Meritxell Batet reivindica el valor del diálogo, la cultura del pacto, los consensos básicos y el compromiso con la defensa de las instituciones

“En momentos como estos, en los que vivimos situaciones excepcionales como la erupción del volcán de La Palma, la pandemia o la guerra en Ucrania, dignificar y respetar las instituciones democráticas que nos representan es el mejor servicio que podemos hacer para el fortalecimiento de la democracia, dejando muy claro que es a través de los instrumentos democráticos como podemos ser más útiles, más eficaces”.

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha reivindicado hoy en Canarias “el valor del diálogo, el valor de la cultura del pacto, los consensos básicos compartidos y el compromiso con la defensa de las instituciones” y ha señalado que “desde el Parlamento tenemos la responsabilidad de ser imagen, de ser ejemplo”. 

“En momentos como estos, en los que vivimos situaciones excepcionales como la erupción del volcán de La Palma, la pandemia o la guerra en Ucrania, dignificar y respetar las instituciones democráticas que nos representan es el mejor servicio que podemos hacer para el fortalecimiento de la democracia, dejando muy claro que es a través de los instrumentos democráticos como podemos ser más útiles, más eficaces”, ha afirmado.

Batet ha intervenido hoy, junto al presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, en la sesión solemne de conmemoración de los cuarenta años de la aprobación del primer Estatuto de Autonomía de Canarias y de la constitución del Parlamento de Canarias.

La presidenta del Congreso considera que “el desacuerdo en el sentido de debate entre proyectos diferentes es saludable para la democracia” y que “el reino absoluto del consenso sería simplemente el cementerio de la política”; pero que la política sea necesariamente contraste, debate y discusión no significa que todo el territorio de lo político deba serlo. “Junto al proceloso mar de la contraposición de ideas y programas debe haber también necesarios archipiélagos de acuerdo y consenso”.

Esos lugares de unidad deben señalar los ámbitos estructurales y básicos para la convivencia, empezando por la Constitución -y por extensión los Estatutos de Autonomía- como normas que fijan las reglas del juego democrático, pero también las políticas centrales en la construcción del bienestar de un país y de sus ciudadanos, como la política de pensiones o la de lucha contra la violencia de género.

En un tiempo de “multiplicación de la pluralidad y la fragmentación de los espacios políticos e ideológicos”, se precisa “más esfuerzo para que el trabajo político resulte útil, una labor constante para negociar y pactar y también pedagogía para celebrar como algo positivo los pactos y los acuerdos logrados”, recalcó, advirtiendo de que “debemos conjurar el riesgo de que la pluralidad y la fragmentación deriven en una política del enfrentamiento y la polarización, cuyo efecto es al final, siempre, el alejamiento de los ciudadanos de la política”.

“Hacer de la crispación y la división el medio para hacer política es profundamente irresponsable. La palabra deja de ser un instrumento de persuasión para convertirse en arma de destrucción del adversario, alentando desde la política innecesarios, estériles y dañinos extremismos”, ha añadido.

40 años de autonomía en Canarias

Batet ha felicitado a todos los canarios y canarias por el 40 aniversario de su autonomía y de sus instituciones y ha hecho un reconocimiento al sentido de la responsabilidad de los diputados y diputadas que representan a la ciudadanía, “uno de los mayores honores que tenemos aquellos que nos dedicamos al servicio público y a la política”

“El acceso de regiones y nacionalidades a la autonomía política ha supuesto una radical transformación de nuestro país en términos de progreso, bienestar, cohesión social y territorial. La historia de nuestra España democrática, del éxito colectivo de más de cuatro décadas, no puede entenderse sin la aportación capital que ha supuesto el Estado de las autonomías”, subrayo.