Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 24, de 06/06/2000
PDF





CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 24



DEFENSA



PRESIDENCIA DELEXCMO. SR. D. JAVIER RUPÉREZ RUBIO



Sesión núm. 2



celebrada el martes, 6 de junio de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Aprobación, en su caso, de la delegación a favor de la Mesa, a la que
hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Número de expediente 42/000002.) . . .

(Página 268)



Comparecencia del señor ministro de Defensa (Trillo-Figueroa y
Martínez-Conde) para informar sobre:



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A petición
propia. (Número de expediente 214/000003.) . . . (Página 268)



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A solicitud
del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/
000017.) . . . (Página 268)



Página 268




- Las líneas fundamentales de actuación de su Departamento en la VII
Legislatura, con especial referencia a la Gerencia de
Infraestructuras de Defensa. Asolicitud del Grupo Parlamentario
Mixto. (Número de expediente 213/000034.) . . . (Página 269)



- Prioridades y políticas que piensa impulsar en relación a las
materias vinculadas a dicha Comisión durante la VII Legislatura. A
solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
(Número de expediente 213/000046.) . . . (Página 269)



Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




APROBACIÓN, EN SU CASO, DE LA DELEGACIÓN EN FAVOR DE LA MESA, A LA
QUE HACE REFERENCIA LA RESOLUCIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA, DE
2 DE NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 44 DEL REGLAMENTO
DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (Número de expediente 042/000002)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados miembros de la
Comisión de Defensa, buenos días a todos. Se abre esta sesión de la
Comisión de Defensa, primera de las regulares de esta legislatura, y
quería, en nombre de la Mesa, darles la bienvenida a todos.

Como saben ustedes, la Mesa de la Comisión decidió que esta sesión
estuviera dedicada a la consideración general de los temas relativos
al departamento de Defensa, con la presencia del señor ministro, cuya
presencia saludo y agradezco, y, naturalmente, para la consideración
de los temas generales relativos a la política de defensa de España.

Había al respecto toda una serie de peticiones de comparecencias. En
primer lugar, la del propio Gobierno, luego la del Grupo
Parlamentario Socialista, una del Grupo Parlamentario Mixto, de la
que es autor el señor Rodríguez, que entiendo se mantiene en sus
términos genéricos, de manera que las cuestiones relativas a la
Gerencia de la Infraestructura de Defensa quedarán para una ulterior
ocasión, y del Grupo Parlamentario Catalán. Como es práctica habitual
en la casa, que ustedes conocen, las consideraremos a efectos de la
intervención de los portavoces en este mismo orden y, naturalmente,
tendremos el tiempo suficiente para considerar estas cuestiones.

El sonido tan molesto como habitual de los teléfonos -y lo digo aquí
porque está don Federico Trillo presente- me lleva a recordarles
desde esta primerísima hora el ruego encarecido a todos los presentes
en la sala, diputados y no diputados, que prescindan de la
utilización de esos malditos artefactos en este mismo
momento. Lo digo únicamente por respeto a todos los demás, no por
ninguna otra consideración.

Sin más, agradeciéndole de nuevo la presencia al señor ministro de
Defensa, le doy la palabra. (El señor Marsal Muntalá pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: Con su permiso, señor presidente, hay un
primer punto del orden del día, que es la delegación en favor de la
Mesa, y si se somete a votación este punto, nosotros querríamos hacer
constar que vamos a votar favorablemente, pero siempre entendiendo
que, en el caso de que en la Mesa no se produjera la unanimidad de
los acuerdos, los grupos tienen el derecho de replantear la cuestión
en el Pleno de la Comisión.




El señor PRESIDENTE: Perdón, señor ministro, señorías. Efectivamente,
tenemos este primer punto, habitual desde el punto de vista
reglamentario, relativo a la resolución de la Presidencia de la
Cámara del 2 de noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del
Reglamento del Congreso de los Diputados, que someto a su
consideración y que me parece perfectamente plausible la
interpretación que nos ofrece el señor portavoz del Grupo Socialista.

¿Aprueban ustedes este primer punto del orden del día en los términos
descritos? (Asentimiento.)
Muchas gracias.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (TRILLO-FIGUEROA Y
MARTÍNEZCONDE), PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A PETICIÓN
PROPIA. (Número de expediente 214/000003.)



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/
000017.)



Página 269




- LAS LÍNEAS FUNDAMENTALES DE ACTUACIÓN DE SU DEPARTAMENTO EN LA VII
LEGISLATURA, CON ESPECIAL REFERENCIA A LA GERENCIA DE
INFRAESTRUCTURAS DE DEFENSA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
MIXTO. (Número de expediente 213/000034.)



- PRIORIDADES Y POLÍTICAS QUE PIENSA IMPULSAR EN RELACIÓN A LAS
MATERIAS VINCULADAS A DICHA COMISIÓN DURANTE LA VII LEGISLATURA. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (Convergència i Unió).

(Número de expediente 213/000046.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la comparecencia del señor ministro de
Defensa, para informar sobre las líneas generales de la política de
su departamento.

El señor ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (TrilloFigueroa y Matínez-Conde):
Señorías, permítanme expresar, en primer término, el honor que supone
comparecer por primera vez en la Comisión de Defensa del Congreso de
los Diputados, como ministro del Gobierno de España.

Si mi actividad política ha tenido siempre una decidida vocación
parlamentaria, hoy quiero reafirmarla como miembro del Gobierno.

Considero el encargo que me ha conferido el presidente del Gobierno,
José María Aznar, como una responsabilidad parlamentaria, porque
parlamentaria es la investidura de la que, en forma derivada, deviene
mi mandato. Reafirmo, pues, mi compromiso de sometimiento al control
del Parlamento y garantizo la plena colaboración del Ministerio en la
función legislativa, así como en la de orientación política general
que les compete.

La defensa nacional es, en su esencia, señor presidente, señorías,
materia de Estado. Así la entiendo y anuncio, por ello, mi voluntad
de procurar la búsqueda del más amplio consenso parlamentario en los
temas que afecten a esa función esencial.

La política de defensa tiene, como primer marco de referencia, la
Constitución española, cuyo preámbulo ya proclama la voluntad de
colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de
eficaz colaboración entre todos los pueblos de la tierra. Poco más
adelante, atribuye a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar la
soberanía y el sistema de libertades que articula nuestro
ordenamiento constitucional. Entiendo, pues, el objetivo de seguridad
que se nos encomienda como garantía de la paz y de la libertad de
nuestro pueblo y de su defensa ante eventuales amenazas. A nuestras
constantes geopolíticas, país europeo, con la peculiaridad de una
Europa que comienza en las islas Canarias, al tiempo Atlántico y
Mediterráneo, con
especial responsabilidad en la comunidad iberoamericana de naciones,
han venido a sumarse decisiones políticas que vinculan nuestra acción
exterior y de seguridad y la orientación interior de la política de
defensa, a saber: la integración en la Alianza Atlántica y en la
Unión Europea, en el marco de la cual nos afecta directamente el
llamado pilar de seguridad y defensa. En estas coordenadas se
inscriben las prioridades del Ministerio de Defensa, que no pueden
ser otras que las señaladas por el presidente Aznar en su discurso de
investidura. Nuestra libertad y nuestra seguridad se encuentran,
dijo, estrechamente unidas a la libertad y la seguridad de nuestros
socios y aliados. Por ello, asumiremos responsabilidades crecientes,
tanto en el marco de la Alianza Atlántica como en la política europea
común de seguridad y defensa. En este marco, España apoyará la
construcción de un pilar europeo de seguridad y defensa, sin
menoscabo del vínculo transatlántico y procurará la armonización de
nuestras capacidades militares con la de nuestros socios y aliados.

En segundo lugar, tenemos que estar dispuestos a asumir mayores
niveles de responsabilidad fuera de nuestras fronteras, como factor
determinante de nuestra presencia internacional que debe
desarrollarse en los ámbitos político, económico, cultural, de
seguridad y cooperación. La decisión de continuar, manifestó el
presidente en la investidura, la profesionalización y modernización
de las Fuerzas Armadas, el refuerzo de la acción conjunta, la
racionalización de las estructuras de defensa y la colaboración en
materia de industria y defensa en el marco de la Unión Europea.

Para alcanzar estos objetivos, en la VII Legislatura hemos diseñado
una política de defensa cuyas grandes líneas me propongo exponer hoy
ante SS.SS, estructurándolas en las siguientes áreas: analizaré, en
primer lugar, la dimensión internacional de seguridad y defensa;
a continuación, el estado de la profesionalización, para pasar al de la
modernización; continuar con la racionalización de estructuras y
finalizar con el análisis de la cultura de defensa y sus relaciones
con la sociedad. Veamos, en primer lugar, la dimensión internacional
de seguridad y defensa. Al mantenimiento de la paz mundial, y a la
defensa del sistema de valores y libertades que compartimos con
nuestros socios y aliados, ha de responder equilibradamente la
política de defensa de España, atendiendo de manera prioritaria a la
Europa de la defensa y a la Alianza Atlántica. España defiende una
Europa más integrada, que desarrolle su propia dimensión de seguridad
y defensa, capaz de actuar con capacidades propias, si bien considera
que la OTAN sigue siendo un soporte básico de la defensa colectiva de
sus miembros.

En consecuencia, en el siglo que ahora comienza, España respalda como
elemento esencial para la defensa de Europa los conceptos de
transparencia, confianza, complementariedad y un adecuado sistema de
consultas entre la Unión Europea y la Alianza Atlántica.




Página 270




Sólo así seremos capaces de consolidar una defensa sólida y sin
duplicidades, y en este amplio marco de nuestra política de defensa
nos proponemos desarrollar las siguientes medidas: en primer lugar,
abogamos por el decidido impulso a la política europea común de
seguridad y defensa. Para ello apoyaremos los procesos de
implantación de las estructuras políticas y militares establecidas en
la cumbre de Helsinki y respaldaremos la integración de la Unión
Europea Occidental, de la UEO, en la Unión Europea, de forma que la
Unión Europea posea una capacidad militar propia que le permita
realizar operaciones de las que se han denominado tipo Petersberg,
capacidad que, sin duda, ha de ser compatible y complementaria con la
de la Alianza Atlántica. En particular, España apoya el objetivo
general de crear antes de que finalice el año 2003 una fuerza europea
para gestión de crisis, constituidos por unos efectivos entre 50.000
y 60.000 hombres y mujeres, con los correspondientes medios navales y
aéreos, capaz de desplegarse en un máximo de dos meses y de
mantenerse en la zona de operaciones durante un período mínimo de un
año. Además, España ha contribuido activamente al desarrollo inicial
de ese objetivo general, proponiendo que la fuerza europea disponga
de un componente de reacción inmediata como medio más cualificado
para gestionar las crisis en sus momentos iniciales.

En segundo lugar, mantedremos la participación española en las
fuerzas multinacionales europeas, complemento indispensable del
objetivo general de la Unión Europea y expresión de la solidaridad y
complementariedad entre las iniciativas europeas y atlánticas.

También participaremos de forma activa en los procesos actualmente en
marcha para la adecuación de las eurofuerzas al nuevo escenario
estratégico. En este sentido, consideramos de especial importancia la
transformación del eurocuerpo en una fuerza de reacción rápida. Nos
sentimos muy orgullosos de que su cuartel general esté siendo
dirigido hoy en las operaciones aliadas en Kosovo y que sea un
general español quien esté al mando de las fuerzas aliadas allí
desplegadas, el general Ortuño.

Reforzaremos, en tercer lugar, la dimensión mediterránea de la
seguridad europea desde la perspectiva de que a largo plazo la
seguridad europea requiere que España conceda a esta zona una
importancia cada día mayor en el escenario estratégico actual, con un
enfoque basado en el fomento de medidas de confianza, y como derivado
de la conferencia de Barcelona, el diálogo político, la cooperación
para el desarrollo y el acercamiento cultural. En ese escenario
concreto, España continuará aportando sus esfuerzos a los planes de
estabilización del área de los Balcanes, potenciaremos nuestras
relaciones de defensa con los países ribereños del norte de África y
de Oriente Medio y colaboraremos en la consolidación política, social
y económica de una zona esencial para el futuro de Europa. Como SS.

SS.

conocen, la activación de un cuartel general aliado en Madrid culminó
nuestro largo proceso de integración en la Alianza Atlántica, en
cuyas actividades vamos, por tanto, a seguir participando. Ahora, sin
diferencia alguna con cualquiera de los aliados, España participará
en todos los procesos de toma de decisiones, tanto en el nivel
político como en el operativo, porque consideramos que nuestra
actuación en el ámbito aliado debe estar en consonancia con nuestro
peso político y nuestra capacidad militar.

Las relaciones con los Estados Unidos de América merecen una atención
especial. Después de casi 50 años de estrecha cooperación en materia
de seguridad y defensa, lo cierto es que nuestra relación en ese
campo se ha ido circunscribiendo a un ámbito meramente técnico
militar. Por ello, nos proponemos iniciar, como también pondrá de
manifiesto el ministro de Asuntos Exteriores en su comparecencia
correspondiente ante la Comisión esta misma mañana, una revisión de
los acuerdos vigentes, basada en la transparencia y apoyada en la
indispensable reciprocidad. Queremos llegar a definir un nuevo marco
de relaciones, en el que la aportación española tenga el debido
reconocimiento y la relevancia política que merece nuestro esfuerzo y
nuestra aportación.

Iberoamérica, señor presidente, señorías, es de extraordinaria
importancia para España. Pretendemos reforzar los vínculos que
mantenemos con los países iberoamericanos en cuestiones de defensa.

Esta actuación constituirá en el futuro uno de los ejes fundamentales
de nuestra política de defensa y en este sentido he ordenado la
confección de un plan de cooperación más intenso con Iberoamérica.

España continuará participando en operaciones de paz y de ayuda
humanitaria promovidas por Naciones Unidas y por la Organización para
la Seguridad y Cooperación en Europa, por la OSCE. Asimismo,
continuaremos desarrollando la cooperación militar en el ámbito
internacional para promover una seguridad basada en los valores
comunes de democracia, desarrollo sostenible y compartido, respeto
a los derechos humanos y modernización de unas Fuerzas Armadas
plenamente integradas en los Estados democráticos. España mantendrá
una participación activa en todas las iniciativas de control de
armamento y de desarme, piedras angulares de la seguridad mundial.

Para ello, apoyaremos en particular cuantas actuaciones tengan por
objeto evitar la proliferación de armas de destrucción masiva y de
sus medios de proyección.




Todo ello nos conduce, señor presidente, señorías, al concepto de
revisión estratégica de la defensa, herramienta utilizada con
asiduidad en el ámbito aliado. Es una actividad, generalmente, no
periódica que las grandes naciones llevan a acabo en momentos de
cambios importantes en el panorama estratégico o coincidiendo con
nuevas orientaciones de su política exterior y de seguridad. Trata de
alcanzar, desde una óptica global y



Página 271




conjunta, los objetivos a largo plazo. Por la naturaleza de
decisiones que en ella se adoptan, en particular las referidas a la
cobertura financiera, se realizan en el nivel político. Del mismo
modo, España iniciará también la revisión estratégica de su defensa,
ya anunciada por el presidente del Gobierno en su presentación del
Libro Blanco de la defensa. Esta revisión que nos proponemos estará
encaminada, en términos del propio presidente Aznar, a proporcionar a
las Fuerzas Armadas las capacidades esenciales que necesitan para
actuar en el escenario estratégico del siglo que ahora comienza. Las
conclusiones de esta revisión estratégica deberán guiar el proceso de
planeamiento de la defensa y, en consecuencia, el planeamiento de
fuerzas, cuyo objetivo final es proporcionar a los ejércitos las
necesarias dimensiones y dotarlos de las capacidades militares que
precisen para el cumplimiento de sus nuevas misiones. Este
planeamiento de la defensa, a diferencia de la revisión estratégica,
es, sí, una actividad periódica que se ejecuta en dos ámbitos, en el
nacional y en el aliado; ámbitos que deben ser, sin duda,
convergentes. En ese sentido, puesto que el ciclo recientemente
finalizado ha alcanzado en la práctica los objetivos fijados en la
Directiva 1/96, parece oportuna la promulgación de una nueva
directiva de defensa nacional, propuesta que pienso elevar al señor
presidente del Gobierno antes de que finalice el presente año. El
hecho de que ambos ciclos, el nacional y el aliado, deban reiniciarse
a principios del próximo año, nos proporciona tiempo suficiente para
acometer la elaboración de una nueva directiva ministerial para
mejorar el actual proceso de planeamiento de la defensa.

Y paso así, señor presidente, a la segunda área que anuncié que
constituiría el eje de mi intervención: la profesionalización. La
profesionalización de las Fuerzas Armadas, señorías, representa un
cambio sin precedentes en la concepción de nuestra defensa. No es un
proceso de mera evolución de un sistema mixto hacia otro profesional;
se trata de la creación de unas Fuerzas Armadas profesionales de
nuevo cuño, cuestión que lleva consigo retos de extraordinaria
complejidad. Por esta razón, señorías, si la política de personal
siempre ha sido una parte importante de la política de defensa, ahora
cobra especial relevancia por ser, en última instancia, la que ha de
garantizar la entidad de la fuerza, la preparación y la moral de sus
miembros y, en consecuencia, su eficacia operativa.

La incorporación, la renovación y, en su caso, la integración de
aquellas personas que decidan libremente acceder al ejercicio de la
profesión militar son aspectos muy importantes del nuevo modelo, pero
no son los únicos que debemos atender durante este proceso. Por eso,
deben ser atractivos tanto el acceso como la permanencia, pero
también deben encontrarse alternativas para quienes finalicen su
relación con las Fuerzas Armadas y se reintegren a la vida civil.

Realizaremos todos los esfuerzos necesarios para encontrar un punto
de equilibrio entre reclutamiento, renovación y recolocación en la
vida civil.

Las características de los nuevos soldados y marineros profesionales
obligan a un profundo cambio de mentalidad de todos los componentes
de la institución militar, al modificarse sustancialmente las
relaciones entre los cuadros de mando y la tropa, y también
modificarán en el futuro la relación entre la sociedad civil y el
propio estamento militar. Pretendo elaborar un plan director de
recursos humanos, que contendrá una adecuada programación para el
acceso del personal militar de todas las escalas y categorías, así
como del personal civil, funcionario o laboral. Estará basado en el
análisis, evaluación y determinación de las plantillas, puestos de
trabajo, especialidades y ofertas de plazas para alcanzar los niveles
de cobertura adecuados.

Señorías, señor presidente, se prevé alcanzar 85.000 efectivos de
tropa y marinería a finales de este año y 102.500 efectivos a finales
del año 2001. En años posteriores el Gobierno determinará el número
de efectivos dentro de los límites fijados por la Ley 17/1999, del
régimen de personal de las Fuerzas Armadas, en función de las
necesidades derivadas del planeamiento militar de la defensa y de las
disponibilidades presupuestarias. En estas nuevas Fuerzas Armadas
Profesionales, uno de los objetivos que se debe perseguir con mayor
ahínco es conseguir que la actividad de sus miembros se centre todo
lo posible en tareas operativas. Por esta razón consideramos
necesaria la externalización de determinados servicios que todavía
hoy se vienen realizando con personal militar. A este propósito
deberán dedicarse los correspondientes recursos presupuestarios.




El Ministerio de Defensa está perfilando un nuevo reglamento de
retribuciones que responda a un doble criterio: de una parte, a la
necesaria inserción en la política retributiva general de la
Administración del Estado, de forma que las mejoras para el conjunto
de la Función pública sean también de aplicación directa a la
administración militar; de otra parte, consideramos que el reglamento
debe tener en cuenta las características diferenciales de la
profesión militar, específicamente la disponibilidad permanente y la
singularidad de determinadas responsabilidades. Además, deberá
prestar atención preferente a los niveles menos favorecidos.

Es evidente que en este nuevo modelo de Fuerzas Armadas profesionales
habremos de resolver problemas sociales de personal, de tropa y
marinería profesionales que no se producían con el modelo anterior
del servicio militar obligatorio. Una gran parte de nuestros nuevos
profesionales tendrán familias a su cargo con mayores necesidades que
debemos atender. El régimen de vida en las Fuerzas Armadas, aun con
los sacrificios inherentes al ejercicio de la profesión militar, debe
ser suficientemente atractivo para poder conseguir sus objetivos en
un mercado laboral libre y tan competitivo, especialmente si podemos
cumplir la expectativa



Página 272




de pleno empleo. En fin, más adelante me referiré a la formación del
personal, aspecto que considero de especial trascendencia.

En cuanto se refiere al personal civil, funcionario y laboral
pretendemos mantener una cifra de 40.000 efectivos, cifra que se
considera necesaria para cubrir los puestos de trabajo que antes eran
ocupados por personal de tropa y marinería de reemplazo.

Señor presidente, el tercer gran objetivo de la política del Gobierno
en materia de defensa es la modernización; es a la vez causa y efecto
de la profesionalización de las Fuerzas Armadas. Es causa, porque
parece evidente que unos sistemas de armas cada vez más avanzados
deben ser operados por unos profesionales cada día mejor formados y
capacitados, y es efecto, porque unas Fuerzas Armadas profesionales
más reducidas exigen mejores equipos para seguir cumpliendo con la
misma mayor eficacia las misiones que se le asignen. La modernización
es también requisito indispensable, imprescindible para intensificar
la misión internacional de la seguridad y defensa. Si como
pretendemos se asumen unas responsabilidades crecientes, tanto en el
marco de la Alianza Atlántica como en la emergente política común
europea de seguridad y defensa, nuestras Fuerzas Armadas deberán
disponer de unos sistemas de armas y de un material interoperable con
los de nuestros socios y aliados. La modernización se desarrollará
sobre dos ejes relacionados, respectivamente, con el armamento y
material y con las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones.

El primer eje de la modernización corresponde, por tanto, a la
política de armamento y material, cuya finalidad no es otra que
conseguir que ahora y en el futuro nuestros ejércitos dispongan del
mejor material y equipos posibles. Merecen especial atención los
programas que tengan como finalidad dotar a las unidades militares
con capacidad de actuar en tiempo real en escenarios lejanos, en
cualquier condición meteorológica y con armamento de precisión.

También los sistemas de comunicaciones, inteligencia, mando y
control, todo ello dentro de un horizonte presupuestario definido con
criterios realistas. Será necesario velar por el equilibrio entre
inversiones y sostenimiento y, en particular, realizar un cuidadoso
examen de las necesidades de investigación y desarrollo que se
atenderán de forma prioritaria. En este apartado deseo manifestar que
apoyaremos la competitividad de la industria española de defensa,
incentivando su desarrollo tecnológico y productivo desde el
convencimiento de que un tejido industrial de defensa contribuye de
manera esencial al mantenimiento de las capacidades operativas
militares.

Me gustaría referirme ahora, en concreto, a los programas más
importantes de modernización de nuestros ejércitos, que son el carro
de combate Leopard 2E, la fragata F-100 y los aviones Eurofighter
2000, tres programas de enorme relevancia respecto al equipamiento
de los ejércitos, pues los dotará de sistemas de armas de última
generación.

Son programas, señorías, de cooperación internacional, lo que supone
importantes retornos industriales y tecnológicos para la economía
española en general y para la industria de defensa en particular.

Aportan nuevas tecnologías, aseguran el mantenimiento de nuestra
capacidad industrial, generan empleo y están produciendo una
transformación sin precedentes en la industria española de defensa, a
la que han otorgado una mayor competitividad en un mercado cada vez
más abierto. Al margen de estos programas principales, estamos
desarrollando otros complementarios para modernización de nuestros
ejércitos, como son el caso de los programas de comunicaciones,
artillería, armamento ligero, submarinos, helicópteros, cazaminas,
misiles, etcétera.

Decía que el segundo eje eran las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, herramienta clave para la
modernización de nuestras Fuerzas Armadas. La política de defensa no
debe quedar al margen de la política general del Gobierno relacionada
con la sociedad de la información. Es más, pienso que nuestras
Fuerzas Armadas deben anticiparse a ese proceso. La eficacia de la
utilización de los nuevos sistemas de armas y nuestra participación
en acciones de pacificación humanitarias deben apoyarse en un sistema
de telecomunicaciones e informáticos seguros, dotado del sistema de
mando y control interoperables entre los propios ejércitos y entre
éstos y los de nuestros aliados. La reducción de costos económicos
humanos que lleva aparejada la utilización de las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación las hace, si cabe, aún más
interesantes en las circunstancias actuales de nuestras Fuerzas
Armadas, lo que determina que deba fomentarse activamente el uso de
las mismas.

Ya me he referido a la modernización de las Fuerzas Armadas para su
empleo en el exterior como uno de los objetivos prioritarios del
Ministerio de Defensa, pero soy consciente de que, para lograrlo, es
preciso acometer ciertos progresos internos sin los que ese objetivo
principal no podría lograrse. Esta idea está explícitamente recogida
en el dictamen de la Comisión Mixta Congreso-Senado de la legislatura
pasada al señalar que la racionalización y adaptación de las actuales
estructuras de la defensa constituyen los principios generales en que
debe sustentarse el nuevo modelo de Fuerzas Armadas profesionales. Se
trata de conseguir una mayor eficacia en el empleo operativo de la
fuerza, una gestión administrativa más eficaz y un mejor
aprovechamiento de los recursos humanos y económicos puestos a
disposición de la defensa. Pero, además, se hace necesario acometer
otros procesos de racionalización, entre los que me voy a referir a
la organización territorial del Ministerio de Defensa, la
modernización de infraestructuras, la racionalización de centros de



Página 273




enseñanza, la de la sanidad militar y la necesaria reestructuración
del Cesid.

En primer lugar, organización territorial del Ministerio de Defensa y
de los ejércitos. La ineficacia general de un despliegue que sólo
tenga en cuenta consideraciones o factores geográficos, unida a una
concepción operativa moderna en la que las misiones de las unidades
se han de ejecutar en espacios alejados de aquellos donde normalmente
viven y se adiestran, más los compromisos españoles de defensa
colectiva y estrategia compartida con nuestros aliados, plantean
claramente la necesidad de reestructurar las organizaciones
territoriales del Ministerio de Defensa, incluidas las que dependen
de los ejércitos, reduciendo las dimensiones actuales,
sustituyéndolas por una organización que sea conjunta, no redundante,
y guiada por el criterio fundamental de economía de medios. Esta
reestructuración tiene también como objetivo prioritario la
potenciación de la acción conjunta, lo que implica facilitar las
relaciones de mando entre los niveles político, estratégico
y operativo, así como administrativo. Para dinamizar estas relaciones y
conseguir una más adecuada estructuración de la acción conjunta,
pretendo iniciar el estudio de la posibilidad de concentración en una
sola sede de los órganos centrales del Ministerio y de los cuarteles
generales del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del
Aire.

La modernización de las infraestructuras, en segundo lugar, tiene
como objetivo principal dar respuesta a las nuevas necesidades de
unas Fuerzas Armadas profesionales más exigentes con la calidad de
vida, así como cubrir los requerimientos de un material más moderno
que demanda una mejor infraestructura de apoyo. El logro de tales
objetivos exigirá un esfuerzo inversor, pero también el
aprovechamiento al máximo de la infraestructura ya existente,
abandonando la inadecuada, la obsoleta o la inoperativa.

Quiero referirme ahora a un aspecto que, sin estar directamente
relacionado con la operatividad de la fuerza, contará con una
especial atención en nuestro departamento. Es el relativo a la mejora
de la calidad y gestión medioambiental de las instalaciones y
dependencias de las Fuerzas Armadas. El pilar básico de la
modernización de las infraestructuras seguirá siendo la Gerencia de
Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, organismo autónomo,
como saben, encargado de facilitar la introducción en el mercado de
aquellos inmuebles declarados de no interés militar que pueden
generar ingresos complementarios a los previstos en los Presupuestos
Generales del Estado, con lo que se facilitará la financiación de
nuevas infraestructuras y, en algún caso, de armamento y material.

Debemos profundizar también en una mayor racionalización de los
centros de enseñanza. No necesito destacar antes SS.SS. la
importancia singular de la enseñanza que afecta a todas las demás
actividades y estructuras de la defensa. Las capacidades de nuestros
hombres y mujeres para cumplir con eficacia las misiones que se les
asignen han de obtenerlas inicialmente en algún centro de enseñanza.

Pues bien, la idea de lo conjunto que, como he dicho, deseo que
presida todas las actividades de las Fuerzas Armadas, debe comenzar
por la enseñanza. Algunos centros de los específicos de los ejércitos
pasarán a ser conjuntos. El caso de la Escuela Superior de las
Fuerzas Armadas, aunque aún no ha cumplido su primer año de vida,
constituye un ejemplo de cómo una enseñanza común, que respete las
peculiaridades propias de cada ejército, es la fórmula en la que
hemos de avanzar. Un aspecto en el que también hemos de profundizar
es el apoyo a recibir de centros públicos y privados para la
adquisición de determinadas aptitudes, especialmente de aquellas en
las que nuestras necesidades son menores o las que contemplan
disciplinas puntuales, y también será parte del esquema que
pretendemos lograr en la enseñanza.

Me referiré ahora a la racionalización del apoyo logístico. Es sabido
que la principal finalidad de la logística militar es apoyar las
operaciones y proporcionar a las unidades cuanto necesitan para
vivir, moverse y cumplir su misión. En muchos casos estas necesidades
son comunes a los tres ejércitos y por ello parece razonable que se
cubran en común, es decir, la logística específica de cada ejército
debe quedar reducida a la estrictamente necesaria. Pondremos un
énfasis especial en la mejor coordinación para eliminar duplicidades
y conseguir economías de escala, actuando sobre la logística de las
Fuerzas Armadas. Estableceremos un sistema integrado de información
para la gestión logística de los tres ejércitos. Se fomentará la
adquisición centralizada de bienes y servicios de uso común, de dos
o más ejércitos, y se estudiará la conveniencia de intensificar la
centralización de determinadas adquisiciones. Además, y en beneficio
de la idea anterior, definiremos nuevas doctrinas y procedimientos de
apoyo, aprovecharemos para uso conjunto las instalaciones logísticas
y colaboraremos con la industria civil en aspectos de la logística no
exclusivamente militares. Esta racionalización también nos ofrecerá
los efectos de la eficacia y del ahorro de medios.

Voy a tratar ahora de la racionalización de la sanidad militar que ya
ha sido objeto de atención en la Cámara Alta en esta legislatura. La
finalidad principal de la sanidad militar es obviamente mantener a
los miembros de las Fuerzas Armadas en condiciones óptimas para la
operatividad de los ejércitos mediante una atención médica con
garantía de calidad y eficiencia. Es cierto, que como importante
labor social, también deben prestar atención a los militares en
circunstancias diferentes a las del servicio activo. Y todo ello
exige una estructura diferente a la actual, bajo dependencia única,
con una única red asistencial abierta a conciertos con la sanidad
pública y privada. Este proceso de reestructuración, ya comenzado, no
es fácil. La creación de la inspección de sanidad del Ministerio ha
sido un paso



Página 274




trascendental, pues será la encargada de proponer las líneas básicas
de la actuación en tal sentido, cumpliendo la directiva del anterior
titular del departamento y la instrucción del subsecretario. La
posible reducción de hospitales militares ha de ir precedida de un
análisis muy serio y en tal sentido sólo puedo anticiparles que
tomaré el mayor interés en compaginar las necesidades reales con la
salvaguarda de la calidad asistencial.

La misión principal del Centro Superior de Información de la Defensa
es la de atender a las necesidades informativas del Estado y creo que
el CSID ha realizado un gran esfuerzo en los últimos años para
adecuar sus estructuras y funcionamiento plenamente a la legalidad.

No obstante, cara al futuro se evidencia la necesidad de recoger en
una ley el cuadro general de las competencias y responsabilidades de
sus miembros, su marco de actuación que garantice el sometimiento al
sistema de control, tanto parlamentario como judicial. El control
parlamentario se ha concebido de hecho ya por una doble vía. En
primer lugar, el control político general de sus actuaciones, a
disposición siempre de esta Cámara en Pleno y en Comisión, salvo que
se trate de materias reservadas. También y justamente en materia
reservada, a través de los diputados, que junto al presidente de la
Cámara, fiscalizan la aplicación de los fondos reservados que se
asignan al centro, así como al Ministerio de Defensa.

Para el control judicial seguiremos a la búsqueda de una fórmula
idónea que permita alcanzar un compromiso entre las fuerzas
parlamentarias. Por todo ello considero necesario reiniciar
negociaciones con todas las fuerzas políticas, al objeto de alcanzar
el máximo consenso que permita recoger las citadas características
y condicionantes en un texto legal. Podremos también hablar así de su
definitiva ubicación orgánica. Deberemos considerar cuidadosamente el
redimensionamiento de las labores de inteligencia de los servicios
del Estado. En esta revisión se considerarán asimismo las necesidades
y competencias de la inteligencia militar, considerada ésta como
elemento esencial para la toma de decisiones estratégicas y de
conducción de las operaciones militares a cuyo ámbito deberá quedar
restringida.




Señor presidente, señorías, una política de defensa comprometida con
la paz y la seguridad debe tratar no solamente los aspectos
defensivos militares, sino también aquellos otros de naturaleza
política, diplomática, económica y especialmente sociocultural que
están en la génesis, en la prevención y en la resolución de los
conflictos. Una política de defensa así concebida precisa de la
colaboración y el apoyo de la sociedad. Es lo que en los últimos años
se ha acuñado en los países occidentales con expresiones como
conciencia de defensa, cultura de defensa o espíritu de la defensa.

Consiste en la toma de conciencia de sus sociedades, de los
ciudadanos, de los problemas de la seguridad
nacional e internacional en el sentido más amplio del término y en el
apoyo a su resolución.

Es satisfactorio para todos considerar que la mayoría de los
españoles, el 54 por ciento según las encuestas oficiales, ve las
Fuerzas Armadas como una institución que contribuye al prestigio de
España. Es un porcentaje que ha ido en aumento progresivamente desde
1997, subiendo casi 11 puntos porcentuales debido, sobre todo, a la
participación de las Fuerzas Armadas en operaciones de paz y ayuda
humanitaria. Así el reconocimiento social del papel de los ejércitos
en el logro del mantenimiento de la paz crece, a pesar de que hoy no
se perciben amenazas de nuestra seguridad que requieren ejecutar
acciones concretas de defensa. Sin embargo, señorías, sí existen
riesgos que ponen en peligro la paz y la estabilidad internacionales
y que convierten las Fuerzas Armadas en un instrumento imprescindible
para su mantenimiento. Uno de los objetivos de la Directiva de
defensa 1/96, de mi antecesor, es conseguir que la sociedad española
comprenda, apoye y participe en la tarea de mantener un dispositivo
de defensa adaptado a nuestras necesidades, responsabilidades,
intereses y compromisos. Para ello vamos a intensificar nuestro
trabajo en el desarrollo de una cultura de defensa que gradualmente
cale en la sociedad, de modo que los españoles piensen en su
seguridad, en su defensa o en los ejércitos como en algo próximo; en
hombre y en mujeres que dedican su esfuerzo, a veces con grandes
sacrificios, a proteger su seguridad, su libertad y unos valores que
comparten plenamente. Este esfuerzo por proyectar hacia la sociedad
información sobre la labor de los ejércitos y fomentar también el
conocimiento y la comprensión de los asuntos de defensa y su análisis
académico ha llevado, entre otras muchas iniciativas, a potenciar un
acercamiento al mundo universitario y de la docencia que me propongo
seguir de manera especial y personal.

Si en 1997 fueron cuatro los convenios suscritos con universidades
españolas, en el año 2000 tenemos en marcha 30 acuerdos, entre ellos,
con las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid, con una de
las universidades de Barcelona, con la Rey Juan Carlos, con la
Universidad de Burgos, la de Valencia, la de Cádiz y la de
Valladolid. Asimismo, pretendemos la suscripción de un acuerdo, a
través del consejo de Universidades, con las universidades
politécnicas para la ejecución de programas de investigación y
desarrollo que nos permitan obtener sinergias derivadas del
intercambio de conocimientos sobre nuevas tecnologías. La idea es dar
a conocer a la sociedad la razón de ser de la defensa e implicarla en
ella. Como escribió hace ya algunos años el teniente general Díez
Alegría, con el que tuve el honor de prestar mi último servicio a las
Fuerzas Armadas, la defensa de una nación no es un asunto exclusivo
de militares, sino que es una labor conjunta de todos los elementos
nacionales, que debe interesar al ingeniero, al financiero, al
agricultor, al



Página 275




empresario, al economista, a los maestros y profesores, a los medios
sindicales y al mundo del trabajo, a los psicólogos y sociólogos, a
los periodistas e informadores, a los investigadores y hombres de
ciencia, a los diplomáticos y, por encima de todo, puesto que de esta
actividad derivan esencialmente todas las demás, a los políticos, en
definitiva, a todos los ciudadanos de la nación.

Señor presidente, señorías, a modo de conclusión, me gustaría hacer
un resumen de las líneas de actuación que requerirán mayor atención
en el próximo futuro. En relación con el propósito de efectuar una
revisión estratégica de la defensa, estableceré unos objetivos a
largo plazo, según los recursos disponibles y el horizonte financiero
estable que, caso de merecer la aprobación del Gobierno, constituirán
la guía del planeamiento de fuerzas y la consecuente dimensión de los
ejércitos y de la Armada, así como las capacidades militares con que
deberán contar para el cumplimiento de sus nuevas misiones.

La culminación del proceso de profesionalización de las Fuerzas
Armadas supone el fin del servicio militar obligatorio. Como SS.SS.

conocen, el último sorteo de personal de reemplazo se realizará en
diciembre de este año, coincidiendo con un índice de
profesionalización estimado del 80 por ciento. Posteriormente,
reitero, y hasta la total profesionalización, de acuerdo con los
máximos fijados en la Comisión Mixta CongresoSenado, podrá abrirse un
período transitorio en el que estaríamos por debajo de las cifras
previstas, pero, en cualquier caso, será de menor importancia y de
corta duración.

También prestaremos atención preferente a la conclusión de los
correspondientes estudios sobre la estructura territorial de los
ejércitos, racionalización de los centros de enseñanza, reforma del
Cesid y de la sanidad militar. Sobre la base de tales estudios,
tomaremos las decisiones oportunas para que el empleo eficaz de los
recursos disponibles y el espíritu de modernidad y progreso se
instalen definitivamente en el Ministerio de Defensa y sus organismos
subordinados, con la operatividad y la eficacia como horizontes del
cambio. Confío en tener perfiladas estas reformas en un futuro no muy
lejano, pues me propongo concluir no ya esta legislatura, sino asumir
también con carácter prioritario las siguientes tareas, que recuerdo
de mi exposición: el plan de cooperación con Iberoamérica; apoyo a la
renovación de los acuerdos con los Estados Unidos; plan director de
recursos humanos; nuevo reglamento de retribuciones; plan director de
sistemas de comunicaciones e información; plan directivo de
optimización del patrimonio inmobiliario; nueva directiva de
planeamiento; reforma de los textos legales, entre ellos, el
anteproyecto de ley que regule el Cesid. Y como sustento de todo
ello, señorías, insistiremos en el esfuerzo realizado durante los
últimos años para que la sociedad y las Fuerzas Armadas se
interrelacionen de forma
natural desde el cada vez mayor conocimiento mutuo, aspecto
especialmente importante ante la finalización del servicio militar
obligatorio y de los nuevos retos que también en este punto plantea
el tener un ejército estrictamente profesional.

Señor presidente, señorías, España se encuentra plenamente integrada
en las organizaciones de seguridad y defensa más importantes. Tenemos
en marcha los procesos de profesionalización y modernización del
armamento y material, y desde el convencimiento de que la política de
defensa es una cuestión de Estado que requiere el máximo consenso
político y social les invito a participar en el debate que el
Gobierno ha abierto en torno a las grandes cuestiones de defensa.

Señor presidente, señoras y señores diputados, se trata, en
conclusión, de llevar adelante el impulso reformista que este
Gobierno desea continuar para que nuestro país esté en condiciones de
asumir las demandas del nuevo siglo. Para ello, en las Fuerzas
Armadas durante los últimos años se ha hecho mucho. Hoy ya tenemos el
horizonte exterior que reclamara Ortega y Gasset hace ochenta años
como elemento indispensable para la vertebración de España. Hoy, las
reformas del reclutamiento, de los ascensos, de la enseñanza o de
tantas cosas que propugnaran los ministros Casola, La Cierva o Manuel
Azaña o que soñara, en términos generales, Romanones, son ya, en gran
medida, una realidad; pero queda mucho por hacer. Ante esos retos,
profesionalización, modernización, racionalización, misiones de paz y
seguridad, no aceptamos ningún tipo de inmovilismo. Si alguna de
aquellas reformas no fue posible en su momento por el dogmatismo o
por la intolerancia, que al cabo es lo mismo, tengo fe en que en la
España de hoy el talante democrático de nuestro pueblo me permita
ofrecer y recabar a sus representantes soberanos una colaboración
leal para llevar adelante ese programa reformista. La disposición de
nuestras Fuerzas Armadas está garantizada, y en esa tarea empeño mi
compromiso como ministro del Gobierno.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.

Procedemos a dar la palabra a los representantes y portavoces de los
grupos que solicitaron la comparecencia del señor ministro, en primer
lugar, al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, señor Marsal.

El señor Marsal tiene la palabra.




El señor MARSAL I MUNTALÁ: Muchas gracias, señor presidente.

Sean mis primeras palabras para dar la bienvenida al ministro no a
esta casa, porque esta es su casa, pero sí a esta Comisión, en su
nueva condición de ministro, y para decirle que esperamos verle
muchas veces para que nos pueda exponer sus intenciones y podamos
ejercer el control al que, como oposición, estamos obligados.




Página 276




Permítame, antes de entrar en el contenido de su exposición, que
exprese en nombre de mi grupo la más sentida condena por el atentado
que costó la vida al edil José María Pedrosa, representante popular
en un ayuntamiento, como también lo somos todos nosotros, en este
caso, en las Cortes españolas, y transmitirle también, señor
ministro, nuestra solidaridad, dada la condición de miembro de su
partido del señor Pedrosa.

Nos satisface que en sus primeras palabras introductorias apele usted
al consenso. Esperamos que en el ejercicio práctico de su mandato se
concrete y se realice este consenso. Vamos a juzgar su acción no por
sus palabras, sino por sus actuaciones, y esperamos que en este
consenso rija sobre todo el tema seguramente más importante que nos
ha expresado: la revisión estratégica de la defensa. Evidentemente,
tras los trabajos elaborados, esta es una tarea ineludible y que no
puede ser realizada únicamente por el Gobierno, sino que debe tener
el máximo consenso posible y la máxima colaboración también del
Parlamento y de esta Comisión, sobre todo si queremos impulsar la
cultura de defensa, la conciencia de defensa a la que usted hacía
referencia y con la que nosotros estamos totalmente de acuerdo, pues
creemos que debe potenciarse al máximo el papel de esta Comisión de
Defensa; siendo su origen parlamentario, estamos seguros de que
usted, desde el Ministerio, en su calidad de responsable de estas
cuestiones, tendrá el sumo cuidado para que las funciones de la
Comisión de Defensa sean las máximas posible.

En la anterior legislatura se realizó un trabajo importante para
llegar a la definición de un nuevo modelo, lo que hemos llamado el
modelo de plena profesionalización. Los trabajos realizados desde el
Ministerio y también con el consenso, y a veces el disenso, de esta
Comisión o de algunos grupos de ella, al final de la legislatura se
plasmaron en la redacción de un libro blanco que fue presentado
públicamente. Y si bien en su intervención usted ha mencionado
múltiples contenidos que se hallan en este libro, no ha hecho ninguna
referencia a él, por lo que la primera pregunta que querríamos
formular es si esto tiene algún significado, si considera que el
libro blanco es no ya el punto de llegada, sino el punto de partida
válido para desarrollar el trabajo en esta legislatura.

Ha hecho usted referencia al consenso. El trabajo de oposición no es
fácil en un tema que, como usted ha dicho y compartimos, es de
Estado. Nuestro trabajo va a guiarse por unas líneas de acción
claras. En la definición del modelo también vamos a intentar el
máximo consenso posible. En el desarrollo del modelo, que va a ser lo
importante en esta legislatura, vamos a elaborar y presentar nuestras
propias propuestas. Si coinciden con las suyas, perfecto; si no
coinciden, trataremos conseguir ese consenso. En cuanto a la gestión
diaria, le garantizamos que vamos a llevar a cabo el control más
punzante, que no duro; sobre todo, para evitar que a través de la
gestión se llegue a concretar un modelo
que no tenga nada que ver con el que definimos en esta Comisión.

Lo importante en esta legislatura va a ser el desarrollo del modelo.

Decir que tenemos un modelo profesional no es suficiente. Este modelo
profesional puede concretarse de maneras muy distintas; existen
muchos modelos profesionales. Nosotros tenemos la impresión de que el
Gobierno aún tiene dudas -también las tenemos nosotros en algunos
aspectos, lo reconozco- pero vamos a tener que trabajar en ello para
que realmente nuestras Fuerzas Armadas sean unas Fuerzas Armadas
específicas. Y aquí, evidentemente, la revisión estratégica va a
tener un lugar primordial.

Señalo a continuación dos aspectos fundamentales de nuestra actividad
parlamentaria. La diferencia cualitativa entre los ejércitos del
siglo XX y los nuevos ejércitos del siglo XXI básicamente se
concentra en sus capacidades tecnológicas y en su capacidad de acción
conjunta. De la resolución correcta de las capacidades tecnológicas y
de la capacidad de acción conjunta se deriva que exista realmente una
capacidad operativa real. Nos ha expuesto usted, en términos muy
generales, algunos de sus objetivos y las grandes líneas. Permítame
que, como oposición trate de forzarle a una mayor concreción en
algunos aspectos que han sido muy genéricos. Usted como Gobierno,
nosotros como oposición y en conjunto esta Comisión van a enfrentarse
en esta legislatura ... ¿No se escucha? (Pausa.)



El señor PRESIDENTE: Continúe, señor Marsal, a ver si tenemos más
suerte.




El señor MARSAL MUNTALÁ: Parece que las capacidades tecnológicas del
Parlamento también se van adecuando a las revoluciones tecnológicas.

Decía que usted como ministro, nosotros como oposición y en conjunto
esta Comisión vamos a tener en esta legislatura seis grandes retos:
el de la profesionalización, el tecnológico e industrial, el de la
acción conjunta, el de la gestión, el de la financiación y el de la
defensa europea. El reto de la profesionalización. Estamos en junio
del año 2000 y su Ministerio aún no ha enviado el informe sobre
profesionalización y modernización de 1999. Ya no podremos realizar
el debate, cuando llegue, antes de final de año. Entendemos la
situación de este año, con elecciones, cambio de Gobierno; pero es
algo que tendríamos que evitar porque el debate sobre este informe
tiene que ser el elemento central del primer semestre, así como el de
los presupuestos es el del segundo semestre. Hemos dicho y volvemos a
expresar nuestra preocupación por conseguir el nivel de fuerzas que
se definen en el objetivo de fuerza conjunta. A las dos convocatorias
de este año ha habido pocos aspirantes, 11.700 en la primera y no
llegan a 7.000 en la segunda; para llegar a los 27.000 que se
necesitan en este año, las cifras son aún parcas. Fin del servicio
militar obligatorio. ¿Puede precisarnos en



Página 277




qué día, a partir de qué fecha, ya no habrá ningún español realizando
el servicio militar obligatorio? ¿Qué medidas piensan tomar
colaterales a las consecuencias de la desaparición del servicio
militar obligatorio respecto a la prestación social sustitutoria y a
las modificaciones necesarias del Código Penal? Aprobamos la Ley 17/
1999, de régimen personal de las Fuerzas Armadas, y queda mucho por
desarrollar porque este año se ha desarrollado bastante poco. Haré
referencia a algunos ejemplos. ¿Cuáles son sus intenciones acerca del
artículo 151, que prevé los consejos asesores de personal? El
artículo 161.2, que instauraba la tramitación de quejas ante el mando
personal de cada ejército y ante la inspección de la Subsecretaría,
debe regularse. ¿Cuándo va a regularse un aspecto tan importante como
éste? Y en el artículo 166.3 se establecían los programas
plurianuales con objetivos y recursos para la reserva, que es un tema
fundamental del nuevo modelo. ¿Cuándo vamos a tener estos programas
plurianuales?



El reto tecnológico e industrial. Evidentemente, este es uno de los
temas fundamentales para tener una defensa eficaz. Ustedes han
aprobado un plan director de I+D como primer paso, y fijan en él 27
áreas tecnológicas y 222 tecnologías concretas; fijan unas
prioridades y más o menos se hace una referencia a su financiación.

Este es un tema de especial interés para nosotros. Que se acierte o
no, las consecuencias vamos a tenerlas en los próximos 15 o 20 años.

Le anuncio que hemos pedido una comparecencia, suya o del secretario
de Estado, para tener un informe y debate sobre dicho plan director
de I+D. Y también solicitaremos una comparecencia para hablar del
INTA como uno de los elementos fundamentales en el desarrollo de I+D.

Industria de defensa. Todos estamos sumidos en una cierta perplejidad
y vemos ciertas contradicciones en la política que sigue su Gobierno.

Las afirmaciones generales se basan en la potenciación de una
industria europea de defensa, sin embargo, las actuaciones concretas
no parecen responder a esta línea. Hablamos del caso de Santa
Bárbara, pero podemos hablar de otros casos y seguramente a lo largo
de la legislatura lo haremos. Más allá de cada tema concreto, que
tiene su importancia, lo que nos gustaría es que expusiese cuál es la
estrategia que piensa seguir su Ministerio, y en general su Gobierno,
respecto a la industria, a las alianzas con industrias europeas y a
las alianzas con industrias americanas. Estamos abiertos al debate;
pero no se puede ir solucionando caso por caso sin tener antes un
debate general sobre estrategias industriales de defensa. También
queremos conocer en qué situación se encuentra el desarrollo de la
LOI, de la carta de intenciones, uno de cuyos grupos de trabajo
precisamente estaba presidido por España. Seguramente también deberá
ser objeto de una comparecencia específica pero nos gustaría saber
qué valoración hace de la situación actual de desarrollo
de la LOI. Yhay un tema importante al que no ha hecho ninguna mención
y es que, respecto de la adquisición de armamento desde una
perspectiva europea, ¿cuál va a ser su posición en cuanto a la OCCAR
y a la futura agencia de armamento europeo? Tuvimos algunos debates
en la legislatura anterior, no se cerró el tema y nos gustaría oír
cuál es su opinión.

El reto de la acción conjunta. Seguramente es el tema más
fundamental. No vamos a pedirle que desarrolle una actuación como la
de los americanos desde el año 1986 con el acta Goldwater-Nicholson
hasta la visión conjunta 2010 del año 1996. Tal vez sería bueno que
hiciésemos un esfuerzo en este sentido, aunque en menor magnitud,
pero nos gustaría saber su opinión sobre algunas experiencias más
cercanas. Usted sabe que en la revisión estratégica inglesa el tema
de la acción conjunta es uno de los elementos centrales, y se han
producido actuaciones muy definidoras de la voluntad sobre la acción
conjunta por parte del Gobierno británico. ¿Está dispuesto a apoyar
la creación de una fuerza rápida de acción conjunta española, como
han hecho los ingleses? ¿Está dispuesto, por ejemplo, a apoyar un
mando conjunto aeromóvil, como el inglés, que englobe bajo un único
mando las tres armas de helicópteros en los tres ejércitos, ejemplo
que también están estudiando los franceses en este momento de
unificar en un solo mando todos los recursos aéreos del ejército
francés? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar en este campo?
En el libro blanco había elementos importantes en esta dirección. Ha
hecho mención a la unificación en un solo edificio del órgano central
y de los cuatro cuarteles generales. Es algo más que un tema
geográficoestético; es un tema fundamental para la acción conjunta.

La creación de un servicio de inteligencia militar bajo la
dependencia del JEMAD también es un elemento importante. Eso nos
lleva al tema del Cesid. Usted ha hecho alusión a una serie de
cuestiones, nosotros compartimos la importancia del asunto y le
expresamos nuestra disposición y nuestra voluntad para llegar
a acuerdos. Tenemos que hacerlo en serio. No sería bueno, ni para
ustedes como Gobierno, ni para nosotros como oposición, ni para
nuestros servicios de inteligencia volver a abrir este tema, provocar
un gran debate y no ser capaces de cerrarlo. Abrámoslo públicamente
cuando estemos en condiciones de cerrarlo, y de cerrarlo con consenso
y de manera positiva. Y establezcamos cuáles deben ser las relaciones
entre este servicio de inteligencia militar y el Cesid.

Y dentro de este marco de la acción conjunta, también son importantes
las actuaciones de los institutos que estudian estrategias, el
contexto internacional. En los presupuestos para este año había una
partida de 40 millones para la creación de un instituto de estudios
internacionales y estratégicos. También había 40 millones en el
Ministerio de Asuntos Exteriores y otros 40 en el Ministerio de
Economía. ¿Cuáles son sus intenciones



Página 278




sobre la creación de este instituto de estudios internacionales y
estratégicos?
El reto de la gestión. El reto de la gestión es también un elemento
importante. En el libro blanco, en el capítulo VII, sobre
racionalización y adaptación de las estructuras de la defensa, se
afirmaba: Esta organización debe orientarse hacia una dirección
centralizada, ágil y coordinada a la acción conjunta de las Fuerzas
Armadas, a la ejecución descentralizada de las decisiones y a una
mayor racionalización del empleo de los recursos disponibles.

Compartimos plenamente la afirmación y estamos seguros de que usted
también. Ha hecho referencia a los cambios que deben hacerse en la
gestión de los recursos humanos, tema importante y que esperamos que
en futuras comparecencias pueda usted o el subsecretario exponernos
de manera más extensa. La gestión de las adquisiciones es un aspecto
también fundamental para optimizar recursos y en el que deberíamos
aprovechar las experiencias de otros países. Ustedes han aprobado en
estos meses un plan director de armamento y material. Por las
personas que lo han realizado, técnicamente merece nuestra mayor
confianza, pero hemos pedido una solicitud de comparecencia para que
se informe a fondo sobre este plan director. Y también sobre la
gestión del patrimonio querríamos saber si van a recuperar la
iniciativa del Grupo Popular de una proposición de ley para modificar
la Ley de la gerencia de infraestructuras y equipamiento de la
defensa, para establecer nuevos mecanismos en determinados casos de
la cesión de estos equipamientos a los ayuntamientos.

El reto de la financiación. Evidentemente, ningún modelo puede ser
eficaz si no es sostenible; si no existen los recursos puede
convertirse en castillos en el aire, y esto es lo que no debemos
hacer de ninguna manera. En esta legislatura la sostenibilidad
económica del modelo se ha basado fundamentalmente en la existencia
entre 150.000 millones y 200.000 en el capítulo VIII del Ministerio
de Industria. Por lo tanto, con carácter de créditos reembolsables
por parte de las empresas de defensa que los recibían. Sin embargo,
en esta legislatura vamos a asistir a un cambio de situación. Ya no
vamos a estar en la fase de I+D interpretada en el sentido más
amplio, sino que el Ministerio de Defensa va a tener que pagar la
adquisición y, como bien sabe, los años 2002 y 2003 van a ser
críticos. Solamente considerando los tres proyectos fundamentales a
los que ha hecho referencia, en el año 2002 el Ministerio de Defensa
va a tener que asumir el pago de 63.347 millones nuevos para la
adquisición de estas tres armas; en el 2003 se van a necesitar 99.461
millones y en los años 2002 y 2003 ya no habrá mecanismos de
ingeniería financiera ni recursos a otros ministerios; van a tener
que ser asumidos por el Ministerio de Defensa. Y se presentará el
momento crucial sobre la sostenibilidad o no del modelo de defensa,
del modelo de Fuerzas Armadas que tenemos sobre la mesa. Por cierto,
¿va a
arriesgarse a presentarnos una ley-programa -no le inquiero sobre una
ley de dotaciones- al estilo de la francesa? Sería bueno que ahora
que tienen una mayoría suficiente se lanzaran por este camino. En él
estamos dispuestos a dialogar, a hablar de todo lo que sea necesario;
pero la decisión, el arrojo para iniciar esta ley tantas veces
prometida e incluso tantas veces iniciada es suyo.

Voy acabando señor presidente, con el último reto, el de la defensa
europea, no por ser el último el menos importante. Usted ha iniciado
su intervención haciendo referencias a este tema. Por lo tanto, yo no
voy a hacer alusión a aquellas cosas de las que usted ha hablado, que
compartimos en un 99 por ciento. Voy a hacer referencia a algunos
aspectos sobre los que usted no ha hecho mención, pero que también
son importantes.

Por parte de la OTAN y de la UEO tenemos dos grandes iniciativas: la
actualización de capacidades para las nuevas misiones del nuevo
concepto estratégico de la OTAN, que ha dado lugar a una iniciativa,
y en el marco de la UEO el estudio que se realizó sobre capacidades
disponibles para operaciones de gestión de crisis conducidas por los
europeos. Estos dos documentos, estas dos iniciativas van a ser
elementos centrales en los debates nacionales y en los
multinacionales por parte de los países que formamos parte de la OTAN
y de la UEO. En el marco de la OTAN, la iniciativa sobre capacidades
de defensa ha identificado 58 puntos específicos en los que debe
avanzarse. Se ha priorizado cinco áreas: la capacidad logística, las
arquitecturas de los sistemas C-3, la capacidad de despliegue y
movilidad, la mejora de la eficacia en el enfrentamiento y la
capacidad de supervivencia e infraestructuras. Estas cinco
prioridades, que han de constituir también prioridades en el
desarrollo de las capacidades de cada país, deberán tenerse en cuenta
en el objetivo de fuerza conjunta, que fue aprobado por el Gobierno
en el mes de febrero, a primeros de este año, y que en la OTAN debe
aprobarse en los próximos meses. Si fuese necesario, estaríamos
abiertos a celebrar una sesión con todas las garantías, dado el
carácter clasificado de este documento, para que se pudiese hablar
más a fondo de este tema importante, pero querríamos saber si nos
puede afirmar que, en el objetivo de fuerza conjunta aprobado por su
Gobierno, se reflejan estas prioridades que forman parte de la
iniciativa sobre capacidades de defensa y si también se da respuesta
a las recomendaciones que se hacían en el documento de la UEO al que
he hecho mención anteriormente.

La iniciativa NMD, iniciativa nacional de defensa antimisiles de
Estados Unidos, es un tema de actualidad. ¿Cuál es su posición
respecto a esta iniciativa americana? ¿Cuál es su opinión sobre las
modificaciones que comportaría en el Tratado ABM y, sobre todo, sus
consecuencias? ¿Está el Gobierno español en disposición de hablar de
la posible participación europea,



Página 279




y también española, tal como ha ofrecido el ex presidente Carter?
Ha hecho referencia también -y acabo ya señor presidente- a la
renegociación del Tratado con Estados Unidos, lo que también debe
llevarse con el máximo consenso posible y con la máxima dignidad
posible, con la que se hizo la renegociación hace once años. No es
ahora el momento de entrar en el tema, pero sí querríamos que, al
mismo tiempo que se abren las negociaciones con Estados Unidos, se
tenga en cuenta que siguen existiendo problemas específicos, en la
base de Rota, por ejemplo, con los trabajadores españoles. Existen
unos problemas específicos con una serie de compensaciones dadas por
los americanos a estos trabajadores, que en este momento están en una
situación de conflicto de interpretación con el Ministerio de
Hacienda. Sería bueno que interviniese en el asunto y defendiese los
intereses de los trabajadores españoles.

Finalmente, usted sabe que en la anterior legislatura uno de los
aspectos que provocaron mayores roces entre el Gobierno y el grupo
mayoritario y el principal grupo de la oposición y otros grupos
fueron los mecanismos de consulta al Parlamento ante determinadas
situaciones de crisis. Nuestro grupo hizo una oferta al Gobierno, a
través de un documento elaborado por el señor Estrella, para llegar a
un acuerdo. No fue posible en la anterior legislatura. Hemos
presentado ya una proposición no de ley instando al Gobierno a llegar
a una solución que determine un marco casi definitivo para que no
tengamos problemas cada vez que pueda producirse una situación de
estas características. ¿Va a llegar su consenso a que podamos tener
esta norma parlamentaria sobre los mecanismos de consulta, que el
Gobierno debe presentar ante el Parlamento, sobre actuaciones
internacionales en operaciones de distinto tipo?
Su respuesta práctica a estos interrogantes que le hemos planteado y
a muchos otros que le formularemos a lo largo de la legislatura va a
darnos una idea de si su oferta de consenso es únicamente política,
de palabra, o si también es real, de hechos. Como le decía al
principio, por sus hechos le juzgaremos y no por sus palabras. Por
tanto, nuestra oposición tendrá el nivel que requiera el nivel de sus
palabras y de sus actos.




El señor PRESIDENTE: El siguiente peticionario de una comparecencia
era el señor Rodríguez, del Grupo Mixto. Me indica el señor
Rodríguez, señor ministro, que le transmita sus excusas porque ha
tenido que atender otra iniciativa parlamentaria en otra Comisión. Si
el señor Rodríguez, volviera a tiempo, le daría la palabra.

Pasamos al grupo siguiente solicitante de una comparecencia, el Grupo
Parlamentario Catalán. En su nombre, tiene la palabra el señor
Maldonado.

El señor MALDONADO GILI: Permítame, en primer lugar, hacer constar
también el pésame de Convergència i Unió por la muerte del señor don
Jesús María Pedrosa, tal y como ha hecho el compañero del Grupo
Socialista. Queremos hacer constar nuestra repulsa a este vil
atentado.

Señor ministro, permítame que le dé la bienvenida a esta Comisión en
nombre del grupo al que represento, Convergència i Unió, y desearle
asimismo éxito en esta nueva singladura al frente del Ministerio de
Defensa.

Espero, señor ministro, que ésta sea una Comisión en la que usted y
su Ministerio vean un foro de información y de debate sobre todo lo
que concierne a su Ministerio. En sus palabras se ha añadido un
tercer concepto, el de transparencia. Usted ha hablado, y mucho, de
transparencia en cuanto a las relaciones con Europa. Ésta ha de ser
una Comisión en la que usted aplique este concepto, que hay que
introducir cada vez más en la política: la transparencia. Ejemplo de
no transparencia -lo ha dicho el señor Marsal- ha sido el libro
blanco. Es cierto que es de su antecesor y usted se ha encontrado con
ese tema, pero hay que ponerlo como ejemplo de no tener en cuenta a
una Comisión, en este caso al Congreso. No se debe ir por esta línea;
Comisión ha de ser un lugar en el que el debate, la información y la
transparencia sean las bases de actuación.




También es transparencia la información previa. Señor ministro, usted
puede exponer muchas veces en esta Comisión cosas que han de
aprobarse a posteriori, porque el debate, la exposición, incluso la
divergencia, pueden llevar al Ministerio y al Gobierno a aportaciones
posteriores que podrán enriquecer la aprobación definitiva de lo que
el ministerio o el señor Ministro desee llevar a cabo en su gestión.

Sus palabras nos parecen correctas, nos parecen bien, valoramos
positivamente su exposición. Ha hablado de renovación, modernización,
transparencia, consenso, diálogo; nos parece bien. Permítame que le
diga que ahora tiene que gestionar estas palabras y aplicarlas. Se
dice que el papel lo aguanta todo, por lo que valoramos su exposición
y creemos que inicialmente es por donde se debe ir, pero pedimos
rigor en su aplicación y que tenga presente la definición de que el
papel lo aguanta todo. Hay que darle un margen de confianza y se lo
damos; estaremos atentos, pues es nuestra obligación como miembros de
la Comisión. También es cierto que queremos ser consultados y que
tendrá todo nuestro apoyo en aquellos temas que nos parezcan básicos
e importantes. Nos gusta el consenso -hace años que nuestro grupo lo
aplica-, nos gusta el diálogo y queremos, sobre todo, debate; debate
incluso cuando haya divergencia, señor ministro. Nos gusta que el
debate sea positivo, pero queremos que este sea un foro de diálogo,
un foro de debate.

No entraremos en detalles técnicos, es pronto, hay que darle no sé si
los cien días, los doscientos o los



Página 280




noventa. Vamos a darle este plazo. Deseamos y esperamos que aparezca
a menudo por esta Comisión. A través de las comparecencias que usted
solicitará o que nosotros recabaremos le daremos nuestra visión de su
gestión, de su actividad al frente del Ministerio, y por tanto más
que de detalles entraremos a hablar de conceptos y le pediremos dos:
sensibilidad y efectividad. Estos dos conceptos comportan la base de
lo que puede ser una legislatura en la cual usted puede salir airoso,
si hay sensibilidad y si hay efectividad. Sensibilidad para efectuar
un proceso de ósmosis entre sociedad y Fuerzas Armadas. Hay que
avanzar cada vez más en una nueva cultura, en nuevo concepto de
Fuerzas Armadas, lo cual es básicamente obligación del Gobierno y
especialmente de su Ministerio. La sociedad ha de entender a las
Fuerzas Armadas en un nuevo concepto. Hace pocos días presentábamos
una proposición no de ley que hablaba precisamente de los desfiles.

Hubo una cierta unanimidad en la votación, con el apoyo del Grupo
Socialista y del Grupo Popular. Hablábamos de una nueva cultura de
las Fuerzas Armadas, la cultura de la paz. Hay que ir a este proceso
de ósmosis entre sociedad y Fuerzas Armadas. La sociedad ha de
entender que la evolución también pasa por el ejército y los cambios
han de ser entendidos y asimilados por las Fuerzas Armadas. Hay que
tener sensibilidad para efectuar cambios sin traumas, pero con
firmeza. Sensibilidad también, señor ministro, como grupo
nacionalista que somos para que en este proceso de ósmosis, en este
nuevo concepto de las Fuerzas Armadas que ha de tener la sociedad,
las Fuerzas Armadas avancen en el sentido de que España es un Estado
plurinacional. Es importante. Usted puede ayudar mucho a que este
concepto de España plurinacional también penetre en el ejército. En
cuanto a la efectividad tiene usted importantes retos. Es la misma
palabra que usted ha dicho. Esta puede ser una legislatura
importante, señor ministro; la anterior lo fue, pero tiene que
avanzar en algunos conceptos que se aprobaron, muchos de ellos
unánimemente, en la anterior legislatura. Hay que finalizar el
servicio militar, usted lo ha dicho. También nos preguntamos, como el
portavoz socialista, cuándo, qué día. Hay que acabarlo pronto y bien.

Sabemos que el 2000 es la fecha anunciada por el Ministerio, pero
necesitamos saber el día, el mes. El 2000 es un año, necesitamos
saber cuándo acabará el servicio militar, cuándo se dejará de hacer
el servicio militar y se pasará a un ejército profesionalizado. Hay
que acabarlo bien para profesionalizar a las Fuerzas Armadas.

Hay que llevar a cabo profundos cambios, señor ministro:
profesionalización, internacionalización, modernización del ejército.

Cuando hablamos de internacionalizarlo nos ha faltado profundizar en
las relaciones con Europa, en cómo va a ser la internacionalización
del ejército, de las Fuerzas Armadas. El tema es tan importante como
para hacer una sesión monográfica. Quizá usted o nosotros tendremos
que pedir un día
que hablemos básicamente de las Fuerzas Armadas del Estado español y
su relación con Europa, porque hoy ha quedado un poco corta su
explicación. Necesitamos saber más, señor ministro. Hay que ir a una
renovación, renovación en aspectos muy importantes. Se ha hablado del
Cesid. Pedimos dialogar en este aspecto y también estar presentes en
esta importante renovación. Es importante para la seguridad del
Estado y también para el Estado de derecho. Por tanto, pedimos, señor
ministro, lo que decía al inicio de mis palabras: diálogo y
transparencia, también en aspectos de renovación como el que he dicho
anteriormente.

No me extenderé mucho más, señor ministro. Sólo quiero pedirle que
esta confianza que le damos ahora desde el Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió), no sea defraudada, que vea esta
confianza como una voluntad de avanzar, de progresar en aquello que
ha de ser bueno para todos, y sepa que desde Cataluña también se
observa con atención su gestión de renovación y de modernidad.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que deseen hacer uso de la palabra? Por
el Grupo de Coalición Canaria tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Sean mis primeras palabras para expresar
la condolencia de mi grupo por el asesinado por ETA del concejal del
Partido Popular en Durango, tanto a esta Cámara, al señor presidente
de esta Comisión, como a los compañeros del Grupo Popular y a todos
los demócratas que luchamos por un Estado de derecho que no comparte
la banda terrorista.

Dicho esto, quiero dar la bienvenida al señor ministro de Defensa,
aunque no sé si se le puede dar la bienvenida en una casa en cuya
escenificación ha participado, con el máximo prestigio y decoro para
la institución parlamentaria, de lo cual hoy mi grupo se congratula.

Comienzo mi intervención, señor ministro, pidiendo al colectivo de
ministros y al señor presidente de esta Comisión -mi grupo lo hará
saber también en la Junta de Portavoces a la presidenta de la Cámara-
que se trate de evitar la coincidencia en fecha, hora y día de la
Comisión de Defensa con la de Asuntos Exteriores, dada la similitud
de muchas de las cuestiones que hay que tratar. Me entenderá, señor
presidente, porque usted tiene la experiencia de haber presidido la
Comisión de Asuntos Exteriores en la pasada legislatura y ahora la de
Defensa. Me he acercado a la comparecencia del señor Piqué como
ministro de Asuntos Exteriores y justo cuando he entrado estaba
hablando de la proyección de las Fuerzas Armadas en política
exterior, de Kosovo, de la KFOR, de las acciones en los escenarios en
que las Fuerzas Armadas españolas defienden los principios de
soberanía internacional, de derechos humanos, con su presencia
activa. Digo esto no sólo para que los grupos minoritarios no
tengamos que hacer una ubicación imposible física y humanamente al



Página 281




mismo tiempo en dos comisiones en las que algunos somos portavoces,
como le ha pasado al Grupo Mixto, sino también para que los señores
ministros se lean y se evite, cuando se han dado coincidencias de
este tipo, que un ministro ha ido por un sesgo y otro por otro. Por
tanto, ayudo a los ministros para que el que primero hable sea leído
por el segundo con el fin de que haya una armonización en lo que se
está diciendo aquí. Tengo la experiencia -está recogido en el «Diario
de Sesiones»-, como otros que son veteranos y tenemos memoria
histórica de que cuando en esta Cámara se discutió el programa de
selección del avión de combate español para comprar el F-18 o el
Tornado europeo, el señor ministro de Defensa, a la sazón don Narcís
Serra, dijo una cosa y el señor ministro de Industria, a la sazón don
Carlos Solchaga, dijo otra. Figura en el «Diario de Sesiones» de esa
primera legislatura del Gobierno socialista.

Señor ministro de Defensa, por parte de mi grupo usted encontrará una
política clara y firme, coincidiendo en las líneas de consenso que
usted ha trazado, en lo que es nuestra vocación permanente, tal vez
por la situación de Canarias en las proximidades de escenarios de
tensiones o de posibles tensiones, situaciones estratégicas siempre
por nuestra proximidad al continente africano, nuestra ubicación en
el Atlántico; los pormenores en mantener posiciones de europeidad y
de firmeza con nuestras Fuerzas Armadas cuando hemos tenido que
dilucidar contenciosos al integrarse España en la estructura militar
de la OTAN y no querer que Canarias quedara bajo el mando atlántico
de Norfolk, Virginia, del comandante supremo aliado del Saclant, y
expresar nuestra vocación de unidad de Estado, de unidad de patria,
para nuestras Fuerzas Armadas concepto fundamental, y al mismo tiempo
de vocación europea para que Canarias dependa en los escenarios
regionales de la OTAN del mando europeo del comandante supremo aliado
del Saceur y no del Saclant. Señor presidente, nos conoce usted de
sobra para que no haya ninguna sombra de duda de nuestro apoyo para
disponer de unas Fuerzas Armadas eficaces que mantengan el prestigio
dentro y fuera de España en las operaciones internacionales. Me ha
alegrado, señor ministro, que usted haya traído aquí una oferta de
consenso -creo que es la parte importante de su discurso-, incluso
con conversaciones a nivel de grupos parlamentarios, para dilucidar
cuestiones polémicas y delicadas como puede ser el tema de los
servicios de inteligencia, del Cesid. Yo comprendo que una
presentación hoy de un programa de trabajo tendría que haber sido una
cosa amplia, pasando muy deprisa por temas específicos y, por tanto,
yo no voy a hacer hoy cuestión de temas en detalle sino a apoyar y
suscribir la línea que ha dicho el señor ministro y traerle para su
agenda de trabajo, en el amplio programa que ha expuesto, algunas
cuestiones que me preocupan y en las que participo de la preocupación
que usted va a tener como ministro.

Respecto a la profesionalización de las Fuerzas Armadas, a mi grupo
lo que le preocupa no es el ayer ni el hoy, sino el mañana, es decir,
cuando tengamos un ejército plenamente profesional, y ver de qué
manera el Gobierno -porque ahí estarán los ministerios de Economía
y Hacienda para dar un soporte presupuestario, que mi grupo apoyará- va
a incentivar la profesionalización de la tropa y marinería, que es el
talón de Aquiles de todo el procedimiento. La oficialidad de las
Fuerzas Armadas españolas es de vocación y va a academias militares
de vocación, solamente le guía ese principio, que después hay que
complementar con los principios de la vida familiar, la logística de
la vivienda, los salarios, etcétera. Me congratula que usted haya
expuesto aquí la necesidad de establecer por ley el nuevo reglamento
de retribuciones de las Fuerzas Armadas para que se utilice no
solamente para dignificar la vida económica del militar profesional,
sino también para garantizar que los jóvenes de tropa y marinería
profesional se encuentren incentivados y no nos veamos con el
panorama preocupante de la escasa convocatoria de plazas que tiene; y
si nos situamos en niveles en los que hay que seleccionar un buen
militar profesional, con los que se presentan voluntarios me parece,
señor ministro, que no vamos a tener un ejército de plenas garantías
en sus efectivos numéricos.

Mi grupo parlamentario se congratula, señor ministro, de que trate de
racionalizar una serie de procesos que a veces se anquilosan y quedan
muy encorsetados en las Fuerzas Armadas. En ese proceso de
racionalización le hago las primeras llamadas de atención al
escenario de Canarias -en cuyo grupo estoy ubicado, por supuesto-,
como parte de España pero también como lugar estratégico fundamental.

Le planteo varias cuestiones. Un equipamiento reforzado de la defensa
misilística de Canarias y una racionalización de la ubicación de las
unidades por el carácter archipielágico. Me congratula oírle hablar
de una racionalización de los mandos, de lo que tiene usted un
criterio unificado. No olvidemos que Canarias tuvo una experiencia
con lo que se llamó el mando unificado de Canarias, un mando conjunto
de Tierra, Mar y Aire, porque aquel es un escenario muy lejano de los
apoyos logísticos y del grupo aeronaval de combate. En un conflicto
inmediato allí no llega nadie a tiempo y, por tanto, las garantías
tienen que estar en las propias Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire
que están en el archipiélago canario. Le pido, señor ministro, que
esto pueda ser objeto de estudio, de racionalización. La vuelta a la
creación de un mando unificado serviría de experiencia (está dentro
incluso de la doctrina OTAN), y por ejemplo en Kosovo y en escenarios
de conflicto hay mandos conjuntos de los estados mayores de Tierra,
Mar y Aire. También quiero pedirle, señor ministro, que por una serie
de razones tanto técnicas y profesionales de las Fuerzas Armadas como
políticas -recalco políticas-, haga extensivo en Canarias el convenio
con sus universidades.




Página 282




No dejen al margen la posibilidad de unos convenios porque la
logística, la intendencia de un territorio archipiélagico distante
del territorio peninsular del Estado y tan próximo -cien kilómetros
con la costa marroquí- de aquellas islas, creo que hace necesaria una
sensibilidad política en esta cuestión. Las universidades canarias,
tanto la de La Laguna, en Santa Cruz de Tenerife, como la de Las
Palmas, creo que pueden hacer aportaciones muy interesantes no sólo
desde el punto de vista universitario, sino un ejemplo también de
simbiosis ejército-sociedad civil a través de una universidad con el
máximo prestigio.

Celebro que usted traiga un programa reformista, señor ministro,
empezando por Iberoamérica. Habrá que escucharle a lo largo de las
siguientes comparecencias cuál es el parecer del Ministerio de
Defensa y del Gobierno español con respecto a la Unión Europea
Occidental, a la UEO. Mi grupo es partidario de que quede integrado
en la Unión Europea. Tenemos al secretario para la Defensa, a mister
Pesc, el señor Solana, con el cual puede haber un entendimiento de
racionalización para que no haya dos estructuras defensivas europeas,
quedándose obsoleta la Unión Europea Occidental y vamos por tanto al
pilar europeo de defensa en lo que es la política general de la
Alianza Atlántica.

Señor ministro, apoyo plenamente lo que dijo en su discurso de
investidura el presidente Aznar cuando habló de que proseguiremos la
colaboración en materia de industria y de defensa en el marco de la
Unión Europea. Estamos sintonizados con el Gobierno en esa cuestión
con la fragata 100; se está sintonizado con el eurocaza, el
Eurofighter 2000, pero hay dos cuestiones que son una incógnita
(nosotros apoyamos lo que dijo el presidente Aznar en su discurso de
investidura y por eso, entre otras razones, lo votamos): el carro de
combate Leopard y el helicóptero de combate. Las dos ofertas que hay
de helicópteros son una norteamericana con el Apache y una europea
con el Tigre. Hoy CASA está integrada en el proyecto Eurocopter. Yo
no entro a discutir si es mejor el Apache que el Tigre o el Tigre que
el Apache, para eso están los profesionales, está su ministerio, pero
nos gustaría armonizarlo con la política de una industria europea de
defensa y, por tanto, no hay más que un tipo: el helicóptero europeo.

El segundo problema es el Leopard, señor ministro. Si se consuma la
entrega de Santa Bárbara a la General Dynamics norteamericana, no por
ser una empresa norteamericana, que iría en contra de una política
europea de defensa, sino porque es la que fabrica el carro Abrams,
competidor del carro Leopard, ¿sabe usted lo que significaría para
nuestras Fuerzas Armadas, para el Ejército de Tierra español, que
lleva lustros desde el primer documento de intención de adquisición
de ese gran carro de combate europeo que es el Leopard, que lleva
años experimentando con los Leopard que a precio simbólico nos vendió
Alemania y que están en la doctrina de la táctica de carros de
combate familiarizados
con el Leopard, una suspensión por parte alemana de la licencia
de fabricación en España del Leopard? ¿Qué alternativa hay? ¿Que
vamos a dotar a nuestras Fuerzas Armadas del Abrams norteamericano
cuando todos los técnicos con los que ha hablado este portavoz
definen como mejor carro al Leopard por sus sistemas de tiro, de
conducción, etcétera, que el carro norteamericano? Sería un
contrasentido con la política del Gobierno español de potenciar la
industria de defensa. Siguiendo con esta cuestión, hay un proyecto
que para usted, por una serie de razones personales y sentimentales,
es una preocupación el que sufriera un parón el arma submarina
española. Usted desde su infancia en Cartagena ha visto la flota de
submarinos españoles; Necesitamos la misma consecuencia y congruencia
con la industria europea, aunque sea de predominio francés, de los
submarinos de la flota española: que el arma submarina española esté
suficientemente dotada y custodie no solamente el Mediterráneo y el
Estrecho sino las aguas de soberanía española que están alrededor del
archipiélago canario, además de cualquier otra misión que le fuera
encomendada en nuestros compromisos internacionales.

Terminando con estas cuestiones que para mí suponían una
preocupación, sepa usted, señor ministro, que en cualquier debate
tanto de iniciativas legislativas como de reglamento que usted traiga
a favor de nuestras Fuerzas Armadas, el Grupo Parlamentario de
Coalición Canaria estará en esa misma línea y sintonía, en una plena
colaboración para perfeccionar el modelo de defensa nacional y su
modernización. Nuestra colaboración no está supeditada a unos
principios partidistas, de grupo, sino a intereses nacionales para
que nuestra integración en la política europea, en la política
internacional, sea armónica y concordante. Sabemos de su respeto al
Parlamento y a su función de gobierno, porque tenemos la garantía de
que quien ha vivido el parlamentarismo lo ha llevado no sólo en la
retórica de sus discursos sino, como me consta, señor ministro, lo ha
sabido efectuar en lo que llamó la diplomacia parlamentaria. En este
campo de las relaciones militares usted va a ser uno de los
instrumentos más importantes de la política exterior española, hecha
de manera visible a través de nuestras Fuerzas Armadas con su
prestigio en las misiones de paz que tienen encomendadas por ley y
por acuerdos internacionales. Deseándole, señor Trillo, la mejor
andadura en su altísima responsabilidad sobre las Fuerzas Armadas
españolas, compartiendo cualquier dificultad y abiertos a esos
encuentros en temas delicados como el Cesid, del que evito dar
cualquier opinión porque merece el respeto del diálogo directo que
usted acaba de ofrecer en temas que son discutibles, tiene usted los
mejores votos de mi grupo parlamentario para tener éxito, porque
todos soportamos la misma bandera empuñada desde el mástil, que es la
bandera de España.

Muchas gracias, señor ministro,



Página 283




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Bienvenido al Parlamento, señor Trillo,
porque queramos o no usted es hoy un compareciente ante el Poder
Legislativo. Traslade también de nuestra parte nuestro más sentido
pésame tanto a la familia como a la dirección del Partido Popular por
el asesinato de Jesús María Pedrosa.

El señor Trillo ha utilizado con profusión las palabras diálogo y
consenso. Sin embargo, al menos hasta ahora no ha sido una de las
características de la política de defensa. El mismo Libro Blanco de
la defensa se hizo al margen de la opinión de las fuerzas
democráticas, de los grupos parlamentarios aquí representados, y la
Directiva de defensa nacional se aprueba por el Gobierno sin ningún
contacto real antes de su aprobación. Por otra parte, la adaptación y
nuestra posición con respecto a la cumbre en Washington, en abril de
1999, sobre la reforma de la OTAN se hizo totalmente de espaldas a
este Congreso de los Diputados.

Me voy a referir, brevísimamente, al Libro Blanco de la defensa, que
habla de la política que en el horizonte de unos 15 años se va a
llevar a cabo y que, como usted sabe, fue prologado por el señor
Aznar. Es un libro que, negro sobre blanco, nos habla de manera muy
clara de cuáles son las directrices fundamentales, axiales de esta
política. En el fondo este libro es un trasunto de la cumbre de
Washington de abril de 1999, es una traslación con poca creatividad
porque se asume de manera plena lo allí aprobado, entre otras cosas,
por ejemplo, los riesgos que se prevén de cara a la dinámica de
defensa de nuestro país; riesgos como la inestabilidad de
determinados países, las armas de destrucción masiva, el
desequilibrio económico de ciertos países, el flujo de recursos
básicos como el petróleo o el desequilibrio demográfico, incluso
acogiendo la posibilidad de intervención en el crimen organizado y en
el narcotráfico. Desde el principio le digo que nosotros no tenemos
un 99 por ciento de consenso con respecto a la política de defensa,
tal como ha dicho el portavoz del PSOE. Nos parece inadmisible que se
haya puesto este riesgo a la hora de justificar y dar estructura real
al funcionamiento de nuestra defensa. Incluso en la página 39 del
Libro Blanco de la defensa se habla de que España ratifica el hecho
de que la OTAN pueda actuar fuera de los acuerdos de Naciones Unidas,
cosa que para nosotros, como usted bien sabe, es absolutamente
inadmisible; pero no sólo para nosotros sino también para lo aprobado
en Cortes Generales, aproximadamente en diciembre de 1995, en la
resolución que hablaba de que España siempre actuaría bajo el mandato
del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hay mandatos claros
y constatables: en Kosovo no se ha tenido en cuenta esta resolución,
como tampoco se ha tenido en cuenta el artículo 63 de la
Constitución.

Con respecto a la profesionalización de las Fuerzas Armadas pensamos
que se tendría que haber culminado ya, entre otras cosas porque se
habría terminado con la injusticia de los insumisos y los objetores.

En todo caso, a lo largo de este año se tiene que culminar, no sólo
porque es un compromiso del señor Aznar durante la campaña electoral,
sino porque corresponde ahora y no en el año 2001 que se haga este
esfuerzo. No estamos de acuerdo, bien se sabe, con la dimensión que
se asigna a este ejército; se habla de 170.000 personas. Como se ha
fracasado a la hora de intentar cumplimentar esta dimensión, se ha
pensado incluso en la posibilidad de reducir las condiciones
intelectuales de la tropa, cosa que a nuestro juicio bajo ningún
concepto es adecuado; lo que se necesita de cara a un ejército
profesional es gente muy preparada, entre otras cosas para que se
sepa distinguir las órdenes y los riesgos de un ejército profesional,
en el sentido de discriminar lo legal de lo no legal, lo adecuado de
lo no adecuado con respecto a la ley y a la Constitución.

No podemos estar de acuerdo, en función de la dimensión y de la
renovación o modernización, con los gastos que supone la política de
defensa diseñada por ustedes. Habría que corregir ese error, porque
teniendo en cuenta no sólo el Ministerio de Defensa en sus partidas
específicas, sino todo lo que está en el horizonte de Defensa como
Guardia Civil, clases pasivas, industria o investigación más
desarrollo, en el año 2003 estaremos aproximadamente en el 2,16 del
producto interior bruto, es decir, en unos dos billones de pesetas de
gastos. Esto no lo podemos compartir de ninguna manera y por eso se
lo anunciamos. Con respecto a este tema tendremos que realizar un
debate constante, entre otras cosas, porque nos encontramos con un
sistema de armas pensado para la intervención fuera de nuestras
fronteras, un ejército ofensivo, amplio, que no compartimos: el
Leopard 2, el Eurofighter o la F-100. En la misma dirección, como
usted sabe, en el Pleno hemos reprobado la privatización de Santa
Bárbara para venderla a una empresa norteamericana, como vamos a
reprobar, si se produce -según las informaciones que tenemos parece
que hay presiones desde Estados Unidos-, la privatización de la
construcción naval militar en breve plazo; también estaremos en
contra de esta posibilidad. Finalmente en este punto, señor Trillo,
nosotros creemos que es conveniente recuperar el debate del
asociacionismo militar para que tanto los mandos, con respecto a las
organizaciones adecuadas, como los soldados, con respecto a la
sindicación, puedan establecer cauces normales, por tanto al margen
de cualquier estructura de tipo excepcional.

Señor Trillo, con la fina utilización que usted hace del castellano
nos ha dicho hoy aquí, con respecto a la renovación de nuestra
relación con Estados Unidos, que había que ir a una nueva relación en
la que España tenga la relevancia debida. Es decir, señor Trillo,
estamos



Página 284




hablando de la ampliación de la base de Rota y no de otra cosa.

Nosotros tenemos la documentación suficiente, cursada entre los
distintos mandos militares norteamericanos o de éstos con los
representantes políticos españoles, incluido el señor ministro
anterior, en el sentido de que, como decía el secretario de Defensa
estadounidense, señor Cohen, el comandante en jefe Robertson, la
ampliación de la base de Rota podría proporcionar a la OTAN la base
aérea más efectiva del sur meridional para apoyar su estrategia aérea
militar. Estamos hablando, señor Trillo, de un tema que vulnera una
de las premisas de la papeleta con la que votamos en el referéndum de
la OTAN; estamos hablando precisamente de eso, de que no se reduce la
presencia militar norteamericana sino que se amplía su capacidad, su
capacidad operativa y su capacidad militar. Fundamentalmente en la
segunda parte del año 1999 los mandos militares norteamericanos
creían que el Gobierno español -y así se demostró- podía dilatar la
decisión, ya que el partido político gobernante es reacio -se dice en
uno de los escritos- a que se conozca una situación que puede ser
utilizada contra ellos en las próximas elecciones generales; me
refiero a las elecciones del 12 de marzo. En este sentido, también el
señor De Miguel, que tuvo contactos con mandos de la seguridad
militar norteamericana, informaba que la ampliación de la base de
Rota iba a requerir un nuevo acuerdo de cooperación, lo que usted nos
acaba de anunciar. Este era el dictamen o la opinión que emitía el
señor De Miguel por escrito en el sentido de que para engarzar la
ampliación de la base de Rota había que ir a un nuevo acuerdo de
cooperación en materia de defensa con los Estados Unidos. Al mismo
tiempo, por las conversaciones que se han tenido a lo largo de 1999
-bastantes, cinco o seis, quizá más-, los militares norteamericanos
llegaron a la conclusión de que el Gobierno español no otorgaría
potestad a Estados Unidos o a la OTAN sin obtener algo a cambio.

Usted ha hablado de la debida relevancia de España o ha dicho
palabras similares. Nos quiere decir cuál es el puesto que se
persigue (aunque para nosotros no justifica en absoluto, puesto que
no lo aceptamos, la ampliación de la base de Rota) cuándo se va a
llegar a este acuerdo y cómo se va a lograr ese consenso al que usted
se ha referido para el nuevo acuerdo de colaboración con los Estados
Unidos. Sabemos que el señor Cohen, cuando contactó con el ministro
de Defensa el 4 de noviembre de 1999, trató de introducir cinco
punto: la ampliación de la base de Rota como llave de la ruta aérea
básica en el marco de la estrategia militar, la necesidad de resolver
cuanto antes la cuestión (ya que la situación en Kosovo indicaba que
no se podía predecir cuándo y dónde el contingente de la OTAN puede
tener que dar otra nueva respuesta de emergencia), el abordar cuanto
antes esta situación para iniciar los trabajos correspondientes en
torno a la ampliación de la base de
Rota, la necesidad de la prontitud y la urgencia de esta necesidad de
ampliación de la base de Rota. Los Estados Unidos, en las cartas que
nosotros tenemos y que en su momento leímos ante esta Cámara, creen
que el Gobierno español quiere algo que suponga el reconocimiento
internacional de España. Le vuelvo a reiterar la pregunta: ¿Qué es
esto? Se dice por escrito que los españoles no pueden figurar
otorgando capacidad a Estados Unidos o a la OTAN sin obtener algo a
cambio. Habría que averiguar, dicen ellos mismos, qué quieren los
españoles a cambio de avalar la ampliación de la base de Rota.

Queremos saber, señor Trillo, lo que queremos los españoles en esta
ampliación, porque todavía no lo sabemos, ampliación que en todo caso
nosotros no podemos aceptar.

Respecto al Cesid, ustedes adquirieron en la campaña de las
elecciones generales de 1996 un compromiso explícito, reiterado en
los distintos actos que organizaron, que era la reforma en plazo
corto del Cesid para superar una serie de escándalos y de
deficiencias que se habían venido observando y que ustedes en esta
Cámara y después, a lo largo de la campaña electoral, criticaron de
manera rotunda, directa y sin ambages. Ha pasado el tiempo y nos
encontramos ahora con que usted dice al cabo de bastante años que
podríamos lograr un consenso para un anteproyecto de ley sin dar
plazos ni forma, parlamentariamente hablando, al consenso. Desde ese
punto de vista, hay un compromiso muy serio incumplido por el Partido
Popular porque el Cesid no está inscrito en parámetros del
funcionamiento democrático, y hay que ir a esa reforma urgente para
homologar su funcionamiento con respecto a la norma de este Estado a
los servicios de inteligencia. A nuestro juicio, la ubicación del
Cesid debe cambiarse; no debe depender del Ministerio de Defensa sino
del presidente del Gobierno, o en todo caso del Gobierno. Nosotros
pensamos que esta agencia engloba tres servicios que si no son
incompatibles hay que diferenciarlos de manera rigurosa: servicio
interior, servicio exterior y servicio de inteligencia militar.

Pueden ser coordinados por una misma persona, y en todo caso sería
una persona civil, no militar. Yo le pregunto, señor Trillo, si va a
posponer y prorrogar los nombramientos correspondientes a la
dirección del Cesid, si va a continuar el señor Calderón o se le va a
sustituir por alguien procedente del cuerpo militar, por quién. A
nuestro juicio no debe depender del ejército, del estamento militar.

Efectivamente, deben establecerse ya comisiones adecuadas en Cortes
Generales para el control de los servicios de inteligencia y un
estatuto nítido para los trabajadores de la casa para que, en el
momento en que se les puedan encomendar funciones no legales o
dudosamente legales, puedan negarse a cumplirlas. Con esta simple
idea se superarían muchos de los problemas que venimos arrastrando en
este último período, señor Trillo. Por tanto, yo le pregunto la
opinión del Gobierno como base para este posible consenso; cuándo se
iniciaría



Página 285




este proceso de consenso, con qué formato parlamentario, cuál sería
el horizonte, el punto de llegada, la fecha; cuándo van a hacer las
sustituciones necesarias en este servicio (al principio de esta
legislatura creemos que sería lo adecuad), y qué perfil -no le
pregunto por el nombre de la persona exacta- van a utilizar para
estos nombramientos.

Finalmente, señor Trillo, yo también le pregunto su opinión, si
quiere darla, con relación al escudo antimisiles que plantea el señor
Clinton. En marzo de 1983 el señor Reagan planteó algo parecido,
propuso un programa de investigación militar para el desarrollo de un
sistema defensivo de misiles antibalísticos. La Administración
norteamericana recibió entonces fortísimas críticas, dentro y fuera
de los Estados Unidos, porque el programa era costosísimo y porque se
iba a vulnerar el Tratado sobre misiles balísticos firmado el 27 de
mayo de 1972. Aquello se olvidó. El Tratado ABM limita la ubicación
de los sistemas a los territorios nacionales y prohíbe la fabricación
de sistemas que no sean los tradicionales sobre bases fijas
terrestres, ya desarrolladas y desplegadas. La argumentación que
ahora se nos da por el señor Clinton no sólo supone una burla al
Tratado ABM sino que no se tiene de pie al retomar la IDS para
neutralizar posibles lanzamientos desde Irán, Corea del Norte, Irak o
Libia, puesto que, en función no sólo del acuerdo de mayo de 1972
sino de la lógica de la paz, el mejor escudo contra misiles es una
política exterior que lidere la necesidad de realizar una convención
internacional para la prohibición y destrucción del arsenal nuclear,
al igual que se consiguió la Convención sobre armamento bioquímico.

Esta es nuestra posición. Yo le pregunto cuál es la posición del
Gobierno porque si se concibe -y así se está enunciando- como un
escudo compartido con la Unión Europea y la Federación Rusa, entre
otras cosas obligaría a la República Popular China y al resto de los
Estados nucleares a invertir en investigación más desarrollo para
burlar técnicamente el sistema ABM. Por eso nosotros creemos que el
Gobierno del Partido Popular debe emitir una posición contraria
ahora, en estos momentos, tanto con respecto al programa IDS como con
respecto a la propuesta de incluir a la Unión Europea en ese
programa.

Espero, señor Trillo, como decía con poco rigor aquel personaje, no
se me vaya usted por las ramas de Úbeda y conteste a alguna de las
cuestiones aquí planteadas. Muchas gracias por su presencia.




El señor PRESIDENTE: Como usted sabe, señor Alcaraz, Úbeda no tiene
ramas sino cerros.

Vamos a interrumpir la sesión durante cinco minutos. Creo que hemos
tenido dos horas de sesión bastante concentradas y seguramente
necesitaremos un breve reposo antes de continuar.




Se suspende la sesión.

Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, se reanuda la
sesión.

En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra su portavoz, el señor
Atencia.




El señor ATENCIA ROBLEDO: Señor ministro, señorías, en primer lugar,
si me lo permiten, quisiera agradecer en nombre del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso las muestras de pesar, de
condolencia y de solidaridad que los diversos portavoces nos han
trasladado por el asesinato de un compañero nuestro, don Juan María
Pedrosa, a manos de los asesinos etarras.

Entrando ya en la comparecencia, quisiera en primer término dar la
bienvenida al señor ministro, al señor Trillo, a esta nueva
responsabilidad, que no a esta casa, como ha dicho algún portavoz,
que tan bien conoce y por la que tanto ha hecho, sino darle la
bienvenida a esta Comisión parlamentaria de Defensa como ministro del
Gobierno de España en la cartera de Defensa. El señor Trillo ya ha
demostrado en las diversas responsabilidades parlamentarias y
políticas que ha ostentado su valía y su capacidad, su solvencia en
definitiva, pero especialmente su actitud dialogante y tolerante. Por
tanto, señorías, para el Grupo Popular los hechos avalan al señor
Trillo en todo aquello que ha manifestado en esta comparecencia. Así
pues, señor Trillo, en esta su nueva responsabilidad desde el Grupo
Parlamentario Popular le deseamos el acierto y se lo deseamos por el
bien de todos, por el bien de España.

De su intervención, señor ministro, destacaría dos cosas. Por una
parte, el equilibrio que ha demostrado en su exposición en relación
con las líneas básicas de actuación de su departamento en esta
legislatura, un equilibrio entre la continuidad de las políticas
realizadas por el Gobierno de España en los últimos años, la política
de defensa llevada a cabo por España, y el hecho de mantener ese
impulso reformista al que S.S. ha hecho referencia y que está en
plena coherencia y concordancia con la actitud del Gobierno de José
María Aznar, con ese amplio abanico de reformas, de propuestas, de
planes que S.S. ha expuesto en su primera intervención, quedándome
sin duda con una frase que usted ha dicho: Se ha hecho mucho en
materia de defensa, en materia de seguridad en los últimos años, pero
queda mucho por hacer. Así pues, el escenario que S.S. nos ha
definido es un escenario ambicioso, atrayente y, por tanto, impulsado
por ese afán reformista que implica a todo el Gobierno y también a S.

S. como ministro de Defensa.

La segunda característica de su intervención que me gustaría destacar
es que S.S. ha manifestado que la defensa es una cuestión de Estado.

Lo ha destacado especialmente y la verdad es que siempre ha sido así
desde la transición democrática. Por tanto, desde el Grupo
Parlamentario Popular nos parece que es necesaria una actitud de
diálogo con las fuerzas políticas y



Página 286




parlamentarias en un asunto tan importante, tan capital, como es la
defensa. He observado que los portavoces que han intervenido antes
que yo mismo como portavoz del Grupo Popular lo han reconocido como
tal, por lo que desde este grupo tenemos que aplaudir tanto lo que ha
planteado el propio ministro como la disposición manifestada por los
distintos portavoces de los grupos parlamentarios.

En cuanto a las líneas maestras de la política del departamento, me
gustaría destacar algunas de forma sucinta, partiendo de algo que
desde el Grupo Parlamentario Popular no podemos dejar de destacar.

Además de lo realizado en los últimos años y del nuevo escenario con
el que nos encontramos en el año 2000, un escenario de seguridad y de
defensa, las propuestas que el señor ministro ha planteado tienen su
apoyo fundamentalmente en el programa electoral con el que el Partido
Popular se presentó a las elecciones del pasado 12 de marzo, que tuvo
un respaldo mayoritario por parte de los ciudadanos españoles, y en
el discurso de investidura del presidente Aznar, que también tuvo el
respaldo mayoritario de esta Cámara. Las líneas principales de ese
programa -así lo ha señalado hoy el señor ministro- insistían en la
intensificación de la dimensión internacional de la política de
seguridad y defensa de España y en la culminación del nuevo modelo de
Fuerzas Armadas profesionales y su consiguiente modernización que,
como ha dicho S.S., tiene causaefecto en la propia
profesionalización.

Me gustaría destacar brevemente algunas partes de la intervención del
señor ministro. En cuanto a la dimensión internacional de seguridad y
defensa, compartimos, como no podía ser de otra forma, la doble
apuesta equilibrada que se hace por la Europa de la defensa y por la
Alianza Atlántica, la especial referencia que se ha hecho al impulso
de la política común de seguridad y defensa, al reforzamiento en la
dimensión mediterránea de la defensa europea, a una participación más
activa en todas las actividades de la Alianza Atlántica por parte de
las Fuerzas Armadas españolas, a la revisión con propuestas de
consenso parlamentario de los acuerdos vigentes con los Estados
Unidos en el nuevo marco de relaciones que hay que definir, a la
cooperación con Iberoamérica con la propuesta de un plan de
cooperación nuevo y especialmente en lo relativo a las operaciones de
paz y ayuda humanitaria en defensa también de los derechos humanos y
a la iniciativa del desarme, que el señor ministro ha señalado que
van a ser respaldadas.

En cuanto al nuevo modelo de Fuerzas Armadas, a la profesionalización
de las Fuerzas Armadas, con esos 85.000 efectivos que el señor
ministro ha señalado para finales de este año 2000 y algo más de
102.000 efectivos para finales del próximo año 2001, que pone fin al
servicio militar obligatorio, cumpliendo con el compromiso electoral
de investidura del año 1996 y que ahora corresponde culminar, al
Grupo Popular le alegran los buenos
resultados que se están obteniendo en relación con las cifras de la
profesionalización. También nos parece digno de destacar lo que ha
señalado el propio señor ministro en su intervención. Pensamos que
los soldados profesionales deben estar dedicados fundamentalmente
a tareas operativas -como S.S. ha señalado- por lo que nos parece muy
razonable la propuesta de estudiar la externalización de algunos
servicios. Como decía al principio, también la propia
profesionalización de las Fuerzas Armadas obliga, es la relación de
causa-efecto, a la modernización de las Fuerzas Armadas españolas.

Desde el Grupo Popular queremos destacar la modernización
y actualización de nuestras Fuerzas Armadas. Se ha hecho referencia en
la intervención del señor ministro a los principales programas de
modernización de nuestro Ejército, como el carro de combate Leopard
2-E, la fragata F-100 o los aviones Eurofighter 2000. Nos gustaría
saber, señor ministro, cómo van esos tres programas que usted ha
enunciado y cuál es su estado actual, porque nos parece que son tres
programas de una enorme importancia y relevancia respecto al
equipamiento de los ejércitos, pues los dotará de sistemas de armas
de última generación. Nos gustaría mayor concreción sobre el estado
actual de esos tres programas.

Dentro de la política de modernización, desde el Grupo Popular
quisiéramos destacar la referencia específica que se ha hecho por
parte del señor ministro en su primera intervención a las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación y su incorporación a
todos los procesos de modernización de las Fuerzas Armadas.

Especialmente nos parece destacable la voluntad expresada por el
señor ministro de anticipar el proceso y, por tanto, anticiparlo en
cuanto a la incorporación de nuestras Fuerzas Armadas a la sociedad
de la información y a la sociedad de la comunicación, en la línea en
que se está realizando en todas las políticas del Gobierno de la
nación.

En cuanto al apartado específico que en su intervención ha dedicado
el señor Trillo a la racionalización de las estructuras, nos parece
destacable la propuesta de estudiar la concentración en una sola sede
tanto del Ministerio de Defensa como de los cuarteles generales de
los tres ejércitos. Nos parece una iniciativa muy saludable, una
iniciativa que ya he visto que ha obtenido el respaldo de otros
grupos; creemos que en esa línea debe profundizarse.

En cuanto a las propuestas que ha realizado de la adecuación de las
estructuras del Cesid a la legalidad, con la propuesta, por una
parte, de una ley que aborde el sometimiento a sistemas de control,
tanto parlamentario como judicial, de nuestros servicios de
inteligencia, nos parece que tanto eso como el estudio de una
ubicación definitiva desde el punto de vista orgánico son asuntos
importantes y, por tanto, la propuesta de plantear el mayor consenso
político y parlamentario está en la propia línea que impregna todo el
discurso de S.S., por lo que desde el Grupo Parlamentario Popular



Página 287




encontramos que es una propuesta generosa y prudente, pero sobre todo
nos parece que está enmarcado dentro de la actitud que sin duda va a
caracterizar todo el mandato de esta legislatura.

Por último, nos gustaría destacar especialmente las referencias que
se han hecho por parte del señor ministro a toda la política en
materia de cultura de defensa. Sin duda la defensa nos afecta a
todos; sin duda la directiva de defensa nacional del año 1996 -si no
recuerdo mal- de su antecesor en el Ministerio de Defensa pretende
situar a la defensa como algo próximo, como algo cercano a todos los
ciudadanos, porque las políticas de seguridad, de libertad, de
defensa de los valores democráticos, que corresponden a las Fuerzas
Armadas por mandato constitucional, nos parece que son algo en lo que
hay que poner acento y pensamos que en la interrelación natural entre
la sociedad y sus Fuerzas Armadas, de la que proceden, todos los
esfuerzos que se puedan hacer por parte del Gobierno, especialmente
por el Ministerio de Defensa le parecen muy saludables al Grupo
Parlamentario Popular.

Señor ministro, por tanto, desde el Grupo Parlamentario Popular sólo
nos queda reiterarle nuestra felicitación por su nombramiento.

Hacemos una valoración muy positiva de la exposición que ha hecho de
las líneas básicas, de las líneas fundamentales de lo que va a ser su
mandato y la actuación del Gobierno de España en lo que significa el
departamento de Defensa. Tiene todo el respaldo del Grupo
Parlamentario Popular. Tenemos una legislatura por delante, en la
cual, mediante el impulso de la política de continuidad pero con un
gran impulso reformista y con una voluntad clara de consenso en una
materia de Estado, como es la defensa nacional, por lo que nos parece
que no sólo usted tendrá el respaldo del Grupo Parlamentario Popular
sino el respaldo del resto de las fuerzas políticas y de la sociedad
española.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Señor ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Trillo-Figueroa y Martínez-Conde):
Señorías, procuraré responder, sin irme por las ramas de Úbeda, a las
distintas cuestiones que han planteado los diversos portavoces, no
sin antes agradecerles, como militante y miembro de la dirección del
Partido Popular, el sentimiento de pesar que todos y cada uno de
ustedes han expresado por el fallecimiento en el País Vasco, víctima
de un atentado terrorista, de otro concejal del Partido Popular, del
señor Pedrosa. Gracias muy sinceras y gracias también por los buenos
deseos y las palabras generosas y amables de bienvenida a la Comisión
y por esos deseos de los que espero hacerme acreedor en el desarrollo
de mi actividad.

Querría ir desgranando, de las distintas intervenciones, las
cuestiones que han quedado pendientes para
ésta o para sucesivas comparecencias, ya sea de este ministro o de
quienes conmigo comparten la dirección, por delegación del presidente
del Gobierno, de la política de defensa al frente del departamento.

Comenzaré por la intervención del principal grupo de la oposición, a
través de su portavoz el señor Marsal, en nombre del Grupo
Socialista. Es verdad, señor Marsal, que la revisión estratégica
merece un alto consenso. Y es verdad que con motivo de la redacción
del Plan estratégico conjunto hubo una acción operativa de búsqueda
de consenso parlamentario y de manifestación de ese consenso, que
puede servirnos de guía para lo que desde luego es el deseo de este
ministro de contar con el más amplio respaldo del Parlamento español.

Ha preguntado por qué no he hecho referencia específica al libro
blanco. Como se ha señalado luego, señor Marsal, porque constituye
doctrina asumida. No podía ser de otra manera en la medida en que,
insisto, como se ha señalado por algún portavoz, va presentado por el
presidente Aznar, que es quien continúa, con mayoría reforzada, al
frente del Gobierno y, por tanto, para este ministro constituye, sin
más, doctrina asumida. Lamento que otros portavoces se hayan quejado
de los problemas de su difusión o de su elaboración. Estoy seguro de
que el entendimiento cabal del libro y su valoración será positivo,
incluso en aquellos portavoces y grupos que no comparten algunas de
las directrices estratégicas y operativas que en el mismo se afirman
y se marcan, porque -eso sí- responden a un consenso muy amplio de la
Cámara aunque, insisto, consenso no significa siempre que todos,
absolutamente todos, puedan prestar su acuerdo sobre la totalidad del
contenido.

El señor Marsal hace luego una intervención en la que señala seis
prioridades, seis retos, me parece que así los ha calificado, seis
inquietudes, que todas compartimos, en las que demanda determinada
información. Se refiere, en primer lugar, a que no se ha enviado el
informe previsto sobre la realización hasta la fecha de la
profesionalización. Es verdad que podíamos haber acelerado la
remisión de ese informe en los días en que he tenido a cargo el
Ministerio, pero también convendrá conmigo el señor Marsal en que era
mejor reservar los datos para esta comparecencia de carácter general,
dado que estaba fijada ya de antemano por la Mesa y la Presidencia de
la Comisión, en informar adecuadamente a SS.SS.

Los datos de la evolución de los efectivos son los siguientes: a 31
de diciembre de 1995 -como probablemente conocen algunas de SS.SS.-
el número de profesionales era de 31.365 y el de los de reemplazo de
142.778, totalizando 174.143 hombres y mujeres. Por cierto, el número
actual de mujeres en las Fuerzas Armadas supera ya las siete mil. A
31 de diciembre de 1996, el año siguiente, se produce un incremento
de los profesionales hasta un número de 34.365 y una disminución de
los de reemplazo a 127.346, que totalizan 161.711. En 1997, estamos
en una cifra total de 37.500



Página 288




profesionales y 104.781 procedentes de reemplazo, que totalizan
142.281. El 31 de diciembre se alcanza ya una cifra de 50.000
profesionales y se va disminuyendo paralelamente el reemplazo hasta
73.881, totalizando 123.881. El 31 de diciembre de 1999 se culmina el
año con 67.500 profesionales y 25.769 de reemplazo, totalizando ya
93.269. Como pueden observar, las constantes de la evolución son muy
positivas y están perfectamente en la línea de lo que se había
programado y acordado por la Comisión Mixta Congreso-Senado que
estudió a fondo la profesionalización. A primero de abril de este
año, el número de profesionales ha sido de 72.718, que cambia poco a
primero de mayo, 72.103, mientras que a primero de abril el número de
reemplazos era de 27.491, y a primero de mayo de 26.471, lo cual da,
a primero de abril, un total de 100.209 y, a primero de mayo, un
total de 98.574.

Por ser un poquito más preciso, el objetivo a alcanzar el 31 de
diciembre del año 2001 sería de aproximadamente 102.500, que está
dentro del objetivo de fuerza conjunto. El objetivo a alcanzar el 31
de diciembre de este año sería de 85.000. Como he dicho, los
efectivos a 1 de mayo de 2000 son de 72.103, de los cuales 47.193 se
adscriben al Ejército de Tierra, 14.177 a la Armada y 10.743 al
Ejército del Aire. Alumnos de primeras pruebas selectivas pendientes
de firma del compromiso, 6.700, y seleccionados en segundas pruebas
selectivas, pendiente de finalizar el proceso selectivo, 5.568.

Me pregunta S.S. la fecha. En cumplimiento del compromiso del
presidente del Gobierno en el debate de investidura, la fecha para la
finalización del servicio militar obligatorio no puede ser otra que
el segundo semestre del año 2001.

Dentro de las materias de personal, me ha preguntado el señor Marsal
-y algún otro portavoz se ha interesado de manera indirecta, o
incluso directa- por los consejos asesores de personal, que en efecto
están previstos en la Ley 17/1999, que modificaba la Ley del régimen
de la función militar anterior, y que establece la necesidad de un
reglamento que determine la composición y procedimientos para
designar los miembros de los consejos, teniendo en cuenta que deberán
formar parte de cada uno militares en servicio activo, de todas las
categorías, cuerpos y escalas del respectivo Ejército y del conjunto
de los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas. Quiero comunicar a la
Comisión que se ha redactado un primer borrador de reglamento,
y recientemente una comisión se ha desplazado a Francia para establecer
contacto con las autoridades francesas del Consejo Superior de la
Función Militar, a fin de aprovechar la experiencia de más de 31 años
de funcionamiento que tienen las Fuerzas Armadas francesas. Se
pretende que la entrada en vigor del reglamento se produzca el
segundo semestre del año 2001. Los dos elementos claves del sistema
son: Decidir quiénes pueden acceder a la condición de vocales
asesores de los consejos y decidir cuál va a ser el procedimiento
de elección entre quienes se presenten voluntarios, bien por
sorteo o por designación entre sus iguales.




Entrando en el capítulo que ha analizado en segundo lugar, el
relativo a material, me ha preguntado S.S. por diversos planes y
programas. Haciendo reserva de lo que pueda derivarse de una ulterior
comparecencia del ministro o del responsable de esta materia, el
secretario de Estado de la Defensa, quiero confirmar que es intención
del ministro que el secretario de Estado, señor Díez Moreno,
comparezca antes del período de no funcionamiento de la Cámara, para
informar con detalle de todos los asuntos que ha planteado el señor
Marsal y también de algunos de los que han planteado los restantes
portavoces en relación a los programas de armamento y material.

Preguntaba de manera particular el señor Marsal por nuestras
intenciones sobre algunos de los programas europeos de industria de
defensa. Espero contestar con puntalidad a algunas de las cuestiones
que ha planteado, y que espero poder reconstruir de las notas que he
ido tomando. Como saben SS.SS., la industria europea de defensa se
encuentra actualmente en un proceso de reestructuración y de
integración, impulsada muy especialmente por el sector aeroespacial.

Es un hecho que el sector quiere integrar, y está haciéndolo, la
aeronáutica, la electrónica de defensa a misiles y espacio. Quiero
subrayar que el principal resultado de la reestructuración hasta la
fecha, la EADS, tiene por socios a la DASA alemana, a Francia, y a
CASA España, y que entre sus actividades están: aviones de combate y
también de transporte, helicópteros, misiles y motores espaciales. Ha
sido el señor Marsal muy concreto a la hora de preguntar sobre la
Carta de intenciones, la Letter of intentions, la LOI, que regula la
industria aeroespacial entre los seis países: Reino Unido, Francia,
Alemania, Italia, Suecia y España, que se dispone a firmarla el
próximo mes de julio en Inglaterra; lo someteremos ad referéndum y
luego el Gobierno lo remitirá al Parlamento para su ratificación.

Me ha preguntado también el portavoz del Grupo Socialista cuáles son
nuestras intenciones sobre la OCCAR -la Organización de Cooperación
Conjunta en materia de Armamento-, que integran en este momento
Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña. España pretende integrarse
en la OCCAR mediante el programa del avión FLA, el futuro avión de
transporte de gran capacidad.

Se ha referido luego el portavoz socialista a la acción conjunta, y
ha planteado algunas interrogantes. Ha recordado que se está haciendo
un gran esfuerzo en Gran Bretaña y me pregunta hasta dónde creo que
hay que llegar. Pues mire, señoría, hasta donde sea menester para que
nuestras Fuerzas Armadas sean operativas de manera conjunta. Este
ministro no descansará en esa tarea mientras dure la confianza que me
ha dado el presidentedel Gobierno y la mantenga la Cámara a través



Página 289




de la mayoría que apoya al Gobierno. Es verdad que el edificio del
que he dicho que se van a comenzar estudios para analizar su
viabilidad no es solamente, ni principalmente tampoco, una decisión
inmobiliaria; estoy muy de acuerdo con S.S. en que es una decisión
operativa. No se trata solamente de la convivencia en una misma sede,
se trata de desarrollar todas aquellas sinergias que alguna
experiencia, como la del propio Pentágono norteamericano, ha
demostrado que son capitales a la hora de desarrollar una acción
conjunta.

El señor Marsal ha entendido bien la referencia a la inteligencia
militar, y la ha puesto en contacto con la reforma del Cesid. Ha
manifestado su disposición de entendimiento y de apoyo en este tema,
y se lo agradezco también a los diferentes grupos que así se han
manifestado. Por si pudiera haber algún malentendido, quizás fuera
conveniente, si fuera posible, recuperar literalmente la intervención
inicial sobre el Cesid. Vuelvo a decir que deberemos considerar
cuidadosamente el redimensionamiento de las labores de inteligencia
de los servicios del Estado, y que en esa revisión, para
redimensionarlos, se considerarán las necesidades y competencias de
la inteligencia militar, considerada ésta como elemento esencial para
la toma de decisiones estratégicas y la conducción de operaciones
militares, a cuyo ámbito debe quedar restringida. Como puede haber
quien no haya entendido bien cuál es esa operación, quiero ser más
preciso. Los servicios de inteligencia del Estado han de tener una
unidad orgánica y funcional enmarcada en la ley a la que me he
referido y la inteligencia militar, como ha señalado el propio
portavoz socialista, bajo la dependencia del Jemad, deberá
restringirse al análisis de los elementos para la toma de decisiones
estratégicas y la conducción de operaciones militares.

Se ha referido el señor diputado a las partidas presupuestarias que
tanto en el departamento de Asuntos Exteriores como en la sección
correspondiente del departamento de Defensa existen para la
recreación de un instituto español de estudios internacionales y
estratégicos. Vamos a continuar en esa línea. En este momento quiero
comunicar a la Comisión que he pedido a la Dirección General de
Política de Defensa que haga un inventario de cuáles son los centros
que, de manera directa o concertada, se dedican a cuestiones de lo
que hemos denominado -y parece que ha sido una terminología aceptada-
cultura de defensa. Insisto que en la gestión de estos centros y en
el desarrollo de su cultura de defensa debe haber -he visto que lo
hay en esta Comisión- acuerdo pleno y, por tanto, reafirmo mi
compromiso personal de llevar adelante no sólo una reorganización,
sino un relanzamiento de los institutos que alcancen a la cultura de
defensa.

Me pregunta el señor Marsal si yo estaría de acuerdo con una ley
programa, al estilo de la francesa. Deme un tiempo, señor Marsal,
sinceramente. Hace muchos años que viene hablándose de este tipo de
leyes, pero es una
decisión compleja que no depende solamente del Ministerio de Defensa,
como bien sabe S.S., y que tiene una incidencia muy importante sobre
la programación y financiación de los programas. Puede ser un buen
instrumento, de hecho lo ha sido en Francia, veremos a ver aquí.

Pregunta también el señor Marsal por alguna de las iniciativas que
están ahora en marcha, en concreto, por la iniciativa de capacidades
de defensa de la OTAN, por la correspondiente a la Unión Europea y
finalmente por la reciente del presidente Clinton. Voy a dejar ésta
para responderla en el contexto en que la ha planteado el portavoz de
Izquierda Unida.

En cuanto a la iniciativa de capacidades de defensa, que cerró la
cumbre de Washington, saben SS.SS. que el objeto es mejorar las
capacidades de las defensas aliadas y garantizar el éxito en el
cumplimiento de todas las misiones de la Alianza. Esta iniciativa
refuerza las capacidades europeas y algunos aliados, como España,
deben asumir los compromisos más exigentes en cooperación con otros,
utilizando financiación multinacional o aliada y compartiendo o
gestionando capacidades conjuntamente. El 26 de abril del presente
año, la última directiva ministerial que firmó mi antecesor, el
ministro Serra, la que hace la número 123, establece la política para
el desarrollo y la coordinación de la iniciativa en España. En cuanto
a la Unión Europea, los británicos pusieron sobre la mesa un método
de trabajo, y por lo que en estos días he podido recabar de
información a través del jefe del Estado Mayor de la Defensa y del
director general de Política de Defensa, estamos cumpliendo esa
metodología y estamos en buenas condiciones para afrontar esa
iniciativa estrictamente europea.

Se ha referido también el señor Marsal a la renegociación del tratado
con los Estados Unidos y al problema específico de los trabajadores
españoles en Rota. Es un hecho conocido que el Gobierno está
atendiendo en la medida de sus posibilidades a que los trabajadores
de Rota han perdido capacidad adquisitiva como consecuencia del
tratamiento fiscal de parte de sus remuneraciones, hecho para el que
el Gobierno manifiesta toda su sensibilidad y, desde luego, no estará
ajeno a la renegociación del tratado con los Estados Unidos. El
Gobierno procurará que en la renegociación del tratado los
trabajadores y su calidad de vida, sus percepciones y el
mantenimiento de su poder adquisitivo sean uno de los objetivos
esenciales.

Finalmente, pregunta S.S. si el consenso alcanza la norma
parlamentaria que prevé las consultas del Gobierno al Parlamento
sobre situaciones de crisis. Confieso, señor Marsal, que aún no he
tenido ocasión de examinar a fondo su proposición no de ley. Espero
que en el debate de esa proposición se alcancen puntos de acuerdo
entre los distintos grupos parlamentarios en los que obviamente la
información previa, por las modalidades que se requieran dependiendo
del tipo de información, pueda ser conocida y permita escuchar al



Página 290




Parlamento y a las diversas fuerzas políticas que lo componen.

El portavoz del Grupo de Convergència i Unió, el señor Maldonado, ha
denominado esta Comisión como un foro de confianza y de transparencia
para la búsqueda del consenso, acogiendo dos de las calificaciones
que he manejado en mi intervención inicial y que, a su juicio, no han
estado presentes -ya lo he anticipado- en el libro blanco y también
en lo que considera debates previos a alguna decisión o
acontecimiento. Señor Maldonado, quiero ratificar ante la Comisión la
satisfacción del Ministerio, del ministro y de las Fuerzas Armadas
por el acuerdo parlamentario que se alcanzó sobre el día de las
Fuerzas Armadas, dentro del contexto de una cultura de la paz en el
año 2000. No ha sido otra la intención del Ministerio de Defensa y,
desde luego, no hay ninguna intención de las Fuerzas Armadas que esté
ni milimétricamente lejana a las intenciones del ministro de Defensa.

Por ser muy claro, vuelvo a reiterar que se eligió Barcelona por su
especial carácter emblemático en relación a lo que debiera ser y ha
sido el leitmotiv de las celebraciones de las Fuerzas Armadas en este
año, las misiones de paz y humanitarias. Pensamos -y después de la
celebración del desfile el pasado día 27 en Barcelona lo ratificamos-
que la Ciudad Condal tiene especiales características por ser muy
sensible a ese tipo de misiones, por su espíritu solidario, por su
espíritu cívico, por su carácter europeo, avanzada de la europeidad,
y por su carácter mediterráneo. Como habrá podido comprobar en mi
intervención hoy, señor Maldonado, esos han sido justamente los ejes
de la estrategia tal y como la concibe este ministro de Defensa y no
hacía más que anticipar esos ejes cuando me refería al desfile en
esos términos. Tengo que manifestar aquí la satisfacción del ministro
y de las Fuerzas Armadas por el apoyo ejemplar y entusiasta de los
ciudadanos de Barcelona a la celebración del desfile y también, de
manera particular, por las más de 60.000 personas que visitaron las
exposiciones y las puertas abiertas de las unidades que estaban en el
muelle de la Fusta.

Me dice S.S. que la sensibilidad se demostrará cuando haya una cabal
comprensión del fenómeno plurinacional, por decirlo en términos
jurídicos, cuando haya una comprensión cabal del Estado de las
autonomías por las Fuerzas Armadas. Señor Maldonado, yo lamento que
no nos conociéramos en el momento en que tuve el honor de encargarme
tomando posesión del Ministerio de Defensa, pero quienes allí
asistieron -y S.S. va a tener ocasiones varias de comprobarlo-
pudieron también comprobar entonces, y comprobarán sucesivamente, la
presencia en ese acto, junto a la bandera de España, de todas las
banderas de las nacionalidades y regiones que componen el Estado
español. Esa sensibilidad es no sólo compartida, sino plenamente
asumida por las Fuerzas Armadas. Tenga S.S. la más absoluta
tranquilidad en ese punto. El esfuerzo de profesionalización
y de modernización no habría sido posible si las Fuerzas
Armadas españolas no hubieran hecho previamente un esfuerzo de
disciplina, de lealtad y de asunción sincera de los postulados del
Estado social y democrático de derecho, y entre ellos del Estado
autonómico. Quede, por tanto, muy tranquilo y tenga por seguro que
ese es el espíritu que yo me he encontrado y el que pretenderé
afianzar durante mi mandato.

El portavoz de Coalición Canaria, don Luis Mardones, se ha sumado, de
manera especialmente afectuosa, a la bienvenida. Yo sé que lo hace
por la debilidad que suponen esos cuatros años que hemos pasado
juntos en otras responsabilidades en esta casa, y se lo agradezco
también con el mismo afecto y carácter entrañable. Se ha felicitado
por el desarrollo de la profesionalización y ha pedido datos, que
puede haber satisfecho la información que he proporcionado al
responder al portavoz socialista, que fue el primero en plantearlo.

Ha solicitado, con toda legitimidad, una consideración especial de
Canarias en todo lo relativo a la racionalización de estructuras e
infraestructuras, de reforzamiento de unidades, de presencia y de
reorganización. Tenga por seguro, señor Mardones, que no ha sido una
cita literaria el especial énfasis que he puesto en que la europeidad
de España tiene la singularidad de empezar en las islas Canarias;
tenga por seguro también que ésa es la mentalidad que acompañará la
gestión del Ministerio de Defensa y la que comparten no sólo el
Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas, sino todo el Gobierno.

Pide, por otro lado, que abramos negociaciones para convenios de los
que promocionan la cultura de defensa con universidades canarias.

Tomo muy buena nota y daré instrucciones para que la próxima semana,
sin mayor dilación, la Dirección General de Política de Defensa se
ponga en contacto con las universidades canarias, a efectos de lograr
un convenio al tipo y modo de los que hasta ahora hemos venido
celebrando.

Señala también su preocupación por la convivencia y la convergencia
entre las estructuras de la Unión Europea Occidental y de la Unión
Europea en esta nueva fase. Me he referido, como ha tenido
oportunidad de escuchar, con algún detenimiento en la primera parte
de mi intervención, justo en ese área de defensa y seguridad,
dimensión internacional especialmente europea. Como miembro del
Gobierno, tengo para mí que este proceso va a tener una especial
aceleración durante la Presidencia francesa de la Unión Europea. Es
algo que deduzco con fundamento de la cumbre recientemente celebrada
en Santander entre el presidente de la República, el primer ministro
francés, el presidente del Gobierno y parte de sus ministros, entre
ellos el que les habla. Creo que va a ser -y apostamos por que lo
sea- una presidencia importante. Sin ninguna duda, Francia
especialmente caracterizada para producir ese acelerón justamente en
relaciones de integración entre las estructuras de la UEO y de la
UniónEuropea.




Página 291




Posteriormente, el señor Mardones me pregunta por algunos de los
aspectos de la industria de armamento. Me referiré con posterioridad
al estado actual del programa Leopard y también, con cierto detalle,
a los helicópteros. Dada la especial calidez que ha puesto en sus
palabras sobre los submarinos S-80 que van a renovar en el futuro la
serie 60, quiero decir que, en efecto, el programa comprende la
construcción de dos submarinos convencionales de ataque, de diseño
modular, de perfil óptimo para amortiguamiento acústico, de
tripulación reducida y de gran potencia de fuego y profundidad de
inmersión. El importe calculado del programa es de 66.000 millones de
pesetas, pero tenemos tiempo. Comenzará a partir del año 2002, si los
estudios conducen a que, dentro de las previsiones financieras, se
puede adoptar esa decisión, siendo, contratista principal, como es
natural, la Empresa Nacional Bazán. Para la adquisición de armamento
destinado a esas nuevas unidades S-80, se estima un coste de unos
10.500 millones de pesetas más, a iniciar también a partir del año
2002. En cuanto al programa de helicópteros de ataque, el Ejército de
Tierra ha concluido ya la fase de evaluación de los diferentes
helicópteros que están en el mercado capaces de sustituir a los
actuales 105. Las alternativas, como también se ha señalado por
alguna de SS.SS., son conocidas y son dos: el Apache, fabricado en
los Estados Unidos, que es muy caro pero tecnológicamente muy
avanzado, y el no menos famoso Tigre, fabricado por los franceses,
que es más barato, si bien se encuentran algunas dificultades de
adaptación y tecnológicas. En la actualidad, y concluida la fase de
estudio de las alternativas, se está haciendo un estudio desde el
punto de vista operativo, económico, tecnológico e industrial, y
cuando esté suficientemente evaluado tomaremos las decisiones
oportunas.

Decía al comienzo de esta réplica o segunda intervención que el
consenso -no sé si en ese momento se había incorporado de nuevo el
señor Alcaraz- puede llegar allá donde llegan los acuerdos esenciales
sobre lo que he denominado esencia de la seguridad y defensa de
España. Pero el consenso no siempre puede satisfacer a todas las
fuerzas políticas parlamentarias cuando hay diferencias históricas,
ideológicas y programáticas esenciales en algunos de sus puntos.

Créame, señor Alcaraz, que eso no será valladar para que intentemos
siempre con el Grupo de Izquierda Unida el máximo entendimiento. Va a
ser difícil, señor Alcaraz, y usted lo sabe, que en los puntos de
discrepancia esencial lleguemos a un acuerdo el grupo del que S.S. es
portavoz y el ministro de Defensa del Gobierno del Partido Popular,
muy de acuerdo por lo demás con un largo y amplio consenso
parlamentario con otras fuerzas políticas, pero lo intentaremos,
señor Alcaraz. Por lo que he visto en su intervención, va a ser muy
difícil que nos convenzamos de tesis que están en su trayectoria y
que son absolutamente antitéticas, con toda claridad, de las que yo
he
defendido y voy a defender como ministro de Defensa, pero lo
intentaremos.

Lamento que se haya referido al libro blanco como un trasunto de la
cumbre de Washington. No me parece que se pueda limitar a eso. Yo le
rogaría que aplicara al libro blanco una mayor generosidad, que yo sé
que le caracteriza -he tenido muchas ocasiones de comprobarlo-,
y podrá encontrar en él muchos otros capitulados, muchos otros
objetivos y muchos otros programas que tienden a conseguir esos
objetivos, que no tienen por qué estar en la línea divisoria de lo
esencial de las misiones estratégicas que S.S. defiende y que este
ministro no comparte. Como tampoco comparto, señor Alcaraz -y no haré
manifestaciones, exclamaciones o interjecciones sobre si lo debiera o
no compartir- que los gastos de defensa estén en el 2,5 del producto
interior bruto. (El señor Alcaraz Masats: En el año 2003.) No quiero
ir más allá de lo que debe ser esta comparecencia, pero si usted lo
ha estimado así, bienvenido sea, señor Alcaraz. No están hoy así, S.

S. lo sabe. Se ha producido una rebaja de los gastos de defensa en
los presupuestos de muchos países europeos que estaban cuatro veces
por encima de lo que dedica el esfuerzo nacional a través de los
presupuestos a defensa. Estamos muy por debajo de la mitad de ese
porcentaje en los momentos actuales. Si llegáramos a ese techo sería
seguramente porque habríamos conseguido un consenso con su grupo en
algunos de los programas. Pero si ésa es su cifra, ya le digo que
bienvenida sea.

Ha planteado -con toda seriedad quiero afrontarlo- el problema -y lo
he comentado antes- de la nueva iniciativa norteamericana que ha
puesto estos días de manifiesto el presidente Clinton con ocasión de
su viaje a Europa. Quiero decirles, porque todos, de una manera u
otra, se han interesado por esa iniciativa y por la posición del
Gobierno de España, que el Gobierno la ve con preocupación. Tal y
como ha sido inicialmente planteada, esta iniciativa pudiera
cuestionar el Tratado ABM, de misiles antibalísticos, y podría
incluso romper el consenso sobre la disuasión. De seguir adelante,
debiera en todo caso plantearse en los órganos adecuados de la
Alianza Atlántica. Y no sólo eso sino que, al tener indicios de que
pudiera poner en cuestión el consenso hasta ahora logrado, como
también ha señalado S.S., pudiera implicar a terceras potencias
nucleares. Porque de otra manera la iniciativa sería muy preocupante.

Reitero la preocupación del Gobierno por los términos en los que
hasta ahora se ha producido.

Dentro del capítulo de relaciones con los Estados Unidos, ha vuelto a
referirse el señor Alcaraz a la renegociación del convenio. He
mencionado antes la especial consideración, por razones evidentes,
que el Gobierno va a tener en la defensa de los intereses de los
trabajadores españoles en Rota. Yo querría rectificar si es que el
señor Alcaraz ha entendido de mis palabras



Página 292




que vamos a la negociación para ampliar la base de Rota. No, vamos a
negociar -y eso lo tendrá que entender S.S.-, sin que en este momento
pueda ir más allá la explicación de este ministro, como creo que
tampoco habrá ido mucho más allá de lo que he dicho en mi primera
intervención la que habrá tenido -lo lamento y me sumo como
parlamentario- el ministro de Asuntos Exteriores. En la medida en que
pueda haber sido causante este ministro, lo lamento. En modo alguno
hay un punto de partida que decida si vamos a ampliar o reducir.

Puede tener S.S. la tranquilidad de que vamos a defender los
intereses de España, de que vamos a hacer valer lo que vale y de que
vamos a tener muy en cuenta los intereses de los trabajadores.

Comprenda S.S. que en este momento no puedo ir más allá.

Señor Alcaraz, no comparto una afirmación muy rotunda de S.S.

respecto del Cesid. Su señoría ha hecho una serie de valoraciones
sobre el programa del Partido Popular del año 1996. Es cierto que en
ese programa -y se vuelve a decir en el del año 2000- se prevé la
variación sustancial del Cesid, pero no sería justo con el director
responsable del Cesid, durante estos años, con el general Calderón,
coincidir con S.S. en que no está inscrito en parámetros
democráticos. Señor Alcaraz, yo estimo que el Cesid ha estado y está
inscrito en parámetros democráticos. Además, creo que se ha avanzado
en los últimos años mucho, que el acuerdo que se logró en la V
Legislatura para la fiscalización de los fondos reservados, a través
de los diputados elegidos por el Pleno bajo la Presidencia de la
titular de esta Cámara, es un acuerdo muy importante, muy operativo,
en el que se funciona con la regularidad semestral que se indica en
la ley, y no se puede ignorar ese avance. También fueron un avance,
aunque no lograra el objetivo final de una ley, las negociaciones que
llevó a cabo mi antecesor, el ministro Serra, con los grupos
parlamentarios para buscar fórmulas que garantizaran el control
parlamentario general y, de manera muy particular, el adecuado
control judicial y todo ello para la garantía del sometimiento a la
legalidad del Cesid. Pero tengo por seguro que en la etapa anterior
-así se me comunicó por el ministro Serra- una de las primeras
directivas reafirmó la absoluta e inexcusable necesidad de someterse
al principio de legalidad para el inicio de cualquier operación y yo
tengo que pensar, señor Alcaraz -en eso hay una presunción absoluta
por mi parte-, que esas instrucciones se han seguido. El general
Calderón ha puesto mucho empeño, con independencia del mayor acierto
o desacierto de alguna intervención pública reciente, sobre la que ya
ha tenido las suficientes advertencias del Gobierno para que ni en
ese ni en ningún otro sentido se vuelvan a producir. Sobre la
pregunta que me hace S.S., tan directa, de si en esa reforma del
Cesid va a ser el próximo director un civil o un militar, quiero
responder que pensamos que el militar que está al mando del Cesid en
este momento es un militar de una trayectoria democrática
que no debiera discutirse por nadie. Así lo acreditan su hoja de
servicios, su trayectoria pública y toda su conducta a lo largo de su
carrera. En el momento en el que el Gobierno decida el relevo del
general Calderón -tampoco sería bueno empezar la casa por el tejado-
, muy probablemente lo aconsejable será que el nuevo director del
Cesid sea un civil.

En cuanto a las preguntas que ha formulado el portavoz del Grupo
Popular -espero no omitir a nadie-, tienen directa referencia con la
inquietud de muchas de SS.SS., también del Senado, sobre la
continuidad de los programas de modernización esenciales y, de manera
muy particular, sobre el desarrollo del programa Leopard. Señor
Atencia, quiero agradecerle sus palabras iniciales y la disposición
del grupo que representa, al que me honro en pertenecer. En efecto,
como saben SS.SS., algunos con sobrada experiencia y conocimiento, el
Gobierno decidió la cofabricación en España de 219 carros de combate
Leopard y 16 carros de recuperación Leopard 2ER. El programa, que ha
de desarrollarse entre los años 2001 y 2016, tiene un importe
estimado de 317.709 millones de pesetas y están previstas las
entregas a partir del año 2002 hasta el 2007 a una media de 40 carros
de combate anuales y cinco carros de recuperación. El contratista
español principal es, como se sabe, la empresa Santa Bárbara
Blindados y existen otras dos 22 subcontrataciones aprobadas por el
Ministerio de Defensa que imbrican también a la empresa nacional
Santa Bárbara, Bazán, Indra, Amper, etcétera. El problema se ha
producido en el desfase de la reposición de unidades, que constituyen
un acuerdo entre los dos Ministerios de Defensa, el alemán y el
español, respecto del uso de 108 Leopard, que nosotros hemos
incorporado al Eurocuerpo, por un período de cinco años, con un coste
anual de 10.000 marcos alemanes, unos 140 millones de pesetas, y se
está negociando para renovar a partir del próximo mes de junio.

Mientras tanto, los primeros estudios en la SEPI estiman como más
conveniente y ventajosa la oferta norteamericana en la privatización
de Santa Bárbara, porque entienden que tiene mayores garantías de
preservación de los programas industriales y del mantenimiento e
incluso relanzamiento de los puestos de trabajo, lo cual no son
magnitudes que puedan ser insensibles al Gobierno, aunque, como
también es sabido, el Gobierno aún no ha tomado la decisión
correspondiente respecto de la privatización. En este momento estamos
en contacto con el Ministerio de Defensa alemán para renegociar la
cesión por precio político de los 108 carros que permitan la
reposición sucesiva de las unidades cuando se vayan fabricando. No
estimamos que sea un tema en el que debieran ejercerse, como ha
podido comentarse en algún ámbito, represalias porque no se trata de
eso. Las empresas han tenido ofertas muy abiertas, tanto las
posibilidades de las instalaciones de Santa Bárbara como de los
distintos programas, mantenimiento de la plantilla, etcétera y,
además, en el contrato



Página 293




de cofabricación con KMV se incluye una cláusula de garantía de
protección de la tecnología que no tiene por qué ser conculcada y que
en el caso de cerrarse la adjudicación, por vía de acuerdo del
Consejo de Ministros, a favor de la General Dinamics, sería
absolutamente mantenida, incluso existen fórmulas adicionales de
garantía que pasarían por un arbitraje para que en todo momento fuera
preservada la cláusula de protección de tecnología de la empresa
alemana. Sinceramente creemos que el Leopard no es sólo un programa
en interés de España, sino común, de Alemania y de España, y en ese
contexto vamos a seguir realizando cuantas gestiones sean necesarias
para lograr un entendimiento que pudiera mantener el contrato y el
convenio en los términos actuales pero renovados. Tengan la garantía
de que el programa Leopard va a seguir adelante.




Se ha interesado también S.S. por el otro programa estrella, que hace
referencia a la Armada, por medio de la construcción de cuatro
fragatas F-100, con sistemas de guerra antiaérea, capacidad parcial
antimisil balístico de teatro y la necesaria capacidad de escolta en
los grupos de combate y anfibio, y protección de tráfico marítimo,
que son las características y especificaciones que llevaron a un
programa que tiene un valor de 280.000 millones de pesetas, que se
desarrollará entre los años 2002 y 2015. El calendario hace presumir
las entregar a partir del año 2002 y hasta el 2006, a ritmo de una
fragata los años 2002, 2003, 2004 y 2006. Es sabido que el
contratista principal era la empresa nacional Bazán y también aquí
existen diversos subcontratistas, como Indra, SAES, Navalips y
Ensidesa. Hay programas complementarios que quieren garantizar la
adquisición de misiles estándar, el desarrollo y adquisición de los
misiles ESSM de defensa de punto y de helicópteros Lamps.

Finalmente, respecto al programa por el que se ha interesado S.S., el
avión EF-2000, le diré que está programada la adquisición de 87
unidades. Se trata de un programa de cooperación entre Alemania,
España, Italia y Reino Unido, por un importe total de 987.000
millones de pesetas entre los años 2002 y 2004. Las entregas están
previstas desde el año 2002 hasta el
2014, a una media de siete aviones cada año a partir del 2004,
solamente cuatro el año 2002 y seis el año 2003. El contratista
principal es la agencia europea Netma, siendo CASA e ITP las empresas
españolas que forman parte de los dos consorcios. Existen otras 14
empresas españolas con participación importante, más otras 288 como
subcontratistas de esas -14 más las dos mencionadas antes- 16
empresas.

Señor presidente, señorías, con esta segunda intervención creo haber
dado respuesta a los interrogantes planteados por los portavoces y
que agradezco de manera especial porque me han permitido ampliar la
información, cosa que este ministro quiere que sea la pauta de
comportamiento y de relación del Ministerio de Defensa con el
Congreso de los Diputados. Vuelvo adonde comencé, a reiterarles que
la visión que tiene este ministro de la defensa y la seguridad de
España es la de una función cuya esencia es un tema de Estado, que
requiere el máximo consenso, el máximo acuerdo y la máxima
transparencia y confianza entre el Ejecutivo y el Legislativo. Ésa
será la actitud y esperemos, señores de la oposición, que con esta
actitud por parte del ministro y el trabajo del Ministerio puedan
tener cumplida cuenta de lo que hoy es el anuncio de un compromiso de
búsqueda de ese consenso.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro, por sus palabras
y sus propósitos, que este presidente comparte plenamente, y estoy
seguro que también todas SS.SS. Retengo de sus palabras las que decía
al principio, en el sentido de que su disponibilidad ante este
Parlamento ha sido -lo sabemos- plena y seguirá siéndolo. Estoy
seguro de que tendremos sobradas ocasiones de escucharle en esta
Comisión de Defensa.

Señoras y señores diputados, si no hay nada más por su parte,
concluimos esta primera sesión regular de la Comisión de Defensa,
agradeciendo de nuevo al señor ministro su presencia y a todos
ustedes su participación y sus intervenciones.

Se levanta la sesión.




Eran las doce y cincuenta minutos del mediodía.