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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 787, de 14/06/2011
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2011 IX Legislatura Núm. 787

COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª ROSA DELIA BLANCO TERÁN

Sesión núm. 37

celebrada el martes, 14 de junio de 2011



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia de la señora secretaria de Estado de Cooperación Internacional (Rodríguez Ramos), para informar sobre las propuestas y actuaciones realizadas por la cooperación al desarrollo española en los países de la cuenca del
Mediterráneo: Magreb y Oriente Próximo. Por acuerdo de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
(Número de expediente 212/001528.) ... (Página 2)


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Se abre la sesión a las diez y cuarenta minutos de la mañana.



La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión -con un poquito de retraso, disculpen sus señorías- y se va a tramitar el orden del día con la comparecencia de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional para informar sobre las propuestas
y actuaciones realizadas por la cooperación al desarrollo española en los países de la cuenca del Mediterráneo: Magreb y Oriente Medio. Es a iniciativa de la propia Comisión pero por un problema de tiempos, porque fue la propia secretaria de
Estado quien pidió comparecer, a petición propia, pero al cambiarse la denominación de la comparecencia, entró más tarde y fue la Comisión la que introdujo los cambios, pero es por tanto a petición propia también.
Doy la palabra a doña Soraya
Rodríguez Ramos, secretaria de Estado de Cooperación.



La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Rodríguez Ramos): Señorías, los acontecimientos que han tenido lugar en el mundo árabe a lo largo de los últimos meses suponen un reto de mucho calado y muy interesante para la
cooperación española. Estamos ante un cambio de paradigma del autoritarismo hacia la liberalización y la democracia en una región muy cercana a España, tanto desde el punto de vista geográfico como desde el punto de vista histórico y cultural.
Como saben, exceptuando Libia, todos los países árabes del Mediterráneo son prioritarios para la cooperación española. El plan director vigente establece cuatro países de asociación amplia en la región con los que mantenemos un alto volumen de
cooperación bilateral, tanto desde el Gobierno como desde las comunidades autónomas y ayuntamientos españoles.
Estos cuatro países son Marruecos, los territorios palestinos y, en menor medida, Mauritania y Argelia. En los últimos tres años tanto
Marruecos como los territorios palestinos han figurado sistemáticamente entre los diez principales receptores de ayuda oficial al desarrollo española, con más de 60 millones de ayuda oficial al desarrollo bilateral neta al año.



El resto de países figuran en lo que el plan director denomina categorías B y C. Nuestra presencia es por tanto más limitada y también lo es el volumen de ayuda oficial al desarrollo bilateral, pero aun así contamos con oficinas de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y con programas de actuación en Túnez, Egipto, Sudán, Líbano, Jordania y Siria. Con todos estos países se abren ahora nuevas oportunidades de colaboración. Se podría decir incluso
que tenemos no solo la oportunidad sino la responsabilidad de apuntalar los procesos democráticos en algunos de estos países mediante la cooperación para el desarrollo. Esta es una responsabilidad de toda la comunidad internacional en su conjunto y
no solo de España, pero España es uno de los países a los que esta situación, esta primavera árabe, esta revolución del Mediterráneo le toca mucho más de cerca, sobre todo porque estamos presentes en la región, porque nos unen muchos lazos y porque
la cooperación española lleva ya cuarenta años trabajando en muchos de estos países. En cierto modo es un reto en dos dimensiones diferentes. Por un lado, está la respuesta humanitaria a las sucesivas crisis que se han ido produciendo. Me refiero
sobre todo a la guerra en Libia y a la situación en Yemen, donde la primavera árabe se ha tornado en un triste invierno árabe sangriento. Por otro lado, está el nuevo enfoque de la cooperación española al desarrollo, que a partir de ahora tiene que
estar basada en nuevos cimientos, en nuevos programas y en un acompañamiento a los procesos democráticos sin caer en tentaciones de injerencia o paternalismos. Por lo tanto, voy a centrar a continuación mi intervención en estos dos ámbitos. Si me
permiten, en primer lugar, hablaré de las crisis humanitarias y de lo que ha supuesto la actuación de la cooperación española en las mismas para pasar con posterioridad a la cooperación al desarrollo en un contexto claramente diferente.



Con relación a la crisis humanitaria en este ámbito, la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo realizó la primera actuación el 25 de febrero mediante un envío de material dirigido
al Acnur, que salió de Torrejón en un avión con 30,5 toneladas de material de emergencia para atender a unos 10.000 refugiados en la frontera de Libia con Túnez. Ese mismo día la agencia puso a disposición del programa mundial de Alimentos el
puerto de Las Palmas, dado que la crisis en Libia impedía utilizar la base habitual de dicho programa mundial en la zona, que es precisamente el puerto de Bengasi. Con este envío del 25 de febrero España fue el primer país de la Unión Europea en
reaccionar ante la crisis libia desde el punto de vista humanitario. A partir de entonces hemos seguido enviando material de emergencia a intervalos aproximados de diez días tanto por vía aérea como por barco.



El 3 de marzo pusimos en marcha un puente aéreo para trasladar a los refugiados egipcios concentrados en la frontera de Libia con Túnez. El dispositivo, en el que participaron otros países de la Unión Europea, consistió por parte de España
en tres rotaciones diarias entre Yerba y El Cairo y permitió evacuar a cerca de 3.000 ciudadanos egipcios en una semana. A medida que avanzaban las operaciones de evacuación, tanto de agencias de Naciones Unidas como de otros donantes, el
dispositivo español se fue ampliando a tres países de África subsahariana, Ghana, Mali y Sudán, y también a Bangladés. En total se han realizado 33 vuelos para el traslado de refugiados, 17 a Egipto, 11 a Sudán, 2 a Ghana, 2 a Bangladés y uno a
Mali. Desde entonces seguimos muy de cerca la situación. Aunque la frontera norte con Túnez se ha estabilizado, sigue habiendo dificultades, especialmente para la repatriación de emigrantes subsaharianos que carecen de documentación. Por otra
parte, el paso fronterizo de Dahiba está en plena zona de conflicto entre los rebeldes y las fuerzas del coronel Gadafi, junto


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a las montañas de Nafusa. En las últimas semanas ha sido necesario establecer nuevos campos de refugiados precisamente en esta zona para ciudadanos libios, así como también nuevos campos en la localidad tunecina de Ramada.



El 5 de marzo se desplazó al oeste de Libia una misión de identificación encabezada por el director de la Oficina de Acción Humanitaria, que hizo entrega de 400 kilos de medicamentos al Consejo Nacional de Bengasi. Esta operación también
nos hizo ser el primer país de la Unión Europea que comenzó a entregar ayuda humanitaria dentro de Bengasi en un primer encuentro que tuvimos con el CNT para poder identificar las necesidades que tenían de ayuda humanitaria y establecer también un
corredor seguro que hiciera llegar esta ayuda humanitaria a los destinatarios. Quisiera destacar las dificultades que había en esas fechas anteriores a la Resolución 1973 para entrar en la parte oriental del país. De hecho, nuestro equipo de la
Oficina de Acción Humanitaria, como les acabo de decir, fue el primero de la cooperación internacional en acceder a la zona y en establecer una vía segura de entrada por la frontera de Egipto de material humanitario a Bengasi.



El 10 de marzo organizamos en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo la primera de una serie de reuniones de coordinación con las ONG españolas y las comunidades autónomas presentes en el norte de África. El 27
de marzo, ante el deterioro de la emergencia humanitaria, se desplazó a Egipto una nueva misión de la Oficina de Acción Humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional.
El principal resultado de esta misión fue el establecimiento de
un corredor humanitario para enviar ayuda a la zona controlada por los rebeldes a través del programa mundial de Alimentos. Este corredor funciona habitualmente por vía terrestre, pero también ha permitido realizar dos envíos por vía marítima a
Misrata con medicamentos, alimentos y material de varias agencias de Naciones Unidas: PMA, Unicef y OMS. Actualmente, Cruz Roja Internacional está también utilizando este corredor.



En esos mismos días y en esta misión de identificación establecimos un acuerdo que ha sido y sigue siendo muy útil con la Unión Médica Árabe, que nos ha permitido mejorar el suministro de material médico y nutricional al sistema sanitario de
la zona controlada por el movimiento opositor. El 6 de abril, durante un viaje que realicé a El Cairo, me reuní con representantes de la Unión Médica Árabe y ante la constatación del empeoramiento de la situación humanitaria -para que se hagan
idea, en esos días ya el hospital general de Misrata estaba completamente inutilizado- decidimos ampliar nuestra colaboración con la AMU, con la Unión Médica Árabe, para apoyar económicamente el envío de 600 profesionales sanitarios -médicos y
enfermeras-, operación que realizó la Unión Medica Árabe, fundamentalmente con médicos y enfermeras árabes de la zona, conocedores de la región y del idioma, y que ha estado financiando la cooperación española. También acordamos en esa reunión -y
ya están funcionando- el envío de dos unidades UVI móviles que permitieran trasladar enfermos desde la zona de Misrata hacia Bengasi y Egipto. Estas dos unidades móviles están ya hoy, en el día de esta comparecencia, realizando sus tareas de
evacuación de heridos. Hasta la fecha, señorías, España ha destinado a esta emergencia cerca de 6 millones de euros -5.817.000 euros-, hemos movilizado más de 27200 toneladas de alimentos y hemos activado convenios con cinco organizaciones
internacionales y ONG, en concreto -como ya les he citado- con el PMA, con Cruz Roja, con Acnur, con la Unión Médica Árabe y con Acción contra el Hambre. A título de referencia, señorías, esto nos sitúa en el quinto puesto europeo, detrás de la
Comisión Europea, Reino Unido, Suecia y Alemania, y por delante de otros Estados miembros como Francia o Italia en nuestra actuación y compromiso humanitario. Como ya anunció también la ministra de Asuntos Exteriores la semana pasada en el marco
del Grupo de contacto sobre Libia, estamos trabajando para desbloquear parte de los activos que han sido congelados en cumplimiento de las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de manera que puedan ser entregados para
aliviar la situación humanitaria de la población civil.



A diferencia de otras crisis humanitarias, nos hemos encontrado con un país en el que no se requerían grandes cantidades de material básico, sino que al estar ante un país de renta media nos encontrábamos con necesidades correspondientes a
una sociedad y a un país de este nivel de renta. Por lo tanto, también hemos tenido que afrontar dificultades importantes para poder abastecer de forma habitual necesidades y requerimientos específicos como material médico, medicamentos
especializados dirigidos a enfermos crónicos, material de quirófano específico y también elementos nutricionales dirigidos a la primera infancia o a personas mayores, de los que los hospitales estaban desabastecidos y que eran importantes para la
satisfacción de las necesidades de la población. Desde luego, señorías, como ustedes muy bien saben, hemos tenido todo tipo de dificultades para realizar los envíos y hacer llegar la ayuda humanitaria a la zona controlada por los opositores a
Gadafi. La opacidad de la información, las dificultades de todo tipo en la parte controlada por Gadafi, la acumulación de refugiados y el acceso a las zonas de conflicto hacen que esta operación haya sido y siga siendo una operación con enormes
dificultades.



El 20 de abril la responsable de OCHA, la Oficina Humanitaria de Naciones Unidas, Valerie Amos, llegó a un acuerdo con el Gobierno del coronel Gadafi para enviar un equipo humanitario a Trípoli compuesto por representantes de distintas
agencias de Naciones Unidas: programa mundial de Alimentos, Acnur y OCHA. Este equipo humanitario situado en Trípoli tenía precisamente como objeto el acceso a las zonas de conflicto y favorecer las operaciones de ayuda humanitaria a la zona no
controlada por Gadafi; sin embargo, pocas semanas


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después, las autoridades en Trípoli rompieron unilateralmente este acuerdo, por lo que OCHA se ha visto obligada a retirar esta misión de Trípoli. Quisiera también destacar que la responsable de OCHA se ha dirigido a todos los donantes
subrayando la importancia de actuar por medios civiles y respetar el principio de neutralidad, dejando la utilización de medios militares para las operaciones humanitarias para casos de extrema necesidad y como último recurso. Como saben sus
señorías, España ha cumplido y está cumpliendo escrupulosamente con estos principios.



Por último, no quisiera dejar de mencionar, porque es una parte también muy importante de nuestro trabajo y de nuestra cooperación, la respuesta a la crisis en Yemen, aunque ha sido mucho más limitada por la capacidad de actuación que
tenemos en este caso y también por las dimensiones de la emergencia. Ya en 2010 habíamos comprometido un millón de euros para ayuda humanitaria a través del Comité Internacional de la Cruz Roja y Acnur. En las últimas semanas hemos puesto a
disposición de estos organismos otros 2 millones de euros en respuesta al llamamiento de Naciones Unidas para atender a esta situación. Esta cantidad, que se irá modulando en función de la evolución de la crisis, irá destinada al sector de ayuda
alimentaria y a la asistencia a los desplazados internos dentro de Yemen. En conjunto, señorías, consideramos que la respuesta de la cooperación española ha sido eficaz y transparente, tratando de cubrir los distintos frentes que se han ido
abriendo a medida que evolucionaba la crisis.



Para acabar este primer apartado, quisiera señalar, en esta ocasión que tengo de hacerlo ante la Comisión de Cooperación del Congreso, la respuesta de otros países vecinos a esta situación de emergencia humana provocada por la guerra en
Libia. Estos dos países son Egipto y Túnez.
Ambos han dado todo tipo de facilidades para gestionar la entrada de material humanitario desde sus territorios y desde el inicio de la crisis. Han hecho frente con mucha eficacia al flujo de refugiados
que ha ido llegando a sus fronteras, en una situación, como muy bien ustedes saben, no fácil para ello. En el caso de Túnez, donde se concentraron miles de refugiados libios en un primer momento de todas las nacionalidades en la frontera con Yerba,
la reacción del Gobierno tunecino y, quisiera destacarlo, la reacción de la población tunecina fue rápida, generosa y solidaria. Una vez que la comunidad internacional actuó y ayudó a superar esta primera situación de emergencia humana en la
frontera con Túnez, quisiera destacar que el flujo de refugiados se sigue produciendo. El número ha disminuido muchísimo, pero sigue habiendo campos de refugiados en ambas fronteras, tanto en Yerba como Dahiba, y desde luego hay muchísimos
refugiados libios -que indudablemente no quieren ni pueden volver a las zonas de Libia de las que han huido y que quieren mantenerse en Túnez a la espera de que acabe el conflicto y puedan regresar con seguridad- que están siendo ayudados por
familias tunecinas que los acogen en sus casas y que reciben apoyo de la comunidad internacional. Creo que no hay que perder ninguna oportunidad de poner de manifiesto este caso, porque también es un modelo y un ejemplo de responsabilidad y de
solidaridad ante estas situaciones que otros países debemos mirar con admiración y ser capaces de reconocérselo en todo momento.



Señorías, abordo ahora el segundo enfoque al que me he referido al principio de mi comparecencia, que es la nueva visión de la cooperación para el desarrollo que debemos tener con estos países ante esta nueva situación. Tenemos que tener
muy claro que no estamos ante un hecho uniforme: la situación de cada uno de los países de la ribera sur del Mediterráneo es muy diferente. Al menos tenemos tres escenarios distintos. En primer lugar, están las revoluciones pacíficas de Túnez y
Egipto, donde se están poniendo en marcha procesos de transición democrática pacífica. En segundo lugar, están las demandas sociales, más encauzadas en reformas institucionales, como puede ser el caso de Jordania, Marruecos o Argelia. Finalmente,
están los conflictos abiertos en Libia, Yemen y Siria, donde se está utilizando la violencia contra la población civil desarmada como respuesta a una demanda colectiva de más libertad y de apertura del régimen. En cualquiera de estas tres
situaciones hay que tener en cuenta que no estamos ante procesos acabados: cada una tiene sus tiempos y no sabemos cuándo y cómo van a acabar cada uno de estos procesos de clara transformación social y política en estos países. Por lo tanto,
nuestra respuesta es diferente y adaptada a estas situaciones que, como mínimo, se pueden clasificar en estas tres dimensiones.



Por otra parte, señorías, desde la cooperación española se está realizando un esfuerzo muy importante para adaptarnos a estas circunstancias. Como bien saben, el primer paso se dio con la aprobación en las Cortes del Plan anual de
cooperación 2011, que introdujo un apartado especial para hacer referencia a estos países de la cuenca sur del Mediterráneo, a iniciativa precisamente de todos los grupos políticos de la Cámara.
Quiero aprovechar esta ocasión para agradecer a sus
señorías el interés y el apoyo en esta cuestión. Una vez más, se ha puesto de manifiesto que la cooperación internacional es, en lo esencial, una política de Estado en España. Como se adelantaba en esta adenda al Plan anual de la cooperación 2011,
hemos modificado el calendario de marcos de asociación. Fíjense ustedes, señorías, que cuando estalló la revolución tunecina teníamos previsto negociar marcos estratégicos de asociación con Mauritania, Argelia, Túnez, Egipto, Jordania y los
territorios palestinos. Igualmente nos encontrábamos negociando un marco estratégico de asociación de la cooperación española con Marruecos. Así pues, una de las primeras medidas que hemos adoptado ha sido abrir un compás de espera para seguir
abordando la negociación de estos marcos de asociación. No podemos hacerlo en situaciones claramente inestables, ni mucho menos con gobiernos provisionales como en el caso de Túnez y Egipto, que tienen un objetivo y un mandato muy claro:


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la convocatoria de elecciones democráticas para, posteriormente, la elección de gobiernos constitucional y democráticamente elegidos. En tanto no existan estos nuevos gobiernos, la cooperación no puede entablar un proceso de diálogo para
abordar estos marcos estratégicos de actuación. Nada tengo que decir del resto de países que están en otra situación, donde carecería de sentido abordar un nivel de diálogo y de interlocución en el grado que requiere un marco de asociación.



A nivel europeo, los debates y los ejercicios de coordinación entre los Estados miembros y las instituciones se iniciaron el 22 de febrero en el Consejo Europeo informal de ministros de Desarrollo. Se llegó entonces a un consenso sobre la
obligación moral y política de apoyar claramente estos procesos democráticos. La Unión Europea, como muy bien saben, señorías, es el primer donante en la zona y cuenta con todo tipo de recursos políticos y financieros, que desde luego se pueden y
se deben adaptar a las demandas de cada país. Estamos trabajando para que en las nuevas perspectivas financieras, que entrarán en vigor a partir de 2014, la cuenca sur del Mediterráneo cuente con un nivel adecuado de recursos.
Por ahora, la Unión
Europea ya ha aprobado un incremento de 1.200 millones de euros para el periodo 2011-2013, que se suman a los 5.700 millones ya previamente asignados.



En este contexto, señorías, el viaje del presidente del Gobierno español a Túnez, que tuvo lugar el pasado 2 de marzo, ha marcado la pauta de lo que puede ser la respuesta general de la cooperación española. El presidente, señorías, anunció
nuestra disposición a crear una línea de financiación de 300 millones de euros destinada fundamentalmente a tres sectores: en primer lugar, al sector de obras e infraestructuras en agua y saneamiento; en segundo lugar, al de la energía, eficiencia
energética y cambio climático y, en tercer lugar, al apoyo a las pequeñas y medianas empresas en estos países con el objetivo de la creación de empleo. El objetivo fundamental, señorías, es revitalizar el tejido socioeconómico de estos países, que
se está resintiendo claramente, primero por la revolución, que ha afectado de forma muy importante a uno de los sectores que aportan una mayor cantidad de crecimiento a su producto interior bruto, como es el turismo, y que en estos momentos se sigue
resintiendo de forma indirecta muy claramente por la guerra en Libia. A nadie se le oculta que esta transición a la democracia, que desde luego saludamos y apoyamos, conlleva un riesgo evidente de estancamiento económico. Sus perspectivas de
crecimiento en este año se han visto modificadas a la baja en tres o en cuatro puntos porcentuales en su crecimiento. Por lo tanto, la respuesta a este proceso democrático supone o debe suponer un claro apoyo al sostenimiento económico en estos
países. Por eso, señorías, la propuesta del presidente del Gobierno consiste en la creación de una facilidad financiera de la cooperación española reembolsable que hemos situado y estamos negociando con el Banco Europeo de Inversiones.



Como saben, el 17 de enero de 2011 la Unión para el Mediterráneo y el Banco Europeo de Inversiones firmaron un memorándum de entendimiento para establecer una cooperación más cercana en las áreas de desarrollo económico, social y sostenible.
En este contexto, el equipo de cooperación financiera de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo ha mantenido ya varias reuniones con el BEI para ir perfilando esta facilidad. Es una facilidad española donde utilizamos
al Banco Europeo de Inversiones como instrumento financiero y tenemos previsto que el 6 de julio, en una nueva y esperamos que última jornada de trabajo que se va a celebrar en Luxemburgo, esté claramente perfilada. A partir de este momento
explicaremos de forma clara a todos los Estados, a todos los países a los que va dirigida, pero en especial a aquellos que están en este proceso de transición a la democracia, cómo se accede a la facilidad, cuáles son las vías de petición en cada
uno de los ámbitos que la conforman y ofreceremos también una explicación especial al tejido económico y empresarial de estos países para que puedan realmente tener conocimiento de la misma y acceder directamente a créditos a cargo de dicha
facilidad española en el BEI. Esperamos que esta importante iniciativa española, junto con las que se están estudiando por parte del Banco Europeo de Inversiones para financiar nuevos proyectos en la región del Mediterráneo, además de la extensión
del mandato del BERD al Mediterráneo, puedan realmente ayudar a aliviar esta situación de estancamiento económico, algo que es vital para que el proceso de transición democrática pueda concluir con los objetivos propuestos en el plazo temporal que
se ha previsto por cada uno de estos países.



El anuncio del presidente del Gobierno de España desde luego ha sido la columna vertebral, por así decirlo, de nuestra actuación en 2011. Aparte de esta facilidad financiera hemos puesto en marcha otras medidas. En primer lugar, señorías,
el apoyo a la celebración de elecciones democráticas. Como muy bien saben, celebrar unas elecciones verdaderamente democráticas es un proceso complejo y es un proceso que necesita, más allá de apoyo técnico y de cooperación técnica, apoyo
económico. En este sentido, el apoyo a la transición hacia la democracia se ha materializado en el apoyo financiero, con cargo a un fondo específico que tiene España en el PNUD para procesos electorales, a Túnez y a Egipto para la celebración de
sus primeras elecciones democráticas.
El apoyo a la transición, señorías, aparte indudablemente de incluir este apoyo electoral de forma clara, supone también poder ayudar a la sociedad tunecina y a la sociedad egipcia para que puedan ir
consolidando este proceso democrático. Lo sabemos muy bien en España, la democracia es una cultura política que lleva tiempo establecer cuando se sale de un largo período de dictadura. Por eso, en nuestro apoyo estamos intentando concentrarnos en
los procesos a la construcción institucional y al respaldo a la sociedad civil.



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La cooperación española tiene algunas ventajas comparativas en relación con otras cooperaciones internacionales. Es verdad que durante las últimas décadas hemos trabajado con muchos gobiernos de la zona en el ámbito institucional y hemos
tenido dificultades para trabajar con las sociedades de estos países. Siendo esto así, la cooperación española es una de las pocas que más ha trabajado en el marco asociativo tanto de Túnez como de Egipto. En estos momentos, esto nos permite tener
algunas ventajas comparativas con algunos actores, como es el caso de las asociaciones feministas, que han tenido y están teniendo un papel clave en los procesos de transición democrática. Como sus señorías creo que conocen también, en el apoyo a
la capacitación y formación de redes sociales de la sociedad civil, la Agencia Española de Cooperación Internacional ha reservado en la convocatoria abierta y permanente de las subvenciones de 2011, una línea especial de 5 millones de euros para
apoyar este tipo de iniciativas. Por otra parte, en la convocatoria de convenios 2012-2015, se han identificado ya dieciséis propuestas para el Mediterráneo, algunas de ellas de carácter regional centradas en este sector de apoyo a la capacitación
y formación de redes y asociaciones de la sociedad civil.



Quisiera señalar un elemento prioritario en la cooperación española, de forma especial en este nuevo trabajo y en esta nueva visión de la cooperación al desarrollo con los países del Mediterráneo, que es la perspectiva de género. Es una de
las señas de identidad de la cooperación española. Es un ámbito en el que en momentos de máxima dificultad anteriores a la revolución, hemos estado trabajando con muchas asociaciones de mujeres. En el caso de Túnez es, sin duda, de vital
importancia y un factor clave en el avance, en la revolución que se ha producido en este país y en la transición que tienen por delante. Es cierto que Túnez partía de una situación excepcional en la región con relación al tema de género y de
reconocimiento de la mujer. Se trata del primer país árabe en conceder el voto a las mujeres en 1959. Se trata también de unos de los primeros países en desarrollo en apostar por la igualdad de género en la educación. Estos dos elementos han dado
resultados muy positivos y les estamos viendo ahora en este proceso de transición. En el resto de la región, señorías, en algunos países, por hablar de los que están en un proceso de transición democrática como, por ejemplo, Egipto, es cierto que
los avances en género se asocian paradójicamente a los regímenes anteriores, en el caso de Egipto claramente, y, por tanto, nos preocupa mucho que se puedan producir retrocesos en el ámbito de la igualdad por esta vinculación entre instituciones de
defensa de la mujer que estaban vinculadas con el anterior régimen. No cabe ninguna duda, señorías, de que el equilibrio entre partidos laicos e islámicos va a ser también un elemento absolutamente vital y central de la evolución democrática en la
zona y, desde luego, no cabe duda también que en el ámbito del reconocimiento de los derechos de las mujeres, del papel jurídico-constitucional que tienen que jugar en el nuevo sistema democrático de estos países, este equilibrio entre estas fuerzas
de partidos laicos e islámicos es vital.
Sin embargo, quiero también señalar que pese a esta situación, pese a los riesgos a los que nos enfrentamos, el caso de Túnez es un buen ejemplo para ver cómo en este caso la Comisión Constitucional fue
capaz de aprobar una representación paritaria de las mujeres en las listas electorales, con un sistema además de mucho equilibrio, de alternancia en la representación en las listas, para garantizar una representación efectiva de mujeres, y que la
discusión, el debate y aprobación finalmente de esta representación paritaria de las mujeres tunecinas en las primeras elecciones democráticas de este proceso de transición democrática fue aprobado con el apoyo y los votos a favor de los partidos
islámicos. Por lo tanto, creo que esto abre también muchas esperanzas y creo que indudablemente Túnez debe servir de modelo y de referencia en la región en el trabajo en igualdad y en apoyo a la igualdad de género que debemos hacer también desde la
cooperación española. Quisiera señalar finalmente -ustedes también lo saben, tuvieron oportunidad de escuchárselo a la directora de la Oficina ONU-Mujeres, la señora Michelle Bachelet, también aquí en el Congreso- que España es el único país de la
Unión que ha organizado una jornada de trabajo con ONU- Mujeres aquí, en Madrid, junto con los coordinadores de nuestras oficinas de la Agencia Española de Cooperación en estos países, para poder hacer una estrategia coordinada de trabajo coordinada
en el ámbito de género con el objetivo fundamental de alinearnos en las prioridades, de no duplicar acciones y reforzar nuestras actuaciones conjuntamente para tener una mayor eficacia.



Por último, señorías, para acabar esta comparecencia, aunque desde luego estoy a su disposición, como no puede ser de otra forma, para ampliar cualquier aspecto que sea de su interés, quisiera decirles también que hemos puesto en marcha
todas las instituciones de diplomacia pública con las que contamos en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación para poder reforzar este trabajo, el trabajo que estamos realizando en el ámbito de la cooperación. Desde el Instituto
Cervantes, a la Casa Árabe, la Casa del Mediterráneo, la Fundación Carolina, aprovechando precisamente sus vínculos con la sociedad civil y las instituciones culturales en la ribera sur del Mediterráneo, se han puesto en marcha programas de
formación, de intercambio de experiencias con personas relevantes de la sociedad española, que pueden realmente hacer un intercambio de situaciones, no idénticas pero parecidas, de la reciente transición democrática por la que pasó España, y
programas de visitas como los que realiza la Fundación Carolina, que se han redirigido precisamente a estos países y a colectivos específicos para abordar nuestro trabajo en este ámbito. Por otra parte, también quiero señalar que estamos haciendo
un trabajo de lo más coordinado con el resto de donantes. En Egipto, por mencionar alguno, hemos tenido reuniones con responsables de la agencia


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de cooperación de Estados Unidos, Usaid, para poder abordar también algunas actuaciones conjuntas en el ámbito de seguridad alimentaria, dentro del propio país -Egipto-, y en género. También hemos tenido contactos y reuniones en Turquía con
mi homólogo de la agencia turca de desarrollo, para poder abordar un posible trabajo conjunto en relación con la situación que ya se está produciendo, con un número muy importante de refugiados de Siria en las fronteras con Turquía. Estamos
trabajando de forma muy activa junto con el resto de los países que están promoviendo en el G-8 un paquete de ayuda financiera destinada a Túnez y a Egipto de forma concreta.



Termino, señorías, haciendo una breve referencia al caso de los territorios palestinos que, como saben muy bien, constituyen una de las principales apuestas de la cooperación española en la región y que no puede quedar relegado a un segundo
plano en este contexto. Los avances en Palestina pueden tener efectos muy positivos sobre los procesos de transición y reformas de los países del resto de la región. Por eso, estamos haciendo un esfuerzo especial por apoyar los intentos de
reconciliación intrapalestina. Esperemos en un horizonte no muy lejano la celebración de las elecciones parlamentarias y presidenciales en ambos territorios.



Muchas gracias, presidenta y señorías, por su atención y, como siempre, estoy a su disposición para todo lo que deseen ampliar o comentar.



La señora PRESIDENTA: Gracias, señora secretaria de Estado, por una comparecencia muy sintética donde ha quedado bastante clara su posición.
Por el Grupo Mixto la señora Oramas tiene la palabra por un tiempo de diez minutos. Podemos ser
flexibles, pero intentemos ajustarnos a los tiempos.



Señora Oramas.



La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: No voy a usar el tiempo en su totalidad.
Entre otras cosas, quiero pedir disculpas a la secretaria de Estado porque el Grupo Mixto está en muchas comisiones al mismo tiempo y tengo que estar a las once y
media en otra. Intentaré volver y si no, miraré el 'Diario de Sesiones' de la Comisión. Quiero agradecer a la secretaria de Estado su magnífica comparecencia y también voy a dividir mi intervención en los cuatro aspectos que ha abordado.



Creo que la actuación de España -y se lo digo sin ninguna limitación- en las situaciones de crisis humanitaria es absolutamente ejemplar. Sería importante, en un momento donde se produce una descalificación por parte de la ciudadanía de las
instituciones, del Gobierno, de los fondos públicos, que hubiera un conocimiento real sobre qué se ha hecho en un tema donde la propia ciudadanía y la juventud española están muy sensibilizados. Esa explicación detallada de una profesionalización
en la cooperación en momentos de crisis humanitaria es importantísima. Me parece magnífico el acuerdo con la Unión Médica Árabe, porque creo que ese tipo de actuaciones ayuda a la sensibilidad, a entrar en la zona y a la efectividad de la
cooperación. El traslado de refugiados de países como Bangladesh o Sudán quizá no tenga una importancia económica cuantitativa, pero perfila cuál es el criterio de un país como España en momentos de crisis humanitaria. También quería recalcar esa
puesta en valor que ha hecho del ejemplo de solidaridad del pueblo tunecino, donde para países occidentales, como es el caso de Italia o la crisis de Canarias, con la inmigración subsahariana y el drama humanitario, es un ejemplo en un mundo global,
donde ese tipo de cosas no suceden. Es magnífico que la secretaria de Estado también lo ponga aquí en valor.



Tengo dudas cuando usted define la nueva misión para la cooperación al desarrollo, dividiendo los países en aquellos que en este momento tienen una situación de revolución pacífica, lo que son demandas sociales y lo que son conflictos
políticos importantes. Plantea el compás de espera y parece razonable en el tema de Túnez y Egipto, sin embargo precisamente donde puede tener un papel importante la cooperación internacional es en aquellos donde existen demandas sociales
importantes, como pueden ser los casos de Jordania, Marruecos y Argelia, que no sé en este momento si ese es el apartado al que se refiere con el tema de los créditos a través del convenio con el Banco Europeo de Inversiones. Sí creo que deberíamos
plantear no una espera ni un compás, sino realmente una efectividad, pero no me quedó claro en su intervención si precisamente esa era la que se iba a hacer a través del Banco Europeo de Inversiones. Me gustaría saber si realmente lo que esos
países necesitan, con problemas de demandas sociales, son inversiones en saneamiento y energía. Me planteo si esos 300 millones de euros que vamos a dar para créditos en esas dos áreas, si realmente esa es la cuestión que puede ayudar a que esas
demandas sociales salgan adelante. Tengo mis serias dudas en ese planteamiento, pero no sé qué va a proponer. Ya sabe usted la gran polémica existente en el desarrollo de determinadas actividades productivas que no son importantes en determinadas
zonas y que pueden entrar en competencia precisamente con determinados sectores de la economía europea -y digo de la canaria-. No lo digo por un tema de desarrollo, pero me gustaría saber exactamente de qué estamos hablando. Por otro lado, me
genera no diría dudas peligrosas, pero sí querría una aclaración sobre en qué se va a usar el apoyo económico en la celebración de elecciones democráticas. Me imagino que ese apoyo económico es a las elecciones democráticas en Túnez y Egipto. Le
querría preguntar si conoce ya el importe que vamos a dedicar y a qué parte y qué se va a financiar de ese proceso de celebración de elecciones democráticas con el dinero español para no interferir en ningún momento en el proceso político. Por
último, quiero preguntarle también sobre la última información que tenga del desarrollo de la evolución del éxodo de Siria hacia Túnez, si eso puede generar una situación complicada para el Gobierno de Turquía y si en ese sentido el Gobierno de
Turquía ya ha solicitado


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infraestructuras del tipo de crisis humanitaria como la que se planteó en su momento en Libia o en Túnez y cuáles son las previsiones que pueda tener en este momento el Gobierno español de la evolución de Siria hacia Turquía.



Quiero agradecer muchísimo a la secretaria de Estado de Cooperación su comparecencia.



La señora PRESIDENTA: A continuación, tiene la palabra por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) el señor Campuzano.



El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Quiero agradecer también la comparecencia de la secretaria de Estado. Digamos que en términos globales, en términos generales los grupos podemos compartir el enfoque que el Gobierno ha tenido en relación con
lo vivido en los países árabes en los últimos seis meses. Pero quizás hubiese sido interesante que el Gobierno también aceptase o plantease una cierta autocrítica sobre lo sucedido en el siguiente sentido. España viene cooperando y colaborando
desde hace años en los países árabes, y específicamente tanto en el Magreb como en el Mashreq, desarrollando una política de cooperación internacional importante. África del Norte junto con América Latina han sido dos de las grandes prioridades
geográficas y los gobiernos españoles han dado su apoyo político a esos regímenes que los ciudadanos de Túnez, de Egipto y de Libia han puesto patas arriba. Hemos vivido lo escandaloso que ha sido que armas vendidas por el Gobierno español hayan
sido utilizadas para reprimir a la resistencia democrática en Libia, o pusimos durante muchos años como ejemplo de buen gobierno al régimen de Túnez, o incluso mantenemos una actitud muy condescendiente con la situación que se vive en Marruecos en
términos de democracia, buen gobierno y respeto a los derechos humanos. Incluso si uno analiza las previsiones del Plan anual de cooperación para este año en materia de apoyo al buen gobierno, a facilitar los procesos democráticos y el respeto de
los derechos humanos en Túnez, Egipto, Marruecos y Argelia, el peso en la ayuda bilateral de las partidas que respondían a esas previsiones era muy escaso. En Túnez teníamos previsto destinar un 1,2 por ciento de la ayuda bilateral a estas
partidas, en Egipto un 2,6 por ciento, en Marruecos un 4,8 por ciento y en Argelia un 3,3 por ciento. No ha sido nuestra prioridad en África del Norte apoyar los procesos que refuercen el buen gobierno, la transparencia, la lucha contra la
corrupción y la defensa de los derechos humanos. Buena parte de la política de cooperación al desarrollo en estos países se ha centrado básicamente en la financiación de grandes infraestructuras y el desarrollo del tejido económico. No digo que no
haya que hacer solo eso, pero que, en todo caso, nuestra política de cooperación al desarrollo en África del Norte no ha tenido como prioridad esos ejes y a las cifras previstas en el Plan anual de cooperación para 2011 me remito. Usted lo
recordaba en el dictamen del plan anual que se produjo precisamente cuando estas revoluciones democráticas empezaron a estallar, se incorporó -fue fruto de una enmienda de Convergència i Unió que recibió el apoyo unánime del conjunto de los grupos
de la Cámara- una recomendación específica para adaptar el plan anual a esa nueva realidad.
Yo creo que el Gobierno debería hacer esa autocrítica y no tan solo el Gobierno español, evidentemente, sino el conjunto de los gobiernos europeos que hemos
tenido enormes responsabilidades en dar apoyo a esos regímenes que esos ciudadanos han disuelto de manera dura; ha habido ciudadanos que han muerto en esos procesos de revolución democrática.



Quiero decirle también que es evidente que el Gobierno español, como el resto de los gobiernos europeos, tampoco han dado un excelente ejemplo para hacer frente a las consecuencias en términos de flujos migratorios que han tenido estas
revoluciones. No han sido los países de Europa quienes han recibido buena parte de los refugiados que han provocado estas revueltas, sino que han sido los propios países del norte de África. Ahí mi grupo hubiese entendido una posición más
coherente del Gobierno español, del conjunto de los países europeos, asumiendo también una cierta dosis de solidaridad en relación con los flujos de refugiados que han provocado estas revueltas. En este sentido, no sé si el Gobierno ha colaborado
con ACNUR precisamente en algunos de los proyectos de acogida a refugiados en los países limítrofes afectados por las revueltas democráticas. Creo que la portavoz del Grupo canario le planteaba una cuestión en relación con lo que sucede en Turquía,
fruto de la crisis humanitaria que se está viviendo en Siria en estos meses. También ahí mi grupo entendería una cierta autocrítica y una asunción de responsabilidades. En la nueva Ley de Asilo que aprobamos hace ya cerca de un año, incorporábamos
la posibilidad de utilizar la fórmula del reasentamiento para acoger refugiados procedentes de países en crisis. No sé si el Gobierno ha planteado la posibilidad de utilizar este mecanismo.



Finalmente, me gustaría plantearle tres preguntas muy concretas. Primera pregunta. Esos 300 millones o esa facilidad financiera en forma de créditos que el Gobierno anuncia realizar a través del Banco Europeo de Inversiones ¿van a estar
imputados a los fondos del Fonprode y van a ser considerados ayuda oficial al desarrollo? Nos gustaría tener esta información. Supongo que el Gobierno no está planteando recursos adicionales a la AOD prevista para este año, sino que sobre la AOD
reasignar recursos para hacer frente a estas situaciones. Si es así, ¿qué implica esa reasignación en términos de lo que se va a dejar de hacer para poder hacer frente a la previsión de lo que sucede en los países árabes? Finalmente, está prevista
una próxima cumbre en Londres y quisiera saber qué aportaciones tiene previsto hacer el Gobierno en esa reunión. Coincido -y termino- con esa necesidad a la que hacía usted referencia de coordinación al máximo con el resto de donantes: Unión
Europea, sistema de Naciones Unidas y otras cooperaciones bilaterales. Va a


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ser fundamental. Es evidente que España tiene responsabilidades en términos de cercanía geográfica, de relación histórica, de responsabilidades, por ser un donante importante en el norte de África y porque de alguna manera lo que fue en su
día la transición democrática española está siendo vista en muchos otros países como un modelo a seguir para consolidar la democracia, y eso exige una actitud política del Gobierno en el marco de esa coordinación con el resto de donantes, en la
medida en que se pueda asumir un cierto liderazgo político. En todo caso, lo que debemos aprender de esta crisis -termino, señora presidenta- es que apoyar a dictadores quizá nos es cómodo en el corto plazo, nos resuelve problemas y riesgos, pero a
medio y largo plazo termina siendo una mala política.



La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor Robles.



El señor ROBLES OROZCO: Muchas gracias, secretaria de Estado, por su comparecencia. Es verdad que lleva usted tiempo intentando comparecer en esta Comisión y por diferentes razones no ha podido hacerlo. Lo que quiero decir con esto es que
quizá eso que hemos ido dilatando en el tiempo hace que realmente casi el 80 por ciento de lo que le hemos escuchado ya lo hayamos oído antes. Se lo hemos escuchado a la ministra de Asuntos Exteriores en la Comisión de Asuntos Exteriores. El día 9
de marzo la ministra compareció y nos contó básicamente lo que usted nos ha contado hoy aquí y además, en un ejemplo de transparencia de la Agencia Española de Cooperación, ustedes han ido colgando en la página web de la agencia básicamente el
relato de los hechos que usted nos ha contado referidos a la ayuda humanitaria, y por aquí quiero empezar. Quiero felicitar a los técnicos de la Oficina de Acción Humanitaria de España porque han demostrado una vez más que España tiene una
experiencia acumulada de muchos años -yo diría décadas- en lo que es la atención humanitaria. Lo hemos hecho en Haití, lo hicimos en el Mitch y lo hemos hecho en zonas de prioridad política, geográfica y sectorial para España, y de alguna manera lo
que ha sido siempre nuestra actuación en las catástrofes en América Latina o en el norte de África se suma a esa cuestión. Hemos actuado por cercanía, por prioridad política y geográfica y con el conocimiento y el expertise que nos dan las
circunstancias. En ese sentido, todo lo que significa en ese momento la activación de los convenios de emergencia de la ayuda humanitaria para atender las primeras necesidades físicas humanas y la protección de los ciudadanos ha sido correcta, útil
y se enmarca, como digo, dentro de nuestra tradición.
Usted ha hecho una suma más o menos de las cantidades que en el Consejo de Ministros han sido puestas a disposición, en torno a 5 millones, y eso es lo que en términos reales en este momento
hemos aportado a la crisis de los países del norte de África, 5 millones en temas de ayuda humanitaria. Una vez cumplida sinceramente la felicitación a todos los expertos, a las ONG y también -supongo- a la cooperación descentralizada que en su
ayuda haya podido acudir activando convenios de emergencia, la cooperación ha dado sus resultados.



Otra cuestión es el enfoque que usted aporta sobre lo que significa a partir de este momento la ayuda al desarrollo, la reconstrucción o el acompañamiento en todo el proceso que se pone en marcha en el norte de África. La primera reflexión
que efectivamente hay que hacer ahí es la que enlazo con lo que ha dicho el portavoz de Convergència i Unió, el señor Campuzano, sobre las lecciones aprendidas. Yo creo que el conjunto de los países occidentales debería reflexionar alguna vez sobre
lo que ha significado en el pasado el ser condescendientes con una supuesta estabilidad a cambio de taparnos muchas veces los ojos en cuestiones de derechos humanos y de libertades. Eso que en el pasado ya no puede removerse sí puede tenerse en
cuenta en el futuro, porque en este momento entiendo que más allá de las expectativas, de las ilusiones y de los titulares de medios de comunicación, los análisis más profundos no solamente de los técnicos de la cooperación, sino de las agencias de
información, nos abren serias dudas sobre la naturaleza y cómo van a ir evolucionando estos procesos que usted ha definido correctamente en diferentes bloques; no son todos homogéneos y, por lo tanto, hay que hacer un análisis muy pormenorizado.
Quiero decir que de cara al futuro hay que tener esto muy en cuenta. No volvamos a repetir precipitadamente análisis o juicios que nos lleven de alguna manera a lamentarnos posteriormente. Así pues, no se puede cambiar el pasado, pero sí podemos
intentar no volver a repetir los errores en el futuro.



Usted nos ha hecho un análisis de lo que va a ser el tema de la cooperación, y tengo que decirle que en términos teóricos es una orientación correcta que hemos compartido en los debates que hemos tenido en el PACI. Efectivamente, el propio
Parlamento español ha introducido una enmienda, pero hay dos interrogantes importantes: cómo se va a poder soportar realmente una orientación de esta naturaleza y qué papel, más allá de la verbalización, vamos a tener. Usted ha hecho referencia a
los 300 millones anunciados por el presidente del Gobierno en lo que usted llama una facilidad financiera, pero sobre ello evidentemente hay algunas cuestiones que explicar; la más relevante es la naturaleza de la ayuda.
Hemos cambiado un
instrumento básicamente de nuestra ayuda, que es donación, por un instrumento que es reembolsable. Es decir, el tan denostado instrumento de la cooperación reembolsable se ha convertido en este momento en el instrumento. Por lo tanto, cuando se ha
interiorizado por los agentes de la cooperación que esta cooperación reembolsable no debería ser el instrumento básico y fundamental, hemos cambiado el instrumento de donación por el instrumento reembolsable. Así pues, hemos cambiado cantidades
también importantes por otras cantidades que en este momento están por definir. Respecto a esos 300


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millones que todavía no dejan de ser un anuncio, cabe primero conocer la naturaleza, cómo se va a plasmar, las líneas en que se va a poder hacer, la disponibilidad real que hay, así como la demanda, porque una cosa es lo que uno ofrece y
otra cosa es la demanda que realmente se produce. Por tanto, estas son algunas dudas.



Por otra parte, yo me sumo a la pregunta que le hacía el señor Campuzano.
Si en este momento no hay ningún crédito extraordinario, si en este momento no hay un aumento de la cooperación de la AOD española, si lo que se nos anuncia es una
reorientación del gasto, es decir, si lo que se nos dice es que se van a priorizar 300 millones para el norte de África, tendrá usted que estar con nosotros en que de alguna manera esa reprogramación significa que hay cosas que se habían priorizado,
se habían pensado o se habían decidido en su momento que en este momento van a tener un retraso. Es decir, no es posible que para que sume cien, anunciemos 300 millones nuevos para el norte de África sin que haya algunas otras partidas que se
resientan. Por tanto, en esa reorientación del Fonprode, si se van a destinar 300 millones al norte de África a mí me gustaría saber, aparte de cómo se va a materializar al final esto y qué demanda real hay de este dinero, cuáles son las partidas
que lógicamente van a ser, entre comillas, sacrificadas, reorientadas, retrasadas o reprogramadas para que realmente esto sea así. Esto hay que unirlo, como digo, con los términos reales del PACI. En el año 2009 el total del Mediterráneo supuso
605 millones de euros y en el PACI del año 2011 esa cantidad desciende a 253 millones; es decir, hay una disminución del 58 por ciento de los fondos destinados en el PACI al total del Mediterráneo. Esto se agrava, precisamente, si separamos
Oriente Medio del norte de África. En Oriente Medio se produce una bajada del 34 por ciento, pero en el norte de África, en el PACI de 2011, se produce una disminución del 70 por ciento. Es decir, pasamos de 410 millones de euros a 124 millones de
euros. Esto es lo que dice el PACI. Esta es la realidad. Usted ha verbalizado una forma de ayuda, una prioridad, pero en los números del instrumento de la AOD española -si quitamos el anuncio de la cooperación reembolsable que usted nos ha hecho-
los fondos destinados a esta zona de la que estamos hablando disminuyen un 58 por ciento. Por lo tanto, nuestro papel, nuestra capacidad, nuestro instrumento, es evidente que por mucha priorización verbal que hagamos va a tener muchos menos
recursos para poder hacer esa política. Esto es especialmente dramático en el conjunto de países a los que usted ha hecho referencia.
En el otro bloque de países, si sumamos Argelia, Marruecos, Palestina, Túnez, Líbano, Siria, Egipto y Jordania,
aquí el recorte es de 367 millones a 74 millones. Es decir, es una caída del 80 por ciento de los fondos. Esto es en cooperación AOD, en cooperación no reembolsable. Esto es lo que dice el PACI. No hay más que coger los datos y los números de
2009 y ver lo que dice en este momento el año 2011. Por tanto, hemos cambiado un instrumento, que es cooperación AOD no reembolsable, por otro instrumento, cooperación reembolsable. Esto tiene que tener unas consecuencias y va a limitar también
nuestras capacidades.



Por otra parte, hay contradicciones entre lo que oímos a diferentes miembros del Gobierno. Supongo que la ministra tiene algo de información.
Tengo aquí un artículo del viernes de la semana pasada de una rueda de prensa que hizo la
ministra sobre el terreno, en donde dice que España no va a participar en el fondo de ayuda. Lo dice la propia ministra. (La señora secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Rodríguez Ramos: ¿En qué fondo de ayuda?) En el fondo de ayuda
de Libia, que es uno de los países de los que estamos hablando. (La señora secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Rodríguez Ramos: Yo no lo he citado.) Supongo que todos estamos de acuerdo en que en este momento -usted lo ha dicho- hay
una pluralidad de actores, y aquí se dice concretamente que España no va a participar en ese fondo de ayuda. Como usted ha hecho, yo divido claramente dos acciones: la acción a corto plazo de ámbito humanitario, donde creo que hemos estado a la
altura de las circunstancias, y el papel que podemos jugar en la reconstrucción y el futuro del norte de África en donde, cuando menos, se nos abren serias dudas sobre muchas cuestiones. Unas no son imputables a nosotros, que es el propio escenario
en el que se está moviendo la región y que son inputs que ni controlamos ni sabemos cuál va a ser su evolución, por lo que somos espectadores activos -me imagino- en la región; y otras cuestiones sí son imputables a nosotros, como qué recursos, qué
medios, qué orientación, qué instrumentos vamos a poder usar en ese papel, y choca la verbalización de esa priorización con los recursos reales que el PACI de 2011 destina a esta región. Por el contrario, abrimos otros instrumentos, como el de la
cooperación reembolsable, que no sabemos si en este momento es el instrumento que están demandando los actores y que, en todo caso, insisto, no era a priori el instrumento por el que la cooperación española debería apostar.



Termino diciendo que, sea cual sea la situación, España debe hacer un esfuerzo por estar vigilantes, por estar presentes, por estar activos, por participar en la medida de nuestras posibilidades en las líneas políticas que se vayan a hacer,
conscientes de nuestras limitaciones, especialmente las de carácter presupuestario. En ese sentido, creo que sí se han dado unos pasos correctos en el ámbito de la coordinación de actores. Nuestra fortaleza en este momento está en ir bien
coordinados con la Unión Europea e ir bien coordinados con los demás países que tienen una tradición y una presencia importante en la zona. En esa medida nuestro papel saldrá reforzado, jugaremos el papel que podamos jugar en este momento y no
estaremos al margen de un área que no nos es ajena y que nos es de una extraordinaria importancia. Por tanto, así como le digo que tengo dudas sobre las capacidades presupuestarias habida cuenta del escenario en el que nos movemos, le animo a que
sigamos


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siendo actores presentes, vigilantes en la medida de nuestras posibilidades, y que vayamos estando a lo que las circunstancias vayan demandando, conscientes de intentar no repetir los errores del pasado donde no solo España, sino en general
la comunidad internacional se han precipitado en algunas ocasiones a cambiar estabilidad por otras cuestiones, y evitando poder jugar -insisto- nuestro papel en países tan importantes para nosotros como Marruecos, Túnez, Argelia, Libia, Egipto.



Termino por donde empecé, agradeciéndole la información, felicitando en su nombre a los técnicos de la oficina humanitaria, y esperando y deseando que los instrumentos económicos de los que disponemos en el futuro puedan ir mejorando, y por
tanto ampliando también nuestras capacidades en la zona.



La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Socialista tiene la palabra su portavoz el señor Calabuig.



El señor CALABUIG RULL: Señora secretaria de Estado, quiero agradecer sinceramente su comparecencia sobre un proceso de profunda transformación que nos afecta muy directamente, que está muy cerca de nosotros, y con el que además tenemos
muchas interacciones. También quiero decir que es cierto, tal y como ha señalado, que tenemos una presencia muy importante en la zona desde hace años, que somos un donante muy importante en la región, y que prácticamente todos los países de la zona
son prioritarios para la cooperación española, lo que entre otras cosas demuestra que las prioridades a la hora de definirse fueron acertadas. En general o con más o menos intensidad coincidimos todos en que la respuesta que ha dado el Gobierno ha
sido positiva, rápida, y algunos de los grupos coincidimos también en el hecho de que ha sido una respuesta ejemplar, tanto en el ámbito humanitario, a la hora de la respuesta a la concatenación de todas las crisis que se han ido produciendo, como
en el apoyo que se está dando y el refuerzo a los procesos democráticos. Además se está haciendo muy positivamente, dado que se está haciendo desde el respeto a la realidad de cada uno de los países y sin injerencias. Efectivamente se abren nuevas
oportunidades de colaboración y de cooperación, y una de las prioridades ha de ser apuntalar los procesos democráticos. En este sentido quiero agradecer al Gobierno la sensibilidad que ha tenido por las propuestas del Congreso, que también ha
citado el señor Campuzano, que claramente se ha volcado con el Magreb, con los países en los que se están produciendo estas transformaciones, y además lo ha hecho de acuerdo al consenso al que llegamos los distintos grupos parlamentarios, y que se
manifestó en el propio PACI en el momento de aprobarse, así como en otra proposición no de ley sobre el Mediterráneo.



Por otra parte, hay tres elementos que a nuestro grupo le parecen muy destacables. En primer lugar la rapidez en la reacción, que en este sentido le decía que ha sido ejemplar -no somos el único grupo que lo dice-, sobre todo en el ámbito
de la ayuda humanitaria y en la línea que anunció el propio presidente del Gobierno a Túnez de 300 millones. En este contexto quiero decir que en este caso este tipo de cooperación con un país como Túnez parece perfectamente adecuada al nivel de
desarrollo de este país. No estamos hablando de países del África subsahariana, no estamos hablando, aunque tengan muchas deficiencias, de países que no tengan escuelas, hospitales o centros de salud. Por tanto no es la misma situación, por lo que
habrá que ver en cada zona dónde hay que priorizar cada tipo de ayuda, porque probablemente este tipo de ayuda en esta zona, con el nivel de desarrollo que tiene, va a ser muy bienvenida por quienes estén llamados a liderar estos nuevos procesos.



La segunda cuestión que desde luego yo destacaría es la neutralidad con la que se ha desarrollado nuestra ayuda humanitaria, y el hecho de que se ha planteado siempre de acuerdo con los principios de Naciones Unidas; y también queremos
destacar, porque efectivamente es un elemento de identidad de nuestra cooperación, el enfoque de género. Creemos que también es una cuestión muy importante, y que efectivamente las mujeres están llamadas a jugar un papel esencial en la región. En
este sentido me gustaría destacar los esfuerzos que se están haciendo en esta línea así como la sensibilidad, que ponen un acento muy claro a la cooperación española y muy destacado respecto de otras iniciativas que probablemente no tienen este
compromiso tan claro. También el Gobierno de España ante las crisis le ha dado un papel esencial a su respuesta desde el ámbito de la cooperación al desarrollo, y eso es fundamental, aunque es verdad que también estamos en otros ámbitos -estamos en
el ámbito militar y yo creo que también en el migratorio obviamente, al que no somos ajenos-, pero sinceramente quiero destacar que el hecho de que la cooperación haya sido el componente más importante de nuestra acción exterior en la región en
estos momentos es algo fundamental que determina una identidad clara de este Gobierno, algo que desde nuestro grupo queremos resaltar. Igualmente quiero destacar la voluntad clara que ha habido desde el principio de dar protagonismo a la sociedad
civil, y en este sentido el papel de las ONG está siendo muy destacado, y es lógico y positivo que se haya tenido en cuenta. Este apoyo a las ONG contrasta con los recortes que están sufriendo algunas comunidades autónomas y que a veces les están
poniendo en dificultades graves, y en este sentido se demuestra que las decisiones que se tomaron y las prioridades que se establecieron, pese a que estamos en tiempos difíciles y que lógicamente no hemos dispuesto de los mismos recursos que había
en años anteriores, eran las correctas.



Se ha hablado del tema europeo, y efectivamente yo creo que hay mucho que hacer en el ámbito del trabajo conjunto de la Unión Europea. Es un momento trascendental para reforzar las relaciones de Europa con el


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mundo árabe y especialmente con el mundo mediterráneo. Lógicamente todos los procesos que se han producido tienen sentido. Obviamente cada uno tiene sus peculiaridades, pero son todos procesos que también tienen componentes comunes. En
todo caso, desde luego como región euromediterránea a nosotros nos afecta y claramente también necesita de una respuesta conjunta en el ámbito europeo. Está claro que España siempre ha tenido este compromiso en su política exterior, y eso, como
decíamos al principio, viene demostrado por la tradición, por el tiempo que se lleva cooperando, por la eficacia con la que se hace, por el conocimiento mutuo, por la densidad del tejido de relaciones que se ha ido construyendo y por un compromiso
político no solo desde el ámbito de la relación de España con esos países, sino en la voluntad de impulsar desde que entramos en la Unión Europea esa dimensión de las relaciones entre Europa y el Mediterráneo como algo fundamental; una dimensión
fundamental además que se ha mantenido a lo largo del tiempo, en los momentos en que Europa miraba fundamentalmente hacia el este, y ese impulso por parte de España en el ámbito de las instituciones europeas ha sido algo claramente positivo y
fundamental. Es verdad que, pese a todo, ese trabajo conjunto a través del proceso de Barcelona, del partenariado euromediterráneo, de la Unión para el Mediterráneo ha permitido muchos avances en muchos ámbitos, pero también es verdad que
evidentemente la situación en el conflicto árabe-israelí y otros elementos que hemos visto ahora mismo que se han revelado con mayor fuerza con las revoluciones ciudadanas han dejado claras las limitaciones que tenía ese diálogo, tal y como estaba
planteado.



Hemos hablado de mostrar una mirada crítica -todos coincidimos en ello- y es razonable hacerlo, porque es verdad que había toda una serie de cambios sociales que estaban ahí y que no se revelaron. En un momento determinado no hubo por parte
de nadie la sensibilidad para hacerlo. Pero también quiero decir sobre esa cuestión una cosa que me parece clara, y es que esa autocrítica no tiene que hacerla solo el Gobierno, la tenemos que hacer todos, la tienen que hacer todos los gobiernos
europeos. Además la tenemos que hacer también desde las distintas comunidades autónomas que han tenido políticas en las cuales lógicamente hay muchos de los aspectos que se han comentado que tampoco se tuvieron en cuenta, y que ahora desde luego
hay que considerar. Evidentemente tampoco se tuvo en cuenta en las relaciones interpartidarias. Por lo tanto todos los partidos en nuestras relaciones con el norte de África tenemos que expresar nuestra autocrítica, porque seguramente no estuvimos
a la altura de las circunstancias de lo que se estaba produciendo allí, de lo que se estaba desarrollando en el norte de África y en otros países árabes.
Sobre esta cuestión también he de decir -se ha citado antes, pero me parece fundamental- que
precisamente esta relación euromediterránea -y creo que es importante que se haga así- tendrá claramente que tener su respaldo financiero. Las nuevas perspectivas financieras son también una nueva oportunidad porque ha cambiado el escenario, y por
lo tanto eso tiene que tener consecuencias en el ámbito de las nuevas perspectivas financieras, y espero que la falta de sensibilidad que algunos países tuvieron en su momento, mirando demasiado hacia el este y poco hacia el sur, ahora puedan
percibir con estas nuevas realidades que efectivamente es imprescindible esa mirada hacia el sur, porque ahí en muchos casos nos jugamos nuestra seguridad, nuestro desarrollo económico, cuestiones que desde mi punto de vista son fundamentales.



Termino agradeciendo de nuevo la comparecencia de la secretaria de Estado destacando precisamente esa ejemplaridad en la capacidad de reacción, ese trabajo que se ha hecho de acuerdo con los valores y principios de las Naciones Unidas, y
también desde luego con un enfoque de género que creo que caracteriza muy especialmente a nuestra cooperación internacional.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora secretaria de Estado de Cooperación para responder a todos los portavoces.



La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Rodríguez Ramos): En primer lugar, quiero agradecer muy expresamente a todos los grupos el reconocimiento y la felicitación que me trasladan para que se la haga llegar a los
técnicos que conforman la oficina humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Se lo haré llegar inmediatamente, pero además creo que es un buen reconocimiento. La oficina humanitaria que como saben es una oficina de reciente
creación supone no solamente el crecimiento en presupuesto que la ayuda humanitaria ha tenido en la cooperación española en los últimos años, sino indudablemente la puesta en marcha de un esfuerzo muy importante por ganar en calidad de esta ayuda
humanitaria. La rapidez, la programación, los canales de coordinación en el trabajo conjunto que requiere cualquier emergencia humanitaria se ha puesto en marcha a través de esta oficina, y efectivamente es un reconocimiento que me satisface y que
haré llegar a todo el personal de la oficina.



En segundo lugar, intentaré responder a algunas cuestiones concretas y aclarar también alguna información que he dado en mi primera intervención, y que no ha podido ser lo suficientemente completa para entender qué aspectos abarca y por qué
hemos planificado instrumentos de intervención de estas características. Voy a hacer una observación general porque todos los portavoces se han referido a ello.
Indudablemente comparto con el portavoz del Grupo Socialista que el reconocimiento de
cuál ha sido la perspectiva occidental en relación a los países de la cuenca sur del Mediterráneo es una valoración que no solo debe hacerla este Gobierno, sino que debemos hacerla conjuntamente porque si solo se hubiera equivocado -si me permiten
decirlo, seño


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rías- un gobierno, aunque hubiera sido el nuestro, los errores cometidos en relación a los regímenes dictatoriales que durante tantos años han durado en la región posiblemente hubieran sido muy pequeños, pero no ha sido un gobierno. Creo
que debemos referirnos en todo caso a la política de occidente o la perspectiva occidental en relación a la ribera sur del Mediterráneo. Podríamos decir que como poco hemos sido miopes en el alcance de nuestra visión. Desde luego durante décadas
hemos guiado nuestra actuación primando -creo que lo ha dicho el señor Robles- el paradigma de la estabilidad frente a otros elementos que debíamos haber tenido en cuenta. Esta visión miope, equivocada en las prioridades -priorizar la estabilidad
de la zona frente a la democratización- nos ha hecho tener escasísima capacidad de previsión, y el hecho evidente es que hace seis o siete meses no hubiéramos sido capaces de imaginar un escenario como el que se está desarrollando ahora en muchos de
estos países. Lamentablemente, algunos escenarios son horrorosos, terribles.
Como decía al inicio de mi intervención, frente a la primavera árabe, inviernos árabes terribles teñidos de sangre y de represión contra los civiles desarmados, que lo
único que plantean son las legítimas demandas de cambio para buscar un sistema de mayor libertad y de respeto a los derechos. Como miembro del Gobierno no tengo ningún problema en hacer esta valoración desde esta perspectiva occidental.



También -y aquí comparto lo que acaba de decir el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista- es cierto que para España, no como Gobierno, sino como país, nuestro ingreso en la Unión Europea es lo que hizo construir dentro del seno de la
Unión una política de vecindad sur que no existía antes de nuestra incorporación. El proceso de Barcelona, la vecindad sur, la Unión por el Mediterráneo son fruto no digo única y exclusivamente de España, pero sin España esta vecindad sur, esta
mirada hacia el Mediterráneo no existiría en el seno de la Unión. Por eso es verdad que tenemos mayor responsabilidad ahora, cuando los acontecimientos han sobrepasado nuestra mirada miope, cuando la reclamación legítima de esa sociedad que a veces
intentábamos no ver preparada para la democracia nos ha dado muchas lecciones. Ha sido una reacción colectiva que ha surgido de la sociedad, no liderada por ningún partido ni por ningún movimiento. Han sido hombres y mujeres los que han reclamado
fundamentalmente dignidad para sus vidas, para sus hijos y para su futuro. En pos de esa dignidad se han abierto caminos de mucha esperanza y otros caminos que con mayores dificultades y dejando tras de sí muchos muertos, como en el caso libio, no
me cabe ninguna duda de que acabarán en procesos y en sistemas de clara democratización.



¿Qué es lo que podemos hacer desde el ámbito de las competencias y en el marco de actuación de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional? Por eso, señor Robles, cuando me hablaba del fondo de ayuda le preguntaba de qué país,
porque en relación a un recorte de prensa de Libia, como saben Libia no es un país de la cooperación española ni está en el plan director; estamos actuando porque hay una crisis humanitaria provocada por un conflicto armado. La ayuda humanitaria
española no tiene países prioritarios ni países programados.
Lamentablemente estamos viendo cómo donde menos esperamos tener que intervenir por una crisis humanitaria, en este caso generada por un conflicto armado, tiene que intervenir la
cooperación española. Dicho esto, voy a intentar contestar preguntas concretas que se me han hecho.



La señora Oramas plantea algunas dudas en relación a dos elementos de mi intervención. La primera, cuando me he referido a que hemos parado procesos de negociación de marcos estratégicos de cooperación al desarrollo. No hemos parado la
cooperación, hemos parado el proceso de negociación de un marco estratégico de cooperación. Los MAC, los marcos estratégicos de cooperación son nuevos instrumentos de los que nos hemos dotado en el nuevo plan director de cooperación cuatrienal para
negociar con los países con los que trabajamos y poder acordar conjuntamente los sectores prioritarios en los que vamos a trabajar. Son las anteriores comisiones mixtas, pero con un instrumento mucho más centrado en los principios de Accra y de
París. Negociemos, escuchemos bien a los países con los que queremos trabajar para definir las prioridades de nuestros acuerdos, no en virtud de lo que pensamos que necesitan, sino sobre todo por lo que hemos escuchado que necesitan y nos piden.
Ante esta situación de cambio, en un caso claro, porque hay una revolución, porque va a haber un proceso de transición, en otros procesos mucho más latentes pero que anuncian cambios, como por ejemplo en Marruecos, donde el rey anuncia un cambio muy
importante desde el punto de vista de reforma constitucional, nosotros mantenemos nuestro trabajo en la cooperación, y lo que paramos es la negociación de un instrumento de estas características a la espera de la terminación del proceso, en el caso
de transición democrática, gobiernos democráticos, de la finalización de un proceso de reformas que ayuden también mucho más a los nuevos gobiernos a definir sus prioridades y a negociarlas con la cooperación. Eso es lo que no he debido explicar
muy bien en mi primera intervención, y espero que esto lo aclare. Por tanto no está parada la cooperación; está parado el instrumento.



Por otro lado también el resto de portavoces de los grupos me ha pedido la misma explicación en relación con la puesta en marcha de la facilidad financiera dedicada a los países del Mediterráneo. Esta facilidad financiera supone una ayuda
oficial al desarrollo porque sale del Fonprode, de la parte del Fonprode que es reembolsable. El Fonprode -como saben- tiene dos instrumentos: una cantidad de dinero, donación cien por cien, y una cantidad de dinero reembolsable. Indudablemente
es un paquete de financiación reembolsable que sale del Fonprode, y por lo tanto es AOD. En este sentido contesto a la pregunta de qué recursos adicionales ponemos


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ante una nueva situación y un cambio tan importante en la región del Mediterráneo como el que se está produciendo. Adicionamos 300 millones, que indudablemente son reembolsables, por la razón fundamentalmente de que van dirigidos a
dinamizar el sector socioeconómico de estos países, que se han visto claramente afectados por el proceso de cambio, de revolución, y también por la afectación a las economías de muchos países por los conflictos armados en los países vecinos. El
portavoz del Grupo Socialista lo ha citado también. Es verdad que la cooperación financiera puede ser muy útil, puede ser muy eficaz, pero depende indudablemente de en qué contexto y en qué realidad socioeconómica pueda actuar: no es lo mismo
actuar en Sudán con cooperación financiera, donde indudablemente la eficacia de nuestras acciones debería ser muy escasa, que en economías y en países desarrollados como Túnez, Egipto, Jordania, Marruecos, Argel.



El paquete financiero va dirigido a tres sectores que podrían concentrarse en dos: por una parte, a la financiación de infraestructuras de desarrollo, y ahí es donde se concentran infraestructuras de agua e infraestructuras energéticas; y
la segunda parte, dirigida a la financiación directa de la pequeña y mediana empresa. Creo que era el señor Robles el que me preguntaba si lo necesitan: ustedes diseñan un paquete de financiación de estas características, ¿saben si lo necesitan,
si lo han demandado? Sí lo han demandado. Nos lo han hecho llegar a través de interlocutores directos porque la Agencia Española de Cooperación Internacional tiene oficinas en todos estos países que he citado: tiene responsables, directores de la
oficina, técnicos de programas e interlocución con los gobiernos. Por tanto, nos lo han hecho llegar directamente. Pero he tenido también oportunidad de estar de Túnez, en Egipto, en Jordania, y de entrevistarme no solamente con responsables del
Gobierno, sino con responsables de la sociedad civil y del tejido económico. Hay una demanda muy clara que no solo han hecho a España, sino también a la Unión Europea y al resto de donantes bilaterales. Permítanme una expresión coloquial que nos
han hecho llegar directamente: agradecemos muchísimo su interés en conjunto, como comunidad internacional, en apoyar el proceso democrático, pero no se olviden de una cosa, la revolución ya la hemos hecho nosotros, con nuestros medios. Ahora si
realmente quieren apoyarnos -y creemos en la sinceridad de sus palabras y su intención- ayúdennos de verdad a poder sujetar una situación económica excesivamente complicada por la complejidad del proceso, en el caso de Túnez y Egipto provocado por
la revolución, pero también por la cercanía de un conflicto armado en Libia, donde tanto Egipto como Túnez tenían un número de población muy importante que trabajaba en Libia y que ha regresado, fundamentalmente a las zonas del interior. Son dos
países con realidades claramente diferentes, lo que es la costa, el exterior, y el interior de estos países, mucho más agravado en Egipto porque la zona del alto Egipto es como saben ustedes rural, interior, y donde se concentra más del 60 por
ciento de la pobreza de este país, y donde fundamentalmente han retornado los refugiados egipcios que trabajaban en Libia, sin contar con que la cercanía de la guerra sigue afectando y amenazando de forma clara al sector más importante de creación
económica, que es el turismo. Por tanto sí nos lo han pedido a nosotros, sí se lo han pedido a la Unión Europea y al resto de socios bilaterales, como es el caso de Estados Unidos: ya hemos hecho la revolución, apóyennos, ayúdennos ahora a
gestionar un proceso de transición en el que nuestros ciudadanos tienen que valorar y observar que más democracia, más libertad no significa más paro, más penuria y más necesidad económica. En este sentido, dentro de nuestras posibilidades y
gracias también a que la AOD -no vamos a hacer ahora un debate sobre el Fonprode porque no es el momento-, con todos los elementos negativos que puede tener el instrumento reembolsable, tiene algunos positivos, hemos podido poner en marcha y hacer
una oferta muy generosa para dar satisfacción a esta demanda.



¿Por qué infraestructuras? Indudablemente en ambos países el tema del agua, sobre todo en las zonas de desarrollo rural, en el interior, es una infraestructura muy necesaria, porque en estos países no solamente es un bien escaso, sino con
un gran déficit de infraestructuras en este ámbito, y lo mismo ocurre en el tema energético. ¿Por qué las pymes, donde prácticamente va la mitad de este fondo o de esta facilidad financiera? Algunos datos que nos trasladan dan una idea de cuál es
el sector de las pequeñas y medianas empresas en la región del sur del Mediterráneo. Las pymes reciben menos del 8 por ciento del total de créditos concedidos en la región. De este porcentaje una gran cantidad, cerca del 80 por ciento, lo recibe
de la banca pública; no hay realmente financiación privada. El nivel de acceso de las pymes de la región del Mediterráneo, de la región MENA a esta financiación es similar a la de la región del África subsahariana -así nos hacemos una idea viendo
las realidades económicas tan diferentes de cada uno de los países-, y solo un 10 por ciento tiene acceso a la inversión bancaria. Por tanto, teniendo en cuenta que indudablemente como en todas las economías una parte muy importante de la
generación de empleo se produce a través de la pequeña y mediana empresa, nos parecía que era un instrumento importante que podía dar también respuesta a la demanda que se nos hace desde estos países. ¿A qué países va dirigida fundamentalmente esta
facilidad financiera, quién va a tener acceso? Indudablemente todos los países que he citado del área mediterránea, de forma muy importante aquellos que están en disposición de pedirlo porque tienen un gobierno de transición, pero van a tener un
gobierno democrático dentro de nada. Con ellos vamos a trabajar clarísimo, con Túnez y con Egipto; en cuanto esté finalizado este paquete de negociación -que espero sea el 6 de julio- iremos allí, vamos a hacer actos con pequeñas y medianas
empresas para que vean y conozcan la facilidad. Pero indudablemente también con Marruecos, con Jordania, con Argelia y Mauritania, que estamos traba


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jando en la región. Digamos que ese es nuestro mayor esfuerzo.
Indudablemente no hace falta, señoría, que les explique -porque ya hemos hablado de ello- nuestra situación presupuestaria, el presupuesto en el ámbito de cooperación. Este es
un esfuerzo muy importante porque además nos parece que la situación en el Mediterráneo -y de sus intervenciones también ha quedado manifiestamente claro- es una situación histórica, sin, y la respuesta dentro de nuestras posibilidades requiere un
incremento de estas características. Con esto creo que sí contesto a las dudas que ha generado la facilidad financiera de los 300 millones.



Me preguntaba la señora Oramas también muy concretamente por el apoyo al proceso electoral, y si le podía decir claramente qué cantidad económica destinaremos y a qué ámbitos. España tiene desde hace años un fondo dentro del PNUD, un fondo
prácticamente constituido por fondos españoles, a través del cual financiamos procesos electorales. Tenemos dos virtualidades, hay dos elementos muy positivos con este fondo. El primero es que el PNUD tiene una gran experiencia en apoyo y puesta
en marcha de procesos electorales y de celebración electoral. Por lo tanto cuenta también con técnicos y con una gran experiencia en la puesta en marcha y en el apoyo y capacitación técnica para estos procesos. En segundo lugar, es un fondo donde
el PNUD actúa como intermediario financiero, y pone a disposición inmediata la cantidad que una vez que se acuerda con la cooperación española se destina en estos países. En Túnez España va a poner a través del fondo un millón de euros, y en Egipto
-estamos a punto de cerrarlo- va a ser el doble. En Túnez está cerrado porque se negocia con ellos qué necesitan un millón de euros, y en Egipto va a ser el doble, van a ser dos, pero quiero hacer esta matización no sea que cuando salga de la
comparecencia sean 2.200.000 o 1.900.000. ¿En qué sector básicamente, cuál va a ser el apoyo? Es un apoyo técnico, de realización de censos electorales, de puesta en marcha de los sistemas electrónicos para la contabilización de los votos. Son
realidades muy diferentes, dese cuenta de que es muy complejo montar elecciones democráticas de verdad, porque en elecciones que no sean democráticas es mucho más fácil hacer el censo y el recuento. Pero las democráticas son muy complejas, máxime
si nos encontramos en un país como Egipto donde estamos con 40 millones de electores, en zonas rurales muy dispersas, y donde además falta cultura democrática porque llevan muchos años sin hacer elecciones democráticas.
El apoyo es exclusivamente
apoyo técnico, digamos, a la demanda del Gobierno egipcio para saber en qué necesitan esa capacitación, ese apoyo y esa financiación. Creo que con esto las preguntas concretas que me hacía la señora Oramas están respondidas.



El señor portavoz de CIU también me hablaba del Fonprode y creo que eso ha quedado respondido. Me hacía también una pregunta muy concreta en relación con la situación de los refugiados. Entendía que no me pregunta qué hemos hecho en
frontera, porque toda nuestra actuación con ACNUR ha sido precisamente en las fronteras -tanto de Yerba, en Dahiba y también en la frontera con Egipto-. Ahí hemos actuado con ACNUR y con el resto de los donantes bilaterales -Francia, Reino Unido-
que han estado también muy activos en todo lo que ha sido el puente aéreo para repatriación. Si su pregunta es qué hemos hecho, si hemos traído a España emigrantes o refugiados en la frontera (El señor Campuzano y Canadés hace gestos afirmativos.),
España ha recibido y ha acogido a 100 emigrantes libios, refugiados de Libia. Esta información se la puedo ampliar a través de la Secretaría de Estado de Inmigración por escrito, porque creo que era esto lo que preguntaba, ya que todas las acciones
a las que me he referido antes son en frontera. Y ahí hemos trabajado y seguimos trabajando porque seguimos financiando y manteniendo los campos de refugiados que siguen existiendo, tanto en Yerba como los que se han bajado un poco más abajo.
Pero
en cuanto al acogimiento en territorio español hay 100 refugiados libios que han salido de Libia. No obstante por escrito, a través de la Secretaría de Estado de Inmigración, le puedo ampliar un poco más esta información. Los recursos adicionales
son estos 300 millones reembolsables y que van a salir del Fonprode, y en principio no tenemos ninguna contribución adicional porque realmente nuestro trabajo se va ajustando a la demanda, vamos trabajando con los países, y la demanda más importante
que nos han hecho es para el sostenimiento de su situación económica, y esta ha sido nuestra respuesta: fundamentalmente los 300 millones, acabar la facilidad, y seguir trabajando con ellos.



El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, el señor Robles, me hace una revisión de la ayuda que está en el PACI 2008, y yo creo, sin entrar en una guerra de cifras, que en esas cifras que ofrece hay una pequeñas distorsión entre lo que es
AOD bilateral y lo que es la AOD, contando lo bilateral y lo multilateral, porque en estos países trabajamos con muchos organismos multilaterales y hay una gran diferencia entre computar solo la AOD bilateral, que en algunos países que están en el
grupo C o en el grupo B de la región indudablemente es muy escasa, pero que contabilizando la ayuda que llega a través de programas financiados con organismos multilaterales se incrementa. En todo caso, señor Robles, lo voy a mirar. No es con
ánimo de polemizar sobre eso, porque en todo caso lo que sí es cierto es que eso es lo que estaba programado antes de que surgiera esta revolución árabe, esta primavera árabe, que indudablemente ha cambiado de forma clara la situación. En todo caso
no estamos ahora mismo ante una situación de procesos acabados. Todos los procesos, desde los de reformas institucionales canalizadas en procesos más pacíficos hasta los revolucionarios, hasta los armados, todos ellos están desarrollándose en este
momento. Por tanto nuestra respuesta también es una respuesta que se adapta a la situación y que intenta buscar interlocutores en cada momento.



Usted ha dicho algo, señor Robles, que comparto totalmente. Tenemos que hacer un gran esfuerzo por


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escuchar para tampoco cometer errores del pasado, porque está claro que en el pasado posiblemente hemos trabajado más teniendo en cuenta lo que nosotros pensábamos que interesaba a estos países que lo que realmente querían y nos demandaban.
También le digo una cosa, por la experiencia en estos últimos meses de recorrer países de la región: ellos también lo tienen muy claro, señor Robles, esta vez porque también han hecho la lectura de su experiencia con nosotros, con la cooperación,
con la política occidental respecto a ellos. Tienen también muy claro lo que quieren y también tienen muy claro que van a recibir y que van a aceptar lo que realmente necesitan y nos han pedido. Por tanto cuando usted dice que escuchemos está muy
bien, para no cometer los errores del pasado, y también indudablemente para poder ser lo más eficaces posible.
Indudablemente los presupuestos de la cooperación española no están en un momento expansivo, ustedes lo saben muy bien, lo hemos hablado,
tenemos las cifras, estamos en una situación en la que hemos reducido también nuestro presupuesto, en el que tenemos que priorizar nuestras actuaciones, y está claro que vamos a acertar mucho más en la priorización si escuchamos.



Hay ayuda adicional que no estaba contemplada en el plan director, está claro; es una cantidad muy importante destinada en el ámbito de promoción del tejido socioeconómico de estos países, la facilidad de 300 millones y utilizamos un
instrumento financiero que es el BEI, que es el mismo que va a utilizar, por ejemplo, el G-8 en el paquete de ayudas que quieren dirigir para la zona; el BEI será un instrumento financiero. Es una medida ambiciosa que creo que puede dar respuesta
a la demanda que han realizado. En cuanto al resto de nuestras actuaciones, las hemos reorientado. Hay una reorientación clara, donde se producen transiciones democráticas, a apoyar este proceso, no solamente elecciones, sino todo lo que esto
conlleva y en lo que podamos: tejido social, reformas y apoyo institucional para una democracia de verdad. Seguimos trabajando con el resto de países que tienen demandas de reforma institucional más canalizadas. Seguimos haciéndolo por ejemplo
con Jordania de forma muy importante, priorizando la puesta en marcha y la reforma del consejo económico y social, que es una institución en la que confluyen muchos agentes no solamente políticos sino también sociales y económicos y que es un
instrumento de debate y de negociación para llegar a acuerdos muy importantes en el proceso de reforma en el que se encuentra ese país. En el resto de países en los que lamentablemente se está produciendo un conflicto bélico, estamos día a día muy
presentes con nuestra actuación humanitaria.



El señor Robles me ha hecho una pregunta que también me ha formulado el portavoz de CiU. Indudablemente, hay una apuesta muy importante, 300 millones del Fonprode, de la parte reembolsable de la ayuda oficial al desarrollo, para la zona del
Mediterráneo. ¿Qué no vamos a hacer o qué vamos a dejar de hacer con estos 300 millones? Aquí priorizamos y apostamos por una región vital para España y para la Unión Europea, que no solamente se está transformando ella, sino que nos está también
transformando a nosotros. Este es un espacio euromediterráneo y por tanto el cambio trascendental que se está produciendo en la orilla sur debe arrastrar a un cambio en la orilla norte. Frente a la posibilidad prevista o planeada de invertir en el
desarrollo económico y productivo de algunos países o de algunas posibilidades que teníamos, en América Latina y en otros países de Asia, hemos priorizado y está claro que estos 300 millones no van a ir a la priorización, a la inversión o al trabajo
de fomento del tejido económico productivo en otras áreas. De eso no cabe la menor duda. En el presupuesto -creo que no estaba en el ánimo de sus preguntas- que hemos aprobado para 2011 no hay 300 millones más de la parte reembolsable, no los hay.
Es decir, con nuestro presupuesto hemos establecido una priorización que lamentablemente -digo- no estaba programada. Eso demuestra la miopía con la que en la política europea, y nosotros como parte de ella, trabajábamos con estos países y también
explica la sorpresa que se ha producido en nuestros gobiernos y en nuestras sociedades ante esta democracia, ante esta primavera, ante estas revoluciones, que indudablemente están despertando muchos procesos y movimientos en otros países fuera de la
orilla sur del Mediterráneo.



La señora Oramas me preguntaba si tenía últimas noticias sobre el tema de Turquía y los refugiados sirios. Como les he dicho al principio, hemos estado en contacto con anterioridad con mi homólogo de la Agencia Turca de Cooperación y
Desarrollo. Le dije que estábamos absolutamente dispuestos a ayudar si se producía una situación de emergencia por avalancha de refugiados. Hasta el momento las autoridades turcas nos han transmitido que son capaces de atender esta situación de
refugiados -estamos hablando ya de más de 7.000 refugiados sirios-, pero la situación es claramente inestable. Continúan de forma clara los ataques a los grupos rebeldes, el éxodo se sigue produciendo y nosotros seguiremos en contacto con ellos y
desde luego con el resto de organizaciones, como Acnur y OCHA, para ir viendo la situación e intervenir en el momento en que las autoridades turcas nos digan que no tienen capacidad para tener controlada la situación. No tengo ningún otro dato
aparte del que seguramente ustedes dispongan. Creo que ya he contestado a todo.



La señora PRESIDENTA: ¿Qué grupos quieren utilizar su turno de réplica? (Pausa.) Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor Robles por un tiempo de tres minutos. Intente ajustarse al tiempo.



El señor ROBLES OROZCO: Señora presidenta, intervengo para agradecer a la secretaria de Estado su información, porque realmente no hay mucho más que aportar. Simplemente quiero confirmar algunos puntos a los que nos hemos referido en el
intercambio de información y en las preguntas que hemos hecho. Ha quedado


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claro que los 300 millones, que es la línea financiera, no suponen evidentemente un aumento de crédito ni una nueva inversión, sino una reprogramación, y no se lo critico. Lo único que preguntaba era si podía darnos detalles de qué otras
partes dejan de ser prioritarias, porque hasta ahora -tendrá usted que reconocerlo- hemos tenido una etapa de nuestra cooperación en la que parecía que todo era prioritario y quizá lo parecía porque lo podíamos acompañar de recursos, pero teniendo
en cuenta el esfuerzo que en este momento tenemos que hacer, tenemos que ser capaces, dentro de la voluntad y el deseo de que todo sea prioritario, de concretar aquello que de verdad lo es sobre la base de varios parámetros: nuestras propias
tradiciones, nuestras propias capacidades o las situaciones que van apareciendo. Eso implica que lo que se hace con una mano se deja de hacer con otra. Eso es evidente y es un proceso sano, razonable y realista. Por tanto, la pregunta simplemente
era si es así.
Yo no lo critico porque creo sinceramente que América Latina y el norte de África, independientemente de lo que está pasando, eran y son fortaleza de nuestra cooperación española y por tanto deben serlo más en este momento. La
cuestión era saber qué otras zonas de Asia o de otras regiones dejaban de serlo, pero en todo caso ya tendremos ocasión de profundizar en ello. Para eso es también la subcomisión que hemos puesto en marcha, para intentar ayudar a ese esfuerzo de
aclarar cuestiones que en los próximos años podrán surgir, en este caso concreto, por ejemplo, con una concentración geográfica o sectorial. Sobre eso poco más quiero decirle.



En cuanto al tema de los datos que figuran en el PACI, he intentado comparar parámetros de bilateral con bilateral y de multilateral con multilateral. Como usted sabe mejor que nadie, la política multilateral ha sido precisamente la gran
afectada, y como consecuencia se han visto afectadas también las prioridades sectoriales y por supuesto las geográficas, que tenían como destino básicamente África. En todo caso, al margen de que falte computar lo multilateral, lo cierto es
-también lo ha reconocido usted- que los potenciales económicos que en este momento podemos destinar, comparando 2009 con 2011, han caído, dependiendo del bloque de países, entre un 58 e incluso hasta un 80 por ciento. Eso de nuevo nos lleva a
hacer un ejercicio de realismo, porque cuando vayamos a programar nuestra prioridad en todo este proceso, que hay que hacerlo, hay que saber que estamos como estamos y habrá que ajustar qué tipo de cooperación podemos hacer para que sea lo mejor, lo
más útil y sobre todo adaptado a las circunstancias. A pesar de todo eso, a pesar del recorte, creo que España sigue teniendo un enorme potencial en la zona, y si además lo coordina adecuadamente con los actores europeos y con la propia Comisión,
seguiremos teniendo la posibilidad de hacer cosas importantes.
Lo haremos con menos recursos, pero desde luego con una capacidad, con un expertise y con una presencia que va más allá incluso de la propia AOD y de las oficinas técnicas. España
tiene ya tejido en muchos de estos países y por tanto, bien articulado, podremos hacer un buen papel. Quería que quedara constancia de que, efectivamente, una de las cuestiones que tenemos que analizar es nuestro acompañamiento, el del discurso y
el del potencial económico del que disponemos en este momento.



Termino, simplemente, agradeciéndole la información que -se lo digo con sinceridad- ha sido transparente y realista. Tendremos que estar de alguna manera todos en este análisis permanente de una situación que no sabemos todavía cómo se va a
ir desencadenando y que nos obligará a tomar decisiones que a lo mejor parecerán contradictorias dependiendo de la fase en la que nos movamos, pero la vida política y social es enormemente dinámica, más en situaciones de inestabilidad como en la que
estamos, y creo que nadie tiene que rasgarse las vestiduras porque en un momento determinado, en un ejercicio permanente de transparencia, vayamos analizando entre todos qué es lo mejor en este momento para nuestro papel en la zona. Termino, como
he dicho, agradeciéndole su información.



La señora PRESIDENTA: ¿Señor Calabuig, por el Grupo Socialista? (Denegación.)


¿La señora secretaria de Estado quiere hacer uso de la palabra?


La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Rodríguez Ramos): Quiero decirle al señor Robles que, efectivamente, en relación con los datos que aparecen en el PACI, en algunos la ayuda bilateral era muy pequeña. Hay países
aquí catalogados dentro del B y del C, es decir, países de asociación focalizada y países con una situación económica y de nivel de renta alta, donde no podíamos realizar nuestro trabajo porque estábamos frente a regímenes dictatoriales, donde era
dificilísimo poder ejecutar programas de verdadera reforma institucional democrática. Por eso, creo que lo importante ahora es que seamos capaces de responder a las demandas que nos van realizando la propia sociedad ya organizada de estos países y
los nuevos gobiernos que salgan del proceso democrático o de las reformas institucionales y de estar atentos para readaptar y dar respuesta a estas nuevas demandas que nos hagan.



La ayuda oficial al desarrollo, en un contexto como son nuestros Presupuestos Generales del Estado, ni mucho menos de expansión, sino de austeridad y por tanto de reducción para el control del déficit, nos sitúa en una necesidad de marcar
muy bien las prioridades y además con una mayor responsabilidad de acertar con ellas. Dicho esto, aunque hemos hecho indudablemente un esfuerzo de reducción de nuestros presupuestos, seguimos teniendo un papel muy importante no solo, como acaba de
decir el señor Robles, en el Mediterráneo sino también en el ámbito de la cooperación internacional. Los últimos datos que nos da el CAD en relación con 2010 -que son los que están cerrados y verificados por el CAD- nos siguen diciendo que en
términos de


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renta nacional bruta, España se vuelve a situar en el 0,43 por ciento de la renta nacional bruta destinada a AOD. Sigue figurando en relación con otros Estados, por segundo año consecutivo, en undécima posición en términos de renta nacional
bruta. Entonces estamos en esa posición en relación con otros Estados del CAD, muy por encima de la media del 0,32 por ciento, y, por tanto, nuestra posición es la de un donante muy importante, no solo en el Mediterráneo sino en el contexto
internacional.
Esta cifra y estos datos son buenos para todos porque sitúan a toda la sociedad española, en un momento de dificultades económicas -con un presupuesto que no crece, que hay que reducir y que tiene que contribuir a los esfuerzos de
austeridad-, como un gran elemento de esfuerzo y de apoyo a las políticas de desarrollo. Por tanto, sí, como gran donante en el Mediterráneo y como importante donante en la comunidad internacional creo que debemos ayudar, apoyar y hacer grandes
cosas en esta zona.



La señora PRESIDENTA: Quiero dar las gracias a la señora secretaria de Estado y a todos los portavoces.



Ya lo saben ustedes, pero quiero recordarles que mañana por la tarde a las dieciséis treinta tenemos la comparecencia del secretario de Estado de Economía, el señor Campa, para dar cuenta de la deuda externa. Asimismo, el jueves, tenemos la
subcomisión de trabajo. Muchas gracias a todos.



Se levanta la sesión.



Eran las doce y cuarenta y cinco minutos del mediodía.