Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 22, de 23/09/1993
PDF





CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 22
ECONOMIA, COMERCIO Y HACIENDA
PRESIDENTE: DON ANGEL MARTINEZ SANJUAN
Sesión núm. 3
celebrada el jueves, 23 de septiembre de 1993



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Comercio y Turismo (Gómez-Navarro
Navarrete), para informar:
-- De las previsiones y líneas generales a desarrollar en su
Departamento. A petición propia. (Número de expediente 214/000005.)
(Página 182)
-- Sobre el programa a desarrollar al frente de su Departamento. A
solicitud del Grupo Parlamentario Popular (número de expediente
213/000034), y Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente
213/000011.) (Página 182)



Página 182




Se abre la Sesión a las cuatro de la tarde.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (GOMEZ-NAVARRO
NAVARRETE) PARA INFORMAR:



- DE LAS PREVISIONES Y LINEAS GENERALES A DESARROLLAR EN SU DEPARTAMENTO.

A PETICION PROPIA. (Número de expediente 214/000005.)



- SOBRE EL PROGRAMA A DESARROLLAR AL FRENTE DE SU DEPARTAMENTO. A
SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR Y FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Números de expedientes 213/000034 y
213/000011.)



El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías.

Se abre la sesión de la Comisión de Economía con la comparecencia, a
petición propia, del Ministro de Comercio y Turismo para informar de las
previsiones y líneas generales a desarrollar en su Departamento. Esta
comparecencia ha sido solicitada a petición del propio Gobierno y de los
Grupos Parlamentarios de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y
Popular.

En primer lugar, quiero agradecer y dar la bienvenida en esta Comisión al
Ministro de Comercio y Turismo, aunque quiero comunicar a SS. SS. que los
temas relacionados con turismo serán objeto de análisis y de discusión en
la Comisión de Industria.

Sus señorías conocerán que, por acuerdo de la Mesa del Congreso, el
Congreso de los Diputados ha creado una Comisión especial para el
seguimiento de los créditos FAD. En la medida en que también puede ser
una vertiente del Ministro de Comercio dicha problemática, sin perjuicio
de que se toque aquí en los términos que sea necesario en cuanto a
aclaraciones, se lo comunico.

Con estas dos advertencias previas, vamos a dar comienzo a la
comparecencia del Ministro, que, como decía, es a petición del propio
Gobierno y de los grupos parlamentarios. El procedimiento será el que
seguimos el anterior martes con la comparecencia del Ministro de Economía
y Hacienda: en primer lugar, la presentación del programa por parte del
Ministro de Comercio y Turismo; a continuación, daré la palabra a los dos
grupos parlamentarios que han solicitado la comparecencia de una forma
expresa, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya y el Grupo Popular, para, posteriormente, dársela a aquellos
grupos parlamentarios que, no habiendo solicitado la comparecencia,
deseen fijar su posición sobre ella.

Así pues, con este preámbulo doy la palabra al Ministro de Comercio y
Turismo para que exponga a la Comisión los programas de trabajo que
pretende desarrollar o impulsar desde su nuevo Ministerio.

Tiene la palabra el señor Gómez-Navarro.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): Muchas
gracias.

Señor Presidente, señorías, aunque no sea habitual hoy voy a leer; traigo
mi exposición por escrito. Sí les digo que ello no es habitual en mí y
que cuando lleve más tiempo en el Ministerio lo haré de forma más
natural, sin necesidad de leerlo.

Me resulta muy grato comparecer por primera vez ante esta Comisión de
Economía, Comercio y Hacienda a petición propia, del Grupo de Izquierda
Unida y del Grupo Popular y lo haré gustosamente cuantas veces lo estimen
oportuno porque considero que estas comparecencias son el vehículo
principal de una relación fructífera y positiva entre el Ejecutivo y el
Legislativo.

El motivo de mi comparecencia es hoy exponerles las líneas directrices
provisionales de la política que preveo aplicar como Ministro de Comercio
y Turismo en el área de comercio. Y les digo lo de provisionales porque,
evidentemente, a los sesenta y tantos días de ocupar el Ministerio no he
tenido el tiempo
necesario para elaborar un plan estratégico con la suficiente entidad
para considerar que ésas van a ser las políticas a las que me comprometo
de forma más estable.

En el área de comercio tenemos cuatro grandes objetivos: el primero, la
defensa de los intereses económicos y comerciales españoles en la
Comunidad y en los organismos multilaterales y, de forma bilateral, en
nuestras relaciones con otros países. Segundo, el apoyo a la
internacionalización de la empresa española para incrementar su presencia
en el exterior a través de sus productos, de sus redes comerciales y
ubicando en los casos necesarios parte del proceso productivo en el
exterior. Tercero, la promoción selectiva de las inversiones exteriores
en España de forma que contribuyan a la modernización y al aumento de
capacidad de nuestro equipo productivo. Y cuarto, la elaboración de una
política de comercio interior dentro del ámbito de las competencias de la
Administración central, que garantice la competitividad del sector y el
servicio a los consumidores.

En cuanto a las formas o actitudes con que me propongo el cumplimiento de
estos objetivos serán básicamente las siguientes: en primer lugar, el
acercamiento a las empresas para conocer mejor sus necesidades y
problemas de forma directa y a través de las asociaciones de exportadores
y cámaras de comercio, con la finalidad de dirigir lo más eficazmente
posible los instrumentos de que dispone la Administración. En este
contexto se inscriben las reuniones que he mantenido con las asociaciones
de exportadores y cámaras de comercio y representantes de diferentes
comunidades autónomas y del mundo empresarial español al poco tiempo de
haber sido nombrado, pero no solamente yo, como Ministro, sino que toda
la organización que dirijo mantendrá contactos habituales y regulares con
las empresas. Tenemos la responsabilidad de que el escenario económico y
social en que se desenvuelve la empresa española sea lo más favorable,
pero los verdaderos protagonistas son las empresas. De aquí la necesidad
de una buena comunicación entre



Página 183




Administración y empresas para que unos y otros conozcamos bien las
necesidades y posibilidades.

En segundo lugar, incorporaremos una mayor flexibilidad para facilitar al
máximo el acceso de las empresas a nuestros programas y servicios,
reduciendo al máximo los elementos burocráticos de gestión. No obstante,
como ustedes bien conocen, existen ciertos límites, inherentes a toda
organización de carácter público, en el sentido de garantizar la
legalidad, la transparencia, la igualdad de trato a todas las empresas y
el rigor en la gestión de los recursos presupuestarios.

En tercer lugar, mejoraremos la eficacia de los servicios ofrecidos a las
empresas, introduciendo métodos de gestión que nos permitan evaluar
periódicamente la calidad de los servicios prestados.

El primer gran objetivo, como les he dicho, es la defensa de los
intereses económicos y comerciales españoles en la Comunidad y en los
organismos multilaterales y, de forma bilateral, en nuestras relaciones
con otros países.

El primer foro es la negociación de la Ronda Uruguay del GATT, donde
nuestra finalidad principal es la inclusion de los intereses específicos
españoles en la política comercial comunitaria y en la adopción de la
posición comunitaria en las negociaciones multilaterales de la Ronda
Uruguay.

Los objetivos específicos españoles que consideramos serían, en primer
lugar, la apertura de los mercados de terceros países, tanto en bienes
como en servicios, pues de este modo España podrá obtener una cierta
reciprocidad en las medidas de liberalización que ha venido adoptando
desde 1985 como consecuencia de nuestra adhesión a la Comunidad.

En segundo lugar, el mantenimiento y la mejora de las disciplinas GATT en
materia de cláusulas de salvaguardia, medidas «antidumping» y medidas
antisubvenciones. Es particularmente importante que se aumente el
porcentaje de la subvención, que supone automáticamente la existencia de
perjuicio grave. De no conseguirse esa modificación, sería muy difícil
tomar medidas de apoyo o reestructuración para algunos de nuestros
sectores industriales.

En tercer lugar, defender en el sector agrícola el mantenimiento o la
viabilidad de la política agrícola común después de 1999 y la defensa de
las producciones de frutas y hortalizas, vino, arroz y azúcar, para que
pueda mantenerse la renta de los agricultores cuando tengan lugar las
correspondientes reformas en la Comunidad de las organizaciones comunes
de mercado.

En cuarto lugar, en materia de textiles, se pretende que la apertura del
mercado comunitario vaya acompañada de una apertura efectiva de los
mercados de terceros países.

En quinto lugar, en el sector de reglas y disciplinas, para España es
importante no sólo el resultado concreto de la Ronda de Uruguay sino
también, y muy especialmente, la aplicación que haga la Comunidad de
estos mecanismos. Por ello, junto con un intento de influir en el
resultado de la negociación multilateral, se está intentando
paralelamente modificar los mecanismos comunitarios de adopción de
medidas de política comercial y mejorar, por tanto, los instrumentos de
defensa comercial.

En otro campo de negociaciones multilaterales, nos proponemos intentar
conseguir el consenso multilateral del acero mediante la firma del
consenso, que discurre paralelamete a la Ronda Uruguay y que establecerá
el marco que, dentro del GATT, regulará el comercio internacional de
productos siderúrgicos en los próximos años. El objetivo español es
garantizar el mejor trato posible para las subvenciones que reciba la
siderurgia española en el ejercicio de reestructuración que está todavía
pendiente de ser aprobado por la Comunidad.

Otro aspecto significativo es la multilateralización del Acuerdo Airbus,
que debe ampliar el Acuerdo firmado por la Comunidad y Estados Unidos
para regular el comercio de aeronaves civiles, imponiendo unas reglas
sobre las ayudas que reciben y transparencia de las mismas. Básicamente,
el objetivo español es tratar de incluir en las disciplinas de este
acuerdo a todos los aviones y no sólo a los de más de cien plazas, como
hasta este momento está previsto.

Otro tema importante dentro de este ámbito es el acuerdo de la Comunidad
con terceros países. Fundamentalmente, voy a referirme a dos: a los
acuerdos comerciales con Rusia, Ucrania y las repúblicas de la antigua
Unión Soviética y a los acuerdos de libre cambio con los países del
Magreb.

Con respecto a los acuerdos comerciales con Rusia, Ucrania y las
repúblicas de la CEI, después de los acuerdos de asociación firmados por
la Comunidad con los países de Europa central y oriental, la Comunidad va
a seguir abriendo negociaciones con los países que formaron la antigua
Unión Soviética, con la consiguiente participación española para la
defensa de nuestros intereses en los distintos aspectos comerciales
involucrados. Fundamentalmente, se trata de vincular la apertura del
mercado comunitario a la liberalización de los mercados internos de estos
países, caracterizados todavía por falta de transparencia en la
determinación de sus precios interiores.

Con respecto a los acuerdos de libre cambio con los países del Magreb,
nos proponemos hacer un seguimiento de las negociaciones y de sus efectos
sobre los sectores españoles. Por tratarse de unos mercados de creciente
importancia para la exportación española y regidos hasta ahora por una
política comercial muy restrictiva, nos interesaría poder vincular los
futuros acuerdos a la mayor apertura de sus mercados a nuestros productos
industriales.

El segundo gran objetivo del que hablábamos era el apoyo a la
internacionalización de la empresa. El área administrativa básica que va
a desarrollar este objetivo es el Instituto de Comercio Exterior, el
ICEX, que tiene como misiones fundamentales la organización y desarrollo
de actividades de promoción comercial en el exterior para las empresas
españolas, ya sea por medio de actuaciones individuales o colectivas y la
prestación de servicios de información y de formación para estas
empresas,



Página 184




tanto en lo referente a exportaciones como a inversiones en el exterior,
acceso a licitaciones internacionales y cooperación con empresas
extranjeras.

El ICEX facilita a las empresas instrumentos de información, formación y
promoción que van desde los fundamentos para abordar la labor de
exportación, tales como la provisión de una formación básica para los
directivos técnicos de las empresas o de una información que permita a
las empresas dar los primeros pasos en los mercados exteriores hasta
acciones de promoción más próximas al momento de la realización de las
ventas, como puede ser la participación en ferias o el desarrollo de
campañas promocionales para productos y en mercados determinados.

El ICEX es el único organismo público que tiene encomendada una misión de
promoción comercial con alcance etatal. El ICEX se ocupa de la promoción
de los productos españoles a nivel de todo el país y presta servicios a
todas las empresas españolas dentro de sus criterios selectivos de
actuación.

El ICEX, por tanto, no tiene limitación geográfica dentro de España y
nuestro objetivo es que todas las actividades desarrolladas por los
gobiernos autónomos o por las Cámaras de Comercio se encuentren
articuladas con la promoción estatal encomendada al Instituto, sin
perjuicio del servicio debido por cada institución a las empresas de su
propia demarcación para evitar tantos solapamientos innecesarios,
actuaciones duplicadas, acumulación de ayudas que reduzcan el compromiso
de la empresa por actividades determinadas, como iniciativas aisladas que
contradigan, entren en conflicto o disminuyan la eficacia de medidas de
promoción concebidas a favor de todas las empresas del Estado.

Nuestras posibilidades de recursos humanos y presupuestarios hacen que
tengamos que desarrollar una actuación de manera selectiva, sobre todo en
el caso de las actividades de promoción de coste muy elevado. En estas
acciones centraremos la actuación del Instituto preferentemente en las
empresas de dimensión pequeña y mediana, que son las que necesitan
realmente apoyo; que cuenten con una política de exportación definida,
que generen un valor añadido importante a su salida al exterior. Y esto
se concreta fundamentalmente en el grado de transformación del producto,
en el uso de marcas comerciales propias y en el control de canales de
distribución en los mercados de destino, preferentemente a través del uso
de establecimientos o redes propias en el exterior.

Esta selectividad no será necesaria en otros servicios del ICEX, como son
los de información o los de formación, a los que pueden acceder de forma
más generalizada las empresas que lo demanden, especialmente aquellas que
estén iniciando su actividad de exportación.

El ICEX desarrollará su actividad de la forma más próxima posible a las
necesidades de las empresas y en estrecha colaboración con ellas, tanto
individualmente como a través de sus organizaciones profesionales, en
particular las asociaciones de empresas exportadoras.

El ICEX tratará de apoyar la política de promoción comercial de las
propias empresas y sectores y para ello el ICEX aplicará con carácter
general una serie de políticas instrumentales entre las que podríamos
destacar las siguientes: Primero, el ICEX desarrollará sus actividades de
promoción conjuntamente con las empresas bajo el régimen de
cofinanciación. El Instituto no prevé financiar al 100 por cien ninguna
actividad de promoción, sino que participará con un porcentaje más o
menos elevado en los gastos de las acciones de la promoción de empresas y
sectores. En el caso de los servicios de formación e información, las
empresas sufragarán igualmente una parte del coste de los mismos.

Esta política de confinanciación tiene como virtudes fundamentales, por
una parte, la obtención de un notable efecto de apalancamiento de la
inversión privada en promoción comercial y, por otra, la de proporcionar
una medida de la utilidad de las acciones. Hemos estimado que la
inversión realizada por el Instituto en acciones de promoción está, en
promedio, en una relación de uno a dos con respecto a la inversión
realizada por las empresas en esas mismas acciones.

Por otra parte, la participación financiera de las empresas en las
actividades de promoción analizadas por el Instituto es también una forma
de medir la aceptación y el valor de las mismas. El hecho de que las
empresas estén dispuestas a invertir sus propios recursos puede ser una
buena garantía de la valoración positiva que estas empresas hacen de las
citadas actividades.

Segundo. El ICEX potenciará, igualmente, su acercamiento geográfico al
empresario. Determinados servicios se prestarán a través de las
direcciones territoriales y provinciales de comercio, sobre todo los
servicios de información y formación. Otros servicios, en particular los
de información automatizada, podrán ser accesibles por los empresarios
desde sus propias terminales de ordenador. Para ello estamos procediendo
a una mejora continua de las bases de datos del Instituto y de sus
sistemas de distribución en los que participan otras instituciones de
carácter intermedio, tales como organismos pertenecientes a gobiernos
autonómicos, cámaras de comercio, bancos, etcétera, que difundan la
información del Instituto a sus clientes y asociados.

Tercero. Además de la evaluación de la calidad de los servicios que
implica la participación financiera de la empresa, el ICEX continuará
realizando las encuestas incorporadas a planes de mejora de la calidad de
sus servicios.

Cuarto. Dentro del esfuerzo de comunicación que señalaba al comienzo de
mi intervención, se enmarca el intento del Instituto de hacer llegar la
oferta de sus servicios a todas aquellas empresas que aún no los conozcan
y mejorar el conocimiento que de ellos tienen muchas de ellas. Un ejemplo
en este sentido es que a partir de este verano se publica el boletín
«ICEX informa», que se hace llegar a todas las empresas incluidas en el
censo de exportadores españoles, en un número superior a 10.000, y a
través del que se pone en su conocimiento, con periodicidad quincenal, la
programación de actividades prevista para las próximas semanas o meses y
se difunden todos los servicios que presta el Instituto de forma
permanente,



Página 185




facilitando teléfonos de contacto y nombres de las personas responsables
de cada uno de los programas para obtener información adicional.

Dentro de los programas del Instituto destacaría, en primer lugar, las
expotecnias, que son exposiciones de maquinarias y bienes de equipo
españoles que se celebran con periodicidad anual en distintos países del
mundo. En los últimos años se han celebrado expotecnias en Méjico, en
1991; Casablanca, en 1992, y este año en Buenos Aires. Teniendo en cuenta
los excelentes resultados en los países en los que se han celebrado y que
han producido el efecto de arrastre de la exportación española y de
mejora de la imagen de la tecnología española en dichos mercados, hemos
previsto la celebración de la próxima expotecnia en China en el verano de
1994.

Consorcios. Proseguiremos con el programa de consorcios que permite a
pequeñas empresas, que por sí mismas encontrarían grandes dificultades en
desarrollar sus acciones de promoción exterior, asociarse, con apoyo del
Instituto, para la gestión de servicios comunes de promoción exterior
dentro de unas determinadas condiciones. Esta labor de estímulo a la
actividad asociativa de la empresa exportadora encuentra innegables
dificultades por la renuncia a cierta parte de la soberanía empresarial
inherente a este tipo de iniciativas, pero hemos encontrado su
compensación en los resultados que algunos de estos consorcios alcanzan
en la labor de promoción exterior y que normalmente no llegarían a
alcanzar cada una de las empresas que los integran individualmente.«
Tercero. Asistencia técnica a los exportadores en colaboración con la
Dirección General de Comercio Exterior, con especial incidencia en el
apoyo a las exportaciones agrarias mediante la oferta del marchamo de
calidad Soivre para campañas de promoción de productos agroalimentarios
de calidad.

Cuarto. Encuesta sobre obstáculos técnicos en el mercado interior, que se
desarrollará en colaboración con la Dirección General de Comercio
Exterior y la CEOE para conocer las barreras técnicas existentes a
nuestra exportación a otros países de la Comunidad como paso previo para
realizar las gestiones necesarias para abolir dichas barreras. En función
de los resultados prácticos obtenidos, podría en su momento realizarse
una investigación similar para los países de la OCDE.

Quinto. Los programas de becarios, encuentros empresariales y centros de
negocios, teniendo en cuenta la demanda que están teniendo, se mantendrán
en los próximos años. Los instrumentos financieros de fomento de las
exportaciones y la internacionalización de la empresa española, es decir,
el crédito a la exportación, ya sea en términos concesionales, créditos
FAD, o en términos comerciales, Cari y la cobertura del seguro del
crédito a la exportación, que se realiza a través de CSCE, tendrán como
objetivo una utilización de la manera más efectiva posible, procurando
que su uso sirva para promover una presencia del sector exportador
español más fuerte en cada uno de los paíes a los que se dirige. Una
exportación de mayor calidad y un valor añadido y un liderazgo de
empresas españolas en grandes proyectos de exportación, con incorporación
de la mayor tecnología posible.

Se pretende, igualmente, que en un mundo crecientemente interrelacionado
y competitivo, las empresas españolas no compitan en inferioridad, al
menos en lo que a condiciones financieras se refiere, con sus
competidores. En aquellos casos en los que se contempla una financiación
en términos concesionales, aspectos como ayudas al establecimiento
permanente, cofinanciación con organismos multilaterales y ayuda al
desarrollo, entendido en sentido amplio, constituyen también aspectos
positivos a tener en cuenta.

Las áreas geográficas sobre las que se piensa mostrar una atención
preferente a lo largo de los tres o cuatro próximos años continuarán
siendo Iberoamérica, el norte de Africa y se intensificará en Asia.

Es nuestra intención consolidar el esfuerzo realizado durante los últimos
cuatro o cinco años en Iberoamérica, cuyos resultados llevan dos años
demostrando las estadísticas. Si bien el incremento de renta que este
área ha registrado, felizmente por otra parte, está excluyendo
progresivamente a varios e importantes países, buenos socios comerciales
de España, de recibir financiación concesional.

Ello exige la adopción de mecanismos de cooperación y penetración en los
mercados cada vez más cercanos a ciertos países de la OCDE y más alejados
de los de países de muy bajo nivel de renta. Tal es el caso de países
como Méjico, Venezuela, Chile o Argentina, donde la promoción comercial,
la inversión conjunta y el establecimiento de empresas deberá jugar un
papel cada vez mayor, una vez que no pueden recibir créditos
concesionales.

Respecto del Norte de Africa, la prioridad que, desde el punto de vista
comercial y político, el Gobierno concede a esta zona es indudable, por
lo que tanto la asignación de recursos humanos como de recursos
financieros dedicados a este área debe ser y será importante.

Finalmente y en lo que a países de Asia se refiere, la favorable
evolución de la exportación al mercado chino y el creciente interés del
empresariado español en Asia, unido a las expectativas de crecimiento del
área aconsejan una atención cada vez mayor al gran continente del Este,
con una política que permita concentrar esfuerzos internos, economías de
escala y lograr resultados satisfactorios a lo largo de los próximos
cuatro u ocho años.

Es necesario mencionar que los deseos y planes del Gobierno están
condicionados por la evolución y políticas seguidas por los países
receptores, de forma que los instrumentos y cantidades son determinados
de manera bilateral. En definitiva, un país no sólo debe poder, es decir
ser un país abierto, en expansión, solvente y de interés para el
empresariado español, sino también querer. Es decir, que permita una
política de cooperación económica ligada y con una política económica
favorable.

En todos los esfuerzos iniciales de penetración la asignación de recursos
financieros constituye un paso decisivo. Sin embargo, a medio y largo
plazo son las condiciones generales de un país y los intereses de los
propios



Página 186




empresarios lo que les hace consolidar su presencia de forma estable.

El tercer instrumento es el incremento de los retornos. El nivel de
desarrollo económico experimentado por España en los últimos tiempos y la
pertenencia de nuestro país a la Comunidad Europea hace que España
participe de forma más relevante en los organismos financieros
multilaterales y, por supuesto, en los de cooperación al desarrollo que
la Comunidad Europea tiene establecidos y a los que España tiene que
contribuir.

Mi Departamento tiene la firme decisión de comprometerse en una mayor
presencia de España y de las empresas españolas en este área, tanto desde
el punto de vista de participación de empresas españolas en proyectos
financiados por los Bancos de Desarrollo o por los fondos comunitarios,
como mediante la presencia de personal español en dichas instituciones.

Este cometido constituye un reto para la Administración y para las
empresas españolas, pues partimos de un nivel muy bajo, por falta de
experiencia, falta de presencia empresarial en esas áreas y escaso
incentivo ante una economía española que hasta hace no mucho tenía un
fuerte crecimiento de la demanda interna.

En definitiva, lo que se pretende lograr es un incremento de la presencia
económica de España y de sus empresas en el exterior mediante la
utilización conjunta de recursos financieros, de promoción comercial y
humana adaptados en cada momento a las necesidades de, por una parte, los
operadores económicos españoles y, por otra, a los de los países
destinatarios.

El cuarto instrumento son las oficinas comerciales y, en ese sentido, el
papel desarrollado por éstas en el exterior se configura como un eslabón
fundamental para la consecución de los objetivos citados.

Debemos ser capaces de dar respuesta a las necesidades del sector
empresarial para un mejor uso de los recursos que el Estado pone a su
disposición y con un conocimiento mutuo de las posibilidades y límites de
cada uno. Es un proceso que ya está en marcha y es un proceso dinámico
que demanda unas oficinas mejor dotadas y con mayores medios. Con
presencia en las mismas de expertos específicos para sectores
determinados y con gran conocimiento del país.

Es evidente que en estos momentos de escasez de recursos las
posibilidades son limitadas, pero nos parece que es un objetivo
irrenunciable.

El tercer gran objetivo del Ministerio, como les había dicho ya, es la
promoción selectiva de las inversiones exteriores en España. El importe
de las inversiones directas en los países industriales no es todavía
comparable al de los flujos de comercio. Sin embargo, el crecimiento de
los flujos de inversiones internacionales supera ampliamente al del
comercio internacional. En el caso de España, por ejemplo, el valor del
total del comercio internacional, exportaciones más importaciones, se ha
multiplicado por tres en los últimos diez años, mientras que de la
inversión directa en España y la española en el extranjero se ha
multiplicado por nueve. Si la evolución de una y otra siguiera a este
ritmo, en la próxima década los flujos de inversión internacional serían
ya superiores a los del comercio de mercancías.

La inversión directa se está conformando como una fuente importante de
creación de riqueza para los países, aproximándose al comercio en su
importancia cuantitativa. En el caso de España, además de su incidencia
en la economía real, creación de empleo y transferencia de tecnología, la
inversión directa juega un papel importante en la financiación de los
pagos internacionales. En 1992 la inversión directa financió el 70 por
ciento del déficit por cuenta corriente.

España ha demostrado hasta ahora una notable capacidad para competir en
la captación de inversión directa extranjera. En la década de los ochenta
la inversión directa total ascendió a 32.319 millones de dólares.

Desde el comienzo de la década de los noventa ya han entrado en España
volúmenes de inversión directa de ese orden de magnitud. Desde 1990 se ha
recibido ya más inversión directa que en toda la década pasada.

Hay una gran competencia en Europa para la captación de proyectos de
inversión directa. Los restantes países europeos desarrollan a través de
órganos de la Administración especializados políticas activas de
atracción y apoyo a las inversiones de compañías extranjeras generadoras
de empleo. Holanda tiene el Netherland Foreign Investment Agency, el
Reino Unido el Invest in British Bureau, Francia el Invest in France,
etcétera.

En el Ministerio de Comercio y Turismo estamos desarrollando esa tarea
compitiendo con las organizaciones de otros países.

En la actividad de promoción participa activamente la red de oficinas
comerciales en el exterior. El mantenimiento de esta tarea de promoción
lo efectuamos por las siguientes vías: acercamiento a las compañías
extranjeras, presentando las oportunidades que existen en España para el
desarrollo de proyectos de inversión y apoyando iniciativas
empresariales, locales y autonómicas que surgen en España y que se pueden
reforzar con la participación de socios o inversores internacionales.

Colaborando con compañías extranjeras que evalúan su instalación en
España, y presentando una imagen positiva en España en los círculos de
negocios y en la prensa internacionales.

El objetivo último de la promoción no es solamente recibir más inversión.

La promoción tendrá un carácter selectivo y estará orientada por los
siguientes criterios: Reforzamiento de la producción de algunos sectores
en los que hay una insuficiente capacidad instalada en España y es
conveniente aumentarla, por ejemplo, los sectores de componentes de
automoción, electrónica, medio ambiente, etcétera; son todos ellos
sectores en los que existe un déficit comercial amplio, siendo deseable y
posible la ampliación de la capacidad de fabricación en el mercado
español para la sustitución de importaciones y para la exportación.

El segundo criterio ha sido la mejora del nivel tecnológico del país,
favoreciendo la implantación de compañías que ayuden a movilizar los
recursos tecnológicos existentes.




Página 187




El tercero, la diversificación del origen de la inversión exterior.

Actualmente está muy centrado en Europa, atrayendo más empresas asiáticas
y americanas.

En otro orden de cosas, negociaremos acuerdos de promoción y protección
recíproca de inversiones con otros Estados, con el objetivo principal de
mejorar la seguridad jurídica de las compañías españolas que operan en
ellos. En los últimos años se han firmado doce acuerdos y en la
actualidad mantenemos una negociación abierta con Venezuela, República
Dominicana y Argelia.

El cuarto y último gran objetivo de la política de comercio es la
elaboración de una política de comercio interior dentro del ámbito de las
competencias de la Administración central.

Los cambios soecioeconómicos que se vienen produciendo en nuestro entorno
están modificando de forma sustancial y acelerada la estructura
tradicional de la distribución comercial, reforzando, además, su
importancia estratégica. A su vez, como es sabido, el sector de
distribución comercial, junto con otros servicios, está siendo uno de los
protagonistas de la transformación de la economía española en los últimos
años.

Hay que destacar la creciente importancia que la Comunidad Económica
Europea viene dando a este sector debido, básicamente, a la creación del
mercado único.

La distribución comercial, competencia exclusiva de los Estados miembros,
es, sin embargo, un elemento clave en el buen funcionamiento del mismo,
ya que debe asegurar una adecuada distribución física de las mercancías.

Las líneas directrices de la política de comercio interior en el marco de
las competencias de la Administración central deberá estar orientada por
los siguientes criterios: Aumento de la competencia en los mercados,
incremento de la dimensión de las empresas y la competitividad del
sector, difusión de las innovaciones tecnológicas, mejora de la
información y la formación de los comerciantes, los empleados del sector
y los funcionarios que trabajan en el área, y adaptación del Derecho
español en la materia a la normativa de la Comunidad Económica Europea.

Esta es un poco, y de forma provisional, como les he dicho al principio,
la política que en el área de comercio me propongo realizar.

Evidentemente, quedo a su disposición para cuantas aclaraciones,
preguntas o información deseen sus señorías.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Por el Grupo Parlamentario Izquierda Unida-Iniciativa por Catalunya,
tiene la palabra el señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: Muchas gracias por la información, señor Ministro.

Naturalmente, mientras estudiemos ampliamente y en profundidad todo el
informe que ha presentado, valgan unas primeras preguntas, para que sean
contestadas directamente hoy, y que nos sirvan también como elemento de
reflexión más amplia que haremos posteriormente en el Grupo Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

Usted dice que la exposición que ha hecho es provisional, pero me da la
impresión de que está bastante trabada y seguramente será la continuación
de una política que se ha realizado hasta aquí. Vayan por delante algunas
cuestiones y algunas preguntas relacionadas con el comercio exterior y
también con el comercio interior, y de representatividad dentro del marco
del sector del comercio. Me disculpo por haber perdido la parte inicial
de la exposición, que no creo que haya sido significativa para la pérdida
del hilo conductor de la exposición.

En relación al comercio con Europa, más en concreto, al déficit comercial
español con la Comunidad, y más allá de la Comunidad, pero
fundamentalmente con la Comunidad, con la cual se realiza la parte
fundamental de nuestro comercio, ¿qué déficit hay en perspectiva? Usted
ha hablado, en concreto, de una política para intentar la sustitución de
importaciones. ¿En qué se basa esta política? ¿Cómo? Porque, hasta el
momento, yo personalmente y mi Grupo no vemos realmente iniciativas
políticas, políticas concretas que vayan en una línea de hacer que
disminuya este déficit comercial en función no de que se coarte la
libertad de comercio a nivel de la Comunidad, sino de la capacidad y, por
tanto, del impulso, desde las inversiones del Estado, y no solamente
desde las inversiones, sino desde el impulso de otras características del
Estado, para que haya una posibilidad de competir en mejores condiciones.

Por lo que se refiere al debate -eterno debate, que no va a concluir en
lo inmediato- que hay en el GATT sobre aranceles y comercio
internacional, ¿qué política concreta se va a seguir ante la actual
parálisis? ¿Una política propia, intentando buscar una autonomía y socios
adecuados que favorezcan nuestros intereses -siempre hay socios que
favorecen más los intereses españoles, en función de los que defienden
cada uno de estos socios-, o bien se continuará estando más o menos,
diciendo que sí que es correcto lo que plantea Francia, pero, al mismo
tiempo, que los acuerdos tomados ya hace meses no se pueden tocar?
En cuanto a la siderurgia, ¿se puede saber exactamente qué pasará, o si
realmente seguirá ocurriendo lo que ahora ocurre, o como se dice que está
ocurriendo en el sector naval, que, después de haber liquidado una parte
del sector naval instalado en España, resulta que esta parte, una parte
de la cuota de mercado, está siendo asumida por otros países? Esta es una
información concreta que también le pido.

Luego, encuentro paradójico que hable usted de promoción comercial, de un
consorcio y, sin embargo, el Grupo que sustenta al Gobierno, el otro día,
se negara a apoyar -no entiendo cómo se negó- una moción de Izquierda
Unida en la cual se planteaba el fortalecimiento y una adecuada dimensión
de las pequeñas empresas, con medidas de integración, cooperación y
asociacionismo empresarial, que faciliten un potencialidad de las
economías de escala, el ahorro de costos y las exportaciones, además de
otras cuestiones. Estas y otras cuestiones



Página 188




no fueron aceptadas, en ningún caso, por el Grupo Socialista, indicando
algunas veces que esto estaba realizado, que estaba en vías de
realización o que ya había leyes presentadas en el Parlamento.

En relación a la inversión directa en España -si no he entendido mal; a
lo mejor no he entendido suficientemente bien-, ¿qué ha representado para
la economía real o productiva esta inversión en el pasado inmediato y qué
perspectivas hay de que mejore lo que consideramos, desde el Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, una situación mala en la
inversión, ya que pensamos que ha ido destinada mucha de ella a la
especulación y no a la inversión productiva o a la economía real?
Finalmente, ¿qué van a hacer ustedes con dos proyectos de ley de comercio
presentados en esta Cámara; uno por el Grupo Catalán (Convergència i
Unió), otro por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya? El
otro día, en la moción presentada por IU-IC, se contestó que no era
necesario estimular y plantear desde el Gobierno una ley de comercio, en
la medida en que había ya dos propuestas presentadas en esta Cámara. ¿Qué
van a hacer ustedes con estas leyes? ¿Van a crear una Ponencia en el
momento de entrar en Comisión? ¿Van a trabajar conjuntamente? ¿Habrá ley
de comercio o no? Para nosotros es un aspecto bastante importante
intentar regularizar democráticamente todo este sector, en el cual están
implicados, naturalmente, muchos centenares de miles de trabajadores,
además de los pequeños comerciantes y de los pequeños empresarios.

(Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Perdone un momento, señor Frutos.

Rogaría a los miembros de la Comisión y al personal de prensa que nos
acompaña que hablaran, si fuera posible, un poquitín más bajo, para que
podamos oír al Diputado que está en el uso de la palabra.

Continúe, señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: No me preocupan ni las voces ni los ecos de las
voces, por lo que pueden continuar.




El señor PRESIDENTE: No me extraña, señor Frutos, porque usted se oye a
sí mismo. (Risas.) Lo difícil es escucharle desde aquí. (Rumores.)



El señor FRUTOS GRAS: Claro, claro. ¿Se me oye?



El señor PRESIDENTE: Ahora sí.




El señor FRUTOS GRAS: En relación a la representatividad, el señor
Ministro ha hablado de un acuerdo con la Confederación Española de
Organizaciones Empresariales; nos parece bien que haya este acuerdo para
el tratamiento de todos los temas, pero, al mismo tiempo, tanto a nivel
interior como exterior a esta potenciación del comercio, sobre todo en la
pequeña empresa hacia el exterior (la creación de consorcios, la marca,
la imagen, etcétera), ¿hay la perspectiva del Gobierno y del Ministerio
de establecer unas buenas relaciones estables con otras organizaciones
que no son la CEOE, pero que sí son muy representativas del sector y,
fundamentalmente, del sector más amplio de la empresa en España que es el
pequeño comercio y la pequeña empresa? ¿Se establecerán, por tanto,
formas ágiles de relación? Tampoco se trata de aceptar todo lo que
planteen estas organizaciones de la pequeña empresa, pero que, en todo
caso, se tengan en cuenta los planteamientos, para intentar buscar
alternativas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Ministro, por su
comparecencia, y, en nombre del Grupo Popular, le deseamos una gestión al
frente de su Departamento que redunde en beneficio de los intereses de
España. No es una fórmula protocolaria; es, sencillamente, que pensamos
que una de las claves de la recuperación económica reside, precisamente,
en la capacidad exportadora y del comercio español, y tiene usted ahí un
papel importante que jugar. Ahora bien, permítame -al margen de
cuestiones personales- hacerle dos consideraciones previas.

Evidentemente, si el Partido Popular hubiera alcanzado el Gobierno en las
pasadas elecciones, nosotros teníamos en nuestro programa que abordar una
racionalización de la Administración central en la que no cabría la
constitución de este Ministerio del que usted es titular. Pero, a la
vista de la exposición que nos ha hecho, nos ha dado la impresión de que
todo el programa que usted va a tutelar, a impulsar y a dirigir es más
propio de una entidad financiera, al objeto de conseguir más apertura de
mercado para nuestros productos desde políticas de promoción, desde
políticas y mecanismos de apoyo financiero o desde políticas y mecanismos
de apoyo de seguros.

Nos da la impresión de que para el objetivo que necesita en este momento
el comercio español no hacía falta todo un Ministerio. Lógicamente, no me
voy a referir al mundo del turismo, por cuanto no estamos aquí para
hablar de esta materia, pero es bien conocido también por usted que las
competencias que en esta materia última tiene la Administración central
son bastante escasas. Por tanto, como digo, sin que esto sea ningún tipo
de afirmación dirigida personalmente, desde el punto de vista estructural
entendemos que su Ministerio tiene unas competencias que en este momento
sería más viable que se llevaran a cabo en otros Departamentos de la
Administración central. En cualquier caso, insistimos en que le deseamos
la mejor trayectoria para el beneficio de los intereses de España.

Con carácter general, señor Ministro, el Grupo Popular le quiere
solicitar información que, si bien entendemos que es posible que usted no
disponga en este momento de ella, le agradeceríamos nos la facilitara a
la mayor brevedad posible. Se trata de todo lo relativo a la ejecución
presupuestaria de su Departamento. Es de un



Página 189




alto interés para mi Grupo entrar en el detalle del grado de ejecución de
los distintos programas, de las desviaciones producidas en esa ejecución
y del impacto que hayan podido tener los últimos recortes presupuestarios
en su Departamento. Confiamos, como le decía, en recibir la información
que ahora le solicitamos y que considere a bien, para favorecer el
trabajo de los miembros de esta Cámara y de la propia Cámara,
periodificar el envío de esta información y comparecer para valorar la
evolución y la ejecución del presupuesto de su Departamento de forma
monográfica. Es decir, a mi Grupo le gustaría que usted tuviera a bien
adquirir el compromiso de venir cada equis tiempo, el que usted considere
oportuno. Nosotros entendemos que con dos o tres comparecencias
monográficas para valorar la ejecución del presupuesto serían
suficientes, a cuyo efecto le solicitaríamos, si tiene a bien adquirir
este compromiso, que nos enviara previamente el documento que fuéramos a
entrar a debatir, como ocurre en otras áreas de esta Cámara.

Igualmente y con carácter general, señor Ministro, nos gustaría que nos
informara -porque no me ha aparecido entre las notas que he tomado de su
intervención que haya recogido nada en relación con ello- de cuáles van a
ser, si es que va a haberlas, las reformas de carácter administrativo
dentro de su Departamento y cuáles van a ser, si es que va a haber, las
medidas para reducir sus gastos corrientes.

Sabe usted que hay quien ha dicho que ha llegado usted en una coyuntura
favorable y que con la creación del Ministerio de Comercio y Turismo
terminaba una excursión errática a la que han sido sometidas en los
anteriores Gobiernos socialistas estas dos materias. Hablaban de la
coyuntura favorable porque se había detectado un cambio de tendencia en
nuestra balanza de pagos, hecho que, a nuestro entender, es real si nos
ajustamos a los números de la balanza comercial, pero permítame decirle
que es un puro espejismo si nos fijamos en los orígenes de ese cambio de
tendencia y si además tenemos a bien incorporar a nuestro análisis algún
que otro indicador que nos complemente y nos mejore la información.

Nosotros no le vamos a negar aquí; señor Ministro, que en los primeros
meses del año 1993 se está rompiendo con la tendencia de la evolución del
déficit comercial que tenía en los últimos cinco años, dato éste en el
que podríamos constatar que la tasa de cobertura entre exportaciones e
importaciones es un índice que en este momento está al alza. Pero tampoco
podemos negar que la ruptura de tendencia que se está registrando en la
balanza por cuenta corriente tiene su origen, a nuestro entender,
exclusivamente en la pérdida de valor de la peseta. Yo no sé si usted
coincidirá con esta afirmación, pero, en cualquier caso, nos gustaría
escuchar su opinión en cuanto a la evolución de nuestra balanza de pagos.

Nosotros cremos que sería muy prudente incorporar a todos los análisis y
pronunciamientos públicos sobre la evolución de nuestra balanza de pagos
el índice de tendencia de la competitividad, el ITC. Como sabe usted, en
losprimeros seis meses el ITC ha tenido un comportamiento que ha ido
paulatinamente a la baja; pero como sabe usted también muy bien, el ITC
se construye a partir de otros dos indicadores: uno de ellos es el índice
de precios relativos, que se ha mantenido durante todo el período del
primer semestre en el mismo porcentaje, 104 por ciento, y otro es el
índice ponderado de la peseta y ése es, precisamente, el que ha ido
descendiendo y el que ha posibilitado que en este momento tengamos
clarísimamente una recuperación de nuestra balanza, pero una recuperación
que sólo y exclusivamente se debe al proceso de pérdida del valor de la
peseta. Además, hay que tener presente que las importaciones están
disminuyendo por la menor demanda interior, debido a la fuerte recesión,
que tiene como consecuencia directa la escasa capacidad de pago de las
empresas.

A nosotros esto, señor Ministro, nos lleva a afirmar que la
desaceleración del desequilibrio exterior es más una manifestación de la
recesión que de una corrección del déficit, cuya base, le insistimos, a
nuestro entender, es la gradual pérdida de competitividad de nuestra
economía, que sólo está mejorando vía devaluaciones. Una competitividad
que no puede tener mejoras mientras ustedes mantengan las ausencias de
medidas para fomentar ahorro; los actuales costes empresariales vía
presión fiscal y cargas sociales; las tasas de inversión en I+D, con
crecimientos negativos presupuesto a presupuesto (en el año 1990, 0,3 por
ciento de incremento, en el año 1992, menos 3,7 por ciento de incremento,
en el año 1993, menos 8,9 por ciento de incremento), y ustedes sigan
manteniendo esas tímidas o escasas rectificaciones en la política
cambiaria y financiera.

A nosotros nos gustaría conocer qué medidas estructurales y
microeconómicas va a adoptar a corto plazo o aconsejar que se adopten a
corto plazo. Le digo lo de aconsejar porque, lógicamente, muchas de las
que se le puedan ocurrir no están en su mano adoptarlas.

Me gustaría también, con el permiso de la Presidencia, hacer unos breves
comentarios respecto de los créditos FAD, fundamentalmente, señor
Ministro, por una pregunta que usted contestó ayer y por un informe que
confío en que haya tenido tiempo de ojearlo, o leerlo, del Tribunal de
Cuentas. Ayer, a pregunta de mi compañero de escaño por Almería, usted
contestó que no conocía el informe del Tribunal de Cuentas respecto a los
créditos FAD en el período 1986 a 1990. Como no sé si le ha dado tiempo a
leerlo de ayer a hoy -puede ser que no porque el informe es bastante
amplio-, sí me gustaría recordar aquí que en este informe viene a decir
el Tribunal de Cuentas que los fondos de ayuda al desarrollo están
regulados por una normativa escasa y excesivamente genérica. Añade que se
han aprobado concesiones y formalizado créditos por cuantías superiores a
los recursos disponibles. Sigue agregando que, hasta la fecha del
informe, no se ha obtenido la cuenta de resultados del FAD, sin que se
haya procedido a efectuar los oportunos cierres de ejercicios ni a
elaborar los correspondientes balances de situación. Sigue enumerando
irregularidades e irregularidades en sus 70 folios, para terminar
diciendo que en las estadísticas obtenidas de los expedientes y de los
listados de créditos se ha constatado una elevada concentración de los



Página 190




créditos FAD, tanto en los países como en los exportadores
beneficiarios, destacando entre estos últimos las empresas públicas.

A mí me gustaría conocer, si hoy ya puede contestar, qué medidas va a
adoptar para dar respuesta a este informe del Tribunal de Cuentas, aunque
no voy a calificar qué opinión le merece. A mí me parece un informe
demoledor en cuanto a la denuncia que hace de las irregularidades.

Lógicamente, respecto a esas irregularidades, a no ser que usted conteste
de una manera certera demostrando que no son tales irregularidades,
supongo que dentro de su Departamento habrá una persona responsable de
que se hayan producido. Creo que en sus próximas decisiones tendrá
presente el cúmulo de irregularidades en las que se ha incurrido, si es
que no se demuestra lo contrario.

En materia de comercio exterior no sé, señor Ministro, qué opina usted de
lo que últimamente estamos leyendo en la prensa extranjera y en los
informes que hay de instituciones extranjeras respecto a la calidad de
nuestras estadísticas. A mí, personalmente, me parece poco sostenible que
sigamos apareciendo últimamente como un país cuyas estadísticas guardan
en los «ranking» internacionales el más bajo grado de fiabilidad. Me
parece que no es un buen indicador para la capacidad de nuestros
estudios.

Me gustaría saber qué podría hacer su Ministerio en torno a la fiabilidad
de estas estadísticas porque si tenemos presente, en el caso concreto de
todo lo relativo a nuestra balanza de pagos, que en este momento se han
levantado prácticamente todas las aduanas, lo cual está dificultando
seriamente el seguimiento cercano de importaciones y exportaciones (esto
no lo digo yo, señor Ministro, esto lo están diciendo infinidad de
técnicos comerciales del Estado, bien es verdad que lo dicen en bajito, a
mí me corresponde decirlo públicamente), me da la impresión que la
fiabilidad de nuestras estadísticas en materia de comercio exterior,
aparte de ser criticadas internacionalmente, presentan bastante
fragilidad por las características nuevas en las que hemos entrado y que,
seguramente, requieran un plan estadístico nuevo, como en otras áreas se
ha prometido. Le recuerdo, aunque no venga al caso, el plan estadístico
nuevo que se prometió para el año 1993 en materia de turismo.

Y pasando al comercio exterior, bien es verdad que me gustaría sumarme a
la pregunta que ha formulado el portavoz de Izquierda Unida, en el
sentido de que durante todo el verano hemos estado asistiendo a un
conjunto de declaraciones como consecuencia de unas múltiples reuniones
que usted ha mantenido, cosa que me parece muy importante, otros ya las
habíamos mantenido en la etapa anterior... (Risas.) A mí no me ha
parecido contar ningún chiste, pero ha debido de tener gracia algún tema.

Insisto en que hemos estado leyendo sus declaraciones en torno a la
problemática de una posible ley de comercio, aunque bien es verdad que
más nos ha parecido que esas declaraciones iban exclusivamente destinadas
a un aspecto concreto del comercio interior, como son los horarios
comerciales.

Sin embargo, sí nos gustaría conocer la opinión del Ministro de Comercio
en relación con otros aspectos que juegan un papel muy importante en
dicho comercio interior. ¿Qué tipo de propuestas o recomendaciones va a
hacer usted a su Gobierno en materia de la Ley de Arrendamientos
Urbanos?, porque hay una parte que concierne y afecta bastante
directamente al comercio interior. ¿Qué tipo de recomendaciones, señor
Ministro, va a hacer usted en materia de reforma del Impuesto de
Actividades Económicas o de la estimación objetiva?, porque afectan
también directamente al pequeño y mediano comerciante. ¿Qué tipo de
recomendaciones va a hacer usted, señor Ministro, para la ayuda
crediticia a la inversión de este tipo de comercio? ¿Qué tipo de
recomendaciones va a hacer usted en relación con los aplazamientos de
pago que se están detectando entre las grandes distribuidoras y los
proveedores de estas grandes distribuidoras? Porque me da la impresión de
que no todo es un problema de horarios, sino que es un problema que tiene
bastante dimensión, y reducirlo exclusivamente a responder al asunto de
los horarios nos parece que es claramente insuficiente.

También nos gustaría conocer -como ha dicho el portavoz de Izquierda
Unida- cuál va a ser la posición que va a recomendar usted, y que
suponemos que después se defenderá aquí, respecto a los proyectos de ley
que ya sabemos que han ingresado en el registro de esta Cámara.

Volviendo al principio de mi intervención, señor Ministro, mi Grupo le
desea que tenga un éxito certero en la gestión de su Departamento y le
agradece nuevamente la información que nos ha facilitado, de la cual
tomamos buena nota. Vemos que es una información que podríamos titularla
bajo la expresión NOS PROPONEMOS; también vemos que es una información
con bastantes tintes de continuismo y con pocas, por no decir que casi
ninguna, innovación. Además, en materia de los mecanismos de ayuda a la
exportación más concretos, como puede ser el CARI, como puede ser el
CESCE, como pueden ser los créditos FAD, me da la impresión de que no
hemos escuchado ningún tipo de compromiso concreto, ni hemos escuchado si
a usted le parecen en este momento las primas de seguro de CESCE lo
suficientemente competitivas respecto a nuestros competidores en el
mercado, y tampoco hemos escuchado si el sistema CARI está lo
suficientemente desarrollado para apoyar a la exportación.

En definitiva, como bien decía usted al principio, son 66 días de
gestión; por ello vamos a esperar para ver la evolución de todo el
programa que nos ha planteado y cómo se va desarrollando, y, hasta tanto,
reiteramos nuestro agradecimiento por su comparecencia.




El señor PRESIDENTE: Para contestar, tiene la palabra el señor Ministro
de Comercio y Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): En
primer lugar, respecto a las preguntas y la intervención del señor
Frutos, me



Página 191




gustaría hacer algunas reflexiones sobre el problema del déficit y el
problema de la exportación.

El papel del Estado es establecer un marco general de funcionamiento del
sistema económico; establecer un marco que favorezca la actividad
empresarial y, por tanto, la actividad comercial y la actividad
exportadora en ese marco. Sin embargo -lo he dicho muy de pasada en mi
intervención, pero lo he dicho mucho en los medios de comunicación y como
he visto que SS. SS. están atentas al desarrollo de mi actividad lo
habrán leído muchas veces-, en el sector comercial los protagonistas son
las empresas, no es el Estado ni la Administración pública. Los que
exportan son las empresas españolas, y nosotros tenemos que favorecer,
insisto, un marco que las permita ser capaces de elaborar productos de
una buena calidad, competitivos en precio, y tener unas reglas
internacionales en comercio que les faciliten introducir y vender esos
productos en otros países.

Por lo que he podido deducir de la intervención del señor Frutos, si lo
que me plantea es si el Gobierno va a desarrollar una política activa en
materia comercial, he de manifestarle que nosotros vamos a desarrollar lo
que he dicho en mi intervención, que es intentar favorecer las
oportunidades que tenga la empresa española, y esto va fundamentalmente
en dos líneas: en primer lugar, estableciendo el marco general favorable
a la apertura de terceros países y, por tanto, a que las empresas
españolas puedan exportar a otros países y, en segundo lugar, con una
política de apoyo a la exportación. Pero si lo que me pregunta es si el
Estado va a ser el agente económico directo en los procesos comerciales,
le diré que ése no es su papel más que en tanto en cuanto está presente a
través de unas empresas públicas que actúan en el mercado como cualquier
otra sociedad; las empresas son simplemente de propiedad pública. Sí le
quiero decir que hay un conjunto de países donde la relación política
juega un papel importante en el comercio, y en esos países, algunos de
ellos muy relevantes, el Ministerio, y yo como Ministro, estaremos
apoyando a la empresa española que tenga oportunidad de estar presente, y
ya he realizado algún viaje en ese sentido. Pero, evidentemente, las que
comercian son las empresas, las que venden son las empresas y las que
tienen que desarrollar estas tareas son las empresas.

Usted ha hecho una pregunta sobre el GATT, si vamos a hacer una política
propia y si buscaremos socios adecuados. Nosotros no vamos a ser Francia
porque realmente no lo somos. España es un país que tiene la dimensión
que tiene, que tiene la importancia que tiene, y a la hora de actuar
tenemos que saber dónde estamos y no querer jugar un papel que no nos
corresponde. Si quisiésemos jugar a ser Estados Unidos, o Alemania, o
inclusive Francia, haríamos el ridículo porque, nos guste o no nos guste,
no lo somos y tenemos que jugar nuestro papel teniendo en cuenta cuáles
son nuestros instrumentos, nuestras posibilidades y cuál es nuestra
realidad. Con todas esas condiciones vamos a defender los intereses de la
empresa española y los intereses de España, que son los intereses de sus
empresarios y de sus exportadores.

Si usted me pregunta si nosotros vamos a ser protagonistas en los medios
de comunicación, como han sido los franceses, le diré que creo que no, y
considero que no haríamos un bien a nuestro país adquiriendo ese
protagonismo. También tengo mis dudas sobre qué es lo que van a sacar los
franceses con esa actuación. Lo que le quiero decir es que nosotros vamos
a buscar los socios adecuados para defender nuestros intereses.

También le quiero decir otras cosas. En la Comunidad Económica Europea,
que es nuestro punto de referencia para negociar el GATT -en
consecuencia, los negociadores del GATT no somos nosotros directamente,
sino la Comunidad-, la situación en que está España es minoritaria en
muchos aspectos y en algún caso. Esta es la realidad. Por ejemplo,
respecto a los intereses agrícolas -éste es un tema que corresponde más
al Ministro de Agricultura que al Ministro de Comercio, pero,
evidentemente, conozco cuál es la situación- las grandes potencias
europeas no son de economías y de productos mediterráneos, por eso, la
política de defensa agrícola comunitaria está basada, fundamentalmente,
en los productos que se llaman de la agricultura continental. En
consecuencia, no es un problema de que nosotros queramos o no queramos.

En la Comunidad Económica Europea las decisiones se toman por mayorías y
las mayorías actúan como en cualquier otro sitio.

Si lo que su señoría me pregunta es si yo creo que nosotros vamos a jugar
un papel protagonista informativamente, como Francia, y llegar a las
sesiones del Consejo de Ministros con doscientos periodistas y de
estrellas conflictivas, le diré que creemos que en este momento ése no es
nuestro papel.

La siderurgia. Creo que la pregunta que me hace no es estrictamente de mi
Ministerio, sino del Ministerio de Industria, que es el que está
defendiendo los intereses siderúrgicos españoles ante la Comunidad. Le
voy a decir exclusivamente que vamos a defender lo que creemos que son
nuestros derechos, pero si quiere hacer preguntas de mayor precisión,
repito que convendría que se las hiciese al Ministro de Industria.

Me ha hecho una pregunta sobre el asociacionismo y los consorcios que no
he entendido, y como no sé a qué se ha referido cuando ha dicho que el
Grupo Parlamentario Socialista no aceptó el otro día un planteamiento de
Izquierda Unida, no puedo contestarle.

Respecto a los consorcios, a los que he hecho mención, evidentemente, en
el campo del apoyo a la exportación en muchos casos fomentamos la
creación de consorcios exportadores que permitan la agrupación de
empresas a la hora de exportar. Nos parece más eficaz ese procedimiento
porque las empresas muy pequeñas tienen muy poca capacidad de exportar,
sobre todo tienen muy poca capacidad para la que hoy es necesaria dentro
de una política de internacionalización, que no es hacer una operación
aislada para deshacerse de un stock, es plantearse el mercado mundial
como un objetivo, plantearse que hoy, para todas las empresas del mundo,
en el proceso de internacionalización de la economía no se puede uno
proyectar el mercado como en tu propio país; hay que



Página 192




estar de forma estable y continuada en los mercados. Si las empresas muy
pequeñas no se asocian o forman consorcios, es muy difícil en muchos
casos que adopten esa actitud y esa posición.

En cuanto a la inversión directa, ha hecho una consideración sobre que la
inversión es especulativa y no productiva. La inversión es inversión; en
unos casos compran letras del tesoro o deuda pública o lo que consideren,
porque es inversión a corto plazo y el dinero busca ganar dinero, y otras
veces hacen inversión productiva.

Sí quiero decirle que, en el campo de la inversión productiva, en el
último año y medio se puede decir que España empieza a encontrar
problemas serios para captar inversiones. Hoy en día -y esto se puede ver
a través de toda la prensa anglosajona- España no es un primer objetivo
para la inversión como podría serlo hasta finales de los años ochenta. Si
quiere, comentamos por qué creo yo que esos son los motivos para que
España no lo sea, o cuál es la información que hemos captado de por qué
algunas grandes empresas no se instalan en España, o cuáles son las
consideraciones que hacen para no instalarse en España, que están casi
todas ligadas al mercado de trabajo y, por tanto, ligadas al concepto
inversor que hay en el mundo internacional, ligadas a la rigidez del
mercado de trabajo y a la actitud de los sindicatos. No le estoy
transmitiendo una opinión mía, sino lo que los inversores extranjeros te
transmiten cuando negocias o intentas ayudar a que determinadas
inversiones vengan a España y no a otros países. En este momento, los
países que están acogiendo esas inversiones son países como Irlanda o
Inglaterra, con mercados de trabajo mucho más flexibles. Por
consiguiente, ese tipo de inversiones no se está canalizando, en mi
opinión para nuestra desgracia, hacia España.

Me pregunta qué vamos a hacer respecto a la ley de comercio. Estamos
todavía en una fase de estudio. Evidentemente, ese estudio ha significado
escuchar a todas las asociaciones y a todos los que tienen que ver con
ese tema, escuchar sus opiniones, pedirles la información y los estudios
que pudiesen tener y realizar nuestros propios estudios para ello. En un
plazo no muy largo tendremos que tomar una decisión porque los plazos
parlamentarios vencen, y les comunicaremos cuando la tengamos adoptada,
pero tengo que decir que estamos todavía en una fase preliminar.

Evidentemente hay una gran contraposición de intereses en ese tema, que
además está en debate en toda Europa, no es un problema aislado que
tengamos en este país. En Inglaterra se está estudiando una posible
liberalización del comercio. Ustedes saben que la única derrota -creo-
que tuvo la señora Thatcher en el Parlamento fue sobre un proyecto de ley
para poder abrir los comercios los domingos, y el proyecto y el
planteamiento del señor Major es un conjunto de leyes alternativas de
manera que no pueda perder, porque como ofrece todas diferentes alguna
saldrá ganadora; todo ello, insisto, para que no se pueda reproducir la
derrota que tuvo su predecesora, la señora Thatcher.

Resumiendo, el debate que hay en Europa es un debate liberalizador. Es
verdad que parte de situaciones mucho más restrictivas que la nuestra,
pero es un debate, insisto, liberalizador. El debate que hay en Francia
también lo es. Y en una sociedad tan organizada como es la alemana, el
planteamiento del Canciller Köhl igualmente es liberalizador. Es decir,
que en el mundo europeo va poco a poco deslizándose hacia planteamientos
más liberales de los que había hace uno o dos años. También hay que
reconocer que España, junto con Irlanda, son en este momento los dos
países más liberales de la Comunidad Económica Europea; que estamos en
una posición y con una situación mucho más liberal que la de partida de
los demás países.

Respecto a la CEOE y a otras asociaciones, he de decir que nosotros
estamos dispuestos a hablar en todos los campos con las asociaciones
representativas que existan, la CEOE o las que haya. Lo que sucede es que
en el campo empresarial la gran asociación y la más representativa es la
CEOE. Por eso tenemos una relación con ella que pretende ser lo más
fluida posible, lo cual no quiere decir que compartamos sus
planteamientos, unos los compartimos y otros no.

Señor Aguirre, usted primero ha hecho una reflexión sobre mi Ministerio.

La verdad es que como las elecciones las ganamos nosotros, se ha hecho el
Ministerio; si las hubiesen ganado ustedes, probablemente no se hubiese
hecho. Ese es un problema simplemente de aritmética electoral. Si lo
hicimos fue porque consideramos que era bueno para el comercio español la
existencia de un ministerio. Este es un ministerio que tiene que estar
muy próximo al empresario y a la realidad, y consideramos que estaba
justificada su existencia. Los hechos demostrarán si ha sido útil o no.

Yo he dicho desde el primer día que este ministerio será útil en la
medida en que sea capaz de ayudar al empresario, porque el protagonista,
tanto en el sector turístico como en el sector comercial, es el
empresario, y en la medida en que seamos capaces de dar servicios, de
ayudar y de dar respuesta desde la Administración y desde las
competencias administrativas al empresario, habremos sido útiles; si no
somos capaces de hacerlo no habremos sido útiles y nos habremos
equivocado. Unas veces se acierta y otras se equivoca uno.

Por supuesto, sepa usted que nosotros estamos dispuestos a informar. Yo
estoy dispuesto a comparecer en esta Comisión -lo he dicho al principio-
cuanto sea necesario. Sí les pido un poco de comprensión, y lo hablábamos
antes de comenzar la comparecencia formal. Dado que mi Ministerio está
dividido entre tres comisiones, les pido que me dejen trabajar y no me
hagan estar todo el día aquí. Evidentemente lo digo como una broma. Estoy
dispuesto a venir aquí las veces que haga falta, y no sólo a través de
una comparecencia formal, sino a través de una relación bilateral de la
forma que ustedes consideren oportuna.

En cuanto a las reformas de carácter administrativo, hemos suprimido ya
una secretaría general, la Secretaría General de Comercio que existía
hasta mi llegada y que no existe hoy; por tanto, es un órgano que ha
desaparecido. También tengo que decirle que han nacido los órganos
propios de un ministerio que antes no existían y que



Página 193




se han compensado con esos otros propios que había en los ministerios que
han sido fusionados. Es decir, este Gobierno tiene el mismo número de
ministerios que el gobierno anterior. Se fusionaron el de Portavoz del
Gobierno y el de Relaciones con las Cortes y nació este nuevo de Comercio
y Turismo. Esto quiere decir que para nosotros nació una Subsecretaría,
una Dirección General de Servicios y una Secretaría General Técnica que
desaparecieron en la fusión de los otros ministerios, pero además ha
desaparecido la Secretaría General de Comercio.

Mi planteamiento en el Ministerio es definir un plan estratégico preciso
de acción a cuatro años, que es la legislatura, con programas año a año,
y a partir de la definición de ese programa estratégico, adaptar la
estructura para cumplirlo. Puede usted estar seguro de que eso no va a
significar incremento del gasto público, sino reducción. Cuando lo tenga,
usted podrá conocerlo.

De todas maneras, sí que quiero desmitificar el concepto de gastos
corrientes. Tenemos una mentalidad de decir que todo lo que es inversión
es bueno y todo lo que es gasto corriente es malo. Esa simplificación
conduce al absurdo. Conduce a que construiremos hospitales donde no haya
ni médicos, ni enfermeras, ni gasto médico ni nada, porque es gasto
corriente. La realidad es que los países, conforme van madurando,
necesitan invertir menos, porque cuando las autopistas están hechas y los
hospitales están hechos y las grandes infraestructuras están hechas no
hace falta repetirlas y, en cambio, lo que se gasta es en dar buenos
servicios a través de esas estructuras. Por tanto, hay que mirar el gasto
corriente, y el gasto corriente no es todo gastos de representación, no
son comilonas (Risas.), no son viajes, no es esa imagen que se tiene a
veces de que el gasto corriente es algo perverso. El gasto corriente son
todos los servicios que la Administración da al ciudadano; son capítulo I
y capítulo II; son el pago a los médicos, el pago a los maestros, la luz
de los colegios, el teléfono, etcétera. ¿Que se puede reducir el gasto de
teléfono que se hace? Pues puede ser, y probablemente se puedan hacer
reducciones en algunos de esos aspectos, o se pueda gestionar mejor. Lo
que sí le digo es que no hagamos maniqueísmo del gasto corriente, porque
podemos llegar a bloquear la Administración y a que la Administración no
pueda funcionar; ya ha habido casos de hospitales que no se han podido
abrir porque no había dinero para pagar a los médicos. Por eso no se
puede hacer un planteamiento maniqueo de esas características.

Pregunta si la coyuntura es favorable y cuál es la situación de la
economía española y del mercado español. No nos engañemos, porque se
produzca la devaluación las empresas no cambian de la noche a la mañana,
y en la tendencia del cambio de la balanza influye mucho el cambio de
paridad. Eso es evidente, no nos vamos a engañar. Es decir, de la noche a
la mañana nuestros productos son más competitivos en un 25 por ciento en
el área marco/franco, y un momento determinado alrededor de un 40 por
ciento en el área dólar. Evidentemente ha caído el dólar desde entonces
un 10 por ciento y ahora podríamos hablar de un 30 por ciento.

Pero todo esto no es sólo así, porque las exportaciones españolas entre
el año 1986 y 1992 han pasado a ser del 2,1 por ciento del total de las
exportaciones mundiales al 2,9 y en dólares, quiere decirse que las
exportaciones españolas han crecido de forma muy significativa en esos
años. En consecuencia, no es sólo eso. Tenemos un conjunto de empresas
españolas que son capaces de producir con calidad, con marca y con precio
y son capaces de estar presentes en el mercado mundial. ¿Que todavía son
pocas? Evidentemente. ¿Que deberían ser más? Pues nos gustaría a todos, y
en ese sentido nuestra tarea es intentar ayudar y hacer posible que vayan
siendo más las empresas españolas que sean capaces de crear marcas, de
estar presentes en el mercado mundial y de estarlo en el segmento
medio/alto del mercado, porque ésas son las empresas a las que una
oscilación de la moneda no las desplaza. Es decir, no puede ser un
objetivo de un Gobierno vender sólo en el segmento más bajo del mercado,
porque si vendes en ese segmento más bajo del mercado, cualquier
oscilación de tus costes o cualquer oscilación hacia el alza de tu moneda
te expulsa del mercado. Evidentemente, nuestra política tiene que ser
apoyar no a las empresas que venden en ese segmento marginal, a las que
cualquier oscilación del tipo de cambio o de los costes las desplaza y
las hunde, sino aquellas que son capaces de crear marcas, de vender
calidad, de vender en el segmento medio/alto del mercado y que por eso no
son susceptibles de que les afecten cambios tran bruscos como les puede
haber pasado a las otras.

Las importaciones han disminuido en España un tres por ciento en el
primer semestre de este año, lo que evidentemente es reflejo de la caída
de la demanda interna y de la crisis que estamos pasando. Eso es evidente
y no vamos a discutirlo.

Usted ha hecho una serie de consideraciones de política económica que no
voy a entrar en ellas ni sobre lo que yo voy a recomendar a mi Gobierno.

Las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas y cuando juras
el puesto juras guardar el secreto de esas deliberaciones, de manera que
no le voy a decir cuáles son mis intervenciones en el mismo. Sí le voy a
decir que, evidentemente, hay que hacer una política económica que mejore
la competitividad. Creo que puede entender lo que eso significa, algo que
en ciertos aspectos ya ha empezado y que en otros habrá que hacerlo de
forma más o menos inmediata.

Algunas de las cosas a las que ha hecho usted referencia, como los tipos
de interés, han empezado a bajar de forma significativa. Los bancos están
empezando ya a trasladarlos al crédito normal, no al crédito
preferencial, que nadie tiene, sino al crédito que tienen en la práctica
las empresas, que no es, repito, el preferencial, y, por tanto, éstas
podrán empezar a bajar sus costes financieros.

Creo que lo que este país se tiene que plantear es algo que no sólo es
problema del Gobierno, aunque éste tiene un papel muy importante que
jugar y no renuncia a ello,



Página 194




y es que hay que ser competitivos en un mercado mundial cada vez más duro
y más abierto. Eso significa vender calidad y precio, significa actuar
sobre todos los elementos de los costes y todo ello nos va a suponer
sacrificios a corto plazo. Pero si somos capaces de ver o de pensar en
medio y largo plazo, tenemos que aceptarlos.

Créditos FAD. No tengo un informe que si estaba usted ayer en el Pleno
del Congreso vería que su compañero de escaño me lo enseñó, pero me dijo
que no me lo daba porque lo tenía subrayado. Ya le dije ayer en dicho
Pleno que el Gobierno todavía no ha tenido acceso al citado informe, que
lo hemos pedido a la Cámara y que esperamos que ésta nos lo envíe. Por
tanto, no puedo contestar a las consideraciones que el Tribunal de
Cuentas hace. En cualquier caso, usted sabe que existe una Comisión Mixta
Congreso-Senado del Tribunal de Cuentas que puede hacer recomendaciones
al Gobierno sobre lo que éste tiene que hacer y las medidas que tiene que
tomar.

Sin embargo, me parece que algunas de las cosas que usted ha dicho ahora
no debería decírmelas. Aquí estaba hace un rato un colega suyo que ha
sido Ministro de Comercio, el señor Gámir, y siento que se haya ido,
porque decir que la concentración del FAD en países es un elemento malo
lo puede decir el Tribunal de Cuentas, pero no usted. Esa es una
estrategia absolutamente lógica de cualquier país. El FAD tiene utilidad
porque es un instrumento de entrada en mercados, donde luego lo pierdes,
ya que los países crecen y llegan al nivel de renta en el que no puedes
dar crédito concesional; pero es un instrumento, repito, de penetración,
y si tú tienes unos recursos limitados y no los concentras en países, no
te valen de nada, estás tirando el dinero. Evidentemente, el FAD tiene
que estar concentrado en países si queremos que valga para algo. Tú
tienes que seleccionar qué países son tus objetivos y dar el FAD
concentrado en ellos. Eso es normal. Lo que sería escandaloso es lo
contrario, que dijésemos que hemos dado 500.000 dólares a cada país del
mundo, porque eso, insisto, es tirar el dinero.

El FAD es un instrumento de política comercial que se llama Fondos de
Ayuda al Desarrollo porque -hablemos claramente- es un término que queda
muy bien, pero el FAD no se lo inventó el Gobierno socialista, el FAD se
lo inventó el señor Lladó en los Gobiernos inmediatamente anteriores a la
democracia. Evidentemente, es un instrumento de política comercial y está
concentrado en los países que son los objetivos comerciales de nuestro
país y que irán cambiando conforme esos países vayan desarrollándose.

Ahora ya no se puede dar crédito concesional ni a Argentina ni a Méjico
ni a Venezuela, como les he dicho, e iremos a otros países que serán los
objetivos de esa política. Por tanto, cuando les he dicho qué áreas
geográficas son objetivo de nuestra política, les estoy diciendo hacia
dónde vamos o hacia dónde va a ir el FAD.

¿Que está concentrado en empresas? Esa es la lógica también. Es decir, el
acceso al FAD es muy difícil a la empresa pequeña, y no porque se
pretenda perjudicar a la pequeña empresa, sino porque los proyectos que
se financian con FAD son grandísimos proyectos que lidera una gran
empresa, que luego lleva asociada, para la producción de esos bienes, a
lo mejor 200 pequeñas empresas que son suministradoras de la grande. ¿Con
proyectos FAD qué se financia, en España y en cualquier otro país? Una
central térmica, una petroquímica... O sea, son grandes proyectos. ¿Los
grandes proyectos los hace una empresa? No. Los grandes proyectos los
lidera una empresa, que tiene, como en el caso de una central térmica que
el otro día estuvimos viendo, 250 empresas suministradoras, y, por tanto,
es lógico que lo lideren las grandes empresas. Y en España, ¿qué grandes
empresas hay? Las públicas y las multinacionales. Es más lógico que el
FAD financie a las empresas públicas que a las empresas multinacionales.

Por tanto, esos aspectos que usted ha mencionado (no entro en los demás,
porque no conozco el informe) tienen absolutamente la lógica de que es
consciente y voluntariamente eso: no porque sean públicas, sino porque
son grandes. Tienen FAD empresas como Técnicas Reunidas, grandes empresas
no públicas, pero en España, para suerte o para desgracia de este país,
las grandes empresas son mayoritariamente públicas. Por tanto, no es
tanto porque sean públicas, sino porque son grandes.

Calidad de nuestras estadísticas. Mire, ahí compartimos la preocupación.

La caída de las aduanas es un problema no sólo español. La desaparición
de las aduanas en la Comunidad Económica Europea hace que este año
tengamos razones para poner en cuestión los datos comerciales de todos
los países europeos. Por tanto, si usted dice que yo ponga la mano en el
fuego por los datos de comercialización, no la voy a poner. En cualquier
caso, no las hace nuestro Ministerio; las hace Aduanas que, como usted
sabe, depende del Ministerio de Economía y Hacienda. Pero sí le digo
sinceramente y le muestro mi preocupación sobre la elaboración en este
año de todas las estadísticas europeas de comercio, porque la decisión
que se tomó de hacer desaparecer las aduanas era un elemento básico de la
unidad de mercado y de la liberalización comercial entre los países
europeos (mientras hubiese aduanas siempre se encontrarían excusas para
poner dificultades al comercio), pero evidentemente estamos pagando un
precio por la desaparición de las aduanas, y uno de ellos es la
información comercial. Estamos viendo, no sólo en España sino en otros
países, qué podemos hacer para garantizar una mejor calidad de
información estadística que hoy en día no es de fiar lo que nos gustaría.

Comercio interior. El Gobierno tiene voluntad de volver a presentar en
esta Cámara el proyecto de ley de arrendamientos urbanos. En esa ley
nosotros estamos debatiendo los temas que afectan a nuestro Ministerio,
como el arrendamiento de los locales comerciales. Si tenemos éxito o no,
cuando llegue el proyecto a las Cámaras, si usted ve que viene como
estaba en la anterior legislatura, es que no hemos tenido éxito, y si lo
ve reformado, es que sí lo hemos tenido.

El tema del pequeño comercio, y no voy a entrar muy a fondo (algunas de
las cosas ya se las he dicho al señor Frutos), es un problema social
serio donde en muchas ocasiones hay un conflicto entre la eficacia
económica y



Página 195




los problemas sociales que esa eficacia económica genera. Hoy es
innegable decir que la eficacia económica a largo plazo se defiende mejor
desde la libertad y desde el máximo liberalismo posible. El problema es
si es soportable el coste social que a corto y medio plazo eso genera.

Ahí tenemos un conflicto que hay que resolver en términos políticos y
desde una decisión política, sobre todo en un país como España, donde hay
todavía excesivo número de pequeños comerciantes. Es evidente que ése es
un problema político y social y que hay que afrontarlo con la decisión
política que cada grupo o partido político considere necesaria. Ya he
dicho que nosotros no hemos tomado una decisión y, por lo tanto, no se la
puedo decir. También me gustaría conocer cuál es la posición del Partido
Popular en este tema, ya se lo he preguntado antes de entrar; por lo
tanto, no se la pido ahora formalmente, pero si luego me la dicen, a la
salida, pues se lo agradecería también, porque no la conozco. Porque sí
conozco lo que era su programa electoral, en el cual eran partidarios de
la defensa del pequeño comerciante, pero no sé si, por lo tanto, de
alguna manera, aunque no lo señalaban textualmente de la defensa de una
ley de comercio, ésa es su posición frente a la ley de comercio
actualmente presentada.

Luego ha hecho usted un juicio de valor sobre continuismo y poca
creatividad; creo que eso se va a ver con los hechos. A mí los juicios de
valor ni me preocupan, porque lo que me importa es lo que le dije al
principio. Es decir, si, cuando yo deje el Ministerio, los empresarios me
dicen que les he ayudado, me iré contento; si me dicen que no les he
ayudado, no me iré contento. El juicio no va a ser si he sido continuista
o no, sino si he sido útil o no lo he sido.




El señor PRESIDENTE: Además de los dos grupos que han pedido la
comparecencia, que fijarán de nuevo su posición sobre los temas que se
han planteado por parte del señor Ministro, ¿algún grupo parlamentario
desea fijar su posición? (Pausa.)
En primer lugar, le doy la palabra al señor Frutos, por un tiempo máximo
de diez minutos.




El señor FRUTOS GRAS: No voy a agotarlos, señor Presidente.

En primer lugar, voy a referirme a algo que no ha entendido el señor
Ministro y que va muy ligado a una serie de reflexiones que ha hecho
sobre el papel del Estado en establecer un marco que favorezca el
comercio exterior e interior, cuyo protagonismo, naturalmente, es de la
empresa, que es la que exporta, es la que produce, es la que
comercializa. Por tanto, se trataría de facilitar el comercio, reglas
internacionales, etcétera. (El señor Vicepresidente, Fernández de
Troconiz Marcos, ocupa la presidencia.) Creo que el Estado debe jugar un
papel activo. Seguramente tenemos una concepción bastante diferente a la
del Gobierno al cual usted pertenece y de la política que su Partido
defiende en estos momentos. Además, entronco con algo que ha dicho al
final de su intervención: la eficacia económica a medio y largo plazo se
defiende mejor con el liberalismo. No he entendido mal, el concepto de
liberalismo es un concepto muy claro...




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): No he
utilizado el término liberalismo; he utilizado el de libertad.




El señor FRUTOS GRAS: Sí, sí, lo ha utilizado, y libertad también; pero
libertad primero y liberalismo después, que es un concepto ya bastante
más cerrado y, además, afortunadamente, conocido, imagino, por todos
nosotros. El liberalismo ése que luego, añadiendo un «neo», es el que se
atribuyó a las políticas realizadas por el señor Reagan y el señor Busch,
y que han llevado al país más comercial, más productivo, más capaz
tecnológicamente del mundo a un desastre social, en primer lugar, y
también económico. (El señor García Ronda: ¡Toda una lección de filosofía
política!) Si se defiende esto, efectivamente, no vamos a coincidir,
porque, en la misma línea de lo que hemos dicho en otras ocasiones, no
estamos en una misma trinchera para defender unas determinadas políticas,
matizadas, que tengan en cuenta la realidad, que no sean utópicas, que
sean posibles y creíbles, pero, claro, partiendo de unos presupuestos
filosóficos, políticos y técnicos radicalmente diferentes.

Yo le decía -y usted me ha dicho que no me entendía en eso del consorcio-
que anteayer mi Grupo presentó una moción, con tres puntos, en el primero
de los cuales se decía algo que iba fundamentalmente en la línea que
planteaba usted en el momento de decir que el papel del Estado viene a
ayudar al comercio interior y al comercio exterior. Nosotros hablábamos
-lo voy a reiterar- del fortalecimiento y la adecuada dimensión de las
pymes, por tanto, ayuda desde el Estado y las técnicas, con medidas de
integración, de cooperación y de asociacionismo empresarial, que
faciliten una potencialidad de las economías de escala, el ahorro de
costos y las exportaciones. En particular, se incidirá en las actividades
de formación, de comercialización, de acceso a servicios empresariales,
de información, de investigación tecnológica y mejora de la calidad de
sus productos. El Grupo Socialista, su Grupo, no lo aceptó, y yo creo que
va en la línea. No se trata del consorcio en concreto, que es un elemento
más, sino que va en esta misma línea.

Por tanto, yo creo que en esto tenemos también diferencias importantes,
porque la empresa española y, sobre todo, la inmensa mayoría de la
empresa española que es pequeña empresa, incluso ni mediana empresa, sino
pequeña empresa, debe defenderse, en primer lugar, en casa; esto es ya
clásico en cualquier teoría económica, en casa primero, tener capacidad,
y mucho más en un mercado abierto, interrelacionado, cuya competitividad,
la competitividad en este caso de la empresa española, se deberá fomentar
a partir de la capacidad de hacer buenos productos y de tener un buen
mercado, pero no un buen mercado por medidas estrictamente
proteccionistas. De paso, también le digo que me ha parecido un suicidio
ese tipo de medidas realizadas de entrada en la Comunidad Europea, de
liquidación de aranceles en siete años... Yo



Página 196




creo que se podía haber negociado mejor. Pero, en fin, como esto ya lo
hemos dicho de forma reiterada, no me extiendo en ello. En concreto, yo
pienso que la mejor forma de proteger nuestra economía, nuestra pequeña
empresa, es intentando que ésta sea competititiva, y usted sabe que
estamos perdiendo cotas de competitividad muy altas en los últimos
tiempos y con todos los productos.

En segundo lugar, de hecho, España ya no es un primer objetivo de
inversión extranjera. Usted señala dos cuestiones, que me imagino que
para su Gobierno son las más importantes, porque es lo que plantean en el
Consejo Económico y Social, en cualquier debate, en la sociedad, que es
la rigidez del mercado de trabajo -¡con la iglesia hemos topado,
Sancho!-, mercado de trabajo rígido. Es igual que haya trabajo a la carta
con 14 modalidades y cincuenta mil cosas más; que haya un 40 por ciento
del empleo, o casi, que esté en trabajo temporal y precarizado. Eso no
tiene importancia. Se tiene que romper todavía más la rigidez. Es otra
opción concreta que, finalmente, conducirá a que este mercado de trabajo
tampoco sea competitivo por su calidad para hacer frente a una
competitividad a través de la calidad de los productos y del desarrollo
de una conciencia que permita incorporar todo lo que hay de cultura
industrial de los trabajadores en su conjunto a la elaboración de estos
productos. Y, luego, al mismo tiempo, vuelve a reiterar la actitud
sindical. ¡Perversos sindicatos! ¡Qué perversos son los sindicatos!
Sindicatos españoles que, muchas veces, incluso, van a las mesas de
negociación comiendo con un tenedor no muy afilado, para no agredir, y,
sin embargo, continúan siendo los perversos de esta historia: la UGT,
Comisiones Obreras y otros sindicatos pequeños. Es decir, la misma
política de siempre.

A mi entender, lo que pasa y que dificulta la entrada en España de
verdaderas inversiones, sobre todo productivas, yo no creo en esa
definición abstracta de la economía de que se va únicamente a lo que en
cada momento rinde, pero hay otras inversiones que también escogen los
momentos. No fueron lo mismo durante un tiempo los BONOS BASURA, que
produjeron el CRACK de la Bolsa, de octubre 1987, que otro tipo de bonos
que estaban en función de una producción, etcétera; es decir, que eran
más serios, más rigurosos, no eran BASURA, eran otra cosa: eran
producción capitalista, eran producción en general, pero no eran BONOS
BASURA. Por tanto, una economía real floja, como la española, genera unas
inversiones flojas, en algunos casos, BASURA. Por ello creo que
deberíamos intentar, ya que tenemos tiempo, irlo viendo. Yo ya sé que hay
muchos elementos maleados en esta situación o maleables incluso, pero
tenemos tiempo de ir rectificando y hacer otra política. A lo mejor no la
quieren hacer y tienen toda la razón, porque es verdad que ustedes, el 6
de junio, ganaron las elecciones, yo no tengo nada que decir (El señor
García Ronda: ¡Sólo faltaba!),
simplemente, que aceptamos esta victoria electoral.

Si ustedes me permiten -y termino-, cuando hablan de competitividad yo
inmediatamente pienso en determinados textos de Darwin, porque el
concepto de competitividad de la que hablan me da la impresión de que en
Europa y fuera de ella -concepto que a mí me asusta, no porque lo diga
usted, que usted seguramente persigue una política concreta, sino porque
es muy defendida en esta sociedad y, en concreto, también por su Grupo-
en pocos años tendrá que cambiar de raíz, tendrá que buscar otras
definiciones. La política de competitividad actual es una política, en
muchos casos, de rapiña, de unas leyes miserables que van contra los
derechos humanos en muchas partes del mundo, y también en las partes de
nuestro cuarto mundo, del primer mundo desarrollado.

Yo sé que ustedes han elevado a categoría moral y política los
instrumentos técnicos del comercio, es decir, que piensan prácticamente
que este instrumental que consideran para toda la vida, que de forma
mecánica se irá reproduciendo a sí mismo, como la economía y el comercio
tienen unas reglas fijas y mecánicas, no se pueden cambiar. Nosotros
pensamos de otra forma, porque nos parece que hay demasiadas similitudes
y muy pocas diferencias teóricas y, en definitiva, de programa y de línea
política entre ustedes y lo que plantean grupos de la Cámara que están
más a su derecha en el momento de plantear las grandes opciones. Es
verdad que hay una pelea en relación a los aledaños del núcleo central de
lo que se está jugando en economía y en comercio; es decir, hay elementos
anecdóticos o calderilla en los cuales están disputando, pero de hecho
hay una raíz fundamental en la cual coinciden ustedes.

Muchas gracias por su atención.




El señor VICEPRESIDENTE (Fernández de Troconiz Marcos): Muchas gracias,
señor Frutos.

Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: De forma breve y agradeciendo nuevamente la
contestación del señor Ministro y el tono que ha empleado, deduzco de su
contestación que acepta el compromiso de remitir de forma periódica, la
que usted considere oportuna, un documento en el que valore la ejecución
del presupuesto de su departamento y que eso motive una comparecencia
monográfica con el fin de valorar políticamente esa ejecución. Si no es
así, me corrige y asunto concluido.

Yo sigo echando en falta en toda su intervención concreciones sobre la
política de competitividad, que es, en definitiva, la raíz que servirá de
motor a nuestro comercio y, sobre todo, a nuestro comercio exterior. En
relación con el comentario que ha realizado usted a la parte de mi
intervención en la que mencionaba el informe del Tribunal de Cuentas
sobre los créditos FAD, yo me limito a decirle que simplemente he leído
párrafos de las páginas 13, 47, 54, 56 y 57. Yo no he venido nada más que
a servirle de mero lector, quien lo dice es el Tribunal de Cuentas y esa
contestación confío en que se le dé a dicho organismo. Como a usted no le
ha dado tiempo a tener este documento, si usted me lo pide, yo no tengo
ningún inconveniente en mandárselo. Si se lo mando, tarda veinticuatro
horas. No sé cuándo lo ha pedido usted, pero ya le anticipo que voy a
solicitar a mi



Página 197




compañero don Rafael Hernando que en el próximo Pleno le vuelva a
formular una pregunta concerniente a su valoración política de este
informe.

Le agradezco la sinceridad que muestra al compartir la preocupación sobre
la calidad estadística que tenemos en este momento, y como creo que
comprenderá que aquí el que comparece es usted, no el Grupo Popular, y
que las preguntas corresponden a estos bancos, le quiero señalar que en
ningún momento de mi intervención he pretendido que me desvele ni lo más
mínimo las deliberaciones del Consejo de Ministros; simplemente le he
pedido su posición política, y posiblemente su posición mental, respecto
a soluciones multidireccionales que tiene la problemática de los horarios
del conjunto de comercios. He visto que ha evitado contestar a algunas
cosas. Como considero que no es usted un Ministro despistado, sino que me
parece bastante atento, creo que, si no las ha contestado, lo ha hecho de
forma calculada. (El señor Presidente ocupa la presidencia.) Entonces,
despejada la consideración de que en ningún caso estaba en mi intención,
y creo que de mis palabras no se puede desprender, el averiguar cuáles
son las deliberaciones del Consejo de Ministros, me gustaría saber si
está en sus planes utilizar la Ley de Presupuestos de 1994 para resolver
o dar respuesta de una forma aislada a la polémica que se ha abierto en
relación con los horarios comerciales.

Nuevamente, señor Ministro, en nombre de mi Grupo, quiero agradecerle el
tono y la atención con la que ha seguido nuestras intervenciones.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRIGUEZ: Quiero saludar al Ministro, agracederle su
información y desearle, como han hecho otros grupos, éxitos en su nueva
gestión.

Muy brevemente voy a fijar nuestra posición diciendo, de entrada, que no
ha quedado muy claro, aunque el Ministro ha hecho alguna insinuación -por
lo menos así lo he entendido-, que la política comercial española, que es
una de las claves de la salida de la crisis, de la mejora de las
exportaciones, de la competitividad y productividad de la economía
española, exige, al menos entiendo yo y no sé si con ese alcance lo ha
dicho el Ministro, cambios importantes en la política económica española.

Yo no quiero entrar, como es natural, en las deliberaciones internas del
Consejo de Ministros, ni de lo que allí se discute, pero a mí me parece
que una de las cosas que daría confianza en este país es una pequeña,
ligera si se quiere, pero suficiente capacidad crítica propia,
autocrítica, para reconocer que algunas líneas de política económica que
se han aplicado en los últimos años no han sido lo mejor para la economía
española y que hay que empezar a aplicar algunas nuevas líneas con
relación a una nueva situación y también tenemos que hacer esfuerzos por
avanzar en el marco que el Gobierno está obligado a crear para mejorar la
productividad y la competitividad de la economía española, porque no es
sólo un problema de empresa, sino también de marco. Sobre todo hay que
cambiar este marco en lo que se refiere a la política de ayuda a la
exportación y también para conseguir la competitividad y productividad de
la empresa española.

Yo quisiera decirle al Ministro, sin entrar en las deliberaciones
internas del Consejo de Ministros, que sería bueno que al Consejo de
Ministros llegara que aunque el Ministro estuviera en minoría a la hora
de la ley de arrendamientos urbanos o en temas como el de la estimación
objetiva y los módulos, o el Impuesto de Actividades Económicas,
etcétera, a lo mejor en el Parlamento sí que puede haber una mayoría, que
estoy seguro que la hay, y, por tanto, para qué provocar una mayoría del
Gobierno para luego provocar una minoría en el Parlamento. Es más fácil
empezar porque ya desde el Gobierno vengan las cosas bien. Yo creo que
eso ayudará bastante en el comercio interior español a mejorar la
competitividad y la política fiscal, que es uno de los instrumentos para
mejorar los servicios y la competitividad española.

Por otra parte, creo que hay que apostar por la liberalización, que no el
liberalismo, que se produce hoy en la economía mundial. En definitiva,
son los países pobres los que apuestan por la liberalización.

Precisamente donde surgen las tendencias proteccionistas es en los países
ricos, en los países del Primer Mundo. Con esto no pretendo corregir
nada, sino simplemente pronunciarme porque es inevitable ese proceso
liberalizador que favorece a los países del Tercer Mundo y también a las
economías desarrolladas. Por tanto, hay que huir de las tentaciones
proteccionistas, pero todo proceso de liberalización obliga a estrategias
en el orden de defensas, coyunturales al menos, en períodos determinados,
de algunos productos.

Con respecto a la Ronda Uruguaya y al GATT el Ministro se ha referido a
algunas organizaciones comunes de mercado, pero me ha parecido que se ha
olvidado, o al menos yo no lo he oído, la del plátano, que está
precisamente en un momento muy complejo. Hay que ayudar a los países de
América Latina, en el sentido de conseguir exportaciones y una de ellas
es la del plátano, pero hay que garantizar la producción del plátano en
Europa para Madeira, Canarias, etcétera, los países DOM franceses. Digo
esto porque, con relación a la conexión agricultura-comercio, antes se ha
referido a la agricultura continental, y parece que le he entendido que
no hay una gran competencia entre la continental y la mediterránea. Como
a muchos Ministros les oigo siempre hablar de la continental y de la
mediterránea, y de España como si se acabara en Tarifa -como creen
algunos-, les quiero decir que también hay una agricultura subtropical.

No lo digo con ánimo de corregir a nadie, sino para que esté presente la
agricultura subtropical, en este caso productos como el plátano y otros.

Estamos en un momento difícil en la economía canaria. Esto está en
relación con una parte de la intervención del señor Ministro, que se
refiere a las áreas de penetración y expansión de la economía española.

Ha citado Latinoamérica y el norte de Africa. Con relación a la necesidad
de un intercambio comercial mayor con el Magreb -en el que yo me
pronuncio favorablemente-, me



Página 198




parece importante que España tenga en cuenta que en el espacio económico
del Magreb y del norte de Africa están unas islas atlánticas, no
mediterráneas, aunque en los mapas a veces aparecen mal colocadas por
razón de espacio. Por ello, es necesario definir una política de
intercambio comercial y de cooperación internacional, puesto que el norte
de Africa no es simplemente el estrecho de Gibraltar; se pasa del
Continente al norte de Africa. Hay que pensar que Canarias puede jugar y
debe jugar un papel, y ése es un elemento de supervivencia para la
economía canaria. Allí hay elementos de competitividad que hay que
suavizar y complementar con las economías del Magreb. Están los temas de
los calendarios, precisamente del tomate marroquí. Eso es algo que
debemos de mirar y atender con cuidado, porque podría producir un
hundimiento de la economía de las islas. Soy claramente partidiario, como
lo es Coalición Canaria, de la colaboración y cooperación internacional,
pero hay que hacerla no creando elementos de conflicto, sobre todo a
corto plazo.

Por último, también quiero señalar que en el tema del comercio está unida
la liberalización del transporte. Hay determinadas directivas favorables
a la liberalización del transporte, pero en Canarias estamos sometidos,
desgraciadamente, a una especie de camisa de fuerza del transporte de
Iberia y Trasmediterránea. Espero que a través del régimen
económico-fiscal, que espero que pronto sea considerado en el Congreso de
los Diputados y que sea informado favorablemente por el Gobierno, tengan
en cuenta los temas de la liberalización del transporte y las zonas
económicas especiales.

Creo que el Ministerio debería pensar que en el mundo los espacios
económicos insulares están teniendo formas creativas muy interesantes en
las relaciones de intercambio comercial favorables a la creación de zonas
económicas, y que en España tenemos unas islas, unos espacios insulares
que deben, en este caso, jugar su renta de situación si se crean los
incentivos y los marcos económicos favorables a ello. Quiero señalar en
esa dirección que cuando ha hablado de la promoción comercial, de las
oficinas comerciales, de las penetraciones, me parece a mí que sería muy
útil que este Ministerio colaborara con las comunidades autónomas. No es
posible que cada comunidad autónoma haga su política comercial por su
lado, sobre todo las comunidades autónomas que tienen una gran incidencia
en política de expansión internacional y de comercio, sino que haya una
coordinación, un apoyo desde el Ministerio. En este caso, el problema del
Magreb no es el único de Africa. Es cierto que Africa está en un momento
difícil, pero creo que hay que buscar penetraciones estratégicas a largo
plazo. El cambio de la situación en Suráfrica está empezando a crear
condiciones en la zona subsahariana muy positivas que otros países están
aprovechando, y creo que en la voluntad de España de su política africana
el papel de Canarias puede ser importante, en colaboración con el
conjunto de la política española. De ahí mi intervención sobre los fondos
de ayuda al desarrollo y los problemas del FAD. A mí me preocupan menos
los informes del Tribunal de Cuentas y más un cambio, con todo lo
importante que pueda ser la regularidad y la seriedad de esas políticas,
porque no se trata sólo de empresas multinacionales y de grandes empresas
públicas, sino de la utilización de esos fondos para penetraciones
estratégicas, a medio y largo plazo, para lo cual creo que hay otras del
mundo, no sólo Asia, Latinoamérica y el norte de Africa, que pueden ser
interesantes en la perspectiva de una política comercial española.

Por último, si hay un cambio en ese aspecto España está en condiciones de
productividad y competitividad que pueden mejorar sustancialmente. Creo
que no sólo es un problema de devaluaciones de la peseta, aunque también
lo es, y que hay que aprovechar esta coyuntura en los próximos años si se
tiene iniciativa.

Al anterior Secretario de Estado de Deportes hay que decirle que, en este
caso, lo que hay que jugar es al ataque y no a la defensiva, así como
desearle los mayores éxitos en su nueva gestión.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Molins.




El señor MOLINS I AMAT: Señor Ministro, muchas gracias por su presencia
en la Comisión y por su intervención, que ha sido sumamente clara y llena
de sentido común. A mí no me extraña porque le conocía ya, pero no por
ello debo dejar de remarcarlo.

Ciertamente, el sector exportador, cuya responsabilidad en este momento
ostenta el señor Ministro -responsabilidad que él ha dejado bien claro
que es una responsabilidad indirecta, de impulso, nunca de realización
directa, que corresponde a las empresas-, está en un momento positivo. De
hecho, es uno de los pocos sectores de la economía española que está
creciendo, aunque no está claro todavía si tiene una respuesta positiva
en cuanto a creación de empleo. En cualquier caso, repito, que está
creciendo, y que da notas positivas, debido a muchas causas, entre otras,
a la devaluación, aunque no creo que sea ésta la única es probablemente
la más importante, en estos últimos meses por lo menos. Por eso, pienso
que es un momento extraordinario para impulsarlo con mayor dedicación
todavía.

Nuestro Grupo ha sido siempre favorable a la actuación del ICEX como
instrumento fundamental de impulso de las exportaciones. Siempre hemos
puesto el acento -y hoy quisiera volvérselo a recordar- en la
colaboración que el ICEX ha de tener -y así lo hace en la mayor parte de
los casos- con los sectores productivos y exportadores y con las empresas
exportadoras. Quizá hay que remarcar el papel de las asociaciones de
exportadores. Sin ánimo de intentar que desaparezcan los programas
dirigidos o hechos con empresas concretas, pienso que sería bueno,
incluso cuando el programa es cofinanciado -y, por supuesto, somos
partidarios siempre de programas cofinanciados- que participen, tengan
noticia, una coordinación o se haga llegar ese apoyo a la empresa
concreta a través de la asociación y del sector correspondientes, no sea
que pueda ocurrir que el programa concreto exportador de



Página 199




esa empresa sea contradictorio con el que tiene el conjunto del sector.

Aunque deban seguir existiendo los programas concretos con las empresas,
creo que el papel de las asociaciones de exportadores nunca debería ser
obviado, incluso cuando el receptor de la ayuda o de la acción es una
empresa concreta.

Me ha parecido entender que ha mencionado el señor Ministro -no sé si la
relación es la inversa- que la relación de esos programas cofinanciados
es de uno a dos: uno, el ICEX; dos, las empresas. Ahí hay un campo en el
que se podría avanzar. Insisto en que, a nuestro juicio, la participación
de las empresas en los programas debe ser siempre muy importante, pero no
sé si tanto como para doblar a la de la Administración o si éste sería un
buen momento para, si los recursos son suficientes (porque lo que ha de
dejarse es que los mismos sectores que hoy tienen esa posibilidad acudan
y sigan teniéndola; no ha de dejarse sin ayuda a quien la ha tenido hasta
ahora, si ha funcionado), intentar incrementar o mejorar esa relación;
siempre, insisto, con participación de las asociaciones de exportadores y
de las empresas.

En este momento, en las deliberaciones secretas del Consejo de Ministros,
el señor Ministro tiene una función concreta, que no debe esperar que la
tengan otros compañeros de Ministerio, por la función que a cada uno le
corresponde. Estoy seguro de que el señor Ministro de Comercio no
esperará que sea el Ministro de Hacienda el que proponga algunas medidas
de apoyo o de exenciones y, por tanto, tendrá que hacerlo inevitablemente
él; o no esperará -por citar un ejemplo que ha salido aquí- que sea el
Ministro de Obras Públicas el que haga determinadas propuestas respecto a
los arrendamientos de los pequeños comerciantes. Inevitablemente es su
función y nosotros confiamos mucho en ella. Pienso que nadie mejor que
él, y probablemente ningún otro, podrá introducir o proponer al Consejo
de Ministros medidas presupuestarias que apoyen las inversiones dedicadas
a la internacionalización de las empresas.

Conoce el señor Ministro que ésta es una reivindicación que nuestro Grupo
Parlamentario viene realizando año tras año y podría ser llegado el
momento de que nuestra reivindicación tuviera éxito, tuviera eco y
encontrara buena acogida en los próximos Presupuestos Generales:
incrementar y mejorar el tratamiento fiscal de las inversiones que
realicen las empresas con el objetivo de la internacionalización de las
economías.

Precisamente por esta dedicación de este nuevo Ministerio -voy a hacer
una propuesta dirigida más a la propia Comisión que al señor Ministro-,
podría ser una buena idea que dentro de la misma Comisión creáramos un
grupo de trabajo, una ponencia técnica dedicada exclusivamente al
comercio exterior, que podría darle un contenido concreto y que podría
mejorar e incluso corresponder a la importancia que tiene el comercio
exterior en este momento dentro de los trabajos de la propia Comisión.

Pero insisto en que éste es más un tema interno de la Comisión que del
señor Ministro. Por cierto, me ha asombrado que tenga que comparecer ante
tres Comisiones. Yo había calculado que era sólo en dos: en ésta y en la
que, a partir de esta mañana ha aprobado el Pleno, que se llama de
Industria, Energía y Turismo. No sabía que, además, hubiera una tercera.

(El señor HERNANDEZ MOLTO: Los créditos FAD.) ¡Claro!, también en Asuntos
Exteriores. ¡Pues, vaya! (Risas.) (El señor Ministro de Comercio y
Turismo, Gómez-Navarro Navarrete: A propuesta de su Grupo.) (Risas.) Sí,
por la Ponencia, claro; por la Ponencia de ayuda al desarrollo, es
verdad, pues ya sabe usted a quién se le ha de culpar. (Risas.)
Aquí también se ha hablado -lo ha hecho el señor Ministro, pero, sobre
todo, han hecho referencia a la cuestión los demás grupos- del comercio
exterior, de todos los convenios internacionales, de la liberalización de
la economía. Probablemente va a resultar curioso: nosotros que, por lo
menos teóricamente, somos un grupo partidario de la liberalización, y así
lo hemos demostrado siempre, ahora resulta que somos de los que estamos
hablando de que la liberalización no es un valor en sí mismo, que puede
llegar a serlo, pero que tampoco hay que pasarse.

Señor Ministro, no sufra, nosotros siempre vamos a ser partidiarios de la
apertura de fronteras, nadie nos moverá de ahí, pero no se le escapará -y
ya ha sido mencionado por algún portavoz que ha intervenido
anteriormente- que en momentos de crisis hay que ser muy riguroso en la
manera en que se aplica esa apertura de fronteras, y que en este momento
nuestro propio aparato productivo está sometido a una competencia, que
puede ser calificada de desleal, por productos que no han internalizado
en su coste el coste de unas ventajas sociales que existen en nuestros
países y en las economías occidentales y que no se dan en estos otros
países. Este es un debate absolutamente general que yo quisiera que
nuestro Ministro tuviera muy en cuenta cuando en los foros
internacionales deba dedicar su atención a todos estos convenios
internacionales. Insisto, no sufra, no vamos a ser nosotros quienes
hablemos de medidas proteccionistas, pero sí de tener en cuenta que,
inevitablemente, va a ser imposible competir, por el coste de nuestros
productos internalizando el coste social, con aquellas economías que no
internalizan ese coste, y eso habrá que tenerlo muy en cuenta.

Reitero lo que decía anteriormente, que probablemente sólo usted podrá
defender ante el Consejo de Ministros determinadas medidas de reparto de
los costes sociales que puede ser necesario tomar en nuestra economía,
por ejemplo, como hacen en otros países de nuestra área que ya tienen el
coste de la Seguridad Social repartido de otra manera entre Seguridad
Social e Impuesto sobre el Valor Añadido. También sabe usted, señor
Ministro, que ya lo intentó nuestro Grupo Parlamentario cuando entró en
vigor el Impuesto sobre el Valor Añadido en 1985. Proponíamos que el
incremento de fiscalidad que suponía el IVA propuesto respecto a los
ingresos del Estado fuera deducido de los costes de la Seguridad Social y
que parte de dichos costes fuera incluida en ese incremento de fiscalidad
que representaba el IVA. Insistimos en esta cuestión en aquel momento con
un éxito perfectamente descriptible, pero no por ello nos hemos
desanimado y



Página 200




seguimos insistiendo en que ése es un camino que debemos seguir si
queremos que nuestra economía compita con las economías occidentales, con
nuestro entorno económico, no con otro, simplemente con nuestro entorno
económico. Francia, Alemania, Gran Bretaña no tienen internalizado en el
coste de los productos de las empresas la misma carga que representa para
el productor español, para la empresa española, el coste de la Seguridad
Social.

En esta misma línea, quisiera señalar una cuestión que no ha sido tratada
hasta ahora. Ante la necesidad de impulsar nuestros mercados, repasando
las estadísticas, que, aunque no son fiables, por lo menos, son
indicativas, uno se percata de que países que tienen las mismas reglas de
juego repecto al comercio exterior que España, Francia, Alemania -éstos
que le he citado anteriormente-, importan de terceros países menos
mercancía que nosotros. Uno piensa si no será por la utilización que
estos países hacen de lo que se llaman barreras extraarancelarias o
barreras técnicas, expresión que ha utilizado el señor Ministro. Quizá
llegó la hora, con la misma ilusión de todos en cuanto a la
liberalización de los mercados, de utilizar los mismos mecanismos que
todos emplean, probablemente sin decirlo. Insisto, existen en nuestra
economía determinados sectores que hoy están sufriendo el impacto de unas
importaciones que, por la utilización de esas barreras técnicas o
extraarancelarias, no sufren sus competidores de los países que tienen
las mismas reglas de juego de comercio internacional que nosotros. Aquí
ya no le estoy hablando de cambiar esas reglas de juego sino,
simplemente, de utilizar los mecanismos de las barreras técnicas o
extraarancelarias, porque si los utilizan otros, es que legalmente pueden
ser utilizados.

Por lo que hace referencia al comercio interior, que ha sido tratado en
profundidad por otros portavoces, como conoce el señor Ministro, nuestro
Grupo Parlamentario es el autor de una de la dos proposiciones de ley que
al respecto han entrado en esta Cámara y que está por tramitarse a la
espera del informe perceptivo que el Gobierno debe realizar antes del 5
de octubre.

Quisiera decirle, señor Ministro, que no ha podido definir mejor en su
intervención los mismos objetivos que a nosotros nos han movido a
presentar esa proposición de ley. Somos conscientes -y una de las muchas
cosas que intenta nuestra proposición de ley en este aspecto concreto es
ésa- de que no se trata de coartar ni de prohibir, se trata de casar
intereses que objetivamente son contradictorios; los intereses de esa
liberalización, de los consumidores o de un tipo de comercio, con los
intereses de otro tipo de comercio, que igualmente nos interesa defender.

Hay que saber encontrar el punto medio, que nunca es fácil y que muy
probablemente no está ni en la liberalización extrema, propia
exclusivamente en estos momentos, como ha citado el señor Ministro, de
España -como sabe hasta hoy no de todo el territorio español, porque
algunas comunidades autónomas habían legislado en la materia y no estaba
en vigor el llamado DECRETO BOYER-, Irlanda y Estados Unidos, con un
éxito comercial evidente en Estados Unidos; hay un impulso del comercio
que viene de la mano de esa liberalización, pero con unas reglas de juego
completamente distintas, no estrictamente en el sector comercial, sino en
otros sectores, como en la contratación laboral. Es evidente que en
economías liberalizadas en todos los aspectos se puede y se debe
liberalizar, pero hay que ir con mucho cuidado en las que no son un
mercado donde la contratación laboral se pueda realizar salvajemente -y
yo me alegro de que Europa no lo sea-, sino que tiene unas determinadas
reglas de juego, que podríamos discutir si son las más acertadas pero que
deben seguir siendo controladas dentro de un marco jurídico concreto y no
liberalizadas como en Estados Unidos. Eso marca una diferencia que no
puede ser comparada más que en los términos de liberalización total, que
aquí no queremos nosotros y estoy seguro de que tampoco lo quiere el
resto de grupos parlamentarios.

Insisto, señor Ministro, en que nuestro interés y nuestro objetivo en el
momento de presentar la proposición de ley de comercio fue exactamente el
que el señor Ministro ha definido como el que orienta su política al
frente del Ministerio. Quisiera hacer una llamada en relación con nuestra
disposición a hablar porque nuestro objetivo es ése, aunque pueda ser
interpretado de otra forma por el contenido de la propia ley. Estamos
abiertos a discutir porque sabemos que deben tratar de casarse intereses
que son objetivamente contradictorios. Eso no puede hacerse, ni por un
lado ni por otro, de forma absoluta y total y habrá que encontrar el
camino medio. Nosotros, como proponentes de esta proposición de ley,
estamos dispuestos a encontrarlo y estoy seguro de que recibiremos, por
parte del Grupo mayoritario y de los demás grupos de la Cámara, el apoyo
suficiente para que esta proposición de ley pueda ser tomada en
consideración y entrar en la discusión de sus contenidos.




El señor PRESIDENTE: Por último, por el Grupo Parlamentario Socialista,
tiene la palabra el señor Hernández Moltó.




El señor HERNANDEZ MOLTO: También brevemente, para cumplir con un trámite
que nos complace, quiero dar la bienvenida al Ministro de Comercio y
Turismo en esta Comisión, al tiempo que manifestamos nuestra solidaridad
por esa múltiple actividad parlamentaria que va a tener que desarrollar
en los próximos años. Le damos, además, la bienvenida convencidos del
acierto que el Gobierno ha tenido al crear un Ministerio como el de
Comercio y Turismo, que, sin duda alguna, está en evidente coherencia con
el reforzamiento de un instrumento político-administrativo para trabajar
en el seno de algo que es compartido por todos los discursos económicos,
una de las debilidades estructurales de la economía española, que es su
balanza de pagos y, especialmente, su balanza comercial. Entiendo que
este acierto del Gobierno es compartido por todos los grupos de la
Cámara, lo digan o no lo digan.

El señor Ministro señalaba que existe el Ministerio de Comercio y Turismo
porque ganó las elecciones el PSOE, y que si hubiera ganado la derecha no
lo hubieran



Página 201




constituido. No lo tengo yo tan claro, señor Ministro. Porque en la única
oportunidad que ha tenido la derecha española de gobernar en la etapa
constitucional, constituyeron precisamente el Ministerio de Comercio y
Turismo y, ¡casualidades de la vida!, el máximo reponsable económico del
Grupo Popular en este momento tuvo el honor de ser Ministro de ese ramo
-es cierto que durante poco tiempo-, y es una pena que no esté presente
el señor Gamir para contarnos sus experiencias y su valoración sobre la
oportunidad y la conveniencia de constituir un Ministerio que creemos
realmente que va a ser importante.

A estas alturas del debate, nosotros aplaudimos la sinceridad que usted,
señor Ministro, ha tenido al calificar de provisional su programa, aun
sabiendo que es una provisionalidad muy meditada y muy trabajada.

Coincidimos con el señor Molins y le agradecemos también el sentido común
de su planteamiento, porque nos habría asustado escuchar cosas muy nuevas
y muy llamativas. Habría dado la sensación de que no estamos en el mundo
real, atacando los problemas reales en los que se ha estado trabajando y
de una forma intensa, tanto en el Gobierno como en este Parlamento, en la
última legislatura. Por lo tanto, quedamos a la espera de seguir
profundizando en su programa de trabajo.

Tengo que decirle que al menos en esta Comisión va a estar usted cómodo.

Si recordamos lo que ha sido el trabajo de esta Comisión en la última
legislatura, tendremos que reconocer el nivel de coincidencia y de
colaboración ante un tema en el que, sin duda alguna, todas las fuerzas
políticas coincidieron que era de Estado; había un altísimo nivel de
sintonía y de colaboración del trabajo parlamentario con el trabajo del
Ejecutivo.

A mí me satisface la petición que a usted se le ha hecho de comparecer
periódicamente, yo diría que de recoger la tradición que en la anterior
legislatura ya teníamos de la comparecencia semestral de, en aquel caso,
el Secretario de Estado para informar a esta Comisión. En ella existía un
marco (que desde mi Grupo le ofrezco a usted y al resto de los grupos
políticos) de cooperación no estrictamente parlamentario, sino
político-parlamentario en el que los responsables del Ministerio, así
como del Instituto de Fomento a la Exportación, teníamos información y
colaboración frecuente que muchas veces ahorraba trabajo parlamentario y,
desde luego, hacía mucho más eficaz el contacto y las reuniones de
trabajo. Además, como usted sabrá perfectamente, todos los grupos
parlamentarios coincidieron en apoyar una iniciativa, de tal manera que
las delegaciones -fundamentalmente la experiencia se limitó al campo de
Expotecnia- de comercio exterior, públicas y privadas, que salían al
extranjero contaban con el apoyo institucional del propio Parlamento. La
experiencia fue positiva. Fue positiva también una iniciativa que,
lógicamente, decayó con la legislatura pero que he entendido que el señor
Molins quería retomar -y quiero recordar también que el señor Aguirre- de
constituir un grupo de trabajo que permitiera estudiar con mayor
profundidad, no sólo con un contacto institucional público, sino con el
conjunto de los agentes y de los responsables privados, la problemática
del comercio exterior, con el objetivo fundamental en aquel momento de
proponer iniciativas.

Quiero recordar también que el marco de la anterior legislatura permitió
acuerdos importantes que se plasmaron en enmiendas a proyectos de ley, en
algunos casos incluso fueron proyectos de ley importantes para el fomento
de la exportación, como lo fue la propia Ley de Cámaras de Comercio, que
sin duda alguna fue un gran paso institucional; acuerdos que ayudaron a
la función comercial el Gobierno incrementando créditos presupuestarios
para el fomento de la ayuda al desarrollo. En esa legislatura se
produjeron también decisiones, acuerdos y enmiendas, compartida por el
conjunto de los grupos para deducciones fiscales de fomento a la
exportación. En definitiva, fue un marco cómodo, agradable, leal y
entiendo que fue bien utilizado por el Gobierno y mi Grupo queda a su
disposición a partir del inicio de la legislatura actual.

Quiero terminar, señor Ministro, deseándole suerte y éxito, porque el
país está expectante ante el trabajo no sólo de su Ministerio, sino que
su probada capacidad de gestión ya ha demostrado.

Para no faltar a la cortesía parlamentaria, quiero aclarar una duda que
ha surgido en el debate del portavoz de Izquierda Unida que se remitía a
usted aunque, obviamente, no era el responsable, sino el Grupo
Parlamentario Socialista, en el sentido de reprocharle a este Grupo la no
aprobación de una moción que presentó anteayer en esta Cámara y que no
fue votada favorablemente. Quiero tranquilizar al señor Frutos. No he
entendido muy bien -tengo que confesarlo- el conjunto de su intervención
en el día de hoy, pero quiero entender que coincidimos en lo sustancial
de su planteamiento el señor Frutos, que es el reforzamiento de las
estructuras empresariales, la potenciación de las ayudas para el fomento
a la exportación, el fomento a la cooperación entre empresas, etcétera.

Esté tranquilo, señor Frutos. No es que estuviéramos en desacuerdo con
los términos de la moción, sino que quiero recordar, fundamentalmente a
efectos del «Diario de Sesiones», que su moción fue objeto de un enmienda
de sustitución por parte del Grupo Socialista en la que recogíamos ese
espíritu de una forma más concreta, mejor redactada y, probablemente, más
acorde con el conjunto de la política del Gobierno. Esos son los azares
parlamentarios. Esté seguro, señor Frutos, de que coincidimos en el apoyo
al comercio exterior en las pequeñas y medianas empresas.

Por último, señor Presidente, no sólo por curiosidad parlamentaria, sino
por responsabilidad parlamentaria, ha surgido en dos ocasiones a lo largo
del debate de hoy referencia a un informe del Tribunal de Cuentas con
relación a los créditos FAD, e incluso se ha dado el número de
determinadas páginas de un informe que mi Grupo tendría el máximo interés
en que fuera identificado. Para eso, sería importante que conociéramos la
fecha de aprobación en el Pleno de ese informe del Tribunal de Cuentas,
el correspondiente número de registro de salida de ese Tribunal y el de
entrada en esta Cámara. Yo estoy



Página 202




convencido de que la probada capacidad de auxilio y colaboración del
portavoz del Grupo Popular va a hacer innecesario que lo hagamos de otra
manera, pero creo que es del máximo interés para todos nosotros, sobre
todo por lo sorprendente que pueda resultar, que este tipo de informes
pueda estar en un grupo político y no en otros, e incluso que no haya
llegado al Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Su señoría ha hecho una apreciación respecto a la
intervención del portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya
sobre la moción, por ello, y a efectos simplemente de aclaración de este
tema, le tengo que conceder la palabra al señor Frutos. Posteriormente se
la daré al señor Aguirre, a efectos de sustanciar ese debate bilateral
sobre el Informe del Tribunal de Cuentas. Si me permite S. S., también
indicaría, como Presidente, que, a través del órgano correspondiente,
tanto la Mesa del Congreso, como la comisión Mixta del Tribunal de
Cuentas, cuando ésta se ponga en marcha, el Grupo Parlamentario
Socialista recabe también la información. Yo no sé si se la dará el señor
Aguirre, pero la Presidencia no quiere entrar en ese debate.

En primer lugar, doy la palabra al señor Frutos y, posteriormente, al
señor Aguirre para terminar este debate y no entrar en la intervención
del Ministro.

Tiene la palabra el señor Frutos, a los efectos de lo que he citado.




El señor FRUTOS GRAS: El señor Hernández Moltó dice que no ha entendido
bien el conjunto de la intervención. A lo mejor, será necesario salir de
esta Cámara de vez en cuando y pasearse un poco por lo que es la realidad
social para refrescar las ideas y entender mejor las intervenciones de
los otros. No tengo en cuenta el sentido peyorativo de las palabras del
señor Hernández Moltó, que me parecen fuera de lugar.

También quiero decir que la parte que yo he leído de la moción presentada
por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya -la parte que he leído,
repito-, dos veces, es la que precisamente el Grupo Socialista se cargó,
no aceptó. Lo dejó prácticamente en un escuálido esqueleto de moción...

(El señor Hernández Moltó hace signos negativos.) Señor Hernández Moltó,
si está escrito en el documento. Si aparte de las intervenciones de cada
uno, están presentadas las mociones por escrito. Por eso, digo que,
efectivamente, la propuesta del Grupo Socialista liquidaba lo fundamental
de lo que nos parece a nosotros, acertado o no, que debe ser la
intervención del Estado en la ayuda del comercio interior y del comercio
exterior, que van muy ligados.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea consumir el señor Hernández Moltó un turno a
efectos de terminar este debate bilateral? (Asentimiento.)
Tiene la palabra S. S., pero pediría que se eviten estas intervenciones
en posteriores ocasiones, puesto que estamos reproduciendo un debate del
martes por la tarde, que yo creo que quedó sustanciado en su momento.




El señor HERNANDEZ MOLTO: La apelación a ese debate se ha producido
fundamentalmente por responder a la cortesía del Grupo Parlamentario
Socialista con relación a una consulta que se le hacía al señor Ministro
y que no podía responder.

Desde luego, no es objeto de debate llegar a la conclusión de que la
moción del Grupo Socialista recogía los aspectos sustanciales de la
propuesta de Izquierda Unida, pero que lo hacía en mejores términos, más
precisos y más claros y que atendía el espíritu de apoyo al mundo
empresarial y, en concreto, al mundo de la pequeña y mediana empresa de
fomento a la exportación.

Sólo me resta agradecer la invitación que me hace el señor Frutos de
salir mucho más a la calle a escuchar a los ciudadanos. Le diré que eso
ya lo hemos hecho y que por eso hemos conseguido los resultados
electorales, con relación a su Grupo, que logramos el 6 de junio.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Aguirre, a los solos
efectos de las cuestiones que ha planteado el señor Hernández Moltó
respecto al informe del Tribunal de Cuentas.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Señor Hernández Moltó, tengo la documentación
sellada en el Tribunal de Cuentas, con fecha de salida del día 10 de
agosto de 1993. Es una carta dirigida al Presidente del Congreso de los
Diputados, con entrada en el Registro de la Secretaría General de fecha
del día 10 de octubre de 1993. Se refiere el informe a la fiscalización
del Fondo de Ayudas al Desarrollo correspondiente a los años 1986 y 1990,
aprobado por el Pleno del Tribunal de Cuentas en su sesión del 29 de
julio de 1993. Creo que no estoy manejando ningún documento.




El señor PRESIDENTE: Señor Hernández Moltó, ¿ha tomado buena nota de las
fechas? (Asentimiento.)
Para contestar a las peticiones de información o a las valoraciones de
los diferentes grupos parlamentarios, por último, tiene la palabra el
señor Ministro de Comercio y Turismo.




El señor MINISTRO DE COMERCIO Y TURISMO (Gómez-Navarro Navarrete): El
señor Frutos plantea un problema político de fondo y no sé si es el
momento de entrar en él, pero, en cualquier caso, no puedo evitar, por lo
menos, hacer una reflexión breve.

Yo, como socialista que soy, creo en el papel del Estado; a lo mejor lo
que pasa es que no lo concebimos de la misma manera. Yo creo que el
Estado es lo único que tiene el que no tiene nada y creo que eso es muy
importante. Y creo en la sociedad de bienestar; lo que pienso es que para
que la sociedad de bienestar y el Estado puedan seguir existiendo,
probablemente hay que reformar muchas cosas del papel del Estado en este
momento, porque si no nos podemos encontrar con un Estado en quiebra y
con una sociedad de bienestar imposible, que nadie es capaz de financiar
y, por ello, para garantizar la solidaridad,



Página 203




hay que hacerla viable, y a lo mejor ahí es donde tenemos diferentes
conceptos.

No voy a entrar mucho más en ese asunto, pero sí en que, al final, el
problema es siempre lo mismo: para que haya empleo, las empresas tienen
que ser viables, tienen que ganar dinero. Si no ganan dinero, las
empresas desaparecen y entonces no hay empleo. Y, por tanto, se plantea
un problema siempre, que no es un problema de fondo (probablemente en el
fondo estaremos de acuerdo con usted en muchas otras cosas), sino en cómo
se hacen las cosas en el mundo en que vivimos, no en un mundo utópico,
sino en el mundo que funciona con mecanismos de economía de mercado y
donde, por tanto, si las empresas no ganan dinero, no sobreviven. Por
ello, el planteamiento de los sindicatos tiene un punto en que podemos
estar de acuerdo y otro en el que podemos estar en desacuerdo. Punto.

Nada más. Probablemente el Partido Socialista y, desde luego, yo mismo
(yo he sido militante sindical muchos años), estemos conforme con algunas
de las cosas que los sindicatos plantean y con otras no, pero me parece
que el papel que juegan en determinados campos no es acertado para
defender los intereses de sus propios trabajadores a medio y largo plazo,
y para defender, por tanto, esa sociedad de bienestar y esa sociedad
solidaria en la que yo por lo menos creo. Y yo creo en una sociedad que
se solidarice y que ayude y apoye al que lo necesita, no al que no lo
necesita. Ese es el problema: quién es el que lo necesita y quién es el
que no lo necesita.

El problema del mercado de trabajo. Usted dice que yo culpo a los
sindicatos. No, no, yo no culpo a los sindicatos de nada. Yo ni siquiera
he dado mi opinión. Yo he dicho: lo que los inversores nos dicen... Y he
dicho esa frase a propósito. Lo que los inversores nos dicen es esto. Yo
le puedo explicar, por ejemplo, por lo que nosotros hemos podido ver, el
efecto que en la prensa norteamericana y en el mundo inversor
norteamericano ha tenido la paralización durante dos años de la
posibilidad de establecer el tercer turno en la fábrica General Motors,
de Zaragoza, por parte de los sindicatos. Ha sido brutal, y no eran
despidos; era un tema de rigidez de los sindicatos en su comportamiento.

Eso ha tenido una amplificación en el mundo de los negocios americanos
brutal, y como lo ha publicado todo el mundo, hoy todo aquel que quiere
hacer negocios en España te lo cuenta.

Quiero decir que estas cosas tienen un efecto de imagen incluso mucho
mayor de lo que es la realidad y uno de nuestros trabajos es intentar
demostrar a ese mundo de los negocios que no todas las cosas son así; que
los sindicatos no son demonios; que no son agentes irresponsables y que
no colaboren; que han jugado papeles muy importantes de colaboración en
el establecimiento de la sociedad en que vivimos y en el progreso de la
sociedad española.

Esa es hoy la conciencia del mundo de los negocios internacionales y eso
es lo que nos dicen; y podría ponerle muchos más ejemplos de inversiones
importantes que ha desestimado España por motivos similares; inversiones
de empresas concretas.

El crecimiento económico se produce en los países y en la sociedad
capitalista, en la economía de mercado, en el capitalismo social o como
queramos llamar a la sociedad en la que vivimos -me da lo mismo el título
que usted quiera darle-, a través de un proceso de acumulación de
capital, y esta acumulación de capital genera inversión y genera un
excedente, que se puede ahorrar o se puede invertir, y los procesos de
desarrollo rápidos sólo se producen o porque la acumulación de capital
sea brutal, porque se gane muchísimo dinero a costa de los salarios de
los trabajadores o porque venga de otros países: si no, el ritmo de
crecimiento es relativamente moderado siempre. Por tanto, tenemos que
buscar inversiones extranjeras si queremos crecer a un cierto ritmo. A no
ser que lo que usted me proponga es que bajemos los salarios y que el
empresario español pueda ganar muchísimo más dinero y pueda acumular
capital más de prisa que pueda producir esas inversiones. Como supongo
que ese planteamiento no es el suyo, le tengo que decir que, si queremos
un ritmo rápido de crecimiento, tenemos que buscar el apoyo de las
inversiones extranjeras. Y queremos que sean productivas, evidentemente,
y queremos que se establezcan en España empresas extranjeras, porque es
un bien para nuestro país porque van a generar empleo y van a actuar en
nuestro proceso económico. Ese es nuestro planteamiento. No es que
pensemos que las empresas españolas sean ni mejores ni peores que las
extranjeras.

Usted ha dicho una frase con la cual discrepo totalmente. Ha dicho que
hemos elevado a categoría moral y política los instrumentos técnicos. Yo
no los he elevado a categoría moral; mis categorías morales no son los
instrumentos técnicos. Lo que podemos hacer es discrepar sobre los
instrumentos técnicos para alcanzar un objetivo. Usted puede plantear que
los instrumentos son unos y yo puedo creer que sean otros, pero no he
pasado de ahí. Creo que el problema y las discrepancias fundamentales de
lo que usted ha planteado están en decidir por qué camino se conduce a la
sociedad española al progreso, porque, evidentemente, nosotros, y yo
personalmente, estamos tan interesados como usted en aumentar el
bienestar de los ciudadanos españoles. El problema es que creo que a lo
mejor hay que conseguirlo de una manera y por un camino diferente al que
usted puede creer.

Cuando usted ha utilizado el liberalismo, el fantasma de Reagan y la
destrucción social de Reagan, evidentemente, ahí no me va a encontrar
usted. Yo soy partidario de una sociedad solidaria, pero, insisto, con
aquel que lo necesita, y ahí es donde a lo mejor tenemos discrepancias;
además, una sociedad solidaria viable. Esto quiere decir que seamos
capaces de generar un ingreso similar a nuestro gasto, para poder
pagarlo. Porque hay un punto en el cual el gasto se convierte en inviable
y, por tanto, se destruye la sociedad de bienestar porque se entra en
quiebra. Ahí es donde tenemos que plantearnos los límites de esa sociedad
de bienestar.

Señor Aguirre, le reafirmo que estoy dispuesto a remitirle periódicamente
la ejecución del presupuesto y a comparecer periódicamente aquí. Ahora,
lo que sí les pediría es que fuesen comprensivos y que permitan que venga
también el Secretario de Estado para que no tenga



Página 204




que venir yo siempre, es decir, que nos podamos alternar.

En la ley de presupuestos no podemos abordar lo de los horarios
comerciales, porque ha habido una sentencia del Tribunal Constitucional
que impide incluir en las leyes de presupuestos ningún tema que no sean
los presupuestos. Por tanto, esa ley-escoba en que se había convertido la
ley de presupuestos, que es verdad que ha sido utilizada así muchas
veces, hoy no es posible. No sé si sólo para eso, pero para otras cosas
al Gobierno bien nos fastidia no poder utilizar esa ley, porque
facilitaba muchas correcciones de otras leyes. En cualquier caso, señor
Aguirre, quiero que sepa que, tanto aquí como en una relación bilateral,
va a tener en mí la máxima cooperación y las puertas abiertas
absolutamente.

Al señor Mauricio, que siento que se haya ido, quería decirle que a mí me
resulta incomprensible -no quiero utilizar ninguna palabra que suene
inadecuada- que se pueda decir que se es partidario del Tercer Mundo y
que, al mismo tiempo, se sea proteccionista, porque, evidentemente, los
calendarios del tomate son una pelea directa entre Marruecos y Canarias.

Por tanto, no se puede querer, al mismo tiempo, favorecer a los dos. Saco
el calendario del tomate porque él lo ha mencionado; el calendario del
tomate, como ustedes saben muy bien, es simplemente los precios de
referencia que Europa establece a partir de una fecha, con un calendario,
que es el calendario al cual no se puede entrar en precios más bajos en
el mercado europeo, y es simplemente para protegerse del tomate marroquí,
y lo que se protege, fundamentalmente, es el tomate canario. Llega un
momento en que hay un conflicto de intereses y que no se puede querer
estar en los dos lados, porque no es posible y, por consiguiente,
evidentemente, nuestro papel es el de defender los intereses españoles.

Pero seamos sinceros, reconozcámoslo, están en estricta contradicción con
los intereses marroquíes. Y nosotros vamos a defender en la Comunidad
Económica Europea, en la Organización Común del Mercado del tomate, un
adelantamiento de los calendarios del tomate, precisamente para proteger
nuestro tomate. Y son instrumentos comerciales aceptados dentro del GATT
y dentro de la Comunidad.

Dice S. S. que hay que tener capacidad crítica del pasado en política
económica. A lo mejor las cosas no se dicen, pero, cuando se hacen cosas
diferentes, es porque se piensa que las anteriores no eran las buenas.

Evidentemente, si se ha devaluado, impulsado por el mercado, y se han
bajado los tipos de interés, es porque se ha pensado que ya los tipos de
interés no son la mejor manera de luchar contra la inflación y que hay
otras políticas diferentes o más eficaces.

En este momento, todo el mundo es proteccionista; lo que pasa es que la
gente no lo dice. Pero, no nos engañemos; también se lo digo al señor
Molins, que ha dicho que no iba a ser protector del cierre de las
fronteras y me está, al mismo tiempo, planteando las barreras técnicas
para cómo cerrarlas; es decir, que, evidentemente, hoy, todo el mundo
pretende exportar el máximo e importar el mínimo y, por tanto, dentro de
lo que son las reglas GATT y las reglas aceptadas, todo el mundo se mueve
en el borde de la legalidad, y si puede poner un pie al otro lado y que
nadie se dé cuenta, lo pone. No seamos hipócritas, las cosas son como son
y vamos a hacer lo que podamos. Esa es nuestra tarea y la de nuestros
exportadores: buscar las fórmulas para ser lo más competitivos posible y
entrar en los mercados.

Sobre los instrumentos de defensa de que hablaba, evidentemente vamos a
utilizar los que el GATT acepta y los vamos a utilizar al máximo. Ayer
tuvimos una reunión de tres horas con los exportadores canarios de tomate
para tratar precisamente el problema de los calendarios, del que
hablábamos anteriormente.

Sobre Africa le diré que -no he querido mencionarlo, porque no es un
área- tenemos países en los cuales el crecimiento del comercio con España
ha sido muy importante y que son países prioritarios para el comercio,
con los cuales se utiliza mucho el FAD, como es Angola. Por ejemplo, hay
zonas africanas en las que España está muy interesada en su penetración.

¿Cuál es el problema de Africa? El problema de Africa fundamentalmente es
el de la garantía de pago. A la hora de generar créditos o de dar
créditos, es fundamental tener un mínimo de garantías de que esos
créditos van a ser reembolsados y, desgraciadamente, la situación del
mundo africano hoy no es para lanzar alharacas ni para estar seguro de
que, si haces una operación comercial, aunque sea una concesional como es
el FAD, tengas garantías de que va a ser reembolsado. Y, además, lo que
se produce es que la actual reglamentación del FAD hace que el país que
no reembolsa, no pueda tener más FAD; de manera que hay algunos,
inclusive, que se encuentran en situación de que no se los puedes dar,
porque no están pagando los créditos anteriores.

En algunos aspectos, sobre liberalizar el transporte -que S. S. ha
mencionado- quiero decirle que me parece -no estoy seguro al cien por
cien- que Canarias no tiene reserva de flota y que puede enviar con flota
-y me parece que lo está haciendo- coreana los productos a la Comunidad.

Por consiguiente, Canarias no tiene reserva de flota como tiene el resto
de España.

Al señor Molins quiero agradecerle su afecto. Evidentemente, en mis
muchas horas y muchos días en estos últimos años de vivencia en
Barcelona, hemos tenido una relación muy estrecha, de la cual me
enorgullezco.

Vamos a colaborar al máximo con las asociaciones exportadoras, ésa es
nuestra política, y de hecho es el agente más activo. Lo que pasa es que
hay sectores, primero, donde las asociaciones no existen y, en segundo
lugar, las asociaciones exportadoras te valen muy bien para exportar,
pero ya no te valen tanto para que se instalen las empresas en el
extranjero, donde ya la empresa que se instala es con nombre y apellido,
ya no es una asociación y, por tanto, los programas de empresa están muy
canalizados, sobre todo hacia proyectos no tanto exportadores como de
inversión en el exterior; por tanto, establecimientos de redes o
inclusive establecimiento productivo en el exterior.

Plantea otro tema hoy que es el debate mundial y es el



Página 205




problema de la competencia, lo que los franceses han llamado del «dumping
social», la competencia que generan los países que no tienen ningún
sistema de protección social. Lo que ha permitido la cohesión social
europea, desde la Guerra Mundial para acá, ha sido un sistema de
protección social que ha cohesionado la sociedad y que es nuestro gran
progreso, el gran progreso social de Europa. Estamos compitiendo con
países que no tienen nada de eso y, por tanto, el coste-hora del trabajo
es ridículo comparado con el nuestro. Frente a eso, en este momento
todavía no hay políticas unificadas del mundo desarrollado. Además, el
problema que se genera es doble, porque ellos producen masivamente algo
muy barato y, al mismo tiempo -como lo que están produciendo es eso de lo
que hablábamos antes, un proceso de acumulación intensiva del capital,
porque no se distrubuye la renta que se genera-, no generan mercados.

Crece la producción sin crecer los mercados, porque, al no distribuirse
la renta, el trabajador no tiene capacidad de compra y, por tanto, no se
genera mercado, lo cual está produciendo una distorsión en el mundo del
comercio mundial, no sólo porque cueste poco, sino porque no se
incrementa el tamaño del mercado y los mercados no crecen. Eso es un
problema serio en el mundo del comercio mundial y no hay en este momento
estrategias comunes, ni siquiera diría yo que aisladas, en todos los
países que están integrados en el GATT. Hay estrategias concretas, por
ejemplo, de los americanos frente a China, que no está integrada en el
GATT y, por tanto, pueden tomar medidas de defensa comercial de toda
índole, pero hay una enorme preocupación por parte de todos los países
que, por ahora, es limitada, porque la capacidad de penetración de las
cuotas de mercado, que dentro del comercio mundial -por ejemplo, las de
Asia- todavía son pequeñas, es creciente y con un dinamismo enorme. Por
ejemplo, en el tema textil, países que eran productores importantísimos
hace cinco años hoy ya no producen, han cambiado de producto y están en
otros sectores. Un dato que me daba el otro día el Presidente de la
Textil Europea era que el tercer exportador mundial de textil hoy es ya
Vietnam -lo cual no deja de ser algo verdaderamente sorprendente-, aparte
de ser el segundo exportador mundial de arroz. Ese es un problema que
tenemos sobre la mesa todos los países desarrollados y para el cual hoy
en día todavía no tenemos solución ni sabemos cómo afrontar.

Usted habla de algo que sabe que me gusta pero que, evidentemente, tiene
problemas. El Ministro de Economía planteó en su comparecencia en el
Parlamento el problema de cambiar IVA por cotizaciones sociales y lo que
sugirió fue que, en tanto en cuanto crezca la recaudación del IVA, se
puedan ir bajando las cotizaciones sociales. Yo creo que hoy las cosas
tienen que ir por ahí, pero hoy cualquier cosa hay que planteársela con
la prudencia necesaria en una situación de elevado déficit presupuestario
como la que hay en este momento en nuestro país. Pienso que el Gobierno
va a ir por ahí y que, conforme se vaya mejorando la recaudación de IVA,
podremos ir bajando las cotizaciones sociales. Mi opinión personal es que
hay que ir por ahí, que hay que subir IVA, o incluso si mejora la
recaudación no, pero si es necesario subirlo, para bajar cotizaciones
sociales.

Eso tiene un efecto de reducir el precio del factor trabajo y, al mismo
tiempo, favorece notablemente las exportaciones y dificulta las
importaciones, lo cual ayuda también en la política comercial.

El comercio interior plantea temas muy serios. Porque, si yo he utilizado
la palabra liberalismo, probablemente me haya equivocado, no porque me
parezca nada malo la palabra liberalismo, no tengo ningún tabú frente a
ella, sino porque, al final, el óptimo, si no generase otros problemas,
es que cada uno compre cuando quiere. Que cada uno compre cuando quiere y
que el vendedor se adapte a cuando un señor quiere comprar. Cuando se han
adquirido ciertos grados de libertad y se han obtenido ciertos hábitos de
esa libertad, la vuelta atrás siempre es difícil.

Usted ha hecho, señor Molins, una buena puntualización. No es lo mismo la
percepción que hay en Cataluña que en Madrid. En Cataluña no ha habido
esa conciencia ciudadana que ha habido en Madrid durante seis o siete
años de que puedes ir a comprar el domingo a la hora que quieres, cuando
quieras y como quieras. Esas vueltas atrás son muy difíciles. Si
hiciésemos una encuesta en determinadas zonas de Madrid, como sería
Majadahonda, o zonas de ese estilo, nos encontraríamos con que el 90 por
ciento de la gente diría que quiere que esté abierto y quiere comprar
cuando le dé la gana. Lo que quiero decir es que ahí se plantea una
contradicción entre un elemento de libertad. Y el Estado tiene que tener
una razón muy profunda y muy seria para restringir la libertad. Cualquier
medida restrictiva de la libertad tiene que tener una justificación muy
sólida y, evidentemente, un cierto efecto pernicioso que esa libertad
tiene. Hay que hacer una evaluación política de cuál es el elemento que
tiene que priorizar en una situación, además, como la de ahora. Si no
hubiese crisis económica no nos estaríamos planteando esto, porque el
proceso de reconversión del pequeño comercio que se ha producido en los
últimos años se ha agudizado y se ha crispado en mayor grado con el
efecto de la crisis. Hoy tenemos una situación que hay que analizar en
términos políticos y yo no puedo decirle cuál es esa posición porque
todavía no la hemos tomado, pero sí tenemos conciencia de los elementos
positivos y negativos que cada medida tiene.

Lo que es innegable hoy es que las grandes superficies, por muchos
motivos, y no voy a entrar a discutirlo, son capaces de hacer llegar de
forma más barata al consumidor los productos. En ese sentido, cumplen el
papel de intermediario entre el productor y el consumidor de forma más
eficaz, en materia de precios, que el pequeño comercio. Por eso, el
pequeño comercio genera más empleo. Tiene más mano de obra, es más caro.

Ahí hay un tema de debate muy profundo y está, insisto en ello,
debatiéndose en todos los países del mundo. El papel del pequeño comercio
y de los grandes almacenes y las grandes superficies y el problema de los
horarios comerciales. Estos dos temas están en debate en todo el mundo.




Página 206




También, para que no me digan que me olvido de las cosas, como decía el
señor Aguirre, está el tema de los plazos de pago. ¿Cuál es el problema
de los plazos de pago? El grande siempre presiona para intentar conseguir
los mejores precios, pero eso no pasa sólo en las grandes superficies;
váyase usted a las empresas de automóviles. Lo que hace el señor López de
Arriortúa es presionar a los proveedores en precios y en plazos de pago
para conseguir mejores compras. Siempre se presiona sobre el proveedor.

En cuanto tengas una dimensión más grande, tienes más capacidad de
presión.

Por tanto, si lo hiciésemos sólo en las grandes superficies porque son
grandes y los otros pequeños, habría que hacerlo en todo planteamiento
empresarial similar.

La diferencia que hay en las grandes superficies es que una empresa de
automóvil, por poner un ejemplo, en la comparación que estaba haciendo,
tiene unos activos fijos enormes; por tanto, es una institución solvente.

En cambio, una gran superficie puede no serlo, porque, al final, lo que
tiene es una nave. Lo que hay es un problema de garantía de solvencia.

Ahí puede haberlo. Hay que analizarlo también desde esa perspectiva.

Puede tener análisis tanto desde el punto de vista de abuso de posición
dominante, como desde el punto de vista de solvencia de una institución,
que maneja recursos ajenos en una cantidad tal que pueden casi asimilarse
a una institución financiera.

Hoy en día no es fácil saber cuál es el porcentaje del balance del pasivo
de los proveedores en unas grandes superficies. Evidentemente, sería muy
importante saberlo. Lo que está claro es que no tienen un sólo crédito
bancario, es decir, que la financiación de su activo y de su crecimiento
está basada en el proveedor.

¿Que el tema del comercio interior es muy complejo? Sí. Les puedo decir
una cosa, y me voy a comprometer en ello. Creo que una ley del comercio
requiere un extraordinario consenso social. Lo que a mí no me gusta, y se
lo digo directamente, sin que sea tomar una posición (es una opinión mía
de Ministro, pero sin que sea una posición del Gobierno), es hacer una
ley a toda velocidad, porque una ley del comercio requiere un
extraordinario consenso social, repito. El comercio es algo que vive todo
el mundo y, por tanto, requiere un debate en muchos de los aspectos y un
grado de consenso que no se improvisa de la noche a la mañana. A mí me
gustaría que esta ley se hiciese con el tiempo necesario y que la
sociedad lo asumiese como algo natural, porque, si no, no se cumplirá
nunca. Si no, será una ley que se publicará en el «Boletín Oficial del
Estado» y que luego nadie cumplirá.

Lo que no me gusta es sentirme presionado. Se lo digo a mi amigo Molins,
porque ellos han sido los que han presentado la proposición de ley. Yo
tomé posesión el día 14 y el día 16 presentaron dicha proposición en el
Parlamento. A mí no me dio tiempo a enterarme de qué iba. No me dio
tiempo a discutir el tema previamente y haber intentado conformar un
cierto grado de opinión. En cualquier caso, haberlo llevado a un debate
en la sociedad. Porque, repito, se trata de una ley que si no tiene
consenso no valdrá para nada, porque la incumplirá todo el mundo. Si la
sociedad piensa lo contrario que lo que dice la ley, no la cumplirá. Por
tanto, me gustaría que hiciésemos las cosas con el tiempo necesario; en
un sentido o en otro, pero con el tiempo necesario, con la tranquilidad y
con el debate y el consenso social necesarios.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Concluido el debate, antes de levantar la sesión, les recuerdo a los
señores portavoces y a los miembros de la Mesa que el martes a las doce
del mediodía habrá reunión de la Mesa y Junta de Portavoces.

Se levanta la sesión.




Eran las siete de la tarde.