado español. Mire usted, señor Ministro de Agricultura, le
doy un consejo por si no se lo ha dicho el Ministro de Defensa que lo
debe conocer. El código de la Legión española tiene una frase muy
interesante que traigo a colación porque está el Ministro de Defensa. Se
refiere al principio de solidaridad y es la siguiente: ¿Qué debe hacer el
caballero legionario cuando escuche el grito dado por un compañero de «¡A
mí la Legión!»? Intervenir en auxilio del compañero sin preguntarse si
tiene razón o no, porque si se pregunta si tiene razón o no, decae el
principio de solidaridad. Esto se sabe muy bien. No me haga esos gestos,
señor Ministro, porque de esto ha dependido muchas veces que hayamos
mantenido la posición, ante la historia y ante la bandera. Esto es
importante, porque esto sí lo está practicando la Marina francesa: Acude
inmediatamente, con secráfono o sin secráfono, en auxilio de sus
administrados, en auxilio de sus administrados y connacionales que están
ahí, y hay que aprender de esta norma de conducta.

A continuación quiero decir que sin entrar en si ha habido alteración
--éste es un problema que dejo a la competencia de las autoridades
militares y para que lo veamos no en la Comisión de Agricultura sino en
la de Defensa--, si los responsables del mando militar y político han
funcionado por escalones, que el señor Ministro de Defensa lo averigüe,
porque aquí se ha informado de un fax o un télex del Vicepresidente del
Gobierno directamente al Almirante, no sé si he entendido bien, al
Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada o al Almirante de la Zona
Militar Naval del Cantábrico. En cualquiera de los casos parece que el
escalón del señor Ministro de Defensa no se utilizó, pero, de todas
formas, quiero resaltar aquí la prudencia, porque también es un valor no
sólo de cualquier grupo profesional, de los comandantes o capitanes de
las patrulleras españolas que no sé si desobedecieron o interpretaron las



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órdenes, porque si las interpretaron desde el punto de vista de evitar
mayores conflictos, para mí han actuado inteligentemente para no llegar a
causas mayores; y si tuvieron la orden de interceptar que se llevara a
puerto español La Gabrielle y no lo hicieron, tenemos que congratularnos
de que haya un sentido común de prudencia en quien haya dado esa orden a
la marinería. Como usted tuerce el gesto, señor Ministro, explíquelo, que
serán mejores las palabras en el «Diario de Sesiones». Porque, por un
lado, una autoridad administrativa califica el acto de piratería, pero
los patronos han dicho: no, hemos aplicado la consuetudinaria Ley del
mar; cualquier armador sabe que como abandone un barco, según las leyes
del mar, pierde su propiedad. Si La Gabrielle, por las razones que fuera,
fue abandonado, lo que no les podemos pedir a nuestros patronos de los
buques pesqueros, señores Ministros, es que sean licenciados en Derecho
marítimo. Eso no se les puede pedir, salvo que ustedes quieran que,
aparte de inspectores, vayan también asesores jurídicos de Derecho
marítimo en cada uno de los buques pesqueros españoles para interpretar
las leyes del mar, sobre todo cuando se encuentran con un barco que o
faena con artes ilegales, de acuerdo con el reglamento comunitario, o que
ha sido abandonado por la tripulación francesa en ese caso. El señor
Ministro lo ha calificado en su primera intervención --y lo tengo aquí
recogido-- de buque al garete, sin tripulación. Si usted pregunta a
cualquier capitán de barco español qué haría desde el punto de vista del
Derecho marítimo, si un barco se encuentra al garete, sin tripulación, le
dirá que le echa los cabos, le mete una tripulación, se lo lleva a puerto
y después negociará con el armador de origen cuánto le paga por el
rescate. Así, de entrada, se ha hecho. Pues vamos a saber a qué nos
estamos ateniendo dentro del Derecho.

Termino, señor Presidente, con una última pregunta a los señores
ministros. Querría saber si los tres primeros patrulleros de la Armada
española que salieron llevaban todos inspectores a bordo y si se piensan
establecer algunas nuevas líneas de actuación para la resolución
inmediata de este contencioso. Como el señor Ministro de Agricultura
hablaba de tres planos, internacional, bilateral o comunitario, yo
entiendo que aquí no caben más que dos planos de actuación inmediata: el
bilateral en todos los órdenes, diplomático, técnico y administrativo,
con Francia y, en segundo lugar, el llevarlo al seno de la Unión Europea.

Yo creo que ese es nuestro marco de resolución de los conflictos
contenciosos, para evitar la repetición de los mismos. Nuestro consejo es
que se siga en la línea de sentido común, de armarnos de los derechos
jurídicos para poderlos exigir en estos foros internacionales.

Por nuestra parte, nada más. Muchas gracias, señor Presidente y señores
ministros.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la
palabra el señor Moragues.




El señor MORAGUES GOMILA: Señor Presidente, señores ministros, señorías,
intervengo con brevedad para exponer la postura del Grupo Socialista
acerca del tema que nos ocupa y que, como no podía ser de otra forma,
comparte y apoya las actuaciones llevadas a cabo por el Gobierno.

En primer lugar, quiero agradecer la comparecencia ante la Comisión, a
petición propia, de los ministros de Agricultura, Pesca y Alimentación y
de Defensa, para dar cumplida información a los grupos políticos y, por
ende, a la opinión pública desde la máxima tribuna política de este país,
en una clara demostración de iniciativa política y de voluntad de
informar y debatir con los grupos políticos las actuaciones que se han
llevado a cabo hasta ahora y que deberán llevarse a cabo en las próximas
semanas.

En segundo lugar, debo expresar la coincidencia en el análisis de la
situación que nos ha hecho el Ministro, coincidencia que estoy seguro
comparten más allá de sus propias palabras, los portavoces que me han
precedido en sus intervenciones y que ha sido claramente expuesta --yo
diría que reiteradamente expuesta-- en todas las iniciativas
parlamentarias que hemos discutido en los últimos meses y cuyas
resoluciones, relativas a la prohibición del uso de las redes de enmalle
a la deriva e incluso de apoyo a la postura defendida por el Gobierno
español en los distintos foros internacionales, han sido tomadas por
unanimidad, en un intento claro de pactar posturas que sirvieran para
defender los intereses del sector pesquero español. Compartimos,
asimismo, y queremos aprovechar la ocasión para sumarnos al espíritu y a
la letra de los acuerdos adoptados por la Conferencia sectorial de
Agricultura, que demuestra que la amplia coincidencia en la defensa de
los intereses pesqueros conseguida en el Parlamento se hace extensiva a
las distintas administraciones autonómicas afectadas, incluso en estos
momentos de conflictividad y que tan fácilmente pueden ser o son
utilizados de forma partidista, incluso con claros tintes demagógicos.

En tercer lugar, queremos animar al Gobierno a seguir trabajando para
encontrar soluciones ecuánimes y perdurables a las justas
reivindicaciones de nuestra flota, reivindicaciones que con tanto tesón
han sido defendidas por el Gobierno en todos los foros internacionales en
los que se ha planteado su discusión: prohibición del uso de las redes de
enmalle a la deriva en todas las aguas comunitarias y para todas las
flotas, aumento del control y de la inspección de la actividad extractiva
de las flotas para el cumplimiento adecuado de los acuerdos y
reglamentos, y el establecimiento y la armonización de normas sobre
tallas mínimas y el estricto cumplimiento de la normativa sanitaria y de
calidad alimentaria. Y recuerdo, de pasada, a los portavoces que lo han
citado, que la competencia y el control de los mercados es en estos
momentos de las comunidades autónomas. Todas éstas son cuestiones de
enorme importancia a resolver para el presente y el futuro de los
intereses pesqueros de nuestro país.

De manera clara queremos añadir nuestra voz a los llamamientos de
aquellos grupos y administraciones públicas que piden el desbloqueo de
los puertos del Cantábrico y que se dé una oportunidad para demostrar el
funcionamiento de los acuerdos tripartitos, firmados con Francia y la
Comisión Europea, tendentes a dar solución a alguno de los problemas más
graves denunciados por nuestros pescadores, porque estamos convencidos de
que la única forma



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de mantener la razón que nos acompaña es precisamente el cumplimiento de
la legalidad y los acuerdos, y que éste es el mayor acto de apoyo y el
más responsable que podemos y debemos hacer todos en favor de la flota
pesquera española, porque es el que garantiza la presencia de la flota en
todos los caladeros del mundo y su nivel de capturas.

Señor Presidente, querría expresar la preocupación del Grupo Socialista
acerca de la posibilidad de que el Comisario de Pesca europeo vuelva a
proponer a la Comisión una prórroga en la utilización de las volantas que
pueda ser apoyada por los países que utilizan estas artes, algunos de los
cuales querrían aumentar el plazo de la prórroga e incluso la longitud de
estas artes. Esta propuesta del Comisario europeo, de confirmarse, sería
a buen seguro un nuevo foco de conflictos para el próximo año entre las
flotas comunitarias y también, y sobre todo, una nueva brecha abierta
para seguir el camino de agotamiento de los caladeros y un peligro enorme
para los ecosistemas marinos, no sólo atlánticos sino también y muy
especialmente los mediterráneos, extremos estos que deberían y espero
puedan evitarse.

Finalmente, nos sumamos a los deseos expresados por todos los portavoces
de mantener la cabeza fría. Pero, señorías, esta postura debería venir
acompañada de la de mantener la boca también fría, porque las
intervenciones que hemos oído esta mañana en esta sesión no contribuyen
precisamente a mantener y serenar el ánimo, sino, muy al contrario, a
encender los ánimos ya suficientemente encrespados. (El señor Ramírez
González: ¡Qué tonterías hay que oír!)



El señor VICEPRESIDENTE: Para contestar las intervenciones de los
diferentes portavoces, tiene la palabra, en primer lugar, el Ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Señor Presidente, señorías, me gustaría hacer un repaso de algunas de las
intervenciones que se han realizado y que me parece que no siempre hacen
un análisis objetivo de la realidad. La realidad demuestra que, hace tres
años, los barcos franceses podían utilizar las redes de enmalle a la
deriva sin ningún tipo de limitación; que el año pasado podían utilizar
redes de enmalle a la deriva de hasta 5 kilómetros y que este año
solamente pueden utilizar redes de enmalle a la deriva de hasta 2,5
kilómetros. Esta modificación de la legislación ha sido consecuencia de
la presión permanente que ha tenido la Administración española ante las
instituciones comunitarias para conseguir la restricción de la
utilización de las redes de enmalle a la deriva, y vamos a seguir en esta
línea hasta su completa desaparición.

Efectivamente, el problema que se ha planteado en esta campaña ha sido un
problema de cumplimiento de la reglamentación. Estamos avanzando más en
la vía jurídica que en la aplicación real de las normas, como
consecuencia --ya lo he puesto de manifiesto-- de la interpretación
torcida que realizó en su momento el Gobierno francés sobre la
reglamentación comunitaria, autorizando a sus propios barcos a llevar a
bordo redes superiores a las permitidas precintadas --dicho sea lo de
precintadas entre comillas-- y como consecuencia de la realidad que se ha
podido constatar y denunciar reiteradamente, por parte de las patrulleras
de las autoridades españolas ante la administración francesa y la
comunitaria, de que se estaba también incumpliendo la reglamentación en
lo que se refiere al uso de las redes de enmalle a la deriva en el mar.

Por tanto, desde el punto de vista legal, yo creo que estamos
consiguiendo avanzar notablemente hacia nuestro objetivo, que por lo que
hoy he visto es compartido por todos, que es la supresión de las redes de
enmalle a la deriva. Pero no podrán negar que hemos estado ganando
posiciones durante los últimos años y el Gobierno francés, por mucho que
ustedes quieran ahora elogiar su comportamiento, no ha hecho más que
retroceder posiciones. El Ministro francés declaró, después del Consejo
de Ministros en el que se le impidió mantener la derogación que
permitiese a sus barcos pescar con redes de hasta 5 kilómetros, que iba a
incumplir ese compromiso. Posteriormente se tuvo que retractar de esas
declaraciones. Anunció que iba a autorizar a sus barcos a llevar a bordo
redes superiores a las permitidas pero precintadas, con carácter de
reserva. Ha tenido también que volverse atrás en esos compromisos y ayer
mismo ratificó públicamente que sus barcos iban a salir a la mar sólo con
una red de hasta 2,5 kilómetros, y que aceptaba la presencia de
inspectores comunitarios a la hora de hacerse a la mar esos barcos,
además de inspecciones en alta mar.

Por tanto, yo creo que el problema no es sólo de declaraciones más o
menos altisonantes, más o menos contundentes. Se trata de conseguir
resultados reales. Yo tengo que reconocer --quizá es una cuestión de
estilo-- que no soy demasiado propenso a las declaraciones
particularmente altisonantes y contundentes; me preocupa la contundencia
de fondo. Y exactamente igual que he hecho con el tema de las frutas y
hortalizas, que he llevado a la Comisión Europea, sin levantar demasiado
la voz, a abrir un procedimiento de infracción contra el Gobierno francés
por los ataques a los camiones comunitarios, exactamente igual considero
ahora positivo que se haya obligado al Gobierno francés a aceptar el
Reglamento comunitario, no solamente en lo que se refiere a la
utilización de redes de enmalle a la deriva superiores a los 2,5
kilómetros, sino que ni siquiera puedan llevar a bordo redes de enmalle a
la deriva superiores a esta longitud, y que hayamos atacado el punto más
débil del cumplimiento de esta legislación que se deriva del hecho de que
corresponde a las administraciones de cada Estado miembro controlar el
cumplimiento de la legislación por sus propios barcos en aguas
internacionales. Como efectivamente este es el punto más débil, porque es
cierto que la administración francesa se ha comportado, como en general
casi todas las administraciones de todos los Estados, como juez y parte a
la hora de hacer cumplir la reglamentación a sus propios barcos, como
esto es así, por eso considero particularmente importante que inspectores
comunitarios hayan sido dotados de poderes de inspección y no solamente
del papel de observadores: poderes de inspección que no llegan hasta
poder imponer la sanción porque no existe habilitación legal en estos
momentos para



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realizarlo, y un compromiso político no puede superar esta falta de
habilitación legal en el Consejo de Ministros. Se puede plantear en el
Consejo de Ministros que transfiramos a la Comisión Europea plenos
poderes de inspección y de sanción para el conjunto de las actividades
pesqueras. Yo digo que es necesario evaluarlo con serenidad y
contrastarlo con la opinión de nuestro sector pesquero, no vaya a ser que
realicemos propuestas que no sean compartidas por la totalidad del mismo
porque puedan volverse, en algún momento, en contra de los intereses de
nuestra flota. Por eso considero que sobre este tema no debemos realizar
algunas propuestas en caliente que pueden no ser completamente
beneficiosas para los intereses de la flota más importante de la
Comunidad Europea, como ya he puesto de manifiesto, de la flota que pesca
más en caladeros de terceros países comunitarios y no comunitarios.

No quiero abundar demasiado en este tema. Seguramente luego el Ministro
de Defensa hará unos comentarios sobre la valoración de la posición de
las armadas española y francesa y de las administraciones francesa y
española en la defensa de sus pesqueros. A mí me parece que más allá de
las declaraciones que se puedan realizar en un momento para la galería,
el análisis de la secuencia de acontecimientos que se han producido
durante los últimos meses demuestra que nuestra flota está teniendo un
mayor apoyo que la flota francesa.

Respecto a la presencia del Secretario General de Pesca en Burela, se
había llegado a un compromiso político que, como he puesto de relieve,
atacaba los dos problemas más importantes que se habían puesto de
manifiesto en la costera: uno, el problema de que los barcos estaban
autorizados a llevar redes superiores a las permitidas a bordo, lo que
estaba dificultando notablemente las tareas de inspección porque los
barcos izaban rápidamente las redes ante los avistamientos y las
denuncias y luego decían que las llevaban en el barco de reserva; y dos,
el problema que he comentado de que las inspecciones francesas fuesen de
juez y de parte simultáneamente. Creo que una administración del Estado
responsable no puede hacerse partícipe de un comportamiento que considera
que perjudica los intereses de nuestro sector pesquero a medio plazo,
porque sin duda les ha hecho aparecer como agresores en un conflicto en
que la Administración española, y este Ministro a la cabeza, siempre les
ha dado la razón de fondo. Pueden ustedes recoger mis declaraciones sobre
este tema desde el comienzo y verán que en todas he puesto de relieve que
asistía a nuestros pescadores la razón de fondo y que estaba siendo
incumplida la legislación comunitaria. Además, no pueden acusar a este
Ministro de falta de previsión, o de esperar a los acontecimientos,
cuando diez días después de su toma de posesión envió una carta al
Comisario Paleokrassas poniendo de relieve el riesgo de que se pudiera
producir, por la pasividad de las administraciones francesa y
comunitaria, lo que desgraciadamente luego se ha producido.

No son ciertas las acusaciones al Secretario General de Pesca de que ha
dicho que las actividades de nuestros pesqueros han sido actividades de
piratería. No lo ha dicho ni en público ni en privado. No existe ninguna
constatación de que esas afirmaciones hayan sido realizadas. No se han
realizado en ningún momento y, además, está muy lejos de nuestras
intenciones hacerlo así. Sin embargo, mis declaraciones sí que han puesto
de relieve que se trataba de un barco que como consecuencia de los
conflictos que se habían producido en alta mar --conflictos de los que no
se ha depurado ninguna responsabilidad en estos momentos-- se encontraba
al garete, como bien ha puesto de relieve alguno de los intervinientes.

El representante del Grupo Popular ha leído una carta de la
administración comunitaria a Francia denunciando el incumplimiento de la
reglamentación comunitaria. Yo he hecho referencia a esa carta en mi
intervención aunque no la leí. Es una carta que precisamente pone de
manifiesto que la Administración española estaba siendo particularmente
vigilante y había denuncia todos y cada uno de los avistamientos
realizados en cumplimiento de la reglamentación comunitaria. Los acuerdos
de Bruselas creo que son positivos, por lo menos nos permiten mantener un
compás de espera en este paso adelante que hemos dado. Como habrán podido
ustedes observar, a pesa de las declaraciones permanentemente confusas y
reiteradamente rectificadas por el Comisario Paleokrassas que no han
ayudado nada a esclarecer este conflicto ni contribuido a su resolución,
el Gobierno francés hizo público ayer que aceptaba la interpretación que
siempre ha mantenido España, y que ha sido refrendada por la Comisión
Europea, de que sus barcos no iban a llevar a bordo redes de enmalle a la
deriva superiores a los 2,5 kilómetros. Este es un paso adelante
importante que había sido una petición reiterada por parte de nuestro
sector y que aceptaba que los inspectores comunitarios estuvieran en el
embarque, en el desembarque y en las inspecciones de alta mar.

Respecto a la Conferencia sectorial de agricultura que se celebró ayer,
efectivamente se invitó al Conselleiro de Pesca, en la noche del domingo,
a asistir a la conferencia porque se producía un desdoblamiento de
competencias entre los conselleiros de Agricultura y Pesca, y este último
delegó expresamente en el Conselleiro de Agricultura para tratar este
tema en la Conferencia sectorial, como así lo expresó en la reunión, y
participó en la redacción de la declaración conjunta que adoptó dicha
Conferencia por unanimidad.

Sobre las inspecciones que realiza el buque de la Xunta, los buques de
las comunidades autónomas apoyan las labores de avistamiento y de
inspección y se lo comunican a la patrullera española Chilreu, que es la
única que está habilitada para tener inspectores comunitarios y para
ponerse en comunicación con la patrullera francesa para instar a que se
realicen las inspecciones correspondientes.

El Gobierno español sí que realiza el control de las capturas de volantas
ilegales en puerto. Ha habido algún barco francés que habiendo venido a
desembarcar en un puerto español ha sido objeto de una inspección. En
este caso sí que podían actuar nuestros inspectores a pesar de tratarse
de un buque francés. La sanción está en estos momentos en trámite, aunque
ya ha sido fijada una fianza que ha sido desembolsada por el buque
francés. Por tanto, en lo que se refiere al uso de nuestras competencias
en nuestras aguas o en nuestros puertos se realizan inspecciones, se
abren



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procedimientos y se imponen sanciones, como lo hacen otros Estados
miembros.

Yo quiero insistir, en lo que se refiere al Secretario General de Pesca,
en que es un hombre que ha dedicado muchas horas de sueño, en un estado
de vigilia, durante los últimos años, a intentar resolver no sólo este
conflicto sino los problemas de muchas decenas y centenares de pescadores
españoles, de barcos españoles, por todo el mundo, cuando han tenido
dificultades. Ha peleado muy arduamente para la mejora en el acceso de
nuestros pescadores a nuevos caladeros, estando permanentemente vigilante
para evitar que la actitud de la Comisión no fuese suficientemente firme
en la negociación del acceso a los caladeros, en la negociación de las
condiciones de pesca de nuestra flota. Por tanto, me parecen muy injustas
algunas de las declaraciones que se realizan y, por supuesto, su petición
de dimisión.

Por lo que se refiere a este Ministro, quiero insistir en que yo no hago
demagogia en ninguna declaración. Es posible que políticamente no sea
demasiado rentable no hacer declaraciones para la galería de gran
contundencia verbal sobre las intenciones de este Gobierno de defender,
hasta el final, los intereses de nuestra flota. Lo que me interesa es que
en el fondo los problemas de nuestra flota se vayan resolviendo de forma
real. Además, este Ministro considera que nada le va a impedir seguir
estando en primera línea en todos los temas, dando la cara en todos los
temas, sabiendo que en primera línea es donde se asumen más riesgos, pero
es también donde se ganan las batallas y donde se consiguen los
resultados. Por tanto, estaré en primera línea en el tema de los
incendios, si puedo apoyar a las comunidades autónomas, y no se trata de
eludir la responsabilidad. En materia de incendios forestales --lo han
comentado algunas de SS. SS-- me van a permitir una reflexión de carácter
general. Yo creo que el sistema autonómico español no va a funcionar si
al mismo tiempo que se transfieren las competencias y los medios
materiales y humanos a las comunidades autónomas no se les transfieren
también las responsabilidades. Este es un tema que afecta a los incendios
forestales, pero no va a evitar, en absoluto, que este Ministro intente
apoyar con todas sus fuerzas a las comunidades autónomas para procurar
resolver lo mejor posible este problema. Y por ello el Gobierno de la
nación ha propuesto a las comunidades autónomas un plan para cubrir lo
que considera que no están atendiendo suficientemente, que son las
inversiones en prevención y en reforestación. Les he propuesto un
programa de 200.000 millones de pesetas a desarrollar en los próximos
cinco años, lo que demuestra que el Gobierno, incluso aunque no sean sus
competencias, no se sustrae a un problema que interesa a toda la sociedad
española al apoyar a las comunidades autónomas en el ejercicio de esas
competencias. Y exactamente igual que en este punto voy a estar en
primera línea, aunque sea una línea arriesgada, lo voy a estar en la
ordenación del sector azucarero respecto de la transmisión, de la
transferencia de alguna parte de la propiedad del sector, lo voy a estar
en materia de pesca y lo voy a estar en materia de defensa del dominio
público de las vías pecuarias; en todos ellos. Y en todos lo voy a hacer,
quizá por un problema de estilo personal, con escasa contundencia verbal
pero con mucha firmeza de fondo, avanzando para conseguir resultados en
todos los temas, que en algunos casos ya son resultados patentes y que en
otros se van a poder ir observando en los próximos meses.

Respecto a la intervención de la Diputada señora Rivadulla yo quiero, en
primer lugar, pedirle disculpas con los comentarios que he podido
realizar y porque le haya podido dar la impresión que no estaba prestando
atención a su exposición. Estaba atendiendo, pero, en cualquier caso, le
quiero pedir disculpas expresamente por ello. Quiero resaltar de nuevo
que me dirigí a la Comisión anticipándome a ese problema, y casi
previendo el problema de la conflictividad con la que se ha desatado, el
16 de mayo, es decir, mucho antes de que comenzase la costera. No voy a
reiterar los párrafos de la carta que dirigí al Comisario Paleokrassas en
la que le ponía de relieve que tenía que actuar con mucha contundencia
porque la conflictividad podía desatarse como consecuencia del
incumplimiento de legalidad por parte de los buques franceses.

Como ya he dicho, yo creo que los franceses no defienden mejor su pesca,
y la prueba está en cuál ha sido la evolución de la regulación a lo largo
de los últimos años. Coincido plenamente en la necesidad de avanzar hacia
la supresión definitiva de las volantas por razones de carácter
ecológico, por razones de defensa de nuestra pesca tradicional, por
razones de defensa de una pesca de carácter sostenible y también por
razones de competencia desleal, por qué no decirlo; aunque también
aprovecho para poner de manifiesto que no tiene nada que ver la calidad
de un bonito pescado con anzuelo con la calidad de un bonito pescado con
red y que, por tanto, es lógico que los precios a pagar por nuestros
consumidores también reflejen estas diferencias de calidad.

Sobre los pesqueros retenidos en Marruecos, tengo conocimiento de que
efectivamente han sido retenidos acusados de pescar sin licencia y, según
mis noticias, están teniendo atención permanente del consulado español.

Me gustaría que el problema se resolviese con la mayor rapidez.

En lo que se refiere a la intervención del señor Vidal, coincido
plenamente en que hay que ser rotundos, tajantes, en la exigencia del
cumplimiento de la reglamentación comunitaria, en la evaluación de las
redes de enmalle a la deriva --lo he puesto de relieve en mi
intervención-- y toda la contundencia verbal sobre el carácter
perjudicial de las redes de enmalle a la deriva será poca. Eso quiero
expresarlo claramente.

Este Ministro también ha expresado siempre su solidaridad con las
reivindicaciones de la flota. No ha habido ni una sola declaración en la
que yo no haya considerado que no asistiese a nuestra flota la razón de
fondo. Mi preocupación siempre ha sido que no apareciesen, como
desgraciadamente ha podido ser utilizado en algunos medios de
comunicación europeos, como agresores en un conflicto en el que les
asistía la razón de fondo y en el que tenían todas las oportunidades de
conseguir un resultado sin duda importante, que yo creo que hubiese sido
mejor si hubiesen atendido las requisitorias de la Comisión Europea de
entregar el barco en alta mar ante inspectores comunitarios.




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Creo que eso hubiese sido lo mejor para los intereses del sector, aunque
no lo mejor para conseguir, sin duda, grandes titulares en los
periódicos.

En relación a garantizar en el futuro la plena competencia de inspección
y de sanción comunitaria con carácter general, quiero poner de relieve
que no deberíamos adoptar una posición definitiva en el acaloramiento,
digamos, de la situación actual. La posición del Gobierno español es
abierta a tratar con el sector y con los diferentes grupos políticos si
debemos modificar la postura que se ha mantenido hasta ahora para no
ceder a la administración comunitaria, en estos próximos años, la
soberanía en materia de inspección y de sanción de nuestros buques en
aguas internacionales. Creo que hay que pensarlo detenidamente y, por
tanto, lo pongo sobre la mesa para que tengamos oportunidad de debatirlo
en otra ocasión.

Sobre los planteamientos de la prohibición de importación de pesca de
países que utilizan estas artes, hay dos elementos diferentes. Las
importaciones que se realizan en el mercado interior no son competencias
ya del Estado, sino de las comunidades autónomas. El control de los
movimientos, de las razones de inspección, de cumplimiento de la
reglamentación, tanto comunitaria como nacional, la circulación de las
mercancías en el mercado interior comunitario, ya no son una
responsabilidad del Estado y, por tanto, tampoco del SOIVRE. Por ello, es
importante la declaración de la Conferencia sectorial de ayer en el
sentido de que las comunidades autónomas tengan el apoyo de la
Administración general del Estado. Por tanto, sin duda las fuerzas de
seguridad del Estado tienen que vigilar el cumplimiento de toda la
reglamentación colaborando con las comunidades autónomas en las tareas de
inspección de su competencia.

En lo que se refiere a la intervención del señor Gatzagaetxebarría, sobre
la presencia en Burela, creo que no es un ejercicio responsable por parte
de la Administración pesquera ponerse a la cabeza de la manifestación
cuando considera que debilita los intereses de nuestro sector pesquero a
medio plazo. Yo creo que eso es lo que, de forma responsable, ha
realizado el Secretario General de Pesca.

Respecto a si Francia se está llevando el agua o no, yo ya he puesto de
relieve cuál ha sido la evolución de la reglamentación comunitaria en lo
que se refiere al uso de redes de enmalle a la deriva y ahora hay que
ser, efectivamente, muy contundentes, porque las batallas legales las
estamos ganando --y, en algunos casos, tremendamente en solitario-- en el
Consejo de Ministros.

Tengo las respuestas de las diferentes delegaciones de los Estados
miembros a una serie de preguntas de la Comisión en materia de uso de
redes de enmalle a la deriva y quiero destacar que la única posición
auténticamente contundente por la supresión de redes de enmalle a la
deriva es la posición española. La posición griega es más de prohibición
gradual y la mayor parte de las delegaciones abogan por un cierto
mantenimiento del «statu quo» en los 2,5 kilómetros actuales. Si no
conseguimos que se cumpla esta reglamentación, ello conduciría a esta
flota a ser inviable económicamente, como ya ha sido puesto de manifiesto
por algunas de SS. SS.

Sobre la sanción al pesquero español que fue detenido por una patrullera
francesa, yo quiero destacar que ésta ejercía su potestad legal, al
tratarse de un desvío en aguas francesas, y eso es lo que se puso de
relieve. Quizá la expresión no ha sido capaz de transmitir lo que se
quería desde el punto de vista de la Administración comunitaria. Si
quieren saber mi opinión sobre la sentencia que se ha producido,
considero que ha sido inusitada en la celeridad y extraordinariamente
severa en su resultado, no tanto en la multa por infracción pesquera, que
entra dentro de lo habitual en otras sentencias judiciales, sino como
consecuencia de las indemnizaciones establecidas a favor de las partes
que se han personado en ese conflicto. Todo ello hace que el tratamiento
haya sido particularmente severo y que haya permitido alimentar de forma
indudable la relación entre los conflictos de los últimos días y esta
sentencia judicial.

Por lo que se refiere a las inspecciones en el mercado interior, he
reiterado que corresponden a las comunidades autónomas. Estoy de acuerdo
en el objetivo de lograr la plena integración de la pesca española en el
marco comunitario apoyando también que la administración francesa realice
la reconversión de su flota, por lo que utiliza redes de enmalle a la
deriva. Incluso aunque no se avance sólo gradualmente hacia la
desaparición definitiva, lo cierto es que estas redes de enmalle a la
deriva están tocadas de muerte si se garantiza el cumplimiento estricto
de la reglamentación por su inviabilidad económica. Por tanto, yo creo
que es necesario que esa flota sea objeto de reconversión.

Comparto plenamente el llamamiento a mantener la cabeza fría, a no
realizar las propuestas en el calor de los acontecimientos que puedan ser
perjudiciales para nuestra flota a medio plazo y a actuar con
contundencia pero no verbal sino de los hechos.

Respecto a la intervención del señor Mardones, yo quiero reiterar mi
acuerdo sobre la posición contraria al uso de las redes de enmalle a la
deriva. Yo no creo que las cosas deban ponerse mal para que comiencen a
arreglarse, porque ya hay una evolución de la reglamentación en el uso de
las redes de enmalle a la deriva en los últimos tres o cuatro años, como
ya he comentado; no era la misma la situación. Es injusto considerar que
no se han conseguido avances en la reglamentación cuando hace tres años
no existía ningún tipo de limitación. Hace un año se permitía hasta 5
kilómetros, ahora se permite hasta 2,5 kilómetros y hemos puesto
mecanismos que habrá que ver cómo funcionan. Yo creo que hay que estar a
la expectativa, hay que estar muy vigilantes y muy firmes y contundentes
al exigir el cumplimiento, pero hemos dado un paso adelante a la hora de
dotarnos de instrumentos que permitan mejorar la exigencia de
cumplimiento de la reglamentación comunitaria y hemos implicado a la
Administración comunitaria, a la Comisión Europea, en la garantía del
cumplimiento de la reglamentación comunitaria por parte de los buques
franceses. Y eso considero que es un aspecto importante.

Estoy de acuerdo que hay que hacer todos los esfuerzos para que la nueva
Comisión sea sensible a los problemas de nuestra pesca. Yo ya he tenido
oportunidad de expresar el malestar por las ambigüedades y las
contradicciones que se han manifestado en algunas ocasiones por parte de
la



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Comisión Europea e incluso por las posiciones que se manifiestan en
algunas mesas negociadoras, en la que uno no sabe muy bien en defensa de
qué intereses, o de los intereses de quién, se están manteniendo algunas
posiciones.

Quiero también apoyar su referencia a seguir impulsando la modernización
de nuestra flota. En estos momentos vamos a poner en marcha un programa
de modernización de nuestro sector pesquero con un nuevo instrumento
financiero comunitario, que va a permitir una financiación comunitaria de
más de 180.000 millones de pesetas para esta tarea, en estrecha
colaboración de la Administración general del Estado, con las comunidades
autónomas, y que yo espero que contribuya a esta tarea.

Estoy totalmente de acuerdo en lo que se refiere a la simetría del
comportamiento agropecuario y de pesca. No quiero atribuir a este
Ministro, aunque ha tenido un papel muy activo, el hecho de que la
Comisión Europea, sin necesidad de grandes declaraciones altisonantes,
haya abierto por primera vez un procedimiento de infracción contra el
Gobierno francés sobre los ataques a nuestros camiones y a las
dificultades para la libre circulación de nuestras mercancías.

En ese sentido, quiero reflejar que me parece ver que el comportamiento
del Gobierno francés, en las últimas semanas, en lo que se refiere a la
libre circulación de nuestras frutas y hortalizas, ha mejorado en alguna
medida. Hay que continuar estando muy vigilantes para que se cumpla la
reglamentación y no vamos a admitirles su pasividad a la hora de cumplir
esta reglamentación.

Yo creo que se han conseguido algunos resultados y que no debemos
considerar que en estos momentos no se está consolidando una posición
firme que va a contribuir, sin duda, a un avance importante en el
cumplimiento de la reglamentación comunitaria por parte de los buques
franceses. Y no quepa la menor duda a SS. SS. de que este Ministro va a
estar particularmente exigente y particularmente firme, tanto con el
Gobierno francés como con la Comisión Europea, para que cumplan los
compromisos asumidos respecto de la reglamentación comunitaria en la
costera del bonito.




El señor VICEPRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro de Agricultura,
Pesca y Alimentación.

Tiene la palabra el señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Ante todo, debo unirme a
las palabras del señor Morales que, destacándose sobre otros grupos
parlamentarios, ha insistido en algo que encuentro hoy particularmente
sensato decir, que es mantener la cabeza fría y la boca fría.

Especialmente hay que tener mucho cuidado, señorías, señor Fernández de
Mesa, al comentar los incidentes. Hay que tener mucho cuidado para
mantener la calma y no entrar en la dinámica de discutir quién empezó
antes. Porque nosotros defendemos a nuestros pesqueros con toda
convicción y con muchos medios, pero hay que evitar que en la Cámara
creemos un clima que caliente más el ambiente, más de lo que ha estado en
los últimos días. Hay que recordar, señorías, que ha habido bengalas,
pero que ha habido cócteles molotov por ambas partes. Por tanto, hay que
ser prudente y mantener la cabeza tranquila. Lo digo para todos los
grupos parlamentarios, no me refiero exclusivamente a usted, señor
Fernández de Mesa. Menos mal que, además, todos los grupos parlamentarios
han considerado poco razonable la actuación de nuestros pesqueros con La
Gabrielle. Sí he echado de menos que los grupos parlamentarios, con
exclusión del Grupo Parlamentario Socialista, no se hayan desmarcado o
hayan considerado poco oportuno en este momento el bloqueo de los puertos
que se está llevando a cabo el día de hoy. Sólo el Grupo Socialista ha
hecho una referencia a ese asunto.

Insisto, señorías, y me refiero a todos los grupos, en que el Gobierno y
la Armada en particular defiende a los pesqueros con toda convicción y
con todos los medios.

Concretamente, paso a comentar lo que decía el señor Fernández de Mesa
sobre los medios. Señoría, esto no es una guerra. España y Francia no
guerrean desde finales del siglo XVIII, navalmente. Señoría, no se trata
de acumular fragatas, portaaviones, submarinos o corbetas; no se trata de
eso. Simplemente quiero recordarle cuáles son los medios que cada una de
las partes tiene a disposición de sus pesqueros.

Por parte de Francia hay un remolcador, que es el Tenace, de 1.400
toneladas, que no está armado, que sólo lleva cañones de agua, y después
se ha añadido un cazaminas, de 500 toneladas, que lleva cañón de 20
milímetros.

Por nuestra parte --y usted lo sabe, porque está informado de ello-- está
el Chilreu, que tiene 1.400 toneladas, que es un buque de vigilancia;
está el Mahón, que es un remolcador de 1.460 toneladas y luego se ha
añadido el Mauro, que tiene 300 toneladas y es un remolcador que lleva
también un pequeño cañón. No se trata de cañones, señoría.

Usted me estaba diciendo que es que nosotros solamente aportábamos un
remolcador. Pero, ¿qué es el Tenace, sino un remolcador? Usted, que sabe
perfectamente lo que es el JaneÕs Defence, míreselo. Es una enciclopedia
que describe la composición de las Fuerzas Armadas de todos los países.

El JaneÕs Defence cuenta lo que es el Tenace y usted lo sabía antes de
decirlo. Es un remolcador de 1.400 toneladas, igual que nuestro Mahón y
parecido a nuestro Chilreu. De manera que si los franceses tienen dos
barcos, nosotros tenemos tres y si los barcos de Francia suman 2.000
toneladas, los nuestros suman 3.400 toneladas. Es decir que si se trata
de comparación de medios, su argumentación, señoría, no era correcta.

Y vamos al asunto del fax que han mencionado varias de sus señorías. El
fax está dirigido por el Secretario de Estado de Administración Militar
(yo me encontraba en viaje oficial fuera de España; por lo tanto, ejercía
mis funciones) al Jefe del Estado Mayor de la Armada. Es decir que el fax
sigue una línea, señor Mardones, jerárquica estricta. En el Ministerio de
Defensa no nos saltamos ese principio, que es la esencia de su
funcionamiento. En ese fax se da la orden de usar los medios navales que
estive la JEMAD convenientes para que La Gabrielle fuera entregado a las
autoridades francesas; orden, por otra parte, bastante razonable. Pero
dice el fax: La finalidad de esta actuación es



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facilitar el curso de las negociaciones que llevará a cabo el Secretario
General de Pesca con las cofradías de pescadores en Burela. Luego el
objetivo de la orden que se da al Jefe del Estado Mayor de la Armada es
facilitar las negociaciones. Y para facilitar esas negociaciones la
Armada española trata de ganar tiempo y trata de conseguir mayor
flexibilidad en las posturas de las distintas cofradías.

Y cuando se dice que hay que dificultar el acceso de dicho pesquero a
puerto español, de lo que se trata es de evitar que esa entrada en puerto
constituya una transgresión a la Convención del Mar y que, por lo tanto,
esto debilitara la postura, postura en razón de los pescadores españoles.

Por lo tanto, de lo que se trataba era de evitar males mayores.

Insisto en que se consiguió retrasar en siete horas la entrada en puerto
y eso dio lugar a que se enfriaran los ánimos, que se garantizara la
entrada del buque a la Capitanía marítima de Burela, punto muy
importante, porque, al entregar el buque, se superaban ciertas amenazas
que habían lanzado algunos patrones que proponían incendiar el buque y
estos patrones procedían de algunas cofradías bastante radicalizadas,
incluso políticamente, de algún puerto del País Vasco. Se evitó que se
cometieran ciertos hechos que podían haber perjudicado gravemente la
postura negociadora del Gobierno español y de los pescadores españoles.

Hay que decir que el personal del Chilreu contribuyó a evitar ese
incendio que algunos proponían, que los radicales proponían, y contribuyó
a que se optara por remolcar el buque e incluso personal del Chilreu,
marinos del Chilreu, saltaron a La Gabrielle para comprobar su estado,
para ver si podía ser remolcado o corría algún riesgo de hundirse.

Pero en medio de esta dinámica, que duró varias horas, el Comandante del
Chilreu, la oficialidad, toda la tripulación, hizo saber una y otra vez a
los pesqueros españoles que los hechos, tal como se estaban llevando,
podían hacerles perder la razón que les asistía. Una y otra vez
contribuyeron a que hubiera cierta calma y las cosas no fueran a mayores.

Por tanto, señor Mardones, con respecto al fax no hubo desobediencia.

Toda esa noche el Secretario de Estado de Administración Militar y el
Jefe del Estado Mayor de la Armada estuvieron en contacto. Hablaron
cuatro o cinco veces a lo largo de la noche y fueron siguiendo los
acontecimientos, para irlos tratando de manejar con flexibilidad y con
sensatez.

Sí debo decir a la señora Rivadulla, al señor Gatzagaetxebarría y al
señor Mardones que es un tópico esto de afirmar que los patrulleros de
Francia están siempre para defender a los suyos y los patrulleros de
España no están nunca. Es un tópico y yo lo tengo que desmentir. Para que
simplemente vean ustedes que no lo desmiento yo, léanse el «Le Monde» del
20 de julio, donde se acusa duramente al Ministro de Defensa francés,
señor Léotard, por no haber defendido a sus pesqueros. Es decir, la misma
argumentación que hoy he oído aquí, la he leído hace unos días en la
prensa francesa, no solamente por presidentes de cofradías francesas,
sino también por señores diputados de la mayoría. Se dice concretamente
que la Armada francesa acude siempre en ayuda de sus administrados --lo
ha dicho usted, señor Mardones--, pero en el caso de La Gabrielle parece
que la tripulación y el comandante de la Tenace aconseja prudentemente a
la tripulación de La Gabrielle que abandone el barco, porque tiene daños
al haber sido abordado por barcos españoles. Esto se explica claramente
en «Le Monde» del 21 de julio. Por tanto, moderemos un poco el lenguaje
todos.

Agradezco que el señor Vidal, de Convergència i Unió, haya moderado el
lenguaje y se haya mantenido en un tono bastante ecuánime.

Con respecto al señor Gatzagaetxebarría, señoría, yo entiendo su postura.

Usted procede de puerto de mar y comprendo que pueda haber algunas
razones, incluso de carácter sentimental, pero en el Parlamento lo que
debe predominar es la razón. Hemos hecho referencia hoy a antiguos
asuntos de cañoneo de patrulleras y de fragatas francesas, actuando en
aguas jurisdiccionales francesas (hay que recordar toda la información),
actuando dentro de las millas que constituyen las aguas jurisdiccionales
francesas. Ese detalle es muy importante, porque, en el caso de que un
pesquero de cualquier nacionalidad hubiera violado reiteradamente la
legislación de pesca en aguas jurisdiccionales españolas, yo le
garantizo, señoría, que si tiene que hacer uso de la fuerza, la hace. Se
lo aseguro.

Señoría, yo creo que hay que ser sensato. Duda de que haya ilegalidad en
el apresamiento de La Gabrielle. Es posible --yo no quiero entrar en ese
debate--, pero es verdad que, por lo menos, no ha habido mucha prudencia,
porque durante algunas horas, por lo menos, nos ha puesto a todos en
difícil situación; los primeros, a los pescadores españoles.

Insisto, señoría, en que el Gobierno defiende con convicción y la Armada
defiende con toda convicción a los pesqueros españoles, a todos: a los
pesqueros vascos, a los pesqueros cántabros, a los pesqueros asturianos,
a los pesqueros gallegos, a los pesqueros de cualquier comunidad
autónoma, y traslada con toda energía a las autoridades francesas las
violaciones de sus barcos y les avisa a los barcos franceses cuando eso
es posible.

Comento lo que ha dicho el señor Mardones. Y me ha extrañado hoy que
estaba un poco belicoso, porque lo que ha dicho de la Legión, con razón y
sin ella, como usted sabe, señoría, pertenece a otra época. La razón
siempre debe ser la referencia última de la actuación de cualquier Fuerza
Armada, de cualquier Ejército y, por supuesto, también de los políticos,
de todos los que estamos aquí también. Por tanto, creo que esa referencia
a la Legión no es lo más oportuno en estos momentos.

No sé exactamente a qué viene la crítica al Euroejército. Con respecto a
la Euromarina, estoy seguro de que todo se andará y que seremos capaces
de hacer una Euromarina. Supongo que eso será un instrumento para evitar
que todos estos incidentes se repitan año tras año. Pero le tengo que
recordar, señoría, lo que dije al principio de mi intervención: la Armada
no tiene competencias de inspección de otros buques en aguas
jurisdiccionales de esos buques o en aguas internacionales. No tiene esas
competencias. También sepamos cuáles son nuestros límites.

Reitero que no hubo ninguna ruptura de la cadena de mando en el
Ministerio, desde el Gobierno a la Armada; reitero que hubo un contacto
permanente entre lo que es la



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dirección política, la responsabilidad política del Ministerio y la
Armada y que, por supuesto, por parte de la Armada no hubo desobediencia.

¿Cómo va a haberla? No cabe en la cabeza de nadie que pueda haber
desobediencia. Hubo un continuo cambio de impresiones para actuar de la
manera más conveniente.

Por último, quiero agradecer al señor Moragues que haya pedido mantener
la cabeza fría y espero que después de esta sesión todos la tengamos un
poco más.




El señor VICEPRESIDENTE: De acuerdo con el Reglamento, no corresponde
ninguna intervención para replicar las intervenciones de los
comparecientes, de los señores Ministros. De acuerdo con el Reglamento, y
excepcionalmente, esta Presidencia, para que también le sea leve la
moderación de este debate, a aquellos grupos que lo pidan, les concedería
una intervención de un minuto a cada uno, pero simplemente a efectos de
aclaración de las intervenciones de los señores Ministros.

¿Algún Grupo quiere intervenir? (Pausa.)
Rogaría a SS. SS. que hicieran posible que su intervención durase un
minuto, ya que en la primera parte de su intervención, aunque el
Reglamento fija en diez minutos las intervenciones, esta Presidencia ha
sido lo suficientemente tolerante para que las intervenciones fueran
completas por parte de todos los señores portavoces.

En primer lugar, tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular, señor
Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señor Presidente, gracias por la
benevolencia, porque, después de haber habilitado esta sesión y haber
venido muchos Diputados desde distintos puntos de España, creo que merece
la pena dar una segunda vuelta, sobre todo para aclarar algunos temas.

En cualquier caso, con toda la brevedad posible, quiero decir al señor
Ministro de Agricultura que análisis objetivo de la realidad lo hacemos
todos. Todos hacemos un análisis objetivo de la realidad: usted desde su
punto de vista y otros desde otro punto de vista, pero aquí hay una cosa
muy clara. Primero, que, por lo que dice aquí, todos estamos de acuerdo
en la denegación de volantas y de redes de enmalle a la deriva. Creo que
el señor Secretario General de Pesca Marítima le ha informado muy poco,
porque hay un acuerdo del Parlamento que así lo exige del Gobierno, pero
no de las de 2,5, absolutamente de todas. No crea usted que estamos ahora
de acuerdo, es que lo estamos desde hace muchos meses.

En segundo lugar, me conmueven las palabras que ha dicho sobre el
Secretario General de Pesca Marítima, que seguramente son ciertas, pero
ne conmueven mucho más las miles de familias que están viendo
transgredidos constantemente sus derechos en alta mar y no hay soluciones
para ellos, porque después de esta importante intervención del señor
Ministro de Agricultura y de mantener la mente fría pero no hasta que
llegue a dar encefalograma plano porque está todo el mundo muerto, sino
con algo de actividad, habrá que pedir la boca fría también a los
responsables del Gobierno que han tenido unas claras salidas de tono
durante estos últimos días. Por lo menos, boca fría para todo el mundo,
señor Ministro.

Termino diciendo una cosa nada más al señor Ministro de Agricultura.

Mantienen que están obrando con contundencia, mantienen que están obrando
dentro de la legalidad, mantienen que están haciendo lo imposible: ¿por
qué siguen los puertos bloqueados? Señor Ministro, cuéntenos aquí qué es
lo que va a hacer de hoy en adelante para que se desbloqueen los puertos,
qué es lo que va a hacer para dar al sector alguna esperanza de que va a
cambiar el rumbo de su pesca en el Atlántico Norte, sin que se nos
caliente la boca, sin hacer demagogia, porque no venimos aquí a perder el
tiempo, señor Ministro, ni yo a tirarle flores ni usted a mí ni a su
representante del Grupo Parlamentario Socialista. Arreglemos el problema
si queremos que ésta sea una Cámara dinámica y que el representado y el
administrado vean que servimos para algo y no simplemente para tirarnos
flores o para tirarnos los trastos a la cabeza.

Señor Ministro de Defensa, no discuto quién empezó antes, en absoluto,
pero usted ha visto sólo una parte de la película. Había un patrullero
francés que estaba viendo cómo el convoy francés pretendía abordar al
barco español, sin que hubiera ninguna intervención. En ese momento fue
cuando los 400 barcos españoles enfilaron a La Gabrielle y entonces fue
cuando el patrullero francés recomendó a los que estaban a bordo que
saltaran al patrullero para poner pies en polvorosa. Cuente usted toda la
película, señor Ministro, y si no que se la cuenten bien, porque yo la he
oído de los propios patrones, que me merecen tanta credibilidad como
quien se lo haya contado a usted.

Por otra parte, señor Ministro, con esa ironía que le caracteriza y ese
desviar los temas cuando no le interesa abordarlos, he de decirle que yo
no he pretendido decir aquí quién tenía más medios, si la Armada española
o la francesa. Esa será su historia, su película y su problema. Yo no he
venido aquí a plantear eso, señor Ministro.




El señor VICEPRESIDENTE: Vaya concluyendo, por favor.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Concluyo, señor Presidente.

Lo que yo estaba preguntando al señor Ministro de Defensa es de qué
medios disponía la Armada española para cumplir esa norma, para que no
hubiera una transgresión de la Convención del mar, para que los barcos
españoles pudieran cumplir la orden de entregar La Gabrielle al Gobierno
francés, no para enfrentarla a la francesa, sino para tratar de rescatar
ese barco que venía rodeado de los cuatrocientos boniteros españoles. Yo
no pretendo enfrentar a la Marina española con la francesa. En todo caso,
la responsabilidad es de la Administración, del Gobierno, de los
Ministerios de Defensa y de los Presidentes de Gobierno. Dígame usted
cómo puede mandar dos o tres remolcadores a tratar de serenar los ánimos
de 400 patrulleros, de 400 barcos boniteros que vienen con los ánimos muy
calientes de alta mar. Esa ha sido mi pregunta. Porque lo que no se puede
hacer, señor Ministro de Defensa --y usted es consciente de ello por
mucho que pretenda ahora respaldar y



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tratar de justificar la ineptitud del Vicepresidente del Gobierno--, lo
que no se puede hacer es mandar dos chalanas, ni dos botes, ni dos
remolcadores para tratar de hacer cumplir algo que es imposible. Usted
está haciendo todo lo posible por conseguir dar prestigio no sólo a la
Armada sino a los ejércitos españoles como para que un ex ministro de
Defensa venga a jugar en este caso concreto con el prestigio de una
Armada que hace todo lo que puede y más, de acuerdo con los medios que
tiene.

Por tanto --y termino, señor Presidente--, para que se calmen los ánimos
tengo que decirle, señor Ministro --y también oído por VHF, a mí no me lo
ha contado nadie--, que un patrón de un barco español fue el que hizo que
no se hundiera La Gabrielle porque es lo que quería el resto. Y no por
ninguna razón de magnanimidad, ni mucho menos. Simplemente con estas
palabras: Si hundimos La Gabrielle no tendremos la prueba fehaciente de
que los franceses continúan incumpliendo la normativa comunitaria.

Que nadie se eche rosas que no le corresponden y que nadie trate de
desvirtuar las palabras que yo he dicho aquí. Un contundente respaldo a
la actuación de la Armada española por encima de sus posibilidades y una
crítica y una condena total al Gobierno en general y a todos sus
ministros por no haber sabido estar a la altura de las circunstancias en
este conflicto pesquero.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra la señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA: Intervengo solamente para expresar mi
sorpresa por las manifestaciones tanto del señor Ministro de Agricultura
como del de Defensa por el hecho de que los representantes que somos del
pueblo español, que se nos convoca con carácter extraordinario,
manifestemos la gravedad de la situación y la actuación que, a nuestro
juicio, debería llevar el Gobierno a partir de ahora.

Se reclama boca fría y mente fría. Es cierto que eso es loable y que es
lo que deberíamos hacer, pero hay que recordar que tenemos 370 barcos
boniteros que están bloqueando los puertos del Cantábrico, con todo lo
que ello significa. Y no lo hacen por gusto, no lo hacen por placer y no
lo hacen por ser altisonantes, sino por necesidad real. También quiero
recordar que a partir de estas movilizaciones que se han producido
empieza a verse algún tipo de conciencia en la Unión Europea respecto a
esto.

Quiero manifestar asimismo mi sorpresa por que el señor Ministro de
Agricultura se sienta tan complacido por el hecho de que Francia cumpla
el reglamento comunitario. ¿Eso es un avance? ¿Que Francia cumpla el
reglamento comunitario es un avance? Me parece que se contenta con poco
el señor Ministro.

También he de decirle que concrete, porque podemos ser muy prudentes los
españoles, podemos ser prudentísimos, pero con la prudencia que tenemos
nos hemos quedado con una cuota láctea insuficiente, estamos a punto de
que se nos aplique una OCM del vino absolutamente desastrosa que
supondría el arranque de 400.000 viñedos, y estamos en una situación en
que nuestras frutas y hortalizas todavía no son objeto de un tratamiento
como tienen los demás productos comunitarios y, además, se agrede
continuamente a nuestras exportaciones en la Unión Europea, y no hemos
visto a nadie que esté en la cárcel, a nadie que haya sido objeto de
aplicación del Código Penal francés por estas agresiones.

Señor Ministro, a partir de ahora, para que estos 370 barcos pesqueros
boniteros levanten el bloqueo ya ha anunciado usted que con el acuerdo
que llegó para la inspección no están conformes; no es por escrito, no se
garantiza que puedan sancionar y no se garantiza que puedan requisar.

Usted ha dicho que a través del Consejo de Ministros comunitario se
podría instar para que la Comisión dotase de mayores poderes a sus
inspectores. ¿Qué pasos va a dar usted en ese sentido? Por otra parte,
¿qué pasos se van a dar también para que en el mercado español no entre
bonito que haya sido objeto de captura por artes de enmalle a la deriva?



El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Pere Vidal.




El señor VIDAL I SARDO: Señor Presidente, intervengo solamente para
agradecer a ambos Ministros sus respuestas y acogerme a una recomendación
del Ministro de Defensa, de orden práctico. Aquí nos preguntamos todos
qué hacemos para superar el conflicto. En mi primera intervención he
manifestado la propuesta de nuestro Grupo de que, si reglamentariamente
era posible, saliera de esta Comisión alguna resolución para superar el
conflicto, tanto el que existe con Francia como el conflicto de cierre de
puertos pesqueros. Nosotros pensamos que esta declaración --suponiendo
que reglamentariamente fuera posible-- tendría que llevar implícita una
petición de esta Comisión, a los pescadores, a las cofradías, de
desbloqueo de los puertos, paralela a garantías suficientes de control
significativamente iguales a las que piden los pescadores, y el
compromiso de Defensa de continuar en su posición de extremar la defensa
de los pesqueros españoles. Aquí queda nuestra propuesta, en todo caso.

Por otra parte, el Ministro de Agricultura ha hecho una referencia a los
incendios forestales aludiendo a un aspecto al que nuestro Grupo es muy
sensible, que entiendo que no ha sido bastante tratado, y es el de la
suficiencia o no de medios aéreos. Recuerdo que el señor Ministro de
Agricultura, en la anterior intervención en esta Comisión, reconocía que
para combatir ciertos incendios forestales no serían suficientes ni cinco
veces los medios aéreos de que disponemos en este momento. Ya que hoy
disfrutamos de la presencia en la Comisión de dos Ministros que pueden
incidir en la solución del problema, nuestra propuesta es que, como
seguramente el Ejército del Aire posee medios aéreos infrautilizados,
algunos de ellos posiblemente ociosos en muchas épocas del año, con
ligeras adaptaciones, siempre que estas modificaciones fueran
reversibles, pudieran actuar en momentos de extrema incidencia de
incendios forestales. Esta es otra sugerencia que les brindo a



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ustedes. Espero que, si es posible, puedan darme respuesta a ambas
propuestas.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el
señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: En primer lugar, quiero manifestarle
al señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación qué ocurre, como
usted ha dicho, cuando Francia incumple el Derecho comunitario. Pues que
nos encontramos con la pasividad de las autoridades francesas y no sucede
nada. Usted ha dicho que, efectivamente, los dos incumplimientos graves
están ahí. Por una parte, la plasmación concreta de los mismos a la hora
de la utilización de redes de longitud superior a los 2,5 kilómetros y,
por otra, el que las autoridades francesas no apliquen el Derecho
comunitario a los nacionales de su Estado. Lo aplican a los nacionales de
otros Estados de la Unión Europea, como ha ocurrido el pasado jueves en
el juicio, que usted ha reconocido que era sumarísimo y con sentencia
política, a la flota pesquera española. En cambio, a la flota pesquera
francesa no le aplica la normativa comunitaria de conformidad con el
Tratado de la Unión Europea, a cuyos Estados, de acuerdo con el principio
de subsidiariedad, corresponde la aplicación de esa normativa
comunitaria.

¿Qué hubiera ocurrido si el buque pesquero francés La Gabrielle no
hubiera ido a Burela? Pues que se hubiera entregado a las autoridades
francesas en el límite de las doce millas y no hubiera sucedido nada,
porque Francia tiene por costumbre no sancionar a su flota pesquera
aunque incumpla la normativa comunitaria. Por tanto, hubiéramos estado en
una situación peor, puesto que la opinión pública española no conocería
el cúmulo y el rosario de ilegalidades que se encontraban en ese buque y
que dos diputados de esta Cámara, presentes en esta Comisión, tuvimos
ocasión de verlos con nuestros propios ojos. Por consiguiente, yo creo
que ha sido positivo que haya ocurrido este conflicto, puesto que de esta
manera va a haber unos efectos, ha supuesto una implicación del Gobierno
y ha supuesto que en el día de ayer se hayan tomado unas medidas; medidas
que nosotros habíamos solicitado --y lo he leído-- hace uno y dos meses y
que de ninguna manera se hubieran adoptado si este problema no se hubiera
suscitado en los últimos días en alta mar.

Señor Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, quiero decirle
también que no es suficiente con que las comunidades autónomas realicen
ahora la competencia en materia de comercio interior. Usted sabe que los
transportistas franceses --hoy mismo tengo información porque me han
llamado por teléfono-- que están siendo detenidos en las carreteras
españolas, se están oponiendo al control. Tienen que estar las Fuerzas de
Seguridad del Estado porque los funcionarios públicos de la inspección de
comercio no pueden ejercer la autoridad pública; por ello tienen que
estar respaldados, en las diferentes comunidades autónomas, insisto, por
las Fuerzas de Seguridad del Estado. Las Fuerzas de Seguridad del Estado
intervienen --se lo digo yo-- a instancias de su Ministerio en
determinados puntos de la geografía española frente a pescado
antirreglamentario, hay que reconocerlo, de la flota española; de la
misma manera deben intervenir las Fuerzas de Seguridad del Estado en
España coadyuvando y complementando la labor de los inspectores de
comercio de las comunidades autónomas, puesto que, de otra manera, están
oponiendo resistencia, fuerza, y se están negando a que sean
inspeccionados.

Quiero decir también al señor Ministro de Agricultura, Pesca y
Alimentación que, efectivamente, yo estoy de acuerdo en que se ha
producido un avance normativo muy importante, pasamos desde una
liberalización total a una restricción a 5 kilómetros, y de una
restricción de 5 kilómetros a 2,5 kilómetros, pero también tenemos que
recordar que el acuerdo parlamentario del Congreso de los Diputados,
adoptado por unanimidad, es la prohibición absoluta de todo tipo de redes
de enmalle a la deriva. Sin embargo, por el panorama que nos ha pintado,
vemos muy difícil que eso se lleve a la práctica, puesto que usted decía
que todos los países de la Unión Europea, la gran mayoría --a excepción
de España y mediante una postura ecléctica o intermedia también Grecia--,
están por mantener el «status» actual. Efectivamente, el panorama se
muestra complejo y difícil. De todas formas, yo quiero reiterarle que
busque el apoyo de su Grupo Parlamentario para que trabajen en la línea
de la prohibición definitiva, puesto que ése es el mandato que usted,
como representante del Gobierno, tiene encomendado por esta Cámara.

Al Ministro de Defensa, al que yo, en mi primera intervención no me había
referido, aunque él se ha dado por aludido, voy a hacerle unas pequeñas
matizaciones.

En primer lugar, dice que la razón es la que debe prevalecer en esta
Cámara. Evidentemente, estoy de acuerdo. Pero usted no me va a decir que
la razón está de parte de las autoridades francesas. Cuando las
autoridades francesas están incumpliendo el Derecho comunitario no me
puede decir que son estas autoridades las que tienen la razón. La razón,
señor Ministro --y usted lo sabe--, no está absolutamente de parte de un
lado o de otro; la razón está cruzada, está compartida y, en ese sentido,
hay que mantener la serenidad, pero también la convicción y la energía
para defender la parte de razón que tenemos, y es ahí a donde iba
dirigida mi alusión, no directamente a usted sino quizá al otro Ministro,
de que en la parte de razón que tenemos, entendemos, desde el Grupo
Parlamentario Vasco (PNV), que no se había actuado con el convencimiento
y la energía suficientes.

En segundo lugar, quiero manifestarle --quizás no ha estado atento a mi
intervención-- que yo he hecho un llamamiento a que la flota pesquera
emprenda y reemprenda la costera del bonito, lo cual supone que en este
momento no se produzcan los límites y bloqueos que se están produciendo a
la entrada de los puertos españoles.

Por último, me ha llamado la atención, y verdaderamente me preocupa, una
afirmación que usted ha realizado de que justificaba el cañoneo de barcos
españoles, el «Burgoamendi» y el «Valle Artzondo», en 1984. Y me preocupa
porque en toda utilización de la fuerza armada, señor Ministro, tiene que
haber una proporcionalidad de medios, y nos encontramos ante un buque de
pesca frente a todo un ejército, ante toda una Armada francesa, que, por



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una infracción administrativa de pesca, cañoneó, dejó heridos y ha dejado
a determinada gente, en concreto a dos pescadores, cobrando la pensión de
invalidez absoluta. Señor Ministro, a mí me llama la atención que usted
pueda justificar el uso de la fuerza armada. Lo que podrá utilizar un
Estado son todos los medios a su alcance, pero frente a un buque pesquero
nunca se puede utilizar la fuerza armada. Un buque pesquero tiene unas
dimensiones, unas características y se dedica a una actividad tal que yo
de ninguna manera puedo admitir que se utilice la fuerza armada. Un
Estado y una Armada de un país tiene otros instrumentos, otros medios
políticos y otros medios diplomáticos como para persuadir y poder, en su
caso, establecer y resarcir los daños que se hayan producido, pero nunca,
desde este Grupo Parlamentario, justificaríamos el uso de la fuerza
armada.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la
palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muy brevemente. En primer lugar, agradecerle
al señor Ministro de Agricultura la receptividad en las sugerencias y en
las exposiciones que se han hecho, dentro también de la línea
constructiva que pretendemos, al igual que al señor Ministro de Defensa,
que es al que voy a responder ahora, dadas las reiteradas alusiones que
me ha hecho, con gran cordialidad y respeto a la política de Estado que
para nosotros, y para mí personalmente, la defensa representa como
instrumento de la política nacional, en este caso al servicio tanto de la
política exterior como de la política pesquera.

Señor Ministro, no me contraponga el artículo de Le Monde para justificar
la posición española, porque fíjese usted la eficacia que ha tenido la
editorial de Le Monde, periódico de sobra conocido por la intelectualidad
política de izquierda, incluso en España, donde muchas veces, años atrás,
nos vimos reflejados en defensa de la democracia. Pues bien, alguien se
leyó la editorial de Le Monde, o el Ministro de Defensa francés, o el
comandante de la fragata Surcouf, una fragata de 150 hombres que captura
a los pocos días el pesquero Francisco y Begoña; no estamos hablando de
una simple patrullera francesa. No sé si el día 14 los franceses estarían
todavía celebrando su fiesta nacional, o el 15 o el 16, y no tenían
efectivos suficientes en los caladeros donde estaba operando su flota,
pero que desde luego después de la editorial de Le Monde la fragata
francesa Surcouf, que quiero insistir a SS. SS. que tiene 150 hombres de
dotación (lleva portamisiles, lleva helicópteros, lleva lanchas de
combate de ataque rápido; es una fragata imponente por sí misma), es la
que apresa al Francisco y Begoña.

Curiosamente, y es la segunda pregunta, señor Ministro, usted dice que la
Armada española no tiene facultades inspectoras, ¿cómo es que la
tripulación de asalto de la Surcouf entra en el pesquero español y
descubre que tiene 25 ó 30 kilos en una bodega falsa?
Lo que yo le estoy proponiendo, señor Ministro, es que busquemos, vía
marco de la Unión Europea, unos nuevos instrumentos de inspección, porque
decir que la Marina española de guerra no tiene facultades inspectoras y
que los marineros franceses de guerra de la Surcouf hayan cogido al barco
Francisco y Begoña y le hayan descubierto una segunda bodega, donde dicen
que, además, tiene una cantidad de pescado tan impresionante como para
haber esquilmado un caladero de 30 kilos de especies prohibidas o de
tamaño pequeño, parece una ridiculez. Pero alguien se leyó, insisto, la
editorial de Le Monde. Léanse ustedes también alguna editorial o algún
discurso hecho en esta Cámara por los parlamentarios para tener esa
sensibilidad o esa respuesta. Es lo único que yo he querido indicar,
señor Ministro, y usted me ha acusado de belicoso, cosa que me ha llegado
al alma porque no lo he sentido nunca; yo siempre he dicho que los
instrumentos de poder que tiene un Estado se deben ejercer dentro de la
ley, de la prudencia y de la sensatez. Unicamente había empleado una
frase para llamar al principio de solidaridad; después, de cuartel para
adentro, exíjase a quien haya incumplido el grito de pedir auxilio si no
lo ha hecho en la debida forma.

Tercera cuestión, señor Ministro, que usted me ha reiterado varias veces.

El problema de si hubo o no algún salto en los escalones de mando no nace
tanto de si lo hubo, sino que a mí lo que me ha llamado la atención
personalmente es que si hay unas normas de instrucción que tiene nuestra
marina permanentemente, ésta las administra la unidad jerárquica de mando
inmediata o los capitanes o comandantes de las unidades navales españolas
que están en el barco cerca de nuestros pesqueros, o el capitán general
de la zona marítima correspondiente, pero que la orden la haya dado el
Vicepresidente del Gobierno es lo que me llama la atención. Es decir, a
qué nivel estamos que para impedir que esto llegue esa orden la dé el
Vicepresidente. Me llama la atención, repito, que para parar a un
pesquero la orden la tenga que dar en este país del Vicepresidente del
Gobierno. Yo creo que deben ser los que están vestidos de blanco o de
azul marino en la marina los que deben decir lo que hubiera que hacer al
respecto.

Era nada más, señor Ministro, ésa la cuestión, con el mejor sentido de
colaboración y sin ánimo belicoso, porque he ponderado la prudencia de
los mandos de la marina española, que no pasaron a palabras mayores.

Usted dice que si hubieran querido interceptar, interceptan. Menos mal
que eso no ha ocurrido, porque entonces el mal hubiera sido mayor,
estuvieran o no en los escalones de mando.

Yo no he puesto en cuestión una indisciplina, porque no estoy aquí
defendiendo un principio de obediencia debida, sino que estoy defendiendo
un principio de inteligencia y de sensatez. Si ustedes consiguen, como ha
dado a entender el señor Ministro, que haya una euromarina, bienvenida
sea, siempre que tenga esas facultades inspectoras y estemos de acuerdo,
como nos hemos puesto de acuerdo para inspeccionar barcos en el bloqueo a
Yugoslavia o en el anterior bloqueo a Irak. En estas mismas medidas,
señor Ministro, de cooperación internacional, en este caso en el marco de
la Unión Europea no bilateral España-Francia, que enarbole la bandera de
fondo azul con la corona de estrellas.




El señor VICEPRESIDENTE: Junto con las intervenciones de los otros
portavoces parlamentarios, por el



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Grupo Socialista tiene la palabra el señor Moragues. (Pausa.)
Por el mismo orden, en primer lugar, el señor Ministro de Agricultura
tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (Atienza Serna):
Muy brevemente. Voy a insistir en algunos de los elementos que considero
que han sido el norte de la actuación del Gobierno.

En primer lugar, este Gobierno ha estado siempre en vanguardia en cuanto
a la restricción del uso de las redes de enmalle a la deriva, como yo
agradezco que haya sido apreciado por el representante del Grupo
Nacionalista Vasco, consiguiendo cambios en la legislación comunitaria
que han ido haciendo cada vez más restrictivo el uso de esas redes de
enmalle a la deriva y, por supuesto, haciendo lo que se deriva de la
propia resolución aprobada por el Pleno del Congreso, defendiendo
siempre, en el marco comunitario, que debe avanzarse hacia la supresión
definitiva de estas redes de enmalle a la deriva, y así lo vamos a seguir
defendiendo, en una decisión que corresponde al Consejo de Ministros.

Quiero insistir en que creo que hemos avanzado notablemente. Entiendo que
todavía haya desconfianza sobre la eficacia de los nuevos mecanismos que
hemos acordado, tanto en lo que se refiere al cumplimiento de la
legislación sobre el no uso y el no llevar a bordo redes superiores a las
permitidas, como sobre las consecuencias que se derivan de la implicación
directa de los inspectores comunitarios en el cumplimiento de la
legislación por parte de los buques franceses. Pero yo creo que supone un
avance importante que no nos va hacer bajar la guardia a la hora de
exigir, tanto al Gobierno francés como a la Administración comunitaria,
el cumplimiento de los compromisos acordados.

Le quiero decir al señor Fernández de Mesa, con toda cordialidad, que sus
palabras son muy demagógicas. A mí me hubiera gustado oírle pedir a la
flota española que volviese a faenar, porque es lo que le interesa en
estos momentos, y, por tanto, no basta con defender de boquilla los
intereses de nuestros pescadores, sino que hay que defenderlos realmente.

Mi preocupación es defenderlos ahora, que vuelvan a faenar, que puedan
hacerlo en condiciones rentables y seguras y que puedan hacerlo en las
siguientes costeras, en otros caladeros, en otras artes y en otras
actividades de pesca.

Por lo que se refiere a lo que ha comentado la señora Rivadulla, aprecio
que haga el llamamiento a que se vuelva a faenar, pero quiero reiterarle
que vamos a ser muy estrictos en la exigencia del respeto a la
reglamentación comunitaria. Sin embargo, habrá que ver si efectivamente,
lo que hemos acordado, que ha supuesto pasos hacia delante, se cumple o
no a la hora de determinar si tenemos que utilizar nuevos instrumentos, y
no estamos dispuestos a renunciar a ninguno de ellos para hacer cumplir
al Gobierno francés y a la Comisión Europea la reglamentación
comunitaria.

Puedo garantizarle que, en lo que se refiere a las competencias del
Estado, no se desembarcará bonito pescado con redes ilegales. Y no sólo
eso, sino que se levantarán las sanciones correspondientes cuando se
inspeccionen buques que recalen en puertos españoles y tengan redes
superiores a las permitidas.

Respecto al tema de los incendios, señor Vidal, sobre si es posible la
revisión para la próxima campaña y si me parece oportuno movilizar más
medios aéreos, quiero decirle que de la evaluación que se ha realizado
por parte de todos los consejeros o de la mayoría de los consejeros
responsables de la política forestal en la reunión que tuvimos hace unos
días en el Ministerio de Agricultura, resulta que no se trata de un
problema de más medios aéreos, sino más bien de prevención que de
extinción; que para situaciones de crisis todos los medios son
imprescindibles, y, por tanto, ése no es el elemento fundamental, aunque
quizá tengamos que prestarle una atención y ver si podemos mejorar su
despliegue, e incrementarlo en alguna medida. Pero, repito, no es el
elemento fundamental de nuestra política de extinción de incendios, y así
lo han expresado la mayor parte de los consejeros en la reunión que
tuvimos en Bruselas.

Quiero, en particular, agradecerle al señor Gatzagaetxebarría su apoyo
para que sigamos avanzando hacia la supresión de redes de enmalle a la
deriva y su apoyo para que utilicemos todos los instrumentos disponibles
para hacer cumplir la reglamentación comunitaria, y le puedo garantizar
que así lo vamos a hacer.

En lo que se refiere al buque La Gabrielle, quiero insistir en que
hubiese sido más eficaz, desde el punto de vista del cumplimiento de la
reglamentación comunitaria y de su sanción, que ese barco hubiese sido
pasado a inspectores comunitarios directamente en alta mar, como así lo
requería la Comisión. Eso hubiese sido más eficaz desde el punto de vista
de la constatación de las infracciones y desde el punto de vista de las
consecuencias sancionadoras que se hubiesen derivado de ese
comportamiento.

Quiero reiterar, por supuesto, el respaldo de las fuerzas de seguridad
del Estado a las tareas de inspección que corresponden a las comunidades
autónomas en nuestro mercado interior, y no creo que se vaya a producir
ningún tipo de pasividad o falta de colaboración en este sentido.

Por supuesto, agradezco, y comparto plenamente --quiero terminar con
ello-- el llamamiento a nuestros pescadores para que vuelvan a faenar,
para que vuelvan a la costera, para que aprovechen los días que quedan y
para que puedan comprobar, como ya he dicho, «in situ» si, efectivamente,
los avances que se han conseguido en estos momentos por los acuerdos de
carácter político suponen o no un avance a la hora de exigir el
cumplimiento del respeto de la reglamentación comunitaria por parte de
los buques franceses.




El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Brevemente, señor
Presidente.

Quiero reiterar que la Armada española va a seguir protegiendo a nuestros
pesqueros con toda energía y con todos los medios, y que en lo que queda
de temporada vamos a intentar que se redoblen los esfuerzos para impedir
que se



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puedan producir no solamente las actuaciones ilegales por parte de
pesqueros franceses, sino cualquier otra situación que pueda suscitar, de
nuevo, roces y tensiones entre las flotas de ambos países.

Quiero decirle, señor Fernández de Mesa, que ha hecho una referencia
bastante grave, porque ha hablado usted de ineptitud. Supongo que se
refiere a la ineptitud que usted tiene para entender las funciones de la
Armada o para interpretar la información de fax que a usted le filtran.

(El señor Pascual Monzo: La boca fría.) La boca fría procuro mantenerla,
pero desde luego no aceptando las imputaciones injustas que se puedan
hacer desde esta Cámara, así que, si se habla de ineptitud, hablemos de
la de todos y, si no, que no se mencione la palabra ineptitud.

No entiendo lo que me quiere decir cuando habla de los medios. ¿Qué
quiere decir? ¿Qué la Armada tenía que rescatar al Gabrielle por la
fuerza? (El señor Fernández de Mesa y Díaz del Río: En absoluto.) Es que
no entiendo lo que me dice. ¿Es que la Armada tenía, según usted, que
utilizar fragatas, corbetas, submarinos o portaaviones para rescatar al
Gabrielle? ¿Es eso lo que me está diciendo? Repito que no lo entiendo.

Porque por un lado me dice que faltaban medios y por otro lado me está
diciendo que lo que hizo la Armada lo hizo correctamente. Pues si lo hizo
correctamente es que tenía los medios y las órdenes adecuadas. Entonces,
¿por qué menciona la palabra ineptitud? ¿Por qué dejar un mal sabor de
boca al terminar esta sesión haciendo una imputación tan grave? No lo
entiendo, señoría, sinceramente.

Sí entiendo una cosa, y es que creo que a usted le informa,
probablemente, gente muy respetable, pero no le informa bien. A mí me
informa el Jefe del Estado Mayor de la Armada, que en nota del 26 de
julio me hace un relato pormenorizado de todo lo sucedido en los días
anteriores. Es decir, es el Jefe del Estado Mayor de la Armada quien me
informa, cuya profesionalidad usted ha ponderado hoy tanto, con todo
merecimiento, y en eso estamos totalmente de acuerdo.

Respecto a la sugerencia del señor Pere Vidal para utilizar aviones
contra los incendios, no lo sé, creo que esto se tiene que estudiar un
poco más, porque puede ser que no sea del todo posible. Podrían ser
aviones de vigilancia costera, pero insisto que no lo sé.

En lo que se refiere a lo que ha mencionado el señor Gatzagaetxebarría,
totalmente de acuerdo en que la razón está de parte de nuestros
pesqueros, pero a veces, en un momento concreto, esa razón se puede
debilitar parcialmente cuando se utilizan ciertos medios. Creo que todo
se ha arreglado y que está en la buena vía. Desde luego sí acepto
completamente sus matizaciones sobre el uso de la fuerza, y concretamente
sus matizaciones sobre el uso de la fuerza en aquel desgraciado
acontecimiento de 1984, pero reitero que si reiteradamente --perdón por
la redundancia-- alguien insistiera en violar las aguas territoriales
españolas y en un momento dado hubiera que usar la fuerza, la usaríamos,
pero por supuesto que con el criterio que usted dice --insisto en que
acepto totalmente sus matizaciones--, con la proporcionalidad de medios,
en eso estamos totalmente de acuerdo.

Respecto al señor Mardones, no me estaba refiriendo al editorial de Le
Monde, sino a ciertas críticas que se vertieron en días sucesivos por
parte de distintos portavoces de la flota pesquera francesa respecto a la
actuación del Gobierno francés y que se parecen mucho a los argumentos
que hoy se han utilizado refiriéndose al Gobierno español. Es decir, que
había un cierto paralelismo. Probablemente ese paralelismo nos sirve para
ver que las cosas están en el medio, ni en una parte ni en otra, aunque
nosotros estemos convencidos de que tenemos mucha más razón que ellos.

Pero también por parte del Gobierno francés se ha sufrido ciertas
acusaciones de que se actuaba con poca energía. Por tanto, no me refería
al editorial.

Desde luego, estoy totalmente de acuerdo con que no hay proporcionalidad.

Lo nuestro era una fragata para detener un pesquero, pero, eso sí,
señoría, olvida que estábamos hablando de que fue en aguas
jurisdiccionales francesas. O sea, que probablemente una fragata no sea
necesaria para tan poca cosa, estoy seguro de eso, pero, en cualquier
caso, estamos hablando del ejercicio de la soberanía sobre aguas
territoriales.

En cuanto a la cadena de mando, señoría, debo recordarle que los
criterios básicos de la defensa están contenidos en la Ley Orgánica de
1984, donde se indican las competencias que le concede al Presidente del
Gobierno sobre las Fuerzas Armadas y que, por delegación, puede ejercer
el señor Vicepresidente.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE: Gracias, señor Ministro. Quiero agradecer...




El señor FERNANDEZ DE MESA Y DIAZ DEL RIO: Señor Presidente...




El señor VICEPRESIDENTE: No, por favor. Creo que esta Presidencia ha sido
lo suficientemente tolerante, incluso con el tiempo. He dado un minuto a
cada portavoz y se han extendido durante un tiempo ilimitado, incluso
seis minutos en su intervención. Por tanto, no hay ninguna intervención
más.




El señor FERNANDEZ DE MESA Y DIAZ DEL RIO: Al menos para saber de qué se
trata.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, no hay ninguna
intervención más. No tiene el uso de la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA Y DIAZ DEL RIO: De acuerdo.




El señor VICEPRESIDENTE: Quiero agradecer la comparecencia a los señores
Ministros y las intervenciones y la asistencia de todos los señores
diputados. Deseo que no haya más contratiempos este verano, lo cual será
signo de que hay normalidad en el país.

No habiendo más asuntos a tratar, se levanta la sesión.




Era la una y treinta minutos de la tarde.