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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 260, de 07/07/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 260
ECONOMIA, COMERCIO Y HACIENDA
PRESIDENTE: DON ANGEL MARTINEZ SANJUAN
Sesión núm. 26 (extraordinaria)
celebrada el jueves, 7 de julio de 1994



ORDEN DEL DIA
Comparecencia del señor Ministro de Economía y Hacienda (Solbes Mira),
para informar, de conformidad con el artículo 24.1 de la Ley 13/1994, de
1 de junio, de Autonomía del Banco de España, sobre la propuesta de
nombramiento de Gobernador del Banco de España. A petición propia.

(Número de expediente 214/000057.)



Se abre la sesión a las once y cuarenta minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días.

Se abre la sesión de la Comisión de Economía con el único punto del orden
del día que es la comparecencia, a petición del Gobierno, del Ministro de
Economía y Hacienda. Como sus señorías bien conocen, con la aprobación
definitiva de la Ley de Autonomía del Banco de España el artículo 24,
referido al proceso de designación o nombramiento de la figura del
Gobernador del Banco de España, atribuye un carácter nuevo y positivo a
esta Comisión de Economía por cuanto que debe ser oída por parte del
Gobierno respecto al futuro nombramiento de la figura del Gobernador del
Banco de España. Para dar cumplimiento a este trámite legislativo
aprobado



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democráticamente por estas Cortes y hacer realidad el artículo 24 de la
Ley de Autonomía del Banco de España, se encuentra con nosotros el
Ministro de Economía y Hacienda para informar a la Comisión de las
propuestas del Gobierno en el tema a que he hecho referencia. El orden de
intervenciones será el habitual de la Comisión. Tendrá la palabra en
primer lugar el señor Ministro, a continuación los portavoces de los
grupos parlamentarios que deseen fijar su posición respecto al tema en
cuestión, cerrando posteriormente el señor Ministro.

Tiene la palabra el señor Ministro de Economía y Hacienda.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas gracias,
señor Presidente.

Señorías, con la Ley 13 de 1994, de 1.º de junio, referente a la
autonomía del Banco de España, se configura el Banco como un ente de la
Administración del Estado de naturaleza especial que, subordinado al
Gobierno en términos generales, goza de autonomía plena en la formulación
y ejecución de la política monetaria, con la finalidad fundamental,
evidentemente, de preservar el objetivo de estabilidad de precios. Con
esta norma España se incorpora al grupo de países, que aumenta en los
últimos años, que considera conveniente otorgar a sus bancos centrales
una independencia desde la que puedan prioritariamente hacer frente a ese
problema de estabilidad de precios como objetivo fundamental. Por otra
parte, con esta norma España satisface con anticipación un requisito
imprescindible para participar, en su día, en la Unión Monetaria e
integrarse en el Sistema Europeo de Bancos Centrales.

Al definir la posición institucional del Banco de España en el seno de la
Administración española, la Ley 13/1994 conjuga, por una parte, las
previsiones del Tratado de la Unión Europea con los preceptos de nuestra
Constitución que en su artículo 7.º, al definir los objetivos que deben
orientar la política monetaria, establece como finalidad primordial la
estabilidad de los precios, ingrediente esencial de la estabilidad
económica a la que se refiere el artículo 40 de la Constitución. Además,
la política monetaria apoyará la política económica general del Gobierno.

La ley establece, a su vez, que ni el Gobierno ni ningún otro órgano
podrán dar instrucciones al Banco de España sobre los objetivos o la
ejecución de la política monetaria y consagra la prohibición de toda
financiación del Banco de España al sector público. Estos son puntos
básicos en la protección de la independencia de un banco central frente a
cualquier eventual presión externa. Por otra parte, el artículo 24
--teniendo presente que el artículo 97 del texto constitucional atribuye
al Gobierno la dirección de la política interior y exterior-- establece
también que sea el Gobierno, en exclusiva, quien designe claramente a los
miembros de los órganos rectores del Banco de España. Además, el artículo
20 faculta al Ministro de Economía y Hacienda y al Secretario de Estado
de Economía para que asistan a las reuniones del Consejo del Banco. Ello
no es óbice, evidentemente, para que el Banco pueda actuar con
independencia y decidir con autonomía, aunque tenga siempre el Gobierno,
por supuesto, el cauce idóneo para exponer su criterio.

La ventaja de un banco central independiente es, sin duda alguna, que
aumenta las obligaciones de transparencia y de explicación de sus
actuaciones, y las dificultades con las que se tiene que enfrentar ante
el público en general pero también ante sus representantes democráticos.

Todo ello está adecuadamente previsto en la nueva ley, con indicación de
los cauces y procedimientos para su materialización. Ahora bien, si, por
una parte, es cierto que un banco central independiente ve incrementadas
sus responsabilidades ante el Parlamento, no lo es menos, por otra parte,
que el banco central sólo podrá lograr sus objetivos de estabilidad
monetaria si recibe del Parlamento un apoyo firme a su independencia y a
sus esfuerzos para alcanzar estos objetivos. En último término, la
independencia refuerza, en mi opinión, las relaciones del banco central
con el Parlamento.

En el artículo 10 se establece para el Banco una obligación específica de
información a las Cortes Generales y al Gobierno en materia de política
monetaria, de forma que tales instituciones puedan controlar y debatir
regularmente la política monetaria a seguir. El Banco de España podrá
informar a las Cortes Generales y al Gobierno sobre los eventuales
obstáculos que dificulten esta política monetaria. Es cierto que en
materias distintas de las de su supervisión corresponde la actuación al
Banco de España, pero supeditado al recurso ordinario que, en su caso,
puedan plantear estos temas ante el Ministro de Economía y Hacienda. Por
otra parte, la nueva Ley de Autonomía del Banco de España en el orden
organizativo introduce modificaciones tendentes a reforzar la autonomía
de la institución y, aunque respeta la arquitectura institucional básica
que para el Banco estableció la Ley 30/1980, de Organos Rectores del
Banco de España, en cuanto al Consejo de Gobierno y a la Comisión
Ejecutiva, por lo que se refiere a los cargos de Gobernador y
Subgobernador alarga a seis años la duración del mandato de los mismos,
aunque con el carácter de no renovable, e incorpora causas más estrictas
en cuanto a los motivos de cese. En cuanto a la designación de sus
órganos rectores, el artículo 24 de la repetida Ley 13/1994 establece que
el Gobernador del Banco de España será nombrado por el Rey, a propuesta
del Presidente del Gobierno, entre quienes sean españoles y tengan
reconocida competencia en asuntos monetarios o bancarios, exigiendo la
comparecencia del Ministro de Economía y Hacienda, con carácter previo al
nombramiento del Gobernador, ante el Congreso de los Diputados para
informar sobre el candidato propuesto.

Cumpliendo con gran placer dicho mandato, quiero comunicarles que el
Presidente del Gobierno propondrá al Rey el nombramiento de don Luis
Angel Rojo Duque como Gobernador del Banco de España, persona que, como
todos ustedes conocen, cumple con creces los requisitos exigidos en la
ley de reconocida competencia en asuntos monetarios o bancarios. Y esto
es evidente si se examina, aunque sea de forma somera, por una parte, su
larga trayectoria profesional, en la que destaca su dedicación al
servicio del Estado, en la Administración, en la



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Universidad y también en el Banco de España desde 1971, y por otra, su
gran prestigio intelectual y personal, del que son muestras inequívocas,
aparte de sus múltiples contribuciones científicas, su pertenencia a
algunas academias y, desde luego, la recepción del I Premio de Economía
Rey Juan Carlos en 1986. Aunque pueda parecer superfluo insistir en su
trayectoria, quiero hacer una expresa mención de la otra faceta que a mí
me parece relevante para esta propuesta: los logros conseguidos por el
Banco de España bajo el mandato del Gobernador que ahora proponemos.

En primer lugar, durante estos dos últimos años en política monetaria, y
tras la complicada situación creada por las devaluaciones que se inician
en mayo de 1993, se ha conseguido poner en marcha una política
descendente de tipos de interés que ha facilitado la reducción gradual
del tipo de intervención decenal hasta alcanzar el 9 por ciento al final
de año. Esta trayectoria se ha mantenido durante la parte transcurrida de
1994 y sitúa dicho tipo en el 7,5 por ciento, nivel en el que se
encuentra en la actualidad. En mi opinión, el manejo de la política
monetaria y de la política de tipos de interés durante este período ha
sido llevada de forma magistral, con cautela y con realismo; cautela para
no generar problemas en los mercados, y realismo intentando aprovechar
cada resquicio que nos permitía la situación económica para mejorar la
financiación del sistema y, en consecuencia, posibilitar el crecimiento.

Por tanto, yo creo que ésta es una muestra, sin duda alguna, de su enorme
capacidad para hacer frente a situaciones difíciles como las que hemos
vivido.

Por lo que se refiere a la actividad de supervisión, el entorno económico
de los dos últimos años, caracterizado por una intensa competencia y una
gran volatilidad de los mercados, está muy lejos de constituir un marco
ideal para el ejercicio de la actividad bancaria. Por otra parte, la
recesión profunda que hemos sufrido pone a prueba la eficiencia de las
normas prudenciales y de los procedimientos supervisores. Los resultados
de esta prueba han sido, en mi opinión, muy satisfactorios si nos
referimos al funcionamiento del conjunto del sistema bancario. Los
esquemas supervisores y de tratamiento de las crisis han salido
fortalecidos en sus líneas maestras, mostrándose capaces de hacer frente
a los retos que plantea un negocio bancario más arriesgado y abierto a la
concurrencia competitiva. Estos resultados no quedan empañados, sino al
contrario, por los problemas planteados por el Banco Español de Crédito.

Que seis meses después de aflorar una crisis de tal dimensión se pueda
hablar de ella en tiempo pasado, que esté garantizada la continuidad del
Banco habiendo incurrido en unos costes relativamente moderados para la
magnitud del problema y, sobre todo, que no se hayan resentido ni la
estabilidad ni la confianza exterior de nuestro sistema bancario
constituyen logros cuya importancia conviene tener presente.

Pues bien, en estos dos últimos años la persona que ha dirigido con
firmeza y eficacia, desde el Banco de España, la política monetaria y la
supervisión y control del sistema ha sido don Luis Angel Rojo. Y porque
queremos que siga la misma línea dentro de la nueva etapa que el Banco de
España comienza, reitero a SS. SS. la intención del Presidente del
Gobierno de proponer al Rey su nombramiento como Gobernador de dicha
institución.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

¿Grupos que desean intervenir? Grupo Popular, Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, Grupo Catalán (Convergència i Unió), Grupo Vasco (PNV),
Coalición Canaria, Grupo Mixto y Grupo Socialista.

Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Montoro.




El señor MONTORO ROMERO: Señor Presidente, señor Ministro, señorías, la
propuesta de nombramiento que el señor Ministro somete a nuestra
consideración, esta mañana, es consecuencia de la entrada en vigor de la
Ley de Autonomía del Banco de España que clausura una etapa para abrir
otra nueva; una etapa por la que decididamente vale la pena apostar; una
etapa cuyos valores son la independencia del Banco de España, como el
propio señor Ministro ha resaltado en su intervención; y una etapa en la
que se trata de dotar a ese Banco de España de los más eficaces
mecanismos para que pueda conseguir su tarea prioritaria, cual es la
estabilidad de los precios de la economía.

El Grupo Popular desea un Banco de España realmente autónomo, distante de
los poderes políticos, cualquiera que sea el signo del Gobierno, distante
a la hora de elaborar y aplicar la política monetaria. La autonomía
significa para nosotros mucho más que una exigencia derivada de la Unión
Económica y Monetaria de Europa. La autonomía es para nosotros una
conveniencia, incluso una obligación para que la política monetaria tenga
las cotas de credibilidad necesarias para llevar adelante esa tarea que
mencionaba anteriormente, la de estabilizar los precios de la economía.

La experiencia internacional comparada es clara, rotunda incluso, a la
hora de establecer una correlación muy estrecha entre independencias de
los bancos centrales, de los bancos emisores, respecto de los Gobiernos y
control de la inflación en los países que tienen esa autonomía. Este
argumento para nosotros es muy importante, incluso decisivo, a la hora de
apostar por la autonomía efectiva del Banco de España. A su vez,
entendemos que la autonomía respecto del poder político exige una gran
profesionalidad en la dirección de los bancos centrales. En efecto, el
papel de la política monetaria es clave, pero también entendemos que es
un papel muy difícil de llevar adelante en las circunstancias presentes
en el mundo actual. Es muy difícil porque sabemos que la definición de
las magnitudes monetarias está en permanente revisión y su relación con
la evolución de los precios también está en permanente revisión. Sabemos
que los intermediarios financieros no tienen límites, fronteras claras;
sabemos que estamos en un mundo de innovación constante de los productos
financieros, y sabemos también que la libre circulación de capitales
impone unas normas muy estrictas, muy duras, que son irrenunciables y
tenemos todos que comportarnos de acuerdo con ellas. Autonomía, pues,
tiene que ir ligada a



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alta profesionalización en la gestión del Banco de España, en la gestión,
en definitiva, de un banco emisor moderno. Sabemos también por propia
experiencia, señor Ministro, que los errores que se cometen en la
política monetaria se pagan muy duramente, se pagan muy caros en la
sociedad. Nos va mucho en ello; nos va mucho en ello cuando una
restricción monetaria excesiva llega a estrangular el crecimiento
económico y a convertirse en una fuente de destrucción de empleo; y nos
va mucho en ello cuando una equivocación en la política cambiaria de un
país perjudica nada menos que la competitividad internacional de ese
país. Para evitar esos errores entendemos que la política monetaria ha de
diseñarse y aplicarse desde la cercanía, desde la mayor proximidad
posible a la economía real, a la economía productiva. La política
monetaria tiene que integrarse en la realidad sobre la que está operando,
hasta el punto de que todo el espíritu, toda la concepción de la política
monetaria debe estar impregnada de la realidad de ese entorno.

El nuevo Banco de España, ese nuevo Banco de España que pretende la Ley
13/1994, que regula el nombramiento que el señor Ministro nos trae esta
mañana, esa nueva institución va a nacer en unas circunstancias
extraordinariamente difíciles. El Banco de España, todos lo conocemos, ha
sufrido un serio revés, un grave deterioro en su imagen dentro y fuera de
nuestras fronteras a raíz del escándalo protagonizado por su anterior
Gobernador, don Mariano Rubio. La credibilidad es el principal activo de
una institución como el Banco de España. Sus actuaciones han de emanar
confianza, han de emanar autoridad moral, y esos valores se han resentido
gravemente con este desdichado asunto. Todo sería distinto hoy, señor
Ministro, si en 1992 se hubiera hecho caso al Partido Popular
constituyendo una comisión de investigación sobre las actividades de don
Mariano Rubio y del Banco Ibercorp, pero la ocultación y el
incumplimiento por parte del Gobierno de todos esos hechos han retrasado
su esclarecimiento y, como consecuencia, han debilitado al propio Banco
de España. Habrá que esperar ahora a las conclusiones de la Comisión,
constituida en el seno de este Parlamento, que está investigando las
actividades de don Mariano Rubio y del Banco Ibercorp para esclarecer
definitivamente el alcance del daño causado y esclarecer también las
auténticas, las completas responsabilidades que este caso está
originando. Además, en el pasado también ha habido actuaciones
desafortunadas en el diseño y la aplicación de la política monetaria en
España. En su discurso de presentación del informe anual, el actual
Gobernador del Banco de España, señor Rojo, al describir las raíces de
nuestra dura crisis económica destacó --y leo textualmente--: La falta de
reacción de las autoridades para instrumentar a tiempo las políticas
económicas que se precisaban para moderar los excesos de la expansión
cíclica fue erosionando los márgenes disponibles para combatir
posteriormente la recesión cuando ésta se ha manifestado con toda su
crudeza. Fin de la cita.

En pocas palabras, señor Ministro, la política económica de los Gobiernos
socialistas fue responsable de la crisis, como se deduce de las palabras
del Gobernador señor Rojo, y en el perjuicio causado por esa política
económica también tiene una grave responsabilidad la política monetaria,
esa política monetaria aplicada en España, caracterizada por altos tipos
de interés y por la sobrevaloración de la peseta en los mercados
internacionales. En otras palabras, podemos concluir diciendo que si la
política monetaria no se hubiera empeñado en el pasado en realizar en
solitario lo que no estaba a su alcance, lo que no le era posible hacer,
no habríamos asistido a este vendaval de destrucción de empresas y de
destrucción de empleo que se ha producido en nuestro país. Y la prueba es
que cuando los mercados de divisas reaccionan y actúan, y llevan a la
peseta a una posición de tipo de cambio realista, es cuando las
exportaciones en España están permitiendo compensar, dar un respiro a la
agobiante crisis que estamos padeciendo.

Para el Grupo Popular restaurar la confianza en el Banco de España es
algo fundamental, es algo prioritario en las circunstancias presentes. Ni
hemos hecho ni hacemos ni haremos política de oposición a costa de las
instituciones. La democracia, como sistema político, y el correcto
funcionamiento de la economía de mercado exigen instituciones sólidas y
estables, y uno de esos pilares de instituciones sólidas y estables es el
Banco de España. Nuestra actitud, en todo momento, ha sido la de mayor
respeto a una entidad clave como es el Banco de España. Pero preservar
esa institución no es dar carta de utilidad a quienes la rigen ni es
dejar de denunciar los errores que puedan cometerse.

Señor Presidente, señor Ministro, ahora tratamos de construir el futuro;
una construcción que cada uno ha de acometer desde su posición. Usted,
señor Ministro de Economía, es quien tiene la responsabilidad de proponer
el nombramiento, y ya lo ha hecho en nombre del Gobierno socialista; es
el nombramiento, es la propuesta del Gobierno socialista. Nuestra actitud
ante el candidato propuesto por el Gobierno socialista se explica por las
circunstancias que antes he descrito. En primer lugar, queremos un Banco
de España autónomo, altamente profesionalizado y sensible a las
necesidades de la economía real. Y en segundo lugar, somos conscientes de
la situación extremadamente delicada en la que se encuentra la
institución; una situación tan débil que desaconseja introducir nuevos
elementos de tensión en la misma. Nuestra voluntad es, pues, restaurar lo
más rápidamente posible la confianza en el Banco de España. Esa es la
actitud propia y el ejercicio de oposición responsable que en nosotros
constituye norma habitual.

No nos satisfacen muchas cosas en la trayectoria reciente del Banco de
España; lo hemos dicho en repetidas ocasiones. Fue el Grupo Popular quien
propuso la creación, hace tres años, de la comisión Rubio-Ibercorp, como
antes recordaba; fue también el Grupo Popular el que ha reiterado en este
período de sesiones la necesidad de seguir investigando este asunto; y
fue el Grupo Popular quien propuso la creación de la Comisión Banesto,
tanto para estudiar los hechos y actuaciones posteriores a la
intervención como las circunstancias que llevaron a la necesidad de esa
intervención en el caso Banesto. Pero en circunstancias como las actuales
nuestra intención es sumar y no



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restar, lo que no significa que vayamos a hacer borrón y cuenta nueva,
que vayamos a renunciar a la depuración de responsabilidades que
entendemos conveniente y obligada para recuperar la credibilidad de la
institución. Vamos a proseguir, pues, en ese proceso de depuración de
responsabilidades. Pero en este momento, a la vista de la propuesta que
realiza el Gobierno socialista y a la vista de las circunstancias de
independencia política y elevada cualificación técnica que se dan en su
candidato, creemos conveniente colaborar a despejar la incertidumbre que
se ha adueñado de la institución, y la mejor forma para ello es dar vía
libre al nombramiento propuesto por el Gobierno. Es la opción más
razonable en este momento. Será a partir de ahora cuando el Gobernador
tenga la tarea inmediata de, más allá del contenido de la Ley de
Autonomía, reorganizar la institución, reorganizar el Banco de España
para despejar, de una vez por todas, las imágenes que han empañado su
credibilidad.

Del Grupo Popular, mientras los españoles nos den la responsabilidad del
control del Gobierno, el Banco de España y sus órganos rectores pueden
esperar la colaboración en su tarea de mantener la estabilidad de precios
y en la también apremiante tarea de aumentar el prestigio, porque he
insistido en esta intervención en la necesidad de recuperar ese prestigio
para una institución clave para la democracia y para la economía de
mercado en España. El Grupo Popular también, precisamente para cumplir
esos objetivos y en el nuevo ámbito de una notable independencia del
Banco de España, exigirá a sus dirigentes total transparencia en sus
actuaciones y máxima responsabilidad en las consecuencias que se deriven
de las mismas.

Esta es, en pocos minutos, la opción que ante el nombramiento propuesto
por el señor Ministro tiene a bien formular el Partido Popular.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, el señor Frutos tiene la palabra.




El señor FRUTOS GRAS: Señor Presidente, señor Ministro, ejercemos siempre
nuestra responsabilidad ante los problemas económicos y sociales del país
con las decisiones que tomamos. Es en función de esta responsabilidad por
lo que hacemos la valoración de dos tipos de razones por las que no
consideramos al señor Luis Angel Rojo nuestro candidato para continuar al
frente del Banco de España. La primera consideración es su
corresponsabilidad en el mantenimiento de una política económica
altamente negativa para la economía española y que está teniendo
importantes costes sociales. Lo que se ha calificado en otras
intervenciones por parte del señor Ministro de cautela, de realismo en
abordar los problemas y de dar alternativas o soluciones a esos
problemas, nosotros lo valoramos, como es obvio y notorio, de otra forma,
que naturalmente no comparte el Ministro. En segundo lugar, por las
lagunas que hay en el papel jugado por el señor Rojo en asuntos como
Ibercorp y Banesto.

Empezando por lo primero, por su corresponsabilidad en una política
monetaria fracasada y de alto coste social, el señor Luis Angel Rojo no
puede presentarse ante la Cámara y ante la sociedad como profesor experto
pero ajeno a decisiones de política monetaria que han tenido tan graves
consecuencias como el mantenimiento de una política de altos tipos de
interés y de peseta sobrevalorada, que él defendió y que llevó a una
drástica disminución de la reserva de divisas en España, viéndose luego
forzado a encajar las sucesivas devaluaciones que se han producido en los
últimos dos años.

¿Cuánto ha costado al país la obstinación en mantener dichos tipos de
interés? Esto sin duda benefició al conjunto de la banca, pero perjudicó
gravemente a nuestra economía, que se encuentra en estos momentos en
peores condiciones de competitividad con el exterior. ¿Cómo no ver en el
momento de elegir, volver a nombrar o ratificar, según la Ley de
Autonomía del Banco de España, al señor Rojo, la relación entre dicha
política monetaria y el aumento de la destrucción de puestos de trabajo
en nuestro país? ¿Podemos separar la realidad social que hay, en algunos
casos dramática en otros casos grave, de lo que ha representado una
política monetaria y las decisiones que en esta política monetaria ha
tomado el señor Rojo? ¿Cómo considerar neutral el papel del Banco de
España cuando se dedica a culpar al comportamiento de los salarios de la
gravedad de la crisis económica o avalar la reciente reforma del mercado
laboral? No es una política neutral, es una opción. Como toma opción
cualquier posición política, en este caso concreto es una opción del
Gobierno que ha gobernado el país durante todos estos años y es una
opción de una persona con mucha responsabilidad política y de gestión,
como ha sido la gestión y la política del Gobernador del Banco de España.

El señor Rojo, por tanto, ha sido corresponsable activo en esta política
sobre la que Izquierda Unida ha venido reclamando desde hace bastante
tiempo la necesidad de una rectificación, por cierto con escaso éxito, y
que continuaremos reclamando, no sé si con escaso éxito pero eso no lo
debemos decir únicamente nosotros, sino que también lo deberá decir la
sociedad en el momento en que se vaya expresando con relación a las
políticas que se han practicado.

El segundo asunto con el cual nosotros mostramos discrepancias es lo que
yo he llamado las lagunas en el papel que ha jugado el señor Rojo en
asuntos como Ibercorp y Banesto. Con relación a Ibercorp hubo en su
momento conocimiento personal y directo del estado de la cuestión por
parte del señor Rojo, para no ir más lejos, en febrero de 1992 tenía
conocimiento exacto del papel de Mariano Rubio. Por tanto, por parte del
señor Rojo ha habido un silencio en la ocultación de información y en el
falso testimonio sobre Ibercorp al Parlamento del señor Rubio en febrero
de 1992.

Con relación a Banesto, la corresponsabilidad que nosotros
determinaríamos sería la no detección y valoración suficiente de la
gravedad del agujero de Banesto por parte de los servicios de inspección
del Banco de España, hasta que ello fue evidenciado por la investigación
encargada al Banco Bilbao-Vizcaya. Ello se presta a dos posibles
interpretaciones y ambas cuestionan el papel de don Luis Angel Rojo como
Gobernador: o bien conocía el agujero de



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Banesto, conocía la gravedad del agujero de Banesto, y no dijo nada en su
momento, o bien el servicio de inspección del Banco de España, que está
bajo su responsabilidad y a las órdenes directas de don José Pérez (al
que, por cierto, continúa manteniendo, se plantea que se continúe
manteniendo en su equipo como uno de sus hombres de confianza), no fue
capaz de detectar un agujero de las dimensiones del de Banesto con sus
propios medios y hubo que esperar a la realización de la investigación
del Banco Bilbao-Vizcaya para conocerlo, lo cual tampoco dice demasiado a
favor del responsable del control y de la eficacia de dicho servicio.

Cabe recordar, además, que en el desenlace de este asunto el señor Rojo
en esta Cámara se comprometió al mantenimiento de Banesto como banco
independiente. Para no ir más lejos en mis valoraciones sólo diré que el
tiempo ya juzgará.

En resumen, por todas estas causas, el señor Rojo no es el candidato de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. No estamos de acuerdo ni con la
autonomía del Banco de España --lo dijimos en su momento y lo hemos
defendido reiteradamente--, con la autonomía defendida expresamente por
el señor Rojo, ni con la política realizada en el terreno económico,
monetario y financiero. Valoramos que el señor Rojo, en otro sentido, ha
hecho un trabajo de supervisión con honestidad, en muchísimos casos con
capacidad y con coherencia, siempre con honestidad --ésta es, al menos,
la valoración que hacen ese Diputado y el Grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya--, pero, como he intentado señalar, hay
algunas lagunas e insuficiencias, algunos fallos en relación con lo que
he intentado explicar sobre Ibercorp y sobre Banesto.

Al mismo tiempo, no lo podemos apoyar en función de que ha realizado,
apoyado, fortalecido o estado de acuerdo plenamente con una política
económica, monetaria, que se ha realizado en este país en los últimos
años. Vienen tiempos nuevos de aplicación del Tratado de Maastricht, de
la Unión Europea, y el Gobernador del Banco de España formará, con los
gobernadores de los otros bancos centrales de la Unión Europea, el
sistema de bancos europeos que tendrá una capacidad de decisión bastante
importante. Nosotros pensamos que determinadas políticas que se están
aplicando en Europa, y en España, de acuerdo con las que se aplican en
Europa, que hemos calificado de forma negativa, son las que van a
predominar y nos hubiera gustado que hubiera otra persona que hubiera
significado un cambio con relación a estas políticas; es decir, una
posición más beligerante no voy a decir hacia las posiciones
programáticas de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, sino hacia
otro tipo de políticas sociales que nosotros hemos intentado defender en
este Parlamento.

Termino, señor Presidente, señor Ministro, en el futuro esperamos que se
cree una situación nueva que permita conocer y discutir suficientemente y
con tiempo en este Parlamento la política del Banco de España y sus
previsiones. Nosotros estaremos abiertos a ello y vamos a juzgar en
función de lo que dé de sí esta política, no de juicios apriorísticos
sobre lo que va a ocurrir. Todos tenemos la experiencia concreta sobre la
cual debemos valorar y esta experiencia concreta tiene también nombres y
apellidos. Pero nosotros estamos abiertos a rectificar en la medida en
que algunas de las posiciones que defendemos como más correctas desde el
punto de vista económico, financiero, social, etcétera, sean tenidas en
cuenta en el próximo futuro.

Muchas gracias, señor Ministro, por su presencia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió) tiene la
palabra el señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: Gracias, señor Ministro de Economía por su
información.

Yo quisiera expresar en nombre de mi Grupo Parlamentario en primer lugar,
antes de entrar en el contenido de la comparecencia del señor Ministro,
la satisfacción de nuestro Grupo por la celebración de esta sesión
informativa de hoy. Este acto que celebramos hoy, señor Presidente, señor
Ministro, responde a la voluntad política de esta Cámara de conceder, por
un lado, mayor autonomía al Banco de España y, por otro, de establecer
mayor relación entre el Banco de España y esta Cámara de representantes
de la soberanía popular. Esta voluntad política fue la que se expresó en
la nueva Ley, de cuyo artículo 24 emana la obligación del acto que hoy
celebramos.

Es necesario, es conveniente, vamos en la buena dirección de concederle
mayor autonomía al Banco de España, pero precisamente porque estamos de
acuerdo en que ésa es la buena dirección, debíamos también establecer
mayores relaciones de seguimiento, de control de información de todo lo
relativo a esta institución tan importante para el desarrollo de nuestra
economía. Por esta razón nos alegramos y nos corresponde en estos
momentos iniciales de fijación de posición expresar la satisfacción de
que podamos celebrar una sesión de esta naturaleza. Antes de su
nombramiento nunca supimos las propuestas del Gobierno para que el Rey
designara quién había de ser Gobernador del Banco de España y así poderlo
valorar políticamente.

En segundo lugar, señor Presidente, quisiera expresar la posición de mi
Grupo en relación con la propuesta que nos ha transmitido el señor
Ministro de Economía. Valoramos de forma aceptable la decisión que toma
el Gobierno, que transmitirá al Presidente del Gobierno al proponer al
Rey el nombramiento como Gobernador del Banco de España al señor Luis
Angel Rojo Duque, actual Gobernador. Ello por varias razones: en primer
lugar, porque, sin duda, cumple los requisitos que establece hoy la
legislación vigente en su artículo 24.1, es un español de reconocida
competencia en asuntos monetarios y bancarios, lo cual ningún grupo de
esta Cámara ni nadie pone en duda, no he conocido posiciones que
cuestiones esta valoración de esta persona. En segundo lugar, porque
valoramos positivamente su actuación desde su nombramiento como
Gobernador del Banco de España hasta la fecha, en concreto, por sus
actuaciones al hacer frente de forma eficaz y competente a importantes
problemas aparecidos en sistemas financieros muy recientes. En tercer
lugar, este Grupo entiende también acertada la nueva orientación que en
el último año se está dando a la política monetaria, de la que el señor
Rojo es el máximo responsable de la institución, que tiene por función y
competencia administrar esta política monetaria



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en lo referente a los tipos de cambio de la peseta en el mercado
internacional y la reducción efectiva de los tipos de interés que se ha
ido administrando en el último período. Señor Ministro, yo quisiera
recordarle que en el artículo 7.º.2 de la Ley que regula la autonomía del
Banco de España se establece que éste definirá y ejecutará la política
monetaria, con la finalidad primordial de lograr la estabilidad de
precios. Sin duda, el objetivo de la estabilidad de precios es el que
debe orientar y conducir la actuación del Banco de España. No obstante,
acto seguido dice la Ley que, sin perjuicio de este objetivo, la política
monetaria apoyará la política económica general del Gobierno. Aquí, señor
Ministro, quisiera, aprovechando su presencia en esta sesión informativa,
trasladarle una preocupación de nuestro Grupo.

La política monetaria que se está realizando debe mantenerse en la misma
dirección que se está ejecutando. No podemos introducirnos en una
revisiones de esta política monetaria, de forma que pudiéramos retroceder
en el pasado para volver a generar algunas incidencias, negativas a
nuestro juicio, sobre la evolución de nuestra economía.

Es cierto que ese posible riesgo viene condicionado por la evolución de
los mercados internacionales, pero también es cierto que el elemento
rígido que nos fuerza a estos ajustes viene dado bastante por el déficit
público actual de nuestra economía. Señor Ministro, le transmito que va a
ser una exigencia importante de nuestro Grupo en las próximas semanas y
meses el que nos comprometamos todos los grupos de esta Cámara a tomar
las decisiones necesarias de una forma muy responsable para reducir al
máximo posible el déficit público hoy existente. Es la existencia de ese
déficit público y la necesidad de financiarlo lo que condiciona en buena
parte el margen de maniobra de nuestra política monetaria y lo que el
Banco de España pueda entonces realizar.

Por eso, señor Ministro, creemos importante recordarle hoy, en ese
nombramiento de ratificación del actual Gobernador y en el fondo de
ratificación también política por esta Cámara, por parte de algunos
grupos, de la política monetaria que se está administrando, que hay que
insistir y poner el acento en la necesidad y en la conveniencia de
mantener la evolución y la tendencia que ha tenido la política monetaria
administrada en los últimos años; y hacerlo de forma especial porque, de
no ser así, difícilmente podremos garantizar ese proceso de recuperación
que todos deseamos y en el que nuestro Grupo ha puesto tanto empeño
también durante los últimos meses. Ello está condicionado a la eficacia
del control del déficit público, que es el que da margen de maniobra para
compensar los impactos que el mercado internacional genera sobre la
evolución de la peseta y sobre la posible variación de los tipos de
interés en nuestro país.

Señor Ministro, insistimos en que debe mantenerse esa política monetaria
y en que debe instruirse una política económica por el Gobierno que
facilite la administración por parte del Banco de España, de forma
totalmente autónoma, de esta política monetaria que garantice la
estabilidad de precios. Sin embargo, la política económica que ordene y
diseñe el Gobierno debe facilitar esta orientación que ha iniciado el
Banco de España, al frente del cual el señor Rojo ha administrado estos
últimos años, a nuestro juicio, una revisión, un cambio de tendencia de
esta política monetaria de forma correcta y acertada.

En suma, nuestro Grupo valora positivamente la decisión del Gobierno en
cuanto a la persona y el nombramiento del futuro Gobernador para los
próximos seis años, valoramos la acción desarrollada en los últimos años
y hasta la fecha, pero insistimos en la importancia de mantenernos y de
intensificar todavía más esta política monetaria, que es la que nos puede
permitir superar la crisis, crear puestos de trabajo y orientarnos hacia
los próximos años con mayor estabilidad en nuestro país.

Nada más, señor Presidente, y éstas son en síntesis nuestras posiciones.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Quiero agradecer también la presencia del señor
Ministro. Su comparecencia hoy aquí viene a cumplir con el deber de
informar al Parlamento, a través de esta Comisión de Economía, sobre el
candidato a Gobernador del Banco de España propuesto por el Presidente
del Gobierno.

Este requisito fue establecido en la reciente Ley de Autonomía del Banco
de España, Ley que, dicho sea de paso, nuestro Grupo Parlamentario no
votó a favor por varias razones. Razones justificadas en el debate
parlamentario y centradas en las circunstancias acaecidas en el proceso
del debate, pero, fundamentalmente, por no recoger las reivindicaciones
del Grupo Parlamentario Vasco (PNV) en lo referente a la participación
directa de las comunidades autónomas con competencia en materia
financiera en los órganos de gobierno del Banco de España. Al margen de
estas consideraciones, el motivo de esta comparecencia es muy concreto y
específico y a él me voy a referir, fijando la posición de mi Grupo
Parlamentario.

Este importante nombramiento viene a producirse en un momento muy
delicado. Los acontecimientos que estamos viviendo en los últimos tiempos
y en los cuales están implicadas personas e instituciones financieras del
Estado de primer orden, han ocasionado, a mi entender, una pérdida de
imagen del Banco de España y del sistema financiero español en general.

Esta impresión no es gratuita y está contrastada a través de los
indicadores de los mercados financieros internacionales que miden la
credibilidad de un sistema financiero. Sin embargo, hoy más que nunca es
importante acertar con la persona que sea capaz, por una parte, de
restituir el prestigio de la primera institución financiera del Estado,
de devolver la credibilidad a los inversores nacionales y extranjeros
sobre una institución que tiene que representar la garantía de
estabilidad a todo el sistema y que va a desempeñar unas funciones
decisivas en la consecución de la política monetaria; que sea capaz de
supervisar y controlar a las entidades financieras huyendo de algunas
prácticas de probadas consecuencias tan nefastas como las que acabamos de
sufrir. Creo que este camino ya se ha emprendido. Creo que el actual
Gobernador del



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Banco de España está dando pruebas suficientes de estar en la línea que
he apuntado.

Para nuestro Grupo Parlamentario el señor Rojo ha demostrado unas
condiciones profesionales y humanas que son la garantía necesaria para
ocupar la máxima responsabilidad del Banco central español.

Profesionalidad avalada por su trabajo al mando de esta Institución en el
tiempo que lleva de Gobernador, tiempos difíciles en los que ha tenido
que hacer frente a una de las mayores crisis españolas de la historia,
como ha sido la crisis de Banesto; crisis cuyo resultado todos conocemos,
pero a la que ha sabido reconducir con firmeza y prontitud permitiendo no
erosionar más gravemente la imagen del sistema financiero español. Y
condiciones humanas --decía-- que, salvo que se demuestre lo contrario,
hasta el momento están fuera de toda sospecha por lo que respecta a su
responsabilidad en el caso que este Parlamento está investigando con
referencia a la actuación de su antecesor, el señor Rubio.

Esperamos y deseamos desde nuestro Grupo Parlamentario que esta nueva
etapa que comienza en la elaboración y gestión de la política monetaria,
a través de la nueva filosofía del Banco central español, alcance los
objetivos y cubra las expectativas depositadas en sus nuevas funciones.

Sentimos la marginalidad demostrada en la Cámara hacia la participación
de las comunidades autónomas en la gestión de la política monetaria a
través de esta Institución, pero somos conscientes de la actual prioridad
de devolver al Banco de España y al sistema financiero la imagen que ha
tenido y afianzar, en definitiva, todo el sistema financiero del Estado.

Es por ello por lo que nuestro Grupo Parlamentario apoya la candidatura
de don Angel Rojo Duque para Gobernador del Banco de España.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Ministro de Economía, quiero darle las
gracias por su comparecencia y por la información suministrada.

Coalición Canaria tiene que hacer una primera observación dentro de una
línea de política constructiva y de responsabilidad, y aunque no ha sido
una fuerza política consultada formalmente por el Gobierno, queremos
demostrar que tenemos un sentido de responsabilidad con respecto a estos
nombramientos de trascendencia estatal para responder de acuerdo con
nuestra conciencia y, como hemos dicho, con nuestra responsabilidad.

En primer lugar, señor Ministro, su comparecencia es por imperativo del
artículo 24, párrafo segundo, del punto 1 de la Ley 13/1994. Usted debe
informar sobre el candidato no sobre la ley. A mí me ha extrañado que
haya empleado bastante tiempo en la exégesis de principios contenidos en
la Ley 13/1994 sobre Autonomía del Banco de España y muy poco sobre el
candidato, porque el motivo concreto y estricto por imperativo legal es
para informar sobre el candidato. No sé si usted ha dado por supuesto que
por ser un candidato que repite en el cargo los parlamentarios de esta
Comisión y la opinión pública conocen sobradamente el currículum de don
Luis Angel Rojo, pero yo quiero despersonalizar en este momento, señor
Ministro, mi intervención por respeto incluso a la persona del propio
candidato y por quien va a refrendar la propuesta del Presidente del
Gobierno, que es el Jefe del Estado.

El propio candidato, cualquiera que fuese, habría merecido un informe
sobre el mismo, sobre su currículum. Se basan en unos criterios meramente
subjetivos y enunciados en la ley. Su apartado 1 del artículo 24 habla de
españoles que tengan reconocida competencia en asuntos monetarios o
bancarios. En el mismo sentido, el punto 3, para los seis consejeros,
habla de que tengan reconocida competencia en el campo de la economía y
el derecho.

Fresco todavía el resultado de la resolución del Tribunal Supremo sobre
el Fiscal General del Estado anterior, don Eligio Hernández, las
valoraciones subjetivas de este tipo hacen que se entre en el campo de la
suspicacia o de la duda, legítima, por lo menos, política y
dialécticamente.

Nosotros no ponemos en cuestión la competencia del candidato en asuntos
monetarios o bancarios, pero sí nos hubiera gustado un contraste que han
tenido que hacer, al menos, fuerzas de la oposición que me han precedido
en el uso de la palabra, sobre las circunstancias. A este Gobernador se
le puede aplicar la máxima orteguiana de que él es él y sus
circunstancias y él es su currículum profesional también, pero sus
circunstancias son las que han ocurrido en estos tiempos pasados en el
Banco de España ostentando él, tanto el cargo de Gobernador, como
anteriormente el de Subgobernador, en la época de don Mariano Rubio. Esto
necesita una explicación para que nuestro voto de responsabilidad sea
trascendente sobre estas circunstancias y entre más plenamente en la
responsabilidad de Estado de cara a la credibilidad del sistema
financiero.

¿Por qué digo esto, señor Ministro? Porque en las competencias que la
nueva ley señala para el Gobernador hay dos concretas que yo quiero hacer
binomiales. Una, la política monetaria, que será siempre un campo de
discusión dialéctica según el color de las fuerzas políticas. La política
monetaria en España y en cualquier país de economía de libre mercado o
no, está siempre en cuestión y es un tema académico, dialéctico, político
o puramente economicista. En esto estoy de acuerdo. Pero lo que nos
preocupa en este momento no es la política monetaria, sino las
competencias y facultades que la nueva ley otorga al Gobernador del Banco
de España. Es aquí donde se ha puesto en cuestión esta figura. Los
escándalos que vienen de atrás no son de política monetaria, son otras
circunstancias que están relacionadas con las competencias inspectoras y
de preaviso de la situación financiera de determinadas entidades, que
incluso se personifican.

Nosotros --y lo adelanto, señor Ministro--, por esta política de
responsabilidad, vamos a apoyar el nombramiento del candidato del
Gobierno. Daremos un apoyo con unas condiciones críticas para que el
Gobierno las lea y el nuevo Gobernador las tenga en cuenta. O el
Gobernador se sienta en el nuevo cargo, al amparo de la nueva ley, en
unas circunstancias de higiene administrativa total, o no se va a merecer
el Banco de España que empieza a aplicar esta



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Ley de Autonomía, la confianza de todo el sistema financiero. El Banco de
España, con la nueva ley y el nuevo Gobernador, tiene que ganarse la
confianza y la credibilidad del sistema financiero español, de la opinión
pública española, y, por supuesto, de la representación política de todas
las fuerzas en esta Cámara, señor Ministro.

Cuando se habla de seis consejeros se debe tener un exquisito cuidado en
hacer transparentes las circunstancias del Gobernador, del Subgobernador,
de todos los órganos gestores de la Inspección del Banco de España, de
sus directores generales y hasta de los consejeros, porque lo que no
contribuye a la credibilidad del sistema es lo que ha ocurrido con uno de
los consejeros actuales del Banco de España que utilizaba información
privilegiada para desprenderse de su cartera de valores en Banesto. Estas
situaciones contribuyen a un aura de desprestigio, señor Ministro, que es
necesario poner en limpio.

En el caso del candidato que presenta el Gobierno, éste tiene también la
responsabilidad del Subgobernador, que va a ser nombrado a propuesta del
señor Gobernador, tema sobre el que no nos ha hecho ninguna observación
el señor Ministro. Como es una pieza clave por las competencias que
concede la ley al Subgobernador y a los seis consejeros --y ésta sí que
es una competencia directa del Gobierno, a propuesta del señor Ministro
de Economía y Hacienda, porque el artículo 24, apartado 3, le da al
Gobernador nada más que la capacidad de oír de los labios del Ministro de
Economía y Hacienda el nombre de los que vayan a ser elegidos como
consejeros en ese grupo de los seis--, esto requiere, señor Ministro,
unas palabras suyas al respecto porque sus nombramientos van concadenados
a la figura del Gobernador.

Nos gustaría oír un compromiso del Gobierno, a través de su Ministro, del
máximo rigor, no solamente respecto a la exigencia de las limitaciones
patrimoniales que se señalan en el artículo 28 y las incompatibilidades
del artículo 26, sino la idoneidad, dentro de un marco de consenso. Con
relación a esta operación legítima y legal del Gobierno, aunque con la
crítica de que algunos grupos no hemos sido oídos o consultados --no lo
pedimos en relación con el nombramiento de estos seis consejeros--,
quisiera manifestar que si en el nombramiento de los nuevos seis
consejeros del Banco de España el Gobernador solamente va a ser oído --y
esto puede ser una pura figura retórica en la ley-- se debe garantizar la
adecuación dentro de la autonomía del Banco de España representada por su
Gobernador, y un compromiso del Gobierno de la idoneidad, transparencia y
garantía de que en estos seis consejeros no podrán darse las
circunstancias que se han dado en alguno de los anteriores, aunque en
este caso haya dimitido.

Por estas razones --y quiero terminar rápidamente, señor Presidente--,
señor Ministro, con este juicio crítico, pero también con un sentido de
responsabilidad para que haya un plan que permita tener todos los avales
de garantía, credibilidad y confianza en nuestro sistema bancario,
recordándole fundamentalmente que esas exigencias de vigilancia interna
del comportamiento que pueda haber de cualquier tipo de artificio
financiero por conculcación de las leyes financieras, bancarias y
crediticias españolas, junto a la política monetaria, en la que, vuelvo a
decir, no voy a entrar, con el nuevo Gobernador del Banco de España sean
materia de la más estricta sensibilidad, en la que no caben discusiones
académicas: lo es en su honradez o no lo es y, por tanto, no serviría,
nosotros damos en este momento un voto de confianza a don Luis Angel Rojo
y a la propuesta que tiene que ratificar y firmar el Jefe del Estado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor
Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Señor Ministro, quiero agradecerle su
comparecencia, pero permítame, ya que estamos a final de curso, en el mes
de julio, que le apunte un suspenso en sensibilidad política porque, como
ya le ha recordado el señor Mardones, existen grupos parlamentarios que
ni siquiera han sido convocados con una llamada, que cuesta 15 pesetas,
para haber tenido conocimiento de esta convocatoria por esta vía antes
que por la prensa. Eso no obstaculiza nada, pero en mi caso, que
represento a cuatro grupos políticos --cito a los que venimos
habitualmente al Congreso--, merecería la pena por lo menos haber
conocido su opinión, porque obtener el nombramiento del Gobernador del
Banco de España con el mayor número de votos positivos creo que también
es un éxito para el Gobierno.

Dicho esto, quisiera reconocer la importancia de la reunión de esta
Comisión, sobre todo por el contexto en que se produce, ya que a partir
de esta Comisión han salido temas como el seguimiento del caso Banesto,
la comisión específica relacionada con don Mariano Rubio, cuando a su vez
se están produciendo hechos como que las grandes columnas de la banca
aparecen y comparecen ante el juez o como que un consejero del Banco de
España es expedientado en función de una actuación irregular.

Creo que comenzamos una nueva etapa, que cerramos o deberíamos cerrar el
pasado con una cerradura de siete candados y siete llaves y tenemos que
empezar un proceso de modernización, sobre todo cuando este Parlamento ha
aprobado la Ley de Autonomía del Banco de España y con esa Ley ha situado
a esta institución en Europa junto a otras instituciones influyentes en
la política económica de la Unión Europea, donde el Banco de España, de
alguna forma, va a cumplir un papel bastante preponderante en el futuro.

Por una razón de Estado y un respeto institucional, vamos a apoyar la
candidatura que se nos presenta. Pienso que el Gobierno tiene muchos
problemas y la candidatura de don Luis Angel Rojo le resuelve uno de
ellos. No es solamente eso; también la valía personal o la confianza y
credibilidad que esta persona puede aportar es otro elemento relevante.

No estamos del todo satisfechos --ya lo ha dicho mi compañero
parlamentario vasco, señor Zabalía-- con la Ley de Autonomía del Banco de
España aprobada, fundamentalmente porque se ha cortado la posibilidad de
compartir por las comunidades autónomas con competencias en esta materia
una responsabilidad en el órgano de



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gobierno del Banco de España. Llega el momento de actuar con
responsabilidad y de dar el apoyo al nombramiento de don Luis Angel Rojo,
recordando que estamos apoyando a un hombre que ha vivido el turbio
pasado reciente que tiene el Banco de España, o donde, lamentablemente,
le han metido, pero que parece ser una garantía de consolidar el Banco
dentro de su nuevo «status». Al decir «sí», lo voy a hacer con una serie
de condiciones que quisiera dejar encima de esa mesa para que, de alguna
forma, fueran tomadas en consideración, en parte por el propio Banco de
España y en parte por el Gobierno.

En primer lugar, diré que es necesario realizar una limpieza
administrativa importante. El señor Rojo va a tener la posibilidad de
cambiar un equipo, de hacer su propio equipo y consideramos que debería
ir acompañada de la limpieza correspondiente y de la modernización de
personas y de actuaciones administrativas dentro del Banco de España,
sobre todo de la aplicación de una clara ética de comportamiento
profesional que mantenga la función que se le ha asignado al Banco de
España en la Ley que he citado.

En segundo lugar, y haciendo referencia al artículo 7.º, en sus puntos 4
y 5, de esta Ley, la actuación con rigurosidad e independencia ante el
sector financiero. Exigir actuaciones claras yo no diría que provocando,
ni siquiera interviniendo --son palabras en las que es fácil caer--, pero
sí de alguna forma estando vigilantes a que se produzcan los cambios que
sean necesarios dentro de las instituciones financieras para la
renovación y credibilidad de las instituciones que, en la crisis
económica que hemos atravesado y en la crisis del sistema financiero que
también estamos terminando de atravesar, vuelvan a dar de alguna forma
dinamismo a la economía española, se centren en lo que es su propio
negocio y lo ejerzan con calidad.

En tercer lugar, permitir la libertad al nuevo Gobernador en la elección
de su equipo. Yo no estoy de acuerdo con las numerosas voces que de
alguna forma están poniendo ya valladares al prado, voces que están
condicionando hasta la figura del Subgobernador y las decisiones que el
propio Gobernador vaya a tomar. Si se le reconoce capacidad para ser
Gobernador y presidir una institución como a la que estamos haciendo
referencia hoy, creo que se le debe dejar la libertad suficiente como
para abordar con su propio equipo el cambio y modernización que necesita
el Banco de España, la adecuación a la Ley de Autonomía del Banco de
España y esa colaboración con otros bancos centrales europeos.

Finalmente, en la elección de los consejeros del Banco de España, romper
con cualquier viso de partidismo y espejimos. Abandonar los renombres,
los títulos, las referencias a personas que desde despachos profesionales
ponen limitaciones a los patrimonios ajenos a la suyos y dedicarse
fundamentalmente a buscar y dar oportunidades a hombres nuevos, que los
hay, con conocimientos en materia de economía y de derecho, como exige la
Ley, y que son capaces de aportar savia nueva e ideas nuevas a la
economía española. En una palabra, colaborar de una vez con ese nuevo
Consejo a modernizar el Banco de España, a producir el cambio que se
necesita, la adecuación a la colaboración con los bancos europeos y
modernizar la economía española.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Albistur.

Por último, tiene la palabra, por el Grupo Socialista, el señor Hernández
Moltó.




El señor HERNANDEZ MOLTO: Muchas gracias al señor Ministro por su
comparecencia en esta Comisión, por su esperada comparecencia, en lo que
consideramos que es un acto de relevancia, un acto importante para la
vida política de este país, puesto que con ella hoy pone en marcha y hace
real una Ley que durante demasiado tiempo, quizá, puesto que tuvo que ser
aplazada en la anterior legislatura, era esperada dentro del diseño de la
arquitectura institucional, sobre todo de las funciones que instituciones
básicas del Estado debían desempeñar en el nuevo modelo europeo.

Hoy estamos en ese acto, en un acto que, desde mi punto de vista, empieza
a poner de manifiesto y a resaltar las virtudes que, sin duda alguna,
están contenidas en la Ley de Autonomía del Banco de España,
fundamentalmente porque el debate que estamos celebrando hoy
compatibiliza, armoniza un doble objetivo, aparentemente contrapuesto
pero que era necesario: dotar de autonomía al Banco de España en las
decisiones que afecten a la política monetaria, pero, al mismo tiempo,
enriquecerla con situaciones que quizá no existían en la anterior
legislación. Por un lado, incrementa de una manera importante la
transparencia con la que el Gobierno ejecuta y realiza nada más y nada
menos que la decisión de proponer el nombramiento del Gobernador del
Banco de España; por otro, introduce elementos de control y de
participacion del propio Parlamento. Y algo muy importante,
corresponsabiliza al conjunto de las fuerzas políticas de una decisión de
esa magnitud.

Estamos convencidos de que en este debate, hoy, está ganando
fundamentalmente la institución del Banco de España y está ganando
también en prestigio y en capacidad operativa la propia figura del que
será Gobernador, considerada también de una manera institucional. Además,
este debate y esta decisión se están produciendo en momentos
extraordinarios, de un gran ruido en el sistema financiero, de tormentas
políticas que se han producido, algunas, sin duda alguna, por hechos
reales y algunas, sin duda alguna también, producto de la lógica del
debate y del combate político entre fuerzas políticas. Unas, razonadas y
justificables y otras no, en cualquier caso, han afectado a la imagen y
al propio prestigio del Banco de España. Por eso era conveniente cerrar
ese período, quizá de interinidad, que se había producido y que podía
afectar a las decisiones posteriores que el Banco de España pudiera ir
adoptando; también a su propia imagen. Desde nuestro punto de vista era
fundamental la estabilidad que al Banco de España y a sus órganos de
gobierno podía y debía ofrecer el final de este trámite de propuesta y de
consulta a la Cámara.




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Somos conscientes también de que este trámite parlamentario no conlleva
ninguna votación, es una toma de razón y una toma de posición, lo cual
está en la lógica política de lo que son las funciones y el respeto a
esas funciones del Ejecutivo. También está en la lógica de lo que es el
modo habitual y el procedimiento en la legislación comparada en otros
países de nuestro entorno. No obstante, hay un hecho relevante en este
debate, aunque no conlleve votación, y es el de poder compartir o,
eventualmente, discrepar sobre los criterios que son manejados por parte
del Gobierno para elegir esta propuesta; compartir también y, en su caso,
discrepar sobre las personas que contiene la propuesta, uniéndose este
método, en su espíritu, aunque no en su forma, al procedimiento de
elección de miembros de otras importantísimas instituciones del Estado.

Dicho de otra manera, se asume con esto un compromiso político en
relación a la propuesta del Gobierno sobre el Gobernador del Banco de
España. Desde nuestro punto de vista, colocamos la figura del Gobernador
y la institución del Banco de España en el mismo nivel de relevancia que
tienen otras instituciones básicas para el funcionamiento del Estado.

Por lo tanto, este trámite inaugura una nueva etapa para el Banco de
España, le dota de independencia frente a un Gobierno o a un grupo
parlamentario y coloca esa decisión en la órbita del debate de la
institución parlamentaria. La decisión que adopta el Gobierno, al
elevarla hoy a esta Comisión, la convierte en patrimonio político de esta
Cámara, la preserva y la pone al margen de acontecimientos políticos o
electorales, generando lo que, desde nuestro punto de vista, en un
elemento fundamental, clave, para las tareas que debe desarrollar la
institución: la estabilidad política en el Banco de España para los
próximos seis años.

Una vez realizadas esas reflexiones, y para no incurrir en la crítica que
el señor Mardones hacía sobre el poco espacio que dedicábamos a la propia
figura del Gobernador, pasaría a fijar la posición de mi Grupo en
relación a la propuesta que hace el Ministro, en nombre del Gobierno,
sobre el nombre del candidato, sobre el nombre del señor Rojo, sobre el
nombre del profesor Rojo. Y, créame, señor Ministro, que para mi Grupo es
fácil, por justificable, la posición favorable que vamos a adoptar a la
propuesta que hoy se nos eleva. Además, vamos a adoptar una posición
favorable, considerando que las razones que mi Grupo parlamentario tiene
y que avalan nuestra posición no sólo son compartidas, como se ha podido
poner de manifiesto, por un gran número de grupos parlamentarios. Estamos
convencidos de que estas razones las comparten también una gran parte de
la opinión pública, de los sectores sociales, de los sectores económicos,
de los sectores financieros, de la opinión pública nacional y de la
opinión pública internacional, de la opinión académica y de la opinión
científica. Estamos, sin lugar a dudas, ante la necesidad de avalar una
personalidad clave en la vida económica nacional, de España, de los
últimos 30 años.

Si se me permite --porque estamos hablando en términos financieros--,
digamos que esta operación o este crédito que se nos solicita para el
candidato, para el profesor Rojo, es un crédito sin riesgo. Dicho de otra
manera, tiene suficientes garantías para que esta operación pueda ser
concedida.

Ante la figura del candidato, del señor Rojo, una gran parte de los
Diputados de esta Cámara --entre los que me encuentro-- y una inmensa
mayoría de esa opinión económica encuentra un tipo de razones que quizás
no son institucionales, pero que tampoco sobran en un debate como éste.

Son las razones de reconocimiento y de respeto que se deben al maestro, a
quien ha ejercido labores de magisterio desde las aulas y, desde mi punto
de vista, también, durante mucho tiempo, desde el Banco de España.

Ya entiendo yo que algunos conceptos de teoría económica, de sentido
común económico, de conceptos económicos modernos, sean cuerpos extraños
y produzcan rechazos en algunas fisiologías políticas; ya lo entiendo yo.

En cualquier caso, créame, no es una de las cuestiones que a nosotros nos
alejen, todo lo contrario, de esta propuesta.

Obviamente, hecha esta excursión afectiva, no serían exclusivamente éstas
--como no podría ser de otra manera-- las razones, el afecto o la
consideración, que a mi Grupo le llevarían a avalar esta decisión. Hay
razones, sin duda alguna, de peso y objetivas que avalan nuestra posición
y que, además, queremos dar sin complejos, sin sí pero no. Somos
absolutamente conscientes de que las razones que da el Grupo Socialista
son las razones del Grupo mayoritario de esta Cámara y que, por tanto,
tienen que ir en la línea de colaboración para decidir, para
comprometerse --repito-- sin complejos. Son razones que el señor Ministro
enunciaba también entre las que ha considerado el Gobierno, de una
trayectoria profesional intachable y reconocida por todos los ámbitos de
este país. Son razones también de experiencia en la propia institución,
una institución en la que, sin duda, desde los momentos en que el propio
señor Rojo, como Subdirector del Servicio de Estudios del Banco de España
--hay que situarse ya hace más de 30 años--, ha venido dándole un
conocimiento imprescindible para el buen gobierno de esa institución. Son
razones también en orden al papel importante y a su participación en el
diseño de la Unión Económica y Monetaria, a las opiniones, a la
importancia, a la influencia que su propia personalidad ha tenido en los
últimos años en la construcción de la Unión. Son razones, asimismo, que
es bueno, de vez en cuando, contrastar. Da la feliz casualidad de que
coinciden con la opinión generalizada de este país.

Hay razones que están en el orden de lo ético. Hay una opinión unánime
diría --y ahora expresaré la opinión de aquéllos a los que aún les genera
alguna duda-- sobre la probada y comprobada honestidad personal del
candidato que se nos propone.

Hay razones que están en el orden de la coyuntura y del momento político
y vienen avaladas por el papel de garantía, de escudo del señor Rojo como
Gobernador del Banco de España ante las dificultades por las que ha
atravesado esa institución en estos últimos meses. Han sorprendido a mi
Grupo las reflexiones que algún grupo parlamentario ha hecho en relación
precisamente a ese papel, declaraciones que no calificaré más que de poco
responsables en orden a las imputaciones, a las manifestaciones o a las
conclusiones que el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida ha



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anticipado ya que va a tener en relación al papel del señor Rojo ante la
Comisión del señor Rubio. Me ha sorprendido el nivel de imprudencia en
esas declaraciones, pero me ha sorprendido mucho más el nivel de
incoherencia de esas declaraciones imputadas al señor Rojo en relación al
papel que ha desempeñado en la otra Comisión de investigación que se está
produciendo en esta Cámara, que es la no permanente sobre la intervención
del Banco de España en relación al Banco Español de Crédito, en la que da
la casualidad que hay una declaración institucional aprobada por
unanimidad y por unanimidad es por todos los miembros presentes. No sé si
los mecanismos de coordinación no funcionaron, pero me gustaría leer la
declaración institucional aprobada por unanimidad de esa Comisión, en la
que manifiesta su satisfacción por la transparencia, celeridad,
objetividad y eficacia de todo el proceso que ha puesto de manifiesto la
solidez del sistema financiero español y su capacidad para hacer frente a
la crisis, al tiempo que ha afianzado la credibilidad y prestigio del
Banco de España, que ha tenido la máxima responsabilidad en la dirección
de este proceso.

Es obvio que esta afirmación por unanimidad no se compadece en nada con
las lagunas elevadas a la categoría de océano que algún grupo
parlamentario ha expuesto en esta Comisión. Por tanto, razones de
garantía y del papel importantísimo que el señor Rojo ha desempeñado en
estos problemas que ha tenido el Banco de España en los últimos meses.

Hay una razón también que avala al Grupo Parlamentario Socialista para
apoyar la candidatura del Gobierno, la de la independencia, no sólo la
política, sino la independencia de opinión acreditada por el señor Rojo a
lo largo de toda su trayectoria.

Hay razones también de orden subjetivo, pero muy compartidas por el
conjunto de los sectores y de las personas que han trabajado en el
entorno del señor Rojo en los últimos años y es el propio talante, el
talante con el que ha venido haciendo frente a problemas y a retos del
propio Banco de España en los últimos años.

Por último, pero no con menos importancia, por la absoluta convicción de
mi Grupo de que la figura del señor Rojo como Gobernador del Banco de
España para los próximos años hará que la opinión española, que los
intereses económicos de este país puedan tener un papel primordial,
protagonista, de garantía de la defensa de nuestros intereses en el
debate del conjunto de los responsables de bancos centrales de la Unión
Europea.

Estas serían nuestras razones, amplias, desde nuestro punto de vista,
suficientes. Desde luego, razones que avalan la forma y el fondo de la
decisión que hoy se nos trae.

Mi Grupo no quisiera concluir sin agradecer en esta sesión y sin
reconocer la posición de la inmensa mayoría de los grupos parlamentarios
en este debate; mi Grupo también espera y desea que puedan ser percibidos
por la opinión pública como un acto de responsabilidad, de respeto y de
consideración, en primer lugar, hacia la institución del Banco de España,
hacia las importantísimas tareas que tiene encomendadas por la Ley que
hoy empezamos a poner en marcha, por la propia figura del candidato que
el Gobierno propone a esta Cámara y también de reconocimiento al
importantísimo equipo de profesionales que viene desarrollando su tarea
de una manera irreprochable en los últimos años.

Yo, señor Presidente, no quisiera acabar tampoco sin manifestar algo que,
como mi Grupo, repito, viene sin complejos a este debate, no quisiera
ahorrar mi felicitación al propio Gobierno por la decisión o por la
comunicación de la decisión que ha adoptado, una decisión, sin duda
alguna, difícil, pero que, desde nuestro punto de vista, ha sabido
compatibilizar con una evidente valentía y responsabilidad, decisión que,
obviamente, es acertada a tenor de lo que hoy hemos podido escuchar a los
distintos portavoces de los grupos parlamentarios.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro de Economía y
Hacienda.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Señor Presidente,
señorías, en primer lugar, quiero agradecer a todos los grupos de la
Cámara sus intervenciones. Yo creo que se han desarrollado en un tono
enormemente correcto. Y quiero agradecer, a aquellos que consideran que
la propuesta del Gobierno es aceptable, razonable, su apoyo.

No voy a entrar en debate sobre elementos de política económica, de
política monetaria, que me parece que no corresponden a la sesión de hoy,
y sí me centraría en los aspectos específicos que se refieren al Banco y
al nombramiento de su Gobernador.

Primero, me gustaría destacar que existe, yo diría, prácticamente
unanimidad en cuanto al objetivo que pretendemos. Si el Banco de España
inicia su autonomía, autonomía imprescindible para poner en
funcionamiento ese doble objetivo, por una parte, de una política
monetaria que facilite la reducción o el mantenimiento de tasas de
precios bajos y, por lo tanto, luchar contra la inflación y, por otro, un
correcto sistema de control y de supervisión financiera, es absolutamente
imprescindible que recuperemos credibilidad y prestigio en la
institución. Yo creo que el acto que esta Comisión está desarrollando en
este momento con un respaldo cuasi unánime, con una sola excepción, al
nuevo Gobernador, sin duda alguna, ayuda a esa credibilidad y a ese
prestigio.

Segundo, yo creo que existe también prácticamente acuerdo entre la
mayoría en que debemos hablar de figuras independientes y profesionales.

Y éste es el objetivo del Gobierno en el diseño del nuevo equipo
responsable del Banco de España. Yo pienso que la independencia con el
Gobernador, persona de la que hoy hablamos, está garantizada, y, en
cuanto a la profesionalidad, me parece que está fuera de toda discusión,
incluso a pesar de las preocupaciones del señor Mardones.

Es cierto que no he hecho más referencia al señor Rojo en cuanto a su
llamemos currículum, entre comillas, porque creía que era sobradamente
conocido. Las características del señor Rojo, funcionario de la
Administración pública desde 1959, responsable de temas económicos en el



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viejo Ministerio de Comercio, catedrático de Universidad desde finales de
los años sesenta, funcionario en el Banco de España desde el año 1971,
subdirector del Servicio de Estudios, director del Servicio de Estudios,
posteriormente Subgobernador y Gobernador del Banco, demuestran una
larguísima trayectoria, que creía conocida por todos, como creo también
que son conocidas sus aportaciones fundamentales como profesor
universitario y sus publicaciones, especialmente en el ámbito de la
macroeconomía y, en concreto, de la política monetaria.

Volviendo al tema de la profesionalidad, estoy de acuerdo, y volveré
luego a ese punto, en que la profesionalidad no debe afectar única y
exclusivamente al Gobernador, sino también al resto de los componentes
que deben formar parte del grupo responsable, rector, del Banco de España
en la próxima etapa.

Con independencia de estos elementos, en los que me parece que existe un
consenso fundamental, diría que en lo que hay también un consenso total
--y recojo palabras del señor Frutos-- es en lo que ha denominado la
honestidad siempre del Gobernador, su capacidad y su coherencia. Creo que
éste es un punto que cabe destacar especialmente. Incluso con
discrepancias por razones de aplicación de la política por la que se opta
en uno o en otro momento, en este punto concreto, repito, la posición de
la Comisión es absolutamente unánime.

Es cierto que se han planteado algunas dudas. Por parte de Coalición
Canaria se habla de ganar confianza y replantear el tema en su conjunto.

Le digo, señor Mardones, que en ese punto concreto puedo comentar algo,
pero, diríamos, por fuera de lo que la Ley nos dice, porque la Ley lo que
nos dice es que la Comisión debe discutir, analizar o ser informada sobre
la propuesta de Gobernador.

Respecto al resto de temas, sería excesivo por mi parte --por eso las
referencias que haré tendrán que ser necesariamente genéricas--, sería
absolutamente incorrecto, insisto, no cumplir con los trámites
establecidos en la Ley de Autonomía, que dice que el Subgobernador será
nombrado a propuesta del Gobernador y que, evidentemente, los consejeros
serán nombrados después de oír la opinión del Gobernador. Eso quiere
decir que no se puede iniciar formalmente ningún procedimiento mientras
el Gobernador no esté designado y, en consecuencia, sería irresponsable
por mi parte dar ningún nombre ni ninguna referencia en esta Comisión en
el momento actual.

Sin embargo, para su tranquilidad sí le voy a decir algo, y respondo
también a lo que planteaba el señor Albistur. Primero, Subgobernador del
Banco de España será la persona que proponga el Gobernador. El Gobierno,
evidentemente, no actuará, digamos, frente a la propuesta del Gobernador
del Banco de España, porque estamos convencidos de que nos propondrá una
persona razonable, y la persona que proponga, lógicamente, será aquella
que forme mejor equipo con él; por tanto, será aceptable para el
Gobierno.

Segundo punto, los seis consejeros. Es verdad que estamos trabajando para
intentar buscar un grupo de consejeros independientes --y en ese sentido
insisto en lo que el señor Albistur decía--, profesionales, implicados
con el mundo económico-financiero y jurídico y que, por supuesto, sean
coherentes en el funcionamiento global de la institución. Es cierto que
el Gobernador será formalmente oído, pero sí puedo decir que, desde
luego, el nombramiento se realizará no únicamente oído el Gobernador,
sino en un estrecho contacto con él, porque pensamos que es absolutamente
imprescindible que el grupo de personas que vaya a hacer funcionar la
institución sea compatible y tenga una coherencia con el sistema.

También puedo decirle que, además de esta garantía de idoneidad, sí
vamos, evidentemente, a controlar al máximo la garantía en cuanto a
incompatibilidades o en cuanto a problemas de otra naturaleza, pero no lo
voy a hacer únicamente yo, lo va a hacer el propio Gobernador, que sin
duda alguna en estos momentos está especialmente sensibilizado por este
problema, dado que es la persona que tiene más interés en defender, como
es lógico, el futuro funcionamiento del Banco.

Después de estos comentarios de tipo general, haré algún comentario
específico a la intervención de Izquierda Unida. Le diría, simplemente,
señor Frutos, que entiendo sus razones, pero que no las comparto. Usted
ha hecho dos afirmaciones. Puedo entender perfectamente sus declaraciones
sobre la política monetaria y la actuación del Gobernador y puedo
entender también perfectamente que la posición de su Grupo sea distinta.

Sin embargo, no comparto sus dos referencias a Ibercorp y Banesto. Creo
que no es el momento de hablar de esos temas, pero usted ha hecho
afirmaciones que no están demostradas. No es el momento, repito, de
iniciar la discusión, pero hubiera preferido que menciones de este tipo
no se hubieran producido. No obstante, he entendido bien su mensaje y he
entendido bien que usted en ningún caso pone en duda la persona de don
Luis Angel Rojo, aunque no comparta sus actuaciones en términos
políticos.

Dicho esto, quiero agradecer a todos los grupos su participación y este
apoyo prácticamente unánime que se da a la persona de don Luis Angel
Rojo.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Dado que yo no puedo participar de manera formal en el debate --aunque no
le faltan ganas al Presidente en algún momento determinado--, quiero
sumarme a la felicitación anticipada del nombramiento del señor Rojo, y
ello además de por las razones que he podido escuchar aquí, por una que,
como Presidente de esta Comisión, creo que responderá al criterio
mayoritario de SS. SS., y es por su colaboración permanente en el trabajo
parlamentario de esta Cámara, como ha venido demostrando en los últimos
meses y espero que siga demostrando en los próximos años.

Muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Era la una y cinco minutos de la tarde.