El Pleno del Congreso ha rechazado este jueves, 11 de junio, las enmiendas a la totalidad presentadas por los Grupos Parlamentarios Popular, Vox y Ciudadanos en el Congreso al Proyecto de Ley del Impuesto sobre las Transacciones Financieras, mediante las cuales solicitaban su devolución al Gobierno y, en consecuencia, su retirada de la tramitación parlamentaria. 

El Proyecto de Ley del Impuesto sobre las Transacciones Financieras crea un nuevo tributo de naturaleza indirecta que grava con un 0,2% las operaciones de adquisición de acciones de sociedades españolas, con independencia del lugar donde se efectúe la adquisición o de la residencia de los agentes que intervengan, siempre que estas sean empresas cotizadas y que el valor de capitalización bursátil de la sociedad sea superior a los 1.000 millones de euros. 

Este Impuesto se aplicará sin perjuicio de los regímenes tributarios forales de concierto y convenio económico en vigor, respectivamente, en los Territorios Históricos del País Vasco y en la Comunidad Foral de Navarra. Su liquidación será mensual y los contribuyentes deberán presentar una declaración anual.

La finalidad de este tributo es "contribuir al objetivo de consolidación de las finanzas públicas, y reforzar el principio de equidad del sistema tributario, ya que grava unas operaciones que no se encuentran sujetas en estos momentos a impuesto alguno". 

Entre las adquisiciones que quedan excluidas de dicho gravamen están las operaciones del mercado primario, las necesarias para el funcionamiento de infraestructuras del mercado, las de reestructuración empresarial, las que se realicen entre sociedades del mismo grupo y las cesiones de carácter temporal.

Con el rechazo de estas enmiendas a la totalidad, el Proyecto de Ley pasa su primer examen y continúa con su tramitación parlamentaria, que sigue con el debate en Comisión de las enmiendas al articulado. 

En su enmienda de devolución, el Grupo Parlamentario Ciudadanos se opone a la creación de este impuesto porque, según argumentan, "se trata de un gravamen que no cuenta con el beneplácito de ninguno de los principales operadores económicos" y consideran que "en el actual contexto global de recesión económica, no podemos si quiera plantearnos iniciativas que supongan trabas a nuestro crecimiento económico o a la captación de inversión extranjera".

Por su parte, el Grupo Parlamentario Vox defiende en su enmienda de devolución que el establecimiento de este tributo supondrá "un incremento de los costes de las transacciones financieras y, por lo tanto, una bajada de rentabilidad de una inversión, la adquisición de acciones, en el que depositan sus ahorros muchas familias españolas". Asimismo, desde Vox aseguran, que este Proyecto de Ley no cumple con el principio de eficiencia.

Finalmente, el Grupo Parlamentario Popular ha presentado también enmienda de devolución al Gobierno por considerar que esta nueva tasa "profundizará la recesión". Además, defienden que "las medidas fiscales deben ir por rebajas y no por subidas".