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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 182, de 26/02/2014
cve: DSCD-10-PL-182 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2014 X LEGISLATURA Núm. 182

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS POSADA MORENO

Sesión plenaria núm. 170

celebrada el miércoles,

26 de febrero de 2014



ORDEN DEL DÍA:


Comunicación del Gobierno. (Continuación)


- Comunicación del Gobierno en la que solicita la celebración de un debate de política general sobre el estado de la Nación. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 409, de 21 de febrero de 2014. (Número de expediente
200/000002) ... (Página2)



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SUMARIO


Se reanuda la sesión a las nueve de la mañana.


Comunicación del Gobierno (Continuación) ... (Página2)


Comunicación del Gobierno en la que solicita la celebración de un debate de política general sobre el estado de la Nación... (Página2)


Interviene el señor Esteban Bravo, en nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV).


Contesta el señor presidente del Gobierno (Rajoy Brey).


Replica el señor Esteban Bravo y duplica señor presidente del Gobierno.


Intervienen los señores Errekondo Saltsamendi, Bosch i Pascual, la señora Fernández Davila, los señores Quevedo Iturbe, Baldoví Roda, Álvarez Sostres y Salvador Armendáriz, y la señora Barkos Berruezo, del Grupo Parlamentario Mixto.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Rajoy Brey).


Replican los señores Errekondo Saltsamendi, Bosch i Pascual, Baldoví Roda, Álvarez Sostres y Salvador Armendáriz, y la señora Barkos Berruezo, y duplica el señor presidente del Gobierno.


Interviene el señor Alonso Aranegui, en nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Rajoy Brey).


Se suspende la sesión a la una y quince minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las nueve de la mañana.


COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO. (CONTINUACIÓN).


- COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO EN LA QUE SOLICITA LA CELEBRACIÓN DE UN DEBATE DE POLÍTICA GENERAL SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN. (Número de expediente 200/000002).


El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.


Tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Vasco, el señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Señor presidente, señoras y señores diputados, era lo que tocaba, su discurso ha sido bastante previsible, lo que esperábamos. Hace dos años en plena campaña electoral su partido anunciaba un país de leche y miel
para todos, sin embargo durante estos dos años ha estado haciendo exactamente lo contrario de lo que prometió en un inicio, y no puede alegarse tampoco una ignorancia absoluta de la situación porque con más o menos detalles todos sabíamos, más usted
en su calidad de líder del mayor grupo de la oposición, que las anunciadas bajadas de impuestos y el descenso del paro no iban a producirse. Ahora, pasado el ecuador de la legislatura, cuando ya se empiezan a contemplar en lontananza las elecciones
europeas, y sobre todo el periodo electoral del año 2015, usted vuelve al discurso triunfalista y relajado de 2011, ¡hay que preparar las elecciones! Pero por mucho que quiera el Gobierno dar la sensación de que la crisis ha sido superada ya y que
lo que viene es puro crecimiento económico, lo cierto es que el paro va a seguir estancado en niveles del 25%, más allá, bastante más allá, desgraciadamente de esta legislatura.


¿Qué se ha hecho en estos años de su mandato, en estos dos años, para transformar la estructura productiva del país, en definitiva, para asegurar que las bases económicas descansarán en pilares más fuertes que lo que han sido la construcción
desaforada y el turismo? Poco o nada, señor presidente. Esos sectores siguen siendo los pilares de la economía española y lo van a seguir siendo en el inmediato futuro;



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en ello se basa la tímida recuperación que dice que se está produciendo. ¿Qué ha quedado de aquella reflexión acerca del cambio estructural necesario a futuro para hacer un país más competitivo? En el próximo vendaval estaremos en las
mismas. ¿Dónde estará, dónde está más bien, su apuesta por la I+D+i, que cada vez vemos descender numéricamente en el presupuesto? Es cierto que el sector turístico ha tenido un buen año, en parte a costa de las desgracias de nuestros vecinos de
la orilla del sur del Mediterráneo, pero ¿ese es, señor presidente, su modelo de economía pujante?, dicho con todos los respetos para el sector de servicios y para los camareros, ¿un país de camareros? Un país que se precie debe cohonestar, aparte
de eso, la generación de riqueza con la cohesión social. Sin embargo, en la práctica de su Gobierno ambos extremos han aparecido como antagónicos en toda su crudeza. Sus políticas han ido dirigidas, y no con mucho éxito, hacia el primer objetivo,
no hacia el segundo. Bien es cierto -en eso tiene razón; usted lo repite y estoy de acuerdo- que la cohesión social empieza por generar riqueza. Sin fomentar la economía, sin apoyar a las empresas no hay forma de redistribuir el bienestar. Sin
embargo, las políticas sociales no han supuesto una prioridad ni siquiera han mantenido unos niveles aceptables en el ámbito de la solidaridad con los más desfavorecidos, ni en las condiciones de acceso a la sanidad, la educación o la vivienda. Una
sociedad competitiva, en opinión del partido al que represento, se sostiene sobre los pilares de la equidad y el bienestar social. De lo contrario, será siempre una sociedad rota, enfrentada e injusta. La distribución de riqueza, el desempleo y la
marginación social se abordan mejor a través de políticas de cohesión. Hoy, señor presidente -es la realidad y son datos objetivos-, hay más desahuciados. Solo en el primer trimestre del año pasado más de 35.000 familias perdieron su casa por no
pagar la hipoteca, según el Banco de España. Hubo menos créditos para empresas y familias, más familias en que ninguno de sus miembros recibe ningún tipo de ingresos, 100.000 familias más que cuando empezó su mandato. El paro se mantiene en un
tremendo 25,9%, habiendo crecido la bolsa de desempleados de larga duración hasta los 3,5 millones de personas. Además 124.000 personas se han ido del país este año; muchos inmigrantes que vuelven a sus países de origen, pero otros muchos jóvenes
prometedores que han tenido que abandonar el país para encontrar trabajo fuera de las fronteras españolas. Decir, como ha dicho algún responsable político, que la experiencia les vendrá bien para formarse es simplemente inaceptable. No es posible
que todo el esfuerzo realizado en su formación contribuya a incrementar el PIB de terceros países que comienzan a vernos como suministradores baratos de personal bien preparado.


La sanidad, señor presidente, oscila entre recortes y privatizaciones, salvo escasas pero notables excepciones como Euskadi, donde ello no se produce por decisión política y por un acuerdo entre partidos. El recorte ha supuesto más de un
10% de las partidas correspondientes en general en el Estado. Por cierto, que entre las medidas que su Gobierno impulsó para ahorrar se encuentra dejar sin asistencia normalizada a los extranjeros en situación irregular; una medida cruel y que al
mismo tiempo por la falta de control sanitario que supone puede poner en peligro la salud del conjunto de la población. En esta materia han querido ir demasiado lejos. Menos mal que ante la oposición generalizada han tenido que dar marcha atrás en
el copago del trasporte sanitario no urgente y en las prótesis, en su insaciable sed de ahorro.


En estos dos años de su Gobierno se han destruido un millón de empleos y los salarios reales han disminuido. El PIB por habitante es el de hace diez años. Señor presidente, su afirmación de ayer de que el paro había disminuido en el último
trimestre no es cierta, y usted lo sabe. No vale con que se refiera al paro registrado, cuando la población activa ha disminuido drásticamente. El verdadero termómetro es el aumento o disminución de la ocupación laboral, y lo cierto es que la EPA,
encuesta de población activa muestra que en el año 2013 se han destruido cerca de 200.000 empleos, de ellos 65.000 en el último trimestre, por lo tanto, en el último trimestre del año se ha seguido destruyendo empleo. El pasado mes de noviembre,
además la Comisión Europea señalaba que España suspendía seis de los once indicadores que utiliza para la medición en el ámbito económico. A falta de cifras definitivas, la variación del PIB en el último año ha sido de menos 1,2%. Sí, es verdad,
apenas una décima menos que las previsiones oficiales, pero no puede ser este un dato para el optimismo cuando llevamos tantos años con PIB negativo. Paralelamente, el crecimiento de la deuda pública es exponencial. Al cierre de 2013 representa
nada menos que el 93,7% con respecto al PIB del país; 8 puntos más que la deuda reconocida hace un año y 24 puntos más desde que empezó su legislatura. Lo peor es que Moody´s, aunque haya subido el escalón del rating -por cierto, ha subido el
escalón del rating, pero es que antes estábamos en AAA y ahora estamos en el que estamos, en BB-, prevé que la deuda pública va a alcanzar en 2016 el 102% del PIB. Es verdad, señor presidente, que la prima de riesgo ha mejorado, aunque aún nos
cueste financiarnos



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casi 2 puntos más que a los alemanes, y es cierto también que el IBEX ha subido desde las posiciones de hace un año. Esa mejoría es incuestionable, como también lo es que se debe fundamentalmente a una reacción -eso sí tardía- del Banco
Central Europeo. Sin embargo, esta situación bursátil es ciertamente volátil y todo dependerá de si la banca mantiene o no cerrado el grifo del crédito porque dude más que usted de la recuperación económica.


El FMI ha señalado recientemente el problema del abrupto cierre -así lo define- del crédito en España. En 2013 se concedieron a empresas y familias 5,6% menos créditos que el año anterior. La gente sigue sin consumir, a pesar del pequeño
repunte o espejismo de las pasadas navidades. Muchos porque no pueden, otros porque no las tienen todas consigo y es que el persistente paro solo se alivia con contratos precarios y la devaluación salarial que provocó la reforma laboral no ayuda a
estimular el mercado interno. La morosidad bancaria -como ya se comentó ayer- alcanza ya el 13,6%, nada menos. Es verdad, pues, señor presidente, que ha recuperado los mercados, pero sin crédito lo poquito que pueda mejorar la economía -que como
reconocen sus propias previsiones, las previsiones del señor Montoro, no va a ser mucho- no se va a trasladar al ciudadano. Es necesario decir esto a las claras. Hay algunos indicios coyunturales que empiezan a dar síntomas de recuperación, pero
ello no debe hacernos echar las campanas al vuelo y hacer un discurso triunfalista engañando así a los ciudadanos, tratando de captar un puñado de votos ante las citas electorales que se nos presentan. Los ciudadanos no merecen que se les engañe,
conocen la realidad de su día a día, la están sufriendo en su propia carne y en la de sus padres, hijos, hermanos y amigos. Quieren y deben saber la verdad porque, además, en las últimas semanas ha habido algunos signos de desaceleración. El
ministro de Economía utilizó algunos indicadores en enero para señalar la dirección satisfactoria que había tomado la economía. Pues bien, estos mismos indicadores -ventas de comercio, producción industrial, demanda energética- parecen haber vuelto
a tasas negativas y las exportaciones -en el último dato- parecen también estancarse. Eso es lo que tenemos, señor presidente, tal y como lo explicaba el ministro De Guindos recientemente y abro comillas: una frágil y tenue recuperación de la
economía. -Cierro comillas-. Una recuperación -añade mi grupo- que el ciudadano no va a notar por mucho que el Gobierno en el ecuador de la legislatura se empeñe en vender como el final de la crisis.


Señor presidente, las aperturas económicas de estos últimos años han puesto bajo los focos la gestión desvergonzada que se ha llevado a cabo desde muchas instituciones. Tanto ustedes como el Partido Socialista han tenido responsabilidad
directa en la mayoría de las comunidades autónomas que han sido gobernadas de manera imprudente y donde se han producido escándalos mayúsculos. Las medidas y declaraciones a las que nos tiene acostumbrado su Gobierno no han sido dirigidas a
arreglar estos desaguisados, porque no vale con anunciar legislación de transparencia, incluido el último proyecto de control de la financiación de los partidos políticos, como si solo se debiera mirar hacia el futuro y hacer pelillos a la mar con
el pasado. No es creíble, oído su discurso de ayer, que se conviertan en adalides de la transparencia sin que colaboren para que se depuren los casos más flagrantes de corrupción que aún hoy siguen en los tribunales y los medios. No vale una
política de discos duros borrados, de mantenimiento de contrato de personas a las que al mismo tiempo se las acusa de corruptas. Señor presidente, el caso Bárcenas aún no ha acabado y aún no se ha aclarado del todo. Si cree que con el: lo siento,
me han engañado, del día 1 de agosto aquí se acabó todo, está equivocado.


Señor presidente, la estructuración institucional del Estado español está hecha unos zorros, aunque algunos se empeñen en seguir la política del avestruz y aparentar como si aquí no pasara nada. Cualquier profesor de derecho constitucional
con un mínimo de trayectoria le podrá decir que las bases sobre las que teóricamente se fundamentaba la Constitución y el reparto competencial fijado en el bloque de constitucionalidad han cambiado radicalmente. La teoría constitucional de
principios de los ochenta no tiene nada que ver con la realidad a la que nos han abocado el Tribunal Constitucional y la política de leyes invasoras de competencias que machaconamente han impulsado Gobiernos populares y socialistas. En este último
aspecto, su Gobierno destaca con brillante nota: la Ley de Unidad de Mercado; la de evaluación ambiental; el decreto de medidas de apoyo a los emprendedores, que contiene un catálogo de líneas y tramos de red ferroviaria que fijan absolutamente
todo como de interés general; decretos de recortes en sanidad, educación; proposición de ley de emprendedores, la de servicio de acción exterior, Ley de Autoridad Fiscal Independiente, Ley de Tasas, Lomce, etcétera.


Valiéndose de la situación de mala gestión económica de las comunidades autónomas que han gobernado, han introducido una legislación recentralizadora, cercenadora de la autonomía política de la que deberían gozar las comunidades autónomas, y
ello por encima de los mecanismos que se exigirían



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para reformar la Constitución; ustedes -ayer mismo insistió en ello-, que están continuamente hablando de los intentos de los nacionalistas periféricos para reformar la Constitución sin seguir los procedimientos establecidos. Pero, claro,
el recurso de inconstitucionalidad previo para esta normativa no existe; a las leyes orgánicas que invaden las competencias de las comunidades autónomas no se les puede poner un recurso previo de inconstitucionalidad. Entre el Partido Socialista y
ustedes se lo guisan y nos lo hacen comer a los demás, nos guste o no; incluso en aquellas comunidades autónomas que no han tenido problemas del tipo al que aludía anteriormente. El Estado de las autonomías no es ya sino aquello que quieran
ustedes definir como tal en el momento que deseen. Aquel título VIII y los estatutos de autonomía aprobados ya no sirven en los parámetros con que sus autores los aprobaron, ya no existe -ustedes lo saben bien y el Tribunal Constitucional más-
ninguna competencia exclusiva en manos de las comunidades autónomas; a tal punto ha llegado ese Tribunal Constitucional; tribunal que por supuesto es nombrado por ustedes y convertido en última ratio justificadora para imponer su idea de España
por encima de la búsqueda de acuerdos.


Señor presidente, adoptar, como parece que desea hacer su grupo parlamentario, una resolución a favor del Estado de las autonomías tal y como lo conocemos ahora, es hacer un brindis al sol. Ustedes no creen en autonomías con verdadero poder
político y competencias exclusivas; apuestan por un paripé 'desregionalizador' con el que, según una parte no desdeñable de la población, están de acuerdo. El desapego hacia las comunidades autónomas que los dos partidos mayoritarios, secundados
por UPyD, han fomentado ha dado sus frutos en muchas autonomías; se ven como un problema, no como una solución. No es de extrañar que eso suceda en aquellos lugares que no mostraban ningún deseo de autogobierno en la Transición; pero este
desapego, lejos de solucionar el problema de la organización institucional del Estado, no ayuda sino a agrandarlo. Quiéranlo o no, tras casi cuarenta años después de la muerte del dictador, en Catalunya y en Euskadi hay dos sociedades que siguen
considerándose nación. -Creía Franco que había sepultado el sentimiento, no podía estar más equivocado-. Los hechos naturales renacen con fuerza. Hoy la mayoría de las sociedades catalana y vasca no puede limitarse a este reducido Estado de las
autonomías. Señor presidente, no puede tratarse con igual método problemas diferentes. Lo que probablemente consideran adecuado los ciudadanos de otras comunidades autónomas para ellos no es lo que consideran adecuado de manera mayoritaria vascos
y catalanes. Si se quiere organizar el Estado desde unas bases estables -sería en interés de todos-, no puede ignorase esta realidad.


Euskadi acaba de iniciar su camino para lograr un gran acuerdo en el Parlamento vasco sobre su futuro. La ponencia de reforma del autogobierno ha echado a andar sin prejuicios ni líneas rojas; pretendemos encontrar un punto de encuentro
mayoritario lo más amplio posible en Euskadi entre diversas formaciones y entre diversas sensibilidades políticas. No le oculto que nos gustaría que el Estado también comenzara a andar ese mismo camino para lograr un acuerdo en su propia
transformación constitucional. Usted dice -lo subrayó ayer con énfasis- que hay unos procedimientos para modificar la Constitución española; utilícelos y haga que quienes no estamos a gusto podamos estarlo. El mencionar esos procedimientos para a
continuación bloquearlos en base a sus mayorías es un ejercicio de cinismo. Señor presidente, llegados a este punto creo que habría que aclarar algo. Se hace apelación a la existencia de unos procedimientos de reforma constitucional, que
evidentemente están ahí. La pregunta es clara: ¿Está usted dispuesto a explorar esas vías -porque usted tiene la mayoría junto con el Partido Socialista, que parece que está dispuesto al menos a intentar explorarlas- para modificar la Constitución
y llegar a un acuerdo? Porque, si no, su mención acerca de que hay que seguir los procedimientos establecidos es absolutamente vana si al final lo que viene a decirnos es: intenten utilizarlas, pero les vamos a decir que no, que esto no se mueve,
que no vamos a llegar a ningún acuerdo y que aquí no se mueve una coma de la Constitución. Esto es necesario que lo aclare. ¿Está dispuesto a explorar esas vías?, ¿sería lo bueno que llegáramos a un acuerdo?


Lo he dicho antes: han pasado casi cuarenta años desde la muerte de Franco. Un periodo semejante hace que sea necesario realizar un análisis sosegado pero realista de la situación en la que nos encontramos y que pongamos las medidas hacia
el futuro. Empeñarse en seguir haciendo oídos sordos a las reivindicaciones nacionales que hay en el seno del Estado español no ayudará a su estabilidad. La reciente toma en consideración del recurso previo de inconstitucionalidad para los
estatutos de autonomía no es precisamente una señal reconfortante. Parece que en vez del acuerdo político lo que se busca es parapetarse detrás de la judicatura para no llegar a un acuerdo. Pero bueno, tiempo al tiempo, a ver cuál es su postura y
a ver si nos la puede aclarar un poquito más. Catalunya ha emprendido un camino que solo busca producir la expresión de la ciudadanía por métodos absolutamente democráticos. No es de



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recibo que se pongan trabas de tipo jurídico para que no se escuche la voz de la ciudadanía. Los tiempos en los que la unidad estatal era mantenida por la fuerza, en donde unos pueblos pasaban a depender de uno u otro poder por vía de
fuerza ya han quedado atrás. En pleno siglo XXI, si un pueblo tiene voluntad real de emprender determinado camino, de independizarse o de unirse a otro, de hacer lo que considere oportuno, nadie que se considere demócrata debería impedírselo.


Permítame que le diga que eso de que en un posible referéndum de autodeterminación debe votar toda España y no solo Catalunya es una divertida y novedosa ocurrencia, un nuevo caso en el derecho internacional. Ni en Canadá ni en Reino Unido
ni en ninguna parte sucede así. Es una nueva invención en el derecho internacional y constitucional. Dígame algún caso en el que haya ocurrido. En Canadá, donde tienen Constitución y donde no aparece de forma expresa el derecho a la secesión,
quienes votan son los ciudadanos de Quebec. Vota el territorio a autodeterminarse. O Timor; me da igual, cualquier ejemplo, busquen ejemplos. (Rumores). Esto de que tiene que autodeterminarse todo el Estado quizás algún día lo veamos en los
libros de derecho, pero hoy por hoy, señor presidente, no es así por mucho que nos quieran vender esto.


Catalunya se siente como una nación. Déjenla expresarse y, si lo consideran, intenten convencer a sus ciudadanos de que eso no es lo que les conviene. Háganlo desde el respeto y no desde la imposición, y sobre todo no la denuesten ante el
resto de los ciudadanos ni pretendan hacer creer a Europa y al mundo cosas que no son ciertas sobre ellos. No es de recibo el incalificable documento que han enviado a diferentes responsables mundiales acerca del conflicto catalán. No es un texto
equilibrado. Su lectura nos remonta a épocas del No-Do. Voy a leerles un párrafo. -Esto va entre comillas-: A ese argumento de que no nos quieren se aferran malintencionadamente como excusa tras la que late la mala conciencia de que su
planteamiento traiciona la altura cívica de nuestra época y de nuestro entorno, pretendiendo así conjurar la carencia moral de su planteamiento -refiriéndose a los catalanes que quieren el referéndum-. Oiga, ¿usted cree que se puede enviar un texto
hablando de mala conciencia, de carencia moral...? De los otros, claro. Esto suena a sainete. Aquí tiene otra cita: Es verdad que hay nacionalistas pacíficos, cultos, benignos y que parecen inofensivos -igual soy de esa especie-; no nos
engañemos -prosigue la cita- esa es una apariencia, esa es una postura fugaz, momentánea, basta escarbar lo que se esconde tras ella y lo que se esconde tras ella es el prejuicio, es en última instancia -atentos- la discriminación, el encono y la
violencia. Oiga, si estas son las razones, más bien acusaciones, para convencer a los catalanes de su supuesto error, me parece que van mal. Esto está leído directamente del documento enviado por el Ministerio de Exteriores que, por cierto, lo han
enviado a todo el mundo pero que no han entregado a los diputados. No lo entregaron a los diputados. Además el ministro de Exteriores se empeñaba en decir que no tenía por qué hacerlo. Cosa curiosa es que a los representantes populares no se les
pueda dar el documento si es que él no quiere por su graciosa voluntad.


Señor presidente, no sé si quiere usted o no buscar soluciones a las realidades nacionales vascas y catalana. De las declaraciones habidas por su parte hasta la fecha tengo que albergar pocas esperanzas; en cualquier caso está en su mano
que los problemas puedan ser encauzados de manera satisfactoria para todos. Nuestra voluntad para el diálogo ha quedado muchas veces demostrada. Pero si no lo entiende así y fiado en su fortaleza desde las instituciones del Estado y el juego de
mayorías -que siempre le será favorable- decide ignorar la realidad, sepa que esta no va a desaparecer simplemente por ese hecho. La piedra es sólida y el agua líquida, sí. Hoy son las instituciones del Estado la piedra, el vigor, la solidez, la
aparente inmutabilidad; pero como dijo Ovidio: la gota agujerea la piedra no por la fuerza sino por la constancia. Le aseguro que sin ese acuerdo esa gota seguirá ahí en el mismo sitio, cayendo una y otra vez con más o menos intensidad hasta que
consiga horadar a esa piedra. ¿Es eso lo que busca? Mientras tanto, señor Rajoy, nos repiten ustedes machaconamente que Euskadi es parte de España. La verdad es que se nota poco, en ocasiones más allá que la presencia policial -por cierto,
ignorando flagrantemente lo que señala el Estatuto de Autonomía de Gernika- y de un delegado del Gobierno enredado con los símbolos que crea problemas y tensiones en vez de solucionarlos. Se supone que el Estado debe hacer frente a sus obligaciones
y competencias; ahí es donde debe vérsele. Sin embargo, las inversiones anuales en las competencias a cargo del Estado son porcentualmente muchísimo más bajas de lo que el País Vasco representa demográfica, económica y geográficamente.


Hay un asunto que, como comprenderá, no puedo dejar pasar. Se trata -seguro que lo presumía, señor presidente- de la construcción del tren de alta velocidad en el País Vasco. Los retrasos indebidos de esta obra, en la parte que su Gobierno
está realizando directamente, son incomprensibles. En estos momentos, la puesta en marcha de la denominada Y vasca no podrá llevarse a cabo antes de 2018, y ello



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solo, señor presidente -esto es muy importante-, si se acometen inmediatamente los trabajos pendientes con la debida diligencia. No desconoce que no se trata de una obra cualquiera y las implicaciones, más allá de la política de obras
públicas, que hasta hace muy poco ha tenido. Pues bien, si la conexión del brazo guipuzcoano de la Y -que avanza a buen ritmo-, ejecutado por el Gobierno vasco, no se conecta al resto de la obra nos encontraremos con una inversión que va a ir
degradándose antes de que se llegue a colocar la superestructura, y esto va a suponer un dispendio que no tiene ninguna lógica, señor presidente. La conexión central de la Y vasca es el denominado nudo de Bergara. Usted se comprometió a comenzar
su ejecución ya el año pasado. Promesa incumplida. Le pido, le demando, pero no solo como representante público sino como ciudadano y contribuyente, que licite ya las cinco fases del nudo. Estamos hablando de una cantidad nimia para este año. La
pueden hacer perfectamente con el presupuesto que está planteado hoy en día de sobra. En total, de aquí a 2018 estamos hablando de 550 millones de euros para invertir en cinco años, señor presidente, cuando solo este año tienen presupuestados 3.000
millones para todo el Estado, en cinco años, y todavía no empiezan a ejecutar. No sería entendible que no lo hicieran; como tampoco lo sería que no se impulsarán definitivamente las obras para conectar la Y con el tramo Burgos-Vitoria, lo que
daría salida a Europa a todo el tráfico atlántico. No podemos demorarnos más, señor presidente. No se me ocurre tramo que tenga tanta prioridad como este, considerando además que se trata de un corredor europeo y, sin embargo, es el que más
retrasos ha sufrido. Créame que no entendemos la postura de su Gobierno. No puede ser que desde Fomento se diga que el problema está en Hacienda y que no se puede hacer nada; que, incluso, se apele a nosotros para hacer gestiones directamente con
el ministerio a fin de conseguir la suficiente financiación. No, señor presidente, es a usted a quien le corresponde establecer prioridades y ordenar esas discusiones entre su Gobierno, poner orden en su Gobierno; debe hacerlo. Le diré más, es
tan incomprensible la actitud con respecto a la Y vasca que comenzamos a pensar, que mi partido comienza a pensar, que se trata de una decisión adoptada deliberadamente; de una decisión política de su Gobierno de no hacer la inversión; de una
decisión que, curiosamente, coincidiría en hacer una pinza junto con Sortu en contra del Gobierno vasco en este tema. (Rumores).


El siguiente eje al que me quiero referir es el final de la violencia en Euskadi. Usted ayer no hizo mención a ello, probablemente porque no le preocupa o, quizá, porque no le dedica ni un minuto de su tiempo. Su desidia, señor presidente,
es la que está permitiendo que ETA siga prolongando la teatralización de su final. Señor presidente, afirmar que nada ha cambiado desde el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA es hacer el Don Tancredo. Esa percepción no la
comparte nadie ni siquiera el Partido Popular en Euskadi. Este no es el momento para seguir realizando una política antiterrorista como si nada hubiera cambiado. Este es el momento para una política de paz; y para una política de paz no es
precisamente el jefe de la Policía quien deba estar al cargo, quien haga declaraciones constantemente y sea quien fije la línea del Gobierno en esta materia. La última del señor Fernández Díaz ha sido decir que ETA deje las armas o se las
quitaremos nosotros. Pues hágalo. ¿Qué hace el señor Fernández que no se las ha quitado ya?


Ayer leía en un rancio periódico de la capital española que el gesto del lehendakari Urkullu de acompañar a los mediadores ante su declaración en la Audiencia Nacional debía ser contestado radicalmente y el Gobierno debería tomar medidas,
porque además Urkullu, según el mismo rotativo, representa la línea moderada del nacionalismo. El comentario en cuestión venía a decir que vale ya de tantos miramientos con alguien que había dejado en la estacada al Gobierno. Sin embargo, señor
presidente, usted, que es un fino observador -y lo digo muy en serio- y que conoce a la persona, seguro que habrá interpretado que con ese gesto el lehendakari quería manifestar algo y no precisamente afrentar a las víctimas, como han dicho
portavoces del PP. Ante la absoluta falta de voluntad de su Gobierno, de usted, señor presidente, de consensuar políticas con otras instituciones con responsabilidad sobre el terreno, hartos de esperar pacientemente durante dos años manteniendo una
discreción impoluta para no dificultar ninguna toma de decisión, hasta aquí hemos llegado, señor presidente. ¿Que lo que ha hecho ETA es insuficiente, mínimo, nimio y con poco rigor? Claro que sí. ¿Que van en la buena dirección, pero que hay que
instarla a que lo haga con mayor celeridad y rigor? También. Pero de ahí a pasar a insultar y menospreciar por parte de algunos portavoces a una serie de personas independientes reconocidas internacionalmente, que al menos están haciendo algo en
medio de las dificultades para que ETA se desarme, va un trecho que no se debe rebasar.


¿Por qué no pone su Gobierno las condiciones para un desarme en la línea de otros que se han producido con otras organizaciones terroristas? ¿Por qué no intenta implementarlo y supervisarlo utilizando



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unas instituciones u otras de una manera u otra? Porque lo que no se sostiene es que se exija la entrega inmediata de las armas y al mismo tiempo se pongan o se intenten poner condiciones para que esto no sea posible. ¿Qué es lo que desea
su Gobierno, señor presidente? ¿Darle la excusa perfecta a ETA para eternizar su desaparición? Fíjese que la posición de su Gobierno no la entienden ni los medios de comunicación franceses. Por cierto, el portavoz de su grupo parlamentario, el
señor Hernando, señalaba sobre el lehendakari que no es el camino, ya que evidencia errores de estrategia marcados a veces por determinados complejos del pasado. Si no supiera que el señor Hernando a usted no le va a llevar nunca la contraria ni
aunque lo mande a galeras, pensaría que su escudero estaba hablando sobre usted, señor Rajoy, porque la política que está siguiendo su Gobierno no es el camino y además está marcada por determinados complejos del pasado.


Señor presidente, voy concluyendo. En algunas ocasiones esta Cámara asiste a algunos debates en los que, un poco a modo de jaula de grillos, los diputados nos dedicamos a lanzar nuestras soflamas sin intentar buscar puntos en común u
ofrecer terreno, ofrecer al menos terreno para un acuerdo real con el adversario. Desde un discurso crítico he intentado ofrecer la oportunidad de una búsqueda de acuerdo. Siempre lo hemos hecho así y la mayoría de las veces con escaso éxito, todo
hay que decirlo, pero siempre lo hemos hecho así y algunas veces ha funcionado. En su caso, señor presidente, en su calidad exactamente de eso, de máximo responsable del Gobierno, debería ser una obligación porque es usted quien tiene la
responsabilidad como cabeza de Gobierno de intentar aunar a la sociedad y de buscar proyectos compartidos. En su discurso de ayer no percibimos mucha voluntad ni ganas de querer ir a la búsqueda de grandes acuerdos en temas clave que un hombre de
Estado debería afrontar. Muy al contrario, mi sensación cada vez que le escucho, señor presidente, directamente o a través de colaboradores más cercanos, es la de estar escuchando música, música de bolero exactamente. Ya sé que en ocasiones
manifiesta usted buenas intenciones, pero nunca más allá de la buena disposición al diálogo. Es como la canción de los Panchos. Yo canto mal evidentemente, ni este es el momento ni este es el lugar para que me ponga a cantar, pero imagíneselo
usted, ponga música de bolero a mis palabras y oiga los versos de Osvaldo Farrés: Siempre que te pregunto que cuándo, cómo y dónde, tu siempre me respondes quizás, quizás, quizás. (Risas). Pero el tiempo de boleros, señor presidente, ya pasó y
hay retos que afrontar no mañana, no ya veremos, no quizá, sino aquí y ahora.


Nada más, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Esteban.


Señor presidente.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señor presidente, señoras y señores diputados, creo que es un dato positivo, señor Esteban, que usted haya comenzado su intervención diciendo que el discurso que yo pronuncié ayer en esta
Cámara era un discurso previsible. Lo preocupante y lo que de verdad debería haberle llamado a usted la atención hubiera sido que el discurso que yo hubiera pronunciado en esta Cámara fuera imprevisible. Era un discurso previsible y normalmente
los discursos previsibles tienen bastante que ver con el sentido común y se aproximan bastante a lo que es la realidad de las cosas.


Ha dicho también que hemos hecho lo contrario de lo que hemos prometido, tanto en campaña electoral como en nuestro programa e incluso en el debate de investidura. Yo no estoy de acuerdo con esa afirmación que usted ha hecho, señor Esteban.
Yo he reconocido en numerosas ocasiones en esta Cámara y fuera de ella que algunas de las cosas que afirmamos en nuestro programa electoral no las hemos podido cumplir. También he dicho, y ayer he anunciado una reforma fiscal, que el objetivo es
poder cumplirlas, si no en su totalidad, sí en su gran mayoría al final de la legislatura, que, como usted sabe, finaliza en el año 2015 en su último tramo, y los juicios de valor, si se quiere que sean justos, se hacen al final del mandato. En
cualquier caso, lo que yo sí he dicho en numerosas ocasiones al conjunto de la opinión pública española, y se lo reitero hoy aquí, es que las circunstancias eran distintas, no en su totalidad, pero cuando el déficit público que se nos anuncia es del
6% y luego se convierte en un déficit público del 9%, y la Comisión nos dice que tenemos bajar 5 puntos de déficit en un año -que luego por fortuna se corrigió-, es evidente que o tomamos decisiones drásticas o no podemos cumplir con nuestras
obligaciones. Y le recuerdo, porque lo dije también en el debate de ayer, que el año 2012 fue un año en el que el objetivo fundamental del Gobierno fue parar lo que se nos venía encima, porque tuvimos que hacer frente a una crisis de deuda
financiera, a una crisis de deuda soberana y tuvimos que evitar un rescate que sin duda alguna hubiera supuesto un daño muy importante para la economía española.



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Quiero decirle además que el gran objetivo de esta legislatura, tal y como afirmé en numerosas ocasiones, en la campaña electoral, en los debates en los que participé y en el programa electoral, era superar una crisis económica gravísima en
la que estaba inmersa España desde hacía ya algunos años, crecer y crear empleo, y establecí con meridiana claridad en numerosas intervenciones públicas cuáles eran los objetivos y cuáles eran las decisiones que teníamos que tomar: primera
prioridad, reducir el déficit público; segunda prioridad, hacer una ley de estabilidad presupuestaria, que desarrollara lo que habíamos acordado y que había dado lugar a una modificación del texto constitucional en el año 2011; la reforma laboral;
y la reforma del sistema financiero. Si usted va a las hemerotecas de la época, de finales del año 2011, si usted recoge todo lo que se dijo en aquella campaña electoral, verá cómo ese era el discurso que el Partido Popular hizo al conjunto de la
opinión pública española. Se trata de superar una crisis gravísima, se trata de crecer, se trata de crear empleo, y para ello hay que corregir desequilibrios, reducir el déficit público y hacer reformas estructurales, que es lo que llevamos
haciendo a lo largo de toda esta legislatura. Por tanto, puedo convenir en que hay algunas cosas de mi programa electoral que no he cumplido, estoy de acuerdo; intentaré hacerlo, si puedo, de aquí a final de año, pero desde luego lo esencial, los
grandes objetivos, las grandes medidas y las grandes decisiones son los que comprometimos ante el conjunto de los españoles.


Tampoco puedo estar de acuerdo con su afirmación de que mi discurso de ayer fue triunfalista. No es justo, señor Esteban. Mi discurso de ayer fue equilibrado y realista, y tengo la autoridad para hacer el discurso que hice ayer, porque en
numerosas ocasiones en esta Cámara dije que la situación de la economía española era muy mala, y lo dije con estas palabras u otras que significaban exactamente lo mismo. Ayer dije, y hoy reitero, que en el año 2012 tuvimos que hacer frente a una
situación límite, y usted lo sabe, porque usted también me recomendó que pidiera un rescate -como algunos otros diputados de esta Cámara, ya lo sé-, y si me recomendó que pidiera un rescate, supongo que sería porque estábamos en una situación
límite, porque, si no, no me lo hubiera recomendado. Pues bien, superamos la crisis de deuda financiera, superamos la crisis de deuda soberana y al final no hubo necesidad de pedir el rescate. Eso fue lo que hicimos en el año 2012. Las cosas no
fueron bien; con una caída del PIB del 1,7%, es evidente que las cosas no fueron bien. El año 2013 también fue un año muy difícil, pero ya el proceso de reformas y el proceso de reducción del déficit público empezaron a producir sus efectos y las
cosas cambiaron, señor Esteban. El año 2013 no fue como el año 2012. Entre otras cosas, en el año 2013, en el tercer trimestre, aunque con mucha modestia, empezó a haber crecimiento económico en España. En el último trimestre del año 2013 hubo un
crecimiento del 0,3%.


Señor Esteban, con todos mis respetos, los datos del paro tienen su importancia. No se puede subir a esta tribuna a decir que todo está peor que nunca, porque eso sí que es profundamente injusto. En el año 2008 -datos de paro registrado-
el paro aumentó el 8,62%; en el año 2009, el 47,12%; en el año 2010, el 21,66%; en el año 2011, el 4,51%; en el año 2012, el 8,72%; y en el año 2013 el paro bajó el 3,34%. Este es un dato positivo y es el último dato que hemos conocido de paro
registrado. Creo que no cuesta nada decir que al menos ha habido un cambio de tendencia, que se ha producido un cambio de rumbo, que antes íbamos para abajo y ahora, leve y modestamente -con todos los calificativos que usted quiera utilizar-, ha
habido sin duda alguna un cambio de rumbo importante en la economía española.


Y no es solo el dato del paro. El dato de la prima de riesgo también es un dato a considerar, porque es muy importante. Ayer dije en el discurso que pronuncié por la mañana en esta Cámara que hay quien dice que con la prima de riesgo no se
come. No sé si no se come, pero 8.800 millones de euros de ahorro no está mal. Ya me gustaría tener este año un ahorro similar como consecuencia de que la prima de riesgo bajara. El dato de inflación también es un dato que se puede reconocer. Es
un dato positivo tener una inflación del 0,2% en el mes de enero. La reestructuración que se ha hecho en el sector bancario todo el mundo la reconoce fuera de España; aquí evidentemente en esta Cámara, no. Sucede lo mismo con los datos de
crecimiento económico. ¿Cómo se puede decir que las cosas van tan mal cuando ayer la Comisión Europea, que hace muy escasas fechas decía que el crecimiento en España en el año 2014 sería del 0,5%, dijo que será del doble? Me parece que es un dato
positivo. Además, este cambio de opinión de la Comisión Europea se ha producido en muy pocos meses. La cifra del 0,5% era de hace muy pocos meses, pero ayer mismo dijo el 1%. En el año 2015 dice que el crecimiento será del 1,7%; yo dije ayer que
creía que no tanto, que iba a ser del 1,5%. Creo que estos son datos positivos a considerar y creo que en este momento estoy en condiciones de transmitirle a la sociedad española un mensaje realista de moderado optimismo. Hace dos años dije
exactamente lo contrario de lo que estoy diciendo ahora. Mi obligación como presidente del Gobierno es decir las cosas que creo. Puedo estar equivocado,



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pero ni soy triunfalista ni soy exagerado, como tampoco lo era en los años 2012 y 2013 cuando decía exactamente lo contrario de lo que dije ayer.


Ha hablado usted del crecimiento económico de España y de algunos sectores que contribuyen a ese crecimiento. Con toda franqueza no me ha gustado la expresión que usted ha utilizado refiriéndose a determinadas personas que trabajan en el
sector del turismo. Si le parece mal que haga alusión a eso, no digo nada. Sí diré que el turismo representa el 11% del producto interior bruto español y que eso es muy importante. Hay algunas zonas de España donde el turismo representa el 80% de
su producto interior bruto, con lo cual lo que procede decir en esta Cámara es que el turismo es un sector del que los españoles estamos legítimamente orgullosos, que emplea a muchísima gente y que queremos que lo siga haciendo en el futuro y siga
representando una parte muy importante del producto interior bruto español. Insisto en que hay regiones de España donde el 80% de su PIB es el turismo. (Aplausos). No estoy de acuerdo en que este sea un país de turismo, servicios y poco más.
España exporta, y mucho, al exterior. Estamos pulverizando los récords históricos de exportación. Lo que más exportamos son bienes de equipo, señor Esteban, eso es lo primero, luego productos químicos y después está el sector del automóvil y la
industria agroalimentaria, que está teniendo un avance muy importante en los últimos años. Por tanto, España tiene una economía muy diversificada, y ojalá la tenga mucho más en el futuro. Probablemente ahí es donde tengamos que incidir en nuestro
trabajo en los próximos meses y en los próximos años, pero la economía española tiene futuro. Hay gente emprendedora, usted lo sabe, porque en el País Vasco hay empresas muy importantes que exportan fuera y que van fuera, como las hay en otros
lugares de España, señor Esteban.


No puedo estar de acuerdo en lo que ha dicho sobre las políticas sociales. Es muy fácil subir a la tribuna y decir ha hecho usted esto, ha recortado aquí y no ha recortado allá. Pero hemos perdido en dos años 70.000 millones de euros de
ingresos, 70.000 millones de euros de ingresos es una cifra astronómica. Como usted y cualquier persona entiende perfectamente, eso lógicamente obliga a cualquier Gobierno mínimamente responsable a tomar decisiones, a responder a una situación como
esa. Tuvo que hacerlo también el propio Gobierno anterior a este que yo he formado con decisiones importantes, tuvo que hacerlo, y no lo hizo porque le apeteciera, lo hizo porque cuando se pierden 70.000 millones de recaudación uno no tiene más
remedio que reducir el gasto público. Eso fue lo que hicimos nosotros; ahora bien, hemos intentado hacerlo con equidad. A lo mejor nos hemos equivocado, pero desde luego lo hemos intentado. Hemos intentado mantener las grandes partidas que
afectaban a más personas y a aquellas que estaban en una situación de mayor dificultad. En una situación como esta no hemos congelado las pensiones, las hemos subido; es verdad que no mucho, pero es que es la partida más importante de los
presupuestos, como usted conoce perfectamente. Hemos hecho un esfuerzo para mantener las partidas de desempleo y hemos tomado algunas decisiones en materia sanitaria, pero lo que nadie puede negar es que la sanidad española sigue siendo universal,
pública, gratuita y de calidad. (Rumores). Nadie lo puede negar, señor Esteban.


Ha hecho usted referencia a la inmigración irregular. Lo que la sanidad española proporciona a un inmigrante irregular es: trato en urgencias, todas, asistencia a mujeres embarazadas, a niños hasta los dieciocho años con exactamente las
mismas condiciones que a los españoles, las políticas de salud pública y de prevención -por cierto, ¡cómo puede usted hablar de contagios, como ha hecho en esta Cámara!-, las enfermedades infecciosas. Ahora le pido que me diga usted un solo país de
la Unión Europea donde haya un trato mejor que el de nuestro país; dígame un solo país de la Unión Europea donde eso se produzca. Habla también de las privatizaciones. ¿Qué hemos privatizado en materia sanitaria? ¿Qué hemos privatizado, señor
Esteban? Diga las privatizaciones, enumérelas -una, dos, tres- y explíquelas para que todos seamos conscientes de qué privatizaciones hablamos.


A lo largo de su intervención ha vuelto a discutir las cifras del paro. Yo creo que ya no tiene sentido volver a reiterar la EPA, los datos del INEM. Simplemente quiero darle un dato, señor Esteban, porque creo que hay que ser justos a la
hora de emitir opiniones. A finales de enero de este año 2014 había en España más cotizantes a la Seguridad Social que a finales de enero del año 2013. Ese es un dato positivo, sobre todo porque no se ha producido desde hace muchísimos años en
nuestro país. Ha hablado también de la deuda pública; ayer ya expliqué este tema. Yo creo que tenemos que bajar la deuda pública en España, pero es que todavía tenemos un déficit público muy elevado. Además, como señalaba ayer en una de mis
intervenciones, hemos tenido que resolver problemas no menores, como los problemas de los proveedores, como los problemas del déficit de tarifa, como los problemas del FLA y como otros muchos que sin duda alguna han incrementado la deuda pública, si
no, estaríamos hablando solamente de la deuda pública que venía del déficit público.



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Ha vuelto a hablar de Draghi y del BCE. Lo que haga Draghi es muy importante, lo que haga el Banco Central Europeo también, pero lo más importante es lo que seamos capaces de hacer nosotros y, si no, pregúnteles usted a los países de la
Unión Europea que no se vieron afectados por ninguno de los problemas que nos han afectado a nosotros, porque hay muchos países de la Unión Europea que llevan muchos años con primas de riesgo de 30 puntos básicos, 40 puntos básicos, 50 puntos
básicos y hay otros países que tenían un gravísimo problema de desequilibrios, que son los que han tenido las grandes dificultades que todos conocemos. Estoy de acuerdo con lo que ha dicho sobre el crédito. Ya sé que es muy importante, pero
también ayer apunté en mi intervención que se ha producido aquí un cambio de tendencia. Ya me gustaría que hubiera mucho más crédito para las pequeñas y medianas empresas españolas, ya me gustaría, pero la última parte del año pasado fue mejor y el
ICO en el año 2013 pudo prestar un 20% más que en el año 2012. Vamos a intentar que en este año 2014 las cosas vayan mejor. También estoy de acuerdo en que el consumo no está como nos gustaría y ya sé que en estos momentos es muy importante el
tirón del sector exterior, pero tengo que decirle que en diciembre del año 2013 la recaudación por IVA fue un 10% mayor que en diciembre de 2012. Este también es un dato positivo, y algo indica, a lo mejor no demasiado, pero es un dato más que
demuestra que las cosas van un poco mejor y que vamos caminando en la buena dirección.


Ha hecho también una referencia a los asuntos de regeneración democrática. Ayer le dediqué una parte importante de mi discurso a este tema, porque creo que efectivamente es un tema importante. Hemos tomado decisiones, hemos presentado
distintos proyectos de ley, hemos intentado consensuarlos, en algunos casos hemos llegado a entendimiento con ustedes y estoy dispuesto a cualquier propuesta que ustedes quieran hacer en relación con estos temas. En España, por fortuna, las
instituciones están funcionando en este momento, pero ya le digo que estoy abierto a dialogar con ustedes sobre este asunto y cualquier otro.


Una parte importante de su discurso se ha dedicado a los temas institucionales, a la estructura institucional. Yo no estoy de acuerdo en esas cosas que dicen ustedes de cuando en cuando sobre nuestra intención recentralizadora. Lo que
intentamos nosotros es que haya un Estado, unas instituciones y unas administraciones que funcionen de una manera más eficaz. En este momento, lo que se está haciendo en esta materia son fundamentalmente dos cosas. La primera es la reforma de la
Administración, que es un proyecto difícil, ambicioso, poco lucido, pero que creo que es muy necesario. Hemos hablado con ustedes, hemos hablado con el Gobierno vasco, y en próximas fechas se va a incorporar al grupo de trabajo que está en este
momento constituido en el Consejo de Política Fiscal y Financiera un representante del Gobierno vasco, porque queremos que estas cosas se hagan respetando las competencias de cada cual, pero buscando siempre el interés general de todos. Y lo mismo
ocurre en el caso de la unidad de mercado. Si estamos trabajando en la Unión Europea para que haya normas iguales que sirvan para hacer a la gente la vida más fácil, para que seamos más competitivos en un mundo cada vez más abierto y más global,
parece que es sensato y razonable que también en España haya unidad de mercado. También le pido más equilibrio en el juicio sobre el diseño del Estado autonómico en España. Ustedes tienen competencia en materia de servicios públicos, todos:
sanidad, educación y servicios sociales. Ustedes tienen competencia en materia de policía. Ustedes tienen competencia en materia de Hacienda pública, competencia total. Dígame un solo Estado en el mundo, uno solo, donde haya un nivel de
descentralización política y administrativa mayor que en España. Dígamelo.


Le haré una segunda reflexión, señor Esteban. Fíjese lo que estamos viviendo en Europa. Hace algunas fechas, muchas, algunos años, se creó el euro, la moneda única. Hemos renunciado a nuestra moneda, a la política cambiaria, a la política
monetaria, hablamos de consolidación fiscal, de unión bancaria, de unión fiscal, de unión económica y de unión política. El mundo va por ahí, y convendría también que todos hiciéramos una reflexión de por dónde va el mundo.


Respecto a inversiones, me ha hablado, y no es la primera vez que lo hace, de la Y vasca. Tengo que rechazar, con toda cordialidad pero con la misma firmeza, su afirmación de que estemos haciendo una pinza con Sortu, tengo que rechazarlo,
con la misma cordialidad que firmeza, con la misma, pero tengo que rechazarlo, y además usted sabe que tengo razón en esto que estoy diciendo. Hemos manifestado en múltiples ocasiones nuestro compromiso con el desarrollo de la Y vasca como proyecto
prioritario. Es, como usted muy bien ha dicho, una infraestructura estratégica, y buena prueba de ello es que en 2012 y 2013 en un contexto de restricción presupuestaria, que usted sabe que existe, hemos hecho inversiones por importe de más de
1.000 millones de euros, y esto representa cerca del 50% del total invertido desde



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que se iniciaron los trabajos y, de hecho, la inversión media 2012-2013 triplica la de 2006-2011. Nosotros queremos asegurar la buena marcha de las obras y creo que hay, además de una buena voluntad por ambas partes, un intento de
entenderse, un intento leal y sincero de entenderse, es que lo hay, yo así se lo afirmo, tendremos problemas presupuestarios, tendremos restricciones, intentamos superarlos, pero créame que es así. El 12 de diciembre se celebró, como usted sabe, la
comisión de seguimiento del convenio, que llevaba sin convocarse desde 2006, y dicha comisión se volverá a reunir en el primer semestre de este año. También en enero hubo una conversación, en este caso a nivel ministerial, y se barajaron distintas
opciones para poder afrontar ya -ya sé que es una preocupación suya y con razón- las obras del nudo de Bergara y del tramo en el lado vizcaíno, Atxondo-Abadiño, y estamos trabajando, como usted conoce también muy bien, en el acceso a las ciudades
vascas de la alta velocidad, coordinadamente con el Gobierno vasco y con las entidades locales interesadas.


En relación con el último de los temas al que usted se refirió en su intervención, sí me gustaría decirle lo siguiente. Yo no he dicho que no haya cambiado nada, señor Esteban, no lo he dicho; es más, he dicho lo contrario, y lo he dicho
cuando se produjo el cambio y cuando ETA anunció su voluntad de dejar de matar, lo dije públicamente, ni siquiera estaba yo en el Gobierno en aquel momento, como usted a buen seguro recuerda bien, sí se ha producido un cambio. No voy a hacer en
esta Cámara ahora comentarios sobre los últimos acontecimientos que se han producido en los últimos días sinceramente porque creo que no merece la pena. Ahora, ¿cuál es la solución de verdad de este problema en el que estamos viviendo en este
momento? La solución es muy clara: que ETA, que es una organización terrorista, se disuelva. ¿Es tan difícil? ¿Por qué no se lo pide? ¿Tenemos que darle algo a cambio? ¿Por qué tengo que darle yo algo a cambio? ¿Y qué tengo que darle a
cambio? ¿Y por qué tengo que hacerlo? Yo soy el presidente del Gobierno y el presidente del Gobierno tiene que pedir su disolución; mientras que eso no se produce, tiene que actuar porque estamos hablando de una organización terrorista y, desde
luego, estaré siempre sometido a lo que digan la ley y los tribunales, que esto es lo que algunos en esta Cámara parecen no entender.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.


Señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Señor presidente, supongo que esto es cuestión de sensaciones, pero siento decirle que no puedo coincidir con usted en que su intervención no fue triunfalista. Fue muy autocomplaciente, no hubo ni un atisbo de
crítica. (La señora vicepresidenta, Villalobos Talero, ocupa la Presidencia). Cuando se hace una reflexión sobre en qué lugar estamos y qué es lo que se ha hecho, también convendría decir: Nos hubiera gustado ir por aquí, no hemos podido; lo
ideal hubiera sido llegar hasta aquí, no hemos llegado. Parecía que todo había salido a pedir de boca; parecía incluso que algunos cambios en Europa habían sido gracias a usted. Sinceramente, creo que fue una intervención muy desequilibrada en
ese sentido.


Ha vuelto a sacar lo del rescate y me referiré a ello muy brevemente. Yo no sé qué habría pasado. Usted da por sentado que con el rescate habríamos estado peor. O no. En esto hace falta ser Rappel, evidentemente, pero lo que es indudable
es que con el rescate, si hubiéramos estado intervenidos en el ámbito económico y constreñidos -como seguimos estando ahora-, habría habido más dinero, sobre todo más dinero para intentar impulsar la economía, porque no ha habido esos márgenes, como
usted insiste en hacernos ver e indudablemente tiene usted su punto de razón, para hacer determinadas cosas que se hubieran querido hacer. Por lo tanto, vaya usted a saber lo que hubiera pasado. Usted tomó una decisión y dijo: Voy a seguir a
rajatabla una política fiscal estricta y un control del gasto, que es lo que me pide Europa, y punto; y todo lo que tenga que subordinar a eso lo tendré que hacer, porque si no paso por aquí -esto fue una decisión suya, su visión del asunto-, si no
hago esto no voy a salir del paso. Es su forma de ver las cosas, y tiró por ahí. Yo creo que cuando dice, por ejemplo, que en políticas sociales había que tomar decisiones, que no llegaban, considero que en políticas sociales usted no ha sido
suficientemente crítico con las exigencias europeas. En políticas sociales debería haber buscado grandes acuerdos con otros grupos. Debería haber buscado acuerdos con la oposición, intentar llegar a unos mínimos, ver dónde sí y dónde no. Por
cierto, hablando de la educación, me preguntaba si conozco algún país que en el caso de los inmigrantes... Sí, Euskadi; allí no se está haciendo lo que su decreto -que, por cierto, está recurrido- ordena.



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En cuanto a la sanidad española, yo no he hablado de privatización. Voy a empezar a pensar, como el señor Rubalcaba, que a veces inventa palabras que yo no he dicho. Yo no he hablado en ningún momento de privatización. Es más, nosotros
creemos que un buen sistema sanitario tiene que tener una buena coordinación, una complementariedad entre lo público y lo privado, dando evidentemente prioridad y con una base fundamentada en la parte pública. Es así como lo entendemos en Euskadi.
Ahora, es verdad que la sanidad española es muy diferente en unos sitios y en otros, y que evidentemente se han producido recortes.


Respecto al paro, señor presidente, usted me dice: es que el dato es muy importante. El dato del paro registrado claro que puede variar y puede bajar, como que hay gente que se va, que emigra, que desiste de apuntar su nombre en el paro
porque ha desistido de encontrar un empleo, etcétera. ¿Qué es lo importante, qué es lo que nos da la medida de si la economía está funcionando o no, si la gente está empleada o no? Al final, el nivel de ocupación, señor presidente, si hay más
puestos de trabajo o no, si hay más nivel de ocupación o no en el país. Y esos datos, desgraciadamente -y espero que esto se empiece a corregir el año que viene, tal y como usted espera; yo también-, hoy por hoy son negativos y el último año han
sido desastrosos: 200.000 menos. Por cierto, hablando de las estadísticas del paro, un asunto que se me olvidaba: no sé si fue a finales de 2012 o en 2013 pero hay un momento determinado en que ustedes sacan de las estadísticas del paro a
aquellas personas que están en cursos de formación. Por tanto, el dato del paro es un poco blandiblú, es manejable; lo que no es tan manejable, lo que está claro porque es un dato objetivo basado siempre en los mismos supuestos es el nivel de
ocupación, los puestos de trabajo que hay.


No me diga que no le he reconocido cosas. Yo le he reconocido lo de la prima de riesgo, claro que sí. Me dice: Es que no reconoce el valor... Sí, sí, lo reconozco, aunque también he dicho que el BCE tiene mucho que decir en eso, pero
claro que le reconozco que es un dato positivo. Lo que yo le quiero decir es que -y lo he dicho así- aun habiendo una mejora frágil y tenue -como decía el ministro de Economía- hay que decir a la sociedad que esto todavía no ha pasado, que la
mejora no la va a notar inmediatamente porque va a haber un bajo crecimiento, porque ese 1% no va a ser suficiente para disminuir el número de parados, no lo va a ser todavía, señor presidente. Eso también hay que decirlo, porque parece que hemos
superado ya la cumbre de la colina y no es así. Hay que decir que este es un país humilde, con pocos recursos, muy dependiente y que habrá que trabajar duro, el que tenga trabajo, claro, pero desde luego las instituciones. No nos podemos seguir
recreando en estadísticas y apoyándonos en sectores que tengan poco valor añadido. Tenemos que apostar por una clase media que es la que genera cohesión social y, desde luego, no querer que esta clase media sea únicamente una especie de colchón
ante la falta de políticas sociales o problemas en educación, o de vivienda, etcétera.


Señor presidente, no haga demagogia con una palabra que he dicho con todos mis respetos y no la he dicho pensando en las personas. Ha querido hacer ver a la gente -porque seguro que usted no lo ha pensado así- que estaba insultando de
alguna manera o menospreciando a los camareros y a la gente que trabaja en servicios. Ni muchísimo menos; usted sabe que no y sabe que es una fórmula al hablar de que la economía se fundamenta en determinados sectores. Un poco de juego limpio en
ese sentido. ¿Que es importante el turismo para España? Claro que sí, pero no podemos sostener la economía española en cómo van las temporadas de turismo. Hay que estar pensando en el futuro y, sinceramente, nuestro modelo va más por Silicon
Valley que por Eurovegas. Usted me habla de que se está exportando, de bienes de equipo, etcétera; pero, ¿el país en general? No, algunas partes del país y usted sabe cuáles son y dónde están localizadas precisamente porque el modelo económico es
diferente. Y si eso no se hace extensible a otras partes del país, la economía española va a seguir siendo endeble.


Por cierto, señor presidente, ha hecho una pequeña mención a la reestructuración bancaria, lo que han hecho, etcétera. Yo querría decirle algo al respecto. Desgraciadamente, la reestructuración bancaria se ha llevado por delante un sistema
de cajas de ahorros que no debería haber acabado así, porque las cajas de ahorros cumplían y podrían haber seguido cumpliendo una función social importante en este país. Las bien gestionadas -que las había, que las hay y usted lo sabe- pueden
seguir prestando servicios muy importantes a la sociedad. Sin embargo, haciendo tabla rasa se ha hecho una equivalencia entre estas cajas de ahorro que están absolutamente mal gestionadas por representantes políticos -muchas de ellas por
representantes políticos de su propio partido- y las otras, con todas, como si el sistema en sí estuviera mal y hubiera sido un error. Y no es así, señor presidente. De la reestructuración bancaria se podría estar hablando largo y tendido.



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Señor presidente, dice que no está de acuerdo con el análisis que hacemos de una recentralización y que lo único que quieren es que se trabaje con más eficacia. Sí, pero las normas atañen a todos, estamos sujetos a ellas todos y si ustedes
quieren hacer determinadas modificaciones, como antes se hizo una distribución competencial de determinada manera, habrá que retocar esas normas que dicen que la distribución competencial es la que es, que en algunos casos incluso implican al bloque
de constitucionalidad, porque esas normas aparecen en los estatutos de autonomía. Pero ustedes no se paran en eso, ustedes dicen: con una ley orgánica esto lo doy por superado. ¿Por qué? Porque es más eficaz. ¿Cómo que es más eficaz? No; las
normas sujetan a todos. Por eso le digo que el sistema no se corresponde, si alguien lee la letra, con la música, con lo que está sucediendo ahora; por eso le digo que hay que hacer una reflexión y por eso le digo que hay que ponerse de acuerdo.
No vale con tirar del 149.1.1ª, como si fuera un chicle, para todo, eso no justifica cada una de las medidas que ustedes toman. ¿Niveles de descentralización mayores que España? Se me ocurre Canadá o México, por poner algunos ejemplos. También se
me ocurre, hablando del nivel de descentralización, que todavía desde el año 1979, cuando se aprobó el Estatuto de Gernika, hay transferencias pendientes, algunas acordadas con el Gobierno anterior pero que siguen sin traspasarse.


No me ha dicho, señor presidente, y se lo tengo que volver a preguntar porque es muy importante que lo aclare, muy importante, cuando apela a las fórmulas establecidas para la modificación constitucional, ¿está diciendo que usted y su
partido están dispuestos a abrir esa vía para que podamos llegar a un acuerdo, para que podamos llegar a una discusión, para que nos encontremos todos más a gusto dentro del Estado español o simplemente lo que esta diciendo es: Miren ustedes, hay
unas vías pero como esas vías las controlo yo porque tengo la llave de la puerta, no se lo digo pero se lo pueden imaginar, están cerradas a cal y canto? Aclárenoslo, sea leal. Yo creo que si hay unas vías -y me parece bien que haya que
seguirlas-, lo leal es decir: si alguien no está a gusto en la situación actual -y desde luego en el caso catalán es evidente; en el caso vasco también por las mayorías que se observan en el juego parlamentario-, como yo tengo la llave, vamos a
discutir y ver si llegamos a un acuerdo o no, y ya veremos. Pero al menos ver la posibilidad y no decir: Hay una posibilidad, pero no se la voy a permitir. Aclárenoslo, por favor.


Respecto al tren, no habrá una pinza, será inconscientemente, pero lo cierto es que en estos momentos parece que coinciden. Y además el movimiento se demuestra andando, y más en un tren: pongan ese dinero para el nudo de Bergara. ¡Si
hasta los años 2017 y 2018 no son las inversiones importantes, y un poquito en 2016! Es plurianual y en esta legislatura pueden poner ese dinero perfectamente. Esos proyectos se aprobaron a finales de 2012 y a día de hoy se encuentran sin licitar,
sin fecha y sin dotación económica. Señor presidente, el movimiento se demuestra andando y usted me reconoce que en el nudo de Bergara tengo razón. ¿Cuál es el problema presupuestario? Desde luego para este año no lo hay; muévalo, soluciónelo
usted que para eso es el presidente del Gobierno. Y desde luego la reunión de la comisión interinstitucional para el tren fue a requerimiento nuestro.


Respecto de la paz, y ya acabo, señor presidente, pero este tema...


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Señora vicepresidenta... Ah, ya decía yo que con este rigurosísimo corte de tiempo había cambiado la presidencia. (Risas). Perdone, señora vicepresidenta, va a ser únicamente un minuto.


Señor presidente, usted me dice que pida a ETA que se disuelva. Oiga, ¿no lo he hecho? Lo he hecho aquí en esta tribuna, lo he hecho públicamente ante los periodistas, lo he hecho en ruedas de prensa, al igual que los dirigentes de mi
partido. ¿Qué le tengo que dar a cambio? Nada. Se lo he dicho aquí, se lo hemos dicho ante la prensa y se lo hemos dicho en todas las ocasiones que hemos tenido, incluso se lo ha dicho el lehendakari Urkullu directamente cuando ha hablado con
usted. Usted ya sabe lo que pensamos sobre este tema, lo sabe con absoluto detalle y sabe también que nosotros vamos a seguir trabajando desde la discreción y esperemos, porque sería lo ideal, desde acuerdos interinstitucionales que facilitaran
todo. No voy a ir más allá en este tema.


Muchas gracias, señora vicepresidenta.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señor Esteban.


Señor presidente.



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El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señora presidenta, señoras y señores diputados, señor Esteban, voy a intentar responder a las cuestiones que usted ha planteado en esta que ha sido su segunda intervención en la mañana de hoy.


El parecer o no triunfalista probablemente sea una cuestión de sensaciones y, planteadas así las cosas, que es realmente como se han planteado, no tiene ningún sentido continuar la discusión. Lo único que quiero reiterar sobre este asunto
es que ayer expuse que se había producido un cambio de rumbo y también señalé que quedaba muchísimo por hacer. Dije hasta la saciedad que con más de 5,5 millones de españoles que no pueden trabajar en este momento es evidente que el Gobierno no
está satisfecho. También señalé que queda mucho por hacer y plantee aquí una serie de reformas estructurales, y dije que deberíamos seguir reduciendo el déficit público, y también recordé a la Cámara que era importante y que es un reto pendiente la
reducción de la deuda pública española. Hay muchos desequilibrios que por fortuna ya hemos logrado superar y hay otras cosas que todavía no hemos hecho, pero lo que sí creo -siendo como es mi obligación transmitir a los españoles lo que yo creo que
es la verdad de lo que está sucediendo aquí- es que el rumbo ha cambiado. Queda mucho por hacer, vamos a seguir trabajando, tenemos ilusión, tenemos ganas y lo que hemos vivido estos dos años nos demuestra que las cosas se pueden hacer mejor y
pueden ir mejor también en el futuro. El debate sobre el rescate hoy ya no tiene sentido y eso es lo más positivo. No tiene sentido. Yo no sé cómo estaríamos si hubiéramos pedido el rescate y realmente tampoco creo que contribuya nada el hacer un
ejercicio que en cualquier caso no nos iba a llevar conclusión alguna. Solo le digo una cosa: viendo a mis colegas de los países que han estado sometidos a esa situación, sinceramente, prefiero ser el presidente del Gobierno de un país que tiene
soberanía económica y que puede tomar sus propias decisiones sin que nadie se las imponga. (Aplausos).


Sí quisiera hacer un comentario, señor Esteban, porque me parece importante, sobre las políticas sociales. Antes le he dicho, y se lo reitero ahora, que en dos años perdimos 70.000 millones de euros. Claro, 70.000 millones de euros es una
cifra, a nadie se le escapa, que... Es que si no los hubiéramos perdido, el déficit público en este momento en España sería Historia de España porque tendríamos superávit en las cuentas públicas. Pero los perdimos y eso nos ha obligado a tomar
decisiones -como le señalaba antes- al Gobierno anterior y a este que presido yo. Pero esto les ha ocurrido a muchísimos países en la Unión Europea, incluso a países que no han vivido una situación como la nuestra. Mire, Francia, en el presupuesto
de este año, en el presupuesto de 2014 ha tenido que aprobar un paquete de consolidación de 18.000 millones de euros de los cuales 15.000 millones de euros son medidas de gasto, 9.000 millones de reducción del gasto del Estado incluyendo la prórroga
de congelación del sueldo de funcionarios, la reducción de 13.000 puestos de funcionarios y 3.000 millones de reducción de inversión pública. Y 6.000 millones -Francia- en prestaciones sociales, incluyendo 3.000 millones en sanidad y otros 3.000
millones procedentes de reformas en pensiones, ayudas sociales y prestaciones por desempleo. Eso se ha aprobado en Francia hace unos meses, porque es el presupuesto de este año, en una situación de déficit público infinitamente mejor que la
nuestra. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en Holanda, un país que yo creo que es AAA-, no sé si la ha perdido en las últimas fechas, pero me es igual-, un país que va perfectamente a los mercados, que no tiene mayores problemas, pero que tiene
dificultades con su déficit público; evidentemente un déficit público mucho más bajo que el español. Pues ese Gobierno ha aprobado medidas de ajuste por valor de 22.000 millones de euros, un aumento del IVA de dos puntos, hasta el 21%, pero sin
tantos IVA reducidos al 4% y al 10% como ocurre en España; la congelación de los salarios públicos; el aumento de la edad de jubilación; la reducción del gasto en sanidad en 5.000 millones de euros e incluso restricciones en la percepción del
seguro de desempleo. En Holanda. Y tengo aquí otros países, Bélgica, etcétera. Es decir, démonos cuenta de en qué contexto estamos. Estos países tienen un déficit público que -ya me gustaría a mí tenerlo en nuestro país- es mucho más soportable
y sin embargo han tenido que tomar estas decisiones. Nosotros también, pero, como le he señalado antes, creo que hemos actuado con equilibrio. Vuelvo a señalar: no hemos bajado las pensiones. Ya me gustaría a mí subirlas el 3 o el 4, o el 5, o
el 10%, ¡pero es que no podemos! Los grandes servicios públicos se han preservado. El seguro de desempleo se ha preservado. Sí, hemos tenido que hacer algunos recortes; como han hecho, insisto, todos los países de la Unión Europea.


Quiero reiterar -ya no vuelvo más a esto del triunfalismo- el tema Silicon Valley y Eurovegas. Las dos cosas son positivas. Evidentemente las cosas son como son, pero sinceramente creo que nuestro país ha avanzado, y mucho, a lo largo de
los últimos tiempos. Fíjese: en los últimos cincuenta años -un dato que conocí el otro día de la Universidad de Pennsylvania- hay cinco países en el mundo que han avanzado más que todos los demás, y uno de ellos es España. Uno de ellos. Y luego
hay dos que son Hong Kong y



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Singapur, que en realidad son ciudades Estado, pero uno de ellos es España; en los últimos cincuenta años. Oiga, creo que este es un dato importante, es un dato positivo y un dato que también nos debe reafirmar en la confianza que tenemos
que tener en nuestro país.


Ha mencionado la reestructuración bancaria, sin duda alguna un tema de importancia capital. Ha hablado de las cajas de ahorros; solo se ha referido a este asunto y, sin duda alguna, es una opinión muy a considerar. Pero, mire, en el año
2014 ya es muy difícil entidades financieras sin dueño. Eso ya es muy difícil en el año 2014. Las cajas cumplieron un papel en su momento, generaron luego enormes problemas y dificultades al conjunto de la sociedad española, hemos intentado
superarlo y creo que hoy en día podemos decir que tenemos prácticamente culminada una de las operaciones más importantes y más difíciles que se hicieron en nuestro país, como es la reestructuración del sector financiero.


Ni Canadá ni México, señor Esteban, solo las islas Feroe, pero no vamos a comparar una cosa con la otra. No hay Estado en el mundo con un nivel de descentralización competencial como España; no lo hay. Esto es un hecho objetivo y, a
partir de ahí, cada uno puede hacer los juicios de valor que estime oportuno y conveniente, pero el hecho objetivo es lo que no podemos discutir nunca.


El tema de la recentralización no lo comparto. Creo que en este momento hay dos asuntos encima de la mesa que son importantes, la reforma de la Administración y la unidad de mercado, donde no vamos a tomar nosotros decisiones vulnerando las
competencias de nadie. De este asunto creo que todos debemos hablar con el único y fundamental objetivo de hacerle la vida más fácil al conjunto de los ciudadanos.


Me comprometo con usted a intentar resolver de la forma más rápida y eficaz el tema de la Y vasca. Y con esto termino mi intervención.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señor presidente.


Vamos a iniciar el turno del Grupo Parlamentario Mixto. En primer lugar, tiene la palabra el señor Errekondo.


El señor ERREKONDO SALTSAMENDI: Señor Rajoy, una vez más ha realizado usted un discurso plagado de palabras vacías; un discurso lleno de vacíos; aire, señor Rajoy, como el que golpean las palmas desbocadas de su bancada. Hablemos claro,
señor Rajoy, el Estado español está gravemente enfermo, y no por su gente, sino por quienes lo rigen. Pero, lo que es peor, su soberbia ha convertido esa enfermedad en epidemia, y esa epidemia, señor Rajoy, es la que el Estado padece, que es el
déficit democrático, un déficit democrático que principalmente perjudica a la propia sociedad, a la gente de la calle y, por supuesto, a Euskal Herria, entre otros.


Hablemos de las dos crisis, señor Rajoy, de la crisis socioeconómica y de la política territorial. Para ustedes la crisis económica es la excusa perfecta para aplicar las políticas neoliberales del ideario de su partido. ¿Para qué? Para
mantener el statu quo por encima de lo que sea y de quien sea. Así, ustedes ponen las instituciones y los poderes públicos al servicio del poder privado. Centralizan ustedes el poder público para controlarlo y privatizan el poder público para
entregárselo a los poderes económicos y financieros. Pero es que, además, ustedes pretenden engañarnos convirtiendo lo que son las consecuencias de la crisis, como son el paro y la deuda pública, en las causas de la misma. ¿Cómo puede ser esto si
ustedes mismos son los que han convertido la deuda de los bancos en deuda pública, la de esos bancos que hoy cuadruplican sus beneficios? ¿Cómo puede ser cuando las empresas del IBEX 35 han obtenido unos beneficios de 20.000 millones de euros en
nueve meses? Precisamente las principales defraudadores fiscales, que ustedes amnistían e indultan; precisamente cuando el fraude fiscal alcanza ya el 25% del PIB, 250 millones de euros, señor Rajoy. Y no lo digo yo; lo dicen los propios
trabajadores del Ministerio de Hacienda.


Señor Rajoy, mientras 12 millones de personas viven en la pobreza, las 20 personas más ricas de este país poseen un patrimonio de un valor equivalente a los ingresos del 20% de la población más pobre. Esta, señor Rajoy, es su aportación a
la sociedad y este es su método, el método deadlock -abrazo mortal-, porque usted, por un lado, desmantela los servicios sociales, desmantela el Estado del bienestar y lanza a miles y miles de familias a la exclusión social y, por otro lado, usted
ataca las libertades democráticas de la gente prohibiendo incluso que hagan protestas, amordazándolas y criminalizándolas. Y es que ustedes dentro de su ideario, de ese ideario neoliberal, están dispuestos a llegar a cualquier lugar de cualquier
manera, incluso vulnerando la propia Constitución, como el último informe del Poder Judicial relativo a la ley de seguridad ciudadana ha indicado.



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Ustedes ejecutan los recortes a dos manos: en una mano empuñan las tijeras de los recortes sociales y en la otra empuñan la porra y la mordaza contra las libertades democráticas de la gente. Tijeras y porra y mordaza, ¿dónde tiene usted la
mano tendida, señor Rajoy? Ustedes nos robarán y nos maltratarán, pero no nos engañarán. Señor Rajoy, es que usted tiene miedo a escuchar la voz de la gente y por ello la reprime brutalmente. Si 20 jubilados se juntan en la calle, usted llama a
la policía política y los disuelve. Si rodean el Congreso los de blanco, están drogados; si van de verde, es que son ignorantes o analfabetos, y si son jóvenes, son antisistema o violentos. Ustedes los criminalizan a todos. Y si un grupo de
gente trabaja públicamente a favor de los derechos de los presos, ustedes los detienen y los envían a prisión. Este es su Estado, Estado de excepción, cero derechos y cero libertades.


Señor Rajoy, considero que es hora de que usted empiece a escuchar y tiene muchos ejemplos para poder escuchar. Escuche, por ejemplo, a la población de Treviño. Escuche usted a la mayoría de la sociedad vasca y sus instituciones, que ha
rechazado tajantemente sus pretensiones con respecto a la Lomce, a las administraciones locales, al aborto, a Garoña. Escúchenos y tomará conciencia de la realidad de Euskal Herria y usted mismo se dará cuenta de que a usted solo le corresponde
respetar lo que la sociedad vasca y solo ella decida.


¿Y qué hacemos con la corrupción, señor Rajoy, cuando más que una enfermedad se ha convertido en una epidemia extendida incluso hasta a su cómplice de gobierno de Nafarroa? El Gobierno de UPN, con la vicepresidenta Goicoechea y la
presidenta Barcina a la cabeza, está bajo fundadas sospechas de corrupción. Y usted, en vez de exigir responsabilidades políticas, va rápidamente y la ampara dándole ánimos e instándola a ser fuerte. Tal como, no sé si recuerda usted, se lo dijo a
Bárcenas, se lo dice ahora a la señora Barcina. ¿No le parece a usted grave amparar a una presidenta que hace apología de la corrupción? Le recuerdo, señor Rajoy, que el Amejoramiento del Fuero navarro no fue votado por la ciudadanía navarra y que
por tanto es un marco impuesto, y ustedes continúan agrediendo la legitimidad del Parlamento navarro y siguen, como entonces, queriendo usurpar la palabra de la ciudadanía navarra y queriendo decidir su futuro desde aquí, desde Madrid.


¿Nafarroa es cuestión de Estado, como lo han afirmado su portavoz el señor Alonso o el ministro de Justicia, o el ministro del Interior? No, Nafarroa es cuestión solo de las navarras y de los navarros. Señor Rajoy, como ha visto, Navarra
es un claro ejemplo de la crisis territorial, crisis agudizada por su posición contraria a respetar la identidad de la nación vasca y su derecho a decidir su propio futuro. Además, ustedes están en una situación de imposición de un Estado
centralista que sabe usted que es rechazado en Euskal Herria, usted lo sabe bien. Ya le dijimos el primer día que tuviera usted en cuenta las dos fotos, la del Ebro para arriba y la del Ebro para abajo. No piensan aprender nada, por lo visto, de
la lección que el Gobierno británico les ha dado respetando la decisión del pueblo escocés. ¿No piensan ustedes aprender acaso de la determinación del pueblo vasco? Pues más les valdría, porque Euskal Herria está en marcha y avanzamos ya hacia la
construcción de nuestro propio país, sabedores de que el futuro está en nuestras manos. (Pronuncia palabras en euskera). Por tanto, a usted solo le corresponde respetar lo que la sociedad vasca, y solo ella, decida. Señor Rajoy, como usted bien
decía en el discurso de ayer, nadie unilateralmente puede privar al pueblo vasco de decidir su propio futuro.


Señor Rajoy, ¿realmente usted se cree todo lo que dice? Porque ¿cómo que no hay un conflicto político, si las dos últimas escisiones de los dos grandes partidos estatales se han producido en Euskal Herria, directamente relacionadas
precisamente con ese conflicto? ¿Cómo se han generado si no UPyD y Vox? Ustedes saben bien dónde y cómo se han generado. Pregunten si no al portavoz de este Parlamento del Partido Popular. Así pues, sí existe un conflicto de origen político de
Euskal Herria con el Estado, porque incluso usted mismo reconoció ayer en su intervención, cuando habló de la confrontación que mantienen ustedes con Cataluña, que es de la máxima importancia política. Así lo dijo usted, señor Rajoy. La solución
para resolver esos conflictos es clara y la conoce: reconocimiento de la nación vasca y respeto al derecho a decidir. Como bien sabe usted, está en marcha el proceso de paz y normalización democrática, está en marcha y la sociedad así lo demanda,
y con ella van los principales grupos políticos, sociales y sindicales, comprometidos con la paz y con la superación de las consecuencias del conflicto. Sin embargo, usted continúa anclado en el inmovilismo e intentado obstruir cualquier avance,
cueste lo que cueste, incluso cargando a sus espaldas las treinta y cinco personas muertas por las medidas penitenciarias de excepción y la dispersión. Señor Rajoy, ¿sabe que de ellas diecisiete son familiares? ¿Acaso será Arkaitz Bellón el último
muerto? ¿Escuchó usted el pasado 11 de enero a más de 135.000 voces desde Bilbao, igual que lo está haciendo de manera continua la mayoría de la sociedad vasca, reclamarle pasos hacia la paz bajo el lema: Derechos humanos, paz, solución? ¿Con
cuál de ellos no está usted de acuerdo,



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señor Rajoy? Señor Rajoy, acabe ya con las medidas de excepción y con la dispersión, porque usted sabe que provocan muertes y sufrimiento.


Voy acabando, señora presidenta. Estos días, a los que usted no ha querido aludir, su desgobierno nos ha obsequiado con un vergonzoso espectáculo -usted lo sabe, quizá por eso no ha querido aludir a él-, con un insulto permanente hacia los
miembros de la Comisión internacional de verificación, profesionales de una trayectoria que ni siquiera usted puede cuestionar y que están haciendo una labor a la que se están negando ustedes. La Comisión internacional de verificación ha verificado
y sellado un depósito de armas y explosivos de ETA y los ha dejado fuera de su uso operativo. Ese es un hecho; de los dichos a los hechos. Señor Rajoy, es verdaderamente penoso que usted tenga que justificar su inmovilismo y que para ello tenga
que desacreditar un hecho de tanta relevancia como el que se ha dado este viernes. Muy poca gente comparte su opinión en Euskal Herria, usted lo sabe y, si no, pregúnteselo a la gente del Partido Popular en el País Vasco. Usted dice que tiene
capacidad, pero no hace nada. Usted no desea el desarme, usted no desea la paz y dirá: no les debo nada, como nos decía usted en el discurso de investidura y en el debate del año pasado. Cierto, no nos debe nada a nosotros, pero le debe usted, y
mucho, a la sociedad vasca. Usted debe respeto a lo que decida la sociedad vasca y solo ella.


Muchas gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señor Errekondo.


Por el mismo grupo, señor Bosch.


El señor BOSCH I PASCUAL: Gracias, presidenta.


Señor Rajoy, contaré hasta tres y usted abrirá los ojos. Uno, dos, tres, ¡despierte, señor Rajoy! (Risas). ¿Ahora ve el mundo real? ¿Ve a 6 millones de parados, un millón de los cuales bajo su mandato? ¿Ve a 3 millones de niños en la
pobreza? ¿Ve a 150.000 empresas destruidas bajo su presidencia? ¿Ve 200.000 desahucios, a 200.000 personas sin techo bajo su mandato? ¿Ve a las personas sufrir en el mundo real? Ayer no lo parecía. Despierte, señor Rajoy. Salga del mundo de
Matrix, deje de levitar y baje a la tierra. ¿Ve usted a los adultos, personas responsables, a los que usted ha robado sus derechos? ¿Ve a las mujeres que quieren y que no puedan decidir sobre su futuro y su propio cuerpo? ¿Ve usted a los jueces
que no podrán impartir justicia universal? ¿Ve usted a los manifestantes que no podrán expresar sus opiniones libremente en la calle? ¿Ve todo eso? Señor Rajoy, despierte.


Despierte en relación con Cataluña. Dice que la consulta no se hará. Dice que no se quedará indiferente. Vaya derroche de dinamismo. No se quedará indiferente. ¿Qué piensa hacer, señor Rajoy? Lo normal es que la gente vote. Lo anormal
es que la gente no pueda votar, que se lo impidan, que se lo prohíban. Eso no es normal. ¿Qué piensa hacer usted para sabotear las urnas? ¿Qué disparate piensa cometer? Porque ni la ley ni la razón abonan sus tesis. El día 10 de noviembre,
cuando la gente ya haya votado en Cataluña, usted se despertará y ¿qué hará? Pues será el cuento más corto jamás contado: despertó y entonces vio que la república catalana estaba ahí. Despierte, señor Rajoy. ¿O piensa quedarse petrificado como
las Tablas de la ley bajando del monte Sinaí, diciendo la ley es la ley y la ley dice no votarás, no votarás, no votarás y solo me votarás a mí cuando me presente y solo votarás lo que yo quiera que votes y no votarás aquello que no me parece bien
que votes? Las Tablas de la ley en piedra. Y después pide diálogo, pero, señor Rajoy, es muy difícil dialogar con una piedra. ¿Lo ve o no lo ve? Despierte, señor Rajoy. ¿O piensa seguir en su estado de hipnosis? ¿Qué oferta hará a los
catalanes? ¿Cómo nos piensa seducir? Como político supongo que tendrá en su agenda eso. ¿Hará como el ideólogo del colonialismo francés Albert Sarraut en los años veinte, que decía: El mejor favor que les podemos hacer a los africanos es
convertirlos en petits Français noirs, en pequeños franceses negros? ¿Esa es su mejor oferta para Cataluña, que nos convirtamos -lo queramos o no- en pequeños españoles en Cataluña? Señor Rajoy, ¿piensa hacer algo más, aparte de montar aquelarres
en Cataluña, invitando a los cuatro jinetes del Apocalipsis, proclamando las siete plagas de Egipto, bramando que antes abrazarán el veto que no el voto, antes la imposición que la autodeterminación, antes el naufragio que el sufragio? ¿Es esa su
estrategia? Veo que no despierta. Señor Rajoy, no hay peor Rajoy que el que no quiere ver. No hay peor Rajoy que el que no quiere oír.


Nosotros intentamos ir por el mundo despiertos, de pie. Sabemos lo que queremos, tenemos voluntad ética y, si usted no nos quiere escuchar, nosotros queremos dirigirnos a los españoles, a los españoles buena gente democrática que sí que
dialogáis, y deciros: sabéis que no estamos en la Edad Media, que ya no existe el derecho de pernada, que la gente es libre y que vivimos en Europa occidental en el siglo XXI. Sabéis que pensáis en vuestros hijos como nosotros y que queremos un
mundo y un futuro mejor



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para ellos. Sabéis perfectamente que aplastar la voluntad democrática mayoritaria del pueblo de Cataluña lleva a perjudicar y degradar la misma democracia en España, mientras que aceptar la voluntad democrática de los catalanes lleva a
reforzar y consagrar la misma libertad y democracia en España. Por eso, el día señalado, españoles de buena fe, seguro que nos vemos frente a frente. Nos miraremos a los ojos, de tú a tú, hablaremos con el respeto con el que se habla entre iguales
y prometeremos que nunca, nunca, nunca seremos esclavos del poder y que siempre, siempre, siempre, españoles, seremos amigos y residentes en la libertad. (Continúa su intervención en catalán). Uno, dos, tres, democracia, señor Rajoy, despierte a
la democracia.


Muchas gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señor Bosch.


Por el mismo grupo, señora Fernández.


La señora FERNÁNDEZ DAVILA: Muchas gracias, señora presidenta.


Señorías, señor presidente, el seguidismo complaciente que se hace de las medidas económicas impuestas por la troika y la complacencia de este Gobierno por aplicar a rajatabla sus directrices solo han servido para arrastrarnos a una crisis
más profunda. Todas las reformas a las que usted ha aludido han supuesto recortes, señor Rajoy: de servicios públicos, de derechos sociolaborales, de salarios, de libertades. Todas las reformas laborales que ustedes han realizado han convertido
al Estado español en el que tiene peor protección laboral en la Unión Europea. Ustedes han conseguido acabar con la negociación colectiva, con el diálogo social, con los acuerdos laborales y han entregado todo el poder a la patronal. Ha sido un
año, señor Rajoy, marcado por la corrupción, fundamentalmente de su partido, envuelto en casos como Bárcenas y Gürtel. El mismo Consejo de Europa alertó sobre este asunto y sobre las injerencias políticas en los órganos judiciales. Señor Rajoy, la
marca España no es precisamente un ejemplo de pulcritud.


La recentralización de competencias ha sido otro de sus grandes caballos de batalla. La Ley de racionalización de la Administración local es todo un ejemplo de usurpación competencial a las comunidades autónomas y entes locales. La Lomce
es otro modelo de vulneración competencial, así como otras muchas leyes. En este asunto, señor Rajoy, desde el BNG, en el que aspiramos a que se reconozca la realidad nacional de Galicia, rechazamos su actitud intolerante de no respetar el derecho
democrático de los pueblos a decidir y que con su intransigencia trate de impedir que catalanes y catalanas se expresen libremente en las urnas. Esta es, señorías, una crisis que afecta de lleno a la configuración básica del sistema político e
institucional actual, diseñado para la integración en un modelo de la Unión Europea que, además de profundamente desigual, es centralizado. Para el BNG la conclusión es clara. Se precisa una profunda remodelación del Estado que desde el
reconocimiento a la pluralidad nacional otorgue poder a las naciones y que desde sus propias realidades se pueda consolidar un modelo social y económico que profundice en la igualdad y la justicia social.


Paso ahora, señorías, señor presidente, a un hecho trágico y me refiero al accidente del Alvia. Aquí permítanme un inciso para recordar a las víctimas, a sus familias y afectados por el siniestro. Señor Rajoy, he de decirle que echamos de
menos en su discurso alguna referencia a esta tragedia. A estas alturas del proceso el BNG tiene que hacerle una dura crítica por la negativa de su Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular que lo apoya a constituir una comisión de investigación
para esclarecer lo sucedido. Una cosa es el delito penal, que ha de entenderse en el ámbito judicial, y otra muy distinta son las responsabilidades políticas que deben ser abordadas en esta Cámara. A pesar de los datos e informes que han
trascendido en el marco del proceso judicial, sistemáticamente se han negado a crear esta comisión, que está más que justificada ante la revelación de informes muy graves. Hay responsabilidades políticas -sí, cada vez está más claro- por las
rebajas realizadas en el sistema de seguridad ferroviaria y por desoír las advertencias sobre la peligrosidad de la curva de Angrois. ¿Acaso cree usted, señor Rajoy, que puede caer en saco roto lo que dice el juez instructor del caso, que en su
auto llega a acusar al ADIF de arriesgar vidas en Angrois por un fin lucrativo?


Continuamos con otro tema, señor Rajoy, que ha removido los cimientos económicos de Galicia, la venta de Novagalicia Banco. En el BNG nunca estuvimos de acuerdo con el proceso efectuado con la caja gallega, que ha terminado vendiéndola a
precio de saldo. Igual que censuramos que no se la declarase entidad sistémica, algo que sí le reconocieron a Bankia, también criticamos con dureza la decisión de ponerla en venta de modo apresurado, bajo un proceso calificado por muchos de
oscurantista y opaco. Con su venta han impedido que Novagalicia Banco se convierta en un banco público, propiciando así un



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sistema financiero galego necesario para impulsar el desarrollo socioeconómico de nuestro país. Casi nada, señor presidente. Con su mala gestión, los contribuyentes han perdido nada más y nada menos que 8.000 millones de euros. Un dato.
Durante el periodo de crisis económica y reestructuración bancaria, se han incrementado los depósitos en Galicia, pero, lejos de traducirse en incremento del crédito, este se ha reducido fuertemente, de manera que es la comunidad en la que la
relación entre créditos y depósitos ha sufrido una peor evolución. Han vendido Novagalicia Banco sin previamente resolver en su totalidad el problema de la estafa financiera a los preferentistas. Quedan 35.000 y nosotros le proponemos, señor
presidente, que resuelva el problema de manera colectiva sin necesidad de que tenga que llegar la sentencia judicial o que tengan que interponer recurso.


Y de estafados preferentistas a emigrantes retornados castigados por la Administración. Miles de pensionistas y emigrantes retornados se han visto obligados a salir a la calle porque son tratados por Hacienda como defraudadores cuando no
son más que emigrantes desinformados, multados por Hacienda cuando desde todos los ámbitos se les había asegurado que su pensión estaba exenta de tributación. Sin embargo, la Agencia Tributaria, en lugar de asesorarlos adecuadamente, les abre
expediente, con multa y cobro de intereses. Es una injusticia, señor Rajoy. Los pensionistas afectados ya tildan este asunto de latrocinio. Mientras este Gobierno se comporta como un ave de rapiña con los débiles, es benevolente y protector con
los grandes defraudadores. Un ejemplo, me remito a las amnistías fiscales o la rocambolesca historia de los casos Nóos y Aizón.


He de trasladarle también, señor Rajoy, la enorme decepción del sector agroganadero gallego por la distribución de los fondos de la PAC. Un dato, señor Rajoy. Representando el sector agrario gallego el 9% del Estado, solo recibe el 3% de
los fondos PAC. En esta ocasión, los criterios no han sido impuestos por Europa. El Gobierno contaba con un gran margen para establecer criterios de reparto más justos y equitativos. Podía haber compensado a las pequeñas explotaciones situadas
mayoritariamente en Galicia para que no fuesen excluidas de las ayudas. En cambio, optaron por seguir primando a grandes latifundios y a quien no vive de la agricultura, relegando a los auténticos agricultores y agricultoras a la penuria de
supervivencia. También hay desacuerdo, señorías, señor presidente, con el reparto de las cuotas, sobre todo de la caballa y el jurel.


No tengo mucho más tiempo, señor presidente, y quisiéramos enumerar algunas cuestiones de su gabinete, concretamente aquellas que emanan del Ministerio de Justicia. Tenemos que decir que si algo suscita el señor Gallardón, es que concita la
unanimidad de distintos sectores sociales en contra de sus leyes. Me referiré a algunas: tasas judiciales que cercenan el derecho de acceso a la justicia; Código Penal, donde se sustituye razón por represión; vergonzosa proposición de ley que
pretende cercenar el compromiso de España con la justicia universal; intención de privatizar los registros civiles; y el gravísimo anteproyecto, en el que usted no quiere entrar, señor Rajoy, de reforma de la Ley del Aborto, que atenta contra los
derechos de las mujeres y pretende sustituir libertad por opresión.


No queremos finalizar...


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Señora Fernández.


La señora FERNÁNDEZ DAVILA: Finalizo, señora presidenta.


... sin manifestar nuestra censura total a la represiva ley de seguridad ciudadana, que quiere acallar la voz de la calle. Esperamos que tomen nota de lo que ha dictado el Consejo General del Poder Judicial. Y, por supuesto, vaya nuestra
total y absoluta condena con el trato inhumano a los inmigrantes, como ha pasado en Ceuta.


Señora presidenta, finalizo de verdad. Señor Rajoy, por mucho que se esfuerce en decir, por activa y por pasiva, que lo están haciendo maravillosamente bien y que gracias a ustedes se está superando la crisis, la realidad es otra muy
distinta. Ustedes han conseguido destruir...


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Señora Fernández, tiene que finalizar.


La señora FERNÁNDEZ DAVILA: Acabo, señora presidenta.


...más de 1.300.000 empleos, que se haya incrementado la temporalidad y la precariedad en el empleo, que los salarios sean más bajos, que se aplique el copago y se reduzcan prestaciones sanitarias, que se nieguen las ayudas a las personas
con discapacidad y a los mayores, que se rebajen las pensiones, que se reduzcan becas y ayudas para comedor y tantos y tantos otros recortes que han hecho posible la gran paradoja de que los ricos sí hayan salido de la crisis...



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La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Señora Fernández, lo siento.


La señora FERNÁNDEZ DAVILA: ...pero que los pobres sean cada vez más y más pobres.


Muchas gracias, señora presidenta.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señora Fernández.


Por el mismo grupo, señor Quevedo.


El señor QUEVEDO ITURBE: Gracias, señora presidenta.


Señorías, señor presidente del Gobierno, lo que nos temíamos, ochocientos treinta días después de su toma de posesión como presidente del Gobierno de España, lo que tenemos es un fenómeno clarísimo, un incumplimiento generalizado de sus
compromisos y un engaño masivo en relación con lo que fue su visión en campaña electoral de cuál era la solución de la crisis, de forma que el balance que usted ha hecho es un balance que, disfrazado de una aparente humildad -el reconocimiento de
que no todo está bien-, en el fondo es puro triunfalismo, triunfalismo a costa del sufrimiento de muchísima gente. Los datos ya se le han dicho a usted: un millón de personas más en paro, una deuda pública 23 puntos superior a cuando usted llegó,
la pérdida de población activa, que por cierto disfrazan en positivo los registros de paro, la destrucción de miles de pymes, cientos de miles de personas perdiendo su vivienda, muchísimas personas, 3 millones, que no pueden pagar su factura
eléctrica, etcétera. Por lo tanto, lo que está excluido de su discurso son las personas. Ha hecho un discurso centrado en los datos pero no centrado en la gente, porque, probablemente, que la prima de riesgo disminuya está bien, pero lo que está
mal es que no repercuta en quien de verdad está sufriendo unas condiciones de empeoramiento de sus condiciones de vida, como se da en el conjunto del Estado, y más en Canarias de forma claramente agravada.


El fondo del mensaje es que la crisis es la excusa. Es cierto que resolver esta crisis no es sencillo, es cierto, lo aceptamos. El problema es que la fórmula no es única. Ustedes han elegido una fórmula que es la que coincide con su
pensamiento, con el pensamiento ultraliberal, es decir, la responsabilidad está en los débiles y no en los fuertes, las políticas deben ser recortar los servicios públicos, empeorar las condiciones de vida de la gente que peor lo pasa y, sin
embargo, respetar los intereses de los auténticos responsables de la crisis. En definitiva, los únicos que están de verdad satisfechos con este balance son las cuentas de resultados de grandes entidades financieras y de la banca -muchas de ellas
rescatadas a costa del dinero público y a cambio de nada, como sabe- o de las grandes fortunas. Y como es una cuestión ideológica, ustedes han emprendido una campaña de contrarreformas aceleradas, desde la reforma de las pensiones a la reforma del
mercado laboral, y amenazan con seguir con esto; desde la innecesaria reforma de la Ley del Aborto, que atenta contra los derechos de las mujeres conseguidos a lo largo de años y años de lucha, al desarrollo de una ley de seguridad pública, que en
realidad es una ley antiprotesta y que, por cierto, ya le ha cuestionado a usted, como sabe muy bien, el Poder Judicial, o bien el haber acabado lamentablemente con la cuestión de la justicia universal: un retroceso masivo asociado a una forma de
entender las cosas que beneficia a los fuertes y perjudica a los débiles.


Desde la concepción canaria de las cosas, usted no ha hecho ni una sola mención a las realidades territoriales, porque las realidades territoriales no son las mismas en el conjunto del Estado. En Canarias, ya se lo dijo mi compañera en el
discurso anterior, usted estableció siete compromisos y los ha incumplido todos. La realidad canaria, en consecuencia, después de esos incumplimientos es 7 puntos más de paro que la media del Estado español, una tasa de pobreza 11 puntos mayor que
la media del Estado español, 6 puntos más de parados que no tienen en este momento ningún tipo de prestación, y usted ya nos ha contestado en más de una ocasión algo que confiamos en que no repita, por favor, que es que usted quiere mucho a
Canarias. Claro, el aserto de que hay cariños que matan encaja perfectamente en este tema. Nosotros se lo cambiamos por: obras son amores y no buenas razones, y las obras son cumplir con Canarias, cumplir con sus leyes, con su fuero, con su
Régimen Económico y Fiscal, con los convenios suscritos, que se han incumplido sistemáticamente, con que nos corresponda lo que es justo. No estamos planteando otra cosa. Por eso, nos vamos a permitir sugerirle un conjunto de tareas que nos parece
que resolverían con mucha claridad algunas de las cuestiones que le estoy planteando.


Revise la financiación autonómica. Perdemos -está constatado- más de 700 millones de euros al año, que son la garantía del mantenimiento de los servicios públicos. En empleo, con las cifras dramáticas que le he dado, ha desaparecido el
Plan integral de empleo de Canarias. Han desaparecido 42 millones de euros en dos años. Es incomprensible. Los Presupuestos Generales del Estado llevan tres años maltratando a Canarias. Se lo hemos demostrado con claridad, le hemos demostrado
cómo mientras se



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maltrata a Canarias en los presupuestos y no se cumple con su Régimen Económico y Fiscal, que es estar en la media de las comunidades del Estado -nadie está pidiendo aquí privilegios-, lo que ha ocurrido es precisamente lo contrario,
mientras en otras comunidades están pasando cosas distintas. Es difícil no pensar mal y acabar sospechando que tiene mucho que ver el color de los Gobiernos autonómicos para que se les trate de una forma o de otra.


Hay un asunto especialmente serio y preocupante que le tengo que traer aquí. Como sabe, ayer el Parlamento de Canarias ha decidido por mayoría solicitar de su Gobierno la autorización para una consulta sobre las prospecciones petrolíferas
en Canarias. El único que ha votado en contra de esto ha sido el Partido Popular, incomprensible si usted escucha a la vez a representantes relevantes de su partido en el área del Mediterráneo, en Valencia y en Baleares. Hemos escuchado al señor
González Pons y al señor Bauzá hacer unos discursos sobre las consecuencias absolutamente adversas de las prospecciones petrolíferas ante modelos económicos sustentados en el turismo que asumimos hilo por pabilo. Lo que es incomprensible es que no
lo asuma su partido en Canarias. Es contradictorio, es casi ridículo que su partido diga lo contrario en una comunidad que en la otra, a no ser que nos demuestren que los riesgos de un vertido petrolero o petrolífero serían superiores en el
Mediterráneo que en el Atlántico, lo cual va a tener difícil demostrar. Le tengo que decir que en Lanzarote y en Fuerteventura se han producido las manifestaciones más importantes de la historia de esas dos islas en contra de este tema y que frente
a esto lo que hemos tenido es una campaña de su Gobierno intensísima a favor de Repsol y en contra de los intereses generales de Canarias, porque los intereses generales de Canarias son los que persiguen la mayoría de los canarios. Se ha pasado por
encima de las instituciones, de los consensos, de los acuerdos, de las explicaciones. No se nos ha contestado cuáles serían los potenciales beneficios de una posible extracción de petróleo en Canarias. Le pedimos con toda seriedad que acepte usted
la demanda del Parlamento de Canarias, porque la mejor forma de saber lo que de verdad piensan los canarios es una consulta. Ya hemos oído en más de una ocasión que no hay ningún pueblo que pudiendo tener petróleo no lo haga.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Señor Quevedo, tiene que acabar.


El señor QUEVEDO ITURBE: Acabo ya, señora presidenta.


Esto ya lo hemos oído más de una vez, lo señala mucho su ministro de Industria. Yo le digo, pues hagamos una consulta y comprobará cómo los canarios le van a decir a usted que no. No vamos a aceptar el último argumento que ya les queda en
esta materia, que es el del coco de Marruecos: como Marruecos está por el otro lado... En relación con el coco de Marruecos que están ustedes utilizando le tengo que decir que mucho nos preocupa que parece que estén abandonando la defensa del
derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, lo cual en relación con la política exterior española nos sume en la más profunda preocupación.


Muchas gracias, señora presidenta.


La señora VICEPRESIDENTA (Villalobos Talero): Gracias, señor Quevedo.


Por el mismo grupo, señor Baldoví. (El señor presidente ocupa la Presidencia).


El señor BALDOVÍ RODA: Muchas gracias, señora presidenta.


Después del discurso triunfal del presidente, subió el señor Rubalcaba y le preguntó: ¿Pero en qué país vive usted, señor Rajoy? A mí, recordando su discurso, me vinieron enseguida a la cabeza un par de estrofas de la canción de la Abeja
Maya que no me resisto a compartir con usted. Usted, señor Rajoy, como Maya, vive en un país multicolor, vuela sin cesar a su mundo sin igual y no hay problema que no solucione Maya. Ahora en serio, mientras usted, señor Rajoy, recitaba su
discurso, los trabajadores de Coca-Cola estaban en la puerta manifestándose. Leía por casualidad un tuit del escritor Benjamín Prado -al que no tengo el honor de conocer-, que decía: Mi madre, noventa y dos años, está ingresada en el hospital
Puerta de Hierro con un abrigo de mi hermana bajo la cabeza porque en el hospital no hay almohadas. Hay un país multicolor, el suyo, y otro de verdad, ese que usted deliberadamente ignoró en su discurso. Usted nos apabulló ayer con cifras y
números, pero esos números pasan de largo de las personas, las ignoran o, peor aún, las castigan implacablemente. Usted cita números amables, los suyos, pero Compromìs Equo le habla de números inhóspitos, hostiles con los trabajadores, con los
jóvenes y con los parados, con los pensionistas, con la gente normal y corriente. Ayer ustedes hicieron famoso el hashtag: España avanza. Sí, señor Rajoy, España avanza firmemente hacia la desigualdad. Con su reforma laboral usted dijo que se ha
creado empleo, 69.000 parados menos en 2013. Sí, pero calla que



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ha habido casi 200.000 empleos menos en 2013, que ha habido destrucción neta de empleo; calla que ha habido casi 270.000 personas activas menos; calla que hay una tasa de paro que se mantiene en el 26%; calla que el empleo temporal, a
media jornada y precario crece respecto al año anterior; calla que en el último año hubo 140.000 trabajos más a media jornada y 340.000 menos a tiempo completo. Hay menos empleo y de peor calidad, y usted eso lo calla. No son opiniones, señor
Rajoy, son, como a usted le gusta decir, datos objetivos.


Ha bajado la prima de riesgo, sí, pero sigue subiendo la deuda. Los bancos rescatados obtienen beneficios pero no hay crédito para las familias ni para las pymes. La firma de hipotecas bajó en 2013 un 28%. Han subido las exportaciones y
el turismo bate récords. Sí señor, efectivamente, exportamos jóvenes preparados que hacen turismo en los ratos libres que les dejan sus empleos en hoteles, bares o como au pair. Pero hay números que usted ayer olvidó, por eso Compromìs Equo se los
recuerda. Usted dedicó cero segundos a educación, a sanidad, a copagos, a dependencia, a desigualdad, a pobreza, a desahucios, a dación en pago, a la Ley del Aborto; cero segundos a los problemas reales de la gente.


También quiero hablarle como valenciano. Sí, ya sé que solo soy un diputado y que hay 32 diputados más, 20 son suyos, del PP, pero es que sus diputados, cuando llegan aquí, se olvidan de dónde vienen, se vuelven mudos y obedientes. Yo no.
El conseller de Hacienda, de su partido, reconoce que la Comunidad Valenciana es pobre, que estamos por debajo del 90% de la media española. Bajo su Gobierno, el del Partido Popular, hemos dejado de ser aquello de lo que se ufanaban: vanguardia,
líderes, motores. Somos pobres. Por eso el Gobierno valenciano, del PP, encargó a un grupo de expertos un informe, que cifró la infrafinanciación de los valencianos en 13.500 millones de euros desde 2002 a 2012. ¿Piensa pagar esa deuda histórica,
señor Rajoy? ¿Piensa impulsar un nuevo modelo de financiación que sea justo con todos los ciudadanos? ¿Piensa impulsar un modelo que dé el mismo gasto a cada uno de los ciudadanos de este país? Ayer no dijo nada, ni de esto ni de las
prospecciones de petróleo en el golfo de Valencia de las que tanto le gustaba hablar cuando estaba en la oposición.


El sábado, en La 1, estaba viendo mi suegra una película en Cine de Barrio, La tonta del bote. Lina Morgan interpretaba a Susana, una chica ingenua y de cuya buena fe todos abusaban. Usted se ha creído que los ciudadanos somos como Susana,
que nos creemos todo lo que nos cuenta. Usted nos quiere hacer creer que ya viene ese mundo multicolor, pero en sus dos años de Gobierno, con sus reformas, ha conseguido metas muy altas, por ejemplo, que una empresa que tiene beneficios pueda hacer
un ERE y despedir a 1.250 trabajadores con facilidad. (Rumores.-Varios señores diputados: ¡Hala!). Su Gobierno, como Coca-Cola, pretenden esto (Estruja un envase de Coca-Cola), estrujarnos, aplastarnos, exprimirnos, y ante eso podemos hacer dos
cosas, podemos cruzarnos de brazos, encogernos de hombros, resignarnos, o podemos hacer pequeñas cosas; dos ejemplos: dejar de beber Coca-Cola o dejar de votar al Partido Popular.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Baldoví.


Señor Álvarez Sostres.


El señor ÁLVAREZ SOSTRES: Muchas gracias, señor presidente.


Señor presidente del Gobierno, señorías, llevamos dos años largos de legislatura y quisiera trasladarle que en Asturias vemos una España distinta y un modelo de gestión política distinto al que nos ha trasladado en todas estas intervenciones
a lo largo de ayer e incluso de hoy. No me gustaría, señor Rajoy, que en su réplica me contestase con un tópico retórico como sería el decir que nosotros no representamos en exclusiva a Asturias, entre otras cosas porque esto sería cierto en su
literalidad, pero no lo es menos que hoy somos el partido que mayoritariamente recoge el sentir -mayoritariamente, repito- de todo el reformismo liberal asturiano, la derecha asturiana, el centro-derecha asturiano, si usted quiere. Esto usted bien
lo sabe, y se va a acentuar y va a ser así en los próximos meses, y ello a pesar de las pinzas del bipartidismo y del diseño de actuaciones de descrédito a lo Misión imposible, levantando falsos testimonios de fuerte impacto mediático hacia su
excompañero de Gobierno el señor Cascos. La sociedad asturiana, a pesar de todo, marginada, desdeñada y engañada, le va a dar su opinión al respecto.


Hace un año nos preguntábamos cómo estábamos, si mejor o peor; ahora nos preguntamos qué ciudadanos están mejor en cualquier caso. No le repito números ya escuchados por los portavoces precedentes, pero usted alude a alguna señal positiva
y alude directamente a un cambio de tendencia positivo. No seré yo quien le niegue alguna de estas cuestiones, pero podemos contestarle que la realidad es terca en lo que muestra. ¿Es cierto o no, señor Rajoy, que se mantienen niveles de paro
inasumibles,



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niveles de déficit inasumibles, parálisis económica y escasez de oportunidades? ¿En qué se ha traducido esto en realidad? En un recorte de los derechos sociales, de las políticas públicas y en la descohesión y desvertebración social, es
decir, en la desigualdad suprema dependiendo de dónde se viva, y esto es muy grave, señor Rajoy. Ahora nos amenaza con otras reformas, como la fiscal, y yo le pregunto, ¿como la de estos dos años? O, dado que bajan los ingresos, como se ha
publicado por una asociación corporativa, ¿con inspecciones sumarísimas y confidentes mercenarios? Pues se lo digo de antemano: Dios nos guarde a todos, incluyéndole a usted y a mí, desde luego. He escuchado una observación de uno de sus
ministros, creo que fue el señor De Guindos, que me permite concretar: la recesión -dijo-, ha terminado, pero la crisis, no. Una extraordinaria y brillante frase que resume muchas cosas. Reflexionemos sobre lo que esto significa y hagámoslo desde
una reflexión socrática porque, como usted sabe, sin reflexionar sobre la vida no vale la pena vivirla. La crisis real -la crisis, no la recesión- es que la acción política de su Gobierno y de su partido se está alejando de los principios éticos y
de ejemplaridad que deben adornar a un gobernante, en mi opinión. Esta es la caldera de la crisis: la estrategia de eliminar moral y mediáticamente a algún adversario político no choca solo con los valores del humanismo universal y con su propia
ejemplaridad y liderazgo, sino con el cumplimiento de la Constitución en el artículo 9, que garantiza la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. Y entre estos está su Ministerio del Interior, aunque haya adquirido la información
de los propios servicios de inteligencia, de esa policía de diseño que se llama UDEF que estaba creada en los tiempos del señor Rubalcaba y que reiteradamente muestra su credibilidad en todas sus actuaciones. Y esta estrategia activada me impulsa a
hacerle alguna pregunta. Señor presidente, ¿cómo me explica aquella amenaza de intervención del señor Montoro en Asturias en el supuesto de que hubiese gobernado el señor Cascos, amenaza de intervención que luego desapareció con el nuevo Gobierno
del PSOE? ¿Cómo me lo explica? Señor presidente, ¿hasta dónde quieren llegar con el plan de hogueras encendidas y mantenidas desde el poder para quemar líderes políticos de cualquier comunidad autónoma (Asturias, Cataluña, Valencia) cuando
molestan o se percibe que arrastran a una parte importante de la ciudadanía? Esto no es una política de regeneración ética de los comportamientos políticos. Señor presidente, ¿en qué se está transformando este país, en esta retroalimentación con
un gran entorno económico influyendo en el nombramiento y cese de grandes directores o de directores de grandes medios de comunicación? ¿No le parece que un país se muere si se mueren en él las esperanzas de un comportamiento ético de sus líderes
cuando utilizan la justicia como un servicio a la carta, actuando en tiempo o a destiempo oportuno? Este es el estado mohoso, en mi opinión, que tiene el país, más allá de cuestiones económicas, cambiantes, por otra parte, por la ley natural
económica que ya vio perfectamente Quesnay en el siglo XVIII. Esta preocupación adquiere tintes para nosotros sombríos en nuestra Asturias, que usted ignora y que no quiero pensar que detesta. Algún día me aclarará usted, en público o en privado,
cuál es su posición con este tema, o al menos esa esperanza tengo. Tenemos 114.000 parados, 3.000 parados en el último mes. Estamos estancados en la red viaria y de ferrocarril. Para qué hablarle del manantial conocido como variante de Pajares,
que puede nutrir de agua a media España y que actualmente es escuela de zahoríes hasta el año 2015. Para qué le voy a citar la finalización de la alta velocidad...


El señor PRESIDENTE: Señor diputado, tiene usted que terminar.


El señor ÁLVAREZ SOSTRES: Termino.


...para Asturias y León, con una estación de fondo de saco con marcha atrás y que yo trasladé en un vídeo a esta Cámara. Esto se lo puede explicar al señor Zapatero, con sede y residencia profesional en el Consejo de Estado. Dígame, señor
presidente, en este tema, si hay intereses bastardos que afectan a la Unión Europea y a los fondos de cohesión asignados para esta variante de Pajares. Y comprométase usted en este tema, por favor.


Señor presidente, este es el estado ruinoso e injusto de Asturias...


El señor PRESIDENTE: Señor diputado, tiene usted que terminar. Despídase con una frase porque tiene usted que terminar.


El señor ÁLVAREZ SOSTRES: Termino ya.


... al que colabora sumisamente el Gobierno regional en un dolce far niente muy claro. Por el bien de todos, le deseo un cambio en su estrategia y liderazgo, porque este camino transitado no lleva a ningún destino.


Gracias, señor presidente.



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El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Álvarez Sostres.


Señor Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Señor presidente, señorías.


Señor Rajoy, su Gobierno en este año ha eliminado algunas incertidumbres importantes que era necesario despejar para que así, una vez variado el rumbo, cambiara la tendencia de la economía. Es así. Pero también es cierto que sigue siendo
urgente trasladar esa mejoría a las familias y a todas las personas que no acaban de notar ese cambio de tendencia que usted describía ayer, porque siguen sin trabajo muchos millones de personas en España. Por cierto, oyendo a algún compareciente
hablar de nuestro país, me recuerda a eso que alguna vez escribió alguien: Si escuchas a alguien hablando mal de España, probablemente estés ante un español.


En este último año, señorías, el desafío separatista ha intensificado su presión poniendo en cuestión nuestra unidad. Por ello, no podemos ocultar la gravedad del momento. Usted no lo hizo ayer y yo se lo agradezco, porque algunos
nacionalismos actúan bordeando la legalidad, cuando no la violan abiertamente, utilizando todavía la misma odiosa presión que utilizaban las plataformas afines a ETA. La prueba es que en los lugares donde vencen los más radicales no solo su credo
se convierte en una obligación, sino que se ha llegado a perder el significado mismo de la libertad hasta el punto de que son más queridos los verdugos que quienes garantizan su seguridad y la libertad de todos.


Pero, señor presidente, me veo en la obligación de hablar de Navarra, que también es una manera de hablar de la nación, del futuro de la nación. Navarra, como una encrucijada en la que se libra una vez más el combate entre la libertad y el
gulag que algunos quieren imponer a la medida de sus presuntos héroes, los Bolinaga, Inés del Río, etcétera, para los que ya preparan una acogida benévola y honorable en los próximos libros de historia. Una tierra que no se ha librado aún ni del
matonismo fascista de los herederos de Batasuna, como padecimos algunos hace quince días en Tafalla, ni de las obsesiones separatistas de quienes manipulan hechos de la historia para justificar agravios imaginarios. Mire, conocemos todos las
urgencias de ETA, todos, y sabemos que sin pistolas no son nada. Libran su particular batalla interna pretendiendo todavía rentabilizar su propia disolución. Y tienen prisa. Por eso, dejarse embaucar por sus señuelos, abrazar su demagogia, su
proyecto de separación, sería una irresponsabilidad histórica que supondría tanto como asegurar nuevos conflictos, oxígeno político para los violentos, más división y más inestabilidad.


En estos días, señorías, señor presidente, hemos conocido algún documento secreto, no público, en el que los estrategas de la izquierda abertzale creen llegada -lo dicen así- la oportunidad histórica por la que llevan peleando -lo dicen
así-, o sea, matando, treinta años para hacerse con el poder en Navarra. Conocemos también los contactos -secretos, por supuesto- de los que van de nacionalistas moderados con estrategas de la banda terrorista durante años. Conocíamos el Pacto de
Loyola, sobre Navarra también, sin contar con Navarra, por supuesto. Y hoy conocemos los porqués de las manifestaciones y los porqués de alguna comisión de investigación. Porque, señor Rajoy, en Navarra no ha habido corrupción, no la hay, lo han
declarado todos los comparecientes en esa comisión de investigación, Todos los técnicos de Hacienda consultados, incluso quien siendo directora general, y que denunciaba unas presuntas injerencias o conjeturas, afirmó que no había corrupción. Es
más, hasta la propia Bildu reconoce que es falso que haya corrupción en Navarra, que son argucias, pretextos. Lo hemos conocido ahora en los documentos publicados. Lo que ha hecho aquí el señor Errekondo es repetir disciplinadamente el mantra que
la izquierda abertzale agita públicamente, aunque sabe que es mentira, porque en sus propios documentos ellos mismos lo afirman: no hay nada.


Miren, señorías, quienes han jaleado durante cincuenta años asesinatos para hacerse con Navarra, ¿cómo no van a utilizar la mentira y el engaño contra Navarra precisamente? Contra Navarra, señorías, vale todo. Pero sabemos más. Escuchen,
escuchen lo que dicen: Hay que soportar al PSN y las salidas de tono de su líder navarro, es algo que hay que soportar para sentar las bases del cambio profundo en Nafarroa. Siguen: Nuestra estrategia no busca el apoyo del PSN sino su desgaste,
para que su participación no sea imprescindible en cualquier fórmula de gobierno. O esta otra: Debemos evitar que al PSN se le relacione con nosotros para que no le presionen en Madrid y así pueda salir adelante la moción de censura.


Señorías, ¿quiénes mueven los hilos de este delirio? Díganlo con hechos, y no con silencios ni con más mentiras ni con más engaños. ¿Cómo es posible que Bildu confirme, diga que existen contactos secretos y el secretario general de los
socialistas navarros no haya salido inmediatamente a desmentirlo? Señorías, ¿caerá Navarra en poder de la izquierda abertzale? Yo espero, sencillamente, que no. Lo que



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es obvio es que, en su caída, romperá España, porque ese y no otro es el objetivo final de los que dicen que ha llegado el momento de abrir un nuevo tiempo. Por cierto, un tiempo nuevo trufado de pactos secretos, acumulación de fuerzas,
prisa y mucha irresponsabilidad, un peligroso cóctel dirigido por los profesionales de agitar la calle, una campaña perfectamente engrasada contra UPN como referente principal de la foralidad, pero también contra los socialistas navarros como
aliados en la defensa de una Navarra integrada en España. Yo no me puedo creer, señorías, señor presidente, que el PSOE acepte ser la muleta de los herederos de Batasuna para cumplir con el objetivo que ellos mismos reconocen que llevan
pretendiendo durante treinta años. Yo, sinceramente, no me lo puedo creer.


Señor Rajoy -señor presidente, termino-, usted ayer fue muy claro ante el desafío catalán y por eso hoy creo que todos debiéramos ser también claros ante el desafío separatista que se pretende abrir en Navarra de la mano de los que nunca
quisieron ni la libertad ni la paz. A ese compromiso con Navarra y con España es en el que yo le interpelo con mi intervención, que es a la vez un ruego y un deseo compartido por muchos navarros que viven perplejos comprobando cómo se quiere
sacrificar Navarra en el altar de los intereses de los nacionalistas.


Muchas gracias, señorías. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Salvador.


Señora Barkos.


La señora BARKOS BERRUEZO: Gracias, señor presidente.


Señorías, señor presidente del Gobierno, es cierto que en la recta final de este debate de política general pretende tentarnos el portavoz de UPN para entrar al debate de las pequeñeces, y no porque la cuestión navarra sea una pequeñez, ni
mucho menos, sino porque las alarmas, los miedos, los terrores que una vez más la derecha navarra nos propone son una pequeñez mísera -añadiré- en un mundo en el que los ciudadanos, hombres y mujeres, luchan por sobrevivir, ellos y sus familias,
ellos y sus hijos, ellos y sus mayores. De eso, en nombre de Geroa Bai, quiero hablar desde esta tribuna, de las necesidades, los anhelos, las ilusiones que a los hombres y a las mujeres que componen uno a uno y una a una esta sociedad les mueven.
Quiero hablar precisamente de aquello que quieren ocultar quienes lo único que pretenden es mantenerse en el poder. Y si quiero hablar de Navarra -que quiero, por supuesto- será en términos de sujeto político y no del objeto de ese ente cosificado
y vapuleado, de esa supuesta cuestión de Estado que desde un extremo y otro nos han pretendido imponer a las navarras y a los navarros en tantos decenios. Pero eso será, como digo, luego.


Quiero empezar, presidente, por plantear algunas cuestiones de especial urgencia en un momento en el que usted nos anuncia el paso del cabo de Hornos de la crisis, y yo le pregunto, presidente Rajoy, ¿quién va en ese barco?, ¿quién va en el
barco que dobla ya el cabo de Hornos? Porque le aseguro que el conjunto de la sociedad no, que ese barco no tiene por pasaje a la sociedad, sino a una parte muy, muy concreta y cada vez más minoritaria de esa sociedad. Y los datos en eso son
contundentes. Voy a seguir el método de los titulares de prensa que usted nos propuso ayer, presidente Rajoy. Leo: La gran banca multiplica por cuatro sus beneficios en 2013 -la gran banca va en el barco-. Leo: La tasa de riesgo de la pobreza
en el 21,6% de la población -evidentemente, ese 21,6% de la población, presidente, no va en el barco-. Leo: Las grandes eléctricas españolas duplican los beneficios de las europeas en 2013 -las eléctricas, evidentemente, cruzan el cabo de Hornos-,
pero casi 700.000 hogares carecen de cualquier tipo de ingreso en 2013 -ninguno de los miembros de esas 700.000 familias va en el barco que cruza el cabo de Hornos, señor Rajoy-. Y termino: Bruselas vaticina que España duplica la previsión de
crecimiento de la economía hasta el 1%, pero el crédito a las empresas agudiza su desplome y cae a niveles del año 2006. Señor Rajoy, alguien, muchos, demasiados alguien no han podido embarcar en ese barco que usted nos dice cruza ya el cabo de
Hornos de la crisis, y si usted no es capaz de parar la nave para recoger a todo el pasaje, es que usted no está cumpliendo con su cometido, es que usted se está contentando, ahora sí, con pequeñeces. Y sí, es una pequeñez venir a esta Cámara
-pequeñez de espíritu, desde luego- a decirnos que la reducción de la prima de riesgo nos ha supuesto un ahorro de más de 8.000 millones de euros en 2013 -noticia que saludamos- y obviar que el mismo año la deuda ha llegado al 94% del producto
interior bruto. El lastre del pasivo ha llegado al nivel más alto de los últimos cien años, señor Rajoy. ¿Dónde está el motivo para la satisfacción? ¿Dónde está?


Nos traen nuevas medidas para la generación de empleo, de empleo de calidad. Después, eso sí, de desguazar toda la infraestructura de protección legal al empleo digno, ahora nos dice que una tarifa plana en la, por cierto, ya maltrecha
Seguridad Social es toda su apuesta. ¡Pues, francamente, menuda ambición!



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¡Menuda ambición! Y sigue sin explicarnos qué ocurre con la decisión de Bruselas de no adelantar a España los fondos para la garantía juvenil. Y, por supuesto, seguimos sin saber si el adelanto de ese dinero va a computar o no como déficit
en 2014 y 2015, y sobre todo seguimos sin saber cómo va a compartir usted esos fondos con las comunidades autónomas, que son las responsables de las políticas activas de empleo. Y ciertamente esto no son pequeñeces, presidente, urge el acuerdo.


Tampoco es una pequeñez el debate que algunos pretender hurtar a la ciudadanía navarra. Estas últimas fechas, y ante la sombra de graves irregularidades en la gestión del Gobierno foral, han sido innumerables las voces que se han apresurado
a dar respaldo al Ejecutivo de UPN sin la más mínima vocación de búsqueda de la verdad; solo eso. Más todavía, en un lamentable ejercicio de relectura de la historia, algunos vienen a decirnos hoy con respecto a Navarra que más vale corrupta que
rota. Pues no, nos negamos, presidente, nos negamos absolutamente. Pero vamos a la realidad, presidente, a los datos, no a las declaraciones pomposas o a los intentos de amedrentar a los siempre amedrentables del escenario político; vamos a los
datos. ¿Cuál es el balance de sus dos años de gobierno para con Navarra? Pues mire, una reducción del 80% de las inversiones que son obligación del Estado en Navarra; la promesa firmada, pero incumplida, de la presencia de Navarra en el Ecofin
cuando se traten asuntos fiscales que competan a la comunidad; la negativa a negociar, y por lo tanto la imposición del techo del 1,2% del déficit y del 16,7% de la deuda; catorce recursos de inconstitucionalidad, presidente, a otras tantas leyes
navarras; los lamentables capítulos vividos en torno al todavía no se sabe si existente o no existente informe de la Guardia Civil sobre el modelo D de Navarra; paralización de infraestructuras vitales en la parte que corresponde al Estado, cuando
Navarra ha asumido ya sus obligaciones, como son la conexión de la autovía del Camino, la autovía del Pirineo, la conexión Pamplona-Sakana y el corredor cantábrico-mediterráneo; imposición de grandes obras hidráulicas con el único objeto del
trasvase, como es el recrecimiento de Yesa, cuya falta de seguridad nos ha costado este año 30 millones de euros, que sigue sin ser anclada la ladera derecha y, señor presidente, decenas y decenas de familias navarras siguen desalojadas de su
vivienda. Francamente, con todo este balance, ¿alguien puede tener la desvergüenza de agitar el fantasma de ¡que vienen los vascos!? Un poco de respeto, por favor; un poco de respeto.


Señor presidente, Navarra es sujeto político por derecho, y aunque algunos pretendan evitar lo inevitable, escudando los terrores apocalípticos, presionando al Partido Socialista, amenazando con el fin de lo indisoluble o incluso mintiendo
de manera miserable sobre el adversario, la democracia es imparable y si las elecciones no son ahora, serán dentro de un año. Se pongan algunos como se pongan, las mujeres y los hombres de mi comunidad hablarán finalmente frente a tanto atropello.


Termino ya. Señor presidente del Gobierno, el modelo que nos propone para salir de la crisis o para resolver cuestiones políticas no funciona. Se lo decimos el grueso de los grupos de esta Cámara, se lo dice la Unión Europea -y en ella,
por cierto, sus socios de corriente política-, se lo dicen economías poco sospechosas para usted como lo es la norteamericana, pero sobre todo, presidente...


El señor PRESIDENTE: Señora diputada, tiene usted que acabar.


La señora BARKOS BERRUEZO: Termino con esta frase.


... se lo dice, señor presidente, la realidad que vive la sociedad a la que usted se debe. Permítame un consejo: baje y escuche. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Barkos.


Señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señor presidente, señoras y señores diputados, voy a intentar responder en la medida de mis posibilidades a las distintas intervenciones que se han producido por parte de los diferentes
portavoces del Grupo Mixto.


Usted -es decir, yo- ataca las libertades democráticas de la gente. Se me acusa de vulnerar la Constitución, de maltratar a la gente, de reprimir brutalmente a los ciudadanos, de no respetar a las personas y de desmantelar el Estado del
bienestar. Señor Errekondo, creo que no es momento ni va a servir para nada que yo haga aquí ningún tipo de declaraciones grandilocuentes. Pero, ¿usted alguna vez en su vida ha hecho examen de conciencia? ¿Usted se ha parado alguna vez en su vida
a pensar, a mirar hacia atrás, y decir qué he hecho yo? Le hago esta pregunta porque me parece verdaderamente inaudito que usted pueda decirme a mí que ataco las libertades democráticas de la gente, que amordazo a los ciudadanos, que vulnero la
Constitución -yo-, que maltrato a los españoles y que reprimo brutalmente a las personas.



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¿Usted alguna vez ha hecho examen de conciencia? ¿Se ha preguntado quién es, qué ha apoyado, qué ha hecho o qué ha dejado de hacer? ¿Alguna vez lo ha hecho? Si lo hiciera a lo mejor se evitaba tener este tipo de planteamientos aquí en
esta tribuna. (Aplausos). Usted no puede dar lecciones ni de democracia ni de libertad ni de derechos humanos ni de nada parecido, señor Errekondo. La mejor aportación que podría hacer hoy en día usted a los intereses generales de este país es
exigir a la organización terrorista ETA que se disuelva. Eso es lo que espera el conjunto de los españoles, y eso serviría para poner fin a ese inmovilismo del que usted habla. Simplemente que se disuelva. Así de fácil. (Aplausos).


Señor Bosch, créame que no es fácil argumentar cuando no hay argumentos. Todo está mal: el paro, las empresas, los niños, los desahucios, los derechos, los manifestantes. No hay nada bien en este país. Después de todo lo que usted nos ha
dicho esta mañana diríase que el único español feliz que hay aquí es usted; en cuyo caso, también lo celebraría por usted, pero no por la inmensa mayoría de la gente. Por fortuna hay muchísimos ciudadanos que no piensan exactamente igual que usted
o, dicho de otra forma, que piensan de manera muy diferente a como lo hace usted y a como lo ha transmitido en el día de hoy. Sinceramente no voy a entrar en un debate sobre si hay que despertar o no despertar. Lo que tengo que hacer -no puedo
decir mucho más- es reiterar lo que ya he señalado en numerosas ocasiones a lo largo de este debate. España ha superado una situación de enorme dificultad. Queda muchísimo todavía por hacer, como he reiterado en numerosas ocasiones. No es la
primera vez que pasamos por una situación como esta. Es verdad que esta es de las más difíciles, pero como ya he recordado en alguna ocasión a lo largo de mi intervención en esta Cámara en los últimos cincuenta años hay cinco países en el mundo que
han crecido más que todos los demás. Uno de ellos es el nuestro, y estoy absolutamente convencido de que pronto volverán a España -este año ya- el crecimiento económico y la creación de empleo. En 2014 habrá crecimiento y empleo, y en 2015 más
crecimiento y más empleo en España, les guste o no les guste. Espero que les guste. (Aplausos).


Señora portavoz del Bloque Nacionalista Galego, las medidas impuestas por la troika no sé si se las ha transmitido directamente a usted la troika. A mí, que soy el presidente del Gobierno y el que supuestamente las tiene que aceptar y
plasmar en leyes, no me las ha impuesto nadie; nadie me las ha comunicado. No sé si es que pretendieron utilizarla a usted como mensajera, y luego usted tampoco me las ha dicho. Pero no se puede subir alegremente a una tribuna a hablar de las
medidas que nos impone la troika. No nos ha impuesto medidas la troika. Sé que es igual que le diga que la troika no nos ha impuesto medidas, porque usted seguirá diciendo que lo ha hecho. Pero créame a mí, que soy el presidente del Gobierno. No
nos ha impuesto medidas la troika. Si hubiéramos sido objeto de rescate, como algunos portavoces de esta Cámara pretendían, a lo mejor habríamos estado en distinta situación, pero esté usted tranquila. En cualquier caso probablemente le hubieran
gustado más las medidas de la troika que las que aplica el Gobierno que yo presido, pero eso es exactamente igual. Quédese usted tranquila. No ha habido ninguna medida de la troika. Aunque, señoría, si quiere continuar con ese tipo de
informaciones tampoco me voy a preocupar excesivamente.


Todas las reformas son malas, ninguna es buena. ¡Ya es difícil no acertar nunca!; hasta incluso tiene su mérito. Le hemos dado el poder a la patronal, la reforma local, la Lonce; todo está mal. Voy a hacer algunos comentarios sobre el
accidente ferroviario ocurrido en Santiago el pasado verano, el día 24 de julio. Aprovechando su intervención quiero reiterar una vez más mi pesar por este terrible accidente. Para este Gobierno desde el primer momento la prioridad ha sido la
atención a las víctimas y a sus familias, y quiero volver a recordarlas hoy aquí. Solo un día después del accidente, el día 25 de julio, se puso en marcha una auditoría para analizar todo el sistema ferroviario, y a esa medida se sumó el día 29 de
julio, cuatro días después, la apertura por parte de Renfe de la oficina de atención a los afectados, con el objetivo de centralizar la gestión y optimizar la coordinación de la atención de todos los afectados con el fin de ayudarles a resolver
cualquier problema que se les pudiera plantear.


En materia de seguridad en el sector ferroviario se está trabajando hoy en las veintidós medidas en distintas materias que no voy a reiterarle ahora, y que han sido completadas con la creación de la Agencia Española de Seguridad Ferroviaria.
Para llevar a cabo alguna de esas medidas se estableció un plan de acción integral a las víctimas que articula las actuaciones de todas las administraciones públicas. Hemos creado también una comisión científico-técnica formada por expertos
independientes de reconocido prestigio en el sector ferroviario, la cual está próxima a finalizar un informe de análisis de medidas para el refuerzo de la seguridad. Quiero señalar que nuestro compromiso es que se sepa toda la verdad sobre lo
ocurrido. Solo diez días después del accidente la ministra y los responsables de ADIF y de Renfe comparecieron a petición propia aquí, ante la Comisión de Fomento, para detallar todas las actuaciones



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de su departamento en relación con el accidente. En este sentido quiero recordar que desde el primer momento el Ministerio de Fomento está prestando toda su colaboración en las investigaciones que se han puesto en marcha: la judicial,
remitiendo toda la información requerida por el Juzgado de Instrucción número 3, de Santiago de Compostela; la llevada a cabo por esta Cámara, a través de la subcomisión creada en el seno de la Comisión de Fomento de esta Cámara de estudios y
análisis del sistema ferroviario español; y la que se está efectuando en este momento por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios. Señora diputada, porque la seguridad es lo más importante en el transporte, le ratifico que se está
trabajando con transparencia, con dedicación y con colaboración.


En relación con algún otro asunto al que se ha referido en su intervención he de decirle que Galicia ha recibido este año de la PAC 172,6 millones de euros de pagos directos, y en cuanto a desarrollo rural un total de 119 millones de euros.
Considerando la situación por la que atravesaba el sector lácteo, de particular importancia en Galicia, el Gobierno ha puesto en marcha entre 2012 y 2013 numerosas medidas. Además el Gobierno ha negociado una reforma de la PAC de forma que este
sector mantuviera sus apoyos y afrontara en buenas condiciones el fin del régimen de cuotas. Y del total de ayudas previstas, 584 millones, el sector lácteo gallego recibirá más del 16%, es decir, casi 100 millones de euros, cantidad claramente
superior a los 60 millones de euros que recibe en la actualidad.


Quiero señalar también que el Gobierno de España y este presidente que le habla ha sido muy activo para intentar conseguir trabajo para los astilleros de Galicia; algunos avances se han producido, sobre este tema también se había interesado
usted en su momento. Igualmente hemos sido muy activos en el tema del tax lease. Todavía no han terminado las discusiones; sobre este asunto creo que he tenido la oportunidad de hablar en esta Cámara, pero hace pocas fechas también en el Senado
he contestado a preguntas y requerimiento de un senador.


En cuanto a la situación de Novacaixagalicia realmente no sé qué es lo que a usted le parece mal. Hemos tenido que ingresar 9.000 millones de euros, pero podríamos no haber ingresado ninguno. ¿Entonces sabe lo que habría pasado? Que la
gente se habría quedado sin los depósitos, sin los planes de pensiones o sin los fondos de inversión. Si lo hubiéramos liquidado simplemente habría bastado con decir: aquí no intervenimos porque no nos interesa. No lo hemos hecho y estamos muy
orgullosos de que así haya sido. (Aplausos).


Señor Quevedo, usted me acusa, como otros señores portavoces, de puro triunfalismo. No voy a volver a reiterar los mismos argumentos que ya he utilizado, porque usted los conoce sobradamente, y evidentemente no parece que le hayan
convencido en exceso, porque de lo contrario no hubiera hecho la misma afirmación. Aunque le hubiera convencido, yo lo estoy también de que hubiera hecho la misma afirmación. Por tanto insisto en que no voy a reiterar los mismos comentarios.
Quisiera hacer dos o tres comentarios sobre algunos temas que pienso que son importantes para Canarias. El Régimen Económico y Fiscal de Canarias para el periodo 2014-2020 es un tema que ocupa al Gobierno, porque es muy importante, aunque no ha
sido trascendente en la intervención que usted ha tenido aquí esta mañana, lo cual supongo que no significará que usted no está muy preocupado por este asunto. El plazo del Régimen Económico y Fiscal expiraba el 31 de diciembre del año 2013, y las
autoridades comunitarias han dado el visto bueno a la solicitud que hemos planteado nosotros, el Gobierno español, para que se prorrogue durante todo el año 2014 y así dé tiempo a desarrollar el nuevo régimen, de forma que este se ajuste a las
nuevas directrices comunitarias aprobadas recientemente. Alejada así la incertidumbre en relación con este tema, y tras una conversación mía con el presidente del Gobierno de Canarias, el pasado 21 de enero el ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas se reunió con el consejero de Hacienda canario, con el fin de abordar estos asuntos, la renovación del Ref y también del denominado arbitrio sobre importaciones y entregas de mercancías. Una vez consensuada la propuesta
con el Gobierno canario se deberá notificar formalmente a las autoridades comunitarias. Nosotros, me refiero al Gobierno de España, consideramos el Ref como un instrumento de vital importancia para la economía canaria, y su renovación potenciará la
recuperación económica. Igualmente, respecto al arbitrio sobre importaciones y entregas de mercancías en Canarias, su régimen actual ha sido prorrogado por la Unión Europea hasta el 30 de junio de este año, y su renovación posterior exigirá, tanto
el permiso de la Comisión como del Consejo Europeo. Quiero adelantarle que en el marco de la renovación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias el Gobierno propondrá a las autoridades comunitarias modificaciones de dicho régimen que contribuyan
a promover la inversión y la creación de empleo, que es un objetivo capital en el archipiélago. En particular respecto a la Zona Especial Canaria se va a promover su aplicación general a todo el ámbito geográfico de las islas Canarias, se
incrementarán



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también las actividades susceptibles de acogerse al régimen especial, fundamentalmente aquellas intensivas de mano de obra, y se promoverá un incremento muy significativo de los límites máximos de los que se pueden beneficiar de la
aplicación del tipo reducido del 4% en el impuesto de sociedades, límites que estarán vinculados únicamente a la creación de empleo. Con esta propuesta se pretende incentivar las inversiones, crear empleo, y diversificar la actividad económica en
Canarias. También, y para favorecer las inversiones de alto valor añadido en las islas que favorezcan las actividades económicas más avanzadas tecnológicamente, un asunto del que se ha hablado aquí también esta mañana, se propondrá incrementar la
deducción por innovación tecnológica en territorio canario. Dicho incremento se añadirá al resultante del régimen de deducciones incrementadas que en el impuesto de sociedades resulta de la aplicación en las islas. De esta manera el porcentaje
incrementado de deducción por las inversiones e innovación tecnológica pasará del actual 32 a estar en el 45%.


Quiero señalar además que el Gobierno, como es su obligación por otra parte, se ha ocupado y mucho de algunos problemas que existían en el archipiélago, como las medidas de liquidez que hemos aprobado en los últimos tiempos. Canarias se ha
financiado con 2.366 millones de euros. Igualmente se ha compensado a Canarias por la supresión del impuesto sobre depósitos. De acuerdo con lo previsto en la Ley orgánica de financiación de las autonomías, los presupuestos generales para 2014
recogen créditos por 250 millones de euros, destinados a compensar los ingresos correspondientes a 2014 que dejará de percibir Canarias. Y quiero señalar, y esto es muy importante -quiero que sepa usted que de este tema me ocupé personalmente en
Bruselas-, que los acuerdos alcanzados en el ámbito comunitario, cohesión y PAC, son buenos para Canarias, y que hemos mejorado la situación de partida de manera sustancial. España pretendía lograr un presupuesto comunitario suficientemente dotado,
incluidas la política de cohesión y la PAC, y la negociación era complicada, dada la necesaria unanimidad -como sabe- de todos los Estados miembros para su aprobación, y teniendo en cuenta que varios Estados plantearon su posición en términos de
reducción del presupuesto. En este contexto, y en lo que a Canarias se refiere, cabe destacar que ha habido mejoras en todos los puntos: fondos RUP, marco financiero plurianual, en cohesión, en la PAC, etcétera. No voy a recordar -porque tampoco
quiero alargar en exceso mi intervención- el mantenimiento de las ayudas relacionadas con la conectividad: las subvenciones del transporte de residentes, bonificaciones del transporte aéreo, del transporte marítimo, las bonificaciones del servicio
público, las bonificaciones en las tasas aéreas y en el precio de los billetes. Y quiero señalar que hay un dato muy positivo: Canarias ha recibido en el último año un 5% más de turistas que en el año 2012; en diciembre fue la comunidad que
recibió más turistas, y Canarias se ha convertido en la tercera comunidad de España que más turistas recibe, lo cual sin duda alguna es muy importante y hace que el Gobierno esté muy atento a este asunto, que tiene una enorme transcendencia desde
cualquier punto de vista que se estudie para el conjunto de los ciudadanos de Canarias.


Ha hecho también un amplio recorrido sobre el tema del desempleo; sin duda alguna es un problema capital y soy absolutamente consciente de cuál es la situación de Canarias en esta materia. Hay una luz, que yo califico de dato positivo: el
31 de diciembre del pasado año había tres comunidades autónomas en España donde ya el número de afiliados a la Seguridad Social superaba al del año 2012, una de ellas era Canarias, y yo estoy absolutamente convencido de que en este año 2014 eso se
incrementará y se generalizará a la inmensa mayoría de las comunidades autónomas españolas.


En relación con las prospecciones petrolíferas quiero recordar que España es un país pobre en hidrocarburos; tenemos la balanza energética más deficitaria de toda Europa, tenemos una energía muy cara, eso afecta y muchísimo a la
competitividad de nuestras industrias y de nuestra economía, de la de Canarias y de la del conjunto de España. Sabe usted también que desde hace unos años las nuevas tecnologías permiten explorar y explotar rentablemente nuevos tipos de
yacimientos; sabe usted también que todos los Gobiernos han otorgado autorizaciones, permisos de investigación de hidrocarburos; en el año 2001 se otorgaron nueve permisos en Canarias y en el año 2010 en otras zonas de España. Esos permisos están
pendientes de remisión al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para el análisis del impacto ambiental, y la declaración de impacto ambiental es imprescindible para otorgar por Industria la autorización definitiva de los trabajos
para investigar. La posterior explotación requiere ya otra actuación administrativa a través de una concesión de explotación otorgada por real decreto, por lo que no se dará ninguna autorización concreta para investigar primero y explotar después
sin que se superen los rigurosos trámites de análisis de impacto medioambiental. Quiero decir también que España no es una excepción en el mundo de este tipo de prácticas, y que países de gran tradición pesquera o turística como Canadá, Reino Unido
o Noruega, están haciendo lo mismo en este momento precisamente para defender



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la competitividad de su economía, que es exactamente lo mismo que defender el crecimiento económico, la creación de empleo, y por tanto la mejora de la recaudación y de los servicios públicos fundamentales con los que se atiende al conjunto
de los ciudadanos.


Señor Baldoví, su discurso en materia de política económica es similar al de algunos otros portavoces de esta Cámara; no tengo mucho más que añadir a lo que ya he dicho en las numerosas ocasiones en las cuales he tenido la oportunidad de
subir a esta tribuna en este debate que se está produciendo en estos momentos. España partía de una situación de enorme dificultad cuando asumimos la responsabilidad de gobierno. Ya he dicho, y reitero ahora, que el año 2012 fue de una enorme
complicación; ya he señalado, pero vuelvo a afirmarlo, que superamos una situación que era límite, como señalaban todos los organismos internaciones, y de la que teníamos conciencia todos los aquí presentes. Iniciamos un proceso que fue difícil,
porque hubo que tomar decisiones que no eran fáciles para reducir el déficit público, como han hecho otros muchos países de la Unión Europea y yo he recordado aquí esta mañana. Hemos presentado un amplísimo plan de reformas estructurales que no
solamente nos van a ayudar a salir de las crisis, sino que van a servir para establecer una bases sólidas para el futuro, y para que si alguna vez vuelve a tener lugar una circunstancia como esta no nos coja como nos ha cogido. Recuerdo lo que dije
ayer: entre los años 2008 y 2011 el 65% de los puestos de trabajo que se destruyeron en la Unión Europea fue en nuestro país. Pues bien necesitamos una economía con bases sólidas, con cimientos asentados. Eso es lo que estamos haciendo, y sin
duda alguna eso va a producir efectos importantes en el futuro. Como tantas y tantas cosas en la vida las decisiones no producen efecto a las veinticuatro horas, pero las decisiones buenas, las importantes acaban produciendo efectos en el medio y
en el largo plazo, y creo que lo que se está haciendo hoy en la economía española demuestra amplitud de miras y hacer las cosas pensando en el medio y en el largo plazo, aunque en algunas ocasiones eso lleve a incomprensiones como hemos escuchado
aquí esta mañana.


Le he escuchado hablar del crédito, como han hecho otros intervinientes. Ya he dicho que creo que este es uno de los retos más importantes que tiene por delante la economía española, pero también he señalado que aquí se ha producido un
cambio de tendencia. Yo estoy satisfecho de que el crédito del ICO a pequeñas y medianas empresas haya subido un 20% respecto a lo que ocurrió en 2012, pero en esta materia todavía nos queda mucho por hacer, particularmente en una comunidad como la
comunidad en la que usted vive, donde hay muchos empresarios, muchas pequeñas y medianas empresas, muchos trabajadores autónomos, y que ha sido muy importante a la hora de fijar el crecimiento económico en España en los últimos años. Es una
comunidad con una notable tradición exportadora, y estoy absolutamente convencido de que todas estas medidas, y algunas como la de la tarifa plana de la Seguridad Social que hemos anunciado aquí en el día de ayer, y que ya está en vigor en el día de
hoy, van a ayudarles, junto a otras muchas de las que expuse ayer en esta Cámara, a cumplir con su función social de propiciar el crecimiento económico y la generación de empleo. En esta misma línea, porque favorece la competitividad, aparte de la
comodidad de las personas, estamos intentando continuar las infraestructuras en la Comunidad Valenciana. Está el AVE a Valencia, está el AVE a Alicante; lo hemos inaugurado el pasado año. La gran apuesta en este momento es el corredor
mediterráneo. Seguimos trabajando en la implantación del ancho de vía internacional en el corredor mediterráneo, con el objetivo de que esté operativo en Valencia y pueda llegar hasta Alicante y Murcia. Los presupuestos de 2014 recogen 232
millones de euros para actuaciones en la Comunidad Valenciana. También en materia de carreteras y de ferrocarriles, dentro de las limitaciones presupuestarias que usted conoce y que tiene este Gobierno, seguimos apostando, como hemos hecho siempre,
por la Comunidad Valenciana.


Señor Álvarez Sostres, le haré dos consideraciones. Yo estoy de acuerdo con lo que usted ha dicho. No estoy satisfecho con los niveles de paro que hay en este momento en nuestro país, pero es que lo he dicho en numerosas ocasiones a lo
largo de mis intervenciones en este debate sobre el estado de la Nación. No puedo estar satisfecho. Lo que sí he dicho y reitero ahora es que se ha producido un cambio de rumbo en la política económica española, y que hay datos muy positivos y que
ya hay algunas cosas que nos dicen que hay que seguir trabajando en esa dirección y seguir perseverando porque así podremos obtener resultados. Ya he señalado antes que en enero de este año en la Seguridad Social había más afiliados que en enero
del año pasado. Ese es un dato positivo. ¿Es suficiente? Es claramente insuficiente, pero hemos iniciado un camino que es muy diferente del camino por el que habíamos transitado en los últimos tiempos, que era un camino en el que cada día el
crecimiento económico era menor y negativo, en el que cada día había más paro en España, en el que cada día las cifras macroeconómicas era peores. Ahora hemos cambiado para bien, y creo que ese es un dato que nos debe ayudar en el futuro. Quiero



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decir por otra parte que el Gobierno no da instrucciones políticas a nadie. Tenga la total y absoluta certeza de que eso es así, y por tanto el Gobierno no va contra ningún líder político de ningún partido. El Gobierno a lo que se dedica
es a lo que tiene que dedicarse, que es a gobernar.


Señor Salvador, es verdad que hemos eliminado incertidumbres en la economía española, es verdad que siguen pendientes muchas cosas, y es verdad esa frase -que yo no había utilizado, pero que usted ha recordado hoy aquí- de que si escuchas a
alguien hablar mal de España estás escuchando a un español. A mí no me va a escuchar hablar mal de España, simplemente me va a escuchar manifestando mi preocupación por la situación en que vivimos, pero intentando siempre hacer un juicio sensato,
equilibrado, realista, y en el punto exacto de cómo está la situación. En otras ocasiones en las que comparecí en esta Cámara, a finales del año 2011 en el debate de investidura y a principios del pasado año en el primer debate sobre el estado de
la Nación, mi diagnóstico de lo que estaba ocurriendo era distinto al diagnóstico que he manifestado ayer y a lo largo del día de hoy sobre la situación de la economía española. En todas las ocasiones dije lo que tenía que decir, y desde luego dije
lo que estaba pensando que estaba sucediendo en nuestro país. Por otra parte quiero decir con meridiana claridad que estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho usted sobre la organización terrorista ETA, estoy de acuerdo en que en Navarra no ha
habido corrupción, estoy de acuerdo en que hay quien quiere llegar al poder por cualquier procedimiento, estoy de acuerdo en trabajar por una Navarra foral y española, reafirmo el compromiso que usted me ha pedido con Navarra y su foralidad. Todo
esto que digo me resulta muy fácil decirlo porque es verdad y porque lo siento. (Aplausos).


Señora Barkos, ha hecho unas consideraciones sobre Navarra con las que no estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo con las afirmaciones que ha hecho aquí el señor Salvador, pero está bien que cada uno diga lo que piensa, usted y los demás. A
partir de ahí quisiera hacer algunas consideraciones, pero no sobre el cabo de Hornos porque no vamos a entrar en juegos de palabras, pero sí sobre la economía, la pequeñez de espíritu. Venir aquí a decir que qué pequeñez de espíritu la mía por
venir a esta Cámara a presumir de la prima de riesgo y no hablar de los actuales niveles de deuda pública revela o que no me ha escuchado o que no ha querido escucharme. Cualquiera de las dos cosas conduce al mismo resultado. He hecho un
planteamiento muy amplio -estuve hablando casi una hora- de la situación por la que está atravesando la economía española. He explicado con meridiana claridad lo que se ha hecho en 2012 y en 2013 y lo que vamos a hacer en el año 2014. He explicado
cuáles son las previsiones de la economía española para el año que viene. He dicho que vamos a crecer al 1%, por tanto he anunciado una revisión de las previsiones en materia de crecimiento. He dicho que va a haber creación de empleo neto, he
anunciado una serie de medidas, muchas de las cuales se van a aprobar el viernes en el próximo Consejo de Ministros. Todas tienen el objetivo de generar crecimiento económico y empleo en España. A usted no le gusta la medida que vamos a aplicar en
materia de Seguridad Social, la tarifa plana de los 100 euros. Respeto su opinión, pero tenga la total y absoluta certeza de que la inmensa mayoría de los empresarios españoles están hoy en día muy contentos con esta medida, y estoy absolutamente
convencido de que muchísimos trabajadores españoles también, porque esto aumenta la posibilidad de ser contratados, porque supone la reducción de una de las cargas más importantes que existen para la creación de empleo, como es la rebaja de la cuota
de la Seguridad Social. Esto es algo que durante mucho tiempo se ha demandado en España y que nosotros por primera vez hemos puesto en marcha. Desconozco cuál es la razón por la que usted no comparte esta medida, pero me temo que está muy
equivocada.


Señor presidente, he terminado este primer turno de réplica. Muchas gacias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.


Advierto a los que van a intervenir que en este turno de réplica voy a ser estricto en los tiempos.


En primer lugar, tiene la palabra el señor Errekondo.


El señor ERREKONDO SALTSAMENDI: Señor presidente, me pide usted que haga examen de conciencia, pero aquí, que yo sepa, quien ha venido a dar explicaciones en esta Cámara es usted, a los parlamentarios y a toda la sociedad. No se equivoque,
usted ha venido aquí a dar explicaciones, por tanto, le pregunto: ¿Ha hecho usted examen de conciencia?, ¿ha hecho usted examen de conciencia sobre lo que ha heredado su partido?, ¿ha hecho usted examen de conciencia de lo que ha hecho y de lo
que resta todavía sobre las cuentas pendientes de la herencia que ha recibido, tanto en la historia como en la que están creando ustedes hoy?


Usted tiene una asignatura pendiente, señor Rajoy, la asignatura de la democracia, y no le permito en absoluto que ponga usted en duda nuestro compromiso activo con todos los derechos humanos de todas



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las personas sin excepción. Por eso mismo, usted lo sabe, nosotros por supuesto que no venimos a dar lecciones a nadie aquí, ¡faltaría más! No buscamos eso, nosotros solamente buscamos soluciones democráticas y compartidas sobre el
conflicto político que usted, según el discurso de estos dos días, elude continuamente. Parece que hemos venido a un lugar equivocado, a un mal lugar, desde luego, para buscar las soluciones. Me reclama que pida la disolución, que seria la mejor
aportación, dice usted. ¿Pero cómo puede pedir usted la disolución a alguien que pretende que haga más cosas después? Es algo difícil de entender. Si su Gobierno es incapaz, y lo es, de solucionar los problemas de la ciudadanía, si es incapaz de
solucionar los problemas del conflicto político que enfrenta al Estado español y al pueblo vasco, disuélvanse, disuélvanse ustedes por su incapacidad y dejen el lugar a alguien que no viva en el cuento de la Abeja Maya. Aquí la cuestión, vuelvo a
repetirlo, es de democracia porque, ¿cómo podemos entender que usted aún se reafirme en mantener las puertas cerradas de las prisiones, aplicando las medidas de excepción de la política penitenciaria y la dispersión sabiendo que causa muerte y que
además ustedes definen como exitosa? Alevosía y premeditación. ¿Qué es eso, señor Rajoy? Lo que tiene que hacer es escuchar más a la sociedad vasca, escuchar más a la comunidad internacional -que parece que es bastante más sensible que usted-.
Lo que tiene que hacer, de manera inmediata, porque también así se lo pide la mayoría social de Euskal Herria, es acabar de una vez por todas con todas las medidas penitenciarias excepcionales y la dispersión.


Voy finalizando. La cuestión es precisamente la de la imposición de ese sistema centralizador, de ese Estado centralista y único que quieren imponer a las naciones que ustedes retienen dentro del Estado. Usted sabe cómo se suelta ese nudo;
se suelta reconociendo a las naciones y sobre todo haciendo lo que a usted le corresponde, que es respetar lo que la sociedad vasca, y solo ella decida, señor Rajoy. Ese es el camino que espero que haya aprendido.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Errekondo.


Señor Bosch.


El señor BOSCH I PASCUAL: Gracias, señor presidente.


Señorías, señor presidente del Gobierno, dice usted que la economía va mejor, que la sociedad va mejor, que todo va mejor. Pues discrepo, discrepo. También dice que no le he presentado argumentos. Ahí también discrepo. ¿Dónde están los
argumentos? Los argumentos están en la verdad. ¿Dónde está la verdad? La verdad está en la calle, como decía su compañera de bancada y vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, hace poco tiempo: la verdad está en la calle. Salga a
la calle, ahí tiene los argumentos, millones de argumentos, señor Rajoy: millones, millones de personas paradas, sin trabajo; millones de personas que no pueden mantener dignamente a sus hijos. Ahí están los argumentos: personas que se quedan
sin techo, empresas que tienen que cerrar; ahí están los argumentos. ¿Quiere más argumentos, necesita más? Yo creo que los hay.


No veo que despierte; no lo veo. Con el respeto personal que le profeso, le hago un obsequio, le regalo un epitafio político y lo puede usar usted cuando quiera. Un epitafio político que rezaría: Aquí sigue durmiendo Mariano Rajoy Brey.


¿Que si han hecho algo bien? Hay algo que hacen muy bien, hay que reconocerlo. Lo que hacen bien, lo hacen bien: sublevar a la gente, sublevar a las personas. ¿Cree usted que todavía queda alguien que no se quiera independizar de
ustedes? En Catalunya o en España, ¿queda alguien que no se quiera independizar de ustedes? Usted ayuda, ayuda mucho, nos ayuda mucho: hace reaccionar a la gente, hace reaccionar al pueblo que sí ve la verdad, que sí ve los millones de argumentos
que están ahí, en la calle. El pueblo, la gente, que es quien manda y que es quien debe mandar en democracia.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Bosch.


Señor Baldoví.


El señor BALDOVÍ RODA: Muchas gracias, señor presidente.


Celebro, señor Rajoy, el tono que me ha dispensado hoy, mucho más amable que en todas las anteriores comparecencias que ha tenido usted. Pero no me ha contestado a ninguna pregunta concreta ni me ha contestado si van a pagar esa deuda
histórica que ustedes reconocen, que su Gobierno del Partido Popular reconoce. No me ha contestado a si van a variar ese modelo de financiación que no gusta



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a nadie y tampoco me ha contestado respecto de las prospecciones de petróleo en el golfo de Valencia, que ustedes combatían con tanto ahínco en la anterior legislatura. Su discurso y la respuesta al mío han sido discursos llenos de
generalidades, sin embargo, le recuerdo una cosa porque usted ha hablado de muchas inversiones: un año más -van muchísimos años- las inversiones en los Presupuestos Generales del Estado en territorio valenciano están por debajo de la media, y eso
desde hace ya muchos años. Su discurso ha estado lleno de medias verdades y a veces de cinismo, como el de ayer, porque hablar de corrupción cuando tiene usted el partido con más imputados por metro cuadrado o hablar de esos ocho millones de
facturas en el cajón cuando el Gobierno valenciano, del Partido Popular, es el Gobierno que tiene más facturas por cajón cuadrado y aún tiene que sacar... Y además con mucha autocomplacencia: que las medidas tardarán. En fin, y mientras, ¿qué
hace la gente?


A veces es bueno hacer una sola propuesta. Le hago una sola propuesta pequeña, humilde, sencilla, en la línea que usted dijo ayer de no dejarse a nadie en el tintero y de intentar favorecer a los más débiles. Una propuesta que tiene que
ver con las personas a las cuales se les dan ayudas sociales de emergencia y a las que si tienen deudas con el ayuntamiento o con la diputación les embargan esa ayuda social: redactar en el Consejo de Ministros de este viernes, del siguiente o del
otro una enmienda al artículo 607 de la Ley de Enjuiciamiento Civil para que sean inembargables, como lo son los salarios o los sueldos o las pensiones que no exceden el salario mínimo interprofesional, esas ayudas de emergencia.


El señor PRESIDENTE: Señor diputado, tiene usted que acabar.


El señor BALDOVÍ RODA: Acabo. Si cada viernes aprobaran ustedes una sola de estas medidas sencillas, pequeñas, la gente lo notaría más; no tendrían que esperar a que sus medidas macroeconómicas llegaran a la gente de la calle.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Baldoví.


Señor Álvarez Sostres.


El señor ÁLVAREZ SOSTRES: Muchas gracias, señor presidente.


Señor presidente del Gobierno, no tengo inconveniente en reiterarle la parte central de las ideas de mi discurso. Usted me respondió diciéndome que el Gobierno no daba instrucciones a nadie para erosionar a ningún adversario político. Le
respondo: A Dios rogando y con el mazo dando, porque tanto peca el que mata como el que agarra por la pata; un viejo refrán que usted conoce de Galicia como yo de Asturias. Yo me estaba centrando en que el problema de España no es un problema
exclusivamente de carácter económico, técnico-económico. Es un tema de actitudes, es un tema de valores en la línea -si usted me lo permite, sin ninguna pedantería- de Alexis de Tocqueville cuando hablaba de los valores de la democracia social;
aquellos valores que considera a los adversarios como un bien público que hay que sostener, que hay que mantener, que hay que mirar -si usted me lo permite- con consideración. En ese punto es donde centraba mi intervención.


De todas formas, le reitero dos cuestiones importantes. La primera, no nos aísle, no aísle a Asturias territorialmente. No es bueno, no es bueno y es un drama para Asturias. Comprométase usted como presidente del Gobierno sobre el
aislamiento ferroviario; se lo ruego, por favor. La segunda cuestión que quiero decirle es que trate de evitar, dadas sus palabras, para que no haya más conspiraciones, no más erosiones a ningún líder político o, por lo menos, a algún líder
político concreto como el presidente de Asturias, de Foro de Asturias en Asturias, porque eso es muy grave. La UDEF forma parte del Ministerio del Interior, y el Ministerio del Interior forma parte de la estructura del Estado, por lo tanto, a eso
es a lo que me estoy refiriendo.


En definitiva, impulse usted la limpieza democrática, lo que quizá exija pasar por la lavadora alguna concepción estratégica nueva, alguna concepción táctica nueva o simplemente recuerde la historia sin pasarla por la lejía de los momentos
electorales o preelectorales.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Álvarez Sostres.


Señor Salvador.



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El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Gracias, señor presidente.


Señorías, lo primero, señor Rajoy, es agradecerle su claridad y su compromiso con Navarra. Señorías, cuando una documentación secreta -es decir, que no conocemos, y que algunos quieren que no se sepa, en este caso Bildu- afirma que pueden
llegar a alcanzar el objetivo por el que llevan peleando treinta años y explican cómo ese objetivo lo van a alcanzar con los socialistas -a los que también dicen que hoy toleran pero que básicamente desprecian-, entiendo que todos debiéramos pensar
si nos eligieron precisamente para entregar Navarra a los que durante cincuenta años, no treinta -porque Bildu solo tiene dos años- estuvieron peleando -es decir, matando-; eran otros, los que todos sabemos, y además queriendo quebrar la voluntad
política de esa tierra con todo el odio y el terror que han sido capaces de generar en esos treinta años. Por eso, ha llegado el momento de mostrar con hechos, al menos para el libro de la historia de España, qué modelo de sociedad queremos todos y
con quiénes estamos dispuestos a construirlo. Es muy sencillo.


Ayer, en todo caso -termino, señor presidente-, el señor Pérez Rubalcaba le preguntaba: señor Rajoy, ¿en qué país vive usted? Yo esta mañana le preguntaría a usted pero también al señor Pérez Rubalcaba: ¿en qué país quieren ustedes vivir?
¿en qué país quieren que vivamos los Navarros? A Unión del Pueblo Navarro, a muchos navarros y desde luego a mí nos gustaría pensar que ese país se llama sencillamente España.


Señor presidente termino. Señor Rajoy, señorías, disculpen que mi tierra haya monopolizado este año mi intervención, pero la ocasión, las mentiras y el acoso al que algunos la quieren someter lo merecían.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Salvador.


Señora Barkos.


La señora BARKOS BERRUEZO: Gracias, señor presidente.


Señor presidente del Gobierno, señor Rajoy, me ha respondido usted con una obviedad que no comparte mi visión de Navarra, ni lo pretendo. Le diré más, si además llegáramos a compartir visiones en ese sentido francamente tendríamos usted o
yo, o los dos, un verdadero problema. Ni lo compartimos ni lo pretendo. Lo que quiero saber es de compromisos reales no de los grandilocuentes, no de los que nos viene a decir en esta tribuna: ¿Cómo va a quedar esa reducción del 80% en
inversiones para con Navarra en un tijeretazo que ha hecho su Gobierno en dos presupuestos?, ¿dónde queda la promesa firmada, pero incumplida de la presencia navarra en Ecofin?, ¿dónde quedan los catorce recursos de inconstitucionalidad?, ¿dónde
la paralización de infraestructuras vitales?, ¿dónde queda la imposición de grandes obras hidráulicas como el recrecimiento de Yesa? En definitiva, señor Rajoy, dónde están sus compromisos reales para con Navarra y no de sus posiciones políticas,
que todos las conocemos, y que nadie venimos aquí a mover. ¿Dónde, por ejemplo, está la negativa a negociar y, por tanto, la imposición en un 1,2% del techo del déficit y del 16,7% de deuda? Lo demás, señor Rajoy, palabrería, absoluta palabrería,
porque la decisión está, y además hasta en precepto constitucional, en manos de los hombres y mujeres de mi comunidad nada más.


Con respecto a la cuestión económica -voy terminando- me dice que a usted no le gusta la tarifa plana. No, lo que le he dicho es que si queda sin remover la arquitectura legal de protección laboral para la creación de empleo estable es un
simple parche. Lo digo y lo mantengo. Termino ya con la metáfora que usted eligió sobre el cabo de Hornos y el paso de la crisis. Le repito, señor Rajoy, que en ese barco falta el pasaje más importante, y yo le animaría a que antes de cruzar el
cabo de Hornos, cuando toque, baje del barco y escuche.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Barkos.


Señor presidente.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señor Errekondo, le he pedido que demande la disolución de ETA y ya veo que con escaso éxito; además ha pedido la nuestra. El que viene a dar explicaciones aquí soy yo, pero yo doy
explicaciones. El problema es que usted y otros como usted tienen pendientes explicaciones a las víctimas del terrorismo y al conjunto del pueblo español. Es usted el que tiene que dar esas explicaciones. (Aplausos).


La verdad está en la calle y la calle es usted. No se sabe exactamente quién lo ha elegido como representante de la calle, por qué es usted, por qué sabe lo que ocurre allí y los demás, por lo visto, no nos



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enteramos de nada. Diga más bien que usted no comparte los planteamientos que el Gobierno de España está llevando a cabo. Eso es más democrático, más sensato, más razonable y hasta más entendible, pero yo, desde luego, no puedo aceptar que
nadie se convierta en el intérprete de lo que piensa el conjunto de los españoles, simplemente porque no es verdad.


Señor Baldoví, vamos a tratar este año el problema de la financiación autonómica en la Comunidad Valenciana y en el conjunto de las comunidades autónomas españolas. Este es un tema complicado, donde todo el mundo tiene sus razones, da sus
argumentos, donde unos creen que lo mejor es distribuir los recursos en función de la población, otros entienden que también es importante la dispersión de la población porque no es lo mismo dar servicios sanitarios a 50.000 personas que estén en
una ciudad, que a 50.000 personas que estén distribuidas entre varios municipios pequeños. Es un asunto difícil y no es la primera vez que hablamos de él. Es probable que haya situaciones que no son absolutamente justas, como en tantas y tantas
facetas de la vida, pero espero llegar a un entendimiento razonable y a atender las demandas y peticiones de los distintos Gobiernos, parlamentos autonómicos y del conjunto de los ciudadanos de cada una de las comunidades autónomas de España.


Autocomplaciente es lo que nunca he sido en mi vida; es más, siempre he sido muy exigente conmigo mismo y, como comprenderá, el transcurso de los tiempos me lo hace ser más todavía. Vuelvo a insistir: no estoy satisfecho -sería un
irresponsable si lo estuviera- de la situación que vive España en estos momentos; no lo estoy, pero insisto una vez más en que tengo la obligación de decirle a los españoles cómo veo las cosas. En el año 2012 les dije que las veía muy mal; ahora
están mal, pero ya estamos dando pasos en la buena dirección. Este año 2014 será mejor, pero no ya porque lo diga yo, es que lo están diciendo todos los organismos internacionales y todos los servicios de estudios tanto públicos como privados; es
un dato positivo, y el año 2015 será mejor. Estudiaré con mucho gusto la modificación que usted propone -he tomado nota- del artículo 607 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y, si me parece sensata y razonable tenga usted la seguridad de que traeré
la modificación a esta Cámara.


Señor Álvarez Sostres, no tengo mucho más que añadir a lo que he dicho en mi intervención anterior, salvo en el tema de Pajares, en el aislamiento de Asturias. Estamos intentando dar solución a los problemas de gran complejidad técnica que
hemos encontrado en los túneles, respecto a las filtraciones de agua y al deslizamiento de la ladera. Con esta solución -cuando podamos dársela, que no es fácil desde el punto de vista técnico- y la continuidad de las obras, la puesta en
funcionamiento de esta infraestructura va a permitir a los asturianos realizar el trayecto Oviedo-Madrid en un periodo de tiempo mucho más corto que el actual. Este es nuestro objetivo. Como usted sabe, en el mes de octubre licitamos por importe
de 130 millones de euros y realizamos las adjudicaciones para el avance de esta obra en la variante de Pajares. Por otra parte, también debo recordar que estamos invirtiendo en la A-8, que es una prioridad importante de este Gobierno. Hemos puesto
en marcha en lo que va de legislatura 31 kilómetros de autovía, por importe de 328 millones de euros, y el objetivo es completarla de manera definitiva en el año 2014.


Coincido una vez más con el señor Salvador en el país que queremos en el futuro. Lo que yo también quiero para Navarra es que Navarra esté en España, que es lo que quieren la inmensa mayoría de los navarros.


Señora Barkos, he tomado alguna nota de lo que me ha dicho en esta su última y corta intervención. No coincidimos, ¡qué le vamos a hacer!, porque tampoco en la vida hay por qué coincidir en todo, de hecho aquí hay partidos que manifiestan
opiniones diferentes sobre temas muy distintos. En cualquier caso, lo que me gusta siempre es que haya la máxima coincidencia en lo fundamental: en las reglas de juego y en el marco de convivencia. Eso es importante, da mucha estabilidad a los
países. Para mí Navarra es España y para mí Navarra también es Navarra. No sé si usted coincide o no en eso, pero esa es mi posición. Me gustaría que coincidiera; parece que no, pues ¡qué le vamos a hacer! En cuanto a la economía, ha hecho un
mínimo comentario -no lo he entendido muy bien- sobre si está o no de acuerdo con la modificación que hemos hecho en la Seguridad Social. Es una excelente apuesta por el empleo en un momento de dificultad como el que estamos viviendo y va a tener
éxito. En cualquier caso, si usted tiene alguna idea que aportar, con mucho gusto estamos dispuestos a considerarla.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.


Tiene la palabra, en nombre del Grupo Popular, el señor Alonso.


El señor ALONSO ARANEGUI: Señor presidente, señor presidente del Gobierno, señoras y señores diputados, lo que ninguna de sus señorías ha podido desmentir a lo largo de este debate es que hoy en España las cosas marchan mucho mejor que hace
un año; ni siquiera los que se aferran a un catastrofismo



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antropológico que responde más bien a un cálculo político que a las previsiones económicas que hemos venido conociendo. Los portavoces agoreros de este Parlamento, los que sienten miedo hacia el futuro, los que desconfían de la capacidad de
España para superar esta crisis, no representan la voluntad de los españoles de salir adelante. Pero los datos empiezan a cambiar de signo. (El señor Llamazares Trigo hace gestos negativos). Sí, señor Llamazares. Están ahí y son incontestables.
Le estamos dando la vuelta a una situación límite que amenazaba con el colapso y la intervención de nuestra economía. Por eso la conclusión más evidente de estos dos días para el conjunto de los españoles es que ahora definitivamente hay razones
fundadas para mirar el futuro con confianza renovada. Como remarcó el presidente del Gobierno, este cambio se ha debido por encima de todo a la actitud ejemplar de la sociedad española. El mérito, por tanto, es suyo más que de nadie. Los
españoles llevan soportando la peor crisis económica de nuestra historia democrática durante ya siete años; una crisis con unas consecuencias sociales devastadoras en términos de desempleo y de pérdida de bienestar. En este tiempo los españoles
han demostrado poseer unos valores de solidaridad, capacidad de sacrificio y espíritu de superación sin parangón. Siempre han creído en las posibilidades de su país, siempre, y no era fácil, porque tampoco pueden decir lo mismo todos los que están
aquí. Hubo un Gobierno del Partido Socialista que se resignó, se sintió vencido por la crisis y tiró la toalla. Pero los españoles ni se resignaron ni se sintieron derrotados. Decidieron cambiar las cosas. Optaron por el cambio, optaron por un
Gobierno nuevo y con él han seguido luchando cada día por salir adelante. Cuando desde la oposición ese mismo Partido Socialista, con los mismos dirigentes de antes y de siempre, volvió a apostar por el fracaso, la sociedad española siguió creyendo
en sí misma y actuando con responsabilidad. Ahora también, cuando oyen decir al señor Rubalcaba que lo peor está por venir, quieren creer que no es verdad. Cuando le oyen anunciar nuevos fracasos sin plantear ninguna propuesta, saben que el
Gobierno seguirá trabajando para ganar el futuro.


Por mandato de los españoles ha habido y hay en España una mayoría política que es garantía de estabilidad, y lo es no solo por el número de escaños sino por su compromiso con el interés general. No prima el interés electoral a corto plazo
ni los equilibrios o los desequilibrios internos en el partido o las ganas de desgastar al adversario. De esas dificultades salen a veces esos discursos fáciles de defender pero difíciles de sostener, que ofrecen soluciones mágicas a todos los
problemas y que hemos escuchado a lo largo de estos dos días. Pero en el Partido Popular sabemos que no hay atajos frente a la crisis, que lo que hace falta es trabajo duro y constante. Sabemos que es la hora y el momento de renunciar a los
intereses pequeños para centrarse en la mayor, en lo más importante: sacar a España cuanto antes de la crisis.


La experiencia de estos dos años explica bien dónde estaría España sin esta mayoría en las Cortes Generales. No habría reformas porque han votado ustedes contra el 70% de las leyes que hemos presentado en esta Cámara, las mismas que ahora
también prometen derogar en cuanto tengan la oportunidad. Sin reformas las cosas tampoco hubieran seguido igual, sino que habrían ido a peor. Seguirían su inercia. Sin consolidación fiscal, ¿cómo nos íbamos a financiar? Nadie confiaría en
nosotros y hubiéramos caído entonces en el abismo del rescate. Sin reforma del sistema financiero los ciudadanos no tendrían garantizados sus depósitos, el riesgo financiero seguiría asociado al riesgo de la deuda soberana y España se convertiría
en un lastre insoportable para el euro. Sin reforma laboral el paro no hubiera detenido su escalada ni la economía estaría mejor preparada para crear empleo. Sin reformas estructurales no hubiéramos podido recuperar competitividad y exportar como
estamos exportando ahora. La factura de la luz habría seguido subiendo al 7% cada año, como subió en los siete años del Gobierno del Partido Socialista. Sin recuperar nuestra capacidad de negociación, sin negociar en Europa, nuestros agricultores
no tendrían aseguradas las ayudas de la PAC; sin reforma educativa, los jóvenes seguirían condenados al abandono y no saldríamos jamás de la cola en los exámenes de PISA; sin Plan de proveedores, los autónomos seguirían sin cobrar y miles de
empresas hubieran tenido que cerrar; sin Fondo de liquidez autonómica, las comunidades no habrían podido atender los servicios básicos; sin reforma de la Seguridad Social, las pensiones seguirían donde ustedes las dejaron, es decir, congeladas.
Por no haber, señorías, no habría ni Plan Prepara, ni siquiera habría Ley de Transparencia, porque a todo eso es a lo que ustedes han votado en contra. En definitiva, si fuera por ustedes, sinceramente, nada habría podido mejorar.


Esta ha sido su alternativa para España en estos dos años, decir que no a todo, negarse a colaborar y al final quedar fuera de juego en esta lucha de la sociedad española para vencer a la crisis. Por eso yo no tengo ninguna duda de que sin
esta mayoría del Partido Popular el destino inmediato de España es muy posible que nos lo dirigieran otros desde fuera, y créanme cuando les digo que eso no les iba a gustar. Esta mayoría nos ha permitido contar con un Gobierno capaz, decidido y
con un rumbo claro que



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enfrentó la situación desde el primer día y que a partir de ahí no se ha apartado un milímetro de sus obligaciones. En un Gobierno serio lo primero es siempre reconocer la realidad, saber ver las cosas como son y explicárselas a los
ciudadanos. Porque cuando un Gobierno parte de la ceguera ante la verdad o de su ocultación es incapaz de ofrecer soluciones o, lo que es peor, emprende una huida hacia ninguna parte, deja de escuchar y aprueba planes insensatos y
contraproducentes. (Aplausos). Afortunadamente, hoy en España contamos con un Gobierno serio y prudente. Quien no supo decir la verdad desde el Gobierno es muy difícil que la diga desde la oposición, y de la misma manera que ustedes, los
socialistas, negaron la crisis cuando empezó, niegan ahora la recuperación cuando ha comenzado. Les da igual que la evidencia hable en su contra, porque parece que por su boca hablan más bien sus deseos. Eso es lo que de verdad nos tiene que
preocupar, que puedan llegar ustedes a considerar que la recuperación es una mala noticia para sus intereses. Les diré más, no tienen derecho a hacer eso, no tienen derecho a arrebatar la esperanza a los millones de españoles que se han ganado a
pulso la recuperación económica que ahora comienza. (Aplausos).


Un Gobierno no puede considerarse como tal si no tiene definido desde el principio un programa de actuación clara, porque en ese caso seguirá la legislatura, como hemos visto otras veces, quitando y poniendo medidas; el nuestro, en cambio,
está llevando adelante el mayor esfuerzo de reformas desde la Transición. Saben perfectamente -el presidente lo ha explicado con nitidez y con gran paciencia a lo largo de estos días- cuál es la prioridad, cuál es el camino y cuáles son las medidas
necesarias para cumplir los objetivos. Todo el mundo lo reconoce, menos la oposición política en España, naturalmente; todos los organismos internacionales lo ponen como ejemplo de Gobierno que está cambiando las cosas y cuenta con una política
económica sólida y comprensible. Era un trabajo difícil; primero, para evitar el colapso; después para estabilizar la situación y sentar las bases; y ahora para consolidar el crecimiento y para lograr que alcance al conjunto de los ciudadanos,
en especial a los que más han perdido con la crisis.


Hay algunos que tratan de hacer olvidar que han pasado hace no mucho por el Gobierno o que al menos prefieren que no se hable mucho de ello, hasta se enfadan cuando se lo recordamos, pero para cada uno de los miembros de este gabinete será
siempre un orgullo haber trabajado en el Gobierno que sacó a España de la crisis y le devolvió la esperanza. Esa es la diferencia entre unos y otros. Es un Gobierno, en definitiva, con un presidente que no responde a más mandatos que al de la
responsabilidad de servir al interés general de los españoles. Le he pedido al Gobierno ya desde esta tribuna y en nombre del Grupo Parlamentario Popular, con el aval del trabajo de los diputados de este grupo cada día, que no cambie de rumbo y que
mantenga su política económica, porque está funcionando, porque los datos lo demuestran y porque esos datos acreditan que es la que nos va a sacar de esta situación, y lo reitero ahora. Es exactamente lo contrario de lo que pide el líder de la
oposición, y eso para mí es una primera garantía de que estamos acertando, pero también porque no sabemos muy bien en qué consiste la alternativa que se nos propone: o bien es una vuelta a un pasado que es mejor olvidar o bien es orientarse a un
futuro que, en este caso, efectivamente, puede ser aún peor. En el pasado era la política de Zapatero -ya conocemos las consecuencias, y estamos lidiando con ellas-, y ahora puede ser la política de los socialistas en Europa, una política que
anuncia mucho, pero que siempre termina sin reformar nada y recortando la que más, los campeones de los recortes, hasta 65.000 millones de euros el presidente Hollande en Francia. Este era el ejemplo que se nos ponía hasta antes de ayer y hoy ya
parece que no se nos quiere hablar más de eso. Por tanto, insisto al Gobierno en que mantenga el rumbo, pero sobre todo insisto al Gobierno en que no se le ocurra seguir las recetas del Partido Socialista, porque cuenta aquí con una mayoría en la
Cámara para poder seguir haciendo las cosas bien. (Aplausos).


Finalmente, un Gobierno tiene que actuar guiado por la justicia, no una justicia de boquilla y para la tribuna, sino una voluntad de equidad de verdad en cada una de las decisiones. Es evidente que en tiempos de escasez hay que optar, y
este Gobierno lo ha hecho, este Gobierno ha optado. Ha pedido un esfuerzo a los que más tenían para mantener la cobertura de los más castigados por la crisis y de los que eran más dependientes del esfuerzo del Estado. Ha gestionado y mantenido el
Estado de bienestar. Ha mejorado el poder adquisitivo de las pensiones. Ha mantenido la sanidad y la educación públicas y gratuitas. Y ha ejercido, desde la ley, la defensa, por primera vez, de los que pierden su vivienda porque no pueden pagarla
o de los que han visto en riesgo sus ahorros por las malas prácticas bancarias. Y esta es una opción política, una decisión consciente, un mensaje político claro desde el Partido Popular. Aquí nadie puede quedarse atrás, aquí a nadie le puede
faltar el amparo del conjunto de la sociedad y del Estado. Esto es lo que ha hecho el Gobierno, y lo ha hecho en una situación de grave riesgo y porque es de justicia. (Aplausos).



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Por eso, señorías, nosotros no podemos aceptar ninguna lección del Partido Socialista, y mucho menos su demagogia. La mejor política social es siempre el empleo. Pues bien -lo decía ayer el presidente del Gobierno-, cuando el Partido
Popular llegó al Gobierno el paro subía cada mes a un ritmo del 12,5%. Hoy el paro registrado se reduce a un ritmo interanual superior al 3%. Hoy es la primera vez que baja el paro en siete años, y va a seguir bajando. Eso es lo verdaderamente
social, gestionar con rigor, reformar las cosas y ser competitivos. Nosotros podríamos aceptar propuestas, señora Rodríguez, si las formulan con sentido, pero su demagogia no, porque aquí hablan mucho de recortes, por ejemplo en sanidad, pero la
realidad al final -y la que ustedes tienen que explicar- es que donde el gasto por habitante en sanidad es más bajo de toda España es en Andalucía y donde más recortes se han hecho también es allí. (Aplausos).


Señorías, se ha hecho un gran esfuerzo para estabilizar la economía española y para ponerla en condiciones de volver a crecer, y de esta manera el Gobierno ha llevado al país a una nueva fase en la que el reto no puede ser otro que
transformar cada décima de crecimiento en oportunidades de empleo y en recuperación del bienestar de las familias. El presidente Rajoy ha anunciado aquí más empleo y menos impuestos. Esa es la alternativa verdaderamente social y la que hoy se ha
hecho posible. La noticia de este debate, la noticia que no pueden tapar otras interpretaciones, es que aquí se ha presentado el mayor estímulo para el empleo que se recuerda, la tarifa plana de 100 euros para las cotizaciones sociales por cada
nuevo puesto de trabajo indefinido, y esa es una verdadera revolución, pero sobre todo de lo que da cuenta es de la voluntad y del compromiso del Gobierno en la lucha contra el paro, confirma con hechos que abrimos una nueva etapa y que el Gobierno
de Mariano Rajoy lo supedita absolutamente todo a un gran objetivo nacional, que no tiene que ser el objetivo del Gobierno, que no tiene que ser solamente el objetivo del Partido Popular, que es necesario y sería bueno que fuera el objetivo de toda
la Cámara, que demos una respuesta, que demos una respuesta eficaz y que demos una oportunidad a los más de 5,5 millones de españoles que no tienen empleo. (Aplausos).


Creceremos más y los beneficios de ese crecimiento se orientan ahora a los que más han sufrido con la crisis: las rentas más bajas, que ahora ven ampliada la exención en el impuesto sobre la renta, las familias que van a ver ampliadas sus
deducciones, más de 12 millones de contribuyentes que van a ver aliviada la carga fiscal; eso es un crecimiento con efectos sociales y esa es la justicia, porque la crisis también ha tenido efectos sociales devastadores. A algunos les parecen
medidas poco importantes, yo quiero poner un ejemplo y dar un dato. Esta mañana me llamaba José Antonio Monago y me decía: la medida fiscal de Rajoy afecta en Extremadura al 53,3% de los contribuyentes, a más de la mitad de los contribuyentes en
su comunidad. Por tanto, no despreciemos las medidas, démosles importancia y no quitemos la ilusión, la esperanza a la gente en esta nueva etapa. El presidente ha anunciado menos burocracia y más financiación para las empresas, para las pequeñas y
medianas empresas, que son las que crean empleo, y, por tanto, este ha sido el debate sobre el estado de la Nación después de años en el que hemos vuelto a escuchar noticias positivas. Sinceramente, creo que todos deberíamos alegrarnos de ello,
todos aquí, como el resto de los españoles lo hace.


El último factor importante, señor presidente, para salir de esta crisis ha sido y es Europa. En estos dos años hemos debatido aquí mucho sobre Europa y se ha avanzado mucho también en el proceso de construcción europeo. Seguramente se
empezó a avanzar porque no quedaba más alternativa que la integración y seguramente se ha hecho también a un ritmo mucho más lento que el que nosotros queríamos, pero se ha avanzado, y hay que reconocerlo, en cosas que hasta hace muy poco tiempo
eran impensables, y eso ha desterrado definitivamente los discursos apocalípticos que escuchábamos respecto de la viabilidad de la moneda común. Ha habido también -se hace mucha mención a eso, y yo también lo veo- una reacción por parte de las
autoridades europeas, y en particular una reacción por parte del Banco Central Europeo, y es así de importante, todo ha sido importante. El señor Pérez Rubalcaba la utiliza como coartada para justificarse, a mí me parece una visión un tanto
estrecha y francamente interesada porque da tanta importancia al Banco Central Europeo que le hace culpable y salvador de todos nuestros males, pero está claro que lo que ha pasado en España no se ha sufrido en otros países que estaban también
sometidos a la misma política monetaria, y ahí hay una contradicción difícil de salvar. Ha habido cambios en Europa porque hemos tenido iniciativa para que hubiera cambios en Europa y porque esa ha sido parte central de la agenda del presidente del
Gobierno y con la propuesta, el trabajo, los deberes hechos nos hemos ganado el respeto de nuestros socios europeos, nos hemos vuelto a ganar la consideración de Europa. Yo estoy convencido de que el futuro de Europa pasa por una mayor integración
y apuesto por que haya una mayor integración, y trabajamos para ello. Y sigo pensando que Europa es para los españoles garantía de estabilidad política, de progreso económico y de bienestar



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social y quisiera que fuéramos capaces, no solamente a este lado del hemiciclo sino a los dos, de poder explicárselo a los españoles en la próxima campaña electoral y podamos mandar también de esa manera un mensaje de confianza en el
proyecto europeo desde España.


La sociedad española, la estabilidad política, la agenda de reformas del Gobierno y Europa, estos son los factores que han hecho posible la recuperación en nuestra economía. A mí me gustaría que fueran la sociedad española, la estabilidad
política, la agenda de reformas del Gobierno, Europa y la oposición política, pero no ha podido ser porque se han quedado ustedes al margen de todo el proceso de lucha contra la crisis y de recuperación. Decía que ahora tenemos que llevar esa
recuperación a cada una de las familias españolas. Por eso yo les insisto, si ustedes se quedaron al margen de la lucha contra la crisis en el peor momento, no se queden ahora al margen del esfuerzo de recuperación y den una oportunidad a la
esperanza y sientan la misma confianza en España que sentimos desde los bancos del Partido Popular. (Aplausos). Y les voy a pedir más, no solamente una declaración retórica, que no estaría de más y no estaría mal, sino que también les voy a pedir
que trabajen algo más y que planteen alguna alternativa seria.


A lo largo del debate hemos escuchado las posiciones de los distintos grupos y hemos escuchado muchas propuestas. La mayoría de lo que hemos oído han sido críticas, algunas descarnadas, la mayoría muy poco objetivas. En cuanto a las
soluciones, cada grupo ha andado con su tema. Para Esquerra -no está aquí el señor Bosch- la independencia de Cataluña lo arreglará todo, aunque se queden fuera de Europa. Para UPyD -son sus recetas- lo importante es pedir el rescate, porque solos
no podemos, y suprimir las instituciones donde no tienen representación, los ayuntamientos y las diputaciones provinciales, aunque dejemos a media España sin Administración. (Rumores.-Aplausos). Para Convergència i Unió, señor Duran, si no le he
entendido mal, el remedio es que rompamos la unidad de España pero desde el diálogo, lo cual resulta francamente extravagante. Nosotros estamos dispuestos a dialogar todo lo que usted quiera, sobre muchas cosas, pero desde luego, como le ha dejado
claro el presidente del Gobierno, jamás al margen de la ley y jamás para semejante objetivo. Para La Izquierda Plural no hay como dejar de pagar la deuda, lo cual ven curiosamente compatible con que nos sigan prestando dinero. Finalmente, para el
Grupo Socialista lo mejor es que se ocupe Draghi, porque él es el que tiene la culpa y el que tiene el remedio de los males de España. Y poco más ha habido aquí, porque propuestas de verdad no ha habido. Sinceramente, aquí no ha habido otras
propuestas que las del presidente del Gobierno. Me parece que la crítica está muy bien y que el desgaste del Gobierno está muy bien, pero es un bagaje muy pobre para la oposición en un debate tan importante como este y en un momento tan decisivo.


Señorías, queremos hacer de España un país de instituciones cada día más sólidas y estables con un sistema democrático avanzado, capaz de reconciliar a los ciudadanos con la política y prevenir la corrupción. Todos los estudios alertan del
desprestigio de la actividad política entre los ciudadanos. Eso es lo que se oye en la calle, para muchos de ellos nosotros somos también el problema. A ello han contribuido los escándalos de corrupción y también la incapacidad de la política
durante años para dar respuesta a una crisis social que ha destruido millones de puestos de trabajo y que ha deteriorado el bienestar de las familias españolas. Para darle la vuelta a este estado de cosas es preciso, primero, conocer la verdad,
castigar a los responsables sin dejar resquicio a la impunidad y establecer mecanismos de prevención y de alerta frente a las posibles corrupciones del futuro. Se requieren instituciones fuertes y transparentes, una justicia independiente y tenaz y
una administración pública obligada a dar cuenta cumplida de cada una de sus actuaciones, abierta al escrutinio público, sin zonas de sombra en las que se puedan emboscar los delincuentes. Este es el sentido de las reformas de regeneración que está
impulsando el Gobierno y que esta Cámara tiene que aprobar, y esa es una obligación que nos corresponde a todos nosotros.


Pienso que tenemos una gran oportunidad para la regeneración, para inaugurar una nueva cultura pública en España. El cambio decisivo lo produce la Ley de Transparencia, pero no es una medida aislada. Este Gobierno ha presentado una batería
de medidas sin precedentes, desde el endurecimiento de las penas o la incorporación de nuevos supuestos en el Código Penal hasta la regulación positiva de la conducta de los cargos públicos y de los partidos políticos. Parte de ello es consecuencia
directa de los compromisos que se alcanzaron aquí hace un año con motivo del debate sobre el estado de la Nación. Es particularmente conveniente, por tanto, que en este asunto tratemos de alcanzar un acuerdo político amplio, un pacto político que
sea expresión de un verdadero pacto con la sociedad para recuperar la confianza. Pero el prestigio de la política requiere también que esta sea capaz de resolver los problemas de los ciudadanos. Son las malas políticas las que siembran el desapego
social porque el resultado de una mala política lo pagan siempre los ciudadanos, especialmente aquellos que son más vulnerables.



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Hemos tenido durante demasiados años en España un mal Gobierno, que dilapidó todo el capital de confianza social y es ahora también labor del Gobierno del Partido Popular no solamente estabilizar la situación económica, corregir los
desequilibrios, volver a crecer, volver a crear empleo, sino volver a ganar la confianza política, con buenas políticas y contando la verdad a los españoles. Este es el año en que la recuperación tiene que alcanzar a la base de la sociedad
española, dándole nuevamente motivos para creer en sus instituciones y en sus responsables. Señorías, no hay progreso social sin instituciones fuertes, es preciso consolidar los marcos de convivencia y no ponerlos cada día en cuestión.


Un discurso político no es más valiente porque quiera liquidar la Constitución, es solamente más temerario y bastante más olvidadizo, porque pasa por alto que nuestra Constitución ha sido el factor clave de la estabilidad política, los
avances sociales y el desarrollo económico de España en las últimas décadas (Aplausos), y que ha permitido una descentralización del poder político que no tenía precedentes y que tiene pocas comparaciones, pero no para entregárselo a unas élites
políticas locales con intereses propios, se ha descentralizado el poder político para acercarlo a los ciudadanos, y conviene que lo recordemos cada día. Es una Constitución para el equilibrio y la solidaridad y sigue siendo hoy el mejor punto de
encuentro de los españoles, por encima de sus diferencias. Sigue siendo también la mejor garantía de nuestras libertades y de los derechos de todos. Como recuerda el presidente del Gobierno, es una Constitución que se puede reformar -se ha
modificado dos veces-, pero yo creo que no conviene emprender el camino de esa reforma a ciegas, sin saber bien a dónde se quiere llegar, con qué consenso se puede contar y qué beneficios se van a obtener. Plantear su reforma a golpe de coyuntura
política o por necesidades propias o de partido no parece ser una buena idea. Sinceramente, me parece que el problema de España hoy no es nuestra Constitución. Que invirtamos nuestra energía en abrir una especie de nuevo periodo constituyente no
va a crear un solo puesto de trabajo, pero es seguro que va a desatar incertidumbres y conflictos. Señorías, fuera de la Constitución vienen la aventura y la inseguridad. Hoy en España hay políticos aventureros que quieren romper la nación,
quieren romper la solidaridad y desatar los lazos que nos han vinculado desde hace siglos y que la Constitución ampara. El riesgo que corremos es el de quebrar la convivencia y dividir a la sociedad. No es posible obligar a todo el mundo a que
piense lo mismo o a dividir sus afectos. El riesgo en Cataluña es el estancamiento y la división. Dos sociedades en un mismo espacio sin comprensión mutua. Una parte de la sociedad condenada al silencio si no comulga con lo que le marcan desde el
poder político. Es una aventura hacia ninguna parte que lo único que consigue es poner en riesgo la convivencia civil.


El Gobierno de Mariano Rajoy es garantía de la unidad de España y de la soberanía que representamos en esta Cámara, de que el futuro de España tenemos el derecho a decidirlo todos los españoles, de que España es un Estado de derecho donde
las leyes se cumplen y de que todos los españoles, vivan donde vivan, tienen los mismos derechos y están comprometidos solidariamente en un proyecto común. Señorías, los españoles sentimos el orgullo de nuestra democracia y hemos sido capaces de
defenderla frente a quienes la querían derrotar por medio de la violencia. Nos hemos ganado nuestra libertad con mucho sacrificio y, por eso, es preciso decir con rotundidad que no vamos a permitir que los terroristas y quienes les han apoyado
siempre pretendan describir el relato de lo que ha pasado falseando la verdad y mucho menos que puedan condicionar nuestro futuro. (Aplausos). ETA no tiene otra salida que reconocer el daño causado, condenar su historia criminal y disolverse.


Le quiero decir aquí una cosa al señor Errekondo, porque el señor Errekondo cuando interviene habla en nombre del pueblo vasco y cuando lo hace entiendo que habla en nombre de los vascos y, si habla en nombre de los vascos, entiendo que
quiere hablar en mi nombre, porque yo, aunque a usted le moleste, señor Errekondo, también soy vasco. Le voy a decir una cosa con claridad -y escúcheme bien señor Errekondo-: Le prohíbo que hable en mi nombre, y mucho menos cuando está hablando de
la impunidad para los criminales de ETA. (Aplausos). En Euskadi hay muchos vascos como yo, solo hay una minoría que ha apoyado a ETA durante cuarenta años, eso es lo que usted tiene que pensar; solo una minoría ha apoyado a ETA durante cuarenta
años y tengo derecho a que esa minoría no pretenda hablar en mi nombre. Le diré más, ante su petición, yo espero del Estado de derecho y de los jueces que estos mantengan bien cerradas las puertas de las cárceles hasta que los condenados por
terrorismo hayan cumplido sus condenas con arreglo a la ley. (Aplausos).


Señor presidente, señorías, voy a ir terminando porque creo que llevan ustedes ya más de once horas de debate y me miran con cara de querer irse a comer. (Risas). Creo que ahora nos toca ver qué podemos sacar entre todos en positivo de
este debate. El año pasado aprobamos propuestas de resolución, algunas importantes, y alguna fue negociada y pactada con todos los que querían pactar, no fue posible con el



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Grupo Socialista, que era la de la regeneración democrática. He revisado las propuestas de resolución que se aprobaron el año pasado y tengo que decir que el Gobierno ha cumplido esos mandatos casi en su totalidad, lo cual está muy bien;
me parece que también es bueno que la Cámara compruebe de vez en cuando si el Gobierno cumple con los mandatos que le hace y pienso que esta vez es verdad que ha sido el caso, al menos en un 90%, del otro 10%, ya hablaremos. Pero, en cualquier caso
nosotros, en ese marco de las propuestas de resolución y con planteamientos concretos sobre la mesa, volveremos todos los años a intentar alcanzar acuerdos con el resto de los grupos y espero que ahí todo el mundo dé la talla y veamos si
efectivamente hay vocación, por poner un par de ejemplos, de que la política de inmigración sea una política de Estado, si estamos dispuestos a defender juntos nuestro sistema constitucional y de derecho, si queremos dar un nuevo impulso a la
política fiscal o a la lucha contra el paro y si, más allá del desgaste contra la acción del Gobierno, hay propuestas con contenido positivo que podamos acordar con los grupos de la oposición.


Termino reiterando que este ha sido un debate muy diferente del de los últimos años, sobre todo porque este año, sí, por fin, hay unas perspectivas de futuro que son positivas. Sin embargo, el objetivo es el mismo, y nosotros queremos que
no sea un objetivo de parte, sino un gran objetivo nacional que una al conjunto de la sociedad española, y que no es otro que dar una oportunidad a los 5,5 millones de personas sin empleo en nuestro país. Para ese objetivo contamos con el apoyo de
la sociedad, la estabilidad de la mayoría y la determinación del Gobierno, y esperamos también que con el aliento, las críticas y alguna propuesta por parte de la oposición. Yo sé que ese es un camino plagado de dificultades y sé lo que se ha
sufrido, pero, por eso, señor presidente del Gobierno, no se le olvide nunca, tenga siempre presente que cuenta, hoy más que nunca, con el respaldo y el trabajo de la mayoría que representa el Grupo Parlamentario Popular en esta Cámara.


Muchas gracias, señorías, señor presidente. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular, puestos en pie).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alonso.


Señor presidente.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señor presidente, señoras y señores diputados, señor portavoz del Grupo Parlamentario Popular, no me extenderé en mi intervención, seré breve, pero sí quisiera decir algunas cosas al hilo de la
intervención del señor portavoz del Grupo Parlamentario del Partido Popular.


En primer lugar, quiero darles las gracias a él y al grupo parlamentario por el apoyo que han brindado al Gobierno a lo largo de esta primera parte de la legislatura y pedirles que continúen en este apoyo hasta el final de la misma en la
convicción de que las cosas que se han hecho empiezan a producir resultados y también en la convicción de que el balance que hagamos el año que viene en el próximo debate sobre el estado de la Nación será sin duda un balance mucho más fructífero que
el que he podido presentar este año al conjunto de las señoras y los señores diputados. Estoy de acuerdo, como toda la Cámara sabe, con el grueso de las manifestaciones que ha hecho el señor Alonso en su intervención, y me gustaría destacar las que
para mí tienen más importancia.


En primer lugar, el señor Alonso ha afirmado que en España se ha producido un cambio de rumbo en la situación de la economía, y es verdad; se ha producido un cambio de rumbo en la situación de la economía porque, mientras antes vivíamos una
etapa de recesión económica con cifras de crecimiento negativo, mientras el paro cada vez aumentaba más y mientras todos los indicadores de los desequilibrios que atenazaban la economía española iban a peor, hoy podemos decir que las cosas han
empezado a mejorar. El déficit público va mejor. El déficit del sector exterior va mejor. El sistema financiero está en la práctica saneado. Los precios van mejor y ya se comienzan a producir resultados tangibles en el conjunto de la economía
española. Hoy, con modestia, como ya he señalado en numerosas ocasiones a lo largo de este debate, ha empezado la etapa del crecimiento económico en nuestro país y hoy ya podemos decir que hay cifras en la Seguridad Social que son alentadoras.


Quiero señalar en segundo lugar que celebro que el señor Alonso haya manifestado su confianza en el futuro. Es una confianza en las reformas que ha puesto en marcha el Gobierno, que son muchas y muy importantes. Cuando escuchaba la
intervención del señor Alonso venían a mi mente muchas de las reformas que hemos aprobado en esta Cámara a lo largo de estos dos años. Él se refirió a la estabilidad presupuestaria, a la reforma financiera, a la reforma laboral, a la reforma
energética, a la reforma educativa, a las reformas europeas, a los planes de proveedores, al FLA, a las reformas de las pensiones. Son



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muchas, muy importantes y sobre todo estructurales las reformas que este Gobierno ha traído a esta Cámara. Y lo ha hecho para afrontar la crisis, pero lo ha hecho también, como he señalado en otras ocasiones a lo largo de este debate, para
sentar bases sólidas para la economía española del futuro. Le agradezco que haya manifestado su confianza en las reformas y en el futuro, y le agradezco que haya manifestado su confianza, que es lo más importante y que es la gasolina de que dispone
este Gobierno, en el conjunto de la sociedad española, que ha estado, en una situación enormemente difícil y compleja, a la altura de las circunstancias. (Aplausos). Muchas gracias a todos los españoles.


Quiero agradecerle la referencia a la necesidad de partir siempre de la realidad y de hacer un buen diagnóstico, lo he señalado muchas veces a lo largo del tiempo que llevo como presidente del Gobierno pero también cuando estaba en la
oposición. Es verdad lo que ha dicho usted aquí: hubo un momento en que se negaba la existencia de la crisis. Si se niega la existencia de la crisis no es posible ponerle remedio. Si se equivoca uno en el diagnóstico es metafísicamente imposible
que se pueda acertar en las medidas. Le agradezco que hable de la importancia del diagnóstico porque es fundamental en política y en cualquier faceta de la vida, y yo espero que quienes se equivocaron, como lo hicieron cuando no supieron
diagnosticar la crisis, no se equivoquen ahora y sepan diagnosticar el inicio de la recuperación económica.


Señor Alonso, queda efectivamente mucho por hacer. Lo más importante: consolidar el crecimiento económico, crear empleo y que todos los españoles noten la mejora de la economía. Pero, como he dicho en alguna de mis intervenciones a lo
largo de estas jornadas, el año 2012 teníamos que superar la dificilísima situación por la que pasaba nuestro país; el año 2013 era el de la continuación en las reformas, el comienzo del crecimiento, y así ha sido; el año 2014 es la consolidación
del crecimiento y además la creación de empleo neto, y el año 2015 será el año en el que la economía española despegue de manera definitiva. Usted me ha pedido que no cambie de rumbo. No lo voy a hacer. Creo que debemos seguir reduciendo el
déficit público, que debemos seguir haciendo reformas estructurales e intentando, en la medida en que ya podamos ir haciendo cosas, mejorar -porque mantener ya está mantenido- nuestro sistema de bienestar.


Es importante también la referencia que ha hecho a la obligación que tiene el Gobierno -este y cualquier Gobierno- de actuar con justicia. Hemos intentado -es probable que hayamos cometido algunos errores, no lo voy a poner en tela de
juicio- distribuir los efectos de la crisis. Lo hemos intentado. Creo que hemos conseguido mantener la posición de los pensionistas, que son las personas que están en una mayor dificultad. Hemos mantenido el seguro de desempleo, más de 30.000
millones de euros al año. Hemos mantenido los grandes servicios públicos fundamentales. Nuestro objetivo -el de cualquiera, este no es un problema ideológico sino de hacer las políticas económicas que generen los recursos suficientes- es mantener
y mejorar siempre el Estado del bienestar y el bienestar del conjunto de los propios ciudadanos españoles. (Aplausos).


Señoría, le agradezco su referencia al futuro, porque el futuro es lo importante y lo que nos debe preocupar. Las previsiones para el año que viene son de un crecimiento económico del 1% y para el año 2015, un crecimiento económico del
1,5%, tal y como afirmé en mi intervención de ayer por la mañana en esta misma Cámara. Las previsiones para el año que viene son que el sector exterior tendrá un superávit por encima del 2%, un dato muy positivo y que revela las mejoras que se han
producido en la competitividad de la economía española. La competitividad de la economía española no es una palabra, la competitividad de la economía española se plasma en crecimiento económico y en empleo. Y he hecho también una previsión en
materia de empleo: el año que viene habrá creación de empleo neto en España en la EPA y en términos de contabilidad nacional y, por supuesto, más afiliados a la Seguridad Social. (Aplausos).


Le agradezco el apoyo a las medidas que hemos anunciado. Son importantes las medidas en materia de impuestos y es fundamental la decisión que ha tomado el Gobierno de plantear en esta Cámara y de aprobar en el Consejo de Ministros del
próximo viernes la tarifa plana de 100 euros para las cotizaciones sociales. Estoy absolutamente convencido de que va a suponer un impulso al crecimiento económico y a la creación de empleo en nuestro país. Celebro también su referencia a otras
muchas medidas a las que me referí en mi intervención de ayer por la mañana: las medidas para financiar a nuestras pequeñas y medianas empresas, que están llamadas, entre otras cosas, a generar crecimiento económico y a generar empleo en España,
teniendo cuenta que más del 80% de los trabajadores españoles trabajan en una pequeña o mediana empresa.


Es importante también su referencia a Europa, y la celebro de manera especial porque no se ha hablado mucho de Europa en este debate del estado de la Nación. Yo he dividido mi intervención de ayer en cuatro partes: una primera, política
económica y social; una segunda, Europa; una tercera, medidas de



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lucha contra la corrupción, y una cuarta parte de mi intervención tenía el objetivo de fijar mi posición y la del Gobierno en relación con la convocatoria de un referéndum en Cataluña. Se ha hablado poco de Europa y por eso es importante
que el portavoz del Grupo Parlamentario Popular haya hecho una referencia cumplida a lo que está sucediendo en Europa. Europa, señoras y señores diputados, es nuestra casa. Nosotros somos Europa. Hemos trabajado mucho y con mucha intensidad en la
Unión Europea a lo largo de estos dos años. Créanme que no lo afirmo aquí para presumir de nada, porque al fin y a la postre es la obligación de cualquier Gobierno responsable trabajar en un tema que tiene tanta trascendencia para todos los
ciudadanos como son las políticas que se deciden en la Unión Europea y presumir de cumplir su obligación es algo que, sin duda, nadie debe hacer. Son muchos los objetivos que hay por delante en Europa. Los más importantes: cerrar la unión
bancaria -espero que esto se produzca dentro de pocas fechas-, seguir trabajando en la unión económica, empezar los trabajos de la unión fiscal y continuar con la unión política. Y, con su permiso, quiero señalar que haré todo cuanto esté en mis
manos presentando propuestas, como ya he hecho relación con otros muchos temas, para que por fin la Unión Europea tenga, de verdad, una política común de inmigración. Por tanto, señoras y señores diputados, este Gobierno seguirá siendo activo en la
Unión Europea porque es su obligación y porque es lo que le conviene al conjunto de los intereses de los españoles.


Y termino mi intervención afirmando mi coincidencia plena con las afirmaciones que el señor Alonso ha hecho en relación con la reforma de la Constitución. La Constitución se puede reformar, pero creo que como en tantas y tantas facetas de
la vida, y sobre todo cuando se habla de temas importantes, de cosas que no son menores, conviene ser prudente y, sobre todo, conviene saber muy bien qué es lo que se quiere hacer y las posibilidades de consenso y de acuerdo que puede haber en
relación con ese tema. Como ya he dicho en otras muchas ocasiones, no creo que la Constitución sea inmodificable. Creo que se puede modificar; de hecho, muchos de los que estamos aquí hemos apoyado dos reformas de la Constitución, pero me parece
muy importante que sepamos con claridad a dónde queremos ir y el grado de consenso al que queremos llegar.


Comparto también -y no voy a extenderme más en este asunto- su afirmación en relación con la necesidad de todos los vascos, pero también del conjunto de los españoles, de que se produzca la noticia que todos esperamos, la más fácil de llevar
a cabo, la menos complicada, y es que ETA anuncie lisa y llanamente que se disuelve y deja de existir como organización terrorista. Exactamente eso. (Aplausos).


Acabo ya. Quiero dar las gracias al Grupo Parlamentario Popular por su apoyo incondicional al Gobierno. Nos ha tocado hacer lo más difícil; nos hubiera gustado hacer otras cosas más fáciles, pero nos ha tocado lo más difícil, eso es lo
que nos han pedido los españoles. Ustedes han apoyado las decisiones más difíciles. Tengan ustedes la total y absoluta certeza de que eso será bueno para España, pero sepan también que mucho más difícil que su posición es la posición de muchísimos
ciudadanos españoles a los que todos nos debemos y para los cuales trabajamos.


Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular, puestos en pie).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno.


Se suspende la sesión.


Era la una y quince minutos de la tarde.