"Diputado de Cortes, liberal, que llevaba la libertad en la faltriquera para los apuros y oposiciones, y lo servil arremangado, para que no le arrastrase. Era en las Cortes condescendiente, así como quien no se digna impugnar por falta de enemigos y se amostazaba su merced algo, quando no lo acataban por su solo nombre, como al Cuesta de Ávila, que estaba en él y que había sido graduado de sabio por la Inquisición..." ("Retratos políticos de la Revolución de España" por Carlos Le Brun. Filadelfia, 1826).

Realiza estudios de Leyes licenciándose en Cánones, en 1778. En la Universidad de Valladolid ocupó las cátedras de Instituciones Civiles y Canónicas, entre otras. Racionero de la catedral de Ávila en 1789 y dos años más tarde arcediano de la misma y consiliario de los hospitales de la ciudad; en 1800 es director del Hospicio de San Joaquín en Ávila y en ese mismo año se le denunció a la Inquisición y fue condenado a prisión. Más tarde huye a Francia donde se dedica al estudio de las ciencias naturales y de la economía política y no regresa a España hasta 1806. Había advertido de la invasión francesa, pero no le escucharon y en 1808 se posicionó al lado de los patriotas y rechazó el nombramiento de consejero de Estado que le había ofrecido José I el 25 de julio de 1808.

De 1808 y 1810 permanece en Ávila, aunque en este año se traslada a Madrid por motivos de salud. Un año más tarde huye y es declarado prófugo por los franceses. El 15 de marzo de 1811 es elegido diputado propietario por la Junta Superior de Observación y Defensa de Santander, pero no pudo acceder a este cargo porque las Cortes anularon la elección, dado que dicha Junta no había formado parte de la Junta Central. El 16 de octubre de 1812 vuelve a ser elegido diputado por Santander, pero las Cortes anularon la elección por defecto de forma.

En 1820 es por fin elegido diputado por Ávila. También en las legislaturas de 1821 y 1821-1822. Durante todo el Trienio tiene una activa participación en el Ateneo y en las Sociedades Patrióticas. Entre 1821 y 1823, ocupa el cargo de magistrado en el Tribunal de las Órdenes; y en 1823 es elegido miembro de la Academia Nacional en la sección de Ciencias Morales y Políticas.

Es en la legislatura de 1821 cuando es elegido presidente de las Cortes, entre el 1 y el 31 de mayo. Forma parte de las comisiones de Hacienda, Regulares y del Código Civil.

Sus intervenciones fueron breves y trataron sobre los siguientes asuntos: represión de malhechores, clérigos seculares, asuntos presupuestarios, aranceles y crédito público. En el debate sobre malhechores manifiesta: "...No encuentro una razón para que se diga genéricamente que los españoles están obligados a ayudar a las autoridades, etc.; y sólo conceptúo que esta obligación deberán tenerla cuando sean interpelados por las mismas autoridades, y sea en asunto relativo a causas atroces o de la mayor gravedad: lo demás es hacerles cargar con la odiosidad de la delación y persecución, que es tan ajena de su carácter..." (Sesión de 3 de diciembre de 1820).

Dada su condición de eclesiástico, interviene en el debate sobre Regulares: "... Nunca ha podido pensar la comisión que hubiese un simple particular que quisiese tomar esos edificios (se refiere a los monasterios) porque sólo para retejarlos necesitaba un caudal inmenso. Cuando se dijo que se les podía dar ese destino, no se habló de Guadalupe ni de Montserrat, ni de otros semejantes, porque nunca se imaginó que pudiese haber un capitalista en España que quisiese encargarse de El Escorial, por la razón que ya he dicho..." (Sesión de 25 de septiembre de 1820).

En la legislatura de 1821, Cuesta interviene en su calidad de presidente para ordenar el debate en el asunto vidrioso que había sucedido en Madrid por el asesinato de Matías Vinuesa (antiguo cura de Tamajón) en mayo de 1821: "El señor Presidente: Para evitar que el Congreso se entretenga en discusiones vagas, convendría fijar el punto de la cuestión. Si se trata de responsabilidad de los ministros, es punto aparte; si se trata de los medios que se pueden tomar, no nos corresponde... Tampoco se debe culpar de este atentado al pueblo, pues es un hecho particular de algunos pocos. Así, soy de dictamen que el Gobierno tomará medidas para esto; no hay que encargárselo; tomará cuantas estén en sus facultades..." (Sesión de 5 de mayo de 1821).

En "Condiciones y semblanzas de los diputados a Cortes para la legislatura de 1820 a 1821", se hace de él la siguiente descripción: "Es un pozo de erudición, almacén de todas las ciencias, biblioteca ambulante, y mazo de molinistas. Cuando se ve atacado es un torrente impetuoso, y no dejaría de ser elocuente, y aun elocuente sin tacha, si no fuera por un cierto estilo dogmático, y algún otro resabio de las aulas...".

Es autor de "Ensayo de constitución para la nación española, precedida de un discurso preliminar y seguido de un plan de educación nacional", 1811.

Con el retorno del absolutismo en 1823, opta nuevamente por emigrar; murió en Calais (Francia), el 18 de julio de 1828, cuando acababa de regresar de su exilio en Londres.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.