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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 21, de 06/05/2020
cve: DSCD-14-PL-21 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2020 XIV LEGISLATURA Núm. 21

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA

Sesión plenaria núm. 20

celebrada el miércoles,

6 de mayo de 2020



ORDEN DEL DÍA:


Minuto de silencio ... (Página3)


Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio:


- Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el
COVID-19, prorrogado por los Reales Decretos 476/2020, de 27 de marzo, 487/2020, de 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril. ('BOE' núm. 67, de 14 de marzo de 2020). ('BOE' núm. 73, de 18 de marzo de 2020). ('BOE' núm. 86, de 28 de marzo de
2020). ('BOE' núm. 101, de 11 de abril de 2020). ('BOE' núm. 115, de 25 de abril de 2020). 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 54, de 17 de marzo de 2020. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 56, de 20 de marzo
de 2020. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 58, de 26 de marzo de 2020. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 65, de 14 de abril de 2020. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 73, de 24 de abril de
2020. (Número de expediente 091/000001) ... (Página3)



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SUMARIO


Se abre la sesión a las diez de la mañana.


Minuto de silencio ... (Página3)


Las señoras y los señores diputados presentes en el hemiciclo guardan un minuto de silencio, puestos en pie, en recuerdo de los fallecidos como consecuencia de la COVID-19.


Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el
COVID-19, prorrogado por los reales decretos 476/2020, de 27 de marzo, 487/2020, de 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril ... (Página3)


La señora presidenta informa de que las propuestas relativas a la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma se votarán al finalizar el debate. A continuación, se suspenderá la sesión con el fin de que aquellos diputados
que emitan su voto telemáticamente lo pueden hacer respecto de la solicitud de prórroga. Seguidamente se reanudará la sesión y se efectuará la votación presencial de la solicitud de prórroga.


El señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón) expone a la Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la solicitud de la prórroga del real decreto de referencia.


En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Casado Blanco, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso; Abascal Conde, del Grupo Parlamentario VOX; Asens Llodrà, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En
Comú Podem-Galicia en Común, y Rufíán Romero, del Grupo Parlamentario Republicano; la señora Borràs Castanyer, y los señores Errejón Galván, Baldoví Roda y Rego Candamil, del Grupo Parlamentario Plural; la señora Arrimadas García, del Grupo
Parlamentario Ciudadanos; el señor Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); la señora Aizpurua Arzallus, del Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu; las señoras Vehí Cantenys y Oramas González-Moro y los señores Quevedo Iturbe,
García Adanero, Mazón Ramos, Martínez Oblanca y Guitarte Gimeno, del Grupo Parlamentario Mixto, que además acumulan el turno de réplica; y la señora Lastra Fernández, del Grupo Parlamentario Socialista.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Replican los señores Casado Blanco, Abascal Conde, Asens Llodrà y Rufián Romero; las señoras Borràs Castanyer y Arrimadas García; el señor Esteban Bravo; y las señoras Aizpurua Arzallus y Lastra Fernández.


Cierra el debate el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Sometidas a votación las diferentes propuestas presentadas, se aprueban la del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) y se rechazan las del Grupo Parlamentario Mixto (señor Martínez Oblanca), las del Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, las
del Grupo Parlamentario Ciudadanos, las del Grupo Parlamentario Plural (señores Rego Candamil, Baldoví Roda y Errejón Galván, y señora Borràs Castanyer).


Se suspende la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.



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Se reanuda la sesión a las seis y quince minutos de la tarde.


Sometida a votación solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria
ocasionada por el COVID-19, prorrogado por los reales decretos 476/2020, de 27 de marzo, 487/2020, de 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril, en los términos resultantes de las votaciones producidas en relación con las propuestas presentadas, se
aprueba por 22 votos a favor más 156 votos telemáticos, 178; 10 en contra más 65 votos telemáticos,75; y 14 abstenciones más 83 votos telemáticos, 97.


Se levanta la sesión a las seis y veinte minutos de la tarde.


Se abre la sesión a las diez de la mañana.


MINUTO DE SILENCIO.


La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.


Iniciamos de nuevo esta sesión del Congreso de los Diputados, en las conocidas condiciones de presencia reducida y seguimiento telemático por la mayor parte de los diputados y diputadas, expresando como representantes de los ciudadanos
nuestro más profundo agradecimiento a todos aquellos que luchan contra la pandemia y a quienes garantizan los servicios básicos y la seguridad de sus conciudadanos. Trasladamos también nuestros deseos de pronta recuperación a quienes sufren la
enfermedad y sus consecuencias. Y del mismo modo, tal y como acordó ayer la Junta de Portavoces, nos unimos en el pésame y la memoria por todas las personas fallecidas guardando un minuto de silencio. (Las sen~oras y los sen~ores diputados
presentes en el hemiciclo, puestos en pie, guardan un minuto de silencio).


SOLICITUD DE AUTORIZACIÓN DE LA PRÓRROGA DEL ESTADO DE ALARMA DECLARADO MEDIANTE EL REAL DECRETO 463/2020, DE 14 DE MARZO, POR EL QUE SE DECLARA EL ESTADO DE ALARMA PARA LA GESTIÓN DE LA SITUACIÓN DE CRISIS SANITARIA OCASIONADA POR EL
COVID-19, PRORROGADO POR LOS REALES DECRETOS 476/2020, DE 27 DE MARZO, 487/2020, DE 10 DE ABRIL, Y 492/2020, DE 24 DE ABRIL. (Número de expediente 091/000001).


La señora PRESIDENTA: Debate de la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de
crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por los Reales Decretos 476/2020, de 27 de marzo; 487/2020, del 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril.


Les informo de que las propuestas relativas a la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma se votarán presencialmente al finalizar el debate. A continuación, se suspenderá la sesión plenaria con el fin de que aquellos
diputados que emitan su voto telemáticamente lo pueden hacer respecto de la solicitud de prórroga. Reanudada la sesión se efectuará la votación presencial de la solicitud de prórroga.


Para exponer las razones que han motivado la solicitud de prórroga, tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Buenos días, señorías. España ha comenzado su desescalada, su transición hacia la nueva normalidad. Y no hemos llegado hasta aquí porque nos hayan llevado las circunstancias, no hemos llegado hasta aquí porque el virus haya perdido su
capacidad de contagio; hemos llegado a este punto con el esfuerzo de miles y miles de profesionales sanitarios y con el sacrificio de millones de españoles. Suyo es todo el mérito de esta primera victoria -parcial, pero primera victoria- contra la
pandemia.


Quisiera comenzar esta intervención expresando con palabras lo que hemos manifestado con nuestro silencio hace escasos segundos, el más sentido pésame a las personas que han perdido a sus seres queridos a causa del COVID-19 y también
enviando el máximo respaldo, el máximo respaldo caluroso a quienes siguen luchando contra la enfermedad en sus hogares o en los hospitales. En nuestra memoria quedará siempre el sufrimiento de tantos y tantas compatriotas, el recuerdo de las
víctimas perdurará entre nosotros. Desde este momento quiero anunciarles lo siguiente, y es que en el momento en el que la mayor parte de nuestro país esté en la fase 1 de la desescalada, es decir, tan pronto como las calles



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vuelvan a ser transitadas en nuestro país y los edificios oficiales visitados, el Gobierno declarará el luto oficial. Y del mismo modo, en cuanto la integridad del país culmine la desescalada y estemos todos en la nueva normalidad -en
consecuencia, se acceda a esa nueva normalidad y se den las condiciones de salud pública-, se celebrará un homenaje público a las víctimas de la epidemia, en el que el Gobierno trabaja desde hace semanas y así se lo he transmitido al jefe del
Estado, a su majestad el rey.


Señorías, mi comparecencia hoy en esta Cámara tiene por objeto solicitar de nuevo la prórroga del estado de alarma por un periodo de catorce días. Les adelanto el sentido de la propuesta del Gobierno. Hemos arrancado una victoria, como
decía antes, parcial contra el virus, con el esfuerzo de muchos profesionales sanitarios y el sacrificio de todos y lo hemos hecho con un arma legal, plenamente constitucional, como es el estado de alarma. No nos ha traído aquí el azar, hemos
detenido la expansión de la epidemia porque hemos limitado las vías de contagio del virus, y hemos limitado las vías de contagio del virus gracias al estado de alarma y a las armas legales que nos da ese estado de alarma. Señorías, lo he dicho en
alguna otra ocasión, en la gestión de esta pandemia no hay aciertos absolutos -esto resulta una evidencia-, nadie acierta siempre en una situación inédita como la que estamos viviendo, tan extrema, tan compleja como esta, ni desde el Gobierno ni
tampoco desde la oposición. No hay, pues, aciertos absolutos, pero sí puede haber errores absolutos, y levantar el estado de alarma ahora sería un gran error absoluto.


Antes de razonar esta petición, que es vital para completar la victoria frente a la pandemia del COVID-19, permítanme que rinda cuentas del uso que se ha hecho de las facultades legales que nos otorga en las más de siete semanas
transcurridas desde que fuera decretado por primera vez el estado de alarma. Todas ellas ponen en valor por sí misma la importancia de continuar con el estado de alarma, por razones sanitarias en primer lugar -fundamentalmente sanitarias-, pero
también por razones económicas y sociales. Comenzaré por las medidas económicas adoptadas y que se han dirigido a paliar el impacto brutal de esta crisis que, insisto, además de sanitaria es social y económica. El coste estimado de las medidas y
garantías incluidas en el programa de estabilidad es de 139 000 millones de euros; de los cuales, más de 4300 millones de euros se destinan a medidas sanitarias, 107 000 millones de euros a medidas económicas, 27 000 millones de euros a medidas
laborales y 816 millones de euros al sostén social. El Ministerio de Sanidad ha repartido, por su parte, más de 117 millones de unidades de material sanitario, de los cuales 91 millones de unidades han sido destinadas a las comunidades autónomas, a
fecha de 30 de abril, repito, 91 millones de unidades, entre ellas están: mascarillas, más de 82 millones de unidades; kits de diagnóstico rápido, más de 3 millones de unidades; guantes de nitrilo, casi 30 millones de unidades; batas
desechables, buzos y otros materiales de protección, casi 2 millones de unidades; y en torno a 1 millón y medio de material se ha distribuido entre el 30 de abril y el día de hoy, procedente de compras realizadas por el Gobierno de España y
distintas donaciones. Están previstas también 60 millones de mascarillas de fabricación en España en los próximos seis meses, gracias a los equipos de fabricación que llegaron hace unos días, en los que el Gobierno de España ha tenido mucho que
ver, y que permitirán a nuestra industria una fabricación masiva de mascarillas. Esta relocalización industrial nos va a permitir en el futuro no ser dependientes de compras en el exterior, en mercados tensionados y agresivamente especulativos,
como hemos visto en las últimas semanas. En varios territorios españoles se ha comenzado a desarrollar la fabricación propia de mascarillas, de material sanitario, de EPI, de hidrogeles, de respiradores y de todo aquello que en esta crisis era y es
tan necesario. Era un paso que debíamos de dar y que nos da seguridad de cara al futuro inmediato.


En relación con las acciones del Ministerio de Defensa, se continúan realizando labores de presencia, de reconocimientos, de desinfecciones en áreas e infraestructuras críticas; en cuarenta y siete localidades del territorio nacional y a
través del Ministerio del Interior se han recogido 770 000 propuestas de sanción a ciudadanos por incumplir el real decreto del estado de alarma y han sido detenidas casi 7000 personas. Quiero destacar un hecho importante y es que el número de
infracciones no coincide con el número de infractores, pues se han producido numerosas reincidencias. Con estos números en la mano, lo que sí les puedo garantizar es que el 99 % de la población española ha tenido un comportamiento más que
responsable, modélico diría yo. España ha sido el país del mundo en el que más disciplinadamente se han seguido las medidas de restricción de la movilidad y también de actividad social.


En la última Conferencia de Presidentes Autonómicos, la octava, celebrada el pasado domingo, anuncié la puesta en marcha, por otro lado, de forma inmediata de un fondo de reconstrucción no reembolsable para las comunidades autónomas,
cuantificado en 16 000 millones de euros. Este es un instrumento, lógicamente, temporal, excepcional, al margen del sistema de financiación autonómica, con



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el que queremos proporcionar a los Gobiernos autonómicos de régimen común los recursos necesarios para compartir las necesidades sociales y sanitarias que en 2020 va a provocar el COVID-19. Se trata de la mayor inyección de dinero público
realizada por el Estado a las comunidades autónomas de régimen común. No lo van a tener que devolver; no constituye, en consecuencia, un préstamo con plazos e intereses de devolución, como sí ocurrió en anteriores crisis. El Gobierno ha tomado
esta decisión porque cree que en las circunstancias actuales debe asumir el coste de esta amenaza nacional, el COVID-19, en nuestro país. Teniendo pendiente como tenemos una reforma en profundidad del sistema de financiación autonómica, que es, por
cierto, uno de los principales compromisos del Gobierno de España, sería, a nuestro juicio, irresponsable cargar en las cuentas ya maltrechas de las comunidades autónomas, en particular de alguna de ellas, una cantidad tan extraordinaria como esta.
Lo hacemos, por tanto, sin contraprestación ninguna, asumiendo el coste financiero derivado de ello, pero creo que es el momento justamente ahora de pedir a las comunidades autónomas, a algunas comunidades autónomas, de cara al futuro esa
corresponsabilidad fiscal. El esfuerzo que necesitamos en los próximos años para superar este golpe no se puede hacer con regalos fiscales, como estamos viendo, y menos aún con obsequios a quienes más tienen. El fondo de 16 000 millones de euros
estará constituido en tres tramos, como les dije a las presidentas y presidentes autonómicos: un primer tramo de 6000 millones de euros y otros dos tramos de hasta un máximo de 5000 millones de euros cada uno de ellos en la segunda mitad del año.
Esos 16 000 millones de euros cubrirían un impacto de 10 000 millones de euros en gasto sanitario, 1000 millones de euros en gasto social y una disminución de los ingresos de las comunidades autónomas cuantificado en 5000 millones de euros por la
caída de la actividad económica. Por otra parte, ayer, como saben, se aprobó en el Consejo de Ministros la nueva y tercera línea de avales del ICO. El importe será de 24 500 millones de euros: 10 000 millones de euros destinados a pymes y
autónomos, 10 000 millones de euros destinados al resto de empresas y 4000 millones de euros para el mercado alternativo de renta fija, además de 500 millones de euros para la compañía Cersa. Y respecto a las dos líneas ya puestas en marcha, de 20
000 millones de euros cada una, quiero detallar los siguientes números. El número de operaciones totales de financiación asciende a más de 265 000, es decir, han sido 265 000 las operaciones que han sido avaladas a lo largo de estas más de siete
semanas de estado de alarma. El importe avalado asciende a un total de 26 800 millones de euros -26 800 millones de euros- y la financiación total asciende a más de 35 220 millones de euros, en calidad de nuevos préstamos y de otras modalidades de
financiación y renovaciones. La mayoría de los avales se concentran en pequeñas y medianas empresas, también en trabajadores autónomos, que suponen el 98 % del total de operaciones -el 98 % del total de operaciones-, con un importe avalado de más
de 18 860 millones de euros y una financiación total de más de 23 600 millones de euros. Por tanto, el 98 % va a pymes y a autónomos, con un importe avalado de 18 860 millones de euros y una financiación -repito- total de más de 23 600 millones de
euros. Es decir, un esfuerzo extraordinario por mantener el tejido productivo como consecuencia del parón y el cierre de la actividad económica.


Señorías, como en otras ocasiones he hecho desde esta tribuna, querría también hacer un balance del impacto que todas las medidas que hemos puesto en marcha, desde las sociales hasta las económicas, están teniendo en la ciudadanía. Quiero
empezar hablando de la ciencia, de la investigación y del desarrollo, algo esencial para la seguridad, la libertad y el progreso de nuestro país, algo esencial para que un país pueda combatir esta pandemia. No lo olvidemos nunca más; creo que esta
es una de las principales conclusiones que podemos extraer de esta pandemia, porque hemos comprobado de forma trágica la vital importancia de nuestra ciencia y de nuestros investigadores. Actualmente, se están realizando 44 ensayos clínicos de
medicamentos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, 12 de ellos durante las últimas semanas, en los cuales participan más de 28 000 investigadores; 668 profesores universitarios se benefician de la prórroga de
sus ayudas a la formación durante el estado de alarma; hay 62 hospitales y 4000 profesionales trabajando en un ensayo dirigido a buscar alternativas para mejorar la protección de los profesionales sanitarios en la lucha contra el COVID-19; el
Instituto público de Salud Carlos III lidera una red europea para la coordinación de estudios virológicos sobre la prevención y el control del COVID-19, y se realizó la secuenciación completa del SARS-CoV-2 en muestras de pacientes de distintas
partes de España, entre otras acciones decisivas. Además, 1731 investigadores continuarán su labor gracias a la prórroga de sus contratos temporales financiados con ayudas de la Agencia Estatal de Investigación y del Instituto de Salud Carlos III.
Es decir, hemos impulsado, estamos impulsando y vamos a seguir haciéndolo cuando todo esto pase el protagonismo de la investigación y de la ciencia. Tiene que cambiar el tiempo de la irrelevancia española en investigación y



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en ciencia. Tenemos que buscar el liderazgo. Si antes era claro, ahora resulta evidente y creo que tenemos lo mejor, que es el capital humano, materializado y personalizado en nuestros investigadores y nuestras investigadoras.


Con respecto a las medidas sanitarias, me gustaría comunicarles que está en marcha el estudio de seroprevalencia, al cual ha hecho referencia en algunas comparecencias públicas el ministro de Sanidad, realizado lógicamente bajo el liderazgo
del Departamento de Sanidad y del Instituto de Salud Carlos III junto con las comunidades autónomas. Dicho estudio, que será fundamental para saber interpretar exactamente cuál es el grado de evolución del COVID-19 en nuestro país, estimará el
porcentaje de población española que ha desarrollado anticuerpos frente al COVID-19. Se han seleccionado para ello más de 36 000 hogares españoles y van a participar un total de 90 000 personas.


En lo social, entre otras muchas cuestiones, les recuerdo que se han destinado 25 millones de euros a las comunidades autónomas para las becas de comedor, lo que posibilita que unos 148 000 niños y niñas reciban una alimentación adecuada. A
su vez, se han destinado 300 millones de euros a las comunidades autónomas para incrementar el Plan concertado de servicios sociales -el cuidado a domicilio y la teleasistencia- que presta servicio a más de 12 millones de personas. Señorías, como
ustedes pueden imaginar, sin techo sería imposible cualquier protección. La política de vivienda es un derecho fundamental que debe estar garantizado con pandemia o sin ella y con las líneas de avales ICO, destinadas a proteger a personas en
situación de vulnerabilidad o que han devenido en situación de vulnerabilidad como consecuencia del impacto económico y laboral de esta crisis, se estima que casi medio millón de arrendatarios, exactamente 450 000, podrán hacer frente a su alquiler.
La prohibición del corte de suministros para colectivos vulnerables va a beneficiar a 1 300 000 personas -1 300 000 personas-. De la suspensión de la actualización de los precios del gas se están beneficiando ya 5,5 millones de consumidores. Más
de un millón de empresas y autónomos podrán suspender sus facturas de electricidad y gas hasta seis meses después del levantamiento del estado de alarma. Por tanto, reitero en este punto lo que advertí al comienzo de mi intervención. En la gestión
de la pandemia no hay aciertos absolutos, pero sí puede haber errores absolutos por parte de todos los que estamos aquí presentes, y levantar el estado de alarma ahora sería un error absoluto, total e imperdonable, porque estas ayudas se realizan
bajo el paraguas del estado de alarma y los millones de compatriotas que se acogen a ellas las necesitan para tener techo, para tener electricidad, para tener gas, para mantener vivo un negocio y para recibir el apoyo colectivo de las instituciones
públicas. En el ámbito de la educación, señorías, por ejemplo, casi 14 000 universitarios y universitarias se beneficiarán de la moratoria en el pago de las cuotas de marzo a diciembre de 2020 de los préstamos universitarios. Y en el aspecto
laboral de este sector, señorías, 40 000 profesores ayudantes doctores, profesores asociados, profesores visitantes se beneficiarán de la prórroga de los contratos universitarios.


Quiero volver a nombrar, señorías, para un Gobierno comprometido con la igualdad de género, a las 61 000 mujeres que se benefician de todos los proyectos o programas preventivos y asistenciales para proteger y asistir a las víctimas de la
violencia machista, la explotación sexual, la trata o agresiones sexuales durante la crisis del COVID-19. La situación -lógicamente lo podemos compartir la mayor parte de los grupos que estamos aquí presentes- se ha extremado para ellas, y no las
vamos a olvidar, no podemos mirar hacia otro lado, son un pilar fundamental en esta lucha, las necesitamos libres, protegidas y seguras. Y en el ámbito de la lucha contra la violencia de género se han llevado a cabo un total de 205 000 actuaciones
preventivas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y se han practicado un total de 5394 detenciones por estos hechos desde el comienzo del estado de alarma hasta el pasado día 30 de abril. Por otra parte, hasta la fecha, 570 000
trabajadores y trabajadoras se han beneficiado de la consideración de incapacidad temporal asimilada a la baja laboral por accidente de trabajo a causa de enfermedad, 570 000 trabajadores y trabajadoras. Se ha ampliado además la cobertura de la
prestación por desempleo a los trabajadores despedidos durante el periodo de prueba de un nuevo trabajo y a los trabajadores fijos discontinuos, y casi 50 000 empresas y autónomos han solicitado el aplazamiento hasta el 30 de junio de este año del
pago de sus deudas a la Seguridad Social. De la moratoria de seis meses de las cotizaciones a la Seguridad Social han pedido beneficiarse 1 125 000 autónomos. Una cantidad aún mayor, 1 233 000 autónomos, han solicitado la prestación extraordinaria
por cese de actividad, habiéndose concedido hasta el 1 de mayo el 93 % de dichas prestaciones y habiéndose hecho efectivo ya su importe en más del 80 %. Es decir, el esfuerzo de gestión que están haciendo el Gobierno y los departamentos económicos
es extraordinariamente intenso durante estas semanas. Más de 4 000 000 de trabajadores y trabajadoras se benefician de las medidas de protección por desempleo debidas a suspensiones o a



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reducciones de jornada. Y, señorías, el Gobierno ha volcado todos los recursos del Estado en apoyo de los trabajadores, de los autónomos, de los pequeños empresarios, de las mujeres, de los niños, de las familias más vulnerables. Lo hemos
hecho porque ese es el objetivo del Estado, al menos como nosotros lo entendemos: apoyar en primer término a quienes más lo necesitan, a quienes han devenido vulnerables como consecuencia del parón de la actividad económica y del confinamiento.
Seguramente, señorías, esto no sea suficiente, probablemente las intervenciones que ustedes hagan posteriormente subrayarán que no es suficiente, y puede ser verdad; seguramente, señorías, ha habido también retrasos y algunos fallos, pero esta es
una acción que no tiene precedentes en la historia de nuestra democracia. Ayer mismo, por ejemplo, aprobamos un paquete de medidas para un sector muy golpeado por la crisis económica del COVID-19, como es el sector de la cultura. Queremos que
exista una red para que nadie caiga, queremos una red social para que nadie caiga, y especialmente aquellos colectivos más vulnerables, como he dicho antes. No dejar a nadie atrás, señorías, ha sido nuestra guía y lo va a seguir siendo en toda esta
crisis.


Estamos avanzando juntos y esta última semana creo que podemos compartir, señoras y señores diputados, que ha sido decisiva, aunque debemos ser cautos, como bien señala recurrentemente el ministro de Sanidad, y estudiar con precisión la
evolución de la crisis en cada uno de los territorios. Nuestra situación evidentemente ha cambiado radicalmente respecto a las terribles semanas que hemos pasado. España ha entrado por fin, como decía al principio de mi intervención, en una fase
de transición hacia esa nueva normalidad, en una fase de desescalada. Cuando hace siete semanas y media -acuérdense, señorías- se decretó el estado de alarma, el virus aumentaba su propagación cada día en un 35 %, ayer lo hizo en un 0,40 %, ochenta
y ocho veces menos, y hoy lo hace en un 0,31 %. Los demás indicadores, señorías, demuestran -lo recalco con toda prudencia y con toda precaución- que la enfermedad está siendo controlada. Mientras los contagios descienden, casi seis de cada diez
personas contagiadas se han restablecido ya por completo. Y recuerdo que no hemos llegado hasta aquí porque nos haya llevado la corriente, hemos llegado hasta aquí con esfuerzo, con sacrificio y también con una herramienta constitucional y
plenamente legal como es el estado de alarma, que, insisto, ha funcionado. Gracias a esa victoria, que sin duda alguna es parcial, no es completa a día de hoy, hemos tenido esta posibilidad de poder iniciar, como he señalado al principio de mi
intervención, la fase de desescalada. Y para hacerlo necesitamos la misma herramienta legal, la misma herramienta constitucional, porque es la única que nos permite cegar las vías de contagio del virus cuando todavía conserva buena parte de su
potencial letal. Limitamos, es verdad, el derecho a la libre circulación y limitamos, es cierto, el derecho a la libertad de reunión, pero lo hacemos para garantizar otros dos derechos fundamentales, como el de la salud pública y también el de
salvar vidas. Es cierto que las restricciones serán cada vez menos severas -esperemos que sean cada vez menos severas-, pero seguirá habiendo restricciones, y esas restricciones, señorías, necesitan del estado de alarma.


Como ya saben, para cada fase de desescalada se van a establecer diferentes marcadores, medidas, que también iremos valorando territorio a territorio y que han sido previamente acordadas con los Gobiernos autonómicos. España acaba de
empezar este esperado proceso de regreso a la normalidad y lo vamos a hacer con cautela, velando siempre por preservar la salud pública. La desescalada comprende, como saben, cuatro fases. El pasado lunes empezamos la fase 0, la fase de
preparación para esa transición, cuyas condiciones ustedes ya conocen. La orden más destacada y que entró en vigor el pasado 2 de mayo es la que permite dar paseos y realizar ejercicio al aire libre al conjunto de la población, por franjas horarias
y en función de los colectivos específicos, para proteger sobre todo a aquellos más vulnerables frente al COVID-19. Necesitamos, lógicamente, evitar aglomeraciones y, por eso, esta orden regula los paseos por franjas horarias en los municipios de
más de 5000 habitantes, estableciendo, en primer lugar, dos franjas para los mayores de trece años y menores de setenta años, que podrán salir entre las seis y las diez de la mañana y entre las ocho y las once de la noche; otras dos para los
mayores de setenta años, que podrán salir entre las diez y las doce de la mañana y entre las siete y las ocho de la tarde. De esta manera, las horas centrales del día, esto es, entre las doce de la mañana y las siete de la tarde, se reservan para
los paseos de los niños y las niñas menores de catorce años. Además, desde este lunes, como saben, es obligatorio el uso de mascarillas en el transporte público, en autobuses, en ferrocarril y en los transportes aéreo y marítimo. Creemos necesaria
esta medida, señorías, porque especialmente en el transporte urbano se dan situaciones en las que no puede guardarse la distancia de seguridad que establecen las autoridades sanitarias. Esta medida ha sido, además, solicitada por la mayor parte de
comunidades autónomas, por los consorcios de transporte de



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las principales comunidades autónomas y también por ayuntamientos. Por supuesto, y para que pueda cumplirse, el lunes volvieron a repartirse por toda España un total de seis millones de mascarillas en los principales nudos de transporte
público y, además, entregaremos otros siete millones de mascarillas a la Federación Española de Municipios y Provincias, para que las distribuyan con este mismo propósito, y un millón y medio de mascarillas adicionales a ONG, como Cáritas, Cruz Roja
o el Cermi, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad. Para avanzar también en el alivio que necesita nuestra economía, en esta fase de preparación o fase 0 hemos dispuesto la apertura, como saben ustedes, muy limitada -muy
limitada- de algunos establecimientos públicos y la reanudación de algunas actividades que son conocidas y que afectan a restaurantes, a cafeterías, a comercios, a locales de servicios. También se levantan algunas restricciones al deporte
profesional. Todos los trabajadores confinados han hecho un gran sacrificio, señorías, pero es evidente y fácil entender que el sacrificio adicional de un deportista, que ha visto poner en peligro su forma física y sus capacidades, era una cuestión
que teníamos que resolver tan pronto como fuera posible.


Señorías, como anuncié en una de mis últimas comparecencias, la desescalada, como hemos visto y hemos dicho, debe ser asimétrica, y el ejemplo de ello, por ahora, es que, desde este lunes, cuatro de nuestras islas han pasado directamente a
la fase 1, es decir, a la fase inicial de transición de esa desescalada, la isla balear Formentera y las islas canarias El Hierro, La Graciosa y La Gomera. Las restricciones en esta fase son un poco más relajadas, evidentemente. Se permite, por
ejemplo, el contacto social en grupos reducidos de diez personas como máximo, manteniendo, eso sí, una distancia tasada; que los convivientes puedan ir en el mismo vehículo; que los centros educativos reabran para ser desinfectados, e ir a
comercios que han reanudado su actividad sin necesitad de cita previa.


El Gobierno quiere hacer una vez más un llamamiento a la ciudadanía para que extreme su responsabilidad. Si una persona tiene síntomas de enfermedad o ha estado en contacto con algún enfermo o enferma del COVID-19 debe ir al médico y evitar
lógicamente cualquier actividad -aunque esté permitida- que ponga en riesgo la salud de otros.


En consecuencia, la desescalada -como he dicho antes- será asimétrica, como ya estamos viendo en los distintos territorios, y además, será cogobernada. La dirigiremos juntos, el Gobierno de España y los Gobiernos de las distintas
comunidades autónomas, en cogobernanza. Aunque las validaciones últimas lógicamente dependerán del Ministerio de Sanidad y de la evolución del virus, evidentemente, el proceso establecido es adaptable y participativo; es decir, los Gobiernos
autonómicos, las comunidades autónomas, señorías, como administraciones más próximas tendrán un papel protagonista en la desescalada.


Para ello, hemos establecido un procedimiento de cogobernanza que nos ayudará a ordenar el trabajo, el flujo de información y también la toma de decisiones. Se desarrollará -si me permiten al menos la explicación- de la siguiente manera.
En primer lugar, las comunidades autónomas tendrán que remitir al Ministerio de Sanidad sus propuestas, indicando qué provincias consideran que tienen que cambiar de fase o qué islas o qué ciudades autónomas, o en su caso, qué territorios de ámbito
inferior, y junto a ello, qué medidas se aplicarán en cada una de esas provincias que cambien de fase. En esencia, la propuesta tendrá que contener, en primer lugar, una descripción de las medidas que se pretenden adoptar, que deberán estar basadas
en las medidas previstas en el plan de desescalada y, en su caso, añadirán las que consideren oportunas, siempre con la debida justificación. Además, tendrán que realizar un análisis de las capacidades estratégicas disponibles en el sistema
sanitario, de la evolución de la epidemiológica en el territorio y los mecanismos para reducir el riesgo de transmisión en la población. Y por último, tendrán que indicar cualquier aspecto económico, social o de movilidad que pueda ser relevante
para la toma de decisiones. El Ministerio de Sanidad estudiará cada una de estas propuestas juntamente con las comunidades autónomas y, finalmente, se adoptará una decisión que preferentemente sea consensuada. Las comunidades autónomas, además,
tendrán capacidad interpretativa para desarrollar las órdenes que se dicten, dada la complejidad que tiene la situación, la inmensa casuística que tiene cada uno de los territorios, y la imposibilidad de llegar al máximo detalle en las normas, como
ustedes pueden imaginar.


Quiero hacer un apunte final sobre el cambio de fase. Para poder tomar en consideración las propuestas de las comunidades autónomas será necesario que se cumplan los siguientes requisitos -en los que creo que es posible encontrar un amplio
acuerdo en esta Cámara, como lo hemos hecho, por cierto, también con las comunidades autónomas-: los territorios deberán tener la capacidad de instalar en un plazo máximo de cinco días entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos por cada 10 000
habitantes; deberán tener, asimismo, la capacidad de instalar en un plazo máximo de cinco días entre 37 y 40 camas de



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agudos por cada 10 000 habitantes; y, por supuesto, deberán tener actualizada y comunicada la información del panel de indicadores, ya que en caso contrario sería imposible conocer el estado de situación en cada territorio y, por tanto,
valorar adecuadamente la propuesta.


Señorías, todo esto que acabo de detallar, yo creo que, si algo resume, si algo sintetiza, es el gran logro colectivo que hemos alcanzado durante estas más de siete semanas de lucha conjunta contra el COVID, que estamos avanzando y que
estamos avanzando juntos -y quiero subrayar esto, estamos avanzando juntos-. Los niños y las niñas alegraron las calles este fin de semana y los adultos han devuelto la vida a los barrios, las avenidas y los paseos de nuestros municipios. La
ciudadanía está recuperando el pulso de su vida y se encuentra cada día más segura. Esto es lo que hemos hecho entre todos y todas. Y lo quiero agradecer públicamente porque ha sido la mayoría de este Congreso, la mayoría de esta Cámara, quien ha
apoyado explícitamente la prolongación del estado de alarma.


No me cansaré de repetir que debemos extremar la vigilancia, que debemos ser exhaustivos, prudentes y precavidos. Nos estamos enfrentando, señorías, a algo extraordinariamente inédito en nuestras vidas. Hoy hemos recibido -como decía
antes- con alivio que solamente se registraron en España en el día de ayer poco más de un 0,31 % de nuevos diagnosticados, es decir, 685 compatriotas. Pero para comprender el riesgo que aún corremos -y esto es lo que me gustaría compartir con
ustedes, señorías- pensemos que un solo contagiado desde el extremo oriental de Asia puso en peligro a toda la humanidad en menos de cien días.


España, señorías, ha empezado a recuperarse, eso es evidente. Hemos vuelto a las calles -lo estamos viendo a través de los medios de comunicación- en nuestros barrios; han abierto de nuevo los pequeños comercios; nuestras ciudades parecen
otra vez lugares vivos -con limitaciones, pero vivos evidentemente-, y sobre todo nuestro sistema sanitario ya no está colapsado como hemos visto desgraciadamente durante estas últimas semanas: hay miles de recuperados -como estamos viendo
diariamente-, hay cada vez menos diagnosticados. Creo que esto es síntoma de lo que venimos pidiendo durante todo este tiempo: solidaridad, responsabilidad y unión.


Pero el virus, señorías, sigue ahí, al acecho, su capacidad de contagio es más que evidente. El número y el nivel de contagios permite aliviar progresivamente las limitaciones que nos hemos autoimpuesto, que hemos soportado, pero no permite
eliminar todas esas incertidumbres. Necesitamos limitar aún más la propagación del virus, y para eso, señorías -se lo digo honestamente-, necesitamos limitar durante unas semanas más dos derechos fundamentales que lógicamente hemos visto
restringidos como consecuencia del estado de alarma: el primero es el derecho a la libre circulación y el segundo es el derecho, como decía antes, de reunión. Se limitan, es cierto, dos derechos para garantizar otros dos, que son el de la salud
pública y el de la vida. Y para limitar esos dos derechos a la movilidad y a la reunión necesitamos el único instrumento constitucional y jurídico que nos permite poder actuar sobre los mismos, que es el estado de alarma; es la herramienta
constitucional pensada, señorías, para luchar contra pandemias y contra emergencias sanitarias. Así lo dice expresamente la Ley orgánica que desarrolla el estado de alarma de hace ya bastantes años, del año 1981.


Estamos atajando la emergencia sanitaria -sí, es evidente- y ya tenemos encima la emergencia social y económica, a la cual antes hacía referencia. Lo sabemos, pero hemos decidido no olvidarnos de nadie, porque, señorías, cuando hablamos de
patria, cuando hablamos de banderas y cuando hablamos de España, hablamos precisamente de esto, de los millones de ciudadanos y ciudadanas que hoy no tendrían nada que comer, ni siquiera electricidad con la que encender la lavadora, si no les
protegiera el sector público, el Estado.


Como ya anuncié la semana pasada en el Consejo Europeo, el ritmo de crecimiento económico que teníamos antes de que llegara la pandemia se ha visto interrumpido de golpe. El saludable horizonte económico que España tenía se ha desvanecido
como consecuencia del virus; nuestra riqueza nacional se va a ver reducida -y estas son las previsiones que enviamos a Bruselas- en un 9 % durante este año; el empleo se verá terriblemente afectado, como estamos viendo las últimas cifras del paro,
y según los cálculos, necesitaremos dos años para poder recuperar los niveles de creación de riqueza nacional que teníamos antes de la irrupción del virus.


Estamos, señorías, convencidos -y lo he dicho además en muchas de las ocasiones que he podido dirigirme a ustedes desde esta tribuna- de que Europa es una pieza clave -yo diría fundamental- en la salida de esta crisis no solamente para
España sino también para el conjunto de la Unión y, créanme, señorías, que he luchado y sigo luchando desde el primer día para que sea así. Necesitamos un pacto en la Unión Europea ambicioso, que esté a la altura de las circunstancias y de la
gravedad social y económica



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que el parón de la actividad económica ha acarreado al conjunto de empresas y trabajadores. No queremos fórmulas fáciles que suponen endeudarnos de manera perversa y engañosa, como ya nos ocurrió en el pasado. Así que una vez más hemos
optado por un camino más arduo -es cierto-, que es el de reclamar esa respuesta europea que sea consecuente con la gravedad de la situación, y ya saben que los resultados aun siendo insuficientes van en la dirección correcta. Europa se compromete a
esa reconstrucción, a esa recuperación de forma solidaria, de forma generosa trabajando unidos. Europa es el principal pilar para la recuperación económica y social de nuestro país y de nuestro continente.


Señorías, yo solamente creo que hay un camino -un solo camino-, solo está el camino de Europa y solo está el camino de la unión en España. Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos como dirigentes políticos, apoyarnos en el país que
tenemos lleno de talento y de capacidad de trabajo y de recuperación. Necesitamos apoyar un pacto de reconstrucción social y económica, trabajarlo unidos de forma proactiva, confiando en que tenemos lo que realmente necesitamos, que son
trabajadores, trabajadoras, empresarios, autónomos, emprendedores. España, en definitiva, está esperando nuestra respuesta política, está preparada para caminar, para avanzar, y en consecuencia al menos por mi parte veo con mucha esperanza el
inicio del trabajo de la comisión parlamentaria que ustedes han acordado en el Poder Legislativo.


Señorías, dejemos de lado los recelos, insisto. Hagamos un punto y aparte, un paréntesis de cooperación, de colaboración, de coordinación, que creo que es necesario, y además es demandado por el conjunto de la ciudadanía española. Hagamos
lo que nos piden los ciudadanos y ciudadanas: renunciemos a los maximalismos, trabajemos discretamente y con lealtad. Señorías, espero que todos ustedes presenten esas propuestas de futuro, propuestas de reconstrucción y de recuperación, en la
comisión parlamentaria. El Gobierno las atenderá porque es nuestro deber y también, les adelanto, es nuestro compromiso. El virus nos atacó a todos y tenemos que salir juntos de esta situación. Como primer paso, como decía, señorías, como
condición básica para abordar esa reconstrucción y completar la victoria total sobre el virus, necesitamos esa unión.


Fíjense en algunos datos que creo que demuestran la gravedad de la situación a la cual nos estamos enfrentando. El virus ha arrebatado ya un cuarto de millón de vidas en el mundo -en Estados Unidos, más vidas que en la guerra de Vietnam-;
ha paralizado la economía mundial, como estamos viendo; ha encerrado en sus hogares a la mitad de la humanidad; ha vaciado las calles; ha suspendido vuelos; ha triturado empresas prometedoras; ha despedazado proyectos vitales y empresariales.
Cualquiera entiende que el combate contra un enemigo tan dañino consta de dos etapas. En la primera etapa, hay que frenarlo, hay que mantenerlo a raya, y para eso hemos cedido parte de nuestras libertades -hemos permanecido en casa, hemos
renunciado a encuentros con nuestros seres queridos-; por tanto, hemos hecho lo más duro. Ahora queda no lo más duro, pero sí lo más difícil y lo más complejo: una segunda etapa en la que recuperaremos poco a poco los movimientos, los encuentros;
reanudaremos gradualmente la actividad y nuestra vida social, mientras nos protegemos y protegemos al resto de nuestros conciudadanos y seguimos manteniendo a raya al virus.


Necesitamos aún, señorías, limitar unas semanas más nuestros movimientos -resulta evidente-; necesitamos limitar todavía más nuestros encuentros unas semanas más. Eso es lo que hemos llamado desescalada en términos cotidianos, y para
hacerlo necesitamos el instrumento constitucional que nos permite y nos habilita para ello, que es el estado de alarma. En la gestión de esta epidemia -como he dicho antes, señorías, y me gustaría volver a repetirlo- no hay siempre aciertos, ni en
Oriente ni en Occidente, ni en Europa ni en América, ni en el Gobierno ni en la oposición. No hay aciertos absolutos en la gestión de la pandemia, pero sí puede haber errores absolutos. Me gustaría compartir con ustedes esa preocupación: sí puede
haber errores absolutos. Ignorar el riesgo de la epidemia y levantar el estado de alarma de manera precipitada sería un error absoluto, total, imperdonable que el Gobierno no va a cometer -por eso, pido la prórroga- y que exhorto a sus señorías a
que eviten.


Levantar antes de tiempo, como he dicho, el estado de alarma sería desproteger a los españoles frente al virus y no hay propósito político noble que justifique dar ese paso. El estado de alarma, señorías, no es ningún recurso retorcido del
centralismo, no lo es; es una herramienta para limitar la movilidad durante unas semanas más; es el medio de evitar que el virus se desplace sin control entre provincias; es un escudo frente a la propagación de la epidemia. Señorías, el estado
de alarma no es ningún ardid, como se dice por parte de algunos grupos de la oposición, para limitar las libertades, no lo es. Todas las libertades, señorías, están intactas; todos los derechos de la Constitución están intactos y los protegen
plenamente las leyes, los tribunales, el Parlamento y la prensa que actúa sin cortapisas.



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No hay una sola libertad vulnerada, solo limitadas la de circulación y la de reunión para impedir precisamente el contagio y salvar lógicamente vidas y garantizar la salud pública del conjunto de ciudadanos.


No puede haber otro interés, no lo hay, que el de salvar vidas y culminar el esfuerzo que hemos hecho entre todos y todas; no puede haber otro objetivo que recobrar cuanto antes nuestra capacidad laboral y productiva. Esa es, señorías
-créanme-, la única ideología que hay a través de la petición que hago a esta Cámara de nuevo de la prórroga del estado de alarma: proteger la salud pública y salvar vidas; vidas extremeñas y vidas catalanas, vidas andaluzas y vidas gallegas,
vidas de izquierdas y vidas de derechas, en definitiva, vidas de compatriotas. Ahora no es momento de reproches sino el momento de tomar una decisión trascendental que nos va a marcar para siempre. Lo que hay que votar es si descendemos
gradualmente o rompemos filas -esta es la cuestión, señorías-, si impera la unidad o se impone el sálvese quien pueda. Y eso, señorías, no solamente es una opción política sino también moral. Por encima de aciertos o errores puntuales en la
gestión, independientemente de la valoración que reciban, todos nos mediremos por las implicaciones éticas de la decisión que vamos a tomar en el día de hoy, y no quiero restarle la más mínima gravedad a esta cuestión. Cualquier propósito político
partidista es legítimo, señorías, no lo pongo en duda, pero dentro de unos ciertos límites; uno de ellos, el más sagrado, es el de salud y el de la vida de los ciudadanos.


Señorías, la meta está cerca, la meta está cerca. Les exhorto a perseverar unas pocas semanas más. Si lo hacemos dentro de unas semanas, podremos celebrar juntos la primera victoria frente a la epidemia, aunque nos mantendremos,
lógicamente, vigilantes para evitar cualquier rebrote. Pero ese día, señorías, aunque esté cerca todavía no ha llegado, no estamos ahí aún; por mucho que lo deseemos, todavía no hemos llegado a ese momento. Necesitamos que se mantengan durante
unas semanas más algunas limitaciones en nuestra movilidad y algunas restricciones en la actividad económica para terminar de controlar definitivamente la enfermedad. Se lo debemos, como decía al principio de mi intervención -y con esto voy
terminando-, en primer lugar y ante todo, a los fallecidos, que han pagado el precio más alto de todos; se lo debemos también a los enfermos y a las enfermas que se han recuperado y a los que aún están hospitalizados; se lo debemos a los miles de
sanitarios que llevan dos meses luchando con abnegación y con una extraordinaria dosis de humanidad; se lo debemos a los policías, a los militares, a los trabajadores del campo, a los trabajadores de la ciudad, y se lo debemos a los mayores y a los
más pequeños, que han renunciado a tanto y por tanto. Así que, con serenidad y sin reproches, señorías, les pido que sumen su voto a la lucha contra la epidemia, les pido que no priven al Gobierno del arma jurídica y constitucional imprescindible
para completar la victoria frente al virus. Les pido que voten a favor de la renovación del estado de alarma.


Gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Rocío.


A continuación, intervendrán los representantes de los grupos parlamentarios. Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, tiene la palabra el señor Casado Blanco.


El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta.


Señor Sánchez, usted, que le gustan los lemas distópicos, recuerde a Huxley cuando decía que los hechos no dejan de existir aunque se los ignore. Usted pretende trazar un relato al margen de la realidad para llegar a esa inquietante nueva
normalidad que pretende vendernos, y lo hace mintiendo sobre las causas de la grave afectación del coronavirus en España, lo hace también manipulando sus consecuencias económicas y sociales y lo hace malversando los instrumentos del sistema
democrático para la gestión de esta crisis.


Empezará analizando, en primer lugar, su engaño sobre las causas que han motivado que España sea el país más afectado por el COVID-19 en todo el mundo. Tenemos el mayor número de muertes por habitante, con más de 25 000, según sus cifras.
Usted dirá que nos superó Bélgica la semana pasada, pero es que allí computan los fallecidos con síntomas y sin prueba realizada, y aquí ni siquiera comparan el diferencial anual del registro de defunciones. Las explicaciones que ha dado el
Gobierno son más propias de un curandero que de un comité científico de un país desarrollado. Primero, decían que era por nuestra costumbre de abrazarnos, como si se saludaran con reverencias en Portugal, que ha tenido 900 víctimas; luego, que era
por el envejecimiento de la población, como si no fuera el país más longevo Japón, que ha tenido menos de 500 víctimas; después, porque estábamos más al este que otros países,



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como si lo estuviéramos menos que Grecia, que solo ha tenido menos de 200 víctimas, y la última excusa es el turismo, cuando las autonomías menos afectadas son a las que llegan en esta época del año los turistas internacionales. La
imprevisión dolosa empezó diciendo que esto iba a ser una gripe con apenas unos contagios, mientras ocultaban las alertas de la Organización Mundial de la Salud y de la Unión Europea, nos llamaban alarmistas a los que decíamos que tomaran medidas y
exponían al contagio a centenares de miles de personas en las manifestaciones del 8 de marzo. De ahí se pasó a la incompetencia culposa de no proteger a los profesionales sanitarios hasta llegar a ser el país del mundo con más infectados, que ya
son 44 000, el 20 % del total, y medio centenar de fallecidos, todo por la incapacidad para comprar material que a veces llegaba defectuoso de proveedores acusados por soborno o de intermediarios socialistas. Más tarde llegó el sainete de los test,
aliñado con informes de la OCDE, Oxford y la Johns Hopkins, para acabar reconociendo la ineptitud para hacer pruebas masivas y un mapa epidemiológico. Esto convierte la desescalada en una ruleta rusa en la que los infectados asintomáticos pueden
contagiar al resto de la población sin saberlo, pero a pesar de todo esto, señor Sánchez, usted sigue sin reconocer un solo error y exige que todos le apoyemos sin rechistar. Su retórica bélica ya parece más un chiste de Gila, que produciría
hilaridad si no fuera por el drama que acompaña a su estrepitoso fracaso de gestión.


Para que no diga que esto son bulos de la oposición y de los medios no alineados le voy a relatar la crónica de tribunales que les espera por parte de los colectivos profesionales. El sindicato de funcionarios CSIF se ha querellado contra
su Gobierno por delito de homicidio imprudente; la Asociación de Consumidores y Usuarios, por delito de lesiones por imprudencia; la Asociación Profesional de la Guardia Civil, por delito de vulneración de la Ley de prevención; el Consejo General
de Enfermería de España, por delito contra la seguridad de los trabajadores; el Consejo General de Colegios Oficiales Médicos acudirá como acusación contra las compras de material fraudulento, y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, por
la distribución de mascarillas defectuosas. ¿Estos son también desleales e indignos?


Señor Sánchez, esta semana hemos visto que sus portavoces abrían la caja de Pandora de las responsabilidades por los estragos de la pandemia. Creo que es temerario por su parte, pero si usted quiere le aceptamos el órdago. Según el señor
Ábalos, si no apoyamos el estado de alarma tendremos que responder ante los ciudadanos del repunte de casos, y según el señor Echenique estaríamos amenazando con provocar un rebrote, el colapso del sistema sanitario y miles de muertos. Entonces,
según esta lógica perversa, ¿son ustedes responsables de la muerte de 25 000 españoles? Nosotros no caeríamos en semejante bajeza moral, no somos como ustedes. (Rumores). Por tanto, no se parapeten sus portavoces con ese disfraz de falso moderado
que ya no engaña a nadie, ni a sus socios. Si quiere abrir el capítulo de responsabilidades políticas, adelante, porque es usted el que ha fallado en todo y a todos. Veo que ya tiene el mono de su jarabe democrático y no espera ni a estar en la
oposición para volver a usar a las víctimas contra los demás. Si estuviéramos en el Gobierno, ya estarían haciendo escraches en la puerta de nuestras casas, llamándonos asesinos delante de nuestros hijos. Esa es su antigua normalidad.


Señor Sánchez, todos los partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales y Gobiernos autonómicos y municipales nos enteramos por televisión, en su Aló Presidente, del sudoku al que han llamado plan de desescalada. No se
molestó en informar ni en consultar con nadie, y así le va. Hasta el presidente socialista de Aragón lo rechazó diciendo que era más importante salvar vidas que salvar su carrera política. Desconfinar sin una encuesta de seroprevalencia es como
bajar una montaña con los ojos vendados, y salir a la calle sin material de protección adecuado es como caminar por un campo de minas. El confinamiento existe desde la Edad Media para contener epidemias, pero algo habremos avanzado desde entonces.
Nosotros se lo pedimos al principio para evitar el colapso de las urgencias hospitalarias, después de su retraso en tomar otras medidas. Pero transcurridos dos meses algún plan B tendrá que tener que no sea poner todo el peso sobre los hombros de
los españoles, que ya demasiado hemos soportado. Ya estamos hartos de sesiones de coaching televisadas, queremos certidumbres y no más chapuzas, improvisaciones y bandazos. ¿Pretende que desarrollemos una especie de síndrome de Estocolmo por el
que le perdonemos sus errores a cambio de la libertad vigilada para tomar un vermut durante las franjas horarias en las que nos estabula? ¿Da por perdido el sector turístico y la hostelería hasta diciembre, como su ministra de Trabajo? Se
enteraron, como siempre, a última hora del domingo de unas condiciones de apertura que les lleva a la ruina. ¿Va a apoyar al sector de la automoción o va a seguir demonizándolo, como su ministra de Energía? Tenga en cuenta que pagan unos impuestos



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equivalentes al 40 % de todo el gasto sanitario español. ¿Qué va a pasar con los niños el próximo curso escolar? ¿No va a poder ir la mitad al colegio, como dijo ayer su ministra de Educación? Ya tuvimos suficiente con lo de los
supermercados y las farmacias, señor Sánchez. Lo que deberían hacer es dejar de jugar a prueba y error, de usar a los españoles como perros de Pávlov, y acordar las medidas con los sectores afectados, con los agentes sociales, con los partidos
políticos y con las comunidades autónomas, y si es posible en el Parlamento. El PP se ha quedado solo defendiendo el Estado autonómico. Nosotros no somos federalistas, ni confederales, ni jacobinos, ni nacionalistas, ni independentistas;
reivindicamos el modelo de la Constitución, sobre todo en estos momentos en los que los Gobiernos municipales y autonómicos son el mejor contrapeso a un pésimo Gobierno nacional y porque usted se ha convertido en el cuello de botella. Así como el
confinamiento ha sido de arriba abajo, la desescalada debe ser de abajo arriba: de la sociedad civil, las empresas y los trabajadores a los municipios, las autonomías y luego a su Gobierno, que, por cierto, está cada vez más desbordado.


Señorías, además de las causas por las que el coronavirus ha afectado tanto a España, en segundo lugar, me gustaría analizar las falsedades que el Gobierno lanza sobre las consecuencias de su negligente gestión. Pretenden poner en marcha su
engranaje de ingeniería social y aprovechar la pandemia para avanzar en su programa contra la libertad individual, la propiedad privada y el Estado de derecho. De pregonar el escudo social han pasado a usar de escudos humanos a los parados y a los
autónomos, amenazándonos con retirarles las ayudas si no les aprobamos hoy la prórroga del estado de alarma. ¿Esto le parece éticamente decente, señor Sánchez? Nosotros apoyamos las ayudas por ERTE en el Real Decreto-ley 8/2020, pero, contra toda
lógica, luego las vincularon al estado de alarma en el Real Decreto-ley 9/2020, que, por supuesto, no pudimos respaldar. En vez de echar un pulso con el brazo de millones de familias desempleadas y presumir ayer de tener que conceder cinco millones
de prestaciones -qué gran hermano-, debería preocuparse por la hecatombe económica que se produce ya en España. Desde el inicio de la crisis ya hay un millón más de parados, otro millón de autónomos que han cesado su actividad -aunque a la mitad
les han cobrado la cuota-, y hay cuatro millones de trabajadores acogidos a ERTE que han estado desde finales de marzo sin cobrar y todavía a un tercio de ellos no les van a pagar hasta el mes que viene. Ya me dirá cómo pretende este Gobierno
extrasocial que puedan hacer la compra y pagar sus recibos. Cada día han cerrado en España seis mil empresas, pero el Gobierno aún no ha concedido ni el 20 % de los 200 000 millones de euros de liquidez prometidos para pymes y autónomos. ¿Eso es
no dejar a nadie atrás? Su vicepresidenta decía que el impacto del virus en la economía sería poco significativo y transitorio cuando presentamos nuestro plan de choque económico hace ya dos meses, pero actualmente hay casi nueve millones de
españoles que quieren trabajar y no pueden, y hay veintiún millones de personas que dependen del Estado en sus ingresos, frente a los catorce millones de trabajadores que están plenamente activos. Esto es, sencillamente, insostenible.


Para mantener las pensiones, la sanidad pública, los servicios sociales hay que reactivar la economía urgentemente, y con medidas de protección suficientes para los trabajadores, como han hecho resto de países -sus errores sobre las
mascarillas y los test también cotizan en bolsa-; si no, la crisis económica dará paso a una catástrofe social, pues, según los propios datos del Gobierno enviados a Bruselas, nuestra riqueza nacional se va a hundir un histórico 9 %, el paro se va
a disparar al 19 %, el déficit al 10 % y la deuda al 115 %. Sin embargo, ocultan la previsión de déficit para 2021 para tapar los ajustes que tendrían que hacer en el Estado del bienestar. ¿Nos puede explicar cómo pretende cuadrar las cuentas, o
nos tenemos que enterar por el primer ministro italiano otra vez? Por él supimos que van a pedir el rescate, algo que la vicepresidenta ya no negó el viernes. ¿Puede usted decir al Parlamento de la nación a la que usted sirve cuánto le va a costar
eso a pensionistas, parados y funcionarios? Por Italia también nos llega cuál podría ser el ajuste exigido: la mitad del déficit declarado, es decir, unos 60 000 millones de euros. ¿De dónde va a sacar tanto dinero con un presupuesto que destina
8 de cada 10 euros a pensiones, prestaciones por desempleo, sueldo de los funcionarios e intereses de la deuda? Podría empezar reduciendo su hipertrofiado Gobierno. ¿O es esa nueva normalidad la que hace que repita su actuación en 2010 al votar el
mayor rescate del Estado del bienestar en la historia democrática de España, según su predecesor, es decir, el mayor recorte que sufrió esta Cámara en todos los servicios sociales de nuestra nación? Si pretende hacer pasar a los españoles por esas
horcas caudinas, al menos diga la verdad ahora o le pasará como a Rodríguez Zapatero y sus brotes verdes. Por mucha propaganda que haga, los españoles recordamos lo que pasó en la anterior crisis y quién causó estragos en el empleo y en los
servicios sociales. Por cierto, la semana pasada su Ministerio de Hacienda publicó el informe Cofog



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que decía que el gasto en salud subió casi 9000 millones de euros en cuatro años del último Gobierno del Partido Popular. ¿Sus propios informes son también bulos?


Señor Sánchez, además de sobre las causas de la gravedad de la pandemia en España y sus consecuencias, tampoco está diciendo la verdad sobre los medios legales para gestionarla. Usted dice que no tiene plan B al estado de alarma, lo cual ya
de entrada es una tremenda irresponsabilidad; lo que dudo es que usted tuviera alguna vez un plan A. Dice: O se le apoya a usted o esto es el caos, aunque ya sabe cómo terminaba esa mítica viñeta de Ramón en Hermano Lobo: '¿Qué es el caos? ¿Y
usted me lo pregunta? El caos es usted.' España no puede seguir viviendo en la excepción constitucional ilimitadamente. Además de tener el confinamiento más duro y más largo con el resultado más nefasto en número de fallecidos y parados, usted
exige mantener poderes políticos absolutos. Es lo contrario que pasa en el resto de países desarrollados. La hoja de ruta -que usted votó- de la presidenta de la Comisión Europea y del presidente del Consejo Europeo recomienda que los estados de
emergencia que otorgan competencias excepcionales deben ser sustituidos por intervenciones más específicas para garantizar la responsabilidad democrática y la transparencia, así como el respeto de los derechos fundamentales y el Estado de derecho.
Día 26 de marzo. En Francia no han aplicado la excepcionalidad del artículo 16 de su Constitución sino una ley orgánica aprobada por la Asamblea Nacional. Por cierto, tumbada por el Senado ayer. En Alemania se han limitado a aplicar la Ley
federal contra infecciones, que ha permitido a los Länder hacer confinamientos solo si lo necesitaban. En Italia han aprobado un decreto sin acudir a la excepción constitucional. Ni Austria ni Bulgaria ni Croacia ni Dinamarca ni Grecia ni Noruega
ni Holanda ni Suecia la han aplicado. Y los que lo han hecho, como Rumanía, Chequia, Portugal, Irlanda o Finlandia ya la levantan. Toda Europa tiene aversión a las medidas excepcionales. Solo Hungría, Polonia y usted mantienen las medidas, sin
concretar su finalización. Usted parece cada vez más instalado en ese absolutismo de: Después de mí, el diluvio. ¿Por cierto, dónde acabaron sus arcas de Noé? Prefiere gobernar en la unilateralidad o, como mucho, en el zoco de prebendas a última
hora más que en la colaboración con administraciones y partidos.


Señor Sánchez, nuestra Constitución y su ley orgánica correspondiente establecen que el estado de alarma no puede suspender ningún derecho fundamental, pero usted ha sobrepasado esta limitación reiteradamente, lo que nos ha situado en un
estado de excepción encubierto. Así se lo he señalado en todos los debates sobre las prórrogas y por ese motivo no hemos presentado nunca propuestas de resolución, para no avalar este desbordamiento legal; hoy tampoco lo hacemos. Ese estado de
alarma tenía sentido al principio de la pandemia, para evitar el colapso de las urgencias hospitalarias, cuando fallecían 900 personas en un solo día y por eso lo hemos apoyado hasta que la situación sanitaria se ha estabilizado. Pero no se puede
alargar indefinidamente, más aún cuando la Constitución restringe a sesenta días la aplicación del estado de excepción, lo que debe limitar análogamente la duración del estado, menos severo, de alarma. Revise los debates entre Gabriel Cisneros y el
recientemente fallecido Fernando Morán o los escritos de Peces-Barba durante la ponencia constituyente para leer sobre la vulneración constitucional de la que prevenía en la diferenciación de estos estados: 'La situación de excepción no permite el
establecimiento (...) de una dictadura constitucional.' Esto no lo digo yo, lo dice Manuel Aragón, que fue magistrado del Tribunal Constitucional a propuesta de su partido. Usted llegó al poder hace dos años con una moción de censura y desde
entonces lleva gobernando por decreto, sin haber sido capaz ni de aprobar unos presupuestos. Pero es que ahora pretende gobernar por órdenes ministeriales incluso para limitar libertades fundamentales, lo cual es inaceptable y es un fraude de ley.


Ha aprovechado el estado de alarma para limitar el control parlamentario y el de los medios de comunicación, y para perseguir las críticas en las redes sociales a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lo ha utilizado para
abusar de la contratación pública de emergencia, totalmente opaca, sin concurso y con adjudicación directa, lo que ha suscitado graves irregularidades que ya están en los tribunales. Y lo ha utilizado para contentar a sus socios, modificando la
comisión del CNI, el reglamento de indultos, la tramitación de la despenalización de las injurias a la Corona y un aumento del número de altos cargos ayer mismo, en plena crisis. Además, ha usado esta excepcionalidad para modificar los plazos de
instrucción judicial y la función de la Fiscalía, para cuestionar el derecho de propiedad de viviendas o para hacer una contrarreforma educativa por la puerta de atrás. Y ahora, pretende dar miedo a los españoles y tomar como rehenes a parados,
autónomos y estudiantes condicionando sus ayudas a que le apoyemos la cuarta prórroga, pero eso es inaceptable además de falso. Porque el 12 de marzo, antes de declarar el estado de alarma, usted decretó el cierre de colegios y universidades, se
permitió el confinamiento de localidades como Igualada y Haro y enclaves de Tenerife y se prohibió la



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movilidad aérea con Italia. Se suspendieron todas las actividades culturales y deportivas y las reuniones de más de mil personas. Usted ya usó ese plan B, pero es que está más cómodo con el cesarismo del plan A.


Señor Sánchez, el ordenamiento jurídico en vigor le permite mantener el mando único sanitario y la limitación de movilidad sin alargar una excepcionalidad abusiva, como pretende. En primer lugar, con la Ley de medidas especiales en materia
de salud pública, que permite, al ser orgánica, la limitación de derechos que supone un confinamiento y que autoriza en su artículo 3 las medidas oportunas para el control de enfermedades de riesgo de carácter transmisible. Por otro lado, la Ley
General de Sanidad, también de 1986, permite cuantas medidas se consideren sanitariamente justificadas frente a un riesgo inminente y extraordinario para la salud. Otra ley promulgada por otro Gobierno socialista, la de cohesión y calidad del
Sistema Nacional de Salud del año 2011, le permite tomar las medidas que sean estrictamente necesarias en todo ese ámbito.


La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tendría que terminar, por favor.


El señor CASADO BLANCO: Sí, señora presidenta.


La Ley General de Salud Pública del mismo año establece en su artículo 14 la competencia automática del Ministerio de Sanidad en la gestión de alertas que pueden trascender del territorio de una comunidad autónoma y permite -textualmente- la
suspensión del ejercicio de actividades y actuaciones si existieran riesgos para la salud. También está en vigor el reglamento para la lucha contra las enfermedades infecciosas, modificado por su partido en 1982, que señala que en ese caso de
epidemia se podrán cerrar locales, colegios o circulación y comercio. Sin olvidar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid referida a la cuestión del perro Excalibur, que establece que las administraciones públicas competentes
tienen amplias facultades discrecionales dirigidas a la prevención y protección de la salud pública. Parte de esta normativa ya se puso en marcha en la crisis del SARS y del ébola con éxito. Por tanto, no puede negar que no se pueda mantener el
mando único con la legislación ordinaria.


Además de todas estas leyes de ámbito sanitario, existen en materia de seguridad otras, como la Ley del Sistema Nacional de Protección Civil, de 2015, que permite en su artículo 7 adoptar medidas restrictivas de derecho y en su artículo 30
contempla el mando único de gestión de crisis en situación de emergencia nacional. La ley de Seguridad Nacional del mismo año permite en su artículo 23 la coordinación reforzada de los recursos de todas las administraciones, a través de la
declaración de situación de interés para la seguridad nacional; sin contar con la Ley de Seguridad Ciudadana que, para no gustarles esa Ley mordaza -en sus palabras-, bien que la han usado con casi un millón de sanciones para limitar la libertad de
movimientos en apenas dos meses. A nivel internacional el reglamento sanitario internacional de la Organización Mundial de la Salud en sus artículos 15 y 18 y el Convenio Europeo de Derechos Humanos en su artículo 5 establecen que no se considera
violación del derecho de libertad de desplazamiento las restricciones y limitaciones por razón de pandemias; lo cual le facilita la interpretación de la aplicación de toda esta legislación básica nacional. Es decir, señor Sánchez, que existen
varios instrumentos legales mucho más precisos que las habilitaciones genéricas del estado de alarma para gestionar el mando único y la limitación de movimientos sin tener que recurrir a la legislación de excepción. La vacuna del coronavirus,
lamentablemente, tardará en llegar meses o incluso años, por lo que tenemos que establecer la regulación legal ordinaria para enfrentarnos a cualquier rebrote, incluso, si tuviéramos que apoyar alguna modificación legislativa por procedimiento de
urgencia, tal y como le ofrecí en nuestra conversación de anteayer, podemos hacerlo.


La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tiene que terminar, por favor.


El señor CASADO BLANCO: Acabo ya, señora presidenta.


Lo que no se puede es mantener la arbitrariedad del Gobierno con unos poderes excepcionales que ninguna otra oposición ha concedido tan ampliamente y por tanto tiempo en los demás países de nuestro entorno.


Señor Sánchez, para acabar, también con una distopía, recuerde a Orwell cuando decía que en tiempos de engaño universal decir la verdad se convierte en un acto revolucionario. El Partido Popular lo seguirá haciendo siempre, caiga quien
caiga, frente a cualquier amenaza u opresión. Nuestra lealtad no es con su Gobierno sino con los españoles. Somos un partido de Estado que cumple con su palabra con coherencia y responsabilidad.



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Por todos estos motivos que le he expuesto, le dije anteayer que no podíamos apoyar esta prórroga al estado de alarma y hoy no la vamos a apoyar. Y también le dije, y lo expuse en público, que podía evitar nuestro voto en contra si
desvincula los ERTE y las ayudas a autónomos y pymes del estado de alarma, si mejora la cogobernanza con las autonomías y si adapta las actuaciones contra la pandemia a la legislación ordinaria para salir, dentro de dos semanas, de la
excepcionalidad constitucional. Su nueva geometría variable le ha llevado a comprometerse a hacer estas tres actuaciones, aunque fuera a la fuerza, y a aceptar la declaración de luto nacional. Hoy ha dicho que está dispuesto a hacerlo y por ese
motivo mantendremos el compromiso de no votarle en contra. No solo mi grupo parlamentario sino todos los españoles esperamos que por una vez cumpla y este sea el último decreto de prórroga de estado de alarma que traiga a esta Cámara. Si no es
capaz de encontrar en quince días un plan B ajustado a la legalidad y al respeto a la libertad de nuestros compatriotas, no vuelva a pedir lealtad y unidad a la oposición.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, señora Rincón.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde.


El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias, señora presidenta. Muy buenos días a todos.


Quiero comenzar, como en anteriores intervenciones, mostrando mi pésame a las familias de los fallecidos, de los que todavía no conocemos el número: 25 000, 30 000, 40 000, 50 000; muchos más, en cualquier caso, de los que se habrían
producido con una gestión razonable; demasiados; víctimas, por un lado, de la pandemia y, por otro, de la gestión de una crisis sanitaria que ha sido la peor a nivel mundial. Nosotros no olvidaremos nunca a las decenas de miles de españoles que
han muerto en la oscuridad porque el Gobierno y sus medios subvencionados se han preocupado mucho más en ocultarles que lo que se preocuparon en protegerles y en alertarles. El Gobierno ocultando información a los españoles y los medios riéndose de
lo que parecía una vulgar gripe.


Nos pide apoyo su Gobierno mientras el presidente nos insulta, y mientras el vicepresidente nos amenaza. Señor Sánchez, en su anterior comparecencia, la que está obligado a hacer cada quince días por el estado de alarma, no porque a usted
le venga en gana como a veces quiere hacernos creer, no respondió a mis preguntas y vertió falsedades sobre mi partido; y me obliga a desviarme un minuto sobre la cuestión que hoy nos ocupa.


Mire, nos podrá etiquetar o insultar como usted quiera, señor Sánchez, pero a nosotros nos importan los españoles independientemente de su color, de su edad, de su sexo y de su orientación sexual. Pero como usted sacó ese tema, que no tenía
nada que ver con lo que nos ocupaba y nos ocupa, yo le ruego que abandonen ese odio histórico de la izquierda hacia los homosexuales. Aléjense, por favor, aléjense de ídolos como el Che Guevara, que los encarcelaba, y animen a sus socios de
gobierno, que ahora no parecen querer escuchar, a alejarse de ideologías que catalogaban a las personas según su condición sexual. La gente debe poder amar a quien quiera, señor Sánchez, y debe ser muy duro para los homosexuales que ustedes sigan
rindiendo homenaje a sus perseguidores y a sus asesinos. En VOX, señorías, no despreciamos a nadie por su tendencia sexual; en VOX, desde luego, no tendrán que soportar que una exministra que se sentaba su lado y ahora fiscal les insultase
gravemente, como hacía con otros compañeros de la bancada azul.


No será fácil que convenza a su socio Iglesias de un gesto de humanidad, porque el señor Iglesias es un negacionista de todos los crímenes del comunismo; es más, subió a esta tribuna hace unos días a hacer apología de esa ideología
criminal. Creo incluso que deberíamos reflexionar sobre si esa posición negacionista planteada por el vicepresidente en la tribuna de los distintos genocidios del comunismo no constituye un delito, tal y como reconoce el Código Penal en su artículo
510 que prevé penas de prisión para quienes públicamente nieguen, trivialicen o enaltezcan los delitos de genocidio. Vino a esta tribuna el señor Iglesias, por cierto, a amenazar al tercer partido de España apelando a la Guerra Civil. Que sepa el
señor Iglesias que no nos van a amedrentar ni sus formas de matón bolivariano ni sus amenazas de chequista, ni siquiera su control del CNI; es más, nos tranquiliza cada vez que sube a esta tribuna porque millones de españoles le conocen mejor y ven
que en él solo hay odio, violencia y obsesiones patológicas con los años treinta del siglo pasado. Vuelvan al siglo XXI, señorías. Se lo voy a decir con una imagen que quizá les ayude a entenderlo: bajo su ominoso Gobierno, señores Sánchez e
Iglesias, han muerto diez veces más españoles que los que asesinaron sus ídolos en Paracuellos. A lo mejor con esos ejemplos son



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ustedes capaces de imaginar la magnitud de la tragedia que han causado. El señor Iglesias, con esa soberbia soviética que le caracteriza, nos contó el pasado 19 de marzo que él se erigía en responsable de las residencias de ancianos durante
esta crisis y por eso le acusamos a él directamente del horror de la gestión, porque él mismo se señaló, porque el mismo se ungió, porque él quiso tener esa responsabilidad. Así que no se esconda el señor Iglesias -que ahora se ha ido- hablando de
lo público y de lo privado, porque él tenía autoridad sobre todas las residencias y en todas han faltado las medidas de protección para los ancianos y para el personal trabajador, han faltado las pruebas de detección de la enfermedad y ha faltado el
apoyo que necesitaban los ancianos; allí han muerto, y ni siquiera aparecen en las estadísticas, miles de ancianos abandonados por este Gobierno y personalmente por el señor Iglesias. Le exigiremos, por ello, que afronte su responsabilidad ante
las familias de las víctimas, ante los españoles y ante los jueces, y de poco le va a servir entonces ponerse a hablar de su adorado Lenin o de las guerras del abuelo, de las tristes guerras de nuestros abuelos.


Señor Sánchez, a usted solo le he oído una verdad importante en toda su vida política, que además comparto: que los españoles no podrían dormir tranquilos con el señor Iglesias en el Gobierno. Algunos ni siquiera han podido sobrevivir a su
gestión porque no es fácil sobrevivir a la gestión de los comunistas, ni económica ni físicamente. Y usted es el máximo responsable porque mientras permitía que el señor Iglesias atacase a la monarquía parlamentaria, mientras le blindaba en el
Centro Nacional de Inteligencia, los ancianos morían abandonados y ocultados en nuestras residencias. Al señor Iglesias ni siquiera le gusta España, ¿por qué habrían de preocuparle los españoles? Imagino que cada vez que suba a esta tribuna tendrá
que hacer un esfuerzo descomunal para pronunciar el nombre de nuestra nación del que, hasta hace poco, renegaba quizá como forma de entablar amistad con terroristas y demás asesinos nacionales o extranjeros, porque le hemos visto en las guaridas de
ETA alabando a la banda terrorista ETA. Sí, el señor Iglesias lo dijo: Yo no puedo decir España, yo no puedo decir España; con una mezcla de asco y de odio, porque le producen asco nuestro himno al que llama cutre, pachanga fachosa, nuestra
bandera rojigualda y nuestro rey. No me lo estoy inventando. El señor Iglesias hace contorsionismo cuando habla de la patria, de patriotas y de patriotismo, como hizo el otro día en esta tribuna para contestarnos sobre las residencias. Y no lo
digo yo, lo ha reconocido el señor Iglesias literalmente, ¿o es que ya no se acuerda el señor Iglesias? Así que ahora no venga aquí a darnos lecciones sobre patriotismo o a pedir que aplaudamos su contorsionismo.


Señor Sánchez, creo que usted no llega a eso, no creo que le cueste pronunciar el nombre de España -tampoco creo que le importe mucho, y lo digo con pena-, pero creo que usted pronunciaría cualquier cosa, señor Sánchez, con tal de permanecer
en el poder, en el palacio, con avión privado y con muchos policías alrededor, y lamento decírselo.


Señor Sánchez, usted tuvo un déficit público el año pasado del 2,8 % del producto interior bruto y tiene veintidós ministros; la señora Merkel tuvo un déficit público del 1,4 % y tiene catorce ministros. Usted, doble de déficit, doble de
ministros, porque usted lo hace todo a lo grande. Es usted el campeón -y también por desgracia para los españoles- en esta crisis en número de muertos por habitante por coronavirus y en número de sanitarios contagiados por habitante; también en
horas de televisión por hora de programación. Sus estadísticas son asombrosas, así que no nos sorprenden los datos que le da el CIS de Tezanos, que le auguran tan buenos resultados, y que las televisiones le traten a usted como a un sultán. Pero
es que España, señor Sánchez, no es un sultanato ni, señor Iglesias, es una república bolivariana; es una monarquía parlamentaria. Y ustedes, los dos, la están minando y la están destruyendo. VOX advirtió de la deriva totalitaria de este
Gobierno, que ha convertido el estado de alarma en un estado de excepción. Y por desgracia, hemos vuelto tener razón. Porque han pasado cincuenta y tres días desde el decreto del estado de alarma y lo único que se ha recortado y se ha combatido
desde el Gobierno han sido las libertades y los derechos de los españoles. La rapidez, la alegría y la eficacia con la que ustedes coartan los derechos y las libertades de todos contrasta, precisamente, con su incapacidad para proteger la salud y
la economía nacional. Creo que si ustedes no se marchan, España acabará la primavera con más multas y parados que test.


Hablando de recorte de libertades, señor Marlaska, le pregunto: ¿por qué ordenó usted el sábado que se detuviera a los vehículos que circulaban con banderas de España? Le pido que haga uso de su potestad para intervenir en esta tribuna y
que me conteste y también que me diga aquí, en la sede de la soberanía nacional, si ha decidido usted derogar la Constitución. Porque usted el sábado, con sus órdenes, de facto derogó y suspendió los derechos constitucionales de los españoles
prohibiendo una manifestación en coches que no suponía ningún tipo de peligro ni para la salud pública ni para la vida de nadie. Necesito



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saberlo porque los españoles queremos manifestarnos en las calles, con todas las medidas de seguridad pertinentes, contra su Gobierno. Ya lo hacen muchos españoles en la redes, a pesar de las amenazas de monitorización y de la censura
público-privada, asistida por cierto por periodistas de Atresmedia y otros lacayos de los medios subvencionados. Pero también lo vamos a hacer en las calles, señor Marlaska. Lo haremos en coche, individualmente o en familias que convivan, con
todas las medidas de seguridad por el centro de las principales ciudades portando banderas de España y pidiendo la dimisión de su Gobierno. ¿Lo va usted a prohibir? ¿Lo va usted a impedir? ¿Va usted a darnos la razón? Tenga el valor de decirlo
en esta tribuna porque mañana mismo notificaremos a todas las delegaciones del Gobierno esas convocatorias de manifestación, absolutamente seguras y absolutamente legales si ustedes no están mintiendo en esta tribuna. Digan que han prohibido
ustedes los derechos de reunión y de manifestación y digan que su único miedo es a la gente y que ustedes ya solo quieren protegerse de los españoles. Porque a ustedes no les gusta la libertad, por mucho que la invoquen, ni la verdad.
Precisamente, haciendo uso de la primera vamos a decirles la segunda en esta tribuna y en las calles, y vamos a revelar que usted, señor Sánchez, pretende tener como rehenes a los españoles y que trata de chantajear a esta Cámara -como ha hecho
desde esta tribuna- para que renueve un poder del que usted ha abusado.


Señores de Ciudadanos, yo tengo que decir que lo lamento, también lamento la abstención del Partido Popular. Mantener este estado de alarma ilegal -y que tan duramente ha sido criticado por el señor Casado, por otra parte-, con este
presidente y con este vicepresidente, ni salva vidas ni salva empleos; lo que salvaría vidas y salvaría empleos es un cambio de Gobierno. Ustedes han decidido apoyarles y ustedes han decidido abstenerse y, de verdad, que yo solo puedo decir que lo
lamento. Creo que cada vez más españoles están comprobando que ustedes se aferran al estado de alarma como quien lo necesita para otras cosas, especialmente su vicepresidente. Y además en la lógica que usted plantea, como todo depende del estado
de alarma, las ayudas sociales que hay que dar a los españoles en este momento dependen del estado de alarma, ¿hasta cuándo nos quieren tener ustedes en estado de alarma? ¿Hasta diciembre? ¿Toda la legislatura? Porque entendemos que cuando ya no
se apruebe el estado de alarma ya no habrá ayudas sociales para dar a los españoles. ¿O es que usted también nos está mintiendo sobre esto en la tribuna? Nuestro voto no va a poner la suerte de los españoles en sus manos, aunque tuviéramos -fíjese
lo que le voy a decir- que desaparecer como partido jamás contribuiremos a afianzar en el poder a quienes están despreciando la vida, la libertad, la prosperidad y la nación en España y a quienes nos han llevado al mayor desastre de este siglo pero
hablan de los datos de Estados Unidos refiriéndose a Vietnam. Hemos tenido que sufrir su gestión, pero estamos a tiempo de impedir que se agrave el desastre que ustedes han provocado. Para ello seguimos ofreciendo a esta Cámara la posibilidad de
un gobierno de emergencia nacional que lógicamente no queremos liderar -como ustedes subirán a decir inmediatamente después de mi intervención- que sea capaz de liderar los próximos meses hasta unas elecciones.


Y como este Gobierno no va a asumir su responsabilidad, me parece que va a depender de todos y cada uno de ustedes, señores diputados. No descarto que sea necesaria una moción de censura, aunque solo sea para que los españoles sepan, con
nombres y apellidos, quiénes son los diputados que quieren el mantenimiento y la continuidad de este Gobierno ruinoso que está abusando del poder. La responsabilidad es del primer partido de la oposición pero, si la delega, quizás tengan que
ejercerla otros grupos porque este es un Gobierno ruinoso que a las decenas de miles de víctimas mortales ya empieza a sumar millones de víctimas económicas. Los datos del paro de ayer, de los que ustedes se vanagloriaban, son particularmente
terribles. Le repito por enésima vez que deben ustedes, antes de marcharse, pagar la retribuciones y los salarios de los autónomos y los trabajadores de los meses de marzo, abril y mayo, de todos aquellos a los que no han permitido trabajar. Por
supuesto que también habrá que ocuparse de aquellos españoles a los que su gestión ya ha expulsado del mercado de trabajo y quizá haga falta una renta mínima en esos casos, pero no para tener a los españoles cautivos, como quiere su vicepresidente,
sino para garantizar que tengan el sustento mientras se recupera la economía nacional. Para que eso empiece a ocurrir solo hay que excluir de las posiciones económicas sus demenciales obsesiones que tanta riqueza han dilapidado. Y le voy a poner
un solo ejemplo, señor Sánchez. Hace poco hablaba de Vietnam, por lo tanto indirectamente del señor Trump. Usted dijo que había que combatir a Trump. ¿Se da cuenta de las consecuencias que tiene para España decir que hay que combatir al
presidente de un país aliado, como Estados Unidos, de las consecuencias respecto a los aranceles a los productos españoles? ¿Se da cuenta de lo que ha ocurrido con Navantia, que ha perdido un contrato millonario, de 5800 millones de euros, para
construir diez fragatas? Su beligerancia contra Trump y la de sus medios subvencionados



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-mientras señalan lo que ocurre en Estados Unidos y ocultan lo que está ocurriendo en España-, choca con la actitud que por otra parte tienen con el régimen chino, una actitud servil con un país al que, por cierto, compran material
defectuoso y que todavía ni siquiera ha pedido perdón por el virus de Wuhan. En realidad, nosotros no queremos que pidan perdón, nos bastaría con que se dijera la verdad sobre el origen del virus y con que empezaran a pagar por el desastre que han
provocado con su ocultación de información. En los últimos cincuenta años, señorías, dos veces la humanidad ha afrontado un peligro global: uno con origen en Chernobil y otro con origen en Wuhan. No es casualidad que haya sucedido bajo los
regímenes comunistas que tanto idolatra el señor vicepresidente del Gobierno.


Pero volvamos un momento al Gobierno de España, convertido en hazmerreír de la prensa internacional, que dice que ya ni siquiera publica sus datos porque no hay quien se los crea. Y es que esa falta de credibilidad internacional, señor
Sánchez, tiene consecuencias fatales para la financiación de nuestra deuda. ¿Quién prestaría dinero a una empresa cuando algunos de sus socios trabajan para destruirla, como ocurre con sus cómplices de investidura? Sé que a usted le cuesta
aguantar todo esto, pero no se preocupe que en seguida acabo.


Claro que usted no es el único problema, no es el único culpable, también la Europa de los burócratas tiene una gran responsabilidad y está demostrando estar contra los intereses de España y contra nuestra soberanía. Nosotros no
mendigaremos dinero de Europa, lo exigiremos, y lo exigiremos porque el Banco Central Europeo también pertenece a los españoles y porque la Unión Europea también se ha construido con las renuncias de generaciones de españoles en el campo y en la
industria. Por eso concluyo, presidenta, no queremos un rescate. Señor Sánchez, los españoles sabremos rescatarnos a nosotros mismos de ustedes y sabremos hacer el recorte del gasto político innecesario y el impulso a nuestra industria y a nuestra
economía en general porque España, cuando no ha tenido que soportar gobernantes nefastos, ha sabido crear riqueza como ningún país del mundo. Lo hemos demostrado en el pasado y lo volveremos a demostrar. Por eso le vuelvo a pedir, señor Sánchez,
que paguen las nóminas y que se marchen, que España tiene importantes tareas que acometer y ustedes tienen que preparar su defensa en los tribunales. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra el señor Asens Llodrà.


El señor ASENS LLODRÀ: Gracias, señora presidenta.


Como saben, desde la suspensión de la actividad parlamentaria ordinaria nuestro grupo decidió que tan solo vendrían quienes viviesen en Madrid, en congruencia con las indicaciones médicas. Por eso, hoy es la primera ocasión en que tomo la
palabra desde aquí, y quería empezar con una reflexión y un agradecimiento, no sin antes mandar un recuerdo a los familiares de las personas fallecidas. La reflexión es de Albert Camus. En su libro La Peste se hacía una pregunta que muchos nos
hemos hecho estos días: ¿Cómo derrotar al virus? Su respuesta era sencilla, pero contundente: con decencia, la decencia que se ejerce no desde el sálvese quien pueda, sino desde los lazos de fraternidad, de cooperación, de empatía, que pone lo
que nos une por encima de lo que nos separa, porque las peores epidemias no son las biológicas; las peores epidemias -decía Camus- son las morales, cuando sale lo mejor, pero también lo peor de cada uno. Como en las grandes catástrofes, la
pandemia es un test de estrés que nos interpela y nos pone a prueba como sociedad y como individuos a cada uno de nosotros, y en el balance pesa más lo bueno que lo malo, porque en el ser humano hay más cosas dignas de admiración que de desprecio,
decía también Camus. Lo hemos visto en el esfuerzo titánico de quienes trabajan en nuestro sistema sanitario y en otros servicios esenciales. A ellos y a ellas les quería dedicar el agradecimiento. Vuestra decencia es nuestra vacuna contra el
coronavirus. Muchas gracias por tan noble tarea. Y muchas gracias también a la mayoría de ciudadanos, algunos de los cuales nos están escuchando hoy, que han demostrado una gran capacidad de sacrificio en estos momentos dramáticos. Sin embargo,
señorías, esta Cámara ha vuelto a ser testigo hoy, como en otras ocasiones, de cómo en las mismas circunstancias puede emerger también lo peor, la mezquindad y la indecencia de la epidemia moral. Lo hemos repetido muchas veces. No es una novedad
que la derecha tenga una visión patrimonialista del Estado y que crean ilegítimo cualquier Gobierno que no sea el suyo. Lo hicieron con González, con Zapatero y también ahora. Lo indecente es mantener esa actitud en medio de la peor crisis
sanitaria global de los últimos tiempos. Esta



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actitud no tiene parangón en Europa. Algunos creen que esto tiene que ver con nuestra historia. No por casualidad somos el único país en Europa en el que el fascismo no fue derrotado y se tuvo que pactar con los franquistas en la
Transición. Quizá sea eso, no lo sé, pero esa anomalía la ven en Europa. Les leo The Financial Times: En algunos países la pandemia ha permitido dejar de lado las rivalidades políticas. Ese no es el caso de España. Espero, señor Abascal, que
después de leer esto no tenga la tentación también de exigir el cierre de ese periódico liberal británico por formar parte de una conspiración socialcomunista global.


Ustedes pueden decirme desde la bancada de la derecha que les digo todo esto porque no estoy en su lugar, porque no estamos en la oposición, pero, si quieren saber lo que hace una derecha responsable y lo que haríamos nosotros si
estuviéramos en su lugar, solo tienen que ver lo que hacen los suyos y los nuestros en los países vecinos, en Portugal y en Francia. Les leo unas declaraciones de Jean-Luc Mélenchon, el referente de Unidas Podemos en Francia. Son de ayer. Le
conocen ustedes porque tiene una gran oratoria, una oratoria a veces agresiva. Ayer decía: Nuestra estrategia hasta ahora era la del choque frontal sobre todos los temas, como generador de conciencia política, pero en este tiempo de coronavirus el
choque frontal no favorece la toma de conciencia; hace lo contrario, la bloquea. De ahí que hayamos pasado de esa política del choque a una oposición propositiva y constructiva. Creo que eso es lo que haríamos nosotros y creo que eso es lo que
quiere la ciudadanía. Creo que la ciudadanía está esperando de nosotros que salgamos de nuestras zonas de confort ideológico y que dejemos a un lado la lucha partidista. Porque, si no ahora, ¿cuándo? Nosotros no le estamos pidiendo a nadie que
renuncie a sus objetivos políticos, pero sí les pedimos un poco de decencia, como también pide la OMS a los sanitarios en sus vídeos y en sus manifiestos. Dejen de instrumentalizar a los muertos y el dolor ajeno para conseguir sus objetivos, sean
estos cuales sean: la supresión del Estado de las autonomías, la independencia de Cataluña o la caída de este Gobierno. El COVID-19 nos ha quitado muchas cosas. No permitamos que nos arrebate también el espíritu de cooperación humana, porque cada
vez que nos peleamos como humanos el virus avanza, gana. Por eso la verdad es que agradezco a la señora Arrimadas y a Ciudadanos que hayan entendido eso y que hayan hecho de derecha responsable. Es evidente que ustedes creen que nosotros somos un
Gobierno socialcomunista y que nunca vamos a gobernar juntos, pero ojalá nos podamos llegar a entender en la defensa de la salud pública.


Señor Casado, sinceramente yo esperaba de usted un cambio de actitud hoy, no porque tenga mucha fe en su partido y menos después de las imágenes lamentables que hemos visto de la señora Ayuso jugando a ser camarera, mientras se saltaba los
protocolos sanitarios de seguridad. No por eso, sino porque en verdad hoy usted tenía la oportunidad de presentarse como líder de la oposición y de estar a la altura de alguien que, como usted -no como el señor Abascal-, aspira a ser presidente del
Gobierno.


En realidad la votación de hoy es muy trascendental. Nos jugamos ganarle la batalla al virus o echar por la borda todo el sacrificio que hemos hecho. Eso no lo decimos nosotros, lo dicen los expertos, los constitucionalistas también. Sin
prórroga este Congreso estaría dejando el escudo social pendiente de un hilo y acabando con un mecanismo legal que es el que permite el confinamiento, la limitación de la movilidad, las reglas de distanciamiento o la obligación de llevar mascarillas
en los transportes públicos.


No es verdad, señor Rufián, que nada cae si cae el estado de alarma. A día de hoy el fin del estado de alarma es el fin de los ERTE y de las moratorias de alquileres e hipotecas. Es verdad que quizá se podrían buscar otras fórmulas, no lo
sé. No sé si existen, de momento no están. Muchos ciudadanos están viendo ahora este debate para saber si podrán ir a trabajar, si podrán ir a la playa este domingo o no. Les estamos obligando a estar pendientes de esta votación. Señor Rufián, a
usted una vez le dije que la carrera y la competición con Junts solo nos conducirían al precipicio de VOX. Creo que esas palabras hoy cobran más sentido que nunca. Ojalá escuchen más a su compañero Tardà, cuando decía hace un par de días que
tenían que ver más el bosque y no solo la hilera de árboles. Creemos que necesitamos más Tardà y menos Torra. Necesitamos más la Esquerra de Tardà que la Esquerra que vive atada de pies y manos a Torra, como vivía antes atada a la Convergència de
Pujol. Necesitamos que recuperen el espíritu de fraternidad de Companys que tantas veces usted ha invocado desde esta tribuna para evitar el contagio del sectarismo de Torra, porque solo desde la fraternidad y el republicanismo podemos derrotar al
virus de la confrontación identitaria. Yo sé que usted está más cerca de Tardà ahora mismo que de su partido; estoy convencido. No he hablado con usted, pero, conociéndolo, estoy convencido de ello. Porque, recuperando las palabras del jefe de
la oposición de la derecha portuguesa de las que hablábamos antes, la suerte de este plan de desescalada no es la suerte de un partido ni tan siquiera de un Gobierno, es la suerte de todos y de todas, de los médicos y las enfermeras, de las cajeras,
de las cuidadoras, de toda la



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gente que necesita ese escudo social y que están pendientes de si puede caer o no con esta votación. Más de tres millones de trabajadores dependen de la vigencia del estado de alarma, dependen del paraguas económico del Estado. Por eso los
sindicatos están preocupados, y la CEOE, el IBEX y Ana Botella le daban apoyo el otro día al señor Casado, según parece. Señor presidente del Gobierno, nuestro grupo parlamentario apoyará esta prórroga del estado de alarma porque la suerte de su
gestión es la suerte de todos y de todas, y porque estamos convencidos de que usted y el Gobierno harán todo lo posible para llevar el país a buen puerto. A este Gobierno se le pueden hacer muchas críticas, pero lo cierto es que nadie puede poner
en duda el esfuerzo titánico que ha hecho en recursos humanos y materiales para salir de esta crisis de forma diferente al año 2008, cuando se facilitaron los despidos, los desalojos, cuando se rescató a la banca en vez de rescatar a las familias,
como estamos haciendo ahora. Lo cierto también es que nunca antes nadie había tenido que tomar tantas decisiones en tan poco tiempo en un contexto tan cambiante, complejo, lleno de incertidumbre. Lo decía otro filósofo alemán, Walter Benjamin, que
mientras actuamos vamos claramente por delante de lo que es nuestro propio conocimiento. Nunca antes eso había sido tan cierto, no hay precedentes de una cuarentena global ni de un parón económico abrupto y sin planificación previa como este; a
pesar de los capitanes a posteriori, de los profetas del pasado o de los cuñados epidemiológicos, lo cierto es que todavía hay muchas cosas que no conocemos del virus, ni de su expansión, que va más rápida que nuestra capacidad de comprensión y de
reacción como seres humanos. Por eso es importante ser flexibles, no tomar decisiones definitivas, hay que estar dispuestos a dialogar y corregir sobre la marcha cuando haga falta sin dogmatismos. En ese sentido quiero agradecerle, presidente, que
usted haya tenido esa actitud: la actitud de un buen dirigente, de escuchar y de cambiar de opinión cuando, por ejemplo, se plantean los desconfinamientos por zonas sanitarias que les dijimos o que los niños y las niñas tenían que ser los primeros
en salir de la desescalada. Sin embargo hay cuestiones en las que necesitamos profundizar. Les señalaré dos: la crisis no puede ser -como advertía Naomi Klein- una excusa para dar carta blanca a las arbitrariedades, y hay imágenes que hemos visto
últimamente que no nos gustan, que nos preocupan. Por eso se agradece la rapidez de actuación cuando se detiene, por ejemplo, a la gente que humilló a una persona trans en Valencia. Pero quedan asignaturas pendientes: las cárceles españolas.
Necesitamos ir hacia un confinamiento domiciliario de todas aquellas personas que están en régimen de semilibertad o necesitamos ir a un proceso de regularización excepcional para que ninguna persona, haya nacido donde haya nacido, se quede sin
derechos. Por otro lado, necesitamos más cultura federal, más cogobernanza, porque tenemos una deuda con las comunidades autónomas y con los ayuntamientos. Creo que es justo reconocer que en esta materia, que en materia de descentralización y de
coordinación territorial nos queda aún mucho camino por recorrer. Es verdad que hemos dado un paso de gigante cuando hemos anunciado este fondo autonómico sin precedentes, pero hay que seguir trabajando en esa línea. Hoy el mejor reconocimiento a
la plurinacional del Estado es avanzar decididamente hacia una salida descentralizada de la crisis con cogobernanza. Hay que escuchar más a los territorios que están más cerca de los ciudadanos, los ayuntamientos, las comunidades autónomas.


Y termino como empecé, presidenta, con la reflexión de Camus: la peor pandemia -decíamos- es la moral, la pandemia de la desconfianza, del egoísmo, de la insolidaridad o del miedo. En el instante en que el miedo aparece, acostumbra a
volverse pegadizo, sofocante y rápidamente contagioso como un virus; entonces tiene efectos como el aislamiento, la resignación, la sospecha del vecino, porque el miedo encoge, paraliza, vuelve a la gente más conservadora, más fanática, más
desconfiada; con el miedo se rompen afectos, vínculos, y se expande el individualismo con sus múltiples formas de egoísmo. Ayer conmemorábamos precisamente el aniversario del fin del infierno de Mauthausen, y tenemos que tener presente eso, porque
es entonces cuando sucede eso, cuando se expanden los discursos del odio. De ahí es de donde se nutre la extrema derecha, para inocular su discurso del odio frente al diferente, al emigrante o al vulnerable, para hacerles culpables de ese malestar.
Y una fórmula para superar eso es el apoyo mutuo, la creación de espacios de solidaridad, de cooperación, ya sea institución o social, como la APAM, y el ejercicio de la decencia, de la decencia que hablábamos al inicio de mi intervención; porque
la decencia tiene una dimensión moral importantísima, pero también tiene una dimensión material. No se derrota el virus del miedo solo siendo decentes en nuestro comportamiento, se derrota a ese virus cuando podemos asegurar trabajos dignos,
ingresos dignos, viviendas decentes, educación decente y sanidad pública digna y decente.


Muchas gracias. (Aplausos).



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La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Asens. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Rocío.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián Romero.


El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta. Buenos días a todas y a todos.


Dos previas, inevitables. La primera es para responder al señor Abascal. Voy a dejar pasar esa defensa que ha hecho de la comunidad gay, que me tomo como un chiste, pero sí voy a contestar a la reivindicación que ha hecho de la señora
Merkel. ¿Sabe qué ha hecho siempre la señora Merkel en Alemania -y no soy sospechoso de ser pro Merkel-? Aislar a la extrema derecha, aislar al fascismo. Eso es lo que ha hecho la señora Merkel.


La segunda previa es para el señor Asens. Jaume, yo te respeto enormemente. Entiendo perfectamente que te han sacado aquí para atacar a Esquerra Republicana, y sabes perfectamente lo injusto, lo tramposo de algunas de tus palabras. Espero
que sirvan para que os sintáis mejor después de apuntalar este pacto con Ciudadanos.


Llevo cuatro años en esto, aunque parecen cuatro décadas, y he ganado algunas cosas y perdido muchas otras. Ha habido días buenos y sobre todo ha habido días malos, pero sin duda alguna este es de los peores, por lo triste, por lo tramposo
y por lo frustrante de todo ello. Comienzo con una premisa, que algunos ya me han escuchado alguna vez. Referentes como Joan Tardà, el gran Joan Tardà -y siempre voy a estar, sí, muy cerca de Joan Tardà- me enseñaron que los políticos ni somos
curas ni somos comerciales; que la política no es una iglesia ni un centro comercial; que ni estamos para repetir doctrina ni para vender productos; que la política es mucho más que dogmas inamovibles o frases motivacionales de taza de desayuno;
que la hemeroteca está para mejorar y no para amordazar; que a veces el político, y son las veces más duras, tiene que decir cosas que no gustan, pero que es nuestra responsabilidad, y eso no te hace menos puro, te hace más útil. El problema en la
política no es la comida basura, que también, el problema en la política es la política basura, y ahí algunos no nos van a encontrar jamás.


Cincuenta y cinco días, seis semanas, un estado de alarma, cuatro prórrogas y tres avisos. Hoy no se constata el no de Esquerra Republicana a la cuarta prórroga del estado de alarma. Hoy se constata el no del Gobierno a negociar con
Esquerra Republicana la cuarta prórroga del estado de alarma. Es lo único que se constata. Hoy no votamos en contra de una prórroga del estado de alarma. Hoy votamos en contra de su prórroga del estado de alarma. Porque, que todo el mundo lo
sepa -y es dramático que solamente lo digamos nosotros-: hay alternativa, hay alternativa a esta prórroga del estado de alarma. Hay, en definitiva, alternativa a la recentralización, a la militarización y a la regresión de derechos civiles en la
gestión de esta crisis. Repito -y es dramático que solo lo digamos nosotros-: hay alternativa.


La irresponsabilidad es gestionar una crisis como esta como si se tuviera mayoría absoluta. Esa es la irresponsabilidad. VOX no es la amenaza que debe hacer obedecer a las izquierdas ciegamente al PSOE. VOX es la amenaza que debería hacer
al PSOE pactar y negociar ciegamente con las izquierdas. La dicotomía entre estado de alarma o desconfinamiento, entre estado de alarma o miseria, entre estado de alarma o caos, no es cierta. La dicotomía entre derechos o salud, entre sanidad o
libertad, entre obediencia ciega o deslealtad, es falsa, es perversamente falsa. Aquí la única dicotomía real que ha habido es la del Gobierno, la de negociar un estado de alarma con PP o con Ciudadanos o con nosotros, y han elegido lo primero.


Decir que hoy Esquerra Republicana vota junto a VOX es como decir que el PSOE vota junto a VOX cuando veta comisiones de investigación del emérito; es el mismo nivel intelectual. Es falso. Decir que Esquerra Republicana vota junto a VOX
es como aquello que dijeron de que en los Presupuestos Generales del Estado de hace un año no había salario mínimo interprofesional. Es falso; lo acabaron aprobando vía real decreto. Como hoy pueden aprobar y prorrogar todas y cada una de las
medidas económicas y sociales y para paliar la situación de crisis económica y sanitaria fuera del estado de alarma. Decir que hoy votamos junto a la derecha, junto a la extrema derecha, es como decir que Colau es alcaldesa por la derecha, por los
votos de Ciudadanos. Es falso, es falso, es del mismo nivel intelectual. Y esa es la verdad. Ligar el estado de alarma a la vida, o este estado de alarma a la vida, ligar todo lo que está pasando a este marco recentralizador, ineficiente y
abusivo es un chantaje; y en el Real Decreto 11 ustedes mismos reconocen que cualquier medida puede ser prorrogada vía Consejo de Ministros. Así, hoy nos vienen a decir una vez más que este estado de alarma es lo que hay, es lo que hay, son
lentejas. Y hoy nosotros venimos a decirles que estamos hartos de ese 'es lo que hay', porque ya no vale lo de 'es



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lo que hay'; ya basta. Y por sexta semana y en la sexta semana les decimos que ya basta. Porque ustedes -y me duele mucho decirlo-, señorías del Gobierno, no hacen; se les obliga a hacer; y de vez en cuando hay que decirles que no para
que hagan. Y quien mejor lo sabe, quienes mejor lo saben son sus compañeros de viaje, las señorías de Unidas Podemos. Lo saben perfectamente; lo saben perfectamente. Saben perfectamente que hay alternativa. Repito, lo dramático es que solo lo
digamos nosotros.


¿Dónde está el Gobierno plurinacional? ¿Dónde está el Gobierno del diálogo, si nos enteramos de las cosas por las ruedas de prensa? ¿Dónde está? Nosotros dijimos que o parábamos el país o nos quedábamos sin país. Nosotros dijimos que no
tenía sentido eso de ir a comprar de uno en uno al súper un sábado e ir en metro a trabajar el lunes; nosotros dijimos que no tenía ningún sentido poder ir a la peluquería antes que poder ir al pueblo a ver a tu madre; nosotros dijimos que no
tenía ningún sentido poder ir a tomarse un vermú antes que poder ir a un velatorio; nosotros dijimos que en la toma de decisiones ustedes tienen en una mano los datos del virus y en la otra el teléfono de la patronal. Nosotros dijimos todo eso y
lo volvemos a decir -lo volvemos a repetir-, y volvemos a repetir que no hay criterios ya sanitarios para seguir justificando este -repito, este- estado de alarma de mando único en Madrid. Con ello solo se alarga la cadena de decisión en el
territorio sin querer contar con la información crucial, relevante, del territorio. Lo razonable es que pueda decidir el territorio, que es quien más información tiene, y eso no es nacionalismo, eso no es etnicismo, eso no es chovinismo; eso es
pura eficiencia, porque, repito, hay alternativa. Dejan fuera, se saltan e ignoran a quien sí tiene la información, a quien sí tiene las competencias, porque -con todo el respeto al señor Illa- las competencias no las tiene un ministerio de Sanidad
vaciado -vaciado-, las tienen las consejerías de las comunidades autónomas.


¿Saben que pasaría si hoy no se aprobará el estado de alarma que se va a aprobar? Nada; nada. Si el Gobierno quisiera no pasaría absolutamente nada, porque en el actual marco legislativo, repito, en el actual marco legislativo estatal y
autonómico hay vías, formas de poder seguir con el confinamiento y poder prorrogar todas y cada una de las medidas sociales y económicas para paliar la situación. Nosotros estamos por prorrogar políticas excepcionales, no por prorrogar estados
excepcionales. Entre darles banderas y corbatas negras para comer a la gente, entre repartir bocatas de calamares en Ifema mientras llevas meses rajando del 8 de marzo, hay un espacio intermedio; hay un espacio entre eso o abrazar de forma
absolutamente acrítica cualquier decisión del Gobierno, y en ese espacio estamos nosotros.


No decimos no a la prórroga sine die del estado de alarma, decimos no a la prórroga sine die de no tener derechos, ni más ni menos. Hay alternativa -hay alternativa-, hay dos: la primera, corresponsabilidad. Si tan importante es mantener
el estado de alarma, ¿por qué el Gobierno no se quema las cejas negociando con quienes facilitaron su acceso a Moncloa? Si quieren mantener este marco, negociémoslo. Ya se hizo con la salida de niños y niñas. Se escuchó y se mejoró. Si yo fuera
Unidas Podemos estaría muy preocupado por ver que cada vez que el PSOE puede se gira a mirar a Ciudadanos, en definitiva a la derecha; estaría muy preocupado. Y dos, horizontalidad, Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública,
Ley General de Salud Pública, Ley de Protección Civil nacional y Ley de Protección Civil autonómica. Son cuatro leyes, cuatro leyes ya existentes que reconocen la mutua colaboración Estado-autonomías. Horizontalidad. Las autonomías no deben
trabajar para el Ministerio de Sanidad, deben trabajar para la gente, y eso se hace vía respeto institucional. No estamos en las autonomías para repartir o para entregar datos -y ya se verá-, estamos para corresponsabilizarnos de las decisiones, y
eso es posible. Hasta en Francia, en el Elíseo, están delegando en los alcaldes. Ustedes mienten, pues, cuando dicen que es esto o el caos. Hay millones de personas que han votado -guste más o guste menos- sus parlamentos autonómicos, sus
Gobiernos autonómicos, y tienen derecho a decidir cómo salir de esta. Incluso si se equivocan, tienen derecho.


Nos hicieron caso con la moratoria de hipotecas del alquiler, nos hicieron caso con la flexibilización del superávit, nos hicieron caso con la salida de niños y niñas, nos hicieron caso con la reducción del IVA del material sociosanitario,
nos hicieron caso sacando a los militares de las ruedas de prensa. Les pido, por favor, que nos hagan caso ahora: horizontalidad y corresponsabilidad. La alternativa es la derecha, la alternativa es Ciudadanos. Si tan progresistas y si tan
dialogantes son, que se note.


Lo volvemos a repetir: nada de lo que ha ocurrido entre Esquerra Republicana y el PSOE en los últimos tiempos es fruto de la inocencia o de la candidez. Nada. Todo es fruto de las circunstancias y del contexto. Nada es gratis en
política. Lo único que es gratis es regalarle al PSC la tercera institución de Cataluña para que no la tenga Esquerra Republicana. Eso sí que fue gratis. Facilitar una investidura, tal y como se prometió, para atornillar al Gobierno a una mesa de
diálogo y negociación no es gratis, es un compromiso electoral. Y así seguiremos, cumplimentando compromisos electorales. Y hoy nos acogemos



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a otro: llevarles de un margen impositivo a un marco colaborativo. Sin diálogo -lo vuelvo a repetir, sin diálogo-, simplemente no hay legislatura.


Acabo. Señorías, no se puede instrumentalizar a los muertos, no se puede, se haga con o por la bandera que se haga. A muchos -a mí mismo- nos han acusado de nacionalistas por esta decisión. Miren, yo no soy nacionalista. Yo tengo muy
claro que Cataluña es simplemente como se llama ese lugar en el mapa. Para mí una patria son las llaves de la casa de tu madre, la cama donde duerme tu hijo, la gente que se levanta muy temprano para ir a trabajar. Para mí la independencia puede
ser una oportunidad para expandir derechos o simplemente para convertirse en un Länder neoliberal. Para mí eso es la independencia. Decir que España nos roba es como decir que el Palau de la Música o el tres per cent nos roba. No, nos robaban
quienes lo gestionaban, que, por cierto, eran los mismos siempre. Que unos vean a Esquerra Republicana un día atrapada por la derecha catalana y otro día como bolivarianos socialcomunistas es simplemente porque Esquerra Republicana ahora mismo
gana, lidera y tiene sentido propio y sentido crítico, y así seguirá siendo mientras yo esté aquí.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchísimas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, la señora Borràs Castanyer.


La señora BORRÀS CASTANYER: Dejaré alguna de las alusiones para mi turno de réplica.


Señor Sánchez, en mi primera intervención en este hemiciclo terminé mis palabras con un poema de Fabio Morábito que se titula Orejas. No lo recuerda, señor Sánchez; seguro que no lo recuerda. Y aunque quisiera volver a decírselo, no
dispongo de tiempo y sería en balde una vez más, porque tampoco dispone usted de orejas.


Dicen que es un Gobierno que escucha, pero, en realidad, es un Gobierno que quiere ser escuchado. Dice que dialoga, pero, en realidad, solo quiere ser obedecido. Estaría bien dejar de ordenar y dejarse aconsejar, porque el plan A -tanto
que hemos hablado de planes- es evidente que no ha funcionado, que el ranking de cifras sitúa a España en el lugar más alto de un podio macabro mundial. Decían que no había plan B y han acabado aplicando el plan C, con ce de Ciudadanos.


Ya sabemos que le gusta tomar decisiones a última hora, nos tiene acostumbrados a publicar decretos de madrugada. Esta vez, como mínimo, ha pactado a la hora de la cena de ayer y puede que el pacto in extremis le haya salvado la votación,
pero se le estropea, si es que no lo estaba ya, el eslogan de ser el Gobierno más progresista de la historia porque sus alianzas han mutado antes que el mismo virus. Ha improvisado medidas y ahora improvisa también apoyos. Pero, encima, se han
dedicado a proferir amenazas diciendo que seremos responsables del caos si no le apoyamos; nos amenazan entre ustedes o el caos, pero ya se les ha dicho que puede que sean ustedes el caos. Nos alarma su empecinamiento, su capacidad de persistir en
el error. Les hemos ido advirtiendo, pero han hecho caso omiso de cuantas medidas, proposiciones, resoluciones y enmiendas les hemos presentado, hasta 370, y esta epidemia es un reto enorme, pero la crónica de su gestión es la crónica de una
decepción.


Nos dice que en la gestión de la pandemia no hay aciertos absolutos, pero que no aprobar el estado de alarma es un error absoluto. ¿Le gusta que hablemos de absolutismo? Pues, si ha asumido las competencias de manera absoluta, asuma
también las responsabilidades, porque no hacerlo sí que es un error, además de una estafa. Es enternecedor haberle visto hoy defender un estado de alarma y un confinamiento que tanto les costó decretar como para llegar a decir que sería un error
absoluto, total e imperdonable, como ha dicho, y utilizar el chantaje emocional y la apelación a la moralidad. ¿Sabe lo que es un error absoluto? Todos los muertos, los infectados, las empresas fallidas, las colas de gente en entidades sociales
para poder comer y un larguísimo etcétera. Eso sí que es un error. Y, habiéndose atribuido todas las competencias, sepa que depende también de usted.


¿Quiere prorrogar el estado de alarma? Nosotros le hemos propuesto siempre reformarlo. Se lo dijimos aquí hace quince días: otro estado de alarma es posible; se lo dije yo misma. Por eso insistiremos hoy en el no. Después de dos
abstenciones, este es nuestro segundo no. Y nos preocupa la evolución de la epidemia, claro, pero nos alarma todavía más la involución autonómica y democrática que usted lidera, y todavía más cuando la eficiencia brilla por su ausencia. Han
presumido de celeridad y anticipación, cuando lo que ha quedado demostrado es que lo que define su gestión es ir a remolque y rectificando. Y para muestra, un botón: su anticipación con datos. El 11 de marzo la OMS declara la pandemia. Un día
después, Cataluña confina Igualada, decreta las primeras medidas drásticas de contención liberando



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aforos, cerrando centros educativos y universitarios, restringiendo actividades. Dos días más tarde, el president Torra pide el confinamiento total de Cataluña, y ese día usted anuncia que al día siguiente decretarán el estado de alarma
pero que no entrará en vigor hasta cuarenta y ocho horas después. Y no fue hasta el día 29 de marzo, exactamente dieciséis días después, cuando se decretó el confinamiento total, con el agravante de que el 25 de marzo Junts per Catalunya presentó
una enmienda pidiendo el confinamiento total, al que se resistían, y el Gobierno la votó en contra, pese a que la aplicó por Consejo de Ministros cuatro días después. El 16 de marzo el Gobierno de Cataluña le hace llegar medidas, entre ellas, la
supresión de la moratoria de impuestos, y no es hasta el día 31 de marzo, una vez los autónomos y las empresas ya habían liquidado sus cuotas a la Seguridad Social, cuando ustedes la prueban. El 14 de abril, un día antes de que se acabara el plazo
de domiciliación de impuestos, su Gobierno aprueba una moratoria de solo un mes, y supongo que ya debe estar a punto de aprobar la nueva, como ya le hemos solicitado repetidamente, aunque igual también esperan al último día. Rectificaciones:
peluquerías; franjas horarias; se lo pidió Cataluña, oímos al ministro decir que de ninguna manera, y cuatro días más tarde se aprobaba la salida de los menores y diez días después la de toda la población. No hubo autocrítica, pero al menos hubo
rectificación. Por no hablar de la militarización, compras defectuosas, campañas de publicidad, ruedas de prensa, intento de minimizar las opiniones contrarias a su Gobierno o que si Portugal detuvo antes la pandemia porque está un poco más al
oeste.


Acabo, presidenta. La gente no merece este despropósito, que sería digno del memorial del disparate, pero tampoco merece esta incertidumbre. Lejos queda el titular del ministro Illa: 'estamos preparados', del 26 de enero, porque ni lo
estaban ni lo están y dudamos de que lo vayan a estar. Piense que tiene a familias que en estas fases de desescalada ya tienen que volver a trabajar y no pueden llevar a sus hijos al colegio porque siguen encerrados y se están planteando el
dejarles con sus abuelos. Hay un caos en la gestión de los ERTE que ya le dije que ni Kafka, y hablan de coordinarse con los Gobiernos autónomos cuando no coordinan ni las medidas que ustedes proponen.


El plan B, señor Sánchez, existía, existe, y consiste en escuchar, en atender y, sobre todo, en aplicar el sentido común y confiar en las bondades de un Estado verdaderamente descentralizado, pero si no se lo creen ustedes, ¡ya me dirán
quién se lo va a creer! Nosotros hace tiempo que hemos perdido la fe, estamos en otra fase. El plan B, señor Sánchez, consistía y consiste en retornar las competencias, aunque el precio sea el de evidenciar su incompetencia. Háganlo antes de que
sea demasiado tarde, porque el virus ataca a las personas, pero sus errores, absolutos o relativos, atacan el futuro de todos.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Borràs. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Rocío.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Errejón Galván.


El señor ERREJÓN GALVÁN: Muchas gracias, señora presidenta.


Voy a empezar por lo más importante. Decía Chesterton que una de las desventajas de la prisa es que lleva demasiado tiempo. Hoy la buena noticia es que está bajando el número de contagiados, está bajando el número de fallecidos y estamos
empezando a derrotar al virus. Eso es lo más importante que se tiene que decir hoy aquí. Y lo estamos haciendo precisamente porque se han adoptado medidas que eran duras y porque el pueblo español está cumpliendo. Me gustaría que nos sacudiéramos
un poco esa especie de complejo como de autoodio provinciano por el cual el pueblo español es indisciplinado, no cumple y hay que vigilarlo todo el rato con el palo. El pueblo español está cumpliendo, y precisamente porque está cumpliendo no se
merece la ceremonia de la frivolidad que hemos visto estos días.


El Gobierno y la oposición no pueden jugar con algo que no les pertenece, que es el esfuerzo del pueblo español, la disciplina del pueblo español y las esperanzas o los miedos de toda la gente que ha cumplido durante estas semanas tan duras.
Comienzo por el Gobierno porque es a quien le corresponde la principal responsabilidad, precisamente porque gobierna. En mi opinión, señor presidente, la suficiencia es mala consejera. Si a ustedes les preocuparan solo los números, efectivamente,
hoy la prórroga del estado de alarma va a salir adelante, y un cínico o un realista, que a veces son lo mismo, podría decir: bueno, pues si sale adelante, el resto son solo palabras. Pero las palabras tejen sentidos compartidos y complicidades, y
hoy, señor presidente y señores del Gobierno, ustedes salen de esta Cámara con menos apoyos y con menos plumas, y créanme que las van a necesitar para lo que viene.


Yo no soy tan partidario de hablar repetidamente de grandes pactos como los Pactos de la Moncloa y sí más de practicar los pequeños acuerdos de día a día y de semana en semana, y para eso ustedes



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tienen que aprender a cuidar al Parlamento y a sus apoyos. No le basta con VOX para llamar a filas a los apoyos a un Gobierno que, como no tiene mayoría absoluta, tiene que aprender a negociar, tiene que aprender a dialogar y tiene que
aprender a escuchar. No se pueden mandar los decretos con dos horas para que los grupos los enmienden; no se puede utilizar el chantaje, porque funciona más la persuasión, y a las pruebas me remito. Hay que desarrollar alternativas -si esta vez
no se ha podido, hay que desarrollarlas para la próxima vez- para que no decaiga ninguna de las medidas, y hay que aprender a cuidar el bloque que invistió al Gobierno. Había, señor Sánchez, una mayoría que hizo posible su Gobierno, que le hizo
presidente, y por no cuidarla hoy esa mayoría se ha ido agrietando, se ha ido resquebrajando, y usted ha tenido que buscar el apoyo de quienes votaron que no en aquel momento. Ese camino, en mi opinión, es de corto recorrido y no augura mucho
recorrido para los cambios. Bienvenido todo aquel que se sume a la responsabilidad que ha mostrado el pueblo español en el confinamiento. Ya no entiendo tanto que uno se sume a la responsabilidad en España y apoye, sustente y sostenga la
irresponsabilidad al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid.


Me dirijo al Partido Popular: yo hace tiempo que me he acostumbrado a no esperar mucho, pero, señor Casado, al menos podemos esperar entender exactamente qué están haciendo, porque yo le oigo a usted en esta Cámara decir que hay que ponerse
corbata negra porque es muy importante el luto y porque la situación es muy seria, y luego veo a su partido organizando el 'Ifemazo' y haciéndose fotos repartiendo bocadillos de calamares o pasando revista, no sé en calidad de qué, o acariciando
ovejas. Yo quiero saber a qué está jugando el Partido Popular, porque si ustedes pusieran al menos la mitad de empeño en cuidar la sanidad pública madrileña que el que ponen en zancadillear el trabajo en España y el trabajo para salir adelante
frente al virus, creo que a todos nos iría francamente mejor.


Hoy, desde Más País, votamos que sí a la prórroga del estado de alarma, y no lo hacemos porque se lo merezcan, sino porque el esfuerzo del pueblo español no le pertenece, no es patrimonio de ningún Gobierno ni de ningún partido, y porque
además sería el pueblo español, las familias más humildes, quienes pagarían los platos rotos de que al final, por tirar unos de un lado y otros de otro, la cuerda se rompa.


Pude manifestar en mi conversación con la vicepresidenta de Transición Ecológica algunas de nuestras preocupaciones fundamentales. Nos preocupa la movilidad, que tiene que ser una movilidad verde y sostenible, nos preocupa que se siga
usando la Ley mordaza -que se supone que queríamos derogar- para sancionar a los ciudadanos y que eso pueda alimentar o favorecer abusos, y nos preocupa fundamentalmente la conciliación. Imagínense la angustia de miles de madres y de padres en
España que tienen que volver al trabajo y que no tienen en dónde dejar a los niños. Por eso hemos propuesto una batería de medidas que proponen, en primer lugar, que no haya que hacer malabares entre la familia y la vida, entre la familia y el
trabajo, y que empieza con una medida que propone una prestación equivalente a la de incapacidad temporal para la conciliación, para que las cargas no recaigan siempre sobre las mujeres.


Acabo, señora presidenta. Empezaba citando a Chesterton y acabo con Nicos Poulantzas. Decía que una derrota puede igualmente ser una batalla no entablada en el momento preciso, no haber sabido marcar objetivos de largo plazo en una crisis
declarada. Esta es una crisis que nadie quería y es una crisis sin precedentes, pero también es una oportunidad para reconstruir el país, y la reconstrucción tiene que ser con justicia social, con justicia fiscal y con transición ecológica. No
mirar lejos y no aprovechar la oportunidad sería ya una derrota, y la de hoy no es una buena señal ni es una buena dirección.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Errejón. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).


Tiene la palabra el señor Baldoví Roda.


El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.


Cuando algo no está claro, los valencianos tenemos una frase: Què farem: foc o fugirem? ¿Qué haremos: fuego o huiremos? Señorías, ¿hoy venimos a trabajar por las personas o estamos pensando en el rédito partidista y en las próximas
elecciones? ¿Estamos para solucionar problemas o para crearlos? ¿Estamos pensando en los sanitarios, en las personas o, como dijo el profesor Antón Losada, queremos gestionar la pasarela y las medallas?


Compromís lo tiene claro: las personas primero. Lo hacemos en el Gobierno valenciano y lo hacemos aquí. Por eso en cada una de estas prórrogas hemos presentado propuestas en positivo, algunas de las cuales ha recogido el Gobierno, y por
eso estamos orgullosos. Esa es la utilidad de Compromís. Propusimos



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el control de precios del material sanitario, la protección a los trabajadores de la cultura, la protección a los que fueron despedidos en el contrato de prácticas, la reapertura de la licitación pública telemática y el blindaje de la
sanidad pública en la Constitución, sobre lo cual el presidente recogió el guante. Esperemos que no se trate solo de recogerlo, sino que realmente pase de las palabras a los hechos.


Hoy seguimos haciendo propuestas. Primera, que las empresas que tengan su sede o filiales en paraísos fiscales no se puedan acoger a las ayudas. Los que pagan impuestos allá no pueden acogerse a ayudas aquí. Segunda, que durante esta
epidemia ninguna comunidad autónoma tenga una financiación por debajo de la media, que todas puedan tener la misma liquidez para luchar contra la epidemia; una epidemia que, evidentemente, no sabe de sistemas de financiación profundamente injustos
y desiguales. Defendemos que los ayuntamientos puedan gastar el dinero de esas huchas municipales para ayudar a sus vecinos. ¿Piensan autorizarlo? Por último, alargar plazos a los ayuntamientos para poder justificar procedimientos interrumpidos.
Son propuestas todas ellas razonables.


Acabo. Votaremos a favor, a pesar de que este Gobierno ha negociado muy poco y tarde con los partidos que precisamente ayudamos a constituirlo; un Gobierno que ha recentralizado mucho y ha confiado más bien poco en el papel absolutamente
imprescindible de las comunidades autónomas; un Gobierno que ha actuado a menudo como si tuviera mayoría absoluta. Votaremos a favor por respeto a las más de 25 000 víctimas, por respeto a todo el personal de la sanidad y a los trabajadores que se
han arriesgado por todos nosotros. Votaremos a favor por respeto a los millones de ciudadanos que durante meses han aparcado sus vidas, a los que han perdido trabajo e ingresos, a los que cerraron las persianas de sus negocios con incertidumbre y
aún no tienen la certeza de abrir. Votaremos a favor porque estos ciudadanos lo que quieren son soluciones, acuerdos. Votaremos a favor porque para Compromís las personas son lo primero y la alternativa, efectivamente, señor Ábalos, podría ser el
caos; el caos de esta derecha que no tiene ninguna propuesta -en media hora de discursos de las dos derechas, ni una sola propuesta en positivo- y que sobrevuela, como los buitres, en la desgracia de un país.


Pero escuchen, señoras y señores del Gobierno, escuchen y vayan un rato largo al rincón de pensar. Este país y esta gente no se merecen la incertidumbre de estos últimos tres días. Piensen en el plan B, C, D y en el que sea, negócienlo y
explíquenlo. Señor Sánchez, recuerde que las flores, incluso las que no están en los floreros, pueden acabar un día marchitándose.


Moltes gràcies.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Baldoví.


En último lugar, por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Rego Candamil.


El señor REGO CANDAMIL: Obrigado, señora presidenta.


Señor presidente, el BNG mantuvo desde el principio una actitud constructiva y de apoyo al estado de alarma porque siempre tuvimos claro que el objetivo principal es ahorrar vidas y que esto está por delante de cualquier objetivo político.
Lo mantuvimos aun cuando comprobamos que en algunas ocasiones el Gobierno no actuó con este criterio. Lo mantuvimos aun cuando nuestras propuestas -creo que todas absolutamente sensatas y realizadas con ánimo de colaboración- no fueron tenidas en
cuenta o lo fueron de forma tardía e insuficiente, como sucedió con la paralización de la actividad económica no esencial. Mantuvimos y mantenemos una actitud constructiva por responsabilidad política y, por eso, avanzamos que estamos a favor de
que sea prorrogado el estado de alarma para los próximos quince días, porque nos parece necesario para acabar de controlar la pandemia y salvar vidas. Pero sabemos que hay maneras y maneras de hacerlo. Ya en anteriores ocasiones pusimos de relieve
que discordamos de la gestión que estaba realizando el Gobierno y de decisiones concretas, como la centralización producida con el llamado Mando Único en Madrid y la usurpación de competencia de las comunidades autónomas, y no ya por razones
políticas, sino por razones sanitarias, por ser negativo para la eficacia práctica del operativo contra la pandemia.


Fíjese en qué estado colocaron ustedes la cuestión que, frente a un Gobierno de partidos que se dicen autonomistas e incluso en ocasiones federalistas -que se empecina en centralizar-, somos fuerzas políticas soberanistas, que no defendemos
el estado autonómico porque nuestro objetivo es la soberanía de nuestras naciones, las que estamos aquí defendiendo las competencias autonómicas, en nuestro caso no los gestores, sino las instituciones nacionales de nuestro país, de Galiza.


Si la centralización no tenía sentido en la fase de escalada, mucho menos lo tiene ahora, en la de desescalada. Los criterios marcados por el Gobierno evidencian el desconocimiento de la realidad en nuestro país, muy diferente a otros
territorios. ¿Tuvieron ustedes en cuenta, por ejemplo, que Galicia tiene más de



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la mitad de los núcleos de población del Estado español como consecuencia de un hábitat disperso que provoca que muchos concellos, que superan ampliamente los 5000 habitantes, no tengan ningún núcleo que se aproxime siquiera a esa cantidad?
¿O que las provincias, creadas en 1833 para reforzar el centralismo y que no responden a ninguna realidad social definida, no tengan ningún sentido como ámbito de gestión?


A juicio del BNG, el ámbito de decisión en la fase de desconfinamiento progresivo debe ser Galiza, a partir de los criterios generales que tenga a bien marcar el Gobierno español desde su papel de coordinación. Tenemos una forma diferente
de habitar el territorio que nunca entendieron en Madrid y que parece que este Gobierno sigue sin entender. Por eso presentamos una propuesta de modificación que esperamos que esta vez sea aceptada. Si así fuese, votaríamos a favor. Pero, claro
-y finalizó-, vemos que en vez de dialogar y acordar con las fuerzas soberanistas y de izquierdas que los estuvimos apoyando, prefirieron hacerlo con aquellos que hasta ahora incluían en la derecha ultramontana. En fin, ustedes escogen su camino y
veremos adónde conduce.


En todo caso, el BNG no quiere obstaculizar la prórroga del Estado de alarma y, por eso, aunque no la acepten, nos vamos a abstener, porque -insisto- discrepamos en el cómo pero estamos de acuerdo en que el estado de alarma debe continuar.


Obrigado.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rego. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Conchi.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Arrimadas García.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Gracias, señora presidenta.


No puedo empezar de otra manera que trasladando el pésame desde Ciudadanos a las familias de los más de 26 000 fallecidos registrados; hoy, por cierto, se ha notado un repunte en el número de fallecidos. Y quiero iniciar mi intervención
diciendo que no podemos normalizar el dolor, no podemos celebrar que haya días en los que prácticamente haya 200 fallecidos en nuestro país. Estamos en una situación absolutamente dramática, hay muchísimas familias que han tenido que despedir a sus
padres, si han tenido suerte, a través del móvil; muchas que ni siquiera han podido asistir a su funeral. Estamos ante una situación dramática, y lo digo porque a veces el discurso político parece estar desconectado de esta realidad.


No estaba escrito en el destino de los españoles tener los peores datos del número de fallecidos del mundo, después quizá de algún otro país que ya sabemos cómo está haciendo el recuento. No estaba escrito en el destino de los españoles el
ser el país del mundo con más sanitarios contagiados. No estaba escrito en el destino de los españoles ser el país del mundo con uno de los confinamientos o quizá el confinamiento más duro pero, a la vez, con los peores datos en número de
fallecimientos.


Los españoles nos juzgarán a todos nosotros por lo que hemos hecho durante esta crisis, pero especialmente juzgarán al Gobierno, que ha cometido grandes errores y que ha llegado tarde y mal a combatir esta pandemia. Pero lo que tenemos que
hacer ahora es saber cuál es la sensación generalizada de los españoles. Hay una sensación generalizada, primero, de miedo por sus propias vidas, por sus padres, por sus abuelos, por los colectivos vulnerables. También de enfado, porque no se ha
gestionado bien esta crisis. Preocupación, incertidumbre, pero no solo por la pandemia, sino por cómo se ha respondido a esta pandemia desde nuestro país. Y se ha producido esta sensación, sí, porque se ha llegado tarde y mal, pero también porque
ha habido improvisaciones; ha habido muchísimas decisiones unilaterales, ha habido rectificaciones que han sumido al país en muchísima incertidumbre y también porque no se ve unidad política, porque no se ve consenso, porque no se ve un ritmo, un
rumbo claro para España y porque tenemos la imagen internacional ahora mismo muy tocada.


Nosotros, desde el principio, hemos intentado ser útiles y hemos pensado en el interés general de los españoles; de hecho, nos adelantamos muchos días antes de que se decretara el estado de alarma, yo personalmente llamé al presidente del
Gobierno para trasladarle nuestra enorme preocupación por la evolución del virus. Hemos sido propositivos, hemos sido leales, hemos tenido sentido de Estado, porque solo hemos tenido un objetivo desde el principio y ha sido el de salvar vidas y
salvar empleos. Y la mano que hemos tenido tendida, la responsabilidad, jamás ha sido para tapar o justificar los errores del Gobierno; de hecho, hemos sido, somos y seguiremos siendo muy críticos denunciando firmemente los enormes errores del
Gobierno. Pero hemos tendido la mano para intentar que no se repitieran, para intentar que se corrigieran, para intentar salvar vidas y empleos de los españoles.



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Quiero recordar lo que hoy se vota aquí. Lo digo porque, por algunas intervenciones, me ha parecido ver que algunos estaban en un debate de investidura del señor Sánchez con el señor Iglesias, y quizá haya gente de buena fe que hoy nos esté
viendo que se piense realmente que estamos emitiendo un voto a favor de Sánchez o Iglesias o a favor de este Gobierno. No, lo que estamos haciendo hoy simplemente es votar que este mismo sábado decaiga el estado de alarma o que prorrogue
simplemente por quince días más. Estamos votando si queremos que este sábado se pueda salir sin ningún tipo de control, se pueda uno coger el coche e irse a la residencia de la playa, se produzca la caída de los ERTE y de las ayudas, sí, porque
ahora mismo están vinculadas, no debería ser así y el Gobierno lo tendrá que corregir, pero a día de hoy están vinculadas. Eso es lo que estamos votando hoy, y después de esta votación este Gobierno seguirá teniendo 155 escaños, ni uno más ni uno
menos. La verdad es que no creo que haya un solo español que no sepa lo que pienso del Gobierno de Sánchez e Iglesias; de hecho, me vieron todos los españoles intentando evitar esa formación del Gobierno planteando la vía 221, mientras otros
estaban en la cómoda posición del no: que se forme este Gobierno, que arruinen a España y luego ya nos votarán a nosotros y lo arreglaremos. Nos vieron todos intentar evitar este Gobierno, pero hoy no se vota la investidura del señor Pedro
Sánchez, hoy se vota si se alarga el estado de alarma quince días más o este sábado decae el estado de alarma con todo lo que eso conlleva para los españoles. Y puedo reconocer que viendo la rueda de prensa del señor Sánchez el sábado quizás a
alguno se le hubieran quitado las ganas, porque el señor Sánchez se ha pasado dieciocho días sin llamar a la oposición, dieciocho días; dieciocho días en los que ha habido 7000 muertos en este país. En esa rueda de prensa realmente el señor
Sánchez dijo que caerían las ayudas y dijo que no había un plan B, lo que supuso una sensación de amenaza en muchos españoles, pero nosotros tenemos que pensar en el bienestar de los ciudadanos y para votar que sí a esa prórroga de quince días más
del estado de alarma hemos negociado con el Gobierno, hemos abierto negociaciones y diálogos con el Gobierno para evitar problemas a los españoles, y hemos conseguido tres condiciones que creo que son muy buenas y que incluso el señor Casado ha
reconocido en su intervención. La primera es que el Gobierno se prepare para desvincular los ERTE y las ayudas a la declaración del estado de alarma, por sentido común; cuando caiga el estado de alarma habrá muchas empresas que no hayan recuperado
su demanda y, por tanto, no tiene sentido que las empresas tengan que mantener el cien por cien del personal mientras no tengan un cien por cien de demanda. La segunda es que el Gobierno necesita un plan B. Y sí, todos escuchamos al presidente del
Gobierno decir que necesitaba un plan B, que no tenía un plan B y que no había alternativa. Creo que es sorprendente, porque el Gobierno de 155 escaños necesita un plan B, no puede decir a los españoles, señor Sánchez, que si ustedes pierden un día
una votación en el Congreso -un Gobierno que tiene 155 escaños-, ya no puede protegernos de ninguna manera, no tiene alternativa. Por eso, la segunda de las condiciones es que el Gobierno vaya planificando esa salida ordenada del estado de alarma
para proteger a los españoles desde el punto de vista sanitario, económico y social cuando dicho estado de alarma decaiga, porque el Gobierno no tiene mayoría absoluta. La tercera de las condiciones es que llame a la oposición cada semana, que
escuche, que consensúe las medidas y también que tenga en cuenta, evidentemente, a las comunidades autónomas. Estaremos muy vigilantes en estas tres condiciones y estaremos vigilantes para que esto no suponga más privilegios para algunos partidos
nacionalistas.


Pero hay que hablar de medidas, por ejemplo, de mascarillas. Estamos siendo partidarios y apostamos por que se aumente la obligatoriedad del uso de mascarillas, como ya se ha hecho en el transporte público; deberían extenderse también a
otros ámbitos privados donde se pueden seguir contagiando muchas personas. Estamos pensando en el interés de los españoles porque sí me creo que este Gobierno es capaz de cumplir con su palabra y dejar desprotegidos a los españoles el sábado, y
creo capaz a este Gobierno de no tener un plan B si decae este estado de alarma. Algunos hoy pensarán que esta votación sirve para tumbar al Gobierno, pero no sirve para tumbar al Gobierno, sirve para no tumbar un estado de alarma el sábado.
Alguien podría decir que, bueno, que caiga el estado de alarma, que vendrá el caos, que se acabarán las ayudas pero que ya nos encargaremos de decir que la culpa es del Gobierno. Otros quizá lo que están pensando es que si cae el estado de alarma
ya diremos que la culpa es de la oposición. Pues bien, ¿por qué no nos centramos en evitar que eso pase? ¿Por qué no probamos a estar a la altura de los españoles e intentamos negociar medidas que todos sabemos que son buenas para millones de
autónomos y de familias en un momento como este? Sinceramente, si esto es un cambio de rumbo, si esto supone que a partir de ahora se van a consensuar las medidas, si esto supone rectificación de algunas medidas del Gobierno, creo que es algo a
celebrar.



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Es verdad que no es una prórroga por quince meses o por tres meses, es una prórroga para quince días. Tengo que decirle también, señor presidente, que el estado de alarma ha sido necesario para contener la pandemia, que el estado de alarma
ha sido necesario para mantener un confinamiento generalizado de los españoles, pero es necesario pensar en la salida ordenada de este estado de alarma y, sobre todo, recordarle, señor presidente, que el estado de alarma sirve para lo que sirve y
debe utilizarse para lo que debe utilizarse. No se puede utilizar un momento de estado de alarma para tramitar por la puerta de atrás una ley educativa. No se puede utilizar un estado de alarma para hacer nombramientos que no cumplan con el
requisito de funcionariado. De hecho, yo le diría, señor Sánchez, que vayamos pensando en cómo ir disminuyendo chiringuitos, duplicidades y enchufes para poder hacer frente a esta crisis económica, lo contrario de lo que se ha visto hasta ahora.
Esta crisis no puede servir para cerrar el Portal de Transparencia, cosa por cierto que hemos denunciado incluso en el Parlamento Europeo. Pero nosotros tenemos que ser un partido útil y claro que tenemos la obligación de denunciar los errores del
Gobierno, pero tenemos la obligación también de ser útiles y de hacer propuestas y conseguir cosas buenas para los españoles. Siempre voy a pensar en el interés general de los españoles y creo que muchos millones de españoles -piensen lo que
piensen, voten lo que voten- nos están mirando hoy de nuevo aquí, en el Congreso, y no ven humildad, no ven rectificación, no ven manos tendidas; ven bronca. Y creo que es la oportunidad de decirle al mundo que España puede enderezar el rumbo. No
nos merecemos los datos que tenemos, no estaba en nuestro destino tener a los sanitarios contagiados, tener este número de fallecidos. Pero les puedo garantizar que cada vez que decidamos nuestro voto en este Congreso, cada vez que tengamos que
decidir entre el botón verde, el botón rojo o el botón amarillo -del voto favorable, en contra o la abstención-, siempre vamos a pensar en el interés general de los españoles. Y estas tres condiciones que hemos conseguido son buenas. España no
puede salir este mismo sábado del estado de alarma, pero es verdad que el Gobierno tiene que comprometerse, como digo, a desvincular las ayudas este estado de alarma, a ir preparando ese plan B, esa salida ordenada del estado de alarma y, sin duda,
a tener mucha más interlocución con la oposición y con las comunidades autónomas.


Entre ser útiles o inútiles, lo tengo claro, y entre no aportar nada o intentar salvar vidas y empleos, también lo tengo claro. Así que nuestro voto es en conciencia, asumo absolutamente la responsabilidad de este voto favorable para que no
decaiga este estado de alarma el próximo sábado y espero, señor presidente, que la negociación que hemos tenido y los acuerdos que hemos alcanzado se puedan llevar a cabo y empiece una rectificación del Gobierno, que sin duda será buena para todos
los españoles.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arrimadas.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor Esteban Bravo.


El señor ESTEBAN BRAVO: Señoras y señores diputados, señor presidente, a mí me gustaría comenzar poniendo un poquito de perspectiva a lo que ha sucedido en estos últimos días, en estas últimas semanas. Porque muchas veces se van sucediendo
los acontecimientos muy rápidamente y no sabemos exactamente cómo hemos llegado hasta aquí.


Cuando nos solicitó la anterior prórroga, yo fui el único en esta Cámara que le dijo que volvería a pedir otra, que vendría hoy, y usted me hizo un gesto como diciendo: No, no, hombre ni pensarlo. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez
Pérez-Castejón, hace gestos negativos). Sí, sí, lo recuerdo muy bien. Le dije: Hombre, a no ser que las cosas vayan muy bien. Le dije que utilizara estos quince días para prepararse. ¿Para qué? Para fijar unos parámetros, un marco genérico que
hiciera el Estado y que el desarrollo y la ejecución lo hicieran las comunidades autónomas; pero que la próxima prórroga -si la pedía y me parecía evidente que lo iba hacer en aquel momento- la tenía que preparar y estaríamos en otras condiciones.
Lo que nos anuncia usted a finales de abril, el día 26 de abril más concretamente, es un plan de mes y medio o dos meses, un plan que no consulta con nadie, ni con otras instituciones ni con las comunidades autónomas, sobre cómo tiene que ser esa
desescalada a lo que usted ha venido a denominar la nueva normalidad. Y nos pone también un parámetro, un criterio general, que es la provincia, más propia de los departamentos franceses y del unitarismo francés que de un Estado de las autonomías.
Nos dejó además absolutamente extrañados cuando, a requerimiento de la prensa, dijo: no hay excepciones, esto se tiene que llevar así, e insistió en el mando único. Sí, eso fue lo que dijo en la rueda de prensa del día 26 de abril: mando único.
Porque, además, vino a decir: esto no es una carrera en la desescalada y un riesgo. Y parecía dar a entender con esa frase que, frente a la responsabilidad y el buen



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criterio del Gobierno español, el resto de las instituciones y de los agentes políticos eran un poco, como diríamos en euskera, unos txoriburus, unos descabezados que podrían ponerse a competir para ver quién acababa más rápido y quién daba
más libertad de hacer las cosas a la gente. Esa mención a una carrera autonómica -que mencionó usted y que luego se ha repetido por otros portavoces del Gobierno- a mí me parece que no era ni justa ni correcta. Es verdad que hemos visto algún
pequeño espectáculo, pero creo que más bien ha sido como excepción que como regla.


No se puede mantener una situación de excepcionalidad en algo permanente, pero, vistas las circunstancias y cómo estaba planteándose todo, hemos intentado, como usted bien sabe, ser constructivos, buscar una salida y que fuera una salida
conjunta. Desde luego, el decreto de salud que aprueba hace unos días el señor Illa tampoco sale de la nada; coge una determinada dirección y prepara el terreno para un posible acuerdo posterior, porque llevamos una semana hablando. Estamos
hablando del decreto, pero también salió a colación la orden y, aunque para nosotros no está perfecta ni al gusto, por lo menos encauzaba el terreno. Encauzaba el terreno pero no deja de ser una orden, que el Gobierno puede modificar al día
siguiente perfectamente. Por eso es absolutamente fundamental que se aclaren las cosas de manera más profunda y que lo hagan en este decreto que tiene que ratificar el Congreso. Era necesario que se ampliara la posibilidad de modificar esas
medidas y que se hiciera a través del texto que ratificara el Congreso y que hemos intentado implementar, y creo que el Gobierno lo ha comprendido. Finalmente, ha coincidido -y quiero pensar que va a ir dirigido así- en la cogobernanza, la
codecisión, en ir de la mano. Ninguno estamos locos ni pretendemos actuar irresponsablemente y que las cosas se vayan de las manos y volvamos a la casilla de salida, ni muchísimo menos, pero creo que es necesario llevar las cosas de la mano y a
partir de una codecisión, dejando que esa rigidez inicial pueda ser modificada por parte de las comunidades autónomas adaptándola a la realidad y que incluso puedan modificarse elementos que están en diferentes fases dentro del plan pensado por el
Gobierno pero que, de acuerdo con las circunstancias de una comunidad autónoma, pudieran adelantarse o quizás autorretrasarse. Por eso nuestra enmienda dice: modificación, ampliación o restricción de las unidades de actuación y las limitaciones
respecto a la libertad de circulación de las personas, de las medidas de contención y de las de aseguramiento de bienes, servicios, transportes y abastecimientos, con el fin de adaptarlas mejor a la evolución de la emergencia sanitaria en cada
comunidad autónoma. Este es el espectro de las medidas que se contemplan en el resto de los artículos de este estado de alarma. Y, evidentemente, una vez acordado esto, que quien implemente esas medidas, quien las module, sea quien ostenta la
representación ordinaria del Estado en las comunidades autónomas de acuerdo con sus propios estatutos de autonomía, que es el presidente o la presidenta de esa comunidad autónoma. Yo creo que los acuerdos son posibles, que no tiene que ser nada
difícil, basándose en los parámetros de la situación de cada comunidad autónoma, sobre todo sanitarios, evidentemente, pero también de otro tipo, poder implementar esos márgenes. Si no se acuerda, se va a convertir en un problema político; yo
estoy seguro de que se puede encauzar.


Esa ha sido nuestra disposición y nuestra labor, tratar de buscar un acuerdo e intentar dar una salida a lo que podría ser un embrollo político. Ahora le quiero decir, como hace quince días, señor presidente, que vaya preparando en estos
quince días el futuro, con un buen entendimiento. Me hace gestos; cada uno tenemos nuestro punto de vista. Yo le estoy explicando el mío y usted tendrá el suyo. En los próximos quince días tiene que haber un buen entendimiento con las
comunidades autónomas y hay que pensar en cómo va a ser la implementación más allá de este periodo de quince días del estado de alarma, porque ustedes han implementado el plan del Gobierno con diferentes fases, pero quizá no todas necesiten del
estado de alarma para poder desarrollarse convenientemente. Deberían empezar a pensar en eso. Quizá haya algunos lugares en los que sea más difícil y sea necesario restringir más, porque, claro, en algunas fases se habla de segundas residencias y
ya sé que se mencionan las provincias, pero quizá pueda ser incluso más amplio en un momento determinado. Hay cines y teatros abiertos en la fase dos -no le quiero ya contar en la tres-, reuniones de cincuenta personas, etcétera. Quizá no sea
necesario ese estado de alarma para restringir férreamente esos movimientos. Igual en algunos sitios del Estado sí, pero es que la propia Ley de los estados de alarma, excepción y sitio dice que no tiene por qué declararse en todo el territorio del
Estado. Tendríamos que ir viendo cuál es la realidad dentro de unos días, pero también la forma de volver a la normalidad en el plano legal y reglamentario, porque en mi opinión no es cómodo para nadie, y las leyes sanitarias podrían ayudarnos
bastante en todo esto.


Me gustaría hacer una referencia -usted lo ha mencionado- a la inyección económica que quiere dar el Gobierno, los ERTE, las ayudas sociales, etcétera. Jurídicamente, no dependen del estado de alarma; otra cosa es que se haya dicho: hasta
el fin de este. Bueno, yo creo que en ninguna cabeza entra



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que vayan a desaparecer las ayudas sociales, las ayudas a pymes o incluso que no se prolonguen de alguna manera los ERTE tras la finalización del estado de alarma, porque entonces no habríamos solucionado nada. De hecho, sé que el Gobierno
lo ha estado trabajando y lo está trabajando, y no voy a entrar en detalles, aunque alguno se podría dar. No tiene sentido que desaparezcan muchas medidas. El Gobierno lo sabe, es consciente, y lo que tiene que hacer es desligar cuanto antes del
texto el fin del estado de alarma y precisar. Sé que no es fácil porque tampoco sabemos cómo va a ser la evolución, pero todos somos conscientes de que no podemos ligarlo al fin del estado de alarma, y más sabiendo que nos estamos acercando cada
vez más a ese fin. Por tanto, es urgente que se tome ya una decisión, que luego podrá ser rectificada, pero que se tome ya una decisión en esos ámbitos.


Ha anunciado también medidas económicas, dinero, etcétera, y ha dicho que el Estado iba a asumir un endeudamiento. Pues, señor presidente, le diría que el endeudamiento no puede asumirlo solo el Estado. No debería asumirlo solo el Estado,
sino que también debería haber un margen para el resto de las instituciones, pues hay quienes dependen de los recursos propios, esto es, de las recaudaciones que hagan y no de las transferencias del Estado. A las comunidades autónomas de régimen
común el Estado ya les ha asegurado los ingresos que van a tener según la estimación recaudatoria de este año; sin embargo, las instituciones forales, en la Comunidad autónoma vasca y en Navarra, no funcionan de esa manera. Dependen de sus
recursos y, por tanto, si va a haber una caída de ingresos del Estado, lógicamente, también va a haber una caída de ingresos en Euskadi y en la Comunidad Foral de Navarra. Lo lógico sería que el endeudamiento que va a asumir el Gobierno también le
fuera permitido a esas comunidades forales, con la misma idea, con la misma lógica que ustedes están funcionando. Por cierto, una pequeña precisión, pero solo pequeña. No está aquí la ministra de Hacienda, pero espero que esté siguiendo el debate
y si no que alguien se lo diga. Usted ha citado, presidente, el fondo extraordinario de los 16 000 millones para las comunidades de régimen común. Yo simplemente voy a hacer una referencia. Léanse el artículo 11.4 de la Ley del Concierto
Económico.


Ya voy finalizando, señora presidenta. Nuestras enmiendas van dirigidas sobre todo a intentar desatascar una situación complicada para todos desde una disposición de colaboración y de cogestión, porque creemos que es así como mejor vamos a
poder funcionar. Le aseguro que esto lo manifiesto con absoluta lealtad. Estoy convencido de que vamos a poder llegar a acuerdos. Le digo también que vaya pensando en cómo modular ese futuro.


Por otra parte, antes se ha hablado mucho de preservar derechos y de que el estado de alarma supone que no se puedan preservar determinados derechos. Hay una situación de anomalía institucional y democrática tanto en Euskadi como en
Galicia, como es bien conocido, puesto que se convocaron elecciones y después tuvieron que suspenderse -además, de una manera que no estaba prevista en la legislación, porque nadie podía prever que una cosa semejante pudiera suceder- para ser
reanudadas posteriormente. Ustedes están previendo una nueva normalidad. Si en la fase 2 -y no digo ya en la fase 3 y en la nueva normalidad-se pueden hacer ya reuniones, teniendo en cuenta que desde que se convocan las elecciones hasta que se
vota pasan cincuenta y cuatro días, aunque el ejercicio del voto pueda ser solicitado desde el primer día que se convocan, no hay problema para convocar las elecciones. Pero sí sería necesario o conveniente -no tanto necesario pero sí conveniente-,
y de ahí nuestra enmienda, que, en el caso de que fueran convocadas, los servicios postales, los servicios de fedatarios públicos o la Administración electoral pudieran funcionar convenientemente, y a eso sí que tiene que dar buena cobertura el
Estado. Insisto, si podemos asegurar que las reuniones de la ciudadanía hasta cincuenta personas ya en la fase 2 se van a hacer con normalidad, ¿cómo no vamos a ser capaces de asegurar el derecho básico de voto? Creo que en la práctica es mucho
más fácil.


Por último, quiero hacer una referencia a los enclaves. Desde Madrid capital igual pensamos que el mundo es plano, pero los territorios son complicados. Hay algunos municipios -sin necesidad de ser enclaves- en los que, por la orografía,
su comunicación, donde van a comprar, donde van a estudiar, donde van al médico, es con otra provincia. En algunos enclaves, los que están dentro de su propia comunidad autónoma, esto se podría solucionar gracias a la enmienda que hemos presentado
a través de un acuerdo entre el Gobierno de España y el Gobierno de esa comunidad autónoma, pero hay otros enclaves que pertenecen a comunidades autónomas diferentes. ¿Y cuál es su realidad del día a día? Pues, la de la provincia que los circunda.
Por tanto, a efectos de la emergencia sanitaria y mientras estemos en esta situación, lo lógico es que las medidas que se vayan a implementar o el grado de mayor o menor control de la provincia que los circunda sea el que se les aplica. Si no,
algunos pobres no van a salir del pueblo. Hay algunos municipios que tienen muy pocos kilómetros cuadrados por ser villa también. Son detallitos. Desde Madrid



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parece todo plano, pero el mundo es redondo y muy complicado. Por tanto, intentamos también ayudar en todo esto, aunque la clave de la enmienda es la cogestión, la coparticipación y el ir de la mano entre los Gobiernos y, sobre todo, que
aquellos Gobiernos que conocen mejor el terreno, que son los de las comunidades autónomas, puedan, en función de las facultades que ya son suyas, aplicar las medidas de acuerdo con su realidad y sin que esto tenga que suponer un control puntual y
diario por parte del Gobierno de España.


Muchas gracias, señora presidenta.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Esteban. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, señora García.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra la señora Aizpurua Arzallus.


La señora AIZPURUA ARZALLUS: Buenos días. Egun on, señorías Gracias, señora presidenta.


Antes que nada, quiero también recordar a todas las familias golpeadas por esta pandemia en la que han perdido a sus seres queridos, y también quiero acordarme hoy de las familias de Joaquín y Alberto, en este día en que se cumplen tres
meses desde que permanecen sepultados bajos los escombros en el vertedero de Zaldibar. Vaya desde aquí nuestro abrazo a sus familiares.


Después de esta previa, en este debate de hoy voy a empezar por el final para ser todo lo clara que creo que hay que ser en estos momentos. No será Euskal Herria Bildu quien deje caer el estado de alarma, y no lo haremos por una simple
razón, porque ello conllevaría sumar más incertidumbres a las que ya tiene la ciudadanía, porque no sé si ustedes se han enterado, señorías, pero la gente tiene miedo, tienen miedo de la epidemia y miedo del negro futuro económico que les espera.
Por esta razón, en ningún caso deberíamos estar aquí para generar más caos o más incertidumbre, porque todos y cada uno de los que estamos aquí estamos para dar certezas y seguridades a la ciudadanía, no para lo contrario. Estamos para responder a
sus demandas, pero parece que la mayoría de ustedes no escuchan. No entendemos si no, cómo se puede estar jugando de esta manera con algo tan serio. Y esto vale para usted y su Gobierno, señor Sánchez, y para esa oposición que está entablando una
estrategia de derribo aprovechándose de algo tan grave como es esta pandemia que nos asola y que todavía -lo recuerdo- no ha desaparecido. Estos últimos días ha habido sobrados ejemplos de que la política se parece más a un bazar que a una
actividad en la que debieran primar valores y responsabilidades. Esto no es un casino, señorías; con los derechos de la gente no se puede mercadear, y no entraremos en este juego macabro. Cuando la ciudadanía más necesita de la política, cuando
espera respuestas y responsabilidad, en medio de la peor crisis, la clase política está fallando. Mientras cada día se pide responsabilidad a la gente, cuando toca demostrarla aquí la clase política saca lo peor de sí misma y da el peor ejemplo
posible. No es esta la forma en que nosotras entendemos la política. Creemos que no podemos jugar con la salud de la ciudadanía, que ahora mismo es y debe ser la prioridad. Y sí, somos muy críticos con la forma de gestionar el estado de alarma,
somos muy críticos con la recentralización de competencias, somos muy críticos con la insuficiencia de las medidas económicas y sociales para proteger a la ciudadanía. Lo somos, pero no vamos a poner en riesgo a las personas. Hasta hoy hemos sido
prudentes y responsables, y no hemos venido aquí para echar órdagos porque, en nuestra opinión, la situación no está para eso. Pero le pedimos, señor Sánchez, que esa responsabilidad y esa prudencia la tenga usted también para quienes están y
estamos actuando en esta crisis con crítica, sí, pero siempre con el objetivo y la voluntad de mejorar. Así que hoy -y esto lo hago desde un punto de vista más personal-, viendo como ha discurrido esta semana de chantajes y regates, reparto mi
crítica a esa oposición de la derecha que busca el derribo político a costa de algo tan serio como esta pandemia con la crítica al Gobierno por mantener a toda costa posiciones que están fuera de la lógica y del sentido común. Porque usted y su
Gobierno, señor Sánchez, son quienes tienen la principal responsabilidad en lo que está ocurriendo, porque fue su Gobierno el que cometió un error de base, el error de centralizar las competencias, arrogarse el mando único y actuar con la cerrazón
del ordeno y mando, sin contar con el resto de instituciones y el resto de actores políticos para codirigir las decisiones en esta pandemia, y lamentamos que en vez de subsanarlo haya persistido en su error. Prácticamente todas las fuerzas de la
oposición que, por activa o por pasiva, posibilitamos su investidura le estamos planteando, una y otra vez, los mismos problemas y las mismas peticiones. Hay otras formas de gestionar el estado de alarma, señor Sánchez, y usted lo sabe, y cuando se
niega a explorarlas, es usted quién está faltando a su responsabilidad como presidente y como Gobierno. No intente transmitir su responsabilidad a los demás.


Hoy hemos hecho una propuesta de adición al estado de alarma que, sinceramente, creemos lógica y de sentido común, y es que sean las comunidades autónomas, siempre en coordinación y colaboración



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con las instituciones locales y comarcales, las que puedan diseñar, gestionar y desarrollar los planes de desescalada, naturalmente, en coordinación con el Ministerio Sanidad y con la validación por parte del ministerio de estos planes. ¿No
le parece lógico? ¿No cree que se pueda hacer la desescalada sin que suponga ningún riesgo y que se gane, sin embargo, en eficiencia, en capacidad de reacción y, sobre todo, en conocimiento de la realidad? En nuestro territorio, a la hora de
afrontar la crisis sanitaria del COVID-19, son las áreas locales y sanitarias las que enmarcan una mejor gestión, más eficaz y lógica. Esa es la mejor medida, esa es la mejor unidad de acción frente al virus, la local, porque es la que mejor conoce
la situación sanitaria, social y económica. Esta fórmula es la más adecuada a las realidades existentes, la más segura para la ciudadanía y la más fácil de gestionar para conseguir que la desescalada llegue a buen puerto, que es lo que quiero
pensar que todos y todas queremos.


Señor Sánchez, seremos responsables, como lo venimos siendo hasta ahora. Hemos criticado lo que nos ha parecido erróneo o insuficiente, pero siempre cada crítica la hemos acompañado de una propuesta de mejora, siempre. Hoy presentamos una
fórmula que entendemos que puede ser satisfactoria para todas las instituciones y fuerzas políticas y que, sobre todo, puede ser beneficiosa para la ciudadanía, porque nos debemos a ella, a la ciudadanía. Hoy nos abstendremos, pero, señor Sánchez,
no entienda ni por un segundo nuestra abstención como un cheque en blanco, no la entienda como lealtad al Gobierno y mucho menos a usted; entiéndala únicamente como lo que es, una posición de responsabilidad y de lealtad hacia la ciudadanía, porque
nuestro principal objetivo ha sido y es proteger a la gente en lo sanitario, en lo económico y en lo social. Por eso nos abstendremos, para no añadir zozobra a la población, que ahora mismo está mirando hacia los ERTE, hacia el puesto de trabajo
que tenía y que no sabe si volverá a tener, hacia ese horizonte oscuro que está ahí mismo, a la vuelta de la esquina, y que pende como una espada de Damocles sobre miles de familias y de personas.


Pero también le quiero plantear una advertencia o, más que advertencia, un consejo. Debe escuchar, señor Sánchez. Usted es el presidente, ustedes son el Gobierno y, por tanto, son ustedes los que deben conseguir el apoyo de la oposición, y
no al revés. A la oposición le corresponde ser responsable, sí, pero el primer responsable debe ser usted, porque es usted quien gobierna, quien gobierna en minoría, además; es usted quien debe ganarse los apoyos, no exigirlos o darlos por hechos
y esperar a que se comulgue con ellos. No puede seguir pidiendo responsabilidad siempre a los mismos ni dando por hecho que, pase lo que pase, se impondrá la responsabilidad de algunos. Todo tiene su tiempo y su límite. O todos somos responsables
o algo se quiebra.


Entendemos, por todo esto, las posiciones de quienes, desde la voluntad de colaboración, han ido de cara, planteándole el riesgo de no apoyarle en la prórroga del estado de alarma a causa de su actitud inamovible en la centralización del
poder. Las entendemos porque vienen determinadas por esta actitud del Gobierno, al que, al parecer, no le importa romper el bloque de apoyo que le llevó a usted a la Presidencia. Pero usted, en vez de reconstruir los puentes con quienes hicieron
posible la investidura, ha optado por pactar con la derecha. Esperamos que esta no sea la antesala de nuevos acuerdos y que no tenga la tentación de seguir por ese camino, porque es posible que gane algún apoyo puntual, pero perderá muchos por el
camino. Pactar con Ciudadanos, señor Sánchez, es sinónimo de políticas neoliberales y recentralización, incompatibles con una salida progresista y una concepción plurinacional por la que, al menos sobre el papel, apostaba su Gobierno. Ya se lo
dijimos en su día: la derecha querrá beneficiar al capital y sus intereses y la izquierda querrá proteger a la mayoría social y trabajadora. Mientras nosotras queremos impulsar lo público y lo común, ofrecer garantías de vida y trabajo digno para
todos, sus nuevos aliados de la derecha querrán privatizar lo común y precarizar la vida. Esperamos que no haga que la balanza, una vez más, se incline a favor de los pocos en detrimento de los muchos.


Esta semana, señor Sánchez, ha sido kafkiana, tanto que hemos llegado a trasladar a una ciudadanía exhausta el debate de los medios de comunicación sobre si hay alternativas posibles a través de otros articulados legales para el caso de que
caiga el estado de alarma, que ha sido una opción real y plausible. Es posible que haya alternativas, otras leyes o articulados que se puedan poner en marcha en sustitución del actual, sí, es más que posible. En cualquier caso, díganme ustedes,
cuando no hemos terminado de comprender lo que está pasando, cuando, por no entender, aún ni se ha interiorizado ni asimilado lo que suponen las cuatro fases de la desescalada, ¿creen que se pueden llevar hasta ese límite las cosas y someter a la
ciudadanía a este estrés y miedo añadido de esta forma? ¿Creen que esto es serio, de verdad?


La gente, esa gente a la que parece que muchos y muchas no ven desde esta atalaya del Congreso, lo que quiere es saber cómo va a recuperar su empleo; qué va a ser de su vida en un mes; qué va a ocurrir



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con los comercios que sobrevivían a duras penas frente a las apisonadoras de los centros comerciales; qué va a ser de ellos y ellas. Eso es lo que les importa, no si esta u otra ley puede alargar o no esta u otra medida. Quieren
respuestas, no más preguntas, y parece que la mayoría de los diputados y diputadas de esta Cámara ni siquiera lo entienden.


He dicho que esta semana ha sido kafkiana, incomprensible desde muchos aspectos. También nos parece incomprensible que se utilice la cuestión de la pandemia para forzar al Gobierno a ceder no ante unos intereses comunes para la sociedad
vasca, sino ante unos intereses partidistas y electorales de una fuerza política. Esto es gravísimo. Igualmente, nos parece incomprensible y grave que la ministra portavoz haya dejado entrever que el Gobierno vaya a disponer de los remanentes de
tesorería de los ayuntamientos. Otra barbaridad; una barbaridad que espero que no sea cierta y que se aclare lo antes posible, señor Sánchez.


Miren, vivimos en una situación crítica, también para este Gobierno, una situación nada fácil, ya lo sé, y sé también que usted viene a esta Cámara a pedir la prórroga cada dos semanas, que su Gobierno se está sometiendo al control
parlamentario y que el ministro de Sanidad comparece semanalmente informando y recogiendo preguntas, quejas y propuestas de todo tipo. Valoramos esa actitud; es mucho más de lo que han hecho otras instituciones y Gobiernos, pero no es suficiente,
y por eso lo criticamos, porque toda esta situación se ha creado porque su Gobierno no ha tenido cintura para negociar, para dialogar y para acordar.


Señor Sánchez, no rompa los puentes y reconstruya los apoyos escuchando y atendiendo las peticiones lógicas y de sentido común que gran parte de la oposición le ha hecho para que llegase hasta aquí y le está haciendo hoy. Usted nos pide
responsabilidad y altura de miras, y creemos que las estamos demostrando. Hágalo usted también; no añadamos más zozobra al futuro. Estamos, efectivamente, para crear seguridades, no para generar miedo e incertidumbre. Aprendamos y avancemos.


Eskerrik asko.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Aizpurua. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Conchi.


Por el Grupo Parlamentario Mixto, que acumula en este turno su turno de réplica, tiene, en primer lugar, la palabra la señora Vehí Cantenys.


La señora VEHÍ CANTENYS: Gracias presidenta.


Buenos días. Empiezo con tres previas. A los señores y señoras de VOX -el señor Abascal no está, pero seguro que me ve desde alguna pantalla-: Su bandera -que debe ser la del águila- ha extorsionado, perseguido y asesinado a muchísimos
homosexuales y a toda persona que se opusiera a la dictadura, así que dejen de instrumentalizar a los muertos y a la comunidad gay.


A Podemos: Se nos ha acusado durante la última semana de votar con la extrema derecha y se nos ha preguntado muchas veces por qué. Lo que nosotros nos preguntamos es por qué ustedes sostienen de forma crítica a un Gobierno que blinda a los
militares, a la Monarquía y a la banca, y por qué la mayoría de izquierdas sostiene el discurso de que no hay alternativa. Y, señor Asens, un detalle: ustedes en quince días han aprobado unos presupuestos neoliberales con el señor Torra y un
estado de alarma con Ciudadanos.


Y a Esquerra: Señor Rufián, no son los únicos que hablan de la alternativa. Nos alegramos de que vengan hacia el hecho de que sí hay alternativa, y la nuestra va a ser construir uns països catalans lliures, populars i democràtics. Estamos
seguras de que nos vamos a encontrar en ello.


Y al Gobierno: Señor Sánchez, no es una novedad que no le vayamos a votar el estado de alarma, lo que es novedad es que usted diga cosas que no son verdad. No es cierto que el estado de alarma sea la única forma de confinar -tiene usted
leyes sanitarias para explorar-; no es cierto que el estado de alarma sea la única forma de garantizar vivienda -hasta la Constitución española la blinda-. Para lo que debería servir el estado de alarma es para intervenir democráticamente la
economía, pero ustedes están regalando el dinero a la banca. Mire, en 2018 la banca española aumenta un 22 % sus beneficios. Ustedes no han hecho que devuelva el rescate; sin embargo, en el BOE del pasado 1 de mayo, ustedes traspasaban a la banca
112 000 millones de euros para cubrir los intereses de los créditos de vivienda. Están ustedes regalando el dinero público a la banca y también a las grandes empresas, y les pongo el ejemplo de los ERTE. H&M ha hecho un ERTE de 6124 trabajadores y
trabajadoras; H&M tuvo unos beneficios el año pasado de 14 445 millones de euros. Sabe la ciudadanía que cuando hay un ERTE es el Estado quien cubre los sueldos. Imagínense: H&M, 14 445 millones de euros de beneficios y el Estado pagándole los
sueldos.



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Ante el saqueo de esta riqueza colectiva, entendemos que ustedes apliquen, con el señor Marlaska, el marco del control del orden público. De hecho, usted ha dicho que el 99 % de los españoles ha tenido un comportamiento ejemplar, y estamos
de acuerdo. Sin embargo, el Ministerio del Interior continúa manteniendo el despliegue de los cuerpos policiales y de los militares; no aclara en el documento de la desescalada cuándo se van a retirar de nuestras calles; han puesto ustedes más de
800 000 sanciones -antes el presidente del Gobierno decía otro número; nosotros lo hemos cogido de la web del Ministerio del Interior- e incluso el Tribunal Constitucional falló la semana pasada contra las manifestaciones del 1 de mayo. No nos
podemos manifestar, pero sí podemos ir a trabajar: ninguna novedad en este Gobierno. Entendemos que, como la situación es límite y ustedes no han tocado ni un solo privilegio ni a la banca ni a las grandes fortunas, tienen que proteger; temen
ustedes que la gente se levante.


Usted decía: No hay ninguna libertad vulnerada. No es lo mismo que dice el instituto de la Universidad de Gotemburgo, un instituto vinculado al departamento de ciencia política. Alerta de que el estado español está en riesgo medio de
tomar medidas contra los derechos y las libertades de los ciudadanos y las ciudadanas. No es cierto, señor Sánchez, que no haya ninguna libertad vulnerada. Están utilizando ustedes el estado de alarma para saquear las arcas públicas y para
extender un estado de sitio, de control y limitación de libertades, y nosotras no vamos a contribuir a ello.


Quiero decirles que sí hay alternativa, siempre hay una alternativa desde la izquierda, y también que la dialéctica con la extrema derecha lo único que hace es que ustedes parezcan comunistas. No están haciendo ningún favor ni a su querida
España ni a este Parlamento, porque están regalándoles el relato y están haciendo lo mismo que pasó en el juicio del Tribunal Supremo: que esta gente marque el relato. A la extrema derecha hay que aislarla, no dialogar con ella; a la extrema
derecha no se le puede dar, no se le puede regalar que marque el discurso público, y es lo que están haciendo ustedes para salvarse delante de la ciudadanía como si fueran un Gobierno de izquierdas.


Acabo saludando a los obreros catalanes de la Nissan, que están en huelga. Sí, lo dijimos: a este estado de alarma le van a suceder las huelgas. Ya tienen la primera: la de los obreros catalanes de la Nissan. Señor presidente, pedía
usted responsabilidad a la ciudadanía. Pues bien, seguramente en esta situación la mayor responsabilidad que puede tener la ciudadanía es luchar por sus derechos.


Moltes gràcies. Visca la lluita.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vehí. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Gracias, señora García.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra la señora Oramas González-Moro.


La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Gracias, señora presidenta.


Señorías, en primer lugar, quiero mandar un recuerdo emocionado a las 25 000 personas que han muerto, a los 40 000 sanitarios afectados y a todas sus familias y, en segundo lugar, quiero manifestar mi alegría por la incorporación de nuestra
vicepresidenta Carmen Calvo.


Señor presidente, al final pasó lo que le dije en la investidura: tenía unos socios que no eran de fiar y que en el momento en el que hubiera que poner los intereses del país por encima de los intereses electorales y personales le iban a
fallar. Coalición Canaria ha apoyado todos los decretos, no solo los de la prórroga, sino también los otros, sin ninguna pega, a pesar de que no pudimos hacer aportaciones, a pesar de que no nos llamó nadie del Gobierno. El lunes decidimos no ser
un obstáculo a la prórroga, pero no volver a apoyarle, porque hace falta escuchar, hacen falta acuerdos parlamentarios y hace falta lo que usted ha dicho en su intervención de hoy: adaptar el futuro a la realidad territorial, a la participación de
las comunidades autónomas y de las administraciones -esa cogobernanza- y reconocer las especiales dificultades que tienen algunos territorios.


Le doy un dato de ayer: en Canarias más de medio millón de personas están en paro o en un ERTE, en una comunidad que tiene 2 millones de ciudadanos, y si esos ERTE se convirtieran en paro se vería afectado el 60 % de nuestra comunidad. El
Gobierno ha anunciado un reparto de fondos en el que Canarias vuelve a verse perjudicada, porque se va a primar a los que peor gestionaron o a los que tuvieron más problemas -no voy a entrar en esa polémica-, ya que una parte importante se reparte
en función de enfermos, de UCI, etcétera; otra parte, en función de los ingresos que se dejan de percibir del Estado, en los que no está Canarias tampoco porque no tiene esos impuestos, y, al final, en función de la población, y tenemos menos
población. El Gobierno de Canarias ha gestionado bien la crisis sanitaria y necesitamos seguir hablando de otras cosas.



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Mi partido había decidido votar abstención, pero ayer por la tarde recibí la llamada del ministro Ábalos en su nombre, cuando ya no era necesario nuestro voto -y lo quiero decir aquí- para ver las posibilidades de iniciar otro camino, de
diálogo y de apoyo, porque hemos pasado lo más duro, pero viene lo más difícil, que es reconstruir este país y dar esperanza a la gente de que puede tener un futuro en este país. Yo le dije que estaba de acuerdo, pero hay una realidad canaria
distinta del resto de las comunidades, porque para nosotros no es un problema de desescalada sino de apertura internacional y del peso del turismo, que supone el 50 % del empleo. Llegamos de madrugada a un acuerdo para que se pudiera anunciar que
en el caso del turismo, exclusivamente por ahora, y en el caso de Canarias se iban a prorrogar los ERTE en las mismas condiciones el tiempo que hiciera falta hasta que se abrieran los mercados internacionales. Ese es un camino, es empezar a hablar
y a aportar.


Termino, señora presidenta, con una frase que me gustó mucho el otro día, y que dice: Una de las pruebas de liderazgo es la capacidad de reconocer un problema antes de que sea una emergencia. Canarias va a entrar en emergencia en los
próximos meses, y yo me alegro -me hubiera gustado que fuera antes, pero me alegro- de que el Gobierno empiece a reconocer ese problema y esté dispuesto a hablar de ello junto con el Gobierno de Canarias y junto con las fuerzas políticas que estamos
aquí.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Oramas. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchísimas gracias, Conchi.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Quevedo Iturbe.


El señor QUEVEDO ITURBE: Muchas gracias, señora presidenta.


Señor presidente del Gobierno, como sabe, Nueva Canarias ha apoyado todas las medidas del decreto de alarma hasta ahora, a pesar de las diferencias que hemos manifestado en algunas ocasiones. También hemos insistido en que las prácticas
centralistas perjudican profundamente al conjunto de las comunidades, y más a Canarias, dadas sus singularidades. Se ha producido un ninguneo a las propuestas canarias que, fíjese, nos ha puesto en la difícil situación de tener dudas para votar
aquello en lo que estamos de acuerdo, pero hemos reflexionado profundamente y hemos decidido algunas cosas en Nueva Canarias.


En primer lugar, no vamos a mercadear en ningún caso con la salud de la población y, por eso, en este momento vamos a apoyar la prórroga del estado de alarma, porque las razones claras de salud pública así lo exigen.


En segundo lugar, se ha producido un cambio en su discurso; le escuchamos hablar de cogobernanza, con más énfasis en la asimetría -necesaria, porque somos asimétricos- y esto está mejor, está mejor. Además, se ha producido un avance en
algunas conversaciones con el ministro de Sanidad, tanto con el Gobierno de Canarias como conmigo, en las que, ahora sí, ha dado una respuesta rápida a una reunión urgente entre el Gobierno de Canarias y el Estado para discutir de las singularidades
canarias en todo este tema. También nos alegra -nos acabamos de enterar- que el señor Ábalos apoye una posición sobre la prórroga de los ERTE, a la que ya había manifestado también su apoyo la ministra de Trabajo el día 4 al Gobierno de Canarias.
Por lo tanto, muy bien, eso indica que hay acuerdo general.


Ahora bien, insistimos, las consecuencias de esta crisis en Canarias suponen una fractura social. Esto es una monstruosidad. Es decir, yo le firmo ahora el 20 % de paro, un paro que en los medios estatales se anuncia como el drama al que
vamos a llegar, y se lo firmo ahora porque vamos a llegar al doble si esto sigue así. Nosotros necesitamos una respuesta diferente porque estamos en una situación diferente, pero es que, además, tenemos algunos elementos que son una ventaja. Las
administraciones canarias hemos conseguido generar un superávit de entre 3000 y 4000 millones de euros. Esto es mucho dinero para Canarias y es absolutamente necesario para dar una respuesta a la fractura social que se nos va a producir
necesariamente. Además, mire qué cosa, la comunidad canaria es la comunidad menos endeudada de todas las comunidades españolas de régimen común, con diferencia. Mire qué oportunidad para autorizar la capacidad de endeudamiento de una comunidad que
ha cumplido como nadie, porque ahora tratarnos igual que a las demás nos perjudica, es decir, aquellos que han cumplido son más perjudicados frente a los que han cumplido menos. Yo entiendo que las necesidades de todo el mundo tienen que ser
atendidas, pero nosotros necesitamos bilateralidad en esto y yo confío en que ese sea el camino que estemos iniciando.


Gracias, señora presidenta.



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La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Quevedo. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Conchi.


Tiene la palabra el señor García Adanero.


El señor GARCÍA ADANERO: Muchas gracias, señora presidenta.


Señorías, buenos días. En primer lugar, una vez más, desde Unión del Pueblo Navarro, queremos hacer llegar nuestro recuerdo a todas aquellas personas que están sufriendo todos estos días a causa del coronavirus, especialmente a aquellas que
han visto cómo sus familiares han fallecido sin poder despedirse, tanto a las que salen en las cifras como a las que no aparecen en las cifras pero que, evidentemente, también han fallecido en circunstancias muy especiales. Hay que tener un
recuerdo para todas ellas.


También me va a permitir, señora presidenta, hoy, día 6 de mayo, tener un recuerdo especial, muy especial, para Tomás Caballero Pastor, portavoz de Unión del Pueblo Navarro en el Ayuntamiento de Pamplona, que fue vilmente asesinado hace hoy
veintidós años por la banda terrorista ETA. (Aplausos). Muchas gracias, señorías. Aquí tengo que decirle -y me duele decirlo, señor Sánchez- una vez más que usted sabe que es presidente con los votos de aquellos que celebraron aquel asesinato y
que nunca lo condenaron. Se lo tengo que decir, y le tengo que preguntar si ha merecido la pena pasar esa línea roja. ¿Ha merecido la pena? Ya nos contestará si ha merecido la pena traspasar esa línea roja.


Si uno escucha hoy al presidente del Gobierno, parecerá... (Rumores). A mí no me hace ninguna gracia, señora Calvo, me parece un tema muy serio, lo más serio que ha pasado en este país con lo que está pasando ahora.


En todo caso, si hoy oímos al señor presidente, podríamos pensar que el estado mejor para vivir en España es un estado de alarma, porque nos ha dicho que durante el estado de alarma la gente tiene dónde dormir, la gente tiene qué comer, la
gente está bien cuidada, etcétera. ¡Hombre! Lo que se espera es que se atienda bien a la gente antes del estado de alarma, durante el estado de alarma y cuando finalice el estado de alarma. Esperemos que a la gente se la atienda bien siempre, no
solo en estados de alarma. Yo creo que esto es un poco el mundo al revés, pero, claro, el mundo al revés del conjunto del Gobierno. Si oímos a la ministra de Trabajo que se alegra de que haya muchos parados... Lo normal es que los Gobiernos se
alegren cuando se genera empleo, no cuando existen muchos parados. Los Gobiernos se alegran al generar empleo, no al crear el paro. Yo creo que son cuestiones que hay que poner encima de la mesa.


Nosotros hemos sido responsables; hemos votado los estados de alarma y hemos votado los decretos sin nada a cambio. Hemos votado porque entendíamos que era un ejercicio de responsabilidad votar, y lo hemos hecho como muchos otros aquí.
Hemos sido mucho más responsables que algunos que le apoyaron en la investidura, muchísimo más. Es verdad que, a cambio, lo que se ha recibido ha sido no hablar con nadie. No le digo ya que hable con nosotros, pero lo normal sería que hablara con
todos, que hablara con la oposición, pero día a día, no cuando se ha visto abocado a un escenario límite en el que ya no cabía posibilidad alguna; entonces es cuando ha llamado a la gente. Llevamos así casi dos meses. Lo normal es que se hable
con las comunidades autónomas, pero no para darles una conferencia, sino para interactuar; hablar con ellos, confiar en ellos, porque los presidentes de las comunidades autónomas conocen su territorio, como los alcaldes y las alcaldesas conocen el
suyo. Por lo tanto, hay que hablar con ellos, hay que hablar con el conjunto de los ciudadanos. Si un colectivo como el de los hosteleros dice que están en condiciones malas, no hay que decirles que no abran los establecimientos; habrá que hablar
con ellos para ver cómo se pueden abrir esos establecimientos, porque tenemos que pensar en el día después, porque tenemos que pensar en cómo levantamos el país. En ese sentido y en cuanto al cambio al que parece que le han obligado aquellos con
los que ha pactado en estos últimos momentos, veremos si es verdad esa apertura y ese hablar con todo el mundo, porque nosotros estaremos en todo lo que sea construir, en todo lo que sea mejorar el país. Nosotros confiamos en el conjunto de los
españoles. Los españoles se están portando fenomenalmente en esta situación, son muy responsables. Desde luego, los españoles están siendo muchísimo más responsables que el Gobierno que les gobierna.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor García. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna). Muchas gracias.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Mazón Ramos.



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El Señor MAZÓN RAMOS: Buenos días. Muchas gracias, señora presidenta.


Señorías, que iban a necesitarse más prórrogas para el estado de alarma lo sabíamos todos, prácticamente todos lo daban por hecho y todos lo hemos dado por bueno y nadie ha cuestionado su necesidad. Además, a nadie le parecía mal que el
presidente viniera aquí cada quince días no solamente a pedir la autorización para la prórroga, sino también para informar de la evolución de la pandemia. De hecho, se le ha exigido esto desde muchos de los escaños de este Congreso. Se han
promulgado diecisiete decretos-leyes durante este año, casi todos relacionados con el COVID-19, y todos los que han venido han sido convalidados por este Congreso. Al margen de las críticas puntuales que había, parecía que todos estábamos de
acuerdo en lo básico, en controlar los contagios y curar a los enfermos y a los afectados y en proteger a la población con medidas sociales y económicas. ¿Y qué ha pasado durante este tiempo para que se hayan complicado tanto las cosas? Que los
partidos que no están en el Gobierno y los gobernantes de las comunidades autónomas se han sentido ninguneados, y esto no deberían dejar de verlo ustedes. Las peticiones de las comunidades autónomas para gestionar el desconfinamiento han sido
prácticamente desoídas durante este período, y eso que no creo que ninguna quisiera separarse de la estrategia general. En Cantabria, desde luego, esto ha sido así. Su plan de desescalada lo damos por bueno, en términos generales. A ustedes les
ha tocado hacerlo, son el Gobierno y se asume; además, pueden cambiarse cosas. El Partido Regionalista de Cantabria, por lo tanto, votará a favor de la prórroga. Además, por lo que hemos oído hoy aquí, parece que ustedes ya van a dejar a un lado
el rodillo. Por eso les digo a los señores del Gobierno que deleguen sin miedo en las comunidades autónomas. Seguro que todas van a proponer cosas razonables. Son sus competencias y lo van a hacer muy bien. Además, son las primeras interesadas
en ello. En Cantabria les garantizo que va a ser así. Ya han oído al presidente Revilla en las conferencias que han mantenido con el presidente. Todas las peticiones -por cierto, hoy llegarán por escrito desde el Gobierno de Cantabria- son cosas
lógicas, que no ponen en peligro en ningún momento el control de la pandemia.


Soy de los que creen que no se ha actuado mal. Aquí parece que todos pretenden presentar estadísticas comparándonos con otros países. No somos los mejores, pero tampoco los peores, como se dice, ni muchísimo menos. Cada uno toma el
parámetro que quiere, hay para todos. Lo que sí es cierto es que falta mucho por conocer de este virus, falta mucho por conocer acerca de cómo afecta a las distintas personas y cuáles son todos los factores de su propagación. Esto justificaría
muchas diferencias, aunque luego veremos que no son tantas. De hecho, los que más saben de esto son los que menos hablan. Por eso, quiero decir a la oposición, fundamentalmente al Partido Popular, que si quieren protestar por lo mal que lo está
haciendo este Gobierno, como dicen, ya se les ha oído, pero que si quieren ser constructivos y de verdad quieren que esto acabe cuanto antes, deberían cambiar de posición. Han votado ustedes a favor de las prórrogas y los decretos-leyes: sería una
incoherencia ahora cambiar este rumbo por el que estamos yendo, sería como retirarse del partido cuando todavía estamos en el primer tiempo. Les pediría que se sumaran al Gobierno, que se sumen ustedes, porque los españoles se lo van a agradecer.
Estoy convencido, además, de que el Gobierno va a cambiar de actitud. Usted, señor Sánchez, creo que debería llamar al señor Casado todos los días...


La señora PRESIDENTA: Señor Mazón, tendría que terminar.


El señor MAZÓN RAMOS: Termino.


Creo que le debería llamar todos los días, porque en estos momentos, aparte de que son la alternativa de Gobierno, estamos viendo cómo somos capaces de hacer ese pacto de Estado -por cierto, mañana veremos en la primera reunión de la
Comisión cómo se presenta-, y vamos a ver cuál es la verdadera voluntad y lo que está dispuesto a ceder cada uno. Así que anímense, señor Casado, ustedes son muy importantes; bueno, todos somos muy importantes.


Volviendo a la prórroga -y termino-, ya tenemos una normativa bastante complicada. Por supuesto, se puede proponer otro nuevo escenario y otra nueva regulación jurídica y seguir complicando más las cosas, pero estoy convencido de que en
Cantabria, desde luego, los cántabros no lo entenderían.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mazón. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, señora García.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Martínez Oblanca.



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El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta.


Señor Sánchez, votaré en contra de esta cuarta solicitud de prórroga del estado de alarma porque después de casi ocho semanas las medidas que España necesita para acometer la emergencia sanitaria derivada del COVID-19 precisarían, en todo
caso, de la declaración del estado de excepción, dando término al menoscabo de derechos en los que su Gobierno ha reconvertido tanto el confinamiento domiciliario como la limitación de la actividad de multitud de sectores productivos o el
cercenamiento de la libre circulación.


Sí existe una alternativa que no es el caos a su prórroga del estado de alarma, pero usted la oculta intencionadamente por su interés político personal con una gestión en la que lo prioritario ha sido la propaganda. Hoy sufrimos la enésima
manipulación de la opinión pública a la que nos aboca el decreto del Gobierno tratando de dar por válida la fecha del 11 de marzo como inicio de la pandemia en España, lo que es manifiestamente falso porque comenzó mes y pico antes. Sin embargo, la
irresponsabilidad del Gobierno desperdició un tiempo precioso para la adopción de medidas preventivas y fracasó y continúa fracasando en el aprovisionamiento logístico de materiales básicos para proteger la salud de la población y de los
profesionales especialmente expuestos. Por eso España es, con creciente y exponencial diferencia, el país del mundo con mayor porcentaje de sanitarios contagiados, y los indicadores internacionales más prestigiosos nos colocan en el último lugar en
reaccionar ante las advertencias de contagio masivo y muy agresivo. En medio de este desbarajuste emergió la vicepresidenta cuarta presumiendo de que España está en la gama alta del éxito, proclamando una absurda teoría del virus que entró por el
Este y menospreciando a nuestros hosteleros. La señora Ribera ya provocó en su día el desplome del sector del diésel y ahora hunde el sector turístico.


Señorías, dado que el estado del arma resultó desbordado en su contenido por varios reales decretos de medidas urgentes en el ámbito social y económico para hacer frente al coronavirus y su normativa de desarrollo, he presentado un conjunto
de propuestas de resolución que doy por defendidas, subrayando que la libertad solo puede ser suprimida mediante instrumentos constitucionales como la declaración del estado de excepción y porque las medidas adoptadas sin esta cobertura devienen
nulas, como ya señalé en el debate de la anterior prórroga. En definitiva, la alternativa al decreto del arma son los resortes legales que permitan gestionar la crisis sin prorrogar el régimen excepcional existente y son, entre otros, los
contenidos en la Ley General de Salud Pública, en la Ley de seguridad ciudadana y en la Ley orgánica de medidas especiales en materia de salud pública.


Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Martínez Oblanca. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.


También por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra en último lugar el señor Guitarte Gimeno.


El señor GUITARTE GIMENO: Nosotros, señorías, apoyaremos la prórroga del estado de alarma, y lo haremos porque así lo recomienda el comité científico, principalmente. También porque no prolongarla sería un riesgo sanitario evidente que no
queremos correr, y también porque no prolongar enviaría un mensaje equívoco y confuso a la sociedad, que induciría a un relajamiento para el que todavía no estamos preparados. Después del esfuerzo social sostenido que se ha realizado, hemos de
terminar y ganar la batalla. Parece que hoy ya no importan los números. Sin embargo, en las últimas dos semanas el 40 % de los sanitarios se han infectado, un 40 % de incremento. Eso significa que todavía no conocemos bien cómo opera el virus,
porque, teóricamente, ha sucedido cuando sí había material de protección, y el virus está ahí fuera. Creo que estamos banalizando la situación, pero sigue siendo tremenda, sigue siendo todavía el primer cuarto de hora del partido.


El Gobierno se habrá equivocado, por supuesto -en todos los países se han producido errores, y no pasa nada por reconocerlo, estamos gestionando una situación de crisis histórica y dramática-, pero han de reconocer que se han equivocado y
hay que corregirlo. Nosotros hemos punteado tres o cuatro aspectos, que creemos de mucha trascendencia, que nos transmiten los ciudadanos, por ejemplo, en las ruedas de prensa falta claridad y hay un exceso de datos. Hay que concretar, hay que dar
mensajes más sencillos, y no apabullar con una información excesiva, que muchas veces no se es capaz de digerir.


Segundo, el sector de los veterinarios no comprende cómo no se ha recurrido a ellos, cuando tienen una experiencia tremenda, como sucedió con la crisis de las vacas locas, en la gestión de epidemias de origen animal. Ellos están preparados
para hacer PCR y hay muchos laboratorios disponibles. Se debe recurrir también a este sector si hace falta.



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Y luego una cuestión más ideológica: no creemos que se deban utilizar los reales decretos-leyes vinculados con el COVID-19 para legislar otras cuestiones. Eso causa desazón y falta de comprensión en la ciudadanía. No se comprende, por
ejemplo, cómo ha cambiado la legislación y el régimen patrimonial de las clases pasivas en un decreto del COVID, cómo se hace un cambio en la relación de plazos en los juzgados de primera instancia o cómo se cambian estructuras de ministerios, como
la Tesorería General de la Seguridad Social. Son aspectos sobre los que creemos que interesa reflexionar.


Otra cuestión que nos demandan masivamente es que se debe generalizar el uso de mascarillas. No sabemos si es que todavía no hay suficientes, pero se ha demostrado en otros países que la mascarilla es el elemento más sencillo y eficaz para
combatir la difusión de la epidemia. Deberíamos difundirlas masivamente. Pedimos al Gobierno que mejore estas cuestiones y que estudien las sugerencias.


Nos han sorprendido las ratios que ha establecido el Ministerio de Sanidad para pasar de una fase a otra en la desescalada, porque ponen en evidencia algunos déficits. Por ejemplo, en la provincia de Teruel, donde contamos solo con seis
camas UCI, para cumplir esa ratio deberíamos tener veinte, y solo contamos con 340 camas de agudos y deberíamos poner 500. Las propias ratios del ministerio evidencian los déficits sanitarios en provincias despobladas como la nuestra y otras
muchas. Creo que esta debe ser una ocasión para contribuir a solucionarlo.


Y en ese afán de colaborar...


La señora PRESIDENTA: Señor Guitarte, tendría que terminar, por favor.


El señor GUITARTE GIMENO: En ese afán de colaborar quiero comunicar que, por ejemplo, en nuestra provincia hemos gestionado el inicio de un pacto por la reconstrucción, animados por las palabras del presidente y el propio pacto que se va a
constituir aquí mañana, en el que toda la sociedad civil va a ser capaz de contribuir de forma transversal a solucionar aportando aquello que cree bueno y conveniente para la provincia y el país. Creo que es un ejemplo que se debería tomar y que,
de forma constructiva, vayamos aportando todos desde nuestros territorios aquello que creemos necesario para un nuevo orden económico o un nuevo modelo de desarrollo que mejore la situación en el conjunto de España. Solos, en general, podemos hacer
poco. Si vamos juntos, podremos hacer mucho.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Guitarte. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Conchi.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Lastra Fernández.


La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.


Presidente, señorías, las próximas semanas son decisivas y todos en esta Cámara somos conscientes de ello, igual que lo es toda la ciudadanía española. Tras meses de esfuerzo, dolor y confinamiento, estamos doblegando por fin la curva de
contagios. Estas semanas marcarán un antes y un después en muchas cosas, y creo que hay una que debemos tener muy presente en cada momento: por primera vez en la historia de nuestro país 47 millones de españoles nos unimos en un esfuerzo como no
se ha visto nunca para proteger a nuestra sociedad, a nosotros mismos y a los que más queremos; me gustaría dar las gracias a cada uno de ellos por el sacrificio que están haciendo. La pandemia nos ha hecho mucho daño, pero no ha debilitado
nuestros valores, sino que los ha reforzado. La responsabilidad, la solidaridad, el compromiso con los demás que millones de españoles han demostrado estas semanas son la mejor de nuestras esperanzas para construir un mañana mejor. En los últimos
meses este país ha sufrido mucho y mi pensamiento está con las familias de las víctimas y con los enfermos, por supuesto, y también con el personal que se ha puesto en primera línea para protegernos; nuestro agradecimiento a todos ellos es
infinito. Pero no basta con el agradecimiento -lo decía hace quince días-, no basta con felicitarles con una mano mientras que con la otra se firma el despido de quienes vinieron a ayudar cuando hacía más falta. Como dirigentes políticos, tenemos
que extraer lecciones de esta situación, y la primera de ellas es que necesitamos reforzar la sanidad pública, no debilitarla; necesitamos más personal sanitario, no despedir a los que tenemos; más investigación, no menos; más y mejores servicios
sociales; necesitamos más unión, no más división.


Señorías, los datos que hemos ido conociendo en estos últimos días ya no son solo una esperanza, son la prueba de que tanto esfuerzo merece la pena, de que estamos ganando la batalla al virus. Pero la pandemia no ha pasado, hemos visto
repuntes en otras zonas del planeta. En Hong Kong, en Singapur,



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en China están combatiendo un nuevo brote en una ciudad de varios millones de habitantes. Para evitar situaciones como esas, el Gobierno solicita la ampliación del estado de alarma. Y pueden decir lo que quieran, señorías, pero sin estado
de alarma no es posible el confinamiento. Es algo que aconseja la experiencia de otros países, que aconsejan los expertos y el sentido común, es algo que entienden todos menos usted, señor Casado. Dice usted -y le cito literalmente- que prorrogar
el estado de alarma no tiene ningún sentido. Me gustaría saber en qué se basa para hacer una afirmación tan tajante y con unas consecuencias, por cierto, tan peligrosas. Son multitud las voces que desde la ciencia nos aconsejan mantener la
distancia social y ser especialmente cuidadosos en la desescalada. Hace un par de días leía una entrevista a la inmunóloga Margarita del Val, investigadora del Centro de Biología Molecular y coordinadora de la plataforma Salud Global del CSIC, que
agrupa a más de 150 equipos de investigadores. Probablemente, algo sabrá la doctora Del Val cuando dice que aún no estamos ante el final de la pandemia, y parece oportuno escucharla cuando advierte que si no somos prudentes puede llegar una segunda
oleada inmediatamente. Sin duda, habla desde la sensatez y el conocimiento cuando recuerda que en Hong Kong la pandemia tardó en volver solo tres semanas y que en Singapur han solapado la primera oleada con la segunda. La opinión de los expertos y
científicos, la opinión de quienes saben de esto es bien clara. Estamos en el camino correcto y no es momento de abandonarlo. Me gustaría saber a qué científicos ha consultado usted para decir que ya no es necesario. ¿Es otro informe de un señor
australiano como el que trajo hace quince días y que resultó ser falso? (Aplausos.-El señor García Egea pronuncia palabras que no se perciben). Doy por hecho que usted es consciente de las graves consecuencias de frivolizar con esto. Se esperaría
de usted que apoye sus decisiones en fundamentos sólidos y en el consejo de personas que saben de pandemias y de salud pública. Ya sé que ustedes tienen la piel muy fina, señor Casado, pero no creo que sea faltarle al respeto decirle que en un tema
como este entre su opinión y la de los expertos nosotros nos quedamos con la segunda. (Rumores). ¿Podría mencionarnos, por favor, usted o la [cacatúa] 1 que tiene detrás -que no deja de hablar mientras yo estoy interviniendo- en qué informe o
estudio se basa usted para decir que el confinamiento ya no tiene sentido? (Aplausos.-Rumores).


La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor, guarden silencio.


La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Si todo se resume en que usted tiene un pálpito o en que se lo dice su agudo instinto político, le tengo que decir que sus antecedentes tampoco es que inviten mucho a confiar en el criterio del Partido Popular.
Mire, se lo decía en el último Pleno: ustedes descalificaron e insultaron a los sanitarios y convirtieron la salud de los madrileños en un negocio. Cuando el personal de las residencias les pedía más recursos, su respuesta fue: ladran, luego
cabalgamos. Ustedes dijeron que la Unión Militar de Emergencias era un capricho de los socialistas que no servía para nada. Y hoy todas esas personas a las que ustedes despreciaron están salvando vidas. Y ustedes intentan ocultar la vergüenza de
lo que dijeron y de lo que hicieron allí donde pudieron.


Hace dos semanas que nos vimos en esta misma Cámara, y en estas dos semanas ustedes han hecho varias cosas, todas ellas muy reveladoras. Primero, trajo usted a esta Cámara ese informe falso en el que basó buena parte de su intervención.
Después, con mucha vehemencia -como hacen ustedes las cosas, incluso cuando no saben de lo que hablan- exigió al Gobierno que aplicase una medida para el descanso de los transportistas; por cierto, medida que ya se había tomado hacía cuarenta y un
días y de la que usted no tenía ni idea. También han seguido pidiendo que se realicen 47 millones de test, algo que supondría realizar más pruebas que las que ha hecho el planeta entero, que llevaría meses analizar y que tendrían una validez de
veinticuatro horas. (Rumores). Por cierto, señor Casado, después de leer lo que hemos leído esta mañana sobre los test y las mascarillas en la Comunidad de Madrid, por favor no hagan más el ridículo. (Aplausos). Y han rematado la semana
convocando un acto multitudinario en el IFEMA, saltándose todas las normas de un confinamiento que 47 millones de españoles llevan casi dos meses respetando con mucho sacrificio y mucho esfuerzo. Así que, ¿cómo va a confiar nadie en su criterio,
señor Casado? En febrero usted decía que la suspensión del Mobile era una mala noticia y exigía al Gobierno que se celebrará. En marzo ustedes y su entorno nos llamaban de todo porque el confinamiento -decían- no era suficientemente rígido. Y
ahora dice que el estado de alarma no sirve para nada o, lo que es lo mismo, que todos a la calle y sálvese quien pueda. Llevan semanas abusando de la responsabilidad de los demás para convertirse en la oposición más irresponsable del continente.


1 Palabra retirada por la Presidencia de conformidad con el artículo 104.3 del Reglamento de la Cámara.



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Pero este, este es el momento decisivo y hay que dar la cara ante todos los españoles. Por una vez -ya que le gusta tanto mirarse en el espejo- mírese en el espejo de la historia y en el del interés general, y no en el de la propaganda.


Usted sabe que no se trata solo de liquidar el estado de alarma, es mucho más que eso, y yo quiero entender que cuando usted se lanza a este tipo de afirmaciones y posiciones es porque tiene una alternativa viable. Es lo que se espera del
líder de la oposición, es su trabajo. ¿Cuál es su alternativa al estado de alarma? El mismo lunes se lo preguntaron hasta cuatro veces en una entrevista y usted no fue capaz de dar una respuesta. La situación es grave, señor Casado, su partido
lidera la oposición y usted no puede eludir la responsabilidad que tiene hacia los españoles. Los ciudadanos tienen derecho a saber qué es lo que usted propone como líder de la oposición. ¿Va a asumir usted en esta Cámara la responsabilidad de
poner fin a la barrera que nos está permitiendo derrotar a la pandemia? ¿Va asumir ante todos los españoles la responsabilidad de que se produzca un repunte, como ha sucedido en otros países? ¿Va a explicar a los autónomos que con su propuesta van
a dejar de recibir las ayudas para hacer frente a esta situación? ¿Va a decir a los trabajadores protegidos por el ERTE que si usted tiene éxito perderán su prestación? ¿Va a explicar a las familias que tienen problemas para llegar a fin de mes
que con su plan les pueden cortar el suministro de luz y agua? ¿Va a decir a todos los españoles, y, especialmente, a los de las provincias menos afectadas, que se acabaron las limitaciones al movimiento de personas? ¿Está en condiciones, señor
Casado, de asegurar que la movilidad entre provincias no va a aumentar el número de casos? Porque es justo lo contrario de lo que dicen todos los expertos. ¿Va a asumir usted la responsabilidad del impacto en la salud pública de una salida
precipitada del estado de alarma como la que está proponiendo? ¿Es esa la idea que tiene usted de acabar en los libros de historia, así quiere salir reflejado? Creo que es un enorme error que usted se dedique a contaminar el clima político
mientras la situación sanitaria mejora, por cierto, gracias a la responsabilidad de los ciudadanos y al estado de alarma que usted quiere liquidar ahora. Es un error y una irresponsabilidad poner en peligro tantas semanas de esfuerzo.


Ha dicho también varias veces, y lo ha repetido hoy, que no va a participar en lo que estamos haciendo, que estamos aplicando una agenda radical, y usa esa palabra, radical, para ocultar lo que no quiere que se sepa, así que no se preocupe,
que yo lo voy a aclarar para que se le entienda bien. Radical para usted es proteger a las víctimas de violencia machista: por eso usted no lo apoyó cuando lo trajimos a esta Cámara. Radical para usted es prohibir el despido por causas objetivas
por la COVID-19, con la interrupción del cómputo de la duración de los contratos temporales: usted tampoco lo apoyó. Radical para usted es regalar un permiso retribuido recuperable para los trabajadores que no presten servicios esenciales: usted
no lo apoyó. Radical es prohibir los desahucios de inquilinos durante seis meses, establecer microcréditos para los inquilinos en situación vulnerable, crear un subsidio para las empleadas del hogar afectadas por esta situación, establecer
moratorias en el pago de las cotizaciones a empresas y autónomos o asegurar los suministros básicos de luz y agua durante el estado de alarma. Nada de todo esto mereció el apoyo del Partido Popular y de usted, señor Casado. Todo lo que sea
proteger a los trabajadores, a las familias, a los jóvenes, a los autónomos le parece un peligroso radicalismo. Pero todas estas medidas tienen un nombre mucho más sencillo -aunque no les guste oírlo y mucho menos pronunciarlo-, se llama justicia
social, se llama igualdad, compartir el esfuerzo, responsabilidad. Y también se llama de otro modo, se llama comunidad. Eso es lo que somos, no una suma de individuos aislados, sino una comunidad de ciudadanos responsables y unidos. Estos dos
meses lo hemos sabido demostrar como nunca antes y usted debería estar a la altura de los ciudadanos, porque, mire -y esto también lo he dicho en varias ocasiones-, de un dirigente se puede esperar que dé algo más que los ciudadanos, que sea
ejemplar en todos los aspectos, pero no se le puede permitir que dé menos. Hoy hay 47 millones de españoles dando un ejemplo de responsabilidad, exactamente lo contrario de lo que están haciendo usted y todo su grupo.


Señorías, lo que se decide hoy aquí es si mantenemos el esfuerzo que nos está permitiendo superar el mayor reto al que nos hemos enfrentado o si con nuestro voto provocamos un error de consecuencias incalculables. Sé que hay partidos y
dirigentes en este hemiciclo que en los últimos años ni han apoyado al Gobierno ni lo apoyan y han sido y son muy duros en su crítica; partidos y dirigentes que, sin embargo, han sabido entender que no se trata de una cuestión ideológica o
partidista, sino de proteger la salud pública del país. No se trata ya de unos y otros, no se trata del Gobierno y la oposición, de un partido o de otro, va mucho más allá de cada uno de nosotros y de nuestros intereses legítimos y nuestras
diferencias ideológicas. Todos en esta Cámara sabemos lo que nos jugamos en este momento crucial. Nadie podrá decir que no conocía las consecuencias de su voto, nadie. Y hoy, señorías, solo les pido una cosa también



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a los diputados del Partido Popular: que voten en conciencia, con la responsabilidad que tienen sobre la salud pública de los españoles.


Muchas gracias a todos. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lastra. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Gracias, señora presidenta.


Señorías, lo primero que quiero hacer, como viene siendo habitual, es agradecerles el tono y la orientación de la mayor parte de las intervenciones que he escuchado. Me gustaría comenzar esta réplica con algunos principios generales y
hechos que creo que pueden resultar útiles para ordenar el debate y de los que me gustaría que quedara constancia en el Diario de Sesiones. En primer lugar, una cuestión de contexto que siempre he trasladado en mis intervenciones y que creo que es
importante volver a subrayar, y es que el COVID-19 no es solamente un problema de España. La pandemia nos ha afectado mucho -eso es evidente-, igual que a cinco de las grandes economías occidentales como la nuestra. Es el caso de Estados Unidos,
del Reino Unido, de Francia y de Italia. En concreto a países, que, como he hecho referencia en alguna otra intervención pública, cuentan con un mayor tráf.ico de personas, que son hubs internacionales como consecuencia de nuestro propio sector
productivo. Cuando uno analiza el debate público que tienen los distintos parlamentos, puede decirse que todos los países del mundo, y en especial los cinco citados, nos hemos enfrentado a los mismos problemas, a los mismos problemas. Fíjense,
Alemania, por ejemplo, perdió seis millones de mascarillas en Kenia y adquirió muchas de ellas defectuosas. Bélgica adquirió cien mil mascarillas defectuosas y los Países Bajos 600 000. Francia encargó 8500 respiradores a un consorcio de empresas
nacionales que no eran adecuados para la reanimación de enfermos del COVID-19. Reino Unido tuvo que admitir que 3,5 millones de test adquiridos no eran fiables y, por tanto, no se podían usar y devolvió hasta cien mil batas defectuosas. Hay, en
definitiva, cientos de ejemplos de incidentes que han sucedido en todo el mundo.


Se dice: Europa llegó tarde. Sí, Europa llegó tarde y Occidente también. España, efectivamente, junto con Europa llegó tarde, pero actuó antes, señorías, y, como consecuencia de esa actuación anterior, creo que estamos en buenas
condiciones para iniciar la estrategia de salida, que es lo que hemos denominado la estrategia de desescalada. Nuestros indicadores de respuesta en la evolución de la pandemia así lo certifican y esto es un hecho, señorías, no es una cuestión
subjetiva. Fuimos el primer país europeo en declarar el estado de alarma tanto por el número de contagios como por el número de fallecimientos en el momento de la declaración de ese estado de alarma. Y si algunos de ustedes, aquellos que son más
críticos con la acción del Gobierno, naturalizan una mirada en torno a las incidencias que les he relatado por países, verán sin objeto de dudas que España ha dado una respuesta eficaz. Hoy mismo se daba a conocer, por ejemplo, por los datos de
Farmaindustria -nada sospechosa de estar alineada con el Gobierno de España- que España es el primer país de Europa y el cuarto país del mundo en ensayos clínicos para luchar contra el COVID-19. Esta era la primera consideración que quería hacer.


La segunda consideración es indicarles la importancia, lógicamente, del control, de la coordinación entre instituciones, como garantiza el Gobierno para esta desescalada, a la cual hice referencia en mi primera intervención. La decisiva
aportación del estado de alarma ofrece máxima tranquilidad a los españoles. Aquí se ha dicho por parte de algún interviniente que tenemos que intentar evitar cualquier tipo de incertidumbre, de inquietud. Yo lo comparto y, en consecuencia, creo
que el estado de alarma ofrece esa máxima tranquilidad al conjunto de ciudadanos, vivan donde vivan. Y tiene además una raíz profunda, señorías. Aquí se ha hecho también referencia a esto por algún interviniente, no es casualidad. No vean en su
aplicación lo que no existe. No vean en la aplicación del estado de alarma lo que no existe en un Gobierno progresista como el nuestro.


Por eso, dejen que les recuerde algo, a mi juicio, importante. Se ha hecho además referencia a ello por parte de algún interviniente. En el año 1976, en una localidad al norte de Milán, Seveso, se incendió una planta química. Hubo una
fuga de gas tóxico, lo que provocó una ola de miedo en el norte de Italia y obligó al Gobierno italiano de entonces a aplicar un plan de emergencia con Europa, que estaba atenta a esta incidencia. Dos años después, cuando se estaba redactando en
este mismo Congreso de los Diputados la Constitución española, llegó el debate sobre el estado de alarma. Quizá no lo sepan, pero la Lombardía italiana está en los orígenes del estado de alarma de nuestra Constitución. Esta es la tesis que
representa el espíritu de esta cuarta prórroga del estado de alarma que está proponiendo el Gobierno a



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sus señorías, el mismo que el de las anteriores: salvar vidas y promover la salud pública. Así se expresó entonces, señorías, uno de esos diputados. Dijo textualmente lo siguiente: Con la figura del estado de alarma básicamente estamos
contemplando propiamente, más que situaciones de conflictividad política y social, eventos catastróficos -subrayo lo que decía el diputado entonces- naturales o no naturales. Es decir, señorías, por ejemplo, el caso de un virus como el que nos
ocupa, que no entiende ni de territorios ni de lindes administrativas ni de cuestiones ideológicas. El diputado entonces continuaba diciendo lo siguiente -abro comillas-: Pensemos en un ejemplo dramáticamente próximo como es el escape de gas
tóxico de Seveso, que todas sus señorías conocen. Piensen ustedes -digo yo hoy- en el COVID-19 que ha venido a España y a toda Europa del exterior de nuestro país. Concluía ese mismo diputado diciendo lo siguiente -abro comillas-: Necesariamente
supone la movilización de unas acciones especiales por parte del Estado. Añado yo: la declaración de cuarentena en situaciones epidémicas para limitaciones de la circulación, etcétera. Señorías del Grupo Parlamentario Popular, estas palabras no
corresponden a ningún rojo peligroso del Grupo Parlamentario Socialista o del antiguo Partido Comunista. Fue Gabriel Cisneros quien pronunció estas palabras en esta tribuna. Así se expresó mientras se redactaba nada más y nada menos que la
Constitución -hablamos de junio de 1978- y eran unas palabras que dirigía a otro padre de la Constitución, este sí de origen comunista y posteriormente socialista, Jordi Solé Tura. El debate no era el de aplicar o no el estado de alarma, -¡ojo!-,
sino si tenía sentido el estado de alarma cuando ya existía el de excepción. Había señorías que abogaban por suprimir el estado de alarma del debate constitucional, algo que vuelve a suceder nuevamente por parte de algunos grupos parlamentarios de
esta Cámara.


En conclusión, lo que les quiero decir con esto, señorías, es que el estado de alarma forma parte de nuestra Constitución; no lo olviden, sobre todo las señorías del Grupo Parlamentario Popular. No le perdamos el respeto al virus. Yo sé
que ustedes no pretenden con su posición política perder el respeto al virus, pero tampoco pueden matizar nuestras normas comunes. Las palabras son importantes, señorías. La ley es importante en democracia. Quizás haya quien no haya aprendido
nada de esta emergencia sanitaria -a tenor de algunas de las intervenciones que he escuchado esta mañana es evidente que es así-, pero dejen que les diga que la prudencia y la cautela son la mejor guía para cuidar a los españoles en esta transición
hacia la normalidad. Les dije que no entraría en ningún reproche y así lo haré, pero sí les pongo frente al espejo, señorías, para que estén seguros de si se reconocen, porque están a tiempo de hacerlo hoy en su votación. Por cierto, señorías,
para mí partidos políticos que aspiran a gobernar España y que en una situación como esta se abstienen es como si votaran que no.


Señorías, en tercer lugar, les pido prudencia y precaución. No puede haber una carrera autonómica o individual por el desconfinamiento como no hemos permitido que la hubiera en el confinamiento. El método de los pasos sucesivos semanales
que venimos desarrollando en el cumplimiento de objetivos sanitarios en la fase cero, con los alivios, así como con las diferentes fases de desescalamiento que expuse en mi primera intervención, nos permite dar pasos sobre seguro ante un virus que
todavía no conocemos lo suficiente, como se ha dicho aquí por parte de algún diputado. Creo que es la mejor hoja de ruta porque está basada en la experiencia y no en los experimentos. De hecho, señorías, quiero decirles que esta hoja de ruta, esta
desescalada, esta transición, ha contado con el aval de la mayor parte de los epidemiólogos y expertos; incluso epidemiólogos de cabecera del presidente de la Generalitat de Catalunya han apoyado estos planes de desescalada, con lo cual algún rigor
científico y de expertos tendrán. Actuar de este modo en la gestión desde que declaramos el estado de alarma el pasado 14 de marzo, yo creo que nos ha permitido, frente a tanto ruido de todo tipo, emitir una señal de máxima claridad al conjunto de
la ciudadanía española, de máxima pedagogía y también de máxima coherencia en nuestras acciones. Y he de decirles y reconocerles, señorías, que esto no ha sido fácil porque, como bien se ha dicho aquí y sabemos todos, no tenemos una hoja de ruta
cierta cuando nos estamos enfrentando a lo que nos estamos enfrentando, no solamente en España sino en el conjunto del continente y del planeta. Pero tomar la decisión de confinamiento general de todos los españoles -lo he defendido desde esta
tribuna en muchísimas ocasiones- ha beneficiado al conjunto de las comunidades autónomas, ha beneficiado al conjunto de ciudadanos vivan donde vivan. Por tanto, no busquen una respuesta individualizada en los resultados de esta primera etapa. Me
sorprende en muchas ocasiones que se critique al Gobierno de España y, en cambio, en función de cuál sea la afiliación política se abstraiga de esa crítica generalizada a Gobiernos autonómicos o al conjunto de Gobiernos. Yo creo que no hay que
buscar una respuesta individualizada en los resultados de esta primera etapa en la que claramente hemos superado el pico y claramente hemos doblegado la curva. Yo creo que ha sido el resultado de una acción concertada, conjunta, en definitiva, de



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las administraciones; entramos juntos, saldremos juntos, esa es la filosofía, y gracias a ella hemos pasado de un 35 % de contagios antes de que se decretara el estado de alarma al 0,31 % registrado en el día de hoy. Ningún territorio lo
hubiera logrado solo, señorías, ningún territorio lo hubiera logrado solo; ha sido gracias al esfuerzo del conjunto, porque la interdependencia, a la cual he hecho referencia en alguna otra ocasión cada vez que he venido a pedir la prórroga del
estado de alarma, ha jugado un papel fundamental.


En cuarto lugar, la importancia de transmitir esperanza al conjunto de la ciudadanía como representantes públicos que somos de todos ellos. Existe sin duda alguna una evolución positiva de los daños. Por ello los ciudadanos esperan de
nosotros un gran acuerdo de reconstrucción social y económica de nuestro país en las autonomías y en los ayuntamientos. Yo desde aquí hace quince días propuse no solamente esos acuerdos a nivel estatal, sino que dije, porque me lo creo, que esos
acuerdos se podían desparramar a nivel autonómico y a nivel local. Desgraciadamente han contado con el desprecio, en este caso del principal partido de la oposición allí donde gobiernan, pero en todo caso vuelvo a tender la mano al conjunto de
fuerzas políticas para que lo hagamos posible a nivel estatal. Tenemos toda una legislatura por delante, señorías, para desarrollar los acuerdos que podamos celebrar. El Gobierno tomó posesión a mediados de enero, tras cinco procesos electorales
en 2019 y dos elecciones generales ganadas por el Partido Socialista por amplia diferencia sobre el segundo y, por tanto, toca legislatura y centrarnos en lo mejor para España, que es la estabilidad política, la mirada larga y abordar la
reconstrucción y la recuperación social y económica del conjunto del país.


Y en quinto lugar, para hacerlo posible hay que volver a la unidad. Debemos despolitizar la emergencia, señorías; a lo mejor esto podría ser uno de los grandes mensajes que trasladáramos desde esta Cámara; despolitizar la emergencia, como
sucede, por ejemplo, en otros países de nuestro entorno. La voluntad de la oposición en estos países es inequívocamente de unidad. Seré breve, voy a poner solamente dos ejemplos para quienes me quieran escuchar. Los nombres quizás suenen incluso
sorprendentes. En Italia hay un líder que ha dicho lo siguiente: No es el momento de la controversia política, es el momento de arremangarse y trabajar todos juntos, Silvio Berlusconi. En el Reino Unido, el nuevo líder laborista, al otro extremo,
dice: No podemos hacer oposición solo por hacer oposición, no voy a apuntarme tantos políticos, voy a apoyar totalmente la decisión del Gobierno de extender el confinamiento. Así se pueden encontrar declaraciones similares en más países como
Alemania, República Checa, Chipre, Estonia, Lituania, Bélgica, Dinamarca o Francia. Por cierto, señor Casado, en el Senado se aprobó la prórroga hasta el 4 de julio -creo recordar- por parte de la mayoría de fuerzas políticas, entre ellas estaba el
partido popular francés, el Frente Nacional y otras tantas. Lo digo más que nada porque cuando quiera reprochar o criticar al Gobierno lo fundamente con datos ciertos. Empieza a ser una tónica habitual en sus críticas, señor Casado, el no ceñirse
a la realidad. Podría seguir hasta un total de más de veinte países en Europa, todos ellos en estado de alarma o dotados de una herramienta similar a la nuestra, señorías. España no puede estar fuera de ese consenso. No solo se ataca sin piedad
al Gobierno, como estamos viendo desde el inicio de la crisis y desde el inicio del estado de alarma, sino que parte de la oposición en España quiere ir un paso más allá en el debate de hoy, señorías, y quiere hasta suprimir el estado de alarma en
unas circunstancias tan complejas como las que estamos viviendo. Por tanto, me dirijo a ellos: miren, ustedes pueden criticar lo que quieran, pueden criticarme a mí, no me importa, pero no perjudiquen a los españoles. Voten a favor del estado de
alarma porque lo primero es salvar vidas, proteger la salud pública y no los intereses partidistas que algunos desde esta tribuna han manifestado con sus críticas injustas al Gobierno. Hay razones sanitarias, civiles y sociales para ello, como les
he explicado en profundidad en mi primera intervención. Por tanto, señorías, despoliticemos esta emergencia sanitaria, como esperan de nosotros y nosotras la inmensa mayoría de los españoles, voten a quien voten en los procesos electorales. El
adversario no son los rivales políticos ni el arma es el virus; el adversario es el coronavirus y el arma para derrotarlo es la unidad política de instituciones y de fuerzas parlamentarias presentes en esta Cámara. La salida, la desescalada hacia
la nueva normalidad y la victoria final frente al virus, yo creo que debe tener en cuenta todo lo que ha sucedido, y por eso, señorías, insisto; en la gestión de esta pandemia no hay aciertos absolutos, pero no cometan el error absoluto levantando
el estado de alarma.


Señor Casado, la verdad es que si pudiéramos hablar más sería mejor, pero tampoco parece que nos entendamos, ¿verdad? Por mucho que hablemos usted y yo no parece que nos entendamos. Le he oído repetir una y otra vez que el Gobierno no
tiene voluntad real de acuerdo, que todo esto es un artefacto. Le voy a poner un ejemplo concreto, señoría. Hace dos semanas, el ministro de Justicia -no está aquí presente- inició contactos con todas las comunidades autónomas para buscar una
solución al colapso



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de la justicia causado por el COVID-19. Compartió la situación con los consejeros y consejeras de Justicia de todas las comunidades autónomas, también las del Partido Popular, y escuchó sus propuestas. Incorporó varias de las sugerencias
de los consejeros del Partido Popular, por ejemplo, de uno de ellos, el señor Enrique López, consejero de Interior y Justicia de la Comunidad de Madrid. Luego se puso en contacto con todos los portavoces de Justicia de todos los grupos
parlamentarios, incluido, por supuesto, el portavoz del Partido Popular, y les explicó el proyecto de real decreto al máximo detalle y estuvieron de acuerdo todos los portavoces. (Un señor diputado: ¡Mentira!). ¿Se puede ser más colaborativo, más
dialogante? Yo creo que no. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor. Señor García Egea, por favor, guarde silencio.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Este era el consenso que se había fraguado con los consejeros de Justicia de todos los Gobiernos autonómicos, con los portavoces de la práctica totalidad de grupos parlamentarios de
esta Cámara, incluido el Partido Popular. Entonces, llegó el señor Casado y dijo que no, que no se podía aprobar este decreto. ¿Cuál es el problema, señor Casado? ¿Usted? No quiero creerlo, señor Casado. Deje que le diga lo que pienso: a
usted, señor Casado, le da miedo el acuerdo. Sí, le da miedo el acuerdo porque cree que con ello ayuda al Gobierno; no hay más. Pero no es cierto, con el acuerdo ayudaría a los españoles y, si me apura, se ayudaría a usted mismo, porque solo
podrán volver a gobernar cuando una mayoría de españoles perciba lo que hoy no percibe en el principal partido de la oposición; que son un partido moderado, prudente, con responsabilidad de Estado, que arrima el hombro cuando estamos viviendo la
situación más inédita y compleja de los cuarenta y tantos años de democracia en nuestro país. Soy consciente, señor Casado, no crea que no, de que hay un movimiento ultraderechista en la sociedad española que quiere una ruptura de la convivencia.
Es un movimiento muy ruidoso porque las caceroladas son muy ruidosas. Pero no las coja, señor Casado, aplauda a los sanitarios y a los españoles. Se trata de un movimiento muy minoritario. Libérese, señor Casado. Yo le volveré a tender la mano
una y mil veces, porque es cierto que estamos saliendo de la emergencia sanitaria, pero nos queda la emergencia económica y social derivada de la propagación del virus en todo el mundo, no solamente en España, sino en el conjunto del planeta. Pero,
ojo, recuerde que España también nos necesita porque, a veces, en su idea de España como que se olvidan ustedes de las tres cuartas partes de los españoles que no les han votado. Somos el partido que ha ganado las elecciones cinco veces durante el
pasado año, ténganos el respeto que nosotros le tenemos a ustedes, señor Casado.


Y, para terminar, el Partido Popular no lleva proponiendo -como dice usted- un plan de choque económico desde hace semanas; el PP lleva pidiendo un plan de choque desde hace semanas, pero estoy seguro de que usted sabe -he vuelto a
repetirlo en mi intervención- que el Gobierno ha movilizado 139 000 millones de euros para frenar la destrucción de empleo, para frenar el cierre de empresas, para cubrir las rentas de 7 162 000 trabajadores y trabajadoras, es decir, un tercio de la
población activa, y proteger a los hogares más vulnerables. Tal y como recoge el Programa de Estabilidad 2020, son 28 403 millones de euros en diferentes políticas de gasto -o de inversión, prefiero decir-, incluyendo 17 894 millones de euros para
cuatro millones de trabajadores en ERTE, que sí están cobrando -a diferencia de lo que usted dijo ayer, señor Casado, sí están cobrando-, e incluyendo prestaciones por cese de actividad para 1,4 millones de trabajadores autónomos, entre otras
medidas. Son, además, 6119 millones de euros en medidas de estímulo fiscal, principalmente a través de la suspensión de cotizaciones a la Seguridad Social y 104 000 millones de euros en avales, garantías y coberturas de riesgo. Nunca ningún
Gobierno, señorías, había hecho una movilización de recursos públicos como la que está haciendo este Gobierno. Y en cuanto a las cuotas de autónomos, todos aquellos que perciben la prestación por cese de actividad están exentos del pago de cuota,
todos.


Pero, mire, no es el Gobierno, señor Casado, el que paga los ERTE; son las arcas públicas con los impuestos de todos los españoles. Y eso necesita consistencia en cualquier propuesta, consistencia, que es lo que se echa en falta en muchas
de sus intervenciones; no solamente un basamento real y no ficticio, sino consistencia y coherencia. Ustedes piden bajar impuestos, aumentar el gasto -porque cualquier cifra a ustedes les parece insuficiente- y rebajar el déficit. A mí me parece
lícito, señoría, que usted pida bajar impuestos, aumentar el gasto y rebajar el déficit. Ahora lo piden todo al mismo tiempo, sin coherencia. ¿Sabe qué ocurriría si ahora procediésemos, por ejemplo, a una rebaja fiscal generalizada, como usted
propone? Que penalizaríamos, precisamente, a los que menos tienen, a los más vulnerables. Y, como ya conocen los españoles, esas medidas vendrían acompañadas de recortes masivos, que es en realidad lo que ustedes parecen querer.



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Súmese al acuerdo, señor Casado, sea responsable, apoye la prórroga del estado de alarma. Los españoles le han otorgado una representación parlamentaria de 89 diputados; use esa representación para sumarse a la reconstrucción del país,
como hace la oposición en nuestro entorno. Lo he dicho en mi primera intervención; estamos ante una decisión trascendental que va a marcar a los grupos parlamentarios en esta votación para mucho tiempo. Estamos decidiendo qué es lo que queremos,
qué salida queremos: o queremos un 'rompan filas' levantando abruptamente el estado de alarma o queremos una progresión en ese camino hacia la nueva normalidad. Queremos y vamos a decidir con nuestro voto si queremos la unidad o queremos el
'sálvese quien pueda', al cual hacía referencia antes la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. Y es verdad, señor Casado, que, después de escuchar al señor Abascal, ¿realmente usted quiere parecerse al señor Abascal en su discurso político?
¿Realmente la derecha es lo único que puede ofrecer al conjunto de la ciudadanía española en este momento tan crítico de nuestra historia?


Señor Abascal, yo tengo una dificultad con usted, y es que es muy difícil replicarle porque es imposible entenderle. España está a una cosa y el señor Abascal está a otra, y eso ha quedado en claro. (Aplausos). Hace usted una defensa del
colectivo LGTBI, señor Abascal, y yo le recuerdo que cuando se ha reconocido el matrimonio entre personas del mismo sexo, cuando se han ampliado derechos y libertades civiles, ha sido como consecuencia de que ha habido Gobiernos progresistas a lo
largo de la historia de nuestra democracia. Usted pertenecía a un partido político -antes de forjar y crear el suyo- que cuando aprobábamos, por ejemplo, la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que hacía era recurrirla ante el
Tribunal Constitucional.


Señor Abascal, lo único que le digo son tres palabras: abandone el odio, créame, abandone el odio. Si lo hace, le garantizo que se abrirá un mundo nuevo frente a usted. Además, señor Abascal, la verdad es que, viendo hoy un poco las redes
sociales, ha sido bastante curiosa su referencia al Che Guevara, incluso a Paracuellos. ¿Qué hay de la pandemia, señor Abascal? Yo entiendo que usted tenga que recurrir a ese tipo de argumentos porque el señor Casado le ha dejado prácticamente sin
espacio político. Pero, en fin, creo, señor Abascal, que si usted acaba con ese discurso de odio que cada vez que sube a esta tribuna simplemente nos profiere sobre todo a los partidos políticos que formamos esta coalición, hará bien a España y se
hará bien incluso a sí mismo. Tómelo como un consejo sin ningún tipo de interés más allá del político.


Al señor Asens quiero agradecerle mucho el tono y también algunas de las cuestiones que ha comentado y que yo lógicamente comparto. No estamos hablando de nada más que de proteger la salud pública y de proteger las vidas de los españoles
vivan donde vivan, y esa es la única ideología. En muchas ocasiones, escuchamos a la ultraderecha o escuchamos al Partido Popular decir que el Gobierno progresista lo que está haciendo es utilizar el estado de alarma para no sé qué cosas, cuando en
verdad la única ideología que nos mueve para proponer de nuevo la prórroga del estado de alarma es la que usted ha dicho: salvar vidas, vidas extremeñas, vidas catalanas, vidas vascas, vidas andaluzas, vidas canarias, vidas gallegas, vidas de
izquierdas, vidas de derechas, vidas nacionalistas independentistas; vidas, en definitiva, de compatriotas. Por eso, hemos pedido también, señoría, la prórroga del estado de alarma.


Y efectivamente, coincido con usted en que esta no es una cuestión que esconda detrás un interés espurio por parte de un Gobierno en el que, por cierto, cada vez que he subido a esta tribuna siempre he defendido el Estado autonómico. Yo
nunca he defendido la recentralización de ninguna de las competencias. Al contrario, he insistido cada vez que he subido aquí, a esta tribuna, cuando la oposición ha criticado a este Gobierno, por ejemplo, el no haber aprobado el estado de alarma
un par de días antes, entre otras cuestiones, porque una de las cosas que siempre nos ha animado es confiar lógicamente en el buen hacer de las comunidades autónomas en la gestión de la sanidad. Por eso, señoría, claro que no hay un uso retorcido
del centralismo. Es una herramienta que necesitamos ahora mismo, como he dicho en mi primera intervención, para limitar la movilidad durante unas semanas y es el medio para evitar que el virus se desplace sin control entre provincias, como hemos
visto durante estas últimas semanas. Es, en definitiva, un escudo frente a la propagación de la epidemia.


Y tampoco, lógicamente, tiene que ver para nada con limitar las libertades, como nos está diciendo la oposición. Todas las libertades -insisto- están intactas, todos los derechos de la Constitución están intactos y los protegen plenamente
las leyes, los tribunales, los medios de comunicación. Por cierto, yo no sé muy bien, señor Abascal y señor Casado, a quiénes se refieren ustedes cuando hablan de medios de comunicación a sueldo del Gobierno de España. Usted ha dicho, señor
Casado, aquí que no hay prensa



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libre en nuestro país. Por favor, suba a esta tribuna y diga qué medios de comunicación no son independientes. Dígalo, porque lo que está haciendo usted, señor Casado, es copiar el discurso de la ultraderecha incluso en lo referente a la
libertad de prensa. (Un señor diputado pronuncia palabras que no se perciben). Ustedes son libres de utilizar su turno para debatir lo que quieran, pero dado que ustedes están acusando a los medios de comunicación de no ser independientes, lo
único que le pido al señor Casado es que suba aquí y diga qué medios de comunicación no son independientes, simplemente. Le pido que lo diga porque estas acusaciones, al menos, señoría, merecen alguna matización si es que a lo mejor se han
producido en el fragor de su intervención; una acusación -a mi juicio inmerecida- a los medios de comunicación, que yo sí defiendo que son independientes digan lo que digan y defiendan editorialmente lo que defiendan.


Señor Rufián, usted decía hace menos de un mes que parábamos el país o que no habría país que levantar. Usted decía eso hace menos de un mes. El país ya no tiene que estar parado, pero tiene que empezar a volver el movimiento poco a poco.
Tenemos que seguir restringiendo el movimiento y por eso estamos solicitando una nueva prórroga del estado de alarma.


Usted nos habla de horizontalidad, nos habla de corresponsabilidad, y yo, señoría, nunca lo he negado; nunca he negado esa corresponsabilidad y esa horizontalidad. De verdad, nunca lo he denegado. Mire usted lo que pasa fuera de España.
¿Cuáles son los instrumentos constitucionales que utiliza la mayor parte de los Gobiernos europeos? Están utilizando figuras semejantes a las que estamos utilizando en España, porque evidentemente, aunque haya una autoridad -póngale usted luego el
adjetivo que quiera- coordinada, etcétera, etcétera, tiene que haber un departamento de Sanidad, un ministro de Sanidad o ministra de Sanidad que al final sea quien pilote, junto con el conjunto de comunidades autónomas, la desescalada. Eso es lo
que nosotros denominamos autoridad, señoría. Nosotros hemos pactado con todas las comunidades autónomas los marcadores del panel integral que van a evaluar el faseado de los distintos territorios. Hemos dicho a las comunidades autónomas: esta es
nuestra propuesta, la provincia; pero hemos dicho también: si ustedes consideran que puede ser otra unidad territorial, estamos abiertos a ella. Lo único que hemos pedido es, señorías, que tengan en cuenta no solamente las capacidades
estratégicas y sanitarias sino también la unidad económica y la movilidad de los ciudadanos. Los ciudadanos saben cuáles son las fronteras administrativas de la provincia, no saben cuáles son las fronteras, por ejemplo, de un área sanitaria.
¿Ustedes las sabe, señor Rufián? Por tanto, yo creo que nosotros planteamos una propuesta razonable. Yo soy el presidente del Gobierno de España. Hay ya una unidad administrativa, que son las provincias. Yo me atengo a ellas, porque además los
expertos nos están diciendo que es la mejor unidad de acción para pilotar la desescalada, pero nos abrimos lógicamente a que planteen lo que consideren ustedes oportuno. Por eso, hemos hablado de que la desescalada iba a ser asimétrica, iba a ser
gradual, iba a ser coordinada e iba a ser adaptable.


En fin, creo, señoría, que se puede criticar, y mucho, al Gobierno. Se me dice por parte de algún interviniente: el señor Sánchez no reconoce ningún error. Cada vez que subo a esta tribuna me preguntan -además, me lo preguntan siempre-:
¿va usted a reconocer errores? ¡Pues claro que reconozco los errores! Los aciertos son de todos, los errores son míos. Pero, señoría, creo que tampoco es justo criticar al Gobierno por todo. El Gobierno de España está hablando con las comunidades
autónomas. ¿Cuántas reuniones lleva el ministro de Sanidad realizadas, celebradas durante casi ocho semanas con los consejeros y consejeras de Sanidad de los distintos Gobiernos autonómicos? Casi una treintena si no me fallan los números. Se me
podrá decir: el presidente del Gobierno, en las videoconferencias de presidentes todos los domingos, podría hacer las cosas mejor. No lo dudo -seguro que sí, señoría-, pero reconozcamos que este es el Gobierno que ha puesto en marcha esas
conferencias de presidentes: ocho en ocho semanas; seis en dieciséis años y ¡ocho en ocho semanas! Se podrá decir: ¿Se pueden hacer mejor? Sin duda alguna se pueden hacer mejor; estoy convencido de que se pueden hacer mejor. Estamos abonando,
y precisamente aprendiendo, esa dinámica de colaboración, coordinación y cooperación, a la cual antes hacía referencia, pero no se puede decir, señoría, que el Gobierno de España impone, porque eso es injusto. Nosotros no imponemos, señoría. Todas
las medidas que hemos puesto en marcha en el plano institucional de desescalada de fases han contado con una previa interlocución con todos los Gobiernos autonómicos. Fíjese, yo echo en falta en muchas ocasiones que esos mismos Gobiernos
autonómicos que critican al Gobierno de España en la falta de interlocución interlocutaran con sus ayuntamientos. ¿Cuántos de los Gobiernos autonómicos están interlocutando con sus ayuntamientos, tienen reuniones sistemáticas como tenemos desde el
Gobierno de España, por ejemplo, con las comunidades autónomas o con la Federación Española de Municipios y Provincias? Me gustaría saberlo,



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porque estoy convencido de que no son tantas. Por tanto, con toda humildad, le digo, señoría, que desde luego nosotros podremos mejorar, y mucho, en la coordinación, en la interlocución y que yo estoy dispuesto a asumir esos errores, esa
responsabilidad, pero no se puede decir que el Gobierno de España no está dialogando con los Gobiernos autonómicos. No se puede decir eso porque creo que es faltar a la verdad. Por tanto, corresponsabilidad, toda. De hecho, se ha presentado aquí
por parte de un grupo parlamentario, en este caso el Partido Nacionalista Vasco, una enmienda que nosotros vamos a asumir y que precisamente refuerza esa idea de corresponsabilidad, de codecisión y de cogobernanza. Se podrá decir, como se está
interpretando en algunos medios de comunicación conservadores, de líneas editoriales conservadoras, que lo hace por necesidad el Gobierno de España. Bien, por necesidad o por convicción, pero lo vamos a hacer y vamos a transitar esta etapa de
desescalada precisamente con esos atributos. Y la horizontalidad, señoría, desde luego creo que el Gobierno de España la practica; cuestión distinta es que a lo mejor a ustedes les parezca insuficiente. Dice usted que el que Esquerra Republicana
vote con VOX no significa que ustedes tengan la misma posición que VOX. Lo comparto, pero, a ver, no le reproche al Gobierno ni a los grupos parlamentarios que soportan a este Gobierno que haya grupos parlamentarios que apoyen la prórroga del
estado de alarma porque hemos llegado al acuerdo; lo que vale para usted también vale para el resto de grupos parlamentarios, señoría. Por tanto, este Gobierno, señor Rufián, siempre escucha y, de hecho, es el planteamiento que vamos a seguir. Yo
se lo he dicho desde esta tribuna en muchas ocasiones, aunque hoy quizá no ha sido el día, pero agradezco siempre su tono y sus aportaciones constructivas al debate y a este momento tan crítico que vive nuestro país.


Señora Borràs, yo creo que en mi primera intervención he sido muy claro, como lo fui también el domingo pasado en la Conferencia de Presidentes. Como he dicho antes al señor Rufián, las comunidades autónomas y el Gobierno de España vamos a
gobernar conjuntamente la desescalada. Antes se me ha olvidado comentar un dato al señor Rufián, pero, fíjese, el 83 % de las propuestas, el 83 % de las propuestas que nos enviaron las comunidades autónomas para las distintas fases de la
desescalada están recogidas en el plan de desescalada del Gobierno de España, el 83 %. Usted podrá decir que es insuficiente, pero es un 83 %. Hemos hecho un ejercicio de diálogo, de escucha y de integración de esas propuestas más que evidente, y
ahí están las cifras. El procedimiento escogido por el Gobierno yo creo que favorece la comunicación, el acuerdo y la gestión integral y coordinada. Se podrá cuestionar que el Gobierno de España no pueda tener la última palabra en la decisión,
bueno, pero fíjese, en todo el camino para tomar esa decisión lo hacemos con los parámetros más objetivos posibles, con unos parámetros que además nos han recomendado los expertos y los científicos; es más, dejamos unos umbrales de negociación
bilateral con cada una de las comunidades autónomas. Ayer, el ministro de Sanidad tuvo ya una negociación bilateral con tres Gobiernos autonómicos; hoy, me parece que van a ser otros cinco y mañana serán otros cinco. Vamos a tener una negociación
bilateral con todos y cada uno de los Gobiernos autonómicos, señoría. Yo entiendo que se pueda criticar, y mucho, al Gobierno de España, pero de verdad, qué más podemos hacer. Usted pedirá efectivamente que dimitamos de nuestras responsabilidades
y que sea el Gobierno de Cataluña quien lo lidere única y exclusivamente (la señora Borràs Castanyer: Efectivamente), pero si estuviéramos enfrentándonos a un desafío completamente distinto al virus, yo no tendría ningún problema, señoría, pero es
que el virus ha demostrado que no obedece ni atiende a ninguna barrera administrativa, a ninguna cuestión ideológica ni a ningún proyecto político. Y precisamente nosotros nos vimos obligados a aprobar el estado de alarma porque se había desbordado
en todo el país, viviera donde viviera el ciudadano, esta pandemia. Por tanto, no quieran ver agravios donde no los hay, es que no hay agravios en esta cuestión, señora Borràs, de verdad, es que no los hay.


Yo entiendo que ustedes a lo mejor tengan que arrimar el ascua a su sardina, que tengan ustedes que decir que el Gobierno de España no hace las cosas bien y que una Cataluña independiente las haría fenomenal, pero no es así, señoría, no hay
agravios políticos ni territoriales en esta cuestión. Nosotros solamente tenemos un propósito, que es la defensa de la salud pública y salvar vidas y, créame, señoría, con el estado de alarma y con el confinamiento hemos salvado muchas vidas, y no
lo digo yo, lo dicen centros epidemiológicos nacionales e internacionales. Acepte usted que en situaciones de emergencia es preciso un mando que coordine, que eventualmente tome decisiones generales, como hemos tomado. Precisamente, para que
podamos tener una desescalada simétrica lógicamente hemos tenido que tomar medidas de confinamiento generalizado en todo el país, sin que eso suponga injerencia ni menosprecio al autogobierno catalán, que no lo tiene, señoría. Yo tengo un profundo
respeto por el autogobierno de Cataluña, quizá mucho más que algunos líderes de su partido político.



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Yo le pido, señora Borràs, como les pido a todos los que han anunciado que votarán negativamente, que reconsidere su voto, se lo pido de verdad, de corazón. El no al estado de alarma no es ahora una opción, no es ahora una opción. Nosotros
tenemos que seguir restringiendo la movilidad, tenemos que seguir restringiendo la libertad de movimiento. No pongo su caso; pongamos el caso de una tierra que conoce bien el señor Egea, Murcia. Cuando yo me reúno con el presidente de Murcia y
hablo con él, una de las quejas que tiene es: presidente, que los madrileños no hagan uso de su segunda residencia cuando vengan a Murcia. De hecho, fíjese, ha habido alcaldes de Murcia que lo que han hecho ha sido anunciar el bloqueo de la
llegada de madrileños a sus segundas residencias. ¿Cómo puedo yo garantizar al señor López Miras que no va a haber un tránsito y una movilidad de madrileños a Murcia? No lo hay, señoría. Cuando lleguemos a una situación epidemiológica igual,
prácticamente homogénea, y no heterogénea, en todo el territorio nacional, yo no tendré ningún problema. ¿De verdad usted cree que yo tengo interés en mantener el estado de alarma? ¿De verdad usted cree que tengo interés político? No tengo
ninguno. El único interés que tiene el Gobierno es el de salvar vidas y garantizar la salud pública, ese es el único, y no por ello estamos menospreciando el autogobierno catalán ni el autogobierno de Murcia ni el autogobierno de Madrid. Por
cierto, lo que se dice hoy en los medios de comunicación es que han tenido que cancelar la reunión del Consejo de Gobierno en la Comunidad de Madrid por supuestas discrepancias entre los dos partidos que forman la coalición en cuanto a ver si Madrid
tiene que pasar a la fase 1 o no. ¿Se imagina usted esa situación? Si el Gobierno de España también puede ordenar y dar seguridad a cada uno de los ciudadanos de cada una de las comunidades autónomas, creo que estará a favor del interés general,
¿no?


Sin estado de alarma, señoría, se lo recuerdo, desaparecerá la prohibición de la movilidad entre provincias y entre comunidades autónomas. Quiero recordarle que el president Torra fue uno de los primeros que me dijo que se limitara la
movilidad interprovincial. Si se limita la movilidad interprovincial, lo que se está diciendo lógicamente es que tenemos que utilizar el estado de alarma. El Gobierno de la Generalitat no tiene instrumentos jurídicos para cerrar Barcelona, es que
no los tiene. (La señora Borràs Castanyer hace gestos afirmativos). No, no los tiene, señoría, no faltemos a la verdad. No digo que usted quiera engañar, pero no faltemos a la verdad. No hay instrumentos jurídicos por parte de la Generalitat de
Catalunya para cerrar Barcelona, no los hay. Se tendrían que reabrir con normalidad líneas ferroviarias y todo aquello que el president Torra decía que había que confinar, que había que hibernar y que había que cerrar. Insisto, yo creo que ustedes
votan no sabiendo que va a salir que sí. (Denegaciones de la señora Borràs Castanyer). Si no, en fin, el calificativo sería otro, señoría.


Señor Errejón, le agradezco su apoyo. Lo he dicho antes, señoría, el estado de alarma no es un proyecto político de un Gobierno progresista, no lo es, créame que no lo es. De hecho, aquí se ha criticado por parte de la oposición en algunas
ocasiones que estuvimos siete horas hablando en el Consejo de Ministros el día que decretamos el estado de alarma, el 14 de marzo. ¿Por qué lo hicimos? Porque fuimos línea a línea viendo cada uno de los aspectos fundamentales del estado de alarma
para salvaguardar todas las libertades y los derechos constitucionales, pero también para ponderar de qué manera podíamos hacer frente a una pandemia inédita en el mundo y en consecuencia en España, para ponderar todos esos derechos y libertades
para salvaguardar los que estaban puestos en cuestión, que eran la salud pública y las vidas de los españoles. Eso es lo que nosotros hemos hecho, con acierto o con errores, como usted quiera valorarlo y calibrarlo, pero sin duda alguna con ese
ánimo y no otro. Por tanto -lo ha dicho el ministro de Transportes en alguna ocasión de manera, creo, bastante elocuente-, el estado de alarma no es un proyecto político, es una necesidad y es un amparo. Es una necesidad porque efectivamente es el
único instrumento constitucional que tenemos para poder limitar el derecho de reunión y de movilidad y es el amparo. No lo digo yo, lo ha dicho el secretario general de Comisiones Obreras, que ha dicho: bromas, las justas. Porque los ERTE o las
prestaciones por cese de actividad a los autónomos se producen ¿por qué? Porque el Gobierno de España ha tomado una decisión drástica de cierre de negocios y, por tanto, por una causa de fuerza mayor que, inevitablemente, lleva aparejada una serie
de medidas de política económica y social que ha puesto en marcha este Gobierno. Es más, nosotros ahora estamos hablando con los agentes sociales para ver de qué manera podemos acompasar todo ese proceso de desescalada, de transición hacia la
normalidad con la realidad laboral, económica y empresarial de muchísimos colectivos, como el sector turístico -como decía antes el señor Quevedo- o de otros muchos sectores: el sector de la hostelería, el sector de la restauración o el sector de
la automoción. Claro que sí, señoría, nosotros empatizamos con su causa, pero si desaparece la causa de fuerza mayor, ¿qué pasa al día siguiente? Pues al día siguiente pasa que todas las actividades económicas tienen que volver a la



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normalidad. Por eso, señorías, yo puedo empatizar -no lo digo por usted, señor Errejón- con lo que se dice de que el Gobierno de España tiene que buscar otras fórmulas, pero, insisto, hasta que nosotros no tengamos una situación
epidemiológica semejante en todo el territorio, no podemos prescindir del único instrumento que tenemos y que sabemos que, a ciencia cierta, funciona para acabar con la pandemia, que es el control de la libertad de movimientos, y la libertad de
movimientos está reconocida en el artículo 116 de nuestra Constitución a través del estado de alarma en cuanto a su limitación, y en la Ley orgánica de 1981. Punto y final, señorías, no hay más.


Se reprocha al Gobierno de España haber dicho que no hay plan B. En esta situación, ahora mismo, con esta pandemia, ¿realmente vamos a ponernos a ver otros experimentos? Hombre, tengamos clara cuál es la experiencia que hemos acumulado
durante estas semanas y pongamos fin a esta ola del COVID-19 que nos invadió a principios de año. Y luego, efectivamente, el Gobierno de España estará abierto a gobernar esa nueva realidad de otra manera completamente distinta, pero, insisto, creo
que es muy importante ser conscientes de que tenemos enfrente una situación absolutamente inédita y que no podemos minusvalorar el riesgo que conlleva.


Coincido con usted, señor Errejón, en los temas de transición ecológica, reconstrucción, conciliación. Efectivamente, en las fases de desescalada hemos dado algunas alternativas que, lógicamente, va a proveer el sistema educativo -sin tener
que ser el sistema educativo, digamos, el que deba dar respuesta a ello-, pero también le tengo que decir que a través del Ministerio de Trabajo se han puesto en marcha algunas medidas a favor de la conciliación y que estamos en conversaciones con
los ayuntamientos y con la Federación Española de Municipios y Provincias para ver de qué manera podemos articular esa demanda de conciliación a la cual usted hacía referencia antes. Señor Errejón, le agradezco mucho el apoyo a la prórroga del
estado de alarma.


Señor Baldoví, también le agradezco mucho su apoyo, con la crítica constructiva que ha manifestado, pero quisiera puntualizarle varias cuestiones. En primer lugar, en relación con los paraísos fiscales y los dividendos, las líneas de
garantía de liquidez a través del ICO ya establecen desde el primer momento que no se permiten ese tipo de líneas a empresas que estén localizadas en paraísos fiscales o repartan dividendos. Quiero que lo sepa usted porque de repente ha saltado
este debate, pero este es un compromiso que el Gobierno de España ha manifestado negro sobre blanco en sus reales decretos-leyes desde el primer momento. Es decir, que no es una decisión nueva que nosotros hayamos traído, sino que, al contrario, la
pusimos en marcha desde el primer minuto con estas líneas ICO. En cuanto al acuerdo en torno al superávit de los ayuntamientos, estamos en conversaciones con la Federación Española de Municipios y Provincias para ver exactamente cómo podemos dar
curso a ese superávit. Creo que también usted, Señor Baldoví, apreciará el anuncio que hemos hecho de que se pueda reiniciar la licitación de obra pública, que era una de las medidas que se habían propuesto por los ayuntamientos y también por
Gobiernos autonómicos.


Al señor Rego deseo agradecerle su actitud constructiva. En cuanto al tema del estado autonómico, creo que ya he respondido antes. Son más de sesenta reuniones las que hemos mantenido con los Gobiernos autonómicos. Fíjese, el lunes
pasado, hace dos días, hubo tres reuniones: la primera del ministro de Sanidad con los consejeros de Sanidad para ultimar ese diálogo bilateral a partir del cual se va a evaluar la desescalada. Hubo una segunda reunión del ministro de Transportes
con los consejeros de Transportes de las comunidades autónomas para empezar a hablar de cómo vamos a financiar el déficit, entre otras cuestiones, del trasporte público. Y, en tercer lugar, hubo otra reunión de la ministra de Hacienda con los
consejeros de Economía y Hacienda de las comunidades autónomas para explicar y ver qué criterios se van a seguir para destinar ese fondo extraordinario no reembolsable de 16 000 millones de euros que ha aprobado el Gobierno de España en Consejo de
Ministros. Son tres de las más de sesenta reuniones que hemos mantenido con todas las comunidades autónomas desde que empezó esta crisis, ocho conferencias de presidentes celebradas hasta el momento por parte de mi persona e -insisto- una
negociación bilateral que vamos a tener desde el Gobierno de España con todas las comunidades autónomas. Se pueden criticar muchas cosas, señor Rego -no digo que no, y probablemente tengan ustedes razón-, y es verdad que hemos tenido Gobiernos
anteriores que han practicado más el rodillo, que han impuesto sus criterios, pero, insisto, nosotros estamos abriendo esa cultura cooperativa y colaborativa con las comunidades autónomas. Seguro que podemos hacerlo mucho mejor; estoy convencido
de que podemos hacerlo mucho mejor, pero no se puede negar a este Gobierno la voluntad de compartir esas decisiones con el conjunto de administraciones. Lo que no vamos a hacer es renunciar a nuestras competencias cuando los ciudadanos saben que es
fundamental



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que el Gobierno de España coordine un desafío que desborda las unidades territoriales, las políticas y las administrativas.


Le he comentado antes que, efectivamente, en cuanto al planteamiento que usted hacía sobre las parroquias, los concellos en Galicia -este fue un elemento que se suscitó también por parte del presidente Feijóo y por parte del presidente
Barbón, del Principado de Asturias- el propio decreto establece unos márgenes por los cuales las comunidades autónomas pueden establecer un máximo de más de 5000 habitantes. De hecho, el Principado de Asturias, a través de la Federación Asturiana
de Concejos, elevó esta consulta a la Delegación de Gobierno, que planteó que, en efecto, sus parroquias no se ajustaban a este límite de los 5000 habitantes y se les ha permitido tener una libertad de movimiento con municipios de más de 5000, 6000
habitantes. Por tanto, tenemos en cuenta su petición, pero esta es una cuestión que ya venía recogida en el decreto y, por tanto, no veo que haya crítica al respecto.


A la señora Arrimadas le agradezco el tono, las críticas, también el apoyo que está prestando al Gobierno en esta crisis. Yo creo que usted ha demostrado que con diez escaños se puede ser mucho más relevante en esta Cámara que con ochenta y
ocho escaños cuando se tiene voluntad de ser útil, y en ese sentido le agradezco su posición. Pero también vamos a ser claros y francos: señoría, usted sabe como yo que es muy fácil criticar al Gobierno de España y a todos los Gobiernos en los
términos en los que lo ha hecho. Sabe también, como yo, que la llamada constante que este Gobierno está haciendo es la de la unidad, la de la colaboración entre administraciones, sin descanso. Hemos tratado de seguir tres reglas, algunas veces con
más acierto que otras. Reitero: No polemizar, buscar la unidad y escuchar, porque el contacto territorial ha sido y sigue siendo constante. Sin ese contacto, señoría, sin esa escucha, sin esa coordinación, jamás hubiésemos llegado hasta aquí; y
esa cogobernanza en la desescalada es imprescindible para lograrlo. Los contagios -lo hemos dicho en muchas ocasiones- no se evitan con polémicas; al virus no se le doblega con división; ningún enfermo se cura con insultos. Esa es mi forma de
entender la política y agradezco que usted plantee su apoyo al decreto de prórroga. Por eso, por ejemplo, hemos aceptado adaptar el formato de pacto de reconstrucción social y económica a una Comisión parlamentaria, para alcanzar el máximo apoyo de
los grupos parlamentarios. Por eso hizo suyas también las reivindicaciones de algunos Gobiernos autonómicos, en los que ustedes comparten responsabilidades de gobierno sobre la gran industria, sobre sectores esenciales, sobre las reivindicaciones
de autónomos, sobre compatibilizar la prestación por cese de actividad con otro tipo de prestación. Insisto, ayer mismo, por ejemplo, al sector de la cultura le reconocimos por primera vez -y en ese Estatuto del Artista venía esa reivindicación-
una prestación extraordinaria por desempleo. También reivindicaciones en el ámbito rural. Asimismo, hemos atendido la petición de recursos de las comunidades autónomas, con la aprobación de este fondo especial no reembolsable de 16 000 millones de
euros y cuyos recursos expliqué a las comunidades autónomas en la octava Conferencia de Presidentes de Gobierno. Ahora que hemos superado los peores momentos de urgencia y de agobio, podemos ahondar en la coordinación y mejorar la cogobernanza.
Tenemos, señoría, como he dicho antes, casi cuatro años de legislatura por delante para reconstruir social y económicamente el país y espero que podamos contar con su aporte. Usted también ha planteado que, efectivamente, el Gobierno de España
tiene que empezar a pensar en fórmulas de gobernabilidad de esta situación distintas al estado de alarma. Las tenemos en mente, señoría, pero creo que ahora el debate no puede ser otro salvo el del estado de alarma porque, efectivamente,
necesitamos restringir la movilidad y eso solamente tiene un instrumento, que es el artículo 116 de nuestra Constitución.


Señor Esteban, créame que entiendo muchas de sus observaciones, lo hago desde la comprensión de su posición como portavoz de una fuerza política que gobierna en un territorio, que es Euskadi, nosotros también lo hacemos con ustedes en
Euskadi; igual que entiendo muchas de las reflexiones y aportaciones que escucho por parte de otros líderes y representantes autonómicos, con los que también hablo. Ahora, solamente pido que entiendan la mía, solamente pido que entiendan la mía.
Se lo digo porque en ocasiones -permítame esta licencia- echo de menos el mismo grado de entendimiento hacia mi posición. En fin, son numerosas las personas que trabajan sin descanso por aportar ideas, opiniones, sugerencias desde el ámbito
territorial, que, por supuesto, es desde donde mejor se conoce la realidad local -eso no lo discuto-. Ahí está el 83 % de las propuestas realizadas que han sido incorporadas en el plan de desescalada, las veintitrés reuniones que he dicho que ha
mantenido hasta la fecha el ministro de Sanidad con los representantes de las comunidades autónomas, las conferencias de presidentes y un sinfín de contactos de todo tipo que me consta que usted mantiene y su partido con distintos representantes del
Gobierno de España. Estaremos de acuerdo, señor Esteban, en que alguien debe velar por los aspectos interterritoriales y supraterritoriales de las medidas que adoptamos. Solamente pido que empaticen con



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esta necesidad y con esta urgencia que tenemos desde el Gobierno de España. Alguien debe velar por los aspectos interterritoriales y supraterritoriales de las medidas que adoptamos. Porque, seamos justos, si sospechamos de la capacidad del
Estado para atender eficazmente lo local, también deberíamos sospechar de la capacidad de lo local para hacer propuestas que sean válidas más allá de sus territorios de gestión. Por eso, no creo que trabajar desde la sospecha mutua sea,
precisamente lo que requiere esta crisis. Creo que es todo lo contrario, que la construcción de un principio de cogobernanza, de un difícil equilibrio entre los intereses territoriales y los intereses más estatales, se debe basar en esa confianza
mutua. Y ese es el centro de la cuestión, señorías, de verdad, esta es la cuestión. Necesitamos actuar a todos los niveles y a todas las escalas y, además, hacerlo con una exigencia de rapidez difícil de conjugar con el acierto constante.
Necesitamos atender circunstancias muy específicas, al mismo tiempo que mantenemos una dirección común. Eso no es una opción que tome el Gobierno, señorías, esta no es una opción del Gobierno, es una imposición del virus, a lo que nos estamos
enfrentando. Quienes hoy nos creen movidos por un oscuro placer centralizador -del cual, vuelvo a insistir, este Gobierno no tiene ningún interés-, serían los primeros en acusarnos del caos, de la imprevisión, de la dejación de funciones si en
algún momento se produjera un rebrote de la pandemia por falta de coordinación; algo que, por desgracia, bien podría ocurrir en un país tan variado pero tan interconectado desde el punto de vista de las comunicaciones como es el nuestro. Por
tanto, es un riesgo que no podemos olvidar porque no debemos perder el respeto al virus. Fíjese, señor Esteban, en Euskadi, ¿cómo se produjo la infección, el contagio? En un velatorio. Un velatorio en el que gente de La Rioja y de Navarra -pero
fundamentalmente de La Rioja- se desplazó a Vitoria y viceversa. Por tanto, si nosotros no tenemos esa capacidad supraterritorial para hacer frente a la pandemia, señoría, difícilmente vamos a poder responder a ella con la máxima eficacia. En todo
caso, estamos dispuestos, desde luego, a caminar conjuntamente, a codecidir, a cogobernar; estamos dispuestos -y, de hecho, el Gobierno ya está en ello-, a ver de qué manera podemos, una vez termine esta transición, empezar a gobernar de otra
manera -que es también el interés del Gobierno de España- esta nueva situación hasta que encontremos la vacuna o el remedio terapéutico. Pero insisto, ahora, ahora, ahora solamente tenemos un instrumento, que es el de la libertad de movimientos
restringida para poder hacer frente definitivamente, esperemos, a los últimos estertores de esta ola del COVID-19 en nuestro país.


Respecto a la portavoz de la CUP, la señora Vehí, hay algo de sus intervenciones que agradezco, y es que ponga más el acento en las circunstancias sociales que en las territoriales. Es verdad que no estamos de acuerdo en nada o en casi
nada, pero me alegro de que por lo menos comparta que el problema no está en las fronteras sino en las condiciones de vida de las personas, cuando habla usted, por ejemplo, de los rescates y demás. Reconozca que es cuando menos curioso que un
partido que acusa a la policía de racismo institucional vote lo mismo que el partido de la ultraderecha. Digo esto porque a mí también me reprocha que otros grupos parlamentarios voten lo mismo que está proponiendo el Gobierno. También resulta
curioso que se quejen de recortes en sanidad, ustedes que han investido ya a dos Gobiernos presididos por uno de los partidos que más recortes ha hecho en la sanidad pública, en este caso en Cataluña. En fin, tengamos coherencia y actuemos con
coherencia, señoría.


A la señora Aizpurua le agradezco el tono y además tomo nota de sus críticas y sus demandas. Creo que es muy importante mantener el estado de alarma, es lo más eficaz para la gestión de una pandemia y es lo que nuestra legislación prevé.
Desde luego, nosotros hemos actuado siempre con el ánimo de garantizar la seguridad, de dar certidumbre, de preservar la salud del conjunto de ciudadanos en todo el territorio español, y lo hemos hecho de manera coordinada. Insisto en esta idea:
lo hemos hecho de manera coordinada. Era necesario garantizar los derechos de todos los ciudadanos con independencia del territorio en el que vivían y trabajar para que nadie quede atrás, y sabe que en esto, efectivamente, estamos de acuerdo.
Asimismo, insisto en los términos de la transición: gradual, porque no podemos pasar de cero a cien, del confinamiento absoluto a la libertad absoluta, ya que no estamos preparados como sociedad aún para abordar esa nueva normalidad como
consecuencia de la presencia del virus. Usted misma, además, en algunas ocasiones, ha reprochado al Gobierno de España que en esa gradualidad ha visto una mayor rapidez que la que usted desearía, por ejemplo, para proteger la salud de los
trabajadores y de las trabajadoras. Sin embargo, esa gradualidad va de la mano de la desescalada; por eso, necesitamos el estado de alarma, porque la desescalada va a ser asimétrica.


El Gobierno de España siempre ha hablado de asimetría en la desescalada, porque evidentemente la situación de la pandemia no es la misma en un territorio que en otro. En Euskadi ocurrirá también lo mismo, y ustedes verán los datos. Estoy
seguro de que hay territorios históricos, territorios forales en



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Euskadi, que tienen una situación de la epidemia distinta. Y eso es algo, señoría, que lógicamente nosotros tenemos muy en cuenta también. Además, es adaptable, fíjese que como consecuencia de la enmienda que ha presentado en este caso el
Partido Nacionalista Vasco, nosotros hemos demostrado tener la voluntad incluso de adelantar la reapertura de alguna de esas actividades económicas, en función de cuál sea la realidad de los territorios, a una fase anterior o previa, si así lo
indican y cuentan con el consenso de los expertos que nos están asesorando en esta fase de desescalada, con todas las incertidumbres a las cuales usted ha hecho referencia en su intervención. Por tanto, es adaptable, pero inevitablemente también
tiene que ser coordinado, porque la epidemia existe en todos y cada uno de los territorios de nuestro país, no solamente en uno sí y en otro no. Por eso es importante, señoría, desde luego, la gradualidad, la asimetría, la adaptabilidad, pero, sin
duda alguna, también la coordinación. Entiendo que su formación política, su proyecto político, no comparta que sea el Gobierno de España quien coordine esa acción, esa desescalada. Yo lo puedo entender porque su proyecto político no es ese, pero
ahora mismo, señoría, el único instrumento constitucional que tenemos para garantizar esa salida ordenada, esa desescalada gradual es bajo la coordinación del Gobierno de España, y esa coordinación no está reñida con la codecisión y con la
cogobernanza de esta cuestión. Insisto, en fin, en recordar cuál fue el foco de infección en Euskadi sobre esta cuestión.


Al resto de grupos, a Nueva Canarias, a Foro Asturias, a UPN, a Coalición Canaria, a Teruel Existe y al PRC, quiero hacerles alguna reflexión adicional. En fin, creo que he tratado en mi intervención de trasladar que el estado de alarma no
es un capricho, es una decisión fundamentada en los expertos. El estado de alarma funciona, y lo están demostrando los números. La existencia de un mando único que coordine y coincida se ha demostrado efectivo para lograr el primer objetivo que
nos marcamos, que es aplanar y doblegar la curva de propagación del virus. Hoy tenemos más curados diarios que contagiados diarios, y ese es uno de los principales logros del estado de alarma. Y lo más sensato y responsable es seguir aplicando lo
que la ciencia nos dice que funciona, que es el confinamiento, que es la restricción de la movilidad, que es la restricción de un derecho básico como es el de reunión, precisamente para salvaguardar dos derechos fundamentales como son la salud
pública y la vida. Solo así ganaremos tiempo y solo así podremos recobrar gradualmente la normalidad institucional. Este es un Gobierno que cree en el estado autonómico, en las ventajas de la descentralización en circunstancias normales, pero lo
que hoy vivimos no son circunstancias normales. Podremos debatir los detalles de la cogobernanza, ir diseñando una desescalada administrativa en función de los éxitos de la desescalada sanitaria, pero esta última siempre será lógicamente la más
importante y por eso creo que es fundamental contar con su apoyo, señorías.


A la señora Lastra, portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, quiero agradecerle el apoyo y la defensa que está haciendo en estas circunstancias tan complejas de la gestión del Gobierno de España. Reitero, como ha hecho ella, la
importancia de aprobar una nueva prórroga del estado de alarma.


Termino, señora presidenta, con un par de reflexiones adicionales. Solo un Gobierno que escucha, que toma decisiones y que rectifica, es capaz de entender para atender a todo un país que espera volver a su vida cotidiana cuanto antes.
Quien quiera tener siempre la razón es que se ha negado a sí mismo el derecho a aprender de una epidemia que está causando tanto dolor como angustia. Negarse a aprender solo provoca caos en uno mismo y en sus propias decisiones y al caos se le
combate con planificación. Así que no hay que tener prisa, hay que tener método, acierto y constancia. El estado de alarma funciona, señorías, y no hay otra opción a día de hoy. Negarse es negar la realidad de este país donde sigue muriendo gente
víctima del virus. Negarse es poner en riesgo la salud y la seguridad de todos nuestros compatriotas. No hay que competir entre instituciones, hay que ser eficaces como responsables públicos. Pierden el tiempo y la energía aquellos que se alivian
demonizando al Gobierno de España, en vez de invertir todos sus esfuerzos en derrotar a un virus que sigue amenazando nuestra salud y nuestro porvenir. Y quienes pierden el tiempo solo ganarán la frustración y, no les quepa duda, la desafección del
conjunto de la ciudadanía.


Señorías, la última reflexión es una reflexión de esperanza, porque estamos cerca, lo he dicho en mi primera intervención. La sonrisa de los más pequeños de la casa es el síntoma de la ilusión. Este país recobra su latir con cada paso de
la ciudadanía en las calles. Los ciudadanos nos exigen que no nos precipitemos, porque precipitándonos ponemos en riesgo sus vidas. Muchos padres y madres quieren que sus hijos e hijas vuelvan al colegio, pero saben que no pueden ir si quieren
protegerlos y proteger a sus familias, así de sencillo. Muchas personas quieren recobrar la normalidad de sus viajes, sus vidas, su trabajo, pero lo que me transmiten, lo que nos transmiten, es que debemos ir paso a paso y colaborando



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entre todas las instituciones. Los autónomos, las empresas, quieren recobrar su actividad, pero debemos garantizarles un futuro y toda la seguridad. Nuestros jóvenes, aquellos que estudian, que han perdido su trabajo, o que están
aprendiendo a sobrevivir en una incertidumbre que parece eterna al enlazar crisis tras crisis, necesitan un país fuerte, competente y lleno de oportunidades. Estamos venciendo al virus, señorías, pero aún somos frágiles; no olvidemos este punto.
Estamos venciendo al virus, pero aún somos frágiles. Justo ahora que disfrutamos de algo de alivio, algo de alivio, fruto del trabajo colectivo y de una victoria, insisto, parcial, no podemos fallar a la ciudadanía, no podemos abandonarla. Hemos
llegado hasta aquí, como dije al principio de mi intervención, como fruto del trabajo conjunto, gracias al apoyo de esta Cámara, gracias al esfuerzo inmenso y a la resistencia de todas las personas de nuestro país y, por tanto, no podemos
abandonarles ahora. España ha trabajado como una cadena perfecta con el objetivo de salvar vidas durante más de cincuenta días. Justo ahora que empezamos a ver la luz, justo ahora que empezamos a ver el final del camino, la política no puede ser
el eslabón perdido de esa cadena. Estemos a la altura, señorías. Les pido seriedad, responsabilidad y el apoyo al estado de alarma.


Gracias, señora presidenta. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor presidente. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Catalina.


A continuación intervendrán los representantes de los grupos parlamentarios.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso tiene la palabra el señor Casado Blanco.


El señor CASADO BLANCO: Señor Sánchez, si nos hubieran insultado un poco más a lo mejor apoyábamos el estado de alarma. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No me lo creo). Yo no sé dónde estarán las cacatúas, pero
he visto toda clase de dóberman, como los de los vídeos antiguos de los noventa del PSOE. Es curioso que cuando le votábamos que sí éramos indignos, desleales e inútiles; con la abstención somos la peor oposición de todo el continente. Cuando le
votemos que no dentro de quince días, ¿nos va a mandar al general de la Guardia Civil? Usted dice que nos tiende la mano, pero una vez de habernos tirado la piedra con la otra. Puro cinismo, pura impostura, como la de sus réplicas escritas a
ordenador. La verdad es que el nivel parlamentario del presidente del Gobierno de la cuarta economía del euro ya ha quedado demostrado.


Habla de otros países, pero no cita las fechas y sobre todo desprecia lo que tiene en el país al que representa. El 9 de marzo: Casado se muestra dispuesto a negociar con el Gobierno propuestas y medidas sin pedir nada a cambio; el 13 de
marzo: El respaldo del PP al decreto sin ni siquiera conocer su contenido se vota; el 18 de marzo, en el Congreso: Señor Sánchez, no está solo en la batalla contra esta pandemia. Para combatirla tiene todo el apoyo del Partido Popular -segunda
votación a favor-; el 26 de marzo: Cuenta con nuestro apoyo para derrotar a esta pandemia -tercera votación-; el 6 de abril: El PP siempre tenderá la mano al diálogo con el Gobierno; el 9 de abril: Mantenemos todo nuestro apoyo para derrotar a
la pandemia; el 14 de abril: La lealtad y la unidad debe ser en dos direcciones; el 20 de abril: El PP arrimará el hombro donde tiene que hacerlo, en el Parlamento; el 22 de abril: Por mí no quedará. No sé si tendrá que actualizar esto mi
amigo Rui Rio en Portugal, pero he sido bastante más generoso que toda la oposición europea. Por cierto, ellos lo han hecho bien como Gobierno; usted no ha podido hacerlo peor.


En Francia, el Senado derrotó por 89 votos contra 81 la ley que habilitaba fuera de la excepcionalidad constitucional las medidas de contención de la pandemia, para que se lo mire usted bien o sus asesores que le pasan réplicas a ordenador.
Que usted hable de moderación es algo verdaderamente ofensivo. Lo dice el presidente investido por Esquerra Republicana, por el Podemos que le iba a quitar el sueño, al que echaron de su partido por mentir a su militancia, el que mintió sin
pestañear en un debate electoral a cuatro días de las elecciones, jurando y perjurando que no iba a negociar con quien luego hizo vicepresidente, y quien pactó con Bildu. Por cierto, hoy se cumplen diecinueve años del asesinato de nuestro compañero
Manuel Giménez Abad. Es lamentable el mimo con el que agradece la abstención de los batasunos y la inquina con la que nos trata a la oposición, que tiene igual que ustedes muchas víctimas del terrorismo. (Aplausos).


El señor del no es no ahora va de pactista, pero el hábito no hace al monje. Señor Sánchez, ya no cuela. Usted no quiere pactos, usted solo busca culpables de que no haya pactos. De ahí la dualidad hipócrita entre sus portavoces y usted.
Habla de medios de comunicación, de Radiotelevisión Española, donde se ha adoctrinado a los niños en contra de un presidente del Gobierno del Partido Popular; usted, que ha incluido en el estado de alarma una previsión para que los medios privados
estén obligados a emitir imágenes del Gobierno; usted, que utiliza al BOE para dar subvenciones discrecionales; usted, que



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tiene un vicepresidente que ha amenazado directamente a los medios que les critican; usted, que ha puesto en marcha a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para perseguir la crítica en la red; usted, que tiene a su exportavoz
diciendo que la crítica no es admisible; usted, que tiene al comisionado de la España Global diciendo ayer que la crítica en plena tormenta no es prácticamente democrática.


Para usted las protestas son ultraderechistas, los que critican hacen bulos y los que no le apoyamos causamos muertos. Esa es su talla moral. ¿Pero usted quién se cree que es? ¿Usted se cree que es Napoleón? Es usted el presidente de la
historia democrática con menos apoyos democráticos en las urnas y con menos respaldo de su grupo parlamentario en esta Cámara. El problema es que con cada votación que trae al Congreso sale más debilitado; cada votación es un suplicio y con su
arrogancia insultante lo que le espera es un calvario. Le dije el otro día por teléfono -yo nunca revelo conversaciones telefónicas; no me hace falta, porque rápidamente sale el teletipo de Moncloa- algo que luego hizo público, que me imaginaba
que usted me llamaba para informarme sobre el estado de alarma, pero que contaría con los apoyos de sus socios de investidura, como se hace en todos los países europeos. Luego, a la oposición le piden sumarse porque hay un plan, hay un papel. Pero
yo en dos meses no he tenido ni un solo papel suyo, no tengo un solo plan. Ya sé que no lo tiene y que no tiene GPS, pero por lo menos engáñeme un poco, como hace con todos los demás. No, directamente nos cuenta que es un error absoluto no apoyar
la nada, no apoyar los supuestos criterios científicos de los expertos que decían que se podía uno manifestar, no apoyar a los que decían que los test no valían para nada -el señor Ábalos dice que solo le curan cuando uno entra en el hospital;
hombre, si evitamos entrar en el hospital, mejor- y que las mascarillas no había que usarlas. Ahora resulta que dice que el error absoluto es de la oposición. No, usted es el error absoluto, el problema en todo esto es usted. ¿Cómo puede hablar
el Gobierno de España de que estamos en la gama alta de éxito con 26 000 muertos y con 5 millones de parados? Hoy ha habido 244 fallecidos. ¿No se les cae la cara de vergüenza al decir que estamos en la gama de alta del éxito contra la pandemia?
¿Cómo son tan insensibles de decir a los arruinados que no pueden abrir sus tiendas por el caótico plan de desescalada que, si no quieren, no abran? ¿Cómo pretende usted utilizar la alarma extraordinaria de la Constitución para desmontar la
educación especial sobre la base de sus criterios sectarios e ideológicos? O, mejor aún, ¿cómo pretende modificar el CNI? Por cierto, hoy nos han admitido a trámite nuestro recurso al Tribunal Constitucional por meter a su vicepresidente en el
CNI, que es lo que dijo en 2016 cuando intentó hacer el pacto del abrazo. Pero usted sigue con su nueva normalidad. Por cierto, tenga cuidado al adjetivar los conceptos. Recuerde a Reagan cuando decía que la diferencia entre la democracia y la
democracia popular era la misma entre una camisa y una camisa de fuerza. Lo de la nueva normalidad sencillamente es muy desasosegante para todos nosotros.


La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tendría que terminar.


El señor CASADO BLANCO: Acabo ya.


Déjese de eslóganes vacíos y rinda cuentas. ¿Por qué no ha dicho lo que le acaba de espetar en la cara la Unión Europea a las once de la mañana? La Unión Europea ha dicho que en 2021 España liderará el paro de toda la Unión Europea por
encima de Grecia. Dice que el déficit público alcanzará el 6,7 %, dato que ustedes ocultaban. ¿Por qué? Porque -aquí viene la cuestión- ese déficit público, si lo restamos del 10,1 % que han reconocido, nos da aproximadamente más de 3 puntos;
eso si se lo admiten. Por tanto, ya tenemos la solución: les van a exigir unos recortes de cerca de 35 000 millones de euros. ¿De dónde los va sacar, señor Sánchez? Usted, que ha despilfarrado 20 000 millones de euros para ir dopado a dos
elecciones generales con los decretos de los viernes; usted, que ha ocultado a la Unión Europea 3000 millones de euros; usted, que está ocultando ahora un rescate y está ocultando el coste que tiene para parados, para pensionistas y también para
funcionarios. La AIReF hoy mismo ha dicho que el déficit se puede ir al 13 %, 171 000 millones de euros, y usted no dice nada. Dice que la previsión de ingresos es irreal. ¿Cómo es posible que nos creamos eso? ¡Hombre, usted y yo somos
economistas! ¿Alguien se puede creer que un Gobierno haga una previsión de un desplome de un 10 % de la economía y que, sin embargo, solo se caigan los ingresos un 5 %? ¡Hombre, señor Sánchez, por favor! Resulta que el Tribunal Constitucional
alemán también pone en duda la línea del crédito del BCE. Cada vez tiene el agua más cerca del cuello, señor Sánchez. Haga amigos, haga aliados, no venga con esta prepotencia a insultarnos todo el tiempo.


Y sobre los impuestos, ¿se lo tengo que explicar o lo dejamos para su nuevo libro? Evidentemente, en una recesión lo que usted no puede pretender es subir los impuestos a las empresas para que cierren. Será mejor que una empresa pague más
tarde o pague menos impuestos a que cierre. Será mejor que un



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trabajador consuma y pague impuestos a que perciba prestaciones del Estado. Es el círculo virtuoso de la economía: si hay más gente en el paro percibiendo una prestación, no consume; como no consume, no se reactiva el consumo ni la
demanda interna, y por tanto, no se fabrica, no se vende y hay menos gente pagando impuestos. Es mejor que pague más gente menos impuestos.


Si usted no quiere abanderar esa reforma de competitividad y flexibilidad que le llevamos dos meses planteando, me parece muy bien, pero no diga que esto es un problema de recortes. ¿Usted va a hablar de recortes, señor Sánchez? Votó en
ese escaño con su dedo...


La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tiene que terminar.


El señor CASADO BLANCO: Acabo, señora presidenta.


... la mayor congelación del Estado del bienestar de la historia, votó la congelación de las pensiones, votó el recorte de un 5 % del sueldo a los funcionarios, votó un recorte a la sanidad pública de 1500 millones de euros. Por cierto, el
informe de Hacienda no me lo ha dicho, donde reconoce que nosotros lo subimos 9000 millones de euros cuando gobernamos. (Muestra un documento). Nosotros creamos siete millones de empleos y salvamos a España de las dos recesiones que dejó el
Partido Socialista. Y acabo ya con los chascarrillos. Hablan del informe de Australia. El informe existe, lo publicaron cinco medios de comunicación; fueron ustedes los que tergiversaron los de la Johns Hopkins, Oxford y la OCDE. Por tanto, no
tenga la desfachatez de venir aquí con falsedades. Falsea también unas cuestiones que decían la diferencia entre la ciencia y la ley. Oiga, si no es incompatible. Por cierto, esta mañana ha dicho lo de la irrelevancia de los científicos en
España; creo que les ha sentado bastante mal por lo que he visto en las redes. Llevo media hora explicándole seis leyes a su disposición para mantener las limitaciones de movilidad o mantener el mando único. Claro que hay una alternativa, no me
diga: no, es que usted quiere levantar todo y nos quiere dejar a la intemperie. Mentira, lo que estoy diciendo es que, como todos los países europeos, usted tiene legislación básica para modificarlo...


La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tiene que terminar.


El señor CASADO BLANCO: ... y que si necesita ayuda, lo podemos hacer. (Rumores).


Señor Sánchez, si usted quería un plan B, una alternativa, se la hemos dado entera, lo he expuesto hoy. Lo que no le tolero es que diga que nosotros maltratamos a los sanitarios, no. Señora Lastra, es la tercera vez que lo hace y no se lo
voy a tolerar. Quien maltrata a los sanitarios es el Gobierno, que no les da protección y que les manda a trabajar sin mascarillas, sin EPI y sin test, o sea, que un poquito ya de decencia. (Rumores.-Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


Señor Casado, ha doblado su tiempo.


El señor CASADO BLANCO: Acabo ya.


En diez años, diez mil profesionales sanitarios más, 14 % de presupuesto en sanidad más, doce hospitales públicos y cien centros de salud más. (Protestas). Respecto a la justicia, que nos opongamos a que usted derogue o modifique una ley
orgánica con un real decreto es algo evidente. Y en cuanto a las discrepancias del Gobierno, señor Sánchez, mire usted a su bancada y sus consejos de ministros con decalaje. Solé Tura estaba en contra del estado de alarma; Gabriel Cisneros
alertaba de la limitación de derechos fundamentales. Ojalá tuviéramos en el Gobierno gente de su talla, pero no la tenemos.


Señor Sánchez, cada vez está más solo en este hemiciclo y en la sociedad española. Si usted no tiene GPS, le hemos dado un mapa, lo puede utilizar, un plan B, una alternativa hecha con algunos de los mejores constitucionalistas y
economistas de este país, hágame caso. Aproveche estos quince días, está avisado de que es la última votación que no será negativa -creo que muchos grupos pueden acompañarnos-, y permita que los españoles rompan filas, sí, no somos soldados, somos
ciudadanos libres e iguales de una gran nación a la que le ha tocado el peor presidente en el peor momento. Afortunadamente, esto no le saldrá gratis. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, señora Guille.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde.



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El señor ABASCAL CONDE: Señor Sánchez, qué empeño tiene usted en que yo le odio. Ya se lo dije el otro día: Usted no es tan importante para mí. Aunque en cierto modo he de decirle que me parece usted admirable, hoy ha estado pletórico y
ha ejercido por primera vez en mucho tiempo de presidente del Gobierno, yo creo que aprovechando la ausencia del copresidente, que se ha ido después de incendiar el hemiciclo y amenazar a la oposición hace quince días. Ha ejercido usted hoy también
prácticamente de presidente del Congreso, porque ha iniciado su intervención diciendo que iba a ordenar el debate. No, señor Sánchez, el debate lo ordena la señora Batet, que es la presidenta del Congreso, y he temido por un momento que fuera usted
a cesarla también aprovechando el estado de alarma. Pero lo que ya me ha sorprendido más es que ha querido usted hacer de psicólogo conmigo. Se lo agradezco, pero creo que no me hace falta.


Mientras estábamos aquí, mientras usted comparecía para dar explicaciones a los grupos, su portavoz, el señor Simón, según una noticia de El País (muestra un recorte de prensa), se ha negado a dar los nombres a los periodistas de los once
integrantes del comité que decide cuándo cambia cada comunidad de fase, diciendo que las presiones que sufrirían les haría muy difícil trabajar con libertad. ¿Pero ustedes quiénes se creen que son? ¿Dónde se creen que viven? ¿En qué país se creen
que están? ¿Cómo es posible que ustedes se atrevan a no dar los nombres de los integrantes de una comisión de expertos que van a decidir sobre la salud y la vida de los españoles? ¿De verdad creen que vamos a aceptar un comité secreto? ¿Me puede
decir quién le ha dado ese consejo soviético? Quizá el que se ha levantado hoy para no tener que escuchar a la oposición. Supongo que puedo decirlo, a pesar de que usted quiera ordenar el debate. (La señora vicepresidenta, Pastor Julián, ocupa la
Presidencia).


Me he quedado impresionado escuchándole hoy cuando, en vez de defender las posiciones del Gobierno, ha hecho usted de oposición respecto a otros Gobiernos de Europa: ha hecho un relato de lo que otros Gobiernos, otros colegas con los que
usted se ve, han venido haciendo mal durante todas estas semanas. No sé si lo han hecho mal, porque yo estoy pendiente de lo que ocurre en España y no tanto de lo que ocurre fuera, pero en mi pueblo a esto lo llaman de una manera, y supongo que en
el suyo también: mal de muchos. Supongo que conoce el refrán. Usted, señor Sánchez, y se lo digo con pena, ha permitido, consciente o inconscientemente, que el estado de alarma se esté convirtiendo en el instrumento de un partido comunista
totalitario para destruir el empleo, para destruir las empresas, para destruir a los autónomos, para destruir a las clases medias y para que haya en España millones de trabajadores y ciudadanos que tengan que vivir de una renta y así tengan que
obedecer las consignas del señor Iglesias, así como para destruir a la oposición, el pluralismo político y también los derechos fundamentales, como el derecho de reunión. Por eso su socio le pide que prorrogue usted el estado de alarma de manera
indefinida. ¿Para qué? ¿Para aprovechar y hacer avanzar una agenda política? ¿Y viene aquí y nos dice que tenemos que despolitizar la emergencia, como ha hecho el resto de Europa? ¿Y evoca y apela a la oposición de otros países? En Portugal o
en Italia no están mejor porque haya unidad entre el Gobierno y la oposición, están mejor porque el Gobierno no ocultó información a la oposición ni a los ciudadanos y porque no han tomado medidas de naturaleza política para perseguir a la oposición
y amordazar a los ciudadanos en las redes sociales. Por eso están mejor y por eso están más unidos, y porque no tienen una facción comunista en el Gobierno que se permite en mitad de la pandemia atacar al jefe del Estado e incluso a apelar desde
esta tribuna, como hizo el otro día el señor Iglesias, a la Guerra Civil, con su permiso y con su silencio, señor Sánchez. No nos puede usted pedir apoyo a nosotros después de lo que hemos tenido que escuchar en esta tribuna. Han convertido el
estado de alarma en un estado de excepción, no con limitación sino con suspensión de derechos y libertades fundamentales, planteando un chantaje y una mentira a esta Cámara. De verdad, creo que con los argumentos que usted ha defendido se podría
extender el estado de alarma toda la legislatura. Por cierto, tengo que felicitarme desde esta tribuna porque hoy el Tribunal Constitucional haya admitido a trámite nuestro recurso por el nombramiento del señor Iglesias en el CNI, así como otro
recurso también por aplicar ustedes un estado de excepción encubierto, utilizando el estado de alarma.


Señor Sánchez -ya no se lo digo al señor Marlaska porque se ha tenido que marchar-, insisto, respóndanme, porque no lo han hecho. ¿Van a prohibir ustedes, porque lo deciden ustedes, sus delegaciones de Gobierno, las manifestaciones de
protesta en coche, que no suponen ningún riesgo para la salud pública, contra su Gobierno? Le agradecería que me contestara. Creo que usted desconoce a los españoles si pretende evitar que protesten cuando se ven arruinados, incluso amenazados por
este Gobierno. No confunda la solidaridad y el buen comportamiento de los españoles con la mansedumbre. Ha cometido usted un error muy grande. Ha hablado de las caceroladas de la ultraderecha. Ya querría yo -porque cuando habla de ultraderecha
se debe referir a nosotros- que todos los que han sacado la



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cacerola estos días al balcón fueran votantes de VOX, porque tendríamos muchos más millones de votos. No sé cómo desconoce usted de una manera tan flagrante y tan grave al pueblo español, al que tiene que representar. Estoy convencido de
que muchas de las personas que salen a los balcones con las cacerolas no nos han votado ni probablemente nos voten nunca. No sé cómo usted se ha atrevido a insultarles de esa manera.


Vienen aquí a plantear un chantaje, que recuerda a una vieja viñeta de Hermano Lobo: ¡O nosotros o el caos! Efectivamente, ustedes son el caos como han demostrado en la desescalada: primero, los niños solo podían ir a los supermercados;
ahora se les ocurre que solo la mitad puede ir a los colegios, y después ese toque de queda a las once de la noche, supongo que para evitar las aglomeraciones. ¡Es algo totalmente ilógico! Si queremos que se concentre menos gente en la calle,
cuantas más horas se pueda salir, pues mucho mejor. Yo creo que esto no es de derechas ni de izquierdas, ni de ultraizquierda ni de ultraderecha, señor Sánchez. Lo grave de sus intervenciones es que viene aquí a sacar temas que no tienen nada que
ver con el debate y, cuando le contestamos, nos lo achaca a nosotros, y dice que hablamos de cosas de las que usted ha hablado previamente. ¿Y qué hay de la pandemia? ¿Ustedes no hablan de eso? Nosotros hablamos de la pandemia. ¿Qué hay de la
pandemia? No sé lo que hay. ¿Hay 40 000 muertos, 50 000 muertos? No conocemos los datos. Los conoceremos, millones de arruinados, millones de personas desesperadas, cabreadas con este Gobierno y que quieren protestar.


Y hay un Gobierno incapaz, negligente y sectario, que es un peligro por sus mentiras, por sus negligencias y por su sectarismo, y porque ustedes llevan a España y a millones de españoles a la ruina, y a miles de compatriotas a féretros
invisibles. Son ustedes un peligro para la salud, para la democracia y para la libertad. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.


Por el Grupo Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Asens Llodrà.


El señor ASENS LLODRÀ: Gracias presidenta.


Sinceramente, señorías, yo lamento profundamente que hoy no hayamos sido capaces de mandar un mensaje claro y unánime de unidad. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). Creo que hemos jugado con las reglas de juego de antes de la
pandemia y que no hemos sido un espejo de lo que quiere la ciudadanía. No hemos estado a su altura. Hemos reproducido la pelea de antes de la pandemia y creo que hemos decepcionado a muchos ciudadanos, más allá de que finalmente se haya podido
prorrogar el estado de alarma.


Yo haré tres réplicas, la primera al señor Casado. Yo le he escuchado a usted y pensaba qué es lo que harían ustedes si estuvieran en el Gobierno, si estuviera Rajoy, si no le hubiéramos echado. Y pensaba: quizá habrían confinado a los
pobres, pero no a quienes quisieran irse a sus segundas residencias, como el señor Aznar; quizá no estaríamos confinados porque, de hecho, el señor Rajoy fue uno de los primeros en romper el estado de alarma y por eso ha sido multado; quizá
habrían mandado a todo el mundo a sus oficinas, de hecho, ustedes querían venir aquí a trabajar todos, como los señores de VOX, poniendo en riesgo a los trabajadores de esta casa, y le agradezco sinceramente que cambiaran de opinión, y yo lo
interpelé públicamente. Usted citaba a Huxley, y Huxley decía que los hechos no dejan de existir aunque se les ignore. Y los hechos científicos dicen que claramente eso era una temeridad. Yo no sé qué harían ustedes, pero sí sé qué es lo que
hicieron en la anterior crisis, y creo que se tiene que hacer justo lo contrario de lo que hicieron.


Al señor Abascal -que ahora no está- le digo que él ha dedicado su intervención básicamente a hablar del señor Iglesias, y yo creo que eso es consecuente con su posición, porque ellos no han dicho prácticamente nada de por qué están en
contra del estado de alarma. En verdad están en contra por el escudo social, y saben que si Iglesias no estuviera en el Gobierno es posible que no estuviera tampoco el escudo social, tal y como lo conocemos nosotros. De hecho, VOX es claro, y en
ese sentido no se le puede reprochar que no sean coherentes, ellos quieren privatizar la sanidad pública y están en contra de impuestos de solidaridad para las grandes fortunas. El problema de VOX no es solo que sea la extrema derecha, es que
representan el 1 % que están al servicio de los grandes poderes económicos y fácticos de este país.


La verdad es que me ha parecido delirante su comparación con Paracuellos. ¡Y nos dicen a nosotros que somos guerracivilistas! La verdad es que he alucinado. Usted -no está; bueno, a quien esté de VOX



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ahora mismo- lleva varios días, varias semanas hablando de eso, de estado de excepción, de golpes de Estado, y es alucinante que usted vea golpes de Estado donde no los hay y en cambio sean incapaces de ver golpes de Estado donde sí los
hubo.


La tercera réplica que quería hacer es al señor Rufián. La verdad es que yo venía con la intención, señor Rufián, de hablar de su actitud, de su tono, de su discurso de los últimos tiempos y agradecérselo, porque creo que tiene que ver
precisamente con esa tradición de su partido de fraternidad, de republicanismo, que es la que representaba muy bien su compañero y creo que usted también ha estado representando muy bien durante este tiempo. Usted decía que yo hoy tenía un papel
muy complicado, muy difícil, y yo le quería decir dos cosas. Es verdad que no hay nada más inútil en política que ser incapaz de asumir contradicciones para transformar la realidad. No sirve de nada el hipercriticismo paralizante que se da
puñetazos, que se da golpes de pecho delante del espejo, pero que es impotente políticamente para cambiar la realidad. Mis contradicciones son mis esperanzas, decía Joan Fuster -uno de mis escritores de referencia-, y creo que hay que asumir
contradicciones cuando se está en política si se quieren cambiar las cosas. Pero, creo sinceramente que el que hoy se sentía incómodo es usted. Yo me he sentido incómodo muchas veces -se lo tengo que reconocer-, a mí hay cosas que no me gustan de
mi partido o del Gobierno. A mí tantos militares en la televisión no me gustaban, y a usted no le gustan muchas cosas de su Gobierno o de su partido -lo sé, lo hemos hablado en muchas ocasiones-, pero yo hoy sinceramente me sentía muy cómodo. Creo
que hoy quien se sentía incómodo era usted y, de hecho, por eso le he visto con un tono más enfadado de lo habitual.


Ayer hablaba con un compañero suyo de partido, un dirigente -no voy a revelar su nombre-, y me decía que esto es la tradición pendular de Esquerra Republicana, y es verdad, lo he hablado en otras ocasiones con él. Esquerra Republicana en
los años ochenta, la Esquerra Republicana de Hortalà, de Heribert Barrera, pero también de Colom cuando hacía de tándem con Rahola, era una cosa; la Esquerra Republicana de Carod-Rovira era otra, y Esquerra Republicana siempre ha tendido a moverse
como un péndulo, priorizando el eje nacional y después priorizando el eje de izquierdas, dependiendo del momento. Y yo no digo que se abandone ninguno de los dos ejes, digo que se prioriza uno y otro, y durante mucho tiempo Esquerra Republicana fue
la muleta de Convergència i Unió. En cambio, con Carod Esquerra Republicana apostó por apoyar a Pascual Maragall. Carod-Rovira -con el cual muchos nos sentíamos identificados- se sentía más cómodo hablando con Pascual Maragall que con Pujol o con
Mas. Esa es una tradición y la otra es otra tradición; son las dos almas en las que conviven ustedes. Yo sé que usted forma parte de la tradición que ve más el eje de la izquierda, igual que el señor Tardà, por eso estoy convencido de que usted
hoy -como muchos de sus votantes, muchos de sus militantes- se siente incómodo con la posición que ha tenido que defender usted. Yo le hablaba del señor Tardà, pero le podría haber hablado del BNG o de Bildu. La portavoz de Bildu, la señora
Aizpurua, la verdad es que -eskerrik asko- ha demostrado que se puede ser independentista, se puede criticar al Gobierno pero, en cambio, no olvidar el bien común. Creo que ha marcado un punto de referencia, por tanto, gracias a Bildu por no
dejarse arrastrar por Esquerra, que se ha dejado arrastrar por Torra.


Y, a pesar de todo lo que le estoy diciendo, señor Rufián, la verdad es que le extiendo la mano porque sé que nos tenemos que poner de acuerdo en el futuro. Estamos destinados a entendernos. Lo decía Xavi Domènech en un libro que escribió
con Tardà precisamente, y yo estoy muy de acuerdo con lo que decían en ese libro y creo que seguramente usted también. Fuimos capaces de ponernos de acuerdo -ahora, precisamente este mes, hace dos años- para echar al Partido Popular, para sacarnos
de encima la corrupción, y creo que si fuimos capaces entonces también tendríamos que ser capaces ahora, que estamos ante este reto de epidemia global que no entiende de colores ideológicos pero sí de clases sociales. Y creo que ahora es un momento
donde hay un sentido común de época en el que ustedes y nosotros nos podemos encontrar otra vez en esta Comisión de reconstrucción para blindar servicios públicos, porque los países que han hecho más políticas de austeridad son precisamente los
países que están menos preparados para afrontar esta crisis. Eso es así. Necesitamos más camas. Está muy bien aplaudir cada día a las ocho de la tarde a los médicos, a los sanitarios, pero necesitamos menos recortes y más camas. Necesitamos...


La señora PRESIDENTA: Señor Asens, tiene que terminar, por favor.


El señor ASENS LLODRÀ: Sí, presidenta. Termino.


Esto no va de repartir pizzas entre los colectivos vulnerables, esto va de abordar la crisis sin recortes. Como decía, estamos en un momento en que necesitamos menos pizzas, menos hamburguesas y más



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derechos, más escudo social. Necesitamos también impulsar una gran transformación verde. No podemos seguir de espaldas al planeta, no podemos seguir siendo un virus para el planeta, porque acabaremos siendo un virus también para nosotros.
Ahora precisamente es una oportunidad para modernizar este país con ese eje, porque no es la idea de cuatro ecologistas, es un imperativo que se debe imponer ya. Y también -y acabo con esta idea- necesitamos refundar Europa. Es evidente que ahora
estamos en una gran encrucijada y el proyecto europeo se puede ahogar como los refugiados en el mar Mediterráneo durante la anterior crisis europea. Está en nuestras manos intentar que no sea así y creo que con ustedes podemos llegar a acuerdos en
esa dirección.


Por último, señor presidente...


La señora PRESIDENTA: Señor Asens, es que tiene que terminar, por favor.


El señor ASENS LLODRÀ: Solo una referencia.


Quiero decirle al señor presidente que estamos obligados también a dar respuestas valientes e innovadoras que ofrezcan certezas, seguridades sanitarias y económicas al conjunto de la ciudadanía, y creo que sería un error conformarse con ser
la alternativa menos mala. Hay que plantear nuevos horizontes de futuro, de esperanza, y creo que ahora es una gran oportunidad para construir un nuevo mundo que sea diferente al viejo, que es el que nos ha traído hasta aquí.


Nada más. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Asens. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, señora Guille.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián Romero.


El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta.


Dos previas. La primera está muy bien. A mí me alegra escuchar a la derecha hablar de transparencia, porque así dejará de borrar discos duros y darles martillazos cuando pillen a alguno de los suyos robando, seguramente; y me alegra que
denuncien el hecho de que desde la izquierda -entiendo que nosotros también estamos ahí- controlemos las redes, porque, como todo el mundo sabe, Twitter y WhatsApp están llenos de tricolores, de esteladas, de martillos, de hoces, de todo eso... Es
terriblemente absurdo. Lo malo es que hay gente que se lo compra, y creo que tenemos que hacer una reflexión, porque gente como Trump o Bolsonaro han llegado al poder sobre esa base. Está todo en la magnífica serie La voz más alta, que explica
esto de Fox y Roger Ailes.


Señor Asens, Jaume, aquí habitualmente cito a Marx, a Allende y a gente así. Hoy voy a citar a Jorge Javier Vázquez (risas), que dijo el otro día aquello de qué pinta aquí Pablo Iglesias, ¿no? Pues, ¿qué pinta aquí este ataque a Esquerra?,
¿qué pinta aquí? Usted habla de incomodidad. ¿Usted estaba cómodo con el modelo Barcelona? ¿Estaba cómodo cuando Ada Colau fue alcaldesa gracias a los votos de facto de Valls, de un tipo que lo que hizo fue exportar a miles de gitanos en Francia?
¿Estaba cómodo? ¿De qué sirve que yo le diga esto aquí? ¿Estaba cómodo cuando Podemos le quitó la alcaldía a las CUP y a Esquerra Republicana para aliarse con el PSOE? Seguramente no, ¿no? ¿De qué sirve que usted aquí me diga aquello de más
Tardà y menos Torra? O.K. Es como si le dijera más Maragall y menos Valls, ¿no? No sirve de nada, aplauden con las orejas, como ya he dicho alguna vez. Así que no sé a qué viene, pero le pido que no lo haga más, por favor, porque sabe lo injusto
y lo tramposo de todo esto.


Señor presidente, estoy de acuerdo con usted en el tema ese de que está mal eso de decir votas junto a unos, votas junto a otros, pero es que el hecho de que ustedes hayan girado, hayan virado, hayan pactado, en definitiva, con Ciudadanos,
para nosotros es mucho una cuestión de piel y nos duele sobre todo por las compañeras y compañeros de Unidas Podemos. Estamos hablando de la gente del hotel Lledoners, repito, hotel Lledoners, que es así como llaman a la celda, a las celdas donde
están nuestros compañeros y compañeras. Te puede gustar muy poco el independentismo, te puede caer fatal Dolors Bassa, Carme Forcadell y compañía, pero si eres decente, sabes que es una absoluta barbaridad que estén en una celda y es aún más
absolutamente bárbaro decir que es un hotel. Esa es la gente con la que ustedes han pactado, así que para nosotros es un tema de piel, al igual que lo es que nos digan, desde según qué entornos, que nosotros estamos al lado del fascismo, de la
ultraderecha, de la extrema derecha, en definitiva, de VOX, gente que, en total, pedía quinientos años de cárcel para nuestros compañeros y compañeras, ¡quinientos años de cárcel! Así pues, también les pido que no lo digan o que según quién, no lo
diga.



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Los hechos cambian, las opiniones cambian, ustedes son los primeros que hablaron sobre desconfinamiento. Bien, nosotros hablamos, hablemos, pero empecemos por desconfinar la política y las críticas son positivas, siempre y cuando sean
constructivas. ¿Nosotros hemos criticado alguna cosa? Sí, pero igual que gente tan poco sospechosa como Ximo Puig. ¿O Ximo Puig es de Esquerra? O como Núñez Feijóo. ¿O Núñez Feijóo es de las CUP? No. Y sí que es cierto que hay alternativas,
hay alternativas, nosotros las hemos explicado. ¿La primera? Corresponsabilidad. ¿De qué que se trata? ¿Quieren hacerlo así? Bien, vale hagámoslo, hablemos, dialoguemos, pactemos, como se hizo con la salida de niños y niñas. Yo con la señora
Lastra hablo cada día, se puede hacer, pero no lo podemos arreglar todo, y arreglamos un montón de cosas. La segunda opción es la de horizontalidad, y sí que es cierto que hay mecanismos autonómicos y estatales para hacerlo, si no, ¿cómo pudo la
Generalitat confinar a la Conca d'Òdena o Igualada? Con mutua colaboración, en definitiva, señor presidente, con mutua colaboración.


Acabo. Yo creo que hay un virus que será no tan terrible como este, pero muy terrible en el futuro, que es el virus electoral, el virus electoral, y creo que entre todos tenemos que hacer un esfuerzo para entendernos y que cosas como la de
hoy no se repitan.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Borràs Castanyer.


La señora BORRÀS CASTANYER: Vamos a ver, voy a empezar con las alusiones también. Señor Asens, ha dicho que era importante ser flexible, lo ha dicho antes, supongo que para justificar el pacto con Ciudadanos. Supongo que abandonar las
convicciones para alguien que ha sostenido siempre y ha hecho gala de hacer política desde las convicciones, es marxismo, pero en este caso de Groucho Marx. Y cuando usted dice más Tardà y menos Torra, yo le digo: más Tardà y más Torra. Piense en
lo que comparten Joan Tardà y el president Torra, piense en lo que comparten con usted: el reconocimiento del derecho a la autodeterminación, la lucha por los derechos y las libertades, el 1 de octubre como ejercicio de autodeterminación colectiva.
Les pido que no nos hagan pagar a nosotros sus contradicciones. Ya que ha citado a Joan Fuster, les meves contradiccions són les meves esperances. No nos hagan pagar a nosotros sus incomodidades y sus contradicciones.


Señor Rufián, bienvenido, se lo ha dicho antes la señora Vehí, bienvenidos a nuestra posición. Cuando coincidimos nos hacemos comprender mejor dentro y fuera. Señor Sánchez, se queja de que la oposición ha sido dura desde el principio,
pero es que ustedes han cometido muchos errores desde el principio. Apela a la responsabilidad del resto de fuerzas políticas, pero en esta crisis usted debe asumir la responsabilidad de sus actos y de sus pactos. ¿Ve cómo yo le decía que no
escucha? Ahora tampoco porque mira el móvil, pero ¿ve cómo no escucha? No escucha porque el problema no es el estado de alarma. Le veo y se lo he dicho, lo estaba defendiendo, me ha encantado verle defender unas posiciones que el president Torra
le había trasladado desde el primer momento. El problema es este estado de alarma, esta prórroga, la que no pactan, la que no negocian. Se lo han dicho ahora también, ¿cómo se pudo confinar la Conca d'Òdena e Igualada, si se hizo el día 11 y
ustedes no dijeron que lo iban a hacer hasta el 14, pero no aplicaron el confinamiento hasta el 29? (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No es verdad). No me digan que falto a la verdad porque no es así. Por más que usted
lo repita, una mentira no se convierte en realidad.


Pero fíjese, no ha buscado el apoyo del resto de partidos, ha esperado a que llegara, como Esperando a Godot, el apoyo. Consensuar es siempre mucho mejor que decretar, señor Sánchez, estoy segura de que usted lo sabe, pero usted ha
presumido y no ha ejercitado ese diálogo. Y se lo he dicho, la epidemia evoluciona, pero el Estado involuciona, al menos el Estado de las Autonomías, y la limitación o la vulneración de derechos y libertades -que usted ha hecho antes equilibrios
retóricos para justificar el límite- es siempre una cuestión de perspectiva. Fíjese cómo será que incluso se lo ha tenido que afear una fiscal del Supremo que participó en el juicio del 1 de octubre.


Ha hablado de agravios, de que no hay agravios. Walter Ricciardi, miembro del Consejo de la Organización Mundial de la Salud, afirmó con respecto a España -cito textualmente-: Yo hubiera aplicado las medidas diez días antes. Y añadía:
Para el coronavirus diez días pueden ser toda una vida. Y el precio que hemos pagado en esos más de diez días se calcula desgraciadamente en vidas humanas. Pero es que cuando le conviene los virus no entienden de territorios, y cuando no le
conviene ¡vaya si entienden de territorios! Tanto es así que en poco más de un mes el virus ha aprendido geografía española



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para poder desconfinar por territorios. Pero es que igual es su Gobierno el que no aprende que estos territorios se gestionan mejor desde la proximidad que desde la autoridad. Al Gobierno de Cataluña le parece una obviedad tener que
gestionar crisis sanitarias a través de regiones sanitarias. Lo que le parece es una extravagancia su empeño en gestionar una crisis sanitaria a través de demarcaciones administrativas. ¿De verdad usted piensa que un ciudadano no sabe a qué
hospital tiene que acudir, señor Sánchez? No me lo diga, que hay mucha gente que suspende geografía, pero todo el mundo sabe a qué hospital tiene que acudir.


Usted ha aludido a ella. La ley que regula el estado de alarma dice en su artículo 1.º: Se procederá a la declaración de los estados de alarma, excepción o sitio cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el mantenimiento de
la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes. Es textual. El estado de alarma nunca es necesario por razones de orden jurídico, porque no se pueda regular una situación por otros medios. Por tanto, ahora mismo no
es necesario para el desconfinamiento este estado de alarma, el que usted pretende imponer. Debemos seguir anticipándonos. ¿Tiene un plan de reconfinamiento si se puede producir una segunda ola? ¿Lo tiene o lo está ya preparando? Si es que sí,
querremos saber con qué indicadores, en medio del galimatías de cifras que se van barajando.


Acabo, señora presidenta. 'En la historia de España la democracia y la descentralización política del Estado siempre se han necesitado mutuamente, han sido realidades inseparables. El centralismo solo ha logrado imponerse sacrificando la
libertad política'. Son las cuatro primeras líneas del Pacto de Granada del PSOE, de 2013. Es proverbial, y es oracular; el centralismo que ustedes y Podemos han impuesto ha sacrificado la libertad política. Lo denunciaron en 2013; lo
perpetraron en 2020, en pleno estado de alarma en tiempos de coronavirus.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Borràs. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna).


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Arrimadas García.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Gracias, señora presidenta. Señor Sánchez, yo creo que todos los ciudadanos son conscientes de que gestionar esta pandemia no habría sido fácil para ningún Gobierno, pero sí sé que hay una sensación de envidia
hacia otros países donde se ha gestionado mucho mejor este virus y esta pandemia, donde tienen muchísimos mejores datos sanitarios y económicos, y donde realmente hay unidad política.


En nuestro país no tenemos ninguna de estas cosas, pero nada impedía que pudiéramos estar en la línea alta de la buena gestión de esta crisis. Usted hace una apelación a la unidad y yo lo comparto. Creo que hay muchos españoles a los que
les gustaría ver que en un momento como este hay unidad política y se consensuan las medidas para salir de esta crisis, Pero para pedir unidad hay que ser creíble, y yo no sé si elegir a la señora Lastra como portavoz en un momento como este para
hacer estos debates es tener mucha credibilidad a la hora de pedir unidad. Hoy a nosotros no nos ha tocado la ira de la señora Lastra, porque hoy votamos una cosa que a ustedes les gusta, pero ya me tocará en el siguiente Pleno o en el otro, cuando
vote algo que no le guste al Gobierno. Por cierto, la señora Lastra ha lanzado tremendas críticas a un partido como es el Partido Popular, pero ni mu a Bildu o a Esquerra Republicana de Catalunya, que va a votar en contra; ni mu. Ustedes tienen
155 escaños. Espero que esta pandemia sirva, entre otras muchas cosas, para saber quiénes son los partidos de Estado, quiénes son los partidos leales a los españoles, quiénes son los partidos responsables y quiénes son los partidos que, en medio de
una pandemia, empiezan a decir que con una Cataluña independiente habría menos muertos.


Yo voy a pensar siempre en el interés general y no me importa que unos días algunos me llamen facha y otros días algunos me llamen traidora. Yo voy a pensar siempre en los autónomos que se podrían haber quedado descolgados este sábado
porque de momento no hay un plan económico; voy a pensar siempre en las familias; voy a pensar en las 244 personas -si no tengo mal el dato- que han fallecido hoy por esta pandemia.


Señor Sánchez, usted apela a la unidad y a mí me gustaría que la hubiera, sin duda, pero usted va a tener que esforzarse también mucho para ser creíble pidiendo unidad. Lo digo porque todos recordamos cómo hizo usted oposición cuando estaba
en la oposición; lo digo porque espero que usted se corrija -y creo que lo va a hacer a partir de ahora-, pero usted se puede pasar dieciocho días sin llamar a la oposición. Usted hace ruedas de prensa donde nos anuncia estados de alarma y medidas
económicas



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que no ha consensuado con nadie. Creo que los ciudadanos han visto esta unilateralidad y esta improvisación del Gobierno, y han visto cómo hay algún partido que, a pesar de todo esto, está tendiendo la mano y está intentando salvar vidas y
salvar empleos, a pesar, repito, de las circunstancias.


Quiero recordar que hoy no votamos una valoración del Gobierno de Sánchez e Iglesias; hoy votamos si este sábado decae el estado de alarma o no, o si se retrasa quince días más al menos. Nosotros lo tenemos claro, yo cuando vote, voy a
pensar en los autónomos, en las familias, en los trabajadores, y vamos a intentar ser lo más útiles posible. Y creo que lo hemos sido porque hemos arrancado al Gobierno tres condiciones que son importantes.


En primer lugar, alargar los ERTE y las ayudas y desvincularlas más allá del estado de alarma, porque creo que todo el mundo entiende que, cuando decaiga el estado de alarma, cuando decaiga -como decía el señor Sánchez- esa causa de fuerza
mayor, no se va a recuperar el cien por cien de la demanda. Estamos en una pandemia y sectores enteros van a sufrir muchísimo, y es normal y necesario desvincular los ERTE y otras ayudas económicas y sociales de la declaración jurídica del estado
de alarma.


La segunda de las condiciones -y quiero insistir mucho en esto, señor Sánchez- es que usted necesita un plan B de salida ordenada del estado de alarma. Lo necesita por una cuestión técnica, porque, ¿usted les está diciendo a los españoles,
señor Sánchez, que si viene un rebrote en otoño usted va a volver a declarar el estado de alarma? ¿Usted les está diciendo a los españoles que va a alargar el estado de alarma hasta octubre, hasta noviembre, cuando muchos expertos dicen que puede
haber un rebrote en nuestro país? Supongo que no. Por tanto, usted necesita un plan B para garantizar las medidas sanitarias y las medidas económicas y sociales para proteger a los trabajadores. Pero es que necesita un plan B para algo más
aritmético; necesita un plan B porque tiene un Gobierno con ciento cincuenta y cinco escaños. ¿Qué pasa si usted pierde la votación dentro de quince días? ¿No nos va a proteger de ninguna manera? Usted tendría que tener un plan B, un plan C, un
plan D y todos los que hicieran falta. Por tanto, usted necesita -y España necesita- que usted haga un plan B que dé cobertura jurídica, sanitaria, social y económica cuando decaiga el estado de alarma. Y se lo digo desde la posición desde la que
le estoy votando que sí a prorrogar quince días más de estado de alarma, porque no podemos salir del estado de alarma este sábado.


El tercero de los requisitos es muy claro: hay que consensuar las medidas; las medidas sanitarias no las han consensuado con nadie. Creo de verdad que ustedes van a tener que aumentar la obligatoriedad del uso de mascarillas, como han
tenido que hacer en el transporte público, aunque al principio no querían. Las medidas económicas hay que hablarlas, hay sectores que pueden caer de una manera sin precedentes. Vamos a tener una situación económica dramática. La situación ya de
por sí no partía de unos buenos datos a nivel agregado, pero, ¿usted sabe la preocupación que hay en muchísimas familias no solo de que sus padres o sus abuelos puedan morir, sino de no saber si van a tener que perder su casa o si van a poder
comprar en el supermercado porque llevan dos meses en un ERTE sin cobrar? De verdad, yo creo que tenemos que salir de esta burbuja política y pensar cómo podemos ser útiles, cada uno desde nuestra responsabilidad. Pero, insisto, no estamos
haciendo una valoración del Gobierno, porque creo que he dejado clara mi postura respecto a lo que pienso de este Gobierno, y no voy a dejar ni un momento de criticar y denunciar los errores y los abusos que también está cometiendo el Gobierno en un
momento como este. Pero quizá hoy y ahora sea la última intervención que haga antes de traer un niño a este mundo, y les puedo garantizar y les puedo pedir que cada vez que voten algo, cada vez que hagan algo desde el Gobierno no piensen en salvar
la carrera política de nadie, no piensen en salvar un Gobierno a toda costa; piensen en salvar vidas y en salvar empleos. Para eso, para esa responsabilidad, aquí va a haber diez escaños, pero no para salvarle a usted o para salvar a su Gobierno,
para salvar a los españoles.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Arrimadas.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) tiene la palabra el señor Esteban Bravo.


El señor ESTEBAN BRAVO: Sí, presidenta, esta vez sí. Gracias, muy brevemente.


Simplemente quiero comentarle al presidente -él lo ha mencionado- que hay que tener en cuenta también los aspectos supraterritoriales, de coordinación, etcétera. Fíjese si somos conscientes de ello que, precisamente, la enmienda que hemos
presentado va en esa dirección; de lo que estamos hablando es de cogobernanza, de codecisión y, en ese sentido, de mayor eficacia. Naturalmente que en una pandemia no podemos estar ciegos a lo que ocurre a nuestro alrededor, pero de ahí a pensar
que no puede haber un margen o que no se pueden hacer las cosas de otra forma es distinto. Por eso insisto en



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que yo creo que la coordinación es posible incluso no solo ya partiendo de la buena voluntad, que entiendo de todas las instituciones, sino también a partir de leyes ordinarias. Creo que a medida que avancemos en la desescalada va a ser
cada vez más posible que esa coordinación pueda hacerse a través de otros instrumentos. Y comprendo que puede haber algunas situaciones agudas en algunos lugares. Bueno, pues quizá el estado de alarma deba restringirse a esos ámbitos
territoriales. Son ideas que dejo ahí y que creo que habría que ir trabajando. Vamos a ver cómo va evolucionando la cosa, pero vamos a ponernos ya a pensar en cómo puede ser el siguiente paso.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Esteban.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu tiene la palabra la señora Aizpurua Arzallus.


La señora AIZPURUA ARZALLUS: Señor Sánchez, usted no me ha escuchado. No ha respondido a las cuestiones que le he planteado, y en cambio se ha inventado que yo haya planteado una especie de esquema independentista del coronavirus -en
absoluto-, algo así como un camino a la independencia epidemiológica. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez-Pérez Castejón, hace gestos negativos). No, no lo he hecho, no lo he hecho. He explicado nuestra propuesta -una propuesta que creo
que es razonable, sensata y asumible-, y le he dicho además que sería coordinada con el Ministerio de Sanidad; lo he explicitado así. Le he dicho también otras cosas, le he pedido que no rompiera puentes, que reconstruya los apoyos que le llevaron
a la Presidencia y le he pedido varias veces que escuche, y usted a mí al menos no me ha escuchado, otra vez; una pena.


De sus dos intervenciones, señor Sánchez, no me ha quedado claro -supongo que a nadie más, porque no ha sido muy claro en el tema- cuánto tiempo más va usted a alargar el estado de alarma. ¿Sine die? (El señor presidente del Gobierno,
Sánchez Pérez-Castejón, hace gestos negativos). ¿O es que pretende volver a prorrogarlo quince días más, con este panorama parlamentario que tiene? ¿Otros quince días de espectáculo por los votos? En esta cuestión de la centralización hay una
cosa básica que quiero remarcar, y es que la ciudadanía vasca no necesita tutelas de nadie, es mayor de edad y forma una amalgama social de gente capaz, solvente, con recursos intelectuales y que sabe responder a las situaciones. Como en otros
lugares, me dirá usted. Sí, claro, como en otros lugares, pero con la diferencia de que a nosotros y a nosotras se nos ha hurtado la posibilidad de poder responder mejor a esta crisis sanitaria. No estoy diciendo que lo hubiéramos hecho mejor,
porque no lo sabemos, no lo sé yo ni lo sabe usted, y no lo sabemos porque su Gobierno, con su política de no colaboración, de recentralización y de mando único, nos ha hurtado la posibilidad de hacerlo. Y no, no se trata de demostrar nada, se
trata de hacer las cosas de la mejor forma posible para conseguir los mejores resultados posibles; se trata de eso, de nada más.


Por otro lado, antes le he dicho que nunca hemos entendido la política como si fuera un bazar persa. Hay quien tiene como prioridad en la política proteger el capital, salvaguardar las prerrogativas, mantenerse en la riqueza mientras
condenan a la mayoría a la pobreza y a la precariedad. Hay quien tiene otras prioridades, incluso lo de hacer elecciones aunque sea en situación de alarma sanitaria. La nuestra sigue siendo la que nos trajo aquí, a este hemiciclo: defender los
intereses de los vascos y las vascas y, mientras se decidan aquí cuestiones que nos atañan y nos afectan, defender también los intereses de las clases trabajadoras del Estado, proteger a quien necesita protección. Esa es nuestra prioridad y en esa
defensa hemos ido desgranando nuestro posicionamiento en esta crisis del coronavirus también. Hoy, señor Sánchez, su prioridad es salvar la votación de la prórroga del estado de alarma, aunque para ello haya preferido mirar hacia la derecha en
lugar de recabar y trabajar el apoyo de las fuerzas de izquierda. ¿Sabe por qué son tan importantes los pasos que se están dando en estos momentos? Porque la sociedad de las próximas décadas dependerá de las decisiones que se tomen ahora, en este
presente tan convulso. La historia, es verdad, se ha acelerado enormemente en todo el mundo, se están planteando cosas que hace unos meses serían inimaginables, impensables para todos nosotros. Pero esta situación que vivimos no nos empuja
obligatoriamente hacia un futuro determinado, todo lo contrario; nos obliga a adoptar decisiones, a elegir; en definitiva a elegir. Y ya se sabe que las decisiones diferentes o las elecciones diferentes darán forma a futuros diferentes. Esta
ventana, terrible y espeluznante por el sufrimiento y angustia que ha traído consigo para millones de personas, es también crucial para dibujar ese escenario diferente. Un escenario que se irá cerrando o abriendo dependiendo de las decisiones que
se adopten ahora, y dependiendo de la dirección en que se adopten esas decisiones; y el momento de influir en la dirección de la historia es este, aquí y en el mundo. Espero que lo tenga en cuenta.


Gracias.



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La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Aizpurua. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias, Pilar.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Lastra Fernández.


La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.


El señor Casado nos tiene acostumbrados a algo que en mi tierra, y me imagino que en toda España, es más viejo que el hambre, que es eso de reñir para que no te riñan. Sale aquí, nos llama de todo, nos insulta, nos difama, nos calumnia,
miente, tergiversa los datos, y luego, cuando le respondemos, se hace el ofendido y dice que nosotros le insultamos. Mire, hace quince días yo le hice un relato sobre todo lo que había dicho usted desde el mismo día de la declaración del estado de
alarma, y no en los medios de comunicación, sino aquí, en esta tribuna, señor Casado, y entre otras cosas le dije que usted nos había acusado de acabar con la Constitución, con el Estado de derecho, la separación de poderes y la propiedad privada, y
ahí queda eso. Hoy incluso ha ido más allá porque, fíjese, ha batido usted su propio récord: treinta y siete insultos en quince minutos en su primera intervención, sí, señor Casado, a razón de tres insultos por minuto. Ha sido su aportación de
hoy al esfuerzo de la sociedad española por salvar vidas. Mire, le voy a relatar algunos de los que he tomado nota: manipulador, mentiroso, cesarista, malversador, incompetente, incapaz, inepto, chapucero, pésimo, negligente, arbitrario,
irresponsable, nefasto, opaco, fraudulento... -voy a coger aire-, curandero. Es como un chiste de Gila y usamos a los españoles como perros de Pávlov. Y eso lo ha dicho usted, no lo ha dicho el Grupo Socialista, que no le ha acusado de nada de
esto a usted, señor Casado. Así hasta treinta y siete insultos. (Aplausos). Esa ha sido toda su aportación ante la mayor crisis de la historia reciente de España. Pero mire, ni todos los insultos del diccionario le van a ayudar a ocultar la
irresponsabilidad que supone no apoyar el estado de alarma, señor Casado.


Lleva semanas acusando al Gobierno de España de todos los males, y cuando alguien le recuerda el desastre, porque eso sí es un desastre y no el señor Ángel Gabilondo, de su gestión en Madrid lo único que hace es señalar también en esto al
Gobierno de España, y ya está bien de tomar el pelo a los ciudadanos, señor Casado, porque mire, las medidas del Gobierno de España -vamos a decirlo una vez más- se aplican en todas las comunidades autónomas, en todas las comunidades autónomas por
igual, pero solo en Madrid, solo en esta comunidad que ustedes convirtieron en su laboratorio de privatizaciones, de residencias y de la sanidad, se da la desastrosa situación que todos los españoles miramos angustiados, señor Casado. Y ya está
bien, porque llegará el momento de hablar de todo esto claramente y de pedir cuentas por todo lo que ustedes han hecho y lo que no han hecho también. Y entonces no podrá esconderse en mentiras tan burdas que se desenmascaran en cinco minutos.
Mire, le voy a citar a un clásico, a Marco Aurelio, cuando decía aquello de que lo que no es útil para la colmena no es útil para la abeja. Tome nota, señor Casado.


Señora Arrimadas, una nunca sabe a qué atenerse con ustedes, con Ciudadanos; si les nombro, mal, si no les nombro, peor, en todo caso lo que no voy a entrar es en provocaciones. Ya estoy acostumbrada a los ataques personales por parte de
su grupo, y por lo tanto ni siquiera voy a entrar. Sigo pensando lo mismo de Ciudadanos que el día 7 de enero.


Por último, ya que el señor Rufián me saca a bailar en esta tribuna, mire, señor Rufián, apreciado Gabriel, dos incoherencias de su discurso y una certeza. La primera incoherencia: usted en su discurso pedía mantener el contenido de las
medidas del estado de alarma, pero sin el estado de alarma, y no concuerda una cosa con la otra. La segunda incoherencia es que en su discurso también decía que el Gobierno les ha hecho caso en varias cosas que han planteado y, sin embargo, nos
acusa de no querer sentarnos o de no negociar. La certeza, señor Rufián, es que ustedes saben que esta decisión es una decisión política que no han tomado esta semana, sino que tomaron hace ya tiempo, y que el día 27 de abril, señor Rufián, la
señora Marta Vilalta hizo pública en nombre de Esquerra Republicana de Catalunya. Por tanto, seamos conscientes de esa realidad, no se amparen ustedes en otras cosas porque sabe muy bien -y yo también- que este Gobierno y este grupo sí han querido
negociar y sí han querido sentarse a hablar. Vuelvo a tenderle la mano, señor Rufián, a usted y a Esquerra Republicana de Catalunya, porque estoy convencida de que el futuro de este país, el futuro social y económico de este país, el bienestar de
los ciudadanos pasa por que la izquierda de este hemiciclo se entienda.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lastra. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.



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El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Gracias a todos los grupos parlamentarios por sus palabras, por el tono, y sobre todo a los grupos parlamentarios que hayan decidido apoyar la prórroga del estado de alarma. Creo que fue en una de las primeras comparecencias que hice ante
esta Cámara cuando hablé de que esta epidemia iba a traernos distintas etapas en la lucha para lograr la victoria, una victoria parcial primero, que sería la que estamos consiguiendo ya, que es doblegar la curva, es decir, que haya más recuperados o
curados diarios que diagnosticados. Creo que eso lo hemos logrado y que se está confirmando además la tendencia. Es verdad que tendremos que cogerlo con toda la prudencia posible, porque efectivamente tendremos que ver durante los próximos días
cuáles son los efectos del desconfinamiento que estamos aprobando y que estamos implementando en todo el territorio; me refiero a la libertad de recuperación que ustedes conocen de los espacios de paseo de los menores, posteriormente de la gente
que quiere hacer deporte, de los paseos de los mayores, etcétera. Por tanto, tendremos que ver cuál es la evolución de los datos de la epidemia y del número de diagnosticados en función de las consecuencias de las decisiones que estamos tomando en
esta transición hacia la normalidad. Pero es evidente que esa victoria parcial -me gusta además utilizar el término parcial, porque no es completa- la hemos logrado conjuntamente gracias al esfuerzo de todas las instituciones y del conjunto de la
ciudadanía, y sin duda alguna también de los profesionales sanitarios. Habrá una segunda victoria, también parcial, que será cuando culminemos todo este proceso de desescalada, y finalmente la victoria será total cuando, dentro de esa nueva
normalidad, la ciencia, los investigadores logren la vacuna o el remedio terapéutico que esperemos llegue antes que después. ¿Por qué digo esto? Porque a la pregunta que se plantea al Gobierno -me parece además muy razonable- de si lo que el
Gobierno está planteando es el horizonte de un estado de alarma perpetuo en los próximos meses, hasta que encontremos la vacuna o el remedio terapéutico, yo respondo categóricamente: no, no, al contrario. Creo que es muy importante volver a
recordar que el estado de alarma no forma parte del proyecto político de este Gobierno de coalición. El proyecto político de este Gobierno es ampliar libertades, recuperar derechos sociales, reconstruir lo público, que es una de las principales
lecciones que tenemos que sacar de esta crisis; es crear empleo y que ese empleo sea digno, es construir un ingreso mínimo vital con el concurso de las comunidades autónomas, respetando las competencias de las comunidades autónomas; es proyectar
una imagen de España solidaria, europeísta, es lógicamente crecer de manera sostenible logrando esa transición ecológica. Ese es el proyecto político con el cual este Gobierno se presentó ante ustedes y logró la mayoría parlamentaria que nos
permitió conformar este Gobierno y a mí ser investido.


Por tanto, el estado de alarma no forma parte del proyecto político. Lo he dicho antes; forma parte de una necesidad como consecuencia de una emergencia que ha surgido a tenor de la invasión del COVID en nuestro país y en el continente
europeo.


Quiero, pues, que tengan tranquilidad en relación con esas tres fases que he descrito antes. La primera, relativa a la aprobación por parte de todos ustedes de ese decreto de alarma para confinarnos todos en nuestras casas y evitar la
propagación del virus. La segunda, de desescalada, en la que se plantee un estado de alarma que nos permita ir modulando la gradualidad de esa salida que necesitamos durante las próximas semanas. Se podrá decir: ustedes están planteando un
horizonte de seis semanas, de ocho semanas. No lo estamos planteando nosotros; es una exigencia de la epidemia, de lo que nos están diciendo los expertos. Necesitamos dos semanas, que es el periodo de incubación, para saber exactamente cuál es el
resultado de las medidas que estamos adoptando y, en consecuencia, cuál es la evaluación que hacemos desde la ciencia y los expertos de las medidas de desconfinamiento que estamos poniendo en marcha.


Señorías, el ánimo del Gobierno de España es que la desescalada se produzca cuanto antes mejor, porque eso significará, con toda la prudencia y la precaución, que estamos avanzando más rápidamente de lo que prevemos hacia esa nueva
normalidad. Y lo que estamos haciendo es ser lo más estrictos posible en el cumplimiento de lo que marca nuestra Constitución: cada quince días venir aquí a rendir cuentas, pedirles el apoyo y ganar otros quince días para poder gestionar ese
estado de alarma. Sin duda alguna, efectivamente, tendremos que plantear una gobernanza cuando termine la exigencia de restringir la movilidad y la libertad de reunión en los próximos meses. En ese sentido manifiesto la voluntad del Gobierno de
España de trabajar con los grupos parlamentarios para que, cuando podamos abordar esa nueva situación y gobernarla, lo hagamos con los instrumentos jurídicos que existen: las leyes orgánicas o no orgánicas y las modificaciones que podamos traer a
la Cámara para que esa gobernanza sea lo más eficaz posible. En todo caso, lo importante es volver a subrayar, señorías, que ahora, en este preciso momento, en este instante, dada la evolución de la pandemia, la única forma que tenemos de poder
garantizar una transición gradual y lo más -digamos- prudente posible es, lógicamente, el estado de alarma.



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Señorías, la decisión -créanme que digo esto de corazón- de venir al Congreso de los Diputados y pedirles una nueva prórroga del estado de alarma está basada en la ciencia; en la ciencia. Y aquellos que se oponen y que no votan a favor del
estado de alarma y de su prórroga están tomando su decisión en base a la peor de las políticas, que es la política partidista. (Aplausos). Señorías, yo agradezco de verdad, de corazón, el apoyo de aquellos grupos parlamentarios que, hasta incluso
no compartiendo un proyecto político como el que nosotros representamos o hasta incluso compartiendo una visión de España distinta a la que yo, como presidente del Gobierno, pueda representar, anteponen el interés general. No solamente dice mucho
de ustedes, sino también de aquellos que en una hora crítica como la que está viviendo nuestra sociedad y nuestro país vuelven a fallar a los españoles y se ponen de perfil en un momento tan crítico como el actual. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente. Votaremos en un minuto. (Pausa).


Señorías, vamos a dar comienzo a las votaciones. Punto único. Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio. Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14
de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por los reales decretos 476/2020, de 27 de marzo, 487/2020, de 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Mixto, señor Martínez Oblanca, a la solicitud de prórroga del estado de alarma, en los términos del acuerdo de su admisión a trámite.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 45 más 303 votos telemáticos, 348; a favor, 12 más 78 votos telemáticos, 90; en contra, 32 más 225 votos telemáticos, 257; abstenciones, 1.


La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 7 más 17 votos telemáticos, 24; en contra, 37 más 274 votos telemáticos, 311; abstenciones, 2 más 12 votos telemáticos, 14.


La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 24 más 157 votos telemáticos, 181; en contra, 17 más 133 votos telemáticos, 150; abstenciones, 5 más 13 votos telemáticos, 18.


La señora PRESIDENTA: Quedan aprobadas.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Ciudadanos a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 2 más 11 votos telemáticos, 13; en contra, 30 más 215 votos telemáticos, 245; abstenciones, 14 más 77 votos telemáticos, 91.


La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural, señor Rego Candamil, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 7 más 23 votos telemáticos, 30; en contra, 35 más 274 votos telemáticos, 309; abstenciones, 4 más 6 votos telemáticos, 10.



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La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural, señor Baldoví, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 7 más 17 votos telemáticos, 24; en contra, 36 más 279 votos telemáticos, 315; abstenciones, 3 más 7 votos telemáticos, 10.


La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Votación de la propuesta presentada por el Grupo Parlamentario Plural, señor Errejón, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 7 más 24 votos telemáticos, 31; en contra, 37 más 279 votos telemáticos, 316; abstenciones, 2.


La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.


Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural, señora Borràs, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 303 votos telemáticos, 349; a favor, 6 más 23 votos telemáticos, 29; en contra, 37 más 275 votos telemáticos, 312; abstenciones 3 más 5 votos telemáticos, 8.


La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.


Señorías, les informo de que, desde ahora mismo, más o menos las 16:34, y hasta las 18:00 se podrá votar telemáticamente la autorización de la prórroga del estado de alarma. Por tanto, suspenderemos la sesión durante este periodo de
tiempo y la votación presencial de este punto se producirá una vez reanudemos la misma.


Se suspende la sesión hasta las 18:15.


Muchas gracias.


Se suspende la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las seis y quince minutos de la tarde.


La señora PRESIDENTA: Señorías, se reanuda la sesión.


Procedemos directamente a la votación. Votación de la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la
situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por los reales decretos 476/2020, de 27 de marzo, 487/2020, de 10 de abril, y 492/2020, de 24 de abril, en los términos resultantes de la incorporación de las propuestas del Grupo
Parlamentario Vasco (EAJ-PNV).


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 46 más 304 votos telemáticos, 350; a favor, 22 más 156 votos telemáticos, 178; en contra, 10 más 65 votos telemáticos, 75; abstenciones, 14 más 83 votos telemáticos, 97.


La señora PRESIDENTA: Queda, en consecuencia, autorizada la prórroga del estado de alarma, que se publicará en el Boletín Oficial del Estado.


Se levanta la sesión.


Eran las seis y veinte minutos de la tarde.