Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 815, de 11/07/2011
PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2011 IX Legislatura Núm. 815

DEFENSA

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. CIPRIÁ CISCAR CASABÁN

Sesión núm. 39

(Extraordinaria)

celebrada el lunes

11 de julio de 2011



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia de la señora ministra de Defensa (Chacón Piqueras), para informar sobre el atentado sufrido el pasado día 26 de junio por el contingente español que participa en la misión ISAF en Afganistán. A petición propia. (Número de
expediente 214/000226.) ... (Página2)



Página 2





Se abre la sesión a las seis y cinco minutos de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión para la celebración de la comparecencia a petición propia de la señora ministra de Defensa, para informar sobre el atentado sufrido el pasado día 26 de junio por el contingente español que
participa en la misión ISAF en Afganistán.


Bienvenida, señora ministra, a esta su Comisión; tiene la palabra.


La señora MINISTRA DE DEFENSA (Chacón Piqueras): Muchas gracias, señor presidente. Espero ser capaz de atender a esta comparecencia convenientemente a pesar del estado de mi voz, fruto de los aires acondicionados de la época, pero confío
en que seamos capaces.


Señorías, una vez más la misión ISAF en Afganistán centra nuestra atención. En los últimos tres años y medio en esta Comisión de Defensa hemos debatido de forma exclusiva acerca de nuestra misión en seis ocasiones, además de otras tres en
el marco de la comparecencia anual sobre misiones en el exterior. A esta se suma la intervención del propio presidente del Gobierno ante el plenario de esta Cámara en septiembre del año pasado, y que recordarán. En total con esta son once
comparecencias sobre Afganistán desde que asumí la responsabilidad al frente del Ministerio de Defensa. Ninguna otra de nuestras operaciones militares en el exterior había sido nunca objeto de tanta información y debate en el Parlamento, y quiero
que sepan que creo que así debe ser. Afganistán es la misión más dura, más compleja y más arriesgada de cuantas han llevado a cabo nuestros militares en ya más de dos décadas. Estamos allí desde hace nueve años con un claro objetivo: que
Afganistán deje de ser una amenaza para el resto del mundo, y que los propios afganos puedan hacerse cargo cuanto antes de su país. Para ello debemos dotarles de instituciones que no existían y que les garanticen el desarrollo de un Estado viable.
Por eso en la última fase los esfuerzos se han concentrado en las labores de formación y de capacitación de militares y policías. Ellos serán los responsables de mantener la seguridad y el orden. Cuanto antes lo consigamos, antes seremos capaces
de cumplir la misión. Entretanto debemos colaborar con los afganos y ayudarles a establecer y a mantener la seguridad en lugares dominados por la violencia y la delincuencia. Allí actúan nuestros militares y por ello desgraciadamente en algunas
ocasiones esta misión es portadora de duras y tristes noticias. Esta es una de esas ocasiones.


He venido a informarles del atentado que sufrió el pasado 26 de junio un convoy integrado por militares españoles, que causó la muerte al sargento Manuel Argudín Perrino y de la soldado Niyireth Pineda Marín, además de herir a sus tres
compañeros. Y también he venido porque en estas fechas varios de los países aliados han hecho públicas sus intenciones de iniciar el repliegue de una parte de sus contingentes en Afganistán, de acuerdo con los plazos que nos fijamos en la cumbre de
la OTAN en Lisboa. Por tanto, señorías, además de trasladarles cuál es la situación de la misión que están realizando nuestros militares, les informaré de los planes del Estado Mayor de la Defensa para el repliegue progresivo de nuestros soldados a
los que ya se refirió el presidente del Gobierno hace dos semanas. Así pues, señorías, como les comentaba, voy a empezar informándoles del último atentado cometido contra el contingente español en Afganistán.


Como recordarán mientras formamos a las fuerzas de seguridad afganas, otra de las misiones que nuestros soldados desarrollan en la provincia de Badghis es la de garantizar la libertad de movimientos. Lo hacen a lo largo de la ruta Lithium y
de la Ring Road, las principales vías de comunicación de la provincia que paso a exponerles en los paneles. Como ven, les queda a su izquierda la ruta Lithium y a su derecha la Ring Road. Como sus señorías pueden comprobar en el mapa la ruta
Lithium, una vía de 105 kilómetros situada al noroeste de la provincia, comunica Qala-i-Naw y la ciudad de Bala Murghab, al norte. Es de vital importancia para el tránsito tanto de personas como de mercancías, así como para que llegue la ayuda
humanitaria. El pasado día 6 de julio comenzaron las obras de asentamiento del firme con fondos españoles. En el verano del año que viene concluirán esas obras para luego iniciarse el asfaltado. Hasta hace un año los terroristas y otros
delincuentes eran los dueños de esta vía de comunicación, nadie se atrevía a circular por ella. Hoy ha dejado de ser una vía infranqueable y todos los días la recorren más de una decena de camiones de transporte de mercancías. Por tanto se está
rescatando un terreno que antes controlaba exclusivamente la insurgencia, y esto se consigue con presencia militar, mediante las habituales patrullas de reconocimiento y control que realizan los militares afganos y los integrantes de la misión ISAF,
y en este caso concreto el contingente español. Al verse desplazados, los delincuentes se defienden respondiendo de forma cada vez más violenta contra las tropas que están patrullando todas estas tierras, y ese fue precisamente el caso del pasado
26 de junio.


El convoy de militares españoles que sufrió el atentado estaba compuesto por siete vehículos blindados, tres Lince y cuatro RG-31, uno de ellos configurado como ambulancia. Como saben, se trata de los blindados más seguros que existen y los
que ofrecen mayor protección contra minas a sus ocupantes. A las 8:30 de aquella mañana -hora peninsular española- el convoy partió del puesto avanzado en Ludina, en dirección a la base Rui González de Clavijo, en Qala-i- Naw. Una hora más tarde,
sobre las 9:45 -hora española-, al paso del primer vehículo de la columna, un blindado Lince, se activó un artefacto explosivo improvisado, o IED, a 20 kilómetros de su destino entre las localidades de Aceska y Kalan-Khana. En el blindado viajaban
cinco militares del regimiento de infantería ligera Soria número 9. Como consecuencia de la potente explosión fallecieron en el acto el sargento Argudín Perrino, el jefe de patrulla que



Página 3





iba en el asiento del copiloto, y la soldado Pineda, sentada justo detrás de él. Ambos viajaban en el lado derecho del vehículo bajo el que hizo explosión la bomba camuflada. Los otros tres ocupantes, el cabo Roi Villa Souto, el soldado
Jhony Alirio Herrera Trejos, y el soldado Rubén Velázquez Herrera sufrieron heridas de muy diversa consideración.


Tras el atentado los médicos que viajaban en el RG-31, en configuración de ambulancia, atendieron a los ocupantes del blindado. Los dos militares fallecidos fueron trasladados en helicóptero al hospital Role 2 de la base española de Herat.
Los heridos fueron evacuados en dos helicópteros medicalizados hacia el hospital Role 2 estadounidense de Bala Murghab. En el centro médico se comprobó que dos de los heridos sufrían lesiones de consideración; en concreto el cabo Villa Souto
presentaba fracturas de tibia y peroné, al igual que el solado Herrera Trejos, quien además sufría rotura de húmero. Por otra parte el soldado Vázquez Herrera se vio afectado por contusiones múltiples y heridas leves.


Como saben sus señorías ese mismo día por la mañana informé personalmente a todos los portavoces de Defensa de esta Cámara. Después de una comparecencia pública, ese domingo me trasladé a Afganistán, junto con el jefe del Estado Mayor de la
Defensa, para conocer de primera mano las circunstancias del atentado. Allí mantuvimos una reunión con los mandos militares, entre ellos con el coronel Sevilla, jefe del contingente español, en la que también abordamos el desarrollo de las
operaciones.


El 27 de junio, en el vuelo de regreso se trasladaron a España los cuerpos de los dos militares fallecidos. Sus compañeros heridos aterrizaron en la base aérea de Torrejón al día siguiente, y fueron ingresados en el hospital militar de la
defensa Gómez Ulla de Madrid. De estos tres heridos, el soldado Rubén Velázquez Herrera recibió el alta dos días más tarde; los otros dos se siguen recuperando en el Gómez Ulla. Hace tres días tuve ocasión de volver a verles y conversar con
ellos, y evolucionan todos favorablemente.


Inmediatamente después del atentado, señorías, el equipo de investigación de explosivos se desplazó desde la base de Qala-i-Naw hasta el lugar, para analizar la carga y el tipo de artefacto que había sido utilizado. De acuerdo con los
trabajos de estos expertos se ha podido determinar que el artefacto contenía una cantidad de explosivo de al menos 30 kilos. Por tanto estamos hablando de una bomba de muy elevada potencia, la mayor en este tipo de artefactos a la que se hayan
enfrentado nuestras tropas en Afganistán en sus ya nueve años de misión. Esta carga empleada por la insurgencia fue superior a la que había explosionado una semana antes, el sábado 18 de junio, al paso de otro vehículo blindado español durante una
misión militar, también por la ruta Lithium. En aquella ocasión la carga empleada fue de unos 20 kilos de explosivos y provocó graves heridas a un teniente y a una soldado del Ejército de Tierra que sufrieron la amputación de una pierna. Otro
soldado padeció fracturas en una pierna y los demás ocupantes, un soldado y un intérprete, tuvieron contusiones diversas. También estuve con ellos el viernes pasado y les puedo informar de que se recuperan favorablemente. Como recordarán informé a
esta Cámara del atentado dos días después de que sucediera durante la comparecencia para autorizar la prórroga de nuestra participación en la operación de la OTAN en Libia.


Señorías, como siempre sucede en este tipo de atentados, a instancias de la Audiencia Nacional se ha iniciado una investigación para que los responsables acaben respondiendo ante la justicia. Nuestros servicios de inteligencia cuentan con
información sobre los grupos insurgentes que operan en la zona en la que están presentes nuestros militares. Sabemos cuáles de estos grupos han adquirido la capacidad para preparar y colocar este tipo de artefactos explosivos. En estos momentos
las investigaciones siguen su curso para determinar quiénes han sido los culpables directos, para localizarles, y para detenerles. Puedo asegurarles que no vamos a escatimar esfuerzos para que quienes han segado las vidas del sargento Argudín y de
la soldado Pineda y han herido a otros ocho militares españoles paguen por sus crímenes.


Señorías, debemos lamentar la pérdida de dos formidables soldados, dos soldados a quienes se concedió la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo. Pero más allá de esta distinción los fallecidos merecen un lugar en la memoria de sus
conciudadanos, al igual que lo tienen en el corazón de sus compañeros de armas. Les despidieron con un sentido homenaje, primero en la base de Herat y horas más tarde en la base General Alemán Ramírez, de Las Palmas de Gran Canaria. El sargento
Manuel Argudín Perrino había abandonado Gijón en su juventud guiado por su vocación militar. Ingresó como soldado en mayo de 1996 y sirvió en el Regimiento de Infantería Ligera Príncipe número 3, de Siero, Asturias. En el año 2003 ingresó en la
Academia General Básica de Suboficiales, donde obtuvo el empleo de sargento en el año 2005. Ese mismo año pasó destinado a Fuerteventura. Deja una esposa y dos hijos pequeños. Hace seis años Niyireth Pineda Marín vino a España desde la ciudad de
Pereira, en su Colombia natal, para encontrarse con su hermana, que también es miembro de las Fuerzas Armadas Españolas. A los pocos meses de llegar ingresó en el ejército, y tras completar su instrucción fue destinada, en diciembre de 2006, al
Regimiento de Infantería Ligera Soria número 9. Niyireth Pineda era un soldado español de Colombia que deja también un hijo. Ambos conocían bien nuestra misión en Afganistán, puesto que ya sirvieron allí durante cuatro meses en el año 2009. Son
dos valientes que dieron su vida por la seguridad de todos, por nuestra seguridad. Con estas dos pérdidas ya son catorce los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil e intérpretes civiles que han fallecido a causa de una acción
violenta en Afganistán en estos nueve años. A ellos se añaden otros 82 militares españoles y un intérprete afgano que perecieron a consecuencia de accidentes, principalmente el del Yak-42, en



Página 4





el año 2003, con 63 víctimas, y el del helicóptero Cougar, en 2005, con 17 fallecidos. Quiero expresar todo mi reconocimiento al trabajo de los militares, también a aquellos originarios de otros países que han elegido servir a España y que
han pagado el más alto precio por su entrega. Sé que al hacerlo hablo en nombre de esta Cámara y de todos los españoles. La soledad de quienes viven sus ausencias merece el máximo respeto y una gratitud infinita.


Señorías, como he dicho en numerosas ocasiones y en particular en esta misma Comisión en mi comparecencia hace un año y medio, la del 17 de febrero de 2010, nuestras Fuerzas Armadas actúan en una misión que se está desarrollando en un
escenario altamente arriesgado, de conflicto y guerra. El hecho de que las tropas españolas sufrieran dos atentados en tan solo ocho días demuestra lo peligrosa que sigue siendo la misión que nuestros militares, junto con otros 47 países, están
desarrollando en Afganistán. 2010 fue un año extremadamente duro para las tropas de ISAF, con un alto número de bajas mortales. 2011 está siendo también un año duro. Pero hay señales de mejoría, como informó el sábado el propio comandante de
ISAF, el general Petraeus. En los meses de mayo y junio de este 2011 se ha reducido el número de ataques por primera vez en los últimos cinco años. Es un porcentaje pequeño, pero significativo, porque rompe la tendencia negativa de la que
veníamos. A pesar de ello la llamada ofensiva de primavera, que los insurgentes lanzan todos los años por estas mismas fechas, se está cobrando numerosas víctimas en todo el país. Esta violencia se manifiesta tanto en forma de acciones de
hostigamiento como de atentados terroristas indiscriminados. Un ejemplo de ello fue lo ocurrido hace dos semanas en el Hotel Intercontinental de Kabul. El asalto de nueve criminales causó 21 muertos, entre ellos el piloto comercial español Toni
Planas.


Es importante recordar que el mayor número de víctimas de la insurgencia no son de origen estadounidense ni británico ni de cualquiera de los 48 países aliados que están participando a día de hoy en la misión de ISAF. Los que más la sufren
son los propios afganos. Desde principios de año han fallecido 786 militares en todo el país por atentados y acciones violentas. De ellos 543, es decir, más de dos tercios, son militares de origen afgano. Esto demuestra que los insurgentes no
están solo en campaña contra las tropas internacionales; sus enemigos son todos aquellos que están trabajando por la legalidad, por el desarrollo y por la estabilidad de Afganistán sin que les importe en absoluto su procedencia, sin que les importe
que sean afganos.


Pero, señorías, no debemos confundir esta situación de violencia con el resultado de la operación. Como he expresado ya, que se mantenga la violencia en Afganistán se debe, en buena medida y en ciertas zonas, desde luego en las que España
ahora mismo mantiene presencia, a que ISAF está acechando a la insurgencia y ganando espacio a los criminales. Los terroristas responden con mayor violencia al verse expulsados de sus antaño bastiones. Así lo demuestran los informes internos que
realizan periódicamente los mandos de ISAF, y así nos lo trasladó personalmente el secretario general de la OTAN, señor Rasmussen, durante su reciente visita a España. Debemos continuar este esfuerzo porque solo así Afganistán podrá aspirar a
construir un estado estable, libre y en paz.


Señorías, en todas y en cada una de mis intervenciones anteriores, y también en la de hoy, me he referido a los enormes riesgos que enfrentan nuestros soldados en Afganistán. Por esta razón el Gobierno no ha dejado de trabajar y de poner
los mejores medios para reforzar las condiciones de seguridad de nuestros militares. Les recuerdo además que la seguridad es un concepto amplio, que no solo comprende la mejora de los medios materiales, sino también aspectos cruciales como la
inteligencia, los procedimientos y los métodos de trabajo, así como el adiestramiento de nuestros efectivos, y quiero que sepan que estamos actuando en todos y en cada uno de esos aspectos. En este sentido, y como ya saben, desde marzo del año 2010
nuestras tropas en Afganistán operan solo con los blindados RG-31 y con los vehículos medios Lince. Se trata de los blindados de última generación que ofrecen la protección mayor disponible hoy en el mercado contra los artefactos explosivos
improvisados. En la actualidad el contingente español en Afganistán cuenta con 142 Lince y 74 RG-31. Antes de que finalice el año tenemos previsto desplegar otros 5 Lince y 2 RG-31 suplementarios. Todos nuestros vehículos están dotados de
sistemas de inhibición de frecuencias que son actualizados a medida que aparecen nuevas amenazas. La eficacia de estos blindados la ha puesto bien de manifiesto el hecho de que en los quince meses que llevaban desplegados los nuevos vehículos no
habíamos tenido que lamentar ninguna víctima mortal a consecuencia de explosiones por IED, a pesar de los 6 atentados registrados en ese tiempo. Por desgracia, el reciente fallecimiento de los dos militares españoles nos recuerda algo que no
obstante tenemos siempre presente, y es que por muy elevada que sea la protección siempre existirá riesgo. Por eso seguimos redoblando los esfuerzos para seguir ofreciendo la mayor seguridad posible a nuestros hombres y mujeres de uniforme. Así,
además de la amplia formación que reciben nuestros militares antes de partir hacia zona de operaciones, los procedimientos de las unidades desplegadas en Afganistán se actualizan constantemente a partir de las lecciones aprendidas. De esta forma,
para preparar las patrullas de reconocimiento y vigilancia y garantizar al máximo la seguridad, las rutas las decidimos la noche anterior. En ese momento los militares realizan un estudio detallado del terreno, analizan la inteligencia disponible,
distribuyen los medios, asignan los cometidos concretos a cada unidad, y se detallan las medidas de coordinación y control para la ejecución concreta de la misión.


En cuanto al refuerzo de las medidas de inteligencia que hemos llevado a cabo simplemente subrayaré el despliegue de vehículos aéreos no tripulados, los UAV,



Página 5





que emplean las unidades de maniobra durante sus movimientos en la zona de operaciones. Estos dispositivos están proporcionando información de máximo interés para las tropas de ISAF. Actualmente nuestras fuerzas disponen de vehículos tipo
Searcher, dotados del sistema PASI, con capacidad infrarroja y un alcance de 80 kilómetros, y del modelo Raven para vigilancia a distancia de hasta 10 kilómetros. Otro gran esfuerzo de la seguridad se materializó en la base de apoyo provincial Ruy
González de Clavijo, en Qala-i-Naw, que inauguramos hace justo un año. Esta instalación garantiza mayor protección que la anterior base y, como nuestras bases en España, está equipada con el sistema Meseins, un sofisticado dispositivo de vigilancia
integrado por sensores y cámaras. También desde hace seis meses en Herat la unidad de helicópteros Asphuel cuenta con tres aparatos Cougar AS-523, que llevan un blindaje especial. Y todo nuestro contingente en Afganistán ya utiliza el nuevo
uniforme de campaña, el pixelado árido-urbano, que aumenta el mimetismo de nuestros soldados.


Señorías, creo que lo saben ya, pero es evidente para todos, el empeño en la mejora de la seguridad para nuestros militares en todos los niveles que estamos llevando a cabo. Para el Ministerio de Defensa, así como para el Estado Mayor de la
Defensa es prioritario que trabajen con los más elevados estándares de protección, aunque, insisto, nada ni nadie puede asegurar una protección total y menos en un escenario como Afganistán, donde el riesgo es tan elevado, pero hacemos todo cuanto
está en nuestra mano para evitar nuevas tragedias.


Paso ahora, señorías, a relatarles los desarrollos más recientes de nuestra misión. Actualmente el contingente español desplegado en Afganistán, debidamente autorizado por este Parlamento, alcanza la cifra de 1.521 militares. Son hombres y
mujeres que están contribuyendo decisivamente no solo a la mejora de las condiciones de seguridad al oeste afgano, sino también al desarrollo y la gobernabilidad de toda la región. Como dije antes, en las provincias de Badghis y Herat, siguiendo la
estrategia marcada por ISAF, nuestras tropas tienen como prioridad formar a los militares y a los policías que en los próximos meses deben hacerse cargo de la seguridad de la región. Desde hace casi dos años nuestros militares dedican un enorme
esfuerzo al adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas, para acelerar así la transferencia de autoridad. Actualmente el Ejército nacional afgano ya ha reclutado a 168.000 de los 195.000 efectivos que tiene previsto formar hasta 2013. Por
su parte, la Policía nacional afgana ya cuenta en sus filas con 129.000 efectivos de los 157.000 previstos. Por tanto las metas planteadas por ISAF van camino de cumplirse. Les recuerdo que el objetivo es contar en 2013 con unos efectivos totales
de las fuerzas de seguridad afganas de 352.000. Nuestros cinco equipos operativos de asesoramiento y enlace, los OMLT, siguen capacitando un cuartel general de brigada, dos batallones de infantería, un grupo logístico, un grupo de artillería y una
unidad de servicios de base. En total en el año 2010 se formó a 2.600 militares del Ejército nacional afgano, que siguen siendo instruidos por nuestras tropas. Este año va a concluir la formación de hasta 600 efectivos más.


Por otra parte, como saben, también la Guardia Civil está contribuyendo a la formación de la policía con dos equipos policiales de asesoramiento y enlace, los POMLT, de Qala-i-Naw. En total en catorce meses han capacitado a unos 750
policías afganos. Además los instructores españoles desplegados en el centro de formación policial de Mazar-i-Shariff, también de la Guardia Civil, han impartido cursos que han contribuido a capacitar a más de 5.000 cuadros de mando de la Policía
nacional de orden público, equivalente a la gendarmería afgana. Por otra parte, el próximo otoño está previsto que la Guardia Civil, sin incremento de efectivos, se encargue de la instrucción de la policía afgana de fronteras del aeropuerto de
Herat. Les reitero, señorías, que estas actividades de adiestramiento son claves. Van a permitir que Afganistán cuente con una estructura de seguridad que garantice a las instituciones afganas el ejercicio efectivo de su autoridad sobre su
territorio. Será entonces cuando los afganos sean dueños de su destino y podremos dar por finalizada esta misión. Mientras esto se cumple la labor de nuestro contingente es garantizar la libertad de movimientos de las vías de comunicación en la
provincia de Badghis y así proteger el tráfico civil y a la población en general.


Paso al mapa 3 para decirles que desde hace un año, junto al Ejército nacional afgano, hemos ampliado la vigilancia y el control en muchas zonas de la provincia, antes controladas por la insurgencia y los delincuentes. De esta forma, como
les decía, estamos recuperando terreno a los violentos y expulsándoles de sus habituales guaridas. Para ello, como sus señorías pueden apreciar en el mapa, nuestros militares han instalado lo que hemos llamado puestos avanzados, el FOB Bernardo de
Gálvez II, próximo a Ludina, y el FOB Hernán Cortes, cerca de la localidad de Darrah-i-Bum. Los soldados españoles también mantienen presencia en el FOB Rickets, en Muqur, que está a cargo de las tropas estadounidenses. Desde allí la labor de los
militares es fundamental para garantizar el tránsito seguro entre las principales poblaciones a lo largo de la Ring Road y la ruta Lithium, desde Qala-i-Nav hasta Bala Murghab. Este es un cometido que los soldados españoles comparten con los
italianos y con los estadounidenses asignados en esa zona, pero sobre todo, señorías, lo hacen acompañados de soldados afganos. En cada task force de las tropas aliadas se integran efectivos del Ejército nacional afgano para consolidar la seguridad
en toda la provincia de Badghis. En un futuro deben de ser ellos, los propios afganos, quienes lleven a cabo todas estas tareas por sí solos. De hecho, una de las cuestiones que más han elogiado los comandantes de ISAF acerca del trabajo de
nuestros militares es la magnífica coordinación entre nuestros efectivos y los miembros del Ejército nacional afgano a quienes estamos instruyendo. El trabajo



Página 6





de los soldados españoles está a día de hoy sirviendo de ejemplo para otros contingentes de ISAF, como así han puesto de manifiesto, insisto, las autoridades de la OTAN.


En los próximos meses, las tropas afganas, acompañadas por las españolas y estadounidenses, tienen como misión seguir consolidando los avances hacia el norte en la región: por un lado, por la ruta Lithium hasta el poblado de Mangan y, por
otro, por la Ring Road hasta la localidad de Zaman. Por su parte, militares afganos, acompañados por soldados italianos, serán quienes se encarguen de asegurar los tramos restantes en ambas rutas, desplazándose desde Bala Murghab hacia el sur.
Para apoyar este avance esta prevista la instalación de una serie de nuevos puestos avanzados en el camino. Estos puestos van a ser esenciales para seguir proporcionando seguridad y control en las zonas que se arrebatan a la insurgencia y, lo más
importante, quienes van a hacerse cargo de estos puestos no serán militares estadounidenses, ni militares italianos, ni militares españoles; serán los propios soldados del Ejército nacional afgano los que van a ocupar estas nuevas posiciones. Las
tropas de ISAF les prestarán apoyo en este despliegue, pero la responsabilidad va a ser de ellos. Entretanto, todos estos avances tienen un complemento esencial en la labor de reconstrucción que a su vez nuestros militares están desarrollando junto
con la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo. Las 700.000 personas con acceso a la sanidad, los 15.000 niños y niñas que reciben educación, las más de 1.200 mujeres que trabajan en granjas avícolas, los 160 kilómetros de carreteras
construidos son algunos de los resultados que sus señorías conocen bien del excelente trabajo que están llevando a cabo nuestros militares en la provincia de Badghis. Con más de cincuenta proyectos en marcha, el equipo de reconstrucción provincial,
el PRT, sigue trabajando por el desarrollo social y económico de la región para ayudar a los afganos a encontrar un futuro viable, un futuro de estabilidad y de paz al que aspiran.


Señorías, el enorme empeño que nuestros soldados ponen día a día por capacitar a policías y a militares afganos, por garantizar la seguridad y por reconstruir su país nos acerca cada vez más al objetivo marcado: lograr que sea el pueblo
afgano el dueño de su propio destino. Será entonces cuando podremos dar por cumplida nuestra misión en Afganistán. Como ustedes saben, fue en la cumbre de Lisboa del pasado noviembre cuando se definió la epata final de esta misión, en la que ya
estamos inmersos, cuya conclusión está prevista para el año 2014. Para ello debemos seguir progresando en el llamado proceso de transición o Inteqal, que pretende devolver progresivamente el control del territorio a las autoridades afganas una vez
se alcancen las condiciones de seguridad adecuadas en cada distrito o en cada provincia. Inteqal se articula en dos fases: una primera de análisis y una segunda de implementación. Durante la primera fase, una comisión denominada Janib, compuesta
por líderes afganos y por representantes de la comunidad internacional, analiza qué provincias cumplen las condiciones para la transición. Tras ello la comisión formula su recomendación al Gobierno afgano para que comience la fase de implementación
en esas provincias.


Este proceso de transferencias se articula en cinco etapas hasta llegar a un Afganistán plenamente autogobernable y dueño de su seguridad y dueño de su desarrollo. Las etapas que deben cumplirse son las siguientes. En la llamada etapa 0 o
etapa de asociación, las tropas de ISAF y las fuerzas de seguridad afganas operan de forma integrada. Es la situación actual, como les comentaba, en la provincia de Badghis. En la etapa 1 o etapa de apoyo, las fuerzas de seguridad afganas lideran
el planeamiento y lideran la ejecución de misiones con el apoyo de las tropas de ISAF. En paralelo, se transfiere el liderazgo militar de los equipos provinciales de reconstrucción a personal civil. En la etapa 2 o etapa de tutela -tercera etapa
por tanto-, ISAF supervisa las operaciones a nivel táctico y, llegado el caso, interviene con fuerzas de reacción rápida para apoyar a los afganos. Entretanto, los PRT civiles se transforman en equipos de apoyo provincial a la transición. En la
etapa 3, de capacitación, ISAF solo supervisa ya la misión desde el nivel operacional, mientras las fuerzas de seguridad afganas desarrollan sus capacidades de forma progresiva. En esta etapa los equipos de apoyo a la transición se van
transformando en oficinas consulares o en estructuras integradas en organismos internacionales. Estas estructuras asesorarán y coordinarán los apoyos a los tres pilares de la transición: seguridad, gobernabilidad y desarrollo, que serán liderados
por las autoridades civiles y militares afganas. Finalmente, en la etapa 4, de consolidación -quinta por lo tanto-, ISAF supervisa desde el nivel estratégico y se produce el gran repliegue, manteniendo allí únicamente fuerzas de contingencia. Por
tanto, señorías, el proceso de transición no se traducirá en un relevo brusco entre las fuerzas aliadas y el Ejército nacional afgano, sino en una reducción progresiva de los cometidos de ISAF, siempre en sincronía con el desarrollo de las
capacidades de las fuerzas afganas.


A medida que avance la transición, los aliados mantendrán determinadas capacidades en los teatros de operaciones y reasignarán los efectivos allá donde más necesarios sean. Actualmente y tras la primera recomendación de la Janib, siete
entes territoriales en Afganistán han iniciado ya este proceso de transferencia. Entre ellos está el municipio de Herat, donde saben que están presentes las tropas españolas. No obstante, en este proceso no está incluida la transferencia de
responsabilidad del aeropuerto internacional de Herat, que se realizará más adelante. Esto se debe a que se trata de un procedimiento complejo con un planeamiento y una ejecución -la del aeropuerto- específicos, similar, recordarán, al que se llevó
a cabo en 2010 con el aeropuerto internacional de Kabul. Al final del verano verá la luz la siguiente recomendación de la Janib. Es probable que esta nueva tanda de transición incluya los distritos de Ab-e-Kamari y Qala-i-Naw en la provincia de
Badghis, en donde operan



Página 7





nuestros militares. En tal caso, el proceso se iniciaría en los seis meses siguientes. El resto de la provincia entraría en la recomendación que la Janib emita en febrero o marzo del año 2012 para comenzarla en el segundo semestre del año
próximo.


De esta forma, señorías, y tal como anunció el presidente Rodríguez Zapatero el pasado 25 de junio, este año vamos a iniciar las primeras etapas de este proceso de transferencia. Tras ello, en 2012, podrá comenzar el repliegue progresivo de
las tropas españolas desde Afganistán hacia casa. En su conjunto, este proceso de retirada puede durar entre veinticuatro y treinta y seis meses. A este respeto permítanme que les esboce los planes establecidos por el Estado Mayor de la Defensa.
En el primer semestre de 2012 se habrá retirado cerca del 10 por ciento del contingente, dependiendo del ritmo con el que avance la generación de capacidades afganas. Paralelamente, si la transición en Herat avanza conforme a lo previsto, podríamos
acelerar el esfuerzo en formación e instrucción de las fuerzas de seguridad afganas en la provincia de Badghis. Tras ello, en el primer semestre del año 2013, se replegaría hasta un 40 por ciento del contingente, es decir, unos 600 efectivos, y
finalmente el resto del contingente español abandonaría el país entre los años 2013 y 2014. Así estaremos cumpliendo con los planes establecidos por la Alianza en la pasada cumbre de Lisboa. El Estado Mayor de la Defensa estima que se pueden
alcanzar los objetivos señalados en los plazos establecidos. Por supuesto, cualquier reducción de nuestro personal en Herat o en Badghis será coordinada en el seno del mando regional oeste.


No obstante, señorías, es importante reiterar que estos planes están sujetos a la evolución constante de las circunstancias y sobre todo al cumplimiento de los objetivos de la misión, es decir, que los afganos posean las instituciones y los
medios que garanticen un Estado suficiente desde el que construir su futuro. Como ha expresado el presidente del Gobierno en más de una ocasión, los plazos en Afganistán son orientativos; los objetivos son irrenunciables. Los aliados nos iremos
de Afganistán, pero no lo vamos a abandonar a su suerte. Tras la retirada de las tropas, tal y como estableció la cumbre de Lisboa, la Alianza Atlántica seguirá apoyando al Gobierno afgano desde el respeto a su soberanía. Aún no se ha definido el
papel que va a desempeñar cada país en este partenariado a lo largo de todo el territorio y acordado entre la OTAN y el Gobierno de Afganistán.


Señorías, en exactamente dos meses se van a cumplir diez años de una acción terrorista que sin ninguna duda ha cambiado el curso de la historia. No se podrá comprender el mundo de la última década ni el de las próximas generaciones sin
referirse ya a los brutales atentados perpetrados en el año 2001 en Nueva York y en Washington. Estos crímenes fueron el primer capítulo de un relato de horror que siguió escribiéndose con la sangre de miles de inocentes en todo el mundo: desde
Casablanca a Estambul, de Amán a Bali, de Londres a Madrid, el terror no ha conocido ya fronteras. Debemos recordar que la puesta en marcha de la operación ISAF en Afganistán es consecuencia directa de aquellos crímenes. El Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, les recuerdo, a través de la resolución 1386, solicitó a la comunidad internacional que interviniera. y España, por decisión del Gobierno del entonces presidente Aznar, respondió a aquel llamamiento con el apoyo mayoritario de esta
Cámara. Fuimos a Afganistán en enero de 2002 para evitar que desde allí se siguieran planeando nuevos atentados contra nuestras sociedades y hoy más de 132.000 militares de cuarenta y ocho países permanecemos en aquel país para que no vuelva a
convertirse en refugio de grupos terroristas. Cuando demos por concluida nuestra misión habrá surgido un Estado para los afganos y habrá desaparecido una amenaza cierta para el resto de ciudadanos del mundo.


La sociedad española, lo saben ustedes bien, ha dedicado un formidable esfuerzo en este empeño. Durante ya nueve años, 24.000 de nuestros militares han trabajado en Afganistán en condiciones de extrema dureza, pero sobre todo asumiendo
enormes riesgos. El sargento Manuel Argudín o la soldado Niyireth Pineda son el último doloroso testimonio de los peligros que nuestros soldados enfrentan a diario, pero estamos, señorías, ya en el principio del fin de la misión ISAF en Afganistán,
aunque no debemos olvidar que hasta que concluya seguirá siendo tan dura y seguirá siendo tan arriesgada como lo ha sido hasta ahora. Los riesgos, no obstante, no van a frenar nuestra determinación. En los tres años que quedan les puedo asegurar
que los militares españoles van a cumplir con sus cometidos con el mismo valor, con la misma profesionalidad y con la misma entrega que han demostrado en estos nueve años de misión. Estoy convencida de que esta Cámara, al igual que el conjunto de
la sociedad española, seguirá agradeciéndoles y sobre todo reconociéndoles los enormes sacrificios que están realizando por todos nosotros. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: A continuación, ¿grupos que desean intervenir? (Pausa.) Por tiempo de diez minutos tendrán la posibilidad de intervención los distintos grupos que lo han solicitado. En primer lugar, por el Grupo Mixto tiene la
palabra la señora Díez.


La señora DÍEZ GONZÁLEZ: En primer lugar, quiero agradecer a la ministra que haya realizado esta comparecencia, máxime en la situación física que todos hemos podido comprobar. Quiero agradecer su intervención y todas sus explicaciones, al
margen de la parte de las mismas que comparta o no y de la que hablaré posteriormente. Antes que nada, quiero reiterar en esta comparecencia nuestro apoyo, nuestro pésame y nuestra solidaridad no solamente con todos los militares fallecidos a lo
largo de esta guerra en Afganistán, con los últimos particularmente, sino con todos los que allí están, con todos los que han pasado por allá, con el conjunto



Página 8





de las Fuerzas Armadas y, de una manera más especial, con sus familiares y amigos.


Paso a hacer algunas reflexiones, más sobre la misión en su conjunto y de nuestra situación en Afganistán que sobre lo que particularmente la ministra nos ha planteado en esta comparecencia. Señora ministra, creo que hay una contradicción
-así lo veo yo- entre una afirmación que usted ha reiterado sobre dar por cumplida la misión -ha dicho varias veces que habremos dado por cumplida la misión cuando se produzcan los acontecimientos que usted nos ha ido relatando- y la decisión de
irse en fecha prevista, en una fecha determinada, de irse cuando lo haga el conjunto de nuestros compañeros de otros países. Hace más de un año, la primera vez que un general norteamericano mencionó la fecha de término de la presencia en
Afganistán, planteamos la inconveniencia de marcar una fecha. Yo lo planteé así porque me parece que en ese momento es entregarle la victoria al enemigo. Si el enemigo sabe que en un momento determinado te vas a ir, no hay ningún aliciente para
dejar de ser el enemigo. Ellos tienen paciencia y se trata de esperar: ya se marcharán y cuando se marchen ya nos seguiremos organizando y nos quedaremos con el país, tal y como parecía que queríamos prevenir que ocurriera desde el punto de vista
de entender el enemigo o el totalitarismo.


El mejor homenaje que podemos hacer a nuestros militares y, por qué no decirlo, al conjunto de la sociedad española, que ha visto con preocupación durante todo el tiempo nuestra presencia en Afganistán -y sabe usted, ministra, que yo, en
nombre de mi partido Unión Progreso y Democracia, hemos apoyado esa presencia las veces que ha sido preciso-, es hablar con claridad y reconocer las cosas como a mi juicio son. Creo que hay que decir que hemos perdido, que la alianza internacional
ha perdido su guerra en Afganistán, que hemos renunciado a aquello que nos llevó a ir allí, a aquella estrategia que nos llevó a ir allí, a aquella decisión por la que decidimos estar allí presentes para conseguir determinados objetivos que
compartíamos y que son los que usted acaba de reiterar -no tengo tiempo para entrar en todos ellos-. Hemos renunciado a esos objetivos, hemos decidido irnos y eso ha supuesto cambiar la estrategia. Hemos renunciado a ganar y, al renunciar a ganar,
hemos perdido. Ahora el debate debiera ser, como de hecho es, aunque no lo queramos explicitar, cómo nos vamos, cómo nos vamos de allá, cómo organizamos la retirada y cómo minimizamos los males, no ya los males estratégicos globales de dar una
batalla contra el terrorismo internacional, de evitar que el fundamentalismo, el totalitarismo y el terrorismo se organizaran en Afganistán para atacar al mundo, en fin, todos esos grandes conceptos -y lo digo realmente como lo siento- por los que
merece la pena dar las batallas en el mundo desde los países democráticos, no la revisión de esas estrategias, sino cómo nos vamos para minimizar los daños entre la gente que está allí, entre nuestros militares. No hay mejor homenaje que decir las
cosas, la verdad.


No creo que se pueda decir que vamos a dar por cumplida la misión. No, no la vamos a dar por cumplida. Hemos renunciado a acometer esa misión. Porque, dígame usted, ¿si no están cumplidas las previsiones en esas fechas, en 2014, nos
quedamos? Porque se ha puesto fecha límite, la ha puesto Barack Obama y después han salido nuestro presidente y los demás presidentes a decir cuándo empezará el repliegue y cuándo finalmente nos iremos todos. Si no se han cumplido las previsiones,
si no se ha hecho toda esa tarea que usted otra vez ha detallado aquí de transferencia de poderes, ¿nos quedamos en 2014 o volvemos? Hace ya algún tiempo que aquella idea o argumento de misión de mantenimiento de la paz en Afganistán dejó de ser
digerible para cualquier ciudadano español. Creo que hace mucho que eso dejó de ser así; que hemos estado y estamos en guerra en aquel territorio, en aquella zona; que nuestros soldados viven diariamente un conflicto bélico y mueren por ello y
que esa supuesta reconstrucción del país -al menos de la franja asignada a España- pasa a un segundo plano si no somos capaces de controlar y estabilizar ese territorio.


Iniciamos el repliegue en 2012, como se ha vuelto a reiterar, y una retirada completa para el año 2014 -según anunció el presidente Zapatero y hoy usted nos ha recordado- después de que Obama presentara un plan inicial de evacuación de los
33.000 efectivos norteamericanos, anuncio que a mi juicio supuso toda una inyección de moral para la insurgencia afgana, envalentonada y dispuesta a aprovechar ese regalo que podríamos decir psicológico de guerra del adversario. Entiendo por tanto
que desde el punto de vista táctico, estratégico y operativo -para lo que a nosotros nos debiera de ocupar, habida cuenta de que hemos dado por perdida esa batalla-, semejante anuncio ha sido un error de bulto. Es lo que ocurre cuando la política o
sus intereses políticos -con minúscula- tratan de fijar excesivamente los criterios de ese combate en el que estábamos y donde los profesionales son escuchados poco, mal y generalmente tarde.


Una cosa es cierta: si Barack Obama considera que ya no interesa a los Estados Unidos seguir con la ayuda humanitaria, mantener el orden, las libertades o mantener a raya a los terroristas talibanes, la posición de España -como la del resto
de los aliados- se torna delicada naturalmente, puesto que poco podemos hacer nosotros sin el aporte principal de los norteamericanos. Por eso, ministra y compañeros de la Comisión de Defensa, perdida Afganistán, debemos centrarnos como objetivo
prioritario en el repliegue y centralizar todos los esfuerzos en la seguridad de nuestras tropas para que regresen a casa sanos y salvos sin más bajas. Así es como lo veo, ministra. Si no podemos o no queremos arrebatar la iniciativa militar a los
talibanes en Badghis, al menos habrá que dotar a los nuestros de los mejores y más adecuados medios materiales para garantizar por encima de todo su protección, porque desde que iniciamos la ofensiva en esa zona estableciendo nuevas bases avanzadas



Página 9





en santuario talibán, los ataques, la hostilidad y la presión sobre las fuerzas españolas ha sido continua -como usted misma ha reconocido- por mucho que Naciones Unidas diga que el proceso de transición va por buen camino y que la situación
de seguridad mejora continuamente -merece comillas lo de por buen camino y que mejora continuamente-. El enemigo en Afganistán se confunde entre líderes tribales, narcotraficantes, delincuentes y/o terroristas.


Era solo cuestión de tiempo que la insurgencia respondiera con un aumento de las cargas. Tras los últimos atentados ha quedado claro que estos vehículos no ofrecen la debida protección. Es verdad, usted lo ha dicho, que por mucha
protección siempre podrá ocurrir -naturalmente que sí- un atentado, es imposible preverlo todo, pero dicen los técnicos -y creo haber escuchado alguna referencia al respecto- que hay que evitar que los talibanes coloquen los artefactos para lo cual
es imprescindible un buen trabajo de inteligencia sobre sus operadores para cortar las líneas de suministro de explosivos. Nos preguntamos si también en eso fallamos, en la parte que tiene que ver con la prevención y con la inteligencia. Nos
preguntamos si tenemos personal capacitado para realizar las oportunas investigaciones de seguridad, si hay burbujas de seguridad en la zona de operaciones españolas.


Sé que todo esto de lo que estoy hablando no es nuevo y que se enmarca dentro del problema ya existente sobre la falta de medios y que en muchas ocasiones se ha denunciado, pero ahora adquiere una dimensión más dramática porque, como digo,
ahora estamos en retirada. Hemos perdido, hemos decidido que hemos perdido, aunque no se lo queramos comunicar a la opinión pública, incluso aunque no se lo queramos comunicar a nuestros efectivos allí, ni a los que puedan ir a relevarlos, ni a los
que los han relevado a lo largo de estos diez años -bastantes miles de soldados españoles-, pero por terminar de la misma manera que empecé, creo que la gente merece un respeto, que lo merece el conjunto de la sociedad española y que el respeto y el
homenaje lo merecen particularmente las personas que arriesgan su vida. El mayor respeto es saber por qué la estás arriesgando, y la gente que está allí, los españoles que están allí tienen que saber que ya no la arriesgan por aquello por lo que
les dijeron que la arriesgaban. Nuestra principal tarea ha de ser protegerlos para que vuelvan sanos, porque decirles otra cosa sería no decirles toda la verdad. Como decía Ungaretti, no se puede pactar con las dificultades: o las vencemos o nos
vencen. Y nuestra mayor dificultad en esta batalla que estamos librando ahora mismo es no querer llamar a las cosas por su nombre.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds tiene la palabra el señor Llamazares.


El señor LLAMAZARES TRIGO: Quiero agradecer la comparecencia de la señora ministra en relación con estos nuevos hechos luctuosos que se han producido en Afganistán y sobre los que nosotros también queremos mostrar nuestra condolencia a las
familias, tanto del señor Argudín Perrino como de la señora Pineda Martín. Queremos también sumarnos al deseo de restablecimiento de los militares heridos en ese mismo atentado. De la misma manera, por aquello de que nunca se confunda la
discrepancia política con la solidaridad y el apoyo, quisiera mostrar el reconocimiento a la profesionalidad, al esfuerzo y al sacrificio de nuestras Fuerzas Armadas allá donde estén y también en particular en un lugar que, como ha dicho la señora
ministra, es especialmente duro y difícil como es Afganistán. Por otra parte, mi grupo parlamentario seguirá exigiendo el mayor grado de seguridad para nuestros soldados, para nuestros militares, pero sabiendo que el máximo grado de seguridad es
que no estén allí. Precisamente el grado máximo de seguridad es no estar en esa zona, que es insegura y peligrosa, y esto es lo que nos ha llevado desde un primer momento a la discrepancia con el Gobierno en primer lugar de José María Aznar y más
tarde con los de José Luis Rodríguez Zapatero.


Señorías, quería hacer un segundo apunte previo, que es el que tiene que ver con la incorporación del general de división Javier Cabeza Taberné como segundo del mando operacional en Afganistán. El Gobierno ha hecho una interpretación por la
cual el envío de un contingente de 100 militares no pasará por esta Cámara para ser votado. Me parece una interpretación discutible; es discutible que la Ley de Defensa Nacional exceptúe cuerpos de carácter internacional. Yo lo discuto y por eso
le pediría a la señora ministra que para que no se produzcan desencuentros entre la Cámara y el Gobierno haya un informe jurídico por parte del ministerio que nos muestre cómo este contingente está exceptuado de los requisitos escrupulosos de la Ley
de Defensa Nacional, que creo que ha sido una conquista del conjunto de los grupos parlamentarios de esta Cámara. Tiene que estar en el marco de una organización internacional, tiene que responder también a resoluciones de Naciones Unidas, pero en
opinión de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya el envío de ese contingente tiene que pasar por esta Cámara. Por tanto, le pediría a la señora ministra que nos aclarara esa circunstancia que nos ha llamado la atención. No es la primera vez que
nos llama la atención ese tipo de excepciones, pero quisiera manifestar esa duda.


Señora ministra, en el mismo sentido en que se ha expresado la señora Díez aunque con un matiz distinto, nosotros no hemos creído nunca que esta guerra, la guerra de ocupación de Afganistán fuera una guerra en la que se pudiera ganar. Nunca
lo hemos creído y por lo tanto no estamos sorprendidos por el final de esta guerra. Recientemente alguien decía, asimilando esta guerra de ocupación a la guerra de Vietnam, que cuando la guerra no se puede ganar, cuando el Estado es insostenible
por sí mismo sin ayuda externa y cuando el Gobierno es ilegítimo y corrupto, no hay solución. Solamente queda



Página 10





decidir en qué momento se repliegan las tropas, en qué momento se retira lo que podemos denominar la fuerza de ocupación. En ese momento estamos, aunque da la impresión de que a toque de corneta, señora ministra, porque esas no eran las
previsiones que teníamos. Las actas que figuran en esta Cámara, incluso las propias reuniones tanto de Naciones Unidas como de la OTAN, no tienen este mismo calendario. Este es el calendario del señor Obama. Este es el calendario de las
elecciones presidenciales de 2012, señorías. Ese es el calendario. No es que hayamos conseguido los objetivos; objetivos que han ido mudando en la medida en que han ido evolucionando las circunstancias. No es tampoco que estemos inmersos en un
proceso de transición que nos lleve indefectiblemente al repliegue porque está garantizada la seguridad en un Estado suficiente, señorías; no es así. Es que el imperio ha tocado la corneta y a toque de corneta nos vamos a ir. La duda que tiene mi
grupo parlamentario es si vamos a ser los últimos después del toque de corneta, porque viendo el calendario del señor Obama hay unos que se van antes y hay otros que se van después. Buena parte del contingente norteamericano, un volumen muy
importante, se va antes de las elecciones presidenciales. Sin embargo, nosotros nos vamos de una forma más lenta y, por supuesto, sin nada que ver con nuestras elecciones generales. Para mostrar nuestra autonomía en relación a las decisiones del
Gobierno norteamericano, yo le sugeriría al Gobierno español que adecuase esta retirada también de forma tan realista como el Gobierno norteamericano y que la adecuase al periodo electoral español y, por lo tanto, que acelerase la retirada, de tal
manera que cuando llegasen las elecciones -en principio, para el mes de marzo del próximo año- una buena parte del contingente se hubiese ya replegado a nuestro país. Ese sería un criterio.


Otro criterio -quizá el que tenía inicialmente la señora ministra- sería aquel por el cual, en la medida en que trasladamos la seguridad al ejército o a las fuerzas de seguridad afganas, nos retiramos. No era ese el criterio del Gobierno,
que parecía que aunque nos fuéramos de la región más segura no significaba que nos fuéramos de Afganistán; significaba que continuábamos en un periodo más largo. Señora ministra, me preocupa esa cuestión. Por eso, querría sugerirle que tomáramos
medidas para que nuestro calendario fuera, al menos, el calendario del Ejército norteamericano, no ya el calendario que va después del Ejército norteamericano y que se queda el último para apagar la luz en Afganistán. Esa es la impresión que
nosotros tenemos en estos momentos con respecto al calendario que ha presentado el Gobierno español a continuación del toque de corneta del señor Obama.


Señora ministra, estamos convencidos de que cuando uno interviene a ciegas -como en su momento intervino Estados Unidos en Afganistán al socaire de aquello de la legítima defensa- sale a ciegas; no cabe ninguna duda. Eso de que vamos a
garantizar un Estado suficiente creo que son únicamente buenas palabras. Pero la historia es a veces demoledora como, por ejemplo, la historia de Vietnam. Esto va a acabar igual. Seguramente no estaremos mirando ya hacia Afganistán, pero no va a
haber un Estado suficiente en Afganistán, no va a haber seguridad en Afganistán, no se va a producir en esta fase final el milagro que no se produjo en una década, porque durante esta década cada vez ha habido más guerra, cada vez ha habido más
inseguridad y, además, hemos tenido un Estado insostenible y un gobierno corrupto, en estos momentos ilegítimo, porque prácticamente ha sido el desistimiento de la oposición lo que ha hecho que finalmente se mantenga tal y como está.


Señora ministra, por tanto, yo vuelvo a reclamar en esta Cámara la retirada de nuestras tropas, un calendario inmediato de retirada de nuestras tropas que no dependa de las elecciones presidenciales norteamericanas sino de datos más
objetivos, por ejemplo las elecciones generales españolas. Y vuelvo a reclamar realismo y menos quimera. En este caso la quimera es hablar de un Afganistán autoorganizado, de un Afganistán autogobernado; no se lo cree nadie, señora ministra. Nos
vamos a ir antes o después y vamos a dejar el país con características muy similares a las que tenía cuando llegamos, probablemente en el siglo XIV, pero poco más; con algún nicho donde nosotros hemos podido hacer las cosas más o menos bien -más
bien que mal-, pero que en definitiva ese nicho o esa Suiza que ha significado nuestra presencia en Afganistán no se mantendrá desgraciadamente -permítame ser escéptico-, porque el conjunto de Afganistán no da para más.


Termino, señorías, diciendo que estos son los efectos del imperialismo sucio que viene estando presente en las relaciones internacionales desde la doctrina Monroe. Aquella idea de superioridad moral por la cual un país o una civilización
pueden imponer el orden al resto del mundo. Está claro que no impone el orden y, en todo caso, impone temporalmente su orden para que vuelva de nuevo el desorden a su ser.


Señora ministra, por resumir, repito las condolencias de nuestro grupo y el reconocimiento a los profesionales de la milicia, pero al mismo tiempo nuestro profundo desacuerdo con respecto tanto a la presencia de Afganistán como a este
calendario de retirada, que es un calendario vicario del calendario norteamericano y que nos deja los últimos para apagar la luz en Afganistán.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) tiene la palabra el señor Beloki.


El señor BELOKI GUERRA: Señora ministra, mi intención de hoy era hacer una alocución extremadamente breve. Yo creí que usted nos iba a informar sobre el atentado sufrido el pasado día 26 de junio por el contingente español que participa en
la misión ISAF en Afganistán y que solo íbamos a hablar de eso. A ese respecto lo único que yo quería decir era que expresaba en nombre de mi grupo la más sentida condolencia a los familiares de Manuel Argudín Perrino y de Niyireth



Página 11





Pineda, el deseo del rápido y entero restablecimiento de los que han resultado heridos en ese atentado, mostrar la solidaridad de mi grupo, el reconocimiento de la labor que ellos han realizado y que realizan quienes han sido enviados por
nosotros a Afganistán, y el agradecimiento y el compromiso de no escatimar esfuerzo en una doble dirección: por un lado, en la clarificación y detención de los culpables y, por otro, en la seguridad de los soldados. Y esto era todo lo que hoy mi
grupo quería decir. Usted nos ha hablado de más cosas y la extrema brevedad de mis palabras será no tan extrema, aunque procuraré ser en todo caso muy breve.


Yo no quería hoy celebrar el duodécimo debate, de los once que usted nos ha dicho, pero yo sí quiero apuntarme a lo que usted nos ha dicho, a la esperanza de que estemos en el principio del fin. Entiendo que no solo del fin de nuestra
estancia allí sino también del cumplimiento de determinados fines que se han establecido y que yo he venido compartiendo según han ido avanzando los días y se han ido desarrollando las misiones; entiendo que estamos intentado garantizar una
seguridad afgana en Afganistán y entiendo también que se trata de una seguridad que garantice un régimen de libertades mayor que el que había cuando se puso en marcha la misión. Yo no tengo datos en contra suficientes como para discutirle a usted
lo que nos ha dicho y mucho menos datos para discutir, si le he entendido bien, esa expresión que ha dicho que está avalada por el Estado Mayor de la Defensa de que estamos en fase y en disposición de cumplir los objetivos señalados en los plazos
establecidos. Y como no tengo datos para discutirlos, no se los voy a discutir. Eso sí, también mi grupo, puestos a debatir, entiende que hay muchos elementos para debatir, no solo y respecto a esta misión. Según van desarrollándose las misiones,
es evidente que todos estamos entrando en una compleja problemática en la que las misiones en el extranjero -su razón de ser, su alcance, la participación de cada Estado, etcétera- van a seguir siendo objeto de debate, y nosotros queremos estar en
ese debate. No queremos partir con una posición fijada de antemano ni del sí por el sí ni del no por el no.


En segundo lugar, entiendo que en este debate no solo están las misiones en el extranjero, porque seguramente es un debate que está en los cuarenta y dos países que están participando en Afganistán. Entiendo que también se está suscitando
un debate serio y a fondo, que yo desearía que algún día se llevara a cabo también entre nosotros, del propio Ministerio de Defensa, de la razón de ser del número de soldados que se tiene, de la razón de ser de las compras que se hacen, del porqué
se compra qué cosa, en definitiva, de qué se gasta en qué, a efectos de desempeñar unas funciones que todos sabemos que son mucho más complejas de las que supuestamente sabíamos que antes desarrollaban los ejércitos. Y nosotros sabemos que este no
es un debate que solo afecta al Ejército español. Esta misma semana leíamos referido al Ministerio de Defensa y no en absoluto atribuible a ninguna persona anti, que el presupuesto de defensa inglés es el más caótico, el más desorganizado y el que
mayores sobrecompromisos contiene. Creo que estamos de verdad ante la necesidad de replantear muchas cosas. Lo mismo digo respecto de las misiones extranjeras que de la realidad de los ejércitos o de los ministerios de Defensa, de cuáles son sus
realidades presentes, de dónde vienen y a dónde van. Insisto, todo esto puede y debe ser objeto de debate, pero hoy mi grupo quería limitarse a lo que antes he dicho y que es lo principal: mostramos nuestra solidaridad, nuestro apoyo, nuestro
deseo de que la convalecencia sea rápida y la recuperación total en la medida de lo posible, y nuestro agradecimiento y nuestro compromiso de no escatimar esfuerzos ni en la clarificación del atentado del pasado día 26 ni en la seguridad de todos
los soldados mientras estén en las misiones en el extranjero.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra la señora Tarruella.


La señora TARRUELLA TOMÀS: Señora ministra, en nombre de nuestro grupo parlamentario también le queremos agradecer la información que ha trasladado a esta Comisión y que ya forma parte en estos últimos años de la voluntad de trasladar estos
debates aquí, que creemos que debe hacerse siempre.


En primer lugar, queremos mostrar la condolencia de nuestro grupo parlamentario por el fallecimiento de Manuel Argudín Perrino y de la soldado Niyireth Pineda, y trasladarla a los familiares de estos fallecidos. También queremos desear una
pronta recuperación a los heridos que todavía están ingresados y expresar nuestras condolencias al conjunto de las Fuerzas Armadas y al Ministerio de Defensa.


Más allá de este luctuoso hecho de la muerte de estos soldados y de los heridos, en la comparecencia de hoy la señora ministra plantea la ocasión de hablar sobre la naturaleza y el horizonte del compromiso de España y del conjunto de la
comunidad internacional en la misión ISAF. Durante mucho tiempo el portavoz de nuestro grupo parlamentario en esta Comisión, Jordi Xuclà, ha reclamado la modernización de los vehículos y del conjunto de los equipos de las misiones en el exterior.
Este no era el caso. En este caso, se trataba de unos equipos renovados, lo cual nos señala que la seguridad al cien por cien no se puede garantizar en una zona en situación de guerra como la que se vive en Afganistán. Quiero recordar en este
punto que desde Convergència i Unió hemos votado siempre favorablemente el envío de las tropas a Afganistán, que hemos apoyado al Gobierno y que nuestra política de defensa y de acción exterior ha suscitado siempre un gran consenso en el Parlamento.
Pero el compromiso de España y de su ejército con la estabilización de Afganistán -lo ha dicho usted también, señora ministra- parece ya más cerca de su fin, está ya llegando a su fin y están alejándose aquellos momentos del inicio. En nombre de
nuestro grupo parlamentario



Página 12





no hago nada más que hacer coincidir nuestra posición con la de la cumbre de la OTAN, que en Lisboa empezó a trazar el camino de salida de las tropas de ISAF de Afganistán. Por primera vez se han comunicado fechas a la opinión pública y se
ha apuntado -usted lo ha confirmado, lo ha repetido hace unos momentos aquí- el año 2012 como el del inicio de la retirada y el año 2014 como el de la retirada de los últimos efectivos. Son ya más de diez años de la misión de Afganistán. Se han
conseguido algunos de los objetivos fijados en las primeras misiones de ISAF y Libertad Duradera: se ha luchado mucho contra este terrorismo internacional vinculado a los talibanes; se ha institucionalizado el país y se ha realizado la celebración
de las elecciones, sin duda imperfectas, y se ha colaborado en la lucha contra el cultivo del opio como primera fuente de ingresos del país y de los grupos terroristas asentados en él. Pero también queremos hacer aquí un poco de autocrítica.


No es tan fácil predicar ni practicar la exportación de la democracia con rasgos netamente occidentales a estos países. Afganistán va haciendo su camino, no exactamente con nuestras formas democráticas, como nos gustaría. En esta
autocrítica creemos que se debe apuntar que los niveles de corrupción todavía son muy altos en Afganistán y que los fondos de la comunidad internacional, que han sido muy generosos, no siempre han estado bien monitorizados. Se ha reducido el campo
de actuación de los talibanes en muchas provincias de Afganistán, pero se ha extendido en los valles fronterizos entre Afganistán y Pakistán, en la llamada zona Af-Pak. Las relaciones del mundo occidental con Pakistán y la apuesta por la
consolidación y estabilidad política deben continuar siendo una clara prioridad. Es la hora de empezar a plantear de forma coordinada, como ha explicado, juntamente con nuestros aliados de la OTAN, la salida de Afganistán. Pero de forma
coordinada, quiero repetirlo, para que España y el Ministerio de Defensa no vuelvan a cometer los errores que creemos que se cometieron con la retirada unilateral de las tropas españolas de la misión de la OTAN en Kosovo. En resumen, señora
ministra, quiero volver a decir que valoramos muy positivamente esta información que nos ha trasladado. En este caso ni las más modernas medidas de seguridad de los equipos han podido evitar, tristemente, estas muertes y los heridos habidos. En
otros casos hemos criticado los equipos en Afganistán, pero quiero dejar constancia de que hoy creemos que no es el caso.


En este inicio de retirada de las tropas españolas de Afganistán conviene que el Gobierno y el Parlamento hagamos una valoración de esta misión, de estos diez años en este Estado centroasiático. Hace falta una reflexión, creemos, mucho más
profunda y con elementos de autocrítica, como los que he dicho hace un momento, pero sobre todo queremos recordar que esta retirada debe ser perfectamente coordinada con la OTAN y con nuestros aliados. En nombre de nuestro grupo parlamentario, le
agradezco una vez más esta comparecencia y deseo que se vayan desarrollando los planes sin que tengamos que volver a comparecer aquí por temas tan luctuosos como los que nos han traído hoy.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra la señora Rodríguez-Salmones.


La señora RODRÍGUEZ-SALMONES CABEZA: Muchas gracias, señora ministra, por su exposición tanto sobre los atentados como sobre la nueva situación en la que nos encontramos en Afganistán. Creo que los dos muertos enterrados hace poco más de
un semana, las dos personas con sus piernas amputadas hace quince días merecen que nos centremos en la situación de la seguridad de nuestros efectivos allí. No quiero decir con esto que no agradezca, y agradezca altamente, la información que nos ha
dado sobre el desarrollo futuro de la operación, pero también, como el señor Beloki, creo que esto tiene una entidad suficiente para que estudiemos con detenimiento lo que nos ha explicado de la nueva situación política -y ahora le explicaré también
nuestro punto de vista- de aquí a 2014, la nueva estrategia de salida de Afganistán. Sin embargo, no querría distraerme de nuestra preocupación por la situación de las tropas. Por lo tanto, antes de entrar en la nueva situación, quisiera hablar de
nuestras fuerzas allí y de su seguridad.


Está claro que estamos en una nueva estrategia política, la estrategia de salida; está claro que Estados Unidos y nosotros, aliados en esta operación, hemos modificado nuestros objetivos. No hay más que repasar sus intervenciones, las
intervenciones de los ministros anteriores y toda la trayectoria para ver que estábamos haciendo un tipo de misión. Ahora, lo nuevo desde 2010, en palabras del presidente de Estados Unidos, la palabra nueva fue la palabra salida. De ahí hay que
marcharse, hay que marcharse pudiendo decir, además así debe ser, que hemos hecho todo lo que hemos podido. La situación social en Afganistán ha mejorado, qué duda cabe; la situación de infraestructuras también, pero hemos renunciado al objetivo
de hacer ese país que usted misma -y puede repasar sus intervenciones, señora ministra- ofrecía como objetivo a realizar. En esta nueva estrategia donde la palabra clave es la palabra salida, la otra palabra clave es centrémonos en el terrorismo.
No estamos haciendo una lucha contra la insurgencia sino contra el terrorismo, el terrorismo es Al Qaeda. Al Qaeda en este momento en Afganistán tiene, según las fuentes de inteligencia, pocos militantes, pocos efectivos -la palabra para este tipo
de organización no sé cuál es-, sin embargo, el gran peligro está en Pakistán y en esa zona fronteriza, en FATA, entre Pakistán y Afganistán. Al Qaeda está, por otro lado, en todos los continentes. La estrategia contraterrorista de Estados Unidos,
publicada recientemente, es tremenda; es asustante lo que dice de Al Qaeda y su peligro. Centrémonos, por lo tanto, en Afganistán, en el contraterrorismo y no en la contrainsurgencia. Esto es nuevo. Pongamos unos plazos, pero -usted lo ha
repetido pero yo quiero insistir en ello una y otra vez- lo que tiene que primar es el cumplimiento



Página 13





de los objetivos, aunque los objetivos tampoco pueden mutar siempre. Usted lo ha dicho, el señor Zapatero lo ha dicho, estamos completamente de acuerdo, prima el cumplimiento de los objetivos frente a los plazos. Sin embargo, al mismo
tiempo tenemos unos plazos muy estrictos, muy precisos, porcentualmente medidos.


En esta nueva estrategia -que, insisto, hoy no quiero pasar de ahí y estudiaremos con mucho detalle lo que nos ha dicho- lo que proponemos es, sencillamente, un milagro, creo que así lo ha calificado el señor Llamazares, es decir, tener un
ejército y unas fuerzas de seguridad capaces de garantizar la seguridad y que estén a la orden de un gobierno respetado y respetable. El binomio no sale en 2014, eso es un hecho. Por tanto, hablaremos, tendremos un debate específico sobre la
estrategia de aquí al 2014, se lo solicitaremos. Ese binomio es imposible y deseo firmemente que nunca tengamos que decir que nos hemos equivocado y estemos sujetos a nuevos atentados terroristas en esa zona, porque en el resto del mundo desde
luego lo estamos. Me importa mucho comentar una cuestión, aunque diga que no quiero entrar en este debate, porque ha hablado de una permanencia. Nuestro grupo cree que hay que permanecer, lo que no se puede nunca es repetir el abandono de
Afganistán a su suerte. Ya le ha pasado varias veces en la historia y eso, claramente, no es viable. Está en debate si Estados Unidos quiere huir del término permanente. Una base, una presencia no simbólica, una presencia real en ese lugar del
mundo. En eso tiene nuestro apoyo.


Ahora, señora ministra, entro en el objeto de la convocatoria. Señora ministra, acabamos de estar en el funeral de Niyireth Pineda y de Manuel Argudín y están muy cerca de aquí dos soldados con sus piernas amputadas. Vamos a hacerles
llegar una vez más nuestro reconocimiento, nuestro agradecimiento y nuestra admiración a ellos y a sus familias. Sabemos que corren peligro cada minuto de las veinticuatro horas del día y que están en condiciones muy difíciles. Lo único que
tenemos en nuestra mano es darles todo nuestro apoyo, pero nuestro apoyo continuado, en este caso, a lo largo de toda su vida. No debemos olvidarnos de la imagen del hijo de Niyireth, ese chico de 12 años, que era el centro de la ceremonia funeral.
Hay que darle primero apoyo, pero también sentido. Si nos vamos a ir, ¿por qué ha muerto su madre? ¿Por qué han dejado a ese niño huérfano? Si todo está perdido -como aquí algunos han dicho-, ¿cómo le explicamos por qué ha muerto su madre y los
padres de tantas familias que han muerto? En esta nueva estrategia no podemos perder de vista que tiene que tener un sentido la vida que estos hombres y mujeres están dando allí. A este niño tan fuerte en el centro del funeral no podemos perderlo
de vista. Ahora bien, ¿qué es dar apoyo a lo largo de toda la vida a unas personas que van a tener que vivir sin su padre o su madre o sin un miembro, que se dice pronto? Sabrán reponerse, es gente fuerte y sabrán hacer frente a esta situación.
¿Qué es darle apoyo? Además de pedirle y repetir que estas unidades, que ha dicho que son prioritarias para el apoyo a las familias, se activen -por Dios-, pero que sea de manera máxima, es hacernos todas las preguntas sobre su seguridad. De aquí
al año 2014 -o no sabemos hasta cuándo- nos queda mucho tiempo, señora ministra. Tenemos una enorme preocupación por la seguridad de nuestras fuerzas allí.


Querría hacerle unas preguntas. Sabe que estas preguntas son para reforzar la seguridad y nada más que para eso, no hay en ellas asomo alguno de crítica, tiene nuestro apoyo y sé que todos comparten la obsesión por la seguridad. Señora
ministra, en alguna ocasión le hemos pedido que nos mande, por el procedimiento que quiera y con las reservas que quiera, los informes post-explosión de accidentes. En alguna ocasión le hemos pedido también que nos mande los informes que, en los
sucesivos relevos, hace el contingente que se va. Creemos que son unas auditorías que estamos obligados a conocer y a seguir. Insisto, con el grado de clasificación que usted quiera y con el grado de protección de datos que estimen oportuno, pero
tenemos que conocer las auditorías que se están realizando permanentemente.


Cuestiones que nos preocupan. Querría preguntarle algo porque creo que no lo he entendido. Nos ha dicho que se activó el artefacto. En el primer atentado hablamos de una activación por presión. La rueda pisó el IED, que era muy potente,
como usted explicó; en esta ocasión era más potente. Me gustaría conocer si esta segunda explosión se produce también por presión o por radiofrecuencia, porque ha habido informaciones contradictorias. Usted usó las palabras: se activó, y parece
que pudiera ser radiofrecuencia en una banda de 300. Entonces, ¿están preparados nuestros inhibidores? Nos preocupa especialmente la cuestión de los inhibidores, señora ministra. Sé que hay problemas. Ahora mismo -y vive Dios que no soy ni de
lejos una técnica, pero estudio la cuestión- tenemos un sistema de inhibidores PAGM. En estos inhibidores esta radiofrecuencia de 300, por ejemplo, no cabe; no digamos que no cabe, tenemos unos determinados módulos y no podemos tenerlos todos.
Hay muchos informes que alertan sobre la desprotección si no tenemos unos determinados módulos para interceptar determinadas frecuencias. Querría saber si en este caso lo tenemos. Por otro lado, este módulo M3 que correspondería a esta frecuencia
es vulnerable y tiene toda serie de problemas, como se recoge en los informes del Cifas, del CNI y en los informes post-accidentes. Sigo con los inhibidores. Hay un nuevo sistema que se nos había anunciado para 2009, el sistema Clipeus, que
cubriría todas las frecuencias. Habíamos hablado de una primera entrega para 2009, ¿no está? A lo mejor sí, pero según nuestras informaciones no está en zona de operaciones. ¿Qué dicen los grupos que están trabajando en ello? ¿Podríamos tener
conocimiento de las actas, de los pros y los contras del actual sistema PAGM con ese futuro previsto para 2009, sistema Clipeus, que creo que lo desarrolla Indra? Señora ministra, necesitamos tener esos informes. Yo estoy segura de que usted va a
buscar la forma de que los tengamos. De



Página 14





verdad nos preocupa y es una obligación hacia nuestros soldados.


Nos ha dado unos datos sobre IED detectados y, por tanto, se ha evitado la muerte, se ha evitado que explosionaran nuestros vehículos. Querríamos saber si también tienen un informe. Fíjese que yo creo que habría que tener un parte diario
de lo que está sucediendo en Afganistán, lo tiene ISAF, pero repase la página de su ministerio, que es a lo que yo tengo acceso, quizá allí habría que introducir esta cuestión diaria sobre Afganistán. Aunque ha habido información y usted lo sabe,
nos preocupan estos sistemas de detección, de reconocimiento, concretamente los rodillos antiminas. Parece que teníamos unos determinados rodillos que no están operativos, lo ignoro. Digo la información que tenemos y que usted conoce, pero querría
que nos lo contara. También nos preocupan -nos lo ha señalado muy claramente el mapa que tenía- los avances en la Ring Road, es decir, italianos por un lado, españoles por otro, vamos avanzando... ¿Se pueden -digamos- hacer sólidas las rutas por
las que vamos? No pido asfaltar, pero sí solidificar, es decir, en la medida en que no sean caminos de arena, sino que sean más compactos -creo que usted además lo ha mencionado-, el peligro sería menor. Estamos hablando de varias cosas que se
podrían hacer, que posiblemente no se hacen porque no se deben hacer o porque no son necesarias, pero nos gustaría que usted nos las comentara.


Hay una cuestión grave en las tropas que estamos adiestrando, lo que voy a llamar, utilizando un término genérico, los infiltrados. Es decir, hay un grado de, no se pueden llamar desertores, porque posiblemente entraron en este tipo de
adiestramiento con este objeto, pero ¿qué grado de enemigos tenemos dentro de estas tropas? Se conoce la alarma en general en ISAF y también en la operación de los Estados Unidos, porque es mucho más alta de la que estaba prevista. Estaba prevista
muy alta, lo que ellos llaman attrition, pero es mucho más alta. ¿Hasta qué punto esto también está suponiendo un peligro? ¿Hasta qué punto afecta la situación de Pakistán, señora ministra? Creo que nos ha hablado usted de la interceptación del
tráfico de IED. Estados Unidos ha tenido que hacer unos cierres con Pakistán hasta de lugares donde se estaban fabricando porque ha habido informaciones de Inteligencia tremendas? ¿Qué grado de tráfico hay por nuestra zona de IED? ¿Cuál es la
situación de la población, pues parece que los días de estos atentados se ha detectado que la actitud de la población no era buena? Le he preguntado en alguna ocasión por las fuerzas especiales de los Estados Unidos y me han dicho que eso es
Estados Unidos y que sobre eso no se nos puede informar, pero yo creo que se nos debería informar. ¿Qué objetivos están cubriendo en las provincias donde nosotros estamos?


Señora ministra, hay muchas preguntas -termino, señor presidente- sobre la seguridad de nuestros soldados, y yo le pido, por favor, que la cuestión sobre todo de los inhibidores nos la conteste con precisión, así como la de los soldados
infiltrados. A propósito de soldados infiltrados -perdóneme, presidente-, le voy a plantear una cuestión. El año pasado en agosto -aunque el atentado está todavía en fase de investigación, o al menos nosotros no conocemos los resultados-, uno de
estos llamados infiltrados mató a dos guardias civiles que estaban en operación de adiestramiento. Estuvimos en su funeral en Logroño, que fue especialmente dramático -es un paréntesis, señora ministra, pero me importa mucho decirlo-, ¿cómo es
posible, y estuvimos con él en ese entierro, que el señor Rubalcaba no haya tenido una mención, una palabra sobre la defensa, sobre la seguridad de nuestros soldados en estas operaciones, teniendo un entierro reciente, teniendo unos guardias
civiles, teniendo heridos, habiendo estado él allí hace mucho menos de un año? Dígaselo, señora ministra. Dígale que no se pueden hacer veintiséis folios de discurso y estar más de una hora hablando y no hacer mención a esto.


Creo que el presidente quiere que termine, y termino. Señora ministra, querría hacer una alusión, al igual que el señor Llamazares, y felicitar al general Cabeza por su nuevo destino en el cuartel general de Kabul. Tiene una trayectoria
brillante. Es el tipo de militar que nos enorgullece tener allí. Quiero hacerle llegar nuestra felicitación y desearle el mayor acierto. Creo que hay que venir aquí a informar sobre esos militares que se desplazan. Mi pregunta es: ¿por qué no,
señora ministra? ¿Por qué se ha dicho tan pronto que no es necesario? No sé si es necesario, pero es muy conveniente que se nos dé esta nueva explicación. Espero tener una pequeña réplica.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Cuadrado.


El señor CUADRADO BAUSELA: Haré también una intervención en la línea planteada por el señor Beloki en su intervención. Creo que lo más importante hoy aquí -y es el motivo de esta reunión de la Comisión de Defensa- tiene que ver con un
hecho dramático, luctuoso: con la muerte de dos militares españoles, el sargento Manuel Argudín y con la soldado Niyireth Pineda. Desde luego, es imposible, no diré muy difícil, es imposible poder consolar en este momento a sus familias y a sus
compañeros y amigos. Pero a la vez que digo esto, tengo que decir que el mejor homenaje que se les puede rendir a dos militares españoles que han dado su vida por nuestra seguridad es tratar con muchísimo rigor la misión militar de ISAF, de
Naciones Unidas en Afganistán, en la que participan más de 1.500 militares españoles; con muchísimo rigor. No podríamos entenderlo desde mi grupo de otra manera. En primer lugar, porque, de todos los colectivos, de todos los sectores de opinión
en España, ninguno como el de los militares, como el de los 134.000 hombres y mujeres que profesionalmente se dedican a la actividad de la seguridad, a crear el bien público de la seguridad desde la defensa, entienden hasta qué punto ha cambiado el
concepto de la seguridad en



Página 15





el mundo. Por eso, hacer un discurso sobre la seguridad -me da lo mismo que hablemos de Afganistán o de cualquier otra misión militar española- utilizando los conceptos, la gramática, los instrumentos de análisis de otro mundo que ya no
existe, es poco serio en mi opinión. ¿Por qué? Porque estamos hablando de algo por lo que efectivamente hay españoles que dan su vida, que es ni más ni menos que nosotros nos sintamos más seguros, eso sí, en el mundo de hoy, en el mundo en el que
vivimos hoy. Y nadie como los militares españoles saben que hoy la seguridad de los españoles hay que protegerla a miles de kilómetros de distancia de casa; es más, que no hay otra forma de protegerla que haciéndolo a miles de kilómetros de
nuestra casa, porque las bombas que nos ponen en los trenes de Madrid se preparan, se diseñan, se articulan en Estados fallidos como era en su día Afganistán. Por eso, desde mi punto de vista, es de una importancia enorme que los representantes de
los españoles hablemos de un componente de la seguridad tan importante como el trabajo que hacen los militares españoles y otros muchos, otros 140.000 con ellos, en Afganistán, con el máximo rigor.


Señorías, el pasado 6 de julio -hace muy poco- se reunía el Consejo de Seguridad en una larguísima sesión. Si uno lee las actas y ve las intervenciones de muchísimos embajadores -algunos, digamos, miembros del Consejo de Seguridad y otros
que fueron invitados, como es habitual-, muchísimas intervenciones de países más directamente implicados en el problema de Afganistán -Pakistán, Irán, India-, pero también otros miembros importantes -Estados Unidos- presentes en Afganistán -la Unión
Europea-, todos ellos, todos -Brasil, Rusia-, todos dicen que se felicitan porque al fin es posible en Afganistán hoy el proceso de transición. Todos, todos ellos. Y hay posiciones muy distintas, la posición de Rusia no es la misma que la de Irán,
la de Irán no es la misma que la de Estados Unidos, la de Pakistán no es la misma que la de India o la de Brasil, los países emergentes. Todos dicen: al fin, el 20 de julio -no es que hayamos decidido los países o hayan decidido los 43 países que
están allí que nos vamos porque no sabemos qué hacer-, en siete provincias, como antes señalaba la señora ministra, se va a poder iniciar el proceso de transición de la responsabilidad de la seguridad de ISAF, de los militares que están allí que no
son afganos, a los afganos y a la policía afgana. Al fin, lo dicen todos; y por lo tanto, con el rigor con el que debemos tratar la cuestión, ¿están todos equivocados? ¿El informe del secretario general de Naciones Unidas que hace el 6 de julio
está equivocado? Y una cuestión que es muy importante, señorías, y yo creo que lo es, para empezar, por el respeto que nos merecen los miles de militares españoles que han pasado por Afganistán y que están ahora en Afganistán jugándose la vida por
nuestra seguridad: no es cierto que la transición sea una decisión de ya hemos terminado, no sabemos qué hacer y nos vamos, nos retiramos. No, 2014 es una fecha que pone el proceso de Kabul, la conferencia de Kabul, en julio de hace un año, y la
pone el Gobierno afgano. No es que nosotros les digamos a los afganos: ahí os quedáis, que podría entenderse así de alguna intervención. Los afganos dicen que ya están preparados para ocuparse de la seguridad. Voy a leerles, por ejemplo, lo que
dijo la semana pasada el embajador de Afganistán en el Consejo de Seguridad, además porque es muy importante para la opinión pública española, que evidentemente está preocupada y se pregunta: ¿y qué hacemos en Afganistán? ¿Qué hacemos a tantos
miles de kilómetros de distancia? ¿Estamos locos o estamos haciendo algo que valga la pena para la seguridad en el mundo y la seguridad de los españoles? Bueno, pues esto es lo que dice el embajador de Afganistán presente en ese debate en el
Consejo de Seguridad el pasado día 6 de julio. Dice que él entiende que es el momento de la estrategia de la transición y que la estrategia integral, cuidadosamente formulada, implica no solo una transferencia gradual de responsabilidades en
materia de seguridad a las autoridades afganas hasta finales de 2014, sino también una concienzuda reducción de las fuerzas internacionales. No lo dice Obama, ni lo dice un país u otro, lo dice el Gobierno afgano. ¿Por qué ocultar un dato tan
importante de la realidad? Son los afganos, y podría citar muchísimas más decisiones del Gobierno afgano en las que han dicho: ahora nos encargamos nosotros de esto.


Señorías, estuve en el verano de 2004 en Afganistán en una visita del Congreso de los Diputados con el ministro de Defensa de entonces, el señor Bono, y qué había en Afganistán en 2004 -para que nos hagamos la pregunta más importante por si
vale la pena el sacrificio que estamos haciendo o no-. Había 100.000 militares irregulares a las órdenes de señores de la guerra. El mayor problema que tenía la comunidad internacional entonces era desarmarlos y mandarlos a casa, hoy no queda ni
uno. Lo que había entonces era -según un informe del secretario general de Naciones Unidas- menos de 15.000 militares afganos -sumando militares y policías-. Hoy hay casi 300.000. ¿Hemos hecho algo o no hemos hecho nada? La señora ministra
citaba exactamente cuántos miles de militares afganos han formado los militares y los guardias civiles españoles con un enorme sacrificio, que siempre ha reconocido con palabras y con hechos el Gobierno de España, incluido el señor Rubalcaba. Por
lo tanto, claro que se han hecho cosas. Hay aquí un diputado que estuvo conmigo en aquella visita y recordará perfectamente dónde estuvimos. Estuvimos en el aeropuerto de Kabul, y entonces, ¿qué era el Estado afgano? Al señor Karzai le llamaban
el alcalde de Kabul, porque no podía salir de Kabul. Hoy, el territorio afgano, después de la cuarta fase, salvo en el sur, en la frontera con Pakistán, donde hay mayores dificultades, está prácticamente ocupado por el Estado afgano a todos los
niveles. Y efectivamente, hay terrorismo, hay bombas y hay atentados suicidas, pero los hay allí y en otros lugares del mundo. Allí con mayor intensidad, evidentemente, con una virulencia enorme, pero no podemos olvidar esto: ha habido un avance



Página 16





espectacular. Hoy la transición es posible e imparable porque se han hecho los deberes con un sacrificio enorme de muchos militares sobre todo españoles y de otros países, y para empezar, el 80 por ciento militares y policías afganos, que
han muerto en atentados, porque ha sido muy difícil hacer todo este trabajo.


Sobre 2014 insisto en que no es una fecha que haya puesto Obama, ni la OTAN, la puso el Gobierno afgano en Kabul en julio de hace un año con el llamado proceso de Kabul. Y a partir de ahí no nos iremos -o yo lo he entendido así, señora
ministra, y desde luego a mi grupo le parece muy importante ponerlo de relieve- porque ya no sabemos qué hacer, nos iremos cuando los treinta criterios de evaluación analizados por el propio Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por el secretario
general -que son muy rigurosos-, por el Gobierno afgano, por la OTAN, por ISAF, se cumplan. Si de Herat, de la municipalidad de Herat se va a ir la fuerza de ISAF, es porque cumple los criterios de capacidad para protegerse y para ocuparse de su
propia seguridad; de Kabul ya se fue, de parte de Kabul en su momento, por la misma razón. Por lo tanto, creo que esto es el homenaje más importante que le merecemos al sacrificio de los militares españoles, el rigor y la lucha contra los tópicos.
Los tópicos son el peor daño que se le puede hacer al gran esfuerzo que está haciendo en Afganistán la comunidad internacional y desde luego España y los militares españoles. No hay cosa que más daño le haga a esta misión que los tópicos. Por
ejemplo: ¿Los afganos nos consideran ocupantes? ¿Los 30 millones de afganos nos consideran ocupantes, somos ocupantes? Se hacen encuestas una y otra vez, y apenas un 6, un 7, un 8 por ciento los considera ocupantes; el 90 por ciento dice que no,
todo lo contrario. Incluso se han hecho estudios por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en los que aparece claramente que hay una auténtica angustia de los afganos por si van a ser capaces de hacerse cargo de su propia seguridad en
el futuro inmediato. Por lo tanto, esta es la realidad. O tópicos como el de que si hemos ido a por Bin Laden y Bin Laden estaba en Pakistán, ¿qué hacemos allí? ¿No será que Bin Laden estaba en Pakistán porque no podía estar en Afganistán, porque
se ha extendido la autoridad del Estado, porque hay muchos militares en este momento -no solo los españoles- en Afganistán haciendo su trabajo con un enorme sacrificio? ¿No será por eso? Y es un argumento de sentido común, es bastante sencillo.
Hasta el punto de que si hoy analiza uno el índice de Estados fallidos en el mundo, resulta que Pakistán aparece en el listado del Banco Mundial por delante de Afganistán, que en este momento, no se olviden, tiene 300.000 militares y policías
afganos organizados y muy seriamente organizados. O tópicos como el de que la mayor parte de los soldados y los militares afganos son analfabetos, como el país. Hay un dato que yo destacaría, y es que de los militares afganos que han sido formados
por militares españoles, guardias civiles, etcétera, en este momento el nivel de alfabetización es del 50 por ciento. Hay un trabajo hecho y yo lo pondría de relieve porque me parece que es muy importante.


He oído decir esta tarde que no ha mejorado nada, que hemos perdido, y cuando se dice perdido se dice perdido como en los tiempos de las guerras napoleónicas, pero qué es la victoria en el mundo de la seguridad en el que vivimos. Ya se
confundió Bush cuando dijo aquello en aquel portaaviones enorme de que habíamos ganado; no había entendido nada, porque en el mundo actual, ¿qué es la victoria? No es una victoria militar típica de las guerras de Clausewitz. Por tanto, es
bastante más complicado. Pero en cualquier caso, si no se ha conseguido nada, ¿cómo es que se firma un convenio entre Turkmenistán, Afganistán, India y Pakistán para construir un gaseoducto? ¿Alguien se imagina esto en 2004? ¿O cómo es que se ha
firmado un área de libre comercio en la zona? ¿O cómo es que hay acuerdos, por ejemplo, para construir un ferrocarril entre Irán y Afganistán. Esto es posible porque hay un Estado que todavía tiene mucho recorrido por delante y mucho sacrificio y
mucho drama, porque evidentemente no estamos hablando de Suiza, sino de Afganistán, y eso conviene tenerlo muy en cuenta.


Señor presidente, termino ya en relación con esto. Aquí todos asumimos responsabilidades, todos. Generalmente, las votaciones para autorizar el envío de tropas españolas al exterior se realizan aquí, en la Comisión de Defensa, otras veces
en el Pleno, dependiendo de las características o del contenido de la propuesta. La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿qué responsabilidad asumimos quienes votamos a favor de esta misión y también cuando se vota en contra? Les diré lo que
pienso. Si en este momento la comunidad internacional, al fin -afortunadamente, no va a ser así-, porque ha habido muchos fracasos en la comunidad internacional en relación con Estados fallidos, muchos, ahí está Somalia, pero cuando parece que hay
un éxito en esta misión en Afganistán, cuando los propios afganos dicen que ellos se pueden hacer cargo de la seguridad e incluso dicen que se reduzcan las tropas, no en función de calendarios electorales, sino en función de las necesidades de ese
país, de esos 30 millones de afganos y de la situación y la evolución real de su capacidad para hacer frente al derecho más importante que tiene que asumir un Estado, que es hacer que los ciudadanos de ese Estado tengan derecho a tener derechos,
porque si no hay Estado no hay ni derecho a tener derechos; por tanto, cuando eso ocurre, ¿qué pasaría si hubiéramos fracaso de verdad? Que 2,5 millones de niñas que van a la escuela no irían, porque la alternativa a esto son los talibanes, la
alternativa a esto es lo que había en 2001, y lo que habría son 600.000 kilómetros cuadrados de extensión para que Al Qaeda y otros grupos terroristas internacionales pudieran organizar libremente y con tranquilidad su trabajo. Y no habrían vuelto
más de 5 millones de refugiados, y siguen volviendo. El último informe habla de 30.000 en tres meses. Si hubiéramos fracasado no podrían volver. Yo no sería posible por ejemplo que haya



Página 17





una ley de libertad de expresión que permita -que no es papel mojado- que haya -que no los habría- 700.000 periódicos, 110 emisoras de radio o 30 cadenas de televisión. Esto es lo que ha ocurrido en Afganistán en estos años, y en honor
sobre todo a quienes han ofrecido lo más sagrado, que es su propia vida, en este trabajo, señorías, el rigor es muy, muy, muy importante. Y hay mucha información, buena información; no información de alguien que va a un hotel a Kabul está
veinticuatro horas y vuelve, sino de gente que está durante días y días y semanas en el terreno, jugándose la vida, como los seis trabajadores de Naciones Unidas que murieron en un atentado el día 1 de abril en Mazar-i-Sharif y otros muchos. Por
tanto, señorías, creo que lo más importante en relación con Afganistán -y es la conclusión que yo saco de este debate- es que el rigor es imprescindible, es una obligación moral a la hora de tratar el esfuerzo que hacen los militares españoles en
Afganistán.


El señor PRESIDENTE: Se suspende la sesión durante cinco minutos. (Pausa.)


Se reanuda la sesión. Para responder a las intervenciones de los portavoces de los grupos tiene la palabra la señora ministra de Defensa.


La señora MINISTRA DE DEFENSA (Chacón Piqueras): Señorías, de nuevo quiero agradecer, como siempre, sus aportaciones.


Señor Beloki, llevaba usted razón, el objeto de la comparecencia era darles explicaciones sobre el último atentado perpetrado contra nuestras tropas en Afganistán. Entre la comparecencia anterior y esta, tras anunciarlo el señor Obama en
relación a su plan de transición, determinados países -entre ellos el nuestro- fuimos preguntados por nuestros plazos y creía que era conveniente también trasladárselos. Dicho esto, señor Beloki y resto de portavoces, estoy perfectamente dispuesta
para, antes de final de año y tras la siguiente reunión de la OTAN, venir a hablar tranquila y concretamente de los mismos; creo que será también bueno para todos. Por lo tanto, tomo la mano que tendía el señor Beloki a esos efectos y les digo ya
que solicitaré mi propia comparecencia en esta Comisión, si les parece bien, tras esa reunión de octubre y antes de que finalice el año.


Como siempre, voy a tratar de contestar concretamente a las cuestiones de los distintos portavoces en aquello que haya sido capaz de retener como específico de sus intervenciones, pero me gustaría comenzar con dos cuestiones de carácter
genérico que probablemente ayudarán a dar respuesta a todos y cada uno de los portavoces porque de una manera directa o colateral ustedes han hecho mención a ello. Una tiene que ver con las razones por las que estamos hablando del principio del fin
y la otra tiene que ver con los progresos que se están haciendo en Afganistán. Me gustaría en primer lugar contestar a esas dos cuestiones de forma genérica.


En estos más de tres años como ministra de Defensa tuve ocasión de comparecer en esta Cámara antes y después de hitos determinados, como fueron las conferencias de Londres y las conferencias de Estrasburgo-Kehl, pero déjenme que insista en
la llegada y el cambio de rumbo que toma esta misión con la llegada de la Administración Obama, porque ese cambio de rumbo existe. A partir de esa llegada nos encontramos con determinados hitos temporales que tienen que ver con reuniones de los
aliados donde hablamos y concretamos de manera muy clara sobre la misión y sus objetivos. Hablamos de gobernabilidad con objetivos, hablamos de desarrollo con objetivos y hablamos de la implementación del proceso de afganización también con
objetivos, y uno más genérico es que no estamos en Afganistán para quedarnos, estamos para darle a este país unas estructuras de seguridad y de autoridad que permitan que aquellos que deseen los afganos que sean su Gobierno pueda llevar a cabo su
trabajo en unas condiciones de gobernabilidad que impidan que Afganistán se convierta en un Estado fallido. Esa sería la invocación genérica y bajo esa invocación genérica nos ponemos unos números determinados, que son los números de
infraestructuras de ejército y de infraestructuras de policía que entendemos que el Gobierno afgano necesita para que esas estructuras de autoridad mínima existan. Y lo hacemos con tanta claridad y tanta realidad que nos ponemos números concretos
y, en función de necesidades, hemos incluso ampliado los números concretos. Solo porque hemos hecho todo eso hemos podido hablar de plan de transición y hoy podemos hablar de principio del fin, pero lo hacemos también de una manera muy realista y
diciendo: los plazos son orientativos pero los objetivos son irrenunciables, por lo tanto, en tanto en cuanto los objetivos no se cumplan, los plazos serán más o menos. Hemos puesto unos plazos razonablemente orientativos porque nos hemos puesto
unos hitos con fechas concretas en relación con el número de efectivos que tenemos que formar y capacitar cada una de las tropas en cada una de las regiones sobre las que estamos trabajando, las españolas también.


A partir de ahí, como les decía, podemos hablar de este proceso de transición, que tiene cinco etapas. Les he relatado además -y lo puedo volver a hacer sin ningún problema- cómo se decide cada distrito y provincia, en qué fase del proceso
de transición de cinco etapas se encuentra y finalmente hemos hablado también del post 2014, un partenariado a largo plazo que hemos decidido la Alianza con el Gobierno afgano para no abandonar a Afganistán a su suerte, porque son muchos años de
trabajo para que volvamos al mismo lugar. Y todo eso, no tengan duda, es tras la llegada de la Administración Obama: primero la asunción global de la operación por el general Mac Crystal y posteriormente por el general Petraeus. Hay un antes y un
después de eso, un antes y un después que trae números, hitos temporales, objetivos y plazos, en este caso orientativos. Creo que respondo a bastantes de las preguntas contestándoles



Página 18





a esta cuestión. Y les recuerdo que hasta 2013 pretendemos adiestrar hasta 195.000 efectivos del ejército afgano y 157.000 de la policía; ese es el hito que nos hemos marcado y estamos en plazo, como les decía. El objetivo global es de
352.000 efectivos, que son los que hemos considerado necesarios. Por lo tanto estamos hablando de realidades, y con esas realidades estamos en una fase u otra. Si esa realidad se completa, pasaremos a hablar de esa fase post que, insisto, hemos
acordado entre el Gobierno de Afganistán y la propia Alianza.


Ciertamente -y también he sido muy clara a esos efectos, me parece que ustedes pueden dar fe y buena cuenta de ello- no solo he hablado de que esta era la misión más dura, más arriesgada y más compleja que han llevado a cabo en más de dos
décadas nuestras tropas, sino que he hablado de escenarios de conflicto y guerra. Lo he hecho una y otra vez porque he ido más de quince veces a Afganistán y sé lo que se está viviendo allí y que los riesgos que se corren a diario, y los vamos a
correr hasta el final de la misión. Pero eso no nos debe hacer olvidar que los progresos existen y que son progresos importantísimos. Muchos de esos progresos están directísimamente relacionados con determinadas ofensivas de la insurgencia y de
los talibanes.


Quiero trasladarles -no me parecía conveniente hacerlo en el primer informe pero creo que es bueno que se lo traslade a todos ustedes en este segundo- el informe presentado por el general Petraeus en relación con las mejoras constantes en la
situación de seguridad del país, que son las que les traigo. El número de ataques de la insurgencia ha disminuido en los meses de mayo y junio por primera vez desde el año 2006, disminución que ha sido especialmente significativa en una zona tan
dura como la zona de Helmand. En esta provincia ya se ha pasado a la fase built, a la fase de reconstrucción, una vez que se han producido estos importantes avances en materia de seguridad y contra la insurgencia. Se están produciendo a su vez
avances en el cumplimiento de los otros objetivos de la operación. En este mes de julio, señorías, se va a entregar la responsabilidad de la seguridad de los afganos en siete provincias de Afganistán, lo que significa el 25 por ciento de la
población total, ya autoridad de los afganos. En estos momentos ya hay 297.000 militares y policías afganos formados de los 305.000 que la OTAN fijó como objetivo para octubre de este mismo año: 171.000 militares y 134.000 policías. En 2010 las
fuerzas de seguridad estaban formadas solo por 230.000 efectivos y, como les decía, hasta 2013 hablamos de hasta 352.000 que necesitamos y que estamos en condiciones y en tiempo para formar. Este esfuerzo en la capacitación de las fuerzas de
seguridad afganas está permitiendo que el número de kandaks del ANA, de batallones del ANA que puede ir actuando autónomamente siga paulatinamente creciendo. Cincuenta y seis de estos batallones ya pueden actuar simplemente con asesoramiento de las
fuerzas internacionales y uno de ellos ya tiene la categoría superior, es decir ya puede actuar de forma absolutamente autónoma.


La presión contra la insurgencia está siendo mayor que nunca, gracias precisamente a la extensión de estas zonas en las que hay presencia de efectivos de ISAF y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad afganos. Les hablaba de patrullas de
reconocimiento y control, patrullas de reconocimiento y vigilancia, patrullas de reconocimiento y presencia. Estamos hablando de extensión de la seguridad por todo el territorio. Por tanto, el hecho de que se produzcan atentados, que se producen y
se van a producir, y el hecho de que se produzcan ataques contra las tropas de ISAF, pero sobre todo contra las tropas afganas -quiero volver a recordarlo-, no debe ocultarnos que se producen avances en los objetivos que nos hemos propuesto en
contra de la insurgencia y a favor de la estabilización del país, avances que en algunos casos son más lentos de lo que quisiéramos pero que son constantes, como ponen de relieve todos y cada uno de los informes que Comm-South va trasladando a los
mandos militares y a los distintos miembros -ministros en este caso- de la Alianza. Por tanto, son objetivos realistas e irrenunciables, y los que son orientativos son los plazos.


Creo que estas dos consideraciones previas genéricas ayudan a responder algunas de las cuestiones que tenían sus señorías. En la primera de mis intervenciones he concretado todos estos procesos, el de transición y el proceso posterior, pero
si quieren ustedes lo puedo volver hacer en la siguiente dúplica. Lo he hecho al inicio, pero entiendo que sea difícil de retener de golpe; en cualquier caso allí lo tienen y, como apuntaba el señor Beloki, me parecerá óptimo que tras la siguiente
reunión de ministros de Defensa que tendremos en octubre comparezca y vuelva a trabajar con sus señorías los momentos que estamos viviendo en cada uno de los procesos y en particular en las zonas en las que operan nuestras tropas.


Les agradezco a todas sus señorías las condolencias y el reconocimiento, que en este caso han sido unánimes. Voy a intentar pasar a los puntos que de forma más concreta me planteaban algunos portavoces. Creo haber respondido a la mayoría
de las cuestiones que la señora Díez me trasladaba respecto a hablar con claridad de si estamos cumpliendo objetivos y plazos y si estos son orientativos o irrenunciables. También respecto al post 2014, por el que se preocupaba usted. Le recuerdo
que también fue en la Cumbre de Lisboa cuando el secretario general de la OTAN y el propio presidente Karzai firmaron esa declaración que les comentaba de partenariado a largo plazo, que es un documento que pretende una garantía de estabilidad y
seguridad para Afganistán a partir del año 2014. Les recuerdo que Estados Unidos ha hablado de retirada de 30.000, pero tienen 90.000 efectivos en el terreno; estamos hablando de 70.000 efectivos solo americanos que van a seguir después de ese
momento en el terreno, hasta que cumplan ellos mismos su propio proceso de transferencia en todas aquellas zonas sobre las que están trabajando y por



Página 19





tanto puedan en 2013 o 2014 hablar de retirada completa. Insisto en que Estados Unidos fue el primero que lo anunció y el resto, a preguntas de los medios de comunicación, hicimos públicos nuestros distintos procesos de transición, pero
todos estamos cumpliendo los plazos que los aliados nos dimos en Lisboa, donde hablamos de inicio de transferencia a partir de este mes de julio del año 2011 para quien pueda porque se haya decidido que su distrito o su región tiene la seguridad
suficiente para iniciar la transferencia -nosotros, como les decía, en algunos puntos de Herat, no en todos los lugares donde están las zonas españolas- y hasta 2014 en función de cada uno de los hitos temporales donde se reevalúa la seguridad de
las zonas que acometemos cada uno de los contingentes. En función de esto se verá si se puede entrar o no en una de las cinco fases del periodo de transición. Ahora puedo apuntarles lo que va a suceder con las tropas españolas, pero eso lo
concretaremos en cada uno de los hitos temporales de estas reuniones para ratificar las fases en las que podemos entrar cada distrito o cada región.


Les recuerdo que todo eso va en paralelo, va de la mano de lo que hemos llamado el proceso de reconciliación y reintegración, el Afghanistan peace and reintegration program, del que ya hemos hablado aquí en alguna ocasión, que les recuerdo
que tiene dos líneas básicas de actuación. Por lo tanto, también trabajamos en paralelo a todo este trabajo que tiene que ver con las infraestructuras de seguridad para que Afganistán no sea un Estado fallido más. La reintegración es un esfuerzo a
nivel táctico y operacional dirigido a insurgentes de nivel medio y bajo para lograr su reinserción en la sociedad afgana. Quiero trasladarles los buenos datos de la provincia de Badghis -lo he hecho en alguna otra ocasión-. El número de
insurgentes que han entregado las armas en la provincia de Badghis, en nuestra propia base, asciende a más de 800 a día de hoy. La segunda de estas líneas es la llamada de reconciliación, que es un proceso de diálogo que está sucediendo al más alto
nivel. Está dirigido a insurgentes de primer orden y tiene como objetivo persuadir a estos a que abandonen la lucha armada y participen políticamente en el futuro de Afganistán. Estamos hablando de las estructuras políticas talibanes paralelas al
Gobierno de Afganistán y que ustedes también conocen. Les recuerdo además que el 28 de septiembre pasado el presidente Karzai creó el llamado Alto Consejo de Paz como máximo órgano de coordinación de este programa y que por el momento ha llevado al
establecimiento de contactos al más alto nivel con el llamado Partido Islámico.


Quería contestar una cuestión concreta por la que me preguntaba el señor Llamazares y no quiero olvidar. Tiene que ver con el nombramiento de Javier Cabeza y las eventuales dudas que le produce en relación a la aplicación de la Ley de
Defensa Nacional. Quiero recordar que los efectivos de los que estamos hablando y que se van a desplegar en el cuartel de ISAF en Kabul en el próximo año 2012 son efectivos que pertenecen tanto al Cuartel de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera
como al Eurocuerpo en Estrasburgo. En ambos casos estamos hablando de cuarteles generales multinacionales de la estructura de fuerzas de la OTAN -hemos hablado reiteradamente aquí de la misma- a los que les corresponde efectuar su rotación. Estos
cuarteles forman parte de la estructura, de la fuerza permanente de la OTAN y les toca efectuar su rotación en 2012. Por lo tanto, no estamos hablando en ningún caso de un incremento de fuerzas, estamos hablando de un relevo, un relevo de los que
tenemos habitualmente contemplados y que en este caso le toca a España, que por supuesto va a cumplir. Quiero recodar, por ejemplo, que en el pasado año 2008 efectivos del cuartel general de Retamares han cubierto determinados puestos en el cuartel
general de ISAF en Kabul como parte de estas rotaciones, que son los compromisos adquiridos de forma previa por España con la OTAN y que llevan a una rotación de toda la fuerza multinacional, de todos los países, que saben simplemente cuando les
toca. Es algo tan simple como esto. Por lo tanto, insisto, no es un incremento de tropas, como hemos autorizado una y otra vez cuando ha sido necesario en esta Cámara, y en particular en esta Comisión, sino un relevo a través de los efectivos que
España tiene ya comprometidos de forma previa con la estructura de la OTAN. Le ocurre a España y le ocurre al resto de países aliados.


En relación a si nosotros vamos a cerrar la misión, señor Llamazares, le recuerdo que todos los aliados hemos hablado de cuál es el plan de nuestros estados mayores en relación a la transferencia de autoridad y estamos, insisto, en los
plazos que los aliados nos dimos en la reunión de Lisboa y que tienen que ver con las decisiones que toma la junta, decisiones ad hoc en relación a los índices de seguridad que cada contingente tiene en los territorios de los que es responsable.
Con esos índices de los territorios de los que somos responsables España ha puesto sobre la mesa su plan de transferencia de autoridad como han hecho el resto de aliados.


Por estas razones es por las que, señor Beloki, podríamos hablar del principio del fin. Le puedo también decir que España está en condiciones de cumplir con los números en relación a la capacitación de fuerzas afganas, tanto militares como
de policía, en los plazos que nos hemos dado. Pero, insisto, me parece que es bueno que podamos tener una comparecencia con ese objeto. Por tanto, vuelvo a poner sobre la mesa la posibilidad de que, tras la reunión de la OTAN en octubre, lo
hagamos; pero me ha parecido correcto, señor Beloki, traer aquí esta cuestión en tanto en cuanto no había podido hablar con ustedes de la misma, aunque sí lo había hecho en una comparecencia pública el presidente del Gobierno entre la anterior
comparecencia y esta. También le puedo anunciar que tras el verano el secretario de Estado hará una comparecencia específica en relación con el presupuesto. Lo digo porque me ha hecho alguna que otra pregunta y se lo puedo adelantar. No sé
exactamente



Página 20





cuándo será, pero me consta que será antes de final de año y después del verano.


Gracias, señora Tarruella, primero por estar aquí y, segundo, por sus condolencias. Creo que en las respuestas generales he dado respuesta a casi todas las cuestiones que me planteaba y en particular a las dudas sobre el plan de transición
hasta 2014 y el post 2014, que todas tienen que ver con decisiones tomadas en Lisboa por los aliados.


Voy a centrarme en la respuesta a la señora Rodríguez-Salmones pero probablemente haré un barrido de forma general a alguna cuestión puntual que ha salido en el resto de intervenciones en cuanto a las cuestiones más específicas de seguridad,
porque la señora Rodríguez-Salmones ha querido centrarse en ellas. Respecto a permanecer creo que ya he contestado, pero hay otra cuestión a la que me quiero referir de forma concreta. Le aseguro que todo mi equipo ha tratado de hacer un esfuerzo
muy considerable en relación con el reconocimiento de los heridos y respecto a los familiares de los fallecidos, y no de forma puntual sino de forma permanente. Les recuerdo que fue este Gobierno en 2007, a través de una disposición adicional que
recordará perfectamente su señoría -aunque en esos momentos tanto usted como yo estábamos en otros cometidos- de la Ley de Presupuestos del año 2008, el que pasó a reconocer como víctimas del terrorismo a los militares que sufrieran un atentado
mientras participaran en operaciones de mantenimiento o imposición de la paz, equiparando, por tanto, a estos sus indemnizaciones. En 2009 aprobamos el protocolo sobre acciones de apoyo a heridos y a las familias de heridos y fallecidos en
operaciones fuera del territorio nacional y en 2010 hemos querido reforzar la estructura de esta atención con la unidad de apoyo a heridos y familiares de fallecidos y heridos en acto de servicio de las Fuerzas Armadas. Cualquier idea o sugerencia
le aseguro que será buena para seguir reforzando una línea en la que me voy a mantener de forma permanente; me gustaría que fuera la última vez, pero en cualquier caso de forma permanente si en alguna otra ocasión así sucediera y, por supuesto, con
los que ya lo han sido en mi periodo y en periodos anteriores, como usted tiene constancia por alguna de las decisiones que últimamente hemos tomado.


Vamos a cuestiones de seguridad y después a cuestiones de asfaltado concreto de las rutas Lithium y Ring Road, que son interesantes. Les he dicho en más de una ocasión que hemos decidido -y por eso esta es, sin lugar a dudas, la misión más
cara de todas- que la seguridad de nuestras tropas en Afganistán en la misión más arriesgada es una prioridad. Por tanto, no escatimamos esfuerzos ni los vamos a escatimar. El Estado Mayor de la Defensa, y en particular el general Rodríguez, trata
de trasladarnos una y otra vez que los medios materiales son imprescindibles, que sean los mejores. España tiene a día de hoy en Afganistán los mejores del mercado, pero no solo aportan seguridad los medios materiales; la seguridad es una
combinación de más cosas, como la inteligencia y el adiestramiento. Por tanto, este Gobierno lleva como prioridad todos los refuerzos en relación con la inteligencia y el adiestramiento del personal y de los procedimientos que el personal sigue en
cada operación, además de medios de transporte más seguros para el traslado a zona, del refuerzo de la seguridad en las instalaciones y en nuestras bases, vehículos equipados con inhibidores de frecuencia, aviones no tripulados para detectar
posibles amenazas o nuevos vehículos blindados. Por tanto, hemos hecho todos los esfuerzos y los seguiremos haciendo. Quiero que sepa que los sistemas de inhibición se adaptan constantemente; tomamos la decisión de que existieran y a partir de
ahí se van adaptando constantemente. Se adaptan las bandas de frecuencia sobre todo para que sean acordes con las amenazas que nuestros distintos servicios de inteligencia en cada zona van detectando. En cuanto a las pruebas realizadas con
relación al sistema Clipeus todavía no se han dado los requerimientos operativos para el que se diseñaron. Por lo tanto esas pruebas siguen ahora mismo llevándose a cabo en el Instituto de La Marañosa. El Ejército de Tierra compró en 2009 una
primera partida de estos inhibidores, y en las pruebas de campo se constató que no cumplían con los requisitos exigibles. Por eso seguimos en ello. Cuando se reúnan, está previsto instalarlos en los blindados que tenemos desplegados en Afganistán.
Pero eso no significa que no existan inhibidores con módulos que actúen en la frecuencia superior a 300 megahercios que usted comentaba, y que ya están instalados en los vehículos blindados que tenemos en Afganistán. Por lo tanto estamos trabajando
ahora mismo en las dos cuestiones, tanto en zona de operaciones como en España en los sistemas que se adquirieron en el año 2009.


Me pregunta concretamente por el sistema de activación de la mina, del IED que explosionó y que atentó contra nuestros soldados. Se está investigando si ese sistema de activación lo fue por radiofrecuencia, lo fue por presión o lo fue por
ambos, porque pudiera resultar que es también un sistema combinado del uno y del otro. Hasta el momento la práctica totalidad de estos artefactos han sido por plato a presión, y en este caso, ante las dudas, se está investigando ante la
eventualidad de que pudiera ser combinado. Todavía no tenemos los resultados de dicha investigación.


Quería que le hablara específicamente sobre la insurgencia infiltrada en las fuerzas de seguridad afganas que, como imaginará, siempre fue una preocupación para nosotros, pero después de finales de agosto del año pasado todavía lo ha sido
más. Cuando le digo nuestra, le digo del ejército británico o del ministro británico con el que he hablado de esto en numerosas ocasiones, o del secretario de Estado Gates, y hoy estoy convencida que del secretario de Estado Panetta. Les traslado
por tanto que sigue siendo una prioridad para ISAF y también para España. El instrumento mejor para combatir esta amenaza pasa por su detección a través de las labores de inteligencia. En segundo lugar, por la adecuada selección,



Página 21





el adecuado reclutamiento de los que van a ser futuros miembros, tanto del ejército afgano como de la policía afgana. Creo poder decirles que en estas tareas la Alianza en su conjunto ha llegado a importantes avances a través de la
interconexión de redes para el intercambio de inteligencia, y la implantación de sistemas de identificación biométricos, pero insisto en que sabemos que es uno de los riesgos más directos a los que nos estamos enfrentando, y tratamos de prevenirlos
con todos los medios a nuestro alcance.


Me hablaba de los rodillos, y también quiero darle detallada cuenta de los mismos. Quiero recordarles que adquirimos algunas unidades de rodillos para acoplarlos a los RG-31. Inicialmente fueron dos. Como saben, y si no se lo traslado al
conjunto de la Comisión, se trata de unos dispositivos que tratan de activar los posibles IED de forma previa al paso del vehículo, evitando que estallen al paso de los mismos. No obstante los mandos militares tratan de recordarnos, y me tratan de
recordar a mí, que ni se pueden utilizar en todos los caminos ni son tampoco infalibles cuando se utilizan. Les doy casos concretos. Dependiendo del tipo de vía por el que se transita no es posible utilizarlos. Esto no le ocurre solo al
contingente español. Dado el terreno sobre el que actúan todas las tropas en Afganistán, estamos hablando de todos los contingentes que contamos con estos dispositivos. En cualquier caso es una medida de seguridad adicional, pero -como les decía-
también me recuerdan y nos recuerdan que no es infalible: que en ocasiones los platos a presión solo se activan cuando son presionados por pesos elevados, como el caso de un blindado; o en otros casos que debido a las irregularidades del terreno
los rodillos no llegan simplemente a activar los platos de presión. Por ejemplo, el pasado 8 de mayo durante una patrulla que se dirigía a Magan, que tenían ustedes en el mapa, a través de la ruta Lithium, estalló un IED al paso de un blindado
RG-31 que iba equipado con este tipo de rodillo. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales ni daños materiales de gravedad, pero el IED no fue activado por los rodillos, sino por la rueda delantera del vehículo que iba en cabeza del
convoy. El plato de presión que está a unos 15 centímetros de profundidad no fue activado por los rodillos, precisamente por las irregularidades que presentaba el terreno por el que el vehículo, en este caso con rodillo, se desplazaba. Por tanto
hablamos siempre de sistema de seguridad adicional, sistema de seguridad -insisto- es esa combinación de los mejores blindados, los de última generación del mercado, más inteligencia, más instrucción de nuestros efectivos. Dicho esto, le comunico
que hemos adquirido varias unidades de estos rodillos, y tal como además teníamos pensado en la previsión que por fax les habíamos puesto sobre la mesa, seguimos adquiriendo nuevas unidades, concretamente cuatro. Queremos además que sean las
empresas suministradoras de los Estados Unidos las que se hagan cargo del mantenimiento y de la reparación en el teatro de operaciones de estos rodillos, cuando sufren algún desgaste o alguna avería. En cualquier caso no solo tenemos unidades
disponibles, sino que les quiero recordar que esta es una operación multinacional, y por lo tanto que las capacidades se comparten: que en algunas ocasiones han sido otros contingentes los que nos han cedido a nosotros los rodillos, cuando lo
permitía la vía; y en otros casos hemos sido nosotros los que hemos cedido a otros contingentes nuestros rodillos, cuando sus vías y las consideraciones de los mandos lo requerían. Por tanto no es un problema de disponibilidad, sino de que no se
pueden emplear en todas las misiones a causa del terreno sobre el que ruedan nuestros blindados, y ni -como les decía- a veces utilizándolos estos son infalibles.


En relación con la inteligencia, que también consideramos -como le trasladaba- una prioridad, nosotros contamos con distintas unidades de inteligencia en la zona, unidades que trabajan de forma coordinada, tratando de obtener información
sobre el desarrollo de las misiones y sobre todo de forma previa a las misiones que desarrollamos para dotar de la mayor seguridad posible a nuestros militares. Sí le puedo trasladar que en un número importante de ocasiones estas unidades de
inteligencia han detectado las acciones que trataba de llevar a cabo la insurgencia, así como los artefactos explosivos que colocaban en los caminos que iban a ser transitados por nuestros militares. Pero no en todas las ocasiones esto es posible,
aunque en algunas sí hemos tenido toda esa información.


Sí me gustaría trasladarles, antes de pasar al asfaltado de vías y carreteras en Afganistán, que esta ofensiva que llamamos de primavera no está sucediendo contra las tropas españolas. Es una ofensiva que se recrudece en primavera, cuando
llega el buen tiempo, por eso siempre les recuerdo que el día 1 de mayo nosotros vamos a alerta máxima. Están siendo objeto de la misma todos los contingentes en todo el territorio afgano. Les quiero poner un ejemplo de ayer mismo. A las nueve de
la mañana el gobernador de Muqur, Muhammad Daoud, falleció en un atentado con IED cerca de la localidad de Jafari, en un camino que confluye en la ruta Lithium, que ustedes pudieron observar en el mapa. Resultaron gravemente heridos en este
atentado hasta seis miembros de la policía afgana y un civil, que fueron estabilizados en el puesto de Ludina, dada en este caso su cercanía con la zona del atentado antes de ser evacuados al hospital Role 2 de Bala Murghab. Les pongo este último
ejemplo, pero les podría dar otros. Por lo tanto los ataques de la insurgencia se dirigen contra todos aquellos, afganos y no afganos, que estamos ahora buscando un futuro estable para Afganistán; y como les ponían de manifiesto los números, más
de dos tercios de los fallecidos a causa de los ataques de la insurgencia son a día de hoy afganos.


Sin ninguna duda, señora Rodríguez-Salmones, lleva usted razón: la existencia de vías asfaltadas o compactadas es de gran ayuda para la detección de posibles artefactos explosivos. Pero en Afganistán esta es la excepción desgraciadamente;
no son la norma ni vías



Página 22





asfaltadas ni vías compactadas. Por eso asfaltar en un caso, compactar en otro, es justo lo que estamos haciendo en los casos de la ruta Lithium y la Ring Road, donde tratamos de aportar la mayor seguridad posible, en este caso de sur a
norte españoles y americanos, de norte a sur italianos, como les había trasladado. En el primer caso, en el de la Ring Road, a través de los puestos avanzados y de los puestos de observación, estamos dando apoyo a la realización de las obras que
completen la Ring Road por el noroeste del país. En concreto damos seguridad a la construcción de la que se ha llamado ruta Opal, que es lo último que queda para concluir la principal vía de comunicación del país; eso en la Ring Road. En el caso
de la ruta Lithium -les recuerdo que era la que iba por la izquierda de la imagen-, se trata de otra vía alternativa para completar esta Ring Road, y darle una alternativa a la gran vía de comunicación de norte a sur de Afganistán, que es esta Ring
Road, la alternativa a la ruta Lithium, a través de otro recorrido que conecta la capital de la provincia Qala-i-Naw, capital de Badghis, con el valle del Murga. En esta vía se está compactando el terreno para facilitar el tránsito de vehículos,
para dar mayor seguridad a los convoyes militares que garantizan la libertad de movimientos por la misma. Tanto la construcción de la ruta Opal como la compactación de la ruta Lithium son ahora mismo prioritarias para el Regional Command West de
ISAF, y nuestros militares, corriendo de nuevo muchos riesgos para su consecución, están haciendo grandes esfuerzos para finalizarlo cuanto antes. Las tengo por kilómetros, si a usted le interesa, y si no se las traslado en la dúplica final.


Señoría, quiero recordarle que tras el atentado que sufrieron nuestros dos guardias civiles y un intérprete el pasado mes de agosto en Qala-i-Naw, el ministro del Interior compareció en esta Cámara para facilitar todos los datos de aquel
atentado. Hoy, que ha abandonado el Gobierno, quiero decirle que creo que su hoja de servicios en relación con la seguridad de nuestro país, y en particular en la lucha contra el terrorismo, es una hoja de servicios brillante. Ojala, y lo
transmito como un deseo, todos los ministros del Interior de este país pudieran tener en ese sentido su hoja de servicios.


El señor PRESIDENTE: ¿Alguna intervención? (Pausa.) Quiero agradecerles a todos su presencia, especialmente a la señora ministra, que en sus condiciones ha permanecido con nosotros a lo largo de toda la sesión.


Se levanta la sesión.


Eran las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche.