"... Es de los principistas, porque es de la escuela de Argüelles, que le había dado la investidura. Estuvo preso a la venida de Fernando en el año 14; y a la vuelta del sistema en el año 20, se conduxo otra vez, como un amante de la Constitución... Una revolución es un navío en alta mar, que sufre una borrasca deshecha; y en la qual las medidas ordinarias de los tiempos de calma, le harían sin duda naufragar...". En "Retratos políticos de la revolución de España".

Andaluz de nacimiento, pero asturiano de familia y estirpe, dirigió el navío "Neptuno" en la gran batalla contra la flota inglesa, en la cual resultó herido.

Formó parte de la expedición de Malaspina en 1789 y años más tarde de la encargada de explorar el Estrecho de Juan de Fuca. Capitán de fragata y de navío, en 1805 luchó en Trafalgar.

Durante la Guerra de la Independencia, en calidad de gobernador militar y político de Cádiz, pronto se hizo conocido por sus edictos, de los que destacamos el dado el 21 de mayo de 1812 sobre el exceso de pandorgas, panderos, cometas y papagayos; y en diciembre otro sobre el alumbrado de Cádiz.

Con la restauración del absolutismo en 1814, será condenado en diciembre de 1815 a ocho años de prisión en el castillo de Alicante, del cual no salió hasta el retorno del liberalismo en 1820, cuando recupera el cargo de Gobernador Militar de Cádiz. Pertenece a la masonería, usando el nombre de "Agesilao". Tuvo responsabilidades de gobierno y ocupa el Ministerio de la Guerra desde el 23 de septiembre de 1820 hasta el 2 de marzo de 1821 en sustitución del marqués de las Amarillas. Ocuparía también la presidencia de la Diputación Provincial de Cádiz en 1821, y es nombrado consejero honorario de Estado entre 1821 y 1823.

Su protagonismo parlamentario comienza cuando el 3 de diciembre de 1821 es elegido diputado por Sevilla para las Cortes de 1822 y de 1822-1823. En estas Cortes es elegido por Sevilla y Valencia pero opta por la primera y en Valencia es sustituido por el también teniente general de la Armada Melchor Marau. Es en estas Cortes cuando es elegido presidente para el mes de abril de 1822. Forma parte de las comisiones de Marina y Ultramar, del Código de procedimientos militares y del Examen de las memorias de los secretarios del despacho.

Sus intervenciones en los debates fueron muy concisas, quizá a excepción de la que realizó en torno al debate sobre presupuestos y sobre la exclusión de los extranjeros de la Guardia Real: "... no porque yo tenga desconfianza de los extranjeros que sirven en la Guardia Real, pues han acreditado en muchas ocasiones su fidelidad a la Nación y a la persona sagrada del Rey, sino porque habiéndose mandado en los años pasados que la Guardia Real se compusiese de tropas nacionales, por lo que se abolió el cuerpo de Walones, quedando sólo los regimientos primero y segundo de guardias españolas, desde aquel momento quedaron sin derecho los extranjeros a seguir en estos destinos, por la sencilla razón de que no pueden ser españoles los que son extranjeros..." (Sesión de 8 de mayo de 1822).

En 1823, llevó a Fernando VII de Cádiz al Puerto de Santa María, hecho que le valdría la condena a horca de la que se libró huyendo por Gibraltar a Inglaterra. En Inglaterra tomó contacto con el círculo de liberales exiliados que lideraba Argüelles y vivió allí alrededor de diez años. Durante su exilio fue de los condenados a garrote en 1826, en ausencia.

En 1830 forma parte de la Junta de Bayona y no regresa a España hasta 1834 en que es nombrado Prócer del Reino por Real Decreto de 18 de julio de 1834 y ascendido a Capitán General de la Marina.

Fue hombre de indiscutible liberalismo y partidario de una monarquía constitucional. Falleció en Cádiz el 6 de febrero de 1835, según consta su comunicación en el Archivo del Senado y fue enterrado en el cementerio de San Fernando y luego sus cenizas pasaron al Panteón de Marinos Ilustres, siendo profanadas por los cantonales de 1873.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.