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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 103, de 21/11/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 103



ECONOMÍA Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. SANTIAGO LANZUELA MARINA



Sesión núm. 9



celebrada el martes, 21 de noviembre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Proposiciones no de Ley:



- Relativa a la transparencia de servicios y tarifas en el mercado de
las telecomunicaciones.

Presentada por el Grupo Parlamentario Socialista. (Número de
expediente 161/000128.) . . . (Página 2988)



Comparecencia del señor secretario de Estado de Comercio y Turismo
(Costa Climent) para informar sobre:



- La evolución del comercio exterior y del turismo. Comparecencia
cuatrimestral, previa remisión del informe correspondiente. (Número
de expediente 212/000312.) . . . (Página 2993)



- Las líneas generales de la política de su departamento. A solicitud
del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número de
expediente 212/000031.) . . . (Página 2993)



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- La intención del Gobierno de realizar una mayor liberalización de
los horarios comerciales y de las consecuencias económico-sociales de
esta medida. A solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de
expediente 212/000049.) . . . (Página 2993)



Se abre la sesión a las diez y cuarenta y cinco minutos de la mañana.




PROPOSICIONES NO DE LEY:



- RELATIVA A LA TRANSPARENCIA DE SERVICIOS Y TARIFAS EN EL MERCADO DE
LAS TELECOMUNICACIONES. PRESENTADAPOR EL GRUPO PARLAMENTARIO
SOCIALISTA. (NÚMERO DE EXPEDIENTE 161/000128.)



El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.

En primer lugar, vamos a tratar el debate y votación de la
proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista, relativa a
la transparencia de servicios y tarifas en el mercado de las
telecomunicaciones. Para su defensa, tiene la palabra el portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista, señor Eguiagaray.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Voy a empezar por decir que vengo a
defender esta proposición no de ley con una gran convicción y espero
también trasladarla al resto de los grupos parlamentarios. Se trata
de una propuesta extraordinariamente constructiva que tiene como
objetivo obtener el apoyo de otros grupos parlamentarios. No es una
propuesta para polemizar, es una propuesta para hacer algo en defensa
de los consumidores, de los ciudadanos, frente a los poderes
excesivos que existen y seguirán existiendo, frente a la confusión
que en materia de competencia en el mercado de las telecomunicaciones
existe, frente a la ignorancia que, en ocasiones, es el resultado del
exceso de información o de información inadecuada.

Nadie discute a estas alturas que en el mercado de las
telecomunicaciones hay una incipiente competencia, pero creo que ni
los más entusiastas por el proceso seguido podrían estar satisfechos
del nivel de competencia que se ha alcanzado y muchísimo menos de que
la competencia que se ha conseguido introducir en el mercado de las
telecomunicaciones haya llegado en su totalidad al ciudadano para
mejorar su bienestar. El objetivo para quienes nos preocupa el
bienestar de los ciudadanos es obtener una competencia que sea real
y, al mismo tiempo, leal; significa que haya, entre otras cosas,
transparencia en el mercado y que finalmente, como resultado de esa
competencia leal, real y transparente, se pueda mejorar la situación
de las personas que
utilizan un bien a estas alturas de nuestra vida tan esencial como es
el teléfono u otros mecanismos de telecomunicación para obtener,
mejorar o ampliar la relación con otros seres humanos.

Este no es el momento, y lo haría con gusto, de analizar las
limitaciones con las que en España se ha ido introduciendo
competencia en el mercado de las telecomunicaciones, ni siquiera las
limitaciones que tiene esta competencia. Es bastante sencillo poner
de manifiesto algunas de estas limitaciones que hoy siguen formando
parte de la información de cada uno de los días: retrasos en anuncios
que se habían producido, portabilidades de teléfonos que no llegan,
cuotas de interconexión entre proveedores de servicios o de red que
hacen desistir a algunos operadores de la oferta de determinados
servicios, etcétera. Pero no me voy a referir a ese tipo de
cuestiones, sino que me voy a analizar exclusivamente uno de los
aspectos de los que depende la competencia. Por tanto, se trata de
una proposición que tiene, sin duda alguna, objetivos limitados, pero
que son claramente indispensables para la existencia de una
competencia real.

Lo de la competencia es una expresión que forma parte de lo que ya
todo el mundo da por bueno, al menos en determinadas áreas de la vida
social, en aquellas que son susceptibles de integrar un mercado.

Probablemente, si en física hay una ley fundamental, que es la ley de
la entropía, en economía hay una ley de la entropía también que hace
que lo menos frecuente, lo menos natural sea precisamente la
existencia de condiciones de competencia y mucho más de competencia
perfecta. En economía la ley de la entropía es el monopolio o la
competencia monopolística, no la competencia perfecta de los libros
de texto. El estado natural, por tanto, es algo que tiende a
parecerse a un mercado o a un cuasi mercado en el que existen
poderes, casi siempre exorbitantes, que impiden que los efectos de la
competencia puedan difundirse hacia todos los operadores.

Detrás de cada operador, como sabemos desde Adam Smith, hay un
candidato a monopolista que, si es bien educado, hará un impecable
discurso sobre las excelencias de la competencia mientras trata de
que desaparezcan todos sus competidores por todos los medios,
incluidos los legítimos. Pero cuando uno analiza lo que está
ocurriendo y la manera que adopta la competencia en nuestro país, se
hace difícil no hacer referencia a algunas técnicas que hoy forman
parte del común conocimiento de la gente; técnicas que hemos ido
aprendiendo,



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unos por profesión, otros por vivir muchos años y otros simplemente
por ver la televisión durante mucho tiempo. Los que nos iniciamos en
la publicidad escuchando los anuncios de Cola-cao hace ya muchísimos
años hemos seguido la evolución de la publicidad, sobre todo a través
de los anuncios de detergentes, que han evolucionado
extraordinariamente pero básicamente con el mismo mensaje; y la
madurez publicitaria casi la hemos adquirido viendo cómo podía
seguirse vendiendo prácticamente lo mismo con formas radicalmente
distintas, con técnicas de lo que hoy se suele llamar la fidelización
de los clientes. Esto ha llegado a ser tan común, el que la mayor
parte de la gente dé por buenas las técnicas de fidelización, que sin
duda alguna puede ser susceptible de producir algunos efectos
positivos, pero tiene un objetivo fundamental, y es el de crear
barreras de entrada en el mercado y el de generar también
dificultades y costes para quienes ya son clientes cautivos o
clientes fidelizados por las empresas que venden un determinado bien
o un determinado servicio. La publicidad, señorías, como todos saben,
no equivale a más información, en ocasiones equivale a desinformación
y, desde luego, es una cosa bastante desacertada analizar la
intensidad de la competencia en un mercado por el número de spot
televisivos que se producen.

Como dice la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones en un
reciente informe, analizar cuánta competencia existe en un mercado
por la cuota de mercado que tiene cada uno de los operadores es algo
bastante absurdo. Sin duda alguna, hay que analizar el número de
operadores, pero hay que analizar también si existen barreras de
entrada, si existe integración de negocios, por ejemplo, entre redes
de telefonía fijas y móviles o entre explotación de la red y
comercialización de los servicios; qué relación existe entre los
precios y los costes, cuáles son los niveles de rentabilidad, si
queremos ver efectivamente cuánta competencia efectiva se produce en
el mercado de las telecomunicaciones. Les daré algunos datos de hasta
dónde se puede llegar en esta materia. Según estos datos que no me he
inventado yo sino que figuran en el informe de la Comisión del
Mercado de las Telecomunicaciones para el año 1999, en el conjunto
del sector se gastó la nada desdeñable cantidad de 118.700 millones
de pesetas solamente en publicidad, y esas cifras desde luego no
tienden a disminuir en el año 2000, sino, por el contrario, a
aumentar. Un 42 por ciento de ese gasto fue destinado a la publicidad
de la telefonía móvil, un 36 a la fija y un 16 a la audiovisual.

Estamos, por tanto, ante cantidades que están destinadas naturalmente
al beneficio propio de cada uno de los operadores, de acuerdo con su
leal saber y entender, pero que pueden producir efectos que son en
ocasiones muy distintos a los que en teoría se pueden atribuir a la
publicidad (que son la información de las buenas características de
un producto, de un bien
o un servicio), como generar confusión e incluso efectos que son los
de la restricción de la competencia.

Déjenme que les dé dos datos, antes de seguir con este tema, sobre lo
que ha venido ocurriendo en el mercado de las telecomunicaciones en
estos años. Tomando exclusivamente como índice la cuota de mercado
medida a través del número de abonados o a través del tráfico en
minutos, por ejemplo, uno podría llegar a la conclusión de que en
estos dos últimos años ha aumentado sensiblemente la competencia en
materia de móviles. Es verdad que España ha sido uno de los países
donde el crecimiento de los móviles ha sido más espectacular en
Europa entre el año 1999 y 2000. Si uno analiza lo que ha ocurrido en
móviles, resulta que el tráfico del operador dominante de Telefónica
móviles, medido en minutos entre 1998 y 1999 no solamente no ha
disminuido, sino que ha aumentado, ha pasado de tener una cuota del
65 por ciento a tener una cuota del 67 por ciento. Por el contrario,
Airtel, que tenía el 35 por ciento en 1998, ha pasado a tener el 30
por ciento, y Amena, que es el que entra en ese momento, del 0 al 3
por ciento. Resultado distinto se obtiene si se analiza
exclusivamente en forma de abonados. Con esto les quiero decir que lo
de la competencia es una cuestión extraordinariamente compleja, que
desde luego está muy lejos de poderse medir exclusivamente por la
existencia de anuncios más o menos complejos en los medios de
comunicación. Como está lejos de poderse medir adecuadamente por el
hecho de que, según nos dice la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones, en nuestro país la cesta típica de los españoles,
lo mismo la residencial que la de negocios, tiene un menor valor
entre los países de la Unión Europea. Es decir, medido por las
tarifas españolas, la cesta de consumo de servicios de
telecomunicación residencial o comercial sería la menos costosa de
todos. Esta es una conclusión que nos llena de inmensa satisfacción.

Significaría que tenemos los teléfonos relativamente más baratos para
esa cesta. Claro, que el resultado que se obtiene si uno analiza la
evolución del índice de comunicaciones por el índice de precios de
consumo armonizado, es bien distinto. Por ejemplo, a finales del año
1998, diciembre sobre diciembre, el índice de precios de
comunicaciones en España se elevó un 6 por ciento sobre el año
anterior en el preciso momento en que la media de la Unión Europea
caía en algo menos de un 1 por ciento, pero caía. Es decir, que lo
que hacíamos era aumentar el diferencial de precios en relación con
otros países. Es verdad que en 1999 las cosas han ido mejor, y es
verdad que en 1999 hemos tenido una mejor evolución de los precios en
esa dirección, pero incluso en diciembre de 1999 la caída de precios
en España era del 3,2 por ciento, cuando en Europa estaba cayendo un
5,1 por ciento y en algún país, como Alemania, estaba cayendo el 9,3
por ciento en términos interanuales. Todavía ahora, con datos de
octubre -el último índice de precios de consumo armonizado salió



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ayer, en términos comparativos-, la caída en los precios de las
comunicaciones en España ha sido del 4,4 frente a una caída en Europa
del 5 por ciento. Es decir, que en cualquiera de los casos no estamos
evolucionando, a juzgar por los resultados de este período, de la
manera que nos podría gustar probablemente a casi todos.

A partir de aquí, ¿qué les quiero decir? Que, sin entrar en este
momento en cosas extraordinariamente complejas como son los cambios
regulatorios a los que tiene que proceder la Comisión del Mercado de
las Telecomunicaciones, debiéramos prestar atención a algunas de las
cosas que la propia Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones
nos dice y debiéramos prestar atención a algunas de las cosas que son
denunciadas no por la oposición, sino por quien tiene la función de
velar por que en ese mercado opere una competencia y lo haga de
manera transparente. Este es el sentido de la proposición no de ley
que presenta mi grupo hoy, el tratar de hacer que los ciudadanos no
se sientan en una confusión permanente.

He traído a esta Comisión, señor presidente, una de las múltiples
revistas que han proliferado en nuestro país y que explican semana
tras semana al consumidor que quiere entrar en la inextricable fronda
de las tarifas de las telecomunicaciones qué significa contratar
servicios de telecomunicaciones fijos o móviles. Les podría hacer
unas fotocopias. Supongo que habrán pasado por este trance ustedes
alguna vez cuando han tenido que decidir si seguían con el operador
dominante o pasar a algunos de los nuevos operadores, si tenían que
decidir entre una tarifa con tarjeta o sin tarjeta, si en su mayoría
iban a hacer llamadas provinciales, locales, internacional
o interprovinciales y, finalmente, si querían un horario de un tipo o
de otro. Después de analizar todo eso y de haber comparado las
múltiples combinaciones, lo más deprimente es observar que todo su
análisis y todo su esfuerzo no servía de nada la siguiente semana
porque la tabla de tarifas se había modificado y naturalmente su
análisis había cambiado en función del último spot televisivo que
acababan de ver el día anterior. Esto es lo que está ocurriendo: esta
sensación de sentirse completamente idiota cuando se es incapaz de
entrar en una fronda en la que proliferan auditores que le aconsejan
a uno. Incluso hay quien, con ventaja económica, ha sido capaz de
empezar a vender aparatitos para quien los puede pagar que se pueden
instalar en casa y permiten seleccionar en cada momento el operador
más económico. Todo esto está bien lejos de la transparencia. Si han
tenido la desgracia de que les pidan consejo para saber cuál era la
tarifa que más convenía a alguna persona que se introducía en la
telefonía móvil o en la telefonía fija incluso, se habrán sentido con
la misma sensación de impotencia y sobre todo de responsabilidad con
la que al menos yo me he sentido en varias ocasiones, no siendo capaz
de decirles qué era lo que mejor podía convenir a su interés.

Hubo un tiempo, en otro sector que está en este momento en
competencia, que es el sector financiero, en que las cosas fueron de
parecida manera. Hubo un tiempo en que la publicidad de los servicios
financieros de los bancos abrumaba los medios de comunicación y desde
luego a los ciudadanos ofreciéndoles hipotecas cada día más baratas,
cuentas corrientes con intereses más altos, libretones absolutamente
espectaculares y semejantes ofertas. Naturalmente ninguna de las
ofertas era comparable con ninguna otra, pero todas ellas eran las
mejores posibles. Hasta tal punto la heterogeneidad era grande que
una publicidad, que sin duda alguna no pretendía engañar, producía el
resultado objetivo de engañar porque ni los tipos de interés estaban
considerados de manera homogénea ni se referían a las mismas
magnitudes ni incluían o excluían las mismas comisiones, de tal forma
que el operador, mejor dicho el árbitro de ese mercado, que es el
Banco de España, tuvo que proceder a la puesta en vigor de algo que
se llama la TAE, algo a lo que nos hemos acostumbrado cada vez que
comparamos una hipoteca, la del banco equis con la del banco zeta,
que hoy forma parte de los elementos básicos de la homogeneización en
las tarifas o en los tipos de interés. No pedimos otra cosa más que
tener algo parecido, una suerte de TAE en el mercado de las
comunicaciones. Estamos hablando de una cosa absolutamente básica, en
la que el crecimiento de cada uno de los operadores no puede hacerse
sobre la creación de una fronda absolutamente imposible de
desentrañar para la mayor parte de los ciudadanos.

Termino, señor presidente. La Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones nos ha advertido ya en varias ocasiones en su
último informe de los riesgos que genera la existencia de técnicas de
fidelización en relación con la creación de un mercado transparente,
de un mercado de competencia; en alguno de sus párrafos denuncia
incluso algo que, como sabemos, ha sido condenado por el Tribunal de
Defensa de la Competencia, en relación con las actuaciones de
Telefónica de España, con los planes de descuento. De esto se hace
eco también la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones
hablando de la imposibilidad de seguir por esa vía que desnaturaliza
lo que tendría que ser una política de descuentos, pero una política
de rebajas generalizadas hecha por el operador dominante para impedir
la existencia de competencia por parte de los demás. Incluso nos dice
-cito textualmente-: La complejidad creciente de la oferta al usuario
incrementa las dificultades del usuario, tanto para seleccionar la
oferta que mejor se adecua a sus necesidades como para comprobar la
correcta aplicación de los precios contratados con los operadores.

Esta es la descripción que hace la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones de la competencia efectiva y de los problemas en
esta dirección, hasta el punto de que la propia Comisión del Mercado
de las Telecomunicaciones -no sé si antes o después de que lo dijera
el Grupo Parlamentario



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Socialista, pero en todo caso me alegro de coincidir en esto- dice
que sería deseable un sistema de información que, sin incorporar
valoración comparativa alguna, ofrezca sin embargo al usuario la
capacidad de conocer ordenadamente las ofertas vigentes en el mercado
con la vista puesta en la implantación de mecanismos que permitan
conocer desde el propio terminal la tarifa aplicable.

Señor presidente, estamos pidiendo que alguien, el árbitro del
mercado, que es la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones,
asuma la obligación que por otro lado parece querer asumir; sería
bueno que refrendáramos desde la Comisión de Economía y Hacienda esta
intención de elaborar un índice de medida que permita, mediante su
publicación periódica, que los ciudadanos sepan quién ofrece qué y
cuánto cuesta, de tal manera que ofertas más homogéneas,
estandarizadas, den lugar a una información que no sea la mayor de
las confusiones, hecha en nombre de la mayor información, que no es
sino una manera de ocultar lo que debe ocurrir en un mercado
transparente. Esto es lo que solicitamos, señor presidente, y nada me
gustaría más, con independencia de que discutamos en el futuro sobre
si el Gobierno lo hace mal, bien o regular, que coincidir con el
Grupo Popular en esta materia. En este momento no estamos haciendo
una denuncia de ningún tipo, será un debate de otro momento, estamos
tratando de coincidir en algo que me parece que es absolutamente
elemental: defendamos, por favor, a los consumidores, no hagamos que
la competencia les complique la vida todavía más de lo que ya nos la
complica a todos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor
Puigcercós.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Intervengo brevemente para dar
nuestro apoyo a esta iniciativa.

En la línea de lo que ha expuesto el señor Eguiagaray, me viene a la
memoria ese anuncio de los planes claros que hacía una empresa de
telefonía móvil y que de claros no tenían nada, eran opacos, por no
decir oscuros, era imposible desentrañar cuál era la cuota definitiva
que se tenía que pagar. Esta es una selección que agrava la situación
de la mayoría de pequeños consumidores, porque las compañías ofrecen
condiciones de pago mejores para lo que podríamos llamar clientes de
lujo, grandes empresas o para los que, como ha dicho muy bien el
señor Eguiagaray, pueden pagarse las centralitas que descodifican y
codifican las mejores tarifas, los mejores precios, cosa que no
pueden hacer la mayoría de los consumidores. Por estas razones, vamos
a votar a favor de esta proposición no de ley del Grupo Socialista.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor de Juan.

El señor DE JUAN I CASADEVALL: Procuraré ser breve. De entrada,
quiero subrayar una coincidencia que nos une con el Partido
Socialista, autor de esta proposición no de ley objeto de debate, que
es sin duda la preocupación por el mercado de las telecomunicaciones,
la preocupación por las condiciones de competitividad en beneficio de
los consumidores y que es sin duda la preocupación por la
transparencia en la prestación de los servicios de
telecomunicaciones.

No es ocioso recordar que el Gobierno y el grupo parlamentario que le
presta apoyo se han mostrado siempre muy sensibles en esta materia,
como tampoco es ocioso recordar que el Gobierno y el grupo
parlamentario que le presta apoyo durante la anterior legislatura
promovieron los esfuerzos necesarios para ir hacia ese mercado de las
telecomunicaciones en régimen de libre concurrencia, y a las pruebas
me remito. Hace más de cuatro años en el sector de las
telecomunicaciones existía un solo operador, hoy existe una
pluralidad de operadores. Por tanto, por parte del Gobierno hay una
apuesta importante, secundada en ese sentido por nuestro grupo
parlamentario, por optar por ese régimen de libre concurrencia, de
competitividad en el mercado de las telecomunicaciones, muy en la
línea de las reformas estructurales de las políticas de oferta que
siempre ha imprimido el Ejecutivo a su acción de Gobierno.

Compartimos probablemente el planteamiento y la sensibilidad de la
proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista y
compartimos esa preocupación por la transparencia en la prestación de
los servicios de telecomunicaciones. Sin embargo, no compartimos la
articulación concreta de las medidas que propone en la parte
resolutiva la proposición no de ley objeto de debate. En primer
lugar, en cuanto a la primera medida que se contiene en la
proposición no de ley con el número 1, hemos de señalar que los
servicios y los precios de telefonía se hallan en la actualidad
liberalizados desde el 1 de diciembre de 1998, por lo cual entendemos
que no sería procedente el establecimiento de unas normas mínimas que
rijan las ofertas de servicios de telefonía. En efecto, se hallan
liberalizados desde el 1 de diciembre de 1998, fundamentalmente, por
mandato legal y, concretamente, por mandato de la Ley General 11/
1998, de 24 de abril, de Telecomunicaciones, cuyo artículo 2º
proclama que los servicios de telecomunicaciones ostentan la
condición de servicio de interés general que se presta en régimen de
competencia. Se trata de un mandato legal que viene a refrendar el
precedente normativo que se contenía ya en el Real Decreto 1912/1997,
por el que se aprueba el reglamento técnico y de prestación del
servicio final telefónico básico y los servicios portadores, y cuyo
artículo 28 establecía que los operadores de servicio telefónico que
no estuvieran sujetos a previa autorización de la tarifa podrían
fijarlas libremente y deberían comunicarlas al Ministerio de Fomento,
a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones



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y a las asociaciones de consumidores y usuarios con una antelación
mínima de diez días a la entrada en vigor de dichas tarifas. Bien es
cierto que la propia Ley General de Telecomunicaciones, en su
disposición transitoria tercera, prevé la posibilidad de que la
Comisión de Telecomunicaciones pueda transitoriamente establecer unos
precios mínimos y máximos o unos criterios de fijación de esos
precios en función de los costes reales de la prestación de servicios
y en función del grado de concurrencia de los operadores. Obviamente,
ésta es una disposición transitoria que obliga a Telefónica en tanto
en cuanto es el operador mayoritario y puede, en definitiva, incidir
en la actualidad en el régimen de concurrencia. Es por ello por lo
que hasta la fecha esta entidad queda sometida a un régimen de
precios autorizados, que posteriormente, y en agosto del año 2000,
por imperativo del Real Decreto- ley 16/1999, quedaría sujeto a un
régimen de precios controlados. Entendemos, en definitiva, señorías,
que en este panorama legislativo y normativo probablemente desborda
de la competencia de la propia Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones el establecimiento de cualquier género de norma
mínima a la que deban ajustarse las ofertas de servicios de
telefonía, aunque sí es competencia de la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones la vigilancia de la correcta aplicación de los
precios, así como la fiscalización de que los operadores se ajustan a
un comportamiento competitivo leal. Por tanto, en principio, no
podríamos aceptar la primera medida que propone la proposición no de
ley, todo ello, insisto, sin perjuicio de coincidir en el fondo con
el espíritu, con la filosofía que late en esta proposición no de ley
en orden a conseguir un mercado de las telecomunicaciones
transparente y con un régimen efectivo y real de libre concurrencia.

Respecto a la segunda medida que propone la proposición no de ley,
tampoco seríamos partidarios de aceptarla en los términos en que
aparece redactada, entre otras razones porque el consejo de la
Comisión Nacional de Telecomunicaciones aprobó en su momento la
publicación en su página web de unos registros de tarifas y precios
de los distintos servicios de telecomunicaciones que se prestan en
España, desde la telefonía móvil a la telefonía fija, al acceso a
Internet, al alquiler de líneas, etcétera, entre otros; es decir, la
publicación en esa página web de esos datos tendría, a nuestro
juicio, una doble proyección, externa e interna: externa o hacia el
mercado para ofrecer una mayor transparencia de los servicios y
precios de forma esquemática, fácilmente constatable, sin análisis
comparativos ni juicios valorativos de ningún género; y, en segundo
lugar, una trascendencia o proyección interna para la propia Comisión
del Mercado de las Telecomunicaciones en la medida en que le
permitiría cumplir las funciones que legalmente tiene encomendadas de
efectuar el seguimiento y supervisión de las tarifas vigentes en el
mercado de las telecomunicaciones, sirviendo de base
para análisis comparativos y de evolución de precios. Para presentar
esta información sobre las tarifas de cada operador se ha definido un
modelo tipo y precisamente este modelo tipo se aplica a todos los
operadores, facilitando en ese sentido la consulta por los distintos
usuarios y, si así lo desean, la comparación de una forma homogénea
de las diferentes tarifas ofrecidas en el mercado. En la actualidad,
la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones se encuentra en el
proceso de incorporación de esa información relativa a los
operadores, y el registro y la recopilación en la futura publicación
de esa información relativa a tarifas y servicios de los distintos
operadores se realiza al amparo de esas normas citadas y básicamente
también de las normas establecidas en el otorgamiento individual de
licencias de los operadores que se sujetan a la previacomunicación de
tarifas. Por tanto, entendemos que con ese requisito de publicidad en
página web a través de esos modelos tipo que permita un análisis
comparativo, objetivo y fácilmente constatable por parte del usuario
se cumplimenta ese requisito de transparencia del mercado de las
telecomunicaciones que preocupa al Grupo Socialista y que, sin lugar
a dudas, preocupa también a nuestro grupo. Entendemos, por tanto, que
se garantizaría con esa publicidad en la página web la transparencia
del mercado de las telecomunicaciones y que el mismo se desarrolle en
unas condiciones reales y efectivas de competencia.

Por último, y en lo referente a la tercera medida -insisto en ello,
compartiendo la filosofía de la proposición no de ley-, no
compartimos que sea procedente publicar los precios en el Boletín
Oficial del Estado. Quizá hablar de un régimen de libre concurrencia
y de liberalización de precios y, al mismo tiempo, de publicación en
el Boletín Oficial del Estado, es, en cierto modo, antitético o
contradictorio. Entendemos, por tanto, que en ese escenario de
liberalización de precios y de liberalización del mercado de las
telecomunicaciones no deberían estar sujetas las tarifas a la
publicación en el Boletín Oficial del Estado, con la única salvedad,
obviamente, del caso del operador mayoritario, Telefónica, cuyos
precios han de ser aprobados previamente por la Comisión Delegada del
Gobierno para Asuntos Económicos. Obviamente, esa previa aprobación
de la Comisión Delegada exige la publicación en el Boletín Oficial
del Estado, es más, condicionando la eficacia de las tarifas a la
publicación en el Boletín Oficial del Estado. Por lo demás, el
requisito de la publicidad que señalábamos anteriormente quedaría ya
en cierto modo cumplimentado con la página web, en la que figurarían
los registros de los distintos operadores de servicios, de precios y,
en definitiva, también de tarifas; es decir, se cumplimentaría
plenamente el objetivo de la función de la Comisión del Mercado de
las Telecomunicaciones -y cito textualmente la Ley 12/1997, de
Liberalización de las Telecomunicaciones- de salvaguardar en
beneficio de los ciudadanos las condiciones



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de competencia efectiva en el mercado de las telecomunicaciones,
servicios audiovisuales, telemáticos e interactivos.

Por tanto, señorías, rechazamos la proposición no de ley con las tres
propuestas articuladas. En concreto, sin perjuicio de ello y
compartiendo la preocupación que anima la proposición no de ley del
Grupo Socialista, mi grupo ha presentado una enmienda de modificación
en la que se postula que en la parte resolutiva de esa proposición no
de ley figure como propuesta, primero, la creación de un marco que
facilite a cualquier usuario llevar a cabo una comparación homogénea
de los precios de los servicios de telecomunicaciones prestados por
la totalidad de los operadores. Es, en definitiva, lo que supone el
acuerdo adoptado de publicar en la página web de la Comisión del
Mercado de las Telecomunicaciones el modelo tipo en el que figuran
las diferentes tarifas y en la que es posible una comparación
homogénea de los datos para conseguir un mayor grado de transparencia
en el mercado de las telecomunicaciones. Y, en segundo lugar,
asegurar el cumplimiento de las obligaciones de los operadores de
telefonía móvil en lo que afecta a la transparencia de precios y
portabilidad efectiva, aplicando las medidas inspectoras y
sancionadoras de acuerdo con las competencias que confiere la Ley de
Telecomunicaciones a la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones. Es decir, se trata de garantizar la efectividad
del cumplimiento de las obligaciones de los operadores de telefonía
en materia de transparencia de precios y de dar un paso más e
insistir en la portabilidad efectiva, esto es, en el cambio de
operador sin necesidad de renunciar al número que se utilizaba por
los operadores anteriores.

Por tanto, señorías, mi grupo, partiendo de que comparte la
preocupación y la sensibilidad de otros grupos, estaría dispuesto a
votar favorablemente la proposición no de ley si se acepta la
enmienda propuesta.




El señor PRESIDENTE: Señor Eguiagaray, tiene la palabra.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Quiero agradecer sus palabras tanto al
representante del Grupo Mixto como al del Grupo Popular y trasladar a
la Mesa y a los miembros de la Comisión la posibilidad de un acuerdo
transaccional en torno a la proposición original y a la enmienda que
ha sido presentada por el Grupo Parlamentario Popular, de la que
solicito al señor presidente que dé lectura.




El señor PRESIDENTE: Ruego al señor letrado que lea la propuesta.




El señor LETRADO: El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a:
1. La creación de un marco que facilite a cualquier usuario llevar a
cabo una comparación homogénea de los precios de los servicios de
telecomunicaciones prestados por la totalidad de los operadores.

A estos efectos, la Comisión Nacional del Mercado de las
Telecomunicaciones llevará a cabo en su página web la publicación
regular y actualizada de servicios y tarifas comparables que permitan
al consumidor no especializado la comprensión de las diferentes
ofertas. 2. Asegurar el cumplimiento de las obligaciones de los
operadores de telefonía móvil en lo que afecta a transparencia de
precios y portabilidad efectiva, mediante la aplicación de las
medidas inspectoras y sancionadoras, de acuerdo con las competencias
que confiere la Ley de Telecomunicaciones en su título VIII a la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.




El señor PRESIDENTE: Señor de Juan, ¿desea hacer alguna matización
por el Grupo Popular?



El señor DE JUAN I CASADEVALL: No, sólo quiero decir, señor
presidente, que mi grupo acepta la transacción en los términos
establecidos.




El señor PRESIDENTE: Sometemos, pues, a votación la proposición no de
ley con la enmienda que acaba de ser leída por el letrado de la
Comisión.




Efectuada la votación, dijo



El señor PRESIDENTE: Queda aprobada por unanimidad.




Se suspende la sesión por cinco minutos.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO Y TURISMO
(COSTA CLIMENT) PARA INFORMAR SOBRE:



- LA EVOLUCIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR Y DEL TURISMO. COMPARECENCIA
CUATRIMESTRAL, PREVIA REMISIÓN DEL INFORME CORRESPONDIENTE. (Número
de expediente 212/000312.)



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA. (Número de
expediente 212/000031.)



- LA INTENCIÓN DEL GOBIERNO DE REALIZAR UNA MAYOR LIBERALIZACIÓN DE
LOS HORARIOS COMERCIALES Y DE LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICO-SOCIALES DE
ESTA MEDIDA. A SOLICITUD DEL



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GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 212/000049.)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión con el segundo punto del
orden del día, relativo a las comparecencias solicitadas por varios
grupos parlamentarios. En primer lugar, la cuatrimestral, previa
remisión del informe correspondiente, del secretario de Estado de
Comercio y Turismo que viene a la Comisión de Economía y Hacienda
para informar sobre la evolución del comercio exterior y del turismo.

En segundo lugar, la comparecencia solicitada por el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida para que el secretario de
Estado explique las líneas generales de la política de su
departamento. Y, en tercer lugar, la solicitada por el Grupo
Parlamentario Mixto para que el señor secretario de Estado de
Comercio y Turismo informe de la intención del Gobierno de realizar
una mayor liberalización de los horarios comerciales y de las
consecuencias económico-sociales de esta medida. Si SS.SS. no tienen
inconveniente, vamos a acumular las tres comparecencias.




Antes de dar la palabra al señor secretario de Estado de Comercio y
Turismo, quisiera darle en nombre de la Mesa y en nombre de toda la
Comisión la más cordial bienvenida y desearle una feliz estancia
entre nosotros en el día de hoy, en que viene a informarnos
ampliamente, de forma voluntaria y a petición de distintos grupos,
sobre los distintos temas que se le han pedido. Así pues, muchas
gracias, señor secretario de Estado, y tiene usted la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO Y TURISMO (Costa Climent):
Muchas gracias, señor presidente y miembros de esta Comisión, por
darme la oportunidad de poder hacer una breve reflexión sobre cuál es
la situación del comercio exterior y del turismo en estos momentos y
cuáles son las principales prioridades políticas de la Secretaría de
Estado de Comercio y Turismo a lo largo de los próximos meses. En
primer lugar, me gustaría hacer una breve exposición del estado
actual de la economía española para enmarcar la presente situación
del comercio exterior y del sector exterior español dentro de ese
contexto.

Como SS.SS. conocen, para el actual y el próximo año la economía
española mantendrá una alta tasa de crecimiento económico, situándose
las previsiones del Gobierno en el 4 por ciento para el año 2000 y en
el 3,6 por ciento para el año 2001. Estas previsiones reflejan un
comportamiento más moderado, aunque muy dinámico, de la demanda
interna y una mejora clara de la aportación al crecimiento de la
demanda externa a lo largo de este año y del próximo ejercicio 2001.

El año 2001 será el quinto año consecutivo en el que la economía
española crece por encima del 3,5 por ciento. Este patrón de
crecimiento equilibrado permitirá seguir
reduciendo nuestro diferencial de renta respecto de los países
centrales de la Unión Europea a través de un crecimiento económico
sólido y mayor que el de nuestros principales socios comunitarios.

Por otra parte, el dinamismo de la economía española ha sido
reconocido por los organismos internacionales en su conjunto, con
previsiones que sitúan el crecimiento en el año 2000 en el entorno
del 4 por ciento y que diagnostican un crecimiento razonable y
adecuado en torno al 3,5 por ciento para el año 2001. Sin duda, en
este contexto de crecimiento estable, sostenido e intensivo en
creación de empleo jugará un papel importante a lo largo de los
próximos meses el sector exterior.

El sector exterior de la economía española, como saben SS.SS., ha
registrado unos resultados muy positivos. Se viene manifestando un
importante incremento en el grado de apertura exterior de nuestra
economía. De hecho, el grado de apertura en estos momentos,
considerado como la suma de exportaciones e importaciones de bienes y
servicios sobre el PIB, se sitúa actualmente en el 61,8 por ciento y
ascenderá, de acuerdo con la previsión contenida en los Presupuestos
Generales del Estado para el 2001, al 63,6 por ciento, lo que
significa que la economía española se encuentra entre las economías
más abiertas de la OCDE, por delante de países como Francia o
Alemania, y de hecho, entre las ocho primeras economías mundiales, en
estos momentos seríamos la segunda economía más abierta, después de
Canadá. Las exportaciones han experimentado un crecimiento real
elevado y continuo. Durante los nueve primeros meses del año 2000 la
exportación española está creciendo en volumen a una tasa del 12,5
por ciento. La tasa de crecimiento real de las exportaciones en cada
uno de los años del período 1996-1999 ha estado sistemáticamente por
encima del crecimiento del comercio mundial, lo que pone de
manifiesto el mantenimiento del elevado nivel de competitividad de
los productos españoles en el exterior, además de una ganancia clara
de cuota de mercado. De hecho, las previsiones son que entre los años
1999 y 2001 nuestra cuota de mercado a nivel internacional crezca un
5 por ciento. Las exportaciones españolas de bienes en 1999
representaron el 2 por ciento de las exportaciones mundiales, frente
al 1,9 que suponían en 1996, y en lo que llevamos de año, al estar
creciendo también nuestra exportación en volumen más de tres puntos
por encima del comercio mundial, vamos a mejorar nuestra posición en
el propio año 2000 en cuanto a cuota de mercado en el comercio
internacional.

Si hablamos de las perspectivas para el año 2000 y hacemos un
análisis de la evolución del sector exterior en los meses de enero a
septiembre de este año, destacaría en primer lugar que nuestra
exportación, como he dicho, está creciendo más de tres puntos por
encima del comercio mundial -que en estos momentos estaría creciendo
entre el 8,5 y el 9 por ciento en volumen- y que se está viendo
beneficiada claramente por el fuerte crecimiento



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económico de determinadas zonas del mundo, como Estados Unidos o
Asia. La baja cuota española en el comercio mundial que tenemos en
algunas de esas zonas geográficas también está contribuyendo de
manera dinámica al crecimiento real de las exportaciones, así como el
efecto derivado de la fuerte presencia inversora española en el
exterior y muy particularmente en Iberoamérica. Estos son los
principales factores que, en mi opinión, explican una parte
importante del crecimiento de las exportaciones a esas áreas
geográficas. De hecho, en el período enero-septiembre la exportación
española a Estados Unidos creció un 32 por ciento, a Asia creció un
23,4 por ciento, y a América Latina un 22,9 por ciento, muy por
encima del crecimiento hacia la Unión Europea, que se situó en el
16,1 por ciento.

Sin embargo, la evolución de las exportaciones españoles al área euro
se sitúa por encima también de la importación de la Unión Europea, de
los propios países de la zona, lo que denota también un avance en
nuestra cuota de mercado en esa zona geográfica. Pero es importante
destacar quizá que nuestra exportación a mercados como Estados Unidos
o Asia ha crecido más dinámicamente de lo que ha crecido para
nuestros socios comunitarios y, por tanto, para los países de la zona
euro. De hecho, en el ámbito de la Unión Europea, la exportación de
la Unión Europea a USA creció un 27 por ciento, mientras la
exportación española a ese mercado creció un 35 por ciento, y la
exportación a China, por ejemplo, creció un 11 por ciento para la
Unión Europea y para España un 13 por ciento en el período enero-
agosto. Por tanto, España se está beneficiando en mayor medida de la
situación del contexto económico en el que se desarrollan las
economías de zonas en las que tenemos poca presencia de comercio
internacional y, que, sin embargo, tienen un potencial de crecimiento
significativo para nosotros.

Otro factor importante del comportamiento de nuestro sector exterior
en los nueve primeros meses del año 2000 es que nuestra importación
crece con fuerza, pero se desacelera respecto al año 1999. De hecho,
en el período enero-septiembre de este año la importación en volumen
ha crecido un 9,8 por ciento, cuando su aumento en volumen en el
mismo período del año 1999 fue del 12,6 por ciento, es decir, casi
tres puntos más. Por tanto, nuestras importaciones también crecen con
fuerza, pero se desaceleran con relación al año 1999. Sin embargo,
como todos ustedes saben, el crecimiento en valor de las
importaciones está siendo mayor que el de 1999 por la fuerte subida
de los precios internacionales, fundamentalmente de la energía,
aunque, como he dicho, el volumen de compras al exterior ha crecido
menos este año.

En tercer lugar, destacaría que la contribución negativa de la
demanda externa al crecimiento del PIB se está reduciendo de manera
muy significativa. Como consecuencia de lo dicho, la nueva previsión
para este año es que la aportación negativa del sector exterior
sea de menos 0,6 puntos, frente al 0,9 anterior, y la tendencia
actual apunta a que incluso podría ser inferior si se mantiene el
actual comportamiento de las exportaciones y de las importaciones. En
este sentido, me gustaría destacar cuáles son las expectativas del
sector empresarial español sobre el crecimiento de las exportaciones,
el crecimiento de su cartera de pedidos, a lo largo de los próximos
doce meses.

De acuerdo con la encuesta de coyuntura del segundo trimestre, las
perspectivas son, para un 66 por ciento de las empresas, con pedidos
al alza para los próximos doce meses, cuando en el trimestre anterior
ese porcentaje fue del 57 por ciento y, por tanto, nueve puntos
inferior al actual. Por ello, no solamente los datos actuales
reflejan un crecimiento muy dinámico de las exportaciones, más
dinámico que el de nuestros socios, una ralentización de las
importaciones, y por tanto una reducción de la aportación negativa
del sector exterior al crecimiento del PIB, sino que las expectativas
empresariales son de consolidación de esa tendencia de comportamiento
dinámico de las exportaciones a lo largo de los próximos meses.

Pasando a las cifras concretas de comercio exterior para el conjunto
del período enero-septiembre del año 2000, el valor de las
exportaciones creció un 19,1 por ciento y, por lo que respecta a las
importaciones, el valor acumulado a lo largo de los nueve primeros
meses creció un 23,4 por ciento. Eso sitúa en estos momentos el
déficit comercial en un 37,3 por ciento respecto al mismo período del
año anterior y una tasa de cobertura del período enero-septiembre de
aproximadamente el 74 por ciento.

Con los datos anteriores, se ponen de manifiesto tres tendencias
fundamentales, como he dicho. Por un lado, fuerte ritmo de
crecimiento de las exportaciones. Las exportaciones, en los nueve
primeros meses de este año, han crecido nueve puntos más que en el
mismo período del año 1999 y, de hecho, la exportación en volumen ha
pasado de crecer en el año 1999, durante los nueve primeros meses, a
un 3,9 por ciento, a crecer en el año 2000 durante los nueve primeros
meses a un 12,5 por ciento. Por otro lado, un crecimiento de las
importaciones con tendencia a la deseaceleración, aunque con un
fuerte reflejo en valor del aumento de la factura energética, y, como
decía antes, nuestras importaciones están creciendo tres puntos menos
que en el año 1999. Frente al crecimiento de las importaciones en
volumen, en 1999, de un 12,6 por ciento, en el año 2000 están
creciendo un 9,8 por ciento.

Los datos anteriores muestran un claro cambio de tendencia en el
comportamiento de exportaciones e importaciones, lo que redunda en
una clara desaceleración del ritmo de crecimiento de nuestro déficit
comercial. Asimismo, hay que destacar la evolución descendente del
déficit, que ha crecido un 37,3 por ciento en el período enero-
septiembre, pero con una trayectoria claramente descendente. En el
primer trimestre, el déficit



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comercial creció un 52,1 por ciento; en el segundo trimestre, creció
un 38,3 por ciento y, en el tercer trimestre, ha crecido un 26,9 por
ciento.

En definitiva, durante los nueve primeros meses del año las
exportaciones han registrado un fuerte crecimiento, muy por encima
del comercio mundial, y el fuerte crecimiento de la factura
energética, un 125,7 por ciento en los nueve primeros meses del año,
explica fundamentalmente el aumento del déficit comercial. De hecho,
del aumento del déficit comercial entre enero y septiembre,
aproximadamente 1,4 billones de pesetas, el 73 por ciento se debe al
aumento del déficit comercial energético. En la misma línea, el
déficit comercial energético suponía en el año 1999 el 20,5 por
ciento del déficit total; en los nueve primeros meses del año 2000,
el déficit energético supone aproximadamente el 35 por ciento del
déficit total. Por lo que respecta el déficit comercial no
energético, su crecimiento ha sido solamente de un 12,5 por ciento,
lo que pone de manifiesto, como decía antes, el buen comportamiento
en volumen de las exportaciones y la desaceleración de las
importaciones. ¿Cuáles son las previsiones del año 2000 y del año
2001, previsiones moderadas pero que recojan, de alguna manera, la
tendencia en la que nos movemos en estos momentos? Para el conjunto
del año, esperamos que el crecimiento de la exportación en valor se
situará claramente en el entorno del 16 por ciento o por encima y el
de las importaciones se puede situar en el entorno del 20 por ciento.

Con ello, tendríamos un déficit cercano -se trata de previsiones
moderadas y prudentes- a los 7,3 billones de pesetas, lo que
representaría un aumento del entorno del 36 por ciento, por debajo
del incremento del déficit del año 1999 y en el entorno del déficit
comercial del año 1998. Hay que decir que cerca de un billón de
pesetas de los 1,9 billones en que aumenta el déficit comercial, de
acuerdo con las previsiones contenidas en los presupuestos para el
año que viene, corresponden al aumento del precio del crudo y
alrededor de 250.000 millones de pesetas aproximadamente al efecto
neto de la depreciación del euro. Si no hubiera habido una evolución
de los precios energéticos en la línea en que se ha producido en el
año 2000 y el euro no se hubiera comportado como se ha comportado
a lo largo de estos meses, el crecimiento del déficit comercial se
habría situado en el entorno del 11 por ciento.

Para el año 2001 el déficit comercial continuará desacelerándose y
crecerá en el entorno del 18 por ciento, tasa que podría ser inferior
si se mantiene el patrón de comportamiento actual de nuestro sector
exterior, por lo que podemos hablar de una previsión prudente
respecto a la evolución del comercio exterior en el año 2001.

Por lo que respecta al sector turístico, me gustaría detenerme en
algunos de los datos con respecto a su situación actual, teniendo en
cuenta la incidencia que
tiene en el comportamiento general del sector exterior. España, como
saben SS.SS., ocupa el segundo lugar del ranking mundial por volumen
de ingresos, con unos ingresos en el año 1999 de 33.000 millones de
dólares americanos y el primer puesto mundial por número total de
pernoctaciones con una cifra en el año 1999 de 148 millones de
pernoctaciones de extranjeros en España.

Como saben SS.SS., el año turístico en 1999 se cerró superando todas
las previsiones de la Administración y del sector y supuso un nuevo
récord para el turismo español, con un crecimiento del 8,3 por ciento
de la entrada de turistas. Por ello, la repetición de esa cifra en el
año 2000 podría calificarse de aceptable; sin embargo, los últimos
datos disponibles, relativos al período acumulado enero-octubre del
2000, ponen de manifiesto que durante ese período el número de
turistas que han entrado en España ha crecido aproximadamente en un 3
por ciento con respecto al año anterior. Esto supondría que en
España, a lo largo de los diez primeros meses del año 2000, han
entrado aproximadamente 1.200.000 turistas más extranjeros de lo que
lo hicieron en el año 1999. La tasa de variación del número de
turistas de octubre también se encuentra en línea con las previsiones
generales de comportamiento de los diez primeros meses, se sitúa en
un 3,5 por ciento, y yo creo que esos datos ponen de manifiesto una
serie de factores. Por un lado, una progresiva reducción de la
estacionalidad de las entradas de turistas en España en los últimos
años. De hecho, esta desestacionalización se manifiesta en la
moderación de entradas de turistas durante los meses de mayor
actividad, frente a un mayor dinamismo de los períodos de menor
saturación. Por darles algunos datos, les diré que durante los meses
de enero a abril las entradas de turistas crecieron a una tasa media
del 12,1 por ciento, frente a un estancamiento en los meses centrales
del verano, julio y agosto, y al hecho de que junio sea, por segundo
año consecutivo, el mes en el que en España entra un mayor número de
turistas.

En lo referente a los ingresos por turismo, el crecimiento acumulado
en los ocho primeros meses del año ha sido del 9,7 por ciento, lo que
pone de manifiesto también un comportamiento muy dinámico de los
ingresos del sector turístico y que la tasa de incremento de los
ingresos ha sido, en el período enero-agosto, aproximadamente cinco
veces superior a la de la entrada de turistas, lo que refleja el buen
comportamiento del sector.

Los pagos del sector turístico han crecido un 14,2 por ciento, pero
en el saldo global de la balanza turística se produce un incremento
interanual de un 8,8 por ciento respecto al mismo período del año
anterior, lo que pone de manifiesto que el sector turístico va a
tener una contribución positiva, en términos de peso del PIB a la
financiación del saldo de nuestro déficit comercial.




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¿Cuál es el contexto o el estado de situación de nuestro sector
exterior en estos momentos? Creo que nuestro sector exterior se
caracteriza, tanto en el ámbito comercial como en el turístico, por
dos factores: por un lado, la concentración geográfica: nuestras
compras a la Unión Europea han pasado de representar un 53,6 por
ciento a suponer aproximadamente el 68 por ciento, en el año 1999;
nuestras exportaciones han pasado del 62,7 por ciento en 1986, al
72,3 por ciento en 1999. Por tanto, hay una concentración geográfica
muy significativa; es decir, más de 7 de cada 10 pesetas de lo que
venden las empresas españolas lo hacen dentro del ámbito de la Unión
Europea, y nuestra cuota de comercio exterior, dentro del mercado
mundial, se encuentra, en el ámbito de la Unión Europea, por encima
de nuestra cuota general de comercio y, sin embargo, está muy por
debajo en otras zonas geográficas como Estados Unidos o Asia, donde
tenemos un mayor potencial de crecimiento.

En segundo lugar, junto con esa concentración geográfica, hay una
clara concentración sectorial, tanto las exportaciones como las
importaciones se concentran en grandes sectores. Esos rasgos de
concentración geográfica y sectorial también se pueden aplicar al
sector turístico. De hecho, existe en el ámbito turístico una clara
dependencia de los mercados de la Unión Europea, el 80 por ciento de
los turistas extranjeros que visitaron España en 1999 procedían de
algún país de la Unión Europea, y en el caso sólo de Alemania y el
Reino Unido conjuntamente suponen más del 50 por ciento de los
turistas que visitaron nuestro país. También esa misma concentración
sectorial, que se producía en el lado del comercio, se produce en el
lado del turismo, dado que las principales motivaciones que tienen en
estos momentos los turistas extranjeros para visitar nuestro país son
el sol, en un 73 por ciento, y la playa, en un 55 por ciento. Desde
el punto de vista también sectorial de nuestra balanza comercial y de
nuestra balanza, en general, el principal déficit del sector exterior
proviene de los bienes de equipo, en un 45 por ciento, y del sector
energético, entre un 10 y un 30 por ciento del déficit total, en
función de la evolución de los precios del petróleo. ¿Cuáles son en
ese contexto los principales objetivos que tiene el Ministerio de
Economía en el ámbito de comercio exterior y en el ámbito de la
política turística? Nuestro objetivo general es incrementar la
presencia internacional de las empresas españolas, y podríamos
centrarnos en lo que puede suponer seguir manteniendo el crecimiento
de nuestra cuota de mercado a nivel mundial, reducir el peso del
déficit comercial en nuestra economía, diversificar nuestros sectores
exportadores, incrementando el número de sectores económicos que
tienen presencia internacional, reducir esa dependencia geográfica a
la que hacía referencia, diversificando en mayor medida el actual
destino de las exportaciones y de las inversiones españolas, y aumentar
el número de empresas españolas que tienen presencia
internacional, tanto a través de la exportación, como de la inversión
directa en los países de destino.

En materia de política turística, hay que consolidar el liderazgo
español a través de una apuesta clara por la calidad, garantizar el
desarrollo sostenible del sector turístico en España, diversificar el
origen territorial y motivacional de los turistas, y contribuir a
proyectar la imagen, desde el punto de vista general y comercial de
España, considerando que el turismo es uno de los mejores
instrumentos para avanzar en el conocimiento mutuo entre España y
otros países.

Conseguir estos objetivos exigirá que acometamos actuaciones muy
concretas de las que me gustaría destacar algunas a lo largo de esta
intervención. Por un lado, quiero manifestar que estamos diseñando un
programa de objetivos por zonas geográficas en las que se van a
establecer nuestras prioridades de actuación en cada uno de esos
mercados y que remitiré a esta Comisión de Economía para su debate en
mi próxima comparecencia, si lo consideran SS.SS. oportuno. En
cualquier caso, a continuación paso a enumerarles al menos algunas de
las líneas de actuación principales de la Secretaría de Estado de
Comercio y Turismo a lo largo de los próximos meses.

En materia de política comercial, en primer lugar, lanzar una nueva
ronda global o una ronda amplia en el marco de la OMC y desarrollar
actuaciones que mejoren la confianza de los países más pobres y en
vías de desarrollo en la Organización. España, con la Unión Europea,
está trabajando en el lanzamiento de una nueva ronda global de
negociaciones en el marco de la OMC. En ese contexto nuestras
actuaciones se centrarán, en primer lugar, en ligar las concesiones
en agricultura a intereses ofensivos, en el mismo sector, pero dentro
de un planteamiento negociador amplio; otorgar a la pesca un
tratamiento específico; buscar mejoras de acceso a los mercados en
productos industriales y servicios; proteger nuestras indicaciones
geográficas y denominaciones de origen; avanzar en la negociación
multilateral de un acuerdo marco de inversiones centrado en el
establecimiento de unas normas básicas que garanticen un marco
adecuado para la inversión directa a nivel internacional; aclarar el
marco aplicable y eliminar las trabas innecesarias al desarrollo del
comercio electrónico y a todas las actividades que forman la llamada
nueva economía, y modificar las reglas de la OMC en los aspectos
esenciales en los que se han detectado defectos o lagunas,
particularmente algunas reglas sobre acuerdos antidumping o
antisubvención, y en el entendimiento de solución de diferencias.

Nuestro segundo gran objetivo de España en el marco de la OMC es
apoyar el desarrollo de medidas que mejoren la confianza en la
Organización Mundial de Comercio. En este sentido, pretendemos
promover el desarrollo de medidas unilaterales a favor de los países
menos adelantados, concediendo el libre acceso al



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mercado de sus productos, a excepción, como es obvio, de armas y
promoviendo la resolución de problemas técnicos para garantizar la
situación de productos esenciales para los productos españoles y de
la Unión Europea, como el plátano, el arroz o el azúcar, y efectuar
concesiones en materia de revisión de acuerdos de la OMC a favor
también de los países en vías de desarrollo, limitando, como es
obvio, su alcance para evitar vaciar de contenido una nueva ronda sin
que se cree una OMC a dos velocidades.

Por otro lado, dentro del ámbito de la OMC, mejorar el funcionamiento
de la Organización incrementando su transparencia interna y la
transparencia externa.

En segundo lugar, el Ministerio de Economía quiere impulsar en el
horizonte de la Presidencia y en el marco de la Presidencia española,
los acuerdos comerciales entre Mercosur, Chile y la Unión Europea. En
tercer lugar, desde el punto de vista, también, de una política
comercial en sentido amplio, impulsar la ampliación de la Unión
Europea a los países de Centroeuropa, teniendo en cuenta la
importancia que esa ampliación tiene, no sólo desde el punto de vista
político, sino también desde el punto de vista comercial. Sus
señorías son conscientes del aumento de superficie y población que
supone la ampliación de la Unión Europea hacia los países de
Centroeuropa, el dinamismo importador y exportador con la Unión
Europea de estos países, su potencial de crecimiento, su progresiva
liberalización comercial, consecuencia de la adopción del acervo
comunitario, hacen, por tanto, de la ampliación un eje prioritario de
la política comercial a lo largo de los próximos años.

En este marco hay que seguir desarrollando actuaciones en materia
comercial para garantizar un apoyo de la Administración a las
empresas que deseen apostar por los mercados centroeuropeos,
impulsando medidas que garanticen la apertura de los mercados,
garantizar los esfuerzos de promoción comercial en esa zona
geográfica importante para España donde tenemos que ganar imagen,
desde el punto de vista comercial, y aumentar la información
disponible sobre esos mercados. Asimismo, desde el punto de vista de
la política general, la ampliación de la red de convenios de doble
imposición y la ampliación de la red de acuerdos de protección
recíproca de inversiones para proporcionar a las empresas españolas
que inviertan en el exterior una marco adecuado y de seguridad
jurídica para el desarrollo de su actuación. En ese contexto, como es
obvio, tanto en los convenios de doble imposición como, en su caso,
de los acuerdos de protección recíproca de inversiones habrá que
tener en cuenta prioridades pendientes con América Latina o con Asia,
sobre todo, desde ese punto de vista.

Por otro lado, el desarrollo de una ley de comercio electrónico y el
compromiso del Ministerio de impulsar la aprobación, en el ámbito del
Gobierno, de un proyecto de ley sobre comercio electrónico que
transponga la
directiva comunitaria en esta materia y que potencie y promocione la
utilización de las nuevas tecnologías entre las empresas,
fundamentalmente, las pequeñas y medianas. La promoción del comercio
electrónico y el acceso a las nuevas tecnologías es una buena
herramienta también para la internacionalización de nuestras
empresas, ya que claramente incrementará sus oportunidades de
negocio, llegando a más mercados y a más clientes potenciales, y
mejorará su capacidad competitiva.

Además de las líneas generales de la política comercial, un segundo
objetivo claro es el incremento del número de operadores económicos
con presencia internacional y con apoyo a la internacionalización de
las pequeñas y medianas empresas. En ese sentido, quiero destacar el
compromiso de mantener y mejorar el plan PIPE para el año 2001-2006.

Tras el éxito de ese plan, que ha conseguido que 2.135 pequeñas y
medianas empresas se hayan incorporado a los mercados exteriores,
nuestro objetivo es incorporar a 3.000 nuevas empresas al negocio
internacional a lo largo de los próximos años. Ese plan estará dotado
de un 10 por ciento más de recursos por empresa, contará con un
método específico para la promoción de la internacionalización de las
pymes de servicios, con el apoyo de tutores y promotores
especializados, y reforzará los mecanismos de seguimiento y los
apoyos complementarios que el Instituto Español de Comercio Exterior
presta a las pequeñas y medianas empresas internacionalizadas.

De acuerdo con ese objetivo también de aumentar el número de
operadores económicos con presencia internacional, crearemos un
catálogo comercial de oportunidades de negocio para las pymes en
países prioritarios. El objetivo es, a lo largo del año 2001, tener
elaborado y puesto en circulación un catálogo comercial de
oportunidades de negocio para pequeñas y medianas empresas en países
prioritarios que incluya la información sobre oportunidades de
negocio e inversión, la información sobre la demanda en esos mercados
de productos que puedan ofrecer las pequeñas y medianas empresas
españolas y los servicios al exportador aplicables o disponibles, así
como la legislación relevante y las ayudas económicas y financieras o
el apoyo institucional disponible. La difusión de este catálogo de
oportunidades comerciales para las pymes se realizará a través de
Internet, de las asociaciones empresariales y de las Cámaras de
Comercio.

Asimismo, se pondrá en funcionamiento en el primer trimestre del año
2001, aunque haya pruebas de carácter experimental, un sistema de
información integrado a través de un call center en la Secretaría de
Estado de Comercio y Turismo, que servirá de plataforma informativa
integrada y de unidad de servicios a las empresas ¿Qué objetivos
perseguimos con esta medida? Por un lado, prestar en mejores
condiciones los servicios de información; mejorar la rapidez en la
prestación del servicio, garantizar que la información



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de que disponen los operadores económicos es homogénea; incrementar
la calidad de la información que hoy se ofrece al exportador y al
inversor en el exterior y aumentar los recursos humanos disponibles
para el desarrollo de la política comercial al tener centralizado el
servicio de consulta y de información a través de un call center.

Este call center espera recibir unas 35.000 consultas de operadores
económicos en su primer año de funcionamiento.

Po otro lado, se potenciarán los instrumentos de promoción para
nuevos mercados y nuevos sectores económicos. El apoyo promocional de
la administración comercial no puede limitarse a mercados y sectores
tradicionales razonable o suficientemente internacionalizados y con
una presencia comercial consolidada, y el esfuerzo de la
administración comercial tiene que centrarse, en más medida en el
futuro, en facilitar el acceso de nuestros exportadores y de nuestras
empresas a nuevos mercados, una vez hecho un esfuerzo de promoción
suficiente en mercados tradicionales, y a nuevos operadores
económicos que no han dispuesto de instrumentos adecuados de
promoción comercial. En esa línea, quiero destacar que, dentro de las
prioridades del Instituto Nacional de Comercio Exterior, está la de
potenciar las políticas de formación y las políticas de foros de
negocios para favorecer las fórmulas de cooperación empresarial entre
empresarios españoles y empresarios establecidos en el exterior.

Una política del departamento va a ser desarrollar nuevas fórmulas de
protección de sectores tecnológicamente avanzados y con un
crecimiento potencial significativo en el futuro. Nuestro objetivo es
desarrollar nuevas fórmulas de promoción respecto a aquellos sectores
que reúnen en estos momentos tres características, fundamentalmente:
un crecimiento futuro potencial elevado en los mercados
internacionales, una escasa implantación internacional en estos
momentos y una capacidad para generar imagen-país muy significativa.

España es competitiva en muchas de esas actividades cuya
internacionalización, como he dicho, puede contribuir a mejorar la
imagen comercial española y, para ello, quiero destacar algunos de
esos sectores que van a ser prioritarios dentro de la promoción
comercial: tecnologías de la información y de las comunicaciones, el
sector medioambiental, el sector de las tecnologías para la
automoción, el sector de la biotecnología o el sector de las
industrias culturales y audiovisuales, caracterizados todos ellos por
su alto valor añadido, su efecto imagen-país, su clara capacidad de
expansión en el futuro y el crecimiento de la demanda potencial en
los mercados internacionales.

Por lo que respecta al Fondo de Ayuda al Desarrollo, sigue siendo un
instrumento de gran utilidad en la cooperación económica y en la
promoción comercial; permite a la empresa española tener un papel
relevante en el desarrollo económico de los diferentes países; sin
embargo, se encuentra sometido a un conjunto de restricciones,
limitaciones o condicionantes importantes. Por un lado,
con relación a los países destinatarios de los fondos, los consensos
internacionales sobre países elegibles vienen restringiendo las
posibilidades de países destinatarios de sus créditos. Por otro lado,
cada vez menos proyectos son financiables, en la medida en que el
consenso internacional excluye la financiación concesional para lo
que sean proyectos viables comercialmente, y cada vez hay más
actividades que de califican como viables comercialmemte.

La crisis de deuda de décadas pasadas ha hecho que los países
receptores de los fondos de ayuda al desarrollo cambien su estrategia
de crecimiento económico y sustituyan instrumentos financieros como
el FAD, que incrementa su deuda exterior, por otros instrumentos de
captación de la inversión extranjera.

Los procesos de ajuste macroeconómico y las necesidades de equilibrio
presupuestario han llevado a muchos países emergentes a buscar
fórmulas de financiación de proyectos en colaboración con el sector
privado, como el capital-inversión. En ese sentido, el objetivo del
Ministerio de Economía es tratar de conseguir superar esas
restricciones y conseguir que las empresas españolas participen,
además, en mayor medida en los grandes proyectos internacionales.

Para ello, en primer lugar, el compromiso es aumentar la utilización,
de manera clara, de los fondos de estudios de viabilidad, y
trabajaremos en tres líneas de actuación: la modalidad pública,
aumentando la demanda de las administraciones extranjeras mediante
una mayor difusión del instrumento a través de la red de oficinas
comerciales en el exterior; en su modalidad multilateral, mejorando
la coordinación y aumentando la cooperación con las instituciones
financieras internacionales, donde se puede acelerar y mejorar el
procedimiento de selección de proyectos y la utilización de estos
recursos. En esta línea, recientemente hemos llegado a un acuerdo con
el Banco Mundial, y está previsto dotar con nuevos fondos
instituciones, como el Banco Asiático de Desarrollo, en las que
España no dispone aún de ellos y que, sin embargo, son instituciones
que operan en mercados geográficos prioritarios desde el punto de
vista del sector exterior. En la modalidad privada el compromiso es
mejorar el procedimiento para la cuantificación y selección de
proyectos.

Desde el punto de vista de la gestión administrativa del FAD, quiero
asumir también una serie de compromisos dentro de mi departamento:
dotar a la Comisión interministerial del FAD de una periodicidad
mensual, para agilizar la gestión de los proyectos; establecer un
plazo máximo de resolución de consultas, no de expedientes, de quince
días; crear una ventanilla única de información y consultas sobre el
FAD, con un teléfono centralizado; y desarrollar la página web del
FAD y del FED, para que se conviertan en un instrumento ágil de
intercambio de información. En tercer lugar, incrementar



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la cooperación del FAD a través de las instituciones financieras
internacionales.

Las aportaciones realizadas a las instituciones financieras
internacionales tienen una gran importancia y el objetivo del
Ministerio de Economía es aumentar la cooperación con las
instituciones financieras internacionales a través del FAD. Nos
permite ganar peso en las instituciones financieras multilaterales,
los fondos aportados vía FAD a las instituciones financieras
internacionales incrementan las posibilidades para nuestras empresas
de participar en mayores proyectos financiados por esas instituciones
financieras multilaterales, y nos permiten también, por tanto,
acceder en mejores condiciones a los proyectos internacionales.

En cuarto lugar, un esfuerzo financiero suplementario para las
grandes licitaciones internacionales a través del FAD. El objetivo es
prestar un mayor apoyo a la participación de empresas españolas en
los grandes proyectos internacionales, en las grandes licitaciones
internacionales donde en estos momentos el peso no es significativo.

La política que quiero destacar es la de incrementar el peso de
España en los organismos financieros multilaterales. España, teniendo
en cuenta su situación a lo largo de los últimos años, no tiene en
estos momentos reconocido, en el ámbito económico, como todos
sabemos, el peso que tiene a nivel económico en los organismos
financieros multilaterales. Yo creo que esta ha sido una política de
todos los gobiernos españoles, trabajar para ganar peso, y el
Ministerio de Economía quiere seguir en esa dirección.

Quiero destacar algunas de las iniciativas adoptadas recientemente,
como mejorar nuestra posición accionarial en el Banco Mundial, que ha
crecido de una manera significativa; la ampliación de capital del
Banco Africano de Desarrollo, donde también hemos aumentado nuestra
participación; la ampliación de capital en la Corporación
Interamericana de Inversiones, donde poseemos ahora el 3,4 por ciento
del capital de este organismo; el 2 por ciento en el Fondo Africano
de Desarrollo; el esfuerzo que hemos realizado en el Fondo Asiático
de Desarrollo, suscribiendo un 2 por ciento de la reposición y
superando así la posición de otros países cuya participación era
superior a la española hasta la fecha, y estamos ultimando un acuerdo
de participación en el accionariado de la Corporación Andina de
Fomento. También estamos negociando con el Banco Centroamericano de
Integración Económica y vamos a suscribir un acuerdo marco con el BID
en breve, en el que dotaremos al banco de un nuevo fondo para la
financiación de proyectos de internacionalización de empresas
españolas en América Latina.

Otra política del Ministerio es contribuir al desarrollo de la
iniciativa HIPC a nivel internacional. En relación con esta
iniciativa, como saben SS.SS., España ha asumido, a fecha de hoy,
compromisos por valor de más de 1.000 millones de dólares, lo que nos
sitúa
como uno de los donantes más importantes en términos relativos por
nuestra participación en las instituciones financieras
multilaterales. El compromiso político del Gobierno de España en
estos momentos es trabajar no sólo para conseguir que la iniciativa
HIPC sea un éxito, sino también para reconocer o resolver la
situación particular de países como Costa Rica o Guatemala, que
tienen deudas con otros países elegibles para la iniciativa HIPC y
que, sin embargo, se les exige un esfuerzo económico que difícilmente
pueden asumir.

Desde el punto de vista de la necesidad de mejorar el marco de apoyo
financiero a las empresas que operan en el exterior, quiero destacar
también algunas políticas que me parecen importantes: potenciar los
acuerdos de conversión de deuda externa en inversiones privadas, como
instrumento para aumentar la presencia española en el exterior, y
contribuir al desarrollo económico de determinados países. España ha
firmado algunos acuerdos y el objetivo es potenciar ese instrumento,
junto con el de conversión de deuda externa por inversiones públicas,
que compatibilizan, como digo, el objetivo de desarrollo económico de
España con el objetivo de desarrollo económico del país beneficiario
de la inversión. Todo ello, como no puede ser de otra manera, con
respeto estricto a los criterios acordados en el seno del Club de
París. Hay países con los que se está trabajando, como Argelia,
Egipto y algunos que han manifestado su interés, como Perú o
República Dominicana, donde existen posibilidades de utilizar los
acuerdos para fomentar la internacionalización de la empresa española
y contribuir al desarrollo económico de esos países.

Asimismo, vamos a incrementar la cuantía de los recursos financieros
a largo plazo a favor de las empresas que se internacionalicen y que
apuestan por la inversión en el exterior. Como SS.SS. saben, existen
restricciones a la posibilidad que las empresas españolas tienen para
captar recursos ajenos que financien sus proyectos en el exterior. El
crédito que ofrece el mercado financiero es escaso, de coste elevado
y, además, a corto plazo, lo que dificulta económica y
financieramente la viabilidad de los proyectos en el exterior. Para
corregir esas deficiencias, las actuaciones del Ministerio de
Economía serán fundamentalmente dos: en primer lugar, aumentar los
recursos de las líneas ICO a largo plazo disponibles para la
internacionalización de la empresa española y, en segundo lugar,
mejorar las condiciones financieras de acceso a estos recursos por
parte de las pequeñas y medianas empresas españolas.

Vamos a potenciar la utilización de instrumentos de capital-inversión
en la internacionalización de la empresa española. Ya he destacado
antes que la empresa española que se internacionaliza se enfrenta a
restricciones financieras derivadas del funcionamiento del mercado:
cuando desea acometer proyectos de inversión, fundamentalmente en
países en desarrollo, países emergentes, no existe, por un lado,
banca local que



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financie proyectos a medio y largo plazo, los mercados de capitales
no están desarrollados., la banca comercial nacional española o
internacional sólo está dispuesta a otorgar plazos cortos de
financiación con garantías de la empresa matriz, y no existen fondos
de capital-riesgo o capital-inversión en los países receptores de esa
inversión.

En ese contexto, el compromiso es potenciar la acción pública a
través de los fondos de capital-inversión, con dos características:
la selectividad de los proyectos y del apoyo. Vamos a ser selectivos
en los proyectos y en el apoyo en aquellos países que sean
prioritarios, comercialmente donde haya restricciones financieras y
en proyectos viables y, además, con el requisito de adicionalidad,
los recursos públicos no sustituirán el riesgo empresarial y llevarán
aparejados la exigencia del promotor de niveles de coinversión
adecuados. El objetivo es comprometer la participación pública en el
capital de proyectos españoles en el exterior en el año 2001 por
aproximadamente 25.000 millones de pesetas, lo que podría representar
un apoyo financiero a la realización de inversiones en el exterior de
aproximadamente 210.000 millones de pesetas en el año 2001.

Quiero destacar como medida el compromiso también de mejorar un
sistema de garantías y cobertura de riesgos para la inversión en el
exterior. La dotación de recursos financieros para completar los
recursos propios y ajenos en los proyectos de inversión no resuelve
todos los problemas de riesgo asociados a los proyectos. Las
entidades financieras exigen garantías a la empresa matriz española y
no asumen riesgo-país por la obligación de dotar provisiones, de
acuerdo con las disposiciones de solvencia imprescindibles, como es
obvio, del Banco de España. Estas entidades se enfrentan, además, a
dificultades intrínsecas de análisis de riesgo en determinados
mercados, sobre todo países no OCDE, y para mitigar estos problemas
queremos establecer sistemas que modulen el riego-país asumido por
las entidades financieras. En concreto, se están estudiando fórmulas
que faciliten convenios con las sociedades de garantía recíproca para
que otorguen garantías a coste adecuado a las pequeñas y medianas
empresas que demandan financiación bancaria para acometer proyectos
en el exterior y la posibilidad de mejorar la póliza de inversión de
Cesce para que cubra el riesgo político de las operaciones de
préstamo cuando se financien filiales o empresas mixtas en los países
de destino de la inversión.

Paso ahora a referirme a algunas de las políticas prioritarias en el
ámbito del turismo, donde, como he dicho antes, el objetivo básico es
apostar por la calidad. Para ello, las prioridades son: la
consolidación del liderazgo español a través de la calidad; el
desarrollo sostenible del turismo; la diversificación, desde la doble
perspectiva de conseguir mejorar la presencia española en mercados
emisores distintos a la Unión Europea, donde tenemos baja cuota de
mercado, y aumentar las
cuotas en mercados o en otros productos turísticos con motivaciones
distintas al tradicional sol y playa.

Dentro de esas medidas, quiero destacar la ampliación de los planes
de excelencia y dinamización turística a 60 nuevos planes a lo largo
de los próximos años, con una financiación pública de 30.000 millones
de pesetas; aplicar el proyecto municipio verde a 200 municipios en
los próximos dos años; alcanzar la realización de acciones de
formación en destinos en 120 destinos turísticos para más de 500
responsables de política turística en el ámbito de los municipios
turísticos; apostar decididamente por la marca Q de calidad
turística; apoyar el desarrollo turístico sostenible a través de
políticas de calidad, como la mejora del turismo medioambiental o la
mejora de la oferta turística a través de proyectos con el Instituto
para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, dependiente del
Ministerio de Ciencia y Tecnología; seguir haciendo un esfuerzo, a
través de incentivos económicos regionales, y el objetivo es que en
los próximos años se aprueben incentivos o ayudas por importe
aproximado de 55.000 millones de pesetas, induciendo a una inversión
de más de 500.000 millones de pesetas en política turística; el
impulso al desarrollo turístico de las comarcas mineras; el
compromiso de ampliar la red de Paradores en seis nuevos
establecimientos a lo largo del período 2000-2004, además de los tres
que están ya en marcha y por supuesto el esfuerzo de renovación de
los actualmente existentes; la modernización del Palacio de Congresos
de Madrid; el plan de innovación en turismo; la reconversión de la
Escuela Oficial de Turismo; la apuesta clara por el turismo cultural
y el compromiso en materia de internacionalización de las empresas
turísticas. Estos son algunos de los objetivos claros de la política
turística en el exterior.

Solamente destacaría dos que me parecen realmente importantes:
aumentar la cooperación internacional a través de una renegociación
de los acuerdos de cooperación en materia turística con los países
prioritarios desde el punto de vista de mercados turísticos,
incluyendo en esos acuerdos de cooperación internacional en el ámbito
turístico la posibilidad de que Paradores participe a nivel
internacional gestionando edificios patrimonio histórico-artístico en
el exterior bajo la marca de Paradores; la ampliación de la red de
oficinas de turismo en el exterior, también con el objetivo de
trabajar para mejorar la presencia española en muchos mercados
emisores.

Por lo que respecta a las otras cuestiones que son el objeto de esta
comparecencia -me he referido ya a las prioridades políticas en el
ámbito de la OMC-, sí me gustaría destacar cuáles son los objetivos
fundamentales perseguidos por el Gobierno con el real decreto-ley que
modificó el régimen jurídico relativo a los horarios comerciales. La
regulación, como todos ustedes saben, incrementa de manera gradual
hasta doce el número de festivos en los que queda autorizada la
apertura de establecimientos



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de distribución, un festivo más al año hasta el año 2004; aumenta las
posibilidades de hora de apertura en los días laborales de 72 a 90
horas y concede a los pequeños establecimientos comerciales de menos
de 300 metros la posibilidad de decidir libremente el régimen de
aperturas que quieren aplicar.

Los objetivos fundamentales de estas dos medidas son, en primer
lugar, que el sector de la distribución contribuya de manera decidida
a los objetivos de creación de empleo; estamos convencidos de que las
nuevas medidas relativas a horarios comerciales van a servir para
crear empleo, fundamentalmente el acceso al trabajo de muchos jóvenes
españoles y nuestras estimaciones nos indican que las medidas
adoptadas pueden permitir la creación de hasta 25.000 nuevos empleos.

Estamos convencidos, además, de que la libertad que se ofrece en
exclusiva a los pequeños empresarios comerciales resultará positiva
en el futuro y les permitirá ser más competitivos y crear más empleo.

En esta línea, el segundo gran objetivo perseguido con la medida es
ofrecer al pequeño comercio una ventaja competitiva que le permita
aprovechar en mayor medida que a otros agentes del sector de la
distribución nuevas oportunidades comerciales y de negocio. El
Ministerio de Economía es consciente de que el nuevo marco supone
exigir un esfuerzo adicional al sector de la distribución y con ese
objetivo está trabajando también con los agentes económicos en el
diseño de un nuevo plan marco de actuación de mejora y reordenación
del sector español de la distribución. En estos momentos, las
cuestiones en las que se está trabajando con los agentes económicos
son de índole laboral, de índole fiscal: el objetivo de la
incorporación de nuevas tecnologías al pequeño comercio, los
compromisos y los objetivos para la implantación del euro, las
necesidades de formación que reclama el sector y algunas cuestiones
relacionadas con la financiación de inversiones donde el Gobierno y
el Ministerio de Economía quieren aumentar las disponibilidades
financieras del ICO para proyectos de inversión en nuevas
tecnologías.

Esto, señor presidente, creo que da respuesta a las peticiones y al
compromiso de comparecencia cuatrimestral de la Secretaría de Estado
de Comercio.




El señor PRESIDENTE: Para realizar las intervenciones de los grupos,
tiene la palabra, en primer lugar, por el Grupo Parlamentario
Socialista, el señor Díaz Díaz.




El señor DÍAZ DÍAZ: En nombre de mi grupo parlamentario doy la
bienvenida al señor secretario de Estado en esta comparecencia para
informar ante esta Comisión de la política general de su Secretaría.

En primer lugar, quería decirle que nos parece que la comparecencia
es tardía, debía ser antes de los presupuestos, entre otras
cuestiones, porque somos de los que pensamos que la política que no
está en los presupuestos
no existe. También quiero señalarle, para empezar, algo que
comienza a ser habitual: la información que se nos facilita llega
tarde, es escasa y hay temas que no aparecen en ella, como el último
que acaba de citar, que parece que no es importante, que es el del
comercio minorista.

De su intervención sacamos la conclusión de que España sigue siendo
la más, somos los mejores. La manera que ha tenido usted de
presentarnos los datos lleva a confusión, parece que las
exportaciones han crecido por encima de las importaciones y esta es
una forma cosmética de presentar la información, pero no refleja la
situación real en la que las importaciones van muy por encima de las
exportaciones, por lo que un porcentaje de crecimiento menor de las
importaciones no implica necesariamente una disminución del déficit
comercial sino que puede seguir incrementándose, como realmente
ocurre.

Cuando todo va bien, tenemos que el saldo de la balanza comercial
española arroja un déficit los nueve primeros meses del año de 5,2
billones de pesetas, cifra que supera ya el saldo negativo registrado
en todo el año 1999 y que supone un 37,7 por ciento respecto del
mismo período del año anterior. La tasa de cobertura, es cierto, está
en el 73,8 por ciento. Estas cifras nos llevarían de nuevo al final
del año a un déficit por cuenta corriente superior a los 3 billones
de pesetas, que reduciría el PIB previsto en cerca de un 0,7 por
ciento -usted dice un 0,6 por ciento, veremos a finales de año cuál
es la cifra; nosotros estamos en el 0,7 por ciento-. De este modo, no
sólo no se consolida nuestro crecimiento económico, sino que lo
reduce, y para ustedes este comportamiento es positivo y para
nosotros es preocupante.




España es uno de los países con mayor déficit comercial de la Unión
Europea y este es un dato al que nos estamos acostumbrando mientras
nos dicen que va bien. La explicación no está sólo, por lo menos,
señor secretario de Estado, en el incremento de los precios de los
carburantes. Dada nuestra pertenencia a la Unión Europea, que es en
la que se realiza la mayor parte de nuestro comercio exterior, es
importante diferenciar el comercio con la UE y el resto del mundo. En
los nueve primeros meses ha empeorado nuestra situación respecto
a nuestros principales clientes de la Unión Europea, en concreto, con
Francia y con Alemania, y también con la UE en su conjunto. Si
tenemos en cuenta que dentro de la Unión Europea tenemos un tipo de
cambio fijo entre monedas de la zona, el empeoramiento de la
situación sólo puede explicarse en términos de competitividad. Hay
pérdida de competitividad en los precios de bienes y servicios
españoles con respecto a los países de la Unión Europea, consecuencia
de una mayor inflación que padece nuestra economía y que a ustedes
parece no preocuparles.

Estamos hablando de comercio en la zona euro, enun contexto en el que
no inciden de modo diferencial



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los precios del petróleo ni la subida del dólar con respecto al euro.

Los países de la zona euro tenemos una moneda única y unos tipos de
interés similares y tenemos problemas de competitividad con países
que deben hacer frente a unos costes salariales medios superiores
a los nuestros. El problema para nosotros se llama inflación y también
se llama productividad. Para nosotros la corrección de la inflación
pasa por liberalización y también los incrementos de productividad se
consiguen con inversión, con inversión y desarrollo y con invertir en
información. Estas medidas funcionan fuera y no contemplarlas aquí
nos parece poco serio. En la zona dólar, la previsible revalorización
del euro en el año 2001 va a afectar también previsiblemente, señor
secretario, a la caída de nuestras exportaciones hacia esa zona.

En la comparecencia que tuvimos el mes pasado con motivo de la
presentación de los presupuestos generales del Estado, la semblanza
muy positiva del comercio exterior para usted se debía a los aciertos
de la política general del Gobierno y se veía reforzada con el
déficit cero y la continuidad de la política macroeconómica del
Gobierno en el que usted está integrado. Nada nos dijo en aquel
momento de la preocupación por la inflación -ustedes la eliminan por
decreto o por previsiones-, no de un 2 por ciento, sino de un 4 por
ciento, nada nos dijo sobre las políticas para mejorar la
productividad ni tampoco de las políticas activas de comercio
exterior. De su comparencia de hoy pero, sobre todo, de
comparecencias anteriores, que nos vemos obligados a leer para
asistir hoy aquí teniendo mayor bagaje de información, deducimos que
para ustedes la promoción exterior es gasto y no es inversión. Vamos
bien, parece ser su lema, y usted, por ello, planteó como eje de la
actuación del Gobierno en esta materia el presupuesto de déficit cero
en el convencimiento de que la política macroeconómica del Gobierno
sería la competitividad de nuestras exportaciones. Como ya decíamos
entonces y reiteramos ahora, no basta con esta política, y lo que es
peor es que estas medidas no están dando resultado, por el contrario,
nuestra balanza comercial ha empeorado en los últimos años. Lo dicen
las estadísticas y también lo dicen todos los sectores empresariales.

Por eso, señor secretario, ustedes no pueden continuar con el uso
pacato de los instrumentos de apoyo a la exportación e
internacionalización de nuestras empresas. Le pido que no haga como
su antecesora, que en la Comisión lo entendía, pero después, en la
realidad, seguía la política de mantenella y no enmendalla.

Hace unos días, en Shanghai, usted nos anunciaba un nuevo plan de
apoyo a las empresas en el exterior. Eso quiere decir que quieren
implementar la política de comercio exterior, lo que nos parece bien;
si van en serio, pueden acertar. Nosotros queremos estar ahí; como
digo, si van en serio tendrán nuestra colaboración. Pero el plan de
Shanghai, que viene usted a desarrollar
con mayor amplitud, requiere mayor concreción y coherencia
con algo que acabamos de aprobar: el marco presupuestario. Usted no
me puede vender un plan que no está en el presupuesto. Ese plan no
está en el presupuesto, que es el del año anterior incrementado en
algunas partidas; no hay un presupuesto que se corresponda con las
medidas que anunciaba usted como novedosas, dirigidas -creo yo- a los
medios de comunicación. Decía usted: aquí hay una nueva política. Esa
nueva política, señor secretario de Estado, tenía que estar en el
presupuesto, porque usted, como yo, sabe que las políticas que no
están en el presupuesto pocas veces existen. Y es difícil hacer una
nueva política cuando los instrumentos de que se dispone siguen
siendo los mismos; no hay un cambio en los instrumentos y hay algunos
que están viciados, que demostraron de manera contrastada que son
ineficientes. Por ello, nosotros le pediríamos que no haga seguidismo
de los errores anteriores y que asuma su responsabilidad al actuar e
intentar salvar el comercio exterior, y aquí le reitero nuestro
ofrecimiento de colaboración.




Usted ha dicho, y estamos de acuerdo, que la economía española es una
economía muy abierta, una de las más abiertas del mundo, y eso es una
virtud, pero también un problema, porque esta apertura implica que
nuestras empresas, si quieren seguir expansionándose, si queremos
seguir expansionando nuestra economía, tienen que ganar en el mercado
externo la cuota de mercado que pierden por la apertura del mercado
interno y los datos estadísticos dicen que, hoy por hoy, no es así.

Hay que hacer lo que nos piden los sectores involucrados en el
comercio exterior y, por ello, hay que aumentar las dotaciones para
el Icex y para las organizaciones empresariales. Hay que aumentarlas
de manera importante, para que no sean consideradas como limosnas por
los sectores empresariales que conforman la columna vertebral de
nuestro comercio exterior. Estamos de acuerdo en que hay que ampliar
el PIPE, programa que, por si no lo sabe, le diré que diseñamos los
socialistas. Ustedes lo están llevando a cabo, pero nos parece
importante que se incorporen a este programa las instituciones de
promoción económica que están realizando este trabajo en las
autonomías. Las autonomías deben ser incorporadas a la política
comercial exterior; apueste, como decía que iba a hacer, por crear
más centros de negocio anualmente, pero hágalo pensando en el futuro
y no como una simple ampliación de las oficinas comerciales cambiadas
de nombre: Nueva York, Sao Paulo, Los Ángeles, Moscú, etcétera. Estas
oficinas pueden seguir el camino de México y Shanghai. Esa es la
solución. Más inversión en modernización de estructuras de promoción
y más recursos para la formación para intentar recuperar los últimos
años, que fueron años de paralización y vacío, no solamente de
actuación sino de ideas sensatas.




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Nosotros le diríamos, señor secretario de Estado, que tendría que
reestructurar o, si quiere, eliminar el FAD. Su imagen no puede ser
peor. En el FAD hay confusionismo e inoperancia. Y los cambios de los
que usted habla no lo va a resolver. Nosotros pensamos que es
necesario deslindar de una vez comercio y cooperación. Aplique usted
el CAD para lo que corresponda y no intente encubrir bajo la alfombra
de la ayuda al desarrollo actuaciones comerciales no excesivamente
competitivas. Y, por favor, que le informen bien, señor secretario de
Estado. El grado de ejecución de dicho fondo fue del 32,8 por ciento
en el año 1998, del 43,3 por ciento en el año 1999 y a 30 de junio
era del 25,8 por ciento; muy lejos del cien por cien que tendría que
ser a finales de año. Aprobación, compromiso y ejecución son
conceptos diferentes, usted lo sabe, y la desinformación no es
justificación para que nos intente convencer de algo que no es real.

Es necesario, asimismo -ha aludido a ello, pero pienso que habría que
concretar más-, dar una salida coherente al problema de la deuda
externa para, por la vía de la condonación o de la conversión,
consolidar, allá donde sea posible, nuestra presencia en terceros
países. Hay que entender también que la ayuda a la condonación de la
deuda tiene que ser ayuda al desarrollo en todos los casos y en
muchos casos tiene que suponer una mayor presencia económica de
España en el exterior.

Si hablamos del Fiex, fondo titular del Estado, que no de Cofides,
como usted indicó reiteradamente en la intervención de presupuestos,
para nosotros es un fondo mal concebido, que está involucrando el
prestigio y el respeto del Estado español como accionista de empresas
españolas y otras en el exterior de negocios no siempre claros. Yo le
preguntaría si usted se paró a pensar qué supondría para nuestra
representación en el exterior que cualquiera de esas empresas se
encontrara involucrada en acciones extrañas. Y puede ser posible.

Señor secretario de Estado, la gestión de este fondo fue adjudicada
en la ley de acompañamiento del año 1988 a una sociedad anónima con
participación de algunos bancos privados, al margen de lo que
establece la Ley de Contratos del Estado, que usted conoce bien. Pida
usted el acuerdo de gestión y sus multimillonarias remuneraciones y
verá cómo en este tema no es oro todo lo que reluce. Entérese y si no
le informaremos nosotros que, aunque no cobramos tanto como sus
asesores, de este tema también sabemos algo.

Para terminar con el famoso fondo, usted declaró en su comparecencia
anterior que tenían más de 35.000 millones de pesetas en proyectos
estudiados o en estudio y creo que se debía informar mejor. Es
posible que Cofides haya aumentado su plantilla en más de 20
analistas, o que incluyan entre los proyectos estudiados que el
Estado español, es decir, todos los españoles seamos accionistas en
cajas privadas argentinas, centrales de producción de energía
eléctrica en Italia, o en distribución de agua, como en el caso de
Cochabamba, que
terminó en revuelta social, etcétera, pero la realidad es que en
octubre no había sido ejecutada ni la décima parte de los recursos de
este fondo. Por cierto, le recuerdo que había una obligación de
presentar anualmente un informe al Parlamento y, que nosotros
sepamos, dicho informe no ha aparecido y nos gustaría que lo hiciera,
porque así tendríamos ocasión de seguir hablando de este asunto.

En cuanto a la expansión exterior, la empresa dependiente de su
Secretaría, aparte de hacer de broker para financiar grandes
proyectos de escasa o nula exportación española, compitiendo con
bancos de negocios, no sabemos qué otra cosa hace y para qué otra
cosa sirve.

Con respecto a Cesce, la tercera empresa del ámbito de esa Secretaría
de Estado, hemos observado que en el ejercicio anterior ha tenido una
caída en las coberturas de riesgo cubiertas por el Estado, esto es,
que no ha llegado a disponer de la totalidad de los recursos. Señor
secretario, nosotros creemos que no es un problema de Cesce, sino de
que no hay operaciones apoyadas por el Gobierno, así como tampoco hay
una política comercial adecuada y eso se nota, puesto que el resto de
países nos llevan años de delantera en ese campo. Hemos perdido,
mejor dicho, han perdido ustedes dos años. Cambien de política
comercial en relación con el Estado y recupérenlos y no dejen que el
sector exterior se siga deteriorando.

Usted ha hablado de ganar peso en los organismos internacionales y a
nosotros esa idea nos parece bien, pero debe entender que eso no es
suficiente. Le decimos lo que le dijimos a la anterior secretaria de
Estado. Actúe de verdad y no haga una política virtual o una política
de titulares. Los resultados políticos se ven en hechos y en
dotaciones y hasta ahora no ha habido ni dotaciones -lo siento mucho,
porque lleva poco tiempo y nosotros damos un margen de confianza- ni
hechos. Su discurso de proyectos y la realidad presupuestaria, como
dije anteriormente, no coinciden. Nosotros creemos que se puede hacer
una política comercial diferente, ya que otros países la han hecho y
eso se ha visto reflejado en su cuenta de resultados. Le voy a poner
algún ejemplo. El petróleo no puede ser una excusa; hay que pensar
que, además de significar una salida de recursos para nosotros,
supone también una entrada de recursos para los países productores,
que de repente tienen mayor capacidad de compra. Yo les preguntaría
qué hizo promoción exterior para vender a esos países que tienen una
mayor capacidad de compra más productos españoles. Y le recuerdo
algo, en muchos de esos países tiene un peso muy importante el
comercio de Estado, siendo la gestión política algo importante. Así
pues, le pregunto qué hicieron para ganar cuota de mercado en esos
países que en estos momentos tienen una mayor capacidad de compra.

Hay un dato que nos parece correcto, pero creemos que le falta una
contraprestación. Somos el país europeo que más ha invertido en
América Latina, pero también



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somos el país que tiene una ratio menor de exportaciones con respecto
a las inversiones y le pregunto si sabe el motivo de ello.

En cuanto al tema del comercio minorista, que lo salvó usted al final
con una larga cambiada, tengo que decirle que hay hacer cambios en el
mismo. Durante los últimos años el comercio minorista ha hecho
grandes cambios y ahora estamos caminando con un comercio minorista
en cierto modo diferente, puesto que en estos momentos priman áreas,
centros y calles comerciales, una mayor especialización,
asociacionismo, etcétera. El decreto que ustedes hicieron tiene como
consecuencia inmediata acelerar los cambios y en esa vertiente
nosotros no estamos en contra de acelerarlos.

El problema es que cuando uno quiere acelerar cambios y no generar
crisis tiene que poner los medios para que esos cambios sean posibles
y diseñar un proyecto para saber adónde queremos ir. Usted ha
pronunciado un discurso muy sintético de más o menos lo que se puede
hacer, pero le recuerdo que en el presupuesto de este año tienen
ustedes 1.500 millones de pesetas, los mismos que en años anteriores,
para acelerar esos cambios que este año tienen que ser más rápidos y
más radicales. Y no me diga usted que también colaboran las
comunidades autónomas, porque colaboraban anteriormente, pero este
año hay un salto cualitativo en la generación del sector que no se ve
correspondido por nuevas políticas, sobre todo, por nuevas dotaciones
presupuestarias.

Por último, antes de dejar paso a mi compañero que hablará
fundamentalmente del tema del turismo, le diré que hemos de ser
realistas y ver en el comercio exterior un espejo de lo que pasó en
la economía española en los últimos años. Todos reconocemos que los
años pasados, desde 1994 en adelante, han sido de bonanza para la
economía española y que el comercio exterior fue en estos años un
fiel indicador de los límites y de las carencias de nuestra economía.

Ustedes no quisieron verlo, no quisieron poner remedio, por tanto, la
responsabilidad es enteramente suya. Nos gustaría que en este tema
hubiera cambios importantes, porque no queremos que nuestra balanza
incida negativamente en nuestro crecimiento.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Martínez.




El señor MARTÍNEZ FRAILE: Intentaré ser breve en mi exposición.

Señor secretario de Estado, gracias por su comparecencia. A pesar de
la importancia del turismo en nuestro país, tanto por lo que genera
como producto interior bruto como por los puestos de trabajo, en su
comparecencia ha dejado bien claro la importancia que tiene para el
Gobierno porque no le ha dedicado ni un 5 por ciento del conjunto de
su intervención. De todas maneras, el turismo va bien, a pesar de que
el Gobierno no le
dedique la atención que requiere este sector económico básico.

Estamos luchando y estamos consiguiendo que se reduzca la
estacionalidad, usted mismo ha hecho referencia a ello. Para reducir
la estacionalidad, habría que tomar una serie de medidas, que el
Gobierno no está tomando. Yo mismo en el mes de julio hice una serie
de preguntas escritas al Ministerio que me han ido llegando ahora
contestadas más o menos, a algunas de las cuales querría hacerle
referencia en esta intervención. Por ejemplo, les pregunté cuál era
el gasto promocional para el mercado de reuniones, congresos e
incentivos, que es un mercado básico justamente para romper la
estacionalidad. Se me contestó que se habían invertido 375 millones,
pero que no era regionalizable. Yo les pedía que me lo regionalizaran
justamente porque ahí es donde está uno de los fallos básicos de la
política promocional en ese sector por parte del Ministerio.




Le pondré un ejemplo muy concreto. Hice referencia también en esa
pregunta, y tampoco me la contestaron diciéndome que no lo sabían, a
qué inversión, desde el punto de vista de aportaciones no dinerarias,
sino aportaciones en especie, hacía Iberia y Renfe. Concretamente de
Renfe me contestaron que ninguna, lo cual es mentira, porque Renfe ha
colaborado en alguna de esas iniciativas. Se lo preguntaba por una
razón. Hace tres años por primera vez Valencia estableció una feria
que se llama Fercongres, que fue la primera especializada de este
sector concreto, del mercado de reuniones, congresos e incentivos y
recibieron una ayuda mínima por parte de Iberia y por parte de Renfe.

Al año siguiente lo hizo Barcelona, también dentro de la feria de
Barcelona, en principio en colaboración con Valencia, intentando
hacerlo un año cada uno y también recibieron una ayuda mínima. Al año
siguiente lo hizo Fiturcongres y la feria de Madrid Ifema recibió
mucha más aportación por parte de Iberia y de Renfe, y eso no es que
las empresas Iberia y Renfe lo hagan, sino que lo decide Turespaña.

Eso no puede ser, no debe ser y eso se hace desde Turespaña y, por
tanto, se hace desde el Ministerio. En esa intensificación del
mercado de reuniones, incentivos y congresos, es donde nosotros
tenemos una parte importante para poder desarrollar y crecer más de
lo que estamos creciendo. Usted lo ha dicho. Hemos crecido menos que
el año pasado. Seguramente el año pasado fue un año récord y no será
repetible en cuanto a porcentajes. De todas maneras, es un sector que
está creciendo, pero podría crecer más, seguramente el doble de lo
que estamos creciendo de media, que en este momento es el 1,7
respecto al año anterior.

Una pregunta muy concreta. Después hablaremos de su propuesta de
Cádiz, pero uno de los mercados en los que se invierte más en el
conjunto, pero fundamentalmente en este mercado de reuniones,
congresos e incentivos, es justamente el mercado de Estados Unidos;
sin embargo, los resultados no son excesivamente buenos. Yo creo que,
cuando se invierte, las inversiones



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hay que seguirlas. No es solamente gastar el dinero, es invertir, lo
cual quiere decir que después hay que saber cuáles son los resultados
de esas inversiones, y si miramos los datos estadísticos, vemos que
el mercado americano, excepto en algunos puntos muy concretos, no se
incrementa de manera sustancial y, sobre todo, no se incrementa el
porcentaje de inversión que se hace por parte del Ministerio y por
parte de Turespaña.

Por cierto, una pregunta puntual. Usted ha hecho mucha referencia al
call center que van a poner en marcha para el Icex. En su propuesta
de Cádiz, usted anunció también un call center para el mercado
norteamericano. ¿Por qué nada más que para el mercado norteamericano?
Si en el caso comercial se hace para todo el mercado, no sé por qué
en este caso hay que hacerlo única y exclusivamente para ese mercado.

Querría hacerle también dos preguntas que van ligadas a unas
preguntas escritas que yo les hice en el mes de julio y que ustedes
me contestaron en el mes de octubre, que hacen referencia a la tasa
aeroportuaria. Ustedes, a finales de 1996 o principios de 1997,
recién llegados al Gobierno, pusieron una tasa aeroportuaria y mi
pregunta fue qué se había ingresado durante el año 1999 por esa tasa.

Su contestación fue que habían ingresado 91.000 millones de pesetas.

Les preguntaba también en qué lo habían gastado. En qué lo habían
gastado no me lo dijeron; lo que habían gastado, sí, y hay una
diferencia de 8.700 millones. Yo entiendo que una tasa es para cubrir
o para mejorar un servicio y, por lo tanto, las tasas no pueden dejar
beneficios. Me gustaría saber qué ha hecho el Ministerio de Economía
con ese beneficio de 8.700 millones que tuvo de más y que, por
cierto, es más que lo que se invierte en promoción turística por
parte del Gobierno. Esto es muy importante para el sector turístico
porque ha incrementado los precios del conjunto del sector turístico.

Por otra parte, respecto a los 83.000 millones que gastaron, he hecho
un cálculo aproximado basándome en los datos que ustedes me enviaron,
y en los 10 grandes aeropuertos españoles se gastaron únicamente
56.000 millones -esos me los dieron detallados-, lo cual quiere decir
que hay 35.000 millones más que se deben haber gastado en otros
sitios. Yo no acabo de ver que se han gastado ustedes 35.000
millones, no en trabajos de infraestructura para mejorar los
aeropuertos desde el punto de vista de las infraestructuras básicas,
sino en mejora de los servicios aeroportuarios, que es para lo que
está puesta la tasa, entre el aeropuerto de Jerez, el aeropuerto de
León, el aeropuerto de Valladolid y algún otro aeropuerto de ese
estilo, que no son aeropuertos de primera. Quisiera saber también
dónde están o cómo se han invertido esos 35.000 millones.

Para finalizar, usted, no hace muchos días, en Cádiz, presentó las 25
medidas incluidas en lo que se denominó plan estratégico para el
turismo español; al menos, así fue titulado por algunos medios de
información. Yo de los planes estratégicos no me fío demasiado si no
son cuantificables y, de sus 25 medidas, no es cuantificable ninguna.

Y no solamente eso. Además, ese plan estratégico no tiene soporte
desde el punto de vista presupuestario, y aquello que no tiene
soporte desde el punto de vista presupuestario difícilmente se puede
llevar a cabo.

Hablan ustedes del plan de excelencia turística, donde van a invertir
30.000 millones. Dígame usted (se lo pregunto, no hay ninguna mala
intención en mi pregunta) en qué partida presupuestaria están, porque
yo no he sabido verlos. Dicen ustedes en los puntos 5 y 6 de ese plan
que, dentro de este plan de excelencia y dentro de estos sistemas de
calidad, van a potenciar el Picte, ese plan integral de la calidad
del turismo español presidido por un senador del Partido Popular. Yo
nada más supe ver 40 millones de pesetas. Sólo en gastos de alquiler
del local y de personal seguro que ya se van más de 40 millones de
pesetas. Por lo tanto, tampoco entiendo qué medida tan importante es
ésa entre las 25 medidas de Cádiz.

En el punto 14 hablan ustedes de una reconversión de la Escuela
Oficial de Turismo. Yo creo que sí sería necesario y que es saludable
que decidan ustedes hacer una reconversión, ¿pero no sería mejor que
se replanteasen ya, de una vez, de qué manera esa escuela desaparece
y se integra, pactando con la universidad pública que sea, dentro de
una universidad, dado que en este momento los estudios de turismo ya
están admitidos en las universidades y hay muchas universidades que
tienen ya la carrera de turismo como una carrera establecida; por lo
tanto, que la hicieran desaparecer del Ministerio de Economía y
pasaran una Escuela Oficial de Turismo como esa donde corresponde,
que es el Ministerio de Educación?
Le puedo asegurar, respecto al punto 14, donde ustedes hablan de este
tema y dicen que van a mejorarlo sustancialmente, que es difícil que
lo consigan porque si no me equivoco en los presupuestos del Estado
aumentan la cantidad consignada para la Escuela Oficial de Turismo
del año pasado a este año en el 3,2 por ciento y difícilmente van a
mejorar nada con ese aumento que va a quedar subsumido entre los
gastos de electricidad, los alquileres y los sueldos de las personas.

Por tanto, tampoco hay medios para llevar a cabo esta renovación y
mejora de la Escuela Oficial de Turismo que estoy pidiendo supriman y
la adscriban a una universidad concreta para que forme parte de los
estudios universitarios turísticos que en este momento existen en
España.

Habla usted en el punto 17 de mejorar el sistema estadístico. No he
visto ningún incremento sustancial en el presupuesto sobre el dinero
previsto para la mejora de los estudios estadísticos dentro del
Instituto de Turespaña y dentro del Ministerio en lo que hace
referencia al turismo. Los montajes que se hacen para contar los
turistas a base de los coches que pasan por las cintas que hay en
determinadas carreteras no sirven.




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Hace tres años en la celebración del Congreso de Turismo -no sé si
asistió- un diputado entonces de su grupo, el señor don Eduardo
Gamero, denunció que los cómputos que se hacían en determinada isla
de las Baleares se realizaban mediante la cinta que había a la salida
del aeropuerto. Reconviertan el sistema de contar los turistas. Es
mucho más sencillo hacerlo por agregación, en lugar de continuar con
el sistema que están utilizando. Pacten con las comunidades
autónomas, con los ayuntamientos, sumen todo y la suma final será la
realista. Le puedo decir que dentro del sector casi nadie se cree las
cifras que salen desde el punto de vista estadístico.

Hacen referencia también en ese plan a la medida 20, sobre la mejora
de la web de Turespaña. No sé si se debe a la pregunta que les hice
respecto a que no existía en la página web el Teatro Real ni el
Liceo. El señor Rato me contestó después, aprovechando que no podía
responderle a él, que sí estaba. Le entregué unas fotocopias para
demostrarle que a las diez y media de la mañana del día en que le
hice la pregunta ni el Teatro Real de Madrid ni el Liceo de Barcelona
estaban en la oferta musical de Barcelona y Madrid. Dicen que han
puesto 500 millones, pero lo que han debido hacer es dedicar esa
cifra del conjunto del presupuesto que tenían previsto. Espero que
mejoren la web, es un buen instrumento para mejorarla; de todas
maneras no es un incremento de la aportación presupuestaria, sino que
la han cambiado de destino.

En el plan estratégico presentado en Cádiz hacen referencia a que
también invertirán 55.000 millones para incentivos regionales. No soy
capaz de verlos en los presupuestos y le agradecería que me lo
aclarara, porque sería una manera de conocer cuáles son sus
intenciones y de qué manera piensan financiar estos planes.

Al principio le he dicho que el turismo va bien y creo que sí, que
vamos a tener un incremento, aunque no importante, en el sector. Es
seguro que se puede aumentar más si son capaces, que no lo hacen y en
este plan tampoco, de dedicarse a los sectores que pueden romper la
estacionalidad existente en el sector turístico. Para eso hay que
dedicarse al turismo de ciudad, al de reuniones, ya sean incentivos
ya sean congresos o convenciones, y al turismo de la cultura. Eso no
se ve en los planes que están poniendo encima de la mesa. Para
demostrar que es así, les voy a poner un ejemplo: Madrid. Madrid ha
empezado ahora a romper la estacionalidad en verano. Ha sido un buen
año turístico en Madrid desde el punto de vista del verano y eso
demuestra que si se hace una buena inversión en promoción turística
sobre el turismo de ciudad, es posible. Por tanto, habría que
intervenir en esos sectores concretos, y de manera destacada con unas
medidas promocionales importantes.

Habría que tener en cuenta, y tampoco lo tienen a lo largo de sus
planes y exposiciones, a las comunidades
autónomas. Las competencias en el sector turístico están casi todas
traspasadas, y yo le pediría que tuviesen más en cuenta a las
comunidades autónomas, para lo cual le propongo una idea, y es que
Turespaña tenga un consejo en el que estén representadas las
comunidades autónomas y sea ahí donde verdaderamente se puedan
desarrollar, no de manera bilateral como ustedes hacen en este
momento, sino de una manera general aquellas inversiones necesarias
para incrementar nuestra cuota en el mercado turístico y pasar de
ser, como usted muy bien ha dicho el segundo destino turístico a
nivel mundial y el primero por ingresos, a incrementar
porcentualmente esos ingresos y esa proporción del turismo.

Por último, ha dicho en su intervención -y me ha gustado oírselo
decir- que van a proponer unas medidas de regionalización -no he
acabado de entender bien a qué se refería- y que va a traerlas a esta
Comisión para que podamos discutirlas y colaborar. Yo le ofrezco
desde este momento la colaboración de mi grupo, del Grupo Socialista,
para que esas medidas de regionalización nos permitan aumentar el
porcentaje de turistas y mejorar la aportación al producto interior
bruto del sector turístico.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SÁNCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, doy la bienvenida a la
Comisión de Economía y Hacienda al secretario de Estado para que
también en esta legislatura pueda repetir los éxitos que compartimos
en la legislatura anterior, esta vez en otro departamento que es la
Secretaría de Estado de Hacienda, en la cual y en colaboración con
nuestro Grupo de Convergència i Unió y otros grupos de esta Cámara,
se puso de manifiesto nuestra capacidad para negociar y alcanzar
objetivos tan importantes como fueron la rebaja del impuesto sobre la
renta de las personas físicas y modificaciones importantes que
impulsaron a la economía productiva. Por tanto, desde nuestro Grupo
Parlamentario Convergència i Unió le deseamos los mismos éxitos en
esta nueva legislatura, éxitos que ya alcanzamos y fuimos capaces de
negociar en la pasada legislatura.

Hemos escuchado atentamente la intervención del secretario de Estado
en cuanto a las líneas generales de actuación de su Secretaría de
Estado, y nosotros empezaríamos puntualizando o haciendo algunas
manifestaciones y propuestas, en primer lugar referentes al tema del
comercio. De todo el mundo es conocido la posición de Convergència i
Unió respecto a la liberalización de los horarios comerciales.

Nosotros no pudimos votar afirmativamente esta iniciativa de
liberalización que propuso el Grupo Parlamentario Popular, pues
entendíamos que en esta cuestión no se beneficiaba única y
exclusivamente a los consumidores con una



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bajada de precios. También entendíamos -y lo manifestamos así en
nuestra intervención en el Congreso- que no era una herramienta
eficaz, a nuestro entender, en la lucha contra la inflación, hay
otros aspectos y otros sectores en los cuales se incide más
profundamente para el alza del IPC. Asimismo entendíamos -y así lo
manifestamos- que a través de la liberalización más bien se destruía
empleo estable, se creaba poco empleo y el que se creaba era más bien
precario, y también perjudicábamos a un gran colectivo de pequeños y
medianos comerciantes. Entendíamos igualmente que a través de esta
liberalización se invadían competencias exclusivas de las comunidades
autónomas, y por eso desde Cataluña presentamos un recurso de
inconstitucionalidad. Por último apreciábamos que con esta
liberalización en ningún momento contribuíamos a aumentar el
bienestar general, ya que no podemos estar hablando solamente del
comercio en términos económicos, pues creíamos que también debíamos
hablar de la función social del comercio. En este sentido, veíamos
que no hay razón para hablar de calidad de vida, hablar de reducción
de la jornada laboral o hablar de políticas de soporte a la familia
cuando lo que estábamos poniendo encima de la mesa, en definitiva,
era un incremento de los horarios, y en este sentido los pequeños
y medianos comerciantes en vez de tener una calidad de vida mucho mejor
que la de otros sectores de la población, se veían abocados a un
trabajo más intensivo en un subsector, con lo cual entendíamos que no
se contribuía a través de esta liberalización al bienestar general.

Por tanto, ¿cuál es la situación actual que hoy tenemos después de la
liberalización? Entendemos que tras esta liberalización en muchos
comercios y en mucha autonomías no se están haciendo siquiera las
horas a las que estaba previsto poder ampliar, e incluso en el
incremento de días festivos que estaban previstos en esta
liberalización ha habido diferentes posiciones en las distintas
comunidades autónomas. Lo cierto es que a raíz de este real decreto
ha habido ocho recursos de inconstitucionalidad que han presentado
diferentes comunidades autónomas, ha habido también una huelga de los
sindicatos y de los pequeños y medianos comerciantes, y entendemos
que en estos momentos el sector esta crispado; hay una crispación
importante entre el sector y las diferentes administraciones,
básicamente la Administración central.

Desde Convergència i Unió creemos que sería muy importante recuperar
el consenso que habíamos tenido las diferentes partes implicadas en
el comercio (Administración central, comunidades autónomas, y
pequeños y medianos comerciantes), que había sido institucionalizado
a través de todos los grupos parlamentarios durante esta última
década, en la cual pudimos legislar mediante leyes que favorecían al
pequeño y mediano comerciante y ponían complicidades importantes con
las grandes superficies. Nosotros creemos sinceramente
que hay que recuperar este consenso que había imperado en estos
últimos años. También sería bueno recomponer la paz social en el
sector para que de una vez por todas las comunidades autónomas, los
sectores implicados y el Gobierno central pudieran sentarse en una
mesa y reiniciar un diálogo y una negociación que encontramos a
faltar en el último decreto que se ha aprobado en el Congreso de los
Diputados. Primer mensaje que nosotros ponemos encima de la Mesa del
Gobierno, en este caso del secretario de Estado, la recuperación del
consenso y del diálogo para que de una vez por todas podamos
recuperar en un sector tan importante de nuestra sociedad como es el
comercio, la paz social que creemos que en estos momentos no existe;
hay muchas divergencias, el sector está crispado, y por eso nosotros
desearíamos que el secretario de Estado en esta comparecencia pudiera
recoger la pretensión del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), en el sentido de poner alrededor de la mesa a todos los
sectores implicados a efectos de poder recuperar este consenso, en el
que justamente su grupo parlamentario en otras legislaturas fue uno
de los pioneros juntamente con el Grupo Parlamentario Socialista. En
consecuencia, recuperación de consenso, recuperación de la paz, y
diálogo. En este caso creemos sinceramente que el Partido Popular que
hoy está gobernando tiene un papel importante para poder canalizar
estas propuestas de nuestra coalición de Convergència i Unió.

También pensamos que sería interesante intentar llegar a un acuerdo
de Estado entre los diferentes sectores comerciales y las comunidades
autónomas para potenciar los comercios urbanos. Estas propuestas
tienen hoy gran importancia en el resto de países de la Unión
Europea, a fin y efecto de intentar incorporar la potenciación del
comercio urbano en todo el territorio para que puedan convivir el
pequeño comercio, el mediano y el gran comercio en las zonas urbanas,
y de esta manera intentar que el gran consumidor esté mucho más cerca
de lo que representa el desplazamiento hacia las compras de las
grandes superficies, como es habitual hoy en nuestro país, y a través
de este de acuerdo de Estado entre los grandes sectores podamos
potenciar grandes inversiones mobiliaria e inmobiliarias para que
pueda ser posible en esta convivencia. Ya en Europa hay algunas
experiencias importantes en la potenciación del comercio urbano y
pienso que sería bueno trasladarlas a nuestro país. Segunda cuestión
que nosotros ponemos encima de la mesa, posibilidad de potenciar el
comercio urbano a través de un gran acuerdo de Estado entre todos los
sectores implicados. Teniendo en cuenta el papel importante que han
de jugar los pequeños y medianos comerciantes en la implantación del
euro en nuestro país-pienso que va a ser un papel clave- igual en el
resto de los países de la Unión Europea, pensamos que una propuesta
de este tipo sería importante para poder catalizar, implementar y
profundizaren las relaciones con los pequeños y medianos



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comerciantes al efecto de que tengan un buen resultado en cuanto a
las cuestiones clave, como va a ser la implantación del euro dentro
de muy pocos meses. Por tanto, en esta primera apreciación sobre una
de las cuestiones que son claves de su departamento, planteamos lo
siguiente para todas aquellas actividades comerciales: recuperación
de consenso, recuperación de la paz social e intentar llegar a un
acuerdo de Estado para todas aquellas cuestiones que pudieran afectar
a la potenciación del comercio urbano.

Por lo que se refiere a los otros temas que ha detallado en su
exposición, nos gustaría plantear una serie de cuestiones que afectan
al comercio exterior, a la balanza comercial, a la competitividad de
nuestras compañías, pequeñas y medianas empresas en el extranjero, y
a la capacidad exportadora de nuestro tejido empresarial. Estamos de
acuerdo en todas las apreciaciones y conclusiones que usted ha
presentado en su informe, todas aquellas cifras que afectan a la
balanza comercial, al incremento de nuestras exportaciones, al
incremento de la presencia internacional de nuestro tejido
industrial. En esta cuestión también estamos de acuerdo en que la
evolución de la internacionalización de nuestro tejido empresarial en
los últimos años es una realidad palpable y evidente. Hoy podemos
afirmar con toda contundencia que en España existen muchas empresas,
pequeñas y medianas, que hace 10 ó 15 años jugaban un papel muy
importante en nuestro territorio y actualmente han llegado a ser
pequeñas multinacionales españolas presentes en todo el mundo. Hay
que añadir inmediatamente que es un paso importante que hemos dado
todas las fuerzas políticas con implicación de todos los sectores,
pero no nos podemos parar aquí y hay que seguir en esta misma línea,
a fin de que cada vez más las pequeñas y medianas empresas, que son
importantes en nuestro territorio, puedan implantarse en el
extranjero, puedan seguir exportando y puedan seguir
internacionalizándose.

En función de estas propuestas y de esta realidad que hoy es evidente
en nuestro país, y en función también de los planteamientos que usted
ha hecho en su exposición, pensamos que sería importante desde la
perspectiva de sectores que han jugado un papel fundamental en
España, como el textil o el de confección, y seguramente también
muchos sectores en los que hay un porcentaje muy importante de mano
de obra en sus procesos productivos, que se pudiera ver la
posibilidad o se pudiera tener como objetivo prioritario la creación
de un espacio de libre cambio en la zona euromediterránea. Es
evidente que hay otros países de la Unión Europea que están jugando
fuerte en crear sectores de producción importantes e intensivos en
mano de obra en los países del Este, y yo pienso también que desde
España y desde la Unión Europea sería importante poder deslocalizar
empresas en una zona muy importante, como es la zona
euromediterránea, como es la zona del Magreb. Estamos convencidos de
que si esto
fuera una realidad y una prioridad del Gobierno, sectores tan
importantes como el textil, la confección u otros también importantes
en porcentaje de mano de obra, podrían desarrollarse perfectamente en
grandes producciones, podrían también ser más competitivos y a la vez
podrían tener una propuesta importante a fin de poder competir con
las grandes producciones asiáticas, que al ser intensivas en mano de
obra, en nuestro país difícilmente podemos ser competitivos frente a
ellas. También queremos dejar claro en esta intervención que no
queremos deslocalizar todo el sector textil y de la confección en el
Magreb, ni muchísimo menos, solamente las grandes producciones, ya
que en nuestro país podemos mantener los centros de elaboración de
todas aquellas producciones especializadas, con diseño, con
tecnología, con innovación y capacidad inmediata a los cambios y al
mercado. Por tanto, ponemos encima de la mesa la posibilidad de poder
contemplar la propuesta de creación de una zona de libre mercado en
el área euromediterránea y también a la vez que ustedes desde el
Gobierno en las comisiones europeas correspondientes pudieran
impulsar que este fuera uno de los objetivos prioritarios de la Unión
Europea.

También pensamos que sería necesario impulsar toda una serie de
medidas fiscales, algunas de ellas ya están en marcha y seguramente
las aprobaremos esta semana, para llevar adelante la
internacionalización de nuestro tejido empresarial, a fin y efecto de
poder compensar todas aquellas inversiones que se realizaran en
países de alto riesgo -y esta es una cuestión que está prevista en
estos reales decretos- para que nuestras compañías pudieran
plantearse la posibilidad de aplicar inversiones en países de alto
riesgo, pero no solamente esto sino que a través de su Secretaría de
Estado, a través de su departamento, también deseamos poder impulsar
todas aquellas cuestiones que van orientadas a la eliminación de la
doble imposición en convenios internacionales. Esta propuesta la
apoyamos conjuntamente con el Grupo Parlamentario Popular la pasada
legislatura, concretamente el 25 de mayo de 1999, en el sentido de
impulsar y proseguir todas aquellas negociaciones para incrementar la
red de convenios internacionales bilaterales de doble imposición en
países estratégicos de América Latina, África y Asia. Pensamos que
estos son elementos claves para diseñar un marco de actuación estable
a fin y efecto de dar garantías a nuestros tejidos productivos para
poder liberalizar desde la imposición fiscal materias que otros
países de la Unión Europea están en muchísimas mejores condiciones
que nosotros para poder competir en estos países. Por tanto,
entendemos que las negociaciones, la profundización para poder
recabar más convenios bilaterales de doble imposición es una de las
prioridades que debería tener no solamente su Secretaría de Estado,
sino también el Gobierno.

Desde la perspectiva de las posibilidades exportadoras de nuestras
compañías, de nuestro tejido productivo,



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hemos escuchado atentamente la exposición que ha hecho usted al
respecto. Entendemos que si son de aplicación todos los programas,
los veintidós o veintitrés puntos de actuación que ustedes pensaban
plantear tanto en comercio como en turismo y exportación, también
valdría la pena que fueran efectivas algunas de las conclusiones que
aprobamos en dicha moción la pasada legislatura y que iban orientadas
básicamente a incrementar la internacionalización de nuestras
compañías, de nuestro tejido productivo, como era reforzar las
políticas específicas de comienzos de actividades en comercio
exterior relativas a las pequeñas y medianas empresas, una función
que está encomendada en estos momentos al Icex, Instituto de Comercio
Exterior, pero también planteamos la posibilidad de que esta
colaboración y estas ayudas a las pequeñas y medianas empresas en
actuaciones de primeras actividades, lógicamente, estuviera hecha al
unísono con las comunidades autónomas.

Nosotros queremos volver a insistir en esta cuestión, porque
entendemos que una colaboración específica con las comunidades
autónomas, justamente cuando estamos hablando de pequeñas y grandes
empresas no estamos hablando en este caso de grandes compañías,
seguramente al estar más cerca del tejido productivo y autóctono de
las diferentes comunidades se pueden obtener resultados más
beneficiosos para la internacionalización de nuestras compañías. Por
tanto, instamos al Gobierno para que la colaboración que ya sabemos
existe entre el Icex y las comunidades autónomas sea más profunda,
más real y sea también, en definitiva, mucho más beneficiosa para la
exportación y para las inversiones españolas en los diferentes
países, que como hemos dicho en nuestra intervención entendemos que
debían ser en Asia y América Latina. Desde esta posición instamos al
Gobierno, en este caso al señor Costa, secretario de Estado de
Comercio y Turismo, para que recoja las propuestas que nosotros hemos
planteado en esta intervención, tenga la sensibilidad que ha tenido
siempre para nuestro grupo parlamentario y para el resto de los
grupos Cámara, y que finalmente podamos conseguir más
internacionalización, más presencia española en los mercados
internacionales y hacer efectiva la globalización.

Por último, le vuelvo a recordar lo que dije al inicio de mi
intervención, y es que consideraríamos muy importante recoger en esta
propuesta que le hemos planteado desde Convergència i Unió la
posibilidad de recuperar el consenso en un sector tan importante como
es el comercio.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida, tiene la palabra el señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: En mi nuevo aterrizaje en esta Comisión de
Economía, me invade no sé si la
perplejidad, la melancolía o las dos cosas en el mismo momento. Creo
que los debates de esta Comisión continúan siendo debates formales
que tienen poco que ver con la realidad concreta, con los movimientos
espectaculares en algunos casos que hay en la realidad concreta,
y para más inri carecemos de la debida información en tiempo
prudencial. He consultado a un compañero del Partido Socialista, que
parece ser recibió ayer o anteayer un informe sobre datos del
Ministerio -yo no lo he recibido, a lo mejor lo recibo mañana o
pasado mañana-, y por tanto da la impresión de que en esta Comisión,
igual que en el resto de las comisiones, sigue el tran-tran de un
debate formal que no atiende a los problemas reales que hay en cada
momento.

Por ejemplo, vinculado a un debate sobre comercio exterior, sobre
turismo, sobre relaciones con la Organización Mundial de Comercio,
con Mercosur, etcétera, no hablamos de cosas tan insignificantes como
los elementos de recesión que están ya presentándose claramente en el
momento actual. Por ejemplo, hablamos de Mercosur y lo que representa
y sin embargo no se dice una sola palabra del tangazo que está
produciendo un desbarajuste económico y social en Argentina, con la
repercusión que tiene en Mercosur y en toda la economía de América
Latina.

Las vacas locas no existen. Es una cosa muy controlada que luego nos
daremos cuenta de que es una cuestión generalizada sobre la cual
tendremos que tomar medidas terribles en torno al comercio, a la
sanidad, etcétera, porque está encima de la mesa y cada vez es un
elemento más grave y complejo. Pero no lo vemos. El euro tampoco
existe. No es nada que tenga que ver con relación al comercio, con
relación como se pretendió en su momento a la creación de un polo de
referencia monetario internacional que no fuera el dólar, con lo cual
yo estaba de acuerdo. Es interesante todavía, pero en la Comisión de
Economía, cuando hablamos de temas tan importantes como el comercio
exterior, el turismo, las relaciones con la OMC, con Mercosur,
debemos discutir sobre temas tan elementales como estos o de la
cuestión, que puede ser más recurrente, de la energía, de los
carburantes. Habrá algunos elementos políticos que expliquen la
actual situación, ¿o es que esto se produce habiendo el mismo número
de habitantes en el mundo, existiendo los mismos problemas
económicos, sociales, estructurales y culturales? No se produce de
forma espontánea en un momento que todo explota, sino que tendrá unas
explicaciones políticas fruto de un análisis que se deriva de la
situación económica, de la situación social, industrial, comercial,
etcétera. En mi nuevo aterrizaje en la Comisión de Economía, después
de estar ausente desde hacía cuatro años, me doy cuenta de que esta
reforma del Reglamento, que parece ser se va a discutir a partir de
enero o de febrero, debería ser en el terreno de las comisiones una
revolución en toda regla porque con este tipo de debates, señor
secretario -y permítame



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que se lo diga, con todo el respeto a su persona, a su capacidad
sobradamente comprobada-, no vamos a ningún sitio; no es un debate
que interese; no es un debate vivo; es un debate que habla muy
colateralmente de las cosas que interesen y eso que usted ha hecho un
buen informe, apoyado por el señor Sánchez i Llibre, que,
naturalmente por su coautoría como responsable de la política
realizada en los últimos años, ha querido apuntarse también el tanto.

Déficit de la balanza comercial. Continúa enjugándose de forma típica
y tópica por las entradas turísticas que hay (me da la impresión de
que las mismas cantidades, las mismas ratios han existido durante
décadas) y, en relación con la Unión Europea, el déficit continúa
reflejando una realidad negativa para España. A pesar de todo lo que
se ha andado durante este tiempo, continúa reflejándose una realidad
negativa no obstante el déficit de inversión social que hay en España
en relación con la media europea y, sobre todo, al conjunto de los
países más destacados en el desarrollo económico.

En cuanto a la OMC, ha propuesto S.S. medidas unilaterales a favor de
los países menos adelantados para reforzar -he entendido yo- la
capacidad de actuación y su prestigio y evitar que haya una OMC a dos
velocidades. Señor secretario, los fracasos que se han producido en
las últimas reuniones de la OMC -fracasos parciales porque luego las
políticas se continúan diseñando y aplicando desde otro sitio- no se
acaban de tener en cuenta; no se explica por qué se producen estos
elementos, por qué hay estos fracasos, por qué unos miles de
manifestantes en un momento determinado son capaces de colapsar una
organización tan importante como la OMC para tomar decisiones serias,
como ocurrió en Seattle y posteriormente; por qué hay una
contestación radical a una OMC que, a mi entender, no corre el
peligro de avanzar a dos velocidades. Es una OMC con una sola
velocidad, con gentes, con países con economías descolgadas hoy y
desde hace mucho tiempo, que nunca se han colgado pero que, en todo
caso, están descolgadas hoy y lo estarán mañana. No hay debate serio
sobre la deuda externa y respecto a la inversión que podría
representar la deuda interna, con una reactivación del comercio por
la participación de sectores que están absolutamente fuera de este
circuito comercial, dígame usted cuántos países del África
subsahariana están en este comercio mundial o tienen la posibilidad
de estarlo. Esto va ligado a la deuda externa, a planes de desarrollo
a medio y largo plazo en los cuales la Unión Europea, y dentro de
ella España, deberían jugar un papel importante porque no es
únicamente un problema de solidaridad hacia estos países
prácticamente marginados del circuito comercial y de una mínimamente
vida digna. La Unión Europea debería jugar un papel por solidaridad,
pero, al mismo tiempo, por inteligencia, porque sin un desarrollo
equilibrado, sin unas condiciones básicas de existencia en estos
países, difícilmente podremos hablar de la superación de los cuellos
de botella fuertes que hay en el
comercio internacional y de los graves problemas que existen en este
momento.

Estos son los problemas que hay. Esta Comisión debería tener bastante
más agilidad incluso en el envío del material necesario para tener en
cuenta las propuestas concretas y no enterarnos cuando llegamos a la
Comisión. Ha realizado su S.S. una intervención larga que yo valoro
pero que, al mismo tiempo, critico porque no es suficiente para un
debate en serio. No hablo de otras cuestiones vinculadas a todo esto,
pero podría hablar de las vacas locas, de agricultura, de
alimentación, etcétera, vinculado a la deuda y al desarrollo de estos
países.

Finalmente, dos cuestiones colaterales, pero importantes. Ha llegado
el momento de hacer una reestructuración del turismo en este país. La
hubo hace unos cuantos años: modernización de infraestructuras e
instalaciones. Es el momento de hacer una reestructuración que
englobe el porqué del turismo español. El turismo español es un
turismo interesante desde el punto de vista del sol, de la alegría,
de las gentes españolas, de las playas, de la comida, del vino,
etcétera, pero también es necesario potenciar el turismo cultural, de
relaciones entre pueblos, un turismo social que, al mismo tiempo,
tiene una vertiente cultural y se ven piedras, monasterios, etcétera.

Es el momento de hacer una reestructuración de todo eso, de la misma
manera que en su momento se hizo una reestructuración de
infraestructuras, de edificios, etcétera, porque había llegado un
momento de colapsamiento de aquel turismo que arrancó en la década de
los cincuenta.

En relación con los horarios comerciales, me gustaría que fuéramos
capaces de discutir a fondo, me gustaría hacer un debate, que, según
mi punto de vista, no ha existido. Tratar de los horarios
comerciales, del pequeño comercio; en definitiva, tratar de la red
comercial, desde el pequeño comercio a las grandes superficies, como
un elemento que nos condujera a un tipo de sociedad en el que la
calidad de vida y la relación social y cultural entre las personas
primara sobre tener los centros comerciales, especialmente las
grandes superficies comerciales, abiertas 24 horas, incluidos sábados
y domingos, porque ya se sabe que el ser humano no es un homo
sapiens, sino un elemento comercial, destinado a la compra de
productos y, cuantas más horas del día y de la noche estén abiertos
los centros comerciales, mejor.

Para terminar esta intervención de mi aterrizaje en esta Comisión, me
gustaría que la Comisión de Economía, en el marco de la reforma del
Reglamento, fuera capaz de discutir de cosas que tengan interés para
la realidad que vivimos, para la realidad que vive la gente en la
calle y no discutir cuestiones que pueden conducir a un debate
puramente burocrático que no tenga capacidad para incidir en los
cambios políticos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la
palabra el señor Rodríguez.




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El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Señor secretario de Estado, si se fija en
la fecha en que se registró la petición de comparecencia sobre los
horarios comerciales por el Grupo Mixto-Bloque Nacionalista Galego,
observará que fue en un momento previo a la discusión del Real
Decreto-ley de medidas urgentes de intensificación de la competencia
en determinados mercados y servicios; es decir, en el momento justo
en que nos enteramos de que el Gobierno preparaba estas medidas
liberalizadoras. Ustedes optaron por actuar de forma unilateral,
precipitada y prepotente, excluyendo lo que debía ser una norma en
estos casos: el diálogo, el equilibrio entre las partes y la
posibilidad de tener un debate parlamentario, por lo menos, sosegado.

En relación con el diálogo, me gustaría que supiese que hay malestar
en muchas comunidades autónomas, que consideran que sus competencias
fueron claramente violadas y, cuando menos, hay una parte de razón en
este tipo de queja o de protesta. Usted sabe muy bien que la Ley
Orgánica 2/1996 establecía la negociación entre el Gobierno y las
comunidades autónomas para la fijación de la libre determinación de
horarios en establecimientos comerciales, siguiendo la filosofía del
artículo 150.2 de la Constitución española, donde ciertas
competencias del Estado se podían transferir a las comunidades
autónomas, siempre que se mantuviese esa coordinación con la
Administración general.

Usted mismo ya dijo que los horarios comerciales estaban en 72 horas
semanales y ocho domingos o días festivos al año. La modificación
unilateral por parte del Gobierno estableciendo 90 horas de apertura
semanal y 12 domingos o festivos de apertura progresivamente hasta el
año 2004, con la liberalización total de las áreas comerciales
menores de 300 metros cuadrados, fue una acción del Gobierno que
respondió a algunos intereses, pero no a los intereses de la mayoría
del sector del comercio. Por si no fuese poco esta falta de respeto
por el marco competencial del Estado español, con las consecuencias
jurídicas que trae y con el descontento político subsiguiente, hay
otra cuestión muy importante, que son las formas.

El Gobierno actúa recurriendo a los reales decretosleyes, que usted
sabe que son procedimientos de carácter extraordinario que tienen que
estar justificados por la urgencia, conforme al artículo 86.1 de la
Constitución española, e, incluso, que es bastante anormal modificar
una ley orgánica por otra de rango inferior puesto que eso infringe
la jerarquía normativa que también establece la Constitución
española. Está claro que en 1996 se estableció, sin paliativos y sin
confusión, que la modificación de los horarios comerciales en el
sentido de posibilitar la total liberalización no será de aplicación
hasta que el Gobierno, junto con los gobiernos de las comunidades
autónomas, así lo decidan y no antes del 1 de enero de 2001. Sin
duda, el Partido Popular no avisó ni siquiera en la campaña
electoral, tampoco en su programa, lo cual quiere decir que es
perfectamente consciente
de que su actuación sigilosa y por sorpresa dañaba objetivamente una
parte muy importante del sector del comercio, y curiosamente dañaba a
una parte importante de su electorado, lo cual nos habla con claridad
de la diferencia que existe entre conciencia subjetiva de los
electores y sus intereses objetivos a la hora de votar.

Esta reforma, señor secretario de Estado, era innecesaria. Solamente
la Comunidad de Madrid recurrió a establecer más días de apertura de
festivos al año (en concreto, 14) y es curioso que sea esa comunidad
autónoma la que, entre 1996 y el año 2000, vio desaparecer 18.821
pequeños comercios (un 21,8 por ciento) y vio disminuir el empleo en
un 20,4 por ciento, es decir, ayudó de una manera descarada a la
concentración de la distribución comercial. Además de innecesaria,
sigue siendo profundamente injusta para la sociedad en su mayoría. En
concreto, los consumidores no exigíamos mayoritariamente que se
aumentase el número de apertura de festivos al año. Hay una célebre
encuesta del CIS que así lo demuestra. Además, los trabajadores del
comercio -unos son asalariados y otros autónomos- lo único que
consiguen con estas medidas es que su situación sea más precaria,
viéndose obligados a una competencia que no va a repercutir en una
mejora del servicio y tampoco en el índice de precios al consumo.

Ustedes siempre propagan que es necesario que el domingo se considere
un día de descanso; las resoluciones del Parlamento Europeo se
orientaban en ese mismo sentido desde diciembre de 1996 y la
Organización Internacional de Trabajo recomendaba el domingo como día
de asueto, con la excepción de los servicios públicos esenciales,
cosa que no sucede con el comercio en general. Esto contribuye, como
ya se demostró en la Comunidad de Madrid, a la pérdida de empleo y a
la precariedad en su conjunto. En concreto, todas las federaciones de
comercio del Estado español calculan que se van a perder entre 34.000
y 65.000 empleos como consecuencia de este Decreto-ley de medidas
liberalizadoras. Usted sabe que se atentaba contra la circulación de
bienes y servicios y contra la unidad del mercado al cambiar de esta
forma repentina y por sigilo el horario de los comercios. Por otra
parte, es claro que debieran ser las comunidades autónomas las que
tuvieran la competencia plena para la fijación de los días máximos de
apertura, puesto que hay que tener en cuenta consideraciones de tipo
histórico, social, turístico e incluso cultural y, por qué no
decirlo, es muy legítimo, la incidencia que la fijación de días,
máximos o mínimos, tiene en el comercio de carácter tradicional.

Acabo, señor presidente, diciendo que las contestaciones del señor
secretario de Estado, que han sido parcas, no pueden pivotar sobre
que se va a crear empleo, afirmación que es negada por los hechos
consecuencia de este tipo de políticas, y tampoco que hay ventajas
competitivas para el pequeño comercio, ya que la mejor ventaja es un
marco competencial respetado, discutido y más equilibrado. En último
extremo, al Bloque



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Nacionalista Galego le parece que la medida se tomó de forma rápida y
sigilosa, de manera súbita y no figurando en el programa del Partido
Popular, porque en el fondo responde a la presión de las grandes
cadenas comerciales. Todo el mundo sabe que las grandes cadenas de
distribución comercial que reparten la tarta en el Estado español son
tres y que quieren repartirla mucho más para que nuestro Estado no
sea uno de los tres de la Unión Europea con menor concentración de
venta en manos de grandes cadenas de distribución.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Delgado.




El señor DELGADO ARCE: Señorías, señor secretario de Estado, sean mis
primeras palabras de bienvenida en nombre de mi grupo y agradecerle
la exhaustividad con la que ha tocado todos los temas objeto de las
distintas comparecencias que se le han planteado en la mañana de hoy.

Por cierto, ninguna de ellas se puede resumir en pocas palabras, ya
que su contenido es mucho y muy importantes los temas que abordan.

Hemos visto un esfuerzo por darnos la mayor información posible y por
hablar con claridad. No es ésta su primera comparecencia en esta
Comisión, sino que ya vino el 10 de octubre para explicarnos los
Presupuestos Generales del Estado relativos al área de su competencia
y allí no sólo escuchamos números, sino filosofías y proyectos que
avalaban las cantidades económicas consignadas.

Ha comenzado su intervención haciendo una valoración de la situación
económica de España y ha incidido en el nivel de crecimiento de
nuestra economía, que afortunadamente ha estado por encima del
crecimiento de la economía europea, con la gran ventaja de que con
nuestra política económica ese crecimiento se ha traducido también en
creación de empleo, todo ello en el marco de una situación de fuerte
crisis energética que en nada favorecía este crecimiento. La
vertiente de crecimiento del comercio exterior, como usted ha
explicado, ha tenido desde nuestro punto de vista un balance muy
positivo desde 1996 hasta el actual año 2000. Nos congratulamos de
este enorme grado de apertura del sector exterior de la economía
española, puesto que ha sido una variación fundamental con respecto a
una situación anterior en la que España era un país cerrado, poco
internacionalizado y hoy hemos escuchado que somos la segunda
economía más abierta después de Canadá, algo que sorprenderá a
muchos, pero que nos consta obedece a la realidad.

Las exportaciones han experimentado un crecimiento elevado y real
durante el período 1995-1999, habiendo sido superior al 10 por
ciento. Nuestras exportaciones han crecido en volumen un 12,5 por
ciento y se prevé que crecerán al menos un 9,5 por ciento en el año
2000, cuando termine; y para el 2001, un 8,8 por ciento. Estas cifras
nos parecen altamente satisfactorias, como también lo es la
comparativa con el crecimiento del mercado
mundial, puesto que hemos crecido tres puntos más por encima del
comercio mundial en volumen.

Hoy estamos hablando de exportaciones, pero creemos que el concepto
está superado por uno más amplio, el de internacionalización. El
señor secretario de Estado se ha referido en su comparecencia a que,
después de Estados Unidos, somos el segundo inversor en
Latinoamérica, lo cual nos da un peso específico importante en
aquellos países. La inversión directa de España ha batido todos los
récords en el exterior. Se ha referido a las previsiones para el año
2000, a la sólida posición competitiva de España en la mayoría de los
mercados exteriores y, en especial, a ciertas áreas geográficas en
las que tradicionalmente España no tenía un buen comportamiento. Es
importante que nuestras exportaciones a la Unión Europea crezcan, y
lo han hecho también en este período, porque, contrariamente a lo que
se ha afirmado en esta sala por alguno de los grupos parlamentarios,
nuestra exportación creció un 15,1 por ciento en los países de la
zona euro y un 17,3 por ciento hacia los países de la Unión Europea
no integrados en la zona euro; hemos crecido en las exportaciones a
Alemania en un 11,2 por ciento y a Francia en un 18,3 por ciento.

Pero es más significativo el crecimiento de las exportaciones en
relación con los Estados Unidos, donde en una economía fuerte como
aquella hemos crecido un 32 por ciento o en el caso de Asia, donde
España tenía un tradicional déficit de apertura de entrada con
nuestros productos; hemos crecido en el continente asiático un 23,4
por ciento, especialmente gracias a la fuerte recuperación del
sudeste asiático con un 29,4 por ciento. Por tanto -repito-, sólida
posición competitiva de las empresas españolas en la mayoría de los
mercados exteriores.

Hemos escuchado también las reflexiones sobre el crecimiento de las
importaciones en España, que lo ha hecho con fuerza, pero también su
tendencia a desacelerarse y el enorme componente que ha tenido en ese
crecimiento real el precio de los productos energéticos, que afectan
por igual a todas las economías y la nuestra no podía ser distinta.

Nos parece también realista el conjunto de previsiones que se hacen
en relación con los meses que quedan para este año 2000 y los que se
avecinan del próximo año 2001. Es cierto que constatamos esta
desaceleración del déficit comercial y esto resulta importante.

A continuación, se ha referido S.S. a un conjunto de líneas de
actuación en distintos, ámbitos como es en materia de política
comercial. Nos parece relevante la reflexión que ha hecho usted en
relación con el lanzamiento de una nueva ronda global en el marco de
la Organización Mundial del Comercio, una organización que es vital
para el desarrollo del comercio internacional y de un conjunto de
actuaciones que mejoren la confianza de los países más pobres y en
vías de desarrollo en la organización. Nos parecen acertadas -y selo
queremos trasladar- las políticas que España está



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desarrollando en el marco de la Unión Europea para lanzar esta nueva
ronda global de negociaciones a la OMC, defendiendo, como es lógico,
planteamientos comunes con el resto de los países de la Unión
Europea, pero también planteamientos propios de España como son
otorgar a la pesca un tratamiento específico o como son los de ligar
las concesiones en agricultura a intereses ofensivos en el mismo
sector.

Nos parece también relevante impulsar la ampliación de la Unión
Europea a los países de Centroeuropa como objetivo de la política
comercial y en este sentido valoramos todas las medidas que se tomen
para reforzar la presencia de nuestras empresas en estos mercados que
van a tener un importante papel, que ya lo tienen hoy. Insistimos,
como lo ha hecho el representante de Convergència i Unió y lo ha
puesto usted de manifiesto, en que es importante ampliar la red de
convenios de doble imposición, dando prioridad a los convenios
pendientes con América Latina y con Asia, porque estos convenios dan
seguridad a nuestras empresas. Celebramos también la información que
nos da del desarrollo de una ley de comercio electrónico que es
necesaria en este momento no sólo para garantizar la confianza de los
usuarios en la red, sino también para que un mayor número de
operadores empresariales estén en este mercado virtual cada día más
importante. Nos ha hablado también de políticas de incremento del
número de operadores económicos con presencia internacional y de
apoyo internacional a las pymes y vemos con agrado que se sigan
intensificando las actuaciones en el plan PIPE. El citado plan PIPE
lo conocemos no sólo por las cifras, sino por la experiencia directa
en nuestros propios territorios, a los que representamos, donde hemos
visto que empresas que no tenían ninguna presencia en el exterior,
gracias a estos planes han conseguido abrir mercados y, lo más
importante, invertir incluso en el exterior. Quiero dar nuestra
valoración positiva al conjunto de medidas que nos ha explicado en
esta comparecencia, así como a la reflexión que ha hecho sobre el
FAD, como un instrumento de gran utilidad en la cooperación económica
y en la promoción comercial, así como el papel que tiene que jugar
España en la asignación de los recursos en las instituciones
financieras internacionales.

Se ha dicho en esta sala que las políticas por usted expuestas no
tienen consignación presupuestaria y que, por lo tanto, no dejarían
de ser meras intenciones. Las asignaciones presupuestarias deben
ponerse en relación con la gran medida de promoción del comercio
exterior español, que es sin duda la propia fortaleza, el prestigio
de nuestra economía. La economía española, en función del rigor con
que ha sido llevada en estos últimos años, ha permitido que nuestras
empresas se presenten en el exterior con un auténtico carné de
credibilidad y que nuestra economía sea muy valorada en todos los
mercados internacionales. Así que no minusvaloremos el conjunto de la
política económica, porque esa sería la gran medida de apoyo de todo
nuestro sector
exterior. Además, en la comparecencia del 10 de octubre se
pusieron de manifiesto todas y cada una de las partidas
presupuestarias, tanto en relación con el Instituto de Comercio
Exterior como con Cofides, con los fondos de ayuda al desarrollo, con
la apertura de oficinas en el exterior, como con los foros
internacionales multilaterales que se van a hacer y que van a incidir
en el cumplimiento de los objetivos de política de promoción exterior
de España.

Voy a referirme (porque sé que estamos ya en una hora avanzada;
después, mi compañera Susana Camarero se referirá brevemente al
turismo) a las cuestiones de comercio interior. Es evidente que
cuando se presentó esa iniciativa esos decretos aún no habían sido
adoptados. Se aprobaron dos días después y se convalidaron en esta
Cámara el 29 de junio, donde hubo un debate amplio, sosegado y maduro
sobre los planteamientos de las distintas fuerzas políticas en
relación con el conjunto de medidas del decreto que intensificaba la
competencia de mercados de bienes y servicios. Nosotros consideramos
que el Gobierno mantuvo perfectamente el reparto entre las distintas
administraciones que, por cierto, ya estaba fijado en 1995. Conviene
recordar, para que nadie se olvide, que finalizaba en diciembre de
2000, que no se ha hecho otra cosa que determinar una prórroga hasta
el año 2005 del régimen transitorio en materia de libertad de
horarios y que se sigue manteniendo, como no puede ser de otra
manera, la capacidad de las comunidades autónomas para adecuar el
ejercicio de la actividad comercial a las peculiaridades de su
territorio. Las medidas relativas a horarios comerciales se
establecieron justamente para discriminar al pequeño comercio de
forma positiva, para darle una oportunidad en el marco de la libertad
de decisión, que le permita tomar decisiones libres en relación con
los días de apertura; posibilidad que en modo alguno se da al
comerciante, al empresario que tenga un establecimiento de más de 300
metros cuadrados.

El Partido Popular, el Grupo Parlamentario Popular, el Gobierno al
que sustentamos tiene credibilidad en materia de apoyo a la pequeña y
mediana empresa y tiene credibilidad en materia de apoyo al comercio.

En la anterior legislatura actuamos muy intensamente con medidas que
modificaron el marco fiscal del comercio y de las pequeñas y medianas
empresas. Recordaré la reducción de los módulos, las bonificaciones
del 95 por ciento de la base imponible por la transmisión de las
empresas familiares en el impuesto de sucesiones, las reducciones del
impuesto sobre sociedades, etcétera. Como es normal, desarrollaremos
nuestro programa electoral en el conjunto de esta legislatura y
hablaremos en esta Cámara y en esta Comisión de muchas y muy variadas
medidas que apoyarán al pequeño comercio, a la pequeña y mediana
empresa, sobre las que negociaremos y sobre las que dialogaremos,
como decía el señor Sánchez i Llibre. Desarrollaremos los compromisos
quehemos adquirido en el ámbito fiscal para la supresión del



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impuesto sobre actividades económicas para las pequeñas y medianas
empresas; las medidas para analizar las cuestiones de empleo que
afectan a este sector; las cuestiones de Seguridad Social que afectan
a muchos de los empresarios que ejercen en este sector, y seguiremos
hablando de asociacionismo y de urbanismo comercial. Todo ello lo
vamos a hacer -repito- impulsados por este grupo parlamentario que
sostiene al Gobierno. No en vano se creado en el seno de esta
Comisión una subcomisión, que comenzará a trabajar muy pronto, para
el estudio de esta problemática.

En su comparencia, señor secretario de Estado, nos ha hablado de
todos estos aspectos, aunque no ha podido desarrollar algunos por la
premura de tiempo, pero estoy seguro de que los debatiremos a lo
largo de esta legislatura y se traducirán en unas mayores ventajas y
beneficios para el importantísimo sector de la distribución comercial
y del pequeño comercio.

Señor presidente, le cedo la palabra a doña Susana Camarero.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Camarero.




La señora CAMARERO BENÍTEZ: Quiero agradecerle, señor Costa, su
extensa y exhaustiva comparecencia. Me corresponde a mí, desde el
Grupo Popular, hacer una valoración de la parte dedicada al turismo.

Quiero expresarle mi satisfacción y la de mi grupo por su especial
atención a este sector que ha sido objeto de su comparecencia y al
que usted, como secretario de Estado de Comercio y Turismo, ha
dedicado buena parte de su intervención.

Sabemos que el turismo es uno de los motores de crecimiento económico
de España, que es un elemento fundamental que contribuye al
equilibrio de la balanza de pagos, que emplea al 10 por ciento de la
población ocupada, que tiene un efecto multiplicador sobre otros
sectores como transporte, construcción o agricultura, que es un
importante polo de atracción de inversiones extranjeras y que
contribuye de forma significativa a la redistribución especial de la
renta. Sin embargo, siendo esta una realidad, no es menos cierto que
las administraciones públicas, la local, la autonómica y la central,
deben tomar conciencia de la importancia del sector y cuidarlo y
mimarlo como se merece.

El Gobierno del Partido Popular, y en este caso desde la Secretaría
de Estado de Comercio y Turismo, está trabajando de forma eficaz y
adecuada en este sector. Se está haciendo una política turística
basada en el turismo de calidad, sostenible y respetuoso con el medio
ambiente, como hemos escuchado en su comparecencia. Nada es fruto de
la casualidad y gracias a esta política España hoy es la segunda
industria turística del mundo, como usted decía, y, por eso, entre
1996 y 1999 el incremento en este sector fue del 28 por ciento,
frente al 10 por ciento del turismo mundial, y en el año 2000 sigue
habiendo un notable crecimiento.

No voy a repetir, señor Costa, las cifras que ha dado, pero son
incuestionables y una demostración palpable de que el Gobierno está
haciendo un gran esfuerzo por mejorar el turismo en España y de que
no hay conformismo en el ejecutivo, sino que se buscan nuevas
estrategias para superar los éxitos anteriores. Buena prueba de ello
es que si 1999 fue un año excelente en resultados, el reto ha sido
superado y los datos actuales junto con las previsiones, hacen pensar
que en 2000 no sólo se va a mantener el nivel del año anterior, sino
que se van a mejorar los resultados.

En el Grupo Popular pensamos que España tiene unas potencialidades
para el turismo que no se habían sabido aprovechar y en los últimos
años el Gobierno del Partido Popular ha estado mejorando la política
turística para sacar mayor rentabilidad a uno de nuestros sectores
productivos más importantes. Sin embargo, es necesario adoptar nuevas
decisiones, nuevas políticas para seguir sacándole jugo al inmenso
potencial que tenemos y que no podemos desaprovechar. Debemos adaptar
ese sector tan cambiante a las necesidades de la realidad actual. Por
eso, desde el Grupo Popular, nos alegramos de que se estén realizando
unas nuevas políticas como las que hemos escuchado en su
comparecencia, donde usted nos ha relatado los cuatro objetivos
básicos realizables a través de más de veinte medidas concretas.

Señor Costa, yo, igual que mi compañero, no he echado de menos cifras
macroeconómicas porque hoy no estamos en la comparecencia de
presupuestos, que ya tuvo lugar hace unas semanas y a la que usted
asistió, sino que estamos celebrando la comparecencia de política
general de su Secretaría de Estado y la cuatrimestral, donde se deben
exponer, como usted ha hecho, las líneas generales de su
departamento. Si hablamos de estos objetivos y medidas expuestas, nos
gustaría destacar muy brevemente algunos de ellos como el incremento
de la calidad para satisfacer las demandas en permanente
transformación, además de acortar los períodos vacacionales y
distribuirlos a lo largo del año; la aparición de nuevas
motivaciones, con lo que surgen nuevos destinos y una mayor capacidad
de elección del mercado que las nuevas tecnologías vendrán a
aumentar. Respecto a estas nuevas tecnologías, sabemos que uno de los
retos de la promoción turística en el exterior será la utilización de
unas nuevas tecnologías de la información que se conviertan en nuevo
factor de competitividad del producto turístico final, aumentando la
eficacia y ofertando nuevos productos, además de modificar el sistema
de comercialización con reducción de costes, destacando en esta
cuestión la buena acogida de la página web de Turespaña.

Insistiendo en el objetivo fundamental de la calidad, le queremos
felicitar por la puesta en marcha del Instituto para la Calidad
Turística Española y por elegir para dirigirlo a un hombre con una
amplia experiencia en el campo del turismo y ex compañero nuestro,
además de



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destacar el impulso a la calidad de los productos para potenciar la
desestacionalización y la desconcentración de los flujos turísticos y
a la calidad medioambiental de los hoteles, porque vemos que no han
dejado de lado la preocupación por el medio ambiente en sus
políticas, sino, todo lo contrario, la han potenciado a través de la
figura del municipio verde. Para finalizar el repaso de su
intervención, también nos gustaría destacar el impulso dado a las
alternativas de turismo de sol y playa, entre ellas la promoción de
turismo cultural, turismo de congresos, turismo en comarcas mineras,
turismo de salud o deportivo, o de ocio a través de los parques
temáticos.

No quiero terminar, señor Costa, sin felicitarle por la creación de
la Secretaría General de Turismo, que demuestra la sensibilidad de su
Gobierno hacia este sector. Señor Costa, agradeciéndole de nuevo su
comparecencia quiero trasladarle el apoyo y el ánimo del Grupo
Popular para que usted siga realizando, como hasta ahora, una
política eficaz en materia turística.




El señor PRESIDENTE: Para responder a las cuestiones de los distintos
portavoces parlamentarios, tiene la palabra el secretario de Estado
de Comercio y Turismo.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO Y TURISMO (Costa Climent):
Saltándome el orden de intervenciones, si les parece, empezaré por el
señor Frutos y por el representante del Grupo Mixto, que están aquí
en estos momentos.

Yo coincido plenamente, señor Frutos, en que en esta Comisión hay que
hablar de las cuestiones que son importantes desde el punto de vista
político, y yo le quiero trasladar que estoy aquí para hablar de lo
que ustedes consideren oportuno; por tanto, que mi intervención
inicial no limite los posibles temas de debate. Usted ha hecho
referencia a algunos que me parecen importantes. Yo no puedo
trasladarle información adicional a la que ya han manifestado
miembros del Gobierno sobre algunas de las cuestiones, pero sí puedo
comunicarle por lo menos mis impresiones personales sobre algunas
otras.

Se ha referido, por ejemplo, a la situación de Argentina. Al Gobierno
le preocupa, como es obvio, y la sigue de cerca, por la importancia
que tiene su economía en toda esa área geográfica y en los mercados
de América Latina y por la importancia que tiene desde el punto de
vista de la estabilidad financiera en la zona. Hemos estado
trabajando a lo largo de los últimos meses con el Gobierno argentino
discutiendo con ellos cuáles son, en nuestra opinión, las medidas
necesarias para apoyar su estabilidad económica. Argentina está
trabajando con el Fondo Monetario Internacional y nosotros también
llevamos varias semanas haciéndolo. Creemos que los compromisos
políticos de medidas internas que están asumiendo el Gobierno y los
partidos políticos en
Argentina van en la dirección adecuada y el Fondo Monetario cuenta
con el respaldo del Gobierno de España en cuanto a las medidas de
carácter financiero y de condicionalidad que pueda imponer o fijar a
aquel país para garantizar la estabilidad macroeconómica del área
y la estabilidad financiera de Argentina. Por tanto, compartimos las
preocupaciones, señor Frutos, y yo le agradezco que usted haya
planteado aquí esta cuestión.

Con relación al euro, a la situación de éste respecto al dólar y a la
incidencia que tiene en las transacciones económicas y en el déficit
comercial, yo creo que esa también es una preocupación compartida por
este Gobierno y por los principales partidos políticos, no solamente
en España sino también en el ámbito de la Unión Europea.

Yo creo que en estos momentos la actual valoración del euro con
relación al dólar no recoge la realidad del valor y de los
fundamentos de las economías europeas y de la economía americana.

Probablemente uno de los principales factores que influyen en la
situación actual del precio euro-dólar obedece a las decisiones tan
importantes que el sector privado puede estar adoptando en materia de
inversiones; en ocasiones se están planteando operaciones aisladas
que equivalen a cualquier decisión de intervención del Banco Central
Europeo para reforzar la posición de una moneda. Desde luego los
flujos inversores de la Unión Europea hacia Estados Unidos y hacia
otras áreas de referencia donde las inversiones se materializan en
dólares están contribuyendo de una manera clara a ese movimiento y a
esa valoración económica de las monedas en estos momentos y pone de
manifiesto la apuesta de los inversores europeos y españoles por la
inversión en el exterior y en empresas de otros mercados en moneda
dólar. Es una situación que le preocupa al Gobierno, en la que está
permanentemente centrado y que además afecta a cuestiones como, por
ejemplo, nuestro déficit comercial. El efecto neto de la depreciación
del euro respecto al dólar en nuestro déficit comercial es negativo y
eso avanza en la idea y en la visión del Gobierno de que el euro
tiene que ser una moneda que recoja fielmente los fundamentos de la
economía europea y, por tanto, en ningún caso se apuesta por una
moneda infravalorada como instrumento de estímulo a la presencia
exterior de nuestras empresas, sino todo lo contrario, por una moneda
estable que recoja los fundamentos reales de la economía europea.

Ha hecho referencia a un debate que también me parece
extraordinariamente importante y es a qué obedecen esos fracasos,
entre comillas -como creo que usted los ha calificado-, de la OMC. La
OMC es un instrumento extraordinario para garantizar el desarrollo
económico a nivel mundial y la mejora del comercio internacional, y
desde esa perspectiva, como digo, su aportación al crecimiento del
conjunto de las economías mundiales es importante, pero la OMC, como
cualquier instrumento, tiene que hacer sus propias reflexiones y
tiene que ver si está respondiendo con realidad y con



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eficacia a los retos que se plantean. Hay cuestiones que claramente
deben ser reconducidas y que inciden en eso que usted ha calificado
como unos ciertos fracasos de la OMC: la falta de transparencia
interna y externa claramente es una debilidad de la OMC en la que
tiene que trabajar para superarla; quizá la necesidad de tener un
mayor contacto permanente a la hora de definir políticas y de valorar
y analizar inquietudes y percepciones con la sociedad civil; la
necesidad -y es una de las políticas que está impulsando la Unión
Europea, y dentro de ella España- de evitar una OMC a dos velocidades
y de adoptar medidas que garanticen una mejor incorporación al
comercio de los países menos adelantados y de los países en vías de
desarrollo, que tiene que ser una política clara; y desde luego la
necesidad de que las cuestiones se debatan en bloque, que es la mejor
manera de que todas las partes, todos los actores, puedan conseguir
ganancias o mejorar sus posiciones para que al final el resultado en
la negociación sea eso, que todo el mundo obtiene ventajas, que todo
el mundo se ha visto afectado por contrapartidas, pero que el balance
general es positivo para todos sin excepciones y sin exclusiones. Es
imprescindible que trabajemos para evitar esa situación que
claramente afecta a la imagen y a las posibilidades de desarrollo del
comercio internacional y del futuro de la OMC como institución.

Coincido también en la necesidad de impulsar el turismo desde el
punto de vista cultural. En España, que hemos sabido hacer mucha
política turística durante muchos años, de la que hemos vivido, quizá
en muchas ocasiones, por el hecho de que esa política turística y el
turismo hayan funcionado bien, no nos hemos centrado como debíamos
haberlo hecho en promocionar y potenciar otros productos turísticos
en los que España puede tener un valor añadido extraordinario, que
además avanza en la mejora del conocimiento mutuo con muchos otros
países. Yo creo que el turismo cultural es uno de ellos y luego voy a
hacer alguna referencia sobre cuáles son en mi opinión las
iniciativas que hay que plantearse.

En cuanto a los horarios comerciales, y contesto también en parte con
esto a lo que ha manifestado el representante del Grupo Mixto, yo
creo que no podemos decidir en esta Cámara y no puede decidir tampoco
el Gobierno -y permítame que se lo traslade de esa manera- qué es lo
que quiere en cada momento el consumidor y el ciudadano y cuáles son
sus necesidades. Sería ir demasiado lejos. Lo que no entiendo es por
qué preocupa que exista un marco adecuado de libertad, desde el punto
de vista económico y de la competencia, y que sean los agentes
económicos y los consumidores los que decidan en qué condiciones se
les presta un mejor servicio y qué oportunidades de negocio tienen.

El Gobierno cuando ha modificado el marco en materia de horarios
comerciales no ha impuesto ninguna obligación a nadie. No está
obligando a los consumidores españoles a que vayan a comprar los
domingos. No está
obligando a las grandes cadenas de distribución o a los pequeños
establecimientos a que abran los domingos en España. Lo que ha hecho
es permitirles , igual que sucede en la mayor parte de los sectores
económicos, que esa opción la puedan ejercer o la puedan poner en
marcha en función de lo que consideren oportuno: en función de las
demandas del consumidor, de las oportunidades de negocio, de lo que
consideren que es adecuado para los intereses económicos de los
agentes, de la patronal y de los sindicatos, pero el Gobierno no
impone ninguna obligación a nadie, ni prejuzga cuál es el papel o la
intención que mueven a la persona y a los ciudadanos en estos
momentos, desde el punto de vista vital, en un festivo. Por tanto, lo
que no comprendo es por qué se le tiene tanto miedo a establecer un
marco de libertad para que sean los agentes económicos y los
ciudadanos los que decidan libremente qué es lo que quieren en cada
momento y si es una necesidad que exista una apertura los domingos o
que se cierre más tarde entre semana o que a lo mejor al mediodía
esté abierto, en lugar de abrir a las nueve y media o a las diez de
la mañana. Desde el punto de vista económico, hay que dar las mayores
facilidades posibles a todos los agentes económicos. Además, creo que
es una medida positiva, desde el punto de vista del empleo y de darle
más oportunidades de trabajo a los jóvenes españoles y a otras
personas que no se han incorporado al mercado de trabajo. Por otro
lado, decir que la libertad de horarios ha supuesto reducir el número
de establecimientos comerciales en el ámbito de una comunidad
autónoma como por ejemplo Madrid, es desconocer la realidad de las
estadísticas. En Madrid no se han reducido los establecimientos
comerciales pequeños como consecuencia de la libertad de horarios.

Decir que se perjudica el empleo por la libertad de horarios en el
sector de la distribución también es desconocer la realidad de las
estadísticas económicas y de creación de empleo. Los períodos en los
que más empleo ha creado la economía española, en la etapa en que
gobernaba el Partido Socialista y en estos momentos, en la etapa en
que gobierna el Partido Popular, en el sector de la distribución, han
sido en esos momentos en que ha habido un marco de libertad de
horarios y no en esos otros con un marco de restricción de horarios
comerciales. Por tanto, a mí me gustaría que este fuera un debate que
se afrontara sin ningún tipo de prejuicios y poniendo de manifiesto
cuál es la realidad de las cosas, y la realidad es que el Gobierno lo
que pretende es que haya más libertad para que sean los agentes
económicos y los ciudadanos los que decidan, y no seamos nosotros los
que estemos prejuzgando cuáles son las preferencias o cuáles son las
prioridades en cada momento de los ciudadanos y de los consumidores.

Aprovecho la oportunidad también para contestarle al señor Sánchez i
Llibre sobre esta cuestión. Esa petición de recuperación de consenso,
que yo, se lo digo honestamente, le agradezco mucho, no es sólo una
pretensión de CiU. El Gobierno y el Partido Popular le ha



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estado trasladando también a su grupo, a lo largo de bastante tiempo,
la voluntad de recuperar el consenso y de tomar decisiones en materia
de política comercial y del sector de la distribución recuperando esa
forma de trabajar que hemos tenido en otros momentos y, desde luego,
el Gobierno generaliza al resto de los grupos de esta Cámara. Yo creo
que hay cuestiones que son importantes para el pequeño comercio en
las que podemos trabajar conjuntamente, como la necesidad de acometer
retos en materia de nuevas tecnologías y de la sociedad de la
información, o de qué manera el pequeño comercio puede ser un
instrumento desde el punto de vista del desarrollo urbano y de la
política turística. Voy a poner aquí un ejemplo. Si Madrid tiene la
posibilidad de que sus pequeños comercios -y es una facultad que
tienen hoy los comerciantes españoles- estén abiertos los domingos,
desde el punto de vista turístico es un instrumento magnífico de
promoción de las ciudades, en este caso de promoción de Madrid. Si en
la Comunidad Autónoma de Castilla y León, que tiene dos millones y
medio de habitantes y recibe diez millones de visitantes todos los
años, fundamentalmente domingos y festivos, los comercios tienen la
oportunidad de abrir los festivos, es un magnífico instrumento desde
el punto de vista de la promoción turística de una zona. Por tanto,
creo que todo aquello que sea trabajar para garantizar un marco
adecuado de funcionamiento del pequeño comercio y para cumplir con
otros objetivos y con otras prioridades desde el punto de vista de la
política económica, es una actuación y comparto desde luego -y se lo
agradezco al señor Sánchez i Llibre- esa voluntad que manifiesta en
estos momentos de trabajar conjuntamente con otros grupos
parlamentarios y por supuesto con el Gobierno para diseñar una
política adecuada en materia de distribución comercial.

Estoy también totalmente de acuerdo con el compromiso político de
aumentar nuestra red en materia de convenios para evitar la doble
imposición y de acuerdos internacionales y de seguir trabajando en la
puesta en marcha de políticas de apoyo a la internacionalización que
hemos puesto en práctica en el pasado, como por ejemplo las políticas
fiscales que hemos tenido también la oportunidad de mejorar al inicio
de esta legislatura. Tomo nota también de su preocupación y de su
interés por el hecho de que la Unión Europea no se quede sola
y aislada en lo que son las definiciones de sus prioridades de política
comercial a la hora de llegar a acuerdos con otras áreas geográficas
y, por tanto, creo que son temas en los que vamos a tener la
oportunidad de trabajar también conjuntamente en el futuro.

Con relación a las cuestiones que me ha planteado el señor Díaz, le
diría en primer lugar sobre que esta es una comparecencia tardía que
yo no diseño los órdenes del día ni soy el que decide en qué momento
se reúne la Comisión. He tenido muchísimo interés en que esta
comparecencia se celebre en estos momentos. Por tanto, estoy a su
entera disposición para cuando esta Comisión
lo considere oportuno comparecer y exponer las líneas de lo que
son las actuaciones políticas de la Secretaría de Estado de Comercio.

Si a usted le parece que la comparecencia ha sido tardía, a mí
probablemente también... (El señor Díaz Díaz: En el primer período.)
Si le parece bien, le contesto a todas las cuestiones, porque si
solamente le he dicho una cosa y ya me responde desde el escaño, me
parece que va a ser complicado que podamos avanzar.

Estoy a disposición de la Comisión de Economía. Salvo por causa de
compromisos de Estado o compromisos internacionales, que estoy seguro
de que SS.SS. comprenden, respetan y respaldan totalmente, sepan que
estoy dispuesto a comparecer cuando lo consideren oportuno.

En segundo lugar me ha expresado una queja sobre la información.

Aparte de que ya nos conocemos todos porque llevamos mucho tiempo
trabajando juntos, lo que no quería era venir a esta comparecencia y
darles unos datos que no fueran los mismos que figuraban en su
documentación. Les he remitido los datos del sector exterior al mes
de septiembre, cerrados el viernes de la semana pasada con las cintas
de aduanas, para que tengan exactamente la misma información que he
utilizado en mi comparecencia. Son datos que no se han hecho públicos
y que no conocía la prensa tampoco. Por tanto, lo que le quiero
trasladar es que mi intención ha sido que dispongan de la información
que iba a utilizar en la comparecencia, porque lo que me parece que
no tiene ningún sentido tampoco es que yo les dé a ustedes con dos o
tres semanas de antelación los datos del mes de agosto y yo me siente
aquí a exponerles cuál es la situación del comercio exterior y me
refiera a los datos de septiembre. Créame, ha sido imposible
suministrárselos antes del lunes a primerísima hora de la mañana,
porque son datos que todo el mundo conoce con qué periodicidad y en
qué fechas se publican, y en estos momentos acabamos de cerrar los
del mes de septiembre. He intentado darles la mejor información
posible. Si ustedes no comparten ese punto de vista, lo lamento y
desde luego estoy a su disposición para que hablemos sobre cuál es la
información más adecuada para el buen trabajo de esta Comisión.

Me dice, en tercer lugar, que la presentación ha sido sesgada. Yo no
he hecho más que dos valoraciones y me he referido a todos los datos
en materia de comercio exterior. He hablado de los datos en volumen,
de los datos en valor, de cuál es la situación española en relación
con la Unión Europea, he hablado de cuál es la situación española en
relación con otras áreas geográficas y, además no he puesto ningún
calificativo: No he dicho que la situación del sector exterior sea
espectacular, boyante ni nada por el estilo y, sin embargo -se lo
tengo que decir con todos los respetos-, en su intervención me da la
impresión de que ha habido una cierta intención crítica cuestionando
una presentación que hasido fundamentalmente aséptica de cuáles son
los datos.




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El Gobierno no está contento con tener déficit comercial y esa es una
preocupación de política económica que cualquiera que tenga
responsabilidades en el Ministerio de Economía va a compartir. Que
usted no reconozca que en estos momentos nuestro sector exterior ha
cambiado su tendencia de comportamiento respecto al año 1999 y al año
1998; que no queramos reconocer que estamos ganando cuota de mercado;
que no queramos reconocer que nuestras exportaciones están creciendo
más que las importaciones en volumen, que es como se presentan los
cuadros macroeconómicos y los Presupuestos Generales del Estado, no
es una presentación sesgada o que no coincide con la realidad; que no
queramos reconocer que aproximadamente el 75 por ciento del aumento
de nuestro déficit comercial obedece al crecimiento de los precios
del petróleo y que queramos ver la tendencia en estos momentos del
sector exterior como negativa yo creo que eso no coincide con la
realidad. En estos momentos nuestro sector exterior se está
comportando con una tendencia que es la positiva, en la que se va a
reducir la aportación negativa del sector exterior al crecimiento del
PIB, en la que nuestras exportaciones ganan cuota de mercado y en la
que los productos españoles mejoran su posición y su competitividad a
nivel internacional.

Usted me dice que con relación a la Unión Europea perdemos
competitividad, que nuestros productos no son competitivos. Yo le he
dado dos datos y se los voy a volver a repetir. Primero, nosotros
exportamos más a la Unión Europea de lo que está creciendo el
comercio en el ámbito de la Unión Europea; por lo tanto, eso ya pone
de manifiesto que nosotros mantenemos cuota de mercado. Pero le he
dado otro dato y es que España y las exportaciones españolas a
Estados Unidos o a algún país de Asia crecen más de lo que crecen las
exportaciones de la Unión Europea a esos mercados. Es decir, si
hablamos de la depreciación del euro, ¿es que la depreciación del
euro o la situación del euro beneficia más a la economía española que
a la economía europea? Yo creo que es una prueba clara de que desde
el punto de vista de la competitividad estamos ganando cuota de
mercado en muchos países en los que están compitiendo nuestros socios
en la Unión Europea y, sin embargo, estamos vendiendo en esos países
mucho más de lo que ellos están vendiendo. También le he dado las
previsiones de crecimiento de la cuota de mercado del sector exterior
español a nivel internacional en el período 1999-2001, y es un
crecimiento de la cuota de mercado del 5 por ciento.

La inflación es una preocupación constante de este Gobierno porque
estábamos acostumbrados a unas tasas de inflación que claramente
lastraban y minaban la competitividad de la economía española, con
independencia de factores coyunturales y de shocks externos. Claro
que nos preocupa la inflación y por eso hemos trabajado durante más
de cuatro años intentando cambiar la situación de la economía
española desde el punto de vista del
comportamiento de los precios. Usted reconocerá que hoy cuando
hablamos de una inflación por encima del 3 por ciento nos preocupamos
y probablemente eso hace cinco o seis años sería un éxito en materia
de política económica. Por lo tanto, no me diga usted que no nos
preocupamos de la inflación y que el Gobierno no toma medidas en
materia de contención de la misma.

Lo que sí me ha sorprendido de verdad, señor Díaz, de su intervención
es que no reconozcan lo más mínimo que al menos se pueden hacer
políticas con independencia de los aumentos de una partida
presupuestaria. Eso me ha sorprendido muchísimo. Porque a usted le
parecerá bien o no que aumenten los recursos del Icex. Le parece mal,
cree que deben aumentar más. Ese es un planteamiento político
razonable y sobre el que podemos discutir. Le parecerá bien a su
compañero -que me ha dicho que le disculpara por no poder estar en
estos momentos aquí, cosa que por supuesto hago, y ya tendremos la
oportunidad de intercambiar impresiones y de seguir hablando sobre
estas cuestiones en materia de política turística- que el presupuesto
de Turespaña suba más o no suba o suba menos. Yo estoy totalmente de
acuerdo en que esa es una política sobre la que podemos hablar y
sobre la que podemos discutir. Que el Gobierno no pueda hacer
política comercial o turística sin subir el presupuesto del Icex o el
presupuesto de Turespaña o que con el mismo presupuesto no se pueda
hacer un mayor esfuerzo o definir nuevas prioridades de política
comercial y de política turística, que es lo que yo quiero discutir
aquí además del presupuesto, me parece que cuanto menos es
discutible. ¿La política de promoción es importante? Sin lugar a
dudas. ¿Es importante la política española en la OMC? ¿Es importante
que consigamos o no una nueva ronda global? ¿Es importante que el
sector pesquero tenga un tratamiento diferenciado? ¿Es importante que
le demos ventajas o contrapartidas a los países menos adelantados,
a los países en vías de desarrollo? Yo creo que, indudablemente, esta
es una política prioritaria y ahí hay que tener definiciones de
política comercial, y yo estoy totalmente dispuesto a debatir y
compartir con ustedes las opiniones del Gobierno sobre esa cuestión.

¿Que aumentar la red de convenios de doble imposición no es una
prioridad política y no es una política desde el punto de vista
comercial? ¿Que aumentar la red de acuerdos para protección recíproca
de inversiones no es una política comercial sobre la que hay que
discutir? ¿Que tomar la decisión de cooperar con el FAD a través de
las instituciones financieras multilaterales no es una decisión
política, no es una medida política, no es un programa, con
independencia de cómo haya subido o no el presupuesto de promoción
comercial? ¿Que aumentar los recursos de la línea ICO para
internacionalización no es dedicar más recursos al apoyo de la
empresa española cuando invierte en el exterior? ¿Que tomar la
decisión de que haya una cobertura de riesgo político para la
inversión no es una



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medida política y es una medida que tiene trascendencia desde el
punto de vista de la promoción comercial? ¿Que asumir la decisión
política y dedicar 25.000 millones en el año 2001 a capital inversión
para apoyar la presencia española en el exterior no son recursos
disponibles que no se han aplicado en otros ejercicios a la promoción
española en el exterior, o dedicar un mayor esfuerzo, como ha hecho
el Estado en el año 2001, al ICEX, con independencia de que el ICEX
tenga o no tenga remanentes o ingresos procedentes de ejercicios
anteriores?
El FAD. Estoy convencido de que usted lo que no querrá trasladarme es
la preocupación de si esto se gestiona por Exteriores o se gestiona
por la Administración comercial. Entonces estamos totalmente de
acuerdo. No tiene trascendencia quién gestione el FAD, si Exteriores
o la Administración comercial. ¿Estamos de acuerdo en que las
empresas españolas pueden contribuir al desarrollo económico, al
desarrollo social y a la lucha contra la pobreza en terceros países?
Estamos de acuerdo. ¿Estamos de acuerdo en que el FAD supone, al
final, que se pueda construir un ferrocarril en un determinado país,
que se pueda poner en marcha una planta para eliminar residuos
urbanos en otros países, que se pueda suministrar material para un
colegio en un país o que se pueda poner en marcha, por ejemplo, un
instituto de formación en nuevas tecnologías o en máquina-herramienta
en otro país? ¿Eso es o no ayuda al desarrollo? ¿Tienen las empresas
españolas un papel protagonista en esa ayuda al desarrollo, sí o no?
¿Estamos facilitando que países con baja renta, con poco crecimiento,
con condiciones de vida claramente mejorables puedan acceder a
determinados bienes que son necesarios? Yo creo que sin lugar a
dudas. Y ahora discutamos qué prioridades políticas hay en materia de
FAD. Yo he mencionado tres, si ustedes tienen algunas yo estoy
dispuesto a discutirlas también. Si hay algún proyecto -no recuerdo
la expresión que usted ha utilizado- discutible, no políticamente
discutible, con respecto a la expansión exterior o con respecto a las
decisiones de Cofides, plantéelo como hay que plantearlo, pero no nos
quedemos aquí con el interrogante de si hay alguna cosa que, con
independencia del debate político, pueda ser discutible porque yo
creo que S.S. no ha querido ir por ese camino.

Capital inversión. El capital inversión no es una decisión política.

La mayor parte de los países europeos tienen fondos de capital
inversión. ¿Queremos que España tenga fondos de capital inversión o
no? Es una decisión política. Yo no sé qué es lo que opina S.S. Yo
quiero que España tenga fondos de capital inversión y quiero que se
ayude a la empresa española cuando sale al exterior y salvemos las
limitaciones que establece el consenso internacional de la OCDE. No
sé qué es lo que opina el Partido Socialista sobre esa cuestión,
desde luego la posición del Gobierno es que los fondos de capital
inversión, igual que son importantes en otros países, funcionen en
España y sean una ayuda a la
empresa española para su internacionalización, para poder hacer una
autopista en un determinado país o para poder hacer una inversión en
un determinado país. Porque lo que me parece cuestionable es que esté
bien, por ejemplo, que el ICO, que es la agencia financiera del
Estado, dé un préstamo a una empresa para montar una fábrica de
zapatos en un determinado sitio y por lo tanto estemos utilizando
recursos públicos para subvencionar una operación con recursos
públicos, y me diga usted que prestar dinero a una empresa para que
haga una operación fuera de España es discutible. Sinceramente, no sé
dónde marcar la frontera. Alo mejor es que no he sido capaz de
comprender cuáles son las inquietudes que han movido a S.S. en las
afirmaciones que ha hecho, pero estaré encantado de intentar
comprenderlas si me suministra alguna valoración adicional.

Vamos a coincidir en algunas cosas. Usted se ha referido, por
ejemplo, a los países productores de petróleo y al hecho de que hoy
tienen más dinero y, por lo tanto, pueden comprar más productos
españoles. Estoy totalmente de acuerdo. Yo he estado en dos en los
últimos meses, en Argelia y en Irán, precisamente intentando
aprovechar esa buena situación de la coyuntura económica que
experimentan y viven esos países teniendo en cuenta el aumento de los
precios del petróleo. Por lo tanto, aquí hemos encontrado un punto de
plena coincidencia, porque yo estoy totalmente de acuerdo con eso.

En materia de comercio minorista, me dice que he dado una larga
cambiada. Y yo no he dado ninguna larga cambiada. El Grupo Mixto me
planteó una comparecencia sobre el comercio minorista y he intentado
contestar al representante del Grupo Mixto, pero no sabía que su
grupo también tuviera interés en alguna comparecencia concreta, y
además, si quiere alguna información adicional, yo se la doy. Yo he
trasladado al representante del Grupo Mixto, que me había pedido la
comparecencia, cuáles eran los objetivos que movían al Gobierno a la
hora de tomar esa decisión y qué cosas estábamos haciendo, pero no
comprendo en qué sentido considera S.S. que he dado una larga
cambiada.

Quiero decirle lo siguiente. Yo he planteado algunas medidas
puntuales y concretas en materia de promoción del sector exterior y
he hecho también algunos planteamientos tanto desde el punto de vista
comercial como desde el punto de vista turístico. Me he comprometido
a remitir a esta Cámara -algo que no se ha hecho nunca- un programa
con prioridades comerciales de carácter geográfico; me he
comprometido a remitirlo a esta Cámara, y eso no se ha hecho tampoco
nunca. Estoy a su entera disposición para discutir cualquier
prioridad geográfica, cualquier prioridad sectorial o cualquier
política concreta de promoción y de apoyo al sector exterior, y me
gustaría debatir políticas concretas y ver de qué manera todos
podemos intentar mejorar las posiciones de España desde el punto de
vista exterior, donde yo creo que no hay la más mínima fisura ni la



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más mínima discrepancia en lo que a objetivos políticos se refiere.

Podemos discutir algunas medidas, porque yo creo que eso sería muy
positivo para todos.

Señor Martínez Fraile, aparte de remitirle por escrito algunas
contestaciones a sus preguntas porque no sé exactamente en el área de
la Administración comercial las aplicaciones que hace el Ministerio
de Fomento o Aena de sus recursos, intentaré contestar a las
cuestiones que me ha planteado. Por ejemplo, respecto a cómo se
comporta el mercado americano, tengo que decirle que ha estado
creciendo en 1999 en torno al 22 por ciento, si no recuerdo mal; por
lo tanto, está creciendo de manera muy dinámica. Por otro lado, las
nuevas necesidades de formación que tiene el sector turístico español
son indudables. Con independencia de que haya un título
universitario, hay dos objetivos claros en materia de política de
formación, que son la formación ocupacional y la formación de
gestores o de directivos en el ámbito de la industria turística. Aquí
se puede repetir el debate de la ayuda presupuestaria y de todas esas
cuestiones, aparte de que, como saben SS.SS., el presupuesto de
Turespaña se ha aumentado durante la tramitación parlamentaria del
proyecto de Presupuestos Generales del Estado, y uno de los objetivos
es, por ejemplo, mejorar las dotaciones económicas para el portal del
turismo español, pensando también en la posibilidad de la formación
exterior.

En materia de política turística -y con eso fundamentalmente voy a
acabar-, me parece que hablar de la falta de mejora en la cuantía que
ustedes pueden considerar oportuna en un momento determinado para un
proyecto, desde el punto de vista del presupuesto, es desconocer la
realidad de que el Gobierno y la Administración hacen política no
solamente subiendo en un momento determinado una partida
presupuestaria. Si declaramos doscientos municipios como municipios
verdes estamos potenciando el turismo rural. Si hacemos un esfuerzo
en los incentivos regionales con partidas presupuestarias claras y de
los que España se ha beneficiado para la promoción y el desarrollo
turísticos en los últimos cuatro años, imagino que esa decisión
política es una decisión política importante. Si en los años 1996 a
1999 se han invertido 500.000 millones de pesetas en proyectos
empresariales del sector turístico gracias a incentivos regionales,
esa es una política en la que hay que continuar. Poner en marcha a
finales de este año un nuevo plan de dinamización turística para las
comarcas mineras es una nueva política. Decidir que paradores, con
los recursos de que dispone, modernice la red de Paradores o se abran
seis nuevos será muy importante desde el punto de vista del
desarrollo del turismo rural o del turismo cultural en muchas áreas
geográficas concretas donde hay un potencial de crecimiento
importante. Modernizar el Palacio de Congresos de Madrid va
claramente en la dirección de potenciar el turismo de ciudad. El Plan
de innovación en turismo, que es un plan nuevo y que en 1999 se
incorpora por
primera vez en el Plan nacional de investigación, desarrollo
e innovación al sector turístico, es una política de Gobierno
importante, porque reconocerán SS.SS. que en materia de
investigación, desarrollo e innovación el Gobierno ha hecho un
esfuerzo presupuestario muy significativo. Tomar la decisión de que
se haga una evaluación previa de los posibles eventos culturales que
se van a desarrollar para que se puedan introducir en los canales de
distribución de la oferta turística española y que pueda existir un
sistema de reservas anticipado, eso es potenciar el turismo cultural.

Que un señor pueda ir a visitar una magnífica exposición en el Museo
del Prado teniendo la posibilidad de reservar una entrada a una hora
para acceder a ese evento cultural tan importante, algo que
lamentablemente no era posible cuando se celebró la magnífica
exposición de Velázquez en dicho museo, o dedicar 2.000 millones de
pesetas del fondo de estudio de viabilidad al sector turístico para
proyectos de dicho sector parecen un esfuerzo importante. En la
cooperación internacional, por ejemplo, conseguir que China declare a
España destino turístico preferente es una magnífica herramienta
política para conseguir beneficiarnos del turismo chino en nuestro
país. Por lo tanto, yo, que acepto todas las críticas que me hacen
SS.SS., desearía que quedara claro que se pueden tener programas, se
pueden tener medidas, se puede intentar ser ambicioso con
independencia de que la partida presupuestaria tal en materia de
promoción sea más alta o menos alta, que también es una decisión
política sobre la que podemos hablar.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Costa.

Señor Díaz, tiene la palabra para pedir alguna aclaración muy breve.




El señor DÍAZ DÍAZ: Muy breve, señor presidente, porque no me
gustaría que en esta primera comparecencia el señor secretario de
Estado se llevara la idea equivocada de que no nos entendemos. Nos
entendemos. El problema es que, a la hora de la presentación, señor
secretario de Estado, a mí me gustaría que comenzara por el final, y
el final es que el déficit comercial aumenta. Esta es una realidad.

Ustedes no están contentos, de acuerdo; pero a nosotros nos preocupa
qué hacen para corregirlo.

Segunda aclaración. Para nosotros el tema era la competitividad y S.

S. no contestó a dos cuestiones, que la competitividad es un problema
de inflación y es un problema de productividad, y no vemos qué están
haciendo por la mejora de la productividad y también para corregir la
inflación. Ha hablado usted de cuotas de mercado en USA y en Asia. El
problema es que partimos de cuotas muy bajas y es más fácil la
expansión.

Tercero. En la Unión Europea, es un hecho objetivo, las condiciones
macroeconómicas son semejantes: tipo de interés, tipo de cambio,
etcétera; pero nuestra relación



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comercial empeora. De acuerdo con usted en que se pueden hacer
políticas económicas, políticas de expansión del comercio sin
necesidad de presupuesto, pero no todas. Y segunda cuestión: no se
pueden hacer sin presupuesto y con los mismos instrumentos, sobre
todo con algunos que ya demostraron anteriormente su fracaso.

Por último, en el tema del FAD, nosotros pensamos que hay que
diferenciar cooperación de comercio. Creemos que como ayuda a la
cooperación no se pueden meter operaciones comerciales de dudosa
efectividad o de dudoso cobro. Por eso pensamos que había que hacer
una distinción. Por lo demás, estamos abiertos y esperamos seguir
debatiendo y aclarando cuestiones que consideramos que no se tocaron
a fondo.




El señor PRESIDENTE: Señor Costa, si lo desea, puede responder al
portavoz socialista.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO Y TURISMO (Costa Climent):
Le agradezco al señor Díaz que clarifiquemos un poco más dónde están
los puntos de conflicto y de discusión.

Voy a empezar por el final. Estoy muy interesado en saber, cuando
aplicamos el FAD, cómo distinguimos entre operaciones comerciales y
operaciones de cooperación. Lo que pensaba es que el consenso de la
OCDE dejaba bastante claro lo que era ayuda al desarrollo, y esto lo
es. Cuando donas una parte de un proyecto o de un bien a un Estado
con una renta baja y para poner en marcha algo necesario para la
prestación de un servicio público, sin interés comercial, pensaba que
eso era ayuda al desarrollo, pero podemos seguir discutiendo
perfectamente sobre esa cuestión si usted lo considera oportuno. Yo
creo que con las empresas españolas podemos hacer política de
cooperación. Todo es cooperación. Conseguir que funcione un tren en
un determinado país es cooperación, y yo creo que estamos hablando de
eso. Y si tenemos que fijar en esta Comisión prioridades de política
comercial en cuanto a cuáles son los sectores a los que debemos
dedicar los recursos en materia de cooperación, estoy encantando de
escuchar cuáles son sus prioridades.

En materia de competitividad, le voy a decir dos cosas. Los índices
estadísticos hay que analizarlos de
forma correcta. Usted me puede decir que la productividad española no
avanza con la rapidez con la que le gustaría, pero estamos
consiguiendo que el crecimiento económico se transforme y se traduzca
en empleo en su práctica totalidad. Esa es una cuestión estadística.

Yo estoy encantado de que los datos estadísticos no reflejen, a lo
mejor, las mejores ganancias de productividad porque estamos
consiguiendo que todo el crecimiento económico se traduzca en empleo.

Amí lo que me interesa saber es el resultado, más allá de un índice
estadístico. El resultado es que yo vendo más a Estados Unidos
y vendo más a Asia (que no ha sido siempre así, y teníamos la misma
posición de partida, y hoy lo estoy consiguiendo) de lo que venden
mis socios europeos. Me podrá decir que la posición de partida es muy
baja, pero es que lo ha sido siempre. Sin embargo, no siempre hemos
funcionado de la misma manera. Por lo tanto, yo estoy mejorando mi
competitividad y mi cuota de mercado a nivel internacional. Y en la
Unión Europea estoy vendiendo más de lo que crece el comercio. Esa es
una realidad. ¿Que además de eso sería mucho mejor crecer medio punto
o un punto más, como podemos haber crecido en algún ejercicio
anterior, y tener una inflación igual o más baja? Sin lugar a dudas
que sería mejor. Como también lo sería no haber tenido que hacer
frente a un shock petrolífero como el que hemos tenido que hacer
frente en estos momentos. Pero no me diga que no estamos ganando
cuota de mercado. Y si la estamos ganando es porque los productos
españoles son competitivos y mejores que los de nuestros competidores
en todos los mercados en los que operan. Desde luego en el Gobierno,
y por supuesto en el Ministerio de Economía, estamos encantados de
cooperar con esta Comisión y poder debatir cualquier propuesta propia
o de los grupos parlamentarios para mejorar la posición del comercio
exterior español.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado, por
su comparecencia hoy en la Comisión de Economía y por su
predisposición a volver cuantas veces sea necesario y lo requieran
los grupos parlamentarios que la integran.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y cincuenta minutos de la tarde.