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DS. Senado, Comisiones, núm. 467, de 08/06/2015
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COMISIÓN DE ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. OCTAVIO ADOLFO LÓPEZ RODRÍGUEZ


Sesión celebrada el lunes, 8 de junio de 2015


ORDEN DEL DÍA






Comparecencia del Secretario de Estado de Economía y Apoyo a la
Empresa, D. Íñigo Fernández de Mesa Vargas, ante la Comisión de Economía
y Competitividad, para explicar la política económica del Gobierno en lo
que queda de Legislatura.


713/000801
ayuda a las empresas; estrategia económica; política
económica


GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN EN EL SENADO CONVERGÈNCIA I
UNIÓ






Comparecencia del Secretario de Estado de Economía y Apoyo a la
Empresa, D. Íñigo Fernández de Mesa Vargas, ante la Comisión de Economía
y Competitividad, para informar sobre la situación económica y
perspectivas de la economía española y las líneas generales de la
Secretaría de Estado.


713/001073
política económica; secretario de Estado; situación
económica


GOBIERNO





Designar Ponencia




Proyecto de Ley de ordenación, supervisión y solvencia de las
entidades aseguradoras y reaseguradoras.


621/000125
Derecho de los seguros; compañía de
seguros


GOBIERNO





Proyecto de Ley de Auditoría de Cuentas.

621/000127
auditoría; control financiero

GOBIERNO




Se abre la sesión a las diecisiete horas.


El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Muchas gracias por su asistencia,
señorías. Se abre la sesión.


En primer lugar, proponemos la aprobación del acta de la sesión
anterior, celebrada el pasado día 20 de mayo de 2015. ¿Alguna enmienda,
modificación o adición? ¿Se puede entender aprobada por unanimidad?
(Asentimiento).


Muchas gracias.







COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA Y APOYO A
LA EMPRESA, D. ÍÑIGO FERNÁNDEZ DE MESA VARGAS, ANTE LA COMISIÓN DE
ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD, PARA EXPLICAR LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL
GOBIERNO EN LO QUE QUEDA DE LEGISLATURA.


713/000801

GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN EN EL SENADO CONVERGÈNCIA I
UNIÓ






COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA Y APOYO A
LA EMPRESA, D. ÍÑIGO FERNÁNDEZ DE MESA VARGAS, ANTE LA COMISIÓN DE
ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD, PARA INFORMAR SOBRE LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y
PERSPECTIVAS DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA Y LAS LÍNEAS GENERALES DE LA
SECRETARÍA DE ESTADO.


713/001073

GOBIERNO


El señor PRESIDENTE: Pasamos a los dos primeros puntos del orden
del día: en primer lugar, comparecencia del señor secretario de Estado de
Economía y Apoyo a la Empresa, don Íñigo Fernández de Mesa Vargas, para
explicar la política económica del Gobierno en lo que queda de
legislatura, a petición del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió; asimismo, comparecencia del Secretario de Estado de
Economía y Apoyo a la Empresa para informar sobre la situación económica
y perspectivas de la economía española y las líneas generales de la
Secretaría de Estado, a petición propia.


Damos la bienvenida al señor secretario de Estado de Economía, don
Íñigo Fernández de Mesa, que fue nombrado, como sus señorías conocen, en
el mes de agosto del pasado año en sustitución de don Fernando Jiménez
Latorre. Han sido varias las ocasiones, como saben, en las que hemos
previsto la comparecencia del señor Fernández de Mesa, pero no ha podido
sustanciarse hasta hoy por diferentes razones, algunas de carácter
personal. Su anterior responsabilidad y el hecho de ser uno de los
colaboradores más directos del ministro De Guindos, sin duda otorgan al
señor secretario de Estado un conocimiento muy cercano y atinado de la
situación económica, por lo que podrá aportar a esta comisión hoy y en el
futuro inmediato datos, valoraciones y propuestas de calado y será
también un canal de comunicación e información muy útil para el desempeño
de la labor parlamentaria que a esta comisión compete.


Así pues, en nombre de todos, quiero, señor Fernández de Mesa,
agradecerle su presencia y desearle que se sienta cómodo en esta su
primera comparecencia ante esta comisión, que estoy seguro que será muy
útil y valiosa para deliberar, debatir y analizar los datos y el marco en
el que se desenvuelve la situación económica de nuestro país.


Y ya, sin más dilación, señor secretario de Estado, suya es la
palabra.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA Y APOYO A LA EMPRESA
(Fernández de Mesa Vargas): Muchas gracias. Buenas tardes, señor
presidente, señorías.


Es para mí un honor comparecer como secretario de Estado ante esta
Comisión de Economía y Competitividad. En esta comparecencia daré cuenta
de la situación actual y de las perspectivas de futuro de la economía
española. También informaré acerca de las actuaciones en materia de
política económica que está llevando a cabo el Gobierno.


En poco más de dos años la situación de la economía española ha
dado un giro de 180 grados. En los últimos datos de contabilidad
nacional, publicados por el Instituto Nacional de Estadística hace tan
solo dos semanas, pudimos conocer que, en el primer trimestre del año, el
producto interior bruto creció un 0,9 % intertrimestral; es el séptimo
trimestre consecutivo de crecimiento del PIB y la mayor tasa desde el
año 2007. Además, el Instituto Nacional de Estadística nos informó de
que, en términos interanuales, el PIB creció un 2,7 %. Como todos ustedes
saben, este dato resulta de comparar retrospectivamente el PIB del primer
trimestre de 2015 con el PIB del primer trimestre de 2014, pero quizá sea
más ilustrativo anualizar la tasa intertrimestral, es decir, el 0,9 %,
con el fin de determinar el ritmo de crecimiento actual de la economía
española. Este ejercicio nos permite concluir que la actividad económica
en España crece actualmente a una velocidad de crucero superior al 3,5 %
interanual. Los indicadores adelantados que ya conocemos apuntan a que el
segundo trimestre será al menos tan bueno como el primero. Los índices de
sentimiento económico, de confianza del consumidor, los índices PMI, y
los datos de comercio minorista publicados en las últimas semanas,
confirman sin duda alguna el buen tono de actividad de la economía
española.


Al igual que en anteriores ocasiones, la previsión de crecimiento
del 2,9 % para el conjunto de 2015, publicada por el Gobierno en la
actualización del Programa de estabilidad, es prudente, alcanzable y
podría incluso superarse. En cualquier caso, de confirmarse la proyección
del 2,9 %, entre los años 2013 y 2015 se habrá experimentado un salto
de 4,1 puntos en el crecimiento del PIB; es decir, hemos pasado de un
decrecimiento del 1,2 a un crecimiento del 2,9. Este ha sido el mayor
salto de toda la serie histórica. La progresiva aceleración de
crecimiento económico en España también está siendo percibida por
analistas y organismos internacionales. Hay consenso entre los analistas.
La Comisión Europea y la OCDE han venido realizando continuas revisiones
al alza en sus estimaciones acerca de nuestro crecimiento. Hoy mismo,
hace apenas unos minutos, el Fondo Monetario Internacional ha vuelto a
elevar su previsión de crecimiento para España hasta situarla en un 3,1 %
para este año. Es la octava ocasión consecutiva en la que el fondo revisa
al alza su previsión para 2015, que en los últimos ocho meses ha
aumentado en 1,4 puntos. El Fondo Monetario a su vez reconoce, y creemos
que es importante, que la recuperación económica es intensiva en creación
de empleo y, por tanto, nuestro crecimiento económico es inclusivo.
Además, son las reformas estructurales las que están marcando la
diferencia, y apunta como el principal riesgo para revertir el
crecimiento económico que se produzca una vuelta atrás en las reformas
iniciadas en el año 2012. Creemos que todas ellas son afirmaciones que
apoyan la importante labor de reforma acometida en los últimos años y que
explican el crecimiento económico de España.


Además, el propio Fondo Monetario Internacional reconoce que España
crece a tasas muy por encima de las del resto de las grandes economías
europeas. Según la Comisión, en 2015 España crecerá casi un punto más que
Alemania, y superaremos aún en mayor medida los crecimientos de Italia y
de Francia; duplicaremos la tasa de crecimiento de la zona euro e,
incluso, creceremos más que el Reino Unido, una de las economías de la
Unión Europea que viene mostrándose más dinámica en los últimos años.
España ha pasado de ser uno de los países europeos con mayores
desequilibrios a convertirse en el motor de crecimiento europeo.


Un aspecto importante a destacar de la recuperación económica en
España es que se sustenta en un crecimiento económico equilibrado. Así se
puede deducir del análisis de la composición de este crecimiento. Desde
el punto de vista de la demanda, todos los componentes del sector privado
tendrán en 2015 una aportación positiva. El consumo de los hogares
crecerá cómodamente por encima del 3 %. Actuarán como palancas del
consumo, la dinámica positiva del mercado de trabajo, a la que me
referiré más adelante, la recuperación del crédito a las familias y la
mejora de la confianza de los hogares. Por su parte, la formación bruta
de capital fijo alcanzará en 2015 tasas superiores al 6 %. Esta inversión
vendrá impulsada tanto por las mejores expectativas y la mayor
rentabilidad empresarial, así como por la continua mejora en las
condiciones de financiación del sector privado. La inversión en bienes de
equipo crecerá en torno al 10 %, tasas similares a las de 2014, lo que
demuestra que las empresas españolas siguen apostando por aumentar su
capacidad productiva. Adicionalmente, y por primera vez desde el inicio
de la crisis, el crecimiento de la inversión también provendrá de la
inversión en construcción tanto en su componente residencial como no
residencial.


En lo que respecta al sector exterior, este mejorará en 2015 su
aportación al crecimiento. Las exportaciones se acelerarán hasta alcanzar
tasas de crecimiento cercanas al 5,5 %. La depreciación que experimentó
el euro a finales de 2014 comienza a tener efectos en nuestras ventas en
el exterior, efectos que se van a acentuar en la segunda mitad del año.
Pero sin duda alguna, la solidez de nuestras exportaciones es fruto de la
progresiva mejora de la competitividad de las empresas españolas. España
exporta a mayor ritmo de lo que crece el comercio internacional, lo que
implica que nuestras empresas van ganando cuota de mercado
mundialmente.


También las importaciones registrarán este año un componente
dinámico. El crecimiento será del 6,7 %, ligeramente superior al de las
exportaciones. Destaca el crecimiento de las importaciones de bienes de
equipo que entre enero y marzo aumentaron un 14,6 %; dato positivo porque
las importaciones de bienes de equipo están directamente relacionadas con
la mejora de las expectativas empresariales y contribuyen a impulsar el
crecimiento potencial de nuestra economía.


En definitiva, la economía española está en una fase positiva de
aceleración del crecimiento. Como ya he dicho, se trata de un crecimiento
equilibrado que, además, es sólido y sostenible porque, al contrario de
lo que ocurría en anteriores etapas expansivas, España crece a buen ritmo
y, a la vez, corrige sus principales desequilibrios macroeconómicos.


En primer lugar, la recuperación económica está siendo intensiva en
creación de empleo. España crea empleo prácticamente desde que retornamos
a tasas positivas del crecimiento del PIB. Gracias a la reforma laboral,
el umbral de crecimiento del PIB necesario para crear empleo se encuentra
hoy por debajo del 1 %. En el pasado, España necesitaba crecer a tasas
del entorno del 2,5 % para no destruir puestos de trabajo. El
comportamiento, por tanto, del mercado de trabajo está siendo muy
positivo. Los datos de la encuesta de población activa del mes de marzo
nos indicaron que en los últimos doce meses se crearon más de 500 000
empleos y que el número de parados cayó en 490 000 personas. Prevemos que
en el conjunto del año 2015 se van a crear más de medio millón de puestos
de trabajo, ritmo que continuará en los próximos años si continuamos con
el proceso de reformas. En contra de lo que muchas veces se dice, el
empleo que se crea es empleo de calidad. De los puestos de trabajo
creados en los doce últimos meses, el 93 % proviene del sector privado,
el 82 % es empleo a tiempo completo y el 62 % es empleo indefinido.
Además, todos los sectores de la economía están creando empleo, a
excepción de la agricultura.


Paralelamente a la recuperación de mercado, España crece,
corrigiendo su desequilibrio exterior. Señorías, por ponerles en
situación, el cambio en el modelo de crecimiento que ha sufrido nuestro
país en los últimos años ha sido importante y permítanme que haga una
comparación: en 2007 España crecía al 3,8 %, pero sufría un déficit por
cuenta corriente de casi el 10 % del PIB. España crecía en aquel momento
a un buen ritmo, pero el crecimiento no era sostenible, se basaba
fundamentalmente en el sector inmobiliario e importábamos muchísimo más
de lo que exportábamos. En el año 2015, es decir, prácticamente una
década después, ocho años después, la tasa de crecimiento anualizada será
de un 3,5 %, nuestro saldo exterior registrará un superávit corriente
del 1,3 % del PIB y la capacidad de financiación será del 1,7 % frente a
un déficit, como comentaba anteriormente, del 10 % en el año 2007. Esta
transformación estructural tiene su explicación en las reformas
acometidas en los últimos años que han permitido recuperar toda la
competitividad que España perdió desde que entramos en el euro. España es
hoy una economía enfocada al exterior; concretamente, es la segunda
economía más abierta entre los grandes países de la zona euro. Desde el
año 2009 nuestras exportaciones han pasado de representar el 22 % del PIB
al 33 % del PIB, justo el mismo porcentaje en el que la construcción ha
disminuido respecto del PIB. En los próximos años este impulso del sector
exterior no se parará como consecuencia de la recuperación de la demanda
interna, sino todo lo contrario, nuestras exportaciones crecerán a tasas
del 6 %, beneficiándonos de un entorno de precios bajos y de un
diferencial de inflación favorable con la eurozona; y es que si en la
fase anterior de crecimiento, de 2003 al 2007, España prometió un
diferencial de inflación desfavorable con la zona euro de casi dos puntos
porcentuales, en esta nueva fase crecemos más que en la zona euro y, a la
vez, mantenemos un diferencial de inflación favorable para nuestro país
de casi un punto porcentual, y esto explica la gran diferencia de
comportamiento de nuestro sector exterior.


Otro rasgo diferencial del actual crecimiento económico de España
es su compatibilidad con el desapalancamiento del sector privado.
Entre 2005 y 2007 se necesitaban 6 puntos de crecimiento en el crédito
privado para conseguir un aumento de 1 punto porcentual del PIB. Hoy
crecemos a tasas anuales superiores al 3 % y, simultáneamente, el sector
privado se desapalanca en unos 10 puntos porcentuales del PIB al año.
Partiendo del máximo nivel de endeudamiento que alcanzaron agregadamente
hogares y empresas en el 2010, España ha logrado reducirlo en 36 puntos
porcentuales del PIB. De proseguir el ritmo actual, a finales del 2015 el
endeudamiento del sector privado se habrá reducido hasta niveles ya
cercanos a los que se registran en la zona euro. Este proceso de
desapalancamiento está siendo posible gracias al buen comportamiento de
la economía y, en concreto, del empleo. Los hogares al incrementar su
renta disponible pueden repagar con más facilidad su deuda y, al mismo
tiempo, mantener el crecimiento del consumo. Las empresas, por su parte,
en un entorno económico más favorable en el que aumentan sus beneficios,
pueden desapalancarse y, al mismo tiempo, mantener elevadas tasas de
inversión.


Señorías, no cabe duda de que existen vientos de cola que suponen
un impulso al crecimiento de la zona euro. El programa de compra de
activos del Banco central europeo, la depreciación del euro y la caída
del precio del petróleo tienen indudables efectos positivos sobre el
desempeño económico de la región. Estos factores afectan a todos los
países que compartimos la moneda única y, por lo tanto, no explican el
crecimiento diferencial de España. Tampoco explican la mejora en los
flujos de crédito y la intensiva creación de empleo que acompañan a la
recuperación desde sus primeras fases. Señorías, el ambicioso programa de
reformas que ha acometido este Gobierno en los últimos tres años y medio
son la clave de esta sólida y equilibrada recuperación económica.


Permítanme ahora hacer un breve repaso de las principales reformas
estructurales que se han implementado a lo largo de estos últimos años.
Cuando comenzó la legislatura fueron tres los grandes ejes que
articularon la labor del Gobierno en materia económica. El primero de
estos ejes fue la reforma laboral del año 2012. Esta reforma consiguió
hacer más flexible el funcionamiento de un mercado de trabajo que
presentaba notables distorsiones. Las medidas puestas en marcha tenían
como objetivo reducir la dualidad y hacer que la legislación laboral
fuese más flexible a las circunstancias particulares de cada empresa.
Esta reforma ha permitido que nuestro mercado laboral comience a crear
empleo desde prácticamente el mismo momento en el que el país había
comenzado a crecer.


El segundo eje de actuación fue el decidido compromiso con la
sostenibilidad de nuestras cuentas públicas. Desde 2011 España ha seguido
una senda creíble y sostenible de reducción del déficit público. A
finales de este año, el déficit del 9 % del 2011 se habrá recortado a
menos de la mitad, hasta el 4,2 %. Este compromiso de consolidación ha
sido fundamental para que los inversores recuperen la confianza en la
sostenibilidad de la deuda pública. El coste medio de la deuda emitida
en 2015 se sitúa muy por debajo del 1 %, dato que contrasta con el coste
medio de emisión del 4,2 % en el año 2007. El Tesoro ha celebrado
subastas de letras de 3, 6, 9 y 12 meses en las que el tipo medio se ha
fijado en niveles negativos. En 2015 la ratio de deuda pública sobre el
PIB alcanzará su máximo, estará por debajo del 100 %, y a partir del año
que viene comenzará la senda descendente de esta deuda respecto del
PIB.


El tercer eje inicial de la política económica del Gobierno fue la
reestructuración y saneamiento del sector financiero. A lo largo de estos
tres años se ha producido una transfusión estructural del sector bancario
en España. Los cambios han venido impulsados tanto nacionalmente y en
Europa. En España se llevó a cabo un esfuerzo de recapitalización y
saneamiento de nuestras entidades sin precedentes; esfuerzo que
entre 2012 y 2013 representó más de 20 puntos porcentuales de nuestro
PIB; además se realizó una transferencia de activos a la Sareb por más
de 100 000 millones de euros. Pero, como ya hemos dicho ya en alguna
ocasión, más allá de estas grandes cifras lo verdaderamente importante
fue el rigor y la total transparencia que presidió el proceso. Ese
saneamiento y recapitalización vino acompañado de necesarias medidas de
gobierno corporativo fundamentales para recuperar la confianza en el
sector bancario español; se limitó el mandato de los consejeros
independientes y los sueldos e indemnizaciones de los directivos de
entidades que recibieron ayudas; también se reforzó el papel de los
organismos supervisores y se impulsó la profesionalización de las tasas,
garantizando su transferencia, rigor e independencia.


Paralelamente a los importantes avances realizados en España, en
Europa el desarrollo de la Unión Bancaria ha supuesto también un paso
esencial para el fortalecimiento del euro. En un tiempo récord se han
transferido las competencias en materia de supervisión bancaria desde las
autoridades nacionales al Banco Central Europeo, se ha puesto en marcha
el mecanismo único de resolución y se han acordado unas reglas del juego
comunes para la reestructuración y resolución de bancos.


El proceso de unión bancaria ya está teniendo efectos positivos en
el sector financiero. La supervisión única garantiza la convergencia en
las prácticas y estándares supervisores, lo que auspiciará un entorno
competitivo más armonizado a nivel europeo. Además, con la unión bancaria
se acaba con uno de los grandes problemas que sufrimos en la pasada
crisis financiera: el círculo vicioso entre banca y soberano. Las medidas
que hemos venido adoptando, en Europa y sobre todo en España, permiten
que nuestro sistema financiero disponga de una arquitectura institucional
sólida, solvente, saneada y en disposición de hacer fluir el crédito
hacia familias y empresas.


En efecto, esta mejoría en los flujos de crédito nuevo es una
realidad. Concretamente, el crédito nuevo a los hogares acumula ya un
crecimiento del 20 % en los últimos doce meses. Por su parte, el crédito
nuevo a pymes lleva creciendo en términos interanuales de forma
ininterrumpida los últimos diecinueve meses, y en los últimos doce meses
ha crecido un 10 %. España, además, ha sido el país donde el coste de
financiación para la pequeña y mediana empresa y para los hogares ha
tenido un descenso más pronunciado de entre los países de la zona euro, y
en gran medida se debe al éxito de la reforma en el sector
financiero.


Sobre estos tres grandes ejes, desarrollados desde el inicio de la
legislatura —la reforma del mercado de trabajo, el saneamiento y
reestructuración del sistema financiero y el cumplimiento del compromiso
de consolidación fiscal—, el Gobierno ha ido posteriormente
desarrollando reformas estructurales de segunda generación, medidas
destinadas a sectores específicos y que buscan objetivos concretos. Así,
una de las actuaciones que han sido prioritarias para la Secretaría de
Estado de Economía y Apoyo a la Empresa ha sido el fomento de la
financiación empresarial no bancaria. Tradicionalmente las empresas
españolas, y muy especialmente las pequeñas y medianas empresas
españolas, han sido muy dependientes de la financiación bancaria. En el
futuro cabe esperar, con la mejora en los ratios de solvencia y capital y
gracias a su capilaridad y conocimiento del cliente, que los bancos
continúen siendo la fuente principal de financiación minorista.


Sin embargo, creemos que es clave fomentar mecanismos alternativos
de financiación empresarial por varias razones. En primer lugar, estos
mecanismos alternativos a la financiación bancaria aportan financiación
vía recursos propios, recursos de capital y no de deuda y esto va a
contribuir de una forma más eficiente al desapalancamiento de nuestra
economía. En segundo lugar, estas fuentes alternativas, al contrario de
lo que ocurre con la financiación bancaria, no requieren colateral. Por
tanto, es una financiación idónea para promover ideas y proyectos que
puedan entrañar mayor riesgo empresarial, pero con un potencial de
crecimiento también más elevado. Además, la financiación alternativa
ayuda a diversificar el abanico de prestamistas de las empresas más allá
del sector bancario y con ello se evita lo ocurrido en la pasada crisis
bancaria, donde las pymes, altamente dependientes del canal bancario,
sufrieron una fuerte restricción en su financiación. Por último, si esta
financiación alternativa se realiza a través del mercado de capitales, se
contribuye también a mejorar el gobierno corporativo de las empresas,
impulsando su transferencia y su disciplina de mercado.


El Gobierno ha aprobado medidas para mejorar la financiación no
bancaria en diferentes ámbitos. Se ha desarrollado un régimen jurídico de
las plataformas de financiación cooperativa, conocidas como crowdfunding,
que potencia su desarrollo, pero que a la vez garantiza la protección del
inversor; se ha mejorado el régimen de titulizaciones y se ha
flexibilizado el acceso al mercado de capitales con el fin de facilitar
las emisiones desde España. De hecho, hace unos días veíamos la primera
emisión en muchos años de titulizaciones en el mercado alternativo de
renta fija. También se han impulsado los mercados alternativos, tanto el
de renta fija, el MARF, como decía, como los de renta variable, el
mercado alternativo bursátil, y se ha modificado el régimen jurídico de
las instituciones de inversión colectiva para que los inversores
alternativos puedan financiar directamente a las empresas.


Por último, un elemento muy importante para profundizar en la
desintervención financiera es el desarrollo del mercado de capital
riesgo. Se trata de una financiación especialmente idónea para empresas
en fases iniciales de desarrollo o en crecimiento y para fomentar el
emprendimiento empresarial. Por un lado, se ha modernizado el marco
regulatorio del capital riesgo en España mediante la Ley de capital
riesgo. Esta ley crea la figura de las entidades de capital riesgo pyme,
que deberán invertir al menos un 70 % de su patrimonio en pymes para
poderse beneficiar del régimen financiero más flexible que prevé esta
ley. La ley también reduce las cargas regulatorias para la autorización
de vehículos de capital riesgo. Además, y lo que es más importante en
este sector del capital riesgo, el ICO está teniendo un papel muy
importante a través del FOND-ICO global. Este fondo, dotado con 1200
millones de euros, está actuando como catalizador del sector de capital
riesgo en España. Desde su creación, el FOND-ICO global ha ayudado a
crear 29 nuevos fondos y se ha comprometido a invertir en España un
mínimo de 2600 millones de euros. La actividad del FOND-ICO global ha
contribuido de manera decisiva a revitalizar el mercado de capital riesgo
en España. En los últimos doce meses se han levantado fondos en España
por un importe que multiplica por cinco lo que el sector comprometió en
promedio en los últimos años.


Junto a estas medidas para promover la financiación empresarial, se
han adoptado otras reformas importantes impulsadas por la Secretaría de
Estado de Economía y Apoyo a la Empresa. Permítanme comenzar con las
reformas que actualmente se encuentran en esta Cámara. En primer lugar,
el Proyecto de Ley de auditoría de cuentas va a adaptar la legislación
española a la normativa europea en esta materia. Además, reforzará la
independencia, la trasparencia y la supervisión del sector y su objetivo
último será elevar la calidad de las auditorías para aumentar la
confianza en la información económica y financiera de las empresas.


Otro proyecto normativo que se encuentra en esta Cámara es el
Proyecto de Ley de ordenación, supervisión y solvencia de entidades
aseguradoras y reaseguradoras. Esta ley, con su futuro reglamento, viene
a trasponer la Directiva de Solvencia II, directiva que supone un
profundo impulso al mercado interior del sector asegurador. La ley
establecerá una nueva metodología para el cálculo de solvencia de las
entidades aseguradoras. Sigue un enfoque dinámico que tiene en cuenta
cómo va evolucionando el balance de cada entidad, el valor real, en
función de los riesgos concretos que asume. El sector asegurador español
puede afrontar estos cambios metodológicos con total comodidad y
confianza, dado que sus niveles de solvencia y capitalización son muy
elevados. Además, la ley reforzará los mecanismos de trasparencia y
gobierno corporativo de las entidades aseguradoras y establecerá normas
específicas sobre la honorabilidad y aptitud de quienes realizan la
dirección efectiva.


El Gobierno también ha llevado a cabo una reforma del gobierno
corporativo de las sociedades cotizadas a través de la Ley de sociedades
de capital. Esta ley ha venido a reforzar el capital de las juntas de
accionistas como órgano máximo de representación de la sociedad y recoge,
como una de las facultades indelegables del consejo de administración, la
aprobación de la política de responsabilidad social corporativa. Con
ello, se marca el compromiso en esta materia desde el máximo órgano de
gestión empresarial.


También este año se ha aprobado la Ley de desindexación, norma que
se completará con el desarrollo de su reglamento. Esta ley contribuye a
reducir las sinergias en la fijación de precios, especialmente en el
sector público, y fomentará la eficiencia, ya que a la hora de revisar
precios únicamente se considerarán las variaciones de costes que
respondan a una gestión eficiente.


Otra reforma de enorme calado ha sido la reforma concursal. Como he
explicado anteriormente, el sector privado de la economía española se
encuentra inmerso en un proceso de desapalancamiento y la reforma
concursal va a dinamizar este proceso y, en última instancia, va a
mejorar la capitalización de la economía. Esta reforma se ha ido
desarrollando en fases sucesivas. En primer lugar, se actuó sobre la fase
preconcursal, para que empresas solventes pero muy endeudadas pudieran
salir adelante mediante reestructuraciones de sus pasivos. A
continuación, se incidió en la fase concursal para mejorar el
funcionamiento del concurso y evitar que este proceso abocara en la
liquidación de las empresas. Actualmente, se encuentra en trámite de
aprobación en el Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley de
mecanismos de segunda oportunidad. Esta norma facilita el
desapalancamiento del sector privado mediante un marco ágil y estable de
insolvencia y a la vez amplía la protección a los colectivos más
vulnerables. Con estos cambios se pretende ofrecer una verdadera segunda
oportunidad que desestigmatice las quiebras y permita a empresarios y
profesionales iniciar nuevos proyectos que generen en el futuro más
empleo y crecimiento.


Permítame concluir este repaso al programa de reformas económicas
del gobierno con la Ley de garantía de unidad de mercado. Esta ley,
aprobada a finales de 2013, introduce un ambicioso programa para acabar
con la fragmentación del mercado nacional y establecer a todos los
niveles de la administración un modelo regulatorio de las sociedades
económicas más eficientes. Esta ley se encuentra actualmente en fase de
implantación e implementación y ya se han alcanzado una serie de hitos
importantes. En enero se constituyó el consejo para la unidad de mercado.
En él se reúnen representantes de todas las administraciones públicas
para promover la unidad de mercado. Paralelamente, se está desarrollando
el plan de racionalización normativa, que examina la normativa contraria
a la unidad de mercado. En la Administración General del Estado se han
identificado hasta el momento 183 normas, de las cuales ya se han
adaptado 95 a la Ley de garantía de unidad de mercado. En el caso de las
comunidades autónomas se han identificado 450 normas, de las que 85 ya
han sido adoptadas y otras 64 se encuentran en tramitación. Además, se
han puesto en marcha los mecanismos de protección de operadores,
ventanillas, donde las empresas y asociaciones pueden reclamar. Hasta el
momento se han presentado 98 casos y se han finalizado 71. Dos de cada
tres casos admitidos a trámite se están solucionando de forma
satisfactoria gracias a la implicación de todas las administraciones
públicas.


Señorías, voy concluyendo ya. Las reformas llevadas a cabo por este
Gobierno están dando sus frutos sin duda alguna. En un período de tiempo
muy breve España ha pasado de evitar el colapso económico y financiero a
crecer a tasa del 3 % interanual. Además, en esta nueva fase el
crecimiento se distingue por tres características que lo hacen
especialmente meritorio. En primer lugar, se trata de un crecimiento
equilibrado y sólido, con aportación positiva de todos los componentes de
la demanda interna y con superávit exterior. En segundo lugar, se trata
de un crecimiento que es sostenible en el tiempo porque a la vez que
crecemos corregimos los principales desequilibrios de la economía
española. Y, por último, algo especialmente importante: el crecimiento
económico es intensivo en la creación de empleo.


Somos conscientes de que la tarea más importante que tenemos por
delante es recuperar los niveles de empleo previos a la crisis. Pues
bien, señorías, podemos afirmar que avanzamos en el buen camino:
entre 2014 y 2015, en apenas dos años, el sector privado habrá creado, al
menos, un millón de puestos de trabajo, y si perseveramos en las
políticas económicas a lo largo de los próximos cuatro años se podrán
crear otros dos millones de empleos.


Señorías, sin duda alguna existen retos importantes que debemos
afrontar: además del elevado nivel de paro al que ya nos hemos referido,
el nivel de endeudamiento tanto público como privado siguen siendo
demasiado elevados, pero gracias a las reformas estructurales ya se están
corrigiendo a buen ritmo. Señorías, las recetas de política económica
aplicadas a lo largo de los últimos tres años y medio están funcionando;
a futuro es fundamental continuar con el impulso reformista para terminar
de apuntalar ese nuevo modelo de crecimiento económico mucho más sólido y
robusto.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado,
por su prolija y clara intervención.


A continuación, y por haber sido solicitada su comparecencia
también por el Grupo Parlamentario Convergència i Unió, tiene la palabra
el senador Alturo.


El señor ALTURO LLOAN: Muchas gracias, señor presidente. Señorías,
muy buenas tardes.


Señor secretario de Estado, nuestro grupo le da la bienvenida a
esta comisión y le damos las gracias por explicarnos cuál es la situación
económica y el punto de vista del Gobierno al respecto.


Nosotros pedimos su comparecencia justamente cuando usted fue
nombrado en el cargo para que nos explicara cuáles eran las líneas
generales de su departamento antes de finalizar la legislatura, pero
ahora, a tres meses vista de cuando se prevé que se disuelvan las Cortes,
hablar del futuro queda un poco desfasado. Por ello, lo que hay que hacer
en estos momentos es hablar del balance, es decir, de cómo se ven las
cosas, de cómo han ido y de cómo han sido.


Usted nos plantea un panorama idílico basado exclusivamente en
indicadores macroeconómicos. Es cierto que en términos macro podemos
decir que los principales indicadores apuntan a un crecimiento económico
del PIB y, consecuentemente, a un posible mayor crecimiento de empleo.
Pero podríamos decirle, por poner un símil meteorológico, que se observan
en el horizonte nubarrones que pueden traer lluvia, pero la tierra está
muy seca y va a hacer falta mucha lluvia para que esta pueda ser
productiva. En consecuencia, ni los ciudadanos, ni las familias, ni las
pymes han salido de la crisis, ni mucho menos.


Como ya le he dicho, le reconozco que algunos macronúmeros
constituyen indicadores positivos, pero de ahí a dar una imagen de que la
crisis ya es historia —como parece que nos está diciendo y como
continuamente nos está diciendo el presidente Rajoy— hay un abismo
y, evidentemente, creo que esto es un insulto a la inteligencia de las
personas cuando tenemos una tasa de paro del 24 % —y en esto sí
somos líderes en Europa—, un nivel de paro intolerable e impropio
de una economía desarrollada, cuando también el nivel de pobreza ha
aumentado de manera tremenda en estos últimos años, cuando la clase media
prácticamente ha desaparecido, cuando se vienen produciendo multitud de
desahucios de familias vulnerables y cuando la política fiscal ha estado
y está asfixiando los tejidos productivos sin ningún tipo de
discriminación ni contemplaciones. España empieza a recuperarse, pero lo
hace con más de 4,5 millones de personas sin trabajo.


Al igual que usted, quisiera hacer yo un pequeño repaso del marco
legislativo, como también lo hizo cuando compareció en el Congreso de los
Diputados el día 2 de diciembre —cuando muchos eran proyectos de
ley que ahora ya son leyes—. Nuestro grupo ha apoyado aquellas
leyes que hemos visto que afectaban y que iban a ser positivas para el
tejido productivo, especialmente para pymes, medianas empresas, familias,
etcétera. Por citar algún ejemplo, hemos apoyado la de fomento a la
financiación empresarial —a la que usted también ha hecho
referencia— porque entendemos que las plataformas de financiación
participativa son un modelo nuevo que, en definitiva, tiene que mejorar
la financiación no convencional para las pymes y, por lo tanto, desde
este punto de vista nosotros la apoyamos. También apoyamos la de
recuperación y resolución de entidades de crédito y empresas de servicio,
fruto de la trasposición de una directiva europea y, evidentemente, fruto
de la experiencia en la crisis, por lo que entendemos que es mejor
estudiar e intentar paliar determinados defectos que ir luego a los
concursos, porque a veces los sistemas jurídicos no resuelven las
situaciones. Podríamos hablar también en esta línea de refinanciación y
reestructuración de la deuda empresarial, etcétera. Estas no son nuestras
leyes pero, en definitiva, entendemos que tienen aportes positivos.


Leyes negativas. Usted ha nombrado una como la gran panacea: la Ley
de unidad de mercado. Pues bien, creo que esta ley se aprobó con su única
fuerza política y es una ley que atenta contra las comunidades autónomas,
contra las competencias legislativas de las comunidades autónomas, es
decir, que uniformiza y no fomenta. Que la licencia de origen sea la que
cuente para el destino del trabajo supone una intromisión en las
competencias de las comunidades autónomas y en su ámbito legislativo; por
tanto, es una ley tremendamente mala para el sistema productivo y,
además, por la intromisión y laminación de competencias que supone.


Asimismo, ha hablado de la Ley de desindexación de la economía
española. Nosotros entendemos que esta ley no es adecuada en este
momento; cuando los índices de crecimiento sean muy elevados es probable
que pueda ser interesante, pero no ahora, cuando es justamente al
contrario.


Y permítame que le hable también de la modificación de la LOFCA y
de la estabilidad presupuestaria, puesto que esta ley —y luego lo
ligaré con las empresas y las pymes— lo que hace es dejar casi sin
competencias al ICF, al Instituto Catalán de Finanzas, que era y es un
organismo de ayuda a las pymes al que en estos momentos le han quitado
esta función, por no hablar de todo lo que supone en el ámbito sanitario,
puesto que en esta ley han introducido un control sobre el gasto que
entendemos que es competencia de las comunidades autónomas. En
definitiva, usted ha hablado de estas leyes y, desde nuestro punto de
vista, algunas pueden estar bien pero otras son tremendamente
perjudiciales.


Hablemos de los objetivos de déficit. Para la Administración
General del Estado los objetivos de déficit son del 86 % y del 17 % para
las autonomías. Entendemos que esto agrava la situación de los últimos
años y que, por lo tanto, tiene un efecto perverso puesto que exige un
esfuerzo a las comunidades autónomas, que gestionan prioritariamente la
sanidad, los servicios sociales y la educación. Consideramos que no hay
proporcionalidad y que tampoco favorece el crecimiento para que las
comunidades autónomas puedan ser motores y tirar adelante.


En cuanto a la competitividad, a la cual ha hecho referencia,
entendemos que para la creación de empleo el gran reto pasa por mejorar
la salud y la ayuda al único sector que puede hacerlo, que es el sector
productivo; evidentemente, ello requiere que nuestras empresas sean
competitivas y que sean capaces de internacionalizarse. Es decir, que
hasta ahí estamos totalmente de acuerdo.


Hasta ahora la competitividad ha venido podríamos decir asociada a
la moderación salarial y esta, a partir de ahora, tiene que venir por la
investigación, el desarrollo y la innovación; por lo tanto, entendemos
que es la clave. Pero hay otros factores también que pueden favorecer la
competividad o que pueden perjudicar la competitividad: por ejemplo
—también hablaré de ello—, la política financiera y fiscal y
también la política energética, que tiene sus repercusiones, como luego
veremos, en que las empresas puedan funcionar mejor o peor.


Pero hablemos del primero de los aspectos de la competitividad, el
I+D+i, pero simplemente haré un pequeño repaso de lo que dicen los
presupuestos del Estado de 2015. Es evidente que uno de los instrumentos
más potentes que tiene el Ministerio de Economía para potenciar el modelo
productivo consiste en las transferencias y préstamos, los capítulos 4, 7
y 8; pues bien, este bloque, que va tanto a empresas públicas como a
privadas, cae un 58 %. De estas partidas, ¿quién se puede beneficiar?
Infraestructuras científicas tecnológicas, centros de investigaciones
energéticas, medioambientales y tecnológicas, el CDTI… Y podemos
poner más ejemplos de partidas en este sentido, que bajan con relación al
presupuesto de 2014, como pueden ser también las subvenciones de
intereses por préstamos de líneas de mediación instrumentadas por el ICO
—al final me referiré a ello—, que baja un 41 %, las
transferencias corrientes al ICEX también disminuyen un 69 % con relación
al 2014, etcétera. En definitiva, podríamos decir que, en concreto,
de 2011 a 2013 el programa de promoción comercial e internacionalización
de la empresa se ha reducido en un 40,3 % e igual tendencia bajista
existe para el Fondo de la internacionalización de la empresa y para la
inversión en el exterior, que se ha recortado en este mismo período
un 59,6 %.


Por lo tanto, cuando nosotros hablamos de I+D+i en términos
generales podemos decir que la inversión ha venido cayendo estos últimos
años y nos situamos en un 1,24 % del PIB cuando la media europea se sitúa
en el 2 %. Por lo tanto, estamos en la cola de Europa y esto supone un
problema muy grave, que es la fuga de cerebros y, en definitiva, de
talentos que están abandonando nuestro sistema. Esto es grave y es fruto,
evidentemente, de lo que estamos hablando: estamos hablando de
presupuestos; por tanto, ahí están los números y aquí no hay ningún tipo
de demagogia posible.


También quisiera hablar del sistema financiero y de la fiscalidad.
Es evidente que hemos rescatado el sistema financiero, pero no hemos
rescatado empresas, no hemos rescatado autónomos, no hemos rescatado
emprendedores, ni familias, ni personas, y esta es otra realidad que está
ahí, en la calle, es una realidad que está ahí. Luego, si nos da tiempo,
hablaremos de las empresas que han desaparecido, en términos generales,
por los efectos de la crisis, pero lo que es cierto es que en estos
momentos los impuestos que se están aplicando asfixian cada día más a las
pequeñas y medianas empresas y también a las familias. No hay ninguna
discriminación positiva, ninguna, solo recaudar y nos olvidamos de que
las empresas, los autónomos y los emprendedores son los únicos que pueden
crear riqueza y, por lo tanto, puestos de trabajo.


Estamos en la cola de Europa en crédito según el Banco Central
Europeo: el 81 % de las pymes españolas ha sufrido aumentos del tipo de
interés y el 55 % ha tenido que aportar más garantías, frente a la media
europea, que son el 52 % y 29 %, respectivamente. El gobernador del Banco
de España anunciaba al final del año pasado que las cifras de crédito
continúan estando en fase de contracción. En definitiva, podríamos decir
que por ahora la financiación prácticamente no está.


En relación con el sistema financiero, según el informe del Banco
de España de 4 de mayo, del total de los 61 495 millones de euros que se
destinaron para recapitalizar entidades financieras, 53 553 provinieron
del FROB —por lo tanto, estamos hablando de dinero público, de los
ciudadanos— y el resto lo aportaron distintas entidades financieras
a través del Fondo de garantía de depósito, decía que de esa cantidad
hasta ahora solo se ha recuperado el 4,33 %, es decir, 2666 millones de
euros. Y, claro, cuando se oyen los balances de cuentas de resultados de
algunos bancos que presentan los beneficios y que todavía no han devuelto
ni el 5 % del dinero público que recibieron, es evidente que tenemos un
problema. ¿Cuántas empresas y cuántas pymes se hubieran podido salvar con
estos recursos? Nosotros hemos rescatado el sistema financiero, muy bien,
pero de ahí a que se haya tenido que hacer una ley para buscar otras
formas participativas de financiación del sistema financiero habitual, es
algo que nos demuestra que, en fin, está como está.


Por otro lado, también quisiera hablar de la evolución de los
ingresos del Estado en los presupuestos generales desde 2012 hasta 2015,
cuál ha sido su crecimiento —que hasta el momento se sitúa en
unos 30 523 millones de euros— y que de este incremento de
ingresos, vía impuestos directos e indirectos, el Estado no ha trasladado
la parte proporcional a las comunidades autónomas. Tampoco ha habido la
revisión quinquenal del modelo de financiación común de las comunidades
autónomas, como prevé la ley, y el señor Montoro alega una falta de
ingresos que no parece ajustarse a las liquidaciones
presupuestarias: 30 000 millones es mucho dinero, es mucho dinero.


En esta legislatura tampoco se han entregado a las comunidades
autónomas, como sí se hizo antes, los anticipos del Fondo de
competitividad que Convergència i Unió ha venido reclamando, un Fondo de
competitividad previsto en el artículo 23 de la LOFCA que sirve como
mecanismo de nivelación y que tiene la finalidad de garantizar la
suficiencia de la financiación del conjunto de las competencias
autonómicas, reduciendo las desigualdades de financiación per cápita
entre comunidades autónomas. Negar estos recursos a las comunidades
autónomas ahora, cuando más que nunca necesitan de estos ingresos para
garantizar el Estado de bienestar y hacer políticas sociales para reducir
las desigualdades, es incomprensible.


Lamentablemente, la realidad es que las comunidades autónomas viven
más de un modelo de financiación extraordinaria —vía FLA, Fondo de
liquidez autonómico, y Fondo de proveedores que pone en marcha el
Estado— que de un modelo de financiación ordinario como es la
LOFCA. Y seguramente usted me puede decir aquí que este es un tema del
señor Montoro, pero ustedes son Gobierno y, en definitiva, el Gobierno y
el Ministerio de Economía son quienes tienen que velar para que esto
funcione, porque si no el sistema productivo irá de una manera o de
otra.


Voy a hacer un pequeño repaso —y voy terminando— del
sistema energético. Hemos hablado también de que tenemos un sistema
energético con el recibo de luz más caro dentro de los diferentes países
de la Unión Europea y es claro que, como tenemos un problema, nos hemos
dedicado a este problema simplemente: a resolver el problema tarifario.
Pero aquí tenemos muchas empresas que eran competitivas por unos tipos de
energía —por citar alguno, la cogeneración— y en estos
momentos esto no funciona porque las reglas del juego han cambiado a
mitad del partido, con lo cual se ha perjudicado y perjudica a muchísimas
empresas para que puedan ser competitivas tanto a nivel europeo como a
nivel internacional.


Finalmente, la internacionalización y las exportaciones. El Pleno
pasado tuvimos la oportunidad de hablar de ello en una moción que
presentó el Grupo Popular y, simplemente, voy a reiterar unos datos.
Según un informe del ICEX, las exportaciones de economía —me voy a
referir ahora a Cataluña— han cerrado el 2014 con un crecimiento
del 12,3 % respecto del mismo mes del año pasado; esto supone un
crecimiento neto de 4761 millones de euros, la cifra más alta alcanzada
nunca en el mes de diciembre. Por lo tanto, Cataluña sigue liderando las
exportaciones de la economía española ya que suponen un 25,1 % del total.
Y digo esto no con ánimo de hacer ver aquí que las cosas en este sentido
van muy bien, pero sí para que se den cuenta de que apoyar a las
comunidades autónomas en lo que yo le estaba diciendo anteriormente
implica que sean motores y que realmente al final se beneficie el
conjunto. Por lo tanto, Cataluña en este sentido continúa siendo el motor
de exportaciones y, en consecuencia, de internacionalización de empresas
y lo que no tienen que hacer es generarle problemas.


No sé si después de ver todo este panorama —y tras su
exposición, según la cual todo está maravillosamente bien y las cosas van
funcionando—






puede seguir pensando lo mismo; por ello, yo le
pregunto si todo esto que yo le he expuesto es pura fantasía o es la
realidad que estamos viviendo en estos momentos. En definitiva, las
comunidades autónomas tienen que ayudar al sistema para salir de la
crisis pero, evidentemente, necesitan más ayuda de la que se les está
dando.


En el segundo turno hablaré un poco sobre temas de Europa, que creo
que también tienen su interés.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Alturo.


Al no estar en la sala los representantes de los Grupos Mixto y
Vasco, continuamos.


Por el Grupo Parlamentario Entesa, tiene la palabra el senador
Sabaté.


El señor SABATÉ BORRÀS: Gracias, señor presidente.


Gracias por su comparecencia ante esta comisión, señor secretario
de Estado, en nombre de nuestro grupo parlamentario.


Ciertamente y como decía el portavoz del Grupo CiU, el senador
Alturo, ha dado usted una visión complaciente del estado de la economía
española, una visión que sin duda se sustenta en algunos datos positivos
e importantes que refleja nuestra economía en este momento, pero por otra
parte hablaba usted de aceleración, del crecimiento sólido y equilibrado.
Ojalá realmente la economía española estuviese en un momento de
crecimiento equilibrado, sólido y sostenible de cara al futuro, pero,
señor secretario de Estado, todavía hay una serie de incertidumbres sobre
nuestra situación económica que evidentemente hacen que la percepción, no
ya de los grupos parlamentarios de la oposición, sino de la sociedad
española, no sea tan complaciente. Si bien según los datos demoscópicos
el optimismo de la sociedad española está aumentando ligeramente, sigue
habiendo un nivel de preocupación e incertidumbre sobre el futuro en la
inmensa mayoría de la sociedad española, que refleja las dificultades que
esa sociedad, las familias y en definitiva las personas están
atravesando.


Y en cuanto a estas incertidumbres —que no es por magnificar
los aspectos negativos, pero creo que en sede parlamentaria debemos
precisamente contribuir a reflexionar sobre los problemas y a intentar
hallar soluciones—, hay algunas advertencias de organizaciones
internacionales, como la OCDE o la Comisión Europea, que advierten de
que, si bien nuestro país, España, está creciendo a un ritmo importante
—y eso es evidente—, se dan unas situaciones preocupantes.
Como le decía, incertidumbres como el elevado nivel de la deuda pública,
pues estamos en un nivel que de mantenerse dificultará y pondrá en claro
riesgo la continuidad del crecimiento; el desempleo, porque, como también
decía el senador Alturo, por desgracia estamos en unas tasas de desempleo
líderes en la Unión Europea que realmente también ponen en grave riesgo
el crecimiento, ya que el desempleo, aparte de afectar evidentemente al
consumo, al optimismo de la sociedad y, en definitiva, a la economía,
crea un nivel de desafección social que también tiene implicaciones
económicas y puede afectar al crecimiento de cara al futuro; asimismo, la
OCDE habla también de la gran diferencia entre la situación de las
grandes empresas y la de las pymes, porque mientras las grandes empresas
son las que realmente están creciendo y pueden exportar, las pequeñas y
medianas empresas no pueden hacerlo.


Ante todo ello estos distintos organismos hacen una serie de
recomendaciones. Una es, por supuesto, reducir el endeudamiento
—esto es fundamental—. También abordar una reforma fiscal,
que parece que el Gobierno quiere llevar a cabo, pero que hay que hacerlo
con determinadas condiciones, entre otras cosas rebajar la presión fiscal
sobre las rentas del trabajo y ver cómo distribuir esa presión fiscal de
una manera más acorde con las necesidades de crecimiento económico y que
sea más justa, de forma que no suponga una traba para las personas y para
las empresas.


Otra recomendación que se hace de forma insistente tiene que ver
directamente con el empleo: es precisamente el impulso al empleo con la
necesidad de favorecer políticas activas de empleo, algo que no se está
haciendo, y sobre todo de mejorar la formación de nuestros trabajadores.
En la formación de nuestros trabajadores y sobre todo de nuestros jóvenes
sigue siendo necesario el tema eterno de la formación profesional en
nuestro país, que sigue siendo la hermana menor del sistema educativo,
que sigue sin significar realmente la opción mayoritaria de los jóvenes
en educación secundaria y que realmente no tiene los recursos ni los
medios como para que sea la garantía de una población laboral cualificada
y preparada de forma que realmente el crecimiento se sostenga sobre bases
sólidas.


Y por supuesto también existe la necesidad de mejorar la
competitividad. Seguimos teniendo una gran asignatura pendiente con el
tema de la investigación, y ahí tiene mucho que ver también la
financiación de las universidades y todo el papel que estas pueden jugar
en colaboración con las empresas para favorecer la necesaria
investigación, el desarrollo y la innovación, claves para que el
crecimiento, como usted decía, sea sostenible, sólido y equilibrado, algo
que todavía no es.


Finalmente, y usted también ha aludido a ello, está también la
necesidad de diversificar las fuentes de financiación empresarial. Este
sigue siendo un tema pendiente; el Gobierno ha tomado iniciativas en este
sentido cuya capacidad de incidencia y eficacia en nuestra economía
todavía está por ver, porque realmente nuestras pequeñas y medianas
empresas siguen teniendo graves problemas de financiación.


Por tanto, señor secretario de Estado, nos gustaría que el Gobierno
moderase su euforia y su optimismo, sin duda preelectoral, que sea
consciente de estas incertidumbres que planean sobre la economía de
nuestro país, y que realmente, aunque estemos a final de legislatura, tal
y como han anunciado algunos miembros del Gobierno, intenten abordar con
voluntad de consenso, con voluntad de diálogo los cambios necesarios que,
desde luego, habrán de tener continuidad en la próxima legislatura. En
cualquier caso, no es cuestión de perder el último semestre de esta
legislatura y, por tanto, nuestra opinión es que deberían ponerse manos a
la obra, pero, insisto, desde el consenso, desde el diálogo y en
colaboración con el resto de grupos parlamentarios para intentar definir
realmente las claves para que este crecimiento que se está dando en este
momento no sea estrictamente coyuntural, sino que se asiente como un
crecimiento estructural y ciertamente sólido y equilibrado, del que usted
hablaba.


Nada más, señor secretario de Estado. Gracias, señor
presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Sabaté.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Lerma.


El señor LERMA BLASCO: Muchas gracias.


Realmente la solicitud de comparecencia tuvo lugar en el momento de
la sustitución, lógicamente. Después nosotros no pensamos que fuera
necesario solicitar la comparecencia del nuevo secretario de Estado
porque ya teníamos un optimista incurable, que era el señor
ministro.


En las últimas ocasiones le planteamos fundamentalmente qué
pensaban sobre la permanencia de la situación excepcional que en esos
momentos tenía la economía en general, y la española en particular, en
relación con cuestiones como el precio del petróleo —que es una
cosa evidente y que nos empuja muy definitivamente hacia intentar mejorar
nuestra situación económica, y con ello la de toda Europa y la del resto
del mundo— o como el tipo de cambio, que obviamente no es algo que
haya producido la política de reformas del Gobierno de España, sino
fundamentalmente la actuación del Banco Central Europeo, y naturalmente
la actuación del Banco Central Europeo ha tenido una importancia decisiva
en el abaratamiento de la financiación. Estos son los márgenes con los
que está actuando en realidad el Gobierno español, y que yo creo que está
desperdiciando, porque en vez de intentar mejorar nuestra situación, se
ha relajado un poco y ha adoptado algún tipo de medidas electoralistas
que probablemente pueden influir poco o negativamente sobre el
sostenimiento del crecimiento español —esto es lo que a mí me
parece—. Pero básicamente, la relajación del déficit público, el
tema de la compra de activos por parte del BCE, la relajación del tipo de
cambio y el precio del petróleo es lo que explica el crecimiento que
estamos teniendo en estos momentos. Si bien es verdad que el Gobierno
presume de que todo está creciendo, hay un crecimiento diferencial,
lógicamente, porque nosotros partimos de una situación peor. Además, hay
que pensar que nosotros hemos tenido una devaluación interna muy
importante. La reforma laboral que ha perpetrado —diría yo, creo
que modestamente— el Gobierno de España, que ni siquiera la
patronal esperaba, ha condicionado una parte importante de los salarios,
de la negociación colectiva y de la demanda interna. Esa situación es la
que justificaría, en teoría, el crecimiento diferencial.


A pesar de todas estas cosas y de las cuestiones favorables, del
viento de cola que estamos teniendo, me gustaría empezar por saludar el
acuerdo de los interlocutores sociales —que, si mal no recuerdo,
firmaban hoy—, porque creo que eso sí forma parte de un crecimiento
estable y duradero y no las políticas que ha llevado a cabo el Gobierno
español. Además, esta mejora de la situación general también hay que
entenderla al amparo de lo que está creciendo de manera bastante
sostenida, por desgracia, que es el endeudamiento español. Prácticamente
estamos en una senda creciente del endeudamiento español, que supera ya
casi el 100 % del PIB y que no parece que vaya a bajar en los próximos
tiempos; y si atendemos a lo que dicen los teóricos, aunque se hayan
equivocado en algunos pronósticos, parece que este tipo de endeudamiento
sería un freno evidente para el futuro crecimiento o la consolidación del
crecimiento español.


Por otra parte, el crecimiento del consumo se está produciendo en
buena medida —y así lo han dicho bastantes analistas— sobre
la base del descenso del ahorro, porque no hay una mejora adquisitiva,
fundamentalmente. Entonces, tampoco parece que este tipo de crecimiento
del consumo, de la demanda interna, sea muy sostenible. Y aunque es
verdad que en el sector exterior hay un tipo de importaciones de bienes
de equipo que mejoran, también hay otro tipo de importaciones que deja
bastante a las claras que, independientemente de que haya una cierta
mejora en el sector de la exportación, cada vez que remontamos un poco la
demanda volvemos a caer en el déficit comercial. Y esta es la limitación
de siempre del crecimiento español. No hemos aprovechado estos años de
grandes reformas para cambiar el funcionamiento de la economía española,
siempre tenemos la misma limitación. Es la política de que, al final,
cuando empezamos a crecer un poco volvemos a perder capacidad de
competir, desaparece el superávit primario... En definitiva, no tenemos
capacidad de defender nuestro mercado exterior ni capacidad de penetrar
de una manera más significativa en los mercados exteriores, y esta
situación se cambia, no solamente con políticas de precios, sino con algo
bastante más importante, como vender otro tipo de cuestiones que no sean
solo devaluación interna.


No me referiré a las políticas que ha explicado sobre creación de
empleo y el umbral de crecimiento en relación con la creación de empleo.
Y tampoco desmentiré al secretario de Estado; solo citaré el dato que él
ha dado, si lo he entendido bien: ha dicho que el 62 % de los empleos que
se crean son indefinidos. Pues nada, yo no lo voy a comentar; que quede
para juicio externo.


En definitiva, tenemos una situación complicada, en el sentido de
que es difícilmente sostenible porque todas las medidas que ha adoptado
el Gobierno y las reformas a que se refiere una y otra vez han sido
difícilmente sostenibles en el tiempo, sobre todo porque la base
fundamental del crecimiento está siendo ese viento de cola al que nos
hemos referido: la relajación de la política de déficit, la bajada del
precio del petróleo, la política del Banco Central Europeo y,
naturalmente, la rebaja de salarios como un efecto fundamental. Pero eso
no puede ser la base del crecimiento futuro de la economía española, por
tanto, hay que ser más modesto en los planteamientos y, sobre todo,
buscar una situación más sostenible y más a largo plazo, porque todas
estas cosas son muy coyunturales, aunque los países de la OPEP hayan
dicho que están en la perspectiva de seguir produciendo para ver si se
cargan el fracking como competencia, que van a mantener la producción y,
por tanto, que los precios no van a crecer. Sin embargo, eso está muy en
el aire, porque ustedes saben perfectamente que la situación de los
países productores de petróleo es muy compleja; hay muchas guerras de por
medio y muchas posibilidades de que esa situación cambie, como hay muchas
posibilidades de que la situación cambie, y lo acabamos de ver en la
última reunión del G-7, en relación con Ucrania, que es una factor de
inestabilidad bastante claro de la política europea, y sobre todo
—evidentemente— con el tema de Grecia, una incertidumbre más
que nos tiene a todos en vilo respecto de si es sostenible o no la actual
situación de crecimiento, que se basa fundamentalmente en factores muy
coyunturales y que no ha adoptado el Gobierno.


Creo que hay que insistir en un gran acuerdo nacional para una
política sostenible y contar con todos los interlocutores, con los
partidos políticos y con los interlocutores sociales. Afortunadamente,
los interlocutores sociales tienen interés en eso y, anteponiéndose a las
políticas gubernamentales, que no cuentan con ellos para nada, han
suscrito un acuerdo. En cualquier caso, creo que el Gobierno debería
contar más con la gente e intentar hacer menos esta política de
despotismo ilustrado que ratifica en las comparecencias, pero que, como
se ve, no da resultado.


No entraré en todas las políticas que ha definido sobre la
reestructuración bancaria. Son muchas las cosas que podríamos tocar y
que, de hecho, ya hemos tocado en otras ocasiones, pero en lo que
respecta a las políticas de crédito podemos decir que están funcionando
muy relativamente, en la medida en que si no continuaran, por alguna
cuestión, esas compras del Banco Central Europeo el deterioro de activos
sería evidente y estaríamos otra vez en una muy mala situación.


Creo que todo esto es muy coyuntural y requiere unas medidas de
mayor profundidad y sobre todo contar más con los demás que lo que lo
hace el actual Gobierno. No insistiré en la cuestión, solo diré que me ha
parecido, como mínimo, difícilmente sostenible la descripción que nos ha
hecho el Gobierno, el secretario de Estado, de la actual política
económica.


Nada más. Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Lerma.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador
Utrera.


El señor UTRERA MORA: Muchas gracias, señor presidente.


En primer lugar, quiero señalar que en nuestro grupo parlamentario,
el Grupo Popular, no consideramos en modo alguno que la intervención y la
exposición detallada que ha hecho el secretario de Estado de Economía
sobre la marcha, evolución y perspectivas de la economía española sean ni
mucho menos complacientes. Creo que se han dado datos, proyecciones
—respaldadas, además, por organismos internacionales—, y se
ha hecho un conjunto de reflexiones que encajan suficientemente bien con
los datos para explicar cuáles son las fuentes de crecimiento, por qué
este crecimiento es estable, ponderado y equilibrado y por qué, además,
es sostenible.


Todos los portavoces que han tomado la palabra en esta sesión han
venido a decir lo contrario, pero yo me quedo con una idea muy importante
y para mí la más significativa: ni uno solo de los portavoces que han
intervenido ha dicho, como se decía hasta hace unos meses, que España no
crece y no crea empleo. Por tanto, todos estamos ya de acuerdo en que
España está creciendo y está creando empleo. Eso está muy bien y, aunque
no lo parezca, señor secretario de Estado, es un formidable avance,
porque hasta hace unos meses se decía justo lo contrario, o sea, que
España no crecía, cuando estábamos creciendo, y que España no creaba
empleo, cuando se estaba creando empleo. Después pasamos a la reflexión
de que el empleo no era de calidad y que, por tanto, era como si no se
creara empleo. Y ahora algunos dicen que el crecimiento tampoco tiene
calidad porque, aunque crecemos, en realidad ese macrocrecimiento no se
convierte en microsatisfacción, cosa que, en términos de la intervención
del portavoz de Convergència i Unió, es bastante decepcionante, con la
confusión de datos macros con perspectivas o reflexiones micros, porque
no ha hecho ni una cosa ni la otra, ni la macro ni la micro, simplemente
se ha limitado a quitar valor a las grandes cifras de la economía
española sin aportar ninguna reflexión realmente sectorial o
microeconómica relevante.


No voy a repetir los elementos principales de la intervención del
secretario de Estado, pero lo cierto es que la economía crece y, lo que
es más importante, con independencia de que sea unas décimas por encima o
por debajo, ese crecimiento está consolidado, según la opinión de la
mayor parte de los organismos internacionales y de los analistas
económicos. Por tanto, estamos creciendo, y a una tasa muy significativa,
superior a la de la mayor parte de los países de nuestra zona natural, de
la zona euro o de la Unión Europea. Y además ese crecimiento es
equilibrado, lo que es particularmente importante y anula de alguna
manera la reflexión que hacía el portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista acerca de que no era sostenible en el tiempo, porque sí lo es.
Cuando un crecimiento es equilibrado entre las fuentes internas y
externas, es decir, demanda interna —ya sea de consumo o
inversión— o la aportación al crecimiento por la balanza de pagos
—exportaciones e importaciones—, cuando, como digo, todos los
factores macroeconómicos están promoviendo el crecimiento, este es
equilibrado. Qué duda cabe de que pueden surgir acontecimientos,
incertidumbres, riesgos que en todo momento histórico están latentes;
podrían devenir, pero con una perspectiva razonable de la situación
económica para los próximos años, incluso con riesgos para la zona euro
—el de Grecia—, riesgos geopolíticos en Europa
—Ucrania—, o incluso riesgos internacionales en materia de
petróleo y algún otro, hay que esperar un crecimiento equilibrado,
consistente y positivo de la economía española. Y esa es una buena
noticia, que, como digo, todos los portavoces reconocen ya, al tiempo que
de alguna forma tratan de demostrar su escaso entusiasmo por este
crecimiento, que sin duda es positivo para España y los españoles.


Particularmente importante es la segunda parte de la intervención
del secretario de Estado, porque nosotros estamos completamente de
acuerdo en que el crecimiento no es fruto de la casualidad ni tampoco
solo fruto de factores exteriores. Ese viento de cola está soplando, pero
está soplando para todos, y a algunos les aprovecha más que a otros, como
es el caso de España. Por tanto, tiene que haber un factor diferencial,
algo que está distinguiendo la evolución de la economía española de la
evolución de las economías de otros países que también se están
beneficiando de esos factores externos, y ese algo son las reformas
estructurales que se han llevado a cabo durante esta legislatura y que se
han descrito con bastante profundidad. Es precisamente la reforma de las
relaciones laborales, el mercado de trabajo, la reestructuración del
sistema financiero, el esfuerzo en la consolidación del déficit público,
la reducción del déficit público, la situación financiera de las cuentas
del Estado, lo que nos ha permitido encontrarnos en una situación como la
de ahora, que, sin ser complaciente, significa sencillamente que hemos
pasado de caer en términos de producto interior bruto a crecer, y a
crecer bastante, con más de 4 puntos de diferencia entre lo que caíamos a
principio de legislatura y lo que estamos creciendo al final de la
legislatura. Eso es muy relevante, como también lo es el hecho de que en
estos dos años, 2014 y 2015, se estén creando más de un millón de puestos
de trabajo, esencialmente puestos de trabajo indefinidos. Pero es fácil
hacer demagogia con los datos. Es cierto que en la contratación mensual
—datos del INEM—, el porcentaje mayor de la contratación es
siempre —siempre ha sido así, en la serie de los últimos veinte o
treinta años— de contratos eventuales. Pero si tomamos en
consideración cifras anuales —puesto que los contratos indefinidos
son los que permanecen y los otros se van renovando—, año a año,
mes a mes, se está comprobando que los contratos indefinidos son los que
están prevaleciendo en el mercado de trabajo. No hay más que ver las
estadísticas de ese mercado para darse cuenta de que el empleo es
consistente y también indefinido, esencialmente indefinido, en un
porcentaje —como ha apuntado el secretario de Estado—
superior al 60 %.


Lo que ya es sorprendente de la reflexión del señor Lerma
—que entiendo, por tanto, que también es la reflexión del Partido
Socialista— es que el Gobierno se está relajando. Es decir, nos
estamos relajando en el crecimiento, hemos pasado de no crecer a que
ahora el Gobierno esté perturbando el natural desarrollo del crecimiento
de la economía española. Por lo menos, eso se deriva de sus palabras
cuando señala que no estamos poniendo suficiente énfasis en el control
del déficit público —cosa que es sorprendente, porque en otros
foros están diciendo justo lo contrario— o cuando se dice que desde
el Gobierno se está limitando la capacidad de competir en el exterior de
las empresas españolas.


Y aquí enlazo con algunas de las reflexiones que han hecho aquí los
grupos de la oposición. Por un lado, se pide una especie de gran
coalición, un acuerdo nacional, que, con la unión de todos, permita
contribuir al crecimiento sostenible de la economía española. Y yo me
atrevería a preguntarle: ¿de qué gran acuerdo están hablando? ¿En qué se
materializa ese acuerdo, cuando estamos asistiendo justo a lo contrario,
a plataformas excluyentes, que poco o nada tienen en cuenta la evolución
económica de la nación española y sí mucho intereses particulares,
ideológicos en el fondo, pero, en cualquier caso, totalmente
desorientados respecto de las necesidades objetivas de la economía
española y de los ciudadanos? Por tanto, no entiendo eso del acuerdo
nacional, y me gustaría, aunque no soy yo quien ha de pedir
explicaciones, que se lo explicara al compareciente. Creo que en el
siguiente turno se podría hacer una reflexión sobre ello.


Y con respecto a la intervención del senador Alturo, de
Convergència i Unió, no he entendido absolutamente nada, porque, por un
lado, se nos dice que los impuestos están alterando profundamente la
marcha de la economía y de las empresas españolas. Pero yo pregunto: ¿a
qué impuestos se refiere? ¿A qué impuestos, en concreto, se refiere? ¿Ha
subido el impuesto sobre sociedades en España? No, se ha reducido. ¿Ha
subido el impuesto sobre la renta en España? No. Sí se hizo inicialmente,
en los primeros días de Gobierno, porque, efectivamente, en aquellos
momentos no solo había que cumplir el objetivo de déficit, sino que
también había que demostrar voluntad de cumplirlo. Pero ha bajado: a
partir del 1 de enero de este año se ha reducido el impuesto sobre la
renta.


En cuanto al crédito, aquí creo que se da una de las mayores
paradojas —y quiero llamar la atención del secretario de Estado,
porque me gustaría que hablase de ello— que se están produciendo en
la reflexión política, en la valoración política respecto de las reformas
y actuaciones que se han practicado en los últimos años. ¿Acaso el
portavoz de Convergència i Unió nos ha querido decir que las ayudas al
sistema financiero no debieron darse nunca, con esa reflexión que ha
hecho sobre el informe del pasado mes de mayo del Banco de España? ¿Acaso
lo que está diciendo es que el apoyo a las instituciones financieras
pretendía simplemente preservar los cargos dirigentes de esas
instituciones financieras? ¿No será que esas ayudas financieras se
decidieron antes de la entrada de este Gobierno? Porque se decidieron a
partir del año 2009, año de creación del Fondo de Reestructuración
Ordenada Bancaria, con la aportación de su grupo, de Convergència i Unió,
que entonces —lo recuerdo— gobernaba de la mano con el
Partido Socialista, y también de la mano aprobaban un sistema de
financiación de comunidades autónomas que ahora no les gusta. Pero fueron
ustedes junto con el Grupo Parlamentario Socialista, con los socialistas,
con el Gobierno socialista.


¿Acaso no hemos quedado ya de acuerdo en algunas intervenciones y
manifestaciones públicas en que lo que se ha conseguido con el apoyo al
sistema financiero ha sido preservar la estabilidad de los depósitos de
los españoles en el sistema financiero y que esa era la justificación
esencial de esa medida? ¿No ha quedado eso claro? Entonces, ¿qué nos está
usted diciendo: que en lugar de apoyar al sistema financiero tendríamos
que haber apoyado a las ferreterías? Dígalo claramente, porque ha venido
a decir: con esos fondos, la de cosas que podríamos hacer. Pues sí, y se
han hecho: apoyar al sistema financiero. Ahora bien, si usted nos dice
que ese era un objetivo inferior, es decir, que defender los depósitos,
el ahorro, en definitiva, de los españoles acumulado en las entidades
financieras era un objetivo menor que haber intervenido favoreciendo o
apoyando a otros sectores, diga claramente cuáles son esos sectores y
diga claramente cuál es la posición de Convergència i Unió, en lugar de
una frase que da a entender que ese apoyo no era el adecuado. Creo que ha
llegado el momento de hablar con claridad y no simplemente apuntar
posibilidades en un mundo en el que se nos están pidiendo
actuaciones.


Concluyo. Creemos que no se ha hecho una reflexión complaciente
sobre la economía española, que se está creciendo y creando empleo a un
ritmo mayor del previsto, desde luego, y que incluso nos podemos
sorprender por la marcha de los próximos meses, porque, en definitiva, se
nota una aceleración, no ya solo en estudios sociológicos o encuestas
sobre la percepción ciudadana, sino en la propia evolución de los
acontecimientos. Se está acelerando el crecimiento, y entendemos que
todas las previsiones que hemos manejado hasta ahora y que seguimos
manejando son modestas. Por tanto, no hay —repito—
complacencia, sino un genuino crecimiento porque las políticas económicas
que se han aplicado son las correctas. Así lo manifestamos, y queremos
trasladarle al secretario de Estado de Economía nuestra felicitación por
las actuaciones que se han desarrollado en los últimos años.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Utrera.


Terminado el primer turno de intervenciones de los diferentes
grupos parlamentarios, en su turno de réplica tiene la palabra el señor
secretario de Estado.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA Y APOYO A LA EMPRESA
(Fernández de Mesa Vargas): Gracias, presidente.


Siguiendo la invitación del senador Alturo Lloan, y a estas alturas
del calendario, quisiera comenzar haciendo una reflexión retrospectiva,
sobre dónde estábamos y dónde estamos en la actualidad. Creo que son
momentos para hacer también una valoración retrospectiva de los últimos
años.


No añado nada nuevo si digo que en el año 2012 la economía española
se encontraba en una situación muy delicada, tremendamente delicada.
Llevábamos una acumulación de cuatro años consecutivos de recesión
económica, se estaban destruyendo 3,5 millones de empleos, las
administraciones no pagaban, llevaban acumulados enormes retrasos al pago
de autónomos y pequeñas y medianas empresas. Concretamente, hubo que
pagar 8 millones de facturas, que tienen nombres y apellidos, hubo que
pagar a más de 200 000 proveedores, prácticamente a la totalidad de
pequeñas y medianas empresas. Y si no se hubiera pagado a esos
proveedores en el año 2012 habrían quebrado. Esta ha sido posiblemente la
mayor política de inyección de liquidez a la pequeña y mediana empresa
que ha acometido el Gobierno y que se produjo —repito— en el
año 2012, y les puedo asegurar que financiar 40 000 millones en el
año 2012, cuando había una presión enorme de los mercados hacia el
Tesoro, no fue nada fácil. El Gobierno hizo una apuesta clara por apoyar
a la pequeña y mediana empresa, que es la clave del crecimiento económico
de España, y una de las primeras medidas que acometió fue, como digo, la
inyección de liquidez a los proveedores por el retraso en el pago de las
administraciones.


También se tomaron medidas importantes. En julio del año 2012 se
creó el Fondo de liquidez autonómico. Sin el Fondo de liquidez autonómico
no hubiera sido posible que las administraciones hicieran frente al pago
de todo el gasto social, al pago del Estado de bienestar. El Fondo de
liquidez autonómico, que ha tenido un carácter contracíclico, ha estado
ahí, financiando a las comunidades autónomas cuando los mercados estaban
cerrados, ahorrando, además, un volumen sustancial de dinero en términos
de menores costes de intereses.


Nos encontramos también en el año 2012 con una situación bancaria
muy delicada. Los bancos no prestaban, no había préstamo ni a las
pequeñas y medianas empresas ni a los individuos porque existían dudas
sobre su viabilidad en el medio y el largo plazo. Por tanto, nos
encontramos —repito— en una situación delicada, al borde del
colapso y al borde del rescate bancario.


En cuanto a la situación en el año 2015, y sin caer en la
autocomplacencia —creo que es importante—, España sigue
teniendo retos, sigue teniendo desequilibrios que debemos afrontar y
reconocer, pero la situación es completamente distinta. España no está en
recesión. España crece mucho más que todas las economías grandes de
Europa; en concreto, de acuerdo con la Comisión Europea, o de acuerdo con
nuestras previsiones de crecimiento —que, como hemos dicho, son
conservadoras—, este año va a crecer al 2,9 %, mientras que
Alemania crece al 1,9, Francia, al 1,1, Italia, al 0,6, y el Reino Unido
—que ha sido una economía dinámica— tiene una previsión de
crecimiento del 2,6. Por tanto, en España hemos dado un giro de ciento
ochenta grados. Por otro lado, el empleo crece con fuerza. España crea
más de medio millón de empleos al año, es el país de Europa que más
empleos genera. Y el sector financiero está acometiendo su función social
de ser prestador y prestamista. Ha habido, como decía, un giro de ciento
ochenta grados en la situación económica del año 2015 respecto del
año 2012.


El senador Lerma se preguntaba si esto se debe a los vientos de
cola o tendrán algo que ver las reformas del Gobierno. Quiero recordar
que no es la primera vez que baja el precio del petróleo. En el año 2008
bajó de 135 a 35 dólares, y en el año 2009 la economía española entró en
una profundísima recesión, cayendo el PIB en 3,6. Es decir, que las
mismas circunstancias de vientos de cola se producen en dos momentos
distintos, y en un momento de tiempo la economía entra en recesión y en
el otro la economía española crece mucho más que el resto de países
europeos.


Como la mayor parte de las instituciones internacionales reconocen,
la combinación de una política de consolidación fiscal, de mejora de la
confianza de los inversores y de reformas estructurales encaminadas a
mejorar la competitividad de la economía española es la clave que explica
este crecimiento diferencial en el tiempo y en comparación con otros
países de la zona euro.


Señorías, varios de ustedes me han preguntado, en relación con el
sector financiero, sobre la provisión de fondos de financiación al sector
privado de la economía. Creemos, como decía en mi intervención inicial,
que una de las principales reformas que ha acometido el Gobierno ha sido
la del sector financiero. La reforma del sector financiero que se llevó a
cabo en el año 2012 tenía varios objetivos: en primer lugar, preservar el
valor de los depósitos, que ningún depositante viera mermados sus ahorros
y, en segundo lugar, conseguir que los bancos volvieran a prestar. Fue
una reforma que tuvo varios componentes: reforma del gobierno
corporativo, realización de provisiones por parte de los bancos, mejora
de la transparencia de los balances bancarios, etcétera. Y creemos que
ambos objetivos han sido alcanzados, es decir, los depósitos han sido,
por supuesto, absolutamente preservados y el sector financiero lleva
realizando préstamos nuevos desde hace muchísimos meses. Es cierto que el
BCE ha implementado su política no convencional de inyección de liquidez
a principios de este año, pero los bancos no han esperado a que el Banco
Central Europeo lleve a cabo sus actuaciones para empezar a prestar. En
concreto, a las pequeñas y medianas empresas los bancos llevan prestando
—los nuevos préstamos— los últimos diecinueve meses, y han
aumentado un 10 % en el último año, y las familias llevan en positivo
dieciséis meses, con un aumento del 20 % en el último año.


Por tanto, la causa fundamental de que los bancos presten no está
en la política expansiva del Banco Central Europeo, está en que en el
año 2012 se realizó una reforma bancaria seria que dotó a los bancos de
capital y de transparencia para poder acometer su función de prestadores.
Además —creo que es importante—, no solo los bancos prestan,
sino que cada vez lo hacen a un precio más reducido. La fragmentación de
los mercados, gracias a la unión bancaria y a las políticas implementadas
por España, se ha reducido de forma notable. Además, la reducción del
coste de financiación de las pymes ha sido en España mucho más rápida que
en el resto de los países europeos, lo que refleja que la reforma del
sector bancario ha seguido la dirección adecuada.


Han formulado varias preguntas relativas a la situación de la deuda
pública. Desde los años 2012 y 2013, fundamentalmente, se ha producido un
aumento muy rápido de la deuda pública en España, aunque la mayor parte
de estos aumentos se debieron a compromisos previos al año 2012. En
concreto tuvimos que hacer frente al pago de los retrasos a los
proveedores, que sumaron 40 000 millones de euros, 4 puntos del PIB; fue
necesario hacer frente a la limpieza de los balances bancarios para
preservar los depósitos, asegurar que los bancos prestaran y con ello
crecer, y todo ello supuso otros 40 000 millones; y hubo que hacer frente
al déficit del sistema eléctrico, 10 000 millones de euros del año 2012,
que se acumularon también a los volúmenes de deuda pública. Además, había
compromisos europeos importantes. En definitiva, se llevaron a cabo
actuaciones singulares por un importe de más de 110 000 millones de
euros, 13 puntos porcentuales en la ratio de deuda pública/PIB.
Obviamente, el déficit público del año 2012 se situaba en 9,1 %, lo cual
era otra fuente de generación de deuda pública.


En el año 2015, podemos decir que estas fuentes de aumento de la
deuda han sido completamente eliminadas; se está reduciendo el déficit
público: lo vamos a reducir del 9,1 al 4,2 %; la economía está creciendo,
los precios van a tornarse en positivos y, por tanto, si el denominador
aumenta, el ratio deuda pública/PIB va a disminuir. Es decir, reducción
del déficit público, mayor crecimiento económico, estabilización de la
deuda y una reducción a partir de este y del año próximo. Esta
credibilidad de la política económica del Gobierno y esta reducción en el
tiempo de la deuda pública, sin duda, está detrás de que los inversores
que invierten en deuda pública española cada vez exijan menos intereses
por ello.


Algunas de sus preguntas se han centrado en la sostenibilidad del
crecimiento económico de España. Creo que ha habido un cambio de modelo
en el crecimiento económico español que se caracteriza por tres elementos
fundamentales. En primer lugar, España necesita un menor crecimiento para
crear empleo. Hace unos años necesitábamos tasas de crecimiento del 2,5 %
para empezar a crear empleo, pero ahora, con tasas de crecimiento
inferiores al 1 %, se crea empleo, y ese es un elemento muy positivo
porque indica que el crecimiento económico es inclusivo. En segundo
lugar, España crece y necesita menos crédito para crecer; de hecho,
estamos creciendo y estamos reduciendo nuestro nivel de endeudamiento
privado, lo que es una novedad respecto de las fases anteriores de
crecimiento económico. En tercer lugar, España crece mucho más que el
resto de los países europeos y mantiene un superávit exterior; es decir,
que la economía de España está cada vez más orientada hacia el exterior y
menos dependiente de la construcción. De hecho, como comentaba en mi
intervención inicial, la exportación respecto del PIB ha aumentado 10
puntos en los últimos cinco o seis años, mientras que la construcción ha
disminuido en la misma proporción. El crecimiento económico del futuro
dependerá más de la competitividad de la economía española y menos de la
construcción.


Me gustaría hacer algunas reflexiones respecto de la
competitividad. Seguramente el gran diferencial que explica por qué ahora
España crece mucho más que el resto de los países de Europa y tiene un
superávit exterior se debe a que nuestro diferencial de precios es
positivo porque mejoramos en competitividad 1 punto del PIB a lo largo de
estos años, mientras que en la década de 2000 perdíamos competitividad.
En parte, esto refleja que podamos crecer y tener un superávit exterior.
En cualquier caso, la competitividad también se ve en numerosas reformas
que ha acometido el Gobierno y, precisamente, una de las que mencionaba
el senador Alturo Lloan es tremendamente importante: la reforma de la
unidad del mercado. Posiblemente sea la reforma acometida por el Gobierno
que mayor impacto tenga en el crecimiento del producto interior bruto en
el medio y largo plazo y que mayor impacto tenga en la mejora de la
eficiencia y la competitividad de la economía española.


Estamos de acuerdo en que hay que reforzar la efectividad de la
política de I+D+i. Es un componente importante de crecimiento de la
economía española y de otras muchas reformas, como la de la unidad de
mercado, que tiene que implementarse para poder acometerla en su
totalidad. Por otro lado, una de las reformas más importantes es evitar
la fragmentación de los mercados dentro del territorio nacional y contar
con una regulación eficiente. En este sentido, todas las instituciones
internacionales la reconocen como una de las reformas que más
competitividad y crecimiento económico genera.


Haré un comentario final respecto de la creación de empleo.
Consideramos que es importante la creación de empleo y, por ello, la
política económica del Gobierno ha estado orientada a intensificar esta
faceta; además, la creación de empleo está afectando cada vez más, no
solo en número sino cualitativamente, a un mayor número de personas,
especialmente a los grupos más vulnerables. En concreto, me gustaría
compartir algunos datos con ustedes. Así, les diré que no solo el 93 %
del empleo se produce en el sector privado sino que el 82 % es a tiempo
completo y, como he comentado, el 72 % del empleo que se ha creado
durante el último año, de acuerdo con la última EPA, es empleo
indefinido. Además, la recuperación del empleo está siendo especialmente
intensa en determinados grupos vulnerables: en concreto, los hogares con
todos sus miembros activos parados han disminuido en el último año
en 185 000 personas; entre las personas de menos de veinticinco años el
empleo crece a un ritmo del 4,7 %, más que el crecimiento total del
empleo, que es del 3 %; y entre las personas de más de cincuenta y cinco
años, que son grupos especialmente vulnerables, el empleo crece
al 8,4 %.


También se está produciendo una caída de los parados de larga
duración, que es también mayor que el dato agregado. La caída de los
parados de larga duración —personas que buscan empleo durante más
de un año— ha caído en 327 000 personas, un 8,9 % con carácter
anual. Por tanto, la creación de empleo no solo es importante en número
—que siempre tiene su importancia porque estamos creando empleo a
un ritmo de más de medio millón de empleos por año— sino que cada
vez está afectando a un número más amplio de ciudadanos.


En este primer turno de réplica me gustaría insistir en que las
reformas económicas acometidas por el Gobierno han sido fundamentales
para dar la vuelta a una situación que era delicadísima. Hoy, el propio
Fondo Monetario Internacional indica que el principal riesgo para la
economía española de cara al futuro es una reversión de estas reformas.
Creemos que no hay que caer en la autocomplacencia, que los retos que
tenemos delante de nosotros son muy importantes, pero también que las
recetas que se han aplicado estos años son las adecuadas y los resultados
han sido positivos.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de
Estado.


Terminado el turno de réplica, pasamos al turno de dúplica.


Por el Grupo Parlamentario de Entesa, tiene la palabra el señor
Sabaté. (Denegaciones).


Por el Grupo Parlamentario Catalán, tiene la palabra el senador
Alturo.


El señor ALTURO LLOAN: Muchas gracias, señor presidente.


Como antes no he podido hacerlo por cuestión de tiempo, me gustaría
ahora hablar de Europa. Hay unas cuestiones muy importantes de cara al
crecimiento de las pymes y de las empresas españolas, y me gustaría que
nos diera una pincelada sobre, por ejemplo, el plan Juncker. A estas
alturas, ya en el mes de junio, la Comisión Europea va a plantear algunos
proyectos y me gustaría saber cómo está la situación, conocer algunos de
los proyectos principales que el Gobierno haya presentado y, en
definitiva, si las empresas o pymes han presentado también proyectos de
cara a su financiación, que es una cuestión importante.


Seguramente el Tratado de libre comercio con Estados Unidos
afectará más a la Secretaría de Estado de Comercio pero, en cualquier
caso, es un asunto a tener en cuenta por las empresas españolas. Me
gustaría también conocer su opinión sobre el instrumento pyme, que Europa
ha puesto en marcha precisamente para el apoyo y el nacimiento de
empresas. Desde mi punto de vista, supone una gran ayuda y sería
importante que los sectores productivos conocieran la información a tal
efecto, especialmente para que los jóvenes talentos y empresas nuevas
pudieran acogerse a estas iniciativas.


Señor Utrera, respecto a los impuestos, no sé cómo puede decir lo
que hemos oído en esta Cámara. Han subido todos los impuestos y nos
quieren dar la impresión de que no hayan subido ninguno. Sin embargo,
esto lo saben todos los ciudadanos y, por tanto, no hace falta decir más.






Por ejemplo, en el caso de la subida del IVA ¿es que el IVA cultural no
afecta a empresas culturales? Es evidente que quieren hacer ver cosas que
los ciudadanos no ven y, en definitiva, están alejados de la
realidad.


Finalmente, la percepción de los ciudadanos es que la situación no
mejora. Ustedes viven en otro mundo. Da la sensación de que las empresas
van bien, que los ciudadanos han salido de la crisis, pero la impresión
de la ciudadanía es que se ha ayudado al sistema financiero pero que
cuando empresas, pymes, ciudadanos y familias han ido a pedir dinero no
lo han conseguido, lo que ha supuesto una asfixia que ha provocado la
muerte de muchas pymes, que han desaparecido. Esta es una cuestión que
hay que poner de relieve.


Además, si ponemos encima de la mesa los desahucios que han llevado
adelante las entidades financieras, que se han incrementado en los
últimos años, la percepción del ciudadano es que han ayudado al sistema
financiero pero no se ha ayudado a la gente, con lo cual hay un gran
descontento. Por tanto, repito, la percepción de la mayoría de los
ciudadanos nada tiene que ver con algunas de las afirmaciones que aquí se
han hecho.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Alturo.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Lerma.


El señor LERMA BLASCO: Muchas gracias, señor presidente.


Aunque prácticamente está finalizando la legislatura, quiero dar
las gracias al secretario de Estado de Economía por su
comparecencia.


No voy a entrar ahora en una discusión teórica —no creo que
corresponda, además— sobre por qué pasó lo que pasó en 2008 y 2009
y por qué dejamos de crecer, porque carece de sentido en estos momentos.
En cualquier caso, es evidente que el problema fue el cierre de los
mercados financieros, pero repito que no voy a entrar en ello.


Lo que tenemos que ver es si son demasiado optimistas la política y
las previsiones del Gobierno. Sin duda, a mí me gustaría que se
cumplieran porque no estoy en desacuerdo con ellas, todo lo contrario,
pero demasiadas cosas no son como el Gobierno piensa y además hay
aspectos mal atendidos.


Creo que nunca se puede hablar de estabilidad macroeconómica cuando
hay más de un 20 % de desempleo; esta situación no es sostenible y no sé
cómo los ciudadanos nos perdonan, pero debería ser el primer equilibrio a
buscar, por encima de otras cuestiones. Es cierto que la reforma
financiera intenta salvar no solo a los accionistas sino fundamentalmente
a los impositores y también es verdad que para que fluya el crédito ha de
funcionar el sistema financiero pero, repito, el primer equilibrio que
debemos buscar es una salida personal a la gente que en estos momentos
está sin empleo y que, además, cada vez cuenta con menor cobertura; en
este sentido, actualmente los parados sin ayudas al desempleo son algo
más del 50 %, de modo que estamos en una muy mala, cada vez peor
situación, a pesar del optimismo de las cifras del Gobierno en materia de
contratación.


No era difícil hacer frente al pago a proveedores endeudándose más,
hasta 300 000 millones, porque eso lo podía hacer cualquier gobierno; lo
difícil era afrontar el déficit sin tocar temas claves desde el punto de
vista social y del crecimiento económico. Por tanto, nos enfrentamos a
una reducción bastante significativa del Estado de bienestar y de lo que
con él conseguimos, que es el consenso social para seguir adelante. Desde
mi punto de vista, el consenso social en estos momentos está bastante
alterado como consecuencia de la crisis y, sobre todo, como consecuencia
de determinadas políticas para hacerle frente porque parece que no se
reparte adecuadamente la carga.


Por otra parte, es fácil centrarse en la banca; yo me alegro cuando
la banca funciona porque si obtiene beneficios puede dar créditos,
etcétera, pero varios expertos han cuestionado ya los beneficios futuros
de la banca española sobre todo porque se consiguen a costa de la
disminución de las dotaciones y no precisamente por la falta de crédito.
En este sentido, no han sido muy valientes al tratar esta cuestión y no
están aportando demasiado al respecto, aunque lógicamente tendrán que dar
crédito porque ese es su negocio para ganar dinero. En cualquier caso, no
parece que haya aumentado la concesión de crédito y desde luego no han
arriesgado lo suficiente.


No me gusta discutir con el portavoz del Partido Popular porque
después se alarga demasiado la cuestión y no le puedo responder
adecuadamente, pero tengo que decirle que todo lo que hemos estado
diciendo desde hace dos o tres años sobre la demanda efectiva, el gasto
público, la reforma financiera, etcétera, resulta que ahora el Gobierno
dice que también lo estaba defendido, y nos hemos quedado bastante
sorprendidos porque nos acabamos de enterar de que el Gobierno estaba
intentando cambiar las funciones del Banco Central Europeo; y nosotros
sin saberlo. Pues bien, espero que dentro de unos días todo lo que
nosotros proponemos se convierta en la política del Gobierno para que así
podamos salir todos beneficiados.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Lerma.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, tiene la palabra
el senador Utrera.


El señor UTRERA MORA: Muchas gracias, señor presidente.


Solo voy a hacer un par de observaciones respecto de la
intervención del secretario de Estado. A nosotros nos gusta su conclusión
de que la reversión o simplemente el desánimo y la parálisis a los que en
el pasado tanto estuvo acostumbrado el Gobierno de España, en este camino
de reformas tendría un efecto grave sobre las perspectivas que
actualmente tiene la economía española. Por tanto, hay que animar al
Gobierno en este final de legislatura y, al próximo, al comienzo de la
siguiente para que se mantenga el esfuerzo inversor, el esfuerzo de
reforma estructural porque es lo que efectivamente nos ha permitido salir
de una situación complicada.


No estoy de acuerdo con el senador Lerma —ni lo estaré en el
futuro— en el sentido de que ya no se habla de 2008 y 2009. ¿Cómo
no se va a hablar de ello si es la historia reciente de la economía
española, si estamos como estamos precisamente por lo que se hizo
en 2007, 2008 y 2009? No se puede dejar de hablar de esto aunque no sea
desde una perspectiva política sino simplemente de conocimiento de la
realidad económica.


Podría estar de acuerdo con la idea de que no se puede postular la
estabilidad macroeconómica, incluso con un cuadro macroeconómico como el
de la economía española, mientras la tasa de paro sea superior al 20 %,
pero permítame que le afine el razonamiento. Desde luego no se puede
estar de acuerdo con la estabilidad presupuestaria y no se puede decir
que no hay crisis cuando las tasas de paro son superiores al 20 %, y
creciendo, que es lo que pasaba en 2008 y 2009. Repito, teníamos una tasa
de paro muy superior al 20 %, que además estaba creciendo, y usted
recordará la tensión en aquellos momentos por ver hasta dónde llegábamos,
si superábamos o no el 25 %, y lo superamos. Sin embargo, aunque no
podamos postular la completa estabilidad macroeconómica porque la tasa de
paro es superior al 20 %, se está reduciendo hasta una tasa algo menor
del 10 % anual. Por tanto, aunque no haya estabilidad macroeconómica
porque la cifra de paro es muy alta, estamos llegando a situaciones
similares a las de otros países de la zona.


Por tanto, lo llame usted estabilidad o lo llame desestabilidad, el
resultado es el que inicialmente se pretendía. Es decir, que convergemos
a tasas de paro más usuales, más normales dentro de la Unión Europea
precisamente porque aunque actualmente esté alta, la tasa de paro se está
reduciendo muy rápidamente con carácter anual. Ya ha oído usted que
en 2014 y 2015 el objetivo de creación de un millón de puestos de trabajo
está ya al alcance de la mano y, efectivamente, si proseguimos con
reformas estructurales podríamos alcanzar cifras similares al medio
millón de nuevos puestos de trabajo cada año en los próximos tres o
cuatro años, con lo cual se conseguiría el objetivo de tres millones de
puestos de trabajo. ¿Sigue habiendo problemas? Claro que sí. ¿Y que
mientras no se reduzca la tasa de paro al 20 % esto será problemático?
Sí. Usted dice, además, que no es estable; pues bien, diga lo que quiera,
pero se está reduciendo. (El señor Lerma Blasco: Se está repartiendo.)
Ese es un elemento muy importante.


Creo que la reflexión sobre las percepciones ciudadanas, los
desahucios o el apoyo a los bancos exigiría una reflexión más completa y
exhaustiva. No voy a entrar en ello, pero sí quiero decir que se ha hecho
mucha demagogia al respecto. Personalmente tuve ocasión de defender
algunos de estos proyectos de ley, que son relevantes desde el punto de
vista de apoyos bancarios y de tratamiento para las situaciones más
difíciles desde el punto de vista de desahucios, etcétera, pero lo que he
percibido —siento tener que decirlo— ha sido mucha demagogia
incluso por parte de quienes luego en apariencia apoyaron las decisiones
que adoptó el Gobierno, mucha demagogia en la presentación del problema,
y es que un problema mal presentado nunca va a tener solución. Y plantear
la cuestión de los apoyos a la banca como antitético u opuesto a que haya
desahucios significa sencillamente desconocer lo que se pretendía con una
cosa y lo que se pretende con la otra. Por tanto, esas cosas hay que
relacionarlas bien porque si no lo que resultará serán conclusiones
demagógicas que dan fruto a la demagogia. (Denegaciones del señor Alturo
Lloan). Quizá usted en su propia tierra, en su propia ciudad tendrá
ocasión de comprobar lo que le estoy diciendo dentro de muy poco.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Utrera.


Para cerrar el turno de intervenciones y para contestar tiene la
palabra el secretario de Estado.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA Y APOYO A LA EMPRESA
(Fernández de Mesa Vargas): Muchas gracias, señor presidente.


En relación con los temas europeos, efectivamente, el plan Juncker
es una de las iniciativas más importantes de los últimos meses. Con dicho
plan se tratan de movilizar 315 000 millones de euros del sector privado
y del público para facilitar la guía de la inversión no solo en Europa
sino en España, que es posiblemente una de las consecuencias más
importantes de la crisis económica. En España cayó un 45 % de sus niveles
de crisis y un 15 % en Europa, pero en España, gracias a la confianza de
las empresas, se está mejorando esta inversión rápidamente.


El plan Juncker va a ser importante; está en proceso de negociación
y a lo largo de este mes se aprobará el reglamento. En los últimos meses
se está trabajando en numerosos proyectos, y se están analizando algunos
españoles. Sin embargo, su aprobación no depende del Gobierno sino del
propio Banco Europeo de Inversiones y de sus instituciones. Como digo, se
está trabajando en varios proyectos, algunos de los cuales son
españoles.


Las prioridades son conocidas. La I+D+i es una de ellas y está
dentro de las prioridades de España a la hora de presentar proyectos.
Asimismo, las pequeñas y medianas empresas y los proyectos transeuropeos
también son importantes de cara a la financiación por parte del Banco
Europeo de Inversiones, y creemos que podremos ver numerosos proyectos
españoles financiados con cargo a esta iniciativa.


En el marco de la pequeña y mediana empresa, como comentaba en mi
intervención inicial y en el turno de réplica, creemos que la situación
ha mejorado de forma sustancial y nos parece que el sector financiero se
ha normalizado. De hecho, el ICO, que ha jugado un papel fundamental con
carácter anticíclico, proveyó en 2014 al sector financiero con 24 000
millones de euros, aunque quizá en 2015 disminuya hasta los 14 000
millones. El ICO intermediaba el 11,8 % de los préstamos del sector
cuando las cosas iban mal y antes de la crisis en un 5 %. Es decir, que
han de tener un carácter procíclico.


¿Qué quiero decir? Que tenemos que centrarnos en aquella parte de
la financiación de la pequeña y mediana empresa que es más necesaria. He
indicado anteriormente que una de las áreas donde creemos que hay que
reforzar nuestras actuaciones más que en los préstamos, que el propio
sector financiero está ya empezando a proveer con normalidad, es en otro
tipo de financiación, en la financiación de capital a través de capital
riesgo, que va a generar que nuestras empresas sean más fuertes, tengan
mayor volumen de capital y que se puedan financiar nuevas ideas. Por
tanto, estamos fortaleciendo la industria de capital riesgo.


El ICO ha financiado ya 29 nuevos fondos y estamos haciendo
especial incidencia en aquellos que financian empresas de nueva creación
más que en empresas que cuentan ya con varios años de desarrollo. Creemos
que esa es una buena estrategia para complementar lo que el sector
privado viene ya organizando.


En relación con el desempleo reconozco que todos estamos en
consenso en cuanto a que es el principal desequilibrio de la economía
española. Creemos que vamos en la dirección adecuada porque un ritmo de
creación de medio millón de empleos al año es significativo, pero tenemos
que buscar todas las medidas que sean necesarias para acelerarlo en la
medida de lo posible. También es cierto que el Gobierno, desde 2012,
siempre ha adoptado medidas para paliar los efectos de la crisis en los
grupos de población más vulnerables. El señor Lerma mencionaba las ayudas
al subsidio de desempleo y, precisamente, hace pocos meses se aprobó el
Plan prepara, un plan importante en el que se aportan 400 euros para
parados de larga duración que hayan agotado su prestación, cantidad que
se incrementa hasta los 450 euros para aquellos parados que tengan
responsabilidades familiares. Ha habido ya 572 000 personas beneficiadas
debido a un desembolso de 1390 millones de euros apoyando a estas
personas.


Asimismo, citaré la propia reforma fiscal, con la reducción del
IRPF, que se produjo en 2014 y tiene ya sus efectos en 2015, que está
incidiendo especialmente en las rentas más bajas. Ha habido una reducción
del 23,5 % del impuesto para rentas de menos de 24 000 euros cuando la
rebaja media ha sido de un 12,5 %, y también se ha aumentado el mínimo
exento a 12 000 euros. Es decir, que se ha llevado a cabo una reforma del
IRPF que ha incidido especialmente en las rentas más bajas.


Quisiera terminar mi intervención hablando del sector financiero y
de los desahucios. El Gobierno, en marzo de 2012, apenas unos meses
después del inicio de la legislatura, aprobó numerosas medidas para
proteger a aquellos grupos vulnerables que estuvieran en riesgo de perder
su vivienda, y a día de hoy puedo decir que ha habido ya 34 000 familias
que se han beneficiado de estas medidas; 18 400 se han beneficiado por el
código de buenas prácticas, que permitía la reestructuración de la deuda
a grupos vulnerables y quitas de esta deuda; casi 2000 viviendas han sido
adjudicadas con cargo al Fondo Social de Viviendas; y ha habido 13 700
suspensiones de lanzamientos. Es decir, que en 2012 se adoptaron una
serie de medidas porque éramos conscientes del riesgo que la crisis podía
ejercer en determinados grupos vulnerables. El Gobierno ha sido siempre
sensible a estos grupos y siempre ha adoptado medidas para que la carga
del ajuste no recaiga en los grupos de población más vulnerables.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Una vez sustanciada la comparecencia del señor
secretario de Estado solo me resta agradecer su presencia, el contenido
de sus intervenciones y las formas empleadas por todos los
intervinientes. Desde mi punto de vista, han sido una comparecencia y un
debate útiles, muy positivos y ajustados a las expectativas de esta
comisión.


Quiero aprovechar para poner en valor en este tramo final de la
legislatura la vocación, el ánimo y el ímpetu de esta comisión por
conocer y valorar la situación de la economía española y sus
posibilidades de futuro. Señor secretario de Estado, usted hoy ha
contribuido a ello y por eso se lo agradezco, al tiempo que le ofrezco
esta comisión para cuando la situación lo requiera y usted tenga a bien
así estimarlo. Le pido que nos acompañe unos minutos antes de concluir
esta comisión.








DESIGNAR PONENCIA





PROYECTO DE LEY DE ORDENACIÓN, SUPERVISIÓN Y SOLVENCIA DE LAS
ENTIDADES ASEGURADORAS Y REASEGURADORAS.


621/000125

GOBIERNO


El señor PRESIDENTE: Pasamos al tercer punto del orden del día:
Designación de la ponencia que informe el Proyecto de Ley de ordenación,
supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras.
Procede designar ponencia de este proyecto de ley.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, tiene la palabra
el señor Utrera.


El señor UTRERA MORA: Los dos ponentes serán José Muñoz Martín y
José Luis Vallines Díaz.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Lerma.


El señor LERMA BLASCO: Por el Grupo Socialista los ponentes serán
los senadores Alique y Ortíz.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Lerma.


Por lo que se refiere a los demás grupos parlamentarios, se
entiende que son miembros de la ponencia sus únicos representantes. En
consecuencia, la ponencia queda integrada por los siguientes miembros:
Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, los senadores Muñoz
Martín y Vallines Díaz; por el Grupo Parlamentario Socialista, los
senadores Alique López y Ortiz Molina; por el Grupo Parlamentario Catalán
en el Senado Convergència i Unió, el senador Alturo Lloan; por el Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, el senador Montilla
Aguilera; por el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado, la senadora
Iparragirre Bemposta, y por el Grupo Parlamentario Mixto, el senador
Iglesias Fernández.


¿Está de acuerdo la comisión? (Asentimiento).


Se ratifica la ponencia.









PROYECTO DE LEY DE AUDITORÍA DE CUENTAS.

621/000127

GOBIERNO


El señor PRESIDENTE: Continuamos con el cuarto punto del orden del
día: Designación de la ponencia que informe el Proyecto de Ley de
auditoría de cuentas. Procede designar ponencia.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, senador Utrera,
¿a quién propone?


El señor UTRERA MORA: A José Antonio de las Heras y a Juan Manuel
Juncal.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Senador Lerma, ¿a quién propone?


El señor LERMA BLASCO: A los senadores Manchado y Alique.


El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Lerma.


En consecuencia, la ponencia queda integrada por los siguientes
miembros: Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, los senadores
Juncal Rodríguez y De las Heras Muela; por el Grupo Parlamentario
Socialista, los senadores Manchado Lozano y Alique López; por el Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió, el senador Alturo
Lloan; por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, el
senador Montilla Aguilera; por el Grupo Parlamentario Vasco, la senadora
Iparragirre Bemposta, y por el Grupo Parlamentario Mixto, el senador
Iglesias Fernández.


¿Está de acuerdo la comisión? (Asentimiento).


Muchas gracias.


Se levanta la sesión.


Eran las diecinueve horas y cinco minutos.