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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 243, de 21/06/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 243
ECONOMIA, COMERCIO Y HACIENDA
PRESIDENTE: DON ANGEL MARTINEZ SANJUAN
Sesión núm. 24
celebrada el martes, 21 de junio de 1994



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Ministro de Comercio y Turismo (Gómez-Navarro
Navarrete), para informar en relación con la comunicación relativa a la
conclusión de la Ronda Uruguay del Acuerdo General sobre los Aranceles
Aduaneros y el Comercio (GATT), los acuerdos adoptados y sus
implicaciones generales para España. (Número de expediente 200/000004.)



Se abre la sesión a las nueve y cuarenta y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, la Comisión de Economía, Comercio y
Hacienda se reúne hoy con el orden del día que SS. SS. conocen, con el
objeto de cumplir el acuerdo y la filosofía emanada de la pasada sesión
de esta misma Comisión del 18 del mes pasado, con la comparecencia del
Ministro de Comercio, señor Gómez-Navarro, en la que se debatió el
impacto y las negociaciones de la Ronda Uruguay del Acuerdo del GATT.

En dicha Comisión se acordó, por parte de todos los portavoces--y así lo
asumió la Mesa--, continuar el debate de aquella sesión a la vista de que
el Gobierno había aprobado, a finales del mes de abril, toda una serie de
medidas destinadas a favorecer la actividad exterior de las



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empresas en el extranjero y profundizar, si lo estimaban SS. SS.

necesario, en determinadas cuestiones, desde el punto de vista de impacto
ambiental, con algunos sectores concretos.

Me imagino que SS. SS. habrán tenido tiempo suficiente para conocer y
haber estudiado a fondo las propuestas del Gobierno, profundizando sobre
ellas, y que habrán recibido la semana pasada una documentación adicional
a esta Comisión respecto al impacto por sectores específicos y epígrafes
respecto a la Ronda Uruguay.

La Mesa ha acordado celebrar hoy la comparecencia del señor Ministro
continuación de la anterior para ampliar la información sobre el debate
del 18 del mes pasado y, dado que este debate se produce a la luz de los
artículos 196 y 197 del Reglamento, en la medida en que los grupos
parlamentarios pueden presentar propuestas de resolución sobre el mismo,
la Mesa ha acordado, con el fin de que los grupos parlamentarios tengan
tiempo suficiente, dado que esta comparecencia presumiblemente no será
excesivamente extensa, mantener el plazo abierto hasta las dos de la
tarde, con el fin, insisto, de que SS. SS. puedan presentar las
propuestas de resolución.

La Mesa, como es preceptivo, a primera hora de esta tarde calificará los
escritos, y una vez calificados serán trasladados a los grupos
parlamentarios, con el fin de que tanto hoy como mañana y el jueves por
la mañana puedan conocer las diferentes propuestas y, si lo estiman
necesario, producir los acercamientos parlamentarios que suelen ser
habituales en cualquier debate de estas o de otras características. Así
que el jueves, a las cuatro y media de la tarde o después de acabar el
Pleno del Congreso, tendrá lugar el debate y votación de las propuestas
de resolución que los grupos parlamentarios vayan a presentar como
conclusión de este debate.

Sus señorías también habrán recibido notificación, bien telegráfica o
bien a través de un acuerdo de la Mesa, de que el jueves iba a comparecer
el señor Ministro de Economía y Hacienda en la Comisión y que el debate
de las propuestas de resolución iba a ser «a posteriori». Tengo que
comunicar a los señores portavoces que ayer por la tarde recibí un fax
del Gabinete del señor Ministro de Economía y Hacienda, del que daré
copia a los señores portavoces a continuación, en el que se decía que la
comparecencia del jueves va a ser absolutamente imposible por cuanto que
se ha recibido en el Ministerio de Economía y Hacienda, concretamente
ayer o anteayer, una comunicación en la que se informa de que, aunque en
la Cumbre de Corfú no estaba prevista una reunión de los ministros de
Economía y Hacienda, ésta se va a producir, por lo que el señor Ministro
de Economía y Hacienda debe salir de España el próximo jueves por la
mañana, con lo cual se da la circunstancia de que no estará en Madrid en
esa fecha.

El Ministro también me comunica su disponibilidad la semana que viene, de
lunes a jueves, bien por la tarde o bien al miércoles por la mañana, y en
ese sentido haremos gestiones a lo largo del día de hoy con el fin de ver
si los grupos parlamentarios estarían en condiciones de poder realizar la
comparecencia del señor Ministro de Economía y Hacienda, como estaba
previsto en el orden del día de hoy, algún día de la semana que viene, y
más concretamente el lunes por la tarde, que es el único día en que hay
sala disponible.

Hechas todas estas consideraciones y avisos previos, voy a dar la palabra
al señor Ministro de Comercio para que haga su exposición respecto al
tema objeto de la comparecencia en el orden del día de hoy.

Tiene la palabra el señor Ministro de Comercio, y ruego a los señores
comisionados que sus conversaciones tengan una menor intensidad.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): Creo
que el debate que tuvimos sobre el efecto de la Ronda Uruguay fue
bastante intenso. Por eso hoy voy a dedicarme a explicar las medidas que
el Gobierno ha aprobado, qué carácter tienen, qué se pretende y cuáles
son los objetivos; además, diré las que se pondrán en marcha a lo largo
de un calendario, las que requieren rango de ley y tienen que pasar por
la Ley de Presupuestos o por la Ley Financiera que acompaña a la Ley de
Presupuestos, y las que se pondrán en vigor de forma inmediata.

Ante un mundo cada vez más liberalizado, donde el último escalón ha sido
la aprobación y la firma de la Ronda Uruguay del GATT, la filosofía
imperante es una filosofía progresivamente liberalizadora; por tanto,
creemos que hay que crear una mentalidad, una cultura exportadora en la
empresa española.

En la otra intervención ya dije que desgraciadamente la cultura
exportadora en la empresa española es muy baja, que tenemos un porcentaje
muy bajo de empresas en las que la exportación forma parte de su
estrategia empresarial; que los estudios que se han realizado a partir de
las encuestas del Icex (y se ha publicado un libro muy interesante de
Alonso y Donoso sobre el perfil de la empresa exportadora española) dicen
que no más allá de dos mil empresas en España tienen de verdad estrategia
exportadora. Por consiguiente, creo que este momento bueno para la
exportación que estamos viviendo tendríamos que aprovecharlo para
consolidar una cultura exportadora en la empresa y para ir cambiando esa
mentalidad.

La filosofía del Ministerio para cambiar esa mentalidad en su acción, es,
en primer lugar, considerar que la protagonista de la exportación es la
empresa, que el Ministerio tiene que estar al servicio de la empresa y
debe ser capaz de dar los servicios y la respuesta que necesita. Por
tanto, la filosofía de Ministerio es una filosofía de servicio a la
empresa como protagonista.

En segundo lugar, el elemento fundamental para la competitividad de la
empresa es una política económica que cree un marco favorable a esa
competitividad; eso es más importante que las medidas específicas de
apoyo a la exportación y ésa es la política que el Gobierno está haciendo
en esta legislatura: una política de creación de un marco favorable a la
competitividad de la empresa, de lo cual hablamos también la vez
anterior, y dentro de ese marco general de apoyo a la competitividad de
la empresa hay que encajar este conjunto de las sesenta y cinco medidas
que el Gobierno ha aprobado.




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Al mismo tiempo, este plan va acompañado de un intento de mejora en la
calidad de los servicios de la administración comercial española; es
decir, va acompañado de un programa para que las oficinas comerciales
españolas, el Icex y el conjunto de la administración comercial española,
se renueven para mejorar la calidad de los servicios que prestan. El
Ministerio está trabajando en eso muy intensamente, y después de haber
hecho una encuesta a las seis mil empresas exportadoras españolas, de las
cuales tuvimos una respuesta de dos mil que nos definían un poco las
prioridades de los servicios que reclaman a la Administración, a partir
de ahí estamos trabajando en esa mejora que pensamos tener implantada a
principios del año 1995.

Las medidas que el Gobierno aprobó son un conjunto que podíamos dividir
en seis capítulos: medidas de carácter institucional, de carácter
promocional, de carácter financiero, de carácter fiscal, de carácter
informativo y de carácter formativo.

¿Cómo hemos definido las medidas? Lo que hemos hecho es, desde esa
filosofía de servicio a la empresa y desde esa filosofía de que el
Ministerio no es el protagonista, ha sido un amplio debate con los
sectores exportadores, con las asociaciones exportadoras y con las
empresas para ir definiendo qué necesidades tienen, en qué medida y en
qué forma los podemos apoyar, y situar eso dentro de un marco asumible y
aceptable por el Gobierno. Ha sido un trabajo conjunto del Ministerio y
de las instituciones dependientes de él, como el Icex, con el conjunto de
las asociaciones empresariales. Hemos analizado las medidas anteriores
que estaban en vigor, hemos mantenido las que considerábamos
conjuntamente, empresarios y Administración, que tenían valor y que
estaban siendo útiles en la promoción de la exportación y hemos definido
otro conjunto de medidas que creemos que establecen un marco
razonablemente positivo para la exportación española.

En cuanto a las medidas de carácter institucional, no voy a alargarme
mucho en ellas porque todos ustedes tienen el documento y lo han podido
leer. Voy a hacer mención, no a las sesenta y cinco, pero sí a aquellas
que nos parecen más importantes.

Creo que hay que coordinar, de una manera activa, el trabajo de las
diferentes administraciones con competencias en el fomento de la
exportación. Pienso que hay un papel fundamental de coordinar el trabajo
de las comunidades autónomas, de las cámaras de comercio y de la
Administración central a través de un conjunto de instrumentos que van
desde la potenciación de los consejos asesores territoriales a la
exportación, hasta un trabajo más directo a través de la conferencia
sectorial de comercio exterior y de todas aquellas tareas conjuntas en
que hay que trabajar.

En el modelo de administración comercial óptimo que nos sale del análisis
de las precisiones de la empresa, los consultores que han trabajado con
nosotros en la definición de ese modelo, nos plantean la necesidad de una
red territorial que esté en contacto y que actúe de dinamizadora de las
empresas en cada uno de los territorios. Por ejemplo, esa red que hay que
montarla y diseñarla de acuerdo con las comunidades autónomas, en un
programa y en una actitud de trabajo conjunto con las mismas.

Hay también un papel importante de apoyo a las asociaciones de
exportadores; de que estas asociaciones jueguen cada vez un papel más
protagonista. Es una tarea fundamental para la exportación de la pequeña
y mediana empresa, de las pymes, el papel que las asociaciones de
exportadores tienen que jugar, que en muchos aspectos ya lo juegan, pero
tendría que ser superior y, por tanto, creo que de todas las medidas
institucionales, la fundamental es la máxima coordinación.

Respecto de las medidas de promoción comercial, hay un conjunto muy
amplio, desde la continuación de la política de ferias, de apoyo a ferias
con pabellón propio del Icex o con participaciones agrupadas o
individuales, hasta un papel de reforzamiento de los programas de
emisiones inversas; creemos que en muchísimos países son mas útiles las
emisiones inversas que las directas, entre otras cosas porque sobre todo
en productos industriales la imagen que tiene España todavía en el
exterior es que no somos un país industrial y que no tenemos un
desarrollo tecnológico adecuado, y la manera de romperlo es traer a la
gente aquí y que vea las empresas españolas y el nivel y el desarrollo
tecnológico que tenemos.

Creemos que en los países del Este hay que aumentar la creación de
centros de negocios y mantener los existentes; tenemos uno en Varsovia y
en otro en Praga y hay previsto abrir uno nuevo en Moscú. Pensamos que el
papel que la administración comercial debe tener en los países del Este,
sobre todo en Rusia, no es tanto detectar, como en la mayor parte de los
otros países, las oportunidades que existen para exportar, porque en
Rusia existen oportunidades en todos los sectores y en todos los campos,
pero el mejor papel que la Administración puede hacer respecto a Rusia es
intentar asesorar a las empresas sobre quiénes son los socios potenciales
y solventes, quiénes son los importadores de los cuales se pueden fiar
los empresarios españoles.

En mucho de los países del Este, pero especialmente en Rusia, las
necesidades son inmensas y, por tanto, es muy fácil exportar. Lo que a
veces no resulta tan fácil es cobrar, y la mejor asesoría que podemos
hacer no es tanto decir qué es lo que se puede exportar, sino a quién hay
que exportárselo con garantías de poderlo cobrar y quién puede ser un
socio solvente para las empresas españolas.

Hay un conjunto de planes diferentes de difusión del programa de grupos
de promoción. Desde el punto de vista de políticas sectoriales, hay
también un conjunto para los bienes de equipo y tecnología, y mantenemos
la prioridad de la realización de expotecnia de acuerdo con las empresas
de bienes de equipo.

Desde el punto de vista del sector agroalimentario está la creación de
consorcios especiales y el programa de apoyo al establecimiento en el
sector exterior de empresas de distribución comercial, que es una tarea
importantísima, la creación de empresas españolas de distribución
comercial arrastra la exportación de productos agroalimentarios
españoles. En bienes de consumo está la creación de un programa de apoyo
a la distribución de franquicias.

Vamos a intentar, como instrumentos empresariales en el campo de la
promoción, hacer un plan específico de



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pymes, para que resulte mucho más fácil el acceso a los apoyos por parte
de dichas pymes, simplificando todo el sistema necesario para ello.

Vamos a hacer un plan de empresa líder, es decir a empresas muy
importantes, que sean líderes, que estén entre las tres primeras
españolas, apoyarlas en su implantación fuera, condicionado a que actúen
de tirón de otro conjunto de empresas españolas, una vez instaladas
fuera.

Vamos a potenciar la red de oficinas, no tanto porque vayamos a aumentar
el número de ellas, sino porque vamos a analizar su estrategia, el papel
que tienen que cumplir, y vamos a dotarlas de los medios necesarios. En
general, las oficinas españolas en el exterior tienen, comparándolas con
las de otros países, un problema fundamental, y es que tienen un equipo
técnico insuficiente. Carecen de expertos sectoriales para analizar las
potencialidades sector a sector para la exportación española. Es decir,
no es tanto el objetivo de las oficinas crecer en número, sino que tengan
el conjunto de expertos necesarios para cumplir las tareas que deben
generar, sobre todo evacuar la información que precisan las empresas
españolas para su presencia en los mercados internacionales.

Vamos a realizar unas medidas específicas de promoción en el mercado
asiático, que vamos a llamar Plan Asia.

Desde el punto de vista financiero, vamos a intentar aplicar los créditos
concesionales a los servicios, ya que aunque el Decreto-ley que
constituye los FAC permitía la exportación con créditos concesionales de
servicios, no ha sido operativo hasta ahora, y vamos a intentar que lo
sea en el sector servicios.

Hemos aumentado la cobertura de las operaciones de seguro de crédito a la
exportación por parte de Cesce, que era un tema reclamado por las
empresas y de manera importante. Estamos también, desde el punto de vista
de Cesce, facilitando y simplificando el sistema de acceso de las pymes
al seguro de crédito a la exportación. Hemos reducido las primas de Cesce
a ese seguro crédito a la de exportación por cuenta del Estado y se ha
dado un crédito a la exportación también por cuenta del Estado.

Vamos a potenciar el papel de Cofides con una ampliación de capital y con
la entrada de un conjunto de instituciones financieras.

Desde el punto de vista fiscal hay cuatro medidas significativas. la
primera es deducciones por inversiones en el exterior en el Impuesto
sobre Sociedades para actividades ligadas a la exportación. La segunda es
el tratamiento fiscal de los rendimientos obtenidos y gravados en el
extranjero, fundamentalmente lo que se incorpora ahora es la posibilidad
de compensar en ejercicios futuros, la parte no aplicada del año por
insuficiencia de cuota.

Vamos a deducir en la cuota los impuestos sobre dividendos distribuidos
por una sociedad no residente, con la posibilidad de deducción a las
filiales de las filiales en el extranjero, cosa que antes no se podía, y
vamos a permitir las agrupaciones de renta a efectos de cálculo de la
deducción por doble imposición internacional.

Hay que tener en cuenta que éstos son medidas nuevas que acompañan a la
que ya se aprobó en los Presupuestos Generales del Estado del año pasado,
que era la deducción por inversiones productivas en el exterior.

Desde el punto de vista informativo estamos acercando todo el sistema
informático a las empresas a través del establecimiento de oficinas
comerciales en las direcciones territoriales. Vamos a reforzar todo el
sistema de publicaciones del Icex, mejorando la calidad de información
comercial española y del Boletín ICE.

Vamos a incrementar todo el programa de orientación sobre mercados
exteriores, fundamentalmente con la venida de los jefes de oficinas
comerciales en el exterior para celebrar seminarios en las principales
capitales españolas. Ese es un programa que está teniendo un
extraordinario éxito. El número de empresarios asistentes a esas jornadas
es creciente y espectacular.

Hemos tenido hace dos semanas uno sobre China, en Madrid, al que
asistieron más de doscientos empresarios interesados en el mercado chino.

Hemos tenido por toda España, hace no mucho tiempo, seminarios sobre
Marruecos y sobre los países que evidentemente tienen más interés para la
exportación española.

Hay un programa de información --éste es un aspecto muy importante, que
resulta extraordinariamente difícil que penetre en la empresa española--
sobre financiación multilateral de proyectos de inversión. Los retornos
que España consigue de los organismos multilaterales financieros son
escasos, y lo son fundamentalmente porque las empresas españolas siguen
sin aludir a los organismos multilaterales en busca de financiación o
haciéndolo en muy poca medida y muchas veces fuera de tiempo, es decir,
sin acudir en el momento inicial de la generación del proyecto, que es
cuando hay que ir, sino en momentos en los que prácticamente esos
proyectos ya están concedidos y no hay ninguna posibilidad de conseguir
el acceso a la financiación.

Desde el punto de vista de formación, vamos a seguir potenciando el
programa de becarios, que tiene un extraordinario éxito. La mayor parte
de los becarios salen colocados antes de terminar la beca. Hay una
demanda por parte de las empresas, de los becarios del Icex y de los
diferentes organismos de las comunidades autónomas que tienen también
programas de becarios en las oficinas comerciales del Estado.

Vamos a reforzar el programa de seminarios. Vamos a establecer una
especie de control de calidad en los cursos de postgrado, una especie de
marchamo de calidad de los que existen sobre comercio exterior, donde hay
todo tipo de cursos. Hemos tenido un largo debate sobre si hacer un curso
específicamente potenciado por el Ministerio y por el Icex, pero sabemos
que hay muchos ya en el mercado y que no tendría sentido concentrarlo en
uno solo, que tendría que ser en una o dos ciudades, sino que tiene mucho
más sentido apoyar algunos de los cursos ya existentes, dando una especie
de marchamo de calidad, porque entre ellos hay de todo, hay cursos desde
muy buenos, a buenos, regulares, malos y muy malos; por tanto, el posible
consumidor de esos cursos debe tener por lo menos una orientación por
parte del Ministerio sobre cuáles tienen las calidades adecuadas y cuáles
no.




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Yo creo que éstas son un poco las medidas más resaltables de todo este
conjunto, que ha sido bastante bien recibido por el mundo empresarial,
hemos recibido felicitaciones de la OCDE. Pero aunque no quiero ser de
ninguna manera triunfalista, sí tengo que decir que dichas medidas
tendrán éxito si las empresas las demandas, si son utilizadas
adecuadamente por las mismas y si algunas de ellas somos capaces de
implementarlas a la mayor brevedad posible, sabiendo que estas medidas
forman un catálogo para este momento, que habrá que revisar con
periodicidad para adaptarlas a las nuevas realidades.

El mundo del comercio es un mundo extraordinariamente cambiante, en el
que lo que hoy es válido puede no serlo dentro de unos años. Por ejemplo,
los sistemas de financiación concesional y de instrumentos financieros
para la exportación están cambiando; por tanto, los españoles tenemos que
ser capaces de ir redefiniéndolos de acuerdo con esos cambios que se
están produciendo en el mundo, tanto en el ámbito de la OCDE como en
todos los ámbitos mundiales. Con el sistema de crédito a la exportación
ocurre exactamente lo mismo. En este momento hay una tendencia a la
homogeneización de dichos sistemas de crédito a la exportación, tanto en
el marco de la Comunidad Europea como en el de la OCDE, que no deben
conducirnos, de ninguna manera, a aceptar sistemas que sean unificadores.

Una cosa es una homogeneización y otra una unificación. Mientras no haya
unidad monetaria y las balanzas de pagos de los países sean
independientes, los sistemas de crédito a la exportación tienen que ser
también independientes, aunque tengan unas ciertas características
homogéneas y lo que hoy consideramos que vale, concretamente en algunos
casos determinadas medidas que ponemos en marcha, habrá que eliminarlas
en el plazo de un año y probablemente habrá que definir nuevas reglas que
puedan ser respuestas eficaces al mundo de la empresa.

En este sentido quiero decir que nuestra postura es de flexibilidad, de
estar abierta al mundo de la empresa y a cualquier reflexión o sugerencia
que pueda enriquecer este catálogo de medidas y que pueda, por tanto,
hacer que sean más útiles al protagonista de la exportación que, como ya
he dicho, es la empresa española.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Respetando el contenido de la intervención
del señor Ministro, mi Grupo cree más conveniente contestar a estas
medidas de apoyo a la exportación aprovechando el turno que tendremos con
ocasión de la presentación de las propuestas de resolución. Por tanto,
señor Ministro, en esta oportunidad vamos --y dicho con todo el respeto--
a continuar en la línea de la primera comparecencia del pasado día 18 de
mayo, en la que, como recordará, nos hizo entrega de un documento
titulado «Valoración de la oferta comunitaria en la Ronda de Uruguay», el
cual ha sido motivo de estudio por este Grupo parlamentario en el tiempo
que ha mediado, y en el que se ha producido la campaña electoral de las
elecciones europeas.

Por ello, nosotros insistimos, con todo el respeto, en decir que vamos a
pasar a contestar a este documento el próximo jueves, con motivo de la
presentación de las propuestas de resolución, y pondremos frente por
frente las medidas que el Ministerio considera necesarias para apoyar la
exportación con las medidas que este Grupo Parlamentario estima que hay
que adoptar para cumplir el reto de competitividad que se abre con la
firma del Acuerdo de la Ronda Uruguay.

Quisiera iniciar mi intervención partiendo del resumen con el que
cerramos la reunión que tuvo lugar en esta misma Comisión el pasado 18 de
mayo: sí a la firma de la Ronda Uruguay, no a cómo se negoció. Sí a la
firma, basado, sobre todo, en la alternativa que existía, que no hubiera
sido otra que una lucha comercial entre bloques y el crecimiento del
proteccionismo. Y un sí basado también en la experiencia, que viene a
demostrarnos que cada ocasión anterior en la que el comercio se ha
liberalizado, se ha incrementado el bienestar y la estabilidad.

Como decía al inicio, un no a cómo se negoció en cuanto a la defensa
puntual de algunos temas de intereses españoles, en concreto y
principalmente a la agricultura y el textil, y un no, sin duda, a cómo se
estudió y a cuál ha sido el grado de información posterior a la firma que
se ha facilitado a esta Cámara y a los sectores afectados.

La comparecencia que iniciamos el día 18 de mayo, y que de alguna manera
hoy celebramos en su segunda parte a la vista, como decía antes, del
documento que conocimos ese mismo día con el título «Valoración de la
oferta comunitaria en la Ronda Uruguay», dejó a nuestro entender claro
que el Gobierno no tuvo estudios previos sobre el impacto y consecuencias
de los acuerdos contenidos en la Ronda Uruguay y que el Gobierno no
piensa realizarlos con posterioridad.

De hecho, en las doce páginas del «Diario de Sesiones» en las que se
recoge la primera intervención del señor Ministro, podemos observar que
sólo dos de esas doce páginas ocupan el tiempo destinado a exponer la
estimación del impacto que en los diferentes sectores tendrá el acuerdo
según el Gobierno. Una estimación, a nuestro entender, insuficiente,
motivo por el cual anunciamos que en nuestras propuestas de resolución
volveremos a insistir en la necesidad de elaborar, por parte del
Ministerio, los correspondientes estudios de impacto.

Señor Presidente, de una lectura detenida del documento titulado
«Valoración de la oferta comunitaria en la Ronda Uruguay» se desprende
que el Gobierno entiende que las consecuencias de los acuerdos no
resultan --insisto-- negativas para ningún subsector de nuestra economía.

Pareciendo cierto que el gran esfuerzo de competitividad que exigió
nuestra adhesión a la Comunidad será netamente superior al impacto de la
Ronda Uruguay, queremos significar que las voces críticas que se
registran desde los sectores agrícola, ganadero y textil obedecen a las
posiciones de inferioridad en la que algunos subsectores de estas tres
actividades económicas han quedado atrapados, teniendo como consecuencia
más directa la obligación de



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reducir la producción sin identificar con nitidez las correspondientes
negociaciones. Hoy casi nadie --digo casi nadie--, después de la firma
del Acuerdo, niega que Estados Unidos y Francia han sido netamente
beneficiados en materia agrícola, y que Portugal ha obtenido ventajas en
materia textil; beneficios y ventajas que, según los propios sectores
afectados, impactarán en los productos españoles.

En la anterior comparecencia el señor Ministro reconocía el fracaso
obtenido en las negociaciones del textil, y en ese reconocimiento
imputaba la culpa al proteccionismo con el que había actuado Estados
Unidos. En este documento que estamos valorando no hemos conseguido
identificar una afirmación tan clara como aquella que formuló entonces.

En este sentido subrayamos la advertencia que el documento «Valoración de
la oferta comunitaria en la Ronda Uruguay» contiene en relación con los
productos energéticos, cuando al referirse al carbón se manifiesta que el
día en que la importación de este producto sea libre, sólo las
subvenciones a la producción podrán mantener la actividad en este sector.

La «Valoración de la oferta comunitaria en la Ronda Uruguay» nos parece
un documento interesante al definir que nos encontramos ante un hecho
cuantitativa y cualitativamente diferente al de la adhesión de España a
la Comunidad, dado que el grueso del ajuste ha tenido lugar ya con la
adhesión y el plus de competencia que signifique la Ronda Uruguay será
asimilable en general.

Igualmente nos parece interesante este documento al reconocer el
perjudicial efecto que durante el período de la adhesión tuvo el tipo de
cambio apreciado que favoreció una aceleración de las importaciones,
tanto de la Comunidad como de los terceros países, causando, a nuestro
entender, un perjuicio irreparable a uno de nuestros peores
desequilibrios, como es el desequilibrio exterior. Más allá, este
documento nos parece una estimación cargada de optimismo, y en algunos
aspectos, como el propio documento reconoce, inseguro. Desde luego, es un
documento que elude descender al detalle y evita habilidosamente poner al
descubierto las luces y las sombras, los subsectores beneficiados y los
perjudicados, lo que, a nuestro entender, resta un grado de credibilidad.

Señor Presidente, en ocasiones anteriores el Grupo Popular ha tenido la
oportunidad de mostrar sus coincidencias y disconformidades, que hemos
puesto de manifiesto no sólo en esta Comisión, sino, como se puede leer
en los correspondientes «Diarios de Sesiones», en las Comisiones de
Agricultura y de Industria. Consideramos entonces, y consideramos ahora,
que la España del futuro sólo se puede construir sobre la creciente
libertad económica de los mercados abiertos en beneficio de nuestros
consumidores y para construir una sociedad menos inflacionaria, cuyo
modelo de crecimiento abandone defectos de gobiernos socialistas
anteriores y se base, principalmente, en la exportación y en la
inversión. Los acuerdos firmados en la Ronda Uruguay colocan al conjunto
de los países firmantes en esta senda, lo que nos hace coincidir con la
voluntad de la Unión Europea de incorporarnos a este tipo de acuerdos y
nos hace comentar, e incluso denunciar amablemente, los resultados que
franceses, portugueses y griegos han obtenido en materia agrícola, textil
y marítima, e igualmente insistir en la escasez e insuficiencia de los
estudios previos que definieron los objetivos a obtener y de los estudios
«a posteriori» que informaron a los sectores afectados y a esta Cámara.

Al finalizar esta intervención queremos subrayar que coincidimos con
aquellas voces que insisten en advertir que se acrecentará el problema
fundamental que tiene la empresa española, que es su competitividad
internacional. En este sentido, al término de la mañana el Grupo Popular,
como ya hizo con ocasión de las comparecencias en las Comisiones de
Agricultura e Industria, presentará unas propuestas de resolución, con el
objeto de contribuir a aportar medidas para que nuestros cuadros macro y
microeconómicos estén en mejor disposición de afrontar los retos de
competitividad. Son unas propuestas que vienen a definir en sí mismas un
modelo de crecimiento económico distinto al puesto en práctica por los
sucesivos gobiernos socialistas, cuyos resultados se manifiestan en la
crisis en la que se encuentra inmersa la economía española y cuyo
respaldo popular se retira poco a poco, como acabamos de comprobar en las
últimas consultas electorales.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Como decía el señor Presidente, la valoración
última de este interesante debate producido en la Comisión de Economía
será para los grupos en las propuestas de resolución que vayan a
presentar, su defensa y las conclusiones que podamos sacar de ellas. Por
tanto, mi intervención ahora, señor Presidente, señor Ministro, va a ser
breve. Voy a puntualizar algunas de las cuestiones que ha planteado el
señor Ministro y a hacerle alguna pregunta complementaria o de
ampliación.

En primer lugar, quisiera reconocer ante esta Comisión, porque muchas
otras veces lo hago en el sentido contrario, que esta vez sí hemos tenido
documentación de estudio previa los diputados. Incluso en el tema de las
medidas no hemos tenido una fotocopia, sino una revista; creo que éste es
un rasgo digno de ser mencionado y destacado, con independencia de que
coincidamos o no con todas las medidas propuestas. Esta ha sido, como
digo, una comparecencia que ha venido acompañada de importante
documentación para que los grupos y los diputados podamos formar mejor
nuestra opinión, como lo hace el Gobierno, puesto que tiene todos los
mecanismos de información sobre los temas que presenta ante el Pleno del
Congreso y ante las distintas comisiones.

Quiero hacer una valoración general sobre la capacidad de negociación, al
hilo de lo que decía el representante del Grupo Popular: creo que es de
justicia señalar que en las negociaciones del GATT y en la negociación de
algunos de los países que parece que van a adherirse a la Unión Europea
--me estoy refiriendo a Noruega-- el Gobierno español ha corregido
errores o insuficiencias de negociaciones anteriores. Está claro que en
el tema del GATT se recuperó con el compromiso, creo que ya puesto en
práctica por la



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Comisión de Bruselas, de la creación de las organizaciones comunes de
mercado en los sectores hortofrutícolas. Hubo un cierto abandono de estos
sectores en la negociación de ingreso de España en el Mercado Común en
1986, pero no es menos cierto que en la negociación, a cara de perro,
como debe ser en estas ocasiones, de la adhesión de Noruega, se recuperó
una parte importante de cuota de capacidad de pesca, que en nuestra
opinión, repito, se había abandonado en el momento de la negociación del
ingreso de España en la Comunidad Económica Europea.

Dicho esto, quiero manifestar que nosotros creemos que quizá falta, o no
lo hemos sabido encontrar, un mayor estudio, aunque reconocemos que es
difícil y complejo. Proponemos que se vaya a un estudio dinámico, seguido
y continuado del impacto en los distintos sectores de la producción
española que va a resultar de la implantación de los acuerdos del GATT.

Se puede predecir, se puede prever, pero yo creo que es importante
priorizar lo fundamental y lo más significativo desde el punto de vista
de la producción española, de su defensa, como es importante
políticamente asegurar que desde el Gobierno, desde el Ministerio, va a
producirse un estudio seguido y continuado del impacto en los distintos
sectores y que va a haber una voluntad de actuación, en la medida de lo
posible, para salvar los efectos negativos.

No es menos cierto, como última consideración de tipo general--ya lo
señalé en la anterior intervención-- que comparto con el Ministro, y que
el Ministro parecía no compartir con la política anterior del Gobierno en
materia económica, que el cambio del tipo de cambio ha sido
importantísimo para la mejora de la capacidad exportadora del conjunto
del sistema productivo español. Analizábamos con el Ministro cómo unas
expectativas de avance rápido hacia un esquema de moneda única permitían
unas propuestas, pero esto no fue así, y nosotros creemos que se percibía
que no iba a ser así rápidamente ni en 1997, y quizá, desgraciadamente,
no lo pueda ser tampoco en 1999. El mantenimiento de aquella política de
tipos de cambio altos, de fortaleza financiera artificial de la peseta,
supuso unos polvos que han traído muchos lodos que ahora estamos
empezando a limpiar.

Respecto a las propuestas de resolución, avanzo que las nuestras vienen a
subrayar aspectos parciales de las que el Gobierno presenta en este
documento que ya conocíamos; por tanto, en líneas generales estamos de
acuerdo, aunque hacemos algunas reflexiones más detalladas. Por ejemplo,
en el capítulo de medidas institucionales y del reconocimiento que ha
hecho el Ministro de la necesidad de organizar una red territorial en
colaboración con las comunidades autónomas, nosotros subrayaríamos, y una
de nuestras propuestas de resolución va en este sentido, que estas
oficinas o servicios territoriales sean proporcionales a la capacidad
exportadora de los distintos territorios. En el anexo estadístico que se
entregó con la documentación que estamos comentando se ve claramente
cuáles son las comunidades autónomas de mayor dinamismo exportador y creo
que sería de todo punto lógico que estos servicios de apoyo sean
proporcionales a la capacidad, insisto, y al dinamismo exportador de las
distintas comunidades autónomas.

En cuanto al capítulo de promoción comercial, nosotros subrayamos como
acierto, y pedimos que se profundice más en ello, dentro del tema
sectorial, la identidad agroalimentaria española y la creación de canales
de distribución comercial para esa producción agroalimentaria española.

Nos parece una insuficiencia, hasta ahora, de nuestra capacidad
exportadora y consideramos que ha sido un acierto el señalarlo, debiendo
profundizarse más en ello.

En el capítulo financiero y en los créditos concesionales, aunque no es
el momento de señalarlo, señor Ministro, en la medida en que el
Ministerio de Comercio está preocupado, lógicamente, por el retorno de
esos créditos concesionales, planea sobre esta cuestión un tema que,
insisto, no es de la Comisión pero que mi Grupo no puede dejar de
mencionar, y es el de que no somos suficientemente discriminatorios a la
hora de ver cómo muchos de nuestros créditos FAD se convierten en
créditos para la importación de armas o material bélico en muchos de
estos países. Aunque estamos de acuerdo con ustedes en que hemos de
fomentar al máximo el retorno de los créditos concesionales, yo creo que
deberíamos ser más beligerantes en lo que respecta a dónde, cómo y para
qué se aplican esos créditos concesionales.

En cuanto a las medidas fiscales, nosotros estaríamos de acuerdo con la
primera de ellas (aumentar las deducciones desgravatorias a la
exportación), pero no estamos tan de acuerdo, por lo que pediríamos una
aclaración complementaria por parte del Ministro, con el resto. No lo
tengo aquí en estos momentos, pero una de nuestras propuestas de
resolución va en la línea de aceptar las propuestas que hace el
Ministerio si ello no implica pérdida de recaudación fiscal global en el
sector sociedades. No acabamos de entender, y por ello quisiéramos una
mayor explicación, la reducción fiscal que significaría las medidas que
se proponen de doble desgravación de las filiales, etcétera, y si esto
quedaría compensado por una actuación fiscal similar sobre empresas
extranjeras residentes en España. Nos gustaría una mayor información al
respecto.

El Ministro reconocía en su intervención final, después del debate que
hubo en Comisión, que el GATT, la liberalización del comercio mundial y
la plena incorporación de España a la unión política europea, nos
obligaba muchas veces, desde una perspectiva de política de progreso, a
jugar el regate en corto. En este sentido, nosotros hemos preparado
propuestas de resolución pidiendo al Gobierno y al Ministerio la máxima
celeridad en la utilización de las cláusulas de salvaguarda en defensa de
los sectores productivos españoles que se pudieran ver amenazados por
importaciones provenientes de otros países. El Ministro aludía a ello
utilizando la frase gráfica del regate en corto; nosotros creemos que
aquí habrá que hilar muy fino, sin menoscabo de la libertad de comercio y
de la liberalización. Yo decía que no seamos beatos del librecambismo y
sepamos conjugar lo que es la necesidad de ampliar este comercio con la
defensa de los intereses sectoriales y productivos españoles, sea cual
sea el sector productivo al que nos estamos refiriendo.




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Por último, en cuanto a la necesaria continuación de la negociación en el
tema servicios, GATS, y en las cuatro grandes rúbricas aparcadas en
Marrakech (aeronaves, informática, cultura, etcétera), nosotros pedimos,
en una propuesta de resolución específica, que la negociación sobre estos
aspectos se produzca, a partir de ahora, con el máximo consenso posible
en el seno de las fuerzas parlamentarias. Se ha visto lo sensible que
eran las cuestiones de los servicios, la cultura y otras industrias como
la aeronáutica para Europa y para España también, y lo que pedimos es
que, en este campo que aún es de prospectiva y de continuidad en la
negociación, esa negociación se produzca con la participación lo más
consensuada posible de todas las fuerzas políticas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Molins.




El señor MOLINS I AMAT: Quisiera iniciar mi intervención pidiendo
disculpas a la Comisión, al señor Presidente y al señor Ministro por
nuestra necesidad de abandonar la misma en la última comparecencia del
señor Ministro. A los grupos pequeños nos sucede, de vez en cuando, que
otras actividades que coinciden en el tiempo nos impiden ser incluso
corteses; quede aquí, por tanto, nuestra petición de disculpas ante la
Comisión y ante el señor Ministro en particular. Lo que sí hemos hecho es
leernos el «Diario de Sesiones», donde hemos repasado en profundidad la
intervención del señor Ministro en la que no pudimos estar presentes.

Pasando ya al tema que nos ocupa, quisiera poner de manifiesto la
necesidad y la conveniencia de marcar unos objetivos ante la necesidad
--lo ha mencionado el señor Ministro y que creo lo compartimos todos los
grupos de la Cámara-- de internacionalización de nuestra propia economía;
en ese marco de internacionalización de la economía España debe hacer un
esfuerzo específico importante. Simplemente fijándonos en nuestro entorno
más próximo, que son los países de la Unión Europea, vemos que éstos
tienen una economía mucho más internacionalizada que nosotros; el peso de
las exportaciones con respecto al producto interior bruto medio europeo
ronda el 25 por ciento, mientras que nosotros, incrementando ese
porcentaje, nos situábamos alrededor del 17 por ciento, aunque quizá ya
estaremos por el 20 por ciento aproximadamente. Ello querría decir que,
en ese ámbito de la exportación, que es una parte de la
internacionalización de nuestra economía --después hablaré de la
inversión exterior--, deberíamos marcarnos unos objetivos que ya sabemos
para qué sirven, no para cumplirlos necesariamente sino para tener una
imagen que nos impulse el movimiento hacia ellos. Deberíamos marcarnos un
crecimiento de nuestras exportaciones de alrededor del 25 por ciento,
para que lleguen a ser lo que hoy es la media europea que muy
probablemente se incrementará, porque la internacionalización de la
economía precisamente lo que significa es que todos nos movemos hacia una
mayor internacionalización y, por tanto, hacia un mayor incremento del
peso de las exportaciones respecto al producto interior bruto respectivo.

En cualquier caso, en el campo de las exportaciones deberíamos marcarnos
como objetivo incrementar las mismas del orden del 25 por ciento anual,
para llegar a esa media europea del 25 por ciento del producto interior
bruto.

Igualmente, dentro del campo de la internacionalización, habría que
aludir a la inversión exterior. Ahí nuestro esfuerzo debe ser todavía
mayor, porque si en la exportación rondamos el 17-18 por ciento del PIB y
la media europea está por el 25 por ciento en la inversión exterior,
según los últimos datos, que son de 1992, nos sitúan en el 0,6 por ciento
del PIB, mientras que la media europea oscila entre el 1,2 o el 1,3 de
Francia y Alemania y el uno por ciento de algún otro país europeo, es
decir, alrededor del uno por ciento; por tanto, nuestro esfuerzo debería
ir dirigido a duplicar la inversión exterior. Insisto en que éstos
deberían ser los objetivos que deberíamos marcarnos, aun convencidos de
que su cumplimiento es difícil, pero debemos ir implementando medidas de
apoyo hasta acercarnos a esos objetivos.

Como muy bien se ha dicho ya, no sólo por el señor Ministro sino también
por los distintos portavoces que han intervenido con anterioridad, de
hecho la liberalización de la economía implica un nuevo reto de
competitividad para nuestras empresas productivas, sean agrícolas,
industriales o comerciales. La forma mejor de implementar los acuerdos
del GATT en el orden interno español es crear un marco que favorezca la
competitividad de nuestras empresas.

Conocemos --el señor Ministro nos lo recordaba-- que no son de su
competencia buena parte de las medidas que conforman ese marco general,
pero también sabemos --porque él nos lo ha recordado y, en cualquier
caso, así es la realidad-- que él, en tanto que miembro del Consejo de
Ministros, influye en la creación de ese marco general. En esa
perspectiva, a la Comisión de Economía, Hacienda y Comercio del Congreso
de los Diputados le corresponde hablar también de la creación de ese
marco general. En ese sentido, quisiera repasar, aunque sea con toda
brevedad y simplemente mencionándola, una serie de medidas que influyen
directamente en ese marco general.

El déficit público, que hoy es desproporcionado y que puede propiciar,
con su control, un mayor descenso de los tipos de interés y de la
inflación. Estos dos factores (tipos de interés e inflación) van absoluta
y totalmente ligados a la competitividad. El impulso de la inversión como
prioridad para la mejora de la competitividad y también de la creación de
empleo. El tipo de cambio de la peseta, del que ya se ha hablado aquí y
que tantísimos efectos tiene sobre el sector exportador o el sector
turístico por ejemplo, que no deja de ser también un sector exportador.

Hay que evitar esa sobrevaloración en el tipo de cambio de la peseta, que
ha sido tan comentado durante los últimos tres años y que hoy, «a
posteriori», ha recibido los comentarios que ha recibido. Determinadas
reformas estructurales. Se ha procedido a una reforma laboral, a nuestro
entender absolutamente imprescindible y debería ponerse en marcha con
celeridad toda la reglamentación que requiere el desarrollo de esa
reforma laboral.




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Un tema importantísimo, señor Ministro, es que la Seguridad Social carga
sobre las empresas españolas, en cuanto a costes, un 58 por ciento y un
42 por ciento sobre los Presupuestos Generales. Fíjese que no estoy
hablando de coste de la Seguridad Social --el coste es el que es y
nuestro país debe ser capaz no sólo de no disminuirlas, sino de mejorar
las prestaciones--, del reparto que de los costes de la Seguridad Social
se hace sobre el aparato productivo y sobre los Presupuestos Generales.

De ese coste, en España el 58 por ciento carga sobre la empresa y el 42
por ciento sobre los Presupuestos Generales y la media europea es
justamente la inversa: el 48 por ciento carga sobre la empresa y el 52
por ciento sobre los presupuestos generales.

Debe buscarse la manera de distribuir los costes sociales de forma
distinta. En este momento gravan más a la empresa, lo cual quiere decir
que gravan el empleo, y con alrededor de tres millones de parados no nos
podemos permitir el lujo de tener esta estructura de financiación de los
costes de la Seguridad Social. Funciona en la Cámara --debe conocerlo el
señor Ministro-- una Comisión que estudia no sólo el tema de la
financiación, sino también el de los costes de la Seguridad Social. Hay
un aspecto que en este momento me preocupa, que es la forma
desproporcionada en que el coste de la Seguridad Social grava
directamente sobre la creación de empleo y sobre la competitividad de la
empresa, por lo que debe intervenirse con urgencia. Y con urgencia quiere
decir a partir de los Presupuestos de 1995.

Aceptamos, señor Ministro --porque pretendemos ser, aunque no siempre lo
conseguimos, coherentes--, que en un momento como el actual, con los
déficit públicos que existen --ése es otro problema macroeconómico y de
desequilibrio grave-- no pueda cargarse sobre los Presupuestos Generales
y desgravar a la empresa, por lo que debe procurarse un ingreso
alternativo a las arcas del Estado para sustituir ese coste sobre las
empresas. En otros países de la Unión Europea se utilizan algunos
mecanismos de imposición indirecta. Por ejemplo, el IVA. En este momento
tenemos un margen --nuestro IVA, en media, es inferior a la media europea
del IVA-- para sustituir coste que grava directamente a la empresa por
coste que gravaría no sólo los productos fabricados en España, sino
también a los productos importados. Se equivocan los que creen que esto
es para ayudar a la empresa; es para ayudar a la competitividad de los
productos españoles. La única diferencia en la sustitución de coste de la
Seguridad Social sobre las empresas y el IVA es que uno grava sólo a los
productos españoles y, por tanto, al empleo, mientras que el otro
mecanismo grava a todos los productos, no sólo a los fabricados en el
país, sino también a los importados. Es una distribución de los costes de
la Seguridad Social que está más en relación con la que tiene el resto de
países europeos. Así ganarían nuestros productos en competitividad y
ganaría en disminución de costes la creación de empleo. Por tanto,
impulsaría la creación de empleo.

Voy a hacer una referencia específica a los temas fiscales, que el señor
Ministro ha mencionado. Creemos que existe en este momento una situación
que deberíamos rectificar. Existen empresas individuales, que en nuestro
país son muy importantes (en el conjunto de las pequeñas y medianas
empresas, muchas son individuales), que en este momento, a través de la
cotización por IRPF, en lugar de la cotización por sociedades, pueden
llegar a tipos impositivos muy superiores al 35 por ciento, que son los
tipos medios de las sociedades anónimas. Esta es una situación anómala
que debería corregirse, con todas las salvedades y todos los riesgos que
ello implica y vigilando que no se puedan producir situaciones
excesivamente favorecedoras. Se trataría de eliminar la discriminación
que supone una imposición superior, no de favorecer con imposiciones
inferiores a ese tipo medio del 35 por ciento, que es el relativo a
sociedades en general.

Se debería aplicar una fiscalidad específica para las pequeñas y medianas
empresas, no tanto por los tipos como para las formas de cotización, de
cálculo de las bases, etcétera. La complicación que para una pequeña y
mediana empresa significan determinados mecanismos del Impuesto sobre
Sociedades debería corregirse. Y, como existe en prácticamente todos los
países de la Unión Europea, las pymes deberían tener unos mecanismos
específicos de impuesto sobre sociedades.

La corrección de la doble imposición de dividendos es una cuestión
exclusiva del caso español que, evidentemente, quita competitividad a la
empresa; la corrección de la doble imposición internacional (el señor
Ministro la mencionaba); así como la aplicación de incentivos para la
puesta en marcha de actividades productivas en el exterior, etcétera, son
temas que, dentro del futuro proyecto de ley de modificación del Impuesto
sobre Sociedades, deberían encontrar cabida.

Una referencia específica, señor Ministro, a la Organización Mundial del
Comercio. Ese es un aspecto fundamental de la Ronda Uruguay del GATT que,
como mecanismo de coordinación y de regulación del comercio mundial, era
imprescindible dada la liberalización en la que se entra con la firma de
la Ronda Uruguay. La creación de esta Organización Mundial debería
obligar a nuestro país a involucrarse en esa Organización de forma más
efectiva y más ágil de lo que hasta hoy hemos estado involucrados en
otros mecanismos que no eran tan importantes como éste del comercio
mundial.

Esa Organización Mundial del Comercio debe velar --y la representación
española, conjuntamente con la de la Unión Europea, debería también
velar-- por la investigación de actuaciones de dumping, de las que ya
hemos hablado aquí, así como por el control aduanero de las importaciones
comunitarias para evitar el fraude de los productos importados, asunto
del que también se ha hablado aquí en repetidas ocasiones, como ahora con
la frontera común y única de la Unión Europea. No debemos olvidar que
determinados países con intereses productores podemos poner más celo en
el control de fronteras que otros que no teniendo intereses en los
mercados industriales o en la creación de producto industrial y sí en la
comercialización de productos, pueden tener la tentación de utilizar la
manga ancha en ese control de aduanas, que no hacen en nombre de su país
sino de la Unión Europea. Probablemente



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deberán combinarse mecanismos de exigencia a los países que controlan, en
su parte alícuota, determinadas fronteras exteriores de la Unión Europea
con mecanismos de control en el mercado interior: de investigación, de la
existencia de fraude en productos importados. En este aspecto, señor
Ministro --y usted lo ha mencionado en alguna de sus comparecencias--,
sería imprescindible una mayor eficacia en los mecanismos del control
aduanero español, así como la colaboración con los sectores. Tenemos unos
controles aduaneros que no están acostumbrados, porque hasta ahora
existía el rechazo a los productos que estaban contingentados. Hoy
existen calidades que sin conocimientos técnicos, son difíciles de
distinguir de qué tipo de productos se trata. Simplemente, que sea
conceptuado como uno o como otro, uno puede entrar y otro, no. Por tanto,
la mejora de la calidad técnica de nuestros servicios aduaneros es
absolutamente fundamental. Insisto en que debido a esa frontera única
exterior de la Unión Europea, esos mecanismos de control en aduanas
deberían complementarse con servicios de inspección del mercado interior,
para detectar productos que habiendo entrado por la frontera de cualquier
otro país comunitario, entran libremente en el nuestro y sólo pueden ser
detectados con inspecciones en el mercado interior.

La mejora y agilización de los sistemas estadísticos nos lo ha mencionado
el señor Ministro infinidad de veces. Sabemos que está haciendo un
esfuerzo para intentarlo, aunque éste no es el mejor de los momentos
precisamente por la desaparición de controles en frontera. Creemos que
debe hacerse ese esfuerzo, particularmente por lo que hace referencia a
los productos contingentados, que siguen existiendo y que sólo a través
de ese mecanismo de sistema estadístico pueden controlarse.

Por último, y dentro de estas cuestiones que se enmarcarían en la
Organización Mundial del Comercio o en los instrumentos del comercio, la
exigencia de reciprocidad en la apertura de mercados de países asiáticos
--lo hemos mencionado muchas veces--: China, India, Pakistán, Indonesia,
etcétera. Debe seguirse ese esfuerzo, para que se abran no sólo respecto
a nosotros o a la Unión Europea, sino también entre ellos. El hecho de
que entre India y Pakistán tengan cerrado mutuamente su mercado hace que
toda su exportación se dirija hacia donde tienen el mercado de mayor
poder adquisitivo, que es la Unión Europea. Si se distrajeran
exportándose entre ellos y haciéndose la competencia, nos
beneficiaríamos. ¿Qué es eso de que se abran nuestros mercados con
respecto a ellos y, en cambio, entre ellos estén cerrados? Eso no puede
ser. Eso es contrario al espíritu absoluto y más claro de lo que
significa la ronda Uruguay del GATT, que es la apertura de fronteras
respecto a terceros y también entre ellos.

En cuanto a las medidas concretas de apoyo a la actividad del comercio
exterior, a la exportación, voy a hacer algunos comentarios. En el ICEX
el señor Ministro habla de una necesidad de desarrollar todos los
programas en un absoluto contacto con los sectores exportadores, con las
instituciones que han dedicado, con mayor o menor éxito, su esfuerzo al
comercio exterior. Esa expresión de voluntad que hace el señor Ministro
debería verse reflejada en cuestiones concretas. Por ejemplo, creo que en
el consejo de administración del ICEX o en el órgano rector del ICEX
deben estar presentes comunidades autónomas, cámaras de comercio y
sectores representativos de la actividad industrial. Ya lo están algunos,
pero hay que acelerar esa involucración como mínimo de estos tres
aspectos (comunidades autónomas, cámaras de comercio y organizaciones
representantes de sectores exportadores) en las decisiones del ICEX.

Señor Ministro, ya sé que la incorporación de comunidades autónomas en
órganos rectores de la Administración lo contemplan nuestra Constitución,
desde hace catorce años, y algunos estatutos, pero con la excusa de que
no pueden estar presentes 17 comunidades autónomas se ha ido dilatando
dicha incorporación. Eso ya no puede ser excusa. No hay nada que pueda
servir de excusa a la ineficacia, y eso produce ineficacia, porque las
comunidades autónomas, como es legítimo, tienen interés en la
exportación, no tienen competencias pero tienen interés y preocupación, y
que entre todos hemos de ser capaces de conseguir la colaboración hacia
un objetivo que, evidentemente, es común. Deben buscarse fórmulas (el
señor Ministro ha mencionado en alguna ocasión que Cataluña y Valencia
representan el 40 por ciento de la exportación, por ejemplo) como la de
que participen las mayores exportadoras y rotativamente otras, pero hay
que buscar un mecanismo en el que todo el mundo pueda estar de acuerdo
para evitar la exclusión de las comunidades autónomas de esos mecanismos.

Exactamente pedimos lo mismo para las redes territoriales. El señor
Ministro manifestaba que debe hacerse con absoluta involucración de los
sectores productivos, de los sectores exportadores, de las cámaras de
comercio, que tienen como función básica, conjuntamente con la formación,
el comercio exterior, y con las comunidades autónomas. Sería inexcusable
o imperdonable que no fuéramos capaces en este momento de conseguir esa
colaboración.

Señor Ministro, un segundo aspecto extraordinariamente importante a
nuestro entender es el siguiente. Si uno analiza la utilización de las
ayudas a la exportación en la realidad, es decir, qué empresas utilizan
dichas ayudas, se da cuenta de hasta qué punto el porcentaje es enorme
por parte de las grandes empresas --muchas veces públicas, pero, en
cualquier caso, grandes empresas--, mientras que el porcentaje es mínimo
por parte de las pequeñas y medianas empresas. Aun cuando los porcentajes
en la exportación de las pequeñas y medianas empresas son considerables y
deberían significar más porque es donde podemos crecer en las
exportaciones, involucrando a mayor tejido productivo en la exportación
que hoy no está incorporado, las que reciben las ayudas no son esas
pequeñas y medianas empresas sino las grandes empresas, por razones
lógicas, porque son las que tienen mayor acceso a la información, mayor
acceso a esas ayudas y, en consecuencia, son las que se aprovechan de
esas ayudas, cuando en la realidad son las que tienen menor necesidad de
las mismas. Deben establecerse mecanismos de reserva de fondos o crearse
programas específicos con financiación suficiente para impulsar la
participación de las pequeñas y medianas empresas.




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Esta vendría a ser nuestra preocupación dentro del plan dibujado por el
Ministerio de Comercio y Turismo. Todos deberíamos tener una enorme
preocupación para incorporar a las pequeñas y medianas empresas al acceso
a las ayudas, de las que hoy están prácticamente exentas, no porque haya
nada que las prohíba sino porque la realidad es que las que mayormente se
aprovechan son las grandes empresas.

Dentro de ese programa encontramos que falta una programación de la
financiación. No tiene marco financiero, no se habla de cantidades, de
periodificación de esas cantidades, ni de prioridad en la financiación.

Sería muy bueno para todos, tal y como decía al principio, marcarse un
objetivo no necesariamente para cumplirlo, pero sí como línea tendencial,
porque obliga al que prepara el presupuesto a plantearse las prioridades,
informa al que es receptor de esas ayudas de cuáles son esas prioridades
y que si ésas son las prioridades, también deben serlas para él. Sería
muy conveniente efectuar un ejercicio de programación, como mínimo
trienal, de las ayudas financieras o económicas en esos programas.

Creemos necesaria la modificación de la concesión de los créditos FAD
--es un aspecto muy concreto--, que favorezca la fragmentación y
garantice la utilización --volvemos a estar en lo mismo-- por parte de
las pequeñas y medianas empresas. Son mecanismos en los que la realidad
demuestra que las pequeñas y medianas empresas quedan prácticamente
excluidas, no llegan a acceder a esas ayudas probablemente por defecto
propio. Si la realidad demuestra que existe ese defecto por parte de la
empresa pequeña y mediana, sólo impulsando desde la Administración la
participación de esas pequeñas y medianas empresas conseguiremos que
salgan de ese defecto que, insisto, es propio de ellas, pero consideramos
que la Administración debe ayudarlas a eliminarlo.

Ocurre lo mismo con una cuestión que deberíamos mejorar
extraordinariamente, es uno de los aspectos en los cuales nuestro país
marca grandes diferencias respecto a otros países de la Unión Europea. Me
refiero a la participación de empresas españolas en proyectos impulsados
por la Unión Europea o por instituciones financieras multilaterales. Las
empresas españolas no aprovechan la participación económica del Estado
español en la Unión Europea o en programas de instituciones financieras
multilaterales, o no la aprovechan en el mismo porcentaje en que son
capaces de aprovecharla empresas de otros países de la Unión Europea, y
ahí también las pequeñas y medianas empresas quedan a la cola de esa
participación. Estimamos que debería hacerse un esfuerzo específico para
conseguir el incremento de la participación de las empresas españolas y,
dentro de las mismas, de las pequeñas y medianas.

Especial mención merece el capítulo dedicado a las medidas que respecto a
la Cesce, al incremento de cobertura de los créditos exteriores, se
proponen en el informe. Son las medidas del Gobierno, pero señalo que
sería bueno hacer hincapié en dos aspectos: mejorar el acceso de las
pymes a esos créditos y, en segundo lugar, intentar que esas medidas que
se proponen y que se contienen en el proyecto del Gobierno estén
realmente en vigor en los próximos meses. El señor Ministro lo ha
mencionado en algún momento. Tiempo tenemos mucho, el tiempo es
ilimitado, pero hay instituciones como las religiosas que no cuentan en
tiempo, y, en cambio, nosotros no somos intemporales y en este momento
nos jugamos mucho. Valdría la pena que, una vez se diseña la estrategia,
fuéramos capaces de implementarla con la máxima rapidez posible. No es lo
mismo que tengamos esos mecanismos a disposición de los exportadores en
los próximos meses que en los próximos años. Nuestra insistencia va en
ese sentido: que el acceso de las pequeñas y medianas empresas sea más
claro y, en segundo lugar, que esté vigente de inmediato la utilización
concreta de esa mayor cobertura --nos felicitamos que haya existido por
parte de las empresas-- y que puedan ser utilizadas.

El señor Ministro ha hecho referencia a los temas de formación. Nos
parece muy correcta la explicación que nos daba en la que ha mencionado
las medidas del Gobierno. Asimismo, el marchamo de calidad en cuanto a la
formación o a los estudios, nos parecen muy correctos.

Es difícil que desde las administraciones públicas se den estudios de
calidad cuando ya existe un sector privado que lo está haciendo, algunos
lo están haciendo muy bien y otros menos bien. El marchamo de calidad
empujaría a hacerlo mejor a los que ya lo hacen bien y a hacerlo bien a
los que todavía no lo hacen bien.

Respecto a los becarios en el exterior y, en general al bajo interés que
la población española, los ciudadanos y las ciudadanas españoles, dan a
la actividad exterior en general: las empresas exportan poco, no existe
una ilusión por los profesionales para ocupar cargos en instituciones en
el exterior, existe una baja vocación internacional por parte del país,
sé los problemas que puede tener, pero, por ejemplo, Francia utiliza un
instrumento, el servicio civil sustitutorio, que se puede hacer en el
servicio exterior del Estado. Este podría ser un mecanismo que impulsara
a salir del país, con todos los beneficios que ello comporta de
conocimiento de la realidad exterior, etcétera. Lo marco como algo que
existe en otros países, que parece que les da un buen resultado, para
intentar cambiar esa tendencia de no ilusión en los servicios hacia el
exterior. Quizá con esas ventajas comparativas se podría disponer de un
atractivo que hoy no existe.

En cualquier caso, señor Ministro, por nuestra intervención ya puede
imaginar por dónde irán nuestras propuestas de resolución: intentar bajar
al terreno de lo concreto en algunas de las cosas, marcar los objetivos
económicos o las disponibilidades de medios con planes y programas
concretos, la participación de los sectores exportadores (cámaras de
comercio y comunidades autónomas) en todos esos programas y en la
implantación territorial de las actuaciones de su Ministerio, etcétera.

Hay una cosa que he olvidado mencionar. Si el Gobierno tiene la
intención, en los presupuestos de 1995, de iniciar la sustitución de la
Seguridad Social por otros métodos indirectos de imposición, debería
recordar que en el sector turístico --el señor Ministro debe tenerlo muy
en cuenta-- eso le puede robar competitividad. El sector turístico tiene
por costumbre contratar sus paquetes en



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operaciones con IVA incluido. Una sustitución de costes sociales, que
deben representar en el conjunto del paquete aproximadamente el 20 ó 30
por ciento del coste según los costes laborales, para incrementar el IVA
(el IVA se lo han de tragar porque no lo pueden repercutir), podría
suponer un perjuicio para este sector. Deberíamos de tener cuidado con
esa posibilidad.

Nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRIGUEZ: En la anterior comparecencia del señor
Ministro mi Grupo ya expresó su opinión positiva sobre la negociación de
los acuerdos del GATT. Considerábamos que el balance que se ofrecía era
razonable, con las dificultades naturales que han hecho que en algunos
sectores no se hayan alcanzado los objetivos previstos. Yo ahora
simplemente repito esto y quiero hacer un par de precisiones y preguntas
sobre el desarrollo de los acuerdos firmados en Marrakech.

El otro día ya se manifestó que en algunas áreas agrícolas se habían
alcanzando dos objetivos que tenían una resistencia importante, que era
el relativo a la organización común de mercado para el plátano, que está
en conflicto con Alemania y que está ahora en los tribunales europeos. Me
gustaría saber cómo está este tema en estos momentos y qué posibilidades
y perspectivas hay, a corto plazo, de consolidar el contingente aprobado,
de limitar las exportaciones del área dólar al mercado europeo y de
garantizar, por tanto, el consumo de la exportación canaria y, en
general, española.

En segundo lugar, está el tema de los calendarios de hortalizas. En la
modificación de calendarios ha sido aprobado el ajuste de los precios de
entrada y parece que está habiendo dificultades para su aplicación en la
Comisión Europea y no sé si para la próxima temporada ya se va a aplicar
estar fórmula o va a haber importantes problemas que afectan a Canarias.

En otro orden de cosas, en la línea que acaba de expresar el Ministro con
respecto a la creación de una cultura exportadora, una estrategia
exportadora en la empresa española, a la que se han referido algunos de
los portavoces, a la necesidad de la pequeña y mediana empresa, la semana
pasada el Congreso de los Diputados aprobó definitivamente la Ley de
Régimen Económico y Fiscal de Canarias, donde se establece el Consejo
Asesor de Promoción Comercial.

En la primera comparecencia suya, cuando definía las principales áreas
exportadoras españolas y se refería concretamente al Magreb, yo le
señalaba al señor Ministro la necesidad de coordinar la actividad del
Ministerio con la comunidad autónoma y con los agentes económicos y
sociales, las cámaras de comercio de Canarias, por la importancia que
puede tener Canarias en esta relación. El mes pasado una delegación
importantísima de delegados canarios visitaron Marruecos. Empieza a
crearse en Canarias una cierta vocación exportadora. Yo diría que en el
sector agrícola la hay, pero en el pequeño y raquítico sector industrial
de allí no la hay, pero está empezando a haberla en relación con
Marruecos. Me gustaría que nos dijera qué ideas tiene sobre la creación
del Consejo Asesor de Promoción Comercial, cómo podría ayudar dentro de
este marco general de medidas de apoyo del Ministerio de Comercio, del
Gobierno, a la actividad exportadora española y, en este caso, a la de
Canarias.

Estas son simplemente mis precisiones o preguntas. Sólo quiero repetir
que con todo lo que se pueda decir de sectores que no han quedado todo lo
bien que deseábamos, la negociación que ha llevado a cabo el Gobierno
español en el GATT ha sido razonable y los resultados se pueden
considerar satisfactorios. En cualquier caso, éste es un proceso abierto
y en los temas que he planteado, así como en otros, es necesario seguir
en la lucha, que es una lucha permanente en la liberalización del
comercio mundial. Por un lado, hay que apoyarla, pero, por otro, hay que
defender los intereses estratégicos españoles dentro de ese proceso
negociador abierto de carácter general.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor
Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Ya le he dicho personalmente al Ministro cuál
era mi opinión respecto al paquete de medidas propuesto. Yo creo que
hasta el momento no ha habido o por lo menos no hemos dispuesto, en lo
que yo he podido conocer profesionalmente respecto al mercado exterior,
de un paquete de medidas tan integrado y, a mi modo de entender, tan
pretencioso --y perdone que utilice la expresión-- desde el punto de
vista de poder dar una cobertura completa a lo que las empresas
necesitan.

Voy a ser breve porque mis compañeros de Izquierda Unida y Convergència i
Unió ya se han referido a dos temas en los que quería insistir. Uno de
ellos, citado por parte de Izquierda Unida, es el tratamiento de las
comunidades autónomas exportadoras en la colaboración institucional, que
a mí me parece que es un aspecto que debemos tener muy en cuenta. Tal es
el caso de la Comunidad Autónoma Vasca, que teniendo un peso del seis por
ciento aproximadamente en la economía española, representa algo más del
10 por ciento de la exportación del mercado español.

También quiero insistir en las palabras dichas por el compañero señor
Molins, de Convergència i Unió, respecto al papel de las pymes en la
exportación y el acceso a las medidas para una mayor potenciación de su
actividad exportadora. Por decir algo nuevo en ese aspecto yo quisiera
insistir muchísimo, dentro de todo este paquete de medidas, en dos
aspectos. Uno de ellos es salvar aquellos obstáculos que existen dentro
de las medidas institucionales de colaboración y coordinación de las
administraciones, entendiendo por administraciones las cámaras de
comercio en este caso. Es necesario agilizar la información, la
comunicación y los servicios. Aquí hay todavía un gap importante que
cubrir. Creo que no hay un acercamiento. Pese a largos años de trabajo y
largos años de servicio realizado desde las cámaras y desde la
Administración, no existe todavía una agilidad de acercamiento entre la



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empresa y la propia Administración, entre las delegaciones territoriales
y las cámaras de comercio. Existe todavía bastante burocracia, bastante
incomunicación concreta de lo que es la experiencia empresarial y las
necesidades de los empresarios, sobre todo de las pequeñas y medianas
empresas. Ya sé que éste es un asunto de difícil concreción y resolución,
pero es ahí donde choca verdaderamente el obstáculo. Pequeñas empresas
productoras de bienes de equipo tienen verdaderas dificultades para
encontrar una cobertura de apoyo y de acceso al mercado, se encuentran
con que tienen dificultades de competencia y de información. Ahí es donde
se debe insistir. Me parece que el problema de los becarios, de los
técnicos, de la formación y de la reestructuración incluso de personas,
es necesario resolverlo.

Para exponer ejemplos concretos, yo me he encontrado con que en el
Périgord francés existen técnicos que conocen los mercados donde se
puedan colocar los pâtés o los foies realizados en esa zona, tanto en las
compañías de catering, para suministro a la aviación, como a las grandes
cadenas suministradoras de los hoteles o restaurantes americanos, por
ejemplo; lo conocen perfectamente. En nuestro caso, no existe ese tipo de
información. Yo coincidiría con el señor Ministro en que es necesario
introducirse en esa tarea tan concreta y ahí realizar una gran labor.

El segundo comentario se refiere a que, a mi modo de entender, el hecho
de existir un Ministerio de Comercio y Turismo es algo necesario en la
economía española; pero nos puede llevar también a que pueda existir
descoordinación en las medidas que precisa la propia economía española, y
ahí es donde quisiera insistir.

La expansión exportadora actual ha reposado, en gran parte, sobre
elementos que son coyunturales: por una parte, la devaluación y, por
otra, el hundimiento de la propia demanda interna. Esto tiene mayor
importancia si, además, tenemos en cuenta que durante los cuatro últimos
años hemos estado viviendo en una especie de cielo beatífico, teniendo la
presión de una peseta que estaba sobrevalorada y unos tipos de interés de
los más altos de Europa. Pensábamos todos que ésa era una situación rica
y boyante de nuestra economía, que ahora la tenemos que contemplar
entonando el «mea culpa», porque aquello nos llevó a la crisis, en una
palabra.

El hecho de que tengamos que mantener una peseta en su valor real; tener
un importante control del déficit público, equilibrando, de alguna forma,
la presión de los inversores extranjeros, sobre todo, por los altos tipos
de interés con los que siguen retribuidos; el hecho de controlar una
inflación y mantener los tipos de interés bajos a largo plazo (porque en
nuestra economía, todavía el tipo de interés a largo plazo tiene una
incertidumbre y tenemos la certeza de que no sabemos si va a bajar o no),
son elementos que van a contribuir a que todas estas medidas que se
realicen desde el Ministerio de Economía y Hacienda puedan ser reales y
efectivas, porque, si no, estaremos siempre parcheando y no atacando lo
que significa la capacidad exportadora de la economía española.

Esta es la preocupación e inquietud que quiero dejar aquí plasmadas. No
quisiera poner en duda, ni que se dedujera de mis palabras que no exista
esa coordinación; pero sí quiero llamar la atención sobre ello. Considero
que las medidas tomadas en el Ministerio de Industria y Energía, que son
necesarias para incentivar la producción y la industrialización de la
economía española y las medidas fiscales que se tomen por el propio
Ministerio de Economía y Hacienda, deben ser complementadas con las que
adopte el Ministerio de Comercio y Turismo. Los tres Ministerios deben
actuar sobre la renovación estructural de la economía española, porque es
donde verdaderamente reside el potencial exportador que podamos tener,
reconociendo y reiterando --para terminar-- la importancia y la
coherencia de estas medidas que han sido tomadas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Martín Mesa.




El señor MARTIN MESA: Señor Presidente, debo comenzar agradeciendo al
señor Ministro de Comercio y Turismo su comparecencia en esta Comisión,
por segunda vez en un mes, para debatir la valoración de los diferentes
grupos parlamentarios en relación con el impacto que los acuerdos de la
Ronda Uruguay del GATT van a tener sobre nuestro comercio exterior y, en
general, sobre la economía española.

El pasado día 18 de mayo, en la primera comparecencia con este mismo
tema, en nombre del Grupo Socialista dejé claramente puesto de manifiesto
cuál era nuestra valoración sobre el acta final de la Ronda Uruguay, que
se firmó el 15 de abril en Marrakech, acuerdo que viene a establecer un
nuevo marco internacional auspiciado por la liberalización de los
intercambios que consagra la propia acta final de la Ronda Uruguay. Por
ello, parece más oportuno en esta ocasión poner de manifiesto las medidas
que podrían adoptarse para que, tomando como base el contenido del acta
de la Ronda Uruguay, se pueda favorecer la competitividad exterior de los
distintos sectores de la economía española; se puedan aprovechar los
efectos beneficiosos que habrán de derivarse de la creciente
liberalización del comercio mundial y, desde luego, paliar las
deficiencias que se pudieran deducir para algunos sectores o productos
concretos más sensibles. Medidas todas ellas que habrán de concretarse en
propuestas de resolución cuyo contenido será sometido a debate, según nos
anunciaba esta misma mañana el señor Presidente, en la reunión de la
Comisión que celebraremos el próximo día 23, jueves.

A este respecto debo decir que el Grupo Socialista considera como medidas
importantes, incluso como medidas imprescindibles en algunos casos, entre
otras, las siguientes. En primer lugar, que la política económica
instrumentada tenga en cuenta la creciente liberalización del comercio
internacional y ofrezca un marco adecuado para la actuación de las
empresas españolas, tanto en el mercado interior como exterior, actuando
para ello en el campo laboral, en el fiscal, en el financiero,
propiciando un tipo de cambio acorde con la realidad de la economía
productiva española, mejorando el sistema de apoyo a las exportaciones o
potenciando la incorporación de tecnología a los procesos productivos de
las empresas españolas.




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En segundo lugar, consideramos esencial potenciar la promoción de las
exportaciones que viene llevando a cabo el Instituto de Comercio
Exterior.

En tercer lugar, desarrollar con la mayor rapidez posible --el Ministro
así lo ponía de manifiesto en su intervención, pero queremos reiterarlo--
los programas de promoción de exportaciones y de inversión en el exterior
que prevé el paquete de medidas de apoyo a la actividad exterior de la
empresa española, que el Ministro no ha resumido y que aprobó el Consejo
de Ministros del pasado día 29 de abril.

En cuarto lugar, potenciar los recursos y mejorar la eficacia de las
redes de oficinas comerciales en el exterior.

En quinto lugar, facilitar, a la mayor brevedad posible, al sector
exportador el conocimiento de las nuevas oportunidades que suponen para
el mercado los acuerdos de la Ronda Uruguay, poniendo a su disposición
las principales ofertas de los países importadores.

En sexto lugar, vigilar --creo que esto también es importante--
estrechamente las subvenciones y ayudas concedidas por cada país que
pudieran impedir o dificultar las exportaciones españolas.

En séptimo lugar, lograr una adecuada defensa de los intereses españoles
en la Organización Mundial del Comercio.

En octavo lugar, apoyar una posición común de la Unión Europea, para
conseguir que se aborde en la Organización Mundial del Comercio el tema
del comercio y los asuntos sociales, sin pretender, en ningún caso, que
esto constituya una barrera proteccionista, aunque sí para conseguir el
establecimiento de reglas multilaterales que puedan ser aceptadas por los
países en vías de desarrollo y que permitan alcanzar unas condiciones
dignas de trabajo en todos los países.

En noveno lugar, defender, en el proceso negociador que se desarrolla
sobre comercio y medio ambiente, tanto en la Unión Europea como en la
Organización Mundial del Comercio, una posición que, igualmente, sin
crear barreras proteccionistas, permita una utilización racional y
adecuada de los recursos naturales, respetando el medio ambiente.

En décimo lugar, mantener una postura firme, a fin de que todos los
países miembros de la Organización Mundial del Comercio destierren, de
una vez por todas, la utilización de medidas unilaterales de restricción
del comercio.

En undécimo lugar, establecer los mecanismos de coordinación
interministerial precisos para asegurar la perfecta coherencia de la
posición española en las negociaciones pendientes de servicio en el seno
de la Unión Mundial del Comercio, ya sea del transporte marítimo, de
servicios financieros, de movimiento de personas, de telecomunicaciones
básicas, etcétera. Sin ánimo de ser exhaustivo, éstas pueden ser algunas
de las medidas que se pueden concretar en propuestas de resolución por
parte del Grupo Socialista.

En cualquier caso, señor Ministro, quería poner de manifiesto que estamos
seguros de que medidas de esta índole, así como aquellas otras que los
restantes grupos propongan, van a coadyuvar a incrementar la cuota
española en el comercio mundial. En este sentido, y a pesar de las
limitaciones, lo que sí parece claramente constatable es que las empresas
exportadoras españolas, de reducido número pero importantes en cualquier
caso, están siendo capaces de mantener tasas de crecimiento de las
exportaciones superiores al crecimiento del comercio internacional y,
consiguientemente, esto les está permitiendo ganar cuotas de mercado.

Algunas cifras lo ponen claramente de manifiesto: las exportaciones
españolas de bienes y servicios en el año 1986 supusieron un 1,8 por
ciento de las exportaciones mundiales; seis años después, en 1992, las
exportaciones de bienes y servicios supusieron el 2,3 por ciento de las
exportaciones mundiales. Es decir, hemos ganado un 0,5 por ciento en la
cuota del comercio mundial. No obstante, creemos necesario que hay que
redoblar esfuerzos, que hay que mantener y reformar el impulso que ya
paquetes de medidas anteriores consiguieron. Por ejemplo, el Plan de
fomento de la exportación de 1987, o el Plan de apoyo a la
internacionalización de la empresa española de 1992. Desde luego, hay que
continuar apoyando la presencia estable de la empresa española en el
exterior, a través de sus productos y de sus redes comerciales y de sus
filiales.

En definitiva, nosotros creemos que el reto se plantea en una doble
vertiente. Por una parte, en la vertiente interior, hay que conseguir
incrementar la competitividad interior para evitar un excesivo
crecimiento de las importaciones como consecuencia de la liberalización
que ha conseguido la ronda negociadora del GATT. En el otro marco, habrá
que implementar las medidas que favorezcan la actividad exterior de las
empresas españolas. En este sentido, debo decir expresamente que
valoramos de forma extraordinariamente positiva el paquete de medidas de
apoyo a la actividad exterior de la empresa española que el señor
Ministro nos ha resumido, y que, como decía con anterioridad, aprobó el
Consejo de Ministros ya en el pasado mes de abril. Tal como señalaba con
anterioridad, en lo que en este momento merece la pena insistir, es en
que se impone desarrollar, con la mayor rapidez posible, los programas
allí contenidos. Estoy seguro de que, probablemente, en los Presupuestos
Generales del Estado para 1995 o en la ley financiera muchas de estas
medidas quedan perfectamente implementadas.

Señor Presidente, señor Ministro, no quisiera terminar sin antes poner de
manifiesto, en nombre de mi Grupo, nuestra total satisfacción por la
amplia información --y con ello me sumo a los planteamientos de algunos
otros grupos, que no de todos-- que ha proporcionado el Ministerio de
Comercio y Turismo y que se han concretado fundamentalmente en cuatro
importantes documentos, a nuestro juicio. A saber, un documento de
síntesis, la conclusión de la Ronda Uruguay, acuerdo adoptado e
implicaciones generales para España; la valoración de la oferta
comunitaria en la Ronda Uruguay; el recientemente enviado anexo
estadístico sectorial a la valoración del impacto de la Ronda Uruguay en
el acceso al mercado; así como --y yo lo valoro especialmente-- el
análisis encargado por el Ministerio sobre los efectos e implicaciones
sectoriales de la Ronda Uruguay, que se ha concretado en este magnífico y
extraordinario número del Boletín del



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ICEX, además, claro está, de las dos amplias y documentadas --sobre todo,
la primera-- intervenciones del señor Gómez-Navarro en esta Comisión de
Economía, Comercio y Hacienda.

Creo que toda esta información constituye una base suficiente para que
los grupos parlamentarios podamos presentar unas propuestas de resolución
capaces de incidir en la mejora de la competitividad de nuestra economía
y por ende, lógicamente, del bienestar y del empleo. Es todo, muchas
gracias, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro de Comercio y
Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): Voy a
contestar al señor Aguirre, portavoz del Grupo Popular, enlazando con la
última intervención del señor Martín Mesa. En primer lugar, quiero
agradecer al señor Aguirre el tono de su intervención; me parece que éste
es el tono en el que nos debemos entender. Sí le quiero decir que nuestro
país ha sido el que más información ha dado. Al día de hoy seguimos
siendo el país que más información ha dado sobre la repercusión interna
de la Ronda Uruguay. Hasta el día de hoy --ya hice mención de ello en la
anterior comparecencia, pero ha pasado un mes-- sólo se ha hecho público
y se maneja un informe cuantitativo del efecto de la Ronda Uruguay en un
país, Dinamarca. Se ha publicado un Libro Blanco de Inglaterra, que es
estrictamente descriptivo, no hay cuantificaciones. Por tanto, seguimos
siendo el país que ha hecho un mayor esfuerzo informativo, y lo vamos a
seguir haciendo. Hemos encargado ya hace varios meses un estudio a la
Fundación Empresa Pública lo más riguroso y exhaustivo posible sobre el
efecto sectorial de la firma de la Ronda Uruguay del GATT. Hemos
intentado ver la posibilidad de regionalización también del estudio. Eso
plantea numerosas dificultades, porque así como en las exportaciones se
conoce su origen y, por tanto, se puede hacer un estudio sectorial de las
exportaciones, en las importaciones el que el importador tenga su sede en
un punto determinado no establece por dónde se produce el consumo final
del producto importado y, por tanto, hay enormes dificultades. Aunque se
dispone de algunos datos, el único efecto que se puede medir es, en tanto
en cuanto el producto que se importa es competitivo de un producto, dónde
está la producción y, por tanto, el posible efecto que eso puede tener,
pero no tiene muchas características científicas.

Quiero decirle que nuestro interés es tan grande como el suyo en tener la
máxima información. Evidentemente, cuando se gobierna la máxima
información da posibilidades de decisión lo más ajustadas posibles. Lo
que quiero decirle es que tuvimos los informes que se podían tener. Los
informes no los hace el Ministro, por tanto, no es el responsable. Lo que
pretende el Ministro es tener siempre los informes mejores para poder
tomar decisiones. Tuvimos los informes que los servicios internos del
Ministerio fueron capaces de elaborar, así como los estudios que los
contactos con diferentes empresas fuesen capaces de realizar que valían
para algo, que no eran simplemente un conjunto de hojas de papel sin
ningún contenido. Quiero mostrar mi discrepancia sobre esa aseveración
del señor Aguirre. Ya lo hicimos el otro día, por lo que sólo es repetir
el mismo esquema.

Por lo que se refiere a que ha habido aspectos de la Ronda Uruguay que
causan perjuicios a algún subsector, es evidente. Fundamentalmente aquí
se producen dos efectos. Primero, el sector industrial estaba ya bastante
liberalizado. El efecto que sobre el sector industrial tiene la Ronda
Uruguay no llega al 10 por ciento del efecto que tuvo la entrada en el
Mercado Común y, por tanto, no significa ningún aspecto dramático. La
novedad de la Ronda Uruguay es que había dos sectores a los cuales no le
había afectado nunca la liberalización del comercio mundial y empieza a
afectarles: a uno totalmente en diez años, que es el sector textil.

Efectivamente, hay un aspecto importante que va afectar al sector textil,
en cuanto que pasa de un sistema de cuotas, como eran los acuerdos
multifibras, a, dentro de diez años y medio, la liberalización del sector
simplemente sometido a aranceles.

Al otro sector que afecta por primera vez y de una manera limitada es a
la agricultura. La agricultura sigue siendo un sector extraordinariamente
protegido, no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos, en Japón y
en otro conjunto de países. En la medida en que se va liberalizando algo
del sector agrícola, evidentemente los subsectores a los cuales algo se
les liberaliza son afectados. Eso nadie puede negarlo. La Ronda Uruguay
ha cerrado una etapa, se consiguió el acuerdo de que el período de paz se
prolongase, pero en un período máximo de siete o cinco años habrá que
empezar a renegociar una nueva fase en el sector agrícola.

Todos los países del Tercer Mundo pretenden una mayor liberalización del
sector agrícola y tienen una cierta razón a nivel mundial para pedirlo.

La política del Fondo Monetario y de las instituciones occidentales ha
sido la siguiente: dedíquese usted a producir aquello para lo que es
usted competitivo, elimine las subvenciones del mecanismo de
funcionamiento de su economía y haga aquello en lo que es competitivo a
nivel mundial. Los países del Tercer Mundo en muchos aspectos se han
dedicado a la producción agrícola. Los países desarrollados desde el
Banco Mundial les lanzamos ese mensaje, pero luego les establecemos unas
limitaciones para entrar en nuestros mercados y no pueden vendernos lo
que producen. Es un mensaje tan contradictorio a nivel mundial que,
evidentemente, es insostenible. Por tanto, tendremos que ir dando pasos
progresivos si no queremos que la gente se vaya muriendo de hambre en
todo el tercer mundo, para ir liberalizando el sector agrícola, y eso
tiene unos efectos.

En consecuencia, yo no niego que haya efectos sobre el sector agrícola;
lo que digo es que no hay efectos dramáticos. Evidentemente, cualquier
proceso de liberalización en unos sectores tan protegidos, y donde a
nivel mundial somos poco competitivos, va a tener efectos, ya que en el
sector agrícola el peso de la mano de obra tiene un peso importantísimo y
el coste de la mano de obra en Europa es mucho más alto del que pueda ser
en Chile, Argentina u otro conjunto de países.




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Con respecto a quiénes fueron beneficiarios de la Ronda, yo creo que --y
se lo decía también en la otra intervención-- ahí hay muchos aspectos
publicitarios. A lo mejor nosotros no sabemos vender las cosas que
hacemos. Eso parece que es un mensaje que figura hoy bastante en los
medios de comunicación y a lo mejor en la Ronda Uruguay tampoco lo hemos
sabido vender.

Usted decía que Francia ha sido uno de los grandes beneficiarios. Yo le
pongo como ejemplo que una de las candidaturas a las elecciones europeas,
la del señor De Villiers, ha tenido como argumento fundamental el rechazo
de la Ronda Uruguay del GATT como perjudicial para ecoagricultura
francesa y consiguió el 12 por ciento de los votos, cuando no estaba
apoyado por ninguno de las partidos ni por nadie.

Quiero decir con esto que todos los países, aquellos a los que les ha
tocado alguna de sus protecciones, se consideran perjudicados.

Evidentemente. Lo que quiero decir es que en un país al que usted
considera beneficiario hay un 12 por ciento de la población que considera
que la Ronda Uruguay del GATT le ha perjudicado de forma notable, porque
era casi el elemento más llamativo y más de impacto de toda la campaña
electoral del señor De Villiers.

En nuestro país hay sectores y subsectores que evidentemente pueden
sentirse perjudicados, pero pasa también en los países que usted
considera ganadores en la Ronda Uruguay. Yo creo que en la Ronda Uruguay
no ganó nadie y no perdió nadie, y ése es el aspecto positivo de la
Ronda: que tuvo un nivel de equilibrio razonable y que, por tanto, a
todos los países les produjo algún margen de beneficio y algún margen de
perjuicio.

Con respecto a Portugal y al sector textil, claramente ya se lo dije la
otra vez. Lo de Portugal fue una trampa en solitario. Es decir, si los
portugueses quieren creerse que han salido benficiados, está muy bien,
pero evidentemente les dieron fondos que iban a ir a Portugal por una vía
en vez de por otra. Eran parte de los fondos de cohesión y estructurales
que iba a utilizar la Comisión en Portugal para cubrir al Gobierno
portugués en un tema que no gustaba a nadie, como había sido la
negociación del textil, que era evidente, sobre todo en el tema que
considerábamos que eran las contrapartidas: la apertura de terceros
países, sobre todo Estados Unidos y los países de Oriente, con unos
resultados concretos en eso. Se le buscó una solución a un país en el que
el peso del sector textil sobre su economía es mucho más alto que en los
demás.

Dice usted que el documento que le hemos dado está cargado de optimismo.

Yo creo que no, creo que es un documento bastante realista, que pretende
hacer una estimación comparativa, porque creemos que es muy difícil
hacerla sobre elementos cuantitativos con el efecto que tuvo hace pocos
años y donde se resaltan algunos aspectos de los que usted ha dicho como,
por ejemplo, el efecto negativo sobre las exportaciones españolas, que ha
tenido un tipo de cambio sobrevalorado, cosa que es evidente y que,
además, visto «a posteriori», resulta aún más claro. Es decir, nadie
puede discutir hoy, ni siquiera aquellos que defendieron la política de
ese tipo de cambio, que en aspectos de comercio internacional no haya
tenido un efecto negativo. Por tanto, lo que decimos es que si el desarme
que se produjo el año 1986 y en las circunstancias en que se produjo, con
un tipo de cambio devaluado en los últimos años, ha producido ese efecto,
lo que puede producir en estas circunstancias y con estas realidades es
que la Ronda Uruguay sea esto otro. Creo que eso es lo que el documento
resalta en los anexos por cuadros que usted habrá podido ver.

Usted hace una afirmación en el sentido de que acrecientan el problema de
la competitividad. No me parece exacta la afirmación. Lo que plantean es
la competitividad como prioridad número uno de la empresa y no otro
problema, aunque a lo mejor lo he dicho yo. Digo que plantea la
competitividad como el problema número uno de la empresa ahora mismo y,
por tanto, cualquier política económica (lo decía en mi intervención y
con esto también contesto al señor Molins) o macroeconómica tiene que
desarrollarse en un marco favorable a la empresa. Es decir, no porque
frente al posible debate empresa-trabajador asumamos el lado de la
empresa, sino porque la unidad que crea empleo es la empresa, y si la
empresa no genera beneficios o pierde dinero, lo que está anunciando es
despidos y, por tanto, menos empleo. La empresa tiene que ir bien y, a
partir de ahí, ya vendrá el debate trabajador-empresario de cómo
distribuirse la renta que la empresa genera. El problema es que una
empresa que no va bien y que pierde dinero y mercado es un anuncio de
paro y de despidos.

Desde ese punto de vista, una política, aunque sea una política
socialista o socialdemócrata, tiene que establecer un marco favorable a
la empresa como único elemento de una política de creación de empleo. En
ese sentido, evidentemente, nosotros estamos de acuerdo con muchas de las
medidas que planteaba el señor Molins, y con algunas más que no ha
planteado. Yo creo que hay elementos importantísimos para la
competitividad que el señor Molins no ha planteado, como son todos los
problemas de I+D y todo el tema de formación, y específicamente formación
profesional, cuestión en la que este país --no este Gobierno-- tiene un
problema muy serio, porque no es sólo de política gubernamental sino de
conciencia social con respecto al papel de la formación profesional.

El tema de la formación profesional es uno de los elementos clarísimos
donde se ve que el mercado no asigna recursos de forma perfecta, porque
clarísimamente un fontanero gana más dinero que un licenciado en
filosofía y letras y, en cambio, la gente se va a la Universidad y no
quiere ser fontanero. Es decir hay una valoración social que está por
encima de lo que es la mera asignación de recursos económicos. Esto
quiere decir que ahí hay problemas muy serios.

En cualquier caso, y yendo al tema del cuadro macroeconómico, el señor
Molins sabe perfectamente que soy ardiente defensor desde hace meses, por
lo menos desde que soy Ministro, del cambio del IVA por cotizaciones de
la Seguridad Social, y ya lo he defendido en público en numerosas
ocasiones, algunas veces inclusive con un debate con mi colega de
Gobierno el Ministro de Economía. Yo creo que la forma de que protección
social no la paguen sólo los productos fabricados en España es que tenga
una



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mayor parte de financiación vía Presupuestos Generales del Estado y que
esa parte sea al mismo tiempo vía financiación impuestos indirectos, para
que el producto importado contribuya a pagar el sistema de protección
social.

Mi discrepancia con el Ministro de Economía es que él dice que el IVA
todavía es un impuesto que está poco rodado en España, que los niveles de
gestión no son óptimos y que, por tanto, cuanto más hagas crecer el
impuesto más riesgo corres de que haya personas interesadas en la
defraudación y que cuando está muy rodada la gestión tienes un problema
de mayor defraudación. No es tanto un problema de discrepancia en la
filosofía, en la cual estamos de acuerdo, porque además, y sobre todo en
los niveles salariales más bajos, las cotizaciones sociales actúan como
un impuesto al trabajo. Por consiguiente, no van tanto en el problema del
concepto como en la aplicación y en la gestión de un Ministro que tiene
problemas serios con el déficit y que entonces, por prudencia, no puede
tomar medidas que le puedan generar un riesgo significativo de
crecimiento del déficit. Esto quiere decir que en política
macroeconómica, como en la mayor parte de las cosas que ha planteado el
señor Molins, estamos de acuerdo.

Al señor Espasa le agradezco que haga la valoración de que en la
negociación actual se han superado errores de otras negociaciones. Quizá
se hayan cometido errores, pero muchas veces de los errores te das cuenta
«a posteriori». Muchas veces a la hora de negociar no tienes los
elementos. Primero, a veces no puedes conseguir cosas que ya sabes que no
puedes lograr. La negociación te deja siempre plumas, pero hay veces que
inclusive no te das cuenta de la importancia que tienen las cosas hasta
que luego ves en la práctica los agujeros que producen o dónde están los
problemas. Yo creo que en la estrategia negociadora del Gobierno español
hubo elementos importantísimos de cambios --lo dije en la anterior
intervención-- en el mecanismo de funcionamiento de la Unión Europea.

Desde los cambios de calendario que, evidentemente, seguían protegiendo
al Norte de Europa de la producción del Sur, de nosotros, a cambios en
los sistemas de mecanismos de protección comercial de la Unión Europea,
que no eran temas estrictamente GATT sino temas internos de gestión de la
Unión Europea. Lo que también les puedo decir es que va a haber un mayor
estudio del impacto por sectores.

Se ha puesto de manifiesto que los servicios tarifarios han de ser
proporcionales a la capacidad exportadora de las diferentes comunidades.

Es evidente que ha de ser así, puesto que no tiene sentido contar con
igual servicio territorial en Cataluña, por poner un ejemplo, que en
Extremadura, sin que ello suponga ningún demérito para Extremadura sino
simplemente que su importancia económica y su importancia de cara a la
exportación no es la misma; es algo en lo que estamos absolutamente de
acuerdo.

Ha habido dos intervenciones relativas a los créditos concesionales y los
créditos FAD que creo que han podido generar confusión y que me gustaría
aclarar. El FAD, aunque se denomina Fondo de Ayuda al Desarrollo, es un
sistema que fue creado en el año 1976 como crédito a la exportación,
mediante el Decreto-ley de Fomento de Medidas Económicas para la
Exportación, y lo que hace es financiar la exportación de bienes y
servicios españoles, haciendo mención a que excepcionalmente se podrán
financiar bienes y servicios de otro origen; es un mecanismo para la
financiación a países por debajo de una cierta renta de bienes y
servicios españoles y el retorno es del cien por cien. No es que no haya
retorno, es que yo financio en operaciones normales (ha habido muy pocas
excepcionales en toda la historia del FAD, que yo recuerde tan sólo tres
operaciones de venta de azúcar en las que se financiaron bienes no
españoles) y, por tanto, el retorno es del cien por cien porque yo sólo
financio la parte que es española. Solamente se ha utilizado para
material de doble uso --cuando se habla de material de defensa muchas
veces hay que tener un cierto cuidado-- un seis por ciento del total de
los FAD. ¿A qué llamo material de doble uso? A camiones y aviones,
fundamentalmente. Evidentemente, cualquier persona que conozca un país
del tercer mundo sabe que un camión o un avión de transporte, porque
nosotros no fabricamos aviones estrictamente militares, aunque el
comprador sea el Ministerio de Defensa, es utilizado por el Ejército, que
es el que hace de mecanismo integrador en países que no se caracterizan
precisamente por sus infraestructuras; es el que distribuye alimentos en
caso de problemas, etcétera, pero aun aceptando que los clientes sean los
ministerios de Defensa y que por tanto sea material de doble uso, no es
material directamente militar. Además sólo ha sido el seis por ciento lo
que se ha dedicado a ello.

Al señor Molins he de decirle que estoy de acuerdo en que hay que
plantearse un objetivo. Lo que pasa es que, al no gestionarlo
directamente y depender de las empresas, siempre hay que hablar de ello
como un «objetivo», entre comillas. No es lo mismo el objetivo que se
fija una institución que el que se fija una empresa, como es el
crecimiento a la exportación, puesto que la primera está fijando un
objetivo a la exportación española cuyos agentes son las empresas. Yo
creo que, en un período breve, hay que llegar al 25 por ciento para
ponernos al nivel de los países de nuestro entorno; hemos tenido un nivel
de internacionalización históricamente más atrasado y vamos con un cierto
«gap», pero vamos recuperando terreno, en todos estos parámetros, de
forma muy rápida.

En el marco general estoy de acuerdo en que es necesario impulsar la
inversión con un tipo de cambio realista, estoy de acuerdo también en lo
relativo a la reforma laboral y, en cuanto a la Seguridad Social, ya
hemos hablado de su financiación a través de un porcentaje mayor de
impuestos indirectos.

En el terreno fiscal ha planteado el tema de las empresas individuales,
que tienen un problema mucho más serio detrás ya que somos el país que
tiene un «gap» más alto entre el Impuesto de Sociedades y el marginal del
IRPF. Es decir, los 21 puntos de diferencia entre el 56, que además en
declaraciones individuales es muy bajo porque es a partir de los nueve
millones y medio, y el 35 por ciento de Sociedades generan que, al final,
los impuestos los paguen la clase media porque toda persona realmente
rica tributa por sociedades; ésa es una realidad que, como todo tema
fiscal, hay que modificar con muchísima prudencia para no generar
problemas de déficit por falta de ingresos, en un



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momento en el que la lucha contra el mismo es algo sustancial en la
política económica. Evidentemente, el Gobierno es consciente de que,
mientras haya 21 puntos de diferencia, ahí se generarán siempre
problemas, se generarán distorsiones del sistema económico y del sistema
fiscal.

Pretendemos jugar un papel importante en la Organización Mundial de
Comercio, porque es una de las pocas instituciones internacionales en la
que vamos a estar presentes en el momento de su constitución. España, por
su aislamiento internacional, casi siempre ha estado fuera cuando se han
constituido las instituciones mundiales, y lo que ahora pretendemos es
contar con una mayor presencia en la Organización Mundial de Comercio,
tanto a nivel de funcionarios como a nivel de presencia en la misma.

En algunas de las cosas que planteaba el señor Molins, como puede ser el
control de aduanas en frontera y el fraude que pueda producirse, estamos
absolutamente de acuerdo. Lo que pasa es que no es fácil controlar las
fronteras de Holanda, por poner un ejemplo de los países que todos
intuimos que son los mayores defraudadores en el tema de aduanas;
tendríamos que probar que efectivamente ese fraude se está cometiendo,
algo que es muy difícil de demostrar. Yo he pedido a todos los sectores
que, cuando me denuncien este tipo de problemas, me aporten pruebas
porque si me presentan una denuncia sin pruebas yo no puedo transmitirla
más que como un comentario a la Comisión Europea y, por tanto, es muy
difícil que se puedan tomar medidas sobre ello. Todos tenemos la
intuición de que hay países que tienen estrategia comercial y que van a
dar muchas más facilidades a la entrada de productos porque no les
importa y porque son países sin estrategia productora. El más evidente es
Holanda y el puerto de Roterdam, pero no resulta fácil luchar contra ello
sin pruebas de que se está cometiendo fraude.

En el tema del Consejo de Administración del ICEX se está produciendo una
importante reforma en la estructura del mismo y sobre todo en el papel
que han de jugar las comunidades. El problema que se plantea es que
existen 17 comunidades pero, evidentemente, tiene que haber mecanismos
que resuelvan el asunto. Mi experiencia anterior en Deportes es que
conseguimos llegar a tener una Comisión Directiva del Consejo Superior de
Deportes con participación de las comunidades, sin que fuesen las 17; por
tanto, se pueden buscar sistemas de acuerdo que permitan la participación
de las comunidades autónomas con criterios razonables. Los sectores
exportadores ya están, hay una representación empresarial significativa
en el Consejo del ICEX. Creo recordar que están Ferrer-Freixenet, está
también Lladró; es decir, un conjunto importante de empresas
exportadoras. Lo que no hay son comunidades autónomas ni Cámaras de
Comercio.

Yo creo que las empresas receptoras de las ayudas no son las grandes, son
las medianas. Lo que pasa es que cuando se habla de pymes se mezclan dos
cosas que no tienen nada que ver. Los grandes exportadores españoles son
las empresas de automóviles, Repsol, etcétera, que no reciben ayudas,
entre otras cosas porque no las necesitan, y los grandes receptores de
las ayudas son las empresas medias tirando hacia arriba, porque son las
que tienen la dimensión suficiente para ser capaces de reclamar esas
ayudas y de gestionarlas bien. Cuando se habla de pymes no se tiene en
cuenta que no se pueden mezclar las pequeñas y las medianas empresas
porque hay muchas cosas en las que no tienen nada que ver, aunque
legalmente todas las grandes receptoras de ayudas estén clasificadas como
pymes. Lo que pasa es que son el sector más grande de las medias
catalogadas como pymes. Por tanto, el esfuerzo hay que dirigirlo hacia
las empresas pequeñas y hacia el segmento pequeño de la empresa donde,
efectivamente, por muchos motivos, entre otros por su propia dimensión,
tienen mucha más dificultad para el acceso a las ayudas oficiales.

De todas maneras, respecto a los FAD siempre hay una falacia cuando se
dice que benefician sólo a las empresas grandes. Los adjudicatarios de
los FAD son las empresas grandes, pero por un motivo muy concreto: que
los FAD son créditos Estado a Estado y normalmente no se hace un crédito
Estado a Estado por operaciones pequeñas. Por tanto, los créditos FAD son
siempre operaciones Estado a Estado, de una dimensión grande. Lo que
sucede es que detrás de cada proyecto grande --aunque el adjudicatario y
el gestor del proyecto sea una empresa grande-- hay un conjunto de
suministradores, que en algunos proyectos llegan a ser 200 y 300 pequeñas
empresas que suministran el gran proyecto, por lo que también esas
empresas resultan beneficiarias de los créditos FAD; aunque el
adjudicatario del FAD es una empresa grande, tiene un conjunto de
suministradores, que han de ser todos los productos españoles, que
resultan beneficiarios del FAD en la misma medida que una empresa grande.

El problema es que no se hace un crédito Estado a Estado para proyectos
muy pequeños o para una pequeña exportación. Los FAD son un sistema de
financiación y un sistema de créditos Estado a Estado, con garantía del
Estado, lo que genera el que, por lo menos en primera instancia --el
receptor del crédito es el Estado comprador-- resulte difícil que el
gestor que recibe el FAD sea una empresa pequeña. Lo que sucede es que
los proyectos que se financian con FAD suelen ser grandes y hay
muchísimos suministradores, como decía.

En cualquier caso, sí tenemos una preocupación importante por el acceso a
todo el sistema de ayudas a la pequeña empresa. Pero es un tema --y
supongo que lo habrán hablado también en la comparecencia del Ministro de
Industria-- que por más medidas que se toman no resulta fácil solucionar,
porque hay un mecanismo de incomunicación entre la pequeña empresa, por
su propia dimensión, y las estructuras administrativas que resulta
sistemáticamente difícil de vencer.

Respecto al marco financiero del programa, se discutirá en los
Presupuestos Generales del Estado. Lo que le pido al señor Molins, que
suele tener bastante mano en eso y no sólo al señor Molins sino a otros
grupos, es que nos echen una mano en ese asunto (Risas.), porque
evidentemente el marco financiero lo establecen los Presupuestos
Generales del Estado y, por tanto, ahí es donde se va a fijar.

Pretendemos tener un programa trienal, pero no resulta fácil que Hacienda
acepte programas a más de un año en todo el tema presupuestario. En la
medida en que seamos



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capaces de convencer a Hacienda de que esto es una excepción que necesita
una programación plurianual intentaremos hacerlo, pero como son muchos
los que intentan convencerla de eso, a veces no resulta fácil.

La participación en los programas de la Unión Europea y de las
instituciones multilaterales es un tema muy importante. Para ser justo y
exacto, lo que quiero decir --porque lo pienso, aunque pueda resultar un
poco duro para las empresas-- es que las empresas españolas no se
presentan. Y probablemente no se presentan porque para exportar lo que
quieren exportar no necesitan financiación de este tipo de instituciones,
que siempre es más complicada de conseguir que la financiación española.

Es decir, en la medida en que tuviésemos un volumen mucho mayor de
exportación y los recursos financieros estrictamente españoles no diesen
abasto, las empresas irían con mayor ahínco a las instituciones
multilaterales o a los programas europeos, pero como en general para lo
que exportamos el mecanismo financiador español da de sí bastante,
resulta que no van. Así pues, el problema del retorno, ahí, no es de los
funcionarios españoles, no es un problema del Gobierno español. En
algunas instituciones multilaterales incluso tenemos funcionarios
específicamente para apoyar a las empresas españolas a fin de que se
presenten a esos proyectos, pero el problema es que se presentan
poquísimas, porque hasta ahora no les ha sido necesaria la financiación
multilateral para la exportación que realizan.

En la medida en que los FAD van reduciendo su campo de acción, por
acuerdo OCDE, en la medida en que hay otro conjunto de mecanismos
financieros que van a ir reduciendo su efecto, las empresas españolas van
a tener que acudir mucho más a los mecanismos multilaterales de
instituciones multilaterales de financiación y, por tanto, esperamos que
eso fuerce el crecimiento de los retornos y de los mecanismos
multilaterales.

Otra idea interesante que planteaba es el servicio civil sustitutorio en
comercio exterior. Lo hemos planteado en la Ley... ¿Cómo se llama?,
porque la ley se llama de otra manera. (El señor Molins i Amat: Ley de
Prestación Social Sustitutoria.) El problema fundamental que tiene en
España este asunto es el de a qué disciplina están sometidos --no se
trata sólo del dinero-- las personas que prestan el servicio civil
sustitutorio, porque en la medida en que no haya ningún sistema
disciplinario nadie las quiere. Cuando se cuenta con un señor para que
desempeñe un trabajo y si no tiene ningún sistema de disciplina, va el
día que quiere y no va el que no quiere, etcétera, al final, en vez de
ayudar crea problemas. Y eso está pasando no sólo en esto, que no ha
habido experiencia, sino en otra serie de sitios donde ya ha habido
incorporaciones de objetores de conciencias para desarrollar la
prestación social sustitutoria y que en vez de aportar una ayuda lo que
han hecho es crear problemas a la institución al no haber ningún
mecanismo disciplinario. En cualquier caso, estamos abiertos a eso, lo
hemos solicitado y, por tanto, va a haber posibilidad de ello, pero sí
vemos que tiene que haber algún sistema que permita garantizar que si una
persona cumple la prestación social sustitutoria en una oficina comercial
venga todos los días a trabajar y contribuya con su trabajo a su
funcionamiento, de forma ordenada, como cualquier otra persona. Por
tanto, algún sistema de disciplina normal --no pedimos un sistema
disciplinario como el militar, pedimos un sistema disciplinario como el
civil-- tiene que haber.

Al señor Mauricio quiero decirle que no hay novedades sobre la OCM del
plátano. El tema está en el Tribunal Europeo y supongo que no tendremos
noticias en un plazo breve.

En cuanto a los calendarios de hortalizas no creo que vaya a haber
problemas. Seguimos con la negociación con Marruecos, de cómo van a
entrar los productos marroquíes, de qué forma y con qué aranceles, pero
en cualquier caso ya sabe, porque ya lo hablamos en otra ocasión, cuál es
nuestra posición sobre ese asunto.

Efectivamente, creo que tiene razón en que hay que crear pronto el
consejo asesor de la exportación en Canarias, que sea un consejo
territorial asesor de la exportación, que hasta ahora no lo habíamos
creado, pero comparto esa idea.

Al señor Albistur le agradezco su elogio sobre el paquete de medidas.

Tenemos --y pretendemos tener-- una relación muy estrecha con las
comunidades autónomas exportadoras, y en el caso del País Vasco, además,
por las características de la Consejera, tenemos una relaciones
estrechísimas, porque es extraordinariamente activa. Estos días está en
Chicago aprovechando toda la promoción turística que estamos haciendo en
el marco del Mundial de Fútbol. Estamos continuamente llevando a cabo
acciones conjuntas tanto en el campo de la exportación como en el del
turismo y tenemos un entendimiento muy estrecho.

El tema de las pymes ya lo hemos hablado e insisto que el problema no es
de las medianas sino de las pequeñas empresas, que es donde,
efectivamente, resulta más difícil hacer a veces accesibles los sistemas
de ayudas.

Creo que en este momento --de todas maneras algún defecto habrá-- la
información para el empresario tiene tantos puntos de acceso que a lo
mejor el problema es que eso le marea y por eso no accede a ella. Lo que
quiero decir es que en este momento, para información de ayudas a la
exportación, hay mecanismos en todas las cámaras de comercio, en todos
los organismos de las comunidades autónomas, en todos los puntos de la
red territorial del Ministerio, y hay una información que está bastante
mecanizada y que la puede obtener, por tanto, vía mecanizada, vía
folletos o vía verbal. Lo que pasa es que hay un tipo de empresa pequeña
cuyo problema no es sólo frente a la exportación, es que tiene un
mecanismo no abierto --por tanto, cerrado-- con las administraciones
públicas, en general, para la exportación o para las ayudas a las pymes o
para lo que sea.

En cualquier caso, desde el punto de vista de la exportación no se trata
tanto y sólo de información, porque lo que nosotros queremos hacer con la
creación de los centros de ayuda a la exportación no es sólo informar
sino dinamizar.

Lo que pretendemos hacer es que en cada territorio haya un centro de
ayuda a la exportación, que conozca las empresas de su territorio, que
las visite periódicamente,



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que las anime a exportar y las asesore. Que les diga: Mire usted, con el
producto que hace podría ir a estos mercados y yo le podría ayudar a
hacer un plan de exportación. Es decir, pretendemos que el papel de la
Administración sea mucho más activo del que es normal y del que incluso
se le podría exigir en condiciones de normalidad. Pero como en este
asunto de la exportación o movilizamos a las empresa y las agitamos para
que salgan fuera o perdemos la oportunidad, creemos, por lo tanto, que
hay que ir más allá, es decir, no sólo prestarles un servicio pasivo sino
un servicio mucho más activo, y eso es lo que pretendemos hacer.

Nosotros tenemos bastante coordinación con Economía, lo cual no quiere
decir que estemos de acuerdo siempre. Además, creemos que es bueno que no
estemos de acuerdo. Cuando se creó este Ministerio a mí el Presidente me
dijo que era consciente de que la inexistencia del Ministerio de Comercio
había creado, por decirlo de alguna manera, una insensibilidad de la
Administración ante el problema de la empresa productiva, porque al
Ministerio de Economía la parte de Hacienda le pesa mucho y tiende mucho
a la abstracción y a la macroeconomía, y el de Industria tiene un peso
tan brutal con la industria en crisis y con las reestructuraciones,
reconversiones, el INI y todas estas cosas, que al final la empresa
productiva normal, la pequeña, aquella a la que le va bien o mal pero
lucha por sobrevivir, no tenía un mecanismo para transmitir sus
preocupaciones y sus problemas a la Administración y el Ministerio de
Comercio, donde se está midiendo día a día la competitividad
internacional de las empresas, tenía que ser ese cauce, lo cual quiere
decir que a veces y en la mayor parte de las cosas estamos de acuerdo con
el Ministerio de Economía, pero debo significar que a veces no estamos de
acuerdo; es decir, nuestra óptica, que es muy específica, a lo mejor está
en desacuerdo con algunos problemas, con la visión del déficit que tiene
el Ministro de Hacienda o con algunas de sus prioridades. Por tanto, no
hay uniformidad en la opinión y, además, creo que es bueno que no la
haya. Lo que sí hay es coordinación, tenemos una buena relación, nos
comunicamos bien y nos peleamos en el foro que tenemos que pelearnos, que
es sobre todo la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, y nos peleamos
lo normal entre ministerios que tienen enfoques diferentes.

Al señor Martín Mesa quiero decirle que vamos a seguir con las
negociaciones pendientes en servicios, que nos gustaría que en estas
negociaciones hubiese el máximo consenso posible social y político. ¡Qué
más quisiéramos nosotros que ir apoyados por el cien por cien de la
opinión pública española! Lo que pasa es que a veces no hay acuerdo cien
por cien entre las fuerzas políticas españolas sobre el ámbito de la
negociación.

En cualquier caso, yo creo que estos temas van a ir avanzando lentamente,
que el proceso de la integración de los servicios en un mecanismo
multilateral como el GATT o la Organización Mundial de Comercio llevará
tiempo. Es decir, para conseguir la situación actual del GATT en bienes
se ha tardado cuarenta y tantos años, y aunque en servicios no creo que
se tarde tantos años sí llevará un tiempo.

En el tema audiovisual tenemos la posición norteamericana, que sigue
siendo muy dura. Yo voy a entrevistarme esta semana con el señor Kantor y
tengo noticias de que uno de los temas que me va a plantear es el tema
del audiovisual y, sobre todo, de la ley española, pero vamos a seguir
defendiendo los derechos comunitarios y españoles en ese campo.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún Grupo parlamentario, muy brevemente, desea
hacer alguna matización? (Pausa.)
En primer lugar, tiene la palabra el señor Aguirre, en nombre del Grupo
parlamentario Popular.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Señor Ministro, en la prensa de hoy un
compañero suyo de partido dice que ustedes han hecho una política
socialdemócrata, pero que la han explicado de forma tecnocrática. No sé
si ahí radica el problema que tienen ustedes en el mensaje para conseguir
colocar con un grado de aceptación sus negociaciones internacionales.

Nosotros queremos insistir, en este turno brevísimo, que esta
comparecencia ha sido en cierta manera atípica porque por parte de los
demás Grupos ya de alguna manera se han esbozado las propuestas de
resolución, propuestas de resolución que el Grupo Popular, en número de
33, presentará hoy y que defenderá en el turno que corresponda el próximo
día en la Comisión de Economía. Queremos señalar en este sentido que será
ahí donde valoraremos las medidas de apoyo a la exportación que usted ha
presentado.

Sí podemos anticipar que nos parecen unas medidas de apoyo llenas de
buena voluntad y vacías de soporte presupuestario. Como bien decía usted,
veremos quién tiene más mano para que ese apoyo presupuestario sea real,
si los socialdemócratas de su Gobierno o la coalición socialdemócrata
liberal democristiana que soportará la defensa de esos Presupuestos.

Por último, hemos notado con preocupación en su intervención la falta de
uniformidad que existe entre Hacienda y Comercio. De alguna manera, la
preocupación la tenemos que subrayar en el sentido de que no sé si
estamos ante una política de Hacienda que trabaja en un plano distinto a
lo que necesita realmente el tejido productivo, que en este caso parece
que podría venir defendido por el Ministerio de Comercio. En cualquier
caso, esta falta de uniformidad tenemos que reconocer que nos preocupa.

En relación con la afirmación que usted realizaba en su anterior
comparecencia y que yo me he permitido citar (figura en la página 6.318
del «Diario de Sesiones» del 18 de mayo), usted, al contestarse a sí
mismo a la pregunta de cuál es el futuro de España y qué problemas, por
tanto, va a plantear esto a España, se respondía: «El problema
fundamental es que esto va a acrecentar el problema que tiene ya la
empresa española y que tiene que resolver, que es su competitividad
internacional.»



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, tiene
la palabra el señor Espasa.




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El señor ESPASA OLIVER: Intervengo muy brevemente, señor Presidente,
señor Ministro, primero para señalar un aspecto que he olvidado en mi
primera intervención y, segundo, para reiterarle una pregunta a la que
usted finalmente no me ha contestado. Sí se ha referido al tema
--contestando al portavoz socialista-- que había planteado yo del máximo
consenso posible en la negociación en GATT, es decir, servicios y los
cuatro grandes temas que quedaron apartados en Marrakech y, por lo tanto,
me doy por satisfecho. Quisiera saber su opinión, si puede ser.

En una de nuestras propuestas de resolución, quizá la que consideremos
más importante y que tuvimos ocasión de debatirla usted y yo mismo en la
otra comparecencia, pedimos al Gobierno español y a España que por sí
misma y como miembro de la Unión Europea tenga la máxima actitud
vigilante para que la Organización Mundial de Comercio sea de verdad una
organización multilateral y que, por lo tanto, estemos ojo avizor a que
determinados países --me estoy refiriendo, naturalmente, a Estados
Unidos-- no quieran hacer un uso defensivo u ofensivo de su propia
legislación, la famosa 301, y, a la vez, que seamos también país líder,
en la medida de las posibilidades que da el necesario acuerdo
institucional internacional muchas veces, en la impulsión de la cláusula
social, entendida no como una barrera proteccionista sino como la
progresiva homogeneización del entorno social de la producción y la
extensión paulatina de similares derechos sociales a todos los países
miembros de esta futura Organización Mundial de Comercio.

Sabemos que una cosa es el proyecto político (nosotros tenemos ahí un
índice de referencia clarísimo) y otra cosa es lo que en la práctica
podemos avanzar, pero pediremos al Gobierno, al país y a España como
Estado que sea líder en esta preocupación.

La pregunta a la que usted no me ha contestado, y sí me gustaría tener
noticia de ello para en su caso poder variar o no nuestras propuestas de
resolución, es la referente al tema de la fiscalidad. Podríamos estar de
acuerdo con las propuestas del Gobierno si de alguna forma nos
garantizase una cierta compensación por la imposición de sociedades
extranjeras en nuestro país; es decir, que esto no vaya a aminorar de
forma sustancial el rendimiento fiscal del Impuesto de Sociedades.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Molins.




El señor MOLINS I AMAT: Señor Presidente, estoy de acuerdo con el señor
Ministro --yo mismo lo decía-- en que lo del objetivo del incremento de
la exportación es un «objetivo», entre comillas, pero creo que es muy
útil que nos lo pongamos para que cada cual, en nuestra esfera,
implementemos después lo que sí depende de nosotros para alcanzar ese
objetivo. Es bien cierto que del Ministerio de Comercio y Turismo no
depende que las exportaciones crezcan o no un 25 por ciento, pero también
es cierto que el Ministerio de Comercio y Turismo puede hacer mucho para
que, del conjunto de personas de las que depende que las exportaciones
crezcan un 25 por ciento, se consiga o no se consiga.

Estoy muy de acuerdo con él en el tema de la incomunicación. El señor
Ministro, muchos miembros de esta Comisión y yo mismo en mis
responsabilidades anteriores, cuando predicamos por ahí y explicamos a la
gente aquello de que hoy en día, con la apertura de mercado, nadie puede
conformarse con vender en el pueblo de al lado de donde está produciendo
sino que ha de ir a vender fuera, no por vender fuera sino porque si no
consigue vender fuera dejará de vender en el pueblo de al lado, pues su
producto dejará de ser competitivo, ante eso, la gente te mira y se dan
un golpe en la frente con aquello de «¡Ahí va, los ÔÔdonutsÕÕ!», pero
cuando salen de esa conversación, se olvidan, porque su experiencia,
probablemente, no les dice que esto todavía sea así. Pero eso va a ser
así y, por tanto, pocas cosas más importantes tiene en sus manos el
Ministerio de Comercio y Turismo que hacer que ese sentimiento llegue a
toda la sociedad, y ahí es donde debería dedicar más recursos: a
conseguir que ese sentimiento de la necesidad de plantearse que cualquier
producto debe ser competitivo en cualquier área del mundo es
imprescindible para la subsistencia de nuestro sistema productivo, y ello
creo que debería tener una enorme prioridad en los programas el
Ministerio de Comercio y Turismo.

Sobre control de aduanas, señor Ministro, con que consiguiéramos, por
parte de la Unión Europea, el mismo esfuerzo y la misma eficacia en el
control de las aduanas de los que está consiguiendo el comisario de la
competencia, tendríamos suficiente. Yo he leído en la prensa que el
comisario de la competencia ha llegado a coger a determinados directivos
de empresas y mirarles su agenda para ver si tenían alguna cita con un
empresario de su mismo sector para concertar precios o concertar
mercados. ¿Por qué no hacemos eso con la defensa de las fronteras? ¿Por
qué no consigue España --que es uno de los países que ha de estar
interesado en ello, conjuntamente con otros países tan importantes, por
ejemplo, como Francia o Italia-- que el comisario que tiene la
responsabilidad de la vigilancia de fronteras realice una lucha con la
misma intensidad y con la misma eficacia, sobre todo, que la que tiene el
comisario de la competencia, que me parece muy bien, además, que lo haga?
A eso me refería: a incrementar nuestro peso en la Unión Europea, porque
ciertamente no es sólo competencia nuestra.

Cuando me refería a los controles en el mercado interior, precisamente
era buscando esas pruebas, de las que el Ministro, con toda la razón,
dice que sin ellas difícilmente podrá conseguir el control del fraude en
fronteras. Probablemente los propios sectores pueden dar información,
pero también una buena inspección, que ya sé que tiene mucho que ver con
las competencias de las comunidades autónomas --lo sé, señor Ministro--,
y hasta ahora eso no existía, porque ese control se hacía en fronteras.

Para ello hay que implementar un nuevo sistema o una nueva coordinación o
colaboración entre los sistemas de inspección que son competencia de las
comunidades autónomas, y los que siguen siendo --por ser competencia
exterior-- del Ministerio.




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Podríamos discutir mucho sobre quién recibe ayudas. Yo sigo pensando,
señor Ministro, que las grandes empresas son las más exportadoras --usted
mismo lo decía-- y, directa o indirectamente, reciben ayudas para
asistencia a ferias, para otras cosas; muchas, las más importantes,
probablemente porque son las que más exportan, y como suele ser
proporcional una cosa y la otra, son las que reciben más ayudas, señor
Ministro. Siguen siéndolo, creo yo. Quizás con datos, que usted conozca y
yo desconozco me podría demostrar lo contrario, y me llevaría una
alegría, pero no estoy seguro, porque lo que sé es que las pequeñas
empresas tienen poco acceso a las ayudas, insisto, probablemente no por
culpa del Ministerio sino por culpa de esa falta de mentalidad
exportadora de las empresas. Es una realidad a la que tendríamos que
intentar buscar solución.

Me pedía una mano en los Presupuestos. No una, las dos. Pero piense una
cosa, señor Ministro: ya se la intentamos dar en los últimos Presupuestos
de 1994. Pero cuando los Presupuestos llegan al Congreso de los Diputados
podríamos decir que la suerte está echada, en el sentido de que usted
sabe que pedimos un incremento de 1.000 millones --imagine usted lo
miserable de la cifra comparada con el volumen total presupuestario--,
pero cuando llega al Congreso de los Diputados incrementar 1.000 millones
una partida significa disminuir en 1.000 millones otra, como usted sabe,
por la mecánica presupuestaria de la casa. Por tanto, cuando llegan aquí,
la suerte está echada. Si tenemos oportunidad, echaremos la mano antes de
que lleguen aquí; quizás, sí. En cualquier caso, sepa que ya lo hemos
hecho siempre, porque creemos que es absolutamente fundamental que
lleguen con otro concepto de ayuda y de disponibilidad presupuestarias
las actuaciones de su Ministerio, porque de nada sirve que el señor
Presidente le encargue una determinada función si después no le da
instrumentos para implementarla.

Sobre la prestación social sustitutoria tiene usted toda la razón. Usted
mencionaba ese problema del sistema disciplinario. Todos conocemos
anécdotas en ese sentido. Yo le planteo otra dificultad, que es que, por
definición, la prestación social sustitutoria no puede ser sustitutiva de
un puesto de trabajo remunerado y, por tanto, eso plantea ciertamente
otros problemas, y no los ignoramos. Pero copiar nos puede ser de mucha
ayuda; no hace falta que inventemos nada. ¿Por qué les funciona bien a
otros países de nuestra misma área? Nos gustaría ser como ellos, es
decir, no con modelos sociales menos desarrollados que los nuestros sino
más desarrollados. Busquemos cómo lo hacen otros.

Me decía el señor Ministro que no había hablado de formación y de
investigación y desarrollo. Tiene usted razón, como tampoco he hablado,
por ejemplo, de costes energéticos, etcétera, que también tiene una
incidencia directa sobre la competitividad de las empresas. Lo hemos
hecho en la Comisión de Industria, donde ayer se votaron las propuestas,
y pierda cuidado que en las propuestas ante esta Comisión también vendrán
los temas de formación, importantísimos, así como el tema de la
comunicación a la sociedad, a fin de que lleguemos a concienciarla de que
hay determinados trabajos y funciones en la sociedad tan útiles como
cualesquiera otros y que el mercado aprecia más que otros que tienen una
mayor valoración social. Probablemente también podremos echar una mano
para concienciar a la sociedad en el problema.

Respecto al I+D, al margen de que es nuestra costumbre --ya lo conoce el
señor Ministro porque viene de tiempo atrás-- intentar siempre
incrementar la desgravación que para inversiones en I+D tengan las
empresas, seguimos insistiendo en ese proceso; se ha llegado hasta donde
se ha llegado en los Presupuestos de 1994 e insistiremos en los de 1995.

Quiero hablar sobre una cuestión concreta, específica y pequeñita, pero
el señor Ministro sabe que muy importante. Determinados sectores
manufactureros, como el textil, la joyería, la juguetería, la zapatería,
investigación y desarrollo para ellos quiere decir diseño y muestrario, y
hoy no son consideradas como inversiones en investigación más desarrollo
de estos sectores ni el diseño ni el muestrario, cuando el muestrario no
es más que la plasmación directa del diseño, es decir, es desarrollo y el
diseño es investigación en esos sectores. El Ministerio de Economía y
Hacienda no considera que sean investigación más desarrollo y, por tanto,
no desgravan ni son actividades susceptibles de recibir subvenciones. Ahí
tiene otro ejemplo donde nos puede echar una mano el señor Ministro. Yo
le echaré las que quiera, pero usted tiene que empezar; sin embargo, no
hay manera. Sin ir más lejos, ayer, en la discusión en esta Cámara sobre
las propuestas de resolución del GATT en la Comisión de Industria, ésta,
que era una propuesta de nuestro Grupo Parlamentario, no pudo ser
aprobada porque no contó con los votos del Grupo mayoritario de la
Cámara, del Grupo Socialista. Reiteraremos esa petición el próximo
jueves, ya lo anuncio, pues entiendo que es muy importante.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, por último, el señor Ministro de
Comercio y Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): Señor
Presidente, quiero decir al portavoz del Partido Popular que, a veces,
utiliza palabras que convierten todo en negativo, porque no es
exactamente que las medidas estén vacías de soporte presupuestario;
tienen un presupuesto, que es el que ya tiene el Ministerio y, por tanto,
no están vacías. Es verdad que para llevarlas a su límite óptimo se
necesitaría un incremento presupuestario, pero no están vacías. Quiérese
decir que, evidentemente, si no tuviésemos ese incremento presupuestario,
habría que priorizar las medidas y probablemente alguna de ellas no
entrasen en vigor en su pleno funcionamiento.

Lo mismo le digo sobre la falta de uniformidad entre Hacienda y Comercio.

No se preocupe. Yo creo que es bueno que no haya uniformidad, y pienso
que cada uno debe aportar a un Gobierno los matices que su sector
incorpora. Yo he defendido siempre que es bueno que no haya acuerdo al
cien por cien entre un Ministro de Industria y un Ministro de Economía.

Me parece que es lógico. Forma parte del empleo de cada uno aportar
aspectos que



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implican, en muchas ocasiones, discrepancias en muchos detalles o en
algunas operaciones.

Evidentemente, mi posición en ese sentido es intentar hacer llegar la voz
de la economía productiva, y algunas veces la voz de la economía
productiva roza con el presupuesto o con otra cosa. Desde luego, sí le
digo que en las discusiones de presupuestos, en nuestro Gobierno y en
cualquier Gobierno del mundo, no hay uniformidad nunca. Es decir, todos
los ministros se pelean con el Ministro de Hacienda. Otra cosa es que
luego no acepte solidariamente la tarea de Gobierno que eso significa,
pero, evidentemente, todo ministro sectorial si tiene más dinero hace más
cosas o piensa que las hace.

Señor Espasa, la Organización Mundial de Comercio nace para ser
multilateral. Por tanto, ése es el objetivo. En mi anterior intervención
dije una cosa, y es que el éxito de la Organización Mundial de Comercio
dependerá de a qué jueguen los Estados Unidos, que en este momento es el
imperio dominante. Por tanto, aunque tenga un voto igual que los demás,
eso es una falacia, no mandan igual que otro país, aunque su
representación a la hora de votar será la misma. Es decir, si los Estados
Unidos quieren de verdad que la Organización Mundial de Comercio camine
para lo que se ha creado, caminará, y si no quiere, pues tienen una gran
capacidad para ponerle problemas y chinas en las ruedas. Evidentemente,
nuestra posición (en ese sentido sí es compartida al cien por cien por
los países europeos, es uno de los temas en los que no tenemos
discrepancias) es el objetivo de la multilateralidad.

En cuanto a la cláusula social, ya hablamos el otro día de dicha cláusula
y ya le dije cuál era nuestra posición. Nosotros --y creo que fue una
frase que utilizó S. S.-- somos partidarios también de europeizar Asia,
no de asiatizar Europa. El problema es que los países del tercer mundo
ven en la cláusula social, y sobre todo conforme se iba a plantear justo
a dos días antes de Marrakech, una barrera proteccionista, y aún mucho
más si la plantean los Estados Unidos de la forma que la plantearon.

Tienen una enorme susceptibilidad frente a la utilización por parte de
algunos países europeos --y sobre todo de Estados Unidos-- de esta
cláusula. Por tanto, yo creo que hay que avanzar lentamente,
prudentemente, pero hay que avanzar.

Al señor Molins le digo que los políticos tenemos algo de predicadores,
estamos predicando siempre lo que uno cree que es bueno para el país. Es
decir, es una forma, entre comillas, de «religión», guiar por dónde tiene
que caminar el país para mejorar su funcionamiento y, por tanto, para
mejorar el nivel de renta y de bienestar de los ciudadanos. Lo que pasa
es que unas veces llegas al ciudadano y otras no. Ahí está el reto de
llegar a los empresarios para convencerles de que tienen que salir fuera.

Yo comparto con él eso. También comparto con él el tema del control de
aduanas y del mercado interior. Por tanto, vamos a trabajar juntos en
eso. Quiero insistir --aunque tampoco creo que haya grandes
discrepancias-- en que los receptores de ayudas son las empresas medias.

Las 20 primeras empresas exportadoras no reciben ayudas ninguna. Me
refiero a las grandes empresas de automóviles, las grandes empresas
petroquímicas, es decir, Repsol, Cepsa, que son empresas que viven su
exportación al margen de la Administración. Pueden tener ayudas
indirectas, pero no reciben FAD en el 99 por ciento de los casos; ha
habido algún FAD de camiones para una operación. Además, la más gorda fue
la que firmó UCD, la famosa de Egipto. Por tanto, no ha habido
operaciones significativas de ayudas a las que son las 20 empresas más
grandes exportadoras. La ayuda se concentra fundamentalmente en empresas
que legalmente están consideradas como pymes. Lo que pasa es que son el
segmento más grande de las pymes.

Por otro lado, a lo mejor tengo una mala información, pero desde luego
cuando nosotros presentamos estas medidas la información que nos dio
Hacienda era que el tema del muestrario estaba resuelto. (El señor Molins
i Amat: No le haga caso.) Volveré a insistir sobre el tema de los
muestrarios, porque sí que compartimos con usted el que el tema de los
muestrarios tendría que estar resuelto.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Antes de concluir la Comisión, recuerdo a los señores portavoces que el
plazo de presentación de las propuestas de resolución acaba hacia las dos
de la tarde. Para favorecer el trabajo de la Mesa, que tiene que
calificar a primera hora de la tarde para que puedan disponer SS. SS. muy
rápidamente de las propuestas de resolución del resto de los grupos
parlamentarios para que las conozcan, les rogaría que presentaran sus
propuestas respectivas en la Comisión. Lo digo porque nos llegará antes a
la Mesa, y además puede ser relativamente más flexible y no poner el
reloj en cuestión de minutos. De esta forma los miembros de la Mesa
podríamos tenerlas a primera hora de la tarde para calificarlas y poder
suministrar a SS. SS., a lo largo del Pleno de esta tarde, todas las
propuestas de resolución de los grupos parlamentarios.

Les recuerdo que la Comisión de reunirá el jueves a las 16,30, o a
continuación de la hora de terminación del Pleno. Cuando digo al acabar
el Pleno es siempre pensando que éste, hipotéticamente, pudiera
trasladarse a la tarde. Suponiendo que el Pleno acabara a la una y media
del mediodía, que creo que no se va a producir, la reunión de la Comisión
sería a las cuatro y media de la tarde, porque esta Presidencia cree que
el debate posiblemente sea fructífero y complicado, en la medida en que
se van a presentar posiblemente bastantes propuestas de resolución.

Se levanta la sesión.




Eran las doce y treinta minutos del mediodía.