Su infancia y primera juventud transcurre en su tierra natal; tras la muerte de su padre, Antonio Cánovas García, maestro de escuela, se traslada a Madrid para ocupar un empleo en las oficinas del ferrocarril en construcción Madrid-Aranjuez; prosigue sus estudios en la Universidad, licenciándose en Derecho en 1851.

Su ideología política está estrechamente vinculada al conservadurismo. Una vida dedicada a la política con una dilatada carrera parlamentaria. Elegido diputado en las Constituyentes de 1854 a 1856 por Málaga; circunscripción por la cual repetirá en 1858, 1863, 1864, 1865, 1867 y 1881; diputado por Murcia en 1869, 1871, 1872, 1884, 1886, 1891, 1893 y 1896.

Fue presidente de la Cámara en la legislatura de 1885-1886, desde el 26 de diciembre de 1885 al 5 de enero de 1886, elegido por 222 votos; de su discurso de alocución destacamos el siguiente párrafo: "... Desahoguemos nuestro dolor, que es justo; recordemos al Rey malogrado que hemos perdido; contemplemos cara á cara las circunstancias difíciles en que la Nacion se encuentra; ... No creo que quepa duda de que el sentimiento más vivo del país, después del dolor de la pérdida del Rey, en las circunstancias presentes, sea el deseo, el amor, la pasion de la paz pública... La paz pública es la legalidad, y la legalidad, bien lo sabeis, entre nosotros, señores, la legalidad es la Monarquía constitucional; ..." (Sesión de 26 de diciembre de 1885).

En el contexto de su dilatada vida política asumió en numerosas ocasiones responsabilidades de Gobierno, como ministro de Gobernación, de Ultramar, de Guerra y de Hacienda. Asumió también en muchas ocasiones la Presidencia del Consejo de Ministros. Participó en la sublevación de julio de 1854, dirigida contra Isabel II, siéndole atribuida la redacción del "Manifiesto de Manzanares". Triunfante la revolución liberal, Cánovas ocupó un puesto en el Ministerio de Estado.

Al ocupar el poder el general O'Donnell, en 1858, y organizada definitivamente la Unión Liberal, ocupó la Dirección General de Administración Local y, posteriormente, la Subsecretaría del Ministerio de la Gobernación. En el gobierno presidido por Alejandro Mon en 1864 aceptó la cartera de Gobernación.

Al sobrevenir el cambio político, ocasionado por el triunfo de la Revolución de Septiembre de 1868, empieza la vida política de Cánovas como gran estadista. Abiertas las Cortes Constituyentes, defendió los principios conservadores frente a los defendidos por los radicales proclamados por la Revolución.

Tras la proclamación de la República comenzó a realizar una intensa política de propaganda en el Ateneo, en la prensa y en la tribuna de defensa de la dinastía borbónica, luchando para rehabilitar el nombre de Isabel II y restaurar a su hijo Alfonso XII en el trono español.

Cánovas siempre quiso que la vuelta a la monarquía fuera el fruto de un deseo intrínseco del pueblo español y no el fruto de la imposición militar, y como tal se entiende en el "Manifiesto de Sandhurst" del 1 de diciembre de 1874. Pero el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto el 18 de diciembre de 1874, dio al traste con estas pretensiones, y obligó a Cánovas a tomar el poder en el primer Ministerio-Regencia, del que también formaron parte, Castro, Jovellar, el marqués de Molíns, Salaverría, el marqués de Osorio, Cárdenas, Romero Robledo y López de Ayala.

Creador del Partido Conservador y puesto al frente del Gobierno por Alfonso XII, vio con simpatía la formación del Partido Liberal, con la jefatura de Sagasta, que aceptó la Constitución de 1876.

Cánovas fue político y orador, historiador y académico, hombre dado a la especulación y a la acción. Como literato escribió obras poéticas y estudios de crítica que le valieron el ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1888. Perteneció también a la Real Academia Española (1867), a la de Ciencias Morales y Políticas (1881) y a la de Jurisprudencia y Legislación (1882).

Murió asesinado por el anarquista Miguel Angiolillo en el Balneario de Santa Águeda (Guipúzcoa), el 8 de agosto de 1897.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.