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DS. Senado, Pleno, núm. 94, de 16/12/2013
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PLENO


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PÍO GARCÍA-ESCUDERO
MÁRQUEZ


Sesión núm. 45


celebrada el lunes, 16 de diciembre de 2013


ORDEN DEL DÍA


1. ACTAS


1.1. Lectura y aprobación, si procede, del Acta de la
sesión anterior, celebrada los pasados días 9, 10, 11, 12 y 13 de
diciembre de 2013.


2. PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY


2.1. DICTÁMENES DE COMISIONES


2.1.1. Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad
de la Administración Local.


Comisión: Entidades Locales


(Núm. exp. 621/000054)


2.1.2. Proyecto de Ley de cajas de ahorros y fundaciones
bancarias.


Comisión: Economía y Competitividad


(Núm. exp. 621/000053)











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SUMARIO


Se abre la sesión a las once horas.


1. ACTAS


1.1. Lectura y aprobación, si procede, del Acta de la
sesión anterior, celebrada los pasados días 9, 10, 11, 12 y 13 de
diciembre de 2013.


Se aprueba el acta.


2. PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY


2.1. DICTÁMENES DE COMISIONES


2.1.1. Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad
de la Administración Local.


Comisión: Entidades Locales


6


(Núm. exp. 621/000054)


El señor De la Torre Prados, presidente de la comisión,
presenta el dictamen.


El señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas
(Montoro Romero) hace uso de la palabra de conformidad con el artículo
84.4 del Reglamento del Senado.


Comienza el debate de las propuestas de veto.


El señor Mariscal Cifuentes defiende la propuesta de veto
número 1, presentada por el señor Iglesias Fernández y este senador, del
Grupo Parlamentario Mixto.


El señor De la Torre Prados pide la palabra por
alusiones.


La señora Capella i Farré, del Grupo Parlamentario Mixto,
defiende la propuesta de veto número 2.


El señor Unamunzaga Osoro defiende la propuesta de veto
número 3, del señor Aiartza Azurtza, el señor Goioaga Llano, la señora
Mendizabal Azurmendi y el señor Unamunzaga Osoro, del Grupo Parlamentario
Mixto.


El señor Saura Laporta defiende la propuesta de veto número
5, del señor Guillot Miravet y este senador, del Grupo Parlamentario
Entesa pel Progrés de Catalunya.


La señora Sequera García defiende la propuesta de veto
número 6, de la señora Almiñana Riqué, los señores Boya Alós, Bruguera
Batalla, Martí Jufresa, Montilla Aguilera, Sabaté Borràs y la señora
Sequera García, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya.


La señora Rivero Segalás defiende la propuesta de veto
número 7, del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado.


El señor Rodríguez Esquerdo defiende la propuesta de veto
número 4, del Grupo Parlamentario Socialista.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Sanz
Cabello, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


En turno de portavoces intervienen el señor Martínez
Oblanca, el señor Unamunzaga Osoro, la señora Capella i Farré y el señor
Mariscal Cifuentes, por el Grupo Parlamentario Mixto; la señora Sequera
García, por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; la
señora Rivero Segalás, por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió; el señor Belloch Julbe, por el Grupo Parlamentario
Socialista, y el señor Sanz Cabello, por el Grupo Parlamentario Popular
en el Senado.









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Se suspende la sesión a las catorce horas y cincuenta
minutos.


Se reanuda la sesión a las dieciséis horas.


Se procede a la votación de las propuestas de veto.


El señor presidente informa a la Cámara de que la votación
telemática ha sido autorizada para las senadoras Eva Parera Escrichs y
Catalina García Carrasco. En todas las propuestas de veto el voto de la
senadora Parera Escrichs es a favor y el de la senadora García Carrasco
es en contra.


Se rechaza la propuesta de veto número 1 con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2 telemáticos, 239; votos emitidos, 236
más 2 votos telemáticos, 238; a favor, 80, más 1 voto telemático, 81; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


Se rechaza la propuesta de veto número 2, con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2 telemáticos, 239; votos emitidos, 237
más 2 votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


Se rechaza la propuesta de veto número 3, con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2 telemáticos, 239; votos emitidos, 237,
más 2 votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 153, más 1 voto telemático, 154; abstenciones, 3.


Se rechaza la propuesta de veto número 5, con el siguiente
resultado: presentes, 236, más 2 telemáticos, 238; votos emitidos, 236,
más 2 votos telemáticos, 238; a favor, 81, más 1 voto telemático, 81; en
contra, 153, más 1 voto telemático, 154; abstenciones, 2.


Se rechaza la propuesta de veto número 6, con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos,
237, más 2 votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático,
82; en contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


Se rechaza la propuesta de veto número 7, con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos,
237, más 2 votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático,
82; en contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


Se rechaza la propuesta de veto número 4, con el siguiente
resultado: presentes, 237, más 2, votos telemáticos, 239; votos emitidos,
237, más 2 votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático,
82; en contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


Comienza el debate de los votos particulares.


El señor Martínez Oblanca, del Grupo Parlamentario Mixto,
defiende las enmiendas 68 a 97.


La señora Santos Fernández defiende las enmiendas 152 a
177, presentadas por el señor Fuster Muniesa y las señoras Ibarz Ibarz y
Santos Fernández, del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


El señor Mariscal Cifuentes defiende las enmiendas 1 a 11,
13 a 37 y 149, presentadas inicialmente por el señor Iglesias Fernández y
este senador, del Grupo Parlamentario Mixto.


El señor Quintero Castañeda defiende las enmiendas del
Grupo Parlamentario Mixto números 38 a 63 y 65 a 67, presentadas
inicialmente por este senador y el señor Zerolo Aguilar.


El señor Yanguas Fernández defiende las enmiendas del Grupo
Parlamentario Mixto números 98 a 104, presentadas inicialmente por el
señor Eza Goyeneche, la señora Salanueva Murguialday y el señor Yanguas
Fernández.


La señora Capella i Farré defiende las enmiendas del Grupo
Parlamentario Mixto números 105 a 148, presentadas inicialmente por esta
senadora.









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El señor Unamunzaga Osoro defiende las enmiendas del Grupo
Parlamentario Mixto números 150 y 151, presentadas inicialmente por el
señor Aiartza Azurtza, el señor Goioaga Llano, la señora Mendizabal
Azurmendi y el señor Unamunzaga Osoro.


El señor Cazalis Eiguren defiende las enmiendas 400 a 402,
404 a 411, 413 a 415, 417, 418 y 420, del Grupo Parlamentario Vasco en el
Senado (EAJ-PNV).


La señora Sequera García da por defendidas las enmiendas
del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya números 225 a 288
y defiende las números 289 a 341 y la vuelta al texto remitido por el
Congreso de los Diputados en lo modificado por el Dictamen de la
Comisión, salvo las transaccionales aprobadas sobre las enmiendas 12 y 64
del Grupo Parlamentario Mixto.


El señor Bel Accensi defiende las enmiendas del Grupo
Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió números 342 a 399
y la vuelta al texto remitido por el Congreso de los Diputados en lo
modificado por las enmiendas 424 a 426, 429, 432, 436, 442 y 443 del
Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


El señor Rodríguez Esquerdo defiende las enmiendas del
Grupo Parlamentario Socialista números 178 a 224 y la vuelta al texto
remitido por el Congreso de los Diputados en lo modificado por las
enmiendas 421 a 433 y 435 a 447 del Grupo Parlamentario Popular en el
Senado.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor Pagola
Sáenz, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


En turno de portavoces intervienen el señor Cazalis
Eiguren, por el Grupo Parlamentario Mixto; la señora Sequera García, por
el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; el señor Bel
Accensi, por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i
Unió; el señor Vázquez García, por el Grupo Parlamentario Socialista, y
el señor García Martínez, por el Grupo Parlamentario Popular en el
Senado.


El señor presidente informa a la Cámara de que la votación
de los votos particulares presentados a este proyecto de ley se pospone
al día siguiente.


2.1.2. Proyecto de Ley de cajas de ahorros y fundaciones
bancarias.


Comisión: Economía y Competitividad


87


(Núm. exp. 621/000053)


El señor López Rodríguez, presidente de la comisión,
presenta el dictamen.


El señor Mariscal Cifuentes defiende la propuesta de veto
número 1, del señor Iglesias Fernández y este senador, del Grupo
Parlamentario Mixto.


La señora Capella i Farré, del Grupo Parlamentario Mixto,
defiende la propuesta de veto número 2.


El señor Unamunzaga Osoro defiende la propuesta de veto
número 3, de la señora Mendizabal Azurmendi y los señores Aiartza
Azurtza, Goioaga Llano y Unamunzaga Osoro, del Grupo Parlamentario
Mixto.


El señor Guillot Miravet defiende la propuesta de veto
número 4, de este senador y el señor Saura Laporta, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya.


En turno en contra hace uso de la palabra el señor
Fernández de Moya Romero, por el Grupo Parlamentario Popular en el
Senado.


En turno de portavoces intervienen los señores Mariscal
Cifuentes, por el Grupo Parlamentario Mixto; Montilla Aguilera, por el
Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; Alturo Lloan, por el
Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió; Lerma
Blasco, por el Grupo Parlamentario Socialista, y Fernández de Moya
Romero, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.









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Se procede a la votación de las propuestas de veto.


El señor presidente informa a la Cámara de que la votación
telemática ha sido autorizada para las senadoras Eva Parera Escrichs y
Catalina García Carrasco, cuyos votos son en contra de todas las
propuestas de veto.


Se rechaza la propuesta de veto número 1, con el siguiente
resultado: presentes, 241, más 2 telemáticos, 243; votos emitidos, 241,
más 2 votos telemáticos, 243; a favor, 7; en contra, 163, más 2 votos
telemáticos, 165; abstenciones, 71.


Se rechaza la propuesta de veto número 2, con el siguiente
resultado: presentes, 242, más 2 telemáticos, 244; votos emitidos, 242,
más 2 votos telemáticos, 244; a favor, 6; en contra, 165, más 2 votos
telemáticos, 167; abstenciones, 71.


Se rechaza la propuesta de veto número 3, con el siguiente
resultado: presentes, 243, más 2 telemáticos, 245; votos emitidos, 243,
más 2 votos telemáticos, 245; a favor, 6; en contra, 165, más 2 votos
telemáticos, 167; abstenciones, 72.


Se rechaza la propuesta de veto número 4, con el siguiente
resultado: presentes, 242, más 2 telemáticos, 244; votos emitidos, 242,
más 2 votos telemáticos, 244; a favor, 6; en contra, 164, más 2 votos
telemáticos, 166; abstenciones, 72.


Se suspende la sesión a las veintiuna horas y treinta
minutos.










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Se abre la sesión a las once horas.


El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión.


1. ACTAS


1.1. LECTURA Y APROBACIÓN, SI PROCEDE, DEL ACTA DE LA
SESIÓN ANTERIOR, CELEBRADA LOS PASADOS DÍAS 9, 10, 11, 12 Y 13 DE
DICIEMBRE DE 2013.


El señor presidente da lectura a los puntos 1. y 1.1.


El señor PRESIDENTE: ¿Alguna observación?
(Denegaciones.)


¿Puede aprobarse por asentimiento? (Asentimiento.)


Queda aprobada.


2. PROYECTOS Y PROPOSICIONES DE LEY


2.1. DICTÁMENES DE COMISIONES


2.1.1. PROYECTO DE LEY DE RACIONALIZACIÓN Y SOSTENIBILIDAD
DE LA ADMINISTRACIÓN LOCAL.


El señor presidente da lectura a los puntos 2. 2.1. y
2.1.1.


El señor PRESIDENTE: Este proyecto de ley se ha debatido en
la Comisión de Entidades Locales.


Para la presentación del dictamen, tiene la palabra el
presidente de la Comisión de Entidades Locales, el senador De la
Torre.


El señor DE LA TORRE PRADOS: Gracias, señor presidente.


Señor ministro, señorías, me cabe el honor de haber sido
designado para presentar a la Cámara el dictamen de la Comisión de
Entidades Locales del Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad
de la Administración Local.


Este proyecto de ley tuvo su entrada en el Senado el pasado
día 7 de noviembre, siendo publicado en el Boletín Oficial de las Cortes
Generales en la misma fecha. El plazo de presentación de enmiendas
concluyó el pasado día 20 de noviembre y fue ampliado hasta el día 26 del
mismo mes. El proyecto se tramita por el procedimiento ordinario.


A este proyecto de ley se han presentado siete vetos y
cuatrocientas cuarenta y siete enmiendas. Los vetos han sido presentados
de la siguiente manera: el veto número 1, por los senadores Jesús Enrique
Iglesias Fernández y José Manuel Mariscal Cifuentes, del Grupo
Parlamentario Mixto; el veto numero 2, por la senadora Ester Capella i
Farré, del Grupo Parlamentario Mixto; El veto número 3, por los senadores
Urko Aiartza Azurtza, Iñaki Goioaga Llano, Alberto Unamunzaga Osoro y la
senadora Amalur Mendizabal Azurmendi del Grupo Parlamentario Mixto; el
veto número 4, por el Grupo Parlamentario Socialista; el veto número 5,
por los senadores Jordi Guillot Miravet y Joan Saura Laporta, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; el veto número 6, por los
senadores Francisco Boya Alós, Rafael Bruguera Batalla, Carlos Martí
Jufresa, José Montilla Aguilera, Joan Sabaté Borrás y las senadoras
Mónica Almiñana Riqué y María Jesús Sequera García, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; y el veto número 7, por el
Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió.


Las cuatrocientas cuarenta y siete enmiendas se distribuyen
de la siguiente forma: ciento cincuenta y una, del Grupo Parlamentario
Mixto, de las cuales treinta y ocho han sido formuladas por los señores
Iglesias Fernández y Mariscal Cifuentes; treinta, por los señores
Quintero Castañeda y Zerolo Aguilar; treinta, por el señor Martínez
Oblanca; siete, por los señores Eza Goyeneche, Yanguas Fernández y la
señora Salanueva Murguialday; cuarenta y cuatro, por la señora Capella i
Farré, y dos, por los señores Aiartza Azurtza, Goioaga Llano, por la
señora Mendizabal Azurmedi y por el señor Unamunzaga Osoro. Veintiuna,
del Grupo Parlamentario









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Vasco en el Senado. Ciento diecisiete, del Grupo
Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya. Cincuenta y ocho, del
Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió. Cuarenta y
siete, del Grupo Parlamentario Socialista. Veintisiete, del Grupo
Parlamentario Popular en el Senado; y veintiséis del señor Fuster Muniesa
y las señoras Ibarz Ibarz y Santos Fernández.


En el informe de la ponencia se incorporaron todas las
enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Popular, teniendo en
cuenta que las enmiendas números 422 y 447 se corrigieron respecto al
texto original por contener simples errores materiales. El resto de las
enmiendas de los diferentes grupos parlamentarios fueron rechazadas en la
ponencia, sin perjuicio de su defensa en comisión y, en su caso, en el
Pleno del Senado. A continuación, se reunió la Comisión de Entidades
Locales, dictaminando dicho proyecto en su sesión del pasado día 13 de
diciembre, incorporando la enmienda número 416, del Grupo Parlamentario
Vasco en el Senado, además de las del Grupo Parlamentario Popular, y tres
enmiendas transaccionales: dos, sobre la base de las enmiendas números 12
y 14, del Grupo Parlamentario Mixto, y una sobre la base de la enmienda
número 412, del Grupo Parlamentario Vasco en el Senado.


Por último, para su debate ante el Pleno, se han formulado
once votos particulares referentes a todos los grupos parlamentarios,
excepto el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, aunque sí están
incluidos entre los votos particulares los de las senadoras Ibarz Ibarz y
Santos Fernández y el del senador Fuster Muniesa.


Con estas palabras, creo haber resumido la tramitación que
hasta ahora se ha llevado a cabo en este importante proyecto de ley y que
lo ha mejorado de forma significativa.


Permítanme, señor presidente, señor ministro, señoras y
señores senadores, que antes de finalizar comparta con ustedes alguna
reflexión sobre la necesidad de que ayuntamientos y diputaciones sean
corresponsables de la estabilidad presupuestaria del conjunto del Estado,
de España. Por otra parte, permítame también una reflexión sobre que la
necesidad de ordenar las competencias entre municipios y autonomías es
consecuencia de la no descentralización por parte de las comunidades
autónomas a favor de los municipios de todas aquellas competencias que,
habiendo sido recibidas del Gobierno central, su ejercicio corresponde a
los municipios por la aplicación del principio de subsidiariedad. No se
ha hecho así durante todos estos años de desarrollo autonómico, y los
municipios han ido asumiendo de facto las competencias que han sido
llamadas tradicionalmente impropias —que en el proyecto de ley las
encontramos en las delegables— y otras competencias, lo que supone
una carga presupuestaria importante, sin que los municipios hayan
recibido los recursos para ese ejercicio de competencias. Y han hecho esa
asunción de competencias por cercanía, para responder, por sentido de la
responsabilidad, a las demandas directas de los ciudadanos.


Cuando este proyecto de ley esté aprobado y entre en vigor
supondrá la creación de un marco de diálogo y colaboración entre
comunidades autónomas y municipios. El telón de fondo de ese diálogo debe
ser la delegación de competencias, evidentemente, con recursos desde las
autonomías hacia el nivel local.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El señor DE LA TORRE PRADOS: Termino, señor presidente.


La descentralización local, la potenciación del
municipalismo, la autonomía local deben ser el norte y guía de la
aplicación y desarrollo de esta ley. Conseguiremos así un mejor país, una
mejor sociedad, una democracia más cercana y eficaz.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador De la
Torre.


En nombre del Gobierno, tiene la palabra el señor Ministro
de Hacienda y Administraciones Públicas.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Muchas gracias.


Señor presidente, señorías, quiero agradecer, en primer
lugar, la presencia de los representantes de las corporaciones locales
que nos acompañan y de los miembros de la Federación Española de
Municipios y Provincias que están esta mañana con nosotros.









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Para mi es un honor llevar adelante, en nombre del
Gobierno, al Pleno del Senado, la propuesta de una de las leyes más
ambiciosas e innovadoras para el conjunto de las administraciones
públicas. Como ha recordado el senador De la Torre en esta intervención
previa, España es realmente un país profundamente descentralizado
política y administrativamente. Hace más de treinta y cinco años nuestra
Constitución fundó un Estado descentralizado en el que las corporaciones
locales juegan un papel absolutamente esencial en la prestación de
servicios públicos en las mejores condiciones de calidad y también del
menor coste posible.


La ley que hoy defiendo ante el Pleno está orientada
precisamente a garantizar el correcto funcionamiento de la Administración
pública local y de sus instituciones: ayuntamientos, diputaciones,
cabildos, consejos insulares, instituciones forales, mancomunidades,
entes comarcales y entidades locales menores, así como marcar la
diferencia a través de la prestación de unos servicios públicos
sostenibles y de calidad, con independencia de la residencia del
ciudadano. Por eso, la implantación de esta ley tiene como objetivo
general la eliminación de las duplicidades entre nuestras
administraciones, es decir, que haya una sola Administración para una
única competencia: desarrollar el objetivo pretendido o promovido por el
presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, en su discurso de investidura
cuando propuso a las Cortes Generales y a la sociedad española la
realización de un programa de reformas de la Administración que hiciera
de la premisa «una Administración, una competencia» un elemento básico en
la organización de nuestro Estado, del Estado de las Autonomías de
España.


La ley actual, la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de
las Bases de Régimen Local, diseñó un modelo competencial local basado en
la definición de las competencias propias y en las atribuidas por
delegación, definiendo su régimen jurídico. Este sistema de atribución de
competencias ha tenido un buen desarrollo. No se trata de que hagamos
ahora una crítica de esta ley porque estemos tratando de que una nueva
ley supla sus deficiencias. Ha funcionado correctamente, ha permitido un
excelente desarrollo de la descentralización administrativa de España,
pero, sin duda alguna, ha dado lugar también a ciertas
disfuncionalidades, generando en no pocos supuestos situaciones de
concurrencia competencial entre varias administraciones públicas,
duplicidad en la prestación de servicios o, por último, que los
ayuntamientos presten servicios sin un título competencial específico que
les habilite para ello. En definitiva, se trata de las ya conocidas
coloquialmente como competencias impropias, duplicidad de competencias
que ha generado los denominados gastos impropios.


El sistema competencial de los municipios españoles se
configura en la práctica como un modelo excesivamente complejo y
relativamente desordenado. La redacción actual de la Ley de Bases de
Régimen Local plantea problemas de indudable transcendencia, como son: la
ausencia de una definición precisa y acotada del alcance de las
competencias municipales; la realización de actividades conocidas como
impropias, es decir, fuera del ámbito de las que correspondería a un
municipio en un reparto eficiente de las funciones que deben cumplir los
diferentes niveles de la Administración, y, por último, no restringe el
ejercicio de las actividades a criterios de eficiencia, de sostenibilidad
presupuestaria o financiera ni de rentabilidad. El resultado de ello es
la proliferación ineficiente de actividades que duplican las ejercidas
por otras administraciones y que ponen en riesgo la sostenibilidad
financiera y la estabilidad presupuestaria de los municipios; principios
últimos que han de cumplirse por expreso mandato constitucional, recogido
en el artículo 135 de la Constitución.


El objetivo del Gobierno a través de esta ley es promover y
buscar la garantía de un buen y correcto funcionamiento de los servicios
públicos y el apoyo a la sostenibilidad económica como una constante que
debe inspirar nuestra acción política. Desde el primer momento, desde el
comienzo de esta legislatura, el Gobierno ha querido promover junto a las
entidades locales la superación de los efectos derivados de la crisis
económica. Se trata de superar el estrangulamiento financiero que
representa que sigamos viviendo la crisis fiscal del Estado más
importante y severa de la historia de la Hacienda pública española, por
lo menos en sus versiones actuales y modernas, siglos XX y XXI, por lo
que hemos actuado como Gobierno para posibilitar el acceso al crédito e
incrementar sustancialmente las posibilidades de obtener recursos.


También es conveniente recordar esta mañana que en el
ámbito tributario la primera reforma que llevó a cabo el Gobierno fue una
medida recaudatoria para dotar a las entidades locales de nuevos recursos
a través de sus propios medios de financiación. Así, se vio la
posibilidad de









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aplicar, de manera transitoria y excepcional durante los
ejercicios 2012 y 2013, para los inmuebles urbanos un incremento del tipo
impositivo del IBI de manera progresiva y atendiendo a la antigüedad de
la revisión catastral y, por lo tanto, a su adecuación al mercado. El
incremento de recaudación estimado para las entidades locales ha sido de
918 millones de euros. Esta medida se ha prorrogado para los años 2014 y
2015.


En 2012, mediante la Ley 16/2012, de 27 de diciembre, y con
el objetivo de mejorar la lucha contra el fraude fiscal, el Gobierno
adoptó una importante medida que atendía a la falta de incorporación al
catastro de bienes inmuebles y de sus alteraciones físicas. Se ha
iniciado así un plan de regularización catastral y se ha establecido un
procedimiento de regularización de los bienes inmuebles que permite su
incorporación al catastro inmobiliario de manera ágil y operativa y la
entrada en tributación de esa realidad no declarada, de manera que las
administraciones competentes puedan liquidar las cuotas correspondientes
a los ejercicios tributarios no prescritos. Es una regularización sin
sanciones en la que solo se devenga una tasa al inicio del proceso pero
que contribuye al incremento, sin duda alguna, de los recursos
financieros y de los recursos tributarios de ámbito municipal.


En el ámbito financiero la medida más importante para las
comunidades autónomas y para las entidades locales ha sido, sin duda
alguna, el mecanismo de pago a proveedores. El Gobierno asumió la
necesidad de mitigar la grave situación de nuestras administraciones
territoriales, sometidas a una presión financiera sin precedentes,
asediadas por las deudas y con las limitaciones financieras que habían
mermado su solvencia. Dos aspectos destacan con carácter general del
mecanismo de pago a proveedores: primero, se trata de un sistema de
financiación que transfiere los fondos directamente al proveedor afectado
que tiene pendiente una deuda con una corporación local o con una
comunidad autónoma, en su caso; y segundo, tiene un control
administrativo inmediato, ya que es el interventor municipal, en el caso
de las corporaciones locales, el que envía la relación certificada de
facturas susceptibles de ser abonadas por este mecanismo. La cifra del
plan de proveedores en sus tres fases asciende a casi 42 000 millones de
euros para pagar más de 8 millones de facturas a casi 330 000 proveedores
de las administraciones territoriales, más de 30 000 millones para los
proveedores de las comunidades autónomas y más de 11 500 millones de
euros para los proveedores de las entidades locales. Este plan, como
saben, se ha cerrado a comienzos de diciembre, en que hemos hecho el
último pago, de más de 1700 millones, a las corporaciones locales, de
manera que podemos decir que nuestras corporaciones locales están hoy al
día en materia de pago a proveedores.


También el Gobierno ha adoptado medidas financieras para
facilitar el acceso de las corporaciones locales a los mercados. Se ha
dejado sin efecto, con vigencia indefinida, la medida de obligatoria
cancelación el 31 de diciembre de cada año de las operaciones a corto
plazo, restricción que era muy relevante en el supuesto de aquellas
operaciones que se formulaban en los últimos meses de cada año. Hasta el
pasado año estaba prohibida la concertación de operaciones de crédito a
largo plazo cuando la deuda pendiente de amortizar se situaba por encima
del 75% de los ingresos corrientes o cuando la entidad local presentase
ahorro neto negativo. En 2013, previa autorización del órgano de tutela
financiera, se ha permitido el endeudamiento cuando se supere aquel
porcentaje y siempre que no se supere el 110% de los ingresos corrientes,
manteniéndose la prohibición en el supuesto de que las entidades locales
tengan ahorro neto negativo. Se ha autorizado la formalización en 2013 de
operaciones de refinanciación, operaciones de crédito a largo plazo
concertadas con anterioridad a la entrada en vigor del mecanismo de pago
a proveedores, aprobado por Real Decreto Ley 4/2012, de 24 de febrero.
Esta medida se reproduce para el próximo año en el Proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para el año 2014, aprobado la semana
pasada en esta misma Cámara.


También creo conveniente resaltar que estamos abordando una
reforma del régimen local en el momento en que el total de nuestras
administraciones locales están en una posición de capacidad de
financiación, es decir, de superávit presupuestario, y lo que es mejor
aún, están superando los objetivos de estabilidad presupuestaria que ya
se les había fijado para el año pasado, para el año 2012. Este
comportamiento financiero de nuestras administraciones locales no solo
merece destacarse, sino también que tenemos que seguir estimulando e
incentivando.


El conjunto de las administraciones públicas cerró 2012 con
un déficit del 2,2% del PIB inferior al de 2011, siendo el de 2012 del
6,84% del PIB y el de 2011, del 9,07%. Esto significa que el









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año 2012 hubo que hacer una reducción del gasto público de
más de 30 000 millones de euros para compensar las subidas obligadas del
gasto público destinado a prestaciones de desempleo, habida cuenta de la
fuerte recesión económica atravesada en 2012 y la consiguiente pérdida de
puestos de trabajo, así como de la mayor carga también de los intereses
de la deuda pública, en parte consecuencia del plan de pago a proveedores
y del sistema articulado por el Gobierno para facilitar el pago de las
facturas pendientes en nuestro país, facturas devengadas en ejercicios
anteriores al año 2012.


Pues bien, uno de esos subsectores de las administraciones
públicas ha realizado un importantísimo esfuerzo de consolidación fiscal,
puesto que ya permitió liquidar sus presupuestos, los presupuestos del
año 2012, con un superávit del 0,22% del producto interior bruto,
mejorando, como antes advertía, su objetivo de estabilidad, que para el
pasado año fue del −0,3%. Por tanto, mejoró desde el −0,3% al
+0,2% y logrando, por consiguiente, una reducción que hemos de valorar,
puesto que ha sido uno de los motores que ha permitido: la recuperación
de la credibilidad de las administraciones públicas de España; la mejora
de la financiación de nuestro país en los mercados financieros
actualmente, a finales de 2013; la propia recuperación de la financiación
bursátil, de la capitalización bursátil; pero ante todo y sobre todo, el
acceso de nuestras administraciones públicas a la refinanciación en esos
mercados financieros.


En la primera mitad del año 2013, según los datos
publicados por la Intervención General de la Administración del Estado,
las corporaciones locales seguían registrando un superávit equivalente al
0,19% del PIB. Es decir, se está manteniendo de forma sostenida un
comportamiento positivo de la actividad financiera de las corporaciones
locales. Y de acuerdo con las estimaciones internas del Gobierno, puedo
seguir afirmando que seguramente esta cifra del 0,2 positivo seguirá
mejorando cuando podamos tener cerrado el conjunto de las
administraciones públicas a finales del mes de marzo del año próximo,
para enviarlo a la Comisión Europea, a Eurostat. Y por tanto, podremos
seguir contando con una aportación significadamente positiva de nuestras
administraciones locales, que contribuirá a la consecución del objetivo
del 6,5% para nuestras administraciones públicas.


Retomando el tema central que hoy estoy exponiendo: la
nueva Ley de reforma de la Administración Local, he de decir que los
trabajos para plantear los grandes ejes de la reforma se iniciaron, sin
perder tiempo, ya en el mes de febrero del año 2012. Como es conocido por
sus señorías, esta ha sido una ley de muy lenta gestión política; ha sido
una ley que hemos tratado de acordar prácticamente con todo el espectro
político; una ley que desde febrero de 2012 hasta finales de 2013, cuando
estamos desarrollando este trámite en el Pleno del Senado, se ha ido
modulando y cambiando desde los iniciales proyectos presentados por el
Gobierno; una ley en la que han incidido y han tenido mucha importancia
también el informe del Consejo de Estado y los períodos de audiencia a
las comunidades autónomas, y en el Senado celebramos la Comisión General
de las Comunidades Autónomas, donde tuvimos ocasión de escuchar
explícitamente la posición de las diferentes comunidades autónomas que
configuran el Estado español respecto de esta ley. Es una ley, por tanto,
sobre la que hemos tenido la oportunidad de ir recibiendo la sensibilidad
de todos, por todos y para todos. Y es una ley que ciertamente después de
un amplio debate, en el que el Gobierno ha tenido siempre una postura
dialogante, hemos de destacar, como antes hacía, la propia aportación del
Consejo de Estado, que cambió un elemento fundamental, como era la
propuesta del coste estándar de los servicios públicos municipales por el
coste medio, que es el que se establece en ella. Es una ley, por tanto,
que a lo largo de todo este proceso ha sufrido modificaciones muy
importantes en su texto, insisto, a propuesta de comunidades autónomas, a
propuesta de la Federación Española de Municipios y Provincias y a
propuesta del propio Consejo de Estado. Y así hemos ido incorporando las
especificidades del País Vasco, de Navarra, de las ciudades de Madrid y
Barcelona, de Ceuta y Melilla y las especialidades de las organizaciones
comarcales, así como la vinculación de la modificación competencial en
materia de educación, de servicios sociales y de sanidad a un período
relacionado con el nuevo sistema de financiación autonómico y local y,
por tanto, en la redefinición de nuestras competencias entre
administraciones públicas: aclaración del alcance de las funciones de los
interventores locales, de los secretarios y de las administraciones que
ejercen la tutela financiera. Antes he citado la eliminación de la
metodología del coste estándar y de las previsiones sobre evaluación de
los servicios municipales, pero también he de resaltar la mayor
vinculación del proyecto a la Ley









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Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad
Financiera y la inclusión de medidas para promover la fusión de
municipios.


Tras realizar las modificaciones pertinentes, consecuencia
de las observaciones formuladas por el Consejo de Estado, el Consejo de
Ministros del 30 de julio aprobó el Proyecto de Ley de racionalización y
sostenibilidad de la Administración Local.


El espíritu del proyecto de ley es el de potenciar a las
administraciones locales en cuanto administraciones más cercanas al
ciudadano, establecer los mecanismos para garantizar la prestación de los
servicios públicos y su sostenibilidad económica y, como advertía al
comienzo de mi intervención, sobre todo y ante todo, fijar la definición
correcta de las competencias entre nuestras administraciones,
Administración General del Estado, estatutos de autonomía como
definidores de las competencias de nuestras comunidades autónomas y el
total y absoluto respeto a la autonomía municipal, pues nuestra
Constitución garantiza abordar el importantísimo asunto de las
competencias propias de las corporaciones locales.


Para ello se distinguen los servicios obligatorios frente a
los no obligatorios, garantizando el derecho a unos servicios públicos
municipales para el conjunto de España, servicios básicos que van a
recibir todos los ciudadanos con independencia del lugar de su
residencia, del municipio donde residan.


En segundo lugar, ajustar las competencias, al exigir su
atribución con precisión. Se clarifican las que deben ser desarrolladas
por los municipios, separándolas de las estatales o autonómicas. Se
garantiza el derecho a una autonomía local dentro del obligado
cumplimiento del principio de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad
financiera que exige nuestra Constitución en su artículo 135. Se potencia
la asistencia a las diputaciones provinciales, a los municipios, en
particular, en la prestación de los servicios obligatorios cuando ésta
sea necesaria. La razón de lo que se persigue es un modelo territorial
que respete y potencie la autonomía municipal y que actúe como palanca de
apoyo al municipalismo para garantizar una cobertura adecuada, segura en
su prestación financiera de los servicios que recibe el ciudadano. La
asistencia a los municipios y la colaboración con la Administración en la
tutela financiera y en la elaboración y seguimiento de los planes
económico-financieros, aprobados por aquellos municipios que incumplan el
objetivo de estabilidad presupuestaria, el objetivo de deuda pública o la
regla de gasto, debe verse como la oportunidad de potenciar la
cooperación interterritorial de las administraciones implicadas y, por
tanto, tampoco hay el menor menoscabo de la competencia de tutela
financiera reconocida por los estatutos de autonomía de segunda
generación, aparte de las comunidades autónomas de España.


En tercer lugar, está la eficiencia y la estabilidad
presupuestaria que deben ser rectores en el conjunto de nuestras
administraciones. Los servicios públicos de competencia local habrán de
gestionarse de manera sostenible y eficiente. ¿Para qué? Para que podamos
tener esa prestación de servicios viables que vele por un mejor uso de
los recursos que reciben nuestros ciudadanos a través de la
Administración Local. Es la garantía del equilibrio presupuestario y la
sostenibilidad financiera y de que los recursos de los ciudadanos son
empleados de forma que produzcan la mayor rentabilidad económica y
social.


En cuarto lugar, en relación a su gestión directa, se
incorpora el requisito de transparencia en términos de inclusión de
publicidad de los criterios de rentabilidad económica y recuperación de
la inversión y el apoyo técnico recibido, con emisión de informe de la
intervención local a los solos efectos de asegurar el criterio de
sostenibilidad y eficiencia de las propuestas planteadas.


En quinto lugar, se incorporan disposiciones que incentivan
el redimensionamiento del sector público local. Se limita el crecimiento
del sector público local, así como de sus organismos dependientes;
además, se establece un periodo para que se corrijan las situaciones de
déficit de estas entidades, debiendo ser suprimidas en caso contrario. En
definitiva, una adaptación del sector público local a las exigencias de
los mecanismos de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera,
y una garantía más para eliminar duplicidades, excesos organizativos y
aquellas estructuras no transparentes, no sometidas al escrutinio
político y ciudadano.


En sexto lugar, las entidades locales podrán ejercer la
iniciativa pública para el desarrollo de las actividades económicas. Por
tanto, no estamos ante una delimitación única, estricta y limitadora de
las funciones de nuestras corporaciones locales, sino que podrán acometer
aquellas que









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entiendan pertinente realizar siempre que esté garantizado
el cumplimiento del objetivo presupuestario y la sostenibilidad
financiera en el ejercicio de estas competencias.


Por tanto, este proyecto ni privatiza ni destruye lo
público. La reforma local consolida y garantiza la iniciativa empresarial
pública dentro del nuevo marco constitucional. Así, se podrán emprender
iniciativas públicas siempre y cuando no se gaste más de lo que se
ingresa y se generen los recursos necesarios para afrontar los gastos. Se
garantiza, por tanto, la viabilidad y estabilidad de los servicios
públicos, su rendición de cuentas, un mayor control a través de esta y de
la transparencia y la no injerencia en las iniciativas de las empresas
privadas.


En séptimo lugar se regula un sistema retributivo más
homogéneo y responsable para los miembros de las corporaciones locales,
los funcionarios locales y los directivos del sector público local. Un
modelo transparente de información pública para común conocimiento del
ciudadano a través de las tablas contenidas en el proyecto de ley y de la
información que con carácter anual contendrán los Presupuestos Generales
del Estado. Una necesaria regulación, transparencia, rendición de cuentas
e información pública al ciudadano respecto a aquellos que gestionamos
sus recursos.


En octavo lugar, se fortalece la función interventora
municipal y el control interno municipal modificando la regulación
vigente hasta la fecha contenida en la Ley 7/2007, de 12 de abril, del
Estatuto Básico del Empleado Público. Se establece un modelo de gestión y
control económico-financiero donde quedan separadas las funciones
ejecutivas y políticas que pertenecen a los representantes legítimamente
elegidos por los ciudadanos de aquellas correspondientes a la
fiscalización y el control de las cuentas públicas. Un modelo en que el
político se dedica a la dirección política y el funcionario a la gestión
técnica (Rumores.), una diferenciación necesaria al servicio del
ciudadano que garantiza el equilibrio entre la responsabilidad política y
la profesionalización de nuestras administraciones públicas en este
supuesto, de nuestras administraciones locales.


Señor presidente, señorías, termino señalando que este
proyecto de ley es un eslabón más de las reformas emprendidas por el
Gobierno, reformas institucionales de nuestra armadura institucional, que
son eficaces para corregir nuestros desequilibrios para sentar las bases
de la recuperación económica y de la creación de empleo (Rumores.), unas
bases de recuperación económica que son las que ya están sentadas a
finales de este año 2013 y que harán del año 2014 el primero de
crecimiento económico creador de empleo y, por tanto, de finalización de
la crisis económica tal y como la hemos vivido durante más de cinco
largos años. Una reforma estructural importante que pretende contribuir a
la dotación de nuestra economía, de nuestra oferta de servicios públicos
de la flexibilidad y competencia necesaria para lograr el crecimiento
económico y sobre todo la mejora de nuestro bienestar social, de la que
reciben nuestros ciudadanos a través del conjunto de la protección social
en España. (Rumores.) Y a ese respecto quiero insistir en que con este
proyecto de ley realmente se racionaliza y homogeneiza el contenido de la
estructura política de nuestros ayuntamientos (Rumores.) y se promueve el
funcionamiento de su transparencia para que nuestros ciudadanos conozcan
claramente el número de dedicaciones exclusivas de sus representantes
públicos, cuánto perciben y qué equipos están a su disposición en las
labores del servicio público. Este proyecto no elimina ayuntamientos,
sino que fomenta la fusión de las corporaciones locales en la búsqueda de
su eficiencia.


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por
favor.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Este proyecto potencia los servicios sociales y
potencia los servicios de educación y de sanidad al delimitar claramente
la definición competencial de los diferentes ámbitos de nuestras
administraciones públicas, con períodos transitorios claros y con la
financiación de las mismas, que también serán objeto de una importante
reforma a lo largo de 2014.


Es, por tanto, un proyecto de ley que potencia los
servicios públicos (Fuertes protestas.) y, por tanto, no promueve en modo
alguno su privatización. Es más, prevalece el derecho administrativo, la
Ley de Contratos del Sector Público y el Estatuto Básico del Empleado
Público, sobre otras fórmulas de gestión. (Protestas.)


Por otro lado, sí que se promueve la máxima transparencia y
justificación ante el Pleno de la correspondiente corporación municipal
en aras de acreditar de manera autónoma cuál es la









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gestión que el Gobierno municipal entiende, demuestra e
informa de manera pública que es más eficiente para sus ciudadanos.


Y este proyecto de lo que trata es de desarrollar la oferta
de servicios públicos precisamente en las zonas rurales de España, donde
hay más dispersión de municipios y donde los municipios son más pequeños.
Y lo hace también potenciando el papel de las diputaciones (Fuertes
protestas.), que asegura el mantenimiento de unos servicios obligatorios
de calidad con independencia del lugar donde reside el ciudadano. También
se podrán prestar servicios que no sean obligatorios siempre que se
justifique que para los obligatorios no se gasta más de lo que se ingresa
y se paga lo que se debe en tiempo y forma.


Pero sobre todo con esta norma pretendemos revitalizar y
potenciar la autonomía local (Fuertes protestas.—Rumores.) Esta es
una reforma municipalista. (Protestas.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden un poco de silencio,
por favor.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
(Montoro Romero): Es una reforma que reconoce el papel político de los
gestores que están más cerca de los ciudadanos, que no elimina su número
sino que potencia y clarifica su actividad.


Es, por tanto, una reforma de nuestra arquitectura
institucional, pero una reforma comprometida con el hacer político, con
el reconocimiento al hacer político de aquellos políticos que están más
cercanos al ciudadano, que con el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio
que hacen día a día demuestran y ennoblecen a la política, a la Política
con mayúsculas, con independencia de su color ideológico y comprometidos
fundamentalmente con el desarrollo, con la aplicación de servicios
públicos para los ciudadanos.


El Gobierno es consciente de la dificultad de esta ley. Ya
lo he explicado en su trayectoria, una trayectoria larga, compleja donde,
la verdad, nos hubiera gustado reunir todavía más voluntades de las que
hemos reunido. Pero sí quiero agradecer la posición favorable que en la
tramitación —también en la comisión pertinente del Senado—
han tenido determinados grupos políticos, apoyando claramente la
materialidad, la realización, la puesta en función de este proyecto de
ley. También el trámite de hoy, el trámite de enmiendas que vamos a vivir
hoy en esta Cámara antes de su remisión al Pleno del Congreso de los
Diputados para la semana próxima, es importante y quiero manifestar la
voluntad abierta del Gobierno para que sea el más completo y el más
enriquecedor del contenido de los planteamientos de esta ley.


Finalizo diciéndoles, señorías, que de esta ley que entrará
en vigor en el año 2014 todos vamos aprender cuando la materialicemos.
Estoy seguro de que la tramitación de una ley de esta naturaleza no
acabará en lo que es la tramitación de estas Cámaras, sino que a lo largo
ya de los primeros meses del año próximo y años siguientes todos vamos a
poder aprender para corregir aquellos defectos que puedan mostrarse en
términos de falta de operatividad.


Es una ley importante, una ley ambiciosa y, por tanto,
recabo la actitud positiva, la actitud abierta de los diferentes grupos
políticos de esta Cámara para que en el debate de los vetos, pero
fundamentalmente en el de las enmiendas, se aporten soluciones, sin duda
alguna, a las necesidades objetivas y abiertas por nuestras corporaciones
locales, que es la finalidad última de este proyecto de ley.


Gracias, señor presidente. (Aplausos.—Fuertes
rumores.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.
(Rumores.) Guarden, silencio, señorías. (Rumores.) Guarden silencio, por
favor.


Pasamos al debate de las propuestas de veto. En primer
lugar, la propuesta de veto número 1, de los senadores Iglesias y
Mariscal.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Mariscal.
(Rumores.—El señor Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas
abandona el hemiciclo.—Varios señores senadores: ¡Qué fuerte!
¡Adiós…con…el… corazón…!)


El señor MARISCAL CIFUENTES: No me ha dejado ni agradecerle
su presencia.


Gracias, señor presidente. Iba a decir: gracias, señor
ministro, agradezco su presencia, porque no suele ser habitual
—para los y las que nos visitan hoy, también quiero decir que no
suele ser frecuente que los ministros y las ministras vengan a defender
sus proyectos de ley en esta Cámara,









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que algunos aspiramos a que algún día sea de representación
territorial y no de segunda lectura—, pero no quiero agradecer que
se ausente precisamente en los momentos en los que vamos a defender las
posiciones, en este caso, el veto presentado por los dos senadores de
Izquierda Unida en esta Cámara.


Ha dicho el ministro algunas cosas que son verdad y otras
cosas que no se cree ni él. Ha dicho que esto es una reforma estructural
importante; y es absolutamente cierto. Es una reforma estructural
importante que acompaña a otras muchas reformas que, durante estos dos
años de Gobierno del Partido Popular, estamos viendo cómo van pasando por
las Cámaras legislativas y que suponen un proceso de involución
democrática y de restauración de un modelo de hacer las cosas que rompe
con la Constitución, un proceso que podríamos calificar de
deconstituyente, obviando aquellos aspectos y luchas sociales que nos
trajeron la democracia. Ese sentido está siendo roto hoy por el Partido
Popular y por el Gobierno del Partido Popular.


Uno de los elementos básicos, uno de los elementos
fundamentales, uno de los elementos fundacionales de la democracia en
nuestro país fueron sin duda los ayuntamientos. Los concejales y las
concejalas, los alcaldes y las alcaldesas que accedieron al poder
municipal en 1979 se encontraron con una escasez de recursos y unas
competencias que han sido poco modificadas a lo largo de estos años, pero
que dan cuenta de una cuestión importante que desde Izquierda Unida
queremos reconocer hoy: el trabajo diario, el trabajo constante, el
esfuerzo permanente de los representantes de todos los colores políticos
a nivel local para tratar de solucionar los problemas y tratar de mejorar
las condiciones de vida y de trabajo de sus conciudadanos, estando
veinticuatro horas al día de forma permanente atentos a los problemas.
Sin embargo, esta ley lo que hace es restar capacidad, restar autonomía,
restar poder y quitar el respeto que la Constitución le daba a la entidad
municipal como parte del Estado, convirtiéndola en una institución de
mera gestión.


Debo añadir, por otra parte, que menudo papelón el de los
alcaldes y las alcaldesas, señor De la Torrre, viniendo aquí a defender
este reforma del Partido Popular que constituye una demolición de la
democracia a nivel local. Vaya papelón el de los alcaldes y las
alcaldesas del Partido Popular, señorías, tener que ser cómplices
necesarios de una reforma de la Administración Local que destruye una
parte importantísima de la configuración del Estado democrático y social
de nuestro país. Pero decía el señor Montoro que esta reforma se realiza
—lo ha dicho claramente— dentro del nuevo marco
constitucional. Y nos encontramos con una ley más que vuelve a fijar el
artículo 135 como la base fundacional de su estructura, de sus propuestas
y de su contenido, de la estabilidad presupuestaria y de la crisis como
excusa para, insisto, demoler la configuración del Estado democrático, en
este caso, de los ayuntamientos.


Las condiciones, a las cuales tenemos que responder como
Estado, que restan la soberanía al pueblo, las condiciones que la troika
ha impuesto para el rescate bancario, el memorándum de entendimiento del
Gobierno español con la troika, con la Comisión Europea, tienen también
su explicación en el contenido de esta ley. Y, por lo tanto, es de
elementos donde no reside la soberanía del pueblo español en absoluto, de
donde parte la exigencia que es obedecida por el Gobierno de España y de
la cual son cómplices necesarios todos aquellos y aquellas que, insisto,
aprietan el botón cuando llega el momento oportuno, no respondiendo a los
programas electorales, no respondiendo a las promesas y ni siquiera
respondiendo a los intereses concretos del pueblo trabajador y de la
ciudadanía de nuestro país.


Decía el señor Montoro que esta reforma fomenta los
servicios públicos, señorías, y se queda tan pancho. Yo me imagino que
cuando ha dicho que fomenta los servicios públicos se estaba refiriendo a
Fomento de Construcciones y Contratas, por ejemplo. Porque, desde luego,
empresas como ella están muy contentas con esta reforma. Cuando el
Partido Popular ha llegado al Gobierno ha entendido que la crisis es,
efectivamente, una crisis de beneficios del capital, que la crisis de
beneficios del capital se tenía que solventar de alguna manera, y
pusieron en marcha las estructuras para que los beneficios del capital
aumentaran. Y es verdad que estamos saliendo de la crisis y se están
aumentando los beneficios del capital, de la gran banca y de las grandes
multinacionales, y que, poco a poco, se está empezando la recuperación
económica de los grandes, de los poderosos, a través de la devaluación
salarial, de la rebaja de los costes salariales, de la privatización de
las pensiones, de la eliminación y de la liberalización de los sectores
estratégicos. Y todo esto ahora tiene una nueva vuelta de tuerca, y es
que los servicios públicos









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municipales, prestados por un tejido empresarial, pueden
ser, y son de hecho, actualmente un buen bocado, interesante bocado para
el sector privado. Y esta reforma está especialmente dirigida a
consolidar y a que las empresas privadas, las grandes empresas privadas,
entren en los servicios públicos de carácter municipal.


Esta reforma es un ataque a la política, es un ataque a la
democracia y es un ataque al Estado. Es un ataque a la política porque
esta reforma ha llegado después de un proceso en el cual los medios de
comunicación han sido cómplices de denigración del trabajo diario de los
representantes públicos a nivel local, donde la inmensísima mayoría de
sus representantes son gente honesta y trabajadora que saca sus tareas
adelante como puede y, sin embargo, se ha vendido un discurso de derroche
de recursos que no es cierto. De la deuda pública que tiene este país,
solamente el 4,5% corresponde a las entidades locales. Por cierto, gran
parte de este 4,5% corresponde a ayuntamientos gobernados por el Partido
Popular y, sobre todo, corresponde, en un 40%, al Ayuntamiento de Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid tiene una deuda tan grande como la cantidad de
dinero que el ministro nos ha dicho que nos vamos a ahorrar con esta
reforma de la Administración Local.


Se quiere atacar a la democracia, porque se habla de
mercados y de credibilidad ante los mismos, pero no de credibilidad ante
la ciudadanía, no se habla de cómo se rinden cuentas ante la ciudadanía.
Se da de nuevo la excusa de los mercados para poder denigrar y demoler la
democracia en el ámbito municipal, eliminando de esta manera los
elementos de la democracia participativa, atacando al Estado, a los
ayuntamientos como parte del Estado, en un proceso de recentralización de
carácter autoritario. Los ayuntamientos, que han estado pendientes
durante tanto tiempo de la educación, de los servicios sociales, de las
políticas de igualdad, de la cultura, de la cooperación internacional
para el desarrollo y del derecho a la vivienda se quedan hoy sin
instrumentos, sin herramientas, sin financiación y sin capacidad para
poder sacar adelante estas políticas. A los ayuntamientos, democráticos
desde 1979 —y respecto de los que los comunistas decíamos: quita un
cacique y pon un alcalde—, se les da la vuelta ahora totalmente y
se pretende imponer el caciquismo a través de la asunción de competencias
por parte de ciertas entidades. Señorías, sean del color que sean los
ayuntamientos, sean del color que sean sus señorías, saben que las
diputaciones provinciales tendrían que desaparecer, sería lo más
racional, y mancomunar los servicios en las comarcas a través de los
servicios públicos y no a través de las diputaciones provinciales,
entidades cuya elección es de segundo grado y donde no reside la
democracia de una forma directa sino indirecta.


Si la asunción del desmantelamiento de los servicios
públicos, del tutelaje, de la intervención bajo la premisa de la
estabilidad financiera y presupuestaria, de la privatización de los
servicios públicos y de los entes instrumentales, de la cuestión del
coste estándar y después del coste medio, que lo que hace es dar al
ministerio, a través de una orden ministerial, la capacidad de determinar
y decidir la fórmula de gestión de los servicios públicos en cada
ámbito— no es recentralización, ¿qué es recentralización? ¿Dónde se
toman las decisiones y cuál es la capacidad que tienen los ayuntamientos
para fomentar la participación ciudadana, para establecer el principio de
transparencia? Porque para saber el número de cargos públicos y de
asesores no hacía falta hacer esta reforma de la Administración Local: se
obliga a su exposición, y punto y final; no hacía falta demoler la
democracia local ni los ayuntamientos.


En definitiva, esta ley supone un ataque a los
ayuntamientos democráticos, esta ley va a suponer pérdida de empleo.
¿Cuántos empleos públicos más se van a perder en el ámbito local,
señorías? Por favor, ¿alguien me podría responder a esta pregunta? Los
sindicatos han calculado que entre 300 000 y 400 000 empleos públicos más
se pueden perder en la Administración Local. Esto es grave y hay que
tenerlo muy en cuenta porque es muy importante.


Se acabaron los ayuntamientos que inciden en la estructura
de la ciudad, con la posibilidad de implementar políticas
redistributivas. Y frente a esto, desde Izquierda Unida seguimos
proponiendo alternativas. Creemos que son alternativas que se entienden
por aquellos y aquellas que estáis todos los días gestionando los
ayuntamientos y la democracia local. Frente a la sostenibilidad,
propugnamos el principio de la suficiencia financiera. Frente a la
subvención, la transferencia, con fondos incondicionales para la
autonomía local. Que la participación en los ingresos del Estado se
acerque a un tercio, que está en un 13% desde el año 1979. Apostamos por
la eliminación de las diputaciones, por flexibilizar los objetivos de
déficit de la Administración Local, que es la que más









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está sufriendo la Ley de Estabilidad Presupuestaria. A las
administraciones locales, quienes más dificultades de financiación tienen
para hacer frente a sus servicios, es a las que más se está apretando las
tuercas, obligándolas a realizar despidos y privatizaciones. Asimismo, se
debería convocar la Conferencia Sectorial para Asuntos Locales, que no se
ha convocado ni hemos tenido oportunidad de debatir sobre esta cuestión.
En definitiva, se trata de apostar por una segunda descentralización en
nuestro país, en sentido radicalmente contrario al que esta reforma
propugna y nos aboca.


Señorías, esta ley va a ser recurrida ante el Tribunal
Constitucional. Esta ley será ganada en el Tribunal Constitucional, y, si
no, será derogada más pronto que tarde. Estoy absolutamente convencido de
eso. Con la participación y con la complicidad, no ya de los
ayuntamientos, no ya de los alcaldes y de las alcaldesas, de todos los
colores políticos, de concejales y concejalas, de todos los colores
políticos, sino con la participación activa de la ciudadanía, desde la
movilización, cuando vea que esta reforma es para entregar los servicios
públicos a sus amigos.


Gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mariscal.


La propuesta de veto número 2 ha sido presentada por la
senadora Capella, que tiene la palabra para su defensa. (El señor De la
Torre Prados pide la palabra.)


¿Sí, señor De la Torre?


El señor DE LA TORRE PRADOS: Pido la palabra, señor
presidente, por alusiones. El señor Mariscal me ha mencionado, me ha
atribuido una no defensa de la autonomía local y, justamente, con mis
palabras en la presentación del trabajo que he desarrollado hasta ahora
he situado históricamente el hecho local en el problema de que las
autonomías…


El señor PRESIDENTE: Señor De la Torre, hay dos turnos de
su grupo para poder expresar la opinión sobre la autonomía local. No me
abra un debate personal, máxime cuando el de esta ley va a ser muy largo.
Entiendo que usted ya se ha manifestado, ha sido aludido, no está de
acuerdo con lo que se ha dicho de usted, y ya está. Muchas gracias,
senador De la Torre.


Tiene la palabra, senadora Capella.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Bon dia.


Señorías, siempre felicito al ministro por venir a
presentar sus proyectos de ley, pero lamento que no esté presente para
escuchar todas aquellas apreciaciones y sugerencias que, al menos, desde
Esquerra Republicana, queríamos hacerle llegar.


Inicio mi intervención con el reconocimiento explícito al
trabajo que a lo largo de todo mi país, los alcaldes y alcaldesas, los
concejales y concejalas, hacen y realizan en interés de la comunidad, de
la ciudadanía, dedicando todas las horas del día. Muchos de ellos con
retribuciones muy bajas, por no decir, sin retribución y, evidentemente,
con tremendos dolores de cabeza. Están disponibles a todas horas y todos
los días.


Especialmente, un afectuoso recuerdo para los primeros
alcaldes y alguna alcaldesa, cómo no, así como para los concejales y
concejalas de aquellas primeras elecciones democráticas a los
ayuntamientos, especialmente, para el company de Esquerra Republicana,
Frederic Rahola, que ya no está entre nosotros.


Llegaron a unos ayuntamientos en estado de quiebra, sin un
céntimo en los cajones, y que de atención, servicios, y cura de las
personas sabían muy poca cosa. La herencia que recibían era nada. Ahora,
al menos, y por lo que respecta a mi país, la cosa está bastante mejor,
por no decir excepcionalmente mejor.


Es bueno analizar, mirar, algunas veces poner el
retrovisor, para ver de dónde venimos, qué ha pasado y hacia dónde nos
dirigimos. Es bueno y necesario reclamar de los gobernantes, en este
caso, del ministro del ramo, de Hacienda y Administraciones Públicas,
prudencia y evitar que estropeen aquello que funciona.


Desgraciadamente, ustedes sienten especial añoranza de unos
tiempos que deberían avergonzarles. El ministro decía que este proyecto
de ley es un eslabón más en el armazón de esta nueva estructura que están
ustedes desarrollando. Efectivamente. Es un eslabón más en el grado de
involución que ustedes, el Gobierno del Partido Popular, están
realizando.









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El ministro, y ustedes, miembros del Partido Popular, con
este proyecto de ley olvidan a las personas. Oyendo al ministro desgranar
la justificación de este proyecto de ley, comprobamos que la mayoría de
sus reflexiones giran en torno a la sostenibilidad económica, al
superávit, a la limitación de retribuciones de los cargos municipales y
al ahorro, entre otras reflexiones vinculadas efectivamente a cuestiones
económicas o monetarias. No ha hablado ni en una sola ocasión ni de
personas ni de ciudadanía ni de proximidad ni de participación, es decir,
todo lo contrario de lo que debería ser esta reforma legislativa.


Con este proyecto de ley ustedes vuelven a la defensa de un
Estado unitario, indisoluble y homogéneo. Ustedes creen en este Estado
unitario, en el que incluso la Administración Local no es más que un
apéndice del Estado centralista. Por ello, esta reforma de la
Administración Local no tiene ningún inconveniente en suprimir entes
locales o arrebatarles competencias. Ustedes vuelven a la España en
blanco y negro, en la que los ayuntamientos eran marionetas en manos de
la Administración estatal, con lo cual los senadores y senadoras del
Partido Popular ponen en peligro la democracia local que tanto nos ha
costado construir. La reforma que plantean supone un duro ataque a la
autonomía local, recortan en democracia y alejan el poder de la
ciudadanía, disminuyen la capacidad de decisión de las entidades locales
y se establecen nuevos y más complejos mecanismos de control y rendición
de cuentas.


Ustedes pretenden ahorrar donde no toca. El Gobierno del
Partido Popular pretende ahorrar recortando, como he dicho, en
democracia, centralizando el poder en manos del Estado, en lugar de
ahorrar suprimiendo, por ejemplo, y a criterio de Esquerra Republicana,
las inútiles diputaciones, suprimiendo democracia local para dotarlas de
mayor competencia y justificar con ello su mantenimiento. La jugada, se
lo dije el otro día en la Comisión de Comunidades Autónomas, es
ideológicamente perfecta, eliminan resistencias municipalistas,
concentran el poder en manos del Estado y mantienen la oficina de
colocación bipartidista.


¿Quién ha malgastado? Creo que deberían buscar y estoy
segura de que lo encontrarían muy cerca; en lugar de demonizar a aquellos
ayuntamientos que no lo han hecho bien o a aquellos responsables
políticos que no han sabido hacer lo que tocaba hacer —por ejemplo,
el ministro Ruiz-Gallardón en su época de alcalde de Madrid o la señora
Botella, como alcaldesa actual, que son los responsables de acumular una
tercera parte del total de la deuda de los municipios del Estado—
ustedes se dedican a demonizar a toda la Administración Local limitando
su autonomía y colocando al Estado en una permanente situación de
tutela.


Están, repito, recortando en democracia, en la democracia
más cercana a la ciudadanía, a favor de unas prescindibles diputaciones
que a diferencia de los ayuntamientos no han sido ni son órganos de
elección directa de la ciudadanía, es decir, alejan el poder de la
ciudadanía, y, en consecuencia, los mecanismos de control del poder
político y de responsabilidad electoral, de las responsabilidades de
gestión.


Ustedes van en sentido contrario de Europa y del planeta.
No afrontan el verdadero problema de la sostenibilidad financiera de los
entes locales, el sistema de financiación. Ustedes no han querido nunca
garantizar la suficiencia financiera y la autonomía de los entes locales
porque si son los amos o manejan el grifo lo abren y lo cierran cuando
les interesa.


Después de más de treinta años desde la recuperación de los
ayuntamientos democráticos aun no han configurado ni han querido
configurar un sistema de financiación local adecuado. Los impuestos
propios son insuficientes. La participación en los ingresos del Estado no
ha resuelto el problema; además, el Estado continúa actuando
reiteradamente con la más absoluta deslealtad institucional.


Nosotros, Esquerra Republicana, queremos afrontar el
problema y, en este aspecto, hemos presentado enmiendas, para garantizar
que los municipios puedan participar en los ingresos del IVA. Sean
desconfiados donde toca y con quien toca. Nos encontramos ante un
proyecto de ley que nace desde la absoluta desconfianza hacia los
Gobiernos locales. Con esta reforma, el Estado se sitúa en una posición,
como decía antes, de tutela de la Administración Local.


Nuestras enmiendas también pretenden poner en valor la
autonomía local, actualizarla y adaptarnos al concepto que de ello
difunde la Carta Europea de la Autonomía Local del Consejo de Europa.
Nosotros sí creemos en la descentralización del poder. Por eso, apostamos
por hacer efectivo el principio de subsidiariedad, es decir que se
atribuya las competencias a la Administración más próxima a la
ciudadanía, salvo en el supuesto de que la naturaleza del servicio
justifique que









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sean prestadas por un ente más alejado. Sin embargo, la
única receta que tienen ustedes es centralizar y homogeneizar.


Ustedes también ignoran nuestra organización territorial,
la catalana. Ustedes se llenan la boca con el cumplimiento de la ley,
pero son los primeros en incumplirla y ya no nos causa ningún tipo de
sorpresa, desde esta visión, que ustedes ignoren la singularidad catalana
y las veguerías. A pesar de que sabemos que a ustedes no les gusta, la
Generalitat de Catalunya tiene competencias exclusivas en materia de
organización territorial y régimen local. Los entes locales forman parte
del sistema institucional catalán pero ustedes continúan con la política
profundamente homogeneizadora, imponiendo una regulación homogénea a una
realidad territorial heterogénea.


En este sentido, hemos presentado también enmiendas para
que ustedes respeten el Estatut d’Autonomia de Catalunya, lo que
queda del Estatut d’Autonomia de Catalunya, porque forma parte del
bloque de constitucionalidad, y ustedes, que todo el día invocan la
Constitución, deberían ser más respetuosos con ella.


En resumen, Esquerra Republicana se opone a la aprobación
—no es una novedad— de esta ley, porque ataca a la autonomía
local, no resuelve el problema de financiación de los entes locales,
recorta en democracia, aleja el poder de la ciudadanía favoreciendo que
las competencias sean asumidas por entidades ajenas a nuestra realidad,
como son las diputaciones provinciales, que debería hacer ya mucho tiempo
que tendrían que haber desaparecido, y vulnera las legítimas competencias
exclusivas de las comunidades autónomas, especialmente las referentes a
la Generalitat de Catalunya en materia de régimen local, y no tiene en
cuenta la singularidad de Catalunya respecto al mundo local.


Lo decía también el otro día —lástima que no esté el
ministro para escucharme—, le vuelvo a pedir prudencia. Creo que al
ministro no le hace falta construir una nueva pirámide. Le pido que sea
audaz y que no permita que esta ley vaya adelante, o que esta reforma sea
una realidad; que tenga en cuenta a la ciudadanía, a las miles de
personas que cada día son atendidas por nuestros ayuntamientos, que
recuerde que muchos de los servicios que en estos momentos ya son
derechos para los ciudadanos fueron los ayuntamientos los que los
prestaron por primera vez. Y, en todo caso, si les queda una chispa de
sentido común, piensen que esta ley va a en contra de los intereses de
los ciudadanos y de las ciudadanas y que, en todo caso, los catalanes y
las catalanas ya no nos conformamos con las migajas —se lo decía el
otro día—; queremos el pan entero, entre muchos motivos porque, en
definitiva, es un derecho que tenemos.


Muchísimas gracias. Y solicito el apoyo del resto de los
grupos al veto presentado por Esquerra Republicana, al tiempo que
anunciamos que, efectivamente, nosotros apoyaremos todos los vetos
presentados por el resto de los grupos. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Capella.


Propuesta de veto número 3, presentada por el senador
Aiartza, el senador Goioaga, la senadora Mendizabal y el senador
Unamunzaga.


Para su defensa, tiene la palabra el senador
Unamunzaga.


El señor UNAMUNZAGA OSORO: Muchas gracias, señor
presidente.


Quería agradecer la presencia del ministro Montoro en este
debate y pedirle que estuviese hasta el final, que no hiciese lo mismo
que en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, pero ya hemos
visto que ha pasado exactamente lo mismo. Ya entonces le comenté que
consideraba que los portavoces de los grupos merecíamos la misma
deferencia que el resto de los integrantes de esa comisión y que habíamos
planteado diferentes preguntas al ministro —también dije que podía
estar en espíritu pero en persona, no— y, por tanto, anuncié que
íbamos a guardar dichas preguntas para la siguiente oportunidad que
tuviéramos. Pues bien, nos encontramos con que hoy tampoco está y,
evidentemente, voy a condensar esas preguntas en una sola, que formularé
a lo largo del debate, y espero que, en su defecto, los portavoces del
Partido Popular respondan a dichas preguntas porque, desde luego, ya que
el ministro no está, salvo en espíritu —desde luego, no voy a sacar
la guija para invocarlo—, espero que sean ustedes quienes me den
una respuesta.


Iba a señalar al señor ministro que dos elementos son las
principales premisas que han motivado la presentación de este veto por
parte de Amaiur: por un lado, evitar el debate y, por otro, la
unilateralidad. Por una parte, y partiendo del hecho de que la reforma
que supone este proyecto









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de ley es de un grandísimo calado, queremos resaltar la
forma en la que el Gobierno del Partido Popular está tratando de llevarla
a cabo, de espaldas a la ciudadanía, evitando en todo momento entrar en
la cuestión de fondo y soslayando el debate, y, por otra, además del
hecho anteriormente expuesto, el sentido de este veto parte de la forma
en que se ha realizado la tramitación del Proyecto de Ley de
racionalización y sostenibilidad de la Administración Local desde la
unilateralidad.


Por todo ello, presentamos este veto; porque queremos
alertar del grave peligro que supone para la autonomía municipal las
competencias propias y la propia estructura institucional vasca. Y
afirmamos lo anterior porque el presente proyecto de ley es un exponente
muy clarificador del déficit democrático al que este Gobierno nos tiene
acostumbrados, tanto al resto de grupos parlamentarios como, y sobre
todo, a la sociedad a la que dice representar.


El Gobierno español pretende hacernos creer que el
principal objetivo de esta reforma es reducir el gasto público, bajo la
aplicación de los criterios de la Ley Orgánica de Estabilidad
Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera y, sin embargo, el Partido
Popular olvida intencionadamente la aplicación del principio de
subsidiariedad y, para ello, no tiene reparo alguno en utilizar un
argumento que tiene tintes de populismo: afirma buscar controlar los
salarios de alcaldes, limitar sueldos a concejales, etcétera. Pero el
mismo secretario de Estado de las Administraciones Públicas reconoció en
comisión que en todo el Estado no llegan a cuatrocientos los
ayuntamientos que tienen problemas económicos debido a la mala gestión.
El trasfondo, pues, de esta reforma tiene como objetivo aniquilar la
autonomía municipal. El recorte de salarios y concejales es una mera
cortina de humo para justificar la ley y hacerla más popular. La realidad
es que, en absoluto, se reducirían los 7129 millones de euros de gasto. Y
para lograr este objetivo, desacreditan el trabajo de alcaldes y
concejales, les adjudican sueldos millonarios que no responden a la
realidad, en la gran mayoría de los casos, intentando repartir
responsabilidades en los casos de corrupción para dar la sensación de que
todos son iguales.


Estamos, consecuentemente, ante un proyecto por el que el
Gobierno del Partido Popular quiere imponer una intervención de facto de
los ayuntamientos y entidades locales menores que les permita controlar y
dirigir su funcionamiento. Es una vuelta de tuerca más en la regresión
hacia la situación de los ayuntamientos del final del franquismo y los
inicios de la llamada Transición.


Por medio de este proyecto de ley, en primer lugar, se
reducirá drásticamente la capacidad de asociación con otras entidades
locales para compartir servicios y objetivos, condicionando así el futuro
de la mancomunidades, consorcios, concejos y otras entidades menores; de
facto, se prohíbe a las entidades instrumentales y entidades locales
municipales de su mínima capacidad de ordenación y desarrollo. En segundo
lugar, las peticiones históricas de las entidades menores quedarán
reducidas a la nada. Estas entidades menores llevan años reclamando al
Gobierno una legislación que regule su financiación y funcionamiento, ya
que todo depende del municipio o ayuntamiento al cual pertenecen. Lejos
de ofrecerles una solución, esta ley los invita a desaparecer, declarando
una fecha límite para que presenten unas cuentas que el mismo Gobierno
decidirá si son aceptables o no. En tercer lugar, esta Ley de
racionalización y sostenibilidad de la Administración Local es un paso
más en la recentralización del Estado. Será Madrid la que decida qué
hacer en los ayuntamientos, qué servicios se pueden dar, qué gasto se
puede hacer, qué proyectos se pueden desarrollar. La pérdida de
competencias municipales condenará, en gran medida, a la inutilidad de
esas mismas administraciones locales que podrán decidir sobre poco más
que el alumbrado público, el abastecimiento de agua y los
cementerios.


En resumen, el eslogan empleado de una Administración, una
competencia, no es más que puro marketing populista para justificar el
desmantelamiento de competencias a la Administración Local. Un Gobierno
sí, efectivamente; una Administración, sí, efectivamente, pero va a ser
únicamente el Gobierno central. Y miren, señorías, en la actualidad, el
trabajo en común entre administraciones, más allá de la Administración
General del Estado, pretenden ofrecer un servicio de mayor extensión y
calidad, complementando esfuerzos y capacidades mutuas. Por ejemplo, de
la misma manera que para prestar el servicio de ayuda a la dependencia,
el Estado se responsabiliza del servicio mínimo y las comunidades
autónomas complementan el resto y no por ello debe deducirse
automáticamente la existencia de duplicidad.


Es cuando menos peligroso e, incluso, podría resultar
negligente concluir con cierta ligereza que la prestación en exclusividad
por una sola Administración de un determinado servicio resulta









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más económico y eficiente que el actual sistema de
servicios compartidos y complementados. Y es que con el presente proyecto
de ley se nos está imponiendo la tecnocracia en claro detrimento de la
democracia en tanto en cuanto agrede a la capacidad y responsabilidad de
Gobiernos, de alcaldes y concejales elegidos para ello. Y esto es
importante porque los interventores y secretarios nombrados por la
Administración central se convierten en gestores municipales con
capacidad de paralizar pagos, proyectos o inversiones. Las cuentas y el
balance económico se situarán por encima de las personas, por encima de
las necesidades reales de los y las ciudadanas de cada municipio. A lo
anterior hemos de añadir que si la selección y posterior contratación de
los funcionarios depende del Estado no estamos seguros de que se vayan a
garantizar los derechos lingüísticos de los vascos, catalanes o de los
gallegos.


La otra vertiente de esta reforma se sitúa en clave
socioeconómica. Por un lado, se abre la puerta a la privatización de los
servicios con la consiguiente pérdida progresiva de la calidad de los
mismos. La privatización es —como hemos dicho— una de las
consecuencias directas de la reforma o más bien uno de los objetivos
buscados con la misma. Y en este ámbito pueden verse afectadas cuestiones
como el abastecimiento de agua, tratamiento de residuos urbanos,
etcétera; es decir, se convierten en negocios privados los servicios
públicos. Por otro lado, el efecto sobre servicios públicos y
prestaciones sociales que hasta hoy han estado bajo responsabilidad de
los ayuntamientos va a ser demoledor. El gasto real que el Gobierno vende
como una gran novedad no garantiza que las entidades municipales
mantengan sus servicios presentando los gastos, pues basándose en la
reforma que tenemos entre manos o en la Ley de Estabilidad Presupuestaria
es el Gobierno quien puede decidir que los gastos presentados son
inadecuados, con lo cual la pérdida de competencias municipales no se
evitará; es decir, tendremos peores servicios, pero además los recortes
afectarán a las plantillas municipales y al personal subcontratado para
dar estos servicios con el consiguiente empobrecimiento social por
pérdida de empleos.


Los ayuntamientos serán sin duda las instituciones más
castigadas, sobre todo los más pequeños, dejando en una situación grave a
los municipios de menos de 20 000 habitantes y todavía más grave a los de
menos de 5000; es decir, a la práctica totalidad del entramado
institucional de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa donde solo hay
dieciséis municipios de más de 20 000 habitantes y la inmensa mayoría
tiene menos de 5000. A todos ellos se les reducen aún más los recursos
financieros que ya ahora son insuficientes para prestar los servicios que
ofrecen; es decir, nos encontramos con recortes, con laminación, con
recentralización y con una concepción nacional española del siglo XIX del
modelo de Estado. Esto, y no otra cosa, es lo que tenemos delante con
este proyecto de ley; y —como ha dicho el ministro— es un
nuevo eslabón en la cadena de reformas que está llevando a cabo su
Gobierno.


Los ayuntamientos sí son los grandes perjudicados, pero
también hay más: las mancomunidades, las cuadrillas, consorcios y
concejos se verán seriamente afectados; y, de diferente manera, también
las diputaciones forales, porque tendrán que asumir las competencias que
esta ley hurta a los ayuntamientos. Van a cambiar nuestro entramado
institucional de arriba a abajo en contra de la voluntad de las
instituciones y de la ciudadanía vasca. Y con el entramado institucional
cambian también los servicios que recibiremos de las instituciones
atacando el nivel del bienestar que hemos alcanzado y que tanto nos ha
costado lograr.


La Administración Local es la institución más cercana, más
próxima a la ciudadanía y la mejor valorada. Permite la participación
directa de la ciudadanía en el control de la gestión y la toma de
decisiones sobre gastos, proyectos, inversiones, etcétera. Pero con esta
nueva ley del Gobierno del Partido Popular la participación ciudadana
queda completamente mutilada. Pretenden alejar de la ciudadanía cualquier
ámbito de decisión. Estamos ante un auténtico expolio de la política
municipal. Lo que está en la base de todas estas agresiones, lo que las
hace posible, es la total falta de respeto y reconocimiento hacia la
realidad nacional, política y social vasca, a siglos de historia en los
que se han ido creando y moldeando nuestras propias instituciones y
responde a nuestra realidad y a nuestras necesidades. Por eso,
consideramos que en torno a este criterio de cercanía debe levantarse la
estructura institucional para que las administraciones más próximas
cuenten con todas las competencias precisas para desarrollar las
funciones y servicios correspondientes a su ámbito, cediéndose o
compartiéndose con las inmediatas superiores aquellas que no puedan ser
desempeñadas por los medios propios.









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Queremos señalar también el carácter esencialmente
municipalista con el que a lo largo de la historia se han conformado gran
parte de las instituciones en Euskal Herria en el conjunto de sus
territorios; institucionalización municipalista para la que este proyecto
de ley supone una fuerte agresión. La ausencia de soberanía es la que
hace posible que Madrid nos imponga una estructura administrativa,
territorial, competencial e institucional conforme a sus intereses. Somos
nosotros, los y las vascas, quienes debemos decidir cómo organizamos
nuestras instituciones. Queremos ser dueños de nuestras decisiones. De
ahí que la mayoría política vasca haya mostrado su rechazo a esta nuevo
reforma. El Partido Popular, en posición minoritaria en nuestro país,
pretende imponernos su proyecto. De este modo, y analizados los
contenidos principales de la iniciativa del Gobierno y ante la gravedad
de los mismos, nos reafirmamos en la necesidad de un ámbito vasco de
decisión.


Les tengo que reconocer una cosa —y cada vez que
salgo aquí lo digo—, y es que tenemos una visión radicalmente
distinta de la realidad o, como le dije el otro día al ministro, no sé si
vive en una dimensión paralela o directamente en la dimensión
desconocida. Porque siempre que le oímos en esta Cámara parece que no
pasa nada, que todo lo que ocurre es normal y que no hay ninguna
repercusión extraña en ninguna de las decisiones que adopta el Gobierno,
ni ningún otro objetivo detrás de las mismas.


En esta Cámara se ha señalado reiteradamente que este
proyecto de ley respeta escrupulosamente la singularidad vasca, pero les
quiero hacer a ustedes, ya que el ministro no está, una pregunta, y es
una pregunta muy simple: ¿se va a aplicar esta reforma local en los
territorios forales vascos? Repito: ¿se va a aplicar esta reforma local
en los territorios forales vascos? Porque en mi país tenemos diferentes
versiones de esto y compañeros de su partido, como el secretario general
de los populares vascos, Iñaki Oyarzábal, en la respuesta dada al
presidente del Partido Nacionalista Vasco utilizando las nuevas
tecnologías, vía Twitter, ha afirmado: Te lo han contado mal. La reforma
sí se aplicará en Euskadi pero respetando la capacidad foral, como
pretendía el Partido Popular vasco. Y más recientemente, la portavoz de
su partido en Juntas Generales de Araba, en un pleno monográfico
desarrollado para tratar sobre la posible aprobación de esta ley, afirmó:
Sí, pero la aplicarán las diputaciones.


Ante esta claridad que muestran sus compañeros de partido
en lo referente a la aplicación de esta ley en Euskal Herria, debemos
situar la aplicación del Proyecto de Ley de racionalización y
sostenibilidad de la Administración Local en la política general que el
Gobierno está realizando; política general que, con la disculpa de dar
respuesta a la crisis económica y sobre todo a seguir el diktat de la
troika, está impulsando, por un lado, un cambio del modelo de Estado
abordando una profunda recentralización del mismo y, por el otro, un
cambio del propio modelo social. Amparándose en esta disculpa, se
pretende ir a una recentralización del Estado recortando nuevamente los
retazos de soberanía que actualmente se ejercen, por ejemplo, desde
Euskal Herria o Cataluña. El caso es que el partido que sustenta a su
Gobierno está llevando a la práctica lo más profundo de su ideario en
relación al modelo de Estado. Está llevando a la práctica un ideario
anacrónico y caduco de concepción nacional española entroncada en la
mejor tradición y definición del Estado nación que ya fue realizada en el
siglo XIX.


Y efectivamente, a lo largo de estos dos años de
legislatura estamos asistiendo a una sucesión de decisiones de este
Gobierno que, no ya laminan, cepillan y recortan las competencias y los
retazos de soberanía de las nacionalidades del Estado, sino que son
tendentes a lograr su definitiva supresión y la centralización definitiva
en su concepción de modelo de Estado. Y me refiero a esto porque con este
proyecto de ley tenemos una constatación más de esta circunstancia. Esta
ley se inserta en las políticas de este Gobierno, que está empeñado en
reconducir el modelo de Estado por la puerta de atrás, por la puerta de
las leyes, de los decretos, de los reglamentos, de los recortes
sistemáticos de cualquier competencia o retazo de soberanía que tengan
las comunidades autónomas. Tengo que destacar que fundamentalmente se
están empeñando en atizar con saña aquellas realidades nacionales sin
Estado que están dentro del Estado español.


Señores y señoras del Partido Popular, esta y no otra es la
línea general de esta y otras de sus leyes. Por todo esto, a la espera de
que me den una respuesta a la pregunta que les he realizado —y se
la vuelvo a repetir, es muy simple—: ¿Se va a aplicar esta reforma
en los territorios forales vascos?, presentamos el presente veto a esta
ley y anunciamos nuestro soporte al resto de vetos presentados.


Muchas gracias.









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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador
Unamunzaga.


La propuesta de veto número 5 ha sido presentada por los
senadores Guillot y Saura.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Saura.


El señor SAURA LAPORTA: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, en nombre del senador Jordi Guillot y en el mío
propio, presento el veto a esta ley que tiene este título tan fácil: Ley
de racionalidad y sostenibilidad de la Administración Local.


Esta ley tiene muchos artículos y habla de muchas cosas,
pero me interesa destacar el elemento políticamente esencial de la ley
que ha llevado a la presentación de nuestro veto. El elemento esencial es
que esta ley cambia el modelo de ayuntamientos y este cambio perjudica a
la ciudadanía, especialmente a los más vulnerables. Y los perjudica
porque esta ley reduce, limita y quita competencias importantísimas a los
ayuntamientos.


Quiero argumentar y fundamentar este diagnóstico en la
respuesta a tres preguntas que son básicas a la hora de hablar de este
proyecto de ley. La primera pregunta es: ¿qué opinamos del balance de los
treinta y cinco años que llevamos con ayuntamientos? ¿Qué ha pasado, qué
papel han jugado, cómo han fortalecido o no la democracia? La segunda
pregunta es: ¿hay nuevos retos en las ciudades y ayuntamientos? Y la
tercera pregunta es: ¿qué nos propone el Gobierno sobre la base de la
respuesta a las dos primeras preguntas?


Primera pregunta: ¿Qué ha pasado con los ayuntamientos en
estos treinta y cinco años? Nuestra opinión es que ha sido un éxito. Con
deficiencias, con insuficiencias, con irregularidades, pero globalmente
ha sido un éxito. Cuando entramos en el año 1979 en los ayuntamientos, la
mayoría de ciudades y municipios tenían grandes déficits. Había pocas
escuelas, quedaban muchas calles por asfaltar, no había alumbrado
público, no había parques y los ayuntamientos democráticos, yo diría de
todos los signos, acertadamente dieron respuesta a estas insuficiencias
que nos había dejado el régimen franquista. Pero más allá de la obra
pública, los ayuntamientos hicieron promociones culturales, relaciones de
convivencia, centros cívicos que cohesionaron cívicamente, en definitiva,
nuestros municipios y nuestras ciudades y, por lo tanto, los
ayuntamientos se convirtieron en elementos importantes de fortalecimiento
de la democracia, de la convivencia y de la solidaridad.


Quiero hacer aquí un reconocimiento expreso a los miles de
hombres y de mujeres que durante treinta y cinco años, muchos
gratuitamente, han dejado una parte de su vida para trabajar por la
colectividad. (Aplausos.) Y lo quiero hacer en un momento que parece que
hacer política es estar apestado. Pues bien, el paisaje de España ha
cambiado mucho en estos treinta y cinco años, y a ello han contribuido
todas las administraciones, pero quienes más han contribuido han sido los
ayuntamientos. No sería posible hoy la España que tenemos sin el papel
fundamental de los ayuntamientos. Los ayuntamientos han sido y siguen
siendo el referente social, cívico y político de nuestras ciudades, a
veces único referente.


Por lo tanto, la respuesta a la primera pregunta que hacía
es que los ayuntamientos en estos treinta y cinco años han sido un éxito,
han dado respuesta a las deficiencias infraestructurales, han
promocionado las relaciones de convivencia y, además, han jugado un
elemento importantísimo de proximidad en relación con las personas.


La segunda pregunta es: ¿hay nuevos retos en los
municipios, en las ciudades? Y si los hay, ¿cuáles son? Yo siempre digo
que todas las ciudades tienen nuevos retos. Una ciudad o un municipio que
no tenga retos es una ciudad muerta. Por consiguiente, las ciudades vivas
y los municipios vivos tienen nuevos retos. Ahora bien, si tuviéramos que
decidir cuáles son los dos retos más importantes que, a mi entender,
tienen las ciudades y municipios, diría dos. Primero, los peligros de que
la exclusión y la pobreza cristalicen en las ciudades y en los
municipios. Nos lo están alertando todos los informes sociológicos que
aparecen: de Cáritas, de las ONG, de las propias administraciones. Existe
un riesgo estructural de que la pobreza y la exclusión se instale,
cristalice, solidifique en los municipios y en las ciudades. Esto
requiere hacer políticas, dar respuestas desde esta visión de no permitir
que la exclusión y la pobreza cristalicen en nuestras ciudades.


El segundo reto, ¿cuál es? El reto de la brecha digital; es
decir, hemos de hacer lo posible para que nuestras ciudades, nuestros
municipios, en la medida de las dimensiones de cada uno, no queden
aislados de los grandes cambios tecnológicos que se están produciendo,
cambios









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tecnológicos importantes para el agricultor que vive
separado del municipio, para la modernización de las relaciones entre el
municipio y los ciudadanos, para la relación con otras ciudades. No se
puede permitir que haya ayuntamientos y municipios que queden al margen
de los grandes cambios tecnológicos. Por lo tanto, la lucha contra la
pobreza, la exclusión y el trabajo para que los ayuntamientos no queden
descolgados de lo que hoy es la constante de la modernidad, que es la
informática y la tecnología, son unos retos importantes.


La tercera pregunta es: ¿qué nos propone el Gobierno a la
luz de estas dos respuestas, a la luz de que ha sido un éxito la gestión
de los ayuntamientos en estos treinta y cinco años y a la luz de los
nuevos retos? Pues nos propone todo lo contrario. Ante la necesidad de
realizar unas políticas que combatan la exclusión, el Gobierno nos
propone eliminar los servicios sociales y la educación de las
competencias de los ayuntamientos, y lo hace bajo un lema antiguo y
demagógico: una competencia, una Administración, y, además,
anticonstitucional, porque cuando la Constitución delimita el tipo de
competencias, habla de las competencias compartidas. Pero si hace
cuatrocientos años se podía hablar de compartimentos estancos, hoy no se
puede hablar de compartimentos estancos. ¿Cómo se va a hablar de
compartimientos estancos en los problemas de exclusión? Han de intervenir
los ayuntamientos, los Gobiernos autonómicos, el Estado, las comarcas,
las diputaciones. ¿Cómo se puede hablar de una competencia, una
Administración y de compartimentos estancos en el ámbito medioambiental o
en el de seguridad? Decir hoy que una competencia es una Administración,
aparte de que va en contra del espíritu de la Constitución, es
absolutamente antiguo y no responde a la realidad. Y desde ese punto de
vista se monta el sistema de los ayuntamientos en la propuesta que nos
hacen.


Señorías, hay muchas cosas que se pueden decir de esa
propuesta, pero quiero resaltar algunas. En primer lugar, es una
barbaridad —y yo no acostumbro a decir palabras altisonantes—
por parte de quien ha escrito esto, que, además, conoce muy poco el mundo
municipal. No me imagino a nadie que conozca el mundo municipal que
redacte una ley como esta, porque no tiene ni idea de lo que está pasando
en los ayuntamientos. Es una ley que elimina las competencias de
educación, de salud y de servicios sociales de los ayuntamientos. Pero,
además, es una ley que inicialmente deja en un bloque de obra pública el
alcantarillado, alumbrado público, abastecimiento de agua, cementerio, es
decir, las competencias de todos los ayuntamientos, e impide que los
ayuntamientos ejerzan competencias que hasta ahora podían ejercer y que a
partir de ahora no van a poder hacerlo; les impide ejercer otras
competencias. Y una de las virtudes de la gestión de los ayuntamientos en
estos treinta y cinco años ha sido que, en función de su situación, han
podido flexibilizar y adaptar sus competencias a su realidad. Pues esta
ley lo impide. Pero hace una cosa más grave, que es el mayor atentado a
la autonomía municipal —me sabe mal que el señor Montoro no
esté— que se ha cometido en estos treinta y cinco años. La ley dice
lo siguiente: para los municipios de menos de 20 000 habitantes los
servicios de alcantarillado, residuos, abastecimiento de agua y dos o
tres más —en definitiva, es una concepción del ayuntamiento como
una oficina de mantenimiento y obra pública— los va a coordinar la
diputación; es decir, vamos a dejar a los ayuntamientos sin estas mínimas
competencias. Y dice también que la diputación elevará al Ministerio de
Hacienda la propuesta de prestación de servicios. Dicho de otra manera,
un ayuntamiento de 800 habitantes va a tener que dirigirse a la
diputación para que ésta, en función del coste efectivo, decida qué
prestación de servicio hace, donde cabe la privatización, y para eso se
va a tener que pedir autorización al Ministerio de Hacienda. ¿Se imaginan
ustedes al Ministerio de Hacienda autorizando y estudiando todas las
competencias de alumbrado público, de cementerio, de vía pública de los
ayuntamientos de menos de 20 000 habitantes? ¿Esto es racionalidad?,
¿esto es sostenibilidad? Esto es una barbaridad que nace, en definitiva,
de esta concepción, como decía antes, de centralización de los
ayuntamientos.


Por lo tanto, lo que propone el Gobierno es muy
significativo y les invito a leer la exposición de motivos del proyecto
de ley. No habla de las personas, no habla de la calidad de vida, no
habla del bienestar de las personas. Esto no existe para este proyecto de
ley, no existe en absoluto. Se fijan cuatro objetivos completamente
tecnocráticos, mientras que en la Ley de 1985, hace mucho tiempo, se
hablaba de la necesidad de la calidad de vida. Dicho de otra manera, una
modificación de la Ley de bases que afecta a los ayuntamientos solo tiene
justificación si plantea la mejora de la calidad de vida en función de
los nuevos retos y de la experiencia adquirida. Pues esto está
absolutamente ausente en toda la exposición de motivos, en la que se
habla simplemente de









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cumplir la Ley de estabilidad que, por otra parte, como es
una ley hay que cumplirla, pero que no puede ser el objetivo fundamental
de este proyecto de ley.


Por lo tanto, las tres preguntas tienen una contestación
que obliga a presentar el veto. Los ayuntamientos hasta ahora han
funcionado bien. Hoy, los ayuntamientos y las ciudades tienen nuevos
retos que, a mi parecer, son estos dos que he dicho, pobreza y la brecha
digital, y la propuesta del Gobierno va en dirección contraria.


Pero quiero acabar con una última reflexión, que sería una
cuarta pregunta. ¿Qué incidencia tienen estos nuevos ayuntamientos sobre
la estructura del Estado? Me van a permitir que simplifique diciendo que
estamos en un momento en el que es necesario bajar el Estado, o sea, que
el Estado se relacione mucho más con la ciudadanía, y esta ley lo que
hace es alejar el Estado. ¿Por qué digo que es necesario bajar el Estado
y lo que se hace es alejar el Estado? Porque se deja a los ayuntamientos
y a los concejales sin prácticamente ninguna función política, porque se
trasladan decisiones importantes a la diputación, al Gobierno y al
Ministerio de Hacienda, cuando lo que se debería hacer es dar un paso, en
definitiva, abrir organismos de participación, bajar el Estado, utilizar
el principio de subsidiariedad. Es la primera ley de régimen local de
Europa y de España que no utiliza en ningún momento la palabra
subsidiariedad. Es una ley que, además, vulnera las competencias
autonómicas. Esta ley, por vulnerar, lo vulnera prácticamente todo:
vulnera la Constitución —por tanto, estén ustedes seguros de que si
esta ley se aprueba en los términos que está, va a ir al
Constitucional—, vulnera los estatutos de autonomía y vulnera la
Carta de Autonomía Local de la Unión Europea. Lo vulnera todo porque
vulnera absolutamente todas las autonomías.


Además, hay otra cuestión. Esta ley refuerza las
diputaciones. No es la primera ley que lo hace. Yo dije hace poco, desde
esta tribuna, que en la Constitución Española hubo un empate entre los
reformistas y los rupturistas con relación al modelo de Estado; los
rupturistas querían que España fuera la suma de comunidades autónomas y
los no tan rupturistas querían que España fuera la suma de las
diputaciones. En esta ley fundamentalmente se opta de forma clarísima por
las diputaciones —se echa atrás un modelo de Estado—, en una
dirección unitaria, uniformista y, en definitiva, recentralizadora, y se
vulneran las competencias de las comunidades autónomas. Por tanto, más
allá de los efectos negativos que va a tener sobre la ciudadanía, esta
ley apuesta por un retroceso en el Estado de las Autonomías y no
aprovecha para, insisto, bajar el Estado en un momento en que la gente
nos está pidiendo trasparencia, información y participación en los
aspectos colectivos de la sociedad.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Saura.


La propuesta de veto número 6 ha sido presentada por las
senadoras Almiñana y Sequera y los senadores Boya, Bruguera, Martí,
Montilla y Sabaté.


Para su defensa, tiene la palabra la senadora Sequera.


La señora SEQUERA GARCÍA: Gracias, señor presidente.


La principal razón de nuestro veto al Proyecto de Ley de
racionalización y sostenibilidad de la Administración Local es que invade
las competencias de la Generalitat sobre la organización territorial y el
régimen local.


El Estatuto de Autonomía de Cataluña, ley orgánica, recoge,
en su artículo 111, que de las materias que el estatuto atribuye a la
Generalitat de forma compartida con el Estado, corresponden a la
Generalitat la potestad legislativa, la potestad reglamentaria y la
función ejecutiva en el marco de las bases que fije el Estado. En
ejercicio de estas competencias, la Generalitat puede establecer
políticas propias. El Parlament debe desarrollar y concretar, por medio
de una ley, dichas disposiciones básicas. Por lo tanto, la vigencia de
este artículo implica que la Generalitat desarrollará sus competencias a
partir de las bases que configuran el marco estatal, y este marco, estas
bases, las disposiciones básicas, deben permitir su despliegue y
concreción por ley y el establecimiento de políticas propias. El proyecto
que debatimos hoy elude por completo los preceptos establecidos en el
estatuto de autonomía e impide el establecimiento de políticas propias y
el ejercicio de las competencias citadas. También apreciamos que el texto
pone de manifiesto el desconocimiento del Gobierno del Partido Popular de
la realidad del mundo local, en general, y de los municipios catalanes,
en particular.









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Por tanto, por lo que se refiere a los municipios rurales,
a las entidades locales menores, a los municipios de montaña, a los de
costa, a los consejos insulares, a los cabildos, así como a la
consideración de la legislación específica que regula la ciudad de
Barcelona, que se basa en el principio de la diferenciación, principio
que no se tiene en cuenta en este proyecto de ley y que ni aparece ni se
le considera —por cierto, he leído que el Partido Popular votó a
favor de lo que ahora ningunea—, este proyecto de ley es una
laminación severa del principio de autonomía local que la Constitución
Española, la Carta Europea de Autonomía Local, y en el caso de Cataluña
su estatuto, garantizan a todos los entes locales de base territorial. La
norma elimina competencias y capacidades de gestión a los ayuntamientos.
Esto afecta directa y seriamente al sistema democrático, donde los
elegidos tienen capacidades y, por tanto, responsabilidades ante sus
ciudadanos. Ello lleva a que los electores se cuestionen la necesidad de
votar a responsables locales. ¿Y por qué han de seguir votando a los
concejales que no van a tener ya responsabilidades?


Las entidades locales son la máxima expresión de un régimen
democrático que permite la participación y el acceso de los ciudadanos en
la gestión de asuntos públicos, por lo que deben dotarse de las
competencias efectivas para ser una Administración eficaz y próxima bajo
el principio de democracia y descentralización del poder. Pero lejos de
fortalecer el derecho y la capacidad efectiva de las entidades locales,
de ordenar y gestionar una parte importante de los asuntos públicos en
beneficio de sus habitantes, es decir, en defensa de sus propios
intereses, se pone en tela de juicio y se limitan sus capacidades. El
hilo conductor que recorre todo el texto del proyecto es la desconfianza
hacia el mundo local, de forma que el Gobierno central controle su
funcionamiento, y lo hace sin consenso, de forma unilateral, apoyados en
una mayoría sorda a las peticiones de diversos colectivos sociales, de
partidos políticos, de sindicatos e incluso a las consideraciones del
Consejo de Estado. Y sirva como ejemplo del escaso diálogo del Gobierno
las diez enmiendas a la totalidad que ha registrado el proyecto en su
tramitación en el Congreso y las siete presentadas en esta Cámara.


Para llevar a cabo esta reforma, el Gobierno se fundamenta
en la aplicación de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria. Hay
que recordar que la contribución al déficit público y al endeudamiento
público de los entes locales fue del 0,3% del PIB en 2012 y del 0% para
los ejercicios 2013 a 2015. Pero es que las entidades locales, desde su
entrada en vigor, ya han adaptado su gestión de forma generalizada para
cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad
financiera, deuda pública y techo de gasto. Y en el supuesto de no
alcanzar algunos de estos objetivos, ya han tomado medidas correctoras
para alcanzar dicho equilibrio, tal y como obliga la Ley 2/2012. Por
tanto, la gestión global de los ayuntamientos ya se ajusta a los
principios de dicha ley. De todas formas, la medida no tiene fundamento
ya que las administraciones locales no son, ni mucho menos, las que
tienen el peso más relevante en el déficit público, suponen solo el 14%
del gasto global y les es imputable el 4% de la deuda pública.


Si el objetivo de la reforma es reducir los costes, habría
que empezar por la propia Administración del Estado, puesto que esta
representa el 53% del conjunto del gasto público global y el 65,9% de la
deuda pública, mientras que las comunidades autónomas tienen el 33%, del
cual el 70% es sanidad, educación y servicios sociales, y el 15,9% de la
deuda pública global. Los datos reflejan que la única justificación de la
ley no se sostiene y que la reforma de la Administración Local no es la
solución al problema del elevado déficit de deuda pública.


El texto propuesto constituye una reforma regresiva que
prioriza la recentralización de los servicios y que no garantiza el buen
funcionamiento de la Administración ni unos servicios públicos de calidad
que den respuesta a las necesidades reales de la ciudadanía.


Esta reforma tiene por objetivo la privatización de los
servicios públicos concentrándolos en manos de las diputaciones, que ni
tienen los recursos ni la estructura para atender estas necesidades,
obedeciendo solo a criterios económicos y sin tener en cuenta criterios
sociales ni de calidad de vida. Cambia, en definitiva, la concepción del
Gobierno local para reducirla a una instancia meramente
administrativa.


La reforma no será eficiente: si solo hay traslado de
competencias, no hay ahorro, y si hay ahorro es porque hay supresión de
servicios o se prestarán en peores condiciones. La proximidad significa
eficiencia y difícilmente una corporación supramunicipal podrá sustituir
el conocimiento de la problemática local y la sensibilidad de un
ayuntamiento, a pesar de que las diputaciones sean administraciones
locales formadas por electos locales. Además, no se ha tenido en cuenta
la









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diversidad de cada territorio, las peculiaridades de cada
población; la fijación de unos costes efectivos para los servicios que
prestan las administraciones locales con el objetivo de evaluar su
eficacia comportará, sin duda, carencia de rigor y situaciones de
tratamiento desigual. ¿Qué precio le van a poner a la eficiencia? ¿Cómo
van a medir y calcular esa eficiencia?


Los entes locales son los mejores preparados para ofrecer
servicios de proximidad en materias sociales, en educación y en salud. En
plena crisis del Estado de bienestar, creemos que una de las líneas de
actuación para conseguir superarla es trabajar desde la proximidad, como
se hace en Europa, con el reconocimiento del principio de subsidiariedad.
Tal y como pasó en los años ochenta, la musculación democrática de la
sociedad tiene que venir del trabajo que se haga a partir de políticas
locales. Los alcaldes y concejales lo hacen cada día de manera natural y
habitual, y saben qué les pasa a sus conciudadanos; el contacto con la
gente es imprescindible.


Es falso que en la mayoría de municipios se solapen o
dupliquen competencias. De los 8117 municipios, 6800 son de menos de 5000
habitantes y no podemos olvidar las 3723 entidades locales menores.
Difícilmente se ofrecen por parte de diferentes administraciones en estos
municipios dos servicios de recogida de basura o de mantenimiento de
alumbrado público o de suministro de agua potable o que se pasen a
limpiar las calles dos veces por distintas administraciones, y justo
estos servicios son los que el proyecto establece que deben transferirse
a las diputaciones.


Si el servicio se va a prestar igual, dudamos que vaya a
suponer un ahorro de coste —son simples suposiciones, las mismas
que hicieron con la reforma laboral y las consecuencias ya las sabemos
todos—. La reforma podría haber sido consensuada en este caso,
estableciéndose medidas para detectar y eliminar esas duplicidades donde
se den. Pero no ha sido así, se ha sido más drástico y se corta por lo
sano. No es justo que allí donde no existen duplicidades se castigue
eliminando esas competencias.


El municipalismo es el elemento esencial para plantear una
regeneración democrática del país y para garantizarla es necesaria una
nueva estructura de la Administración Local que simplifique la
Administración, permita el ahorro sin pérdida de eficiencia, establezca
cuáles son las competencias municipales y garantice su correcta
financiación. Cualquier reforma de la Administración Local tiene que ir
acompañada de una ley de las haciendas locales que resuelva de una vez la
injusticia en su financiación de los últimos años.


Por todo eso, los senadores y senadoras de mi grupo
manifestamos nuestro rechazo al Proyecto de Ley de racionalización y
sostenibilidad de la Administración Local y pedimos su devolución al
Gobierno, puesto que representa un ataque sin precedentes contra la
autonomía local, es el camino hacia la privatización de los servicios
públicos e invade competencias autonómicas.


Gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Sequera.


La propuesta de veto número 7 la presenta el Grupo
Parlamentario Convergència i Unió.


Para su defensa, tiene la palabra la senadora Rivero.


La señora RIVERO SEGALÀS: Gràcies, president.


Senyorias, en primer lugar, quiero dar la bienvenida a los
representantes de las distintas entidades locales que están presentes en
la sala: La Federación Española de Municipios y Provincias, así como la
Federación Española de Entidades Locales Menores. Sean bienvenidos a este
debate.


Señorías, el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió se
posiciona contrario a este proyecto de ley. Tal y como consta en la
exposición de motivos de nuestro veto, este proyecto de ley dice
perseguir un triple objetivo. Por un lado, clarificar las competencias
municipales para evitar duplicidades en las administraciones a los
efectos de cumplir la premisa de una Administración, una competencia;
requiere, por otro lado, que se racionalice la estructura organizativa de
la Administración Local de acuerdo con los principios de eficiencia,
estabilidad y sostenibilidad financiera; y, finalmente, dice pretender
favorecer la iniciativa económica privada, evitando intervenciones
administrativas desproporcionadas.









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Frente a estas premisas, cabe afirmar que el presente
proyecto de ley, a nuestro entender, no aborda, no cumple estos
objetivos, además de que vulnera la autonomía local, vulnera las
competencias de las comunidades autónomas —en lo que a nosotros se
refiere, las de Cataluña en materia local— y no da respuesta a las
necesidades de mejora de la financiación local; además, cómo no, de que
burocratiza más el día a día de las entidades locales y las vacía de
contenido.


Estaremos todos de acuerdo en que la Ley de Bases de
Régimen Local tuvo ese recorrido e hizo un buen trabajo —es una ley
de 1985—, y también estaremos todos de acuerdo en que de 1985 hasta
hoy las cosas han cambiado en este país. Por tanto, y por ello, una de
las primeras iniciativas que mi grupo parlamentario trajo a esta Cámara,
justo al inicio de la legislatura, fue poner sobre la mesa la
problemática del municipalismo, la problemática de aclarar competencias,
de aclarar financiación para que se adaptara a las necesidades y a los
servicios que en esos momentos se estaban atendiendo. En este sentido, sí
que era una ley reclamada. Pero la propuesta que estamos debatiendo no da
respuesta a las expectativas y no da soluciones a los problemas del
municipalismo. A nuestro entender, esta ley se trata de un minucioso plan
contable que demuestra poca sensibilidad y poco conocimiento del
tema.


Hace unos minutos el señor Montoro nos hablaba del papel
esencial de la Administración Local, pero lo hacía, señorías, únicamente
bajo la premisa del comportamiento financiero de esta Administración
Local. En la presentación de esta ley no nos explicaba cómo afectaba al
día a día de las entidades locales o cómo iba a mejorar la prestación de
servicios cuando decía que esta ley reforzaba la Administración Local.
Esta ley, señorías —y mi grupo lo manifestó cuando la defendimos en
la Comisión de Comunidades Autónomas—, es una ley que no tiene
alma. Olvida el principio de subsidiariedad y, a partir de aquí, atenta
al equilibrio territorial y deja en un estado precario a las zonas
rurales y a los municipios más pequeños. Preguntamos y no obtuvimos
respuesta. Volvemos a preguntar: ¿por qué así y ahora esta ley que lleva
tanto tiempo reclamada? ¿Realmente atiende a esas reclamaciones
históricas del municipalismo? Si es así, ¿cómo se explican que haya tanta
contestación y prácticamente tanta unanimidad en contra? ¿O tal vez esta
ley aprovecha una coyuntura económica para modificar la estructura de
Estado y recentralizar de nuevo en pro de una sostenibilidad económica y
financiera? Por otro lado, esta sostenibilidad —hablando de
Administración Local— es una sostenibilidad sobradamente
demostrada. Nosotros nos inclinamos por esto último: escenificar una Ley
de racionalizacion y sostenibilidad sobre una Administración que
—ya lo hemos dicho— ha demostrado ser la única que lo ha
hecho en estos momentos, y en este sentido, los diferentes grupos
—nosotros hasta la saciedad— hemos puesto una vez y otra
sobre la mesa el hecho de que las cifras lo avalan. El propio ministro
hablaba de la Administración Local y decía que en 2012 los ayuntamientos
cerraron con superávit, y en el total de la gestión a lo largo de veinte
años esta Administración no ha supuesto ni un 5% del gasto total de las
administraciones. Saben ustedes, además, que esta cifra puede ser
rebajada casi en un 50% si obviamos la gestión de unos pocos
ayuntamientos, que son los que aportan más a esta cantidad.


Paralelamente a esto, la Administración Local está
gestionando un 13% del gasto público y da servicios directos, de
proximidad, que revierten directamente en servicios esenciales para los
ciudadanos. Estamos, entonces, de acuerdo en que no tiene sentido esta
ley desde el objetivo de hacer sostenible la Administración Local. No, la
sostenibilidad, en este caso, no es motivo para la redacción de esta ley;
tampoco la racionalización. De hecho —ya lo hemos dicho otras
veces—, la quitan de donde la había.


El hecho de pasar competencias de los municipios de menos
de 20 000 habitantes a las diputaciones no es racionalizar, señorías. La
proximidad es racionalizar, la proximidad comporta que se conozcan todos
los parámetros para la prestación más eficiente de los servicios, en
tiempo real y en ambiente real. Esto supone en sí mismo la manifestación
de la falta de autonomía que se confiere a la Administración Local. No
cabe decir que el principio de autonomía local, que está recogido en el
artículo 140 de la Constitución española —por otro lado, tan
dogmática para algunas cosas— y también en el Estatut
d’Autonomia de Catalunya y en la Carta Europea de Autonomía Local,
de la que no hemos encontrado menciones en este proyecto de ley, vulneran
este proyecto de autonomía local. Es cierto también que se ha suavizado,
se ha intentado suavizar, esto a partir del dictamen del Consejo de
Estado, pero, en definitiva, el traslado de la competencia de los
municipios de menos de 20 000 habitantes a las diputaciones es el ejemplo
más claro de esta









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vulneración de la autonomía local, no solo porque se rompe
con la proximidad, sino también porque, en este caso, tenemos una
vulneración absoluta del compromiso democrático. No hace falta recordar
que las elecciones municipales, las que tienen el mayor número de
participación, las que cuentan con más debate real entre los ciudadanos,
aparte de aquel que se puede oír en los medios de comunicación, están
consideradas por los ciudadanos como un referente y, además, responde a
sus necesidades. Entonces, ¿qué pasa con este compromiso, señorías? ¿Qué
pasa con este compromiso de los ciudadanos para con sus representantes y
de los representantes para con sus ciudadanos?


Otro ejemplo flagrante de esta vulneración de la autonomía
local lo tenemos en el tratamiento que han recibido las entidades locales
de ámbito menor al municipio —en Cataluña, las entidades
municipales descentralizadas—. Primero, asistimos a un anuncio de
su abolición absoluta. A partir de aquí, en este proyecto de ley se les
quita el rango de entidad local. Paralelamente, a algunas ya existentes
se les conserva su personalidad jurídica, pero aquellas que se puedan
crear a partir de ahora van a nacer sin personalidad jurídica. Señorías,
esto es una invitación a la desaparición. Van a dejar unas entidades
locales menores residualmente, con un panorama, además, desigual y
sometidas a unos sistemas de control muy exhaustivos que van a hacer que
con que tengan un mal año de gestión peligre la propia institución.


Finalmente, lejos de ordenar y aclarar competencias
municipales, este proyecto de ley, y lo que en él se contiene, vacía a
los municipios de competencias, por activa y por pasiva. Además, de paso,
lamina las competencias de las comunidades autónomas. Vulnera las
competencias reconocidas en el Estatut d’Autonomia de Catalunya,
que confiere a la Generalitat las competencias exclusivas en la
organización territorial, en pro de la referencia a la habilitación
competencial que tiene el Estado, que, creemos, tendría que ponerse en
relación con la jurisprudencia que hay ya del Tribunal Constitucional,
que ha establecido de forma reiterada que Constitución y Estatutos forman
un bloque único de constitucionalidad, de manera que el límite para esta
ley de bases que se está llevando a cabo es lo que está regulado por los
estatutos de autonomía en cada territorio. Pensamos que esto queda
absolutamente vulnerado y se produce un vaciado absoluto de la mayoría de
los estatutos.


Este proyecto vulnera el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Insistimos: esta vulneración no es buena para nadie, no contribuye en
estos momentos a paliar ese distanciamiento que existe entre el Estado
central y Cataluña. Cabe recordar que este Estatuto de Autonomía fue
objeto de aquel famoso apoyarem de un presidente del Gobierno; apoyaré,
como salga del Parlament de Catalunya. Otro presidente, después de que
este Estatuto fuera aprobado por el Parlamento de Cataluña, por estas
Cortes Generales, ratificado por el Rey y refrendado por el pueblo de
Cataluña, lo lanzó a manos del Tribunal Constitucional, que lo sometió a
una dura rebaja. Quizá sea el momento de empezar a exigir que un lado
demuestre respeto hacia el otro.


En definitiva, este proyecto de ley lo entendemos como una
reforma estructural en respuesta a una situación coyuntural: un proyecto
de ley que no escucha, no atiende y no entiende las reclamaciones del
municipalismo y que tan solo ha servido, desde el momento de la
presentación del primer informe, para la criminalización de la
Administración Local y de aquellos que ejercen, la mayoría de las veces,
sin ningún tipo de remuneración, el estadio político más próximo. Creemos
que se trata de un atentado al primer estadio político de este país.


La Administración autonómica es la más sostenible, la más
racional, la más apreciada, repleta de grandes políticos que no salen en
los medios de comunicación cada día pero que atienden a aquellos que les
han elegido directamente como sus representantes. Alcaldes y concejales,
muchos hombres y mujeres que hacen suyos cada día los problemas de la
colectividad. Se trata de un proyecto que, tal y como insiste el
Gobierno, lejos de reforzar el municipalismo lo pone en tela de juicio,
cuestiona su eficacia, debilita su autonomía local, hace de los gobiernos
locales una Administración de gestión tutelada, invade competencias
autonómicas, refuerza a las diputaciones en un claro ejercicio de
recentralización, cuestiona la existencia de entidades locales por
razones coyunturales —problemas financieros pueden ser el motivo de
su desaparición— y pretende un ahorro de 8000 euros más que
cuestionable. En definitiva, se trata de un proyecto que afectará a los
ciudadanos ya que, de hecho, recorta competencias y servicios a los
municipios pequeños —que no está claro cómo van a ser prestadas a
partir de ahora—, descuida la calidad democrática









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y, a nuestro entender, más que una reforma es un ajuste
basado únicamente —y ahí radica el problema— en la eficiencia
presupuestaria y la sostenibilidad financiera.


Por todo ello, el Grup Parlamentari de Convergència i Unió
mantiene el veto, solicita al resto de grupos que lo apoyen y anunciamos
que nuestra votación será favorable a los vetos de los demás grupos.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Rivero.


La propuesta de veto número 4 ha sido presentada por el
Grupo Parlamentario Socialista.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Rodríguez
Esquerdo.


El señor RODRÍGUEZ ESQUERDO: Muchas gracias, señor
presidente.


Buenos días, señorías, buenos días, señor ministro
—supongo que se encontrará en alguna sala de la Cámara—.


En primer lugar, quiero trasladar un saludo afectuoso del
Grupo Parlamentario Socialista a los alcaldes y alcaldesas, concejales y
concejalas que nos acompañan hoy en esta Cámara, que se encuentran hoy
aquí porque están muy preocupados por la ley que ustedes pretenden
aprobar. Y es que a ellos y a otros muchos, a miles, el verdadero
batallón voluntario de la política, es a quienes ustedes pretenden dejar
sin competencias, sin actividad y sin capacidad de gestión. Serán unas
meras marionetas del Estado. De todas formas, bienvenidos a esta Cámara.
(Aplausos.)


Señorías, el Grupo Parlamentario Socialista se ve obligado
a presentar un veto a este proyecto de ley que, según ustedes, quiere
reformar la Administración Local de nuestro país y que están tratando que
pase sin pena ni gloria por el debate público. Porque nosotros sí
entendemos que el municipalismo español necesita una reforma. Los
socialistas consideramos que después de tantos años hay que reformar la
vida local, una transformación que permita mejorar y progresar, que
permita resolver los problemas que tienen los ayuntamientos, una reforma
que renueve, modernice y perfeccione a nuestros consistorios y no, al
contrario, como ustedes pretenden con esta ley.


Con este proyecto de ley renuncian a solucionar las
verdaderas preocupaciones de las entidades locales en cuanto a
competencias y financiación. Y optan por crear problemas a millones de
ciudadanos que cada día acuden a sus ayuntamientos demandando
soluciones.


Si empezamos, señorías, por el nombre: racionalización de
la Administración, no sé si decir que da risa o lamento. Es que es justo
lo contrario, señorías, porque no refuerzan la Administración Local. Y lo
hacen conscientemente. Rompen en pedazos el tratamiento uniforme del
régimen local. Destruyen a los consistorios y, a la par, consolidan y
fortalecen las administraciones más anacrónicas, como son las
diputaciones provinciales y su clientelismo. Pero, tampoco, porque estas
delegarán sus funciones en el sector privado, por lo que se acabarán
diluyendo, dejando en un segundo término la actividad económica pública
respecto de la privada.


Por lo tanto, esta ley no tiene nada de racionalización.
Porque ustedes atacan frontalmente a los ayuntamientos, los devastarán y
los fulminarán, y acabarán con la legítima acción municipal, alterando el
sistema institucional de los Gobiernos locales. Hace poco más de dos
meses, más de dos mil alcaldes les dijeron al Gobierno y a ustedes que la
ley no les satisfacía, y les pedían que rectificasen, que les dieran una
oportunidad para buscar una solución racional —eso sí,
racional— a los problemas que tienen los ayuntamientos. Pero, no.
Ustedes han tirado por la calle del medio. Han hecho otro recorte más. Lo
han hecho con la reforma laboral, la educativa, la sanidad, la
dependencia, las pensiones, y ahora toca a los servicios municipales.


A estos más de dos mil alcaldes se les unen en silencio
miles de alcaldes y alcaldesas del Partido Popular, que también se
pusieron en pie de guerra y les amenazaron con un plante. Y, si no,
pregúntenles a los ya no tan silenciosos alcaldes del Partido Popular de
Galicia o de Castilla y León. Por cierto, el consejero de Presidencia de
Castilla y León decía que luchará hasta el último momento para que no se
produzca con esta ley un atropello brutal a las comunidades autónomas.
Hace una semana el vicepresidente de la Xunta de Galicia ha señalado que
no apoyará esta norma nacional y que en 2014 harán ellos una norma para
evitar en lo que puedan esta ley. Hace escasos días el presidente de
Cantabria decía que no podrá soportar económicamente esta ley.


Pero, venga más cerca, aquí mismo, a esta Cámara. Aquí hay
alcaldes y concejales del Partido Popular. Digan lo que les parece la
ley. Díganles al señor Montoro y al señor Rajoy lo que dicen en









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los pasillos, lo que dicen en los ayuntamientos. No tengan
miedo. Critíquenla. No creo que les confinen o que les despidan. Díganlo
con normalidad. No les gusta tampoco la ley.


Esta ley ha recibido críticas de todos, académicos,
instituciones, sindicatos, sectores de la función pública, federaciones
de municipios y provincias, del Consejo de Estado, con un informe
demoledor donde dice que la ley no cumple con los objetivos que se
propone, que ni clarifica competencias, ni racionaliza la estructura
organizativa de la Administración Local. Además, este informe viene a
cuestionar aquella mágica cifra de los 8000 millones de euros, y acaba
reconociendo que es un simple fortalecimiento de las diputaciones
provinciales.


Ustedes oyen, pero no ven ni escuchan. Legislan contra
todos. De verdad, creo que con esta ley —lo decía antes el señor
ministro— han querido torear a Bruselas. Pero lo han trampeado.
Dicen que España va a ahorrar 8000 millones y esto es falso. No nos
engañen más. No engañen más a los españoles, porque eran 8024 millones
para el bienio 2014-2015 y ahora pretenden alcanzarlo en el 2019. Su ley
deja aspectos sin regular y crea más problemas que soluciones, señorías.
Esta ley no clarifica competencias ni evita duplicidades. No simplifica
la estructura administrativa ni ahorra dinero. Lo que sí hace es abrir
las puertas al sector privado y a la gestión de los servicios públicos de
empresas privadas. Un objetivo que ustedes pretendían desde el primer
borrador y que han plasmado en este proyecto de ley.


Si hablamos de competencias ustedes dicen: una
administración, una competencia. La frase suena bien. Pero mienten
nuevamente, porque ustedes son los mismos que hablan de la
multigobernanza en un Estado como el nuestro. Ustedes generalizan y
oficializan la posibilidad de delegar competencias de las comunidades
autónomas en los ayuntamientos, de los ayuntamientos en las diputaciones,
y de las diputaciones, comisionando competencias, a las empresas
privadas.


¿Y, con qué criterio plantean este mapa local? En función
de quien gobierna en los ayuntamientos, o en las comunidades autónomas, o
lo que es peor, en razón de la simpatía de cada Gobierno, o en razón de
la empresa amiga… no lo sabemos. Si nos fijamos por un momento en
la estructura de la Administración, empezaron eliminando tres mil
ayuntamientos de un plumazo y no sé cuántas mancomunidades y consorcios.
Alguien dijo que eso era una barbaridad. Entonces, dejaron los
ayuntamientos. Eso sí, les dejaron sin competencias para que no tengan
qué hacer. Y con esta ley condenan a la desaparición a las tres mil
setecientas entidades locales menores —y ya tenemos otro recorte
más—, volviendo al caciquismo, volviendo al elitismo que tanto les
gusta, volviendo a esos alcaldes —que lo serán a partir de
ahora—, alcaldes y concejales de aquella época, del tercio familiar
que tanto les gusta.


Atacan frontalmente a los Gobiernos locales. Menos
Gobiernos locales, menos gestión pública y más gestión privada. Eso sí,
servicios más caros y con más costes. Hablando de los costes, ustedes
sacaron el famoso coste estándar, alguien también les dijo que era muy
descarado; lo cambian y añaden el coste efectivo de la prestación del
servicio, que no es nada más que una cortina de humo para tapar la
torpeza que suponía su anterior coste estándar. Era una torpeza política,
un error económico y una barbaridad jurídica. Y todo para despojar de las
competencias de los servicios básicos a siete mil ayuntamientos. ¿Y para
qué hacen todo esto? ¿Para que la provincia suplante a los municipios,
con lo antiguo que suena? No, lo hacen para privatizar los servicios,
para beneficiar a algunas empresas, para hacer pagar más a los ciudadanos
por unos servicios peores y más caros. ¿Quién pierde con esta ley
—quién gana ya lo hemos visto—? Con su ley pierden los
ayuntamientos y los ciudadanos, pero, sobre todo, pierden los municipios,
el mundo rural, la coherencia social y territorial y, sobre todo, pierde
el Estado del bienestar, que tanto costó conseguir a los españoles.


Y ustedes, señorías, con su Gobierno, atacan y ponen en
riesgo la desaparición de muchos servicios. Van a acabar con las escuelas
infantiles, con las actividades extraescolares, con los centros de día,
con los pisos tutelados y de acogida; van a terminar con la inclusión de
inmigrantes, los comedores sociales, las residencias, las agencias de
desarrollo; liquidarán los centros especiales de empleo, las ayudas
sociales, y ese desmantelamiento de los servicios sociales atacará
también a los trabajadores públicos; eso sí, menos a los interventores, a
quienes contraponen con el poder democrático del alcalde y del Pleno,
vulnerando el artículo 137 de la Constitución. Y es que la intervención
municipal no puede depender jerárquica ni funcionalmente de la
Intervención General del Estado. ¿No lo ven? ¿No ven que contraponen un
órgano burocrático, como es la Intervención, con un órgano democrático,
como es el Pleno y el alcalde?









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Y ante esta lamentable situación, ustedes dicen: no, todo
esto es por el ahorro. Se justifican ustedes mismos por la falacia de
salvaguardar la sostenibilidad financiera de las entidades locales. Pues,
otra falsedad más, porque su pretensión única y verdadera es recortar y
cerrar servicios vitales. Pero, claro, se dan cuenta de una cosa. En mayo
de 2015 hay elecciones municipales. Se dan cuenta de que algunas de sus
propuestas son verdaderas patatas calientes y, por lo tanto, se plantean
aplazar algunas aplicaciones para después de las elecciones, para que el
respaldo electoral que todavía creen que tienen no les deje en la
estacada. Se dan cuenta, por ejemplo, del desmantelamiento de los
servicios sociales o de la adopción de sus medidas en el ámbito sanitario
y educativo. Pero sean ustedes valientes. Si creen que la ley es buena,
si creen que la ley es tan buena como dice el señor ministro, aplíquenla,
y aplíquenla en su totalidad, y aplíquenla el 1 de enero de 2014; no
esperen a que sea más tarde. Aplíquenla el 1 de enero. (Aplausos.)


Pero no lo van a hacer, porque ustedes saben perfectamente
que están desmantelando los ayuntamientos. ¿Y con qué cara se van a
presentar ante los ciudadanos, si les van a suprimir las prestaciones
complementarias, van a dejar condicionada toda la actividad municipal a
la sostenibilidad financiera y va a afectar a los funcionarios públicos:
un 25% menos de empleo público, es decir, pérdida de empleo y un apretón
más a los trabajadores públicos? Pero sigue sin pasar nada.


Si hablamos de los alcaldes, de ustedes, y de los
concejales, con su ley les van a dejar sin capacidad de decisión, como
meros títeres —se lo decía antes—, y además les ponen al pie
de los caballos, porque les señalan como los verdaderos responsables de
la crisis, del déficit y de la corrupción. Y esto es mentira, los
ayuntamientos no derrochan. Es cierto, no todos: si no, pregúnteles al
señor Ruiz-Gallardón y a la señora Botella. (Aplausos.) Los ayuntamientos
no derrochan y, por lo tanto, no deben ser los chivos expiatorios de esta
crisis. El 85% de los concejales de España no cobran: son voluntarios y
son voluntad. Y de los ocho mil ciento dieciséis ayuntamientos españoles,
solo cuatrocientos dos tienen problemas económicos. Ustedes mismos dicen
que van a cerrar con equilibrio presupuestario. ¡Si el señor Montoro en
esta Cámara alabó su gestión! Solo un 5% de la deuda del Estado
corresponde a los ayuntamientos; y un tercio, a Madrid, a esta
ciudad.


Si es así, ¿por qué atacan y desmantelan los ayuntamientos?
¿Por qué arremeten contra la organización y la representatividad
democrática? ¿Por qué no hablan de financiación local o de gasto
corriente y se dejan de esta chapuza de ley? No pueden, claro; no pueden
porque su objetivo es acabar con el Estado del bienestar. Y lo hacen todo
con un componente ideológico muy sesgado, muy antiguo, muy de vasallaje,
muy autoritario y muy antisocial. (Aplausos.)


Hoy, señores del público, señorías, en esta Cámara se va a
producir una gravísima injerencia, el mayor ataque a los servicios
públicos municipales desde la transición democrática; y, además, no
respetan los estatutos de autonomía, ni a los cabildos ni a los consejos
insulares, se ceban con los pequeños municipios y les despojan de toda
actividad.


Yo he sido concejal durante ocho años y alcalde durante
diez, como muchos de ustedes, y creo que conozco un poco la
Administración Local. He vivido la profunda transformación de los
ayuntamientos desde los años ochenta, como muchos de ustedes, y he visto
la cara de los ciudadanos cuando venían a hablar conmigo, manifestándome
sus dudas e inquietudes. Hoy, mi municipio, Baracaldo, ha abierto las
puertas para que mucha gente se acerque a sus ventanillas para hablar con
los concejales, con los funcionarios. Pues bien, cuando aprueben esta ley
los ciudadanos ya no van a poder hablar con el alcalde, con los
concejales o con los funcionarios, que son sus conciudadanos, porque se
les contestará: no, aquí ya no es, tendrás que ir a la diputación o al
Gobierno autónomo, o, lo que es peor, ya no hacemos ninguna gestión,
ahora la hace una empresa privada. Ustedes con eso ya lo han conseguido
(Protestas.) No se enfaden, es verdad. Y van a tener un problema, porque
aunque los vecinos ya no tengan que ir a los ayuntamientos se van a
encontrar a los alcaldes y concejales en la panadería, en el
supermercado, en la cafetería y les van a seguir poniendo sus problemas
encima de la mesa, solo una cuestión: no tendrán soluciones.


¿Qué va a pasar en Euskadi, mi tierra, como ha señalado el
senador de Amaiur? Dicen que el proyecto de racionalización se va a
aplicar de forma más liviana, que no va a tener aplicación en los
ayuntamientos vascos. Creo que no es cierto porque el sistema de gobierno
local en Euskadi con esta ley va a adquirir fuertes tintes forales que va
a salvar a las diputaciones pero va a









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perjudicar a los ayuntamientos, no olvidemos que hay tres
territorios con tres Gobiernos distintos. Además, se va a aplicar un
principio de absoluta insolidaridad con el resto de los ayuntamientos de
España, ¿o es que el régimen especial de Euskadi no se puede aplicar en
Cataluña, en Baleares, en Valencia, en Andalucía? Y las comunidades
autónomas uniprovinciales, algunas próximas a la mía, en vez de generar
ahorro, de entrada van a partir con déficit, esto no es racional ni
sostenible.


Termino ya, señor presidente, en las ciudades, en los
pueblos es donde toma cuerpo la conciencia colectiva y el compromiso de
respuesta a los ciudadanos, y por eso el Grupo Parlamentario Socialista
les pide que retiren el proyecto, que lo dejen como un borrador más, que
acaben con este proyecto inconstitucional, torpe e inaplicable, porque si
no, señor ministro —que no sé dónde está—, el señor Rajoy o
ustedes pasarán a la historia como los destructores del mundo local y de
la cohesión social y territorial de España. Retírenlo y abran un nuevo
proceso de negociación. Asuman hoy un compromiso para llegar a acuerdos
con el resto de fuerzas y con la estructura política y territorial de
nuestro país. Si no es así, y todos ustedes apoyan la ley, como va a ser
el caso, se alejarán mucho de las palabras transparencia, modernización y
autonomía.


Señorías, si esta ley se aprueba será una imposición más de
su mayoría absoluta. Si esta ley se aprueba así la autonomía local se
verá reducida y sometida bajo criterios puramente economicistas y
nepotistas a la tutela preventiva del Estado. Y ya les anuncio que si
esta ley se aprueba así el Partido Socialista la llevará ante el Tribunal
Constitucional, junto al menos mil ciento cincuenta y nueve ayuntamientos
de este país. (Aplausos.)


Quiero acabar como he comenzado, uniéndome a los alcaldes
de Coalición Canaria, de Compromís, de la Xunta Aragonesista o de
Iniciativa, de Convergència i Unió y de Izquierda Unida y del Partido
Socialista, que el pasado 13 de octubre manifestaron su posición
contraria a esta insolvente ley porque los españoles no queremos este
regalo de Navidad. No queremos que se nos atraganten las uvas y nos
despertemos el día uno de enero de 2014 con un mal sueño que ustedes han
hecho realidad. No queremos volver al caciquismo y al provincianismo
privatizado. Por eso votaremos a favor de todos los vetos presentados a
esta ley.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Rodríguez
Esquerdo.


Turno en contra.


Tiene la palabra el senador Sanz.


El señor SANZ CABELLO: Señor presidente, señorías, mis
primeras palabras son de saludo a los representantes del municipalismo,
de las entidades locales y de provincias que se encuentran en la Cámara,
y un saludo especial también a los representantes de la Federación
Española de Municipios y Provincias que han estado presentes durante toda
la mañana.


Señorías, después de escuchar especialmente al Grupo
Parlamentario Socialista y a los representantes de Izquierda Unida, he
llegado a una conclusión que ya me esperaba. Ya teníamos claro que en
ningún caso ban a asumir la intención de tener en cuenta el texto del
dictamen que hoy sometemos a la aprobación de la Cámara. Señorías
socialistas, es impresentable que ustedes lleguen aquí, a la Cámara, y
hablen del texto del primer borrador e incluso utilicen los mismos
argumentos que antes de que existiera la ley. Eso es falsear la realidad,
es hacer demagogia y es jugar, sencillamente, a la mentira.
(Aplausos.)


Señorías, se han quedado ustedes muy antiguos con respecto
al texto. Podían haber hecho un esfuerzo de lectura y de interpretación
y, sobre todo, evitar la demagogia, porque, señorías, ya es hora, después
de treinta y siete borradores; ya es hora, después de veintiuna enmiendas
en el Congreso; ya es hora, después de las más de las treinta enmiendas
que se van a debatir en el Senado, que reconozcan que el texto ha
evolucionado y que lo ha hecho mucho y favorablemente. Aquí, los únicos
que no han evolucionado son ustedes, que tienen un discurso arcaico, del
siglo pasado y que, además, no se han leído la ley, señorías.
(Aplausos.-Protestas.) Y es que, a través del diálogo con todos, juntos
—y aquí hay muchos grupos que han participado—, la hemos ido
perfeccionando e incluso hemos logrado adaptar la ley al nuevo escenario
económico que hoy viven las administraciones locales.


Y es que, señoría, ha pasado un año y medio desde que se
presentara el primero de estos borradores y, a diferencia de otros grupos
de esta Cámara, ustedes, señores del grupo socialista, aún siguen
estancados y obsesionados, como digo, con los primeros borradores.
Señorías, a









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ustedes les da igual lo que haya llegado aquí, al Senado,
como texto. Señorías, a ustedes les da exactamente igual la evolución del
texto, que, incluso, hayan incluido todas las propuestas del Grupo
Parlamentario Socialista para convocar la primera asamblea sobre esta ley
de la Federación Española de Municipios y Provincias, y todas las
peticiones que hizo el PSOE para esa asamblea de la FEMP han sido
recogidas en el texto actual de la ley. ¿Cómo se puede seguir manteniendo
una oposición a la ley cuando se han reconocido todas y cada una de las
exigencias que hacía el Partido Socialista? (Aplausos.)


Ustedes están en la oposición por la oposición porque,
miren ustedes, no nos pillan de sorpresa. No amenacen más con el Tribunal
Constitucional. ¿Ustedes no saben hacer otra oposición? (Un señor
senador: No.) No nos pillan de sorpresa, su único guión de oposición es
el Tribunal Constitucional. Si no existiera el Tribunal Constitucional,
ustedes no sabrían hacer oposición. Esta es la ley número trece que
amenazan con llevar al Tribunal Constitucional. Ustedes no son creíbles,
señores del Grupo Parlamentario Socialista. (Protestas.) Ustedes no son
creíbles, no tienen otro guión que el Tribunal Constitucional. Es que no
tienen nada más que aportar que ir al Tribunal Constitucional, por
cierto, ya avisaron que iban a ir al Tribunal Constitucional y todavía no
existía la ley. ¿Qué credibilidad tienen ustedes, señorías del Grupo
Parlamentario Socialista, si así son las cosas?


A ustedes también, señorías, les da exactamente igual la
evolución favorable de la economía de las corporaciones locales.
Evidentemente, han cambiado las cosas, pues su primer objetivo no es
hacer frente al descontrol y a la deuda de las corporaciones locales.
(Varios señores senadores: Nooo.) Sí, señorías, en dos años, las
entidades locales son las administraciones más saneadas del conjunto del
Estado y es que, sencillamente, y por solo interés partidista, y repito,
sin atender al texto ni a los cambios producidos, señorías socialistas,
han buscado solo la confrontación por la confrontación con el Gobierno,
dejando el interés general fuera. Por eso, quiero reconocer desde esta
tribuna el gran esfuerzo realizado por miles de alcaldes que han hecho un
enorme sacrificio para sanear las cuentas de sus ayuntamientos, lo que ha
llevado junto a las políticas de liquidez del Gobierno de la nación a que
casi siete mil ayuntamientos hoy estén en situación de superávit, siendo
el único sector de la Administración que acabó con superávit, el 0,22%,
cuando partían de un déficit, el −0,32%, respecto al PIB hace dos
años. Por eso, señorías, ¿cómo se puede hablar de desmantelamiento, cómo
se puede hablar de destrucción de ayuntamientos si precisamente es este
el Gobierno que ha planteado una política de saneamiento, que ha
permitido la estabilidad y el futuro, la garantía de viabilidad de las
corporaciones locales de Andalucía, donde hoy 7000 ayuntamientos están en
situación de superávit? ¿Cómo le puede acusar el Grupo Parlamentario
Socialista al Gobierno de ese tipo de situaciones?


Todo ello hace, señoría, que esta reforma se afronte desde
una perspectiva no solo económica. Ese es un discurso muy antiguo, muy
manido, señoría del Grupo Parlamentario Socialista. La premisa «una
competencia, una administración» se ha convertido, eso sí, en el núcleo
esencial de la reforma. Todo ello va a permitir el verdadero objetivo de
la reforma: que los ayuntamientos, que las diputaciones y que el resto de
los entes locales presten su servicio de forma más eficiente, de forma
más transparente, con más calidad. Y es que, señorías, sencillamente esta
reforma viene a dar respuesta a reivindicaciones históricas del
municipalismo y va a establecer los parámetros que deben guiar la gestión
de los Gobiernos locales en el siglo XXI. (El señor vicepresidente, Lucas
Giménez, ocupa la presidencia.)


He oído al señor Rodríguez, portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, decir que ellos ya consideraban que había que
cambiar la ley. Miren ustedes, no se puede venir aquí a criticar una ley
cuando han prometido diez veces en sus programas electorales y en
acuerdos aquí, en el Senado, y en el Congreso que iban a cambiar la ley
cuando ustedes gobernaran y no han sido capaces de cumplir. Una vez más,
promesas falsas del Partido Socialista que nunca han cumplido con el
municipalismo ni con la resolución del problema de la financiación local.
(Aplausos.) Por tanto, no se puede venir a dar lecciones, señorías del
Grupo Parlamentario Socialista —lecciones, ninguna— por parte
de quien no ha cumplido nunca con el municipalismo.


La ley, señoría, viene igualmente a dar respuesta a una
reivindicación largamente demandada por los Gobiernos locales: acabar con
uno de los más graves problemas que han tenido desde el









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comienzo de la democracia: tener que destinar una parte de
sus presupuestos a atender competencias que corresponden a otras
administraciones, particularmente a la Administración autonómica.


Mire, he oído, señorías del Grupo Parlamentario Socialista,
al señor Rodríguez —que hacía de portavoz de la ponencia—
hablar de los recortes que se iban a producir en centros sociales, en
ayudas sociales a los inmigrantes, el ataque a los servicios municipales,
y yo me preguntaba: ¿Pero esto qué tiene que ver con la ley, si esa es,
por ejemplo, la fotografía de la Junta de Andalucía, que le debe 200
millones de euros a los ayuntamientos andaluces en servicios sociales y
100 millones de ellos para la dependencia? (Aplausos.) Para eso no hace
falta ninguna ley, para eso ya están los socialistas, para recortar y
hacer política de recortes sociales en los centros sociales (Protestas.);
para eso están ustedes. Páguenles a los ayuntamientos esos 200 millones
que les deben en Andalucía y verá usted como no corren peligro ni el
empleo ni las prestaciones sociales, que hoy sí están poniendo en peligro
ustedes desde el Gobierno autonómico. (Aplausos.) Esa es la terrible
situación que viven hoy de verdad los ayuntamientos.


La ley, señorías, va a proceder también a una clara,
racional y, sobre todo, definitiva delimitación competencial entre las
tres administraciones. De esta forma vamos a lograr evitar algo con lo
que siempre ustedes señorías han estado de acuerdo: los solapamientos
innecesarios, la proliferación de estructuras burocráticas —ahora
ya no les da miedo perder los chiringuitos, pero piensen: ¿cuántos
chiringuitos tienen en las comunidades autónomas donde gobiernan?—,
las duplicidades y las triplicidades entre administraciones. Al final,
ganaremos en competitividad, España ganará en competitividad.


Además, se va a garantizar que cada administración cuente
con los recursos necesarios porque el gran valedor de esta ley es la
financiación local, señoría, es la garantía de financiación para la
prestación de los servicios. También es la mayor garantía para el
empleo.


Igualmente, con esta ley, señorías, todos los ayuntamientos
que se encuentren en equilibrio presupuestario podrán ofrecer a sus
vecinos los servicios que consideren, además de los obligatorios. Aquí se
ha falseado la realidad. Se ha dicho que se quitan competencias, se ha
dicho que se pierden servicios, pero eso no es verdad. Ustedes no se han
leído la ley, o al menos siguen en el primer borrador. Hay competencias
obligatorias, por supuesto, y se fijan competencias propias, pero lo que
ustedes no quieren reconocer es que existen las competencias delegadas
con garantía de financiación y que, además, existe la capacidad de los
ayuntamientos para prestar servicios no obligatorios, y, por tanto, todos
y cada uno de los servicios que hoy quieren prestar los ayuntamientos lo
van a seguir prestando a pesar de ustedes, que, por cierto, ponen todos
los impedimentos con los impagos que hacen a los ayuntamientos donde
gobiernan. Esa es la realidad de esta ley.


En definitiva, señorías, esta es una ley que apuesta por la
igualdad de oportunidades, porque, en contra de lo que ustedes han dicho,
no merma competencias a ningún municipio.


¡Pero qué antiguo! ¿Cómo se puede venir aquí sin haber
leído el último texto del dictamen? Pero si ya las competencias de
ayuntamientos de menos de 20 000 habitantes no desaparecen en ningún
sitio, si eso se ha modificado. Pero no aquí, en el Congreso de los
Diputados. Vengan ustedes un poco más preparados. Yo creo que le ha
pasado el discurso el señor Zarrías y por eso ha dicho lo mismo que en el
Congreso de los Diputados, pero eso ha cambiado. Hay que adaptarse a los
cambios de las enmiendas. Tengan ustedes en cuenta las enmiendas
presentadas en el Senado, tengan ustedes en cuenta las enmiendas
presentadas en el Congreso, porque la ley ha cambiado mucho. No vengan
ustedes con el mismo discurso.


Señorías, yo lamento darles una mala noticia. Lamento
darles una mala noticia pero es que creo que para ustedes cuanto peor,
mejor. (Rumores.) Les voy a dar una mala noticia: señorías, con esta ley
no desaparece ningún servicio ni desaparece ningún empleo público. Mala
noticia para ustedes. Les voy a dar otra mala noticia: con esta ley,
señorías, no desaparece ningún municipio. Mala noticia para ustedes,
porque así no tienen con qué hacer oposición. Con esta ley no se reduce
el número de concejales, ninguno. Con esta ley no desaparecen
mancomunidades ni entidades locales. ¡Qué mala noticia para ustedes, con
lo bien que estaban haciendo la campaña por todos los pueblos de
Andalucía, por todos los pueblos de España. Ahora resulta que la ley no
dice nada de lo que ustedes plantean en campaña! (Aplausos.) ¡Qué pena,
señorías, para ustedes que ya no pueden seguir haciendo esa campaña de
demagogia y mentira por todas las calles de









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España! Esa es la verdad, una mala noticia para ustedes,
porque hubieran preferido lo contrario: hubieran preferido que se
suprimieran concejales, hubieran preferido que se suprimieran municipios
para poder castigar al Gobierno y hacer más confrontación. Siento
haberles dado la mala noticia de que nada dice la ley, de que nada dice
de ello.


Se han referido antes a la Federación Española de
Municipios y Provincias, y es verdad que ante un primer borrador, que ni
siquiera era anteproyecto, rápidamente el PSOE reaccionó y exigió la
convocatoria de una asamblea extraordinaria de la FEMP. Y ahí se
plantearon una serie de peticiones que decían, por ejemplo, como les he
dicho antes, que no se incluyese el coste estándar. Hoy el coste estándar
no se incluye, señorías del Grupo Parlamentario Socialista. Por tanto,
aplaudan la ley porque el coste estándar ya no está. Hoy hablamos del
coste efectivo. Ustedes, señorías del Grupo Parlamentario Socialista,
ante la FEMP, decían: Que no exista la posibilidad de intervención en
menos de 5000 habitantes. Señorías, hoy en la ley no se contempla la
intervención de los municipios de menos de 5000 habitantes. Eso ha
cambiado. Señorías, aplaudan la ley, señorías, aplaudan la ley. Ustedes
en esa asamblea de la FEMP dijeron que no se redujeran un 30% los
concejales. Señorías, aplaudan la ley porque en este momento no se
suprime a ningún concejal. Señorías, en esa asamblea pedían que no
desaparecieran mancomunidades ni entidades locales, y la ley, como luego
explicaré, lo garantiza.


En sus vetos, señorías, aparecen reiteradamente varios
argumentos que se usan con carácter general en todos los casos. El
primero es la falta de consenso. El otro día oí a un portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista que decía que había que suprimir esta ley porque
el número de grupos políticos que rechazaban la ley en el Senado era
mayor que el del Grupo Popular. Es la primera vez en democracia que uno
cuenta por el número de grupos que existen y no por el número de votos
que los representan, y, por supuesto, tampoco por el número de escaños
que representa cada grupo. (Aplausos.) Así entienden ustedes la
democracia.


Hablan de falta de consenso, y yo les pregunto: ¿Les parece
poco consenso los al menos 3700 Gobiernos que tiene el Partido Popular en
los ayuntamientos? ¿Les parece poco consenso la mayoría de las
comunidades autónomas de este país que gobierna el Partido Popular? ¿Les
parece poco la Federación Española de Municipios y Provincias, o es que a
ustedes la Federación Española de Municipios y Provincias les interesa
según gobiernen o no? ¿Les parece poco el diálogo con otros grupos
políticos, que va a fructificar en acuerdos importantes en esta Cámara?
¿No será que al final los que se quedan solos son ustedes, señorías del
Grupo Parlamentario Socialista? (Rumores.) Esa es la realidad. Por lo
tanto, no se puede hablar de falta de consenso.


Tampoco se puede hablar de inconstitucionalidad, señorías.
La Constitución otorga al Estado competencia exclusiva para determinar
las bases del régimen jurídico de las administraciones públicas y sobre
la Hacienda general. Esta ley ofrece un respeto escrupuloso a las
competencias exclusivas de las comunidades autónomas y a la autonomía
local. Nuestra constitucionalidad está basada en la extensa doctrina del
Tribunal Constitucional y avalada además por el dictamen del Consejo de
Estado.


También hablan ustedes, señorías, en sus diferentes vetos
de la intencionalidad de recentralizar servicios. Esta ley, señorías,
hace todo lo contrario, hace una apuesta total por dar a las
corporaciones locales un lugar preferente en los servicios de proximidad.
Estamos en verdad —y yo sé que les molesta cuando lo decimos—
ante una auténtica ley de fortalecimiento de las corporaciones locales,
que va a favorecer los servicios de proximidad y, por tanto, va a
garantizar que se puedan seguir prestando los servicios de manera más
eficiente y con más calidad.


También hacen una valoración en su veto sobre la
desaparición de servicios. Dicen que recorta competencias de los
ayuntamientos, incluso hablan de desmantelar a los ayuntamientos. Saben
ustedes, señorías, que eso es falso. Lo que hace la ley es fijar
competencias propias y obligatorias a los ayuntamientos, lo que hace es
clarificar las competencias, por cierto, además siendo muy consecuentes
con los estatutos de autonomía, y en el caso de los estatutos de
autonomía de segunda generación es clara al atribuir competencias
exclusivas en determinados servicios e incluso corrigen a la Ley de Bases
del Régimen Local, que, por tanto, también necesita una adecuación en
esta reforma legal, con el máximo respeto a esos estatutos de autonomía
de segunda generación. Y es una ley que apuesta por unos servicios
públicos de calidad, más eficaces y con garantía de financiación para
todos los ciudadanos, vivan donde vivan, y, por tanto, favorece la
igualdad de oportunidades.









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Se han dicho muchas barbaridades. La verdad es que la
demagogia da lugar a todo, pero no se puede venir a decir que desaparecen
los servicios sociales. Para empezar les diré que el Tribunal
Constitucional ha dejado claro de quién es la competencia de los
servicios sociales. Pero yo les pregunto: ¿Qué garantía existe más para
el mantenimiento de una prestación social o de un servicio público en el
caso de los servicios sociales: cuando lo desarrolla un ayuntamiento y la
comunidad autónoma no le paga siendo esta la competente, o cuando esta
ley garantiza que si no le paga la comunidad autónoma, será el Estado
quien se la financia y luego se la retiene a la comunidad autónoma?
¿Dónde se garantiza de verdad el empleo? ¿Dónde se garantiza mejor la
prestación de los servicios? ¿Dónde se garantiza de verdad que se puedan
mantener todos los servicios sociales (Aplausos.): cuando existe
financiación y se clarifica la competencia, o cuando ustedes dejan de
pagar todos los servicios, señorías? Se lo he dicho antes, 200 millones
en mi comunidad autónoma en servicios sociales, 100 millones solo para
dependencia.


También hablan en sus vetos de las diputaciones.
¡Bienvenido sea el PSOE ahora que no gobierna a que se supriman las
diputaciones! La credibilidad que tiene el Partido Socialista en eso
solamente se mide si gobierna o no gobierna. Pero sí hablan de algo que
es falso: hablan de un recorte de competencias en los municipios de menos
de 20 000 habitantes. Reitero: les pido, por favor, que retiren esa
actitud demagógica que han mantenido sobre este asunto, es falso. La
diputación se convierte simplemente en un paraguas voluntario, prestador
de servicios como colaborador en la gestión de una competencia, pero
siempre con la conformidad y con la aceptación previa del ayuntamiento.
Por tanto, aquí no se quita competencia a nadie, aquí lo que puede
ocurrir es que un ayuntamiento solicite la colaboración de la diputación
para ejercer la competencia que mantendría el ayuntamiento, que quede
claro, y lo demás del Partido Socialista es falso. (Aplausos.) Esa es la
realidad. Eso es lo que dice hoy el texto que se aprueba en la Cámara.
Por consiguiente, señorías, no insistan por ahí. Yo sé que se les está
derrumbando el discurso, sé que se están quedando sin argumentos, pero,
por lo menos, cambien el discurso, porque son ustedes los únicos que no
han cambiado el discurso.


También solicitan la desaparición de las diputaciones en
algunos de los vetos. Este grupo defiende las diputaciones, primero,
porque están reconocidas por la Constitución y, segundo, porque quien
conozca mínimamente el papel de las diputaciones debe considerar que
tiene un indudable servicio que presta a los ciudadanos, que es una
institución indispensable para los municipios más pequeños. Yo le podría
poner múltiples ejemplos de la situación, por ejemplo, de mi provincia o
de mi comunidad autónoma o de cualquier otro sitio, donde si no existiera
la diputación prestando servicios que no llegarían de otra manera a los
ayuntamientos, esos ayuntamientos jamás tendrían esos derechos o esa
igualdad de oportunidades que otros municipios que no sean rurales o que
no sean pequeños, no podrían nunca igualarse a otros municipios mayores.
Y eso lo presta la diputación. Por lo tanto, el Partido Popular sigue
considerando que las diputaciones son la única garantía para la igualdad
de oportunidades y para los mismos derechos a los más de 15 millones de
españoles que viven en el mundo rural.


Señorías, les voy a pedir sencillamente en este asunto del
que voy a hablar ahora que se actualicen. Y les pido que se actualicen
porque aquí hay una representación importante de la Federación de
Entidades Locales Menores. Cuando ustedes hablen de FEATIM, cuando
ustedes hablen de las entidades locales autónomas, o cuando ustedes
hablen de las entidades locales menores, les pido que sean prudentes, no
vaya a ser que tengan que cambiar el voto respecto de lo que están
diciendo ahora. Creo que están siendo imprudentes, creo que están
actuando con frivolidad y, sobre todo, están jugando de manera
irresponsable con los derechos de muchas entidades locales que están aquí
y de muchas otras, miles, que no están aquí. Y digo esto porque la
evolución de la FEATIM ha sido muy importante. Y yo quiero agradecer
tanto el trabajo de las propias entidades locales autónomas y de las
entidades locales menores como el trabajo de las federaciones
correspondientes, de la Federación Española, que ha contribuido a ayudar
a mejorar el texto. Eso es positivo, y así lo va a seguir haciendo el
Partido Popular, el Grupo Parlamentario Popular, con la voluntad del
Gobierno. Señoría, ni más ni menos, que les quede claro.


Y dejen de jugar a la demagogia, dejen de sacar a la calle
a las entidades locales autónomas y pónganse a actualizarse en este
asunto, porque el Partido Popular y el Gobierno apuestan por mantener la
personalidad jurídica y la consideración de entidades locales a la
FEATIM, a las entidades locales menores y a las entidades locales
autónomas. Por tanto, no sigan jugando por









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ahí porque se equivocan, no vaya a ser que tengan que
cambiar el voto, y esta vez tenga que ser a favor por el cambio que
plantea el Partido Popular. No solo es que mantengan su personalidad
jurídica y, por tanto, su consideración de entidades locales aquellas ya
existentes, es que no desaparecen, y eso es un cambio muy importante
aquí, en el Senado.


Yo quiero resaltar, señorías, lo importante que está siendo
el Senado hoy día para muchas leyes que está impulsando el Gobierno y que
se perfeccionan, se impulsan, se mejoran desde el trabajo del Senado.
(Aplausos.) En ese sentido quiero resaltar el trabajo de este grupo
parlamentario dirigido por nuestro portavoz, que ha provocado cambios
importantes.


En esta ley ha habido cambios importantísimos, serán más de
treinta las enmiendas presentadas —más de las presentadas
inicialmente, estoy seguro—, con el consenso de varios grupos, las
que nos permitirán avanzar muchísimo en mejorar y perfeccionar el texto.
También se ha incluido una petición de la Federación de Entidades Locales
que a todos siempre nos pareció justa. Se trataba de impedir que la grave
situación económica que pudiera tener el municipio matriz conllevara la
disolución de la entidad local menor. Eso ha cambiado, señorías, y
ustedes no cambian su discurso. Eso ha cambiado aquí a través de una
enmienda del Senado. Y hoy el futuro de las entidades locales autónomas,
de las entidades locales menores, depende de ellas mismas, no dependen de
lo que haga el municipio matriz. Y ese es un cambio muy importante que
ofrece respeto, derechos y dignidad a las entidades locales menores, a
las entidades locales autónomas. (Aplausos.) Ese es también un cambio
ofrecido en el Senado.


Y no solo eso, también ha evolucionado de una manera muy
importante la ley cuando hemos ganado un año para reordenar la situación
económica de las entidades locales autónomas, a quienes se les va a
ayudar, evidentemente, a que solventen sus problemas económicos y también
sus problemas de organización interna. ¿Para qué? Para adecuarse a la ley
y para garantizar su futuro.


Lamento haberles dado otra mala noticia. Ustedes hubieran
querido otra campañita para hacer por la calles. Pues no la tienen, igual
que no la tienen con las competencias, o igual que no la tienen con los
servicios sociales. Se quedan ustedes sin argumentos. Si hubieran
actualizado el discurso, hoy hubieran hecho mejor papel, y no vendrían
aquí a hacer el ridículo cuando uno no ha leído las enmiendas, cuando uno
no ha actualizado su discurso y viene con el primer borrador a dar el
discurso al Senado. Eso, con los treinta y siete borradores con los que
ha cambiado la ley, es al menos una falta de respeto a esta Cámara,
señorías.


Sin duda alguna siguen ustedes en la demagogia cuando
hablan de privatización de servicios, señorías. Hay que ver lo que dicen
y lo que hacen. Y me refiero a lo que dicen porque solamente señalan que
lo hacemos algunos. Ya les dije el otro día en la Comisión General de
Comunidad Autónomas que no fueran por ahí, porque podemos dedicar el
resto de los 10 minutos del turno de portavoces a relacionar todos los
casos de privatizaciones del Partido Socialista en todos los sitios donde
gobierna. Lo haré para poner las cosas en su sitio y explicaré todo lo
que ustedes hacen —por cierto, también Izquierda Unida—. Pero
permítanme que en este turno yo me limite a preguntarle de dónde sacan
esa conclusión. Es decir, díganme un solo artículo del texto que les
pueda llevar a afirmar eso de la privatización. Es más, es que la ley
establece una cláusula de prevalencia de la forma de gestión directa
sobre la forma de gestión indirecta —algo de lo que ustedes son
expertos—.


Señoría, sencillamente, no están diciendo la verdad. Se
están inventando artículos inexistentes, que no están en la ley,
especialmente porque no hay ni un solo cambio normativo en la ley. Esta
no es una ley de bases de régimen local, es una reforma de la Ley de
Bases del Régimen Local. Y en los métodos, en las formas y en los modelos
de gestión de los servicios públicos, este texto que traemos a debate y a
aprobación en el Senado no toca ni una coma ni un punto ni un artículo.
Por tanto, no hablen ustedes de cambio de modelo de gestión porque en
nada lo aborda este texto.


Señorías, aborda todo lo que significa el respaldo, el
respeto a los regímenes especiales de determinadas comunidades autónomas,
donde hemos hablado muchísimo con diferentes grupos, donde el objetivo
evidentemente es respetarlos y garantizarlos —hablo del régimen
foral del País Vasco, hablo del régimen de la Comunidad Foral de Navarra,
hablo de la organización territorial de determinadas comunidades
autónomas con sistema institucional, como el caso de Cataluña, como el
caso de Aragón en relación a las comarcas, el régimen institucional
propio de las comunidades autónomas de Canarias y Baleares, Ceuta y
Melilla con una disposición adicional propia, los









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regímenes especiales de Madrid y Barcelona, a los que se
dedica una disposición adicional—, y todo ello enmarcado en el
máximo respeto a la Constitución y a la autonomía local.


Por tanto, señorías, sus vetos —termino—
sencillamente se han quedado obsoletos. Con la evolución del texto, las
aportaciones positivas del resto de grupos de la Cámara y la voluntad de
consenso del Gobierno, donde quiero terminar, señorías, agradeciendo al
ministro Montoro y a todo su equipo, agradeciendo a todos los
responsables del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, el
ingente trabajo que han desarrollado con este importantísimo proyecto,
junto al grupo parlamentario en el Senado, grupo parlamentario en el
Congreso y evidentemente la representación de los alcaldes, de los
municipios de España, se ha hecho un gran trabajo que no se puede tirar
por tierra ni despreciar como lo está haciendo el Partido Socialista.


Señorías, se presentan ustedes con un veto que es copia
literal de las enmiendas a la totalidad que presentaban en el Congreso
—y así no se puede venir al Senado, señorías—, a pesar de que
ha cambiado sustancialmente el texto. Señorías, se han quedado ustedes
obsoletos, se han quedado ustedes sin argumentos y, como siempre, cuando
alguien se queda sin argumentos, solo puede apoyarse en la demagogia y en
la mentira. Y eso es lo que han vuelto a hacer ustedes hoy, señorías del
Grupo Socialista. Lamento profundamente, señorías del Grupo Socialista y
de Izquierda Unida, que no hayan estudiado de verdad el texto de forma
constructiva, que lo hayan hecho solo para confrontar y destruir. Estamos
ante un proyecto muy vital e importante para las administraciones
locales, una reforma que no va a suprimir prestaciones ni servicios, que
conseguirá que las administraciones locales actúen con pautas de
austeridad, de eficiencia y de transparencia. Por eso, señorías, es una
pena la poca altura institucional con la que algunos han trabajado en
esta ley desde el principio, una ley que hoy avanza definitivamente y que
pretende entrar en vigor, por el bien del municipalismo, a partir de
enero del 2014.


Nada más y muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Pasamos al turno de portavoces.


Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el
senador Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Gracias, señor presidente.
Buenas tardes.


Nosotros no vamos a apoyar en este Pleno los vetos
presentados por los diferentes grupos parlamentarios porque creemos en la
necesidad de disponer de una ley que permita reformar en profundidad la
Administración Local española y dar respuesta a la demanda que el propio
municipalismo viene realizando desde hace tiempo, aunque ya anticipo que
si no se tienen en cuenta algunas enmiendas presentadas por Foro a la
misma, rechazaremos esta propuesta realizada por el Gobierno pese a los
cambios realizados en el trámite parlamentario que consideramos
insuficientes, diga lo que diga el senador Sanz Cabello.


Después las defenderé en el turno correspondiente, pero sí
quiero indicar que son treinta las enmiendas parciales presentadas por
nosotros a este Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la
Administración LLocal, que en menos de un mes ha sido tramitado en el
Senado y que, a nuestro juicio, tras el paso final por las Cortes
Generales, y si no se aprueban las modificaciones propuestas, resultará
una mala ley, insuficiente para las necesidades de los entes locales
españoles de este primer cuarto del siglo XXI y que, en el caso
particular de la comunidad autónoma de Asturias, choca con nuestro propio
estatuto de autonomía.


He oído a otros portavoces hablar de la vulneración de
otros estatutos, y con el de Asturias también sucede algo similar, porque
estamos ante una invasión de las competencias de las comunidades
autónomas sobre la organización territorial y el régimen local, por no
citar otras dudas razonables sobre los principios de autonomía local que
se reflejan en nuestra Constitución Española.


El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas ha
presentado esta mañana el proyecto de ley ante el Senado, y fue
precisamente ante la Comisión de Entidades Locales de esta Cámara Alta
cuando anunció a principios de esta legislatura —en concreto, a
finales de febrero de 2012—, tres cosas muy reseñables ante esta
iniciativa del Gobierno. La primera, que era una prioridad la situación
presente de las corporaciones locales, sus problemas
económico-financieros y llevar adelante una reforma estructural de todas
las administraciones públicas, dando por fin, a estas









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alturas de la democracia española, a las corporaciones
locales el rango que se merecen en términos de desarrollo compensado en
actividad y el reconocimiento generalizado sobre su papel y su función.
Habló en segundo lugar el señor Montoro de acuerdos políticos de consenso
para llevar hacia delante esta reforma estructural. Y en tercer lugar, y
finalmente, el ministro manifestó la intención del Gobierno de comparecer
regularmente y tener activa la Comisión de Entidades Locales del Senado
para hacer balance y saldos actualizados de las actuaciones realizadas
por el Ejecutivo. Por citar literalmente sus propias palabras:
«…para reforzar el papel del Senado en esta política territorial,
esta política de reforma institucional de nuestro país.»


Palabrería. Veintidós meses después de aquel compromiso, el
Gobierno no ha vuelto a pisar la Comisión de Entidades Locales del
Senado, ni ha reforzado el papel de la Cámara Alta, ni ha hecho balance
actualizado, retroactivo tampoco, ni nada de nada, pura locuacidad, al
igual que el resto de los anuncios realizados por el señor Montoro en
esta materia relacionada con los entes locales. Prueba de ello es que
este proyecto de ley, que ha cosechado siete intentos de propuestas de
veto parlamentario, también ha cosechado el rechazo de varios gobiernos
autonómicos y un consenso mejorable en el ámbito del municipalismo. Todo
ello no quita para que, como dije antes, pensemos en la imperiosa
exigencia de reformar en profundidad la Administración Local para
garantizar la prestación de unos servicios esenciales de calidad y la
disposición de unas haciendas locales saneadas y sostenidas.


En este sentido este proyecto de ley se fundamenta en la
modificación de la Constitución Española que PSOE y PP fraguaron en
cuestión de días durante el mes de septiembre de 2011 en los minutos
basura de la IX legislatura para cambiar el artículo 135, con el voto en
contra de Foro, y que fue el pretexto para arrastrar prácticamente toda
la legislación española posterior a unos criterios de estabilidad
impuestos para el conjunto de las administraciones, pero endosando a las
comunidades autónomas y a los ayuntamientos los mayores sacrificios.


Este proyecto de racionalización y de sostenibilidad de la
Administración Local debería fijar la delimitación competencial,
acompañada de las consiguientes reglas de financiación para evitar el
vigente fárrago en la prestación de unos servicios públicos por parte de
los ayuntamientos que han ido asumiendo a lo largo de décadas muchas
responsabilidades que no han tenido ni tienen hoy en día un respaldo
financiero. Las consecuencias las pagan los ciudadanos con sus impuestos
o con la merma de servicios que demandan a sus ayuntamientos como
entidades más cercanas al ciudadano. En este sentido, el indudable éxito
que se alcanzó hace trece años por el Gobierno presidido por José María
Aznar, y siendo ministro de Administraciones Públicas el actual
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no tuvo continuidad, y aquel
pacto local, aquel conjunto de reformas, de normas y acuerdos que fue
suscrito con gran apoyo parlamentario no tuvo respaldo posterior para
trasladarlo a los ayuntamientos y dar cumplimiento a unos objetivos que,
en buena parte, coinciden con los que ahora se fijan en este proyecto de
ley. La diferencia es que antes hubo un período económico de bonanza, que
nada tiene que ver con la profunda crisis que atravesamos actualmente en
España. Me sorprende que, con el grandísimo precedente del pacto local
inspirado en la VII Legislatura, esta reforma legislativa que se debate
hoy suponga un retroceso y ello es, a nuestro juicio, porque el Gobierno
supedita absolutamente todas sus propuestas y reformas al tamiz del
ministro de Hacienda, que también lo es de las Administraciones Públicas
y de cuyas andanzas saben bien los ciudadanos, y muy especialmente los
asturianos.


Este proyecto de ley huele muchísimo más al Montoro
recaudador que al Montoro municipalista. Esto no supone ninguna novedad,
porque desde el minuto uno del mandato de Rajoy, desde su primer Consejo
de Ministros, se olvidaron del diagnóstico, de los objetivos que estaban
marcados en el programa electoral popular y también en relación con los
compromisos en materia de corporaciones locales.


Por lo tanto, hay que señalar la crisis económica como
factor decisivo e incisivo en la actual situación de nuestro
municipalismo, pero también hay que significar los obstáculos que ha
sufrido el proceso de descentralización y autogobierno de los entes
locales. Mucho nos tememos que hoy estemos ante un proyecto de ley que se
queda corto cuando hablamos de cooperación, de diálogo y de negociación,
pero cortísimo cuando se toca la financiación local.


Cabe decir que esta reforma reduce el tamaño de los
ayuntamiento a favor de las comunidades autónomas, y aunque no es el caso
de Asturias, también el de las diputaciones provinciales. También camufla
la desaparición de las entidades menores, que es el caso de una población
y de









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un territorio de población muy dispersa como es el caso de
Asturias, donde las parroquias rurales juegan un papel crucial y
vital.


Abre este proyecto de ley, por lo tanto, una espita que
nosotros no vamos a aceptar; una ley de esta naturaleza tiene que servir
para revitalizar todos los ámbitos del municipalismo, todos, y no para
que nuestras aldeas sean abocadas a la desaparición, excluyéndolas de
toda capacidad de representación e incidiendo con ello en el mayor
abandono del mundo rural.


En definitiva, este proyecto de ley es la historia de una
gran oportunidad perdida a favor del municipalismo y todo un desatino en
relación con aquel pacto local impulsado por el Gobierno de Aznar que
promovió una segunda descentralización en favor de los 8000 ayuntamientos
españoles que no se llevó a efecto y que ahora quedan abocados a una
disminución y minoración de sus competencias, cuando estamos hablando
precisamente, y como se ha recalcado aquí, de unas entidades públicas que
han sido santo y seña de nuestra democracia con la prestación de
servicios esenciales y cuya evolución queda muy condicionada a partir de
la entrada en vigor de esta ley.


Señor presidente, nos abstendremos en la votación de las
enmiendas de veto presentadas y, como señalé anteriormente, si no se
tienen en cuenta algunas de las enmiendas parciales presentadas por Foro,
votaremos en contra de una ley que, tal y como está, no servirá para
dignificar nuestro municipalismo.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Martínez Oblanda.


Comunico a los señores senadores que la votación de estos
vetos no se producirá antes de las dieciséis horas. Gracias.


Tiene la palabra el senador Unamunzaga.


El señor UNAMUNZAGA OSORO: Señor presidente, muchas
gracias. Con su permiso, voy a intervenir desde el escaño.


Señoras y señores del Partido Popular, como un capítulo más
de su forma de entender la política, que es la de no hacer política, la
de la unilateralidad y el no responder, hoy hemos tenido un nuevo doble
ejemplo: por un lado, el ministro Montoro huye ante el debate y, por
otro, siguen ustedes sin responder a la pregunta que les he realizado.
¿Se va a aplicar esta reforma en los territorios forales vascos? Es una
pregunta muy sencilla, estoy esperando todavía la respuesta. Y, señoras y
señores del Partido Popular, aunque no está el ministro sigo esperando su
respuesta, porque ustedes son el partido que sustenta al Gobierno y
espero tenerla antes de terminar este debate.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Tiene la palabra la senadora señora Capella.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Gracias.


He tenido el honor de ser concejal de la capital de mi
país, Barcelona, un ayuntamiento pionero en muchas cosas (Fuertes
protestas.), descentralizado (Fuertes protestas.), próximo,
participativo…


Presidente, espero que me dé más tiempo por el que no me
dejan hablar.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Silencio,
señorías. Silencio, por favor.


Continúe.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Repito; he tenido el honor de
ser concejal de la capital de mi país, Barcelona (Fuertes protestas.), un
ayuntamiento… (Fuertes protestas.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Silencio,
señorías. Por favor, les ruego que tengan respeto a la oradora.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Un ayuntamiento pionero,
descentralizado, próximo, participativo, ¡saneado!, un ejemplo a seguir,
un modelo de atención a las personas, de colaboración con el tejido
social, asociativo y productivo de la ciudad. Un ayuntamiento









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transparente, de gestión impecable, pionero en prestación
de servicios, modelo urbanístico de accesibilidad y de participación.


Ustedes podían haber puesto el acento y el ejemplo en este
ayuntamiento. ¡Pues no! Van y plantean una reforma con una presunción de
culpabilidad de todos los ayuntamientos. Limitan la potestad de
autoorganización de los ayuntamientos, del poder local: control
retributivo, limitación de los concejales y su dedicación. ¿La Carta
Municipal de Barcelona no regula esta singularidad?


Falta de consenso. Efectivamente, siete vetos. Sí, sí,
tienen mayoría ahora. Ja parlarem de lo que pasa; arrieros somos.


Esta ley invade competencias, la capacidad de ordenación,
de legislar, que tiene el Parlament de Catalunya. No hace ninguna alusión
a la singularidad territorial de Cataluña; es decir, a la capacidad, en
todo caso, a la regulación propia que sería la de las veguerías. Por más
que repitan mil veces una mentira no se convierte en una verdad. Las
diputaciones no son órganos de elección directa de la ciudadanía, ni son
la garantía de la igualdad. La garantía de la igualdad es un sistema de
financiación adecuado, y adecuado para los municipios.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Tiene la palabra el senador Mariscal.


El señor MARISCAL CIFUENTES: Gracias, señor presidente.


Se nos ha tachado de demagogos por plantear lo que pensamos
que es esta reforma leída, estudiada y participada. No sé si también
acusarán de demagogo al señor Feijóo, al presidente de la comunidad
gallega, que ha dejado claro que no piensa aplicar esta ley en
consonancia con muchos de los argumentos que se han utilizado desde la
bancada de la oposición en la comunidad autónoma gallega. Pero, además,
señor Sanz, usted ha dicho que no desaparecerá ningún servicio público ni
ningún empleado público, y que no va a desaparecer ningún municipio. Se
ha cuidado mucho de decir que no se privatizará ningún servicio público.
De todas formas, yo creo que sí, que van a desaparecer empleados públicos
—lo creemos y lo creen los sindicatos— y que se va a obligar
a la privatización mediante un mecanismo muy sencillo, que se llama:
coste efectivo y planes económico-financieros, señor Sanz.


Asimismo, señor Sanz, le recuerdo que usted fue ponente y
redactor del Estatuto de Autonomía de Andalucía; que usted contribuyó con
su trabajo a que el Partido Popular se incorporase a un importante
consenso que se produjo en nuestra comunidad, con un estatuto de
Andalucía de tercera o de cuarta generación, si me apuran, en el ámbito
municipalista, cuyo artículo 92 pone bien claras las competencias que
tienen los municipios y los ayuntamientos en nuestra comunidad y que creo
que usted no ha releído, señor Sanz.


Creemos que esta ley invade el Estatuto de Autonomía
andaluz, y creemos que los diputados populares, especialmente los
diputados y senadores como usted, que tuvieron ocasión de participar en
aquel importante consenso en defensa del municipalismo andaluz, apoyando
y defendiendo esta ley traicionan de nuevo a Andalucía, al autogobierno
andaluz, al estatuto de autonomía y a todas aquellos cosas por las que
ustedes votaron un día y que ahora traicionan y demuelen.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Mariscal.


En turno de portavoces, le corresponde hacer uso de la
palabra al senador Cazalis, del Grupo Parlamentario Vasco en el Senado.
¿Desea intervenir? (Denegaciones.)


Por el Grupo Parlamentario Entesa per Progrés de Catalunya,
tiene la palabra la senadora Sequera.


La señora SEQUERA GARCÍA: Señor Sanz, ha dicho que el
proyecto no cambia nada, ni una coma, ni un artículo. Entonces, ¿por qué
presentan el proyecto? ¿Qué sentido tiene? Si no cambia nada en la
estructura del articulado, ¿qué sentido tiene presentar este
proyecto?


El propio ministro Montoro ha explicado aquí en algunas
ocasiones que la reforma de la Administración Local es una de las medidas
para atacar el elevado déficit y la deuda pública. Yo creo que es una
excusa para acatar las medidas de reforma sugeridas por Europa sobre la
reforma









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de la Administración. Han preferido desviar la atención a
la Administración Local sin tocar la Administración General del Estado.
Para ello, han inventado una serie de excusas, como una Administración,
una competencia, lo que antes era coste estándar ahora se llama coste
efectivo. Todo el proyecto está impregnado del cumplimiento de la Ley de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera cuando las
entidades locales ya están cumpliendo con todos los preceptos de la Ley
2/2012. Es, simplemente, una excusa. Más que nada son los deberes que les
mandaron desde Europa y, de esta manera, cumplen con su cometido. Pero
esta reforma no acaba aquí. Yo creo que sobre esta reforma se cierne una
gran incertidumbre: cómo va a ser el desarrollo normativo y reglamentario
que el mismo proyecto establece que deberá llevarse a cabo después de la
aprobación por las Cámaras. Y creo que lo peor aún está por llegar.


Por otro lado, el ministro ha dicho que es una ley
municipalista, profundamente municipalista, que potencia las competencias
locales. Yo le voy a repasar, para que vea que me he leído el proyecto,
el artículo 26.1.a): Todos los municipios deberán prestar los siguientes
servicios: alumbrado público, cementerios, recogida de residuos, limpieza
viaria, abastecimiento de agua y alcantarillado, acceso a núcleos y
pavimentación. Y la siguiente letra, la b), se refiere ya a municipios
superiores a 5000 habitantes. Pero es que en el apartado 2 del mismo
artículo 26 se establece que en los municipios con población inferior a
20 000 habitantes serán las diputaciones las que prestarán los servicios
de alumbrado público, recogida de residuos, limpieza viaria,
abastecimiento de agua y alcantarillado, acceso a núcleos y
pavimentación. ¿Sabe usted cuál es la única competencia propia que le
queda a un municipio de menos de 5000 habitantes? ¿La única propia? La
gestión del cementerio. En esto es en lo que este proyecto fortalece las
competencias municipales, lo gran municipalista que es este proyecto. Y
es que si este proyecto es tan bueno y ustedes aseguran que respeta la
Constitución, como ha dicho aquí, no deben tener ningún miedo a que se
recurra ante el Tribunal Constitucional. De hecho, supongo que entenderá
que es legítimo que cuando un grupo político considere que un proyecto de
ley vulnera los preceptos de la Constitución acuda a ese tribunal y sea
el que dictamine si se ha vulnerado o no la Constitución.


Por otra parte, ha dicho que la ley, en el trámite en el
Congreso y aquí, en el Senado, ha cambiado mucho. O sea, primero que no
cambia nada y ahora que ha cambiado mucho, que ha habido muchos cambios,
que se ha escuchado a las federaciones municipalistas… Pero esos
numerosos cambios a los que usted ha hecho referencia lo único que
indican es que es un proyecto hecho con prisas, con olvidos
imperdonables, en el que no se ha tenido en cuenta la realidad de la
distribución en el territorio español de las diferentes peculiaridades de
los municipios y que se ha reformado por reformar, sin ningún diagnóstico
riguroso previo, ni nada por el estilo.


Ha dicho usted que este proyecto no provocará pérdidas de
empleo. También dijeron que la reforma laboral contribuiría a la creación
de empleo y, si usted quiere, le recuerdo la cantidad en que ha aumentado
el desempleo desde su aplicación. Por lo tanto, sus palabras no tienen
ninguna garantía, son simples palabras que, no por repetirlas una y otra
vez, van a convertirse en verdad.


También se ha referido a que es mentira que desaparecen las
entidades locales menores. Yo creo que debería echar una ojeada al
artículo 3.2, en el que se definen qué son las entidades locales y podrá
ver que desaparecen como entidad local las entidades de ámbito inferior
al municipio. Por lo tanto, estas entidades dejan de tener la
consideración de entidades locales, con lo cual desaparecen.


Para finalizar, como viene siendo tónica habitual, lo que
este proyecto no hace es castigar a los Gobiernos locales. Aquí no se va
a castigar a los ayuntamientos, a los alcaldes, a los concejales, sino
que quien verdaderamente sale perjudicado aquí es el ciudadano y, sobre
todo, los que tienen más vulnerabilidad, a quienes les han privado de
todo aquello que le aportaron, año tras año, los Gobiernos locales
democráticos.


En cuanto a las competencias de salud, educación y
servicios sociales —que única y exclusivamente podrán desarrollar
las comunidades autónomas— le quiero decir que en los municipios
donde se han desarrollado competencias al amparo del artículo 28
—que también se fulmina de la ley—, esas actividades
complementarias que han ido desarrollando los municipios es porque las
comunidades autónomas no lo hacían en sus territorios, lo que va a
provocar que un ciudadano de un ayuntamiento de tres mil habitantes se
vea privado del acceso a la cultura, a no ser que su comunidad autónoma
realmente aterrice en ese municipio y desarrolle actividades culturales,
le va a impedir que, por ejemplo, pueda asistir a una escuela de música
—es decir,









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educación—, o que en el municipio del ayuntamiento se
desarrollen actividades preventivas de marginación o exclusión social.
Por lo tanto, ¿cómo se va a medir por igual en el territorio español los
derechos a los que tienen acceso los ciudadanos? Con esta ley se va a
privar, sobre todo a los 6800 municipios y, con ello, a los habitantes de
esos 6800 municipios del acceso a muchas actividades que, hasta ahora, se
venían desarrollando y que de golpe y porrazo van a ser suspendidas. La
máxima expresión de lo que le acabo de decir, de la incongruencia de este
proyecto, precisamente como ha dicho la senadora Capella, es el caso de
Barcelona —una ciudad que ha gestionado sus servicios municipales y
sus competencias sin que su deuda pública aumentara, que se ha movido
dentro de los parámetros correctos, sin déficit y con una buena gestión
financiera—, que esta ley va a tratar igual que a un ayuntamiento,
como por ejemplo el de Madrid o Valencia, que han hecho una mala gestión
y contraído una deuda importante —que en conjunto suponen la
mayoría de la deuda de las entidades locales—. En consecuencia, se
verá igualmente afectada.


Ha dicho usted que los vetos aquí expuestos están
impregnados de una gran demagogia. Yo le digo que la intervención más
demagógica ha sido la suya.


Gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senadora
Sequera.


Por parte del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, tiene la palabra la senadora Rivero.


La señora RIVERO SEGALÀS: Muchas gracias, president.


Señorías, intervengo brevemente únicamente para reiterar el
contenido íntegro de nuestro veto.


Me gustaría señalar al señor Sanz que esta humilde
senadora, concejal de un ayuntamiento de 700 habitantes y vicepresidenta
de un consell comarcal se siente acomplejada como oposición porque no sé
hasta qué punto los calificativos que ha utilizado usted se dirigían a mí
o no, porque no me ha nombrado en ningún momento, y también me siento
incómoda por tener que contestar a la línea de su intervención. Señoría,
el hecho de ser más contundente no da más razón.


Ustedes, señor Sanz —ya me aclarará más tarde si es
que me estoy excediendo y con sus palabras no se refería a este grupo
parlamentario y a esta senadora—, ha pronunciado comentarios de
este orden: a ustedes les da igual lo que venga aquí. Pero yo le aseguro,
de entrada, que a esta senadora no le da igual. Ha dicho: así entienden
ustedes la democracia, a través de la demagogia. Y justamente esta
senadora está aquí y le importa lo que aparece en esta ley y creo que ha
discutido los términos que se incorporan en este proyecto de ley y cómo
afectan a la materia que estamos discutiendo y, en ningún momento, esta
senadora ha cuestionado la idea que cualquiera pudiera tener de la
democracia en esta Cámara. Presupongo que todos los que están aquí están
al servicio de los ciudadanos.


En cualquier caso, usted también ha cuestionado que los
ayuntamientos de menos de 20 000 habitantes perdieran competencias,
aludiendo a aquella enmienda que llegó a última hora, cuando ya estábamos
en comisión, que hacía referencia a que debían solicitarlo. De acuerdo.
Esto ha suavizado el problema, pero este existe. Y para que el
ayuntamiento lo solicite, hay mecanismos que están perfectamente a su
disposición pero que, sencillamente, significa ahogarlos.


Y, si tenemos en cuenta los presupuestos que acabamos de
aprobar la semana pasada, cómo se reparte el déficit, que no se da
solución a la financiación de las comunidades autónomas, podemos concluir
que, efectivamente, se puede poner a los ayuntamientos en este callejón
sin salida y que esta solicitud vaya más allá de la voluntariedad y se
les someta por una necesidad presupuestaria.


Por lo demás, le diré que usted ha hablado de diálogo, de
un largo trámite. Nosotros no hemos visto atendidas nuestras solicitudes.
No ha habido aproximación. Es más, señor Sanz, le diré que en el trámite
del Congreso de los Diputados, después de un largo debate, fueron
aceptadas dos enmiendas del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió,
que, por supuesto, no incluimos ya en las enmiendas presentadas por
nuestro grupo en esta Cámara. Y, cuál fue nuestra sorpresa, que, a través
de sus autoenmiendas, volvieron a dejar el nivel de negociación a
cero.


Por tanto, me reitero en el contenido de mi veto. En cuanto
a las entidades locales, lo ha comentado la senadora Sequera. Quizá no lo
interpretamos o se nos escapa algún punto, pero









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creo que queda meridianamente claro que cuando hablan de
entidades locales, de quién goza de la condición de entidad local, quedan
excluidas las entidades locales de ámbito territorial inferior al
municipio. Es más, este grupo parlamentario, en muchos casos ha tenido
que oír que solo presenta enmiendas de eliminación y que no aporta nada
al proyecto. Pues bien, hemos intentado hacer una aportación en más de
cincuenta enmiendas, que ya tendremos tiempo de debatir. Pero en una
enmienda en concreto lo que pedimos es que estas entidades de ámbito
territorial inferior al municipio, instituidas y reconocidas por las
comunidades autónomas conforme al artículo 45 de la ley, se incorporen en
esta sección.


Por consiguiente, demagogia, no. Interpretación, lo que
está escrito en el proyecto de ley. Y, el tono, creo que lo hemos
mantenido dentro de la cordialidad y de lo que esta Cámara se merece, no
habiendo sido correspondido por el turno en contra del señor Sanz.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Muchas gracias,
senadora Rivero.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
señor Belloch.


El señor BELLOCH JULBE: Señor presidente, en primer lugar,
saludo a los alcaldes y alcaldesas que aún quedan en esta sala, pues ya
sé que se aproxima la hora de comer, así como a los representantes de las
entidades locales menores. Por cierto, a lo largo del trámite de
enmiendas podremos comprobar si se quiere clarificar o no el papel de las
entidades locales menores. Se presentará una enmienda transaccional.
También hay una enmienda del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió
que podría resolver el problema y dejar de una vez resuelta la
cuestión.


Porque es verdad que en la situación actual, en el último
borrador, en el número treinta y ocho… Por cierto, no sé cómo
presumen de haber hecho treinta y ocho borradores, porque no hay
expresión de desastre más evidente que haber necesitado treinta y ocho
borradores para tener un proyecto de ley que presentar. (Aplausos.) Pero,
en fin, es verdad que hay un problema de interpretación puesto que, tal
como están las cosas en este momento, está claro que tienen personalidad
jurídica, pero no que sean entidades locales. Una cosa es una ONG, que
puede tener personalidad jurídica, y otra, una entidad local. Por lo
tanto, el tema requiere una modificación si es que se quiere resolver,
como quiere mi grupo, los problemas de las entidades locales menores.


Entrando directamente en materia, la verdad es que la de la
tramitación de esta ley es una historia ya vista, diría que un remake, un
clásico en la vida política española. Es la historia del ninguneo del
municipalismo. Nos ha pasado, y los que sois alcaldes lo sabéis,
cualquiera que sea el grupo, y los que sois concejales, también. No me
extraña, por ello, que el Grupo Popular haya decidido encargar el grueso
de la defensa de la ley a alguien que no es ni concejal ni alcalde.
(Aplausos.) No parece nada extraño, lo entiendo, porque a un alcalde o a
un concejal le daría cierto apuro tener que presentar esta ley. Por eso,
el señor Sanz ha hecho un buen servicio haciéndose cargo de un trabajo
realmente ingrato, profundamente ingrato.


No se ha tenido en cuenta prácticamente nada, solo quizá
—lo insinuaba el ministro en sus palabras— que de algún modo
vamos a ser como conejillos de Indias, a ver cómo funcionan estas
reformas, dado que es verdad que habrá que afrontar reformas
estructurales del conjunto de las administraciones públicas. Pero, fuera
de ahí, ninguna preferencia. La única vanidad que nos queda a los
municipalistas es que, a lo mejor, pese a que somos los más débiles,
hemos resistido más de lo que se esperaba. De ahí los numerosos cambios
producidos a lo largo de la tramitación, de ahí los problemas que tuvo el
proyecto ante el Consejo de Estado. Efectivamente, ha habido por lo menos
una reforma que mejora el proyecto, es la que acaba de indicar la
portavoz de Convergència i Unió. Efectivamente, hace falta el acuerdo del
ayuntamiento con la diputación. Pero recordemos que se ha mantenido
intacto que, al final, el informe de la comunidad autónoma no es
vinculante, solo preceptivo, y que quien decide, finalmente, es el
Ministerio de Hacienda, el que decide qué forma de gestión se realiza, en
función del principio del coste efectivo. Esa es, de todas maneras, una
mejora, y no nos cuesta nada decirlo con toda claridad.


Más discutible es lo que aparentemente resulta una buena
noticia y que pase hasta 2015 la transferencia de las competencias en
materia de servicios sociales a favor de los Gobiernos autónomos,
fundamentalmente porque lo único que hace es retrasar el problema. El
porqué lo









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hacen ya lo ha explicado mi portavoz y, por lo tanto, no
voy a insistir en ello. Pero lo que hacen es retrasar un problema; que el
problema existe. Y, de verdad, que en este tema, fue espectacular la
intervención del ministro Montoro en la Comisión General de las
Comunidades Autónomas. Dijo, con toda claridad —y me remito al
Diario de Sesiones—, que esta función la habíamos hecho
maravillosamente bien los municipios. A continuación, dice también en esa
misma comparecencia que recomienda a las comunidades autónomas que
deleguen las competencias en los municipios. Entonces, ¿para qué
cambiamos la ley? ¿Para que, en vez de ser competencia propia, sea
competencia delegada? ¿Qué sentido tiene esa reforma? Si estamos todos de
acuerdo en que lo hemos hecho bien, por favor, dejemos que las cosas que
funcionen bien se mantengan y no se toquen, no se modifiquen.


Hay otro tipo de reformas que creo que la empeoran desde el
punto de vista democrático, aunque, por ejemplo, en mi caso, me iría muy
bien: eso de que, respecto a un grupo que no tiene mayoría en el Pleno
del ayuntamiento, puede aprobar sus propios presupuestos el Gobierno de
la ciudad simplemente después de un año de prórroga. Yo estoy en minoría
y, sin duda, eso me facilitaría el proceso de negociación. Pero creo que
no es bueno desde el punto de vista de la calidad democrática, porque
supone sustraer competencias al Pleno, que es el órgano democrático, por
definición.


No voy a repetir todo lo que se ha dicho. Desde luego,
comparto íntegramente, como no podía ser de otro modo, la intervención de
mi portavoz en defensa del veto, así como la de todos los que han
formulado veto; me siento plenamente identificado. Solamente aludiré, con
el margen de tiempo que tengo, a remarcar algún aspecto concreto que me
parece de especial interés.


En primer lugar, el papel del Ministerio de Hacienda, que
se convierte en el sumo sacerdote, el tutor absoluto de la vida de los
municipios, pudiendo intervenir de manera permanente a través de los dos
grandes mecanismos: el coste efectivo y la sostenibilidad y la
estabilidad presupuestaria. La utilización alternativa —y no
digamos conjunta— de uno y otro mecanismo simplemente vacía de
competencias de contenido político al ayuntamiento y lo convierte en un
mero órgano gestor, como ocurría antes, como ocurría en el pasado.


En segundo lugar, el extraño papel en que se quedan las
comunidades autónomas. ¿Por qué? Desde nuestro modesto punto de vista, es
evidente que existe invasión de las competencias de las comunidades
autónomas, de todos los estatutos de segunda generación, sin ninguna
duda, pero, por otro lado, también les da excesivas competencias a la
hora de tutelar a los ayuntamientos. En todo caso, ante los
ayuntamientos, menores de edad, que necesitamos tutores en todos los
ámbitos, allí donde no llega el Ministerio de Hacienda, aparecerá un
consejero o consejera de Gobierno de la comunidad autónoma para seguir
tutelando al menor de edad que somos los ayuntamientos. Y esto es
complicado. Es complicado llegar a tu ciudad, a tu pueblo y decir: no, a
partir de mañana, una persona que tú no has elegido va a hacer lo que
hacías tú que sí has sido elegido democráticamente. ¿Por qué? ¿Por qué
ese cambio, en el caso de que realmente sea un simple cambio, y no se
pretenda realmente la supresión de un servicio público?


En tercer lugar, se ha hablado —y en esto coincido
con el señor Saura— del célebre lema: «una Administración, una
competencia», o «una competencia, una Administración». Eso sí que es
antiguo, señor Sanz, porque las sociedades complejas para su gobernanza
requieren necesariamente mecanismos complejos. Se trabaja en diversos
niveles, se interactúa entre los diversos niveles y, como decía el señor
Saura, carece de sentido incluir cada competencia en un departamento
estanco, porque eso no solo no es constitucional sino que simplemente no
funciona.


El último aspecto al que me quiero referir es que tampoco
creo que sea una reforma inteligente o lo suficientemente meditada. Por
ejemplo, a lo largo de esta legislatura se ha hablado mucho del papel de
los ayuntamientos como deudores y se han puesto en marcha políticas de
pago a proveedores, en las que, por cierto, tengo que decir que no nos
regalan nada porque los ayuntamientos tenemos que pagar, los únicos que
ganan son los bancos, que se llevan el diferencial entre lo que pagamos
nosotros y lo que pagaron ellos por recibir ese capital. En todo caso, se
habla mucho de ese aspecto y nos olvidamos de que los ayuntamientos
también somos acreedores. Ya me gustaría que todas las comunidades
autónomas, no solo Andalucía, todas las de España, pagaran a los
ayuntamientos de forma automática todo lo que nos deben.


He puesto mi caso como ejemplo de ciudad media-grande. Nos
deben 40 millones de euros, pues bien, sobre un presupuesto de 600
millones de euros, cualquiera que entienda algo de esto









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sabe que nos resolvería todos los problemas. Por tanto,
¿por qué no dar un paso más en esa línea y que el pago fuera de carácter
automático?


Supongo que meterse con Andalucía es su obligación, porque
usted trabaja en esa comunidad autónoma, pero tengo que decirle que,
junto a Canarias, son las dos únicas comunidades que tienen un fondo de
participación de los ayuntamientos en los tributos de la comunidad
autónoma (Aplausos.) Simplemente, les tenemos una muy sana envida. Por
tanto, tampoco se resuelve ese problema.


Si me permiten la broma, no se tiene en cuenta el tamaño de
los municipios, y en estos casos el tamaño importa, y mucho,
indudablemente. Los problemas de una gran ciudad no son los mismos que
los de una ciudad de tipo medio, pequeña, o un pueblo. Tampoco se atreve
a resolver los problemas de las grandes ciudades, que los tenemos y muy
serios; por tanto, supongo que seguiremos rigiéndonos por el artículo 10
de la Ley de Bases del Régimen Local. No se ha abordado, en definitiva,
ese problema sino que se ha tratado a todos por igual, eso sí, por la
técnica del aplastamiento.


Y voy acabando. Llevo catorce años en la vida municipal,
diez años y medio como alcalde, y a lo largo de mi carrera política he
participado en todos los poderes del Estado: el Judicial, el Ejecutivo y
el Legislativo, y les puedo asegurar que he aprendido que no hay trabajo
más apasionante, más tenso y más difícil que el de alcalde o concejal.
Ninguno. Solo nos conocen y, por tanto, nos aprecian, nuestros vecinos.
Por el contrario, los Gobiernos de turno siempre se han olvidado,
incluido el que tuve el honor de participar; nos hemos olvidado siempre.
¿Por qué? Primero, yo creo que porque no tenemos representación directa
y, por tanto, no tenemos voto en las Cortes; es una razón obvia. Y,
segundo, porque no hay sensibilidad; a diferencia de lo que ocurre en
Francia, donde lo normal es empezar en la vida municipal y terminar en
otros puestos, aquí es rarísimo el ministro de procedencia municipalista.
En los Gobiernos autónomos es distinto, pues hay una fuerte tradición de
que los municipalistas se incorporen al Gobierno autónomo, pero en el
Gobierno de la nación, no, y eso implica una falta de sensibilidad que,
desgraciadamente se nota mucho.


Sin embargo, la responsabilidad principal es
nuestra…


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Señoría, por
favor, vaya terminando.


El señor BELLOCH JULBE: Voy acabando, muchas gracias,
presidente.


Los ayuntamientos, los municipalistas no hemos sido capaces
de dar una respuesta global coherente a la lamentable situación en la que
nos encontramos, probablemente porque estamos enfrascados en atender los
problemas reales de nuestros vecinos y vecinas.


Y finalizo de la misma manera que terminé en la Comisión de
Comunidades Autónomas. No se quieren dar cuenta de que la única
institución esencial son los ayuntamientos. Cuando aparecieron muy
recientemente los Estados, no digamos las comunidades autónomas, los
ayuntamientos teníamos miles de años de existencia, y de aquí a un
tiempo, cuando esas formas de organización territorial estén caducas,
seguirán estando los ayuntamientos.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, tiene la
palabra el senador Sanz.


El señor SANZ CABELLO: Gracias, señor presidente.


Señor Belloch, no sé si usted se lleva bien con el señor
Zarrías o no, pero le ha debido de dar usted una bofetada sin precedentes
y ha desacreditado al ponente de su partido en el Congreso de los
Diputados, porque, que yo sepa, el señor Zarrías, que ha sido ponente de
la ley, no es alcalde ni es concejal. (El señor Zarrías Arévalo,
diputado: He sido concejal). Ha sido usted todo lo que quiera, pero no lo
es. (Risas.) Es decir, señor Belloch, el señor Zarrías es el secretario
de Ciudad del PSOE, y yo soy el secretario nacional de Administraciones
Territoriales del Partido Popular. Él no es alcalde, por tanto, permita
que este grupo decida lo que tiene que hacer y con quién lo tiene que
hacer, por cierto, con dos compañeros alcaldes excepcionales, que son
ponentes de esta ley.









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Así son las cosas, señor Zarrías, no se debe usted llevar
muy bien con el señor Belloch. El señor Belloch no quiere oír tampoco la
increíble contradicción a la que llega el PSOE. Nos acusa de descontrol
por haber hecho treinta y ocho borradores, y permanentemente se nos acusa
de prepotencia. Señorías, póngase de acuerdo. ¿Es malo perfeccionar un
texto porque permanentemente se tiende la mano al diálogo, se llega al
consenso con grupos políticos en esta Cámara y se presentan enmiendas?
¿Pero la esencia del Senado, del Congreso, del parlamentarismo, no es
cambiar y mejorar los textos para perfeccionarlos? ¿O es que ustedes
también se van a cargar esta Cámara, señorías? Por tanto, no se puede
caer en la contradicción. A ustedes les parece nefasto que se
perfeccionen los textos, y si no lo hacemos se nos acusa de prepotencia.
Como se dice en mi tierra, soplar y sorber a la vez no es posible, y eso
es lo que ustedes han pretendido.


Señorías, la portavoz del Grupo Parlamentario Entesa pel
Progrés de Catalunya ha dicho que en el artículo 3 quedaba claro que
suprimían las entidades locales como entidades. Señoría, eche usted una
ojeada a la disposición transitoria cuarta, que es la que regula la
personalidad jurídica y la consideración de entidad local de las EATIM, y
llegará a una conclusión distinta a la que ha llegado. No se quede usted
solo en el artículo 3, lea el texto final de la ley y llegará a la
conclusión de que sí se mantienen las EATIM, las entidades locales
menores y entidades locales autónomas. Mi máximo respeto a todos los
grupos, pero, por supuesto, no me he referido en ningún caso a
Convergència i Unió. Bien sabe su señoría que me refería a un portavoz en
concreto que puso en cuestión la democracia, porque sumaba el número de
grupos parlamentarios y no el número de escaños o de votos, y muchos de
sus señorías saben a quien me he referido. Por tanto, no es así, desde
luego.


Señoría, ha puesto en cuestión las competencias de las
corporaciones locales. Es bueno no poner en riesgo lo que dice la ley,
porque en su artículo 25 deja claro cuáles son las competencias propias y
obligatorias de los ayuntamientos. Por tanto, no diga usted que quedan
para los cementerios. Que yo sepa, las políticas de urbanismo, medio
ambiente, abastecimiento de agua, infraestructura viaria, policía local,
tráfico, ferias, abastos, mercados, protección de la seguridad pública,
promoción del deporte, instalaciones deportivas, promoción de la cultura,
equipamientos culturales, vigilancia en el cumplimiento de la
escolaridad, cuestiones relacionadas con la limpieza y mantenimiento en
los centros educativos, etcétera, no quedan para los cementerios. Esas
son las competencias del artículo 25, especificadas en la ley; por tanto,
no sé lo que usted ha visto en la ley, pero, desde luego, las
competencias obligatorias o propias de los ayuntamientos son muchas más
de las que usted dice, además hay que incluir o sumar las competencias
delegadas y las competencias sobre servicios no obligatorios.


Por muchas críticas que quieran hacer —la mayoría
infundadas—, esta es una reforma que claramente pretende clarificar
las competencias, pero lo que no vamos a permitir en ningún caso es que
se hable de desmantelar y de privatizar. Señorías del Grupo Parlamentario
Socialista, les hago una pregunta —aunque el señor Belloch no
quiera oír lo que les voy a decir, por eso se ha ido—: ¿para
ustedes, según su teoría, desmantelar es que en Andalucía el 70% de los
centros de día sean privados? Repito, ¿que el 70% de los centros de día
para mayores sean privados significa desmantelar los servicios? Entonces
llevan ustedes desmantelando los servicios sociales una buena temporada,
señor Zarrías, señorías del Grupo Parlamentario Socialista. Se lo digo
claramente. De 401 centros de día, 121 son públicos y 280 privados.
Discútame usted ese dato. ¿Que el 77% de las residencias para mayores en
Andalucía sean privadas es para ustedes desmantelar? Le repito la cifra,
el 77%; ¿Eso qué es, señoría? ¿Desmantelar servicios? Según su teoría sí
se desmantelan los servicios. ¿No hay entonces, según ustedes,
residencias de mayores en Andalucía? ¿O van a desaparecer todas, según
ustedes? Señor Zarrías, ¿que del total de las 37 039 plazas
residenciales, solo 8900 sean públicas, es desmantelar?


Ustedes gestionan los servicios sociales y hablan de
privatizarlos. ¿Saben ustedes que en la Junta de Andalucía han creado una
agencia pública empresarial para la gestión de los servicios sociales?
¿Es esto desmantelar? Según su teoría deben ustedes haber desmantelado
por completo los servicios sociales en Andalucía. Por eso, hay que ser un
poco consecuente. Venir aquí a soltar la parafernalia de siempre y la
demagogia que acostumbran no es de recibo. Cuando ustedes gobiernan
dejan, desde luego, su sello inconfundible.









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Señor Mariscal, me dice usted que me comprometa a que no se
privatice ningún servicio público. No sé si usted se lo ha pedido, por
ejemplo, al alcalde de Rivas, el alcalde más destacado de su grupo
político, Izquierda Unida, en la Federación Española de Municipios y
Provincias, alcalde del ayuntamiento que gobierna desde el año 1983
Izquierda Unida. Voy a decirle, utilizando su vocabulario, qué
actividades están privatizadas en dicho ayuntamiento: el mantenimiento de
equipos de iluminación, el servicio de envío de correos y notificaciones,
el servicio de señalización viaria y, qué casualidad, la gestión de la
empresa municipal de la vivienda y el servicio de ayuda a domicilio, con
un contrato de 1 400 000 euros con una empresa privada. Peor, señor
Mariscal, ¿Nos viene a decir a nosotros que no privaticemos nada?
Dígaselo usted al máximo representante de la Federación Española de
Municipios y Provincias que es desde el año 1983 alcalde de su partido.
(El señor Mariscal Cifuentes: Se lo he dicho) Ah, se lo ha dicho.
Entonces dígaselo también al de Trebujena, que tiene la basura en el
consorcio y la piscina municipal privatizada. Y si quiere, también se lo
dice al de Conil, que es de su partido, que tiene el servicio de
alumbrado público privatizado. Le cuento todo esto para que tenga cosas
que decir. Viene aquí a decírnoslas a nosotros. Dígaselas a los suyos y
cuando lo haga venga usted aquí a darnos lecciones, señor Mariscal.
(Aplausos.)


Voy a decir otra cosa, en este caso a la señoría del Grupo
Parlamentario Socialista. El máximo responsable del PSOE en la FEMP es el
alcalde de Vigo, el señor Caballero. En el Ayuntamiento de Vigo, 1 de
cada 3 euros del presupuesto va a empresas que gestionan servicios
privatizados, repito, 1 de cada 3. Están privatizados —según su
lenguaje—: el abastecimiento de aguas, la limpieza, la recogida de
basuras, los jardines, el transporte público, los servicios sociales, el
servicio de teleasistencia, el servicio de ayuda en el hogar, el servicio
de intervención familiar... Si le leo toda la relación, estoy aquí toda
la tarde. Más de treinta servicios privatizados en Vigo. Si los leyese
todos no me quedaría tiempo para seguir con mi intervención, señoría. Por
tanto, ustedes están mintiendo.


El señor Belloch se ha ido, pero él también nos alerta de
las privatizaciones que —dice— se esconden detrás de la nueva
Ley de bases. Y hay que echarle un poquito de cinismo, parece que
insuperable, para que el señor Belloch hable de privatizaciones cuando su
primera decisión en 2011 como alcalde fue privatizar el servicio de
saneamiento y depuración de aguas residuales de Zaragoza, una operación
que, por cierto, pararon los tribunales por ilegal. El Ayuntamiento de
Zaragoza, señorías —y el señor Belloch dando lecciones— ya
tiene privatizada la mayor parte de sus servicios: el transporte público,
la limpieza, la recogida de basuras, el mantenimiento de los parques, el
mantenimiento del alumbrado, el mantenimiento de las calles, la
depuración del agua, el mantenimiento del alcantarillado... No queda un
solo servicio municipal con entidad que se preste directamente por el
ayuntamiento. Y viene el señor Belloch aquí a decirnos que vamos a
privatizar, ¿Pero qué? ¡Si a usted no le queda nada, señor Belloch! Se lo
digo aunque usted no me escuche, no le queda nada por privatizar. Esa es
la verdad. Ha privatizado hasta la gestión de numerosas instalaciones
municipales: el Centro de Arte y Tecnología, el nuevo Teatro de las
Esquinas, las instalaciones deportivas... Ha privatizado hasta el césped
de los campos de fútbol, que está privatizado con una empresa externa.
Hombre, señor Belloch, ¿ha venido aquí a dar lecciones? Ha sacado a
concurso público todo, hasta su propia política. Sepan ustedes que el
señor Belloch ha sacado un concurso público para que una empresa le diga
cómo tiene que gestionar el ayuntamiento. Hasta privatiza su propia
gestión, y eso lo hace quien presume de una política de defensa de lo
público.


Por cierto, cuando hablan de empleo público, también miren
al señor Belloch. Yo no soy alcalde, me encantaría, y también ser
concejal, pero soy el responsable de este partido como secretario
nacional de administraciones territoriales y, desde luego, no me gustaría
ser un alcalde como el señor Belloch, que habla de defensa del empleo
público cuando el Ayuntamiento de Zaragoza ha quitado 600 puestos de
trabajo de la plantilla municipal desde el año 2009. (Aplausos.) Y
tampoco quiero ser alcalde cuando en las contratas se han perdido más de
200 empleos como consecuencia de las decisiones del señor Belloch. Yo no
quiero ser alcalde para despedir, como hace el señor Belloch, y lo que
tampoco voy a hacer, sea alcalde o no, es venir aquí a hacer demagogia, y
menos a decir una cosa y luego hacer todo lo contrario.









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Por eso, señorías, hubiera sido más responsable que su
voluntad ante esta ley hubiera sido otra. Han perdido la gran oportunidad
de demostrar altura institucional, de ser alternativa de Gobierno. Hoy
son más oposición que nunca.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Se suspende la sesión hasta las cuatro de la tarde.
(Pausa.)


Eran las catorce horas y cincuenta minutos.


Se reanuda la sesión a las dieciséis horas.


El señor PRESIDENTE: Cierren las puertas.


Señorías, se reanuda la sesión votando las propuestas de
veto al Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la
Administración Local, por el orden en que han sido debatidas.


Tengo que decirles que en esta votación ha habido voto
telemático de las senadoras Parera y García Carrasco. Por lo tanto, hay
dos votos autorizados que constarán como presentes. El voto de la
senadora Parera va en sentido positivo a las propuestas de veto, y el
veto de la senadora García Carrasco va en sentido negativo a las
propuestas de veto. Los iré sumando a las votaciones.


Comenzamos votando la propuesta de veto número 1, de los
senadores Iglesias y Mariscal.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237; más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos, 236, más 2
votos telemáticos, 238; a favor, 80, más 1 voto telemático, 81; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos, a continuación, la propuesta de veto número 2, de
la senadora Capella.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos, 237, más 2
votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos a continuación la propuesta de veto número 3, de
los senadores Aiartza, Goioaga, la senadora Mendizabal y el senador
Unamunzaga.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos, 237, más 2
votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 153, más 1 voto telemático, 154; abstenciones, 3.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos a continuación la propuesta de veto número 5, de
los senadores Guillot y Saura.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 236, más 2 votos telemáticos, 238; votos emitidos, 236, más 2
votos telemáticos, 238; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 153, más 1 voto telemático, 154; abstenciones, 2.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 6, de todos los
senadores de la Entesa, menos los senadores Guillot y Saura.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos, 237, más 2
votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.









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El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 7, del Grupo
Parlamentario Convergència i Unió.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237, más 2 votos telemáticos, 239; votos emitidos, 237, más 2
votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Finalmente, votamos la propuesta de veto número 4, del
Grupo Parlamentario Socialista.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 237, más 2, votos telemáticos, 239; votos emitidos, 237, más 2
votos telemáticos, 239; a favor, 81, más 1 voto telemático, 82; en
contra, 154, más 1 voto telemático, 155; abstenciones, 2.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Rechazadas las propuestas de veto, entramos en el debate de
las enmiendas.


Abran las puertas.


En primer lugar, debate de las enmiendas 68 a 97,
presentadas por el senador Martínez Oblanca, del Grupo Parlamentario
Mixto.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Martínez
Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor
presidente. Buenas tardes. (Rumores.)


El señor PRESIDENTE: Espere un momento, señoría.
(Pausa.)


Cuando quiera, señoría.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor
presidente.


Son treinta las enmiendas presentadas por Foro a este
proyecto de ley, y llevan los números 68 a 97, ambos inclusive. Son
propuestas que intentaban abrir cauces de diálogo con la mayoría
parlamentaria popular en la búsqueda de una mejor ley de racionalización
y sostenibilidad de la Administración Local. Ha sido inútil. Una parte
sustancial… (Rumores.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por
favor.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Una parte sustancial de nuestras
enmiendas está dedicada a hacer posible la suficiencia financiera de
nuestros entes locales. Lo hacemos en consonancia con lo establecido en
el artículo 142 de la Constitución Española, que nos debería abocar hacia
una regulación normativa para abordar de un modo claro, concreto y
clarificador la financiación que necesita la Administración Local para
aquellos servicios que debe prestar y se corresponden con sus
competencias obligatorias o mínimas legalmente establecidas. Para ello,
en una de nuestras propuestas consideramos que en el plazo de un año tras
la aprobación de esta ley el Gobierno debería remitir a las Cortes
Generales un proyecto de modificación de la Ley de Haciendas Locales que
incluya de forma expresa, determinada y concisa la participación del
Estado y de las comunidades autónomas en la financiación de las entidades
locales.


Este asunto de la Administración Local es y ha supuesto el
fondo del gran debate también en los tiempos recientes. De su resolución
va a depender que abramos un nuevo período de evolución de nuestras
instituciones locales, municipales y comarcales… (Rumores.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por
favor.


Guarden silencio, hay un runrún de fondo por el que es
imposible escuchar al senador Martínez Oblanca.


Guarden silencio. Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.


Decía que de su resolución va a depender que abramos un
nuevo período de evolución de nuestras instituciones locales, municipales
y comarcales para responder mejor a las demandas de









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los ciudadanos, adaptar la estructura de la Administración
Local, y alcanzar la calidad y eficiencia en los servicios que se prestan
desde dichas administraciones, o que, por el contrario, simplemente
derivemos a un debate estéril de carácter legalista, de nivel académico,
de teoría constitucional, o de carácter exclusivamente de lucha
partidaria que no aborde con la debida profundidad y alcance las
cuestiones mencionadas. Mientras no se aborde ni se determine la
regulación de este asunto la reforma que se plantea adolecerá de apartar
o dejar de lado el que seguramente constituye el gran problema de la
Administración Local: la financiación.


También enmendamos el proyecto de ley porque en el contexto
territorial actual consideramos de vital importancia que deba quedar
establecido el marco general de las entidades locales inferiores al
municipio en la Ley de Bases de Régimen Local, tal como ocurre en el
resto de entidades, a fin de que las líneas básicas de organización,
funcionamiento, competencias y recursos sean homogéneas en todo el
Estado. Consideramos que en la reforma analizada no se plantea de modo
suficiente la regeneración de la vida municipal o local, cuya exigencia
debe tener en cuenta el acercamiento o la proximidad que deben tener los
electores o votantes con aquellos que sean elegidos. Para la consecución
de este objetivo planteamos la posibilidad de que las circunscripciones
electorales en los municipios puedan ser varias, no prescribiendo la
circunscripción electoral única como característica de las elecciones
municipales. Lo que se pretende con ello es que los votantes tengan un
mayor grado de conocimiento de la persona o personas que les van a
representar en la entidad local de que se trate al ser la Administración
Local la más próxima al ciudadano, como tantas veces se ha recalcado en
el transcurso de este debate.


Con las enmiendas números 71 y 72 damos valor a la reforma
de la Ley de Bases de Régimen Local, en el sentido de que constituye una
oportunidad inmejorable para revisar la situación de las entidades
locales menores existentes y establecer las bases, no solo en relación
con los aspectos organizativos o institucionales, sino también en
relación con las competencias y recursos de estas, fijando unos
parámetros comunes a todas las comunidades autónomas y, por tanto,
aplicables a todo el territorio español. Consideramos una incongruencia
eliminar la personalidad jurídica de los entes de ámbito territorial
inferior al municipio, máxime cuando el propio artículo que se pretende
crear regula la posibilidad de su creación cuando resulta una opción
eficiente para la Administración desconcentrada, y no debemos olvidar que
la mayoría de estas entidades locales se encuentran expresamente
reconocidas en los estatutos de autonomía de las comunidades autónomas,
como es el caso de Asturias, normas que son de un rango superior a la que
actualmente es objeto de reforma mediante el presente proyecto de
ley.


Hay varias enmiendas de carácter técnico con las que se
pretende acomodar el texto legislativo a las competencias concretas en
determinadas materias, que han sido, por otra parte, propuestas
realizadas por la Federación Española de Municipios y Provincias en el
documento de trabajo elaborado en mayo del pasado 2012, y que fue
consensuado en el seno de la Junta de Gobierno de la propia FEMP. Nos
resulta incongruente en el contexto socioeconómico actual que,
reconociendo el apartado uno del artículo primero de este proyecto de ley
los principios de descentralización y proximidad, se pretenda excluir a
las administraciones locales de competencias en materia de sentar las
bases de empleo y formación en su territorio, sobre todo teniendo en
cuenta los índices de desempleo actuales. Consideramos, por lo tanto, que
no se puede desdeñar la colaboración que en esta competencia pueden
desempeñar las entidades locales. De ahí nuestra enmienda número 79, que
es de adición, para incorporar como un apartado más el de las políticas
de empleo y formación ocupacional.


Proponemos una enmienda de modificación al apartado nueve
del artículo primero, en lo que se refiere a la nueva redacción del
artículo 26.1.c). Y lo hacemos con una nueva redacción, como una mejora
técnica, que permita acomodar el texto al objeto de concretar las
competencias en protección civil, evaluación e información de situaciones
de necesidad social y la atención inmediata a personas en situación o
riesgo de exclusión, prevención y extinción de incendios forestales,
instalaciones deportivas de uso público y protección de consumidores y
usuarios, teniendo en cuenta que todas ellas son materias de creciente
importancia y trascendencia por el número de afectados y por sus
implicaciones jurídicas y económicas.


Finalmente, modificamos el apartado nueve del artículo
primero, en lo que se refiere a la nueva redacción del artículo 26.2,
porque la redacción propuesta supone una auténtica injerencia en la









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autonomía municipal y el sometimiento a una tutela de otra
Administración, ya que en la regulación vigente los municipios tienen la
facultad de solicitar la dispensa de prestar un servicio mínimo a la
comunidad autónoma, facultad que se pretende que mantengan, y su
eliminación no solo supone la supresión de ese derecho sino que pueden
verse privados de ejercer competencias que tienen legalmente atribuidas
por imperativo legal, creando por ello inseguridad jurídica tanto a
dichas entidades locales como a los administrados, con el peligro de
vaciar de contenido a los municipios más pequeños solo en función del
número de habitantes, sin tener en cuenta otros parámetros, como la
orografía, las comunicaciones, la edad de la población, la estacionalidad
de esta o las circunstancias socioeconómicas del territorio.


Con la enmienda de adición de un nuevo párrafo al apartado
catorce del artículo primero, en lo que se refiere a la nueva redacción
del artículo 45 que el proyecto de ley propone suprimir, pretendemos
otorgar a las entidades locales menores el rasgo característico e
imprescindible de ente básico y fundamental para la satisfacción de las
aspiraciones de la comunidad vecinal. Su proximidad a la ciudadanía
resulta más accesible y económica que otras administraciones, de ahí que
afirmemos que deben coexistir con el resto de entidades locales, además
de por tradición y su especial vinculación en determinados territorios,
como es el caso de las comunidades del Cantábrico y singularmente de la
comunidad que represento.


En el sentido de unificar la labor del cargo electo y
fomentar y estimular a los ciudadanos en la participación de la vida
pública, presentamos las enmiendas números 84 y 85. Nuevamente hacemos
referencia a los concejos más pequeños, cuya función es vital dada la
cercanía que existe entre el miembro de la corporación local y los
administrados, aplicando la ecuación sobre la dedicación desempeñada
añadida a la responsabilidad asumida, que debe llevar aparejada una
retribución en la medida más justa posible, abriendo la posibilidad a una
retribución a los municipios de población inferior a los 200 habitantes.
Incidimos en el hecho de que estos municipios españoles con menos de 200
habitantes no podrán pagar a los cargos electos ni habrá dedicaciones
exclusivas, algo que en la práctica ya sucede en la gran mayoría de los
municipios afectados. Sin embargo, la propuesta inicial del proyecto de
ley carece de motivación y apenas supondrá ahorro alguno. Carece de
sentido no retribuir un mismo servicio y responsabilidad en función del
tamaño del municipio, porque sería casi imposible la confección de listas
para elegir a los responsables de la corporación, abocando a los
municipios de pequeño tamaño a su desaparición o a que queden vacíos de
representantes elegidos en dichas corporaciones.


Proponemos con nuestra enmienda 86 la supresión de los
párrafos cuarto, quinto y sexto referente a la introducción del nuevo
artículo 92 bis.6 en el apartado veinticinco del artículo primero del
proyecto de ley, porque la naturaleza reservada y exclusivamente técnica
de las funciones que desempeñan los funcionarios de la Administración
Local con habilitación de carácter nacional justifica que el régimen de
provisión sea exclusivamente el concurso. La objetividad, independencia e
imparcialidad en el ejercicio de las funciones, principios recogidos en
el nuevo artículo 92.3, exigen que el criterio de selección sea el
concurso, debiendo eliminarse el sistema de libre designación, lo que
incidiría positivamente en un mayor grado de institucionalización y una
mejora sustancial de la imagen de nuestros entes locales más relevantes y
de los cuales depende la mayor parte de los fondos públicos del sector
local. Igualmente, no resulta idóneo ni funcional que se imponga un
periodo mínimo de permanencia de dos años en el puesto y se reduzca a la
mínima expresión el nombramiento provisional, porque propiciaría la falta
de movilidad del personal y la proliferación de los nombramientos
accidentales en personas que no hayan superado las pruebas de
habilitación. No parece que ello contribuya a fortalecer tan importante
figura de control, a la que además el proyecto de ley sobrecarga con
nuevas funciones, tareas y responsabilidades tales como los
pronunciamientos e informes determinantes para obligar a los
ayuntamientos a la cesión de competencias. De ahí que propongamos la
supresión del apartado octavo del artículo 92.bis en el apartado
veinticinco del artículo primero del proyecto de ley.


Con nuestra enmienda número 88 añadimos una redacción a la
introducción del nuevo artículo 92.bis que supondría, de una parte,
reconocer una realidad habitual en nuestras entidades locales y, por
otra, aprovechar un potencial de recursos humanos con experiencia,
preparación y formación adecuadas en alta dirección, sin que ello suponga
en principio aumento de gasto público sino, por el contrario, una menor
asignación y optimización de recursos y la efectividad del principio de
mérito y capacidad en el acceso a la función directiva. A su vez,
redundaría en una mayor









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trasparencia y minoraría una progresiva
desinstitucionalización que, de alguna manera, han padecido las entidades
locales en los últimos años.


Modificamos el apartado veintiocho del artículo primero en
lo que se refiere a la introducción del nuevo artículo 104 bis.1,
párrafos d), e) y f), porque la creciente proliferación de puestos de
asesores y responsables de libre designación no es la respuesta adecuada
a la insuficiente capacitación cívica de algunos representantes elegidos,
ya que introduce elementos que distorsionan la transparencia de los
resultados electorales y además desplaza o se inmiscuye en el ámbito de
las tareas propias de los funcionarios. Asimismo, se pueden concretar
esos determinados ahorros netos de la Administración Local reduciendo las
plantillas de asesores a medida que se refuerza la capacidad y la
experiencia de los propios ediles elegidos mediante sufragio universal,
libre, directo y secreto.


Discrepamos del proyecto de ley cuando pretende establecer,
como una medida obligatoria, la propuesta de fusión con un concejo
colindante. Creemos que esto puede ser incongruente ya que pueden darse
varias circunstancias, desde que ninguno de los concejos anexos quiera
fusionarse con la entidad obligada a formular un plan
económico-financiero, que tampoco pueda por situaciones determinadas,
como la accesibilidad, la geografía o la orografía respecto del municipio
vecino, o también que esta obligación pueda orillar la autonomía
municipal de igual modo. De ahí que sea más correcto técnicamente
prescribir esta posibilidad de modo facultativo.


Proponemos la eliminación del enunciado de la letra e)
referente a la introducción del nuevo artículo 116 bis, que se contiene
en el apartado treinta del artículo primero de este proyecto de ley, ya
que el incumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria, de
deuda pública o de la regla de gasto no tiene que ser debido a la
existencia de una entidad local menor, la cual puede ser perfectamente
eficiente y sostenible, por lo que resulta contradictoria su eliminación
por el mero hecho de ser una entidad de ámbito territorial inferior al
municipio.


También queremos que se suprima de este proyecto de ley el
hecho de pretender cobrar por actuaciones de apoyo en materia de
fiscalización interna de la gestión económica financiera. No nos parece
adecuado, ya que el debate principal en los últimos tiempos ha girado en
torno a asegurar y garantizar la financiación de las administraciones
locales; y que ahora el Estado pretenda cobrar por colaborar, después de
que esta reforma pretenda tutelar desde la Administración del Estado a
los ayuntamientos y demás entidades locales mayores y menores, y cuando
se solicita colaboración en aras de cumplir con lo dispuesto en la Ley
Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que
se deba hacer mediante contraprestación económica, es una previsión que
supone una obligación injusta para la Administración pública más escasa
de recursos. Por el contrario, si el objeto de la reforma es discernir
entre las competencias evitando gastos y costes a las entidades locales,
resulta incongruente y contrario al espíritu de la reforma que en los
casos de transferencia de competencias esta no venga acompañada del
traspaso del personal adscrito, ya que de otra manera la entidad local
quedaría con el gasto en personal pero sin el servicio a sus ciudadanos,
mientras que el nuevo ente competencial debería incorporar al personal
para prestar ese servicio incumpliendo el principio de que el resultado
final suponga en su conjunto un coste mayor para las administraciones
públicas.


Hasta aquí, señor presidente, señorías, un resumen de las
treinta enmiendas presentadas por Foro a este proyecto de ley. Como
señalé en el anterior turno de portavoces con motivo de los vetos
presentados, la necesidad de esta ley de racionalización y sostenibilidad
de la Administración Local contrasta con el resultado final de este texto
legislativo, fundamental para España y para nuestras entidades locales.
Cabría esperar en una Cámara como el Senado, en el que hay constituida
una Comisión de Entidades Locales, una mayor capacidad para elaborar una
ley mejor. No ha sido el caso, porque ya quedó dicho que el Gobierno,
contrariamente a lo que prometió, se ha desentendido de esta importante
comisión, y porque una vez más el procedimiento de urgencia limita una
mayor y mejor reflexión sobre el texto legislativo. No se han tenido en
cuenta nuestras enmiendas ni tampoco otras que razonadamente han
presentado otros grupos parlamentarios, con lo cual la ley resultante
será mala, por lo que la rechazaré con mi voto.


Muchas gracias.









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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Martínez
Oblanca.


El senador Fuster y las senadoras Ibarz y Santos han
presentado las enmiendas 152 a 177.


Para su defensa, tiene la palabra la senadora Santos.


La señora SANTOS FERNÁNDEZ: Gracias, presidente.


Señorías, permítanme que antes de proceder a la defensa de
las enmiendas presentadas por los senadores del Partido Aragonés les haga
partícipes de algunas emociones. La primera es que subo a esta tribuna
sin saber muy bien si vamos a conseguir transaccionar una enmienda sobre
la que el Partido Aragonés considera que se debería residenciar el
régimen especial que en Aragón tenemos en materia de Administración
Local.


Subo aquí, les decía, con cierta emoción, porque para el
Partido Aragonés las cuestiones relativas a la organización territorial y
a las entidades locales han sido objeto de mucho trabajo durante
muchísimos años. Permítanme que haga una mención especial a la persona
del presidente del partido, José Ángel Biel, que ha tenido una
implicación muy especial en esta materia y que ya en el año 2005
compareció para hablar de ella en esta Cámara.


Pero sería un error por mi parte no tener también un
reconocimiento explícito para los senadores de todos los grupos
parlamentarios, de todos los partidos políticos, senadores aragoneses,
insisto, de todos los partidos políticos y de todas las
circunscripciones, que, con independencia de su color político, tanto han
invertido en que en Aragón tengamos un régimen especial en materia de
Administración Local.


Las veintiséis enmiendas que el PAR ha presentado, números
152 a 177, traen causa de la defensa de la autonomía local y del estatuto
de autonomía.


Aragón, señorías, posee un régimen especial que deriva las
competencias exclusivas que están reguladas en el estatuto de autonomía
tanto en materia de régimen local como de Administración territorial,
pero que ya quiero anticipar que se ha desarrollado de una manera
extraordinaria y sin precedentes. No conozco ninguna otra comunidad
autónoma que haya desarrollado su régimen especial de Administración
Local a través de treinta y seis leyes aprobadas por el Parlamento
autonómico, y quiero resaltar que por unanimidad, por todos los grupos
parlamentarios representados en las Cortes.


Este régimen especial, a diferencia de otras autonomías,
les decía, se ha desarrollado a través de treinta y seis leyes con un
objetivo principal, que es hacer llegar los servicios a todos los
rincones de nuestro territorio. Sin embargo, no puedo ocultarles que en
el origen de esto está el profundo problema de despoblación que el
territorio aragonés tiene en todos los casos. Señorías, Aragón no es ni
mejor ni peor que otras autonomías, pero es diferente. Demográfica y
también geográficamente tenemos unas circunstancias muy concretas: 48 000
kilómetros y tan solo 1 330 000 personas, lo que nos da una densidad de
población media de veinticinco habitantes por kilómetro cuadrado,
veinticinco habitantes que en muchos casos son solamente ocho, unas
densidades de población semejantes a las del Sáhara en muchas partes de
nuestro territorio: en Albarracín, en el Maestrazgo, en Sobrarbe, en la
comarca de Belchite. Es, señorías, una población notablemente envejecida
y que en su gran mayoría —más de la mitad de la población
aragonesa— se localiza en la ciudad de Zaragoza.


En estos 48 000 kilómetros a los que hacía referencia el
30% del territorio tiene altitudes superiores a los 1000 metros y
setecientos treinta y un ayuntamientos, de los que solo veintiuno tienen
más de cinco mil habitantes. Estoy segura, señorías, de que a estas
alturas ya habrán comprendido la necesidad de nuestro régimen especial en
esta materia y la necesidad de ver reflejado en la ley este régimen
especial aragonés, en el que tanto hemos invertido todos los partidos
políticos.


Señorías, el régimen tradicional no nos servía para
garantizar la igualdad de servicios y de oportunidades a los ciudadanos
de todo el territorio aragonés, y por eso hemos constituido ya treinta y
dos de las treinta y tres comarcas posibles por voluntad de los
ayuntamientos y con absoluto respeto de la autonomía local. Cada una de
estas comarcas tiene su ley específica —treinta y dos leyes, cada
una de creación de cada una de las comarcas, y cuatro más de régimen
especial— que, como les digo, se ha hecho con absoluto respeto de
las autonomía local por decisión de los ayuntamientos implicados.


Pero hay una peculiaridad importante que también quiero
transmitirles. Cuando hablamos de esta materia, cuando hablamos de
regímenes especiales, me estoy dando cuenta de los días que









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van desde la celebración de la primera Comisión de
Comunidades Autónomas y de que todo el mundo piensa que todos tenemos lo
mismo. No, señorías, las comarcas en Aragón no son una mera agrupación de
municipios. Las comarcas aragonesas tienen autonomía administrativa,
autonomía financiera dotada a través de los presupuestos de la comunidad
autónoma, y además tienen competencias propias, titularidad, señorías;
titularidad en competencias propias transferidas de la comunidad autónoma
y encomendadas por los ayuntamientos. Nada tiene que ver este régimen con
el de otras comunidades que no tienen transferidas dichas competencias.
Las comarcas aragonesas hoy prestan servicios tan importantes como, por
ejemplo, la ayuda a domicilio; incluso para garantizar su sostenibilidad,
hemos creado escuelas comarcales de educación infantil.


Señorías, en Aragón, a la vista de las circunstancias
demográficas y geográficas a las que he hecho referencia, las comarcas y
los municipios aragoneses constituyen una verdadera red de solidaridad, y
a ellas coadyuvan, o les ayudan, las diputaciones provinciales dotándoles
de recursos técnicos y económicos de una manera meramente
asistencial.


Señorías, el Partido Aragonés más que nadie es consciente
de la dificultad de dictar bases en materia de régimen local en un
territorio tan heterogéneo como el nuestro; pero, sinceramente, pensamos
que es mucho más fácil dictar estas bases después de treinta y cinco años
de desarrollo constitucional, porque la voluminosa doctrina del Tribunal
Constitucional ha ayudado a fijar con firmeza algunos principios. El
primero, el principio de autonomía local según el cual, el legislador, al
establecer las bases de régimen local, no puede llegar a la fijación
detallada de todas las competencias locales, y cito las sentencias
214/1989 y 159/2001. El segundo principio, el reconocimiento de
competencias legislativas a las comunidades autónomas, pese a su carácter
bifronte impide en materia de régimen local el establecimiento de un
régimen uniforme para todos los territorios. Sobre esta materia hay un
sinfín de sentencias, citaré solo a modo de ejemplo la 33/1993 y la
31/2010.


Señorías, hoy no hay dudas entre la doctrina
constitucionalista y administrativista de los dos principios a los que
acabo de hacer referencia. Citaré por todos al profesor Muñoz Machado,
quien en su Tratado de Derecho Municipal realiza estas afirmaciones, leo
literalmente: No es posible que el Estado utilice sus atribuciones sobre
las bases de régimen jurídico de las administraciones públicas para
concretar de modo pormenorizado las atribuciones de las administraciones
locales. Y dice más: El reconocimiento de competencias legislativas a las
comunidades autónomas ha sido determinante de que la jurisprudencia
constitucional reconozca una importante restricción a las competencias
legislativas generales que el Estado ostenta en la materia, competencias
que alcanzan a la posibilidad de matizar el modelo general mediante el
establecimiento de estructuras especiales, la creación de nuevas
entidades locales y, por supuesto —y termina la cita— no ha
sido óbice para que sean respetados, como por otra parte es
constitucionalmente pertinente, los regímenes especiales de carácter
foral y los regímenes especiales de carácter autonómico.


Estas afirmaciones interpretativas, señorías, del espíritu
del constituyente obligan, a nuestro modo de ver, a preservar como un
verdadero tesoro la heterogeneidad resultante de la autonomía local y de
las competencias autonómicas en esta materia, porque, en nuestra opinión,
señorías, cuando se hace con lealtad constitucional, como es el caso de
las Cortes aragonesas, dan soluciones a los ciudadanos y posibilitan un
adecuado marco de autogobierno sin afectar ni a la soberanía nacional ni
mucho menos poner en riesgo la unidad de España. En las intervenciones
que hemos realizado en las comisiones de comunidades autónomas y de
entidades locales hemos pedido con insistencia el reconocimiento
específico del régimen especial de Aragón, como por otro lado ya estaba
reflejado en la ley el de otros ocho regímenes específicos: los dos
insulares, los dos forales y los uniprovinciales.


Señorías, en este momento no puedo decir cuál va a ser el
resultado de la negociación que esta tarde se aventura, porque lo cierto
es que teníamos avanzado algún texto como transaccional a la enmienda
número 171 que el Partido Aragonés ha presentado, pero en este momento
han surgido una serie de avatares y no puedo, repito, no tengo claro,
sinceramente, saber si se va a producir esa transacción en el sentido de
reconocer el régimen especial en materia de entidades locales que tiene
Aragón y, por lo tanto, el reparto de competencias —que, por otro
lado, es obvio— por parte de la comunidad autónoma entre los
distintos niveles de administración respetando, como no puede ser de otra
manera, los conceptos básicos de esta norma.









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Señorías, la legislación aragonesa, las treinta y seis
leyes a las que he hecho referencia, el Estatuto de Aragón y nuestro
sistema basado en los ayuntamientos, las comarcas y las provincias es un
sistema que cumple los objetivos de esta ley que hoy se debate. Es
eficiente en lo concerniente a la colaboración entre administraciones, es
claro en la atribución de competencias y garantiza la inexistencia de
duplicidades. Además, es sostenible, desde el punto de vista de la Ley de
estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera y, señorías, por
supuesto y sobre todo, es útil a los ciudadanos de Aragón y al territorio
aragonés.


Reconocemos que la ley ha tenido muchos cambios, pero el
Partido Aragonés considera que si la transacción a la que he hecho
referencia no es aceptada estaremos ante un serio problema, porque
creemos que no se respetaría el espíritu del constituyente, creemos que
no se respetaría el estatuto de autonomía, creemos que no se respetaría
la voluntad de las Cortes manifestada en las treinta y seis leyes a que
he hecho referencia y creemos, sobre todo, que los ciudadanos de Aragón y
su territorio podrían verse seriamente comprometidos por la alteración de
competencias del régimen a que hace referencia esta ley.


Quiero solamente hacer un matiz, por la utilización de mis
palabras —y tienen que entenderme, debido a la situación concreta
que acabo de transmitirles—. En el reparto de competencias que
nuestra autonomía ha organizado, las transferencias, lógicamente, se ven
alteradas por esta ley. Nosotros queremos respetar los principios básicos
de esta ley, pero queremos que se respete nuestro estatuto de autonomía y
nuestra regulación específica en materia de régimen local. En el momento
de la votación, y a través del portavoz del grupo parlamentario, les
transmitiremos, por lo tanto, si perseveramos en todas las enmiendas o
si, finalmente, se acepta aquella que nos permitiría retirar el
resto.


Permítanme, solamente y antes de finalizar, que en mi
intervención rinda un especial homenaje a todos los concejales y alcaldes
de Aragón y de España, como lo han hecho quienes me han antecedido en el
uso de la palabra, porque hacen política veinticuatro horas al día,
poniendo en valor este noble oficio de la política, que no es sino el de
servir al ciudadano y que, pese al inmerecido desprestigio de los últimos
tiempos, creo que debemos reconocer.


Permítanme también que, dada la proximidad de las fechas
navideñas, les esboce un desiderátum: espero que en el año 2014 seamos
capaces de resolver el problema de la financiación de las haciendas
locales y seamos capaces de conseguir si no una financiación
satisfactoria, sí, por lo menos, suficiente.


Señorías, en nuestra opinión, la Constitución de 1978 ha
abierto la puerta al desarrollo autonómico en esta materia, y en Aragón
lo hemos aprovechado de manera decisiva desarrollándolo de forma
extraordinaria y prolija. Tenemos todavía algunos retos por delante que
esperamos poder afrontar en 2014, en concreto, la creación de la última
comarca, el área metropolitana de Zaragoza y también la ley de
capitalidad de Zaragoza. Es obvio que Zaragoza, que concentra a más de la
mitad de la población, necesita un régimen especial por la importancia
que tiene su participación en el desarrollo de los municipios pequeños
ubicados en el entorno y también por su irradiación al resto de Aragón.
Debido a nuestras peculiaridades demográficas y geográficas ya habrán
comprendido ustedes, señorías, que no hay otro sistema posible en Aragón
que el de la solidaridad; la solidaridad de Zaragoza con el resto del
territorio y la solidaridad de nuestras comarcas entre sí.


El desarrollo del hecho autonómico ha propiciado para
Aragón el periodo más próspero y le ha dotado de la mayor cuota de
autogobierno posible desde planteamientos de participación democrática.
Al progreso de nuestra comunidad, en términos económicos y sociales,
hemos sumado la restauración de nuestras principales señas de identidad
como lo son el derecho y las instituciones. El Partido Aragonés entiende,
señorías, que la Constitución todavía nos otorga un margen suficiente
para ahondar en el autogobierno como instrumento de mejora de la calidad
de vida de los aragoneses y de desarrollo económico y social de nuestra
tierra.


Señorías, encaramos este reto con lealtad, contribuyendo,
como siempre lo hemos hecho, a la unidad de España, y solo me queda
decirles que esperamos reciprocidad.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Santos.


Los senadores Iglesias y Mariscal han presentado las
enmiendas 1 a 11, 13 a 37 y 149.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Mariscal.









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El señor MARISCAL CIFUENTES: Gracias, presidente.


Señorías, subo de nuevo a esta tribuna con la firme
convicción de representar las ideas y la práctica de una fuerza política
como es Izquierda Unida. Como en todos sitios, puede haber personas,
compañeros y compañeras que no cumplen con nuestro programa o directrices
políticas. Eso ocurre en todas las organizaciones, pero, desde luego,
Izquierda Unida es una firme trinchera en la defensa de lo público, tanto
del ámbito municipal como autonómico. Por eso, traer a colación aquí que
quienes cambian las bombillas en el Ayuntamiento de Conil son una empresa
privada, me parece lamentable y da cuenta de la poca solvencia argumental
cuando se intenta atacar a Izquierda Unida y su gestión municipal a lo
largo y ancho de este país.


Lo que esta ley introduce, señorías, no se trata ya de
voluntad política. Lo que esta ley introduce es la obligatoriedad de
tener que privatizar para no poder ser intervenidos por parte de los
ayuntamientos. Y cuando veamos cómo se fija el coste efectivo por parte
del ministro Montoro o de quien venga, por parte del Ministerio de
Hacienda y Administraciones Públicas, verán, alcaldes y alcaldesas del
Partido Popular, lo que va a ocurrir.


Nosotros entendemos que ustedes no tienen dilemas morales.
Cuando tienen que privatizar, privatizan; si tienen que cerrar Canal Nou,
lo cierran; si tienen que despedir a miles de trabajadores y echarles a
la calle, les echan; y si tienen que dar la gestión privada a sus
empresarios amigos, lo hacen sin ningún tipo de problema moral, ni ético
ni político, porque forma parte de su concepción ideológica de las
cosas.


A lo que ustedes nos quieren abocar es a que España se
convierta en lo que se convirtió Madrid durante la huelga de basuras. Eso
es lo que están buscando para el conjunto del país. Y qué maravilla,
señor Sanz, que haya gente dentro de su grupo parlamentario que ponga la
defensa de su estatuto de autonomía por encima de sus intereses
partidarios. Yo creo que lo que hemos escuchado aquí hace un momento a
las personas que me han precedido en el uso de la palabra es un ejemplo
del que usted debería tomar nota a la hora de subir aquí y defender el
estatuto de autonomía que usted contribuyó a que se firmara en Andalucía
y a la construcción unitaria de ese estatuto que usted y los diputados y
senadores del Partido Popular van a traicionar con su voto en breve.


Nuestras enmiendas, de supresión, afectan a distintos
bloques. A las entidades locales menores, tenemos la número 2, al
artículo 3.2. La número 5, al artículo 13, sobre fusión de municipios con
límite de 5000 habitantes, mínimo para poder segregarse. La número 7, al
artículo 24 bis, sobre la personalidad jurídica propia de entidades
locales menores. La número 14, al artículo 45, para reconocer y
garantizar la personalidad jurídica de las entidades locales menores. La
número 30, al artículo 116 bis, sobre disolución de entidades locales
menores, contemplado en planes económico-financieros. Y también a la
disposición transitoria cuarta, que recoge la ampliación del plazo para
la rendición de cuentas de las entidades locales menores.


Tenemos otro bloque de enmiendas, también de supresión,
relativas al reforzamiento de las diputaciones que se da en esta ley. Tal
y como van, señorías, el Gobierno del Partido Popular recuperará
—ya lo verán— los gobiernos civiles ya mismo. Con eso de la
ley de seguridad ciudadana, seguro que pronto tenemos un gobernador civil
en todas las provincias de España. Yo creo que, a veces, incluso lo echan
de menos, como se está viendo en esa ley y en esa reforma del Código
Penal y de la ley de seguridad ciudadana. Al final, las regresiones se
concretan y van en dirección contraria al progreso, que es lo que
representan algunos con su práctica.


A este respecto, presentamos las siguientes enmiendas: al
artículo 13 sobre fusión de municipios; las diputaciones, en coordinación
con comunidades autónomas, coordinarán y supervisarán la integración de
los servicios resultantes del proceso de fusión. Al artículo 26, sobre
competencias de municipios menores de 20 000 habitantes a las
diputaciones provinciales, vía prestación de servicios mínimos. Al
artículo 27, sobre delegación de competencias a los ayuntamientos,
abriendo la posibilidad a que las diputaciones coordinen y hagan
seguimiento a las delegaciones. Al artículo 36, que refuerza las
competencias de las diputaciones. Al artículo 116 bis, que faculta a la
diputación a asistir a la administración que ejerza la tutela financiera
en la elaboración y seguimiento de la aplicación contenida en los planes
económico—financieros, y que puedan asumir delegaciones en materias
como salud y servicios sociales, abocando —insistimos— a
todos estos servicios a su privatización.









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Posteriormente, tenemos enmiendas genéricas. La número 21,
al artículo 85.2, sobre el poder que se da al interventor para valorar la
eficiencia de los servicios. La número 23, al artículo 86, sobre nuestra
defensa de la iniciativa pública para el desarrollo de actividades
económicas. Y, a la disposición adicional novena, la número 34, sobre las
prohibiciones de crear entes instrumentales.


Asimismo, un paquete de enmiendas de modificación y adición
consideradas importantes. La número 8, al artículo 25, sobre competencias
municipales. La número 9, al artículo 26 bis, sobre competencias
municipales y normas de accesibilidad. La número 11, al artículo 28,
sobre posibilidad de realizar actividades y servicios complementarios. La
número 17, al artículo 72 bis, sobre accesibilidad. A la disposición
transitoria primera nueva, para seguir prestando los servicios
complementarios que se están ejerciendo actualmente. Y, a la disposición
transitoria cuarta, que recoge la ampliación de plazos para la rendición
de cuentas de las entidades locales menores.


Todas ellas son enmiendas que, sin duda, no van a ser
aceptadas, pero que dan muestra de la oposición que nosotros mantenemos a
los aspectos cruciales de este proyecto de ley, y que vamos a seguir
defendiendo, al igual que vamos a seguir tratando de movilizar a la
ciudadanía. Yo creo que conseguiremos que nunca jamás se aplique, y que,
por tanto, la democracia local se mantenga en el sitio donde está, con
ayuda de los concejales y de los alcaldes y alcaldesas de todos los
partidos políticos de nuestro país desde 1979, a los cuales no nos vamos
a cansar de agradecerles su trabajo constante, a pesar de la incesante
criminalización que se les hace por parte del Partido Popular y de sus
prácticas.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mariscal.


Los senadores Quintero y Zerolo han presentado las
enmiendas 38 a 63 y 65 a 67.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Quintero.


El señor QUINTERO CASTAÑEDA: Muchas gracias, señor
presidente. Intentaré ser breve.


Presentamos las enmiendas 38 a 63 y 65 a 67 que,
básicamente, van enfocadas a dos bloques principales. Antes de empezar,
quiero mostrar mi agradecimiento a la Federación Canaria de Municipios,
puesto que hemos tenido varias reuniones con ellos y son los que han
redactado gran parte de las enmiendas que hemos presentado hoy. Asimismo,
a la FECAI, Federación Canaria de Islas, de los cabildos insulares, que
también han redactado algunas de ellas. Por tanto, las propuestas que hoy
traemos aquí son todas constructivas, con la finalidad de mejorar esta
ley, porque, aunque en un principio habíamos dicho que hacía falta una
reforma de la Administración Local, no entendemos que sea esta la que
hacía falta.


Por otra parte, no voy a repetir argumentos que
prácticamente son comunes a las que han defendido otros portavoces.
Nuestras enmiendas hablan del municipalismo, de la entidad más cercana a
la ciudadanía, la que atiende de primera mano todos los servicios básicos
para el ciudadano, y van destinadas a garantizar los servicios que han de
prestar los ayuntamientos, de modo que estos no pierdan capacidad de
gestión. Evidentemente, podemos quitársela y pasarla a un nivel superior,
pero siempre habrán de atender a los ciudadanos, porque hay que entender
que muchos ayuntamientos desarrollan competencias aunque no sean propias,
ya que se corresponden con prestaciones básicas de primera necesidad. Por
tanto, las enmiendas que presentamos pretenden todo lo contrario, dar
competencias a los ayuntamientos; eso sí, dotándoles también de la parte
económica que corresponde a cada una de esas competencias, si bien,
evidentemente, respetando la estabilidad presupuestaria. Pero hay que
recordar que son los ayuntamientos, en general de toda España y de
Canarias en particular, las entidades más saneadas.


En concreto, quiero referirme a una institución pública, el
cabildo insular, que este año conmemora el centenario de su creación. Es
una figura importantísima y lo que perseguimos con las diferentes
enmiendas que hemos presentado es que se entienda la.diferenciación de la
política local en un archipiélago, como Canarias, fragmentado. He
escuchado a algunos representantes —estoy completamente de
acuerdo— de algunos municipios rurales que se encuentran muy
alejados decir que les va a costar mucho la prestación de los primeros
servicios. Pues imagínense ustedes si, además de montañas —y
también tenemos muchas—, nos separa el aire y el mar, con lo cual,
evidentemente, nos vamos a encontrar mucho más mermados.


Los cabildos insulares se crearon en Canarias para atender
competencias locales, pero en la actualidad son gobiernos supralocales o
autonómicos, amparados por la Constitución. Por eso,









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algunas enmiendas van destinadas a que se garantice lo
establecido por la Constitución Española, que los reconoce como gobiernos
locales con competencias que superan lo municipal e incluso invaden lo
autonómico, y entendíamos que a esta ley le faltaba el reconocimiento
especial a estas instituciones, que para los canarios y las canarias son
muy importantes. Tengo que decir que es verdad que ya se aprobó en
comisión una moción, consensuada con todos los grupos, donde se reconoce
por primera vez a los cabildos, y se reconoce también que se regirán por
la ley de su propia naturaleza, la Ley de cabildos, que emana del
Parlamento de Canarias. Todavía estamos negociando algunas enmiendas y
esperamos llegar a alguna transacción con el Grupo Popular, porque se
trata de la composición política de estos cabildos. No tengo nada en
contra de las diputaciones, pero dan más competencias en esta ley a las
diputaciones, y se olvidan de los cabildos. Y nada tienen que ver las
diputaciones con los cabildos insulares. Los cabildos son Gobiernos
insulares elegidos directamente por el pueblo, y me atrevería a decir
que, a pesar de los fallos que puedan tener, es la institución más
democrática, porque el presidente o presidenta de un cabildo sale
directamente de la lista más votada y no se puede articular moción de
censura. Por lo tanto, repito, son completamente democráticos, y esto los
diferencia muchísimo de la provincia, además de la diferencia geográfica
que tenemos en Canarias. Por tanto, espero que estas enmiendas, para las
que todavía estamos tratando su transacción, lleguen a buen término.


Evidentemente, me hubiera gustado dar más competencias a
los cabildos, y les voy a decir la postura que tenemos y hemos mantenido.
Las comunidades autónomas deberían fundamentarse en tres competencias:
sanidad, justicia y educación, y esta ley tendría que haber aprovechado
para traspasar esas competencias a los cabildos insulares, que son
Gobiernos autónomos. Son Gobiernos autónomos, como establece la Ley de
cabildos, que van a atender mucho mejor las necesidades de los ciudadanos
de las islas, porque hay una disparidad de necesidades entre una isla
menor, de apenas once mil habitantes y una de las mayores, que casi llega
al millón de habitantes; la disparidad geográfica, política,
administrativa y ciudadana es tan grande que son los cabildos los que
realmente pueden atender directamente y mejor a los ciudadanos, por lo
que presentamos enmiendas que pretenden un traspaso de competencias a los
cabildos.


Y voy terminando. Creemos en el municipalismo y
consideramos que es una pieza fundamental en la Administración del
Estado. Pensamos que los servicios básicos sociales: agua, recogida de
residuos, limpieza, etcétera, deberían mantenerse en los municipios
porque podríamos desatender a aquellos ciudadanos que no estuvieran cerca
de esa institución superior, por ejemplo, los cabildos insulares, y
tendrían que desplazarse muchos kilómetros para recibir atención básica;
por cierto, en esta época de crisis económica se ha demostrado el valor
que tienen los ayuntamientos, que están atendiendo los servicios
esenciales de los ciudadanos, y, por tanto, es la institución a la que
más deberíamos fortalecer.


Algunas de nuestras enmiendas relativas a los ayuntamientos
son casi idénticas a las del resto de grupos. En ningún caso, ninguna de
las enmiendas que he recibido de la Federación Canaria de Municipios ha
ido destinada ni a los números de liberados, ni al sueldo de la
corporación, etcétera, solo se han preocupado por las competencias de los
ayuntamientos y por dar un mejor servicio a los ciudadanos.


Por ello, presento estas enmiendas de manera constructiva
porque considero que los primeros y mejores servicios los prestan los
ayuntamientos, sus concejales y sus alcaldes y alcaldesas que, por
decirlo de alguna manera, se matan cada día por conseguir que sus vecinos
y vecinas vivan mejor el día a día, eso que se nos pasa a las
instituciones supramunicipales y que hoy los ciudadanos nos están
demandando. Espero que se aprueben estas enmiendas.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Quintero.


Los senadores Eza, Salanueva y Yanguas han presentado las
enmiendas números 98 a 104.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Yanguas.


El señor YANGUAS FERNÁNDEZ: Gracias, señor presidente.


Subo a la tribuna en nombre de Unión del Pueblo Navarro
para defender una serie de enmiendas que hemos presentado a este Proyecto
de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración
Local.









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Pasados más de treinta años desde que desplegó sus efectos
esta Ley de bases del régimen local, UPN considera que es necesaria una
actualización. La administración municipal, como han dicho varios
portavoces, que es la más cercana al ciudadano y que algunos tenemos el
honor de conocer muy bien desde dentro, tiene varios problemas,
duplicidad de funciones y otros muchos, de los que hemos hablado largo y
tendido en las diferentes iniciativas. Se trata además, como no podía ser
de otra manera, de la administración más utilizada por los ciudadanos y
también la mejor valorada dentro de la crisis de valoración institucional
de los políticos. Por eso es importante obrar con cautela y también con
acierto; aquí estamos muchos alcaldes y muchos concejales que conocemos
la Administración Local y participamos de ella.


Unión del Pueblo Navarro, por su carácter de partido que
propugna y defiende la Comunidad Foral de Navarra como una comunidad
diferenciada y a la vez integrada en España, considera que tiene algo que
decir en este texto. Además, el propio ministro Gallardón dijo algún
tiempo en Navarra que España está constituida por dieciséis comunidades
autónomas, una comunidad foral, la de Navarra, y dos ciudades autónomas,
como son Ceuta y Melilla.


Por todo ello, como les he dicho, hemos presentado estas
enmiendas que voy a ir dando por defendidas, aunque me centraré en la
número 102, que además hemos transaccionado con el resto de grupos, a los
que agradezco, como no puede ser de otro modo, que podamos tramitarla, y
que hayan firmado esta transacción que hoy traemos aquí.


La disposición adicional primera de la Constitución
Española dispone, además, que ampara y respeta los derechos históricos de
la Comunidad Foral de Navarra, es decir, que no solo ampara sino que
también debe respetarlos. Por tanto, ahora, incardinando este texto con
lo que dice el Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, que dispone
que Navarra se constituye como una comunidad foral con régimen, autonomía
e instituciones propias, es también indivisible e integrada en la nación
española y solidaria con los pueblos.


El fuero, como ya hemos dicho y hoy lo vuelvo a remarcar,
no es una suerte de privilegio, como algunos intentan vender. El fuero es
una parte de la historia en la que Navarra y España pactaron en su día un
régimen que nos mantiene unido al Estado español. El fuero es a Navarra
como Navarra a la propia España. El régimen foral, por tanto, es la forma
en la que Navarra se integra dentro de España y, además, ese fuero
constituye una suerte de valla a la soberanía del Estado. El autogobierno
de Navarra tiene un límite también, que es el de la unidad constitucional
de la nación española. Así lo entendemos y así también lo respetamos.


Por todo ello, por todo lo que he dicho, es por lo que la
Comunidad Foral de Navarra tiene competencias en materia de
Administración Local, y por eso hemos presentado estas enmiendas, porque
no puede tampoco tratarse por igual a los distintos. En esencia, con
ellos, lo que queremos es acomodar esta Ley de racionalización y
sostenibilidad de la Administración Local con nuestro sistema foral, y
queremos acomodar esta legislación en materia local no como un
privilegio, nada más lejos, sino todo lo contrario.


Finalizo, agradeciendo, de nuevo —porque es
importante decirlo aquí—, a todos los grupos que hayan firmado para
tramitar esta enmienda y aprovecho para solicitar también el apoyo de
todos ellos y, sobre todo, al partido del Gobierno, al Partido Popular,
que ha entendido —así lo creemos— la filosofía del fuero de
Navarra, que siempre tratamos de explicar, desde la humildad de estos
tres senadores navarros, que siempre estamos y estaremos abiertos a la
negociación y al pacto para mejorar los textos legales, como puede ser
este.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Yanguas.


La senadora Capella ha presentado las enmiendas números 105
a 148.


Tiene la palabra para su defensa.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Gracias, presidente.


Voy a intervenir desde el escaño para dar por defendidas
mis enmiendas, al entender que son reflejo del veto presentado a la ley y
que van desgranando cada uno de los posicionamientos que hemos mantenido
al defender el veto, en el bien entendido que lo que estamos defendiendo
es la potestad de autogobierno que tiene la Administración Local y que,
en definitiva, a través de esta ley, se están invadiendo competencias
propias de Cataluña, no se respeta la ordenación territorial propia,
etcétera, entre otros aspectos que la ley pone en quiebra y
cuestiona.









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La Administración Local, tanto la del Estado español como
la catalana, es una Administración de éxito, que ha dado respuesta a las
necesidades de la ciudadanía. Entendemos que esta ley es una vuelta atrás
y una involución en lo que representa una Administración Local
democrática.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Capella.


Los senadores Aiartza, Goioaga, Mendizabal y Unamunzaga han
presentado las enmiendas números 150 y 151.


Para su defensa, tiene la palabra, el senador
Unamunzaga.


El señor UNAMUNZAGA OSORO: Muchas gracias, señor
presidente.


Con su permiso, intervengo desde el escaño. Al igual que
dijimos en el veto, Amaiur quiere repetir que de ninguna manera vemos
esta reforma de la Administración Local, teniendo en cuenta que venimos
de un territorio en el que los ayuntamientos tienen un peso histórico e
institucional muy importante. De repente, el hecho de que todos estos
ayuntamientos pueden quedarse sin autonomía municipal, nos parece un
grave ataque a la democracia participativa.


Hemos presentado una serie de enmiendas parciales para
pedir que esta ley no se aplique en Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa,
porque el Parlamento de Nafarroa, el Parlamento de Gasteiz, las Juntas
Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y la Diputación de Gipuzkoa, con
cientos de ayuntamientos, se han mostrado en contra de este proyecto de
ley. Han aceptado mociones en su contra, y creemos que hay que respetar
las palabras de estas instituciones que han sido elegidas
democráticamente.


En definitiva, mediante esta enmienda, queremos que se dé
una respuesta a la voluntad de la ciudadanía vasca, expresada por sus
representantes en las diferentes instituciones, en relación con la
posible aplicación de este texto legal en nuestro territorio.


Hemos añadido en la enmienda anterior otro apartado por el
que el Condado de Treviño tiene que considerarse parte de Araba en esta
reforma. Lo hacemos por un doble motivo. En primer lugar, la situación
anacrónica y carente de lógica que supone la pertenencia administrativa
de Treviño a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, a pesar de estar
enclavado geográficamente en pleno corazón de la provincia de Araba. Y,
en segundo lugar, la aplicación de esta ley supondría de facto una seria
traba a la hora de dar una solución al proceso iniciado por Treviño para
pedir su incorporación a la provincia de Araba, adoptando de esta manera
una decisión en contra de la voluntad expresada reiteradamente por los
ciudadanos y ciudadanas que habitan este enclave.


Resumiendo, es necesario respetar la palabra de todas estas
instituciones y no aplicar esta ley. Como no hemos podido echar atrás
este proyecto de ley en toda su amplitud, por lo menos queremos que no se
nos aplique en los territorios que a nosotros nos conciernen.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador
Unamunzaga.


El Grupo Parlamentario Vasco en el Senado ha presentado las
enmiendas 400 a 402, 404 a 411, 413 a 415, 417, 418 y 420.


Para su defensa, tiene la palabra el senador Cazalis.


El señor CAZALIS EIGUREN: Arratsalde on mahaiburu
jauna.


Voy a intentar ser breve porque estamos en plena vorágine
negociadora.


El Grupo Parlamentario Vasco en el Senado ha presentado las
enmiendas 400 a 420 de las cuales fue aceptada en trámite de comisión la
416 y transaccionada la 412. No mantuvimos como voto particular para este
Pleno ni la 413 ni la 419. Del resto de las enmiendas, un grupo son de
supresión al artículo primero, dieciséis, diecisiete, dieciocho,
diecinueve y veintiocho esencialmente porque suponen un desconocimiento
de la autonomía local. En el caso de la enmienda 405, que es de supresión
al artículo primero, diecisiete, supone una intromisión en las
competencias de las instituciones delegantes.


Del resto, presentamos las enmiendas 409 y 413 para
introducir dos nuevas disposiciones adicionales en la Ley Reguladora de
las Bases del Régimen Local y a la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales para preservar el sistema foral navarro en las mismas condiciones
que el sistema foral de la Comunidad Autónoma vasca.









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La 414 incide en el cumplimiento de obligaciones
tributarias respecto de los bienes inmuebles de la Seguridad Social
transferidos a las comunidades autónomas.


La 417 pretende posibilitar que la coordinación y gestión
de los datos padronales pueda ser realizada por los organismos
estadísticos oficiales tanto de la Comunidad Autónoma vasca como de la
Comunidad Foral de Navarra.


Y, por último, las dos enmiendas que más importancia tienen
para nosotros son la 418 que plantea la eliminación de los enclaves
provinciales existentes en una comunidad diferente a la suya y la 410 que
habla del sistema de consorcios y demás entidades de segundo nivel. En
ella el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado plantea que lo que se
aplique sea a aquellas entidades de segundo nivel que estén en
desequilibrio financiero, no a todas, a la hora de crear nuevas y, sobre
todo, a la hora de valorar las que ya están en vigor. La enmienda va en
la línea que ha establecido el Consejo de Estado en su dictamen sobre el
proyecto de ley cuando dice que la aplicación general e incontrolada de
la medida de disolución de las entidades instrumentales de segundo nivel
es desproporcionada en relación con el objetivo perseguido, que puede
igualmente alcanzarse limitando la puesta en práctica de estas
previsiones a los supuestos en los que se haya constatado la existencia
de una situación de desequilibrio financiero.


Estas han sido las veinte enmiendas que hemos presentado.
Nos congratulamos de haber podido transar e incluir, junto con el grupo
mayoritario, las que han sido admitidas. En este momento intentamos,
porque todavía queda tiempo, mejorar un poco más el texto si cabe.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Cazalis.


El Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya ha
presentado las enmiendas 225 a 288 y 289 a 341 y la vuelta al texto
remitido por el Congreso de los Diputados en lo modificado por el
dictamen de la comisión, salvo las transaccionales aprobadas sobre las
enmiendas 12 y 64, del Grupo Parlamentario Mixto.


Para su defensa, tiene la palabra la senadora Sequera.


Senadora Sequera, ¿Va a defenderlas todas o el primer
bloque?


La señora SEQUERA GARCÍA: Todas.


El señor PRESIDENTE: Todas, perfecto.


Cuando quiera.


La señora SEQUERA GARCÍA: Muchas gracias, señor
presidente.


En principio, damos por defendidas las enmiendas 225 a 288.
En el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, aparte de
estas que doy por defendidas, hemos presentado otro grupo de enmiendas,
un total de cincuenta y dos, de las cuales cuarenta y siete son de
supresión, dos de modificación y tres de adición. Ello responde a que
entendemos que el texto que se propone desde el ministerio supone una
demolición de la estructura de la Administración Local tal y como la
conocemos y, como en absoluto compartimos el sentido de la reforma, la
mayoría de ellas son de supresión.


Entendemos que la reforma debería recoger la realidad de
todo lo que en verdad desarrollan las entidades locales, legitimando su
actividad y dotándolas de los recursos suficientes para su gestión. Dicho
de otra forma, hay que dar un paso más hacia adelante, hacia una planta
local más moderna, próxima al ciudadano y más ágil en sus respuestas a
las necesidades, es decir, con más autonomía local. Y no nos estamos
inventando nada, simplemente queremos asemejarnos a esa Europa a la que
cuando conviene debemos parecernos y cuando no conviene ni la miramos;
así es el simple interés partidista del Gobierno del Partido Popular.


En la enmienda 289 se pide que se suprima el apartado 1 del
artículo 2 porque en él se refleja nítidamente que la reforma propuesta
tiene únicamente su razón de ser en criterios economicistas, ya incluidos
en otras leyes que obligan a los entes locales, como la Ley Orgánica de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. La actual
redacción del artículo 2.1, vigente ahora, preserva la autonomía local
con mayores garantías que la redacción proyectada.


La enmienda 290 pide la supresión del artículo 3, apartado
2, pero al parecer se ha llegado a una transaccional —y nos
felicitamos por ello— relativa a las entidades locales menores.









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La enmienda 291 pide también la supresión del artículo 7, y
es que el nuevo apartado 4 del citado artículo 7, junto con la supresión
del artículo 28, no solo condiciona el ejercicio de las competencias
diferentes a las propias y delegadas, las que llamamos competencias
impropias, a exigencias de sostenibilidad financiera y estabilidad
presupuestaria sino a conceptos abiertos e imprecisos que han de ser
controlados por otros niveles administrativos. La subordinación de la
decisión municipal a dos informes vinculantes vulnera la autonomía local.
Igualmente, el precepto vulnera la Carta Europea de la Autonomía Local,
que asegura a los municipios libertad plena para ejercer cualquier
competencia que no esté excluida de su competencia o atribuida a otra
autoridad. Por tanto, se necesita contar con la voluntad de otra
Administración vía informe vinculante.


En la enmienda 292 se pide la supresión de los apartados 3
y 4 del artículo 10, dado que la adición del nuevo apartado 3, que se
refiere a la coordinación de las entidades locales, tendrá por objeto
asegurar el cumplimiento de la legislación de estabilidad presupuestaria
y sostenibilidad financiera y pone de manifiesto cuál es la principal
finalidad de esta reforma. Por otra parte, la redacción del apartado 4,
al situar en el mismo plano la coordinación y la autonomía local,
contradice la garantía constitucional de esta última.


Presentamos la enmienda 293, también de supresión pero en
este caso del artículo 13, porque el precepto que regula la fusión de los
municipios invade la esfera competencial del legislador autonómico. Con
ello no queremos decir que el legislador estatal no pueda establecer
medidas de incentivación de la fusión, pero deja sin margen de actuación
a las comunidades autónomas por su intensidad y exhaustividad en las
medidas que propone.


En la enmienda 294, referente al padrón municipal, se pide
la modificación del apartado 2, letra f), del artículo 16. El padrón
municipal es un registro de situaciones de hecho y no de derecho, por
tanto debe ser un reflejo de la realidad. En él deben estar inscritas
todas aquellas personas que residan habitualmente en el respectivo
municipio, con independencia de la calificación jurídica que merezca esa
residencia. De lo contrario, habrá población real no constatada en los
registros oficiales, por lo que cualquier toma de decisión o acción que
tome como referencia el número de habitantes de ese territorio no se
ajustará a la realidad y conllevará situaciones incoherentes.


La enmienda 295 también tiene que ver con una transaccional
que se ha firmado referente a las entidades locales menores.


En la 296, de supresión del artículo 25, se alega la
necesidad de clarificar las competencias municipales y de evitar
duplicidades a través de las modificaciones del artículo 25 y la
modificación del artículo 36. Lo que hace es realizar un profundo cambio
del sistema local.


El artículo 25 vigente, cuya permanencia pretende esta
enmienda, enuncia materias de claro interés local, mientras que el
proyecto redefine a la baja la cláusula general de atribución de
competencias. Constituye una erosión de la autonomía local y de la Carta
Europea de la Autonomía Local. Dentro de los ámbitos materiales que
desaparecen sobresale, por su especial incidencia y por tratarse de
competencias de proximidad, el de servicios sociales.


La modificación propuesta en la enmienda 297, de supresión
del artículo 26, pretende eliminar servicios locales de prestación
obligatoria y deben resaltarse los servicios sociales en municipios de
más de 20 000 habitantes. Se atribuye a las diputaciones la gestión de
servicios obligatorios en municipios de menos de 20 000 habitantes u
otras fórmulas de gestión compartida. La última palabra sobre el modo de
esta gestión la tendrá el ministerio, lo que es claramente
inconstitucional. Su finalidad última se ve claramente que es la
privatización de la gestión de los servicios sociales.


La enmienda 298, de supresión del artículo 27, se refiere a
las competencias propias, que se convierten en delegables, pero su
ejercicio es controlado y supervisado por otro nivel de gobierno, por lo
que los municipios pierden espacios de dirección y decisión política y la
facultad de gestionar y ordenar una parte de los asuntos públicos de
claro interés local.


La enmienda 299, de supresión del artículo 28, pretende que
el vigente artículo 28, que regula las actividades complementarias, las
que llamamos competencias impropias, continúe vigente. El proyecto lo
suprime pretendiendo sustituir su contenido por el artículo 7.4, que ciñe
el ejercicio de esas actividades a exigencias de carácter economicista y
a controles de otras administraciones. Esta subordinación de la decisión
municipal a dos informes vinculantes vulnera también la autonomía local
constitucionalmente garantizada. Igualmente, vulnera la Carta Europea de
Autonomía Local y la libertad plena para ejercer cualquier
competencia.









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La enmienda 300, de supresión del artículo 32 bis, tiene
por objeto defender un modelo de dirección profesional donde primen
criterios de competencia profesional, lo que significa que jurídicamente
no se limite el desempeño de estos puestos a funcionarios del grupo A.
Debe caber la posibilidad, aunque sea de forma excepcional, de que fueran
desempeñados por profesionales con experiencia acreditada en funciones
directivas.


La enmienda 301 pretende la supresión del artículo 36. Este
artículo refuerza el núcleo competencial de las diputaciones de
representación indirecta en detrimento de los municipios cuyos órganos de
gobierno son elegidos por los ciudadanos, lo que supone una erosión del
principio democrático.


La enmienda 302 también forma parte de una transaccional en
relación con las entidades locales menores.


La enmienda número 303 es de supresión del artículo 57. El
proyecto de ley condiciona la constitución de un consorcio a que no sea
posible, ni más ventajoso en términos de eficiencia económica, la
suscripción de un convenio y no podrá demandar más recursos de los
inicialmente previstos. Esta limitación resulta desproporcionada y le
falta justificación. Para la constitución de consorcios solo se tienen en
cuenta criterios economicistas.


La enmienda 304, también de supresión de la letra n),
apartado, 1, del artículo 75 ter, donde se limita el número de los cargos
públicos de las entidades locales con dedicación exclusiva, se suprime en
la enmienda la limitación al número de electos locales en régimen de
dedicación exclusiva en los municipios de Barcelona y Madrid,
concretamente en la letra n), por considerar que no resulta adecuada y es
más eficaz la satisfacción de las necesidades organizativas y funcionales
de las dos metrópolis, ambas con más de un millón de habitantes.


La enmienda 305, de supresión del apartado 2, del artículo
85, tiene por objeto que se mantenga la vigencia del actual artículo
85.2, que regula los modos de prestación de servicios públicos locales,
la gestión indirecta o la directa, por considerar que las preferencias
establecidas en esta ley, en detrimento de la entidad pública empresarial
local y la sociedad mercantil, carecen de fundamento.


La enmienda 306 pide la supresión del artículo 86. Se trata
de reducir al mínimo la facultad de los municipios de ejercer la
iniciativa pública para el ejercicio de actividades económicas, lo cual
indica la naturaleza subsidiaria que para el Gobierno tiene la actividad
económica pública respecto de la privada.


La enmienda número 307, de supresión del artículo 92, trata
de la selección y formación de los funcionarios con habilitación de
carácter nacional. Esta enmienda pretende mantener la regulación vigente,
que es más respetuosa con las competencias de las comunidades autónomas
sobre estos funcionarios y con las facultades que tienen los propios
municipios sobre esta materia.


La enmienda 308 es de supresión y lo es por coherencia con
la enmienda anterior.


La enmienda 311, de supresión del artículo 116 ter, también
lo es en coherencia con las enmiendas de supresión del modelo de
Administración Local que pretende este proyecto de ley.


La enmienda 312 suprime la disposición adicional novena.
Entendemos que esta disposición no contempla que la entidad local haya
aprobado un plan económico-financiero o un plan de ajuste para equilibrar
sus cuentas, considerando que han sido aprobados por el Ministerio de
Hacienda y Administraciones Públicas. Tampoco tiene en cuenta esta
disposición que la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad
Financiera, el real decreto ley por el que se aprueba el mecanismo de
pago a proveedores y la Ley de Presupuestos Generales del Estado para
2012 ya establecen exigentes medidas en el caso de que se produzcan
incumplimientos, por lo que hace innecesaria esta disposición adicional.
(El señor vicepresidente, Lucas Giménez, ocupa la Presidencia.)


La enmienda 313 es de supresión de la nueva disposición
adicional decimosexta. Creemos que en la nueva disposición el enunciado
es equívoco, altera profundamente el sistema institucional del Gobierno
local, hasta el punto de hurtar del conocimiento del pleno de la entidad
local determinados asuntos en circunstancias concretas por lo que se
refiere a aprobación de presupuestos, de planes económico-financieros o
de ajustes y diversas materias económicas.


La enmienda número 314 propone la adición de un nuevo
apartado en el artículo 30, que más o menos viene a establecer que para
los municipios pequeños o de carácter rural, y para aquellos que reúnan
otras características que lo hagan aconsejable, como pueden ser su
carácter histórico-









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artístico o el predominio de un término de territorio de
montaña, actividades turísticas, industriales, mineras u otras
semejantes, estas queden recogidas en el marco establecido en esta
ley.


La enmienda 315 pretende la supresión del artículo 193 bis
de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales por el actual aumento de
impagos derivado de la situación económica y la demasiado exigente escala
establecida.


La enmienda 316 es también de supresión del artículo 213 de
la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, en coherencia con enmiendas
anteriores ya detalladas.


La enmienda número 317 es de supresión del artículo 218 de
la Ley Reguladora de las Haciendas Locales. Se pretende la supresión de
este precepto por introducir unos requisitos y controles injustificados,
contraponiendo, además, a un órgano administrativo que es la Intervención
con órganos representativos como son el alcalde o el Pleno. Por otro lado
obvia que la legislación vigente regula la resolución de discrepancias,
que el proyecto atribuye a otro órgano de una Administración
distinta.


La enmienda número 318 es de supresión de la disposición
adicional decimoquinta de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales. Y
ello porque el incentivo previsto en caso de gestión integrada o
coordinada de servicios municipales supone un decremento en la
financiación del resto de entes locales.


La enmienda número 319 es de supresión de la disposición
adicional segunda. Aunque esta disposición salvaguarda las competencias
de las comunidades autónomas en materia de régimen local, la
extralimitación competencial en que incurren las disposiciones del
proyecto de ley, de aplicación a las comunidades, obliga a proponer su
supresión.


La enmienda 320 propone la modificación de la disposición
adicional cuarta del régimen especial de Barcelona, porque tal como reza
en la propia exposición de motivos de la Ley 1/2006 de 13 de marzo, por
la que se regula el Régimen Especial del Municipio de Barcelona, la
relevancia de Barcelona en los ámbito económico, social y cultural, así
como su proyección europea e internacional, motiva la existencia de unas
necesidades organizativas y competenciales que difieren en algunos
aspectos de las existentes en otros municipios españoles. Si una de las
críticas más reiteradas por la doctrina en relación con la regulación de
las entidades locales ha sido la relativa al uniformismo en su
tratamiento, en el caso de la metrópolis de Barcelona es donde resulta
más adecuada la necesidad de articular alguna medida, que permita a los
responsables municipales atender de manera efectiva las demandas
ciudadanas. La presente ley, junto con la Ley 22/1998 del Parlamento de
Cataluña, de regulación del régimen especial aplicable a esta ciudad,
obedece a la voluntad de dar respuesta a sus necesidades. Por lo tanto se
estima necesaria la inclusión de esta cláusula de salvaguarda o
aseguramiento de este régimen especial. Entendemos que las disposiciones
relativas al régimen especial de Madrid deberán contenerse, en su caso,
en otra disposición adicional.


La enmienda número 321 solicita la supresión de la
disposición adicional sexta, porque aunque aparentemente la colaboración
de la Intervención General de la Administración del Estado se instrumenta
a través de un convenio, de donde podría deducirse que se trata de una
opción adoptada por el ente local con absoluta libertad, de hecho supone
la instauración de un nuevo mecanismo más de tutela sobre los entes
locales.


La enmienda 322 es de supresión de la disposición adicional
séptima y se ha redactado en coherencia con enmiendas anteriores.


La enmienda número 323 es de supresión de la disposición
adicional novena porque la ley deja sin efecto, en el plazo de doce meses
desde su entrada en vigor, todos los convenios de cooperación suscritos
con anterioridad a la ley que lleven aparejados la financiación de
competencias impropias y no se adapten a este proyecto. Ello pone a las
entidades locales en una situación muy difícil, ya que tendrán que
hacerse cargo del personal que hubieran incorporado en sus plantillas
para la realización de las actividades y la prestación de los servicios
derivados de esas competencias asumidas mediante convenio, sin embargo,
perderán la financiación para afrontar su coste.


La enmienda 324 también es de supresión de la disposición
adicional décima. Esta disposición parte de la concepción de que el
objeto del convenio solo va a beneficiar al ayuntamiento cuando no
siempre es así, como está claro en los convenios relativos al catastro.
Las entidades locales vienen firmando convenios de colaboración con
distintos ministerios en relación con aquellos









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impuestos denominados de gestión compartida. Los
actualmente existentes en materia de haciendas locales son los firmados
con la Agencia Estatal de Administración Tributaria, con la Dirección
General de Tráfico, con el Consejo General del Notariado, con los
registradores de la propiedad, así como convenios con la Dirección
General del Catastro. Precisamente, esta disposición viene a alterar el
actual marco de funcionamiento de los convenios de colaboración por lo
que se refiere a la Dirección General del Catastro. Los últimos convenios
que se verían afectados por esta redacción serían, a excepción del
convenio de la recaudación en vía ejecutiva de la Agencia Estatal de
Administración Tributaria, los relativos a la Dirección General del
Catastro, y ello comportaría lo que tantas veces se ha denunciado por los
Gobiernos locales al referirse a las competencias impropias o, mejor
dicho, los gastos de suplencia, esto es, la financiación por parte de las
entidades locales en su integridad de las competencias que pertenecen a
otra Administración pública, en este caso a la Administración General del
Estado. Y es que aceptar esta redacción supondría que las entidades
locales pasarían a financiar la competencia catastral de la Dirección
General del Catastro pero sometido a todas aquellas disposiciones
normativas que se legislen, que se tenga a bien aprobar y cuyo coste de
ejecución se trasladaría a las entidades locales.


La enmienda 325, de supresión de la disposición adicional
undécima, también está en coherencia con otras enmiendas presentadas.


La enmienda 326 también está en coherencia con la enmienda
presentada a la disposición adicional segunda.


La número 327 es de supresión de la disposición adicional
decimoquinta. Esta disposición es un ejemplo claro de que esta ley ni
clarifica competencias ni atribuye a la instancia administrativa más
idónea los diferentes servicios porque difiere a un futuro incierto las
soluciones competenciales y muestra, en definitiva, la arbitrariedad con
la que el proyecto de ley ha configurado el marco competencial de los
municipios.


La 328 es de adición. Es una nueva disposición adicional de
especialidades de los consejos insulares, que también se ha llegado a una
transaccional. Igual que con la 329, que se refería a una disposición
adicional nueva del régimen especial de la isla de Formentera.


La enmienda 330, de supresión de la disposición transitoria
primera, está en coherencia con las enmiendas que se han presentado
relativas al marco competencial de las entidades locales.


La enmienda 331, de supresión de la disposición transitoria
segunda, también es en coherencia a las enmiendas relativas del marco
competencial del artículo 25.


La enmienda 332, de supresión de la disposición transitoria
cuarta, también está en coherencia con las enmiendas anteriores a los
artículos 3.2, 24 bis y 45, aunque, según el apartado 1 de esta
disposición, parece que las actuales entidades locales menores
mantendrían su personalidad jurídica, pero con las transaccionales que se
han presentado quedaría bastante adecuado el redactado.


La enmienda 333, de supresión de la disposición transitoria
quinta, también está relacionada con la misma materia.


La enmienda 334 es de supresión de la disposición
transitoria sexta también en coherencia con otras enmiendas
anteriores.


La enmienda 337 decae por haber sido suprimida, si no
recuerdo mal, por el Grupo Parlamentario Vasco en la Comisión de
Entidades Locales.


La enmienda 339 suprime la disposición final segunda en
coherencia con las enmiendas de supresión de otros artículos que
pretenden modificar el régimen de los consorcios, incluyendo los
requisitos para su constitución y la continuidad de su funcionamiento
teniendo únicamente en cuenta criterios economicistas y sin permitir
valorar otro tipo de criterios.


Hasta aquí las enmiendas que nos gustaría que sus señorías
tuviesen en consideración.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Bel.


El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, presentamos cincuenta y ocho enmiendas a esta ley
que tiene dos artículos, dieciséis disposiciones adicionales, once
transitorias, de momento, y seis disposiciones finales.









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Son dos artículos que modifican esencialmente la Ley de
Bases de Régimen Local y, modestamente, el artículo 2 de la Ley de
Haciendas Locales. Pues bien, a estos dos artículos, dieciséis
disposiciones adicionales y once transitorias presentamos estas cincuenta
y ocho enmiendas, de las que treinta y ocho corresponden al artículo 1,
tres al artículo 2, once a las disposiciones adicionales, cinco a las
disposiciones transitorias y una a las disposiciones finales.


Vayan por delante algunas reflexiones que pueden añadirse a
las que ha hecho mi compañera la senadora Rivero, todas ellas de forma
muy acertada, en relación con esta ley. Aún estamos intentando saber si
podemos transaccionar o si nos van a aceptar alguna de nuestras cincuenta
y ocho enmiendas. De entrada, tengo que dejar constancia,
desgraciadamente otra vez, de que en el trámite de enmiendas en el Senado
el Grupo Popular se autoenmienda y enmienda una enmienda admitida de
Convergència i Unió en el Congreso de los Diputados. Concretamente, en el
Congreso la enmienda 374 de Convergència i Unió fue aprobada. Esta
enmienda, que hace referencia al artículo 57, es contraenmendada. ¿Por
parte de quién? Por el Grupo Popular. Este grupo, con la enmienda 424 del
Senado, vuelve a dejar el texto original del artículo 57 que había
entrado en el Congreso. Simplemente queremos mostrar otra vez más nuestro
desconcierto. Nosotros no podemos entenderlo, porque si tienen que
rectificarlo no hace falta que acepten la enmienda en el Congreso puesto
que es un trabajo inútil aceptar la enmienda, contraenmendarla y dejar en
esta Cámara a mi grupo en una cierta indefensión pues no presentamos
enmienda al artículo 57 porque ya nos la habían admitido. Ahora ustedes
presentan otra enmienda dejando el texto original y ya no tenemos
posibilidad. Quiero dejar constancia de que si hubiésemos podido,
nosotros habríamos presentado también la enmienda al artículo 57,
concretamente al apartado dieciséis del artículo primero de la ley que
hace referencia al artículo 57 de la Ley de bases.


Dicho esto, sinceramente —y no sé cómo va a acabar
todo el proceso—, mi grupo —lo decía la senadora Rivero esta
mañana— presentó la primera interpelación de esta legislatura, yo
mismo la efectué al ministro Montoro, y en esa interpelación pedíamos dos
cosas: la modificación, una nueva ley de gobiernos locales, una nueva Ley
de Bases del Régimen Local, y una nueva Ley de Haciendas Locales. Es
verdad que en aquel momento se aprobó la moción consecuencia de
interpelación.


Más allá de que los plazos no se han cumplido —que no
es ningún reproche—, sí que debemos constatar un primer aspecto: no
tenemos una nueva Ley de Bases del Régimen de la Administración Local,
tenemos una rectificación, una reforma profunda, si ustedes quieren, pero
no una nueva ley; tenemos una reforma de la Ley de 1985. Por tanto, no
estamos haciendo un replanteamiento de la Administración Local en España,
sino que estamos haciendo retoques, algunos muy sustanciales, pero
retoques de una ley que es la de 1985. Segunda constatación, lo hacemos
sin modificar de momento el régimen de financiación de las
administraciones locales, y eso no deja de ser un problema porque estamos
regulando las competencias, pero todavía no regulamos cómo se financian
estas competencias. Por tanto, es muy difícil determinar si esta
regulación de competencias es acertada y tiene una cierta coherencia con
la financiación que se establece para las corporaciones locales.


Entremos en materia: enmiendas. La senadora representante
del Partido Aragonés Regionalista decía que sentía un cúmulo de emociones
en la tribuna, y la verdad es que yo también las siento, aunque no tengo
tanta incertidumbre como la senadora Santos porque intuyo por dónde van a
ir las enmiendas, pero sí quiero dejar constancia de un aspecto
fundamental. Con esta ley ustedes no respetan el Estatuto de Cataluña, no
respetan las competencias exclusivas que en materia local están aprobadas
en el Estatuto de Cataluña en su artículo 160 —en algún otro
tampoco, pero en este concretamente no lo respetan—. Y no me digan
que se amparan en el principio constitucional de hacer una ley de bases
que después podrán desarrollar las comunidades autónomas con competencia
exclusiva. Ustedes hacen una ley de bases tan amplia, regulan hasta el
detalle más insignificante, con lo que no dejan ningún tipo de margen
para que las comunidades autónomas con competencia exclusiva regulen la
Administración Local. Lo regulan todo: lo que tienen que cobrar los
alcaldes, las dedicaciones exclusivas, las competencias, lo que puede
hacer, lo que no puede hacer, lo que deben efectuar los municipios de
menos de 20 000 habitantes, las entidades locales menores…, lo
regulan todo. En el epígrafe de Bases hacen unas bases tan amplias que no
dejan margen legislativo a las Cámaras autonómicas y, obviamente, no
dejan margen legislativo al Parlament de Catalunya.









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Por ello, nuestra enmienda, la enmienda número 383
—de estas cincuenta y ocho tenemos cincuenta y siete y una
adicional, que es la enmienda— es a la disposición adicional
segunda, que es aquella que ustedes titulan bajo el epígrafe de
Competencias autonómicas en materia de régimen local, que dice: Todo lo
que no esté en esta ley, las comunidades autónomas podrán desarrollarlo
estatutariamente. Claro, todo lo que no esté, pero todo lo que está ya no
se puede desarrollar nada más.


¿Qué estamos pidiendo con esta enmienda? Estamos pidiendo
que al menos dieciséis artículos y una disposición adicional no sean de
aplicación, no solo a Cataluña, sino a todas aquellas comunidades
autónomas con competencias exclusivas de acuerdo con sus estatutos, lo
que alguien denominaba esta mañana estatutos de segunda generación, que
son de segunda generación pero que al final en el ámbito local van a
quedar como los de primera generación, sin capacidad de regular
absolutamente nada.


Por tanto, si quieren respetar el Estatuto de Cataluña, si
quieren respetar una ley orgánica que aprobarán estas Cámaras, si quieren
respetar la capacidad normativa del Parlament de Catalunya deberían, como
mínimo —esta es una enmienda de mínimos—, aprobar esta
enmienda. Ustedes están legitimados, obviamente, para no aprobarla, pero
después deben entender cuáles son las reacciones que hay en Cataluña, y
quizá en otras comunidades autónomas por lo que he escuchado esta tarde
en esta sala. Deben entenderlo; las cosas no pasan porque sí, las cosas
pasan porque se dan un conjunto de razones. Con esta invasión
competencial constante en cada una de las leyes que traen a esta Cámara
están generando mayor incomprensión en Cataluña en relación con la
capacidad legislativa amparada en la actual Constitución. Así pues, esta
es la enmienda más importante y cuya aprobación consideramos deberían
valorar ciertamente.


Hay otra enmienda, que no hace referencia al conjunto de la
comunidad autónoma, pero sí a su capital, que es la número 384, en la que
enmendamos la disposición adicional cuarta, que dice que se respetará la
singularidad de Barcelona y de Madrid, pero, desde nuestra óptica, no es
lo suficientemente clara y, por tanto, pedimos que si se quiere respetar
el régimen especial del municipio de Barcelona, aprobado por la Ley
1/2006 y refrendado por la ley catalana, la Ley del Parlament de
Catalunya, 22/1998, de la Carta Municipal de Barcelona, deberían
admitirla. Si no, entendemos que la autonomía y la singularidad
financiera de Barcelona, amparada en esta Carta municipal de Barcelona,
no queda garantizada.


Dicho esto, paso ya al conjunto de enmiendas más concretas;
estas dos son más generales. La enmienda 358 hace referencia al artículo
primero. nueve. Pedimos la supresión del nuevo apartado 2 del artículo 26
de la Ley de bases, que es el relativo a los municipios de menos de 20
000 habitantes. Esta mañana ha habido una polémica en esta sala en torno
a si realmente los municipios de 20 000 habitantes quedaban o no
afectados, perdían autonomía, no perdían autonomía local, o si las
diputaciones ejercían o no algunas de sus competencias. Vaya por delante
una reflexión que no he incluido en la primera parte de la intervención y
que era fundamental.


Como concepto, que esta ley parta de un borrador horrible,
malísimo, pésimo, y que a través de veintisiete borradores posteriores se
haya mejorado el primer borrador, no significa que esta ley sea buena,
sea válida; es menos mala que los veintisiete borradores anteriores, es
menos pésima que los veintisiete borradores anteriores, pero no
significa, no acredita que haya existido en los veintisiete borradores
anteriores ninguna bondad. Y esto es aplicable clarísimamente al artículo
26, que leo textualmente para que no haya malas interpretaciones. Es el
texto publicado en el Boletín Oficial Cortes Generales, Senado, 12 de
diciembre, resultado de la ponencia. Artículo 26, punto 2: En los
municipios con población inferior a 20 000 habitantes será la diputación
provincial o entidad equivalente la que coordinará la prestación de los
siguientes servicios. No los reproduzco. Y continúa: Para coordinar la
citada prestación de servicios, la diputación propondrá, con la
conformidad de los municipios afectados —enmienda del Partido
Popular, pero no suficiente—, al Ministerio de Hacienda y
Administraciones Públicas la forma de prestación, consistente en la
prestación directa, etcétera.


Por tanto, quien propone, quien debe coordinar la
prestación de los servicios en municipios de menos de 20 000 habitantes
continúa siendo la diputación. El ayuntamiento dará consentimiento a la
forma de prestarlos, pero quien los presta es la diputación. Solo en caso
de que el ayuntamiento pueda acreditar un coste efectivo menor podrá
solicitar prestarlos propiamente. Fíjense, coste









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efectivo menor. No habla de la calidad del servicio, no
especifica cuál es la calidad del servicio, especifica que el coste sea
menor. Si el servicio de una guardería se presta con dos monitores en
lugar de cinco monitores, lo podrá mantener el ayuntamiento; si el
ayuntamiento quiere mantener la calidad de cinco monitores, no podrá
hacerlo. Por tanto, que nadie diga que los municipios de menos de 20 000
habitantes quedan como estaban y que no les afecta a su autonomía de
gestión local. Yo creo que eso es querer negar la realidad.


¿Que ha mejorado respecto a los veintisiete borradores
anteriores? Sin duda. ¿Que esto beneficia a los ayuntamientos de 20 000
habitantes? No. No, sin duda. ¿Que las diputaciones gestionarán mejor que
los ayuntamientos de 20 000 habitantes? No. ¿Que pueden gestionar más
barato? Sí, claro, hasta yo puedo gestionar más barato. Si no tengo en
cuenta la calidad del servicio que estoy prestando, puedo hacerlo más
barato; pero si tengo en cuenta la calidad del servicio que estoy
prestando, no puedo hacerlo más barato. Por tanto, se atribuye a las
diputaciones —instituciones que no voy a cuestionar en este
momento, pero que sí les aseguro que no tienen mejor capacidad de gestión
que muchos ayuntamientos de menos de 20 000 habitantes— una
competencias que tampoco van a poder desarrollar de forma eficiente.


¿Dónde queda el principio de subsidiariedad? Yo creo que
esta mañana alguien decía que en esta ley, de no sé cuántas páginas, el
principio de subsidiariedad, un principio consagrado por la Carta Europea
Local, no aparece ni una sola vez. Y es que no puede aparecer. No puede
aparecer porque con la filosofía de la ley no encaja. No encaja. Por
tanto, nosotros entendemos que esto es un grave error y se debería
suprimir el contenido del apartado 2 del artículo 26 y que sean los
propios ayuntamientos los que, si quieren asociarse de forma voluntaria
con otros ayuntamientos, lo puedan hacer, pero, aunque en el sistema de
gestión será necesaria la conformidad del ayuntamiento, será la
diputación la que prestará este servicio.


La enmienda número 361 es también importante. ¿Qué
pretende? Pretende eliminar el apartado once del artículo primero de la
ley, que suprime el artículo 28 de la Ley de bases. Este artículo 28 era
aquel que regulaba que los municipios pueden realizar actividades
complementarias en el ámbito de la educación, la cultura, la promoción de
la mujer, la vivienda, la sanidad y la protección del medioambiente. Y
ustedes lo eliminan. ¿Por qué? Porque —lo decía el ministro—
hemos de solventar el problema de las competencias impropias. ¿Y saben
cuál es el problema? Que ustedes solventan el problema de las
competencias impropias en la Ley de bases y donde se debía solucionar el
problema de las competencias impropias es en la Ley de Haciendas Locales,
porque que las competencias sean impropias no quiere decir que no sean
necesarias, que no estén prestadas de forma eficiente y que no beneficien
a los ciudadanos. Y con esto eliminan la posibilidad de que muchos
ayuntamientos puedan prestar competencias adicionales. Mi grupo siempre
ha dicho que el problema de las competencias impropias es su
financiación, porque si se prohíbe realizar estas competencias a los
ayuntamientos, mi pregunta es: ¿alguien va a desarrollar estas
competencias o no? Pondré el ejemplo de mi municipio, de menos de 50 000
habitantes y el tercero en extensión de toda Cataluña. El transporte
público urbano de viajeros no es competencia propia, la comunidad
autónoma no lo va a prestar porque no es de su competencia. Y si no lo
presta el ayuntamiento, ¿quién lo va a prestar? Nadie. Solución: esta
competencia impropia no se puede prestar. Está reglado, pero los
ciudadanos de mi ciudad se van a quedar sin transporte público. Eso no
son formas de arreglarlo. En todo caso, habría que ver cómo se financia
esta competencia impropia. Por tanto, el asunto de las competencias
impropias no se puede abordar exclusivamente en la Ley de bases sino
también en la Ley de Haciendas Locales.


La enmienda 344 también hace referencia a las competencias
impropias que intentamos resolver. Hay un conjunto de enmiendas, tres
concretamente —362, 373 y 375—, que hacen referencia también
a la cuestión de la invasión de competencias. Las tres intentan enmendar
artículos que regulan la función pública. Les debemos recordar que, de
acuerdo con el artículo 136, todas las competencias que hacen referencia
a la función pública de administraciones públicas catalanas, incluidas
las locales, son exclusivas de la Generalitat de Catalunya. Por tanto,
cuando se está regulando el personal directivo de las diputaciones,
cuando se está regulando a los funcionarios al servicio de la
Administración Local o a los funcionarios de la Administración Local
habilitados con carácter nacional, están invadiendo las competencias de
la Generalitat de Catalunya, no están respetando el artículo 136 del
Estatuto otra vez.









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Una referencia breve a las entidades locales menores.
Ustedes han firmado —y mi grupo se ha unido— unas
transaccionales respecto a las entidades locales menores. Vaya por
delante que nosotros hemos presentado tres enmiendas y las hemos
mantenido. ¿Por qué? Primero, porque queremos que las entidades locales
menores tengan el carácter de entidad local y para ello no hay otra
solución que modificar el artículo 3. Incluir este carácter de entidad
local a las entidades locales menores a través de una disposición
adicional por la puerta de atrás es crear dos categorías de entidades
locales: las de primera —artículo 3— y las de segunda o
tercera regional —disposición adicional equis—. De las
entidades locales menores solo serán entidades locales las que existan a
día de hoy o las que hayan iniciado su proceso de constitución antes del
1 de enero de 2013. Absolutamente insuficiente.


Ustedes en esta ley hablan de incentivar la fusión de
municipios. Tengan en cuenta un aspecto —seguramente lo recordarán
en el futuro—: si realmente queremos que se produzca la fusión de
municipios en el Estado español, las entidades locales menores deberán
jugar un papel fundamental. Ustedes no pueden plantear la fusión de
municipios y que en los diferentes pueblos donde se fusionen no exista
una entidad local menor que, de acuerdo con el principio de
subsidiariedad, pueda desarrollar aquellas competencias de mantenimiento
de calles, de cultura, de fiestas y donde cada pueblo pueda elegir
democráticamente a su alcalde o presidente de la entidad local menor. Eso
lo van a encontrar en un futuro próximo y, si no, no va a haber fusiones
de municipios en el Estado español.


Por tanto, mantenemos íntegramente la enmienda 343. Así
como la 347, que hace referencia a la personalidad jurídica de estas
entidades locales menores. Es verdad que las que existen y las que están
en constitución a 1 de enero de 2013 van a mantener esta personalidad
jurídica, pero no las nuevas. Y, sobre todo, mantenemos la enmienda 364,
que es aquella que intenta eliminar el apartado catorce del artículo
primero, por el cual se suprime el artículo 45. ¿Y, qué dice el artículo
45 de la Ley de bases? Que son las comunidades autónomas las que
regularán, las que establecerán la creación de las entidades de ámbito
inferior al municipio.


Por tanto, entendemos que, igual que en el resto de la ley,
a las entidades locales menores se les ha buscado una solución. Punto de
partida del primer borrador: desaparecen absolutamente. Punto de llegada:
no es el óptimo. Porque, al fin y al cabo, lo único que persiguen con
esta regulación de las entidades locales menores a través de una
disposición adicional es intentar ser buenos alumnos en Europa y poder
decir cuando se presenten en Europa: miren, aquí hay tres mil, miren el
artículo 3 y verán tres mil entidades locales que ya no están. Sí, no
están en el artículo 3, pero estarán en la disposición adicional equis.
Por tanto, nos parece absurda esta regulación y vamos a mantener estas
tres enmiendas de entidades locales menores.


Vaya por delante que doy por defendidas todas las enmiendas
que presentamos, porque, ciertamente, no voy a tener tiempo de
mencionarlas todas ellas. Pero sí me voy a molestar en defender
concretamente algunas. Las enmiendas 350, 357 y 372 son para nosotros
importantes. Son aquellas en las que, en relación con la competencia de
los ayuntamientos, de los municipios, establecemos que el tratamiento de
aguas residuales no es competencia municipal. En cuanto al abastecimiento
de agua potable en los municipios, no tenemos ninguna duda; en cuanto al
alcantarillado, tampoco. Pero la competencia del tratamiento de aguas
residuales, cuando debe ser efectuada por las comunidades autónomas,
cuando es realmente efectuada por las comunidades autónomas, supone
generar una carga adicional en la responsabilidad de los alcaldes, que no
es necesaria. Porque si un alcalde no construye una depuradora es porque
no puede. La que no la construye es la comunidad autónoma. Pero, después,
cuando la fiscalía actúa, también lo hace sobre el alcalde, porque
también será responsabilidad de la corporación local.


Por tanto, estas tres enmiendas tienen por objeto delimitar
claramente aquello de: una competencia, una Administración; una
Administración, una competencia. Pero en el tema del saneamiento no la
están aplicando. Y, este es, esencialmente, el motivo por el cual
quisiéramos enfatizar la defensa de estas tres enmiendas, que tienen por
objetivo eliminar la competencia sobre las aguas residuales de los
ayuntamientos y que sea una competencia exclusiva de las comunidades
autónomas.


Otras enmiendas, las 352 y 356, hacen referencia a una
clarificación de competencias. Se establece que en municipios de más de
veinte mil habitantes la competencia de extinción de incendios es de las
corporaciones locales, de los ayuntamientos, de los municipios.
Entendemos









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que eso entra en una clara contradicción con la realidad en
estos momentos. En Cataluña, excepto en el Ayuntamiento de Barcelona,
todas estas competencias ya son desarrolladas por la comunidad autónoma.
No tiene sentido que sea una competencia municipal ni, incluso, que su
financiación tenga que ser a cargo de los municipios.


La enmienda 345 hace referencia a la fusión de municipios.
La enmienda 346 al empadronamiento. La enmienda 349 se refiere a la
competencia sobre el patrimonio histórico, porque tendría que ser el
patrimonio histórico propio, no el de todo el municipio.


Respecto a prestaciones como los servicios sociales y la
sanidad, creemos que es un absoluto error eliminar esta competencia de
los municipios. Y como decía, doy por defendidas el resto de las
enmiendas.


Simplemente, me gustaría concluir este turno de
presentación de enmiendas haciendo referencia a lo que mencionaba al
inicio. Esta ley, que pretende racionalizar y hacer sostenible la
Administración Local, ni racionaliza la prestación de servicios, ni
mejora la prestación de servicios municipales, y no hace más sostenible
la Administración Local; de verdad, no hace más sostenible la
Administración Local. Pero, lo que es más importante, no va a mejorar la
prestación de servicios públicos a nuestros conciudadanos. Por tanto,
entendemos que algunas de estas cincuenta y ocho enmiendas seguramente
ayudarían a mejorar el borrador número 27 y podríamos hablar ya de un
borrador número 28, porque sería mejor el segundo que el primero y el 28
que el 27.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Para defender las enmiendas del Grupo Socialista, enmiendas
178 a 224 y la vuelta al texto remitido por el Congreso de los Diputados
en lo modificado por las enmiendas 421, 433, 435 y 447, del Grupo
Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador Rodríguez
Esquerdo.


El señor RODRÍGUEZ ESQUERDO: Muchas gracias, señor
presidente.


Buenas tardes, señorías.


En primer lugar, quiero reiterar la preocupación de miles
de alcaldes y concejales, que son los voluntarios de la política de
verdad, de la política real, de la política de a pie de calle, que creo
que ha quedado reseñada claramente esta mañana, y también la de muchos
consejeros autonómicos que van a sufrir graves consecuencias jurídicas y
administrativas en sus comunidades autónomas. Y les vuelvo a traer aquí
las palabras del vicepresidente de la Xunta de Galicia, que creo que es
del Partido Popular, así como la de millones de ciudadanos, que van a ver
cómo se les recortan determinados servicios vitales. Si esta ley se
aprueba, los ayuntamientos no solo perderán competencias, sino
credibilidad. Los alcaldes y concejales serán meros guiñoles del Estado.
Y para evitar este atropello, el Grupo Socialista ha presentado cuarenta
y siete enmiendas; enmiendas de supresión a este proyecto, en coherencia
con nuestro veto. Ya sé que ustedes van a decir que sólo presentamos
enmiendas de supresión y no hacemos ninguna aportación, pero es que en
este caso no queremos la ley, no nos gusta la ley, porque consideramos
que solo va a hacer perder competencias a los ayuntamientos y se
entromete en el ámbito competencial de las comunidades autónomas y,
además y sobre todo, va a hacer perder credibilidad a las instituciones
más próximas a los ciudadanos. Por eso, hemos presentado estas cuarenta y
siete enmiendas, que se unen a las más de cuatrocientas que lleva sobre
sus hombros este proyecto de ley.


Haciendo un repaso rápido, pretendemos que se suprima el
artículo primero, apartado uno, ya que demuestra en sí mismo que la nueva
ley solo tiene razón de ser por criterios economicistas y tuteladores, a
la par que pretende reducir, sin miramientos y fundamentándose en la
sostenibilidad financiera, la autonomía política de la que gozan nuestros
ayuntamientos, produciéndose una auténtica desamortización de lo
local.


Suprimimos el artículo primero, apartado dos, ya que la
modificación de este artículo junto con el nuevo artículo 24. bis, y la
supresión del artículo 45 implica pura y simplemente la desaparición de
las entidades menores si no superan la prueba del algodón, que ustedes
denominan gestión suficiente. Según me han dicho, parece que hay algún
interés en llegar a algún acuerdo con las entidades locales menores sobre
algunos mínimos, pero desde luego también hay una evidente intromisión en
la esfera competencial de las comunidades autónomas.


Pretendemos suprimir el artículo primero, apartado tres,
porque no solo vulnera la autonomía municipal con los famosos informes
vinculantes, sino que además presenta la tutela del Estado y









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la subordinación jerárquica, vulnerando también la Carta
Europea de la Autonomía Local, y evidencia una clara invasión
competencial al imponer deliberadamente a las comunidades autónomas cómo
debe realizar la delegación de las competencias.


Presentamos la enmienda al artículo primero, apartado
cuatro porque bajo los criterios de racionalidad y sostenibilidad
establece lo que ustedes pretenden, que es una autonomía local reducida y
meramente administrativa. Este artículo, señorías, vincula toda la ley
municipal a esa legislación de estabilidad presupuestaria, ya que es un
artículo que rompe el régimen local y tiene un sesgo evidente de
inconstitucionalidad.


Pretendemos suprimir el artículo primero, apartado cinco,
porque invade, sin duda, la esfera del legislador autonómico en la
determinación del mapa municipal al contemplar la fusión de los
municipios, fusión de los ayuntamientos que, como ha dicho un senador
anteriormente, no va a traer ningún efecto positivo para los ciudadanos,
más bien al contrario, incluso no se producirán, y es que, señorías, este
artículo es absolutamente incoherente o es que ustedes tienen una doble
intencionalidad.


Queremos suprimir el artículo primero, apartado seis porque
ustedes anulan la personalidad jurídica que históricamente han tenido las
entidades de ámbito inferior al municipal.


Enmendamos el artículo primero, apartado ocho, porque con
las modificaciones de los artículos 25, 26, 27, 28 y 36 realizan el
verdadero cambio del municipalismo español; de gobiernos locales se pasa
a administraciones locales sin autonomía, sin capacidad y sin iniciativa
económica, serán una oficina de tramitación. Si esta ley se aprueba, los
municipios dejarán de prestar servicios tan esenciales —aunque
digan que no— como la ayuda a domicilio, el centro de día, la
atención a la infancia, las escuelas infantiles o de música, los
servicios de información al consumidor, o la ayuda a las víctimas de
violencia de género. ¿Y quién pierde con todo esto? Lo señalaba antes,
pierde el Estado de bienestar y, como siempre, pierden los ciudadanos,
pero es que ustedes ni siquiera se sonrojan. Porque con este artículo
redefinen a la baja las competencias y hacen desaparecer servicios
vitales para la vida municipal. Y me pregunto, ¿para qué ya los equipos
de Gobierno? ¿Para qué ya los alcaldes y concejales? Supriman este
artículo, o mejor retiren esta perjudicial ley para España y para los
españoles.


Otra de las enmiendas pretende la supresión del artículo
primero, apartado nueve. Ustedes eliminan de un plumazo —lo decía
anteriormente— sin ponerse colorados los servicios sociales de
prestación obligatoria; pretenden que nos creamos que se delegan o se
transfieren pero los privatizan, y es un artículo, aparte de
inconstitucional, puramente ideológico; seguro que habrá ya alguna
empresa esperando con los brazos abiertos la aprobación de este
texto.


Suprimiremos el artículo primero, apartado diez, porque con
su texto usurpan a los consistorios su capacidad de dirección y de
decisión política. Con su ley muchos alcaldes y concejales, muchos de
ustedes, tendrán escasas atribuciones.


Presentamos la enmienda al artículo primero, apartado once,
porque suprimen las llamadas competencias impropias en el ámbito de la
educación, la cultura, la igualdad, la vivienda, la sanidad y la
protección al medio ambiente. ¿Y para qué? ¿Para ahorrar o para
beneficiar a los ciudadanos? No, señorías, para alejar los servicios de
los ayuntamientos y de los ciudadanos.


Enmendamos el apartado doce del artículo primero, porque
consideramos que el personal directivo en la Administración Local debe
ser profesional y competente, un modelo que ustedes no quieren, y se
amparan en que estos puestos sean solo para funcionarios del Grupo A.


Queremos suprimir el apartado trece del artículo primero,
porque ustedes quieren reforzar únicamente las diputaciones en detrimento
de los ayuntamientos para anular la gestión municipal y —lo decía
esta mañana— es la institución más anacrónica.


Mantenemos nuestra enmienda al artículo primero, apartado
catorce, aunque, como digo, creo que han hecho algún cambio.


Nuestra enmienda pretende suprimir el artículo primero,
apartado dieciséis. Ustedes, en el ámbito de los consorcios, solo tienen
en cuenta los criterios economicistas. No permiten valorar otros
criterios, no tienen en cuenta, por ejemplo, la funcionalidad de los
servicios que prestan.


En cuanto al artículo primero, apartado veintiuno,
entendemos que el artículo 85.2 de la Ley Reguladora de las Bases del
Régimen Local, que regula los modos de prestación de los servicios, sigue
vigente, y es que además, señorías, con su texto otorgan a los
interventores municipales una potestad que supera las competencias de
fiscalización, dotándoles de una auctoritas de









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eficiencia, dotándoles, señorías, de unas atribuciones
propias de los órganos de Gobierno del ayuntamiento, y aquí se acaba con
principios democráticos básicos en el municipalismo español, pero a
ustedes parece que eso no les importa.


Creemos que se debe suprimir el párrafo veintitrés, del
artículo primero, porque con este artículo lo único que se pretende es
reducir al mínimo la facultad de los ayuntamientos para ejercer la
iniciativa pública con respecto a la privada. Esto, lo único que va a
suponer es que el ciudadano, el vecino, soporte un incremento de tasas
por la evidente privatización de los servicios, y serán peores y más
caros, pero, vuelvo a repetir, a ustedes esto no les importa.


Enmendamos el artículo primero, apartado veinticuatro,
porque la regulación vigente es mucho más respetuosa con las competencias
de las comunidades autónomas y con las facultades de los propios
ayuntamientos.


Vinculamos dos enmiendas al artículo primero, apartados
veinticinco y veintiséis, por lógica coherencia con las enmiendas
anteriores, y pretendemos la supresión del artículo primero, apartado
treinta, porque con sus medidas, con su proyecto de ley, pretenden
ampliar las disposiciones que obligatoriamente se han de incluir en los
planes económico financieros de los ayuntamientos que incumplan el
objetivo de estabilidad presupuestaria; es decir, hacen todo esto,
señorías, por cuatrocientos dos ayuntamientos, de los más de ocho mil de
España. Presentan ustedes medidas contundentes, estructurales y
permanentes para ahogar a todos los municipios, cuando los que incumplen
están aquí, en esta ciudad; hacen un café para todos, cuando lo que
tenían que hacer es actuar en ayuntamientos, como Madrid, y dejar en paz
al resto de los ayuntamientos de España.


Pretendemos suprimir el artículo primero, apartado treinta
y uno, pues, como he dicho anteriormente, este artículo suprime y fulmina
el modelo de Administración Local; no lo reforma, lo destroza,
asentándose sobre un sistema de atribución competencial, bajo la cortina
de humo del coste efectivo.


Enmendamos el párrafo treinta y cinco, del artículo
primero, porque esta disposición afecta a los proyectos que los
ayuntamientos tienen en marcha. Con este texto, acaban con las empresas
municipales —con las empresas públicas de transporte, por ejemplo,
como ha dicho el senador de Convergència—, con las empresas
públicas de agua o de basuras, con los institutos municipales de deportes
y con todos aquellos que estén en desequilibrio financiero. Aunque ese
desfase sea meramente puntual, esto tampoco les importa.


Enmendamos el artículo primero, apartado treinta y siete,
porque altera el sistema institucional de los gobiernos locales. Con la
sostenibilidad como elemento principal y como paraguas, rompen con el
reparto de competencias entre el Pleno y las juntas de Gobierno. Y es
que, ¿aquí dónde queda la democracia, señorías? No hay.


En el artículo segundo, proponemos la supresión del párrafo
uno, porque la actual crítica situación económica que está viviendo
España ha provocado un número importante de impagados, y ustedes proponen
aquí una escala muy muy exigente.


Nos enfrentamos al párrafo dos del artículo segundo, porque
su texto refuerza, como decía anteriormente, la tutela preventiva y
genérica del Estado sobre los ayuntamientos, y esto no puede ser. Las
entidades locales no necesitan una tutoría y, mucho menos, una tutoría
por si acaso.


Proponemos la supresión del artículo segundo, apartado
tres, ya que este artículo introduce unos requisitos y controles
absolutamente injustificados y, además, contrapone la figura burocrática,
administrativa y técnica de un interventor con las figuras democráticas
de los alcaldes y los plenos municipales.


Suprimimos el apartado cinco, del artículo segundo, por el
incentivo que este texto prevé para la gestión integrada o coordinada de
los servicios municipales, y esto lo único que va a suponer es un claro
detrimento en la financiación del resto de entes locales que todavía
sobrevivan después de su proyecto de ley.


Pretendemos suprimir la disposición adicional segunda
porque el texto insiste en una extralimitación competencial de obligación
a las comunidades autónomas.


Presentamos otra enmienda a la disposición adicional sexta
que, de nuevo, instrumenta la tutela del Estado sobre los ayuntamientos y
el resto de las entidades locales, porque les obliga a celebrar y firmar
convenios con la Intervención General del Estado, eso sí, encubiertos con
el manto de la colaboración institucional.









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Enmendamos la disposición adicional séptima en coherencia
con el resto de las enmiendas del marco competencial. Enmendamos la
disposición adicional novena y la fundamentamos porque este proyecto,
cuando entre en vigor, va a dar un plazo para dejar sin efecto los
convenios suscritos por los ayuntamientos que lleven aparejada
financiación de competencias impropias.


Señorías, esto es meter a los ayuntamientos en grandes
problemas cuando no los hay. ¿Qué va a suceder con el personal laboral o
funcionario que presta sus servicios derivados de estos convenios? ¿Qué
va a pasar con la financiación para afrontar estos costes? Esto no es
ahorrar, señorías. Esto va a ser un auténtico desastre en el ámbito
municipal.


Proponemos la supresión de la disposición adicional décima
y undécima por afectar también al ámbito competencial, igual que la
disposición adicional decimocuarta y la disposición adicional
decimoquinta. Proponemos la supresión de las disposiciones transitorias
primera y segunda por la referencia que les vengo haciendo sobre el marco
competencial y nos oponemos también a la disposición transitoria cuarta
porque, nuevamente, aboca a una afrenta a las entidades locales menores.
Nos oponemos también a las disposiciones transitorias quinta, sexta y
séptima en coherencia con las enmiendas anteriores.


No aceptamos la disposición transitoria octava que
discrimina claramente a los municipios entre sí. Señorías, esta no es una
disposición ni objetiva ni razonable y, como toda su ley, no tiene
ninguna justificación, al igual que, por coherencia con nuestros
planteamientos sobre el municipalismo, solicitamos la supresión de la
disposición transitoria novena y de la disposición transitoria duodécima
porque su texto, bajo el paraguas de la sostenibilidad —se lo decía
antes— y de la racionalidad, dinamita las reglas de identidad de
nuestro municipalismo.


Suprimimos la disposición derogatoria única porque
entendemos que se debe mantener la actual regulación del régimen jurídico
de los habilitados con carácter estatal. Y por último, proponemos la
supresión de las disposiciones finales segunda y tercera, ya que
persiguen modificar el régimen de los consorcios bajo criterios
exclusivamente economicistas.


Antes de terminar quisiera hacer algunas puntualizaciones
de lo que se ha dicho esta mañana sobre lo lamentable de esta ley. Sí, es
cierto, señorías, que los socialistas acudimos a los tribunales, acudimos
al Tribunal Constitucional. ¿Y saben para qué acudimos al Tribunal
Constitucional? Para defender los derechos y las libertades que ustedes
están cercenando a los españoles con las leyes que traen al Parlamento.
Para eso acudimos al Tribunal Constitucional y no como una forma de
confrontación. Esa era su actitud en la oposición y todo para llegar al
Gobierno fuera como fuese.


Ustedes han hablado, en algunas de sus intervenciones, de
las verdaderas reivindicaciones históricas del municipalismo español que
traen a esta ley. Nuevamente, es de carcajada. ¿Pero ustedes han oído a
los alcaldes de España? ¿Han oído ustedes a los ciudadanos? ¿O viven
ustedes, como decía la senadora Capella la semana pasada, en el mundo de
la piruleta? De verdad, señorías, hablen con los ciudadanos y verán que
no están de acuerdo con la ley. Hablen con los alcaldes, con sus
alcaldes.


Como siempre, en sus intervenciones sacan el tema de
Andalucía, en este caso de las deudas y de los chiringuitos andaluces.
¿Hablamos, señorías, de las deudas de Castilla-La Mancha para los
ayuntamientos? ¿Hablamos de cuánto hace que no paga la señora Cospedal a
los ayuntamientos de Castilla-La Mancha? ¿Hablamos de los chiringuitos
que tienen ustedes? (Aplausos.—Protestas.) ¿Les recuerdo los
chiringuitos de Melilla, Madrid, Murcia, Alicante, Orihuela, Ávila,
Teide, Andratx, Granada, Salamanca, con cientos de alcaldes y concejales
imputados del Partido Popular? ¿Se lo recuerdo? No quiero entrar en eso.
No hablen siempre de lo mismo, de verdad. No hablen siempre de lo
mismo.


Ustedes han dicho que a nosotros nos gusta que las cosas
vayan cuanto peor mejor; pues no. Empiecen a revisar su casa. ¿No
recuerdan ustedes al señor Montoro diciendo «que España se hunda que ya
vendremos nosotros a recuperarla y a mejorarla»? A nosotros no nos gusta
eso de «cuanto peor mejor». Por último, de manera reiterada dicen que la
oposición no se lee las leyes o que nuestros vetos y propuestas son
obsoletos.


Nosotros en la oposición trabajamos tanto o más que cuando
gobernamos, cosa que igual ustedes tienen que empezar a replantearse. En
cuanto a lo obsoleto de nuestras propuestas, señorías, son tan obsoletas
y tan caducas como su Gobierno, exactamente igual que su Gobierno, y si
su Gobierno no es obsoleto, nuestras propuestas tampoco. Estamos cansados
ya de que su









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única respuesta y su actitud sean el agravio y la
denostación de la oposición. Si es que casi casi cuando les enmendamos
los proyectos les tenemos que pedir perdón. Les tenemos que decir que
vamos a introducir una enmienda, que vamos a presentar un veto…y
estamos cansados de esta estrategia que ya no cuela, señorías.


En fin, hemos formulado cuarenta y siete enmiendas, todas
ellas de supresión. Porque los socialistas —y creo que el resto de
grupos también, por lo que se ha oído esta tarde— creemos necesaria
una reforma de lo local, una reforma del municipalismo español, pero una
reforma para modernizarlo y para desarrollar nuestros consistorios, no
para generarles más problemas, no para destruir los municipios, no para
despojarles de sus competencias, no para desmantelar los servicios
públicos y privatizarlos, no para perjudicar a los ciudadanos, no para
avanzar en arrasar el Estado del bienestar, no para perder empleo
público. No queremos una ley para ir en contra de la autonomía local, ni
para ir en contra del mundo rural, ni para enfrentarse a las comunidades
autónomas. No queremos una ley que promocione a las diputaciones, no
queremos una ley para que vuelva el caciquismo. No, señorías, con las
cuarenta y siete enmiendas que presenta el Grupo Parlamentario Socialista
los ciudadanos, los concejales y los alcaldes de España les decimos no a
esta ley de racionalización de la Administración Local; no a más
imposiciones, a más recortes y a más intervenciones y privatizaciones. No
a esta irracionalidad. No sean ustedes como Mizaru, Kikazaru e Iwazaru,
que no sé si saben quiénes eran; eran los tres monos místicos japoneses
que no veían el mal, no escuchaban el mal y no decían el mal. Es decir,
ustedes ni oyen, ni ven, ni dicen pero, como ustedes dicen, legislan con
su mayoría absoluta en perjuicio de los españoles.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Para turno en contra, tiene la palabra el señor Pagola.


El señor PAGOLA SÁENZ: Muchas gracias, señor
presidente.


Señor portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, ¿o
también se ha ido? (La señora Capella i Farré: No, está aquí.) Ah,
perdón. Le he oído a usted hablar de agravio de la oposición, algo así
como que nosotros agraviamos a la oposición.


Le voy a recordar cuatro lindezas que se han oído aquí esta
mañana. Se ha hablado de desmantelar los ayuntamientos, de perder la
dignidad, de ayuntamientos franquistas; se ha llegado a hablar de ataque
a la mujer rural y a la democracia, de involución, de España en blanco y
negro; se ha dicho que no tenemos dilemas morales para ejercer nuestras
competencias; se ha hablado del Tribunal Constitucional, también del
caciquismo de las personas y de las empresas; se ha aludido al
desmantelamiento de los servicios sociales, la educación y la sanidad,
así como a la privatización e incluso al ninguneo de los
ayuntamientos… Mire usted, yo creo que este discurso es arcaico,
retrógrado, repetitivo y muy antiguo. Ya va siendo hora de que cambien el
modelo de su discurso porque no tiene absolutamente nada que ver con la
realidad de la acción del Gobierno del Partido Popular.


Señorías, en esta Cámara estamos debatiendo, después de su
paso por el Congreso, una ley que ha tenido un largo proceso de
tramitación hasta el día de hoy y que finalmente va a ser aprobada aquí.
El 13 de julio se presentó en el Consejo de Ministros el primer
anteproyecto y hasta hoy se han estudiado más de treinta y siete
borradores. Son muchos borradores treinta y siete pero, evidentemente,
eso siempre es mejor a que se presente aquí solo uno para su aprobación
con el apoyo de los que sustentamos al Gobierno del Partido Popular.
Espero que este hecho no se lo atribuyan ustedes a la impericia o
ignorancia de la situación de las entidades locales, porque ha sido
consecuencia de los periodos de audiencia a las comunidades autónomas,
Federación Española de Municipios y Provincias, federaciones y
asociaciones de municipios de ámbitos autonómicos, Comisión Nacional de
la Competencia, organizaciones sindicales, Consejo General de Colegios
Oficiales de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración
Local. También se demandó un informe al Consejo de Estado, que yo
particularmente tuve el honor de presentar en el debate que se produjo en
la Comisión de Entidades Locales el pasado 27 de noviembre de 2013.


En definitiva, se ha producido un gran debate —que,
por cierto, todavía continúa en este momento—, en el que el
Gobierno siempre ha adoptado una postura dialogante, transparente y
aceptando gran cantidad de modificaciones hasta llegar al proyecto de
ley.









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Quiero recordar en estos momentos la promesa del señor
Rodríguez Zapatero, que en las dos sesiones de investidura que tuvieron
lugar —una en el Congreso de los Diputados y otra en el
Senado— se comprometió a la reforma local, y evidentemente no se
hizo nada más que algo que a ustedes les gusta mucho, que es crear una
comisión de expertos, entre paréntesis sus expertos, que elaboró un libro
blanco de los ayuntamientos que no sirvió absolutamente para nada y que
estará en el baúl de los recuerdos.


Por cierto, habrá que recordar también el grave quebranto
que supuso para los ayuntamientos el gravísimo error del Gobierno
socialista en lo concerniente a los adelantos en la participación en los
impuestos del Estado, que durante dos años seguidos, 2008 y 2009, con una
cifra total de 1514 millones en 2008 y 4600 millones en 2009, supuso ese
grave quebranto al que me he referido. Menos mal que el Partido Popular
vino inmediatamente con el señor Montoro para permitirnos no devolverlos
en cinco años, sino en diez.


Estamos tratando la más innovadora reforma de la
Administración Local que se ha llevado a cabo en España en los últimos
años. Es innovadora porque por primera vez se van a conocer los
mecanismos por los que un ayuntamiento va a ser capaz de prestar
servicios en condiciones económicamente sostenibles, por primera vez se
van a imponer controles efectivos que eviten el déficit excesivo y, sobre
todo, se van a propiciar instrumentos legales que premien la buena
gestión, porque permitirán a los buenos municipios ejercer todas las
competencias que sean capaces en beneficio de sus ciudadanos.


Esta ley garantiza la prestación de los servicios
esenciales con medidas efectivas de gestión en el sector público, a la
vez que los ayuntamientos podrán continuar prestando los servicios hasta
ahora ofrecidos, contemplándose que los convenios de delegación de
competencias entre ayuntamientos y comunidades autónomas deberán
garantizar el cien por cien del coste efectivo del servicio.


Es cierto, como se ha dicho, que en este momento las
entidades locales no son el problema de endeudamiento público, pero es
evidente que los alcaldes y concejales de todos los ayuntamientos hemos
tenido que apretarnos el cinturón y tomar medidas drásticas porque si no,
no se hubiera permitido la sostenibilidad del modelo municipal español. Y
es verdad que nuestros ciudadanos han entendido el mensaje y han
colaborado muchas veces en estas decisiones.


Es cierto que uno de los problemas con el que muchas veces
nos hemos encontrado los ayuntamientos ha sido que las comunidades
autónomas, o en su caso, las diputaciones —me perdonarán ustedes
que yo siempre hable más de comunidades autónomas, soy de una comunidad
autónoma uniprovincial—, que al final es lo mismo, nos obligaban a
firmar convenios de financiación con los ayuntamientos, insuficientes
para las competencias que eran suyas, lo que daba lugar a retrasos en el
pago, acumulación de deudas por parte de las comunidades autónomas y, en
muchos casos, pasar angustias financieras, que no creo que merezca la
pena comentar en este momento. Pues bien, esta ley viene a corregir ese
gravísimo problema que tenían las entidades locales, ya que el
incumplimiento de la financiación por parte de las comunidades autónomas
quedará garantizado con la retención de las transferencias del
Estado.


Es especialmente relevante que se mantenga la posibilidad
de delegación de competencias a los municipios, pero siempre con la
aceptación de estos y con plenas garantías para su ejercicio.


Coincido con alguno de los portavoces en que en esta ley
subyace un problema, al que ya se ha adelantado el ministro Montoro con
su anuncio de la presentación en el año próximo de la ley de financiación
de las comunidades autónomas, respetando, por cierto, perfectamente las
decisiones tomadas en varias mociones de este Senado, donde decíamos que
la financiación autonómica no puede ir separada de la financiación local,
y estoy convencido de que el año que viene también tendremos que estar
defendiendo nuestros intereses.


En cuanto a las enmiendas presentadas por el Grupo Popular
tengo que decir que se presentaron veintisiete enmiendas en comisión, fue
retirada una, tuvieron lugar dos correcciones técnicas y se
transaccionaron tres. Las enmiendas 421, 423, 424, 425, 427, 432, 435 y
444 son enmiendas técnicas y luego hay otras enmiendas relevantes, pero
no voy a entrar a debatir en este momento cuáles son.


Quiero decir algo en lo que todos estamos de acuerdo, y es
con la historia de las entidades menores. Nosotros ya habíamos
introducido una enmienda, en el sentido de decir que permanecerían como
entidades locales, salvo que no cumplieran la estabilidad presupuestaria
o incumplieran un mes con los proveedores. Pero es verdad que, entre
todos los grupos, y están aquí las transaccionales, hemos dado plena
satisfacción a las entidades menores.









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A lo largo de los diferentes debates que se han ido
presentando en la tramitación de esta ley por diferentes grupos políticos
se han repetido hasta la saciedad dos conceptos por encima de cualquier
otro: recentralización y privatización. No estoy de acuerdo con esos dos
conceptos, que se repiten constantemente en cualquiera de las leyes que
pasan por este hemiciclo, ya que esta ley está plenamente respaldada por
el Consejo de Estado, que cuando hace un informe favorable a sus
intereses, lo aprovechan y cuando no es así, no le hacen caso. El
Gobierno ha dado un ejemplo de trasparencia y, aunque no era preceptivo
ni de obligado cumplimiento, hemos querido saber la postura de tan
importante organismo.


El proyecto de ley es consciente de la existencia de
diferentes regímenes especiales, de manera que contienen numerosas
previsiones al respecto, con la finalidad de respetarlos y garantizar que
pueden sistematizarse. Se habla del régimen foral vasco, de la Comunidad
Foral de Navarra, de la organización referente a Cataluña, de las
comarcas, del régimen de Canarias y Baleares y de su organización en
cabildos y consejos insulares, de Ceuta y Melilla y de los regímenes
especiales de Madrid a Barcelona.


En cuanto a la acusación mil veces repetida de que el
Partido Popular con esta ley va a privatizar servicios públicos, quiero
recordar, aparte de los ejemplos que esta mañana mi compañero y amigo
Antonio Sanz ha puesto en relación con las diferentes alcaldías, quiero
decirles que yo, cuando entré a gobernar en la ciudad de Calahorra en
1995 —y estamos hablando de hace unos años— ya estaban
privatizados la recogida de basuras, las limpiezas y otros muchos
servicios. A mí me gustaría ahora mismo preguntar a los alcaldes de
Zaragoza, a los exalcaldes de La Coruña, al exalcalde de Alcorcón, al
alcalde de Calahorra, al alcalde de Mérida, al alcalde de Málaga si han
privatizado servicios o esto ya venía arrastrado por una inercia hecha
por todos los grupos políticos, absolutamente por los grupos políticos.
Usted, señor portavoz del Partido Socialista, creo recordar que también
fue alcalde, también le preguntaría a usted si cuando usted estaba
gobernando, tenía servicios privatizados. Yo lo que creo es que todos y
cada uno de los muchos alcaldes que estamos aquí hacemos prácticamente lo
mismo y esta ley no tiene ninguna novedad para que se nos acuse en cuanto
a las posibles formas de gestión, porque se están realizando cosas en
todos los ayuntamientos de todo el arco político. Pero es igual, señores
socialistas, a ustedes les da igual, siempre utilizaron los mismos
argumentos —arcaicos, retrógrados—. Siempre dirán que lo
estamos privatizando —hablen de la ley que hablen, da igual—,
que estamos privatizando los servicios sociales, que estamos privatizando
los servicios municipales, que privatizamos la sanidad, que privatizamos
la educación, y lo usan como un mantra que todo lo invade, y lo que
quieren conseguir, a base de repetir mil veces los mismos argumentos, es
que la sociedad se los crea. Pero es verdad que los ciudadanos son
conscientes de que cuando ustedes gobiernan en las diferentes
instituciones, utilizan los mismos mecanismos que el Partido Popular.


Ya he hablado de las enmiendas presentadas con respecto a
las entidades menores. Creo que todos estamos de acuerdo, y de ahí que
hayamos adoptado la enmienda transaccional, con que es un conjunto de
entidades muy representativas de la España rural y de la España que, día
a día, están luchando por conseguir su personalidad.


Otra cosa que me ha gustado de esta ley es que se hable de
las retribuciones, que se hable de las dedicaciones exclusivas y que se
hable del número de trabajadores eventuales en las administraciones
locales, con lo cual el año que viene o en el 2015, cuando nuevamente se
trate el tema del acta de toma de posesión de los alcaldes, las
retribuciones y tal, no se dará la primera batalla política de la
legislatura, puesto que ya está perfectamente legislado. Yo les quiero
decir que, por lo que a mí me afecta, el sueldo sería mejor con esta ley,
el número de concejales liberados me permite subir a diez cuando tengo
solamente tres, el personal eventual no podrá exceder de siete y tengo
solo uno. También entiendo que los ayuntamientos y otras comunidades
autónomas tienen otros números mucho más altos. Y yo creo que esta
regulación permite la satisfacción de todos los ayuntamientos.


En cuanto al resto de enmiendas, quiero destacar que el
Grupo Parlamentario Socialista, además de presentar la propuesta de veto,
ha presentado una serie de enmiendas, todas de sustitución o de
eliminación. No hay una sola enmienda que permita conocer cuál es el
criterio del Partido Socialista respecto a la reforma local que estamos
debatiendo en estos momentos. Tenemos constancia de que a algunas de las
muchas asociaciones, con las que todos los grupos políticos hemos tenido
reuniones durante estos días, les han preguntado por cuál es su modelo de









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reforma local, y, desde luego, no han recibido ninguna
contestación. Creo que no saben ni tienen ni idea de qué hacer con los
ayuntamientos. ¿O qué es mejor decir: que todo está mal, quitamos todos
los artículos y no molestarse siquiera en tener su propio criterio de
organización local? Se han limitado a ir por toda España —además
eso lo hacen bien, perfectamente sincronizados— repitiendo las
mismas falsedades y las mismas mentiras en todos los sitios.


Por cierto, nosotros estamos dando un ejemplo de oír a los
ciudadanos, aunque ustedes digan que no, de oír a las asociaciones, de
oír a la Federación de Municipios, de ir presentando correcciones sobre
la ley. Y ustedes hablan mucho de rodillo y de que no queremos admitir
las enmiendas de la oposición. Pues, señorías, esta mañana cuando venía a
Madrid a una hora, por cierto, muy temprana, y con muchísimo frío, he
oído una noticia que me ha dejado la muestra de lo que ustedes entienden
por pactar con la oposición. He oído que el Partido Socialista de
Castilla y León estaba de acuerdo con el Partido Popular de Castilla y
León en cuanto a la reforma local. Y este fin de semana ha llegado el
señor Óscar López, secretario de Organización, y ha roto el consenso
porque no les conviene que en una comunidad estén unidos el Partido
Popular y el Partido Socialista en defender esta reforma.


Hay un concepto que ustedes utilizan con mucha frecuencia y
que yo creo que los ciudadanos ya lo van cambiando. Ustedes, señores del
Partido Socialista, dicen que son los progresistas y nosotros los
conservadores. Pues la verdad es algo que yo no entiendo ni lo entienden
los ciudadanos. Señoría, la realidad actual es que en dos años que lleva
gobernando el Partido Popular están a punto de aprobarse —porque
todavía algunas se están tramitando aquí— noventa y un leyes, tela
marinera, y creo que ustedes, señorías del Partido Socialista, de esas
noventa y un leyes no han aprobado ni una —perdónenme si han
aprobado alguna y no tengo constancia de ello—. Pero es verdad que
el Partido Popular está realizando un importante programa de reformas que
está cambiando la malísima situación que ustedes nos dejaron.


Voy terminando. Esta ley es difícil, es complicada, con
muchísimas aristas, muchos casos particulares a veces difíciles de
solucionar. Cuando se ponga en vigor esta ley, nos quedará un tiempo por
delante de la política, es decir, que tendremos que negociar los
ayuntamientos, en mi caso, con la comunidad autónoma y, en otros casos,
con las diputaciones, pero estoy seguro de que llegaremos a soluciones
que impidan las duplicaciones administrativas, evitaremos las llamadas
competencias impropias, y junto con la nueva ley de financiación
autonómica y local quedarán perfectamente clarificadas las competencias y
las finanzas de las diferentes administraciones, que es el principal
objetivo del Gobierno del Partido Popular.


Es momento también, como todos han hecho, de hablar
maravillosamente bien del mundo municipal y de felicitar a todos y cada
uno de los que empiezan la política. Yo siempre digo que la política
municipal, y me enfado un poco cuando veo a alguna persona que llega a
diputada parlamentaria autonómica o nacional o a senadora nacional sin
haber pasado por la política municipal, es una escuela de aprendizaje y
de servicio. Yo les digo a ustedes que llevo diecinueve años y, desde
luego, es verdad que se es alcalde las veinticuatro horas del día
—menos estas dos últimas semanas que estoy mucho tiempo en el
Senado y ya me están recriminando, como es normal—. Quiero
felicitar también la Navidad a todos ustedes, supongo que es mi última
intervención en este año. No sabía si atreverme a decir feliz Navidad o
decir feliz vacaciones de invierno, dado que ustedes están en este
momento un poco alborotados y quieren romper el concordato y no se qué.
Me decía que igual era mejor desearles felices vacaciones de invierno,
pero, en fin, felices navidades. (El señor presidente ocupa la
Presidencia.)


Quiero destacar también que, al subir a la tribuna, había
siete enmiendas transaccionadas por todos los grupos, en algún caso no
por Convergència i Unió, porque ellos tienen la propia suya. En ellas se
recogen cosas importantes de la comunidad foral de Navarra; las
condiciones de las entidades locales. Hay enmiendas firmadas de los
grupos parlamentarios Socialista, Entesa, etcétera; de los cabildos y
consejos insulares; otras del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de
Catalunya y del Grupo Parlamentario Vasco en cuanto a los consejos
insulares y sus presidentes; otras de la Entesa respecto a las
corporaciones locales, las retribuciones; y otras más de las entidades
locales.


Termino mi intervención, dando las gracias a todo el
mundo.


Gracias, señor presidente. (Aplausos.)









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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Pagola.


Pasamos a turno de portavoces.


Grupo Parlamentario Mixto. (Denegaciones.)


No hay intervenciones.


Grupo Parlamentario Vasco.


Tiene la palabra el senador Cazalis.


El señor CAZALIS EIGUREN: Gracias, señor presidente.


La verdad es que nos hemos perdido entre papeles y por eso
he tardado un poco en subir a la tribuna.


Antes de que comenzara el trámite parlamentario, las
ciudades vascas remitieron al Ministerio de Hacienda y Administraciones
Públicas informes sobre el Proyecto de Ley de racionalización y
sostenibilidad por medio del Gobierno vasco, de las diputaciones forales
de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, y de la Asociación de Municipios Vascos
EUDEL. A juicio de las cuatro instituciones mencionadas, parecía evidente
que existía una serie de problemas en los siguientes ámbitos.
Especialmente se entendía que existía una injerencia en el principio de
autonomía local; se solicitaba la inclusión de las pertinentes
disposiciones adicionales que conllevaran la no aplicación de la reforma
en el ámbito de la comunidad autónoma de Euskadi al amparo de las
singularidades institucionales y financieras propias, derivadas de la
disposición adicional primera de la Constitución española; y se
consideraba imprescindible preservar con la adición de las
correspondientes disposiciones las singularidades propias del sistema
foral del régimen local en lo relativo a la garantía de estabilidad
presupuestaria y sostenibilidad financiera, al sistema retributivo de los
miembros de las corporaciones locales y personal a su servicio, a las
competencias sobre los funcionarios con habilitación de carácter estatal
y a las competencias en materia de función pública local, a las
facultades sobre organización, régimen y funcionamiento de las
instituciones de autogobierno de la comunidad autónoma de Euskadi
—comunes, forales y locales—, a su articulación territorial
—entidades locales menores, por ejemplo—, así como en lo que
respecta a la cláusula subrogatoria ya prevista en la normativa estatal
de régimen local, artículo 39 y disposición adicional segunda de la Ley
Reguladora de las Bases de Régimen Local.


El Grupo Parlamentario Vasco en Cortes Generales hizo suyos
estos argumentos y también consideró que el proyecto de ley presentado
para su tramitación en el Congreso no preservaba la garantía
institucional de la autonomía local en los términos en que
constitucionalmente estaría obligado a tutelar. Tanto la Constitución, en
la interpretación otorgada por el Tribunal Constitucional, como en mayor
medida si cabe la Carta Europea de la Autonomía Local se veían ignoradas
en el texto de este proyecto al no encontrar el adecuado reflejo de los
principios de democracia, proximidad y descentralización. Entendíamos que
se producía un desplazamiento del ámbito de poder municipal a otras
administraciones, teniendo en cuenta exclusivamente motivos de índole
económica. En este sentido el mapa municipal actual se reordenaba
implicando un desapoderamiento ex lege de competencias que hasta ahora
ejercían las entidades locales, de tal manera que la reforma debilita de
manera importante la autonomía política.


Porque, señorías, no debemos olvidar ni obviar que las
entidades locales son también poderes públicos con mayúsculas, en la
misma categoría que el resto de los estamentos de dicho poder público,
con funciones administrativas y responsabilidades de gobierno; poderes
públicos obligados a cumplir con el mandato que los ciudadanos y
ciudadanas les hacen a través de las urnas; poderes públicos que tienen
que poder tomar decisiones en función de sus orientaciones políticas
emanadas del pueblo con total autonomía para hacerlo. Autonomía política,
capacidad de autoorganización y suficiencia financiera.


Por esto consideramos también que se dañaba un principio
democrático en cuanto que se mostraba un diseño acabado de la
organización de los órganos de gobierno de las entidades locales mediando
mandatos limitativos a la estructura de tales órganos, a las
retribuciones o a la dedicación de los miembros del personal a su
servicio. Tales preceptos casan y casaban mal con la garantía de un
principio democrático que debería incorporar más bien la responsabilidad
y solvencia de los gestores y representantes políticos en el ejercicio de
sus funciones. Iban, por tanto, todos ellos en contra de lo dispuesto en
el artículo 140 de la Constitución española.









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Por otra parte, al Grupo Parlamentario Vasco también le
llamó la atención el régimen de control descentralizado establecido sobre
los entes locales a través de los órganos interventores y otros
instrumentos del Gobierno central, manifestándose en instrumentos como la
obligatoriedad de la remisión de informes anuales por parte de los
interventores de las entidades locales a la Intervención General del
Estado, la obligación de incluir en las asunciones de delegaciones de
competencias una cláusula que garantice el cumplimiento de los
compromisos de pago con las entidades locales a través de la autorización
a la Administración General del Estado para practicar retenciones en las
transferencias que pudieran corresponder a su favor, o la posibilidad de
remisión de la resolución municipal al órgano que ostente la tutela
financiera en caso de discrepancias entre el pleno de la corporación y la
intervención municipal.


En otro orden de consideraciones, el Grupo Vasco consideró
que el texto del proyecto de ley presentado en el Congreso no tenía en
cuenta suficientemente la singularidad del régimen local en Euskadi,
derivada de sus derechos históricos y amparada en la disposición
adicional primera de la Constitución y cuya actualización general ha sido
operada en el propio Estatuto de Gernika, en la Ley de concierto
económico y en las demás normas que actualicen los derechos históricos de
los territorios forales, normas todas ellas que constituyen, según
doctrina constitucional, el marco normativo primario atributivo de
competencias y facultades en la materia. La doctrina jurisprudencial ha
interpretado también que los procesos de actualización del régimen foral
vasco pueden suponer actualizaciones privativas con contenidos
alternativos que a su vez pueden suponer la exclusión de aplicación de
reguladores básicos estatales.


Esta perspectiva afecta a la materia de régimen local,
entendida en un sentido amplio y no ligada únicamente a los aspectos
referidos al régimen económico financiero local. Este peculiar sistema
foral de régimen local ha tenido amplio reconocimiento, entre otras, en
las vigentes leyes: en la Ley de bases de régimen local, en el Real
Decreto Legislativo 2/2004, por el que se aprueba el texto refundido de
la Ley Reguladora de Haciendas Locales, en la Ley 7/2007, del Estatuto
Básico del Empleado Público, en la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril,
de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera y en la
cláusula subrogatoria prevista en el artículo 48.5 y en la disposición
adicional tercera de la Ley de concierto económico. Las citadas leyes
disponen su aplicación modulada en el ámbito de la comunidad autónoma de
Euskadi a las peculiaridades forales y no solo respecto a la organización
y régimen y funcionamiento de las instituciones y órganos forales de los
territorios históricos, sino también a otros ámbitos materiales
tradicionalmente integrados en los regímenes privativos de cada
territorio histórico, como los tradicionales planes forales de obra,
servicios, asistencia y asesoramiento técnico a los municipios, los que
versaban sobre los funcionarios con habilitación de carácter estatal y
aquellos otros vinculados con el régimen económico financiero municipal
—el establecimiento de tributos locales bajo regulación propia, el
establecimiento del régimen general de financiación municipal, la
financiación que siempre ha sido de cuantía superior a la de los entes
locales de régimen común, la estabilidad presupuestaria y la tutela
financiera de los entes locales.


Resumiendo todo lo antedicho, el Grupo Parlamentario Vasco
consideró que el referido sistema foral de régimen local podía quedar
reducido de forma sustancial, en clara vulneración de la propia
Constitución, del Estatuto de Gernika, en los que se fundamenta el
antedicho sistema foral de régimen local.


Por ello entendimos la necesidad de incorporar al proyecto
una serie de disposiciones referidas al régimen local que preservaran el
ámbito de la foralidad en las cuestiones por este proyecto tratadas y que
se encuentran conectadas de manera mediata o inmediata a la estabilidad
presupuestaria y a la suficiencia financiera de las entidades locales
vascas, así como el control y la fiscalización de su gestión económica,
financiera, contable y presupuestaria, todo ello con el único objeto de
preservar el que hemos venido en denominar sistema foral de régimen
local.


En este sentido, las negociaciones y los acuerdos entre el
Grupo Parlamentario Vasco y el Gobierno, el Grupo Popular y el Gobierno
han permitido incluir en el trámite parlamentario recorrido hasta el
momento presente las tan necesarias disposiciones en el proyecto de ley
para garantizar un mínimo cumplimiento de los objetivos antes
citados.


Es evidente que desde la perspectiva vasca el proyecto de
ley que comenzó su tramitación y este que ahora analizamos no tienen
demasiado en común. Es una satisfacción para nosotros, por tanto, ver
plasmadas nuestras consideraciones en el proyecto y sobre todo, tras
acordarlo en el









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trámite de esta Cámara, ver el reconocimiento y el
reforzamiento de la capacidad de las instituciones vascas de atribuir en
sus respectivos ámbitos competenciales competencias como propias a los
municipios con sujeción, en todo caso, a los principios de
descentralización, eficiencia, estabilidad y sostenibilidad financiera, y
constatar también que, con las disposiciones añadidas, el objetivo de
preservar el sistema foral de régimen local es más posible.


Quedan algunas cuestiones que necesitamos seguir
incorporando —que estamos intentando incorporar— como las
referentes a la función de los órganos estadísticos propios en la gestión
del padrón municipal, las diversas consideraciones referentes a los
consorcios —en lo que estamos trabajando en este momento—, la
eliminación de los enclaves provinciales existentes en la comunidad
autónoma vasca o la consideración como no sujetas a IVA las entregas de
bienes y prestaciones de servicio realizadas directamente por los
servicios públicos mediante contraprestación de naturaleza tributaria.
Tareas que entendemos imprescindibles para mantener el respeto debido a
las instituciones propias del País Vasco y que consideramos de suma
importancia consensuar en la misma línea que se ha llevado hasta
ahora.


Por todo lo expuesto, aun esperando, repito, que en estos
últimos minutos de tramitación del proyecto de ley que nos quedan podamos
acordar alguna de nuestras enmiendas pendientes, votaremos a favor de
este proyecto de ley. Y todo ello —también es cierto— a pesar
de que esta no es nuestra ley, no es la ley que el Grupo Vasco hubiera
querido hacer, al igual que no lo fue ni lo es la vigente Ley Reguladora
de las Bases del Régimen Local. Pero, repito, entendemos que los acuerdos
alcanzados y las mejoras introducidas nos permiten votar favorablemente
al proyecto de ley, que es lo que en este trámite vamos a hacer.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Cazalis.


Por el Grupo Parlamentario Entesa, tiene la palabra la
senadora Sequera.


La señora SEQUERA GARCÍA: President, muy brevemente.


Llegamos al final del trámite del proyecto de reforma de la
planta local del Estado y cabe hacer una reflexión acerca de dónde nace
esta insistencia en reformar las entidades locales.


Europa exige al Estado español una serie de reformas, entre
ellas, la reforma de la Administración. Se argumenta que hay demasiados
ayuntamientos que generan un volumen de gasto que se debería eliminar, y
el Partido Popular el primer intento que realiza es el de eliminar
municipios y/o fusionarlos. Evidentemente, esto produce un rechazo
frontal, un rechazo social, y entiendo que el Gobierno cambia de táctica,
de forma que, para obtener el mismo resultado, vacía de contenido a los
ayuntamientos.


Argumenta que el traspaso de competencias a las
diputaciones establecerá un ahorro, garantizará la sostenibilidad
financiera, dotando a las diputaciones de unas competencias para las que
no están capacitadas ni tienen experiencia ni los recursos necesarios
para llevarlas a cabo, con lo cual se presta a la privatización de los
servicios que hasta ahora realizaban los ayuntamientos y que a partir de
la entrada en vigor de esta ley deberán prestar las diputaciones. Pero a
la hora de vender esta reforma a Europa quedara muy bien decir que todas
las competencias de los 6800 ayuntamientos menores de 5000 habitantes
pasarán solamente a gestionarse a través de 51 diputaciones; esto vende
muy bien. Se ha hecho una reforma realmente muy profunda.


En realidad, la reforma local se podía haber planteado de
diferentes maneras; que se haya presentado esta no quiere decir que sea
la única y la válida para modificar el Estado de las entidades locales.
Encuentro a faltar que el Gobierno que representa los intereses españoles
en Europa no haya sido capaz de defender cómo es el Estado español, y
aquí, en el trámite en el Senado, se ha podido apreciar que la forma de
estructurarse el Estado es muy diversa y muy peculiar: tenemos cabildos,
consejos insulares, ciudades como Ceuta o Melilla, ciudades de costa que
duplican y triplican su población en épocas puntas del año; tenemos
municipios de montaña, con sus peculiaridades atmosféricas y de
orografía; tenemos la meseta, con dispersión de núcleos muy amplia;
tenemos grandes ciudades que necesitan de una capacidad propia para
gestionar sus propios intereses. Y lo que encuentro a faltar es que el
Gobierno del Estado español no haya sabido defender esa diversidad, esa
especificidad de España ante Europa; que no haya intentado buscar el
cambio de opinión de Europa en relación con el cambio en el que se
insiste en la









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Administración. Por otro lado, podía haber optado por
modificar la Administración General del Estado y no tocar la local, pero
no ha sido así.


Por lo tanto, con esta reforma de alguna manera también se
está repudiando a todas aquellas personas que están dedicándose a la vida
pública en las entidades locales y que son también representantes del
Partido Popular. Y menospreciar su tarea diaria en esos pueblos, en esas
ciudades, creo que no es de recibo de un Gobierno de un Estado.


Esta no es la reforma local que estábamos esperando desde
hace tanto tiempo. En vez de muscular esas competencias locales impropias
que desde hace muchos años llevan desarrollando las entidades locales, en
lugar de plasmar en el papel, en la legislación la realidad de lo que
está pasando, de lo que afronta cada ayuntamiento en sus pueblos, se ha
optado por evitar reconocer la realidad; evitar reconocer qué es lo que
han desarrollado estos ayuntamientos, qué servicios están prestando a sus
ciudadanos, y acometer de una vez por todas una financiación que dé
respuesta a la prestación de estos servicios con la garantía suficiente.
También es evidente que el cambio de las competencias a otras
administraciones nunca va a ser tan eficaz y tan eficiente como las que
puedan desarrollar los municipios. ¿Por qué? Porque faltará ese principio
de la proximidad, ese principio de conocer la realidad local, con lo
cual, vuelvo a repetir que mi grupo rechaza de pleno este proyecto y
pediríamos otra vez la devolución de este proyecto de ley al
Gobierno.


Gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Gracias, senadora Sequera.


Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Bel.


El senador BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.


Subo a esta tribuna en el turno de portavoces sin tener
claro cuál va a ser la situación general en el momento de votar la ley,
aunque a alguien le pueda sorprender, porque, teóricamente, quedan dos
portavoces por intervenir. Parece que hemos llegado a un acuerdo con la
mayoría de los portavoces de los grupos para poder aplazar la votación de
esta ley a mañana por la mañana en aras de intentar transaccionar alguna
enmienda, a efectos de poder facilitar una mejor ley, una ley que no va a
cambiar nuestro posicionamiento en términos generales, pero sí que
agradeceríamos que se pudiese mejorar.


Vaya por delante que en estos momentos —porque
nuestro grupo también ha facilitado la transacción— hemos arreglado
la aplicación de esta ley —y los territorios se sienten
satisfechos— en el País Vasco; hemos resuelto la aplicación de esta
ley en Navarra; hemos resuelto la aplicación de esta ley en los cabildos
y los consells insulars y hemos resuelto la aplicación de esta ley en
Aragón. Pero, de momento, aquí estamos. Aragoneses, navarros, vascos,
felicidades; gentes de las islas, felicidades; los demás, esperando.
Estamos esperando y esperamos resolverlo, porque la verdad es que yo no
tengo ni capacidad ni coraje para ir a Cataluña y explicar que los
vascos, los navarros, los aragoneses, los isleños han solucionado su
problema y que en Cataluña el problema está por resolver. Eso va a ser
muy difícil de explicar. Por tanto, vamos a trabajar con todo el ahínco
y, si no tenemos que dormir, no dormiremos esta noche para poder llegar a
una solución, porque si no, alguien tendrá que ir a Cataluña —y no
voy a ser yo ni los senadores de mi grupo— a explicar cómo se
resuelven las competencias en el País Vasco, en Navarra, en Aragón y en
las islas y no se resuelven en el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Va a
ser difícil de explicar, pero, en todo caso, es el reto que nos queda en
estos momentos, reto que aceptamos de grado. Podíamos haberlo hecho
durantes estas tres semanas que llevamos hablando, pero, en todo caso,
estamos donde estamos y agradecemos esta flexibilidad de todos los grupos
en cuanto a aplazar la votación para poder llegar a este acuerdo.


Sí quisiera aprovechar el turno de portavoces para efectuar
una reflexión que no he hecho cuando he planteado las enmiendas porque me
parecía más propio de ese turno y que creo que podría favorecer los
debates en próximas sesiones para todos los grupos. Esta mañana hemos
oído en el debate hacer referencia —y les hablo como alcalde de mi
ciudad— a situaciones de ayuntamientos concretos, aunque sus
alcaldes sean senadores o no sean senadores. Son situaciones de
ayuntamientos muy concretos y entiendo que el debate político referente a
cualquier ayuntamiento se debe dar en los Plenos de estos ayuntamientos y
no en Cámaras como esta,









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aunque sea una Cámara territorial. Por tanto, desde nuestra
perspectiva, una cosa es que utilicemos ejemplos —yo a veces
utilizo ejemplos de mi ayuntamiento para enriquecer el debate— y
otra cosa es que entremos en un debate afeando las actuaciones o no de
algún alcalde o de algunos alcaldes en algunos ayuntamientos concretos,
porque eso, seguramente, desvirtúa la dirección del debate, no enriquece
y solamente va a generar mayor crispación. Es una reflexión que dejo
encima de la mesa.


Hay otra reflexión que querría hacer en este turno de
portavoces y que he apuntado en la anterior intervención. Estamos
reformando una parte de la Ley de bases y, dentro de la Ley de bases,
estamos reformando el tema de las competencias de los ayuntamientos,
limitando —desde nuestra óptica, al menos a aquellos que no se les
respeten las competencias estatutarias— la capacidad de actuar por
parte de los ayuntamientos y limitando la autonomía de cada uno de los
municipios. Pero que no se engañe nadie, con eso no vamos a hacer más
sostenibles los ayuntamientos. Si detrás de esta ley, si inmediatamente
detrás de esta ley no hay una ley de haciendas locales, nuestros
ayuntamientos, a pesar de que aprueben ahora esta ley, van a ser menos
sostenibles y menos racionales. Por tanto, es fundamental aprobar la
nueva ley de haciendas locales. Y ya les apunto que si no implica un
nuevo sistema de financiación, con una participación en los ingresos del
Estado diferente y con una capacidad tributaria también diferente a la
existente en estos momentos, no va a servir absolutamente de nada este
trámite parlamentario que se está efectuando ahora, porque, de aquí a dos
años, se va a ver que los ayuntamientos no son sostenibles, porque no lo
son. Ahora están haciendo un gran esfuerzo para generar —y lo están
consiguiendo— este pequeño superávit en términos de PIB, pero este
esfuerzo no se puede mantener en el tiempo, porque, si se mantiene en el
tiempo, lo que sí se va a deteriorar con toda seguridad es la calidad de
los servicios públicos que están prestando cada uno de estos municipios.
Por tanto, insto al grupo mayoritario y al Gobierno al cual apoya el
grupo mayoritario a presentar con carácter inmediato esta reforma de las
haciendas locales.


Otra reflexión. Yo soy alcalde desde hace seis años y llevo
dos años de experiencia en estas Cámaras, y haciendo una lectura de cómo
se han ido desarrollando las cuestiones de financiación local y
financiación autonómica durante los últimos años ya les avanzo que si la
ley de haciendas locales se vincula a la nueva LOFCA, a la nueva ley
orgánica de financiación de comunidades autónomas, las entidades locales
van a salir perdiendo. Se debe tramitar de forma independiente la
financiación local de la financiación de las comunidades autónomas. En la
medida en que esta tramitación sea paralela y se quiera agrupar el debate
de estas dos importantes leyes, ya les avanzo que, una vez más, las
instituciones locales, los municipios y las diputaciones van a salir
perdiendo. Por tanto, no les puedo avanzar cuál va a ser nuestro
posicionamiento en cuanto a las diferentes enmiendas porque todavía no
sabemos cuáles vamos a votar. Espero que, sea cual sea nuestro
posicionamiento final, al menos se pueda transaccionar alguna de estas
leyes y, aunque no sea con nuestra conformidad, alguien pueda ir a
Cataluña y decir que se ha solventado la aplicación de esta ley en
Navarra, en el País Vasco, en los cabildos, en las islas, en Aragón y,
aunque sea mínimamente, también en Cataluña.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bel.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
senador Vázquez.


El señor VÁZQUEZ GARCÍA: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, la verdad es que aunque ha sido un trámite
parlamentario corto, poco más de dos meses, el Gobierno empezó a hablar
de ello hace más tiempo. Esas ocurrencias de que se iba a disminuir un
30% el número de concejales para ahorrar, eso de que se iban a eliminar
las mancomunidades, de que se iban a fusionar los ayuntamientos de menos
de 5000 habitantes, o de que se iban a destituir los cargos electos
locales —tuvo que salir, incluso el Consejo de Estado,
preventivamente, advirtiendo que no era posible—, fueron los
prolegómenos de lo que ha sido una tramitación realmente caótica. Ahora
nos preguntaba el senador Bel acerca de qué iban a decir en Cataluña
—o en Andalucía, en Extremadura, en Murcia o en Valencia—.
Porque es verdad que sobre la marcha se han intentado ir resolviendo
demandas de determinados colectivos territoriales o de otra índole. Y se
ha hecho así, como se ha dicho, en algunos territorios.









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A última hora, a través de una modificación en una
disposición transitoria, se ha dado respuesta, o, por lo menos,
tranquilidad a los representantes de las entidades locales de ámbito
inferior al municipal, pues se les había excluido del reconocimiento de
entidad local. Y parece ser que todavía se está negociando para intentar
contentar a los propios senadores del Partido Popular que pertenecen al
PAR.


¿Es que da lo mismo? ¿Es lo mismo, realmente? Señores, hay
algo que caracterizaba al mundo local español, la uniformidad de las
normas básicas. Esto se lo han cargado. Han sacado del saco a una serie
de territorios y las normas que se apliquen a esos ayuntamientos serán
las que dicten sus comunidades autónomas, mientras que en el resto del
país será distinto. Como diría un antiguo alcalde, eso ha sido una
auténtica chapuza.


Señorías, creo que para todos aquellos que hemos dedicado
una parte de nuestra vida, en algunos casos, quizá, la mejor, hoy es un
día para sentir un poquito de pena, porque se está intentando acabar con
un modelo que durante treinta y cuatro años de la vida democrática de
nuestro país ha hecho que decenas de miles de alcaldes, de concejales
fueran desarrollando e intentando que las ciudades, los barrios, los
pueblos, se convirtiesen, además de en espacios de convivencia en
libertad, en desarrollo de políticas de progreso en igualdad, en apoyo a
la infancia, a la juventud, a la protección del medioambiente, del ocio,
de la cultura, del deporte, a los mayores y a la discapacidad.


Asimismo, en estos treinta y cuatro años, señorías, se han
mejorado y extendido los servicios básicos, los de las infraestructuras y
también se fueron creando otros nuevos, la atención domiciliaria, la
asistencia en centros de día o la formación de adultos. Y las
corporaciones locales han contribuido de forma decisiva a mejorar en su
ámbito la educación básica, la sanidad y, muy especialmente, los
servicios sociales. Han sido y son la primera puerta a la que llama todo
aquel vecino que tiene algún problema y que necesita ayuda. También han
desarrollado políticas de importancia en cuanto al desarrollo económico y
a la creación de empleo en sus municipios. Podemos decir, señorías, que
nada sería igual hoy en día en nuestro país sin su acción política. Su
lucha siempre fue por el reconocimiento de esta labor. Su lucha fue por
su aportación al bienestar ciudadano y porque la cohesión social y
territorial les fuese reconocida. Su afán era que se les dotara de esa
suficiencia financiera que la Constitución española les reconoce. Porque,
señorías, todo eso se ha hecho sin incrementar ni una décima la
participación en el gasto público de los ayuntamientos de este país. En
1980, de cien pesetas que se gastaban públicamente en España, trece
gastaban los ayuntamientos. En 2014, de cien euros que gasta públicamente
el Estado, trece euros gastan los ayuntamientos. Ni una décima más. El
mismo trozo de tarta.


Señorías, el desarrollo del Estado autonómico relegó
durante más de dos décadas el desarrollo de las corporaciones locales,
del mundo local. Por eso, los alcaldes, las alcaldesas, se reunieron en
noviembre de 1991, en Zaragoza, en su quinta asamblea, bajo un lema: la
fuerza del poder local. Dos años después, en noviembre de 1993, en La
Coruña, celebraron una asamblea extraordinaria. El lema era casi un
grito: pacto local, ya.


Y esa ha sido la tónica general de la evolución de las
reivindicaciones, por las que pacífica y democráticamente han luchado los
ayuntamientos de nuestro país, sus equipos de Gobierno, por su
financiación, por su reconocimiento como tercer pilar en el que se
asienta la estructura territorial de nuestro país.


Estas contrarreformas se justifican en aras de la
sostenibilidad. Veamos, señorías: 13% del gasto público, como hemos
dicho, 4% de deuda del PIB, 94% alcanza la deuda pública total; pues el
4% corresponde a los ayuntamientos y el ministro nos decía ayer que este
año van a cerrar con superávit. ¿Que hay excepciones? Sí, y alguna muy
cercana. El 20% de esa deuda de la que hemos hablado corresponde solo al
Ayuntamiento de Madrid. Corríjanse, denúnciense, pero no castiguemos a
toda la Administración Local. Y si esto es así, ¿por qué entonces esta
contrarreforma? Dijo el poeta francés que conocer la causa de las cosas
ayuda a ser feliz. No sé si nos va a hacer felices conocer las causas de
esta reforma que nos trae el Partido Popular y su Gobierno. A mí no me
hace feliz. Veamos. Europa no lo exige; al contrario, la Carta Europea de
la Autonomía Local y el principio de subsidiariedad dicen todo lo
contrario. No se disminuyen costes con esta ley, ni se clarifican
competencias, ni evita duplicidades, ni simplifica burocracia, como se
dice entre sus objetivos. No la quieren ni los suyos, ni los propios
alcaldes del Gobierno del Partido









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Popular la quieren. De hecho, se han ido posponiendo
algunas decisiones, porque las comunidades autónomas tampoco estaban de
acuerdo.


Señorías, les voy a hacer un relato, un relato que puedo
hacer por haber coincidido en el desarrollo de las leyes que últimamente
estamos viendo en el Senado. En primer lugar, alguien ha escrito un
guión, un guión que está desarrollándose milimétricamente. Primero, se
bonifica el 95% en el IBI, en el IAE, en las plusvalías. Se permite que
los ayuntamientos puedan bonificar el 95%. En segundo lugar, esta ley
crea paquetes con los servicios públicos, paquetes manejables, de modo
que las grandes empresas de este país puedan ir a su adjudicación,
negociando con 40, 50 entes provinciales, en vez de con miles de
ayuntamientos; será más fácil el reparto territorial de los mismos. En
tercer lugar, se les garantiza el cobro. La ley de la deuda comercial que
hemos aprobado garantizará a las grandes empresas concesionarias, como
las eléctricas, el cobro de las deudas, que era una de las cuestiones más
difíciles que había para la concesión de los servicios públicos. Y, por
último, mañana veremos cómo se flexibilizan los pliegos de condiciones
para adjudicación de las concesiones de servicios en una enmienda aquí,
en el Senado, una enmienda de seis páginas a la ley de la factura
electrónica que permitirá hacer un traje a medida para estas concesiones
a las corporaciones que vayan a adjudicar servicios.


Y todo esto, señorías, una vez más, sin negociar con nadie.
Hablan de consenso, hablan de intento de acuerdo: 1984, 202 diputados del
PSOE en el Congreso de los Diputados, un año tardó en tramitarse esta
ley; pasó cinco veces por el Congreso de los Diputados en Pleno y tres
por comisión. Se llegó a un consenso. Eso es querer consenso; 202
diputados en el Congreso de los Diputados. Señorías, no somos iguales
unos que otros en este tema. Pero no solamente tienen poca sensibilidad
democrática, de consenso, sino que demuestran una falta de sensibilidad
municipal. Lo demostraba el ministro Montoro. Dedicó tres cuartas partes
de su intervención a hablar del plan de proveedores, de las ayudas
financieras y, al final, leyó dos folios referidos a la reforma local. Ni
él ni nadie de su ministerio tienen conocimiento, además de falta de
sensibilidad social. Señorías, no hay cosa peor que romper esa red
asistencial que se había creado en el ámbito municipal. Gente conocedora
de la situación, como pueden ser dirigentes de las estructuras de
Cáritas, nos lo han hecho saber. Es innecesario y creará problemas a los
más necesitados, a esa gente para los que no solo representa la primera
puerta a la que llamar sino la única puerta de la que pueden esperar
alguna respuesta.


Y termino, señorías. Dentro de año y medio buscaremos
hombres y mujeres para que encabecen las listas municipales, para ser
alcaldes y alcaldesas, y nos preguntarán qué pueden hacer por sus
vecinos, por su pueblo, pero tendremos que decirles que muy poquita cosa,
porque, cuando algún vecino le venga a pedir una ayuda en algún ámbito,
en algún tema complementario en educación, en sanidad, en deporte, en
ocio, etcétera, le tendrá que decir que no puede, que vaya a la junta, a
su comunidad autónoma o a su diputación, y, posiblemente, entonces,
muchos nos digan que en esas condiciones no quieren ser alcaldes.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Vázquez.


Por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, tiene la
palabra el senador García.


El señor GARCÍA MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente. Muy
buenas tardes, señorías.


La verdad es que siete horas de debate del Proyecto de Ley
de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local nos
indican la importancia de esta ley y la preocupación que tienen los
ciudadanos de los más de 8000 municipios de España, porque nos preocupa a
los alcaldes, preocupa a los partidos políticos y preocupa a los
responsables de las asociaciones sindicales. En definitiva, es una ley
que viene siendo demandada, y, como han dicho los portavoces de los
distintos grupos parlamentarios que me han precedido en el uso de la
palabra, los alcaldes lo han manifestado desde el año 1991, desde 1999;
es decir, venimos reclamando un cambio en las bases del régimen local en
los gobiernos locales. Tenemos una ley por la que han pasado treinta
años, que ha sufrido veinte modificaciones y, por tanto, se hace
necesario adaptarla, en competencias, al siglo XXI.


Permítanme decirles —y con esto quiero responder
también al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista— que en la
ponencia hemos participado dos personas del Partido Popular que llevamos
casi veinte años como alcaldes y trabajando en el municipalismo. Usted
decía que









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los alcaldes del Partido Popular no quieren esta ley pero,
perdóneme, señor Vázquez, sí queremos esta ley, sí queremos que se
reforme el Gobierno local, (Aplausos.) sí queremos que haya una
clarificación de competencias con financiación, porque los ayuntamientos
queremos gestionar calidad, gestionar servicios, atender a nuestros
ciudadanos, y para ello necesitamos clarificar competencias y tener
financiación, y esta ley lo dice: clarificamos competencias y tenemos
sostenibilidad financiera.


Fíjese, señor Vázquez, portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, se ha dicho esta mañana: si esta ley es tan importante como
venían diciendo, ¿por qué no la hicieron ustedes? Hoy se estaban quejando
aquí de que no les gustaba el modelo local y que por eso no apoyaban la
ley, y mi pregunta es: ¿ocho años de Gobierno del señor Rodríguez
Zapatero no fueron suficientes para elaborar la ley que quería el
municipalismo? ¿O es que no tienen modelo? ¿O es que son incapaces de
hacer una ley de reforma local? Esta actitud inmovilista ha perjudicado a
los más de 8000 alcaldes de los municipios españoles. ¿Cuál es su
mensaje? Lo hemos visto a lo largo de este debate, meter miedo: esta ley
no sirve para nada. Se están quedando solos ustedes, el Grupo
Parlamentario Socialista, en el discurso del miedo y en decir que la
reforma no vale para nada.


Ha tenido que ser el Partido Popular, un presidente de
Gobierno, Mariano Rajoy, el que lo anunciara en el debate de investidura
y, a diferencia del ex presidente Rodríguez Zapatero, que lo anunció y no
lo hizo, el presidente Rajoy lo anunció en el debate de investidura y lo
ha hecho: pondremos en marcha un paquete de reformas económicas,
empezando por la del sector público, para primar la austeridad, lograr la
mayor eficiencia y evitar duplicidades, atendiendo a la premisa de: una
Administración, una competencia. Y en el ecuador de esta legislatura, en
el ecuador del Gobierno del Partido Popular, del presidente Mariano
Rajoy, se presenta en las Cortes Generales este proyecto de reforma de la
Administración Local, la Administración más cercana al ciudadano.


Señorías, el Gobierno del Partido Popular, una vez más,
cumple su palabra y acomete aquellas reformas estructurales que son
buenas para España y para los españoles, que son una reivindicación
histórica del municipalismo y que establecen los parámetros que deben
guiar la gestión de los Gobiernos locales del siglo XXI.


Esta mañana el portavoz Sanz ha dicho que no es un proyecto
dialogado y consensuado. Pues bien, se trata de uno de los proyectos de
ley más consensuados, más debatidos y más dialogados, con transparencia y
participación. Fíjense en las enmiendas transaccionales que se están
consensuando en este momento, que incorporan borradores porque se ha
dialogado, porque se ha intentado mejorar, porque cuentan con las
aportaciones de alcaldes, de ayuntamientos y de la federación de
municipios; por tanto, hasta este momento se están incorporando enmiendas
transaccionales.


La actitud dialogante del Grupo Parlamentario Popular choca
frontalmente con la actitud del Grupo Parlamentario Socialista. Y digo
que choca frontalmente porque mientras el Grupo Parlamentario Popular
dialoga y busca el mayor consenso, y lo hemos visto en el debate de
defensa de las enmiendas, para el Grupo Parlamentario Socialista todo era
suprimir, suprimir y suprimir. Señores socialistas, sigan buscando porque
no han encontrado el modelo de reforma local desde el debacle electoral
de las elecciones locales y autonómicas de 2011. Sigan buscando ese
modelo de reforma electoral.


Este proyecto de ley es constitucional, y es en la doctrina
del Tribunal Constitucional donde, de forma reiterada, se establece,
tanto en el artículo 137 como en el artículo 149.1.18, que debe ser el
legislador estatal, con carácter general y para todo tipo de materias,
quien fije unos principios básicos relativos a las competencias locales.
Pero este proyecto de ley no incurre en el ámbito de las competencias de
las comunidades autónomas —lo hemos visto en intervenciones
anteriores—, muestra el máximo respeto a las comunidades autónomas
y a sus estatutos, se ha visto en los acuerdos a los que se ha llegado
hasta el momento, y esperamos también poder llegar a algún acuerdo con
Cataluña, con flexibilización y diálogo, teniendo en cuenta, por tanto, a
las islas, a Ceuta y Melilla, a Navarra, a Aragón, al País Vasco,
etcétera. En definitiva, somos respetuosos con las comunidades; pero se
ha criticado mucho a las diputaciones, y este proyecto de ley considera
que las diputaciones son entes locales imprescindibles para dar una
respuesta a los ayuntamientos más pequeños, no a los de 20 000
habitantes. (Rumores.)










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El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden un poco de silencio,
por favor.


El señor GARCÍA MARTÍNEZ: Y tengo que decirles también
—y esto se lo digo al Grupo Parlamentario Socialista— que su
discurso es ambiguo y demagógico, y que dicen una cosa en un sitio y otra
distinta en otro, y se lo voy a explicar.


El pasado día 9 de noviembre, el presidente de la
Diputación Provincial de Ciudad Real, como todos conocen, el destacado
socialista, exsecretario provincial, don Nemesio de Lara, decía en una
reunión con el colegio provincial de secretarios e interventores,
textualmente, lo siguiente: «Las diputaciones son imprescindibles. Yo
sería el primero en llamar a la puerta de las descargas competenciales
impropias que estamos asumiendo en estos momentos las diputaciones
provinciales.» Por tanto, en unos sitio pronuncia un discurso y en otros,
otro distinto.


También han hecho demagogia de las privatizaciones, que
para ustedes son mejorar servicio cuando hablamos de gestión indirecta, y
para nosotros es privatizar. Se ha hablado mucho de ello. También voy a
citar a otro secretario general socialista, compañero nuestro en el
Senado, el señor García-Page, que en el Ayuntamiento de Toledo tiene casi
todo, el 80%, privatizado.


Se han metido ustedes con la comunidad de Castilla-La
Mancha. Han dicho que no paga a los ayuntamientos. Hemos criticado que en
el sistema de competencias y de asumir financiación lo tienen que hacer
también las comunidades. Tengo que decirles que Castilla-La Mancha
recibió una deuda del Gobierno socialista; es decir, su deuda no la ha
creado el Gobierno del Partido Popular de Castilla-La Mancha, sino la
deuda de los Gobiernos socialistas. Pero sí ha pagado a los
ayuntamientos.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El señor GARCÍA MARTÍNEZ: En definitiva, y termino con ello
señor presidente, hablamos de un proyecto de ley necesario que va a velar
por el bienestar de los ciudadanos, que va a mejorar la financiación de
los ayuntamientos y que va a permitir a los alcaldes dar bienestar y
calidad de vida a sus ciudadanos. Por ello le pido el voto para este
proyecto de ley.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador García.


Señorías, me piden los portavoces de los grupos aplazar la
votación de las enmiendas de esta ley a mañana porque todavía se están
negociando una serie de enmiendas transaccionales. Entonces vamos a
entrar en el debate de las propuestas de veto de la siguiente ley, del
Proyecto de Ley de cajas de ahorros y fundaciones bancarias,
posteriormente votaremos estas propuestas de veto y suspenderemos el
Pleno, reanudándolo mañana a las nueve horas con las enmiendas del
Proyecto de Ley de cajas de ahorros, y cuando acabemos con el debate de
las enmiendas votaremos las enmiendas de esta ley y las de la
Administración Local. ¿De acuerdo? (Asentimiento.)


Me alegro. Muchas gracias.


2.1.2. PROYECTO DE LEY DE CAJAS DE AHORROS Y FUNDACIONES
BANCARIAS.


COMISIÓN: ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD.


(Núm. exp. 621/000053)


El señor PRESIDENTE: Entramos en el Proyecto de Ley de
cajas de ahorros y fundaciones bancarias, de la Comisión de Economía y
Competitividad.


Para la presentación del dictamen, tiene la palabra el
senador López.


El señor LÓPEZ RODRÍGUEZ: Gracias, señor presidente.


Comparezco ante esta Cámara al objeto de presentar el
dictamen de la Comisión de Economía y Competitividad relativo al Proyecto
de Ley de cajas de ahorros y fundaciones bancarias. El proyecto de ley
que se somete en este acto a la consideración del Pleno del Senado tuvo
su entrada en esta Cámara el día 7 de noviembre, fecha asimismo de su
publicación en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, tramitándose
por el procedimiento ordinario. El plazo de presentación de enmiendas
finalizó, previa ampliación, el día 26 de noviembre de 2013,
presentándose un total de cuatro vetos y ciento cinco enmiendas, de las
que ha sido inadmitida la número 78, de la senadora Capella i Farré, por
acuerdo de la Presidencia del Senado de fecha 27









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de noviembre. Los vetos presentados han sido los
siguientes: veto número 1, de los senadores Iglesias Fernández y Mariscal
Cifuentes, del Grupo Parlamentario Mixto; veto número 2, de la senadora
Capella i Farré, del Grupo Parlamentario Mixto; veto número 3, de la
senadora Mendizabal Azurmendi y los senadores Aiartza Azurtza, Goioaga
Llano y Unamunzaga Osoro, del Grupo Parlamentario Mixto, y veto número 4,
de los senadores Guillot Miravet y Saura Laporta, del Grupo Parlamentario
Entesa pel Progrés de Catalunya. (El señor vicepresidente, Lucas Giménez,
ocupa la Presidencia.)


Las ciento cuatro enmiendas se distribuyen de la siguiente
forma: enmiendas números 1 a 21, de los senadores Iglesias Fernández y
Mariscal Cifuentes, del Grupo Parlamentario Mixto; enmiendas 75 a 77, de
la senadora Capella i Farré, del Grupo Parlamentario Mixto; enmiendas 79
a 96, del Grupo Parlamentario Vasco en el Senado; enmiendas 43 a 74, del
Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya; enmiendas 32 a 42,
del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió;
enmiendas 22 a 31, del Grupo Parlamentario Socialista, y enmiendas 97 a
105, del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


El 4 de diciembre se reunió la ponencia del presente
proyecto de ley y emitió informe, acordando lo siguiente: incorporar al
texto remitido por el Congreso de los Diputados las enmiendas números 97
a 105, del Grupo Parlamentario Popular en el Senado. A continuación, la
comisión se reunió para dictaminar el citado proyecto de ley y acordó
añadir al informe de la ponencia dos enmiendas transaccionales: la
primera sobre la base de la enmienda número 100, del Grupo Parlamentario
Popular en el Senado, y la segunda sobre la base de las enmiendas números
103, del Grupo Parlamentario Popular en el Senado; 27, del Grupo
Parlamentario Socialista; 84, del Grupo Parlamentario Vasco en el Senado,
y 67 y 74, del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, así
como incorporar una enmienda de corrección técnica para adaptar el
preámbulo a las modificaciones introducidas en el texto.


Finalmente, han presentado votos particulares a este
dictamen los senadores Guillot Miravet y Saura Laporta y los grupos
parlamentarios Mixto, Vasco en el Senado, Entesa pel Progrés de
Catalunya, Catalán en el Senado Convergència i Unió y Socialista.


Señorías, estamos en el trámite final para la aprobación de
este proyecto de ley en esta Cámara. Es tiempo, pues, de debate, de
contraponer ideas y propuestas que mejoren, si cabe, el proyecto
presentado. En todo caso, es el momento de aprobar una ley necesaria para
el sistema financiero español.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


La propuesta de veto número 1 la presentan los senadores
Iglesias Fernández y Mariscal Cifuentes.


Para la defensa de este veto, tiene la palabra el senador
Mariscal.


El señor MARISCAL CIFUENTES: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, subo a esta tribuna para defender el veto que los
senadores de Izquierda Unida hemos presentado a esta ley. Los senadores
de Izquierda Unida, más conocidos en nuestro ambiente como Iglesias y
Mariscal (Risas.), presentamos un veto a este Proyecto de Ley de cajas de
ahorros y fundaciones bancarias porque creemos que tiene como objeto
regular algo que prácticamente ya no existe en nuestro país: las cajas de
ahorros. (Rumores.) Y no existen… (Rumores.) ¿Por qué no existen?
(Rumores.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Es imposible oír
al senador Mariscal. Ruego silencio en el auditorio.


El señor MARISCAL CIFUENTES: No pasa nada.


Pues no existen porque los sucesivos Gobiernos se han
encargado de dinamitar una de las herramientas de ahorro más importantes
al servicio de la población, de los pequeños ahorradores, del pequeño y
mediano empresario, de los autónomos y de los territorios más alejados de
las grandes urbes.


No les voy a aburrir con la trayectoria histórica de las
cajas de ahorros y del monte de piedad pero venían jugando un
importantísimo papel de cercanía de las finanzas a la ciudadanía. Este









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importante papel de las cajas de ahorros empezó a tener
críticas porque confundió el que entraran en la especulación, en los
mercados financieros, en la comercialización de productos de alto de
riesgo y en la participación activa de la burbuja inmobiliaria. Como pasó
esto con muchas cajas de ahorros, algunos de los gobernantes que teníamos
en el anterior Gobierno, y a continuación los de este, decidieron que lo
que estaba fallando en las cajas de ahorros era su modelo de gestión y de
participación. Empezaron a decir que las cajas de ahorros había que
profesionalizarlas, que estaban demasiado llenas de políticos y de
políticas. Y esto es lo que se hizo, avanzar hacia un modelo de
desarrollo de las cajas de ahorros y de los montes de piedad en los que
los representantes públicos tenían que desaparecer.


Pero es realmente paradójica esta cuestión, porque las
entidades y las cajas de ahorros con menores problemas de todo el Estado
español son y han sido las cajas de ahorros de Euskadi, donde la
participación de agentes procedentes de las administraciones ha sido
muchísimo más notable. Sin embargo, las cajas de ahorros que han tenido
que ser intervenidas y rescatadas han sido aquellas donde menos
participación y donde menos democracia ha habido. Me refiero, en
concreto, a la caja de ahorros de mi provincia, a Caja Sur, donde la
participación de técnicos procedentes de la Iglesia católica y del
cabildo catedralicio dio como consecuencia su implicación —y eso
que es pecado la usura— en operaciones de alto de riesgo que
finalmente han sido pagadas por los ahorradores cordobeses, y en esto
estamos.


¿Cuál es el pedazo del pastel? Lo decíamos esta mañana con
el sector público empresarial a nivel local. Lo comentábamos la semana
pasada con el ahorro público que suponen los sistemas públicos de
pensiones, cuya privatización hay que facilitar. Y ahora lo que conviene
es incluir dentro de la gran banca de nuestro país al 50% del ahorro que
estaba en manos de las cajas de ahorros. Este 50% del ahorro que estaba
en manos de las cajas de ahorros es el que ahora está en manos de un
oligopolio privado financiero, encabezado por las cuatro o cinco grandes
entidades financieras y bancos de nuestro país, que son las que han
absorbido a las cajas de ahorros no sin antes haber pasado por un proceso
por el cual, con dinero público, hemos rescatado esas entidades de cajas
de ahorros privadas, las saneamos, las ponemos bonitas y las ofrecemos
con un lazo y saneadas a la banca privada. Consecuencia: resulta que
ahora no solo es la banca privada la que atesora el ahorro que estaba en
manos de esos ahorradores miembros de las cajas de ahorros, sino que la
banca privada se lo lleva crudo, el dinero lo ponemos todos, los que
estamos aquí, los ciudadanos y ciudadanas, incluso se da por perdido un
alto número de millones de euros de la ayuda a la banca y del rescate de
importantes cajas de ahorros que, sin embargo, como digo, ahora pasan a
formar parte de ese oligopolio formado por cuatro o cinco grandes
entidades financieras de nuestro país.


Yo no sé, en relación con este Proyecto de Ley de cajas de
ahorro, qué número hace de legislación referente a las cajas de ahorros y
al sistema financiero y su ordenación en los últimos cinco años en el
Estado español. Este proyecto de ley es consecuencia de la imposición de
la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional, que decía que
había que reestructurar el sistema financiero, y si es con dinero público
muchísimo mejor. Pues bien, este proyecto de ley de cajas de ahorros y
fundaciones bancarias parece ser que ya es el definitivo, que es el
último, porque evidentemente se ha producido la desaparición absoluta de
las cajas de ahorros y los montes de piedad, como los hemos venido
entendiendo hasta ahora.


Quien va a pagar esto, desde luego, es la ciudadanía, son
los pequeños ahorradores y todas aquellas personas que necesitaban y
necesitan de un instrumento de ahorro semipúblico, como eran las cajas de
ahorros y los montes de piedad, en los cuales se podía tener una cercanía
del cliente, del ahorrador, del pequeño y mediano empresario o del
autónomo con la entidad financiera. Además, estas entidades financieras
conocían el territorio, las necesidades de sus conciudadanos, de sus
ahorradores y, por lo tanto, podían dar respuestas y solucionar los
problemas concretos de la gente en ese territorio. Todo eso, por
desgracia, se ha terminado, y lo que a nosotros nos hubiera gustado es
otra alternativa por la cual vamos a seguir trabajando —no lo voy a
ocultar; al contrario, lo digo bien alto: forma parte de nuestra
propuesta política—, y es que mientras en el Estado español se
privatizan las cajas de ahorros o se nacionalizan para sanearlas y luego
venderlas bien a la banca privada, en Andalucía, precisamente esta
semana, acabamos de aprobar las conclusiones de un grupo de trabajo sobre
la fundación y creación de una banca pública en nuestra comunidad
autónoma, fruto del acuerdo entre dos fuerzas políticas, entre el









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Partido Socialista Obrero Español e Izquierda Unida, que
vamos a llevar a cabo una iniciativa que permita solucionar el principal
problema que ahora mismo tiene la pequeña y mediana empresa y los
autónomos en nuestro país, que es el flujo de créditos, la trampa de la
liquidez que decía Keynes, que es lo que se está produciendo en este
momento en nuestro país y que está provocando que aunque se dan ayudas a
la banca, estas ayudas no fluyen en forma de crédito hacia la gente y
hacia quien lo necesita. De hecho, son la pequeña y mediana empresa y los
sectores autónomos los que vienen comentando que ese es el principal
problema que actualmente tienen. Sin embargo, la gran banca está
obteniendo créditos a tipos de interés muy barato, al 1% por parte del
Banco Central Europeo, y luego nos compran deuda al país al 6 o al 7%.
¿Así quién quiere que acabe la crisis?


Por lo tanto, Izquierda Unida apuesta por: un modelo de
banca pública; por la nacionalización irreversible de las cajas de
ahorros, ya que se han intervenido y se han participado los bancos, a fin
de convertirlas en una banca pública; que todas las ayudas públicas,
directas e indirectas, que se hayan recibido por parte de estas entidades
se conviertan en acciones participadas por el Gobierno o por las
entidades públicas que hayan concedido estas ayudas; que no se transfiera
ni un solo euro de fondos públicos más a ninguna entidad hasta que se
complete una auditoría pública independiente y trasparente de las cuentas
de estas entidades financieras que permita establecer un plan de
saneamiento efectivo, y que la nueva banca pública que surja de este
proceso tenga como objetivo fundamental gestionar de forma prudente los
ahorros de la ciudadanía, promocionar el crédito a familias y a empresas
y a proyectos de carácter sostenible que sean capaces de generar empleo
de calidad, con trasparencia en sus políticas, con el rendimiento público
y trasparente en las cuentas y con una obra social en condiciones que
permita también que parte de ese ahorro y de los beneficios de ese ahorro
se puedan destinar a la ciudadanía, a proyectos de solidaridad, a
proyectos sociales, como hasta ahora se venia haciendo, mal que bien,
pero eran instrumentos realmente interesantes e importantes a los que
nosotros creemos que este proyecto de ley da la puntilla definitivamente,
y es por ello por lo que presentamos este veto de rechazo a este proyecto
de ley.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Mariscal.


La propuesta de veto número 2 está firmada por la senadora
Capella, que tiene la palabra.


La señora CAPELLA I FARRÉ: Bona nit. Gracias,
presidente.


El presente proyecto de ley culpabiliza a las cajas del
gran desastre del sistema bancario. Más allá de obviar la responsabilidad
de los bancos, lo que obvian es que la parte de culpa de las cajas es
seguir la línea marcada por el Partido Popular con la liberalización de
las cajas y que traicionaba su propia esencia: enraizamiento territorial,
inversión productiva y de proximidad y obra social.


Fruto del camino neoliberal, que liberalizó en su momento
suelo y cajas, nos encontramos con el crac que nos lleva a la crisis que
están pagando las clases trabajadoras y más necesitadas, en lugar de
hacerlo quien nos ha metido en ella. Lejos de purgar culpas, siguen
dictando y dirigiendo la política financiera gubernamental, y
paradójicamente son los grandes beneficiarios de la reestructuración
bancaria, llamado eufemísticamente saneamiento, que se paga a costa del
gasto social.


Para ello se han utilizado una diversidad de instrumentos:
inyecciones directas de capital a las entidades; suscripción de
participaciones preferentes convertibles; adquisición de activos;
préstamos del Banco Central Europeo, todo ello además del rescate
obtenido a través del mecanismo europeo de estabilidad y de la creación
de la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración
del sector bancario. Pero si hemos pagado todo esto con dinero público,
el sector financiero debería ser nuestro. La superación de la actual
situación requiere, inevitablemente, la nacionalización de la práctica
totalidad del sector financiero por la conversión de gran parte de las
ayudas públicas ya desembolsadas en capital y el radical saneamiento de
las pérdidas ocultas en los balances.


Así, Esquerra Republicana apuesta por la banca pública como
instrumento que coadyuve a una salida diferente de la actual crisis. Es
un instrumento legítimo, que permite a la ciudadanía el retorno de las
entidades bancarias que ha salvado, en realidad comprado con dinero
público a costa de muchos recortes y sacrificios, pero, además, permite a
la ciudadanía ejercer el poder









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económico y democrático. En este sentido, en Cataluña y
dentro de las competencias que ostenta la Generalitat, Esquerra
Republicana ha propuesto convertir el Institut Català de Finances en un
banco público que facilite el acceso al crédito a las pymes y a las
administraciones públicas.


Las enmiendas que hemos presentado, aparte del veto que
ahora estoy defendiendo, tienen por finalidad que el Gobierno proceda a
nacionalizar las entidades financieras que han sido rescatadas con el
dinero de toda la ciudadanía. Ello debe adecuarse a la realidad
territorial y descentralización política del poder, por lo que entendemos
que las entidades catalanas nacionalizadas deben ser gestionadas por la
Generalitat de Cataluña. Se trata, además, de entidades con un importante
arraigo territorial y que han desarrollado una importante función
financiera en los territorios donde se encuentran implantadas.
(Rumores.—Pausa.)


La única manera de conseguir silencio es callando.


Por otro lado, no debe ser del Estado el entramado bancario
y sus deudas, sino que también deben serlo el gran parque inmobiliario
que tienen y el Estado social debe utilizarlo para ponerlo a disposición
de las personas más necesitadas y hacer efectivo el derecho a la
vivienda. Por ello pedíamos en una enmienda, que no ha sido admitida a
trámite, que esas viviendas sean incorporadas a la oferta de viviendas de
protección oficial. No es lógico que habiendo tenido que pagar el rescate
bancario, las entidades bancarias sigan desahuciando y no pongan a
disposición de la sociedad lo que por justicia les corresponde. Esa
enmienda, que decía que no ha sido admitida a trámite, en definitiva lo
que ha hecho, en este caso la senadora de Esquerra Republicana, es
exactamente lo mismo que hacen ustedes cuando se autoenmiendan proyectos
de ley y los aprovechan para introducir enmiendas que nada tienen que ver
con el proyecto de ley que se va a debatir o discutir. Por tanto, lamento
que no haya sido admitida, lamento que no hayan sido tenidas en
consideración las alegaciones efectuadas por esta senadora y, en
consecuencia, lamento que esta enmienda no forme parte del debate
político.


Para Esquerrra Republicana la banca pública es un medio
legítimo que permite a la ciudadanía el retorno de las entidades
bancarias que ha salvado o comprado, en definitiva, con su dinero, con el
dinero público y a costa de muchos sacrificios y recortes. Banca pública
debe ser un instrumento para la recuperación social de los beneficios a
través del Estado, y además debe ser parte de una estrategia más amplia
que permita que la ciudadanía ejerza el verdadero poder económico y
democrático. Por eso hemos presentado este veto y por eso también
votaremos a favor de los vetos del resto de grupos parlamentarios.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senadora
Capella.


La propuesta de veto número 3 está firmada por la senadora
Mendizabal y los senadores Aiartza, Goioaga y Unamunzaga.


Para su defensa, tiene la palabra el senador
Unamunzaga.


El señor UNAMUNZAGA OSORO: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, estamos en el trámite final en el Senado de la
aprobación del Proyecto de Ley de cajas de ahorros, que va a suponer,
curiosamente, la liquidación de las figuras de las cajas de ahorros, con
el elemento negativo que conlleva de pérdida de un instrumento de
actuación política por parte de las instituciones al servicio de la
ciudadanía y con una clara finalidad social. Estamos ante un Proyecto de
Ley de cajas de ahorros y fundaciones bancarias que, como ha afirmado
reiteradamente el Gobierno, forma parte de las reformas estructurales que
ha impulsado este Gobierno. Y como ustedes saben, nosotros no compartimos
esta materialización de las reformas. Somos partidarios de hacer
reformas, pero desde luego las que ha realizado ustedes han ido en una
dirección muy contraria a nuestros planteamientos. Al final esta ley es
la culminación del proceso de liquidación del modelo de entidad
financiera de vocación y carácter social, próximo al interés de la
ciudadanía y con sensibilidad hacia las necesidades y peculiaridades
propias del territorio donde actúa.


Con el argumento o disculpa de la necesidad de la profunda
intervención de los poderes públicos para acometer el saneamiento y
reestructuración de cajas de ahorros, cuya situación financiera llegó a
comprometer la estabilidad del sistema financiero estatal, se ha obviado
la realidad de que hay cajas de ahorros que no se han visto afectadas por
esta situación y que mantienen importantes niveles de eficiencia
económica, de eficiencia financiera y, sobre todo, de









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eficiencia social. No deja de ser paradójico que quienes
han sido responsables del desastre económico, financiero y de gestión de
algunas cajas de ahorros, sean ahora precisamente los adalides de la
racionalidad económica, impulsando la liquidación del modelo de entidad
financiera de carácter y control social. Sé que ustedes, y lo entiendo y
lo acepto, se han encontrado esto ya en marcha, que la liquidación de las
cajas es un proceso que inició el Gobierno anterior, pero al final
ustedes lo están culminando. Y es que la solución de esa nefasta gestión
que se ha producido no pasa por la liquidación de las cajas y la venta a
precio de saldo de sus activos, poniendo en manos de los especuladores
financieros el ahorro público de las cajas. Esta desaparición de las
cajas y de su especial naturaleza jurídica abre la puerta a su
privatización y a su bancarización, fomentando una situación de
oligopolio financiero que va a ser muy negativo para los intereses de la
ciudadanía, y que va a hacer realidad el objetivo largamente esperado por
la banca privada de eliminar a un molesto e importante competidor y
hacerse con su mercado.


Este importante capital social de este proyecto de ley
también supone la desaparición a corto plazo de la obra social de las
cajas, que si siempre han jugado un papel importante, en tiempos de
profunda crisis económica y social se va a echar especialmente en falta.
Y a lo anterior quiero añadir que este proyecto de ley se enmarca también
en el proceso de recentralización y uniformización del Estado, a través
de una regulación basada en una extensiva serie de cuestiones definidas
como básicas, que en la práctica vacía de contenido las competencias
definidas como exclusivas en los estatutos de autonomía, y especialmente
en el caso de Euskal Herria, en nuestros ámbitos de soberanía propia. Por
eso, esta ley no responde a la situación general del sistema financiero y
de las cajas de ahorros en Euskal Herria, sino que está hecha a espaldas
de su realidad política, su realidad económica y su realidad social, y va
a generar un impacto muy negativo sobre la economía vasca, añadiendo más
dificultades a la actividad que desarrollan autónomos, pymes y la
economía social, y privando al conjunto de la ciudadanía de los
beneficios de la obra social. Consideramos que es un elemento muy
negativo y que será un tema del que el conjunto de las instituciones se
acabarán arrepintiendo en el futuro.


Quiero insistir, además, en el caso de las cajas vascas y
la entidad Kutxabank, en que las enmiendas transaccionadas entre el
Partido Nacionalista Vasco y el Partido Popular vienen a anular los
consensos que había previamente en Euskal Herria para mantener y asegurar
el control público de Kutxabank, en el sentido de que había un acuerdo
para evitar la privatización. Con el texto que está sobre la mesa se abre
el camino a la privatización, se habla ya de enajenar una parte de las
acciones que ahora mismo están bajo control público en las tres cajas que
precedían a Kutxabank. Por lo tanto, consideramos, repito, que es un
elemento muy negativo, entre otras cosas, porque va a afectar de forma
muy clara a la obra social de las cajas. Y para Amaiur, la obra social de
las cajas no solo es lo que tradicionalmente se ha llamado obra social:
actividades culturales, asistenciales, etcétera, la principal obra social
de las cajas era dar respuesta en clave social a las necesidades de la
ciudadanía, a las necesidades de la sociedad. Estamos hablando de las
necesidades de las familias, de las necesidades de autónomos, de las
necesidades de pequeñas y medianas empresas. Obra social fundamental era
la promoción de la actividad económica, con ese claro carácter social.
Obra social es el apoyo a la generación de empleo. Obra social es
facilitar a las personas el acceso a la vivienda y evitar también, por
ejemplo, la política de desahucios que se ha seguido por parte de muchas
entidades. Obra social también era hacer efectivo el derecho a un puesto
de trabajo, es decir, un instrumento también al servicio de las
instituciones para avanzar en esa clave.


Como hemos dicho en muchas ocasiones, el hecho de que en
muchos ámbitos se haya utilizado mal ese instrumento no significa que el
instrumento no fuese válido, es decir, habría que juzgar y habría que
tachar de mala la gestión, pero no el instrumento, porque este en otros
ámbitos sí que ha funcionado.


Por eso, pensamos que en el caso de Kutxabank se va a abrir
la puerta a la privatización y a la pérdida del control público de dicha
entidad. Se va a poner una entidad muy golosa para los ámbitos privados y
para otras entidades bancarias a su disposición, en contra del interés
mayoritario de la ciudadanía, en contra de la auténtica obra social que
debe jugar en Euskal Herria.


Consideramos muy negativa esta ley, una ley que va a
facilitar la especulación financiera, un instrumento muy goloso, como
decía antes, y que va a ir en detrimento de la obra social. La obra









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tradicional en el medio plazo va a desaparecer, y en la
obra social fundamental, que tiene que constituir el día a día de una
entidad financiera de control social, como eran las cajas, en el caso de
Kutxabank también se va a producir en el corto plazo.


Nosotros vamos a votar en contra de esta ley y vamos a
seguir trabajando para tener unos instrumentos soberanos necesarios en
nuestra mano para que Euskal Herria pueda decidir su marco financiero y
para que pueda dotarse en el futuro de entidades financieras de control
social.


Por eso, analizando los contenidos principales de la ley
presentada por el Gobierno, y ante las consecuencias económicas,
financieras y sociales de estos, nos reafirmamos en la necesidad de
contar con un ámbito vasco de decisión que evite que nos sea impuesto un
modelo social, político, económico y financiero que claramente es ajeno a
Euskal Herria y lesivo para los intereses de la ciudadanía vasca.


Concluyendo, nosotros vamos a votar a favor de todos los
vetos presentados.


Mila esker. Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


La propuesta de veto número 4 está firmada por los
senadores Guillot y Saura.


Para su defensa, tiene la palabra el senador señor
Guillot.


EL señor GUILLOT MIRAVET: Gràcies, senyor president.


Señorías, el ministro de Economía, señor de Guindos,
justificaba en el Congreso este proyecto de ley argumentando dos
principales objetivos, el primero, la estabilidad financiera y, el
segundo, preservar el carácter social y el arraigo territorial de las
cajas. Me permitirán también que justifique el veto del senador Saura y
el mío, en representación de Iniciativa Verds, a partir de estos dos
grandes objetivos.


Pero antes hagamos un poco de historia. Creo que
compartirán ustedes que el balance de las cajas de ahorro en esos más de
cien años en que forman parte del sistema financiero español es un
balance positivo. Muchos de ustedes en los debates, especialmente en el
Congreso —pero también se dice en el preámbulo; me imagino que
saldrá a lo largo del debate de este proyecto de ley—, dirán lo
mismo, pero lo dirán más en plan de elogio fúnebre que no desde la
voluntad de preservar las cajas como actores fundamentales de nuestro
sistema financiero.


Señorías, el Gobierno, en el preámbulo del proyecto de ley,
afirma que las cajas de ahorro se configuraron como entidades de
beneficencia, orientadas al fomento y protección del ahorro y a la
generalización del acceso al crédito de las clases sociales más
desfavorecidas, aspectos que son aún hoy de honda preocupación, como la
protección de los intereses de los pequeños ahorradores o la exclusión
financiera, es decir, la existencia de ciudadanos que no pueden acceder
por diferentes circunstancias a los servicios financieros convencionales.
Esos aspectos fueron abordados por unas instituciones que, más allá de su
integración en un panorama financiero fuertemente competitivo, asumieron
de manera propia preocupaciones de carácter social. Esta misma vocación
social condujo a una preferencia natural por la actividad financiera más
básica, de menor riesgo y sofisticación y más próxima al interés del
ciudadano, etcétera.


Yo creo que la afirmación que el Gobierno realiza en este
preámbulo debería justificar el mantenimiento de las cajas de ahorro,
evidentemente con todas las reformas necesarias para hacerlas viables no
solo en medio de esta crisis sino en medio de un mundo financiero
totalmente globalizado. Creo que esta sería una primera reflexión
respecto de lo que es el contenido de este proyecto de ley y lo que han
sido las actuaciones tanto del anterior Gobierno de Rodríguez Zapatero
como del Gobierno de Mariano Rajoy con respecto al sector financiero y en
concreto respecto de las cajas, unas cajas que llegaron a alcanzar casi
el 50% del mercado de crédito y que impedían con su presencia situaciones
de restricción de la competencia. ¿Qué está pasando con su desaparición?
Permítanme que les dé dos datos de la Confederación Española de Cajas de
Ahorro. En 2007 las seis principales entidades financieras representaban
el 38% de los activos. En 2012 representan el 63%. Con el proceso de
reestructuración aún no cerrado, es evidente que ese porcentaje se
incrementará en detrimento de la competencia del sector financiero.
Señorías, avanzamos sin pausas ni descansos hacia la conformación de un
oligopolio bancario, pero lo más sorprendente de este proceso en nuestro
país es que este oligopolio se construye a partir de la financiación
pública, algo que realmente me llama la atención. Nos vamos a cargar unas
cajas que









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resistieron bien las dos anteriores crisis que hemos
sufrido en la etapa democrática, lo que no ha sucedido con la banca
privada. Más de sesenta entidades bancarias debieron ser reestructuradas
en esas dos primeras crisis, la de finales de los setenta y la de los
años noventa.


¿Y qué ha pasado en esta tercera crisis? En primer lugar,
creo que no es correcto ni se ciñe a la realidad generalizar al hablar
del comportamiento de las cajas en estos años. Lo digo, porque en este
ansiado y querido proceso de bancarizar se argumenta que las cajas son un
problema para la estabilidad y viabilidad de nuestro sistema financiero.
No es verdad. Es una mentira interesada para justificar la razón de
fondo: bancarizar el sistema de cajas de ahorros español. El problema no
es el sistema de cajas sino la nefasta gestión realizada en muchas de
ellas. Ha habido y hay cajas bien gestionadas, y otras, la mayoría,
entraron en crisis. En 2009 había cuarenta y cinco entidades y hoy quedan
trece cajas sanas. ¿Qué ha pasado con estas treinta y dos cajas? En la
mayoría coinciden una serie de malas prácticas que explican su quiebra.
En primer lugar, la ocupación de los órganos de gobierno de las cajas por
representantes de intereses políticos, corporativos o privados. Segunda
mala práctica. Con la liberalización del suelo promovida por el Gobierno
de Aznar se desarrolla la mayor burbuja inmobiliaria producida en Europa.
Estas cajas se lanzan de lleno a la especulación inmobiliaria, y entre
2000 y 2007 multiplican por nueve su actividad inmobiliaria. Pasaron de
recibir 78 000 millones de euros del interbancario a 428 000 millones de
euros en solo ocho años. El PSOE entra en el Gobierno en 2004 y no pinchó
la burbuja. Entramos en la crisis y emergen todos los errores y
debilidades, fracasos y miserias del sector financiero español, y en
especial en una serie de cajas. Tercera mala práctica. La presencia en
los consejos de administración de verdaderas cuadrillas de personajes sin
preparación alguna, escasos escrúpulos y total servilismo a los intereses
de sus valedores. Todo ello explica la delirante gestión realizada, la
ineptitud y la codicia, los delirios políticos y los intereses
particulares especulativos, cuando no el simple robo. Todo ello son
constantes que se repiten. Pero lo peor es que se deja hacer; desde los
Gobiernos de las comunidades autónomas, desde el Gobierno central, por no
hablar del Banco de España y de la nefasta gestión de sus gobernantes en
aquellos años, todo esto se dejó hacer. Nos tendríamos que preguntar cómo
se permitió tamaño sobreendeudamiento, cómo nadie se dio cuenta de la
deriva que estaba tomando esta lógica y esta deuda. Creo que la respuesta
la encontraremos en la suma de errores, más intereses, más codicia. Y, en
vez de aislar y sajar, ¿cuál es la respuesta del Gobierno de Zapatero,
con el apoyo del Partido Popular? El Real Decreto-ley de 9 de julio de
2010, con el que se fuerza la concentración de cajas de ahorros
—sumando cajas malas lo único que se produce es una caja
peor—, una decisión nefasta con resultados muy negativos; y valga
como ejemplo de mi afirmación Bankia. Con este decreto ley conseguimos
que todas las cajas o grupos de cajas configurados fueran sistémicos, a
partir de lo cual, evidentemente, había que ir a su rescate.


¿Qué nos ha costado la estabilidad financiera? Cifras
astronómicas de recursos públicos, dinero vertido al rescate bancario de
diferentes formas: ayudas directas, avales, etcétera, que incrementan el
déficit y la deuda pública. El rescate bancario incrementa el déficit y
la deuda pública, otra cosa es que no se penalice por Bruselas, un dinero
detraído de las prioridades sociales que exigen la crisis económica y el
paro. Solo en ayudas directas estamos hablando de 61 000 millones de
euros, de los cuales 37 000 millones ya se dan por perdidos. Yo volveré a
insistir una vez más —ya lo hice en el debate de Presupuestos
Generales del Estado— en que cómo puede ser que un rescate que no
iba a costar ni un euro al contribuyente ahora ya se dé por perdido; 37
000 millones de euros. Y cómo puede ser, si esta primera afirmación la
hizo el Gobierno, que el Gobierno no explique por qué los contribuyentes
tendrán que hacerse cargo de esos 37 000 millones de euros.


La ciudadanía asiste con malestar y desconcierto a la
constante inyección de recursos públicos para rescatar cajas y bancos,
que a su vez siguen desahuciando, cuando a su vez hay todo el problema de
las preferentes, es decir, que a su vez están dando la espalda a los
intereses sociales más elementales.


A pesar del dinero público invertido, ¿se ha estabilizado
el sistema financiero? La respuesta es no, hay dudas; el sistema
financiero español es aún muy vulnerable, no es una inversión atractiva.
El frenazo de estos últimos días en la subida de la Bolsa española se
debe fundamentalmente a la caída de las cotizaciones de los grandes
bancos.









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Las entidades financieras españolas tienen un gravísimo
problema de morosidad; se calcula en torno al 14% para 2014 y se
acercaría al 18% si se incluye el valor de los activos adjudicados. El
desempleo es el responsable del 65% de las causas de impago de una
hipoteca. Y sigue la opacidad, cuando no la mentira en torno a nuestro
sistema bancario. Después de que las seis principales entidades
financieras declararan unos beneficios de 7778 millones de euros durante
los nueve primeros meses de 2013, al poco tiempo anunciaron que pasaban a
morosos 14 000 millones de euros en créditos que hasta el momento se
tenían como refinanciados. ¿Qué quiere eso decir? Si uno resta de 14 000
los 7778, verá con toda claridad que de beneficios, nada de nada, todo lo
contrario. El crédito no fluye, este año se calcula que volverá a caer en
aproximadamente un 6%, y el poco que fluye es caro. Una pyme española
paga dos veces más que una alemana.


Señorías, los países deudores no tenemos capacidad para
hacer frente por nosotros mismos al rescate de nuestros sistemas
bancarios sin poner en riesgo, como ya lo estamos haciendo, la
sostenibilidad de la deuda soberana. Por ello nos urge tanto la unión
bancaria, que, lamentablemente, ha cosechado otro fracaso
recientemente.


En cuanto al segundo objetivo, el mantenimiento del
carácter social y arraigo territorial, se deben referir a las cajas de
Pollensa y Onteniente; para el resto de cajas transformadas esta ley ni
preserva su carácter social ni las arraiga en el territorio.


Señorías, voy terminando. Este proyecto de ley, fruto del
memorando de rescate impuesto por Bruselas, no garantiza ni la
estabilidad —son otros factores los que deben garantizar la
estabilidad financiera en el sistema bancario español— ni mucho
menos el carácter social y territorial de las cajas. Es un proyecto de
ley cargado de prejuicios acerca del desarrollo de la función
representativa de los intereses generales, ya sean de naturaleza política
o social. Históricamente —vuelvo a insistir—, en términos de
rentabilidad y eficiencia las cajas han podido resistir con éxito
cualquier comparación con la banca privada. Los problemas empezaron
cuando imitaron a los bancos. La crisis, los excesos financieros y los
graves errores de gestión están suponiendo la coartada perfecta para
comenzar un proceso que se inició con los procesos de fusiones y
absorciones entre cajas con financiación pública, continuando con
amortizaciones de empleo y nacionalizaciones, para sanear y luego vender,
si es posible, al mejor postor, y acabando con este proyecto de ley, que
certifica definitivamente la defunción de las cajas de ahorros.


Para Iniciativa per Catalunya Verds, para el senador Saura
y para mí las cajas de ahorros tienen sentido y utilidad reformándolas,
readecuándolas a la realidad que marca la crisis, la realidad de la
globalización financiera, pero siguen teniendo, como muy bien afirma el
preámbulo de este proyecto de ley, una autoridad social y territorial. Y
por eso reclamamos su mantenimiento, de la misma manera que, como ya ha
explicado muy bien el senador Mariscal, reclamamos la creación de una
banca pública.


Señorías, termino con una afirmación: lo que está
realizando el Gobierno con este proyecto de ley y con todo el proceso
que, insisto, no empezó el PP, que ya viene de lejos, es, en definitiva,
una desamortización en nuestro sistema de cajas de ahorros para mayor
beneficio de los grandes grupos de la banca, yendo hacia la creación de
un oligopolio que también, lamentablemente, se construirá con la
financiación pública. En resumen, todo al revés de lo que es de interés
general. Por eso el senador Saura y yo presentamos este veto y pedimos su
voto para él.


Gràcies, senyor president. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Gillot.


En turno en contra, tiene la palabra el señor Fernández de
Moya.


El señor FERNÁNDEZ DE MOYA ROMERO: Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, buenas tardes, buenas noches. En nombre del Grupo
Parlamentario Popular me corresponde posicionar a mi grupo en torno a los
cuatro vetos de los grupos cuyos portavoces me han precedido en el uso de
la palabra pidiendo la devolución de este proyecto de ley al Gobierno. He
de poner de manifiesto que el voto va a ser en contra de todos y cada uno
de los cuatro vetos formulados por sus señorías, y para ello voy a tratar
de basar mi intervención en lo que significa el importante proyecto de
ley que en la tarde—noche de hoy debatimos concretamente en el
Senado.










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Quiero empezar, señorías, poniendo de manifiesto que este
es un proyecto de ley que sin lugar a dudas se dicta de conformidad con
la Constitución Española. Es importante en ese sentido ubicar en nuestro
ordenamiento constitucional —concretamente en el artículo 149 de la
Constitución, 6ª, 11ª y 13ª— las competencias que tiene el poder
Ejecutivo, el Gobierno de España, en lo que significan nada más y nada
menos que competencias en materia de legislación mercantil, de ordenación
del crédito, de ordenación del crédito bancario y financiero, seguros, y
una muy importante: la planificación general de la actividad económica en
el conjunto de la nación española.


Una segunda reflexión que debo hacerles es que, en relación
con la regulación de las cajas de ahorros —saben sus señorías que
esta ley tiene cuarenta y nueve artículos y está dividida en dos títulos;
el Título I hace referencia las cajas de ahorro, y el Título II, a las
fundaciones bancarias, y a la ley se han presentado cuatro vetos y ciento
cuatro enmiendas que analizaremos mañana por la mañana— sin lugar a
dudas se pone de manifiesto el respeto a la distribución competencial
entre el Estado y las comunidades autónomas. En ese sentido, señorías, es
importante citar la sentencia del Tribunal Constitucional 31/1985, de 2
de agosto, en cuanto a la delimitación competencial en base al desarrollo
legislativo del artículo 149 de la Constitución Española, lo que es la
regulación de carácter básico y la regulación de desarrollo legislativo y
atribuciones competenciales a las comunidades autónomas. Por lo tanto, el
proyecto de ley que formula el Gobierno y que respalda el Grupo
Parlamentario Popular tiene pleno encaje en la normativa constitucional,
en nuestro ordenamiento jurídico.


Dentro de lo que significa el artículo 149 de la
Constitución y el respeto, conforme a la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, de lo que debe ser el marco normativo y el desarrollo
legislativo, tanto del Estado como de las comunidades autónomas,
permítanme que ponga encima de la mesa dos aspectos extraordinariamente
novedosos de este proyecto de ley en relación con la regulación de las
cajas de ahorros. Por un lado, se ha previsto una restricción al tamaño
de las cajas, que viene fundamentalmente motivada porque en el actual
sistema bancario y financiero evidentemente no se quiere por parte del
Gobierno y de este grupo una dimensión que haga sistémicas el conjunto de
las cajas de ahorros.


En segundo lugar, sin lugar a dudas la estructura jurídica
de las cajas no permite en este sentido y en este momento hacer frente a
situaciones de crisis que en la actualidad se venían produciendo como
consecuencia de la dificultad que tienen las entidades financieras, las
cajas de ahorros, para atraer capitales. Ese es, sin lugar a dudas, un
elemento definitorio y al mismo tiempo extraordinariamente importante de
este proyecto de ley. Consecuencia del primero —y es mi segunda
reflexión respecto de las cajas de ahorros— es que es preciso
evitar que las cajas tengan un tamaño excesivo y, en consecuencia, puedan
poner en peligro el sistema financiero. Y al mismo tiempo, con este
proyecto de ley no solo se ha buscado el tamaño adecuado que deben tener
esas cajas de ahorros, esas entidades financieras, sino que operen de
manera clara en un ámbito territorial determinado, teniendo en cuenta
para ello a las comunidades autónomas uniprovinciales, y también teniendo
en cuenta que la función social de cada entidad financiera, de cada caja
de ahorros, quede vinculada al territorio sobre el que opere. Estamos
hablando de que quede vinculada a un área geográfica que mantenga
fundamentalmente características, peculiaridades y necesidades que
resulten comunes. Ese también es el espíritu de la norma que sometemos a
debate en la tarde-noche de hoy.


En lo que concierne al Título II, las fundaciones
bancarias, es importante establecer fundamentalmente la necesidad de un
régimen jurídico sistemático desde una perspectiva financiera para este
tipo de entidades. De ahí que nosotros hablemos precisamente de las
fundaciones bancarias, que a partir de la entrada en vigor de esta ley
van a ser sin lugar a dudas un gran actor cuando hablemos del conjunto de
las entidades de crédito en el ámbito de la nación española. En ese
sentido, es preciso que las fundaciones bancarias sean objeto de una
regulación similar a la que el Estado ha dictado en relación con las
entidades crediticias; solo así podemos garantizar la estabilidad del
conjunto del sistema financiero. Evidentemente, cuando hablamos de
fundaciones bancarias también estamos hablando de que la ley tiene que
entrar a regular cuáles deben ser los aspectos fundamentales del
desarrollo de esta figura. En este sentido, la ley establece el régimen
de profesionalidad e incompatibilidad de los miembros que integran los
órganos de gobierno, las relaciones con las entidades de crédito
participadas que deben dar lugar a la aprobación de un plan de gestión y
un plan financiero, así como las cuestiones de supervisión









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de su actividad financiera, conjuntamente con medidas
extraordinariamente importantes de transparencia. Esta intervención
estatal en las fundaciones bancarias se realiza de manera gradual en
función del nivel de control que tenga cada una de las fundaciones
bancarias en base también a las entidades de crédito que resulten
participadas, puesto que cuanto mayor sea su participación en tal entidad
de crédito mayor será, evidentemente, su incidencia y mayor su afección a
la propia estabilidad financiera.


Señorías, como les he dicho con anterioridad, esta ley toma
como punto de partida una importante sentencia del Tribunal
Constitucional, la sentencia 31/1985, de 2 de agosto, pero también viene
a complementar, como se ha citado en anteriores intervenciones, el Real
Decreto Ley 11/2010, de 9 de julio, dictado por el anterior Gobierno
socialista.


Es también una ley que se conforma y se configura, como les
he dicho con anterioridad, en cuarenta y nueve artículos y dos títulos,
que tratan de delimitar, el Título I, las cajas de ahorros, y, el Título
II, las fundaciones bancarias.


Debo señalarles que en el desarrollo de lo que significa y
representa el Título I se ha propuesto, y así se lee en la exposición de
motivos de la ley, una vuelta al modelo tradicional de cajas al
realizarse una vinculación explícita de su actividad financiera con las
necesidades de los clientes minoristas y de las pequeñas y medianas
empresas, de manera que este tipo de entidades financieras focalicen sus
funciones en aquellas capas de la sociedad que tienen más difícil acceso
a otro tipo de entidades financieras o crediticias. En línea con lo
anterior, la ley introduce la exigencia de que las cajas de ahorros
desarrollen sus actuaciones en el ámbito local y también mediante un
tamaño reducido.


El marco fundamental de actuación de las cajas de ahorros
conforme al texto normativo objeto de debate debe ser fundamentalmente el
de la comunidad autónoma donde se implante, sin que puedan desarrollar
funciones a nivel nacional. Se impide de manera expresa que las cajas
tengan un tamaño lo suficientemente grande, como les he dicho con
anterioridad, para alcanzar un carácter concretamente sistémico. Aquellas
cajas que crezcan por encima de los límites permitidos perderán su
licencia bancaria, deberán transmitir su actividad financiera a una
entidad de crédito y habrán de transformarse en fundaciones bancarias. En
este sentido, la norma da continuidad y completa el esquema del ejercicio
indirecto de la actividad financiera descrita por las cajas de ahorros
conforme al Real Decreto Ley de 9 de julio del año 2010.


Pero, señorías, cuando hablamos de cajas de ahorros en este
proyecto de ley también se pone encima de la mesa un importante ejercicio
de profesionalización de los órganos de gobierno de las cajas de ahorros,
aspecto cuya necesidad ha sido puesta de relieve tanto a nivel
internacional como nacional. En particular, a partir de ahora será
necesario que todos los miembros del consejo de administración de la
entidad financiera, de la caja de ahorros, y no solo la mayoría
—como se exigía anteriormente—, cuenten con conocimientos y
al mismo tiempo con experiencia específica para el ejercicio de sus
funciones. Se produce, en consecuencia, una traslación a las cajas de
ahorros del régimen de profesionalidad aplicable a las entidades
financieras y bancarias. Este objetivo relativo al incremento de la
profesionalización de la gestión de las cajas ha llevado igualmente a
introducir importantes modificaciones en la composición de las asambleas
generales. Lo tienen en el texto de la ley. Se reduce el porcentaje de
participación de las administraciones públicas y se refuerza el papel de
los impositores mediante la previsión de un nuevo mecanismo para la
designación de sus representantes en el ámbito de la asamblea general,
incrementando su presencia en esta hasta una horquilla entre el 50% y el
65%. Señorías, este conjunto de medidas pretende poner encima de la mesa
que aquellas personas que tengan depositados sus ahorros en las cajas
puedan ver mejor representados y defendidos sus intereses en los órganos
de gobierno competentes de las cajas de ahorros.


Otro aspecto singular son las normas sobre incompatibilidad
en el ejercicio de las funciones de gobierno de las cajas, la necesidad
de que en los órganos de gobierno y en los comités de las cajas de
ahorros exista un porcentaje de consejeros independientes. La figura del
consejero independiente, señorías, es esencial en materia de órganos de
gobiernos corporativos, pues toma fundamentalmente sus decisiones sobre
la base de los principios de objetividad, imparcialidad y
neutralidad.


En cuanto al Título II, en el ámbito de las fundaciones
bancarias, vuelvo a poner de manifiesto que el presente proyecto de ley
se inspira en el Real Decreto Ley 11/2010, de 9 de julio. El proyecto









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de ley pone de manifiesto que debe regularse igualmente el
régimen de transformación en una fundación bancaria, tanto de las cajas
de ahorros como de las propias fundaciones ordinarias. Respecto de las
cajas de ahorros, su transformación en fundación bancaria y, en
consecuencia, su cambio de naturaleza financiera y jurídica se producirá
en los dos supuestos siguientes: cuando una caja de ahorros crezca por
encima de los límites permitidos por la ley, dado que es necesario que
las cajas no incrementen su volumen hasta niveles que las hagan
concretamente sistémicas y, en segundo lugar, en el supuesto de cajas que
a la entrada en vigor de la presente ley estén ejerciendo su actividad
financiera a través de un banco. Igualmente, en el Título II de este
proyecto de ley se introducen además normas en relación con los órganos
de gobierno de las fundaciones bancarias, el régimen de participación de
la fundación bancaria en la entidad de crédito, así como obligaciones en
materia de órganos colegiados, gobierno corporativo y transparencia.


Se trata, en todo caso, de que las fundaciones bancarias,
en cuanto actores significativos del sistema crediticio español, actúen
con los niveles de profesionalidad, independencia, neutralidad,
transparencia, eficacia y eficiencia máximos, sin que en ningún caso se
pueda poner en peligro la solvencia de las entidades en las que
participa.


Con carácter general, como saben sus señorías y se
desprende del contenido literal de la ley, a todas las fundaciones
bancarias les será de aplicación la normativa sobre gobierno corporativo.
Pero solo a aquellas fundaciones que tengan una participación igual o
superior al 30% en una entidad de crédito o de control en la misma, a la
que se le impondrá, además, la obligación de elaborar un protocolo de
gestión con la finalidad de la exposición de un plan financiero según el
cual se especifique cómo se hará frente a lo que significa la fundación
bancaria frente a posibles necesidades de financiación en una situación
de dificultad que debiera superar.


Por lo tanto, señorías, una vez que hemos leído lo que
significan los distintos vetos —y, yo agradezco, como no podía ser
de otra manera, el trabajo realizado por los distintos grupos
parlamentarios en su interposición—, he de decir que he visto
muchas coincidencias en cada uno de ellos. Concretamente, el señor
Mariscal presentaba el primer veto y, analizando el presentado con
posterioridad por el Grupo Parlamentario de la Entesa hay una
coincidencia prácticamente literal en el contenido, en el fondo, en la
forma, e incluso en la propia exposición.


Indudablemente, no compartimos los criterios esgrimidos en
esos vetos, aunque insisto en que reconocemos el trabajo, desde la
discrepancia legítima que se ha puesto de manifiesto por los distintos
grupos parlamentarios.


Ahora bien, el señor Mariscal ha hablado de Andalucía. Yo
soy andaluz y, como usted comprenderá, no me resisto a poner encima de la
mesa algo sobre lo que él ha hecho una reflexión que no es del todo
cierta, y lo sabe. El Partido Socialista —y esto se ha publicado
recientemente en la prensa regional, en noviembre de este año— se
olvida del banco público que pide Izquierda Unida y opta por un instituto
de crédito. Usted ha hablado aquí hoy en la tribuna, aprovechando el
debate del Proyecto de Ley de cajas de ahorro y fundaciones bancarias, de
algo que no existe. Ustedes en Andalucía no han pactado un banco público.
Eso no es verdad. Ustedes lo que han pactado es un instituto de crédito
con mucha analogía y similitud al ICO estatal. (Denegaciones del señor
Mariscal Cifuentes.) Que, por cierto, ofrece mejores ventajas que aquel
que ustedes tienen en embrión, porque estamos hablando, como mínimo, de
un año de tramitación, como usted bien sabe, en el grupo que han creado.
Pero aquí tiene la prensa regional. (El señor Fernández de Moya Romero
muestra un documento.) PSOE e Izquierda Unida pactan un ente de crédito
público que aspira a ficha bancaria. Ustedes saben que después tendrán
que acudir al Banco de España, solicitar licencia para el ejercicio de
dicha actividad, y veremos a ver lo que les dice el Banco de España sobre
la naturaleza de este organismo que ustedes han pactado. Porque el PSOE,
una vez más en Andalucía, ha dicho que no a la banca pública y sí a un
instituto de crédito. (Aplausos.)


Es más, señor Mariscal, el 14 de diciembre de 2013, el
sábado, el PSOE impone su tesis y rebaja la banca, en este caso, de
Izquierda Unida, a un instituto de crédito oficial andaluz. (El señor
Fernández de Moya Romero muestra un documento.) El PSOE impone su tesis y
rebaja la banca de Izquierda Unida a un ICO andaluz. Por lo tanto,
ustedes no están hablando en Andalucía de una banca pública, sino de un
instituto de crédito oficial que ya opera, como usted bien sabe, en el
conjunto del Estado, el ICO, que, por cierto, ya tiene condiciones más
ventajosas que las que ustedes planteen, como mínimo, de futuro, a un año
vista, respecto a este ICO andaluz.









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Y, señor Mariscal, cada vez que hay un debate se critica
mucho a las entidades financieras, a las entidades bancarias y a los
bancos, lo cual está muy bien. Pero, ustedes, en la Junta de Andalucía no
podrían sobrevivir sin los bancos y sin las entidades financieras. La
deuda de la junta se come diez millones de euros al día en intereses.
Repito. La deuda de la Junta de Andalucía se come diez millones de euros
al día en intereses. ¿Qué sería de ustedes si, evidentemente, no
existieran las entidades financieras para dar liquidez al desarrollo de
ese programa que tienen como bipartito perdedor en Andalucía entre PSOE e
Izquierda Unida?


Una última reflexión, para ir terminando, señor presidente,
o penúltima. Cada vez que se suben a esta tribuna, ustedes hablan
permanentemente de las ayudas que este Gobierno, el del presidente Rajoy,
ha dado a las entidades financieras. Voy a hacer mía una frase que es del
gobernador del Banco de España: el verdadero rescate, la verdadera ayuda
que se ha dado a las entidades financieras —como él bien dice: si
esto no se entiende, no se entiende nada— ha sido para salvar a los
millones de depósitos de españoles en las entidades financieras; ha sido
exactamente para eso, para salvar los millones de depósitos de millones
de españoles en las entidades financieras. Y lo que no es de recibo es
que ustedes suban a esta tribuna y obvien las líneas de ayuda que en su
momento fueron establecidas en etapas anteriores, en concreto, por un
Gobierno socialista. Fueran utilizadas o no, fueron líneas de ayuda
aprobadas, para ponerlas de manifiesto en lo que significaba la
estabilidad y la consolidación del sistema financiero español: 87 145
millones de euros, lo que suponía el 8,20% del PIB y, en euros per
cápita, 1846,47 por español, aprobadas como medidas anticrisis de ayuda a
la banca, líneas de ayuda en el Gobierno socialista del señor Rodríguez
Zapatero.


Por eso, tal y como he explicado, señor presidente —y
con esto termino—, el proyecto de ley, en opinión del Grupo
Parlamentario Popular, es necesario para la modernización, profundización
en el presente y en el futuro del sistema financiero, de las cajas de
ahorro, de las fundaciones bancarias y, sobre la base de los argumentos
que acabo de exponer, mi grupo parlamentario rechaza los cuatro vetos
presentados.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Iniciamos el turno de portavoces.


Por parte del Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra
el senador Mariscal Cifuentes.


El señor MARISCAL CIFUENTES: Gracias, señor presidente.


El señor Fernández de Moya, que hace las intervenciones con
los titulares del ABC, como si eso fuera la realidad —ciertamente,
curioso—, dice que Izquierda Unida ha fracasado. No, al contario.
Nosotros somos conscientes del proyecto que tenemos en Andalucía que,
efectivamente, era el de un banco público, fuerte desde el primer
momento, y somos conscientes también de que tenemos doce escaños y de que
hemos alcanzado un acuerdo con un grupo que es mayor. Efectivamente,
aspiramos a que tenga ficha bancaria, así aparece en las conclusiones,
pero usted mismo se contradice cuando habla de que: ya vendrá el Banco de
España a decirles si pueden tener ficha bancaria. Yo me imagino que, tal
y como han hecho con la Ley de la función social de la vivienda, una vez
que eso se ponga en marcha, buscarán las vueltas para poner la política
al servicio de los intereses privados que ustedes representan y volverán
a interponer un recurso. Por eso nosotros vamos a seguir luchando y
movilizándonos.


Usted ha hecho referencia a la Constitución española; me
parece muy bien. Es posible que la Constitución española avale este
proyecto de ley y toda la reconfiguración de las cajas de ahorros que
ustedes han hecho en nuestro país. Pero el artículo 128, que es un
artículo que ustedes leen poco, dice que toda la riqueza del país, en sus
distintas formas y sea cual fuere su titularidad, estará subordinada al
interés general. Lo que ustedes están haciendo exactamente es coger toda
la riqueza del país y subordinarla a los intereses privados de la
coalición de intereses privados que están desarrollando en la práctica. Y
fíjese que también dice que se reconoce la iniciativa pública en la
actividad económica. Lo digo por si se le ocurre leerme la Constitución
para hablarme de que la banca pública no es posible dentro de la Carta
Magna, porque justamente dice que, mediante ley, se podrán reservar al
sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de
monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo
exigiere el interés general. Señor Fernández de Moya, no es la
Constitución soviética, es la Constitución española, y









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nos gustaría que esos artículos también se nombraran aquí
más de vez en cuando. Y me gustaría refutar en la medida de las
posibilidades el argumento que se ha utilizado respecto al tema del
tamaño sistémico de las cajas de ahorros.


Señor Fernández, es la banca la que está alcanzando un
tamaño sistémico por esos cuatro o cinco grandes sectores, grandes grupos
financieros que han atraído hacia sí a las cajas de ahorros, que han
robado el 50% del ahorro que había en España en esas cajas de ahorros, y
han alcanzado un tamaño sistémico para que cuando tengan dificultades
tengamos que rescatarlas de nuevo con dinero público, que es lo que
seguimos haciendo. Y no se lo reprocho, ustedes tienen sus deberes,
tienen sus tareas y están desarrollando las medidas legislativas que les
parecen adecuadas a su ideología, pero no nos vendan motos porque no las
compramos. Que un portavoz del Partido Popular venga aquí a hablar de la
deuda de la Junta de Andalucía es alucinante. Porque podríamos hablar,
podríamos sacar los titulares del ABC sobre las deudas de otras
comunidades autónomas o de otros ayuntamientos en los que ustedes
gobiernan. ¿O hablamos de que el señor Montoro provocó la ruptura de las
operaciones financieras que la Junta de Andalucía tenía cerradas con
importantes entidades crediticias y de ahorro de este país después del 25
de marzo y de cómo se ocuparon ustedes de que esas operaciones de crédito
se rompieran? ¿Y cómo se ocupó el señor Montoro de romper esas
operaciones de crédito entre entidades financieras y el Gobierno de la
Junta de Andalucía para que después nos pueda apretar las tuercas todo lo
que quiera recortándonos 1200 millones de euros para la elaboración de
los presupuestos de la Junta de Andalucía? Podemos hablar de eso. ¿O
ustedes no tienen nada que ver con esto? ¿A qué intereses responden,
señor Fernández de Moya? Está clarísimo, no hace falta que me conteste,
lo sabe todo el mundo, responden a una coalición de intereses privados, a
esa gran coalición del sistema financiero y resulta especialmente
llamativo que ustedes hablen de profesionalización de las cajas de
ahorros y del sistema financiero.


Señor Fernández de Moya, ¿el señor De Guindos es un
profesional o no lo es? Los que trabajan en Goldman Sachs y lo hunden,
¿son profesionales?, ¿son técnicos?, ¿son políticos? Los que trabajan en
Lehman Brothers, ¿son profesionales?, ¿son técnicos?, ¿son políticos? El
señor Rato, ¿es técnico?, ¿es político?, ¿es profesional? Me parece que
eso se confunde en muchas ocasiones, y al final lo que se hace es
construir un discurso como el que se ha construido durante todo este
tiempo, que provoca el alejamiento de lo público de la ciudadanía y de
los trabajadores, de los mecanismos de control sobre la generación de su
propia riqueza y la entrega de esta riqueza en manos de intereses
privados.


Ustedes trabajan en eso. Ustedes trabajan para eso. Esa es
su tarea. La nuestra, evidentemente, es otra.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador
Mariscal.


¿Grupo Parlamentario Vasco en el Senado?
(Denegaciones.)


Por el Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya,
tiene la palabra el senador Montilla.


El señor MONTILLA AGUILERA: Gracias, señor presidente.


Señorías, la aprobación hoy o mañana de este proyecto de
ley no es precisamente grata para nosotros, en este caso, me refiero a
los senadores socialistas del Grupo Entesa, porque con su aprobación
estaremos certificando la desaparición de facto de las cajas de ahorros,
a pesar del título del proyecto de ley, con todo respeto, dicho sea de
paso, para las cajas de Onteniente, de Pollensa, o de aquellas que en el
futuro pudieran crearse al amparo de esta normativa.


Las circunstancias derivadas de la crisis financiera, la
burbuja inmobiliaria, una deficiente gestión en algunos casos, la presión
del lobby bancario que hemos vivido en las últimas décadas y la decisiva
intervención de la troika liquidan un sistema, el de las cajas de
ahorros, al que si queremos hacerle justicia le hemos de reconocer el
gran servicio que a lo largo de décadas han prestado a los ciudadanos por
sus funciones sociales y por su ligamen con los territorios de los cuales
eran originarias las cajas o donde tenían una presencia destacada.


Ello nos lleva a un mapa de entidades financieras donde sin
ningún género de dudas se va a reducir la competencia, se va a concentrar
la oferta, y no saldrán reforzados, sino todo lo contrario, los derechos
de los consumidores. Al hilo de todo esto, conviene recordar que la
tremenda









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disminución del crédito que se está operando, es un asunto
que, por diversos motivos, hemos tenido ocasión de tratar ampliamente en
esta Cámara. El crédito no acaba de llegar ni a las empresas ni a las
familias.


No se trata tampoco de hacer un ejercicio melancólico de lo
que pudo haber sido y no fue, pero la existencia de un sector financiero
arraigado en los territorios, cuyos beneficios, en gran parte, se
destinaban a obras de carácter social y no a retribuir y generar valor
para el accionista, era algo positivo, y fueron decisivos para evitar,
hace décadas, la exclusión financiera en nuestro país. Lástima que
nuestras circunstancias no sean las de otros países, como Alemania, que
mantiene su sistema de cajas y bancos regionales sin tener que pagar por
los estrés test de la troika, sabiendo, como ustedes saben, que ha habido
cajas en España mal gestionadas —como también hubo muchos bancos en
el pasado que desaparecieron o fueron intervenidos en los años ochenta y
noventa—, pero también algunas excelentemente gestionadas. No en
vano, hoy, la primera entidad financiera en activos es una caja de
ahorros, aunque preste indirectamente el servicio, de acuerdo con los
últimos cambios normativos.


Por tanto, no me apuntaré al bando de aquellos que se
alegran de la desaparición de las cajas, fundamentando su liquidación en
la politización de su régimen corporativo, y ello porque, como apuntan
algunos, el régimen corporativo de las cajas era un auténtico desastre y
el de los bancos una maravilla, y eso es falso y manipulador. Nadie
recuerda ya a Banesto y a su presidente en aquel momento, ni la decena de
bancos que han desaparecido, se han fusionado o han sido comprados por
terceros.


Señorías, voy a hacer una referencia a la gobernanza del
sector financiero porque consejeros que no se enteran de lo que pasa en
su entidad o que se han aprovechado de su cargo, los ha habido en cajas y
en bancos, por no hablar también de algunas empresas del IBEX.
Igualmente, haberse dedicado a la política no debe ser un demérito para
ser después ejecutivo en una empresa o en un banco, siempre que no se
utilice la puerta giratoria y, además, se tenga la preparación, el perfil
y la experiencia para serlo.


Otra cosa son las cuotas, la presencia de políticos en
activo, personas con nula experiencia financiera que se han dado en
algunas cajas, o la elaboración de legislaciones autonómicas
excesivamente intervencionistas y propiciadoras del sistema de cuotas
partidarias. También debemos reconocer la propensión, en muchos casos, de
las cajas a caer en la tentación de la concesión del crédito fácil al
ladrillo, interesado, bajo la presión de los entornos más cercanos.


Pues bien, en cualquiera de los casos, dadas las
circunstancias, hoy, desde un ejercicio de realismo político, no cabe
otra cosa que reconocer lo irreversible del proceso de su reconversión en
bancos. Habrá fundaciones bancarias que se mantendrán como accionistas de
referencia de estos bancos; en otros casos, ni eso, fundamentalmente tras
el proceso de fusión o de reconversión que ha comportado la crisis
financiera, la burbuja inmobiliaria, etcétera. Como he dicho, en suma, la
crisis económica, con la reducción también drástica de la demanda de
crédito y la necesaria adaptación del sector al nuevo escenario; un nuevo
escenario en el que se ha hablado de reducción del sector en oficinas, en
empleos, de su concentración como una realidad derivada de la crisis.
Evidentemente, hoy se venden muchos menos pisos y se otorgan muchísimas
menos hipotecas, y esta situación es el punto de partida, igual que lo
son nuestros compromisos internacionales, aunque algunos no los hayamos
suscrito ni los compartamos plenamente, pero ello limita nuestro margen
de actuación, el de todos.


Por todo ello, nosotros no hemos presentado un veto al
proyecto de ley, dado que no compartimos elementos del mismo, también con
el objetivo y el deseo de que en su tramitación sea mejorado en aquello
que tiene relación especialmente con las competencias autonómicas, en
este caso, de la Generalitat de Cataluña, así como de otros aspectos
esenciales de carácter constitucional. No estoy diciendo que la ley sea
inconstitucional, pero podrían serlo algunos de sus artículos en el
actual redactado. No sabemos si su concreción en el texto que se somete a
aprobación es fruto de orientaciones liberales o neoliberales del
Gobierno o por imposición, en este caso, de la troika.


Para finalizar mi intervención, voy a hacer una precisión
al señor Fernández de Moya, porque siempre trata de confundir, y hoy ha
tratado nuevamente de hacerlo. Cada uno es responsable de lo que hace,
pero no conviene confundir, cuando se habla de ayudas a la banca, lo que
son los avales con los créditos convertibles denominados FROB 1, o las
participaciones directamente en









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el capital de las instituciones financieras a través del
FROB 2. Digo lo de la participación porque, entre otras cosas, está claro
que determinados instrumentos no se llegaron a utilizar o si se
utilizaron lo único que supusieron fueron ingresos para el Estado pero
ningún tipo de riesgo. No hubo ningún aval fallido, como muy bien le
recordó a usted en este caso el subgobernador del Banco de España cuando
hizo el mismo discurso, cuando trató de poner al mismo nivel las ayudas
en avales o recuperadas porque —como he dicho— ninguno fue
ejecutado y las ayudas que se han dado a través del FROB, esperemos que
algunas se recuperen, aunque recuperar otras será seguramente mucho más
difícil.


Quiero finalizar mi intervención manifestando nuestro voto
de abstención a los vetos presentados y reservándonos la posición final
sobre la ley para el debate posterior de las enmiendas.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias,
señoría.


Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado
Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Alturo.


El señor ALTURO LLOAN: Moltes graciès president. Señorías,
muy buenas tardes.


El presente proyecto de ley nos regula —como bien ya
se ha dicho— las cajas de ahorros por un lado y las fundaciones
bancarias por el otro. Es una ley muy importante, ya que determinará el
futuro de las cuatro cajas que se han convertido en bancos y que no han
necesitado ayudas públicas. Hablamos de Ibercaja, de Unicaja, de la Kutxa
y, en Cataluña, de La Caixa. La ley establece el procedimiento para la
transformación de estas entidades en unas instituciones jurídicas sin
ánimo de lucro de un tipo identificable. Hablamos, evidentemente, de las
fundaciones. La transcendencia de la norma que nos ocupa deriva, por un
lado, de su contenido por afectar a entidades que tienen una base
territorial en principio, y según el proyecto concretado, en las
comunidades autónomas como regla general y, por otro lado, para prever la
transformación de las cajas actualmente existentes en fundaciones
bancarias, lo cual tiene una especial transcendencia en Cataluña.


Podemos analizar este proyecto de ley desde muchos ámbitos
o desde muchos ángulos, pero yo quisiera hacerlo en esta intervención
desde dos ámbitos distintos. El primero es el del respeto a las
competencias de las cajas con sede en Cataluña —me voy a referir a
Cataluña— que el estatuto atribuye a la Generalitat. El segundo es
el de la voluntad de garantizar la función y la fortaleza de la nueva
institución. La conclusión del análisis sobre el primer ámbito es,
sinceramente, decepcionante porque actualmente el ámbito de actuación de
La Caixa supera con creces el ámbito geográfico de Cataluña. Esto es bien
cierto y la consecuencia positiva de haber hecho bien las cosas, pero no
parece una razón suficiente para eliminar casi casi hasta el último
rastro del papel que el Estatuto de Autonomía de Cataluña otorga a la
Generalitat en materia de cajas. (El señor presidente ocupa la
Presidencia.)


La conclusión sobre el segundo ámbito debe ser distinta.
Las nuevas fundaciones se caracterizarán desde su nacimiento por dos
aspectos fundamentales. Primero, que estarán extraordinariamente bien
dotadas, ya que tendrán como patrimonio fundacional el patrimonio actual
de las cajas incluidas las acciones del banco que cada uno hubiera
generado. Y segundo, que disfrutarán del control de este banco y, por
tanto, tendrán la responsabilidad de vigilar y orientar su dirección.


En consecuencia, se fortalecen las fundaciones bancarias,
ya que las mismas estarán dotadas con el patrimonio de las cajas,
incluidas las acciones del banco que cada una haya generado, pero a su
vez las fundaciones podrán controlar el banco. El control de los bancos
por parte de las fundaciones se podrá o no ir diluyendo con el paso del
tiempo, en función de la prioridad de sus inversiones y de la
diversificación de sus activos, pero hay que destacar que la función
permanente de las cajas es la relativa a la obra social. Por ello, la
presente ley no respeta un aspecto esencial como es la función y el papel
que deben jugar los patronos, es decir, aquellas entidades fundadoras que
son las que verdaderamente deben articular la función permanente de las
cajas, la obra social. Entendemos que el patronato fundador originario
debería estar presente necesariamente por dos motivos. Primero, por la
necesaria experiencia financiera, que puede garantizar el objeto
fundacional. Segundo, para que el objeto social originario de las cajas
de ahorros sea debidamente









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fomentado. No puede haber ninguna duda, en cambio, sobre
cuál será la función permanente de las fundaciones. Será la que sus
instituciones fundadoras establecieron, es decir, la obra social.


En el caso de La Caixa, las instituciones fundadoras
—y así consta en sus estatutos desde 1904— son cinco
entidades de la sociedad civil catalana sólidas y estables. Hablamos de
la Cámara de Comercio de Barcelona, del Instituto Agrícola Catalán de San
Isidro, de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País, el
Ateneu Barcelonès y Fomento del Trabajo.


Por tanto, creemos que es importante que el patronato
inicial, que será determinante para el futuro de la fundación, tenga muy
presente en su concepción y composición las dos necesidades de la
fundación. Por un lado, la de disponer de experiencia financiera probada
para afrontar, en un periodo inicial que puede ser corto, la
responsabilidad del control de un banco. Y por otro, la de garantizar el
arraigo de la fundación en la tradición que le es propia: el fomento de
la obra social. Como digo, es necesaria una preocupación inicial
legítimamente concentrada en asegurar un espesor de experiencia
financiera que no debe dejar de ser protegido y, en cuanto al segundo
componente: el patronato inicial, conviene que esté bien equilibrado y
preparado para el cuidado de lo que podríamos llamar el cuerpo y el alma
de la fundación.


Por lo tanto, nosotros en este proyecto de ley vemos
situaciones distintas. Avanzamos pero continuamos teniendo dificultades,
como la representación de los patronos fundacionales y de los de ámbito
competencial, puesto que lamentablemente en cada una de las leyes y de
las intervenciones que tenemos que realizar en esta Cámara prácticamente
siempre tenemos que decir lo mismo: que se produce la recentralización de
competencias o la intervención en aspectos que son propios de las
comunidades autónomas.


Esperamos al debate de las enmiendas para el
posicionamiento final, pero ya veremos cómo se avanza en las posibles
transaccionales que en este momento deben estar moviéndose por la
Cámara.


Nada más y muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Alturo.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
senador Lerma.


El señor LERMA BLASCO: Muchas gracias, señor
presidente.


Yo creo que, efectivamente, con esta ley se nos plantea una
discusión importante. Pero parece que intentamos pasar de lado planteando
el contenido de la ley específicamente y no el contexto en el que nos
movemos realmente, que es lo que haría que algunos grupos parlamentarios
fueran más conscientes de la realidad que estamos discutiendo y tomasen
otra posición.


Quiero empezar diciendo que nos hemos movido algo en el
sentido de lo que hablaba el señor Montilla respecto al Grupo
Parlamentario Popular, y es que tradicionalmente venía a comparar el
portavoz del Partido Popular los 87 000 mil millones de avales puestos a
disposición con los gastos reales en que había incurrido el Gobierno del
Partido Popular. Tampoco quiero decir con eso que si nosotros hubiéramos
seguido gobernando no hubiésemos tenido que inyectar dinero directamente
en la banca o en las cajas de ahorro, porque lo hubiéramos hecho, ya que
realmente el funcionamiento del sistema financiero es algo fundamental
para que la economía funcione, se cree empleo y seamos capaces de crecer,
que es lo fundamental.


No obstante, este es un debate importante. De hecho, el
ministro de Economía tuvo a bien asistir al Congreso para
contextualizarlo. No ha sido así en esta ocasión, y yo lo lamento porque
el contexto de lo que estamos discutiendo es lo que explica toda esta
actuación sobre lo que significa la reestructuración bancaria, que es un
capítulo fundamental de la credibilidad exterior española y, por lo
tanto, de su financiación y su capacidad para crecer, así como de la
reforma de las cajas de ahorro y fundaciones bancarias que ahora estamos
acometiendo o a punto de aprobar.


Creo que hay que referirse necesariamente a todos los
acontecimientos que han ocurrido desde el 2007, en particular al exceso
de crédito tras un largo período de crecimiento, el más largo en la
historia de los últimos años, y a la práctica ausencia de controles de
algunos activos financieros, y especialmente toda la revisión que se
había hecho de la legislación bancaria norteamericana con posterioridad a
la crisis de 1929, que ayudó a tener unos largos años de estabilidad,
aunque con crisis mucho más reducidas que la de ahora. En definitiva, la
práctica ausencia de controles para los activos financieros, que estaban
al margen de los balances, y el gran endeudamiento de familias y
empresas, especialmente en la economía española, han









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provocado una crisis financiera que tuvo su inicio allá en
el lejano verano de 2007 —porque llevamos ya muchos años de
crisis—, con la caída de Bear Stearns, que siguió en el año 2008
con la caída definitiva de Lehman Brothers. Por cierto, las primeras
valoraciones europeas, porque esto ha sido muy discutido y denostado por
el presidente del Gobierno español, hablaban básicamente de que era
posible el desacople entre la economía norteamericana y la europea y, por
tanto, que no iba a pasar nada. Inmediatamente eso quedó destruido y esto
pasó a afectar muy directamente a la economía real.


Lo cierto es que del mundo de las finanzas a la economía
real hubo un absoluto desastre y una crisis global muy importante que
todavía seguimos padeciendo.


Algunos países desarrollados idearon rápidamente planes de
rescate de sus sistemas financieros, planes de rescate que contemplaban
inyectar capital en sus bancos o incluso nacionalizar algunos de ellos y
otros dejarlos quebrar inmediatamente. Pero esos países, como ustedes
saben, fueron aquellos que estaban afectados directamente por las
hipotecas subprime, también llamadas basuras, como ustedes saben
perfectamente. Pero no fue el caso de España, no porque Zapatero se
negara a reconocer la existencia de la crisis, sino porque no estábamos
en esa situación.


España no tenía necesidad de actuar en ese sentido porque
tenía, por un lado, una regulación bancaria que hacía posible que con las
provisiones genéricas tuviéramos capacidad de intentar afrontar los
riesgos que venían y, por otro lado, nosotros tampoco teníamos capacidad
porque a ese colchón que tenía la banca española había que anotar también
el hecho de que no tuviéramos hipotecas subprime, porque el regulador en
este caso obligaba a la banca española a asumir parte del riesgo para
tener este tipo de titulaciones y la banca española, obviamente, tenía
aversión total a ese tipo de riesgo y no tuvo éxito en España el
planteamiento de los bonos basura.


Sin embargo, en una duración de la crisis como la que está
actualmente afectándonos, el deterioro de los activos, especialmente los
del sector de la construcción y del suelo, pero todos los activos en
general, junto con la excesiva necesidad de acudir a la financiación
internacional, saben ustedes que teníamos unas necesidades del 10% del
PIB de acudir a la financiación internacional, pusieron de manifiesto la
insuficiencia de los recursos para asumir las pérdidas que se estaban
generando y la necesidad de capitalización.


Esto nos lleva a la creación del FROB, al primer FROB, ya
que ha habido más. Y el primer FROB hablaba de alrededor de 9000 millones
a compartir entre los presupuestos generales y el Fondo de Garantía de
Depósitos de la propia banca, con un tope máximo del triple de dotación
del fondo, que se tuvo que revisar inmediatamente en el 2010 y en vez de
poner hasta el triple, se puso hasta el séxtuplo de dotación que tenía
posibilidades de acceder a través de FROB.


Aquellas entidades necesitadas de fondos en aquel entonces
—estamos haciendo un somero repaso, muy somero— estarían
obligadas no por voluntad del legislador o del Gobierno en este caso,
sino por necesidad imperiosa, estarían obligadas a intentar salvarse y
que no llegara el riesgo a los ciudadanos y tuvieran que pagarlo a través
de fusiones y estarían obligadas a fusionarse las que tuvieran
necesidades de capital.


El Banco de España estableció en el 2011 las necesidades de
capital por entidad y, ¡oh casualidad!, los activos tóxicos que entonces
se cifraban en una cifra pequeña comparada con lo que ahora estamos
hablando, se cifraban en 17 000 millones de euros, resulta que de esos 17
000, 1000 estaban en la banca privada y el resto estaba totalmente
concentrado en algunas cajas de ahorro. Específicamente, alrededor del
75%, 76% en este caso, estaba centrado en las siguientes entidades:
Bankia, CAM, Novacaixagalicia y Caixa Catalunya. Fundamentalmente tres
cuartas partes de los activos tóxicos estaban en estas instituciones.


En 2012 los acontecimientos sufren rápidamente una nueva
escalada y la sufren porque hay un retraso en la elaboración de los
presupuestos generales, consecuencia de las elecciones andaluzas y porque
no quería asumir riesgos el Gobierno; porque al mismo tiempo no se dan
criterios de futuro para los años venideros por el Gobierno, que no
elabora sus presupuestos generales, y también porque hay reiteradas
modificaciones de la cifra de déficit que les había dejado el Gobierno
anterior, más por conveniencia política que por realidad. Todo eso hace
que los mercados pierdan la absoluta confianza en España. Los planes de
reestructuración bancaria









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exigen unas dotaciones cada vez más elevadas: en febrero
son 52 000 millones; en mayo, 30 000 más y, finalmente, las auditorias
contratadas por el Gobierno revelan unas necesidades de 50 000 a 62 000
millones.


En definitiva, el término de toda esta situación es el
memorándum de entendimiento, que no hemos discutido en el Parlamento
español y que yo no voy a sacar ahora. Pero lo cierto es que las cajas de
ahorros han sido unas instituciones…


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


El señor LERMA BLASCO: Termino.


…unas instituciones que han sido loables, pero tenían
necesidad de referencia de mercado sobre su gestión y no la podían
conseguir. Tenían, por tanto, un problema de gobierno corporativo y unas
necesidades y, a su vez, unas dificultades para asumir capital. Y por
tanto, esto es lo que ha provocado la reforma actual. Han muerto de éxito
en ese sentido, llegaron a representar más del 50% del mercado español,
pero lo cierto es que las dificultades de gobierno corporativo y de
incrementar su capital, que era necesario como hemos visto, han provocado
su sustitución.


El señor PRESIDENTE: Termine, señoría.


El señor LERMA BLASCO: Termino.


Hoy el problema que tenemos es que, aunque nos gustaría
votar a favor, el proyecto tiene una serie de dificultades que, aunque se
han moderado, todavía no han llegado definitivamente a la solución tanto
desde el punto de vista de la competencia como desde el punto de vista
del Gobierno y de las incompatibilidades, que hacen necesarias nuevas
modificaciones, en cuyo caso, evidentemente, nos gustaría mucho apoyar
este proyecto porque sería bueno para la situación financiera de la banca
española.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Lerma.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el
senador Fernández de Moya.


El señor FERNÁNDEZ DE MOYA ROMERO: Muchas gracias, señor
presidente.


Señor Mariscal, le voy a leer textualmente el artículo 149
de la Constitución Española, y usted me dice qué parte no entiende:» El
Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias: 11.ª
Sistema monetario: divisas, cambio y convertibilidad; bases de la
ordenación de crédito, banca y seguros».13ª, competencia exclusiva en
bases y coordinación de la planificación económica con carácter general.
¿Qué parte no entiende, señor Mariscal, de la Constitución española?
Porque el legislador y el constituyente de 1978 dejaron muy claro que esa
planificación de la actividad económica como competencia exclusiva emana
del Estado, del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo, mediante los
correspondientes proyectos de ley.


Señor Montilla, por aclarar le diré que lo que no puede
hacer es citar a medias. Esto que les muestro es el informe de la
Comisión Nacional de Competencia, lo tiene aquí, está publicado, página
9, cuadro número dos. En este cuadro número dos, yo voy a leer
textualmente lo que pone el informe de la Comisión Nacional de la
Competencia: Por lo que se refiere a las ayudas anticrisis —cuadro
número dos—, podemos dividirlas en dos grupos: las que están
dirigidas a prestar apoyo a las entidades financieras, y las que se
orientan a sostener a las empresas del resto de sectores económicos que
cuentan con instrumentos específicos de ayuda para hacer frente a la
crisis, el llamado marco temporal. En este cuadro de ayudas al sector
financiero he dicho que se previeron líneas de ayuda. Y además, agradezco
el coraje y la honestidad política que ha tenido el senador Lerma al
decir en esta tribuna que, si el Partido Socialista hubiese seguido
gobernando, se habrían habilitado ayudas a la banca y a las entidades
financieras. Y le agradezco ese gesto porque lo ha reconocido
públicamente. Pero es que en el informe de la Comisión Nacional de la
Competencia ponía 87 145 000 millones de euros. Y estas fueron las líneas
de ayudas que se previeron por el Gobierno socialista. ¿Se utilizaron o
no? El subgobernador del Banco de España tampoco terminó de aclararlo
porque dijo que no había comparativas en los Estados miembros. De la
misma manera que usted, señor Montilla, no ha citado lo que dijo el
gobernador del Banco de España, que esas ayudas a la banca han servido
para salvar los depósitos de millones de españoles. Esa parte usted aquí
no la ha citado, pero yo sí la cito.









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Señorías, a lo que voy, mi grupo parlamentario defiende
este proyecto de ley fundamentalmente porque si ponemos encima de la mesa
lo que significa el desarrollo en el título primero de las cajas de
ahorros y en el título segundo de las fundaciones bancarias, permítanme
que sean, en la primera parte relativa a las cajas de ahorros, siete los
ejes, cuando hablamos de los órganos de Gobierno presentes y futuros de
dichas cajas de ahorros, que se consolidan.


En primer lugar, medidas para lograr que los miembros de
los órganos de gobierno de las cajas desempeñen sus funciones en
exclusivo interés de las mismas y de acuerdo con criterios de eficiencia
y buena gestión financiera.


En segundo lugar, se refuerza la incompatibilidad del
ejercicio del cargo de miembro de los órganos de gobierno con el de todo
cargo político electo y con cualquier cargo ejecutivo en partidos
políticos, organizaciones empresariales y sindicales, así como con altos
cargos de las administraciones públicas.


En tercer lugar, no se exige que el consejo de
administración refleje las proporciones de cuota representativas
existentes en la asamblea general.


En cuarto lugar, se exige a todos los miembros del consejo
de administración que cuenten con los requisitos de experiencia y buen
gobierno exigidos por la legislación vigente para los miembros de los
consejos de los bancos.


En quinto lugar, se requiere proporcionalidad en función de
la dimensión económica de cada caja para fijar el número total de los
miembros de la asamblea y de su órgano de gobierno, el consejo de
administración.


En sexto lugar, se exige que más de la mitad de los
miembros del consejo de administración y también de la comisión de
control, algunas enmiendas además hemos aceptado de distintos grupos
parlamentarios para ampliar su composición, sean vocales independientes.
También deberá tener la condición el presidente de la comisión de control
con carácter independiente.


Y en séptimo lugar, se limita, en la línea con lo previsto
precisamente en la orden de buen gobierno corporativo, el mandato de los
vocales independientes en el seno de los mismos.


Si hablamos de las fundaciones bancarias, también le debo
citar siete ejes fundamentales en el desarrollo de la ley.


Todas las fundaciones bancarias sin excepción están
sometidas a rigurosos requisitos de gobierno corporativo.


En segundo lugar, se impide que los miembros del patronato
de las fundaciones bancarias lo sean a su vez del consejo de
administración de la entidad de crédito.


En tercer lugar, estarán sujetas a un régimen de control
que será llevado a cabo por el Banco de España en el marco de sus
funciones de supervisión financiera y de protectorado sobre el sistema de
gobierno corporativo de la fundación bancaria.


En cuarto lugar, ese protectorado corresponderá al
Ministerio de Economía y Competitividad cuando la fundación bancaria
tenga un ámbito de actuación principal superior al de una comunidad
autónoma.


En quinto lugar, las fundaciones bancarias con una
participación superior al 30% en una entidad de crédito deben presentar
al Banco de España para su aprobación un protocolo de gestión de su
participación en dicho banco.


En sexto lugar, las fundaciones bancarias con una
participación superior al 30% estarán obligadas a presentar un plan
financiero que en el caso de las entidades con una participación superior
al 50% de control incluirá un plan de diversificación de inversiones y de
gestión de riesgo.


Y, en último lugar, el plan financiero se presentará al
Banco de España en el plazo de dos meses desde la constitución de esa
fundación bancaria estableciendo una serie de extremos.


Termino, señor presidente, con algunas alusiones que no se
han hecho al proyecto de ley por parte del senador Mariscal, pero el
senador Mariscal tiene además una cierta animadversión hacia el diario
ABC. Yo lo respeto. Soy lector habitual del diario ABC. Usted se ve que
no lo es. Pero usted que me ha hablado del plan social de la vivienda que
tiene la Junta de Andalucía, no le voy a leer el diario ABC, le voy a
leer el acta del consejo de administración de la Sociedad municipal de la
Vivienda del ayuntamiento de Jaén cuando ustedes gobernaban, PSOE e
Izquierda Unida.


Punto sexto, 20 de mayo del 2011: Instar al desahucio
judicialmente de todos aquellos deudores que lleven al día de la fecha
más de dos años con deuda y paralelamente comunicárselo









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a Asuntos Sociales por si corresponde tener en cuenta su
informe individualizado, así como al resto de inquilinos que se irá
procediendo de igual forma contra todos los que no paguen.


Esta era la política social de Izquierda Unida en Andalucía
y Jaén. Echar a la calle y desahuciar a la gente. Este no es el diario
ABC, esta es el acta del consejo de administración de SOMUVISA que, por
cierto, ustedes presidían. (Aplausos.)


Señor Mariscal, no me hable a mí aquí de la política social
de la vivienda, que a usted aquí lo conocen algunos pero nosotros en
Andalucía les conocemos muy bien. Usted puede aquí venir y hablarles a
senadores de otras comunidades autónomas, pero a los andaluces no.


La Junta critica los desahucios, pero ordena ejecutar uno
en quince días. Y le voy a decir algo: PSOE e Izquierda Unida rechazan en
el Parlamento andaluz ceder viviendas de EPSA a familias sin recursos.
(Rumores.) Esta es la política de la izquierda en mi tierra; esta es la
política de la izquierda en Andalucía. (Fuertes aplausos.) La de los que
se niegan a poner a disposición de los más necesitados precisamente las
viviendas abandonadas.


Y, señor Mariscal, voy a terminar con una última reflexión.
(Fuertes rumores.) ¡Pero si es que ustedes también han estado en los
consejos de administración de las cajas! Usted viene aquí a citar al
señor Montoro, al señor De Guindos, al señor Rato, pero ustedes han
estado cobrando en los consejos de administración de las cajas, como se
dice aquí (Mostrando un documento a la Cámara.): El comunista de medio
millón de euros. (Fuertes rumores.) ¿Y ustedes qué hacían en la gestión
de esas cajas y de esas entidades financieras? Por tanto, señor
Mariscal… (Continúan los rumores.)


Termino ya, pero ha habido una alusión final al Gobierno de
España. (Fuertes rumores.—Protestas.) Le voy a decir una cosa,
señor Mariscal. El Gobierno de la Junta de Andalucía… (Fuertes
rumores.—Fuertes protestas.—Fuertes aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por
favor.


El señor FERNÁNDEZ DE MOYA ROMERO: El Gobierno de la Junta
de Andalucía le debe mucho al Gobierno del presidente Rajoy y al Gobierno
de España. (Rumores.) Se han transferido en el último año más de 11 000
millones de euros a la Comunidad Autónoma de Andalucía, que le ha
otorgado liquidez a ese Gobierno socialista y comunista (Fuertes
rumores.), que de otra manera ni siquiera hubiese podido pagar las
nóminas. (Fuertes aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría. (Fuertes
rumores.)


El señor FERNÁNDEZ DE MOYA ROMERO: Termino, señor
presidente.


No solo se ha transferido ese dinero, sino que el último
que se le ha dado han sido 562 millones de euros con cargo al Fondo de
Liquidez Autonómico para sacar las facturas de los cajones en materia
sanitaria, de educación y de servicios sociales.
(Protestas.—Rumores.) Esa es la lealtad del Gobierno de España, la
que ustedes no tienen con los ayuntamientos de Andalucía, que los
asfixian y estrangulan permanentemente. (Fuertes aplausos.—Fuertes
protestas.)


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Fernández de
Moya.


Llamen a votación. (Pausa.)


Cierren las puertas.


Señorías, vamos a proceder a la votación de las propuestas
de veto. Les anuncio que en esta votación sí hay votación telemática y
que han sido autorizados sendos votos de las senadoras Parera Escrichs y
García Carrasco. Las dos han emitido voto en sentido negativo a las
cuatro propuestas de veto. Por lo tanto, yo iré sumando esos dos votos a
cada una de las votaciones.


Comenzamos votando la propuesta de veto número 1, de los
senadores Iglesias Fernández y Mariscal Cifuentes.


Comienza la votación. (Pausa.)










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Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 241, más 2 telemáticos, 243; votos emitidos, 241, más 2 votos
telemáticos, 243; a favor, 7; en contra, 163, más 2 votos telemáticos,
165; abstenciones, 71.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 2, de la senadora
Capella.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 242, más 2 telemáticos, 244; votos emitidos, 242, más 2 votos
telemáticos, 244; a favor, 6; en contra, 165, más 2 votos telemáticos,
167; abstenciones, 71.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos la propuesta de veto número 3, de la senadora
Mendizabal y los senadores Aiartza, Goioga y Unamunzaga.


Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 243, más 2 telemáticos, 245; votos emitidos, 243, más 2 votos
telemáticos, 245; a favor, 6; en contra, 165, más 2 votos telemáticos,
167; abstenciones, 72.


El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.


Votamos, finalmente, la propuesta de veto número 4, de los
senadores Guillot y Saura.Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
presentes, 242, más 2 telemáticos, 244; votos emitidos, 242, más 2 votos
telemáticos, 244; a favor, 6; en contra, 164, más 2 votos telemáticos,
166; abstenciones, 72.


El señor PRESIDENTE: Queda también rechazada.


Rechazadas las propuestas de veto, mañana continuaremos con
el debate de las enmiendas.


Señorías, se suspende la sesión hasta mañana a las nueve de
la mañana. Buenas noches.


Se suspende la sesión a las veintiuna horas y treinta
minutos.