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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 54, de 27/10/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 54
INDUSTRIA, ENERGIA Y TURISMO
PRESIDENTE: DON JOAQUIM MOLINS I AMAT
Sesión núm. 5
celebrada el miércoles, 27 de octubre de 1993



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Comercio y Turismo (Gómez-Navarro
Navarrete) para:
--Informar sobre las líneas generales de la política del Departamento en
materia de turismo. A petición propia. (Número de expediente 214/000020).

(Página 1512)
--Evaluar la temporada turística y explicar los futuros planes
turísticos. A solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió). (Número de expediente 213/000074). (Página 1512)
--Informar en materia de turismo sobre las medidas que piensa adoptar en
este área y la valoración que le merece su situación actual. A solicitud
del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. (Número de expediente
213/000084). (Página 1512)



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Se abre la sesión a las nueve y cuarenta minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (GOMEZ- NAVARRO
NAVARRETE) PARA:



--INFORMAR SOBRE LAS LINEAS GENERALES DE LA POLITICA DEL DEPARTAMENTO EN
MATERIA DE TURISMO (A PETICION PROPIA). (Número de expediente
214/000020.)



--EVALUAR LA TEMPORADA TURISTICA Y EXPLICAR LOS FUTUROS PLANES
TURISTICOS. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALAN (CONVERGENCIA I
UNIO). (Número de expediente 213/000074.)



--INFORMAR EN MATERIA DE TURISMO SOBRE LAS MEDIDAS QUE PIENSA ADOPTAR EN
ESTE AREA Y LA VALORACION QUE LE MERECE SU SITUACION ACTUAL. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente
213/000084.)



El señor PRESIDENTE: Buenos días.

Vamos a iniciar la sesión de la Comisión de Industria, Energía y Turismo
con la comparecencia del señor Ministro de Comercio y Turismo, don Javier
Gómez-Navarro, a petición propia y a solicitud de los Grupos
Parlamentarios Catalán (Convergència i Unió) y Popular.

En primer lugar, quisiera dar la bienvenida al señor Ministro. Muchas
gracias por su presencia en la Comisión. Estamos seguros de que el debate
nos ayudará a comprender y organizar mejor el turismo, que tan importante
es para la economía del país, y para el desarrollo de los trabajos de
esta Comisión.

La sesión se desarrollará, de acuerdo con la Mesa y Junta de Portavoces,
con una primera intervención del señor Ministro; a continuación, los
grupos que han solicitado la comparecencia e inmediatamente los demás
grupos que quieran posicionarse al respecto, con los turnos
correspondientes de réplica y dúplica que seamos capaces de introducir a
lo largo de la mañana, que será el tiempo de que disponemos para el
desarrollo de esta sesión.

Por tanto, tiene la palabra don Javier Gómez-Navarro, Ministro de
Comercio y Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete):
Señorías, voy a intentar contarles de manera concentrada cuál va a ser la
política del Ministerio en el área del turismo, y para ello voy a hacer
una breve introducción sobre las dimensiones, la importancia y la
situación del sector, un diagnóstico sobre la situación actual en este
momento, los problemas que tiene el sector, sus puntos fuertes y débiles,
y luego, como consecuencia de ese diagnóstico, qué objetivos tenemos y
qué políticas pretendemos seguir.

Saben ustedes que el turismo tiene en España un papel relevante en su
economía, significa más del 8 por ciento del PIB, genera ingresos por
encima de los dos billones de pesetas, 2,1 billones de pesetas en 1992, y
un empleo de 1,4 millones de personas; además, juega un papel bastante
importante en el equilibrio territorial de nuestro país. En el año 1992
los ingresos totales por turismo representaron el 23 por ciento de las
importaciones, mientras que en los ocho primeros meses de este año ese
porcentaje ha subido al 26 por ciento, y los ingresos por turismo en el
año 1992 significaron una cobertura del 59,6 por ciento del déficit
comercial. En los ocho primeros meses de este año el porcentaje anterior
de cobertura sobre el déficit comercial se ha elevado a 127,8 por ciento.

Quiere decir, por tanto, que el turismo está más que cubriendo el déficit
comercial en los ocho primeros meses de este año. Ustedes habrán visto
los datos que ha hecho público el Banco de España ayer precisamente según
los cuales por primera vez en el mes de agosto ha habido una balanza por
cuenta corriente positiva, gracias fundamentalmente al sector turístico.

El sector turístico mundial en los últimos años no ha hecho más que
crecer. A nivel mundial la Organización Mundial de Turismo estima que hay
475 millones de turistas, que se mueven en el sector turístico mundial
37,6 billones de pesetas y que el turismo mundial está creciendo con una
tasa media del 5 por ciento anual. España es el tercer país turístico del
mundo, después de Estados Unidos y de Francia y un poco por delante de
Italia, en ingresos y en número de turistas. El sector turístico español
ha tenido un crecimiento sostenido a lo largo de la última década, con
una tasa de crecimiento del número de turistas del 5 por ciento y de
ingresos del 11 por ciento en pesetas. En España, según los datos del
último año, se producen 125 millones de viajes, de los cuales
aproximadamente 40 millones son viajes de extranjeros y 85 viajes de
españoles. Tenemos una planta hotelera o de apartamentos turísticos
reglamentados con una capacidad de dos millones de plazas,
aproximadamente. En el año 1992 el número de visitantes --ya saben que
visitantes son las personas que entran por frontera-- fue de 55,3
millones, con un crecimiento sobre el año anterior del 3,4 por ciento y
con una tasa de crecimiento de los diez últimos años del 3,2 por ciento,
pero si en vez de visitantes consideramos turistas, que son las personas
que por lo menos hacen una pernoctación, la tasa de crecimiento de los
últimos años ha sido del 5 por ciento.

Quiero decirles que se está produciendo un proceso de cambio absoluto del
sistema de medición turística. Quiere decirse, por tanto, que nos vamos a
encontrar que en el año 1994 algunos de los datos van a ser difícilmente
comparables con los de 1993, porque la entrada de turistas se medía por
la policía de fronteras. Con la desaparición de las fronteras y cuando
entre en vigor el Convenio de Schengen, que significa la desaparición de
policía en fronteras, no vamos a tener esa medición porque la policía no
va a poder dar datos de entrada por fronteras. Por



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ello, la Secretaría General de Turismo ha puesto en marcha un programa
muy ambicioso de medición a través de encuestas con un altísimo grado de
fiabilidad porque se realizan en este sentido del orden de 15.000
encuestas para medir la entrada de turistas y la entrada de extranjeros
por el sistema de encuestas, lo cual significa un cambio muy importante
en el sistema de medición y un esfuerzo enorme en la información, porque
ya que se realiza la encuesta, no sólo se refleja el número de
extranjeros que entran, sino también los hábitos, dónde ha estado, qué ha
consumido, cuánto dinero ha gastado, es decir, un conjunto de información
turística que no existía en España y que no existe, que nosotros sepamos,
en ningún otro país turístico importante. Eso significa un esfuerzo muy
importante en obtención de información, que va a dar muchas posibilidades
al sector gracias a la explotación de esa información, y significa un
cambio en el sistema de medición que va a hacer que los datos que nos
encontremos para 1994 no sean similares a los que teníamos hasta ahora.

En el año 1993, incluido septiembre, han entrado 46 millones de
visitantes, lo que significa un crecimiento del 2,5 por ciento sobre el
año 1992. Los mercados emisores básicos de turistas, no de visitantes
que, evidentemente, son Francia y Portugal como países fronterizos, lo
que implica que la gente pasa la frontera sin pernoctar en España, los
principales emisores son Alemania y el Reino Unido; Alemania con una
participación del 14,9 por ciento de cuota y el Reino Unido con el 12,5
por ciento. En estos países ha crecido la emisión de turistas hacia
España el 10 por ciento en Alemania y el 9,9 por ciento en el Reino
Unido. El mercado comunitario significa el 80 por ciento del total de
nuestro mercado, con un incremento acumulado de enero a agosto de entre
el 3,5 y el 4 por ciento. El mercado americano ha tenido un año
relativamente negativo, ha experimentado una disminución del 11,8 por
ciento, y el mercado japonés ha crecido un 6,4 por ciento, según las
cifras hasta septiembre que son con las que contamos en este momento.

Gracias a estas encuestas que se han realizado por primera vez tenemos
datos de los destinos de los turistas dentro de España. En las encuestas
se les ha preguntado a qué sitios han ido. Los porcentajes dan más del
cien por cien, porque hay algunos turistas que han visitado varias
comunidades. Las seis comunidades fundamentales son Cataluña, con el 25,3
por ciento; Baleares, con el 22,3 por ciento; Andalucía, con el 15,1; la
Comunidad Valenciana, con el 14,3; Canarias, con el 11,1, y Madrid, con
el 7,5. Entre estas seis comunidades alcanzan casi el 96 por ciento, pero
ya les digo que la suma es más de 100 porque algunos han entrado en más
de una Comunidad. El 38 por ciento de los turistas extranjeros que vienen
a España realizan un viaje organizado a través de agencia, y de los
alojamientos básicos de los turistas extranjeros que vienen a España el
50,2 por ciento son hoteles, el 30 por ciento apartamentos y el 11 por
ciento campings.

El grado de satisfacción --éste es un elemento muy importante a tener en
cuenta-- de los turistas extranjeros es muy elevado. La encuesta da como
resultado que el 97,3 por ciento se manifestaron estar muy o bastante
satisfechos del viaje. Hemos realizado también un estudio sobre el
mercado turístico español, es decir, los viajes de los españoles. El
gasto total por turismo en España se mueve en alrededor de los 5,3
billones de pesetas, de los cuales 2,1 billones son turismo extranjero y
el resto, 3,2 billones, turismo español; quiere decir por tanto que el
turismo interno representa el 60 por ciento del mercado y el turismo
extranjero el 40 por ciento.

Los viajes turísticos de los españoles entre marzo y agosto, porque la
encuesta se realiza por trimestres (se ha hecho marzo-abril-mayo y
junio-julio-agosto), han ascendido a 58,4 millones de viajes, de los
cuales el 41 por ciento son de más de cuatro noches fuera. De ese número
de viajes, el 87 por ciento se realiza dentro de España y el 13 por
ciento fuera de España. El 39,1 por ciento de los españoles que viajan se
alojan en casas de familiares, y el 22,8 en establecimientos hoteleros.

Sólo el 11 por ciento organiza su viaje a través de agencias; el 81 por
ciento lo organiza por su cuenta, sin contar con ningún tipo de ayuda o
asesoría.

Los establecimientos censados, dentro de nuestra oferta turística, son
9.809, con un número de plazas aproximado de un millón. Quiero decir que,
por tanto, el número medio de plazas por hotel es de 100, con un
crecimiento sobre los datos censados el año anterior del 3 por ciento. En
los ocho primeros meses de este año se han ingresado por turismo 1,6
billones de pesetas, que significan un crecimiento del 10,7 por ciento
sobre el año anterior, y los pagos por turismo han supuesto 408.000
millones de pesetas, con un crecimiento del 18,2 por ciento, lo cual da
un saldo positivo en la balanza turística de 1,2 billones de pesetas en
los ocho primeros meses, incluido agosto, con un crecimiento del 8,4 por
ciento sobre el año anterior.

Por tanto, los datos de la temporada turística española y del crecimiento
del sector son razonablemente buenos, con un aumento del orden del 12 por
ciento en los ingresos y entre el 2,5 y 3 por ciento en el número de
visitantes. Comparado con el comportamiento del sector turístico en otros
países, tenemos datos bastante mejores. El comportamiento del turismo
español ha sido mejor que en Francia, como país próximo a nosotros, mucho
mejor que en Portugal, y si nos comparamos con los países mediterráneos,
evidentemente muchísimo mejor, porque una parte importante de los países
competidores se han visto muy afectados por la imagen del radicalismo
islámico y por el terrorismo kurdo en Turquía, que ha hecho que
descendiese de forma significativa el turismo hacia esos países, o que en
algunos meses, en Turquía en concreto, se hayan mantenido las cifras a
base de descuentos importantísimos y de ofertas a precios de saldo.

El sector dentro de España se ha movido de forma muy desigual, dentro de
lo que podemos considerar turismo de costa o turismo de ciudad. El nivel
de ocupación hotelera en las costas ha sido razonablemente bueno,
mientras que hemos tenido un nivel de ocupación bajo en las ciudades, y,
por tanto, la hostelería de ciudad ha pasado



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este año por una crisis significativa, mientras que la hostelería de
playa ha tenido un buen año.

Después de esos datos que dan un poco la imagen del sector, ¿cuál es el
diagnóstico que podríamos hacer de la situación estructural del sector;
qué problemas tiene el sector hoy, cuáles son sus puntos fuertes y cuáles
sus puntos débiles?
Yo creo que nuestro sector tiene un conjunto de puntos fuertes que han
sido los tradicionales del sector: en primer lugar, evidentemente,
tenemos una situación geográfica especialmente positiva. Estamos en
Europa y tenemos el mejor clima para el turismo de sol y playa. Tenemos
un equipamiento hotelero bastante bueno. Como punto débil habría que
poner que en algunos casos empieza a quedarse anticuado, lo que
significa, por tanto, que hay que renovar las instalaciones y hay que
reinvertir (luego hablaremos sobre eso). Tenemos un producto turístico de
sol y playa que nos permite liderar claramente el mercado europeo. Yo
creo que somos claramente líderes, con mucha diferencia sobre otros
países, y el turista lo vive como el producto conjunto de sol y playa más
divertido y más atractivo de nuestro ámbito geográfico. Es decir, tenemos
una vida nocturna, una diversión, un conjunto de oferta complementaria,
ligada a alimentación y a diversión, absolutamente incomparable en el
ámbito de sol y playa y, por tanto, en la competencia. Para los que no
conozcan mucho el sector, les quiero decir que el éxito del subsector
turístico está basado en la repetición. Un país que no consigue que sus
visitantes repitan de forma casi anual es un país que tendrá problemas
serios en el crecimiento del subsector turístico. Eso pasa mucho, por
ejemplo, en los países del Caribe, donde la gente va por motivos
exóticos, pero el porcentaje de repetición es extraordinariamente
pequeño, y la gente repite poco porque se aburre. España es, con mucha
diferencia, en el turismo de sol y playa, el producto que tiene una
imagen de ser más divertido, la gente lo pasa bien y eso significa que el
porcentaje de repetición es muy alto y que, por tanto, tenemos un punto
fuerte en lo que es todo el conjunto de la actividad turística que
realiza un turista en nuestro territorio. Por tanto, cuando tenemos
tendencia a compararnos, vemos que los nuevos destinos del Caribe o de
los llamados paraísos Seychelles, o de los países que en sol y playa
significan paraísos muy atractivos, con una hostelería muy moderna, que
ha cuidado mucho más evidentemente los aspectos medioambientales, el
problema que tienen todos esos países es que, como países tropicales que
son, tienen sólo doce horas diarias de luz y la gente no tiene nada que
hacer en cuanto sale de la playa, y no tiene atractivos, porque tiene muy
poca vida nocturna, muy poca animación, y la gente se aburre muchísimo.

Quiero decir que va una vez y difícilmente vuelve, y eso hace que sean
países que no consiguen consolidar posiciones y cuotas importantes dentro
del mercado turístico mundial.

Ese es uno de nuestros aspectos fuertes. Dentro de lo que es nuestra
competencia en sol y playa, tenemos una profesionalidad más alta que
otros países. Si la comparamos, en cambio, con la hostelería de ciudad de
países tradicionales turísticos, como puede ser Austria o Suiza,
probablemente nos quejaríamos de que nuestra profesionalidad es más baja,
pero cuando comparamos nuestros productos competitivos, como es la
hostelería de sol y playa, con los países del ámbito mediterráneo o del
ámbito del Caribe, nuestro nivel de profesionalidad es bastante más alto.

En el ámbito mediterráneo tenemos una relación de amabilidad con nuestros
visitantes muchísimo más alta que, por ejemplo, todos los países
islámicos, y, por tanto, es un punto fuerte a la hora de competir con
ellos. Y tenemos un sector turístico organizado de excursiones, de
actividades comerciales, de animación, que funciona especialmente bien, y
luego tenemos una accesibilidad a la bebida a preciso mucho más
razonables que en otros países. Esos serían aspectos positivos y puntos
fuertes de nuestro sector turístico.

Puntos débiles serían, evidentemente, la concentración geográfica de la
oferta, que produce una congestión en temporadas altas, tanto en las
carreteras como en cualquiera de las instalaciones turísticas. En algunas
zonas, problemas de seguridad. En general, problemas de limpieza,
inclusive en algunos sitios de higiene. Hemos tenido hasta el año 1992
(este año ha sido, debido a la devaluación, diferente) unas relaciones
calidad-precio discutibles, no especialmente atractivas. Tenemos un
problema significativo de polución ambiental y ecológico por un exceso de
concentración, y nos falta en algunos aspectos oferta complementaria,
fundamentalmente lo que podríamos llamar oferta deportiva, en algunos
aspectos, y otro tipo de oferta también complementaria necesaria para
incentivar la motivación a la hora de viajar a nuestro país.

En conjunto, podríamos decir que tenemos que hacer un análisis de la
competitividad de nuestra empresa turística, de nuestro producto
turístico. En el aspecto de calidad, tenemos una oferta y un equipamiento
turístico que necesita reinversión, que necesita modernización. La
situación no es dramática, pero, evidentemente, si no se produce
reinversión, lo podría ser en unos años. Por tanto, eso tiene mucho que
ver con la rentabilidad de la empresa turística y con que la empresa
tenga márgenes suficientes para poder reinvertir.

Tenemos un producto demasiado concentrado, poco diversificado; es decir,
nuestro turismo de sol y playa significa casi el 80 por ciento de nuestro
turismo total; por tanto, tenemos una excesiva concentración en el
producto sol y playa. Al ser producto sol y playa, tenemos un grado muy
alto de estacionalidad: se mueve entre mayo y octubre, ambos inclusive;
en ocasiones abril, cuando en él entra la Semana Santa; por tanto, un
alto grado de estacionalidad, de difícil desestacionalidad en ese
segmento, entre otras cosas por las horas de luz. En invierno hay muy
pocas horas de luz y, por tanto, es difícil desestacionalizar ese tipo de
turismo.

Desde el punto de vista de estructura empresarial, tenemos un sector muy
minifundista, por tanto con un escaso grado de concentración y de
coordinación en la oferta, lo cual crea problemas en las compras, en la
gestión de las empresas, en la capacidad de comprar a



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buenos precios y en la capacidad de comercialización, por falta de
coordinación en la comercialización. Tenemos una excesiva dependencia de
los touroperadores, de los mecanismos que controlan la demanda, porque
una parte muy importante de esas empresas pequeñas de nuestra oferta
turística ha renunciado a comercializarla directamente y se ha puesto en
manos de los touroperadores, lo cual ha significado en los últimos años
una vuelta de tuerca progresiva por parte de los touroperadores y una
reducción de los márgenes empresariales. Hemos tenido una debilidad
negociadora significativa en precios, por falta de coordinación entre las
empresas turísticas y por el minifundismo. En algunos aspectos tenemos
una infraestructura que ya ha tenido problemas sobre todo de servicios en
zonas turísticas y medioambientales. Estos serían nuestros principales
puntos débiles frente a los puntos fuertes que antes señalábamos.

Teniendo en cuenta este análisis, que es un diagnóstico evidentemente
rápido, ¿qué es lo que tiene que hacer nuestro sector turístico? En
primer lugar, quiero resaltar que, en este sector, el protagonista no es
la Administración; esto no es la seguridad pública, esto no es la
educación, esto no es la sanidad, donde el protagonista es la
Administración, las instituciones públicas. Este es un sector donde el
protagonista es la empresa privada, y, por tanto, el empresario es el
protagonista, y el papel de la Administración es de apoyo y de ayuda al
empresario, y de ofrecer un conjunto de ayudas --que ahora intentaremos
hablar sobre ellas-- al papel básico y fundamental del empresario. Además
en este sector las competencias están muy distribuidas. Hay algunos
aspectos de competencia exclusivamente municipal; hay otro conjunto de
competencias autonómicas y hay algunos aspectos de competencia estatal,
no sólo en el ámbito del Ministerio de Comercio y Turismo. Muchos de los
problemas que afectan al turismo son competencia estatal pero del ámbito
de otros ministerios, fundamentalmente y el más importante, del
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, en el cual se
concentra una parte muy importante de las acciones que la Administración
central podría y debería llevar a cabo en algunos aspectos del sector
turístico.

Al final, lo que nosotros debemos impulsar desde la administración
turística específicamente es una mejora de la competitividad de la
empresa turística española. ¿Qué significa eso? En última instancia, lo
que significa es que debemos ayudar a que se definan claramente los
productos, a que haya una definición de productos, una diversificación de
productos, y a que los productos tengan una buena relación
calidad/precio. España es un país que, dado nuestro desarrollo, nunca va
a poder competir --y lo decía igual en comercio-- exclusivamente en
precio. Cualquier país que nazca al desarrollo, que se lance a poner en
marcha el sector turístico, teniendo en cuenta el peso que la mano de
obra significa en dicho sector, puede ofrecer precios tan buenos o tan
competitivos como sean los nuestros. Por tanto, España tiene que competir
en precio, pero, sobre todo, tiene que competir en calidad; tiene que ser
capaz de ofrecer un producto que, globalmente, sea más atractivo que el
de otros países y que, al mismo tiempo, tenga una buena relación
calidad/precio. Utilizando un término comercial tradicional, yo creo que
lo que el turismo español tiene que ofrecer esun producto bueno, bonito y
barato; cuando digo bueno quiero decir que tiene que tener calidad;
cuando digo bonito quiero decir que tiene que estar cuidado el entorno y
que tenemos que mejorar significativamente el entorno en el cual se mueve
el turista, y cuando digo barato quiero decir que tenemos que tener una
buena relación calidad/precio y, además, que tiene que ser un producto
diversificado. Tenemos que ser capaces de mantener el liderazgo en el
producto sol y playa, pero, al mismo tiempo, de impulsar otro tipo de
productos turísticos --de los que ahora hablaremos--, pero que tienen que
ir hacia el turismo cultural, el turismo deportivo, que en parte está
ligado al de sol y playa, pero no sólo; el turismo de naturaleza, cada
vez más importante, pues cada vez más los jóvenes se mueven ligados por
viajes de tipo ecológico y de disfrute de la naturaleza, y España ofrece
especiales atractivos, España es el país menos poblado de Europa y,
además, hemos tenido un desarrollo industrial por debajo de otros muchos
países, por lo que conservamos espacios de naturaleza mucho más amplios y
menos deteriorados y, por consiguiente, tenemos unas posibilidades muy
importantes en el desarrollo del turismo de naturaleza. Por otro lado, si
somos capaces de ofrecer un producto bueno, bonito y barato, además
tenemos que saber promocionarlo y venderlo bien.

¿Qué papel nos corresponde a las administraciones y qué papel corresponde
a la Administración central en todo esto? En primer lugar, yo creo que
corresponde un papel importante al Ministerio de Comercio y Turismo en la
coordinación de las administraciones en el sector turístico para lo cual,
dentro de lo que es la Administración central, vamos a poner en marcha
una comisión interministerial de turismo que permita la coordinación de
los diferentes ministerios. Hay un conjunto considerable de ministerios
con acciones importantes en el sector turístico, el primero de los cuales
--como decía anteriormente-- es el Ministerio de Obras Públicas,
Transportes y Medio Ambiente, al cual le afectan todas las
infraestructuras: costas, puertos, carreteras, los accesos y, por
supuesto, todo el sistema de transportes y el abastecimiento de agua, que
son aspectos básicos del sector turístico, y le afecta también el medio
ambiente, aspecto asimismo básico en la calidad del producto turístico.

Está implicado el Ministerio del Interior, al cual le afecta todo lo
relacionado con la seguridad; el Ministerio de Educación y Ciencia, al
cual le afecta lo relacionado con la formación, muy importante a la hora
de la calidad --hablaremos luego del aspecto importantísimo de la
formación--; afecta al Ministerio de Asuntos Sociales, por los programas
turísticos del Inserso y de personas de tercera edad, que es un punto a
tener en cuenta en cuanto a la desestacionalización de las zonas
turísticas y, por tanto, en cuanto a un turismo de invierno en zonas
habitualmente veraniegas; afecta al Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación, por todo el desarrollo, sobre todo a través de los



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programas comunitarios, del turismo rural, y afecta al Ministerio de
Cultura, por toda la puesta en marcha y el impulso del turismo cultural.

Hay un conjunto considerable de Ministerios con competencias en la tarea.

De forma menos importante afecta al Ministerio de Sanidad y Consumo,
sobre todo para programas turísticos relacionados con la tercera edad.

Por ejemplo, los países de nuestra área mediterránea prácticamente no
pueden competir con nosotros en turismo de invierno porque ninguno tiene
un sistema sanitario capaz de atender a los ancianos ni las garantías que
requiere un sistema para la atención a la tercera edad; es decir, el
turismo de tercera edad no sale del ámbito del Mediterráneo europeo,
entre otras cosas por problemas sanitarios en invierno. Por tanto,
creemos que hay una importante tarea que desarrollar de coordinación de
las acciones de todos esos ministerios, de impulso para que esos
ministerios tengan una visión turística de su actuación, que sean
conscientes de la importancia que el sector tiene para nuestra economía y
que, en consecuencia, desarrollen las acciones que puedan ser de su
responsabilidad de la forma más eficaz y prioritaria posible.

El segundo aspecto es la coordinación con las comunidades autónomas, a
través de la Conferencia sectorial --que ya existe--, y que permita
desarrollar un conjunto de acciones con las comunidades que intenten, en
la medida de lo posible, homogeneizar el sector en beneficio del
consumidor y de los empresarios. Esta es una tarea que ha resultado
difícil en los últimos años, pero sobre la que tengo un grado de
optimismo considerable de que se puede mejorar la cooperación entre todas
las administraciones, autonómicas y central, para dar una mejor
información turística al consumidor, para homogeneizar las normas
turísticas, desde catalogación de establecimientos hoteleros a otro
conjunto de normas que nos permitan que nuestro consumidor sepa, en todo
el ámbito español, cuál es el tipo de producto que quiere consumir; para
coordinar la promoción turística, es decir, para que los recursos que
emanan de todas las administraciones públicas, que al final provienen del
contribuyente, se gasten en la promoción de la manera más eficaz posible
y de forma coordinada y para que, al mismo tiempo, se produzca el
desarrollo de productos multicomunitarios, de los cuales hablaremos
luego.

Hay que intentar luego un grado de información y de coordinación con los
municipios, más difícil de llevar a cabo teniendo en cuenta lo numerosos
que son, pero, evidentemente, pretendemos que a través de la Federación
Española de Municipios y Provincias se pueda desarrollar una política
turística municipal y una coordinación de las acciones municipales en
turismo que no conduzca a una proliferación indiscriminada y creciente de
los patronatos locales o provinciales turísticos sin competencias
claramente definidas, ya que muchos de ellos no saben qué hacer con los
recursos con los que cuentan ni cómo coordinar sus acciones turísticas.

Fundamentalmente, creo que la Administración tiene que estar abierta al
sector empresarial y tiene que ser capaz de relacionarse con los
empresarios y de impulsar los cambios que creemos que son necesarios en
el comportamiento de nuestros empresarios. ¿A través de qué instrumentos
y de qué manera creemos que eso se puede hacer? En primer lugar, el
instrumento básico que tiene el Ministerio, a través de la Secretaría
General de Turismo, es el Plan marco de la competitividad del turismo
español, el llamado Plan Futurex, que pretende estimular la modernización
de la oferta turística y mejorar la competitividad del tejido empresarial
turístico a través de programas de calidad, de formación, de desarrollo
tecnológico y de cooperación interempresarial, y en el ámbito de la
cooperación interinstitucional y de la mejora del entorno, a través de
los planes de excelencia turística, dirigidos a los municipios turísticos
más destacados. ¿Qué pretenden estos planes de excelencia turística? Lo
que pretenden es, mediante un convenio Secretaría General de
Turismo-comunidad autónoma-municipio implicado, mejorar globalmente el
entorno y ofrecer una mayor calidad de vida a los turistas que lo
visitan. Significa, por lo tanto, una acción de limpieza sobre las
playas, sobre las ciudades, una mejora de la imagen de la fachada de los
edificios, una mejora de los jardines y de todo lo que implique la
ornamentación de la ciudad y, por lo tanto, que las zonas sean más
agradables desde el punto de vista turístico.

Hay un segundo y más ambicioso programa que se está estudiando con la
Comunidad de Baleares en concreto, que implicaría un paso más adelante y
que al ser de difícil realización requiere estudios muy detallados;
implicaría dar el siguiente paso, que es comprar la oferta obsoleta para
derribarla. Significa intentar esponjar la oferta en las zonas de
altísima concentración. Este es un programa muy ambicioso que requiere
dedicación de recursos importantes y la cooperación no sólo de
ayuntamiento, comunidad autónoma y Gobierno central, sino también de los
empresarios, porque tendrían que colaborar los empresarios, que
resultarían beneficiados por la disminución de la oferta. Estamos
trabajando con la Comunidad de Baleares para ver cómo se podría ir
definiendo el tipo de normas que se requerirían para poder expropiar los
edificios más deteriorados y cómo se podría trabajar en una mejora que
sería muy importante para municipios donde el grado de concentración
resulta excesivamente alto y donde se ha producido un deterioro
importantísimo de la oferta como consecuencia de ello.

Desde el punto de vista de la mejora de la calidad del entorno, he
contado un poco cuáles son las líneas fundamentales, que son la
cooperación con el ayuntamiento, los planes de excelencia turística y las
acciones que la propia Administración central tiene que desarrollar en el
ámbito del Ministerio de Obras Públicas fundamentalmente. Al mismo tiempo
tenemos que mejorar la calidad. ¿A qué está ligada la calidad? Aparte de
a estos aspectos del entorno, la calidad está ligada a una mejora del
servicio. El elemento fundamental para mejorar el servicio, aparte de que
las empresas sean conscientes y que, por tanto, haya una actitud positiva
de la empresa de preocupación hacia la calidad, está muy ligado a la
formación. Por lo tanto, pretendemos incrementar los recursos de



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formación y apoyar los planes de formación internos de la empresa para
obtener un personal que sea capaz de dar ese producto de calidad que
necesita nuestro sector turístico.

El sector turístico tiene un problema crónico de calidad ligado a la
eventualidad de una parte importante del personal que trabaja en el
sector. Es muy difícil garantizar calidad cuando un porcentaje
significativo de las personas no son profesionales del turismo durante
los doce meses del año, sino que trabajan en otros sectores o están en
paro y trabajan durante la temporada seis meses en el sector, y cada año
una parte importante, además, lo hace en diferentes establecimientos e
inclusive en diferentes zonas turísticas. Para garantizar calidad habría
que replantearse la organización del sector y cómo funciona el sector. El
sector ha vivido hasta el decreto de medidas laborales urgentes de hace
año y medio --no me acuerdo exactamente de la fecha-- con una subvención
importántísima por parte del resto del país y del resto de las
administraciones. Se hacían contratos por seis meses y los seis meses
restantes la gente vivía del paro, es decir, que con los recursos del
seguro de paro se subvencionaba al sector, porque tenía garantizado no
tener ningún problema laboral, ya que empleaba de mayo a noviembre; en
noviembre enviaba la gente al paro, del que el personal vivía todo el
invierno, y volvían al sector durante los meses de verano. Incluso había
un porcentaje significativo de fraude porque a lo mejor en algunos sitios
no sólo se trabajaba seis meses, sino siete u ocho y el séptimo y el
octavo se cargaban al paro aunque se pudiese trabajar. Eso se ha
estudiado y requiere un planteamiento en profundidad del sector.

Probablemente la única salida --y estoy haciendo reflexiones en voz alta
que creo que es importante que hagamos para que veamos por dónde puede ir
el sector-- sea ir a negociaciones con los sindicatos que impliquen que
el cómputo anual de jornadas de trabajo se distribuya entre ocho o nueve
meses y que, por lo tanto, la gente trabaje un conjunto de horas más
durante las temporadas y tenga una parte más importante de ocio, de tres
o cuatro meses, donde se pudiera intensificar la formación y que se
pudiera plantear que la gente estuviera dedicada en exclusiva al sector
turístico, que se formase de la manera más adecuada ya que las empresas
podrían dedicar recursos a la formación si sus plantillas fueran estables
y, por lo tanto, hubiera una garantía de continuidad en el puesto de
trabajo. No se me ocurren formas muy diferentes para la financiación
global para el funcionamiento económico y para la estabilidad laboral del
sector que no sea el establecimiento de ese cómputo anual de las horas
trabajadas y que las horas globales, según convenio del sector no se
distribuyan a lo largo de doce meses, sino a lo largo de los meses
operativos, lo que significaría una reducción de costes para los
empresarios porque no implicaría horas extraordinarias y en cambio
permitiría una optimización, desde el punto de vista social y del país,
del funcionamiento global del sector.

Estábamos hablando --y vuelvo a recuperar el tema-- de la calidad. Creo
que he planteado los aspectos básicos de la calidad. Significa que haya
un personal profesionalizado y formado adecuadamente, pero al mismo
tiempo hay que establecer sistemas de calidad en las empresas y marcas de
calidad. En el sector turístico el consumidor tiene cada vez más
formación, tiene más capacidad de exigir y va sabiendo más lo que quiere
y es capaz de encontrar el producto que desea. Eso es lo que genera la
satisfacción. Por tanto, los productos tienen que irse especializando y
definiendo cada vez más, de manera que el cliente sepa lo que compra y
qué estándares de calidad se le garantizan. Por tanto, las empresas
tienen que empezar a trabajar en garantizar unos estándares de calidad
prefijados, que es lo que hace cualquier cadena americana; es decir, la
homogeneidad de cualquier cadena hotelera americana garantiza --si se
conoce un poco una cadena-- los servicios y las calidades que tiene esa
cadena. En España, teniendo en cuenta el minifundismo empresarial que
hay, eso no se puede plantear sólo por vía cadenas. Las cadenas en España
significan menos del 10 por ciento de los hoteles. Quiere decir que más
del 90 por ciento de los hoteles no pertenecen a ninguna cadena y no
están asociados. Se tiene que generar --y es lo que pretendemos desde el
Ministerio-- una cooperación y un asociacionismo empresarial que permita
generar marcas y sistemas de calidad y que la gente sepa, por tanto,
cuándo los hoteles están apuntados a tal marca --hay muchas en el
mundo--, qué tipo de producto tienen, qué calidades garantizan y los
compromisos que tiene el establecimiento hotelero con el cliente que lo
recibe.

Con respecto al tema precio, hay que conseguir optimizar la gestión de la
empresa, y optimizar la gestión en España inevitablemente también pasa
por un cierto grado de asociacionismo empresarial. Es decir, los hoteles
tienen que asociarse para generar centrales de compras, para poder
comprar a mejores precios y tienen que establecer los mejores sistemas de
gestión posibles. La hostelería española ha desarrollado un know how muy
importante. En el sector de sol y playa nuestros hoteleros han sido
innovadores. Hay cosas que en este momento a todo el mundo le parecen
normales --por poner un ejemplo que nació en la hostelería española, en
Baleares en concreto, el tema de los bufés en el desayuno--. Hasta hace
no más allá de 10 ó 12 años los desayunos eran un café con leche con un
bollo servidos por un camarero, y los hosteleros empezaron a darse
cuenta, con el crecimiento de la mano de obra, que era más barato un
bufé, y la gente se quedaba mucho más contenta y comía más, que un
desayuno servido en la mesa por un camarero. Eso significaba una
innovación turística que ahora practica toda la hostelería mundial y, al
mismo tiempo, significaba una mejora muy apreciable de los costes para
las empresas. El sistema de gestión que los grandes grupos hoteleros de
sol y playa españoles tienen es un sistema bastante desarrollado, pero
hay que continuar con la aplicación de esas tecnologías al resto del
empresariado, no sólo a las grandes cadenas españolas, y al mismo tiempo,
intentar que cada empresa analice y mejore sus costes para ofrecer un
producto con una mejor relación de calidad-precio.

Pero no sólo tenemos que ofrecer un buen producto; tenemos que saber
promocionarlo bien y venderlo bien.




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¿Qué tendríamos que hacer en el campo de la promoción, donde la
Administración central, además, tiene una de sus competencias más
importantes, la promoción exterior? Yo creo que estamos ya casi al final
de un ciclo, sobre todo en los mercados más importantes, como son los
mercados comunitarios, que tienen un 80 por ciento de nuestro mercado,
donde ya los hoteles empiezan a hacer promoción genérica; es decir, sobre
vender sol y playa en España, yo creo que cualquier inglés o alemán sabe
que en España hay muy buenas playas y que hay sol. Por tanto, hay que
segmentar la oferta, hay que definir qué productos hay que vender, a
quién hay que vendérselos; y cuando digo productos me refiero a productos
cada vez más concretos, donde es fundamental la participación de los
empresarios. Yo creo que cada vez tiene menos sentido una promoción
genérica realizada por instituciones públicas sin una participación
activa del empresariado, y cuando digo participación activa no hablo de
participación activa sólo en la definición de la promoción, sino también
en la aportación de recursos. A lo que han ido los países que han dado
más pasos adelante en la promoción turística es a la generación de
instituciones como la «Maison de France», en el país galo, por ejemplo,
de gestión compartida entre el sector privado y el sector público, pero
evidentemente son de gestión compartida porque son de recursos
compartidos. Nuestro sector turístico es un sector que gasta muy poco en
promoción, que no tiene mentalidad todavía de que necesita gastar en
promoción, que piensa que eso sigue siendo responsabilidad exclusiva de
la Administración pública y, por tanto, salvo determinados grupos muy
identificados, casi no tienen gastos de promoción. El salto adelante que
nuestro sector turístico tiene que dar es el de la participación del
sector y de la industria turística en la definición de los productos y de
las políticas de promoción, pero empezando a comprometerse a través de la
aportación de recursos a esa política de promoción. Por tanto, ¿qué es lo
que pretendemos? Evidentemente, una promoción conjunta con las empresas,
con un grado más alto de cofinanciación y de participación en la
definición por parte de las empresas en la tarea de promoción.

En cuanto a la comercialización, nuestras empresas comercializan mal
nuestro producto, y ahí el Estado no tiene ninguna responsabilidad.

Nosotros no vendemos ni tenemos por qué vender, ni es nuestra tarea, pero
sí creo que podemos ayudar a que los empresarios vendan mejor. Este es el
tema clave, desde mi opinión, de los puntos débiles de nuestro sector
turístico. El punto más débil de nuestro sector turístico es que
comercializa mal. ¿Qué puede hacer la Administración en ese sentido? El
sector turístico ha dejado progresivamente año a año, a lo largo de
muchos años, que los touroperadores le dieran --como decía antes-- una
vuelta de tuerca, se ha entregado demasiado en manos de los
touroperadores y se ha encontrado con que en estos momentos no tiene
márgenes. Al no tener margen empresarial, no pueden reinvertir, no pueden
dedicar dinero a promoción; es decir, es una pescadilla que se muerde la
cola. No pueden plantearse una comercialización fuera aparte de los
touroperadores porque no tienen márgenes para hacerlo y eso tiene un
coste. Por tanto, yo creo que la Administración ahí puede jugar dos
papeles: uno, el apoyo económico e ideológico también a la coordinación
de las empresas en sistemas de comercialización, en sistemas de reservas,
sistemas de comercialización conjunta directa a los mercados, generación
de marcas y de cadenas que sean capaces de comercializar en los mercados,
que los hoteles tengan la alternativa posible, cuando los touroperadores
quieran apretar más, de la comercialización directa. En este momento
muchos o la mayor parte del sector no se lo plantean ni como posibilidad,
y lo que hacen es vivir pasivamente o sufrir pasivamente ese apretón de
tuerca progresivo, lo cual conduce, a medio plazo, para poder sobrevivir,
aparte de a una disminución de los márgenes, a una rebaja de la calidad y
es un camino sin fin. Si el sector sigue permitiendo que los
touroperadores vayan apretando las tuercas, a lo que conduce
inevitablemente es a un empeoramiento de la calidad, a un empeoramiento
de la calidad del turista que viene, a ir a los segmentos marginales del
mercado y, por tanto, a un proceso infernal que no tiene fin. Hay que
intentar salir de ese proceso; y la salida de ese proceso tiene
inevitablemente que pasar por una mejora en los sistemas de
comercialización. Yo creo que ahí hay dos papeles que la Administración
puede jugar: uno, ese apoyo a la coordinación de los empresarios y,
segundo, la generación de una información que le sea útil al empresario a
la hora de comercializar su producto. ¿Qué tipo de información tiene que
ser? Hay dos tipos de información, que si el empresario tuviese en sus
manos podría vender mejor: una, previsiones del funcionamiento de los
mercados de origen; es decir, qué perspectivas tiene el mercado alemán o
el mercado inglés para el año siguiente, menciono el mercado alemán o el
inglés por ser los más importantes, cualquiera de ellos, es decir,
¿creemos que se puede trabajar, evidentemente con cierto riesgo, en
modelos de predicción que den una información razonable? Por supuesto sin
una garantía al 100 por ciento, porque esa información hay que generarla
con un año de anticipación. Los ingleses, que son los primeros, empiezan
a negociar alrededor del mes de julio del año anterior y los alemanes lo
hacen después durante el verano, en agosto o septiembre, por tanto hay
que hacer algún sistema de predicción con un año de anticipación. Creemos
que hay elementos que pueden definir, por lo menos en grandes rasgos,
cuáles son las perspectivas del mercado.

Por poner un ejemplo, el de este año. Este año creo que en el mes de
julio teníamos elementos suficientes para definir que el funcionamiento
del mercado inglés --el británico-- y el alemán hacia España en el año
1994 iba a ser muy positivo; la imagen del producto era mucho mejor,
porque, además, hay otro elemento muy importante, que está muy ligado,
que son las expectativas de los mercados de destino, es decir, cómo están
funcionando los mercados competidores. Por tanto, creemos que esas dos
informaciones de los mercados de origen y de los mercados competidores
pueden ayudar a negociar.

Nuestros empresarios no saben y desconocen casi



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totalmente, excepto las grandes cadenas o los grandes empresarios, cuáles
son sus mercados competidores, la dimensión de los mercados, qué número
de camas tiene el mercado turco, por ejemplo, por poner uno especialmente
competidor, a qué precios vende; en resumen, un conjunto de información
que le permite ponerse mucho menos en manos del touroperador y negociar
en mejores condiciones.

Otro elemento fundamental a la hora de predecir las expectativas el año
que viene, es el comportamiento de los mercados competidores, y nuestros
mercados competidores en el área mediterránea tienen malas perspectivas
para el año que viene. No quiero referirme ya al mercado egipcio, con los
asesinatos de tres turistas ayer, pero el mercado egipcio tiene malas
perspectivas; el mercado turco, con el terrorismo kurdo, tiene muy malas
perspectivas. Eso se extiende a todos los países islámicos, a todos los
países de cultura islámica, por tanto las perspectivas de los países de
mercados islámicos son malas, y el mercado yugoslavo ni existe, como es
lógico. En consecuencia, nuestra competencia son Francia, Italia, en la
medida que compite con nosotros, y Grecia, y, aunque no sea país
mediterráneo, Portugal.

Quiero decir que, dentro de una predicción razonable, si no se producen
catástrofes dentro de un año, los touroperadores probablemente tengan que
traer los turistas a España, les guste o no les guste, porque no tienen
otra alternativa para llevarles. Eso quiere decir que los hoteleros
tienen capacidad de recuperar márgenes y precios que han venido perdiendo
en los últimos años.

Por todo ello, creo que los mecanismos de información, el estar próximo a
los sectores hoteleros y a las asociaciones de hoteleros, generarles un
mecanismo de información continuada sobre el funcionamiento de los
mercados, les puede permitir mejorar significativamente su contratación,
que es un aspecto absolutamente fundamental de la mejora de nuestro
sector. En ese sentido, podemos hacer algunas cosas que ayuden al sector.

Luego, hay otro conjunto de cosas, quizás menos importantes, pero a las
que indudablemente vamos a ayudar. Pretendemos mejorar de forma
significativa la información accesible al turista, o sea directamente al
cliente, al turista, mediante bancos de datos tanto a través de las
oficinas de turismo españolas en el extranjero como a través de las
oficinas existentes en España, que son de las comunidades autónomas, en
las cuales pretendemos que se pueda informar de toda España, al margen de
que pertenezcan a una comunidad.

Creemos que hay que mejorar el funcionamiento y la eficacia de las
oficinas en el exterior. Pretendemos que en un plazo relativamente breve
tengamos un manual de funcionamiento de oficina que permita definir con
la máxima precisión cuáles son las tareas de una oficina y cuáles son los
estándares de calidad exigibles en el funcionamiento de una oficina, es
decir, creemos que el «know-how» histórico de una institución hay que
consolidarlo en manuales de funcionamiento, no puede ser que cada persona
que llegue a la institución tenga que inventarse de nuevo su trabajo y no
tenga sistemas de trabajo establecidos que permitan que todo lo que ha
sido la sabiduría y el conocimiento de la promoción de nuestros sectores
turísticos se vayan consolidando en formas de trabajo estables. Creo por
tanto que las oficinas tienen un papel importante que hacer, cuestan
mucho dinero al contribuyente y tienen que ser eficaces en el sistema de
promoción de nuestro turismo y de información directa también al
consumidor y a los turistas extranjeros.

Tenemos que mejorar los medios de información turística de la Secretaría
General y coordenarlos con el sector privado. Yo fui empresario de
editorial turística hasta el año 1983 --cuando yo era empresario el señor
Gámir era ministro-- y no había ninguna editorial en España que editase
guías turísticas, por lo que la Secretaría General de Turismo, entonces
Secretaría de Estado de Turismo, tenía que hacer todo porque el sector
privado no hacía nada en información turística. Hoy ha cambiado
radicalmente eso; hoy hay muchísimas editoriales que hacen guías de
turismo e información turística con un extraordinario grado de
competencia y, además, hacen una muy buena información turística. Eso se
tiene que reflejar en el comportamiento de la Secretaría pues hay tareas
que ya no tiene que hacer porque las hacen otros. Hay que tener un
perfecto conocimiento de lo que hace el sector privado para desarrollar
aquello que el sector privado no realiza y no competir en las áreas que
el sector privado desarrolla con eficacia. Creemos que en medios de
promoción hay que ir adaptándose a las nuevas realidades; se necesitan
medios de promoción diferentes, pero, al mismo tiempo, teniendo en cuenta
que el sector privado hace una cantidad importante de medios de
información en España, en el mercado interior y fuera. Hay que seguir,
por tanto, lo que se edita o publica en todos los países.

Por otro lado, como último punto de esta primera intervención, hay que
replantearse cuál es el sentido de la red de paradores. Los paradores son
un instrumento más de la política turística y muy importante, sobre el
que conviene hacer una reflexión de qué papel cumplen y cuál deberían
cumplir. Yo creo que todos estaremos de acuerdo en que es importantísimo
el papel que juega la red de paradores en el mantenimiento de un conjunto
de edificios históricos y a través de ese conjunto de edificios
históricos, la creación de imagen de una hostelería de calidad en el
ámbito monumental; pero, a lo mejor, hay que plantearse qué hace, en
cambio, en el turismo de playa con edificios modernos, compitiendo con un
sector privado suficiente, y cuál es su papel en ese ámbito. Cada
institución necesita un replanteamiento de su estrategia conforme va
evolucionando la realidad y van cambiando donde se actúa; y por tanto
creemos que, en un plazo relativamente breve, el plan estratégico de
paradores que hemos puesto en marcha podrá definir qué papel tiene que
jugar la red de paradores nacionales como instrumento público en el
ámbito de promoción del turismo español.

Creo que he dado un poco las ideas básicas de lo que va a ser. Sí les
digo que evidentemente en 100 días hay muchos instrumentos que todavía no
son operativos o



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que están todavía por definir, porque 104 días, que me parece llevo en el
ministerio, y además con otras tareas que no son sólo turísticas, no he
tenido tiempo, por lo menos no he sido capaz de encontrarlo, para avanzar
más allá en todos.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Vamos a proceder a la intervención de los grupos parlamentarios que han
solicitado la comparecencia y por orden de solicitud. Por tanto, en
nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: Muchas gracias, señor Presidente.

Señoras y señores diputados, señor Ministro, en primer lugar, agradecer
al señor Ministro su participación aquí en la Comisión de Industria,
Energía y Turismo y su comparecencia para explicarnos los planes futuros
de actuación de su Ministerio.

No voy a repetir aquí lo que representa en cifras la capacidad turística
dentro de la economía del Estado español en cuanto al turismo, en cuanto
a su participación en el producto interior bruto, que prácticamente
alcanza el 9 por ciento, como ya nos ha dicho el señor Ministro,
referente a la ocupación que representa dentro de la población activa del
Estado español y en cuanto a sus posibilidades, yo no diría posibilidades
sino en cuanto a la realidad que representa dentro de la compensación y
el equilibrio de la balanza comercial del Estado que, con las cifras que
nos ha dado y me imagino que con el tipo de cambio de la peseta en los
últimos seis meses ha ayudado sustancialmente a equilibrar este déficit
comercial.

También estoy de acuerdo con el señor Ministro en que básicamente el
Estado tiene un protagonismo pasivo dentro del marco de actuación
turística general y que, en definitiva, son los empresarios y el sector
privado los verdaderos protagonistas en cuanto a la generación de
actividades en este sector tan importante; pero también es verdad que
dicho sector empresarial, nutrido básicamente por pequeños y medianos
empresarios turísticos, sí que ha de tener unas líneas básicas dadas
desde un punto de vista macroeconómico que influyen decisivamente en las
actuaciones del día a día y en la rentabilidad de sus propias empresas.

Es evidente que si estamos en una situación económica recesiva, estamos
en una época de crisis en la que se da un vuelco no solamente al sector
turístico sino a los otros sectores coincidentes dentro de todo el
Estado, no ayuda a la generación de rentabilidad ni de beneficios en este
sector, sino que si el tipo de inflación es elevado, si el tipo de
cambio, como hasta hace pocos meses, no nos ayudaba de cara a las
exportaciones, si los temas salariales estaban muy por encima de la
inflación, es lógico que estas cantidades macroeconómicas no ayudaban a
generar el beneficio o la rentabilidad esperada en un sector tan
importante dentro de la economía española.

También es verdad, y en esto estamos de acuerdo con lo que ha dicho el
señor Ministro, que lo que ha de hacer el Estado es mejorar su actuación
dentro de la capacidad del sistema turístico para poder influir en su
competitividad dentro del sector. Aquí sí me referiría yo a una serie de
aspectos que desde nuestro punto de vista, coincidentes dentro del marco
general con la exposición que ha hecho el señor Ministro, sería
interesante poder coordinar con la Administración, con el sector privado
y con las comunidades autónomas para optimizar este sector.

Dentro del campo fiscal, independientemente de las situaciones o de los
mecanismos que dentro de los otros ministerios pueda generar el Gobierno
en cuanto a su política presupuestaria y fiscal, entendemos que hay una
serie de puntos importantes que dependen de su Ministerio, en los que yo
pienso que sería importante poder actuar para mejorar la calidad y la
competitividad del sector. Aquí entraría ya en lo que representa la
fiscalidad en cuanto al IVA en los hoteles de cinco estrellas. Usted
sabe, señor Ministro, que hay hoteles importantes de toda España que hoy
están bajando su fiscalidad del IVA del 15 por ciento al 6 por ciento
pasando de una situación de cinco estrellas a cuatro estrellas, que es
una situación ficticia, todos lo sabemos, y tampoco le representaría nada
al Estado poder compaginar esta reducción o poder optimizar que los
hoteles de cinco estrellas tuvieran la fiscalidad correspondiente a los
países comunitarios. Si estamos hablando de calidad y competitividad no
es lógico que nuestros hoteles de cinco estrellas con una calidad y un
rendimiento muy óptimo tengan que bajar a cuatro estrellas, con lo cual
dejamos de ser competitivos en cuanto a producto y en cuanto a precio
respecto a nuestros competidores. Entiendo que por la cantidad de hoteles
de cinco estrellas que hay hoy en el Estado español sería importante que
esta información la tuviera muy en cuenta su ministerio para poder
mejorar la competitividad en este sector y en este tema concreto del IVA.

También hay otros temas menores pendientes de resolver, referentes
también a la fiscalidad en cuanto a la no coincidencia de productos
turísticos con los epígrafes fiscales, que a veces representa que en
muchas comunidades autónomas que tienen competencias exclusivas en temas
turísticos el cambio de denominación representa mucha más fiscalidad.

También pienso que sería otro de los temas importantes que usted, dentro
de su actuación futura, pudiera resolver.

Hay un tema fiscal importante referido básicamente al IVA que tienen las
agencias de viajes y creo que han hecho una serie de preguntas a la
Secretaría de Estado de Hacienda para poderles solventar la falta de
legislación vigente en cuanto a la relación de minoristas y hoteles y
respecto a la tributación del IVA. Creo que aquí se están produciendo, yo
diría que involuntariamente por parte del sector, defectos fiscales que
pueden llegar a perjudicar, con el paso del tiempo, estas cantidades que
pueden ser importantes, en cuanto a la no aplicación de una



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legislación concreta sobre el IVA referido a minoristas y hoteles.

Estas preguntas se han elaborado y dirigido a la Secretaría de Estado de
Hacienda y sería interesante al menos poder dar una luz y una calidad
para que el sector pueda salir de dudas.

Respecto a las futuras actuaciones financieras y económicas de su
Ministerio hacia el sector, me ha gustado mucho que en su intervención
hablara del tratamiento diferenciado desde un punto de vista económico
que su Ministerio va a dar a los municipios turísticos. Pienso que en las
precedentes gestiones de su antecesor en el cargo tampoco había quedado
muy claro las partidas presupuestarias que el Estado destinaba a los
municipios calificados de turísticos. Entendemos, como ha dicho usted muy
bien en su intervención, que ésta es una figura muy importante ya que
prácticamente a los municipios por su presupuesto les es imposible poder
acceder a limpieza, a inversiones, a pequeñas infraestructuras, que les
representa que en unas determinadas épocas del año la población se
cuadruplique o quintuplique, y entendemos que es una actuación importante
que usted puede hacer dentro de los municipios calificados como
turísticos.

En su intervención también nos ha hablado del Plan Futurex, plan que
nosotros desde el punto de vista de todas las comunidades que tienen
transferidas las competencias en turismo lo acogimos con mucha alegría,
porque, en definitiva, se trata de mejorar la competitividad del sector.

Lo que pasa es que aquí sí nos interesaría saber si su Ministerio piensa
seguir la doctrina del Tribunal Constitucional en cuanto a la
territorialización de estos fondos orientados a la competitividad del
sector turístico, para que los puedan administrar las comunidades
autónomas que tienen transferidas todas las competencias en temas
turísticos.

No me ha parecido entender en su intervención la posibilidad de las
ayudas que ustedes puedan dar al sector turístico en cuanto a las
bonificaciones o créditos de interés preferencial para las futuras
modernizaciones del sector turístico.

Entrando dentro del campo de la calidad, de la formación y de la
promoción turística, estamos totalmente de acuerdo con su intervención,
pero yo aquí sí le comentaría, señor Ministro, que desde nuestro punto de
vista pienso que cuando usted ha indicado los puntos fuertes y débiles
del sector turístico en el Estado español, estamos básicamente de acuerdo
con todos los que usted ha dicho, pero quizá en los puntos débiles
encontramos a faltar la cooperación del Ministerio con las comunidades
autónomas que tienen transferidas todas las competencias en materia
turística. También es verdad que usted ha reconocido que quizá esta
coordinación hasta la fecha no había sido del todo perfecta ni todo del
agrado de ustedes, y he entendido que en su plan de actuación futura
había interés por parte de su Ministerio en profundizar en esta
colaboración con las comunidades autónomas. Es lógico que las comunidades
autónomas que tienen competencias exclusivas en materia turística sean
las que han de jugar un papel, también pasivo, pero en relación con la
empresa privada para poder agilizar e instrumentalizar lo que representa
la modernización del sector.

Aquí entraríamos en el tema de formación. Entendemos, tal como usted ha
dicho en su explicación, que es un tema básico para que a través de la
formación se pueda mejorar la calidad y el servicio en nuestros
productos. Aquí quizá valdría la pena saber cuál es el interés de su
ministerio en cuanto a iniciar la racionalización de las empresas del
sector turístico y la homologación de los títulos equivalentes a
diplomado en el departamento de enseñanza.

También quisiéramos saber si por parte de su Ministerio se ha pensado
definitivamente en la creación de un registro de títulos técnicos de
empresas y actividades turísticas, porque, como usted bien sabe, esto
está pendiente de poderlo poner en marcha, está en una situación de
«stand by». Nos gustaría saber cuál es su criterio.

También dentro del plan estratégico de formación y promoción turística,
nos gustaría saber si su Ministerio tiene pensado legislar la actuación
turística orientada al tiempo compartido, es decir, la venta de
apartamentos por semanas. Pensamos que España está dotada de una gran
infraestructura de este tipo de alojamientos turísticos y aunque ya
sabemos que desde un punto de vista comunitario está pendiente de
resolverse a través de alguna directiva comunitaria, quizá sería
interesante que por parte del Gobierno español pudiera haber alguna
orientación sobre esto.

Cuando usted nos ha hablado del tema de la promoción turística ha dicho
que a través del comercio exterior, de las oficinas comerciales que
ustedes tienen, era interesante promocionar el turismo en la Europa
comunitaria y en el resto de los países del mundo. Nosotros estamos
totalmente de acuerdo con esta actitud de ustedes, pero nos gustaría
saber si su Ministerio tiene pensado cambiar los estatutos de la empresa
Turespaña. Entendemos que la promoción turística del Estado español ha de
ir muy ligada a la promoción turística que hagan las diferentes
comunidades autónomas. Creemos que con esta cooperación con las
comunidades autónomas, y si es posible la participación de dichas
comunidades autónomas en los órganos de gestión de Turespaña, seguramente
se conseguiría una mejor agilización y competitividad para poder
promocionar, el Estado y las comunidades autónomas, los productos más
óptimos y más rentables, según el criterio de las comunidades que tienen
competencias exclusivas en materia turística.

También he escuchado en su intervención que su Ministerio tiene preparado
un plan estratégico de los Paradores Nacionales. Entendemos también que
quizá sería interesante que, siendo los Paradores Nacionales un tema de
promoción importante, tanto interior como exterior, del turismo en
general, su Ministerio trasladara la gestión de estos Paradores
Nacionales a las comunidades autónomas que tengan competencias en
turismo.

No sé si en su intervención nos ha hablado del turismo de la tercera edad
que en estos momentos se gestiona a través del Inserso y nos gustaría
conocer si su Ministerio ha pensado realizar traspasos de los fondos del
Inserso



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orientados a turismo de la tercera edad para que los puedan canalizar las
comunidades autónomas.

Por ahorro de tiempo, termino mi intervención.

Gracias, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Para proceder a la intervención del Grupo
Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Señor Ministro, gracias por la información
que nos ha facilitado hoy, fundamentalmente en lo concerniente a la parte
de los planes y objetivos de su Ministerio. Le digo esto por las dos
primeras partes, aquella que se refiere a dimensión, que esta Comisión
conoce bien con anterioridad, y sobre el diagnóstico que usted nos ha
formulado tengo que reconocer que me alegra venga a coincidir con todos
los diagnósticos que se han venido haciendo en los últimos períodos, por
recordar los que vienen publicándose desde el año 1990. Bien es verdad
que ha incorporado usted algunas características del diagnóstico que nos
llaman la atención, como es el atractivo del ocio nocturno de España y
que España tiene como punto de atracción la accesibilidad al alcohol. Son
datos nuevos, pero en cualquier caso, el diagnóstico que ha realizado
usted nos parece ajustado a realidad.

Entrando en la evolución de las cifras, por intentar seguir la misma
estructura que usted ha seguido en su informe, aunque tendré que
desviarme en algún momento, señor Ministro, en relación con las cifras
que usted ha facilitado, que las califica de datos razonablemente
favorables --estoy repitiendo exactamente frases suyas--, déjeme darle
una visión de estas mismas cifras hechas también con otras comparaciones,
para situarnos exactamente en cuáles son, a nuestro entender, estas
cifras.

Sin ánimo de entrar en ningún tipo de debate respecto a las cifras,
porque son las que son, diré que mientras el turismo mundial --usted
mismo lo afirma-- está teniendo un crecimiento del 5 por ciento, y
trasladado este crecimiento al turismo europeo está en torno al 4 por
ciento, España está por debajo de los incrementos que se están
registrando en la esfera mundial y en la esfera europea.

Voy a operar con cifras de mes de julio, por cuanto las del mes de agosto
las recibí ayer mismo por la noche, cosa que tengo que agradecer,
lógicamente, al Secretario General de Turismo; él mismo me adelantaba que
eran cifras estimadas y provisionales y que las oficiales y cerradas eran
las del mes de julio. Usted conoce, como yo, que en el año 1992, en el
mes de julio, se produce un incremento del 4,8; en cambio, en el año 1993
se ha producido un incremento, me estoy refiriendo a visitantes,
exclusivamente del 2,6 por ciento. Si nosotros valoramos cómo evoluciona
el último cuatrimestre del año, si se sigue cumpliendo la tendencia
habitual de cómo evolucionan los últimos cuatro meses de cada ejercicio,
ese incremento del 2,6 por ciento que se registra en el cierre de julio
es muy probable que podamos adelantar que el año cierre con una cifra de
incremento de visitantes en torno al 1,9 por ciento. El mes de agosto
viene a situarnos en que el incremento de cierre de julio, del 2,6, pasa
a un incremento de 2,4. Insisto, de ser cierta la tendencia que dibujan
los incrementos de años anteriores, el año puede venir a cerrar en torno
al 1,9, cifra que registra un muy moderado incremento y que se hace
todavía más moderada si tenemos presente que los incrementos para la
esfera mundial y para la esfera europea son los que he citado antes: 5
por ciento y 4 por ciento. Estamos por debajo.

Esta cifra se hace todavía más moderada si tenemos presente que frente a
nuestros incrementos más bajos que los del resto del mundo, estamos
operando, como usted mismo ha reconocido, en una coyuntura muy favorable
para la oferta turística española; coyuntura favorable que viene dada
fundamentalmente porque casi todos nuestros competidores están envueltos
bien en revueltas ciudadanas o bien en guerras fraternales e infernales
que prácticamente les sacan del mercado de la competitividad. De forma y
manera que usted antes, como muy bien ha reconocido, decía que nos
quedamos prácticamente solos como destino turístico de los países
emisores y, a pesar de esa circunstancia, nosotros estamos teniendo un
muy moderado incremento.

Bien es verdad que estas cifras y esta comparación que yo le he hecho
podrían ser valoradas y argumentar el hecho de que en el año 1992
nosotros tuvimos unos eventos y por eso se produce un repunte o una
recuperación un poquito mayor de estos indicadores.

En cualquier caso, quiero decirle que respecto a lo que usted llama datos
razonablemente favorables sin entrar en más discusiones, nosotros
queremos poner sobre la mesa que estamos en un incremento muy, muy
moderado si tenemos presente la evolución y si tenemos presente que nos
hemos quedado prácticamente solos en el mercado de oferta.

Es curioso también, hablando de los datos, no sé por qué motivo, señor
Ministro, cuando conseguimos estas publicaciones --y digo conseguimos
porque tengo que conseguirlas, no logro que me las envíen-- hasta la
fecha en estos textos denominados «Movimiento turístico», en el que
venían insertadas todas las cifras del turismo español, es curioso que,
en los últimos meses, de este documento publicado por su Ministerio haya
desaparecido todo lo relativo a ingresos. Nos gustaría conocer por qué
desde este año en este documento no se incorporan ya las cifras relativas
a ingresos y nos hemos quedado exclusivamente con las cifras relativas a
visitantes. Si coge usted el documento de movimiento al año 1992, ahí
viene perfectamente completo lo que son cifras de visitantes y lo que son
cifras de ingresos. En el año 1993, no sé el motivo, ha desaparecido la
información sobre ingresos, por lo menos en el documento que yo consigo.

Si recuerda usted, señor Ministro, en una anterior comparecencia tuvo el
coraje de reconocer que las estadísticas españolas guardaban un grado de
fiabilidad muy bajo. Supongo que cuando antes usted nos ha hecho mención
a que ha introducido o va a introducir un cambio de sistema de medición,
este cambio tendrá como objetivo prioritario corregir la falta de
fiabilidad de nuestras



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estadísticas y, por supuesto, cae de lleno en la capacidad de conocer y
definir la dimensión y elaboración diagnósticos de nuestro sector
turístico.

En relación con el diagnóstico, ya le he dicho antes que nos parece es
muy ajustado a la realidad, lo cual nos satisface porque siempre, cuando
se tiene un diagnóstico cercano a la realidad se suele por lo menos
conocer cuáles son los puntos que hay que intentar corregir. Sin embargo,
cuando ha entrado usted en la relación de puntos a corregir, nos parece
que también ha puesto de manifiesto algunas ausencias, que no sé si ha
omitido de forma calculada a los efectos de poder producir un debate, o
si realmente no está dentro de sus planes abordarlo o por lo menos
confirmarnos en esta sesión cuáles son sus objetivos.

Nos ha hablado de una novedad para el mundo laboral del turismo y yo creo
que hay que definir así esto que usted ha planteado sobre el mundo
laboral en lo referente a los nueve meses de trabajo, con más horas de
dedicación al día en la temporada y en lo referente a los tres meses de
cobrar el paro y dedicarlos a una mayor formación. Es un sistema para
intentar corregir la actual situación laboral de inestabilidad de
plantillas de este sector, pero no nos ha dicho exactamente si está
dentro de sus planes sustituir las ordenanzas laborales del sector por
convenios colectivos y en el caso de que esté dentro de sus planes esta
sustitución de antiguas, por decirlo con mucha claridad, casi de
prefranquistas ordenanzas laborales --predemocráticas, desde luego-- por
los convenios, ¿cuál es la idea para resolver esos convenios? ¿En qué
marco territorial se resolverían esos convenios en el mundo laboral? Y
muy ligado con el mundo laboral, creo que ha habido un silencio --yo he
tomado buena nota de casi todas sus afirmaciones, sobre todo de las
novedosas-- en torno a todo lo relativo al plan de estudios del mundo
turístico. No he podido anotar absolutamente nada sobre sus intenciones
para que los títulos de nuestros profesionales del turismo se encuentren
homologados a sus homólogos --valga la redundancia-- europeos. ¿Cuáles
son sus intenciones respecto a la homogeneización de estas titulaciones
dentro del territorio nacional, señor Ministro? ¿Va a seguir usted
permitiendo, señor Ministro, ubicar la Escuela Oficial de Turismo en el
ámbito de su Ministerio o es usted proclive a que todo aquello que se
refiere a la educación resida en el Ministerio de Educación y Ciencia?
Comprendo que trasladar la Escuela Oficial de Turismo o todas las
competencias de formación que en este momento tiene su Ministerio al
Ministerio de Educación y Ciencia en principio resulte un poco difícil
para ustedes por cuanto si seguimos quitando competencias a las ya pocas
que tiene su Ministerio en materia turística, evidentemente comprendo que
haya cierto rechazo inicial a quedarse sin apenas competencias, pero a mí
me da la impresión de que seguir teniendo bajo el organigrama de su
Ministerio una parte de formación sería algo así como pretender que el
Ministerio de Justicia tuviera bajo su égira la Facultad de Derecho o que
el Ministerio de Sanidad tuviera bajo su dependencia la Facultad de
Medicina. A mí me parece más correcto para la buena ubicación que todo lo
relativo a la formación de nuestros profesionales de turismo estuviera en
el ámbito de la universidad y más adelante debatamos si, una vez dentro
del ámbito de la universidad, la titulación ha de tener éste o aquél otro
rango, pero creo que lo primero y fundamental es que traslademos estas
competencias a su sitio natural.

Algún compañero que me ha antecedido en el uso de la palabra ya ha
planteado algunas materias legislativas, como ha sido preguntar --y yo
reitero la pregunta porque también es inquietud de este grupo-- si está
en sus planes regular el municipio turístico. ¿Está en sus planes regular
la multipropiedad? Aquí sí le voy a dar un argumento más para añadir a lo
que se ha escuchado anteriormente. Mi grupo lleva cuatro años escuchando
que ustedes no quieren promulgar la ley reguladora de multipropiedad
porque están esperando una directiva comunitaria. El otro día no pude más
y, después de leerme las sucesivas intervenciones del anterior Ministro o
del actual y del anterior Secretario General de Turismo en relación a
este extremo, dirigirme a la Comunidad Europea para saber cuál era el
estado de esta directiva y resulta que ni se la espera ni está en embrión
de debate. A mí me parece bien esperar un documento que pueda orientar el
contenido de una ley en tanto en cuanto tengamos la noticia de que hay
cierta inmediatez de recibirla, pero la noticia que mi grupo tiene y que
ha podido obtener en fuentes comunitarias es que esta directiva está tan
en embrión que en principio y habida cuenta de que los problemas
comunitarios precisamente no radican en este extremo de la ley, sino en
otros mucho más complejos, la directiva puede esperar el sueño de los
justos. Los dos o tres papeles sobre esta directiva a los que yo he
tenido acceso no resuelven el tema eje de la multipropiedad, que no es
otro que el concepto de propiedad que debe llevar inherente este producto
turístico. Resuelven, en todo caso, algo en lo relativo a defensa de los
consumidores, pero eso, a no ser que me dé otra información distinta, a
no ser que me diga que en sus últimos viajes ha logrado prácticamente el
compromiso de que esa directiva va a alcanzarse en breves fechas, seguir
argumentando que esperamos esa directiva ya no vale. Argumenten otra
cosa, pero no la espera de la directiva.

Conocido es por todo el sector, señor Ministro --y sigo en lo referente
al rango legislativo, normativo--, que ustedes habían alcanzado un
preacuerdo con las federaciones de hoteles en relación a todo lo
concerniente a precios y reservas, fundamentalmente respecto a la orden
ministerial del 15 de septiembre de 1978. Ese preacuerdo, que ha sido
saludado muy favorablemente por todas las organizaciones patronales del
sector de la hotelería, ¿qué suerte ha corrido? ¿Qué suerte va a correr?
Hasta la fecha no tengo información de si ese preacuerdo va a traducirse
en la corrección de esa orden ministerial o se trata simplemente de
plasmar una voluntad política por parte de su Ministerio.




El señor PRESIDENTE: Le ruego, señor Aguirre, que vaya intentando
finalizar la intervención.




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El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Voy a hacer lo posible, señor Presidente,
pero tenga presente que he asistido a una intervención larga, agradable y
llena de contenido que merece entrar en todo el abanico de problemas que
ha planteado el señor Ministro. De todos modos, voy a intentar acelerar
lo que resta de mi intervención.

Retomando el tema, le pregunto, señor Ministro, si su Ministerio --está
en el debate de la hostelería-- es proclive a modificar los sistemas de
clasificación de los hoteles. ¿Hay nuevos planes en ese sentido? Cuando
se aproxima uno a las revistas del sector se da cuenta de que es la
patronal, Zontur, la que está introduciendo mayor número de propuestas
novedosas en cuanto a los sistemas de clasificación de hoteles y me
gustaría saber cuál es la opinión de su ministerio.

Hemos oído con sorpresa su propuesta --repito sus palabras-- de comprar
la oferta obsoleta y tirarla, hablando de Baleares. Este es un problema
muy importante en el sector y nos gustaría que el señor ministro pasara
del titular al detalle para tener un mayor conocimiento.

Ligando con la oferta de alojamiento no clasificada, la oferta de
alojamiento alegal, por decirlo de alguna manera, me gustaría también
saber si su ministerio tiene plantedo algún tipo de medida para aflorar o
intentar corregir la competencia desleal que significa la presencia de
este tipo de oferta de alojamiento.

Sin lugar a dudas, tengo que sumarme a las palabras del portavoz de
Convergència i Unió respecto a la necesidad que tiene este sector de
reducir sus tipos de IVA del 15 al 6 por ciento en tres campos muy
concretos. Me parece que el señor portavoz de Convergència i Unió se ha
referido exclusivamente al campo de alojamiento, pero hay dos campos más
en los que usted sabe, señor Ministro, que es necesaria esa reducción.

Además, yo he leído algunas declaraciones suyas en las que usted
«personalmente» --dicho esto entre comillas-- es favorable a que se
produzca esta reducción y que sólo hay un problema de déficit. Yo quiero
exponerle un argumento muy claro: será un problema de déficit, en el que
no vamos a entrar porque no es objeto de esta Comisión, pero la menor
recaudación a que usted está haciendo alusión cuando se refiere al
problema de déficit es una menor recaudación que se está usted
encontrando por la auto-regulación del sector. Usted sabe como yo, señor
Ministro, que de los 78 grandes hoteles que tiene España en la
clasificación de cinco estrellas, veinte de ellos se han perdido ya en lo
que va de año. Esto quiere decir que hay 20 hoteles que ya no están en
tasas del 15 por ciento, sino del 6 por ciento, y la minoración de
ingresos no se está produciendo porque haya habido una bonificación de la
tasa por parte de su Gobierno sino que se produce porque el empresario se
quita una estrella al solo fin de ponerse a cotizar en tasas del 6 por
ciento; por tanto, la minoración de ingresos le está viniendo a usted por
la propia auto-regulación del mercado. A mí me parecería satisfactorio ir
acorde con el pulso del mercado; por eso, le pregunto: ¿cuál va a ser su
posición respecto al IVA de los hoteles, al IVA de la restauración y del
transporte aéreo y marítimo? Por si no lo conoce, pongo en su
conocimiento que mi grupo parlamentario ha presentado sendas enmiendas a
los Presupuestos Generales del Estado proponiendo esta reducción de tasas
del 15 al 6 por ciento en estos tres campos. Nos gustaría conocer su
posición respecto a estas enmiendas y propuestas del Grupo Popular.

Para terminar con el campo fiscal, diré que hay dos figuras impositivas
que están haciendo bastante daño al turismo: el Impuesto de Actividades
Económicas y la Estimación Objetiva. Supongo que usted, en sus comisiones
entre los distintos ministerios, llevará a cabo propuestas concretas para
evitar el impacto negativo de estas dos figuras impositivas. Además, nos
ha anunciado usted la creación de la comisión interministerial. Señor
Ministro, en esta Comisión se ha anunciado la creación de esa comisión
interministerial en cuatro ocasiones; yo confío que en esta ocasión sea
la definitiva porque sabe usted que la reclama todo el sector. Ahora,
anuncie con mayor grado de credibilidad por su parte, porque aquí se ha
anunciado esto en tres o cuatro ocasiones desde el año 1991, tengo las
actas de las sesiones en las que se ha anunciado, y usted sabe que no se
ha puesto en marcha.

Por último, señor Ministro, creo que habrá que hacer una comparecencia
específica sobre el grado de ejecución y cumplimiento del Plan Futurex.

He tenido la suerte de recibir esta misma mañana la información que
requerí de su Ministerio en la pasada comparecencia con motivo de los
presupuestos y, por tanto, es una información que voy a estudiar con
detalle. En principio agradezco que me envíe esta información; no sé si
será completa, a primera vista me ha parecido bastante incompleta, pero
no quiero hacer juicios antes de haberla leído entera. Digo que se la
agradezco porque llevo dos años detrás de la información sobre ejecución
del Plan Futurex y le voy a leer una frase que se pronunció en esta
Comisión el día 23 de marzo de 1993, es decir, hace aproximadamente siete
meses. Dice así: Quiero dejar claro que el señor Aguirre también ha
pedido una regionalización del Plan Futurex. No quiero aburrir a SS. SS.

dándoles cada uno de los datos, les puedo enviar los relativos a las
aportaciones por cada comunidad autónoma, aunque simplemente les diré...

Es decir, llevo pidiendo esta ejecución del Plan Futurex desde marzo y no
ha habido forma de conseguirla. Confío en que tenga mayor capacidad para
influir en las personas que tienen que enviar esta información del Plan
Futurex, porque con el grado de cumplimiento de ocasiones anteriores, mal
vamos. En cualquier caso, quiero decirle que usted como yo conoce que el
Plan Futurex es un plan que tenía previsto adjudicar de forma anual
aproximadamente 4.000 a 5.000 millones, corríjame si me confundo, estoy
hablando un poco de memoria, y tengo que reconocer que las cifras de
1992, que acabo de recibir, señalan que se ha producido un compromiso de
proyectos por valor de 1.789 millones. Esta misma información que acabo
de recibir indica que en 1993 se ha adquirido compromiso de proyectos por
valor de 2.604 millones. Si son ciertas estas cifras, que no pongo en
duda, estamos ante el certificado de que el Plan Futurex está siendo
ejecutado en un bajísimo grado. A continuación habría que



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preguntarse si el compromiso de estas cifras que acabo de mencionar se ha
pagado, si los beneficiarios de estos fondos los han recibido ya, y
también habría que preguntarse, como le han preguntado anteriormente,
quién está administrando estos fondos: ¿qué ventanilla es? ¿La ventanilla
del Estado o la ventanilla de las comunidades autónomas? En cualquier
caso, como decía anteriormente, señor Ministro, creo que el Plan Futurex
bien merecería una comparecencia monográfica, y cuando podamos estudiar
estos datos que acabamos de recibir hoy, estaremos muy gustosos de
volverle a citar y confío en que usted, también, de volver a asistir.

Por lo que resta, señor Presidente, dar las gracias por la paciencia que
ha tenido con este portavoz y agradecer de nuevo al señor ministro su
intervención.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que no han solicitado la comparecencia y que
desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
tiene la palabra el señor Narcís Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Empiezo mi intervención saludando al señor Gómez
Navarro por su presencia en esta Comisión y agradeciendo los datos que
nos ha proporcionado en esta comparecencia. En la primera parte de la
misma usted ha señalado una serie de datos estadísticos respecto a la
importancia global del turismo como sector económico, importancia
evidente teniendo en cuenta esa cifra de algo más del 8 por ciento del
PIB de nuestro país a expensas de este sector, lo que cualifica
claramente la importancia del mismo.

En las cifras que usted ha dado de crecimiento moderado --creo que ha
utilizado esa expresión-- de la entrada de turistas en nuestro país, en
el año 1993, y del aumento de recursos aportados por los mismos, al
margen o además de los conflictos políticos y de toda índole que se han
producido en el Mediterráneo y que usted ha señalado, seguro que tienen
mucho que ver también las tres devaluaciones consecutivas de la peseta,
que han permitido mejorar la competitividad de nuestra oferta en términos
relativos.

En el sector del turismo, que, en general, creo que es un sector algo más
ordenado pero con un importante grado de desorden global (y coincido con
el diagnóstico que usted ha hecho tanto de los puntos fuertes como de los
puntos débiles), creo que el problema más importante con que nos
enfrentamos es la falta o la escasa profesionalidad de empresarios y de
trabajadores. Usted ha señalado bien que gran parte de nuestros
empresarios en el sector turismo son, de alguna manera, prisioneros de
los touroperadores por ese importante déficit de comercialización que se
tiene y, en muchos casos, por la incapacidad para hacer previsiones a
medio o a largo plazo.

Entrando en algunas cuestiones más concretas me permitiría recomendarle,
darle un consejo --creo que dar un consejo a alguien que, además, no lo
pide es lo peor que se puede hacer--, pero me atrevo a dárselo: no
utilice usted el criterio o la expresión de que entre los puntos fuertes
de nuestro turismo está la fácil accesibilidad al alcohol porque le puede
generar a usted problemas con nuestros países vecinos; problemas
importantes. Más vale que ese supuesto punto fuerte se lo quede usted en
su cabeza y no lo explicite demasiado porque nos puede generar más de un
problema, aparte de que, efectivamente, a nosotros aquí dentro también
nos genera más de un problema no sólo de seguridad sino de muchas otras
cosas. Usted conoce bien que precisamente esa fácil accesibilidad al
alcohol, fácil en cuanto a cantidad de puntos de venta y fácil en cuanto
al precio, genera no pocos problemas cotidianos, de vida cotidiana en los
pueblos que se benefician y que, en alguna medida, también sufren las
grandes avalanchas de turistas y ese fácil acceso al alcohol.

Coincido con usted en que entre los puntos débiles podemos señalar el
grado de polución ambiental y ecológica que sufre nuestro país en general
y fundamentalmente nuestras costas. Considero, y también coincido en eso,
que nuestros turistas tienen mayor grado de formación y, en consecuencia,
mayor grado de exigencia y, por tanto, exigen no sólo algo que está más o
menos siempre ahí, como son unas playas mejores o peores y un sol que
siempre es el mismo, sino, además, un entorno ecológico que cada vez esté
más conservado. Afortunadamente, la gente de fuera y la gente de dentro,
nuestros visitantes exteriores y nuestros propios turistas interiores
cada vez exigen más que el entorno del lugar donde pasan las vacaciones
sea presentable, circunstancias que, por desgracia, no se produce en gran
parte de nuestras costas con la frecuencia que quisiéramos todos. Esto es
debido a veces por el propio desorden de crecimiento del sector en años
anteriores y, a veces, por acciones insensatas de la propia
Administración como, por ejemplo, la construcción de algunas obras
públicas que tienen poco sentido común en la aplicación cotidiana. Usted
ha señalado un ejemplo relacionado con otro tema y yo le voy a poner uno:
en la provincia de Alicante, por la que soy diputado, provincia que usted
conoce bien, está prevista, no sabemos cuándo pero está prevista la
construcción de algunas variantes de la carretera de la costa. Algunas de
esas variantes hay que hacerlas obligatoriamente, pero hay otras cuya
construcción es absolutamente insensata porque van a significar
introducir barreras arquitectónicas, destrozo medioambiental en
municipios fundamentalmente turísticos en los que no cabe construir más
infraestructuras de ese estilo cuando, además, al lado, a menos de cien
metros de donde se prevé construir algunas de esas infraestructuras, que
van a producir obligatoriamente un impacto medioambiental negativo para
lo que es el entorno turístico que se ofrece, se dispone de una autopista
de peaje, que probablemete es el único eje vertebrador de toda aquella
zona, que está asumiendo un tercio de su capacidad real de tráfico, y en
vez de entrar a negociar con esa empresa concesionaria, Aumar en este
caso, utilizando el dinero público para rescatar ese peaje, se pretende
invertir en la construcción de algunas de estas variantes que van a
significar un impacto medioambiental terrible y que, sin duda, va a
degradar un entorno



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ya de por sí degradado debido a un desorden considerable en la
construcción inmobiliaria de toda aquella zona que puede ser difícil de
superar.

Espero que desde esa comisión interministerial que usted nos ha anunciado
se pueda fijar algún criterio de racionabilidad porque, repito, no son
muy sensatas algunas de esas actuaciones.

El producto turístico español está muy poco diversificado. El 80 por
ciento es un turismo de sol y playa, lo que implica estacionalidad
obligatoria y va a ser difícil desestacionalizar nuestra oferta. El
instrumento utilizado hasta ahora ha sido el aportado por el Ministerio
para Asuntos Sociales por medio de los viajes de la tercera edad, del
Inserso, que algo aporta al sector fuera de estación, pero en la parte
que es responsabilidad de la Administración obliga a hacer los esfuerzos
necesarios para estimular esa desestacionalización que, además, sería
coadyuvante con esa pretensión del plan que nos anuncia que están
intentando poner en práctica en Baleares cuyo objetivo es esponjar un
poco el sector para evitar la excesiva congestión, congestión que no sólo
ocurre en Baleaes, como usted bien sabe, sino en muchas otras zonas de la
costa mediterránea. Así, en mi provincia el grado de congestión en los
meses de verano es muy notable.

Coincido totalmente con usted en que nuestra oferta no tiene que estar
basada exclusivamente en el precio. Nosotros nunca podremos competir sólo
en precios en el sector del turismo ni en cualquier otra parcela de
nuestra actividad económica. No podemos competir sólo en el precio porque
hay otros países con unos grados de desarrollo tecnológico superiores al
nuestro que siempre podrán hacer productos con mejor ajuste
calidad-precio. Necesitamos cambiar un poco esa tendencia de intentar
competir exclusivamente en la variante precio para competir en la
variable calidad. Yo comparto con usted que nuestro producto tiene que
ser bueno, bonito y barato y, además, hay que venderlo bien. ¡No ha dicho
usted casi nada! Utilizando una expresión muy tópica, ya sabe usted que
bueno, bonito y barato riñeron hace mucho tiempo y se hablan poco y que
va a ser difícil meter en un mismo paquete esos tres conceptos además del
cuarto añadido de venderlo bien, que significaría cambiar toda una
tendencia ancestral de pésima comercialización de nuestro producto
turístico.

El papel, de la Adminitración central, como usted bien decía, es
absolutamente limitado y se tiene que ceñir a intentar coordinar
administraciones, lo cual no es una tarea pequeña. Sabe usted que es
frecuentísimo que haya batallas dialécticas entre pueblos vecinos por ver
quién hace una oferta mejor o peor, a veces intentando atraer, con una
visión corta de las cosas, hacia su término municipal una serie de
inversiones que a continuación van a significar, a medio plazo, volviendo
al tema anterior, más deterioro ambiental y que les van a poner en peor
situación respecto a otro que no se lleve la inversión. Me explico:
intentar coordinar desde la Federación Española de Municipios y
Provincias las acciones entre los distintos municipios turísticos me
parece que es una tarea importante que usted tiene desde su Ministerio.

No sé qué contestará usted a la pregunta del Partido Popular respecto de
los municipios turísticos. La oiré muy atentamente porque, sin duda,
también me interesa.

Sobre la situación laboral en el sector del turismo, la idea que usted
acaba de dar de hacer un cómputo anual de horas de trabajo, posibilitar
el aumento de la jornada en los meses de estacionalidad alta, permitiendo
que en los meses de baja actividad se trabaje menos horas y que haya una
actividad de formación que, por otra parte, es altamente necesaria, puede
ser útil y convendría que usted la desarrollara un poco más, que
pudiéramos estar atentos a su desarrollo y que reflexionara sobre ella
conjuntamente con las partes sindicales y sociales. Esto podría aportar
alguna solución a un problema esencial de la mala oferta de calidad en el
servicio que es la temporalidad del trabajo, que implica que el grado de
autoformación de los trabajadores, por la propia práctica de su trabajo
cotidiano en el sector, sea relativamente bajo en función de que los que
hoy trabajan aquí mañana van a estar trabajando en el sector de la
construcción, en el de la agricultura o en cualquier otro. Esa formación
en el terreno específico del turismo es escasa.

Le decía antes, y creo que podrá usted coincidir conmigo, que lo que
necesita fundamentalmente el sector son mejores empresarios, más
profesionales, y trabajadores más formados. Ambas carencias son altamente
notables en nuestro país y se han señalado desde hace mucho.

Es importante generar esas marcas de calidad que garanticen, para el
turista extranjero y para el interior, una homogeneidad de servicios y
una calidad preconocida de los mismos. Puede decirse, porque es de
justicia, que usted es de los Ministros que ocupa un Ministerio de lo que
entiende; hay otros Ministerios en los que ese grado de entendimiento, al
menos al principio, no es tan alto. Usted conoce bien el sector y sabe
que en todo lo que es la industria hotelera en nuestro país hay --si me
permite la expresión-- mucho pirata; mucho pirata que en tiempos de
bonanza no tuvo reparo en dejar todo en manos de los touroperadores, y
cuando los touroperadores han empezado a apretar y ellos han empezado a
ver reducido su margen de ganancia comercial la única alternativa que han
tenido ha sido disminuir la calidad del servicio entrando en ese circuito
infernal al que antes usted hacía referencia.

Generar desde la Administración instrumentos para mejorar la
comercialización del sector me parece muy importante. Disponer de
mecanismos de predicción suficientes para que, con uno o dos años de
anticipación, al menos uno teniendo en cuenta que las negociaciones con
los touroperadores suelen ser de un año para otro, nuestro sector
disponga de los datos sobre la situación que se va, presumiblemente, a
producir en el curso del año siguiente, puede ser un instrumento para
cambiar esa relación de fuerzas actualmente existente entre
touroperadores y empresarios hoteleros, en la que siempre pierden los
empresarios hoteleros porque están en manos de los touroperadores, que
dan vueltas de tuerca sin parar.

Hay algo que usted no ha señalado y me gustaría conocer si tiene usted
alguna idea al respecto: la posibilidad de



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una línea de turismo de salud a partir de los balnearios españoles, de
los que hay una buena cantidad. Parece que es un sector que puede tener
en un futuro alguna viabilidad, aunque la tuviera más hace cien años que
actualmente, y que puede empezar a reactivarse de nuevo. Coincido con
usted en la necesidad de que se replantee el sentido actual de algunos de
los paradores de turismo, sobre todo aquéllos que no están ubicados en
edificios históricos ni en zonas de interior, sino fundamentalmente en
zonas de playa, haciendo competencia, a veces poco comprensible, al resto
del sector.

Finalmente, respecto de las escuelas de turismo, a mí me parece, en
contra de la opinión que se ha dado anteriormente, que están bien
ubicadas donde están. No creo que sea necesario, ni siquiera conveniente,
la concentración de todo lo que son escuelas de formación de diferentes
sectores de la actividad del país, de distintos ministerios; no me parece
necesario concentrarlas todas en el Ministerio que teóricamente se
encarga de la educación, poque probablemente sea alejarlas del terreno
concreto sobre el que tienen que ejercer su función. Otra cosa sería
cuestionar si las escuelas oficiales de turismo cumplen el papel para el
que teóricamente están pensadas, si son capaces de generar profesionales
formados y en la cantidad necesaria. Pero ése es otro asunto.

En general --y acabo, señor Presidente, señor Ministro--, coincido
bastante con el diagnóstico de la situación que nos ha dado, incluso con
algunas de las propuestas o reflexiones a seguir respecto al problema
laboral y a otros. Sin duda, la importancia económica que para nuestro
país tiene el sector obliga a que usted, desde su Ministerio y desde esa
Comisión interministerial, dedique todo el esfuerzo necesario a mantener
un camino de futuro adecuado para el turismo en nuestro país. Tenga usted
la seguridad de que los partidos aquí representados, los grupos
parlamentarios, vamos a seguir muy atentamente la evolución de todo ello.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria,
tiene la palabra el señor Martín Menis.




El señor MARTIN MENIS: Voy a intentar ser breve, entre otras cosas porque
me he tenido que ausentar en una pequeña parte de la exposición del señor
Ministro por una causa totalmente justificada. De lo que he podido
consultar con los compañeros y lo que he oído, voy a dar el punto de
vista de Coalición Canaria.

Esta claro que en nuestro país el turismo ha crecido a lo largo de la
historia más por las condiciones naturales que por un impulso ordenado y
activo, porque históricamente hemos carecido de una política turística
real. El crecimiento debía haber sido mucho mayor. Está de acuerdo el
sector y todos los que han trabajado sobre el turismo en la conveniencia
de la demanda, básicamente de los touroperadores, más que de la oferta.

Tengo que decir que en los dos últimos años ha habido un cambio
importante en el Ministerio, al menos es lo que hemos apreciado. De no
tener, como digo, ninguna política turística se ha pasado a poner las
primeras piedras de ella. Nos gusta oír hablar de tener una organización
en la comercialización, por ejemplo. Creemos que es muy importante, como
ha dicho el Ministro, marcar y coordinar las actuaciones de los
diferentes ministerios. El Ministerio de Industria nunca ha sido un
Ministerio inversor y los ministerios inversores, básicamente el de
Infraestructuras, han hecho la política en muchos casos, por lo menos en
el canario, de espaldas a la política turística, y de las islas es el
primer sector económico. Hemos visto cómo se han hecho aeropuertos
esquematizados hasta el año 1989; ampliaciones de aeropuertos previstas
sin tener en cuenta que el 85 por ciento del tráfico era turístico y el
15 regular. Hemos visto cómo no se han tenido en cuenta cosas elementales
en un aeropuerto turístico, y más en una isla, donde el 99 por ciento del
turismo viene por avión y una gran parte de la recepción, entre salidas y
llegadas, se hace mediante el sistema de autobuses, por lo que llegan a
impulsos; nos encontrábamos con que las colas que se podían formar, por
el fondo del aeropuerto, no podía permitir más de diez o quince personas
en fondo y sabemos que un autobús lleva sesenta o setenta personas. Al
final, se podían ver aeropuertos donde las colas salían por las puertas y
continuaban en la calle. La descoordinación entre la política
aeroportuaria y la política turística ha sido tan clara que hasta el año
1989 se han estado produciendo situaciones como ésas, y en el Ministerio
les llamaba la atención que alguien les estuviera planteando que los
aeropuertos necesitaban mucho más fondo. Decían: Nosotros, de
aeropuertos, sabemos todo. Pero la realidad era otra. Y les decíamos:
Vayan a verlo y les podemos enseñar, todas las mañanas, un día tras otro,
las colas; pero no en uno, en dos, en tres y en cuatro aeropuertos. Estoy
hablando de aeropuertos turísticos como el de Gran Canaria, el del sur de
Tenerife o el de Lanzarote, donde ver las colas saliendo por las puertas
era un espectáculo.

La misma descoordinación hemos podido ver en la política de costas, donde
se ha actuado bajo otros criterios, sin tener en cuenta que el criterio
turístico es básico en una economía que depende fundamentalmente del
turismo. Por eso creemos que la coordinación entre el Gobierno central,
las autonomías, las diputaciones o cabildos y los ayuntamientos es
fundamental, porque todos están trabajando sobre el territorio. Pero,
como digo, la descoordinación ha sido considerable. Hay que realizar
esfuerzos en distintas áreas, en las que parte es responsabilidad de la
comunidad y de los ayuntamientos, como son las de saneamiento y
depuración, si queremos tener una política turística. No podemos tener
una política turística con playas contaminadas; todos estaremos de
acuerdo.

El Ministro ha hablado de una comisión de coordinación. Nos parece que es
un paso adelante en las acciones de los diferentes ministerios, pero que
habría que llegar a más, habría que crear esa política de coordinación
con las comunidades, que en muchos casos tendrá que hacerse
territorialmente para, entre otras cosas, por economía de tiempo, poder
diseñar qué acciones hay que llevar a



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cabo y qué parte debe realizar cada una de las administraciones
implicadas en una política que debe ser de Estado. Fíjense que, por
ejemplo, hay comunidades que tienen competencias exclusivas en
carreteras, como es el caso de Baleares y Canarias, y en otros casos hay
que jugar con diferentes grados de competencia, dependiendo de si las
comunidades son territoriales o insulares. Debe tenerse en cuenta ese
diferente marco de competencias para poder aplicar una política correcta
de coordinación.

Decía el Ministro, por otro lado, que el gran fallo era la
comercialización. Es evidente que, ante una demanda organizada, y muy
organizada, a finales de los años 80, se presenta una oferta yo diría que
muy desorganizada. El Ministro señalaba como punto débil la dependencia
de los touroperadores. Hoy tenemos una dependencia enorme de ellos, y
mucho más en los territorios insulares, ya que, al llegar el 99 por
ciento del turismo por vía aérea, necesita de intermediario en la
elección. Ese papel lo están desarrollando casi exclusivamente los
touroperadores, que se han implicado de forma directa en la política
aérea y en este momento la dependencia de las compañías aéreas charter de
los touroperadores es muy importante. A nosotros nos parece que ese punto
débil y esa oferta desorganizada frente a la demanda organizada es uno de
los principale retos que tiene la política turística española. La
información es un elemento vital --ya lo ha dicho el Ministro--;
probablemente, la oferta se puede realizar con una información más
adecuada, pero no basta eso. Habría que combinar una política de
incentivos y una política fiscal con los esfuerzos que también hacen las
comunidades, para poder forzar, hasta donde se pueda, que la oferta se
organice. Creo que tienen que contemplarse fórmulas donde pueda agruparse
la oferta, principalmente la oferta en fase de comercialización. De ello
dependerá que podamos resolver una gran parte de los problemas que
tenemos planteados, sobre todo los de la competencia de precios entre el
propio sector. Que tenemos que alcanzar la mayor competitividad y la
mayor eficacia, barajar precios muy competitivos, es un tema claro. Pero
también es verdad que tenemos que buscar una forma de resolver nuestra
política respecto a nuestros competidores extranjeros, sin llegar a una
competencia fuera de lo necesario.

Si organizamos la comercialización, si organizamos, además, esa
combinación que hay entre turismo y construcción, podríamos evitar crisis
como las que se produjeron en los años 1988 a 1991. Esa crisis se pudo
detectar, y hay estudios hechos y fechados, por lo menos yo he tenido
participación en algunos de ellos; en los años 1987 y 1988 se preveía que
iba a haber una crisis en el año 1989, porque era fácil comprender cómo
la reorganización del sistema de touroperación en Europa, una
reorganización que se estaba preparando ante la libertad aérea, estaba
haciendo crecer la demanda por encima del producto interior bruto europeo
y por encima de todas las cuotas esperadas. Había una especie de rebañado
del mercado de los touroperadores para intentar tomar posiciones ante una
demanda que se concentraba. Recordemos que en aquellos tiempos se produjo
una concentración masiva de cientos de touroperadores pequeños europeos;
creó una baja de precios y una demanda artificial, que llevó a ese enorme
crecimiento de la oferta en los años 1987 y 1988 y que hacía prever, con
la inercia que tenía la construcción, que íbamos a volver a separar la
oferta y la demanda, lo cual, con las reglas claras del mercado, podía
terminar en una crisis, como así llegó a ser. Yo sé que acertar con la
política de información y con la política de concentración de la oferta
es algo francamente difícil, pero tiene que ser la política que nos ayude
a evitar, por un conocimiento perfecto de la oferta y de lo que va a
ocurrir, que se nos produzcan esos problemas.

Ha hablado el Ministro de la liberalización de la circulación de personas
y de pasar a un nuevo sistema de encuestas que nos permita conocer
exactamente cuáles son las principales variables del turismo y del
sector. También --y es un ofrecimiento-- debe tener en cuenta que existen
territorios diferentes; por ejemplo, en los territorios insulares hay un
lugar perfecto para realizar encuestas, que son los aeropuertos --y
algunas corporaciones con experiencia en ello lo saben--, buscando datos
en la oferta, datos facilitados por los propios empresarios. Con una
mezcla de un lugar perfecto para encuestar a nuestros visitantes, que es
su espera en el aeropuerto, o los propios aviones combinados de las
compañías que nos transportan, se están obteniendo datos magníficos, con
un porcentaje de errores mínimo. Una colaboración en ese sentido permite
aprovechar lo que ya están haciendo las autonomías y las corporaciones,
aprovechando, por otro lado, lo que haga el propio Ministerio, no para
duplicar los datos, sino para obtener más, que es lo que necesitamos.

En cuanto al Plan Futurex, quiero decir que yo, personalmente, que he
tenido alguna relación con él, tengo que hablar bien, pero también es muy
importante pensar en su territorialización, para crear un mayor grado de
acuerdo entre las instituciones de las diferentes administraciones.

Por otro lado, es indispensable que haya una ley que regule el «time
sharing». Su éxito puede ser una buena fórmula para fijar el turismo,
pero su fracaso --que nos preocupa sobre todo por los empresarios
fantasmas, muchas veces foráneos, que cuando va mal simplemente
abandonan-- puede ser también la tumba. La necesidad de regular el «time
sharing», de regular las empresas, de dar seguridad en los servicios que
van a prestar, es un elemento fundamental para algunas zonas que están en
este momento recogiendo gran parte de la oferta de «time sharing»
española. Esto nos preocupa a los que tenemos una responsabilidad en esas
áreas, como es el caso de Canarias.

Por último, está claro que en este momento se abre el turismo a una
segmentación del mercado, segmentación por edades, segmentación por el
tipo de demanda y por el de oferta. Está claro que empiezan a producirse
nichos de mercado a los que hay que encontrar un marketing para que
podamos seguir creciendo los que tengamos que



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seguir haciéndolo, incluso, en muchos casos, sin ser la política que
deseemos, pero como única política para poder mantener empleo, no
arruinando el mercado, sino encontrando esos nuevos nichos que puedan ir
cubriendo una oferta turística que necesitamos tener para una economía
que depende muchísimo de ella y que, sin embargo, tiene siempre miedo a
una crisis, porque arrastraría a la totalidad de la sociedad. Los nichos
de mercado o centros de turismo pueden ser fórmulas que, a no ser que
hubiera una crisis mundial, en caso de guerra o circunstancias de este
tipo, que nadie deseamos, estabilicen el turismo al máximo, en lo
posible, dentro de la relativa inestabilidad que tiene. Hay sectores en
claro crecimiento, como puede ser el de las personas a partir de los 45
años, donde con acciones de política turística clara podríamos encontrar
fórmulas a una demanda, ésa sí bastante estable.

Nada más, señor Ministro. Nos agrada coincidir en una buena parte con lo
que nos ha expuesto. La preocupación de Coalición Canaria por un sector
como el turismo es grande, porque es básico. Siempre tendrá nuestro apoyo
para lo bueno y la crítica, si es necesaria, por esa enorme dependencia
que nosotros tenemos del sector turístico.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: En el turno de nuestro Grupo compartiremos la
intervención el señor Artiles y yo, procurando ajustarnos, en la medida
de lo posible, al tiempo del que disponemos reglamentariamente.

En primer lugar, quiero dar un saludo y la bienvenida al señor
Gómez-Navarro en esta nueva responsabilidad. El proviene de otras áreas
de la Administración que ha desarrollado durante bastante tiempo y con
notable eficacia. Esperamos que también en esta área demuestre esa
capacidad de eficacia, que es tan necesaria.

Coincidimos, como Grupo, en el diagnóstico que ha hecho, como no podía
ser de otra manera, el señor Ministro en su análisis. Más teniendo en
cuenta que es un sector muy importante de la economía española, un sector
que tiene una relación muy directa con algunos de los elementos básicos
de la economía y que entra dentro de esa competencia en la ordenación de
los sectores económicos que tiene el Estado. Además, es un sector que
tiene una buena posición en momentos de crisis. Estamos soportando una
crisis económica muy profunda en España y en toda Europa y, sin embargo,
es un sector que puede presentar este año cifras de crecimiento; cifras
de crecimiento modestas a nosotros nos parecen cifras de crecimiento
destacables, porque, repito, se dan en un año de crisis española y
europea, de todo nuestro entorno, y al mismo tiempo, después de un año en
que ha habido eventos internacionales muy significativos: los Juegos
Olímpicos y la Exposición de Sevilla. Yo creo que son elementos más que
suficientes para saludar un crecimiento del sector y unas expectativas de
crecimiento para el próximo año todavía mejores. Es un sector que está
teniendo una importancia económica creciente en la balanza comercial,
como ha señalado el señor Ministro, y con el cual debemos tener una
atención significativa.

En la legislatura anterior esta Comisión ya le prestó una atención
especial con la conformación de una ponencia. Se debatió ampliamente, se
buscaron informaciones, se hizo un diagnóstico y se plantearon propuestas
de resolución, con un amplio nivel de acuerdo. A nuestro Grupo le
gustaría que esa forma de actuar tuviera una cierta prolongación en esta
legislatura, que pudiéramos conformar algún tipo de organismo
parlamentario, de ponencia, o la forma que se considere más oportuna por
parte de todos los grupos, que nos permitiera hacer un seguimiento de la
actividad turística como una actividad económicamente muy significativa.

En cuanto al papel de la Administración, nuestro Grupo piensa que es
bueno que tengamos informaciones periódicas sobre el plan-marco de la
competitividad, que es un plan que surge en buena medida en consonancia
con las resoluciones aprobadas por esa ponencia a la que me he referido
antes y por esta Comisión. No lo esperamos con tanta antigüedad como el
portavoz del Grupo Popular, porque pensamos que el Plan Futurex tiene una
antigüedad escasa de un año, o poco más; difícilmente se puede haber
esperado información sobre el mismo más tiempo. En ese sentido no sólo
estamos de acuerdo, sino que nos gustaría a lo largo de esta legislatura
mantener un clima de diálogo, de entendimiento y de comunicación en todo
el tema turístico en la forma que a los demás grupos les parezca
oportuno, que podemos hablar entre nosotros.

¿Cuál es el papel de la Administración? En primer lugar, desde nuestro
punto de vista, un papel de coordinación interinstitucional importante,
porque hay muchas competencias, dentro de las distintas administraciones,
en algunos casos difíciles de llevar a cabo, como ha señalado el señor
Ministro en su intervención. Por otra parte, la colaboración con un
sector protagonista del turismo, que es el sector privado. En él la
capacidad de actuación administrativa quizá sea menor, pero se tiene
también, sin duda, una capacidad para tratar de orientar el sector en la
medida de sus intereses comunes.

Respecto a la coordinación interinstitucional, a nuestro Grupo le parece
muy importante la puesta en marcha de la comisión interministerial de
turismo porque, efectivamente, está la competencia sobre la ordenación de
la economía, y éste es un sector muy importante para la economía de
presente y de futuro de nuestro país, está la competencia sobre la
promoción y está también la competencia sobre la creación de todo tipo de
infraestructuras, planes de carreteras, medio ambiente, costas,
seguridad, e infinidad de temas que están en la administración del Estado
y que conviene que, en relación con ese interés económico que tiene
nuestro país en el aspecto turístico, estén orientadas cada vez más hacia
los intereses de futuro de nuestro turismo. Nos parece, repito, positivo,
y el señor Ministro va a contar con todo el apoyo de nuestro Grupo, en la
medida en que sea necesario, aunque lógicamente es una actuación
estrictamente de Gobierno, para



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que esa comisión interministerial se ponga en marcha lo antes posible y
con la máxima capacidad operativa.

Naturalmente, teniendo la totalidad de las comunidades autónomas las
competencias de turismo, otro elemento básico es la cooperación y
coordinación con las comunidades autónomas en su actuación política. Hay
algunas cosas de las que aquí se ha hablado, como pueden ser las ofertas
alegales o paralegales y la actuación sobre las mismas, que es una
competencia de las comunidades autónomas. Nosotros estamos de acuerdo en
que se lleven a cabo esas actuaciones y lo que nos sorprende es que
algunas comunidades autónomas del mismo signo político de quien lo
plantea aquí no hayan tenido ese tipo de actuaciones que yo creo que
también desde la Administración se pueden impulsar en el ámbito de la
conferencia sectorial correspondiente, al igual que la coordinación a
través de la Federación Española de Municipios y Provincias, aunque
siempre es más difícil por la mayor dispersión institucional. Nosotros
pensamos que en esa conferencia sectorial habrá que poner especial acento
en el desarrollo del turismo interior porque, efectivamente, nuestro país
tiene un producto que hay que mantener como producto estrella, que es el
sol y la playa, pero también debe permitirse una mayor diversificación
que conecte a otras comunidades autónomas con todas las posibilidades de
futuro que tiene el turismo en nuestro país.

En la cooperación con el sector privado, evidentemente el elemento básico
es el plan-marco de competitividad y nosotros mostramos nuestro acuerdo
con la idea de que no parece necesario en estos momentos aumentar la
oferta. Se trata más bien de mejorar la calidad de la oferta existente y
los esfuerzos de reestructuración --no sé si la palabra reestructuración
es la más adecuada-- o de renovación de la oferta. Un sistema económico
como es el turístico es un sistema dinámico que tiene que estar en
continua renovación y la palabra reestructuración puede tener unas
connotaciones negativas que no quisiera que se interpretaran aquí. El
Ministro ha hablado de una mejora de la calidad del producto, una mayor
diversificación y una mejora de la calidad de la oferta complementaria o
de la formación, en lo que coincidimos plenamente. También coincidimos en
la potenciación de todo tipo de asociacionismo empresarial, dada la
dimensión de las empresas, que es un problema que nos preocupa, ya que
resta una capacidad operativa en el terreno comercial, en el terreno de
la marca, de la calidad que se puede garantizar mediante una política de
marcas, o en el terreno de la promoción exterior y de la
comercialización. El fomento del asociacionismo y la colaboración
económica y de todo tipo entre la administración pública y las
asociaciones empresariales parece indispensable y queremos mostrar
nuestro acuerdo con ese planteamiento.

Nos complace comprobar que hay nuevas ideas para afrontar la especial
situación laboral del sector; nos parece que la propuesta que ha hecho el
señor Ministro es una propuesta abierta, una propuesta a debatir, puesto
que tiene un planteamiento acertado y supongo que servirá de punto de
partida para una negociación amplia con el sector, tanto el empresarial
como el de la representación social.

En definitiva, nuestro Grupo quiere mostrar su acuerdo con el diagnóstico
de la situación del turismo ya que, desde nuestro punto de vista, es muy
positivo en el momento económico en que nos encontramos. También estamos
de acuerdo en las líneas básicas de actuación que acaba de proponer el
señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: El señor Artiles puede seguir haciendo uso de la
palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista.




El señor ARTILES BOLAÑOS: Señor Ministro, como bien ha dicho el
coordinador del Grupo Socialista, dada la posibilidad que ofrece esta
Comisión por aquello de una correcta distribución de los tiempos, en mi
caso, afortunadamente con la presencia de compañeros conocedores del
sector turístico, nos lleva a que el apoyo que estamos dando al Ministro
de Comercio y Turismo sea responsable. Realmente va a tenerlo durante
toda la legislatura, porque, por fortuna, en este sector, el Grupo
Socialista ha planteado la especificidad de una política turística global
y el informe que emitió el Congreso en la pasada legislatura y que ha
dado paso a elementos tan importantes como el plan de competitividad que
el Plan Futurex conlleva demuestra que esa política turística global
tiene un marco de objetivos importantes conocidos y consensuados, sobre
todo teniendo en cuenta la realidad del diagnóstico de la incidencia
económica, social y política del turismo en España. A mí me produce
satisfacción esa política turística global del Ministerio de Comercio y
Turismo que tiene vocación de locomotora de la actividad turística y
económica en un momento de crisis importante. Para mí es un motivo de
satisfacción ver cómo desde el Gobierno se le da esa importancia, acorde
con el diagnóstico que previamente se había realizado. Política turística
global que obliga igualmente a enmarcar nuestra cooperación en foros
internacionales, OMT, o de la Comisión Europea, a la hora de elaborar ese
diseño de una política turística global para España. Igualmente, como han
dicho varios representantes y también mi compañero el coordinador de la
Comisión de Industria, Energía y Turismo, había llegado la hora de hacer
una política turística global, atrayendo competencias que quizá puedan
estar dispersas en otros ministerios por la realidad administrativa
anterior. El hecho de que el matiz turístico se enmarque en la política
de costas, en la política de agricultura y en la política de atracción de
fondos comunitarios es una tarea cuyo marco adecuado es la comisión
interministerial, tal y como ha expuesto el ministro.

Por otro lado, también nos produce satisfacción, y no podía ser menos
dada la construcción del Estado de las autonomías, que se plantee una
política coordinada con respecto al marco competencial y con exigencias
de responsabilidad a los marcos donde están residenciadas las
competencias que, en el tema turístico, mayoritariamente es en las
comunidades autónomas. El diálogo y la coordinación es muy importante a
la hora de mantener



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esta política turística y hay que llevarlo a efecto de una forma
respetuosa con el Estado de las autonomías. El hecho de que la política
turística tenga un gran reparto competencial no quita la transcendencia
de una política global, como decía antes. Por ejemplo, en sectores como
tercera edad o juventud, es bueno ayudar y coadyuvar a que en toda España
exista una política que tenga sentido y que ayude a dar soluciones.

Política coordinada con las comunidades autónomas que obligará a que, una
vez pasada la necesidad de asentamiento competencial en el marco de
promoción, se llegue a una política digamos de respeto y lealtad
constitucional.

Yo provengo de la Comunidad Autónoma de Canarias. Ultimamente he tenido
la oportunidad de ver al Secretario de Turismo de Estados Unidos y la
semana pasada ha estado el Ministro de Turismo de Guatemala firmando un
acuerdo, con la comunidad autónoma, concretamente con la sociedad anónima
Hecansa (Hoteles Escuela Canarios, S. A.) para la construcción de un
hotel en Guatemala. Me parece correcta la política de cooperación y
cuanto más hagamos muchísimo mejor, pero una correcta política turística
global y coordinada obliga a determinar los marcos competenciales acordes
con las distintas actuaciones. También he sido durante muchísimo tiempo
Presidente de la Comisión de Turismo de la FEMP y creo que, en este
ámbito, todo lo que sean convenios para infraestructuras, calidad
medioambiental, información turísca y promoción deben ser bienvenidos.

Invito --lo reitero-- a que esa política de cooperación y de coordinación
con la FEMP se continúe y, sobre todo, se potencie, porque va a dar
resultado.

Además de la política turística global y coordinada, para nosotros es muy
importante y necesaria --y por ello me congratulo hoy de la presencia del
señor Ministro de Comercio y Turismo-- una política turística innovadora.

A nuevos tiempos, nuevas respuestas. Se ha dicho en algún estudio
reciente que el futuro del turismo depende de los turismos del futuro y
ahí creo que es necesario tener una vocación de imaginación y de
innovación: políticas turísticas de turismo verde, de turismo cultural,
de turismo deportivo, de turismo de la tercera edad, de turismo sanitario
o de elementos de salud. Hay que avanzar en esas políticas y es muy
importante esa innovación, innovación que supone apostar --como ha dicho
mi compañero-- más que por la cantidad por la calidad. En cuanto a
calidad, ha sido muy sugerente la exposición del señor Ministro respecto
a la política de esponjamiento de sectores con estructuras obsoletas,
como una segunda parte del Plan Futurex, que creo que debe ser estudiada.

Innovación también supone --en esa política de apostar además de por la
calidad por la formación-- la idea que ha lanzado de incrementar la
formación en el sector turístico, con elementos que seguro llevarán al
diálogo en la renovación del mercado laboral del sector turístico. Primar
la formación es algo que va en la línea de esta innovación que todos
deseamos.

Innovación tecnológica --como no podía se menos en una era como la
nuestra--, a la hora de coordinar la información y los medios
informáticos. Es una política innovadora muy atractiva, en la que va a
tener la cooperación del Grupo Socialista.

Por último, tenemos el diálogo. Es fundamental. Lo ha dicho el señor
Ministro y lo comparto. El protagonista de la política turística es el
empresariado, son los sectores privados, son los sindicatos, y esa vía de
diálogo conllevará el éxito en las actuaciones enmarcadas por el Plan
Futurex, concretadas hoy en las intervenciones del señor Ministro, que, a
su vez, llevarán a un diálogo con el sector. Un diálogo que debe venir
precedido de una política de cooperación, de mutuo conocimiento y de
intercambio.

En lo que respecta a una política de toda España para el sector
turístico, se ha expuesto por los distintos representantes de los grupos,
y yo lo comparto, la necesidad de resolver un problema que puede
hipotecar el futuro del sector turístico --en el caso de que no lo
resolvamos-- que es la asintonía entre minifundismo de oferta y
superconcentración de demanda. Esto en los próximos tiempos, sobre todo a
partir del 1 de noviembre, que empieza la Unión Europea, se consolida y
tiene una gran trascendencia en los campos del transporte y de la
informatización. Resolver esta asintonía es algo trascendental y que
solamente se puede hacer mediante el diálogo, mediante la consolidación
de marcas y mediante una política coordinada.

Por todo ello, agradezco al compañero las tareas que me ha encomendado y
espero que, con el resto de los grupos políticos, tengamos la ocasión de
seguir adelante, apoyando esta política turística global, coordinada,
innovadora y dialogante, que desde el Grupo Socialista se va a respaldar.




El señor PRESIDENTE: Si les parece y puesto que la hora nos lo permite,
vamos a suspender la sesión diez minutos.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE: Si les parece, vamos a reanudar la sesión.

Corresponde el turno al señor Ministro para responder a las preguntas
formuladas.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete):
Comparto muchos de los comentarios que se han hecho y agradezco en gran
medida los puntos de acuerdo que los diferentes portavoces han expresado,
pero voy a concertar algunos puntos especiales y a contestar a alguna de
las preguntas que se me han planteado.

El portavoz del Grupo Catalán (Convergència i Unió), el señor Sánchez i
Llibre, ha planteado en primer lugar cosas que evidentemente yo no he
mencionado porque me parecían obvias. Es evidente que la devaluación nos
ha incrementado la competitividad comparativamente en los países donde no
han devaluado, porque hay países como el británico, que ha devaluado
también, donde



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siendo un mercado tan importante --es nuestro segundo mercado--, el
efecto devaluatorio ha tenido mucha menos importancia evidentemente que
en el mercado alemán.

Lo que sí es importante es que los empresarios de este sector como de
cualquier otro tienen que ser conscientes de que la competitividad no
puede basarse en un sistema de devaluaciones sucesivas, sino que lo que
hay que hacer es tener una competitividad basada en un producto que sea
capaz de competir en precios y, por supuesto, en calidad, como decía
antes, todavía más importante. ¿Eso qué quiere decir? Primero, que
tenemos que luchar conjuntamente Gobierno, patronal y sindicatos en el
control de la inflación. Mientras tengamos una inflación diferencial de
dos puntos sobre la de los países europeos, inclusive de tres sobre
alguno de los mercados europeos, estaremos perdiendo tres puntos de
competitividad anualmente en estos mercados, y por ello hay que ser
conscientes de que las posibles subidas salariales hay que medirlas en el
campo en que sea posible, de la forma en que sea posible y dentro de un
programa de moderación salarial, y debemos tener siempre como objetivo el
mantenimiento y la profundización en la competitividad de nuestras
empresas. Parece algo tan obvio como que una empresa no rentable termina
desapareciendo y no genera empleo y como que el empleo está basado en que
las empresas sean rentables y ganen dinero. Eso es algo muy evidente.

Ha preguntado sobre temas fiscales, el IVA de los hoteles de cinco
estrellas. Yo he expresado mi opinión personal y mi opinión como
Ministro. Yo creo que es un tema que no es de un gran calado, pero sí
sería positivo que se acomodasen todos los IVA al IVA reducido del 6 por
ciento. El sector tuvo una mejora significativa con la bajada del resto
de los hoteles al 6 por ciento. Sí quiero decir que, excepto Francia --me
parece recordar y no tengo aquí los datos exactos--, que tiene el 5,5 por
ciento aplicable a los cinco estrellas también, tenemos el IVA más bajo
en hotelería de la Comunidad, y también que este año es un año
especialmente difícil para tomar esa medida. El Gobierno no ha decidido
definitivamente sobre ese aspecto; evidentemente, los ministros
sectoriales siempre somos partidarios de las medidas de apoyo al sector,
pero tenemos que compartir una política general que sea coherente. Este
año es un año difícil no sólo por motivos presupuestarios, porque desde
mi punto de vista presupuestario el efecto es relativamente pequeño y,
además, como decía alguno de los portavoces --me parece que era el señor
Aguirre--, está disminuyendo semana a semana, porque van bajando las
categorías de los hoteles a cuatro estrellas, sino también por motivos
políticos. Es difícil o por lo menos puede ser un mensaje contradictorio
que estemos haciendo pagar impuestos a los parados y al mismo tiempo
bajar los impuestos de los hoteles de lujo. Por tanto, es un momento
especialmente difícil y hay que considerarlo en el aspecto político, con
la implicación política que esto tiene. Yo no soy el responsable
indirecto; mi posición es la que es, pero el Gobierno tomará una
decisión, y lo está estudiando para medir el efecto político que ese tipo
de medidas tiene en un año especialmente difícil, con un presupuestpo
específicamente restrictivo y donde se han tomado decisiones y medidas
muy duras como el ejemlo que he puesto, de establecer que tengan que
pagar IRPF los parados.

Estamos estudiando qué instrumentos financieros se pueden utilizar para
apoyar al sector y su renovación. Las pequeñas empresas tienen acceso a
la línea de pymes del ICO y, por tanto, pueden entrar dentro de ese
mecanismo de financiación. Pero sí creo que sería necesario buscar algún
instrumento específico para el sector que en este momento no tenemos
diseñado pero que nos gustaría tenerlo en pocos meses, sabiendo que
cualquier mecanismo financiero para el sector en este momento --yo quiero
ser especialmente realista y, por lo tanto, me gusta decir las cosas que
pienso-- es de difícil aplicación. ¿Por qué? Porque el sector es un
sector moroso muy importante. El sistema financiero tiene catalogado al
sector turístico como un sector moroso y eso hace que la visión que tiene
sobre el mismo es la de que hay que ser muy prudente con los créditos
turísticos. En este momento todos los grandes bancos tienen una colección
de hoteles en su propiedad, fruto de la morosidad y de los cuales quieren
deshacerse. Por tanto, no van a dar especiales facilidades a continuar un
endeudamiento con un sector que en los últimos años ha tenido problemas.

Con eso quiero decir que cualquier mecanismo que se pretenda establecer
se va a encontrar luego con la resistencia, por parte de aquellos que
tienen que instrumentarlo y que tienen que implementarlo, de impulsarlo
especialmente. Yo creo que van a ser especialmente rigurosos en las
garantías y, por lo tanto, no va a ser fácil impulsar instrumentos
financieros habituales en otros sectores.

En este sector hay una cosa que yo sí quiero decir y que como profesional
del turismo que he sido siempre me he planteado y es que se suele
considerar como sector turístico al sector inmobiliario, el sector
inmobiliario ha sido el enemigo natural del sector turístico en la
práctica históricamente. Por eso, cuando se dice que la ley de time
sharing o de tiempo compartido es una responsabilidad turística, yo no la
considero así, y luego voy a hablar de eso especialmente, voy a decir que
vamos a hacer una ley, que estamos estudiándola, pero no comparto que la
promoción inmobiliaria esté en el ámbito del sector turístico. Yo estoy
muy habituado a ver promociones inmobiliarias donde el negocio entero
nunca va a ser la explotación turística sino la promoción inmobiliaria y
la constucción, y donde el negocio se genera en las plusvalías, en los
terrenos y en la construcción y nunca se va a generar en el sector
turístico; es al revés, donde el activo que llega al sector turístico
llega valorado, inclusive a precios por encima de su realidad porque se
han generado beneficios muy importantes en la construcción y en las
plusvalías de los terrenos. Hay muchos casos, a lo largo de los últimos
diez años, para no ir mucho mucho más allá, de conflictos importantes y
de fondo entre la promoción inmobiliaria y el sector turístico.

En cuanto al Plan Futurex, salió como consecuencia de una ponencia de
esta Comisión y creo que fue un plan importante, en el que se consiguió
la firma de los 17 consejeros de comunidades autónomas. Estaba claro que



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era un plan que en alguna medida podía estar a caballo entre las
competencias del Gobierno central y de las comunidades, pero que se
asumía colectivamente. Por motivos que ignoro, porque no era yo Ministro,
a pesar de haberlo firmado el Consejero del Gobierno Catalán que su
partido apoya y sustenta en el Parlamento Catalán, luego fue recurrido
por la Generalitat; por lo tanto, está recurrido y mientras no se
resuelva el recurso, creemos que no es el momento todavía de reconsiderar
cómo hay que gestionar un plan que se ha puesto en marcha hace un año y
medio. Todas las cosas creo que merecen una reconsideración, pero
requieren un plazo de funcionamiento para poder hacer un análisis de los
aspectos positivos y negativos y poder reconsiderarlas. Si cada cosa la
reconsiderásemos al año siguiente de ponerla en marcha, me parece que no
hubiésemos dado el tiempo necesario para que demostrase su eficacia o no.

En el campo de la formación, creemos que sí que hay que establecer un
procedimiento de cooperación estrecha entre la Administración central y
las comunidades autónomas. Quiero decirle --y creo que usted lo sabe--
que en mi experiencia anterior en la Administración, la única que he
tenido --no soy funcionario y no había trabajado nunca en la
Administración pública--, creo que sí he demostrado que he tenido una
voluntad política firme de entenderme con las comunidades autónomas y de
tener la máxima coordinación y el máximo trabajo conjunto con las
comunidades. Yo creo que con los gobiernos que suelen ser más sensibles a
esos temas, precisamente porque están gobernados por partidos
regionalistas, como es el de Cataluña o del País Vasco, en mi experiencia
en deportes tuve una relación estrechísima, muy útil con ambos gobiernos
y muy productiva para el deporte español y para el deporte de esas
comunidades. Esa es mi misma voluntad en este sector, de intentar
cooperar al máximo con los responsables de los gobiernos y establecer la
máxima relación entre unos y otros.

Sí vamos al registro de técnicos de empresas y actividades turísticas.

Hay que crearlo y no se ha creado hasta ahora porque no estaba
establecido --y hay que establecerlo por ley-- el sistema de tasas que
permite la emisión de títulos turísticos y entonces no había registro
porque no había títulos. En la ley financiera que acompaña al presupuesto
se crean las tasas y, por lo tanto, crearemos de forma inmediata el
registro de técnicos de empresas y actividades turísticas.

Sobre el time sharing, el tiempo compartido, es verdad que el Gobierno ha
estado esperando a ver si se hacía o no una directiva comunitaria sobre
este tema. Efectivamente no parece que la directiva comunitaria vaya a ir
deprisa, lo cual quiere decir que el Gobierno va a asumir esa
responsabilidad. Sí digo que es una responsabilidad que creo corresponde
más al Ministerio de Justicia que al Ministerio de Comercio y Turismo.

Vamos a hacer esa ley conjuntamente, pero creemos --como bien ha
planteado el señor Aguirre-- que es un tema más de concepto de propiedad,
en donde los problemas rozan más en los aspectos relativos al derecho a
la propiedad que en los turísticos. Esa es en realidad la opinión que
nosotros tenemos. En cualquier caso la vamos a hacer, se elaborará en
esta legislatura, no me comprometo a que sea en el año 1994, pero como
muy tarde sí sería en el año 1995 y procuraríamos presentarla en el año
1994. Es una ley que no es fácil de hacer; que no se haya hecho la
directiva comunitaria tampoco es casual. Es verdad que en este momento no
es una prioridad dentro de la Comunidad ni entre los problemas que la
Comunidad tiene, pero obedece también a que es un tema relativamente
complejo y que requiere reflexión.

En cuanto al aspecto de promoción, no sólo estamos dispuestos, sino que
nuestra voluntad es que la promoción sea una realidad y me gustaría, en
la mayor medida posible, que fuese compartida con las comunidades
autónomas, con los ayuntamientos que quieran participar en promoción
turística y con los empresarios. Creemos que sería muy positiva una
política de promoción cofinanciada entre todas las instituciones y donde
todo el mundo tenga no sólo capacidad de financiarla sino de diseñarla,
de participar en su diseño y, por lo tanto, de compartir conjuntamente
las ideas. Yo tengo la idea que me ha dado mi experiencia en el sector de
que muchos de los recursos que se dedican a promoción son recursos de muy
baja eficacia; es decir, que España, sumando el dinero que todas las
instituciones destinan a promoción, dedica mucho dinero, y la eficacia
global es dudosa. Sólo podremos llegar a un grado de eficacia alta si
somos capaces de trabajar conjuntamente y de compartir la filosofía de la
promoción y los medios que todos tenemos.

Sí le quería decir --porque supongo que habrá sido un error suyo-- que
las oficinas turísticas son independientes de las comerciales. Hay
veintitantas oficinas turísticas en España que son específicamente
turísticas y que se dedican sólo a la promoción turística. Lo que
pretendemos ahora es que existan esas oficinas turísticas sólo en países
que tengan un mercado turístico muy importante y donde se requiera,
inclusive, una presencia muy activa y, en cambio, que en los demás países
sean las oficinas comerciales las que coordinen la información turística.

Estatutos de Turespaña. Turespaña tiene que cambiar todo su sistema. Es
una institución que se quedó a medias en la reforma administrativa, es un
organismo autónomo de carácter comercial, pero cuya reforma no se
coordinó con la de la Secretaría General de Turismo y que, por lo tanto,
requiere una reorganización completa. El sistema de trabajo implica que
primero hay que definir qué es lo que se quiere hacer y luego los
instrumentos. La organización administrativa de Turespaña es un
instrumento para desarrollar una política y no nos ha llegado todavía el
momento de estudiar a fondo cuál es la estructura que Turespaña deba
tener. En cuanto a lo que usted plantea sobre la participación de las
comunidades autónomas en los órganos directivos de Turespaña, creo que es
un tema sobre el que tenemos que pensar, no le puedo dar una respuesta en
estos momentos. Es un tema que hay que considerar y hay que estudiar cómo
se podría montar. Si me pregunta cuál sería mi modelo ideal de organismo
de promoción, yo creo que tendríamos que llegar a un modelo tipo «La
Maison de France», donde



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participan el Gobierno central, los gobiernos regionales, los municipios
y los empresarios, pero eso requiere un largo camino. No se puede llegar
ahí de la noche a la mañana y, por lo tanto, creo que hay que ir dando
pasos, ver a qué ritmo se pueden ir dando, pero el objetivo final sería
que la promoción turística tiene que estar compartida casi al 50 por
ciento entre el sector público y el sector privado y donde tienen que
estar las administraciones públicas implicadas en la materia. ¿Cuál es el
ritmo al que se puede ir? Tenemos que ir viendo poco a poco cómo se puede
ir llegando a ese modelo que en teoría y en abstracto sería, en mi
opinión, un buen modelo y que funciona muy bien en países como Francia.

Paradores. No me meta usted una morcilla porque yo le diga que vamos a
hacer un plan estratégico. Usted sabe que es una sociedad anónima y que
las sociedades anónimas no se trocean ni se transfieren. Ahí sí que le
digo tajantemente (en otro aspecto le digo que hay que reflexionar y que
merece la pena una consideración) que no vamos a transferir la gestión de
un parador a ninguna comunidad autónoma. Es una sociedad anónima. Se
escogió ese modelo hace ya varios años y se estableció que es una
sociedad única que gestiona un conjunto de paradores. No es sólo, ni
mucho menos, promoción. Es una empresa que tiene que ser rentable, que
tiene que funcionar como es debido y que tiene un efecto de promoción,
pero, al final, es una empresa que tiene que ser gestionada como
cualquier otra empresa.

Me ha hecho otra pregunta sobre el turismo de la tercera edad, si se van
a traspasar los programas del Inserso a las comunidades autónomas. Le
tengo que decir que eso no es competencia de mi Ministerio y, por tanto,
se lo debe usted preguntar a la Ministra de Asuntos Sociales, que es la
que es competente en el Inserso. Nosotros lo que sí pretendemos es
coordinar con el Inserso y con el Ministerio de Asuntos Sociales que los
viajes del Inserso cumplan el papel que creemos que deben cumplir dentro
de la política turística.

Los viajes del Inserso se diseñaron para mantener abiertos hoteles que se
cerraban en la baja temporada. Esa era la filosofía que los justificaba,
porque el principio en que estaba basado el diseño de los programas del
Inserso, los conozco de mi época de profesional del turismo, era que
costaba menos la subvención a los ancianos, a las personas de la tercera
edad, que el seguro de paro de los trabajadores y, por tanto, que era
rentable para el Estado la subvención (eso era así, estaba bien estudiado
el asunto), aparte de producir un efecto social positivo; representaba un
menor gasto público dar esa subvención y mantener el hotel abierto que
cerrar el hotel los seis meses, con el sistema entonces imperante de que
a los seis meses se iban al paro y cobraban el paro; era un proyecto
extraordinariamente rentable.

Al señor Aguirre le agradezco que comparta muchas de las cosas que yo he
dicho y el diagnóstico. Yo le he dicho dos cosas sobre el diagnóstico que
no son novedad, cuando he hablado del alcohol y de la vida nocturna. En
el Libro Blanco del Turismo del año 1990, entre los puntos fuertes y
débiles, figura vida nocturna, diversiones, bebida. Esto figura
oficialmente en el Libro Blanco editado y que está disponible para
cualquier persona, tanto de institución pública como de institución
privada. Lo he dicho porque, aparte de que figura en el Libro Blanco,
podía figurar ahí y yo no compartirlo, pero ésa es la realidad. Hay
ciudades --aquí hay un Diputado por Alicante-- en las que una parte
básica de su funcionamiento turístico es que para los aficionados a la
marcha son las ciudades con más marcha que encuentran en el mundo, y es
el caso de Benidorm, y ello forma parte de su propio éxito turístico. A
lo mejor, no nos gusta decirlo, pero ésa es la realidad. España es mucho
más divertida que otros países, es uno de nuestros puntos fuertes,
muchísimo más divertida. Yo les digo que por mi experiencia --yo soy muy
aficionado a viajar--, antes de estar en ningún cargo público he visitado
la mayor parte de los países turísticos importantes, y con mucha
diferencia España es el país más divertido. Muchos de los sitios
turísticos son muy aburridos. Si uno va a descansar, está muy bien, pero
sabe que tienes que descansar 16 ó 18 horas diarias, porque la playa te
da para cuatro o cinco --si eres alemán o nórdico, o lo mejor para seis--
y el resto del día, si no hay ningún tipo de organización turística que
genere una animación y una diversión, te aburres como un oso. A lo mejor,
para recién casados, que tienen otra actividad, todavía les gusta, pero a
los demás, no, y la verdad es que tienen problemas muy serios y por eso
no repiten. Ahí radica el éxito, en gran medida, del turismo español y es
que la gente repite mucho. Somos mucho más divertidos no sólo que países
del Caribe sino que Italia o que Francia y tenemos elementos de diversión
y de animación mucho más intensos que esos países.

Sobre las cifras no voy a entrar en una polémica, pero sí les voy a decir
un poco cuál es la reflexión que se hizo en la última reunión de la
Organización Mundial del Turismo, que fue hace 20 días, sobre por dónde
cree que va a ir el desarrollo del turismo mundial. Va a ir por un
crecimiento en porcentaje mucho más alto de los países que parten de
niveles más bajos. Estiman que el turismo mundial crecerá en torno al 5
por ciento, que el turismo en Asia crecerá entre el 8 y el 10 por ciento,
que en Iberoamérica crecerá en torno al 6 y que en Europa crecerá
alrededor del 3, no creo que llegue al 4. Esas son las estimaciones de la
Organización Mundial de Turismo. Ese mismo concepto es aplicable a
España. Cuando se parte de cifras muchísimos más altas los crecimientos
en porcentaje nunca son tan fáciles como si parte de niveles más bajos.

Para nosotros las cifras de crecimiento de este año, que es un
crecimiento moderado --compartimos esta opinión--, suponen un aumento del
orden del millón y medio de visitantes y, al final de año, del orden de
dos millones. Son cifras muy fuertes cuantitativamente, pero como
partimos de niveles muy altos suponen porcentajes relativamente bajos.

En cualquier caso, mi preocupación --y así se lo tengo que decir-- no es
tanto por los crecimientos en cantidad y por número de visitantes como
por los aumentos en los ingresos. Yo creo que el objetivo no está en
conseguir que venga muchísima más gente, sino en conseguir que los



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que vienen paguen un precio que mantengan la rentabilidad de las empresas
y que haga las empresas competitivas --no se pueden mantener todas; como
en cualquier otro sector hay empresas marginales que inevitablemente
tendrán que desaparecer--, que la empresa media del sector tenga un
índice de rentabilidad razonable que le pueda permitir mantener las
inversiones, amortizar como es debido, modernizar las instalaciones y,
por tanto, generar una dinámica empresarial que sea buena para el sector.

Por consiguiente, mi preocupación está centrada en gran medida en los
ingresos. Ese es el motivo de mi insatisfacción --y se lo he expresado a
los empresarios del sector en reuniones con la Asociación de hoteleros de
Baleares y en muchas de las reuniones que he tenido--, por ejemplo, con
la negociación que han hecho para el año que viene. Creo que este año
había una situación especialmente positiva que permitía un nivel de
recuperación de márgenes muy alto. Por ejemplo, en el mercado alemán la
peseta se ha devaluado un 25 por ciento y, además, los alemanes tienen un
mercado muy importante para ellos, como es el de Turquía, con graves
problemas. Por tanto, el objetivo tendría que haber sido recuperar en el
mercado alemán unos márgenes, no quiero decir que el cien por cien de la
devaluación, pero, hubiera sido conveniente acercarnos a mínimos del 10
por ciento; digo mínimos del 10 por ciento. Ello hubiera permitido que
una parte fuese a incrementar el margen del touroperador o en beneficio
del usuario final, y no se han producido esos márgenes. En algunos sitios
sí se han producido, es decir, no ha habido una distribución igual en la
negociación, pero la negociación media no da crecimientos de precios del
10 por ciento en el caso de los touroperadores alemanes, cuando las
situaciones eran óptimas, cuando eran las mejores posibles para negociar
una subida de precios razonable, porque, en realidad, para ellos en
marcos eran precios más baratos. Eso me ha hecho reflexionar todavía más
sobre que debemos presionar y facilitar a los empresarios su negociación
en todo lo que podamos.

Es verdad que estamos en coyunturas muy faborables. Yo he dicho siempre
una cosa. Cuando se ha aproximado una crisis importante siempre ha venido
Dios a salvar al sector turístico; nunca se ha salvado por sí mismo y,
por tanto, nunca ha tenido ese proceso curativo de las crisis. Las crisis
producen la desaparición de los peores y tienen un efecto positivo a
medio plazo: salvan a los mejores y hacen que el sector se fortalezca a
medio plazo. El sector turístico estuvo a punto de pasar por una crisis
gravísima en España a principios de los años 70 cuando la competencia del
Estado de Florida empezaba a significar una competencia real porque los
costes del transporte eran baratísimos, y vino la crisis del petróleo,
que disparó los precios del mismo y en consecuencia los precios del
transporte, a salvar al sector. Ahora nos aproximamos a una posible
crisis importante del sector por falta de competitividad, porque los
precios y el tipo de cambio en España no estaban adaptados a la realidad,
y entre la devaluación, que es razonable, y la crisis política de los
países del sur del Mediterráneo y de Yugoslavia nos han vuelto a salvar
del problema. Quiere decir esto que el sector se tiene que plantear en
serio que no puede confiar en que siempre va a venir alguien de fuera a
resolver los problemas. Ese es el objetivo que nosotros nos planteamos
desde el Ministerio: intentar ayudar al sector a plantearse la
competitividad y la optimización de la gestión como un elemento básico
para su futuro desarrollo; creemos que es ahí donde tenemos que luchar
junto con los empresarios. Es chocante que los empresarios, aunque
siempre ha habido un Estado que les ha resuelto los problemas, nunca se
hayan planteado el tema del cómputo anual de las jornadas de trabajo en
un sector tan estacional como ése, cuando la ley española lo permite. Es
decir, la gran novedad desde el punto de vista laboral en Francia, que ha
generado una batalla con los sindicatos para que pueda haber un cómputo
anual de la jornada de trabajo, es posible en España legalmente desde
hace muchos años; en cambio, los empresarios nunca han recurrido o han
intentado recurrir a ella, probablemente porque no lo han necesitado. El
problema del sector turístico y de la calidad de las empresas del sector
turístico es que los empresarios han ganado dinero sin necesidad de ser
buenos. Ha habido buenos, malos y regulares, como en todo sector, pero es
que inclusive los regulares han ganado dinero y también los malos. Eso ha
generado que no haya habido un proceso de selección de los buenos por
arriba y de los malos por abajo. En este momento se está produciendo
porque el que los touroperadores aprietan las tuercas les está llevando a
la marginalidad sacándoles de la competitividad.

En cualquier caso, hay que ir en la línea de lo que yo he dicho: o somos
capaces de establecer marcas de calidad y un asociacionismo empresarial
activo, o a medio plazo la competitividad volverá a caer. Por tanto, creo
que hay que trabajar intensamente en esos aspectos.

Sobre la información, la Secretaría General edita mensualmente un
documento de coyuntura turística donde vienen todos los datos. Se remite
por «mailing» a muchas personas, vamos a verificar por qué el señor
Aguirre no está en el «mailing» y no lo recibe. En este papel sí vienen
los ingresos. Le quiero decir, de todas maneras, que los ingresos este
año han estado retrasados porque el Banco de España ha establecido un
sistema diferente de cómputo, pero ahora están prácticamente
actualizados. Este es el documento que se envía, el que muestro a S. S.

que tiene los datos de agosto pero se envía todos los meses y vamos a
mirar en el «mailing» para que tenga los datos a su disposición. Los
datos son públicos; no tenemos ningún interés en que no los tenga, al
revés, están disponibles para todo el mundo y se edita un folleto todos
los meses.

Sobre el sistema de cambio de medición, precisamente vamos a intentar que
sea un sistema eficaz y fiable. Hasta ahora, ¿cuál era la validez del
sistema? Como siempre era el mismo, lo que se veían eran las variaciones
que el sistema tenía. Todo el mundo hemos pensado siempre que los datos
estaban un poco inflados, que no se ajustaban exactamente a la realidad y
que eran algo más bajos de las cifras que reflejaban; pero en cualquier
caso, como



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lo que se medía era la variación sobre años anteriores y el sistema era
el mismo, valían en ese sentido. El próximo año tenemos que establecer
uno nuevo. La aplicación del acuerdo de Schengen se ha trasladado del 1.º
de diciembre, como parece tenía que ser, a enero y, por tanto, vamos a
poder cerrar el año con los datos anteriores, pero si no se vuelve a
retrasar la puesta en marcha del acuerdo de Schengen en enero ya no vamos
a tener datos completos.

El sistema de encuestas es muy elaborado, con un gran esfuerzo. Se
realizan 125.000 encuestas al año, lo que significa una media por encima
de las 10.000 encuestas mensuales, aunque evidentemente la entrada de
viajeros no es la misma según los meses, porque en verano hay más y en
invierno menos. Evidentemente, eso no significa que no tengamos en
cuenta, y lo digo respondiendo al señor Martín Menis, que todavía hay una
serie de datos que conocemos a través de aeropuertos, pero, por ejemplo,
los de carretera los perderíamos totalmente. Este es un tema en que el
esfuerzo mayor se hace en carreteras. En cualquier caso, lo hacemos
también para aeropuertos, no sólo por los datos (que los de aeropuertos
los podríamos tener), sino porque ya queremos ver el sistema global de
encuestas que nos permita recoger toda la información de la que he
hablado.

En cuanto a algunas ausencias que mencionaba el señor Aguirre, me hace
preguntas que no son de mi competencia. ¿Vamos a sustituir las ordenanzas
laborales del sector? Ese es un tema de competencia del Ministerio de
Trabajo. Las ordenanzas están obsoletas, lo sabe todo el mundo. El
problema es si las ordenanzas tienen que establecerse por una negociación
entre las partes, que llevan hablándolo un tiempo (y que, por lo menos en
algunos aspectos, parece que estarían a punto de firmarlas, por ejemplo,
en el sector hotelero así lo parece), o quizá las tendría que eliminar el
Gobierno por decreto. Hay un tema de criterio que es más responsabilidad
del Ministro de Trabajo y no mía.

Lo que sí es verdad es que, en concreto, la ordenanza hotelera es del año
1948, con alguna modificación posterior, pero básicamente es de entonces
y, evidentemente, una ordenanza laboral del año 1948 en este momento es
absolutamente insostenible e inmantenible, y está generando
perturbaciones en el sector.

Lo que se está planteando en el mundo laboral español es que los
empresarios se dan cuenta ahora de que los convenios eran mucho más
importantes de lo que ellos han creído durante mucho tiempo. Es decir,
muchos empresarios lo único que miraban del convenio eran las subidas
salariales, y no todo lo demás que había, y ahora se dan cuenta de que se
han atado de pies y manos con convenios colectivos que les ahorcan; eso
significa que hay que renegociarlos enteros, que es un sistema de
organización laboral que da el poder a las partes y, por tanto, son las
partes las que tienen que renegociarlo. Ahora vienen al Gobierno a
intentar que nosotros les saquemos las castañas del fuego frente a los
sindicatos, en vez de tener que asumir ellos la responsabilidad en lo que
han pactado. Ese es un tema complejo, difícil, en el cual yo no tengo
soluciones mágicas ni le puedo dar una respuesta concreta de qué se puede
hacer. Lo que sí le digo es que he visto algunos convenios laborales y me
he echado las manos a la cabeza diciendo ¿qué empresario ha firmado esto?
En algunos inclusive se comprometen por convenio a que cualquier baja se
reponga y cosas de ese estilo. Claro, al final los sindicatos tienen un
papel que está firmado por el empresario y es un acuerdo entre las
partes.

Planes de estudios. Ahí sí queremos hacer un esfuerzo (no lo he
mencionado porque no quise ser muy largo) en el sector de la formación.

Queremos que la Escuela de Turismo tenga un título homologado con la
universidad (luego le comentaré si dentro o no de la universidad, cuáles
son las ideas que yo tengo, y lo que me dice mi experiencia, pero sí que
sea homologado a título universitario) y unos estudios de formación
profesional que son básicos; son más importantes que los de la Escuela
Oficial de Turismo. Creemos que la formación profesional es el elemento
básico en la economía española y especialmente (ya que estamos hablando
de él) del sector turístico. Por otro lado, también unos cursos de
posgrado que posibilite que los diplomados en Turismo, o personas de
otras carreras, tengan una especialización turística que les permita
acceder a un puesto laboral en el sector con la mayor y la mejor
formación posible.

A mí me tocó en Deportes un asunto muy similar al de la Escuela Oficial
de Turismo, que eran los Institutos Nacionales de Educación Física, que
tenían una situación parecida: dependían de la Secretaría de Estado de
Deportes o de las comunidades autónomas que tenían competencias
transferidas; tenían rango universitario, pero no eran universitarios.

Al margen del proceso final (se han integrado en la universidad; el
decreto que los integraba ha salido de Deportes hace poco tiempo), yo
creo que las enseñanzas muy especializadas, si se quiere que sean útiles
para el sector, no es bueno que se integren en la universidad, y le hablo
de una experiencia que yo al final terminé integrándolos, porque la
presión social al final era que todo el mundo quería que se integraran,
empezando por las universidades, continuando por los profesores y
terminando por los alumnos. Por ello, las consideraciones que uno hacía
no valían de nada. Los alumnos querían ser universitarios, las
universidades querían integrar al centro, porque así crecían y a muchos
rectores les gusta el crecimiento por encima de cualquier cosa y los
profesores querían ser profesores universitarios. Al final, el único que
parecía hacer una consideración diferente era yo y, finalmente, los
integramos en la universidad.

La universidad tiende a homogeneizar todo y tiene un extraordinario grado
de endogamia. Quiero decir que si se integran en la universidad, al final
terminarán dando Derecho Procesal, macroeconomía..., es decir, un
conjunto de asignaturas, que son los departamentos que tienen dentro de
las universidades, pero que, a lo mejor, no son los estudios que se
requieren para una especialización en técnicos de actividades turísticas.

Además, los departamentos y facultades grandes terminan



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comiéndose el dinero de los pequeños, con lo cual la dotación
presupuestaria en vez de ir a más yendo a la universidad, termina yendo a
menos, y la especialización que sería correcta se pierde. Con eso le digo
una cosa: yo no tengo vocación de enseñante y, por tanto, no tengo ningún
interés en tener competencias educativas en materia turística.

Simplemente le digo que traspasarlas al Ministerio de Educación y
Ciencia, mi experiencia me dice, por muchas cosas que se han traspasado
en los últimos diez años que, al final, lo homogeneiza todo y se pierde
la especialización. Por tanto, tendríamos que reflexionar sobre si eso es
bueno o no, y cómo queremos que sean los profesionales que salgan del
centro.

¿Vamos a regular el municipio turístico? No lo tenemos en la cabeza, pero
tampoco digo radicalmente que no; es decir, no está entre nuestros
objetivos o nuestras prioridades, a lo mejor porque no hemos reflexionado
suficientemente. Le digo, simplemente, que en este momento, no; pero a lo
mejor tengo una larga conversación con el señor Aguirre y me convence. En
principio, no tenemos en la cabeza regular el municipio turístico.

Creemos que es un problema muy complicado, cuyos efectos tampoco vemos
claros, por lo que no tenemos ese asunto en la cabeza.

Sobre la multipropiedad ya he hablado. Sí la vamos a regular y, por
tanto, asumimos ese compromiso.

En relación con los precios, le diré que los precios están liberados y
vamos a mantenerlos como precios libres. Las comunidades lo más que
pueden establecer es que sean precios notificados a dichas comunidades,
pero, desde luego, no tenemos idea de que haya un sistema diferente de
precios, si he entendido bien lo que usted me preguntaba; no sé si he
entendido bien el problema.

Sobre los sistemas de clasificación de hoteles, yo creo que, en primer
lugar, es competencia de las comunidades. Ahí sería conveniente la
homogeneización que permitiese que el sistema de clasificación fuese el
mismo en toda España y el usuario tuviese una idea de a dónde va. De
todas maneras, le digo una cosa; en los países con prestigio turístico y
donde el usuario va estando más formado, el usuario ya no atiende a los
sistemas oficiales de clasificación, sino a un conjunto de marcas o de
instituciones privadas que hacen esa tarea. Por poner un ejemplo más
evidente, le pongo el de las guías Michelin. La Guía Michelin tiene mucha
más influencia en los señores que la usan que cualquier sistema oficial
de categorías. Por tanto, hay instituciones que, por el prestigio que
tienen a la hora de evaluar como usuarios y desde una posición
desinteresada cómo es una institución (de restaurantes o de hostelería),
adquieren un papel preponderante sobre las clasificaciones oficiales. Las
clasificaciones oficiales siempre son muy rígidas, apenas miden el tamaño
de la habitación, el tamaño de los comedores... Es muy difícil que desde
una Administración pública podamos evaluar con cierto rigor los
servicios. Por tanto, sería bueno, por ejemplo, que las propias
asociaciones hoteleras, Zontur o la asociación de hoteles, estableciesen
sistemas propios de clasificación, o que alguien jugase el papel en
España --y nosotros a lo mejor podríamos ayudarle o impulsarlo-- de una
institución privada que cumpliese eso con rigor, más que una
clasificación oficial, que está como está, y que no parece resulte fácil,
por lo menos por la experiencia de los últimos años, aunque yo no estaba,
pero por lo que me cuentan, la coordinación de las comunidades en esa
tarea.

En cuanto a la oferta obsoleta, he lanzado una idea que hay que
trabajarla mucho. Creo que es una idea sobre la que deberíamos trabajar
--y estamos dispuestos a hacerlo-- para ver cómo se podría hacer, qué
sistemas y qué norma jurídica requeriría. A lo mejor requiere inclusive
una ley que permitiese expropiar de acuerdo con unos criterios. El tema
está en estudio, me parece atractivo, me parece que los tiros tienen que
ir por ahí, pero está verde. Lo he lanzado como una idea, no como un
elemento que mañana vamos a poner en marcha y que tengamos absolutamente
decidido. Creo que el nivel anterior a ése es el de los planes de
excelencia. Se han firmado cinco y ya están empezando a funcionar yo creo
que de manera correcta, pero me parece que los planes de excelencia
turística son limitados, porque al final lo que hay no lo tocan, pueden
hacer que esté más bonito, pero donde el problema fundamental es una
concentración de oferta brutal, se produce el efecto de que estará más
bonita, pero sigue la misma concentración. Habría que ser capaces a lo
mejor de dar el siguiente paso, paso que requiere el acuerdo, por
supuesto, del municipio, de la comunidad autónoma y, como les decía, de
los empresarios, porque al final hay una parte del coste que tendrán que
pagar los empresarios, que van a ser los beneficiados, porque al
reducirse la oferta la de los empresarios allí situados se va a
revalorizar. Tiene problemas muy complejos, entre otras cosas, cómo se
valora la oferta obsoleta. ¿Se valora a precio contable, que está
amortizada al 100 por ciento? ¿Se valora por el solar si se pudiese
construir un edificio de las mismas dimensiones? El tema es muy complejo,
pero sí creo que sería bueno que fuésemos en esa dirección, con un
acuerdo municipal, autonómico y de la Administración central.

Paso a contestar el tema de cómo aflorar el alojamiento alegal. Ha hecho
usted muy bien en decir alegal, porque la gente dice que es ilegal y no
es ilegal, porque ilegal es si se comercializase por vía turística, pero
como la comercialización, por lo menos desde el punto de vista formal, se
hace entre personas privadas (yo tengo un apartamento y nadie me puede
impedir que lo alquile a quien quiera), en la práctica no es así. Muchos
de ellos se comercializan turísticamente, con un índice de rotación cada
quince días --no diría por empresas, porque no son empresas formalmente--
pero por intermediarios que se dedican a eso. El problema es que nosotros
no tenemos sistema de inspección. Ahí se produce un fraude fiscal. Es
decir, clarísimamente esos alquileres no se declaran a Hacienda y, por
tanto, lo que hay es un fraude fiscal. Nosotros hemos requerido la
colaboración de los ayuntamientos, que son los que están más cerca de la
realidad y podrían denunciarlos para que si nos lo dicen pudiésemos
enviar a la Inspección de Hacienda porque es un fraude fiscal; pero los
ayuntamientos no colaboran.




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Probablemente será difícil para un ayuntamiento denunciar a un vecino o
cosas de ese estilo, el hecho es que en la práctica no hemos recibido
ninguna denuncia. Por tanto, sabemos que existen muchos, pero lo que no
sabemos es de qué edificio se trata, no tenemos un sistema de inspección,
ni competencias para montarlo y definirlo.

Sobre el IVA de los hoteles de cinco estrellas y los restaurantes de
cuatro y cinco tenedores, ya le he hablado. En cuanto al tema del
transporte aéreo, está en estudio. Yo creo que nuestra posición ahí
también es favorable, pero es un tema complicado porque el sistema actual
es bastante complejo. Es un sistema provisional, pero tiene un sistema de
evaluación de que los kilómetros que se hacen sobre aguas internacionales
no computan. Los informes que hemos pedido a la Dirección General de
Tributos no nos permiten aclarar --ni ellos todavía están aclarados-- qué
coste fiscal tendría que hacerlo, pero estamos estudiándolo y, por
supuesto, desde nuestro ministerio seríamos favorables a ese
planteamiento.

Usted dice que no es creíble el tema de la Comisión interministerial. Yo
es la primera vez que la anuncio y espero poder cumplirlo.

El Plan Futurex se ha ejecutado al 100 por ciento de los recursos reales
que han existido. Una cosa es lo que se dice con año y medio de
anticipación, y otra cosa es lo que el presupuesto asigna luego, y lo que
te queda después de los recortes que en los últimos tres años ha habido
en los presupuestos. Es decir, el cumplimiento del Plan Futurex ha sido
el 100 por ciento de los recursos reales existentes. En agosto de 1992
empezó el trámite, hasta noviembre de 1992 hubo recepción de solicitudes,
se comunicó a los interesados en enero de 1993, y las resoluciones se han
publicado en el «Boletín Oficial del Estado». Por tanto, los datos del
año 1992 están todos en el BOE. Se ha pagado todo lo que se ha ejecutado
y se ha justificado; es decir, toda empresa que ha ejecutado el proyecto
y que lo ha justificado, ha cobrado. Para el año 1993, la convocatoria
empezó en enero de 1993, se recibieron propuestas hasta abril y se ha
comunicado a los interesados en agosto.

En el año 1992 se concedieron subvenciones por 1.789 millones de pesetas
y si se suman los planes de excelencia turística que fueron 350 millones
de pesetas que están integrados en Futurex hay un total de 2.139 millones
de pesetas. En 1993 se han concedido 2.604 millones de pesetas, más 500
millones para el plan de excelencia turística, son 3.104 millones de
pesetas. De todas maneras, los datos del año 1992 están en el «Boletín
Oficial del Estado» y los del año 1993, los tiene a su disposición, se
los enviamos sin ningún problema.

El Plan Futurex se diseñó con ventanillas del Estado. Las ventanillas de
las comunidades autónomas serían un cambio radical sobre el diseño y la
filosofía del Plan. Evidentemente ya ha podido oír que los representantes
de Convergència i Unió piden y, además, se lo han impugnado precisamente
por tener ventanillas en la Administración central y no en las
comunidades autónomas; es el elemento básico del recurso y es la
situación actual del asunto.

Sobre el Impuesto de Actividades Económicas, por no dejarme nada y la
Estimación Objetiva Singular, todo el mundo se queja de los impuestos,
eso de entrada, pero una vez hecha esa consideración general, creo que la
Estimación Objetiva Singular es un sistema positivo, la gente aprecia que
tiene muy claro desde el primer día cuánto tiene que pagar y, por tanto,
no se siente evasor fiscal, tiene las cosas claras y no se mueve en la
confusión. Lo que sí dicen, tanto los comerciantes como los empresarios
turísticos, es que las evaluaciones y las bases sobre las que se
estableció se fijaron en época de bonanza y no son las mismas aplicables
a la situación de crisis. Pero en el sector turístico no hay crisis o,
por lo menos, no hay crisis como en el sector comercial. Es decir, está
creciendo la llegada de visitantes; respecto al año en que se
determinaron las bases han crecido los ingresos. Por tanto, en el sector
turístico no tiene justificación. Así como en el sector comercial sí es
verdad que han bajado las ventas y, por tanto, las cifras han variado
respecto al momento en que se establecieron las estimaciones, eso no es
especialmente cierto en el sector turístico.

El tema del Impuesto de Actividades Económicas es todavía mucho más
complicado. Permítame que no entre hoy porque aparte de que no soy el
diseñador ni el responsable del impuesto creo que es mucho más complicado
el tema del concepto y diseño del impuesto.

Me parece que he contestado a todas sus preguntas.

Al representante de Izquierda Unida le digo que es evidente que las
devaluaciones han tenido un papel importante en la mejora de la
competitividad. Ya he hablado sobre eso.

He hablado también de la profesionalidad de empresarios y trabajadores,
lo he dicho al hablar de la crisis. Este es un sector que no ha eliminado
a los ineficientes, por tanto sí ha habido ineficientes, aunque no quiere
decir que haya aquí más ineficientes que en otros sectores. En todos los
sectores hay gente de todo estilo; lo que pasa es que otros sectores han
sido más competitivos y, a lo largo de los años, se han ido eliminando
los más ineficientes. Aquí eso no se ha producido porque es un sector que
no ha tenido nunca una crisis profunda, sino que ha tenido crisis
relativamente superficiales.

Es verdad que el cliente cada vez sabe más y exige más, eso requiere
definir más los productos, aumentar más los mercados y la necesidad de
establecer marcas que garanticen que el cliente sepa dónde va y que las
marcas tengan unos criterios homogéneos y unificados en sus
establecimientos para que cada uno sepa lo que compra.

El vendedor de una agencia de viajes, como profesional que he sido lo sé,
vende ilusión, es decir, no se vende un producto que uno vea y pueda
tocar, y a la hora de vender ilusión hay muchas posibilidades de engañar
al cliente. El problema es que a un cliente le engañas una vez, no dos.

Por tanto, para cualquier persona que quiera ser estable en el sector, el
engaño no es un buen procedimiento. Los empresarios tienen que plantearse
claramente el establecimiento de ese tipo de política de marcas y de
segmentación del mercado a que uno se dirige, qué



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cliente quiere tener y a través de cómo hay que llegar a ese cliente.

Por curiosidad, aunque yo no sea el responsable, como también soy medio
alicantino, voy a enterarme de la variante de la carretera de la costa en
Alicante y cómo afecta al medio ambiente. En cualquier caso, el tema de
fondo que usted planteaba sobre esa base anecdótica es el tema de la
coordinación necesaria a través de la Comisión interministerial que,
desde luego, nosotros sí creemos que es positiva.

El tema del cómputo anual de jornada, lo he hablado con los empresarios y
con los sindicatos y, de repente, unos lo ven como solución a una parte
importante de sus problemas, pero lo ven como una solución, como decía
antes, porque ya el Estado les ha dejado de subvencionar; nunca lo han
visto como solución porque como los seis meses de paro los pagaba la
Seguridad Social, no se molestaban, ni a la hora de firmar los convenios
lo tenían en cuenta. Ahora, como eso se ha dejado de producir, sí ven que
tienen el problema, y el problema es que están muy atados por los
convenios, tema que no es fácil de impulsar. Los sindicatos,
evidentemente, de partida y de entrada no lo ven con mucho agrado porque
prefieren el sistema actual que les permite cobrar horas extraordinarias.

Hablando de los convenios, yo he visto convenios de hoteles turísticos
donde se fija en el propio convenio que tendrán quince días de vacaciones
entre julio y agosto. A partir de ahí, un empresario que ha firmado ese
convenio se ha ahorcado solito; luego acuden al Gobierno para que les
intentemos sacar las castañas del fuego.

En cualquier caso, creo que como las cosas al final por su ser natural se
van decantando, se llegará a eso, antes o después, con más acuerdo o con
menos acuerdo, pero la lógica conduce a que es el sistema más razonable
de asignación de recursos en un sector estacional. No sólo es aplicable
al turístico, es aplicable a la moda, al calzado, al juguete, a muchos
sectores que son estacionales por sí mismos, y en donde había que ir a
planteamientos de ese estilo.

De Formación, ya he hablado un poco.

El sector en su constitución paga una cosa, y es, como han dicho ustedes
y resulta evidente, que el sector no nació planificado y por impulso
interior; el turismo nace porque la sociedad de bienestar europea empieza
a generar mercados emisores; de repente nosotros estamos en un sitio
determinado y con el clima ideal, y por tanto se debe más la imagen a
impulsos de fuera que a impulsos de dentro. Nunca se ha planificado en
serio, inclusive cuando había posibilidades de hacer.

A lo mejor, a mí me gustaría tener las competencias que tiene el señor
Fraga. Evidentemente, ahora entre las transferencias de las comunidades
autónomas (el sistema político es diferente y que las cosas son
diferentes) no tengo esas competencias y, por tanto, tengo mucha más
dificultad o la casi imposibilidad para planificar. Quiero decir que no
se planificó cuando quizás se pudiera haber planificado y ahora hay que
conformarse con lo que hay. Por tanto, no tiene sentido hacer añoranzas
del pasado o cómo se podía haber hecho. No se planificó porque nunca este
país se ha tomado en serio el turismo como sector importante.

Yo trabajé en el último Plan de desarrollo y todavía recuerdo casi
textualmente que dicho Plan de desarrollo del franquismo, sobre el sector
turístico decía que era un sector que, coyunturalmente, con sus ingresos
en divisas, podrá financiar la industrialización de nuestro país. Y ésa
ha sido un poco la imagen que ha tenido el sector: que era algo
coyuntural, que iba a generar un dinero durante unos años, que nos iba a
permitir desarrollar el país. Y el desarrollo siempre se ha ligado a
grandes empresas, con miles de trabajadores, y macizas, con mucho
ladrillo, mucho humo y mucha polución. Eso ha sido así. Pero es que la
sociedad española, en gran medida, todavía sigue viéndolo así.

Cuando yo fui empresario turístico intenté crear un «lobby» turístico que
generase opinión pública, que era la Mesa de Turismo. Después de irme yo
ha continuado, pero no ha cumplido el papel para el que se creó, que era
intentar concienciar a la opinión pública y a los sectores que toman
decisiones de la importancia del sector.

Este sector no pesa en la opinión pública. Yo, como Ministro de Turismo,
he dicho a los empresarios que lo que más me interesaría en el mundo es
que ellos tuviesen un «lobby» eficaz que presionase a la opinión pública
sobre la importancia del sector, porque eso me daría a mí, seguro, más
recursos presupuestarios y más capacidad de acción. Pero el sector no
tiene el peso que debería, no se corresponde su importancia económica con
su peso ante la opinión pública. Sólo en dos comunidades, Baleares y
Canarias, hay esa correspondencia, porque en ellas es aplastante su peso
económico. Pero fuera de esas dos comunidades cualquier sector
industrial, por pequeño que sea, tiene tanta o más importancia que el
sector turístico. Eso supone que hacer cosas en el sector turístico no
sea muchas veces tan fácil, y que conseguir determinadas cosas ante otros
ministerios o instituciones tampoco lo sea, porque no se valora el sector
en su verdadera dimensión.

Nuestro primer objetivo, y creo que es el problema más grave del sector,
de todos los que hemos analizado, es corregir el mecanismo infernal de
comercialización, en que se produce una oferta mayor que la demanda y
donde, además, las crisis tienden a aproximar la demanda a la oferta.

Pero en cuanto se sale un poquito de la crisis se vuelve a disparar la
oferta, porque la construcción de oferta no es turística, es
inmobiliaria, como decía antes, con lo que se vuelve a generar un interés
inmobiliario. ¿Por qué? Porque construir significa revalorizar y generar
plusvalías en los terrenos, significa negocio de construcción y, por
ello, se vuelve a disparar la oferta. Cuando se habían empezado a
aproximar la oferta y la demanda --una oferta especialmente atomizada y
una demanda especialmente concentrada--, cuando el mecanismo pueda
empezar a ser razonable en la asignación de recursos, en cuanto se
dispara la oferta, otra vez, se ha fastidiado. Y en eso los
ayuntamientos, los gobiernos regionales y las comunidades autónomas
tienen que ser absolutamente conscientes de que tienen en su mano la
limitación de la



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oferta. Por ejemplo, ahora, si vamos a tener un año 1994 bueno, con la
ampliación de márgenes que se va a producir y con los niveles más altos
de ocupación, si los recursos que va a generar el sector, en vez de ir a
mejorar lo que tenemos, se vuelve a ir otra vez a incrementar la oferta,
estamos perdidos. El mecanismo de comercialización estará vendido,
porque, al final, los precios los regulan la oferta y la demanda, pero
si, además de que la oferta y la demanda están en peores circunstancias,
existe el mecanismo distorsionador de la concentración de la demanda y la
utilización de la oferta, no hay manera de resolver el problema.

Limitar el crecimiento de la oferta es importantísimo; también lo es
ordenar, a nivel comunidad autónoma y a nivel municipal, la oferta
existente. Nosotros vamos a intentar lanzar todos los mensajes habidos y
por haber para que todo el mundo sea consciente de eso. Lo que pasa es
que los ayuntamientos, en este momento, deben tener una mentalidad muy a
corto plazo. Los ayuntamientos funcionan siempre con mentalidades muy
limitadas y también lo he visto respecto al comercio y en la asignación
de recursos a grandes superficies. Si una obra les produce una licencia
importante y les va a incrementar la oferta, inmediatamente la conceden,
sin medir el efecto perverso que puede tener a no más allá de dos años
vista, cuando van a tener que dar servicios a esa nueva oferta que,
además, les ha perjudicado en la calidad de su propia oferta. Pero los
mecanismos legales son así y mientras no se cambie el sistema de
legislación del suelo, el sistema de quién otorga, cómo se otorgan y en
función de qué se otorgan las licencias de construcción tendremos que
trabajar con lo que hay; ésa es la realidad.

Línea de turismo de salud. Estamos en ello. No lo he dicho antes porque
no he citado todas las cosas. Pretendemos potenciar un producto
específico de salud.

Sobre educación y la escuela de turismo ya he hablado y he contestado a
su intervención.

Señor Martín, estamos totalmente de acuerdo en el diagnóstico y agradezco
sus palabras. Lo estamos también en que ha crecido por un impulso
desordenado y natural mucho más que por una planificación. Estamos
estableciendo una política turística en la medida en que hoy es posible
hacerlo, porque ahora las competencias de la Administración son muy
limitadas y tenemos que coordinar la mayor parte con las comunidades. Hay
comunidades donde resulta fácil. En general es más fácil coordinar con
las que tienen un mayor desarrollo turístico, porque las administraciones
están más profesionalizadas. Eso es importante; sería mucho más grave que
no se pudiese trabajar así.

En cuanto al turismo de sol y playa, las comunidades son las dos
insulares y las tres de la costa mediterránea; se puede incluir también a
Murcia. Son sólo seis comunidades con las que tenemos que hacer el
esfuerzo de muchas de las cosas de las que estamos hablando. Las
comunidades de interior tienen otros objetivos, que no me ha dado tiempo
exponer con detalle, relativos al turismo cultural o al turismo de
naturaleza. Sí quiero dar como referencia que un país como Costa Rica
recibe al año casi 100.000 turistas de naturaleza. Lo digo para que se
den cuenta de las posibilidades que tiene ese turismo. Es gente que desde
Europa o desde Estados Unidos viaja seis o diez horas en avión para ver
volcanes o mariposas. Una parte muy importante va con ese fin específico:
ver mariposas.

Les hago la reflexión de la importancia que eso puede tener, que
significa la formación de un conjunto de empresas nuevas. No basta llevar
a un señor a un hotel que está en la naturaleza, porque el señor que va
de una ciudad no sabe ver la naturaleza. Lo que quiere es que luego una
empresa especializada le enseñe la naturaleza, que le lleve a los sitios,
que le diga lo que es cada cosa, por ejemplo, que le lleve donde están
los osos en Asturias. Yo, que soy de ciudad, no distingo un haya de un
roble y voy a la naturaleza, la veo y digo: ¡qué bonita! Pero me pierdo.

Si no me la explican, no me resulta atractiva, porque no la entiendo. Eso
implica un mecanismo de formación de empresas que trabajen en el sector y
que den los servicios necesarios para desarrollarlo.

Uno de los problemas gravísimos del sector es la atomización, pero podría
arreglarse si el asociacionismo funcionase. El problema es que el
asociacionismo no funciona. Y no funciona la comercialización; tampoco
funciona la compra. Los hoteleros comprarían mejor si tuviesen centrales
de compra y si tuviesen redes de reservas por ordenador de un grupo de
empresas. Hay que intentar a toda costa cambiar la mentalidad de la gente
y algo se va consiguiendo, pero de forma lenta.

¿A través de qué mecanismos puede obligar el Gobierno a que se coordinen?
No es fácil. ¿Mecanismos fiscales? ¿Cuáles? No es fácil, repito, que si
un señor no se quiere asociar, le obligues a hacerlo. Eso se hacía en el
sindicato vertical, pero el asociacionismo obligatorio prácticamente no
existe o el que existe, como las Cámaras de Comercio, es muy pequeño,
limitado y con grandes debates sobre su constitucionalidad. No es fácil
saber a través de qué mecanismo se puede hacer que la gente se asocie en
su propio beneficio.

En cuanto a la segmentación, estamos clarísimamente de acuerdo. Hoy el
mercado hay que analizarlo de forma muy diferente a como se hacía hace
diez años, porque la formación del consumidor hace que hoy no sea todo el
mundo igual, sino que cada persona tenga intereses específicos. Eso hace
que incluso el turismo de playa haya que segmentarlo. Hay quien quiere
venir a hacer «surf», quien quiere hacer vela, el que sólo quiere sol, el
que al mismo tiempo que está en la playa quiere jugar al golf. Dentro del
turismo de sol y playa cada vez más hay un conjunto de subsectores; hay
segmentación por edades, eso está clarísimo; un hotel no es lo mismo si
va dirigido a jóvenes (hay hoteles en que no aceptan personas mayores de
30 años) que si se dedica a familias, que admite niños pequeños y todo el
mundo tiene que estar acostumbrado a que el niño de al lado llora, porque
a lo mejor también llora el tuyo, que si se dedica a personas de la
tercera edad. La segmentación del mercado cada vez es más intensa y más
estrecha. Cada uno tiene que buscar su acomodo, porque los mecanismos de
comercialización se van especializando.




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Una de las cosas que a mí me preocupan es que en las ofertas que hay en
algunas empresas de turismo de ciertos países europeos, los que no se
quieren llamar agentes de viajes, sino que se llaman consejeros de viaje
o cosas por el estilo, hay muy pocos programas con España. Eso implica
que ese viajero que quiere tener un viaje con un poco más de calidad no
piensa en España, probablemente porque considera que está masificado y
que no damos esa calidad. Tendríamos que ser capaces, por otras vías,
quizá no por el turismo masivo de sol y playa, de entrar en este tipo de
programas.

Con respecto al Partido Socialista, quiero agradecerle, evidentemente, su
intervención y su felicitación, las palabras cariñosas que ha tenido
sobre mí y sobre mi eficacia en el pasado. Sí comparto, evidentemente,
como es lógico, que los crecimientos de este año son razonables y no se
podía esperar más. Es un crecimiento importante para una situación de
crisis en los mercados de origen; son buenos crecimientos. Nuestro
funcionamiento este año ha sido mejor que el de Francia o el de Portugal,
por hablar de dos países próximos.

Pienso que es bueno que tuviésemos una ponencia, algún mecanismo donde el
sector estuviese presente, que pudiese pasar por aquí una serie de
personas y que se mantuviese abierto un debate sobre el sector, porque
eso sensibiliza a la opinión pública, eso permite salir más en los medios
de comunicación, no a mí, sino al sector, que es lo que me importa;
sensibiliza más sobre los problemas del sector y sobre el tipo de
soluciones que hay. Ese es un aspecto muy importante, porque la gente
tiene que convencerse de por dónde hay que ir, con mecanismos de obligado
cumplimiento.

Ha dicho otra cosa, y es que en la oferta legal son más competentes las
comunidades autónomas y los ayuntamientos que la Administración central.

Comparto totalmente la necesidad de trabajar con el sector privado.

El señor Artiles, también portavoz socialista, ha hablado de la
importancia de la coordinación con la Federación Española de Municipios y
Provincias. Es un aspecto básico. Lo que pasa es que en esta línea de
claridad es muy difícil, porque la Federación es representativa del
municipio medio, pero no representa ni garantiza en concreto que tal
municipio o tal otro actúen en esa línea. Al final, cada municipio es
responsable de sus propios actos, tiene su propia soberanía y hace lo que
le da la gana. En ese sentido, mientras que un compromiso con una
comunidad autónoma implica a los dos, un convenio con la Federación de
Municipios implica a la Federación, pero a ningún municipio en concreto.

Por tanto, las cosas resultan bastante complicadas.

Es verdad que pretendemos hacer en algunos aspectos una política que sea
un poco innovadora, sobre todo que vaya a la raíz de los problemas, que
no se mantenga en lo que se ha hecho siempre, en ningún aspecto, ni en la
promoción, ni en la relación con las empresas ni en nada. Queremos ir a
intentar analizar con los empresarios qué tipo de medidas se podrían
hacer para resolver los problemas que el sector tiene. Nuestra intención
es estar muy encima de los empresarios, recibir sugerencias, analizarlas,
ver cómo se pueden abordar los problemas, cómo ellos mismos consideran
que se les puede ayudar, saliéndonos muchas veces de lo que ha sido
habitual en la forma de trabajar de la propia Administración.

Pretendemos mantener eso no sólo con los empresarios sino también con los
sindicatos. Hemos tenido ya varias reuniones con los sindicatos, sobre
todo con UGT, que ha estado más activo con nosotros, y queremos que eso
sea posible, que podamos reflexionar sobre las fórmulas que permitirían
al sector salir adelante y en las que los sindicatos tengan algún tipo de
responsabilidad.

Sí quiero insistir en que para nosotros el problema en este momento --y
la promoción la queremos enfocar así-- no está en el crecimiento del
número de visitantes, sino en el dinero que cada visitante deja. Lo que
creemos que nuestro sector no puede permitirse es que en el mes de agosto
una cama en un hotel de tres estrellas, a pensión completa, se venda a
1.300 pesetas. Es mucho más ése el problema que el número de visitantes,
que creemos que es razonable. Evidentemente sí pretendemos hacer un
esfuerzo en los visitantes en temporada baja, donde va mucho más el
esfuerzo --insisto-- del turismo cultural o del turismo de naturaleza,
pero en las temporadas altas nos parece que no hay posibilidad de que
vengan más.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Vamos a abrir un nuevo turno de intervención de los distintos grupos
parlamentarios por el mismo orden en que se han producido las primeras
intervenciones, rogando que no sean más de cinco minutos cada una.

El señor Sánchez i Llibre, en representación del Grupo Catalán
(Convergència i Unió), tiene la palabra.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: Muy brevemente quiero manifestar en principio
mi satisfacción por las respuestas que ha dado el señor Ministro a las
cuestiones que nosotros habíamos planteado. Es de agradecer su
sensibilidad hacia ciertos temas fiscales, aunque seguramente la decisión
final no dependa de usted, sino de su Gobierno, y hacia la colaboración
con las entidades autonómicas. Entendemos que en este inicio de su
gestión en esta legislación se abren expectativas importantes respecto a
un futuro turístico del Estado español.

Quiero manifestar también que existen ciertas discrepancias en otros
aspectos que he mencionado, pero que no voy a entrar en su detalle.

Tendremos tiempo durante esta legislatura de seguir comentándolos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Ministro, por la puntual
contestación a todos los asuntos formulados por mi Grupo parlamentario.

Antes de consumir el último turno que corresponde al Grupo Popular,
quiero decirle que hemos asistido nuevamente a una comparecencia en la
que hemos visto un catálogo de



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problemas del sector y nos da la impresión de que estamos hablando del
mismo catálogo desde el año 1990. Vamos a confiar en que podamos ir
descartando apartados de ese catálogo. Es indudable que el ingreso por
turismo está muy relacionado con la calidad que nosotros podamos ofrecer
y, desde luego, la masificación está en dirección contraria. Por tanto,
creo que estamos ante el giro de un modelo turístico como urgente
necesidad. Para que ese giro sea viable es evidente que nuestros
esfuerzos en promoción son absolutamente escasos. Casi yo calificaría los
esfuerzos de promoción, cuando los comparas con los que hacen países, de
esfuerzos calderilla. Me está viniendo a la memoria un gran competidor
nuestro en Europa, como es Francia. ¿Cuáles son
sus esfuerzos presupuestarios en materia de promoción y cuáles son,
comparativamente hablando, los nuestros? Si no recuerdo mal las cifras,
frente a unos 5.000 millones de promoción que presupuesta el Estado
español, el Gobierno francés gasta 28.000 millones.

Hablaba usted de los paradores de turismo y ha hecho una mención a los de
costa y a un futuro plan estratégico. No sé si está usted encerrando en
ese plan estratégico la posibilidad de vender activos. No sé si en ese
estudio estratégico se va a tener en cuenta la relación personal/cama que
tienen los paradores de turismo. Por recordárselo, si mis datos no son
malos, esa relación es de 1,8 empleados por cama frente a 0,7 empleados
por cama en lo que es el sector privado de alojamiento. Ahí está una de
las grandes dificultades, a mi juicio, en la red de paradores.

Hablaba usted respecto a las ordenanzas laborales y a otras materias de
competencia que residen en otros minsterios de que es difícil abordarlas
desde su Ministerio. Es cierto. De hecho la necesidad de la Comisión
interministerial radica precisamente en esa dificultad, pero en la pasada
legislatura, como recordará usted, a través de diferentes reales decretos
se modificaron las condiciones relativas a los contratos temporales y las
condiciones relativas a la conocida ILT. Evidentemente usted no tiene la
competencia en estas materias pero sabe que hay ciertos aspectos de la
política laboral, de la política social o de la política económica sobre
las que tiene que opinar, porque toda variación en contratos temporales
afecta directísimamente al sector turístico y, por qué no decirlo, a la
ILT. Por tanto, lo que esperamos es que sus pronunciamientos en estos
campos distintos sean en favor del sector.

No ha hablado nada de cuál es su posición respecto a las escuelas de
hostelería. Quería recordárselo. Por último, y con ello termino mi
intervención, señor Presidente, yo supongo que conoce usted el acuerdo
firmado entre su Ministerio y la Federación Española de Hoteles. Me
refiero a las reservas y precios; me estoy volviendo a referir, como le
decía antes, a la Orden Ministerial de 15 de septiembre de 1978 por la
que los hoteles vienen obligados a facilitar información de sus precios
de tablilla con carácter anual y cerrado, de forma y manera que de año en
año tienen que hacer estas revisiones, pero precisamente por ese carácter
anual los precios de los hoteles no se acomodan al dinamismo que puede
tener la oferta y la demanda en el sector turístico.

Si el documento que yo tengo se corresponde con la realidad, se viene a
acreditar desde el 8 de septiembre de 1993 que la Secretaría General de
Turismo y la Presidencia de la Federación Española de Hoteles han firmado
un preacuerdo para revisar precisamente esa Orden Ministerial a que estoy
haciendo referencia, que permitiría precisamente al sector de alojamiento
turístico tener una mayor flexibilidad en la comunicación y en el
establecimiento de estos precios, lo que llevaría lógicamente, después
del estudio jurídico al que hace mención en su primer punto el
preacuerdo, a la derogación o modificación de esta Orden Ministerial o a
su sustitución por otra. A esto era a lo que me referiría con la
flexibilidad o no de los precios.

Por lo demás, señor Ministro, muchas gracias por su comparecencia. Ya le
anuncio que mi Grupo solicitará una nueva comparecencia para hablar
monográficamente del Plan Futurex.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: También de forma breve quiero agradecer al señor
Ministro sus explicaciones a las preguntas que hemos formulado. Y quería
hacer cuatro a cinco comentarios muy breves.

En primer lugar, en eso estamos de acuerdo, hay que articular políticas
en la estrategia de combatir, por la vía de equilibrar el poder omnímodo
de los touroperadores para imponer condiciones draconianas en el sector.

Segundo, quiero insistir en la cualificación profesional necesaria de
empresarios y trabajadores. Uno de los mayores problemas de ese sector, y
probablemente de todos los sectores productivos de este país, es la falta
de cualificación profesional de empresarios y trabajadores.

En tercer lugar, quizá a través de esa comisión interministerial, debía
proponerse, desde su Ministerio, la creación de instrumentos de control
del gran fraude fiscal que se produce en todo el sector inmobiliario
relacionado con el turismo.

Por último, quisiera hacer un ruego. Yo compartiría eso que dice de que
ya le gustaría a usted, y a mí, tener las competencias que tuvo el señor
Fraga en su tiempo para haber introducido criterios de planificación
racional en el desarrollo turístico en nuestro país, pero en lo que nos
queda, no en la costa y en el turismo de sol y playa, en las otras líneas
de turismo que se plantean, turismo ecológico, turismo de salud,
cultural, etcétera, creo que se deberían introducir, en la medida de lo
posible, criterios de planificación, de racionalización del uso, que
impidan que dentro de unos años nos tengamos que quejar de la falta de
planificación actual.

Acabo con el deseo de que ojalá usted compartiera y dedicara esfuerzos
importantes a la lucha contra el destrozo ecológico de nuestro país.

Usted es un aliado, creo, objetivamente evidente en esa lucha; usted está
obligado, por sus competencias, a ser un defensor de la



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conservación y recuperación ecológica de toda el entorno de nuestro país,
especialmente de costas y playas.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Martín Menis.




El señor MARTIN MENIS: Voy a ser muy breve.

Señor Ministro, me parece que se están dando las circunstancias para que
tengamos un buen año turístico en 1994. Eso va a hacer, como decía el
señor Ministro, que no se depure el sector. Solamente aquellos sitios que
tienen problemas estructurales van a reestructurarse. La generalidad del
turismo de sol y playa, ante una bonanza, es probable que no aproveche
para salir fortalecido.

Lo único positivo de esta crisis es que se haya detenido el sector
inmobiliario, que muchas veces está confrontado con el sector turístico.

Si estuviéramos de acuerdo en la diagnosis, no sé si lo estaríamos cuando
entráramos en las causas. Se vuelve a notar que el sector inmobiliario
empieza a ser presionado. Hay touroperadores que ya en estos momentos, en
aquellos lugares donde se empieza a equilibrar oferta y demanda, empiezan
a ofrecer dinero a quien construya unos apartamentos o un hotel para que
se vuelva a descasar oferta y demanda. Parece que hay algunas operaciones
pensadas y organizadas, organizadas, como es natural, por la demanda.

Habría que profundizar para ver cuáles son las posibles soluciones,
soluciones que no confiemos que sean sólo municipales, porque no va a ser
posible.

Por ejemplo, yo comentaba antes un fenómeno como es el «time sharing»
--debemos tener en este aspecto casi 20.000 camas en «time sharing»--,
con unos beneficios especulativos de gran magnitud, situados normalmente
en compañías «off shore», fuera, obteniendo plusvalías impresionantes que
no pasan por la Hacienda española. La presión que están ejerciendo sobre
la calle y sobre el sector turístico los famosos vendedores ambulantes,
difícilmente se detiene por una policía escasa de medios y con una
regulación muy dudosa de hasta dónde pueden llegar en ese camino.

El sector que crece en «time sharing» es un sector que consigue unos
grandes beneficios inmobiliarios pero, que después deja una explotación
turística con un buen grado de ocupación, que puede dar un resultado
turístico a medio y largo plazo bueno, si no tuviera los efectos
negativos que tiene sobre el crecimiento de la oferta y sobre la presión,
por ejemplo, del vendedor que, al final, termina vendiendo al turista lo
que no quiere y que le saca veinte mil duros o lo que le tenga que sacar.

Yo creo que solamente desde el Gobierno central, con la colaboración de
las autonomías fuertes, se podría intentar implicar a todas las
instituciones en una política que tenga probablemente una capacidad de
resolver el problema limitada, pero lo que no podemos hacer es permanecer
quietos. Habría que buscar fórmulas de colaboración, ver cuáles son las
causas, qué organismos operan para que el sector inmobiliario se vuelva a
lanzar, cuáles son reales y cuáles son ficticios, qué mecanismos se
pueden conseguir entre las competencias urbanísticas de la Comunidad
Autónoma y de los ayuntamientos. Habría que ver hasta dónde se puede
regular por una ley turística la cama, no por una ley urbanística que
tiene una inercia enorme. Todos sabemos que las calificaciones del suelo
tardan años en verse y que es difícil controlar el suelo que está
planificado y que tiene un derecho urbano. Está también el problema del
apartamento que se construye y que después de la regulación del mercado
turístico pasa a la Ley de Arrendamientos Urbanos; hasta dónde se puede
controlar, qué medidas fiscales se pueden establecer. Algo tendremos que
hacer para que este sector, tal y como decía el Ministro --y yo creo que
la diagnosis es acertada--, no esté continuamente sometido a impulsos y
que jamás logremos casar oferta y demanda y, por tanto, tener un sector
fuerte. A veces uno llega a pensar que hasta la desorganización de la
oferta está pensada, que es difícil organizarla porque muchas veces la
propia oferta depende y está vinculada a la demanda, y esa demanda está
influyendo en la capacidad de decisión y no le interesa que se organice.

El sistema yo creo que es muy complejo y no podemos olvidar a nadie, pero
si en cuestiones fiscales, urbanísticas, de legislación turística,
logramos poner una especie de corsé, que por lo menos mejore, y no vivir
continuamente en esas puntas y valles a las cuales está sometido el
sector.




El señor PRESIDENTE: El señor Artiles tiene la palabra.




El señor ARTILES BOLAÑOS: Quiero sumarme también a la felicitación por
las intervenciones.

En la línea de lo que antes expuso el Grupo Socialista, quiero reiterar
la necesidad de contactos y de intercambio de información, lo que creo
que sería bueno para incremantar el peso del sector turístico en la
opinión pública, llegando al nivel que tiene ya en el entramado
económico. Ojalá pudiéramos avanzar en esa línea. El Grupo Socialista
cree que es importante, teniendo como se tiene un plan, un programa, unas
líneas de actuación, caminar tal como ha expuesto el Ministro. De todas
formas, siendo trascendental la coordinación, le pediría al Ministro que
continuara con esa línea de innovación, tanto en las ideas, en las
relaciones laborales y con los sectores como en los aspectos
tecnológicos, que pueden ayudar de forma relevante. Hablando de
innovación, es necesario articular el turismo de congresos y, sobre todo,
transmitir la información de la experiencia que se tiene en algunos
lugares, y como todo el mundo quiere apuntarse a este sector que se haga
con calidad, con previsión y con programación, porque igual que en otros
ámbitos de esta Comisión, por ejemplo, en el sector tecnológico, todo el
mundo quiere tener su parque tecnológico, su actuación, pero al final la
proliferación impide la rentabilidad, la programación y la atracción. En
el sector del turismo de congresos y convenciones estamos en el momento
adecuado para ayudar, para cooperar en una cuestión trascendental que
puede ser dinamizadora de este sector en el campo de la innovación.




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Conozco el tema de la Federación Española, pero de cara a la creación de
tendencias, de marcar caminos, es bueno que se intensifique, tal como se
está haciendo, y se continúe.

Por lo que respecta a la política de la Comisión Interministerial, a mí
me gustaría que se aprovechase un poco la gran ocasión que se nos
presenta. Tenemos próximo un nuevo año turístico (el pasado domingo
hablaba un empresario de ocupaciones anormales) y es una magnífica
ocasión para no perder esta oportunidad. ¿Dónde debemos aprender esa
lucha de la que el Ministro hablaba? En la oferta. El incremento de la
oferta viene dado, como decía el representante de la Coalición Canaria,
por intereses de los demandantes en algún momento. ¿Cómo regularlo? A
nivel interno hay que ir a la especialización. Concretamente en el sector
turístico, en esa apuesta por la calidad, es necesario diversificar el
urbanismo e ir al urbanismo turístico. Las líneas de crédito de la
vivienda, necesarias para resolver este problema, deberían tener también
una diferenciación por cuanto muchas veces se introducen en el incremento
de la oferta turística. Creo que deberíamos auspiciar normas urbanísticas
específicas para el sector turístico, con tiempos de explotación
suficientes como para que se garantice la rentabilidad de la inversión,
pero que también se incremente la profesionalidad. En esa voluntad que
hoy ha expuesto aquí --el Grupo Socialista le apoya-- de realizar una
política global, de forma que todas aquellas actuaciones turísticas de
otros ámbitos de la Administración tengan una coordinación de su
Ministerio, en la política urbanística tiene mucho que decir si queremos
aprovechar la oportunidad para mantener una oferta estable, suficiente,
autónoma y de calidad.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar esta comparecencia, tiene la palabra el
señor Ministro de Comercio y Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): En
primer lugar, para cerrar, quiero decir que estoy dispuesto a venir no
sólo cuando se me diga que tengo que venir sino las veces que haga falta
para discutir estos temas. Creo que del intercambio de opiniones sale la
luz y cosas para las que, a lo mejor, en este momento no vemos
soluciones, o que yo no las veo, de un debate salen ideas que pueden ser
buenas para el sector en este país. No creo que yo tenga la verdad, sino
que la tenemos que buscar entre todos, tenemos que buscar el camino de
aproximación a la optimización de la gestión de este sector. Es de las
competencias que tiene la Administración central de lo que estamos
hablando aquí.

Quiero agradecer al portavoz de Convergència i Unió sus palabras y
decirle que estamos dispuestos, como digo, a seguir hablando de todos los
temas.

El representante del Grupo Popular me decía que tenemos el mismo catálogo
desde el año 1990. Yo me reuní, me parece que fue el 4 de agosto, en la
Comisión de Turismo de la CEOE y, después de la comida, al terminar, dije
que encontraba los mismos problemas que cuando yo me fui en enero de
1987, pero más podridos. Tenemos que ser conscientes de que ésa no es una
responsabilidad exclusiva del Gobierno, ni siquiera del Gobierno en la
mayor medida. Es decir, es una responsabilidad del sector, que tiene que
ser capaz de empujar y de salir adelante de sus propios problemas. El
Gobierno le puede echar una mano, le puede dar el tirón inicial, le puede
ofrecer un apoyo, pero el propio sector tiene que ser capaz de plantearse
y resolver sus propios problemas. Si queremos una sociedad madura, no
puede ser dirigista, donde desde el Gobierno se hace todo, y mucho menos
en este sector. El papel fundamental es del sector privado. Eso lo
comparto. Creo que la medida del éxito de la gestión de este Ministro
estará en si consigue que, dentro de dos años, algunos de los problemas
ya no lo sean o, por lo menos, estén enfocados y encaminados. Sería
extremadamente positivo.

Sobre los esfuerzos de promoción que hace España, creo que no es justo en
las cifras que da porque 27.000 millones es el presupuesto de «La Maison
de France», en el que se suman los presupuestos del Gobierno central, de
las regiones francesas, de los municipios y de los empresarios. Por
tanto, si en España sumásemos los presupuestos de las comunidades
autónomas, los ayuntamientos y los patronatos municipales y provinciales,
en el Gobierno central tendríamos una cifra que no estaría muy por debajo
del 50 por ciento de esos 27.000 millones. Por tanto, si hubiese una
aportación al 50 poor ciento privada no estaríamos muy lejos de eso. Aquí
hay a veces falta de coordinación en la promoción entre las diferentes
instituciones públicas y una escasísima participación del sector privado.

El sector privado ha vivido muy tutelado y muy amparado y no ha
considerado que tiene que tener un coste de promoción, por tanto no lo
incluye en sus costes, y al no incluirlo no tiene dinero para eso, y lo
que hace es vender más barato en vez de promocionar. Lo que ha hecho es
decir: Yo no promociono porque para qué lo voy a hacer si los
touroperadores son los que me traen los clientes. Y lo que ha hecho es
vender más barato. ¿Qué significa eso? Que no le permite políticas
alternativas de promoción y de venta alternativa por otra vía que no sea
la del touroperador que venga aquí a comprar al precio que le imponga.

Esa es la realidad y por eso tenemos ese mecanismo y funcionamos de la
manera que lo hacemos.

En cuanto a los paradores, el plan estratégico tiene que definir cuáles
son los canales. Evidentemente, no desestimo que la posibilidad sea una
desinversión en los activos donde no tiene sentido que estén los
paradores. Los datos que usted baraja son un poco anticuados. Es verdad
que hace unos años la relación era de 1,8 personas por cama, pero en este
momento ya se ha mejorado. Estamos en cerca de una persona por cama,
frente a 0,7 ó 0,8 que tiene el sector privado. Es decir, todavía está en
niveles más altos pero no en la proporción en que usted dice.

La prueba de que no me evado del tema laboral es que he hecho
planteamientos laborales y estamos hablando con los sindicatos y con los
empresarios. Lo que sí he



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dicho es que no es responsabilidad directa mía, lo cual no quiere decir
que no vaya a influir o que no intente actuar con el Ministerio de
Trabajo en la medida en que considere que sea positivo para el sector y
que estudiemos conjuntamente las alternativas.

Los precios son libres, como he dicho. Ni siquiera en estos momentos son
comunicados a ningún sitio. Lo que pasa es que una orden ministerial
establecía que los empresarios tenían que enviar a la Secretaría entonces
de Estado de Turismo los precios para su uso en la promoción,
fundamentalmente para la elaboración de la guía turística. La guía de
hoteles de España la hace la Secretaría General de Turismo con todos los
hoteles de España y sus precios. Pero ha habido un enfrentamiento. ¿Por
qué? Porque los hoteleros han jugado durante unos años a subir bastante
los precios. Como tenían expectativas progresivas, cada año, de subir los
precios enviaban la información con subidas de precios que luego no han
podido aplicar porque el mercado no se las permitía, con lo cual se han
encontrado en la peor situación posible y es que la guía de hoteles daba
unos precios absolutamente desincentivadores del viaje, cuando no eran
los precios que ellos aplicaban. Eso ha generado un problema
fundamentalmente en los años 1992-1993. Es decir, las subidas de precios
de la hostelería española en 1992, sobre todo en las ciudades implicadas
en los acontecimientos de 1992, como Barcelona y Sevilla, fueron
disparatados, y no tengo otro término más prudente para decirlo. El
sector turístico de Barcelona y Sevilla lo pagará por muchos años porque
se ha creado la imagen de que son carísimos. Lo digo con absoluta
libertad, porque en lo que se refiere a Barcelona tuve reuniones con el
sector turístico, porque tenía responsabilidades, y se lo transmití así:
Si algo tenéis que hacer es ir a precios tirados porque son 16 días lo
que duran los Juegos, por tanto no os vais a hacer ricos por tarifas muy
altas que pongáis y, en cambio, la imagen la vais a arrastrar durante
años. El sector consideró que no era lo adecuado, fijaron precios muy
altos y lo pagarán durante un tiempo. En este momento, en concreto, los
hoteles de la ciudad de Barcelona están en crisis porque tienen unos
niveles de ocupación muy bajos, la oferta creció mucho y, además, tienen
grandes problemas de promoción. Por tanto, el problema de los precios va
por ahí. Yo creo que si los hoteles hiciesen una política razonable
majoraría la situación, porque tampoco se les obliga a que den un precio
fijo sino que pueden moverse en una horquilla. Lo que pasa es que los
precios que dicen tendrían que ver algo con la realidad, cosa que no ha
pasado en estos dos últimos años.

Al señor Vázquez quiero agradecerle también sus palabras. El contrapoder
con los tour operadores no es fácil establecerlo. Hay que ver cómo lo
hacemos, de qué manera, cómo las asociaciones de hoteleros son capaces de
hacerlo sitio a sitio. Porque yo tengo una idea clarísima, que
globalmente y a nivel de España no valen para nada; y no hago una crítica
destructiva, ellos mismos son conscientes. Hay que hacerlo sitio a sitio,
ni siquiera de comunidad autónoma a comunidad autónoma, sino
prácticamente playa a palaya, porque la política de una playa no es la
misma que la de 20 kilómetros más allá, ni el tipo de establecimientos
son los mismos, ni a lo mejor el deterioro ecológico es el mismo; hay
sitios que a 20 kilómetros están bien conservados y otros que están muy
deteriorados. Estoy de acuerdo en que hay que hacer un esfuerzo entre
empresarios y trabajadores para cambiar el modelo de trabajo y para
formar a ambos, sin la menor duda.

Con el señor Martín sí me gustaría resaltar, estando de acuerdo en las
cosas que ha planteado, que es importantísimo que nosotros seamos
capaces, en diálogo entre las instituciones, de ir avanzando a ver qué
ideas y a través de qué formas --y lo mismo vale para el planteamiento
del señor Artiles-- somos capaces de diseñar modelos o estrategias que
puedan ser útiles para atajar los problemas que tenemos. Es decir, si
estamos de acuerdo en el diagnóstico, si estamos de acuerdo en qué
problemas tenemos, cuál es el nudo gordiano del problema (como es en gran
medida el de la comercialización, por ejemplo), cómo entre todos se nos
ocurren sistemas que puedan ayudar. Yo estoy dispuesto a reunirme con los
que quieran participar, con una cierta periodicidad, para pensar en voz
alta, sin ningún otro objetivo; con las personas que les interese el
sector y que por su trabajo (como presidente del Cabildo de Tenerife, que
ha sido el señor Martín, y presidente del Cabildo de Las Palmas de Gran
Canaria, que ha sido el señor Artiles) tengan los conocimientos
necesarios para, en una reunión, a lo mejor conseguir ideas y ver qué se
nos ocurre o cómo podemos pensar en voz alta sobre mecanismos de
funcionamiento que permitan abordar, desde la cooperación
interinstitucional, los problemas que tenemos planteados. Y lo mismo le
digo al señor Artiles. Sólo quiero hacer una mención. Por supuesto que
estoy dispuesto a trabajar con la Federación de Municipios; simplemente
he hecho una mención a algo que me parece que es evidente. En el tema
urbanístico hay que reflexionar en ese mismo sentido.

Respecto al turismo de congresos, yo creo que nuestro país lleva unos
años haciendo, diría, un auténtico despilfarro con respecto a algunas de
sus inversiones. Todo ayuntamiento que se precie quiere un palacio de
congresos de tantos miles de plazas, quiere una institución ferial de
tantos miles de plazas, y quiere no sé cuantas cosas más; y además por
comparación con el de al lado. Y luego no hay ni ferias ni congresos para
unos y para otros, porque las ferias que hay son las que hay, y no hay
más, y los congresos que hay son los que hay, y además competimos con
todo el mundo para conseguir los congresos de una cierta dimensión.

Además eso, en muchas ocasiones, inutiliza la acción del Estado y de la
Administración central, porque como se presentan para un mismo congreso
tres ciudades españolas, al final no puedes apoyar a ninguna porque no
puedes decantarte por una, o en favor de otra, y al final te paralizan
también en tu acción de apoyo a que una ciudad española consiga un
congreso.

Yo creo que, en la medida de lo posible (que también es bastante poca),
deberíamos pensar que si la ciudad que está a 250 kilómetros tiene un
palacio de congresos fantástico no hace falta tenerlo en la nuestra.

Porque todos estos problemas que tienen los alcaldes en muchos casos



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tienen razón, pero muchos otros es porque se han metido en unos gastos de
tal calibre que no podrán hacerlos rentables nunca porque están mal
diseñados. Una vez que construyen un palacio de congresos, lo tienen que
mantener; y una vez que construyen una institución ferial, la tienen que
mantener; y una vez que construyen un polideportivo para 10.000
habitantes (por hablar de una experiencia que yo he tenido), en una
ciudad donde no hay ningún equipo de primera división, lo tienen que
mantener. Y cada vez que lo abren, les cuesta un riñón. Hemos cometido
tal despilfarro que alguna vez tendremos que reflexionar sobre si tiene
sentido que sigamos construyendo cosas o si en algunos aspectos ya somos
un país maduro que no necesita más inversiones en esas cosas. Pero desde
la soberanía municipal a mí ya me han venido, en tres meses que llevo,
varias ciudades a plantear los palacios de congresos; lo digo en el
aspecto específico de los palacios de congresos. Estamos dispuestos a
hacerlo, evidentemente. Es otro tema que no he considerado, pero aquí en
los papeles aparece la política de congresos. No he hablado tampoco, por
ejemplo, de promoción educativa. Un aspecto muy importante es conseguir
que vengan a España a estudiar español una parte significativa de la
gente que estudia español en el mundo y que son cuotas de un mercado
específico, con una dimensión bastante importante, etcétera. Hay otras
muchas cosas a las que ni siquiera he hecho mención, pero sería bueno que
tuviésemos los instrumentos necesarios para poder hacerlo y que fuese un
no enfrentamiento continuo contra las diferentes ciudades españolas para
un mismo fin que, al final, les perjudica a todos.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro, por su muy cumplida
información ante la Comisión. Se lo agradecemos todos muy sinceramente.

En relación a los comentarios que ha habido respecto la creación de una
Ponencia, esto es potestad de los grupos y estoy seguro de que en la
Junta de Portavoces y en la Mesa podremos tomar decisiones al respecto.

Respecto a esa información que ha comprometido usted con el señor
Aguirre, sería muy útil para todos los miembros de la Comisión, de los
que tienen un listado en el Ministerio, aunque con eso no soluciona el
problema del señor Aguirre porque, como no es miembro titular, no figura
tampoco. (Risas.); o sea, que al margen ha de ponerle usted también en la
lista.

Por último, quiero comunicar a todos los miembros de la Comisión que ésta
se volverá a reunir el próximo miércoles, día 10 de noviembre, en
sesiones de mañana y tarde. En la sesión de la mañana, con la
comparecencia del señor Ministro, a petición del Grupo Parlamentario
Popular, dos solicitudes de comparecencia; y en la sesión de la tarde,
para dictaminar una proposición no de ley, del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, y seis preguntas del mismo
Grupo.

Sin ningún asunto más que tratar, se levanta la sesión.




Eran las dos y veinticinco minutos de la tarde.