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DS. Senado, Pleno, núm. 33, de 13/06/2017
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PLENO


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PÍO GARCÍA-ESCUDERO MÁRQUEZ


Sesión núm. 18


celebrada el martes, 13 de junio de 2017


ORDEN DEL DÍA






ACTAS




Lectura y aprobación, si procede, del Acta de la sesión
anterior, celebrada los pasados días 23 y 24 de mayo de 2017.







PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD




Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el
año 2017. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000002
presupuesto del Estado; proyecto de ley

Presupuestos





SUMARIO


Se abre la sesión a las dieciséis horas.






ACTAS





LECTURA Y APROBACIÓN, SI PROCEDE, DEL ACTA DE LA SESIÓN
ANTERIOR, CELEBRADA LOS PASADOS DÍAS 23 Y 24 DE MAYO DE 2017.



Se aprueba el acta.









PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD





PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL
AÑO 2017. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000002

Presupuestos


El señor ministro de Hacienda y Función Pública (Montoro Romero)
presenta el proyecto de ley en nombre del Gobierno.


Se inicia el debate de las propuestas de veto.


La señora Pérez Castilleja defiende la propuesta de veto número
21, del Grupo Parlamentario Socialista.


El señor Espinar Merino defiende la propuesta de veto número 59,
del Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.


El señor Picornell Grenzner defiende la propuesta de veto número
40, del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana.


El señor Iñarritu García, del Grupo Parlamentario Mixto, defiende
la propuesta de veto número 1.


El señor Bagué Roura defiende la propuesta de veto número 12,
presentada por este senador y el señor Cleries i Gonzàlez, del Grupo
Parlamentario Mixto.


El señor Mulet García defiende la propuesta de veto número 20,
presentada por este senador y el señor Navarrete Pla, del Grupo
Parlamentario Mixto.


En turno en contra hacen uso de la palabra el señor De las Heras
Muela y el señor Alegre Buxeda.


En turno de portavoces intervienen la señora Domínguez de Posada
Puertas, el señor Mulet García y el señor Yanguas Fernández, por el Grupo
Parlamentario Mixto; la señora Etxano Varela, por el Grupo Parlamentario
Vasco en el Senado (EAJ-PNV); la señora Cortès Gès, por el Grupo
Parlamentario de Esquerra Republicana; el señor Vázquez García, por el
Grupo Parlamentario Socialista, y el señor Barreiro Fernández, por el
Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


Hace uso de la palabra el señor ministro de Hacienda y Función
Pública (Montoro Romero).


Se procede a votar las propuestas de veto.


El señor presidente informa a la Cámara de que la votación
telemática ha sido autorizada para el senador señor Pérez Pastor, del
Grupo Parlamentario Popular en el Senado, que ha emitido su voto en
sentido contrario a las propuestas de veto.


Se rechaza la propuesta de veto número 21, del Grupo
Parlamentario Socialista, con el siguiente resultado: presentes, 262 más
1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262 más 1 voto telemático, 263; a
favor, 101; en contra, 162 más 1 voto telemático, 163.


Se rechaza la propuesta de veto número 59, del Grupo
Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, con el siguiente
resultado: presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos,
262, más 1 voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


Se rechaza la propuesta de veto número 40 del Grupo Parlamentario
de Esquerra Republicana, con el siguiente resultado: presentes, 262, más
1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1 voto telemático, 263;
a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto telemático, 162.


Se rechaza la propuesta de veto número 1, del senador Iñarritu
García, del Grupo Parlamentario Mixto, con el siguiente resultado:
presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1
voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


Se rechaza la propuesta de veto número 12, de los senadores Bagué
Roura y Cleries i Gonzàlez, del Grupo Parlamentario Mixto, con el
siguiente resultado: presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos
emitidos, 262, más 1 voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161,
más 1 voto telemático, 162.


Se rechaza la propuesta de veto número 20, de los senadores Mulet
García y Navarrete Pla, del Grupo Parlamentario Mixto, con el siguiente
resultado: presentes, 261, más 1 voto telemático, 262; votos emitidos,
260, más 1 voto telemático, 261; a favor, 98; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162; abstenciones, 1.


Se suspende la sesión a las veintiuna horas y cincuenta y cinco
minutos.








Se abre la sesión a las dieciséis horas.


El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías. Se abre la sesión.






ACTAS





LECTURA Y APROBACIÓN, SI PROCEDE, DEL ACTA DE LA SESIÓN
ANTERIOR, CELEBRADA LOS PASADOS DÍAS 23 Y 24 DE MAYO DE 2017.



El señor presidente da lectura a los puntos 1. y 1.1.


El señor PRESIDENTE: ¿Alguna observación? (Denegaciones).


¿Puede aprobarse por asentimiento? (Asentimiento).


Queda aprobada. Muchas gracias.









PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY




DEBATE DE TOTALIDAD





PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL
AÑO 2017. SE TRAMITA POR EL PROCEDIMIENTO DEL ARTÍCULO 148.1 DEL
REGLAMENTO DEL SENADO.


621/000002

Presupuestos


El señor presidente da lectura a los puntos 2., 2.1.
y 2.1.1.


El señor PRESIDENTE: Para su presentación, tiene la palabra el
señor ministro de Hacienda y Función Pública.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y FUNCIÓN PÚBLICA (Montoro Romero):
Gracias, señor presidente,


Señorías, tengo el honor de presentar, en nombre del Gobierno,
los Presupuestos Generales del Estado para el año 2017 después de que
hayan recibido la aprobación del Congreso de los Diputados. Les presento
unos presupuestos que, tras su paso por el Congreso, han salido
fortalecidos y, a la vez, fortalecedores. Son unos presupuestos con
capacidad de proporcionar un nuevo impulso a la economía para seguir
avanzando hacia el gran objetivo que ha marcado estos años y que lo
seguirá haciendo en el futuro: el empleo.


Son estos, como decía, unos presupuestos fortalecidos, porque han
mejorado gracias a las aportaciones que han recibido de los diferentes
grupos parlamentarios del Congreso; y son unos presupuestos fortalecidos
porque esas mejoras han permitido sumar apoyos políticos, de manera que
hoy el proyecto que impulsó el Gobierno hace dos meses y medio tiene ya
detrás no solo al Gobierno, sino a siete formaciones políticas, siete
partidos que representan una clara mayoría parlamentaria en las dos
Cámaras legislativas; una mayoría que es especialmente amplia aquí, en el
Senado; una mayoría que tiene parlamentarios de todas las comunidades
autónomas, recogiendo, sin duda, la pluralidad de España; una mayoría que
ha sabido unir sus fuerzas no para ir contra nadie, sino en beneficio del
interés general de España y de los españoles.


Estamos, como decía, ante unos presupuestos fortalecedores por
varios motivos: en primer lugar, porque su contenido da vigor a la
economía española, contribuyendo a consolidar el crecimiento económico y
la creación de empleo; en segundo lugar, porque consolidan el gasto
social, que este año volverá a registrar la mayor cifra de nuestra
historia, y porque incluye más recursos para las comunidades autónomas,
administraciones que dedican, a su vez, la mayor parte del capítulo de
gastos a la sanidad, a la educación y a las prestaciones sociales. Pero
es que, además, estos presupuestos fortalecen la apuesta por la reducción
del déficit público. Hoy ya prácticamente nadie duda de que el objetivo
de déficit público para este ejercicio 2017, que también está convenido
con la Comisión Europea, es alcanzable, y eso resulta fundamental para
explicar por qué España está liderando el crecimiento económico y la
creación de empleo entre los países de nuestro entorno, cuando no hace
mucho éramos considerados el mayor factor de riesgo para la supervivencia
de la Eurozona.


Todo esto hace que estos presupuestos sirvan para fortalecer la
posición de España como país en todos los ámbitos, en los financieros, en
los internacionales y en el concierto de nuestros socios europeos.
Después de un año de incertidumbre política y de parálisis legislativa
por el largo periodo en que el Gobierno estuvo en funciones, empezar la
nueva legislatura sin que se pudieran aprobar unos nuevos presupuestos
habría sido enviar una señal de debilidad al mundo económico. En cambio,
que hayamos sido capaces de ponernos de acuerdo en el Parlamento para
impulsar las líneas maestras de la política presupuestaria supone todo un
acicate, un estímulo que refuerza la posición y el crédito de España
dentro y fuera de nuestras fronteras.


La confianza dentro y fuera de nuestras fronteras sostiene
nuestra recuperación económica en un porcentaje muy elevado. La confianza
atrae y asienta inversión; la confianza aleja las turbulencias; la
confianza sosiega la prima de riesgo y hace que los tipos de interés que
paguemos sean más bajos y que de esa forma también el total de nuestra
deuda sea sostenible. Justo todo lo contrario de lo que ocurría hace
pocos años. Hoy ya nadie duda de que la estabilidad económica y
presupuestaria y la estabilidad política avanzan de la mano, ni de que
esa es la fórmula que hará de España lo que ya está haciendo, un país
cada vez más competitivo, un país cada vez más y mejor cohesionado, un
país cada vez más próspero; en suma, un país mejor para todos los que
vivimos en él.


Hoy, en el Parlamento español, se celebran dos debates, dos
sesiones claramente opuestas. El debate que se celebra en el Congreso
está promovido por los que llevan un año y medio demostrando que no
reconocen el veredicto de las urnas. Aquellos cuyo único afán es tratar
de desbaratar que en España haya un Gobierno dialogante, un Gobierno que
siga venciendo la crisis económica y que siga creando empleo, y que lo
haga tendiendo la mano a todos los partidos que persiguen el mismo
objetivo. Objetivo que no comparten todos los grupos políticos, ni en el
Senado ni el Congreso, tal y como se ha visto en el testimonio de esta
mañana y este mediodía.


Hace un año y medio los promotores de la moción de censura
entraron por primera vez en el Congreso —ya lo habían hecho un poco
antes aquí en el Senado—, pero hasta ahora no han conseguido
proponer gran cosa para mejorar la vida de las personas. Por eso, solo
recordaremos de ellos su inflación de teatralidad estéril, síntoma
evidente de un elevado déficit de propuesta de soluciones y alternativas,
como demostraron en la votación de los Presupuestos Generales del Estado
para el año 2017.


El segundo debate, el que celebramos esta tarde en el Senado es,
en cambio, un debate orientado a mejorar la vida de las personas. Un
debate que es posible precisamente porque el Gobierno que obtuvo hace
seis meses la confianza del Parlamento ha hecho del diálogo, la
negociación y el acuerdo su seña de identidad. El diálogo y la
negociación han unido en torno a estos presupuestos a otros grupos
políticos que, igual que nosotros, piensan que hoy la oportunidad es
construir y no destruir y que lo que necesita nuestro país hoy es
estabilidad y no incertidumbre, es fomentar y atraer inversiones y no
espantarlas, que lo que necesitamos es crecer, crear empleo e igualdad de
oportunidades, y no un revanchismo vacío que reclama no se sabe ya qué
parte de la historia, porque esta mañana nos hemos remontado siglos atrás
en un absurdo, insisto, planteamiento revanchista que solo aspira a
derribar lo que los españoles en esta democracia hemos construido después
de tanto esfuerzo de aunar voluntades.


Sinceramente, creo que tenemos motivos para estar orgullosos del
debate que estamos empezando a celebrar aquí. Hoy, el Senado es la Cámara
en la que hablamos del presente y del futuro real de España porque
traemos las políticas que ayudan a España y a los españoles. Esta tarde,
en el Senado, hablamos de los frutos que están dando las políticas
presupuestarias que hemos desarrollado desde el año 2012 y de los frutos
que esperamos recoger en el futuro si seguimos aprobando presupuestos
como los que hoy tenemos el honor de presentar en esta Cámara.


Hoy, en el Senado, vamos a ver cómo el diálogo y el acuerdo hacen
que haya unas políticas cargadas de sensatez, moderación y equilibrio.
Esas son las políticas que benefician a los españoles. Todos sabemos que
los grandes titulares de los periódicos y las aperturas de los
informativos se centrarán en el debate que está teniendo lugar en el
Congreso, del que no va a salir nada positivo para los españoles. En
cambio, el debate de los presupuestos en el Senado no será pródigo en
grandes titulares, de eso podemos estar seguros, tranquilos y conformes.
Pero de aquí van a salir grandes beneficios para los ciudadanos; aquí se
fundamenta el crecimiento de nuestra economía y sale la posibilidad de
crear cientos de miles de puestos de trabajo, que es lo que necesitan los
desempleados en España; de aquí salen las políticas sociales, que son las
que necesitan nuestras familias. La política del ruido, del rencor y del
espectáculo dentro y fuera del Parlamento ha generado un debate que
volverá a derrotar en el Congreso a los que ya fueron derrotados en las
urnas. En cambio, la política de la lucha contra el déficit y la recesión
económica alumbra cada día miles de puestos de trabajo para vencer la
crisis, la desigualdad y la desesperanza en la que millones de españoles
fueron cayendo desde el año 2008.


La política que desequilibró nuestras cuentas públicas y llevó al
paro a más de 3 millones de personas ha dado paso a una política que este
año va a reducir a la tercera parte aquel déficit heredado y que
pretende recuperar en esta legislatura todo el empleo perdido durante la
crisis. Es decir, tenemos ya al alcance de nuestras manos la anulación
del peor legado de la crisis económica: el paro.


Los datos de desempleo y afiliación del mes de mayo son una
excelente y contundente prueba de que vamos por el camino correcto. Los
más de 223 000 nuevos afiliados a la Seguridad Social en mayo no solo
representan el mejor dato de afiliación de la serie histórica, sino que
explican con toda rotundidad las consecuencias positivas que tienen para
la economía, la estabilidad presupuestaria y la estabilidad política. La
creación de empleo se inició conforme controlábamos el déficit público y
se ha acelerado en los meses que llevamos transcurridos de este año. Que
España haya podido contar con un nuevo Gobierno y que este Gobierno haya
podido tomar decisiones de política económica acordes con los objetivos
asumidos con Europa, con un amplio respaldo parlamentario, ha
incrementado la confianza en nuestro futuro, y eso se nota en los ritmos
de crecimiento económico, se nota en la afiliación a la Seguridad Social.
Los 18 345 000 afiliados de media en el mes de mayo suponen un
crecimiento de afiliación de casi 700 000 personas en los últimos doce
meses, que es un ritmo de 57 000 nuevos afiliados al mes. Sin duda, un
excelente motivo para seguir el camino emprendido y para no perjudicarnos
a nosotros mismos, como país, con derivas populistas que desbaraten las
esperanzas de tantos españoles que confían en que vamos a alcanzar
definitivamente el final de la crisis.


Además, cada vez es mayor el número de mujeres que se suman al
mercado laboral, de manera que en mayo se ha alcanzado la mayor cifra de
mujeres trabajando que ha habido nunca en España, más de 8,5 millones, y
ya representan el 46,35 % del total de ocupados. De manera que podemos
decir que estamos asistiendo no solo a una recuperación del empleo sino a
una reducción de la brecha de género en términos laborales. También es
importante destacar que el paro registrado ha disminuido un 11 % en
términos interanuales y que ese porcentaje se eleva al 17,5 % cuando nos
referimos al desempleo juvenil.


He hablado de cifras, pero detrás de las cifras hay personas,
hombres y mujeres que han conseguido un empleo. Muchas de estas personas
seguirían en el paro si no hubiéramos llevado a cabo esta política, si
hubiéramos hecho otra política. Por eso nuestro empeño es no cambiar el
rumbo, y por eso todas estas personas, las que han conseguido su empleo,
pero también los millones que esperan conseguir su puesto de trabajo en
las próximas semanas, en los próximos meses y en los próximos años no
pueden sentirse decepcionados.


En mi reciente intervención en el debate de totalidad en el
Congreso de los Diputados dije que mi responsabilidad como ministro de
Hacienda y Función Pública y la responsabilidad de todo el Gobierno
consistía en no dar bandazos y mantener el norte y que desde esa
responsabilidad íbamos a tratar de alcanzar alianzas políticas para sacar
adelante los presupuestos de este año y el de los siguientes ejercicios.
Ese norte —como reiteraba en el Congreso— se llama empleo. Lo
ha sido siempre, desde que comenzamos nuestra andadura de Gobierno a
finales del año 2011, y lo estamos consiguiendo. Creo que todos somos
conscientes de ello y es muy importante que no cambiemos el rumbo, que no
cambiemos el sentido de las cosas, y que en la consecución de este
objetivo: el empleo, encontremos nuestra mayor fortaleza.


No es casualidad que el ritmo de creación de empleo esté
mejorando a la par que se hace más visible la estabilidad política en
España. Por eso era importante que el Congreso reflejara una mayoría
parlamentaria detrás de estos presupuestos; por eso es importante que esa
mayoría se muestre cohesionada aquí, en el Senado; por eso es muy
importante que esa mayoría siga implicándose en la salida de la crisis y
siga corresponsabilizándose de la política económica en los próximos
meses y en los próximos años. Es más, el deseo del Gobierno es recuperar
la mayoría que hizo posible la aprobación de los objetivos de estabilidad
y el techo de gasto para este año y que el Grupo Socialista vuelva a
alinearse con la política de la estabilidad y la sensatez, la política
del crecimiento económico y de la creación de empleo.


Tenemos muchas cosas pendientes. Tenemos que salir
definitivamente de la crisis, pero también tenemos que reformar el
sistema de financiación autonómica para hacer más factible el equilibrio
financiero de nuestros territorios. Tenemos que hablar de pensiones y
alcanzar otros pactos muy importantes: en educación, en seguridad y en la
lucha contra el terrorismo, tanto en Europa como en el mundo. Asimismo,
tenemos que confeccionar y configurar entre todos un futuro para esta
Europa de la que somos miembros y de la que nos sentimos orgullosos.
También tenemos como grandes desafíos: hacer valer nuestra Constitución y
preservar nuestra convivencia. Para todo ello estamos esperando a todos,
también al Grupo Socialista. Si no acuden a la cita con el futuro de los
españoles no tendrán la excusa de que no querían compartir programas y
políticas que están mostrando su eficacia a la hora de resolver la crisis
económica y abrir un horizonte, como el que estamos consiguiendo, cargado
de ilusión y esperanza.


Algunos partidos han entendido perfectamente lo importante que es
la estabilidad política para no perder el ritmo de salida de la crisis y
han decidido corresponsabilizarse de estos presupuestos. Es justo que
reconozcamos la importancia de su aportación. Son grupos que, ante la
disposición que ha mostrado el Gobierno a acercar posturas y voluntades,
a dialogar y acordar, han respondido con igual o mayor generosidad. Lo
han hecho con sentido de Estado y con el deseo sincero de situar la
política institucional, como la que hoy estamos desarrollando aquí, por
encima de cualquier otro interés partidista, por encima de la política
menor. Son partidos con los que, cuando hayamos superado definitivamente
la crisis, podremos decir juntos a los ciudadanos que estuvimos en la
solución de los problemas y no en crearlos. Son partidos que demuestran
que ejercer la labor de oposición es compatible con una colaboración leal
con el Gobierno y con los ciudadanos para vencer las dificultades que
afectan a las personas.


Las aportaciones que todos ellos han introducido durante su
tramitación en el Congreso —Ciudadanos, el Partido Nacionalista
Vasco, Coalición Canaria, Nueva Canarias y, por supuesto, Foro, Unión del
Pueblo Navarro y el Grupo Popular— han mejorado este proyecto de
ley sin desvirtuarlo. De hecho, todo lo que se ha pactado incluir en los
presupuestos, incluso enmiendas de grupos que finalmente no han dado su
apoyo al proyecto de ley en el Congreso, ha tenido cabida sin necesidad
de modificar el límite de gasto. Cada acuerdo alcanzado con estos
partidos es plenamente transparente y enriquecedor. Tan transparente que,
de hecho, las enmiendas transaccionales han sido votadas por la inmensa
mayoría de la Cámara, ya que no han querido renunciar a ellas, a pesar de
que se oponían a votar a favor del dictamen del proyecto de ley. Son
enmiendas que mejoran el presupuesto en materia de infraestructuras y
transportes, especialmente en las comunicaciones de las personas que
viven en nuestros archipiélagos; enmiendas que se preocupan de la
protección a la familia y a las víctimas de la violencia de género, que
luchan por el empleo y contra la pobreza; enmiendas que mejoran la
situación de los empleados públicos y de las personas víctimas del
terrorismo; enmiendas que introducen incentivos fiscales en actividades
culturales, de homenaje a la Constitución y que favorecen el cine
español; enmiendas que impulsan la inversión de los ayuntamientos más
saneados y que también ayudan a las entidades locales con más
dificultades.


El diálogo, la negociación, la voluntad de acuerdo y la defensa
del interés general es lo que ha unido a grupos que tenemos distintas
visiones de la política pero que hemos sabido anteponer la búsqueda del
interés general. Me gustaría pensar que este esfuerzo común de partidos
diferentes va a conseguir también que todos los españoles salgamos
definitivamente adelante después de una larga crisis que dura ya casi una
década.


Señorías, para conseguir ese objetivo no podemos abandonar la
senda de consolidación presupuestaria por la que hemos ido transitando en
los últimos años. Los presupuestos que hoy debatimos aquí tienen como
horizonte reducir el déficit público de las administraciones hasta
situarlo en el 3,1 % del PIB. ¿Por qué es tan importante seguir
reduciendo el déficit público? Porque necesitamos reducir el nivel de
deuda pública de España, necesitamos hacer creíbles y fiables los
objetivos del programa de estabilidad, que marcan un horizonte que sitúa
el total de deuda pública sobre PIB en el año 2020 en no más allá de
un 92 % de nuestro producto interior bruto. La reducción de déficit y de
deuda llevará precisamente a una mejora clara de la financiación de
nuestra economía, dará más posibilidades para que haya también más
emprendedores, mejor financiación para que siga la creación de empleo, y
ello hará, obviamente, que el empleo, el nuevo y el ya existente, mejore
en calidad y en retribución salarial.


Ya hemos vivido otras etapas de nuestra historia donde entendimos
y comprobamos que déficits públicos elevados, aquellos déficits de
comienzos de los años noventa en torno al 7 % del producto interior
bruto, eran incompatibles con el progreso económico y nos llevaron a
tasas de paro del orden del 25 %. A mitad de los años noventa fue cuando
un Gobierno del Partido Popular se comprometió, con la consecución de
apoyos parlamentarios de otras formaciones políticas presentes en esta
Cámara, a alcanzar los objetivos de la fundación del euro, los conocidos
como objetivos del Tratado de Maastricht, cuando realmente se abre el
crecimiento económico más creador de empleo de nuestra historia.


Voy a recordar una vez más en esta Cámara que en 1996
trabajábamos en España prácticamente el mismo número de personas que lo
hacíamos veinte años antes, en 1976; es decir, 12,5 millones de empleos.
En cambio, en la década siguiente, que se caracterizó por la reducción
del déficit público, el empleo creció casi 8 millones de trabajadores, 8
millones sobre 12,5 millones. Esto hace precisamente que ahora, como
Gobierno, nos fijemos —como hace el presidente Rajoy— en el
objetivo de contar con el mismo nivel de ocupación que en el año 2007,
antes de entrar en la crisis económica, y podamos asomarnos al balcón del
pleno empleo en buena parte de España. Aquella etapa de estabilidad
presupuestaria, crecimiento y creación de empleo dinamizó de tal manera
el mercado laboral que, por fin, por primera vez en la historia de
España, asistimos a una incorporación masiva de la mujer, porque fue en
aquella etapa de los gobiernos del Partido Popular cuando el número de
mujeres ocupadas creció en 2 600 000. Al final de estos años de
estabilidad presupuestaria había el doble de mujeres trabajando
—insisto, el doble— que a comienzos del año 1996. Además, el
dinamismo de nuestra economía atrajo a un elevadísimo número de
inmigrantes, porque fue el crecimiento económico que se desencadenó a
finales de los años noventa y comienzos del 2000 lo que atrajo a millones
de personas a trabajar con nosotros en un país de acogida como es
España.


Junto a ese crecimiento se produjo también la
internacionalización de nuestras empresas, de las grandes y medianas, y
se crearon cientos de miles de pequeñas y medianas empresas; empresas
familiares que en muchos casos han experimentado también el
importantísimo crecimiento que tanto ha contribuido a mejorar la
actividad económica y, por descontado, también las exportaciones que hoy
registra nuestra economía. Además, el PIB per cápita pasó de menos
de 14 000 euros en el año 1995 a 26 000 en el año 2007; y, por cierto,
estamos a punto de recuperar el PIB per cápita que teníamos al comienzo
de esta crisis. Todo eso llevó a una reducción de la desigualdad social
como solo es posible cuando el empleo se extiende a amplísimas capas de
población y los recursos públicos que se generan de ese incremento de
actividad económica se dedican a potenciar el Estado de bienestar. Es
decir, que esas políticas, las políticas de la mitad de los años noventa,
son las mismas y los mismos objetivos que inspiran el Proyecto de
presupuestos que estoy presentando esta tarde en el Senado.


Cuando el idilio con la estabilidad presupuestaria se acaba, la
crisis afecta, y lo hace muy duramente, como les ocurrió a España y a sus
ciudadanos en el año 2008. El que la cifra de parados se disparara en muy
poco tiempo, en más de 3,5 millones de personas, fue lo que hundió a
nuestra economía y, por decirlo de una manera todavía más clara, hundió
nuestra autoestima como país y hundió la esperanza de millones de
familias y también de millones de jóvenes. Por eso, en este momento la
recuperación del empleo que estamos viviendo es la que está devolviendo
la esperanza a estas familias, a estas personas y a estos jóvenes, y el
ritmo con que se crean puestos de trabajo refleja la velocidad
precisamente con la que estamos superando la crisis. Por consiguiente, me
niego a aceptar que podamos estar jugando otra vez con políticas que
puedan volver a proponer incrementos del déficit público y de la deuda
pública, porque sería perseverar en el error. Creo que debemos insistir
en que recuperar el empleo perdido es la mejor forma de recuperar ese
tiempo perdido; y es la única forma de dar por cerrada la crisis.


La política presupuestaria constituye una herramienta fundamental
de la política económica de cualquier país. Es clásico oír en los debates
presupuestarios que la política presupuestaria que propone el Gobierno a
las Cámaras no tiene nada que ver con la recuperación económica y la
creación de empleo. ¡No tiene que ver! Entonces será una propuesta por si
acaso, por si suena el violón —que no el violín—. Entonces,
¿para qué hacemos política? ¿Para qué hacemos realmente una propuesta de
gasto, una selección de gasto, que es en lo que consiste un presupuesto?
Y ¿para qué hacemos una propuesta de previsión de ingresos públicos, que
es lo que van a facilitar los ciudadanos a través del pago de los
impuestos, si no sirve para nada? Si todo es una cuestión de vientos de
cola, como dicen algunos, ¡qué suerte tiene España que cada vez que
gobierna el Partido Popular se crece y se crea empleo! Total, para la
política económica que se hace, la política presupuestaria no tiene mayor
sentido, según afirman algunas de sus señorías; en concreto, esta mañana
el líder de Podemos, que ha dicho que no sirve para nada todo esto de la
política presupuestaria. La verdad es que lo que no se entiende es para
qué quiere ser presidente de Gobierno. (Aplausos). Si la política
presupuestaria no tiene ningún sentido, no tiene ningún contenido, será
que no tiene nada que ver lo que hemos hecho con la recuperación
económica y la creación de empleo. Sin embargo, tiene que ver porque ya
saben ustedes aquello de las leyes compensatorias: todo lo que baja sube
y todo lo que sube baja. (Rumores). Una vez aclarado esto, no sé para qué
pagamos a un Gobierno ni para qué tenemos Cámaras de representación
popular. Ese es el concepto que algunos tienen de la política económica,
de la reforma económica y de las políticas presupuestarias.


Está claro que la política presupuestaria es una política
decisiva, en España y en todo el mundo, desarrollado y en vías de
desarrollo; es absolutamente decisiva. Y cuando un país crece, como crece
España, será porque se está acertando en su política presupuestaria. ¿O
no? El Gobierno ha previsto un crecimiento para este año del 2,7 %,
después del 3,2 % de los dos años anteriores, y el Banco de España nos ha
dicho esta mañana que podemos crecer al 3,1 %. ¿Por qué ocurre esto?
¿Ocurre por casualidad otra vez? ¿Cuestión de suerte? ¿No tiene nada que
ver con la política presupuestaria? ¿O se pretende que si existiera otra
política presupuestaria, en vez de crecer este año al 3,1 %, como dice el
Banco de España, estaríamos creciendo al 5 %? ¿En serio opinan que
estaríamos creciendo al 5 %? Bueno, es que realmente sería para patentar;
alguno tendría que patentar el derecho de intelectualidad porque no
tendrían encaje en un mundo como el actual.


Estamos a la cabeza del crecimiento económico en el mundo,
estamos a la cabeza de la creación de empleo en el mundo y la política
presupuestaria que estamos llevando a cabo tiene todo que ver con que en
España estemos creciendo y estemos creando empleo a este ritmo. Además,
todavía podemos decir que el crecimiento económico del 2,7 % que prevé el
Gobierno en este Proyecto de presupuestos es el más sano de la historia
de la economía española. ¿Por qué? Porque está apoyado en la demanda
interna; es decir, en la inversión de nuestras empresas y en el consumo
—fundamentalmente de las familias— y es compatible por
primera vez en nuestra historia con un superávit por cuenta corriente,
que viene a ser equiparable a una capacidad de financiación frente al
resto del mundo del 2 % del producto interior bruto. Es la primera vez en
la historia de la economía española en que se está produciendo un
crecimiento de esta intensidad, con un sector exterior que posiciona a
España con capacidad para hacer frente a su deuda en relación con el
resto del mundo; es decir, que España no necesita esos aumentos de
endeudamiento para crecer y está siendo capaz de demostrar que tiene un
superávit frente al resto del mundo. Insisto, señorías, es la primera vez
en la historia económica de España que esto ocurre, sin que haya mediado
una devaluación y sin que el superávit exterior sea fruto de un día.
Llevamos ya casi cinco años con ese superávit por cuenta corriente, y esa
es la garantía de que está cambiando nuestro modelo productivo hacia un
modelo claramente exportador, un modelo que hace compatible el
crecimiento de la demanda interna con una menor importación relativa,
puesto que la producción nacional, la producción de nuestras empresas,
está cubriendo la mayor demanda interna.


Decía hace unos minutos que para que este crecimiento tenga
futuro es fundamental reducir el nivel de deuda pública sobre nuestro
producto interior bruto y, para ello, tenemos que seguir reduciendo el
déficit público porque si seguimos registrando déficits públicos elevados
nos toparemos realmente con un límite a nuestro crecimiento
económico.


España, con este Proyecto de presupuestos, quedará al borde de la
salida del procedimiento de déficit excesivo dentro de la Unión Económica
y Monetaria europea, y eso es absolutamente fundamental para recuperar
toda la credibilidad y todo el crédito en nuestro país, de manera que los
siguientes Presupuestos Generales del Estado puedan programar un déficit
claramente inferior al 3 % de nuestro producto interior bruto y con ello
coadyuvar a la fortaleza y a la prolongación de nuestro crecimiento
económico y de nuestra creación de empleo. Se trata, y esa es la
propuesta de gasto que trae el Gobierno, no tanto de gastar más sino de
gastar mejor. Hay que entender que el gasto público en su globalidad
tiene que tener un límite, puesto que a lo que estamos asistiendo es a un
crecimiento económico cuya financiación depende precisamente de la
reducción del déficit público sin incrementar la carga de nuestros
impuestos, ya que ello llevaría a desacelerar la inversión y la creación
de empleo.


Señorías, estamos ya muy cerca de registrar un superávit primario
en nuestras administraciones públicas y se debe insistir en la
oportunidad que, para todos los niveles de la administración
—general del Estado, Seguridad Social, corporaciones locales y
comunidades autónomas— representa que podamos colaborar entre todos
activamente a que se registre ese superávit primario; es decir, superávit
sin carga de intereses.


Señorías, el presupuesto que traemos a la Cámara es un
presupuesto eminentemente de gasto social; mantiene un nivel de gasto
dirigido a las personas y salvaguarda el gasto social, al tiempo que
reduce el déficit. Ese es el binomio que está haciendo de estos
presupuestos un instrumento eficaz en términos de promover el crecimiento
económico y, sobre todo, la cohesión social.


En los primeros años de la X Legislatura, la misión más
complicada —porque estábamos en caída de actividad económica, en
recesión y con los mercados presionando para que demostráramos nuestra
voluntad de reducir el gasto público— era preservar el Estado de
bienestar. Hay que recordar que el gasto público español se descontroló
entre los años 2009 y 2011, tres años consecutivos por encima de
los 490 000 millones de euros. En dos años el gasto creció
en 70 000 millones de euros, mientras que los ingresos cayeron en
otros 70 000 millones de euros; de ahí la gravedad del déficit público
que se registró en el año 2009. Esa falta de rigor presupuestario, ese
acusadísimo desajuste de nuestras cuentas públicas fue una de las causas
que agravó la crisis económica y llevó a esa destrucción de 3,5 millones
de puestos de trabajo.


A partir del año 2012 teníamos que evitar superar el total del
gasto, ese umbral de los 500 000 millones de euros. La crisis financiera
nos obligó a dedicar más de 39 000 millones a evitar que el sistema
financiero arrastrara la poca confianza que el mundo tenía en la economía
española. A partir de ese año, el gasto público bajó primero en más
de 30 000 millones de euros desde aquella cifra récord y luego se ha
mantenido controlado e incluso ha subido ligeramente desde el año 2015,
gracias a los efectos de la recuperación económica. ¿Y el gasto social?
¿Qué ha pasado con el gasto social durante todos estos años? ¿Ha bajado
al mismo nivel que el gasto público en su conjunto? De ninguna manera, ha
subido en la medida de nuestras posibilidades, y de acuerdo con las
necesidades sociales. Para hacerlo, lo hemos compensado, sin duda alguna,
frenando el gasto de nuestras administraciones públicas o con menores
inversiones públicas, que también hay que decirlo y reconocerlo. Por eso,
aún no podemos incrementar tanto ni ese gasto general de funcionamiento
de las administraciones públicas ni la inversión pública, porque tenemos
que atender como prioridad al gasto social.


La recuperación económica se ha producido por la reducción del
déficit público, pero tengo que insistir en que eso no ha significado que
reduzcamos el gasto social en España. Estos presupuestos programan el
gasto social más alto de la historia presupuestaria de España; el más
alto. Señorías, incluso tomando como punto de partida el cierre de 2016,
hemos empleado en gasto social 300 372 millones de euros y, por tanto, a
partir de ahí figura el incremento de gasto que pregonan estos
presupuestos del Estado. Como decía, esos 300 000 millones de euros se
comparan positivamente con los 296 000 millones de euros de gasto social
que se ejecutó en el año 2011, antes de los Gobiernos del Partido
Popular. Por tanto, no ha habido reducción en términos absolutos y no lo
comparen en términos de PIB porque, si lo hacen, no sé qué tipo de
mensaje político es el que quieren trasladar. Lo importante no es lo que
se gasta en términos de PIB sino lo que se materializa detrás de esas
pensiones, de esa prestación social, de esa educación pública, de esa
sanidad y del pago del desempleo. Eso es lo que realmente cuenta, ese
volumen de gasto, y es lo que vuelve a crecer en estos presupuestos,
programando directamente un gasto de pensiones superior al 3 %; lo hace
también, como consecuencia del sistema de financiación autonómica
actualmente vigente, facilitando mayores recursos, 5300 millones de euros
para las comunidades autónomas, que se destinarán fundamentalmente a
financiar sanidad, educación y prestaciones sociales; y, en suma, lo hace
también, obviamente, programando una más eficaz lucha contra la
desigualdad, contra la pobreza y contra gravísimos problemas, como los
que tiene la sociedad española en materia de violencia de género.


Ese gasto social también es compatible con el aumento de las
inversiones. Es cierto que el Gobierno en funciones, que desempeñó su
papel prácticamente durante todo el año 2016, frenó la ejecución de la
inversión pública, además también de la renuncia deliberada a ejecutar
esa inversión pública para poder reducir el déficit público en el
año 2016. Por tanto, eso hace que, dentro de las limitaciones
presupuestarias, haya un incremento en la inversión, en concreto en los
recursos del grupo Fomento, que se incrementan un 24,2 % con respecto a
lo ejecutado en 2016, hasta alcanzar los 17 104 millones de euros. Y,
todo ello, atendiendo a las prioridades del programa de desarrollo de
nuestras infraestructuras viarias, del ferrocarril, con grandes
prioridades en los corredores —también el corredor
mediterráneo—, la consecuente mejora de puertos, de aeropuertos y,
en definitiva, de las grandes infraestructuras en el ámbito digital que
necesita España.


En relación con las comunidades autónomas, la programación
de 5400 millones de euros más es la que se deriva del sistema de
financiación actual. A partir de la aprobación de estos presupuestos, las
comunidades autónomas y las corporaciones locales tendrán su
correspondiente financiación, y también será más accesible la consecución
de los objetivos de déficit de nuestras administraciones territoriales.
Debo recordar aquí en concreto, respecto de las comunidades autónomas,
que el volumen de recursos que recogen estos presupuestos, 99 822
millones de euros, representa la segunda cifra mayor de nuestra historia,
después de los 104 000 millones de euros que recibieron en el año 2009 y
que causaron el formidable déficit público que se produjo en ese año,
cuando un Gobierno decidió implantar una financiación autonómica
allegando recursos que no tenía y provocando un déficit público del 11 %.
Aquello resultó una auténtica trampa para las finanzas de las comunidades
autónomas. Ahora estamos en la vía de la solución, también para ellas,
promoviendo el equilibrio presupuestario y con una colaboración decidida
de los instrumentos de financiación extraordinaria de liquidez que hemos
ido facilitando estos años y que tanto están abaratando el coste de
financiación. Esto supone, en definitiva, la reestructuración de la deuda
bancaria de estas comunidades autónomas y el abaratamiento de su coste de
financiación.


Por lo que se refiere a los funcionarios, este presupuesto
desarrolla el acuerdo con los sindicatos, con las centrales sindicales
más representativas de la función pública, programando una oferta pública
de empleo que suponga reducir la interinidad en el empleo público, aparte
de programar un incremento salarial del 1 %, que también esperamos
incrementar, mejorar, a través de la negociación colectiva dentro de las
administraciones públicas, para el siguiente Proyecto de Presupuestos
Generales del Estado.


Señorías, señor presidente, voy concluyendo. España necesita
estos presupuestos. Por eso los hemos elaborado pero, sobre todo, los
hemos negociado y enmendado, y por esta razón, con seguridad, van a salir
adelante, con la confianza y el apoyo, también, del Grupo Popular, que es
el mayoritario en esta Cámara. Era importante que España tuviera estos
presupuestos al inicio de la legislatura, y lo estamos consiguiendo,
contra muchos pronósticos y también —lo voy a decir
claramente— contra muchos malos deseos. España va a tener
presupuestos al inicio de esta legislatura porque estamos a favor de una
política institucional y sensata, frente al ruido de la política agresiva
y temeraria. España va a tener unos presupuestos al inicio de esta
legislatura porque apostamos por políticas contrastadas que traen
estabilidad, crecimiento y empleo, frente a políticas trasnochadas que
tratan de poner al país a caminar sobre el alambre. España va a tener
presupuestos al inicio de esta legislatura porque hay una mayoría que
piensa en su país; una mayoría que trabaja, que dialoga, que negocia y
que pacta, pensando en todos: en los vascos, en los canarios, en los
asturianos, en los navarros, en los valencianos, en los gallegos, en los
andaluces, en los riojanos, en los catalanes, en los extremeños, en los
castellano-leoneses, en los murcianos, en los cántabros, en los
melillenses, en los ceutís, en los aragoneses, en los
castellano-manchegos y en los baleares; pensando en todos los españoles,
porque estos presupuestos están hechos pensando en todos y son para
todos, para todos y cada uno de ellos, a favor de todas las comunidades
autónomas, con independencia de que sea más fácil no votarlos, porque
dado que los van a recibir igual, tienen esa ventaja. Sin embargo, eso no
significa corresponsabilizarse con las inversiones y con la financiación
que se derivan de estos presupuestos.


Como les decía, estos presupuestos están pensados absolutamente
para todos. Cuando hace menos de un año, los ciudadanos votaron, tras una
legislatura fallida, no lo hicieron para que cada uno se oyera a sí mismo
y se olvidara de escuchar a los demás; tampoco votaron para que nos
limitáramos a rechazar cualquier iniciativa que trate de mejorar las
cosas ni para destruir las que están funcionando. ¿O alguien vino aquí
con alguno de esos propósitos? Nos votaron para construir; para hacer
cosas como las que hoy estamos haciendo: para sacar adelante leyes que
nos hagan avanzar; para dialogar y acordar la manera de que la sanidad
funcione; para que la educación prepare mejor a los jóvenes y a los niños
para el futuro; para que la economía distribuya empleo y bienestar. Para
todo eso, vamos a aprobar estos presupuestos, los primeros de la
legislatura; los primeros, señorías. Y en la segunda semana de julio
tendré el honor de traer el conocido como techo de gasto, los objetivos
de déficit, el límite de gasto del Estado, como propuesta a esta
Cámara.


Ya dije en el debate en el Congreso de los Diputados que estos no
son unos presupuestos de transición, que son los primeros de una
legislatura, que van a servir para seis meses y, por tanto, tratan de
enlazar con los Presupuestos Generales del Estado para el año 2018. Así
pues, estos presupuestos no son el final de nada sino el principio de
muchas cosas, principalmente, el principio de una manera de hacer
política basada en la estabilidad y el acuerdo; una política ajena a las
estrategias tóxicas que enfangan, bloquean y paralizan la acción de
Gobierno, porque solo desde esa nueva política podremos desterrar
definitivamente la crisis de la existencia de los españoles y tratar de
mejorar su bienestar y su calidad de vida, que es para lo que estamos
aquí, tanto los que tenemos responsabilidades de Gobierno en el ámbito
nacional, autonómico o local como los que ejercen labor de
oposición.


El Gobierno, desde luego, asume su responsabilidad, como lo ha
hecho desde el primer día, e invita a los demás a hacer lo mismo.
Agradezco, una vez más, la voluntad de los partidos que han aceptado este
desafío, y hoy son corresponsables con nosotros de este primer
presupuesto de la legislatura. Con ello, se están convirtiendo en
corresponsables de la recuperación económica en el conjunto del país y en
sus territorios, y se están haciendo corresponsables del bienestar de sus
ciudadanos; para conseguirlo, vamos a seguir negociando y acordando. Sé
que hay voluntad de hacerlo porque esta intención es la que nos ha
animado a todos a superar nuestras discrepancias y a poner el énfasis en
nuestras coincidencias. Así pues, cerremos pronto este capítulo porque
aún tenemos otros por escribir, y son muchas las personas que dependen de
nuestra voluntad de trabajar unidos para tener una vida mejor tras esta
larga crisis.


Muchas gracias, señor presidente. (Fuertes y prolongados
aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Señorías, iniciamos el debate de las propuestas de veto al
proyecto de ley.


En primer lugar, la propuesta de veto número 21, del Grupo
Parlamentario Socialista. Para su defensa, tiene la palabra la senadora
Pérez Castilleja.


La señora PÉREZ CASTILLEJA: Gracias, presidente. Buenas tardes,
señor ministro.


Señor ministro, cuando la semana pasada salió la sentencia del
Tribunal Constitucional que anulaba la vergonzosa amnistía fiscal que
usted realizó y que su Gobierno aprobó, pensé, sinceramente, que en este
Pleno estaría otro ministro. (Aplausos).


Hoy debatimos la ley más importante para España y los españoles,
la que va regir nuestra política económica y social. Ya nos tiene usted
acostumbrados a sus discursos extensos y en tono eufórico, como el que ha
hecho hoy. Se ha pasado usted cinco años hablando con triunfalismo del
crecimiento económico. Hoy también lo ha hecho y, además, ha vuelto a
hacer referencia a la herencia; pero, después de cinco años, la herencia
es suya, señor ministro. El bienestar de una sociedad solamente mejora
cuando se armonizan el crecimiento económico y el reparto justo de ese
crecimiento. Sin embargo, sus políticas y sus presupuestos no contribuyen
a ese reparto de la riqueza, no contribuyen a incrementar la cohesión
social ni contribuyen a mejorar la productividad de la economía española.
Y en eso se basa este discurso, en explicar por qué el Grupo Socialista
va a votar en contra de estos presupuestos.


Usted ha intentado hacer magia con un discurso continuista en el
que no hemos escuchado ni una sola palabra de autocrítica, señor
ministro. ¡Todo es perfecto! ¡Qué bien lo hemos hecho! ¡Qué buenos somos!
¡Hemos hecho un milagro! Yo no sé si el milagro es de usted o es de la
Virgen del Rocío, a la que su compañera Fátima Báñez se encomendó para
sacarnos de la crisis. (Aplausos). He escuchado también, durante estos
días de comparecencias, a muchos miembros de su Gobierno y a los
senadores del Partido Popular repetir una y otra vez un relato del
pasado, un relato sesgado al cual recurren continuamente, sobre la
herencia —parece que lo tienen muy bien coordinado—, y vuelvo
a pensar que, en realidad, lo que quieren es justificar la elección que
han hecho para salir de la crisis a costa de los que más sacrificios han
realizado durante estos años. Señor ministro, a sus palabras me remito:
Estos presupuestos no son ni el séptimo cielo ni las siete plagas. Lo
dijo usted en el Congreso de los Diputados. No, señor Montoro; yo más
bien diría que estos presupuestos son fiel reflejo de las políticas de
derecha que benefician a los que más tienen y perjudican a los más
débiles. En definitiva, son el reflejo de su ideología. No le gusta a
usted que se lo digamos, pero en eso se basan sus presupuestos.


En estos presupuestos volvemos a lo mismo. Llevamos tres años de
crecimiento. Ustedes se encargan continuamente de recordarlo a bombo y
platillo. Efectivamente, han sido tres años consecutivos de crecimiento,
y nosotros lo reconocemos y nos alegramos, pero sus políticas, señor
ministro, siguen siendo las mismas. Estos presupuestos siguen siendo de
crisis y de austeridad. Nuestra economía es una de las que más
dificultades tienen para que las bondades de los datos macroeconómicos a
los que usted ha hecho referencia lleguen a la mayoría de los españoles.
Recorra usted las calles y las plazas y hable con la gente; enseguida se
dará cuenta de las dificultades del día a día y de cómo sobreviven muchos
españoles. Estas bondades a las que usted hace alusión continuamente no
benefician a los parados de larga duración ni a los jóvenes, muchos de
ellos parados con alta preparación que ven cómo su sacrificio no ha dado
los frutos esperados; tampoco benefician a los que encuentran algún
trabajo precario ni a la pobreza infantil.






No son datos caprichosos,
señor ministro. El informe de la OCDE deja claro que en España la crisis
ha dejado huellas que deterioran el bienestar con niveles muy altos de
desempleo, de pobreza y de desigualdad, con falta de empleo de calidad y
con un alto número de trabajadores temporales y a tiempo parcial que
pasan grandes periodos de desempleo, lo que les impide tener unos
ingresos adecuados para cubrir sus necesidades. Esta es la realidad,
aunque usted no la quiera reconocer.


Y es sorprendente cuando menos que usted venga hablando de las
bondades de ese presupuesto, de lo bien que le va a nuestra economía, de
cómo sorprendemos a Europa cuando pese a estos datos, y después de tres
años de crecimiento, sigue aumentando la desigualdad entre los españoles.
Y lo más preocupante es que en estos presupuestos no existan medidas
eficaces para combatir esas desigualdades. Algo estarán haciendo ustedes
mal. Deben reconocerlo y revisarlo.


Usted repite una y otra vez que estos presupuestos son para las
personas, ¿pero de verdad ha pensado usted en esas personas? ¿Se ha
puesto usted en la piel de los más de 340 000 dependientes que no van a
ser atendidos? ¿Ha pensado usted cuántos morirán sin ser atendidos? ¿Se
ha puesto usted en la piel de sus cuidadoras, que no podrán cotizar a la
Seguridad Social? ¿O en la de los jóvenes que se han tenido que ir a
otros países en busca de un proyecto vital, porque su país no es capaz de
dárselo? ¿O en la de los 600 000 jóvenes desempleados? ¿O en la de los
miles de parados de larga duración, que no tienen prestaciones? ¿O en la
de los pensionistas y en la de los empleados públicos, que ven cómo van
perdiendo poder adquisitivo? ¿O en la de las víctimas de la violencia de
género? Desde luego, yo creo que no.


Aunque creo que sí se puso en la piel de otros antes de
regalarles los beneficios de esa vergonzosa amnistía fiscal para lavar el
dinero negro a bajo precio; esa de la que tantos corruptos y delincuentes
se han beneficiado; esa de la que, por cierto, hemos ido sabiendo que
algunos de los beneficiados son afiliados al Partido Popular.
(Aplausos.— Rumores). Una amnistía que tantas veces ha denunciado
mi partido, al que el Tribunal Constitucional le ha dado finalmente la
razón, señor ministro. Se les recordará por esta amnistía, y usted tendrá
que dar explicaciones.


Pero hablemos de presupuestos. Nos presenta usted unos
presupuestos que parten con una previsión de ingresos que, según los
datos de los analistas económicos, siguen estando sobrevalorados. El
presidente de la Airef y el gobernador del Banco de España han alertado
de este riesgo. Las proyecciones de ingresos no van a tener crecimiento
por encima del PIB, como había ocurrido en otras etapas de crecimiento,
sobre todo las cotizaciones de la Seguridad Social, porque a pesar del
crecimiento del empleo el efecto de la masa salarial no va a permitir
crecimientos por encima del crecimiento nominal de la economía. Esto
supuso en 2016 un déficit de la Seguridad Social de casi 18 000 millones
de euros y las previsiones para este año no pintan mejor.


Señorías, estos presupuestos no corrigen este desequilibrio. Si
no se le da una solución viable terminará aniquilando el Fondo de
reserva, del que ya hemos utilizado 67 000 millones de euros —por
cierto, eso sí que fue una herencia—, pero, además, seguirán
recargando el déficit de la Seguridad Social. En 2016 se calcularon
también 28 000 millones más de lo realmente ingresado, y los analistas
calculan que en estos presupuestos el desfase podría superar los 8000
millones, por lo que mal empezamos. Es una razón más para pensar que
nuevamente los ciudadanos sufrirán los recortes en prestaciones y en
servicios ante la posibilidad de un nuevo cierre presupuestario.


Ha dicho usted también que estos son los presupuestos de mayor
gasto social cuando los casi 9 millones de pensionistas a quienes han
prometido un incremento del 0,25 % de sus pensiones perderán en pocos
años alrededor del 10 % del poder adquisitivo, según la Airef, teniendo
en cuenta que la previsión del aumento de los precios está en torno
al 2 %. Sí, aumenta ligeramente la partida en estos presupuestos, pero no
dice usted que aumenta también el número pensionistas, con lo cual
también el gasto en pensiones. Y lo mismo ocurrirá con los empleados
públicos, que seguirán perdiendo poder adquisitivo. Aquellos que han
realizado un mayor esfuerzo durante la crisis no verán reflejada esta
recuperación tan anunciada, y para mi grupo ese es también un motivo para
no apoyar estos presupuestos.


Y en políticas sociales más de lo mismo. En igualdad entre
hombres y mujeres y violencia de género vuelven a suspender. La
progresiva eliminación de programas en materia de igualdad es prueba de
ello con un 36,6 % menos que en 2011. En relación con la violencia de
género, un 8,7 % menos que en el 2011. ¿A qué esperan para tomarse en
serio la violencia machista, señor ministro, esa lacra social por la que
muchas mujeres son asesinadas? En lo que va de año 31 mujeres y 7 niños.
¿Dónde están sus compromisos con el pacto de Estado, señor ministro? El
compromiso no es una palabra, el compromiso significa actos y si no hay
un compromiso serio y presupuestario no podremos luchar con eficacia, y
eso nuestro grupo no lo va a consentir.


Se dieron cuenta de que habían metido la pata y se ha mejorado en
el Congreso con una enmienda transaccional del Grupo Socialista, pero
esto no es suficiente, señorías, es una gota de agua en un mar inmenso.
Convendría que fueran un poco más sensibles con este tema. Espero que se
corrija de nuevo en esta Cámara.


Igual ocurre con la sanidad donde persiste el deterioro de los
grandes recortes de los años anteriores donde alguna partida tiene una
raquítica subida, que también es totalmente insuficiente y, además, será
imposible que el Ministerio de Sanidad pueda cumplir los objetivos, sobre
todo en relación con la cohesión. Igual ocurre con la educación, con la
cultura y demás.


Usted vende también que estos presupuestos son los del mayor
gasto social de la historia, pero se le olvida decir que, según los datos
del propio Gobierno, España invirtió en 2016 el 16,9 % de su PIB en
protección social, y en 2020, según la previsión incluida en el Programa
de estabilidad remitido a Bruselas, se gastará solo el 15,9 % del PIB. Lo
mismo ocurre con sanidad donde en 2016 fue el 6,1 % y en el 2020 será
del 5,6 %, igual que con la educación. Son los datos que usted ha enviado
a Bruselas, que dicen que el gasto social se comprimirá.


Usted, con el gasto social nos quiere vender una moto de gran
cilindrada y al final se queda en una modesta Vespino porque el gasto
social crecerá en términos nominales un 2 % respecto del 2016, pero la
inflación lo hará en torno a un 2 % y un 5 % del PIB nominal, por lo que,
el gasto social, señor ministro, perderá poder de compra y peso en el
PIB, es decir, el gasto social que representaba un 28,6 % del PIB en 2014
se comprimirá al 26,9 % en 2017, y sus intenciones, según este mismo
programa, es que en 2020 sea del 25,5 %. Por lo tanto, de qué nos está
usted hablando, señor Montoro. Se lo digo yo, nos habla de que el ajuste
que usted piensa realizar hasta el año 2020 se producirá de nuevo por el
gasto social, y en ese lado, desde luego, a mi grupo no lo encontrará. Ya
se lo dijo nuestro portavoz en el Congreso y se lo volvemos a decir
también en el Senado. Nos tendrá enfrente en este estrago social.


Señor ministro, está perdiendo usted la oportunidad de seguir
mejorando la vida de los españoles. No lo han corregido en el Congreso de
los Diputados, a excepción de alguna enmienda, con algo más de
arbitrariedad, presentada por los grupos de la oposición, entre ellas las
más de 1800 enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Socialista.
Yo, me atrevo a pedirle desde aquí que recapacite, señor Montoro,
corríjalo en el Senado, donde volvemos a incluir las enmiendas necesarias
para mejorar estos presupuestos. Ahora dispone de esa oportunidad,
demuestre su interés por mejorar la vida de los españoles sin
arbitrariedad.


Señorías, estos presupuestos no generan ilusión y tampoco
confianza. Usted dice lo contrario. Responden a una política económica
que no compartimos con un modelo económico frágil y que, además, genera
desigualdades. Repito, ¿Cómo es posible, señor ministro, que después de
trece trimestres consecutivos de crecimiento y de aumento del empleo no
haya mejorado la vida de las personas? Está claro por qué, porque el
aumento de la riqueza les aporta beneficios a algunos privilegiados y al
resto solo le llega algún contrato precario y con bajo sueldo.


Hablando de empleo, somos conscientes de la creación de empleo y
nosotros nos congratulamos de ello, pero ¿qué clase de empleo se está
creando? ¿Puede usted hablar de bondades del empleo cuando los salarios
son una miseria, cuando los horarios son abusivos, cuando crecen los
contratos a tiempo parcial ,cuando el empleo que se crea es totalmente
precario? Y todo gracias a su reforma laboral. ¿Cree usted que una
familia con tres miembros puede vivir con una nómina de algo más de 500
euros y 8 horas de trabajo después de más de dos años de paro?


Un ejemplo claro lo tenemos en el empleo de las camareras de
piso, que mi grupo ha denunciado en numerosas ocasiones. ¿Sabe usted cómo
manifiestan sentirse las camareras de piso? Las escuché el otro día en un
reportaje: esclavizadas. Duele oír decir eso, señor Montoro. ¿Ese es el
modelo de país que usted quiere? ¿Esa es la dignidad que usted quiere
para los trabajadores? Con nosotros, desde luego, no va a contar, señor
ministro.


Su reforma laboral nos deja trabajadores explotados y mal
remunerados, que han visto cómo durante la crisis sus salarios han
disminuido un 17 %. Vuelva a ponerse las gafas de la sensibilidad, señor
Montoro, y cambie su reforma laboral, una reforma laboral injusta
socialmente e ineficiente económicamente, que tanto daño está haciendo a
nuestros trabajadores, de tal forma que tener hoy un empleo no es
garantía de vivir dignamente. Por eso tenemos que derogar esa reforma y
mi grupo desde luego no va a parar en su empeño.


El crecimiento tampoco llega a los desempleados de larga
duración, que serán también los perjudicados en este presupuesto. La
protección por desempleo se ha reducido un 6,6 % y desde el año 2011 la
reducción ha sido del 40 %. Dice usted que esta reducción se debe a la
creación de empleo, porque hay menos desempleados. Pero, ya se lo hemos
dicho, mientras que las prestaciones por desempleo se han reducido desde
los últimos gobiernos socialistas un 40 %, los desempleados han bajado
un 20 %. ¿Dónde está el otro 20 %? Se lo digo yo, están malviviendo.


¿Qué pasa con nuestros jóvenes talentos? Que se han visto
forzados a la emigración forzada, esa que a la ministra Báñez le gusta
llamar movilidad exterior, que parece que suena mejor. ¿Qué medidas
contienen estos programas para recuperarlo, señor Montoro? Ninguna. En
definitiva, el Gobierno sigue apostando por incrementar la competitividad
por la vía de la devaluación salarial, la baja productividad por ocupado,
el empleo precario y esto va a seguir afectando a la desigualdad. Lo que
es peor, se corre el riesgo de que los costes sociales de la crisis se
mantengan durante más tiempo. Además, el crecimiento económico tiene
también otros desajustes como la deuda pública, casi del 100 % del PIB;
la aniquilación del Fondo de reserva de la Seguridad Social —de la
que ya he hablado anteriormente— y el déficit público mayor de la
Unión Europea, que no se nos olvide que, por cierto, también está en
cuestión. El presidente de la Airef advirtió de que el riesgo de
incumplimiento se incrementaba, sobre todo por el alto coste del rescate
de las autopistas de pago con 2000 millones de euros como el Gobierno
reconoce en su Programa de estabilidad. Un ejemplo de la ineficacia de
sus políticas es este, señor ministro, rescata autopistas; vamos a
ponernos de acuerdo, rescatemos personas. Podemos estar de acuerdo en
reducir el déficit, por supuesto, pero desde luego no a costa de las
personas.


Otro motivo por el que rechazamos estos presupuestos es que sus
políticas económicas no apuestan por la modernización de la economía.
Este presupuesto no apuesta por un nuevo modelo productivo, no hay nada
para un nuevo modelo de desarrollo sostenible, se consolida el modelo de
salarios bajos y empleo precario y se olvida la inversión en I+D+i, que
no llega ni a la mitad de lo que se invirtió en 2011.


Más preocupante es que la ejecución de 2016 fue del 38 % de lo
presupuestado. Señor ministro, sube ligeramente, pero es insuficiente,
esperemos que además se ejecute lo presupuestado si queremos un sistema
económico que genere empleo digno y de calidad. Esto es de vital
importancia. ¿Dónde está la apuesta por la productividad? Si repasamos
los sectores que pueden generar productividad, el panorama es desolador.
Desde luego, en estos presupuestos el Gobierno y el señor Rajoy muestran
el desinterés por las políticas agrícolas y ganaderas, con una caída
del 8,1 % con respecto a 2016. Tampoco se apuesta decididamente por las
políticas industriales. En términos generales el presupuesto se ha
reducido en 118 millones de euros con respecto al año 2016. Pero si lo
comparamos con el último presupuesto del Gobierno socialista, se reduce
en 723 millones de euros, y si lo hacemos con 2012, uno de los peores
años de la crisis económica, se reduce en 245 millones de euros. El
recorte supone un 34,4 %. Con estas cantidades tampoco podrá cumplir sus
objetivos el Ministerio de Industria, igual ocurre con la promoción
comercial.


En cuanto a la inversión, de la que usted también ha hablado y de
la que se siente satisfecho, cae de manera espectacular: un 48 % menos
que en 2011. Los grandes anuncios del Gobierno para la culminación de
infraestructuras pendientes se quedan en papel mojado y, lo que es peor,
se pone en riesgo el mantenimiento de las existentes, ya que sufren un
gran deterioro y perjudican a la productividad. La inversión pública
territorializada ha bajado una media de un 20 %. Una vez más, se castiga
a las comunidades autónomas porque 16 de las 17 comunidades autónomas
tienen menos inversión. En mi tierra, señor Montoro, Andalucía, cae con
una cifra espectacular de un 36,6 %. Y lo grave es que este desinterés
tendrá efectos en el empleo. ¿De verdad cree usted que no le afectará?
Nosotros pensamos que sí.


En definitiva, señoría, estos presupuestos vuelven a confiar en
la recuperación basada en los factores externos. Hay que recordar y tener
en cuenta que los factores externos que han influido en la economía
mundial seguirán favoreciéndonos y lo harán, usted lo sabe, a costa de
los trabajadores, con reducción de los salarios y condiciones laborales.
Pero, señor ministro, los analistas internacionales también advierten de
que estos vientos de cola, que no le gusta que se lo digamos, pero es
así, irán desapareciendo y la política económica de España debería estar
preparada para ello y dar respuesta a esta situación. Desde luego, no
vemos que este proceso se haya iniciado en estos presupuestos. Esta es la
realidad de sus presupuestos, señor ministro.


Usted decía en el Congreso de los Diputados que no era para
tanto. Decía: ¿acaso no están funcionando las instituciones? ¿Acaso no
están cobrando los pensionistas y los empleados públicos? ¡Faltaría más!
Pero ¡de qué manera! Vamos a mejorar esa circunstancia. No sé si se
refería a eso cuando hablaba de borrachera de gasto público: a mantener
empequeñecido el estado de bienestar. El Partido Socialista apuesta por
una economía que corrija las desigualdades, que reparta equitativamente
el crecimiento, que recupere el estado de bienestar y que modernice
nuestra economía. Ahí nos encontrará, señor Montoro.


Usted viene dando lecciones de las maravillas de sus
presupuestos, de sus bondades, de lo bien que nos ven en Europa, pero la
realidad es más dura de la que describe. Hay una minoría que se ha
beneficiado de la crisis y una mayoría, como he dicho antes, que es
castigada. Sus políticas fiscales han contribuido a ello, unas políticas
de corte regresivo y totalmente injustas que suben los impuestos a la
clase media y a los trabajadores y se los baja a las rentas más altas y
grandes empresas, a la vez que recortan el gasto social. Ya es hora de
que las políticas fiscales sirvan para cohesionar nuestra sociedad.


Por lo tanto —termino ya, señor Montoro—, nos
presenta unos presupuestos que, desde nuestro punto de vista, no son
creíbles, con números pobres, con letra insolidaria y con déficit social,
que maltratan a la mayoría de las comunidades autónomas y que minimizan
el estado de bienestar. Estos presupuestos y sus políticas
presupuestarias siguen beneficiando a los que más tienen y menos
necesitan, son injustos y seguirán generando desigualdad y precariedad.
Asimismo, dificultan la cohesión social, contienen previsiones de
ingresos irreales y no apuestan por la modernización de la economía.
Responden al objetivo político de la derecha de recortar, de reducir cada
vez más el estado social. Es su modelo económico y su modelo social, que
se basan en una austeridad mal entendida, la devaluación de los salarios
y la precarización del empleo, como he dicho anteriormente, como están
demostrando sus reformas laboral y fiscal.


Señor Montoro, esto es suficiente para votar en contra de estos
presupuestos. Estamos en el trámite parlamentario en el Senado y
esperamos que durante estos días que quedan de debate de enmiendas
podamos mejorar estos presupuestos.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Pérez
Castilleja.


Para la defensa de la propuesta de veto número 59, del Grupo
Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, tiene la palabra el
senador Espinar. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.


El señor ESPINAR MERINO: Gracias, presidente. Buenas tardes,
señorías. Buenas tardes, ministro.


Antes de entrar en materia, me van a permitir que les diga que no
se debe celebrar una sesión de debate de los Presupuestos Generales del
Estado en el Senado mientras se está discutiendo una moción de censura en
el Congreso de los Diputados. (Rumores.—Aplausos). No está bien,
señores del Partido Popular. Y no está bien por varias razones: la
primera razón por la que no está bien es porque se invisibiliza el
trabajo que se hace en esta Cámara. (Rumores). Y esta es una Cámara que
ya está suficientemente denostada como para que ustedes hagan trucos de
filibusterismo parlamentario para evitar que el debate de presupuestos
tenga atención mediática.


La segunda razón tiene que ver con una práctica por la que
precisamente presentamos la moción de censura: la patrimonialización de
las instituciones que hacen ustedes; como si fueran suyas, señorías del
Partido Popular. Las instituciones son de los ciudadanos, no del partido
en el Gobierno, por mucha mayoría absoluta que tengan ustedes aquí, en el
Senado, con el 30 % de los votos.


No tiene ningún sentido que ustedes impongan hoy a toque de
corneta un debate parlamentario en el Senado, que es probablemente el más
importante que tenemos en esta Cámara en todo el año, mientras en el
Congreso de los Diputados, Cámara de la que, por cierto, el señor
ministro es miembro, se está discutiendo una moción de censura al
Gobierno. ¿Se imaginan que, al terminar este debate sobre los
Presupuestos Generales del Estado, el señor Montoro no fuera ya ministro?
¿Se imaginan el ridículo? (Rumores.— Aplausos). Por eso no debemos
estar debatiendo ahora aquí los presupuestos: porque se está poniendo en
cuestión al Gobierno de España.


Y, hablando de presupuestos, se está poniendo en cuestión hoy a
un Gobierno débil que presenta unos malos presupuestos con apoyos
parlamentarios endebles. No se engañen, señorías: el Partido Popular
tiene mayoría absoluta en el Senado con el 30 % de los votos, pero en el
Congreso de los Diputados les ha costado a ustedes Dios y ayuda sacar
adelante estos presupuestos.


Otra aclaración antes de entrar en materia. Señor Montoro, le
decía a mi grupo parlamentario al principio que tenemos un alarmante
déficit de propuestas. Es así, ¿verdad que me lo ha dicho? Hemos
presentado más de 2000 enmiendas a sus Presupuestos Generales del Estado
—más que ningún otro grupo— en el Congreso de los Diputados y
en el Senado. Un poco de respeto a las propuestas y al trabajo
parlamentario de mi grupo, señoría. (Aplausos).


El debate fundamental que vamos a tener en esta Cámara lo
tuvimos, señor ministro, usted y yo, la última vez que vino a presentar
unos presupuestos a esta Cámara. Fue un debate que se estableció,
fundamentalmente, entre un modelo de economía dependiente, que es el que
ustedes proponen para este país, y un modelo de economía productiva que
genere valor añadido e I+D+i. Recuerdo que en aquella intervención le
dije al señor Montoro que no era tarde para cambiar, que no siguiera
tropezando en la misma piedra; parece que no he tenido suerte. El señor
Montoro no me ha hecho caso y viene a esta Cámara a presentar los
Presupuestos Generales del Estado con tres mantras: el primero, que son
los presupuestos con más gasto social de la historia; el segundo, que son
los presupuestos de la creación de empleo; y el tercero tiene que ver con
la recuperación económica en nuestro país. Señor Montoro, solo falta que
diga usted «España va bien» y que suene la música de aquellos
maravillosos años, para volver a 1996, cuando su cartera la ocupaba el
señor Rato, y nos robaba la cartera a todos los españoles.


Señor Montoro, salir de la crisis no es que el producto interior
bruto crezca, y esto se lo voy a explicar ahora por extenso en este
turno, casi interminable, de defensa del veto que nos dan a los
portavoces de los grupos. Señor Montoro, el producto interior bruto está
creciendo fundamentalmente por dos variables: una que tiene que ver con
el precio del petróleo y otra que tiene que ver con la bajada de tipos de
interés del Banco Central Europeo. Sobre ninguna de esas dos cosas tiene
usted jurisdicción ni hace usted presupuestos ni gobierna usted. Esos son
dos elementos que tienen que ver con lo que esta mañana mi secretario
general, con buen criterio, le decía a usted que es el viento de
cola.


¿Qué tiene usted que hacer cuando hace presupuestos generales del
Estado y sobre qué sí tiene jurisdicción? La tiene sobre tres cosas, que
es la forma en la que estructuramos la otra vez la discusión, y le voy a
proponer que la estructuremos esta vez también: usted tiene que hacer un
diagnóstico de la situación del país, usted tiene que presentar unos
ingresos del Estado y usted tiene que presentar unos gastos del
Estado.


En los ingresos y en los gastos del Estado es donde usted tiene
responsabilidad, y ahí, señor Montoro, el balance de sus presupuestos es
muy negativo; se lo digo con mucha cordialidad, porque parece que hoy
están los ánimos encendidos, pero con mucha claridad. El producto
interior bruto en España crece, mientras aumenta la desigualdad, crece la
precariedad y crece la pobreza. Y eso sí es responsabilidad de su
Gobierno, señor Montoro.


En el capítulo de ingresos ustedes nos vienen dando lecciones
desde hace mucho tiempo de cómo reducir la deuda. Los dos objetivos
fundamentales que ustedes han establecido en los últimos años para los
Presupuestos Generales del Estado tienen que ver con la reducción de la
deuda y del déficit. Y cuando uno va a los datos, se lleva una sorpresa
con usted, señor Montoro, porque usted consiguió bajar la deuda de 2014
a 2015 —en 2014 teníamos la deuda en el 100,40 % del PIB, y en 2015
la bajaron al 99,8 %— y en el 2016 la bajaron al 99,40 %; es verdad
que aplicando una ley a la que le han puesto su nombre, ley Montoro, que
es la que tiene que ver con el techo de gasto.


Usted no le permite ni a las comunidades autónomas ni a los
ayuntamientos gastarse el superávit en otra cosa que no sea en reducir la
deuda. Por tanto, tiene usted lastrada la capacidad presupuestaria y el
margen de maniobra de las administraciones públicas españolas. El único
que puede aumentar la deuda e incurrir en déficit, señor Montoro, es
usted. Y me encuentro con que en febrero de 2017 la deuda pública
española está otra vez al nivel de 2014, está en el 100,38 % del producto
interior bruto. Es decir, que es usted un desastre, porque no cumple uno
solo de los objetivos que fija. Usted está estrangulando el Estado del
bienestar, estrangulando a las comunidades autónomas y a los
ayuntamientos porque usted no está permitiendo a las administraciones
públicas de nuestro país que apliquen las políticas públicas que quieren
aplicar —usted no lo está permitiendo—. Pero usted sí se
permite aumentar la deuda pública de nuestro país, y la ha llevado de
nuevo a niveles de 2014. En el precio del petróleo y en los tipos de
interés del Banco Central Europeo usted no tiene nada que ver, pero en
que la deuda vuelva a estar en los peores niveles de la crisis económica
tiene usted todo que ver, tiene usted toda la responsabilidad. Y no le
estoy hablando de los objetivos que fijaría yo o que fijaría mi Grupo si
hiciéramos nosotros el presupuesto, le estoy hablando de los objetivos
que fija usted, que son los de reducción de la deuda, que no la reduce,
la aumenta. Es usted un desastre de gestor, señor Montoro (Rumores),
permítame que se lo diga con todo el respeto.


Pero es que sus dos objetivos —la reducción de la deuda y
la reducción del déficit— son malos objetivos, porque el déficit
fundamental que tiene nuestro país es el déficit social. Nosotros no
podemos ser la cuarta economía de la Unión Europea, no podemos estar
creciendo a más de un 2 % interanual del producto interior bruto y
mantener la tasa de población en riesgo de pobreza por encima del 20 %,
señor Montoro. Ese objetivo, ¿lo atiende usted? ¿Ha hablado usted de la
población española en riesgo de pobreza en algún momento en su
presentación de los presupuestos? ¿O quería usted intervenir en el debate
de la moción de censura, no sabía cómo hacerlo, y se lo ha traído aquí,
al Senado, y ha hablado de lo que a usted le ha dado la gana? No ha dicho
nada de más del 20 % de la población española que está en riesgo de
pobreza bajo su mandato como ministro, señor Montoro; y en eso, sí tiene
usted que ver.


Verá, tienen ustedes un mal análisis de la coyuntura. ¿Se acuerda
de que, la otra vez que discutimos, le dije que, con un buen guion, se
puede hacer una película buena, mala o regular; con un guion regular,
solo se puede hacer una película regular o mala, y con un guion malo solo
se puede hacer una pésima película? Pues con los presupuestos es lo
mismo: con un mal análisis económico, con un mal análisis de la coyuntura
económica solo se puede hacer un mal presupuesto, señor Montoro. Y eso es
lo que le pasa a usted. Porque usted ha anunciado a bombo y platillo tres
elementos: la consolidación del crecimiento en nuestro país, la creación
de empleo y la subida de las pensiones, esos son los tres elementos que
usted pone en valor del presupuesto público que ha presentado. Y la
verdad es que de tres, uno es verdad que es crecimiento pero es injusto,
y los otros dos son sencillamente una falsedad, señor Montoro, porque
usted ni crea empleo ni ha mejorado las pensiones en este país que siguen
creciendo por debajo del IPC. Le recuerdo que los precios, que la
inflación está por encima de la subida de las pensiones que usted ha
propuesto. Por tanto, usted está empobreciendo a pensionistas y está
generando precariedad y pobreza laboral en nuestro país, señor ministro.
(Aplausos).


Mire, el dato de inflación de abril de 2017 es de más del 2,5 %,
es decir, que los precios están subiendo a un ritmo por encima del 2,5 %
en España, y la verdad es que los salarios no están subiendo a ese ritmo
y las pensiones tampoco, y las previsiones de su presupuesto ni para los
salarios públicos ni para las pensiones son de ese crecimiento. Por
tanto, señor Montoro, los asalariados que dependen de usted y los
pensionistas en nuestro país están perdiendo poder adquisitivo, es decir,
son más pobres cuando el Partido Popular gobierna. Se lo diré de otra
forma, en palabras de José Luis Sampedro, que decía que hay dos tipos de
economistas: los que trabajan para hacer más ricos y los que trabajan
para hacer menos pobres a los pobres. Usted, sin ninguna duda, encaja en
el primer grupo, señor Montoro.


Verá. Datos de paro, primer trimestre de 2017: hemos perdido
casi 70 000 empleos —69 800, para que no me diga que le
redondeo—; hay 52 600 personas activas menos en el primer trimestre
de 2017 y 17 000 parados más. Por tanto, el mantra de la creación de
empleo no es verdad. Pero, fíjese, el problema no es que haya 17 000
parados más, que haya menos cotizantes, que haya menos empleos o que haya
menos personas activas, el problema que tiene usted es que en los últimos
años se han hecho muchos más contratos que altas en la Seguridad Social.
¿Esto qué significa, señor Montoro? ¿Se lo ha preguntado en algún
momento? ¿Se ha preguntado qué significa que por cada alta en la
Seguridad Social haya varios contratos? Significa que ustedes están
troceando el empleo, que ustedes no crean nada, que ustedes han destruido
empleo en este país a manta y que, además, lo que están haciendo ahora
con las reformas laborales de 2010 y 2012, con su inacción absoluta en
materia de modelo productivo —sobre la que hablaremos más
adelante— y sus reformas laborales, ha sido generar pobreza
laboral. En España el empleo que se crea genera pobreza; hay trabajadores
pobres. Y, mire usted, en ningún país decente se puede trabajar y ser
pobre a la vez, y menos en la cuarta economía de Europa, señor Montoro.
(Aplausos).


Tenemos un desempleo juvenil del 40 % en España. Tenemos 2138 000
empleados menos en España que en 2008. Tenemos las pensiones perdiendo
poder adquisitivo. Tenemos más del 22 % de la población en riesgo de
pobreza. ¿No se le atraganta a usted el «España va bien», señor Montoro?
Se le debería atragantar porque el estado de la cuestión no es
precisamente bueno ni están los españoles ni las españolas para que
ustedes anden celebrando por ahí que van muy bien y que lo están haciendo
muy bien. La realidad es que no, la realidad es que ustedes están
gestionando francamente mal, con sus objetivos y con los que nosotros
creemos que deberían aplicar.


Vamos a hablar de ingresos, pero vamos a hablar de ingresos en
serio, porque siempre que hablamos de ingresos en esta Cámara usted hace
una trampa, que es decir que usted ha subido los impuestos a las rentas
más altas. Es mentira. Usted ha subido los impuestos al tramo más alto
del IRPF, pero a los ricos en este país usted no les ha subido los
impuestos. Y le pongo un ejemplo: El Corte Inglés, 2015, cero euros
tributados; 2016, cero euros tributados; 2017, cero euros tributados.
IBEX 35, pagando de media entre el 5 y el 7 % de impuestos sobre sus
beneficios. (Rumores). Cualquiera que esté haciendo en estos días la
declaración de la renta sabe que usted a cualquier asalariado le retiene
de entrada el 21 % del IRPF —de entrada—. Señor Montoro,
usted no le ha subido los impuestos a los ricos, usted está haciendo
descansar sobre las espaldas de los asalariados el peso de la crisis
económica y está perdonando los impuestos a los ricos de este país, se
los está perdonando a las rentas del capital, y, como ya le recordé la
última vez que vino a presentar los presupuestos, las rentas del capital
han superado a las del trabajo en nuestro país. Por tanto, cuando usted
habla de subir los impuestos a las rentas del trabajo, lo que está
haciendo, primero, es injusto; segundo, es ineficaz; y, tercero, no
sostiene ni el sistema público de pensiones ni el sistema público
sanitario ni el sistema público educativo. Y además, lo que está haciendo
es engañar a la gente, señor ministro. (Aplausos).


Son las rentas del capital las que no pagan impuestos. Cuando
nosotros decimos que hay que poner impuestos a los ricos, no estamos
diciendo que hay que subirles los impuestos a las rentas más altas, lo
que estamos diciendo es que las rentas del capital tienen que tributar,
que usted ha creado ad hoc miles de beneficios fiscales a las empresas
que tienen cientos de millones de beneficios al año en nuestro país y que
no pagan un duro.


Le decía el señor Rajoy esta mañana a mi secretario general que
nosotros tenemos un problema de revanchismo. No, nosotros no tenemos
ningún problema de revanchismo, (Rumores), tenemos un problema de
justicia y de equilibrar la balanza. No puede ser que el señor
propietario de El Corte Inglés y que El Corte Inglés no paguen impuestos
y la gente corriente de este país, que se levanta a trabajar todos los
días, pague el 21 % de IRPF de entrada y después ya ajustará cuentas en
la declaración de la renta.






No puede ser, eso es injusto. Porque para
tener un país que no sea la ley de la jungla, para tener una democracia,
para tener una sociedad y para tener Estado de bienestar que nos permita
avanzar en la democracia necesitamos que todo el mundo reme para salir de
la crisis, y en esto que acabo de decir, señoría, creo que está de
acuerdo la mayor parte de esta Cámara y, lo que es más preocupante para
su gobierno débil, la mayoría del Congreso de los Diputados, señor
Montoro. (Protestas.— Aplausos).


Le recordaba antes que tenemos la deuda en febrero de 2017
—es el último dato que conozco, igual usted me sorprende con
otro— en el 100,38 %, es decir, rozando el máximo histórico,
mientras usted le ha impuesto un techo de gasto a las administraciones
públicas, que las tiene limitadas a la hora de hacer política pública. De
eso sabemos mucho en los ayuntamientos del cambio, que están generando
superávit, que están pagando la deuda a un ritmo muy alto (Rumores)
—claro, están pagando la deuda a un ritmo muy alto porque usted no
les deja hacer otra cosa—; podrían estar haciendo políticas
públicas, podrían estar repartiendo bienestar mientras usted solo les
deja pagar deuda. Entonces, explíqueme cuando suba a esta tribuna, señor
Montoro —se lo encarezco—, si usted a los ayuntamientos los
tiene atados de pies y manos; si usted a las comunidades autónomas las
tiene atadas de pies y manos, ¿quién está haciendo que crezca la deuda?
Es usted. Y cuando vayamos al capítulo de gastos y veamos que el gasto
social se reduce, me tiene que explicar en qué se lo está gastando, señor
Montoro, porque a mí no me salen las cuentas, pero lo que es peor, no le
salen a los ciudadanos, señoría.


Un ejemplo de su política. Hemos conocido un pronunciamiento del
Tribunal Constitucional sobre la amnistía fiscal de 2012. Además de que
el Tribunal Constitucional le ha dicho a usted que abdicó en su
obligación de sostener los ingresos y el gasto público permitiendo
que 31 000 privilegiados pagaran solo un 3 % por su dinero opaco, además
de que le ha dicho eso el Tribunal Constitucional y le ha echado un buen
rapapolvo, como le ha recordado la portavoz del Partido Socialista, lo
normal —lo que pasa es que con el Partido Popular ya estamos
acostumbrados a que esto no pase— hubiera sido que usted dimitiera.
Lo que pasa es que a ustedes les parece que dimitir es un verbo ruso.
(Aplausos). Lo normal sería que usted hubiera dimitido, señor
Montoro.


Además del rapapolvo que le ha echado a usted el Tribunal
Constitucional por la amnistía fiscal, todo el mundo puso el grito en el
cielo por esa amnistía, incluida la Administración de Hacienda y la
Agencia Tributaria, que no estaban de acuerdo con usted; y si no,
pregúnteles a los inspectores y a los técnicos de Hacienda qué decían de
su amnistía fiscal, señor Montoro. Y ahora subirá aquí y me dirá que no
es una amnistía fiscal, que es una regularización. Mire, señor Montoro,
vaya usted al texto del Tribunal Constitucional y se lo explica a ellos;
no se lo estoy diciendo yo: se lo están diciendo los magistrados del
Tribunal Constitucional. Eso es peligroso: eso es perroflauta.


Además de lo que le estoy diciendo, la amnistía fiscal representa
su forma de entender los ingresos del Estado, señor Montoro: 31 000
privilegiados pagando un 3 % por su dinero opaco. Claro, es que
estos 31 000 señores que tienen dinero fuera de España, que tienen dinero
en paraísos fiscales y que solo han tributado a un 3 %, estos 31 000
señores son los que tienen que pagar impuestos para que todos salgamos de
la crisis. La gente corriente que tiene un salario, que tiene una
pensión, no se puede llevar el dinero fuera de España, sencillamente
porque no lo tiene, señor Montoro. Por tanto, es una política para los
ricos y contra la ciudadanía, señor Montoro, la política de ingresos del
Estado.


Pero vamos al capítulo de gastos. Decía usted: Estos son los
presupuestos con más gasto social de la historia. ¡Vaya!, resulta que el
gasto en pensiones crece un 40 %. Pero usted les ha bajado el poder
adquisitivo a los pensionistas; o sea que usted no está gastando más en
pensiones para que los pensionistas tengan un mayor poder adquisitivo,
usted está gastando más en pensiones por una razón muy sencilla, señor
Montoro: porque la población de este país está envejeciendo y hay más
pensionistas. Entonces, usted se lo tiene que gastar en pensiones, tiene
que gastar una parte importante del presupuesto público en pensiones.
Pero no tiene usted ningún mérito en el envejecimiento de la población
española; si acaso, algún demérito en los jóvenes que han tenido que
marcharse a buscarse la vida fuera de España porque aquí no encontraban
empleo, señor Montoro.


En todo caso, vamos a ver estos presupuestos, que son los
presupuestos con más gasto social de la historia. Permítame una
carcajada, señor Montoro. Usted ha remitido un programa de estabilidad a
Bruselas en el que les promete que el 16,9 % del producto interior bruto
que hoy gasta España en protección social va a bajar en 2020 a un 15,9 %.
Pero es que además usted les promete que el 6,1 % del producto de
interior bruto que ahora gastamos en sanidad va a bajar a un 5,6; y usted
les promete que el 4 % del producto interior bruto que gastamos en
educación va a bajar a un 3,7 % en 2020. Y aquí, señor Montoro, además de
la barbaridad que supone que un país gaste per cápita mucho menos, mucho
menos, que la media de la Unión Europea en educación y sanidad, que usted
siga recortando en sanidad y en educación... Aquí podríamos discutir de
la idea que tiene usted y de la que tenemos nosotros de ser miembros de
la Unión Europea. Para nosotros ser un país miembro de la Unión Europea
significa competir en Estado de bienestar, en sanidad, en educación, en
pensiones y en salarios con nuestros socios europeos; para ustedes, señor
Montoro, significa ir al Consejo de Europa a arrodillarse delante de
Angela Merkel y decir: sí, bwana. (Aplausos).


Pero más recortes, más recortes: 11 % respecto al año pasado en
infraestructuras;11 % en comercio, turismo y pymes respecto al año
pasado; 1 % en transporte; 0,2 % de recorte en industria y energía; 21 %
de recorte en vivienda. Y hay una partida que aumenta, que es la de
I+D+i, pero un 1 %, después de un acumulado de recortes del 24 % del
gasto desde 2011, señor Montoro. En esto sí quiero detenerme y quiero que
discutamos. Porque con el I+D+i tenemos un problema, señor Montoro, y el
problema está en lo que le decía al principio de mi intervención. Aquí
estamos discutiendo entre un modelo de economía dependiente, que es el de
usted, y un modelo de economía productiva, pujante y que genere valor
añadido, que es el que nosotros proponemos. Sin inversión en I+D+i no hay
manera, señor Montoro, de que este país compita en salarios altos. Es que
nosotros queremos competir en salarios altos y en derechos, no en
fiscalidad baja para los ricos y en tirar los salarios por los suelos a
costa de los derechos de ciudadanía de la gente de nuestro país. Señor
Montoro, en eso consiste también el patriotismo, en eso consiste también
defender a España. (Aplausos).


Le proponemos tres objetivos fundamentales para orientar la
política económica de este país, para que rectifique. El primero, cerrar
la brecha social; el segundo, potenciar la creación de empleo de calidad;
y el tercero, transformar nuestro modelo de crecimiento. Y le proponemos
cinco vectores de cambio, que le ha oído usted anunciar esta mañana a
Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados: transición energética;
política industrial activa que impulse el desarrollo de sectores
estratégicos; acabar con la precariedad laboral y la pobreza salarial;
cambiar el patrón de distribución de la renta y hacer efectiva la
igualdad real de género; y reconstruir el Estado de bienestar.


Señor Montoro, transición energética. ¿Por qué la planteamos? De
nuevo, porque, como los magistrados del Tribunal Constitucional, somos
unos perroflautas que lo queremos es... No, planteamos un plan de
transición energética por cuatro razones fundamentales. La primera, para
frenar el desempleo, y ahora se la explicaré. La segunda, para paliar la
dependencia energética de nuestro país ¿Sabe usted que en la Comunidad de
Madrid, por ejemplo, producimos solo el 3 % de la energía que se consume
y que eso nos hace altamente dependientes del entorno internacional,
mientras somos ricos en materias primas para energías renovables?
Tercero, paliar la pobreza energética. El modelo de transición energética
nos va a ayudar a paliar la pobreza energética en nuestro país. Yo sé que
a usted le importa poco, pero le recuerdo que hay más de un 20 % de la
población de nuestro país en riesgo de pobreza. Y cuarto, para tener un
cierto control sobre —iba a decir el oligopolio, pero en realidad
es un cartel— el cartel de las eléctricas en nuestro país. Y esto
tiene que ver con el segundo elemento, con la reindustrialización de
nuestro país y el desarrollo de sectores estratégicos. Necesitamos
desarrollar sectores estratégicos con mayor contenido tecnológico, con
mayor crecimiento de la productividad, con más capacidad exportadora,
sectores a los que ustedes les han quitado 30 000 millones de euros de
inversión pública en los últimos años. Necesitamos que el sector público
y el tejido empresarial colaboren. Necesitamos converger en I+D+i con la
Unión Europea —y ustedes le han quitado desde 2011 un 24 % al
presupuesto de I+D+i, señor Montoro—. Y necesitamos una banca
pública para hacer políticas contra el ciclo. Y esto se lo voy a explicar
muy brevemente pero de una forma muy clara: no ha habido un solo país que
haya salido de una crisis, de una recesión como la que hemos vivido
nosotros, sin inyecciones de dinero público en el tejido productivo.
Necesitamos que el sector público apueste por la regeneración del tejido
productivo, porque si no, el modelo de inversión que ustedes van a traer
a España es Eurovegas; el modelo de inversión que ustedes van a traer a
nuestro país es el de baja fiscalidad, excepciones legales y salarios por
los suelos, para que nuestros jóvenes y para que la gente de nuestro país
trabaje por 600 euros. Pues, señor Montoro, me va a permitir que nosotros
no estemos de acuerdo con ese modelo, que queramos para nuestro país
mejores salarios y Estado del bienestar, entre otras cosas, porque
nosotros tenemos una comprensión de la democracia que va más allá de
votar cada 4 años y que incluye los derechos de ciudadanía, que incluye
el Estado del bienestar, que incluye los derechos sociales.


Tercer elemento: Acabar con la precariedad laboral. Su modelo es
el de convertir el paro en pobreza laboral, pero no crean empleo,
simplemente trocean contratos. Necesitamos recuperar el poder adquisitivo
de los pensionistas y de los empleados públicos. Necesitamos subir el
salario mínimo interprofesional. Porque, mire, señor Montoro, pareciera
desde el principio de la crisis que la culpa de los negocios que han
cerrado la había tenido lo caro que salía el despido en España a tenor de
las reformas laborales que han hecho ustedes en 2012 y de la que hizo el
señor Zapatero en 2010. Pareciera que el problema del empleo en nuestro
país estaba en que la gente cobraba mucho y era muy caro despedirla. Pero
la realidad era que no, la realidad era que la gente no tenía renta
disponible en el bolsillo para consumir. Por tanto, subir los salarios
públicos, subir las pensiones y subir el salario mínimo no es solo
apostar por el empleo, es apostar también por las pensiones y por un
modelo de cotización duradero. ¿O piensa usted que las pensiones de mi
generación se van a pagar con salarios de 400 euros al mes y con
contratos de 15 días? Las pensiones de mi generación, o se pagan con
contratos estables, con trabajos fijos y bien remunerados, o no habrá
pensiones para mi generación, señor Montoro. Asimismo, la apuesta por las
pymes y por los autónomos, porque mejores salarios significan menos
copisterías, menos fruterías, menos comercios que cierran, pues la gente
tiene renta disponible para consumir. Eso tiene que ver, señor Montoro,
con recuperar poder adquisitivo de pensionistas, de empleados públicos y
con subir el salario mínimo interprofesional.


Cuarto elemento: Necesitamos un cambio en el patrón de
distribución de la riqueza, el suelo salarial de 950 euros al mes, la
recuperación de capacidad adquisitiva, el crecimiento de los salarios en
relación con la productividad. Pongan ustedes los salarios en relación
con la productividad. A más beneficio de la empresa, mejor salario para
sus trabajadores. Es una cosa razonable y que se está experimentando ya
en Europa. Y regulación del mercado laboral, que ustedes han desregulado
desde 2010 en adelante, provocando más precariedad, más empobrecimiento
de los trabajadores y peores condiciones para la ciudadanía, en general,
en nuestro país.


Y quinto elemento: Un plan integral para impulsar un cambio de
modelo social. Me queda poco tiempo, pero lo voy a enunciar rápidamente.
Necesitamos revertir los recortes, las agresiones al Estado del bienestar
de los últimos años. Necesitamos recuperar el gasto de 2009 en sanidad y
en educación. Necesitamos reformar el sistema de cuidados en nuestro
país. Necesitamos educación infantil de 0 a 3 años. Un aumento del
permiso de paternidad. Necesitamos una jornada laboral de 35 horas para
que lo que se reparta no sean solo los salarios a la baja, sino también
la carga de trabajo entre la población de nuestro país. Necesitamos
universalizar la atención a la dependencia para alcanzar la autonomía
funcional plena, señor Montoro. Y, sobre todo, en materia de pensiones,
necesitamos volver a indexarlas al IPC, porque, con usted, los
pensionistas están perdiendo poder adquisitivo. Necesitamos derogar el
factor de sostenibilidad. Y necesitamos que las pensiones no
contributivas se eleven, al menos, hasta el salario mínimo
interprofesional, ¿o qué pasa, que tienen menos derecho a vivir con
dignidad los pensionistas que tienen pensiones no contributivas que el
resto de la población, señor Montoro? Sinceramente creo que no.


Cuando le proponemos un plan de transición energética, cuando le
proponemos una reindustrialización de nuestro país, cuando le proponemos
apostar por las renovables, créame que no lo hacemos como una agresión
contra el Partido Popular ni lo hacemos para discutir amarga y agriamente
con ustedes. Lo hacemos porque creemos que esa apuesta nos vuelve a
situar en el camino de las gamas altas, nos vuelve a situar en el camino
de la creación de valor añadido y nos sitúa además en el camino de la
atracción de inversiones productivas, para que, por ejemplo, el Corredor
del Henares, el cinturón sur de Madrid, todo lo que eran cinturones
industriales en nuestro país, dejen de ser almacenes, vuelvan a ser
tejido productivo y vuelvan a generar empleo de calidad, señor Montoro,
además de todos los elementos que tienen que ver con la energía que le
enunciaba antes.


Mire, cuando le decimos todo esto, no lo hacemos para discutir
agriamente con ustedes, señor Montoro, lo hacemos sencillamente porque
ustedes son un mal Gobierno que no está a la altura de la ciudadanía de
este país. Este pueblo es mucho mejor que ustedes, señor Montoro, se
merece un Gobierno mejor y se merece unos presupuestos mejores.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Espinar.


Para la defensa de la propuesta de veto número 40, del Grupo
Parlamentario de Esquerra Republicana, tiene la palabra el senador
Picornell.


El señor PICORNELL GRENZNER: Gracias, señor presidente. Buenas
tardes.


¿Por qué Esquerra Republicana ha presentado un veto a los
Presupuestos Generales del Estado? ¿Cómo vemos estos presupuestos? ¿Cómo
nos afectan estos presupuestos? Creo que hemos respondido sobradamente a
estas preguntas en el trámite del Congreso y también hemos dado unas
pinceladas en las comparecencias de la Comisión de Presupuestos del
Senado.


Para nosotros, los Presupuestos Generales del Estado son la
constatación de su gran mentira, de la mentira del Estado. Los recortes
sociales que llevan años perpetrando no son fruto de que no haya dinero
suficiente para atender las necesidades sociales, sino que ustedes son de
derechas y prefieren recortar la población antes que recortar los
beneficios de sus amigos, los ricos, estos que llenan de dinero los
sobres de Bárcenas y que Bárcenas apuntaba en sus papeles, a los que
luego les ofrecen un puesto en consejos de administración. ¡Claro que sí
hay dinero, no me pueden decir que no! Sí que lo hay, pero prefieren
invertirlo en otras prioridades. ¿Es legítimo? Claro que sí. Por eso
ganaron las elecciones y, con la ayuda de Ciudadanos, aprobarán estos
presupuestos.


Frente a la gran mentira sobre la que sustentan los recortes, hay
una gran verdad: después de sus criminales recortes sociales, con la
excusa del pago de la deuda, hoy esta es más grande que cuando se
iniciaron estos recortes. ¿De qué ha servido? ¿De verdad han hecho los
deberes? Y otra gran verdad: después de estos recortes, los ricos son
cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres, eso es así. Y
esto no es casual, ni se debe a la gran preparación de las grandes
fortunas del Estado; se debe a una legislación que, descaradamente,
beneficia a los más ricos y perjudica sobre todo al resto de la sociedad
y, muy especialmente, a la población más vulnerable.


Más allá de la desvergüenza de reducir el poder adquisitivo de
los pensionistas y parados, suben el presupuesto militar más de un 30 %.
He aquí la primera de las cifras: suben el presupuesto militar un 30 % y
solo un 1,7 %, en gasto social. ¡No digan que no hay dinero! Otro dato:
gastan en los proyectos especiales de modernización del ejército
casi 2000 millones de euros, que es la cantidad que se estima necesaria
para garantizar el derecho a la dependencia. Ustedes prefieren gastar el
dinero en armas antes que crear el fondo contra la pobreza infantil, por
ejemplo, o antes que garantizar el derecho a la dependencia, y solo esta
inmoralidad ya es motivo suficiente para presentar una enmienda de
devolución de los presupuestos.


Para Esquerra Republicana, señor Montoro, la asistencia a las
personas dependientes es un derecho, y los derechos no pueden depender de
la coyuntura económica o de la disponibilidad presupuestaria. Ustedes,
como Gobierno, lo primero que deben hacer es garantizar los derechos con
el dinero que tienen y, luego, plantearse qué hacen con el resto. Pero lo
que no pueden hacer, en ningún caso, es decir que no hay dinero para
atender a las personas mayores o con algún tipo de discapacidad, que
requieren atención, y gastarse este dinero en armas, es absolutamente
vergonzoso e inmoral, máxime cuando llevan años y años haciéndolo
—porque el ejército español ha vivido durante décadas muy por
encima de sus posibilidades, tanto como 30 000 millones de euros, que es,
justamente, el dinero que la loca espiral armamentística nos ha generado
como deuda—. Ustedes nos saldrán con la necesidad de defender a
España y de que hay que tener unas Fuerzas Armadas competitivas por
nuestra seguridad. Nos parece perfecto que piensen esto, pero aquí está
la gran diferencia entre la izquierda y la derecha. ¿Tienen el derecho?
Sí, pero que es una vergüenza a nuestro parecer, también.


Nosotros no somos republicanos solo para que una persona no
votada mande, somos republicanos por muchas más cosas, y desde el
republicanismo afirmamos que la primera seguridad que un Gobierno debe
garantizar a las familias es la de tener un techo en el que dormir,
comida con que alimentarse y el pleno acceso al resto de sus derechos
económicos, sociales y políticos, así como las libertades.


Esas son las primeras prioridades. En un Estado donde diariamente
se desahucia a familias y que tiene un índice de pobreza infantil que
llega al 30 %, la seguridad de las familias no está garantizada. Ustedes
no hacen lo que deberían hacer para garantizarla.


Asimismo, hay que cuestionar la necesidad del armamento que están
comprando. Permítanme que les recuerde las palabras al respecto del que
fuera secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez: Nunca debimos
haber adquirido sistemas que no íbamos a usar para situaciones de
conflictos que no existían y, lo que es peor, con fondos de los que no
disponíamos ni entonces ni ahora. La pregunta entonces es: ¿por qué se
embarcó el Gobierno español en estos proyectos armamentísticos
innecesarios? Quizá la respuesta esté en un tal Pedro Morenés, que era
secretario de Estado de Defensa cuando se iniciaron estos proyectos y
que, antes y después de su paso por el ministerio, estuvo trabajando para
las empresas armamentísticas que se beneficiaban de estos contratos. Así
funcionan las puertas giratorias de una corrupción legal que pagamos en
forma de deuda y recortes en estos presupuestos. ¿Recuerdan que antes les
dije que prefieren recortar a toda la población antes que los beneficios
de sus amigos los ricos? Pues a esto me refería.


De la misma manera, pagamos en cada una de las facturas de la luz
que nos llegan a casa el escandaloso oligopolio de las cinco grandes
empresas eléctricas, engrasando nuevamente las puertas giratorias que nos
han generado otra deuda de cerca de 30 000 millones de euros. Mientras
tanto, estas cinco compañías han obtenido un beneficio en los últimos
quince años de más de 45 000 millones de euros. Dicho en otras palabras,
la deuda eléctrica ha ido directamente a pagar los beneficios de las
grandes empresas del oligopolio, de manera que es una deuda ilegítima.
Paralelamente, la legislación energética empobrece a todas las familias e
incide gravemente en la pobreza energética, de manera que los beneficios
del oligopolio son pagados por la Administración pública en forma de
atención social a las personas necesitadas. De hecho, la derecha
española, en su capitalismo de amigos de palco del Santiago Bernabéu,
está beneficiando a las grandes empresas a costa de la verdadera economía
productiva constituida por las pequeñas y medianas empresas. ¿Y qué hacen
con estas pequeñas y medianas empresas? Les dificultan el acceso a la
contratación pública porque los grandes lotes benefician a las grandes
empresas. Permiten que estos grandes lotes que ganan las grandes empresas
se subcontraten a precios de explotación entre las pymes, que son las que
verdaderamente hacen las obras sin participar de los beneficios. Aceptan
también la morosidad de estas grandes empresas con las pymes, que son las
que acaban financiando la obra y asumiendo los riesgos. Por cierto, señor
Montoro, ¿cuándo va a acabar con el lastre de esta morosidad que sufren
las pymes? Encima, soportan mayor carga impositiva que las empresas
especulativas. En fin, las pequeñas y medianas empresas están cerrando
sus persianas y esto es, en buena parte, por sus políticas neoliberales
que las dejan a los pies de los caballos de las grandes empresas
españolas y transnacionales.


Pero es todavía peor, señor Montoro. Ustedes no tienen un modelo
productivo para el siglo XXI. Siguen anclados en la economía del ladrillo
y de las grandes infraestructuras. Todo el mundo sabía hace unos años que
existía una burbuja, pero todo el mundo miraba hacia otro lado, desde el
Partido Socialista al Popular. La única industria por la que ustedes han
apostado verdaderamente ha sido la armamentística a la que, año tras año,
subvencionan tanto en la producción de armamento como en su I+D+i. ¿Cómo
puede ser que subvencionen la investigación militar y no la investigación
de las universidades, de las empresas o de los centros de investigación?
¿Cómo se come esto? ¿A unos sí y a otros no? ¿Esto es velar por el
interés general? ¡Cuántos jóvenes se han ido fuera a investigar! Este sí
ha sido un gran trabajo del Ejecutivo. El gran problema es que con sus
recortes a la investigación están castigando a los territorios que más
han apostado por la investigación, el desarrollo y la innovación, como es
el caso de Cataluña. El Estado español solo invierte 275 euros por
habitante al año en I+D, mientras que la media de Suecia supera los 2000
euros y algunas regiones europeas llegan hasta los 4000 euros. Así que,
¿cómo quiere competir con las grandes economías europeas? ¿Qué planes de
economía para el futuro, para el siglo XXI, tiene el Estado español?
¿Vender pisos, armas y AVE a Arabia Saudí? De hecho, la base de la
economía española no está en la potenciación de la investigación o en
crear una economía competitiva a base de talento y valor añadido. Su
estrategia económica es basar la competitividad en la reducción de
costes, y específicamente en la de personal y salarios. Si no, pregunten
a la comunidad internacional el papel que hizo Sacyr con el Canal de
Panamá. Esto sí que es marca España.


También es marca España lo que está pasando con los autónomos,
que, a nuestro parecer, es una auténtica vergüenza. El Gobierno ha
encontrado la fórmula idónea para crear una clase de trabajadores sin
derechos. Pero no es casualidad; forman parte de una misma estrategia de
recortes de derechos generalizados. En 2004, cuando el presidente
Zapatero quería retratarse como «Zapatero el rojo», Esquerra Republicana
presentó como una de sus primeras iniciativas una proposición de ley en
el Congreso para asimilar los derechos de los trabajadores autónomos con
el resto de trabajadores. Aunque la proposición de ley fue tomada en
consideración, la ponencia no llegó ni a constituirse. El PSOE y el PP lo
vetaron.


Ustedes hacen que las rentas del trabajo, las que son fruto del
esfuerzo de los trabajadores, tributen más impuestos que las del capital,
aquellas que son fruto de la especulación. Hacen que las empresas
productivas tributen más que las especulativas y mantienen las
vergonzosas Sicav para que las grandes rentas tributen menos impuestos.
Si llegados a este punto el Gobierno sigue con la tesis de que no hay
dinero para hacer unos mejores presupuestos, yo les doy una idea:
incrementen los ingresos haciendo tributar más a las grandes fortunas y a
la especulación. Pero lejos de ello, la alternativa ha sido incrementar
impuestos como el IVA —un impuesto que, por cierto, paga toda la
población— y el IRPF para ahogar aún más a las clases medias y
trabajadoras. Rajoy no solo incumplía así la promesa electoral de no
subir el IVA, sino que hacía que la misma población que sufría el recorte
pagara también esa factura. De hecho, el Partido Popular en lugar de
rebajar el IVA para los productos de higiene íntima femenina, pañales de
niños y adultos, y preservativos, lo subió.


Pero eso sí, intentan vender que han bajado el IVA cultural con
estos presupuestos. Pues no; no lo habrán hecho hasta que el último
espectador o productor pague un IVA como se merece la cultura. No bajan
todo el IVA cultural y, además, mantienen el IVA veterinario como IVA de
lujo; es decir, que curar a un animal tributa más que torturar y matar a
un toro. Como matar a un toro es un espectáculo público, este IVA sí que
lo bajamos. Esto es marca España. (Aplausos).


Permítanme poner otro ejemplo de su marca España, de su España
centralista y radial. Toda España ha celebrado hace unas semanas los 25
años del AVE Madrid-Sevilla promovido justamente —¡qué
casualidad!— por el sevillano Felipe González. ¿Pero alguien nos
puede explicar qué racionalidad económica hay en esta decisión? ¿Por qué
se priorizó el AVE Madrid-Sevilla antes que cualquier otro? Si alguien
nos trae la explicación la estudiaremos, pero quizá era para contentar a
los españoles que no tenían unos Juegos Olímpicos. Ellos no podían ser
menos que los catalanes. Discúlpenme, pero la decisión responde a una
visión centralista del Estado. Desde un punto de vista de la racionalidad
económica, para Andalucía y para el resto del Estado lo más eficiente
hubiera sido priorizar el corredor mediterráneo, comunicando la
producción de Huelva o Almería con Europa a través del principal eje
económico del Estado: los Países Catalanes, pasando por la Huerta
Murciana y los puertos de Algeciras, Valencia, Tarragona y
Barcelona.


Pero lejos de aportar una racionalidad económica, lejos de que
las infraestructuras ferroviarias se vean como una inversión realmente
productiva, las han utilizado con visión política y el objetivo ha sido
sacar rédito electoral. Ojo al dato: el AVE llega desde Madrid a Sevilla
con el sevillano Felipe González; el AVE llega a Málaga con la malagueña
Magdalena Álvarez; el AVE llega a Castilla y León con el castellanoleonés
Aznar, y el AVE a Galicia se proyecta con Blanco, Pastor y Rajoy. ¡Qué
casualidades del Estado! (Protestas).


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.


El señor PICORNELL GRENZNER: Señor Montoro, dígales a los
viajeros de Rodalies de Barcelona, Girona y Tarragona que sufren a diario
retrasos, apretones y averías que tienen que entender que, antes que
invertir en nuestros trenes, era necesario hacer el AVE de Madrid a
Toledo, León, Valladolid o Burgos; o dígales a los que sufren
directamente la línea Vic-Ripoll del siglo XIX que se alegren y celebren
los 25 años del AVE Madrid-Sevilla; una línea, la de Vic-Ripoll, que, por
cierto, va más lenta hoy que en su inauguración hace más de 100 años. A
eso se le llama progreso, innovación y buenas infraestructuras. ¡Claro
que sí!


La lista de situaciones que claman al cielo es interminable. En
las comarques gironines uno de los casos más flagrantes es el del tramo
de la N-II entre Maçanet y Sils, porque hay 4,7 kilómetros, desde hace 14
años, que aparecen en los presupuestos, y las obras siguen sin terminar.
Menos de 5 kilómetros por hacer, más de 14 años para hacerlos. Dice la
leyenda que ha habido más inauguraciones de ministros y secretarios de
Estado que kilómetros hechos. Esto es una vergüenza, señorías.


También nos podemos fijar en el tramo Maçanet-Tordera, un tramo
con una última previsión que se alarga hasta 2020 después de muchísimos
años de reivindicación; o en el abandono del eje pirenaico de la N-360
entre El Ripollés y el Pirineo, con índices de siniestralidad que no
podemos aceptar.


Además, está la desinversión en trenes regionales, que ni están
ni se les espera, con estaciones en un estado lamentable y con obras
inacabadas que nunca terminan, como las de Parc Central de Girona que
tenían que durar 30 meses y ya llevan más de 100. Las inversiones
previstas en los Presupuestos Generales del Estado para el Alt Pirineu i
Aran son de poco más de 1 millón de euros; de poco más de 1 millón de
euros, lo repito; esa es la cantidad para un territorio que necesita
inversiones como el aire que respiramos.


En Esquerra Republicana hemos hecho enmiendas realistas y de
carácter urgente para este territorio, por valor de 351 millones de
euros, lo que pone de manifiesto la desidia de su Gobierno con este
territorio. Es flagrante que demandas históricas como la finalización de
la variante de Pobla a Gerri de la Salt o la mejora integral de la N-230
vuelvan a quedar en solo esto, en demandas. La concepción centralista y
radial no solo se aprecia en la red ferroviaria o viaria, también en la
aeroportuaria, y no se produce en los puertos, evidentemente, por razones
obvias, aunque fiel al mismo concepto centralista del Estado, la
Dirección general de puertos y costas está, como no, en Madrid.


En la red viaria este centralismo radial ha sido tan deficitario
que han quebrado todas las autopistas radiales de Madrid que impulsó
Aznar y que ahora toca rescatar con el dinero de todos. Imagínese la
gracia que nos hace a los catalanes que después de pagar durante 40 años
los peajes de unas autopistas que hemos pagado hasta 25 veces, sin que
nadie las haya rescatado, ahora tengamos que rescatar a los peajes
madrileños. Encima, el Gobierno de España ya ha anunciado que una vez
rescatadas, con el dinero de todos, se devolverá al sector primario para
que, cuando haya beneficios, se lo queden solo unos cuantos, los de
siempre, los amigos del Gobierno, como han hecho con los bancos. La
pregunta, quizá, no es por qué han fracasado estas autopistas, sino por
qué se hicieron. Nos dicen que las comunidades autónomas están
sobredimensionadas, obviando que quien está sobredimensionado es un
Estado que ha mantenido su colosal estructura de ministerios mientras
cedía las competencias a las comunidades autónomas, conservando
departamentos como educación, cultura o sanidad que concentran el dinero,
mientras que son las comunidades quienes concentran la competencia y el
gasto. Cuando los catalanes y catalanas decimos basta, decimos que hasta
aquí hemos llegado, viene Mariano Rajoy a Cataluña prometiendo una lluvia
de millones de inversión en infraestructuras. Ustedes no solo llegan
tarde;






llegan tarde y mal; y no solo porque la inversión en Cataluña, así
como en todos los Países Catalanes, se reduce, sino porque lo que
invierten son unos pedazos que nos deben hace tiempo.


Por cierto, las cifras de reducción de la inversión de estos
presupuestos son espectaculares, un 2,7 % menos en Cataluña, un 9 % menos
en las illes y ni más ni menos que casi un 34 % menos en el País
Valencià. Con estas cifras, ustedes vayan haciendo amigos, si pueden. Sí,
porque algunos de ustedes se preguntarán: ¿qué hemos hecho mal? ¿Por qué
los catalanes se quieren ir? Miren que lo que tenían fácil, a nuestro
parecer, para contentar un poco a la ciudadanía, pero ni eso han hecho.
La dejación del Estado en sus inversiones viarias en Cataluña es tan
flagrante que son dos carreteras catalanas, por ejemplo, de titularidad
estatal, las que están a la cabeza de la siniestralidad: la N-260 y la
N-340, que también hemos citado anteriormente; nacionales que pasan por
un gran número de comarcas, desde Girona hasta el Val d’Aran;
también la N-340 necesita intervenciones en el Penedés, en Tarragona, en
las Terres de l’Ebre o en tramos enteros del País Valencià; en fin,
suma y sigue.


La dejación de Renfe a la hora de invertir en rodalies es
flagrante también. Ustedes deberían saberlo. Lo es en Barcelona, en
Girona, en Tarragona y también en Lleida. Pero, a pesar de ello, y pese a
que el Gobierno de Zapatero cifró las necesidades en 4000 millones de
euros, de los que solo nos han llegado el 10 %, ustedes, este año, nos
ofrecen 90 millones en estos presupuestos, y pretenden vendérnoslo como
una gran inversión. Por cierto, el material de las líneas R15 y R16 es el
mismo desde el año 1974. Como decimos en Cataluña, y nunca mejor dicho:
¡A cagar a la vía!


¿Ustedes se creen, si hablamos de aeropuertos, que cumplen con la
nueva terminal del aeropuerto de El Prat? Seguimos teniendo un gran
problema que es AENA, con su modelo de una grande y libre, como el del
Estado.


Antes de terminar, dejen que nuestro grupo parlamentario recuerde
por qué los senadores estamos aquí, por qué nos presentamos a unas
elecciones, por qué la gente, en definitiva, nos votó. Esquerra
Republicana piensa que estamos aquí para trabajar, para debatir, para
negociar, que nos votaron para trabajar, trabajar y trabajar, para
parlamentar. Esto justamente es un parlamento, y lo que debemos hacer es
parlamentar. Desde luego, esta Cámara en los últimos meses deja mucho que
desear. ¿Qué tipo de calidad democrática y parlamentaria tiene una Cámara
que no deja debatir unos vetos territoriales porque el Pleno, entre
comillas, se alargaría demasiado? ¿Que los tiempos son los establecidos y
no los podemos alargar? Pues deberíamos estar más horas en este
hemiciclo, todas las que sean necesarias. Lo más grave es que no tienen
argumentos reglamentarios para vetar estos 12 vetos que los senadores de
Esquerra Republicana habíamos presentado. ¿Quieren pasar a la historia
como aquellos que no querían trabajar demasiado? A todo parlamentario se
nos debería caer la cara de vergüenza al mirar a los ciudadanos y
decirles que renunciamos a parlamentar para que no se alargue demasiado
el Pleno. En Esquerra Republicana renunciamos a que se nos caiga la cara
de vergüenza. Pongamos horas a la política, a lo mejor así la popularidad
de la política subiría un poco. ¿Saben por qué hemos presentado los vetos
personales que no nos dejan debatir? ¿Creen que lo hemos hecho
simplemente para alargar el Pleno? No, señorías. Quizá estemos en las
antípodas ideológicamente unos de los otros, pero creo que es de justicia
reconocer el buen hacer y la seriedad en el trabajo de Esquerra
Republicana en este Pleno y en las comisiones. ¿Aún siguen pensando que
hemos presentado los vetos personales simplemente para alargar el Pleno?
A cada uno de nuestros senadores los escogieron, como a todos ustedes, en
una circunscripción; y cada uno de nuestros senadores hace su trabajo en
su territorio, en distintas comarcas. ¿Y qué queríamos? Pues, como
justamente el Senado es una Cámara territorial, explicar nuestra posición
territorial a la Cámara territorial. Pero estamos muy molestos; estamos
molestos por la actitud de la Mesa y de algunos senadores y senadoras
porque nosotros lo que queríamos era parlamentar, contar todo el trabajo
que hacemos en nuestro territorio. Por todo esto hemos presentado los
vetos territoriales, enmiendas a la totalidad; por todo esto hemos
presentado nuestro veto, un veto que tiene un objetivo político muy
claro: volver a explicar las veces que sean necesarias que si siguen
mirando para otro lado, cuando se giren ya nos habremos ido, y no nos
iremos despacito, aviso, nos iremos rápidamente, y es que ya no podemos
más; no podemos más. (Aplausos).


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Picornell.


Para la defensa de la propuesta de veto número 1, en nombre del
Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el senador Iñarritu. (El
señor vicepresidente, Sanz Alonso, ocupa la Presidencia).


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, señorías, arratsalde on, buenas tardes a todas y
a todos.


Me sumo a la reflexión que hacía el portavoz del Grupo Podemos,
ya que, teniendo en cuenta que la iniciativa de una moción de censura es
algo bastante excepcional que ocurre en muy pocas ocasiones en las
Cortes, lo más lógico, lo más normal, hubiera sido aplazar esta sesión o
adelantarla para que aquellos y aquellas que estamos interesados
hubiéramos podido seguir esa moción. (Aplausos). Dicho esto, entrando en
materia, el señor ministro hacía varias alusiones nada más empezar su
intervención hablando de crecimiento, de fortalecimiento, de estabilidad,
de recuperación, pero hoy mismo conocíamos un teletipo que decía que más
del 30 % de los menores, 2,5 millones de menores, están por debajo del
umbral de la pobreza.


Al oírle a usted está claro que quien no se contenta es porque no
quiere, porque si vemos la foto global de la realidad no hay tantos
motivos para estar contentos. Para Euskal Herria Bildu estos presupuestos
impulsados por el Partido Popular no solo no dan solución a los
problemas, sino que profundizan más las tres crisis que, desde nuestro
punto de vista, tiene España, que tiene este Estado, que son la crisis
económica, la social y la institucional. Además, ahondan en la
desigualdad, en la pobreza, en el paro y en la precariedad.


Usted, señor Montoro, en el debate previo en el Congreso, le
decía a la representante de mi formación, de Euskal Herria Bildu, que
había tenido un discurso antisistema. Si su modelo se refleja en estos
presupuestos, ciertamente seremos antisistema, pero si hablamos de un
modelo más justo, más igualitario, con más derechos, con un empleo digno
y de calidad, perdóneme, el antisistema es usted, señor Montoro, o lo es
el Partido Popular, depende de qué sistema hablemos. ¿Por qué lo digo?
Porque este presupuesto sigue recortando en gasto social y consolidando
el que ya se había recortado previamente. Recordemos que desde la llegada
de su partido al Gobierno hace cinco años el gasto destinado a las
pensiones ha disminuido en un 27 %; es de 19 000 millones de euros menos,
que, justamente, es el mismo porcentaje que destinará el presupuesto
de 2017 al pago de la deuda. Se sigue anteponiendo el pago de la deuda a
las necesidades de políticas sociales, y ello trae consigo recortes en
materia social.


Señorías, se sigue protegiendo a los capitales especulativos y
financieros en perjuicio de la mayoría social, especialmente de quienes
están sufriendo las consecuencias de esta crisis y las políticas más
antisociales de este Gobierno. ¿No sería más lógico impulsar medidas
contra el fraude fiscal que permitieran lograr los recursos necesarios
para poner en el centro de las políticas a esa parte de la sociedad que
cada vez es mayor? El pago de la deuda se lleva los recursos necesarios
para implementar otras políticas, pero se hace siguiendo lo que dicen la
señora Merkel y la Unión Europea. El Gobierno, además de no responder a
la realidad social de la población, está siendo un agente generador de
más desigualdad. Por todo ello, creemos que apoyar estos presupuestos,
nos afecten más o menos dependiendo de aquellas competencias que tengamos
en cada nación, en cada región, o más allá de los pactos por migajas a
los que hayan llegado algunos en algunas naciones o en algunas regiones,
sería hacerse cómplice de esos recortes y de esa precarización.


Los datos del paro, de la precariedad, de la desigualdad, de la
pobreza, de la brecha social son consecuencia directa de esas políticas.
Son las políticas que, vía estos presupuestos, el Gobierno quiere seguir
aplicando. Hay datos que muestran que hay un problema. Otras y otros
portavoces ya los han comentado, pero, por dar algunos apuntes, yo les
diré que, por ejemplo, las prestaciones no llegan más que al 55 % de las
personas paradas; y que la tasa de riesgo de pobreza llega prácticamente
al 30 %, ascendiendo a casi el 49 % en el caso de las personas paradas.
Además, si hablamos de empleo, este Estado tiene una de las tasas de
temporalidad más altas de la Unión Europea, y si hablamos de mujeres y
jóvenes, se dispara. Los datos de empleo neto creado nos dicen que lo que
realmente está ocurriendo es que se está repartiendo el trabajo cada vez
entre más personas, es decir, se está dando reparto a la precariedad; por
tanto, se está empobreciendo a las clases trabajadoras. Cada vez hay más
trabajadores pobres, algo que no ocurría hace décadas. La juventud, con
un paro en el Estado que es superior al 40 %, está a la cabeza de la
Unión Europea; además, sufre una temporalidad del 85 %. Hablamos de
jóvenes cada vez más preparados, pero al final están destinados a ser
fruto de la exportación; tienen que salir al extranjero porque no pueden
encontrar un trabajo mínimamente digno, independientemente de la gran
preparación que puedan tener. Y si hablamos de los pensionistas, la mitad
cobran menos de 700 euros, y las mujeres, de media, un 40 % menos.
Asimismo, todas las reformas que se han realizado en los últimos años
tienen el objetivo de invertir la tendencia, de ir reduciendo
progresivamente las cuantías de las pensiones nuevas y, con ello, el
gasto global de las pensiones.


Y algunos hablan de estabilidad. Sí, de estabilidad de las
grandes empresas, de los grandes capitales o de los amnistiados fiscales,
pero los y las trabajadoras, los parados y los pensionistas tienen cada
vez mayor inestabilidad.


Por otro lado, el Gobierno hace cálculos de ingresos
excesivamente optimistas. Sería un récord si se cumplen las previsiones
que se han hecho; serían los más altos de la historia. Pero si no se
cumplen: nuevos recortes el próximo año y recaudar más con impuestos
indirectos, aunque ello aumente la desigualdad. Esa es la fórmula que se
ha buscado hasta ahora.


Señorías, hablemos claro. El Gobierno no está dispuesto a hacer
lo que ya han hecho otros Estados de Europa que muchas veces se ponen
como modelo; no está dispuesto a aumentar la presión fiscal para que el
incremento lo soporten quienes más tienen, quienes más dinero han
generado y quienes más ganan con el doble objetivo de recaudar más y,
además, avanzar en la distribución de la riqueza. La clave: actuar contra
el fraude fiscal; esa lacra que hay en el Estado español, uno de los
Estados con mayor fraude fiscal que hay de la Unión Europea. Usted no
considerará que yo estoy capacitado, y si le doy algunas fórmulas no las
tomará como ejemplo de autoridad, pero ahí está el sindicato de
trabajadores de Hacienda, el Gestha, que ha hecho numerosos informes, y
numerosas propuestas para luchar contra ese fraude fiscal; écheles un
vistazo. Si miramos los últimos años, la única vía, o la más defendida
por el Gobierno para recuperar el dinero del fraude fiscal, fue esa
amnistía fiscal que ni recaudó el dinero esperado ni ha conllevado un
tirón de orejas del Tribunal Constitucional.


Señorías, mientras se prefiera seguir ahondando en una
distribución de la carga de impuestos cada vez más regresiva no se
solucionará el problema. Si a la falta de ingresos le añadimos que las
políticas a las que se dan prioridad en el gasto no son las más adecuadas
para la población que, como decíamos, más está sufriendo los recortes,
hemos de concluir que la desigualdad seguirá aumentando. Por si fuera
poco, apoyar estos presupuestos supone, desde nuestro punto de vista,
seguir gastando más en defensa. Lo recordaba el portavoz del Grupo de
Esquerra Republicana, el señor Picornell, que daba datos de ese aumento
en Defensa cuando a la vez se gasta menos en igualdad. Además, en ellos
se sigue apostando por un sistema energético que asegura el beneficio de
esas grandes empresas, al tiempo que se penaliza el autoconsumo; y se
niega un sistema descentralizado que apueste por energías renovables, sin
olvidar a esos millones de hogares que en el Estado sufren la pobreza
energética. Tenemos más de 5 millones de personas con pobreza
energética.


Apoyar estos presupuestos también supone dilapidar miles de
millones en alta velocidad. Recordemos que España es el Estado de la
Unión Europea con mayor número de kilómetros de AVE y, a la vez, donde
menos se utiliza. No hay más que ver la red de trenes de Cercanías. En
numerosas ocasiones hemos tenido aquí en esta Cámara mociones en defensa
de esas vías, de esas infraestructuras de trenes de cercanías, que son
tercermundistas en muchos casos. Pero son precisamente esas redes de
cercanías las que utiliza día a día la mayoría de la población y en ellas
habría que invertir. Pero no es casual que el nivel del Estado, en
kilómetros de AVE y en autopistas, sea de los mayores de Europa. Tiene
cuatro veces más autopistas que Alemania. ¿Por qué? Porque muchas de esas
constructoras, casualmente, aparecen luego en sumarios por haber hecho
pagos en B a partidos de Gobierno. ¡Qué casualidad!


Pero hay más razones: apoyar estos presupuestos es también
blanquear —esto es un dato objetivo— al partido de Europa que
más casos de corrupción tiene porque, por mucho que se intente poner el
ventilador, han superado de largo el caso Tangentopoli de la Italia de
los noventa que fue descubierto por Mani Pulite.


Pero, además, apoyar estos presupuestos supone apoyar a un
partido que no ha previsto ni una partida para la memoria histórica y, en
cambio, ha previsto más de 7 millones de euros para la guardia mora de
Franco. Y, al mismo tiempo, entierra con honores al general golpista
Sanjurjo; por cierto, con la presencia de algún senador de extrema
derecha de esta Cámara.


Pero también es apoyar los presupuestos de ese partido que niega
a la ciudadanía del País Vasco, de Euskal Herria, y de Cataluña el
derecho a decidir su futuro institucional libre y democráticamente.


También supone apoyar a aquellos que, siendo la última fuerza de
mi país, del País Vasco, de Euskal Herria, están obstaculizando
continuamente, desde un punto de vista vengativo y de excepcionalidad,
cualquier paso en el proceso de paz y normalización de Euskal Herria,
como defiende la inmensa mayoría de nuestro pueblo.


Y además supone apoyar al partido más centralista y
recentralizador, que lamina día a día competencias propias, invade
competencias ya transferidas y sigue sin transferir decenas de
competencias previstas ya en estatutos que han quedado obsoletos o en una
ley de amejoramiento, también obsoleta.


Por todas estas razones, Euskal Herria Bildu considera que estos
presupuestos son malos, que son pésimos, no solamente para los ciudadanos
de Euskal Herria, sino también para la inmensa mayoría de los pueblos y
de las personas del Estado español.


En definitiva, desde nuestro punto de vista, estos presupuestos
son una prueba más de que si las ciudadanas y los ciudadanos vascos
queremos otro modelo socioeconómico y político diferente no nos queda
otra vía que la construcción de un Estado propio que sea libre, que sea
democrático y que sea justo para hacer valer a todos los ciudadanos
vascos y a todas las ciudadanas vascas todos los derechos.


Lamentablemente, hemos visto cómo algunos, también en Euskal
Herria, en el País Vasco, han optado por caer en la trampa del chantaje,
del cambio de cromos. No es nada nuevo. Es ya algo cíclico, histórico,
que los partidos en el Gobierno en España solo se dignen a negociar
cuando están en minoría, incumpliendo además en muchas ocasiones lo
acordado. Pero luego no se dignan a dar a la ciudadanía aquello que les
corresponde por ley, por derecho o por decisión propia.


Aparte, este debate de presupuestos se ha utilizado para ajustar
el cupo, la Ley quinquenal del cupo —no hablaré de ello aquí,
porque creo que no es la Cámara precisa; de esto ya hablamos en la
Cámara, en este caso, de Vitoria-Gasteiz—. Pero creo que habría que
haberlo hecho con una visión de país, entre todos y con más
transparencia. Por cierto, quiero aprovechar para dar un mensaje en torno
a nuestro modelo de concierto y convenio. En este debate que ha surgido
públicamente hemos visto cómo algunas formaciones, no solamente las de
siempre, esas más jacobinas o hispanocéntricas, sino algunas, desde
posicionamientos soberanistas y nacionalistas, han criticado, yo creo que
desde el desconocimiento o la mala fe, nuestro modelo de concierto y de
convenio. Y si bien es cierto que hay naciones, que hay regiones en el
Estado que tienen un problema de financiación, y nosotros nos
solidarizamos y les apoyaremos siempre, que no se confundan de enemigo.
No, no; el modelo de concierto y convenio es un modelo propio, derecho
originario, que es solidario, que tiene riesgos y que tiene obligaciones.
Por eso quería dirigirme también a los partidos y a los representantes de
algunos de esos partidos, que, desde mi punto de vista, desde el
desconocimiento, porque no quiero pensar que sea desde la mala fe, han
criticado algo propio como es el concierto y el convenio vasco
navarro.


Por último, quería decir que es hora de actuar con visión de
país, a la grande, no a la pequeña; y, por ello, en Euskal Herria Bildu
votarermos en contra de estos presupuestos, que son más propios de un
ministro manostijeras, llenos de recortes.


Y, sin más, presidente, le agradezco su tiempo.


El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Alonso): Muchas gracias, senador
Iñarritu.


Para la defensa de la propuesta de veto número 12, tiene la
palabra el senador Bagué.


El señor BAGUÉ ROURA: Gracias, buenas tardes. Bona tarda.
Gràcies, senyor president.


Los senadores y senadoras del Partit Demòcrata presentamos este
veto general al Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado
para 2017. Antes de nada, permítanme unas consideraciones previas al
análisis del proyecto de ley que nos trae el Partido Popular para su
aprobación en el Pleno del Senado.


Son cinco años consecutivos los de incumplimiento del objetivo de
déficit público. Los mismos protagonistas y responsables económicos nos
vuelven a presentar unos Presupuestos Generales del Estado que nos
tememos que van a incumplir otra vez. Son unos presupuestos generales
claramente continuistas, de tono claramente continuista; casi podríamos
decir que son unos presupuestos de inercia. No se toman medidas claras ni
valientes en la corrección de desequilibrios. Estos presupuestos no
resuelven ni atienden los problemas reales de los catalanes. Este podría
ser el titular resumen de mi intervención de esta tarde.


Cataluña representa el 16 % de la población, el 19 % del producto
interior bruto, el 25 % de las exportaciones, y recibe un 9 % de
inversión. Y —peor todavía— se ejecuta, se liquida un 4 % de
obra pública. Esa es la realidad de Cataluña en el conjunto del Estado
español.


El 28 de marzo, el presidente Rajoy fue a Barcelona a anunciar
una lluvia de inversiones en infraestructuras que, desgraciadamente, solo
duró cuarenta y ocho horas, el tiempo que tardó el ministro Montoro en
presentar los presupuestos en el Congreso de los Diputados. Entonces ya
se pudo comprobar que todo era un espejismo. Un año más, ninguna
credibilidad.


A criterio del Partit Demòcrata, la actitud del PP en la
presentación de estos Presupuestos Generales del Estado peca de
triunfalismo, casi nos atreveríamos a decir que es un Gobierno eufórico.
Ya sabemos que los gobiernos tienden a presentar su obra como
inmejorable, pero hay que ser más prudente. Claro que existen indicadores
positivos de superación de la crisis económica, sin duda alguna, pero se
ha dejado atrás con muchos daños, con muchas secuelas y dejando a muchos
ciudadanos en la cuneta. Se ha producido un empobrecimiento real de
cientos de miles de ciudadanos que podríamos considerar de las clases
medias trabajadoras: autónomos, profesionales, pequeños empresarios, que
han sufrido con mucha gravedad la crisis económica. Hay una cifra que
resume muy bien esta realidad: según datos oficiales, 8,5 millones de
españoles fueron atendidos por servicios sociales municipales en 2016
—ojo con la cifra: 8,5 millones—. Otro dato: 1 400 000
hogares tienen a todos sus miembros en paro. Estamos en una tasa de
desempleo del 18,63 % y seguimos todavía, aunque mejorando, con 4 237 000
personas en paro.


Entrando en un primer apartado social, podemos comprobar que la
Ley de dependencia es incumplida reiteradamente. Del teórico 50 %
Administración central-50 % comunidad autónoma hemos pasado a la realidad
del 20 % de la Administración central y el 80 % a cargo de la comunidad
autónoma. En su día, el Grupo Parlamentario Convergència i Unió se opuso
en el Congreso a una ley que estaba mal planteada, mal diseñada
—era la época del ministro Caldera, del PSOE—, como después
tristemente se demostró. Pero tuvimos la valentía de denunciar que era
una ley mal planteada, como después, repito se ha podido comprobar.


Tenemos reiteradas sentencias del Tribunal Constitucional dando
la razón a las comunidades autónomas, en concreto, a la Generalitat de
Catalunya, en cuanto a la gestión del 0,7 % del IRPF, pero el Gobierno no
acata dichas sentencias —otro año sin acatar sentencias—.
Mientras tanto, estamos dejando a los servicios sociales municipales de
las autonomías sin los recursos necesarios para atender razonablemente
esas necesidades. Cien millones de incremento, de aumento para toda
España en dependencia es una cifra poco relevante ante la situación de
afectados que describía hace un momento y la lucha que tienen los
ayuntamientos y los servicios sociales en el día a día. Lo dicho también
nos vale para la pobreza infantil. Un portavoz ha dado el dato hace un
momento: alcanzamos casi el 30 % en pobreza infantil; hay 2,5 millones de
niños que están en el umbral de la pobreza infantil. Existen numerosos
casos detectados, y a menudo los servicios sociales municipales se ven
desbordados. En nuestra opinión —lo he dicho antes—, no se
atiende a las necesidades reales de los ciudadanos.


Si entramos en el bloque de la economía y del impulso a la
reactivación económica, observamos con sorpresa que no tienen unos
objetivos claros. Son, como he dicho antes, unos presupuestos
continuistas al cien por cien. Por ejemplo, no vemos programas de fomento
para facilitar la transición energética con políticas concretas. Todos
los países de la Unión Europea están desarrollando planes ambiciosos en
esta dirección, pero, sorprendentemente, el Estado español parece que va
en dirección opuesta. Se reduce el presupuesto en I+D+i para industria y
energía, justo en sentido inverso al criterio que nosotros, como Partit
Demòcrata, priorizaríamos. Hay que trabajar por el cambio de modelo para
mejorar en sueldos y en calidad del empleo.


Más ejemplos concretos. Desciende el Programa de apoyo a las
pymes. Se rebaja el Programa para la ayuda a la comercialización e
internacionalización de las empresas. E incluso un programa clave y
estratégico como es el Programa de modernización del turismo sufre una
reducción en estos Presupuestos Generales del Estado.


En cuanto a los autónomos, por poner un ejemplo significativo,
aumentan las cotizaciones, ya muy altas en comparación con muchos países
de nuestro entorno, y encima se echa atrás la regulación del autónomo a
tiempo parcial, por poner otro ejemplo.


En economía y apoyo a la empresa, se rebaja la previsión respecto
de 2016. La compra de deuda empresarial con fondos del Banco Central
Europeo se ha concentrado, en más de la mitad, en tres empresas: Repsol,
Iberdrola y Telefónica. En vez de muscular e intentar llegar a cientos de
empresas medianas y pequeñas para que aumenten y cojan más tamaño,
acumulan en unas pocas, en estas tres, más de la mitad de la compra de
deuda que se ha realizado con fondos del Banco Central Europeo.


En investigación, desarrollo e innovación, la Unión Europea fija
como objetivo a alcanzar el 3 % del PIB en el año 2020. En el año 2015
estábamos en un 1,22. En el 2017 se prevé un aumento, a nuestro entender
irrisorio, del 1 %. A las puertas del 2018 no habremos alcanzado ni la
mitad del objetivo marcado por la Unión Europea. Ni tan siquiera habremos
alcanzado el 1,5 en investigación, desarrollo e innovación.


Por lo que respecta a la agricultura, todo el mundo sabe y
reconoce que es un sector estratégico y absolutamente imprescindible para
la salvaguarda medioambiental, el equilibrio territorial y para preservar
el paisaje como activo y como valor económico. Y a este sector de tanta
trascendencia se le aplica un aumento del 0,3; es decir, con una
inflación de 2 puntos se rebaja la aportación a la agricultura. Una
subida ínfima y muy alejada de los mínimos. Por el contrario, la
Administración central reduce en más de un 70 % su aportación a los
programas de desarrollo rural.


En el apartado de obras públicas, inversiones e infraestructuras
se produce un descenso del 2,7 respecto de 2016. La primera constatación
es que el grado de ejecución de los proyectos que aparecen en los
presupuestos es insólitamente bajo. Voy a darles algunos datos de la
Cámara de Comercio de Barcelona. Por ejemplo, en 2015, la ejecución en
Renfe es del 5 % de lo presupuestado; en ADIF llega al 27 % de lo
presupuestado; y en inversión regionalizada llegamos al 8,2. Siempre
según la Cámara de Comercio, con sus criterios de análisis de la
inversión pública.


El pretexto del bloqueo político valdría para 2016, pero no nos
vale. Si observamos una serie histórica de los últimos diez o quince años
podremos ver que el grado de ejecución de los presupuestos es bajísimo de
forma reiterada —es decir, esto afecta a todos los gobiernos, no
solo al del PP—. A nuestro entender, este hecho da muy poca
credibilidad a los presupuestos. Año tras año se consignan partidas que
no se aplican y vuelven a consignarse, y en el mejor de los casos se
ejecuta una pequeña parte. Como comentaba, a las pocas horas del solemne
anuncio inversor del presidente Rajoy en Barcelona conocíamos el Proyecto
de Ley de Presupuestos para 2017. Nuestra sorpresa fue mayúscula al
comprobar que se reducían en un 2,7 las previsiones de inversión en
Cataluña respecto de 2016, que había sido un año particularmente bajo en
cuanto a previsión de inversión.


Un periódico de Barcelona —La Vanguardia— publicaba
hace unas semanas que la ejecución de los Presupuestos Generales del
Estado en Cataluña en 2016 había alcanzado el 35 % del conjunto de las
inversiones públicas en Cataluña. Sería interminable describir la
infinidad de obras públicas que no se resuelven o que avanzan a un ritmo
exageradamente lento. Daré un único ejemplo: en materia de Rodalies, de
cercanías, se ha llevado a cabo la ejecución del 13 % del Plan de
inversión en cercanías de Barcelona 2008-2015 —eso afecta a varios
gobiernos—, y eso que era un plan de choque de lo más urgente en
cuanto a cercanías en Barcelona.


¿Alguien puede considerar razonables estos datos, estos índices
de ejecución? El Gobierno sigue con el modelo radial en infraestructuras;
todo empieza, transcurre y acaba en Madrid. Esto, a nuestro entender, es
antieconómico, anticuado, obsoleto e ineficaz. Es un modelo decimonónico.
Sería un modelo neoisabelino, en expresión del profesor Boira, secretario
de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana en referencia al modelo
económico del siglo XIX, reinando Isabel II.


Hay obras cuya ejecución se eterniza. Desde la estación de La
Sagrera, en Barcelona, hasta la que acabo de mencionar de rodalies, de
cercanías. Les pondré algunos ejemplos. La variante de Vallirana, que
lleva ya veinticinco años. La B-40, cuarto cinturón; ni un kilómetro
desde 2010. La conexión entre la A-2 y la AP-7 en Castellbisbal,
desde 1998. El desdoblamiento de la N-II en Girona, mi demarcación
—en nueve años, 15 kilómetros; 1,5 kilómetros al año—. Plazos
de ejecución de cuarenta meses para tramos de 2 kilómetros. La A-7, en
Tarragona, Vandellòs-Ulldecona; nada de nada. En la N-340, una carretera
con muy alta siniestralidad, tampoco se actúa. La A-27, Baix Montblanc,
desde 1997, pendiente desde hace veinte años. La variante de la Pobla de
Segur, desde 1993. La N-260, como eje pirenaico, sin ninguna programación
de pequeñas actuaciones de mejora en proyectos definidos; no hay ninguna
programación plurianual. La N-230, como decíamos, una de las mayores en
siniestralidad. La A-14, en Lleida, pendiente del tramo Lleida-Rosselló y
Almenar-Lafrange desde 1999. La A-26, Olot-Figueres, desde el año 2000.
La variante de Olot, otro clásico. La supresión de pasos ferroviarios en
Figueres, en Flaçà. Las soluciones de integración urbana en
Montcada-Reixac, en varios municipios del área urbana de Barcelona. O el
recrecido de los andenes y las mejoras en ferrocarril.


En materia de educación, la LOMCE ha creado una grave distorsión
en toda la comunidad educativa y en sus profesionales docentes. A pesar
de ello, los Presupuestos Generales del Estado destinan un 1,7 más a
educación. Eso sí, siguen manteniendo la disposición adicional trigésima
octava, que permite la matriculación para la educación en castellano en
centros privados de Cataluña. Después, resulta que nadie lo pide, pero da
igual: es mejor una leyenda urbana y no enmendar, que reconocer que nadie
pide esta matriculación que ustedes brindan. Si el impulso necesario a la
educación se mide por el aumento presupuestario, realmente el panorama es
desolador. En becas, España se sitúa en el 0,11, a un tercio de la media
de los países de la Unión Europea, con el 0,31. Estos Presupuestos
Generales del Estado prevén un incremento del 1,4. Además, este Gobierno
se permite no cumplir con las reiteradas sentencias respecto de que la
gestión de las becas corresponde a la Generalitat. Hay trece sentencias
—la primera, de 1994— que señalan el traspaso y que es a la
Generalitat, o a la comunidad autónoma, a la que le corresponde la
gestión. Tampoco se observa que pretendamos recuperar los fondos de
escolarización de 0 a 3 años, que podrían recuperarse. Se eliminaron por
cuestiones de restricción presupuestaria, pero estamos hablando de apoyo
a la familia y no concretamos. Mucho hablar de familia, pero no avanzamos
más.


En cultura, se eliminó el Convenio de capitalidad cultural con
Barcelona con el pretexto de la crisis y los ajustes, pero no se revierte
la tendencia. En 2011 la Administración central redujo un 44 % la
aportación a los grandes equipamientos de Barcelona: el MNAC, el Macba,
el Gran Teatre del Liceu, y muchos otros. Y la comparativa con las
asignaciones a los grandes equipamientos de Madrid es casi insultante.






La
construcción, pospuesta reiteradamente, de la Biblioteca Pública de
Barcelona es otro ejemplo. Nosotros, en materia de cultura, creemos que
nos encontramos ante un problema de desproporción estructural. No puede
ser —muchos me han oído contarlo en ocasiones— que dos
terceras partes del presupuesto de cultura se vayan entre los
equipamientos de Madrid y el Cervantes. Y el tercio restante, para el
conjunto del resto de España. Fíjense si hay o no desproporción. Seguimos
sin una ley de mecenazgo potente y eficaz. El señor Wert y el señor
Lasalle fracasaron estrepitosamente ante el ministro Montoro y no
pudieron hacer más que una tímida reforma por la puerta trasera en una
ley de acompañamiento a los presupuestos. El IVA de ciertos productos
culturales sigue disparado en algunos casos. El récord europeo en presión
fiscal en cultura todavía lo tenemos en España. Y en fiscalidad
—hecho gravísimo—, el Gobierno ha suprimido que la promoción
y difusión de las lenguas oficiales pueda obtener ventajas y un
tratamiento favorable. Es decir, al IV Centenario de la Plaza Mayor,
al 75 Aniversario de la Escuela Diplomática, al 20 Aniversario de
PhotoESPAÑA, a muchos hechos relevantes se les da un tratamiento fiscal
que compartimos, pero no existe para la promoción y difusión de las
lenguas oficiales, desde el aranés, al gallego, al vasco, al catalán...,
a todas las lenguas cuyo estatuto las recoge como lengua oficial o
cooficial. A nuestro entender, esta es una decisión gravísima,
ideológica, y de menosprecio explícito al catalán, al euskera, al gallego
y a las demás lenguas reconocidas en sus respectivos estatutos. Con esta
actitud y esta decisión, creo que el espíritu de la Constitución —a
la que tanto les gusta apelar—, que en su artículo 3 dice que el
Estado velará por la especial protección y respeto a las modalidades
lingüísticas, se lo saltan con toda tranquilidad. Quiero recordar que la
disposición adicional cuadragésima octava de los Presupuestos Generales
del Estado para 2016 permitía que la promoción y difusión de lenguas
cooficiales tuviese un tratamiento fiscal interesante. Con la disposición
adicional quincuagésima séptima de estos presupuestos eso se lo cargan,
lo eliminan. Este simple motivo, esta única razón, ya nos bastaría para
votar en contra de estos presupuestos.


Justicia. El Consejo de Europa sitúa a España en la última
posición en la lucha por la independencia de la justicia. El pasado
miércoles, un informe publicado por el Consejo de Europa situaba a España
como el país menos comprometido en la lucha contra la politización
judicial de los 21 Estados analizados. Cuidado con el dato. En eso
también somos líderes, pero, en este caso, por la cola. Otro ejemplo: no
se establecen programas de mediación y arbitraje para que ayuden a
descongestionar los juzgados. Tenemos una justicia colapsada, y no se
ejecutan programas de mediación y arbitraje para intentar
descolapsarla.


Seguridad. Los Mossos d?Esquadra, la policía de Cataluña, ha
demostrado una gran profesionalidad y eficacia en la lucha contra el
yihadismo y el fanatismo religioso integrista. ¿Alguien puede considerar
razonable que en una situación de alerta 4 sobre 5 en el nivel
antiterrorista los Mossos d?Esquadra no tengan acceso a las bases de
datos policiales? La información es clave, y no hay explicación posible.
La Junta de Seguridad de Cataluña, por ejemplo, no se reúne
desde 2009.


Voy terminando. Refugiados y CIE. Existe el compromiso de acoger
a 17 337 personas refugiadas. Con los datos en la mano, la acción del
Gobierno en 2016 ha sido prácticamente nula.


No hay previsión —cero euros— para ayudar a las
administraciones que tienen competencias para gestionar temas
sociosanitarios y de educación. No hay ningún tipo de colaboración
institucional. Tampoco se vislumbra recuperar el Fondo estatal para la
inmigración ni el Fondo estatal para la integración de los inmigrantes,
con respuestas, como decía, en sanidad, educación y servicios sociales.
En cuanto a los CIE, existe un amplio acuerdo sobre las pésimas
condiciones en que se encuentran muchos de ellos, especialmente el de
Melilla. Tampoco se vislumbran opciones alternativas.


En conclusión, por todas estas razones, las senadoras y los
senadores del Partit Demòcrata presentamos este veto al proyecto de ley
de Presupuestos Generales del Estado para 2017, que presenta el Partido
Popular con el apoyo de Ciutadans y algunos otros grupos. Acabo como he
empezado: estos son unos presupuestos continuistas, que no resuelven ni
atienden los problemas reales de los ciudadanos catalanes.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Alonso): Gracias, senador
Bagué.


Para la defensa de la propuesta de veto número 20, tiene la
palabra el senador Mulet.


El señor MULET GARCÍA: Gracias, señor presidente. (El señor
presidente ocupa la Presidencia).


Señor ministro, veo que está usted solo, de todo el Gobierno. Es
un poco triste. A mí también me daría un poco de vergüenza venir a
defender estos presupuestos, y más ante un hemiciclo como este. He estado
siguiendo las intervenciones de los demás compañeros, y he visto como
aquí prácticamente nadie hacía caso a los intervinientes. Jugaban con el
móvil, bostezaban, escuchaban música, hablaban con su compañero... Veo
que la atención que se presta a la gente que interviene es nula; prueba
de esto es que el hemiciclo está prácticamente vacío. Sabemos que en el
Congreso hay otro debate importante, pero un único miembro del Gobierno
para defender sus cuentas nos parece, como mínimo, preocupante.


En una democracia avanzada —que no es esta— hoy
tendríamos otra realidad. Tendríamos un Gobierno plural a fecha de hoy, a
la vista de los últimos resultados electorales. El Partido Popular
estaría en la oposición, apartado por un cordón sanitario, y el resto de
fuerzas políticas decentes habríamos conseguido un acuerdo, un consenso
mínimo para tirar adelante un Estado español. Algunos apostaron por hacer
imposible este acuerdo. Nosotros, desde el minuto cero, hemos estado
abiertos al diálogo. Y una cosa es el diálogo y otra son las imposiciones
y los pactos parciales excluyentes, de o lo tomas o lo dejas.


El tiempo nos demuestra que fue un error de todos no esforzarse
por un acuerdo. Y no nos resignamos. Por eso, Compromís votará a favor de
la moción de censura que se está debatiendo ahora mismo en el Congreso y
votaremos a favor de cualquier moción de censura que presenten otros
partidos, porque lo que urge es echar a este Gobierno. Por favor, señores
del Partido Socialista, rectifiquen ahora que sus bases han hablado y
ayúdennos a echar a este Gobierno. Por higiene democrática el PP no puede
continuar ni un día más en el Gobierno. En una democracia normal, usted,
señor Montoro, ya no estaría ocupando el sillón de ministro; habría otro
ministro ahí, solo, pero no sería usted. Un ministro que ampara a
defraudadores; un ministro reprobado por el Constitucional; un ministro
que mientras castiga a los pueblos, como el valenciano, hace normas para
blanquear a Ratos, Bárcenas, Pujols o amigos, no puede continuar en el
cargo. Señor ministro, mientras usted castiga a la gente trabajadora de
este país con una política económica salvaje, salva a 31 000
defraudadores —lo sabe perfectamente—, salva a sus amigos, a
quien evade capitales y a quien no paga sus impuestos. Este es el
patriotismo del Partido Popular, que se envuelve no con la bandera
rojigualda, sino con la bandera de Andorra, de Panamá o de Suiza. Señor
Montoro, le pido que se vaya, por higiene democrática.


¿Por qué fiarnos de estos presupuestos si los ha hecho usted?
Obviamente, no nos podemos fiar. Ya lo ha dicho antes en el Congreso el
gran poeta: Cuanto peor, mejor para todos; y cuanto peor para todos,
mejor para mí —el suyo—, beneficio político. Con un
presidente del Gobierno de esta talla intelectual, obviamente estamos
para preocuparnos muchísimo.


Los Presupuestos Generales del Estado para 2017 no son unas
cuentas públicas, son un ajuste de cuentas, o lo que nos cuesta a los
ciudadanos y ciudadanas de este Estado que se perpetúe en el poder el
partido político imputado al que usted pertenece. De los 34,59 millones
de españoles que pudieron votarle, solamente le votaron 7,9 millones de
españoles. Es un partido deslegitimado para gobernar y para mantenerse en
el poder que mercadea y trapichea con el dinero de todos, comprando
voluntades políticas, votos de otros partidos políticos, a base de
repartir arbitraria e injustamente el dinero de todos y todas. Estos no
son unos presupuestos, esto es un atraco en el que siempre acabamos
pagando los mismos. Usted hablaba de acuerdos. Esto no es un acuerdo
entre partidos. Esto es mercadeo.


Gobernar un país tendría que ser tomar decisiones en pro del
beneficio de la mayoría, administrar y redistribuir sus bienes para
intentar conseguir una sociedad igualitaria y justa. Este Gobierno no
gobierna, sino que usa el Gobierno para perpetuarse en el poder y aplicar
políticas contra la mayoría, para lucro de aquellos para quienes ustedes
trabajan, que, desgraciadamente, los ciudadanos y ciudadanas saben
perfectamente quienes son. ¿Cuánto nos va a costar que la banda de
Mariano Rajoy continúe en el Gobierno? Los valencianos sabemos mucho de
eso.


La ineficacia del Gobierno castiga de nuevo al resto de
administraciones, a las comunidades autónomas, que son las que tienen que
ofrecer los servicios básicos de educación, política social y sanidad,
que usted sabe perfectamente que son los que más gastos generan. El
grueso del déficit lo reservan ustedes para la Administración central,
el 80 %, para poder continuar pagando el rescate de autopistas de sus
amigos, multas millonarias de Europa por mala praxis o indemnizaciones
como la del Castor a sus amigos. Son un Gobierno de espaldas a la gente.
Lo dejan claro desde el momento en que su prioridad es rescatar bancos y
no personas.


Pondré otro ejemplo de lo que representan ideológicamente.
Recientemente nos dijeron que se habían retirado los 1,5 millones de
euros destinados a la exhumación de tumbas del franquismo aprobados en el
Gobierno de Zapatero por problemas económicos, porque el Gobierno no
puede asumir este coste. Pero, al mismo tiempo, destinan 2 millones de
euros al año para mantener el mausoleo franquista del Valle de los
Caídos, o 7,2 millones de euros anuales para la guardia mora de Franco.
No tienen vergüenza, no respetan las leyes y actúan como neofranquistas
—y disculpen por lo de neo—. Tienen dinero para condecorar
vírgenes, pero no para rescatar personas. Ahogan a las comunidades
autónomas con una distribución que no es equitativa a su peso poblacional
o a su maltrato histórico. Así les impiden hacer políticas sociales que
demuestren que otra forma de gobernar es posible. Mientras a unas
comunidades autónomas no es que les caiga el cupo, sino que les cae el
cuponazo para comprar su voto, a otras nos cae el Fondo de liquidez
autonómico, que llega tarde, mal y raquítico.


Se trata de que el Gobierno, que nos ha quitado nuestro dinero,
luego nos da solo una parte de él, pero prestado, y se lo tenemos que
devolver con altos intereses. Esto, para nosotros, es una forma de
atraco.


Prevén que la inversión por habitante en el País Valencià sea
de 119 euros, muy por debajo de la media de España, que es de 185 euros
por habitante. Expolio que ocurre de manera continuada desde hace 25
años. El PP nos saquea, no invierte, no es justo en cuanto a lo que
aportamos los valencianos y, encima, lo poco que presupuesta —y lo
sabe usted perfectamente— no lo cumple, como hemos podido ver con
la ejecución real del presupuesto del 2016, que a pesar de ser ridículo e
insuficiente en muchas partidas, como la de fomento, no llega ni al 30 %
de ejecución real. Y ya se lo expliqué una vez: si nos vuelve tan pobres
al final sus amigos no nos podrán saquear como lo han hecho hasta
ahora.


La cifra prevista de inversión para el País Valencià en 2017 ha
bajado de 890 millones a 582 millones de euros. Le recuerdo que hasta su
propio partido se quejó allí de este maltrato, aunque luego rectificaron,
imagino que porque desde aquí les llamaron la atención. Nosotros somos 5
millones de habitantes, el 11 % de la población, con grandes retos y
necesidades, y su presupuesto es del 6,9 % de los recursos totales. Usted
nos dijo en el Congreso que éramos unos llorones. Nosotros no venimos
aquí a llorar, sino a describir una realidad que usted conoce tan bien
como nosotros. Los valencianos no estamos aquí para ofrendar nuevas
glorias; no estamos aquí para callar ni para ser cómplices del partido
político más corrupto de Occidente; no estamos aquí para agachar la
cabeza. Nosotros estamos aquí para decirles que esto se acabó, que se
acabó el expolio, que se acabó el trato colonial que usted conoce
perfectamente, que se acabó el desprecio y que se acabó el saqueo. No
hemos venido aquí a llorar —nosotros no somos de llorar—,
hemos venido aquí a reclamar lo que es nuestro, simplemente un trato
justo.


Hemos venido aquí a hablar de la expropiación forzosa fiscal a la
que usted nos somete año tras año como si fuéramos una colonia,
haciéndonos perder derechos continuamente. Y luego se extrañan ustedes de
que haya gente que quiera irse de España cuando continúan maltratando y
saqueando. Peor que en las colonias del siglo XIX. Pero lamentablemente
este saqueo no inmuta a los senadores del Partido Popular valenciano ni a
sus socios de la nueva derecha, ya que no han presentado ni una sola
enmienda para mejorar esta vergüenza de presupuestos. Los valencianos
llamamos a estos traidores a su pueblo por un nombre: botiflers. No
existe otro término más acorde para describir a los senadores y diputados
del Partido Popular y de la nueva derecha que el de traidores a su
pueblo, botiflers o vendidos.


Nos afean ustedes que hemos sido incapaces de arrastrar
inversiones para el País Valencià, como sí han hecho otros partidos
políticos para su territorio. Usted sabe perfectamente, señor Montoro,
que nosotros no estamos en venta; no hemos venido aquí a prostituirnos
políticamente. A los valencianos no nos alimentan las migajas. El
principal responsable de estos presupuestos es el Gobierno que los
elabora, el partido político que le da apoyo y los partidos que los
pactan con ellos. El Gobierno no ha hecho ni un gesto de aproximación a
nosotros —y usted lo sabe perfectamente— una vez que ha
conseguido comprar con nuestro dinero el voto de otros partidos
políticos. No vamos a ser cómplices de un Gobierno corrupto, de un
partido corrupto ni de un presupuesto corrupto e injusto. Si vamos a la
RAE, leemos que se entiende por corrupto a quien se deja o ha dejado
sobornar, pervertir o viciar; o la otra acepción, que es dañado, perverso
y torcido. Sabe perfectamente que eso es aplicable a su Gobierno, a su
presupuesto y a su partido político.


Pero la táctica de intentar responsabilizar a Compromís de no
votar a favor de su presupuesto pervertido, viciado, perverso y torcido
transmite el mensaje de que por nuestra culpa el País Valencià no tendrá
un trato justo, y eso tiene otra lectura que es interesante, y es que
solo Compromís se preocupa del País Valencià ya que, visto lo visto, del
Partido Popular y de Ciudadanos no se puede esperar nada bueno para los
valencianos. O lo que es lo mismo, votar al Partido Popular y a su marca
blanca es perjudicial para el País Valencià, es votar a botiflers. ¿Qué
han conseguido Partido Popular y Ciudadanos para el País Valencià?
Humillación.


Cantaba el grupo Al Tall —y traduzco la letra—:
Ladrones que entráis por Almansa, no sois ladrones de saqueo, que nos
ponéis la cueva en casa y desde ella gobernáis. Gobernáis de latrocinio y
rapiñáis gobernando. Sois glotones de vida larga que nunca queréis
acabar. Nuestro plato de cada día nos lo volvéis a quitar. Lo aportáis
con elegancia, como si no tuviéramos hambre.


El Estado español acumularía una deuda histórica de 13 500
millones de euros con el pueblo valenciano y, por el contrario, la deuda
acumulada por el País Valencià es de 44 000 millones de euros, por
diversas causas: por un déficit inversor que usted conoce bien, por un
sistema de reparto que usted conoce bien, por una mala financiación que
usted conoce bien, por una gestión nefasta de los gobiernos de Zaplana,
Olivas, Camps y Fabra y por los saqueos continuos, que también conoce
bien, de los casos aislados del Partido Popular.


A pesar de ello, el Gobierno saca pecho de los más de 21 000
millones del Plan de pago a proveedores y de los 1600 millones que se ha
ahorrado la Generalitat Valenciana con la restructuración de la deuda,
como si esta deuda fuera legítima y no ocasionada por un sistema de
financiación injusto. Estos presupuestos de 2017 no rectifican, al
contrario, profundizan más con esa grieta causada por una política
injusta. Esto para nosotros es un robo, y es que por mucho que nos hayan
robado a los valencianos no estamos acostumbrados, y no lo vamos a estar
nunca.


Nos han robado por tierra, mar y aire, y de las formas más
originales e inimaginables posibles: bien sea con unos presupuestos como
estos; bien sea robando a las monjas, como hacía Hernández Mateo; bien
sea robando a la cooperación internacional, como hacia Rafael Blasco;
bien sea robando a la hacienda pública, como hacía Carlos Fabra; bien sea
robando con la Fórmula 1 o con Valmor, como hacia el Gobierno de Alberto
Fabra; bien sea cargando a la caja fija de la Generalitat chorizos de
cantimpalo o huevos Kinder, como hacía el Gobierno de Alberto Fabra; bien
sea robando con las basuras, como hacía, en el caso Brugal, Ripoll; bien
sea con el caso de las depuradores de Emarsa. Nos han robado en el Caso
Nóos, en el caso Taula, Alfonso Rus, aquel que contaba billetes de mil en
mil. Con la depuradora de Borriol, con todos los casos de Francisco
Martínez, con naranjas, con Mastergolf. Nos han robado con la
construcción, o no construcción en este caso, de las escuelas para
nuestros niños con la empresa pública Ciegsa. Han robado y condenado el
futuro de nuestros niños, que han estado estudiando todo su ciclo escolar
en barracones. Nos han robado con el IVAM, con Acuamed, con Imelsa, con
Fitur, con Orange Market, con los zombis de las empresas públicas
—ven como sí hacía falta un protocolo contra la amenaza
zombi—. Han robado y desmantelado a la banca pública valenciana,
han robado con Bancaixa, han robado con la CAM, han robado con Bankia,
han robado con comilonas y falsas traductoras de rumano, han robado con
un urbanismo salvaje, han robado con la Copa América, han robado con la
Ciudad de la Luz de Alacant, han robado con los trajes de Camps, han
robado con el caviar de Ricardo Costa —del caviar del señor Pedro
Agramunt, manchado de sangre, hablaremos otro día—, han robado con
la visita del papa, han robado con la residencias de la tercera edad, con
todo lo que ha tocado el señor Cotino. Han robado vidas con el accidente
del metro de Valencia, que han intentado acallar vergonzosamente
—hay que ser muy sinvergüenza para eso—. Han robado
enchufando a amigos, familiares y miembros del partido en instituciones
públicas. Han robado con las facturas de la alcaldía anterior de
Valencia. Ha robado Serafín Castellano, delegado del Gobierno, que está
en la cárcel. Ha robado el señor Olivas, expresidente de la Generalitat.
Algún día hablaremos del señor Zaplana. Han robado con el Ibex, han
robado con Mercalicante, han robado con Terra Mítica, han robado con
Canal Nou, han robado con Over Marketing, han robado con sobres en B y
sobresueldos, han robado con la diputación de Alicante, de Valencia y la
diputación de Alacant, han robado con vicepresidentes autonómicos como
Víctor Campos, han robado con la Gürtel, han robado con los casos que ha
llevado a la cárcel a la expresidenta de las Cortes Valencianas,
Milagrosa Martínez.


Ustedes son un partido de presuntos ladrones, como Pedro García,
Fernando de la Rosa, Juan Cotino, ¿los conocen a todos, verdad? Sonia
Castedo, Díaz Alperi, Antonio Lorenzo —igual sale algún nombre
vuestro también—, Mónica Lorente, José Miguel Molina, José María
Tabares, Rafael Betoret, Vicent Aparici, Dora Ibars, Lola Johnson,
Angélica Such, Yolanda García, David Serra. No tengo tiempo porque solo
me quedan 13 minutos y ustedes saben perfectamente la banda de amigos que
tienen.


Después de todo lo robado, simplemente quiero decirles que
devuelvan el dinero a los valencianos, entreguen el dinero y
disuélvanse.


Tengo que pedirles que, con sus casos aislados, se aíslen de la
gente decente. Se pueden aislar perfectamente en Alcalá Meco, en
Picassent, o en la cárcel de Villena, pero, por favor, dejen de robarnos,
devuelvan el dinero. Dejen de hacer presupuestos como estos, que nos
roban; presupuestos corruptos en la acepción que hemos explicado
antes.


Si bien quien peor ha gestionado el dinero público ha sido la
Administración central, como todos sabemos, ha existido un interés claro
de demonizar a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos,
olvidándose ustedes intencionadamente de que las diputaciones
provinciales, que han sido nudos de corrupción, especialmente en el País
Valencià, son las que más clientelismo, duplicidades, dispendios,
malgasto y, como todo lo que toca el PP, corrupción, han comportado a las
arcas públicas. Diputaciones que han estado —como usted bien
sabe— gobernadas por Carlos Fabra, Alfonso Rus o Ripoll.


Si bien es cierto que los gobiernos del Partido Popular en las
grandes ciudades han significado también un ejemplo de gestión nefasta y
malgasto, no era esa la tónica en las pequeñas corporaciones ni es ahora
con los gobiernos del cambio. Mantener el techo de gasto como hace, o la
Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local, es
continuar con la asfixia financiera de los ayuntamientos, que es la
administración más cercana a los administrados. Unos presupuestos como
estos, que no permiten a los ayuntamientos invertir sus remanentes en
beneficio de la ciudadanía, no pueden ser unos buenos presupuestos.


Por todo ello, este ahogo para que al Estado le salgan las
cuentas ante las imposiciones de la troika europea acaba siendo una
excusa para aplicar ustedes las más rancias de las políticas
ultraliberales. Obviamente, unos presupuestos son una aproximación, unos
cálculos a grandes rasgos de lo que prevé recaudar el Gobierno y de lo
que prevé invertir en materias concretas una vez cumplidas las
obligaciones que comporta el presupuesto. Que esto pueda variar entra
dentro de la lógica, pero lo que no es de recibo es que ustedes partan de
unas previsiones viciadas o corruptas, como decía la acepción de la RAE.
Saben de antemano que son falsas por la incapacidad de recaudar impuestos
directos al nivel que se han propuesto, como se ha puesto de manifiesto
en el cierre de cada ejercicio contable.


Ustedes hablan de la falsa recuperación económica. Obviamente,
las estadísticas son muy sufridas, pero la realidad es la que es y no se
puede camuflar. Si las reformas o demoliciones laborales que ustedes han
practicado; si la política de precarización de las condiciones de trabajo
va a más; si se crea empleo en precario a costa de empleo digno; si se
recorta a pasos agigantados la calidad de vida de las personas, también
se recorta su poder adquisitivo y merman directamente los ingresos del
Estado.


Las previsiones de ingresos son irreales y no existe tampoco
ninguna rectificación en cuanto a afrontar nuevas vías de ingresos.
Estamos ante un sistema injusto, donde las grandes fortunas o capitales
no aportan proporcionalmente, ni de lejos, lo que las economías
familiares y las rentas bajas, rompiendo con ello el principio de
redistribución de la riqueza. Con esta política ustedes santifican la
imposibilidad de un cambio y hacen que los pobres sean cada vez más
pobres y los ricos cada vez menos en cantidad y más ricos.


Ustedes, los que han gobernado con y para defraudadores, no
merecen nuestra confianza, y sus cuentas menos todavía. Con esta
previsión irreal de ingresos se abre la puerta igualmente a que a la
primera de cambio el Gobierno justifique recortes y continúe con el
saqueo premeditado de la caja de las pensiones. Una mala planificación ha
permitido que cada vez esté más vacía y se asuste, con motivo o no, a los
ciudadanos para que acudan despavoridos, los pocos que puedan, a
entidades bancarias. Si han conseguido que antes la pobreza se asimilara
al desempleo, ahora ya se asimila directamente a trabajadores. Hay miles
y miles de trabajadores pobres gracias a sus políticas. También están
labrando el futuro de los jubilados pobres. Si hasta ahora miles y miles
de familias de España subsisten gracias a las pensiones de sus mayores,
en pocos años con sus políticas no podrán subsistir directamente ni los
jubilados.


¿Qué ha hecho el Gobierno para recuperar todo el dinero, por
ejemplo, que se ha destinado a rescatar bancos? Obviamente, sabemos que
nada, no ha hecho absolutamente nada. Tal vez también algún día los
tribunales les digan lo mismo que han hecho con la amnistía fiscal de
Montoro y amigos: que fue un atraco. Mientras, ¿qué pasa con el dinero de
todos y todas? ¿Qué hay de los bancos? Nada.


Generan ustedes pobreza en todo lo que tocan. Aquí se puede
comprar un banco por un euro o rescatar a todo el sistema bancario
español con dinero público, mientras estos bancos, a los que hemos
inyectado dinero de todos, continúan desahuciando a miles de españoles.
Pensamos que después de esto no se tendría que permitir ni un desahucio
más.


Si el maltrato al País Valencià queda claro y patente en sus
cuentas, no por ello son justos con el resto del Estado. Se incrementa
un 32 % la partida en defensa para gastar más en armamento, que mata
personas. Se incrementa la partida para la Casa Real o compran a base de
talonario ciertos votos. No son unos presupuestos justos. Existe una
desatención a buena parte del territorio para mercadear ustedes con otros
porque, desgraciadamente, los senadores de su partido actúan como peones
para parapetar al Gobierno corrupto en su poltrona, pero no para defender
a su territorio.


Estos presupuestos han indignado no únicamente a nuestros
alcaldes y concejales, entidades sociales, organizaciones sindicales,
agrarias, profesionales, vecinales, de todo tipo del País Valencià, sino
que también hemos recibido enmiendas y quejas de partidos hermanos, como
el Partido Caballas de Ceuta, la Chunta Aragonesista, Més per Mallorca,
Més per Menorca, el Partido Castellano; o de colectivos ciudadanos, como
el Colectivo Ciudadanos del Reino de León, de ciudadanos de cualquier
parte del territorio español. Estos presupuestos son un atraco a la gente
decente. Profundizan en un modelo económico que no apuesta por la
recuperación económica de las personas, sino por el derribo de derechos,
por convertirnos en mano de obra barata para Europa. Ese es su modelo
económico, el de la precariedad.


Reducen a la mitad las partidas vitales, que ya eran irrisorias,
contra la contaminación o el cambio climático y cierran la puerta a una
nueva economía verde. Apuestan por un modelo insostenible e insensato.
Desestructuran el territorio para permitir grandes zonas despobladas, con
gran valor, para venderlas a grandes corporaciones internacionales. Así,
tenemos proyectos como el de la mina del Retortillo en Salamanca, los
tres proyectos de minas de feldespato en Ávila, proyectan fracking por
todo el territorio o permiten líneas de muy alta tensión, como en
Castellón. Nos malvenden e hipotecan nuestro futuro, un futuro negro ya
que condenan a nuestros jóvenes a un exilio, emigrar para poder
sobrevivir, mientras no hacen el más mínimo gesto pare revertir la
situación. Apuestan por un sistema de infraestructuras injusto, por un
tren elitista como el AVE para unir Madrid con cualquier punto de España,
y mientras tanto no nos llegan las cercanías, las cercanías en la vía de
la plata o el corredor mediterráneo. Dejan pendientes las grandes
reivindicaciones históricas.


Estas cuentas son una clara declaración de intenciones. Quieren
que nuestro dinero, el dinero de las personas que no defraudamos a
Hacienda, que no robamos, que cumplimos con nuestras obligaciones, vayan
a los grandes intereses, a pagar los favores a las grandes corporaciones
que les mantienen a ustedes en el poder. Por este motivo, pensamos que
urge desplazarles a ustedes del Gobierno y a sus cómplices de la gestión
del dinero público. Por ese motivo, pensamos que las relaciones políticas
decentes han de dejarse de egos, sentarse y echarles a ustedes del
Gobierno. Por ese motivo, también solicitamos la devolución de los
Presupuestos Generales del Estado al Gobierno para su reformulación.
Queremos otro Gobierno, pero, mientras, queremos que estos presupuestos
no salgan adelante.


Queremos un Gobierno del Estado como el Gobierno que tenemos en
el País Valencià, el Govern del Botànic del País Valencià. Un Gobierno
para las personas y hecho por personas. Un Gobierno que apuesta por la
economía del bien común. Un Gobierno que trabaja por una educación
pública de calidad. Un Gobierno que trabaja por una sanidad universal que
no deja fuera a nadie. Un Gobierno que hace políticas sociales, que
rescata personas y les devuelve la dignidad, a pesar de que ustedes les
ahogan económicamente. Un Gobierno que trabaja por la igualdad efectiva
entre hombres y mujeres y por que todas las personas, sean como sean y
quieran como quieran, tengan el mismo trato. Un Gobierno que apueste por
una justicia justa, por dignificar la vida de nuestro campo y nuestro
medio rural. Un Gobierno que trabaje por respetar el territorio. Un
Gobierno que trabaje por el derecho a la vivienda y el trabajo digno. Un
Gobierno que apueste por una movilidad sostenible, por recuperar el
patrimonio, por unas administraciones transparentes. Por eso queremos un
Gobierno como el valenciano, no un Gobierno corrupto como el suyo. Por
eso pensamos que es urgente y necesario echar a esta organización
criminal del Gobierno.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mulet.


Pasamos al turno en contra de las propuestas de veto.


Señor De las Heras, tiene la palabra. (El señor Alegre Buxeda
pide la palabra).


El señor PRESIDENTE: Señor Alegre, intervendrá en el turno en
contra, después del señor De las Heras, que tendrá que compartir los
cuarenta minutos.


Senador De las Heras, ¿no le importará dejar unos minutos al
senador Alegre?


El señor DE LAS HERAS MUELA: En absoluto, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


El señor DE LAS HERAS MUELA: Señor presidente, señorías, señor
ministro de Hacienda, señor Montoro, buenas tardes.


La verdad es que después de tres horas y media de debate me voy a
morder la lengua. Me voy a morder la lengua, senador Mulet, porque ¿sabe
por qué hay tan poca gente en la bancada del Grupo Parlamentario Popular?
Por no escucharle. (Aplausos).


Dicho eso, sean mis primeras palabras como portavoz de
presupuestos del Senado para darle la enhorabuena a usted, señor
ministro, y a todo su equipo por haber conseguido un acuerdo histórico:
siete formaciones políticas han culminado con la aprobación inicial de
los Presupuestos Generales del Estado para 2017 en el Congreso. En esta
Cámara lo tendrá mucho más fácil, señor Montoro.






En cualquier caso,
gracias a los grupos políticos, a Ciudadanos, PNV, Foro Asturias,
Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y Nueva Canarias por
facilitar esa aprobación. En esta Cámara —no sé si están por
aquí— también me gustaría agradecer el apoyo del Partido Aragonés
Regionalista, que forma parte del Grupo Parlamentario Popular.


Una cosa son los presupuestos que muchas de sus señorías han
presentado en el registro general del ayuntamiento, y otra cosa lo que se
ha dicho aquí. Algunas de las afirmaciones rayan casi en el esperpento.
Voy a intentar rebatir todos y cada uno de los vetos presentados, y lo
haré como entiendo que tiene un mayor aprovechamiento para sus señorías:
de menor a mayor representación parlamentaria. Por tanto, empiezo con el
veto número 1, que firma el senador Iñarritu, y que fiel a la disciplina
parlamentaria de la izquierda abertzale trata en su veto de demostrar que
se ha partido de un diagnóstico erróneo de la realidad estatal y que
hacemos una lectura interesada y falseada de la crisis.


Usted al menos, señor Iñarritu, se ha trabajado el veto, no como
otros senadores. Usted se lo ha currado. Eso sí, permítame, repleto de
una cierta dosis de demagogia, algunas falsedades, varias
contradicciones, un cierto grado de desconocimiento y algo, por qué no
decírselo, senador Iñarritu, de resentimiento político. Habla de recorte
social cuando obvia que estos Presupuestos Generales del Estado de 2017
suponen un hito histórico, el mayor gasto social de la historia de este
país, más de 196 000 millones, el 56 % del gasto consolidado. Habla de
una necesaria reforma fiscal, pero el senador Iñarritu, que no estuvo en
la X Legislatura, desconoce una reforma fiscal que benefició a millones
de pequeños trabajadores y empresarios y que ha supuesto un ahorro para
sus bolsillos de 12 000 millones de euros. Habla de atajar un fraude
fiscal, y tal vez el senador Iñarritu, queridos compañeros de bancada,
desconozca que en estos cinco últimos años por esa vía se han recaudado
más de 60 000 millones de euros.


Manifiesta que estos Presupuestos Generales del Estado no
apuestan por el empleo, y tal vez usted debe ser el único en esta Cámara
que desconoce que ya se han recuperado 2 100 000 empleos desde que
gobierna el presidente Rajoy; medio millón cada año, aproximadamente, con
un objetivo claro: 20 millones de trabajadores en el año 2020.


Nos reprocha diciendo que hacemos oídos sordos en el Grupo
Parlamentario Popular a las mayorías vasca y catalana sobre su supuesto
derecho a decidir, cuando conoce, o debería conocer como senador de esta
Cámara, que la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo
español, y no en unos pocos.


Dice que el Ministerio de Justicia vulnera derechos básicos. Yo
le pregunto, senador Iñarritu, ¿de quién? ¿De los presos con delitos de
sangre? ¿De los extorsionadores del impuesto revolucionario? ¿De quién
vulnera el Ministerio de Justicia los derechos?


Habla, cómo no, de otro mantra de la izquierda: la precariedad en
el empleo. Como no estuvo en la comparecencia del gobernador del Banco de
España desconoce el dato que aportó a los miembros de la Comisión de
Presupuestos del Senado: la dualidad del trabajo en España entre empleos
fijos y temporales es la misma ahora que antes del inicio de la crisis
en 2007.


Critica también, por qué no, las pensiones públicas, cuando sabe
positivamente que en este presupuesto están garantizadas y, además,
tienen un préstamo como aval del Estado para cubrirlas. Estoy de acuerdo
con usted en una apreciación: que es necesario un gran pacto social con
el tema de las pensiones —también lo recoge algún que otro
grupo—, y me imagino que en la sede del Pacto de Toledo ustedes
harán las oportunas aportaciones.


Se muestra incrédulo sobre la creación o no de los 67 000 puestos
de trabajo en la Administración pública, y por ello intenta minimizar el
gran impacto que va a tener para la economía y para miles de familias esa
creación.


Se contradice cuando afirma que, por un lado, recortamos
pensiones y que, por otro, gracias a su sobredotación se incrementa el
gasto social. ¿En qué quedamos: bajan o suben?


Dice que el pago de la deuda sube 7 puntos en 2017 con respecto
a 2011, y a uno ya le empiezan a cansar las continuas apelaciones por
parte de la izquierda —y lo hemos oído en esta Cámara— al
presupuesto del año 2012. Y como diría un castizo: ¡Pa’ chasco no
va a aumentar! ¡Pero si es que lo dejaron todo a deber cuando dejaron el
presupuesto del 2012 completamente empantanado! (Aplausos). Aquí solo
había: Yo invito, tú pagas; las facturas, a los cajones. Y del déficit
energético, senadores del PSOE, ni hablamos.


Habla de presupuestos de ingresos ficticios. Claro, también se
perdió la comparecencia del secretario de Estado de Hacienda, que
manifestó que los ingresos públicos hasta el mes de mayo están creciendo
a 2 dígitos; no al 7,8 o al 7,9, sino 2 dígitos: el 10,2.


Vuelve a hablar del impuesto sobre sociedades y desconoce que con
respecto a ese mismo año, a 2011, la recaudación fiscal del último año ha
sido sustantivamente superior. ¿De qué referente nos habla la izquierda
del año 2012? De la triple D: la deuda, el desempleo y el déficit.
¡Critican y hablan de incremento de créditos a Defensa del 32 %! ¿Dónde
ve usted un 32 %? Yo solo veo un 0,6 %. Además, aluden a la apología de
una institución poco democrática. Mire usted, en el PP somos más del
derecho a la vida, no de ninguna apología.


Hablan de la necesaria transformación energética, del cambio
climático. Solamente hablan, no aportan una sola solución. Nosotros
éramos más de dejar de comprar derechos de emisión de CO2.


Critican la alta velocidad, incluso la Y vasca
—seguramente, sus compañeros en el Parlamento vasco no estarán de
acuerdo— y las cercanías. Y tal vez desconozca su señoría que 32
millones de usuarios del AVE dicen lo contrario, que 510 millones de
usuarios de las cercanías, Rodalies, dicen también lo contrario o que 31
millones de usuarios en las líneas de media distancia de Renfe también
contradicen sus datos.


Habla de un modelo económico basado en el AVE y en las
carreteras, y desconoce que en el modelo económico de crecimiento actual
el principal motor son las exportaciones.


Finalmente, termina su perorata con la apelación a la soberanía
económica, fiscal y financiera y social que salvará al País Vasco. ¿De
quién, senador Iñarritu? ¿De verdad cree usted que por el simple derecho
a decidir se acabarán los problemas en su comunidad autónoma o en
Cataluña?


Senador Mulet, el ministro de Hacienda no está solo, está con el
Grupo Parlamentario Popular y con todos los grupos que le acompañan.
Usted sí que parece estar más solo, (Aplausos), en este caso acompañado
solamente de un senador.


Habla de ajuste de cuentas, porque representamos a un partido
deslegitimado que solamente ha obtenido 7,9 millones de votos, el 33 %.
¿A su partido sabe cuántos le han votado? El 2,7 %. ¿Quién está más
deslegitimado, usted o nosotros? (Risas).


Se arrogan el que hablan en nombre de la mayoría social. ¿De qué
mayoría social habla usted? ¿Del 2,7 %? ¡Hombre, por favor!.


Confunden las prioridades de este Gobierno y de este grupo
parlamentario. Nosotros gobernamos para las personas, ustedes para los
titulares de prensa.


Le vuelvo a repetir por enésima vez en esta Cámara: con esa
reordenación bancaria —por cierto, a ningún banco privado, a cajas
de ahorro públicas— lo que se salvaguardaron fueron millones de
depósitos de millones de españoles. ¿Me ha «pillao»? Pues aplíquese el
cuento.


Lo de la guardia mora, el Valle de los Caídos, las medallas y las
vírgenes solo refleja en usted ese trasnochado espíritu de ideología
rancia y radical a la que representa.


Además, señor ministro, ¡critica el FLA, critica el FLA!, porque
su comunidad autónoma se ha beneficiado en 52 000 millones de euros. Dice
que llegó tarde, mal y raquítico. ¡Desde 2012, senador Mulet, 52 000
millones! ¿Se imagina lo que haríamos con 52 000 millones con los
mecanismos extraordinarios de liquidez, que además les han supuesto un
ahorro de intereses en su comunidad autónoma de 4631 millones de euros?
¿Qué han hecho con esos 4631 millones de euros? Ustedes están
cogobernando la comunidad autónoma. Y además dice que para ustedes esto
es un atraco. ¡Qué atrevida es la ignorancia, senador Mulet! Y yo les
pregunto a mis compañeros de bancada: ¿Quién financiaría una comunidad
autónoma con una deuda calificada como bono basura? Menos mal que tienen
al señor Montoro para que les financie.


Intentan dar lecciones de todo. Critica el grado de ejecución
presupuestaria de este Gobierno porque dice que tan solo llega en su
comunidad autónoma al 33,4 %. Y escúchenme, compañeros de bancada, ¿saben
ustedes, según la página o web oficial de la comunidad autónoma del País
Valenciano, «gva Oberta», a cuánto alcanza el grado de ejecución
presupuestaria de estos magníficos gestores de lo público? En los
capítulos 6 y 7, con una dotación presupuestaria de 1229 millones de
euros, en la fase T, que según sus normas contables es ejecutado y
pagado, alcanzan la magnífica cantidad del 2,28 %. (Risas). ¡Hombre,
háganselo mirar! ¡Un poco de seriedad, un poco de seriedad, senador
Mulet. (Aplausos).


Esperen, hay más. Habla de 13 500 millones de euros de deuda
histórica. ¿De dónde se la saca? Póngale un cero o quíteselo, da igual. Y
dice además que esa parte de deuda es ilegítima, pero tampoco dice en qué
parte. ¿Y quién va a ser el que diga qué parte es ilegítima y qué parte
le van a perdonar las entidades financieras que se lo prestaron? Ni
demonizamos ni asfixiamos a comunidades autónomas y ayuntamientos, más
bien todo lo contrario: junto a la Administración General del Estado, han
producido el mayor grado de consolidación fiscal de ningún país de la
Unión Europea, un país que este grupo político en 2011 se lo encontró al
borde de la bancarrota y del rescate.


Ya sabemos que le preocupa el nuevo modelo de financiación
autonómica y local. A nosotros el autonómico también, porque sepa que
en 2009 no lo aprobamos, pero me imagino que sabrá que gracias al
presidente Rajoy, que convocó la reunión de presidentes, hay un grupo de
expertos que está trabajando en ello. Con respecto a las corporaciones
locales, se aprobó una enmienda en el Congreso de los Diputados que
permitirá a las entidades locales la utilización de los remanentes de
tesorería en 2018.


Descalifican que durante trece trimestres hayamos tenido
crecimiento económico positivo y dicen, además, que las previsiones de
ingresos son viciadas y falsas porque hemos procedido a la demolición de
los derechos y a la precariedad en el empleo. Hombre, a estas alturas de
la película negar que la economía española está creciendo en los últimos
años en el entorno del 3 % o que ya se han recuperado 2 100 000 empleos
de los que se destruyeron durante la crisis o negar la dualidad contratos
indefinidos y temporales, que es totalmente similar ahora que en 2007, es
negar lo evidente.


Senador Mulet, lo del euro por un banco me parece una falta de
respeto tan absoluta a los accionistas de esa entidad financiera que, de
verdad, en ese tipo de cuestiones, tonterías las justas.


Sobreactúa usted y su grupo con los acuñados mantras de la
izquierda relativos a los derechos derribados, a la contaminación, la
economía verde, las infraestructuras elitistas, el fraude fiscal y las
políticas decentes, y lo único que destila todo su vocabulario es una
mezcla entre odio y rencor hacia quienes pensamos de forma diferente a
usted. (Rumores). Sí, senador Mulet. A un filósofo y humanista como usted
—creo que es filósofo y humanista, senador— le presuponía un
cierto grado de decencia política, pero debió perderla en el camino. Todo
lo que no sea su pensamiento único debe ser desterrado y demolido.


Senador Bagué, ahora va con su grupo y con usted, antigua
Convergencia Democrática de Cataluña. ¡Qué tiempos aquellos! Su visión
respecto a estos presupuestos no es nueva, es la ya acuñada y conocida
visión de que tenemos un Estado recentralizador, el injusto reparto del
déficit, de las inversiones, la falta de modelo y el carácter antisocial.
Cuestionan los objetivos de déficit y además desconocen —usted
estuvo en la comisión conmigo muchos días y, por lo tanto, no debería
desconocerlo— que las previsiones macroeconómicas que ha hecho el
Gobierno están avaladas tanto por el gobernador del Banco de España como
por el presidente de la Airef y, además, son prudentes y realizables. No
se les cae de la boca aquello de: ¿Qué hay de lo mío? Hombre, sean
ustedes serios, vamos a hablar de lo que es de todos, que son los
Presupuestos Generales del Estado.


Y critica también usted el grado de ejecución en el veto que ha
presentado porque dice, señor Montoro, que la ejecución presupuestaria en
su comunidad solo ha llegado al 67. Se va uno a la página web oficial de
la comunidad autónoma y ve que ellos ejecutan el 32. ¡Ay, señor! Dice que
no hay modelo económico ni empleo y tampoco reconoce que en el nuevo
modelo económico, puesto de manifiesto por el gobernador del Banco de
España, se ha producido el superávit de la balanza de pagos, el
incremento del empleo, el incremento de la demanda interna y la mejora de
la competitividad y, en cualquier caso —y no es cuestión
menor—, 2 100 000 nuevos empleos, que son datos relevantes que
confirman el crecimiento económico español. Además, con un doble efecto
de esos 2 millones nuevos de trabajadores: cada trabajador que encuentra
trabajo deja de recibir un subsidio y está cotizando, y eso es básico,
básico, como ha dicho el señor ministro, porque el objetivo fundamental
de este Gobierno es el empleo.


Dice: limitan la autonomía local y financiera de las
corporaciones locales y comunidades autónomas. Ustedes lo que pretenden
es volver a un gasto sin control ni medida y no puede desconocer, porque
no lo desconoce, que todavía estamos sometidos a un protocolo de déficit
excesivo y que, por lo tanto, si después de diez años hemos conseguido
que los ingresos lleguen a lo que estaban en 2007, no cabe otra solución,
evidentemente, que contener el gasto. No creo que desconozca tampoco, y
tampoco ha hablado de ella, la sobreaportación del Estado a las
comunidades autónomas por valor de 5400 millones de euros para que lo
inviertan en sanidad y en educación.


Tacha al presupuesto de antisocial. Si antisocial es llegar
al 56 % del gasto consolidado, 191 356 millones de euros en pensiones,
desempleo, sanidad, educación, cultura, servicios sociales para asegurar
el Estado del bienestar, estamos hablando de cosas completamente
diferentes. Pero claro, queridos compañeros, no damos respuesta a las
demandas que se hacen desde Cataluña. Y no es cierto, sí se las hemos
dado, senador Bagué. No habrá proceso ni procés. La soberanía nacional
reside en el pueblo español y no en ustedes. (Aplausos).


Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana. El senador Picornell
ha defendido más de lo mismo: recortes, asfixias, deslealtades,
recentralizaciones y más de lo que le achacaba al senador Bagué: ¿Qué hay
de lo mío? Como si en este país lo único que importaran fueran las
inversiones en todas las comarcas de Cataluña. ¡Hombre, el Estado español
lo conformamos muchas más regiones de España! Además, dicen que todo ello
se acabaría con su independencia porque, cual bálsamo de Fierabrás, todo
lo cura su independencia, su independencia cura todos los males que tiene
Cataluña. Le repito lo mismo que al senador Mulet: ¿Cómo pagarían ustedes
a los pensionistas? ¿A los desempleados? ¿La dependencia? ¿La sanidad?
¿La educación? ¿Simplemente aprobando el procés? No se lo creen ni
ustedes. ¿Cómo pagarían y quién les facilitaría el acceso a los más
de 67 000 millones a los que han tenido acceso a través del FLA? ¿De
dónde sacarían los más de 9000 millones de euros que se han ahorrado
gracias a los mecanismos que les ha proporcionado el Estado? (El señor
Estradé Palau: ¡Con los impuestos!— Rumores). ¡Hombre!


Hablan de inestabilidad política del Estado español.


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por favor.


El señor DE LAS HERAS MUELA: Pero si ustedes tienen un avispero
allí, en su tierra.


Estos presupuestos han sido ratificados por siete grupos
políticos, porque el Grupo Parlamentario Popular —yo hablo en su
nombre— junto con otros siete grupos han entendido el mensaje de
junio de los españoles: diálogo y consenso político. Ustedes no, lo suyo
es: o hacen lo que queremos nosotros o nosotros haremos una ilegalidad. Y
mire usted, por ahí no vamos a pasar.


Asfixia, austericidios, recortes y una perorata de adjetivos
descalificativos no hacen más que ratificar nuestras propuestas, queridos
compañeros, senadores. Por ustedes, ¿propuestas razonables? Ni están ni
se las espera. (Rumores).


Hablan de previsiones desfavorables de las autoridades, cuando
todos los organismos públicos nacionales e internacionales están avalando
las previsiones macroeconómicas del Gobierno. Senadores de Esquerra, el
crecimiento español vino hace trece trimestres y ha venido, ¿saben para
qué? Para quedarse, para generar empleo, también en Cataluña.
(Aplausos).


Sabemos de los riesgos e incertidumbres que sufre la economía
española, y trabajaremos para superarlas. (Rumores). Critican el
endeudamiento del Estado, pero si solamente ustedes tienen el 75 %,
cercano al 40 % del PIB, por su nefasta gestión. (Rumores). Critican
también —cómo no, se han puesto todos de acuerdo, o algunos—
el gasto en Defensa, atribuyéndole un porcentaje de crecimiento
absolutamente irreal, cuando ustedes y el grupo al que representan siguen
dilapidando el dinero público, queridos compañeros, en urnas, en
embajadas, en viajes vip, todo para justificar el procés.
(Protestas).


Pasan de puntillas sobre el incremento histórico en política de
becas, incremento histórico, dato histórico, las becas, y critican de
paso la LOMCE porque, a su juicio —esta es buena—, la LOMCE
producirá la españolización de los niños catalanes. (Varios senadores del
Grupo Parlamentario Popular: ¡Oooh!). Señoría, los niños catalanes no van
a ser españolizados, ¿sabe por qué? ¡Porque ya lo son! (Aplausos).


El procés, querido compañero. De momento le han puesto nombre, le
falta el apellido; en realidad, es proceso de secesión. Y ya le digo yo
que no llegará a ninguna parte; y no llegará a ninguna parte porque es
ilegal y contrario a la Constitución. (Protestas). Porque su pretendido
procedimiento de ruptura, calificado como un fenómeno social dinámico
—es que esto de la izquierda con los adjetivos es tremendo; cuando
sea mayor me gustaría tener esa facilidad—, forma parte en realidad
de un golpe de Estado, y lo saben ustedes (Protestas); un golpe de Estado
que pretende dinamitar la Constitución del 78 y, de paso, este poder: el
constituyente. Desde el punto de vista jurídico, es inadmisible sancionar
por un referéndum el quebrantamiento de las leyes constitucionales, y lo
que es más grave: ¡eliminar la base sobre la que se sustenta toda nuestra
Constitución democrática de 1978, y que no es otra cosa que la
indisoluble unidad de la nación española! (Aplausos.—Protestas). Me
alegra que les guste.


Senador Picornell, habla usted y se queja de que la Mesa le ha
rechazado los 12 vetos a título individual. Hombre, por favor, senador
Picornell, pero vamos a ver, ¿cómo puede usted llamar a eso un veto, un
veto y trabajo, trabajo y trabajo? Son 10 líneas, queridos compañeros, 10
líneas cada veto individual. ¿Eso es trabajo? ¡Venga, hombre, venga, por
favor! (Risas).


Senador Espinar, Grupo Parlamentario Podemos, yo entiendo que
estaba usted más preocupado de la moción de censura que del veto al
presupuesto y que, evidentemente, se lo ha trabajo poco, reconózcame que
se lo ha trabajado poco. En cualquier caso, fíjese, como algunos critican
que el Estado español es antidemocrático, se permite que presenten
ustedes una moción de censura cuando, por ejemplo, en los ayuntamientos
de España no la podrían presentar. ¿Sabe por qué? Porque para presentar
una moción de censura en un ayuntamiento se necesita de la mitad más uno
de sus componentes. Fíjese qué diferencia (El señor Espinar Merino: ¿Te
lo tengo que agradecer a ti?— Rumores). ¡Déjeme argumentar! Critica
usted eso, pero lo que han hecho ustedes hoy, esta mañana, en el
Parlamento nacional, es un paripé. Y usted sabe que es un paripé. (El
señor Guardingo Martínez: ¡Pues ha intervenido hasta Rajoy en el
paripé.—Protestas). ¡Pero déjenme terminar!


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.


El señor DE LAS HERAS MUELA: Yo no les he interrumpido a ninguno
de ustedes en ninguna de sus intervenciones.


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.


El señor DE LAS HERAS MUELA: Déjenme hablar y luego critiquen. Si
esto es fácil: uno habla y otro responde. ¿Lo entienden, o se lo explico?
(El señor Guardingo Martíntez: ¡Se lo explicas a Cifuentes!). Vale.


Senador Espinar, desde antes del día 31 de mayo, cuando se aprobó
definitivamente en el Pleno del Congreso de los Diputados, usted sabía
que hoy, aquí y a esta hora, tenía un veto. Y criticar poco menos que no
se puede celebrar esta sesión porque hay una moción de censura, paripé de
censura, paripé de censura... ¡Hombre!


En una cosa estoy de acuerdo con usted. Dice —yo lo
corroboro y mi portavoz más— que en ausencia de política monetaria
la herramienta presupuestaria es la principal herramienta de política
económica que tiene un país. Menos mal que hay alguno que de vez en
cuando le echa un poco de sentido común. (El señor Espinar Merino: ¡Sí,
sí!— Rumores). ¡No, si le estoy diciendo que lo ha hecho bien! (El
señor Espinar Merino: Hablo de la política monetaria). La política
monetaria está en Europa, no sé si lo sabe. (El señor Espinar Merino:
Pero se aplica aquí, en la zona euro).


Dicen que priorizamos el control del déficit sobre la creación de
empleo y su calidad, cuestiones que sabe usted que van absolutamente
paralelas a estos presupuestos, al Gobierno y al grupo parlamentario,
todo. Y, senador Espinar, ha sido gracias al control del déficit como se
han conseguido generar esos más de 2 100 000 empleos o llegar a los más
de 18,3 millones de cotizantes. Respecto a la calidad, sabe también
positivamente —y tiene los datos estadísticos— que la
dualidad empleo fijo-temporal es la misma ahora que hace diez años.


Plantean la necesidad de un modelo de crecimiento económico para
acabar con el déficit social, y ahora sí parece que esta tarde ha
apuntado cuatro o cinco medidas que leeré detenidamente. Pero a uno le
surge la duda de si el senador Espinar y quien le acompaña no estarán
pensando más en el modelo económico venezolano. Que es posible, ¿no?
(Protestas). ¡Hombre, también hay que darles a ustedes un poquito de
cera! ¡Ustedes se permiten el lujo de insultar continuamente al ministro
y al grupo parlamentario, y porque les tocamos Venezuela parece que se
les marca la cara! ¡No, hombre, no! (Aplausos).


Manifiestan algo evidente: que el PP no ganó las elecciones
en 2016. Claro que no las ganamos; ustedes, tampoco, mucho menos:
perdieron un millón y pico de votos.


Sabe que es imperioso el tema del recorte en el gasto porque
tenemos un déficit del 3,1 % y es imposible llegar si no a la
consolidación fiscal. Senador Espinar, no se trata de gastar más, de la
borrachera de gastos en la que se incurrió, por ejemplo, en el año 2009,
se trata de gastar mejor.


En cuanto a la retahíla de descensos en dotaciones
presupuestarias, yo no sé qué borrador de presupuestos le ha llegado a
usted porque a mí no me cuadra ni un solo porcentaje de los que usted ha
hablado. Pero me sorprende que usted critique el presupuesto de 2017 con
el mantra de 2011. Eso déjeselo al PSOE, pero no usted. ¿Cómo pretenden
apelar a los presupuestos de 2011, que lo único que trajeron a este país
fue más deuda, más déficit y más desempleo? Hablan de recortes en
servicios públicos básicos cuando conocen perfectamente que son los
presupuestos con el mayor gasto social de la historia, incluso superior
al de 2011 (Protestas). Desprecian el jugoso incremento de los 5400
millones de euros para la comunidad autónoma —eso no interesa
decirlo—, 5400 millones que irán para educación y sanidad.


Critica la reforma fiscal de 2015 y dice que ha supuesto un coste
de 12 300 millones. ¿Ustedes consideran que es un coste que ese dinero
esté en el bolsillo de millones de ciudadanos y de centenares de miles de
empresarios? ¿Eso es un coste o un beneficio para las personas? ¡Venga,
hombre! (Risas).


Previsión de ingresos: carece de credibilidad. Pero vamos a ver,
¿cómo va a carecer de credibilidad si el organismo que lo controla, la
secretaría de Estado de Hacienda, intervenida por la Intervención General
del Estado, le está diciendo que los ingresos públicos están creciendo a
dos dígitos? Su incredulidad llega ya a límites insospechados.


En cualquier caso, ya intuimos que en su ADN y en el del resto de
la izquierda está el subir impuestos. Pero díganlo, díganlo aquí:
queremos gastar más y como queremos gastar más vamos a freír a impuestos
a todos los ciudadanos españoles. Dígalo.


Miente, senador Espinar, con lo de la aportación del IBEX en los
impuestos, miente. (El señor Espinar Merino:






Dame los datos). Ya no
utilizaré adjetivos calificativos, datos: la media, el conjunto de las
empresas españolas, está pagando el 18,2 %; las grandes, el 19,2 % y las
del IBEX, ¿sabe cuánto están pagando, por cuánto están tributando?
Al 21 %, senador Espinar, no al cero, al 21 %. (El senador Espinar: Mira
la caja). Venga, sí, sí, la caja. (Protestas.— Aplausos).


Critica las previsiones de ingresos porque dice que no vamos a
llegar a los que teníamos en 2011. ¡Cómo que no vamos a llegar! ¡40 000
millones más que en 2011, senador Espinar! Y por cierto, hablando del
IBEX, ¿ha hecho usted un cálculo aproximado de cuántos empleos generan
las empresas del IBEX 35? Muchos, muchos miles de trabajos. Si las
empresas del IBEX y el resto de las empresas a las que ustedes parece que
les tienen tanta manía cotizaran al cero, ¡España sería un paraíso
fiscal, señor ministro! ¡Estarían aquí todas las multinacionales del
mundo mundial, todas! Tributando al cero, hasta yo me apuntaba. (El
senador Espinar Merino: ¿Tú no tributas aquí?) Si tuviera una empresa;
pero, como no la tengo, tengo que tributar aquí.


Fraude fiscal: 60 000 millones de euros, senador Espinar, y 100
millones extras aportados por el Ministerio de Hacienda. No lo ha dicho
en el veto pero sí en el escrito que ha registrado en la Cámara, y me
parece una bajeza impropia de ustedes que dicen ser los adalides de los
trabajadores: han manifestado que solo se ha recuperado el empleo en la
hostelería de sol y playa. Eso está escrito en su veto. Deben ser como
los mayores de 45 años, que como no les votan les tendrán manía.
(Risas).


Enmiendas. Senador Espinar, creo que han presentado del orden
de 2000 y pico aquí y otras tantas en el Congreso; las suyas, junto con
las del grupo mayoritario de la oposición de esta Cámara, 47 000 millones
de euros, casi el 5 % del PIB. Yo alucino, de verdad. ¿De dónde lo vamos
a sacar? ¿De la partida a la que quieren imputarla? ¿A la sección 31,
programa 929M, que tiene 15 millones, pretenden imputarle 47 000
millones? Eso se llama ingeniería financiera, queridos compañeros.
(Protestas.— Aplausos). Sí, ingeniería financiera. Pretender
incrementar gastos por 47 000 millones con cargo a una partida de 15
millones se llama ingeniería financiera.


Senador Espinar y senadores del Grupo Parlamentario Podemos,
dejen la politología y aplíquense al bien común de los españoles. Olviden
los paradigmas —¿cómo ha dicho usted, los nuevos vectores del
cambio?— y dejen la demagogia populista. Céntrense en las personas,
seguramente les vaya mejor.


Senadora Pérez Castilleja, en representación del Grupo
Socialista... (El senador Espinar Merino: ¿Has acabado ya? Muy flojo).
Flojo no, flojísimo (El senador Espinar Merino: No digo el veto de ellos,
digo lo tuyo).


Para un partido político que cuando acabe esta legislatura habrá
estado la mitad del tiempo gobernando este país, el veto que han
presentado y que ha sido defendido no es flojo, lo siguiente. Ni un solo
compromiso de sensatez, vuelven a apuntarse a los mantras de la izquierda
radical y tildan el crecimiento económico español de frágil. Y yo me
pregunto: ¿Cómo tildarían las decenas de trimestres —no sé cuántos
fueron— de crecimiento económico negativo, de paro galopante, de
déficit oculto y de endeudamiento astronómico? ¡Es que yo alucino!


Senadores del Grupo Socialista, senadora Pérez Castilleja, no hay
mayor desigualdad que la que produjeron ustedes y su Gobierno y quienes
les acompañaron en el viaje a ninguna parte, y haber generado 3,5
millones de desempleos, que tanto esfuerzo está costando recuperar. (La
señora Víboras Jiménez: ¡Venga ya, hombre!— Risas). ¡Si hasta el
gobernador del Banco de España y el presidente de la Airef dicen que eso
fue así, que crearon ustedes 3 500 000 desempleos!


Hablan de los vientos de cola. Los vientos de cola los han tenido
todos los países de la Unión Europea, con una diferencia, que aquí hemos
duplicado el crecimiento de países de nuestro entorno tan respetables y
tan magníficos como Francia e Italia. Hablan, y me ha extrañado, de la
pérdida de efectivos en seguridad. Me ha llamado la atención, porque fue
precisamente durante sus gobiernos cuando más efectivos se perdieron en
seguridad. Tildan de raquíticos los incrementos. Bueno, por lo menos
reconocen que hay incrementos, no como otros, para los que todo son
descensos. Dice que son raquíticos los incrementos en educación, sanidad,
dependencia y un largo etcétera, sabiendo —y lo repetiré hasta la
saciedad— que son los presupuestos de mayor gasto social.


Se atreven a hablar del equilibrio financiero del sistema
eléctrico. ¿Quiénes? ¿Quienes dejaron una pella de 26 000 millones de
euros de déficit energético encubierto que ha habido que titulizar? Se
les llena la boca apelando otra vez a los presupuestos del 2011 y olvidan
que aquellos presupuestos del 2011 —los de 2012 no, porque los
dejaron tirados— fueron los presupuestos de la mentira, el engaño y
el fraude, del yo invito y tú pagas, pero —que se lo pregunten al
señor Montoro— no había en el cajón ni un céntimo de euro para
pagar los millones de facturas que dejaron pendientes. Estoy hablando de
enmiendas que, junto a las de Podemos, suman 47 000 millones de euros
—¡se dice pronto!— con cargo a una partida que tiene 15.


Me alegra que estén con el Pacto de Toledo y que entre todos
seamos capaces de llegar a un acuerdo.


Termino en breve. Los senadores del PSOE, Podemos y Compromís han
hecho alguna referencia a la sentencia del Tribunal Constitucional y la
declaración tributaria especial. El Gobierno utilizó la fórmula de
decreto ley porque entendió que la situación de emergencia económica que
atravesaba este país, con una caída de ingresos del orden de 70 000
millones de euros, requería medidas urgentes. El Gobierno actuó en
defensa del interés general de España. A través de la declaración
tributaria especial, un importante volumen de bienes y activos, que
durarán años, permanecían ocultos a la Hacienda pública y pudieron ser
aflorados y pasar a tributar en ejercicios posteriores. Se dio liquidez a
la economía y se contribuyó a una consolidación fiscal presente y futura,
ahorrando y reintroduciendo cerca de 40 000 millones de euros. Fue un
proceso transparente, que obligaba a la identificación del titular, no
como las amnistías fiscales de otros gobiernos, los socialistas, de 1984
y de 1991. Se recaudaron 1370 millones de euros al día de la fecha.
Países tan poco demócratas como Italia, Bélgica, Alemania, Reino Unido,
Portugal, Irlanda, Grecia, Canadá o Estados Unidos realizaron procesos
similares. Su amnistía fiscal, la de los socialistas, fue un canje de
letras del Tesoro por una emisión de deuda pública especial. Toda la
parte de la regularización que se acogió a la inversión en deuda pública
era oculta para la Hacienda pública. Se excluían, entre otras cosas, los
intereses, recargos y las sanciones. Le voy a dejar poco tiempo a mi
compañero de Ciudadanos.


Señorías, finalizo pidiendo a mis compañeros de grupo el rechazo
a estos vetos para que podamos seguir tramitando estos Presupuestos
Generales del Estado, porque son necesarios para España, porque le
otorgarán credibilidad internacional, generarán mucho empleo público y
privado y porque se dota el mayor gasto social de la historia de
España.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador De las Heras.


También en el turno en contra, tiene la palabra el senador
Alegre.


El señor ALEGRE BUXEDA: Gracias, presidente.


Señorías, no iba a hacer uso de la palabra en este turno, pero
algunas intervenciones me han traído aquí. Voy a intentar ser lo más
breve posible.


Mi grupo, Ciudadanos, es, como se ha dicho reiteradamente en
varios momentos de la tarde, copartícipe en la elaboración de estos
presupuestos. Estos presupuestos, con todas sus limitaciones, tienen un
proyecto, que no es más que el acuerdo suscrito entre el Grupo Popular y
Ciudadanos para la investidura del señor Rajoy. No son —y lo quiero
dejar claro— los presupuestos que nosotros habríamos propuesto si
estuviéramos en el Gobierno. Como es evidente, cada maestrillo tiene su
librillo, pero sí creemos que son unas buenas cuentas para el ejercicio
del año 2017. Estos presupuestos son, como digo, fruto del acuerdo con
Ciudadanos y hay 4087 millones de euros en políticas naranjas que se ven
reflejadas en las cuentas presentadas por el ministro. Quería dejarlo
claro porque no nos vamos a esconder. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.


El señor ALEGRE BUXEDA: Somos copartícipes de este presupuesto y
como tal vamos a votar, de entrada, en contra de los vetos que se han
presentado.


Pero dicho esto, he pedido la palabra porque quería dejar claras
un par de cuestiones en relación con unos comentarios del portavoz de
Esquerra Republicana que dice que se baja el IVA cultural, pero no se
baja el IVA veterinario, y se queja de que se celebran los 25 años del
AVE a Sevilla.


Para empezar, yo me considero, y lo soy, tan catalán como usted.
(El señor Estradé Palau: ¡Más, más!). No, más no; tanto como ustedes. Y
en todo caso yo no me arrogo... (El señor Estradé Palau pronuncia
palabras que no se perciben). Sea usted educado cuando hablan los
demás.


Como decía, en todo caso yo no me arrogo más representación que
la que los ciudadanos han considerado que tengo que representar. Ustedes
sí tienen la obsesión permanente de arrogarse la representación que no
les corresponde. Ustedes representan lo que representan, y no más.
(Aplausos.— Protestas).


Ustedes tienen una obsesión con el mundo taurino, pero no porque
defiendan a los animales. No, no engañen a nadie. Ustedes están en contra
de las corridas de toros, pero defienden a los correbous al carre o que
se tire la cabra desde el campanario. (Protestas.— Aplausos). Sí;
lo han hecho. Ustedes están en contra de las corridas de toros por un
tema identitario, y solo por eso.


Celebrar el 25.º aniversario del AVE debería moverles algún ápice
de orgullo en su fuero interno, porque ese AVE es el que permitió
posteriormente la extensión de la red de alta velocidad en el territorio
nacional, insisto: en el territorio nacional de España, que es la única
nación que existe en la península ibérica.


Pero a pesar de todo esto, no voy a perder el poco tiempo de que
dispongo —y por el que de entrada quiero dar las gracias al senador
del Grupo Popular— sin dirigirme al senador Mulet. Senador Mulet,
sus insultos hacia mi formación política, su mala fe en el comportamiento
ordinario con mi formación política no nos va a hacer arrugarnos ni un
milímetro, ni aquí ni en las Corts Valencianas, donde también tiene la
obsesión de insultar a mis compañeros. Cuando uno no tiene razón
acostumbra a ser maleducado, que es lo que hace usted. Como no tiene
razón, como no tiene argumentos, sus intervenciones acostumbran a ser
maleducadas.


Nosotros no hemos mercadeado con el Partido Popular, diga usted
lo que le dé la real gana; nosotros hemos negociado, y mi compañero
Fernando de la Torre ha estado negociando con el propio ministro Montoro
unas propuestas que teníamos y que pusimos sobre la mesa. Unas se
aceptaron y otras no. Eso es negociar, cosa que usted seguramente no
sabe, y se lo digo por mi experiencia personal —demasiados años en
el mundo sindical—. Negociar es ceder y llegar a acuerdos, y un
buen acuerdo, no lo olvide nunca, es aquel que no deja plenamente
satisfecha a ninguna de las dos partes. Si en un acuerdo una de las dos
partes está plenamente satisfecha, es un mal acuerdo. Apúnteselo porque
eso le vendría bien en sus relaciones políticas. (Aplausos).


Segundo, usted nos ha llamado aquí botifler. ¿Qué pasa, que usted
reparte aquí las etiquetas de buenos y malos catalanes como los señores
de Esquerra Republicana? Usted lo hace, pero ¿acaso tiene usted las
etiquetas para decir quién es buen y mal catalán? ¿Por qué viene aquí a
faltarnos al respeto? ¿Sabe por qué? Porque es su tónica habitual, no
sabe intervenir sin faltar el respeto a los demás.


Voy a terminar, porque el tiempo es el que es, diciendo que los
senadores de Ciudadanos vamos a votar en contra de todos y cada uno de
los vetos que se han presentado, entre otras cosas porque hay una máxima
que dice que no es mejor ley la ley que no existe, la ley buena es
aquella que existe y sirve para dar respuesta a los problemas de los
ciudadanos.


Gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Alegre.


Pasamos al turno de portavoces. Por el Grupo Parlamentario Mixto
tiene la palabra la señora Domínguez de Posada.


La señora DOMÍNGUEZ DE POSADA PUERTAS: Gracias, presidente.


El Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado que hoy
debatimos releva a los que para 2016 el diputado de Foro en el Congreso
votó en contra por considerarlo un mal presupuesto para España y
especialmente para Asturias. Sin embargo, el proyecto que hoy debatimos
dedica más de la mitad de los recursos a las pensiones, a las políticas
de atención al empleo y a paliar la deuda pública.


Señorías, Foro consideró que el Proyecto de Presupuestos
Generales del Estado para 2017 era manifiestamente mejorable desde el
prisma de la equidad de su distribución, evitando agravios comparativos
entre comunidades autónomas. En consecuencia, durante su tramitación en
el Congreso, hemos logrado aprobar varias enmiendas que suponen el
incremento de 65 400 000 euros a lo presupuestado inicialmente para
Asturias, y que son consecuencia de los acuerdos recogidos en el pacto de
coalición con el que comparecimos en las pasadas elecciones generales con
un gran éxito electoral, como prueban los resultados obtenidos de 3
diputados y 3 senadores, el doble que el Partido Socialista del mismísimo
Javier Fernández. Un programa electoral que el presidente Rajoy asumió
como programa de Gobierno durante el debate de investidura el pasado 29
de octubre y sobre el que Foro basó la obtención de acuerdos para dar
nuestra aprobación definitiva a los Presupuestos Generales del Estado
de 2017.


Los acuerdos alcanzados en el Congreso son cruciales para
Asturias, y para Foro es fundamental que se lleven a término en esta XII
Legislatura. Quiero destacar que en este proyecto de ley la inversión
inicial destinada a Asturias suponía 211 250 000 euros, una caída
del 31,33 % sobre los 308 000 000 del año 2016, superior al 21,2 % de
reducción de la inversión para toda España. Tras la incorporación de las
enmiendas de Foro en el Congreso, la cifra total resultante de las
dotaciones para Asturias en los presupuestos ascienden ahora
a 276 650 000 euros, lo que supone un aumento del 31 % en la inversión
inicial del Estado para Asturias y un recorte del 10,3 % con respecto
a 2016, muy por debajo del 22 % de la media nacional, lo que sitúa a
Asturias en el sexto lugar de España.


Para Foro, señorías, es primordial que Asturias salga del declive
y de la decadencia y se enganche a la locomotora del crecimiento de
España a través de inversiones del Estado que favorezcan la
competitividad de sus sectores productivos, que rompan el insólito y
anacrónico gueto ferroviario al que nos condenó el último Gobierno
socialista, junto con otras mejoras en el campo de las comunicaciones.
Necesitamos liderar el diseño de los instrumentos financieros que
permitan a las centrales térmicas del carbón instalar y aplicar la
tecnología necesaria que cumpla el objetivo europeo de obtener carbón
limpio y cumplir la sentencia firme sobre los convenios de los fondos
mineros para reactivar las comarcas mineras asturianas.


Concluyo, presidente, anunciando mi rechazo a todos los vetos
presentados y el respaldo a este primer Proyecto de Ley de Presupuestos
Generales del Estado de la XII Legislatura.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Domínguez de
Posada.


Senador Mulet, tiene la palabra.


El señor MULET GARCÍA: Gracias, señor presidente.


Señor De las Heras, suerte que soy yo el que destilo odio, porque
telita la intervención, el buen estilo, el talante y los argumentos. Si
en lugar de dedicarse a destilar odio, como hace, destilase alcohol, me
imagino que toda la comunidad inglesa que acude a Mallorca este verano
tendría para estar ebria durante meses. Si en catorce años de cargo
público este es el único tipo de argumentos que puede utilizar, la
descalificación, me parece bastante triste.


Nosotros hemos aportado datos. Me pregunta de dónde sacamos los
datos de los 13 000 millones de deuda histórica. Lo puede comprobar
perfectamente, desde 2002 hasta ahora, 800 millones al año de déficit
inversor en cuanto a población; salen perfectamente estas cuentas
(Rumores). Lo puede calcular, están en la web de la Generalitat
Valenciana. Se ve que han mirado únicamente la parte que les interesa, la
parte que no les interesa, no. El señor Montoro ya no está aquí,
seguramente cuanto usted ha defendido que no estaba solo, que estaba
acompañado por usted, habrá pensado que mejor solo que mal
acompañado.


Efectivamente, ustedes gobiernan para los bancos; no han
desmontado ninguno de nuestros argumentos. Dicen que somos trasnochados y
rancios por defender que se cumpla la Ley de memoria histórica, mientras
ustedes defienden que se mantenga con dinero público el mausoleo
franquista. ¿Quién más trasnochado que los neofranquistas? Obviamente,
los que defienden que cuarenta años después continuemos pagando con
dinero público la tumba de un dictador, ustedes.


¿De dónde sale el FLA? Dicen que nosotros estamos en contra del
FLA. Obviamente, que estamos en contra de la filosofía del FLA. Ese
dinero no sale de una maquinita automáticamente, ese dinero sale de
nuestros impuestos. ¿Qué hay más injusto que el que nos roben nuestro
dinero y luego nos lo presten con un interés abusivo?


Desgraciadamente, el portavoz de Ciudadanos no está. Quería
puntualizarle si quiere algún tipo de protagonismo sobre la base de
intervenciones como la que ha hecho, porque si tiene alguna duda de lo
que hacemos nosotros en las Cortes Valencianas, pregúntele a su grupo,
que está dividido en dos, cuando ellos mismos dedican su tiempo a
insultarse mediáticamente entre su antiguo portavoz y la actual. Creo que
después de lo que han conseguido para el País Valencià, lo que hacen es
política calabaza, no política naranja.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mulet.


Senador Yanguas, tiene la palabra.


El señor YANGUAS FERNÁNDEZ: Muchas gracias, señor
presidente.


Unión del Pueblo Navarro —no es novedad, no les desvelo
nada nuevo— va a apoyar estos presupuestos. Por tanto, mi voto será
negativo en todos y cada uno de los vetos que se han presentado. ¿Por
qué? Porque hace un tiempo Javier Esparza, el presidente de mi partido,
Unión del Pueblo Navarro, suscribió un documento con el presidente del
Partido Popular y presidente del Gobierno, señor Rajoy, en el que se
pusieron negro sobre blanco una serie de temas importantes, fundamentales
y positivos para la Comunidad Foral de Navarra.


El tren de alta velocidad, una infraestructura vertebradora donde
las haya para mercancías y personas, lleva competitividad a todas las
empresas y regiones por donde pasa. En este documento del que les hablo
el Gobierno de España se compromete a licitar dos tramos para que podamos
ver obra durante el inicio del año 2018. En definitiva, mi partido y yo
lo consideramos una buena noticia para Navarra y para el resto de
España.


El canal de Navarra, una gran infraestructura hidráulica de la
que dispone ya Navarra porque hay una parte ejecutada, va a suponer una
gran cantidad de agua para nuestros agricultores, para las empresas
agroalimentarias. En ese documento también hay un compromiso firme para
continuar con esa línea de agua, con esa línea de riqueza, como la
llamamos nosotros allí, hasta la ribera de Navarra, con la obra que lleve
el agua del norte al sur de la Comunidad Foral de Navarra y que
regará 21 500 hectáreas más. Otra buena noticia.


La autovía A-15, esa vía de gran capacidad que está llamada a que
los navarros, igual que otras comunidades autónomas, estemos conectados
con la capital, con Madrid, por Soria y Medinaceli, con una vía de gran
capacidad, además de paso gratuito. (El señor vicepresidente, Sanz
Alonso, ocupa la Presidencia). En el acuerdo —está por escrito y
aquí me lo dijo también el ministro del ramo— está recogido
agilizar al máximo los proyectos y las declaraciones de impacto ambiental
entre Soria y la Comunidad Foral de Navarra en Tudela. Otra buena
noticia.


Estos, en esencia, hay alguna cosa más, son los tres ejes sobre
los que pivota el acuerdo entre mi partido, Unión del Pueblo Navarro, y
el Partido Popular. Nos podemos preguntar —luego me referiré al
Gobierno foral de Navarra— si UPN, mi partido, está en la oposición
en Navarra, ¿qué está haciendo la presidenta del Gobierno de Navarra,
Uxue Barkos, con estas infraestructuras? Tengo la respuesta: nada, no
está haciendo absolutamente nada. Por eso en mi partido, Unión del Pueblo
Navarro —hoy es un buen día para decirlo—, somos
extremadamente críticos porque lo que es bueno para el País Vasco, el
tren de alta velocidad, que también está en estos Presupuestos Generales
del Estado, en Navarra defienden que es una obra faraónica y que se está
dilapidando el dinero público. Del canal de Navarra, ¿qué hemos visto en
la Comunidad Foral en estos dos años? Encuestas a los agricultores,
documentos de alternativas que hay que valorar, pero ni intención de
hacer obra ni licitar proyecto alguno. A día de hoy, está así. Respecto a
la A-15, el Gobierno de Navarra ni está, ni se le espera, ni creo que
vaya a estar.


A la vista de esta parálisis en Navarra, sobre todo en cuanto a
infraestructuras de futuro, que tiene el Gobierno Foral, Unión del Pueblo
Navarro se ha puesto las pilas y ha venido al Congreso y al Senado para
sacar a Navarra de este letargo provocado por la inacción de los cuatro
partidos que sustentan al Gobierno, Geroa Bai, Bildu, Podemos e
Izquierda-Ezkerra, que para lo único que se han puesto últimamente de
acuerdo, para lo único, ha sido para criticar una manifestación que se
produjo hace poco tiempo a favor de la bandera de todos los navarros, la
bandera de la Comunidad Foral de Navarra, que, por cierto, fue
multitudinaria y una gran fiesta de la foralidad.


Por ello, nuestro voto será, cómo he dicho, negativo a los vetos
presentados. También les digo a todas sus señorías, y por supuesto a las
del Partido Popular, que estaremos vigilantes, como debemos estar, en el
Congreso y en el Senado para que se cumpla este presupuesto y, por ende,
se cumpla también ese acuerdo que firmaron en su día Unión del Pueblo
Navarro, mi partido, con el Partido Popular, un muy buen acuerdo pactado
entre dos partidos.


Muchas gracias y buenas tardes.


El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Alonso): Gracias, senador
Yanguas.


¿Alguna intervención más por el Grupo Mixto? (Denegaciones).


Pasamos, entonces, al Grupo Parlamentario Vasco. Tiene la palabra
la senadora Etxano.


La señora ETXANO VARELA: Señor presidente, señorías, arratsalde
on, buenas tardes.


Este debate de presupuestos se produce en unas circunstancias
parlamentarias bien distintas a las que hemos vivido en décadas. Unas
Cortes Generales más fragmentadas que nunca, con la incorporación de
nuevas fuerzas parlamentarias; un Gobierno en minoría, después de dos
citas electorales y un año de Gobierno en funciones, con inestabilidad y
debates intensos en algunos partidos, situación que convierte cada Pleno
semanal en el Congreso en una incertidumbre en cuanto al resultado de las
propuestas.


Las circunstancias de corrupción que están afectando a numerosos
cargos del Partido Popular hacen que algunos planteen rechazar los
presupuestos sin entrar si quiera a debatir su contenido. Se supone para
quienes lo plantean que el rechazo a los presupuestos sería, por un lado,
la manera de expresar el deseo de que haya otro Gobierno y, por otro, que
el rechazo de los presupuestos provocaría de forma inmediata la caída del
Gobierno. Esto no necesariamente es así, ya que el rechazo a los
presupuestos no trae directamente ni elecciones ni un nuevo Gobierno.
Además, estando casi a las puertas de la elaboración de un presupuesto
para 2018, el Gobierno habría podido simplemente mantener la prórroga del
presupuesto del año 2016, del año pasado, y seguir adelante, lo que no
hubiera sido una buena señal para la estabilidad y para Europa. Además,
para que haya otro Gobierno tampoco serían necesarias nuevas elecciones,
para ello bastaría con buscar una alternativa de Gobierno capaz de
generar una mayoría absoluta en la Cámara, y eso hoy por hoy no parece
posible, aunque la aritmética parlamentaria sí lo permite.


Los dos grandes partidos de izquierdas no parece que estén en
estos momentos en condiciones de sumar acuerdos con un tercero o terceros
que les den mayoría suficiente para articular una opción de Gobierno. Lo
estamos viendo en el debate de la moción de censura que está teniendo
lugar en el Congreso; no lo estamos viendo, lo veremos en diferido. En
todo caso, si esta mayoría se diera, no lo duden, el Grupo Vasco
presentaría, en caso de negociación de cualquier acuerdo, la agenda
vasca. La misma agenda que nos ha movido a negociar los presupuestos
de 2017.


Desde luego, no lo podemos negar, el acuerdo llega en un momento
difícil porque coincide con varios casos de corrupción que afectan al
Partido Popular y ahí sí queremos hablar con claridad. Siempre lo
manifestamos y actuamos en consecuencia. Las responsabilidades derivadas
de la corrupción política deben depurarse tanto en los tribunales como en
las Cámaras. Pero no parece que una votación de presupuestos, en medio de
una coyuntura económica todavía complicada, sea ni el mejor escenario ni
el más práctico para depurar responsabilidades.


Evidentemente, estos no son los presupuestos que habría hecho el
PNV; no son los que hacemos en las instituciones que gobernamos.
Indudablemente, tienen aspectos discutibles, pero, visto el debate, dudo
que la opinión derive estrictamente de un examen del contenido de las
cuentas públicas. Al contrario, creemos siempre, pero más en este
momento, que todos los grupos tienen sus propios precondicionantes
internos a la hora de fijar una posición, no existiendo aparentemente
posibilidad de acuerdo entre diferentes, ejercicio —el del acuerdo
entre diferentes— que sí estamos haciendo en el Partido
Nacionalista Vasco.


A la ciudadanía hay que explicarle con honestidad los motivos
reales que hay detrás de las decisiones que tomamos sin envolverlos en
propaganda. Si vamos a los datos económicos, el balance que hace la
Comisión Europea en su informe sobre España de 2017 indica que la
economía española sigue disfrutando de una fuerte recuperación y se está
moviendo hacia una composición del crecimiento más equilibrado que antes
de la crisis. Y, aunque no se han superado completamente las secuelas de
la crisis y siguen vigentes importantes retos, que ahora analizaré, a
pesar del sustancial ajuste económico, persisten desequilibrios que hacen
vulnerable a la economía.


En la zona euro las previsiones del crecimiento son cautelosas,
un 1,7 % para 2017 y un 1,8 % para 2018, en un entorno en el que
continúan riesgos significativos que pueden frenar la recuperación.


El brexit, las políticas de Trump en los Estados Unidos que
pueden generar inestabilidad con posibles perturbaciones en el comercio
mundial, el crecimiento de China hacia la demanda interna, el precio del
petróleo, los posibles cambios en la política monetaria expansiva
anunciada por el Banco Central Europeo mantienen el contexto de
incertidumbre.


En España, los datos macroeconómicos apuntan a una buena
perspectiva del crecimiento en el mismo entorno de riesgos y con un
pronóstico que augura un largo periodo de limitado crecimiento global. Lo
cierto es que la economía española está creciendo a una tasa superior a
la media europea y las previsiones apuntan a que lo va a hacer también en
el año 2017. Pero a pesar de que crece más que en otros países y que
incluso crecerá más que Alemania, no hay que olvidar que la gran
diferencia radica en sus modelos de crecimiento, en los que el factor
productividad es clave; además, persisten retos y vulnerabilidades
específicas del país que no se deberían obviar, como es el alto
endeudamiento público, las cifras altas de paro en comparación con la
media de los países de la Unión Europea, especialmente la tasa de
desempleo juvenil, y un modelo de crecimiento que, aunque algo más
equilibrado, sigue siendo demasiado dependiente del consumo y de sectores
de baja productividad y que supone un problema de cara a lograr un
crecimiento sostenido.


Se necesitan, por tanto, políticas orientadas al necesario
incremento de la productividad y la competitividad que permitan un
crecimiento sostenible dirigido a aquellos sectores de la economía con
valor mayor añadido y que faciliten la creación de empleo estable, empleo
de calidad y de forma que los salarios comiencen a repuntar, porque no
deberíamos perder de vista el riesgo de caer en una economía dual en la
que haya quienes prosperen y tengan buenos niveles de bienestar futuro y
quienes queden estancados, y en este ámbito el reparto de riqueza de
manera equilibrada es un asunto capital y una asignatura a la que
enfrentarse en el futuro.


La crisis de los últimos años ha puesto de actualidad una serie
de hechos: se ha producido un estancamiento, una anormalidad referida a
un limitado crecimiento global, con una incertidumbre generalizada en un
ciclo perverso de crisis, austeridad, crecimiento de la desigualdad y
desafección de la ciudadanía. Estos hechos son los que deberían incidir
en el debate político, económico y social para desarrollar una estrategia
que se basa en el crecimiento, la competitividad y el desarrollo
inclusivo, porque atañen a las expectativas de las personas, de las
empresas, de los países y de las regiones.


En cuanto al presupuesto de ingresos, daré una pincelada.
Aceptando el buen comportamiento de los ingresos tributarios hasta la
fecha, mantenemos nuestra duda —entendemos que razonable— en
torno a poder completar la previsión de recaudación prevista. En este
sentido, habrá que estar atentos a la recaudación y, en cualquier caso,
esperamos que se cumpla y que evite en todo caso ajustes a través de las
partidas de gastos.


A la hora de llegar a un acuerdo, los motivos de mi grupo han
sido claros: nos ha movido nuestro programa electoral, la agenda vasca.
Estamos aquí para hacer política, para intentar acordar en beneficio de
la ciudadanía y cumpliendo el compromiso contraído con nuestro electorado
y con la ciudadanía vasca, tal y como venimos haciendo en Euskadi con
todas las fuerzas políticas. Hemos presentado la misma agenda, la agenda
vasca —lo he dicho antes—, que habríamos presentado a
cualquier otro Gobierno que se hubiera podido constituir, fuera del color
que fuese.


Para mi grupo la mayor virtud de este presupuesto es que su
aprobación supone un mensaje de estabilidad positivo a Europa y a la
economía internacional, y no tiene poco valor en estos momentos de
incertidumbre política y económica.


Ciñéndonos al propio acuerdo, saben ustedes que la Administración
vasca y la Hacienda del Estado llevan años con discrepancias que impedían
cerrar definitivamente los cupos de los ejercicios 2007 a 2016. Por
tanto, el trabajo de dirimir las diferencias sobre el cupo, sobre el
sistema de financiación vasco y el acuerdo alcanzado resuelve el problema
y se normalizan y regularizan las relaciones financieras Euskadi-Estado.
El acuerdo es la consecuencia estricta de la aplicación de la ley, de los
gastos del Estado a los que debe contribuir la Hacienda vasca por las
competencias que no tenemos transferidas. Es un acuerdo alcanzado que
permite recuperar el espíritu del concierto económico y de la
bilateralidad, resolviendo las diferencias sobre la liquidación y la
fijación de un nuevo cupo ajustado a la realidad vasca. Lo que se ha
hecho, por tanto, es poner en orden las diferencias en el cálculo de las
aportaciones sobre las que ambas administraciones han discrepado durante
los últimos diez años, que permite certidumbre económica, estabilidad
financiera y seguridad jurídica a todas las instituciones de Euskadi y
demuestra también la capacidad de solidaridad al contribuir con el cupo a
financiar el Fondo de compensación interterritorial. Un acuerdo, por
tanto, el del cupo, necesario, racional, sensato, equilibrado y que no
perjudica a nadie. Acuerdo, por cierto, que para el Grupo Vasco ha
activado la negociación presupuestaria, ya que la solución al conflicto
del cupo era una condición previa para tratar sobre las cuentas públicas.
Mi grupo parlamentario ha llegado a un acuerdo presupuestario que
entendemos es bueno en lo material e impecable en lo político, porque
refuerza el autogobierno vasco y la bilateralidad.


En mi intervención he hecho referencia a la competitividad de las
empresas, en una coyuntura en que su actividad productiva debe
demostrarse sólida y en la que los salarios deben empezar a repuntar. En
este ámbito, los costes de producción son fundamentales, y con este
acuerdo el hecho de haber conseguido una tarifa eléctrica más
competitiva, que hace que los costes se reduzcan para las empresas
conectadas a 30 000 kilovatios tiene, a nuestro entender, mucho valor;
tarifa, por cierto, de la que se van a beneficiar todas las empresas del
Estado y no solo las empresas vascas.


Las infraestructuras también forman parte evidente de este
acuerdo, ya que Euskadi ha sido un territorio históricamente de muy poca
inversión por parte del Estado en el marco de sus competencias. La alta
velocidad en Euskadi es fundamental, no solo para la mejor conexión del
territorio vasco, beneficia también a todo el occidente del Estado y al
eje atlántico europeo. La política de transporte no debería ignorar la
situación periférica de España con respecto a Europa, que la sitúa en una
posición de desventaja frente a otros países con mayor centralidad, por
lo que el impulso a las conexiones transfronterizas es necesario si se
quiere reducir esa desventaja.


La Y vasca es una obra de interés europeo, cofinanciada por
Bruselas, y por primera vez —y el compromiso muy significativo del
Gobierno del Estado es un avance importante que mi grupo aprecia—
se ha fijado en el acuerdo un cronograma específico, con plazos y
presupuesto, para abordar una infraestructura prioritaria y que ya ha
sufrido demasiados retrasos. Han pasado veinticinco años desde que se
puso en marcha la primera línea del tren de alta velocidad en el Estado
que, inexplicablemente, no priorizaba la conexión con Europa.


El transporte, unido al comercio, también es fundamental en la
dinamización de la economía; por ello, nuestro interés en acordar
compromisos con las plataformas intermodales, como la de Júndiz, en
Álvara, y Lezo, en Guipúzcoa, estratégicas para la conexión de diferentes
modos de transporte, revalorizando las infraestructuras, mejorando la
eficiencia y potenciando el menor nivel de emisiones al medioambiente. El
acuerdo contempla también una apuesta conjunta para todo el Estado del
vehículo eléctrico, el desarrollo de proyectos de I+D+i, áreas sobre las
que se ha incidido de manera especial, y una mejora del medioambiente,
unida a proyectos tecnológicos.


En el ámbito de la relación foral y bilateral se han dado pasos
impensables hasta hace bien poco en el terreno de la seguridad ciudadana.
El respeto a la consideración de la Ertzaintza como policía integral y su
acceso a mecanismos Schengen es un gesto que valoramos también; de la
colaboración vendrá una mayor eficacia en la lucha contra el crimen
internacional, así como la seguridad jurídica lograda con este acuerdo en
relación con las ofertas públicas de la Ertzaintza.


El acuerdo contempla igualmente canalizar otras soluciones que
mejorarán la calidad de vida de las personas, ya que resolverán
cuestiones relativas a la movilidad, accesibilidad, desarrollo urbano y
transporte público, favoreciendo, en definitiva, el desarrollo y
habitabilidad de los municipios; nos referimos tanto a la eliminación de
múltiples pasos a nivel como a la recuperación de terrenos que permitan
desarrollos urbanos sostenibles y amigables. Como se puede ver, un
acuerdo plagado de medidas para la mejora del empleo, el desarrollo
económico, la competitividad; en definitiva, un acuerdo para la mejora de
la vida de las personas, eje de las políticas del Partido Nacionalista
Vasco.


Escuchando y analizando el veto presentado por el representante
de Bildu, el señor Iñarritu, quiero decirle que coincidimos en que el
cupo del País Vasco no debe ser fijado unilateralmente, como lo ha hecho
el proyecto de presupuestos.






La objeción es correcta en cuanto a la
bilateralidad en la relación foral del concierto, pero entendemos que ha
sido superada por el acuerdo alcanzado entre los dos gobiernos, con
visión de país, de forma previa al acuerdo presupuestario que regulariza
los cálculos de cupos anteriores y fija un nuevo cupo provisional. En
cuanto al resto de objeciones, decir que la aprobación de estos
presupuestos y el acuerdo alcanzado por el Partido Nacionalista Vasco es
malo para Euskadi y su ciudadanía es simplemente no decir la verdad; a
quien observe de manera imparcial el acuerdo ya citado o los alcanzados
en materia de infraestructuras, I+D+i, inversiones, le parecería más bien
favorable para dinamizar la economía vasca.


No deja de ser sorprendente cuando se dice que perjudica a los
trabajadores y trabajadoras vascas y que tampoco se analice que las
partidas sociales del presupuesto español no tengan efectos prácticos en
el País Vasco. En Euskadi disponemos de competencias exclusivas en
políticas sociales, educación, sanidad, cultura, industria. Contamos con
un sistema de protección social y renta de garantía de ingresos que nos
ha permitido mantener una sociedad más cohesionada tras la larga crisis,
competencias financiadas a través del sistema foral del concierto con los
impuestos que se recaudan en Euskadi, descontando el cupo que pagamos al
Estado por las competencias no transferidas. Lo mismo ocurre si hablamos
del sistema impositivo. Sobre la base del concierto, disponemos de un
régimen diferenciado, tanto en la Comunidad Autónoma Vasca como sobre la
base del convenio en la Comunidad Foral de Navarra. Por tanto, no le
vemos mucho sentido a que es malo para Euskadi y para la ciudadanía
vasca. Creo que en esta ocasión deberían buscar otras razones. Es un gran
acuerdo para Euskadi, que no perjudica a nadie y que rema a favor de
principios que interesan a la ciudadanía.


Concluyo. No son los presupuestos del Partido Nacionalista Vasco
porque no formamos parte del Gobierno; no son los presupuestos que
hacemos donde gobernamos, pero tenemos la satisfacción y el
convencimiento de haber logrado un acuerdo en el que hemos podido incluir
numerosas demandas de nuestro programa político, de la agenda vasca.
Pensamos que eso es lo que nos reclama la ciudadanía a los partidos
políticos, que cumplamos nuestros programas, y en nuestro caso se trata
de eso, de cumplir nuestro programa. La coyuntura no es la más adecuada
para enviar señales de inestabilidad económica, y eso sería lo que
haríamos si rechazáramos el presupuesto. En definitiva, considerando
siempre los referentes que nos guían, a saber, Euskadi, oportunidad,
acuerdo, estabilidad y sensatez, nos opondremos a los votos
presentados.


Eskerrik asko.


El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Alonso): Gracias, senadora
Etxano.


Por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, tiene la
palabra la senadora Cortès.


La señora CORTÈS GÈS: Gracias, presidente.


Señorías, estos presupuestos que nos ha presentado el señor
Montoro demuestran claramente la política de la caridad del Gobierno del
Estado; es decir, si les apruebas los presupuestos, tendrás premio; si
no, resérvate para otra ocasión. Esto es caridad. El premio consiste en
pedir lo que te apetezca, que el Gobierno del Estado ya te lo servirá en
bandeja de plata. Si no eres del grupo, quedas excluido del Presupuesto
General del Estado, no te aceptarán ni una enmienda. Esta es la lectura
gráfica y simple para que todo el mundo lo entienda y es lo que está
sucediendo hoy en esta Cámara y es también lo que ha sucedido
anteriormente en el Congreso.


El Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, evidentemente, no
puede votar a favor de estos presupuestos por distintos motivos: en
primer lugar, porque solo plasman la ideología del Partido Popular, las
prioridades del Gobierno y las de los suyos, las del grupo de los
elegidos. En segundo lugar, porque solo han escuchado la voz de los que
se han arrodillado a pedir su limosna. Es una manera de hacer política
que no compartimos, pero es una manera que tienen de hacer política.


Por otro lado, los que apreciamos las deficiencias que sufren
Cataluña y el conjunto de los països catalans debido a la falta de
inversión del Estado, no podemos dar un voto favorable a su presupuesto.
Estaríamos encantados de que estos presupuestos fueran justos y
solidarios, pero ni son justos ni son solidarios. No son justos porque
solo premian a los que comparten su ideología y a los que les hacen de
comparsa. Y no son solidarios porque no se reparten equitativamente y no
solucionan las necesidades sociales más importantes que sufre la
población. Evidentemente, ustedes después replicarán y explicarán de
nuevo las virtudes y las gracias de este presupuesto, como ha
escenificado anteriormente el senador del Grupo Popular, pero no nos
pueden ni nos van a convencer de ninguna manera. ¿Por qué? Porque ustedes
incrementan un 30 % el ya exagerado gasto militar. Porque siguen
manteniendo los recortes sociales y actualmente estamos en una situación
de emergencia social, con un 30 % de pobreza infantil; y ustedes no nos
han aceptado ninguna enmienda destinada a reducir el gasto militar y
tampoco a incrementar la inversión social. Porque no garantizan los
derechos sociales a las personas más vulnerables, no garantizan el
derecho a la dependencia de los ancianos ni de las personas con algún
tipo de discapacidad que requieren atención. Porque no garantizan el
derecho a la vivienda. Porque siguen con los recortes. Porque prefieren
gastarse el dinero en jugar a espías con su CNI. Porque siguen
manteniendo la magna estructura estatal con sus ministerios de Sanidad,
de Cultura, de Educación, de Deportes, de Vivienda, a pesar de haber
transferido las competencias a las comunidades autónomas, y continúan
manteniendo la voluntad centralizadora del Gobierno del Estado. Los que
van a votar a favor de este presupuesto, sepan que van a contribuir
también a mantener este gasto innecesario en contra de incrementar la
inversión social. Porque no han aceptado ninguna enmienda destinada a
traspasar a la Generalitat de Catalunya lo que nos corresponde en
proporción a nuestra población para poder desarrollar nuestras políticas
en vivienda, en cultura o en educación, y encima nos recortan en becas.
Porque no visualiza la voluntad que persigue Esquerra Republicana con sus
enmiendas destinadas a mejorar las carreteras de Cataluña y los trenes de
Rodalies que llevamos tantos años reivindicando y que diariamente los
catalanes sufren los retrasos y las averías por su culpa, aun cuando los
ministros y ministras de Fomento y el propio presidente del Estado, don
Mariano Rajoy, hacen incursiones en el territorio para prometer
inversiones fantasma que nunca se realizan. Porque las carreteras, los
trenes y los aeropuertos sufren y muestran claramente el modelo de la
España radial y centralista del Gobierno del Partido Popular. Porque este
presupuesto no demuestra claramente la voluntad de invertir en el
corredor mediterráneo que transcurre a lo largo y en paralelo al
Mediterráneo, como su nombre indica, y no por Madrid. Porque mientras se
han gastado 50 000 millones en el AVE, absolutamente deficitario, han
generado una deuda de más de 20 000 millones entre ADIF y Renfe. No me
voy a callar, voy a continuar, señores del Grupo Popular. (Aplausos).
Porque la poca inversión en rodalies de Cataluña supone un grave
perjuicio a la población, a las catalanas y a los catalanes que sufren
diariamente los colapsos y retrasos de los trenes. Hace muchos años que
reivindicamos, sí, señor, sí, y pedimos al Gobierno del Partido Popular y
al Gobierno del Estado la inversión en rodalies que aún estamos
esperando. Y tras las grandes, continuas y falsas promesas por parte de
todos los ministros y ministras de Fomento que han ido pasando a lo largo
de la historia y del propio presidente don Mariano Rajoy, solo nos
permiten el derecho al pataleo, y nosotros decimos: ¡vergüenza de
Gobierno! El Gobierno de Rajoy pretende que estemos contentos y que nos
creamos que este año van a invertir 90 millones de los 3500 que faltan, y
así con todo.


Hoy, además, tengo que manifestar nuestro total rechazo y
oposición a la decisión de la Mesa del Senado que esta mañana ha vetado
el veto individual que ha presentado Esquerra Republicana. Los motivos y
argumentos que han manifestado son los siguientes: abuso de derecho en
fraude del Reglamento; los doce vetos presentados por Esquerra
Republicana son iguales, son una fotocopia; alargaría demasiado el tiempo
del debate; y, según el portavoz del Grupo Popular, Esquerra Republicana
tienen afán de protagonismo. Nada de todo es cierto, porque el veto
individual de cada senador y cada senadora de Esquerra Republicana es
distinto, se trata de defender las propuestas de Catalunya, del País
Valencià y de las Illes, es decir, del conjunto de los països catalans.
(Aplausos).


Se dice, se rumorea y se comenta que esta Cámara es la Cámara de
representación territorial. Pues, señorías, la Mesa del Senado hoy ha
vuelto a demostrar que esta Cámara no sirve para nada con su manera de
aplicar la política, con su mayoría absolutísima del Partido Popular,
porque coarta el debate, coarta la libertad de representación de los
territorios, vulnera el derecho fundamental a la libertad de los
senadores y senadoras y prohíbe el debate territorial justamente en la
Cámara territorial. Parece ser que algunos senadores y senadoras hoy no
quieren llegar tarde a casa y con los vetos de Esquerra se alargaría
demasiado el tiempo del debate en el Pleno. Parece ser que no se han
leído atentamente la redacción de los vetos cuando dicen que todos los
vetos de Esquerra son iguales, ya que cada veto es distinto. Parece ser
que Esquerra Republicana abusa del Reglamento; nosotros entendemos que en
sede parlamentaria lo más importante es debatir y hablar, y no lo
consideramos un abuso. Parece ser que también tenemos afán de
protagonismo cuando queremos defender las propuestas del territorio que
representamos, y justamente el motivo del veto es poder hablar.


Nuestros ciudadanos y ciudadanas que hoy están siguiendo el Pleno
en directo podrán observar que en esta Cámara nos han privado de voz para
poder defender sus propuestas. Lo sentimos. Esto es el Partido Popular.
Todo esto es una muestra más de lo que ya es habitual y da cancha a
quienes dicen que el Senado no sirve para nada. Señores del Partido
Popular, ustedes les están alimentando. Porque cuando se trata de
debatir, hablar y defender enmiendas, coartan la libertad de expresión de
los senadores, impiden el debate y limitan y registran la defensa de las
propuestas de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña, el País Valencià y
les Illes. En esta España tan rancia y retrógrada que representa el
Partido Popular tiene que suceder algo. No puede ser que la ciudadanía y
los políticos de izquierdas se queden impasibles ante la inmovilidad
absoluta del Gobierno del Estado. La sociedad está cambiando y España no.
Se necesita un cambio social, político y económico que el Gobierno del
Partido Popular no está dispuesto a dar. O se suben al tren del futuro,
con una orientación distinta a la del Estado, o se van directos al
barranco.


El desprecio de los distintos gobiernos del Estado hacia Cataluña
nos ha obligado a encarar el futuro de otra manera: mirando hacia Europa
y mirando hacia el exterior, intentando el cambio social y económico en
el que el Estado español interfiere. Por esto, el día 1 de octubre de
este mismo año, el pueblo de Cataluña va a decidir su futuro a través de
un referéndum. Las catalanas y los catalanes nos daremos la oportunidad
de poder decidir entre monarquía o república, entre continuar en un
Estado que solo nos oprime o poder vivir en libertad. Y lo haremos
introduciendo nuestro voto en una urna, un gesto considerado de una
extrema peligrosidad por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Y, después
del referéndum, trabajaremos para conseguir un Gobierno que reparta la
riqueza equitativamente, que garantice el derecho a la vivienda a todas
las personas y que no limite, prohíba o coarte la libertad de expresión,
como ha sucedido hoy en esta Cámara. (El señor presidente ocupa la
Presidencia). En resumen, una república socialmente justa y solidaria,
sin reyes, ni príncipes, ni princesas, ni cuentos de hadas, ni vestidos
de 3500 euros que pagamos los ciudadanos a través de la aprobación de
este presupuesto, del presupuesto del señor Montoro.


Señorías, el cambio en España se producirá cuando Cataluña haya
decidido su futuro. Será después cuando España cambiará, cuando se den
cuenta de que Cataluña ha cambiado. Y en este punto nos encontrarán,
trabajando fraternalmente con ustedes. Estamos y estaremos al lado de los
partidos y de la gente que desee realizar ese cambio de modelo social,
económico y político, señor Albiol, para construir también una república
española socialmente justa, solidaria y moderna.


Muchas gracias, señorías. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Cortés.


Por el Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea,
tiene la palabra el senador Martínez.


El señor MARTÍNEZ RUIZ: Muchas gracias, señor presidente. Buenas
tardes a todos ustedes, señorías.


En primer lugar, quería aportar un par de datos. El portavoz del
Grupo Popular antes nos ha preguntado si sabíamos cuánto empleo creaban
las empresas del IBEX 35. He buscado el dato: un 7,5 % del empleo. Y he
encontrado otro dato: el 94 % de las empresas del IBEX operan en paraísos
fiscales. No me extraña que los defiendan, ya que tienen las mismas
prácticas que ustedes.


Segundo dato. Por si nuestro veto a la totalidad les sabe a poco,
pueden mirar también la web que hemos creado presupuestosatualtura.info.
Les aclaro que a tu altura se refiere a la altura de la gente, no a su
altura; están bastante por encima de su altura. Y en esos presupuestos
usted podrá ver que no proponemos un aumento del gasto de 84 000
millones, como usted ha dicho, sino de 17 000 millones, y también
proponemos un aumento de los ingresos a través de una reforma
fiscal.


Esta semana, como saben, la agenda política está marcada no solo
por el debate presupuestario en el Senado, sino especialmente por la
moción de censura que se debate en el Congreso de los Diputados y por la
convocatoria del referéndum en Cataluña. Los presupuestos generales son
uno de los hitos políticos fundamentales de cada año, pero precisamente
por eso sería ingenuo pensar que escapan o son ajenos a la situación
política general; todo lo contrario, los presupuestos están atravesados
por la coyuntura, y por ello es importante que situemos el debate
presupuestario en una reflexión de fondo.


Estos son los primeros Presupuestos Generales del Estado que se
debaten tras la irrupción electoral de nuevas fuerzas políticas en el
Parlamento y, principalmente, de Unidos Podemos. Este es un elemento
fundamental que no se puede ni se debe obviar. Lo digo porque es evidente
que estos no son los Presupuestos Generales del Estado que nosotros
querríamos, pero al mismo tiempo que decimos esto, también tenemos que
decir que son los presupuestos generales que presenta un Gobierno que se
siente amenazado. No son los presupuestos generales de un Partido Popular
cualquiera, son los presupuestos generales de un Partido Popular atrapado
y a la defensiva.


El señor Montoro decía que estos presupuestos generales son el
resultado de un gran pacto. No es cierto; no es cierto en absoluto. El
Partido Popular lo ha tenido muy justo, pero que muy justo para
aprobarlos en el Congreso, y si se han aprobado no es porque cuenten con
el apoyo de la mayoría social ni parlamentaria, sino porque el Partido
Popular ha comprado voluntades políticas con el presupuesto público. Les
han regalado al PNV y a Nueva Canarias cientos de millones del dinero de
todos, mientras han recortado las inversiones a lo largo y ancho del
resto del país. Y hoy tenemos que decir desde aquí, con toda la gravedad
que ello supone, que esto significa desatender los intereses generales
para entrar en un quid pro quo de intereses partidistas que es perverso y
corrupto. No debemos obviar lo que supone el acuerdo con Nueva Canarias.
El diputado de Nueva Canarias, que ha votado los presupuestos generales
al Partido Popular, se presentó en las listas del Partido Socialista. Si
Nueva Canarias ha apoyado los presupuestos generales es porque el Partido
Socialista lo ha mandado y porque el Partido Socialista lo ha querido. El
Partido Socialista votó a favor del techo de gasto en noviembre, le ha
prestado un voto decisivo al Partido Popular para la aprobación de estos
presupuestos generales y no ha querido que la moción de censura que se
discute hoy en el Congreso de los Diputados salga adelante. Y esto es
porque el Partido Socialista sigue ahogado en la contradicción de ser una
fuerza de régimen que necesita presentarse como una fuerza de cambio para
poder oxigenarse y tomar aire. Esa contradicción es la que hace que no
haya espacio para ustedes en el debate parlamentario ni aquí, con los
Presupuestos Generales del Estado, ni en el Congreso, con la moción de
censura, y esperamos, sinceramente, que eso cambie a partir de ahora.
Nuestra mano, como saben, sigue tendida.


En los Presupuestos Generales del Estado y durante el debate
presupuestario, el Partido Popular ha tratado de trasladar una idea
fundamental: que la economía funciona a pleno rendimiento. Ese es el
relato oficial. Durante las comparecencias, hemos tenido que escuchar
afirmaciones de representantes del Partido Popular que generaban rubor y
vergüenza a partes iguales, como que la economía española está boyante o
que somos la envidia de toda Europa.


Es evidente que este tipo de afirmaciones fuerzan los límites de
cualquier análisis mínimamente realista en un país con casi el doble de
la tasa de paro que la media europea, con un 32 % de renta per cápita
menos que la media de la zona euro y en el que ha crecido la desigualdad
más que en cualquier otro Estado europeo, a excepción de Chipre. Pero eso
ustedes lo saben perfectamente. Si el Partido Popular hace ese discurso
no es porque sea cierto, sino porque necesita compensar de algún modo la
pérdida de legitimidad que suponen los continuos escándalos de
corrupción. El grado de deslegitimación del Partido Popular exige que
tengan que salir a la palestra constantemente a hacer un discurso
sobreactuado y alejado de la realidad material de este país.


Un análisis ponderado de la situación económica tiene que tener
en cuenta todos los indicadores económicos. Los datos indican tasas
positivas de crecimiento económico en la balanza de pagos y de descenso
del desempleo. Pero una vez dicho esto, hay que advertir que las
previsiones apuntan a una contracción de todos los indicadores para los
próximos años cuando todavía estamos muy lejos de alcanzar los niveles
precrisis. Esto lo dicen tanto la OCDE como el Banco de España y el
propio Ministerio de Hacienda. Aun hoy, el empleo perdido solo se ha
recuperado un 39 %. Mientras tanto, los salarios siguen estancados y la
tasa de temporalidad ha aumentado más de 6 puntos en los últimos cinco
años, el 40 % de los jóvenes está en paro y el 25 % de los que tienen un
empleo son pobres. Señor Montoro, el último informe de la OCDE para
España dice textualmente que la pobreza ha aumentado debido
principalmente a una falta de empleo de calidad que proporcione
suficientes horas de trabajo remunerado y unos ingresos adecuados. Se
hace evidente, por tanto, que existe un desfase importante entre la
situación económica de la que ustedes presumen y la situación social que
este país padece.


La cuestión es que para ustedes, el empobrecimiento y la
desigualdad son un factor de crecimiento económico aceptable, incluso
deseable. En este punto, debemos demandarles que sean ustedes honestos.
La apuesta del Partido Popular en términos de competitividad es la vía de
la devaluación salarial y de la precarización de las condiciones de
trabajo. Eso es lo que ustedes reconocen con la boca pequeña y a puerta
cerrada y niegan clamorosamente de cara a la gente. Ustedes consideran
que la economía crece empobreciendo a la gente, que el crecimiento se
engrasa excluyendo de él a buena parte de la población. Y porque esa es
su vía y su apuesta, ustedes han rechazado de plano nuestras propuestas,
que tratan de abordar un cambio de modelo productivo para España que
supere su condición periférica en la economía europea.


Por eso, ustedes han recortado este año las inversiones del
Estado en casi un 20 %. Por eso, los recortes en la inversión en I+D+i
entre 2009 y 2017 suman 3171 millones de euros y nos situamos en la cola
de Europa. Ustedes han despreciado las propuestas de transición
energética hacia las renovables, para las que España tiene unas
condiciones privilegiadas. Ahora nos encontramos con una subida de los
precios de los hidrocarburos que ya está empezando a erosionar los
avances alcanzados en nuestra balanza de pagos y que encarece los costes
de producción de las empresas y las facturas de las familias.


Esa es su mentalidad. Para ustedes, invertir en modernizar
nuestra economía es un derroche suntuario, y someter a nuestra gente a la
precariedad ha de ser un ejemplo para Europa. En nuestra opinión, todo
esto condiciona el desarrollo futuro de nuestra economía y genera
vulnerabilidades importantes. Sin un crecimiento inclusivo, sin un modelo
productivo modernizado y sostenible, este país estará expuesto a las
perturbaciones económicas y será incapaz de proporcionar bienestar a su
gente. Por eso son ustedes una amenaza para el desarrollo de este
país.


Han presentado ustedes unos Presupuestos Generales del Estado que
no son creíbles. Y no lo decimos nosotros; es una advertencia de la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, que dice que han
sobrestimado ustedes los ingresos fiscales en la parte de los impuestos
directos, en especial del IRPF. Es la Airef la que asegura que ni la
Administración central ni la Seguridad Social cumplirán los objetivos de
déficit, a pesar de que han bajado ustedes las pensiones en términos
reales. Quienes sí cumplirán serán los ayuntamientos y las comunidades
autónomas, a pesar de que ustedes les han cargado la mayor parte de los
ajustes y los mantienen asfixiados con una financiación insuficiente para
atender sus competencias. Ustedes han recortado el techo de gasto para
este año en 5000 millones de euros. Ustedes han llevado la deuda pública
a situarse en el 100 % del producto interior bruto y ustedes han devorado
el Fondo de reserva de la Seguridad Social. Y todo ello lo han hecho
mientras se niegan a acometer una reforma fiscal que acerque los ingresos
fiscales a la media europea, de la que nos separan 6 puntos, mientras sus
amigos se llevan el dinero crudo a paraísos fiscales y cientos de los
suyos se dedican a saquear las instituciones para enriquecerse y
financiar sus campañas electorales.


Previsiblemente, ustedes conseguirán sacar adelante los
Presupuestos Generales del Estado y bloquear la moción de censura que se
está viendo hoy en el Congreso, pero el Gobierno del señor Rajoy sale más
debilitado y más deslegitimado que nunca. (Rumores). Este es un Gobierno
para el que cada votación a la que se le somete en el Parlamento es una
prueba de supervivencia; un Gobierno que no tiene proyecto de futuro para
este país y al que solo le queda apartarse y abrir paso al futuro.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Martínez.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
senador Vázquez.


El señor VÁZQUEZ GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, señorías, ya está casi todo dicho sobre los que
deberían haber sido los presupuestos de la recuperación, de la
restitución de derechos perdidos, de la mejora de los servicios públicos
deteriorados; los presupuestos que llevasen la esperanza a los millones
de españoles más castigados por la crisis y que hicieran justicia con
ellos; los que demostrasen que la hemos superado, que la hemos dejado
atrás.


Pero no. Nuevamente son unos presupuestos fundamentalmente
injustos y con más recortes. Mientras el PIB nominal crecerá en torno
al 5 %, el gasto solo lo hace al 1,2 %, con un ajuste de 14 250 millones
para cumplir los objetivos de déficit y arrastrando otros recortes
de 5000 millones del ejercicio anterior; unos presupuestos con menos
inversión, aunque lo que ponga en los presupuestos de inversión tampoco
es muy importante porque luego todos vemos cómo es la ejecución.


No me voy a detener mucho en repetir lo que ya se ha dicho en el
sentido de que vuelven a pecar de exceso de optimismo en las previsiones
de ingreso al decir que vamos a crecer en la recaudación el 7,9 %, el
triple del crecimiento previsto. Si no hay subida de impuestos
—como dicen—, si los salarios y las pensiones no llegan, ni
mucho menos, a recuperar poder adquisitivo, si en realidad pierden poder
adquisitivo, el consumo lógicamente se resentirá, y por tanto, si el año
pasado se incrementó el 2,6 % con más crecimiento, parece cosa de magia.
Pero yo creo que más bien se trata nuevamente de trampas que inflan los
ingresos. Tampoco voy a entrar mucho en lo que el otro día dijo el
presidente de la Airef de que el objetivo de déficit es improbable que se
cumpla. No nos preocupa y siempre hemos defendido en esta tribuna que se
debería haber sido más flexible con el objetivo de déficit.


Señorías, hoy el señor ministro y el señor De Las Heras, y la
semana pasada todos los secretarios de Estado del Gobierno en sus
comparecencias, nos fueron repitiendo, uno tras otro, lo magníficamente
que iba nuestro país, los extraordinarios resultados de las políticas del
Partido Popular. Siguieron la consigna a la perfección. Y es cierto
—no lo negamos ni lo hemos negado nunca— que el ritmo de
crecimiento es bueno, incluso superior a la media europea, que se crea
empleo, que exportamos más. No voy a mencionar lo que han ayudado a todo
ello factores externos, como pueden ser: el cambio de política del Banco
Central Europeo y, sobre todo, la bajada de tipos del euro, del petróleo
y demás. Es verdad que esos vientos de cola han afectado a todos, pero a
los países más dependientes del petróleo o más endeudados les beneficia
un poco más. Pero tampoco quiero entrar en eso.


Uno de los mantras más repetidos es el del mayor gasto social de
la democracia. Es una falsedad, y además de ser un insulto a la
inteligencia de los miembros de esta Cámara, es una ofensa a los
destinatarios de ese gasto. Miren, señorías, en 2017 será el 26,8 % del
PIB; un 2,2 % más que en 2016, es cierto, pero el PIB nominal crecerá
al 5 %. Está claro, pues, que el gasto social perderá poder de compra en
este ejercicio y disminuirá su peso en el PIB. Nos decía el ministro que
no lo comparemos con el PIB. Pues ¿con qué lo vamos a comparar? Hay que
comparar todos los factores económicos de este país, todos los gastos,
con el PIB, con el interno, pero también con el de otros países con los
que queremos estar y estamos asociados.


Y al final volvemos a eso de: si dices algo muy alto y lo dices
muchas veces, la gente acaba creyéndolo. Se lo dije una vez, no fue Weber
quien dijo esta frase; fue Willie Stark, el protagonista de la película
El Político, a la que dieron tres óscares en 1949. Hicieron eso con la
herencia y lo hacen ahora, es su estilo.


Pero para completar el cuadro de la realidad hay que decir otras
cosas que ustedes, el Gobierno, el Partido Popular, nunca dicen. Se ha
producido una devaluación salarial del 20 % en estos años; se han
recortado en más de 30 000 millones los servicios públicos en
ayuntamientos, comunidades autónomas y en la Administración central.
Algunos están al límite, y lo estamos viendo estos días con el conflicto
de la Agencia Tributaria, donde se han perdido 4000 empleos en estos años
y los propios inspectores no aguantan más y dicen que la Agencia
Tributaria está a punto del colapso. También podemos hablar del Sistema
Nacional de Salud, de la Seguridad Social o de las oficinas del DNI. Lo
estamos viendo todos los días. Se están acumulando ahora los retrasos de
dotaciones a todos estos servicios públicos, y lo estamos viendo a
diario. Se han perdido más de 300 000 empleos públicos en cinco años,
señorías, y recursos materiales. Hagan el favor de no esconderse detrás
de los funcionarios, a los que alaban constantemente, y simplemente
escúchenlos. Se lo decía el otro día al secretario de Estado de Hacienda:
Reciban a los inspectores, escúchenlos y háganles algo de caso en vez de
alabarlos constantemente. Los trabajadores y las clases medias han visto
subir sus impuestos, tasas y copagos y disminuir los servicios. ¿Dónde
está la recuperación, esa de la que tanto hablan, para los 9 millones de
pensionistas, los 3 millones de empleados públicos, los cientos de miles
de dependientes?


Es verdad que estamos saliendo de la crisis, señorías, pero lo
estamos haciendo con muletas. Mucha más humildad, señores del Partido
Popular. No se puede enfatizar que hemos recuperado la riqueza anterior a
la crisis cuando se leen los recientes informes de entidades tan poco
sospechosas como la OCDE, la Fedea o el BBVA, que nos dicen que
existen 13 millones de españoles en riesgo de pobreza y que el 10 % más
pobre solo recibe el 5 % de las trasferencias sociales, mientras el 10 %
más rico recibe el 20 %; que las rentas de los hogares son un 20 % más
bajas; que más de 6 millones de españoles se han caído de la clase media
—los han empujado, diría yo—; que 6,2 millones de
trabajadores ingresan menos del salario mínimo interprofesional. Son
datos de estas entidades absolutamente creíbles. ¿Qué mensaje se les
puede dar, por tanto, con estos presupuestos a todos ellos? Más humildad
y menos autocomplacencia, señores del Partido Popular, señores del
Gobierno, porque todos ellos se merecen, al menos, eso.


Señor De las Heras, usted, nuevamente, ha salido aquí sobrado y
nos ha calificado a todos. Nos ha puesto nota y nos dice lo que
trabajamos y lo que no trabajamos. ¡Hombre! Un consejo: no compita con el
senador Mulet en descaro y chulería. ¡Un poquito más de humildad, por
favor! Habla de una reforma fiscal buena cuando hemos visto aquí, y está
superdemostrado, que fue buena pero para el 10 % de la población,
precisamente para los que más tienen. Comete errores de bulto —y yo
lo entiendo, nos puede pasar a cualquiera— a la hora de calificar
las enmiendas. Habla de facturas en los cajones, y ya está bien. Ya está
bien, señor De las Heras, porque lo repite constantemente. ¡Claro que
había facturas en los cajones sin pagar! Muchas. La mayoría, de
ayuntamientos y comunidades gobernados por el Partido Popular, la
mayoría. (Aplausos). Y le voy a decir algo más: desde que existe el euro,
la Unión Europea solamente ha multado a una Administración de toda
Europa, a una. A la Comunidad Valenciana, por ocultar déficit, y estaba
gobernada por el Partido Popular. ¡Ya está bien, señor De las Heras!


Por último, ha defendido la amnistía fiscal, aunque para ello ha
tenido que echar sombra sobre el Tribunal Constitucional. Está usted
intentando, nuevamente, parecerse a los independistas, que cuando no les
gusta una sentencia la atacan. Podía haber estado callado. Esa amnistía
ha sido de lo más vergonzoso, inútil y chapucero que se ha hecho en la
Legislatura de 2012, lo peor, y lo ha demostrado el Tribunal
Constitucional, aunque ya lo anunciamos nosotros. Encima dice que lo
hicieron por el beneficio de España. Por el beneficio de España no; lo
hicieron por el beneficio de algunos españoles que habían defraudado y
que eran corruptos, y estamos viendo cómo son y de qué partido son. Lo
hicieron para el beneficio de esos señores. (Aplausos).


Debería pensar, señor ministro, si no será por todo esto, por ese
cuadro real, por lo que la gran mayoría de los españoles —en los
barómetros del CIS, en las encuestas del INE y en todas las muestras
demoscópicas— insisten en valorar la situación económica y las
condiciones de vida como malas o muy malas, el 71 % exactamente en el
último CIS; debería preguntarse por qué continúan tozudamente
desconfiando de la política para resolver sus problemas, por lo que la
confianza en las instituciones públicas, perdida durante la crisis
—más de 30 puntos, como sabe—, apenas se ha recuperado, a
pesar de los años que llevamos de recuperación. Es verdad que el último
barómetro del CIS refleja que la situación económica deja de ser la
segunda preocupación de los españoles, tras el paro; su puesto de honor
se lo deja a la corrupción. Sube 12 puntos la preocupación de los
españoles por la corrupción en estos últimos tiempos. Al final, todos los
ciudadanos que querían creer en otro mantra suyo de que la corrupción son
casos aislados del pasado, ven que mientras lo dicen, día tras día altos
representantes políticos de su partido continúan robando a manos llenas.
Evidentemente, es para indignarse de nuevo con la corrupción. Tienen que
hacérselo mirar; tienen que dar una solución a esto más pronto que
tarde.


Pero también podemos comparar a España con los otros países de
Europa, después de cinco presupuestos del Partido Popular. Son datos.
Podrán decirme que antes estaba peor, podrán volver a hace seis años, a
Zapatero. De acuerdo. Pero ahora, después de casi seis años con ustedes,
tenemos el déficit más alto de la Eurozona, la mayor tasa de desempleo,
somos el país en el que más ha crecido la deuda pública, somos campeones
en aumento de la desigualdad, somos el último país en inversión en I+D+i
de la Eurozona. Después de más de 40 000 millones que nos costó el
rescate bancario —que no nos iba a costar ni un céntimo, según el
presidente Rajoy—, ahora nos encontramos con la crisis del Popular,
de Liberbank y demás.


¿Está resuelta realmente la situación? Algo tendrá que ver con
todo esto el que no hayan aprovechado estos años, con el viento favorable
y con mayoría absoluta, para hacer, al menos, dos cosas: cambiar nuestro
patrón de crecimiento, que no lo han hecho, siguen basándose en la
devaluación salarial y en sectores que generan trabajo de menor calidad,
como servicios, turismo y construcción, sin apostar por la educación, la
formación, la investigación y el desarrollo. Y tampoco han hecho una
reforma fiscal, como tantas veces le hemos pedido en esta Cámara, ni han
luchado contra el fraude fiscal con rigor. Lo dicen los inspectores
fiscales. No le dedican medios. Si han quitado medios, ¿cómo van a luchar
contra el fraude fiscal? Esa es la prueba del nueve de su voluntad en
este aspecto.


Nos dicen que este año vamos a recuperar la recaudación de antes
de la crisis, y puede que sea verdad, puede que se acerque a ello.






Lo que
no nos dicen es que en IRPF e IVA prevén recaudar cifras similares, pero
en sociedades, mucho menos, 20 400 millones de euros menos exactamente.
Sin embargo, en IVA se van a recaudar 11 600 millones más. Hay que mirar
a qué se debe esto. ¿Qué está pasando? Resulta que hay un desequilibrio
entre la renta, la imposición directa y la imposición indirecta; entre lo
que aportan a la tributación las rentas de capital y lo que aportan las
rentas de trabajo. Eso hay que reequilibrarlo y requiere de una profunda
reforma fiscal. Nuestro sistema fiscal —según otra institución,
Oxfam Intermón, con datos de Eurostat— no vale para reducir la
desigualdad, nos equipara a los países del Este. Esa es la cuestión,
señorías, es su modelo. Lo hemos dicho aquí más de una vez, es su
ideología.


Está claro que estos presupuestos no son los que necesita la
mayoría de este país, pero sí son los que afianzan su modelo de sociedad,
un modelo que reflejan en los planes de estabilidad que envían a Bruselas
con cierta frecuencia, el último a principios del pasado mes. Se puede
resumir en las previsiones de ingresos y gastos que hacen en ellos lo que
ustedes quieren como modelo de sociedad: en vez de converger con los
países de nuestro entorno, con los países con los que queremos estar, con
Francia, Alemania, Italia, Portugal, Holanda, Bélgica, en gasto público y
en ingreso publico estamos, cada vez más, acercándonos a países como
Bulgaria, Lituania, Letonia o Rumania. No queremos, señor Montoro y
señores del Partido Popular, no queremos estar en este grupo; queremos un
Estado moderno y solidario que pueda hacer sostenible el Estado de
bienestar con más ingresos públicos.


Para este Gobierno, y lo tiene demostrado, la redistribución
fiscal es un mito; los gastos sociales, una rémora y la inversión pública
solo es buena si beneficia a determinados empresarios.


El Grupo Socialista tiene muchas razones para rechazar estos
presupuestos, razones que hemos visto aquí, y en las enmiendas veremos
las propuestas de mejora que hacemos. Si tuviese que resumirlas, diría
que lo hacemos porque después de trece trimestres consecutivos de
crecimiento, y con las buenas perspectivas que se prevén para este y los
próximos años, según sus datos, este Gobierno no muestra interés alguno
en recomponer lo perdido, en proteger a los que han quedado en el camino,
en cerrar la grieta social, que se ha profundizado aún más. Siguiendo la
máxima neoliberal, tratan de matar a la bestia de hambre —la
bestia, para ustedes, es el Estado de bienestar—. Estos
presupuestos dejan fuera, un año más, a grandes capas sociales. No ha
sido la crisis, sino la gestión de la crisis, lo que ha llevado a tantos
colectivos a esta situación. Los socialistas tomamos partido claramente
por los perdedores en ella.


Termino, señor presidente. Este no es un país pobre, aunque tenga
muchos pobres. Tenemos capacidad suficiente para ser un país próspero,
moderno, innovador, cohesionado y solidario, y se merece unos
presupuestos que ayuden a ello y que permitan una recuperación inclusiva
para todos. Estos presupuestos que usted trae aquí nuevamente no lo son.
Por ello el Grupo Socialista votará en contra.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Vázquez.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador
Barreiro.


El señor BARREIRO FERNÁNDEZ: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, señor ministro, quizás a esas alturas de la tarde sea
incapaz de aportar un poco a este debate, que ha sido enriquecedor y en
el que se han confrontado muchas ideas; en definitiva, un debate
coherente con la importancia que tiene el debate presupuestario, y así se
ha puesto de manifiesto. Por lo tanto, pido disculpas de antemano por mi
limitación a la hora de aportar algo con respecto a lo que ya se ha
dicho. Pero permítame que haga dos o tres consideraciones previas que me
han surgido al hilo de lo que he ido escuchando esta tarde.


Esta tarde se ha hablado mucho del Partido Popular. Tengo que
decir que, obviamente, soy del Partido Popular, y estoy muy orgulloso de
ser del Partido Popular. (Aplausos). Lo digo con total humildad, igual
que seguramente ustedes mantienen el mismo orgullo por pertenecer a la
fuerza política a la que representan. Pero permítanme también que, en esa
misma línea, exprese mi satisfacción y mi orgullo por pertenecer a la
fuerza política que ha llevado a cabo el mayor proceso de recuperación y,
por tanto, de garantía del bienestar de la sociedad española, que nunca
se ha dado en la democracia española. Esto ha sido gracias al gran
sacrificio de toda la sociedad española, pero lo han pilotado, lo han
dirigido y lo han posibilitado las políticas que ha llevado a cabo el
Partido Popular. Por lo tanto, permítame que exprese la satisfacción y el
orgullo por la pertenencia a esta fuerza política.


En esa misma línea, y en nombre de mi grupo, quiero reconocer el
trabajo que usted, señor ministro, ha hecho a lo largo de estos años y
que acaba de hacer con la presentación de este documento presupuestario.
Y voy a decirle más: usted es un gran ministro de Hacienda.
(Aplausos.— Rumores).


Si ustedes han criticado, permítanme que yo ponga en valor lo que
entiendo que es positivo. No se apuren. (Aplausos).


Es un gran ministro de Hacienda, porque usted, junto al
presidente del Gobierno, han sido, son los actores principales del
proceso de recuperación. Y hay que reconocerlo. Algún día tendrá el
reconocimiento de una gran mayoría de la sociedad española; desde luego,
de la inmensa mayoría de la historia económica de este país. Eso también
hay que decirlo. Intentaré en mi intervención que ustedes crean
—estoy seguro de que va a ser así— y se convenzan, igual que
yo lo estoy, de que, efectivamente, estoy haciendo valoraciones
objetivas. (Aplausos).


En segundo lugar, creo que este debate —y esto puede
parecer una obviedad, pero me iría incómodo si no lo digo— ha
estado dentro del marco de la corrección parlamentaria. Esto no debería
ser objeto de comentario, y menos a estas alturas de la tarde. Esto debe
ser lo normal. Es la tónica normal aquí, y a la excepción no debemos
prestarle mayor atención, porque es exclusivamente fruto de la pobreza de
ideas y de la pobreza argumental, que, por otra parte, son el único
instrumento que tienen algunas formaciones para hacer política.
(Aplausos). Por lo tanto, no hay que prestarle mayor atención.
(Aplausos).


En tercer lugar —y ya entrando en el debate
presupuestario—, estos días —hoy en concreto—, incluso
esta semana, se dan una serie de coincidencias que se pueden destacar
—al menos yo quiero hacerlo—. Algunas ya han sido puestas de
manifiesto aquí. Efectivamente, hoy coincide el debate de presupuestos en
el Senado con el debate de una moción de censura en el Congreso, y
también dentro de dos días vamos a conmemorar una fecha muy importante:
el 40 aniversario de la celebración de las primeras elecciones en
España.


Si tratamos de conjugar estas tres coincidencias, yo extraigo, al
menos, una conclusión —seguramente ustedes sacarían más, a mí se me
ocurre una—: que del análisis, tanto del debate de la moción de
censura como del debate presupuestario en el día de hoy —y
contextualizándolo en el marco de este 40 aniversario—, vemos que
hay dos maneras claras de entender y de participar en la política. Una se
asienta fundamentalmente en el principio de la defensa del interés
general, de la responsabilidad, del compromiso y la lealtad a la
sociedad; en trabajar para la creación de un clima de confianza, un clima
que, en definitiva, permita apuntalar, si cabe todavía más, el proceso de
recuperación económica. Nosotros queremos participar de esa forma de
hacer política, y por eso, como estamos en un contexto político
—también se ha comentado aquí— diferente al que veníamos
viviendo, esa manera de hacer política tiene que estar presidida por la
búsqueda del consenso, por la búsqueda del diálogo; y es lo que hemos
hecho. Lo ha hecho el Gobierno, porque es el primero en apuntarse al
principio de responsabilidad, porque es el primero —no el
único— a quien le corresponde el ejercicio de responsabilidad. En
ese sentido, quiero agradecer el esfuerzo por sumarse al ejercicio de
responsabilidad, a todas aquellas fuerzas políticas que han sabido
anteponer el interés general a un interés partidista o particular.


Estos no son los presupuestos del PP, estos son los presupuestos
que van a afianzar el proceso de recuperación que España vive desde hace
ya unos años y que van a permitir mantener el clima de confianza
necesario para mantener el ritmo de crecimiento económico y de creación
de empleo. (Aplausos). Por lo tanto, se equivocan, y todavía están a
tiempo y yo les animo, se equivocan aquellos que vean en estos
presupuestos el presupuesto del PP. No, este es el presupuesto de España;
es el presupuesto para España, y por eso quiero reiterar mi
reconocimiento, como grupo mayoritario, a aquellas fuerzas políticas que
han visto precisamente esa circunstancia en este instrumento de política
económica.


La otra forma de hacer política la hemos visto hoy aquí y también
la hemos visto allí. Hoy la hemos visto en las dos cámaras, y se apoya
fundamentalmente en la confrontación, en la pérdida de confianza, en
generar esquemas de inestabilidad, en aquello de cuanto peor, mejor, y
eso no es bueno.


Nosotros no vamos a participar de esa forma de hacer política; no
vamos a buscar el rédito político inmediato sino que vamos a seguir
trabajando en la otra dirección.


Además, si hacemos este análisis, si contextualizamos este
debate, podremos ya extraer alguna conclusión más, que a mi juicio
cometeríamos un error si analizáramos los presupuestos para 2017 haciendo
abstracción del resto de documentos presupuestarios de ejercicios
anteriores. ¿Por qué? Porque estaríamos restándole al presupuesto su
capacidad fundamental y prácticamente única —como se dijo
aquí— de instrumento de política económica. Esto nos lleva, o nos
debe de llevar, a analizar cuál ha sido, cuál es la evolución que, desde
el punto de vista económico, ha experimentado nuestro país. Por tanto, no
hacer un análisis estático sino dinámico en el conjunto de la evolución
de los últimos años.


No se preocupen porque no les voy a cansar con cifras, porque en
todo caso no lo haría tan bien como va a hacerlo y ha hecho el ministro
de Hacienda, pero ¿cuál era la situación que vivía España en el año 2011
o a principios del año 2012? Como se ha mencionado, era una situación
crítica, en la que todos los indicadores ponían de manifiesto que este
país estaba sufriendo una auténtica quiebra: con crecimiento negativo,
magnitudes de paro del entorno de los 6 millones de personas, con un
déficit de alrededor del 9 %; y podría continuar enumerando. Esta era la
situación real.


¿Qué es lo que hemos ido consiguiendo? Pues bien, hemos invertido
ese proceso: de una situación de recesión, hemos pasado a liderar el
crecimiento económico en el entorno europeo; y de ser líderes en
destrucción de empleo, hemos pasado a liderar los procesos de creación de
empleo. Fíjense hasta qué punto es así que el último presupuesto que
debatimos en el Senado fue el de 2016, más o menos en septiembre u
octubre de 2015. Solo voy a dar dos cifras: en ese momento, cuando
debatíamos aquí el presupuesto para 2016, la cifra de españoles afiliados
a la Seguridad Social —como un indicador de la evolución del
empleo— era de alrededor de 17 220 000. ¿Cuál es la cifra hoy? Más
de 18 300 000; es decir, 1 140 000 personas más, desde el último
presupuesto hasta hoy, afiliadas a la Seguridad Social. Esa es la primera
conclusión.


No nieguen ustedes la evidencia. Ustedes podrán decirnos que no
seamos triunfalistas. No lo somos, pero no se puede negar que la política
presupuestaria, como instrumento fundamental de política económica, que
han aplicado el ministro de Hacienda y el Gobierno de Mariano Rajoy ha
sido positiva porque ha cambiado radicalmente la situación del país.
(Aplausos). A partir de ahí, podremos entrar en otros debates y podremos
analizar el detalle. Ustedes dicen que sí se crea empleo —porque
obviamente no pueden decir lo contrario— pero añaden que no es un
empleo de calidad. Bueno, es algo que se puede discutir, pero lo cierto
es que las tasas de empleo indefinido que tenemos en estos momentos en
España no se alcanzaron con anterioridad. Estamos en el entorno del 75 %
de empleo indefinido en España. ¿Ese es un dato suficiente o no? Hombre,
aquí no hay nada para tirar cohetes y tenemos que seguir trabajando, pero
tampoco nieguen la evidencia.


Dicen que las estructuras salariales son muy bajas, y
evidentemente hay que hacer un esfuerzo para que se lleve a cabo un
proceso de incremento salarial. Pero si fuese como dicen ustedes, sería
difícil compatibilizar un incremento del consumo interno, como el que se
está produciendo en España, con una bajada de rentas como la que ustedes
señalan. Eso en economía no es fácil de explicar. (Aplausos).


Tampoco es fácil de explicar la censura extrema a la que ustedes
someten a la política fiscal. También aquí podemos discutir y analizar el
detalle, pero el 90 % de los españoles en este momento pagamos menos por
IRPF que antes —ese es un dato— y, por tanto, si eso es así,
creo que no es tan difícil inferir la conclusión de que se está llevando
a cabo una política fiscal orientada fundamentalmente a favorecer a las
rentas más bajas. Ustedes pueden decir que no es suficiente; pues bien,
pongámonos a ello. Pero, insisto, estamos hablando del 90 %, con un
diferencial en los tipos mínimos de 5 puntos: 24 de tipo mínimo anterior
y 19 de tipo mínimo actual.


Estoy tratando de darles datos para que consigamos esa
aproximación. Puedo entender que no coincidan al cien por cien conmigo,
por eso les decía hace unos minutos que iba a tratar de sustentar de
manera objetiva la valoración de la política económica de mi partido, de
mi Gobierno y de quien dirige esa política desde el punto de vista de la
actuación del Gobierno, y creo que hay elementos más que
suficientes.


Dentro de la política fiscal han censurado también la llamada
amnistía fiscal. Sin embargo, en España hubo dos amnistías fiscales,
en 1984 y 1991, porque lo que ha habido ahora ha sido un proceso de
regularización de activos. (Rumores.— Risas). Tranquilos, que voy a
tratar de explicarme. No es que quiera evitar utilizar el término
amnistía fiscal, señorías, es que procuro ser riguroso en los análisis
económicos por dos cosas: por obligación y por devoción. Y ese rigor me
lleva a hacer la afirmación que acaban de oír hace un minuto. ¿Por qué no
es una regularización fiscal? Porque lo que ha posibilitado es que 40 000
millones que estaban fuera del control de la Hacienda pública en este
momento estén bajo su control. Por cierto, ustedes pudieron haberlo hecho
antes, pero no lo hicieron. (Aplausos). Además, fruto de ese proceso de
incorporación, ha habido un incremento de 1400 millones de euros en la
recaudación que, por cierto, había caído 70 000 millones de euros.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El señor BARREIRO FERNÁNDEZ: En consecuencia, era necesaria y fue
efectiva.


Y termino, señor presidente, señorías, con algo que he dicho hace
un momento sobre las dos maneras de entender la política. Hoy, fruto de
esa coincidencia, han fracasado aquellas políticas que intentaban sembrar
incertidumbre y enfrentamiento. Eso ha fracasado en la otra Cámara, y
aquí van a triunfar aquellas políticas que se apoyan en la creación de un
clima de estabilidad, de confianza que es, en definitiva, lo que
garantiza el bienestar. Por tanto, hoy es un día importante para España y
para los españoles.


Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos de los señores
senadores del Grupo Parlamentario Popular, puestos en pie).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Barreiro.


Tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y FUNCIÓN PÚBLICA (Montoro Romero):
Gracias, señor presidente.


Señorías, voy a ser muy breve, porque ya no puedo más. No teman
que desarrolle otra parte del discurso.


Tomo la palabra para agradecer el debate político que se ha
desarrollado en esta Cámara, para celebrar lo que va a ser sin duda
alguna, de manera anticipada, un resultado y para agradecer también la
posición política que han venido expresando las diferentes formaciones
políticas.


Es fundamental que España cuente con unos nuevos Presupuestos
Generales del Estado para el año 2017; es fundamental para asegurar la
financiación de nuestra economía, de nuestros grandes servicios públicos,
del Estado del bienestar, para asegurar la financiación de nuestras
administraciones territoriales y confirmar también la reducción del
déficit público.


Cuando finalmente el Senado apruebe esta Ley de Presupuestos
Generales del Estado habremos hecho política, habremos hecho política
entre todos y habremos hecho lo que nos correspondía hacer. Un gobierno
en minoría se sustenta en una política de negociación y hemos logrado que
esa negociación haga posible que España cuente con los primeros
Presupuestos Generales del Estado de esta legislatura.


Además de reconocer lo que significa la apuesta por esa política
de entendimiento, quiero recordar que estos presupuestos cumplen unos
objetivos de déficit que fueron aprobados por el Grupo Socialista en esta
Cámara. Por otro lado, estos presupuestos contienen previsiones de
ingreso tributario posibles por la aprobación de un real decreto ley que
establecía los pagos fraccionados para las grandes empresas en España, en
el impuesto sobre sociedades, y por determinadas modificaciones que se
introdujeron en aquel decreto ley, fruto del acuerdo político también con
el Grupo Socialista. Es decir, que ahora cada uno marca la posición que
considera conveniente, pero realmente estos presupuestos son fruto de
grandes entendimientos. Esos grandes entendimientos son los que hay que
continuar materializando en el futuro de esta legislatura porque lo que
está claro es que no podemos frustrar la recuperación económica y la
creación de empleo que se está produciendo. Imaginemos la responsabilidad
que cada uno de nosotros tendría que asumir si resultase culpable de
frenar esa recuperación económica y esa creación de empleo. Estoy
convencido de que nadie quiere asumir semejante responsabilidad.


Esa es la tarea de diálogo y de propuesta de entendimiento que
promueve el Gobierno; una tarea de valoración de lo que está suponiendo
el apoyo de los grupos políticos: del grupo político mayoritario en esta
Cámara, el Grupo Parlamentario Popular, que ha expresado su apoyo a
través de sus portavoces; pero también el apoyo de los otros grupos
políticos que están haciendo posible ese entendimiento, como ha quedado
demostrado por parte de Ciudadanos, de PNV, de Coalición Canaria, de
Nueva Canarias, de Foro y de Unión del Pueblo Navarro. Todo eso es hacer
política; insisto, hacer política desde el entendimiento, desde la
superación de las posiciones partidistas y si se quiere, incluso, más
allá de lo que representamos cada uno en esta Cámara.


Para acabar, quiero darles las gracias porque personalmente,
créanme, es un gran honor hacer esta propuesta, que no es precisamente la
primera que hago en la condición de ministro de Hacienda. Tengo una larga
trayectoria en los Gobiernos de España porque fui cuatro años secretario
de Estado de Economía y este es el décimo presupuesto general del Estado
que defiendo en mi condición de ministro de Hacienda, y ahora también de
Función Pública. Es una trayectoria realmente larga, que viene a
confirmar que para mí es un gran aprendizaje el ejercicio en estos
puestos de máxima responsabilidad de Gobierno y hacerlo cuando se está en
mayoría absoluta y cuando se está en la condición —muy
oportuna—, de necesitar entenderte con otras formaciones políticas,
con otros Gobiernos con responsabilidad en nuestras administraciones
públicas y, por supuesto, dentro del marco que representa ser parte de
Europa, ser socio de la Unión Económica y Monetaria europea.


Solo quiero añadir, recogiendo una de las expresiones que ha
utilizado un senador de la oposición, que tiene más razón que un santo:
que tenemos una ciudadanía, un pueblo, una gente de una calidad superior
a la de su Gobierno y a la de sus representantes políticos, y por eso
estamos hablando de recuperación económica, porque contamos con esa
gente. Esa es la gente que está moviendo el país, esa es la gente que
emprende, la gente que trabaja, la gente que arriesga, la gente que
también sabe con seguridad que obtendrá respuesta en todos los
territorios de España, y es a esa gente a la que tenemos que servir y es
por ella por la que van a protagonizar ustedes la votación de esta
tarde.


Desde luego, en la medida de mis facultades, seguiré trabajando
para que esa recuperación económica, en favor de esa gente, sea una
realidad.


Muchas gracias, señor presidente. (Fuertes y prolongados aplausos
de los señores senadores del Grupo Parlamentario Popular, puestos en
pie).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Llamen a votación. (Pausa).


Cierren las puertas.


Señorías, vamos a proceder a la votación de las propuestas de
veto; lo haremos de manera separada y por su orden de debate. Saben todos
ustedes que para su aprobación se exige la mayoría absoluta, que son 134
votos.


Ha habido un senador del Grupo Parlamentario Popular, José Luis
Pérez Pastor, que ha ejercido su derecho a la votación telemática, y ha
votado en contra de todas las propuestas de veto. Además, también saben
que, si alguna propuesta de veto fuera aprobada, se daría cuenta de dicha
aprobación al Gobierno y al Congreso de los Diputados; si ninguna fuera
aprobada, se pasaría al debate de las impugnaciones de las
secciones.


Comenzamos votando la propuesta de veto número 21, del Grupo
Parlamentario Socialista. Al resultado del hemiciclo sumaré yo el voto
del senador Pérez Pastor.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: presentes, 262
más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262 más 1 voto
telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161 más 1 voto
telemático, 162.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 59, del Grupo Parlamentario
Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1
voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 40, del Grupo Parlamentario
de Esquerra Republicana.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1
voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 1, del senador Iñarritu
García, del Grupo Parlamentario Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1
voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


El señor PRESIDENTE: Queda también rechazada.


Votamos a continuación la propuesta de veto número 12, de los
senadores Bagué Roura y Cleries i Gonzàlez, del Grupo Parlamentario
Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 262, más 1 voto telemático, 263; votos emitidos, 262, más 1
voto telemático, 263; a favor, 101; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Finalmente, votamos la propuesta de veto número 20, de los
senadores Mulet García y Navarrete Pla, del Grupo Parlamentario
Mixto.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 261, más 1 voto telemático, 262; votos emitidos, 260, más 1
voto telemático, 261; a favor, 98; en contra, 161, más 1 voto
telemático, 162; abstenciones, 1.


El señor PRESIDENTE: Queda también rechazada.


Señorías, habiendo sido rechazadas todas las propuestas de veto,
mañana continuaremos con el debate de las impugnaciones de las
secciones.


Se suspende la sesión hasta mañana a las nueve de la mañana.


Buenas noches.


Eran las veintiuna horas y cincuenta y cinco minutos.