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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 29, de 30/03/2017
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES


COMISIONES MIXTAS


Año 2017 XII LEGISLATURA Núm. 29

PARA LA UNIÓN EUROPEA

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MARÍA SORAYA RODRÍGUEZ RAMOS

Sesión núm. 11

celebrada el jueves

30 de marzo de 2017

en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia:


- Del señor vicepresidente primero de la Comisión Europea (Timmermans), para tratar asuntos relativos a su competencia. Por acuerdo de la Comisión Mixta para la Unión Europea. (Número de expediente del Congreso de los Diputados 219/000364
y número de expediente del Senado 713/000143) ... (Página2)


Debate sobre control de subsidiariedad de iniciativas legislativas de la Unión Europea:


- Propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la lucha contra el blanqueo de capitales mediante el derecho penal [COM (2016) 826 final] [2016/0414 (COD)]. (Número de expediente del Congreso de los Diputados 282/000052
y número de expediente del Senado 574/000050) ... (Página16)


- Propuesta de reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre el respeto de la vida privada y la protección de los datos personales en el sector de las comunicaciones electrónicas y por el que se deroga la Directiva 2002/58/CE
(reglamento sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas) (texto pertinente a efectos del EEE) [COM (2017) 10 final] [2017/0003 (COD)] [SWD (2017) 3 final] [SWD (2017) 4 final] [SWD (2017) 5 final] [SWD (2017) 6 final]. (Número de
expediente del Congreso de los Diputados 282/000055 y número de expediente del Senado 574/000053) ... (Página17)



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Se abre la sesión a las cuatro y quince minutos de la tarde.


COMPARECENCIA:


- DEL SEÑOR VICEPRESIDENTE PRIMERO DE LA COMISIÓN EUROPEA (TIMMERMANS), PARA TRATAR ASUNTOS RELATIVOS A SU COMPETENCIA. POR ACUERDO DE LA COMISIÓN MIXTA PARA LA UNIÓN EUROPEA. (Número de expediente del Congreso de los Diputados 219/000364
y número de expediente del Senado 713/000143).


La señora PRESIDENTA: Buenas tardes, señorías. En primer lugar, en nombre de la Comisión quiero agradecer al señor comisario su presencia y que haya encontrado tiempo, en su ajetreada y ocupada agenda en España, para tener este encuentro o
intercambio de opiniones con los miembros de la Comisión Mixta, Congreso y Senado, para la Unión Europea. Muchísimas gracias por estar hoy aquí con nosotros. Estimados colegas, vamos a celebrar, por tanto, la comparecencia del vicepresidente
primero de la Comisión Europea, don Frans Timmermans, para tratar asuntos relativos a su competencia.


Tiene la palabra el señor comisario.


El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO DE LA COMISIÓN EUROPEA (Timmermans): Muchas gracias, señora presidenta.


Lamento mucho que mi español no sea lo suficientemente bueno como para que les pueda hablar en su idioma. El problema de hablar una lengua pero un poquito nada más es que, en vez de decir lo que uno quiere decir, uno empieza a decir lo que
puede decir, y eso quizás puede no ser lo mismo. Quiero evitar cualquier tipo de error, y lo lamento mucho pero tendré que dirigirme a ustedes en inglés. Muchísimas gracias por recibirme en esta Comisión Mixta para la Unión Europea.


Cuando viajo a un Estado miembro es para mí un deber ir al Parlamento, ¿por qué? Porque estoy convencido de que una de las principales soluciones de nuestro problema de déficit democrático es incrementar el papel y la participación de los
Parlamentos nacionales en la toma de decisiones a nivel europeo. He luchado por esto apasionadamente toda mi vida, sobre todo mientras fui miembro del Parlamento de mi país. Sé que uno está donde está y que cuando deja el Parlamento tiene otras
prioridades, pero sigo creyendo fervientemente en que esto es uno de los principales puntos de nuestra agenda. Lo he comentado hace unos minutos con la presidenta de su Parlamento, que coincide conmigo y, además, me ha pedido que vuelva en el
futuro para hablar de estos temas.


Por supuesto, en un día como hoy todos estamos muy preocupados con cuestiones como el brexit y los debates en torno al mismo. Ayer recibimos la carta de la presidenta May en la que el Reino Unido solicita que el procedimiento de salida se
ponga en marcha. Vamos a ver qué ocurre ahora, los veintisiete Estados miembros que quedan van a leer esta carta, y se reunirán en el Consejo en Bruselas para establecer también unas directrices de cara a las negociaciones. La Comisión Europea
iniciará las negociaciones en nombre de la Unión Europea y sus veintisiete miembros. Queremos hacerlo de una manera que refleje claramente los intereses de los Veintisiete. Voy a decirles algunas cosas al respecto desde mi perspectiva: lo vamos
hacer por nuestros ciudadanos de manera que, en primer lugar, debemos mirar por sus intereses vivan donde vivan; sea cual sea su nacionalidad son ciudadanos europeos y son sus intereses los que defendemos. En segundo lugar, debemos asegurarnos de
que en este divorcio haya acuerdos justos, de manera que cada uno se responsabilice de los acuerdos que previamente había contraído. Esto no significa castigar a nadie, no es una visión punitiva, simplemente es lo que hay que hacer de acuerdo con
una ética; uno establece un acuerdo, luego se separa pero los acuerdos que se habían contraído hay que respetarlos. En tercer lugar hay otra cuestión que va llevar a negociaciones y debates difíciles, y es qué vamos hacer con las fronteras. Y
aquí hay una cuestión muy específica que va a ser difícil de manejar, que es la situación de Irlanda del Norte y la frontera que separa la República de Irlanda. Creo que nuestra actitud en todo ello debe ser la de hacer el menor daño posible, y esa
va a ser la mejor manera de servir y ser útiles a los ciudadanos de Europa. También estoy convencido de que los veintisiete Estados miembros deben estar unidos en todo esto. Todos sabemos que el brexit no afectará a todos los Estados miembros de
la misma manera, algunos se verán más afectados que otros -ya he hablado del caso de Irlanda-, y la única manera en la que podemos negociar en nombre de los Veintisiete es que todos nosotros reconozcamos nuestra posición en la forma en que
negociamos. Lo digo en este Parlamento porque presupongo que ustedes también a veces tienen posiciones diferentes a la del Gobierno y negocian. Ayer don Alfonso Dastis hizo una declaración en nombre del Gobierno. El Gobierno



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y ustedes pueden tener posiciones distintas, la Comisión y el Gobierno español a veces también tenemos posiciones distintas. Esto es lo que quería decir acerca del brexit, y si ustedes tienen cualquier duda o pregunta al respecto estaré
encantado de responderles.


Hace dos años yo era bastante pesimista respecto al futuro porque pensaba que las personas no veían que esta Unión Europea podría desmembrarse. Esto me sucedió hace dos años por primera vez y llevo trabajando a favor de Europa durante toda
mi vida profesional, desde el mismo día en que dejé el Ejército y me convertí en diplomático en 1987 -Dios mío, son treinta años, me acabo de dar cuenta-, y en estos treinta años sin duda han pasado muchas cosas, algunas son milagrosas. Quizás
ustedes no lo puedan ver porque España sale ahora mismo de esta crisis tan terrible, pero si nosotros nos pudiéramos teletransportar a un punto hace treinta años y observáramos lo que era España para después volver al presente -no estoy diciendo que
esto lo haya conseguido la Comisión Europea, ha sido el pueblo español-, nos daríamos cuenta de que ha sido una historia de éxito claramente. Si fuéramos ahora a Europa del Este -yo como soldado fui entrenado para luchar contra los países del Este
en Europa y tengo importantes recuerdos de qué aspecto tenían en 1990 y en toda esa década- veríamos que el cambio ha sido extraordinario. Lo que realmente supone hoy un reto es el peligro moral y político, el hecho de que los países ya no confían
unos en otros, parece que el otro país está pensando únicamente en su propio interés sin tener en cuenta a los demás. Mirarnos unos a otros con estos estereotipos, con estos tópicos en mente, nos está matando. Si contemplamos Europa desde una
perspectiva global no hay Estados grandes, hay dos tipos de Estados: Estados miembros pequeños y otros que no saben todavía que son pequeños. En este mundo que cambia a una velocidad tan acelerada vamos a ser muchísimo más fuertes si estamos
juntos. Nuestras diferencias son tan nimias comparadas con las diferencias que tenemos frente a otros lugares, que verdaderamente deberíamos superar nuestras diferencias internas. El brexit es un episodio que me parece muy triste, a mí me ha
entristecido mucho, pero al mismo tiempo debería despertarnos en el sentido de que hay que estar unidos, porque el mundo está cambiando de una forma tan vertiginosa que hay muchas personas que tienen la sensación de que se les va a dejar atrás, de
que el futuro es sombrío y van a estar mucho peor que hoy. Tenemos que hacer algo al respecto para que las personas recuperen el optimismo. En cambio, la opción de dejar Europa y convertirse al populismo no nos va a salvar, no va a hacer nada
bueno por nosotros. Por eso soy un europeísta convencido.


Creo que tenemos que utilizar el libro blanco para un debate pleno sobre el presente y futuro de Europa. El libro blanco es un intento de la Comisión de invitar a los Estados miembros a debatir el futuro de nuestro proyecto europeo común;
en qué dirección debemos ir, qué debemos dejar atrás, qué debemos cambiar e introducir en este barco. Y espero que ustedes también aprovechen esta oportunidad en el Parlamento Europeo y debatan. No sé si ustedes se van a basar o no en el libro
blanco o en otras directivas, ustedes elijan y lleven esta elección a la mesa de negociaciones en Europa para convencer a otros miembros. Creo que esa es la manera en que habría que trabajar. Y ahora estoy encantado de recibir cualquier pregunta o
comentario sobre cualquier asunto que les parezca bien.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias por su intervención.


Pasamos ahora a las intervenciones de los portavoces de los grupos políticos, por un tiempo de cinco minutos. En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Mixto tiene la palabra el señor Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias.


Buenas tardes, me sumo, señora presidenta, a sus palabras de bienvenida con mi agradecimiento por la oportunidad de escuchar de primera mano en este momento histórico, tras la activación ayer de la salida del Reino Unido, el testimonio de un
cargo tan relevante y, sobre todo, de uno de los europeístas más tenaces tal y como acredita su trayectoria política de treinta años en la Unión Europea.


Señor vicepresidente primero, a finales de febrero de 2015, hace poco más de dos años, ya estuvo usted aquí mismo para informar sobre el programa de la Comisión Europea. En su anterior visita a las Cortes se habló mucho de la integración
europea, hoy por el contrario se habla de amenazas y de riesgo de desintegración. En aquel entonces usted puso énfasis en la necesidad de trabajar con los Parlamentos nacionales en la preparación de la legislación comunitaria, y apelaba a
fortalecer un puente entre los ciudadanos europeos y las instituciones. Le pregunto si este propósito se está cumpliendo, sobre todo cuando tenemos tan recientes las lamentables declaraciones del presidente del Eurogrupo, el señor Dijsselbloem,
descalificando a los países del sur. Aunque el pasado sábado celebramos los sesenta años del Tratado de Roma, el europeísmo sufre achaques y magulladuras que son peores aún si encima las



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atizan con frases irresponsables. Por cierto, me alegró mucho leer que no se anduvo usted con rodeos o titubeos para reprocharlas, le felicito.


Señor Timmermans, su experiencia le acredita como un profundo conocedor de los entresijos de la Unión Europea, de sus instituciones y procedimientos de funcionamiento. Usted conoce a la perfección los principios inspiradores de la Unión
Europea para impulsar políticas económicas, sociales y territoriales, orientadas a la consecución de los objetivos de convergencia y de cohesión que tienen su base en la solidaridad. Recalco lo de la solidaridad porque para mí, que aquí en las
Cortes Generales de España soy uno de los representantes de Asturias, una comunidad en acusado proceso de decadencia, la clave de la Unión Europea y de nuestra Constitución española es precisamente esa, la solidaridad; o sea, que los que más tienen
repartan entre los que tienen menos y lo necesitan. Mi tierra va peor porque en España los criterios europeos de convergencia, cohesión y solidaridad no se están aplicando. Llevo a todas partes este interesantísimo documento recientemente
difundido por la Comisión Europea. (Muestra un documento). Se trata del Índice de competitividad de las regiones, elaborado cada tres años tras analizar y comparar una diversidad de factores que permiten establecer rangos entre las 263 regiones
europeas. Asturias en materia de infraestructuras está en la cola de Europa, puesto 222 de 263, con una nota de 9,10 sobre 100; si, han oído bien, 9,10 sobre 100. Sepa usted, señor vicepresidente -y ya se lo hace saber también a la comisaria de
Transportes, la señora Bulc-, que el Gobierno español quiere sustraernos la alta velocidad ferroviaria en los túneles de Pajares, en los que ya se han invertido más de 3.000 millones de euros; para Asturias ni competitividad ni solidaridad ni
convergencia europea.


Por otra parte, en el mapa producto de este indicador oficial de la Comisión Europea se aprecia claramente que hay como mínimo dos Europas: por un lado, la de las regiones que entre otros aspectos tienen buenos niveles macroeconómicos, de
infraestructuras, de salud, de educación tanto básica como especializada, de eficiencia en los mercados y de innovación. Por otro lado, las demás regiones europeas que están peor o mucho peor. (Muestra un gráfico). Los colores permiten
distinguirlo con detalle, una parte de las regiones europeas están respecto a este índice de la mitad hacia abajo, o sea, en el bloque menos competitivo. Y esa es una realidad que compartimos con Italia, Portugal y los países miembros del Este
europeo como Polonia, los peores son Grecia y Rumania. Pero lo más relevante es que si cotejamos este índice con el que se elaboró hace tres años, queda en evidencia que lejos de cerrarse la brecha entre regiones europeas se ha profundizado; los
que iban mejor se han mantenido o han mejorado, y los que estaban mal han ido a peor, lo que como mínimo refleja que los mecanismos de solidaridad europeos hay que afinarlos porque, de lo contrario, la identidad europea va a sufrir muchos varapalos.
Indudablemente, si el bienestar de los europeos pasa por el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo, hay regiones que tienen perfecto derecho a sentirse preocupadas por lo que se ha denominado la Europa de dos velocidades, porque
para las que están detrás significa que no tendrán expectativas de salir de la segunda o tercera división. Y eso sería malo para una parte sustancial de los 500 millones de europeos y, por tanto, para la Unión Europea en la que todos creemos.


En todo caso, señor vicepresidente, le deseo a usted y a toda la Comisión Europea los mejores éxitos en los próximos años.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Martínez Oblanca.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra don Aitor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Muchas gracias, señora presidenta.


Muchas gracias, señor Timmermans, por su presencia y por sus palabras. Ha hablado usted de Europa en términos optimistas y yo lo saludo porque también soy optimista. Le habla el representante de un partido nacionalista, pero un partido
nacionalista muy europeísta y que está dispuesto a llegar al final en ese proceso de unión. Creemos que es el futuro de todos nosotros. Yo sí creo que esta situación, que no esperábamos hace muy poco tiempo, debe ser un acicate y una auténtica
oportunidad para Europa en todos los sentidos. Me ha gustado oírle decir que es importante el papel de los Parlamentos en la toma de decisiones y, sobre todo, para recibir el input ciudadano. Ahí cada Parlamento tiene un rol y unas competencias
que asume y debería llegar su voz en todos los niveles. Creo que ahora tenemos unas estructuras que están bien para ese proceso de elaboración y transposición de las directivas y para que las voces parlamentarias lleguen, pero sería bueno
desarrollarlo más. De todas maneras, ante esta nueva situación me gustaría saber si cree que la Declaración de Roma del fin de semana pasado constituye un verdadero impulso para una mayor y más integrada Europa, cómo podemos conseguir que tenga



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repercusión en un corto plazo. Por otra parte, uno de los ámbitos en los que hasta ahora el Reino Unido suponía un lastre ha sido el capítulo de defensa y seguridad. Quizás es uno de los capítulos que exige una mayor integración con más
urgencia, pero ¿en qué otros aspectos en los que exista un núcleo, al menos en parte de los Estados miembros, sugiere usted que se podría avanzar? En este proceso y ante esta situación, qué esfuerzo les pide a los Estados miembros, cómo podemos
mejorar la imagen de la Unión Europea ante los ciudadanos europeos, y cómo hacer que vuelvan a confiar en la Unión Europea.


La declaración del brexit del Gobierno británico de ayer me sorprendió, yo quiero entender que no querían decir que ponían en la mesa de la negociación como un instrumento a utilizar el asunto de la seguridad, creo que sería muy grave. En
ese sentido no solo atañe a Europa, Europa como unidad debe conseguir desempeñar un papel cada vez mayor pero, utilizando una frase que ya está un poco pasada de moda y que todavía tiene su valor, concierne a todo el mundo libre, es una
responsabilidad de todos. Por tanto, sinceramente me sorprendió. Desde su punto de vista, el conjunto de los países que quedan dentro de la Unión Europea ¿cómo debe afrontar ese tema en las discusiones con el Reino Unido?


Por otra parte, voy a hacerle un comentario sin esperar una respuesta porque tampoco le quiero poner en un compromiso. Simplemente creo que es mi obligación decirlo porque es algo que pienso, pero ni le estoy pidiendo una respuesta ni le
quiero poner en un compromiso porque, además, estamos en el Parlamento que estamos. Pero creo que usted ha dicho antes algo muy importante que hablaba de Irlanda del Norte y decía no importa la nacionalidad que tengan nuestros ciudadanos, pero son
ciudadanos europeos y les debemos una respuesta. Hay procesos en marcha que pueden acabar de una u otra manera, está el tema escocés. No sé la respuesta que va a dar ahora el Parlamento británico a Holyrood en cuanto a su segunda petición de un
referéndum. No sé cómo van a desarrollarse los asuntos en Cataluña, etcétera. Simplemente, esto lo hago como reflexión. Insisto, no espero que me dé una respuesta. Lo hago como reflexión, como parlamentario y como alguien que cree conocer
algunas realidades de naciones dentro de Europa que tienen unas ciertas inquietudes y con serenidad y en un momento más tranquilo Europa va a tener finalmente que pensar en dar una respuesta a una posible, en su caso, ampliación interior. Quiero
decir, al final, la respuesta, en mi opinión, que se puede dar a unos ciudadanos como a los escoceses -voy a hablar de algo que queda un poquito más lejos, a más kilómetros de distancia- que parece que quieren mostrar una voluntad clara de seguir
perteneciendo a Europa y que son ciudadanos europeos de ayer, simplemente te quedas fuera, te quedas a la cola incluso de países que no han sido nada europeístas y que ahora están pidiendo la entrada en la Unión, me parece que es una discriminación
de trato. Lo dejo simplemente ahí, pero quería manifestarle estas reflexiones.


Me gustaría conocer su opinión sobre el ámbito exterior de la Unión Europea. Uno es algo que debería preocuparnos a todos, aunque me parece que en España queda también muy lejos, que es Rusia y la geoestrategia con respecto a Rusia. Voy
acabando, señora presidenta. Me gustaría conocer su opinión sobre los últimos movimientos que se han dado, sobre la importancia de mantener una política común y unida con respecto a Rusia y también en todo esto la importancia que tiene la materia
energética. Por ejemplo, la dependencia que en estos momentos el Este y el Centro de Europa tienen del gas ruso. Creo que ahí Europa debería trabajar más efectivamente, porque además países como España pueden aportar soluciones.


Termino, señora presidenta. Voy simplemente a mencionarlo. Nueva política con respecto a Estados Unidos. Cuál ha sido la diferencia que desde la Comisión se ha notado con respecto a la nueva administración, imagino que del TTIP ya ni se
habla, pero también con respecto a otras materias. Por último, si tiene tiempo y quiere entrar en la cuestión Turquía.


La señora PRESIDENTA: Acabe ya.


El señor ESTEBAN BRAVO: Turquía, simplemente las últimas declaraciones y las tensiones sobre todo con un socio tan importante como es Alemania. Acabo, señora presidenta, pero oiga no tenemos al señor Timmermans todos los días aquí, hay que
aprovechar la ocasión. Lo entiendo, no hace falta que me dé explicaciones.


La señora PRESIDENTA: El problema es que el comisario trae un tiempo limitado y si no controlamos el tiempo de las intervenciones de los portavoces él no tendrá tiempo de responder. Es mejor que responda a algunas cuestiones, aunque no sea
a todas. Tiene la palabra ahora, en nombre de Esquerra Republicana, la señora Castel.



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La señora CASTEL FORT: Gracias, presidenta.


Señor Timmermans, celebro la oportunidad que nos brinda su presencia en esta Cámara y le doy la bienvenida. Sus responsabilidades en materia de Estado de derecho y derechos fundamentales le sitúan en el corazón del debate existencial de
esta Unión Europea que acaba de celebrar sesenta años de sus tratados constitutivos. Porque son estos principios y valores fundacionales los que habría que rescatar hoy para reivindicar la vigencia de la construcción europea y enderezar su rumbo
para reconectar con sus ciudadanos.


El pasado 27 de septiembre de 2015 el pueblo de Cataluña votó mayoritariamente a fuerzas políticas favorables a la independencia de Cataluña. Durante los últimos años más del 80% del pueblo catalán ha manifestado querer resolver este
conflicto político mediante un referéndum acordado con el Gobierno español, como ha sucedido con el Reino Unido y Escocia. De manera que se permita al pueblo de Cataluña decidir su futuro político. Sin embargo, y a pesar de las peticiones
enmarcadas en movilizaciones masivas, pacíficas y repetidas desde hace cinco años, con la participación de más de 2 millones de catalanes, ciudadanos europeos, el Gobierno de España se niega a acordar este referéndum. Ante esta reiterada negativa,
el Gobierno de Cataluña convocó una consulta participativa que no tenía consecuencias jurídicas y cuyo objetivo era dilucidar la voluntad de los catalanes, ciudadanos europeos. Participaron más de 2.300.000 personas, de las cuales más del 80%
votaron a favor de la independencia de Cataluña. La reacción de las instituciones españolas ha sido la suspensión y posterior nulidad de esta consulta democrática, por parte de un Tribunal Constitucional politizado. La exigencia de
responsabilidades penales a miembros del Gobierno catalán y algún miembro de estas Cortes, Francesc Homs, ayer expulsado en el transcurso del Pleno. Miembros elegidos democráticamente, representantes nuestros, que solo cumplían el cometido
electoral por el que fueron elegidos e incluso la exigencia de responsabilidades penales a la Presidencia y a miembros de la Mesa del Parlamento catalán para debatir -repito, debatir- en sede parlamentaria la independencia de Cataluña, violando las
prerrogativas parlamentarias que toda democracia consolidada debería proteger y defender y conculcando los derechos de libertad de opinión, libertad de expresión y derecho a la representación política. El Gobierno español no permite canalizar la
voluntad de la inmensa mayoría de catalanes de decidir democráticamente su futuro político mediante un referéndum acordado y legal. Actuando de manera reiterada, al menos en este asunto, contra los propios principios democráticos establecidos y
aceptados por la Unión Europea.


En julio de 2013, el Parlamento Europeo pidió que se evaluara a los Estados miembros en cuanto a su cumplimiento de los valores fundamentales de la Unión y de los requisitos de democracia y Estado de derecho. La comunicación de la Comisión
al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo titulada Un nuevo marco de la Unión Europea para reforzar el Estado de derecho, responde a estas peticiones para garantizar una protección eficaz y coherente del Estado de derecho. Entre los principios y
normas que se derivan del Estado de derecho se incluyen entre otros, según esta propia comunicación, la prohibición de la arbitrariedad de los poderes ejecutivos, unos tribunales independientes e imparciales y el respeto a los derechos
fundamentales, porque garantizan el cumplimiento y el respeto de la democracia y los derechos humanos. Como establece esta comunicación, el marco se activa cuando las autoridades de un Estado miembro están adoptando medidas que pueden afectar
sistemática y negativamente al funcionamiento de las instituciones y mecanismos que garantizan el Estado de derecho. Para que se active debe afectar al ordenamiento político, institucional o jurídico de un Estado o bien a la separación de poderes o
a la independencia e imparcialidad del Poder Judicial o incluso a su sistema de control judicial incluida la justicia constitucional.


Por todo lo expuesto, señor Timmermans, creo que estará de acuerdo conmigo en que hay suficientes indicios de una amenaza sistémica para el Estado de derecho en España, conculcándose los derechos del pueblo catalán, una minoría nacional.
Desde Esquerra le pedimos que active el marco y que la Comisión recopile y analice la información pertinente, de manera que le permita dirigir recomendaciones concretas al Gobierno español. Los catalanes esperamos que la Unión Europea sea fiel a su
tradición, que ejerza su papel, ese papel transformador, que favorezca el diálogo entre el Estado y Cataluña, que no se esconda tras los Estados miembros y sea el elemento catalizador de ese diálogo neutral, pero constructivo. Cataluña mantiene una
gran vocación europea y un compromiso activo con la Unión Europea. Queremos recuperar la plena soberanía para compartirla con nuestros socios europeos en aquellos ámbitos en que juntos somos más fuertes. Nuestro proyecto no es excluyente, sino
integrador. No es de extremos, sino transversal. No es euroescéptico, sino proeuropeo.



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Para concluir, quiero decirle que estaremos encantados de recibirle en Barcelona, donde por cierto la Comisión Europea tiene una representación. Muchas gracias, presidenta. Muchas gracias, señor Timmermans.


La señora PRESIDENTA: Gracias.


Tiene la palabra ahora por Ciudadanos, el señor Maura Barandiarán.


El señor MAURA BARANDIARÁN: Gracias, señora presidenta.


Quiero unirme a la bienvenida al vicepresidente de la Comisión Europea, señor Timmermans. Quiero empezar coincidiendo con el diagnóstico que él hace sobre la situación de la Unión Europea y la necesidad que tiene la Unión de afrontar este
momento político importantísimo tras el brexit para reforzar la cohesión de la Unión Europea hacia el futuro. La palabra futuro es la palabra que debe presidir todas las actuaciones de la Unión sobre la base de una integración más justa de todos
los países miembros que quedamos. No le voy a plantear ninguna pregunta respecto del brexit sobre el cual ya debatimos ayer en esta Comisión y seguiremos debatiendo en el futuro.


En relación con el white paper me gustaría saber si la Comisión Europea está preparando algunos estudios más desarrollados sobre los cinco escenarios que nos presentaron ustedes en el white paper y, en su caso, cuándo los van a hacer
públicos. Tenemos noticia desde nuestro grupo parlamentario ALDE en el Parlamento Europeo que el white paper ha producido un cierto rechazo en algunos países del Este de Europa. Querría saber si van a añadir ustedes algún nuevo escenario a los
cinco del white paper y si este nuevo escenario va a producirse en relación con el rechazo de algunos países del Este, rechazo que tiene que ver con los escenarios cuatro y cinco del white paper y si es así, si lo van a presentar qué criterio tiene
usted respecto de ello.


Hay un punto importante que se sitúa en la escena política actual europea que es la seguridad común y la OTAN. ¿Qué expectativas tiene la Comisión respecto de la cumbre de la OTAN del próximo 25 de mayo y cómo están ahora las relaciones con
el Ejecutivo, con la Administración Trump, respecto de la OTAN? ¿En este mismo sentido qué pasos está dando hacia la creación de una verdadera política europea de seguridad común en desarrollo de una defensa europea tras la salida del Reino Unido?
Por cierto, que siempre bloqueaba avances en esta área.


Como estamos en el Parlamento español y ya se han producido algunas intervenciones sobre Cataluña, debo decirle, señor Timmermans, que nuestro grupo observa con preocupación desde España la deriva que está tomando el Gobierno de la
Generalitat de Catalunya y su obstinada persecución de apoyos políticos tanto en Europa como en Estados Unidos. ¿Podría usted, que es una voz autorizada de las instituciones europeas, explicarnos las consecuencias de una Cataluña que pretende ser
independiente en lo que se refiere a su situación en la Unión Europea? ¿Podría usted explicarnos si perdería o no esa condición de miembro de la Unión Europea? ¿En lo que se refiere al asunto de la ciudadanía europea, que está asociado a la
permanencia de un país en la Unión Europea de la misma manera, podrían ser considerados los catalanes ciudadanos europeos fuera de España?


Para terminar, señor Timmermans, esta Comisión ha estudiado con mucha preocupación el asunto grave, a veces tremendo, desde el punto de vista humano, de los refugiados. Quería preguntarle: ¿Cuál es la situación respecto a los países que
están pidiendo cortar los fondos europeos a aquellos Estados miembros que no cumplan con las cuotas de refugiados? Una pregunta concreta en relación con lo que hace referencia a España: ¿Está España cumpliendo con su compromiso? Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Maura.


Tiene la palabra ahora por el Grupo Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, el señor Gómez-Reino.


El señor GÓMEZ-REINO VARELA: Muchas gracias, señora presidenta.


Muchas gracias y bienvenido, señor Timmermans. Quiero agradecerle su visita, pero también decirle que es cierto que pensábamos que íbamos a escuchar una intervención breve, pero un poco más detallada sobre asuntos que creemos relevantes y
lo decimos evidentemente con el máximo respeto, pero es cierto que teníamos ganas de escuchar más cosas. Desde nuestro grupo creemos que Europa no se construye sin europeístas y que muchas veces son precisamente aquellos que más golpean la
propuesta y el proyecto de Europa y a la ciudadanía europea los que se quieren arrogar de ese papel y no queremos que sea así. En todo caso, creemos que Europa no se puede construir sin un proyecto y rumbo definido y,



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sobre todo, con propuestas que en muchos casos, bien sea desde la Comisión o desde los Estados miembros van contra la voluntad mayoritaria y en muchos casos contra el día a día y la realidad de las vidas de las personas que construyen Europa
y la Unión Europea. El más claro y no es evidentemente un radical, pero después de la reunión de Roma de hace unos días fue probablemente el papa Francisco, que fue quien dijo que cada organismo que pierde el sentido de su camino, que pierde el
mirar hacia delante, sufre una involución y al final corre directamente el riesgo de morir. Europa está en un momento clave, pero también en un momento de crisis y creo que hay que afrontarlo de esta manera. Nuestra Europa, la Europa en la que
nosotros creemos es la de los derechos humanos, la de los derechos sociales, la de la solidaridad y la de la profundización de la democracia y el bienestar. En ese sentido creemos que últimamente, tanto las instituciones europeas, como decía antes,
como algunos de los Estados miembros no caminan en ese sentido, sino en muchas ocasiones en el contrario.


Tenemos poco tiempo con lo cual le voy a hacer simplemente cinco consideraciones y cinco preguntas concretas sobre temas que nos parecen fundamentales: la democracia; la Europa de los derechos sociales; derechos humanos; el sector
primario, que nos preocupa especialmente, y el papel que piensan que tiene que tener Europa en este mundo tan cambiante. Sobre lo primero, creemos que tanto la emergencia de partidos no populistas, diría directamente xenófobos, de extrema derecha,
y, por otra parte, esta fuerza centrífuga que está llevando a algunos países a abandonar o a bien a cuestionarse su papel dentro de la Unión Europea está directamente relacionado con la enorme desafección de la ciudadanía sobre las instituciones que
entiende como distantes. Además de eso, creemos que también va en este sentido la captura en muchos casos de las políticas europeas por parte de poderosos lobbies y por un tecnocratismo bajo desde nuestro punto de vista muchas veces ciego. Junto a
esto, la falta de decisión directa de la ciudadanía en materias clave evidentemente no ayuda. A este respecto dos preguntas. En primer lugar, ¿cuál cree que debe ser la alternativa institucional que permitiría que la ciudadanía pueda definir el
destino de la Unión Europea? En segundo lugar, ¿creen ustedes que las reformas de la Unión Europea, aquellas que son realmente relevantes, deben de ser votadas en referéndum por los pueblos y la ciudadanía de cada uno de los países europeos?


En cuanto a los derechos sociales, la crisis ha golpeado de una forma brutal a la mayoría de las sociedades europeas y frente a esto en muchos casos la Unión Europea ha decidido el camino de la austeridad, del austericidio que decimos
nosotros, defendiendo intereses en muchos casos de bancos, de acreedores, frente a las necesidades de la mayoría. Las limitaciones del déficit público, de la deuda que impide que los Estados puedan realizar políticas anticíclicas promoviendo el
gasto público para combatir la crisis o practicar la solidaridad, pero también apostar por un desarrollo pensando en las personas. Todo esto evidentemente para nosotros son grandes problemas. En ese sentido, una pregunta. ¿Cree que la Unión
Europea, en contra de lo que han hecho otros países avanzados, debe mantener políticas austericidas que impidan el desarrollo de los países, en especial de los países del sur?


Sigo con el tercer tema, sector primario, como le decía, la Unión Europea ha dedicado históricamente una gran parte de su presupuesto a la política agraria, situándose en este momento el presupuesto en política agrícola común en un 40%. En
el caso español, desde nuestro punto de vista, ha servido para enriquecer a terratenientes y a grandes empresas de la alimentación, en vez de fortalecer y renovar a los pequeños y medianos agricultores. A este respecto, otra pregunta, ¿qué tienen
pensado hacer la Comisión y la Unión Europea para que su política agraria actúe realmente a favor de los pequeños productores del sector primario que debieran de ser protagonistas, junto a calidad alimentaria y medio ambiente, de las políticas
agrarias y pesqueras?


Derechos humanos, y ya voy llegando al final, todos los días mueren alrededor de ocho personas de media en el Mediterráneo, convirtiendo el mar que nos es común con otros países hermanos en una fosa común. La Unión Europea que se está
constituyendo como una Europa fortaleza incapaz de gestionar la situación de los refugiados. Una Unión Europea que se construyó precisamente con refugiados y con emigrantes. ¿Cree que nos podemos permitir la muerte de gente todos los días
queriendo acceder a nuestros territorios? Finalmente, qué opina de las condiciones de vida de los campos de refugiados que nos recuerdan en muchos casos a Lagers, auténticos campos de concentración.


Última pregunta, estamos en tiempos de cambio en el contexto internacional, creemos que desgraciadamente Europa está perdiendo posiciones netamente en lo económico, además en su incapacidad como actor político por no tener un rumbo, como
decíamos inicialmente, además estamos diluyendo nuestro modelo social y nuestra pretendida superioridad moral como espacio de derechos y libertades.



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La señora PRESIDENTA: Perdóneme, tiene que finalizar ya. Haga la pregunta, por favor.


El señor GÓMEZ-REINO VERELA: ¿Cuál cree que va a ser la posición de la Unión Europea respecto a la relación con el Gobierno Trump? ¿Cuál cree que tiene que ser la actuación de la Unión Europea en lo que tiene que ver con Oriente Medio, el
conflicto sirio y otros conflictos?


Y ya acabo. Simplemente, quiero decirle...


La señora PRESIDENTA: Tiene que acabar -lo siento-, porque, si no, el señor comisario no tendrá tiempo de contestar a nada.


El señor GÓMEZ-REINO VARELA: Quiero decirle no solo que sea contundente, sino que le pida al señor Dijsselbloem que dimita.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.


Estoy siendo flexible hasta un minuto más, pero, les pido, por favor, que sean conscientes de que tenemos un tiempo limitado.


Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Pere Joan Pons.


El señor PONS SAMPIETRO: Buenas tardes y muchísimas gracias por estar en esta Comisión. Usted decía que lleva treinta años en esto de Europa. Estaba pensando que nosotros llevamos treinta y un años en la Unión Europea y, pese a todo,
somos un país democrático, moderno y en el que impera la ley. Es una reflexión porque tenemos un debate un poco agitado.


Usted ha sido, efectivamente, muy conciso y yo me he quedado con dos grandes ideas. Parece como si estuviésemos empezando de nuevo, desde el optimismo, desde esa sensación de unidad y haciendo de los ciudadanos el epicentro. Sus palabras
me han hecho enlazar con un artículo de Jacques Delors, Enrico Letta, Pascal Lamy de este fin de semana en el que se habla de que estamos en un momento de confusión pero hay que rebelarse y avanzar. Para ir directamente a las preguntas, en este
artículo se dice que no es necesario reformar los tratados. Usted ha hablado de déficit democrático y considera que hay que reformar los tratados para avanzar. Delors, Letta, Lamy hablan de que no hay que tener miedo a la famosa Europa de diversas
velocidades. No sé si usted se encuentra cómodo con esa afirmación o no.


Esta mañana ha dado usted una conferencia titulada Inventando el camino de Europa -esta tarde tiene otra- y el mensaje de Roma en el fin de semana fue el de que el futuro está en nuestras manos, un mensaje optimista. Ahora que tenemos estos
dos años de brexit, después de las elecciones alemanas y francesas, después de las holandesas, ¿ve usted un periodo de estancamiento por esas negociaciones o ve un periodo compatible con la aceleración del proyecto europeo del que ha hablado?


Usted ha hablado de hacer el menor daño posible. A mí me pareció ayer que la banda sonora de Theresa May era heavy metal. Me pregunto cómo vamos a poder mitigar el dolor que se puede producir y si no van a ser los ciudadanos europeos los
grandes perdedores de este proceso. Me gustaría conocer su opinión.


El día 18 de marzo se cumplió el primer año del Acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. Usted dijo el día 26 de septiembre que, efectivamente, se había conseguido el objetivo primario, que era alejar de los conflictos a las personas que
huían. Quiero preguntarle si usted cree que esa gestión de la crisis ha conseguido generar mayor afección entre la ciudadanía hacia el proyecto europeo, si cree que la gestión de la crisis de los refugiados es un mal presagio para la gestión de lo
que va a pasar con respecto al brexit durante los dos próximos años.


Tiene esta tarde usted una conferencia cerca de aquí. Yo estuve en la última, en que Javier Solana hablaba del déficit de dignidad que sufre una parte importante de la sociedad. Usted ha hablado de déficit democrático. El señor Solana
decía que en muchos países de la Unión ha habido crecimiento económico y que no se entiende cómo ha crecido tanto el populismo, a lo que un periodista le contestaba que el problema es que hay mucha gente que se siente abandonada. Ya que va a estar
esta tarde en ese mismo foro, en un foro que sigue ese debate, le pregunto si usted cree que estos años, esta década perdida se ha entendido en Bruselas y hay una cierta corrección, para que no haya tanta gente que sienta ese déficit de dignidad.
Basta ver el informe de la OCDE de noviembre de 2016, que dice que en España hay crecimiento pero que las políticas de recortes siguen aumentando la brecha de la desigualdad. ¿Cómo hacemos para que la gente no sienta ese déficit de dignidad tan
fuerte?



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Para terminar, quería preguntarle -esta claro que las declaraciones del presidente del Eurogrupo fueron muy desafortunadas- si, de verdad, existe hoy capacidad para entenderse norte y sur. Usted habló en Praga de que la denominación
este-oeste solo tiene carácter geográfico y ya no es una nomenclatura moral. ¿No cree que hoy hay dificultad para entender norte y sur, después de lo que hemos visto, la crisis de Grecia, esa crisis existencial, etcétera? Me gustaría que
contestara a esta cuestión, porque esas declaraciones dan la sensación de que se ha entendido poco acerca de lo que se ha sufrido en estos años.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, también por ajustarse al tiempo, señor Pons.


Para finalizar, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Santa Ana Fernández.


La señora SANTA ANA FERNÁNDEZ: Muchas gracias, señora presidenta.


Señor Timmermans, en primer lugar, quiero agradecer su visita a nuestro país y su comparecencia ante esta Comisión Mixta para la Unión Europea, donde queremos manifestar la importancia de mantener un diálogo fluido entre el Parlamento
nacional y la Comisión Europea.


Quiero decirle, señor Timmermans, que no se puede convocar un referéndum en Cataluña sencillamente porque es ilegal.


Dicho esto, el pasado 25 de marzo asistimos a la conmemoración del 60.º aniversario del Tratado de Roma con unos compromisos muy importantes para el futuro de la Unión Europea, donde, desde luego, todos hemos de trabajar con ahínco, con
esfuerzo y estar más comprometidos que nunca con una Europa segura y protegida, próspera y sostenible, una Europa social y una Europa más fuerte en la escena mundial. Nos encontramos en un momento en que la Unión Europea debe posicionarse y decidir
su futuro. Hace casi un mes recibíamos con satisfacción el libro blanco de la Comisión y quiero decirle que nuestro grupo parlamentario está a favor de más y mejor integración y creemos que solo unidos y poniendo a los ciudadanos como el centro del
proyecto político europeo podremos defender eficazmente nuestros valores y nuestros intereses. Estamos convencidos de que la Unión Europea es el mayor logro histórico de paz, libertad, democracia, seguridad, respeto a los derechos humanos y al
Estado de derecho. Pero, además, la Unión Europea es también un importantísimo poder económico, con niveles de protección social y de bienestar sin precedentes.


Nos encontramos en el momento en el que Europa se enfrenta a sus mayores y más complejos desafíos y tenemos grandes retos por delante: una recuperación económica que aún tiene que aportar beneficios a todos los ciudadanos y llegar a todos
los estratos de nuestra sociedad para poder reducir la desigualdad, con una referencia especial a la creación de empleo, sobre todo, para los jóvenes; unos flujos migratorios que han puesto a prueba nuestras fronteras exteriores y que siguen
constituyendo un reto importantísimo en lo que se refiere a la capacidad de la Unión Europea para aportar más solidaridad; un incremento de los populismos y del sentimiento antieuropeo; una amenaza terrorista, que, obviamente, preocupa también a
los ciudadanos; el reto de la seguridad exterior y del fortalecimiento de la política común de seguridad y defensa -y quiero decirle, señor comisario, que estamos en un momento crucial para la construcción de la defensa europea y también resaltar
que España lidera, junto con Alemania, Francia e Italia, el avance de la seguridad y defensa en Europa-; y, además, el enorme desafío del brexit, acerca del cual ayer el Gobierno británico invocaba el artículo 50 del Tratado de Lisboa para comenzar
con ese proceso de salida. Qué duda cabe de que los ciudadanos europeos buscan respuestas a estos desafíos, buscan protección frente a estas amenazas y buscan sus propias perspectivas, y todo ello constituye el gran reto que tenemos todos los
europeístas, porque a todo esto es a lo que tiene que responder Europa.


Señor comisario, estamos convencidos de que España ha de tener un papel fundamental en la nueva Unión Europea a Veintisiete. En estos momentos estamos a la cabeza de Europa y el Gobierno de España viene trabajando activamente por el
liderazgo de nuestro país en la Unión, algo que además nos corresponde por territorio, por población y por peso económico. Además, España es un país mayoritariamente europeísta, lo que también creemos que supone un valor añadido de cara a nuestros
socios y las instituciones europeas.


Ayer fue un día trascendental para Europa. Es la primera vez que un Estado miembro decide abandonar la Unión y quiero decirle que en el ámbito de esta Comisión Mixta hemos constituido una ponencia para estudiar las consecuencias de la
salida del Reino Unido tanto para nuestro país como para



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la Unión Europea, en su conjunto, y, como usted bien sabe, ayer era inaugurada por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el señor Dastis. Aprovechando hoy su presencia en esta Comisión y tras el día histórico de ayer, me
gustaría plantearle dos preguntas, que además creemos que son absolutamente relevantes. En primer lugar, ¿cuál es su visión de esa Europa a Veintisiete? Me gustaría transmitirle que, a nuestro modo de ver, una de las mayores fortalezas de este
nuevo proyecto europeo tiene que ser la unidad de los Veintisiete. En segundo lugar, ¿cuál es su valoración sobre este proceso de salida del Reino Unido y cómo cree usted que puede ser esa futura relación entre el Reino Unido y la Unión Europea?


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Santa Ana. También le agradezco que haya cumplido con su tiempo.


Tiene la palabra la palabra el señor comisario.


El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO DE LA COMISIÓN EUROPEA (Timmermans): Muchas gracias por todas estas preguntas. Hay algunas provocadoras. Quiero hacerles justicia y voy a contestar de la mejor manera que pueda. Quizás me falte alguna
observación y, si es así, quiero que me lo recuerden.


Voy a empezar con la cuestión que se ha suscitado sobre los prejuicios, los tópicos a partir de las observaciones del señor Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, y el efecto que han tenido estos comentarios, sobre todo, en España, y, por
supuesto, en Portugal, Italia... Durante todo el tiempo que he venido trabajando en estas cuestiones he visto que los prejuicios y los estereotipos han sido siempre una forma de dividirnos, no nos unen. Debido a la crisis que hemos tenido, la
crisis bancaria, seguida por esta tremenda crisis económica, devastadora, también la de la migración, también los problemas con el terrorismo, Europa ha empezado a preguntarse: ¿puedo confiar en que mis vecinos entiendan mis problemas? Esta es una
preocupación que ha surgido en toda Europa. Quizás a veces surge cuando hablamos de migración, de bancos, de sur y norte, pero tengo que decir que no solo ocurre entre Estados miembros, lo vemos también en el seno de nuestras sociedades. Si me
permiten ustedes que insista en esto, creo que el problema es mucho más profundo que solo un problema entre Estados miembros. Por primera vez en dos generaciones, quizás tres, las personas, sobre todo, de las clases medias, están empezando a pensar
que sus hijos no lo van a tener mejor que ellos, sino posiblemente peor. Temen que a sus hijos les vaya peor de lo que nos va hoy, que tengan menor calidad de vida, y temen también que sus hijos no vayan a prosperar en la escala social, sino que
posiblemente bajen. Temen esto y este temor quizás no sea solamente imaginario, puede que sea real, podría pasar; las personas tampoco están totalmente locas, está pasando en toda Europa.


Estamos ante la cuarta Revolución Industrial, que va a ser más brutal que la tercera, la segunda y la primera. El mundo va a cambiar, va a cambiar mucho, y la pregunta que se están haciendo muchas personas de las clases medias en Europa es:
¿y quién está cuidando de mí?, ¿por qué me quedo atrás? La pregunta decisiva en el referéndum sobre el brexit no fue sobre la cuestión relativa a demasiada democracia, etcétera, la cuestión esencial y el lema que les llevó a votar la salida fue:
vamos a volver a tener control sobre nuestros asuntos. Especialmente en las clases medias, las personas no tienen la sensación de que puedan dirigir su propio destino, y un reflejo que sigue a esto, debido a nuestra historia, es dirigir entonces
los ojos hacia la comunidad más pequeña, la nación-Estado, como un refugio, un lugar donde uno se puede sentir protegido. Pero, hagamos lo que hagamos, ¿creemos verdaderamente que volver atrás y cerrarnos en una unidad más pequeña cambiará los
paradigmas de la cuarta Revolución Industrial, cambiará las condiciones? ¿El nacionalismo nos traerá algo mejor que trabajar unidos más allá de las fronteras, como naciones europeas? Creo que no. El único problema que encuentro es que no lo
hablamos suficientemente. A lo largo de toda la sociedad hay quienes abogan por ello, y dicen que nuestro problema es el otro y que en cuanto quitemos al otro de delante estaremos encantados de nuevo, que desaparecerán todos los problemas. Lo veo
incluso en mi país, también entre personas cercanas a mí. El señor Wilders tiene cierto atractivo: vamos a quitarnos de en medio a todos los islamistas y todos los problemas se van a solucionar. Pero es que las personas están desesperadas y no
les estamos dando soluciones mejores que estas, por otro lado. Estos movimientos sí lo hacen, en cambio, sí les dan ciertas respuestas. Cuando las personas se enfadan -y lo hacen por las cosas que dijo el señor Dijsselbloem- es por esto, por la
sensación de sentirse responsable: me estás culpabilizando de algo y no tengo que ver con ello, no quiero que me pongas en esta posición. Y esta es una actitud por la que siento una gran simpatía, la verdad.



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Por tanto, si no arreglamos las cosas en nuestras propias sociedades, en nuestra sociedad, tampoco vamos a arreglar los problemas de Europa. Europa no es más que la expresión de la voluntad de nuestros ciudadanos y de nuestros Estados
miembros, eso es lo que es. Bruselas no es ese monstruo imaginario que lo hace todo mal y al que podemos echar la culpa cada vez que algo no funciona en casa. Arreglar Europa empieza por que los políticos nacionales dejen de jugar a este estúpido
juego, al que todos hemos jugado en algún momento. Cuando algo va bien, lo hemos hecho nosotros; cuando algo va mal, es Bruselas la que tiene la culpa. ¿Qué piensan ustedes? Si esto sucede durante muchos años, ¿qué va a pensar la gente? Pues no
tienen ideas positivas sobre Europa. Todo tiene un principio y empieza en casa.


Tenemos un problema muy importante en nuestras sociedades con la solidaridad. Lo siento mucho, no conocía la situación de Asturias en detalle. Voy a tomar nota sobre lo que ha dicho y me gustaría que me diera más información, para que lo
pudiera estudiar más a fondo. Creo que lo que usted ha hecho una vez más es presentar la misma situación. La solidaridad no es altruismo. La solidaridad necesita un meollo de interés propio, porque uno comparte su destino con otro. Uno cree que
la otra persona nos va a ayudar cuando lo necesitemos y también por eso la ayudamos. Y en este punto tenemos un problema en Europa. Hay un peligro moral, un peligro ético. Los jóvenes, los desempleados en Europa posiblemente se preguntan qué pasa
con Europa: no tengo trabajo, esto qué es, y lo entiendo. Y también posiblemente haya personas en Alemania y en Suecia que se pregunten qué pasa ahora con Europa: ahora que estamos frente a este problema, con tantos refugiados, ¿tenemos que
apechugar, y los demás no hacen nada? Esto es lo que tenemos que solucionar. Se está convirtiendo en un problema político dentro de los Estados miembros.


En nuestras sociedades vivimos gracias a establecer acuerdos. ¿Y qué hacemos en la política ahora? No, los compromisos, no; negociar, no; ceder, no. Nuestras sociedades son demasiado diversas, demasiado diferenciadas como para tener un
sistema político donde todos ganen. El señor Trump está intentando hacerlo, pero creo que no le está funcionando muy bien. Lo vi después de las elecciones. Todo el mundo estaba contento en su esquinita, muy contento, pero la gente ya no hablaba
entre sí, es decir, las esquinas ya no se comunicaban. ¿Cómo se puede organizar una sociedad si no se habla, si cuando alguien dice algo uno siente que ha sido insultado, se siente ofendido y no quiere responder? ¿O si eres tan insensible como
para no creer que tus palabras van a verse como un insulto? Este es el problema que debemos abordar en todos los niveles, en nuestras sociedades y también en la Unión Europea.


En muchos Estados miembros no ha habido convergencia. Al salir de la crisis se han incrementado las desigualdades, efectivamente. Las personas que sufrían antes de la crisis sufrieron algo menos y luego salieron bien parados, pero las
personas que han pagado las facturas tampoco están viendo muchas mejoras. Lo estamos comprobando en las estadísticas: aquí hay más crecimiento económico, aquí hay menos desempleo, pero muchas personas dicen: ¿y yo qué?, yo no tengo la sensación
de que las cosas estén mejorando; por lo menos, para mí, no. Si no ofrecemos un proyecto de Europa social, las personas no regresarán, no estarán convencidas de que el proyecto merece la pena. Este es el problema. ¿Qué pasa ahora en la sociedad?
Por ejemplo, hemos tenido hijos mucho más tarde que nuestros padres y mis hijos también tendrán hijos más tarde. De manera que el grupo de personas que están entre treinta y cinco y cincuenta y cinco años tienen hijos jóvenes, dos empleos y sus
padres son muy mayores. También hay que apoyarles porque estas familias tienen una gran presión: los trabajos no son seguros; la casa es cara; los servicios sanitarios en algunos países son muy caros; qué pasará con sus padres cuando no se
puedan valer y qué pasara con sus hijos. Tenemos que encontrar soluciones para todos estos problemas porque la presión es enorme, no solo sobre los desfavorecidos sino incluso también sobre las clases medias de nuestra sociedad. Europa tiene que
formar parte de esto. Cuando hablamos del libro blanco creo que debemos hablar de esto. ¿Este es un sector en el cual Europa puede hacer más? Yo aliento a que su Parlamento debata sobre este asunto y nos presente sus ideas.


La cuestión que ha suscitado sobre la no convergencia ocurre dentro de los países entre los Estados miembros, pero también dentro de las sociedades entre diferentes grupos y requiere nuestra atención. Yo soy optimista y creo que esto quizás
pueda ser una ocasión para Europa. El brexit quizás nos sirva para unirnos. No va a ser fácil, pero pienso que hay una posibilidad. También creo que los parlamentos nacionales van a tener un papel cada vez mayor. Hay un viejo mantra que dice que
existe un déficit democrático y que hay que dar más poder al Parlamento Europeo. Sin embargo, esto no está funcionando, esto no sirve. El Parlamento Europeo es un Parlamento muy poderoso que funciona bien, pero esto no lo pueden reconocer todos
los ciudadanos europeos. Los Parlamentos nacionales están más próximos al ciudadano hoy y ellos tienen que desempeñar un papel mayor. Desde que yo estoy en política esto ha ido



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cambiando. Cuando yo entré en el mundo de la política y me eligieron parlamentario, ahí estaba el beso de la muerte. Te retirabas yendo a Europa, a Bruselas, pero eso ha cambiado y es bueno. Todavía tenemos mucho que hacer y a mí me
gustaría trabajar con ustedes, trabajar con su Comisión y su Parlamento, para ver los modos en los que podamos destacar más el papel de los Parlamentos, también desde la Comisión. He visto que hay muchos colegas míos que han venido a comparecer
ante su Comisión también.


La Declaración de Roma. En primer lugar, es bueno que hubiera una declaración al menos, porque había una confrontación anterior importante sobre la reelección del presidente Tusk. De manera que esto no era una conclusión a la que
pudiéramos llegar en esta declaración. Por tanto, hay un acuerdo de los Veintisiete. ¿En qué áreas vamos a trabajar más? En general, vamos a trabajar más en el campo de lo social, concretamente en la lucha contra el desempleo, en el objetivo
transicional de la energía y en el mercado único digital. Es decir, vamos a trabajar en las nuevas oportunidades de la nueva economía; ahí es donde tenemos que estar como europeos.


La seguridad va a ser vital, por supuesto. Hay unanimidad a este respecto: este, oeste, norte y sur. Tenemos que ser cada vez más responsables de nuestra seguridad. ¿Esto ocurre con el señor Trump? Sí, ocurre. A lo mejor con Clinton
habría ocurrido algo parecido, aunque quizás no en los mismos términos y al mismo ritmo. Pero creo que sí, que los americanos hubieran presionado en este sentido. Europa necesita responsabilizarse más en su seguridad, esto no significa que
tengamos que gastar mucho más dinero, como parece que sugiere Trump. El gran problema es que no nos hemos organizado suficientemente bien. Tenemos que aprovechar nuestros puntos fuertes mucho más y podremos tener mucha más protección y seguridad
por el mismo dinero de los contribuyentes. Ahí tenemos que trabajar un poquito más.


No creo que haya maneras artificiales de mejorar nuestra imagen, como ya he dicho. Algo que se ha estropeado y que sufre desde hace décadas, es algo que no se arregla de la noche a la mañana. No creo en esa idea de que tengamos que
hacerlo. Yo creo que Europa es buena para uno. Quizás hayamos estado haciendo promesas muy grandes y dando pocas cosas durante mucho tiempo. Si hacemos lo contrario, posiblemente la confianza regresará. Las personas están empezando a comprender
que estamos juntos en este barco. Miren qué seguimiento han tenido las elecciones holandesas -yo nunca he visto esto- en toda Europa. Las personas saben que los resultados de unas elecciones en un solo país tienen implicaciones para todos. Miren
cómo está todo el mundo siguiendo ahora las elecciones francesas. Hay una esfera política común que se está desarrollando en Europa. La gente está cada vez más interesada y se siente más unida. Una de las razones por las cuales están preocupados
es porque sabemos que dependemos unos de otros. Otra de las razones por las cuales la gente se ofende ante las observaciones de una persona es porque sabemos que estamos juntos, y ya no nos podemos permitir esto. Hay esa sensación de que ya no se
trata de norte o sur, o de este u oeste. Todos somos Europa y todos dependemos los unos de los otros. No hay manera de lograr beneficiarse de esta cuarta Revolución Industrial si no estamos unidos.


No hay forma de protegernos contra los desmanes de Putin, si no estamos unidos. Hay una razón por la cual Putin apoya a los ultraderechistas, porque sabe que eso nos debilita y nos divide. Una Europa dividida significa que Putin va a ser
jefe de todo. Yo no quiero esto, yo quiero una Europa unida, unificada. Yo no quiero tener conflictos con el señor Putin, no me interesa para nada tenerlos. Conozco Rusia porque he trabajado allí tres años y medio y creo que se puede tener una
buena relación con este país, si uno es fuerte y actúa con determinación, si uno les mira de igual a igual. Hay 142 millones de rusos y 500 millones de europeos. Putin está tratando de destruir esta unión con la invitación de la señora Le Pen al
Kremlin y con el apoyo a toda clase de partidos y movimientos ultraderechistas.


Por otra parte, están los Estados Unidos. Cuando en la Casa Blanca lleguen a la conclusión de que no se pueden hacer tratos individuales con Estados miembros, vendrán a hablar con Europa en su conjunto. A mí eso no me preocupa. La visita
de la señora Merkel fue muy curiosa. La señora Merkel le dijo al señor Trump que no podía hacer tratos bilaterales con él, que es Europa quien tiene que hacerlo y él acepto esto. De manera que desde una posición de fuerza podemos mirar por los
intereses de nuestros ciudadanos, mejor que si lo hacemos dividido.


En cuanto a la cuestión de Cataluña, tengo que decir un par de cosas. No hay una amenaza sistémica del Estado del derecho en este país, creo que no la hay. Una de mis responsabilidades es detectar estos peligros, y creo que el Estado de
derecho en este país no peligra. En este país la separación de poderes está perfectamente organizada: los tribunales son independientes, el Parlamento es independiente y



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autónomo y el Ejecutivo también lo es. Montesquieu está vivo y coleando en España. De manera que no tengo nada que reprocharle en ese punto a España. La cuestión de Cataluña es un tema que hay que tratar en el marco constitucional
español; es decir, es responsabilidad de todos los implicados. La Comisión Europea no tiene aquí que desempeñar ningún papel. Por otra parte, Barcelona es una de mis ciudades favoritas en el mundo, yo llevo a mis hijos con frecuencia allí. El
fútbol entró en Barcelona, gracias a los holandeses. Cruyff era holandés y hablaba español perfectamente. Estoy muy orgulloso de él y creo que los barceloneses también. A mí me toca mucho el hecho de que el Barcelona dé a su estadio el nombre de
Johan Cruyff, gracias a este compatriota mío.


Continuando con los valores fundamentales, a medida que hacemos más estudios basándonos en el libro blanco vamos adentrándonos en determinados sectores, como por ejemplo la unión monetaria. Habrá propuestas a finales de abril sobre el pilar
social, seguridad social y globalización. Espero que, después del debate que haya dentro de los Estados miembros -espero que también en este Parlamento-, podamos conjugar todos los resultados y el señor Juncker podrá sacar las conclusiones en el
sentido de dónde estamos para que podamos tomar decisiones.


Respecto a la Cumbre de la OTAN soy muy optimista. Cuanto más unidos estemos como europeos, más éxitos tendrá la OTAN. No hay competición entre unos y otros. La Unión Europea tiene que unirse y en este sentido la OTAN tendrá mayores
éxitos. Por eso, tenemos que evitar todo lo que debilite a la OTAN.


En cuanto a los refugiados es cierto que la situación del Mediterráneo sigue siendo una situación escandalosa. Tenemos que hacer todo lo que ya hemos decidido o lo que vayamos a decidir, la cuestión es saber si lo hacemos todo. La Unión
Europea tiene que ser solidaria, tiene que seguir siendo un país de refugio para las personas que tienen el derecho a la protección internacional. Este es nuestro deber político, legal y sobre todo moral. Respecto a las personas que no tienen
derecho a la protección internacional -la verdad es que es la mayoría de las personas que están llegando ahora a Libia deben retornar a sus países de origen-, hay que hacer lo posible también. Necesitamos planes estructurados para que se
desarrollen mejor los lugares de los que proceden estas personas. Asimismo, necesitamos proteger nuestras fronteras. Hay que establecer acuerdos con los países que atraviesan estas personas, como por ejemplo Libia. Hay que insistir en que los
Estados miembros también cumplan con lo que han prometido. No sé si España ha admitido a los refugiados que se comprometió a admitir. (Varios señores diputados hacen gestos negativos). No, ya lo sé. Pero sé que también está dando pasos para
poder hacerlo. Hay muy pocos países que hayan cumplido sus compromisos, España no es el único país.


La única forma en que podemos convencer a países como Grecia e Italia es inscribiendo y registrando a todos los que llegan porque así se sabrá y en caso de emergencia habrá solidaridad desde el resto de los miembros. Si países como Grecia o
como Italia piensan que el resto queremos que se queden con un millón de refugiados, se preguntarán qué van a hacer. En este caso, ellos no querrán hacer nada, ni hacer las cosas bien y les dejarán pasar. De manera que todos los Estados miembros
tienen que asumir sus responsabilidades.


Digo esto también a aquellas personas en Europa que dicen, por razones comprensibles de tipo emocional o quizás político, que hay que permitir que vengan todos a Europa. Si lo que quieren realmente es que suba al poder la ultraderecha en la
mayor parte de los países, entonces abramos las fronteras totalmente. Eso es lo que va a pasar. Las personas en Europa van a mostrar solidaridad con aquellos que necesitan protección internacional, pero la mayoría no quiere que vengan todos los
migrantes buscando una vida mejor. Por supuesto, que todos los que vienen legítimamente quieren esto, pero no tenemos ninguna obligación legal de ofrecer asilo a las personas que no cumplen esos requisitos. Hay que ofrecerles otras soluciones y
esas se refieren a los países de los que proceden. Será costoso, sí, pero menos que no solucionar este problema. Por eso pienso que tenemos que hacer todas estas cosas y además hacerlas simultáneamente. Es la única manera de que podamos proteger
los derechos fundamentales de los refugiados, ya que es la única manera en que podemos mejorar de una forma estructural los campamentos de los refugiados en Turquía y en Grecia.


¿Si hay reformas del tratado, deberá haber referéndums al respecto? Eso lo deben decidir los países, es prerrogativa nacional decidir esto. Nosotros no tenemos que opinar al respecto, no tenemos ningún derecho.


Reforma de la PAC. Phil Hogan está haciendo un trabajo excelente. Tenemos que tener una agricultura más verde, más ecológica. Tenemos que tomar en cuenta también las tendencias globales, de manera



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que podamos emplear menos agua, tener una industria más sostenible. Por ejemplo, en un país como España la cuestión de la certificación va a ser un desafío importante, porque ahí van a cambiar cosas. Esos son puntos capitales de la reforma
de nuestra política agraria.


Austeridad. Debemos observar cómo ha salido España de la crisis. Esto se ha podido hacer gracias a las reformas; se debe al coraje, a la audacia del sistema político español que ha pasado por reformas dolorosas, no muy populares, pero que
todo el mundo sabe que fueron necesarias. Creo que ahora están viendo ustedes los resultados; lo creo sinceramente. Me parece que no es un enfoque muy sano pensar que la única manera de salir de una crisis es acumulando deuda. Como
socialdemócrata, jamás he comprendido lo que dice la izquierda sobre acumular deuda, porque esto te hace más esclavo de los mercados financieros. Cuanto más te tengas que plegar a la deuda, menos puedes gastar en educación, en política social, en
salud, en políticas para todos. Es una carga. La deuda es una maldición. Es verdad que en determinadas situaciones económicas hay que endeudarse para evitar lo peor, pero no se puede pensar que uno se puede deshacer de esa deuda estructural
fácilmente. El crecimiento económico es producto de dos cosas: crecimiento de la población y crecimiento de la productividad. Podemos hacer crecer la productividad, pero si la población no crece, ese crecimiento va a ser modesto. Un 2% como
media puede estar muy bien, pero si tienes una gran deuda, un crecimiento estructural del 2% acaba por darte problemas. En Japón hay más gasto público y se gasta más en la deuda, en devolver dinero que en invertir. Eso no es ser de izquierdas, eso
no es propio de socialistas, esto no le hace ningún favor a tus hijos ni a tus nietos. No creo que haya que ser tan estricto y tener una deuda cero. No es cierto que un déficit del 3% equivalga al 0%. Piensen ustedes en sus hijos y en sus nietos,
hay que estar vigilantes. No sé si esto se debe a la austeridad, pero sí a políticas sabias.


Transformar nuestra economía ahora mismo es esencial para nosotros y encontrar nuevas formas para que los jóvenes puedan trabajar. Alguien dijo: Hay un déficit de dignidad en nuestra sociedad. Sí, lo hay. Hay un déficit de dignidad
porque las diferencias no han decrecido, sino que van en aumento. Hay un problema de distribución, y la cuestión política es cómo se redistribuye. En un Estado lo decide el Parlamento nacional, nadie más. Si no enseñamos a nuestras sociedades a
aprender, si no modificamos nuestros sistemas educativos de forma que tengamos capacidad de seguir aprendiendo durante toda nuestra vida, crearemos nuevos analfabetos. En la primera Revolución Industrial, los analfabetos eran los que no sabían leer
ni escribir; en esta revolución industrial los analfabetos serán las personas que ya no tengan capacidad de aprender cosas nuevas. Tenemos que seguir aprendiendo e innovando toda nuestra vida. Creo que ahí es como puede regresar la dignidad. Si
damos a las personas la capacidad, las empoderamos para que aprendan cada vez más y puedan subir en la escala social.


Creo que sobre el brexit no hay mucho más que añadir. No sé si habrá una diferencia si esto ocurre antes o después de las elecciones alemanas. Las elecciones capitales este año van a ser las de Francia y falta muy poco. Vamos a empezar a
trabajar en el brexit porque dos años es muy poco tiempo y hay muchísimo que hacer.


Para concluir, quiero decir algo sobre el papel de España. Una construcción política como la Unión Europea es como un sistema planetario, todos los países tienen relaciones unos con otros y suele haber un equilibrio. Si de este sistema
planetario se retira un planeta, los demás tienen que realinearse, tienen que ajustarse. En este nuevo alineamiento España está en una posición excelente, porque va a haber un cambio del punto de gravedad y va a ser hacia el sur. Aquellos países
que aprovechen este momento como oportunidad, subirán, se beneficiarán. El discurso que ha presentado el señor Rajoy hace poco, verdaderamente habla de un compromiso, y creo que esa es la mejor manera de beneficiar hoy al pueblo español, porque, si
no me equivoco, hay un enorme potencial para establecer un programa proeuropeo basado en la solidaridad en este país, y el futuro pertenece a las personas que crean en esta agenda; estoy convencido. Quienes lideren esto hoy serán los líderes de
mañana; y, créanme, España está en una posición inmejorable para ello.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias por su intervención.


Suspendemos la sesión brevemente mientras despedimos al comisario. Después continuaremos con los informes de subsidiariedad. (Pausa).



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DEBATE SOBRE CONTROL DE SUBSIDIARIEDAD DE INICIATIVAS LEGISLATIVAS DE LA UNIÓN EUROPEA:


- PROPUESTA DE DIRECTIVA DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO SOBRE LA LUCHA CONTRA EL BLANQUEO DE CAPITALES MEDIANTE EL DERECHO PENAL [COM (2016) 826 FINAL] [2016/0414 (COD)]. (Número de expediente del Congreso de los Diputados 282/000052
y número de expediente del Senado 574/000050).


La señora PRESIDENTA: Reanudamos los trabajos de la Comisión con el debate sobre control de subsidiariedad de iniciativas legislativas de la Unión Europea. En primer lugar, propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre
la lucha contra el blanqueo de capitales mediante el derecho penal.


Tiene la palabra el ponente, señor Zaragoza, del Grupo Socialista. Dispone de un turno de intervención de cinco minutos, que no es necesario agotar en todos sus extremos.


El señor ZARAGOZA ALONSO: Me hubiese gustado que ya hubiese sido.


Entro rápidamente en materia. Daré una pequeña descripción de a qué hace referencia esta directiva. La propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la lucha contra el blanqueo de capitales mediante el derecho penal es
un gran avance en la lucha común europea contra la financiación del terrorismo y la delincuencia organizada. Es un paso importante en la necesaria modernización y actualización continua del marco jurídico vigente para combatir las amenazas
terroristas y las ligadas al uso de las nuevas tecnologías en las transacciones financieras. Las innovaciones en los servicios financieros son constantes, generando claros beneficios a la sociedad en general, pero también entrañan nuevas
oportunidades de financiación de actividades delictivas, principalmente en la financiación del terrorismo, dada la creciente globalización de las organizaciones terroristas.


La propuesta de directiva avanza en aspectos muy importantes, como la armonización de la tipificación como delito del blanqueo de capitales que impedirá que las organizaciones delictivas aprovechen las diferencias entre las legislaciones
nacionales. También se eliminan los obstáculos a la cooperación judicial y policial transfronteriza y se aproximarán las normas de la Unión Europea a sus obligaciones internaciones, establecidas por el Convenio de Varsovia del Consejo de Europa.
Además, se refuerzan los controles sobre los flujos de dinero en efectivo, sobre personas que entren o salgan con más de 10.000 euros, y cuando existan sospechas de actividades delictivas podrá actuarse incluso si la cantidad es inferior. Estos
controles también incluirán el dinero en efectivo enviado en paquetes postales o transporte de carga, así como bienes preciosos como el oro. Además, la propuesta de directiva ofrece un único instrumento jurídico para el reconocimiento de las
resoluciones de embargo y decomiso en otros países de la Unión Europea que mejorará la rapidez y eficacia de las órdenes de embargo en toda la Unión, así como facilitará el derecho a la compensación de las víctimas y a la restitución de sus bienes.
Además, la normativa propuesta no generará obstáculos al uso normal del sistema financiero e incluye salvaguardias adecuadas de las libertades económicas y los derechos fundamentales, en particular la protección de datos.


Por tanto, ampliar los recursos jurídicos a disposición de la Unión mediante el refuerzo de los controles y el rastreo de las operaciones financieras, así como una cooperación más estrecha y el intercambio de información policial, ayudarán a
obstaculizar y, en muchos casos, a detener la financiación de estas actividades, a detectar redes terroristas y a apoyar las investigaciones.


En definitiva, la propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la lucha contra el blanqueo de capitales mediante el derecho penal es una actualización muy necesaria de la normativa vigente en el imprescindible esfuerzo
de coordinación y cooperación internacional para reducir los sistemas de blanqueo de capitales o rentas ilícitas y su posible uso por organizaciones criminales.


Por todos estos motivos, por la explicación política, pero sobre todo por las razones técnicas que se dan en el informe, entendemos que la propuesta es conforme al principio de subsidiariedad establecido en el vigente Tratado de la Unión
Europea.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Zaragoza.


¿Algún grupo parlamentario tiene una posición contraria al informe del ponente? (Pausa) ¿Se puede aprobar por asentimiento? (Asentimiento). Queda aprobado.



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- PROPUESTA DE REGLAMENTO DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO SOBRE EL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y LA PROTECCIÓN DE LOS DATOS PERSONALES EN EL SECTOR DE LAS COMUNICACIONES ELECTRÓNICAS Y POR EL QUE SE DEROGA LA DIRECTIVA 2002/58/CE
(REGLAMENTO SOBRE LA PRIVACIDAD Y LAS COMUNICACIONES ELECTRÓNICAS) (TEXTO PERTINENTE A EFECTOS DEL EEE) [COM (2017) 10 FINAL] [2017/0003 (COD)] [SWD (2017) 3 FINAL] [SWD (2017) 4 FINAL] [SWD (2017) 5 FINAL] [SWD (2017) 6 FINAL]. (Número de
expediente del Congreso de los Diputados 282/000055 y número de expediente del Senado 574/000053).


La señora PRESIDENTA: Debatimos ahora la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre el respeto de la vida privada y la protección de los datos personales en el sector de las comunicaciones electrónicas y por el que
se deroga la Directiva 2002/58.


Tiene la palabra la ponente de este informe, doña Mercedes Mallol Gil, del Grupo Popular, también por un tiempo de cinco minutos.


La señora MALLOL GIL: Muchas gracias, señora presidenta.


Las medidas presentadas hoy tienen por objeto actualizar las normas vigentes y ampliar su ámbito de aplicación a todos los proveedores de servicios de comunicaciones electrónicas. También están encaminadas a crear nuevas posibilidades para
tratar datos de comunicación y reforzar la confianza y seguridad en el mercado único digital, un objetivo clave de la estrategia del mercado único digital. Al mismo tiempo, la propuesta adapta las normas aplicables a las comunicaciones electrónicas
y a las nuevas normas mundiales del Reglamento general de la protección de datos de la Unión Europea. Asimismo, la Comisión propone nuevas normas para garantizar que cuando los datos personales sean tratados por instituciones y organismos de la
Unión Europea la privacidad se proteja del mismo modo que en los Estados miembros, en virtud del Reglamento general de protección de datos, y establece un enfoque estratégico para las cuestiones relativas a las transferencias internacionales de
datos personales.


El Reglamento sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas que se ha propuesto aumentará la protección de la vida privada de los ciudadanos y brindará nuevas oportunidades a las empresas. Hay que decir que el 95% de los europeos
afirma que es importante que sus correos electrónicos y mensajes en línea mantengan la confidencialidad. Sin embargo, la actual Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas se aplica únicamente a los proveedores de
telecomunicaciones tradicionales. En adelante, las normas de privacidad también tendrán por objeto los nuevos proveedores de servicios de comunicaciones electrónicas, como Whatsapp, Facebook, Messenger, Skype, Gmail, iMessage o Viber. Al
actualizar la vigente directiva con un reglamento directamente aplicable, todos los ciudadanos y las empresas de la Unión Europea disfrutarán del mismo nivel de protección de sus comunicaciones electrónicas. Las empresas también disfrutarán de un
único conjunto de normas en toda la Unión Europea. La privacidad estará garantizada para el contenido y los metadatos derivados de las comunicaciones electrónicas, por ejemplo, hora y lugar en el que se efectúa una llamada. Ambos tienen un alto
componente de privacidad y, en virtud de las normas propuestas, deberán anonimizarse o suprimirse si los usuarios no han dado su consentimiento, salvo que se necesiten los datos, por ejemplo, para la facturación. Una vez que se ha dado el
consentimiento para que se procesen los datos de las comunicaciones, contenido o metadatos, los operadores tradicionales de telecomunicaciones tendrán más oportunidades para utilizar los datos y prestar servicios adicionales. Por ejemplo, podrán
elaborar mapas términos que indiquen la presencia de personas para ayudar a las autoridades públicas y a las empresas de transporte a la hora de desarrollar nuevos proyectos de infraestructuras.


Se racionalizará la denomina disposición sobre cookies, que ha dado lugar a un exceso de solicitudes de autorización a los usuarios de Internet. Las nuevas normas permitirán a los usuarios un mayor control de sus entornos y proporcionarán
una vía fácil para aceptar o rechazar el seguimiento de cookies y otros identificadores en caso de riesgo para la privacidad. La propuesta aclara que no es necesario obtener el consentimiento para las cookies invasivas ajenas a la privacidad que
mejoran la experiencia de Internet, por ejemplo, recordar el historial del carrito de la compra.


La propuesta presentada hoy prohíbe las comunicaciones electrónicas no solicitadas por cualquier medio, por ejemplo, mediante correos electrónicos, mensajes de texto y, en principio, también mediante llamadas telefónicas si los usuarios no
han dado su consentimiento. Los Estados miembros podrán optar por una solución que otorgue a los consumidores el derecho a oponerse a la recepción de llamadas comerciales de voz, por ejemplo, mediante el registro de su número en una lista 'no
llame'. Quienes



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realicen llamadas comerciales deberán indicar su número de teléfono o utilizar un prefijo especial que indique se trata de una llamada de este tipo. Por otro lado, la garantía de cumplimiento de las normas de confidencialidad del reglamento
competerá a las autoridades nacionales de protección de datos.


También hay que decir que la propuesta de Reglamento relativo a la protección de datos personales por las instituciones y los organismos europeos tiene por objeto adaptar las normas vigentes que se remontan a 2001, a las normas más nuevas y
rigurosas establecidas por el Reglamento general de protección de datos de 2016. Cualquier persona cuyos datos personales sean tratados por las instituciones u organismos europeos disfrutará de unas normas de protección más estrictas.


Para finalizar, diré que en este caso la propuesta es conforme con el principio de subsidiariedad, ya que los objetivos de la acción pretendida no pueden ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros ni a nivel central ni a
nivel regional ni a nivel local y pueden alcanzarse mejor a escala de la Unión Europea debido a la dimensión y a los efectos de acción que tendrían.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.


¿Algún grupo parlamentario quiere intervenir en contra del informe? (Pausa). ¿Se puede aprobar por asentimiento? (Pausa). Queda aprobado.


Se levanta la sesión.


Eran las cinco y cincuenta minutos de la tarde.