El señor PRESIDENTE: Damos la bienvenida al secretario de Estado de
Asuntos Exteriores, don Ildefonso Castro López, quien comparece a
petición propia.

Les adelanto que hay una serie de preguntas que se han ido
contestando por escrito, algunas ya fuera de plazo, cuya respuesta se les
ha traído de nuevo a sus señorías, por si acaso no les ha llegado. El
secretario de Estado dará lectura a esas respuestas en su momento.

También les quiero hacer saber, señorías, que algunas de esas
preguntas no se remitieron al Ministerio de Asuntos Exteriores, sino que
el de Presidencia las remitió a otros ministerios, por lo que las estamos
rescatando para que sean tramitadas por el Ministerio de Asuntos
Exteriores. El señor secretario de Estado está dispuesto a comparecer de
nuevo, si sus señorías consideran que alguna pregunta debe ser contestada
de forma oral, en vez de escrita. Le damos las gracias por ello.

Sin más, damos la palabra al secretario de Estado de Asuntos
Exteriores, don Ildefonso Castro, que, como he dicho antes, comparece a
petición propia.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Castro López):
Muchas gracias.

Señor presidente, señorías, quiero agradecer, en primer lugar, la
oportunidad de comparecer ante esta Comisión de Asuntos Exteriores. El
pasado 7 de junio comparecí también en esta Cámara en relación con el
Proyecto de Ley Presupuestos Generales del Estado. En esta ocasión vengo
a presentar los planteamientos y objetivos globales de la Secretaría de
Estado de Asuntos Exteriores que tengo el honor de dirigir.

Como saben, señorías, la actividad de esta secretaría de Estado
tiene como marco normativo la Ley de acción y servicio exterior y de
estrategia de acción exterior y los objetivos, instrumentos y principios
que establecen.

Me gustaría, a continuación, presentar las líneas generales de
actuación de esta secretaría de Estado en consonancia con lo que el señor
ministro expuso en esta misma Cámara el pasado 11 de enero y que engloba
nuestras líneas de acción transversales y nuestras prioridades
geográficas.

Uno de los objetivos principales de nuestra acción exterior es el
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, objetivo al que
contribuimos en el marco de la OTAN, de la Unión Europea y, por supuesto,
de la ONU. En la OTAN España apoya el esfuerzo de adaptación realizado
por la Alianza Atlántica en el nuevo entorno estratégico de seguridad
de 2014. Seguimos avanzando en la nueva postura de disuasión y defensa
orientada en 360 grados, es decir, que contemple todos los flancos de la
Alianza, aprobada en la Cumbre de Varsovia para atender a una escenario
complejo: tensiones en el este de Europa, el conflicto en Siria e Irak,
la inestabilidad en el norte de África, así como el repunte del
terrorismo yihadista.

También me gustaría destacar los avances en el desarrollo de la
Política Común de Seguridad y Defensa en la Unión Europea por la que
España está apostando fuertemente. Así, hemos participado en todas las
operaciones militares desde el inicio de esta política, incluyendo las
seis actualmente en curso, y en una gran mayoría de las misiones civiles.
En estos momentos somos el primer contribuyente en número de efectivos a
las misiones militares de la Unión Europea.

Nos encontramos en un momento histórico que debemos aprovechar. Una
Europa fuerte en defensa contribuirá a una OTAN fuerte, sobre todo en lo
que se refiere al desarrollo de capacidades, en línea con el compromiso
suscrito por los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre de Gales de
avanzar hacia el objetivo del 2 % del PIB de gasto en defensa para 2014,
un 20 % del cual debería ir destinado a equipos de I+D.

Señorías, España ha sufrido durante largos años la plaga del
terrorismo. Nuestra experiencia demuestra que es posible derrotarlo. El
terrorismo yihadista se ha convertido en la principal amenaza a la que
nos enfrentamos hoy. Es una amenaza directa para nuestros ciudadanos,
para nuestro modelo de convivencia democrática y para toda la comunidad
internacional. Para combatirlo el enfoque integral y la cooperación
internacional son esenciales. Se trata de un fenómeno complejo, que
requiere intervenciones de muy diversa naturaleza: aspectos estrictamente
de seguridad, intensificando la cooperación policial, judicial y de
inteligencia con otros países, diplomacia preventiva, fomento del diálogo
intercultural, actuaciones para evitar la radicalización, lucha contra el
fenómeno de los combatientes extranjeros o el control de las fuentes de
financiación.

España considera que el terrorismo en todas sus formas debe ser
combatido con toda nuestra fuerza, siempre desde el pleno respeto al
Estado de derecho. Creemos también que las víctimas del terrorismo deben
estar en el centro de nuestro combate contra el terrorismo. Por ello
estamos impulsando en el marco de Naciones Unidas la adopción a medio
plazo de un estatuto internacional de víctimas del terrorismo. En el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas España propuso, impulsó y negoció
el pasado diciembre la adopción de la Resolución 2322 en materia de
cooperación internacional, judicial y policial en materia de
terrorismo.

En el ámbito del desarme y la no proliferación, el problema nuclear
y balístico de la República Popular y Democrática de Corea se ha
convertido en el principal riesgo para la paz y la seguridad
internacionales. En 2016, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
adoptó la Resoluciones 2270 y 2321 que refuerzan el régimen de sanciones
con el objetivo de encontrar una solución diplomática que permita una
desnuclearización completa, verificable e irreversible de la península de
Corea.

En este mismo ámbito, en lo que respecta a Irán, el 14 de julio
de 2015, se alcanzó un acuerdo en Viena entre dicho país y el grupo
UE3+3, Alemania, China, Estados Unidos, Federación Rusa, Francia, Reino
Unido, más la participación de la alta representante de la Unión Europea.
Este acuerdo, denominado Plan de acción integral conjunto, fue endosado
por la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y
tiene por objetivo impedir que el programa nuclear de Irán pueda ser
desviado al desarrollo de un programa nuclear militar. Los informes
trimestrales del organismo internacional de la energía atómica vienen
constatando que Irán está cumpliendo con las obligaciones asumidas.

Una de las líneas maestras de nuestra política exterior sigue
siendo nuestra apuesta por el multilateralismo, en cuyo centro se
encuentra Naciones Unidas. Comparezco hoy, aproximadamente seis meses
después de nuestra salida del Consejo de Seguridad. Nuestro trabajo como
miembros no permanentes resultó francamente positivo en términos de
valoración de nuestro país en el ámbito multilateral, tanto por el propio
sistema de Naciones Unidas como del resto de la comunidad internacional.
España es percibida como un socio fiable, capaz de tender puentes y de
contribuir activa y constructivamente a la paz internacional. Tan es así
que ayer mismo el secretario general de Naciones Unidas ha confiado a la
diplomática española, Ana María Menéndez, con una amplia trayectoria
profesional en el sistema de Naciones Unidas, el puesto de asesora para
Asuntos Políticos del secretario general. Se trata de uno de los puestos
de mayor responsabilidad en la estructura de Naciones Unidas, con rango
de secretaria general adjunta, y será miembro del Comité Ejecutivo de
Naciones Unidas. La embajadora Menéndez asumirá la gestión de la
prevención de conflictos, que es la máxima prioridad del secretario
general.

En estos seis últimos meses hemos estado trabajando para aprovechar
este impulso en unas líneas de acción concretas, lo que denominamos una
estrategia de seguimiento. Nuestro objetivo es consolidarnos como
referentes en derecho internacional y derecho internacional humanitario;
diplomacia preventiva; diálogo interreligioso; no proliferación; lucha
contra el terrorismo, contra el extremismo violento y por el
reconocimiento de las víctimas; la defensa y promoción de derechos
humanos; la Agenda de mujeres, paz y seguridad; cambio climático y la
desertización como nuevas amenazas a la paz; la seguridad jurídica en los
grandes desplazamientos de personas; la Agenda 2030 y los objetivos de
desarrollo sostenible; el apoyo a la Corte Penal Internacional y la
reforma de las Naciones Unidas.

Ahora, en los meses que tenemos de delante nos encontramos ante un
reto importante. España es candidata al Consejo de Derechos Humanos para
el periodo 2018-2020. Las elecciones tendrán lugar este otoño en la
Asamblea General de Naciones Unidas. Será una elección muy disputada.
Somos tres candidatos para dos puestos. Los otros dos candidatos son
Australia y Francia. Intentaremos lograr un puesto en el que ya hemos
estado y que es un claro objetivo.

El compromiso con la promoción y la protección de derechos humanos
es parte sustancial de la política exterior de España, reflejo de su
importancia en el plano interno y de la propia exigencia de la sociedad
española. Nuestro país ha contraído obligaciones muy amplias en materia
de derechos humanos. Desarrollamos un papel activo en la materia, tanto
en el Consejo de Derechos Humanos como en la Asamblea General y en otros
foros, tratando de impulsar especialmente determinados ámbitos en los que
ya venimos trabajando y tenemos una experiencia acreditada. Esta
candidatura al Consejo de Derechos Humanos la presentamos como una
candidatura colectiva, una candidatura de Estado, y tenemos la seguridad
de que, como ya hizo durante su primer mandato y también en estos dos
años, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, España buscará
activamente puntos de encuentro con otros países asentados en este firme
compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos.

La vocación multilateral de nuestra política exterior se extiende
también a otras organizaciones regionales en las que desempeñamos un
activo papel. Por citar alguna, quiero referirme al Consejo de Europa
—este año se conmemoran 40 años del ingreso de España en dicha
organización— como organización clave defensora de la democracia y
de los derechos humanos y el respeto al Estado de derecho.

Señorías, después de haber abordado las cuestiones transversales de
política exterior que se enmarcan en el ámbito de actuación de la
secretaría de Estado, pasaré a referirme al ámbito geográfico.

Como saben, el Mediterráneo es un eje tradicional de nuestra
política exterior. Por cercanía, por historia y por vocación, nuestro
país ha tejido una red de relaciones bilaterales que se ha ido
enriqueciendo también con la dimensión regional. En efecto, España está
detrás del principal impulso de integración, que es el proceso de
Barcelona de 1995. Desde 2008, su sucesora, la Unión por el Mediterráneo,
sigue trabajando con un enfoque pragmático, también desde Barcelona. Del
mismo modo, en 2003, un año antes de que la Unión Europea desplazara su
frontera hacia el este para acoger a 10 nuevos socios, España abogó con
éxito para que la Unión Europea dedicara atención y fondos no solo a seis
vecinos del este, sino también a los del sur.

Muchos años después, es necesario admitir que la integración sigue
pendiente. La solución de los dos Estados para el conflicto entre Israel
y Palestina sigue sin concretarse. España no ve alternativa a la solución
de los dos Estados, en los que Israel y Palestina vivan uno al lado de
otro en paz y dentro de fronteras seguras y reconocidas. Es preciso que
las partes inicien cuanto antes negociaciones para lograr una solución
justa y duradera, que ponga fin a este largo conflicto que ha causado, y
sigue causando, tanto sufrimiento e inestabilidad en Oriente Medio.

Desde 2011, Oriente Medio se ha visto envuelto en una serie de
cambios a los que la política española ha debido responder. Sin ánimo de
ser exhaustivo, destacaría lo siguiente. Ha habido una proliferación de
conflictos. Al proceso de paz de Oriente Medio se han unido Libia, Irak,
Yemen y Siria, este último el más cruento, con más de 300 000 víctimas, y
uno de los escenarios donde se está diseñando la nueva relación entre
Estados Unidos y Rusia, que cada vez está más presente en Oriente Medio.
También han surgido, al hilo de estos conflictos, amenazas a la
integridad territorial, en Siria, Libia, Irak, Yemen, como principales
ejemplos. También ha aparecido una amenaza terrorista nueva, Daesh, que
logró por primera vez el control territorial en Siria, en Irak y en
Libia, de donde está siendo desalojado gracias a los esfuerzos de la
coalición internacional a la que pertenece España. Asimismo, en la región
hay una rivalidad entre actores regionales. El último episodio de
discordia estalló el 5 de junio en el seno del Consejo de Cooperación del
Golfo.

Ante esta nueva situación convulsa, cuando la paz y la seguridad se
ven amenazadas, la política española ha abogado de manera consistente por
la búsqueda de soluciones políticas a los conflictos, a través de la
mediación de la Organización de Naciones Unidas, que España ha impulsado
en numerosas conferencias internacionales e iniciativas. En Siria, en
Irak, en Libia, la solución debe ser política; el apoyo a procesos
cruciales en favor de la estabilidad, como el acuerdo nuclear con Irán
de 2015, antes mencionado, y la lucha contra el terrorismo y la
radicalización. En este caso, quiero destacar el despliegue de
unos 450 miembros de las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad del
Estado para formar a sus contrapartes en Irak.

Tanto durante su paso por el Consejo de Seguridad como en el seno
de la Unión Europea, el Gobierno viene fomentando la cooperación
internacional, clave para afrontar estos desafíos. Es este espíritu el
que ha animado al ministerio a convocar varias reuniones internacionales
en España sobre mediación y diálogo religioso, que han sido saludadas
como una contribución útil al diálogo.

Señorías, en este panorama fragmentado y complejo, hay algunos
elementos que, con dificultades, animan al optimismo. Es el caso de la
vecindad inmediata de España. El Magreb es una zona, comparada con otras,
más estable, con la excepción de Libia. Los países magrebíes reaccionaron
de manera diversa al movimiento conocido como la Primavera Árabe y han
combinado estabilidad y reformas adaptadas a su idiosincrasia
nacional.

El Gobierno español ha encontrado en los gobiernos del Magreb unos
socios comprometidos y fiables para afrontar retos que son comunes.
También es común la voluntad de construir juntos un espacio de paz, en el
que los ciudadanos vean satisfechas sus legítimas demandas de democracia
y prosperidad. Me gustaría destacar especialmente nuestra cooperación en
materia antiterrorista y de control de flujos migratorios, que es
considerada por algunos países, y en el seno de la Unión Europea, como un
modelo a seguir. Esta relación se ha construido a lo largo del tiempo
sobre dos pilares: la confianza y la voluntad política de avanzar. Un
ejemplo son las reuniones de alto nivel con Marruecos, Argelia y pronto,
de nuevo, con Túnez, que dan visibilidad a un diálogo político frecuente
que, como es propio de relaciones maduras y estratégicas, desborda la
acción del Ministerio de Asuntos Exteriores y abarca otros ministerios,
organismos de la Administración, el Parlamento, la sociedad civil o el
sector privado.

También me gustaría destacar en el Magreb un sector importante que
es la energía. El Gobierno sigue trabajando en el seno de la Unión
Europea para mejorar nuestras interconexiones con Europa, lo que,
evidentemente, es un beneficio para España, pero también para el norte de
África. Argelia es nuestro principal proveedor, constante y fiable de
gas, y Marruecos ha hecho una importante apuesta por la producción de
energías renovables.

En el contencioso del Sáhara Occidental, España defiende la
centralidad de Naciones Unidas en su resolución. Como miembro del grupo
de amigos del Sáhara Occidental, España ha saludado la adopción por
unanimidad de la Resolución 2351, del pasado mes de abril, que prorroga
el mandato de Minurso. España apoya los esfuerzos de Naciones Unidas y de
su secretario general para alcanzar una solución política justa, duradera
y mutuamente aceptable, que prevea la libre determinación del pueblo del
Sahara Occidental en el marco de las disposiciones, conforme a los
principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.

Señorías, África en su conjunto es otro de los ejes prioritarios de
nuestra política exterior. Contamos allí con un importante despliegue de
embajadas en comparación con otros países de la Unión Europea. Disponemos
también de una experiencia pionera en el llamado modelo español de
control de flujos migratorios. Para ser más justos, deberíamos decir que
es un modelo afroespañol, puesto que se desarrolla siempre en
colaboración con los países de origen y tránsito de la inmigración. Los
países que integran el Sahel son los vecinos de nuestros vecinos, por lo
que su situación económica, política y de seguridad nos afecta
directamente. Nuestra acción en esta región se basa en el vínculo entre
seguridad y desarrollo y el acompañamiento de las iniciativas que partan
de la región, así como la coordinación de las diferentes estrategias de
cooperación existentes en la zona. Sin seguridad no puede haber
desarrollo; es la base. Si no tenemos unos estándares mínimos de
seguridad, es difícil luchar contra la pobreza, intentar que se respeten
los derechos humanos y crear institucionalidad, que es el objetivo
final.

En África, en el ámbito de la seguridad, nuestros esfuerzos se
centran en reforzar las capacidades nacionales. Lo hacemos a través de
programas bilaterales y a través de nuestra participación en misiones
PCSD de la Unión Europea, como en Mali o Níger. Asimismo, apoyamos
logísticamente la misión francesa Barkhane, a través de un destacamento
del Ejército del Aire, basado en Dakar, que cuenta con un avión de
transporte y 55 efectivos.

África es un continente en ebullición, que ha aumentado su PIB
un 4,5 % de media durante los últimos diez años, pero no ha logrado crear
los empleos necesarios para la población más joven del mundo. El 60 % de
los africanos tiene menos de 25 años. La demografía de África es un reto.
Tenemos que pensar en el futuro; tenemos que pensar dónde y de qué van a
vivir los millones de africanos en el siglo XXI. El Gobierno español está
preparando un nuevo plan África y se espera la próxima creación de una
nueva dirección general de África en el MAEC —Ministerio de Asuntos
Exteriores y Cooperación—, con instrumentos para aplicar una
política global fundamentada en tres pilares que ya he mencionado antes:
la seguridad, el respeto a los derechos humanos y la lucha contra la
pobreza.

Nuestra política se basa en un diálogo político reforzado, tanto
con países como con organizaciones africanas, empezando por la Unión
Africana —la más importante y que ocupa toda la región—, y
que, afortunadamente, se ha completado con el ingreso de Marruecos; el
despliegue sostenido de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado, que actualmente representa, aproximadamente, un tercio del total
de nuestro despliegue en el exterior; el acompañamiento de los procesos
de fortalecimiento del Estado de derecho y, por supuesto, la contribución
al desarrollo y al empleo a través de la cooperación, del comercio y de
las inversiones.

Estas acciones están reforzadas con la labor de diplomacia pública
llevada a cabo por Casa África, cuyo décimo aniversario celebraremos el
próximo mes de julio. En África, como en el resto del mundo, España está
preparada para identificar los gobiernos y los socios idóneos para
cooperar en la promoción de los valores e intereses que vertebran nuestra
política exterior.

Señorías, el eje atlántico constituye, sin duda, otra de las
prioridades de nuestra política exterior y es nuestra intención
reforzarlo. España y Estados Unidos son dos países amigos y aliados,
unidos por importantes lazos históricos y con unas relaciones bilaterales
asentadas y estratégicas. Es una relación mutuamente necesaria y
beneficiosa. Durante la anterior legislatura se recuperó gran parte de la
confianza mutua que caracterizó nuestra relación hasta 2004. La relación
se fortaleció y ganó en fluidez y variedad. Hoy, continuamos trabajando
juntos. Es evidente que hay asuntos en los que discrepamos, como el libre
comercio, la lucha contra el cambio climático y, desde luego,
defenderemos los valores y objetivos en los que creemos.

Los grandes ejes de convergencia con Estados Unidos seguirán siendo
la seguridad y nuestras relaciones económicas. La defensa es un eje
básico y vamos a seguir dándole prioridad, tanto bilateral como
multilateralmente. La Alianza Atlántica es crucial para España y para
nuestra relación con Estados Unidos, y para Estados Unidos y para la
alianza la importancia geoestratégica de España es clave.

Nuestras relaciones económicas van adquiriendo mayor importancia.
Estados Unidos es el tercer destino de las inversiones directas españolas
en el exterior y recibe el 16 % de ellas. España es ya el noveno mayor
inversor en Estados Unidos y hay más de 700 empresas españolas
registradas allí. El turismo estadounidense en nuestro país sigue
creciendo. De enero a noviembre de 2016, casi 1 900 000 turistas
estadounidenses visitaron España. También tenemos cooperación en el
ámbito educativo, con un importante programa de becas, y durante los
últimos años hemos estado reforzando nuestros lazos históricos y
culturales comunes con una serie de conmemoraciones. Asimismo, en el caso
de Canadá, también se profundizará en las relaciones bilaterales y
multilaterales, especialmente tras la reciente firma —y esperemos
que aprobación— del CETA y del Acuerdo de asociación estratégica,
actualmente en aplicación provisional.

Señorías, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación desea
que esta legislatura imprima un impulso definitivo a la proyección de
España en Asia-Pacífico. En Asia se dirimen hoy muchos debates que
orientarán los próximos cincuenta años, tanto en el ámbito geoestratégico
como en el económico y en las cuestiones globales, entre otros, el cambio
climático, la no proliferación nuclear, la preservación de la democracia
y el buen gobierno, los derechos humanos o la libertad de
navegación.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación está trabajando
en una visión estratégica para España en Asia 2017-2021, que está ahora
en fase de consulta con los demás departamentos del Gobierno y que
esperamos sirva para alumbrar una política de Estado hacia la región, con
objetivos y recomendaciones claras para afrontar los retos y las
oportunidades que plantea la región de Asia-Pacífico.

India es nuestro principal socio en el Asia Meridional. Es un país
en transformación que afronta retos en los que España puede ayudar. La
visita del primer ministro Modi el pasado 31 de mayo a nuestro país fue
la primera visita en veinticinco años de un primer ministro indio, y
sirvió para visualizar la asociación que queremos establecer con la
India. Hemos firmado una asociación para la paz, el desarrollo y la
innovación, con 17 objetivos concretos en cuatro grandes sectores:
política de seguridad —con incidencia en defensa y lucha contra el
terrorismo—, económico, ciencia y tecnología y relaciones en
sociedades civiles.

Este año y el año que viene, 2018, seguiremos ampliando nuestra
relación con China, con encuentros de alto nivel y la renovación de
nuestra asociación estratégica de 2005. El presidente del Gobierno
asistió en mayo a la Cumbre de la Nueva Ruta de la Seda en Pekín. Allí
mantuvo encuentros con el presidente Xi Jinping y con el primer ministro
Li Keqiang. La declaración final de esta cumbre recogió principios
esenciales para España, como son la transparencia, el libre acceso de las
empresas, el protagonismo de la iniciativa privada y la sostenibilidad de
los proyectos. Se prevé que estas cumbres se celebren cada dos años.
Además, España se encuentra entre los países que forman parte del proceso
desde el principio, como miembro fundador del Banco Asiático de
Infraestructuras.

El viaje de Estado de sus majestades los reyes a Japón, en abril de
este año, fue un gran éxito desde todos los puntos de vista. Nuestra
relación bilateral es una relación muy consolidada entre países afines,
llamada a un nuevo impulso con la posible firma en 2017 del acuerdo de
libre comercio y el acuerdo marco entre la Unión Europea y Japón. En 2018
celebraremos el 150 aniversario de nuestras relaciones bilaterales.
Esperamos visitas de alto nivel en ambas direcciones y la renovación de
la actual hoja de ruta, la asociación firmada en 2013, que expira
en 2018.

La semana pasada mantuve consultas políticas en Seúl con la
República de Corea, que cuenta con un nuevo Gobierno y es un buen socio
político y económico de España, además de ser un país especialmente
afectado por el riesgo del programa nuclear de su vecino del norte. Con
todos estos países, las diversas fundaciones consejo bilaterales, con
China, Japón, Australia, India y la Casa Asia están desarrollando
valiosos programas para impulsar el contacto entre sociedades
civiles.

Australia. Nuestras empresas protagonizan allí una historia de
éxito en el campo de la defensa, infraestructuras y energías renovables.
La ministra de Defensa estuvo hace unas semanas en Australia apoyando
Navantia, que actualmente está en la lista corta de tres empresas que
aspiran al contrato para la construcción de nueve fragatas.

España tuvo en el Pacífico una importante presencia histórica que
trabajamos para recuperar. En septiembre, asistiré en Samoa al Diálogo de
la 48 edición del Foro de las islas del Pacífico, donde intentaré seguir
trasladando nuestro interés en la agenda de la región, especialmente en
materia de cambio climático. Asimismo, aprovecharé mi presencia allí para
defender ante los 16 Estados miembros del PIF nuestra candidatura al
Consejo de Derechos Humanos.

Señorías, desde la desintegración de la Unión Soviética, la región
de Asia Central ha ido ganando importancia geopolítica. Enclavada entre
grandes actores políticos internacionales —Rusia al norte, China al
este y la India al sur—, Asia Central también ha suscitado
creciente interés para la política exterior de Estados Unidos y de la
Unión Europea. Es una zona rica en recursos naturales
—fundamentalmente hidrocarburos y minerales— que
geográficamente se configura como un gran corredor entre Asia y Europa.
En este sentido, Asia Central jugará un papel fundamental en el
desarrollo de la ambiciosa iniciativa China de la nueva ruta de la
seda.

España mantiene buenas relaciones bilaterales con los países de la
región, al tiempo que hemos desarrollado nuestra cooperación en foros
multilaterales. Nuestras relaciones son más intensas con las dos
repúblicas, que, por territorio, población, economía y recursos, tienen
un mayor protagonismo en la zona: Kazajistán y Uzbekistán. Son bastantes
las empresas españolas que ya operan con éxito en esos dos países,
contando con apoyo institucional de forma permanente. Muestra de ello es
el viaje que Su Majestad el Rey realizó a Kazajistán el pasado 9 de junio
para asistir a la inauguración de la EXPO 2017. Kazajistán es actualmente
miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y yo también tuve la
oportunidad de visitar Astaná para mantener consultas políticas, como
hacemos con regularidad.

En lo relativo a las relaciones con Rusia, de las que celebramos
el 40 aniversario de su restablecimiento el pasado mes de febrero, se
apoyan en la Asociación Estratégica de 2009 y en sucesivos planes de
consultas de los ministros de Asuntos Exteriores, que permiten un
importante intercambio de visitas —la más reciente del ministro
Dastis a Moscú los pasados 6 y 7 de junio—. Apostamos en el seno de
la Unión Europea y de la OTAN por un enfoque de doble vía; es decir, una
política hacia Rusia que, manteniendo la exigencia de responsabilidades
en la crisis de Ucrania, mantenga abiertas vías de diálogo, y desde la
perspectiva bilateral abogamos por el fomento de las relaciones políticas
y comerciales. De hecho, el pasado 29 de mayo se reunió la Comisión mixta
económica e industrial, que estuvo copresidida por el ministro de Energía
ruso y el ministro Álvaro Nadal.

El pasado mes de enero celebramos el 25 aniversario del
establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Ucrania.
Ucrania agradece nuestra clara y firme posición en defensa de su
soberanía e integridad territorial, en perfecta línea con la posición de
la Unión Europea. En este sentido, como es bien conocido, apoyamos los
acuerdos de Minsk como la mejor vía para alcanzar una solución
política.

Por último, me gustaría referirme brevemente a Gibraltar en sus dos
vertientes. La primera de ellas es que es una gran colonia británica y un
territorio no autónomo, que figura en la lista de Naciones Unidas de los
territorios que deben ser descolonizados. Naciones Unidas ha señalado
repetidamente que esta descolonización debe alcanzarse mediante
negociaciones entre el Reino Unido y España; y eso justamente lo que
España persigue. La segunda es que, a la vista del brexit y del perjuicio
que puede causar a Gibraltar y al Campo de Gibraltar, España propuso al
Reino Unido un régimen de soberanía compartida que permitiría que el
derecho de la Unión Europea se siguiese aplicando en el peñón. El Consejo
Europeo ha aprobado ya las orientaciones para las negociaciones del
brexit, que en lo relativo a Gibraltar señalan claramente que la retirada
del Reino Unido implica también la de Gibraltar, y que una vez que el
Reino Unido haya abandonado la Unión, ningún acuerdo entre la Unión
Europea y el Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin
acuerdo entre en reino de España y el reino de Inglaterra.

Señor presidente, señorías, como se desprende de mi intervención,
nos hallamos ante numerosos retos, serios y graves a menudo, pero también
ante nuevas oportunidades. A nuestro juicio, es esencial la implicación
de las Cortes Generales en el desarrollo de la política exterior de
España. La diplomacia parlamentaria tiene un importante papel que jugar.
En las Cámaras reside la soberanía nacional y, por ello, debe ser parte
fundamental en los procesos de cambio en la escena internacional. Estoy
convencido de que con la colaboración de sus señorías, en el contexto de
la creciente importancia de la diplomacia parlamentaria, estos retos se
convertirán en oportunidades para España.

Muchas gracias por su atención. Quedo a su entera disposición.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de
Estado.

Iniciamos el turno de portavoces. Disponen de un tiempo máximo de
cinco minutos para la primera intervención.

En primer lugar, tiene la palabra el portavoz del Grupo Mixto, el
senador Iñarritu.

El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente. Muchas
gracias, señor secretario de Estado, por su comparecencia.

Si bien es cierto que no tenía intención de participar en este
debate y me quería centrar más en las preguntas posteriores, como he oído
cosas muy interesantes, haré algunas preguntas concretas, para intentar
esclarecer los asuntos que ha citado el señor secretario de Estado.

En relación a la paz, la seguridad y a los flujos migratorios,
aunque es cierto que son cuestiones diferentes, en el mundo de hoy en
día, en el siglo XXI están interrelacionadas. También es cierto —lo
mencionaba en su intervención— que la zona más cercana al Estado
por el sur es el Magreb y también hay que citar el Sahel, o el
Mediterráneo, en lo que respecta a Oriente Medio, que son de las zonas
más inestables que hay en el mundo en este momento, por diferentes
razones. Voy a preguntarle por regiones. Respecto al Sahel, me gustaría
saber cuál es la intención de España en cuanto a intervenir o ampliar la
operación en la que está participando. Recientemente hemos leído en
prensa que Francia ha solicitado que España se implique de una manera más
activa en la Operación Barkhane, ya sea con la aportación de material
bélico o con la utilización de tanques, aviones o helicópteros. Por ello,
quiero saber si hay alguna previsión al respecto y si es cierto que
Francia ha hecho esa solicitud.

Por lo que respecta al Magreb, hay que analizar lo que está
ocurriendo en Marruecos. La provincia de Alhucemas está a 169 kilómetros
de Málaga y en el Rif se ha producido una revuelta ciudadana. En este
sentido, si bien es cierto que su ministerio todos los días publica notas
de prensa sobre asuntos relativos a todas las regiones del mundo, hasta
ahora no se ha visto ningún pronunciamiento por parte del reino de España
respecto a lo que está ocurriendo en el Rif, donde ha habido ya más
de 160 detenidos y hay 100 personas a la espera de juicio. Me gustaría
saber cuál es la opinión del Gobierno.

En cuanto a la situación del Sahara —como tengo una pregunta,
luego profundizaré más—, me gustaría saber si hay alguna previsión
de participación de España. También me gustaría saber si se han planteado
en algún momento solicitar que se aplique el artículo 2 del Acuerdo
Euromediterráneo entre Marruecos y la Unión Europea, visto que no se
están respetando los derechos humanos. En este sentido, vuelvo a
mencionar el Rif y, además, que desde el Sahara ocupado nos llegan
imágenes terribles de El Aaiún; y, cómo no, el fenómeno migratorio, ya
que no se están respetando los mínimos derechos humanos ni se respeta la
dignidad humana en lo que se refiere al tratamiento de las personas
migrantes en Marruecos.

Por lo que se refiere a Oriente Medio, que siempre habíamos oído
que era la cuna de las civilizaciones, se está convirtiendo en este
momento en su cementerio. El conflicto de Siria, lejos de resolverse,
cada vez se está enquistando más y nos recuerda los conflictos de la
guerra fría, cuando las potencias de todo el mundo, de un lado y de otro,
intervenían de manera indirecta. Eso supone un riesgo para la seguridad,
pero además está teniendo implicaciones. Así, he de recordar que más de 5
millones de desplazados han salido de sus hogares en Siria. Por ello, me
gustaría saber si se van a impulsar no solo medidas de seguridad sino
también medidas de cooperación y diplomáticas que ayuden a la
finalización de este conflicto.

Me gustaría saber qué ocurre con Arabia Saudí, que es un país al
que España está vendiendo armas que luego, casualmente, aparecen en
Yemen. Se dice que se respetan las garantías, pero siempre se demuestra
que acaban allí y, por ello, querría saber si van a tomar alguna medida
al respecto.

Si bien comparto con usted que el terrorismo yihadista es uno de
los retos mayores a los que se enfrenta la Unión Europea, el mundo y este
Estado, también es cierto que, más allá de medidas de seguridad y
militares, habría que adoptar otro tipo de medidas, como la cooperación
internacional y la diplomacia, así como evitar que se transfieran fondos
de determinados Estados que, de una manera u otra, están colaborando con
organizaciones de tipo yihadista; en concreto, me refiero a Arabia Saudí.
Me gustaría saber si van a adoptar alguna medida en el seno de la Unión
Europea o de Naciones, más allá de las militares, para luchar contra esa
lacra.

El señor PRESIDENTE: Señoría, tiene que terminar.

El señor IÑARRITU GARCÍA: Acabo. Solo una frase.

Por último, quería referirme a las víctimas de diferente tipo.
Luego tendré ocasión de volver a insistir durante el desarrollo de las
preguntas, pero me gustaría saber si se podría promover algún protocolo
para personas desaparecidas; y, en este sentido, luego traeré a colación
el caso del gasteiztarra, Borja Lázaro. ¿Tienen previsión de promover
alguna medida en ese ámbito?

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.

A continuación tiene la palabra el portavoz del Grupo Vasco, el
senador Bildarratz.

El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señor presidente. Señor
secretario de Estado, quiero agradecerle que haya comparecido a petición
propia en esta comisión.

Comienzo mi intervención con el mensaje con el que usted ha
finalizado, que es el de la diplomacia parlamentaria. Está muy bien que
seamos capaces de visualizar los objetivos generales de este Gobierno,
pero en una intervención, en un feedback de cinco minutos, no es fácil
trasladarle todas nuestras preocupaciones, más allá de frases típicas o
fórmulas que no aportan nada. En ese sentido, les invito —tanto al
presidente de la comisión como a usted—, a seguir compareciendo
para que podamos trabajar sobre la base de un esquema, bien sea por
regiones bien sea por problemas bien sea por diferentes situaciones.

Todos hemos recibido el correo del representante de la familia del
joven vitoriano Borja Lázaro, como nuestro querido amigo Iñarritu ha
comentado. No voy a profundizar en esta cuestión porque entiendo que el
senador Iñarritu ya tiene una pregunta al respecto, pero sí me quiero
adherir a esta preocupación y saber en qué medida podemos ayudar a esta
familia porque, evidentemente, me trae a la memoria el caso de otro
vasco, Hodei Egiluz, que tanto sufrimiento nos provocó.

Como se ha mencionado Colombia, le diré que el pasado mes de marzo
tuve la oportunidad, junto con otros senadores de esta Cámara, de visitar
ese país y de reunirme con diferentes líderes políticos: desde Iván
Cepeda —de la izquierda—, hasta Uribe, pasando por técnicos,
parlamentarios y directores, con el objetivo de conocer cuál es la
situación. Estamos viendo que estos últimos días vuelve a generarse
cierta inestabilidad; ha habido algunos secuestros e incluso algunos
asesinatos y no sé si ustedes están siguiendo ese proceso. Lo cierto es
que Álvaro Uribe sí se quejaba de la implicación positiva por parte del
Gobierno español para con la resolución del conflicto. ¿Cómo está
evolucionando? El año que viene, en 2018, se van a enfrentar a unas
nuevas elecciones, ¿eso va a condicionar todo este proceso? Me gustaría
que hiciera una pequeña radiografía al respecto.

Con respecto al Sáhara, usted ha utilizado la misma fórmula que el
señor ministro en su comparecencia en el Senado y también en el Congreso,
que es: España apoya una solución política justa, duradera, etcétera,
etcétera, etcétera. Pero ¿aparte de esta fórmula tenemos algo? Ya han
pasado muchos años y hay gente viviendo en unas condiciones infrahumanas.
España tiene alguna responsabilidad en ello y, por tanto, además de esta
fórmula, además de que hayamos prorrogado la acción de la Minurso por
equis años —habría que hablar de derechos humanos y del quehacer de
la Minurso, pero no voy a entrar en ese tema—, España ha ocupado la
Presidencia del Consejo de Seguridad y no ha aportado, a pesar de la
responsabilidad que pudiera tener, nada especial en ese sentido. Nos
tiene que decir algo más sobre este asunto, señor secretario de Estado. Y
también le voy a pedir una valoración sobre la sentencia de la Gran Sala
del Tribunal de Justicia, de 21 de diciembre de 2016, y las consecuencias
que usted entiende que pueda tener en las relaciones comerciales entre la
Unión Europea y Marruecos.

En cuanto al Magreb, me voy a referir solo a dos países: Marruecos
y Libia. Nos ha hablado del diálogo político como base de su relación, y
estoy de acuerdo pero, ¿y los derechos humanos? Todavía hay cárceles cuya
ubicación es desconocida o se producen detenciones de personas que no se
sabe dónde están ni por qué se les ha detenido.

Se ha hecho una referencia al Rif, y me vale lo que el portavoz que
me ha precedido en el uso de la palabra ha puesto encima de la mesa.

El señor PRESIDENTE: Señoría, termine.

El señor BILDARRATZ SORRON: Si, señor presidente.

Tengo que terminar. Hablaría más de Rusia y de lo que el problema
ha supuesto para los agricultores españoles. En cualquier caso, si
después tengo tiempo, diré algo.

Por último, me centraré en dos últimos temas. En el caso de Oriente
Próximo estamos al igual que en el Sáhara. Los extremismos parecen
consolidarse, sin dar aliento a la paz. Es verdad que en este ámbito el
Gobierno español sí ha hecho algún gesto hacia Palestina, para la
resolución de este conflicto, aunque su grupo parlamentario en el Senado
haya votado en contra de la resolución aprobada por el Consejo de Europa,
máxime cuando usted mismo ha dicho que España celebra el 40 aniversario
de su ingreso. Pues bien, repito, su grupo parlamentario votó aquí en
contra de la resolución aprobada por el Consejo de Europa en relación con
el levantamiento del embargo que está sufriendo Gaza.

Para terminar, el Real Instituto Elcano ha elaborado un informe que
me preocupa sobre la presencia global de España en el ámbito
internacional; en este sentido, viene a decir que en los últimos años ha
ido perdiendo posiciones. ¿Cómo valora la política internacional y el
protagonismo de España en la realidad internacional?

Como le he dicho antes, le preguntaría por cantidad de cosas;
seguramente usted me las respondería y estaríamos todo el día disfrutando
del ámbito de las relaciones internacionales. Con lo cual, ahí dejo la
invitación, y también para el presidente, porque hay que seguir
trabajando.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador. (El señor Aragonés
Mendiguchía pide la palabra).

¿Para qué desea intervenir?

El señor ARAGONÉS MENDIGUCHÍA: Por una cuestión de orden, señor
presidente.

Se ha hecho alusión a una votación en esta comisión, de mi grupo
Parlamentario; y, en el supuesto de que el secretario de Estado
compareciente se viera en la obligación o cortesía de contestar, quisiera
saber si puedo informar al respecto.

El señor PRESIDENTE: En su turno, señoría.

El señor ARAGONÉS MENDIGUCHÍA: Es que es de cinco minutos, y
entonces tendré un minuto y medio menos.

El señor PRESIDENTE: El senador Bildarratz ya ha conseguido superar
el tiempo en casi tres minutos;






es decir, que se ha ido casi al
doble.

A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo
Parlamentario de Esquerra Republicana, el senador Martí.

El señor MARTÍ DEULOFEU: Muchas gracias, señor presidente.

Pido de antemano disculpas por mi retraso, pero mi tarea en otra de
las comisiones del Senado me ha hecho imposible estar presente en las dos
al mismo tiempo. Así, me he perdido una parte de su discurso, pero espero
que usted sea comprensivo con mi intervención.

Empezaré hablando de la geometría variable que aplica el Estado
español en lo que se refiere a relaciones internacionales y, en concreto,
en la relación con Arabia Saudí e incluso con Venezuela —aunque
hablar de Venezuela es un poco complicado últimamente porque es un asunto
muy politizado y quizá lo deberíamos tratar de forma un poco más
aséptica—.

Por lo que se refiere a la venta de armamento me gustaría que
hiciera un poco más de hincapié en las relaciones comerciales, en el
sentido de que la geometría variable —y creo que hice esta misma
intervención cuando compareció el ministro— no siempre funciona. Yo
entiendo las relaciones internacionales como una cuestión muy compleja,
pero cuando estas nos llevan al límite en todo lo que tiene que ver con
los derechos humanos, entonces topamos con cuestiones éticas y morales
que un estado no puede saltarse porque estos principios son fundacionales
para un Estado democrático y de derecho.

Voy a hacer hincapié en la situación en el Sahara, que han
comentado también otros portavoces. Los mandatos o las resoluciones de
las Naciones Unidas, en concreto de la Minurso, son muy claros; al final,
se trata de ejercer el derecho de autodeterminación. Es verdad que el
conflicto dura mucho, pero es que incluso el Frente Polisario ha dicho
que si de lo que se trata es de negociar un estatuto de autonomía, no
necesitan la Minurso porque podrían llegar a un acuerdo directamente con
el Gobierno de Marruecos. El problema es que la situación está
enquistada, que no se avanza, y, obviamente, entramos en cuestiones de
derechos humanos en los campos de refugiados, y en este caso tendríamos
mucho más recorrido.

Usted se ha referido a Gibraltar y no dudo de la buena voluntad del
Estado español, lo que me preocupa es que se quiera renovar la relación
Reino Unido-Estado español utilizando a la población de un territorio
como el de Gibraltar, donde sus ciudadanos ya se han expresado sobre lo
que quieren; es decir, ¿vamos a respetar o no vamos a respetar la opinión
de la gente que, en este caso, ya ha sido consultada? Hace relativamente
poco, más del 90 % de su población ejerció su opción legítima de no
querer ser súbditos españoles sino de continuar formando parte del Reino
Unido.

En cuanto a la acción exterior, que usted representa, me da la
sensación de que hemos abandonado un poco la política de defensa de los
derechos humanos y del fomento de la paz, así como la defensa de la
erradicación de la pobreza, y que nos hemos centrado en organismos que,
dada su multilateralidad, dejan la política exterior española como
residual, diluida. Por tanto, me gustaría —e intentaré ir
terminando— que hiciera usted alguna reflexión sobre la ayuda
oficial al desarrollo y sobre la ayuda humanitaria a los refugiados;
ayudas que están repartidas entre diferentes ministerios.

En todo caso, en el siguiente turno, con la benevolencia de la
Presidencia, me extenderé un poco más.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador.

Por el Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea,
tiene la palabra la senadora Villanueva.

La señora VILLANUEVA RUIZ: Muchas gracias, señor presidente. Buenos
días. Egun on.

Quiero agradecer la comparecencia del secretario de Estado porque,
en el mundo global en el que vivimos, la acción exterior es una política
de máxima importancia, tanto para los intereses de nuestra ciudadanía
como para el resto de las poblaciones del mundo. La política exterior que
se lleva a cabo determina de alguna manera los valores, los principios
que proyectamos desde este país al resto del mundo y, al mismo tiempo,
construye la identidad y la agenda de nuestro país.

Por eso, este grupo parlamentario ha comentado en otras ocasiones,
y quiero incidir en ello, que este país, este Gobierno no hace más que
caer en una subalternidad a otros intereses y no dejamos de ver una
política exterior descolorida, de manera que no hacemos más que caer en
los rankings de presencia global, como indicaba el señor Bildarratz,
según el informe de Elcano. Creemos que, en nuestras relaciones
internacionales, en demasiadas ocasiones solo se priorizan las relaciones
comerciales, por delante de otras alianzas políticas y estables, que
construyen a largo plazo y acaban llevándonos a ciertas coherencias. En
este sentido, es muy ilustrativa, por ejemplo, la visita del pasado mes
de abril del presidente Mariano Rajoy a Brasil, estrechando lazos con el
polémico, cuestionado e ilegítimo presidente golpista Temer, al que ni el
Papa ni los principales gobernantes europeos han querido recibir.
Asimismo, denunciamos también en su momento la visita a Arabia Saudí del
ministro Dastis, que se comprometió a defender los derechos humanos, pero
la verdad es que no lo percibimos y, por tanto, me gustaría saber qué
hizo en su visita.

Tenemos que cumplir con las necesidades y desafíos geopolíticos
globales que tenemos por delante pero, como digo, seguimos una línea
desdibujada, como hemos visto en el debate en comisión de los
presupuestos que hemos discutido estos días.

Por ejemplo, en su intervención ha mencionado que seguimos
encomendándonos a un sistema de defensa atlantista, pensado para la
guerra fría pero no para el siglo XXI; dejemos atrás la obsoleta OTAN,
para empezar a liderar la construcción de un sistema de seguridad común
europeo.

También discutimos en el debate de presupuestos sobre las
prioridades. Ha hablado usted de las hostilidades en Oriente Medio y,
también, de que nosotros hemos tomado partido por Arabia Saudí, un país
que actualmente está en guerra con otros de aquella región y que es el
que más condenas judiciales tiene por financiación de terrorismo
yihadista; no podemos defender la guerra ni colaborar con aquellos países
que vulneran los derechos humanos.

Por eso, hay ciertas iniciativas como las de destinar los máximos
recursos a las distintas resoluciones de conflictos, con especial
atención a Colombia —porque hemos estado desaparecidos en su
proceso de paz—, que no está pasando por su mejor momento; cumplir,
cómo no, con nuestras obligaciones en materia de refugiados; defender los
derechos democráticos y la lucha contra la desigualdad, ya que esta
última es otra de las grandes semillas que más adelante producen odio,
enfrentamiento, y que genera inseguridad; y, asimismo, debemos propiciar
la igualdad de las mujeres, empezando por potenciarla desde dentro, desde
el propio ministerio. En este sentido, y no me canso de decirlo, la
presencia de las mujeres en el cuerpo diplomático solo alcanza el 24 %:
el 12 % de las embajadoras y el 9 % de los cónsules.

Esta semana hemos visto que el Congreso unitariamente apoyaba el
convenio internacional de la defensa de LGTBI que impulsó este grupo
parlamentario; sin embargo, no se apoya su financiación en los
presupuestos.

Decía usted estar orgulloso de que España sea el primer
contribuyente a las misiones de defensa de la Unión Europea, y me
gustaría, señor secretario de Estado, que viniera aquí y dijese que se
siente orgulloso de que seamos el primer país que cumple con sus
compromisos en materia de refugiados, por ejemplo. Aprovecho para
recordarle que el señor Dastis, en sede parlamentaria, se comprometió a
hacerlo. ¿Vamos a cumplirlos? Le hago esta pregunta porque también es una
cuestión de seguridad cómo tratemos nuestra política exterior. La defensa
no es lo mismo que la seguridad, aquí lo sabemos bien, pero últimamente
parecen mezclarse, y cómo cumplamos esos compromisos también es una
cuestión de seguridad.

Usted ha hablado del eje atlántico, de reforzar las relaciones
maravillas con Estados Unidos, que son muy beneficiosas, aunque en
algunos aspectos no estén de acuerdo, como el libre comercio o la lucha
contra el cambio climático. ¿Sólo en eso no estamos de acuerdo? En este
sentido, le hago la pregunta contraria, ¿en qué estamos de acuerdo con el
actual Gobierno de Estados Unidos? ¿Dónde queda la defensa de los
derechos humanos?

En cuanto al Plan África, me gustaría preguntarle si tienen pensado
incluir una cláusula de salvaguarda de los derechos humanos. Sabemos bien
que en el pasado se han creado distintos centros de detención, como el de
Nouadhibou, donde realmente se incumplían estos derechos humanos.

Nuestra cooperación al desarrollo y, en general, la estabilidad tan
necesaria y la lucha contra la desigualdad no pueden estar nunca
condicionadas al control de los flujos migratorios.

Acabo, señor presidente, agradeciendo de nuevo la comparecencia del
señor secretario de Estado.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Villanueva.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
don David Lucas.

El señor LUCAS PARRÓN: Gracias, señor presidente.

Antes de nada quiero agradecerle su felicitación al portavoz del
Grupo Socialista, que le trasladaré en el momento que tenga
oportunidad.

Quiero agradecer también al secretario de Estado su comparecencia
en esta comisión y, por supuesto, transmitirle que la acción del Partido
Socialista está sustentada principalmente sobre la aportación continua,
la colaboración constructiva y la exigencia responsable.

La acción exterior de España en la legislatura pasada tuvo
muchísimas carencias. En la comparecencia del ministro de Asuntos
Exteriores, tanto en esta comisión como en el Pleno, pudimos comprobar
cómo se intentaba redireccionar, como bien ha dicho el señor secretario
de Estado, hacia la defensa de los derechos humanos, la defensa de los
intereses de España en el exterior y con el eje central de la acción
política situado donde estuvieran los ciudadanos.

En aras de todo esto, quiero hacerle algunas consultas y, sobre
todo, algunas aportaciones para ver si usted nos lo puede clarificar. En
primer lugar, en cuanto a los derechos humanos y la crisis humanitaria,
le tengo que decir que el día 11 de enero el ministro de Asuntos
Exteriores se comprometió en esa comisión a hacer efectivos en el mes de
septiembre de este año, una vez aprobado el Plan nacional de
reasentamiento, los reasentamientos a los que se había comprometido
España. Lejos de cumplir ese objetivo, los datos no atestiguan esto.
Estamos ya en el mes de junio y estamos lejos de ese compromiso adquirido
por el ministro de Asuntos Exteriores el día 11 de enero en esta
comisión. Además, para tener acceso o posibilidades a la candidatura al
Consejo de Derechos Humanos para el período 2018-2020 sería bueno cumplir
con los compromisos adquiridos, tanto internamente en España como con la
Unión Europea, o intentar impulsar políticas de asilo común europeo,
modificando el tan manido protocolo de Dublín IV y acometer soluciones a
los problemas de la crisis humanitaria.

En cuanto al brexit, quiero mencionar algunas cuestiones. En primer
lugar, me gustaría que nos explicase si ha habido contactos con el Reino
Unido en aquellas propuestas que surgieron de la cosoberanía, si esos
contactos han existido y si se han tratado aspectos fundamentales no
solamente en relación con la cosoberanía, sino con los trabajadores de la
verja.

También en relación con el brexit es importante, y se aprobó en el
Pleno del Senado, que la Agencia Europea del Medicamento pudiera estar en
Barcelona. Me gustaría saber cómo se está trabajando esto y ver si eso es
posible y se va a situar en nuestro país una institución tan importante
de la Unión Europea. También queremos que nos informe, una vez iniciada
la hoja de ruta por parte de la Unión Europea y del Reino Unido, sobre
aspectos fundamentales en relación con la unión bancaria, las políticas
sociales, la seguridad y defensa.

En torno a la política antiterrorista, nos preocupa saber qué
avances ha habido en relación con dos aspectos fundamentales: uno, la
financiación de los grupos terroristas, que creo que es uno de los
elementos fundamentales y motrices de la lucha contra el terrorismo, y
dos, qué se prevé hacer —ha mencionado algunas cosas— para
dar un mayor apoyo a los procesos de democratización y consolidación
democrática que se están produciendo en algunos países del Magreb o de
Oriente Medio. El caso, por ejemplo, de Túnez serviría para afrontar
soluciones sobre el territorio a los graves problemas existentes.

Sí me preocupa el giro que ha dado Estados Unidos con la
administración Trump y, en relación con el cambio climático, me gustaría
conocer cuál es la opinión del Gobierno de España dada la situación.
También me interesa el giro que ha dado en torno a Cuba. El ministro de
Asuntos Exteriores se comprometió el día 11 de enero a intentar ver si
éramos los primeros en posibilitar que se ratificara el acuerdo político
de cooperación firmado con la Unión Europea por parte de Cuba. Ese
acuerdo todavía no se ha ratificado —no sabemos en qué momento
estamos—, pero me gustaría saber si puede afectar la posición de
Estados Unidos en relación con Cuba. Le pido que aclare el alcance de las
manifestaciones que hace el presidente de Estados Unidos en relación con
la Organización del Tratado del Atlántico Norte en lo que concierne a la
Unión Europea y en cuantos ámbitos toca, ya que cada vez que habla,
muchas mentes empiezan a cavilar qué es lo que ha querido decir en los
tuit de por la mañana, creando muchísima incertidumbre. Por eso me
gustaría que nos aclarase el posicionamiento del Gobierno de España.

Textualmente dijo el ministro de Asuntos Exteriores en relación con
Rusia —que nos parece un asunto muy importante— que se iba a
trabajar para normalizar las relaciones y restablecer la confianza.
Después de las sanciones impuestas a Rusia, nos gustaría conocer en qué
momento estamos y qué se está haciendo, por eso le pido que profundice un
poco más en lo que ha comentado.

También quiero decirle que esta comisión mantuvo una reunión muy
constructiva con los embajadores de Asia-Pacífico, que nos trasladaron su
interés en que pudiéramos profundizar en las relaciones culturales y
comerciales, en la presencia de las empresas españolas en Asia-Pacífico y
de las de Asia-Pacífico en España; posteriormente, mostró un interés
especial por esta presencia el embajador de la India y también —lo
digo por las conversaciones que mantuvimos— el embajador de China.
Nos gustaría saber en qué momento estamos y que profundizase un poco más
en lo que ha manifestado sobre qué se puede o qué va a hacer el Gobierno
de España para avanzar en este aspecto tan fundamental.

No quiero terminar sin mencionar el Sahara Occidental. Es positiva
y necesaria la colaboración y cooperación con Marruecos, estrechando los
lazos de vecindad, eso es fundamental y evidente. Coincido en que hay que
avanzar un poco más. No solamente nos podemos seguir nutriendo de
resoluciones de Naciones Unidas, sino que se tiene que avanzar más en la
normalización de la situación.

Termino con una cuestión que se está dando en estos momentos, por
eso le pido que nos informe sobre lo que está ocurriendo con los
trabajadores de las embajadas, que están o quieren ir a la huelga porque,
según manifiestan, tienen las retribuciones congeladas desde el año 2009
y necesitan la ordenación de sueldos por zonas geográficas y categorías
profesionales. Sé que anteayer iba a haber una reunión de la comisión
técnica de personal laboral en el exterior, porque exigen esa
normalización salarial y también el cumplimiento de las sentencias
extranjeras en aquellos países en los que la Administración española ha
sido condenada.

Disculpe, presidente, pero son muchos los temas. Me gustaría la
clarificación que le pido, aunque seguramente podremos profundizar en
algún asunto en la segunda intervención.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su
portavoz, don Carlos Aragonés.

El señor ARAGONÉS MENDIGUCHÍA: Gracias, presidente.

Esto de ser portavoz es un oficio la mar de sacrificado, porque la
capacidad de repentización —no acabo de conocer nunca bien el
significado de la palabra— a veces es formidable. Las
comparecencias son acordeónicas y los temas variadísimos, y el portavoz
debe sintetizarlos e incluso añade más, con lo cual se vuelve a ampliar
el acordeón y no sé cómo andamos de sonidos.

Le doy la bienvenida, cómo no, al secretario de Estado. Es usted un
secretario de Estado de los asuntos verdaderamente exteriores, los que
van más allá de Unión Europea y Latinoamérica, y el problema es que a
veces son demasiados y muchos de ellos nos resultan demasiado externos a
nuestras preocupaciones o intereses, como se comprueba en las preguntas
que ha de responder a continuación de su comparecencia.

La comparecencia no es obligada, pero sí oportuna. Son seis meses
de gestión del secretario de Estado y hay asuntos, agenda y perspectivas.
Se habrá formado un buen juicio, aunque, a diferencia del que les habla,
no era novato en política exterior y de seguridad, puesto que estaba
encargado de ello en la presidencia del Gobierno y, como todos sabemos,
las presidencias cada vez controlan más o centralizan más la política
exterior; o sea, que estamos ante un secretario de Estado especialmente
capacitado. Aunque ha sido una comparecencia a petición propia, puedo
confesarles que el presidente de la comisión ha puesto un interés enorme.
Por una vez que no se me olvide agradecerle sus gestiones.

Voy a tomar al secretario de Estado como testigo, igual que ha
hecho el portavoz del PNV, el compañero Bildarratz, y lo que propongo es
que, una vez cumplida la misión, que el compareciente informe sobre su
cartera, le pidamos, como decía Bildarrtz, que acote temas y zonas,
organismos multilaterales, zonas geográficas para posteriores
comparecencias y que nos pongamos de acuerdo nosotros, Congreso y Senado,
de qué se trata. Yo tenía preparadas unas cosas y me encuentro con que el
secretario de Estado ha comparecido en el Congreso hace pocos días, no
cumplían dos semanas, para informar sobre dos asuntos que son clásicos en
esta comisión: norte de África, más bien Magreb, y Sahel. No veo que
tenga mucho interés parlamentario ni sea beneficiosa para la Cámara tanta
repetición, y al Gobierno esto le supone un adiestramiento y le permite
responder mejor. No veo que al equilibrio entre el Parlamento y el
Ejecutivo le beneficie esta repetición de temas y preguntas. En fin, cada
grupo es libre de hacerlo así.

Le voy a preguntar por cuestiones muy precisas que quizás no ha
mencionado o yo no he sido capaz de captar. Después de nuestra buena
experiencia en el Consejo de Seguridad, se anuncia una oficina de lucha
contra el terrorismo, si no estoy equivocado. Me gustaría que en la
medida de lo posible informara brevísimamente acerca de sus tareas,
composición, etcétera. Es una oficina dependiente, claro está, del
sistema de Naciones Unidas.

En cuanto al centro de telecomunicaciones de Quart de Poblet, que
está dedicado a garantizar las comunicaciones en las operaciones de
mantenimiento de la ONU, la autoridad regional valenciana o autonómica
habló de su ampliación. Esto guarda cierto paralelismo con la Agencia
Europea del Medicamento en tanto que es muy interesante en todos los
sentidos, por su valor internacional y de política exterior y por lo que
supone de dinamización investigadora y laboral de las zonas.

Le libro de que dé una opinión, aunque seguro que la tiene y bien
fundada, sobre la próxima reunión del G20, pero sí le pido una mención en
la zona de Asia-Pacífico en cuanto a Filipinas y otra en la de África
respecto a Guinea Ecuatorial. Si no hay nada que decir, no se dice; pero,
precisamente, porque son países donde la geografía es lejana, intentemos
frenar que la historia también se aleje de nosotros.

Sobre el asunto del brexit se han mencionado varias cosas y se ha
hecho alusión a diversos países, pero le pido su opinión porque es usted
experto en seguridad y diplomacia. (Denegaciones). Si, y su cartera es la
que más se aproxima. Tras el brexit, la política europea de seguridad
tiene una dificultad muy obvia, ya que ha perdido al socio militar más
importante. Por lo tanto, complicaciones aparte y demandas estratégicas
de Washington sobre el aumento del presupuesto, el problema de la
política de seguridad común europea o del pilar europeo de la OTAN no
hará más que incrementarse. Nos guste o no a los grupos la vecindad
ampliada de la Unión Europea es cada vez más arriesgada, o riesgosa, como
dicen los latinos. Hay conflictos obvios o emergencias obvias, como la de
los refugiados, y guerras en la zona.

Y la última pregunta que le formulo con la anuencia del presidente
es: ¿en algún momento se puede sopesar que en las políticas, en las
asociaciones de vecindad España juegue un papel intentando una similar a
la que tiene la Unión Europea con los países del Este europeo y Rusia? Un
último comentario al respecto es transformar lo de Barcelona en un
tratado de asociación y vecindad.

Quiero que sepa el secretario de Estado que el Grupo Popular vota
en contra de un resumen; no vota en contra de una resolución o de un
acuerdo del Consejo de Europa, sino de una moción del PNV que hace un
buen resumen de la resolución, pero en todos los resúmenes los grupos
siempre echamos algo falta.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor portavoz.

De nuevo tiene la palabra el secretario de Estado.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Castro López):
Muchas gracias por sus preguntas y comentarios.

Intentaré responder a todos lo máximo posible, pero ya les adelanto
que algunas cuestiones escapan de mi competencia y que, por lo tanto, les
puedo dar muy poquita información.

Sahel, Barkhane. Nosotros tenemos una tradición de buena relación
con Francia en muchos aspectos. De hecho, antes de surgir la crisis de
Mali, una crisis más o menos larvada —estoy hablando del
año 2012—, los dos países que en las reuniones en la Unión Europea
realmente hablábamos de nuestra preocupación por la situación en Mali y
el Sahel éramos España y Francia; si prefiere, Francia y España. Había
países que no le daban mucha importancia, por ejemplo, el Reino Unido le
daba muy poca hasta que ocurrió el ataque terrorista en la refinería de
In Amenas en Argelia, lo que provocó que el primer ministro Cameron
visitase Argelia; era la primera vez en la historia que un primer
ministro británico visitaba Argelia desde la independencia. Ahí tuvimos
una buena relación con Francia; también en la República Centroafricana,
donde les hemos apoyado y tenemos un esquema semejante. Tenemos un
contingente en la EUTM de Mali —en estos momentos es el
segundo— y la intención es incrementarlo en el futuro; según mis
informaciones, probablemente, aspiremos a tener el mando de la EUTM de
Mali. Si me permiten, quiero hacer un reconocimiento público al
comandante Franco, que realizó un acto heroico en el ataque terrorista en
el hotel. Su intervención salvó muchas vidas, y creo que es justo
reconocerlo. Los militares, como saben, están para hacer otro trabajo, y
en este caso el comandante Franco lo hizo muy bien.

Si me preguntan si vamos a incrementar nuestra presencia en
Barkhane, les tengo que decir que no; por lo que conozco, no. No me
consta ninguna petición por parte francesa —no sé si al Ministerio
de Defensa le consta—, lo que hacemos, como dije en mi
intervención, es apoyo logístico desde Dakar con un avión y un
destacamento del Ejército del aire; es un esquema semejante al que
tenemos en la República Centroafricana-Gabón, donde un avión del Ejército
del aire apoya la misión en la República Centroafricana.

El Rif. La referencia que ha hecho a Alhucemas para nosotros es una
cuestión de política interna marroquí que, evidentemente, seguimos con
atención, ya que Marruecos es un país cercano, como usted decía, amigo,
vecino, un socio estratégico y con el que mantenemos una estrecha
relación. El Gobierno marroquí ha hecho un esfuerzo de inversiones para
satisfacer las reivindicaciones de carácter socioeconómico de la zona y,
desde luego, estamos convencidos de que Marruecos podrá encauzar
satisfactoriamente y satisfacer estas demandas de parte de su población
en el marco del respeto a su constitución y a las leyes marroquíes.

Sahara Occidental y la famosa fórmula. La fórmula está ahí, existe;
es el principio de todo. Es la fórmula que se repite hasta la saciedad en
todas las resoluciones de Naciones Unidas, y es lo que queremos. En
cuanto a la responsabilidad histórica, evidentemente nosotros tenemos una
vinculación histórica y afectiva con el pueblo saharaui, lo cual no
quiere decir que sea una responsabilidad jurídica; es decir, la
interpretación que hace el Gobierno es que desde el 26 de febrero
de 1976, cuando el representante español hace su visita, dirige una carta
al secretario general informándole que España se consideraba desligada en
lo sucesivo de toda responsabilidad internacional con relación a la
administración de dicho territorio. De hecho, en los informes que
anualmente salen de Naciones Unidas sobre el Sahara, como el de la
Minurso, no hay ninguna referencia a una supuesta responsabilidad
jurídica de España.

En cuanto al referéndum, los parámetros de la resolución del
conflicto establecen que se prevea la libre determinación del pueblo del
Sahara Occidental de acuerdo con los propósitos y principios de la Carta
de Naciones Unidas, pero no se pronuncian sobre el modo de ejercer esa
libre determinación. Es más, en el informe de abril el nuevo secretario
general de Naciones Unidas señala al respecto que el objetivo de relanzar
el proceso negociador es llegar a alcanzar una solución política
mutuamente aceptable que incluya la resolución de la disputa sobre el
estatus último del Sahara Occidental, incluyendo un acuerdo sobre la
naturaleza y forma de ejercer la libre determinación. Eso lo dice el
secretario general de Naciones Unidas, al que nosotros apoyamos. Para
nosotros, en el Sahara Occidental la centralidad debe tenerla el sistema
de Naciones Unidas, su secretario general, el Consejo de Seguridad y su
representante. En estos momentos, según la información que tengo, creo
que formalmente no está nombrado, pero es de conocimiento público que el
nuevo enviado del secretario general será el expresidente alemán Köhler.
Habrá que esperar a ver cuál es su planteamiento. Nosotros siempre hemos
apoyado el sistema de Naciones Unidas, e incluso en la práctica al
secretario general se le apoya logísticamente con aviones y se le dan
facilidades para sus giras por la zona.

En cuanto a la ayuda humanitaria a los campamentos saharauis, pese
a las dificultades presupuestarias, desde hace años España es el
principal donante bilateral de ayuda humanitaria. Según las cifras que
tengo aquí —a lo mejor el Secipi y el secretario de Estado de
Cooperación Internacional y para Iberoamérica, que viene la semana que
viene, pueden dar información más adecuada—, en 2015 España aportó
en ayuda humanitaria a los refugiados saharauis 10,5 millones de
euros.

En cuanto a la sentencia del Tribunal de Justicia, evidentemente,
es una sentencia clara. En estos momentos lo que se está produciendo es
una negociación entre la Unión Europea y Marruecos. La sentencia es sobre
la aplicación de un acuerdo agrícola, competencia puramente de la Unión
Europea. Nuestro objetivo aquí es doble. Por un lado, como es obvio, hay
que cumplir la sentencia. España es un Estado de derecho y lo defiende y
va a cumplir las sentencias de los tribunales, también de los europeos. Y
el segundo objetivo es preservar las relaciones estratégicas con
Marruecos. Hay un mandato para negociar, que se aprobó a principios de
junio. Hace pocos días —no recuerdo exactamente la fecha, creo que
fue el 19 de este mes— hubo una primera reunión entre las
instituciones comunitarias y la administración marroquí y está prevista
otra ronda negociadora para reformar el protocolo en el mes de
julio.

La cuestión de los derechos humanos siempre está presente en todos
los diálogos que hay con cualquier país, también con Marruecos. Lo que
pasa es que ciertas negociaciones o comentarios se hacen por los canales
diplomáticos establecidos y no públicamente.

Arabia Saudita, armas y derechos humanos. En cuanto a los derechos
humanos, le vuelvo a decir lo mismo que en el caso de Marruecos. Siempre
se destacan las cuestiones sobre derechos humanos con Arabia Saudí.

En cuanto a la venta de armas, hubo una comparecencia muy
exhaustiva que yo le recomiendo para que tenga más información y mayor
detalle porque este tema no lo conozco muy profundamente. Me refiero a
una comparecencia de la secretaria de Estado de Comercio, que es quien
preside la Junta Interministerial de Material de Defensa y Doble Uso,
el 29 de mayo, en la que dio una amplia explicación sobre todas las
ventas de armas, incluidas las de Arabia Saudí. Cuando se exportan armas,
evidentemente, somos conscientes de lo sensible que es esta cuestión,
especialmente, con algunas regiones y con algunos países. Por eso, se
realiza a través de los cauces legales, tanto nacionales como de la Unión
Europea, aplicando la normativa comunitaria, como hacen todos los países,
lo que incluye información entre nuestros países. Somos conscientes de
que la península arábiga es una zona especialmente sensible, pero los
controles son los establecidos legalmente. ¿Pueden aparecer armas en
algún lugar? Sí, pero no es lo normal. Cuando se exporta, una de las
cosas que se incluye en las autorizaciones de la JIMDDU son las
certificaciones de usuario final para evitar reexportaciones, lo que no
quiere decir que no las haya; habría que ver cuál es el origen de esas
armas que algunos medios de comunicación han señalado como
españolas.

Respecto a la diplomacia parlamentaria y a la voluntad de seguir
compareciendo, sepa que estoy a su disposición. Creo que es un ejercicio
interesante y que nos ayudamos: el Gobierno, dirigiendo la política
exterior, y ustedes, controlando al Gobierno. Es parte del juego
constitucional y así tienen que ser las cosas, y ustedes muchas veces
tienen acceso a sitios donde no llega la Administración y, en cambio, sí
lo hace el legislativo. Por eso, estoy dispuesto a venir a comparecer en
esta comisión cuando ustedes digan y mi agenda me lo permita, y a veces
es complicado.

Colombia. Me remito a lo que pueda contarles el Secipi. No es mi
competencia actualmente, lamentablemente, porque en los temas de América
Latina tengo especial interés profesional, pero ahora me toca lidiar con
otras zonas. España siempre ha apoyado el proceso de paz de Colombia.
¿Por qué? Porque España ha estado presente en todos los proceso de paz en
América Latina —Guatemala, El Salvador— y ha estado en
Colombia. Ha sido una política de Estado. Se han apoyado las directrices
políticas de presidentes democráticamente elegidos. Se apoyó la política
de Pastrana, la de Uribe y la de Santos. Creo que el proceso de paz de
Colombia es una cuestión que goza de amplio consenso parlamentario.

En cuanto a que no estamos allí y no se nos ve, es una apreciación
que respeto mucho, pero tenemos cierto número de observadores militares
en la zona, en Colombia; me puedo equivocar, pero creo que son 18 y
estamos dispuestos a incrementarlos. En principio se planteó como una
observación de la Celac, entidad a la que nosotros no pertenecemos, por
obvias razones geográficas, pero ante la falta de efectivos suficientes
para realizar la observación se abrió felizmente a otros países y, por
supuesto, España está allí presente.

Habla de que España está perdiendo posiciones, de subalternidad en
la política. Son opiniones y las opiniones son libres. Yo no he visto el
documento de Elcano pero sí me han anunciado que próximamente marca
España va a presentar algunos que a lo mejor son más modernos —no
son documentos de marca España, sino de otras instituciones
internacionales— y difieren algo porque están más
actualizados.

¿España ha tenido un problema de política exterior? Sí. Muy serio,
pero por culpa de la crisis económica. Si tienes problemas internos, en
este caso económicos, es difícil tener una posición fuerte en el
exterior. A un país que tiene alguna debilidad interna le cuesta, es
inevitable. Por suerte, se ha ido recuperando y, al mismo tiempo que se
logra la recuperación económica, se consigue la recuperación política.
Eso es así y cada vez más. Esto se ve en foros, en asistencia, en
reconocimiento. Insisto, lo que les he mencionado sobre el nombramiento
ayer de la embajadora Menéndez, por el secretario general, es muy
importante. ¿Por qué? Es una muestra del reconocimiento a España, a la
labor de España en la esfera internacional en el sistema de Naciones
Unidas.

Y enlazo esto con alguna de las preguntas que me hacía alguna de
sus señorías sobre el tema de las mujeres. Les garantizo que el ministro
Dastis es un auténtico convencido, como yo, de que hay que empujar
mayores niveles de responsabilidad para las mujeres en el ministerio y en
las embajadas. Es cierto que partimos de un problema de número. Hay
muchas menos mujeres dentro de la carrera, comparativamente entraron más
tarde y, a veces, existe un problema de antigüedad. Basta ver los últimos
nombramientos que ha hecho el ministro Dastis: la directora general de
consulares es una mujer, la directora general de relaciones económicas
internacionales es una mujer; en la secretaria de Estado, la dirección
general para el Magreb, que se ha quedado vacante por el nombramiento del
embajador en Israel, la ocupa una mujer. Soy un convencido de la
presencia de la mujer. Luego volveré al tema de la mujer en otro asunto
de Naciones Unidas concreto. Como les decía, el nombramiento ayer de Ana
Menéndez es muy importante. Fue un objetivo de este Gobierno. Es difícil
lograrlo, porque los puestos en el sistema de Naciones Unidas están caros
y creo que es un reconocimiento a ella, personalmente, porque si no
tienes un buen candidato, es más difícil lograr la elección, la
designación en este caso; es un reconocimiento a España y a nuestra
política y es un nombramiento importante. Es un buen calibre objetivo
para medir nuestra presencia internacional.

En Unión Europea cada vez estamos más potentes, se lo digo
claramente, no solo por las consecuencias del brexit, sino porque hemos
hecho los deberes y a la Unión Europea, que es una organización que
tiende a ser serie, le gusta que la gente haga los deberes y que se
demuestre con políticas concretas y con resultados. Creo que en España la
política que ha desarrollado el presidente del Gobierno, el presidente
Rajoy, durante estos años, pese a haber tomado medidas que,
evidentemente, no son populares, ha dado resultados y seguirá dándolos. Y
eso, al final, dentro de la Unión Europea y en la esfera internacional se
nota. Y yo creo que se seguirá viendo en el futuro.

Gibraltar. Nuestra principal preocupación en Gibraltar son los
ciudadanos —eso está claro—, tanto los gibraltareños como lo
del Campo de Gibraltar. El brexit supone un cambio de las circunstancias
que nosotros creemos que es perjudicial. El brexit es una decisión que,
como ustedes saben, España no comparte, pero la han tomado los ciudadanos
británicos. Es una decisión triste que creemos no es positiva, y tampoco
es positiva para los ciudadanos del Campo de Gibraltar y los
gibraltareños. Por eso hemos hecho la propuesta que hemos hecho. Nosotros
estamos dispuestos a hablar con los británicos. No ha habido ningún
contacto ni formal ni informal sobre ese tema. Se ha hecho una oferta e
imagino, más o menos, los inevitables comentarios de pasillo; nada de
sustancia, pero la oferta está ahí. También entiendo que el proceso
electoral en el Reino Unido dificulta este tipo de cosas en estos
momentos.

Alguno de ustedes hizo referencia a los derechos humanos y a que no
solo hay que hacer multilateralismo. No, evidentemente, no, pero para
nosotros los derechos humanos son un valor universal global y, por lo
tanto, como mejor se defienden es en instancias multilaterales, por eso
existe un Consejo de Derechos Humanos. También lo hacemos bilateralmente,
pero en estas cosas cuantos más seamos y más unidos estemos mejor.

En general, no solo en derechos humanos, hay un falso debate entre
multilateralismo o bilateralidad, pero es que una cosa alimenta la otra.
Si en una región cualquiera del mundo mantienes una potente relación
bilateral con los países de la zona, será mucho más fácil que haya
procesos de integración, que haya un enfoque multilateral. Pero es que,
al mismo tiempo, el enfoque multilateral a veces llega a sitios donde el
enfoque puramente bilateral no lo hace, por eso se complementan.

Brasil. Yo tuve bastante que ver en la visita del presidente del
Gobierno a Brasil, porque fue lo último que dejé organizado en mi
anterior puesto, y personalmente me siento muy orgulloso de que el
presidente del Gobierno haya ido a ver al presidente de Brasil, que haya
visitado Brasil, porque me parece un país importante, y no solo eso, fue
una de las primeras personas con las que se entrevistó —el 4 o el 5
de septiembre del año pasado— en el G20 en Hangzhou. Creo que
cualquier Gobierno sensato debe tener las mejores relaciones con el
presidente de Brasil, con Brasil y con la región, es un país cada vez más
importante. Por eso, aunque son libres de hacerlo, no deja de
sorprenderme un poco el comentario crítico.

OTAN y sistema europeo de defensa. Evidentemente, esto no es un
juego de suma cero, que es el enfoque británico: los británicos no
querían desarrollar el pilar europeo de defensa porque ellos ven la
defensa europea como algo tipo OTAN. Por tanto, no es un juego de suma
cero. Nosotros defendemos la OTAN, somos aliados y tenemos una
participación activa tanto en el flanco este como en otras operaciones
del flanco sur, y vamos a seguir así. Pero también queremos que la Unión
Europea avance en este pilar europeo porque es una forma de reforzar el
pilar europeo de la OTAN.

Es cierto que la salida del Reino Unido genera un cierto problema,
porque sus Fuerzas Armadas son de las más potentes, si no la más potente
de Europa. Dicho esto, también importa mucho la voluntad política, y
algunos países de la Unión Europea queríamos dar ciertos pasos y no
podíamos darlos en el seno de la Unión Europea porque el Reino Unido era
más reacio por estar más a favor de una visión OTAN que de una visión
Unión Europea. Ahora, en el escenario del brexit, con el Reino Unido
fuera de la Unión Europea y con una Unión Europea a 27, también se
generan oportunidades para hacernos mayores de alguna manera y avanzar
más en la integración en materia de defensa, tanto en capacidades como en
industria de defensa, y es la vía por la que apostamos los 4 grandes
países de la Unión Europea —dejando a un lado al Reino Unido, que
aún es miembro—: Francia, Alemania, Italia y España.

Vuelvo al tema de las mujeres desde otro punto de vista. Uno de los
puntos importantes en cuestión de multilateralidad es la mujer, el género
y una agenda muy concreta que me gustaría enfatizar: la agenda Mujeres,
paz y seguridad. Esta es una agenda relativamente nueva en el mundo de
Naciones Unidas, tiene 15 años, creo que la primera resolución se aprobó
en 2001, y durante nuestra presencia en el Consejo de Seguridad tuvimos
dos meses de presidencia: uno en octubre de 2015 y en diciembre de 2016.
El presidente del Gobierno quería presidir alguna sesión del Consejo de
Seguridad por la importancia del gesto que supone demostrar con el
ejemplo el valor que se le otorga a Naciones Unidas. Curiosamente, en
octubre de 2015 había cuestiones bastante atractivas política y
mediáticamente, como Oriente Medio o, incluso, una reunión sobre víctimas
del terrorismo en el Consejo de Seguridad —asunto que a este
presidente del Gobierno le importa bastante—






. En cambio, el
presidente decidió presidir la sesión del Consejo de Seguridad sobre
Mujer, paz y seguridad, donde se aprobó la nueva resolución que abre la
nueva vía de Naciones Unidas. Esa agenda Mujer, paz y seguridad genera
una serie de deberes y uno de los deberes era la creación de una red de
puntos focales nacionales y regionales para hacer un seguimiento e
intentar avanzar, porque el problema de Naciones Unidas es que entre la
parte declarativa y la realidad hay siempre una diferencia importante.
Dentro de ese esfuerzo y de la importancia que otorga España a la agenda
Mujer, paz y seguridad, en el mes de abril, en la Casa Mediterráneo, en
Alicante, yo inauguré la primera reunión de puntos focales, nacionales y
regionales, de Mujer, paz y seguridad, a la que asistieron —si no
recuerdo mal— 59 países y organizaciones internacionales.

Rusia y las sanciones. España ha apoyado las sanciones a Rusia en
todo momento por sus actuaciones en Ucrania. La parte económica de las
sanciones acaba de ser prorrogada esta misma semana, porque,
evidentemente, las sanciones son una doble vía. Las sanciones no son un
objetivo en sí mismo, las sanciones son una medida que se toma para
intentar cambiar comportamientos, por eso los países de la Unión Europea
hemos acordado el mantenimiento de la prórroga de las sanciones a Rusia.
Lo cual no quiere decir que haya que aislar a Rusia; hay que dialogar con
Rusia, nosotros somos unos firmes defensores del diálogo porque la única
vía de entendimiento es a base de hablar, aunque tengamos diferencias.
Aparte de eso, Rusia, país con el que tenemos una relación bilateral
buena, es un país enormemente importante en las cuestiones
internacionales, como todo el mundo sabe.

Agencia Europea del Medicamento, Barcelona. Este asunto es
competencia del secretario de Estado de la Unión Europea, pero yo sí le
puedo decir que se han hecho gestiones bilaterales porque es un tema
importante para España y se aprovecharán —yo ahora no estoy allí,
pero estoy seguro de que será así— todos los contactos que hagan el
presidente y el ministro en todos los Consejos Europeos. Es un objetivo
importante para España y una candidatura muy atractiva por muchas razones
y también, como todas las cosas atractivas, con muchos candidatos. Desde
luego, es un objetivo importante y sí se hacen gestiones.

Cambio climático. No sé si esto estaba dentro de una referencia a
la nueva Administración norteamericana, pero el Gobierno español tiene
una posición muy clara en el cambio climático: ha apoyado los Acuerdos de
París, el presidente estuvo el 23 de noviembre en Marrakech y nosotros
vamos seguir en la lucha contra el cambio climático porque nos parece
algo importante, en lo que nos jugamos todos mucho. Si hay otros países
que quieren bajarse de esa agenda, es la decisión de esos países pero,
desde luego, España seguirá defendiendo la lucha contra el cambio
climático.

En cuanto a Cuba, yo les remitiría a ustedes a la comparecencia del
secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica. No
obstante y aunque no es mi competencia, creo que no me equivoco al
decirles que nosotros apoyamos y vemos con buenos ojos la política de la
anterior Administración norteamericana. Que creemos que el diálogo es
importante y, como todos ustedes saben, hay consenso absoluto en las
Cámaras contra el embargo, pues creemos que no lleva a ningún sitio, pero
se trata de una medida legislativa que las Administraciones
norteamericanas no pueden levantar. Desde luego, nosotros vamos a
defender una relación renovada de Cuba con la Unión Europea, pero seguro
que el Secipi les puede contar muchas más cosas que yo, porque es un tema
de su competencia.

En cuanto a la Oficina de Naciones Unidas de lucha contra el
terrorismo, es de reciente creación, al mando va a estar un ruso, si no
me equivoco, y es uno de los múltiples esfuerzos que se hacen. Una de las
cosas que está intentando hacer el secretario general Guterres es una
pequeña reforma, una reestructuración de todo el sistema de Naciones
Unidas, y esta es una manifestación más. De hecho, ya existió un comité
de lucha contra el terrorismo —cuyo nombre exacto no
recuerdo—, que dependía directamente del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas y en su momento el puesto fue ocupado por Javier
Rupérez.

Quart de Poblet y la ampliación. La base de Quart de Poblet está
funcionando muy bien, es una base de comunicaciones, apoyo logístico y
otras muchas cosas. Desde luego, está funcionando muy bien a satisfacción
española y a satisfacción de Naciones Unidas, y sí es cierto que estamos
en conversaciones con Naciones Unidas para una posible ampliación. Ellos
quieren porque funciona bien y para ser sede una cosa que es importante
es tener un país atractivo, y España es un país atractivo; es decir, los
funcionarios de organismos internacionales que tienen residencia en
España prefieren vivir aquí que en otros países donde la gente o la
climatología son un poco más ásperas.

Filipinas y Guinea Ecuatorial. En estos momentos Filipinas es un
sistema más delicado. Algunas políticas del presidente Duterte no
coinciden con las del Gobierno español, pero nosotros tenemos una
relación con Filipinas porque es un actor importante. Yo tengo previstas
consultas políticas, que mantenemos anualmente con Filipinas a nivel de
Secretaría de Estado, que tendrán lugar después del verano; de hecho,
iban a tener lugar en abril, pero las cancelaron ellos por el cambio de
ministro de Exteriores.

Filipinas es muy importante no solo como país, sino como zona.
Sobre la zona del mar —perdonen, pero es que siempre utilizo la
denominación en inglés y temo equivocarme— del sureste y del sur de
China giran hoy muchos temas relacionados con la política internacional y
Filipinas es un país importante. En esta línea, España siempre ha
defendido el respeto de la libre navegación y, desde luego, el respeto de
las convenciones de Naciones Unidas, incluida la Convención del Derecho
del Mar.

Guinea Ecuatorial es otra de esas historias permanentes que tiene
nuestro país. Va a haber elecciones legislativas, que no están
anunciadas, pero se prevén para el último trimestre del año.
Recientemente ha estado aquí el ministro de Asuntos Exteriores guineano,
que mantuvo conversaciones con el ministro Dastis y seguiremos explorando
las vías de relación bilateral con Guinea Ecuatorial, pero siempre dentro
de las reglas democráticas y de respeto de los derechos humanos, que
tienen que estar presentes en toda relación con cualquier país, y Guinea
Ecuatorial no es una excepción. Como ustedes sabrán, en el Congreso de
los Diputados se ha creado un intergrupo para tratar Guinea Ecuatorial,
con lo cual me imagino que, también desde el punto de vista
parlamentario, tendrá un poco más de actividad.

Brexit, defensa y seguridad, ya lo he tratado.

Creo que no me olvido nada, pero como tengo la opción de intervenir
otra vez, quedo a su disposición.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de
Estado.

Segundo turno de intervenciones, si algún portavoz lo considera
necesario.

Le correspondería en primer lugar al portavoz del Grupo Mixto, el
señor Iñarritu. Tiene la palabra por tiempo de tres minutos máximo

El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, no voy a participar en
este turno de palabra. Me centraré luego en las preguntas.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador.

Tiene la palabra el señor Bildarratz.

El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señor presidente.

Muchas gracias, señor secretario de Estado, porque con lo difícil
que era abordar todas las cuestiones, independientemente de que
compartamos el diagnóstico o la solución, tengo que agradecer que haya
respondido una a una a todas las que le he planteado.

En lo referente a la Unión Europea, brexit, Gibraltar y refugiados,
no he hecho ninguna mención porque ayer tuvimos al secretario de Estado,
señor Toledo, en la Comisión Mixta de la Unión Europea, en reunión
preparativa del Consejo de Europeo que tendrá lugar hoy y mañana. Por
tanto, voy a seguir sin referirme a estos asuntos.

Un tema que no he abordado antes por la premura de tiempo, pero que
creo que es importante, es el plan de derechos humanos y empresas. El
ministro, en su comparecencia tanto en el Congreso como en el Senado, se
comprometió a que en breve plazo llevaría este texto al Consejo de
Gobierno. No ha sido así, por lo que me gustaría saber en qué situación
se encuentra este plan.

Otra cuestión. Usted ha hecho referencia a la candidatura española
al Consejo de los Derechos Humanos para el trienio 2018-2020.
Evidentemente, seguro que eso es algo positivo, pero la cuestión es si el
que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos haya condenado al menos
hasta 6 veces al Estado español por no investigar torturas va a
condicionar la decisión de esta tema.

Para finalizar, el Sáhara. No era mi intención —disculpe si
se me ha entendido en ese sentido— achacar ningún tipo de
responsabilidad jurídica. Ahora bien, lo que sí me aceptará es que alguna
responsabilidad política tendrá, ¿verdad?

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador.

Senador Martí, tiene la palabra.

El señor MARTÍ DEULOFEU: Muchas gracias, señor presidente.

Voy a hacer una reflexión general sobre sus comentarios y luego
formularé algunas preguntas que considero de interés.

La primera reflexión es en relación con la crisis de refugiados,
una crisis global que, incluso, afecta básicamente a los principios
fundacionales de la Unión Europea en lo que se refiere a defensa de los
derechos humanos, prosperidad y fomento de la paz. El Estado español se
comprometió en octubre de 2015 a acoger a más de 17 000 personas y a día
de hoy ha acogido a poco más de 1000. Creo que estas cifras prácticamente
lo dicen todo.

En relación con el comentario que le he hecho acerca de la
multilateralidad en las relaciones internacionales, yo lo decía en el
sentido de que en la crisis de refugiados algo habrá tenido que ver la
guerra en Siria y el papel que ha jugado la Unión Europea,
diplomáticamente hablando, en relación con permanecer como espectadores
atentos a este conflicto.

Otra cuestión, que también ha comentado el compañero del Grupo
Parlamentario Vasco, es la relativa a la candidatura de España para ser
elegida en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para el
periodo 2018-2020, en la que tendrá mucho que ver eso de lo que hemos
estado hablando de fomento de los derechos humanos, de equidad de género,
etcétera.

Me gustaría que usted nos hiciera algún comentario acerca de la
polémica en la elección de Arabia Saudí en la Comisión de Derechos de la
Mujer. Sé que usted a lo mejor no nos puede decir el sentido del voto del
Estado español, pero parece un poco contradictorio ya que es un país que
vulnera constantemente los derechos humanos. Y me refiero también a la
venta de armamento, porque no se trata tanto de quién es la
responsabilidad, sino de que el Estado español tuviera un poco más en
cuenta que si se venden armas a Arabia Saudí es posible que estas armas
se acaben utilizando en el conflicto con el Yemen y que, por extensión,
esto tendrá efectos en la población civil.

Me acaban de hacer llegar por wasap noticias sobre un posible
conflicto laboral en el consulado de Sidney, con una huelga
indefinida.

Para terminar, quiero plantear dos cuestiones. La primera, cuando
el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana presentó los vetos a la
totalidad a las diferentes secciones, en concreto al Ministerio de
Asuntos Exteriores y de Cooperación, yo hice hincapié en los
aproximadamente 3 millones de euros de la Dirección General de Asuntos
Consulares en el Exterior, y concretamente en la dotación del programa de
Protección de españoles en el extranjero, asistencia social, evacuación,
hospitalización y repatriaciones, con 2,3 millones de euros. Quizá este
sea un tema más presupuestario, pero nos parecen escasos.

Y acabo ya con una pregunta de índole más política. Me gustaría
saber su parecer acerca de los comentarios del exministro Margallo acerca
de la acción exterior española para hacer frente al procés en Cataluña,
con la siguiente reflexión: Incluso el Estado español tiene límites en lo
que se refiere al Estado de derecho.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.

Le corresponde el turno a la senadora Villanueva.

La señora VILLANUEVA RUIZ: Muchas gracias, presidente.

Muchas gracias, señor secretario de Estado. Quiero agradecerle la
comparecencia de hoy y su voluntad expresada de venir tantas veces como
sea necesario, porque es verdad que con cinco minutos no da para
mucho.

Yo he echado de menos en su respuesta algunas preguntas que le
hacíamos, como si íbamos a cumplir los compromisos adquiridos en
refugiados o no; en qué estamos de acuerdo con la política de Estados
Unidos, más allá de que se haya dicho que estamos en desacuerdo con
cambio climático y su política comercial; si vamos a meter la cláusula de
salvaguarda de derechos humanos en el plan de África o cómo el ministro
Dastis había hecho la defensa de los derechos humanos en Arabia Saudí y
qué acciones se habían emprendido al respecto.

Y simplemente quiero añadir hoy que creo que los futuros pasos de
España en el mundo deben escapar de lo que representa una diplomacia
antigua y caduca. Actualmente hay 2 modelos en liza, y lo digo
sinceramente: una diplomacia a la que hemos visto muchas veces cambiar
derechos por intereses comerciales y que se mueve en el terreno de unas
minorías y en el terreno de la guerra, y otra diplomacia y política
exterior que de verdad se lo crea y tome los derechos humanos como
bandera.

Se ha dicho que ahora somos candidatos a la Presidencia del Consejo
de Derechos Humanos, y a la vez seguimos siendo el país con más fosas
comunes todavía sin abrir; es decir, que internamente hay mucho que
avanzar en nuestro país.

Simplemente me queda decirle que en todo lo que sea diplomacia y
política exterior en la defensa de los derechos humanos, transparente y
comprometida con los valores universales de estos derechos y en trabajar
por fortalecer las alianzas de paz, igualdad y, por supuesto, cómo no, de
la soberanía nacional, siempre nos encontraremos.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora.

Tiene la palabra el senador Lucas.

El señor LUCAS PARRÓN: Muchas gracias.

Algunas preguntas sí se quedaron sin contestar, varias cuestiones.
La primera de ellas hacía referencia al Plan nacional de reasentamiento
en relación con la crisis de refugiados. El ministro
—reitero— se comprometió en esta comisión a que en septiembre
se cumplirían los compromisos adquiridos en octubre de 2015: 17 337
refugiados; a fecha de hoy sigue habiendo poco más de 1000. No ha hecho
referencia a los compromisos de octubre, al compromiso de enero por parte
del ministro y no ha hecho referencia a este Plan nacional de
reasentamiento que preveía corregir la situación que se había estado
dando en relación con los refugiados.

Yo decía que ante previsiones de candidaturas como la del Consejo
de Derechos Humanos para el período 2018-2020, que ojalá se consiga, es
muy importante que España cumpla con sus compromisos internacionales y
con los compromisos de derechos humanos que ha adquirido y que en estos
momentos está incumpliendo sistemáticamente.

La segunda cuestión que le planteaba, que no ha sido contestada
tampoco, era reiterar el conflicto de los trabajadores de las embajadas.
Sé que ha habido embajadas, como la de Argentina y la de Australia, que
han tenido bastantes problemas; incluso que hay problemas como para
convocar una huelga general en las embajadas españolas por la pérdida de
poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores de esas embajadas o
incluso porque muchos de ellos, habiendo aumentado mucho la carestía de
la vida en esos países receptores, no tienen recursos suficientes para
afrontar con normalidad su estancia allí, cuando los salarios llevan
congelados desde 2009. Se prevé una huelga y eso no ha sido abordado en
la contestación del secretario de Estado.

Nos parece muy importante la defensa de la igualdad en el mundo,
los derechos humanos pero haciendo especial hincapié en la igualad, y
también nos lo parecen los derechos LGTBI. Estamos en el World Pride y
hay que hacerlo porque son muchos países los que aún persiguen a
muchísimos seres humanos por la diversidad sexual. Incluso, nosotros
planteábamos en la comparecencia aquí del ministro de Asuntos Exteriores
la creación de una unidad de igualdad en ese ministerio para corregir,
como antes ha comentado la compañera, la situación y que hubiera más
presencia de mujeres en los consulados y en las embajadas, que en estos
momentos tienen una presencia muy reducida.

Sí me gustaría saber también si ha habido algún contacto por parte
de Estados Unidos hacia España para que se incrementen las aportaciones
en el Tratado del Atlántico Norte, los gastos en defensa, porque han sido
constantes y reiterados los comentarios en este sentido en diferentes
ámbitos públicos y en medios de comunicación.

Y aunque son muchos temas los que se querían tratar, quiero
terminar con el Sáhara Occidental. No sé si tendremos responsabilidad
jurídica o no, pero histórica, social, cultural y política las tenemos
todas. Es verdad que las resoluciones de las Naciones Unidas dicen lo que
dicen, pero no se avanza. Al contrario, yo he estado presente en esos
campamentos y se retrocede mucho en la calidad de vida de las personas,
en los derechos humanos y en las condiciones paupérrimas en las que viven
en medio del desierto y con la única esperanza de saber que no se va a
cumplir ninguno de los tratados y acuerdos que se han alcanzado en
Naciones Unidas. Por lo tanto, creo que habría que pasar a una fase
siguiente e intentar ver —respetando, por supuesto, la colaboración
con Marruecos— de qué manera se cumplen esos compromisos de
Naciones Unidas, porque de lo contrario ese pueblo está abocado a
malvivir en el desierto en unas condiciones muy lamentables.

Le traslado nuestro agradecimiento por estar aquí, la colaboración
del Grupo Socialista y también la exigencia permanente de que España no
solamente sea, como ha sido en la anterior legislatura, un país cuya
representación la ostentaban casi las empresas españolas, sino que
tengamos una presencia diplomática mucho más activa, porque el cuerpo
diplomático es excelente, una presencia mucho más constructiva y sobre
todo centrada en la defensa de los derechos humanos, que debe ser el eje
en el que deben pivotar todas las acciones políticas exteriores del
Gobierno de España.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Lucas.

Le corresponde el uso de la palabra al portavoz del Grupo
Popular.

El señor ARAGONÉS MENDIGUCHÍA: Le agradezco que haya respondido a
las anteriores preguntas.

En vista de su énfasis en la importancia del nombramiento de la
diplomática, de la señora Menéndez, en sus funciones futuras, sí le pido
sus buenos oficios para que, aunque sé que no es una autoridad sometida a
ningún control de esta comisión porque es autoridad internacional,
pudiera comparecer en esta Cámara. Por la sola razón de lo que decía
antes: porque el puesto es importante —como ha dicho usted— y
por socializar muchas de las perspectivas en multinacional, en este caso
de gestión y prevención de conflictos, que no están presentes en la
actividad ordinaria de esta Cámara, como, por otra parte, cabe pensar que
es lógico.

Supongo que tampoco hay mucho que añadir y que además lo formulé
confusamente, pero me refería a que la UPM, Unión por el Mediterráneo, de
Barcelona —otra vez Barcelona, antes con la Agencia Europea del
Medicamento— tuviera una configuración similar a la Asociación
Oriental, de la vecindad, que no la tiene aún. No sé si hay algún tipo de
esfuerzo que se pueda hacer por parte del ministerio en este sentido. El
grupo de la mayoría no se dedica a acusar al Gobierno, pero sí le pide
información, siempre que sea posible.

Y le formulo 2 cuestiones más respecto a eso de que los grupos
parlamentarios servimos a veces en estas tareas paralelas de diplomacia y
también de amparo del departamento correspondiente en el Gobierno. ¿Para
cuándo esa dirección general de África y para cuándo, como decían otros
colegas, el plan de derechos humanos y empresas, que creo que sí es
valioso? No creo que nuestra posición sufra mucho ni siquiera en la
cuestión de la acogida de refugiados, porque ni Francia ni Australia
—sobre todo Australia— se distinguen internacionalmente por
ser países muy abiertos a los refugiados en estos momentos y
tradicionalmente.

En cuanto a las denuncias de torturas, solo quiero añadir que son
denuncias de denuncias de torturas por miembros, en muchos casos
declarados y probados, de la organización terrorista ETA. Por tanto,
andemos con cuidado. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace bien en
fallar en contra de la jurisprudencia de distintas instancias oficiales,
incluido el Constitucional español —ese es el libre juego de un
espacio de seguridad jurídica—, pero la precisión es que este
comportamiento no es único ni reciente, sino que, a tenor de las
denuncias, es un comportamiento sistemático.

Por tanto, seguro que hay algo pendiente de averiguar, pero también
que la demanda, aunque fuera justa, no es desinteresada.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Aragonés.

Señor secretario de Estado, tiene usted la palabra.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Castro López):
Muchas gracias, señor presidente.

Primero quiero darle las gracias, señoría, por su comentario sobre
el cuerpo diplomático; estoy de acuerdo y se lo agradezco, porque yo
pienso también que los profesionales españoles somos bastante buenos,
somos gente seria, se lo digo de verdad; igual que muchos funcionarios de
fuera del cuerpo diplomático, que hacen también una labor magnífica.
Porque en política exterior hay muchos funcionarios de otros ministerios
—de Economía, de Comercio, de Empleo, etcétera— y en otras
muchas partes de la Administración, que llevan a cabo su trabajo con gran
dedicación. Por tanto, gracias de nuevo por su comentario.

El Plan de derechos humanos y empresas. Están retocándose los
últimos flecos. Sé que la Administración está trabajando para presentarlo
pronto, pero, de momento, no le puedo dar una fecha. No puedo ser más
concreto que eso, lo siento.

La responsabilidad en El Sáhara Occidental. Yo le hablo de la
responsabilidad jurídica, de que la responsabilidad jurídica tiene que
quedar clara; las otras responsabilidades cada uno las mide como estime
oportuno, evidentemente. Creo que esa responsabilidad histórica que puede
haber, cultural, por afinidad, se manifiesta de muchas maneras. La
sociedad española, por ejemplo, con el programa Vacaciones en Paz muestra
su opinión. Esa responsabilidad a la que usted hace referencia se
canaliza a través de programas como éste, que, además, son demandados por
la ciudadanía española.

Todas las cuestiones que me han referido sobre los refugiados. Si
no les importa, yo me remito —como dijo el senador del Partido
Nacionalista Vasco—, si no me equivoco, a la comparecencia que hubo
ayer en comisión del secretario de Estado para la Unión Europea para
informar sobre el Consejo Europeo, que duró cuatro horas, donde trató el
tema en profundidad.

¿Y las cifras? Pues las cifras son las cifras. A fecha 12 de junio,
España ha acogido a un total de 1304 refugiados —886 reubicados
y 418 reasentados—. La disposición y la voluntad política de
aceptar más refugiados y de cumplir con nuestros compromisos está ahí,
pero hay unos mecanismos que llevan su tiempo; todos los países de la
Unión Europea no están cumpliendo sus compromisos, por tanto, es un
problema básicamente general. Esto realmente es así.

Me han hecho un comentario sobre la UpM. La UpM es una organización
muy activa que siempre hemos apoyado, que ha ido dando pasos concretos,
dedicándose a proyectos concretos, y que tiene sus limitaciones pero
también su valor añadido. No sé si será el único pero sí es uno de los
pocos sitios donde se sientan israelitas y palestinos.

En cuanto a los trabajadores —me había olvidado
comentarlo— realmente no le puedo dar gran información porque no es
mi competencia sino de la subsecretaría, pero reconozco que es un
problema que hay que resolver porque se trata de reivindicaciones, como
las de cualquier trabajador, que hay que estudiar, analizar y comprender.
He estado destinado en muchos países en el extranjero y soy consciente de
que estos desajustes a veces se producen. Pero, repito, el subsecretario
les podría dar más información.

Yo soy muy amigo del ex ministro Margallo y como soy muy amigo, no
voy a hablar de sus comentarios, además, es que no entra en mis
competencias como secretario de Estado de Asuntos Exteriores.

Respecto a si el Plan África va a incluir derechos humanos, les
diré que, evidentemente, estarán incluidos.

Si Estados Unidos ha hecho gestiones por el tema del 2 %. Creo que
ha hecho más que gestiones, las ha realizado públicamente. El compromiso
al que se llegó en la última cumbre en Cardiff, en septiembre de 2014,
tiene tres elementos: uno, cortar las reducciones de lo que se denomina
gasto en defensa. Personalmente me gusta mucho más hablar de inversión en
defensa. La defensa, la seguridad, es extremadamente importante y, como
tal, hay que invertir, es inversión. Cuando se habla de cooperación al
desarrollo no me gusta hablar de gasto sino de inversión porque parece
que ese gasto —quizá sea una interpretación personal— es un
gasto corriente, pero no es así. Esto tiene una vocación de futuro, es
mucho más una inversión que un gasto. Ya le digo, los tres elementos son:
uno, parar la reducción; el segundo es incrementar los presupuestos a
medida que aumenta el PIB de los Estados miembros; y el tercer elemento
—creo citar literalmente—, apuntar a alcanzar la orientación
del 2 % en el año 2024. Eso está ahí. Es una demanda de Estados Unidos.
España se ha comprometido a algo, y cuando España se compromete a algo,
cumple sus compromisos; evidentemente, los ritmos hay que verlos.

Creo que lo mencioné antes referido a cuestiones de defensa,
señorías: importa mucho la voluntad política; es decir, está muy bien
tener unas Fuerzas Armadas en las que inviertes mucho dinero, pero si no
las utilizas —me refiero a si no participas en una misión europea
de entrenamiento, a si no estás en el Líbano, a si no estás en
Afganistán, etcétera—, esto también influye y hay que contarlo como
esfuerzo en seguridad.

Hay algunos países que entienden la seguridad de forma clásica
—inversión en tanques, en aviones—. La seguridad tiene muchos
aspectos, es mucho más compleja que el material puramente militar. Hace
unos años, según las encuestas del CIS, la principal preocupación de los
españoles era el empleo, hoy la seguridad está en un puesto más alto. Por
tanto, es una necesidad que España invierta más en seguridad porque nos
estamos jugando el bien más preciado, la seguridad de nuestros
ciudadanos, y creo que, en el fondo, la primera obligación de un Estado
es proteger la seguridad de sus ciudadanos.

Alguno de ustedes ha dicho, cuando se ha referido a Siria, que
estábamos como espectadores. Hombre, yo acepto lo de espectador si la
alternativa es participante. La Unión Europea ha hecho lo que ha hecho, a
veces funciona con menos rapidez que los estados. Nosotros participamos
en la Coalición contra el Daesh, con presencia en labores de
entrenamiento en Irak, no tenemos, como saben, actividad en Siria; hay un
proceso abierto, el proceso Astaná, que apoyamos aunque está subordinado
al proceso de Ginebra, y tendemos a apoyar la solución diplomática.

En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hemos hecho
hincapié en los aspectos humanitarios en Siria. De hecho, un par de
soluciones que se acordaron en 2016 tuvieron nuestra impronta. Una de
ellas, muy importante, es una resolución, cuyo número no recuerdo, sobre
la protección de los trabajadores y las facilidades hospitalarias en
conflictos; es muy importante porque son demasiados miles de muertos y
millones de afectados y de desplazados, y alguna vez tendría que
entrarnos a todos el sentido común para intentar solucionar esa
cuestión.

En cuanto al organigrama de la Dirección General Económica con
África le diré que espero que esté pronto. Esta es una cuestión que se
debate, como siempre, con el Ministerio de Hacienda, pero el Ministerio
de Hacienda, como ustedes comprenderán, hasta ahora ha estado bastante
ocupado en otra cuestión que creo que se llama Presupuestos Generales del
Estado. Espero que en el mes de julio esté el nuevo organigrama, que no
solo incluye la idea de la dirección general de África, sino también
incrementar alguna otra dirección general más en cooperación al
desarrollo y en la Unión Europea. Todo el apoyo que ustedes nos puedan
dar para hacer pronto ese nuevo organigrama se lo agradecería.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, secretario de Estado. Le
agradecemos estas dos horas y cuarto de comparecencia.