Meritxell Batet advierte: “Que representantes de partidos de gobierno utilicen métodos propios de los extremismos supone una amenaza para la democracia”

Critica la “política de la deshumanización del adversario” que se ha hecho desde amplios sectores de la derecha española durante estos últimos 5 años con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: “En una democracia avanzada no hay presidentes ni Gobiernos ilegítimos”, recalcó.

“Aunque me preocupa que en casi todos los parlamentos ya tengamos abiertos representantes de los extremismos disolventes que amenazan la democracia, me preocupa todavía más que representantes de partidos democráticos de gobierno, de larga trayectoria, estén paulatinamente deslizándose hacia la utilización de estos métodos. Ello pone en peligro el capital básico de los sistemas democráticos: la confianza”, ha advertido la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, hoy en la inauguración del Curso de Verano de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, donde ha pronunciado una conferencia sobre “Parlamento, Gobernabilidad y Credibilidad de las Instituciones.

En su intervención, Meritxell Batet ha advertido de que “las democracias, a nivel global, están sufriendo un retroceso”, al tiempo que se aprecia “una actitud de las autocracias más desinhibida en su brutalidad”, cuyo ejemplo “más cercano y trágico, es la agresión de Rusia a Ucrania”. En definitiva, “la sensación es que las autocracias ganan terreno y las democracias lo ceden”. Una amenaza que, en los últimos años, “se ha extendido a sistemas democráticos hasta ahora estables” -como se ha visto en los asaltos a las instituciones en EEUU y Brasil-, que afrontan “un deterioro progresivo de las bases sobre las que se asientan” y un “aumento de la pulsión autoritaria”.

La presidenta del Congreso ha reafirmado su “compromiso inquebrantable” con la institucionalidad democrática: “Para mí, la democracia es, ante todo, institucionalidad; respetar el funcionamiento correcto de las instituciones democráticas, cuidarlas. Decía Francisco Tomás y Valiente que las instituciones ganan o pierden prestigio por lo que hacen, pero también por lo que con ellas se hace. Y, ¿qué estamos haciendo los representantes con las instituciones democráticas? ¿Las estamos fortaleciendo o debilitando?”, se ha preguntado.

Batet ha señalado tres factores que, en su opinión, están degradando las instituciones, generando un efecto de desaliento en la ciudadanía y, en última instancia, poniendo en peligro a la propia la democracia: la utilización de la desinformación y las fake-news en el debate político; la polarización, la crispación y la falta de respeto al adversario; y la quiebra de las reglas de la democracia.

Respecto a la desinformación, considera que “el mayor problema es que los representantes que están en las instituciones democráticas utilicen de manera premeditada las falsedades y los bulos para atacar al adversario político, pues eso degrada la credibilidad de la institución democrática que representan, y, por tanto, la credibilidad de la propia democracia”.

Asimismo, ha denunciado “la polarización extrema” que vivimos: “Demasiados políticos basan sus opciones electorales en construir una imagen del adversario que se pueda identificar como el mal absoluto, al que es legítimo despreciar, e incluso odiar. No es necesario tener ninguna propuesta, pues el único elemento movilizador del voto es la destrucción del adversario”.

Así -ha continuado- “la polarización y la crispación transforman el debate político en una batalla en la que gana el que más agrede. Vence el que más ofende”. “Esta política de la deshumanización del adversario es lo que se ha hecho desde amplios sectores de la derecha española durante estos últimos 5 años con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”, ha criticado. “En una democracia avanzada no hay presidentes ni Gobiernos ilegítimos”, recalcó.

Por otro lado, Meritxell Batet ha denunciado también “la quiebra de determinadas convenciones no escritas de la democracia”, con referencia al bloqueo en la renovación de los órganos constitucionales por parte del PP en esta legislatura.

“Necesitamos auténticos demócratas que practiquen la contención en el ejercicio del poder. Ni la Constitución ni las leyes evitarán la degradación de la democracia si los representantes democráticos no jugamos limpio”, ha dicho. “A este peligroso juego de la desinformación, la intolerancia con el adversario y la quiebra de los usos de la democracia siempre acabará ganando, a la larga, el más populista y el más autoritario”, advirtió.

“Este juego de la polarización emotiva está minando nuestras instituciones”, ha insistido la presidenta del Congreso, que ha llamado a los representantes democráticos a “practicar la institucionalidad democrática”, ejerciendo “política útil, buena política”. “Estamos a tiempo de que las democracias prevalezcan”, reflexionó, poniendo como ejemplo de política útil que “en España, el fenómeno de la polarización no ha evitado que un Gobierno en minoría haya sido capaz de sacar adelante en el Parlamento, con acuerdos, más de 200 leyes y tres presupuestos generales del Estado”.