Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Senado, Pleno, núm. 174, de 30/09/2015
PDF






PLENO


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PÍO GARCÍA-ESCUDERO MÁRQUEZ


Sesión núm. 80


celebrada el miércoles, 30 de septiembre de 2015


ORDEN DEL DÍA






PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD




Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el
año 2016. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000159

Presupuestos





SUMARIO


Se reanuda la sesión a las nueve horas y cinco minutos.






PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD





PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL
AÑO 2016. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000159

Presupuestos


El señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas
(Montoro Romero) presenta el proyecto de ley.


Se inicia el debate de totalidad.


El señor Vázquez García defiende la propuesta de veto número 8,
del Grupo Parlamentario Socialista.


Los señores Maluquer Ferrer y Bel Accensi defienden la propuesta
de veto número 11, del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de
Convergència i d?Unió.


El señor Montilla Aguilera defiende la propuesta de veto
número 9, de la señora Almiñana Riqué, los señores Boya Alós, Bruguera
Batalla, Martí Jufresa, Montilla Aguilera, Sabaté Borràs y señora Sequera
García, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, del
Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Bildarratz Sorron defiende la propuesta de veto
número 7, del Grupo Parlamentario Vasco en el Senado (EAJ-PNV).


El señor Unamunzaga Osoro defiende la propuesta de veto número 2,
de los señores Aiartza Azurtza y Goioaga Llano, la señora Mendizabal
Azurmendi y el señor Unamunzaga Osoro, del Grupo Parlamentario Mixto.


La señora Capella i Farré, del Grupo Parlamentario Mixto,
defiende su propuesta de veto número 3.


El señor Mulet García, del Grupo Parlamentario Mixto, defiende su
propuesta de veto número 4.


La señora Julios Reyes defiende la propuesta de veto número 5, de
la señora Armas Pérez y esta senadora, del Grupo Parlamentario Mixto.


El señor Marcos Arias defiende la propuesta de veto número 6, del
señor Crisol Lafront y este senador, del Grupo Parlamentario Mixto.


El señor Saura Laporta defiende la propuesta de veto número 10,
del señor Guillot Miravet y este senador, del Grupo Parlamentario Entesa
pel Progrés de Catalunya.


El señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto, defiende
su propuesta de veto número 12.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Utrera Mora,
por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Interviene el señor ministro de Hacienda y Administraciones
Públicas (Montoro Romero).


En turno de portavoces intervienen el señor Espinar Merino, la
señora Capella i Farré, el señor Mulet García y el señor Crisol Lafront,
por el Grupo Parlamentario Mixto; el señor Bildarratz Sorron, por el
Grupo Parlamentario Vasco en el Senado (EAJ-PNV); el señor Montilla
Aguilera, por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; el
señor Maluquer Ferrer y el señor Bel Accensi, por el Grupo Parlamentario
Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió; la señora Vicente
González, por el Grupo Parlamentario Socialista, y el señor Barreiro
Fernández, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


El señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas
(Montoro Romero) hace uso de la palabra.


Se procede a votar las propuestas de veto.
............................................... 17290


Se rechaza la propuesta de veto número 8, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 243; a favor, 95; en
contra, 148.


Se rechaza la propuesta de veto número 11, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 244; a favor, 91; en
contra, 148; abstenciones, 5.


Se rechaza la propuesta de veto número 9, con el siguiente
resultado: presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 97; en
contra, 147.


Se rechaza la propuesta de veto número 7, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 97; en
contra, 148.


Se rechaza la propuesta de veto número 2, con el siguiente
resultado: presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 25; en
contra, 149; abstenciones, 70.


Se rechaza la propuesta de veto número 3, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 25; en
contra, 149; abstenciones, 71.


Se rechaza la propuesta de veto número 4, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 30; en
contra, 149; abstenciones, 66.


Se rechaza la propuesta de veto número 5, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 244; a favor, 90; en
contra, 149; abstenciones, 5.


Se rechaza la propuesta de veto número 6, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 90; en
contra, 155.


Se rechaza la propuesta de veto número 10, con el siguiente
resultado: presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 94; en
contra, 150.


Se rechaza la propuesta de veto número 12, con el siguiente
resultado: presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 30; en
contra, 149; abstenciones, 66.


Comienza el debate de las impugnaciones de las secciones que se
tramitan como propuestas de veto.


Sección 12.


El señor Losada de Azapiazu defiende la enmienda 79, del Grupo
Parlamentario Socialista.


El señor Bel Accensi defiende la enmienda 109, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto, da por
defendida su enmienda 93.


El señor Guillot Miravet defiende la enmienda 94, de este senador
y el señor Saura Laporta, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Chiquillo
Barber, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Vuelve a hacer uso de la palabra, por alusiones, el señor Losada
de Azpiazu.


Sección 13.


El señor Rodríguez Esquerdo defiende la enmienda 80, del Grupo
Parlamentario Socialista.


La señora Rieradevall Tarrés defiende la enmienda 110, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Saura Laporta defiende la enmienda 97, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto, da por
defendida su enmienda 73.


En turno en contra hace uso de la palabra la señora Franco
González, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 14.


El señor Abad Benedicto defiende la enmienda 81, del Grupo
Parlamentario Socialista.


El señor Maldonado i Gili defiende la enmienda 111, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Saura Laporta defiende la enmienda 95, del señor Guillot
Miravet y este senador, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Bauzá Díaz,
por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 15.


La señora Marra Domínguez defiende la enmienda 82, del Grupo
Parlamentario Socialista.


El señor Bel Accensi defiende la enmienda 112, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Bruguera Batalla y el señor Guillot Miravet defienden la
enmienda 98, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya.


En turno en contra hace uso de la palabra la señora Angulo
Martínez, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 16.


El señor Cascallana Gallastegui defiende la enmienda 83, del
Grupo Parlamentario Socialista.


El señor Sendra Vellvè defiende la enmienda 113, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Bruguera Batalla defiende la enmienda 99, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Aznar
Fernández, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 17.


El señor Fernández Ortega defiende la enmienda 84, del Grupo
Parlamentario Socialista.


El señor Bel Accensi defiende la enmienda 114, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Martí Jufresa defiende la enmienda 100, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya.


La señora Lima Gonzálvez da por defendida la enmienda 74, del
señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Mateu Istúriz,
por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 18.


El señor Álvarez Areces defiende la enmienda 85, del Grupo
Parlamentario Socialista.


El señor Bagué Roura defiende la enmienda 115, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Alturo Lloan, la señora Sequera García y el señor Martí
Jufresa defienden la enmienda 101, del Grupo Parlamentario Entesa pel
Progrés de Catalunya.


La señora Lima Gonzálvez da por defendida la enmienda 75
del señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Soler-Espiauba
Gallo, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Sección 19 y Sección 60


El señor Martínez-Aldama Sáenz y el señor Oñate Marín defienden
la enmienda 86 a la sección 19 y la enmienda 92 a la sección 60, del
Grupo Parlamentario Socialista.


El señor Bel Accensi defiende la enmienda 116 a la sección 19 y
la enmienda 122 a la sección 60, del Grupo Parlamentario Catalán en el
Senado de Convergència i d?Unió.


El señor Guillot Miravet defiende la enmienda 102 a la sección 19
y la enmienda 108 a la sección 60, del Grupo Parlamentario Entesa pel
Progrés de Catalunya.


En turno en contra hacen uso de la palabra el señor Peris Jarque
y el señor Fernández Sánchez, por el Grupo Parlamentario Popular en el
Senado.


Se suspende la sesión a las veintiuna horas y veinticinco
minutos.








Se reanuda la sesión a las nueve horas y cinco minutos.


El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías. Se reanuda la sesión.






PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD





PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL
AÑO 2016. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000159

Presupuestos


El señor presidente da lectura a los puntos 5., 5.2. y 5.2.1.


El señor PRESIDENTE: Para su presentación, tiene la palabra el
señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Señorías, el Gobierno trae hoy al Pleno del Senado el Proyecto de
presupuestos para 2016. Estos presupuestos son el reflejo de la nueva
situación económica en la que se encuentra España en este final de
legislatura. Esta situación es diametralmente opuesta a la que nos
encontramos en el año 2012. ¡Cuánto han cambiado las cosas!


También debo decirles que para mí es un honor volver a presentar
unos presupuestos en esta Cámara, los quintos en esta legislatura y los
novenos en mi condición de ministro de Hacienda y ahora de
Administraciones Públicas de España. Pocos políticos han tenido el honor
y la responsabilidad de traer este número de presupuestos a las Cámaras,
al Pleno del Senado. Por lo tanto, como decía, para mí supone una
oportunidad y un compromiso personal al que trato de saber responder
hoy.


Estos presupuestos son la culminación de la política
presupuestaria que ha hecho frente a la crisis económica, a la peor
crisis que ha vivido España y la sociedad española en su historia
reciente. Y estos presupuestos vuelven a demostrar que el papel del
Estado es esencial cuando tratamos de promover una recuperación
económica, una salida de la crisis. Estos presupuestos son esa expresión
de una política presupuestaria, de una política económica que lanza un
mensaje cargado de realismo a una sociedad deprimida y desesperanzada, a
la que el Gobierno anterior había abandonado a la deriva sin siquiera
haber aprobado unos presupuestos para el año 2012; prefirió una
convocatoria de elecciones generales anticipadas que afrontar la
responsabilidad de elaborar los presupuestos que necesitaba una España
sumida en la crisis, como era la España de finales de 2011. Es
exactamente todo lo contrario de lo que está haciendo el Gobierno actual.
El Gobierno actual está ejerciendo su responsabilidad hasta el último
minuto de la legislatura, y por eso traemos hoy los presupuestos al
Senado de España.


Decía que estos presupuestos son precisamente los que culminan
cuatro años de políticas económicas, pero también son los mismos
presupuestos que tratan de dar respuesta política a la confianza que
casi 11 millones de españoles depositaron en el Partido Popular en las
elecciones generales de noviembre de 2011. Entonces había que salir de la
crisis, y la sociedad eligió en las urnas una opción política, la del
Partido Popular, para que la sacara de la crisis, igual que en la mitad
de los años noventa, cuando parecía imposible que España fundara el euro,
cuando España tenía tasas de paro del 25 %, del 30 % en Andalucía,
exactamente un 33 % en el año 1996 —en Jaén había una tasa de paro
del 35 %—. Esa era la España de los años noventa que optó por el
cambio político para que una opción diferente, la del Partido Popular en
el Gobierno, fuera capaz de superar aquella crisis, de fundar el euro y
de poner en marcha un crecimiento económico que fuera también creador de
empleo.


En la actualidad, en esta legislatura, ha vuelto a suceder. En
esta legislatura esos millones de ciudadanos, seguro que muchos de ellos,
no compartían el ideario del Partido Popular pero entendieron que su voto
tenía que ser útil a la hora de conformar un Gobierno y una apuesta de
política económica que pudiera superar la crisis y, sobre todo, pudiera
dar lugar a la creación de empleo en España.


Estos son los presupuestos, como decía, que culminan estos cuatro
años, en los que el Gobierno de Mariano Rajoy ha realizado la tarea que
le había encomendado la sociedad española. Esa tarea que era tan
necesaria para poder quitarnos de encima todos esos lastres, todos esos
complejos que nos impedían podernos en pie; esa tarea que ha sido
imprescindible para que la sociedad española volviera a convertirse en la
protagonista de su tiempo y pudiera recuperar el dinamismo de su
actividad económica y, sobre todo, de la creación de empleo.


En estos cuatro años las medidas impulsadas por el Gobierno de
Mariano Rajoy han puesto fin a la recesión económica, han eliminado la
amenaza del rescate financiero del año 2012 que se cernía sobre nuestras
cabezas: el rescate de España; rescate que solicitaban tantos en nuestro
país y que decían que era la única solución a los problemas de España;
rescate que también impulsaban los grandes medios de comunicación, los
más creadores de opinión pública en España; rescate que muchos expertos
—expertos que hoy militan en otras filas políticas— decían
que había que hacer en el año 2012. Nosotros no lo hicimos. Hubo un
presidente de Gobierno que soportó todas esas demandas, esas presiones
dentro y fuera de España, y hoy el rescate es historia. No lo es para
otros países hermanos de la Unión Europea, y hemos visto recientemente
las consecuencias sobre esos países, como es el caso de Grecia.


En España ya nadie habla del rescate. En España ahora hablamos de
cuánto vamos a crecer en el años 2016. En España ahora hablamos de cuánto
empleo se va a crear en el año 2016. En España hablamos de cómo vamos a
consolidar el Estado de bienestar y cómo vamos a reforzar nuestras
pensiones públicas en el año 2016. En España hablamos de qué inversión
pública necesitamos para que realmente nuestras infraestructuras europeas
sean elemento también de mejora y de competitividad. En España hablamos
de un Estado eficiente que realmente, con su compromiso, con su tarea,
con su servicio público, contribuya al bienestar y al crecimiento
económico de los españoles. Y eso es posible por las reformas
estructurales que hemos hecho en estos años; son esas reformas que han
hecho que se financie el Estado como se está financiando en este
año 2015.


La semana pasada el Tesoro público volvió a colocar letras a
corto plazo a tipos de interés negativo. Somos hoy un país tan fiable y
tan seguro que dejan dinero pagando tipos de interés, es decir, somos
como esa caja fuerte donde se guarda todavía más, pero hay que pagar un
canon por guardar ese dinero del resto del mundo, que se deposita, por
tanto, en un país fiable y que da confianza. Eso ha abierto la
financiación de la economía de nuestro país y ha hecho que nuestros
bancos puedan volver a prestar créditos en condiciones accesibles para
todos, pero especialmente para la pequeña y mediana empresa, algo
absolutamente básico y fundamental para que podamos decir que tenemos por
delante años de crecimiento económico. Y, por descontado, esas medidas
que hemos adoptado desde el año 2012, medidas conducidas a reducir la
morosidad de las administraciones públicas, han sido absolutamente
básicas en todas nuestras administraciones para poder financiar lo que
hoy es ya una recuperación económica importante y sólida como la que
estamos registrando.


Para eso teníamos que adoptar unas nuevas relaciones laborales en
nuestro país, una reforma del mercado de trabajo como la que hicimos en
el año 2012, que supusiera una actualización de las relaciones laborales
y que permitiera que la evolución de los salarios se atuviera a la
realidad de nuestras empresas y, de manera especial, a la realidad de la
pequeña y mediana empresa. Teníamos que afrontar un saneamiento bancario
que no se había hecho —solo parcialmente— en los años
anteriores, y para ello utilizamos al MEDE, el mecanismo europeo que nos
aportaba fondos para la recapitalización de buena parte de nuestro sector
bancario, que es lo que permite que hoy podamos estar en esas ofertas de
crédito que están impulsando el crecimiento económico y la creación de
empleo. Hubo que afrontar grandes cuestiones, grandes reformas, como la
energética, que es un input absolutamente clave, básico, para nuestra
economía, para poder competir. Reformas difíciles, todas ellas; reformas,
sin duda, que exigían una estabilidad política a la que me referiré al
final de mi intervención, pero reformas que hoy podemos decir, incluyendo
la del sector público, que han valido la pena. El resultado está ahí,
está en el crecimiento económico. Hoy España lidera el crecimiento de la
Unión Europea en la zona euro. Hoy, la economía española duplica el
crecimiento de la principal economía europea de la zona euro; hoy España
triplica, o incluso multiplica hasta por cinco o seis veces el
crecimiento de nuestros grandes socios europeos, lo que significa que
España es hoy, realmente, una de las economías más pujantes, y junto a la
estabilidad económica que aporta España, esa economía pujante en su
crecimiento está contribuyendo a estabilizar la zona euro. En el año 2012
éramos el enfermo de Europa y hoy somos uno de los motores de Europa,
porque estamos contribuyendo a esa estabilidad del euro y estamos
contribuyendo positivamente a la recuperación del conjunto de Europa.


Por eso, estos presupuestos de 2016 son la garantía de que vamos
a seguir en esa senda. Son el enlace, el encaje de una política económica
que hemos practicado durante toda esta legislatura y que debe proyectarse
hacia la siguiente legislatura. Son presupuestos que dan estabilidad;
que, por supuesto, como cualquier ley —los presupuestos son una ley
muy importante, una de las más importantes que ven las Cámaras a lo largo
de un año—, se puede modificar. Una mayoría suficiente distinta los
podrá modificar el año próximo. Veremos si los modifican, lo veremos,
veremos si los modifican. (Rumores). Ya veremos dónde quedan hoy tantas
palabras que se lanzan al viento. Ya veremos en qué lo modifican, en el
supuesto de que hubiera una mayoría diferente, que, obviamente, vamos a
trabajar para que eso no ocurra. (Aplausos). Ya veremos en qué se
modifican. En el día de hoy espero tener la oportunidad de escuchar cuál
es el proyecto de modificación de estos Presupuestos Generales del Estado
para el año próximo, pero concretos; espero concreción a lo largo de esta
mañana y del día de hoy en el debate, no generalidades, como a veces se
escuchan con demasiada frecuencia. No, no, concretos.


Déjenme que les diga que como expresión de política económica
estos presupuestos también son un elemento de seguridad y de fiabilidad
para hacer frente a los problemas procedentes de esa economía global,
problemas que están abiertos y siempre van a existir. Estos días y estas
semanas estamos enfrentados a dudas sobre las grandes economías
asiáticas, enfrentados a dudas sobre la calidad y el contenido de la
recuperación de grandes países desarrollados. Siempre estaremos así. El
discurrir de un país como España, inserto en la economía global, siempre
va a estar enfrentado a cuestiones que van a suscitar dudas, que van a
abrir consideraciones respecto de la situación que estamos viviendo.


Por eso, estos presupuestos pretenden ser la solución a buena
parte de esas dudas, y con estas cuentas públicas estamos respondiendo a
buena parte de esas dudas, y estamos respondiendo de una manera eficaz,
porque recordemos lo que fue el debate de presupuestos para el año 2015.
En esos presupuestos también había dudas, la mañana que discutimos el
presupuesto para 2015 muchas de sus señorías expresaron sus dudas sobre
la recuperación, en este caso europea; había dudas incluso de
desaceleración en Europa en el otoño del año 2014 cuando discutíamos los
presupuestos. ¿Se acuerdan? Había dudas sobre eso. Pero precisamente las
políticas económicas que aquí aprobamos, los presupuestos, vienen a dar
respuesta a esas dudas y a esas cuestiones, vienen a dar seguridad y
fiabilidad a esas cuestiones. Por eso hoy España está creciendo más de lo
que lo hacen los países de nuestro entorno, porque nosotros hicimos y
estamos haciendo una política presupuestaria dirigida a afrontar esas
dudas, a dar seguridad, en casa y frente a nuestros inversores, y a dar
confianza, elementos absolutamente fundamentales para cualquier país,
para que pueda progresar cualquier país en nuestros tiempos, pero
absolutamente básicos para un país como España, que todavía tiene un
endeudamiento externo muy alto, el mayor del mundo desarrollado, al que
ahora me referiré y explicaré.


Lo que esto quiere decir es que si queremos seguir en un camino
de crecimiento económico, porque nuestros acreedores tienen confianza en
nosotros, tenemos que afrontar el desapalancamiento de España en los años
próximos, tenemos que reducir el nivel de apalancamiento financiero que
tiene España, tenemos que reducir el nivel de deuda pública, como
pretenden estos Presupuestos Generales del Estado, precisamente para dar
seguridad y fiabilidad a nuevos inversores, pero fundamentalmente a los
acreedores, a los que nos están refinanciando esa deuda externa tan
importante en España.


Por eso, estas opciones políticas que hablan de revisar, de
auditar deuda, de no pagar deudas ilegítimas, se equivocan profundamente;
tratan de sembrar una duda sobre planteamientos que son esenciales. Como
haya una duda entre nuestros acreedores sobre la capacidad de España para
devolver la deuda externa, hasta ahí hemos llegado; por tanto, esas
prédicas, que se escuchan, incluso desde gobiernos municipales y
autonómicos en España, son equivocadas, son erróneas; no tienen fuerza
actualmente para infundir desconfianza, pero la tendrían si realmente en
el futuro tuvieran capacidad legislativa en este Parlamento. Por ello
tenemos que advertir muy claramente del error tremendo que se contiene en
esas opciones políticas cuando tratan de sembrar dudas sobre el pago de
nuestra deuda externa, que es absolutamente básico y fundamental para
continuar con la recuperación económica que ya está en marcha.


En este 2015 España va a crecer más del 3 %. El proyecto de
presupuestos prevé que continúe su crecimiento para 2016 en un 3 %.
España, hoy crece por encima del 3 %; nadie duda hoy de que vamos a
crecer por encima del 3 %.


Para los españoles, crecer así no es una novedad, pero sí son
nuevas las características de este crecimiento. Por eso, aquellos que
consideran que España está creciendo de manera importante pero lo hace
por las viejas vías se equivocan completamente. España está viviendo un
nuevo crecimiento económico inédito, no repetido. Nunca hemos vivido este
crecimiento económico.


¿Por qué digo esto? Porque es la primera vez en nuestra historia
que crecemos, y todo el crecimiento se traduce en empleo. Es la primera
vez, señorías, que todo el crecimiento del PIB nominal se traduce en
creación de empleo; el crecimiento por encima del 3 % se está dedicando a
la creación de empleo por encima del 3 %. Eso no ha ocurrido nunca.
Cuando crecíamos de manera muy importante en empleo en la primera década
de este siglo, lo hacíamos con crecimientos nominales del 7 u 8 %, y eso
nos llevaba a creaciones de empleo del 3 y el 4 %. Hoy estamos creando
empleo entre el 3 y el 4 % en afiliación a la Seguridad Social, lo vemos
en la EPA, lo vemos en contabilidad nacional, etcétera. Hoy estamos
creando empleo por primera vez en nuestra historia, con un crecimiento
que en términos nominales está situado por encima del 3 %; por tanto, esa
correspondencia, esa totalidad, esa plenitud del crecimiento creador de
empleo es la primera vez que se produce. Y eso tiene que ver con las
reformas que hemos hecho; eso tiene que ver con la reforma laboral, tiene
que ver profundamente con la reforma laboral que se ha acometido en
nuestro país. Las cosas no ocurren por casualidad. Las cosas no ocurren,
como algunos dicen, porque vienen vientos de cola. Ahora explicaré qué
son los vientos de cola. Los vientos de cola, que yo sepa, soplan para
todos, ¿o es que vamos unos cara a otros en Europa? Los vientos de cola
llegan a todos y, obviamente, algo hace que estemos creciendo el doble
que la primera economía europea y el triple que la segunda economía
europea, con lo cual, lo que estamos haciendo lo reconocen mucho más
fuera que en casa —eso siempre pasa—; en casa somos así de
exigentes.


Primera característica: crecimiento creador de empleo. Eso hace
que desde que comienza el crecimiento económico, entrando en umbrales
cercanos al 1 % en 2014, entre 2014 y 2015 se creen en España un millón
de puestos de trabajo, que es lo que realmente necesitamos para afrontar
con confianza nuestro futuro, y eso hace factible, como después
insistiré, en el programa del Gobierno, en el programa expresado por el
presidente Rajoy de que la próxima legislatura llegaremos a los 20
millones de ocupados, que es lo que teníamos en el año 2007, al comienzo
de esta crisis. Por tanto, como es algo que ya hicimos como país, ahora
podemos y debemos volver a esa situación: crecimiento creador de
empleo.


Segunda característica, absolutamente nueva e inédita:
crecimiento sin inflación. Crecimiento superior al 3 % sin inflación.
Nunca habíamos vivido esta situación, nunca habíamos tenido un periodo
como este, tan largo de crecimiento económico sin que subieran los
precios. Hemos visto en el último IPC el avance del mes de septiembre, en
el que se ha producido una bajada del IPC nada menos que del 0,9 %. Y
esta bajada de precios es muy buena, es muy positiva, porque permite la
recuperación del poder adquisitivo de las familias, porque permite que
nuestras empresas ganen en competitividad, y, como vemos, no obstaculiza
para nada el crecimiento económico; por tanto, nos está sirviendo, nos
está siendo de gran utilidad.


Tercera característica. Tenemos un crecimiento económico que por
primera vez en nuestra historia es compatible —un crecimiento
del 3,3 % que se deriva totalmente de la demanda interna, es decir, del
consumo y de la inversión que estamos realizando en casa, en nuestro
país— con que la economía española esté ofreciendo un saldo
positivo, frente al resto del mundo, de más de un punto de producto
interior bruto, de 1,5 % de capacidad de financiación frente al resto del
mundo y eso es lo que nos permite afianzar la confianza y reforzar el
proyecto de que somos capaces de ir devolviendo la deuda externa.


Necesitamos crecer mostrándole al mundo que ese crecimiento
interno, creador de empleo, es compatible con devolver la deuda; eso es
tener capacidad de financiación frente al resto del mundo y por eso
tenemos que seguir con un proceso que ya se ha abierto en España y que es
uno de los grandes cambios que se han producido en nuestro país: el
desapalancamiento extraordinario del sector privado. Desde el año 2012
hasta ahora, el sector privado, las empresas no financieras y las
familias han bajado su nivel de endeudamiento en más de 350 000 millones
de euros. Señorías, 35 puntos de producto interior bruto de
desapalancamiento del sector privado y eso es lo que se ha suplido en
buena parte con la deuda pública; deuda pública que viene del déficit
público y de pagar lo que otros no pagaron: la deuda comercial pendiente.
(Rumores). Es lo que pasa con estos relevos de Gobierno que en España
llama tanto analista político —que hacen su trabajo, y muy sesudo a
veces—, bipartidismo. Llaman bipartidismo a que unos arruinen el
país, no paguen las facturas y que otros tengamos que venir a hacer las
reformas y a pagar las facturas que dejaron los anteriores.
(Aplausos.— Protestas). Eso es así, las cuentas son las cuentas del
incremento de la deuda pública que he mencionado.


También hemos tenido que utilizar la deuda pública para sanear
los bancos. De otro modo, hoy no tendríamos esa oferta creciente de
crédito que nos está sacando de la crisis económica; esto es lo que
estamos haciendo fundamentalmente. Y, por otro lado, está la deuda
pública, obviamente, en proceso de recesión económica, como hemos vivido
en esta legislatura, con caída de actividad económica en el año 2012 y
caída de actividad económica en el año 2013, lo que hace que se
incremente y que mientras el sector privado se ha desapalancado a estos
ritmos tan intensos, el sector público no haya podido hacerlo.


A pesar de ello, nuestros acreedores, los mercados, han creído
tanto en nosotros que nos han comprado casi la mitad del stock de deuda
pública. En este sentido, más de la mitad de deuda pública está en manos
de inversores extranjeros en este momento, lo que hace que nuestra deuda
externa siga elevada. Así, para el año próximo, como se proyecta en estos
presupuestos, es necesario bajar el nivel de deuda pública sobre el
producto interior bruto, para que ese desapalancamiento se encauce ahora
hacia el sector público y podamos responder a las expectativas de quienes
nos han dejado nuestro dinero para llevar a cabo una política de sector
público; una política que ha facilitado el desapalancamiento del sector
privado cuando hemos reducido la morosidad, cuando hemos reducido el
déficit de nuestras administraciones públicas, cuando hemos creado este
circuito financiero que es también el que nos está ayudando, como decía,
que es el que está ayudando a la financiación de sectores privados de la
economía.


No nos hemos endeudado para gastar más, nos hemos endeudado para
pagar el pasado, y eso es muy importante porque al pagar el pasado hemos
salvado a cientos de miles de empresas de la quiebra; hemos salvado
cientos de miles de puestos de trabajo, pero también hemos salvado a las
grandes empresas de nuestro país y hemos salvado el crédito de España.
¿Qué hubiera ocurrido si un gran laboratorio internacional se hubiera
retirado de España en el año 2011 o en el 2012 porque no se le pagaban
los fármacos? ¿Qué hubiera ocurrido si un proveedor de un gran servicio
público, una multinacional, se hubiera retirado de España porque el
índice de morosidad le era inaguantable, insoportable, como los que
teníamos en el año 2012? ¿Qué hubiera ocurrido con los servicios públicos
de España y con el propio crédito y el prestigio de España? Por lo tanto,
esto es lo que hemos hecho y es lo que ahora tenemos que reconducir con
esa deuda pública creciente que es la que proyectan los Presupuestos
Generales del Estado para el año próximo.


Así pues, cuando se nos dice que España no tiene modelo de
crecimiento económico, no puedo más que preguntar si no es un modelo de
crecimiento económico el hecho de que estemos creciendo y llevándolo todo
a empleo, que estemos creciendo sin inflación, con un récord histórico de
exportaciones y con capacidad de financiación frente al resto del mundo.
Hay gentes que piden que el modelo económico sea.., y le ponen adjetivos
calificativos. En este sentido, recuerdo al Gobierno anterior que iba a
descubrirnos la economía sostenible y llegó a elaborar una ley; una ley
para crear la economía sostenible. Pero este es un modelo económico, un
modelo económico de estabilidad y eso es lo que hace que se genere
confianza, que se genere inversión y que se tomen decisiones a favor de
ese crecimiento económico.


Los Presupuestos Generales del Estado para el año 2016, que hoy
les presento, se definen por las siguientes características. Son unos
presupuestos sociales, eminentemente sociales. ¿Por qué? Porque la gran
mayoría del gasto, un 53 % del gasto, se destina a financiar lo que
llamamos el gasto social, y entre ese gasto social figuran en un capítulo
muy destacado las pensiones, el compromiso con nuestros mayores, con
aquellos que trabajaron y que ya no trabajan por razón de edad, de
incapacidad, o también porque perdieron al familiar que generó ese
derecho. Es el compromiso de una sociedad moderna y es el compromiso al
que responden los Presupuestos Generales del Estado, enfatizando la
continuidad del crecimiento de nuestras pensiones. Estos presupuestos
para 2016 abren la opción de que el Estado acuda a reforzar la
financiación de las pensiones en nuestro país a través de los impuestos.
Ya lo estamos haciendo en la división de fuentes de la Seguridad Social
con el Pacto de Toledo, de manera que las pensiones más bajas las
financia el Estado y no el sistema de Seguridad Social; los complementos
a mínimos y las pensiones no contributivas los financia el Estado a
través de una partida de 13 000 millones de euros, es decir que cuando un
contribuyente, sea una empresa o sea un particular, está defraudando a la
Hacienda pública está yendo contra el pago de esas pensiones, de las
pensiones más bajas de nuestro sistema. Ahora, a partir del año 2016 y en
el marco del Pacto de Toledo, como proponen estos presupuestos, hay que
continuar aportando, reforzando la financiación de nuestra Seguridad
Social para la seguridad de nuestros pensionistas, a través de lo que
deben ser aportaciones del Estado, aportaciones procedentes de otras
fuentes de recaudación. Esto es lo que programan estos Presupuestos
Generales del Estado en algo tan importante como la partida de
pensiones.


Déjenme relatarles algunas cifras porque este es un debate de
presupuestos y espero que me perdonen pero creo que es importante, no ya
por sus señorías —que obviamente las conocen— sino por los
españoles, para que contribuyamos a difundir en qué se gastan el dinero
nuestras administraciones públicas y, en concreto, el programa que
presentamos en esta Cámara, que depende de las decisiones de los
parlamentos autonómicos y de los concejos municipales. Repito, es
importante conocer dónde irá a parar el dinero de los impuestos de los
españoles en el año 2016.


El gasto público que programa el Gobierno el año que viene es
del 40,7 % en el conjunto de nuestras administraciones públicas y el
programa del Gobierno es que baje en términos de producto interior bruto
el 40,7 %, y aprovecho para recordarles que en 2007, con la
Administración socialista, en la frontera de la crisis, el año en que no
se quería ver que venía una crisis —siempre es más cómodo,
obviamente, para todos los que incurren en la irresponsabilidad de no
querer ver lo que se tiene delante, lo que va a venir—, el gasto
total de las administraciones públicas de España —repito, en la
frontera de la crisis— era del 38,9 % del producto interior bruto.
Por ello, cuando ahora se nos dice: ¿pero qué están haciendo? ¿Es que
pretenden bajar el gasto público sobre el producto interior bruto? Pues
bien, eso lo hacían ustedes, los socialistas, que tenían el gasto público
en el 38,9 %, en el año 2007 y fue el máximo de los presupuestos del
conjunto de las administraciones públicas, lo que llevaba a España a no
tener previsión para hacer frente a la crisis.


En cualquier caso, lo que estaba preguntando era dónde nos
gastamos el dinero de nuestros impuestos. A servicios públicos generales
—todo lo referido al funcionamiento de nuestras
administraciones— del 40,7 % del producto interior bruto previsto
va el 6,2 %; a defensa, el 0,9 % de nuestro PIB; a orden público y
seguridad, el 1,9 % de nuestro producto interior bruto; a asuntos
económicos —las políticas que inciden más directamente sobre la
actividad económica de nuestras administraciones públicas, el 3,7 %; a
medio ambiente, el 0,8 %; a vivienda y servicios comunitarios, el 0,4 %;
a salud, el 5,6 % de nuestro PIB, y les recuerdo que en 2007 iba
el 5,6 %. (La señora Llinares Cuesta: ¡En el año 2011!— Fuertes
rumores.)


El señor PRESIDENTE: Guarden silencio, por favor, señorías.


Señora Llinares, por favor.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Es que esto es lo que tienen las cifras, que se
enfrentan a los prejuicios. Está claro que ahora usted se pregunta: ¿Cómo
me va usted a desmontar mi argumento retórico de que nos hemos quedado
sin la salud pública? Pues bien, es que no nos hemos quedado sin la salud
pública, está ahí y, por tanto, esa es la previsión del presupuesto del
Estado que estamos presentando.


A actividades recreativas, cultura y religión se destina el 1,1 %
de nuestro producto interior bruto; a educación, el 3,8 %, que en 2007
era el 4 %, es decir, 2 décimas menos; a protección social, el 16,3 % de
nuestro PIB y en 2007, año precrisis, a protección social se destinaba
el 12,7 %, repito, hoy el 16,3 %. Ahí es donde se gasta el dinero. Nos
dicen que en estos presupuestos no estamos proporcionando una auténtica
cobertura social, pero es que la estamos haciendo para todas las
administraciones porque la financiación de que estoy hablando aquí es la
de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, que la previsión de
estos presupuestos incluye a las administraciones territoriales. En este
sentido, el año que viene se destinarán más de 7000 millones de euros a
las comunidades autónomas, además de los 3000 millones de euros que se
ahorrarán en la carga de intereses, 1 punto de nuestro producto interior
bruto. Y también se incrementa la financiación a las corporaciones
locales en un 3,9 %, que dedican fundamentalmente a la protección social.
Cada vez tenemos en España más protección social en términos de producto
interior bruto; y, desde luego, más protección social que nunca en
nuestra historia. Nunca habíamos tenido tanta, y la necesitamos. Es así
porque, como bien dicen quienes critican el sistema público de pensiones,
hay más jubilados; claro que los hay. Y la pensión media ha subido; claro
que ha subido. ¿Y no podemos hacer frente a este gasto con los
presupuestos de nuestras administraciones públicas? Sí podemos hacerle
frente y espero que en la mañana de hoy reforcemos este mensaje de
tranquilidad porque, obviamente, eso significa que no se podrá gastar en
otros fines, pero este es ineludible, inevitable y, desde luego, es el
compromiso del Gobierno del Partido Popular con la protección social de
nuestro país y pone de manifiesto la coordinación con las comunidades
autónomas.


Asimismo, son presupuestos que devuelven el esfuerzo a los
funcionarios. Son los presupuestos en los que por primera vez sube el
sueldo de los funcionarios después de que en el año 2010 un Gobierno
socialista se lo bajara de media un 5 %. Ahora ya se acaba el periodo de
cinco años de congelación de los sueldos de los funcionarios,
proponiéndose en estos presupuestos un incremento del 1 %. Como también
lo hacemos respecto a la reposición de la paga de 2012. Cuando retiramos
esa paga dijimos que no era una bajada de sueldo, que la íbamos a reponer
a partir del año 2015, en el momento en que tuviéramos disponibilidad
presupuestaria. Y ya estamos en el 2015, en esa reposición de la paga. En
enero hemos devuelto una cuarta parte; Ahora, a comienzos de octubre,
otra cuarta parte; y, además, estos presupuestos programan el 50 %
restante, de modo que a partir del mes de enero del año 2016 se efectuará
el pago de ese abono pendiente para los funcionarios, que podrá hacerse
en dos partes a lo largo de dicho año. En todo caso, como está
presupuestado, los funcionarios públicos no van a perder poder
adquisitivo en esta época de ajuste. Además, no debemos olvidarnos de la
reposición de los días de libre disposición, que hemos tramitado a través
de un decreto-ley que está ya vigente; reposición prevista para el
año 2015.


Por otro lado, los presupuestos tienen un programa de
recuperación moderada de la inversión pública. Esta se ha resentido mucho
en los anteriores presupuestos y ahora que vamos teniendo disponibilidad
presupuestaria estamos articulando ya unos crecimientos, todavía
moderados, de un 4 % en términos de presupuestos.


Dado que los mercados se han abierto, las empresas públicas como
el ADIF, están acudiendo a esa financiación, permitiendo seguir adelante
con la realización de grandes obras públicas que vertebran todo el
territorio nacional y que, por tanto, nos hacen más competitivos y más
europeos, puesto que esas obras públicas responden al mapa europeo de
infraestructuras.


Estos presupuestos contemplan un crecimiento de los ingresos
tributarios para el año 2016 en relación con lo que será el año 2015. Ese
incremento ha sido una de las vertientes más debatidas porque ¿son
creíbles o no son creíbles unos presupuestos que programan incrementos de
ingresos del orden del 6 % sobre la prevista liquidación para este año?
¿Lo son o no lo son?


Quiero recordarles las cifras publicadas ayer: en este año, 2015,
el total de los impuestos en términos de contabilidad nacional, en el
periodo de enero-agosto de 2015 sobre el mismo periodo enero-agosto
de 2014, está creciendo al 6,7 %; los impuestos indirectos lo están
haciendo al 7,9 % y los impuestos directos al 4,9 %, teniendo en cuenta
que esos impuestos directos contienen la bajada del IRPF, que ya se ha
producido a comienzos de año y que se ha reforzado con el adelanto de la
que teníamos programada que entrara en vigor en enero del año 2016, en
parte ya está incluida en ese periodo de enero a agosto, y aun así, el
incremento de los ingresos tributarios este año, en términos de
contabilidad nacional del Estado, es del 6,7 %.


Por tanto, ahora es cuando estamos bajando impuestos y en ese
proceso, este año, solo en el IRPF, vamos a emplear más de 3400 millones
de euros que son los que se devolverán a los contribuyentes
—repito, 3400 millones de euros—, cifra que no llegará a la
bajada de impuestos que programa este presupuesto para 2016 con el
impuesto sobre Sociedades, que no llegará en el año 2015, aunque sí
empieza realmente en ese año. El nuevo impuesto sobre Sociedades hará que
en el año próximo contemos casi con otros 2000 millones de euros de
bajada, para que nuestras empresas dispongan de mayor capacidad de
financiación y, de esa manera, fortalezcan su inversión y la consiguiente
creación de empleo. Ese es el programa de presupuestos que va ahí y que
programa una bajada de impuestos que, por supuesto, también el nuevo
Gobierno, a partir de las elecciones generales de diciembre, podrá
reforzar y podrá ampliar en virtud de la experiencia que estamos
adquiriendo en el año 2015, donde estamos viendo que esa bajada de
impuestos realimenta el crecimiento económico, lo fortalece —en el
caso del IRPF fortalece la capacidad adquisitiva de las familias— y
de esa manera, como ven, estamos cumpliendo claramente con los objetivos
de déficit público.


Estos presupuestos programan la reducción del déficit público
para el año próximo. Llegar a alcanzar el objetivo del déficit del 2,8 %
para el conjunto de las Administraciones públicas para el año 2016 es
fundamental. Eso es lo que permite, junto al crecimiento económico,
reducir el nivel de deuda pública sobre el producto interior bruto, y eso
es —estoy tratando de sintetizar desde el comienzo de mi
explicación— lo que fortalece el crecimiento económico, la creación
de empleo y proyecta hacia el año 2016 y subsiguientes la reducción del
déficit público.


Esa reducción del déficit público es tan importante por eso y
porque España, si el año que viene se sitúa por debajo del 3 %, sale del
procedimiento de corrección de déficit excesivo de la Comisión Europea y,
por tanto, entramos en un nuevo ámbito, en el que dentro de la gobernanza
europea tendremos más capacidad de dirigir realmente nuestros propios
presupuestos y de tener nuestras propias opciones políticas. No es lo
mismo estar bajo el brazo rectificador de la Comisión, del Ecofin y de
los órganos de control europeo, que hacerlo cuando un país es tan fiable
que ha reducido ya su nivel de déficit público por debajo del 3 % y a
partir de ahí, como les decía, consigue tener también unas opciones
presupuestarias que dependerán mucho más también de la propias decisiones
que adopten en sus Cámaras. Por eso el año que viene estos presupuestos
programan un superávit primario nominal positivo por primera vez. Eso es
lo que permite la reducción del peso de la deuda pública, y por tanto,
fortalece toda la credibilidad.


Señorías, hoy todos los grupos aquí presentes —aunque
algunos en otra parte de nuestro territorio no lo hacen— decimos
que queremos ser Europa. Es fácil decirlo: Queremos ser Europa. Y hay
varios de ustedes que insisten en decir que quieren ser independientes de
España, pero seguir siendo Europa. Pero ese discurso olvida lo que es ser
Europa. Europa es un club de democracias y de libertades; el primero del
mundo. Europa es un club de bienestar social; el primero del mundo. Nadie
en el mundo desarrollado tiene el sistema de protección social de Europa.
Europa es el club de la estabilidad económica. Porque, ¿cómo se puede ser
miembro de la misma moneda sin estabilidad económica? ¿Cómo se puede ser
miembro de esa Europa proponiendo gastar sin mirar si eso tiene
consecuencias sobre el déficit público? Es como decir que ya pagarán los
otros europeos, que ya nos financiarán, que es el discurso que se oye a
determinados grupos políticos; que hay que financiar el déficit, pero que
a saber cómo; a mí que no me miren porque no se lo voy a pedir a mis
ciudadanos. Mejor Pídanselo a los demás ciudadanos de Europa. Eso es lo
que dicen esos discursos políticos en los que se insiste en que la salida
de la crisis es gastar sin recursos, gastar más que los recursos
tributarios que cada cual tiene en su país.


Pero, señorías, eso produce la inestabilidad de la moneda y va
contra las normas de Maastricht. Y Maastricht no es, como dicen algunos,
el fundamento de la Europa neoliberal; es el fundamento de la Europa de
la estabilidad económica. ¿Conocen ustedes algún país, uno que es
realmente un gran continente, que tenga moneda común y no tenga normas de
estabilidad interna? Sería imposible. Pero a ustedes les da igual e
insisten en que quieren ser independientes y europeos, y hacer lo que les
venga en gana. Las normas no existen, como si fueran un capricho, como si
fuera algo arbitrario, como si para fundar la moneda única en 1998 no
hubiera más que cumplir unos criterios arbitrarios impuestos por la
derecha europea, como dicen ustedes.


Pero, por supuesto, el conocimiento de los contenidos de
estabilidad económica tiene sentido. ¿Por qué los socialistas alemanes no
cuestionan Maastricht? ¿Por qué el socialismo alemán entiende que todos
los países del euro tienen que tener estabilidad económica?






Pero en
España nuestros socialistas dicen otra cosa, que quieren ser Europa, que
son Europa para cambiar las normas, pero son normas de estabilidad y de
gobernanza. Sin embargo, forman coaliciones de gobierno municipales con
opciones políticas radicales que cuestionan esas normas de estabilidad,
haciendo incompatible su cumplimiento. Aquí, en España, los socialistas
firman esos pactos políticos con fuerzas radicales y les da igual dar un
gran municipio de Cataluña a una fuerza política que, además de
independentista, es antieuropea, no quiere cumplir con las reglas de
estabilidad europeas y quiere salir del euro con un único objetivo
político, que es, tal y como declaran, quitar a los gobiernos del Partido
Popular. Ese es el único objetivo político que justifica incluso
compromisos de Gobierno que no se adaptan a la gobernanza europea y a las
normas de estabilidad europea. Por eso es muy importante que en estos
debates de presupuestos los grupos políticos se pronuncien sobre el
cumplimiento de los objetivos de déficit por parte de todos, o sobre el
cumplimiento de los objetivos de gobernanza europea contemplados en la
Ley Orgánica de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera.
Por eso es tan importante también que no se cuestione la regla de gasto
que contiene dicha ley, porque esa regla de gasto viene de la gobernanza
europea. No se trata de una arbitrariedad impuesta por las Cortes
españolas, sino que procede de la gobernanza europea y, por tanto, hay
que cumplirla en todos los sectores y en todos los ámbitos de las
administraciones públicas.


Hoy hemos superado los pronósticos de crecimiento y de creación
de empleo porque todas las administraciones públicas han cumplido con sus
objetivos de déficit. Y lo que no puede hacerse, a partir de las últimas
elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, es poner en cuestión
el cumplimiento de esos objetivos de déficit con fórmulas como repudios
de la deuda pública o decir que hay que cambiar drásticamente la regla de
gasto.


Señorías, esta ha sido una legislatura intensa, difícil, en la
que se han presentado muchas iniciativas y ha habido una actividad
legislativa casi frenética dada la importancia de la tarea que teníamos
por delante y la dificultad para conseguir los objetivos que se nos
presentaban. Hoy podemos afirmar que hemos hecho parte del trabajo, pero
a la hora de hacer balance no podemos decir que hemos llegado a ninguna
meta. Lo que hemos hecho ha sido abrir el camino, o más bien desbrozarlo,
pero no hemos llegado, repito, a ninguna meta. Ciertamente, los nuevos
presupuestos muestran que no hay que reducir el nivel de gasto público
como se ha hecho durante los tiempos más duros de esta legislatura y de
esta crisis. Lo que tratan de hacer estos presupuestos es que el gasto
público no crezca más de lo que lo hace la actividad económica nacional,
y para ello cuenta también con mayores ingresos, los procedentes de una
recaudación que va ensanchando sus bases imponibles a medida que lo va
haciendo la actividad económica.


En el Gobierno creemos que hemos avanzado, pero también que no
hemos llegado a ninguna meta. Creemos que, efectivamente, la sociedad
española ha respondido como sabe hacerlo, como respondió en el pasado
cuando se enfrentó al gran objetivo nacional de fundar el euro. Por ello,
estamos convencidos de que el año 2016 y los posteriores serán años de
recompensa para esta sociedad; supondrán algo más que devolver los
esfuerzos, serán años de prosperidad, años de creación de empleo y años
de bienestar. En consecuencia, los españoles podrán afrontar esos años
con una seguridad, una confianza e, incluso, con un optimismo que no
podíamos tener en el año 2012, cuando celebrábamos aquellas elecciones
generales a finales del año 2011 y no teníamos un programa de
presupuestos ante nosotros.


Señorías, quiero valorar lo que ha supuesto, para poder tener
este nuevo horizonte económico ante nosotros, la estabilidad política que
hemos ejercido responsablemente en esta legislatura. Son palabras de
reconocimiento a la tarea realizada por el Grupo Parlamentario Popular
aquí, en el Senado, y a los grupos políticos que también nos han apoyado
en determinados ámbitos cumpliendo con sus compromisos, como es el caso
de UPN y, en su momento, el PAR. Esa estabilidad política ha sido
absolutamente fundamental, y —tengo que decirlo— generosa,
pues los grupos políticos somos personas, las formaciones políticas somos
personas, los gobiernos, además de instituciones, los componemos
personas. Y las personas, cuando se enfrentan a situaciones tan difíciles
y tan duras, tienen dudas; y esa expresión de confianza, esa expresión de
estar detrás, esa expresión de no fallar ni en el momento más difícil,
donde todo son sombras cuando no oscuridades, eso es la estabilidad
política. Ahora es fácil decir que esa estabilidad política ha sido
excesiva, exagerada. Tengo que afirmar que sin esa estabilidad política
hoy España no estaría saliendo de la crisis económica, igual que si no
hubiéramos tenido un presidente del Gobierno con las ideas muy claras y
con la firmeza en las decisiones en los momentos más cruciales de nuestro
país, hoy no estaríamos hablando de un horizonte de recuperación
económica y de creación de empleo.


Hoy todos los miembros de esas mayorías que han apoyado los
Presupuestos Generales del Estado anteriores, esos presupuestos tan
difíciles de 2012, de 2013, de 2014, de 2015, y ahora en 2016 —ya
con otro color—, podemos decir todos —por supuesto lo dice el
miembro del Gobierno, que es el proponente formal del Ejecutivo ante el
grupo parlamentario— que hemos hecho lo que teníamos que hacer por
el interés general de los españoles. Eso implica desgastes políticos,
implica desgastes personales, pero estamos en política para hacer lo que
tenemos que hacer en aras del interés general de los españoles. Y eso es
lo que ha hecho este grupo parlamentario año tras año, sin dudar, sin
vacilar, y ese mensaje político que se ha lanzado aquí y en el Congreso
de los Diputados ha sido absolutamente fundamental para abrir ese
horizonte de nueva esperanza que hoy tenemos los españoles ante
nosotros.


Obviamente, nos acercamos al final de una legislatura en la que
podemos decir con la cara muy alta que hemos hecho lo que teníamos que
hacer. Sin eso no estaríamos creciendo y no se estaría creando empleo.
Observen cómo otros no crean empleo ni crecen en Europa, en la cercana
Europa, en la fronteriza Europa; observen las incertidumbres que
caracterizan hoy al mundo. Pero también tengo que decir, en términos
políticos, que lo hecho no basta, que hay que continuar con estas
políticas porque son las que muestran ser eficaces para superar la
crisis. No se puede desfallecer cuando realmente lo que tenemos por
delante es llegar al final de la siguiente legislatura con una ocupación,
con una creación de empleo, con un nivel de desarrollo económico como no
habrá tenido antes España, cuando podemos y debemos jugar nuestro papel
en el conjunto de las naciones desarrolladas del mundo. Por tanto,
tenemos que seguir haciendo mucho, aprendiendo, en primer lugar, de
nuestros propios errores, de nuestros propios excesos, pero también
aplicándonos con firmeza en el desarrollo de estas políticas que, como
vemos, son en sí mismas las que nos han llevado a superar las
incertidumbres de esta larguísima crisis y del retroceso económico que
hemos vivido.


Hoy, con estos presupuestos, podemos ofrecerles a los españoles
una nueva etapa, y podemos decir que estamos en condiciones de seguir
aplicando esta política en los próximos años. Podemos decir que, frente a
todo esto, hay otras políticas llenas de confusión, llenas de
planteamientos fáciles que son los que conducen al fracaso de las
naciones. España es un gran país; España se ha puesto otra vez en marcha;
España, esa España que sabíamos que no nos iba a fallar, que iba a
responder a las políticas que estábamos sentando en esta Cámara, es hoy
la España que vuelve a liderar esos proyectos de crecimiento y que es un
referente de atracción de inversiones en el mundo. Por eso puedo decir
esta mañana que estos presupuestos son los que consolidan la recuperación
económica y la creación de empleo, pero también son un gran anclaje
político. Necesitamos estos presupuestos, y es una oportunidad poder
cerrar esta legislatura con unos presupuestos ya establecidos y
programados para el año próximo, para dar seguridad y fiabilidad a los
ciudadanos cuando se les convoque a las urnas en el próximo mes de
diciembre.


Por todo ello, señor presidente, pido a la Cámara el respaldo al
Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el
año 2016.


Muchas gracias a todos por su acción y por su esfuerzo. (Fuertes
y prolongados aplausos de los señores senadores del Grupo Parlamentario
Popular en el Senado).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Entramos en el debate de las propuestas de veto al proyecto de
ley.


En primer lugar, el Grupo Parlamentario Socialista presenta la
propuesta de veto número 8. Para su defensa, tiene la palabra el senador
Vázquez.


El señor VÁZQUEZ GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, tengo cuarenta y cinco minutos menos para contestar al
señor Montoro y me gustaría ser tan gráfico como El Roto, ese humorista
que hoy publica en El País este editorial, más que chiste. (El señor
Vázquez García muestra un periódico a la Cámara). Sobre el frontispicio
de las columnas pone: Elógiate a ti mismo. Lo único que falta es que
ponga abajo: Dedicado al señor Montoro, porque eso es lo que hace
constantemente aquí. Es asombroso, la verdad, un fenómeno. (Risas). Yo
creo que los aplausos que le ha dedicado hoy la bancada del Grupo Popular
son porque saben que ya no lo van a volver a escuchar. (Risas). No van a
tener que volver a aguantar la hora y cuarto que nos ha metido aquí.
(Aplausos).


Nos decía al principio que fuésemos concretos, que no
generalizásemos, ¡y vaya discurso que nos ha metido de generalidades y de
mitin político! Un fenómeno, señor Montoro; un fenómeno. (Risas).


Hoy debería haber sido el día, 30 de septiembre, en que el
Gobierno trajera al Parlamento español los presupuestos. Sin embargo,
estamos ya en el tramo final de su debate y su aprobación, lo cual es
inusual e improcedente —no quiero ponerle más calificativos—.
Estamos acostumbrados, desgraciadamente, al uso y abuso de las
instituciones por interés partidista. En estos cuatro años hemos visto
cómo se hurtaban al debate parlamentario importantes decisiones
políticas. De hecho, el 37 % de todas las iniciativas han sido por real
decreto ley, lo cual no había sucedido nunca, pero también hemos asistido
al espectáculo de ver cómo se introducían modificaciones de calado, pero
polémicas, a través de enmiendas de última hora, sin la preceptiva
valoración de los órganos consultivos. En definitiva, el uso del rodillo
como única forma de ejercer la actividad parlamentaria sin dar la mínima
concesión al acuerdo, a la negociación o al consenso. El más absoluto
desprecio a las propuestas del resto de los grupos, con esa altanería tan
característica de la derecha española.


En la tarde de ayer pudimos comprobar su estilo, cuando los
portavoces de la oposición tuvieron que expresar sus quejas y pedir el
amparo al presidente de la Cámara por la incomparecencia del presidente
Rajoy y buena parte del Gobierno, incumpliendo el reglamento y evitando
el control. Como tantas veces, vuelven a verse solos, con todos los
grupos vetando estos presupuestos, 12 concretamente, más que nunca.
Comprobaremos, además, que no aceptan prácticamente ninguna de las 3400
enmiendas presentadas. Pero ya están ustedes también acostumbrados a eso
y les va a venir bien a partir de enero, pues es como van a estar: solos
y en minoría.


Este Gobierno termina, señor Montoro, como comenzó, adaptando los
plazos a sus intereses electorales. En 2012 usted permitió que no se
aprobasen los presupuestos hasta que pasasen las elecciones andaluzas, lo
que fue una de las principales causas de la brutal subida de la prima de
riesgo y de la desconfianza en nuestro país. Y lo terminan igual,
adelantando los plazos normales para poder cerrar lo que ustedes
consideran que deben dejar atado.


Vamos a los presupuestos y a esa concreción que usted pedía. No
solamente han actuado igual en esto como entonces, sino que también han
falseado la realidad. Son tramposos, como todos sus presupuestos. Esa es
la marca de la casa, señor Montoro, y en eso es usted experto y lo ha
demostrado sobradamente, aunque haya sido a costa de perder la poca
credibilidad que tenía. Año tras año la realidad ha estropeado sus
cuentas y descubierto sus cuentos, a pesar de toda la ingeniería y
trucos.


Hay un motivo sobrevenido, y solo por eso deberían rectificar el
presupuesto y el marco macroeconómico. El día 14 de este mismo mes el INE
publicó la revisión de datos de contabilidad nacional, que nos dice que
en esta legislatura ha caído el PIB más de lo calculado hasta ahora, la
deuda pública es más alta y el déficit en 2014 se acercó al 6 %. Lo que
dicen estos nuevos datos del INE es que esta legislatura habrá menos
crecimiento, menos empleo, más deuda y más impuestos. Eso hace que este
presupuesto sea papel mojado.


Ayer se publicaron los datos de ejecución a 31 de julio. Usted ha
hecho referencia a parte de ello, pero no ha dicho que las comunidades
autónomas ya han superado, a esa fecha, el déficit que tenían para todo
el año; tenían el 0,70 % y ya están en el 0,73 %. La Seguridad Social, en
julio, con el 0,61 %, ya había superado también el déficit que tenía para
todo el año, que era del 0,60 %. Y el Estado estaba ya en el 2,53 %
cuando tiene el 2,9 % para finalizar el año. Eso no lo ha dicho, señor
Montoro, porque no le interesa.


Ese compromiso de estabilidad fiscal, que usted dice que
garantiza estos presupuestos, no lo han cumplido ningún año. Una de las
grandes mentiras de estos presupuestos son los objetivos marcados. Ese
déficit de 2015, como se vio ayer, será muy superior a lo previsto y eso
ya repercute en el próximo ejercicio. La propia Airef, la autoridad
independiente, nos lo decía en su comparecencia y utilizaba la palabra
imposible para referirse a que algunas comunidades autónomas puedan
cumplir el déficit en este año.


Devolver los esfuerzos y sacrificios. Esa es otra gran propaganda
que también ha dicho. ¿A quiénes, señor Montoro? Sus propuestas estrella
son subir a los funcionarios el 1 % y el 0,25 % a los pensionistas porque
creen que ello les darán su apoyo. Y ambos colectivos saben que con esa
subida no llegan ni siquiera a ganar poder adquisitivo, sino que lo
pierden porque la inflación prevista es superior en términos reales. Por
lo tanto, no van a subir, sino que van a bajar. Siempre que hablan de
devolver esfuerzos se refieren a los ingresos y nunca a los brutales
recortes del gasto público.


Respecto a los ingresos, son totalmente irreales. En eso hay
coincidencia de todos los analistas. Lo basan, única y exclusivamente, en
un crecimiento de la economía y el empleo que todos señalan a la
baja.


Hablan del mayor consumo basándose en mejoras salariales y
beneficios de los autónomos y de las pymes. ¡Pregúnteles! Los ingresos
tributarios están sobrevalorados, como estaban este año y han estado
siempre, y los de la Seguridad Social ni les digo. ¿Cómo se atreve, señor
Montoro, a poner que van a crecer las cotizaciones a la Seguridad Social
el 6,7 % si están creciendo este año apenas por encima del 1,3 %? Por lo
tanto, calcularon un agujero descomunal que se va a producir.


Las exportaciones van a crecer al 6 % con lo que está sucediendo
actualmente, sin la Rusia emergente, mientras que la productividad está
cayendo. Este año el saldo exterior retrocede a la mitad de 2014, señor
Montoro. Vendemos fuera, es verdad, pero bastante menos de lo que
vendíamos antes.


Marcado carácter social. Esto ya nos daría la risa si no fuese
por el drama de los afectados. Todo el incremento es para las pensiones,
pero no porque se incrementen, que como hemos visto, en términos reales
bajan, sino porque hay muchos más pensionistas y mucho más gasto en
pensionistas. No incluyen los 5500 millones que bajan en las prestaciones
a los parados. Tenemos los mismos parados y, sin embargo, tenemos 5500
millones de euros menos para prestaciones. Cuando ustedes entraron al
Gobierno, tres de cada siete parados no cobraba prestaciones; hoy, uno de
cada dos no cobra prestaciones, señor Montoro.


Nos dice que las políticas de sanidad crecen un 3,6 %, pero
después de haberlas bajado. Aquí hay una trampa, porque cuando usted
habla de las políticas de sanidad no incluye los presupuestos de las
comunidades autónomas, que es donde realmente está el gasto. Si fuera
así, veríamos que en los presupuestos consolidados de las comunidades
autónomas el gasto supera el 20 %, lo mismo que en las políticas de
educación.


Además, se han cargado para el año próximo en este presupuesto el
Fondo de cohesión sanitaria, que constaba de 1150 millones de euros
en 2011, algo que creará problemas en las comunidades autónomas. Las
becas suben el 0,2 %, algo vergonzoso después del recorte de una beca
media de 600 euros. Mantienen congelado el IPREM, ese salario mínimo
interprofesional de antes, que de alguna forma sirve de índice para
muchas prestaciones que afectan a las clases más desfavorecidas.


Pero lo más grave es que al mismo tiempo se permiten hacer un
regalo fiscal de 5256 millones de euros a las rentas más altas, a las
grandes empresas. Sí, esa ha sido su reforma fiscal: en el IRPF, el 1 %
de los contribuyentes, 175 000, se han beneficiado más que 14 millones, y
no lo digo yo, lo dice Fedea, y usted lo sabe. Lo que le quitan a los
parados se lo dan a los más ricos: en torno a 5500 millones de euros. Es
una coincidencia de cifras, pero, evidentemente, está ahí.


Nos dice que se abarata la factura de la deuda —es verdad,
dos mil millones menos en estos presupuestos por la bajada de
intereses—, pero no nos dice que se pedirán 231 millones nuevos de
deuda y que al final del ejercicio habrá 50 000 millones más que este
año.


Estos presupuestos dejan nuevamente fuera a la mayoría social,
los autónomos, los pensionistas, los trabajadores, la cultura, la
economía social y también la inversión y la investigación; y esto es aún
más preocupante. Lo más grave, señor Montoro, es que el Gobierno y estos
presupuestos carecen de la más mínima orientación de política económica.
Nada hay sobre un nuevo patrón de crecimiento, para un nuevo modelo de
desarrollo sostenible. La inversión productiva crece un ridículo 1 % en
los presupuestos de 2016; baja en términos reales también. Hemos pasado
de dedicar el 29 % de 2007 —ya que ha traído ese año aquí a
colación— al 18 % en 2016; repito, del 29 % al 18 %. Somos los
últimos de Europa en inversión productiva. En cuanto a I+D+i, continúan
sin apostar por ello, y es la clave. Somos los últimos de Europa en
I+D+i. La productividad la han basado únicamente en la devaluación
salarial, en el abaratamiento del despido y en la precarización laboral,
en competir por lo barato. No crece, no le preocupa al Gobierno y debiera
saber que si hoy no hay inversión productiva mañana no habrá empleo. Pero
no lo saben o, al menos, no lo hacen.


En definitiva, señorías, este presupuesto fía la recuperación a
factores externos y no a un cambio de modelo productivo y de
reforzamiento de nuestro potencial de crecimiento y competitividad. Es el
viejo modelo que, por otro lado, apuntala un modelo social de
desigualdad, bajo salario y precarización. Por eso estoy de acuerdo con
usted en una cosa que ha dicho, que estos presupuestos son la garantía de
seguir por la misma senda. Ese es el problema, señor Montoro, que con
este presupuesto ustedes tratan de consolidar esa senda de sacrificio, de
desigualdad, de más pobreza, de menos salarios y de no crear empleo de
calidad. Pero ¿y si cambia el viento de cola —yo sé que a usted no
le gusta esta palabra— que está ayudando tanto a nuestro
crecimiento? ¿Y si sube el petróleo? ¿Y si suben los tipos de interés,
como previsiblemente dicen los analistas? ¿Y si repunta el euro? ¿Y si
los turistas prefieren otros destinos porque hay estabilidad en otros
países que son competidores nuestros? ¿O si vendemos menos fuera como
consecuencia del detraimiento del comercio mundial que se está
produciendo? Son riesgos reales que los analistas señalan como probables.
Para esto no hay respuesta alguna ni en estos presupuestos ni en la
política económica del Gobierno. Sin esos motores externos sobre los que
el Gobierno no tiene control, si esos motores externos fallan, no tenemos
un plan B; no tienen ustedes un plan B, y esto es muy preocupante. A no
ser que el señor Rajoy, con esa capacidad de influencia tan enorme que
tiene en el mundo internacional, con ese prestigio que le da que seamos
los mejores del mundo, como usted dice, sea el que haya intervenido para
que baje a la mitad el petróleo, para que el Banco Central Europeo dé
dinero mucho más fácilmente y mucho más barato, o para que los turistas
hayan decidido venir aquí. Eso podría ser un argumento si no fuese porque
la influencia del señor Rajoy ha quedado demostrada con el puesto que ha
tenido el señor Cañete en la Comisión Europea, con el papelón que hizo De
Guindos cuando quiso presidir el eurogrupo, con la pérdida del sillón en
el Consejo del Banco Central Europeo y otras muchas cosas más.


Por eso, me extraña que cuando usted decía al final de su
discurso lo bueno que éramos, que éramos los mejores del mundo mundial,
no se hayan fijado en nosotros, en nuestro Gobierno, en nuestros
ministros para darles esos significativos puestos en el Gobierno de
Europa. Me extraña mucho.


Voy a hablar de recuperación. Ese es el mantra del último año. Me
imagino, señor Montoro, que usted ha visto la película El político. Es
antigua, consiguió tres Óscar en el año 1949, pero seguro que la ha
visto. En ella, el populista Willie Stark, el protagonista, le dice a un
colaborador de su campaña: Si dices algo muy alto y lo dices muchas
veces, la gente acabará creyéndolo. ¡Qué poco ha cambiado la cosa
desde 1949!, ¿verdad, señor Montoro? Porque eso es exactamente lo que
hicieron durante tres años con la herencia y lo que están haciendo hoy
con el mantra de la recuperación, lo que ha hecho usted aquí esta mañana,
repetirlo eufórica y cansinamente. (Aplausos). Todos lo hemos sufrido en
las comparecencias y hoy, nuevamente, lo ha reiterado usted aquí. Esa es
su estrategia. Describen un escenario idílico en el que acaban con el
déficit, la deuda y el paro; prometen subidas sociales y bajadas
fiscales; habrá más deuda y más inversión; y todo, todo, saldrá del
aumento de ingresos. ¿Magia? ¿Milagro? No. Círculo virtuoso, como dicen
usted y su presidente. Y yo le pregunto, señor Montoro, ¿dónde está la
virtuosidad cuándo necesitamos endeudarnos 7,5 euros para generar un euro
de crecimiento y de riqueza? En 2015 —este año—, el
incremento de la deuda doblará al incremento del PIB. Entonces, ¿dónde
está ese círculo virtuoso si todo el crecimiento es muy inferior a lo que
nos endeudamos? Al contrario de la zona euro, nuestra balanza comercial
retrocede peligrosamente, y usted lo sabe. En 2014 fue la mitad que
en 2013 y este va a ser menos. ¿Dónde está la recuperación, señor
Montoro, para esos 14 millones de contribuyentes que han pagado todas las
subidas de impuestos mientras ha sufrido recortes y disminuían sus
salarios y su estatus social? ¿O para esos 9 millones de pensionistas que
al tiempo que perdían poder adquisitivo tenían que afrontar copagos,
tasas, recortes y, en muchas ocasiones, ayudar a sus hijos a sobrevivir?
¿O para los casi 5 millones de parados que no encuentran empleo pero a
los que sí les reducen las prestaciones a la mitad? ¿Dónde está la
recuperación para ese millón y medio de dependientes engañados año tras
año? ¿O para los cerca de 3 millones de empleados públicos que han visto
cómo se les denigraba salarial y laboralmente al principio y ahora
pretenden contentar devolviendo parte de lo que les habían quitado? ¿O
para esos 13 millones de españoles en riesgo de pobreza —según
todos los organismos—, de los cuales 2,5 millones son niños? ¿Dónde
está la recuperación para ellos, señor Montoro?


Ya sé que de esto no quieren hablar. No lo hacen nunca, y
debieran. Hoy, en todo su discurso, no ha llegado nuevamente, en su hora
y cuarto, a pronunciar la palabra desigualdad, la palabra pobreza. Y
debieran, señor Montoro, debieran, porque todas las encuestas lo
reflejan, todos los organismos y entidades lo denuncian, pero no les
interesa. Tendrían que ser más prudentes y acotar un poco su entusiasmo
por respeto a todos esos colectivos que le dicho y que no están viendo la
recuperación por ningún lado.


A usted, señor ministro, le gustaría que hablásemos de su libro,
pero no, hoy vamos a hacer balance de esta legislatura. El señor Rajoy
dijo a los españoles, cuando les pedía su voto, que les resolvería todos
los problemas, como el paro —hoy lo ha vuelto a decir aquí, que en
el futuro van a resolverlo también—; que no habría recortes en
educación ni en sanidad ni en dependencia; que no subiría el IVA. Lo dijo
en todos los foros, en todas las sedes. Lo aseguraba, lo juraba. En su
reciente libro Efecto bajamar, José Antonio Zarzalejos, poco sospechoso,
nos dice que cuando la marea baja quedan sobre la arena los restos del
naufragio, cuyo destino es la incineradora o el basurero.


Hoy vamos a decir algo sobre su gestión, sobre el balance de
cuatro años de Gobierno en los que solo han sabido quejarse de lo mal que
encontraron al país —la herencia—. Veamos algunos datos.
Déficit: a pesar de sus proclamas, de los recortes, de las subidas de
impuestos, de los sacrificios, al final del último ejercicio, 2014, el
déficit que corresponde a usted y al Gobierno central apenas mejoraba
unas décimas respecto al que se encontraron a finales de 2011. Sí, lo
sabe: exactamente 3 décimas; Administración General del Estado y
Seguridad Social: solo 3 décimas había mejorado a finales del último
ejercicio contabilizado.


El Programa de estabilidad —aquí tengo el cuadro— que
enviaron a Bruselas en 2012 decía que en este año 2015 el déficit sería
del 1,9 % del PIB y estaría cerca del 5 %, y que la deuda sería del 8,8 %
del PIB. Eso es lo que decían ustedes. Y además le voy a leer el Diario
de Sesiones del día 14 de marzo de 2012, donde usted en esta tribuna
decía: «Considero irrenunciable el 3 % para 2013.» Irrenunciable, y fue
el 7,1 %. Por tanto, los cálculos sobre el déficit están ya demostrados
en la contabilidad nacional.


Además, se han quedado con toda la flexibilidad en el déficit que
Bruselas ha concedido a nuestro país y han obligado a las
administraciones territoriales —que soportan el 50 % del gasto
público— a quedarse con el mínimo de esa flexibilidad; les han
obligado a ajustar 35 000 millones. En este presupuesto para 2016 ustedes
dejan el 10 % del objetivo de déficit a las comunidades autónomas y a los
ayuntamientos y se quedan con el 90 % —el 2,8 frente...—. En
fin, esto es lo que ha ocasionado su gran invento, del que le voy a
hablar brevemente: ha asfixiado a las comunidades autónomas, que tenían
rigidez en el gasto —porque el 80 % de sus presupuestos iba
destinado a servicios públicos esenciales—, y les ha dicho: Ahora
os creo una serie de fondos —FLA, pago a proveedores,
etcétera— y os doy un préstamo, pero, a cambio, os obligo
—¡ojo!— a actuar como yo considero que se debe hacer.


La deuda pública supera el billón de euros —300 000
millones más, el 50 % más—. Han endeudado ustedes a este país, en
el que más ha crecido la deuda: 340 millones diarios. En 2011, con
intereses más altos, se pagaron 22 000 millones de intereses; en este
próximo año 2016 ustedes valoran los intereses en 33 500 millones. Y en
deuda externa se ha equivocado usted: no somos el número uno del mundo,
somos los segundos, detrás de Estados Unidos. Bueno, somos los segundos
del mundo.


Y, por favor, no repita lo de las facturas en los cajones, que ya
está bien, porque se ha demostrado —superdemostrado— que esas
facturas estaban en cajones gobernados por el Partido Popular, que eran
las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular las que
tenían esas facturas en los cajones (Aplausos). Desde que existe la
Comisión Europea, señor Montoro, solamente se ha multado por trampear el
déficit a un ente territorial en toda Europa. ¿Sabe a quién, señor
Montoro? A la comunidad de Valencia, que ustedes gobernaban en ese
momento, señor Montoro. Por tanto, ya está bien de hablar de la deuda en
los cajones.


Empleo. Según la última EPA, hay 756 000 personas menos
trabajando que en el mismo periodo de 2011. La población activa se redujo
en 305 000 personas. La media de horas trabajadas es menor y la
remuneración de los asalariados es más baja. Han cambiado estabilidad por
precariedad, jornada completa por parcial; hoy se habla del trabajador
pobre y precario. Han reducido un 77 % lo que aportaba el Estado a las
políticas de empleo —14 000 millones menos—, que si le
sumamos los recortes en prestaciones, son 41 300 justo, justo, justo
—otra casualidad— lo prestado por el MEDE para rescatar a los
bancos. Curioso, ¿verdad? El salario mínimo interprofesional ha subido 5
euros en los cuatro años que han gobernado ustedes y el salario medio ha
caído 160 euros al mes. Desproteger a los parados y no formar a los
colocados es su política de empleo, señor Montoro.


Sanidad y educación. Se han reducido en términos reales los
recursos más de un 20 % en ambos servicios básicos —sí, sí—,
contabilizando las comunidades autónomas. Se han incrementado las tasas y
copagos, se han cerrado Urgencias y quirófanos. Hoy hay 40 000 profesores
menos en las aulas, 270 millones menos para becas, 500 millones menos
para atender la dependencia.






El peso del gasto social en el presupuesto
consolidado de 2011, del que ustedes quieren presumir, fue del 58 % y en
el presupuesto consolidado de 2016 será del 53,5 %. En definitiva, no sé
cómo pueden tener la cara de presumir de ello.


Pensiones y Seguridad Social. Recibieron unas cuentas
equilibradas en 2012 —sí— y, además, de 2004 a 2011, las
pensiones mínimas crecieron el 50 % y las de viudedad, el 90 % —un
gobierno socialista subió esas pensiones—, y se creó una hucha que
recibieron con casi 70 000 millones. Ustedes, con sus políticas de
recortes y bajos salarios, han logrado que en 2012 se recaudaran 5000
millones menos, 8000 millones menos en 2013, este año serán otros
tantos,... —al final se producirá un desfase de 20 000 millones en
la Seguridad Social—, y también han saqueado la hucha y el fondo de
las mutuas en más de 40 000 millones. Mientras los pensionistas veían
cómo sus gastos fijos aumentaban año tras año, hoy son, sin duda, más
pobres que en 2011. Sus reformas solo crean trabajadores pobres hoy y
pobres pensionistas mañana; han roto el Pacto de Toledo.


Se ha producido un recorte brutal en infraestructuras. No tengo
que añadir mucho. La ministra nos ha repetido cansinamente, pleno tras
pleno, lo de los 40 000 millones de deuda, lo de la herencia, pero el
otro día, en las comparecencias de presupuestos, no logramos saber cuál
era la deuda actual del Ministerio de Fomento, no conseguimos saberlo, y
no ha hecho nada.


Los fondos al desarrollo los han recortado un 70 % y han dejado
sin cobertura a más de 400 000 jóvenes que han tenido que irse fuera de
España a encontrar una oportunidad de vida.


La cultura, la ciencia, la formación, la investigación han sido
sencillamente ignoradas, cuando no despreciadas. No creen en ellas, señor
Montoro, simplemente.


El gasto en I+D+i es el 66 % de lo dedicado en 2009, y para el
año próximo solo sube el 0,36 %, con lo que nos alejamos cada vez más de
la media europea de ese cambio de ladrillos por neuronas, como denunciaba
el presidente de Cosce. A ello hay que sumarle la errática política
industrial. Ahora mismo, el sector industrial representa en el PIB
español solo el 12 %. Y en cuanto a la energía, le diré que tenemos la
energía más cara de Europa y que las energías renovables sufrieron un
parón inconmensurable.


La política fiscal, durante todo su periodo, ha sido oportunista
y desequilibrada, claramente favorecedora de las rentas altas y de los
beneficios a las grandes empresas, con regalos fiscales, como el último
de los 9000 millones, cuyos grandes beneficiarios fueron ellos. He de
recordar —hay que hacerlo— la vergonzosa amnistía fiscal de
la que tantos sinvergüenzas y corruptos se han aprovechado; eso, señor
Montoro, lo llevará siempre en su debe.


El 90 % de los ingresos tributarios españoles proceden de la
clase media y trabajadora a través de impuestos directos e indirectos.
Las empresas del IBEX apenas cotizan por encima del 2 % de sus
beneficios, pero han beneficiado a los que solo aportaron el 10 %. Usted,
en muchas ocasiones, ha querido pasar por Robin Hood en esta Cámara
diciendo que cobraba más a los más ricos para distribuirlo entre los más
pobres, pero, realmente, al final, señor Montoro, ha actuado exactamente
igual que el sheriff de Nottingham.


La pregunta, por tanto, a estas alturas es: ¿Cómo están los
españoles hoy? Se crea empleo, hay más crédito, y, sin duda, en términos
macroeconómicos, el país ha salido de la recesión, aunque el PIB sea hoy
menor que en 2007 —no hemos llegado todavía a la riqueza que
teníamos ese año—, y los ingresos medios familiares han disminuido
el 8 %. ¿Pero cómo están los españoles? Aquí está el problema, señor
Montoro, señorías. España suma el 12 % del PIB de la eurozona, pero
tenemos el 25 % del total del déficit de la eurozona y el 30 % del total
del paro de la eurozona. Solo supera Chipre en déficit y Grecia en
desempleo —subcampeones en esto y campeones en crecimiento de la
deuda—. No es para tirar cohetes, ¿verdad, señor Montoro? o para
hablar de éxitos, como el otro día hacía su secretaria de Estado de
Presupuestos. Pero lo más doloroso es que somos los segundos también en
crecimiento en desigualdad y en pobreza infantil, y esto es muy grave,
señorías. La desigualdad rompe la cohesión social, entorpece el
desarrollo económico y los fundamentos de la democracia, y ni siquiera la
nombra. No somos un país pobre, es verdad, España no es un país pobre,
pero tenemos demasiados pobres. El informe de Oxfam Intermón del pasado
día 9 de este mes, que se titula Europa para las mayorías, no para las
élites y que maneja datos de Eurostat, nos dice que España no tiene un
sistema fiscal para reducir la desigualdad y que solo nos superan en ello
Bulgaria, Lituania, Letonia, Rumania y Grecia.


Está claro que hay beneficiados de esta recuperación que ustedes
proclaman: los bancos aumentan un 27 % sus beneficios; las empresas
cotizadas ganaron en 2014 un 64 % y sus directivos y consejeros
incrementaron sus ya muy elevadas retribuciones. Los que se benefician de
verdad de la bajada de impuestos son ellos, y, por supuesto, están
encantados los defraudadores y amnistiados. Pero mire lo que dice el INE,
léase las estadísticas de su propio Instituto Nacional de Estadística de
su última Encuesta de condiciones de vida, o mire lo que dice el último
dato de Metroscopia de finales de julio. Nos indican que el 76 %
consideraba la situación económica mala o muy mala, el 12 % regular y
solo el 12 % restante buena o muy buena, y que la mayoría pensaba que
después de la crisis seríamos más pobres y desiguales. Igualmente,
el 70 % atribuye esto a factores externos.


Recientemente escribía Joaquín Estefanía que en España se ha
generado una nueva estructura social: los beneficiados, a los que llama
vampiros; los perdedores —el 30 % de la población que se ha quedado
atrás—, a los que llamaba zombis; y el resto, que resiste con
dificultades, ha retrocedido social y económicamente pero está logrando
salir de la crisis con esfuerzo. Este Gobierno trata, con los anuncios
electorales, dirigirse a estos últimos, pero ya es tarde, muy tarde,
señor Montoro.


¿Y cuál es su modelo de sociedad —y aquí sí son coherentes,
y esa ficha que le decía antes que enviaron a Bruselas en mayo de 2012 ya
lo mostraba claramente-? La disminución del gasto público, la disminución
del Estado, la supresión del servicio público. Ese es su modelo, y
nosotros estamos absolutamente en contra de ese modelo. Cuando han
mandado en abril de este año sus previsiones hasta 2018, mantienen a
nuestro país en gasto público, señorías, en el mismo nivel que esos
países mencionados.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El señor Vázquez garcía: Termino, presidente.


Y esta es la cuestión, señor Montoro, coger el Estado de
bienestar y dejarlo al mínimo. Su modelo es el de los países mencionados
y nosotros queremos estar en esa Europa que usted decía que todos
queremos estar, en la Europa que representa Francia, Italia, Alemania,
Bélgica, Holanda —no le hablo ya de los países nórdicos—, no
a la que ustedes nos quieren llevar.


Los socialistas, señorías, tenemos otro modelo, basado en la
igualdad. Queremos, como escribía hace poco un compañero que hoy está en
este Senado, Ignacio Urquizu, una sociedad en la que los individuos no
pierdan la dignidad cuando caen en la pobreza, donde los más ricos no
tengan tanta ventaja sobre los más pobres como para abusar de su
condición privilegiada, y donde cada persona pueda desarrollar su
proyecto vital. Y para eso tenemos que recomponer ese ascensor social que
ustedes han averiado y de qué forma. La verdad es que siempre se
opusieron —la derecha— a todas las mejoras sociales. No es
economía, es ideología, señor ministro.


Acabo, señor presidente. Hoy constatamos que carecen de un
proyecto que apueste por el futuro, por la modernización de nuestro país,
con un cambio de modelo productivo, y que establezca la cohesión social.
El señor Rajoy solo ha creado una fractura social en nuestro país y
también lo ha fracturado territorialmente, y lo peor es que no lo ve y
tiene que salir el señor Aznar a recordarle los avisos.


Termino. España tiene capacidad para ser un país próspero,
emprendedor, innovador, cohesionado y solidario y merece un Gobierno que
diseñe y gestione una recuperación justa, que gobierne para todos y no
para el 10 % de la población que más tiene y a quienes han beneficiado
sus políticas en los próximos años. El Partido Socialista se ofrece a
liderar ese necesario cambio en nuestro país a partir de primeros de
año.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Vázquez.


El Grupo Parlamentario de Convergència i d’Unió ha
presentado la propuesta de veto número 11.


Para la presentación y defensa de esta propuesta, tiene la
palabra el senador Maluquer.


El señor MALUQUER FERRER: Muchas gracias, presidente.


Senadores, senadoras, señor ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, voy a defender la propuesta de veto que han
presentado los senadores de Unió Democrática de Cataluña, del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i d’Unió.


Ahora aquí, en el Senado, debemos mantener las mismas razones que
en el Congreso para defender este veto. ¿Por qué? Porque valoramos estos
presupuestos insuficientes para consolidar la incipiente recuperación que
está experimentando nuestra economía y a la que el ministro hacía
referencia durante su exposición —una exposición realmente de
autocomplacencia—, así como a que todos los que estamos en las
administraciones debemos trabajar para hacer las cosas bien, como
personas y con responsabilidad. Faltaría más. (El señor vicepresidente,
Lucas Giménez, ocupa la Presidencia). Pero mi grupo piensa que no dan
soluciones efectivas a los ciudadanos y redundan en los errores de las
economías subsidiadas, vistiendo de sociales estos presupuestos y
basándose en un incremento supuesto del gasto social, que tan solo se
traduce en este incremento de las pensiones y no en favorecer aquellas
políticas que puedan luchar contra la desigualdad. También pensamos que
no sientan los cimientos que aseguren una menor volatilidad de la
economía. Usted nos dice que la economía de España crece más que las
demás economías mayores de nuestro entorno de la Unión Europea —el
doble de la principal, el triple de la segunda—, pero es una
economía la española que cuando las cosas van mal, baja más que las otras
y cuando empieza a ir un poco bien, como partimos de muy abajo, sube y
crecemos mucho más. Es evidente que estos presupuestos proyectan que
mientras siga la crisis, las recetas van a seguir siendo las mismas, por
mucho que se diga que se favorece la economía de la empresa, de los
autónomos, etcétera, que no lo vemos, no lo encontramos. Ha hablado de
que va a favorecer el empleo. ¿Realmente favorece el empleo? ¿Cómo?
Salvando a las grandes multinacionales y, a veces, olvidándose de las
pequeñas y medianas empresas.


Señor ministro, nuestros ciudadanos están siendo castigados en
todas partes. Paséese por el centro de las ciudades, pequeñas y medianas,
o por los barrios de las grandes ciudades. Mi partido ve y este senador,
cuando va por el centro y los barrios de estas ciudades, que los
comercios están desapareciendo, que no hay esa alegría que usted dice que
tiene nuestra economía y que va por tan buen camino.


Vemos con preocupación el comportamiento de la Administración
central respecto de las demás administraciones imponiendo. Evidentemente
hay que reducir el déficit, y estamos muy satisfechos de que se vaya
reduciendo gracias a un mejor comportamiento de la economía y de los
ingresos del Estado, pero esa mayor reducción del déficit no redunda en
favorecer esas políticas que van a mejorar las condiciones de nuestras
empresas y de los ciudadanos. De hecho, vemos que no están reconstruyendo
el Estado del bienestar, sino que están fomentando un Estado cada vez más
distante y que no tiene en cuenta su realidad. En el fondo, toda esta
frenética actividad legislativa, durante todo el tiempo que ha durado su
Gobierno, ha ido más encaminada a hacer implosionar al Estado de las
autonomías. A mí me parecería bien si realmente esto redundase en una
nueva organización del Estado que favoreciera a las naciones que lo
componen y, en todo caso, que mantuviera estas medidas para el resto de
las regiones de España. Por tanto, si este es el camino, vayamos por
aquí, pero yo pienso, mi partido, que no es el camino para hacer frente a
la crisis. Por tanto, mi partido quiere otros presupuestos que
reconstruyan un Estado que sea social y de bienestar y que ayuden de
nuevo a la clase media del país a que se le pague y a que se le dé por el
mismo trabajo la misma compensación; que la reducción fiscal ayude al
conocimiento a través de mejorar las ayudas a la educación y que los
ciudadanos se puedan autoeducar y acceder a todos los centros que
necesiten; y que nos den una esperanza en el futuro.


Paso la palabra al senador Bel.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, señoría.


Tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, señor presidente. Muchas
gracias, señor ministro.


Senadores y senadoras, nuestro grupo parlamentario de
Convergència presenta este veto a los presupuestos. Voy a dedicar el
tiempo que me corresponde a hablar de diferentes aspectos, como ha hecho
el señor ministro, que ha dedicado una parte de su tiempo a hacer balance
de esta legislatura; otra parte a hablar de si una Cataluña independiente
pertenecería o no a Europa —un tema tan apasionante que, como
vemos, hasta apasiona al presidente del Gobierno—; y otra, a hablar
de los presupuestos y de las cuentas públicas para 2016.


Como usted indicaba, señor ministro, estos son ya los quintos
presupuestos, lo que no deja de ser una pequeña anomalía, aunque no seré
yo quien se lo critique puesto que está dentro de unas posibilidades un
tanto atípicas y alguien podría pensar que es mejor tener unos
presupuestos que no tenerlos y que después ya se sustituirán. Seguramente
hoy va a oír usted que estos presupuestos son electoralistas, pero,
desgraciadamente, eso no se lo podemos decir desde Cataluña, porque, por
no ser, estos presupuestos ni tan siquiera son electoralistas en relación
con Cataluña. Pero tiempo tendremos de volver a hablar de esto.


Nosotros vetamos las cuentas que ustedes presentan porque de
principio a fin no son unas buenas cuentas públicas para Cataluña, son
unas pésimas cuentas públicas para Cataluña, como también lo son para el
resto del Estado español, como vamos a intentar acreditárselo a lo largo
de este veto, a lo largo de los vetos a las secciones y a lo largo de
todas las enmiendas que vamos a ir planteando en cada trámite
correspondiente.


No me voy a extender hablando respecto al cuadro macroeconómico.
Hay incertidumbre en algunos aspectos, y hay otros que quizá con alguna
pequeña desviación se van a ir dirigiendo por esa misma línea. En todo
caso, como ya hemos dicho en otros ejercicios, el tiempo acabará
demostrando si este cuadro se cumple o no. Y es verdad, como apuntan
diferentes sectores y también la Autoridad Fiscal Independiente, que
alguna variación en algunas de estas previsiones podría tener un efecto
muy considerable en las cuentas públicas, en los objetivos de
consolidación fiscal, así como en otros ámbitos. En todo caso, no
entraremos en ello.


Las previsiones de ingresos, por más que puedan parecernos
optimistas en algunos aspectos, nos las queremos creer. Queremos creer la
previsión de que el IVA va a crecer en su recaudación un 6,7 %. Lo que no
entendemos es, si realmente vamos a crecer un 6,7 % del IVA, por qué
entonces no cumplen ustedes los compromisos que habían adquirido respecto
a la reducción de los tipos impositivos del IVA en el sector cultural, a
los que se comprometieron el presidente del Gobierno y usted mismo, y por
qué en otros sectores, como el deportivo, o en sectores productivos más
concretos —por ejemplo, el de la peluquería y otros—, que
fueron objeto de un incremento importantísimo, ahora, cuando llega la
recuperación económica, cuando estamos recaudando un 6,7 % más de IVA, no
puede cumplir con esa promesa, no ya de rebaja de impuestos que presentó
el Partido Popular, sino de dejarlos al menos como estaban al principio
de la legislatura.


En cuanto a los diferentes gastos, nosotros entendemos, señor
ministro, que estos presupuestos adolecen de algunas partidas
importantísimas del ámbito social. Ayer salió a colación en no sé qué
debate la posibilidad o no de si la Generalitat de Cataluña cumplía o no
sus obligaciones respecto a la Ley de dependencia. Claro, resulta
paradójico que esto se plantee por el grupo parlamentario que sustenta al
Gobierno, porque si alguien no ha cumplido sus obligaciones en relación
con la Ley de dependencia claramente ha sido el Gobierno central, y está
claro que se trata de los presupuestos de 2016. Por tanto, adolece de
partidas importantes. También hablaremos del tema de las inversiones.


No tienen credibilidad, señor ministro —después lo
trataremos cuando hablemos de Europa—.


Usted ha presentado cinco presupuestos. En los cuatro
presupuestos anteriores hay un ministerio que a lo largo de esos cuatro
años ha modificado sus partidas iniciales en más de un 35 %. Dígame un
Estado dentro del club selecto de Europa donde la partida del Ministerio
de Defensa se modifique sistemáticamente de media 2000 millones de euros
cada año. Dígame un Estado europeo donde se modifique la partida del
Ministerio de Defensa de media un 35 %. Y vuelven a presentar unos
presupuestos infradotados en el Ministerio de Defensa en 2000 millones de
euros. Solo por este motivo no generan credibilidad, ni en España ni en
Europa. Estamos presupuestando lo que sabemos que no vamos a gastar.
Vamos a gastar más. Usted nos decía que va a ser el primer año en el que
vamos a tener un pequeño superávit primario. Si contabilizamos los 2000
millones de euros más que se van a gastar en el Ministerio de Defensa
—porque lo han hecho a lo largo de los últimos cuatro años y, como
hemos visto hace pocos días en esta Cámara, financiados mayoritariamente
con nuevo déficit público—, este superávit primario desaparece y se
convierte en déficit primario, manteniéndose a lo largo de toda la
legislatura.


¿Lo han hecho ustedes todo mal? No, yo no voy a decir que lo
hayan hecho todo mal. ¿Que han acertado en algunas medidas?
Efectivamente, y se lo hemos reconocido. Ahora, ¿lo han hecho todo bien?
No, ni mucho menos. ¿Lo están haciendo todo bien? No, ni mucho menos.
¿Estos presupuestos tienen que merecer la confianza de toda esta Cámara?
Pues la de nuestro grupo parlamentario no, ya solo por el motivo de que
ustedes tienen infradotado el Ministerio de Defensa con 2000 millones de
euros mientras les están reclamando a las comunidades autónomas
—que gastan un 70 % de su presupuesto en gasto social— unos
objetivos de déficit que son inasumibles. Ustedes utilizan más déficit
para dotar al Ministerio de Defensa y no dejan utilizar déficit a las
comunidades autónomas. Ahora pagan el 25 % —lo van a ver esta
semana en el Congreso de los Diputados— de la paga extra suprimida
en 2012, financiada con mayor déficit, y cuando las comunidades autónomas
les dicen que quieren pagar el 25 % financiado con mayor déficit, les
dicen: Ustedes no lo pueden financiar con mayor déficit. Nosotros sí,
pero ustedes no. Esta es la técnica presupuestaria que está utilizando en
estos momentos el Gobierno del Estado español. Por eso, en cuanto a
gastos no nos merece confianza.


Apoyan a la economía productiva. Vamos a verlo por sectores
productivos. El sector de la agricultura ¿tiene mayor o menor
presupuesto? Un 16 % menos de presupuesto. Que si son los fondos
europeos, que si son..., lo que sea. Este año vamos a gastar un 16 %
menos en las políticas de agricultura. ¿Y en las políticas industriales?
Todas las razones que quieran, pero hay un 9 % menos que el año pasado.
¿Es este un presupuesto que está apostando por la economía productiva?
Desde nuestra perspectiva no lo es.


Y llegamos al apartado de inversiones, encontrándonos con una
situación que no por ser constante a lo largo de estos cuatro años, de
esta legislatura, nos deja indiferentes. Un 10 % de toda la inversión
territorializada es para Cataluña. Cataluña representa el 16 % de la
población del Estado español; Cataluña representa el 19 % del producto
interior bruto del Estado español; Cataluña representa el 19,5 % de los
ingresos tributarios que recauda el Estado español, pero invierten
un 10 % en Cataluña. Este es un caso excepcional: es el de 2016. No. Es
el 2016, es el 2015, es el 2014, es el 2013, es el 2012, y ya no echo más
para atrás, porque usted me dirá que era responsabilidad de otros. Esta
es la realidad. Hay un déficit.


Usted decía: hacemos una apuesta por aquellas infraestructuras
que nos generen mayor competitividad. Ayer inauguraron un nuevo tramo de
AVE, y muchos periódicos han sacado un mapa del Estado español con todos
los tramos de AVE existentes. Uno lo mira y ve que dice: mapa radial. Y
es verdad, es un mapa radial, todos los AVE salen de Madrid al resto de
la Península; el AVE de todo el corredor mediterráneo, que concentra la
mayor parte de la economía productiva del Estado español, ¿existe o no
existe? No existe. Está en proyecto. Hace años que está en proyecto. ¿Eso
es apostar por la economía productiva? ¿Esto es apostar por las
infraestructuras que incrementan la productividad? ¿Qué pasa con otras
infraestructuras básicas también en Cataluña? ¿Qué está pasando con la
A-7? La A-7 tiene un agujero entre el norte de Castellón y el sur de la
provincia de Tarragona. Tú puedes ir por autovía una gran parte del tramo
mediterráneo, y cuando llegas al agujero negro te encuentras una nacional
sin desdoblar, la N-340; un proyecto que lleva quince años sin
realizarse, y ustedes han puesto en el mejor de los casos 300 000 euros
de partida presupuestaria en cada uno de estos cuatro años. ¿Esto es
apostar por la economía productiva? ¿Esto es apostar por las
infraestructuras que generan competitividad? ¿Dónde están creciendo las
exportaciones? En Cataluña. ¿Dónde están creciendo las exportaciones? En
la Comunidad valenciana. ¿Dónde están creciendo las exportaciones? En
Murcia. A pesar de este grave déficit de infraestructuras. Y el
presupuesto no hace nada por resolverlo.


Tenemos otras infraestructuras que son básicas, como la
finalización de la A-27, y no digo sin noticias, pero sí con un grave
retraso; el eje pirenaico, que no le explico nada porque lo saben
perfectamente; el desdoblamiento de la N-II en Girona. Todas estas son
infraestructuras que generan competitividad, y estas son las que no
tienen correspondencia.


Ustedes dicen que la disposición adicional tercera se pactó, pero
que el Gobierno no está obligado a cumplirla. Claro, si el mensaje que
ustedes transmiten es que no están obligados a cumplir los pactos porque
hay una sentencia del independiente Tribunal Constitucional que dice que
esto no obliga al Gobierno, pues se tendrán que atener a las
consecuencias, y después hablaremos de algunas de ellas.


Por tanto, son unos presupuestos que no cumplen con Cataluña, que
no cumplen con los catalanes y que tampoco cumplen con la Generalitat de
Catalunya. (Rumores). Son unos presupuestos, señor ministro, que no
cumplen con la Generalitat de Catalunya. Usted me va a hablar del FLA y
después yo le voy a contestar sobre el FLA. Además, yo creo que nos lo
podemos evitar, porque todos los presentes saben lo que usted me va a
decir del FLA y lo que yo le voy a responder del FLA. (Rumores). En todo
caso, señor ministro, usted me lo dice y yo le respondo. No cumplen.


Ustedes tendrían que haber hecho un nuevo sistema de financiación
local, por supuesto. No ha podido ser. Tendrían que haberlo hecho de las
comunidades autónomas, por supuesto. Tampoco ha podido ser, y además no
va a poder ser durante el 2016 porque no lo contemplan en estos
presupuestos. Por tanto, no cumplen con Cataluña, no cumplen con los
catalanes ni con las instituciones de Cataluña. Blanco y en botella. El
resultado es el que es. Nosotros obviamente presentamos este veto y vamos
a apoyar el resto de los vetos.


Usted ha dedicado un apartado a hacer balance de la legislatura,
y otro —no sé si porque que le apetecía; si es así, perfecto,
porque a mí me apetece mucho— a hablar de que aquí hay algunos que
dicen que se quieren ir de España, pero que quieren pertenecer a Europa,
y que hay que ver cómo hacemos esto. Pues dediquemos un tiempo a hablar
de esta cuestión. Si nos vamos de España y pertenecemos a Europa, a quien
se lo tendría que aclarar en primer lugar sería al presidente del
Gobierno, que se ha hecho famoso por aquella frase: ¿Y la europea? Así
que, clarifíqueselo usted.


Dice usted que Europa es un club, el club de la democracia. Si es
el club de la democracia, señor ministro, le pido que el primero del
Gobierno que vaya a Bruselas esta semana les explique por qué siendo un
club de la democracia al que España quiere pertenecer, se imputa y se
lleva ante la justicia a un president de la Generalitat por poner las
urnas. Si Europa es un club de la democracia es incomprensible que
alguien sea procesado por poner las urnas, y también es incomprensible
que lo sepa antes un medio de comunicación, por muy afín al Gobierno que
sea —y alguien lo tildaba esta mañana de boletín oficial de la
judicatura— y lo anuncie el día anterior a las elecciones. Ese no
es el club de la democracia, señor ministro, es el club de la chapuza. No
vengan ustedes a darnos lecciones de europeísmo, no pretendan sacarnos de
la Unión Europea, porque como mínimo somos tan europeos como ustedes,
como mínimo nosotros hemos mirado hacia Europa tantas veces como ustedes;
y digo como mínimo porque me atrevería a afirmar que muchísimas más
veces.


Nos dice que nosotros debemos manifestar si estamos de acuerdo
con cumplir los objetivos de déficit, porque eso es algo muy importante
en Europa. Me lo pone en bandeja, señor ministro. ¿Cuántas veces han ido
usted o el señor De Guindos a Europa a renegociar los objetivos de
déficit? Muchísimas, todas las que ha hecho falta. ¿Y sabe cuál ha sido
el resultado? Que Europa, consciente de la situación que tenía usted en
el Estado español, le ha concedido esa modificación de objetivos. Cosa
distinta es la utilización que ha hecho usted de dichos objetivos, porque
se los ha apropiado para el Gobierno central exclusivamente y ha
castigado a las comunidades autónomas. La constante flexibilización de
los objetivos de déficit nunca ha sido trasladada a las comunidades
autónomas o se ha hecho en un porcentaje irrisorio en relación con el del
Gobierno central.


Por tanto, claro que estamos comprometidos con los objetivos de
déficit, pero cuando no los podemos cumplir, nosotros queremos poder ir a
Europa, como ha hecho usted, y poder negociar nuestros objetivos de
déficit y explicarles por qué no los podemos cumplir. Porque dice que
nosotros no nos podemos financiar. ¿Y qué credibilidad tenemos nosotros
en estos momentos ante los mercados financieros? Porque uno, ya sea un
particular, Estado o corporación local, tiene credibilidad ante los
mercados financieros en función de dos parámetros: lo que ingresa y lo
que gasta. Por tanto, si el Estado no cumple con sus obligaciones, si el
Estado limita constantemente la capacidad de generar ingresos, si cuando
se crean impuestos luego se impugnan, si cuando se tiene la obligación de
hacer determinadas transferencias no se transfieren los recursos, no hay
ninguna posibilidad de que Cataluña pueda generar credibilidad. Este es
el problema. Si nosotros recaudásemos nuestros impuestos,
automáticamente, al minuto uno, le aseguro que tendríamos todo el crédito
financiero que necesitamos. Y si no, hagamos la prueba, déjenos recaudar
nuestros impuestos y verá si tenemos capacidad o no para
financiarnos.


Señor ministro, cuestionar la pertenencia a Europa de una
Cataluña independiente es intentar generar un miedo que no debe existir.
Porque, ¿me quiere decir un caso en que se haya quitado la ciudadanía o
excluido de Europa? ¿Europa se puede permitir excluir a Cataluña? Europa,
señor ministro, no se lo puede permitir. (Rumores). Sé que este no es el
objeto de discusión de hoy, pero no he sacado yo este asunto, ha sido
usted quien ha sacado la cuestión de si puede pertenecer a Europa una
parte de España que se quiere independizar. El compromiso de Cataluña con
Europa está por encima de toda prueba, lo hemos demostrado hasta ahora y
seguro que vamos a tener oportunidad de poder demostrarlo en el
futuro.


Y como usted ha hecho balance de esta legislatura, aunque me
quedan dos minutos, yo también voy a aprovechar para hacerlo. Y le repito
lo que le he dicho antes:






yo no voy a decir que todo lo que han hecho ha
sido malo, no voy a decir que todos los proyectos legislativos han sido
erróneos porque faltaría a la verdad y no sería justo, pero, señor
ministro, tampoco puede decir que todo haya sido un elenco de aciertos.
Una parte de toda esta vorágine legislativa —que no digo que no
hiciera falta— ustedes la han utilizado de forma intencionada,
desde nuestro punto de vista, para recentralizar el Estado español.
Ustedes han pedido unos sacrificios a las comunidades autónomas y a las
corporaciones locales —que han realizado en buena medida— que
después ustedes no se han aplicado. Estos presupuestos generan un
incremento de 6000 millones en partidas de otros gastos ministeriales. Y
señor ministro, esto no es cumplir con el mandato de la CORA. Esto
conlleva de forma encubierta una recentralización importante.


Finalizo, señor ministro. Le he dicho que estos no pueden ser
tildados en Cataluña de presupuestos electoralistas. Repasen la
hemeroteca, cojan todos los diarios provinciales y regionales y podrán
ver que a lo largo de este último mes y medio todos los senadores, todos
los diputados, los delegados y subdelegados del Gobierno del conjunto del
Estado español han dicho: estos presupuestos prevén esta inversión,
contaremos con esta otra inversión que no teníamos, aquí haremos una
estación que no estaba prevista, aquí esta carretera, esta rotonda,
etcétera. Pues bien, dígame una senadora del Partido Popular, un diputado
del Partido Popular, un subdelegado o delegado del Partido Popular en
Cataluña que haya salido a explicar las bondades de este presupuesto. Por
tanto, si ni siquiera su gente se atreve a explicar las bondades del
presupuesto en Cataluña...


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor, vaya
finalizando.


El señor BEL ACCENSI: Voy terminando, señor presidente.


... es que estos presupuestos son malos para Cataluña.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Bel.


La propuesta de veto número 9 está firmada por el Grupo
Parlamentario de la Entesa, por lo siguiente senadores: señora Almiñana
Riqué, señor Boya Alós, señor Bruguera Batalla, señor Martí Jufresa,
señor Montilla Aguilera y señora Sequera García.


Para la defensa del veto, tiene la palabra el presidente señor
Montilla.


El señor MONTILLA AGUILERA: Gracias, señor presidente.


Señor ministro, señorías, de nuevo nos cuentan ustedes que
estamos ante los presupuestos de la recuperación, del crecimiento, del
desarrollo de España; y de nuevo nos dicen, sin ruborizarse lo más
mínimo, que estos presupuestos son la envidia de Europa. Eso es lo que se
desprende de la intervención que hoy ha hecho el ministro, que somos el
país que mejor y más rápidamente hemos salido de la crisis gracias a las
buenas políticas desarrolladas por el Gobierno del presidente Rajoy. Da
igual que ese crecimiento del PIB —del que por supuesto nosotros
nos alegramos— no sirva para resolver los gravísimos problemas que
aquejan a nuestro país.


Señorías, les puedo asegurar que la constatación de un
determinado crecimiento de nuestra economía no es consuelo alguno para
los miles de parados que se han quedado sin prestación y siguen sin
encontrar empleo; ni para los miles de jóvenes de España que se van para
encontrar mejores oportunidades fuera de nuestro país; ni tampoco para
los miles de hogares que tienen asegurada la mera supervivencia —es
un decir— gracias a la pensión de los padres o de los abuelos.
Resulta un contraste con esas afirmaciones que se nos hacían de Alicia
—o de Cristóbal— en el país de las maravillas. Lo que opina
la gente en realidad es otra cosa. A nuestro juicio, este proyecto de
presupuestos es poco creíble, es insolidario, equivocado y requeriría un
cambio notable de prioridades. De estas cosas quiero hablarles en mi
intervención en nombre de las senadoras y senadores socialistas del Grupo
de Entesa pel Progrés de Catalunya.


Pero antes me van a permitir algunas reflexiones sobre la forma
de tramitar este proyecto y las malas prácticas que se han instalado, que
ustedes han instalado, Gobierno y Grupo Parlamentario Popular en las
Cortes y que espero y deseo que pronto sean un mero recuerdo de algo que
no hay que repetir. Me he referido a ello en mis últimas intervenciones y
lo vuelvo a hacer convencido de que es un mal servicio al país pervertir
los procedimientos parlamentarios, forzar las urgencias, establecer
tramitaciones exprés, evitar toda transacción con el resto de los grupos
parlamentarios que también representamos a la voluntad popular, a esa
soberanía de la que a ustedes tanto les gusta hablar.


España tiene sin duda problemas, tiene problemas importantes a
los que hacer frente: la economía, el empleo, el sistema de ciencia y
tecnología, la articulación territorial, la cohesión territorial, pero
también la confianza de las ciudadanas y los ciudadanos en sus
instituciones. Y les aseguro que su práctica política no permite
prestigiar la actividad parlamentaria; y sin prestigio, sin respeto, la
confianza de nuestro trabajo, del de todos, desaparece y con ello,
lamentablemente, se debilita la confianza en el sistema democrático.


Ustedes presentan este Proyecto de Ley de Presupuestos Generales
del Estado casi al mismo tiempo en que se convocan las elecciones
generales, forzando, como he dicho, el calendario, habilitando en el
Congreso el mes de agosto para su tramitación, limitando las
comparecencias, ajustando los plazos posibles tanto en el Congreso como
en esta Cámara. Las Cortes Generales aprobarán unos presupuestos que
comenzarán su vigencia con otro Gobierno y otra mayoría parlamentaria,
que comenzará su singladura condicionado por unas cuentas aprobadas por
el Gobierno saliente. Ustedes están imponiendo a las próximas Cortes
Generales, que no tendrán la misma composición de hoy, unos presupuestos
generales aprobados, podríamos decir, casi en el último minuto. Lo digo
con educación, pero me parece una rotunda falta de respeto democrático.
Ustedes pueden argumentar que lo hacen por responsabilidad, para dar un
mensaje de estabilidad a los mercados y a la propia sociedad —es lo
que han hecho—; por supuesto pueden explicar que el procedimiento y
el calendario son perfectamente legales, pero hasta eso han cuestionado
reputados constitucionalistas, como ustedes saben. Pero nosotros tenemos
que recordarles que ese empeño por la responsabilidad —como muy
bien recordaba el senador Vázquez— no la tuvieron en la tramitación
de los presupuestos del ejercicio de 2012, cuyo calendario fue moldeado
de acuerdo con sus intereses electorales posponiéndolos a la celebración
de las elecciones andaluzas. ¿O es que ya no se acuerdan ustedes de ese
episodio?


Señorías, a nuestro juicio, hubiera sido mucho mejor un pequeño
avance del calendario electoral, convocando elecciones en octubre. Se
agotaba igual la legislatura, facilitando a un nuevo Gobierno tiempo
suficiente para adoptar las decisiones presupuestarias más adecuadas. Si
el presidente Rajoy hubiera adoptado esa decisión, nadie podría
atribuirla a un acto de debilidad, sino de responsabilidad. Lo que ocurre
ahora es justamente lo contrario: han convertido ustedes la elaboración,
presentación y tramitación de los presupuestos en un acto de campaña
electoral, valga como ejemplo la presentación que nos ha hecho el señor
ministro. Están ustedes más preocupados por presentar un amago de
programa electoral, con la vista puesta en las elecciones de diciembre,
que por dar a la sociedad española unos presupuestos para la recuperación
económica, la lucha contra las desigualdades y la cohesión de España.
Unos presupuestos así configurados, sin concitar el acuerdo, no son
garantía de estabilidad, solo son sus presupuestos, de nadie más. La
mayoría absoluta no les permite a ustedes encubrir su incapacidad para el
pacto, el diálogo y el acuerdo, necesarios siempre, y seguramente mucho
más en los tiempos venideros.


Les decía que, en nuestra opinión, estos son unos presupuestos
poco creíbles, insolidarios y equivocados. No son creíbles porque el
cuadro macroeconómico sobre el que se sustentan tampoco lo es. No lo es,
en primer lugar, porque no analiza adecuadamente las bases de nuestro
actual crecimiento, que no son sólidas, y ya nos gustaría que lo fueran,
sino coyunturales. Estamos en un entorno favorable gracias a la política
monetaria del Banco Central Europeo, al precio del petróleo, al cambio
del euro respecto al dólar, y por supuesto todas estas cosas hay que
aprovecharlas, pero hemos de saber que su continuidad depende más de
factores externos que de nuestras políticas. Estos factores exógenos,
como saben ustedes, pueden cambiar en un entorno que también en los
últimos meses ha dado síntomas de gran volatilidad, fruto de la crisis de
los países emergentes. No es casualidad que tanto la Unión Europea como
la Reserva Federal hayan revisado recientemente a la baja sus previsiones
de crecimiento para el ejercicio actual y para 2016. Incierto el
cumplimiento del supuesto de los tipos a largo plazo, con una gobernanza
de la zona euro que hace que los países miembros estén sujetos a
turbulencias y contagios de los mercados de la deuda, y nosotros eso lo
hemos vivido; la evolución del tercer rescate griego; el anunciado
referéndum británico o las propias tensiones territoriales españolas,
además del calendario electoral español, pueden impactar sobre los tipos
a largo, y usted lo sabe.


El supuesto sobre el precio del petróleo es también incierto, no
olvidemos que entre 2011 y 2013 se mantuvo en torno a los 110 dólares. En
cualquier caso, dependerá de factores económicos y políticos
absolutamente ajenos a nosotros. Dicho lo cual, es más inconsistente el
cuadro macro del Programa de estabilidad 2015-2018 en su conjunto, que
algunas de las previsiones del presupuesto de 2016. Ello es debido a que
sus previsiones macroeconómicas son especialmente optimistas en lo
referente a los ejercicios 2017 y 2018.


Dicho esto, y en este contexto, es verdad que España ha ganado
competitividad; ahora bien, a costa de paro, de ajustes salariales y de
trabajo cada vez más precario, no como consecuencia de la modernización
del modelo productivo, ni del desarrollo de políticas que faciliten la
creación de más y mejor empleo, de más vitalidad empresarial, de mejora
de la productividad, de mayor cualificación profesional, de mejor
ocupabilidad de nuestros jóvenes o de mejores infraestructuras. Una
lectura atenta de las recomendaciones del Consejo Europeo respecto del
Programa de estabilidad de 2015 permite captar la preocupación de las
autoridades europeas sobre nuestro frágil crecimiento y sobre las
consecuencias del incremento de la desigualdad, que son —no les
quepa duda— un elemento de pérdida de esa misma competitividad. No
lo es especialmente por las previsiones de ingresos que, a nuestro
juicio, están manifiestamente maquilladas para no tener que aflorar en el
Proyecto de presupuestos los nuevos recortes que según ustedes hay que
hacer, pero que no quieren contar.


El Gobierno reconoce que la recaudación de 2015 quedará en
unos 3800 millones por debajo de lo presupuestado. En este ejercicio se
preveía un incremento del 5,4 % de los ingresos y hoy sabemos que tal
incremento no se producirá. Hasta julio, los datos de caja —hoy el
ministro ha aportado nuevos datos— indicaban un incremento en la
recaudación del 5 % en la Administración General del Estado pero del 3 %
en las comunidades autónomas, ello sin contar con la cierta ralentización
de la actividad y los efectos de la bajada del IRPF del segundo semestre,
que se empezará a notar ahora.


Señorías, es poco probable que los ingresos crezcan más del 4 %
en el conjunto de 2015, repito, a pesar de los datos que se nos
facilitaban. Por ello, es difícilmente creíble que, con su reforma fiscal
incluida, los ingresos puedan crecer un 6,2 % sobre lo previsto en 2015,
teniendo presente, además, que la previsión de este ejercicio
difícilmente se cumplirá.


Señorías, conviene hacer un pequeño ejercicio de memoria, al que
también se ha referido el portavoz socialista, especialmente dedicado a
aquellos que limitan la defensa de sus argumentos a la tan cacareada
herencia, de la que tanto ha hablado el señor ministro. El Programa de
estabilidad remitido por el Gobierno a Bruselas en 2012 preveía para 2015
un déficit público del 1,1 % del PIB y una deuda del 80,8 %. El
resultado, conocido y constatado hoy, es un incumplimiento manifiesto. En
términos de deuda y de déficit públicos, la herencia del señor Rajoy
supera todas las referencias anteriores, todo un éxito. Han cuadriplicado
el déficit sobre sus propias previsiones y han incrementado la deuda
en 200 000 millones de euros sobre sus propias previsiones, y eso que los
que se equivocaban en las previsiones eran otros. Ustedes, como antes
apuntaba, también se han equivocado cada año.


En 2016 hay que reducir el déficit público en 1,4 puntos del PIB
hasta el 2,8 %, lo que supone unos 15 000 millones. A esta cifra hay que
añadir alrededor de 10 000 millones de la probable desviación del déficit
real del conjunto de las cuentas públicas que se va a producir en 2015
por mayor gasto y por menor ingreso. El Gobierno espera ajustar
esos 25 000 millones de euros por el efecto del ciclo económico y los
ingresos aumentarían en torno al 4 %, lo mismo que el crecimiento del PIB
nominal, que se traduce, aproximadamente, en 15 000 millones de euros. Es
decir, aun dando por buenas sus previsiones, para cumplir con el objetivo
de déficit sería necesario un nuevo ajuste de 10 000 millones de euros,
pero eso lo ocultan ustedes, señorías. Me imagino que ese nuevo recorte
de 10 000 millones de euros lo sufrirían las políticas sociales.


¿Cómo es posible que haciendo ustedes estas previsiones adopten
la decisión de rebajar la presión fiscal a las rentas más altas en
nuestro país? Especialmente, los que ganan más de 300 000 euros son los
que mejor han quedado afectados, desde el punto de vista de sus
intereses, por la reforma fiscal. Su reforma fiscal producirá el año 2016
una merma de ingresos en torno a 5000 millones de euros, justamente la
mitad de su nueva previsión de recortes al Estado del bienestar, de esa
que esconden. A ello hemos de sumar los escasos recursos y la poca
prioridad que ustedes han dado a la lucha contra la economía sumergida,
que en nuestro país se calcula que está, como ustedes saben, entre el 20
y el 25 % del PIB. A la elusión fiscal y al blanqueo hay que sumar el
último episodio que hemos vivido con la reforma de la Ley Orgánica del
Poder Judicial que, al contrario de lo prometido inicialmente por el
Gobierno, comportará que los defraudadores que paguen regularizarán su
situación sin consecuencias penales y sin que su nombre sea conocido por
la opinión pública. Desde luego, es una cosa muy pedagógica.


Además, la Agencia Tributaria —quiero decir que realiza una
buena labor y tiene excelentes profesionales— ha vivido esta
legislatura un periodo convulso, con cambios, destituciones,
recortes… Tiene un 8,5 % menos de recursos que en el año 2011. Sus
medios son considerablemente inferiores a los de cualquiera de los países
de la OCDE y eso es lamentable.


Señorías, sus previsiones también son especialmente graves en el
terreno de la Seguridad Social. El desequilibrio entre los ingresos y los
gastos de nuestro sistema de provisión, causado directamente por sus
políticas, es alarmante. Ustedes heredaron en la Seguridad Social unas
cuentas equilibradas y, además, un Fondo de reserva que han ido
esquilmando. Ustedes prevén un incremento de los ingresos del 6,7 %
respecto a la previsión del año 2015. El problema es que en el año 2015
no se recaudará lo previsto. En 2015 se preveía un incremento de la
recaudación respecto a 2014 del 6,8 % pero su crecimiento en el primer
semestre del año no llega al 1 %. Tendrían que crecer un 12 % en el
segundo semestre para cumplir la previsión, cosa que es imposible. Ya se
recaudaron 5000 millones menos de los previstos en 2012, unos 8000
en 2013, y suma y sigue. El desfase de 2015 puede generar un agujero de
más de 12 000 millones al sistema de pensiones. A ello hay que sumar los
más de 37 000 millones de euros que ustedes han sacado de la herencia de
la hucha de los 60 800 millones de euros que recibieron del Gobierno
socialista. Una perspectiva inquietante que tal vez se deba al propósito
de crear las condiciones para un cambio de paradigma. Un cambio de
paradigma en nuestro sistema de protección social con el fin de favorecer
definitivamente la eclosión de los sistemas privados de pensiones.
Ustedes dejarán sin duda nuestro sistema de Seguridad Social más frágil y
debilitado, en una situación preocupante respecto a su sostenibilidad y,
lo que es peor, en una situación que puede poner en peligro las futuras
pensiones.


Señorías, estos son unos presupuestos insolidarios también, por
esos nuevos recortes que se intuyen, pero que se ocultan, y en su
conjunto por las previsiones de gasto. El gasto social solo crece
el 0,4 % y representa el 53,5 % del gasto total. Pero analizando su
evolución desde el presupuesto del año 2011, cuando representaba el 58 %,
se ha reducido en más de 10 000 millones de euros. El Gobierno, a pesar
de que los niveles de desempleo siguen siendo dramáticos en nuestro país,
disminuye la dotación de las prestaciones por desempleo. En 2016, según
estos presupuestos, esta previsión se reduce en un 21,7 % hasta
los 19 820 millones de euros, y la justificación de este descenso no
puede ser más increíble: hay menos parados que el año anterior, pero lo
que sí habrá son 500 000 parados más sin subsidio de desempleo. ¿Acaso
pueden olvidar que la cobertura de los parados españoles se ha reducido
casi al 50 % cuando en el año 2011 alcanzaba más del 70 % y había 300 000
parados menos, de acuerdo con la última EPA? ¿Cabe mayor insensibilidad
social cuando todos sabemos que hay 3,7 millones de personas en paro sin
ningún tipo de ayudas? Efectivamente, consideramos que estos son unos
presupuestos insolidarios, congruentes, eso sí, con la política económica
del Gobierno, una política injusta amparada en el mantra de la herencia
recibida y hoy hemos tenido un buen ejemplo. La obligación de ajustar el
déficit fiscal ha centrado sus medidas en una austeridad malentendida, y
peor aplicada, que se limita a recortar los servicios básicos prestados
por las comunidades autónomas, en la mayoría de los casos, y en el
incremento de la presión fiscal a las clases medias y trabajadoras.


Con esa política —no nos cansaremos de recordarlo—
han provocado el mayor aumento de la pobreza y la desigualdad desde la
recuperación de la democracia en nuestro país. Oxfam, como todos ustedes
saben, sitúa a España en el séptimo país más desigual de la Unión
Europea, con 13 millones de personas en riesgo de caer en la pobreza; 2,5
millones de niños en situación de pobreza. Se ha doblado la pobreza
severa respecto al año 2011. Nos decía el señor Montoro que hay más
protección social que nunca. Explíqueselo a estas personas. Los datos de
la OCDE señalan que España es hoy, entre los países desarrollados, el que
tiene mayor precariedad laboral entre los jóvenes de 15 a 24 años. La
media de la OCDE está por debajo del 5 %; España por encima del 20 %.
Precariedad significa inseguridad y bajos salarios: que un 20 % de los
jóvenes que trabajan en España esté instalado en la precariedad laboral
no es un buen dato para la competitividad de la economía española. La
masa salarial de 2014 fue de 40 000 millones de euros menos que la
de 2011, y, por cierto, en el segundo trimestre de 2015, ha caído
un 0,6 % el salario medio, que ya acumula una caída del 13 % desde la
aprobación de su reforma laboral.


Señorías, estos son unos presupuestos equivocados; equivocados
también porque no fomentan la inversión productiva y ha habido
intervenciones que han hecho alusión a la misma; la inversión en
infraestructuras, que es necesaria para favorecer el crecimiento y el
empleo; no fomentan el desarrollo científico y tecnológico, un sector, el
de la investigación al desarrollo y la innovación, que a lo largo de la
legislatura ha acumulado recortes del 23,5 %. Son equivocados porque no
entienden que la cohesión social y territorial es también un factor de
crecimiento, porque no apuestan por un modelo que, además de aprovechar
los buenos datos de la coyuntura, sepa orientar la economía española
hacia una senda que sea de crecimiento sostenido y sostenible. Son unos
presupuestos que en esta legislatura han recortado los recursos para
ayuda al desarrollo un 70 %; a los programas de inmigración, un 41 %; a
la dependencia, un 20 %, provocando, en este último caso, que 470 000
personas, que tienen reconocido el derecho, no tengan la prestación.


Igualmente, las cifras de inversión de este presupuesto vuelven a
ser insuficientes para el cambio de modelo productivo que necesita la
economía de nuestro país, para la recuperación de la actividad y para la
creación de empleo. La inversión pública apenas crecerá un 0,9 %, hasta
los 13 231 millones de euros. En I+D+i, a pesar del compromiso
parlamentario adoptado en esta Cámara y de las insistentes
recomendaciones de la Unión Europea, solo se aumenta un raquítico 2 %.
Ya, en el último informe de la Comisión Europea y del Consejo, se
afirmaba que los déficits estructurales del sistema de I+D+i siguen
limitando el potencial de crecimiento de la economía española. Asimismo,
la inversión en industria se reduce al 9,5 %. Todo ello viene a confirmar
el escaso interés del Gobierno en la mejora de la productividad de la
economía española por medio de la investigación y el desarrollo frente a
la devaluación salarial y el aumento de los recortes de los derechos
sociales como fórmula de ajuste. Escasa inversión que, además
—también se ha hecho alusión en esta tribuna—, vulnera un
pacto legítimo entre gobiernos legítimos incorporado en el Estatuto de
Cataluña, en la disposición adicional tercera, y considerado
constitucional en la medida en que así se recoja en los respectivos
Presupuestos Generales del Estado. Ustedes lo incumplen un vez más. La
inversión territorializada del Estado en Cataluña —1179 millones de
euros— alcanza el 10,7 % del total, cuando debería situarse en
el 18,9 %. Es una lógica que ha pasado en todos los presupuestos que
ustedes han presentado y aprobado a lo largo de toda esta legislatura.
Así pues, no les sorprenda después que, con argumentos como estos que
ustedes van facilitando, crezca el independentismo. Este pertinaz
incumplimiento de un acuerdo político que, repito, en la medida en que se
adopte en el marco de la tramitación de los Presupuestos Generales del
Estado es perfectamente constitucional, no cumplirlo es un agravio
innecesario, ineficiente y equivocado, como lo es también la distribución
que el proyecto prevé del margen del déficit público. De nuevo, en estos
presupuestos, son las comunidades autónomas las que cargan con la mayor
parte del esfuerzo. Señorías, castigar a las comunidades autónomas con un
objetivo de déficit como el previsto, además de irrealizable —ya se
verá este año— porque ni la Seguridad Social ni las comunidades
autónomas van a cumplir las previsiones, creo que es profundamente
injusto. Y no me refiero solamente a la injusticia derivada de un
maltrato a unas administraciones que deberían ser consideradas en pie de
igualdad con la del Estado, porque también son Estado, sino a que la
repercusión directa de esa decisión son más recortes en sanidad,
educación y servicios sociales. Y carece de toda lógica que en el
año 2012 se destinara el 71 % del conjunto del déficit a sufragar el
déficit de la Administración General del Estado y el 27 % a las
comunidades autónomas y que el año próximo el 90 % corresponda a la
Administración General del Estado y solo el 10 % a las comunidades
autónomas. A este respecto convendría que el Gobierno hiciera caso
también de propuestas de la Autoridad Independiente de Responsabilidad
Fiscal sobre el establecimiento de objetivos individuales para las
comunidades autónomas. Esperamos que el Gobierno tenga alguna propuesta
o, al menos, rebata la que hace la autoridad independiente.


Pero, señorías, para acabar, para nosotros los nuevos
Presupuestos Generales para 2016, y los sucesivos, deben ser el resultado
de una reforma fiscal justa; de la lucha contra el fraude y la eficiencia
en la recaudación; de un nuevo marco de relaciones laborales; del
restablecimiento de la negociación colectiva; de la inversión pública y
del estímulo al consumo; de una mayor internacionalización de nuestras
empresas y de su mejora de tamaño; del desarrollo tecnológico y
profesionalización de sus trabajadores; del apoyo a la investigación y al
sistema de ciencia y tecnología; de la confianza en el valor de la
cohesión territorial y de las sinergias que pueden desprenderse de una
buena colaboración entre el Estado y las comunidades autónomas, y, muy
especialmente, de la convicción de que no hay ni mejora de la
competitividad ni crecimiento sostenible sin una sociedad más justa capaz
de luchar contra las desigualdades y de ser realmente inclusiva.


Por estas razones, vetamos estos presupuestos.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, presidente
Montilla.


La propuesta de veto número 7 está firmada por el Grupo
Parlamentario Vasco en el Senado.


Tiene la palabra su portavoz, el senador Bildarratz.


El señor BILDARRATZ SORRON: Gracias, señor presidente. Buenos
días, señorías.


Señor ministro, siempre es agradable escucharle. (El señor
presidente ocupa la Presidencia) Pero entiendo —y es la idea que
voy a intentar desarrollar durante la media hora de que dispongo—
que en su exposición ha sido injusto porque tengo la sensación de haber
asistido a un acto electoral del Partido Popular, incluido el final, con
esa salva de aplausos que no sé si estaban agradeciéndole o
despidiéndole; me parece verdaderamente injusto para cantidad de
ciudadanos y ciudadanas transmitirles un panorama que en nuestra opinión
no se corresponde con la realidad. Y no digo que los datos que usted ha
aportado no sean ciertos sino que el espíritu que usted transmite a
través de sus reflexiones y de este proyecto es tremendamente injusto con
toda la ciudadanía que está sufriendo de una manera importante.


No voy a incidir en una idea que ya mi grupo parlamentario
desarrolló en el Congreso de los Diputados sobre si este Gobierno que se
va está legitimado o no para presentar unos presupuestos. Tal como digo,
ustedes ya se van, además representan algo diferente a la situación
existente en 2011. Usted hablaba en su exposición de un noviembre de 2011
con más de 11 millones de votantes, ¿de verdad opina que la situación
actual que estamos viviendo, que están ustedes viviendo, se corresponde
con la valoración que nos acaba de hacer? No hay más que ver los
resultados que han obtenido en Cataluña, donde se ha podido ver el
reflejo de una verdadera crisis de las medidas adoptadas por el Partido
Popular, además de la crisis endémica que puede tener este grupo
parlamentario y este partido político. Lo que ustedes están representando
formalmente en esta Cámara, lo mismo que en el Congreso de los Diputados,
no tiene nada que ver, no se corresponde para nada con la realidad que
estamos viviendo, con lo cual les pediríamos mayor humildad, sobre todo,
en lo que se dice y en lo que se hace.


Es verdad que en el debate que llevamos manteniendo desde el
verano sobre este proyecto de presupuestos han aceptado que es su
programa electoral porque han definido tanto sus objetivos como sus
voluntades para 2016 y para la próxima legislatura. Y vayamos analizando
esta serie de reflexiones por partes. ¿Es real el mensaje que ustedes
trasladan? Evidentemente, no, y le voy a poner un ejemplo. Usted nos ha
lanzado un primer mensaje diciéndonos que estos presupuestos quieren
devolver los esfuerzos realizados por los funcionarios, y en ese sentido
hablaba del incremento del 1 %, además de la devolución de una parte de
la paga extraordinaria de 2012.


La pregunta que me hago es si ustedes hubieran actuado de la
misma manera si este año no hubiese sido un año electoral y,
evidentemente, su respuesta es no. Es cierto lo que el senador Bel decía
sobre que son presupuestos electorales, claro que son presupuestos
electorales pero son unos malos presupuestos electorales porque,
justamente, hacen lo contrario de lo que dicen; lo que están haciendo no
se corresponde con lo que están diciendo.


En cuanto a los funcionarios, les diré que se han caracterizado
por castigarles durante toda la legislatura porque no hay más que ver que
durante los últimos años han perdido más del 20 % del poder adquisitivo y
en estos momentos les ofrecen el 1 %.


Salgamos de lo público. Usted ha aportado una idea con la que
nosotros estamos totalmente de acuerdo y, probablemente, gran parte de
los miembros de esta Cámara: el papel del Estado es esencial para una
salida de la crisis. Muy bien, ¿qué ha pasado con el poder adquisitivo de
la ciudadanía en el Estado español? Que en los últimos cinco años se ha
acumulado una caída en el poder adquisitivo del 7,1 %, señorías. Lo que
ha ocurrido es que el salario medio de la economía española durante 2014
es inferior al del 2012. Eso es un dato objetivo: 5 euros mensuales menos
que en 2012. Si analizamos lo ocurrido en 2014, lo ocurrido en las
empresas cotizadas, observamos que los miembros de la alta dirección han
visto incrementados sus emolumentos en un 12,03 %, los consejeros en
un 17,56 %, pero los empleados han visto decrecidos sus emolumentos en
un 0,64 %.


En cuanto al paro —probablemente la reflexión que estamos
haciendo hoy aquí sea para todas y todos la más importante—, voy a
darles datos objetivos. Datos EPA segundo trimestre de 2015: 22,37 %.
Comparémoslos con los datos EPA del cuarto trimestre de 2011: 22,85 %. Es
decir, cuatro años de sufrimiento, cuatro años de acogotamiento
presupuestario, de acogotamiento ciudadano, para obtener este resultado.
Evidentemente, sobran las palabras. O las cifras de parados registrados
en el INEM: en diciembre de 2011, eran 4 400 000 personas; en
agosto, 4 067 000 personas. ¿Ha mejorado la situación? Sí, ha mejorado la
situación, pero, evidentemente, no todo lo que usted quiere hacernos ver,
señor ministro. Porque usted ha dicho que España lidera el crecimiento
económico de la zona euro, que quintuplica a las economías europeas.
Estamos hablando de uno de los índices que más preocupa a la mayor parte
de los senadores y senadoras que nos encontramos presentes, como es el
paro, y de las 10 regiones con más paro en la Unión Europea, 6 pertenecen
al Estado español y las otras 4, a Grecia. Señor ministro, ¿podemos decir
con estos datos que el Estado español es uno de los motores de la
economía europea?


Qué decir de la tasa de paro comparada con el resto de la Unión
Europea o con la zona euro. En 2014, bajó la tasa de paro del 26 al 24 %
en el Estado español, cierto, pero en la Unión Europea, el dato del paro
era del 10,1 %. Ya quisiera yo tener menor crecimiento y estar en la
situación en la que se encuentran ellos. En la zona euro era del 11,3 %,
porque cuando usted, señor ministro, nos dice que los datos
macroeconómicos son positivos, que el crecimiento del Estado español es
el mayor de toda la Unión Europea, tiene que ser consciente de cómo se
encuentra la ciudadanía, porque el dato importante, el que preocupa de
verdad, en el porcentaje del paro España está a la cola de la Unión
Europea, únicamente le sigue Grecia. Por tanto, con esos datos, ¿de
verdad se puede hacer esta reflexión tan positiva como la que usted ha
hecho?


Hay que decir la verdad a la ciudadanía, que está sufriendo.
Somos los últimos de la cola no solo en desempleo, como después veremos.
Es cierto, y así hay que reconocerlo, que los datos macroeconómicos
invitan a ser un poco más optimistas, pero, señor ministro, un poco.
Tiene que ser consciente de que el retrato de la realidad es otro, porque
la renta disponible de los hogares siguió decreciendo en 2013, último año
con datos anuales disponibles, a niveles inferiores a los que había hace
década y media. Según las cifras de la contabilidad nacional trimestral,
en 2014 este indicativo también disminuyó en término reales. Según el
último informe publicado por la Fundación Foessa, el problema del
mantenimiento y aumento de las manifestaciones más severas de la pobreza
se constata en que en el primer trimestre de 2015 estaba en esa situación
el 4,2 % de los hogares españoles, rozando el máximo histórico de los
últimos treinta años. En términos absolutos, en el primer trimestre
del 2015 seguían en esta situación 770 000 hogares. La pregunta es, señor
ministro: ¿Estos presupuestos están hechos para estas 770 000
familias?


Otro principio que nos ha trasladado el ministro es que estos
eran unos presupuestos sociales. Además, aquí ha hecho una manifestación
que compartimos como Grupo Parlamentario Vasco, y es que más Europa
significa más bienestar social. De acuerdo, pero los datos, otra vez,
tampoco se corresponden con la realidad. Protección social: 16,3 % del
PIB, de acuerdo, teniendo en cuenta los presupuestos de todas las
administraciones públicas, con un 53,5 % del presupuesto o, como dijo la
secretaria de Presupuestos y Gastos en esta Cámara, si añadimos todas las
administraciones territoriales el 70 %.


Analicemos el gasto anual por habitante en programas de rentas
mínimas en el ámbito de la Unión Europea: Alemania, por habitante, 183
euros en programas de rentas mínimas; Francia, 174 euros; Reino
Unido, 153 euros; España, 11,4 euros por habitante en programas de rentas
mínimas. Presupuestos sociales. La cobertura de estas prestaciones, es
decir, de programas de rentas mínimas, es la siguiente: en
Alemania, 4,2 %; Francia, 3,3 %; Reino Unido, 2,8 %; España, 0,3 %. Es
decir, presupuestos sociales que no cumplen ni la Ley de dependencia
porque no pagan lo comprometido, no pagan lo acordado, con lo cual estos
presupuestos no son presupuestos sociales.


Analicemos otro elemento importante de unos presupuestos
autocalificados como sociales, la educación, que es el 3,8 % del PIB,
según nos ha dicho hoy el señor ministro. La educación define el futuro
de un país, ¿en qué posición se encuentra este país que califica el
ministro como motor económico de la Unión Europea? ¿En qué situación se
encuentra el Estado español dentro de la Unión Europea? Pues se encuentra
únicamente por delante de Rumanía, Letonia, Italia, Grecia y Croacia,
porque el resto de estados de la Unión Europea invierten más en educación
que el Estado español, con lo cual apuestan mucho más por el futuro. Otra
vez cuestionamos que estos presupuestos sean unos presupuestos sociales,
porque tampoco atienden una de las bases de una sociedad moderna con
ambición de futuro como es el ámbito de la educación.


¿Qué ocurre en sanidad? Es el 5,6 % del PIB. En sanidad el Estado
español es el último de las grandes economías de la Unión Europea, el
último. Tenemos por delante al Reino Unido, a Alemania, a Francia.
Entenderán por qué nosotros somos totalmente críticos con estos
presupuestos. Otro elemento importante de la economía y del futuro,
aparte de la educación, la innovación. El Estado español invierte
el 1,24 %, pero una economía competitiva y equilibrada reconstruye sobre
su base de la innovación no bajando los salarios sino apostando por la
innovación. Los Estados miembros de la Unión Europea se clasifican en
cuanto a la innovación en cuatro grupos: aquellos que son líderes en
innovación, aquellos que tienen una alta innovación, innovación moderada
y baja innovación.






¿Dónde se encuentra el Estado sobre la base de lo que
invierte? Pues, como ustedes ya intuirán, en el tercer grupo, en la
innovación moderada.


El señor ministro nos decía que España sí tiene un modelo
económico. Yo digo, no existe ese modelo económico y sigue confiando su
futuro en la construcción y en el turismo. El modelo español no ha
cambiado, los riesgos siguen siendo los mismos que antes de la crisis,
los mismos. Con un proyecto que minora el presupuesto de Industria, ya de
por sí bajo, entenderán que nosotros no confiemos en estos
presupuestos.


Quisiera también dedicar parte de mi reflexión a hablar de
Euskadi y de lo que suponen estos presupuestos para nosotros. Y en este
sentido, sí que voy a distinguir dos bloques o ejes también a la hora de
reflexionar y debatir sobre Euskadi. El primero está basado en el
incumplimiento de la ley, el incumplimiento del Estatuto de Gernika y las
consecuencias económicas que tiene este incumplimiento. De esto ya
debatimos en el último Pleno, porque ustedes además continuamente están
haciendo, y estos días está en boga, un llamamiento y una referencia al
cumplimiento estricto y exigente de la ley. En todas las reformas
legislativas que estamos debatiendo, este es su principal argumento,
cuando estamos hablando de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, cuando estamos hablando sobre cualquier reforma, en
cualquier debate, en cualquier reflexión, ustedes siempre ponen el
cumplimiento de la ley encima de la mesa. Pero mi pregunta es, y cuando
los incumplidores son ustedes, ¿qué hacemos nosotros, qué podemos hacer
nosotros? Porque, como ustedes, señorías, saben, nosotros no contamos con
un sistema efectivo de garantías con capacidad de reaccionar ante los
incumplimientos, ante las vulneraciones del autogobierno con el que nos
dotamos en su momento. En estos momentos quedan 24 materias pendientes de
transferir y otras 8 en diferentes grados de ejecución, 24 más 8, 32 y,
entre ellas, destacan: la gestión del régimen económico de la Seguridad
Social; los puertos, aeropuertos, autopistas y sistemas ferroviarios;
centros penitenciarios y ejecución de la política penitenciaria; crédito,
banca y seguros, etcétera. Y voy a destacar, al igual que en la
interpelación, lo que dice el artículo 18.2 del Estatuto de Autonomía:
«La competencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad
Social corresponde a la Comunidad Autónoma del País Vasco». ¿Qué problema
hay para cumplir esto? Si no se cumple, al menos aceptarán que están
incumpliendo la ley. Y si se está incumpliendo la ley, ¿cuándo hay que
cumplirla y cuándo no? Porque yo entiendo su argumento, yo entiendo ese
argumento de que hay que ser estricto con el cumplimiento de la ley, de
acuerdo, pero ¿y cuando les toca a ustedes? Porque, evidentemente, no se
les escaparán las consecuencias económicas que tiene para Euskadi el no
cumplimiento del estatuto en su integridad.


Señor ministro, el Estatuto de Gernika es una ley orgánica,
refrendada por la ciudadanía vasca y, por lo tanto, ni la delicada
situación económica, ni tampoco su incidencia puntual en el sistema de la
Seguridad Social, referido evidentemente al ámbito de Euskadi, pueden
suponer una rémora para su inmediata y oportuna transferencia de
conformidad con la previsión legal y en los términos contemplados en el
Estatuto de Gernika. El incumplimiento por su parte del estatuto supone
una pérdida paulatina del valor del estatuto y una mutación
constitucional del modelo territorial del Estado, con lo cual todo ello
conduce a un estatuto mutado y sumido en la más absoluta de las
desprotecciones. No cabe duda de que gestionar con unos traspasos
acabados y rigurosos, con cierta dignidad política y económica en su
contenido, supondría un salto cualitativo importante en el panorama
presupuestario de las instituciones vascas y, evidentemente, podemos
poner muchos ejemplos. Antes he puesto el ejemplo del incumplimiento del
artículo 18.2 del régimen económico de la Seguridad Social, cuestión a la
que en la última interpelación no nos respondió, aunque sí dijo usted que
estaría dispuesto a aceptar una moción consecuencia de interpelación que
hiciese referencia al cumplimiento íntegro del estatuto de autonomía, con
lo cual, hemos presentado esa moción consecuencia de interpelación, pero
veremos cómo responde el grupo mayoritario ante esa invitación al
cumplimiento estricto del Estatuto de Autonomía de Gernika.


Otro aspecto muy importante es la voluntad recentralizadora que
ha tenido su Gobierno durante toda la legislatura. Ayer, al contestar a
una interpelación del senador Unamunzaga, usted se preguntó, ¿y en qué se
visualiza ese tipo de recentralizaciones? En recurrir —le pongo un
ejemplo muy práctico— la OPE de la Ertzaintza. Usted sabe que
nosotros hemos llegado a un acuerdo en la Junta de Seguridad para que
Euskadi pueda contar con 8000 efectivos de la Ertzaintza para cuidar de
la seguridad de nuestra ciudadanía. En 2014 también ocurrió lo mismo;
tuvimos el mismo problema, y al finalizar el año, tras llegar a un
acuerdo, conseguimos que el recurso que ustedes presentaron se retirase,
pero este año se vuelve a presentar este recurso. ¿Me quiere decir usted
qué significa esto? Si esto no es recentralización, si esto no es un
incumplimiento de un acuerdo obtenido por la Junta de Seguridad que, como
usted conoce, es la responsable de dar cumplimiento a lo establecido en
el Estatuto de Autonomía de Gernika, si esto no significa
recentralización, ¿qué significa entonces? ¿Y por qué ustedes siempre
quieren poner palos en las ruedas? ¿Por qué no saben interpretar la
voluntad de acuerdo de los diferentes gobiernos, por ejemplo, en este
caso del nuestro? ¿Por qué ustedes, sin que mediase tampoco mayor
intervención, pese a nuestras propuestas de diálogo, han presentado este
recurso del todo extemporáneo?


¡Y qué decir de las inversiones del tren de alta velocidad! Es
verdad que no hace mucho ha habido una reunión entre el Gobierno vasco y
el Ministerio de Fomento para acordar una serie de elementos que son
importantes. Pero nosotros todavía entendemos que las cantidades que se
han definido en este presupuesto no se corresponden con las voluntades
acordadas ya entre el Ministerio de Fomento y el Gobierno vasco con un
calendario de finalización para esta importante infraestructura del
año 2019. En este sentido, lo que nosotros pedimos es una mayor
aportación, un mayor riesgo y una mayor implicación para con Euskadi.
Porque fuera de estas aportaciones, en estos presupuestos no hay para
Euskadi nada de nada, pero no para 2016, sino que tampoco ha habido nada
de nada en 2012, nada de nada en 2013, nada de nada en 2014 y nada de
nada en el año 2015.


Antes decía el señor Bel que no son unos presupuestos electorales
porque van contra Cataluña. Van contra Cataluña, van contra Euskadi, van
contra aquellas comunidades en las que el Partido Popular ya no es nada o
es muy poco. Y como ya no tiene prácticamente nada que hacer,
evidentemente busca ese electoralismo fuera de Cataluña y fuera de
Euskadi. Eso es lo que ustedes están haciendo. Porque esto, como usted
muy bien dijo, es un programa electoral que define los objetivos y las
ambiciones para la próxima legislatura. Y eso es precisamente lo que no
pueden hacer ni un Gobierno ni sus miembros: definir un programa
electoral. Lo que tienen que hacer ustedes es gobernar para toda la
ciudadanía y para todo el Estado español; y no únicamente para sus
votantes, que en 2011 eran 11 millones y ahora van a ser muchos
menos.


Para ir finalizando diré que por todas estas razones o
reflexiones, que es un presupuesto extemporáneo, que no es social como
señalaba el ministro —no lo es como hemos podido comprobar—,
y que no cumple con Euskadi, hemos presentado este veto y pedimos el voto
favorable al mismo. Asimismo, votaremos favorablemente a los vetos
presentados por el resto de los grupos parlamentarios. (Aplausos).


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bildarratz.


La propuesta de veto número 2 ha sido presentada por los
senadores Aiartza, Goioaga, la senadora Mendizabal y el senador
Unamunzaga. Para su defensa, tiene la palabra el senador Unamunzaga.


El señor UNAMUNZAGA OSORO: Buenos días, señorías.


Señor ministro, antes de nada quiero, en este último debate,
reconocerle una cosa, que ha sido usted el único ministro que ha venido a
esta Cámara siempre que tenía que hacerlo y ha presentado todos los
proyectos de ley. Como va a ser el último debate que vamos a tener,
quería, por lo menos, hacerle un reconocimiento expreso al respecto.


Y ya centrándonos en el debate del veto, nos encontramos con que
el Gobierno ha presentado a finales de este mes de julio su Proyecto de
Presupuestos Generales del Estado para 2016, como es bien sabido por
todos; y lo ha presentado como ese primer acto de la campaña electoral
del Partido Popular para condicionar la acción de un próximo Gobierno,
sabiendo que estos presupuestos van a ser aprobados con una mayoría
absoluta que actualmente podemos calificar como una mayoría formal, pero
que no responde a la realidad política actual del Estado español, en la
que esa mayoría absoluta ya no existe, tal y como demuestran las
diferentes elecciones recientemente celebradas, los propios estudios
sociológicos del CIS, etcétera.


Este contexto, por lo tanto, nos cuestiona y nos condiciona la
legitimidad democrática de unas cuentas públicas que van a contar con un
apoyo parlamentario que no se corresponde con la mayoría social ni
política de la ciudadanía. Nosotros, frente a este hecho incontestable,
salimos a esta tribuna con la tranquilidad que nos da a nuestro grupo no
tener ninguna aspiración ni ninguna meta de gobernar España; es más, lo
que pretende Amaiur, Euskal Herria Bildu, es que nuestro país no sea
gobernado por España. En nuestro país enfocamos la acción de gobierno
como un ir a la raíz de los problemas con una visión de justicia social,
con esa visión de izquierdas a la que usted se ha referido, de gasto
descontrolado, que no va a ningún lado y que no se sostiene. Pues bien,
de esta manera le quiero contraponer el ejercicio de gobierno que hemos
realizado en Guipúzcoa durante los últimos cuatro años y que,
francamente, con esas políticas de izquierda, ha dado unos resultados que
no podemos calificar de otra manera más que de muy positivos.


Guipúzcoa es la circunscripción de todo el Estado español con
menor índice de paro de forma continuada a lo largo de estos cuatro años;
con unos índices de crecimiento por encima de la media; con una
sorprendente labor para combatir el fraude fiscal; y con unos buenos
resultados de recaudación a la hora de atajar ese problema estructural.
Estos, entre otros datos, demuestran que esa izquierda radical a la que
ustedes suelen calificar como de enemigo siniestro o casi me atrevería a
decir que de encarnación del mal, es capaz de tener buenos resultados y
de gobernar para solucionar los problemas diarios de la ciudadanía.
Nosotros concebimos la política de esta manera. No podemos concebirla de
ninguna otra. Y este es el enfoque con el que presentamos nuestra
enmienda a la totalidad a unos presupuestos que bajo el estandarte del
crecimiento económico no podemos más que calificarlos como continuistas
con los anteriores. Porque desde nuestro punto de vista siguen sin
abordar los auténticos problemas estructurales del Estado español, como
son las inasumibles tasas de paro, la desigualdad creciente, no abordar
en profundidad el fraude fiscal, el desapego con la economía real, con la
industria, con la economía social mientras que sí se comprometen con la
economía especulativa. Estos son los puntos que voy a proceder a
desgranar en los siguientes minutos.


Ustedes están siendo incapaces de aprovechar el crecimiento
económico del que presumen para corregir esos problemas estructurales,
para paliar las situaciones trágicas de pobreza extrema y exclusión
social y para contribuir a la redistribución de la riqueza. Estos que le
acabo de mencionar son los elementos que nosotros consideramos como
fundamentales para avanzar en la cohesión social, que es básica en
cualquier sociedad normalizada, y son, entre otros, los que no están
abordados de una manera satisfactoria con estos presupuestos.


Tenemos delante unos presupuestos que nuevamente están al
servicio de las personas y sectores sociales y económicos que menos han
sufrido la crisis y que siguen sin sufrir sus consecuencias en la
actualidad, unos presupuestos que dan la espalda a las personas que más
han sufrido la crisis y más están sufriendo sus consecuencias. Este
Gobierno es rapidísimo a la hora de dar respuesta a las demandas y
necesidades de las grandes empresas, de los sectores
económico-financieros, de los grandes capitales y, sin embargo, es
tremendamente lento e insensible a la hora de dar respuesta a las
angustias y necesidades vitales de la población más necesitada, a esas
necesidades de apoyo a la economía real, a la economía que está pegada al
terreno, la de las pymes, la de la economía social, la de las personas
acogidas al régimen de autónomos. Tal y como ya le hemos repetido una y
otra vez con todos y cada uno de los presupuestos presentados a lo largo
de esta legislatura, estos nuevos presupuestos siguen girando alrededor
de la economía especulativa y de los grandes grupos económicos y
financieros. Estos presupuestos no tienen como prioridad la lucha contra
el desempleo y la exclusión social y continúan con una política de
recentralización.


Todo este planteamiento ultraliberal y recentralizador choca con
la realidad política, económica y social de Euskal Herria, de nuestro
país, y con su derecho a decidir su proyecto futuro y su propio modelo
económico y social.


Sí, señor ministro, le reconozco que —y se lo vuelvo a
decir— estamos saliendo de la crisis, pero el planteamiento que
tenemos ahora mismo no es si estamos saliendo de la crisis o no, porque
el problema es a qué coste y quién está pagando este coste de salir de la
crisis. La realidad es que estamos saliendo de la crisis a cuenta del
incremento de la desigualdad. Y hay estudios muy claros que nos llevan a
unas conclusiones también muy claras. La desigualdad del Estado español
crecía de forma muy importante hasta el año 2011. En los años siguientes,
al comienzo de la crisis, comienza a disminuir la desigualdad, pero a
partir de la segunda mitad, de 2013 a 2014, vuelve a crecer otra vez la
desigualdad. Y estos datos son preocupantes. Cuando hay crecimiento
económico vuelve a aumentar la desigualdad, y claramente una de las
causas de ese crecimiento de la desigualdad en estos dos años es
—una de ellas— la reforma laboral; una de esas reformas
estructurales que ustedes tanto defienden; una de las reformas clave y
estrella que ha desarrollado su Gobierno. Y nos encontramos con estos
presupuestos encima de la mesa, presupuestos que no dan respuesta a ese
crecimiento de la desigualdad. No abordan la necesidad de la cohesión
social; y son insensibles con las personas en situación de paro de larga
duración.


Los datos que nos encontramos en estos presupuestos son muy
claros. La tasa de cobertura del desempleo ha bajado del 70 % al 50 %
entre mayo de 2011 y mayo de este año. El promedio de la prestación por
cada persona en esta situación se ha reducido en un 30 %. El número de
personas en situación de paro de larga duración sigue creciendo, y ha
superado ya los 3,2 millones de personas, lo que supone el 61 % de las
personas en situación de desempleo. Y a todo esto hemos de añadir que más
de 3,7 millones de parados no reciben ningún tipo de prestación del
Ministerio de empleo, según la EPA del segundo trimestre de este año.


Señor ministro, ante estos datos es inadmisible que se disminuya
la partida correspondiente al pago del desempleo de 5500 millones de
euros. No lo podemos ver normal. Detrás de los aparentes incrementos en
las partidas de las políticas de empleo, la cantidad actual de 5215
millones de euros es un 30 % inferior a los 7714 millones de 2011. Y este
es un elemento que evidentemente tenemos que denunciar, del mismo modo
que debemos denunciar que están fomentando la desigualdad. Tal y como le
he dicho antes, la realidad es que la desigualdad está aumentando cuando
crece el empleo. A pesar de que los informes de la OCDE denuncian que el
Estado español es el lugar con más desigualdades de ingresos entre ricos
y pobres y que esa diferencia sigue aumentando, precisamente, en los dos
últimos años en los que hay crecimiento económico, las medidas de este
Gobierno siguen alimentando esta brecha social, y estos presupuestos
centran sus esfuerzos en aquellas personas que menos han sufrido y menos
siguen sufriendo las consecuencias de la crisis.


Mientras se incrementan los salarios de los funcionarios un 1 %,
las pensiones solo recogen un 0,25 % de aumento, cuando la dura realidad
en la que nos encontramos es que hay un importante número de pensiones
muy bajas que no solo no garantizan que puedan atenderse las necesidades
mínimas de sus preceptores, sino que, además, constituyen el único
ingreso de las familias extensas que acogen en su seno a personas en paro
sin ningún tipo de prestación. Al mismo tiempo, en vez de utilizar la
política fiscal para impulsar una redistribución de la riqueza y
contribuir a reducir las desigualdades, este Gobierno está impulsando una
reforma fiscal que favorece sobre todo a las rentas más altas y reduce la
capacidad redistributiva del sistema.


Y a lo anterior, hemos de sumar otro elemento, que es la realidad
de las sicavs. En 2014 hubo 239 Sicav más y otras 113 en lo que llevamos
de año, y hay otras 50 esperando autorización. En total son más de 3300
Sicav. Este dato pone de manifiesto que hay gente con mucho dinero a la
que le va muy bien, y que, además, se está poniendo al margen del sistema
fiscal ordinario. El conjunto del patrimonio de esas Sicav ha superado
los 36 000 millones de euros frente a los 24 000 que había en el 2011.
Eso también significa el incremento de la desigualdad de la que antes
hablaba.


Otras de las preocupaciones que tenemos es que pensamos que estos
presupuestos siguen siendo ineficaces ante el fraude fiscal, y se lo
hemos repetido en más de una ocasión. El problema estructural del Estado
español no está en el gasto público, sino en el ingreso público, y los
datos que aporta el Gobierno en su memoria son muy significativos a este
respecto. Mientras que la media europea de gasto público en relación con
el producto interior bruto está en el 48,1 %, en el Estado español está
en el 43,5 %, es decir, unos 4,5 puntos por debajo de la media de la
Unión Europea. Sin embargo, si analizamos lo que suponen los ingresos
públicos, en la media de los Estados de la Unión Europea estos alcanzan
el 45 % del producto interior bruto, y en el Estado español están en
el 37,8 %; es decir, 7,4 puntos por debajo de la Unión Europea, y en
estos tres puntos de diferencia entre gastos e ingresos es donde está el
meollo de la cuestión; una cuestión que hay que abordar, pero que el
Gobierno no lo hace con la determinación necesaria. Hay medidas, por
ejemplo, que tienen un coste presupuestario limitado, como es la de
aumentar la plantilla de inspectores; y a este respecto también le quiero
exponer unos datos muy significativos, los de contribuyentes por
inspector, de otros Estados de la Unión Europea. Mientras en los Países
Bajos hay 697 contribuyentes por inspector, en Alemania hay 729, en
Francia 880 o en Reino Unido 882, en el Estado español estamos hablando
de 1928. Ahí hay una medida concreta que el Gobierno puede tomar para
combatir este fraude fiscal.


Aunque, por otro lado, le tengo que reconocer que, aunque ni la
reforma fiscal del llamado territorio común ni la ineficiencia ante el
fraude y la evasión fiscal tienen por qué afectar directamente a Euskal
Herria dado que tenemos capacidad normativa fiscal propia en estos
impuestos, nos encontramos con que indirectamente sí nos afecta, no solo
por un espíritu de solidaridad con las personas trabajadoras del resto
del Estado que siguen sufriendo las consecuencias de la crisis económica
y de una política económica y fiscal claramente injusta, sino también
porque el coste del endeudamiento público creciente recae especialmente
sobre la población de mi país, Euskal Herria, aunque no hayamos
contribuido a dicho endeudamiento.


Y hay otro elemento que también nos preocupa sobremanera, que no
es otro que la opción preferencial por la economía especulativa. En estos
presupuestos hay un continuismo en el apoyo a las grandes empresas más
vinculadas con la construcción, los sectores financieros y la economía
especulativa, y una presencia marginal de las pequeñas y medianas
empresas, de las personas acogidas al régimen de autónomos y de la
economía social.


En cuanto al sector financiero, sigue el apoyo a los grandes
grupos bancarios sin ningún tipo de exigencia para que faciliten el
acceso al crédito a los sectores de la economía productiva encuadrados en
las pymes; tampoco hay una opción por recuperar la figura y la función
social de las cajas de ahorro ni ninguna partida para impulsar una banca
pública que pueda servir de instrumento para facilitar la financiación a
las pymes, a la economía social, a la economía de proximidad y contribuir
a romper el oligopolio financiero actual. Apuestan por la economía
especulativa, y nos preocupa, no solo por lo ocurrido en el pasado con la
reestructuración del sector bancario, sino por las pensiones y el
discurso de fondo de este Gobierno respecto de los fondos de pensiones
privados; y al mismo tiempo no actúan para que las pensiones mínimas sean
unas pensiones decentes que permitan a los pensionistas vivir con
dignidad.


Esta apología de los fondos de pensiones privados —que, por
cierto, no me parece mal que existan— está fomentando la economía
especulativa. Hay que recordar que detrás de la crisis financiera de los
últimos años han estado todos los fondos de pensiones norteamericanos,
pues los fondos de pensiones buscan al final el rendimiento rápido y
tienen una falta de compromiso con la economía real. Detrás de muchas
deslocalizaciones de industrias en el Estado español han estado fondos de
pensiones internacionales que se han hecho con el control de esas
empresas para sacar el fondo rápido.


Finalmente, y en lo referente al veto que hemos presentado, me
quiero referir a la realidad de los presupuestos por lo que respecta a
nuestro país, a Euskal Herria. Nosotros seguimos pensando que siguen
dando la espalda a la realidad social de Euskal Herria, que siguen sin
aportar elementos positivos para avanzar en la normalización política y
en la pacificación, y eso también tiene su reflejo presupuestario, entre
otras, en la política penitenciaria. Nuevamente el análisis del contenido
y la filosofía que impulsa estos presupuestos no hace sino constatar la
existencia de Euskal Herria como sociedad diferenciada que no solo no se
identifica con el modelo socioeconómico que impulsan estas cuentas
públicas, sino que no encuentra acomodo ni solución a sus problemas
dentro del actual marco jurídico político.


Como hemos señalado en anteriores ocasiones, este Gobierno del
Partido Popular está imponiendo en Euskal Herria todo un conjunto de
reformas estructurales y recortes sociales amparándose en su mayoría
absoluta, en los marcos institucionales estatales, que no en la realidad
de la sociedad española —tal y como le he dicho antes—, a
pesar de que su representación electoral en el conjunto de nuestro
pueblo, la Comunidad Autónoma vasca y la Comunidad Foral de Navarra, es
claramente minoritaria —y me atrevería a decir que camino de ser
residual— y que su política económica, social y medioambiental está
siendo rechazada cada vez más por mayores sectores de la población, los
propios parlamentos y las juntas generales.


El mantenimiento de este marco político tiene un coste concreto
para la comunidad autónoma vasca y Nafarroa. Los presupuestos de 2016
recogen las cantidades de 616 millones de euros para el cupo de Nafarroa
y de 1525 millones para el cupo de la Comunidad Autónoma Vasca. Con
dichos fondos se financian competencias no asumidas, como son: los gastos
de la monarquía, las fuerzas de seguridad del Estado, el ejército, las
grandes infraestructuras inútiles y, cómo no, el pago de la deuda.


El incremento de la deuda pública previsto para los próximos
años, fruto de la publificación de la deuda privada de los bancos y de la
nefasta e irresponsable gestión de las administraciones públicas
españolas, va a suponer también el incremento del pago que la ciudadanía
de Euskal Herria ha de hacer a las arcas estatales para rescatar esta
deuda creciente del Estado español; unos pagos que vacían nuestras arcas
públicas y nos niegan la posibilidad de poner en marcha un nuevo modelo
social y económico en Euskal Herria; es más, gracias a estos presupuestos
tenemos que contribuir con más de 2100 millones anuales al sostenimiento
de gasto improductivo y socialmente inútil, en su mayor parte, como el
sustento de la monarquía; el de un Tribunal Constitucional que, siempre
de parte, socaba nuestro derecho a decidir y que confirma sentencias
políticas, que tarde o temprano son revocadas por los tribunales
europeos; de un Consejo de Estado que niega la realidad de un Estado
plurinacional y rechaza el derecho a decidir de Cataluña, Galicia o
Euskal Herria, de lo que puedan plantear de forma democrática
instituciones catalanas, gallegas o vascas; o de un Ministerio de Defensa
y un ejército que, frente al recorte sistemático del gasto social, ha
incrementado año tras año, y por la puerta falsa, los derechos estivales
que acumulan una deuda de 29 500 millones de euros y que, por mor de una
cláusula constitucional introducida de forma ilegítima y copia de la
legislación franquista, se arroga el papel de garante de la unidad de
España.


Finalmente, estamos hablando de unos presupuestos que vuelven a
negar nuestro derecho a decidir, imponiéndonos el cómo han de ser los
presupuestos de las instituciones de Euskal Herria, al fijar que las
comunidades autónomas no podrán endeudarse más de un 0,3 % y los entes
locales un 0 %, sin tener en cuenta la muy diferente situación de las
administraciones públicas vascas con respecto a las españolas en cuanto a
su saneamiento económico, niveles de endeudamiento e importancia del
gasto de protección social. Y un año más, volvemos a constatar que el
presente proyecto de cuentas públicas para 2016 no contempla compromiso
explícito alguno, ni siquiera en su más mínima expresión, para contribuir
positivamente a la nueva etapa abierta en Euskal Herria de cara a la
resolución del conflicto político.


Todas estas razones nos muestran que se hace aún más necesaria
que nunca la exigencia de un marco soberano para Euskal Herria en materia
económica, financiera, fiscal, social y laboral, a fin de poder
implementar, según nuestra propia realidad, sin imposición ni limitación
alguna por parte de los poderes estatales, cuantas medidas sean precisas
para construir un futuro para nuestro pueblo, asentado en los pilares de
la justicia y la solidaridad, en el reparto del trabajo y la riqueza, en
el fomento de los servicios y prestaciones públicas, en la apuesta por la
economía real y productiva, por la economía de proximidad, por un
desarrollo hermanado y respetuoso con la naturaleza e impulsor de una
igualdad efectiva y real entre hombre y mujeres. Queremos en Euskal
Herria apostar por una industria y economía verde y de alto valor
tecnológico, impulsar la economía de los ciudadanos, de los servicios
sociales y públicos, fomentar firmemente la economía social, desarrollar
decididamente la I+D+i y asentar la agricultura y la ganadería sobre
bases de soberanía alimentaria. Todas estas apuestas por un nuevo modelo
económico y social necesitan de soberanía política y económica, así como
poder contar con los recursos que hasta ahora, vía cupo, se nos usurpan
para pagar los intereses de una deuda injusta, ilegítima y ajena a
nuestro país.


Resumiendo, estas cuentas públicas del Estado español dan la
espalda a las personas que más han sufrido y siguen sufriendo las
consecuencias de la crisis; van a seguir contribuyendo al incremento de
la desigualdad, recortando el Estado del bienestar, confraternizando con
el fraude fiscal y castigando a los sectores más débiles de la sociedad
—pensionistas, parados, autónomos, la economía social y las
pymes— mediante un planteamiento que no responde a la realidad
política, social y económica de mi país, Euskal Herria.


Quisiera terminar con un clásico en la tramitación parlamentaria
de los presupuestos en el Senado, como es la inadmisión a trámite de las
enmiendas parciales que hemos presentado. Un año más, voy a aprovechar
esta exposición del veto para presentarlas.


Como saben sus señorías, nuestro grupo parlamentario no suele
presentar habitualmente enmiendas a los proyectos de ley, y en este caso
concreto de los presupuestos hemos presentado solo tres enmiendas muy
concretas al estado de ingresos. Son tres enmiendas algo más que
simbólicas, porque quieren transmitir conceptos que para nosotros son
importantes porque con ellas, al mismo tiempo, queremos hacer una especie
de llamada de atención, fundamentalmente a los senadores y senadoras del
Grupo Popular, para que reflexionen sobre esas aportaciones que hacemos
con nuestras enmiendas.


Hemos presentado tres enmiendas relativas al estado de ingresos
que proponen, por un lado, incrementar la recaudación del impuesto sobre
sociedades y otros impuestos sobre el capital e impuesto sobre el
patrimonio y sobre la recaudación del IVA sobre operaciones interiores y,
al mismo tiempo, como contrapartida, reducir en esas mismas cantidades la
partida del cupo correspondiente al concierto económico del País Vasco y
reducir, en la partida correspondiente, la aportación del convenio
económico de la Comunidad foral Navarra.


En definitiva, con estas enmiendas, que se refieren a esa
disminución del cupo, queremos reivindicar una vez más nuestra soberanía,
el derecho de Euskal Herria a ejercer su soberanía y a decidir sobre
todos los ámbitos que afectan a su ciudadanía. Con estas enmiendas
retiramos nuestra aportación a las estructuras del Estado que
consideramos que son, por un lado, improductivas y que, por otro
—tal y como he dicho antes—, atentan directamente contra la
soberanía y el derecho de la sociedad vasca a decidir su futuro. Por eso,
proponemos reducir en un 8 %, que es lo que nos corresponde por el cupo y
el convenio económico, las competencias no asumidas: los gastos de la
casa real, de defensa, de exteriores, de seguridad ciudadana e
instituciones penitenciarias, del Tribunal de Cuentas, del Tribunal
Constitucional, del Consejo de Estado, del Consejo General del Poder
Judicial y del fondo de contingencia.


Decimos que no vamos a contribuir con la partida que nos
corresponde según el convenio del concierto económico; y ahí es donde
efectuamos una primera llamada de atención cuando paralelamente pedimos
que se aumente la recaudación de los impuestos. Ese primer toque que
queremos dar es sobre uno de los problemas estructurales del Estado
español, que les va a llevar a ustedes camino de ser un Estado fallido:
el fraude y la elusión fiscal. En esta legislatura han perdido cuatro
años para resolver un problema, el de ese fraude fiscal, que es un fraude
social que condiciona toda la política de su Gobierno, así como el futuro
de su Estado y del conjunto de la ciudadanía. Este es el primer elemento
que queremos subrayar.


El segundo es otra llamada de atención; queremos denunciar la
política social, más bien antisocial, que ha llevado adelante este
Gobierno durante los cuatro años de legislatura y que pretende prolongar
en los presupuestos de 2016. Y vamos a coger para ello un dato muy
significativo. ¿Qué ha pasado con los gastos en defensa? En época de
recortes sociales, han incrementado los gastos de defensa por encima de
lo presupuestado a lo largo de esta legislatura en más de 8700 millones
de euros, lo que supone un incremento del 35 %, mientras se recortaban
los gastos sociales: educación, sanidad, políticas activas de empleo,
pensiones, etcétera. Tal y como les dijimos en el Congreso, en el decreto
llevado a esa Cámara para abonar la paga extra atrasada a los
funcionarios introdujeron ustedes 20 millones de euros más para
comprar 90 camiones para el ejército; y nos hubiese gustado que en esa
legislatura hubiesen utilizado, en vez de para ello, los veranos para
hacer ampliaciones de gasto para dotar aulas en las escuelas, quirófanos
en hospitales o para aumentar las pensiones de viudedad porque no
garantizan vivir con dignidad; nos hubiese gustado que hubieran utilizado
los veranos para hacer decretos leyes de ampliación de gasto en estos y
en otros asuntos; y lo único que han hecho ha sido ampliar los gastos
militares, los gastos en defensa, lo que consideramos que es un fraude
social y una política completamente antisocial.


Además de esta actitud, hay otra política que también queremos
denunciar con nuestras enmiendas, relacionada con defensa, y no es otra
que la de puertas giratorias. ¿Y por qué ocurre esto? Reconozco que esta
política también la hacía el gobierno anterior, el gobierno socialista,
aunque hay que reconocer que en menor medida. En los dos últimos años de
legislatura, los gastos de defensa se incrementaron en un 13 % y en
un 16 % sobre lo presupuestado, mientras que en 2012, que fue el año de
mayores recortes, los gastos en material militar se incrementaron en
un 43,53 % sobre lo presupuestado. ¿Cuál es la explicación? Muy simple:
la política de puertas giratorias. Tradicionalmente, a lo largo de la
historia ha habido personas que han pasado de la industria militar al
Gobierno, del Gobierno a la industria militar y han vuelto varias veces,
condicionando de esta manera el gasto del conjunto del Estado. Y ahora
mismo hay por ahí rondando una deuda pendiente de 20 000 millones en
gasto militar. Y esto, repito, que es totalmente antisocial, va en contra
de los intereses de la ciudadanía, de la justicia social, del futuro de
su Estado porque, como decía, esas políticas le van a llevar a ser un
Estado fallido.


Quiero sumar a lo dicho la noticia aparecida ayer, que Defensa ha
ocultado compras a una empresa relacionada con el ministro Morenés por
casi 30 millones de euros. Esta y otras situaciones reafirman una vez más
a mi partido en la necesidad de reivindicar nuestra soberanía, en salir
cuanto antes de este Estado, de estas puertas giratorias, de esta manera
de entender la política, que no es la nuestra. Porque el final, salir de
este estado, va a servir para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía
vasca.


Con estas enmiendas que he enunciado incrementaríamos en 1300
millones de euros la posibilidad de reforzar el gasto social y el Estado
de bienestar en Euskal Herria; una denuncia, como les decía antes, de esa
política antisocial de este Gobierno. Con estas enmiendas nos negamos a
participar en esa política antisocial, en ese gasto militar espeluznante
y en esa política de connivencia con el fraude fiscal, un fraude que es
importante. Una vez más la solución está en que ejerzamos la soberanía y
que desde ella podamos contribuir solidariamente a solucionar sus
problemas.


En definitiva, todas estas razones nos llevan a pedir la
devolución de los presupuestos al Gobierno y a reafirmarnos en nuestro
convencimiento. Como decía al principio, no aspiramos a gobernar,
aspiramos a no ser gobernados por ustedes. Esto nos reafirma en la
necesidad de ejercer nuestra soberanía precisamente para dar respuesta a
la situación de los ciudadanos de a pie, de los ciudadanos más
necesitados y para lograr una sociedad más cohesionada y más justa
socialmente en Euskal Herria. Con este razonamiento quiero pedir el voto
favorable al veto que hemos presentado y, al mismo tiempo, avanzo nuestro
voto favorable al resto de vetos presentados.


Mila esker. Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Unamunzaga.


La propuesta de veto número 3 ha sido presentada por la senadora
Capella, que tiene la palabra para su defensa.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Buenos días, senadoras y
senadores.


Señor ministro, desde el profundo respeto —ya lo
sabe—, le tengo que decir que usted es el único ministro que da la
cara en esta Cámara, ya tiene guasa que tengamos que elogiarle porque
cumple con sus obligaciones. Sin ir más lejos, ayer por la tarde
asistimos al ninguneo del presidente del Gobierno del Estado español y de
la vicepresidenta a esta Cámara, no quisieron venir a contestar a las
preguntas de la oposición. Es evidente que con ello quien cuestiona y
pone en entredicho las instituciones son ustedes, las vacían de
contenido. Escuchando hoy al ministro uno se traslada al mes de diciembre
del año pasado, esto ya parece el día de la marmota. Discurso
triunfalista: España va bien, bueno, a algunos les va muy bien y a
muchísimos les va muy mal. ¿De qué crecimiento estamos hablando? ¿De qué
creación de empleo estamos hablando? ¿De qué empleo de calidad estamos
hablando? ¿De qué cotizaciones estamos hablando? ¿Se refieren a las horas
cotizadas? Deben referirse a esto.


En cuanto al cumplimiento de los objetivos de déficit no haga
trampas, señor Montoro, no haga trampas: los objetivos de déficit se
reparten arbitrariamente. No lo dice únicamente esta senadora, lo han
dicho unos cuantos senadores, se lo han dicho las comunidades autónomas,
el peso del cumplimiento de los objetivos de déficit recae sobre las
comunidades autónomas. Señor ministro, no atice el fuego ni los fantasmas
del miedo. No aticen el fuego ni los fantasmas del miedo. No empiecen
otra vez, les ha salido mal y les saldrá peor o les irá peor. No aticen
el miedo a la expulsión de Cataluña de la Unión Europea, porque una
Cataluña independiente estará en Europa. ¿Dónde quieren que esté? Si no,
al tiempo, ya saben que en esta vida lo único automático es la muerte,
que determina que ya no estemos en este mundo. No entraré a debatir dónde
estaremos o dónde estás después de muerto, pero todo lo demás en la vida
tiene su transición, su transitoriedad jurídica, todo, nada es
automático. Por tanto, respecto a Europa, exactamente lo mismo. ¿Dónde
creen que estará Cataluña? En Europa, con independencia de dictámenes de
la Comisión Europea, que en inglés dicen una cosa y que en su traducción
al español contienen un párrafo más, que casualmente habla de la
expulsión de Cataluña y que resulta que luego nadie se atribuye la
autoría. ¿A quién expulsarán? ¿Al territorio? ¿Los catalanes y catalanas
levitaremos en el espacio? Supongo que usted, señor ministro, sí conoce
el contenido del artículo 11 de la Constitución española y los artículos
del Código Civil que regulan la nacionalidad. Supongo que usted sabe
diferenciar entre nacionalidad y ciudadanía, a diferencia de lo que le
ocurre al señor Rajoy, que ni conoce ni distingue y confunde nacionalidad
con ciudadanía, y no quiero entrar en disquisiciones que no llevan a
ningún lugar.


Por lo que respecta a los Presupuestos Generales del Estado y a
los 12 vetos, evidentemente de nuevo debería insistir y decirles que
ustedes se lo tendrían que hacer mirar. Se han presentado doce vetos al
Proyecto de Presupuestos Generales del Estado. En fin, no es que la
oposición vaya en la dirección contraria, sino que los que van en la
dirección contraria en la autopista son ustedes.


De nuevo, también quiero mostrarles la disconformidad por la
forma en que se han gestionado los últimos meses de legislatura. Ustedes
siguen confundiendo legalidad con legitimidad. No tiene ningún sentido
que a estas alturas de la legislatura se pongan ustedes a aprobar unos
Presupuestos Generales del Estado que difícilmente van a acabar
gestionando ustedes. Lo han hecho deprisa y corriendo porque entienden
que estamos en un periodo electoral y saben que, con toda seguridad,
ustedes perderán su mayoría absoluta y puede ser que no acaben gobernando
el Estado español. Por tanto, ustedes no están legitimados y menos por lo
que respecta a Catalunya, donde ustedes han pasado a ser casi un partido
marginal.


Estos son los presupuestos más opacos y menos creíbles de los
últimos años. El desprecio a la oposición va in crescendo, pero lo peor
es que este desprecio es extensible a la ciudadanía. Desde el punto de
vista de los republicanos catalanes, estos presupuestos son un fraude a
la democracia. Este Gobierno utiliza las cuentas públicas de un modo
demagogo y populista y con un claro carácter, como decía antes,
electoralista, con el que pretenden hacer olvidar el incumplimiento de
sus promesas electorales de no subir el IVA y otros impuestos y todo lo
relacionado con los recortes sociales que, por recortar, han recortado
mucho. Además, dejan atado de pies y manos al futuro Gobierno del Estado
español.


Su fanatismo no les deja ver la realidad, esa realidad que
escuece y duele. Para nosotros, puede que sean los últimos presupuestos
autonómicos para dar paso a los presupuestos de la república catalana, de
una república soberana. De nuevo, estos presupuestos, que continuamos y
continuaremos denunciando con objetividad, maltratan aún más la economía
de Catalunya y de los Països Catalans. Vuelven a quedar en evidencia el
expolio y el agravio de inversión en relación con la aportación al PIB o,
peor aún, respecto al peso demográfico: De cada cien euros que generamos
los catalanes y catalanas, ustedes nos quitan nueve; invierten en
Catalunya el 40 % de lo que nos tocaría en relación con la población que
tenemos. Nos ahogan económica y financieramente hasta situar a una de las
economías más competitivas de toda Europa al borde del abismo. Como decía
el ministro, al menos reconoce la competitividad y que la economía en
Catalunya es una de las más importantes.


En el caso de Catalunya, la inversión prevista ha crecido de un
modo irrisorio, sin tener en cuenta que el grado de ejecución siempre
está por debajo de lo establecido en las sucesivas leyes de Presupuestos
Generales del Estado. Hablamos de un 10,7 %, mientras que Catalunya
aporta al PIB estatal el 19,8 % y su peso demográfico es del 16 %. La
inversión desde el año 1999 hasta 2016 es igualmente irrisoria, salvo el
periodo de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en el que sí hubo
incremento de la inversión en Catalunya: en 1999 fue del 11,6 %; en 2000,
del 14,1 %; en 2001, del 11 %; en 2002, del 11,2 %; en 2003, del 12,5 %;
en 2004, del 12 %; en 2005, del 15,5 %; en 2006, del 14,5 %; en 2007,
del 13,9 %; en 2008, del 14,9 %; en 2009, 2010 y 2011, del 15,2 %;
en 2012, del 11,1 %; en 2013, del 11,9 %; en 2014, del 9,6 %; en 2015,
del 9,5 %; en 2016, del 10,7 %.


Ese menosprecio no solo se da en Catalunya, sino también en las
Illes Balears y, por extensión, en el País Valencià. En el caso de las
Balears sigue manteniéndolas en la cola de la inversión estatal pero,
para más inri, un 60 % de ella se destina a las depuradoras de agua que
habían sido comprometidas para el año 2014. Lo mismo sucede en el País
Valencià, donde la inversión, acorde con su peso poblacional, requeriría
una inversión de más del 50 % de la actual.


Esta infrainversión permanente y sistemática a la cual ha estado
sometida Catalunya y también los Països Catalans durante los últimos 30
años nos penaliza, no nos permite crecer al ritmo que querríamos. El
Gobierno del Estado ha obstruido la capacidad de generación de recursos
del tejido productivo más importante de todo el Estado español.


Es inaudito que aún no se haya resuelto el problema endémico de
las infraestructuras en Catalunya. El Gobierno del Partido Socialista
Obrero Español comprometió un inversión de 4000 millones de euros en
Cercanías, de los cuales hasta la actualidad solo se ha ejecutado una
décima parte. Falta de inversión es igual a falta de seguridad, falta de
movilidad, falta de sostenibilidad y falta de cohesión social, simple y
llanamente.


Un ejemplo más de la deslealtad del Estado es el corredor
mediterráneo, donde los diferentes gobiernos del Partido Popular y del
Partido Socialista Obrero Español han querido evitar de todas todas que
el tramo se ejecutara tal como había sido diseñado. A lo largo de estos
años se han dado varias alternativas para que el corredor fuera de
Valencia a Madrid y no de Valencia a Barcelona, pasando por Zaragoza







todo esto con el sobrecoste evidente— y, aunque estas
opciones no hayan prosperado, aunque el tramo del corredor que pasa por
los Països Catalans parece ser la única opción viable y es la que Europa
avala, las obras no avanzan; y en el presupuesto, aún menos avance.


Nos llaman insolidarios, nos dicen que no queremos negociar, pero
la realidad es que cuando hablan de negociar para ustedes significa
imponer, chantajear. Para ustedes negociación es sinónimo de debilidad,
quieren que nada cambien; ustedes dicen que no pueden, pero la realidad
es que no quieren.


Por otra parte, y no menos importante, sus recurrentes impagos y
sus promesas vacías hacen vislumbrar un panorama realmente aterrador y
poco alentador. ¿Dónde están los millones de euros que nos adeudan de la
Ley de dependencia, por ejemplo; la mal llamada Ley de la dependencia? ¿O
de la disposición adicional tercera del Estatut d?Autonomia de Catalunya?
Es un pacto político; es un pacto político, repito. ¿O con el dinero
presupuestado para las infraestructuras ferroviarias catalanas que se ha
volatilizado? Estamos hartos de pagarles su fiesta. Estamos hartos de
estar hartos. Estamos cansados de estar cansados.


Ustedes se llenan la boca de democracia y son los primeros que no
cumplen con sus propias leyes. Una y otra vez incumplen con la Ley de
dependencia, como les decía, pues el aumento del presupuesto en esta
partida queda lejos del 50 % del gasto que le corresponde al Gobierno. Lo
que está logrando es asfixiar a Catalunya y no dar respuesta a las
necesidades de los ciudadanos y ciudadanas.


Hay dineros para pagar préstamos militares, pero no para que el
Estado haga frente a sus obligaciones y para garantizar el Estado del
bienestar. Aun así, nos intentan imponer con su mayoría absoluta este
nuevo apaño. Ustedes incumplen una y otra vez sus promesas; ya no nos
fiamos de ustedes ni de sus promesas. En definitiva, gracias, muchísimas
gracias por reforzar nuestras tesis; gracias por darnos motivos, razones
y argumentos. Estamos bastante cansados del chantaje, de las políticas
neoliberales, derechistas y conservadoras. Ustedes se han llevado por
delante el Estado del bienestar que tanto nos costó empezar a construir y
que aún estaba inconcluso.


Ese dicho que dice que Dios aprieta pero no ahoga, con ustedes es
mentira. Quieren dejar a las comunidades autónomas sin su modelo de
autogestión, de autogobierno y sitúan a la ciudadanía pagando los platos
rotos mediante más y más recortes. ¿Y los pensionistas qué? No recuperan
el poder adquisitivo perdido durante los últimos años; una vergüenza. De
nuevo, ustedes tendrán que recurrir una vez más al Fondo de Reserva de la
Seguridad Social para poder hacer frente al aumento de la partida, que al
paso que va, por las veces que ya han metido la mano en la caja, lo
dejarán tieso.


Catalunya, como les decía ayer, inicia su desconexión de ustedes
—de ustedes y, evidentemente, del Estado español—, y no les
reconoce a ustedes como su Gobierno. Así lo han decidido los ciudadanos y
las ciudadanas, los catalanes y las catalanas en las urnas. No estamos
dispuestos a que sigan pisoteando nuestros derechos impunemente. Nuestra
sentencia, independencia.


Termino con una frase de Rafael de Campalans: «No volem que
l’Estat espanyol ens doni res, ni concedeixi res. Volem la total y
plena sobirania política de Catalunya».


Por los motivos que he expuesto, y muchísimos más que hay en el
veto presentado por Esquerra Republicana, solicitamos el voto favorable
del resto de los partidos políticos de la oposición que también han
presentado vetos, y anunciamos que Esquerra Republicana votará
favorablemente todos los vetos presentados al Proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado .


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Capella.


La propuesta de veto número 4 ha sido presentada por el senador
Mulet, que tiene la palabra para su defensa.


El señor MULET GARCÍA: Gracias.


Buenos días, escasos señores y señoras senadoras. Cuesta un poco
explicar una propuesta de veto, una alternativa al presupuesto a un
Gobierno que no está aquí; ni siquiera está el señor ministro. ¡Con la
ilusión que me hacía verle de cerca! (Rumores.— El señor ministro
entra en el hemiciclo). ¡Qué bien! He tenido la suerte de poder disfrutar
de la presencia del ministro —eso sí, únicamente un ministro del
Gobierno—. Me alegro de que acabe de entrar ahora por la puerta
(Rumores). Sí, tenía la ilusión de verle de cerca y estoy muy contento.
Agradezco su presencia y lamento que no haya nadie más del Gobierno en
esta Cámara.


Anuncio que Compromís va a dar apoyo total a los demás vetos
presentados porque comparte buena parte del argumentario.


Intentaré no abusar del tiempo y explicar el porqué de nuestro
veto. Compartimos parte del análisis y de los argumentos expuestos.
Presentamos nuestro veto porque pensamos que los Presupuestos Generales
del Estado para 2016 parten de un desenfoque alarmante de la realidad por
parte de un Gobierno que pensamos que no tiene ideas y sus prioridades y
compromisos no son los que nosotros creemos que tenían que ser, que son
trabajar más por los ciudadanos. En Compromís apostamos por rescatar
personas, por la justicia y por la mejora de la calidad de vida de los
ciudadanos y ciudadanas por encima de las obligaciones que nos vienen de
la Europa del capital y de reformas constitucionales pactadas con
nocturnidad y alevosía entre el Partido Popular y el Partido Socialista
que ocasionan, año tras año, recortes y precarización. Presumen ustedes,
señores del Gobierno, en el libro amarillo de los presupuestos, de que
un 40 % de los empleos creados en el último año son indefinidos, de
manera que en la actualidad, según sus cálculos, tres de cada cuatro
trabajadores cuentan con un contrato indefinido, pero también tendríamos
que saber cómo son esos contratos y si estamos hablando simplemente de
contratos basura. Pensamos que el problema no son únicamente los millones
de parados —que, desgraciadamente, son muchos—, sino tantos y
tantos trabajadores con un salario precario que no es que ya no lleguen a
final de mes, sino que no llegan ni a poder empezar el mismo. En el
Estado español hemos pasado ya, gracias a sus políticas, de parados
pobres a trabajadores y trabajadoras pobres. Hablan de la salida de la
crisis, de mejoras cuando los sueldos y contratos de trabajo formalizados
mantienen salarios indignos y proliferan los ERE; cuando muchas medicinas
continúan teniendo que pagarse a tocateja por pacientes con poca
capacidad económica o cuando a las familias les cuesta afrontar algo tan
básico como el inicio del curso escolar por el coste de los libros de
texto.


Pensamos que estos Presupuestos Generales del Estado no corrigen
estas situaciones y no buscan empleos de calidad con valor añadido, sino
precarios; desinvierten en servicios y en bienestar de los administrados.
Les pedimos un impulso a la creación de empleo en la economía del Estado
español protegiendo a los débiles, ayudando a la cultura rebajándole los
impuestos y protegiendo también a los trabajadores de los sectores
primarios porque, si no, nos dejarán sin ellos.


En estas cuentas no hay un cambio de modelo, simplemente reiteran
viejas fórmulas, como si no estuviéramos ante el fin de un modelo
económico que esquilma el planeta y también a las personas, como si no
urgiera un nuevo modelo de desarrollo económico sostenible. Hemos sufrido
—lo recordarán ustedes porque también lo habrán sufrido— el
verano más cálido de los que se tiene constancia desde que hay registros,
y a pesar de estas muestras tan evidentes y que sabemos que, asesorados
por el gran experto, el primo del señor presidente del Gobierno, el
cambio climático y el agotamiento de la economía basada en el petróleo y
las energías fósiles son ya realidades palpables, a pesar de ello ustedes
aplican la mejor táctica que conocen, que es la del avestruz. No vemos
ningún tipo de medida en este sentido. Esconden la cabeza bajo la tierra
y hacen como si no pasara nada. Con esa falta de sensibilidad nos
encontramos sin ninguna propuesta, aunque sea solo para no cumplirla,
mientras, al mismo tiempo, castran cualquier opción a los nuevos
yacimientos de ocupación de economías del bien común o de nuevas
economías verdes. Hay que ser desalmado para intentar privatizar hasta el
sol, castigando a la energía solar, porque entendemos que muchos tienen
que ganarse el acceso luego a las puertas giratorias.


Se olvidan de las familias con miembros en el paro o de las que
ya no cobran ningún tipo de ayuda y excluyen a la gente de la sanidad
universal. Para nosotros, esto es neoliberalismo frente a justicia. Un
informe de Intermón Oxfam sitúa al Estado español como el séptimo más
desigual de la Unión Europea. ¿Y qué hacen ustedes frente a ello? Pues
absolutamente nada. Unicef —no nosotros, sino Unicef— dice
que uno de cada tres niños en el Estado español vive en el umbral de la
pobreza ¿Y qué hacen ustedes con estos presupuestos? Pues vemos que
absolutamente nada. También entendemos que gobernando desde un plasma es
muy difícil ver la realidad de la calle.


Si concretamos por territorios, el Estado español es un lastre
para muchos valencianos y valencianas, que vemos cómo somos maltratados
continuamente, exprimidos y ninguneados por su partido. Muestra del
desprecio de su partido hacia los valencianos es que mientras se debatía
en el Congreso el Estatuto de Autonomía del País Valencià, el presidente
Mariano Rajoy estaba en el bar Manolo haciéndose fotos y firmando
autógrafos a sus fans, importándole un bledo lo que los grupos
valencianos tratábamos de exponer en el hemiciclo casi vacío, como lo
está este ahora.


La renta per cápita de los valencianos y valencianas nos sitúa en
la posición número 11 entre las comunidades autónomas. Sin embargo,
nuestra aportación per cápita al Estado nos sitúa en la posición
número 4. El problema de los valencianos y valencianas es grave si
miramos la deuda que arrastramos por un problema de infrafinanciación,
por tener que hacer frente a servicios que no han estado bien
financiados. La deuda acumulada en el País Valencià es de 40 000 millones
de euros. Si no se corrige la balanza fiscal, estos miles de millones de
euros, por la irresponsabilidad en un trato colonial, expolio y falta de
reivindicación, serán un lastre para el futuro de las actuales y próximas
generaciones. Y aquí, desgraciadamente, no tenemos cuentas en B que nos
saquen de esta situación. Y la situación es extrema no solamente porque
de lo que hemos aportado se nos ha devuelto una parte ridícula e
insuficiente año tras año, sino porque sus compañeros de partido han
robado o han sido cómplices activos o pasivos en estos robos.


Señores del Partido Popular, senadores y senadoras, señor Rato,
perdón, señor Montoro, ¿recuerdan al señor Rato? ¿Recuerdan a la Gürtel?
¿Recuerdan a Carlos Fabra, aquel que Mariano Rajoy decía que era un
ciudadano ejemplar? Bastante buen ejemplar es, sí. ¿Recuerdan a Joaquín
Ripoll? ¿A Lola Johnson? ¿Recuerdan ustedes a Rafael Blasco, El Bigotes,
a Sonia Castedo y las fotos en pijama con el señor Ortiz? Gracias a ellos
los valencianos somos mucho más pobres hoy en día.


¿Recuerdan ustedes a Víctor Campos, el confeti de Ana Mato, o su
Jaguar, a Alicia de Miguel, a Angélica Such, a Díaz Alperi, a Ricardo
Costa, los bolsos de Louis Vuitton, o las facturas del Ritaleaks, a Juan
Cotino, a Vicente Rambla, a Milagrosa Martínez? ¿Recuerdan al topo del
Palau de la Generalitat cómo nos explicaba los dispendios, delicatessen y
los chorizos de Cantimpalo que se cargaban a las arcas públicas?
¿Recuerdan aeropuertos peatonales y obras de Calatrava? Gracias a ellos
somos infinitamente más pobres hoy los valencianos.


También recordarán ustedes a Manuel Cervera, a Luis Fernando
Cartagena, en la cárcel, a José Luis Olivas, el desmantelamiento de
Bancaja y la CAM, a Emarsa, las tarjetas black, o los mil, dos mil, tres
mil, dos millons de peles, cuando contaba billetes el señor Alfonso Rus
¿Recuerdan a Francisco Martínez Capdevila? Gracias a ellos somos
infinitamente más pobres los valencianos. Recordarán ustedes también a
Urdangarín y el caso Nóos, en Valencia, o a indecentes dirigentes
políticos borrachos —imagino que solamente de ego— a lomos de
un Ferrari, mientras se hacía rico el magnate de la Fórmula 1. Recordarán
también —imagino—, señores del Partido Popular, el saqueo
perpetrado a las arcas públicas con la visita del Papa a Valencia.
Recodarán también a Mónica Lorente, a Hernández Mateo, a David Serra, a
Yolanda García, a Luis Bárcenas —o Luis El Cabrón, como ustedes
quieran; ¡Luis, sé fuerte!—, a Alfonso Grau y a María José Alcón,
los trajes de Francisco Camps, y a Serafín Castellano. Lo voy a dejar
aquí porque me quedan veinte minutos y no terminaría la lista. Gracias a
ellos, a la connivencia de ustedes y a la complicidad de algunos, los
valencianos somos infinitamente más pobres y hemos sido la risa de toda
Europa.


Ya lo decían cargos del Partido Popular en las instituciones
valencianas: «Nos vamos a forrar», en aquellas grabaciones del caso
Naseiro. Y se forraron, ¡vaya si se forraron, ustedes o sus amigos! Pero
a los valencianos y valencianas nos han arruinado. ¿Y saben qué? A pesar
de todo, a pesar de lo mal que nos han financiado, a pesar de todo lo que
nos han robado siendo cómplices, hay algo que no han podido robar, que es
la dignidad del pueblo valenciano. Por eso, ahora están royendo el polvo
de la oposición, porque ustedes, sin gürteles, no pueden ganar
elecciones, y esperamos que eso les pase pronto en el resto de España.
(Rumores.— Un señor senador del Grupo Parlamentario Popular en el
Senado: Ganamos) Sí, ganaron, por eso están ustedes en la oposición hoy.
(Rumores). Por eso están ustedes en la oposición hoy.


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por favor.


El señor MULET GARCÍA: También les informo de que El Mundo
—un periódico que no es muy pro Compromís— publica hoy que la
UDEF irrumpe en los locales del Ritaleaks para ver las facturas. Eso es
lo que está pasando en el País Valencià gracias a que ustedes no tienen
gürteles y gracias a que, por fin, ha llegado el aire fresco al País
Valencià.


Así, por una parte, el sistema de financiación es injusto; y, por
otro, están los casos de corrupción, como Gürtel, Bárcenas, Emarsa,
Fabra, Brugal, sobresueldos, Cooperación, Nóos, Over Márketing, Terra
Mítica, Canal 9, Ivex, Ritaleaks, y todos los que ustedes quieran. En
definitiva, el caso Partido Popular ha arruinado al País Valencià, y así
han conseguido que el País Valencià pase de ser uno de los motores
económicos de España a que ustedes y sus amigos nos hayan arruinado a los
y las valencianas. Y tal situación de déficit fiscal ha afectado a la
calidad básica de nuestros servicios fundamentales, infraestructuras,
bienestar social y competitividad empresarial.


Tras esta situación reside el actual sistema de financiación
autonómica, que siempre ha otorgado al País Valencià recursos per cápita
inferiores a la media y también las menores inversiones y ayudas
estatales al territorio valenciano. Los valencianos seguimos
contribuyendo vía impuestos mucho más de lo que recibimos. Piensen
ustedes que si la caja está vacía y con deudas, ustedes o sus amigos ya
no podrán meter las zarpas; aquí no hay caja B. Y por mucho que nos
encomendemos a la Virgen del Rocío, no hay solución para esto.


Al País Valencià siguen llegando cantidades escasas de partidas
como el Fondo de Compensación Interterritorial, que debería conllevar
ajustes estructurales y en infraestructuras para ir ayudando e igualando
las posibilidades de las zonas pobres. Nuestra comunidad se ha
caracterizado históricamente, como reza vergonzosamente el himno
regional, por ofrenar noves glòries a Espanya —y de glorias ya les
hemos contado unas cuantas ¿no?, las tienen aquí sentadas en el
hemiciclo—, hasta el punto de favorecer al enriquecimiento de otros
territorios o el enriquecimiento ilícito de algunos de sus amigos,
siempre a nuestra costa. Sin embargo, desde hace varias décadas, nosotros
estamos necesitando la tan cacareada solidaridad interterritorial, pero
allá no llega; allá contribuimos como ricos y no recibimos contrapartidas
que otras autonomías sí reciben. Si no recibimos solidaridad de otros
territorios como la que damos nosotros, no nos vamos a quitar nunca la
deuda acumulada que tenemos. La deuda que ustedes, señores del Partido
Popular, han creado para el País Valencià es tan grande que incluso los
recién nacidos deben ya cuando nacen 9000 euros; allí no vienen con un
pan debajo del brazo sino con una hipoteca. 40 000 millones de euros que
no se pueden pagar con este sistema de financiación que tenemos ni hacer
frente a los intereses ni a los servicios básicos que se han de cubrir.
Una solución que le podríamos dar es que lo pagaran ustedes directamente,
empezando por el Partido Popular valenciano, por Zaplana, continuando con
Olivas, Camps, Fabra, Blasco, o por el otro Fabra, que ahora reside en
Aranjuez, y continuando por el actual Gobierno, que aquí está
ausente.


La situación es aún peor cuando se comprueban los datos de
ejecución presupuestaria puesto que, a la evidente discriminación en
inversiones en el País Valencià, en la Ley de presupuestos del Estado
español se añade el expreso incumplimiento de los mismos, siendo claro el
ejemplo de ello la contraprestación, algo de lo que ya se ha hablado
mucho, del corredor mediterráneo; aparece en los presupuestos de 2012,
pero luego la ejecución es nula, o se anuncia, se empieza o se paraliza.
Esta misma semana se han inaugurado tramos del AVE en otras comunidades
autónomas pero el País Valencià continúa sin el corredor mediterráneo.
Llevan desde 2012 anunciándolo y continúa siendo una irrealidad.
Promesas, promesas y más promesas que muchas veces figuran en los
presupuestos pero que luego no se materializan en absoluto. Pensamos que
esta situación supone de nuevo un lastre para nuestra economía, tanto por
la ausencia de inversiones reales que puedan traducirse de manera
inmediata en empleo como por la desventaja que supone contar con unas
infraestructuras claramente insuficientes. Hemos hablado del corredor
mediterráneo pero podíamos hablar de la A-68, una actuación que figuró en
los presupuestos durante muchos años pero que luego nunca se ha
materializado.


Los proyectos y los estudios técnicos se suceden, las buenas
palabras, las promesas, pero las infraestructuras estratégicas para
nuestro futuro como la ejecución y la conexión ferroviaria con Zaragoza
sigue a niveles propios del siglo XIX, mientras que otras, como las que
nos unen con Francia están colapsadas por la falta de inversiones, por no
mencionar la deficiente red ferroviaria de Cercanías o la conexión de
trenes entre ciudades costeras de gran impacto turístico. Mientras tanto,
la única vía rápida que conecta de norte a sur nuestro País Valencià
sigue siendo la autopista de peaje. Otra contribución que hacemos los
valencianos para sufragar, vía impuestos, el rescate de concesiones
ruinosas de otras autopistas del Estado mucho más ricas y mucho mejor
financiadas que las nuestras. Incluso actuaciones como el desdoblamiento
de la N-340, en su paso por el País Valencià, o no existe o cuando han
hecho ustedes actuaciones, como en el caso del Maestrat, uno de los
viales más transitados de toda Europa, lo hacen de un solo carril. Lo
hacen tarde y mal, porque cuando se inaugure ese vial estará ya en unas
condiciones deplorables.


Los datos de estas inversiones en los últimos cuatro presupuestos
del Estado son los peores de todos y muestran una discriminación que ha
sido denunciada reiteradamente por los agentes económicos y la sociedad
civil valenciana, y para 2016 vemos que es más de lo mismo. No se
realizan las inversiones necesarias en infraestructuras que solventen o
minoren el déficit hídrico que ahoga nuestra agricultura o que lastra el
desarrollo económico, obligando a las administraciones locales o a los
usuarios a asumir cargas insostenibles que se traducen en un
endeudamiento cada vez mayor. Gastaron ustedes, o el anterior Gobierno
del PSOE, millonadas en desaladoras que ahora nadie quiere, que están
allí paradas para promover pelotazos urbanísticos, y nuestros pueblos
continúan con serias restricciones de aguas.


Estos presupuestos, como decía, son injustos con todos los
ciudadanos del Estado porque apuestan por el continuismo de quien no
tiene proyecto, pero también porque continúa ahogando al País Valencià,
al que han expoliado con todos los medios posibles, y confiamos en que
quien tenga que hacerse cargo del próximo Gobierno a partir del 2016
—que esperamos que no sea el actual, sino gente más sensible y
comprometida— tenga un pequeño margen para poder corregirlos. Aun
así, las cuentas para 2016 son más que una declaración de intenciones,
toda una ofensa para territorios como el valenciano.


Los 5 millones de valencianos y valencianas no queremos ser
ciudadanos de segunda ni ser tratados de forma diferente al resto de
españoles, queremos justicia e igualdad en el trato. No queremos caer en
la cultura del suicidio, a la que estaremos abocados si el actual estatus
quo no cambia. Queremos seguir contribuyendo al bienestar general,
queremos ser solidarios, crecer y crear riqueza, y por eso exigimos que
no nos pongan más obstáculos a nuestro paso. Los Presupuestos Generales
del Estado para 2016 han de establecer una inversión para todo el País
Valencià que suponga al menos el 12 % del total, dado nuestro peso
poblacional, y que además corrija la financiación que hemos tenido
durante estos años, cifrada en unos 1700 millones de euros.


Por todos estos motivos, solicitamos la devolución de este
Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para su
reformulación por otros que dediquen más recursos a incentivar la
economía y a rescatar personas y que sean justos con el País
Valencià.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mulet.


La propuesta de veto número 5 ha sido presentada por las
senadoras Armas y Julios.


Para su defensa, tiene la palabra la senadora Julios.


La señora JULIOS REYES: Muchas gracias, señor presidente. Buenos
días, señorías. También quiero agradecer al señor ministro su presencia
en este debate.


Estos presupuestos, señorías, son la culminación de una
legislatura; una legislatura en la que los ciudadanos hemos perdido
infinidad de derechos, derechos conquistados tras un largo esfuerzo por
las generaciones que nos han precedido. (El señor vicepresidente, Lucas
Giménez, ocupa la Presidencia). Estos presupuestos también culminan una
oscura etapa para Canarias, la de toda esta legislatura, donde Canarias
ha sido tratada injustamente por el Gobierno de España, un Gobierno que
ha incumplido como ninguno lo había hecho antes, haciendo caso omiso de
las leyes vigentes que comprometen al Estado español con Canarias, como
es el estatuto de autonomía y el REF de Canarias. Nunca antes se había
incumplido tanto con lo pactado entre Canarias y España. Ni los gobiernos
anteriores del PP ni los anteriores del PSOE han cumplido con Canarias,
lo sabemos, pero este ha sobrepasado con creces todos los
incumplimientos. Señorías, nos han escuchado decir a los senadores de
Coalición Canarias que estamos pasando por una situación de gran
dificultad y Canarias no ha estado y no parece estar entre las
prioridades del Gobierno de España.


Estos presupuestos, nuevamente, como ha ocurrido en esta
legislatura, no acercan Canarias a la España peninsular, al contrario,
nos siguen alejando cada vez más de ella. Bienvenido, señor ministro, el
inicio del diálogo entre el Gobierno de España y el de Canarias;
Coalición Canarias siempre lo ha reclamado, y siempre ha actuado en el
Gobierno de Canarias y en las diferentes administraciones isleñas en las
que tiene presencia, con lealtad institucional. Esperamos, sinceramente,
que las negociaciones continúen por buen camino, aunque a nadie se le
escapa que poco le queda ya a la presente legislatura y poco le queda ya
al actual Gobierno de España. Valoramos, lógicamente, el diálogo abierto.
Como dice el refrán: más vale tarde que nunca, pero los compromisos de
última hora tienen el valor que tienen y, por supuesto, la credibilidad
que tienen. Es imposible compensar cuatro años de maltrato con un cambio
de actitud meses antes de las próximas elecciones, pues la legislatura no
ha pasado en balde; se acaba, pero en ella no se han respetado los
derechos de los canarios y canarias y ni tan siquiera estos presupuestos,
los últimos de la legislatura, los respetan. Tienen la oportunidad sus
señorías de apoyar enmiendas que a lo largo del debate verán que
presentamos en relación con Canarias. Por eso, señorías, no nos
conformamos; no nos conformamos con estos presupuestos, y por eso
Coalición Canarias presenta un veto a estos presupuestos pidiendo su
devolución.


El discurso del Gobierno es que estamos consolidando una mejora
de la economía y que todo va bien, y muchos ciudadanos se preguntan: Si
eso es cierto, ¿cómo es que no se recuperan los derechos perdidos? ¿Cómo
es que sí se recuperan, por ejemplo, rebajas fiscales para los más ricos?
Y muchos de los canarios y canarias nos preguntamos ¿por qué no se
recuperan las partidas presupuestarias que nos pertenecen a los canarios?
¿Por qué no recuperamos nuestros derechos, los que están en la
legislación vigente? Estas cuentas se han presentado, señorías, a
sabiendas de que van a ser la herencia con la que se va a encontrar el
nuevo Gobierno, el que se conforme tras las elecciones y por las mayorías
que se conformen democráticamente. La lógica de la democracia nos
llevaría a pensar que la decisión más acertada para dar estabilidad
política y económica a España sería permitir al nuevo Gobierno que inicie
su andadura con un presupuesto estable producto del programa de Gobierno
que se apoye en el Congreso de los Diputados por quien sea investido, o
investida, presidente, y no pretender que tenga que heredar el
presupuesto que ustedes van a dejar.


Es falso, señorías, desde nuestro punto de vista, que estos
apresurados presupuestos sean para dar estabilidad; son para que el
Partido Popular intente convencer a la ciudadanía de las bondades de la
nefasta acción de su Gobierno en esta legislatura, cuyo tiempo ya se
acabó, y va a dejar en herencia promesas electorales del PP incumplidas y
una España más pobre, más desigual, descapitalizada, con menos derechos,
menos servicios públicos, más recentralizada y con mayores niveles de
dependencia del exterior, por no hablar también de la peligrosa
crispación política que han sembrado a lo largo de esta legislatura y que
van a dejar en herencia. Este es el verdadero sentido, la razón de ser de
estos presupuestos; es una razón eminentemente electoral, para sustentar
los eslóganes electorales del inicio de la campaña del Partido Popular,
eso sí, desde la acción del Gobierno.


Hoy, señor ministro, en su presentación usted lo ha escenificado
claramente, porque nos hablaba como en un mitin, y sus compañeros de
escaño respondían de la misma manera, como si esto fuera el primer mitin
de campaña, todos lo hemos podido escuchar. Y resulta que ustedes a esto
lo llaman trabajar hasta el último día, hasta el final; nosotros en
Canarias a esto lo llamamos de otra manera —que no voy a nombrar,
pero lo llamamos de otra manera—. Lo sorprendente es que ni tan
siquiera parece que, aunque sea por este sentido electoral, les preocupe
mucho, señorías, la opinión de los canarios, pues asombrosamente son, de
nuevo, injustamente tratados en estos presupuestos. La verdad es que nos
sorprende ver a militantes del Partido Popular teniendo que defender
estos presupuestos en Canarias, y me refiero especialmente a diputados y
a diputadas, a senadores y a senadoras del Partido Popular de Canarias
que apoyan y defienden estos presupuestos.


Son unos presupuestos que van a dejar a Canarias sin herramientas
para progresar. Por ejemplo, la partida del Plan Integral de Empleo de
Canarias, que está sustentada en una ley de 2003 que está vigente, sigue
sin aparecer, sigue estando a cero euros en estos presupuestos. Es
inexplicable, a la vista de las cifras de desempleo que tenemos en
Canarias, un 30 % de nuestra población activa en paro, y a la vista de
una desviación de 7,9 puntos adicionales por encima de la media nacional
de desempleo, con más de 300 000 personas desempleadas según la última
EPA. Somos la segunda autonomía con la tasa de paro más alta, con un
desempleo de larga duración muy preocupante, porque se va a convertir en
un paro estructural, motivo por el que es necesario combatirlo con
políticas activas de empleo, con políticas de formación para las personas
que están desempleadas, por no referirme a las altísimas tasas de paro
juvenil.


El paro tiene una gran asimetría en los territorios de España,
asimetría que se ha acrecentado con esta crisis y constituye un elemento
importante de descohesión social y territorial, pero parece que esto no
le genera demasiada preocupación al Gobierno del Partido Popular. No
recuperar el Plan integral de empleo de Canarias en estos presupuestos es
incomprensible, señorías. La inversión per cápita en Canarias no alcanza
la media estatal. Esta inversión va a ser de 244 euros en España, y en
Canarias, de 186 euros. ¿Y por qué?, nos preguntamos los canarios. Esta
diferencia es una pérdida para Canarias de 123 millones de euros.


Además, señorías, en el transcurso de esta legislatura, y
producto de esta situación continuada, se han perdido 732 millones de
euros en las inversiones a las que teníamos derecho. Y si nos remitimos a
las tres últimas legislaturas, el déficit que hemos tenido en inversión
alcanza los 2467 millones de euros. Se sigue sin cumplir el REF en
aspectos fundamentales: convenios de carreteras, obras hidráulicas,
rehabilitación turística, actuaciones en costas, convenios en aguas,
potabilización de aguas, el PIEC que he nombrado, el PIEC en formación,
los contratos programa del transporte colectivo, el Posei e infinidad de
aspectos que tienen que ver, señorías, con el día a día y con la calidad
de vida de los canarios. Estos presupuestos vuelven a no cumplir con el
REF, y esta pérdida de inversión se ha producido, además, en momentos
críticos, por lo que resulta aún más difícil de entender que haya habido
esta injusta discriminación.


Señorías, en Canarias el ajuste de las inversiones realizadas por
el Estado desde 2011 es de un 41 %, frente a una reducción media
producida en el resto del Estado español de un 33 %. ¿Por qué a una de
las comunidades más pobres de España se nos obliga a apretarnos más el
cinturón que a la media de las comunidades autónomas del resto de España?
Eso no es justo ni correcto desde ninguna consideración política,
institucional ni social. Y a esto hay que añadir el injusto sistema de
financiación autonómica, por la que Canarias es la comunidad más
perjudicada. Recibimos 800 millones de euros anuales menos que la media
de las demás comunidades autónomas para sostener los servicios públicos
esenciales, unos servicios públicos que ustedes, el Partido Popular, está
poniendo en riesgo en los momentos de mayor tensión social y laboral. Y
eso que Canarias es una comunidad que ha cumplido los objetivos del
déficit, que tiene bajos niveles de endeudamiento, pero así y todo,
señorías, señor ministro, seguimos sin entender cómo la aplicación de la
llamada regla del gasto va a dejar que Canarias pierda la capacidad de
invertir 834 millones de euros a lo largo de esta legislatura.


Anuncian que en estos presupuestos aumenta la capacidad para
invertir unos 10 000 millones de euros. Pero no se hace esa inversión
para mejorar a quienes peor lo están pasando. Lo que hacen es priorizar,
por ejemplo, una bajada de impuestos que va a beneficiar a quienes más
tienen. Señor ministro, si estos son los presupuestos de la recuperación,
me parece que solo piensan en la recuperación de unos pocos. Antes decía
usted que España era una enferma en Europa y que ahora somos una economía
pujante que lidera el crecimiento. Pues yo me pregunto qué pensarán los
miles de ciudadanos que siguen enfermos, que siguen en la pobreza, que
siguen en la exclusión social, los pensionistas que ahora tienen un mayor
copago en muchas de las prestaciones sanitarias, incluidas las del
medicamento. Qué pensarán de estos presupuestos en los que desciende la
prestación por desempleo de forma importante. Sorprende, señorías, que en
estos presupuestos se presenten ustedes con esa tremenda euforia. Debe de
ser que a Canarias no nos llega la euforia y por eso no entendemos, señor
ministro, la euforia con la que se presentan estos presupuestos. No sé en
qué mundo viven, pero creo que vivimos realidades paralelas, y me parece
a mí que bastante contrapuestas.


Desde nuestro punto de vista estos presupuestos no van a dar
seguridad a los agentes económicos. Algunas previsiones macroeconómicas
están siendo cuestionadas por diferentes instituciones. Sin ir más lejos,
el informe de Airef, la Autoridad Independiente de Responsabilidad
Fiscal, avisa de que el Gobierno no ha publicado la información sobre la
metodología en la que sustenta sus previsiones económicas y
presupuestarias pese a que así lo exigen las directivas europeas. Habla
también este informe del sesgo y del riesgo en los objetivos del déficit
público, y considera que van a ser difíciles de alcanzar. Dice,
concretamente en la página 14, que «los saldos con el exterior y las
cuentas públicas proyectadas por el Gobierno son más optimistas que los
previstos por el resto de las instituciones.» Lo grave es que estas van a
ser, señor ministro, las previsiones que van a tener que ser utilizadas
—y usted lo sabe— por las administraciones autonómicas, como
no puede ser de otra manera, para poder hacer sus presupuestos en estos
próximos meses. No creo que sea serio que usted nos diga que lo cambien
los que vengan detrás, o los Gobiernos autonómicos que acaban de salir de
las urnas. Me parece inaudito que usted lo diga con esa jovialidad que le
caracteriza y con esa falta de reflexión sobre las consecuencias que
puede generar. No creo que esto vaya a favorecer ningún círculo virtuoso,
ni tampoco la estabilidad. Al contrario, va a dificultar aún más la
gestión presupuestaria de los nuevos Gobiernos, del nuevo Gobierno de
España que venga tras las urnas o de los nuevos Gobiernos de las
comunidades autónomas, que lo primero que tendrán que hacer nada más
llegar es llevar a cabo modificaciones presupuestarias.


La Airef nos habla también de un sesgo grande en las previsiones
del crecimiento del PIB. Y digo yo, ¿será un sesgo electoral el que está
detrás de tanto sesgo del que nos habla la Airef? También advierte de una
pequeña desaceleración en el consumo privado, cuando todos sabemos las
consecuencias que esto puede tener en el crecimiento económico. Un
crecimiento, señor ministro, señorías, con una gran dependencia de
factores o variables externos, como ha sido la caída del barril de
petróleo, situación que a lo mejor no perdura. Me remito asimismo al
informe que hace el Fondo Monetario Internacional que alerta, en concreto
a España, del bajo potencial de crecimiento a largo plazo de la economía
española, y dice que la principal preocupación que se desprende del
informe anual es el bajo crecimiento de la productividad, la limitada
inversión, la modesta contribución del factor trabajo como factor
demográfico y el elevado paro estructural.


Todo esto se da, señorías, en el contexto de una España donde
aumenta cada vez más, como digo, la dependencia exterior, que avanza
hacia una muy interesante preponderancia del sector servicios —una
terciarización—, con un creciente deterioro del sector industrial o
de las actividades económicas relacionadas con el sector primario y una
escasísima inversión en I+D+i; en definitiva, con graves problemas
estructurales en una escasa economía productiva.


Estos presupuestos no incluyen políticas para modificar el modelo
productivo de España hacia una economía más productiva, más competitiva,
basada en el conocimiento, en la innovación, en las nuevas tecnologías y
basada en políticas que aseguren la sostenibilidad del crecimiento
económico y la calidad del empleo. Son más de lo mismo. Están basados en
una leve coyuntura de una economía sumamente dependiente de variables
exteriores, en el crecimiento de un empleo cada vez más precario, con
bajos salarios, y en una sociedad más empobrecida. Eso no es ningún
círculo virtuoso, señorías. Somos ya el penúltimo país de Europa con
mayor desigualdad social, uno de los mayores en índice de pobreza
infantil; en esto sí que somos campeones, en esto somos capeones. No sé
dónde ven las señorías del Partido Popular, de verdad, el círculo
virtuoso, la verdad es que no lo sé. Dicen que estos son los presupuestos
para continuar creciendo. Y yo me pregunto: ¿Creciendo hacia dónde? Pues
están diciendo que continuaremos renunciando a una evolución hacia un
modelo productivo competitivo, están renunciando a eso. Y, desde luego,
siguen siendo presupuestos, señor ministro, cortoplacistas, además de
electorales, como dijimos, que se sustenta en el crecimiento de un
consumo apelando a una rebaja fiscal.


En definitiva, señorías, la realidad es que nuestro producto
interior bruto es inferior al del año 2008 en un 5,2 % y que ha caído
desde entonces en un 6,2 % en el PIB per cápita, y para Canarias este
descenso ha sido mayor, ha sido de un 7,6 %. Y ustedes pretenden generar
confianza amenazando con que todo va a seguir igual. Puede que el nuevo
Gobierno y las nuevas mayorías quieran hacer reformas estructurales para
cambiar el modelo económico; puede que quieran evitar la
descapitalización de los recursos humanos más valiosos que tienen España
y Canarias en estos momentos: nuestros jóvenes, las mejores generaciones,
las más formadas que ha tenido España en su historia, y Canarias, jóvenes
que en estos momentos tienen que emigrar, pues no hay un tejido
productivo que les pueda ofrecer trabajo estable acorde con su nivel de
cualificación.


El Informe Airef también se refiere a la suficiente información
facilitada por el Gobierno de España para sustentar las previsiones en el
mercado de trabajo que plantean en estos presupuestos, cuestiona que la
tasa de paro pueda bajar del 20 % y califica este dato también de un
sesgo alto. Y yo me pregunto, ¿cuánto de este sesgo no será un cierto
sesgo electoral?


Las señorías del Partido Popular hablan del círculo virtuoso de
la economía, del milagro español, pero yo me pregunto: ¿y no hablan del
círculo vicioso de la pobreza, que es el que sufren muchos de los
damnificados por las políticas que hemos sufrido a lo largo de esta
legislatura?


Señorías, todo el mundo sabe que van a producirse cambios, es
lógico, señor ministro, con nuevas mayorías; no se sabe bien cuáles van a
ser, porque serán los ciudadanos, la ciudadanía, los que tengan la última
palabra, pero, obviamente, ustedes saben que acumulan derrota tras
derrota y que los cambios van a ser inevitables. Quizá, señorías, a
partir de diciembre se puedan conformar unas nuevas mayorías en España en
las que apostemos por el consenso político y social, el que ustedes han
roto;






unas nuevas mayorías en las que apostemos por el diálogo, la
lealtad institucional, la cohesión y la solidaridad territorial, y no la
prepotencia y la crispación que ustedes han sembrado en España y que han
regado bastante bien durante estos cuatro años; y, lógicamente, ahora
están recogiendo los frutos de lo que han sembrado. Esta será la herencia
que nos dejen, la que habrá que cambiar entre todos después de su paso.
Quizá después de las elecciones podamos apostar por unas nuevas mayorías
que, como digo, apuesten por recuperar los derechos sociales y políticos
de las personas, esas a las que ustedes han empobrecido en esta
legislatura y a las que han pretendido enmudecer. A lo mejor se puede
conformar una nueva mayoría en España que reconozca los derechos
históricos de Canarias, las singularidades de un archipiélago atlántico y
ultraperiférico, y los derechos de los canarios y de las canarias, esos
que ustedes no han reconocido y que han sido injustamente tratados en
esta legislatura.


Para recuperar todo eso que hemos perdido los ciudadanos en
España y porque las necesidades de Canarias y las herramientas que
necesitamos para progresar en Canarias y en España no están recogidas ni
en estos ni en los cuatro presupuestos anteriores, Coalición Canarias
presenta este veto para el que también pedimos el apoyo de sus
señorías.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senadora
Julios.


La propuesta de veto número 6 está firmada por los senadores
Crisol Lafront y Marcos Arias.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Marcos Arias.


El señor MARCOS ARIAS: Buenos días. Gracias, señor
presidente.


Señorías, nos dirigimos a esta Cámara por primera vez, y no
quiero dejar pasar la oportunidad, señor ministro... —parece que no
está, aunque me dicen que viene ahora—, de agradecer la acogida que
nos han brindado. Somos un grupo de gente nueva, que no novata, en esta
Cámara, que siempre hemos manifestado por activa y por pasiva nuestra
intención de hacer reformas en profundidad, algo que otros grupos
—y sé que esto no toca hoy—, como en este caso el Partido
Popular o e Socialista, no han hecho.


Señorías, Ciudadanos presenta hoy un veto a los Presupuestos
Generales del Estado para 2016 que esperamos que cuente con la
consideración favorable de la Cámara. Y aunque sabemos que no va a ser
así queremos hacer el esfuerzo de proponer y exponer nuestro más absoluto
rechazo a estos presupuestos generales para 2016, porque consideramos
—ya lo han dicho otros portavoces de otras formaciones
políticas—, que son esencialmente electoralistas, con unas
proyecciones de ingresos inalcanzables que desvían a España de sus
obligaciones de ajuste fiscal. Además son unos presupuestos poco
respetuosos con el elector, pues hurtan al nuevo Parlamento de una de sus
facultades principales: determinar cómo se gasta el dinero de todos los
españoles. Y por último, son unos presupuestos profundamente
complacientes, faltos de ideas y de ambición reformista, una ambición que
no ha tenido en toda la legislatura el Gobierno del Partido Popular, que
no ofrece soluciones a los retos estructurales a los que España en su
conjunto se enfrenta. No podemos seguir viviendo de la inercia y de un
contexto internacional favorable. Ya sé que al señor ministro no le gusta
eso de los vientos de cola, pero hay que decirlo. Vivimos en una economía
global. Cuando quieren, se olvidan de que vivimos en una economía global,
y cuando no quieren, nos retrotraen a la economía doméstica. Los
desequilibrios que teníamos antes de la crisis están volviendo. Sin
reformas estructurales que nos permitan cambiar nuestro modelo de
crecimiento seguiremos gastando nuestros limitadísimos recursos en
políticas que ya no funcionan. Por tanto, este presupuesto en general no
ofrece respuestas de largo plazo a ninguno de nuestros grandes retos: el
desempleo, la sostenibilidad de nuestras cuentas públicas y la
preservación de una educación, una sanidad y unos servicios sociales de
calidad.


Estamos, pues, como hemos dicho, ante unos presupuestos
electoralistas, irresponsables, poco respetuosos con los electores y sin
ninguna ambición reformista.


En primer lugar, creemos que ni los tiempos ni las formas son los
adecuados. La tramitación acelerada de los Presupuestos Generales del
Estado trata de sustraer a las Cortes Generales elegidas en las
elecciones de finales de 2015 una de sus principales atribuciones
constitucionales: aprobar el presupuesto de ingresos y gastos del
Estado.


En segundo lugar, como ya ha manifestado alguno de los portavoces
que me han precedido —y Airef acaba de dar unos datos al
respecto— el electoralismo de estos presupuestos es claro, así como
una desviación de las previsiones de unos 25 000 millones de euros; se
están asumiendo compromisos de gasto sin un respaldo suficiente derivado
de una previsión de ingresos mínimamente razonable.


En tercer lugar, son unos presupuestos irresponsables. España se
ha comprometido a reducir el déficit total de las administraciones
públicas un 5,8 % —con el que se cerró 2014—, incumpliendo el
objetivo —como lo han hecho sistemáticamente los gobiernos del
Partido Popular y del Partido Socialista— de hasta el 2,8 %
en 2016. Ese objetivo no se va a lograr con estos presupuestos; no se va
a lograr.


En cuarto lugar, los presupuestos no tienen ninguna ambición
reformista. Ustedes han contado durante estos cuatro años con una mayoría
suficiente y holgada para acometer las reformas que necesitaba y pedía
este país, pero no lo han hecho. Las prioridades de gasto van a
reproducir el modelo económico de crecimiento que ha fracasado tantas
veces.


En quinto lugar, estos presupuestos no ofrecen mecanismos
suficientes para responder a nuestra crisis más urgente, la del
desempleo, pues en el conjunto de los presupuestos baja la inversión
destinada a nuestros parados. Y ya explicaré después cómo en otros
capítulos ustedes ningunean a nuestros desempleados.


Los presupuestos, como ya se ha dicho aquí, se basan en unas
expectativas de futuro muy optimistas; parece que han abrazado el
optimismo antropológico de otras épocas. Sin embargo, el crecimiento
económico de España viene impulsado fundamentalmente por factores
externos: bajo precio del petróleo, devaluación del euro, política
monetaria expansiva del Banco Central Europeo, bajos tipos de interés y
crecimiento moderado pero firme de la economía mundial. Estos factores
puede que no se sigan produciendo, estos factores positivos no van a
durar siempre y existe un buen número de retos económicos y geopolíticos
que pueden complicar la situación internacional: el aterrizaje de la
economía en China o una inestabilidad en Rusia o en Grecia, nuestro
entorno europeo más cercano.


En estos momentos, la deuda pública de España es superior al
billón de euros y se acerca claramente al cien por cien del producto
interior bruto. Esta deuda pública, debido sobre todo a las medidas de
expansión del Banco Central Europeo y a las inyecciones de liquidez, se
ha podido refinanciar a tipos de interés cada vez más bajos, pero los
tipos bajos, insistimos, no van durar siempre. Es probable que en otoño
de 2016 las inyecciones de liquidez desaparezcan y suban nuestros
tipos.


La economía española sigue enfrentándose a los grandes retos
estructurales que nos llevaron a la crisis. Vuelve la bajísima
productividad, los desequilibrios externos, el drama de la dualidad y la
precariedad. A nosotros no nos sirve un crecimiento que se basa sobre los
mismos pilares que nos llevaron a la crisis y que no generan sino un
empleo profundamente precario —que crean empleo pero es un empleo
precario— pues el 90 % de los nuevos contratos son temporales.


Garantizar la provisión de la sanidad, de la educación pública,
los servicios sociales y la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas
es imposible con estos presupuestos. A largo plazo, depende de una clara
ambición reformista que, insisto, este Gobierno no ha tenido, que ha sido
inexistente absolutamente durante estos últimos años. Por ello, debemos
actuar sobre los 3 factores que hacen que nuestras cuentas públicas estén
sanas: el crecimiento económico, los ingresos públicos y el gasto
público.


Sobre el crecimiento económico, este presupuesto no ofrece un
cambio de modelo, no ofrece ninguna visión a largo plazo; se abunda en
gastos en políticas que sabemos que no funcionan en vez de invertir en
sectores claves para relanzar nuestro crecimiento, como la innovación, el
desarrollo o una apuesta decidida por la educación; sí, la educación con
mayúsculas en todos los niveles.


Tampoco es un presupuesto que responda a nuestros problemas
sociales más urgentes porque baja la inversión de cara a nuestros
desempleados. Aunque baje el número de parados —esto es
cierto—, consideramos que debemos mantener el esfuerzo
presupuestario y centrarlo en la formación, cambiando —por supuesto
hay que cambiar— lo que no funciona en nuestras políticas activas
de empleo en vez de seguir gastando nuestros recursos limitados en lo que
no funciona.


Sobre los ingresos, es sorprendente la irresponsabilidad del
Gobierno. A nosotros las cuentas no nos cuadran en todo el presupuesto.
Se trata de unos presupuestos —lo han dicho otros portavoces de
diferentes formaciones políticas— claramente electoralistas. Y
sobre gastos, no se aborda ninguna de las grandes prioridades desde el
punto de vista de Ciudadanos para acabar con el despilfarro: terminar con
las duplicidades administrativas, terminar con las diputaciones y
abandonar el gasto en infraestructuras que ya no sirven.


Ciudadanos no critica ni presenta un veto a los Presupuestos
Generales del Estado para 2016 sin fundamento; lo hemos revisado de
arriba a abajo. El presupuesto tiene un agujero de cerca de 25 000
millones, como hemos señalado, porque se basa en unas proyecciones de
ingresos simplemente inalcanzables. En el fondo son unos presupuestos
poco democráticos, puesto que quitan la oportunidad a los españoles de
elegir —después de las elecciones que se van a convocar en
diciembre— en qué queremos invertir nuestro dinero. Esperemos que
en diciembre se conformen nuevas mayorías o al menos un Parlamento
diferente. (El señor presidente ocupa la Presidencia).


Además, Ciudadanos considera que son unos presupuestos que tienen
una clara motivación electoral y no pretenden para nada solucionar los
retos a los que se enfrenta España; España como proyecto común. No
ofrecen ideas ni hay, insistimos, ambición reformista ni un modelo de
crecimiento, ni siquiera una hoja de ruta. Llevamos cuatro años esperando
una hoja de ruta del presidente Rajoy; no la tenemos.


No podremos seguir viviendo siempre de la inercia de un contexto
internacional favorable; los desequilibrios que teníamos antes de la
crisis vuelven; y sin reformas estructurales que potencien el crecimiento
seguiremos gastando nuestros limitadísimos recursos. Sin ambición
reformista —que este Gobierno no ha demostrado—, no podremos
ofrecer respuestas a largo plazo al desempleo, a la sostenibilidad y a la
preservación, insistimos, de una educación, una sanidad y unos servicios
sociales de calidad.


¿Qué hará Ciudadanos —por qué no, ya que estamos en tono
preelectoral— para responder a estos retos? ¿O qué haríamos si
finalmente —no va a ocurrir— alguno de los vetos prosperase?
Primero, una profunda reforma fiscal que nos permita disponer de los
servicios públicos que queremos y que deseamos en el conjunto del Estado.
Nuestro sistema fiscal es como un gran agujero negro, es esencialmente
injusto y carga siempre sobre los mismos, la clase media, con el peso del
conjunto del país. Debemos atacar seriamente el fraude fiscal. Es
imprescindible destinar más recursos humanos y presupuestarios a la
Agencia Tributaria. La ventaja de tener más recursos para luchar contra
el fraude es que son enormemente rentables: por cada euro que invirtamos
en la Agencia Tributaria estamos obteniendo 8 de ingresos derivados de la
lucha contra el fraude. Se ha reducido la plantilla de la Agencia
Tributaria en casi 3000 efectivos durante los cuatro años de mandato del
Gobierno del señor Rajoy, según se desprende de los Presupuestos
Generales del Estado. El número de trabajadores de la Agencia ascendía
a 27 659, según los datos de la ejecución de 2011, y esta cifra desciende
a 24 689 en las cuentas de 2016; es decir, un 10,7 % menos que al inicio
de la legislatura. En términos proporcionales, Alemania, Francia, Gran
Bretaña tienen varias veces más.


Segundo, en Ciudadanos creemos que necesitamos una urgente
reforma del mercado laboral. Solamente ofreciendo una respuesta a largo
plazo al desempleo y la precariedad podremos abordar nuestros problemas
fiscales de fondo. Para mejorar la situación tenemos tres propuestas muy
claras, que ya hemos presentado ante los medios de comunicación, pero
insisto en que esto tiene desarrollo y que en Ciudadanos tenemos, más que
de partido político o de control electoral, un proyecto de país para el
conjunto de los españoles: el contrato para la igualdad de oportunidades,
que acabe con la injusta situación de los trabajadores con contrato
temporal, una profunda reforma de nuestras políticas de formación de
desempleados y ofrecer una respuesta a los 7,5 millones de trabajadores
que ganan por debajo del salario mínimo anual, ofreciendo un complemento
salarial a las rentas más bajas. Recortar la inversión dedicada a los
parados, como hace este presupuesto, es un grave error. Debemos apostar
por la economía del conocimiento, la educación y la innovación, que son y
deben ser el pilar del crecimiento y lo que va a garantizar la
sostenibilidad de las finanzas públicas, algo por lo que el Partido
Popular no ha apostado. La inversión en educación sigue quedándose
incluso en niveles más bajos que antes de la crisis, y sigue apostando
por un sistema que no funciona. Ya sabemos que hoy no toca, pero habría
que mentar que ustedes han hecho una de las leyes de educación, vamos a
decirlo en términos coloquiales, menos educativa de toda la historia de
la democracia. La ratio de abandono escolar en España es de los más altos
de Europa y los alumnos no salen preparados con destrezas significativas
para desarrollar su vida profesional en un mundo global. Creemos que hay
que atajar esa situación y estos presupuestos no lo hacen.


Además, este presupuesto vuelve otra vez a despreciar
sistemáticamente la investigación, lo que nos deja a la cola —ahora
no son vientos de cola—, al final, de otros países avanzados en
esta área.


Finalmente, los presupuestos no van acompañados de una reforma
institucional a la que Partido Popular ha renunciado sistemáticamente en
los cuatro años de legislatura; una reforma que nos permita acabar con el
capitalismo de amiguetes que ustedes sostienen, que nos permita
despolitizar nuestras instituciones y acabar con la corrupción, por la
cual seguimos malgastando año a año enormes cantidades de recursos en
beneficio solamente de unos pocos y no del conjunto de los españoles. El
objetivo de Ciudadanos sería, evidentemente, garantizar que los contratos
públicos se los lleven los mejores, que se basen en una evidencia, en
datos y nunca en preferencias electorales, de amigos o de cercanos a los
políticos. El dinero, nuestro dinero, el de todos los españoles, no se
puede desperdiciar en inversiones inútiles sino en lo más importante,
como insistimos desde Ciudadanos: la educación, la sanidad y los
servicios sociales de calidad para todos los españoles.


Antes de terminar quiero anunciar que votaremos a favor de todos
los vetos presentados a los presupuestos y, por supuesto, esperamos que
el conjunto de la Cámara haga lo mismo con el veto a la totalidad que hoy
hemos presentado.


Muchas gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Marcos.


La propuesta de veto número 10 ha sido presentada por los
senadores Guillot y Saura.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Saura.


Antes de que comience su intervención, les anuncio que no vamos a
suspender el Pleno y que las votaciones de los vetos se producirán al
final del debate y nunca antes de las cuatro de la tarde.


Cuando quiera, senador Saura.


El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señor presidente. Buenos días,
señorías.


Hoy, el ministro de Hacienda, en lugar de explicarnos en qué
consiste el presupuesto —he contado que le ha dedicado diez o doce
minutos—, ha hecho un relato sobre la bondad de la política
económica y presupuestaria del Gobierno del Partido Popular. No lo
critico, incluso me parece lógico que, a pocos días de que se termine la
legislatura, el ministro de Hacienda quiera hacer balance de cuál ha sido
esa posición en estos cuatro años. Evidentemente, el relato que ha hecho
se ha centrado en la bondad de la política y, simplificando mucho,
pasaría por decir que ha habido un exceso de gasto público, que ha
supuesto un déficit público importante y el Gobierno del Partido Popular
ha hecho reformas estructurales —como la reforma laboral—,
que ha llevado a un crecimiento moderado del empleo en un marco de
crecimiento del PIB y en una situación de recuperación.


Jordi Guillot y yo estamos en contra de este diagnóstico y de un
relato con grandes omisiones y falsedades.


La omisión más importante de este relato es que el discurso del
ministro de Hacienda y del Partido Popular deja fuera de todo la realidad
social, no existe realidad social; es decir, que si alguien que venga de
fuera escucha el discurso del ministro de Hacienda es imposible que se
haga la más remota idea de qué es España. Es imposible porque el ministro
de Hacienda no ha hecho ninguna referencia ni a la pobreza ni a la
desigualdad. La pregunta es: en un país donde hay casi tres millones de
menores en riesgo de pobreza, trece millones de personas mayores en
riesgo de pobreza y una desigualdad absolutamente escandalosa ¿es
aceptable que el ministro de Hacienda no haga una sola referencia? ¿Es
posible que en un discurso de más de una hora el ministro de Hacienda no
diga una sola vez la palabra pobreza? ¿Es posible que en más de una hora
de discurso el ministro de Hacienda no diga una sola vez la palabra
desigualdad? ¿Qué propuesta nos está haciendo, de cifras macroeconómicas
o de vida de las personas?


Aparte de la pobreza y la desigualdad, la pregunta sería ¿qué ha
cambiado en la sociedad española desde antes de la crisis hasta ahora, si
es que ha cambiado algo? ¿Qué es distinto? Pues miren, hace diez años en
España había un horizonte personal y político de progreso, había trabajo,
la gente podía trabajar, tenía actividad, y en estos momentos la
situación real de la sociedad española es distinta por dos razones: en
primer lugar, porque hay una fragmentación importantísima con relación a
la gente que está excluida socialmente y la pobreza; y, en segundo lugar,
porque el signo de la sociedad española hoy es la precariedad. Todo gira
alrededor de la precariedad, incluso en el sentido que señala el
sociólogo Zygmunt Bauman cuando dice que precariedad es que la gente que
no esté segura de su futuro. En España la pregunta es si hay mucha o poca
gente que esté segura de su futuro. ¿Hay muchos? No ¿Hay bastantes?
Tampoco. Hay muy poca gente que hoy esté segura de su futuro y,
especialmente, no lo están los jóvenes y los parados. Y, como hemos dicho
repetidamente en esta tribuna, esta generación de jóvenes es la más
preparada.


En cualquier caso, no quiero insistir en que la precariedad está
instalada en la sociedad porque estoy seguro de que todos ustedes,
absolutamente todos, tienen cerca de ustedes la precariedad, ya sea
debido a un hijo que no tenga trabajo, por un vecino, por un cuñado, por
un amigo… Es decir, que la precariedad está hoy a nuestro
alrededor, con independencia del color político. Desde ese punto de
vista, es necesario decir que estamos en contra de unas políticas
económicas y presupuestarias que han transformado la sociedad en otra con
fractura social y de absoluta sumisión. Esta sería la gran razón de
nuestro veto.


Por otro lado, quisiera decir que hay una serie de elementos
característicos en nuestra sociedad que quiero leer, aunque sea un poco
largo, porque me parecen importantes. En este sentido, no queremos
admitir que el debate de presupuestos sea un debate de reducción de la
realidad social a cifras macroeconómicas. Nos negamos a aceptar que el
debate de la política presupuestaria y económica se limite a cifras
macroeconómicas.


La realidad española es la siguiente: cerca de 13 millones de
personas en riesgo de pobreza y exclusión social, según la Comisión
Europea; más de 5 millones de parados, y uno de cada cuatro lleva tres
años o más parado; 770 000 hogares no tienen ningún ingreso; los salarios
han disminuido del 12 al 20 %; España es el quinto país con mayores
diferencias entre los ejecutivos que más cobran y los salarios medios de
los trabajadores, 127 veces más; el 60 % del total de trabajadores y
trabajadoras cobran salarios por debajo de 1000 euros; España es el
cuarto lugar en desigualdad cuando en 2013 estábamos en el decimoquinto;
y uno de cada cuatro contratos que se firman duran menos de siete días y
la duración media es de 54 días al año.


La disminución de los salarios y la contratación precaria no
consiguen enjugar el déficit de la Seguridad Social. Los beneficios
brutos del sector empresarial se sitúan por encima de antes de la crisis,
mientras que los salarios han decrecido de un 12 a un 20 %. Alrededor
de 2 800 000 menores están en riesgo de pobreza y solo tenemos por
delante a Rumanía. Hoy, en España, que todos los niños y niñas hagan tres
comidas continúa siendo un objetivo. La tasa de paro es del 50 %. Uno de
cada tres jubilados, que antes eran la parte débil de la sociedad, ahora
ha de ayudar económicamente de forma regular a sus hijos y nietos. Según
el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social más de 400 000 personas
dependientes están en lista de espera. No se crea empleo neto, se trocea
el empleo neto y hay menos empleo ahora que en 2011. Cerca de 2 000 000
millones de personas no tiene ningún tipo de cobertura; y, de ellas,
hay 1 000 000 con cargas familiares sin ningún tipo de cobertura. Además,
hay 500 000 ocupados menos que cuando llegó el PP al Gobierno. La
ciudadanía, y no los accionistas, han pagado el rescate bancario
de 61 900 millones de euros. Se han producido casi medio millón de
desahucios.


La pregunta es, después de todo esto, ¿puede alardear el ministro
de Hacienda de que su política económica ha sido correcta? ¿Es posible
decir que ha sido beneficiosa para la sociedad? Nuestra respuesta es
absolutamente no. Pero no solo no es correcta, sino que, desde el punto
de vista político y ético, no es absolutamente de recibo.


Evidentemente, la respuesta del Partido Popular o del ministerio
es que no hay otra política posible; que lo que usted nos dice, puede
estar mejor o peor, pero no hay otra política posible. Sin embargo,
quiero decir desde esta tribuna que sí hay otra política posible. Cuando
empezó la crisis, Estados Unidos y la Unión Europea cogieron caminos
distintos. Estados Unidos tenía, si no recuerdo mal, el 9,3 % de paro y
Europa, el 9,5 %. En cinco años, Estados Unidos ha reducido el paro
del 9,3 % al 5,8 % y en la Unión Europea ha aumentado del 9,8 %
al 11,5 %. Y, además, España está en el 20 %; es decir, que la distinta
política de Estados Unidos en relación a la crisis ha resultado ser mucho
más justa y mucho más eficaz. El Fondo Monetario Internacional ha
vaticinado hace quince días que llegar al 15 % de paro en España va a
suponer como mínimo diez años. Por otro lado, hemos conocido hace poco
que Francia está saliendo de la crisis sin haber hecho reformas laborales
y sin haber disminuido los salarios.


En cuanto a la afirmación de no hay otra política posible, mi
pregunta sería si no era posible elaborar una legislación de desahucios
que los limitara o redujera. ¿Era posible o no era posible? La respuesta
es que sí, que era posible. Mi segunda pregunta: ¿Era posible que, de
alguna manera, los accionistas participaran en el rescate financiero?
¿Era posible o no era posible? Sí, era posible; pero no se hizo. Otra
pregunta sería: ¿Por qué razón solo el 55 % de los parados cobra un
subsidio de desempleo? ¿Era posible legislar para aumentar esta cifra?
¿Era posible? Sí, era posible. ¿Era posible o no que la reforma fiscal
gravitara mucho más sobre las rentas altas? ¿Era posible o no era
posible? Sí, era posible. La relación y el listado serían muy largos, y
todo ello depende simplemente de la voluntad del Gobierno de turno.
Además, en cinco años las rentas del trabajo han perdido más de 40 000
millones de euros, de los cuales una buena parte han ido a parar a los
excedentes beneficiarios.


Quiero puntualizar tres o cuatro aspectos sobre algunas cosas que
ha dicho esta mañana el ministro de Hacienda, alguna falsedad y alguna no
correcta. Por ejemplo, ha dicho que en Defensa solo hay un 0,9 % de
gasto, pero el presupuesto de Defensa es fraudulento. Desde hace cinco
años, las partidas del Ministerio de Defensa en relación con los PEA son
de 6,8 millones de euros y en el transcurso del año se eleva entre 800
a 1000 millones de euros. Así ocurrió en 2011, en 2012, en 2013, en 2014
y en 2015. Es decir, que hoy presentan un presupuesto de Defensa
fraudulento, que contempla simplemente un gasto de 6,8 millones de euros
cuando en septiembre o en octubre lo van a ampliar a 800 o a 1000
millones de euros, como han hecho estos cuatro últimos años. Y el señor
ministro de Hacienda se queda tan ancho cuando viene aquí y nos dice
esto. O nos dice otra cosa, que ahora está contento porque ha habido
recuperación de la inversión; pero esto nos lo ha dicho siempre porque,
en esta tribuna, en el debate de presupuestos, ha dicho siempre que el
Gobierno invertía mucho.


Hay otra cuestión que me parece muy importante y que está fuera
del debate político de la crisis económica. ¿Cuál ha sido el elemento más
importante que ha agudizado la crisis económica española? La burbuja
inmobiliaria. ¿Quién dio origen a la burbuja inmobiliaria? El Gobierno
del presidente Aznar, cuando hizo una ley que permitía edificar en
cualquier sitio. Evidentemente, hubo problemas de burbuja inmobiliaria.
En este sentido, en octubre de 2003, el entonces ministro de Hacienda
afirmaba: el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la
oposición que habla incesantemente de la economía del ladrillo. ¿Saben
quién era el ministro de Hacienda? Cristóbal Montoro. Y el secretario de
Estado de Economía, el 2 de noviembre de 2003, dijo: no hay burbuja
inmobiliaria sino una evolución de precios al alza que se va a ir
moderando con más viviendas de alquiler. ¿Saben quién era el secretario
de Estado de Economía? Luis de Guindos. Y el ministro de Economía y
Hacienda dijo cosas aún superiores a las que dijeron el señor Montoro y
el señor De Guindos. Es decir, que el plus de crisis económica motivada
por la burbuja inmobiliaria tiene origen en una ley que favoreció la
especulación del Gobierno Aznar y, posteriormente, en los años 2002-2003,
el ministro Rato, el ministro de Hacienda, señor Montoro, y el secretario
de Estado dijeron que no había problemas de burbuja cuando, en
definitiva, ha motivado un rescate de más de 60 000 millones de euros,
que hemos debido pagar los ciudadanos y no, evidentemente, los
accionistas.


Quiero matizar una última cuestión al señor Montoro cuando habla
de este nuevo patrón del crecimiento sin inflación. Decir esto y no
decir, primero, que el precio del petróleo ha bajado a la mitad; segundo,
que estamos con un euro débil; y, tercero, que hay estímulos financieros
que provocan esta situación de patrón de crecimiento nuevo, no es decir
absolutamente la verdad.


Antes de acabar mi intervención, quiero concretar tres ideas
sobre el presupuesto. El senador Guillot y yo creemos que el problema de
fondo de la crisis es que la recuperación de las cifras macroeconómicas
se ha hecho en detrimento de la fractura social y de la precariedad.
Cuando entramos en el túnel de la crisis había un paisaje de la sociedad
y, cuando hemos salido, hay otro paisaje social que, insisto, pasa por la
precariedad. Todo es precario. En el trabajo todo es precario. (La señora
vicepresidenta, Vicente González, ocupa la Presidencia). Los que tienen
trabajo están en precario; los que buscan trabajo son precarios; los que
no lo tienen son precarios; los que están a punto de perderlo son
precarios. En definitiva, la precariedad marca la sociedad española.


Fíjense en lo que les voy a decir. En última instancia, ¿cuál es
el objetivo de hacer política? ¿Por qué hacemos política? ¿Por qué todos
nosotros —creo que casi todos— hacemos política? Yo creo que
hay una sola razón, por lo menos, es lo que a mí me ha animado siempre:
hago política porque quiero contribuir a crear las condiciones para que
la gente pueda hacer su proyecto de vida autónomamente, según su proyecto
vital El objetivo de la política es hacer posible los proyectos vitales
de la gente. El objetivo de la política no es ni el déficit ni la
estabilidad ni las inversiones; esos son medios que habrá que cumplir o
no, pero si esos medios dan como resultado que la gente no es más
autónoma para construir su vida, sino menos, entonces hay que cambiar la
política.


Ese es el mensaje que les quiero lanzar hoy. Estamos en contra de
que el debate presupuestario se ciña a si el 3 % o el 3,1 % de déficit es
mejor o peor; lo que nos interesa es comprobar lo que ha pasado en cuatro
años con las condiciones de vida de la gente. Y el Partido Popular ya no
puede decir que todo es herencia porque han tenido cuatro años de
Gobierno y una parte importantísima de los elementos negativos que he
señalado son responsabilidad de dicho partido.


Quiero acabar con tres características concretas del presupuesto,
aparte de la impugnación global que he intentado hacer. La primera es que
estamos ante unos presupuestos socialmente injustos. La segunda es que
estamos ante unos presupuestos ecológicamente insostenibles. Y la tercera
es que estamos ante unos presupuestos territorialmente centralistas.


La primera característica, un presupuesto socialmente injusto, la
he explicado en mi intervención. Simplemente me interesa dejar claro que
prácticamente todos los indicadores desde el punto de vista social son
peores que los de 2011. Después de cuatro años de políticas de austeridad
todos los indicadores son peores.


En cuanto a la segunda, la política ecológica, el presupuesto
sigue la senda del absoluto menosprecio que el Gobierno del Partido
Popular, y en concreto el presidente del Gobierno, concede a esta
cuestión. Hemos visto cómo Obama ha introducido con fuerza el cambio
climático en la agenda internacional, hemos visto cómo el papa Francisco
ha presentado una encíclica dedicada exclusivamente al cambio climático,
mientras que en España no solo no se hace nada, sino que el presupuesto
disminuye un 8,3 % en relación con el año pasado y a la mitad de 2011. En
definitiva, lo que no hay en España es una política transversal que dé
coherencia a la política industrial, a la política de movilidad, a la
política urbanística, a la política de agricultura en relación con el
cambio climático. Esto no solo no existe sino que, como he insistido
muchas veces, no existe en absoluto en un ministro o ministra de Medio
Ambiente.


Por tanto, no se ha aplicado ninguna de las grandes conclusiones
que la Comisión Mixta Congreso-Senado elaboró en la pasada legislatura en
relación con el cambio climático —concretamente 101
recomendaciones—. Del trabajo de los diputados y senadores de la
anterior legislatura había dos temas fundamentales:






uno, una ley sobre el
cambio climático, y dos, una fiscalidad ecológica. De todos los países
importantes de la Unión Europea, España es el único país que
prácticamente no tiene fiscalidad ecológica. Mientras otros países están
haciendo leyes contra el cambio climático o leyes de transición
energética, en España no hacemos nada porque, como alguien ha dicho aquí,
cuenta más la opinión de algún primo que la opinión de Obama o la opinión
del papa Francisco.


Y la última característica, unos presupuestos territorialmente
centralizadores. Como se ha comentado en otras intervenciones, esto es lo
primero para impugnar el presupuesto. Estamos ante un Gobierno del
Partido Popular que insiste en que hay que cumplir la ley —con lo
que estoy de acuerdo— pero no cumple una ley que decía que debíamos
tener financiación autonómica; por tanto, hay un incumplimiento flagrante
de una financiación autonómica que tiene repercusiones importantísimas en
los servicios competencia de las comunidades autónomas, que
fundamentalmente son sanidad y educación. Hoy la sanidad y la educación
en las comunidades autónomas tienen menos recursos porque ha habido
recortes y porque no ha habido, en absoluto, una financiación
autonómica.


Por otro lado, se ha hablado también de la injusta distribución
de los objetivos de déficit, y comparto la opinión expresada por el
portavoz de Convergència i Unió, que ha dicho muy claramente que quienes
están haciendo frente a la crisis son las comunidades autónomas y los
ayuntamientos. Evidentemente, el esfuerzo de la Administración central ha
sido muy pequeño.


Finalmente, el señor ministro de Hacienda, aquí presente, hablaba
de la importancia de la estabilidad política y decía que estaba orgullosa
de ella. Debemos tener perspectivas distintas usted y yo, seguro, porque
creo que España, posiblemente, está pasando por la peor crisis política,
no la mejor. El señor Montoro ha dicho: Como hay estabilidad estamos en
el mejor momento político. Pues yo digo que tengo la sensación de que hoy
el Estado español está pasando por la peor crisis política en un asunto
que no solamente afecta a Cataluña, sino también a España y al resto de
comunidades autónomas. Ante esta crisis se puede pensar que no pasa nada
y que no hay que hacer nada, pero si se piensa como yo, que es una crisis
grave, habría que hacer algo.


Quiero acabar con una frase de Emilio Ontiveros, catedrático de
Economía, persona de reconocido prestigio en España en relación con estos
asuntos, que resume muy bien lo que he intentado decir, y es la
siguiente: Cambiar la orientación hasta ahora dominante de las políticas
económicas, fundamentalmente las presupuestarias, es de todo punto
necesario si se quiere evitar un escenario incompatible con la mejora del
bienestar. Emilio Ontiveros no es ningún trotskista ni izquierdista, pero
repito, insiste en que para que sea compatible el desarrollo económico
con una mejora del bienestar es necesario cambiar las políticas
económicas y presupuestarias.


El señor Guillot y yo queremos mejorar la vida de las personas y
por esa razón queremos cambiar las políticas económicas y
presupuestarias. Por eso planteamos el veto.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Propuesta de veto
número 12, del senador Espinar.


Tiene la palabra, senador.


El señor ESPINAR MERINO: Gracias, presidenta.


Buenos días, señorías. Buenos días, ministro. Llevamos un montón
de tiempo escuchándole decir barbaridades sobre nosotros. Nos ha llamado
populistas, demagogos…, nos ha llamado prácticamente de todo. Y uno
tendría la tentación de utilizar esta tribuna para contestarle, para
responder a las cosas que nos ha dicho, pero no lo va a hacer. Nos vamos
a tomar en serio la actividad parlamentaria, vamos a ser respetuosos con
usted, vamos a ser respetuosos con esta Cámara, vamos a ser respetuosos,
sobre todo, con la ciudadanía, y vamos a hablar estrictamente de
presupuestos. Tampoco vamos a hacer un mitin preelectoral, aunque queden
pocos meses para las elecciones generales, como ha hecho usted; sino que
vamos a hablar estrictamente de presupuestos y le vamos a contar por qué
entendemos que estos presupuestos no están a la altura de las necesidades
del país; le vamos a contar que no nos sirven para salir de la crisis,
para salir del lío en el que ustedes nos metieron, puesto que son
continuistas con las políticas que nos llevaron a la crisis. Ustedes nos
metieron en este lío haciendo un tipo de políticas que mantienen ahora, y
por eso seguimos inmersos en él.


Señoría, podemos hablar de todo lo que queramos, pero a los
presupuestos les pasa como a las películas de cine: que, cuando no hay un
buen guion, es imposible hacer una buena película. Con un buen guion se
puede hacer una película mala, regular o buena. Con un mal análisis
económico, con un mal análisis de la coyuntura, es imposible hacer unos
buenos presupuestos; y ustedes han hecho un mal análisis de la coyuntura,
porque no han entendido cuál es el corazón del problema fundamental de
este país en materia económica. El problema que tenemos es que cuando se
pinchó la burbuja inmobiliaria que ustedes produjeron, asociada a la
construcción iba casi el 20 % de la economía productiva de este país, y
no hemos sido capaces de recuperarla con nada. Hasta que este país no
tenga un impulso productivo que recupere el hueco que ha dejado lo que
suponía la construcción para nuestra economía, no seremos capaces de
recuperarnos económicamente, y estos, como los últimos presupuestos, no
prevén un impulso al modelo productivo; al contrario, siguen insistiendo
en políticas de austeridad que no nos han llevado ningún buen sitio. No
insistan ustedes, una vez más, en tropezar con la misma piedra; no
insistan ustedes con políticas que no han mejorado la situación, y le voy
a explicar extensamente —en este turno de defensa del veto, para
nuestro gusto excesivamente largo, voy a tener tiempo— por qué
creemos que ustedes siguen tropezando en la misma piedra.


Presentan ustedes estos presupuestos con tres mantras: el
primero, que es un presupuesto social, y lo vamos a discutir; el segundo,
que ustedes crean empleo; y el tercero, que ustedes están generando el
marco para salir de la crisis. Ustedes no están creando empleo. Cuando
uno mira las cifras de volumen total de salarios, cuando uno mira las
cifras de volumen total de horas trabajadas, cuando uno mira cuántas
horas trabaja cada asalariado al final de la semana, cuando uno mira
cuánto gana cada asalariado al final del año, todas esas cifras bajan. En
este país hay un volumen de salarios total menor este año que el pasado;
en este país se trabajan menos horas este año que el pasado. Ustedes no
están creando empleo, sino creando puestos de trabajo apoyados en las
reformas laborales de 2010 y 2012, que lo que hacen es trocear el empleo
que ha quedado. Estamos en la resaca de la crisis y del pinchazo de la
burbuja inmobiliaria y ustedes lo que están haciendo es trocear el empleo
que ha quedado para generar precariedad y desigualdad.


Cuando ustedes hicieron su primer presupuesto, uno podía pensar
que estaban ustedes confundidos; cuando hicieron el segundo, podía pensar
que estaban confundidos y que eran tozudos; y vamos por el cuarto
presupuesto que usted aprueba, por el cuarto presupuesto de esta
legislatura, y usted insiste en políticas que lo que están haciendo no es
salir de la crisis, sino abrir la puerta a la segunda fase de la crisis,
que cronifica la desigualdad y la precariedad para este país. Teníamos
una enfermedad y ustedes la están haciendo crónica. La precariedad, la
temporalidad, el desempleo y la desigualdad no solo de rentas, sino
también de género —y de eso también vamos a hablar—, se están
convirtiendo en un fenómeno crónico bajo su batuta, señor ministro.


Podemos hablar también de los objetivos que ustedes se fijan.
Ustedes se fijaron dos objetivos al principio de la legislatura y los
fijan también para estos presupuestos: uno es acabar con la deuda y otro
generar crecimiento económico. Ustedes no solo no han acabado con la
deuda, sino que la deuda supone ya casi el 12 % del gasto público,
el 11,8, y ha crecido desde 2010 hasta el 101 %, es decir, que ustedes,
que han sacrificado casi todos los derechos sociales, que lo han
sacrificado casi todo en gasto público, que han puesto a este país en una
situación de desigualdad, en riesgo de pobreza —casi el 20 % de la
población—, ustedes que han hecho todo eso para contener la deuda
han generado más deuda todavía de la que había cuando llegaron al
Gobierno. Es decir, cuando ustedes nos dicen que gobernar es muy difícil,
que saben gobernar, que tienen experiencia de gestión y que estos
demagogos y populistas del cambio vienen a decirnos que van a gestionar
mejor que nosotros porque no saben lo que es gestionar mientras que
nosotros somos gestores eficaces, no es verdad: son ustedes muy
ineficaces porque se fijan unos objetivos y no son capaces de cumplirlos,
que es lo peor que se le puede decir a quien se quiere considerar un
gestor eficaz. Nosotros podemos tener divergencias con usted y creer que
estos presupuestos son injustos, pero el problema es que además de
injustos son ineficaces, el problema es que usted es muy mal ministro y
que ustedes son muy chapuceros porque no son capaces de alcanzar los
objetivos que se fijan.


El segundo es el crecimiento. Dicen ustedes que España vuelve a
crecer y que estamos en tasas de crecimiento interanual por encima
del 3 %. Señor ministro, ustedes en 2013 cambiaron la forma de medir el
producto interior brutos y se acogieron a la normativa SEC 2010, de la
Comisión Europea, e introdujeron en el indicador del PIB la economía
sumergida, que no estaba incluida en el PIB hasta 2013. Ahora ustedes
calculan el PIB de una forma diferente, incluyen la economía sumergida,
el PIB aumenta en un 4,5 % y cambiando el indicador le quieren contar a
la sociedad española que ustedes generan crecimiento. Ustedes no generan
crecimiento. El poco crecimiento que se genera se produce por factores
exógenos que tienen que ver con el cambio de ciclo económico, con las
políticas del Banco Central Europeo o con el precio del petróleo. El
problema es que no se está generando crecimiento. Ustedes han trampeado
las cuentas, ustedes torturan las cifras y los datos en época electoral
para contarle a la gente que hacen ustedes un buen presupuesto, pero no
es real.


Ustedes cuentan que van a acabar con la deuda, pero la deuda
crece; ustedes cuentan que van a generar crecimiento económico, y como no
son capaces de generar crecimiento económico torturan al INE, torturan
las cifras y torturan los datos para decir que se crece. Ustedes lo que
están haciendo es contar dentro del producto interior bruto lo que antes
no se contaba, la economía sumergida. Nosotros no tenemos ningún problema
moral con que la economía sumergida se cuente en el indicador PIB del
INE, que es un indicador económico en el que se puede meter o no la
economía sumergida. Pero no se hagan trampas en el solitario. El problema
es que ese 4,5 % que ustedes han metido en el producto interior bruto no
es crecimiento económico, sino simplemente torturar las cifras y cambiar
el indicador.


Señor ministro, nos dice también, y se ha referido usted a los
ayuntamientos del cambio, en particular a los de Madrid y Barcelona, que
nosotros no queremos pagar la deuda, y no es verdad. Sí es verdad que hay
una parte de la deuda que no ha contraído la ciudadanía. El otro día
conocíamos el dato de que en el Ayuntamiento de Madrid, gestionado por el
Partido Popular, tres de cada cuatro euros del presupuesto que no tenían
que ver con el capítulo 1, con el capítulo de nóminas, iban a parar a 17
empresas, y con buena parte de ese dinero se pagaban sobrecostes en
obras. Esa deuda que ha contraído el Ayuntamiento de Madrid hay que
revisarla porque no es una deuda de los ciudadanos, sino una deuda
contraída por una gestión que tiene más que ver con el golferío que con
el interés general de la ciudadanía cuando se gestionan las instituciones
públicas. Esa deuda hay que revisarla y auditarla, pero eso no significa
que nosotros no queramos pagarla. Nosotros lo que decimos es que con sus
políticas la deuda no se paga.


Hace unos días íbamos, con algunos senadores más, a una reunión
con la Liga de Fútbol Profesional. Sabe usted de la situación financiera
de los clubes y su endeudamiento, y el presidente de la Liga de Fútbol
Profesional nos decía que habían hecho tres cosas contra la deuda de los
clubes. La primera, controlar el gasto y ser austeros, lo que no
significa recortarle derechos sociales a la ciudadanía, sino, por
ejemplo, como se ha hecho en ayuntamientos como el de Madrid, que el
ayuntamiento no pague los palcos de los toros o de los teatros. Eso es
ser austeros, y con esa austeridad estamos de acuerdo. Lo segundo,
potenciar el modelo de negocio. Nosotros tenemos que poner en valor el
modelo de negocio que tenemos para pagar la deuda de los clubes. Esto nos
decía el presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Y tercero,
redistribuir. Con los beneficios de la venta de los derechos
audiovisuales redistribuimos entre los clubes más humildes para generar
una salida a la crisis de deuda. Y le decíamos al presidente de la Liga
de Fútbol Profesional, con cierta ironía, que parecía de Podemos, que ese
es exactamente el modelo que nosotros proponemos. Nosotros lo que decimos
es que hay que controlar el gasto y ser austeros, pero no hay que ser
austeros recortándole derechos a la ciudadanía, sino recortándole
privilegios a quien los tiene y no los debe tener a cuenta del erario
público. Hay que ser austeros en el pago de sobrecostes, que han sido
bestiales en las administraciones gestionadas por el Partido Popular. Hay
que potenciar el modelo de negocio, que en el caso de un país no es un
modelo de negocio, sino el modelo productivo, que en este país es
escuálido porque ustedes no han apostado por regenerarlo, ustedes no han
apostado por que salgamos de la crisis generando valor añadido, ustedes
no han apostado por las gamas altas; ustedes apuestan por que compitamos
en salarios con los países que no tienen derechos sociales y por bajarles
los impuestos a los grandes inversores para que vengan aquí y se
asienten. Y nosotros tampoco tenemos nada contra los grandes inversores,
señor Montoro, pero sí contra quien no paga impuestos y no juega con las
mismas reglas del juego que los ciudadanos. Ustedes han generado un
modelo en el que, como no somos capaces de generar valor añadido, como no
somos capaces de generar productividad, tenemos que acudir a grandes
capitales que inviertan en nuestro país, y los grandes capitales
invierten, fundamentalmente, por dos variables: la primera, que los
sueldos les salgan más baratos, y la segunda, que la fiscalidad les salga
más baja. Y se han generado dinámicas prácticamente de paraíso fiscal en
España para algunos, mientras el peso de las arcas públicas lo sostienen
los asalariados, los autónomos, las pymes y las familias. Esto usted lo
sabe y esto genera un modelo de Estado y una situación que se consolida
con estos presupuestos, en los que el Estado termina por comportarse con
la ciudadanía como Robin Hood, pero al revés, se lo quita todo a los que
menos tienen para dárselo a los ricos, que después, en muchas ocasiones,
aparecen en la contabilidad B de su partido.


Señor ministro, para hablar de los presupuestos lo primero que
hemos hecho es discutirles su análisis de coyuntura económica, y lo
segundo que hay que hacer es hablar de los ingresos. Porque usted solo
habla del gasto, usted nos cuenta que está haciendo un presupuesto muy
social porque se gasta mucho dinero en determinadas partidas. Bueno, pues
usted se gasta el dinero en partidas que tienen que ver con los derechos
de la ciudadanía y que no son ningún regalo de usted, son un derecho de
la gente. La gente tiene derecho porque aporta al Estado, porque aporta a
la sociedad y porque queremos vivir en comunidad y no en una especie de
jungla de asfalto en la que cada uno va a la suya. Pues sí, el Estado
tiene gastos sociales, y usted, como ministro, los afronta en el
presupuesto, y eso es una cosa normal en cualquier país civilizado, no
hace usted nada extraordinario; no hace usted nada extraordinario, hace
lo normal en cualquier país civilizado para que podamos vivir en
comunidad y no en la jungla de asfalto, o sea, que no se ponga la
medalla. Claro que usted hace un presupuesto con mucho gasto social,
¡estaría bueno! Quienes no hacen presupuesto con mucho gasto social son
las empresas privadas, que tienen otro tipo de presupuestos, pero el
Estado tiene que tener gasto social, claro. No se ponga usted medallas
que no le corresponden, señor ministro. Decía que además de hablar de los
gastos hay que hablar de los ingresos. Es muy importante hablar de los
ingresos. En este país, en 2011, sucedió una cosa que no había sucedido
nunca, y es que las rentas del capital superaron a las del trabajo en el
producto interior bruto. Hay más rentas del capital que del trabajo en
este país. Ese es un proceso que arranca en los años ochenta y que se
intensifica en los últimos años. Sin embargo, 3 de cada 4 euros que
financian al Estado vienen de los ingresos familiares, fundamentalmente
de los salarios. Nosotros financiamos al Estado fundamentalmente a través
del IVA, del IRPF y de las tasas que se les cobra a las familias. Esto
quiere decir que hay un desequilibrio, y para salir de la crisis la única
fórmula es equilibrar la balanza entre las rentas del capital y las del
trabajo. Porque lo que están haciendo ustedes es cobrar a las familias, a
los asalariados, a los autónomos y a las pymes 3 de cada 4 euros que
financian al Estado, para hacer después, además, un modelo de inversiones
que solo beneficia a grandes inversores. Porque a nadie se le puede
explicar de una forma razonable por qué en España todo el mundo quería
tener en su provincia un aeropuerto si no es porque el único modelo de
negocio que se les ofrecía a los territorios en este país tenía que ver
con la atracción de capitales y con la atracción de inversores. Todo el
mundo quería atraer inversores porque no hay modelo productivo, y de esto
es de lo que tenemos que hablar. Necesitamos generar valor añadido para
salir de la crisis, necesitamos modelo productivo. De eso es de lo que
hay que hablar.


¿Y qué es lo que hacen ustedes? Una redistribución inversa.
Ustedes cobran a las familias para generar infraestructuras carísimas,
que no sirven para vertebrar el territorio ni para la comunicación entre
la gente corriente, sino que sirven para atraer a grandes inversores que
pagan pocos salarios y pocos impuestos, cuando podríamos atraer a grandes
inversores que pagaran salarios altos y más impuestos, pero para eso
necesitaríamos tener una economía más diversificada, más inversiones en
investigación, más investigaciones en desarrollo y, en fin, deberíamos
tener un modelo económico, repito, que no es el que usted nos presenta en
los presupuestos para 2016.


De forma que usted cobra 3 de cada 4 euros de los que reciben las
arcas públicas a las familias, a los trabajadores, a las emprendedores, a
los autónomos, a las pymes y a la mayoría social, y solo les cobra 1 de
cada 4 euros a los grandes capitales. ¿Y qué sucede? Pues sucede que la
gente pierde poder adquisitivo, sucede que cuando usted mira la economía,
cuando usted separa a la población por deciles, todos los deciles pierden
poder adquisitivo. Cuanto más abajo está la población en los deciles, más
poder adquisitivo pierde. Eso es lo que ha pasado con sus presupuestos y
con todos los que se han hecho desde el año 2010, que la población pierde
poder adquisitivo. Y mientras tanto, ¿qué pasa con las empresas del
Ibex 35? Que aumentan sus beneficios en más de un 70 %. ¿Y es malo que
las empresas del Ibex 35 aumenten sus beneficios? No. El problema está en
qué modelo de sociedad consagra eso. Si usted está permitiendo con su
modelo de ingresos y con su modelo fiscal que la gente pierda poder
adquisitivo, que la gente tenga cada vez menos y que las empresas del
Ibex 35 se forren, hagan ERE con beneficios y hagan lo que quieran, el
problema no está —eso es lo que usted nos achaca a nosotros—
en que nosotros no queramos que las empresas no ganen dinero. Nosotros
queremos que las empresas ganen dinero, pero sobre todo queremos que la
gente pueda vivir, que la gente pueda desarrollar proyectos de vida y de
futuro, que no haya más de un 50 % de desempleo juvenil, que nuestros
jóvenes no se emancipen como media por encima de los 30 años. ¿Y sabe
usted lo que hace falta para eso? Hace falta un contexto económico que lo
permita, hace falta un contexto económico que permita que la gente se
desarrolle, y para eso hace falta que los que más tienen aporten, que los
que más ganan aporten, y que si el Ibex 35 está ganando mucho más de lo
que ganaba antes de la crisis, también tiene que aportar, como todos.
Tenemos que equilibrar la balanza para que todo el mundo juegue con las
mismas reglas. Pero ahora subirá usted a esta tribuna y dirá que somos
demagogos, que somos populistas, que somos bolivarianos, y cualquier
barbaridad de esas que le gusta a usted decir. Pero lo que yo estoy
diciendo es de sentido común. Si ustedes vieran un poco más allá de sus
narices y de los hemiciclos que transitan, sabrían que es lo que piensa
todo el mundo en la calle. Y lo que piensan es que basta ya de una
estructura de ingresos fiscales que cronifica la crisis.


Nosotros no entendemos tampoco una estructura de ingresos del
Estado que permite que los técnicos e inspectores fiscales nos digan que
hay más de 70 000 millones de euros al año que se nos van por el desagüe
del fraude fiscal. Y eso no lo decimos los de Podemos, sino los técnicos
de Hacienda, sus técnicos, los que trabajan en su ministerio. Ellos son
los que nos están diciendo que hay más de 70 000 millones de euros que se
van por el desagüe del fraude. ¿Y qué sucede? Pues sucede que usted hace
una amnistía fiscal vergonzosa, pero de eso ya se ha hablado mucho y
tampoco es cuestión de traerlo a debate en plenos Presupuestos Generales
del Estado. Lo que sucede es que la Agencia Tributaria está infradotada;
y los trabajadores de la Agencia Tributaria nos están diciendo: No
tenemos dotación y, además, estamos mal repartidos, porque de esos 70 000
millones de euros que se defraudan en España al año, más de un 70 % son
de grandes defraudadores y, sin embargo, más del 80 % de los recursos de
la Agencia Tributaria están destinados al pequeño fraude. Es decir, usted
está persiguiendo con la fuerza de la Agencia Tributaria el pequeño
fraude —y eso está bien, porque también hay que perseguirlo—,
pero se está dejando fuera el gran fraude, que representa miles de
millones de euros, que representa, en realidad, miles de millones de
oportunidades para la gente corriente de este país para hacer su vida y
poder salir de la crisis.


Cada euro invertido en la Agencia Tributaria en un país con este
problema de fraude que le estoy diciendo es una inversión de futuro, una
inversión de país y una inversión que nos permite salir adelante. No
infradote a la Agencia Tributaria, atienda a las enmiendas que le vamos a
presentar al articulado —entiendo que no van a atender al
veto— y atienda también a la Agencia Tributaria. Dotar a este
organismo para que luche contra el gran fraude fiscal es una de las
claves para que podamos salir de la crisis. Usted sabe lo que se puede
hacer con 70 000 millones de euros al año. Usted lo sabe muy bien, porque
ha gestionado. Gestiona muy mal, pero gestiona y sabe que con 70 000
millones de euros al año se pueden hacer muchas cosas. (Risas del señor
ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Montoro Romero). No se
ría, si es verdad, si usted nos lo dice siempre y esta vez tenemos la
oportunidad de contestarle. Siempre nos dice lo mismo. El presidente nos
llama adanes, que es una palabra que le encanta: Estos adanes, que no han
gestionado nada en la vida, no saben lo difícil que es gobernar. Pero si
su modelo de gestión era el de Rato, el de Bárcenas, el de toda la gente
que termina por pasar por las comisarías y por las cárceles, casi mejor
los que no hemos gestionado nunca pero venimos con ganas, con un modelo
nuevo, y sabemos lo que nos hacemos, igual que lo sabe usted, lo que pasa
es que nuestro modelo es mejor, señor Montoro, hágame caso.


Hemos hablado de los ingresos, de la fiscalidad, del fraude.
Hablemos ahora de los gastos y de su supuesto presupuesto social. De lo
primero que me gustaría que habláramos al tratar de los gastos es de las
pensiones. Usted gasta un 3 % más en pensiones durante el próximo
ejercicio. Y eso está bien. El problema es que hay un 8 % más de
pensionistas. Es decir, que el dinero que usted destina a las pensiones
es manifiestamente insuficiente, por lo que los pensionistas siguen
perdiendo poder adquisitivo. Lo han perdido por valor de un 5 % desde el
inicio de la crisis. Usted se ha gastado el 45 % del fondo de reserva de
la Seguridad Social y, ¿sabe lo que pasa?, que donde en 1980 había siete
personas tributando por pensionista, hoy hay tres. Así que con su gestión
de las pensiones los pensionistas de hoy lo pasan peor y pierden poder
adquisitivo. Pero el problema es que las pensiones de mañana no están
aseguradas. Su modelo no asegura las pensiones de mañana porque estas no
se pagan solo con el fondo de reserva de la Seguridad Social, sino que
hay que pagarlas generando modelo productivo, generando valor añadido,
generando inversiones, saliendo de la crisis por arriba y no con este
modelo chapucero en el que usted nos ha metido y en el que solo gana el
Ibex 35. Por tanto, hablemos de las pensiones diciéndolo todo, no solo
que usted ha subido un 3 % el dinero que destina este año en el
presupuesto —que está muy bien—, porque como le digo hay
un 8 % más de pensionistas.


Y voy a utilizar otra expresión que es para ustedes muy querida,
porque cuando se les dice que el Senado tiene un presupuesto de 52
millones de euros y que se gasta un dineral en viajes o en dietas,
ustedes nos dicen que eso es el chocolate del loro. Pues bien, el 3 %,
cuando hay un 8 % más de pensionistas y cuando estos llevan perdiendo
poder adquisitivo desde el principio de la crisis, es el chocolate del
loro y, además, es una medida que usted toma en época electoral, porque
desde que el señor Zapatero congeló las pensiones en 2010 los
pensionistas pierden poder adquisitivo. Y este país tiene una deuda con
ellos porque son ellos los que han levantado este país. Mi generación
tiene una deuda con ellos porque son ellos los que han logrado los
derechos que hoy tenemos que defender de gobernantes como usted. Pero, en
todo caso, tenemos una deuda contraída con ellos. Tenemos que respetar
sus pensiones. Tenemos que pagarlas. Y, sobre todo, necesitamos
gobernantes responsables, que hagan políticas responsables y presupuestos
responsables, a la altura de los tiempos, y que generen capacidad para
pagar esas pensiones.


Si quiere, hablamos también de industria y energía. Desde 2010
gastamos un 68 % más en industria y energía. Esto a cualquiera le
parecería bien, salvo que uno vaya al detalle. Ustedes están gastando en
industria y en energía mucho dinero, y esto constituye una oportunidad
perdida. Me refiero al coste de oportunidad del dinero que estamos
destinando a la fiesta de las eléctricas, la pasta gansa —si me
permiten la expresión— que estamos destinando a la fiesta de las
eléctricas, que en este país funcionan en régimen de cartel —y
usted lo sabe— y, además, se benefician de un sistema que ustedes
usan —que nos lo habrá oído en la tele y, por primera vez, nos lo
va a oír en un Parlamento—, el de puertas giratorias, pues ustedes
entran y salen de los consejos de administración y de los consejos de
gobierno en función de por dónde sople el viento y de cómo hayan quedado
las elecciones. Las eléctricas se benefician de ese sistema, y eso nos
cuesta un dineral. Invierta usted todo ese dinero en renovables,
inviértalo en que seamos un país puntero en renovables. Las renovables,
el autoconsumo energético, la posibilidad de generar investigación y de
volver a ser un país que exporte tecnología aplicada a las energías
renovables es una oportunidad de futuro que vamos a perder si usted se
sigue gastando el dinero en alimentar la fiesta de las eléctricas y no en
generar valor añadido, modelo productivo y gamas altas allí donde tenemos
ventajas competitivas. Porque este país tiene una ventaja competitiva
evidente respecto de las energías renovables y es que tenemos más sol que
nadie. Y hemos tenido empresas que han trabajado en las energías
renovables, empresas privadas —no le estoy hablando del sector
público—, que han sido punteras en energías renovables. Y usted
sabe que cuanto más se invierte en energía, más tasas de retorno se
generan a futuro. Por tanto, invirtamos en renovables y dejemos de
pagarle la fiesta a las eléctricas.


En todo lo demás, cuando vamos al capítulo de gastos, de 2010 a
hoy —y hablo desde 2010 hasta hoy porque los presupuestos que usted
hace son, en realidad, perfectamente coherentes con los que hizo Zapatero
en 2010 y en 2011, siguen la misma línea política, la misma línea de
actuación y el mismo análisis equivocado—, en materia de justicia
hemos perdido casi un 12 % de gasto público; en seguridad ciudadana, más
de un 10 %; en acceso a la vivienda hemos perdido más de un 60 % de
inversiones, en un país en el que todavía hay desahucios. Yo estoy de
acuerdo en que no hace falta mucho dinero para solucionar el problema de
la vivienda en un país que tiene 3,5 millones de viviendas vacías, es
probable que lo podamos resolver por otra vía, pero que en un país en el
que todavía se ejecutan desahucios todos los días, en el que los jóvenes
se tienen que emancipar por encima de los 30 años de edad, que ustedes
hayan reducido desde 2010 hasta hoy un 60 % las partidas destinadas a
vivienda es medio vergonzoso, señor ministro.


En sanidad, usted ha reducido el presupuesto público en un 13 %;
en educación, un 19 %, y además les ha subido las tasas a los estudiantes
universitarios, que es una forma de recaudar, pero, señor ministro, quizá
no sea la mejor, ya que usted no le cobra nada a los que más tienen y,
sin embargo, le está poniendo barreras de entrada a los estudiantes en
las universidades.


En cultura usted ha reducido el gasto público en casi un 33 % y
en infraestructuras lo ha reducido en casi un 60 %. Además, se sigue
gastando mal el dinero en infraestructuras, se sigue gastando en
infraestructuras que no son necesarias. No necesitamos ser el país de
Europa con más líneas de alta velocidad, no necesitamos ser el país que
más líneas de alta velocidad tenga en Europa, primero, porque
construirlas es muy caro y, segundo, porque su mantenimiento es mucho más
caro todavía. Por tanto, podríamos tener un sistema de transporte
ferroviario mucho más barato, mucho más sostenible y que sirva para
cohesionar el territorio; lo podríamos tener, nos saldría mucho más
barato, ahorraríamos en infraestructuras y no estaríamos generando,
además, el impacto ambiental que usted sabe que genera la alta
velocidad.


Termino ya. Estos presupuestos no están a la altura de los
tiempos ni están a la altura de las necesidades de la ciudadanía, estos
presupuestos están basados en un análisis económico que no entiende el
país. Ustedes no han entendido todavía cuál es la situación del país en
el que viven, o esa sensación tenemos nosotros, que somos unos adanes o,
en todo caso, creo que ustedes no entienden el país en el que viven,
porque ustedes no manejan cifras viables, porque ustedes las torturan a
su gusto. Si usted es el primer ministro de Economía de la historia de la
democracia conocido por inventarse cifras en las tribunas de los
parlamentos. No me ponga caras. Y, sobre todo, son unos presupuestos que
no resuelven los problemas de los ciudadanos, que no permiten que los
ciudadanos puedan desarrollar proyectos de futuro, que es en realidad
—como les recordaba el senador Saura— lo que queremos todos y
para lo que estamos todos aquí.


Así que rectifiquen, rectifiquen una línea de política económica
que no nos saca de la crisis, que nos mete en una segunda fase que
cronifica la desigualdad de renta y de género y la precariedad, que hace
que la temporalidad ya no sea temporal, sino que sea la realidad laboral
para la mayoría de este país, para la mayoría de la gente joven que
empieza a integrarse en el mercado laboral. No haga usted eso, y no
insista yendo por una política presupuestaria que no nos ha funcionado en
el pasado y que no nos va a funcionar en el futuro. Necesitamos un modelo
productivo y necesitamos recuperar el impulso económico para el futuro de
este país y los derechos sociales de la mayoría. Porque, señor Montoro
—y ya concluyo—, la democracia, después de la segunda guerra
mundial en los países como el nuestro, en los países del contexto europeo
—al que nosotros nos incorporamos en 1978—, no era un sistema
que consistiera solo en elegir a los gobiernos, los ciudadanos eran
libres e iguales en derechos, en los derechos que recogían las cartas
constitucionales. Y en este país, la mayor parte de los derechos sociales
que recoge la Carta constitucional ya son papel mojado para la mayoría
social. Eso es un problema que se presupuesta y se resuelve por la vía
del gasto público. Así que había una oportunidad para salir de la crisis
y para generar mejores oportunidades para la vida de la gente que ustedes
han desaprovechado, algo que no les va a perdonar la ciudadanía el 20 de
diciembre por muchos mítines que venga a hacer al Senado.


Gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Turno en contra.


Tiene la palabra el senador Utrera.


El señor UTRERA MORA: Muchas gracias, señora presidenta.


Señor ministro, muchas gracias por su detallada exposición en
este debate y también muchas gracias a los senadores y a las senadoras
presentes en el hemiciclo.


En realidad, los presupuestos del año 2016 están bastante
explicados, son bastante conocidos. Además, tienen un objetivo muy
sencillo, que algunos portavoces han dicho no entender y que, por tanto,
encuentran difíciles de explicar a la ciudadanía. Yo creo que ellos
mismos no los entienden.


Señorías, los objetivos son muy sencillos: consolidar el
crecimiento económico, mantenerlo aproximadamente en las tasas actuales y
consolidar la creación de empleo, vinculada a ese crecimiento. Siendo
estos los objetivos, es muy fácil entender que con estos presupuestos se
va a mantener la perseverancia que este Gobierno y el grupo parlamentario
que le da apoyo han tenido durante toda la legislatura en la
consolidación fiscal y en el impulso de reformas estructurales;
perseverancia que no solo nos han permitido mejorar una situación
ciertamente degradada que nosotros heredamos y de la que también se ha
hablado mucho —a lo que luego haré alguna referencia, pues conviene
recordar de dónde venimos—, sino que, al mismo tiempo, dibuja un
horizonte de expectativas objetivamente favorables, con independencia de
que a algunos grupos políticos parezca no gustarles; parece que hubieran
preferido que llegáramos a este final de legislatura con un desastre
similar al que teníamos al final de la legislatura anterior.


Me van a permitir que, al hilo de estos objetivos del
presupuesto, detalle algunas de las cuestiones que entiendo más
importantes. La primera de ellas es el motivo de anticipar dos meses la
tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Las
interpretaciones son libres, así algunos lo interpretan incluso como un
gesto poco democrático porque burlaría o limitaría —dicen— el
derecho de otros grupos políticos y de otras mayorías de configurar unos
presupuestos que entendieran serían más adecuados en el año 2016. Y en
este sentido he de decirles que no, que ese derecho ni se hurta ni se
burla, porque los presupuestos son una ley, ni siquiera orgánica, que
admite las modificaciones que en cada momento estimen conveniente las
mayorías parlamentarias. Sin embargo, disponer de unos presupuestos no es
solo un ejercicio de responsabilidad, una manifestación de la voluntad de
mantener el pulso de Gobierno hasta el último día, sino, sobre todo, una
necesidad. Pero de eso apenas se ha hablado aquí, de hecho no se ha
hablado apenas de ello en todo el debate sobre estos presupuestos. Es
necesario. Los presupuestos de España del año 2016, lo mismo que los
del 2015, no son ni pueden ser institucionalmente los mismos que los de
hace diez, quince o veinte años. Y no lo son en primer lugar porque
afortunadamente se ha avanzado en los mecanismos de coordinación
comunitaria. Esos mecanismos, la llamada gobernanza europea —que
ciertamente incluye muchos elementos—






impone a los países —y
sobre todo a los que están sometidos al procedimiento de déficit
excesivo, como es el caso de España— la necesidad de aunar las
cuentas de todas las administraciones públicas en un documento previo a
la propia aprobación de los presupuestos para ser analizados por los
servicios de la Comisión Europea y recibir, por tanto, los
correspondientes informes. Una necesidad, una implicación de la
gobernanza europea es que si no hay presupuestos, eso no se puede hacer,
y si eso no se puede hacer, los inversores extranjeros y las
instituciones extranjeras —la propia Comisión Europea en primer
lugar— no podrán disponer de referencias muy importantes, no
legalmente obligatorias pero sí vinculantes desde el punto de vista
formal. Por tanto, esa práctica tradicional de tirar el capote porque el
toro ya ha asustado tanto que se da la espantada —como hizo en su
momento el señor Zapatero y su Gobierno— es cada vez más difícil y,
en un futuro inmediato, lo será todavía más. Por tanto, hay que tener
presupuestos cada año por esa sola razón: por los procedimientos de
coordinación y gobernanza europea.


También hay que tener presupuestos por otro motivo. Muchos
parlamentarios —que olvidan, incluso, ser parlamentarios nacionales
aquí en el Senado y actúan como puros parlamentarios regionales—,
en sus críticas al presupuesto, incluida esta, olvidan el hecho de que
los presupuestos de las comunidades autónomas no se pueden cerrar de
forma satisfactoria si no poseen una información sobre los anticipos a
cuenta que desde la Administración del Estado, desde la Hacienda pública,
se les va a realizar durante el ejercicio, lo cual no solo supone una
cifra que se da por teléfono, sino un compromiso de anticipo, que
solamente se puede dar si tenemos Presupuestos Generales del Estado. Por
tanto, la ausencia de Presupuestos Generales del Estado cierra la
posibilidad de elaborar presupuestos en las comunidades autónomas que
sean no ya creíbles y fiables, sino medianamente sostenibles en el
debate, puesto que todas las comunidades autónomas, excepto en el caso
del País Vasco y de Navarra —por su régimen de concierto y de
convenio consagrado en la Constitución española—, reciben la mayor
parte de su financiación a través de las transferencias del Estado,
derivadas del sistema de financiación común de las comunidades
autónomas.


Y podríamos hablar de otra razón, si quieren más intangible pero,
desde mi punto de vista, tan importante como las dos anteriores
—intangible pero importantísima—. Como ya apuntaba el señor
ministro de Hacienda esta mañana, lo que distingue entre poder tener una
situación económica normal —incluso de penuria, como la que
recibimos— y una situación de mayor desahogo económico, de mayor
crecimiento y de mayor creación de empleo es a veces algo tan sutil como
la credibilidad. Pero, claro, esta no es una sutileza ambigua o
fantasiosa, como muchas de las cosas que hemos escuchado aquí. La
credibilidad significa quién pone su dinero —hablamos de dinero, de
cosas serias y no de discursos entusiastas— para financiar a un
país y permitir no solo que este gaste, sino que pueda pagar la deuda que
ya tiene a la espalda, que pueda renovar deuda. Son los inversores,
quienes confían en la economía española, los que nos prestan dinero a muy
bajo interés —incluso a interés negativo cuando se trata de
operaciones a corto plazo—, pues nos ven tan fiables que, aunque
pierdan unas centésimas de retribución en forma de tipo de interés
negativo, les merece la pena tenerlo en deuda española a corto plazo, en
letras, mejor que en otros activos con más riesgo y que les podrían
ocasionar pérdidas mayores. Por ello, para estos inversores es necesario
disponer de un documento presupuestario donde el Gobierno de España a
fecha de hoy les diga señores, el año que viene proseguiremos con la
misma política económica, hemos ganado credibilidad porque vamos a seguir
consolidando el déficit público, con un objetivo de déficit público
razonable —ahora hablaremos de ello— y mantendremos el
impulso reformista que nos ha venido caracterizando todos estos años.


Pues bien, solo por este elemento —que, como digo, es un
intangible pero no fantasioso, muy real—, ante la opción ¿hace
falta un presupuesto?, ¿es conveniente el presupuesto?, ¿no es
conveniente el presupuesto?, yo, particularmente, no tengo la menor duda,
mi grupo parlamentario tampoco y el Gobierno tampoco de que es mejor
disponer de un presupuesto, porque así las comunidades autónomas y las
corporaciones locales pueden tener el suyo; porque así se manda una
información de certidumbre a los mercados financieros; y porque así
cumplimos bien —y además, de forma regular en los plazos
previstos— con las normas de gobernanza de la Unión Europea. Por lo
tanto, ese debate sobre si los presupuestos pierden algo de democracia o
no son tan democráticos como podrían ser no deja de ser un debate absurdo
y menor, y, además, no tiene alcance ninguno, vistas las ventajas que
supone lo contrario: disponer de presupuesto.


Si decimos que los objetivos son los mismos que los de los
últimos cuatro años o, en otras palabras, como ha dicho el ministro, que
mantenemos los elementos esenciales de la política económica desarrollada
hasta el presente, estarán todos ustedes de acuerdo en que con esta
política —bien es verdad que no están todos ustedes de acuerdo,
acaban algunos de mostrar su desacuerdo, pero cualquier persona sensata
que sepa de esto estará de acuerdo— se está creando empleo, no
destruyéndose, o troceando, o fragmentándolo —como nos decía algún
portavoz—. No, se está creando empleo neto y, además, a tasas
superiores al 3 %; se está consolidando una tasa de crecimiento económico
que, siendo como es, muy satisfactoria —por encima del 3 % para
este año 2015—, lo es además en comparación con los países de
nuestro ámbito —que son con los que nos tenemos que comparar—
como los europeos y los de la eurozona en particular, a los que superamos
a todos en crecimiento. Incluso la OCDE, en el último informe, decía que
no solamente superamos a todos los europeos —que ya lo
sabíamos—, sino que vamos a superar en crecimiento a todos los de
la OCDE, a todos los países desarrollados del mundo. Por tanto, el
crecimiento económico español está siendo muy satisfactorio.


Pues bien, si los resultados son buenos, no será porque se
aplique una política mala, parece razonable pensar que lo más probable es
que los resultados positivos se derivan de políticas económicas
adecuadas, positivas, así como unos resultados negativos desastrosos,
como los que nosotros nos encontramos en 2011, serán consecuencia de
políticas erróneas —que, por lo que veo, algunos portavoces
pretenden reproducirlos en el futuro, por lo menos así lo han
indicado—.


Por consiguiente, tenemos un patrón de crecimiento —ya se
ha señalado— que es envidiable por muchas razones —único en
el caso de la historia económica española pero, además, envidiable—
puesto que se está trasladando a empleo —ya se ha señalado;
prácticamente hay igualdad: crecimiento económico nominal-creación de
empleo—; porque, además, se está haciendo sin tensiones
inflacionistas. Hace algunos meses, algún grupo parlamentario quería
apuntar que eso era un problema, y no lo es. Cuando las tasas de
inflación son negativas, no es porque haya una deflación
—técnicamente sí lo es, hay una reducción de precios—, una
deflación de demanda porque la gente, aterrorizada, esté en su casa y
decida no gastar y guardar y, por tanto, se produzca un caída de la
demanda en el mercado, sino —efectivamente, ahí sí— porque
los factores exógenos —esos que están impulsando a la economía
española— producen un abaratamiento de costes y, entonces, por el
lado de la oferta productiva, de los costes de producción, tenemos un
abaratamiento de costes que permiten que haya una reducción de precios.
Ojalá pudieran mantenerse en el tiempo unas tasas de inflación negativas,
pero por esta causa, no por causa de desfallecimiento de demanda. Además,
vemos en nuestro cuadro macroeconómico, en nuestra economía, que no
solamente no está desfalleciendo, sino que la demanda interna está
promoviendo la totalidad de ese crecimiento económico, que ya hemos dicho
que es el más alto de todos los países de la Unión Europea y de los
países de la OCDE. Por tanto, este patrón de crecimiento, con bajas y
negativas tasas de inflación —un 0,9 % en el avance el mes de
septiembre—, es muy satisfactorio, además de que luego tiene
consecuencias sobre las rentas —sobre las rentas salariales, las
rentas de pensionistas, las rentas nominales; rentas de todo tipo—,
un efecto de revalorización. Además, la famosa restricción exterior de la
economía española por el rapidísimo deterioro que normalmente se producía
cuando la economía española crecía —empezaba a deteriorarse el
saldo exterior, de tal forma que se convertía en una restricción, en un
freno, porque no se podía financiar, y entrábamos en una tasa de
endeudamiento exterior, en un deterioro de la balanza de pagos que ya no
nos permitía seguir más allá— no solamente no se está produciendo
—algún portavoz ha dicho que están emergiendo de nuevo los
desequilibrios económicos; yo no sé dónde ve esos desequilibrios
económicos—, sino que el saldo exterior se mantiene positivo,
además en un porcentaje muy razonable de 1 punto o 1,5, si no recuerdo
mal, del producto interior bruto, de tasa positiva. Por tanto, tenemos
capacidad de financiación exterior y tenemos una vía de reducción para la
deuda externa, que es necesaria hacer y es una de las restricciones no
del desequilibrio actual, sino que nos vienen del pasado. La deuda
externa tiene que ser reducida.


Por tanto, desde este punto de vista, los Presupuestos Generales
del Estado dan lugar a un patrón de crecimiento que es muy positivo y
único —atendiendo a la experiencia económica española— y que,
al mismo tiempo, está basado en esos objetivos: crecimiento económico,
que se traslada a empleo y que, al mismo tiempo, se hace sin
desequilibrios de precios ni exterior.


Estos presupuestos aplican además, como todos los anteriores de
esta legislatura, una política de austeridad equilibrada. ¿Qué quiero
decir con este término de equilibrada? El primer año, el año 2012, sí
hubo que hacer una restricción más fuerte —del orden de 3 puntos
del producto interior bruto en términos de déficit estructural—, lo
que ha permitido una senda razonable de control del déficit público
porque eso era necesario. Al 9 % que nos dejó el gobierno anterior el
déficit público en el año 2011 no hubiéramos resistido ni seis meses si
no dábamos señales claras de que esto cambiaba, ni seis meses sin la
intervención, porque aquello estaba abocado a ser intervenido, a ser
tratado como un menor de edad en la Unión Europea. No otra cosa fue
cuando Zapatero —lo recuerdo perfectamente— en el mes de mayo
de 2010 —tres días después de entrevistarse con el presidente
actual del Gobierno, con Mariano Rajoy—, se fue a Europa un fin de
semana y volvió diciendo que había que bajar los sueldos de los
funcionarios un 5 %, que había que congelar las pensiones, que había que
suprimir algunos de los grandes regalos que había ido proponiendo durante
esa legislatura como los cheques bebé y algunos otros más, y todo porque
allí le trataron como lo que era, como un menor de edad a efectos de
política económica, y le advirtieron de lo que se le venía encima. A
partir de ese momento, se entienden perfectamente en el Partido
Socialista esos silencios, esas ausencias a la mención del anterior líder
indiscutible, que, en estos momentos, es prácticamente una persona no
mencionada en el debate político.


Por tanto, se ha hecho una política equilibrada, en la cual se ha
mantenido lo esencial del Estado de bienestar —es decir,
prácticamente todo—, al tiempo que se cumplían —porque no
queríamos que nos dieran el mismo cogotazo que a Zapatero— los
objetivos de consolidación presupuestaria.


El gasto social en estos presupuestos mejora algunas décimas
respecto a presupuestos anteriores, pero lo esencial es que los grandes
beneficiarios del gasto social —que tienen derecho a él por
leyes— pueden tener la absoluta seguridad de que ese gasto se va a
mantener en el tiempo, y no por falta de voluntad. Yo estoy convencido de
que todos los grupos parlamentarios, todos los portavoces y todos los
senadores, si se les pregunta uno a uno, estamos entusiasmados con pagar
pensiones y subirlas, con pagar educación, con pagar sanidad. Eso está
claro porque yo creo que no hay nadie tan perverso que pretenda suprimir
gasto necesario de naturaleza social. La cuestión es pagarlo, tener unas
cuentas públicas que permitan afrontar con tranquilidad y a largo plazo
la viabilidad de esos compromisos de gasto social que se han venido
asumiendo en el tiempo; que no ocurra lo que ocurrió en el año 2010,
cuando hubo que congelar las pensiones porque la cosa no daba para más,
y, si no se congelaban las pensiones, habría que haber ido,
inmediatamente, a algo todavía más drástico. Se rebajaron los salarios de
los funcionarios de media un 5 % porque si no, hubiéramos entrado en un
colapso todavía mayor. A pesar de eso, se nos deja un déficit público
oculto del 9 % en el año 2011 —porque se dijo que iba a ser
del 6 %; se comprometió el 6 % con Europa—. Fue un 50 % más, hasta
llegar al 9 %, que son 90 000 millones de euros —muchísimo dinero
de déficit—. Hay que buscar quien te lo financie, hay que convencer
a alguien para que te lo financie, igual que ahora para que financien a
algunas comunidades autónomas cuando su bono es considerado prácticamente
como bono basura. El Estado, con el prestigio y la credibilidad del
Tesoro de España, ha asumido ese endeudamiento para trasladar esa
financiación a tipo de interés 0 —algunos todavía se quejan de
eso— a aquellas comunidades autónomas de España, que,
sencillamente, no se les toma en consideración porque tienen esa
calificación de bono basura o muy próximo a ella. Por tanto, eso es lo
que estamos haciendo en gasto social, porque con esos préstamos que se
están haciendo —también a las comunidades autónomas— se está
financiando la educación, la sanidad, etcétera.


Por otro lado, es verdad que se han levantado algunas quimeras,
algunos topicazos, como lo de las becas. ¿Pero cuántas veces vamos a
seguir hablando y oyendo hablar de que las becas bajan? No, las becas
suben. En las comparecencias de los altos cargos de la pasada semana en
la Comisión de Presupuestos, he tenido la ocasión de debatir esa cuestión
y de escuchar el debate sobre la cuestión, y había un senador socialista
que venía a tratar de convencernos de que 1200 millones eran más que 1400
millones. Mire, no nos va a convencer, 1400 millones —que es la
dotación presupuestaria para el año 2016— es bastante más que 1200
millones, bastante más que el gasto presupuestario del Estado en becas en
el año 2011. Por tanto, las becas crecen. ¡Claro que crecen! En términos
absolutos, la partida del año 2015 es la mayor en becas de toda la
historia de España y en 2016, como crecen respecto a 2015, serán todavía
mayores.


En estos presupuestos se han mantenido las prestaciones de
desempleo, entendidas como el derecho de los trabajadores por sus
cotizaciones a la percepción de una prestación por desempleo. Nadie ha
quebrado ni nadie ha limitado ese derecho. Las prestaciones de desempleo
se siguen pagando a quienes tienen derecho a ellas. Al mismo tiempo, se
han activado distintos programas, entre ellos el más importante, el de
atención a los parados de larga duración, dotado con más de 400 euros
mensuales, que además, si incurren en otras circunstancias familiares,
por otros conceptos, aumentaría.


¡Pero claro que las prestaciones se mantienen! Se mantienen en
los mismos términos. El derecho a la prestación derivado de una
cotización sigue siendo el mismo de hace unos años, lo que ocurre es que,
efectivamente, hay menos parados con derecho a prestación. En unos casos
porque pasan a ser parados de larga duración que pierden el derecho a la
prestación pero ganan el derecho a un subsidio de desempleo y a todos los
programas Prepara, que suponen preparación para entrar en el mercado de
trabajo, puesto que los parados de larga duración son uno de los
segmentos más sensibles del mercado de trabajo español. Pero también se
reduce el importe —no el derecho— de las prestaciones de
desempleo porque bastantes de los desempleados que tenían derecho a ellas
han sido empleados, dado que está aumentando el empleo: más de 800 000
desde principios del año 2014 hasta ahora; 1 000 000 entre los años 2014
y 2015. Por tanto, como está aumentando el empleo y como algunos
trabajadores pasan a situación de empleo desde el desempleo o bien a
situación de subsidio de desempleo, una vez que transcurre el período de
la prestación por desempleo, se reducen las prestaciones. En modo alguno
se ha limitado el derecho a las prestaciones por desempleo. Ni se ha
limitado ni se ha reducido un solo ápice.


Un portavoz decía antes que había que invertir en desempleo
—yo prefiero invertir en empleo, no en desempleo; creo que
confundía gasto corriente o subsidio con gasto de inversión; pero incluso
como gasto corriente, yo prefiero invertir en formación activa para el
trabajo, invertir en realidad, en promoción de empleo— y, al mismo
tiempo, desechaba la posibilidad de inversión en muchas infraestructuras.
Algo tendrán que explicar respecto de esa materia.


Con estos presupuestos se culmina la reforma fiscal. Una reforma
fiscal largamente deseada, en la que, efectivamente, ha habido un
movimiento pendular. En su momento y ante la situación que heredamos hubo
—vuelvo a repetir— 30 000 millones de euros de déficit por
encima de lo que se nos había dicho que iba a ser; más facturas que no
estaban reconocidas y que por tanto había que pagar, y había que
habilitar el correspondiente programa para poder atenderlas. Por cierto,
para quienes encuentran siempre en materia fiscal —la demagogia es
fácil, muy fácil, y aquí es particularmente sencilla— un debate
entre ricos y pobres es muy sencillo: a quien gana solo 1000 euros al
mes, si le bajan un 10 % los impuestos, le han bajado solo 100 euros; a
quien gana 100 000 millones de euros al mes, aunque le bajen solo
un 0,5 %, le bajan muchos más millones. Ese debate de cuántos euros les
sube, si le baja solo 8 euros o le sube 3 o 4 no deja de enmascarar el
intento de enredar en una argumentación que no se domina. Lo importante
es ver cómo evoluciona, en términos relativos, la fiscalidad.


Pues bien, hubo un aumento inicial que fue distribuido de forma
progresiva. No en balde las rentas medias y bajas-medias aumentaron
un 0,5 % en porcentajes —en la realidad es menor aplicando los
mínimos exentos— mientras que las rentas altas llegaban al 7 o
el 7,5 % en el incremento en tarifa. Aquellos aumentos fiscales, impuesto
sobre la renta, eliminación de ciertas deducciones en el impuesto sobre
sociedades, aumento del impuesto sobre el valor añadido, manteniendo, sin
embargo, alimentación y productos básicos en los tipos superreducidos,
solo fueron para algunos. El IVA no aumentó para la cultura, en general.
No es verdad. Por ejemplo, para el libro no aumentó, aumentó para
espectáculos, que es distinto, para espectáculos culturales, pero no para
la cultura. Por eso dije que las reformas fiscales hay que analizarlas en
detalle, porque si nos vamos a topicazos...


De aquellos aumentos fiscales que hubo que hacer —que a
nosotros nos gustaron poco y a algunos nada— por la situación de
deterioro que recibimos, hemos pasado a una reforma fiscal que reduce el
impuesto sobre la renta de manera progresiva. La reducción que van a
obtener todos los contribuyentes que tengan rentas por debajo de
los 24 000 o 25 000 euros anuales en el impuesto sobre la renta estará,
con carácter general, en torno al 20 % y será bastante menor la reducción
que tendrán las rentas más altas. Aunque vuelvo a repetir lo mismo: quién
quiera enredar y hacer demagogia puede decir que en términos de euros a
uno le baja menos y a otro más. Es un debate de cuantía menor al que nos
tienen obligados quienes manejan esto simplemente para espetar unos
argumentos que saben que no dominan.


La reforma fiscal culminará el año próximo —en estos
presupuestos ya se notan los efectos financieros— con la reforma
del impuesto sobre sociedades, para reducir la tributación y mejorar la
capitalización de las sociedades. En estos presupuestos también aumenta
la inversión, 9500 millones de euros, si tenemos en cuenta el Estado más
todas las empresas gestoras de grandes inversiones públicas. He oído a
dos portavoces decir que hay que abandonar esas inversiones, porque son
inútiles. Nosotros no compartimos esa idea. Creemos que la inversión,
tanto ferroviaria como aeroportuaria, como en puertos y en carreteras, ha
de mantenerse. Algún otro portavoz exigía lo suyo: las inversiones mías
son muy rentables y muy eficaces. Ya lo sabemos. Pero también lo son las
otras. Inversiones rentables, eficaces y que promueven la productividad
lo mismo las hay en Almería que en Coruña que en Tarragona. Lo mismo.
Todas ellas —y, por eso, se decide hacerlas— implican mejoras
de productividad. Nosotros estamos plenamente conformes con el criterio
de asignación que estos presupuestos realizan de esas partidas
presupuestaras de infraestructuras. Y, desde luego, de ninguna manera
aceptamos como válida la argumentación, que no sé de qué mente ha salido
—bueno, sí lo sé—, de que las grandes inversiones en
infraestructuras resultan improductivas y que todos en bicicleta y en
burro podríamos hacer lo mismo que se hace en camiones y en aviones,
pero, claro, tomando un poco más de tiempo y necesitando más bicicletas y
más burros que trenes y camiones. Eso ya lo sabemos, pero no deja de ser
un enunciado que está fuera del siglo XXI. Con eso digo todo; no ya fuera
de 2016, sino fuera del siglo XXI, estoy convencido de que hasta 2099 ese
enunciado quedará fuera de todo valor.


En cuanto a la dependencia, aumenta un 6,4 %. Es fácil decir
—me he estado informando esta mañana con cierta profundidad—
que hay tantos miles que tienen ya reconocido el grado de dependencia
pero que todavía no reciben una prestación. Pues bien, no quiero
despachar esta cuestión con solo tres palabras, pero sí quiero decir que
esencialmente son las comunidades autónomas, repito, esencialmente son
las comunidades autónomas, —en reconocimiento a sus competencias,
que en otras cuestiones se exigen de forma escrupulosa— las que
tienen la obligación de proceder al reconocimiento y a la satisfacción
económica de los grados de dependencia, y para eso tienen que activarse.
Por lo que a nosotros corresponde, vemos con satisfacción —sí, ya
sé que hace falta dinero, como siempre, pero el dinero ha estado
disponible— que para el año próximo haya un 6,4 % más, por tanto,
podremos arreglar la situación, y hasta ahora, por lo que yo sé, el
problema no ha sido de falta de cofinanciación del Estado sino de
auténtica voluntad de algunas comunidades autónomas en ser diligentes en
el reconocimiento y la materialización del derecho a la dependencia.


En cuanto a la I+D+i, me ha sorprendido oír que el cambio de
modelo económico —ese modelo que no les gusta, el que tenemos
ahora, ese modelo creador de empleo, que mantiene baja la
inflación— consiste esencialmente en el control del fraude fiscal.
Esto me recuerda a Solbes en la legislatura de Zapatero cuando fiaba al
control del fraude fiscal el arreglo de la situación de España, y después
vimos cómo quedó la cosa, ni siquiera en materia de fraude fiscal se
consiguió ningún objetivo. Nosotros sí, año tras año, estamos mejorando
la eficacia y, sobre todo, dando resultados, mejorando la recaudación que
se obtiene por la vía del control del fraude fiscal.


Lo segundo es el aumento de la productividad, y dentro del
aumento de la productividad se cita siempre la inversión en I+D. Hay que
invertir en I+D, porque con eso la economía española va a crecer mucho.
Yo no dudo —nadie lo duda aquí— que la inversión en I+D es
muy importante, que la inversión en tecnología, en desarrollo, en
innovación tiene que mantenerse e incrementarse gradualmente, lo que
ocurre es que ese debate y esa forma de razonar es muy poco coherente con
lo que está ocurriendo realmente.


Señorías, la inversión para el próximo año —es decir,
quienes pensaran así tendrían que ser entusiastas, y no contrarios al
presupuesto para 2016— el gasto no financiero, que es el bueno, el
que va a déficit —el Gobierno de Zapatero hizo mucho gasto
financiero, es decir, mucha promesa de dar préstamos a proyectos, que
luego conseguían o no, pero no era gasto no financiero, que es el
bueno—, el gasto de I+D civil para el año 2016 aumenta más
del 12 %. Si nos comparamos con la media de la Unión Europea, estamos en
una posición homologable, un poquito por debajo, estamos al nivel, y se
echa en falta la participación privada; las empresas siguen sin apostar
claramente, sobre todo la empresa mediana —la empresa pequeña es
razonable que no emplee muchos recursos aquí— está implicándose
poco y mal. Esto no quiere decir que tengamos que echar balones fuera,
hay que animar a la inversión privada que, junto con la pública
—vuelvo a repetir, el gasto no financiero, otra cosa es prometer
créditos, que es muy fácil prometerlos, no darlos después—, está
aumentando a tasas del 12 %. Por tanto, si esa relación del nuevo modelo
económico es medianamente proporcional, si ahora estamos creciendo
al 3 %, con este 12 % el próximo año tendríamos que crecer al 5 o al 6 %,
si realmente este fuera un factor determinante de crecimiento económico a
corto plazo. No lo es, ya lo sabemos; lo es a medio y largo plazo. Que
todo el mundo esté tranquilo, a medio y largo plazo se ponen las bases
para crecer porque el gasto en inversión civil del Estado aumenta mucho y
además se homologa al nivel de la media del gasto europeo.


Me van a permitir que de los vetos presentados extraiga dos
grandes cuestiones, no voy a entrar en ninguno en concreto. En primer
lugar, lo del viento de cola famoso, es decir, que la economía española
está creciendo exclusivamente por el impulso de factores exógenos. Además
algún portavoz, concretamente el del Grupo Socialista, no sé por qué ha
incluido el turismo. ¿Qué pasaría si en España, de repente, se nos fueran
todos los turistas extranjeros y no vinieran a España? Eso lo ha señalado
como un riesgo muy probable. Ahora espero que nos explique cuál es ese
riesgo probable, es decir, en una economía en la que la inflación es
negativa, por tanto, no hay aumento de precios, en la que la calidad del
servicio es razonable, en la que no hay ningún factor de inestabilidad
política, como es España, ¿por qué razón tendría que quebrarse el flujo
de turismo? En cuanto a lo demás, el precio del petróleo, el tipo de
interés, etcétera, está perfectamente explicado, y quienes hayan hablado
de este viento de cola es que no estuvieron presentes en las
comparecencias de la semana pasada, porque lo explicó perfectamente el
secretario de Estado de Economía.


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señoría, vaya
terminando.


El señor UTRERA MORA: Termino, señora presidenta. Si me da un
minuto, acabo.


Estos presupuestos encuentran el fundamento del cuadro
macroeconómico, por tanto, su sustrato, en unas previsiones económicas
que son no solo realistas sino incluso pesimistas. No recuerdo
exactamente la cifra pero se están calculando sobre la base de un precio
del petróleo del orden de 60 dólares, cuando actualmente están muy por
debajo, con unos tipos de interés de 2 puntos a corto plazo y de 3 puntos
para intereses a más largo plazo. Es decir, se han utilizado hipótesis
que no permiten afirmar con rigor que, con una evolución de precios del
petróleo del 50 % sobre el precio actual, al alza —cosa muy
improbable—, aumentos de tipos de interés de más de 80 puntos
básicos sobre los actuales, y diferencias de tipo de cambio de ese
calibre, cuando están calculadas las previsiones con esa holgura, la
economía española es frágil porque, como se dé la vuelta la coyuntura
internacional, entraremos todos en crisis. Esa hipótesis, esa forma de
pensar y ese planteamiento económico no dejan de ser un mal intento de
eludir la realidad de las cosas: que la economía española está creciendo,
que lo está haciendo sobre factores internos y que, además, empezó a
crecer antes de que se produjeran estos factores favorables: la
intervención del Banco Central Europeo, la fuerte reducción del precio
del petróleo, etcétera.


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señoría, vaya
terminando; luego tiene un turno de portavoces.


El señor UTRERA MORA: Termino ya, señora presidenta.


Por tanto, me voy a limitar solamente a esta cuestión, señora
presidenta, y le doy las gracias por haberme concedido algo más de
tiempo. Por todas estas razones, las críticas que han recibido estos
presupuestos en forma de vetos no solamente no las compartimos, sino que
consideramos que están alejadas de la realidad en la mayor parte de los
casos.


Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Solicita la palabra el señor ministro. Tiene la palabra.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Gracias, señora presidenta.


Señorías, solicito la palabra solo para aclarar algunos términos,
no para responder a los intervinientes.






Escucharé con mucha atención a
los portavoces y, en todo caso, tendré el honor de concluir el
debate.


En primer lugar, quiero agradecer la intervención del portavoz
del Grupo Parlamentario Popular, del profesor Utrera, porque se ha
expresado con solidez y también con la contundencia de los argumentos que
contrarrestan muchas de las cuestiones y de las críticas que se han
expresado.


Intervengo en un debate de estas características, además de por
el gran interés que tiene, porque no es que sea mi obligación, sino que
es mi devoción estar en él y escucharlo, y les aseguro que lo he
escuchado íntegro. He salido, pero estaba tomándome un bocadillo y viendo
la televisión, o sea, que lo he visto. Por eso, decía que me interesa
mucho porque creo que da mucho sentido a lo que cada uno hace y al papel
que tenemos y que representamos.


Pero déjeme que me refiera, sin ánimo, ni mucho menos, de
contrarrestar argumentos y entendiendo las diferencias de las posiciones,
a que un debate de este tipo es un debate que se cuantifica. Por eso, me
atrevo a intervenir a estas horas, que seguro que no tendrá ninguna
consecuencia en la formulación de teletipos de noticias. Es una hora
íntima.


Nosotros ahora nos estamos ocupando de esta parte de la política
—hay otras clases de política, otros ámbitos de la política, y por
supuesto todos ellos válidos, razonables y más que aceptables— y se
dice que esto que hacemos aquí, los presupuestos del Estado, la economía,
no es política, que la política es otra cosa. Esto que estamos debatiendo
se cifra, se cuantifica cada uno de los elementos sujetos al debate. Hay
un documento que les invito a consultar —y pueden entrar en la
página web del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas—
que se llama Estrategia de política fiscal, que está actualizado con los
datos que publicó ayer la Intervención General del Estado en términos de
déficit. Por tanto, se cuantifica.


Cuando decimos que España está creciendo, está cuantificado. No
sabemos el cierre de este año, pero sí sabemos con toda certeza que el
producto interior bruto va a crecer más del 3 %. Nadie lo negaría este
año. La gente, con razón, me dice que cada vez que aparezco en los medios
de comunicación hablo del PIB. ¿Y eso, qué es? Lo dicen con toda la
razón. Pero he escuchado aquí argumentos que también parecía que decían:
¿eso, qué es? ¿Qué es eso del PIB? Estamos hablando del valor de la
producción de un país, de la producción que se hace dentro de ese país, y
al acometer esa producción se genera todo un volumen de rentas en el
país. Algunos de nuestros políticos dicen con toda naturalidad: Yo eso
del PIB no lo entiendo, confieso que no lo entiendo. Yo soy de letras.
Sí, pero eso no tiene nada que ver con que tengamos unos conceptos
básicos; si no, no sé exactamente qué debatimos a veces. Lo que decimos
es que un país que tiene un producto interior bruto mayor es un país más
rico que otro país que tiene un producto interior bruto menor. Esa es la
renta del conjunto del país, y eso se mide, se cuantifica. ¿Cómo se mide
en España? ¿Lo hace el Instituto Nacional de Estadística con sus baremos
extraños y anómalos? No, lo hace dentro de unos cánones que son
obligatorios. Pertenecemos al club de países donde es obligatorio hacer
mediciones con unos estándares concretos. Esto no es el arbitrio de
cuatro funcionarios y mucho menos la posición de un político tratando de
influir sobre funcionarios públicos. Yo con la experiencia que tengo,
experiencia larga ya en el Gobierno, no me atrevería a hacerlo, como ya
he dicho muchas veces en esta Casa, sobre ninguno de ellos. He oído
expresiones como esto del PIB se lo han inventado ustedes. Vamos a ver,
esto es España; estamos en España. Decían ustedes, ¿en qué país vives,
ministro? En España, en el mismo que nací en el año 1950; en el mismo.
Esa España de cuando yo nací, en el año 1950, tenía la misma renta per
cápita que en el año 1960, 2000 dólares per cápita. Hoy, ¿qué renta
tenemos en nuestro país? El PIB per cápita en el año 2014, 25 500
euros, 27 000 dólares per cápita. Se mide el nivel de actividad y cuanta
más gente hay trabajando, más nivel de actividad se registra; se mide, se
cuantifica. ¿En qué país vivimos? En este. ¿Cuál era la renta per cápita
en España en el año 1996? La mitad, 13 600 euros. Hoy hay varios países
miembros de la Unión Europea que no llegan a 20 000 euros per cápita, no
llegan; aparecemos en las mismas mediciones, en los mismos estándares de
comparación, pero ellos no llegan a tener ese nivel que tiene hoy España.
¿En qué país vives? En este del que hablan aquí las estadísticas;
estadísticas completamente fiables, homologadas, tamizadas por órganos
superiores, en el caso de España por Eurostat. Esto se mide y cuando
crecemos quiere decir que el país avanza y hay más actividad
económica.


Este país es el mismo que hoy está internacionalizado. Nuestras
empresas tienen invertidos en el resto del mundo 460 000 millones de
euros. Son cuatro empresas del IBEX —algunos de ustedes
razonan—, son los del IBEX. Esto es España, la nueva España de los
nuevos grupos políticos. En el año 1996, las empresas españolas tenían
el 6 % de su producto interior bruto. Estamos internacionalizados, porque
estamos presentes en el resto del mundo, exportamos. ¿Quién exporta? Otra
cifra macroeconómica, exportan los fabricantes de bienes de equipo.
¿Quiénes son los fabricantes de bienes de equipo? ¿Dónde están? ¿Dónde
están trabajando? ¿En Martos, en la provincia de Jaén? Sí, y en
Martorell. ¿No están en Tarrasa? ¿No están en Elche? Claro que están;
están fabricando y están vendiendo al resto del mundo. Se cuantifica.
¿Habíamos vivido una situación en la que vendiéramos tanto al resto del
mundo? No, nunca antes en España se había vendido tanto al resto del
mundo; además de estar presentes en el resto del mundo, nunca antes se
había vendido tanto. ¿Qué se vende, a continuación? Automóviles. ¿Por qué
producimos tanto automóvil en España si son multinacionales? Pues
producen en España y venden al resto del mundo. No hay empresas de
producción de automóviles nacionales, son multinacionales, inversores que
tienen que venir a invertir a España. Fíjense ustedes qué cosa hemos
inventado, tenemos que ser un país atractivo para la inversión, y ellos
venden después sus productos al mundo. ¿Cuál es la tercera exportación de
esa macro, como ustedes dicen, la tercera exportación en volumen? La del
agroalimentario. ¿Y qué produce el sector agroalimentario? ¿Será posible
que esté vendiendo tanto en el resto del mundo, en el resto de Europa?
¿Qué produce? Tomates, fresas, lechugas, naranjas… Eso es lo que
produce. Y lo vende al resto del mundo y es el tercer gran sector
exportador. Y a continuación, está la química. Y así podríamos seguir.
Esos son los que venden. Y la gente que está detrás no es gente que
trabaja, no. No es gente ubicada en los distintos territorios de España,
no. No es gente que esté invirtiendo, exportando y llevando su producto a
vender, no. Son cifras macroeconómicas. ¿En qué mundo vivimos?


Cuando decimos que ese crecimiento crea empleo, dicho empleo se
mide en contabilidad nacional. (El señor ministro muestra un documento a
la Cámara). Son empleos creados a tiempo completo. No se reparte. Pero,
nada, la estadística no sirve. No hay estadísticas. Vivimos en un mundo
donde no sabemos qué hacer. Fíjense en cómo se puede hacer política
económica si no sabes a quién te tienes que dirigir. ¿Ustedes se imaginan
en mi pellejo? ¿Cómo hacen ustedes un presupuesto? ¿Cómo hacen una
política económica, si no saben a quién dirigirse? Y eso que los policy
makers ya tenemos dificultad haciéndola, porque —es verdad—
esas estadísticas se mueven, se revisan. Pero decir que no sabemos dónde
estamos, que no se está creando empleo a tiempo completo —es decir,
que no se está distribuyendo—, que no se está incrementando la
afiliación a la Seguridad Social o que en términos de EPA la ocupación en
España en el segundo trimestre del año 2015 no es de 17 887 000 ocupados
en España… Tengo que escuchar unas cosas…


Repito que todo esto se mide. ¿Cuántos ocupados había en términos
de EPA en el año 1996? Había 12 500 000 ¿Y cuántos ocupados había en
España cuando yo estaba en la universidad y trabajaba en un banco en el
año 1975, al final del franquismo? Había 12 500 000. ¿Y qué ha pasado en
España? ¿Un boom? ¿Una burbuja? Menos mal que hay burbujas de empleo
porque, si no, este país no habría avanzado. Oyendo a algunas de sus
señorías parecería que este país no existe, que no estamos ante este país
de las cifras. Y no estoy hablando de otro tipo de premisas ni de cifras;
estamos inventándonos a nosotros mismos a estas alturas de la vida, no se
preocupen. Pero insisto en que esto se mide, se cuantifica, realmente se
estima y se compara. Sigamos.


¿Qué ha pasado en esta época? Ya he hablado esta mañana de ello,
y por eso no voy a repetirlo. ¿Cuál es el diagnóstico de la crisis
económica de España? La deuda externa. ¿Y qué estamos haciendo con esa
deuda externa? Rebajarla en el sector privado, desapalancando. Ya lo he
dicho esta mañana, y aquí tienen todas la cifras: los 250 000 millones de
euros que reducen las empresas, y los 100 000 millones que reducen las
familias. Todo esto se mide, es la contabilidad nacional de España. Eso
es lo que estamos haciendo. Y hemos emitido deuda pública, como he
explicado esta mañana. ¿Por qué hemos emitido deuda pública? Ya lo he
dicho: para financiar los servicios públicos de España. ¿Les parece
suficiente? A mí me parece que es lo que teníamos que hacer, obviamente,
aunque también hay gente dentro y fuera de esta Cámara que lo censurará.
Pero yo voy a defender que emito deuda pública para pagar a los
proveedores de los servicios públicos de España —si no, no nos
explicamos bien—.


Además, están los mercados, cargados de esos mercaderes
avariciosos que son los grandes explotadores de nuestro sistema moderno.
Y mientras cae el capitalismo, mientras se oyen crujir las paredes de
Jericó, vamos a seguir trabajando para pagar las pensiones, para pagar a
los funcionarios que trabajan en la sanidad pública, para pagar a los
funcionarios que trabajan en la educación, para pagar a los funcionarios
que trabajan en el ejército, para pagar a los funcionarios que trabajan
en las fuerzas de seguridad del Estado. Pero ¿todo eso se podía pagar
en 2012? Quizás no hayamos sido suficientemente expresivos sobre lo que
pasaba en 2012. ¿No había muchas ciudades de España que no podían pagar a
sus funcionarios? ¿No había muchas comunidades autónomas que no podían
pagar a sus funcionarios? ¿Es que eso no ocurría en 2012? ¿Por qué no
pagaban a los proveedores de la sanidad pública? ¿Por qué no lo hacían?
Estoy seguro de que un gestor de un hospital, no digo ya un consejero de
Sanidad, estaría sumamente incómodo con esa situación. ¿Eso no pasaba en
España en 2012? ¿Eso no se mide? Sí, factura a factura. Esto no es al
peso, es factura a factura. Es decir: a usted ¿cuánto le deben? Y
contestar: pues mire, yo he vendido a estos hospitales estas gasas, he
vendido estos fármacos, he hecho estas resonancias, he arreglado estas
máquinas de diagnóstico... ¿Eso no se mide? En nuestro debate se mide, se
cuantifica. Hemos pagado —repito— factura a factura. Esa es
la deuda pública que hemos emitido: pagar factura a factura.


¿Y de dónde vienen los ingresos públicos? Está en la página 15
del documento —a ver si nos enteramos, y lo digo con franqueza,
porque también se mide—. ¿Quién paga los impuestos en España? Los
tópicos van y vienen, fáciles, para un sitio, para otro.


Pues bien, caja de la Agencia Tributaria. En el año 2007
—que no se diga luego sobre la comparación—, en el umbral de
la crisis, el impuesto sobre la renta en España recaudaba 72 614 millones
de euros; y en 2014, 72 663 millones de euros. ¿Cómo lo hemos hecho?
Subiendo el impuesto sobre la renta a los más que tenían. ¿O es que en la
última semana de 2011 no subimos el impuesto sobre la renta 7 puntos a
las rentas superiores. ¿No lo hicimos? Subimos 0,75 puntos a las rentas
bajas y 7 puntos a las rentas superiores. Ahí está la recaudación. Eso se
mide. Se dice: no pagan los ricos. Pregúntenselo a los ricos. Está aquí,
está realmente en las cifras.


Sigo leyendo. Impuesto sobre sociedades. Recaudación del
año 2007: 44 823 millones de euros. ¿Qué ha pasado con el impuesto sobre
sociedades? El año pasado cerramos con 18 700 millones de euros, frente
a 44 000 millones de euros de ese año. Pero ¿dónde estábamos en 2011?
En 2011 estábamos en 16 000 millones de euros en el impuesto sobre
sociedades —de 44 000 a 16 000 millones de euros—; más de la
mitad de la caída de la recaudación tributaria de España en el impuesto
sobre sociedades. ¿Qué ha pasado con el impuesto sobre sociedades? Vamos
a leerlo. Grandes empresas y grupos. En el 2011, cuando llegamos al
Gobierno, estaban pagando 7626 millones de euros. ¿Cuánto pagan las
grandes empresas en el año 2014? Pagan 15 900 millones de euros. Se ha
duplicado en esta legislatura. ¿Cuánto van a pagar este año? Van a
pagar 18 700 millones de euros. ¿Cómo se puede decir, pues, que las
grandes empresas no pagan impuestos en España si han más que duplicado la
cifra? Está ahí, es la caja de la Agencia Tributaria. ¿O es que también
han pintado la caja? Y son ingresos que están permitiendo que este país
financie sus actividades y que el Estado se financie. Eso es lo que
pasado.


¿Y qué ha pasado con las pymes? ¿Han pagado más en el impuesto
sobre sociedades en esta legislatura? No, la cifra que pagaban era 1800
millones de euros, y esperamos que este año pasemos de 1800 a 1900
millones de euros. No han pagado, claro. ¿Por qué? Porque no tienen
beneficios. Pero nadie les está haciendo pagar. No sé qué experto de
Hacienda dice eso que he oído. ¿Qué experto? Será un experto que no se
lee las cifras de recaudación, que son contundentes respecto de dónde
viene: pymes, otros.


Con respecto al impuesto sobre el valor añadido, en el año 2007
estábamos en 55 800 millones de euros, y ahora, en 2014, hemos cerrado
en 56 714 millones de euros. Esa es la recaudación de España, y quiere
decir que hemos igualado.


Y en relación con los impuestos especiales —carburantes,
tabaco o alcohol—, ¿cuánto recaudábamos en el año anterior a la
crisis? Recaudábamos 19 786 millones de euros. ¿Y cuánto estamos
recaudando en 2014? Recaudamos 19 129 millones de euros. Por tanto,
¿dónde está la diferencia respecto de 2007? En el impuesto sobre
sociedades. ¿Es que no ha subido el impuesto sobre sociedades para las
grandes empresas? Se ha más que duplicado. ¿Dónde está, pues? Las grandes
empresas tendrán que ganar más para que paguen más impuestos y,
obviamente, las pequeñas y medianas empresas tendrán que ganar más y
tener beneficios para que el impuesto sobre sociedades vuelva a recaudar.
Pero estas son las cifras. Insisto: página 15 del documento, difundido
por la Agencia Tributaria, respecto de esta cuestión.


Y dicen: Ministro, este crecimiento no lo está haciendo la gente.
¿No? ¿No lo está haciendo la gente? Voy a leer las bases imponibles
—página 18 del documento—. ¿Acaso no es la gente la que está
pagando impuestos? ¿De dónde viene el aumento de recaudación del
año 2015? ¿No viene de la gente? ¿No es la gente la que está comprando?
¿No es la gente la que consume más hostelería? ¿No es la gente? No
—dicen— son cuatro ricos. Pero ¿cómo que cuatro ricos?
¿Cuatro ricos pagan todo esto?







El aumento de bases imponibles se mide, señorías. ¿Cuánto ha
crecido el IVA bruto —Agencia Tributaria— de las pymes de
enero a agosto de este año? Ha crecido un 11,2 %. En este país hay tres
millones de pymes y autónomos. Los ingresos que vienen de las pymes están
creciendo por encima del 11 %. Algo estarán haciendo las pymes. ¿O no?
¿Esa no es la gente? ¿Lo que estoy leyendo no representa el mundo real?
¿No es el mundo que realmente se está moviendo? ¿Cuánto ha aumentado el
pago fraccionado en el impuesto sobre la renta de las sociedades
profesionales de enero a julio de este año sobre enero a julio del año
anterior? Un 16 %. Cuando un profesional está incrementando, en pago
fraccionado, esa recaudación, ¿no está ocurriendo algo en el país? ¿No
hay más actividad? ¿No está facturando más? ¿Eso no se mide —me
refiero a los debates de fondo que estamos teniendo? Yo diría que sí, que
algo está ocurriendo en este país, que algo se está moviendo
positivamente en este país.


Hablaban del fraude fiscal. Bien, por descontado, el fraude
fiscal se mide. Lo dijo el director de la Agencia Tributaria en su
comparecencia aquí. La Agencia Tributaria espera cerrar este año
con 13 500 millones de euros como ingresos resultantes de la lucha contra
el fraude. ¿Cuándo se han ingresado 13 500 millones de euros por lucha
contra el fraude en España? Nunca. Entonces, ¿por qué se dice que no se
está luchando contra el fraude?


Bien, la amnistía —esa famosa—, la declaración
tributaria extraordinaria, más la declaración 720, que es la resultante
de la Ley 7/2012, de lucha contra el fraude, que es la obligación de
declarar bienes y derechos en el exterior. ¿Cuánto ingresó la declaración
tributaria extraordinaria? Ingresó 1139 millones de euros, casi 1200
millones. Casi nada, ¿no? Es realmente algo alcanzable y modificable
fácilmente. ¿Cuánto han declarado españoles —obviamente, estamos
hablando de residentes fiscales en España— que tienen en el
exterior y que no conocíamos antes de esta legislatura? ¿Cuánto han
declarado? En el año 2013, 135 823 personas declararon por valor
de 90 000 millones de euros; 90 000 millones de euros solo en 2013.
En 2014 hicieron regularización —además de algunos casos muy
famosos o bien conocidos por todos, y no solo en Cataluña, sino en todas
partes—, declararon por primera vez 32 720 personas por valor
de 20 770 millones de euros; bienes o derechos ya declarados, que esas
personas habían declarado anteriormente, por valor de 70 000 millones de
euros, y extinguieron en 2014 por valor de 15 938 millones de euros. Es
decir, este número de contribuyentes, casi 30 000, que habían declarado
que tenían fuera de España sin declarar previamente, y que habían
regularizado su situación fiscal por valor de 15 938 millones de euros,
ya no los declaran, ya los han movido, ya no los tienen fuera de España.
Solo en el año 2014. En 2015, otros 12 676 millones de euros también
fueron removidos en ese terreno. ¿Y saben cuántos nuevos declarantes
llevamos en 2015? Pues 28 437 declarantes por valor de 14 715 millones de
euros. ¿Y cuánto suma esto? Suma 126 000 millones de euros que hoy
conocemos y que al comienzo de esta legislatura no conocíamos: 126 000
millones de euros. Y se mide. ¿Saben lo que es eso? Una auténtica
fortuna; son unas proporciones que a mí, como ministro de Hacienda de
España, y reincidente, me llaman la atención. Y se dice: usted ya había
sido ministro de Hacienda. Pues sí, y en esta vuelta, 126 000 millones de
euros que tenemos identificados realmente y que no teníamos a comienzos
de esta legislatura. ¿Y me dicen que no luchamos contra el fraude? En
fin, señorías, insisto en que todo esto se mide.


Y luego hay otra consideración en el siguiente sentido —y
ya acabo—. Por descontado que al Gobierno le preocupa la pobreza y
a desigualdad. ¿Cómo no le va a preocupar la pobreza y la desigualdad? ¿Y
qué queremos decir —nadie lo ha cuestionado, porque se mide—
cuando afirmamos que estos presupuestos son sociales? Como ustedes
dirían, son sociales porque no me queda otro remedio. Los presento yo,
con perdón; entonces, ¿cómo no me va a quedar otro remedio? Podría haber
intentado, por lo menos, convencer al Gobierno, pero no. Es que estamos
en la profunda convicción de que los presupuestos de la salida de la
crisis tienen que ser sociales, que no es lo mismo. Es que se mide, se
mide. Y para luchar contra la pobreza y la desigualdad ¿no tenemos que
salir de la crisis económica? ¿No es esa la condición y la clave? En esa
España del año 1996, en esa Andalucía con una tasa de paro del 33 %, en
esa Andalucía con un 35 % de paro en Jaén, en ese Jaén, donde en el
año 1996 había una tasa de paro femenino del 55 %, ¿saben cuántas mujeres
trabajaban en España en el año 1996? ¿Saben ustedes que de cada tres
mujeres que trabajan, dos lo hacen desde el año 1996? Claro, porque hay
crecimiento, empleo y actividad. Y porque se han hecho políticas
presupuestarias y tributarias en favor de que haya esa igualdad de
oportunidades, en la que tenemos que seguir avanzando. Claro que tenemos
que luchar contra la desigualdad, pero si ahora hay desigualdad y
pobreza, ¿cuántas había en el 1996 con un Gobierno socialista? (Rumores).
Entonces no había. No había trabajo, no había renta, no había
internacionalización, pero no había pobreza. Esta es la España única que
todos los días nos inventamos.


Vamos a ser lógicos, coherentes y mantener los debates sobre
cifras, sobre la racionalidad de los crecimientos económicos. Hay premios
nobel de Economía que anunciaron que en el año 2012 España tendría
corralito. Lo han anunciado premios nobel de Economía; y les han dado el
premio Nobel —y muy bien dado, por cierto, por sus otros
trabajos—, pero no aciertan respecto de las opiniones y
perspectivas sobre España. Eso es algo que tiene que satisfacernos y
hacernos sentir orgullosos a los españoles, que somos capaces de hacer
inviables los pronósticos de premios nobel de Economía. Como también
mejoramos los pronósticos del Fondo Monetario Internacional. En 2013,
¿cuánto decía dicho fondo, según sus perspectivas económicas mundiales,
que iba a crecer España en el año 2014? El 0,2 %. ¿Y cuánto hemos crecido
en el año 2014? El 1,4 %. Hemos superado las previsiones. Y hemos
superado este país; es esa gente de la que he hablado aquí, esa gente que
está exportando, vendiendo, abriendo sus negocios y generando cada vez
más actividad. Eso es lo que se lee aquí. Y, por descontado, al crecer
tendremos siempre un problema de equidad, de justicia social. ¿Cómo no
vamos a tener un problema de justicia social? Esa es una de las grandes
metas de la política desde siempre.


Y, ahora, la izquierda radical de este país se baja de la tribuna
del Congreso y le da al presidente del Gobierno un libro de Keynes para
ilustrar sobre los costes económicos para la paz. Este es el
alumbramiento ideológico de la izquierda. Seguro que el manifiesto
comunista, que es el suyo, les da como apuro y ahora tienen que
distribuir a Keynes y presentárnoslo como un inspirador de esa izquierda
radical. Esto es, ideológicamente, cuando menos una situación confusa
dondequiera que las haya. Ese libro es la consecuencia, el análisis, el
sostenimiento de una tesis contraria a lo que firmaron los políticos
ganadores de la primera guerra mundial. Y, ciertamente, esa es la
historia de Europa, que es la que estamos superando. Como es la historia
de España la que estamos superando. Y detrás de esas cifras hay una
realidad, una realidad de nuestra economía y nuestra sociedad, una
realidad que tenemos que mejorar, porque, como decía Keynes, los grandes
problemas son siempre los mismos: aunar la libertad con la eficiencia
económica y con la justicia social. Esos son las tres grandes variables,
los tres grandes parámetros que ya propugnaba Keynes en esos tiempos
realmente negros de la historia de Europa, tiempos de su terrible momento
histórico, y que hoy ya están muy muy superados en esta nueva Europa, en
esta Europa del siglo XXI, y en esta España que también ha dejado atrás
sus tiempos más oscuros para ser un país capaz de afrontar ese futuro con
criterios de prosperidad y de bienestar. Por eso decía que estas son las
cifras de estos presupuestos.


A continuación, vamos a escuchar a los portavoces, que nos
relatarán cuál es la oferta alternativa a estos presupuestos. Y como
miembro del Gobierno yo insisto en que sería muy importante que en el día
de hoy, en el Senado, todos, también los nuevos grupos, se comprometieran
en el objetivo de déficit público, que se comprometieran en la corrección
de la deuda pública y en el pago de esa deuda externa, tres
condicionantes para que, efectivamente, podamos consolidar la
recuperación económica y en muy poco tiempo, al final de la siguiente
legislatura, podamos decir que España ha superado definitivamente su
crisis porque hay más empleo, que habrá más prosperidad que a comienzos
de esa crisis, y que España, por tanto, volverá a ser ese país fiable,
miembro de una comunidad que es la Unión Europea, que sienta sus bases
sobre la estabilidad económica para la libertad.


Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias, señor
ministro.


Pasamos al turno de portavoces.


Entiendo que por el Grupo Mixto van a intervenir cuatro
portavoces.


En primer lugar, tiene la palabra el senador Espinar.


El señor ESPINAR MERINO: Gracias, presidenta.


Voy a ser breve, porque creo, señor ministro, que usted y yo
tenemos dos cosas en común: la primera, que su bancada no viene a
escucharnos a ninguno de los dos. (Rumores). A mí, además, me insultan.
(Rumores).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señorías, guarden
silencio.


El señor ESPINAR MERINO: Y la segunda, el hambre.


Voy a contestar en orden: primero, al portavoz del Grupo Popular
y, después, al ministro.


El portavoz del Grupo Popular, el senador Utrera —veo que
ahora, lamentablemente, no me va a poder escuchar—…
(Rumores).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señorías, por
favor.


El señor ESPINAR MERINO: …decía que todo nuestro proyecto
económico se basaba en el control del fraude fiscal. Pues no, pero buena
parte, sí, en un país en el que, como dicen los técnicos de
Hacienda, 70 000 millones de euros al año se van por el desagüe del
fraude. Con ese dinero se pueden hacer muchas cosas y se puede construir
proyecto económico.


Pero hay dos cosas más que hemos dicho en esta tribuna —y
he estado hablando durante media hora—: que todos tenemos que pagar
impuestos por igual, y que los que tienen más tienen que pagar más
impuestos. Y decía el ministro: no, es que las rentas más altas están
pagando más impuestos, porque se los hemos subido. Pero el problema son
las rentas del capital, el problema es que las empresas que vienen aquí a
invertir no pagan impuestos y, además, pagan salarios muy bajos. El
problema es ese.


Además, les decíamos dos cosas, una de las cuales no comparten y
la otra no la entienden: que hay que invertir en renovables y que hay que
invertir en cuidados como cuarto pilar del Estado del bienestar, dos
caminos que nos llevan a una salida de la crisis, no a cronificarla, y
que además nos llevan, no solo a crecer, sino a crecer mejor, con
justicia social y con bases más sólidas.


Miren, la inversión en renovables generaría empleo para la gente
que salió de la construcción y que no ha vuelto a encontrar reinserción
laboral; generaría una mejora de nuestra balanza energética; generaría un
modelo de desarrollo basado en gamas altas y en una economía altamente
especializada; generaría la posibilidad del autoconsumo y de tener más
renta disponible para el consumo de otras cosas que no sean energía,
porque ustedes saben que el mercado eléctrico que tenemos hace a la gente
pagar facturas eléctricas que son prácticamente inasumibles para buena
parte de la población; y generaría una cosa que a ustedes tampoco les
importa demasiado a tenor de las políticas que hacen: mayor
sostenibilidad ambiental.


He anotado cuatro de las cosas que ha dicho el senador Utrera: Ha
dicho: no hay rigor en las intervenciones de los otros grupos; la gente
seria hace estas cosas de otra manera; quienes sabemos de esto… E
incluso ha calificado de menores de edad en política económica a buena
parte de la bancada de la oposición. Pues senador Utrera, se dice
inflación, no «inflacción», y estaría bien no hacer el ridículo cuando se
es tan arrogante al intervenir en una Cámara parlamentaria.
(Rumores).


Voy con el señor Montoro. Señor Montoro, usted se ha dirigido a
nosotros y se lo agradecemos mucho, se lo agradecemos mucho porque nos ha
contestado mucho y se ha tomado muy en serio nuestra intervención, y eso
es una cosa que nosotros le agradecemos mucho, de verdad que se lo
agradecemos. Pero se ha dirigido a nosotros en un tono... Ha empezado
diciendo: «Es que el país que tiene un producto interior bruto mayor es
más rico», que es el tono de un vaso es un vaso y un plato es un plato,
que es el tono de Barrio Sésamo, el tono que ustedes están utilizando
últimamente, señores del Gobierno. Como yo les respeto mucho y creo que
son ustedes gente inteligente, lo que entiendo es que nos toman a los
demás por tontos y se creen que nos tienen que hablar así.


Pues bien, yo le voy a contestar en los mismos términos, y además
le voy a contestar con cifras que no me las hago yo, como se hace usted
las del ministerio (El señor ministro de Hacienda y Administraciones
Públicas, Montoro Romero, muestra un documento al interviniente), sino
que las cojo de Eurostat, yo las cojo de Eurostat. Cuando el índice de
Gini —que es, como usted sabe, el que mide la desigualdad—
crece y evoluciona como le muestro, y cuando la brecha salarial entre
hombres y mujeres evoluciona y crece de esta otra forma, tenemos un
problema de desigualdad de renta y de desigualdad entre géneros, señor
ministro. Cuando la deuda crece hasta el 101 % y usted fijaba como
objetivo del Gobierno que la deuda no creciera, ustedes son un Gobierno
ineficiente porque son un Gobierno que no cumple con sus objetivos.
Ustedes lo han sacrificado todo a que la deuda no creciera y resulta que
ha crecido, con lo cual son ustedes un muy mal Gobierno, porque no es
solo que nosotros no estemos de acuerdo con ustedes, sino que ustedes no
cumplen con lo que dicen que van a hacer.


Y en cuanto al otro debate que hemos mantenido, tengo aquí las
horas medias efectivas que se trabajan en España y aquí tengo también la
pérdida de ingresos por deciles. Por tanto, si se pierden ingresos y se
trabajan menos horas y si baja el volumen total de los salarios, En
España no se está creando empleo, se trocea el que queda y se reparte
precariedad, que es lo que están haciendo ustedes. Y cuando, además, toda
esa situación económica y todo ese marco macroeconómico en el que
intervienen ustedes desde hace años, desde que vienen haciendo los
Presupuestos Generales del Estado, genera que un 20 % de la población
esté en riesgo de pobreza, en términos de Barrio Sésamo: un vaso es un
vaso, un plato es un plato y usted es un desastre de ministro por mucha
gracia que tenga interviniendo en el Senado. (Fuertes protestas).


Dice usted que en los últimos años...


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señorías, guarden
silencio, por favor.


El señor ESPINAR MERINO: Dice usted que en los últimos años algo
se está moviendo en este país para bien. Tiene usted toda la razón: lo
que se está moviendo es el cambio político que se va a producir en
diciembre, que les va a sacar a ustedes del Gobierno y que va a ser un
ejercicio de democracia muy sano en el que la ciudadanía va a recuperar
las riendas de su futuro.


Gracias. (Protestas).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Tiene la palabra la senadora Capella.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Gracias, señora presidenta.


Insisto: no dan ustedes respuesta a las preguntas que les hemos
formulado. ¿De qué creación de empleo hablamos? ¿De qué empleo de calidad
hablamos? ¿De qué cotizaciones hablamos?


Presentar estos Presupuestos Generales del Estado demuestra su
talante; presentarlos al final de una legislatura, a 15 días de una
convocatoria electoral, cuanto menos es poco decente. Cierto es que
pueden ser modificados, señor Utrera, pero ustedes están hurtando
capacidad de acción al futuro gobierno. Se les ve el plumero: presentan
un proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado pensando en
poderes que no votan, que condicionan, ergo están haciendo trampa y
condicionan al futuro gobierno del Estado español.


Y por lo que respecta a las comunidades autónomas y concretamente
a Cataluña, qué más nos da que nos faciliten las cuentas y los números si
luego tampoco cumplen ni con las cuentas ni con los números. Son
autocomplacientes, están instalados en el retrovisor y son injustos y
arbitrarios con Cataluña (El señor presidente ocupa la Presidencia).


Señor Utrera, invertir en Cataluña tiene un efecto multiplicador,
pero usted mismo nos da la respuesta: no les interesa invertir en
Cataluña. Continúan sin entender nada de nada. Ustedes incumplen la Ley
de autonomía personal y atención a las personas en situación de
dependencia, la mal llamada Ley de la dependencia; no trasladen ustedes
la responsabilidad y la culpa a los demás, ustedes no cumplen con la
aportación del 50 % que les corresponde por ley, incumplen la ley.


Expolio fiscal respecto a Catalunya: sí, porque los ciudadanos de
Catalunya aportamos el 20 % del producto interior bruto y recibimos menos
del 11 %, y eso es expolio porque somos el 16 % de la población. Insisto,
recibimos menos del 11 % de los recursos. Una prueba en materia de
cultura: Museos del Prado, Reina Sofía, Thyssen y le añado el Teatro Real
reciben 100 millones de euros; todas las instituciones culturales en
Catalunya reciben poco menos de once millones. Lo pillan, ¿verdad? Eso es
expolio también.


Inversión en Catalunya respecto al resto del Estado español.
Inversión territorializada para el próximo año: Castilla y León, 586
euros por habitante y año; Illes Balears, 142; Catalunya, 160; País
Valencià, 178. Creo que también queda todo dicho.


Lo decía antes: cuando se procedió al traspaso de Cercanías por
parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero, 4000 millones; ejecutado,
un 10 %. Hace dos años ustedes —ustedes— se comprometieron
a 400 millones. ¿Dónde están estos millones? Deberían responder cada día
a los usuarios de Cercanías en Catalunya.


Nos dicen que son unos Presupuestos Generales del Estado muy
sociales, cuando, desde el punto de vista de Esquerra Republicana,
responden a una concepción retrógrada del concepto del Estado social.
Hay 3,7 millones de personas que ya no reciben nada; nosotros afirmamos
que ha habido una reducción del 21,7 % del gasto en prestaciones por
desempleo. ¿Mentimos nosotros? No, mienten ustedes. Limitan el
crecimiento, como decía en mi anterior intervención, de las pensiones a
lo estrictamente legal, el 0,25 %. ¿Cómo pueden ustedes alardear de que
ponen las bases del crecimiento y del nuevo modelo económico cuando,
incluso, rebajan en un 33 % los recursos destinados a I+D+i?


Su recuperación económica se basa en el sacrificio y la
vulneración en todo caso de los derechos sociales de las clases
populares, mientras que aumentan el gasto militar año tras año en
términos porcentuales y absolutos.


¿Saben qué les decimos desde Catalunya? Bon vent i barca
nova.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Capella.


Tiene la palabra el senador Mulet.


El señor MULET GARCÍA: Gracias.


Después de escuchar la intervención del señor Utrera, continuamos
pensando que viven ustedes en el plasma. Que vengan aquí a darnos
lecciones como si no estuviéramos viendo lo que pasa en la calle, eso sí
que es demagogia.


Respecto a la intervención del señor Montoro, puede ser que la
renta per cápita en España esté más alta, pero eso no significa que haya
más justicia social; puede haber cada vez ricos más ricos y pobres más
pobres, que es lo que estamos viendo. Y si eso lo llevamos a los
territorios, que es de lo que veníamos a hablar también, vemos que la
brecha se hace cada vez más grande.


Nos dice que paguemos la deuda pública. La deuda pública es deuda
heredada. Utiliza usted mucho el recurso de hablar de la deuda heredada
del anterior Gobierno para decir lo mal que estábamos antes de que
llegaran ustedes y lo bien que estamos ahora, que estamos sin vivir en
nosotros de alegría por lo bien que estamos en España gracias a su
gestión. Pero si eso lo llevamos a los territorios, también podemos
hablar de que la deuda que acarrea el País Valencià es, precisamente, por
la gestión que ha llevado su partido durante tanto tiempo. Hablaba antes
de los casos Bárcenas, Gürtel, Fabra, etcétera, y puesto que usted sabe
de números, podría cuantificar qué pasaría si esas personas devolvieran
hasta el último céntimo de lo que han robado, a ver qué pasaría con esa
deuda pública que nos invita a pagar; imagino que desaparecería en buena
medida.


Como hablábamos antes, el País Valencià ha recibido
históricamente un porcentaje muy inferior al peso real en el conjunto
español, principalmente si tomamos como referencia la población (El señor
senador muestra una gráfica a la Cámara). Usted ha sacado una gráfica y
yo saco también una, en la que vemos que desde el año 2000 hasta el
año 2015 vemos la inversión per cápita en el País Valencià está siempre,
siempre, por debajo de la media española. Podemos ser solidarios con el
resto de comunidades, podemos aportar puntualmente más de lo que
recibimos, podemos hacer actos de solidaridad para ayudar a una comunidad
autónoma, pero cuando esto se produce desde el año 2000 está claro
—no son únicamente ustedes, durante el Gobierno del PSOE ha pasado
lo mismo—. En esta gráfica que les muestro la línea roja es lo que
se invierte por persona en el País Valencià y la azul es lo que se
invierte en el resto, con lo cual en esta dinámica que venimos sufriendo
el agujero es cada vez más grande. Si la inversión que se ha hecho
durante estos años es del 8,2 % y el nivel de población es el 10,7 % en
el País Valencià, puede imaginarse cuál es la situación quince años
después. Por tanto, no nos diga que lo primero que tenemos que hacer es
pagar la deuda pública; primero, miremos qué parte de esa deuda es
legítima y qué parte no es legítima, porque si una parte de esa deuda es
por pagar horas maker de RitaLeaks y cosas parecidas, posiblemente tienen
que ayudarnos ustedes, el Gobierno central, a ver qué parte de la deuda
es legítima y qué parte no.


Estas cifran las ha dado la Cámara de Contratistas de la
Comunidad Valenciana, y como estos datos hay muchos más. Por ejemplo,
ellos mismos hacen un estudio pormenorizado de lo que se ha invertido en
el País Valencià en estos años comparándolo con lo que se ha invertido
conjuntamente en la Comunidades de Castilla y León y Galicia, que las dos
juntas suman de población más o menos la que tiene el País Valencià. La
desigualdad ha sido absolutamente bárbara durante ese tiempo: 9000
millones de euros más se ha invertido en estas dos comunidades autónomas
que en el País Valencià, cuando tienen la misma población.


Durante la legislatura de Rajoy —esta última— el País
Valencià ha recibido 1700 millones de inversión menos que la media
española. El déficit respecto a la media del año 2000 es casi 7000
millones de euros. Hablábamos antes de una deuda acumulada de 40 000
millones de euros, que supone una barbaridad que tengan que asumirla
entre 5 millones de valencianos. Y los presupuestos continúan con esta
misma situación.


Nos dicen que si queremos ir en burro o en bicicleta. Si eso es
una opción, ir en burro o en bicicleta es legítimo, el problema es cuando
no nos dejan otra opción que ir en burro o en bicicleta porque ni
invierten en ferrocarriles, ni invierten en Cercanías, ni inviertan en
alta velocidad, ni en media velocidad, ni invierten en carreteras, con lo
cual es a lo que ustedes nos condenan: a ir en burro o en bicicleta
porque son las únicas inversiones que nos dejan.


Por tanto, continuamos diciendo que estos son unos presupuestos
antisociales porque no vemos que corrijan las desigualdades. Las rentas
per cápita suben, sí, vale, pueden subir, pero quizá es porque a lo mejor
cada vez hay más ricos, no porque la gente de abajo esté viviendo cada
vez mejor. Hablábamos antes de Unicef. Unicef, no nosotros, está diciendo
uno de cada tres niños está en el umbral de la pobreza en España. ¿Eso es
porque tenemos la renta per cápita más alta? Pues para nosotros esas no
son buenas cifras.


También preguntábamos qué habíamos hecho los valencianos para que
nos castiguen continuamente. Nos dirá que ustedes han tenido mayoría
absoluta y con eso tienen legitimidad. Con Gúrteles era fácil ganar, pero
ahora sin doping vemos que no pueden ganar. Por lo tanto, pedimos que nos
dejen de maltratar y que, por favor, corrijan estos presupuestos en la
medida de lo posible.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mulet.


Senador Crisol, tiene la palabra.


El señor CRISOL LAFRONT: Presidente, senadores, senadoras.


Ciudadanos no critica ni presenta un veto a los Presupuestos
Generales del Estado sin fundamento. La posición de Ciudadanos es
contraria a estos presupuestos porque se presentan para hacer campaña
electoral —no les encontramos otra explicación—, porque
contrastan las prisas por aprobar los presupuestos de 2016, ante una
situación boyante según el Gobierno, con la tardanza en aprobarlos
en 2012 con España en una situación de crisis.


Se presentan antes de tiempo por un Gobierno que,
previsiblemente, no los va a gestionar, y además son poco democráticos,
porque nos quitan la oportunidad a los españoles de elegir después de
unas elecciones en qué queremos invertir nuestro dinero. Ni ofrecen ideas
ni un nuevo modelo de crecimiento ni una clara hoja de ruta. Cualquier
próximo Gobierno tendrá que enmendarlos sustancialmente, porque si no lo
hará la realidad.


Sin ambición reformista no podremos ofrecer respuestas de largo
plazo a lo más importante: el desempleo, la sostenibilidad de las cuentas
públicas y la preservación de una educación, una sanidad y unos servicios
sociales de calidad.






Estamos en una época de incertidumbre, pero también
de oportunidades, y en Ciudadanos no vamos a desaprovechar la oportunidad
de cambiar nuestro país.


Vamos a apoyar el resto de los vetos de los demás grupos.


Gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Crisol.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el senador
Bildarratz.


El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señor presidente.


No pensaba dedicarle mayor tiempo a discutir sobre si procedía o
no procedía el debate de estos presupuestos o si era este Ejecutivo el
que debería hacerlos o no, pero a pesar de que el senador Utrera haya
calificado este debate como absurdo y menor, le ha dedicado una cuarta
parte de su tiempo a esta reflexión, con lo cual yo también le voy a
dedicar algún minuto.


El senador Utrera decía que lo único que se ha hecho ha sido
anticipar dos meses la presentación de los presupuestos, pero a la hora
de justificarlo creo que ha habido un argumento que es el de peso
verdaderamente, aunque él lo calificaba de intangible, como es el de la
credibilidad, que es cierto que es importante. Lo que venía a decir es
que el año que viene se seguirá la misma línea económica y el mismo
impulso reformista de todos estos años. Bien, ese puede ser un objetivo
que persiga el grupo mayoritario o cualquier grupo de esta Cámara, pero
entenderán sus señorías que el resto de los grupos de la oposición
pidamos que los presupuestos se correspondan con las mayorías que se van
a gestionar, porque si los presupuestos están siguiendo una serie de
políticas sabiendo que el año que viene las mayorías van a ser
diferentes, no tiene ningún sentido que sean unos presupuestos que se
correspondan con unos grupos que no se identifican para nada con los
presupuestos aprobados. Conclusión: no es que no tenían que haber
adelantado dos meses el debate de presupuestos, sino que tenían que haber
adelantado dos meses las elecciones. Y eso a todos nos hubiera
solucionado más, mucho mejor y se hubieran producido unos debates mucho
más identificados con la realidad y el presupuesto de 2016 hubiera sido
gestionado por quien hubiera tenido responsabilidad en esta Cámara.


Paso ya al debate de los propios presupuestos y empiezo como ha
finalizado el ministro: con la preocupación que tiene el equipo de
Gobierno por los ciudadanos que están sufriendo —las personas que
tienen cara y ojos—, por los desempleados, etcétera. Pero —y
es evidente— para que un Gobierno se pueda preocupar de los
colectivos que sufren la economía tiene que responder, tiene que obtener
recursos y de esa manera se podrá dar una mejor respuesta a todos los
colectivos que sufren. Estoy totalmente de acuerdo, señor ministro,
totalmente de acuerdo, y le dicho esta mañana que probablemente tampoco
vamos a entrar en las cifras del cuadro macroeconómico, estamos de
acuerdo, ahora bien, también estaremos de acuerdo en que alguna respuesta
habrá que dar a las más de 775 000 familias que en el primer trimestre
de 2015 están en un grado de pobreza importante y a quienes no se les
está dando ninguna solución. O también algo habrá que decir de los ratios
que tenemos con respecto a lo destinado al gasto social en relación con
el resto de los países de la Unión Europea. ¿Esto qué quiere decir? Pues
que quizás habrá que modificar las prioridades o quizá algún tipo de
gasto, porque es evidente que los gastos son limitados y tenemos un marco
que está muy encuadrado, muy definido. A lo primero que cualquier Estado
tiene que responder, antes que a cualquier gasto, es a toda la gente que
sufre, a toda aquella gente que no tiene ningún recurso y a toda aquella
gente que desde que se levanta no tiene nada para comer.


En ese sentido, he escuchado esta mañana de boca del senador
Utrera comparaciones sobre la evolución de la economía y del empleo que
no me dejan de sorprender. Aun viendo que hay una serie de datos que son
positivos, a la ciudadanía le tenemos que explicar dónde está el Estado
español con respecto a la economía y con respecto al empleo. Porque se
dice que España está reduciendo el desempleo más que otros países como,
por ejemplo, Alemania, pero es evidente que, a pesar de ello, la
situación del paro en España es mucho peor que la que existe en Alemania
y que la que se da de media en la zona de la Unión Europea o en la zona
euro y, en nuestra opinión, esto también hay que contárselo a la
ciudadanía.


Y quiero hacer un apunte al señor ministro y al Grupo Popular
sobre la bajada de impuestos, porque, tal y como ha dicho el señor
ministro, esto está muy relacionado con los presupuestos sociales. En
nuestra opinión, la mejor receta fiscal no es hacer cincuenta reformas
fiscales en tres años para subir impuestos y luego bajarlos a seis meses
de las elecciones; esa no es nuestra mejor opción y no creemos que sea
ese el modelo. Eso tiene una repercusión de cara a los presupuestos
sociales porque, como hemos señalado, algo nos debería preocupar la mala
situación en gasto social con respecto a la Unión Europea; algo nos
debería preocupar si en tasas de desempleo estamos a la cola de la media
de la Unión Europea; algo nos debería de preocupar de cara a un futuro si
en el sistema de enseñanza estamos invirtiendo mucho menos que la mayor
parte del resto de Estados miembros de la Unión Europea; algo nos debería
preocupar si también tenemos problemas en la sanidad. Y ahora voy a hacer
una reflexión al senador Utrera sobre la Ley de la dependencia, que decía
que había comunidades autónomas que no cumplían con su obligación. Yo no
sé si esa situación se está dando o no se está dando, lo que sí le digo
es que Euskadi no está en esa situación y el Gobierno central no está
cumpliendo con los compromisos adquiridos con Euskadi en la Ley de
dependencia que, como todas sus señorías saben, tienen una serie de
equilibrios concertados para poder posibilitar, ayudar y compartir una
serie de prestaciones en el ámbito de los servicios sociales.


Con respecto a la situación en Euskadi, no he escuchado ninguna
referencia ni ninguna reflexión sobre algo que es importante: un
incumplimiento de una ley, un incumplimiento del Estatuto de Gernika
—ley orgánica—, un incumplimiento de lo que ha votado la
ciudadanía vasca, un incumplimiento de lo que han votado estas Cámaras, y
un incumplimiento —tal como he dicho— en más de 24
transferencias y 8 más que todavía no están completas o llevadas adelante
en su integridad. Y he puesto un ejemplo, el artículo 18.2 o lo referido
a la Seguridad Social. Nosotros lo único que pedimos es que se cumpla el
artículo 18.2 del Estatuto y que Euskadi pueda gestionar las pensiones, y
lo haremos con rigor y, además, las garantizaremos, porque estamos
gestionando la sanidad y está garantizada; estamos gestionando la
educación y creo que está garantizada; estamos gestionando la protección
social —como hemos dicho— y está garantizada; con lo cual,
evidentemente, si gestionamos la Seguridad Social, como nos corresponde,
también las pensiones estarán garantizadas. Nosotros lo único que estamos
diciendo es que se cumpla el artículo 18.2 y, evidentemente, que se
cumpla el resto de artículos, que se cumpla en su integridad el Estatuto
de Autonomía de Gernika, que no se está cumpliendo y no nos han dicho
nada en ese sentido, de lo cual se desprenden unas incidencias económicas
que son muy importantes.


Con respecto a la inversión, estamos de acuerdo en que aumenta,
pero no es el caso de Euskadi, porque si bien el senador Utrera ha hecho
una referencia a mis inversiones, etcétera, yo no sé si se estaba
refiriendo al caso de Euskadi. Pero es evidente que el tren de alta
velocidad es una infraestructura que preocupa, es una infraestructura
prioritaria para la Unión Europea y es una infraestructura que tiene una
serie de consecuencias económicas muy importantes porque en el eje
atlántico se gestiona más del 30 % del PIB de la zona euro. Si ustedes
observan el mapa de vías de alta velocidad, se observa que en la
redacción Madrid-Paris pasando por Irún toda la zona de Euskadi está
vacía —ahora está en obras, pero está vacía— y lo único que
pedimos en este momento es que se atienda al calendario que ya está
negociado entre los dos gobiernos: el Gobierno central y el Gobierno
vasco. Tal como he dicho y a fuer de ser justos, en estos momentos
también hay una relación que parece fluida, que esperamos que no esté
motivada por las elecciones y por lo que anteriormente he comentado a la
hora de calificar estos presupuestos —que, en mi opinión, tienen un
deje electoral muy importante por los impuestos, etcétera—, y
pedimos que haya una traslación de ese mensaje, de ese calendario, de esa
planificación a inversiones, números y cantidades; en definitiva, que se
centren una serie de inversiones de manera más clara y más importante
para el tren de alta velocidad.


También están por solucionar todos aquellos aspectos asociados al
estatuto y a las normas que se dan de una manera pactada entre el
Gobierno central y el Gobierno vasco, y estamos hablando de la
recentralización. Y cuando he hablado de recentralización le he aportado
una serie de datos y, sobre todo, he mostrado mi preocupación con lo que
supone la OPE de la Ertzaintza. Señor ministro, el año pasado se
solucionó, se solucionó por estas fechas y se solucionó en un proyecto de
ley similar al que hoy estamos debatiendo. Lo único que le pido es que,
al igual que se hizo el año pasado, este año también seamos capaces de
respetar la voluntad de la Junta de Seguridad, de respetar los acuerdos
adoptados y de respetar, además, el texto legalmente vigente, que es el
estatuto de autonomía.


En ese sentido, seguimos pidiendo el voto afirmativo al veto que
hemos presentado y mostramos también nuestro apoyo a los vetos
presentados por el resto de grupos.


Nada más y muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bildarratz.


Por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, tiene
la palabra el senador Montilla.


El señor MONTILLA AGUILERA: Gracias, señor presidente.


Observo que el señor Montoro ha salido del hemiciclo, pero yo le
doy las gracias porque nos ha dado una clase —no sé si pensaba que
estaba en la universidad de Cantabria o en un colegio de primaria—
hablándonos de lo que es el PIB, por si no lo habíamos entendido. La
verdad es que se lo podía haber ahorrado, incluso para los de letras;
pero bueno, se agradece.


Entre otras cosas, el señor ministro nos decía: ¿Y por qué no
pagaban las comunidades autónomas y los ayuntamientos en el año 2012?
Hombre, eso sí que es de primaria: porque habían caído los ingresos, pero
en las comunidades autónomas y en el Estado. ¿Y por qué el Estado se ha
endeudado más? Pues porque han caído sus ingresos, pero el problema de
las comunidades autónomas y de los ayuntamientos, en España y en otros
países de la Unión Europea, es que los mercados de capitales se cerraron
y su único financiador es el Estado, que para eso es soberano —eso
también es de primaria—. Por lo tanto, es algo lógico que eso fuera
así.


A mi juicio, no se puede presumir de todas las bondades de la
economía con un panorama social como el que tenemos, como el que ustedes
dejan en herencia. Por cierto, hablando de herencias, el portavoz del
Grupo Popular ha dicho que había quien no reivindicaba y no se hablaba de
Zapatero y de la etapa de Zapatero. Yo diría que algunos hemos
reivindicado más esa etapa —con sus luces y sus sombras, como
todas— que las alusiones que ustedes han hecho a personas, por
poner nombres y apellidos, de la etapa de José María Aznar y de su
vicepresidente económico, el señor Rato. No he oído reivindicaciones en
este Pleno ni citas a estas personas.


Vayan ustedes a explicar a los miles de ciudadanos y ciudadanas
que llevan largo tiempo en el paro y que ahora se quedan sin subsidio que
los datos macroeconómicos son fantásticos. Ni aunque lo fueran sería ese
un consuelo, pero, además, no lo son tanto, como ustedes dicen. Es cierto
que hay mejora en algunos indicadores —no lo vamos a negar— y
que hay crecimiento, y además nos alegramos de ello; nosotros no queremos
que España se caiga, al contrario, y no nos importa que ustedes puedan
ayudar a levantarla, pero las bases de este crecimiento son demasiado
débiles, porque no es un patrón de crecimiento envidiable el que tenemos,
como ha dicho textualmente el portavoz del Grupo Popular. Yo no lo creo.
Aunque haya buenos resultados, no necesariamente eso es fruto de unas
buenas políticas. Si tuviéramos unas buenas políticas, imagínense cuáles
serían los resultados. Ustedes siguen fantaseando con la realidad o bien
a veces la falsean conscientemente para ocultar la imposición de un
modelo social que no es solidario y para desarrollar una política
económica que no puede resolver los problemas reales de nuestro sistema
productivo y de nuestras cuentas públicas.


Estos son unos presupuestos que carecen de credibilidad porque
están basados en un cuadro macroeconómico no consistente, no lo
suficientemente consistente, y ustedes lo saben. No son el resultado de
una política de reformas que conduzca a la modernización de nuestro
sistema productivo, al desarrollo de la ciencia y la tecnología; no son
el resultado de una apuesta para garantizar un crecimiento que sea
estable y que sea de mejor calidad. La Autoridad Independiente de
Responsabilidad Fiscal ya lo ponía de relieve en su informe de julio,
cuando afirmaba que los objetivos de déficit se consideran difíciles de
alcanzar o cuando decía que los saldos con el exterior y de las cuentas
públicas son más optimistas que las previsiones de las instituciones. No
lo decimos nosotros, lo dice la autoridad independiente, con un
responsable que no ha nombrado la oposición, sino el Gobierno, por no
hablar del informe de la autoridad independiente de ayer mismo, donde
alerta del alto riesgo de la desviación del objetivo para el 2016 de las
cuentas de la Seguridad Social y emplaza al Gobierno a adoptar medidas.
¿Qué medidas piensan ustedes adoptar? ¿O no les merece consideración el
informe de la autoridad?


Ustedes lo fían todo a la buena evolución de los factores
exógenos, que hasta ahora han sido positivos. Por supuesto que debemos
aprovechar la buena coyuntura de los precios del petróleo, del tipo de
cambio, de las políticas monetarias, pero de eso solo no se puede vivir;
sus previsiones de ingresos no son creíbles. Los datos son lo que son y
sus medidas, especialmente las relacionadas con la fiscalidad, no
conducen a la mejora de ingresos que ustedes prevén o que dicen que
prevén. Nunca se han recaudado, a lo largo de esta legislatura, las
previsiones que ustedes han hecho; igual salen en el 2016, que a saber
quién estará gobernando, seguramente no ustedes, al menos yo así lo
deseo, pero la verdad es que en estos momentos eso es difícil de creer.
Ustedes eso lo saben, pero lo ocultan para no verse obligados hoy, a las
puertas de una campaña electoral, a explicar que tienen en la recámara
nuevos recortes de las políticas sociales. Los números reales van por
otro lado.


La recaudación que ustedes describen no se va a producir, como no
se ha verificado durante estos años, a pesar de sus insistentes anuncios
de mejora de la recaudación y de lucha contra el fraude fiscal. ¿Es que
no hay fraude? ¿Cómo es que tenemos los tipos en la banda media alta de
la Unión Europea y la recaudación en la cola de la Unión Europea? ¿Eso
quiere decir que no hay fraude fiscal, que no hay deberes pendientes en
la lucha contra el fraude fiscal? Yo creo que los hay.


En parte, la mejora de ingresos no se va a producir por la
reforma fiscal que ustedes hicieron, y no se trata de responder a su
reforma con demagogia, pero es un hecho lacerante que prevean la bajada
impositiva de manera más importante para los que mayores ingresos tienen
al tiempo que se prevén nuevos recortes en algunas políticas sociales
como consecuencia de ese previsible desfase entre ingresos y gastos.


No se va a recuperar el equilibrio en las cuentas de la Seguridad
Social como consecuencia de los malos resultados de su reforma laboral y
de su modelo de incremento de la competitividad, que todo lo fía a una
precarización y a bajos salarios, y además la cotización con la tarifa
plana a la Seguridad Social no va a suponer una ayuda a la mejora de las
cuentas de la Seguridad Social. Y no es así como hemos de salir de la
profunda crisis que hemos vivido y que todavía estamos viviendo, por eso
estos presupuestos no son creíbles.


Además, son unos presupuestos insolidarios. A ustedes la pérdida
de cohesión social de este país no les preocupa o al menos el presupuesto
no lo refleja, no digo que no les preocupe, el presupuesto no lo refleja.
El incremento de la pobreza no es un eslogan ni es una frase ocurrente
para el debate político, es una realidad angustiosa para muchas familias.
Ustedes no creen que la desigualdad sea un problema o, dicho de otro
modo, no creen que la cohesión social además sea un vector también de la
competitividad. Nosotros lo creemos, creemos que una economía que apueste
por la cohesión social, por el equilibrio territorial, por la lucha
contra las desigualdades, también ayudará a mejorar la
competitividad.


No son ciertamente unos presupuestos que hagan bandera de la
solidaridad, no lo son cuando reparten injustamente el margen de déficit
entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas
dejando a estas despojadas de todo margen de maniobra. Esta decisión de
reparto del déficit, más allá de una cierta desconsideración hacia las
administraciones territoriales y una muestra de desconfianza en el Estado
de las Autonomías que lo pone de relieve, implica la decisión de seguir
mermando los presupuestos destinados a las políticas educativas,
sanitarias y las relacionadas con los servicios sociales. Esto es así,
será así. ¿Qué margen tienen las comunidades autónomas para ajustar sus
presupuestos si la parte más importante de esos presupuestos son
precisamente las políticas sociales? No sé si se dan cuenta ustedes de
que están pinchando en hueso, no sé si les importa. Por cierto, he echado
en falta, tanto en la intervención del portavoz del Grupo Popular como
del ministro, un reconocimiento al papel de las corporaciones locales; no
solo han cumplido su objetivo de déficit sino que, al tener superávit
desde el año 2013 —en 2014 y en 2015, aunque la previsión es cero,
todos sabemos que va a haber un superávit de las corporaciones locales,
que es de suponer que continuará en el año 2016— ayudan al
equilibrio del conjunto de las cuentas públicas.


Además, señor ministro, estos son unos presupuestos equivocados,
lo son en coherencia, y eso sí hemos de reconocerlo, con su equivocada
política económica. Han confundido la necesaria prudencia —que yo
comparto— en el gasto con una austeridad letal que no solamente ha
empobrecido al país, sino que no le permite aprovechar los buenos datos
de la coyuntura para crecer de forma más sostenida y sana. No hay salida
de la crisis sin política de inversión pública en infraestructuras, y
ustedes han abandonado prácticamente la inversión. Además, se han
equivocado de prioridades porque, al contrario de lo que decía el
portavoz del Grupo Popular acerca de que es lo mismo invertir en un sitio
que en otro, pues no, no es lo mismo invertir en un sitio que en otro, en
un lugar que en otro, desde el punto de vista de la competitividad de la
economía de nuestro país no es lo mismo, y sobre eso seguramente no se ha
debatido lo suficiente en esta Cámara, y no les hago solo a ustedes
responsables de ello. No hay salida de la crisis sin política científica
y tecnológica, que ustedes han dejado un poco abandonada, el ministro de
Economía ha estado centrado en otras cosas, no ha formado parte de su
prioridad. Y no me cansaré de alertar sobre la gravedad del retroceso en
I+D+i porque en este ámbito retroceder es fácil, pero recuperar el tiempo
y la actividad es mucho más difícil, entre otras cosas, porque no da
réditos electorales a corto plazo el invertir en I+D+i, no nos engañemos,
pero puede ser letal para la economía de un país a medio y largo plazo.
El reto no está solo en la inversión del sector privado —el señor
ministro esto lo sabe bien— y en ese cierto mito, que tiene algo de
verdad y un poco de falso, de que la única asignatura pendiente que hay
en España es la inversión del sector privado; para que el sector privado
invierta hace falta mucha inversión en investigación básica y esa solo la
puede hacer el Estado, el ejemplo es Estados Unidos. Seguro que usted
debe de haber leído a Mariana Mazzucato en un excelente libro, en el que
demuestra precisamente eso, que Estados Unidos es el paradigma de la
inversión del sector privado; en realidad, eso de la inversión del sector
privado es una falacia si no hay una inversión pública potente en
investigación básica que solo puede hacer el Estado, algo que aquí se ha
descuidado.


Son también unos presupuestos equivocados por lo que se refiere a
Cataluña. No se puede incumplir un acuerdo entre gobiernos legítimos, y
ya sabe usted que me refiero a la disposición adicional tercera del
Estatuto, y no se escuden en el Tribunal Constitucional, pues nada les
impide atender una reclamación que es justa y además conveniente para la
economía catalana y para la economía española. Fíjese que le digo que es
conveniente para la economía catalana y para la economía española; a mí
no me escuchará hablar en nombre de Cataluña, porque no la represento,
represento a una parte de la sociedad catalana. Lo digo porque a veces
ustedes seguro que escuchan aquí a quien sale hablando en nombre de tal,
y en nombre de tal no se puede hablar porque todos representamos aquí a
una parte de la sociedad de Cataluña y tan representante de la sociedad
catalana es un senador o senadora de Convergència i d`Unió, como de
Esquerra Republicana, como de Iniciativa per Catalunya. Lo digo porque
conviene que eso quede claro. Por no hablar del incumplimiento de aprobar
en esta legislatura una nueva financiación autonómica modificando la
Ley 22/2009, de financiación de las comunidades autónomas, dando
cumplimiento a la disposición adicional séptima, a pesar de los
compromisos, en este sentido, de ministros del Gobierno de Mariano Rajoy,
de responsables de su partido y de presidentes de comunidades autónomas
también de su partido.


Estos Presupuestos Generales del Estado, al igual que todos los
de la legislatura, no han contribuido a la cohesión territorial. Señor
ministro, ¿está España más unida ahora que al inicio de esta legislatura?
Nunca se habían escuchado tantos agravios territoriales desde esta
tribuna como hoy. Como dirían algunos, ¿qué hay de lo mío? Yo no los
comparto todos, pero, señorías, es un síntoma, por no hablar solo de
Cataluña. En fin, unos presupuestos poco creíbles, insolidarios y
equivocados que no pueden contar, evidentemente, con el voto favorable de
los senadores y senadoras del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya.


Para nosotros, y con esto acabo, los nuevos Presupuestos
Generales del Estado para el 2016 y los sucesivos deben ser el resultado
de una reforma fiscal justa, de la lucha contra el fraude, de la
eficiencia en la recaudación, de más inversión pública, de más esfuerzo
en internacionalización de nuestras empresas y de mejora de su tamaño, de
una apuesta por el desarrollo tecnológico y la profesionalización de los
trabajadores y, también, y muy especialmente, de la convicción de que no
hay ni mejora de la competitividad ni crecimiento sostenible sin una
sociedad más justa capaz de luchar contra las desigualdades y que sea
realmente inclusiva. Por eso, votaremos también favorablemente el resto
de los vetos presentados por los demás grupos parlamentarios.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Montilla.


Por el Grupo Parlamentario de Convergència i d`Unió, tiene la
palabra el senador Maluquer.


El señor MALUQUER FERRER: Gracias, presidente. Buenos días, señor
ministro. Senadores, buenas tardes. Va pasando el tiempo y, como uno no
se ha movido de aquí, al final piensa que todavía es temprano.


Para mi grupo está claro que la legitimidad de sus presupuestos
queda fundamentada por la estabilidad que le da esa mayoría parlamentaria
que tan bien nos ha explicado. Está claro que se fundamenta en cifras,
cifras que nos arrojan un crecimiento que usted ha dicho que es creador
de empleo, con una baja tasa de inflación, que será competitivo para las
exportaciones, etcétera. Todo lo compartimos, señor ministro, si no fuera
porque las intervenciones del señor Utrera en el último turno en contra
no nos hacen vislumbrar voluntad de negociación de las enmiendas que
debatiremos más tarde en las secciones o en el próximo Pleno a cada uno
de los capítulos. Para mí y para mi grupo esto es un motivo de
mantenimiento de nuestro veto, es decir, por esta nula voluntad de buscar
ese consenso más amplio todavía en aportaciones que hacemos el resto de
grupos.


Usted, señor ministro, nos ha traído las cifras de la estrategia
de política fiscal. Realmente muy interesante la lectura que nos ha hecho
aquí, en sede parlamentaria, de lo que está colgado en la red, porque, a
veces, la wifi no funciona muy bien en esta Cámara y así hemos tenido la
oportunidad de seguir atentamente las cifras que arroja esta estrategia
publicada. Si quiere cifras, yo tengo otras cifras, las que arroja la
encuesta de población activa del mes de junio pasado, que nos habla de
las desigualdades económicas de nuestro país, de 1 800 000 pobres que
tenemos en España y de 95 000 familias sin ningún ingreso en
Cataluña.


También ha hablado usted de PIB. En Cataluña estamos a la cola de
la cobertura social a familias sin ningún ingreso, la décima en
prestaciones sociales de lo que nos correspondería por renta y de lo que
aportamos a ese valor de lo que producimos. Las comunidades autónomas,
señor ministro, tenemos muy poco margen recaudatorio y es el Estado el
que proporciona los ingresos que luego las regiones distribuimos como
podemos en nuestros presupuestos. Si nos llegan menos aportaciones del
Estado, difícilmente podemos llegar a todas partes. Por lo tanto,
bienvenido el aumento que usted nos ha anunciado de financiación a las
comunidades autónomas en estos presupuestos. Así sí que podremos hacerlo
mejor, pero, francamente, con muy poco margen, como le decía. Sería bueno
que escuchara nuestras aportaciones para mejorar nuestra capacidad de
decisión.


Capítulo aparte merecen las infraestructuras, cuando con la
asignación de recursos que contienen sus presupuestos insisten en
construir catedrales en un panorama de chabolas. No quieren atender las
aportaciones que hacemos para intentar paliar esos déficits en
infraestructuras que hay, por ejemplo, en Cataluña, pero también en otras
partes de España. Si no, pregúntenselo a los usuarios de Cercanías de
Barcelona o de la red ferroviaria de Cataluña o, en general, de España.
Estamos construyendo catedrales en un panorama de chabolas. ¿Por qué no
se invierte en actuaciones que obtienen un retorno más rápido y que
generan más actividad a corto plazo? Ya habrá tiempo en el futuro, cuando
todo se estabilice, de ir vertebrando el territorio al que todos queremos
servir.


Por todo ello, señor ministro, señores de la mayoría, senadores,
senadoras, mantenemos nuestro veto a la totalidad de estos
presupuestos.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Maluquer.


Tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.


Señor ministro, señorías, ahora tenemos una posición difícil.
Sinceramente, veo que se ha encaprichado con algún portavoz nuevo del
Grupo Mixto y ha dedicado prácticamente toda su intervención a hacerle
una clase —no sé si porque es nuevo o porque entiende que no lo
comprende— y a darle unos conceptos generales que son útiles. Si lo
ha hecho para todos, me empiezo a ofender y todo, señor ministro.
(Rumores.— El señor Ministro de Hacienda y Administraciones
Públicas, Montoro Romero, muestra un documento al interviniente). Sí, sí,
lo tengo. Ustedes lo colgaron ayer y nosotros nos lo miramos. Miramos
esto, miramos también el informe de los proyectos y líneas fundamentales
de los presupuestos que colgó también ayer —curiosamente— la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Pero como ha centrado
su atención en alguno de estos nuevos portavoces y prácticamente no ha
contestado a ninguno de los aspectos de nuestro veto —lo ha hecho
tangencialmente el portavoz, señor Utrera—, voy a intentar
desarrollar esta segunda intervención.


A nosotros nos gusta hablar de cifras. Yo les he dado algunas
cifras en mi intervención que no han merecido respuesta. Las inversiones
en Cataluña son algo más de 1000 millones de euros, aproximadamente
un 10 % de toda la inversión territorializada. Las cifras nos dicen que
Cataluña aporta, prácticamente, un 20 % del PIB; un 16 %, la población;
casi un 20 % de la recaudación fiscal. No se corresponden. Ustedes nos
dicen: la disposición adicional tercera no nos vincula. No estoy de
acuerdo, pero le acepto el argumento. ¿Con qué criterio están realizando
las inversiones en Cataluña? La argumentación del señor Utrera, y me sabe
mal que no esté en la sala —que no crea que le aludo porque no
está—, respecto a que las inversiones también son productivas en
algunas provincias, es muy fácil de acreditar; tan fácil como que cada
una de estas inversiones importantes en infraestructuras disponga de su
correspondiente análisis coste-beneficio. Así se verá si una determinada
inversión, en un sitio o en otro, contribuye por igual a incrementar la
competitividad de la economía española. Es evidente que no. Ustedes
pueden argumentar que se intenta contribuir a la redistribución
territorial o que en otras épocas se invirtió o no en ese territorio,
pero decir que estas inversiones —y no le voy a sacar el listado de
inversiones que contempla el presupuesto de 2016— incrementan mejor
la competitividad de la economía española que las inversiones en torno al
corredor mediterráneo y en torno a la A-7 tiene muchos argumentos de
defensa. Por tanto, sería bueno que explicaran a los catalanes por qué
priorizan unas inversiones en lugar de otras y por qué nos vuelven a
castigar en las inversiones por quinto año consecutivo, y no le hablo de
los anteriores porque entiendo que no le corresponden a usted.


Nosotros le hablamos de cifras. Yo le he dado una cifra: 2000
millones de euros de desviación media anual en los presupuestos de esta
legislatura en el Ministerio de Defensa. No ha hecho ninguna alusión.
¿Ustedes entienden que esto genera credibilidad? No genera credibilidad y
no genera respuesta.


El portavoz del Grupo Popular también nos hablaba de la Ley de la
dependencia, y decía: Eso es cosa de las comunidades autónomas y, según
lo que yo tengo entendido, hay comunidades autónomas que no tienen
voluntad de pagar la Ley de la dependencia. Mire, le explico la voluntad
o no. Más allá de que la ley aproxima las aportaciones de Estado y
comunidades autónomas para hacer frente a la Ley de dependencia, si en
estos momentos la Generalitat de Catalunya asignara a la Ley de
dependencia la misma cantidad que le está transfiriendo el Estado español
a la Generalitat de Catalunya, 94 000 personas quedarían sin prestación
por la Ley de dependencia en Catalunya. Por tanto, no es que la
Generalitat no ponga lo que le corresponde. En estos momentos, el Estado
está aportando solo el 18 % de los pagos que se están realizando en
Catalunya en aplicación de la Ley de dependencia. Esa es una cantidad
absolutamente insuficiente e inasumible. No le digo que alcance el 50 %,
que sería lo deseable y lo que marca la ley, pero que aporte solo el 18 %
es inasumible. Y eso también son cifras y números que hay que
contrastar.


En su primera intervención ha preguntado —y yo no he
respondido en ese momento— si estábamos dispuestos a respetar la
regla del gasto. Claro que estamos dispuestos a respetar la regla del
gasto, pero interpretándola como se debe hacer. También estaría bien que
utilizaran esta tribuna para explicar si van a cumplir o no las
recomendaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal
que ayer emitía un informe en el que les hacía una serie de
recomendaciones y ponía de relieve que en el momento de calcular la regla
del gasto para la Administración central, aproximadamente el 50 % del
gasto queda fuera de este cómputo. Es una cantidad muy significativa.
Además, les hace una recomendación que hemos demandado en muchísimas
tribunas, también en esta. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Señorías, por favor, hablen un poco más
bajo. Gracias.


El señor BEL ACCENSI: Sin duda mi intervención levanta pasiones,
señor presidente, y están acabando de interpretarla.


Señor ministro, ustedes nos tienen que decir si van a cumplir la
recomendación que les hacen en relación con la regla del gasto aplicada a
comunidades autónomas y corporaciones locales. La recomendación es muy
clara: creación de grupos de trabajo en el Consejo de Política Fiscal y
Financiera y en la Comisión Nacional de Administración Local para el
debate y elaboración de los documentos que recojan los estudios
realizados y sus conclusiones en relación con la aplicación de la regla
del gasto para comunidades autónomas y corporaciones locales. Este es un
tema importante, y sabe usted que también lo hemos discutido en la
Comisión Nacional de Administración Local; pero no puedo decir que hayan
mostrado ustedes falta de voluntad, porque siempre nos han dicho que
están de acuerdo. Lo que pasa es que desde la aplicación de la regla del
gasto han pasado dos años y medio y esa comisión ni ha dado ningún fruto
ni tampoco ha cristalizado. La Administración Local y las comunidades
autónomas le estamos reclamando, no ya flexibilidad en relación con la
regla del gasto, sino que se compute realmente tal y como está pensada y
que no sea perversa, que no penalice a aquellas administraciones que
están haciendo bien las cosas, pero actualmente, del modo en que lo están
computando, se está penalizando a los cumplidores y beneficiando a los
incumplidores. En todo caso, tenemos que volver a habla de ello.


Nuestro veto se basaba en un trato injusto para la Generalitat y
también para Cataluña. Les hemos dicho: reclamamos un sistema de
financiación nuevo. Ustedes tenían el compromiso de afrontarlo. Y también
les hemos dicho: no vemos que este sistema de financiación esté
contemplado en este presupuesto. Y tampoco hemos tenido respuesta. Con lo
cual, uno intuye que seguramente en 2016 no habrá ni nuevo sistema de
financiación para las comunidades autónomas ni nuevo sistema de
financiación para las corporaciones locales.


Aprovecho para decir antes de terminar que mi grupo va a votar a
favor de todos y cada uno de los vetos, no tanto porque compartamos al
cien por cien las argumentaciones de todos los grupos parlamentarios,
como pueden entender, sino por su esencia y por su finalidad. Por tanto,
repito, mi grupo va a votar a favor de todos los vetos.


Haciendo uso de estos minutos finales, quiero decirle, señor
ministro, que aunque no han sido ustedes sensibles a lo largo de estos
cuatro presupuestos, les pido que sean sensibles con las enmiendas que
presentan los grupos más allá de que más tarde los pueda administrar o no
una mayoría diferente, lo que decidirá próximamente el conjunto de los
ciudadanos. Sean ustedes sensibles, porque algunas de estas enmiendas son
muy razonables, señor ministro.


Por último, probablemente esta sea la última ocasión para que
podamos discutir en esta legislatura y en esta Cámara usted y yo y mi
grupo parlamentario. Yo debo agradecerle que desde la absoluta
discrepancia, en muchos casos muy notoria, haya asistido siempre a la
presentación de todos los proyectos legislativos en esta Cámara y que los
haya defendido; y aunque no hayamos llegado a muchos acuerdos, a algunos
también hemos llegado, por lo que le agradezco su voluntad.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bel.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora
Vicente.


La señora VICENTE GONZÁLEZ: Gracias, señor presidente.


En primer lugar, quiero agradecerle al ministro Montoro que haya
estado más de siete horas hoy aquí con nosotros haciendo un debate
sosegado, tranquilo, aunque cada uno desde las posturas que entiende debe
tener en unos Presupuestos Generales del Estado. Además, ha hecho que
haya sido un debate con humor; con ese humor que le caracteriza y con el
que ha logrado que, a pesar de la dureza del debate en algunos momentos,
este haya sido más agradable.


Decía usted esta mañana lo que han cambiado las cosas en este
país desde que ustedes empezaron a gobernar en 2011. ¡Desde luego que ha
cambiado este país! Ha cambiado tanto que tenemos 7 millones de parados
y 9 millones de pensionistas que han visto cómo ha bajado su poder
adquisitivo. Tenemos 2,8 millones de empleados públicos que también han
visto que su poder adquisitivo ha bajado. Y es que a lo largo de estos
años ustedes, su Gobierno, con sus decisiones, han hecho que este país
cambie a peor.


El Grupo Socialista le recomendaría al señor Utrera y a usted
mismo, al Grupo Popular, —y estoy segura de que el resto de los
grupos lo comparten conmigo— que controlen sus emociones, que
templen sus ánimos y que sosieguen su espíritu, sobre todo, por su salud.
Porque a lo largo de todo este debate, que, repito, ha sido un debate
sosegado, he observado euforias acerca de que estos presupuestos son los
mejores de la historia, los más sociales y los que nos van a salvar de la
crisis que, desgraciadamente, está padeciendo este país, y yo creo que
las soberbias sobran en un momento como el que estamos viviendo. Sé que
es difícil mantener la calma con la mayoría absoluta que ustedes tienen
al final de esta legislatura. No me olvidaré —y voy a seguir
diciéndolo en cada una de mis intervenciones en este hemiciclo— del
atropello que hemos sufrido durante esta legislatura, en la que en menos
de dos meses hemos visto más de treinta leyes y en la que se ha
desprestigiado incluso a esta Cámara, al Senado, cuando siempre ha habido
un debate sosegado de los proyectos de ley, máxime tratándose del
Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado. Un debate que no ha
sido sosegado, sino que, desgraciadamente, se ha querido pasar
rápidamente, porque la mala planificación de este Gobierno ha hecho que
terminemos así, corriendo y mal.


No sé si se darán cuenta, pero ustedes, a lo largo de toda la
legislatura, han hecho sufrir a muchos ciudadanos españoles por culpa de
decisiones y de actuaciones que han puesto en peligro cuestiones tan
importantes como son los derechos individuales —le recuerdo la Ley
mordaza—, derechos sociales, restringiendo prestaciones a los que
más lo necesitan, y en algunos casos, poniéndoles en situaciones
dramáticas. Y lo que es peor es que ustedes llegaron al Gobierno
mintiendo a los españoles, prometiéndoles que acabarían con la crisis y
que crearían empleo, cuando todos sabemos, y ustedes los primeros, que
tenemos más parados, y muchos de ellos en una situación mucho peor que
hace cuatro años.






Utilizaron el engaño para llegar al Gobierno, porque le
recuerdo que usted mismo fue el que dijo aquello de: «que caiga España,
que ya la levantaremos nosotros.» E intentan seguir engañando a los
ciudadanos diciéndoles que estamos saliendo de la crisis cuando tenemos
una tasa de paro del 26 %, cuando no se prevén expectativas de
crecimiento de empleo hasta 2018 —y estamos en 2015—. Algunos
intervinientes y usted mismo han hecho mención a esos vientos de cola. Le
recuerdo que España está en el puesto 182 de un total de 188 países en
cuanto a crecimiento; es de los que menos crece. Esos son los vientos de
cola a los que usted aludía.


Se lo decía esta mañana mi compañero, el senador Vázquez: hemos
tenido que escuchar reiteradamente, tanto de usted como de dirigentes del
Partido Popular y miembros de su Gobierno, falacias sobre la herencia que
ustedes recibieron hace cuatro años. Pues bien, la herencia que ustedes
dejan tras su paso por el Gobierno durante estos cuatro años se reduce a
una sola palabra: desigualdad. ¿Sabe lo que me ha sorprendido de su
intervención de esta mañana, señor ministro, y que tampoco he escuchado
al senador Utrera decir nada al respecto? Que no han sido capaces de
rendir cuentas sobre la gestión que han hecho en estos cuatro años. ¿Sabe
por qué? Sencillamente porque tiene difícil explicación. A usted le gusta
hablar de los datos macro. Pues vamos a hablar de los datos
macroeconómicos.


Deuda pública. La deuda pública supera el billón de euros. Han
gastado en esta legislatura 350 000 millones de euros más de lo que han
ingresado. Datos del Banco de España —datos objetivos—: Deuda
pública de julio de 2011. 69 %. Deuda pública de julio de 2015: 100 % de
deuda sobre el PIB. Es decir, que ha subido un 50 % más en tan solo
cuatro años. Y les debe de parecer poco, porque para 2016 prevén un
incremento neto de deuda, solo en el Estado, de 50 000 millones de
euros.


Ni qué decir sobre el objetivo de déficit, cercano al 6 %,
haciendo que nuevamente —como lo han hecho año tras año—
incumplan el objetivo de déficit, hasta tal punto que el Banco de España,
en repetidas ocasiones les ha sugerido que cumplieran los objetivos de
estabilidad presupuestaria.


Le leo textualmente: Abril de 2012. Banco de España. Mayo
de 2013, el mismo texto: «Es imprescindible cumplir rigurosamente los
objetivos del déficit, ya que un fracaso en la consolidación fiscal nos
arrastraría a escenarios de mayor concentración y pérdida de empleo y
bienestar.»


Y no solo eso, han intentado cumplir déficit asfixiando a las
propias comunidades autónomas, negándoles ingresos en detrimento de
aquello que en el ámbito de sus competencias pueden realizar en sanidad y
educación, propias de un Estado de bienestar, que es necesario, más si
cabe, desarrollar en este país.


Y hay un dato que el Grupo Socialista entiende que es muy
importante y que remarca la política liberal que han llevado a lo largo
de todos estos años diseñando y fomentando una sociedad más desigual, un
dato que tiene que ver con el Fondo de reserva de la Seguridad Social.
Saben perfectamente que hasta que ustedes llegaron era un sistema
modélico con un fondo de reserva de 65 000 millones de euros, y ustedes
lo han desvirtuado, poniéndolo en peligro por su mala gestión y además
creando tres problemas.


El primero es que la Seguridad Social está recaudando menos que
en 2011. Cada mes se dejan de recaudar unos 400 millones de euros, porque
hay peores cotizaciones. Han conseguido que cada año se generen más
de 10 000 millones de euros en déficit de la Seguridad Social. Y ustedes,
su Gobierno, son los que han metido la mano en las huchas de las
pensiones y han sacado 45 800 millones de euros de la Seguridad Social,
poniendo en peligro no solo a los pensionistas actuales, sino a los
pensionistas futuros, que, desde luego, queremos tener una pensión. Mi
generación quiere tener una pensión, como la han tenido a lo largo de
todos estos años los ciudadanos españoles. Estamos viviendo episodios que
jamás pensábamos que íbamos a volver a vivir en este país, consecuencia
de sus políticas y sus decisiones.


La economía productiva. Usted sabe perfectamente que este país
necesita tener unas bases sólidas en el ámbito económico que sean capaces
de generar empleo y estabilidad económica, pero en este quinto
presupuesto consecutivo diseñan nuevamente un presupuesto que precariza
nuestro mercado laboral, devalúan los salarios y disminuyen las
pensiones.


¿Saben ustedes que el salario medio ha caído 160 euros al mes,
mientras que los sueldos de los directivos han subido un 10 %? ¿Saben
ustedes que hay más de 2,5 millones de trabajadores en riesgo de pobreza?
¿Saben que los contratos a tiempo parcial han ampliado su peso en un 17 %
frente a los contratos a tiempo completo? ¿Saben que uno de cada dos
parados no percibe prestación por desempleo? Y eso se debe a que ustedes
han llevado a que, a pesar de que haya más parados, haya menos
prestaciones a repartir, concretamente 5500 millones de euros menos.
¿Saben ustedes que los contratos tienen una duración media de menos de
dos meses y que uno de cada cuatro contratos dura menos de siete
días?


Pero después de preguntarles o indicarles cuáles son realmente o
cómo leemos nosotros los datos económicos, ¿todavía creen en el modelo de
sociedad que ustedes están generando? Por ejemplo, ayer leí en la prensa
que un chico, David, de 32 años, en dos años ha tenido 130 contratos
temporales. ¿Usted cree que una persona como David puede vislumbrar un
futuro próspero con estas políticas, con esta reforma laboral que ustedes
han implantado? ¿Con esta reforma laboral que la ministra Báñez defiende
fervientemente y que provoca que personas como David no tengan
posibilidad de estabilidad laboral ni para él ni para su familia?


Pero vamos a cuestiones más concretas. Inversiones. Para generar
crecimiento económico y empleo se necesita inversión productiva. Me llama
la atención que en su anterior intervención usted se haya referido
durante un largo rato a Keynes. Me alegra que usted lea a Keynes, pero le
recomiendo que cuando hable con la señora Merkel le recomiende que
también lea más libros de Keynes, porque estoy segura de que a este país,
y a Europa en general, nos iría mejor si se llevaran a cabo políticas
keynesianas. Y es que con ese guiño que usted intenta hacer a las
políticas de Keynes lo único que pretende es buscar un rédito electoral,
y, desde luego, no tienen ninguna credibilidad al presentar estos
presupuestos.


Pero le puedo poner ejemplos en política industrial, donde no
hemos conseguido encontrar programas estratégicos que hagan posible una
reactivación económica. Y le puedo hablar de las infraestructuras.
Durante estos cuatro años, de 2011 a 2015, el gasto en infraestructuras
ha disminuido en un 1 %. Usted ha dicho que es malo planificar obras
grandes en infraestructuras, pero es que ni siquiera estos presupuestos
tienen programas de mantenimiento de aquello que se ha ido realizando a
lo largo del tiempo, con lo cual se pone en riesgo a muchas pequeñas y
medianas empresas —el 80 % de las empresas de este país son
pequeñas y medianas empresas— que han tenido que cerrar o adoptar
otras medidas. Y es que el que ustedes pongan la tarifa plana de internet
a 50 euros a la pequeña y mediana empresa no es solución suficiente para
que puedan sobrevivir en la situación en la que estamos.


Por no hablar de inversión en conocimiento. Dice que este
presupuesto, según usted de carácter keynesiano, da mucha importancia a
la inversión en conocimiento, en I+D+i, cuando en él solo ha subido
un 0,23 % esa partida. Señorías, yo no sé si realmente creen que el eje
principal de este país es la inversión en conocimiento, pero, desde
luego, con esas cantidades no vamos a llegar a ningún lado.


Y otra cuestión que nos parece fundamental es la educación. El
senador Utrera decía que ustedes no han reducido en becas. Pues perdone
que le diga, señoría, que 70 000 estudiantes universitarios han dejado de
ir a la Universidad porque no se pueden financiar los estudios, y eso es
porque ustedes o gobiernos que han estado hasta hace unos meses en
determinadas comunidades autónomas no les han dado la oportunidad de
llegar a la Universidad.


Les puedo seguir hablando de pobreza infantil, de cooperación, de
dependencia y de política fiscal, una política fiscal regresiva. Se lo
decía el otro día al secretario de Estado de Hacienda y hoy se lo digo a
usted, señor ministro. Hay 170 000 ciudadanos de este país que reciben lo
que ganan 14 millones de españoles. Lo que reciben los 14 millones de
españoles que menos ganan en este país se lo llevan los 170 000
contribuyentes que más ganan aquí. Si eso no es desigualdad, yo lo dejo.
(Rumores). Por ello les decía antes que la desigualdad es la
característica fundamental de estos presupuestos. Y les puedo hablar de
IVA, de impuestos directos e indirectos que, como bien saben, ustedes han
subido en detrimento del consumo y la inversión.


Seguramente esta sea una de mis últimas intervenciones en este
hemiciclo. Saben que detrás de estas paredes hay muchos ciudadanos que
piensan que sus hijos no tendrán las mismas oportunidades que ellos
tuvieron. Estos presupuestos, no es que sean irreales, es que la sociedad
solo puede acogerse a ellos porque el oasis de irrealidad que está
viviendo este Gobierno la confunde constantemente. Y yo lo único que les
pido es que devuelvan la esperanza y la seguridad en el futuro —si
no lo hacen ustedes, desde luego, nosotros lo haremos encantados— a
esa sociedad que nos está esperando, porque la situación de crisis que
está viviendo este país es muy importante.


Por eso, vamos a votar a favor de nuestro veto y votaremos a
favor del resto de los vetos, pero quiero que quede claro que el Grupo
Socialista está de acuerdo con lo que se recoge en los vetos, que estos
presupuestos se tienen que devolver al Gobierno, y por eso votaremos a
favor. Pero no vamos a estar de acuerdo, en ningún caso, con
manifestaciones políticas que se hacen en algunos vetos concretos que,
desde luego, no compartimos. Por tanto, señorías, si no se aprueben estos
vetos espero que les lleven a ustedes, al Gobierno, a la reflexión de que
se están equivocando. Solo con la reflexión de que se están equivocando
esperemos que el futuro sea algo mejor, porque así lo deseamos
nosotros.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Vicente.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador
Barreiro.


El señor BARREIRO FERNÁNDEZ: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, señor ministro, a estas alturas del debate coincido con
la senadora Vicente en que la mayoría de los argumentos están expuestos y
que además se ha hecho de forma tranquila, sosegada e incluso con
brillantez, a pesar de la discrepancia que, obviamente, yo pueda
manifestar en relación con opiniones que aquí se han vertido. Por lo
tanto, es muy probable que yo pueda aportarles poco acerca de lo que ya
se ha dicho. Pero sí quisiera complementar la posición que nuestro grupo
tiene respecto a estos presupuestos y que el senador Utrera ha expuesto
de forma muy brillante.


Permítanme que antes de ir a ello, en nombre de mi grupo,
testimonie el reconocimiento al Gobierno, pero muy en particular al
ministro de Hacienda, no solo por algo que ya se ha dicho aquí, no solo
porque, efectivamente, es una persona comprometida con esta Cámara,
cumplidora con esta Cámara, tanto en los debates de presupuestos como en
todas aquellas leyes que tienen que ver con su ámbito de responsabilidad,
sino porque estamos al final de una legislatura, señor ministro, y es ahí
donde quiero enmarcar estos presupuestos —luego me referiré a
ello—. Por consiguiente, creo que usted ha sido leal con la
sociedad española y eso es importante. Usted ha sido un hombre
responsable y comprometido con la situación que la sociedad española ha
vivido y vive en este momento. Por lo tanto, en nombre del grupo
mayoritario, quiero expresarle ese reconocimiento, que estoy seguro de
que es un reconocimiento mayoritario de toda la ciudadanía española, más
allá de posiciones coincidentes o divergentes en relación con lo que este
presupuesto y la política económica recogen. En ese reconocimiento no
seré yo quien saque razón, más bien al contrario, a la valoración que el
senador Vázquez hizo esta mañana cuando se refería al ministro Montoro y
decía que era un fenómeno. Efectivamente, señor Vázquez, tiene usted toda
la razón y nosotros coincidimos en esa apreciación. (Aplausos).


Fundamentalmente, el debate —disculpen la
simplificación— se ha circunscrito en torno a dos cuestiones. La
primera es sobre la legitimidad o no, la validez o no, el porqué o por
qué no se presentan estos presupuestos para el año 2016; y la segunda
—mucho más amplia y, por tanto, la simplificación puede llevarme a
incurrir en un error todavía mayor—, en el hecho de si estos
presupuestos cumplen el objetivo fundamental de instrumento de política
económica, e incluso va más allá, si la política económica desarrollada
por el Gobierno a lo largo de estos cuatro años es la acertada o no para
el entorno en que el país ha vivido. Como decía, intentaré referirme a
estas dos cuestiones de forma breve.


La primera cuestión gira en torno al porqué o por qué no de estos
presupuestos. Creo que es un ejercicio de responsabilidad presentar estos
presupuestos. Aquí se han referido en reiteradas ocasiones al
cumplimiento de la ley y al cumplimiento del mandato constitucional. ¿Por
qué sacamos de la Constitución el artículo 134? Dejemos también
el 134.


Puedo estar equivocado, pero creo que en un entorno de
normalidad, esto tendría que verse como un ejercicio de normalidad
democrática, como que un Gobierno cumple con su obligación. Y cumple con
su obligación tratando de crear ¿qué? O si quieren, tratando de evitar
¿qué? Tratando de evitar quizá el principal problema al que se ha
enfrentado la economía española: la desconfianza. Es un problema de
incertidumbre.


Aquí se han citado algunos autores, yo les invito a que lean a un
economista americano, Robert Higgs, que define un concepto que es
incertidumbre de régimen. Incertidumbre de régimen para referirse
precisamente a aquellas situaciones que pueden causarse en un marco
económico, ¿consecuencia de qué? Consecuencia de esa inestabilidad, de
que los agentes económicos no tengan los niveles de certeza suficientes,
derivado del cuerpo normativo, para adoptar sus decisiones. Por lo tanto,
ustedes censuran a un Gobierno porque lucha contra esa incertidumbre de
régimen, porque trata de crear certeza donde hay incertidumbre, porque
trata, en definitiva, de dar estabilidad, de dar normalidad. Por eso,
ante esa crítica, nosotros, señor Ministro, queremos expresar el
reconocimiento. Porque una vez más también este Gobierno cumple con su
obligación; cumple con la obligación de generar certidumbre, de generar
confianza en el marco de la economía española para que, efectivamente, el
proceso de la inercia, de los agentes que participan en todo el
desarrollo económico puedan disfrutar de esa situación, y esto es lo que
plantean estos presupuestos, y por eso es bueno que se presenten.


Miren, si este debate en relación con esta cuestión lo tuviésemos
en cualquiera de los países de nuestro entorno, no se entendería. No se
entendería que se censure a un Gobierno porque presenta los presupuestos.
Porque, ¿qué pasa si no se presentan los presupuestos? (Rumores).
Efectivamente, los socialistas tienen un aprendizaje importante en esa
cuestión. Si quieren lo digo de otra forma: ¿qué razones puede haber para
no presentar los presupuestos? También tenemos experiencia en este país,
porque lo vivimos en 2011: ocultar algo, no decir la verdad. (Aplausos).
Como no es el caso, como nosotros no solamente no queremos ocultar nada,
sino que la premisa de partida está precisamente en decir la verdad a los
españoles, presentamos estos presupuestos.


Ustedes quisieron ocultar algo que era tan grande, tan grande,
tan grande, que fue imposible. Porque es muy difícil de ocultar 30 000
millones. (Rumores). Porque un diferencial de 3 puntos es muy difícil de
ocultar. Y por eso —y es la única razón, señorías— ustedes no
presentaron los presupuestos en el año 2011. (Aplausos). Porque querían
ocultar a la sociedad española la situación real del país, y nosotros no
queremos eso.


Conclusión en relación con esta primera parte del debate:
nosotros vemos como algo positivo cumplir la ley, vemos como algo
positivo cumplir con las obligaciones, y vemos, obviamente, como algo
positivo decirle la verdad a los españoles también en materia de
planificación económica. Así que, una vez más, señor ministro, de verdad,
gracias por asumir esa responsabilidad de nuevo. (Aplausos).


Segunda cuestión. La segunda reflexión es muy amplia, porque
tiene que ver con si la política económica desarrollada por el Gobierno
ha sido y es acertada y, en consecuencia, si estos presupuestos, que
obviamente hay que enmarcar dentro de esa política económica, son
acertados o no lo son. Mi opinión se la imaginan ustedes: estamos en el
camino correcto. Pero intentaré tratar de explicar un poco más por qué
creo que estamos en el camino correcto, y no lo creo solo yo. Ustedes
saben perfectamente que en cualquier institución del ámbito que ustedes
estimen oportuno, con calificativos de un tipo u otro, todo el mundo
reconoce precisamente el avance y el gran cambio que se ha dado en
relación con la política económica en España, que ha permitido corregir
—esta es una cuestión, desde mi punto vista, importante, y no es
solo una apelación a la memoria— los grandes y fuertes
desequilibrios que la economía española tenía en el año 2011, que habían
sido fruto y consecuencia fundamentalmente de políticas económicas
desacertadas. Por lo tanto, primera conclusión en este apartado: no
podíamos ni podemos seguir esas políticas económicas que ya se ha
comprobado que son malas para el país. Esas sí que crean insolidaridad;
esas sí que crean pobreza. El mayor ejemplo, el mayor testimonio de falta
de solidaridad es mandar a la calle a 3,5 millones de personas. Esa es
una falta de solidaridad enorme, y contra eso hay que luchar.
(Aplausos).


Por lo tanto, y muy brevemente, ¿en qué marco nos movíamos y en
qué marco nos movemos? Dejemos que luego la sociedad española saque
conclusiones; dejemos que la sociedad española, que es madura, piense,
evalúe y valore. El marco en el que nos movíamos era de fuertes
desequilibrios en términos de déficit público —acabo de referirme a
él, y lo ha hecho también el señor ministro—; de fuertes
desequilibrios en términos de evolución del empleo, 3,5 millones de
puestos de trabajo perdidos en una legislatura; de fuertes desequilibrios
en términos de crecimiento económico; de fuertes desequilibrios en
relación con el sistema financiero. Todo eso, y podría seguir, abocaba
—alguien ha utilizado un símil médico, por lo que me van a permitir
que yo use otro que seguramente ya me han escuchado en otro
momento— a que la economía española estuviera en la UCI. Y de la
UCI solo hay dos vías de salida: bajar al tanatorio o subir a planta.
Hemos evitado bajar al tanatorio, a pesar de ustedes; hemos evitado bajar
al tanatorio, que es el rescate. (Aplausos). Y lo ha evitado no el
Partido Popular, que también, sino el conjunto de la sociedad española
con mucho sacrificio y mucho esfuerzo. Pero no es menos cierto que ha
habido una guía apropiada, un camino a seguir apropiado para salir de
ahí. Hemos subido a planta, hemos estado en tratamiento y nos han dado el
alta, pero tenemos que seguir cuidándonos, porque corremos el riesgo de
volver atrás, de volver a esa situación crítica, que yo creo que no
quiere nadie en este país.


Por lo tanto, solo les pido una cosa, que si un camino nos ha
llevado a la UCI con el riesgo de bajar al tanatorio y por otro camino
hemos conseguido la recuperación del enfermo, a priori parece que tenemos
que dar más consistencia a este segundo camino. Ustedes no pueden negar
que en 2011 España estaba en recesión y que este año va a crecer por
encima del 3 %. Ustedes no pueden negar que, después de destruir 3,5
millones de puestos de trabajo, se van a crear 1 millón de puestos de
trabajo en estos dos años. Ustedes no pueden negar que, después de dejar
un déficit público del 9 %, estamos cumpliendo ahora los objetivos de
déficit. Que ustedes cuestionen el cuadro macroeconómico es para nota.
Que ustedes, socialistas, pretendan dar ejemplo de acierto en la
previsión va a ser que no.


Pero, señor ministro, no se preocupe porque el año pasado, en
este mismo debate se fijaba como posición triunfalista una estimación de
crecimiento del 2 % para 2015. Se decía que no era creíble, que no se iba
a cumplir, y ahora ya nadie cuestiona que vamos a crecer por encima
del 3 %. (Aplausos). Quiero escapar de cualquier posición triunfalista,
pero quiero trasladar a la sociedad española que, efectivamente, entre
todos hemos hecho un gran esfuerzo; entre todos hemos superado una
situación muy muy difícil pero que estamos en el camino acertado, y ese
es el camino que tenemos que seguir, y les invitamos a todos ustedes,
también desde la discrepancia, también desde la diferencia, a que se
sumen a este camino. Este no es el camino del PP, no se equivoquen
entendiéndolo así; este es el camino del progreso; este es el camino de
creer en el país; este es el camino de la lealtad al país. Por lo tanto,
¿por qué no dejamos a un lado las cuestiones que pueden separarnos y nos
centramos en lo que realmente le importa a la gente?


Aquí se ha dicho: Claro, es que ustedes hablan de cuestiones
macroeconómicas. No, no. Esto es microeconomía pura, esto es la vida
misma, porque la vida misma es que haya un millón de personas que antes
no trabajaban y que ahora trabajan; la vida misma es que el consumo
interno esté tirando; la vida misma es, en definitiva, que la situación
hoy, sin ser triunfalista, es mejor que la que teníamos en 2011. Sin
embargo, no es una situación para estar satisfechos, no; y por eso
tenemos que asentar esa confianza, esa estabilidad, y a eso contribuyen
estos presupuestos.


Termino ya, señor presidente.


Señorías, señor ministro, voy a terminar expresando no una
posición triunfalista, porque creo que no es triunfalismo reconocer
—incluso manifestar— el orgullo por el sacrificio, por el
afán y por la capacidad de superación que la sociedad española ha
demostrado, y de eso nos sentimos orgullosos. (Aplausos). Tampoco creo
que sea triunfalismo expresar el orgullo que produce que hoy España sea
un país que participa como actor principal en el entorno internacional, y
participa con credibilidad y con confianza; y de eso también nos sentimos
orgullosos. También nos sentimos orgullosos —y tampoco es
triunfalismo— de que haya un Gobierno, con un ministro de Hacienda
como el señor Montoro, y con un presidente del Gobierno como el señor
Rajoy que, por encima de los intereses partidistas y electorales, han
antepuesto los intereses del país, y que han primado la solución de los
problemas del país y la lealtad al país por encima de cualquier otro
interés de tipo partidista, y sería bueno que eso se aplicase.


Por último, también me siento orgulloso de pertenecer a un grupo
parlamentario que, de forma modesta, ha contribuido a ello.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Barreiro.


Tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIÓNES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Señor presidente, señorías, después de la brillante y
emocionante intervención del portavoz del Grupo Parlamentario Popular, me
corresponde, en nombre del Gobierno, cerrar este debate. En este sentido,
no haré más que una intervención clásica, para insistir en que con este
debate de los vetos a la totalidad de los Presupuestos Generales del
Estado lo que estamos prácticamente dando por finalizada la actual
legislatura.


Como decía esta mañana, ha sido una legislatura muy intensa,
cargada de mucho trabajo y de mucho esfuerzo. También hemos puesto en
ella todos los presentes en esta Cámara lo mejor de nosotros mismos. En
este sentido, entiendo que también todos en esta Cámara tenemos que
sentir por lo menos cierta satisfacción al haber dejado parte de lo mejor
de nosotros mismos para devolver la esperanza a los españoles.


La política es exigente, la política —y hoy hemos hablado
de ella— tiene aspectos muy negativos, pero también saca lo mejor
de las personas, saca lo mejor de nuestras capacidades, de nuestros
empeños y de nuestras confianzas.


Creo que el Gobierno ha hecho un trabajo —que no voy a
calificar—, y que al menos lo hemos intentado, y en esta vida hay
que intentarlo; hay que intentarlo porque los españoles nos merecíamos un
horizonte y un futuro mejor que el que teníamos hace cuatro años. Hoy,
efectivamente, los españoles ya no somos los que generamos esas dudas en
Europa y en el mundo. Ya no somos fuente de miedos e incertidumbres. Hoy,
a España, se la mira con seguridad, con confianza y con optimismo en el
futuro. Hoy, los españoles no aparecemos en los grandes titulares de la
prensa internacional por las calamitosas cifras de destrucción de empleo,
de caída de actividad económica y de desconfianza de la inversión
internacional. Hoy, no somos parte de aquel relato fúnebre sino que
pertenecemos a otro capítulo en el que estamos escribiendo el comienzo de
la historia de nuestra economía que nada tiene que ver con la que
recibimos hace tan solo cuatro años.


Por eso, hoy hablamos de abrir un nuevo horizonte de esperanza
para los ciudadanos, para los españoles, porque son ellos los que en esta
legislatura nos han dado una auténtica lección; son ellos los que se han
comprometido, los que se han empeñado, los que se han esforzado y los que
han hecho viable que hoy España esté afrontando ese 2016 en términos de
crecimiento económico y de creación de empleo, a la cabeza de los países
desarrollados de Europa.


Es fácil decir que estamos en el mismo sitio cuando,
objetivamente, esa afirmación no tiene lugar. Hoy tenemos todos que
confiar en esa sociedad que, prácticamente, en una generación, fue capaz
de promover uno de los desarrollos económicos más importantes del mundo,
al mismo tiempo que supo construir una transición política de un
amplísimo consenso, que dio lugar a una Constitución como la que hoy nos
ampara y que es sede de nuestras libertades; una España emprendedora, con
iniciativa, que sabe trasladar a sus políticos que tienen que estar a la
altura en unas circunstancias tan difíciles como las que se han producido
en esta legislatura.


A lo largo de este debate hemos citado a muchos autores, y yo voy
a culminar con Hayek. Voy a citar Camino de servidumbre, un libro que se
culminó en 1944, en plena guerra mundial y desde el exilio físico e
intelectual; un libro que contiene compromisos por la libertad y en el
que decía Hayek que mientras la historia fluye no es historia, nos lleva
a un país desconocido, y rara vez podemos lograr un destello de lo que
tenemos por delante. Por eso hacemos política, para lograr que esos
destellos sean positivos, sean esperanzadores; por eso hacemos política
económica y política presupuestaria, para construir un futuro mejor, en
términos de bienestar, de cohesión social, de crecimiento y de empleo,
esa gran fuente de oportunidades para todos que es el empleo.


Hemos escuchado a la oposición sus argumentos reiterativos
clásicos. En un debate de presupuestos, el ministro de Hacienda siempre
escucha que los presupuestos no son creíbles, que el escenario económico,
como recordaba el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, se pone en
cuestión y que ya veremos si se alcanzan los ingresos, etcétera. A mí me
hubiera gustado escuchar también hoy compromisos propios del final de una
legislatura: compromisos con la estabilidad presupuestaria y con la
estabilidad económica; compromisos con la corrección de los déficit
públicos y de las deudas públicas; compromisos que, en suma, alumbren la
coincidencia política que necesitamos en nuestro país.


Cada uno ha enseñado sus cartas, que es lo propio de un debate
parlamentario como el que estamos celebrando y cerrando ya a estas
alturas de la tarde, aunque luego, por supuesto, continuará el Pleno. Y
quiero decirles como colofón que este proyecto de presupuestos nuevo lo
que pretende es encarrilar sin incertidumbres la recuperación económica
de España. Es una aportación que abre a los españoles una nueva etapa;
una nueva etapa de crecimiento económico; una nueva etapa que también
está fundamentada en el camino que hemos recorrido juntos; una nueva
etapa que permita superar políticas de enfrentamiento, políticas de
confusión, políticas de demagogias y políticas que, en definitiva, abogan
siempre por gastos que no se pueden sufragar, que no se pueden
financiar.


Me corresponde cerrar el debate, como ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, agradeciendo a todos los grupos políticos el
contenido no solo del debate en el día de hoy, que he seguido con
interés, como les decía, porque se aprende mucho escuchando la opinión de
los demás y se aprende más escuchando la opinión de los que discrepan.
Por tanto, ha sido un debate importante el que hemos celebrado hoy en el
Senado.


Decía que antes de cerrar esta intervención quiero agradecer las
posiciones de los diferentes grupos políticos, primero, desde las
discrepancias, por el contenido de esta legislatura, que entiendo que no
ha sido fácil para nadie y, en ese sentido, respeto completamente el
contenido de las formulaciones que he venido escuchando. Ha sido una
legislatura difícil porque hemos atravesado una formidable crisis
económica, que estaba amenazando con causar una auténtica fractura
social.


Por eso, decía que para mí ha sido un honor participar con todos
ustedes, con todas sus señorías, en el contenido de los debates de estos
años y en el contenido de esas sesiones de control al Gobierno. Si en
algo he fallado, que seguro que sí —pero no como ministro, como
decía esta mañana, sino como persona— les pido mi más sinceras
disculpas. Jamás he pretendido ofender a nadie y en ese ámbito quiero
reiterarles mi compromiso para que desde la función política podamos
decir que estamos haciendo un ejercicio a favor del interés general de
España y de los españoles, que podamos decir en todo momento que la
lealtad con nuestras ideas es lo que sirve a ese compromiso.


Como decía esta mañana, también quiero dar las gracias a los
grupos políticos con los que hemos coincidido en esta legislatura, porque
claro que hemos coincidido. A veces parece que alguno pretende buscar al
final la disidencia, pero no confundamos la disidencia —por cierto,
bastante clásica— respecto de unos Presupuestos Generales del
Estado con la coincidencia en formulaciones fundamentales de cambios
legislativos que se han acometido en esta legislatura.


En este sentido, como hacía esta mañana, quiero realizar un
reconocimiento franco y sincero a los miembros del Grupo Parlamentario
Popular y también de las otras formaciones políticas que han cumplido con
lealtad los compromisos con el Gobierno de España. Quiero decirles que ha
sido un trayecto difícil, pero que ha valido la pena, porque ha valido la
pena llegar al momento actual de maduración de esta legislatura. También
quiero decirles que esa confianza, que es la propia de un grupo político,
es lo que da sentido a las formaciones políticas y lo que da sentido a la
política misma. Ese depósito de confianza realmente merece la pena en
términos de devolución del esfuerzo realizado por el conjunto de la
sociedad española. Gracias, porque sin este respaldo, sin el trabajo que
hemos hecho juntos, hoy no estaríamos ofreciendo a los españoles ese
horizonte de crecimiento, de prosperidad y de empleo que debe marcar la
siguiente legislatura.


Muchas gracias, señor presidente, y muchas gracias también a los
miembros de la Mesa del Senado.


Desde las nuevas posiciones, seguiremos cumpliendo nuestro
compromiso con todos los españoles.


Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos de los señores
senadores del Grupo Parlamentario Popular, puestos en pie).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Llamen a votación. (Pausa).


Cierren las puertas.


Señorías, vamos a votar las propuestas de veto en el mismo orden
en el que han sido defendidas.


Comenzamos votando la propuesta de veto número 8, del Grupo
Parlamentario Socialista.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 243; a favor, 95; en contra, 148.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 11, del Grupo Parlamentario
de Convergència i d’Unió.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245;






votos emitidos, 244; a favor, 91; en contra, 148;
abstenciones, 5.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 9, de las senadoras Almiñana
y Sequera, y los senadores Boya, Bruguera, Martí, Montilla y Sabaté, del
Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 97; en contra, 147.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 7, del Grupo Parlamentario
Vasco.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 97; en contra, 148.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 2, de los senadores Aiartza,
Goioaga, Mendizabal y Unamunzaga, del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 25; en contra, 149;
abstenciones, 70.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 3, de la senadora Capella,
del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 25; en contra, 149;
abstenciones, 71.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 4, del senador Mulet, del
Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 30; en contra, 149;
abstenciones, 66.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 5, de las senadoras Armas y
Julios, del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 244; a favor, 90; en contra, 149;
abstenciones, 5.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 6, de los senadores Crisol y
Marcos, del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 90; en contra, 155.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 10, de los senadores Guillot
y Saura, del Grupo Parlamentario de la Entesa.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 244; votos emitidos, 244; a favor, 94; en contra, 150.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Finalmente, votamos la propuesta de veto número 12, del senador
Espinar, del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 245; votos emitidos, 245; a favor, 30; en contra, 149;
abstenciones, 66.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada. (Aplausos).


Rechazadas todas las propuestas de veto, iniciamos el debate de
las impugnaciones a las secciones que se tramitan como propuestas de
veto.


Comenzaremos por la sección número 12.


El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado la enmienda
número 79. Para su defensa, tiene la palabra el senador Losada.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Muchas gracias, señor presidente.


Antes de nada, quiero decir al portavoz del Grupo Popular que de
la UCI también se pasa a paliativos, y esa es la situación en la que
estamos, en la de paliativos por inanición. (Aplausos).


Señorías, el presupuesto presentado para la sección 12 es la
imagen fiel del resto del presupuesto, de una escasa ambición y presencia
de nuestro país en la política exterior. (Rumores)


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por favor.
Espere un momento senador Losada.


Señorías, abandonen el hemiciclo en silencio.


Continúe señor Losada.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Muchas gracias.


Los presupuestos son el fiel reflejo de lo ocurrido en la
presente legislatura: el debilitamiento de nuestra presencia exterior, la
falta total y absoluta de una definición estratégica en acción exterior y
el desmantelamiento de la política de cooperación al desarrollo. No
existe ninguna partida presupuestaria específica, incluso para un éxito
colectivo de los españoles como ha sido nuestra presencia en el Consejo
de Seguridad y, además, los presupuestos cuestionan los objetivos de
nuestra política exterior como política de Estado en los organismos
multilaterales.


Son insuficientes para hacer frente a la extraordinaria y
compleja realidad del mundo actual y son unos presupuestos que tienen
poca ambición para nuestra historia como país y para nuestra posición en
el escenario internacional.


En materia de cooperación al desarrollo, la política del Gobierno
continúa con su recorte y su desmantelamiento, señorías, hasta el 0,21 %
de la renta nacional, cifra muy lejana a lo que aportan otros países de
nuestras características. El FONPRODE, la Aecid y la Ley de deuda, bajo
mínimos y, lo que es peor, han conseguido que la acción para la
cooperación en vez de ser una ayuda solidaria se convierta en ayuda de
carácter reembolsable, de modo que están ustedes financiándose en torno a
las políticas de cooperación.


Señorías, vacían una partidas y llenas otras, como si fuesen
vasos comunicantes y, al final, el saldo es negativo y dónde podían hacer
economía de escala, como en el caso de la acción exterior, el servicio
exterior de Europa, nada hacen. Además, señorías, en un momento tan
convulso como es este, los intereses de España no cuentan con fondos
adecuados para su representación en los organismos internacionales y la
definición de la política exterior la marcan los presupuestos.


Nosotros enmendamos esta sección por presupuestos insuficientes,
porque no dan respuesta ni a las necesidades ni a los funcionarios ni a
los trabajadores del ministerio, porque impiden a España atender con su
presencia las instituciones multilaterales, porque entierran la
cooperación al desarrollo hasta hacerla desaparecer e incluso dejan sin
recursos, como decía anteriormente, nuestra presencia en el Consejo de
Seguridad.


Señorías, si aceptásemos lo que nos acaban de decir el ministro y
el portavoz del Grupo Popular de que estamos fuera de la crisis, que
estamos en planta cuando lo que estamos es en paliativos, resultaría que
este ministerio dispondría de todos los recursos necesarios y, sin
embargo, este ministerio tiene cada vez menos recursos. Una de dos, o
ustedes nos mienten o es que dejan al Ministerio de Asuntos Exteriores,
un ministerio de Estado, sin recursos y sin capacidad de acción
política.


Además, son unos presupuestos insolidarios, no son creíbles y que
no están a la altura de un país como el nuestro, de un país que tiene un
producto interior bruto como el nuestro, de un país que ha estado siempre
liderando con ambición la política exterior.


Señorías, este es el presupuesto que nos lleva a la nula
presencia en Latinoamérica, que nos lleva a la nula presencia en el
Pacífico y en China, que nos lleva a que seamos inexistentes en el Magreb
y en el Sahel, que nos lleva a que no resolvamos ninguno de los problemas
coparticipando y liderando lo que debe ser la política exterior de
España.


Termino, señor presidente.


Señorías, son unos presupuestos ineficaces, insolidarios e
imposibles de defender, como es imposible de defender la Ley de acción
exterior de España, que queda sin presupuesto, a pesar de ser una ley que
pusieron en el frontispicio como lo mejor de la acción exterior de
España. Por todo ello, enmendamos e interponemos el veto a esa sección
número 12


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Losada.


El Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i d’Unió ha
presentado la enmienda número 109.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.


Hemos presentado también un veto a esta sección 12, del
Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. La presentamos hace
unos días, pero visto lo que ha pasado a lo largo de esta última semana,
creo que el veto no debíamos presentarlo a la sección 12 sino a todo el
Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha sido un escándalo lo que ha ocurrido
con el voto en las embajadas y en los consulados en las últimas
elecciones del 27 de septiembre en Cataluña. Un escándalo de dimensiones
astronómicas que no justifica la existencia de dicho ministerio. Se han
perdido votos en Roma y por su incapacidad no han podido votar muchas
personas que se han acercado a los consulados y a las embajadas. Por
tanto, el veto no es a la sección, no es a los presupuestos; es un veto a
todo el ministerio por su incapacidad para gestionar y canalizar el voto
de los catalanes en el exterior. (Aplausos).


Las irregularidades han sido múltiples e inaceptables en ese club
de los demócratas al que esta mañana nos instaba el señor ministro. Es
inconcebible que en cualquier país de Europa pase lo que ha pasado. Por
tanto, el veto es a la sección, al presupuesto y al ministerio. Esperemos
que, al menos, el ministro, tal como ha solicitado nuestro portavoz, se
digne a comparecer en esta Cámara para dar explicaciones sobre lo
inexplicable. Que haya votos que se hayan paseado por Roma durante no sé
cuántos días y que después digan que estos votos se han encontrado en un
hospital no es serio, pero eso es lo que ha pasado. Que haya miles de
ciudadanos que no hayan podido votar no es serio, pero es lo que ha
pasado.


En todo caso, nuestro veto, aparte de todas estas razones que
cuando lo presentamos, no les engaño, no conocíamos —las podíamos
intuir, pero no conocer—, es un veto a la sección en tanto en
cuanto no se cumplen los objetivos. Se aprobó una nueva ley de exterior;
aquellos objetivos de principios de mandato de intentar suprimir algunas
embajadas y consulados creados con poco criterio en África han
desaparecido; no se han consolidado nuevas dependencias en la Asia
emergente; y el mayor incremento que efectúa el presupuesto del 2016 del
ministerio, ¿saben cuál es? Un incremento de un 20 % en las
transferencias al Instituto Cervantes. ¿Estas son las prioridades del
Ministerio de Asuntos Exteriores? ¿Estas son las prioridades en
cooperación? ¿Estas son las prioridades del ministerio en su conjunto?
Entendemos que debemos presentar este veto, lo mantenemos y les avanzamos
que seguramente vamos a apoyar también todos los vetos que se han
presentado a esta sección 12.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bel.


El senador Espinar, del Grupo Parlamentario Mixto, ha presentado
la enmienda número 93. Tiene la palabra para su defensa.


El señor ESPINAR MERINO: La damos por defendida, presidente.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Espinar.


Los senadores Guillot y Saura, del Grupo Parlamentario de la
Entesa, han presentado la enmienda número 94. Tiene la palabra el senador
Guillot para su defensa.


El señor GUILLOT MIRAVET: Gràcies, senyor president.


Por quinta vez este Gobierno presenta unos presupuestos para la
cooperación internacional recortados. En su afán por desmantelar las
políticas de cooperación, ni en estos presupuestos, justificados por el
crecimiento del 3 % de nuestra economía, son capaces de incrementar las
partidas destinadas a la cooperación internacional que lleva a cabo el
Gobierno del Estado, de la que se ha responsabilizado, a la que se ha
comprometido y que consta en el plan director y en los planes de
actuación. No es de extrañar que un Gobierno que es capaz de dejar crecer
la exclusión y la desigualdad en su país se desentienda totalmente de sus
responsabilidades globales. Hace un tiempo los partidos ultras acuñaron
el término «primero los de casa», pero con ustedes ni los de casa ni los
de fuera; con ustedes, nadie.


Los portavoces del PP dirán a lo largo del debate que no tengo
razón y que el presupuesto de cooperación se incrementa en 583 millones
de euros respecto a 2015. Es una verdad a medias. ¿Qué es lo que
realmente se incrementa? Nuestras contribuciones obligatorias a la Unión
Europea y a los organismos financieros internacionales; es decir, nos
estamos poniendo al día. Pero ¿qué es lo que realmente pasa con las
partidas destinadas a la cooperación que es responsabilidad del Gobierno
del Estado, las que recoge el Plan director de cooperación y de las que
es responsable, en su gestión, la Aecid, la agencia de cooperación
dependiente del ministerio del señor García-Margallo? Un año más se
recorta en 1,7 millones de euros y un año más también se congelan las
partidas destinadas a la ayuda humanitaria. Esta es la realidad. Se da la
circunstancia de que el ministerio especializado en cooperación
internacional solo gestiona el 34 % de la ayuda oficial al desarrollo
—un verdadero disparate—, cuando en 2011 gestionaba casi
un 60 %.


¿Cuál es el balance de Mariano Rajoy en materia de cooperación
internacional? A lo largo de esta legislatura ustedes han recortado el
presupuesto de la Aecid en un 73 %, y las partidas de la ayuda
humanitaria se han recortado en un 82 %.


Este Gobierno ha demostrado a lo largo de estos años que no tiene
ninguna voluntad política en materia de cooperación internacional, y no
cabe buscar excusas en la situación económica que hemos atravesado.
Señorías del PP, ustedes son líderes en los recortes. Han recortado más
de las partidas de cooperación, de la ayuda oficial al desarrollo, que
países intervenidos de la Unión Europea. Insisto en ello: somos los
líderes. Y es tan nulo su compromiso político, es tan nula su voluntad
política, que ni en estos presupuestos ni en los anteriores, que se
realizaron ya bajo premisas de crecimiento económico, han sido capaces de
incrementar las partidas de cooperación internacional para el desarrollo,
insisto, aquellas que tiene comprometidas el Gobierno con la aprobación
de los planes directores de cooperación internacional, de los planes de
actuaciones y otros compromisos.


Gràcies, senyor president.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Guillot.


En turno en contra tiene la palabra el senador Chiquillo.


El señor CHIQUILLO BARBER: Gracias, señor presidente.


Señorías, intervengo en nombre del Grupo Parlamentario Popular
para defender el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado
para 2016 en materia de política exterior, poniendo énfasis en la primera
parte de mi intervención en que corresponde al Gobierno de España, porque
así lo establece la Constitución y reiteradas sentencias del Tribunal
Constitucional, planificar, dirigir, ejecutar y evaluar la política
exterior del Estado y la política de cooperación internacional para el
desarrollo. Y lo digo no por agotar 24 segundos de mi intervención, sino
porque algunos miembros de esta Cámara lo desconocen, o pretenden
desconocerlo y, por tanto, creo que es importante ponerlo sobre la mesa
en el inicio de nuestro debate. Lo repito: planificar, dirigir y ejecutar
la política exterior del Estado español le corresponde al Gobierno de
España, prestando especial y singular atención a las acciones
relacionadas con la Unión Europea y con Iberoamérica, fomentando las
relaciones económicas, culturales y científicas. Y dos son las grandes
líneas de actuación estratégicas: la acción del Estado en el exterior y
la cooperación internacional.


Algunos de los vetos a la sección 12 que hoy se han defendido
ponen de manifiesto, efectivamente, que se han aumentado las dotaciones
de esta sección en los Presupuestos Generales del Estado, con lo cual no
voy a ser yo quien diga lo contrario. En los propios argumentos de las
cuatro enmiendas a la totalidad que han sido defendidas brillantemente
por los cuatro portavoces se pone de manifiesto que han aumentado las
dotaciones en el departamento de Exteriores. Y ahí lo dejo.


La acción exterior del Estado tiene cuatro ámbitos: bilateral,
multilateral, consular y económico. Y creo que el Gobierno de España, con
los medios de que dispone, está superando el examen con nota. Potencia
las relaciones políticas y económicas con los países de diferentes zonas:
Europa, Mediterráneo, norte de África, Iberoamérica, América del Norte y,
por último, Asia-Pacífico, donde España ha sido uno de los pocos países
de la Unión Europea que ha firmado y es socio del Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructuras, recientemente constituido por el
Gobierno chino, ganándole la mano a muchos socios de la Unión Europea que
tienen muchos admiradores aquí, en la bancada de la izquierda.


Se mantiene la actividad en la Casa Árabe, en la Casa África, en
el Centro Sefarad y en la Casa Asia. Y en cuanto a los objetivos de la
acción multilateral, solo quiero poner de manifiesto una cuestión. La
semana pasada los grupos parlamentarios estuvimos en Estados Unidos, en
Naciones Unidas en Nueva York. No sé cómo algunos portavoces han osado
referirse a nuestro papel en Naciones Unidas o a nuestro papel en el
Consejo de Seguridad. Se está potenciando la acción en esos organismos
internacionales, en el papel de Naciones Unidas, en la defensa de los
derechos humanos, en la lucha contra el terrorismo internacional, en la
seguridad internacional o en la construcción y mantenimiento de la paz.
Portavoces de grupos parlamentarios que hoy asisten a este debate
estuvieron, como yo, en una reunión del Consejo de Seguridad donde, con
ocasión de la renovación del mandato de Afganistán, se puso en valor el
papel de España en el mantenimiento de la paz. Y luego nos vienen con una
enmienda a la totalidad hablando de nuestro nulo papel en Naciones Unidas
y de nuestro poco peso político en las cuestiones que se debaten en dicho
organismo.


Fueron testigos, y oyeron como yo, el papel, el compromiso del
Gobierno de España con la Resolución 1325, Mujeres, paz y seguridad. (El
señor senador muestra un documento a la Cámara). Prioridad española en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reconocido por diversos países
que están en el citado consejo, permanentes y no permanentes, como
España. En estos presupuestos se impulsa la diplomacia económica, que
bien saben que es importante. Y se ponen, dentro de nuestras
posibilidades, los instrumentos presupuestarios de la política de
cooperación al desarrollo. ¿Que nos gustaría que fueran más? Por
supuesto, señor Guillot, pero el principal objetivo de la cooperación es
mejorar la calidad y la eficacia de la ayuda oficial al desarrollo
mediante la concentración sectorial y geográfica.


Este proyecto de presupuestos, en lo que afecta a la sección 12,
se enmarca en esta política económica que nos ha tocado vivir. Claro que
nos gustaría navegar en la abundancia, como los Gobiernos de 2004 a 2008.
Pero los recursos son los que son y las prioridades son las que son en
estas políticas de contención del gasto adoptadas en los últimos
ejercicios.


Se garantiza el cumplimiento de los objetivos estratégicos, tanto
en el ámbito de la acción exterior como en el de la cooperación
internacional, mediante la aplicación de fórmulas de gestión cada vez más
eficientes en medios humanos y materiales disponibles. En el Congreso de
los Diputados se aprobó un incremento de dotaciones del departamento de
tres millones y medio de euros, destinados a aumentar las contribuciones
voluntarias de España en el ámbito político por ese compromiso firme con
los derechos humanos que nuestro país tiene y que demuestra día a día en
todos los foros europeos internacionales, bilaterales y multilaterales,
realizando un conjunto de acciones que refuerzan nuestra presencia como
miembro no permanente del Consejo de Seguridad durante 2016, como ustedes
saben. En sus enmiendas de totalidad no hay argumentos para enmendar a la
totalidad esta partida, porque en la estrategia de acción exterior todos
los instrumentos legislativos han tenido el apoyo, el consejo y el
consenso de los exministros de Asuntos Exteriores del Gobierno
socialista. Señor Losada, no intente usted justificar en su enmienda a la
totalidad lo injustificable, porque usted conoce la participación en
estos documentos de trabajo de Solana, de Moratinos, de Trinidad Jiménez,
así como el apoyo a esa estrategia y a los instrumentos legales que hemos
puesto en marcha en esta legislatura para ganar en peso y en voz en todos
los organismos internacionales.


Y permítanme que brevemente me refiera a una cuestión. Hay que
destacar que en el debate del Congreso, en relación con el tema de la
cooperación, y dando un paso adelante, se aprobaron 200 millones de euros
para la partida de asilo y refugio por la crisis humanitaria que está
sufriendo no regionalmente Europa, sino que se trata de un problema
global, como tuvimos ocasión de decir en las propias Naciones Unidas hace
una semana.


Que luego algún portavoz argumente que su enmienda a la totalidad
es porque se han perdido unos votos en la Embajada de Italia, cuando
menos me causa risa. Porque los votos los ha perdido el partido que
convocó las elecciones y el ridículo internacional en Roma, en Naciones
Unidas y en la Unión Europea lo ha hecho ese partido, que no perdió votos
en Roma, sino que perdió votos en Cataluña ya que quería llevarla a un
callejón sin salida. Yo soy valenciano, y digo que soy español porque soy
valenciano. Y en cuanto al argumento de «España nos roba», a ver si el
que les ha robado la cartera a los catalanes ha sido un discurso que les
llevaba al precipicio, a un callejón sin salida.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El senador CHIQUILLO BARBER: Sí a esta sección. Y, por supuesto,
a la labor del Gobierno de España en política exterior, que le ha dado
voz y voto en Europa y en el mundo, algo que habíamos perdido en los
últimos años.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Chiquillo.


Pasamos a la sección número 13, a la que el Grupo Parlamentario
Socialista ha presentado la enmienda número 80. (El señor Losada de
Azpiazu pide la palabra).


Sí, señor Losada.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Pido la palabra por una alusión
concreta que ha hecho el senador Chiquillo a este senador. Yo no me
referí al esfuerzo por haber conseguido el puesto en el Consejo de
Seguridad. Solo dije que, casualmente, el presupuesto no destinaba
ninguna partida para esa labor en el Consejo de Seguridad.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Losada.


Decía que pasamos a la sección número 13, a la que el Grupo
Parlamentario Socialista ha presentado la enmienda número 80.


Para su defensa tiene la palabra el senador Rodríguez
Esquerdo.


El señor RODRÍGUEZ ESQUERDO: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, el Grupo Parlamentario Socialista ha presentado un veto
a esta sección número 13, que no es otra cosa que un rechazo frontal y
categórico a la nefasta gestión en materia de justicia, un veto
devolutivo a todas sus actuaciones, tanto las del ministro Gallardón como
las del ministro Catalá, porque tanto monta, monta tanto.


Nos presentan unas cuentas anuales para Justicia y sus organismos
autónomos y públicos con una partida para 2016 que la incrementan en
un 6 % con respecto al 2015. Visto así estaría hasta bien, pero esto es
una trampa, señorías. Con ese incremento del 6 % la justicia en España va
a tener 109 millones menos de euros hoy que en 2011, y es que la suma de
los recursos presupuestarios que ustedes han destinado en los últimos
cuatro años a la justicia en España ha sido veinte veces inferior a lo
que ustedes han gastado, por ejemplo, en ayudas al sector bancario. Esto
es lamentable y vergonzoso. Esta ha sido su gestión, un recorte que
ustedes dirigen a una peor prestación de un servicio público tan
importante como este y que lo sufren los destinatarios finales, los
ciudadanos, y también los operadores y profesionales jurídicos.


Señorías, llevan cuatro años utilizando la justicia como un banco
de pruebas para el desmantelamiento general de los servicios públicos,
para favorecer las privatizaciones, para beneficiar, servir y hasta
socorrer a determinadas corporaciones, negocios y amiguetes. Podemos
hablar de las tasas judiciales, de la justicia gratuita, de los
procuradores, de los colegios profesionales, del Registro Civil o de los
registradores. Podemos recordar las falsas modernizaciones, las
plantillas judiciales, el acceso a la justicia, la tutela judicial
efectiva, la saturación de los juzgados o de sus últimas contrarreformas,
que presentan un saldo con más sombras que luces. Podríamos hablar de una
ideología neoconservadora y un populismo penal que incluso trata de
confundir la moral con el derecho.


Por todo esto es por lo que presentamos este veto devolutivo a
una sección y, como les digo, a toda su política en materia de justicia.
Un presupuesto más, el quinto en cuatro años, con un planteamiento
básico, privatizar un servicio público; con un objetivo derivado de ese
planteamiento, desmantelar un sistema; y con un resultado final,
perjuicio para los ciudadanos, perjudicando la seguridad jurídica,
desfavoreciendo la innovación y desvirtuando la modernización de nuestros
juzgados, porque —ustedes lo saben— la judicatura desarrolla
su trabajo con una importante carencia de medios, en unas condiciones
espaciales de seguridad laboral ínfimas y con una excesiva carga de
trabajo; con una insuficiencia crónica de recursos presupuestarios, donde
no se agilizan procesos ni procedimientos, donde no se garantiza un
acceso ágil y gratuito a la justicia, donde se politiza a los tribunales
en vez de dotarlos de más independencia.


Pero lo peor de todo esto es que ustedes no están siendo
conscientes del verdadero daño que con sus políticas están haciendo a la
justicia en España. Han tenido cuatro años para plantear de verdad una
reforma integral de la justicia, han tenido cuatro presupuestos, y con
este cinco, para proponer un pacto de Estado por la justicia, y lo único
que han hecho es desmantelarla, hacer que jueces, fiscales y secretarios
multipliquen por cien su trabajo, que abogados y procuradores vean
perjudicado su trabajo y su profesión y, por último, que los propios
ciudadanos cada día tengan mayores impedimentos para acceder a los
tribunales. Esta es su recuperación, señorías.


Por eso hoy, en este debate, es un buen momento para reivindicar
algo que es urgente en España, un pacto de Estado por la justicia, porque
hoy los ciudadanos españoles son menos iguales ante la ley y el acceso a
la justicia.


Hoy el modelo de organización judicial necesita de una visión
global. Hoy, señorías de la derecha, hay un verdadero problema
estructural que hace que el sistema no funcione. Hoy falta un plan
estratégico y una definición de prioridades en las que ustedes no han
querido avanzar a lo largo de cuatro años. Hoy para ustedes la justicia
no tiene ningún objetivo económico prioritario. Hoy los ciudadanos sufren
dilación, retrasos excesivos, encarecimiento y desigualdad. Por eso,
señorías, pensar en qué va a ser de la justicia y del Poder Judicial en
un futuro es una labor primordial que ustedes deberían haber puesto en
marcha, y que no han hecho; una labor primordial para nuestra democracia,
para que esta pueda tener un mañana.


Por todo esto, y por el daño que están haciendo a este esencial
servicio público, hemos presentado el veto a la sección 13.


Muchas gracias, (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Rodríguez
Esquerdo.


El Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i
d’Unió ha presentado la enmienda 110.


Para su defensa tiene la palabra la senadora Rieradevall.


La señora RIERADEVALL TARRÉS: Gracias, señor presidente.


Solo durante 2015 se han aprobado alrededor de una veintena de
leyes en materia de justicia, entre ellas reformas estructurales como la
Ley del Poder Judicial, la reforma sustancial del Código Penal, del
Registro Civil y de los procedimientos judiciales en el ámbito penal y
civil, para las cuales la Administración de Justicia requerirá de una
dotación suficiente de medios materiales y personales para su adecuación
porque se ha aprobado muchas veces con cláusulas de coste cero que
nosotros hemos impugnado y a las que hemos presentado enmiendas que no se
han aprobado.


Por una parte, consideramos que se deberían haber aumentado las
partidas destinadas a promover la formación inicial y continuada de los
jueces y a impulsar la especialización de los jueces y magistrados.
Medidas derivadas de la aprobación de la Ley del estatuto de la víctima,
la reforma del Código Penal o la Ley Orgánica del Poder Judicial, que
requieren de personal especializado en violencia de género, menores,
fraude fiscal, anticorrupción, etcétera. Asimismo, y por otra parte,
sería imprescindible aumentar en mayor medida la dotación de nuevo
personal en la Administración de Justicia hasta llegar a la media de las
ratios del resto de los países de la Unión Europea, ya que concretamente,
y en cuanto a número de jueces por habitante, España sigue estando lejos
de los estándares europeos, por lo que resultaría conveniente incrementar
el número de plazas ofertadas de jueces y fiscales para el 2016. (El
señor vicepresidente, Lucas Giménez, ocupa la Presidencia).


En cuanto a las comunidades autónomas que tienen delegadas las
competencias en materia de justicia, no se observa ninguna partida
presupuestaria ni transferencia corriente para hacer frente a los costes
que las actuales reformas legislativas sobre la Administración de
Justicia conllevará para ellas. Concretamente, la modificación de las
leyes procesales, tanto la de enjuiciamiento civil como la de
enjuiciamiento criminal implican un incremento de costes para la
Administración de Justicia en las comunidades autónomas con competencias
delegadas, puesto que deberán asumir nuevas cargas administrativas.


Asimismo, los ingresos previstos en concepto de recaudación de
las tasas judiciales para 2016 se estiman en 263 millones. Aun así, el
presupuesto de gasto no dota ninguna partida para la repartición de
dichas tasas en cuanto a la financiación del sistema de asistencia
gratuita, contraviniendo así lo establecido por el Estado en la Ley de
tasas en el ámbito de la Administración de Justicia y del Instituto
Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, ya que de acuerdo con el
artículo 11 de dicha ley, la tasa judicial se considerará vinculada, en
el marco de las disposiciones de la Ley 1/1996, de 10 de enero, de
asistencia jurídica al sistema de justicia gratuita, que se establecerá
en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada ejercicio. El
incumplimiento de dicha disposición constituye una vulneración del
principio establecido por esta ley. Este importe corresponde
concretamente al 19,9 % de los ingresos previstos por el Estado por
recaudación de tasas para el ejercicio de la potestad jurisdiccional.
Hablo de 263 millones de euros. De hecho, únicamente consta en los
presupuestos una dotación de 6 000 000 de euros relativa a las
transferencias a las comunidades autónomas en el programa de la reforma
de la Administración de Justicia, cuantía ínfima e insuficiente para
cubrir los gastos sufragados por las comunidades autónomas que tienen
delegadas las competencias en materia de justicia.


Por otro lado, teniendo en cuenta que Cataluña es la única
comunidad autónoma que tiene transferidas competencias en materia de
ejecución penal de adultos y justicia juvenil, solicitamos la
participación en los ingresos generados por las multas judiciales que
están afectados a la ejecución penal. El importe se fija en función del
peso relativo de los expedientes judiciales sobre el total estatal.


Asimismo, y teniendo en cuenta que la Ley Orgánica 1/2009,
complementaria a la Ley de reforma de legislación procesal para la
implantación de la nueva oficina judicial, establece en su disposición
adicional 15 que la interposición de recursos ordinarios y
extraordinarios, y la revisión y rescisión de la sentencia firme a
instancia del rebelde de las órdenes judiciales civil, social y
contencioso-administrativo requiere de la constitución de un depósito a
tal efecto, el Ministerio de Justicia debería consignar en los
presupuestos las dotaciones correspondientes al 40 % de los ingresos del
propio territorio por este concepto.


Por todo lo expuesto, señorías, presentamos este veto a la
sección 13.


Gracias, señor presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Muchas gracias,
señoría.


El Grupo de la Entesa pel Progrés de Catalunya ha presentado la
enmienda 97. Para su defensa tiene la palabra el senador señor Saura.


El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señor presidente.


Hablar del presupuesto de Justicia dice mucho de cómo está la
justicia hoy. Muy recientemente, el Consejo General de la Abogacía ha
hecho un barómetro para saber cuál es la opinión de dos mil abogados del
Estado. Las respuestas son estas: el 77 % de los abogados considera que
la justicia va mal o muy mal, y solo el 3 % la ven bien o muy bien;
el 85 % de los abogados considera que ha empeorado en los dos últimos
años; el 86 % cree que el modelo de administración de la justicia está en
una crisis profunda; el 79 % considera que no está adaptada a una
sociedad del siglo XXI; y el 79 % que está mal organizada. Es difícil
sacar peores notas que las que refleja este barómetro.


En marzo de 2012, el exministro Ruiz-Gallardón hizo una
comparecencia en el Senado para explicar su programa de trabajo e
insistía en dos palabras: modernización y agilización. A nadie se le
escapa que esta legislatura ha tenido una huelga general en la justicia y
confrontaciones de prácticamente todos los agentes que tienen que ver
algo con la justicia con el ministerio.


¿Qué ha hecho el ministerio? Ha arañado la independencia del
Consejo General del Poder Judicial cogiéndole competencias, ha
dificultado el acceso de la ciudadanía a la justicia —el caso de
las tasas es un ejemplo, y aunque se modificó, sigue siendo
insuficiente— y se ha hecho una política de externalización o
privatización a determinados colectivos, sean notarios o registradores.
Desde ese punto de vista, es cierto que el presupuesto contiene un
incremento de un 6,3 %, pero es insuficiente si tenemos en cuenta todo lo
que se arrastra de disminución del presupuesto, con una diferencia que se
sitúa en más de 100 millones.


Por otro lado, está absolutamente claro que las partidas
presupuestarias para modernizar la justicia son insuficientes. Desde ese
punto de vista, nuestras propuestas serían que las tasas se supriman, que
el dinero que se ha cobrado de las tasas, como dijo el ministro, se
dediquen a una justicia gratuita y que las partidas de información y
comunicación, que son 79 millones y 26 millones en modernización de los
registros, se amplíen para que, en definitiva, la justicia pueda dar un
salto adelante en la modernización y en la agilización de sus
trabajos.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Saura.


El señor Espinar Merino, del Grupo Parlamentario Mixto, ha
presentado la enmienda 73. Para su defensa, tiene la palabra el senador
señor Espinar.


El señor ESPINAR MERINO: La vamos a dar por defendida,
presidente.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Espinar.


En turno en contra tiene la palabra la senadora señora
Franco.


La señora FRANCO GONZÁLEZ: Gracias, señor presidente.


Al escuchar los argumentos que han expuesto en defensa de los
vetos, es cierto que han dibujado ustedes un relato, senador Rodríguez
Esquerdo, senador Saura y senadora Rieradevall, bastante pesimista de la
situación de la justicia.


Yo sé, senador Saura, que, por supuesto, no hay que desconocer la
importancia de ese barómetro de opinión del Consejo General del Poder
Judicial, todo lo contrario, hay que estar pendientes y tiene que servir
de acicate para seguir trabajando y mejorar esa opinión que los abogados
tienen de la situación de la justicia. Pero yo creo que tampoco podemos
desconocer los informes que hace el propio Consejo General del Poder
Judicial sobre la situación de la justicia. Si miramos el último podemos
ver que las ratios y las diferentes tasas que examina no empeoran, sino
que mejoran en la mayoría de los órdenes jurisdiccionales. Creo que eso
es algo que nos debe hacer reflexionar, sobre todo para ver que el
panorama que pintan ustedes es, quizá, demasiado pesimista, o al menos
así lo piensa esta senadora.


Sus señorías han cuestionado en los vetos de estos presupuestos
la sección 13, justicia, porque consideran que son insuficientes, que
está dotada de insuficientes recursos presupuestarios, y han hecho
referencia en varias ocasiones al término recortes. Sin embargo, yo
considero que es un poco difícil contemplar estos argumentos, sobre todo
si tenemos en cuenta que estos presupuestos es el segundo año que
aumentan —el año pasado los presupuestos actualmente en vigor se
incrementaron un 1,5 % y estos aumentan un 7,24 % en términos
homogéneos—. Yo creo que es un incremento nada desdeñable, y más si
consideramos que la sección de justicia es, entre las secciones del
ministerio responsables de servicios esenciales, la que más aumenta.


El senador Rodríguez Esquerdo hacía una comparativa —que
venimos escuchando prácticamente en todos los debates de presupuestos que
hemos realizado— de esos magníficos presupuestos del último
Gobierno socialista para el año 2011. Sin embargo, omite usted comentar
que esos presupuestos ya incorporaron importantes ajustes —la
crisis económica estaba afectando a los recursos públicos, a las cuentas
públicas— y que fue necesario hacerlo. También omite usted hablar
del grado de ejecución de sus presupuestos, que no fueron precisamente
muy óptimos, así como de las razones por las que nos privaron de conocer
cómo de magníficos podrían haber sido sus presupuestos de la sección 13
para el año 2012, ya que convocaron elecciones anticipadas y no los
elaboraron.


Señorías, creo que no podemos hablar de presupuestos restrictivos
cuando estamos diciendo que se incrementan en un 7,24 %. Estos
presupuestos contienen partidas presupuestarias suficientes para atender
a las necesidades de la política de personal, para atender a esas
personas que son más vulnerables en el acceso al servicio público de
justicia y también para dotar a nuestra Administración de Justicia de los
medios materiales y de las innovaciones tecnológicas que precisa.


Pero no solo han cuestionado ustedes las partidas
presupuestarias, sino que han hecho una especie de veto general a todas
las reformas legislativas que hemos llevado a cabo en esta legislatura.
En unos casos, diciéndonos que habíamos tenido falta de iniciativa; y, en
otros, diciéndonos que habíamos legislado demasiado.


Es verdad que hemos tenido iniciativa, hemos llevado a cabo
importantes reformas en el ámbito de la justicia a lo largo de la toda la
legislatura. He sido ponente de muchas de esas leyes, he coincidido con
ustedes en los debates sobre esas leyes, y el objetivo que nos ha movido
siempre ha sido reformar el servicio público de la justicia para
mejorarlo. No ha habido objetivos espurios, no hemos buscado la
privatización ni la mercantilización, sino exclusivamente mejorar el
servicio público de la justicia. El Gobierno del Partido Popular, reforma
tras reforma y presupuesto tras presupuesto, como les decía, ha intentado
mejorar ese servicio público de la justicia y garantizar el acceso a la
justicia de todos los ciudadanos.


En relación con estas reformas legislativas, le preocupaba en
particular a la senadora Rieradevall que muchas de ellas pudiesen
ocasionar mayores cargas de trabajo o la necesidad de mayores medios
materiales o personales a las comunidades autónomas. A este respecto
quisiera decirle que la mayor parte de estas reformas tratan de agilizar
y de reducir las cargas de trabajo y no van a implicar esos mayores
gastos. Aquellos supuestos que sí implican mayores gastos están
debidamente dotados en los presupuestos.


Entro ya en el estricto debate presupuestario, ya que el tiempo
apremia. Estos presupuestos de la sección 13 para el año 2016 pretenden
dotar de más y mejores recursos a la Administración de Justicia, de más
recursos humanos, con una oferta de empleo público amplia, reforzando,
además, la formación del personal al servicio de la Administración de
Justicia ya que se amplía considerablemente la partida del centro de
estudios jurídicos.


Les diré respecto a esas críticas a la ratio de 11,2 jueces por
habitante —lo saben porque lo hemos debatido en otras
ocasiones—






que es muy similar a la de otros países de nuestro
entorno como Noruega, Suecia, Italia o Francia, incluso superior a la de
otros países como Reino Unido. Nosotros consideramos que la oferta que se
contiene en estos presupuestos es adecuada para garantizar estas
necesidades de personal que va a tener el servicio de justicia durante el
año 2016. También se piden mayores recursos para atender a las personas
más vulnerables. Ahí está el aumento de las partidas destinadas a
Justicia gratuita en más de un 5 %, lo que nos va a permitir actualizar
los módulos —que es una reclamación permanente de los colegios
profesionales— y afrontar la financiación del servicio público de
justicia gratuita en el territorio del ministerio. La senadora
Rieradevall también nos hablaba de la financiación de este servicio en
las comunidades autónomas. Como saben, a aquellas que tienen transferida
la competencia se realiza esta financiación a través del sistema de
financiación autonómica, pero en estos presupuestos, así como en los
actualmente en vigor, se prevé una partida adicional de 6 millones de
euros para, entre otros objetivos, mejorar la financiación de la
asistencia jurídica gratuita.


Respecto a las tasas, hemos debatido ya en innumerables ocasiones
este tema. Desisto de la posibilidad de convencerles, de ponerles a favor
de este sistema mixto de financiación de la justicia. No voy a entrar en
el debate de la afectación o vinculación porque ya lo hemos hecho en
otras ocasiones, lo que sí les garantizo es que la asistencia jurídica
gratuita está correctamente financiada en los Presupuestos Generales del
Estado.


Otra cuestión que quería destacar es el aumento relevante de la
asistencia a las víctimas, el 54,6.


Respecto a esa crítica que han hecho ustedes de que estos
presupuestos no van a cubrir las necesidades en materia de innovación
tecnológica o de modernización tengo que decir que el capítulo 6 tiene un
incremento importante del 25,66 %. Es una apuesta decidida por la
modernización de la organización judicial, por la implantación del modelo
de oficina judicial con papel cero en la Administración de Justicia y por
seguir avanzando en la administración electrónica. Para obras y
equipamientos se destinan 17,32 millones, que son suficientes para hacer
esas nuevas infraestructuras y para el mantenimiento de las existentes
para prestar un buen servicio de justicia a los ciudadanos.


Termino señalándoles que este presupuesto contiene recursos
suficientes para garantizar el compromiso del Gobierno con un servicio
público de justicia que sea capaz de acomodarse a las exigencias de los
ciudadanos respecto del mismo. Por lo tanto, vamos a votar en contra de
todos los vetos que han formulado.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, señoría.


Sección 14. El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado la
enmienda 81.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Abad.


El señor ABAD BENEDICTO: Señor presidente, ¿es el veto?


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Es el veto a la
sección 14, que es la enmienda 81.


El señor ABAD BENEDICTO: Gracias, señor presidente.


Señorías, el Grupo Socialista presenta un veto a la sección 14,
que me corresponde defender.


Vaya por delante que la tramitación de los presupuestos en tiempo
de descuento supone al entender de los socialistas no solo un error
político, sino, sobre todo, un ejercicio de premura sin precedentes ante
un incierto escenario electoral, y a los pruebas me remito de lo acaecido
recientemente en Cataluña. Por ello se va a aprobar una ley de
presupuestos en fraude de ley; fraude de ley que, en el caso de las
partidas destinadas a defensa, alcanza su máxima expresión porque el
presupuesto tiene más interés por lo que omite, por lo que oculta, por lo
que tapa que por lo que recogen. Se vuelven a falsear las cuentas
presentando un gasto militar muy por debajo del real. Así, mientras que
se anuncia que el presupuesto del Ministerio de Defensa aumentará
un 3,5 %, en realidad este crecerá el próximo año no menos de un 30 %,
pues se amaga en el gasto de las partidas en inversiones, en compra de
armamento y en las intervenciones militares en el exterior. Es lo que ha
venido ocurriendo en los últimos cuatro años. No les voy a repetir las
cifras que ya conocen.


El grueso de los incrementos es para los programas especiales de
armamento —en total, 35 000 millones—, gran parte de los
cuales —30 000— se adeudan, y cada año se presupuestan 6,8
millones. Así se consignan para el año 2016, cuando los compromisos de
pago para el próximo año requieren 1000 millones. ¿Por qué el Gobierno no
incorpora en los presupuestos esos 1000 millones reales que deberán pagar
en 2016? No, señorías, se prefiere recurrir a artimañas de aprobar un
crédito extraordinario a mediados de año para hacer frente a esos pagos,
hecho que mi partido ha llevado al Constitucional por considerarlo un
fraude presupuestario. Lo acabamos de ver hace apenas dos semanas en este
mismo Pleno. En las operaciones militares en el exterior ocurre algo
similar: se presupuestan 14,3 millones de euros y luego se gastan
alrededor de 800 millones anuales.


Señorías del PP, nosotros no nos oponemos al pago de las deudas,
pero pedimos sentido común, transparencia y lealtad al Parlamento y a los
ciudadanos. No nos traten de un modo infantil sin contarnos lo que hay
detrás, no jueguen a hacer de trileros.


Fíjense hasta qué punto niegan información al Parlamento, hasta
qué punto estos presupuestos son ficticios, hasta qué extremo les da
alergia la transparencia que, de repente, el pasado 15 de septiembre, el
ministro en el Congreso de los Diputados se descuelga diciendo que el
Gobierno ya ha hecho frente al pago de unos 5000 millones de euros de los
programas especiales de armamento y que ha conseguido reducir los
compromisos en 7000 millones de euros. Señorías, se trata de dos datos
extraordinariamente relevantes que no han sido conocidos ni discutidos en
el Parlamento, sino anunciados de pasada por el ministro en la
presentación de los últimos presupuestos de legislatura.


Esta realidad y estas cifras requerirían una exhaustiva
información al Parlamento con el consiguiente debate, aunque
insuficiente, hubiera sido una buena oportunidad de dar estas
aclaraciones en la comparecencia solicitada del secretario de Estado en
la Comisión de Presupuestos de esta Casa. Pero la sección 14 de los
Presupuestos Generales es tan obscenamente falsa, vacía y artificiosa que
no tiene quién la defienda y explique por parte del Gobierno. El señor
Argüelles, rompiendo una inveterada costumbre, no ha querido venir a esta
Casa a dar explicaciones. Señorías, ¿esto lo siguen llamando
transparencia?


Pero es que estos días nos estamos enterando de muchas cosas,
entre otras, que el decreto ley que ha previsto para devolver a los
funcionarios una segunda cuarta parte de la paga extraordinaria suprimida
de 2012, y que se convalidará en el Congreso en breve, incluye también un
crédito extraordinario de 20 millones de euros para adquirir 92 vehículos
militares para el Ejército de Tierra. O mucho más preocupante: que el
Ministerio de Defensa, bajo la excusa de la confidencialidad, ha ocultado
al Congreso de los Diputados información respecto a compras de material
bélico por importe de casi 30 millones de euros a la empresa Instalaza
—la empresa para la que trabajó don Pedro Morenés justo antes de
hacerle ministro de Defensa el señor Rajoy—. Esto lo justifican
diciendo: errores del registro. ¿Tenemos que garantizar a los españoles
con nuestros impuestos el jugoso futuro laboral del señor Morenés? Algo
huele a podrido en Dinamarca.


Nunca más que ahora se hace necesaria una apuesta decidida por la
seguridad, no nos cabe la menor duda, pero no oculten la realidad,
díganle la verdad al Parlamento, a los ciudadanos a través del
presupuesto real mediante el cual el Gobierno defina y muestre sus
prioridades para el país. Y, a partir de esta premisa, con la lealtad que
siempre nos ha caracterizado a los socialistas en los temas de Estado,
nos tendrán ahí, señorías. Mientras tanto, no podemos ser cómplices de
esta auténtica estafa a los ciudadanos y, por ello, presentamos el
presente veto a la sección 14 de esta ficción de presupuestos.


Muchas gracias, señorías. Muchas gracias, señor presidente.
(Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Abad.


Todas las impugnaciones de estas secciones se están tramitando
como propuestas de veto.


El Grupo Catalán en el Senado de Convergència i d’Unió
presenta la enmienda número 111.


La enmienda 111 será defendida por el senador señor
Maldonado.


Tiene la palabra su señoría.


El señor MALDONADO I GILI: Moltes gràcies, senyor presidente.


Señorías, comparecer hoy aquí me produce una cierta pena, tener
que mezclar hablar de defensa con justicia social en una democracia. Algo
falla. Señorías, en Alemania, cuando llegó la crisis, el Gobierno alemán
rebajó el presupuesto de Defensa un 40 %. ¿Saben por qué? Porque había
gente que sufría. Resulta que en España el Gobierno se dedica a otras
cosas. Por ejemplo, con la excusa de la crisis, no deja aumentar el
endeudamiento de las comunidades autónomas, no les permite un
endeudamiento para partidas sociales. El Gobierno de España no cumple con
la Ley de la dependencia, obliga a las comunidades a que la paguen y no
lleva a cabo el pago. Pero, eso sí, en Defensa no hay crisis. En Defensa
hay camuflaje; en Defensa hay mentira; en Defensa hay vergüenza.


Señorías, esta mañana, mi compañero, especialista y maestro en
temas de números, Ferran Bel, ha intervenido y ha hablado de esto, pero
yo voy a hacerlo más puntualmente. Es un cuadrante —creo que él lo
ha dicho— en el que se ve hasta qué límites se falsean los números
en los Presupuestos Generales del Estado.


Ministerio de Defensa. Se elaboran unas partidas iniciales que se
aprueban. Viene aquí el ministro y dice: No, en armamento, en defensa,
vamos a bajar por la crisis, porque la gente sufre... Y después, por
detrás, créditos extraordinarios y aumento en Defensa. ¿Para comprar qué?
Para comprar tanques, vehículos blindados, etcétera. En plena crisis.


Señoría, con respecto al cuadrante que don Ferran Bel ha
mencionado, les diré muy brevemente —porque tampoco soy técnico en
la materia— que, en 2012, la propuesta inicial fue de 6 316 441
millones de euros. ¿Saben en qué quedó esto? En 9066 millones
—43,53 % de aumento— porque aprobaron un crédito camuflado,
escondido, de 2700 millones. El 2013 no fue excepcional, pues de 5900
millones se pasó a 7800 millones —1900 millones de créditos
extraordinarios camuflados; un 32 % de aumento—. En 2014, 5739
millones. En el Congreso y en el Senado se dijo que íbamos a seguir con
las rebajas, con la austeridad presupuestaria en Defensa. Mentira, porque
se aumentó por detrás 1956 millones con un presupuesto de 7696
—un 34 % de aumento—. En lo que va de año 2015, de 5700 hemos
pasado a 7387 millones —casi un 30 % de aumento—. ¿Qué se
hace? Se presupuesta a la baja, se hace un discurso demagógico, un
discurso social, en el que se habla de la sociedad, de la crisis, de que
no dejamos endeudar a las autonomías, que el Gobierno tiene que seguir
las pautas del endeudamiento, etcétera, y después créditos
extraordinarios para comprar ¿qué? Material bélico. Es curioso que en una
democracia como la actual, el Gobierno esté gastando dinero en armarse
jurídicamente para intentar imputar a presidentes de la Generalitat y que
esté comprando material bélico para ser un país muy muy armado desde el
punto de vista de defensa —en la cultura de la paz no sé qué pinta
esto—, etcétera. Todo esto demuestra que tenemos un Gobierno que
vuelve a épocas pasadas, un Gobierno arcaico, anacrónico, un Gobierno
cuyas partidas se basan en aquello que no debería ser, pues deberían ser
sociales, de justicia social. Pues no, se invierte en defensa,
jurisprudencia, leyes, etcétera.


Como me quedan diez segundos, no quiero acabar esta legislatura
sin reiterar aquello que he dicho desde el año 2000 en el Congreso y en
el Senado, sin hablar de una propuesta que hemos hecho en la enmienda
para que se habilite una partida de un millón y medio —ante los
miles de millones de defensa— para los veteranos del Ifni-Sahara.
Se trata de un fondo de reconocimiento de servicios prestados en el
territorio Ifni-Sahara. Soy un especialista, por desgracia; llevo años
clamando en el desierto, por desgracia; cada día van muriendo más
veteranos del Ifni-Sahara, en Cataluña y en todo el Estado, y ustedes
mientras aumentan la compra de aviones, tanques, tanquetas, material
bélico, etcétera, y no se dignan a aprobar una enmienda por un importe
simplemente de millón y medio de euros para los veteranos del
Ifni-Sahara, algo que, cuando se aprobó la Ley de Defensa, se tenía que
haber reconocido.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor,
finalice.


El señor MALDONADO I GILI: Acabo, señor presidente.


No sé si en el próximo Pleno tendré que intervenir, pero quiero
recordar en mi última intervención la indignidad política por la justicia
social de un Gobierno —este y el anterior también del Partido
Popular— que no se acuerda de los veteranos del Ifni-Sahara que
mueren día a día por no dotarles de un millón y medio de euros, lo que
supondría un reconocimiento por parte de Defensa. Esto sí que sería hacer
justicia.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Maldonado.


Los señores Guillot Miravet y Saura Laporta, del Grupo Entesa,
presentan la enmienda 95.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Saura.


El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señor presidente.


La verdad es que no conozco presupuestariamente un fraude mayor
que el del Ministerio de Defensa. En la época del presidente Aznar, el
Gobierno del Partido Popular tomó la decisión de encargar un programa
especial de armamento por valor de 20 000 millones de euros, que ahora se
ha situado ya en 35 000 millones de euros y que no se puede pagar. El
anterior secretario de Estado de Defensa decía que era absolutamente
insostenible y que no se podía hacer cargo de pagarlo el Gobierno. Pero
lo que se está haciendo es prorrogar con deudas y se está poniendo en
cada presupuesto de 800 a 1000 millones de euros. ¿Qué ha hecho o qué
hace el Gobierno? En el 2012, presupuestó 4,95 millones y se suplementó
hasta 1782; en el 2013, presupuestó 6,8 millones y fue hasta 879; en
el 2014, presupuestó 6,8, y fue hasta 920; en el 2015, 6,8 y aprobamos
hace 15 días 856 millones; y en el 2016, 6,8. No entiendo, es
incomprensible. Es clarísimo que es un fraude. El secretario de Estado
actual dijo en la comparecencia que cada año se debía hacer frente de 800
a 1000 millones de euros en el presupuesto, y esta mañana el señor
Montoro, de los diez minutos que ha hablado, ha dedicado dos o tres
minutos a decir que el gasto de defensa era el 0,9 %. Mentira. Aquí
faltan los 800 o los 1000 millones con los que dentro de tres o cuatro
meses se suplementará.


La pregunta es por qué hacen esto. A mí nada más se me ocurre una
respuesta —a falta de las del Gobierno— y es que quieren
engañar y ocultar un gasto militar importante, además de que no se
produzca un debate en relación con la idoneidad de los armamentos que se
decidió comprar hace veinte años. Los especialistas y los profesionales
dicen que una parte importante de esos armamentos no sirven para la
actual situación defensiva del Estado español. Por lo tanto, solo por
este motivo es un fraude y se debería aprobar el veto. Además, el señor
Montoro esta mañana decía que la deuda pública aumentaba por las facturas
en los cajones. En el proyecto de ley que aprobamos hace quince días se
decía que los 856 000 millones de euros iban a deuda pública, es decir,
que la deuda pública ha aumentado por los gastos repetidos de cada año,
en definitiva, por los gastos financieros.


Por consiguiente, señorías, seguro que ustedes votarán que sí a
un fraude presupuestario, que se conoce, que lleva cuatro años. Además,
fíjense, el crédito presupuestario que hemos aprobado hace quince días y
que se aprobará definitivamente dentro de tres o cuatro meses sería la
misma cantidad que todas las inversiones que el Estado hace en Cataluña
durante un año. Es decir, en los presupuestos de 2016 para Cataluña hay
una inversión de unos 1016 o 1026 millones de euros. Pues bien, esa misma
cantidad es la que se va a dedicar en un crédito extraordinario al pago
de unos armamentos que no sirven para casi nada.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Saura.


Turno en contra a la sección 14.


Tiene la palabra el senador Bauzá, presidente Bauzá.


El señor BAUZÁ DÍAZ: Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, en primer lugar quisiera agradecer a mi grupo
parlamentario que haya brindado participar en este debate de los
Presupuestos Generales del Estado a este recién llegado senador, que, con
experiencia de gobierno en otras instituciones, hoy se presenta en esta
tribuna con la misma ilusión y motivación que cuando ejercía
responsabilidades de gestión hasta hace muy poco tiempo. También quiero
agradecer especialmente al portavoz en materia de defensa de mi grupo, al
senador Campoy, que ha tenido la generosidad de cederme parte de su turno
de intervención, en este caso para definir la posición de nuestro grupo
en contra de los vetos presentados por el Grupo Parlamentario Socialista,
por Grupo Parlamentario Entesa y por Grupo Parlamentario de Convergència
i d’Unió.


En mi intervención responderé conjuntamente a los tres por la
similitud en su contenido: cuestionan la génesis de la dotación
presupuestaria total, los programas especiales de armamento y también los
gastos de las operaciones militares en el exterior.


Los presupuestos en materia de defensa para este próximo
ejercicio permiten por segundo año consecutivo un ligero crecimiento, de
igual manera que el año pasado —en este caso, un
modesto 0,35 %—. Pero es cuestión importante y no baladí ya que se
tiene en cuenta la desviación a la negativa de los últimos ochos años
donde decreció un 32 %, enmarcados en ello unos presupuestos que ahora
permiten ver los resultados de una política reformista llevada a cabo por
el presidente Rajoy seria y austera y también, cómo no, del trabajo y el
esfuerzo de todos los españoles —siempre se ha demostrado que nos
crecemos en las circunstancias más adversas y que obviamente somos un
gran pueblo—.


La inversión en seguridad y en la defensa de España es
irrenunciable y debe seguir siéndolo, sobre todo si tenemos en cuenta la
incertidumbre internacional y las circunstancias cambiantes en la
estabilidad de países en nuestro próximo entorno geográfico; por lo
tanto, es importante una dotación presupuestaria estable y sólida en el
tiempo. Y debemos sentirnos orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas, que,
teniendo en cuenta las dificultades económicas por las que han pasado,
han demostrado un especial sacrificio, sentido del deber, disciplina,
compromiso y patriotismo, hombres y mujeres que son los principales
protagonistas y activos y sobre los que se seguirán aplicando las medidas
necesarias encaminadas a mejorar sus aspectos en la vida profesional y
personal. Nuestras Fuerzas Armadas poseen un grado de alistamiento y de
preparación adecuados para afrontar todos los riesgos y amenazas que
España tiene a corto plazo y, cómo no, también a medio y largo plazo, y
precisamente en la disuasión —condición básica indispensable—
es donde reside la acción política que apoya la capacidad militar.


Se han cuestionado los programas especiales de armamento y debo
decirles que ante la imposibilidad de disminuir la asignación de otras
partidas, se ve afectada la inversión, pero con esos créditos
extraordinarios, que son mecanismos que contempla la Ley General
Presupuestaria y avala el Consejo de Estado, se cubren las necesidades de
la defensa nacional. También hay que esperar a conocer de qué forma
evoluciona económicamente la situación en los próximos meses y al cierre
de negociaciones con las empresas de algunos de los programas que están
abiertos y que podrían variar definitivamente.


El Gobierno está comprometido con la defensa, con las Fuerzas
Armadas y con la dotación de material que necesiten, y por eso
precisamente escucha y atiende las peticiones operativas que le llegan
exclusivamente de los profesionales en la materia, que, cómo no, deben
ser quienes los propongan.


Las inversiones en defensa siempre obedecen a una estrategia a
largo plazo, que requiere de una compleja programación, que debe ser
exquisita a corto y sobre todo suficiente a futuro. Es el caso de la
apuesta por dar entrada a nuevas capacidades y desafíos como la
ciberdefensa, los proyectos tecnológicos como la nueva fragata F110, el
programa de los blindados de ruedas 8x8, o la adquisición de sistemas de
aviones remotamente pilotados, que tienen un carácter estratégico para la
defensa.


También se han cuestionado las operaciones militares en el
exterior, y debo decirles que, como bien saben ustedes, desde el inicio
de los años noventa, la autorización se realiza por parte del Consejo de
Ministros a finales del ejercicio, por lo tanto, es imposible tener una
previsión en estas fechas, en la aprobación general de los presupuestos,
que deben ser remitidos al Congreso el día 1 de octubre. Por tanto, son
imprevisibles y cambiantes en el tiempo esas operaciones militares.
Obviamente, tal como propone el Grupo Entesa, y cito textualmente, «la
anulación de las operaciones militares en el exterior, con el regreso de
las tropas y el ahorro de cientos de millones de euros» es una
alternativa, pero, dicho con todo el respeto del mundo, es una frase
populista, impropia de aquellos que se supone que deberían tener
conocimiento y criterio de la defensa de un país. Mire usted, me pregunto
yo: ¿No necesitan recursos y no serían también desfavorecidos quienes
sufren en su propia tierra, en su propio pueblo, en su propio país las
acciones bélicas internas y terribles de dictadores y, cómo no,
alteraciones traumáticas y bélicas? Pues un claro ejemplo es la
participación de los militares españoles en acciones humanitarias y de
guerra y un claro ejemplo es la acción de los militares en la antigua
Yugoslavia. Le quiero decir que el Ejército español es y ha sido uno de
los mejor y mayor valorados en este caso en esa actividad humanitaria,
que usted cuestiona levantando la mano. Pero muchos levantaban la mano
precisamente para saludar y para agradecer al Ejército español que
estuviese presente en esas acciones humanitarias.


Señoras y señores, querido presidente, acabo diciéndoles que
estos presupuestos de defensa garantizan la óptima operatividad,
seguridad y alistamiento de nuestras Fuerzas Armadas, que continúan con
la profesionalización, modernización y transformación de nuestro
Ejército, y todo ello en las peores circunstancias económicas, sociales
de las últimas décadas, con escasez de recursos y una gran dedicación por
parte del Gobierno. Lamentablemente no he visto ninguna propuesta como
alternativa al sistema financiero, que ya nos gustaría a todos. Y sí me
preocupa, yo diría mucho más, dirigiéndome al portavoz del Grupo
Socialista, que el secretario general de su partido, el señor Pedro
Sánchez, quiera prescindir de este Ministerio de Defensa, que lo
considera su última prioridad, y lo único que le preocupa, en el caso de
que exista, es poder utilizarlo como moneda de cambio ante un futurible
pacto con Podemos que sí que ha demandado ya ese Ministerio de
Defensa.


No quisiera acabar mi intervención, señorías, sin agradecer el
esfuerzo, sacrifico, dedicación, abnegación y compromiso de todos los
hombres y mujeres que pertenecen, trabajan y sirven en las Fuerzas
Armadas, a ellos y a todas sus familias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señorías, por favor,
acabe.


El señor BAUZÁ DÍAZ: Gracias por hacernos sentir no solo
orgullosos de su labor, sino también de algo que desgraciadamente no está
muy de moda, pero en lo que creo firmemente, que es simplemente en ser
patriotas.


Muchísimas gracias, señor presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, presidente
Bauzá.


A la sección 15 presenta el Grupo Socialista la enmienda 82. Para
su defensa, tiene la palabra la senadora Marra.


La señora MARRA DOMÍNGUEZ: Gracias, señor presidente.


El Grupo Parlamentario Socialista formula propuesta de veto a la
sección 15 del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado
para 2016 y en consecuencia propone su devolución al Gobierno. Señorías,
la sección 15 recoge la política tributaria del Gobierno, una errática
política tributaria, injusta y regresiva, que ha llevado a una desigual
redistribución de renta, una desigualdad sin precedentes en la democracia
en nuestro país, a la exclusión social y a la destrucción del Estado del
bienestar. Son tres las causas que fundamentalmente explican la enmienda
a la totalidad en política tributaria al Gobierno del señor Rajoy.


En primer lugar, la subida de impuestos; una subida de impuestos
generalizada, injusta y que se ha producido desde el inicio de esta
legislatura. Nunca en democracia los impuestos habían subido tanto y en
tan poco tiempo. Más de 50 impuestos generalizados, regresivos e
injustos; han subido IRPF, IVA, impuesto de sociedades, IBI, impuestos
especiales... De hecho, desde el 2012 hasta el 2016 a los contribuyentes
españoles se les ha incrementado en 19 896 millones de euros por subidas
de impuestos; subidas que son terriblemente injustas y que han hecho
recaer el peso de la crisis sobre todo en las rentas del trabajo, clases
medias y en las clases más desfavorecidas. De hecho, España hoy presenta
la mayor brecha entre ricos y pobres de la Unión Europea.


La segunda causa que da lugar a este veto a esta sección 15 es la
reforma fiscal. Una reforma fiscal negativa, con efectos claramente
negativos en la redistribución de la riqueza y en las rentas de nuestro
país. Creo que ya hay estudios suficientes que avalan esta afirmación y
para ello quiero recoger uno de los más rigurosos que es el estudio de
Fedea, fundación dependiente del Ministerio de Hacienda y que se viene
reiterando aquí, pero es conveniente recordarla porque los más
beneficiados con esta reforma fiscal son los contribuyentes cuya renta
está integrada mayoritariamente por rentas del ahorro, ganancias de
patrimonio y los sujetos con rendimientos mobiliarios o inmobiliarios
al 90 % de su renta. Mientras que, por el contrario, los contribuyentes
menos beneficiados se corresponden con aquellos cuyas rentas son
principalmente rentas del trabajo o bien de actividades económicas. Pero
este estudio incluso va más allá, porque nos dice que el 1 % de los
contribuyentes más ricos, con más patrimonio y más riqueza se va a llevar
tanto de esta rebaja fiscal como 14 millones de contribuyentes, y esto,
señorías del Partido Popular, es tremendamente injusto.


La tercera causa que da lugar a este veto es que estos
presupuestos suponen un retroceso, que se suma al de presupuestos
anteriores, en medios humanos y materiales en la lucha contra el fraude
fiscal. En esta sección 15 es quizá donde mejor se constata la renuncia
del Gobierno del señor Rajoy a hacer frente a uno de los mayores
problemas que en este momento tiene la sociedad española. Se renuncia a
reforzar el papel de la Agencia Tributaria a luchar eficazmente contra el
fraude y la evasión fiscal, contra los paraísos fiscales y las
jurisdicciones no cooperativas.


En esta legislatura el Gobierno de Rajoy ha renunciado a la
necesidad urgente de incrementar los efectivos de la Agencia Estatal de
la Administración Tributaria, destinados especialmente a la lucha contra
el fraude fiscal. De hecho, en estos Presupuestos Generales del Estado se
evidencian recortes de casi 700 efectivos en la Agencia Estatal de la
Administración Tributaria, destinados precisamente a esa lucha contra el
fraude fiscal. Se olvidan de la urgente e imperiosa necesidad —que
dice el Gobierno del señor Rajoy— de adoptar medidas que
restablezcan la independencia y la objetividad de la Agencia Estatal de
la Administración Tributaria y que aporten seguridad y tranquilidad a sus
funcionarios, que acaben con las constantes injerencias que el Gobierno
del señor Rajoy ha realizado en la dirección de la Agencia Tributaria;
unas injerencias, señorías del Grupo Popular, que están causando un daño
irreparable para luchar contra el fraude fiscal en España.


Para finalizar, señorías, no puedo por menos que denunciar
también la dejación que hace el Gobierno del señor Rajoy de la
cooperación económica local, el programa 942A, que ha desaparecido. Este
programa —de gran importancia hasta los presupuestos de 2011—
desaparece prácticamente en esta legislatura. Impide con ello la
continuación de planes de obra, servicios, planes provinciales o
insulares de cooperación. Pero, además, elimina la financiación de
municipios de menos de 20 000 habitantes para ayudar a resolver
problemas, muchos de ellos relacionados con ejecución de obras o bien
prestación de servicios que son básicos para nuestros ciudadanos.


Y finalizo, señorías del Partido Popular. Otra causa que da lugar
a este veto a la sección 15 es el estrangulamiento financiero que se ha
venido realizando a lo largo de esta legislatura a la corporación pública
de Radio Televisión Española.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor,
finalice.


La señora MARRA DOMÍNGUEZ: Sí, presidente.


A lo largo de esta legislatura, el presupuesto de la corporación
de Radio Televisión Española ha sufrido recortes anuales del 46 % en la
aportación del Estado. Este presupuesto, de hecho, sigue en la misma
línea, con una reducción de 203 millones de euros en la compensación por
servicio público respecto del año 2011. Estamos hablando de un 38 %
menos. Con esta asignación no se garantiza el equilibrio presupuestario,
la viabilidad del servicio público de Radio Televisión Española, ordenado
por leyes y por el mandato marco para la corporación, aprobado en el
Parlamento en diciembre de 2007.


Por todo ello, señorías, y por esta política fiscal injusta que
viene adoptando a lo largo de esta legislatura el Gobierno del Partido
Popular, presentamos un veto a esta sección 15.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senadora
Marra.


El Grupo Parlamentario de Convergència i d’Unió presenta la
enmienda 112.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.


Yo creo que hubiésemos podido acumular los vetos a esta
sección 15 con la sección 32 y la sección 36; pienso que en otras
ocasiones lo hemos hecho así.


En todo caso, intervendré muy rápidamente, para cumplir el
compromiso que tengo con mi compañero, el senador Sendra, de no agotar el
tiempo.


Nosotros presentamos veto a esta sección, más allá de nuestras
discrepancias con la política tributaria del Gobierno, incluso, de estos
presupuestos, por el incumplimiento del Ministerio de Hacienda con las
administraciones territoriales, esencialmente, con las administraciones
de las comunidades autónomas, por diferentes motivos. No hay nueva LOFCA;
tendría que haber nueva LOFCA para 2016 —ni está, ni se la
espera—; no se cumplen los compromisos de la anterior LOFCA con las
comunidades autónomas; no se ha dotado el Fondo de competitividad como se
tenía que haber dotado y Cataluña es una de las comunidades autónomas más
damnificadas al respecto. Además, todos los incrementos de recaudación
tributaria que se han producido a lo largo de estos últimos cuatro años
por incremento de los tipos impositivos del IVA y del IRPF han recabado
exclusivamente en el Gobierno central y no han tenido su transferencia a
las comunidades autónomas. Por el mecanismo de aplicación del sistema de
financiación de la LOFCA —este sí que lo han aplicado al pie de la
letra— han incrementado la participación en tributos y han reducido
el fondo de suficiencia de cada una de las comunidades autónomas. Por
tanto, se mantiene este criterio y se mantiene la infrafinanciación de
las comunidades autónomas.


Otro tema muy importante que hemos reiterado y que continuaremos
reiterando es la distribución absolutamente injusta de los objetivos de
déficit, que castiga a las comunidades autónomas mediante una disminución
de su déficit mucho más acentuada que la de la Administración del Estado.
No vamos a discutir sobre cifras; ustedes las tienen. Miren cuánto ha
reducido el déficit la Administración General del Estado, cuánto lo ha
reducido la Seguridad Social y cuánto las comunidades, y como las
corporaciones locales no lo han reducido, sino que lo han suprimido y
convertido en superávit. Ante esta situación, entendemos que esta sección
debe ser vetada en su integridad.


Muchísimas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Bel.


El Grupo de la Entesa pel Progrés de Catalunya presenta la
enmienda 98. Para su defensa, tiene la palabra el senador Bruguera.


El señor BRUGUERA BATALLA: Gracias, señor presidente.


Señorías, el presupuesto del Ministerio de Hacienda y
Administraciones Públicas es irreal, como lo han sido los presupuestos
anteriores en los que la recaudación definitiva siempre ha sido inferior
a la prevista. Para este ejercicio, el mismo Gobierno reconoce que los
ingresos quedarán reducidos en 3800 millones respecto a lo previsto. Y
que conste que lo dijimos hace un año.


Estos presupuestos no son los de la recuperación económica, como
dicen ustedes en su presupuesto/propaganda electoral. Estos presupuestos
incorporan un elevado grado de inseguridad y de inestabilidad puesto que
fían en gran medida una gran parte de los ingresos y de la recuperación
económica a la evolución de factores externos que no controlamos, como la
evolución favorable —de momento— del precio del petróleo, la
depreciación del euro respecto al dólar o las mejores condiciones
monetarias y financieras gracias al Banco Central Europeo y a la unión
monetaria. Además, ocultan la desviación del déficit que sin duda
tendremos este año y que provocará mayores recortes sociales y en el
Estado del bienestar. Para cumplir las obligaciones de déficit público
será necesario un ajuste de al menos 5000 millones de euros, y lo
resolverán, como han hecho a lo largo de toda la legislatura, recortando
las políticas sociales que esconden en estos presupuestos. Lo injusto,
más grave y escandaloso de esta situación es que este ajuste que sufrirá
la población más vulnerable coincide con el generoso regalo a las rentas
más altas, también de 5000 millones de euros aproximadamente, que ha
supuesto la reforma fiscal aprobada por el Gobierno del Partido
Popular.


En el ámbito de la política tributaria cabe destacar que la
subida generalizada de impuestos es injusta, tiene unos efectos negativos
sobre la actividad económica y comporta más desigualdad al beneficiar más
a las clases altas. Asimismo, no se aborda una ambiciosa reforma laboral
que contribuya a la sostenibilidad de las cuentas públicas, a la
generación de riqueza y a su reparto. Por lo tanto, no nos creemos las
previsiones de ingresos para este próximo ejercicio, que se prevén en
el 6,2, cuando para este año tampoco se van a cumplir las del 5,4. Lo
dudamos mucho después de las modificaciones introducidas en la reforma
tributaria, concretamente en la rebaja del IRPF que es especialmente
beneficiosa para las rentas más altas. Asimismo, los créditos que
corresponde gestionar a la Secretaría de Estado de Administraciones
Públicas ponen de manifiesto la dejación que hace el Estado de la
cooperación económica local. Este programa, de gran importancia hasta los
presupuestos del 2011, prácticamente desaparece. Desaparecen los planes
provinciales insulares de obras y servicios, desaparece la aportación al
Pla únic d’obres i serveis de Catalunya y desaparece la
financiación de los municipios de menos de 20 000 habitantes.


Continúa el senador Guillot. Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Bruguera.


Tiene la palabra el senador Guillot, al que apenas ha dejado un
minuto y medio.


El señor GUILLOT MIRAVET: Gràcies, senyor president.


Yo voy a hablar de Radiotelevisión Española. La verdad es que el
balance de esta legislatura respecto a Radiotelevisión Española es
nefasto. Fue nefasta su decisión de modificar unilateralmente la ley para
la elección de la corporación. No han tenido ninguna voluntad de
modificar el actual modelo de financiación que no garantiza ni la
previsibilidad ni la estabilidad de los ingresos. La manipulación y el
secretismo informativo no tienen parangón, lo que ha comportado una
pérdida de un 33 % de la audiencia en Televisión Española y un 23 % en
Radio Nacional, y los recortes presupuestarios han precarizado aún más la
situación financiera de la corporación pública: en cuatro años el 46 %. Y
eso que en Radiotelevisión Española la herencia recibida era positiva,
eran líderes de audiencia. Pero, señorías, cuando se cambia información
por propaganda sucede esto, se pierde audiencia. Se provocan escándalos,
como han sido las denuncias del Consejo de Europa o del Financial Times,
se reiteran las denuncias del consejo de informativos de televisión
frente a las groseras manipulaciones que se van sucediendo. Y es que
cuando los programas nuevos de entretenimiento se ceden a amigos casposos
pasa lo que pasa, que fracasan.


¿Y realmente qué pasa con los presupuestos para 2016? Que se
incrementan en 50 millones de euros las aportaciones del Estado, pero esa
cantidad es de carácter finalista y va para sufragar los gastos
extraordinarios de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016. Y
otros 50 millones se incrementan a partir de modificar parcialmente la
Ley de financiación y de subir al cien por cien el rendimiento de la tasa
de reserva de dominio público radioeléctrico.


Señorías, con esos ingresos, ni se compensan los recortes ni se
garantiza la previsibilidad y estabilidad de las finanzas de
Radiotelevisión. Por lo cual, y no voy a consumir más tiempo, pedimos el
voto a este veto.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Guillot.


En turno en contra tiene la palabra la senadora Angulo.


La señora ANGULO MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente.


Señorías, el Grupo Popular votará en contra de las propuestas de
veto que se presentan a la sección 15, sección que contiene, senadora
Marra, mucho más que una política tributaria, las medidas de ingresos y
gastos para mantener e impulsar el ritmo de creación de empleo y el
crecimiento económico. Es el documento de planificación de la actuación
fiscal del Gobierno.


Este quinto presupuesto que presenta el Gobierno popular
transmite el mismo compromiso con los valores de siempre: con la
estabilidad, con afianzar la recuperación, con las mejoras en
competitividad, con un crecimiento generador de empleo y sobre todo con
las personas, reforzando el Estado del bienestar.






Pero este presupuesto
de 2016 marca un cierre de etapa, de cambio de ciclo y abre una nueva
etapa de consolidación de crecimiento y de empleo. Por eso nuestro voto
en contra de sus vetos es también un voto a favor de esa política fiscal
que se ha demostrado un instrumento poderoso, que permite que hoy estemos
liderando el crecimiento, que estemos generando confianza fuera y también
dentro, y por eso crecen el consumo y la inversión, porque hay confianza,
porque estamos en un contexto de moderación de precios, porque estamos
bajando los impuestos, señorías, que no subiéndolos, incluso adelantando
un semestre la segunda parte de la rebaja fiscal que estaba prevista para
el año 2016, y sobre todo porque esa política fiscal es la que está
posibilitando que crezcamos por encima del 3 % y que tengamos la
posibilidad real —y ya lo hemos hecho— de crear más de un
millón de empleos en dos años.


Por eso, porque los números hablan alto y claro de esa
recuperación, hablan también alto y claro de cuál es nuestra política
fiscal: más empleo, más bajada de impuestos y más política social. Eso es
lo que contienen fundamentalmente los presupuestos para 2016 y nuestro
apoyo a toda esa política fiscal que ha venido una vez más a desdecir
esas predicciones agoreras que una vez tras otra nos han traído en los
debates de presupuestos.


Ustedes hoy una vez más hablan de subida de impuestos. Tuvimos
que subir los impuestos al principio de la legislatura para asegurar el
Estado del bienestar que ustedes habían dejado en quiebra. A día de hoy
estamos en plena bajada fiscal: 9000 millones de euros en manos de las
familias y sobre todo en las de las pequeñas y medianas empresas
españolas. Es que hoy, señorías, todas las rentas tienen una rebaja media
del 12,5 %; es que hoy, señorías, todos los trabajadores con rentas
inferiores a 50 000 euros pagan menos IRPF que cuando ustedes dejaron el
Gobierno en 2011, y solo las rentas superiores a 150 000 euros pagan
un 1,67 % más. Esos a los que ustedes llaman los grandes ricos son los
que a ustedes les deben preocupar tanto, porque es a ellos a los que
dedican la totalidad de su discurso.


Porque es justicia social y son políticas sociales, porque es
política de igualdad bajar el IRPF a todos los españoles. Es política
social que haya casi medio millón de familias numerosas que están
recibiendo esa paga de 1200 euros al año. Es política de igualdad y
social que más de 250 000 familias, por tener hijos o ascendientes con
discapacidad, estén recibiendo también esa paga de 1200 euros al año.
Todo eso es lo que ustedes siguen criticando y tratando de vetar. Por lo
tanto, sabemos que es lo que ustedes pretenderían deshacer si alguna vez
—que creo que no— llegan al Gobierno a corto plazo.


La reforma fiscal es la que ha asegurado que las grandes
empresas, esas a las que ustedes protegían con un tipo efectivo del cero
en el impuesto de sociedades, hayan permitido que las entregas a cuenta,
como decía esta mañana el ministro, hayan pasado de los 7000 a los 15 000
millones de euros. Porque es el Partido Popular el que ha incorporado la
justicia social, la progresividad y la equidad a las medidas fiscales.
(La señora vicepresidenta, Vicente González, ocupa la Presidencia). Y es
el Partido Popular el que está permitiendo que paguemos menos impuestos
pero que lo hagan cada vez más personas, que estén aumentando las bases
imponibles, como prometimos. Que estén aumentando las bases imponibles es
lo que nos permite que, bajando los impuestos, e incluso adelantando la
rebaja un semestre, lo que es una inyección económica de 1500 millones de
euros, estemos reforzando el Estado del bienestar. Esto también es
política social, señorías, 7463 millones de euros más para que las
comunidades autónomas puedan destinarlos a educación, a sanidad y a
servicios sociales, como la dependencia. Y eso se puede hacer porque
estamos reduciendo el fraude fiscal, porque hemos mantenido desde el
minuto cero una lucha sin cuartel contra la economía sumergida y el
fraude fiscal. Por eso, como muy bien comentábamos esta semana con el
director de la Agencia Tributaria, hoy podemos decir que entre enero y
junio del año 2015 se ha recaudado un 20 % más que hace solo dos años.
Por eso hoy podemos decir que gracias a esos nuevos instrumentos con que
la Ley 7/2012 dotó a la Agencia Tributaria, con esa obligación de
informar de las cuentas y bienes en el extranjero, con esa limitación al
efectivo de 2500 euros y también con esa regularización voluntaria, se ha
permitido que hoy 197 000 contribuyentes hayan declarado por primera vez
activos en el extranjero por 126 000 millones de euros, señorías; 126 000
millones de euros que con ustedes estaban ocultos a la Hacienda Pública
española y que hoy están generando ingresos ejercicio tras ejercicio, año
tras año. Estas son las cifras contra el fraude fiscal del Partido
Popular, nada que ver con las suyas. Mucho mejores.


Financiación de las Administraciones territoriales, senador Bel.
Hablan ustedes de financiación deficiente o muy deficiente. ¿Cómo pueden
decir eso? Usted sabe que uno de los aspectos más significativos del
presupuesto de 2016 es precisamente el importante incremento de los
recursos que se asignan a comunidades autónomas, así como a
administraciones y entidades locales. Y ustedes dicen: Es que las
comunidades autónomas están financiando al Estado. Pues no, senador Bel.
El Estado —usted lo sabe— tiene mejor acceso a los mercados
financieros y eso lo está empleando este presupuesto, el Gobierno del
Partido Popular, para facilitar los recursos al objeto de que el conjunto
de las administraciones tenga una menor carga de intereses y un ahorro de
casi 3000 millones de euros. Por cierto, de esos 3000 millones de euros
el ahorro en intereses para Cataluña es, prácticamente, la tercera
parte, 1200 millones de euros, ya que es la que más necesidad tiene,
puesto que cuenta con una deuda de cerca de 65 000 millones de euros; es,
por tanto, la que más lo necesita, la que tiene más deuda y menos
capacidad para hacerla frente.


Pero es que además el Estado es garante del Estado del bienestar.
Usted sabe muy bien que el presupuesto del Estado no se limita a
financiar sus competencias, sino que gran parte de él va a financiar
competencias ejercidas por otras administraciones, y por eso el
presupuesto del Estado en este año destina 7463 millones de euros más,
un 8,75 % más que en el año 2015, a financiar la educación, la sanidad y
los servicios sociales de las comunidades autónomas. Por lo tanto, es el
Estado el que está financiando con instrumentos de liquidez y también con
más recursos los servicios de las comunidades autónomas. Y esa es la
segunda gran verdad —la primera era la deuda, de la que usted no
habla— que ustedes tratan de ocultar siempre: Cataluña ha recibido
del Estado más de 49 000 millones desde el año 2012…


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señoría, vaya
terminando.


La señora ANGULO MARTÍNEZ: Termino, señora presidenta.


…para hacer frente a los pagos de los servicios sociales. Y
mientras el Estado garantiza esos servicios públicos, el Gobierno del
señor Mas tiene otras prioridades y se dedica a gastar o a dilapidar
millones que no tiene en propaganda independentista. (Rumores). Esa es la
otra verdad que ustedes no quieren decir aquí, pero que conocen muy
bien.


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Señoría, vaya
terminando, porque lleva 50 segundos de más.


La señora ANGULO MARTÍNEZ: Eso es lo que tendrían que
explicar.


Señorías, termino señalando que por todos estos motivos nuestro
grupo votará en contra de los vetos que han presentado al presupuesto de
la sección 15 y votaremos a favor del presupuesto y de lo que representa,
que es la política fiscal y económica del Gobierno del Partido
Popular.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Pasamos a la sección 16, a la que el Grupo Socialista ha
presentado la enmienda 83.


Tiene la palabra el senador Cascallana.


El señor CASCALLANA GALLASTEGUI: Muchas gracias, señora
presidenta.


Señorías, si esta mañana albergaba alguna duda sobre el motivo
del veto, después de oír al señor Montoro y la entusiasta acogida del
Grupo Popular, al que solo le faltaban las banderas de campaña —ha
habido un momento que creía que llevaban banderas—, es evidente que
hacemos un veto al primer mitin de campaña electoral, porque estos
presupuestos son eso. Nos ha hablado del pensamiento único; nos ha
hablado de la creación de empleo por encima de cualquier país europeo; no
hay más paro ahora que en el 2011, en absoluto; hay más protección
social; y todas sus intervenciones van en la línea del primer mitin de
campaña.


Esto es lo primero que tengo que decir: estamos ante unos
presupuestos que tenemos que vetar y les anuncio que no van a ejecutar;
no va a haber más mayorías absolutas, y no van a ejecutar estos
presupuestos. (Aplausos). Por lo tanto, esta es la primera cuestión, que
valdría ya para eliminar el tema de los presupuestos.


Pero ya que ustedes quieren hacer balance y se empeñan en
hacerlo, yo también voy a aprovechar para hacer balance en la sección de
Interior. En 2011 se invertía más en seguridad que hoy, 451 millones más
que hoy. Estos presupuestos, que son los de la recuperación económica,
los que han levantado la quiebra de Zapatero, tienen menos dinero para
invertir en seguridad y, por lo tanto, para la seguridad de los españoles
que los presupuestos del 2011.


¿Hoy tenemos más o menos policías y funcionarios de prisiones? Es
evidente que hay un diferencial muy importante, en torno a 20 000, que no
es una cifra pequeña, y tenemos 1400 funcionarios menos en prisiones de
los que teníamos. ¿Esto qué significa? Significa que estamos en un país
que lidera el crecimiento europeo, pero que no puede abrir las cárceles
terminadas, no puede abrir los módulos de prisiones y, eso sí, le queda
para hacer cifras multimillonarias en contratos de servicios con empresas
de seguridad para los perímetros de las cárceles, pero estamos viendo que
tanto en el número de efectivos como en la inversión en seguridad ustedes
están bajando de una manera alarmante.


Pregunté al secretario de Estado: ¿piensan recuperar el empleo
perdido? Me podría decir: No hemos podido hasta ahora. No, no piensan
recuperarlo. Su Ley de seguridad privada está para cambiar la tendencia y
el modelo de seguridad público de nuestro país.


Por otra parte, efectúan recortes que afectan de manera
importante a muchos ciudadanos. Por una parte, reducen las aportaciones
sanitarias a Muface. Por la defensora del pueblo, han modificado lo de
los medicamentos sobre hepatitis C, pero es vergonzoso que estén
reduciendo aportaciones básicas como las sanitarias, en estos
presupuestos. Recuperan temas como la sanción por consumo público para
cobrar a los drogadictos, que antes de la Ley de seguridad ciudadana, con
programas de rehabilitación, se les eximía del pago de la sanción, por
ponerles ejemplos de su sensibilidad social. Tienen alarmantes recortes
en programas de drogas. Aquí hay un desigual combate con los
narcotraficantes. Hablaban de poner un muro en un río para evitar que
pasasen las patrulleras. El problema es que tienen más medios los
narcotraficantes que nuestra propia Policía para perseguir asuntos de
drogas. Hemos asistido a imágenes como el desembarco de droga en playas
con los bañistas en pleno día. Reducen ustedes los programas de educación
vial; no abordan todos los puntos negros de tráfico, cuando está
cambiando también la tendencia en seguridad vial. Hay escasos medios para
tratar temas de violencia de género, por ponerle un ejemplo. Han
denunciado los propios medios de la Policía, la falta de recursos, a
través de la UDEF, para plantear un trabajo serio en la lucha contra la
corrupción, que es la segunda preocupación de nuestro país. Es decir, en
lo único en lo que ustedes están trabajando para la recuperación en estos
presupuestos —y en otros— es, por ejemplo, en el apartado de
tráfico, transfiriendo 35 millones a Hacienda, que no se dedicaban
en 2011. Sin embargo, como digo, no recuperan espacios para la seguridad
vial.


En definitiva, estamos ante unos presupuestos —y no me
quiero extender— que la única recuperación que nos han traído
respecto de los del año 2011 es la de políticas anteriores: la política
de orden público, como decía ayer —esa sí que la han recuperado
ustedes en estos presupuestos—, la política de recorte de
libertades o el freno a la necesaria lucha contra la corrupción. Y no lo
digo yo, lo dicen los propios servicios de seguridad del Estado. Ahí es
donde deberíamos estar invirtiendo; sin embargo, estos presupuestos no
garantizan que la seguridad de los ciudadanos españoles esté en buenas
manos y simplemente con los medios que tenían en 2011.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Enmienda 113, del Grupo Parlamentario de Convergència i
d’Unió.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Sendra.


El señor SENDRA VELLVÈ: Gracias, presidenta.


Decía esta mañana mi admirado compañero, el senador Ferran Bel, a
quien agradezco la deferencia de la brevedad en su discurso sobre la
sección anterior, que estos presupuestos son malos para Cataluña. Y lo
son. También son malos en la sección 16, correspondiente al Ministerio
del Interior. Lo son por muchas cosas, pero les voy a hablar básicamente
de tres, dos de las cuales son agravios que considero intolerables.


Ustedes van a cubrir el cien por cien de la tasa de reposición de
la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, pero los Mossos
d?Esquadra van a cubrir el 0 % de la tasa de reposición en Cataluña. ¿Por
qué? Porque ustedes nos imponen un límite de déficit tres veces mayor que
el suyo, lo que me parece, como digo, un agravio intolerable.


Por otro lado, ustedes van a implantar la Policía 3.0, y me
parece muy bien: es el patrullaje inteligente, el poder acceder a bases
de datos desde el vehículo. Pero ¿por qué no lo pueden hacer los mossos
d?esquadra? Yo llevo cuatro años pidiendo en esta Cámara que se deje
acceder a los demás cuerpos policiales a las bases de datos de Interpol y
de Europol, pero no hay manera. Este es otro agravio comparativo.


Además, y así se lo dije en su día al ministro del Interior,
nosotros no queremos unos presupuestos para financiar un ministerio que
tiene vida propia, una vida que no controla nadie. Una vida propia que
hace que el Ministerio del Interior emita informes falsos en su unidad
UDEF; un Ministerio del Interior que filtra a través de la Policía DNI de
jueces partidarios de la independencia; un ministerio que envía a más
de 200 agentes a vigilar a los catalanes, a vigilar Cataluña el 9-N, el 9
de noviembre, y el 27 de septiembre, como si no tuvieran trabajo en otras
partes del Estado; o que permite unos ataques cibernéticos el mismo 9-N a
cosas tan básicas como el Sistema catalán de salud. En resumen, no
queremos apoyar unos presupuestos que sirven para pagar la guerra sucia
que hace el Estado con Cataluña.


El senador Bel decía esta mañana que ustedes hablan mucho del
club de la democracia, y añadía que esto, más que el club de la
democracia, es el club de la chapuza. Pues yo incluso diría que, además
del club de la chapuza, estos presupuestos de Interior son del club de la
comedia; en general son una auténtica comedia. Por eso hemos presentado
este veto y vamos a votar a favor de todos los presentados a esta
sección.


Y ya que esta va a ser la última vez que suba a esta tribuna,
déjenme acabar diciendo que ha sido un honor formar parte de esta Cámara
y desde aquí poder defender mi tierra, Tarragona, y a la nación catalana
y sus ciudadanos. Ha sido un placer debatir con todos ustedes desde la
más profunda discrepancia. Y quiero personalizarlo, como siempre hago, en
el senador Luis Aznar, a quien, desafortunadamente, no voy a poder
escuchar en el turno en contra. Al senador Aznar le recomiendo que en la
próxima legislatura, en la que le deseo que esté aquí, en lugar de
Interior pida Asuntos Exteriores. Así, en alguna misión diplomática podrá
venir a Cataluña, donde siempre será bien recibido y donde siempre tendrá
un buen amigo.


Gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Por el Grupo de la Entesa pel Progrés de Catalunya, se ha
presentado la enmienda 99.


Tiene la palabra el senador Bruguera.


El señor BRUGUERA BATALLA: Gracias, señora presidenta.


El presupuesto en materia de seguridad ciudadana e instituciones
penitenciarias para el próximo ejercicio asciende a casi 8000 millones de
euros, lo que supone un incremento de, aproximadamente, 60 millones en
términos absolutos respecto al de este ejercicio, 2015, pero una
disminución con respecto a la inversión porcentual del PIB comparado de
este mismo año.


Desde 2012, el presupuesto del Ministerio del Interior no ha
hecho otra cosa que disminuir. El año que viene, 2016, se gastarán 450
millones de euros menos de la cantidad a que ascendía el presupuesto de
esta sección del ministerio en 2011.


Recapitulando lo que, a nuestro juicio, ha sido la gestión
política del Ministerio del Interior a lo largo de la presente
legislatura, la resumiríamos en cuatro cuestiones. En primer lugar, el
descenso o recorte de los recursos destinados a la seguridad pública; en
segundo lugar, y como consecuencia de ello, el descenso de las plantillas
de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; en tercer lugar, la
actividad legislativa partidista, trasladando la ideología del Gobierno a
las leyes que ha tramitado, por ejemplo, la Ley de seguridad ciudadana,
la conocida como ley mordaza; y, en cuarto lugar, la privatización del
servicio público de seguridad, como es evidente en el caso de la Ley de
seguridad privada.


En cuanto a las plantillas, el Cuerpo Nacional de Policía tiene
en estos momentos casi 11 000 vacantes que no se cubren. No es mucho
mejor el caso de la Guardia Civil, con 9000 vacantes sin cubrir. La
situación de las plantillas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado afecta gravemente a la eficacia de la labor policial y a la lucha
y prevención de la delincuencia. Y la lucha contra las bandas criminales
que trafican con droga también se ve muy afectada por el recorte del
programa 132C.


En políticas de asilo y extranjería el balance es desolador: son
denegados innumerables expedientes de solicitud de nacionalidad sin
justificación objetiva alguna y las políticas de asilo y de protección
internacional son inexistentes. El presupuesto asignado es absolutamente
insuficiente para garantizar el cumplimiento de los compromisos
adquiridos por España en este sentido. Además, queremos resaltar lo que a
nuestro juicio es una necesidad urgente: el cierre de los CIE, el cierre
de los centros de internamiento de extranjeros. Tampoco existe en los
presupuestos dotación alguna para implementar la nueva Ley de protección
civil, que tiene que entrar en vigor el año próximo.


En cuanto al tráfico, se prevé un aumento de 28 millones de euros
en tasas y, en cambio, hay una disminución de 5 millones en multas y
sanciones; es decir, hay más inversión en vigilancia y menos multas.
Además, las partidas de educación y formación vial se reducen
considerablemente y no existe partida alguna para actuaciones de mejora
en tramos y puntos peligrosos de las carreteras de la red estatal.


En resumen, desde nuestro punto de vista, la legislatura que
ahora termina ha sido un fracaso para la mejora del servicio público de
seguridad. Por ello hemos presentado este veto, para el que solicitamos
el voto afirmativo de los grupos parlamentarios.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


En turno en contra, tiene la palabra el senador Aznar.


El señor AZNAR FERNÁNDEZ: Gracias, presidenta.


Señorías, esta es la última intervención, el último Pleno, el
último debate, señor Cascallana, y no voy a ser ácido porque me parece
que es una mala forma de terminar la legislatura. Fíjese: si cayera en la
tentación, le diría lo que tiene que hacer con esa bolita que ha sacado
usted para decirnos que no vamos a estar en la próxima legislatura
gestionando estos presupuestos. Pero no quiero entrar en esa pelea,
porque usted tampoco lo merece.


Con el conocimiento que usted atesora en relación con la política
de Interior, creo que el problema que usted tiene es que se ha encelado
con el tema y se ha encelado con el ministro. Y, a partir de ahí, se
ofusca, se le nubla la vista y, en vez de analizar los presupuestos de la
sección 16 del ministerio y ver si llega a la conclusión de que hay que
presentar un veto, usted ya lo ha dicho: tenemos que presentar el veto.
¿Por qué? No lo sé, pero tenemos que presentarlo. Y vamos a ver cómo lo
justificamos.


Señoría, desde mi punto de vista no le asiste la razón, y
perdóneme; se lo digo con toda la humildad del mundo. No da usted un solo
argumento que no se repita desde el año 2012. No ha analizado el
presupuesto con ese espíritu crítico constructivo con el que debiera
haberlo hecho. Usted sabe que en política de personal nos hemos movido en
medio de una crisis en la que, al estar congelada la oferta de empleo
público, el Ministerio del Interior ha podido ir accediendo a la
reposición, del 10 %, primero, y del 50 %, después; y hoy hemos llegado
al 100 %. Y en el ánimo de los próximos ejercicios presupuestarios, y tal
como van las cosas, está poder recuperar aquellos efectivos, que usted,
el ministro y todos sabemos son necesarios. Pero esto no lo tiene usted
en cuenta; sin embargo, los resultados y la percepción del ciudadano
indican que se están haciendo las cosas bien en materia de seguridad
pública, de seguridad ciudadana.


En relación con las instituciones penitenciarias, aparte de que
la tasa de reposición sea la misma, ha habido que elegir. Y es verdad que
ustedes eligieron —estaban en su derecho— dedicar el dinero a
gastos suntuarios; y nosotros —también lo digo con todo el
respeto—, en vez de poner plasmas en las celdas o hacer piscinas de
agua caliente, hemos decidido mejorar la seguridad y la eficiencia
energética, mejorar la seguridad perimetral o hacer unas cárceles con
sostenimiento en materia de medioambiente. Es cuestión de opciones,
señoría. Pero tampoco se justifica usted en esta materia cuando veta el
presupuesto.


Programa 132: actuaciones policiales en materia de droga. Ahí me
parece que ha sido usted cicatero, porque sabe que el éxito en materia de
aprehensión de droga —no voy a decir de este Gobierno, sino de
nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado— en esta
legislatura está superando todos los éxitos —y eran muchos—
que anteriormente se habían conseguido. Estamos en unos niveles de
aprehensión de droga que nunca se habría imaginado nadie. Y usted sabe
también, porque conoce los intríngulis presupuestarios, si me permite la
expresión, que si faltase dinero en el programa 132C, al ser seguridad
pública podría acudirse a los dineros del programa 132 A, por tanto, que
nunca iba a faltar dinero para esta materia. Lo sabe, y por eso le digo
que es cicatero en esta cuestión.


Señor Bruguera, estoy dando una respuesta conjunta, porque usted
sabe que los dos vetos que se han presentado son, textualmente, los
mismos. Espero que me disculpe porque lo haga de esta manera.


Se ha referido usted a la política de asilo. Pues bien, el señor
Cascallana y yo tuvimos la semana pasada la oportunidad de acudir
conjuntamente al Parlamento Europeo. Tuvimos la oportunidad de intervenir
en representación del Senado, y hemos podido ver cómo está la situación
en Europa. Hemos podido ver también la tremenda complicación que hay con
los cientos de miles de personas que se están acercando a nuestras
fronteras —en ningún caso han terminado de llegar, ni con las
cifras que ahora tenemos se puede dar por cerrado el problema—, y
España ha garantizado que va a ser coherente con la postura que viene
manteniendo y que va a participar de lleno en cualquier programa europeo
de recogida y de asilo. De entrada, el presupuesto dedicado a esta
cuestión ha subido al 105 %; y hay un compromiso del presidente, que,
desde aquí, el Senado, ha dicho que no va a faltar dinero para esta
cuestión y que en tanto en cuanto Europa pida que España participe,
España va a participar. Y usted ha visto igual que yo, señor Cascallana,
que no era esa la actitud constructiva del resto de los países o de la
mayoría del resto de los países. Por tanto, creo que en esto también
deberíamos estar tranquilos.


Lamento que se haya ido el senador Sendra, mi querido amigo el
senador Sendra, porque, aparte de desearle toda la suerte del mundo, al
igual que al senador Bruguera, en esta nueva etapa que comienzan en el
Parlament catalán, sus éxitos van a ser de todos. Vamos a ver ver si
pueden aportar sensatez en este nuevo periodo. Me gustaría decirle que ha
seguido de campaña, y lo entiendo. Lleva quince días dando mítines, y hoy
ha seguido con el mismo mitin que ha estado dando en las últimas
fechas.


Esta mañana ha habido una espléndida intervención de su portavoz,
del senador Bel, rigurosa y coherente, con la que se puede estar o no de
acuerdo —es evidente que nuestro grupo discrepa de muchas partes de
su intervención—, pero eso no obsta para reconocer que ha sido una
magnífica intervención, coherente con lo que ellos piensan. Y, basándome
en esa coherencia, les pediría que retiren este veto, porque no se
corresponde con la coherencia que vienen manifestando en materia
presupuestaria. Es decir, no se puede basar un veto en que no aumente el
número de mossos d’esquadra en Cataluña, porque esa es una
competencia exclusivamente del Gobierno catalán —y les puedo hacer
muchas sugerencias acerca de dónde sacar el dinero—. No pueden
decir: la culpa es del Gobierno de España porque nos pide que mantengamos
unos determinados niveles de endeudamiento —repito que les puedo
dar ideas para que saquen el dinero de otra parte—. Y no se puede
sustentar un veto, pedir la retirada de una sección, porque, por ejemplo,
no se aumentan las dotaciones de bomberos y policías locales en Cataluña,
que son competencias municipales. Por tanto, esto no tiene sostén
razonable alguno. Creo que, sobre la base de la coherencia que se ha
mantenido aquí normalmente por parte de ese grupo, podrían retirar el
veto sin ningún problema. Y no se resentiría nadie: ni los presupuestos
ni ustedes, que van a seguir con otros muchos vetos.


Señorías, este es un buen presupuesto, es un presupuesto que
inicia el despegue, como se ha explicado aquí, y no voy a incidir en
ello. Por tanto, les animo a que lo vean, señor Cascallana, con una
perspectiva más amplia. Deje usted de mirar al suelo, deje usted de mirar
el cartelito del Ministerio del Interior, levante la vista, y verá que es
un buen presupuesto.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Sección 17.


El Grupo Socialista ha presentado la enmienda 84.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Fernández
Ortega.


El señor FERNÁNDEZ ORTEGA: Gracias, señora presidenta.


Señorías, el Grupo Socialista presenta un veto a la sección de
Fomento contradiciendo al ministro de Hacienda, que hoy nos decía que
criticar el rigor y la credibilidad de los presupuestos es algo de
manual, que no tiene fundamento. Pero la ministra de Fomento, la ministra
de la transparencia de este país, la que esconde cuál es la deuda del
Ministerio de Fomento, también ha dejado en evidencia al ministro de
Hacienda, poniendo sobre el papel que estos presupuestos carecen de rigor
y credibilidad. Y les voy a dar un par de cifras para sustentar la
explicación, para que el ministro de Hacienda no pueda decir que no hay
argumentos.


Cuando han publicado los presupuestos para 2016 nos han dicho que
van a dejar de ejecutar el 24 % de la inversión de todas las empresas del
Grupo Fomento, y vienen dejando de ejecutar los presupuestos del
Ministerio de Fomento de los años anteriores, que nunca han ejecutado al
cien por cien; por tanto, cuando llegan aquí son papel mojado. Además,
son una copia de los del año pasado, y ustedes mismos a mitad de año ya
reconocían que no iban a ejecutar el 25 %.


Hay una cifra que me parece significativa para entender que este
ministerio no tiene nada de credibilidad, y además nos preocupa de cara
al futuro. El otro día, en un acto, decía la ministra, dando una gran
cifra, que la licitación del Ministerio de Fomento a lo largo de estos
cuatro años de legislatura ha sido de 12 773 millones. Miren ustedes,
para poder ejecutar obra en los próximos años, esta tiene que estar
licitada y ejecutada —todos sabemos cómo funciona la obra
pública—. Y si hay una inversión de 10 000 millones al año,
con 12 000 licitados en cuatro años, ¿qué nos espera? Un parón. Pero no
solo me preocupa el parón que pueda haber. Por ejemplo, en mi provincia
se están ejecutando las obras que estaban adjudicadas y no se ha
adjudicado ninguna nueva. Cuando el año que viene se terminen, ¿dónde
empezaremos? Y lo que más me preocupa es que no han gastado dinero ni
siquiera en la redacción de proyectos. Sus presupuestos son, repito,
papel mojado, porque dicen que ha habido dinero para hacer proyectos pero
no los han encargado. Se acabará el AVE Málaga-Granada, y de Granada a
Almería no han hecho nada en cuatro años. Estaba el informe
medioambiental, y ahí sigue. Y si no tenemos el proyecto, ¿cómo
adjudicará obra el próximo Gobierno? Ustedes han gestionado el ministerio
de una manera que demuestra una carencia de rigor y de previsión para el
futuro muy importantes.


Estos presupuestos del Ministerio de Fomento tampoco avanzan en
cuestiones claves, como la conectividad, la movilidad, la intermodalidad
o el desarrollo logístico, y van retrasando las redes Extra europeas de
transporte. Y no invierten en materia de seguridad. Siguen ustedes
inaugurando trenes AVE que no pueden alcanzar los 300 kilómetros por hora
porque no han instalado las medidas de seguridad para que se comporten a
esa velocidad. Y siguen, repito, inaugurándolos. La preparación de las
acciones que van a poner en marcha es nula, por lo que corresponde vetar
los presupuestos de este ministerio.


Ustedes se han quejado desde el principio y durante toda la
legislatura de la herencia recibida —hemos escuchado a la ministra
hacerlo prácticamente en todas sus intervenciones—, y van a dejar
más de 50 000 millones de euros de deuda del Grupo Fomento. No sabemos
cuál es, porque la ministra se niega desde hace dos años a dar un solo
dato de deuda; y el otro día el secretario de Estado hizo el ridículo en
la Comisión de Presupuestos huyendo de dar explicaciones. Fue un poco
bochornosa la conducta de todo un secretario de Estado, que, ante la
pregunta directa de cuál es la deuda del Grupo Fomento, contestó sobre la
que había en 2011. Esa actitud me parece realmente vergonzosa.


Y, fíjense, señorías, hasta qué punto el Gobierno dice una cosa y
hace la contraria. Solo ADIF, va a alcanzar 21 000 millones de deuda a
partir de los 13 000 que tenía cuando llegaron al Gobierno. La deuda de
ADIF va a ser mayor que la del FROB. Creo que este es un ejemplo de hasta
qué punto el lenguaje de la ministra es cínico, porque se quejaba de la
herencia pero va a dejar una herencia de miles de millones de euros de
facturas en el cajón, de miles de millones de euros de déficit en
conservación, tanto en carreteras como en ferrocarriles, y una deuda en
las empresas públicas que desconocemos pero que, desde luego, es mucho
mayor de la que se encontró.


Para terminar, me gustaría hacer referencia a la política de
vivienda, esa política que en estos presupuestos ustedes vuelven una vez
más a anular, como han hecho a lo largo de toda la legislatura. Su
política de vivienda ha sido acabar con las ayudas al alquiler, con las
ayudas a la subsidiación, inconstitucionalmente. Esa ha sido su política
de alquiler. No han dado ni una sola ayuda del plan 2013-2016 en esta
legislatura, ni una sola ayuda nueva; y no habrían dado ninguna ayuda si
no hubiera habido una política anterior de vivienda con una renta básica
de alquiler y una ayuda a la subsidiación. Esa es su política de
vivienda, y la de las empresas del área, un desastre que nos va a dejar
una deuda, un déficit de más de 1000 millones en la gestión en solo tres
años. Esa va a ser su herencia en la política de vivienda.


Por eso hemos presentado el veto, que nos parece que es la
postura más decente frente a una política del Ministerio de Fomento que
ha sido desastrosa a lo largo de estos cuatro años.


Gracias, señora presidenta. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González):






Gracias,
señoría.


Enmienda número 114, del Grupo Catalán de Convergència i
d’Unió.


Tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidenta.


Señorías, presentamos un veto a esta sección del Ministerio de
Fomento, un veto que es el reflejo de lo que yo establecía esta mañana en
una parte del veto general.


La infradotación de las inversiones en Cataluña tiene un reflejo
clarísimo, no exclusivamente en este ministerio, pero sí esencialmente en
él. Señorías, las cantidades invertidas son absolutamente ínfimas, si me
permiten la expresión; casi ridículas si las comparamos con las que le
corresponden a Cataluña. No obstante, antes de entrar en detalle,
quisiera hacer un planteamiento más genérico sobre el conjunto de
inversiones y las prioridades. En esto nuestro grupo mantiene una
discrepancia importante. De todas las inversiones del Grupo Fomento, que
superan los 10 000 millones de euros, prácticamente el 54 % están
dedicadas a inversiones ferroviarias, y el 67 % de todas esas inversiones
ferroviarias están destinadas exclusivamente a la alta velocidad, con un
criterio, como explicaba esta mañana, absolutamente radial: la alta
velocidad parte y muere en Madrid, pero no comunica al resto del Estado
español.


En estos momentos, entendemos que dedicar estas cantidades
—más de 3000 millones de euros a la alta velocidad y poco más
de 400 millones a Cercanías— es una política equivocada,
absolutamente errónea. Las cantidades que se destinan a la mejora de las
estaciones o de la red convencional son absolutamente insuficientes y, en
cambio, se prioriza la alta velocidad. Y no me digan ustedes: ya tienen
comunicadas las cuatro capitales de provincia en Cataluña y no quieren la
alta velocidad. Claro que queremos alta velocidad, porque no tenemos
comunicado todo el arco mediterráneo. Es ahí donde es importante, ya que
todavía hay un tramo de vía única entre L?Hospitalet y Tarragona, y todos
los trenes que suben, ya sean de Cercanías, de largo recorrido o de
mercancías, siguen pasando exclusivamente por una única vía. Eso es
inconcebible; se explica en Europa, y nadie lo entiende. Hay, pues, como
he dicho, discrepancia respecto de las prioridades.


Por otro lado, en cuanto a la inversión en carreteras, no quiero
polemizar sobre si una inversión incrementa la competitividad de la
economía española si está en Palencia, en Zamora, en Tarragona, en
Barcelona o en Girona. No busquemos la ubicación física de cada una,
busquemos la rentabilidad económica de la inversión. Pero es
incomprensible que en el arco mediterráneo, en lo que se refiere a las
inversiones por carreteras, el tramo de la A-7 entre La Jana, provincia
de Castellón, y L?Hospitalet de L?Infant, provincia de Tarragona, lleve
quince años planificado y no tenga dotación presupuestaria ni siquiera
para ejecutar los proyectos. Eso no tiene ningún tipo de explicación.
Como tampoco tiene explicación la infradotación de algunas de estas
infraestructuras básicas, por ejemplo, la N-260 del eje pirenaico, que
también lleva muchísimos años en proyección; la falta de actuaciones en
la N-420 en diferentes circunvalaciones; el retraso en la A-27; en la
N-2, en Girona, etcétera. Es algo constante; son actuaciones pequeñas,
pero casi simbólicas, como las llevadas a cabo en el entorno de la
circunvalación de Vallirana, que se ha prometido y dotado y después no se
ha ejecutado. Esta es la constante de los presupuestos de Fomento. Y ya
no se trata solo de que los presupuestos estén infradotados, que lo
están, sino que después la ejecución también es reducida. No les voy a
engañar: han mejorado algunos porcentajes respecto a años anteriores,
pero no alcanzan ni el 75 %. Y, claro, si ustedes presupuestan el 10 % de
las inversiones y solo ejecutan el 75 %, realmente están asignando a
Cataluña el 7,5 % de todas las inversiones.


Por eso mantenemos el veto a esta sección y vamos a votar a favor
de todos los vetos que se han presentado a ella.


Muchísimas gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias,
señoría.


Enmienda número 100, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés
de Catalunya.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Martí.


El señor MARTÍ JUFRESA: Gracias, señora presidenta. Buenas
tardes.


Señorías, vamos a ver si la enmienda número 100 trae un poco de
suerte y nos la aceptan ustedes.


Los Presupuestos Generales del Estado para el año 2016 del
Ministerio de Fomento son, a nuestro entender, el compendio de todos los
presupuestos presentados por el Gobierno del Partido Popular en esta
materia durante esta legislatura y se caracterizan por cinco conceptos
—todos ellos, y este de 2016, también— que agrupamos bajo el
siguiente rótulo: desinversión, privatización, retórica, incumplimiento
de los compromisos contraídos con Cataluña y falta de credibilidad.


Digo desinversión porque un año más sitúan la inversión
directa, 10 129 millones de euros, en cifras muy alejadas de las
necesidades de nuestro país para impulsar a fondo la reactivación
económica como motor de creación directa e indirecta de empleo y garantía
de competitividad para muchos sectores —no solo el de la obra
pública, evidentemente—, dejando el total de la inversión pública
española en el 1,9 % del PIB, muy lejos de la media europea.


Decimos privatización porque estos presupuestos amparan el
proceso de privatización de AENA, que ha llegado al 49 % después ofrecer
a los accionistas privados una revalorización del 70 %, y una vez
aprobada la ley del sector ferroviario amparan también la privatización
futura del sector ferroviario, por lo que se ha pasado del modelo de
organización y dirección públicas del servicio público de transporte
colectivo, aéreo y ferrocarril, a un modelo de iniciativa privada
simplemente regulado y compensado por las OSP.


Decimos también retórica porque las proclamas y buenas
intenciones de leyes y planes estratégicos en sectores tan relevantes
como la vivienda o el transporte de mercancías o la logística y la
intermodalidad tienen una traducción presupuestaria ridícula —por
ejemplo, 16 millones de euros para remodelación de barrios en toda
España—, que ensombrece cualquier esperanza de que cuestiones tan
claves para el desarrollo social y económico de la sociedad española
tengan la centralidad en las políticas públicas que se merecen.


Decimos también incumplimiento reiterado de los compromisos
adquiridos con Cataluña por la obviedad de que la disposición adicional
tercera del estatuto de Cataluña, materializada en un acuerdo bilateral
suscrito entre los Gobiernos de España y la Generalitat de Cataluña,
queda por quinto año consecutivo en una inversión muy por debajo de lo
que fijan estos acuerdos, con lo cual la inversión regionalizada en
Cataluña este año —incluyendo las partidas del Ministerio de
Fomento— es tan solo el 10,7 % del total, cuando debería llegar
al 18,9 %, que es el peso catalán del PIB según este acuerdo. Esto
comporta un déficit inversor para 2016 de 898 millones de euros, que
sumados a los de los años anteriores supera ya los 2500 millones de euros
de déficit inversor en Cataluña.


Esta merma produce el olvido o la ralentización innecesaria y
contraproducente en el desarrollo de infraestructuras y obras muy
importantes para Cataluña, especialmente en lo que se refiere al corredor
mediterráneo, por ejemplo en su desdoblamiento en la provincia de
Tarragona, o en relación con las autovías de Gerona o el Pirineo de
Lérida. Y mención aparte merece la desatención de las necesidades de
capitalidad de Barcelona, entre las que destacan la gran estación
intermodal de La Sagrera, que está absolutamente parada —al
contrario de lo que dijo el secretario de Estado el otro día— o los
accesos viarios y ferroviarios al puerto de Barcelona.


Por último, decimos falta de credibilidad porque a la disminución
de las partidas presupuestarias se le añaden unos niveles de ejecución
muy por debajo de lo técnicamente aceptable. El mismo Gobierno informa
a 30 de junio de este año que solo se ha ejecutado el 35 % del
presupuesto de las inversiones. Este nivel bajísimo de ejecución se añade
a la poquísima voluntad política para firmar acuerdos con las comunidades
autónomas y poder desarrollar en los plazos previstos los programas de
gasto, muy especialmente en el caso del plan de la vivienda, con lo que
la programación de actuaciones que plantea el propio Pitvi queda en papel
mojado. (El señor vicepresidente, Lucas Giménez, ocupa la
Presidencia).


En definitiva, señorías, puertos, aeropuertos, carreteras,
ferrocarriles y vivienda son claves en una verdadera estrategia para
salir de la crisis que buscara compaginar competitividad económica con
creación de puestos de trabajo y garantía de cohesión social y
territorial, una estrategia que una vez más, un año más —y van
cinco— este proyecto de ley de presupuestos generales ni suscribe
ni soporta ni hace creíble. Y por todo ello presentamos esta propuesta de
veto, que espero que gracias a su número, 100, sea apoyada y
aprobada.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, señoría.


Del Grupo Mixto, el senador señor Espinar Merino firma la
enmienda 74. Para su defensa, tiene la palabra la senadora señora
Lima.


La señora LIMA GOZÁLVEZ: Sí, señor presidente.


Las doy por defendidas.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Muchas gracias,
señoría.


Turno en contra.


Tiene la palabra el senador señor Mateu.


El señor MATEU ISTÚRIZ: Señor presidente, buenas tardes. Comienzo
con un poco de déficit de tiempo porque he tardado un poco en bajar, pero
usted, con la benevolencia que le caracteriza, me lo compensará.
(Rumores).


Senadores, muy buenas tardes a todos. Estamos en unos
presupuestos que, dentro del orbe al que afectan, contribuyen a generar
esos efectos positivos que se quieren conseguir siempre con los
presupuestos en España: en definitiva, en este supuesto es mejorar la
eficacia y la calidad de los servicios que se prestan a todos los
españoles. Transportes, infraestructuras y vivienda son los ejes para el
desarrollo de una sociedad moderna en el plano económico, en el plano
social y, desde luego, para conseguir lo que todos anhelamos, que es la
vertebración de España, en definitiva, mejorar la cohesión territorial y
la accesibilidad a todos los puntos de nuestro territorio, y en sectores
como el transporte mejorar el que se pueda realizar esa actividad tan
loable. Evidentemente, estos presupuestos responden a una serie de
parámetros que voy a tratar de incluir en la réplica que haré a cada uno
de los argumentos que ustedes han planteado.


Senador del Grupo Socialista —mi compañero en la
portavocía, el senador Fernández Ortega—, el Ministerio de Fomento
no esconde la deuda, el Ministerio de Fomento tiene que terminar de
gestionar para saber y determinar cuánto va a quedar al final —eso
es de cajón, no se sabe cuándo se termina una cifra hasta que no se hacen
todas las operaciones aritméticas para saberlo—, por eso siempre se
da la cara y no se esconden. ¿Rigor? Absolutamente, de hecho se demuestra
en todas las actuaciones que se han realizado con el presupuesto
actual.


En cuanto a la ejecución, senador Fernández Ortega, bien sabe
usted que la cifra que ha sido adelantada por otros portavoces de otros
grupos responde a lo establecido allá por el mes de junio, pero usted
bien sabe que los proyectos se están trabajando a lo largo del año y que
hay modificaciones en los mismos. Yo le aseguro, como en los demás años,
que el grado de ejecución presupuestaria va a ser elevado en la
contabilidad nacional y elevado en cuanto a la percepción de los
ciudadanos. Señoría, no pueden ser una copia de los del año pasado
precisamente porque el AVE, la alta velocidad,
Madrid-Valladolid/Valladolid-Palencia/Palencia-León se inauguró ayer
magníficamente y además con una anécdota: sí superamos los 300 kilómetros
por hora en el viaje, sí los superamos, senador Fernández Ortega, yo soy
testigo y hay alguna fotografía de algún compañero mío que iba en el tren
y así lo manifestó. (La señora Andrés Prieto: ¡Eso es ilegal, eso es
ilegal!). No es ilegal, es correcto porque los sistemas de seguridad
están perfectamente probados. Y, si me permite, estoy hablando yo.
Gracias.


Las redes transeuropeas de transporte han sido perfectamente
atendidas por las inversiones existentes en los propios presupuestos, que
ustedes pueden comprobar; por eso se está mejorando el corredor
mediterráneo tanto en el ámbito ferroviario como en el ámbito de las
propias vías de carretera.


¿El ridículo? Yo creo que es una expresión muy fácil y muy fuerte
decir que el secretario de Estado hizo el ridículo el otro día, como
usted ha dicho. A lo largo de su actividad política, el secretario de
Estado y profesional ha demostrado una coherencia y un conocimiento de
los temas que precisamente nos han llevado a confeccionar unos
presupuestos en los que contemplamos más de 19 millones presupuestados
para el Grupo Fomento y 10 129 en concepto de inversión, con una creación
superior al 54 % para inversión, además de algo muy importante: con estos
presupuestos para el año 2016 se prevé una generación de empleo de más
de 232 000 puestos de trabajo, de forma que entre empleos directos,
indirectos e inducidos, el Grupo Fomento, que representa el 16 % del
producto interior bruto, genera una cantidad muy importante, de más
de 1 300 000 puestos de trabajo. Por eso el Gobierno de España siempre
los ha atendido con una exactitud y con una pulcritud absoluta.


Vivienda, senador Fernández Ortega, que sé que lo controla y lo
conoce. Afortunadamente, con estos presupuestos se sigue en la línea de
consolidar una nueva política de vivienda: abandonar esa política del
iceberg, de dar ayudas solo para acceder a la propiedad, generando lo que
se generó, esa burbuja inmobiliaria, esa restricción de crédito por las
entidades financieras. Ahora se tiene un criterio más racional: facilitar
ayudas a quien realmente lo necesita, alejando aquellas ayudas que no se
merecían muchos perceptores de las mismas, como la renta básica de
emancipación en algunos supuestos —que hemos heredado y hemos
tenido que asumir el compromiso y seguir pagándolo—, así como la
rehabilitación de la vivienda y la regeneración y renovación de las zonas
urbanas para que sean bastante más asequibles para la sociedad.


Señorías, la política de vivienda la gestionan las comunidades
autónomas mediante la firma de convenios —convenios que,
afortunadamente, se han firmado con todas las comunidades autónomas menos
con una y con Ceuta y Melilla tampoco se han firmado— y las
cantidades allí recogidas facilitan perfectamente los accesos a esos dos
conceptos, como yo le he dicho. También hay que recordar muy altito y muy
claro el desastre y el trabajo que está llevándose a cabo para poder
cuadrar y cerrar los planes de vivienda que ustedes ejecutaron
—ejecutar es un decir— durante la época de su mandato.


En cuanto al tema catalán —permítanme que aquí englobe a
CiU y a la Entesa—, he de decirles que Cataluña en estos
presupuestos es la segunda comunidad autónoma con más presupuesto del
Grupo Fomento. No olvidemos que son 2269 millones de euros que suponen un
incremento de un 6,62 % con respecto al año 2015, y está en un 150,7
sobre la media nacional por comunidades autónomas. La inversión del Grupo
Fomento para el 2016 es de 1086,5 millones, lo que representa un 5,54 %
de incremento con respecto al ejercicio pasado, y está en un 128,4 sobre
la media nacional por comunidades autónomas.


Las inversiones tanto en carreteras como en ferrocarriles se
realizan gracias —y afortunadamente— a un concepto fichado o
marcado en un texto, que es el Pitvi, también en la estrategia logística
y también, como no puede ser de otra manera, en las sabias
recomendaciones del consejo asesor que tiene el Ministerio de Fomento y
además responden a una racionalización de las inversiones, porque de nada
sirve decir que ahora se realiza poca inversión comparándola con la que
se realizaba en otros tiempos puesto que ahora se aplica un criterio de
racionalidad. De nada sirve tener sobreabundancia o sobrecapacidad de
infraestructuras porque luego se genera una distorsión evidente entre el
exceso de capacidad y el escaso número de usuarios, por eso ahora estas
inversiones se hacen con racionalidad, con equilibrio, pensando en todos
los territorios con el mismo concepto y tratando de tejer la malla que
cierre todos los procesos de acceso a los territorios diversos de
España.


Y termino haciendo una ligera y última alusión a lo establecido
en el veto que ha planteado Podemos y cuya senadora ha dado por
reproducido. Ustedes se empeñan en que las inversiones en
infraestructuras no generan réditos positivos, pues yo les preguntaría no
solamente a todos los que estamos aquí, sino a todos los ciudadanos, si
hemos oído a muchos grupos decir que queremos más y más inversión.
Ustedes, señorías de Podemos, parece que van en sentido contrario y no
quieren porque insisten en que no se le saca rédito positivo. Pero sí
podría decirle muchos aspectos que generan réditos positivos y, además,
se lo refutaría empíricamente porque, en definitiva, solamente gracias a
esas inversiones en trenes y aeropuertos más de 444 millones de pasajeros
han pasado por las distintas estaciones de ferrocarril y aeropuertos.


Por eso, señorías, por estos criterios y por otros muchos que se
me quedan en el tintero, como pensamos que este presupuesto es el idóneo
para seguir consolidando la estabilidad económica de España, es por lo
que vamos a votar en contra de los cuatro vetos planteados por los
grupos.


Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias, señorías.
(Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Mateu.


Sección 18.


El Grupo Socialista presenta la enmienda 85, también como
propuesta de veto. Tiene la palabra el senador y presidente Álvarez
Areces.


El señor ÁLVAREZ ARECES: Muy buenas tardes, señor presidente,
señorías.


El proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2016 entra en el
Senado al final de una legislatura cuyo balance en educación, cultura y
deporte es totalmente negativo. Sin duda es uno de los peores procesos
que hemos vivido en democracia, donde a los ajustes se han acompañado la
pérdida de derechos muy importantes en el ámbito de la educación. A los
brutales recortes que han tenido lugar se unen medidas de fuerte
contenido ideológico que incidieron en todos los niveles educativos,
desde la educación infantil hasta la universidad, tanto en el ámbito de
la docencia como en la investigación. La LOMCE, y su improvisado
calendario de implantación, ha provocado unos efectos mucho peores de los
que se esperaban inicialmente incluso porque ha fragmentado el sistema
educativo en diecisiete subsistemas con planes de estudios diferentes,
originando graves perjuicios a alumnos, al profesorado y a las
familias.


El pequeño incremento presupuestario para 2016 en los
presupuestos de educción, que apenas alcanza 209 millones de euros, se
motiva fundamentalmente por la implantación de la LOMCE y la financiación
de la FP básica, pero en modo alguno palía todo lo que ha sucedido a lo
largo de los años anteriores de la legislatura, donde, como decía, la
reducción en los Presupuestos Generales del Estado y a ello añadido el
Real Decreto 14/2012, que ha tenido un fortísimo impacto en todas las
comunidades autónomas, ha provocado que, en definitiva, haya sido una de
las legislaturas más nefastas de toda la democracia. Más de 30 000
profesores se han perdido en el sistema; de ellos, 22 000 en la educación
no universitaria y 8000 en la universitaria —datos oficiales del
ministerio—. Si analizamos los programas en becas y ayudas al
estudio, ayer formulé una pregunta al señor ministro en la que demostré
cómo los datos y cifras del curso 2014-2015, publicados la semana pasada,
desmontan todo el discurso del Gobierno. Ahí se puede comprobar cómo
desde el curso 2011-2012 hasta el curso 2014-2015, que es el último
efectuado y computado, tenemos nada menos que una pérdida de 292 millones
de euros en becas y ayudas al estudio respecto al año 2011 y nada menos
que 889 579 beneficiarios menos. ¿Qué más se puede decir?


En cuanto a la partida de material didáctico y libros de texto,
desaparecida desde el año 2012, da un total de 25,4 millones de euros,
muy lejos de los 98,2 millones que se destinaron en 2011. Respecto al
profesorado, también se reduce: frente a los 52 millones que había en el
inicio de la legislatura, ahora son 3 millones, 93 % menos. Igualmente,
los alumnos con necesidades especiales no tienen partida desde el
año 2013. Lo mismo podemos decir de la educación compensatoria, que en
esta última legislatura pasó de 70 millones de euros a 5,1 millones, es
decir, un 92,7 % menos. Las enseñanzas artísticas han sido abandonadas y
para el aprendizaje de las lenguas destinan un 87 % menos que en el
inicio de la legislatura. En la educación infantil y primaria, a pesar de
la coincidencia generalizada en su importancia, recortaron el 38,8 % en
estos años, especialmente en el primer ciclo de infantil, que ha llegado
prácticamente a desaparecer. La universidad sube solo un 0,12 % respecto
a 2015, una cantidad ridícula después de haber perdido, desde el inicio,
el 70,25 %, y no solamente en el ámbito de los presupuestos, también ha
afectado a la pérdida de alumnos y a la situación de las becas, que se
han visto afectadas directamente.


Los presupuestos en deporte, como en años anteriores, son
irrelevantes, tanto en su cuantía económica global como en los programas
que desarrolla y son desastrosos especialmente en el deporte base. Las
partidas son básicamente las mismas que en años anteriores, pero con
pequeñas alzas procedentes de los beneficios del impuesto del juego a las
apuestas deportivas y por los beneficios audiovisuales del fútbol
profesional.


Y en cuanto a cultura, lo presupuestado para 2016 son 803
millones de euros, un 7 % más que en 2015, que son absolutamente
insuficientes para hacer posible el ritmo de recuperación de las
inversiones en cultura. La situación después de cuatro años de Gobiernos
del Partido Popular es que en presupuestos del Estado se dejaron de
percibir 1600 millones de euros consecuencia de los recortes sucesivos en
los diferentes años presupuestarios. En todo caso, la subida respecto
a 2015 está destinada al cine, tiene más que ver con la necesidad de
pagar deudas atrasadas al cine español que con una apuesta por el impulso
a nuestra cinematografía. Después del maltrato presupuestario durante
esta legislatura, la trayectoria del Gobierno ha quedado marcada por la
subida de 13 puntos del IVA cultural en determinados productos culturales
muy sensibles, como las artes escénicas y el cine, contraria a las
necesidades y derechos que demanda el sector.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, termine, por
favor.


El señor ÁLVAREZ ARECES: Voy terminando ya, señor presidente.


Resumo, para el Gobierno no es importante invertir en cultura, en
deporte base o en educación; ellos son ajenos a lo que significa la
igualdad de oportunidades en la diversidad, a los alumnos con
dificultades, en general a todo lo que significa la educación para el
futuro de las personas y para el futuro de nuestro país.


Por eso, presentamos el veto a la totalidad. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador Álvarez
Areces, gracias, presidente Areces.


El Grupo de Convergència i d’Unió presenta la enmienda 115.
Para su defensa, tiene la palabra el senador señor Bagué.


El señor BAGUÉ ROURA: Gracias, señor presidente.


Presentamos veto a la totalidad a la sección 18. Voy a compartir
mi intervención con el senador Alturo; yo fijaré posición en materia de
cultura y él lo hará en educación y deportes.


Telegráficamente. En primer lugar, estos presupuestos no
contienen ninguna acción a favor de las lenguas oficiales distintas al
castellano. Se vulnera otra vez —y van ya muchas— el
artículo 3 de la Constitución española, que proclama la especial
protección y respeto a las diferentes lenguas del Estado. Siguen
discriminando a las lenguas oficiales distintas del castellano.


En segundo lugar, seguimos liderando el ranking europeo de
presión fiscal a determinados productos culturales. Somos, junto con el
Reino Unido, con un 21 % el país que ejerce mayor presión fiscal a
determinados productos culturales. Existe una media de un 13 %, que es lo
calculado razonablemente y que sería el fruto de la media de todos los
impuestos, de todos los IVA a nivel europeo, pero nosotros seguimos en
el 21 %.


En tercer lugar, tampoco han cumplido con la reforma de la Ley
sobre el mecenazgo. Las palabras que en su día pronunciaron el ministro
Wert y el secretario de Estado Lasalle han chocado contra la tozudez del
ministro Montoro, y como no tenemos a ningún ministro con peso específico
en el Consejo de Ministros, la cultura sigue sin tener una representación
potente y, por lo tanto, la tenacidad o la tozudez del ministro Montoro
siguen sin permitir una cuestión en la que todos estamos de acuerdo: que
es necesaria y urgente una reforma atrevida y valiente del mecenazgo.


Y en cuarto lugar, siguen con su modelo centralista y
centralizador. Continuamos con un presupuesto que no atiende al convenio
de capitalidad cultural con Barcelona —les recordamos que eran 9,5
millones cada año; por lo tanto, llevamos ya 44 millones de euros menos
para Barcelona—; las comparativas entre el MACBA y el MNAC y el
Prado, el Teatro Real o el Thyssen son insoportables y, en conjunto,
continuamos con un modelo en el que las dos terceras partes de todo el
presupuesto se destinan al Instituto Cervantes y a la Comunidad de Madrid
y un tercio, solamente un tercio, para los restantes territorios, para
las restantes comunidades autónomas.


Muchas gracias, señorías, por su atención.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Bagué.


Ahora es el turno del senador Alturo.


El señor ALTURO LLOAN: Gracias, señor presidente.


Señorías, intervengo para defender el veto presentado en el
ámbito de la educación, del que podríamos decir que ya está
suficientemente argumentado en el veto general puesto que, en definitiva,
el veto general hace el sumatorio de todos los despropósitos en las
diferentes secciones. Esta es la realidad, pero permítanme que incida muy
brevemente en lo relativo a educación.


Esta mañana hemos escuchado al ministro Montoro hablar de una
recuperación económica, de unos presupuestos eufóricos, sociales,
etcétera. Pero esto no se traduce en un aumento de las partidas
presupuestarias en el ámbito de la educación, y la educación tiene que
ser el motor de progreso de un país, tiene que ser así y tendría que ser
el eje de los presupuestos. Sin embargo, esto no se ve reflejado.


Permítanme que hable de tres ámbitos. En primer lugar, me
referiré a las becas, que suponen la igualdad de oportunidades, es decir,
que se pueda acceder al conocimiento independientemente de las
disponibilidades económicas. Pues bien, estamos a la cola de los países
europeos en becas, por lo tanto, aunque el ministro de Educación diga que
hay muchos recursos, no es la realidad ni mucho menos; han recortado
durante muchos años y aún no hemos llegado al nivel en el que tendríamos
que estar. Por lo tanto, estamos a la cola de los países de la Unión
Europea y estamos, en definitiva, muy mal.


Segundo aspecto sobre las becas. El Tribunal Constitucional
dictaminó que las comunidades autónomas que tienen las competencias en
educación tienen que ser las responsables en distribuir los recursos y en
la gestión de todo lo que hace referencia a las becas. Esto no se ha
cumplido, por lo tanto, otra cuestión más importantísima por la que
presentamos veto en este ámbito.


En segundo lugar, la educación compensatoria, referida de alguna
forma a las familias y que ha de ser la garante de la equidad: ha sufrido
una disminución tremenda, es decir, nos hemos quedado casi solo con 5
millones de euros, cuando anteriormente se llegaba a cantidades de ciento
y pico millones. Por lo tanto, la educación compensatoria, que es la
garante de la equidad, es un desastre.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor,
finalice.


El señor ALTURO LLOAN: En tercer lugar, no hablemos ya de la
LOMCE, que ya hemos tenido ocasión de comentar muchas veces. Es una ley
recentralizadora que no tiene los presupuestos adecuados que se requieren
para poder aplicar su desarrollo, como quieren hacer ustedes para el
próximo año 2016.


Por lo tanto, los presupuestos en el ámbito de la educación son
recentralizadores, no contemplan las necesidades de las familias, no
contemplan las ayudas en el ámbito de las becas ni de la educación
compensatoria y, en definitiva, no hay otra opción que presentar veto
puesto que, teniendo en cuenta además que los presupuestos van a ser
mejores, en educación vamos a peor. Por ese motivo presentamos este veto
a la sección.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Alturo.


Por el Grupo de la Entesa, tiene la palabra la senadora señora
Sequera.


La señora SEQUERA GARCÍA: Presidente, señorías, el veto
presentado responde a los siguientes aspectos.


La mayoría de la subida de las partidas del presupuesto de
educación no corresponde a un cambio de sentido de sus políticas,
corresponde básicamente a la implantación de la LOMCE, ley rechazada por
todos los grupos parlamentarios y sobre todo por la totalidad de la
comunidad educativa de la enseñanza pública.


La formación profesional básica no recibe la financiación
necesaria para su implantación, con lo cual ustedes legislan, imponen,
pero que paguen las comunidades autónomas sin incrementar el déficit. La
educación especial no existe para el Partido Popular, las enseñanzas
artísticas y la educación compensatoria apenas importan y las
universidades han disminuido su financiación en un 70 %. Con esta
situación es difícil que nuestras universidades públicas compitan en
prestigio con el resto de las universidades del entorno de la OCDE.
Analicen la inversión pública que realizan los países que integran la
OCDE en universidades, y verán que con los presupuestos del Gobierno de
Rajoy nos hemos quedado a la cola. Reitero que no invertir en nuestras
universidades es hipotecar el futuro de la sociedad y el progreso del
país, aunque dudo de que estas palabras conmuevan al Gobierno.


En cuanto a las becas, de verdad, no insistan más, si a nosotros
no nos van a convencer y a los estudiantes y a las familias tampoco.
¿Cómo van a convencer de su histórico aumento presupuestario en becas a
los más de 600 000 estudiantes que se han quedado sin ellas? ¿Cómo van a
convencer del aumento a los beneficiarios de becas que han visto cómo se
les han recortado en una media de más de 600 euros? El sistema de becas
debe ser capaz de dar respuesta a las necesidades de las familias con
pocos recursos para garantizar el acceso de sus hijos a la educación,
tanto a la obligatoria como a la no obligatoria. Sus políticas han
convertido el derecho a becas en una competición de obstáculos para
obtenerlas, de tal forma que en el último curso 73 400 alumnos han
abandonado los estudios; un fracaso brutal de sus políticas de becas y de
los presupuestos que ustedes les destinan.


En cuanto al profesorado, que según ustedes es un pilar
fundamental del sistema educativo, continúan sin invertir lo suficiente
como para garantizar su formación continua, para ir mejorando a nuestros
profesionales, para fomentar la renovación pedagógica y hacer de nuestro
sistema educativo un sistema vivo, moderno, que progresa, contando, como
no podía ser de otra manera, con nuestros docentes de la educación
pública. Hacen todo lo contrario: aunque por un lado aumenten la tasa de
reposición al cien por cien, por otro limitan el déficit a las
comunidades autónomas, que son las que en realidad deben proceder a la
reposición, con lo cual nos quedamos exactamente igual. Resultado:
continúan faltando docentes y, como siempre, pagan las consecuencias los
mismos, es decir, el sector de población más vulnerable.


Por eso presentamos este veto a la sección 18, por ser la
antítesis de lo que en mi grupo entendemos como un presupuesto que debe
garantizar el derecho a la educación, y con el que se permita hacer
políticas educativas que mejoren nuestra educación pública erradicando el
abandono y el fracaso escolar.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senadora
Sequera.


Tiene la palabra el senador Martí.


El señor MARTÍ JUFRESA: Gracias, presidente.


Desgraciadamente, estos presupuestos para cultura de 2016
continúan contribuyendo al balance desolador sobre la aportación del
Gobierno a la financiación de la cultura en España: Déficit de 1383
millones; recortes por valor de 1383 millones en cinco presupuestos; IVA
vergonzoso del 21 % para los espectáculos y el libro digital —se lo
dicen al señor ministro—; supresión del canon digital, pasando
de 110 millones destinados a los derechos de autor a 5 millones; falta
total de la palabra en el desarrollo de la Ley del mecenazgo. En
definitiva, un auténtico estrangulamiento financiero a la cultura por
parte de este Gobierno que demuestra que ni apuesta por ella ni mucho
menos confía en la iniciativa pública para su desarrollo. Y,
evidentemente, esta fuerte restricción impacta muy negativamente sobre
Cataluña, una comunidad, un país que representa el 25 % de la industria y
de la actividad cultural de toda España. Especialmente sangrante es el
tratamiento a Barcelona, a su condición de capitalidad cultural y a la
incapacidad para reconocerla con un convenio que ya estaba suscrito.
Quiero mencionar aquí la falta de partida para la Biblioteca provincial
urbana de Barcelona, cuando todos los estudios y los proyectos están
sobradamente terminados.


Finalmente, quisiera destacar también, como siempre he hecho cada
año, el bajísimo compromiso, por no decir nulo, del Ministerio de Cultura
con la pluralidad lingüística de España, incapaz de proveer una mínima
subvención a las academias de la lengua catalana, de la lengua galega o
del euskera, que son el símbolo y la garantía de esta realidad
plurilingüe, en coherencia, desgraciadamente, con su incapacidad para
abordar una imprescindible ley en esta materia o ni tan siquiera para
incorporar una referencia explícita al texto de la ley que hemos aprobado
este año para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. En
definitiva, motivos más que sobrados para vetar esta sección.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Martí.


El Grupo Mixto, a través del senador señor Espinar, presenta la
enmienda 75. Para su defensa, tiene la palabra la senadora señora
Lima.


La señora LIMA GOZÁLVEZ: Sí, señor presidente, la doy por
defendida.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias.


Turno en contra.


Tiene la palabra el senador Soler-Espiauba Gallo.


El señor SOLER-ESPIAUBA GALLO: Gracias, señor presidente.


Señorías, la partida destinada al Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte sube un 9,64 % respecto al año 2015. Hemos oído a lo
largo de todo el debate, de esta sección y de otras, la crítica
pormenorizada —yo creo que más cercana al teatro que a la realidad
política— de la izquierda, sobre todo del Grupo Socialista,
respecto a unos presupuestos en los que nos recordaban los recortes o los
ajustes que ha habido que hacer a lo largo de los últimos cuatro años,
pero nunca recuerdan que todos estos recortes se inauguraron en 2011, el
último año del Gobierno de Zapatero, y tengo que recordarles que una de
las iniciativas más importantes —y estoy seguro de que hasta
Podemos me apoyará en esto— fue la reforma del artículo 135 de
nuestra Constitución, precisamente para consolidar la estabilidad
presupuestaria.


Es cierto que el Grupo Socialista se tiene que sentir
terriblemente incómodo con este asunto, y yo lo puedo entender. Pero,
desde luego, la política de recortes, absolutamente necesaria —algo
que no solamente se ha dicho en esta Cámara, sino en todos los foros
económicos de todo el mundo y en todos los gabinetes de todas las
potencias del mundo, occidental y oriental, porque hasta China tuvo que
avisar al señor Zapatero de lo que estaba sucediendo—, comenzó
en 2011 con el señor Zapatero, y no por capricho, porque a cualquier
Gobierno le gusta gastar más y hacer más. Pero, realmente, no puede
hacerlo si no tiene dinero porque se haya hecho una mala administración,
haya venido además una crisis y haya muchos menos ingresos.


Con esta premisa, hay que decir que para el próximo año tenemos
unos presupuestos en educación que se diferencian de los años anteriores
en que representan un crecimiento sintomático que anuncia una
recuperación sobre lo que ha sido la economía de España en los cuatro,
cinco o seis últimos años. Más del 66 % del total de los Presupuestos
Generales del Estado en materia de educación se destinan a partidas de
cohesión social. Y no me vengan a decir desde la izquierda que el
Gobierno de centroderecha ha tenido la aviesa intención de pretender la
pérdida de cohesión social en nuestro país. Todo lo contrario. Ha habido
que hacer muchos números, ha habido que tener mucho cuidado en cómo se
subían los impuestos —y se lo dice un liberal al que cualquier
impuesto le parece sospechoso— y cómo, al tiempo, se tenían que
hacer ajustes presupuestarios muy antipáticos, muy difíciles y a veces
muy dolorosos.


Esto conlleva el que hoy podamos decir que tenemos un nuevo
impulso en estos presupuestos, diferente al de años anteriores. El nuevo
sistema de becas ha mejorado los resultados académicos, y el otro día se
lo tuve que recordar al señor Álvarez Areces en la comisión; por mucho
que se empeñe, yo no sé qué cifras maneja usted, pero desde luego las
cifras oficiales que manejamos todos los demás dicen que en el año 2012
había 1200 millones en becas y que este año en los presupuestos que
presentamos hay más de 1400, con una subida es verdad que simbólica, que
desde un punto cuantitativo no es lo suficientemente llamativa, pero que
sí supone una sostenibilidad del crecimiento de los presupuestos en
educación de unos 3 millones de euros.


También he de decir que la cuantía media de las becas
universitarias que había descendido, ha ascendido en estos presupuestos
a 2166 euros, cuando en el curso 2013 a 2014 era de 2063. Es un aumento
significativo. Las comunidades autónomas además recibirán 368 millones de
euros para la implantación de la LOMCE, que será la primera ley no
socialista de los últimos treinta años y la primera ley que se diferencia
de todos los errores que han contenido las leyes anteriores con respecto
a los resultados que hemos podido detectar en las dos últimas décadas que
nos decían todos los informes, incluido el informe PISA; había cosas que
había que corregir, porque los resultados que estaban dando las leyes
anteriores eran equivocados, no eran los deseados, y había una
equivocación en los diseños de las anteriores leyes de educación que
estaban llenando nuestro sistema educativo de fracasos de distinta
índole.


Por otra parte, hay que recordar que la tasa de reposición del
profesorado universitario y no universitario sube al 100 % por primera
vez desde 2012. Aquí he oído decir a uno de los intervinientes de la
oposición que se habían destruido un montón de puestos docentes, sobre
todo en la universidad. Debo recordar que nuestro país tiene el doble de
universidades que Alemania, y ello con la mitad de la población. Quizá
tengamos que medir mucho los argumentos antes de profundizar en
determinadas afirmaciones, cuando quizá en las universidades tendríamos
que aspirar mucho más a la calidad que a la cantidad, cosa que, por
desgracia, necesitamos influir e impulsar desde muchos presupuestos. Pero
les tengo que recordar que la educación no depende solo de números,
también depende de filosofía; abandonar la excelencia, abandonar la
fortaleza y la autoridad del profesor, como ha ocurrido en las dos
últimas décadas, era algo que había ido deteriorando el propio sistema
educativo.


Además, en cultura también hemos podido asegurar en estos
presupuestos una serie de mejoras notables, incluidas mejoras en el
sector audiovisual y el sector cinematográfico, algo especialmente
querido para este senador, que ha defendido siempre las artes
audiovisuales y las artes escénicas, y que creo que en estos presupuestos
se han contemplado de una forma muy distinta a como se había hecho en los
cinco presupuestos anteriores.


A los senadores de distintos partidos de Cataluña que han pasado
por esta tribuna les tengo que decir que quien les habla tiene no solo el
mayor respeto por la lengua y la cultura catalanas, sino la mayor
admiración. Podríamos mejorar muchas cosas, y estoy seguro de que
dialogando lo conseguiríamos. En cuanto a la crítica que hacen ustedes al
presupuesto para el Prado, el Thyssen o el Reina Sofía, no es algo que
compete solo a la Comunidad de Madrid o a los madrileños, es algo de
todos los españoles, y desde luego también de los catalanes, como también
creo que los museos que hay en Cataluña (Aplausos), que son maravillosos,
son parte también del resto de los españoles. Pero tenga usted en cuenta
que cuando empezaron las transferencias a las comunidades autónomas se
comenzó justo por las de cultura, porque se creía que la cultura de las
lenguas de las distintas regiones, nacionalidades y países con lengua
vernácula se defendía y se entendía mucho mejor desde el propio
territorio. Si ahora hemos cambiado esa opinión, yo estoy dispuesto a
dialogarlo, y le aseguro que todo el Grupo Popular también lo está. La
admiración, el respeto y la buena disposición que tenemos muchísima gente
hacia Cataluña y los catalanes es algo que deberían tener en cuenta y
deberían considerar ustedes.


No me da tiempo ya a entrar en el apartado de deportes, pero sí
les puedo decir que el Consejo Superior de Deportes recupera el nivel
presupuestario del año 2012.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, debe
terminar.


El señor SOLER-ESPIAUBA GALLO: Y la partida derivada de la
recaudación —y termino, señor presidente— del impuesto sobre
actividades del juego alcanza 75 millones de euros, 7,14 % más que la
previsión realizada en 2015, lo que repercutirá en los presupuestos del
deporte y en las actividades del deporte base, algo sobre lo que
seguramente podremos hablar mucho a lo largo de la próxima
legislatura.


Por tanto, nos oponemos a los vetos presentados y defendidos por
los distintos grupos parlamentarios con el mayor respeto por todos ellos,
y especialmente —lo quiero recordar—, por los grupos de
senadores catalanes que han manifestado sus discrepancias, que he
escuchado con toda atención. Me gustaría muchísimo hablar con todos ellos
sobre estos asuntos.


Muchas gracias por su generosidad, señor presidente.
(Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Soler-Espiauba.


A continuación, entramos en la sección 19, que vamos a debatir
conjuntamente con la 60.


El Grupo Socialista presenta la enmienda 86 a la sección 19 y
la 92 a la sección 60.


Para su defensa, tiene la palabra el señor Martínez-Aldama.


El señor MARTÍNEZ-ALDAMA SÁENZ: Gracias, señor presidente.


Cuando se pregunta a los españoles cuál es su principal problema,
la respuesta es contundente: el paro, el desempleo. Sin embargo, estos
presupuestos para el año 2016 ignoran el problema más importante que
tiene nuestra sociedad. Porque, señorías, con más de 5 millones de
parados, con casi 3,7 millones de parados sin ningún tipo de protección
social, traer aquí un presupuesto donde se recorta nada más y nada menos
que un 23 % la protección social al desempleo, no solo es criticable
—y lo criticamos—, no solo es censurable —de ahí este
veto—






, sino que sencillamente es injusto y antisocial. Y además lo
triste es que, para justificar este recorte, mienten una vez más. Dicen
que baja el presupuesto en materia de empleo porque el paro en España se
está reduciendo, y la pregunta es muy sencilla: ¿Tenemos ahora menos
parados que en el año 2011? No, señorías; rotundamente, no. Si comparamos
la segunda EPA de este año con la segunda del 2011, que es la comparación
válida para evitar el factor estacionalidad, nos encontramos con que hoy
hay en España 300 000 parados más, y por cierto, tenemos 635 000 parados
más sin protección pública que en el 2011. Por tanto, sería bueno que
explicaran ustedes por qué recortan un 23 % lo presupuestado para
proteger a nuestros parados; expliquen por qué han recortado 15 000
millones de euros en protección al desempleo desde el año 2011.


Señorías, estamos ante dos grandes capítulos de gasto: las
políticas pasivas y las políticas activas de empleo. Para políticas
pasivas, para pagar a los parados hay 5000 millones de euros menos este
año, y hay 12 700 millones menos que en el 2011. Luego, se puede concluir
que el Partido Popular ha recortado un 40 % el gasto con las personas que
más lo necesitan, con los más vulnerables, que son nuestros parados, y
han llevado, sin duda, a que la tasa de cobertura sea la más baja de
nuestra historia. Dicho de otra forma, jamás los parados españoles
estuvieron tan desprotegidos como con el Partido Popular.


En cuanto a las políticas activas, yo les puedo reconocer, y se
lo reconozco, un ligero incremento para este próximo año 2016, pero eso
no puede esconder, y no esconde, el recorte de 2400 millones de euros
cada año desde el año 2011. Este recorte, criticado incluso por el Fondo
Monetario Internacional, trae consecuencias negativas. Por ejemplo, por
citarlo de forma gráfica, respecto a la falta de orientadores para ayudar
a los parados españoles, Europa indica que es recomendable un orientador
por cada 600 parados y, sin embargo, con este presupuesto para el
año 2016 habrá un orientador por cada 1312 parados. ¿Esto es recortar en
la dirección correcta? Pues no. Si hay menos orientadores, habrá menos
posibilidad de que un parado español encuentre trabajo.


Concluyo, señor presidente, para que mi compañero intervenga en
la sección número 60. Les daré un dato demoledor: el recorte que se ha
producido en el Servicio Público de Empleo desde que gobierna el Partido
Popular, sumando los cinco presupuestos del Partido Popular, ha sido
de 41 000 millones de euros: 27 000 en políticas pasivas de empleo
y 14 000 en políticas activas de empleo, teniendo, como tenemos, igual
número de parados. Y digo dato demoledor, señorías, porque esta cifra se
corresponde milimétricamente con lo gastado por el Gobierno de España
para rescatar a la banca. Se puede deducir que el rescate de los bancos
con el Partido Popular lo han hecho los más débiles: los parados
españoles. Desde luego, el PSOE no está de acuerdo con estas políticas,
con este castigo a los más débiles y con esta insensibilidad social. De
ahí el veto para el que pido el apoyo de esta Cámara.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Martínez-Aldama.


Para los cuatro minutos que faltan, tiene la palabra el senador
Oñate.


El señor OÑATE MARÍN: Gracias, señor presidente.


Estaremos de acuerdo con que en presupuestos se habla de
cantidades. Detrás de la mayor parte de ellas hay un reflejo cualitativo.
Quizá la sección 60 sea en este sentido la que tenga mayor importancia.
Es el bien público y el debate más importante que le queda no solo a
España, sino también a Europa porque va a definir el modelo de una
sociedad que tiende al envejecimiento, no solo laboral. Además, tenemos
que hacer este debate con un solo objetivo posible, que es lo que marca
la Constitución, y es conseguir la suficiencia económica de las
pensiones, que es tanto como decir la autonomía económica de nuestros
pensionistas. Sabemos que no tiene un encaje fácil en los presupuestos.
Ya era conocido y lo estábamos abordando con medidas para afrontar el
reto demográfico que lleva a igualar ocupados con el número de
pensionistas a largo plazo. Además, nos aparece un nuevo problema y es
que la dureza de la crisis está dejando en el sistema de pensiones un
nuevo cuello de botella: desempleados de larga duración, más de tres
millones, que cuando se les contrata se hace en situación de precariedad,
lo que va a dar, como consecuencia, un buen número de españoles con
carreras de cotización absolutamente imposibles. A esos les tendremos que
decir, y les decimos ya, que la respuesta no puede ser la que desde
algunos sectores están escuchando y es que de su mísero sueldo ahorren
para una capitalización privada que les dé derecho a una pensión privada
en el futuro. Por tanto, se trata de un gasto estructural que tenemos que
ir absorbiendo de manera estructural, es decir, poco a poco en cada
presupuesto. Y el presupuesto de este año no es que no sea un paso
adelante escaso, es que son varios pasos atrás en el futuro de las
pensiones. Se lo podría decir de varias formas, pero se lo resumo,
primero, porque la subida lineal del 0,25 % nos parece absolutamente
inaceptable. Las pensiones mínimas son la garantía para todos los
pensionistas de esa autonomía. El PSOE —se sabe ya, pero hay que
recordarlo— lo entendió de esa manera; por eso, los últimos ocho
años de gestión del Gobierno socialista se subieron estas pensiones
un 50 % cuando el IPC acumulado fue del 18 %. Es más, no solo se pagó
bien el presente, sino que se dejaron 66 800 en el Fondo de Reserva para
pensiones de futuro. Deberían ustedes reconocerlo, y no solo reconocerlo,
sino imitarlo. Da pena que no lo hagan y da mucha más pena oírles
ufanarse en la subida que van a hacer a los pensionistas en 2016
omitiendo que son 1,5 miserables euros, que no compensan absolutamente
nada la subida del coste de la vida.


La segunda razón poderosa es porque no podemos dar el visto bueno
a unos presupuestos que padecen continuamente el fuego amigo, y digo
amigo entre comillas. La ministra de Empleo es la mayor enemiga del
sistema de pensiones. Con la reforma laboral y la legislación laboral se
consuma un ataque masivo que lleva la temporalidad al 25 %, la
parcialidad al 15 %, la devaluación salarial al 10 %, y podía seguir,
unos 700 000 desempleados fuera del sistema de cobertura; insisto, un
ataque masivo al sistema de ingresos de las pensiones. La única
consecuencia posible es una reducción de ingresos, y ante esto, lo último
que podemos señalar con algo que está en debate es la falta de rigor, y
eso es lo que se ha hecho a la hora de presupuestar.


Hace pocos días la Autoridad Independiente de Responsabilidad
Fiscal dijo en esta Cámara que los presupuestos de la Seguridad Social
están viciados de origen. Un Gobierno y un partido serio no necesitarían
más para retirarlos y no tener que pedir nosotros esa retirada. No
obstante, no hacía falta que lo dijera la autoridad fiscal, los datos
saltan a la vista: en ingresos por cotizaciones ya está liquidado el
año 2014 y lo liquidaremos con 3640 millones de déficit; el promedio de
julio de 2015 de ingresos por cotizaciones va camino de un déficit
de 9800 millones y, si seguimos con esta progresión, para 2016 se acumula
una subida de un 6,7 %. Dijo el secretario de Estado el otro día en su
comparecencia que estamos mejorando, pero de momento agosto nos ha dado
un buen susto de 134 000 afiliados menos, pero, en fin, aunque subiera,
no serán nunca tantos para el cálculo que haría falta, y es que harían
falta más de 3 millones de nuevos empleos para satisfacer esta
cantidad.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor,
finalice.


El señor OÑATE MARÍN: Por tanto, al actual ritmo de
crecimiento, 2016 será un año con más de 17 000 millones de déficit y, en
fin, da miedo decirlo.


Termino diciendo que lógicamente esto lo soportan porque se han
ensañado con el Fondo de Reserva. Las propias previsiones del Gobierno
dicen que a final de 2016 habrá dispuesto de 48 680 millones, un 73 % de
la herencia de Zapatero —creo que serán más—, y no solo esto,
el sistema de pensiones tiene entre sus ingresos 22 000 millones de
intereses de las cuentas corrientes. Si hacemos desaparecer el principal,
haremos desaparecer también los intereses.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por favor,
finalice.


El señor OÑATE MARÍN: Por tanto, es muy mal presupuesto para el
presente, una amenaza para el futuro, que abre la puerta, como mínimo, a
la publicidad de las pensiones privadas y es por lo que presentamos este
veto. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Oñate.


El Grupo de Convergència i d`Unió presenta la enmienda 116 a la
sección 19 y la enmienda 122 a la sección 60.


Tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.


Efectivamente, presentamos veto a las dos secciones, a la
sección 19 del Ministerio de Trabajo y a la sección 60 de la Seguridad
Social. Este veto está fundamentado esencialmente por diferentes motivos.
Voy a hacer un rápido repaso a la sección 19 y después pasaré a
la 60.


Presupuestos para 2016: reducción de la cobertura de desempleo
del 22 %, cantidades asignadas en el presupuesto. Si lo comparamos con
el 2011, con una tasa de paro similar, la reducción de dicha partida
presupuestaria supone un 39 %. Por tanto, ya sabemos que han disminuido
las coberturas y, al disminuir, no se tiene que asignar tanta cantidad,
pero esta reducción, sinceramente, no es de recibo.


Estas tasas de paro, ¿qué representan? Que hay cantidad de
personas que han agotado la prestación, que no se incorporan al mercado
laboral y se quedan sin ningún tipo de cobertura. Ante esta situación de
paro de larga duración, se tendría que haber reaccionado mediante
políticas activas de ocupación. Creemos que las cantidades son
absolutamente insuficientes, y este es el motivo por el que presentamos
el veto.


Respecto a la sección 60, Seguridad Social, me voy a detener un
poco más. Hemos presentado el veto por diferentes motivos. El principal
es la sobredimensión, sobreestimación de la recaudación por cuotas de la
Seguridad Social. Ustedes prevén para el 2016 un crecimiento del 6,7 %.
Para el 2015, ¿qué previsión hicieron? Incremento del 6,8 %. ¿Cuánto
incremento llevan en la recaudación de la Seguridad Social a junio
de 2015? Pues 0,77 %. No se van a cumplir las previsiones de 2015 ni
tampoco las de 2016. Por tanto, van a generar más déficit de lo previsto
en la Seguridad Social en 2015 y van a generar más déficit de lo previsto
en la Seguridad Social en 2016. Esto lo dice el Grupo de Convergència i
d’Unió; por eso hemos presentado el veto.


Pero más allá de la comparecencia de la Autoridad Independiente
de Responsabilidad Fiscal en esta Cámara, ayer conocimos —no se lo
voy a leer como nos ha leído el documento que presentó el señor ministro
ayer— que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal dio
a conocer este informe que les muestro de fecha 28 de septiembre. Es el
informe preceptivo que debe presentar la Autoridad Independiente de
Responsabilidad Fiscal respecto a los proyectos y líneas fundamentales de
los presupuestos de las administraciones públicas. Del Proyecto de
Presupuestos Generales del Estado 2016 dice varias cosas —algunas
se las ha recordado esta mañana el señor ministro— respecto a la
regla de gasto. (El señor presidente ocupa la Presidencia).


Vamos a repasar como hacía el señor ministro esta mañana.
Página 24 del informe, «Análisis por agentes. Sistema de la Seguridad
Social». Leo textualmente —no es la enmienda de Convergència, sino
la enmienda a la totalidad de los presupuestos de la Seguridad Social que
les hace la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal: El
Proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2016 recoge una previsión
muy ambiciosa de ingresos por cotizaciones. Los presupuestos presentan un
crecimiento del 6,7 % respecto al presupuesto inicial de 2015 y más
del 15 % respecto a la previsión de liquidación realizada por la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal para este año. Este
crecimiento —escuchen el dato— no está en la línea con el
crecimiento de las cotizaciones previsto en el plan presupuestario
presentado para el 2015-2016, que estima un crecimiento del 1,8 % para
el 2015 y del 3,9 % para el 2016. Es decir, no está de acuerdo con el
plan presupuestario que el mismo Gobierno acaba de presentar hace pocas
semanas. Continúa diciendo: Las estimaciones incluidas en el Proyecto de
Presupuestos Generales del Estado para apoyar la evolución prevista de
las cuotas no explican un aumento de esta magnitud. El crecimiento de los
ingresos se ve minorado, además, por el efecto de las reducciones de las
cotizaciones en vigor: la tarifa plana, exenciones de cotización,
etcétera. Las estimaciones que hace la Autoridad Independiente de
Responsabilidad Fiscal para las cotizaciones difieren sustancialmente de
las previsiones incluidas en el proyecto de presupuestos.


Por último, por lo que respecta a los ingresos totales,
disminuyen los rendimientos del fondo de reserva. Con esto y con las
conclusiones respecto al gasto de la Seguridad Social —leo
textualmente: «Por el contrario, se observa una posible insuficiencia en
la dotación del gasto asignada a la prestación de incapacidad
temporal»—, sobredimensionan los ingresos e infradotan los gastos.
Conclusión: el déficit de la Seguridad Social previsto para 2016 no se
puede cumplir, no se va a cumplir, es materialmente imposible que lo
puedan cumplir; no van a cumplir el de 2015 y no van a cumplir el
de 2016. Ayer el señor ministro estaba muy contento porque las
corporaciones locales duplicaban el superávit. Aunque lo tripliquen, lo
van a necesitar todo para compensar el mayor déficit de la Seguridad
Social.


Este es el motivo por el que nuestro grupo mantiene este veto; un
veto que, además de los presentados por otros grupos: Socialista,
Convergència i Unió, y Entesa, podríamos añadir que es el veto que les
presenta, a través de este informe, la Autoridad Independiente de
Responsabilidad Fiscal. Este es el verdadero veto a la sección 60.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bel.


El Grupo Parlamentario de la Entesa ha presentado las enmiendas
números 102 y 108 a la sección 60.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Guillot.


El señor GUILLOT MIRAVET: Gracias, señor presidente.


Quiero empezar con una nueva noticia. Hoy nos hemos enterado de
que el principal azote del gran capital de los poderosos, de los ricos,
de las grandes fortunas es el PP. Ha emergido un nuevo bolchevismo pepero
que se manifiesta y acusa a la izquierda de entreguismo frente a estas
grandes fortunas. ¡Hay que tener cuajo! Hay que tener cuajo para hacer
este tipo de afirmaciones. (Aplausos).


Les voy a responder, no a esta radicalización del PP, que no
preocupa a nadie, porque piensen que las gentes de estas grandes fortunas
fueron sus donantes, forman parte de todos sus escándalos. Señorías, les
voy a hablar de la política de empleo, para que vean cuál es la relación
del Partido Popular con el capital.


La primera medida que toma este Gobierno, una de las primeras
medidas que este Gobierno toma en 2012 es la devaluación interna, y el
principal instrumento de esta devaluación interna fue y es la reforma
laboral. ¿Y qué ha representado la reforma laboral en el mercado de
trabajo? Pues facilitar y abaratar el despido, la devaluación salarial,
la pérdida de derechos laborales, el incremento de la siniestralidad
laboral y la pérdida de capacidad negociadora de los sindicatos; unos
sindicatos sometidos en los primeros años del mandato de Rajoy a un
repugnante linchamiento. Esta es la primera medida que ustedes toman. Y
cuando el ministro Montoro y algunos de sus portavoces dicen: «No.
Levantemos la bandera; venga, sociedad, a sacrificarse», les quiero
recordar que dijeron: Sí, clase trabajadora, capas medias, capas
populares sí; los otros no; no hace falta que os sacrifiquéis. Porque a
la fuerza ahorcan, y ustedes han depositado la carga de los costes de la
crisis en la clase trabajadora, en las capas medias, en las capas
populares. Si no, ¿qué ha sido la devaluación interna? ¿De qué ha servido
la reforma laboral? Han tenido estos efectos. Es una reforma laboral
complementada con otras medidas legislativas que no solo han empobrecido
el mundo del trabajo, sino que han apostado por un modelo de empleo
precario. Con este Gobierno han emergido nuevas figuras de pobreza: la
pobreza energética y la pobreza laboral; es decir, un 12 % de
trabajadores que constan como empleados pero con unos salarios que no les
permite salir de la pobreza.


Una segunda decisión de este Gobierno son los recortes en los
principales instrumentos públicos que garantizan la igualdad de
oportunidades. ¿Qué han conseguido con ello? Que España sea el país de la
Unión Europea que más ha crecido en desigualdades de renta y en el que
más se ha deteriorado la igualdad de oportunidades. Con sus decisiones,
han creado una desigualdad económica que adopta tres dimensiones: la
exclusión social, las diferencias de renta y riqueza y la desigualdad de
oportunidades; desigualdades que golpean con especial intensidad a
mujeres y jóvenes.


Una tercera decisión es seguir apostando por un modelo productivo
de bajísima calidad. Ustedes no han aprendido nada de la crisis. Seguimos
con el turismo, seguimos con la construcción, seguimos con el sector
servicios orientado a una bajísima calidad. Y con esto ¿qué pasa?, que
nos hace muy vulnerables y crea empleo de muy baja calidad. Han dado la
espalda a un modelo productivo nuevo, competitivo, de alto valor añadido,
basado en una economía del conocimiento que permita generar empleo de
calidad. Y, miren, señorías, cuando empleo y economía crecen más o menos
al mismo ritmo, esto solo se explica porque la productividad apenas
crece, y la mejora de la productividad, otra de las grandes olvidadas de
este Gobierno, es uno de los principales retos de esta economía.


Ustedes, señorías del PP, siguen afirmando, siguen creyendo, que
la mejor política social es la creación de empleo, pero es que ustedes
crean empleo precario y mal pagado. Ustedes aún no han entendido que la
mejor política social es la implantación de una serie de medidas: la
primera, proteger a los más vulnerables, a los desprotegidos, y eso
significa no recortar las prestaciones por desempleo, como han hecho a lo
largo de la legislatura, que las recortan muy por encima de la estimación
de la caída del paro. No han acabado de entender que frente a una
realidad laboral de incremento del trabajo en precario, de pérdida
constante de empleo fijo y a jornada completa, de crecimiento del paro de
larga duración, de reducción de la población activa y de un paro que
sigue por encima del 20 %, este Gobierno no puede recortar estas partidas
de prestaciones a los desempleados y debe apostar por políticas activas
de empleo, algo que no han hecho. El señor Martínez-Aldama se lo ha dicho
anteriormente: el Servicio Público de Empleo en España es una de las
figuras más maltratadas por este Gobierno.


Señorías, para cerrar la cuestión del empleo, quiero decir que el
senador Saura y yo, cuando presentamos este veto, lo hicimos desde una
voluntad: jamás aceptaremos que sean los márgenes de beneficio de las
élites económicas quienes delimiten los márgenes de la actuación
política, algo que sucede dentro de este nuevo bolchevismo pepero.


Respecto a los presupuestos de la Seguridad Social, se repite la
misma historia: ingresos sobrevalorados, gastos infravalorados, y al
final se echa mano del Fondo de reserva de la Seguridad Social. Esto es
lo que ha pasado año tras año. Año tras año es siempre la misma historia.
Es una especie de trampa ya conocida que repiten en cada uno de los
presupuestos. La verdad es que con las cuentas de la Seguridad Social, la
desfachatez del señor Montoro no tiene parangón. Señorías, en 2013 se
recaudaron 7648 millones de euros menos que lo presupuestado; en 2014 se
recaudaron -4226; en 2015 se anuncian también desviaciones negativas en
los ingresos; el déficit acumulado hasta julio era de 4500 millones de
euros. Con los gastos pasa lo contrario, se infravaloran y luego se
desvían al alza: en 2014 fueron 2716 millones de euros, y lo mismo se
augura para el cierre de 2015. Ruego a los portavoces del PP que no me
digan que este año las previsiones sí se van a cumplir. Cojan el librito
amarillo y verán que las previsiones que el Gobierno realiza año tras año
se incumplen con la presentación del nuevo presupuesto. No me digan que
esto año sí; lo que dicen va a ir a misa, porque no es posible.


¿Qué previsiones hace el Gobierno para 2016? Que las cotizaciones
sociales crecerán un 6,75 % respecto a 2015 y que su peso en la Seguridad
Social crecerá un 3,19 %, pasará del 80 al 83,19 %. ¿Son creíbles estas
previsiones? No, para nadie. Antes lo ha dicho el senador Bel, es
imposible.


Les daré unos datos, y los piensan, los meditan, los trabajan y
verán que es imposible: tasa de temporalidad, 25,1 %; tasa de trabajo a
tiempo parcial, 15,8 %; devaluación salarial, un 10 % aproximadamente; el
incremento salarial que se prevé para 2016 se calcula en un 1 %;
congelación del salario mínimo interprofesional, y siguen las
bonificaciones y exenciones a las cuotas de la Seguridad Social, solo la
tarifa plana detrae 1500 millones a los ingresos de la Seguridad
Social.


¿Qué va a pasar? Que este año 2016 tendrán que retirar 6000
millones del Fondo de reserva de la Seguridad Social. ¿Pero realmente qué
es lo que está pasando, qué es lo peor, lo más tramposo y para mí lo más
inmoral de estos presupuestos? Que ustedes para cuadrar el déficit
hinchan ingresos, rebajan gastos y luego tiran del Fondo de reserva. Pero
es que el Fondo de reserva de la Seguridad Social se ha construido con
las cotizaciones de trabajadores y empresarios; no son impuestos, y no
está para corregir el déficit.


El otro día un portavoz del Partido Popular —siempre hay un
portavoz ocurrente— me decía: ¿Para qué va a servir el Fondo de
reserva de la Seguridad Social? Pues para echar mano cuando hay déficit.
Pero es que este es un déficit tramposo, es un déficit querido, es un
déficit que ustedes plantean con unas cuentas tramposas, con lo cual al
final el Fondo de reserva está financiando, insisto, la reducción del
déficit.


Señorías, como veo que me queda muy poco tiempo y no quiero
pasarme, les diré que mi grupo cree, al igual que la Autoridad
Independiente de la Responsabilidad Fiscal, que ustedes deben mover
pieza, que la situación de la Seguridad Social es delicada, que su
gestión ha sido perniciosa. Me corrijo: casi mejor que el que ustedes
muevan pieza, es que consigamos echarles, que se vayan y así poder salvar
a la Seguridad Social.


Gràcies, senyor president. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Guillot.


En el turno en contra, tiene la palabra la senadora Peris.


La señora PERIS JARQUE: Con la venia, presidente. Señorías,
buenas tardes.


Intervengo para manifestar, en primer lugar, que voy a compartir
el turno: yo voy a hablar de la sección 19, Empleo, y mi compañero José
Blas Fernández llevará la sección 60, Seguridad Social.


Respecto a la sección 19, quiero anunciar nuestro voto en contra
de los vetos y ello por varios motivos: en primer lugar, estos
Presupuestos Generales del Estado para el 2016, y un poco al hilo de lo
que comentaba el señor Guillot, son creíbles y generan confianza. Son
creíbles y generan confianza estos, y los anteriores y los anteriores y
los anteriores. De hecho, si en alguna cifra se han equivocado los
presupuestos es en que se han quedado siempre por debajo de previsiones
que han sido mejores.


En cuanto a los Presupuestos Generales del Estado para empleo, su
objetivo es favorecer la creación de empleo sin dejar de lado la
protección de los desempleados. Me sorprende que pongan tanto en duda la
cantidad que se destina a la protección por desempleo cuando jamás se ha
dejado de pagar ninguna cantidad de prestaciones por desempleo ¿O conocen
algún caso que se haya dejado de pagar? No se ha dejado de pagar. No
generen dudas ni siembren dudas sobre un asunto tan delicado y tan
importante, y además es un crédito que todos conocemos y sabemos que es
ampliable.


Quiero destacar que se han aumentado en un 3,7 % los fondos para
las rentas activas. Quiero poner en valor el programa de activación, el
programa de orientación para personas de 30 a 55 años, que va a suponer
un desembolso de 516 millones en dos años, con unos potenciales
beneficiarios que son 1 264 000 personas, repito, de 30 a 55 años. Quiero
destacar el Plan Prepara, 219 millones de euros, y hay que recordar que
dicho plan no se computa a efectos de índice de protección, así como las
rentas activas. Quiero destacar el incremento de un 65 % de la dotación
para medidas de orientación, un 5,8 % para formación para el empleo,
un 9 % las bonificaciones a la contratación, un 15,7 % a la incentivación
de colectivos más desfavorecidos. El total de las políticas activas se
incrementa un 10 % para el presupuesto de 2016, y hay que sumar que ya se
incrementó en los presupuestos de 2014 y 2015 un total de un 25 % el
presupuesto para políticas activas. Por tanto, entenderán que votemos en
contra de estos vetos.


Además, estos vetos en su redacción admiten la creación de
empleo, que se está creando empleo. Nos ha costado muchos años de debate,
pero, por fin, los datos son tan incontestables que no los pueden negar;
algún grupo disiente, pero la oposición se tendrá que poner de acuerdo.
Se está creando empleo, y ha costado mucho. No voy a empezar con la
herencia del 2011, pero no es por la herencia, es por los datos que se
encuentra este Gobierno en 2011, además de los más de 3,5 millones de
personas que se habían ido al paro y el contexto de crisis y de recesión,
que, como todos saben, ha sido histórica. ¿Era un contexto que ya
conocíamos, que ya habíamos vivido o era diferente, especial y específico
de los que hemos vivido ahora? Por tanto, el Partido Popular, el Gobierno
tuvo que enfrentarse a una masiva destrucción de empleo, frenando primero
el desempleo y, como hemos dicho, creando ahora ya empleo, que ha sido
fruto, sí, del esfuerzo de toda la sociedad, de toda la sociedad, de
toda, y además lo sigue siendo, pero también ha sido gracias a la
política presupuestaria y de reforma legal que ha habido en el área
laboral, y en todas, por nuestro Gobierno, y algunas normas que incluso
ustedes han apoyado. Se está creando empleo; entonces ¿qué es lo que
critican? Que es un empleo precario. Es un dato incontestable que hoy en
España tres de cada cuatro personas tienen un contrato indefinido y uno
de cada cuatro un contrato temporal. Los contratos de menos de tres meses
de duración, de menos de tres meses, no llegan al 4 %, que es una cifra
inferior a la que había en 2011.


Los salarios. Respecto a la moderación salarial hay que destacar
los dos acuerdos de los agentes sociales, patronal y sindicatos, que ha
habido al respecto. Evidentemente, nunca se ha salido de la crisis como
se está saliendo ahora; se está saliendo de la mayor crisis de recesión
que hemos vivido creando empleo, con una tasa de crecimiento bajísima,
que no se había visto nunca, y creando empleo de calidad. Insisto,
en 2011 los contratos indefinidos caían a un 29,5 % y hoy, en 2015,
crecen a un 14,4 %. Hoy hay 568 000 afiliados más a la Seguridad Social
que hace un año, hay más de 300 000 parados menos que en 2011 y ya hemos
recuperado 1 200 000 empleos de los destruidos con la crisis.


Finalizo. Yo creo que la pobreza la genera el contribuir de
alguna manera a hacer un Estado no viable, en quiebra, al borde del
rescate. Si nos hubieran rescatado hubieran bajado pensiones y salarios y
esto hubiera sido el caos. Eso sí contribuye a la pobreza, así como la
destrucción masiva de empleo. Nuestro gran objetivo hoy, el objetivo del
Partido Popular, del Gobierno del Partido Popular, que es un objetivo
realista, es que en la próxima legislatura se llegue a los 20 millones de
ocupados en este país. Nosotros lo esperamos porque para ello hemos
trabajado, pero también los españoles lo esperan. Esa será nuestra
vocación, y es la que ha sido siempre: trabajar por los españoles.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Peris.


Tiene la palabra, senador Fernández Sánchez.


El señor FERNÁNDEZ SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.


Señorías, seré muy breve porque la parte que me corresponde es la
defensa de la gestión del Gobierno en cuanto a las pensiones.


Nos encontramos ante unas dotaciones para la política de
pensiones en el año 2016 que ascienden a 135 448 millones de euros; y es
bueno que se sepa por todos los que escuchan en estos momentos este
debate, que el gasto de prestaciones económicas va a subir y va a crecer
un 3,2 %. Las pensiones contributivas van a subir un 2,8 %, y ahora se ve
y se pone de relieve la medida que tomó el Gobierno en su momento de
separar las pensiones no contributivas de las contributivas, porque se ha
sabido perfectamente que las contributivas van a ir con cargo, como es
lógico, a los presupuestos directamente de la Seguridad Social, y, sin
embargo, las no contributivas van directamente con cargo a los
presupuestos del Estado. Vamos a tener una mayor dotación de las
pensiones, que van a aumentar este año próximo en 3 272 000 000,49 euros,
que es una subida bastante importante. Y sobre todo, algo muy importante
es que se garantiza la subida en el 0,25 %. Es decir, todas las pensiones
van a subir un 0,25 %. Sin embargo, también hay que recordar que hay un
número creciente de pensiones de jubilación. Todos conocemos, por la
longevidad y por la esperanza de vida, cómo están aumentando las
pensiones y cómo —lo acaba de decir mi anterior compañera— va
a haber cerca de 568 000 pensionistas más el próximo año.


Por lo tanto, las pensiones contributivas crecen, como he dicho
antes, un 2,8 %. Y en armonía con lo que acaban de decir algunos
portavoces de que se ha utilizado, como es lógico, el Fondo de pensiones,
quiero recordar que los socialistas cuando gobernaron, en su momento
hurtaron al Fondo de pensiones cerca de 15 000 millones para pagar el
déficit de caja, y nadie recuerda que en aquel momento el déficit de caja
se estaba enjugando con el Fondo de pensiones, que en aquel momento tenía
superávit, y por eso se utilizó para ello. Por lo tanto, creo que a veces
hay que tener la boca prestada para decir cosas, porque algunas veces esa
memoria que muchos llaman histórica no se corresponde con la realidad.






Por lo tanto, señorías, creo que es importante que además de esta
contención que va a haber de las pensiones, garantizada en el 0,25 %, se
hable de la inflación, ya que hay una ganancia del poder adquisitivo, y
ya se ve perfectamente que en el trasiego del poder adquisitivo del IPC,
que no está subiendo de acuerdo con la realidad, sino directamente muy
por debajo de lo que realmente es el mercado, estamos subiendo
lógicamente las pensiones un 0,25 % y es una ganancia mayor.


Hay quien dice que las pensiones van a tener una situación
catastrófica, incluso poniendo en entredicho que el pago de pensiones no
se va a llevar a cabo o no se va a utilizar. Yo creo que si algo es
sinónimo del Partido Popular es que se va a dar una garantía en las
pensiones, y lo decimos porque de los presupuestos que estamos aprobando
en estos momentos se destina un 53 % a políticas sociales y más del 40 %
a la Seguridad Social. Es un presupuesto altamente social, y las partidas
están perfectamente delimitadas y contempladas en él.


Pero es bueno que recordemos la verdad. Se dice que la subida de
un 0,25 % parece que no es subida. No olvidemos que ya vamos por cerca
de 9 millones de pensiones, es decir, que entre pensionistas que puedan
obtener una pensión contributiva o bien algunos que la tienen
contributiva pero pueden compaginar la pensión del régimen general, por
ejemplo, con la de viudedad u orfandad, que es compatible con ella,
resulta que el número de pensionistas ha aumentado a unos 9 millones. Eso
lo ha hecho este partido y hemos dicho anteriormente que vamos a dotarlo
de 3272 millones más, es decir, van a aumentar en el coeficiente total de
las pensiones muchos millones, que van a surtir efecto en los
pensionistas. Lo que no podemos olvidar nunca es que hubo quien gobernó
este país y fue la única vez que se congelaron las pensiones, y eso es
bueno decirlo en estos presupuestos. Cuando se gobierna y se congelan las
pensiones y no se tiene capacidad de obrar en el mundo de la Seguridad
Social, se debería estar, lógicamente, más calladito y decir realmente lo
que se ha hecho en su momento y lo que otros hacen cuando llevan a cabo
una gestión competente en el sistema público de pensiones.


Este es el sistema que vamos a llevar a cabo, como en su momento
se ha hecho en anteriores presupuestos. Persisten los objetivos de años
anteriores de corregir los desequilibrios macroeconómicos que presenta la
economía española. Por lo tanto, va a ir mucho más reforzada con este
tipo de prestaciones y, sobre todo, va a haber una situación de garantía
importante para todos los pensionistas y para todos aquellos que nos
estén escuchando. El Partido Popular garantiza y consolida las pensiones,
mientras que hubo otros que gobernaron, las dejaron a cero y encima
dejaron un déficit de caja de más de 15 000 millones.


Muchas gracias, señor presidente. (Rumores.— Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Fernández
Sánchez.


Señorías, con esta intervención suspendemos la sesión hasta
mañana a las nueve y media. Buenas noches.


Eran las veintiuna horas y veinticinco minutos.