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DS. Senado, Comisiones, núm. 269, de 19/12/2013
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COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO
LEDO


Sesión celebrada el jueves, 19 de diciembre de 2013


ORDEN DEL DÍA


Comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, D. José Manuel García-Margallo Marfil, ante la Comisión de
Asuntos Exteriores, para realizar una evaluación de la actividad
desarrollada por su Ministerio en el primer año de Legislatura y de sus
previsiones de futuro.


(Núm. exp. 711/000164)


Autor: GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA GRUPO PARLAMENTARIO
CATALÁN EN EL SENADO CONVERGÈNCIA I UNIÓ GRUPO PARLAMENTARIO ENTESA PEL
PROGRÉS DE CATALUNYA GRUPO PARLAMENTARIO VASCO EN EL SENADO (EAJ-PNV)
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO


Comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, D. José Manuel García-Margallo Marfil, ante la Comisión de
Asuntos Exteriores, para explicar las relaciones de España con Marruecos
en materia de inmigración.


(Núm. exp. 711/000235)


Autor: GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA


Comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, D. José Manuel García-Margallo Marfil, ante la Comisión de
Asuntos Exteriores, para realizar una evaluación de la política exterior
española y sus perspectivas de futuro.


(Núm. exp. 711/000262)


Autor: GOBIERNO


Contestación del Gobierno a


– Pregunta sobre el contenido de la reunión celebrada
el día 10 de mayo de 2013 entre el Lehendakari del Gobierno Vasco y el
Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.


(Núm. exp. 681/000919)


Autor: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)


– Pregunta sobre si se abordó la necesidad de
elaborar una estrategia atlántica global por parte de la Unión Europea en
la reunión celebrada el día 10 de mayo de 2013 entre el Lehendakari del
Gobierno Vasco y el Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.


(Núm. exp. 681/000920)


Autor: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)









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– Pregunta sobre si se abordó la necesidad de
establecer alguna coordinación entre la Acción Exterior Vasca y el
Servicio Exterior del Estado en la reunión celebrada el día 10 de mayo de
2013 entre el Lehendakari del Gobierno Vasco y el Ministro de Asuntos
Exteriores y de Cooperación.


(Núm. exp. 681/000921)


Autor: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)


Designar Ponencia


– Proyecto de Ley de la Acción y del Servicio
Exterior del Estado.


(Núm. exp. 621/000059)










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Se abre la sesión a las dieciséis horas y treinta
minutos.


El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.


Señorías, buenas tardes. Tenemos por delante la
comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, don José Manuel
García-Margallo, a quien quiero agradecer muy especialmente su presencia
aquí. Quiero dejar muy claro —y en la reunión de Mesa y portavoces
ya lo he dicho— que desde el principio de este periodo de sesiones
el ministro ha intentado venir a esta Comisión de Asuntos Exteriores del
Senado pero, por razones no solo achacables a su compleja agenda, sino
también porque en ocasiones ha sido este presidente de comisión el que ha
tenido algunos viajes y me parecía obligado estar cuando viniera para
recibirle, no hemos encontrado una fecha hasta este momento prenavideño
aunque dentro del periodo normal de sesiones. Por lo tanto, señor
ministro, le agradezco mucho su presencia aquí, que era muy deseada. Le
estábamos esperando con mucho interés y por fin vamos a cumplir este
trámite.


Como saben, en primer lugar, corresponde aprobar el acta de
la sesión anterior, celebrada el día 4 de noviembre. ¿Alguna observación
al acta? (Denegaciones.) Queda aprobada.


COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE
COOPERACIÓN, D. JOSÉ MANUEL GARCÍA-MARGALLO MARFIL, ANTE LA COMISIÓN DE
ASUNTOS EXTERIORES, PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD
DESARROLLADA POR SU MINISTERIO EN EL PRIMER AÑO DE LEGISLATURA Y DE SUS
PREVISIONES DE FUTURO.


(Núm. exp. 711/000164)


AUTOR: GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA GRUPO PARLAMENTARIO
CATALÁN EN EL SENADO CONVERGÈNCIA I UNIÓ GRUPO PARLAMENTARIO ENTESA PEL
PROGRÉS DE CATALUNYA GRUPO PARLAMENTARIO VASCO EN EL SENADO (EAJ-PNV)
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO.


COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE
COOPERACIÓN, D. JOSÉ MANUEL GARCÍA-MARGALLO MARFIL, ANTE LA COMISIÓN DE
ASUNTOS EXTERIORES, PARA EXPLICAR LAS RELACIONES DE ESPAÑA CON MARRUECOS
EN MATERIA DE INMIGRACIÓN.


(Núm. exp. 711/000235)


AUTOR: GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.


COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE
COOPERACIÓN, D. JOSÉ MANUEL GARCÍA-MARGALLO MARFIL, ANTE LA COMISIÓN DE
ASUNTOS EXTERIORES, PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR
ESPAÑOLA Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO.


(Núm. exp. 711/000262)


AUTOR: GOBIERNO


El señor PRESIDENTE: Figuran en el orden del día tres
comparecencias del ministro, y las relato a continuación. En primer
lugar, la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, don José Manuel García-Margallo Marfil, para realizar una
evaluación de la actividad desarrollada por su ministerio en el primer
año de legislatura y de sus previsiones de futuro, cuyos autores son el
Grupo Parlamentario Socialista —los cito por orden de presentación
de las iniciativas—, el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya, el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado y el Grupo
Parlamentario Mixto. Hay también una comparecencia del ministro de
Asuntos Exteriores y de Cooperación para explicar las relaciones de
España con Marruecos en materia de inmigración, cuyo autor es el Grupo
Parlamentario Socialista. Y, además, hay otra comparecencia a petición
propia del ministro de Asuntos Exteriores para realizar una evaluación de
la política exterior española y sus perspectivas de futuro, siendo autor
el Gobierno.


En la reunión de Mesa y portavoces de esta comisión se
acordó que el debate de estas tres comparecencias fuera conjunto. Por lo
tanto, así lo haremos.


Tiene la palabra, señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(García-Margallo Marfil): Muchas gracias, señor presidente.









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Señorías, quiero hacer en esta comparecencia, de acuerdo
con lo que me solicitan, una evaluación de la política exterior española
en estos dos primeros años de legislatura y un análisis de las
perspectivas de futuro.


Me gustaría hacer un balance de nuestra política exterior
centrado en los intereses propios de esta comisión. Por ello, mis
referencias a la política iberoamericana, a la cooperación internacional
o al ámbito de la Unión Europea serán más sucintas. Con todo, en el
debate posterior responderé con mucho gusto a cualquier pregunta que
quieran hacerme respecto de estos y otros asuntos. Dedicaré una atención
especial, atendiendo a la solicitud del Grupo Parlamentario Socialista, a
las relaciones de España con Marruecos en materia de inmigración.


Para empezar, quiero señalar que considero que el
ministerio en estos dos años ha estado el servicio de cuatro políticas,
esencialmente. En primer lugar, al servicio de un proyecto ambicioso de
innovación jurídica conceptual y estratégica para lograr que la dimensión
internacional de España responda a las exigencias de una sociedad
democrática avanzada y de un derecho internacional puntero. En segundo
lugar, al servicio de la recuperación económica a través de la diplomacia
económica y de la diplomacia pública. En tercer lugar, al servicio del
fortalecimiento de nuestros anclajes en el mundo con la vuelta a Europa y
el vínculo transatlántico. Y en cuarto y último lugar, al servicio de la
renovación e impulso de nuestros tradicionales ejes iberoamericano,
mediterráneo y asiático.


Como fue mi compromiso en esta misma comisión al inicio de
mi mandato, creo haber llevado a cabo estas líneas con la más genuina
vocación de consenso en beneficio de una política de Estado. La
innovación normativa y el esfuerzo conceptual y estratégico es el primero
de los ejes sobre los que ha discurrido la actuación de este
ministerio.


Decía el filósofo francés Emmanuel Mounier, cuando fundó la
revista Esprit, en el año 1932, que a nosotros, los pianistas de
veinticinco años, nos falta un piano. Nuestra democracia no tiene
veinticinco años, tiene más, y no le hacía falta un piano, sino dos: la
Ley de acción exterior y la Ley de tratados internacionales, a la que
probablemente en el futuro se incorpore la ley de inmunidades para cerrar
el cuadro normativo que debe enmarcar la política exterior de un país
moderno.


La primera de las piezas legislativas a las que me he
referido es la Ley de acción y del servicio exterior, ley que reconoce la
coexistencia de una pluralidad de sujetos cuya actividad tiene
repercusión en el exterior y persigue dotar todas estas actuaciones de
una cierta coherencia a través de la regulación de la acción exterior del
Estado. No me extiendo más porque como sus señorías saben, el proyecto de
ley está ya en esta Cámara para su debate.


La segunda es la Ley de tratados y otros acuerdos
internacionales, que constituye una pieza jurídica básica en cuanto
regula los tratados internacionales y los demás acuerdos internacionales
posibles, los acuerdos administrativos y los acuerdos no normativos,
mediante los cuales el Estado, en todos sus niveles, articula
jurídicamente las relaciones con otros sujetos de derecho internacional,
es decir, los otros Estados Ly las organizaciones internacionales. La ley
está ya en el Congreso, ha pasado la enmienda a la totalidad, y muy
pronto vendrá también a esta Cámara, lo cual me ahorra la necesidad de
hacer comentarios ulteriores.


Quisiera subrayar que este programa de innovación normativa
lo hemos venido anticipando en el tiempo y ensayando a lo largo de estos
años en virtud de las siguientes medidas. La primera es la cooperación
con el servicio europeo de acción exterior en materia de colocación de
funcionarios españoles. En este momento somos el tercer país en número de
funcionarios después de Francia y Reino Unido. Contamos con ciento
noventa y dos funcionarios españoles incorporados al Servicio Europeo de
Acción Exterior, incluidos treinta y cinco diplomáticos.


Además, bajo una óptica de eficiencia y ahorro, se ha
avanzado en la incorporación de diplomáticos españoles en las
delegaciones de la Unión Europea con carácter pionero respecto a los
otros países europeos. En el 2012 lo hicimos en Yemen y en 2013 hemos
firmado con el Servicio Europeo de Acción Exterior un segundo acuerdo
para hacerlo en Azerbaiyán y Myanmar. Están muy adelantadas en este
momento las conversaciones para incorporarnos a las embajadas de la Unión
Europea en Armenia, en Georgia y en Uzbekistán.


En sentido contrario, y también con carácter absolutamente
pionero, los funcionarios de la Unión Europea se van a integrar en
nuestras embajadas, en las embajadas españolas, en China, en Catar y en
Abu Dabi.


En tercer lugar, la integración de las oficinas de las
comunidades autónomas en nuestras representaciones en el marco de las
actuaciones dirigidas a dotar de mayor eficiencia al gasto. Desde la









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oferta pública que yo realicé en enero de 2012 en mi toma
de posesión, hasta la fecha, catorce comunidades autónomas han firmado
acuerdos de colaboración con el Estado, sea con el Ministerio de
Economía, sea con el Ministerio de Asuntos Exteriores, para la
integración de sus oficinas en locales de las representaciones de España
en el exterior. Otra más, Baleares, no tiene en estos momentos ninguna
representación exterior, y no han aceptado nuestra invitación las
comunidades autónomas de Cataluña y País Vasco.


En último lugar, la integración de todas las oficinas de
cooperación, sin excepción, en las oficinas técnicas de cooperación de la
Agencia Española de Cooperación.


El segundo de los subejes en los que se subdivide esta
primera parte, relativa a la innovación normativa y esfuerzo conceptual
estratégico, es la que se refiere precisamente a las dos palabras últimas
de la sentencia anterior. Ha sido una carencia de nuestra política
exterior la falta de planificación. No quiero decir que los proyectos y
programas no se pensaran, pero en mi opinión es necesaria una
planificación explícita, no implícita, con carácter general, no
sectorial, y de talante estratégico, no simplemente táctico.


Ese es, en realidad, el espíritu y la innovación de la Ley
de acción exterior, que establece la obligatoriedad de elaborar una
estrategia de acción exterior a cuatro años que sitúe, que guíe a todos
nuestros actores en la escena internacional, estrategia que será
elaborada por el Consejo de Política Exterior y el Comité Ejecutivo del
Consejo de Política Exterior, a quienes corresponderá la consiguiente
labor de evaluación.


No acaba en la estrategia de acción exterior el esfuerzo de
planificación de nuestra actividad exterior. La misma se completa con el
plan director de cooperación, plan de acción cultural, plan de defensa y
seguridad nacional, recientemente aprobados y, finalmente, dos planes de
actuación de la marca España, que ya hemos realizado para el año 2013 y
para el año 2014.


Este esfuerzo de planificación se orienta, como en
cualquier otra estrategia, a conseguir cuatro cosas: en primer lugar,
definir objetivos y prioridades coherentes con nuestro proyecto de
nación. En segundo lugar, diagnosticar las amenazas y oportunidades a las
que tendremos que enfrentarnos. En tercer lugar, conocer con precisión
los medios con los que se cuenta y, en cuarto lugar, establecer
mecanismos de seguimiento y evaluación para que sus señorías y todo el
pueblo español sepan por dónde está discurriendo la acción exterior de
España.


La segunda gran política en la que mi ministerio se ha
centrado es la que se refiere a la recuperación económica a través de lo
que se llama diplomacia económica y diplomacia pública. Hay una cita que
a mí particularmente me gusta al empezar este capítulo, que dice así:
solo más tarde, la corona española comprobaría que la riqueza de un país
es la base de toda política exterior afortunada, que una economía sana
compensa mil batallas perdidas. Jaime Vicens Vives: Aproximación a la
Historia de España.


Empezaré por la diplomacia económica; diplomacia económica
que es una de las principales vertientes y, si me permiten, una de las
más novedosas de nuestra política exterior; diplomacia económica que
persigue cuatro objetivos: la reactivación económica; el apoyo a la
internacionalización de las empresas españolas; la atracción de
inversiones extranjeras para financiar nuestra economía y crear empleo y
la mejora de la imagen país.


Al servicio de estos cuatro fines, mi departamento ha
llevado a cabo las siguientes actuaciones: en primer lugar, actuaciones
informativas, a través de las cuales se ha trasmitido a nuestra red
exterior sistemáticamente documentación e informes sobre nuestra realidad
socioeconómica y la política económica aplicada por el Gobierno. En
segundo lugar, actuaciones para potenciar la función económica en el
Servicio Exterior del Estado, mediante la formación continúa de los
funcionarios diplomáticos en materia económica y comercial, especialmente
en aquellos lugares donde no existen oficinas comerciales. Está en
preparación el tercer curso para 2014. En tercer lugar, actuaciones de
colaboración público-privada e interlocución sistemática con las
empresas, que, a su vez, se subdivide en dos tipos de acciones: en primer
término, impulsar la agenda económica de los viajes oficiales y del
Estado: Su Majestad el Rey, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias,
presidente del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores y otros
ministerios sectoriales, incorporando sistemáticamente y de forma general
delegaciones empresariales a dichos viajes. En segundo término, diálogo
permanente con las principales empresas y multinacionales afincadas en
España con objeto de identificar conjuntamente los obstáculos, las
barreras y las dificultades a la inversión y a los negocios existentes y
también para identificar nuestras fortalezas para proyectarlas
internacionalmente.









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Tratándose de un balance, me van a permitir, que me detenga
un poco en los resultados de la diplomacia económica. Como sus señorías
saben, la crisis española tiene su origen en una crisis generalizada y en
causas específicas de nuestro país, causas típicamente españolas. Estas
tres causas pueden resumirse en tres: un fuerte crecimiento del
endeudamiento privado; la burbuja inmobiliaria y la caída de la
competitividad.


Las manifestaciones específicas de este estado de cosas,
también típicamente españolas, son cuatro: la caída del producto interior
bruto y del empleo, superior a la de nuestros socios; un déficit exterior
que llegó a alcanzar el 10% del producto interior bruto en el año 2007,
el segundo más alto del mundo en términos absolutos y el primero en
términos relativos; un rápido desplome de las cuentas públicas, que
pasaron de un superávit del 1,9 % en 2007 a un déficit del 11,2% en 2009,
una caída de 3 puntos en solo dos años que no tiene precedentes en
nuestra reciente historia, y una crisis del sistema financiero.


El Gobierno ha puesto en marcha una política económica
basada en los siguientes principios, que me limitaré solamente a
enumerar: consolidación fiscal; saneamiento del sector financiero;
reformas estructurales y consolidación del mercado interior.


La política del Gobierno empieza a dar frutos: la deuda
privada (familias y empresas no financieras) ha disminuido en casi 520
000 millones de euros entre 2008 y octubre de 2013; la productividad ha
aumentado un 13,9% entre el primer trimestre del 2008 y el tercer
trimestre de 2013; se ha recuperado la competitividad perdida desde 1999,
medida en términos de costes laborales unitarios; se ha saneado el sector
financiero y, por lo que a nosotros nos importa en cuanto Comisión de
Asuntos Exteriores, en el sector exterior se ha producido una mejora
espectacular. Las exportaciones de bienes y servicios han pasado de
representar un 23,9% del producto interior bruto en el año 2009 a un
33,7% del producto interior bruto en septiembre del 2013; el déficit
comercial entre 2007 y 2012 se ha reducido en un 70%, pasando de 100 000
millones de euros a 30 757 millones de euros; el saldo de la balanza por
cuenta corriente ha pasado de un déficit del 10% del PIB en 2007, como he
señalado anteriormente, a un déficit de solo un 1,1% en 2012 y cerrará,
Dios mediante, en 2013 con un superávit en torno al 1,7% del producto
interior bruto, circunstancia que no se producía desde hace prácticamente
20 años y la balanza básica, para terminar, arrojará en 2013 un superávit
previsible del 2,3% del PIB, lo que implica una disminución de la deuda
externa.


Tan importante o más que esta recuperación del sector
exterior es la recuperación de la confianza de los mercados en la
economía española. La inversión extranjera total neta en el primer
trimestre de este año ha sido de 6629 millones de euros, mientras que en
el primer trimestre del año pasado hubo una desinversión neta de 11 350
millones de euros. La prima de riesgo se encuentra alrededor de los 230 o
240 puntos, frente a un pico de 638% en julio de 2012. Las tres
principales agencias de ratings —Fitch, Standard & Poor´s
y Moody´s— han revisado al alza las perspectivas de la deuda
soberana española, pasando de negativa a estable.


La diplomacia pública es el otro gran instrumento,
relativamente novedoso en la política exterior española, y la estrella
polar de esta diplomacia pública es la marca España. La marca España se
alumbró, se imaginó en el año 2002, pero no se había puesto jamás en
práctica. Quiero decir, sin embargo, que la marca España no es ni un
fenómeno nuevo ni es un fenómeno original ni es un simple fenómeno de
relaciones públicas, lo que trata la marca España es que la imagen de
España se corresponda con la realidad española. Digo que el fenómeno no
es nuevo. Un compatriota del señor Chiquillo, Forner, en el siglo XVIII,
en una oración apologética por España, decía que todos los países de la
Europa —con artículo, que así se decía entonces— hierven por
una especie de furor por engrandecer su mérito sobre todas las demás
naciones que se lo disputan.


Hoy más que nunca, una imagen de país, una marca de país es
absolutamente necesaria para atraer el ahorro que necesitamos para
financiar la economía española; las inversiones para crear empleos en
España; las exportaciones para crear puestos de trabajo en nuestro país y
para internacionalizar la economía española, objetivos todos ellos de
todos los departamentos, pero singularmente del Ministerio de Asuntos
Exteriores. En este terreno lo que hemos hecho ha sido consolidar la
estructura de la oficina del alto representante de la marca España,
coordinar sus actuaciones con todas las administraciones públicas y con
las entidades privadas, formular el plan de actuación de 2013 y 2014,
ponernos en contacto con los españoles que residen fuera para que sean
embajadores de la marca España, y distintas presentaciones internas y
externas entre las que citaré Bruselas, París, Londres, Nueva York,
Pekín, Rabat, Argel, Orán y otras varias.









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Pero decía la persona a quien MacArthur encomendó la
creación del MITI para recuperar la economía japonesa, que solo se puede
mejorar lo que se mide. Y para hacerlo contamos con el Observatorio del
Real Instituto Elcano, y ayer mismo presentamos el sistema Mesías, que
tienen ustedes a su disposición, que es probablemente el mecanismo de
medición de imagen de un país más moderno que en este momento existe. Con
independencia de los resultados que a través de este último instrumento
de medición se obtengan, sí les quiero decir que el resumen es que en
estos momentos la imagen de España es peor que la realidad de España, y
que la imagen interna de España es peor que la imagen externa de España.
Es decir, los extranjeros tienen una mejor imagen de nuestro país que la
que nosotros mismos tenemos.


El tercero de los grandes ejes en los que quiero centrar
esta intervención en este punto es el español y el Instituto Cervantes.
No hace falta que les repita, ustedes lo conocen, que el español es la
segunda lengua más hablada del mundo, la segunda lengua más aprendida del
mundo, la segunda lengua más utilizada en las nuevas tecnologías. La
lengua española, el español, constituye uno de los activos más
importantes de la marca España y uno de los activos con mayor potencial
económico. Por eso no les extrañará que mi ministerio, a través del
Instituto Cervantes, haya dado una especial atención, un especial mimo,
un especial cuidado a la lengua común.


En este sentido quiero señalar, solo en los aspectos
económicos de la lengua, los siguientes datos: las actividades
desarrolladas por las industrias culturales ocupan en España a casi medio
millón de personas y a más de 100 000 empresas. Las empresas editoriales
españolas tienen 162 filiales en el mundo, repartidas en 28 países, más
del 80% de ellas en Iberoamérica. Más de 940 000 turistas viajaron a
España en 2012 por motivos de estudio, muchos de estos viajes se engloban
en lo que empieza a denominarse el turismo idiomático. El poder de compra
de la comunidad hispana solo en los Estados Unidos es de 1,2 billones de
dólares. Compartir el español aumenta un 290% el comercio bilateral entre
los países hispanohablantes. Y el último dato numérico, es que se estima
que la contribución del conjunto de los hispanohablantes al PIB mundial
es del 9,2%. A la vista de estos datos, no es sorprendente el que reitere
lo que he dicho antes: la colaboración con el Instituto Cervantes es un
punto cardinal de nuestra política exterior.


En la presente legislatura, en los dos años que llevamos de
legislatura, el Instituto Cervantes ha iniciado una nueva etapa presidida
por un objetivo de iberoamericanización. Destaca así, primero, la firma
de un convenio con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México en
mayo de 2012, para colaborar con la difusión cultural, que se ha
materializado en la cesión recíproca de centros culturales, lo que
permitirá aumentar nuestra potencia de fuego en Estados Unidos, sin
aumentar por ello el uso de recursos públicos. En segundo lugar, la firma
en junio de 2013 de un convenio específico de colaboración con la
Universidad Nacional Autónoma de México, para el establecimiento de un
centro de estudios mejicanos en nuestra sede en Madrid. En tercer lugar
las conversaciones con instituciones de otros países iberoamericanos,
como el Instituto Caro y Cuervo de Colombia, para que abran
representaciones de utilización conjunta. Quiero terminar este apartado
haciendo una especial referencia al VI Congreso Internacional de la
Lengua Española, celebrado en Panamá, y que ha consolidado un nuevo
escenario de encuentro y colaboración entre España y los países
hispanohablantes.


Pero siendo Iberoamérica objeto prioritario de nuestras
atenciones, no por ello se han desatendido otras áreas, especialmente los
Estados Unidos y Asia. En este aspecto me voy a limitar a señalar dos
actuaciones: la apertura del observatorio de la lengua española y de las
culturas hispánicas, en la Universidad de Harvard y, en segundo lugar, la
expansión del Instituto Cervantes en China y en Filipinas
especialmente.


Terminada esta parte general, me van a permitir ahora que
analice lo que hemos denominado desde el primer momento lo que son
nuestros anclajes en el mundo. Anclajes que si están firmemente
establecidos, nos permitirán transitar por los ejes tradicionales de
nuestra política exterior con mucha más comodidad. Estos asideros de
España, los anclajes de España, son dos: Europa y la relación
trasatlántica. De Europa poco tendré que decir, puesto que hay una
comisión especializada y específica para este tema en esta Cámara.


Permítanme recordar que en el ámbito de la Unión Europea,
lo prioritario en estos dos años ha sido superar la crisis económica y
financiera para recuperar el crecimiento económico, crear empleo y ganar
competitividad. La intervención de España en la Unión Europea ha estado
guiada por los cinco ámbitos de actuación, recogidos en la carta que en
junio de 2012 dirigió el presidente del Gobierno a los presidentes del
Consejo Europeo y de la Comisión Europea, y que son los siguientes:
consolidación fiscal









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para reducir el déficit y la deuda pública; reformas
estructurales en los distintos Estados miembros; reformas en el seno de
la Unión Europea; estabilización de los mercados financieros, en
particular mediante una actuación decidida y valiente del Banco Central
Europeo, y una auténtica unión económica y monetaria en sus cuatros
pilares, bancario, fiscal, económico y político.


En este contexto quiero resaltar el empeño que ha tenido la
diplomacia española por definir cuál ha de ser el futuro de Europa. Con
ese objetivo presentamos en Palma de Mallorca un trabajo que se llama Mi
idea sobre el futuro de Europa, que fue avalado por los diecisiete
ministros de Exteriores que allí concurrieron, en el que se exponen las
ideas que, a juicio del Gobierno español, debe seguir Europa para
consolidar el proceso de integración europea. No lo repetiré, se lo
repartiré a ustedes, pero permítanme decir que, en mi opinión, el futuro
de Europa debería girar en torno a tres grandes ejes: el primero, el
fortalecimiento de la Unión Económica y Monetaria; el segundo, una mayor
capacidad de actuación interna y de actuación exterior y el
fortalecimiento de las instituciones de la Unión y, en tercer lugar, el
aumento de lo que se llama la legitimidad democrática.


Siendo el primer anclaje de nuestra política exterior la
Unión Europea, el segundo es la relación trasatlántica. Estados Unidos
sabe que España es un socio y aliado de primer orden, dispuesto a cumplir
con sus obligaciones y responsabilidades. Esa es su convicción y esa es
también nuestra vocación. En este sentido hemos procedido, como sus
señorías saben, a firmar el Segundo Protocolo de Enmienda del Convenio de
Cooperación para la Defensa, que permitirá estacionarse en la Base Naval
de Rota a cuatro destructores de la Marina de los Estados Unidos, para
garantizar el despliegue del sistema antimisiles de la Alianza Atlántica.
En segundo lugar y de extraordinaria importancia, España apoya el futuro
acuerdo comercial trasatlántico Unión Europea—Estados Unidos, cuyo
proceso negociador ambas partes hemos comenzado y que España impulsa con
extraordinaria ambición.


En el ámbito económico bilateral seguimos reforzando y
profundizando las relaciones económicas bilaterales que tienen carácter
estratégico para España. Las cifras son las siguientes: las exportaciones
españolas en 2012 totalizaron 9000 millones; las importaciones de los
Estados Unidos 9700 millones. El stock de inversión bruta acumulada en
España en los Estados Unidos en esa misma fecha asciende a 48 000
millones de euros.


La cuarta medida ha sido la reactivación de los contactos a
alto nivel, con el reciente viaje de Sus Altezas Reales los Príncipes de
Asturias a Estados Unidos, empezando por los dos Estados en que la
presencia hispana es más fuerte, California y Florida, que no hacen sino
cerrar un ciclo en el que ha participado Su Majestad la Reina, la
vicepresidenta del Gobierno, los ministros de Defensa y Economía, entre
otros, sin olvidar la próxima visita el 13 de enero del presidente del
Gobierno a Washington.


En último lugar la puesta en valor de una historia
compartida y de los vínculos que existen y que nos unen con la pujante
comunidad hispana. Dos actuaciones concretas, la puesta en marcha de la
Comisión Nacional para las conmemoraciones de la Nueva España y la
inauguración, muy reciente, en California, con ocasión del viaje de los
príncipes y de la reina en Casa América, de una aplicación en Google para
resaltar el legado español en Estados Unidos desde el desembarco de Ponce
de León en Florida, hace ahora 500 años, hasta las actuaciones de Gálvez
en la independencia. Solo desde su inauguración, hace aproximadamente un
mes, hemos tenido ya más de 200 000 entradas en este portal. Siendo esos
dos los anclajes en los que debe asentarse la política exterior española,
los ejes por los que debe discurrir, tránsito que será, insisto, más
sencillo si los dos anclajes son firmes, me van a permitir empezar por
Iberoamérica.


Iberoamérica es y ha sido para este ministerio, como lo fue
para mis antecesores, una prioridad estratégica no solo bilateral y
regionalmente, sino también en el seno de la Unión Europea. La mayoría de
los grupos parlamentarios que están aquí representados y que tienen
también representación en el Parlamento Europeo han colaborado con
decisión en la supresión de los visados para los nacionales de Perú y
Colombia, siguiendo la estela de ser punta de lanza en estos países en
las instituciones europeas.


Mención especial merecen las dos cumbres iberoamericanas
que se han desarrollado a lo largo de esta legislatura.


Cádiz 2012. La cumbre tuvo un marcado carácter económico
pero también abordó, por primera vez, cuestiones de seguridad y, además,
y probablemente lo más relevante, abrió una reflexión para la renovación
de este foro a la luz de los importantes cambios ocurridos en el espacio
iberoamericano. Firmamos allí la Declaración de Cádiz, que se centra en
seis ejes, entre los que destaca el desarrollo de las infraestructuras,
la promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas, y las políticas
de fomento, de crecimiento y el empleo.









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En Panamá nos reunimos este año de nuevo para discutir el
papel de la comunidad iberoamericana en el nuevo contexto mundial, y para
ello aprobamos el informe encargado de Cádiz a tres personas: al
presidente Lagos, al secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias,
y a la ex canciller mexicana, Patricia Espinosa. Además, en los márgenes
de la Cumbre de Panamá y como muestra de que la urdimbre iberoamericana
es tupida y nuestras sociedades ya son interdependientes, se celebraron
importantes eventos: el IX Encuentro Empresarial Iberoamericano
organizado por el Consejo Empresarial de América Latina, el II Foro de
Comunicación, el panel de presidentes sobre la Alianza del Pacífico y su
impacto en Iberoamérica y el VI Congreso de la Lengua Española, al que me
he referido anteriormente.


España ha logrado el estatus de observadora en la Alianza
del Pacífico, en la que están presentes como fundadores cuatro países
singularmente cercanos: Chile, Perú, Colombia y México. Mantenemos con la
Alianza estrechos contactos que nos permitirán asomarnos a lo que una vez
se llamó el lago español.


España está —y entro en el tema de las perspectivas
de futuro— absolutamente decidida a impulsar la negociación de un
acuerdo de asociación Unión Europea-Mercosur. Se lanzó en Presidencia
española de 2010 y ha llegado el momento de impulsar su desarrollo, sobre
todo si tenemos en cuenta que en estos momentos Brasil ha pasado a ser el
primer destino de la inversión europea, superando al Reino Unido, que
hasta entonces ocupaba ese lugar.


En materia de relaciones bilaterales, las cosas han
mejorado también notablemente. Las exportaciones de España a América
Latina se han duplicado en los últimos diez años y en este momento
alcanzan la cifra de 33 580 millones de euros. Igualmente, en la última
década España se ha consolidado como el principal inversor europeo y el
segundo del mundo en América Latina. Nuestro stock de inversiones allí
roza la cifra de 131 852 millones de euros.


Finalmente, quiero informar a sus señorías de que este
ministerio está trabajando en una nueva iniciativa para ofrecer mejores
oportunidades de empleo a quienes deseen estudiar, investigar o trabajar
en un país diferente del suyo en el seno de la Comunidad Iberoamericana
de Naciones dentro de un programa que se llama Movilidad del talento en
clave Iberoamericana que pretende facilitar los requisitos de entrada,
homologar los títulos y, en definitiva, hacer más fácil la ida y vuelta o
la vuelta e ida entre las dos orillas del Atlántico.


Mediterráneo, Magreb y Oriente Próximo merecen una
consideración especial y probablemente pudieran ser objeto de una
comparecencia singular teniendo en cuenta los acontecimientos que allí se
han desarrollado.


Quiero informar a sus señorías que yo mismo he viajado a
Jordania, Líbano, Israel, Palestina, Mauritania, Argelia, Líbano y
Egipto. Me he reunido con el presidente palestino y con los ministros de
Exteriores de prácticamente todos los países de la zona. Nuestros
objetivos en esa área, en una zona especialmente conflictiva,
especialmente caliente en este momento, son tres. En lo político,
preservar las tradicionales relaciones bilaterales acompañando los
esfuerzos de democratización. Eso explica el voto afirmativo de España a
la concesión del estatus de observador en Naciones Unidas a la Autoridad
Palestina. En lo económico, desarrollar una activa diplomacia económica,
transformando la crisis en una oportunidad y expansión de nuestras
empresas. Y en lo regional, contribuir a la integración como garantía de
estabilidad futura.


En los dos años transcurridos de legislatura, el balance,
en mi opinión, es satisfactorio. En el ámbito de los contactos
institucionales, este Gobierno ha celebrado reuniones de alto nivel en
octubre de 2013 con Marruecos —la décima—, tras cuatro años
sin reuniones. Y en enero de 2013 se celebró otra reunión de alto nivel
—la quinta en este caso— con Argelia, lo que hace de España
el país que más reuniones de alto nivel ha mantenido con este país.
Quiero subrayar especialmente la importancia del viaje de Su Majestad El
Rey a Marruecos el pasado mes de julio, que ha dado un impulso muy
destacado a nuestras relaciones bilaterales. El abanico de contactos a
todos los niveles se ha ampliado en esta legislatura de manera notable
con la llamada diplomacia parlamentaria, de la que ustedes son sujetos,
destacando la creación del Foro Parlamentario Hispano-Marroquí que ha
celebrado ya sus dos ediciones, en septiembre del 2012 y 2013.


En el ámbito económico, una palabra para el Protocolo de
Pesca entre la Unión y Marruecos, tan importante para la flota española y
en el que la diplomacia española ha jugado un papel capital.


En el ámbito regional, como he dicho anteriormente, España
defiende la integración como garantía de estabilidad y prosperidad
compartida a través de los siguientes foros. En primer lugar, la Unión
para el Mediterráneo, el único foro de diálogo y de cooperación paritario
entre la Unión Europea y los países









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miembros de la vecina sur, el único en que están presentes
los países árabes e Israel. En segundo lugar, el llamado Diálogo 5+5, que
en octubre de este año ha celebrado su foro empresarial y que reúne cinco
países de la ribera norte del Mediterráneo con cinco países de la ribera
sur del Mediterráneo. En tercer lugar, la iniciativa conjunta
hispano-marroquí de mediación en el Mediterráneo, que privilegia la
mediación como método de solución de conflictos. Y en último lugar, la
reciente iniciativa hispano-argelina para la adopción de una estrategia
sobre el agua en el Mediterráneo occidental, que se reunirá dentro de muy
pocos meses en Valencia.


Para terminar, quiero decir que la posición española sobre
la cuestión del Sáhara occidental es exactamente la misma que mantuve en
mi primera comparecencia aquí. España apoya la búsqueda de una solución
política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre
determinación del pueblo del Sáhara occidental en el marco de la Carta de
las Naciones Unidas. Hemos colaborado estrechamente con el enviado
personal del secretario general de Naciones Unidas, Christopher Ross, a
la vez que mantenemos nuestro compromiso humanitario con el pueblo
saharaui, siendo el primer donante bilateral con los campamentos de
refugiados.


En cuanto a la situación en Oriente Medio, especialmente en
Siria, España ha apostado desde el primer momento por una solución
política, no por una solución militar, de ahí que hayamos centrado
nuestros esfuerzos en reforzar la cohesión de la oposición y prepararla
para una transición política a través de encuentros, como el celebrado en
Madrid en mayo de 2013, con presencia del señor Al Jatib, o la reunión
que tendrá lugar en Córdoba en los primeros días de enero de 2014, a la
que han prestado su apoyo el Servicio Europeo de Acción Exterior, los
países miembros del Consejo Permanente y el enviado especial señor
Brahim. A este esfuerzo político se suma una contribución de
aproximadamente diez millones de euros, destinados a paliar la grave
crisis humanitaria que ha desencadenado el conflicto Sirio.


Por lo que respecta a España, país de extraordinaria
importancia en la zona, hemos insistido en la necesidad de un diálogo
nacional sin exclusiones, apoyando el intenso trabajo de la alta
representación de la Unión Europea y muy especialmente de su
representante especial, el español Bernardino León.


En tercer lugar —y estoy dando apuntes muy
rápidos—, tras varios años de interrupción, saben sus señorías que
se han reanudado las negociaciones entre Israel y Palestina, gracias
entre otras cosas a los esfuerzos del secretario de Estado John Kerry.
España sigue comprometida con una solución de los dos Estados que permita
alcanzar un Israel seguro y una Palestina viable.


La región del Oriente Próximo, que plantea grandes
desafíos, también ofrece oportunidades importantes, en particular la
región del Golfo. Allí la actividad de nuestras empresas ha sido
especialmente notable. Como ustedes saben, se adjudicó a un consorcio
español la construcción del tren de alta velocidad La Meca-Medina y muy
recientemente se ha ganado la licitación para el metro de Riad.


En cuanto a Irán —y con independencia de lo que pueda
contestar luego si se me hace una pregunta sobre el tema—, España
ha acogido con optimismo el acuerdo alcanzado en Ginebra que ha permitido
por primera vez en muchos años un diálogo directo entre los Estados
Unidos e Irán, que se ha materializado en una congelación de las
sanciones a cambio de la congelación del programa nuclear iraní y, en
último lugar, que debe culminar en un programa definitivo en seis
meses.


Y en este apartado sí quiero hacer una mención final a la
cooperación con Marruecos en materia de inmigración, a la que se refiere
la segunda solicitud de comparecencia del Grupo Socialista. Quiero
empezar diciendo que esa comparecencia es nada más y nada menos que
modélica. Las autoridades marroquíes han anunciado una nueva política de
inmigración, asilo y refugio acorde con las buenas prácticas
internacionales, para cuya implementación hemos ofrecido asistencia y
asesoramiento.


En segundo lugar, las cifras han mejorado notablemente. En
2012 se produjo un descenso del 30%, de la tercera parte, en las llegadas
de inmigrantes irregulares a las costas españolas. Hasta noviembre de
este año ese número ha disminuido en un 17% adicional, 3454 emigrantes en
2012 frente a 2867 en 2013. Las ciudades de Ceuta y Melilla sufren de una
manera especial la presión migratoria. En 2013 ha habido un aumento de
las entradas irregulares de un 170% en Ceuta y de un 18,7% en Melilla, en
este caso 2413 casos.


A los efectos de aliviar la presión migratoria sobre
nuestras dos ciudades, las ciudades de Ceuta y Melilla, se han reforzado
los ámbitos de cooperación con instrumentos novedosos, como la
colaboración del Gobierno con el programa de retorno voluntario de la
Organización Mundial de Migraciones para ofrecer una solución alternativa
y humanitaria a los inmigrantes subsaharianos, en primer lugar. La
creación de centros policiales conjuntos en Algeciras y Tánger, en
segundo lugar. El establecimiento de un equipo conjunto hispano-marroquí
de análisis e investigación en materia de inmigración, en tercer









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lugar. Y, en cuarto lugar, el refuerzo de la cooperación
bilateral en el marco de la operación Indalo de FRONTEX, con la presencia
de un oficial de enlace marroquí desplazado en Madrid.


Termino este apartado señalando que en mi viaje a Bruselas
el lunes se constituyó el Grupo Mediterráneo, países europeos que tienen
orillas en el Mediterráneo, que tendrá una agenda muy completa —su
próxima reunión se celebrará en Alicante— y en el que la
inmigración tiene un valor esencial.


No quisiera extenderme respecto al eje asiático, pues sé
que tanto el secretario de Estado de Asuntos Exteriores como el director
de la Casa Asia han comparecido recientemente en esta comisión. Sin
embargo, no quiero dejar pasar este apartado sin recordar la tragedia que
ha asolado recientemente Filipinas y con el que toda la sociedad española
se ha volcado en un ejemplo de solidaridad y generosidad.


Otros focos de atención. Empezaré por Gibraltar. No me
extenderé demasiado en el tema, pues hemos tenido ocasión de discutir en
el Congreso y en esta Cámara la política española sobre Gibraltar en
estos momentos, tanto en el ámbito bilateral como en el ámbito
multilateral.


En el ámbito unilateral, España ha instado al Reino Unido a
retomar la negociación bilateral sobre cuestiones de soberanía, de
acuerdo con lo establecido por la doctrina de Naciones Unidas y por lo
establecido en los compromisos asumidos por los dos países en la
Declaración de Bruselas de 1984. El presidente del Gobierno reiteró esta
invitación, este llamamiento, en su intervención en la Asamblea General
de Naciones Unidas tanto en septiembre de 2013 como en septiembre de
2012. El Gobierno —y para las cuestiones que no se refieran a la
soberanía— ha ofrecido al Reino Unido la creación de un nuevo
mecanismo de grupos ad hoc, flexibles en su composición de acuerdo con
las materias a tratar, en que estén presentes tanto el Reino Unido y
España como Gibraltar y las autoridades españolas competentes en la
materia, sea la Junta de Andalucía o cualquier otra autoridad, para
mantener el equilibrio y evitar que fórmulas como el Foro tripartito se
interpreten como un paso más hacia la concesión de una subjetividad
jurídica internacional que abriría las puertas a un principio de
autodeterminación, que ha sido reiteradamente condenado por Naciones
Unidas.


En el ámbito multilateral, la decisión sobre Gibraltar en
Naciones Unidas de 2004 ha sido matizada y corregida en la última
decisión. Si en 2004 se unió a la palabra intereses la palabra
aspiraciones, este año 2013 se ha dicho: aspiraciones que sean coherentes
y legítimas de acuerdo con la doctrina de Naciones Unidas. Y en segundo
lugar, se ha dicho en esa resolución, presentada de común acuerdo con el
Reino Unido, que se pondrán en marcha los grupos ad hoc a los que me he
referido anteriormente para disipar dudas, evitar equívocos y, sobre
todo, prevenir que sea un paso más en la subjetividad internacional.


En el ámbito multilateral quiero señalar que la Comisión
Europea ha declarado que los controles en la verja no contradicen el
ordenamiento europeo, lo refuerzan, en cuanto siendo Gibraltar un espacio
fuera de Schengen, fuera del territorio aduanero, fuera del ámbito de
aplicación del IVA y fuera del ámbito de aplicación de los impuestos
especiales, España tiene que ejercitar los controles que considere
necesarios para evitar los tráficos ilícitos. En ese terreno, la Comisión
ha instado también a las autoridades gibraltareñas a poner coto a una
actividad que nutre mayoritariamente su presupuesto y que perjudica
enormemente los intereses españoles.


Están vivas y van por buen camino otras denuncias que ha
presentado España en el seno de la Comisión: las medioambientales
—vertidos y rellenos—, las fiscales, en materia de lo que se
llaman rentas pasivas, intereses y dividendos, y sobre todo, el régimen
offshore, que permite gravar al 10% solo los beneficios obtenidos en el
Peñón y no los obtenidos fuera, y que no permite conocer cuál es el
beneficiario final de esas sociedades.


En cuanto a África subsahariana, considero que ofrece
enormes oportunidades. Son países que están creciendo a una gran
velocidad. Quisiera subrayar como prioritarios en nuestra acción exterior
Angola, Senegal, Sudáfrica, Mozambique y Gabón. Por eso, los viajes que
se han realizado a esta zona han sido extraordinariamente numerosos.


Otros objetivos permanentes de la política exterior
española: el multilateralismo y la cooperación. Señalé en mi primera
comparecencia que España hace del multilateralismo el principio cardinal
de nuestra acción exterior. Por eso, otorga al sistema de Naciones Unidas
una importancia prioritaria. Estamos presentes en el grupo Unidos por el
Consenso con otros países que están participando activamente y
reflexionando sobre los procesos de reforma de Naciones Unidas. En este
contexto, quiero señalar a sus señorías que España ha presentado su
candidatura a ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de 2015
y 2016, en competencia con Turquía y Nueva Zelanda. Para impulsar esa
candidatura,









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que consideramos prioritaria, hemos intensificado nuestra
participación en todos los actos de Naciones Unidas; hemos aumentado
nuestra visibilidad en los actos relacionados con el sistema de Naciones
Unidas; hemos aprovechado todas las citas internacionales, multilaterales
o bilaterales, para impulsar la candidatura española. Así, por ejemplo,
la semana pasada organizamos un encuentro en España de los representantes
permanentes, los embajadores ante Naciones Unidas de treinta y dos
países, que incluyó un seminario dedicado al agua como factor clave para
la paz, la estabilidad, el desarrollo y los derechos humanos.


En el ámbito de Naciones Unidas destaca también nuestra
especial atención a los organismos internacionales técnicos, nuestro
compromiso en materia de desarme, destacando, entre otros, la firma en
junio de este año del Tratado sobre comercio de armas. Y, en tercer
lugar, la promoción de funcionarios internacionales españoles para
conseguir una mayor presencia en la organización.


En materia de derechos humanos, este Gobierno,
absolutamente comprometido en la defensa de la democracia, ha participado
en las siguientes actividades. El V Congreso Mundial contra la Pena de
Muerte, celebrado en junio en Madrid. La adopción, en el mes de
septiembre, del Documento final sobre discapacidad y desarrollo en la
Asamblea General de Naciones Unidas, de la que España fue facilitadora.
La adopción por consenso en el mes de noviembre de una Resolución sobre
el derecho humano al agua y al saneamiento, promovida por España y
Alemania, también en la Asamblea General de Naciones Unidas; primera
Resolución sobre derecho al agua y saneamiento que ha conocido la
organización.


En materia de seguridad, nuestros esfuerzos se centran en
dos ámbitos específicos: la Unión Europea y la Organización del Tratado
del Atlántico Norte. Por lo que respecta a la Política Común de Seguridad
y Defensa, en el año 2013 ha estado enmarcada por la preparación del
Consejo Europeo, que se está celebrando estos días, que ha dedicado y
dedica gran parte de su agenda a los temas de seguridad y defensa. En el
ámbito de operaciones, España ha participado en escenarios nuevos. Ha
participado en Mali y, al mismo tiempo, ha mantenido nuestro compromiso
en otros, como las aguas de las costas de Somalia, el Cuerno de África y
Bosnia—Herzegovina.


Respecto a la OTAN, España ha seguido impulsando aquellos
aspectos de especial relevancia para nuestros intereses, como son la
atención al Mediterráneo, impulsando el asesoramiento de la NATO a la
reforma del sector de defensa en Libia, fomentando el papel de la OTAN en
Afganistán, después del cierre de la Operación ISAF, escenario
post—2014, y la lucha contra la piratería en las aguas frente a las
costas de Somalia que ha llevado a España a asumir el mando de la
Operación Ocean Shield el pasado 6 de diciembre.


La cooperación al desarrollo es el último epígrafe al que
quiero referirme y dedicaré también unas breves palabras, teniendo en
cuenta que esta Cámara tiene una comisión especializada en el tema.
Quiero señalar que estamos, como he dicho muchas veces, atravesando una
situación de restricciones presupuestarias extraordinariamente
importantes que han afectado a la ayuda oficial al desarrollo; ayuda que
empezó a reducirse en el año 2009, y ha sido así en 2010, 2011, 2012 y
2013. Quiero reiterar aquí, como hizo el presidente del Gobierno en una
reciente comparecencia, que esta minoración tiene carácter absolutamente
temporal, porque este ministerio y este Gobierno conceden a la
cooperación una importancia primordial.


En ese contexto de restricciones presupuestarias, nuestros
esfuerzos se han concentrado en las siguientes actuaciones. Presentamos
el Plan Anual de Cooperación Internacional 2013. Hemos aprobado el IV
Plan Director 2013-2016 para la Cooperación Española, que cierra el
cuadro normativo con el que he empezado esta intervención. Hemos
participado en los grupos de trabajo de la Asamblea General de las
Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y,
especialmente, en lo que se refiere a la definición de los objetivos para
la agenda post—2015.


Se celebró en Madrid la Consulta global sobre hambre,
seguridad alimentaria y nutrición, el pasado 4 de abril, con la
asistencia del secretario general de Naciones Unidas. Y se ha presentado
el Protocolo de la agencia para la gestión de la fase de creación y
diseño de alianzas públicas para el desarrollo. En julio de 2012 se firmó
el Acuerdo entre España y el Programa Mundial de Alimentos de las
Naciones Unidas para el establecimiento de una oficina en Madrid, así
como unas instalaciones de transporte y preposicionamiento de alimentos
en Las Palmas de Gran Canaria. Para conseguir una mayor eficacia de
nuestra ayuda, hemos llevado a cabo planes de concentración geográfica y
sectorial, mediante los cuales en los próximos años la cooperación estará
presente en veintitrés países y se concentrará en ocho sectores. Quiero,
en este momento, rendir homenaje de reconocimiento al personal de la
AECID, de la Agencia Española de Cooperación, que conmemora su XXV
aniversario.









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Este ha sido, señor presidente, el balance de las
actuaciones realizadas y las líneas de futuro para el año que empezará
dentro de unos días. Les doy muchas gracias por su atención.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro, por su
completa y detallada intervención.


Vamos a pasar al turno de portavoces en el orden habitual,
de menor a mayor.


Por el Grupo Parlamentario Mixto no veo a nadie en la
sala.


Por el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado, tiene la
palabra el senador Anasagasti.


El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor
presidente. Muchas gracias, señor ministro.


La verdad es que no sé por dónde empezar después de haber
estado usted durante una hora dándonos cuenta de forma tan exhaustiva de
la política exterior, algo que mi grupo le agradece.


Hay muchos temas encima de la mesa, además, en mi caso
puedo comparar la política exterior del actual Gobierno con la del
Gobierno anterior, así como las relaciones que hemos mantenido con su
propio ministerio.


Como bien sabe, se está tramitando la Ley de servicio
exterior, que ha pasado su trámite en el Congreso, que en este momento
está en el Senado y que, teóricamente, si no se amplía el plazo de
presentación de enmiendas, este acabará el día 23, o, si no, el día 30.
Usted tuvo una reunión anteayer en el ministerio con los grupos
parlamentarios. Curiosamente, no había más portavoz en el Senado que el
del Grupo Popular. La ley se va a discutir en el Senado, no en el
Congreso. No obstante, los grupos tenemos nuestras relaciones con
nuestros homólogos en la citada Cámara. Le apunto esta cuestión
simplemente para evidenciar la poca relación que existe entre su
ministerio y los portavoces en las comisiones de Exteriores y de Asuntos
Iberoamericanos. Lo constato, porque también eso tiene su traducción en
algo que usted ha apuntado y, sobre todo, en la importancia que le ha
dado a la política iberoamericana como prioritaria de su Gobierno.


En este momento se están cuestionando las cumbres
iberoamericanas, y en lugar de ser anuales se van a celebrar cada dos
años. América Latina ha cambiado muchísimo en veinte años. España en
cierto modo está retrocediendo y, además, los propios latinoamericanos se
dan cuenta de que para tener una relación con la Unión Europea no les
hace falta ni España ni Portugal. Por tanto, estas cumbres están en un
momento delicado sobre todo porque, además, hay muchos foros en América
CELAC, UNASUR, y me imagino que los jefes de Estado también se cansan de
tantas reuniones, que muchas veces son pura retórica. La prueba está en
que a las últimas cumbres han acudido la mitad de jefes de Estado que
accedieron al principio, que asistieron todos, incluso Fidel Castro.


Usted no se si sabe que a impulsos de la Comisión de
Asuntos Iberoamericanos que existe en esta Casa se creó el Foro
Parlamentario Iberoamericano, y eso se pudo alimentar durante diez años
porque había una estrecha relación entre el Gobierno y esa comisión. Hoy
en día no existe; el Foro Parlamentario Iberoamericano languidece. El
foro que tuvo lugar en Cádiz fue un fracaso y el que se ha celebrado en
Panamá otro. (Denegaciones del señor ministro de Asuntos Exteriores,
García-Margallo Marfil.) Sí, sí, se lo digo yo que estuve. No crea que
porque asista el presidente del Congreso y el presidente del Senado se
resuelve. Usted sabe mejor que nadie que tiene que haber un seguimiento y
tiene que haber una relación con el Gobierno, y no lo ha habido; por
tanto, simplemente apunto ese dato, que es un dato objetivo y que usted
lo puede incluso comprobar. Nosotros estuvimos con el ex presidente
Ricardo Lagos, que estaba haciendo su informe —del cual no hemos
sabido absolutamente nada— y le apuntamos cómo veíamos nosotros
esos foros.


Sí es verdad que está funcionando un foro empresarial y,
como usted ha dicho, un foro de la lengua española, y hay otro foro del
mundo audiovisual. Ese tipo de foros sí están funcionando, pero algo tan
importante como un foro parlamentario, que indudablemente tiene su
importancia desde el punto de vista de la relación humana y de la acción
política, eso está muerto, señor ministro. Y, desgraciadamente, en estos
dos años se le ha dado la puntilla. Únicamente quería apuntar ese dato,
que usted no sé si lo conoce; pero se lo quiero evidenciar.


En relación con la marca España, yo no voy a decir más que
algo que se suele repetir mucho en las comparecencias en la Comisión de
Cooperación: que la mejor presentación de la marca España es una apuesta
de verdad por la cooperación. Usted ha dicho que la situación económica
es la que es, y que lógicamente se tienen que limitar a los presupuestos
que se tienen, pero durante muchos años se ha hecho un buen trabajo en la
cooperación, y hoy en día todos los movimientos, todas las ONG y todo ese
mundo está girando alrededor de un palo seco, indudablemente no sé si es
momentáneo y tendrá una









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recuperación, como usted dice, en el futuro; pero nosotros
sí le decimos que la manera de presentar la marca España, entre otras,
fundamentalmente es una apuesta en serio por la cooperación.


Otro asunto que usted también ha apuntado es la apuesta
mediterránea. Pero me ha llamado la atención que usted, que ha hecho
alusión a Emmanuel Mounier, que era uno de los padres, con su centre de
liaison, del democratismo de Europa en un momento determinado, se ha
olvidado de Lampedusa. Nosotros pensamos que Lampedusa tiene mucha
importancia porque el 3 de octubre con la tragedia de cuatrocientos
inmigrantes muertos en un naufragio, para lo único que sirvió fue para
evidenciar que se había creado un grupo especial para el Mediterráneo en
el año 1995 que no ha funcionado, y se sigue hablando de nuevos foros,
nuevas políticas, pero no funcionan. Ustedes, al parecer, han planteado
unas acciones prioritarias bajos los principios de solidaridad,
prevención y protección, pero son promesas etéreas. Fíjese que hasta el
Papa en Lampedusa clamaba contra la globalización de la indiferencia.
Porque cuando ocurre una tragedia de estas se movilizan los Gobiernos,
hay grandes reuniones, muchas noticias y, al final, todo eso
desaparece.


También se ha referido usted a la tragedia de Filipinas. En
Filipinas, al no tener un foco informativo encima, en este momento claman
porque están viviendo una situación diferente a la del momento en que
sucedió la tragedia, porque la ayuda llega ya de una manera muy
limitada.


La Unión Europea ve con muy buenos ojos la libre
circulación de capitales y mercancías, pero no con tan buenos ojos la
libre circulación de personas cuando se trata de sur a norte. Y esta es
una asignatura pendiente, no es una asignatura cualquiera. Ya sé que no
se puede hacer demagogia con estos asuntos, sobre todo porque a la Europa
fortaleza indudablemente no le gustan este tipo de planteamientos, pero
habría que trabajar no solamente atendiendo náufragos, sino
fundamentalmente tratando de que no exista esa inmigración
clandestina.


Hay un tema sobre el que usted ha pasado un poco por
encima, y siempre suele ocurrir lo mismo: los derechos humanos,
consagrado en el Proyecto de Ley de servicio exterior. Usted hace mucho
hincapié en el trabajo que están haciendo los congresos contra la pena de
muerte, la discapacidad, los derechos de la mujer y los derechos de los
niños, pero hay otros derechos humanos, señor ministro, y usted lo sabe
muy bien; por ejemplo, el derecho humano a la libertad de expresión. Ahí
ustedes son muy cautos; por ejemplo, después de las últimas elecciones en
Venezuela, usted dio una opinión. Inmediatamente le salió el presidente
de Venezuela y dijo que se callara, aparte de una serie de epítetos, y
usted se calló. Se puede hacer una política de derechos humanos y de
denuncia de derechos humanos. En su día la Unión Europea hizo un
planteamiento de una política común en relación con Cuba, y yo creo que
ha llegado el momento de hacer una política común europea en relación con
Venezuela para que España no esté tan sola muchas veces, porque
indudablemente en Venezuela hay muchos intereses españoles; pero esos
intereses no pueden estar por encima de los derechos humanos, y los
derechos humanos se están conculcando directa y continuamente, aparte de
en Cuba, en Venezuela y en otros países. Y ahí no se puede ni tocar ese
asunto. Usted mejor que nadie sabe que eso es así, porque está por encima
cualquier interés económico que condiciona incluso su política
exterior.


Además, llama mucho la atención, porque en la anterior
legislatura el PP era muy pero muy beligerante con los derechos humanos
en Venezuela y con los derechos humanos en Marruecos y el Sahara. En
cambio, en esta oportunidad, usted pasa en estos asuntos como por encima,
sobre ascuas. Porque, efectivamente, ustedes realizaron un viaje a
Marruecos en julio de este año —fue el Rey, fueron cinco ministros
del actual Gobierno, fueron todos los ex ministros de Asuntos Exteriores
de la etapa democrática— y, aparentemente, se está consolidando una
relación comercial muy importante. Pero en relación con el Sahara usted
saca el vademecum que tiene ahí y lo lee, y dice que la situación se
tiene que resolver en el ámbito de Naciones Unidas y con los criterios de
Naciones Unidas. Muy bien, y a parte de eso ¿qué más van a hacer? Porque
usted, mejor que nadie, sabe que este acuerdo pesquero que se ha logrado
lo están denunciando la fuerzas saharauis y está habiendo
manifestaciones; esas manifestaciones están siendo perseguidas por la
policía marroquí de una manera muy violenta y no se está diciendo
absolutamente nada; usted no ha dicho absolutamente nada.


Yo creo que cuando se hace una panorámica de una situación
y de una política no solamente hay que hablar de esa relación con
Marruecos, sino qué más se va a hacer desde el punto de vista del impulso
político para que se vaya poco a poco dando salida a una situación
enquistada y que aparentemente no la tiene.


Señor ministro, voy a terminar. En relación con el
Instituto Cervantes, me parece muy bien lo que hace, y sobre todo que
ustedes valoren también de una manera tan importante la presencia de la
lengua









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española, que va a ser lógicamente una lengua de futuro, si
no lo es ya, la segunda lengua o la tercera lengua internacional no
solamente en América Latina, sino en Europa. Ya sé lo que me va a decir
usted, que en el Estado español hay tres lenguas cooficiales, y no
solamente el español. Yo no pretendo que el próximo 13 de enero el
presidente del Gobierno hable con el presidente Obama en gallego; no, no
lo estoy ridiculizando. Pero sí tendrá usted que coincidir en que cuando
hay un problema político en España, que se está viviendo tan
intensamente, la insensibilidad que ustedes manifiestan continuamente con
el Instituto Cervantes es algo que llama muchísimo la atención. No existe
el gallego, no existe el euskera, no existe el valenciano —si se
puede llamar así— y no existe el catalán. En todos los foros no hay
la menor alusión a que, aparte del castellano, hay otras tres lenguas
cooficiales. Si eso es así, pues, muy bien, perfectamente; ustedes son
muy libres de hacer lo que crean conveniente, y de esa manera irán
enajenando poco a poco aquellos movimientos más vivos de una sociedad,
que, efectivamente, a la hora de la práctica y de la verdad les importa
un pito, hablando claramente, que haya otras lenguas cooficiales.


Y termino con algo relativo a la Unión Europea. Usted sabe
que ha habido un pequeño chispazo estos días entre el comisario Almunia y
usted mismo en relación con siete equipos de fútbol, a cuenta de que van
a ser investigados porque algunos de ellos no son sociedades anónimas
deportivas y otros han hecho una serie de inversiones. Le tengo que decir
que el propio Almunia, ayer mismo, dijo: San Mamés no tiene ningún
problema. Usted dijo que sí había un problema con San Mamés. No lo tiene;
lo puede tener con una sociedad anónima deportiva, pero da la casualidad
de que los socios del Athletic de Bilbao quieren seguir siendo socios del
Athletic de Bilbao y no les interesa para nada que sea una sociedad
anónima deportiva y que esté en manos de un fondo de inversiones de un
emirato árabe. No sabemos hasta qué punto va a llegar esto, pero como
usted ha tenido un protagonismo, se lo pongo encima de la mesa.


Y, finalmente, señor ministro, usted sabe que en mayo hay
elecciones al Parlamento Europeo y que esas elecciones son muy
importantes, porque después de la aprobación del Tratado de Lisboa, el
Parlamento Europeo va a tener muchísima más importancia y beligerancia
que la que ha tenido, incluso las propias elecciones van a tener su
homólogo a la hora de presentar candidatos a ser presidente de la
Comisión Europea.


El otro día nos comentaba el secretario de Estado que
ustedes tienen que saber hasta qué punto pueden llegar a la hora de hacer
una propaganda instando a la gente a votar y dando cuenta de la
importancia que tiene Europa en el día a día de las vidas de un ciudadano
español, porque aparentemente estamos a seis meses de una elecciones, no
hay ambiente, y se puede producir la existencia de un Parlamento Europeo
con fuerzas euroescépticas, antiparlamentarias y antieuropeas muy
importantes. Y me gustaría saber si van ustedes a tomarse en serio esa
apuesta europea que son las elecciones al Parlamento Europeo, de donde
saldrán muchísimas cuestiones a futuro que, de alguna manera, irán
condicionando esa propia Unión Europea a futuro.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador
Anasagasti.


Por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya,
tiene la palabra el senador Sabaté.


El señor SABATÉ BORRÀS: Gracias, señor presidente.


Gracias, señor ministro, por su comparecencia tan esperada
y finalmente producida.


Hablaba usted en el inicio de su intervención de la
ambición de su departamento en cuanto a innovación normativa. Estamos a
punto de iniciar el debate en esta Cámara sobre el Proyecto de Ley de
acción y servicio exterior. No vamos a entrar ahora en el debate de esa
cuestión, pero sí que es importante avanzar en la normativización de toda
nuestra actuación exterior. De todas formas, permítame que le diga, por
supuesto, con todo el respeto, como siempre, que me ha parecido
pretencioso e injusto su comentario de que prácticamente hasta ahora,
hasta su llegada al ministerio, no había existido planificación de la
acción exterior y que, por fin, ahora se va a planificar. Hablaba usted
de que había cierta actuación táctica, pero no estratégica, y yo creo que
eso no se ajusta a la realidad. Evidentemente, los proyectos de los
distintos Gobiernos anteriores por supuesto han tenido un fuerte
contenido en materia de política exterior, y lo hemos visto precisamente
en el control parlamentario que en esta Cámara hemos ejercido y en el
proyecto político que los distintos ministros han presentado.
Simplemente, lo digo a efectos de dejar constancia en el Diario de
Sesiones, porque no me parece de recibo hablar de inexistencia de
planificación. Otra cosa es que usted plantee legítimamente un cambio en
la normativización de esa planificación de la actuación exterior.









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Hablaba usted también de la diplomacia económica, sin duda
muy importante, y más en este contexto de crisis económica, de enormes
dificultades económicas. Buena parte del futuro de nuestra economía y de
la posibilidad de crecimiento pasa por la internacionalización y la
capacidad de exportación. Daba usted datos muy optimistas. Habría que
relativizarlos. Ojalá, en realidad, todo el planteamiento fuese
optimista. Hablaba usted del incremento de las exportaciones, pasando del
23% al 33% del producto interior bruto. Hay que tener en cuenta también
la caída, con motivo de la recesión, del producto interior bruto, por lo
que el mantenimiento de las exportaciones aumenta su peso relativo. En
cualquier caso, bienvenidas sean.


Sí que me gustaría, si puede, que nos ampliara, en el campo
de la diplomacia económica, si ha habido inversiones concretas que se
hayan derivado de esta actuación de nuestra diplomacia, o sea, si algunas
de estas inversiones han tenido que ver con la actuación de su
ministerio.


También quería hacer una mención —y hacía referencia
a ello exhaustivamente el senador Anasagasti, muy conocedor de nuestras
relaciones con Iberoamérica— a la visión muy optimista que usted
daba de nuestro papel en relación con todo el continente iberoamericano,
de las relaciones y de nuestro liderazgo desde el seno de la Unión
Europea. La percepción que existe es la del debilitamiento de las cumbres
iberoamericanas y, por tanto, una debilidad de nuestra relación y de ese
posible liderazgo respecto a la relación de Europa con Iberoamérica.


Otro ámbito que usted ha abordado, necesario e inevitable,
además —usted lo ha dicho—, un ámbito de conflicto
tradicional y hoy en ebullición es el ámbito del Mediterráneo sur y del
Próximo Oriente, que lo ha tratado por separado, pero que de alguna forma
tienen una fuerte relación. Estos últimos años se ha hablado de la
primavera árabe, concepto que ha perdido fuerza desde el punto de vista
mediático, desgraciadamente, porque parecía que había una expectativa
real de democratización de muchos de estos países del mundo árabe, pero,
realmente, hoy tenemos la impresión de que esto no va a ser así
necesariamente, incluso tenemos —diría yo— casos de
involución. El caso de Libia está ahí con expectativas no positivas, con
todas las incertidumbres en cuanto a su evolución. Seguramente, el mejor
orientado es Túnez, pero también con reservas. El caso de Egipto es más
que preocupante. A la situación del inicio de la democratización ha
seguido la islamización, la vuelta al control de los militares. Por no
hablar también —ya lo ha dicho usted— del caso de Siria, al
que yo me he referido en muchas ocasiones aquí, porque precisamente usted
hablaba de la apuesta de España por las soluciones políticas y no
militares. Es cierto que eso es así —recuerdo que tuve ocasión de
interpelarle por esta situación— en cuanto a la posibilidad de
intervención que se planteó hace unos meses. Pero creo que ha habido un
error de estrategia, no solo de España, porque, evidentemente, no hemos
tenido un papel de liderazgo en la actuación en Siria, sino de nuestros
aliados; se está visualizando un error de estrategia, porque si la
necesidad de democratización en Siria, como en todo los países que no
tengan un régimen democrático y de respeto a los derechos humanos, es
prioridad de la política internacional, tanto de la Unión Europea como de
los países democráticos y de las Naciones Unidas, el apoyo desde un
primer momento a la oposición sin hacer demasiada distinción,
—ahora sí que se está haciendo— ha favorecido, como se ha
visto después —y yo recuerdo que lo comenté precisamente en esta
comisión con ocasión de anteriores comparecencias—, y ha permitido
la proliferación del yihadismo islámico y, si me permite la expresión
coloquial, esta siendo peor el remedio que la enfermedad. Al final,
parece que lo que tendremos que hacer —se está haciendo ya—
es intentar buscar una solución de acuerdo entre el propio régimen sirio
y la oposición moderada democrática, si queremos llamarlo así, pero con
una enorme complejidad. Y, ahí, alguna responsabilidad habrá también
sobre ese buenismo inicial, no se sabe si responde solo a buena intención
o si, realmente, detrás había intereses espurios para avivar el conflicto
en Oriente próximo por sí mismo, por supuesto, sin ningún interés en la
búsqueda de soluciones.


Considero que España debería alejarse de ese tipo de
políticas y favorecer una política de colaboración, integración y, por
supuesto, insisto, de democratización y respeto a los derechos humanos,
precisamente por algo a lo que usted hacía referencia: nuestra tradición
política de relación con el mundo árabe y una buena interlocución.
También en el caso de Siria, pese a que llevan décadas de un régimen no
democrático —por otra parte, la situación de la mayoría de los
regímenes políticos del Próximo Oriente, esa es la realidad—, más
allá de la necesidad de democratización, y dada esa buena relación,
España podía haber jugado otro papel. Sin embrago, creo que aquí no se
han llevado a cabo los esfuerzos suficientes en esa dirección. Ahora nos
encontramos ante un nuevo escenario y podríamos intentar, si no hemos
quemado nuestra herencia y nuestro bagaje, jugar un cierto papel desde el
seno de la Unión









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Europea en la dirección de mantener y buscar acuerdos
razonables que eviten el drama que se está produciendo, con esta enorme
cantidad de muertos, víctimas y refugiados.


Usted ha aludido a la situación de los refugiados sirios y
a la colaboración española con 10 millones de euros. Por otro lado,
parece ser que la capacidad y la oferta de acogida a refugiados por parte
de España ha sido, más que escasa, prácticamente inexistente. En este
sentido, nos gustaría que hubiese un mayor esfuerzo porque, en
definitiva, si hemos apoyado la voluntad del pueblo sirio de
democratización, tendríamos que esforzarnos en la solidaridad con las
víctimas y, sobre todo, con los desplazados, más allá de atender a los
campamentos de refugiados y colaborar económicamente. Precisamente
España, que tiene una tradición de exilio político, fruto de nuestra
última guerra civil, en la que la acogida de los distintos países, entre
ellos, por ejemplo, la República mexicana del presidente Lázaro Cárdenas,
fueron claves para que nuestros exiliados pudiesen rehacer sus vidas,
debería hacer un esfuerzo por corresponder, décadas después, a
situaciones como la de Siria.


Se refería usted también a la relación con Marruecos,
respondiendo a una interpelación del Grupo Parlamentario Socialista. No
profundizaré en el asunto, pero sí me gustaría señalar dos aspectos. En
cuanto a la inmigración, hablaba usted de un acuerdo modélico, (El señor
ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, García-Margallo Marfil:
Colaboración modélica.) o colaboración modélica. Estoy seguro de que la
colaboración entre ambos Gobiernos y entre las dos administraciones es
buena, pero la situación en general dista de ser modélica. Estamos de
acuerdo todos en que las fronteras de la Unión Europea, y por tanto las
de España como frontera sur de la Unión, no deben ser absolutamente
permeables, como es lógico, pero también es cierta la necesidad de
proteger —a lo que también hacía referencia el senador Anasagasti
cuando hablaba de Lampedusa— y vigilar el respeto a los derechos
humanos. Y, claro, cuando aparece en prensa la situación de los
campamentos subsaharianos que se encuentran en territorio marroquí, pero
a las puertas de Ceuta y Melilla, la verdad es que es de todo menos
modélica. Por tanto, habría que ver lo que realmente podemos hacer para
mejorar esa situación, porque es la obligación de un Estado moderno,
avanzado, democrático y de derecho, respetuoso con los derechos humanos
como el nuestro.


Este martes, durante la sesión de control tuve la
oportunidad de formularle una pregunta al Gobierno en el Pleno de esta
Cámara y esperaba que me hubiese contestado usted, señor ministro, pero
lo hizo el señor ministro del Interior, pues como la pregunta está
dirigida al Gobierno es el Gobierno el que decide quién contesta; no
obstante, la pregunta tenía más que ver con materia de Asuntos Exteriores
que con materia de Interior. Le preguntaba precisamente sobre las
conclusiones que el Grupo Especial para el Mediterráneo va a presentar en
el Consejo Europeo de hoy y mañana, y acerca de la falta de capacidad
resolutiva por parte del Consejo Europeo. La tragedia de Lampedusa
subleva las conciencias, pero ni es la única, ni antes, ni durante, ni
después; se han producido con anterioridad, se seguirán produciendo
después. Este Grupo Especial para el Mediterráneo se encarga de elaborar
un informe que se presentará a este Consejo Europeo, pero parece que no
se va a tomar ningún tipo de decisión hasta el Consejo Europeo de junio.
Y si las tragedias sublevan las conciencias, también esta aparente
incapacidad o falta de voluntad política para tomar decisiones efectivas
subleva las conciencias. Por lo tanto, me gustaría saber su opinión al
respecto. Yo entiendo que nuestro país debería impulsar una actitud
resolutiva y eficaz en atención a estas situaciones que en absoluto son
aceptables. Lo digo a partir del hecho de que, ciertamente, no podemos
bajar las fronteras y dejar que entre todo el mundo, pero tampoco
—y lo decía el otro día en el Pleno— amurallar Europa, porque
al final acaban entrando inmigrantes y se producen esos dramas
humanitarios que favorecen la existencia de mafias y situaciones que
deberíamos tratar de evitar. Seguro que hay soluciones, no para resolver
absolutamente el problema, que seguirá existiendo, pero sí para mejorarlo
y disminuirlo en la medida de lo posible.


Hablaba usted también —y con esto acabo— de la
constitución de un foro parlamentario entre ambos países, que ya se ha
reunido. Me gustaría saber, si este foro existe y se ha reunido, qué
papel tiene esta Cámara en ese foro parlamentario —yo por lo menos
lo desconozco, no lo hemos hablado aquí— y qué participación ha
habido, simplemente a título informativo. Es posible que nuestro
presidente y alguien más hayan participado. Por razones que no vienen al
caso, he tenido que faltar a alguna comisión, por lo que posiblemente ya
se haya dado cuenta de este asunto. Por tanto, si es así, pido disculpas
y ya se me aclarará en otro momento. Solo me gustaría saber cuál ha sido
la actuación de ese foro y la presencia del Senado, por saber que una vez
más no nos hemos quedado al margen de esa actividad parlamentaria.


Muchas gracias, señor ministro.


Muchas gracias, señor presidente.









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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Sabaté.


Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Maldonado.


El señor MALDONADO I GILI: Muchas gracias, señor
presidente.


En primer lugar, señor ministro, quiero agradecerle su
comparecencia. En segundo lugar, quiero decirle que he seguido con
interés —faltaría más, tal y como corresponde a la comparecencia de
un ministro— su intervención, la cual valoro positivamente, pues ha
sido extensa y entendible, que no siempre lo son. La suya ha sido
pedagógica y fácil de entender. Es de agradecer por tanto que no haya
sido una intervención corta, breve, como a veces ocurre con alguna
comparecencia en estas comisiones.


Durante su intervención ha hablado someramente
—porque se encuentra en fase de trámite parlamentario y no es una
ley aprobada ni pendiente de debate— del Proyecto de Ley de acción
y del servicio en el exterior. Esta es una ley, señor ministro, que
inicialmente preocupó mucho a Convergència i Unió por varias razones,
entre otras, por su posible colisión competencial —en este caso
hablo de Cataluña—, pues no dejaba de parecer un instrumento para
anular la proyección internacional de Cataluña; proyección que se lleva a
cabo desde hace décadas.


Dicho esto, quiero dejar constancia de la actitud
dialogante del ministerio, de usted y de su equipo, lo que ha provocado
un acercamiento de posturas durante el debate en el Congreso. Este
portavoz quiere dejar patente esta actitud. Si bien, ahora nos
encontramos distantes en algunos aspectos que nos alejan de un cambio de
actitud de Convergència i Unió ante la votación final de la ley cuando
venga a debate al Senado. Me refiero básicamente a los artículos 5 y 11
del proyecto de ley, que contienen aspectos competenciales importantes
para Convergència i Unió.


Aprovecho su comparecencia, señor ministro, para pedirle un
esfuerzo más, al menos en cuanto a los artículos 5 y 11. Lo podríamos
redondear con otros aspectos, pero estos dos son básicos. Seguro que si
se produce esta aproximación, junto con otras, podría darse una paradoja
en el Congreso: que Convergència i Unió no presentara en el Senado un
veto como lo ha hecho en el Congreso. Ya he dicho por qué, porque lo que
llegó al Congreso nos preocupaba y, según lo que ahora pueda debatirse,
podríamos tener una actitud diferente. Todo dependerá del último esfuerzo
que en Convergència i Unió le pedimos en una ley muy importante para
todos pero también para Cataluña.


A pesar de que concentraré mi intervención en dos aspectos
más, déjenme que le hable un poco de cooperación internacional. Este
portavoz tiene especial interés en todo lo que respecta a la cooperación.
Yo formo parte, junto con otros senadores y senadoras, diputados y
diputadas, de una entidad llamada AWEPA, Asociación de Parlamentarios
Europeos para África. Tengo el honor de presidir la asociación de España
y formar parte de AWEPA Europa. Gracias a esta posibilidad y de otros
aspectos que también me llevan a África, conozco la realidad africana,
realidad que sufre ahora la falta de cooperación internacional en
general, no solo de España. Es verdad que se habla de una rebaja del 70%,
pero también es cierto que con la que está cayendo, la sociedad española
entiende que la cooperación internacional tenga que recortarse. No se
entendería que se mantuviese la cooperación internacional y no se
aumentara o se fuera en detrimento del bienestar social de los españoles.
Por tanto, dejando claro que entendemos que la cooperación internacional
recibe un recorte lógico, teniendo en cuenta la que está cayendo, quiero
dejarle claro, señor ministro, que cuando se pueda, cuando llegue el
momento, es necesario que recuperemos cuotas y niveles anteriores porque
la cooperación internacional es muy importante. Lo es para los que viven
allí, para esta gente que vive en situaciones marginales, primero, para
su calidad de vida, para su supervivencia, y, segundo, para evitar esta
diáspora porque la gente no huye del continente africano y de otras
partes del mundo porque sí, la gente no se sube a una patera para
divertirse sino porque piensa: para morir de hambre en África voy a
intentar no morir ahogado en alta mar y llegar a Europa. Por tanto, la
cooperación internacional tiene dos objetivos: uno, dignificar la vida de
colectivos que viven en la marginalidad y en la pobreza en el mundo, y,
dos —cómo no—, evitar que la gente tenga que venir aquí a
vivir porque donde viven no pueden ni comer.


Dicho esto, aun manifestando que mi grupo parlamentario
entiende el recorte en cooperación y quiere dejar claro que cuando se
pueda hay que intentar volver a situaciones anteriores, quiero hablar de
otro tema, en el que me consta que usted y su equipo también están
trabajando en positivo y con intensidad, que es el drama humano que
afecta a más de quinientas familias adoptantes españolas —entre
ellas, muchas catalanas—, las cuales se han dirigido a diferentes
partidos —entre ellos, al nuestro—, que se encuentran en un
proceso de adopción en Rusia pero que un buen día bruscamente lo vieron
paralizado.









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Es una situación que nos preocupa, como he dicho, sabemos
que están haciendo todo lo que pueden, quizás más, y tampoco depende de
España básicamente, porque cuando se trata de un acuerdo a dos, dos no se
entienden si uno no quiere. Pero estas familias están angustiadas
—usted lo sabe mucho mejor que yo, porque seguro que le han hecho
llegar sus inquietudes— y han visto, de golpe y porrazo, se ha
suspendido su trámite de adopción; y hay hechos preocupantes, por
ejemplo, cuatro familias que ya conocían a los niños que podían ser
adoptados se han encontrado con que el Gobierno ruso los ha dado en
adopción a otras familias rusas, con lo cual estas personas ya saben que
su potencial hijo —para una familia que tiene la foto del niño y
que ya le han visto es su hijo— ahora está con otra familia rusa,
para su desesperación.


Por tanto, queremos saber cómo está este tema, también
cuándo llevará al Consejo de Ministros la aprobación del convenio
bilateral sobre adopciones con Rusia, si puede ser mañana mejor que
pasado mañana, señor ministro. Queremos pedirle que se mantenga o aumente
el diálogo con las autoridades rusas para que suspendan posibles nuevas
adjudicaciones a familias rusas de estas quinientas, las cuatro
adjudicadas ya no serán recuperables pero que no haya más casos. Es
decir, primero, me gustaría que nos informara sobre cuándo se puede
llevar al Consejo de Ministros este convenio bilateral; segundo, pedirle
que desde la embajada, la secretaría de Estado, etcétera, se mantenga o
se aumente la presión, en positivo, de diálogo, de solicitar al Gobierno
ruso que no adjudique nuevos niños de estos quinientos a otras familias.
Y quiero dejar claro que desde nuestro grupo, a diferencia de otras
épocas y de otros Gobiernos —alguno de los cuales tuvo una
actuación nefasta—, la actuación de este Gobierno en este caso la
valoramos positivamente.


Quiero hacerle llegar también otra preocupación de este
portavoz sobre un tema de actualidad estos días en las portadas de los
periódicos, y me refiero, ya se ha mencionado, al hecho de que la
Comisión Europea se dispone a abrir un expediente contra siete clubes de
fútbol españoles. En primer lugar, quiero agradecerle sus declaraciones
iniciales, porque cuando se habla de según qué temas a veces lo que a uno
le pide el cuerpo es no decir nada y verlas venir, pero usted decía en
sus declaraciones: El ministro de Exteriores del Gobierno declara que
defenderá los clubes bajo sospecha. De salida, le agradecemos esta
valentía. Era más fácil no decir nada, y bueno, bueno, vaya, vaya, dónde,
dónde.


En segundo lugar, quiero dejar claro que nuestro grupo y
este portavoz desea que quede constancia de que somos los primeros que
queremos que se cumpla la ley, faltaría más, como usted; no hace falta
que me haga ningún gesto porque en esto estamos de acuerdo, el que la
haya hecho, que la pague. Dicho esto, dejando claro el rechazo a las
trampas, donde las haya, también en el fútbol, este portavoz, que es un
intenso culé —en esto no estamos de acuerdo, sé que usted es un
respetable merengue— y que, además de intenso y apasionado culé, es
también un ferviente defensor y un apasionado del deporte, piensa que, en
general, en el deporte y específicamente en el fútbol no vale todo y, por
tanto, el hecho de que todo vale no debe existir tampoco en el fútbol y,
ahora, la Comisión Europea y la defensora del pueblo de la Unión Europea
han llevado a cabo una especie de tótum revolútum, han puesto en el mismo
saco a siete equipos, en el que puede haber diferentes conceptos: unos
que hayan recibido ayudas institucionales —parece que eso no puede
ser—, otros que hayan recibido concesiones urbanísticas, entre
comillas, pelotazos —esto tampoco puede ser— y otros que no
han recibido nada de esto pero que están dentro. Pero los periodistas
colocan en sus primeras portadas a los siete, el que haya sido objeto
—si es que lo ha sido— de un pelotazo, el que ha recibido
dinero institucional —si es que lo ha recibido— y los que no
han recibido ni ayudas económicas ni pelotazos también están ahí, en este
caso, me refiero al Fútbol Club Barcelona, que no ha sido objeto de un
pelotazo, no ha recibido ayudas institucionales y que solo podría ser
acusado de tener un estatus jurídico especial, lo cual tampoco es cierto,
porque en virtud de la Ley del Deporte de 1990, los clubes de primera y
segunda se convirtieron en sociedades anónimas deportivas, pero la
disposición adicional séptima permitía a aquellos que tenían un aspecto
determinado y lo cumplían —y el Barça lo cumplía— que se
pudieran mantener como asociaciones deportivas sin ánimo de lucro. Lo ha
dicho antes el maestro Anasagasti, y yo también quiero que quede
constancia, los socios del Barça queremos seguir siendo socios del Barça,
no queremos ir a ningún fondo de capital ni que nuestro club esté en
manos de un empresario, etcétera.


Por tanto, señor ministro, en la línea que usted ha dicho,
y que, repito, aplaudimos, le pedimos, primero, que defienda el fútbol
español, como ha hecho hasta ahora; segundo, que dé apoyo a las
autoridades europeas y se ponga a su lado contra aquellos clubes que han
hecho trampa; los que hayan sido ilegales, los que hayan hecho cosas,
entre comillas, sancionables, usted, como miembro del Gobierno y como
ministro, apoye; y, tercero, que exija a la Unión Europea que aquellos
clubes que no han sacado









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tajada urbanística, que no han recibido dinero y que, por
tanto, no han tenido ninguna actuación negligente sean sacados de este
expediente porque este tótum revolútum hace que paguen justos por
pecadores; seguro que el Barça no es el único de estos clubes que está
limpio, seguro, pero le pido que el Barça salga de este expediente porque
no ha lugar y no se lo merece.


Muchas gracias. Esperamos su respuesta para, en su caso,
intervenir en un segundo turno.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Maldonado.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
senador Losada de Azpiazu.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Muchas gracias, señor
presidente.


Bienvenido, señor ministro. Espero que esta comparecencia
sea la de the last but not the least, teniendo en cuenta que la del 7
marzo de 2012 parecía la del the end; veinte meses han transcurrido,
señor ministro. Agradezco su presencia y que esta comparecencia vuelva a
ser el inicio de una profunda amistad con esta comisión.


Antes de entrar en materia, quiero trasladar la solidaridad
de mi grupo con los ciudadanos españoles, los periodistas retenidos en
Siria, con sus familias, con sus compañeros, y el deseo de encontrar una
solución lo más rápida posible y satisfactoria. Sabe de nuestro apoyo a
la acción del Gobierno para encontrar una solución, como hemos hecho en
otras ocasiones, y que cuenta con la discreción necesaria y la total
comprensión de toda la acción que el Gobierno considere necesaria
adoptar. Como toca espíritu navideño por las fechas en las que estamos,
señor ministro, dentro de la legítima labor de control, intentaré
mantener la máxima cordialidad y, sobre todo, el deseo franciscano de paz
y bien en esta comparecencia.


Mi intervención estará dentro de lo que mi grupo considera
que debe ser la acción exterior, es decir, un máximo consenso en política
exterior pues, a nuestro entender, la política exterior que usted ha
relatado es la de España, a pesar de que en estos dos últimos años
ciertos aspectos de esta gestión, de sus decisiones y de sus
intervenciones han podido ser cuestionadas por mi grupo. Me permitirá
hacerle varias consideraciones, también alguna escasa y humilde
reflexión, y pedirle ciertas precisiones al hilo de su intervención
—que agradezco—, que ha sido intensa y extensa sobre su
gestión y las decisiones que han tomado desde la última vez que nos
visitó y sobre lo que nos dijo que sería su línea de actuación. Veinte
meses dan para muchas vicisitudes y circunstancias que han ocurrido en el
mundo y en España, que, por desgracia, ha desaparecido como actor
fundamental en algunas de ellas, importantes, y que yo le citaré; otras
hemos visto que el tiempo las ha dejado obsoletas; otras, como la ballena
de Jonás, vuelven, algunas como rectificación —le dejo el come back
precioso de Argentina, Repsol, Pemex y la cara del ministro de
Industria—; y otras, aún siguen vigentes.


Por ello, le pido perdón si en estos breves minutos no
puedo indicarle la respuesta que daría el Partido Socialista a muchos de
los temas que nos ha planteado.


Señor ministro, reconozco su discurso pero, en mi opinión,
no es reconocible la realidad que usted nos ha descrito. Usted vino aquí
diciendo que iba a recuperar el protagonismo en Europa y en el mundo:
España está de vuelta y España está para quedarse en el mundo
internacional —(sic.)—; para la difusión de la cultura
española, para la lucha contra la pobreza en el contexto de los Objetivos
del Milenio, y para impulsar la recuperación económica, lo ha dicho usted
aquí y figura en el Diario de Sesiones. En mi opinión, hay claroscuros y,
más bien, está en el umbral del dark. No le voy a hablar de los seis
millones de parados, ni de la caída de afiliados a la Seguridad Social,
ni tampoco de cómo en la última semana, The Lancet, prestigiosa revista
médica, o The Times, hablaban de los peligros reales para la salud, para
el bienestar real de las personas que provocan los recortes del
Gobierno.


Su ministerio decía que tenía un proyecto establecido en
varias direcciones: la marca España, el Cervantes, la ley de acción
exterior —hablaré de ella al final—, la presencia en el
núcleo duro de nuestros aliados históricos —(sic.) también—,
y, es verdad, eso sí que lo ha cumplido, hay menos cooperación, como
igualmente dijo usted. Afirmó que habría menos cooperación para tener más
presencia en nuestros aliados tradicionales. Señor ministro, con mucho
afecto y cordialidad pero con todo el rigor del mundo le digo que, viendo
las ejecuciones presupuestarias y el presupuesto de 2014 y creyendo, como
franciscano, con paz y bien, va a pasar a la historia, señor ministro,
como el que destrozó la cooperación internacional de España.


Por el camino se han quedado —hablaré después
intensamente de ello— el ambicioso Plan Asia, la presencia de
vuelta al núcleo duro de Europa y de nuestros socios preferentes, porque
no hemos sido determinantes en Siria, por desgracia, ya no solo es que se
quejen los refugiados de la falta de recursos









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sino que nos ha cogido a contrapié el cambio de los actores
principales y, sobre todo, el acuerdo de Irán, porque, al final, lo que
hay es una guerra entre suníes y chiítas y nos ha cogido fuera en ese
momento. Tampoco somos determinantes en Oriente Medio. Hemos ido de
compañeros, pero de viaje, de los conflictos del norte de África y del
centro de África. Hoy, incluso, en los medios de comunicación españoles
se habla de que, si no fuese por Francia, el centro de África se
encontraría en una guerra de difícil solución y de grandes
dificultades.


Todo esto para nosotros tiene una gran importancia,
significa no figurar como actores principales en todo lo que se mueve, en
lugares en los cuales, como usted muy bien dijo, señor ministro, éramos
actores determinantes por nuestros lazos históricos y nuestra falta de
influencia posterior a la resolución de estos conflictos. Se han
celebrado ya muchas cumbres de exteriores, se han celebrado importantes
reuniones en el área del Pacífico, encuentros al más alto nivel en
Hispanoamérica, etcétera, y, como han dicho ya otros portavoces, se ha
desdibujado bastante nuestra presencia, y no quiero ser pesimista pero es
la realidad.


Europa. Llevan dos años de Gobierno, y vuelvo otra vez a la
realidad. En mi opinión, seguimos sin reforzar lo que usted quería: las
instituciones de Gobierno económico y social de la Unión Europea. Usted
prometió que lucharía por la integración económica y fiscal y un Gobierno
económico en la Unión, y esto queda lejano. Lo mismo le digo del Tesoro
europeo; ya no le hablo de un ministerio de Hacienda comunitario
—estoy citando sus palabras— o de un papel relevante del
Banco Central Europeo o de las políticas activas de creación de empleo;
al contrario, a pesar de que tenían todo a su favor y una mayoría
ideológica en los Gobiernos europeos, la realidad es un autismo cada vez
mayor por parte de Alemania, por lo que esperemos que el nuevo Gobierno
de concentración alemán cambie. Pero tenemos algo peor, un antieuropeísmo
cada vez más intenso en Europa, un populismo y un sentimiento antieuropeo
como resultado, lo estamos viendo, en el que después de estos veinte
meses en los que se dijo que la Administración exterior española, la
diplomacia española, iba a trabajar intensamente por una Unión Europea
más fuerte, por una deuda coordinada y soberana europea, por un banco
central más activo, lo único que hay es el pingüe negocio que han hecho
los bancos privados con la compra de la deuda soberana. Señor ministro,
hay un cierto aroma de fracaso en nuestra relación con Europa.


Dos temas concretos de última hora: la PAC y el acuerdo
pesquero. En la PAC hemos perdido el 15% del fondo y, a pesar de todo
nuestro apoyo —que sabe que lo ha tenido— y del exultante
colega de Agricultura, como siempre, se trata de una pérdida
incuestionable, un 15% menos. Pero, mire, señor ministro, hay algo que
nos preocupa más, y es que, una vez más, hemos sido incapaces de variar
la apuesta hacia el sector que nos preocupa en España, porque se sigue
primando a los grandes grupos en detrimento de los pequeños y medianos
agricultores, y así no hay ni una forma posible de asentar la población
en el territorio en un asunto tan relevante.


Aunque los acuerdos pesqueros en el FEMP han sido
importantes, ayer mismo vimos algo que sorprendió a la Cámara. Si era tan
bueno el acuerdo pesquero, ¿por qué el grupo que le sustenta reprobó a la
comisaria de Pesca?


En esto ¿qué llevamos? Usted citó el acuerdo pesquero con
Marruecos. Dos años renqueando por ese acuerdo, pero lo más importante de
todo esto no son las capturas de merluza o de caballa, sino que no hemos
conseguido ningún caladero alternativo a aquellos de donde nos han
echado. Le puedo citar, por ejemplo, los cefalopoderos gallegos.


El sistema de libre circulación se está poniendo en
cuestión. Estará conmigo en que es preocupante. ¿Qué está sucediendo para
que países incluso con diferentes posiciones ideológicas en sus Gobiernos
estén poniendo en duda e intentando poner recortes al sistema de
circulación?


Me gustaría conocer su opinión sobre cómo va la política
europea de vecindad o la Iniciativa Ciudadana Europea. Estamos hablando
de hacer Europa.


Usted habló de la diplomacia económica y, hace mucho, de la
imagen exterior y las potencialidades de nuestras exportaciones. Claro
que nos alegramos por el incremento de las exportaciones y que en la
balanza se haya producido ese cambio, pero, señor ministro, creo que
tenemos que tener un punto de rigor y ser serios para no hacernos
autotrampas. Sabemos muy bien por qué ha sucedido esto y sabemos muy bien
que esto tiene un recorrido, porque si no tiene un recorrido entonces sí
que tenemos un problema —más que el de Houston, tenemos un
problema—. Tenemos un problema de verdad, porque este recorrido es
porque somos un país más pobre. La balanza de pagos ha cambiado porque ha
disminuido el consumo interno y porque se ha producido una devaluación
intensa e interna de cerca del 30%, una caída de los salarios, y eso solo
tiene un plazo medido de recorrido, porque un país como España, un país
desarrollado









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como España, no puede seguir esta senda durante un tiempo
ilimitado. Es imposible. ¿Por qué? Porque es imposible competir con los
países emergentes, ya que ellos son más pobres que nosotros y podrán
dejar caer aún más los salarios. Por eso, señor ministro, no estoy de
acuerdo con que haga de la competitividad generada por la caída de
salarios y el aumento de las exportaciones un frente de la marca España,
porque no ha sido por aumentar el I+D+i, sino por los salarios bajos, y
creo que ese no es el objetivo de ningún Gobierno de España, y mucho
menos que esto, aumentar nuestra competitividad basada en el aumento de
las exportaciones, sea uno de los ejes fundamentales de la marca
España.


Con respecto a la marca España, no voy a hablar de fútbol,
porque parecía que estaba en la Comisión de deportes. Es verdad que
existe una relación España-deporte. El Instituto Elcano ha hecho un
estudio interesantísimo sobre ese tema, pero si usted va al ranking
Interbrand, donde se recoge el valor de la marca España, verá que el
deporte no está ni en el top ni en el bottom, está en el middle, en la
mitad. Donde de verdad está la marca España es en empresas muy
importantes que están haciendo una gran labor, y me va a permitir que
presuma de que dos de ellas, entre las diez primeras, son de mi
ciudad.


Veinte meses han dado para mucho. Le cité el tema de
Argentina, el famoso tiro en el pie, el come back. En cuanto a la cumbre
de Panamá y la cumbre previa de Cádiz, —lo siento—, pero
estoy más cerca del portavoz del PNV que de usted. Creo que es
preocupante lo que ha pasado en Panamá y lo que ha pasado en Cádiz. Y lo
uno a algo que ha dicho usted y que no es verdad. Nuestras exportaciones
e importaciones con respecto a Iberoamérica son muy preocupantes porque,
por primera vez, en el último año ha cambiado hacia el Pacífico y no
hacia Europa. Eso es lo preocupante. Iberoamérica se está yendo hacia el
Pacífico, y las cumbres iberoamericanas —y aquí quiero poner en
valor a su secretario general, a don Enrique Iglesias— tienen un
papel muy importante para volver a recuperar a estos países. La realidad
es que Iberoamérica está mirando hacia el Pacífico. (El señor ministro de
Asuntos Exteriores y de Cooperación, García-Margallo Marfil: Y hacia
Estados Unidos.) Sí, también a Estados Unidos. Gracias. Lo tenía aquí
apuntado, USA y los BRIC.


Inglaterra y Gibraltar. Voy a tratarlo porque, con toda
cordialidad, no sé cómo colocarle, si como Dustin Hoffman o como Robert
de Niro, porque lo que me viene a la mente con Inglaterra y Gibraltar es
Wag the dog. No sé si reconoce la película, traducida en España como
Cortina de humo, o en otros países como Menear el perro. En original era
Wag the dog, en la que ante un gran problema, contratan a dos personas,
un asesor del presidente y un productor cinematográfico, para que no nos
creyéramos lo que pasaba en la realidad. Creo que lo que ha pasado este
verano entre Inglaterra, con una falta de entendimiento y confianza,
dentro de las legítimas posiciones de defensa de nuestra soberanía y
nuestros objetivos sobre Gibraltar, irrenunciables, con todo el respeto
hacia lo que se ha hecho, creo que ustedes han jugado con el sentimiento
de los españoles, con la calidad de vida de los ciudadanos de La Carolina
y de La Línea y con algo en lo que sabe que tiene a todo el arco político
con el Gobierno, que es la soberanía también irrenunciable de España
sobre Gibraltar, porque al final de todo esto ya nada sabemos de los
bloques, ya nada sabemos de los buques que siguen vendiendo gasolina, y
lo único que sabemos, señor ministro, es que se sigue blanqueando el
dinero en Gibraltar. Por cierto, tampoco es de recibo la actitud sectaria
que han tenido con diferentes niveles de interlocución entre los
representantes de los ciudadanos de La Carolina y de La Línea, porque las
colas siguen, los bloques siguen, los paraísos fiscales siguen y los
barcos siguen vendiendo el fuel.


Bolivia y Morales. USA y socio privilegiado Snowden. Esto
me recuerda a Oscar Wilde cuando dijo: Si uno dice la verdad, tarde o
temprano será descubierto. Creo que aquí, señor ministro, no hemos estado
a la altura de las circunstancias, máxime cuando estamos hablando de
países importantes, aliados nuestros en Iberoamérica, y creo que nuestro
servicio diplomático —no usted, nuestro servicio diplomático—
no ha estado a la altura de esa situación, complicada, pero que teníamos
que haber estado finos e hilar fino.


Marruecos. En cuanto a las relaciones con Marruecos usted
dijo que era muy buena la colaboración y que incluso había disminuido la
tensión migratoria. La sensación que tenemos en este momento es que
cuando hablamos de Marruecos y de nuestra frontera estamos hablando con
el ministro de Interior, estamos hablando de seguridad. Hemos pasado de
una acción diplomática y de cooperación a mirar esto únicamente como una
labor de seguridad única y exclusiva, y yo creo que eso es malo, porque
la mejor forma de resolverlo es como usted dice, mediante el diálogo, la
cooperación, las inversiones y la integración cada vez mayor como socio
preferente en la Unión Europea, etcétera. En esto curiosamente, señor
ministro, nos están ganando empresas españolas que, llevando a cabo
labores de buen gobierno y responsabilidad corporativa, están trabajando
intensamente en Marruecos en temas sanitarios, en temas de agricultura,
en temas culturales, es decir, intentando que la población eleve su nivel
de vida en Marruecos.









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Cuba. Señor ministro ¿vamos a cambiar nuestra posición? Le
hago esta pregunta porque la Organización Mundial del Comercio ha logrado
un gran acuerdo en las últimas semanas, importantísimo, para relanzar y
crear millones de puestos de trabajo gracias a este nuevo acuerdo de
libre comercio. ¿Vamos a levantar el bloqueo? ¿Qué opina el Gobierno?
¿Vamos a ser parte activa en el proceso de desarrollo y modernización de
Cuba? ¿Ha cambiado algo en el Gobierno respecto a esto? Lo digo porque el
otro día leí en los medios de comunicación de Galicia que el presidente
de la Xunta fue a Cuba y que llevó, según él, unas instrucciones del
propio presidente Rajoy. Me gustaría saber si esto es verdad, y si ha
sido así, si el presidente de la Xunta ha ido como embajador de España a
reunirse con altos mandatarios de Cuba. Por tanto, si va a cambiar la
política exterior española con respecto a Cuba, si va a cambiar el
rumbo.


También me gustaría conocer su opinión sobre los cambios
geoestratégicos que se están llevando a cabo en China, si esto nos va a
llevar a un apoyo decidido a los inversores, si vamos a catalizar nuestra
labor allí utilizando algo que es muy importante, y que usted citó, que
es el idioma español, puesto que los chinos están muy interesados y es
una fuente importante de entrada, o sí la realidad son las palabras del
representante de la Cámara de Comercio de España en China —y cito
textualmente—: el desmantelamiento del Instituto Cervantes en
Shangai es una muestra más de cómo España da la espalda a China. De esto
hace escasamente una semana y, repito, cito textualmente.


Por otra parte me gustaría saber cuáles son los pasos dados
en India, en Corea y en Japón, sobre todo cómo ha sido este año dual,
porque para mí como simple ciudadano, aunque no lo sea porque la política
exterior me apasiona, de Japón quedaron únicamente las palabras un poco
extrañas del presidente Rajoy acerca de Fukushima. También quisiera saber
cuáles han sido los resultados del Plan Asia, que dijo que iba a ser
prioritario; si en este momento hemos avanzado en apoyos y en acuerdos
para el Consejo de Seguridad, y además le pediría que nos hiciese una
valoración del acuerdo Irán-energía nuclear y cómo va a afectar a nuestra
posición con Jordania.


Y termino, señor presidente. Le decía al principio que el
discurso era reconocible pero que la realidad es difícil de reconocer.
Como decía un veterano político español, la única ley es la Ley
presupuestaria, todas las demás leyes no cuentan. Pues bien, le voy a
hacer una radiografía de los presupuestos que su ministerio ha decidido
para el año 2014, la instantánea, la real, porque lo demás es poesía. Ya
sé que cuando uno concurre a las elecciones habla en poesía, y cuando
gobierna, gobierna en prosa —el cambio de estilo es
importante—. Su presupuesto baja 100 millones más, 7,18% sobre el
de 2013. La cooperación está ya en el 0,17% de la renta nacional bruta.
Nuestra diplomacia pública ante los organismos internacionales cae y se
reduce significativamente, no nuestros viajes, nuestras aportaciones
económicas. Y además, nuestra posición como marca España, señor ministro,
que es un gran proyecto y que nos gustaría que fuese un éxito, me va a
permitir que le diga que tiene un cierto deterioro. Señor ministro, son
unos presupuestos a los que el calificativo que les puedo dar es que son
la cenicienta del Gobierno.


Y finalizo con la Ley de acción exterior.


El señor PRESIDENTE: Señor Losada, vaya terminando.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Termino, quince segundos, señor
presidente.


Debatiremos próximamente la Ley de acción exterior.
Esperaremos a encontrar el máximo punto de encuentro. Sabe que lo hemos
hecho en el Congreso y lo vamos a hacer en el Senado porque, como le dije
al principio de mi intervención, nuestro compromiso es que la política
exterior no es del Gobierno, la política exterior es de España. Por ello,
señor ministro, permita que le diga que como españoles, a nosotros nos
duele escuchar al presidente del Gobierno —y cito— que lo que
le preocupa es que Alemania sepa dónde vamos. Señor ministro, nuestro
país, España, es una gran nación, tiene un gran pasado y, a pesar de las
dificultades, tiene un gran futuro, no nos la empequeñezca.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Losada.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el
senador Chiquillo.


El señor CHIQUILLO BARBER: Gracias, señor presidente,
señorías.


Señor ministro, quiero agradecer su presencia ante la
Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, sus palabras, sus
explicaciones, sus propuestas, sus compromisos y sus ideas firmes, porque
tiene claro









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de dónde venimos y hacia dónde vamos en política exterior,
y el papel que debe jugar España en esta época que nos ha tocado
vivir.


De lo que ha sido una verdadera rendición de cuentas en el
ecuador de esta X Legislatura, destacaré acciones y compromisos, pondré
en valor logros, que a pesar de que a algunos les cueste reconocerlos
están ahí, y pondré a disposición del Gobierno de España la fuerza del
Grupo Parlamentario Popular, al cual hoy represento, al tiempo que, a
pesar de las intervenciones de los portavoces de los grupos
parlamentarios que me han precedido, les hago de nuevo ante usted, ante
el presidente de la comisión, una llamada para apoyar la política
exterior de España en 2014 y 2015, años decisivos, período importante en
el que España en su conjunto se juega, y mucho.


Realmente yo también quiero imbuirme del espíritu navideño,
pero me van a permitir que ante algunas de las intervenciones que me han
precedido, ese espíritu navideño tenga que adornarlo con algunos de los
regalos que traen los Reyes, el carbón, porque sí que es verdad que hay
quien ha querido coger la lupa de alta precisión en los últimos veinte
meses, y ha cerrado los ojos o, cuando menos, ha hecho un ejercicio de
alzheimer selectivo de lo que ha sido la política exterior de España en
los últimos ocho años, esto es, del período 2004 a 2011. Y me duele y me
preocupa que se utilice la lupa para los veinte meses de Gobierno del
Partido Popular y la gestión que el ministro hoy nos ha explicado,
mientras que, repito, cierra los ojos ante los disparates —siendo
benevolente con alguno de ellos— de los ocho años que
transcurrieron en política exterior entre 2004 y 2011, con ocurrencias
día sí y día también; pero bueno, espíritu navideño.


De los años 2012 a 2013 quiero resaltar las acciones e
iniciativas que usted señaló en su primera comparecencia ante esta
Cámara, es decir, los ejes de la política exterior del Gobierno del
Partido Popular. En primer lugar, en Europa, resumido en una expresión
que usted ha demostrado en estos dos años, se la cree en todas sus
vertientes, en la financiera, en la económica, en la bancaria, en la de
defensa, en la de seguridad, en las políticas sociales, es decir, más
Europa. En America, usted lo ha dicho muy bien, reforzar la presencia,
impulsar el vínculo del eje trasatlántico con esa Cumbre de Cádiz donde
se obtuvieron resultados —siempre se podía haber obtenido más, pero
se hizo un gran esfuerzo y un gran trabajo—, y ese papel de
observador en la Alianza del Pacífico. Hubo unos años atrás en los que en
el Pacífico, en Iberoamérica, ni estábamos ni se nos esperaba. Es más, se
ha utilizado como crítica que seguimos en Europa los dictados de
Alemania. Y en el período 2004 a 2011 no sabíamos si seguíamos a Evo
Morales, a Chávez, o a algunos otros estrambóticos dirigentes que
pululaban por la escena política internacional. Repito: la lupa en veinte
meses y se cierra los ojos al período 2004-2011, pero, espíritu
navideño.


En el Mediterráneo usted ha puesto de manifiesto dos hechos
importantes que yo tenía aquí anotados: Marruecos y Argelia. Se celebró
la X Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, de la que usted ha dicho,
con muy bien criterio, que hacía cuatro años que no se celebraba, y la V
Reunión de Alto Nivel Argelia-España, con unos resultados más que
optimistas en lo político, en lo económico, y en lo social, estrechando
vínculos con nuestros vecinos del sur. Yo entiendo que se ha hecho un
gran trabajo.


En el área que ahora es el eje en el mundo, Asia-Pacífico,
como usted definió en una de sus comparecencias, que me leo muy a menudo,
los grandes ganadores de la globalización, España está presente.
¿Deberíamos estar con más fuerza? Sí, pero creo que en los dos últimos
años se ha hecho un importante esfuerzo para estar en ese nuevo escenario
Asia-Pacífico, apoyándonos con nuestros hermanos de Sudamérica en esa
alianza del Pacífico que, como muy bien usted ha dicho, pivota y mira
mucho hacia esa zona. Lógicamente, coincidimos con muchos de los
portavoces que han hablado esta tarde en la preocupación por temas como
la cuestión iraní, Siria, Mali, el Sahel. La República Centroafricana era
una de las cuestiones en clave externa que traía anotadas, porque
viniendo hacia Madrid he recibido un correo con un informe de
organizaciones no gubernamentales que pone los pelos de punta dados los
acontecimientos que están produciéndose en ese país: muertes, asesinatos,
vulneración de derechos humanos; una anarquía total.


Usted no ha parado desde el primer minuto, no ya desde su
responsabilidad como miembro del Gobierno de España, sino en su larga
andadura en Europa, de apostar por esa unión económica y monetaria, por
la unión bancaria, por esa política común de seguridad y defensa como
parte integral de la política exterior de seguridad común, en la que ha
trabajado sin desmayo en esa Europa de veintisiete —ahora
veintiocho con Croacia— para que la Unión Europea recupere ese
papel de actor global, donde la defensa —no lo olvidemos, como
usted muy bien decía y España lo ha dicho en todos los foros donde ha
participado— es una de las tres D que hay que impulsar: diplomacia,
desarrollo y defensa.









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Se ha dado un gran impulso a la diplomacia económica, a la
diplomacia pública con sus instrumentos, con sus carencias, con sus
ajustes presupuestarios —a los que ahora me referiré sin ningún
tipo de tapujos, con la lupa, no cerrando los ojos—. Esa diplomacia
económica, esa diplomacia pública confluyen en la marca España y se ha
hecho una gran labor; aún queda mucho por hacer, pero en 2012 y 2013 se
ha hecho una gran labor.


Me gustaría que comentara algunas de las reuniones que ha
habido para captar adhesiones a la candidatura de España al Consejo de
Seguridad como miembro no permanente para 2015-2016, que, repito, es una
estrategia global de nuestro país para estar más visualizados en el
mundo. Y la importancia del proyecto de Ley de acción y servicio
exterior, que significa una reforma de la diplomacia y la acción exterior
española, una verdadera revolución —como usted definía en su
comparecencia— en el siglo XXI, que va acompañado de la Ley de
tratados, que a pesar de que el proyecto de Ley de la acción exterior
hablaba de que estaría en seis meses, antes de ese período el Gobierno de
España ha presentado.


Y quiero detenerme ahora, dentro de ese espíritu navideño,
en el tema presupuestario. Por supuesto que al Gobierno de España y al
señor ministro les hubiera gustado tener un presupuesto en el
departamento de Exteriores rondando los 2500 millones de euros, pero es
de 1247 millones. Vamos a intentar hacer un gasto eficiente, vamos a
intentar establecer unos mecanismos de evaluación y seguimiento, pero lo
cierto es que desde 2006 no ha habido un presupuesto tan saneado como
este, pues el ministerio venía arrastrando un enorme agujero desde 2007,
que era ya insostenible —y eso hay que mirarlo también con la lupa
y no cerrar los ojos—. En 2012-1013, se han incorporado al Servicio
Europeo de Acción Exterior —es decir, al servicio de la carrera
diplomática en la Unión Europea— treinta y cinco diplomáticos
españoles y somos el tercer país —como muy bien ha dicho el
ministro—, después de Francia y Reino Unido, en ese nuevo servicio
de la Unión Europea.


La candidatura española, reitero, es objetivo de todos, y
tiene que ser trabajo de todos. La marca España, cuyos resultados
empiezan a verse en esa balanza comercial, y aunque algunos dirán que es
un «síntoma de», lo cierto es que en 2013, por la gran proyección de
nuestras empresas en el mundo en todos los sectores —calidad, buen
producto y seriedad en el trabajo—, hemos conseguido poner unas
finanzas en positivo en esa balanza que, como muy bien ha dicho el
ministro, hacía muchos años que no se producía.


Nuestro compromiso con la cooperación internacional es que
cuando haya más recursos, y este país se lo pueda permitir, volveremos a
estar en los máximos niveles, pero no olvidemos que la ayuda a la
cooperación al desarrollo no ha disminuido con Gobiernos del Partido
Popular, las disminuciones progresivas, paulatinas, han ido produciéndose
en los presupuestos de 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011. También en 2012 y
2013 porque se ha agudizado la crisis y los problemas presupuestarios en
nuestro país, pero igualmente habrá que aplicar la lupa a la gestión
económica y financiera en el período 2004 a 2011, que nos ha llevado a la
situación a la que nos ha llevado pero que, con ese espíritu navideño, no
quiero ahondar más en esa herida; en esa herida que no entiendo por qué
se ha querido abrir en la intervención de algún grupo anterior.


Como quiero dejarle unos minutos a la portavoz para el tema
concreto de la inmigración, en concreto de la relación España-Marruecos,
voy a concluir con una cuestión que quiero poner en valor y que va unida
a la gran preocupación de todos los intervinientes: el tema de los
derechos humanos.


España ha sido copatrocinador del tratado de comercio de
armas, en la firma, en los trabajos y en el impulso definitivo. Ya se ha
remitido al Consejo de Ministros ese tratado, que es el paso más
importante de Naciones Unidas en 2013 en la lucha por la protección de
los derechos humanos en la comunidad internacional. Diversas
organizaciones internacionales han reconocido el papel de la delegación
española de manera activa en la recta final de su negociación, y quiero
ponerlo aquí en valor porque es un compromiso con los derechos humanos
del Gobierno de España, que preside Mariano Rajoy, y cuya diplomacia
representa don José Manuel García-Margallo, que ha puesto de manifiesto
que no son palabras, sino hechos.


El papel de España en el mundo se está recuperando y yo
quiero agradecer muy sinceramente el esfuerzo y el trabajo, no del
Gobierno —que sí que lo hago— no del ministro —que lo
hago—, sino de todos aquellos que trabajan en el exterior llevando
el proyecto de España a todos los rincones del mundo, desde las embajadas
a los consulados, todo el personal al servicio de la diplomacia española
y, sobre todo, el gran papel que en los últimos años están realizando las
empresas españolas en ese esfuerzo de situar a España y lo español en la
vanguardia en toda la comunidad internacional.









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Una breve pregunta sobre las cuestiones de Gibraltar: ¿Qué
puede ocurrir en las próximas semanas o meses?


Por último, como siempre, el Grupo Parlamentario Popular
nos ponemos a disposición del Gobierno —como no podía ser de otra
manera—, porque entiendo que 2014 y 2015 van a ser dos años
decisivos para España y más que nunca, como todos dicen, una política de
Estado requiere que todos estemos al lado del Gobierno para sacar a
España adelante y que recupere el protagonismo que algunos años —a
lo que algunos han querido cerrar los ojos— perdió en el contexto
internacional.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Chiquillo.


Voy a darle oportunidad al ministro para que conteste a los
portavoces y después, en un turno posterior, podrán los otros senadores
hacer alguna pregunta concreta.


Señor ministro, puede contestar a los portavoces, porque
además alguno de ellos tiene urgencia para marchar.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(García-Margallo Marfil): Muchas gracias, señor presidente.


Señor Anasagasti, la Ley de acción exterior —que
vivió tres intentos y una comisión interministerial antes de este
Gobierno, sin llegar satisfactoriamente a puerto— ha tenido en este
Gobierno una tramitación muy complicada. El Ministerio de Asuntos
Exteriores hizo hasta treinta y cinco borradores de proyecto porque ha
habido una negociación interna extraordinariamente complicada. Aquí
intervienen todos los departamentos ministeriales, intervienen las
comunidades autónomas, intervienen las corporaciones locales, y eso ha
determinado que la negociación fuese muy complicada. Y es obvio que yo no
he podido hablar con los otros grupos parlamentarios —en este caso
me refiero al Congreso— hasta que pudiese estar seguro de que tenía
un producto que estaba consensuado con mis compañeros de gabinete.


Es verdad que hubo una reunión el otro día con los
portavoces del Congreso. ¿Y por qué los portavoces del Congreso? Porque
la tramitación en la comisión fue, por decirlo suavemente, accidentada y
lo que yo quería comprobar con esos portavoces es que los pactos a los
que habíamos llegado se habían cumplido, cuáles se habían cumplido y
cuáles se habían quedado en el tintero para buscar una rectificación en
el Senado.


Todavía no me he reunido con los portavoces del Senado,
entre otras cosas porque una reunión tiene por motivo el estudiar las
distintas posiciones, debatir las distintas posiciones, y el Senado
todavía no ha presentado sus enmiendas; por lo tanto, la reunión sería
muy amistosa y muy navideña, pero carente de objeto porque no habría una
posición alternativa que contrastar. No le quepa la menor duda de que en
cuanto sus señorías hayan hecho las enmiendas yo me reuniré con los
portavoces del Senado, como no podía ser de otra manera, pero créame que
entre mis distintos dones no está el de profetizar cuáles van a ser las
posturas que van a plasmar los grupos en sus enmiendas.


En segundo lugar, y aprovecho para hablar de varias de las
intervenciones, el término de comparación de la Cumbre de Cádiz debía ser
la Cumbre de Paraguay. Le aseguro que incluso en los términos más
aparentes, más superficiales, más ligeros, como es la presencia de jefes
de Estado, Cádiz fue un éxito. Y, desde luego, si lo comparamos con
Paraguay, un gran éxito. En Paraguay no estuvo ni siquiera el presidente
del Gobierno de España, a la sazón señor Rodríguez Zapatero. Se han
producido cambios importantes en Iberoamérica, no solo dentro del
continente, con la conocida división entre ALBA, la Alianza del Pacífico
y un grupo de países cuya clasificación es más difícil, sino que se han
ido materializando y plasmando distintas organizaciones continentales
desde la OEA hasta la CELAC, UNASUR, Mercado Común Centroamericano,
Comunidad Andina, etcétera. Y, lo que es más importante, se ha plasmado
una colaboración región a región Unión Europea-CELAC, que tiene un
carácter bianual. Por tanto, pareció oportuno en Cádiz reflexionar, a la
vista de lo que estaba ocurriendo, y encargar un trabajo probablemente a
las personas más prestigiosas y más conocedoras de Iberoamérica, el ex
presidente Lagos, el secretario general Enrique Iglesias y la canciller
de México, que hicieron un magnífico trabajo, y llegamos a la conclusión
de que habría que alternar las cumbres Unión Europea-CELAC, a las que
España asiste, con las cumbres iberoamericanas, y en los años en que no
hubiese cumbre iberoamericana, como tal, con jefes de Estado, sí habría
una reunión de los ministros de Asuntos Exteriores.









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Me parece, y lo he dicho alguna vez, que es una enorme
ligereza juzgar el éxito o el fracaso de una cumbre en función de los
jefes de Estado que están presentes. El trabajo de la cumbre
iberoamericana es un trabajo que dura todo un año y, por tanto, habría
que ver qué es lo que se ha producido en todo un año. Si usted se refiere
a Panamá —lo he dicho anteriormente—, la cumbre, aparte de
cambiar su periodicidad, está cambiando su contenido, su carácter; está
teniendo en cuenta muy mucho lo que es la evolución de la sociedad civil.
Y tan importante como la cena de los jefes de Estado es la cumbre
empresarial, es el foro de la comunicación, es el congreso de la lengua,
al que asistieron todas las autoridades lingüísticas y culturales de
todos los países; pero si quiere usted más comparaciones, yo le ruego que
lea The economist sobre lo que está pasando en la Cumbre de la
Commonwealth que se está celebrando en Sri Lanka, lo que ha pasado con la
francofonía, o lo que ha pasado con la conferencia de los países lusos.
Lo cierto es que hasta ahora ha habido una cumbre todos los años hasta
tener veintitrés, lo cual no pueden decir las otras organizaciones
regionales, y eso goza de una vitalidad que habrá que aumentar
adaptándonos a los tiempos.


Me habla usted a continuación de la cooperación. Es
absolutamente verdad —y nadie lo lamenta más que yo— que el
presupuesto de cooperación ha disminuido. A mí me gustaría que se hiciese
una comparecencia específica en la Comisión de Cooperación Internacional
para el Desarrollo o en esta, si ustedes quieren, para que les explicase
la forma en que se administraron los dineros de cooperación en los cuatro
años anteriores. Tengo que agradecer la forma en que se gastaron, porque
gracias a que en 2011 había remanentes por más de 400 millones de dólares
que no se habían gastado, porque no se sabía cómo gastarlos, hemos podido
sobrevivir en el año 2012. Y habrá cifras en las que verán ustedes
nuestra aportación a ONU Mujeres, que fue de 160 millones de euros, y hay
otras obras de cooperación que merecería la pena analizar y, si quieren
ustedes hablar de eso, estamos perfectamente dispuestos a venir con luz y
taquígrafos a examinar con lupa las cuentas que se han hecho.


Con un presupuesto que es la cuarta parte del que tenía el
Gobierno anterior, no ha habido un solo programa, una sola actividad que
se haya restringido. ¿Por qué? Porque se está gastando mejor, porque
estamos haciendo una figura que es la cooperación delegada. Tenemos tal
prestigio en cooperación que estamos administrando los recursos que la
Unión Europea tiene, pero no sabe como administrar; estamos llamando a
colaborar a otros países que ya son países de renta medida y, sobre todo,
estamos implicando en el esfuerzo de cooperación a las personas privadas,
a las personas de derecho privado. Mire lo que ha pasado en Filipinas. Es
verdad que hemos hecho un enorme esfuerzo, pero no es menos cierto que ha
habido instituciones privadas que han sabido efectuar la cooperación de
la forma más coordinada y eficaz que se haya hecho nunca a lo largo de la
historia.


Me habla también el señor Anasagasti de la inmigración. Han
hablado sus señorías mucho de la inmigración, y luego hablaremos en
concreto de la inmigración con Marruecos. En cuanto al problema de la
inmigración en Europa —por problema de la inmigración me refiero a
la inmigración en el Mediterráneo—, es que la frontera entre España
y Marruecos es la frontera más desigual del mundo, es donde la diferencia
en rentas per cápita es mayor del mundo, y eso justifica y explica la
inmigración.


El presidente Simón Peres —persona a la que todos
respetamos, y cuando se le conoce mucho más—, hablando de la
Primavera Árabe, y quizá dé alguna idea que dejaba para después, hablando
en concreto de Egipto, decía: no se engañen, el problema de Egipto es que
cuando se produjo la revolución de los coroneles en 1952 había dieciocho
millones de egipcios, ahora hay ochenta y cinco, con el mismo agua y con
los mismos recursos. Cuando hay pobreza, se produce inmigración y se
produce, en otro orden de cosas, un caldo de cultivo para que las
organizaciones islamistas extremistas dispongan, provean, pongan a
disposición de la población servicios sociales a cambio de una
determinada disciplina, y luego volveré a hablar de eso, porque el
senador Losada, que conoce bien el tema, se ha interesado mucho en le
Primavera Árabe.


El fenómeno de la inmigración es un fenómeno
extraordinariamente complejo y al que, créanme, he dedicado muchas horas
de reflexión. La inmigración ha cambiado a lo largo de la historia a
medida que ha ido cambiando la globalización: en el siglo XIX y
principios del siglo XX era una inmigración —usted lo conoce bien,
puesto que es gallego— de los países europeos a países con grandes
espacios, con recursos casi ilimitados y poco maduros. A partir de
1945-1950, la inmigración ya no es de Europa hacia países de estas
características: Nueva Zelanda, Canadá, Argentina, Australia, etcétera,
son los países más pobres los que vienen a Europa a buscar trabajo, y eso
plantea tres problemas: el problema del control de la inmigración y el
problema de la integración combinado con la ayuda a los países de origen.
Dicho de otra manera: la solución de ese tipo de inmigración que, para
simplificar, llamaré inmigración









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económica, pasa por un apoyo a los países de origen para ir
erradicando la pobreza, que es la que expulsa a estas personas a emigrar
a otro sitio; por un problema de control sin fronteras, porque como
ustedes han reconocido ningún país del mundo está en condiciones de
aceptar a todos los emigrantes que quieran venir, y por un problema de
integración de los emigrantes, que eso sí que tiene que ver mucho con la
dignidad humana. Aquí también se han ensayado miles de fórmulas: el
melting pot americano, que no ha dado resultado y sigue habiendo un
problema de inmigración en Estados Unidos, donde como usted sabe se está
discutiendo el problema de la regularización; el modelo del
asimilacionismo francés, hacer a los inmigrantes ciudadanos de la
República; el modelo británico de dejarles que hagan lo que quieran,
siempre y cuando no intervengan en el orden público; el modelo alemán de
considerarlos huéspedes que se van a repatriar… Ninguno de ellos ha
dado demasiado resultado, y porque no ha dado resultado —y hablo de
las elecciones europeas— se están extendiendo —gracias a Dios
no en España— movimientos extraordinariamente xenófobos que cobran
una importancia enorme. Por tanto, el problema de la inmigración
tradicional o clásica —luego hablaré de la inmigración
moderna— es que hay que ayudar a los países de origen; es una labor
muy lenta, no a corto plazo. Hay que controlar las fronteras a través de
FRONTEX, tema fundamentalmente europeo. Y hay un problema de integración
que nos corresponde a nosotros.


La emigración que estamos viviendo en la nueva
globalización es la llamada inmigración circular. Mucha gente decide,
sobre todo en las circunstancias de empleo que tiene España, ir a buscar
trabajo fuera, y lo que hay que hacer es ayudar a que se vayan en las
mejores condiciones posibles, facilitándoles la entrada en requisitos,
facilitándoles la homologación de títulos, facilitándoles el acceso al
puesto de trabajo y, desde luego, facilitando su regreso cuando ellos
quieran. Créame que es un tema muy complicado.


Lampedusa es algo que hemos visto todos. Las imágenes de
Lampedusa son aterradoras. No voy a añadir ni a quitar un grado de
dramatismo a lo que ocurre, pero la solución no es sencilla, no la tiene
nadie y la tenemos que tomar. Es la típica solución que ningún país del
mundo, por grande que sea, puede hacer. Por eso, España ha puesto en
marcha, en este caso con Chipre, ese Grupo Mediterráneo que resucita el
grupo de El Olivo para tener en cuenta los problemas que a nosotros nos
afectan. Y ese es el que más nos afecta.


En materia de derechos humanos, repito —lo he dicho
antes—, España es el primer donante en los campamentos saharauis y
está ayudando a que haya una solución política al tema del Sáhara, que es
lo que acabará con esos problemas.


En cuanto a la lengua española, le voy a dar muy buenas
noticias, señor Anasagasti. En el sector de la lengua, la Ley de acción
exterior, que ustedes van a considerar, tiene dos artículos, uno sobre la
lengua y otro sobre la cultura, que dicen que es labor del servicio
exterior de España el fomentar el castellano y el resto de las lenguas
oficiales. Conoce usted —y si no lo conoce, se lo cuento yo—
los llamados encuentros de Verines, que llevan celebrándose mucho tiempo,
que son un foro de concordia y de diálogo de todas las lenguas
cooficiales en España. Sabe usted que hay una cooperación estrecha, todo
lo estrecha que las otras partes quieran del Cervantes, con el Ramón
Llull, Etxepare, la Academia Galega de la Lengua, etcétera. Créame que,
tanto Víctor García de la Concha como yo, estamos apostando en esa
dirección. Insisto, habrá tanta colaboración como estos institutos a los
que acabo de referirme quieran.


Me preocupan las elecciones al Parlamento Europeo. Haremos
todo el esfuerzo que podamos para que esas elecciones tengan la respuesta
ciudadana que merece la importancia histórica de un Parlamento que,
después de Lisboa, va a tener enormes competencias y un Parlamento al que
va a corresponder examinar con detalle la refundación de Europa.


Señor Sabaté, yo no he practicado nunca el adanismo. No he
dicho que antes del Ministerio de Asuntos Exteriores no hubiese política
exterior. Me he limitado a reseñar, porque estaba hablando de normas
jurídicas, de disposiciones normativas, una evidencia: que no había una
Ley de acción exterior, que no había una Ley de tratados y que no había
una ley de inmunidades.


Ley de acción exterior no había. Ley de tratados no había;
había un decreto del año 1972, por tanto, un decreto de la época
franquista, en que el propio Consejo de Estado de la época, que no era un
Consejo de Estado especialmente rebelde contra las cosas que hacía el
Gobierno, dijo que el decreto no tenía el rango de norma que se
necesitaba. Y mucho ha cambiado —y para bien— la Constitución
española. Ya no son los mismos los órganos que negocian, celebran o
ratifican; no son las mismas las Cámaras que aprueban que las que había
entonces; no son los mismos los órganos que llevan el control de ese
tema. Como digo, había un decreto de 1972 que ha habido que cambiar. Era
inaceptable tener un









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decreto de 1972, no solo por eso, sino porque el mundo ha
cambiado, porque hay un montón de relaciones internacionales que se
plasman en acuerdos que ya no son tratados, porque las comunidades
autónomas y los demás departamentos ministeriales firman acuerdos de ese
tipo. Eso no existía.


Como he dicho también —y repito— no había una
estrategia explícita, había una estrategia probablemente implícita y,
además, una estrategia que se agotó en el año 2000. Yo fui diputado
constituyente y lo primero que hicimos fue pedir al Consejo Europeo la
entrada en la NATO, en la Unión Europea, etcétera. Y eso se agotó cuando
España ya se incluye en el orden mundial. Y ahora tenemos que hacer otra
cosa, porque el mundo ha cambiado con la globalización. Y la novedad es
que va a haber una estrategia a cuatro años que se actualiza de acuerdo
con los métodos de evaluación y seguimiento que la propia ley establece
en informes anuales, pero una estrategia a cuatro años para que la
sociedad española se apropie de esa política exterior a través de la
discusión en estas Cámaras. No podrá contradecirme usted y decir que aquí
no ha venido ningún ministro con una estrategia de política exterior
escrita a discutirla a cuatro años, porque simplemente no se discute lo
que no hay. Eso es lo que he dicho, que la primera labor de este
ministerio fue hacer un cuadro normativo explícito: Ley de acción
exterior, Ley de tratados, ley de inmunidades, estrategia de política
exterior, reglamento de la carrera diplomática —que es del año
1955—, plan de actuación de la marca España, plan director de
cooperación a cuatro años, que nos dé un marco conceptual que podamos
discutir, pero discutiendo en negro sobre blanco.


En cuanto a la diplomacia económica —luego
intervendré en ese tema—, es evidente que no es posible establecer
una correlación lineal entre la diplomacia económica y la marca España y
los resultados económicos del sector exterior, pero no es menos evidente
que una imagen de marca contribuye al buen resultado del sector exterior,
al menos eso creemos todos los países que tenemos una imagen de marca.
Por cierto, los franceses están ahora estudiando cuál es la nuestra.
Tendremos indicadores muy serios —los puedo repartir ahora— y
podremos saber de lo que hablamos.


En todo caso, sí quiero decirle que en materia de
exportación estamos en el 33%, cuando estábamos en el 29%, y eso no tiene
nada que ver con el decrecimiento relativo del producto interior bruto.
Ha sido muy superior el crecimiento del numerador que el decrecimiento
del denominador. Eso no lo discute absolutamente nadie. Y están
exportando más empresas que las que exportaban antes, aunque no todas las
que quisiéramos. Ahora el esfuerzo es la pequeña y mediana empresa, pero
hay que hacerlo. Eso es así. Estamos exportando productos de alta
tecnología. Yo les entregaré —si es que me lo han dado— el
informe de la marca España que dice en qué somos líderes. Y somos líderes
en energías renovables, en alta velocidad, en gestión del tráfico aéreo
—un tercio del mundo—; somos líderes —y eso le
sonará— en moda —tenemos el primer distribuidor del
mundo—; tenemos dos bancos, uno el mejor y otro el más innovador
—no diré cuáles, para no hacer propaganda a las entidades
bancarias—. En definitiva, en todo eso lo estamos haciendo bien. Y,
además, estamos exportando a mercados muy maduros, a mercados muy
difíciles de conquistar. Discutir ahora el sector exportador, realmente
no me parece razonable.


Tampoco me parece razonable discutir la
internacionalización de las empresas. Usted me pregunta cuáles son las
empresas y yo le puedo traer una relación exacta de todas las empresas
con las que hemos trabajado en las licitaciones internacionales y con
todas las que hemos trabajado en la solución de conflictos cuando los han
tenido. Solamente le voy a dar una cifra. El año pasado se consiguieron
licitaciones internacionales a favor de empresas españolas por valor de
50 000 millones de euros; 50 000 millones de euros. Y si desglosa usted
ahora los resultados y los beneficios de las empresas cotizadas en el
IBEX, verá que más de la mitad de los resultados y más de la mitad de los
beneficios vienen derivados de su acción en el exterior. Por eso, nuestro
Ministerio de Asuntos Exteriores, como el resto de los departamentos,
tiene que tomar en cuenta esa realidad y ponerse en vanguardia para
ayudarlas, conseguir mercados, resolver conflictos y hacer un efecto
tracción sobre la pequeña y mediana empresa.


Señor Sabaté, me habla también —y han hablado mucho
sus señorías— de Iberoamérica. En Iberoamérica España tiene un
papel central. Insisto, las exportaciones han crecido en los términos que
he comentado anteriormente —decir que no han crecido es negar los
datos—, en diez años se han duplicado, se han multiplicado por dos.
Es verdad que en exportaciones e importaciones las cifras son todavía
modestas si las comparamos con inversiones, pero en inversiones también
se han duplicado y estamos en la nada despreciable cifra de 131 852
millones de euros en stock. ¿Cuál es el problema? Y entro en algunas de
las cosas que usted ha dicho, Argentina, Colombia, etcétera. El problema
de la inversión española en Iberoamérica es que hemos invertido en
sectores estratégicos —el gran argumento de Argentina para
nacionalizar YPF es que no había ningún país de la región que no tuviese
una compañía nacional que administrase el petróleo— y también en
sectores que están muy próximos a la población:









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distribución de agua, energía eléctrica, telefonía,
etcétera, que son muy propicios a sufrir los primeros embates de los
países que tienen dificultades económicas y que encuentran siempre un
buen argumento en el sector exterior. ¿Qué ha hecho el Ministerio de
Asuntos Exteriores? Citaba usted dos casos emblemáticos. Ha citado usted,
claro, los que podía citar, no me va a citar aquellos en que no hemos
tenido problemas y en los que estamos creciendo como balas. Me ha citado
usted Argentina y Bolivia. Vamos a hablar de Argentina y Bolivia.


En Argentina lo que se produjo fue una inversión de YPF.
Las premisas sobre las que se fundó, incluso la elección de socios y los
estatutos que se hicieron para que se pagasen determinados préstamos que
habían sido concedidos al socio local, mientras otro Gobierno regía los
destinos de este país, fallaron e YPF fue expropiada. Y el Gobierno hizo
lo que un Gobierno puede hacer: ejercitar toda la presión posible sobre
el Gobierno argentino y buscar todas las alianzas posibles. En ese
contexto conseguimos el apoyo expreso del Parlamento, del Consejo y de la
Comisión Europea; conseguimos el apoyo del Comité de Inversiones de la
OCDE. En la Organización Mundial de Comercio creamos una situación, por
decirlo con palabras suaves, que no era cómoda para el Gobierno argentino
en cuanto pusimos de relieve los precios no competitivos, dumping, en el
tema de la soya. Entre eso y el diálogo constante con el Gobierno
argentino se creó un ambiente que aconsejó a las dos partes sentarse a
negociar y llegar a un acuerdo. ¿Es bueno o malo? Eso no me lo pregunte a
mí, pregúnteselo a la empresa. El Gobierno no juzga los acuerdos
empresariales, hace lo posible para que ese acuerdo se produzca, y eso es
lo que hemos hecho.


Me ha hablado usted de Bolivia. Digamos que ha tenido usted
tardes más afortunadas, porque yo he comido con el vicepresidente García
Linera hace exactamente tres días —sí, no es el más próximo a mi
forma de pensar— y hemos convenido que nuestras relaciones son muy
buenas y que van a empezar a negociar —insisto, no sé con qué
fortuna— sobre los tres dossiers que tenemos abiertos: red
eléctrica, Iberdrola y SABSA. Repsol está llevando a cabo inversiones muy
importantes y se han ganado licitaciones en Bolivia. Por tanto, el clima
con Bolivia es en estos momentos espléndido, por lo que yo rogaría que
cuando se hacen afirmaciones en esta Cámara sobre relaciones con otros
países no complicásemos lo que ha sido muy difícil de solucionar pero que
está en el buen camino.


El señor Sabaté y el señor Losada se han referido al
Mediterráneo. Les hablaré por tanto del problema de Siria, dentro de lo
que esta tarde me permite, pues tengo que inaugurar una exposición sobre
las paces de Utrecht, que tampoco es un tema menor en los años que
corren.


El problema de Siria es que en Ginebra 1 se acordó llegar a
un Gobierno de transición al que se le otorgasen poderes ejecutivos, pero
nadie sabía cuál era el papel que se reservaba a Bashar al-Assad en esta
historia, y las partes lo han interpretado de forma diferente. A medida
que ha avanzado el tema, la situación ha empeorado porque la oposición
externa no tiene conexión de verdad con la oposición interna. Es verdad
que en la coalición de fuerzas opositoras está sentado el general Idris,
que es el teórico jefe nominal del ejército sirio libre, pero no es menos
cierto que su nivel de compromiso de mando en el ejército sirio es
menor.


En segundo lugar, en la oposición externa están jugando no
solo los miembros de la coalición, los antiguos miembros del consejo, las
fuerzas que no se han integrado en la coalición —la minoría kurda,
etcétera—, sino que están jugando los distintos países que están
librando allí una guerra propia. El señor Losada ha dicho con acierto que
esto supone un episodio más en el conflicto suní-chií, y es verdad. Ahí
están compitiendo fundamentalmente dos grandes campeones: el chiísmo, que
es Irán, y el sunismo, que es Arabia Saudita, complicado con la
intervención de Qatar, Turquía y otros cuantos países. Y encima de eso,
hay un conflicto latente entre dos grandes potencias: Rusia, que tiene
intereses en Latakia y un puerto que se llama Tartus, y los Estados
Unidos de América y la Unión Europea en el otro lado.


Con todo este panorama se ha convocado Ginebra 2, y a
medida que nos acercamos a Ginebra 2, las contradicciones internas al
proceso afloran. Bashar al-Assad, que fue el primero que dijo que estaba
dispuesto a ir, naturalmente, a medida que se aproximan las fechas su
interés decrece porque nadie tiene demasiado interés en ir a una
conferencia cuyo primer objetivo declarado es ponerle contra las
cuerdas.


Por otro lado, las fuerzas yihadistas que se han infiltrado
allí —y le aseguro a usted que Al-nusra en estos momentos es una
compañía de boy scouts comparado con ISIS— lo que quieren es que no
haya acuerdo en Ginebra. El cuanto peor mejor es la única posibilidad que
tienen de establecer un emirato islámico. Por lo tanto, tampoco tienen
interés. Hay mucha gente que tiene interés en que Siria fracase.


¿Que España no ha sido protagonista? Esa es una opinión muy
personal que yo respeto. Hemos tenido aquí dos reuniones de la oposición
y tendremos otra en Córdoba. Ha venido el señor Ban Ki-moon









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a darnos el apoyo de Europa y he hablado con el señor
Lavrov y con el señor Kerry. El señor Brahimi tuvo que anular su visita
por la muerte del presidente Mandela pero ayer mantuve una conferencia
con él durante mucho tiempo. Le hemos mandado el dossier y créame que
muchos están interesados en que España juegue un papel. ¿Que no somos los
grandes campeones del mundo? No le quepa la menor duda. Desde luego,
comprendo que Rusia, Irán, China o Estados Unidos jueguen un papel
superior en el conflicto de Siria que el que jugamos nosotros. Según la
nueva terminología diplomática, no estamos boxeando de acuerdo con
nuestro peso sino con un peso inmediatamente superior al que nos
correspondería por potencial en materia de población, en materia de
superficie, en materia de recursos económicos o en materia de gasto
militar. Desde luego, yo celebro que nuestros aliados crean que lo
estamos haciendo mejor de lo que creen ustedes, porque eso me facilita
enormemente la vida.


En cuanto a Irán, quiero decir que no se puede minusvalorar
en absoluto lo que ha supuesto Ginebra. En primer lugar, una
interlocución directa por primera vez desde la revolución de los ayatolás
entre Estados Unidos e Irán. Ha supuesto además que, por primera vez,
Irán, que era el eje del mal en épocas anteriores, sea un país aceptado
y, por tanto, que incluso pueda jugar un papel en la solución del
conflicto de Siria. Hay mucha gente interesada, en este caso como en
Siria, en que el acuerdo con Irán fracase. Ya conocen ustedes las
críticas realizadas por Israel o Arabia Saudita, además de otras críticas
menos evidentes —no seré yo quien las desvele aquí— que
quieren que Ginebra fracase.


¿En qué ha consistido Ginebra? En la congelación del
programa nuclear, del enriquecimiento de uranio hasta cantidades que
permitiesen acceder a la bomba atómica por una congelación de sanciones.
¿Cuál es el problema que tiene España ahora? No llegar tarde. Se van a
empezar a levantar las sanciones. Ya se han levantado para los seguros
—compañía británica, por cierto— o para los transportes
—compañía británica, por cierto—. Por lo tanto, hemos de ser
capaces de jugar estas cartas con habilidad. España sufrió un enorme
sacrificio porque estábamos importando el 14% de nuestro petróleo de Irán
cuando estas se suspendieron, al mismo tiempo que empresas vascas, que
exportaban a través del banco Tejarat, dejaron de exportar. Por tanto, de
lo que se trata ahora es de que el levantamiento de sanciones se lleve a
cabo de forma clara, transparente, equitativa y solidaria. Eso es lo que
vamos a intentar hacer.


Al señor Maldonado le agradezco su intervención. Crea que
mi voluntad de consenso es permanente. Yo prolongo el espíritu navideño
los 365 del año. Cualquier día es bueno para que nos entendamos, y si es
más soleado mejor; estamos muy cerca. Me ha hablado usted del artículo 5,
las visitas, y del artículo 11, las corporaciones locales. Con su
representante en el Congreso nos encontramos en muy buena disposición,
como he tenido siempre con Convergència. Por ello estoy seguro de que con
usted no será el principio de una buena amistad sino la consolidación de
una vieja amistad.


Respecto al asunto de Rusia, quiero decirle que irá al
Consejo de Ministros mañana. (El señor Maldonado i Gili: Mañana.) Bueno,
si no fuera mañana, no me digan ustedes que he mentido ante las Cámaras
porque mi voluntad es que vaya mañana y estoy casi convencido de ello.
Esta mañana he hablado con el embajador ruso de ello porque hay una parte
que tenemos que cumplir aquí, sobre todo a través del Ministerio de
Educación, además de otra parte que tendrán que cumplir ellos. Pero eso
se va a hacer y créanme que el tema de las adopciones aquí y en Marruecos
lo estamos siguiendo con la atención que merece un problema humano tan
delicado como el que usted y yo hemos conocido.


En cuanto a cooperación internacional, repito lo que ya he
dicho.


El señor Losada me dice que he anunciado consenso y que no
lo hay. Eso es lo que un jurista llamaría un concepto jurídico
indeterminado. Si me dice usted en qué materias no ha habido consenso,
las podremos listar y decir que no ha habido consenso. Pero decir que en
algunas es como decir en vasco: no ha habido consenso o así. Entonces, no
sé en cuáles no ha habido consenso, pero si no lo ha habido, lo
habrá.


En el tema de la Unión Europea, le voy a regalar —no
por Navidad— este informe en el que yo —perdóneme que
personalice— planteo qué es lo que hay que hacer y eso les pareció
que era una base de discusión importante a los diecisiete ministros de
Asuntos Exteriores. Por tanto, decir que España no está presente,
¡hombre!, por lo menos en ideas sí lo está. Y, desde luego, ideas que de
alguna manera han avanzado. Es verdad —lo repito aquí y lo seguiré
repitiendo—, el problema de un Gobierno es que cuando se fija
objetivos se puede decir que no ha alcanzado los objetivos; cuando en
Europa no tiene ningún objetivo, no se puede decir si los ha alcanzado o
no, simplemente porque no los hay.


En el tema de la integración, yo era el ponente en el
Parlamento Europeo sobre el paquete de supervisión bancaria, año 2010, y
en la propuesta que luego aprobó el Parlamento yo pedía regulación









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bancaria, supervisión bancaria, fondo de garantía de
depósitos, fondos de resolución bancaria comunes y un mecanismo europeo
de resolución. Con la Presidencia española no se avanzó un centímetro.
Cuando la Presidencia española fue sustituida, el acuerdo se alcanzó en
48 horas, con la Presidencia belga. Y ahí están todos sus elementos.


¿Y ahora el Banco Central Europeo no ha hecho todo lo que a
mí me gustaría? ¿No es un prestamista en última instancia? ¿No ha sido
tan activo como el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal Alemana? Lo
dije y lo mantengo: no lo ha hecho. Pero admitirá usted que sí ha hecho
una bajada de tipos de interés, admitirá usted que ha dado liquidez
ilimitada a los bancos aumentando los plazos y siendo más generoso en las
garantías, y admitirá usted que el señor Draghi anunció una compra de
bonos que ha permitido que nuestra prima de riesgo baje. Porque cuando
ustedes nos dejaron el Gobierno, se hablaba de cuándo España iba a ser
rescatada, no de si iba a ser rescatada. En San Petersburgo ahora, en el
G-8, no se ha hablado de cuándo España va a ser rescatada, sino que se
nos ha felicitado por haber empezado a crecer tímidamente y se ha dicho
que España es un ejemplo a seguir.


En cuanto a la unión bancaria, ya le he dicho cuáles fueron
los temas que estaban entonces y que no salieron, entre otras cosas,
porque la Presidencia española fue muy poco activa al respecto. Ya
tenemos la autoridad bancaria europea, regulación bancaria, libro europeo
común, tenemos un mecanismo de supervisión —es verdad que no afecta
a todos los bancos, afecta a 130, pero es un paso en el Banco
Central—, hemos establecido ya un mecanismo de crisis, que es el
bail-in, la jerarquización de créditos, se ha establecido un fondo que se
irá nutriendo poco a poco —y poco a poco se puede nutrir, porque
los bancos no soportarían ahora una aportación a ese fondo sin cesar el
crédito— y se ha empezado a hablar de backstop europeo.


Y en materia presupuestaria, se ha aprobado el six pack, se
ha aprobado el two pack, se ha aprobado el fiscal compact, y es verdad
que los mecanismos de rescate han sido y son insuficientes y están mal
concebidos. Lo digo yo y lo dice el vicepresidente Olli Rehn, pero no es
menos cierto que ha habido unos mecanismos de rescate que han funcionado
en Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre, cuando antes no los había. ¿Es
insuficiente? Sí, es insuficiente.


En materia económica, estamos avanzando. Se ha empezado a
hablar de unos pactos contractuales, de la asunción de una serie de
obligaciones, que se traduce en reformas estructurales, a cambio de no se
sabe qué, y como no se sabe qué, tendremos que avanzar. Pero de todo eso
no se hablaba cuando el señor Rodríguez Zapatero estaba allí.


Por tanto, decir que no hemos avanzado y, desde luego, que
no hay ideas, señorías, yo les rogaría, si tienen ideas mejores en el
Partido Socialista, que me las hagan llegar; yo les hago llegar las mías,
las contrastamos y las vemos. Pero, créame que, como se diría antes, los
mandos y jerarquías del Partido Socialista están bastante de acuerdo
conmigo y, desde luego, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores alemán,
el señor Steinmeier, que pertenece a ese grupo parlamentario, también lo
está. (El señor Benitez de Lugo Massieu: Esperemos.) No, ese es un hecho,
no hay que esperar nada; se espera lo que no ha llegado. (El señor
Benitez de Lugo Massieu: Esperemos que mejoremos.) ¡Ah!, bueno.


En cuanto a Gibraltar, en el caso del Partido Socialista yo
sería más prudente. El tema de Gibraltar empieza en el año 1946, cuando
el Reino Unido incluye a Gibraltar entre los territorios no autónomos.
Como es natural, España no formaba parte de Naciones Unidas y el Reino
Unido era una nación victoriosa, y siempre soñó con buscar una fórmula
que fuese coherente con los nuevos tiempos, con la descolonización, pero
quedándose el mando a distancia. Por eso, toda la discusión sobre
Gibraltar en los años sesenta se plasma en la lucha entre dos principios:
integridad territorial, por un lado, y autodeterminación, por otro. Y
todas las resoluciones de Naciones Unidas dicen, primero, que hay que
descolonizar; segundo, que hay que hacerlo bajo el principio de
integridad territorial; y, tercero, que hay que tener en cuenta los
intereses de la población de Gibraltar. Convocan un referéndum, que las
Naciones Unidas condenan, como consecuencia lógica de la aplicación del
principio de integridad y no del otro. Y llega el año 2004; en 2004 se
cambia la declaración de Naciones Unidas, que dice intereses y
aspiraciones, que era exactamente lo que habían estado pretendiendo los
ingleses durante todo ese tiempo, wishes —deseos— y
aspiraciones. Y, en segundo lugar, se pone en marcha un foro tripartito,
en el que se sientan en igualdad de condiciones el Reino Unido, España y
Gibraltar. Es más, el ministro de Asuntos Exteriores se aviene a celebrar
una reunión en Gibraltar. Y hay una declaración de Córdoba que supuso un
retroceso de cincuenta años. Y cuando hemos llegado aquí ha habido que
intentar meter la pasta en el tubo, cosa que es muy complicada en
relaciones internacionales.









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Habla usted de los bloques de hormigón. Señoría, hay una
Ley de protección de la naturaleza del año 1991 que se dicta por las
autoridades gibraltareñas solo para prohibir la pesca con determinadas
artes por las embarcaciones españolas. No se aplica hasta el año 1999,
cuando se apresa un pesquero, el Picanya; crece la tensión y se llega al
acuerdo de que no se va a aplicar. El señor Picardo, a la sazón en la
oposición, afea al señor Caruana su dejación de funciones y su debilidad
frente a España y dice que en cuanto llegue la va a aplicar, y es
exactamente lo que hace.


Nosotros decimos entonces que esto hay que arreglarlo y se
llega a un acuerdo. Tengo la carta de marzo de Hagen, quien acepta que no
haya foro tripartito, sino grupos ad hoc, flexibles, en función de la
materia, y que estemos en igualdad de condiciones. Eso parece que va
avanzando y llega un momento en que, cuando estamos esperando
conversaciones, nos descolgamos con que arrojan unos bloques de hormigón
—setenta— para proteger la flota pesquera gibraltareña
—no hay un solo pesquero en Gibraltar—, con unos pinchos
enormes que hacen inviable la pesca de nuestros pescadores. Y los echan
en las aguas próximas al istmo, que, como usted sabe, no está amparado
por el Título X del Tratado de Utrecht. Es una operación política
dirigida a echar un pulso. Y a mí, cuando me echan un pulso, lo acepto y
procuro ganarlo. ¿Qué hemos hecho nosotros? Hemos modificado la
Declaración de Naciones Unidas, y el Reino Unido lo ha aceptado, porque,
si no, íbamos a presentar una declaración unilateral. Y ahí se dice:
aspiraciones coherentes con el derecho internacional, y se habla de los
grupos ad hoc. Y cuando la Comisión nos dijo «órdago» —que diría el
senador Anasagasti—, dijimos «veo». Entonces ha venido la Comisión,
que quería hablar solo de las colas. Pero el ministerio dijo que no, que
también se hablaba del tabaco. Y entonces se ha dicho que las colas están
bien y el tabaco está mal. Y ahora tenemos denuncias en el tema
medioambiental, vertidos y rellenos. Y vamos a hacer lo del juego, campo
en el que están moviendo 113 000 millones de euros porque tienen una tasa
de 1%. Y hemos denunciado ya el régimen fiscal. Y ya hemos ganado en el
tema de rentas pasivas, que son intereses y dividendos. Y hemos
denunciado, por ayudas de Estado y por buena conducta, el tema offshore,
y probablemente vamos a ganar. Y hemos denunciado el suministro de
gasolinas desde gasolineras flotantes que no cumplen ninguno de los
requisitos de la Unión Europea. Y todo eso está en la Unión Europea. Y
vamos a ir ahí. (El señor Maldonado i Gilli: «¡El Barça!») He oído al
portavoz y ahora hablaré del Barça, no se preocupe, que no se me olvida.
Por tanto, decir lo que ustedes hicieron en Gibraltar y lo que nosotros
hicimos en Gibraltar…Por cierto, que estaba mucho más cerca de mi
línea Trinidad Jiménez de lo que parece estar usted o estaba su
antecesor, el señor Moratinos, porque la señora Trinidad Jiménez, por lo
menos, suspendió el foro tripartito.


Me habla usted de que Iberoamérica se está volcando hacia
el Pacífico, de eso no tengo yo la culpa; está virando Iberoamérica y los
Estados Unidos, y a nadie le puede extrañar. Si mira usted los informes
de la CIA, o del Comité Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, verá
que en el año 2040 Asia tendrá un producto interior bruto mayor que el de
Estados Unidos y la unión Europea juntos; hace diez años las
exportaciones de productos sofisticados de China suponían un 7% y ahora
suponen un 34%; es el segundo en la aplicación de diseño industrial y el
primero en registro de patentes. Esto es así.


¿Y qué es lo que hemos hecho nosotros? Pues dos maniobras:
una, entrar en la Alianza del Pacífico y, dos, urgir a que se cierre el
Acuerdo Trasatlántico con los Estados Unidos para que Estados Unidos no
se olvide de Europa cuando mire a China. ¿Y qué nos va a permitir el
Acuerdo Trasatlántico? Cerrar el triángulo y obligar a los países de
Mercosur a cerrar el acuerdo con nosotros; no sé si será posible región a
región porque está el problema argentino, habrá que seguir el modelo de
la Comunidad Andina, es decir, país por país, pero tenga usted la certeza
de que por primera vez la diplomacia brasileña está extraordinariamente
interesada en cerrar este acuerdo, porque da la casualidad de que la
Unión Europea y los Estados Unidos tienen acuerdos comerciales
exactamente con los mismos países de Iberoamérica, con Chile, Méjico,
Perú, Colombia y Centroamérica. Por tanto, movimiento en la Alianza del
Pacífico y movimiento en las relaciones transatlánticas; en el Consejo de
Seguridad vamos muy bien y con su ayuda iremos mejor.


Señor Chiquillo, muchas gracias por todo lo que ha dicho.
Aquí hay una cuestión central, el único problema realmente serio que
tenemos en equilibrio macroeconómico es el déficit público. Nosotros nos
hemos obligado a un déficit del 6,5%, después de que se ampliara el
porcentaje de déficit gracias a una labor diplomática que seguro que
habrá aplaudido, pero no podemos desviarnos, primero, porque caemos en
las sanciones del procedimiento de déficit excesivo, que usted conoce,
estamos once de los diecisiete países, y, segundo, porque los mercados te
penalizan, y tenemos una prima de riesgo que está en 230,









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estábamos en más de 600, y prima quiere decir que hay que
destinar muchos recursos a pagar intereses que no podemos dedicar a
cooperación, educación, sanidad u otras cosas.


En cuanto a los clubs de fútbol —y voy con el Barça y
con los otros—, nosotros hemos estado en este dossier desde el
primer momento, en conversaciones permanentes con el comisario Almunia, y
cuando estábamos esperando que se nos pidiesen alegaciones adicionales
antes de abrir un procedimiento de información, me enteré de que el
procedimiento de información se iba a abrir e intenté dar la voz de
alarma para que se reconsiderase; no sé si el hecho de que la
construcción de San Mamés esté dentro o no responde a ese grito de
alarma, ni sé siquiera si está terminado, pero, señor Anasagasti, le
puede enseñar el expediente y decirle cuál es la empresa constructora y
cuáles eran las alegaciones que funcionaban en la comisión. Créame que
meigas había, como diría el compañero Losada, en este tema.


Vamos a defender este asunto. Como usted sabe, la Ley del
Deporte es de 1990 y establecía un régimen fiscal diferente para
entidades diferentes, una cosa es una sociedad anónima con ánimo de
lucro, y otra es una entidad sin ánimo de lucro que pertenece a los
socios, y como consecuencia de esa diferente naturaleza jurídica había
dos tipos tributarios diferentes; que se diga que esa es una ayuda de
Estado que rompe la competencia y altera el mercado interior me parece
bastante peculiar, pero sobre todo me parece peculiarísimo que esto salga
ahora y no haya salido antes, y no sé si tendrá que ver con el calendario
de finalización de una comisión. Pero no le quepa la menor duda de que el
Gobierno español va a estar, como ha estado, defendiendo a todos los
clubs españoles.


Que el que la haga la paga, me parece muy bien, pero el
Madrid no ha hecho nada, vamos a dejarnos de bromas. (Risas.—El
señor Maldonado i Gili: Yo no he hablado del Madrid; he dicho que el
Barça no ha hecho nada) Lo digo por si acaso. (Risas.)


El señor Chiquillo ha hecho un cántico, que le agradezco, a
los profesionales de la diplomacia española y a todos los funcionarios
que prestan sus servicios en el Ministerio de Asuntos Exteriores en
circunstancias muy difíciles, en situaciones retributivas muy duras y con
una carencia de medios como no habíamos tenido en mucho tiempo, y el
trabajo que se está haciendo es absolutamente espectacular en materia de
visados. En Rusia dimos un millón de visados el año pasado y este año
vamos a dar un millón y medio, y en el consulado de Moscú se están dando
once mil visados al día, que creo que debe estar cerca del récord mundial
—lo comprobaré porque me gustará que así me lo
reconozcan—.


En cuanto al presupuesto, lo ha explicado con más
brillantez de lo que podría hacerlo yo, por tanto, no tengo nada más que
añadir, solo decir que lo suscribo de la cruz a la raya.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


¿Algún portavoz desea intervenir? Les rogaría brevedad.


Tiene la palabra el señor Anasagasti.


El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Gracias, señor
presidente.


Medio segundo; podría llegar hasta los cinco minutos pero
voy a utilizar medio segundo. En relación con el Foro Parlamentario
Iberoamericano, usted ha hablado de la Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno, del foro empresarial, del foro audiovisual, del foro de la
lengua, pero no ha hablado del Foro Parlamentario Iberoamericano, que
nació del propio ministerio en un buen trabajo de esta casa. En este
momento el Foro Parlamentario Iberoamericano se ha convertido en algo
protocolario que no sirve absolutamente para nada y, a pesar de que usted
ha dicho que Paraguay fue una cumbre bastante deficiente, creo que fue
muy buena desde el punto de vista del Foro Parlamentario Iberoamericano.
Lamento que un trabajo de ocho años se malogre por falta de interés, por
falta de seguimiento y por falta de una apuesta del Gobierno.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.


Tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(García-Margallo Marfil): Gracias, señor presidente.


Señoría, dudo que el ministerio pueda suplir a los
parlamentarios en su interés por el foro parlamentario.


El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el senador
Maldonado.









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El señor MALDONADO I GILI: Gracias, señor presidente.


Voy a intervenir brevemente. En primer lugar, quiero
agradecerle el tono y la forma, y más en Exteriores, que es un tema
importante, porque este portavoz se ha quejado muchas veces de que entre
los dos grupos mayoritarios se practica el deporte de: y tú más: cuando
gobernabais vosotros, no sé qué, cuando gobernamos nosotros, no sé
cuántos, etcétera. Pero hoy esto no ha existido, no sé si será por el
espíritu navideño, pero le agradezco mucho su intervención porque la
política va por estos derroteros, los problemas se plantean, se
solucionan o no, etcétera.


Por tanto, quiero agradecerle de todo corazón su compromiso
para intentar que mañana vaya al consejo de ministros el convenio
bilateral porque esto sí que es importante. Hoy hay centenares de
familias en España que más allá de la picabaralla, que decimos en
catalán, más allá de la pelea política, lo que quieren saber es si el
Gobierno les va a ayudar y les va a solucionar su problema, que no ha
provocado nadie, pero necesitan amparo; en todo caso, gracias porque esto
no se acaba aquí, sino que hay un camino a seguir, que seguro que su
equipo lo seguirá haciendo, y sería importante, una vez que se apruebe
este convenio bilateral, asegurar que no haya más concesiones de niños a
otras familias rusas. Estos serían los deberes que le pondría yo en el
buen sentido de la palabra.


Pasando a otro tema, creo que usted es ministro por muchas
cosas pero sobre todo porque es una persona inteligente, y yo esperaba a
mi segunda intervención para añadir Marruecos; Rusia, Marruecos y algún
otro país; gracias, porque usted mismo me lo ha recordado. Yo estuve
trabajando mucho en la adopción de las familias catalanas, también había
una andaluza y una canaria, en El Congo, donde se vivió una situación
dramática, la insensibilidad de un embajador, que lógicamente ya está
olvidado, pero pude ver cómo sufrían las familias y, por tanto, le
agradezco que quiera apoyar a las familias adoptantes; al fin y al cabo
lo que hacemos es dar futuro a niños que hoy no lo tienen y felicidad a
personas que quieren ser padres.


Dicho esto, para el tema del fútbol voy a emplear treinta
segundos, señor presidente. Yo no he acusado, aunque usted ha recogido el
guante, a ningún club, pero le he dicho que el Barça ni ha recibido
ayudas excepcionales ni ningún convenio urbanístico, alias pelotazo, y no
es justo que salga en las portadas, porque aquel que no entiende de
deporte te dice: los políticos por aquí, el fútbol por allá, ¿qué hay de
limpio? Pues hay mucho de limpio, y en el deporte también.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Maldonado.


Tiene la palabra el senador Losada.


El señor LOSADA DE AZPIAZU: Muy brevemente.


Señor ministro, muchas gracias. Yo aprendo mucho
escuchándole a usted y a sus secretarios de Estado cuando vienen aquí.
Para mí es siempre una fuente de satisfacción.


Quiero trasladarle unas cuantas cosas. En primer lugar, yo
no tengo Alzheimer ni tan siquiera selectivo. Me duele mucho que se
utilicen esas palabras porque lo he sufrido en mi propia carne y no me
gusta hacer uso de palabras que suelen dañar. Lo que yo he hecho ha sido
analizar la gestión de su Gobierno porque es evidente que soy solidario
con todo lo que ha hecho el Partido Socialista en los diferentes
Gobiernos de España a lo largo de su historia. Quizá en lo único en lo
que yo pueda estar en desacuerdo es con la huelga revolucionaria de 1934,
pero en cuanto a lo demás, lo admito todo. Es en contestación a una
aportación de mi colega del Grupo Parlamentario Popular.


Sabe usted, ministro, que todas las ausencias tienen
justificación, las del presidente del Gobierno, las de los ministros y
las de Su Majestad el Rey. Por eso no debería decirse que una cosa tiene
más o menos fuerza por las ausencias.


Respecto a los problemas de Iberoamérica, de Argentina y de
Bolivia, no lo decía con ánimo de confrontación. Lo decía por algo que
tengo muy grabado. Cuando yo era alcalde una persona me hizo un regalo.
¿Sabe usted qué era? Una peonza. Cuando le pregunté qué significaba me
dijo: es por las vueltas que da la vida. Por eso quiero decirle que a
veces hay que tener mucha finura en el mundo en que nos movemos.


Banco Central Europeo. Dos cuestiones. Creo que al final
tuvo que dar un capón a los bancos privados impidiéndoles que siguiesen
comprando deuda soberana porque era un negocio, y usted lo sabe.


Gibraltar. Tiene usted todo nuestro apoyo, no lo dude, para
que vuelva a ser lo que tiene que ser porque llevamos muchos años sin
tenerlo. Lo único que yo puse en duda es la forma de hacerlo, que quizá
no debería haber sido así.









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36




Para terminar diré que hoy sale en la prensa que Merkel
dice que hay que empezar a cambiar los tratados. Me gustaría que en
treinta segundos me dijera cómo ve usted eso, señor ministro.


Muchas gracias por su presencia y por sus palabras.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Losada.


Por el Grupo Parlamentario Popular, intervendrá la senadora
Sanín por tiempo de cinco minutos.


La señora SANÍN NARANJO: Señor ministro, bienvenido a esta
comisión. Como no podría ser de otra forma quiero darle la enhorabuena
por su extensa actividad en política exterior y sobre todo por su defensa
de los derechos españoles ante la comunidad internacional.


Señor ministro, el espacio sin fronteras establecido en el
Tratado de Maastricht en 1992 vino a garantizar la libre circulación de
las mercancías, de las personas, de los servicios y de capitales, pero
eso también implicó un mayor control en las fronteras exteriores de la
Unión Europea con medidas de vigilancia y actos normativos más eficaces
en la lucha contra la inmigración ilegal. Decía usted en su intervención
que la inmigración ilegal había descendido y que habían llegado muchas
menos personas a las costas españolas, pero también enfatizaba que se
estaba incrementando esa población migratoria en las ciudades de Ceuta y
Melilla, que están sufriendo una gran presión migratoria, y
evidentemente, como también afirmaba, no tienen capacidad ni aquellas
pequeñas ciudades ni los países de afrontar un flujo migratorio excesivo
en esas condiciones.


Por esa razón, señor ministro, nosotros entendemos que es
importante redoblar el control en las fronteras de la Unión Europea y en
especial en aquellos territorios de escasa superficie como son Ceuta y
Melilla, únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África,
precisamente porque están desbordadas ante la gran presión migratoria que
vienen sufriendo en los últimos meses. Es importante que el Gobierno de
España, y por supuesto la Unión Europea, señor ministro, sigan aportando
a FRONTEX esos recursos humanos y activos técnicos necesarios para
efectuar operaciones conjuntas en el Mediterráneo, precisamente poniendo
en práctica la responsabilidad común de la gestión de las fronteras
exteriores de la Unión Europea.


Es cierto, señorías, que en el marco de los programas de La
Haya se han venido acometiendo iniciativas con resultados bastante
positivos. Mucho se ha hecho, señor ministro, pero entendemos, sobre todo
los que vivimos en aquella zona, que todavía falta mucho por hacer en
temas de inmigración, teniendo en cuenta, por supuesto, las prioridades,
las necesidades y la capacidad de absorción de aquella migración
clandestina en cada país de la Unión Europea. Por tanto, es muy
importante seguir desarrollando e impulsando estrategias a largo plazo de
cooperación operativa con los países de origen y de tránsito.


Quería hacerle una pregunta. En el Pacto europeo de
inmigración, que precisamente fue aprobado en Cannes, se han sentado
bases y objetivos muy concretos, entre ellos esa asociación con los
países de origen y tránsito de la inmigración, ¿qué se ha hecho en este
aspecto y con qué países se ha logrado firmar ese acuerdo de asociación
para la devolución de los emigrantes que se introducen de forma
clandestina en los distintos países de la Unión Europea y qué resultados
se han obtenido especialmente con Marruecos, país de origen y de tránsito
de la inmigración ilegal?


Gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Tiene la palabra el señor ministro para contestar a las
últimas intervenciones.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(García-Margallo Marfil): Muchas gracias, señor Anasagasti. En cuanto a
lo del foro parlamentario haremos lo que podamos si usted me dice qué es
lo que podemos hacer. Creo que es algo que tienen que resolver las
propias Cámaras. (El señor Anasagasti Olbeaga: ¡No solo, no solo!)
Insisto en que estoy dispuesto a poner mi parte, pero algo tendrán que
poner ustedes.


Señor Maldonado, esto lo zanjamos enseguida. Si gana usted
la liga me invita usted a comer y, si no, le invito yo. (Risas.—El
señor Maldonado i Gili: Está invitado, porque va a ganar el Barça.)
Bueno, ya veremos. Le aseguro que yo en cuestiones de fútbol no
apostaría. En el Consejo de Asuntos Exteriores en que España iba a jugar
la final de la Copa de Europa se había decidido que no asistiese ningún
jefe de Gobierno a la final de Kiev. Entre pasillos todo el mundo había
dicho que iba a asistir, y yo me vi obligado a levantar el dedo
—aún no habíamos jugado con Portugal— para decir: yo quiero
comunicar que mi jefe de Gobierno acompañará en la final a la selección
española. El portugués levantó la mano y dijo que su









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jefe de Gobierno también iba a asistir. Íbamos a jugar
aquella noche y yo le dije que estaríamos encantados de que acompañase a
nuestro jefe de Gobierno a la final de la copa, copa que, por cierto,
ganamos. (El señor Maldonado y Gili: Con el Barça, el éxito está
asegurado.) Bueno, ja veurem.


Senador Losada, no sé qué he podido decir que le haya
chocado al senador Losada. Créame que conozco muy muy bien el alzheimer y
no se me ocurriría decir nada sobre él. Lo que he dicho es que habría
ausencias por un motivo muy justificado para que el presidente Zapatero
no estuviese en Paraguay, pero tenga en cuenta que España paga el 60% de
esta juerga. Es decir, que también ha habido muchos motivos para que no
hubiese ausencias. Si vamos a jugar a ausencias y motivos, seamos todos
generosos.


En cuanto a lo de la peonza, pediré a mi gabinete que me de
una peonza.


Respecto al Banco Central, sepa que este sigue comprando
deuda; afortunadamente sigue comprando deuda, si no los intereses a largo
plazo subirían.


En el tema de Gibraltar le agradezco su apoyo, que sin duda
he tenido. He hablado con la diputada Valenciano y con el diputado
Moscoso sobre este tema y no tengo ninguna queja, ha funcionado como
debía funcionar.


Y ha añadido usted una última pregunta sobre Merkel. La
declaración de la canciller Merkel sobre que hay que modificar los
tratados es de hoy y no sé en qué sentido quiere modificar los tratados o
no. Sí sé que ella argumentaba que para que hubiese una mutualización de
la deuda, es decir que los famosos eurobonos fuesen solidarios, era
necesario una modificación del tratado; no así para unos eurobonos
mancomunados, es decir, una obligación europea pero respondiendo cada
país de su cuota parte de la deuda. Pero para los eurobonos solidarios
sería eso, y nada me haría más feliz porque yo he apostado por los
eurobonos siempre. Ya sé que no lo he conseguido, lo cual puede
considerarse como un fracaso de la diplomacia española en una Unión a
veintiocho, pero yo sigo apostando por eso.


Yo le diré siempre por lo que apuesto; llegaré o no, pero
acuérdese usted de que en el Mediterráneo se decía que las madres
educaban a los honderos baleares enseñándoles a apuntar a la luna; yo
prefiero apuntar a la luna que apuntar mucho más cerca.


El problema de Ceuta y Melilla, como usted puede imaginar,
lo conozco muy bien. He estado en Melilla, en Alhucemas, en Chafarinas,
en Vélez… Es muy complicado. Pero repito lo que he dicho antes, que
esto no tiene más solución que una solución europea. Nosotros con
nuestros medios somos incapaces de hacer eso. Ayuda europea que debe
plasmarse, como la senadora acertadamente ha dicho, en acuerdos de
colaboración con los países de origen. El acuerdo de pesca con Marruecos
debe ayudar a crear riqueza, que nunca será en cantidades suficientes
para disuadir de la tentación. Todo nuestro esfuerzo y nuestra presencia
en Mauritania viene determinado por eso, por la necesidad de ayudar a
controlar en origen, e igual hacemos con Senegal. Pero siempre que haya
diferencias de riqueza entre una zona y otra existirá la tentación de
emigrar. Eso es así pero tenemos que intentar que sea menor y evitar que
no sean objeto del tráfico de las mafias y muchas cosas más. Es un
problema muy difícil pero créame si le digo que Ceuta y Melilla, como
usted sabe —especialmente Melilla, si no le importa—, me
resultan muy próximas.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro. (El
señor Chiquillo Barber pide la palabra.)


El señor CHIQUILLO BARBER: Señor presidente, le pido
treinta segundos para rectificar una frase desafortunada.


Quiero pedir que conste en el Diario de Sesiones que retiro
mi expresión «algunos tienen alzheimer selectivo». Retiro esa frase
desafortunada y la sustituyo por «algunos tienen pérdida de memoria
selectiva».


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.


CONTESTACIÓN DEL GOBIERNO A


– PREGUNTA SOBRE EL CONTENIDO DE LA REUNIÓN CELEBRADA
EL DÍA 10 DE MAYO DE 2013 ENTRE EL LEHENDAKARI DEL GOBIERNO VASCO Y EL
MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN.


(Núm. exp. 681/000919)


AUTOR: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)









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– PREGUNTA SOBRE SI SE ABORDÓ LA NECESIDAD DE
ELABORAR UNA ESTRATEGIA ATLÁNTICA GLOBAL POR PARTE DE LA UNIÓN EUROPEA EN
LA REUNIÓN CELEBRADA EL DÍA 10 DE MAYO DE 2013 ENTRE EL LEHENDAKARI DEL
GOBIERNO VASCO Y EL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN.


(Núm. exp. 681/000920)


AUTOR: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)


– PREGUNTA SOBRE SI SE ABORDÓ LA NECESIDAD DE
ESTABLECER ALGUNA COORDINACIÓN ENTRE LA ACCIÓN EXTERIOR VASCA Y EL
SERVICIO EXTERIOR DEL ESTADO EN LA REUNIÓN CELEBRADA EL DÍA 10 DE MAYO DE
2013 ENTRE EL LEHENDAKARI DEL GOBIERNO VASCO Y EL MINISTRO DE ASUNTOS
EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN.


(Núm. exp. 681/000921)


AUTOR: RODRÍGUEZ ESQUERDO, ANTONIO JULIÁN (GPS) SAÑUDO AJA,
DIMAS ANTONIO (GPS)


El señor PRESIDENTE: Perdón, señor ministro, señorías. Hay
tres preguntas en el orden del día de los senadores Antonio Julián
Rodríguez Esquerdo y Dimas Antonio Sañudo Aja, ninguno de los cuales está
presente, con lo cual, de acuerdo con el Reglamento, se declaran
decaídas.


Muchas gracias, señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN
(García-Margallo Marfil): Si me permite, señor presidente, quiero
despedirme deseándoles a los creyentes feliz Navidad y a los otros feliz
solsticio de invierno. (Risas.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


DESIGNAR PONENCIA:


– PROYECTO DE LEY DE LA ACCIÓN Y DEL SERVICIO
EXTERIOR DEL ESTADO.


(Núm. exp. 621/000059)


El señor PRESIDENTE: Nos queda, sin embargo, un último
trámite en esta sesión de la comisión, que los portavoces nombren las
propuestas de ponentes para la Ley de la acción y del servicio
exterior.


Los ponentes son, por el Grupo Parlamentario Popular, señor
Chiquillo y señora Sanín; por el Grupo Parlamentario Socialista, señores
Sañudo y Losada; por Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya,
señor Sabaté; por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, señor Cleries; por el Grupo Parlamentario Vasco,
señor Anasagasti; y por el Grupo Parlamentario Mixto, señor Aiartza.


Se levanta la sesión.


Eran las diecinueve horas y cincuenta y cinco minutos.