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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 196, de 09/05/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 196
P R E S U P U E S T O S
PRESIDENTE: DON RODOLFO MARTIN VILLA
Sesión núm. 11
celebrada el lunes, 9 de mayo de 1994



ORDEN DEL DIA:
Elección del Secretario Segundo de la Mesa de la Comisión de
Presupuestos. (Número de expediente 41/000019) 6090
Comparecencia del señor Secretario de Estado de Hacienda (Martínez
Robles), para informar:
--Sobre el déficit de Caja y la ejecución del presupuesto del Estado
durante el primer trimestre de 1994. A petición propia. (Número de
expediente 212/000678) (Página 6090)
--Sobre las posibles reformas contables a introducir por la Intervención
General del Estado. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC.

(Número de expediente 212/000560) (Página 6103)



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Se abre la sesión a las cuatro y cuarenta y cinco minutos de la tarde.




--ELECCION DEL SECRETARIO SEGUNDO DE LA MESA DE LA COMISION DE
PRESUPUESTOS. (Número de expediente 41/000019.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y Señores Diputados, el primer punto del
orden del día es la elección del Secretario Segundo de la Mesa de la
Comisión. Nuestro compañero el Diputado del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya don Felipe Alcaraz ha cesado
como miembro de esta Comisión de Presupuestos y, por tanto, también se
produce su vacante como Secretario Segundo de la Mesa de la Comisión. La
Mesa tiene conocimiento únicamente de la presentación como candidato,
para cubrir la vacante de don Felipe Alcaraz, de don Franco González
Blázquez. Aun cuando no hay otro candidato, de conformidad con lo que
establece el Reglamento de la Cámara tenemos que proceder a la elección
por papeleta del Secretario Segundo de la Comisión. El único candidato es
el Diputado, perteneciente también al Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, don Franco González Blázquez.

Vamos a dar unos minutos a los miembros de la Comisión para proceder al
señalamiento y a rellenar la papeleta correspondiente y procederemos a
llamar a los distintos Diputados y Diputadas. (Pausa.)
Señoras y señores Diputados, por el Letrado de la Comisión se irá
llamando por orden alfabético a las señoras y señores Diputados. Los
portavoces de los distintos grupos, en el caso de que haya sustitución de
unos diputados por otros, pueden indicar las sustituciones respectivas.




Realizada la correspondiente votación por papeletas, dijo:



El señor RIOS MARTINEZ: Don Felipe Alcaraz ha sido sustituido por don
Franco González.




El señor PRESIDENTE: Don Franco González que acuda a votar. (Pausa.)
¿Alguna Diputada o Diputado no ha sido llamado o, habiendo sido llamado,
se ha incorporado posteriormente y no ha podido votar? (Pausa.)
Señoras y señores Diputados, por el Vicepresidente de la Comisión se va a
proceder al escrutinio.




Realizado el escrutinio por el señor Vicepresidente (García Ronda), dijo:



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, ha habido 21 votos,
todos ellos favorables a don Franco González Blázquez, ningún voto en
contra, ninguna abstención y ningún voto nulo.

Felicitamos a nuestro compañero don Franco González por su elección como
Secretario Segundo de la Comisión y le invitamos a ocupar su sitio en la
mesa, al tiempo que agradecemos los servicios, cortos en el tiempo pero
importantes, de su antecesor don Felipe Alcaraz.




El señor González Blázquez ocupa su puesto en la mesa.




COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA, MARTINEZ ROBLES, PARA
INFORMAR:



--SOBRE EL DEFICIT DE CAJA Y LA EJECUCION DEL PRESUPUESTO DEL ESTADO
DURANTE EL PRIMER TRIMESTRE DE 1994. A PETICION PROPIA. (Número de
expediente 212/000678.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, vamos a dar comienzo a
la comparecencia del señor Secretario de Estado de Hacienda, señor
Martínez Robles, para informarnos del déficit de caja y de la ejecución
del Presupuesto en el primer trimestre de 1994.

El señor Martínez Robles tiene la palabra para su informe previo en
relación con la liquidación del Presupuesto en el primer trimestre de
1994.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): En líneas
generales, durante el primer trimestre de 1994 hemos asistido a un
crecimiento de los ingresos no financieros superior al previsto y a una
contención de los pagos de la misma naturaleza que está en consonancia
con la política presupuestaria que diseñamos a finales de 1993. Además,
los primeros indicios de recuperación económica empiezan a dejarse notar
en aspectos tales como el notable crecimiento experimentado en la
recaudación por el IVA, lo que parece indicar un mayor dinamismo en el
consumo privado.

Todo ello ha propiciado una significativa reducción del déficit de caja
no financiero del Estado, que paso inmediatamente a detallarles, pero en
todo caso, a pesar de esa satisfactoria evolución, yo creo que todavía
debemos ser prudentes y esperar a que se consolide en lo que resta de
año.

Como pueden ver en el cuadro de la página número 5 del cuadernillo, la
ejecución de las operaciones reales del Estado a lo largo de los tres
primeros meses de 1994 ha originado un déficit de caja no financiero de
613.500 millones, lo que supone un descenso del 21,8 por ciento en
relación al año anterior y 0,3 puntos menos en términos de PIB.

La principal razón por la que el déficit se ha reducido en 171.000
millones obedece a que la recaudación ha crecido un 17 por ciento
mientras los pagos lo han hecho tan sólo en un 8,6 por ciento.

En el favorable comportamiento de los ingresos han influido sobre todo
los incrementos en la recaudación del IRPF e IVA, en un 15,3 por ciento y
un 20,9 por ciento, respectivamente. Por su parte, el ligero avance de
los pagos se explica por el aumento del 10,3 por ciento de las



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operaciones corrientes, contrarrestado en parte por la disminución del 6
por ciento en las operaciones de capital.

Si al déficit de caja se le añaden los flujos monetarios derivados de la
variación neta de activos financieros se obtiene la necesidad de
endeudamiento. Este concepto no es otra cosa que los recursos que el
Estado necesita para financiar todas las actividades que ha ejecutado
durante el primer trimestre del año, sean éstas financieras o no
financieras.

En la parte inferior del cuadro de la página 6 pueden observar que las
necesidades globales de endeudamiento del Estado han disminuido en un
80,1 por ciento, lo que permite pasar de una necesidad de endeudamiento
de algo más de un billón de pesetas en los tres primeros meses de 1993 a
199.800 millones en ese mismo período del presente ejercicio. Esta
acusada reducción de la necesidad de endeudamiento tiene su origen, como
pueden ver en la segunda fila de ese mismo cuadro, en que los ingresos
por activos financieros han superado a los pagos por este mismo concepto
en 413.700 millones, mientras que en marzo de 1993 la evolución fue
inversa y los pagos excedieron a los ingresos en 221.000 millones. Esta
situación se ha producido como consecuencia de la disminución de 621.200
millones en los depósitos que el Estado tiene en el Banco de España que,
no obstante, permite seguir manteniendo una posesión acreedora del Tesoro
ante el banco emisor, ya que a finales del año pasado dicha posesión
acreedora estaba cifrada en algo más de un billón de pesetas.

El resto de las operaciones del PIB financiero han reflejado un
comportamiento desigual. La cartera de títulos-valores en poder del
Estado ha crecido tan sólo en 15.700 millones, minorándose un 62,1 por
ciento respecto al año pasado. Los flujos monetarios derivados de
préstamos concedidos a otros entes públicos se han situado en 258.300
millones, un 45,3 por ciento más que en 1993, y por otros conceptos de
carácter no presupuestario, básicamente devoluciones de anticipos
concedidos por el Estado a las Comunidades Europeas y a organismos
internacionales, los ingresos han superado a los pagos en 66.500
millones.

De todas estas operaciones las más significativas cabe encontrarlas en
los préstamos del Estado a la Seguridad Social por 226.500 millones.

Dentro de esta cifra, 86.200 millones van dirigidos a hacer efectiva la
cuarta parte del préstamo aprobado por la Ley de Presupuestos para
garantizar el equilibrio financiero y asegurar la adecuada ejecución de
la actividad propia de la Seguridad Social. El resto, 140.300 millones,
se corresponde con la última anualidad del préstamo que, como recordarán,
concedió el Estado al Insalud para sanear las obligaciones derivadas del
coste de la asistencia sanitaria generada hasta finales de 1991. Este
préstamo en 1992 ascendió a 280.600 millones y el año pasado supuso la
misma cuantía que en el actual.

En el cuadro de la página número 9 tienen el detalle de los instrumentos
que ha utilizado el Estado para financiar los 199.800 millones de
necesidad de endeudamiento. Creo que está absolutamente claro que el
proceso de sustitución de la deuda a corto plazo por deuda a medio y
largo que les he venido manifestando en anteriores comparecencias es un
fenómeno que ya se ha consolidado y que permite una notable estabilidad
en la financiación del Tesoro y un apreciable ahorro en los costes
financieros por los menores tipos de interés de esta clase de deuda.

Prácticamente todos los recursos captados en los distintos mercados
financieros proceden de deuda a medio y largo plazo. En conjunto, han
aportado un billón 47.000 millones. Estos fondos, junto con los obtenidos
a través de préstamos en moneda extranjera por 14.800 millones han
permitido, además de cubrir la necesidad de endeudamiento, disminuir la
deuda a corto plazo en circulación en algo más de 770.000 millones, toda
ella representada por letras del Tesoro, ya que los pagarés quedaron
totalmente amortizados el año pasado.

Vamos a entrar ya en la liquidación propiamente dicha del presupuesto del
Estado durante este primer trimestre. Empezando por los ingresos, en el
cuadro de la página 12 pueden ver los aspectos generales de la ejecución
de los ingresos no financieros. La recaudación del período que estamos
analizando se ha situado en tres billones 327.000 millones, lo que supone
un 17 por ciento de incremento de algo más de la cuarta parte de los
ingresos previstos para todo el año. Como ya les anticipaba, esta
positiva evolución responde, fundamentalmente, al comportamiento
expansivo, en un 16 por ciento, de los impuestos, si bien el resto de los
ingresos no financieros también crece un 17,8 por ciento.

El detalle de la recaudación por impuestos directos, con un total de un
billón 177.000 millones y un avance del 12 por ciento, aparece en el
cuadro de la página 14.

Los ingresos cuantitativamente más importantes por este concepto son los
correspondientes al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, que
crecieron un 15,3 por ciento, hasta absorber un billón 90.000 millones, y
los derivados del Impuesto sobre Sociedades que, con 68.600 millones,
disminuyeron un 23,3 por ciento.

En el aumento de la recaudación por el Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas existen tres factores que influyen positivamente y un
cuarto que los atenúa parcialmente. La mayor agilidad en la gestión de
las devoluciones de la pasada campaña de renta ha permitido que en
febrero de este año prácticamente todas las devoluciones se hayan
materializado, de modo que, al final del primer trimestre, las
devoluciones han sido inferiores en algo más de 70.000 millones respecto
al mismo período de 1993. Los otros dos factores positivos se reflejan en
el 7,4 por ciento de mayores ingresos por retenciones del trabajo
personal y en el 11,9 por ciento de mayor recaudación por retenciones del
capital mobiliario, hasta situarse en 874.700 millones y 301.000
millones, respectivamente. En todo caso hay que tener en cuenta que en
las retenciones del trabajo ha habido en torno a unos 5.000 millones de
ingresos por las comunidades autónomas y aproximadamente unos 8.000
millones de ingresos por deudas aplazadas de entes públicos.

En los ingresos por retenciones del capital mobiliario influyen las
retenciones formalizadas en concepto de intereses de la deuda pública,
circunstancia a la que me referiré cuando analice el capítulo de gastos
financieros.




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El único efecto negativo está determinado por la disminución del 21,2 por
ciento en los ingresos por pagos fraccionados, aunque, como se pone de
manifiesto en el informe, esta reducción obedece básicamente a
modificaciones legislativas. La recaudación obtenida en marzo por el
Impuesto sobre Sociedades ha ascendido a 68.600 millones, unos 20.000
millones menos que en el mismo período del año pasado. En este tributo, a
pesar de que los ingresos por retenciones del capital han crecido en
torno al 13 por ciento, aportando una recaudación de aproximadamente
130.000 millones, la cuota diferencial neta está afectada por la mayor
agilidad de las devoluciones, que en este período han alcanzado 132.000
millones, frente a los 82.000 millones de 1993.

En consecuencia, el fuerte crecimiento de las devoluciones ha sido
suficiente para absorber el buen comportamiento de las retenciones de
capital y otros factores positivos, como, por ejemplo, los
aproximadamente 3.000 millones de ingresos por aplazamiento de deudas
anteriores o el ingreso de unos 11.000 millones con motivo de la primera
privatización de Argentaria.

En lo que se refiere a los impuestos indirectos, si pasan al cuadro de la
página 17, podrán observar que la recaudación del período asciende a un
billón 394.000 millones, un 19,6 por ciento más que el año pasado. Sin
duda, el crecimiento en un 20,9 por ciento del IVA y en un 22,2 en los
impuestos especiales son los factores que explican esa favorable
evolución. La recaudación por IVA ha ascendido a 932.100 millones, lo que
supone aproximadamente 161.000 millones más que la alcanzada en el primer
trimestre de 1993.

Es evidente que no todo este incremento debe atribuirse al crecimiento
del consumo privado, ya que existen otros factores que han condicionado
la evolución trimestral de la recaudación por IVA. Así, por ejemplo, en
el primer trimestre del año las devoluciones han sido unos 45.000
millones inferiores a las habidas el ejercicio pasado y los ingresos
derivados de deuda de años anteriores han alcanzado algo más de 41.000
millones, frente a los 13.000 millones en 1993. Ahora bien, otros efectos
han influido negativamente en la recaudación; en concreto, la nueva
figura de adquisiciones intracomunitarias, creada, como bien saben, por
la ley 37/1992, de 28 de diciembre, del IVA, desplaza ingresos
anteriormente recogidos en IVA-importaciones hacia IVA-operaciones
interiores. Esta circunstancia provoca un ligero retroceso en la
recaudación al desplazarse al País Vasco y Navarra ingresos por
adquisiciones intracomunitarias de las entidades con domicilio fiscal en
estos territorios, ingresos que hasta enero de 1993 estaban incluidos en
IVA-importaciones.

En todo caso, es incuestionable que el crecimiento del consumo privado, o
la favorable evolución de las importaciones, con un aumento en torno al
31 por ciento, explican una buena parte de la variación relativa a la
recaudación, ya que si se eliminan los efectos que les he comentado, para
así obtener una comparación homogénea, la recaudación bruta por IVA
habría crecido en torno al 12 por ciento.

Los impuestos especiales también han registrado un notable crecimiento
del 22,2 por ciento, hasta aportar a la recaudación total 428.300
millones. La principal fuente de ingresos de estos tributos está
constituida por el impuesto sobre hidrocarburos que, con 288.800
millones, crece un 17,3 por ciento más que el ejercicio anterior, aunque
en esta evolución incida la subida de los tipos sobre gasolinas y
gasóleos a partir del Real Decreto-ley 13/1993, de 4 de agosto.

Si retroceden al cuadro de la página número 13, podemos hacer una breve
referencia al resto de los ingresos no financieros, ya que la recaudación
que aportan es cuantitativamente menos importante. En todo caso, conviene
detenerse en la evolución de dos capítulos. Los ingresos por
transferencias corrientes crecen casi un 30 por ciento, hasta situarse en
60.700 millones; sin embargo, este aumento se ve afectado por la
compensación efectuada por la Comunidad Autónoma de Canarias, con motivo
de la sustitución en dicha Comunidad del Impuesto sobre Tráfico de las
Empresas por el Impuesto General Indirecto Canario. En la medida en que
el ITE era un tributo recaudado por el Estado y el Impuesto Indirecto
Canario se recauda directamente por la Comunidad, sin que por el momento
se haya corregido por esta sustitución la participación canaria en los
ingresos del Estado, dicha comunidad ha transferido en 1994 al Estado
13.000 millones en concepto de compensación.

Por otro lado, el capítulo de ingresos patrimoniales registra una
recaudación de 528.200 millones, lo que supone un ligero incremento del
3,3 por ciento, ya que, a pesar de los 98.000 millones recaudados por la
privatización parcial de Argentaria, los dividendos ingresados por el
Banco de España se han reducido en un 18 por ciento.

Por último, los ingresos por operaciones de capital han crecido un 301
por ciento hasta alcanzar 85.200 millones. Tal como se pone de manifiesto
en el informe, esta variación está causada por el desplazamiento a los
dos primeros meses de 1994 de una parte de los fondos procedentes de la
Unión Europea que correspondían a 1993. De todos modos, como ustedes ya
conocen, en el informe aparecen los ingresos procedentes de la Comunidad
Europea que recibe el Estado y, sin embargo, muchas de las aportaciones
comunitarias son percibidas por el FORPPA, el INEM, comunidades
autónomas, etcétera. En este sentido, considerando los ingresos que por
todos los conceptos y cualquiera que sea el agente perceptor ha recibido
España en el primer trimestre del año, los ingresos totales ascienden a
378.565 millones, dentro de los cuales por FEOGA-Garantía se han obtenido
244.000 millones, del FEDER, aproximadamente, 45.000 millones y del Fondo
de Cohesión unos 32.000 millones.

Entrando ya en el ámbito del gasto, en el cuadro de la página 21 tienen
la liquidación acumulada al mes de marzo. Los créditos inicialmente
aprobados eran 16 billones 514.000 millones, un 11,9 por ciento más que
lo presupuestado al principio del año pasado. Las modificaciones
presupuestarias en los tres primeros meses del año han sido 74.200
millones, lo que supone un reflejo evidente del esfuerzo de ejecutar el
Presupuesto de este año con las menores desviaciones posibles, ya que esa
cifra es inferior en



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un 64 por ciento a la desviación registrada por esas mismas fechas el año
pasado.

En consecuencia, a 31 de marzo los créditos finales se sitúan en 16
billones 588.000 millones y las obligaciones reconocidas han alcanzado
cuatro billones 250.000 millones. Es decir, transcurrida la cuarta parte
del año el gasto viene a ser poco más de la cuarta parte del crédito
total.

El detalle de las modificaciones presupuestarias aparece en el cuadro de
la página 23. En el período que analizamos sólo se ha aprobado un crédito
extraordinario de 24.000 millones, destinado a la modernización de las
explotaciones agrarias, si bien no tiene incidencia en 1994 ya que se
trata de anticipos de Tesorería concedidos en años anteriores y, por
tanto, pagados en años anteriores y que ahora se aplican
presupuestariamente en 1994.

De todas formas, con posterioridad a la elaboración del informe que
tienen ustedes, con fecha 14 de abril de 1994 se han aprobado tres
créditos extraordinarios adicionales. En virtud de la Ley 5/1994 se
concedió un crédito extraordinario por 10.475 millones para compensar los
déficit de explotación de FEVE. Por otra parte, a través de la Ley
4/1994, se ha concedido a Hunosa un crédito extraordinario de 6.528
millones y a Minas de Figaredo otro por 317 millones, ambos destinados a
subvenciones de explotación de los ejercicios 1989 y 1990.

En lo que se refiere al resto de las modificaciones, las incorporaciones
de crédito en 31.000 millones se han destinado en su totalidad a
inversión civil. Los 5.000 millones de ampliaciones de créditos se
aplican casi en su totalidad por los gastos incurridos en los envíos de
tropas a la ex Yugoslavia.

Por último, más del 40 por ciento de los 13.000 millones de generaciones
de crédito se han destinado a la Agencia Tributaria por su participación
en la recaudación bruta derivada de los actos de gestión y liquidación.

Centrándonos ya en la clasificación económica del presupuesto de gastos,
en el cuadro de la página 26 se observa que las obligaciones reconocidas
han crecido un 2,3 por ciento hasta alcanzar cuatro billones 250.000
millones. Los gastos de personal se han situado en 593.800 millones, lo
que supone un crecimiento del 3,9 por ciento. Pero si acuden al cuadro de
la página 37 podrán comprobar que los pagos, como consecuencia de la
congelación salarial de los empleados públicos, se mantienen en los
mismos niveles que el año anterior en torno a los 600.000 millones.

Por su parte, el recorte presupuestario para este año queda evidenciado
en la disminución del 14,7 por ciento en el capítulo de bienes corrientes
y servicios, donde se refleja un gasto, tan sólo, de 60.300 millones.

Para tener una visión más completa del capítulo de gastos financieros es
conveniente acudir al cuadro de la página 35. En este cuadro se detallan
los gastos por intereses de la deuda pública, que en marzo de 1994
alcanzaron 747.000 millones, un 12,6 por ciento menos que el ejercicio
anterior. Esta recaudación obedece a la caída en un 17,3 por ciento de
los gastos financieros de la deuda interior, ya que los gastos asociados
al endeudamiento en divisas se ha duplicado, si bien cuantitativamente
son poco significativos.

Como ya les comenté al principio de mi intervención, se ha producido la
consolidación del proceso de sustitución de deuda a corto por deuda a
medio y largo plazo. Por ello no es de extrañar que la carga financiera
asociada a este último tipo de deuda supere en 100.000 millones a la que
corresponde en concepto de deuda a corto plazo.

También, en relación con el comentario que les hice al principio sobre la
evolución de los tipos de interés, me gustaría hacerles notar que, por
ejemplo, los bonos a tres y cinco años que empezaron en 1993 emitiéndose
en torno al 13 por ciento, en la última subasta de febrero de este año se
han colocado al 7,3 por ciento. Las obligaciones a diez años en este
mismo período han visto reducido su tipo de interés medio en torno a
cinco puntos y las obligaciones a 15 años, que se emitieron por primera
vez en diciembre del año pasado, en sólo dos meses han rebajado su tipo
en algo más de medio punto.

Quisiera, de todas formas, llamarles la atención sobre un extremo que
requiere una explicación adicional. En el cuadro de la página 35 que
estamos manejando, los gastos por intereses han disminuido un 12,6 por
ciento. Sin embargo, en el cuadro de la página 37 los pagos por intereses
crecen un 20,6 por ciento. Esta aparente divergencia se debe
exclusivamente a un desfase contable producido en 1993, por el cual el
Banco de España pagó en el primer trimestre 180.000 millones por
intereses de la deuda que no se contabilizaron en el Presupuesto hasta
después del mes de marzo. En el presente ejercicio, sin embargo, el
tiempo que transcurre entre el momento en que el Banco de España paga los
intereses y dicho pago se conoce por el Tesoro y se contabiliza, no sólo
no ha generado ningún desfase temporal sino que, además, se han
regularizado 13.000 millones que habiéndose pagado el año pasado están
pendientes de aplicar a presupuesto.

Si recuerdan, cuando estábamos analizando los ingresos por retenciones
del capital mobiliario les dije que éstos estaban influenciados por la
formulación en concepto de intereses de la deuda pública. Esto es así
porque el pago de intereses que exceptúa el Banco de España lo hace
practicando la correspondiente retención y hasta que no se contabiliza en
el presupuesto el pago de los intereses tampoco se aplica al presupuesto
el ingreso derivado de la retención. En consecuencia, los desfases
producidos el año pasado afectan al capítulo III, de gastos financieros,
y al capítulo I, de impuestos directos por las retenciones del capital
mobiliario.

Por lo que respecta al gasto por transferencias corrientes, el cuadro de
la página 28 muestra que a finales de marzo dicho gasto ha crecido un 8,7
por ciento para situarse en dos billones 516.000 millones. La Seguridad
Social ha recibido casi la tercera parte del total, destinando dichos
fondos a financiar la asistencia sanitaria, a complementar las pensiones
mínimas y a la cobertura de las prestaciones no contributivas. En
concepto de participación en los ingresos del Estado los entes
territoriales han percibido, en conjunto, algo más de 700.000 millones y
los fondos transferidos al Inem para la cobertura del desempleo se han
situado en 267.000 millones.




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Volviendo al cuadro de la página 26, gastos por operaciones de capital,
se han reducido en un 2,3 por ciento, principalmente por la evolución
seguida en las transferencias de capital que, con un gasto de 150.200
millones, disminuyen un 9 por ciento, mientras que las inversiones reales
crecen el 4,1 por ciento hasta absorber 182.400 millones.

Si pasan al cuadro de la página 31 pueden ver que la mayor parte de estas
transferencias, 44.500 millones, han recaído en los organismos autónomos
administrativos, y en concreto en el IRYDA, al que se le transfirieron
30.000 millones, aunque si recuerdan las alusiones que hice en el
apartado correspondiente a las modificaciones presupuestarias, de este
importe 24.000 millones se aplican a la cancelación del anticipo de
Tesorería concedido en 1993 a dicho organismo para modernizar las
explotaciones agrarias, no teniendo por tanto incidencia monetaria en
1994, tal como pueden apreciar si van al cuadro de la página 41, donde
observarán que las transferencias a organismos administrativos ascienden
tan sólo a 17.200 millones.

Por último, las relaciones financieras entre España y la Comunidad
Europea se han saldado con un importe de 111.665 millones a favor de
nuestro país. A pesar de que la aportación española al presupuesto
europeo, con motivo de la reciente modificación de la reglamentación
comunitaria, se ve afectada por el anticipo de parte de la mensualidad
del recurso PNB correspondiente al mes de abril, los pagos totales a la
Comunidad han ascendido a 266.900 millones, que si los comparamos con los
ingresos que ya les anticipé de 378.565 millones les dará un saldo
positivo de 111.665 millones.

Hasta aquí, señor Presidente, la exposición de la liquidación del
Presupuesto en el primer trimestre.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Secretario de Estado.

De conformidad con las normas de la Comisión, ¿algún Grupo desea hacer
preguntas en el sentido de expresar si algunos aspectos que entiendan que
debieran estar incluidos en el informe del señor Secretario de Estado no
lo estuvieran? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Secretario de Estado.

Con la brevedad y la precisión que nos requiere la Presidencia, le voy a
formular un grupo de preguntas. Concretamente, en su exposición nos ha
hablado de que los ingresos patrimoniales ascienden a 528.000 millones y
su origen está en los dividendos y participaciones del Banco de España y
en la privatización parcial de Argentaria. Nos gustaría conocer, señor
Secretario de Estado, qué parte corresponde a cada uno de estos
capítulos.

Igualmente, y en esto desearíamos que hiciera una especial mención,
porque vemos que en el documento y en la información que usted nos ha
facilitado verbalmente y por escrito no se repara en ello, nos gustaría
desprender de su contestación la respuesta a esta incógnita. En la
rúbrica «otras modificaciones» que, como sabe usted, ha pasado de 1.600
millones en el primer trimestre de 1993 a 12.800 millones en este primer
trimestre de 1994, es decir, que ha tenido un crecimiento del 700 por
ciento, se justifican estos 12.800 millones de la siguiente forma: nos
viene a decir el documento que para el Ministerio del Interior habría que
imputar 7.700 millones, para el Ministerio de Economía habría que imputar
5.400 millones y para el Ministerio de Defensa habría que imputar 1.700
millones. Nos gustaría conocer, señor Secretario de Estado, cuál es el
origen de esas otras modificaciones de crédito dentro del Ministerio del
Interior por valor de 7.700 millones; en definitiva, que nos diera una
explicación un poco más detallada del origen de este incremento del 700
por ciento en esta rúbrica.

Seguidamente, señor Secretario de Estado, nos gustaría conocer a qué se
debe el descenso de los fondos destinados a subvencionar los intereses de
préstamos para la adquisición de viviendas por un total --dicho
descenso-- del 25 por ciento comparado con el mismo período del año
anterior. Igualmente quisiéramos conocer a qué se debe, porque no lo
hemos escuchado en su exposición, el incremento de los pagos por
transferencias corrientes a los organismos autónomos comerciales,
incremento que se cifra, pero que no se explica, en el 34,6 por ciento en
el primer trimestre del año.

Si pudiera el señor Secretario de Estado, también nos gustaría que
añadiera a qué se debe el descenso de las transferencias para garantizar
la gratuidad de la enseñanza, descenso que cifra usted en un 23,3 por
ciento, o el descenso que se registra en los fondos para pensiones
asistenciales a ancianos y enfermos incapacitados, que se cifra en el 29
por ciento.

Estas son las preguntas, señor Presidente, que quisiéramos que el señor
Secretario de Estado contestara puntualmente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Voy a solicitar información sobre los tres
primeros bloques: déficit de caja no financiero; necesidad de
endeudamiento que plantea en su información, y la financiación de la
necesidad de endeudamiento. Después solicitaré unas precisiones sobre la
liquidación del Presupuesto.

Cuando habla del déficit de caja no financiero, en la página número 5,
plantea que ha habido un aumento del gasto corriente del 10,3 por ciento
con respecto al año anterior y, sin embargo, se han disminuido las
operaciones de capital y, por tanto, las inversiones directas y las
indirectas, en un 6 por ciento. Me gustaría conocer si eso se debe a una
indicación de la Administración presupuestaria o si es un resultado
simplemente del devenir de la gestión presupuestaria.

En cuanto a la relación de los ingresos no financieros, dicen que han
superado el 5,2 por ciento a lo previsto en el año 1993. Sin embargo, en
una información que aparece



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hoy, el Gobierno trabaja sobre una posibilidad de ingresos superiores. Me
gustaría conocer cuál es la valoración que hace el Ministerio, en
concreto la Secretaría de Estado, para que habiendo aumentado los pagos
en 0,2 puntos la situación del déficit de caja que ellos valoran esté en
0,3 puntos al pasar de 1,3 por ciento en el año 1993 al 1 por ciento a
final de marzo. Al final de la página 5 ustedes hacen la siguiente
valoración: se ha reducido en 0,3 puntos el déficit de caja en relación
con el PIB, por parte de los ingresos. Ustedes hacen una valoración de
recaudación de los ingresos no financieros, mientras que en las
previsiones presupuestarias para el año 1995 que ustedes anuncian hoy
hablan de otra cosa distinta.

En la página número 6, necesidad de endeudamiento, ustedes hablan de un
resultado de mayores enajenaciones y reembolsos que de adquisiciones y
constitución de activos, en relación con el primer trimestre del año
1993. Me gustaría conocer cuáles son en cada uno de ellos, cuál es el
resultado de mayores enajenaciones y de reembolsos en comparación con las
adquisiciones y constitución de activos.

En la página número 7 ustedes hablan de que el Estado ha tenido un
aumento en el trimestre de 15.700 millones de pesetas en suscripciones de
acciones y otras participaciones por parte del Estado, mientras que en el
año anterior había un incremento del 62 por ciento. ¿A qué se debe esta
realidad en la gestión de este primer trimestre? Y en la misma página
número 7 ustedes hablan de que se ha tenido que hacer este año un
traspaso de los Presupuestos Generales de 1994 de 82.200 millones de
pesetas a la Seguridad Social y dicen que es para garantizar la cobertura
y asimismo facilitar el equilibrio presupuestario. Ese equilibrio
presupuestario estaba previsto inicialmente o ha aparecido este
trimestre?
En cuanto a la financiación de la necesidad de endeudamiento, tres
precisiones solamente que van dirigidas a la página 9. Cuando ustedes se
refieren a que la financiación de préstamos se ha hecho hacia el exterior
hablan de 14.000 millones de pesetas de créditos hacia el exterior. ¿Por
qué han evolucionado tan positivamente hacia el exterior en moneda
extranjera y no en pesetas, que, además, parece ser que tienen una
disminución de 30.500 millones de pesetas estos últimos créditos?
Me gustaría conocer la situación actual de las letras del Tesoro, si es
posible. El año pasado también se redujo la deuda a corto plazo y se
transformó en deuda a largo plazo, que es la misma operación que se ha
hecho este año. Se han emitido mil y pico millones de pesetas en
préstamos a medio y largo plazo. Las letras del Tesoro también dice que
se han reducido este año. ¿Cuál es la situación? ¿Qué volumen de las
letras del Tesoro quedan en la actualidad?
Por último, en cuanto a la liquidación del Presupuesto, no me ha quedado
clara la información. En el cuadro de la página 26 sí queda clara, pero
ha hecho usted un comentario (por la velocidad con que se ha hecho la
exposición no he podido seguirlo) sobre que el ejercicio de 1994 tiene un
crecimiento pequeño en cuanto al gasto de personal, que pasa de un
porcentaje de realización del 22,1 al 22,4. Después lo ha comparado y ha
dicho que era escaso si veíamos la liquidación del gasto de personal que
no había crecido, puesto que los salarios no habían crecido. Si no han
crecido los salarios, cuál es la clave de este crecimiento del gasto de
personal? En concreto, ¿a qué se debe la reducción en inversiones reales?
A qué se debe que este año tengamos una realización menor también en
cuanto a inversiones reales y transferencias de capital; los dos
porcentajes bajan aproximadamente un punto en cuanto a porcentaje de
realización.

Puede ser que estemos a principio de ejercicio; puede ser que en adelante
evolucione la gestión mejor pero, en cualquier caso, la comparación sí
sería para mí interesante.

Por último --y con esto termino, señor Presidente--, la razón de la
reducción de las transferencias a corporaciones locales tanto en
transferencias corrientes como en transferencias de capital. Las
comunidades autónomas tienen una minoración en transferencia de capital
pero un incremento en transferencias corrientes; sin embargo, las
corporaciones locales tienen una menor transferencia en gastos corrientes
y también en transferencias de capital.




El señor PRESIDENTE: Si les parece, señoras y señores diputados, el señor
Secretario de Estado contestará; comenzarán luego las intervenciones de
los grupos de acuerdo con el orden reglamentariamente establecido; habrá
una primera contestación del Secretario de Estado; una segunda
intervención de los grupos, si a su juicio fuera necesaria, y cerrará el
Secretario de Estado.

El señor Martínez Robles tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Gracias,
señor Presidente.

El señor Aguirre, en primer lugar, se refería a los ingresos
patrimoniales y pedía una especificación de los ingresos distinguiendo
cuáles son los ingresos que proceden de beneficios del Banco de España y
cuáles son los ingresos que proceden de la privatización de Argentaria.

Aproximadamente los ingresos que proceden de la privatización de
Argentaria son unos 90.000 millones; proceden del Banco de España 420.000
millones aproximadamente y el resto procede de otros dividendos,
destacando unos 3.300 millones de dividendos de la Corporación Bancaria;
hay también ingresos de menor cuantía de Telefónica, Tabacalera,
etcétera. Las rúbricas principales son Banco de España, privatización de
Argentaria y 3.200/3.300 millones de la Corporación Bancaria.

Después me hace una serie de preguntas que si he entendido bien unas se
refieren a modificaciones en el Ministerio del Interior. Me dice que hay
unas modificaciones en el Ministerio del Interior que suponen un
incremento del 700 por ciento. Si me dice en qué página está.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Señor Secretario de Estado, el incremento del
700 por ciento es en la rúbrica «otras modificaciones de crédito».

Concretamente me estoy refiriendo a la página 24 en la que, como podrá
ver, cuando vamos a la columna de «otras modificaciones» el Ministerio
del Interior tiene otras modificaciones por valor de 7.700 millones, si
no leo mal.




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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Ministerio
del Interior: otras modificaciones aparecen, 7,7. ¿A eso se refiere?
(Asentimiento.) No tengo aquí el dato, pero se lo puedo enviar. Este es
el dato, una variación de 7.700 millones.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Concretamente, señor Secretario de Estado, si
va usted a la página 23 el cuadro se refiere a las modificaciones de
crédito del año 1994 y podrá observar que los créditos extraordinarios
componen el 33 por ciento; las incorporaciones el 43 por ciento;
ampliaciones de crédito el 7 por ciento y «otras modificaciones» el 17
por ciento por valor, si no entiendo yo mal, de 12.800 millones.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Ahora
entiendo lo que usted decía. No es que el Ministerio del Interior crezca
el 700 por ciento, sino que son modificaciones de un año respecto al
otro.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: «Otras modificaciones» crecen el 700 por
ciento. Lo que quiero saber es cómo se justifica ese crecimiento del 700
por ciento en el conjunto del capítulo «otras modificaciones» y
concretamente yéndonos a la página 24 identificar a qué corresponde una
partida de 7.700 millones que aparece dentro de «otras modificaciones»,
imputable al Ministerio del Interior.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Ya le digo
que no tengo aquí el dato y se lo mandaré al Presidente de la Comisión.

Después hay una serie de preguntas que son por qué disminuyen las
subvenciones de intereses para adquisición de viviendas, si he entendido
bien; por qué disminuyen las subvenciones a organismos autónomos
comerciales...




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Esas aumentan.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): ¿Aumentan?
La disminución de las subvenciones de intereses por adquisición de
vivienda es debida a que en los tres meses que llevamos del año se ha
liquidado estas subvenciones por cantidades inferiores a las del año
anterior. No hay una razón especial para esta disminución.

Me dice que las subvenciones, si le he entendido bien, a los organismos
autónomos comerciales... ¿en qué página es, por favor?



El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Hay que irse al capítulo de pagos. Página 38:
organismos autónomos comerciales, industriales y financieros un
incremento del 34 por ciento.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Se explica
en el informe cómo esta evolución es consecuencia del comportamiento de
los fondos entregados al Inem en concepto de aportación al desempleo que
con un total de 200.000 millones ha aumentado el 45,9 por ciento respecto
del año anterior. Esa es, yo creo, la razón fundamental.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: El Inem no es un organismo autónomo
comercial.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Perdón,
estamos hablando de organismos autónomos administrativos.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Organismos autónomos comerciales.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Los
organismos autónomos comerciales crecen un 34 por ciento. No aparece la
razón pero ya enviaré también el motivo del crecimiento de este capítulo.

Después se refiere al decrecimiento de las subvenciones por gratuidad a
la enseñanza y también a enfermos e incapacitados. ¿Me dice en qué cuadro
aparece, por favor?



El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Tengo que localizarlo, señor Presidente;
entre tanto, puede contestar a otros portavoces.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Aguirre.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): El señor
Ríos me hace una primera pregunta en la que manifiesta por qué aumenta el
gasto corriente y por qué disminuye el gasto de capital. La razón es la
siguiente. En este presupuesto efectivamente el gasto crece
aproximadamente el 8,2 por ciento y la razón fundamental del crecimiento
viene dada por el aumento del capítulo 3, gastos de intereses y el
crecimiento del capítulo 4, transferencias corrientes. Estos son
realmente los dos capítulos de gastos que crecen en el presupuesto de
este primer trimestre.

Por el contrario, la razón de ser de la evolución de los capítulos de
capital a los que se ha referido, los capítulos 6 y 7 siempre tienen una
evolución diferente de los capítulos de gastos corrientes en los primeros
meses de cada uno de los años porque, como bien sabe, son unos gastos
cuya gestión se va realizando con un período más largo y aparecen
fundamentalmente pagos por estos capítulos en meses posteriores. Por
tanto, como señalaba el señor Ríos, su razón de ser es por la
consecuencia normal del desenvolvimiento de esos gastos y, sobre todo,
por el crecimiento en pagos por intereses y transferencias corrientes.

La segunda pregunta es un tanto complicada. He entendido que me
preguntaba si habíamos variado la previsión de ingresos del ejercicio
1994, habida cuenta de la noticia que aparece hoy en un periódico. En
realidad, seguimos manteniendo la previsión de ingresos para el ejercicio
1994 que consta en los datos presupuestarios normales, no se ha realizado
todavía ninguna previsión definitiva para el



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año 1995, si bien, como seguramente sabe el señor Ríos, estamos
trabajando en las previsiones de ingresos para el año 1995 como para los
ejercicios siguientes, pero aún no tenemos esas previsiones
definitivamente cerradas como para que le pudiese decir en este momento
cuál es la previsión de ingresos para el año 1995. Sí es importante
recordar que se mantiene la previsión de 1994; además, los datos reales
están poniendo de manifiesto la realidad de esta previsión ya que
prácticamente se está cumpliendo, e incluso la recaudación está un poco
por encima de la previsión.

La tercera pregunta hace referencia a un crecimiento que no sé si es de
ingresos. ¿Me la puede repetir, por favor?



El señor RIOS MARTINEZ: Al final de la página 6 se dice que, al término
de estos tres meses, la variación de activos financieros se había situado
en 413.000 millones de pesetas, resultado de mayores enajenaciones y
reembolsos que de adquisiciones y constitución de activos. Mi pregunta
era cuánto se había producido en cada caso.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): La cifra más
importante es negativa y yo creo que el aspecto más relevante que aparece
recogido es que estos activos financieros han disminuido,
fundamentalmente, por la utilización del remanente de Tesorería que el
Estado mantenía a principios del ejercicio en el Tesoro Público. Yo creo
que ésa es la explicación fundamental que aparece recogida en esa
disminución de 621.000 millones; es la razón fundamental de por qué
aparece esta variación neta de activos financieros con un signo negativo.

Las demás adquisiciones de activos son las que aparecen recogidas. En
todo caso, le puedo especificar cuáles son los otros activos netos a los
que se refiere el punto 2.4 de este cuadro, donde aparece una disminución
de 66.500 millones. En el concepto «otros activos netos», hay una serie
de anticipos del Estado a la Comunidad Económica Europea, por parte de
cofinanciación que le corresponda a ésta por el Feoga-Garantía, de
142.000 millones; hay devoluciones por parte de la Comunidad Económica
Europea de los anticipos recibidos del Estado, tanto del ejercicio
corriente como del anterior por el Feoga-Garantía, de 241.000 millones;
hay devoluciones del Forppa de anticipos recibidos del Estado para
financiar la parte que corresponde en el Feoga-Garantía de menos 5.000
millones; hay anticipos al Inem para financiar el Fondo Social Europeo,
de 20.000 millones; devoluciones del Inem por anticipos recibidos por
otros ejercicios para el Fondo Social Europeo, de 14.000 millones;
ingresos pendientes de entidades colaboradoras por impuestos recaudados
por cuenta del Estado de 24.000 millones; anticipos a la agencia para el
pago de devoluciones también de 24.000 millones; y otras devoluciones de
anticipos de 17.000 millones. El total da un saldo de menos 66.000
millones. La razón fundamental es la disminución de activos de la cuenta
del Tesoro en el Banco de España.

Me decía también que en la página 7 se observa que había habido una
disminución en la suscripción de acciones, comparado con el ejercicio
anterior, y quería que le dijese cuáles eran las suscripciones de
acciones que han tenido lugar durante este ejercicio. En este ejercicio
ha habido ampliaciones de capital en Enausa, por un importe de 3.000
millones; en Minas de Almadén y Arrayanes, de 1.000 millones; en Merco,
por importe de 4.350 millones; en SIEP, de 4.693 millones; y en Segipsa,
de 1.400 millones. Esas son las adquisiciones que se han realizado
durante este primer trimestre.

Ha dicho también que se habla de una aportación a la Seguridad Social de
86.000 millones y me pregunta si esto es una improvisación para el
equilibrio de la Seguridad Social durante este ejercicio. Le recuerdo
que, ya el Presupuesto de la Seguridad Social para 1994 aparecía
equilibrado mediante un préstamo que recibía del Estado de 345.000
millones, de los cuales estos 86.000 millones suponen la parte
correspondiente (creo que es la cuarta parte) de esos 345.000 millones.

Me preguntaba por los préstamos en el exterior que aparecen recogidos en
el cuadro de la página 9. En esa misma página 9 se especifica que estos
préstamos de créditos en moneda extranjera, por importe de 14.800
millones y que decrecen el 95 por ciento respecto a la cifra
correspondiente al año anterior, lo son fundamentalmente por créditos
asumidos por el Estado de otras unidades públicas. Como sabe, la Ley de
Presupuestos determina la asunción por el Estado de deudas de otros entes
públicos y a ello se refiere el informe cuando dice que se trata en su
totalidad de créditos asumidos por el Estado de otras unidades públicas;
no son, por tanto, operaciones de endeudamiento directamente realizadas
por el Estado sino asunción de deuda de otros entes públicos.

Otra cuestión planteada es la relativa a la situación de las Letras del
Tesoro. En principio, los datos que tenemos es que durante este trimestre
ha habido una reducción de las mismas, con amortización por un importe
total de 773.000 millones. No tengo el dato correspondiente al saldo que
existía a finales de año y, por tanto, no sé las variaciones que ha
habido; no obstante, si el Presidente lo considera oportuno, se lo puedo
remitir porque se trata simplemente de buscarlo.

Ha hablado también de la liquidación del gasto de personal y me hacía
notar la diferencia entre dos cuadros, el de pagos, que aparece en la
página 35, y el de obligaciones reconocidas, que aparece en la página 26.

Me imagino que se refiere a esta cuestión. En el cuadro de pagos aparece
cómo realmente el crecimiento de pagos por gastos de personal es del 0,4
por ciento. Se han pagado en este ejercicio 605.000 millones, mientras
que el año pasado se habían pagado 603.00 millones.

En el cuadro de la página 26, que se refiere a las obligaciones
reconocidas, aparece una diferencia; en el año 1994 se reconocen 593.000
millones, y en el año 1993 se habían reconocido sólo 571.000 millones; es
decir, en reconocimiento de obligaciones había una diferencia del 3,9 por
ciento, mientras que en los gastos de personal, en los pagos reales, no
hay prácticamente diferencia, hay un crecimiento del cero por ciento. La
razón de ser se debe, simplemente, a diferencias que pueden existir en
los



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reconocimientos de obligaciones y los pagos que se realizan en cada uno
de los años que se corresponden con obligaciones de los ejercicios
anteriores. Por eso, creo que la diferencia, en todo caso, no es
significativa.

Por último, vuelve a hacerme una pregunta --y creo que es casi igual a la
primera-- sobre la evolución entre las inversiones reales y las
transferencias de capital, comparadas con la evolución de los gastos
corrientes, que es una cuestión que ya le he comentado, al hilo de la
primera pregunta que me ha hecho.

Finalmente, se refiere a transferencias a las corporaciones locales,
respecto a las que me dice que hay una reducción, en el año 1994 respecto
a 1993. Creo que esta reducción, por otro lado muy pequeña, porque en las
transferencias corrientes hay una reducción del 3 por ciento y en las
transferencias de capital hay una reducción del 2 por ciento, no hay
razones aparentes para estas evoluciones porque en ambos casos son
fundamentalmente la participación de las corporaciones locales en los
ingresos del Estado, por un lado, y por otro lado, las transferencias que
les corresponden por la participación en los programas. Probablemente, la
diferencia se deba a que entre un ejercicio y otro hay algunas
corporaciones locales, algunas diputaciones, que aparecen ahora, en el
año 1994, no como corporaciones locales sino como comunidades autónomas,
porque algunas diputaciones uniprovinciales, al amparo de un acuerdo que
hubo sobre esta cuestión en el Consejo de Política Fiscal y Financiera,
han acordado recibir todos sus ingresos como transferencias de
comunidades autónomas en vez de como corporaciones locales; no hay
ninguna otra razón para la diferencia de estas transferencias entre un
ejercicio y otro.

Creo que he contestado a todo, salvo alguna cuestión del señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Por retomar las dos últimas preguntas sobre
la gratuidad de la enseñanza y las pensiones asistenciales, le remito a
la página 29, cuarto párrafo, segundo punto y seguido, donde reza el
informe: Por el contrario, las transferencias efectuadas para garantizar
la gratuidad de la enseñanza han registrado un descenso del 23,3 por
ciento, así como los fondos transferidos para pensiones asistenciales a
ancianos y enfermos incapacitados, que han pasado de 28.500 millones, en
el primer trimestre de 1993, a 20.000 millones en el primer trimestre de
1994. Esto significa, según los cálculos que he podido hacer, el 29 por
ciento de descenso, y quisiera conocer el origen de este descenso.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): En cuanto a
la gratuidad de la enseñanza, la razón estriba en que, como sabe, la
gratuidad de la enseñanza pasó a integrarse en la participación de las
comunidades autónomas que tenían competencias en educación, según el
acuerdo del Consejo de Política Fiscal y Financiera, de 1992; esto es lo
que produce la diferencia. Por otro lado, en cuanto a las pensiones
asistenciales de ancianos y enfermos incapacitados, es un gasto que viene
descendiendo desde el año 1992, cuando se suprimió el acceso a las mismas
y se sustituyeron por pensiones no contributivas. Por tanto, es un
concepto que va disminuyendo porque sus perceptores se están integrando
en las pensiones no contributivas.




El señor PRESIDENTE: Después de este turno de aclaraciones, damos ahora
la palabra a los distintos representantes de los grupos, para su
intervención.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular, el señor Aguirre tiene la
palabra.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Señor Presidente, mi grupo no va a dejar de
reconocer lo que podemos calificar de una leve contención del déficit,
cifrado en 784.000 millones en el primer trimestre de 1993, y que ha
pasado a ser de 613.000 millones. Ahora bien, este reconocimiento nos
hace también poner en reserva la corrección de este déficit; y nos hace
ponerla en reserva, por cuatro motivos. El déficit previsto para el año
1994, en su fase de aprobación, evidentemente, no casa con la evolución
del déficit en este primer trimestre y cabe preguntarse en qué momento
del año va a producirse el acelerón para que se produzca esa vinculación.

Esta pregunta nos trae a la memoria que en mayo de 1993 ustedes nos
aseguraron que el déficit estaba controlado, para que, un mes después, en
el debate de investidura, nos anunciaran fuertes desviaciones. Además,
coincidiremos en señalar que la evolución de los ingresos, a nuestro
entender, se encuentra excesivamente distorsionada; en unos casos porque
falta homogeneidad en los períodos de comparación y en otros porque se
produce una prolongación de unos ejercicios en otros.

Del lado de los gastos, aunque se ha producido un crecimiento a menor
ritmo, este crecimiento dista bastante de ser moderado. Nos llama la
atención la reducción que se produce en la necesidad de endeudamiento
--casi el 80 por ciento menos que en el mismo período del año anterior--,
pero queremos subrayar que esta reducción no tiene su origen en la
dimensión del déficit sino en haber dispuesto de la cuenta a la vista que
mantiene el Tesoro en el Banco de España.

En este capítulo no podemos dejar de volver a mencionar que el préstamo a
la Seguridad Social, contabilizado como un activo financiero por importe
de 226.000 millones, para la cancelación de la deuda del Insalud, según
el Grupo Popular --y así lo mantendremos-- lo consideramos una maniobra
contable destinada a maquillar el déficit, dado que lo más probable es su
impago, por lo que acabará siendo déficit, aunque éste no forme parte ni
se incluya en el de este año.

Respecto a la necesidad de endeudamiento y su financiación, sí nos
gustaría, lógicamente, conocer cuál es la estimación de la deuda pública
para el Estado y para el conjunto de las administraciones públicas en
este primer trimestre de 1994.

Cuando nos acercamos al presupuesto de ingresos del Estado, quisiéramos
destacar el crecimiento de lo



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recaudado en anteriores ejercicios, por ingresos procedentes de deudas
tributarias aplazadas, lo que, a nuestro entender, indica la manera
negativa con que se produce este seguimiento de la ejecución
presupuestaria y lo que hemos denunciado anteriormente de falta de
homogeneidad de los períodos.

En definitiva, creemos que lo que puede ser calificado como leve
contención del déficit y un comportamiento más activo de los ingresos,
está siendo aceptado por el mercado de una manera muy poco brillante; y
tenemos que tener presente que ahí estamos viéndonos obligados a emitir
deuda muy por encima de los tipos que se emiten en Italia.

De hecho, el aumento de la recaudación que podemos cifrar en concepto de
IVA en el 20,9 por ciento, creo que coincidirá con nosotros en que sólo
sería del 12,5 si elimináramos la influencia de los vencimientos de las
deudas tributarias aplazadas y la acumulación de devoluciones a
exportaciones.

Esta mayor recaudación, el ritmo de crecimiento de ingresos, tiene su
origen, como decíamos, no en una mayor actividad económica sino en una
elevación de los tipos impositivos como ocurre, de manera muy llamativa,
en los impuestos especiales sobre gasolinas y gasóleos. Por ello sería
bueno que pudiéramos identificar a cuánto se reduciría el incremento de
la recaudación si dedujéramos los ingresos procedentes de otros
ejercicios, los ingresos obtenidos por primas positivas de emisión de
deuda pública, lo recaudado por loterías o apuestas de Estado, por
transferencias de la Unión Europea y de años anteriores; en definitiva,
cuáles serían realmente los ingresos que podríamos identificar y vincular
con una mayor actividad económica.

En relación con el presupuesto de gastos, nosotros tenemos que saludar,
por qué no, la reducción que se produce en todo lo relativo a las
modificaciones de crédito. Hombre, salvando esta indefinición que hay
respecto a las modificaciones de crédito en el Ministerio de Interior
que, dado como sopla el viento en torno a los gastos de este ministerio,
sería bueno despejar cuanto antes a qué obedece este incremento de 7.700
millones en modificaciones de crédito.

Desde luego, tenemos que lamentar que los pagos no financieros crecen a
un fuerte ritmo, el 8,6, frente al 5 por 100 de crecimiento del PIB
nominal. Este crecimiento del 8,6, señor Secretario de Estado, se traduce
en un crecimiento del 13,6 si eliminamos las operaciones
extrapresupuestarias, y se quedaría en un crecimiento del 30,6 si nos
referimos exclusivamente a los pagos del presupuesto corriente. Si
seguimos observando con preocupación en términos de pagos reales se
produce un incremento de los efectuados en operaciones corrientes del
10,3, mientras las operaciones de capital nuevamente decrecen el 6 por
ciento. Esta es una característica muy habitual y constante de la
ejecución presupuestaria de los sucesivos gobiernos socialistas.

En la ejecución presupuestaria del capítulo de gastos se detecta que el
principal agente del crecimiento acelerado de estos gastos radica en los
gastos por transferencias corrientes al Inem. En definitiva, nuestro paro
sigue siendo una carga casi insoportable y un indicativo social muy
lacerante.

En definitiva, señor Secretario de Estado, entendemos que es muy pronto
para poder hacer una valoración de la ejecución presupuestaria, son sólo
tres meses, y por ello ponemos reserva hasta ver cuál es esa ejecución
presupuestaria con un período más amplio y en el que, de alguna manera,
se puedan identificar y homogeneizar las comparaciones en materia de
ingresos. Vamos a esperar para hacer un juicio más definitivo a la
ejecución de un período más avanzado del año. Insistimos en que la leve
contención la consideramos con reserva, debido fundamentalmente a la
respuesta que están dando los mercados a este dato, que en otras
circunstancias y en otro clima político sería favorable pero que
claramente, según se desprende de la actitud de los mercados, no parece
muy favorable.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, el
señor Ríos tiene la palabra.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor Presidente, nosotros creemos que para
experiencia presupuestaria como botón ya vale el del año pasado; por
tanto, nos fiamos de los datos iniciales de ese primer trimestre en la
medida que debemos de valorar tanto los elementos positivos como las
evoluciones más complicadas. Decimos esto porque los volúmenes mayores de
modificaciones de crédito en 1993 aparecieron en el segundo semestre del
año pasado.

En todo caso, nosotros creemos que, al margen del para nosotros
titubeante comienzo de la gestión presupuestaria, este ejercicio va a
tener menos sobresaltos, esperamos, que el anterior, porque está un poco
más aquilitado; pero, en todo caso, creemos que navegan con dos grandes
deficiencias desde nuestro punto de vista. Se ha mantenido como objetivo
la reducción del déficit público, ya hay un avance dado en este año, para
futuros ejercicios se sigue manteniendo esos compromisos, cuando tenemos
tasas muy reducidas de gestión y de ejecución de presencia pública del
Gobierno en problemas fundamentales del país. Por dar un ejemplo, en la
gestión del gasto, en la página 32 del documento que se nos ha entregado,
en la clasificación funcional, mientras los servicios de carácter general
han crecido, las obligaciones reconocidas en esos servicios de carácter
general han crecido por tanto, la austeridad en el funcionamiento
administrativo no está comprometida, la actuación en regulación económica
de sectores productivos se ha reducido. Se buscan y se mantienen
parámetros macroeconómicos a nivel de política presupuestaria, pero se
renuncia a una mayor presencia, a una mayor actuación en políticas
activas por parte del Gobierno.

El ejemplo está en el grupo funcional número 7, regulación económica de
sectores productivos, donde las obligaciones reconocidas en el año 1993
eran casi el doble de las que se han reconocido en este primer trimestre
del año 1994. Es verdad que la situación económica de sectores
productivos es complicada pero creemos que esa actuación no va a venir
por sí sola.

En todo caso, sí nos gustaría valorar positivamente el menor índice de
las modificaciones de crédito. Tenemos



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dudas en cuanto a lo que es el balance de la gestión de los ingresos. Nos
gustaría detenernos en la gestión de los ingresos porque puede decir por
dónde evoluciona la orientación de una política: quién paga los gastos
del Estado, de dónde los recaudamos y qué políticas hacemos. Estas serían
las dos grandes medidas para ver cómo ha evolucionado el presupuesto en
esta primera parte de su ejecución. La verdad sea dicha, para nosotros el
incremento de los ingresos lo siguen pagando los mismos de siempre: las
rentas del trabajo, la renta sobre las personas físicas ha crecido cuando
se ha contenido los salarios, cuando no hay, por tanto, un incremento de
la capacidad de circulación. Sin embargo, si miramos la página donde
hablan de la presentación, mal detallada, de los impuestos, nos
encontramos con que los impuestos sobre sociedades se han reducido. De
las sociedades hemos sacado menos dinero, de la renta sobre personas
hemos sacado más ingresos. Insisto, esto cuando hay más retención,
contención salarial sobre el país.

En cuanto a la situación expansiva del crecimiento, que ha valorado
positivamente (y nosotros creemos que es positivo hacer frente al
fraude), en el tema del IVA estimamos que todavía distamos muchísimos de
una valoración exitosa. Tengan en cuenta que el IVA, en operaciones
interiores, es verdad que crece en volumen importante, estamos hablando
de una variación absoluta de 201.000 millones; de 584.000 a 786.000
millones de pesetas, pero la mayor valoración o la mayor actuación que
hemos realizado ahí se ha producido por impuestos nuevos, porque
precisamente hicimos una ley para facilitar determinada financiación. Los
impuestos especiales sobre el alcohol, sobre la cerveza, sobre
hidrocarburos, sobre tabaco son los que han crecido en un volumen
importante. En todo caso, siendo positivo el crecimiento de la
recaudación creemos que se ha producido más por una evolución de mayor
recaudación interna que por abordar el fraude. Hay mucho que andar
todavía en lo que es el tema del fraude en el funcionamiento de los
propios ingresos. Nosotros creemos que en cuanto a las enajenaciones los
ingresos no impositivos de carácter patrimonial han superado a los del
año anterior. Nuestros ingresos son por dividendos y participaciones en
beneficios, fundamentalmente del Banco de España y de Argentaria, pero no
hay una evolución distinta. En todo caso, el Banco de España tiene un
funcionamiento que se va a regular, esperemos, cada vez más fácilmente y
con autonomía, pero sin dejar de cumplir la función que le está asignada
a un banco para el Presupuesto del Estado.

Terminaría, señor Presidente, haciendo una valoración de lo que se nos
viene a decir en la página 21 en cuanto al nivel de ejecución de la
gestión presupuestaria que estaríamos valorando aquí. Los números que nos
aportan han mejorado esa relación en cuanto a la realización de nuestra
gestión presupuestaria. Si en la página 21 nosotros miramos las
obligaciones reconocidas en el año 1994 comparadas con las de los años
1992 y 1993, tenemos una gestión presupuestaria menor. Es decir, se ha
reducido, ha bajado nuestro porcentaje de realización presupuestaria. En
ese sentido, entendiendo que el presupuesto gestiona servicios,
prestaciones y además inversión del propio Estado, nosotros no valoramos
positivamente esta gestión en cuanto a esa evolución de obligación
reconocida con créditos finales que hemos recibido desde el propio
Estado.

En todo caso, seguimos insistiendo en que es bueno trabajar para rebajar
el déficit público, pero también es bueno invertir y comprometerse en lo
que se había anunciado. Se habían comprometido a una presencia de
inversión de 400.000 millones de pesetas. En lo que usted anuncia hoy
para el año 1995 habla, aunque no tengan por qué usarse los datos, de
crecimiento de ese esfuerzo para nuevas inversiones. En todo caso,
esperemos que sean sólo eso, informaciones mal intencionadas que ponen en
situación complicada cualquier confrontamiento. Yo me alegraría de que
mantuvieran ese objetivo del 5 por ciento de la inversión, me gustaría y
les apoyaríamos en toda esa evolución.

Termino, señor Presidente, por tanto, diciendo que veremos la ejecución
presupuestaria al final del ejercicio. Como botón de muestra, aunque
titubeante, el inicio es positivo en unos elementos y en otros bastante
negativo, para nosotros, y nos puede llevar a engaño la evolución en el
capítulo de ingresos y la evolución final en cuanto a lo que son los
gastos del Estado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), el señor
Zabalía tiene la palabra.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Ante todo, quiero pedir disculpas porque la
coincidencia de comisiones hace que tengamos que repartirnos en todos los
sitios. Especialmente pido disculpas al señor Secretario de Estado de
Hacienda porque no he podido estar escuchando sus explicaciones sobre
cumplimiento del presupuesto. Por tanto, únicamente quiero hacer una
pequeña reflexión y dejar constancia de lo que desde nuestro grupo
parlamentario es el verdadero problema.

Me congratulo de que el déficit público haya mejorado en este trimestre
por los motivos que ya han quedado establecidos en cuanto a la mejora de
los ingresos y, por parte de los gastos, la contención de la trayectoria
ascendente que tenían hasta ahora, hacen que el déficit público se esté
conteniendo, pero tengamos en cuenta que es la parte del déficit cíclico
la que se está conteniendo y que el verdadero problema del déficit
público que tenemos es que se trata de un déficit estructural. Este es un
problema que no tiene otra solución más que atajar definitivamente la
reforma de la Administración pública. Esto es así, por tanto no voy a
entrar en este momento a hacer otro tipo de valoraciones, sino
simplemente decir que la marcha de la economía está permitiendo en cierto
modo reducir este déficit público, pero que de alguna forma éste es
simplemente un aspecto positivo que está incidiendo en la parte cíclica
del déficit público y que el verdadero problema que tenemos en estos
momentos es la parte estructural, que tiene que venir atajada a través de
una reforma en profundidad y de una modernización de la Administración
pública.

Esa es la reflexión que quería hacer. nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, el señor
Hernández Moltó tiene la palabra.




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El señor HERNANDEZ MOLTO: Muy brevemente, para unirme también a las
conclusiones, cierto es que unas más tímidas que otras, que han hecho los
grupos parlamentarios para valorar de forma positiva la presentación de
la ejecución presupuestaria de este primer trimestre. Yo creo que
deberíamos vencer esta especie de timidez en la valoración de la
ejecución presupuestaria, porque entiendo que hoy es una buena ocasión
para transmitir una noticia positiva a los ciudadanos de este país, y es
que del estudio detenido y neutral de la ejecución presupuestaria se
desprende, obviamente, una buena noticia y es que el cambio de ciclo
económico se ha producido y que la recuperación económica ya no es
simplemente un deseo voluntarista, sino que, junto a otros indicadores de
tipo nominal, éste es un evidente indicador de tipo real que demuestra
que nuestra recuperación se va produciendo paso a paso. En este sentido,
yo creo que hay que felicitarse, fundamentalmente por lo que supone el
indicador macroeconómico por excelencia que resulta del estudio de la
ejecución presupuestaria, que es el déficit, una evolución que sin duda
alguna yo creo que estamos en condiciones de decir que está contribuyendo
de forma evidente al mantenimiento de lo que fue el escenario
macroeconómico que aprobamos junto con los Presupuestos Generales del
Estado, y obviamente la tendencia en su concreción nos va indicando que
aquellos indicadores macroeconómicos, aquel escenario, era un escenario
perfectamente posible y cumplible en el ejercicio 1994.

En este sentido, parece, por tanto, yo creo, justo señalar que esa
contribución del déficit va a operar de forma muy positiva también en la
lucha contra la inflación y, por consiguiente, en el mantenimiento,
posible aún, de nuestro objetivo de inflación para el año 1993, y que la
combinación de esos dos factores, sin duda alguna, será un revulsivo para
un crecimiento del producto interior bruto, me atrevo a anticipar que
probablemente al alza de lo previsto al inicio de este ejercicio.

Al margen de estas reflexiones de carácter macroeconómico, yo creo que
del debate del estado de ejecución del Presupuesto de este primer
trimestre se desprenden tres aspectos positivos que entiendo es necesario
señalar. En primer lugar, esa evidencia de la evolución del indicador de
la actividad económica, pero quizá no sólo desde el punto de vista de la
evolución de la recaudación de los impuestos indirectos, especialmente
del IVA, aunque no sólo del IVA, que obviamente está poniendo de
manifiesto una evolución en el consumo que sólo puede entenderse con una
evolución en la renta, sino que también está acompañado por una evolución
en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas que, observando el
nivel de neutralidad de nuestra presión fiscal directa del año 1994, en
relación al año 1993, pone de manifiesto también la evidencia del número
de contrataciones que se están incorporando al mundo laboral y que, por
tanto, unido a otro dato, desde nuestro punto de vista también
importantísimo, como es el aumento de afiliados a la Seguridad Social,
obviamente va generando una senda estable que permite mirar con optimismo
la evolución de este presupuesto para los próximos trimestres.

El segundo aspecto positivo, desde mi punto de vista, es el rigor con que
se está observando que la ejecución del presupuesto para el año 1994 se
está poniendo de manifiesto, no ya sólo por el comportamiento estable en
el incremento de los ingresos, sino por la evidente contención que se
está produciendo en las modificaciones de crédito y, por tanto, en el
mantenimiento de las cantidades presupuestadas inicialmente. En este
sentido, creo que lo que están haciendo el Gobierno y el Ministerio de
Economía y Hacienda es cumplir lo que han sido compromisos del propio
Gobierno, compromisos que se establecieron en la Cámara de darle un mayor
nivel de control y de rigor a la ejecución presupuestaria. No hago más
que señalar, de una forma quizá más elocuente, observaciones que han sido
realizadas por otros grupos.

En tercer lugar, como aspecto positivo, y no me parece menor, podemos
también observar cómo el presupuesto ha digerido, ha metabolizado las
medidas fiscales y económicas que fueron aprobadas por este Parlamento en
la Ley de acompañamiento que se aprobó con la Ley General de Presupuestos
para 1994, lo cual pone de manifiesto, de forma quizá más evidente, la
solidez, la consistencia con que se está comportando la evolución del
presupuesto de este año, en la que, junto a aquellas medidas
reactivadoras (que algunos vaticinaban un impacto en el ingreso menor y,
por tanto, también una apertura en la brecha de déficit público), vemos
cómo aquellas observaciones no se están poniendo de manifiesto, sino todo
lo contrario, lo cual quiere decir que hay que redoblar quizá la
valoración positiva del comportamiento de ese presupuesto en este primer
trimestre.

Hay que hacer también otra observación, quizá una cuarta y última
observación, que podría pasar desapercibida si únicamente hiciéramos este
análisis desde la perspectiva, es cierto que micro, porque sólo se
refiere a un trimestre, pero global del trimestre. Yo creo que sería
mucho más interesante haber observado el comportamiento mensual de la
evolución de ingresos y gastos que, sin duda alguna, aunque de una forma
aún incipiente, va produciendo una senda tendencial del presupuesto para
1994, y dentro de pocas fechas probablemente tendremos ocasión de
comprobar cuál ha sido el comportamiento en este mes de abril que termina
de pasar, pero desde luego la evolución de esa senda tendencial del
primer trimestre yo creo que nos pone en un escenario de comportamiento
similar o mejor del que se ha producido en estos primeros tres meses,
tanto en el cuarto como en los meses que nos avecinan hasta concluir ese
primer punto de reflexión quizá mucho más rico en datos y, desde luego,
como un observatorio económico mucho más pródigo que el del primer
trimestre, pero por todas las evoluciones parece que va a ser la
realidad, no sólo en el primer trimestre, sino en los próximos meses.

Por tanto, nos felicitamos también de la evolución de este presupuesto y,
desde luego, animamos al Ministerio de Economía y Hacienda y al Gobierno
a seguir en esta senda que se ha marcado y que yo creo son la senda y el
comportamiento adecuados para el momento económico que vivimos.




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El señor PRESIDENTE: El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Gracias,
señor Presidente.

Agradezco al señor Aguirre la valoración final que hace de la gestión
presupuestaria en estos tres primeros meses, que si bien no es todo lo
objetiva que debiera ser a la vista de los datos, por lo menos mejora
bastante la predicción que su compañero el señor Arias-Salgado nos dejó
dicho de lo que iba a ser la gestión presupuestaria en este primer
trimestre. Creo que eso es positivo.

Pienso que el déficit que hay en este primer trimestre es consecuencia de
las previsiones presupuestarias que se habían realizado. Estamos
asistiendo a una ejecución presupuestaria donde se están cumpliendo las
previsiones que se habían planteado tanto en relación a los ingresos como
a los gastos. Por tanto, creo que tanto en la ejecución de ingresos, como
la de los gastos en este primer trimestre sí casa con lo que tenemos
previsto para todo el año. Aquí difiero de lo que decía el señor Aguirre
cuando manifestaba que no casaba, pues creo que sí casa. Estamos en unas
fechas donde llevamos aproximadamente ejecutada una cuarta parte del
presupuesto de gastos que asciende a poco más de 16 billones y llevamos
ejecutados algo más de 4 billones; en ingresos vamos también de acuerdo
con las previsiones. Por tanto, pienso que sí que casan las cifras con
los números que tenemos previstos. Hay que tener en cuenta que la
ejecución presupuestaria es irregular y, sobre todo, que en el año 1993
esa irregularidad fue acentuada.

A pesar de todo, había iniciado mi intervención, cuando hacía una
referencia a la gestión presupuestaria, con una valoración bastante
moderada y reservada de lo que ha sido la gestión de estos meses y sobre
todo de sacar conclusiones para todo el año. Creo que vamos muy bien,
vamos cumpliendo las previsiones; va mejorando la economía, pienso que la
economía ha mejorado notablemente en estos tres meses y esperemos que las
cosas sigan así, pero hemos de aguardar a que transcurran más meses para
hacer una previsión definitiva de lo que ha de ser la gestión
presupuestaria en este año 1994.

Creo que el crecimiento del gasto sí es moderado, también en contra de lo
que opina el señor Aguirre. Hay que tener en cuenta que el crecimiento
del gasto de las operaciones no financieras en este primer trimestre, que
es del 8,6 por ciento, está determinado, fundamentalmente, por un
crecimiento en gastos financieros, del 20 por ciento, y por el
crecimiento de las transferencias corrientes, que crecen el 11,5 por
ciento. Estas transferencias a su vez crecen por las transferencias a
Sanidad, al Inem y por transferencias semejantes y los gastos financieros
crecen según los devengos de intereses. Por tanto, creo que se está
haciendo un esfuerzo muy importante. Hay un no crecimiento del capítulo
1; hay un decrecimiento muy importante del capítulo 2; hay también un
decrecimiento en transferencias de capital y una contención en
inversiones reales.

La gestión y el crecimiento del gasto es un crecimiento moderado, va
evolucionando según las previsiones, que creo que es lo más importante, y
lo mismo ocurre con los ingresos. Efectivamente también he señalado en mi
intervención que si se quitan los datos y los efectos que no son
homogéneos de un año con otro, el crecimiento es del 12 por ciento, pero
ya recordarán que cuando presentamos aquí el presupuesto de 1994 y
señalamos que en este año se iba a producir un ingreso del IVA de esta
naturaleza, casi todos los grupos dijeron que eso no era posible. Por
tanto, digo que efectivamente la evolución de los impuestos, tanto de los
impuestos directos como los indirectos, va evolucionando de acuerdo con
las previsiones.

También le agradezco, igual que a los demás grupos, las consideraciones
que hace sobre la gestión presupuestaria y la contención en cuanto a las
modificaciones presupuestarias. Efectivamente, en este primer trimestre
ha habido una contención en las modificaciones presupuestaria. El crédito
extraordinario que se aprueba en el ejercicio, como he dicho, no tiene
incidencia en los pagos de este ejercicio de 1994 y, además, era un
crédito extraordinario que se correspondía al año 1993, que ha sido
aprobado finalmente en este ejercicio.

En cuanto a lo que dice sobre los distintos pagos, en los que va
eliminando una serie de partidas hasta señalar que el crecimiento del
presupuesto es del orden del 30 por ciento --30,6 por ciento he
señalado--, aquí no me parece muy adecuada esa comparación que realiza y
creo que debemos conservar la cifra de que el presupuesto de gastos está
creciendo exclusivamente el 8,6 por ciento y que este crecimiento, como
les digo, viene totalmente influido por el crecimiento de los gastos
financieros y de las transferencias corrientes a otros entes.

Tenemos que esperar a ver cómo sigue en los demás meses. Esperamos que la
gestión presupuestaria sea igualmente brillante y aquí le puedo adelantar
que a estas fechas, y con los datos que conocemos del mes de abril,
podemos decir que también en el mes de abril hay una contención y una
reducción del déficit. Por tanto, el mes de abril es el tercer mes de
este año en el que se reduce el déficit respecto al año anterior. El
déficit en el mes de abril va a quedar fijado aproximadamente en 599.000
millones, eso significa una disminución cercana al 20 por ciento,
exactamente el 19,7 por ciento respecto al año 1993. Sigue una tendencia
muy importante en el crecimiento de los ingresos. El total de los
ingresos crece durante el mes de abril, acumulado hasta este mes, el 12,3
por ciento y los pagos crecen el 7,5 por ciento. O sea, crecen menos en
relación a lo que estamos mirando del mes de marzo que, como les digo,
crece el 8,6 por ciento; el crecimiento de los pagos acumulado hasta el
mes de abril es el 7,5 por ciento. Se sigue manteniendo un crecimiento
muy importante de las figuras impositivas más transcendentales, como el
11,14 por ciento del Impuesto sobre la Renta, el 16,7 por ciento del
Impuesto sobre el Valor Añadido y el 18 por ciento de los Impuestos
especiales. Por tanto, ya podemos adelantar un mes más para hacer este
tipo de consideraciones, pero esperemos que transcurran más meses para
hacer una valoración definitiva, como les decía, de lo que haya de ser el
ejercicio presupuestario de 1994.

El señor Ríos también considera buena esta experiencia presupuestaria, si
bien le ha llamado comienzo titubeante.




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Creo, como le decía al señor Aguirre, que es un buen comienzo. Más que
llamarle titubeante deberíamos decir que es un buen comienzo, sobre todo
porque estamos actuando y se está evolucionando de acuerdo con las
previsiones. Hay una contención del déficit que no es más que
consecuencia de la evolución de los ingresos y los gastos, según lo que
estaba previsto, como le digo.

Hace una serie de valoraciones sobre la evolución de los ingresos y los
gastos y dice que la evolución de los gastos determina, según he podido
anotar, una menor actividad en relación a los sectores productivos, me
parece que he anotado. Creo que hay que tener en cuenta cuál es el
presupuesto que tenemos. Estamos gestionando un presupuesto y le he dicho
que las transferencias corrientes tienen un crecimiento importante. En
estas transferencias corrientes se encuentran partidas que sí actúan
sobre todos los sectores productivos y sobre los sectores sociales,
porque son transferencias a las empresas, a las otras administraciones y
a los particulares, fundamentalmente.

Hace unas consideraciones sobre los ingresos que ya hemos puesto de
manifiesto en otras ocasiones, sobre todo en cuanto al decrecimiento del
Impuesto sobre Sociedades. Efectivamente, las previsiones de recaudación
en el Impuesto sobre Sociedades para el año 1994 son menores que para el
1993. Ya hemos señalado que este fenómeno se debe al decrecimiento del
beneficio de estas sociedades. Hay un crecimiento del Impuesto sobre el
Valor Añadido. No es posible determinar qué parte de este crecimiento se
debe a una mejor gestión, pero sí que ha tenido que ver. Sabe el señor
Ríos que desde septiembre del año 1993 estamos realizando un plan
especial de inspección respecto al Impuesto sobre el Valor Añadido y que
sin duda está teniendo éxito. También forma parte de las causas que han
determinado este crecimiento la mejor pulsión de la economía española,
con un aumento de cierta importancia en el consumo interior.

En cuanto a las enajenaciones, creo que éstas habían procedido sólo de
Argentaria, que es la que tiene lugar en este trimestre. En el trimestre
del Ejercicio anterior lo único que hubo fueron unos ingresos por
enajenaciones, en este caso un paquete de acciones de Repsol. Esa es la
diferencia que hay. En lo demás no hay mucha diferencia porque el resto
de los ingresos patrimoniales proceden de beneficios normales, tanto del
Banco de España como de las demás sociedades a las que antes me había
referido.

Por tanto, creo que estamos haciendo una gestión según el propio
presupuesto. Esperemos que esta gestión siga en esa línea. La economía
sigue mejorando y en ese sentido también es de esperar que mejore la
gestión presupuestaria en estos meses venideros.

El señor Zabalía hacía una referencia a la contención del déficit como
ejercicio que hay que realizar y a la diferencia entre el déficit cíclico
y el déficit estructural. Estoy de acuerdo con él en que es importante
realizar una actuación clara y contundente para reducir el déficit
estructural del presupuesto. Eso se hace ya en el presupuesto de 1994
porque, si recuerda, cuando comentábamos estas cosas en la presentación
del mismo decíamos que en principio había una reducción del déficit del
0,5 por ciento; que aunque en apariencia era modesta, incluía una
reducción importante del déficit estructural, ya que durante el año 1994
el aumento del déficit, debido a condicionantes del ciclo, va a ser
todavía del 0,7 por ciento. Por tanto, se está haciendo un esfuerzo en
este presupuesto para reducir el déficit estructural al 1,2 por ciento.

Coincido con S. S. en que uno de los temas que han de abordarse es la
reforma de la Administración pública. Así ha sido acordado por el
Gobierno y se va a realizar, aunque los problemas del déficit público no
se van a conseguir reducir de forma sustancial con la reforma de las
administraciones públicas, porque ya hemos visto que es una
administración que tiene su aparato de funcionamiento bastante reducido
y, desde luego, contenido. Con una reforma de la Administración pública
vamos a conseguir que sea mejor, más eficiente y eficaz, pero ello por sí
mismo no va a determinar la reducción del déficit público, sino yo creo
que va a ser simplemente uno de los condicionantes que nos va a permitir
trabajar en esa dirección de reducir el déficit público.

En cuanto al señor Hernández Moltó, estoy de acuerdo en la valoración que
hace sobre la actuación en la reducción del déficit público llevada a
cabo durante estos tres Ejercicios y en los aspectos positivos que ponen
de manifiesto estos datos. Hemos comentado anteriormente la mejora
general en la actividad económica que se desprende de estos datos que
estamos hoy considerando, el rigor con que se está ejecutando el
presupuesto en el año 1994 y la senda tendencial que se va señalando por
la gestión presupuestaria durante estos primeros meses que va a
determinar que el presupuesto se gestione de acuerdo con lo previsto.

Estoy de acuerdo con estas consideraciones y no tengo más que decir, sino
simplemente agradecer otra vez a los representantes de los distintos
Grupos parlamentarios sus consideraciones y las observaciones que han
realizado sobre la gestión del presupuesto en este primer trimestre.




El señor PRESIDENTE: ¿Los representantes de los Grupos quieren hacer uso
de un segundo y breve turno? (Pausa.)



--SOBRE LAS POSIBLES REFORMAS CONTABLES A INTRODUCIR EN LA INTERVENCION
GENERAL DEL ESTADO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
212/000560.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día, que se
relaciona también con la compareciencia del Secretario de Estado para
informar sobre posibles reformas a introducir por la Intervención General
del Estado, solicitada por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida.

Tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: La contabilidad pública en una administración
como la nuestra va evolucionando



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progresivamente en función tanto de las propias iniciativas de los que
gobiernan y de las demandas que los Grupos parlamentarios que controlan o
exigen transparencia van detectando, como por el estudio y profundización
que de esta contabilidad hace el propio Tribunal de Cuentas.

La evolución de los años que hasta ahora han sido controlados, evaluados
e informados por el propio Tribunal han conllevado unas actuaciones
posteriores de la propia Administración. La última cuenta intervenida del
año 1990, que ha sido debatida en la correspondiente Comisión de esta
Cámara, tenía un cuadro anexo de los ejercicios posteriores --años 1991,
1992 e inclusive 1993-- corrigiendo deficiencias o limitaciones de
contabilidad que se habían producido en actuaciones anteriores.

Otra parte de esta intervención de la contabilidad lleva a una especie de
alegaciones de lo que pudiéramos llamar sector público estatal a lo que
era esa intervención que el Tribunal de Cuentas hacía. En concreto es a
ello a lo que me gustaría referirme para solicitar del Secretario de
Estado de Hacienda fundamentalmente cuatro bloques de información sobre
el mismo contenido.

Primero, me gustaría conocer en qué situación se encuentra la puesta en
marcha de ese Plan General de Contabilidad Pública, al que en reiteradas
alegaciones la Administración ha respondido que su contabilidad es
todavía presupuestaria porque así emana de la realidad actual, pero que
en ese posible Plan General de Contabilidad Pública se iría a una
contabilidad general, y esa gran discusión que hay de asientos o
imputación al presupuesto dentro de las obligaciones reconocidas en el
propio ejercicio, iría de una manera distinta a conforme se ha venido
planteando hasta ahora.

Por tanto, la primera gran demanda es qué actuaciones se han hecho en ese
Plan General de Contabilidad, qué incorporaciones se han hecho para poner
en marcha esa contabilidad general y no esa contabilidad presupuestaria,
si es así, y de qué manera va a evolucionar para facilitar esta mayor
precisión que demandan tanto las fuerzas que intentamos conocer la
gestión presupuestaria o la liquidación de la Cuenta General, como la
propia intervención externa desde el propio Tribunal.

El segundo bloque sobre el que solicito explicación se refiere también a
parte de lo que hemos dicho antes: la evolución de las grandes
modificaciones.

En el año 1990, la Cuenta General del Estado tuvo una modificación que
afectó a 217 programas de los 237. Es decir, poquitos se escaparon de no
ser modificados o por minoraciones o por incremento. Sin embargo, la
verdad es que se hace mayor hincapié en este gran movimiento al concepto
de vinculante. De qué manera se van a tomar medidas para que de verdad,
cuando hablamos de que hay créditos vinculantes, la vinculación sea
rigurosa o por lo menos tenga sólo modificaciones excepcionales y no con
este porcentaje de incidencias que hasta ahora habíamos tenido en esta
Cuenta General.

Tres son los comentarios que me gustaría hacer a tres tipos de
modificaciones: Uno, las ampliaciones de crédito, que son una forma de
modificar y que supone una excepción muy alta del principio
presupuestario. Por tanto, el empleo debiera reducirse más que
incentivarse --todo lo que es ampliación de crédito producida en la
propia gestión--. ¿Qué medidas se han tomado desde la propia actuación de
la Administración para que cualquier ampliación de crédito se reduzca o
venga con la previsión de excepcionalidad y no de generalización que
pudiera haber habido en Ejercicios anteriores?
El segundo es el tema de las transferencias. Es aquí donde también me
gustaría hacer hincapié sobre la manera que se camina en la
presupuestación y en la gestión presupuestaria hacia lo que pudiéramos
llamar garantía de la programación por objetivos. Cuando se produce un
cambio debiéramos poner de manifiesto en cada uno de los expedientes de
modificación qué objetivo de ese programa va a quedar no resuelto, qué
objetivo se va a incrementar o qué objetivo se introduce nuevo, es decir,
de qué manera en los expedientes se hace una relación objetivada a la
propia actuación. Por último, la incorporación de remanentes de crédito,
que yo creo que en el ejercicio que acabamos de ver, en la evolución
tiene un porcentaje quizá menor, pero en otras actuaciones ha habido
remanentes de crédito tanto para el gasto como para el ingreso bastante
importante. En ese sentido, de qué manera se puede actuar en la
incorporación de remanentes de crédito en el presupuesto de gastos, para
que las demoras en la ejecución de inversiones no sea de evolución
progresiva y permanente, sino que de verdad sea más o menos una actuación
excepcional?
En cuanto a lo que pudiéramos llamar la imputación de gastos e ingresos,
creo que eso está recogido en el primer bloque de preguntas que yo hacía,
pero lo cierto y verdad es que la cuenta intervenida en el año 1990
detectaba la existencia de numerosas partidas de gastos, generados en el
propio ejercicio, con un importe conjunto muy elevado, con lo cual decía
en aquella actuación del año 1990 que en los ejercicios anteriores había
una carga presupuestaria pendiente de aplicar muy alta, un volumen muy
grande. Quisiera saber de qué manera se va a reducir para evitar una
actuación tan variable.

Por último, el tema del presupuesto funcional. Hay una demanda en lo que
pudiéramos llamar el déficit presupuestario, en cuanto a que en el
presupuesto funcional exista un mayor volumen de información. Decía
entonces que se habían puesto de manifiesto importantes carencias de
información en el análisis del presupuesto funcional de ejercicios
anteriores, no solamente en el año 1990. Quisiera saber qué medidas se
han tomado para evitar esas limitaciones de conocimiento, más exhaustivo
en el presupuesto funcional que en el presupuesto por programas.

Con esto creo que hago referencia a lo que era el objetivo de nuestras
preguntas, que no es ni más ni menos que conocer cuánto hemos avanzado
desde la propia contabilidad y la gestión pública en estas limitaciones
que hasta ahora se habían encontrado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado de
Hacienda.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Señor
Presidente, tenemos



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un Plan de contabilidad que fue aprobado por orden ministerial de 14 de
octubre de 1981. Este Plan de Contabilidad Pública lo hemos venido
aplicando desde entonces. Ha mejorado grandemente la gestión pública.

Además ha habido una modernización de los procesos contables, basados en
el programa Sicop de información contable. Sin embargo, una vez superada
esta primera situación y una vez producida la incorporación al derecho
español de las directivas comunitarias en temas de contabilidad, y
aprobado en diciembre de 1990 el nuevo Plan de contabilidad para la
empresa, desde entonces se hizo necesario realizar también una
modificación del Plan General de Contabilidad Pública. En este sentido se
creó una comisión que estaba compuesta por una serie de profesionales de
la contabilidad y representantes del mundo académico, de la
Administración pública en sus distintos niveles, estatal, autonómico y
local. Esta comisión se creó el 28 de diciembre de 1990 por resolución de
la Secretaría de Estado de Hacienda y elaboró siete documentos que
contienen pronunciamientos sobre el tratamiento contable, entre otras
materias de los derechos a cobrar, de las obligaciones a pagar, del
endeudamiento del inmovilizado, de las subvenciones, etcétera, todos los
aspectos que debe abarcar ese Plan General de Contabilidad Pública.

Pues bien, en base a este dictamen, se ha configurado por la Secretaría
de Estado de Hacienda un Plan General de Contabilidad Pública. Me
pregunta el señor Ríos por la situación de este Plan en estos momentos.

Le tengo que decir que ha recibido el informe favorable por parte del
Consejo de Estado y queda simplemente la aprobación del mismo, que se va
a producir de manera inmediata, mediante la aprobación correspondiente
por el Ministerio de Economía y Hacienda. Por tanto, está prevista su
rápida publicación y su aplicación a partir del 1 de enero de 1995.

Estaremos, por tanto, en estos meses que nos quedan del año 1994,
tratando de adaptar la gestión administrativa a los principios que se
recogen en este nuevo Plan de contabilidad.

En cuanto al contenido que en líneas generales se recoge en este Plan, le
podríamos señalar que la principal aportación de la reforma es que la
aplicación del nuevo Plan, junto con la actualización de las mejoras
producidas en el campo de los sistemas de procesos informáticos de datos,
van a provocar una indudable mejora en la calidad y cantidad de
información contable dentro de un objetivo irrenunciable, cual es el de
que la contabilidad ofrece la situación económico-financiera y
patrimonial de cada Administración de la forma más razonada y aproximada
posible dentro del concepto de la imagen fiel. El Plan recoge los
principios básicos de la contabilidad pública, como son el de entidad
contable, de gestión continuada, de uniformidad, de importancia relativa,
de registro, de prudencia, de devengo, de imputación de las
transacciones, del precio de adquisición, de correlación de ingresos y
gastos, de no compensación, de desafectación, etcétera. Aunque estos
principios son esencialmente los mismos que ya se conocen por el plan
general para la empresa privada, existe, sin embargo, una importante
diferencia, ya que la contabilidad pública, en cuanto sujeta a una
normativa rigurosamente reglada, no permite concluir, del mismo modo que
lo hace la contabilidad de la empresa, que la expresión de la imagen fiel
debe situarse, incluso, por encima de las disposiciones legales o
exigencias jurídicas en materia de contabilidad cuando éstas se muestran
en contradicción con aquélla. A diferencia, pues, del Plan general de
contabilidad de la empresa, en la contabilidad pública la imagen fiel
sólo prevalece sobre los principios contables, pero no sobre las normas
contables de preceptivo cumplimiento, respecto de las cuales sólo
procedería instar la necesaria modificación.

En el nuevo Plan, por tanto, se otorga un papel fundamental a la figura
del presupuesto como norma rectora esencial del gasto público, dotada de
una nota de obligatoriedad que no tiene el de las empresas privadas, y
que impone una serie de principios de necesario cumplimiento, entre ellos
el de especialidad, de acuerdo con el cual los créditos presupuestarios
tienen carácter limitativo y vinculante en la doble acepción de
limitación cualitativa y cuantitativa. Por otra parte, en el nuevo Plan
se mantienen los elementos necesarios para asegurar la ejecución del
gasto público, plasmado en el presupuesto, a fin de garantizar que la
gestión del mismo se adecúe a las disposiciones legales aplicables en
cumplimiento de los objetivos previstos.

En esta misma línea, para responder de manera fiable a las necesidades de
información que demandan los múltiples destinatarios de la contabilidad,
así como a la adopción de decisiones que han de basarse en la información
obtenida, se ha estimado que los estados contables han de ajustarse a
determinados requisitos técnicos distintos de los principios contables
propiamente dichos, pero dotados de la misma finalidad aseguradora de la
cohesión del sistema. Tales requisitos son: identidad, oportunidad,
claridad, relevancia, razonabilidad, economicidad, imparcialidad,
objetividad, verificabilidad, todo ello unido a que la presencia de la
información se enriquecerá en todo caso con los estados anuales
tradicionales, el balance y la cuenta de resultados. Se prevé una amplia
memoria donde se incluirán notas explicativas de los estados anuales y se
podrá analizar de forma más profunda tanto la actuación como la situación
de la entidad administrativa sujeto de la contabilidad. Por tanto, se va
a realizar en este Plan General de Contabilidad Pública la aplicación de
los principios recogidos en las directivas europeas, más los principios
de derecho presupuestario sobre la contabilidad pública. Todo ello
permitirá tener una información más adecuada y veraz sobre la marcha
económico-financiera de las Administraciones públicas.

En cuanto a los restantes aspectos a los que se refería el señor Ríos,
que son, por un lado, los relativos a la evolución de las grandes
modificaciones presupuestarias y a la necesidad de la vinculación de los
créditos, le quiero indicar que ya en el presupuesto de 1994 se ha
establecido la necesaria vinculación sobre el particular de determinados
créditos del Capítulo II.

Sobre esta cuestión, así como las siguientes que han sido consideradas
por el señor Ríos, le he de decir que estamos trabajando en una
modificación de la Ley General



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Presupuestaria que recoja todos estos aspectos a los que el señor Ríos se
ha referido, como son los relativos a la vinculación de los créditos, a
la necesaria reducción de las ampliaciones de los mismos, también a las
limitaciones de las transferencias entre los distintos programas, al
objeto de mantener la garantía de la presupuestación por objetivos, a la
incorporación de remanentes de créditos, etcétera.

Además, sobre esta cuestión, hay que recordar que en el reciente debate
sobre el estado de la nación se han aprobado una serie de mociones que
obligan al Gobierno a presentar en las Cámaras, con rapidez, estas
modificaciones. Ya le digo que estas modificaciones se han de recoger en
otra más general de la Ley General Presupuestaria. Estamos trabajando en
esa dirección y lo que se está haciendo en el campo de la gestión
presupuestaria de 1995 es mantener, en todo lo posible, como se ha puesto
de manifiesto en la cuestión anterior, el máximo rigor en la gestión
presupuestaria, al efecto de controlar las ampliaciones, las
transferencias, las vinculaciones de los créditos a los programas,
etcétera. Por tanto, todas estas cuestiones que señalaba el señor Ríos
son consideradas por el Gobierno como prioritarias, se está trabajando
sobre ello y espero que en un plazo no mayor de dos meses se tenga
confeccionado un proyecto de reforma de la Ley General Presupuestaria que
dé adecuada respuesta a todas las cuestiones que están planteadas por el
señor Ríos, que también han sido expuestas por el Tribunal de Cuentas en
determinadas ocasiones y que nos permita disponer, a partir de esa fecha,
con un instrumento de gestión presupuestaria más adecuado para alcanzar
una gestión presupuestaria clara y transparente.

Por lo demás, a todos estos temas que ha señalado el señor Ríos,
presupuesto funcional, etcétera, la respuesta que le he de dar es que le
digo: se toma como objetivo por el Gobierno, se está trabajando en esta
dirección, se va a modificar la Ley General Presupuestaria, ya se estaba
haciendo por el Gobierno y ahora se hace con ímpetu redoblado, toda vez
que el Congreso de los Diputados ha instado al Gobierno a que presente
proyectos en esa dirección.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún grupo distinto del de Izquierda Unida quiere
hacer uso de la palabra? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Popular, el señor García-Margallo tiene la
palabra.




El señor GARCIA-MARGALLO Y MARFIL: Gracias, señor Secretario de Estado,
por su comparecencia ante esta Comisión.

Yo, probablemente extralimitando el tenor literal de lo que ha sido la
solicitud de la comparecencia, quisiera hacer alguna reflexión general,
al hilo de lo que ha pedido el grupo que ha intervenido y de la respuesta
del Secretario de Estado, sin perjuicio de que podamos precisar nuestras
posiciones en un segundo turno.

Recuerda el señor Secretario de Estado que la Administración pública, el
sector público, en general, para ser más preciso, trabaja con un plan
general de contabilidad pública del año 1981 --subrayo, 1981--, antes de
nuestra incorporación a lo que es la Unión Europea y de la recepción, por
tanto, en nuestro ordenamiento de las normas contables vigentes en los
demás países de lo que entonces se llamaba Comunidad Económica Europea.

El siguiente hito temporal es 1990, al que se ha referido el señor
Secretario de Estado, señalando dicho año como en el que se aprobó un
Plan General de Contabilidad nuevo para recoger las directrices
comunitarias, pero aplicándolas exclusivamente al sector privado.

Reitero, exclusivamente al sector privado.

En dicho año de 1990 (y creo que la información sobre la cuenta general
del Estado hecha por el Tribunal de Cuentas, referida al ejercicio de
1990, es lo que ha motivado esta comparecencia) nos encontramos con
noticias extraordinariamente alarmantes.

Si las cifras del Tribunal de Cuentas son exactas --y mi interpretación
de lo que dice el Tribunal de Cuentas también lo es--, nos encontramos
con que en dicho año --además del exceso entre liquidación y
presupuestación, que es norma habitual, norma tradicional del Gobierno
socialista a lo largo de estos años--, del examen del Tribunal de Cuentas
sobre la cuenta general de 1990, hay 1,46 billones de pesetas no
contabilizados y desglosados de la siguiente manera: 629.500 millones
pura y simplemente no contabilizados; 605.352 millones de pesetas
correspondientes a intereses de letras y pagarés del Tesoro devengados en
el ejercicio, pero no contabilizados, porque, según las informaciones del
Secretario de Estado, el Ministerio de Economía y Hacienda ha optado por
el criterio de caja frente al criterio del devengo.

Y, en tercer lugar, 126.000 millones correspondientes a devoluciones
pendientes por el Impuesto sobre el Tráfico de las Empresas, lo que,
dicho sea de paso, pone de relieve la perniciosa costumbre de este
Gobierno de financiarse gratuitamente con cargo a los contribuyentes,
porque en España tres de cada cuatro sujetos pasivos tienen derecho a la
devolución cuando tienen que hacer sus declaraciones.

A eso habría que añadir, además, el cargo por desplazamiento de la
financiación estatal de los déficit de Renfe, por 131.265 millones;
préstamos incobrables, entre los cuales citaré sólo el correspondiente a
CESCE por 318.000 millones de pesetas, más préstamos vencidos, no
recuperados y no exigidos, a pesar --insisto-- de ser obligaciones
líquidas, exigibles y vencidas, entre las cuales podría recordar 318.000
de la Seguridad Social. Habría que añadir, por tanto, al 1,46 billones,
al que me he referido anteriormente, cerca de 705.000 millones de
pesetas. (El señor Vicepresidente, García Ronda, ocupa la Presidencia.)
He traído estas cifras no para importunar al señor Secretario de Estado a
estas horas de la tarde, ni siquiera para cargar sobre el señor
Secretario de Estado todos los males del Gobierno en materia de
administración y control del gasto público y ejecución presupuestaria en
general, sino simplemente para subrayar que contrasta que siendo tales
las deficiencias contables subrayadas por el Tribunal de Cuentas --y si
tiene alguna duda le diré lo que opina el fiscal del Tribunal de Cuentas
o los consejeros del Tribunal sobre esta cuenta--, todo lo que se le
ocurre al Ministerio de Economía es decir que se ha creado una comisión
para estudiar



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qué modificaciones hay que introducir en la contabilidad general del
sector público. Y nos anuncia que en 1994 --ha transcurrido ya mucho
tiempo desde 1981 y bastante desde 1990, en que se pudieron incorporar
los criterios contables vigentes en los demás países europeos al sector
privado-- ya tenemos un plan de contabilidad que va a ser aprobado
pronto.

Yo comprendo la relatividad de los conceptos y, sobre todo, la
relatividad del tiempo. Cada vez que ustedes me dicen, desde la
Secretaría de Estado, que se va a modificar algo pronto es para echarse a
temblar. En el área que yo más domino, por ejemplo, llevamos un enorme
retraso en lo que es la Ley General Tributaria o lo que es el Impuesto
sobre Sociedades, que ustedes tenían que haber remitido a este Congreso
en 1992. Por tanto, el pronto, me hace buscar en la biblioteca el «vuelva
usted mañana», de Larra. Insisto, ha pasado ya demasiado tiempo y han
pasado demasiadas cosas en el tema de la contabilización de las
operaciones públicas para que esta Comisión se pueda quedar tranquila
diciendo en mayo de 1994 que pronto van a adoptar los criterios contables
de la Comunidad Económica Europea a la contabilidad pública y que ya han
creado una comisión que lleva trabajando, parece ser, desde 1990 y que ha
consultado con todas las instancias humanas, divinas, naturales y
sobrenaturales.

Creo, señor Secretario de Estado --y con esto termino--, que siendo
importante esa adaptación de los criterios contables vigentes en los
demás países a España (insisto, para subsanar defectos que arrastramos
desde 1981 y coincido con la última parte de la intervención del señor
Secretario de Estado), aquí es necesario hacer mucho más en materia de
control de gasto público. Es necesario, por ejemplo, una Ley General
Presupuestaria en que se recojan todos esos criterios que el señor
Secretario de Estado ha anunciado que se han recogido, de forma
insuficiente, en algunas de las propuestas que se aprobaron como
consecuencia del debate sobre el estado de la nación y que este Grupo
parlamentario viene reclamando aproximadamente desde hace doce años. Es
necesario también reforzar las medidas de control parlamentario. Crear,
por ejemplo, la oficina presupuestaria dentro del Congreso de los
Diputados, que este Grupo parlamentario y otros Grupos vienen también
reclamando. Es necesario corregir los criterios sobre la intervención del
gasto, sobre el control interno del gasto público,y me gustaría algún
comentario, señor Secretario de Estado al hilo de sus declaraciones, de
cuál es el nivel o la cuantía o el volumen o el porcentaje de las
transferencias corrientes que han sido auditadas en el año 1993, por
citar el último ejercicio. Es necesario mejorar el control externo del
gasto público corrigiendo la ley de funcionamiento del Tribunal. Es
necesaria, señor Secretario de Estado, una reforma en profundidad de
todas las normas de contabilidad del sector público, y no se trata de
cuál es el criterio del inmovilizado, el criterio de la contabilización
por el precio de adquisición y no por el precio de mercado, etcétera,
sino una contabilización de todo el sector público, incluyendo dentro de
todo el sector público todo el sector público, es decir, adecuando todo
lo que es la Cuenta General del Estado a lo que son los Presupuestos
Generales del Estado para permitir una fiscalización real por parte de
estas Cortes. Y es necesario realmente el que tengamos un conocimiento
exacto, la agilización de la fiscalización, del resto de las cuentas.

Creo, señor Secretario de Estado, que si tuviésemos que calificar la
labor del Gobierno en materia de control del gasto público, y no sólo por
lo que está cayendo, que demuestra que la demolición de los sistemas del
control del gasto público conduce a lo que conduce, este Grupo
parlamentario ha dicho que si es necesaria una reforma en España sería la
de volver a restablecer todas las barreras, todos los sistemas de control
vigentes en 1982, y que sistemáticamente han ido desapareciendo a lo
largo de los tiempos al hilo de la Ley General Presupuestaria,
aprovechando como ley tranvía la Ley de Presupuestos, porque lo que nos
importa --insisto, con lo que está cayendo-- es establecer sistemas que
no hagan posible el despilfarro, la corrupción y la malversación de
fondos públicos, más que juzgar hechos concretos sobre los cuales vamos a
exigir la máxima responsabilidad. Insisto, lo que a nosotros nos importa
es establecer un sistema en el que esos casos sean los menos posibles.

Venir aquí diciendo que hay una comisión que está estudiando la
contabilidad del sector público no me parece bien. Yo entiendo que el
señor Secretario de Estado no puede decirnos otra cosa, porque no tiene
otra cosa que decirnos, y realmente, señor Secretario de Estado, créame
que no me gustaría estar en su posición.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Por el Grupo Socialista, tiene la
palabra el señor Gimeno.




El señor GIMENO MARIN: Este es un debate que viene a reproducir debates
previos al analizar la cuenta del año 1990 o la ejecución de la misma en
el análisis hecho por el Tribunal de Cuentas, y ahora vuelven a
introducirse los mismos elementos de confusión en algunas de las
intervenciones que estoy oyendo.

Vamos a tener ocasión próximamente de debatir en el Pleno de la Cámara lo
que es la aprobación definitiva de la cuenta de 1990, pero en cualquier
caso yo querría hacer algunas precisiones que me parecen muy necesarias.

Primero, no parece muy adecuado, desde un punto de vista técnico --y yo
creo que algunos de los portavoces conociendo como conocen la materia no
deberían hacerlo--, que se confundan conceptos --no sé si a veces
intencionadamente, generando una confusión ante la opinión pública-- en
lo que se refiere al año 1990 y también en otros momentos, porque si de
lo que se está hablando es de déficit presupuestario, de contabilidad
presupuestaria, si de lo que estamos hablando es de déficit de
contabilidad general o económico-patrimonial, que son conceptos
totalmente diferenciados, en principio de lo que habría que partir con
claridad es que la Administración y la Intervención General deben aplicar
estrictamente las normas legales existentes, lo cual es fundamental,
porque si no se genera a veces la duda de si lo que se está produciendo
es incumplimiento de las normas existentes, que en mi opinión y en la de
mi Grupo no es así.




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Y, en segundo lugar, lo que no se puede decir a veces es que hay que
aplicar el criterio, por ejemplo, de devengo para imputar un déficit en
un ejercicio determinado y, sin embargo, se estén introduciendo conceptos
de déficit acumulado para hablar de cuál es la situación de las cuentas
en el año 1990.

La cifra que ha citado el portavoz del Grupo Popular de 1,42 billones,
según los datos que tengo yo, en lo relativo a partidas pendientes de
aplicación, se refiere a un déficit acumulado y en contabilidad general,
lo cual es totalmente diferente si lo tuviéramos en cuenta en la
imputación únicamente del año 1990, que sería en contabilidad general de
55.300 millones y no las cifras que está citando.

Si hablamos de déficit acumulado en contabilidad presupuestaria serían
669.000 millones y si nos referimos a imputables en 1990, en contabilidad
presupuestaria, ascendería a 665.000 millones, en cuanto a las
discrepancias que existen entre lo que decía el Tribunal de Cuentas y lo
que pudiera decir la Intervención General del Estado o la Secretaría de
Estado de Hacienda.

Esta es la realidad. La realidad es que el año 1990 fue un buen ejercicio
presupuestario. Lo he dicho ya en distintas ocasiones y sin duda voy a
tener ocasión de poder repetirlo en los debates que se produzcan en el
Pleno de la Cámara, previsiblemente en la próxima o las próximas semanas.

Quiero decir que tanto en la Comisión, como ha dicho el Secretario de
Estado, como en el Pleno de la Cámara, ya se han aprobado resoluciones
claras al respecto. Se ha establecido ya que el criterio de devengo se va
a fijar con carácter general como principio en la contabilidad general y
económico-patrimonial, pero habrá que seguir distinguiendo que ésa es una
cuestión y otra es la contabilidad presupuestaria en la que habrá que
aplicar los principios normales de esa contabilidad presupuestaria.

Y para dejar bien claro de una vez que no hay ningún tipo de ocultación
del déficit en términos económicos, habrá que saber también --yo creo que
se sabe pero no se dice-- que en la contabilidad nacional queda
perfectamente reflejado cuál es el concepto de déficit que rige en este
país para que pueda ser comparado perfectamente con los demás países y
ver la evolución del mismo, pero este déficit no está controlado tampoco
por el Tribunal de Cuentas; sí los otros.

En cualquier caso, es evidente que las normas de contabilidad a las que
se está refiriendo el Secretario de Estado no es ya que fueran un mandato
también de esta Cámara, que fue aprobado por la misma, sino que era un
trabajo conocido y que ya está prácticamente hecho, como se ha dicho, y
que yo creo que es perfectamente conocido por todos los Grupos, por lo
menos en algunas de las comisiones en las que se estudia más
específicamente también esta cuestión.

En cuanto al planteamiento de la modificación de la Ley General
Presupuestaria, me remito ya a las resoluciones diversas y a lo que yo
preveo que va a ser el proyecto de ley que se presentará próximamente por
el propio Gobierno.

El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Para responder, tiene la palabra
el señor Secretario de Estado de Hacienda.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): El señor
García-Margallo empezaba su intervención diciendo que era una
extralimitación, y efectivamente ha sido una extralimitación
considerable.

Después monta toda una serie de argumentaciones sobre un error. Yo le
recomendaría al señor García-Margallo que leyera atentamente --no sé si
lo ha hecho-- el dictamen del Tribunal de Cuentas. Léalo, por favor,
porque entonces tendría que hacer otra argumentación en su intervención,
porque hay una cosa fundamental. Debe usted volver a leerlo y verá cómo
no se dice que no está contabilizado. No se dice en ningún momento que no
exista contabilización. Yo creo que el señor García-Margallo a partir de
este error, que es una falsedad, monta toda una teoría sin fundamento.

Lo que dice el Tribunal de Cuentas --por favor, señor García-Margallo
léase el dictamen-- es que en determinados casos se han empleado
criterios distintos. Eso es lo único que dice, no que no estén
contabilizados. Las partidas están perfectamente contabilizadas en el año
que corresponde, de acuerdo con el criterio legal vigente.

Algunas de las cosas que dice el Tribunal de Cuentas --usted debería
saberlo, señor García-Margallo-- no se ajustan a lo que disponen las
normas de contabilidad pública y, en cualquier caso, no es un tema
excesivamente interesante como para hacer aquí toda una teoría sobre el
control del gasto.

Le recomiendo, señor García-Margallo, que se lea atentamente estas
consideraciones. Bien es cierto que ha dicho que no era ésta el área que
mejor dominaba, porque ha mencionado que había otras áreas que dominaba
mejor. Lo que ocurre --yo se lo voy a contar-- es que hay unas
diferencias entre los criterios de imputación a un ejercicio o a otro,
pero no es que no haya contabilización, como usted ha dicho. Debe
corregir esa cuestión. No hay más déficit. No hay déficit que no esté
contabilizado, sino simplemente --yo creo que esto es importante
decirlo-- la aplicación de criterios distintos de contabilización, y
sobre estos criterios --si quiere ahora los repasamos-- en algunos de
ellos el Tribunal de Cuentas --ya se lo digo yo aquí-- no tiene razón de
acuerdo con la normativa vigente y en otros casos el Tribunal de Cuentas
se ha acogido a los criterios de la Intervención.

Todo esto se modifica. Usted ha minimizado, yo creo que de forma
indebida, la actuación de la Secretaría de Estado en relación al muy
importante trabajo que ha hecho para la creación de este plan General de
Cuentas. Usted lo ha minimizado, pero yo le digo que aquí han participado
no sólo personas relevantes, como comentábamos antes, del mundo de la
Administración, sino también de la universidad, de las profesiones,
etcétera. Es un trabajo que usted descalifica sin conocerlo y antes de
que se publique, pero yo le digo que es un buen trabajo. El hecho de que
en este momento, año 1994, vayamos a aprobar un plan



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general de cuentas no quiere decir, como usted ha insinuado --yo creo que
no correctamente--, que las cuentas públicas no estén sometidas a ninguna
norma. Estamos sometidos a normas perfectamente normalizadas y usted sabe
bien que las distintas contabilidades se rigen por normas que son
perfectamente homologables con las que existen en los demás países
europeos, que la contabilidad nacional se lleva de acuerdo con las normas
europeas sobre el particular, y también la contabilidad presupuestaria y
las demás contabilidades. No existe ningún problema. Usted quiere hacer
creer que existe un problema de ocultación de gasto en relación a la
cuenta del año 1990, y no es así. Los gastos están todos perfectamente
contabilizados y hay, simplemente, criterios de imputación. Usted sabe
--usted entiende de contabilidad privada-- que los criterios de
imputación son una cosa diferente de la contabilización. Entonces, qué es
lo que pasa en este famoso informe del Tribunal de Cuentas sobre las
cuentas del año 1990, que nos dice el señor García-Margallo que hay una
ocultación de gasto por un importe de un billón 421.000 millones? Nos
dice el señor García-Margallo; pero no es así, es lo que dice el Tribunal
de Cuentas. Yo le digo que por el Tribunal de Cuentas se señalan unas
diferencias de contabilidad económico-financiera. Estas diferencias no es
que no estén contabilizadas, señor García-Margallo, como usted ha dicho,
es simplemente que se han utilizado unos criterios de imputación temporal
diferentes. Con qué ha sido esto? Lo sabemos, ha sido con intereses de
pagarés y letras del Tesoro. ¿Por qué? Porque sabemos exactamente que los
intereses de pagarés y letras del Tesoro se devengan, teóricamente, en el
sentido económico, temporalmente, pero que en contabilidad
económico-financiera, de acuerdo con las normas que tenemos, hay que
registrarlos en el momento en que vencen esos intereses. Esa es la única
diferencia. Sí, sí; no haga gestos extraños. Esa es la diferencia, ésa es
la normativa y eso no tiene ningún misterio. Además, eso lo han contado,
muy bien por cierto, casi todos los periódicos de este país.

Después hay también un problema con respecto a la devolución de
impuestos. En contabilidad económico-financiera, la regla es que las
devoluciones se contabilizan cuando, producida la liquidación, se
reconoce el derecho a la devolución y lo que dice el Tribunal de Cuentas,
no de acuerdo con la normativa vigente, es que estas devoluciones se
tienen que registrar en el momento en que se presentan las devoluciones
de impuestos. Hay, simplemente, un problema de criterio de imputación
como en el siguiente caso. No busque usted aquí un problema de ocultación
de gastos o alguna otra maquinación fraudulenta, que no lo hay. Hay otra
serie de conceptos que se refieren a otros temas, que también los
podíamos ver. De esta cifra de un billón 421.000 millones, los intereses
de pagarés y letras del Tesoro son 665.000 millones, las devoluciones...

(El señor García-Margallo y Marfil: Eso he dicho.) Sí; pero usted ha
dicho que no están contabilizados.




El señor VICEPRESIDENTE (García Roda): Señor García-Margallo, no entable
diálogo. Ya tendrá ocasión de manifestarse.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Devoluciones
de impuestos, 126.000 millones y otros conceptos, 629.000 millones.

¿Cuáles son estos otros conceptos? En estos otros conceptos hay anticipos
del Banco de España por suscripciones, participaciones, contribuciones y
cuotas en organismos internacionales de desarrollo. Aquí no hay ninguna
ocultación del gasto. Aquí simplemente hay una diferencia porque el
criterio que se ha venido manteniendo sobre este particular, como usted
debiera saber, es que estas cuotas las pagaba el Banco de España
directamente porque correspondía al Banco de España la presencia en estos
organismos. Hay también transferencias al Instituto de Crédito por
subvenciones de crédito a los damnificados por inundaciones para
compensar quebrantos por avales y préstamos para reconversión. Estos
gastos están pendientes de dotación presupuestaria y se hará el pago
cuando se haga esa dotación presupuestaria. Hay también cuotas sociales
del mutualismo administrativo, que son también desfases temporales de
aplicación. Hay pólizas concedidas a tabacaleras, respecto a las que se
equivoca el Tribunal de Cuentas porque estas pólizas no fueron una
obligación para el Tesoro, como usted bien sabe, sino hasta la Ley de
Presupuestos del año 1992 que reconoció esas obligaciones. Hay toda una
serie de diferencias, pero le digo, señor García-Margallo: No busque
usted cuestiones donde no las hay. Aquí no hay ningún problema. Aquí
simplemente hay un criterio de imputación. De tal manera que, como usted
bien sabe, si corregimos el año 1990 de acuerdo con lo que nos dice el
Tribunal de Cuentas, tendríamos más o menos beneficio en el año 1989 o en
el año 1991, pero no hay ocultación de gasto, no hay ninguna ocultación
de gasto. Incluso, en alguno de los datos que dice el Tribunal de
cuentas, por ejemplo, en los que hacen referencia a la devolución de
impuestos, si se hubiese seguido el criterio del Tribunal de Cuentas,
hubiese habido menos gasto para el Estado en este año 1990.

En fin, señor García-Margallo, yo le digo que aquí no hay nada oculto.

Hay simplemente una serie de criterios. Estos criterios hacen referencia
a problemas de periodificación, que son siempre normales en contabilidad.

En algunos casos se han recogido los criterios que señala el Tribunal de
Cuentas, como es el caso de la periodificación de los intereses de
pagarés y letras del Tesoro, en contabilidad económico-financiera, o los
casos de devoluciones de impuestos. En el caso de contabilidad
presupuestaria, el Tribunal de Cuentas recoge los criterios que se siguen
por la Intervención General en este aspecto. Por lo tanto, no hay ningún
problema respecto a la cuenta del año 1990 y el informe del Tribunal de
Cuentas y, por otro lado, tampoco hay ningún problema porque no estamos
ausentes de normas sobre contabilidad pública.

Por último, le diré que cuando conozca la instrucción del plan general de
contabilidad pública verá, sin duda, que es un buen trabajo.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Esta Presidencia va a dar un
pequeño turno de aclaraciones a



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todos los intervinientes por los grupos que anteriormente han hecho uso
de la palabra.

En primer lugar, por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: ¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Si de 1981
a 1994 vamos a tener un nuevo plan de contabilidad hecho por sesudos
componentes de toda nuestra clase política, clase intelectual y
universitaria, ¡bienvenida sea! Es señal de que algunas cosas estaremos
ajustando. En segundo lugar, si además se nos anuncia que en el plazo de
dos meses esta Cámara va a disponer de una reforma de la Ley General
Presupuestaria, sabiendo que, en la disputa entre si tiene razón o no el
Tribunal de Cuentas, una de las cosas que arguye el Gobierno es la Ley
General Presupuestaria, pues saldremos de algunas dudas. En tercer lugar,
quiero decir que no hay nada respecto a la intervención del año 1990
cuando el propio Gobierno presenta cuarenta alegaciones y hace de «motu
proprio», en los años 1991 y 1992, cincuenta y tres modificaciones, que
reconoce en el apartado de alegaciones, pues lógicamente es importante.

Ser juez y parte es muy difícil y que usted diga que el Tribunal de
Cuentas se equivoca, que es el tribunal de la cuentas... Vamos a ver si
cada uno está en su sitio. Si usted es el que gestiona el presupuesto y
encima se permite decir quién acierta y quién no acierta, permítame que
le diga que quien tiene que aceptar o no las alegaciones, que es el
Tribunal de Cuentas, será el que dicte. Y lo que dice el Tribunal de
Cuentas después de oírles a ustedes es: Miren ustedes, no aceptamos las
alegaciones en esto, en esto y en esto. Las aceptamos en esto y en lo
demás, pues a tenor de lo que es la conclusión.

Hay que reconocer que es verdad parte de lo que se está diciendo aquí. Es
verdad que un problema es el relativo a la imputación, pero usted sabe de
sobra, igual que yo, que no se pueden sumar cifras de un año con la de
otro porque se modifican valoraciones, liquidaciones presupuestarias,
déficit, etcétera. Le voy a leer el párrafo de la página 26 del informe
del Tribunal de Cuentas. Fíjese que yo he sido escrupuloso y no he
querido entrar en los contenidos; ha salido después, en el debate, todo
esto de la tinta del año 1990. Mi grupo no va a respaldar la Cuenta
General, porque no la vemos clara. Le voy a leer lo que dice el Tribunal
de Cuentas: El déficit presupuestario conjunto del Estado y sus
organismos autónomos diferencia entre las obligaciones y derechos
reconocidos en el ejercicio que, según las cuentas rendidas, asciende a
1,10 billones de pesetas, frente al inicialmente previsto 1,18 billones.

Ahora bien, si se ajusta incluyendo los gastos y los ingresos que se han
generado en el ejercicio y se han dejado de imputar presupuestariamente,
dicho déficit pasaría a ser 1,66 billones. Y dice más. Y si se hubieran
regularizado en el mismo todas las partidas pendientes de ejercicios
anteriores a 1990, se habría situado en torno a 2,46 billones de pesetas.

Estamos hablando de déficit en una evolución determinada. Es verdad que
hay un problema de imputación. Yo he empezado diciéndole que no es lo
mismo una contabilidad general que una contabilidad presupuestaria, si se
imputa una obligación reconocida a un ejercicio o a una evolución más o
menos movida.

Le he hecho referencia a las ampliaciones de crédito, a las
modificaciones de crédito y a la necesidad de la vinculación; porque si
de 237 programas ustedes modificaron 218 en el año 1990 la excepción ha
sido el que se ha quedado sin modificar. Con lo cual eso de discutir aquí
tantos conceptos, partida fulana, tanto dinero, partida fulana, tanto,
etcétera, si luego se modifica todo, esto resulta una pequeña
complicación.

En todo caso, quiero reconocer como positiva su intervención, porque ha
venido a comprometer, primero, que se va a modificar el Plan de
Contabilidad Pública, ajustándose a criterios nuevos, ajustando nuestro
sistema de contabilidad, también, a la presupuestación europea que no
estaba recogida y, además, se han ido corrigiendo algunos defectos en la
evolución del tiempo. (El señor Presidente ocupa la Presidencia.) Esta es
la conclusión más positiva en cuanto a esa cuenta general del año 1990.

Sé que en los números y en las pesetas eso de la multiplicación de los
panes y los peces no es posible. En otra actuación parece ser que fue
posible. Aquí estoy convencido que no. Por tanto, los números que le
dieron inicialmente en el presupuesto y los que se liquidan, lo que se ha
gastado en ese año y la imputación que en cada caso se ha hecho, es lo
que está en discusión a la hora de analizar esa rendición de cuentas, que
nosotros no compartimos, que creemos que hay limitaciones en esa
transparencia del gasto y que el Tribunal de Cuentas les ha pedido a
ustedes determinadas modificaciones. No voy a entrar en ello porque eso
compete a otra Comisión e irá al Pleno. Yo he querido conocer las
actuaciones que ustedes han hecho. Como conocía, y con esto termino, las
que ustedes han ido haciendo porque en el propio informe nos dicen que en
el año 1991 hicimos esto, en el año 1992, hicimos lo otro; me he referido
a las que creía que no estaban suficientemente respondidas.

Estoy convencido, señor Secretario de Estado de Hacienda, que no le va a
pasar a usted, porque yo sé que es un hombre competente, aquello que le
pasó a aquel vecino mío, que a los 30 años siendo Roque, en lugar de
albaricoque decía albercoque.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor García-Margallo.




El señor GARCIA-MARGALLO Y MARFIL: Voy a intentar precisar lo que he
dicho y calificar lo que ha dicho el señor Secretario de Estado.

Para empezar, y como observación inicial, es imposible discutir si cuando
el Tribunal de Cuentas les da a ustedes la razón, o hace caso de sus
alegaciones, acierta, pero que cuando no recoge sus alegaciones yerra, y
decirlo de forma dogmática. A mí, realmente, me ha parecido que estaba
usted en un papel no ya episcopal, sino de auténtico sumo pontífice. El
Tribunal de Cuentas no tiene razón. Lo dice el señor Secretario de
Estado, punto redondo.

Segundo, yo he dicho que las partidas de ingresos pendientes de aplicar o
incorrectamente aplicadas a 31 de



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diciembre de 1990 supondrán un cargo neto en las cuentas de resultados de
la Administración General del Estado de un billón 421.702 millones de
pesetas. Subrayo, las partidas de gastos e ingresos pendientes de aplicar
o incorrectamente aplicadas. Esto es exactamente lo que he dicho.

Tercero, he dicho también, y S. S. ha pasado como ascuas sobre el tema de
la deuda, que el Banco de España reclama sin éxito a la Seguridad Social.

Y dice el Tribunal de Cuentas, refiriéndose a los ejercicios de 1989,
1990 y 1991, literalmente, abro comillas: «Se está desvirtuando la
finalidad para lo que fueron diseñados estos créditos y se está actuando
para resolver problemas estructurales de financiación que deberían
resolverse a través de los presupuestos de las entidades.» Fin de la
cita. Sabe cuál es la opinión también del señor Gobernador del Banco de
España, que dijo que eso eran deudas líquidas, exigibles y vencidas que
no se habían podido recuperar, correspondientes a tres líneas de crédito
de las cuales una solamente se había podido amortizar.

Cuarta precisión. Sabe S. S., porque es inspector de finanzas, que cuando
un contribuyente es acreedor por el concepto de intereses tiene que
contabilizarlos en el año que se devengan y no en el año que se cobran, y
que la infracción de esa norma contable, que se aplica en el Plan General
de Contabilidad en 1990, en el anterior, y en el anterior, puede llevar
acarreada una sanción del 300 por ciento. Su señoría me dice que
prefieren contabilizar los intereses no cuando se devengan, sino cuando
se cobran. Sabe S. S. también que la devolución de ingresos coloca a la
Hacienda Pública en posición deudora respecto a los contribuyentes y, a
mi juicio, lo correcto para dar una imagen real de lo que ese año se ha
obtenido por impuestos es contabilizarlos ese mismo año. Pero S. S. es
que intenta minimizar lo que son los criterios de periodificación. Para
no ceñirme sólo a términos contables y hablar en términos políticos, le
remitiría a las actas de este Congreso de los Diputados en una
intervención del entonces Diputado de Unión de Centro Democrático
Leopoldo Calvo Sotelo, explicando cuál fue la actuación del Gobierno
sobre el déficit del año 1982.

Cuando se produce el cambio de gobierno se cargan todas las obligaciones
posibles y se desplazan hacia otro año todos los ingresos posibles para
que 1982 apareciese con un déficit importante. Le sugiero que haga esta
reflexión porque estamos en otra época de cambio y no me gustaría que el
Gobierno entrante se encontrase con defectos de periodificación, que nos
han llevado, por ejemplo el año pasado, a tener que aflorar créditos
extraordinarios superando el artículo 10.

Cuando yo le pregunté cómo se ha podido superar el artículo 10, me dice:
lo hemos derogado por decreto. Y yo le contesto: Naturalmente que lo han
derogado por Decreto, porque habían superado todos los límites. Y utilicé
la imagen de decir: Es como si el señor que le pega un trompazo a un
semáforo se baja del coche y dice: Queda derogada la ley por la que se
prohíbe darle a los semáforos. Me parece que es un expediente bastante
pintoresco de resolver las cuestiones. Sobramos todos los diputados en
este caso.

Dice S. S. que yo he dudado de la calidad del trabajo. No he dudado de la
calidad del trabajo --no lo he leído--, simplemente he dicho que estamos
con unas normas de contabilidad pública desde el año 1981, que en 1990
tenemos un estudio del Tribunal de Cuentas en que, como mínimo, dice que
no lo han hecho ustedes bien, aunque usted dice que el que lo ha hecho
mal es el Tribunal de Cuentas por decir que ustedes no lo han hecho bien.

Si en ese año se pudo aplicar ya las normas contables de la Comunidad
Económica Europea al plan privado --me parece que en 1994 es
excesivamente tarde--, hemos perdido mucho tiempo. Yo no he dicho que lo
que se esté haciendo esté bien o mal. He dicho que es extemporáneo porque
ha transcurrido mucho tiempo y han pasado suficientes cosas para que eso
se hubiese hecho.

Me dice que va a venir pronto. Lo único que he dicho es que cada vez que
usted me dice que algo va a venir pronto este grupo parlamentario tiene
una enorme tranquilidad porque no le urge preparar demasiado las cosas.

¿Cuándo dijo el señor Secretario de Estado, en ley, que iba a venir el
proyecto de ley de Impuestos sobre Sociedades? En 1992. ¿Cuándo dijo el
Gobierno, en ley, que se iba a hacer converger la tarifa del Impuesto
sobre la Renta al 50 por ciento? En 1993. ¿Cuándo se ha anunciado la
modificación de la Ley General Tributaria? Reiteradas veces. Y en cada
período de sesiones me dicen que es el siguiente trimestre. Voy a
preguntar siempre de qué año, porque probablemente estemos diciendo la
verdad el Gobierno y nosotros.

Referente al estado de la nación, tengo aquí todas las resoluciones que
se han aprobado. Una observación, pura curiosidad, para ilustración.

Podemos repasar, una a una, todas las resoluciones. Si usted coge las
suyas, yo le voy a ir diciendo las que ha propuesto el Grupo Popular:
Exactamente las mismas que el Grupo Socialista ha ido rechazando a lo
largo de los tiempos, hasta el estado de la Nación en que las han
recogido. Creo que esa tabla comparativa es realmente ilustrativa.

Lamento que esto que han aceptado y que han rechazado a lo largo de los
años, desde 1982, no lo hayan hecho antes, sobre todo diciendo, señor
Secretario de Estado, y usted no tiene la culpa de eso, ¡con lo que está
cayendo! Porque, probablemente, llovería menos si se hubiesen adoptado
las medidas que propusimos entonces.

Subrayamos, y subrayo ahora, que lo que a nosotros nos preocupaba era el
desmantelamiento sistemático, año tras año, de los controles del sector
público existentes en 1982. En la Ley General Presupuestaria, el retraso
en la aprobación de las normas sobre contabilización pendientes de
aprobar, que dice S. S. que se van a aprobar ahora, pero, insisto, 1994
respecto a 1982. En el restablecimiento de todos esos controles, en el
restablecimiento del mecanismo del control parlamentario, ¿cuántas veces
se ha prometido en esta Cámara que se iba a crear la oficina
presupuestaria? Cuántas veces se nos ha dicho que se iban a mejorar los
sistemas de intervención del gasto público? ¿Cuántas veces se nos ha
prometido una modificación de la ley de funcionamiento del Tribunal de
Cuentas para hacerlo más ágil? ¿Cuántas veces se nos ha prometido la
modificación



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de la Ley de Contratos del Estado para eliminar la discrecionalidad?
¿Cuántas veces se nos ha prometido que se iba a modificar la Ley de
Patrimonio del Estado para impedir también la discrecionalidad en la
enajenación de bienes públicos? Cuántas veces se nos ha garantizado que
se iban a aplicar a los responsables públicos las mismas
responsabilidades que a los administradores privados?
Señor Secretario de Estado, si todo eso se hace daremos por bien empleado
nuestro discurso reiterativo de doce años de oposición, que terminarán,
espero, muy pronto y permitirán una revisión a fondo, un decreto de nueva
planta sobre el gasto público para hacer en profundidad una reforma del
sector público. Y esto sí que constituye, más que una licencia retórica,
una extralimitación del tema que nos trae aquí. Pero créame que lo otro
tiene mucho que ver con lo que está pasando, con lo que ha pasado y con
lo que el Tribunal de Cuentas ha dicho.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Gimeno.




El señor GIMENO MARIN: Señor Presidente, sin pretender extralimitarme en
el tema que se está planteando, sí quiero decir que me da la sensación de
que si el Grupo Popular sigue manteniendo las confusiones que mantiene el
señor García-Margallo, será difícil que puedan llegar a gobernar de una
manera normal.

Creo que hay confusiones en los planteamientos que se hacen por parte del
portavoz del Grupo Popular, pero además notorios. La oficina
presupuestaria depende de que los grupos de esta Cámara modifiquemos el
Reglamento y la introduzcamos; dependerá de eso. Y pienso que en el
Reglamento de la Cámara a lo mejor no todas las dificultades procederán
del Grupo Socialista. En cualquier caso, estoy convencido de que se va a
plantear ya el tema de la oficina presupuestaria y estará recogida en
dicho Reglamento. Por cierto, hay que matizar también lo que es el
significado de una oficina presupuestaria cuando existe el Tribunal de
Cuentas, sobre el cual también parece que hay una confusión enorme, y es
que tiene un sentido y un significado totalmente distinto, puesto que,
repito, existe el Tribunal de Cuentas.

Quiero recordar que su Grupo, hoy mismo, en esta Cámara y en esta
Comisión, habrá mantenido --estoy convencido porque lo he leído--,
criterios diferentes a los del Tribunal de Cuentas, ya que no se está de
acuerdo con algunas de las cuestiones que plantea respecto a lo que son
las financiaciones electorales, por ejemplo. Y también sobre otros temas,
porque el Tribunal de Cuentas es un instrumento de esta Cámara, pero es
la Comisión de Relaciones con el Tribunal de Cuentas la que aprueba o no
aprueba y la que modifica las resoluciones que propone el propio
Tribunal. La Administración y el Gobierno podrán tener discrepancias con
el Tribunal, o la Intervención en algunos casos, que también son muy
correctas esas discrepancias en nuestra opinión, pero usted vuelve a
olvidar que lo que están aplicando la Administración, la Intervención y
los profesionales que se dedican a ello son las normas en vigor, las
normas que existen actualmente. No es posible modificar los criterios de
devengo o los criterios de caja si no se modifican esas normas, y
mientras no se modifiquen no hay manera de que se apliquen, diga lo que
diga el Tribunal de Cuentas, ya que las actuaciones de los profesionales
de la Intervención, o del conjunto de los profesionales, serían
irregulares, y entonces podríamos encontrarnos en otro tipo de
situaciones.

Creo que este planteamiento es así de claro. No hay por qué coincidir con
el Tribunal de Cuentas, lo cual no quiere decir que éste no sea un
instrumento extraordinariamente importante para esta Cámara, y en ese
sentido se actúa, se le escucha y se hacen propuestas de resolución. Y le
quiero recordar que no hace mucho se aprobó por la Comisión Mixta del
Tribunal de Cuentas una de esas propuestas de resolución para intentar
que dicho Tribunal no introduzca confusión sobre temas como los que
estamos discutiendo en estos momentos, ya que hay que dejar bien claro
cuáles son los criterios de las normas, puesto que el Tribunal de Cuentas
tiene que informar las cuentas del Estado en función de esas normas
vigentes. Y en otro apartado de la resolución se le dice al Tribunal de
Cuentas que especifique cuáles son los criterios de las normas que creen
que deben modificarse. Y en ese sentido de modificación de criterios de
normas, si no me equivoco, en el proyecto de contabilidad general para
las cuentas públicas que presentará el Gobierno me parece que se
introducen ya criterios de devengo de acuerdo con el Tribunal. Pero
también hay que decir que en las cuentas de 1990 por primera vez el
Tribunal de Cuentas recoge ya opiniones en las que discrepaba con la
Intervención General del Estado, y que ahora por fin parece que ya le
hace caso.

El Secretario de Estado creo que ha explicado perfectamente que es el
problema de los intereses, y fundamentalmente el de las devoluciones de
los impuestos, lo que establece esos diferentes criterios. Pero si el
portavoz del Grupo Popular define tanto el criterio de devengo, que no
nos hable de déficit acumulado, porque entonces no hay manera de poder
entendernos. También dice el Tribunal de Cuentas que en el ejercicio de
1990, que fue un ejercicio anómalo, existe superávit presupuestario.

Vamos a ver si entre todos conseguimos poner orden (por lo menos en las
palabras, porque creo que las normas son claras) para que los ciudadanos
entiendan perfectamente que lo que a veces se está generando es una
confusión, y que no hay ninguna ocultación de nada, que está todo
contabilizado; lo que pasa es que los criterios de periodificación a
veces llevan a que se interprete de una manera o de otra.

En ningún caso, desde un punto de vista técnico y mínimamente
profesional, se puede hablar de periodificaciones para un ejercicio, y
luego introducir en uno solo todo el déficit acumulado de otros
ejercicios. Yo creo que es volver a insistir en algo que estaba superado.

Es seguir intentando confundir a la opinión pública.




El señor PRESIDENTE: El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Agradezco al
señor Ríos, por un lado, el carácter positivo que le da a esta discusión
en sus conclusiones y, por otro, la forma elegante en que me hace ver que
a lo mejor he sido muy tajante cuando he dicho que el Tribunal de Cuentas
se equivoca. No quería decir eso, como es lógico, sino simplemente que en
este caso aplica un criterio que yo creo que no es el correcto ni el
adecuado a las normas, y así se lo hemos hecho ver en los informes que le
hemos correspondido. Se lo agradezco.

El señor García-Margallo ha hecho muy bien, porque ha corregido --ya
mirará usted el «Diario de Sesiones»-- lo que dijo primeramente, porque
antes manifestó que no estaban contabilizados, y yo creo que ahí estriba
la cuestión.

Yo le he dicho que cuando estamos discutiendo una cuestión, si aplicamos
un criterio de imputación temporal a o b es una discusión técnica,
interesante e importante, pero políticamente de segundo interés. Usted,
en su primera intervención, hizo una consideración política basada no en
que existía un criterio distinto de imputación, sino en que no estaban
contabilizados. (El señor García-Margallo y Marfil: Correctamente.)
Después ha modificado ese punto de vista, de lo cual me alegro, porque si
simplemente dice que lo que hay son criterios distintos de imputación
convendremos en que, efectivamente, la discusión tiene un interés
técnico, tiene sin duda un interés político, pero no es que no estén
contabilizados los gastos, ya que siempre, cuando hablamos de imputación,
si corregimos al alza el ejercicio de 1990 por estas cuestiones,
tendremos que reducirlo por aquellos intereses que están cargados en la
contabilidad, pero lo eran con arreglo a criterio distinto al que dice el
Tribunal de Cuentas, y probablemente el resultado final será cero o
prácticamente igual, y habremos de corregir los ejercicios de 1989 y de
1991.

Por eso yo entiendo que estas cuestiones son muy interesantes, se van a
corregir, vamos a tener mayor información, más transparente y más idónea,
pero no se puede hacer de ella, como usted hizo en su primera
intervención, una cuestión política diciendo que se ocultaban gastos.

La segunda cuestión que usted hace de estos temas también tiene un matiz
político, en lo que no puedo estar de acuerdo con usted, porque señala la
diferencia entre los años 1991 y 1993 como ausencia de normas, y ya le he
dicho anteriormente que tenemos todas las normas de contabilidad
adecuadas, y ahora las vamos a tener más perfectas, porque han variado
también las normativas europeas y vamos a aplicar unos criterios que nos
van a permitir conocer mejor la realidad, pero no ponga usted un ejemplo
de esta naturaleza para indicar que no hay norma; hay normas y se
explican.

Recuerdo que usted puso el ejemplo del coche y del semáforo la otra vez
que yo estuve aquí, y recuerdo también lo que le dije. Le dije que, en
realidad, lo que usted quería era que el coche se estrellara con el
semáforo. Yo creo que usted y su Grupo siguen pensando lo mismo con las
consideraciones que hacen, lo único que quieren es que el coche se
estrelle con el semáforo, y espero que no lo consigan. (Risas.--El señor
Ríos Martínez: ¿El semáforo o el coche?)



El señor PRESIDENTE: Con la intervención del señor Martínez Robles
termina la comparecencia del señor Secretario de Estado de Hacienda y se
levanta la sesión.




Eran las siete y cuarenta minutos de la tarde.