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DS. Senado, Comisiones, núm. 165, de 17/03/2021
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COMISIÓN DE NOMBRAMIENTOS


PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MARÍA PILAR LLOP CUENCA


Sesión celebrada el miércoles, 17 de marzo de 2021


ORDEN DEL DÍA






Comparecencias de candidatos para la elección de los miembros
del Consejo de Administración de la Corporación RTVE.





Don Carlos Salgado Werner
Don Rafael Bernardo Jiménez
Don Ángel Luis Gonzalo Pérez
Don Benigno Moreno Castaño
Don Francisco José Marín Crespo
Don Ignacio Bazarra Rodrígue
Don Daniel Domenjó Roqué
Don Santiago López Legarda
Don José María Berruete Cilveti
Doña Eva Rosario Navarro González
Don José Pedro Matamorón Hernández
Don Francisco José García Paramio
Don Julián Ignacio del Santo Mora
Don Alejandro Gómez Ariño
Don Pablo Beceiro Sanmateo
Don Luis Santos Serra
Don Salvador Garrido Román


729/000002





Se abre la sesión a las diez horas.






COMPARECENCIAS DE CANDIDATOS PARA LA ELECCIÓN DE LOS MIEMBROS
DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE LA CORPORACIÓN RTVE.






DON CARLOS SALGADO WERNER
DON RAFAEL BERNARDO JIMÉNEZ
DON ÁNGEL LUIS GONZALO PÉREZ
DON BENIGNO MORENO CASTAÑO
DON FRANCISCO JOSÉ MARÍN CRESPO
DON IGNACIO BAZARRA RODRÍGUE
DON DANIEL DOMENJÓ ROQUÉ
DON SANTIAGO LÓPEZ LEGARDA
DON JOSÉ MARÍA BERRUETE CILVETI
DOÑA EVA ROSARIO NAVARRO GONZÁLEZ
DON JOSÉ PEDRO MATAMORÓN HERNÁNDEZ
DON FRANCISCO JOSÉ GARCÍA PARAMIO
DON JULIÁN IGNACIO DEL SANTO MORA
DON ALEJANDRO GÓMEZ ARIÑO
DON PABLO BECEIRO SANMATEO
DON LUIS SANTOS SERRA
DON SALVADOR GARRIDO ROMÁN


729/000002



El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Buenos
días.


Continuamos con la celebración de las comparecencias de los
candidatos a miembros del Consejo de Administración de la Corporación
Radiotelevisión Española, de acuerdo con lo previsto en el artículo 11.3
de la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de
titularidad estatal; en el artículo 185 del Reglamento del Senado y en el
punto cuarto de la Resolución de las Mesas del Congreso de los Diputados
y del Senado de 10 de julio de 2018, por la que se aprueban las normas
para la renovación del Consejo de Administración de la Corporación
Radiotelevisión Española.


Les recuerdo que los candidatos comparecerán conforme al siguiente
procedimiento: intervención de los representantes de los grupos
parlamentarios en orden de menor a mayor, por tiempo de dos o tres
minutos, e intervención del candidato por tiempo de diez minutos. Además
les recuerdo que la comisión debe expresar su criterio sobre la idoneidad
de los candidatos, lo que se hará una vez que se hayan celebrado todas
las comparecencias.


Los candidatos que han sido convocados para la sesión del día de hoy
son los siguientes: doña Ana Martínez Álvarez, don Carlos Salgado Werner,
don Rafael Bernardo Jiménez, don Ángel Luis Gonzalo Pérez, don Benigno
Moreno Castaño, don Francisco José Marín Crespo, don Ignacio Bazarra
Rodríguez, don Daniel Domenjó Roqué, don Santiago López Legarda, don José
María Berruete Cilveti, doña Eva Rosario Navarro González, don José Pedro
Matamorón Hernández, don Francisco José García Paramio, don Julián
Ignacio del Santo Mora, don Alejandro Gómez Ariño, don Pablo Beceiro
Sanmateo y don Luis Santos Serra. Los candidatos don Salvador
Garrido Román y don José María Berruete Cilveti han comunicado a esta
Presidencia su renuncia a comparecer ante la misma y, en consecuencia,
sus candidaturas no podrán ser sometidas al Pleno del Senado, de
conformidad con lo establecido en el artículo 185.5 del Reglamento del
Senado.


— D.ª ANA MARTÍNEZ ALVÁREZ.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Ruego llamen a
comparecer a doña Ana Martínez Álvarez. (Pausa).


Buenos días, señora Martínez Álvarez. Bienvenida a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. El procedimiento que vamos a seguir es el
siguiente: en primer lugar, intervendrán los representantes de los grupos
parlamentarios y a continuación le daré la palabra a usted para que tenga
una intervención de unos diez minutos.


Tiene la palabra, en primer lugar, el representante del Grupo
Parlamentario Popular, señor Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, señor presidente. Buenos
días.


En primer lugar, quiero agradecer a la señora Martínez su
comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española.


Con las sesiones celebradas a lo largo de la semana anterior y de
esta finalizamos el procedimiento de selección de los miembros del
consejo de dirección de Radiotelevisión Española y se finaliza así la
provisionalidad que se iniciaba en 2018. Los protagonistas hoy sois
vosotros, los candidatos. Le pedimos que, si es posible, actualice en
unas pinceladas, en lo que el tiempo nos permita, ese proyecto que
presentó con su candidatura.


Le reitero nuestro agradecimiento por estar hoy aquí.


Muchas gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias
senador Mediavilla.


A continuación, tiene la palabra la representante del Grupo
Parlamentario Socialista, la senadora Serrano.


La señora SERRANO MORALES: Gracias, señor presidente. Buenos días,
señor letrado mayor-secretario general, senador Mediavilla, señora
Martínez.


Señora Martínez, le damos la bienvenida a la Cámara Alta, a esta
Comisión de Nombramientos del Senado, en la que mi grupo, el Grupo
Parlamentario Socialista, participa gustosamente en el ejercicio de sus
responsabilidades institucionales para dar cumplimiento al procedimiento
establecido en la Ley 5/2017, de 29 de septiembre, en cuyo marco, como
saben, le corresponde al Senado la elección de 4 de los 10 miembros del
Consejo de Administración de la Corporación Radiotelevisión
Española.


Porque no corresponde a esta comisión el análisis y la valoración de
la gestión del ente público y también por respeto a los comparecientes en
este concurso público, mi grupo participa en esta comisión con un
espíritu y una actitud absolutamente constructiva y siendo consciente del
gran reto que tenemos por delante. El objetivo principal es poner fin a
esta etapa de provisionalidad, de interinidad, que probablemente se ha
alargado más de lo que todos hubiéramos deseado. Somos conscientes de que
la Corporación de Radiotelevisión Española necesita una nueva dirección,
un nuevo consejo de administración, y mi grupo parlamentario así lo ha
puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones.


Como decía, tenemos por delante un reto muy importante y con este
espíritu y finalidad participamos en esta comisión para que el ente
público pueda recuperar el liderazgo y el prestigio que siempre ha tenido
y, por supuesto, su utilidad social que, como servicio público, le
corresponde, más allá de los índices de las audiencias.


Queremos trasladar nuestro agradecimiento al equipo saliente y en
especial poner en valor el trabajo que ha llevado a cabo la
administradora provisional durante dos años y medio, Rosa María Mateo, y
mostrar el reconocimiento de mi grupo a su labor, su profesionalidad y su
saber hacer, también en situaciones y momentos francamente difíciles,
ganándose el respeto de la audiencia. Por supuesto, hacemos extensivo
nuestro reconocimiento y agradecimiento a todos los trabajadores y
trabajadoras de Radiotelevisión Española por su esfuerzo, profesionalidad
y dedicación.


Muchas gracias, señora Martínez, por estar aquí esta mañana.
Escucharemos atentamente sus propuestas y sus reflexiones y tomaremos,
por supuesto, buena nota de los proyectos que nos presente para mejorar
la gestión y el futuro de Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señora Serrano.


A continuación, tiene usted la palabra, señora Martínez.


La señora MARTÍNEZ ÁLVAREZ: Buenos días, señorías, gracias por
recibirme aquí.


En primer lugar, apelo a su flexibilidad, demostrada en todo el
proceso de selección, para pedirles que escuchen la sesión que tuve en el
Congreso, ya que allí condensé muchas medidas concretas en materia de
financiación, organización empresarial, aspectos laborales, soluciones al
problema de la externalización excesiva, la igualdad y la creación
propia, entre otras cosas. Por favor, si les interesa consultarla, ahí
queda.


Es raro asistir a una convocatoria para algo que parece ser que ya se
ha decidido, pero en el prisma de la realidad siempre podemos elegir la
cara que más nos convenga para seguir adelante y yo elijo seguir
intentándolo, aunque la sociedad repita que los políticos no van a
ayudarnos Yo creo que sí, que los políticos pueden ayudarnos y mucho.
Cuando comience el consejo a funcionar, esté yo dentro o fuera, como
ciudadana exigiré que ustedes, por favor, los representantes cuyo poder
emana del pueblo español, nos vigilen de cerca, no para pedirnos que
callemos verdades en las noticias, sino para pedirnos neutralidad y
transparencia en el tratamiento de la información, ir al origen de los
hechos, tratar de evitar monopolios de opinión por exceso de
intermediarios de un solo pensamiento, contrastar los datos, atender la
diversidad de opiniones, ser equitativos en el reparto de los tiempos y
vigilar que la sociedad española al completo esté representada y al día
en el ámbito internacional.


Noto que para ser consejera se ha dado más importancia a ser
periodista que a otra cosa. Yo no soy periodista; soy realizadora,
guionista y profesora, entre otras cosas. Pero este consejo necesita
representantes del ámbito de la creación de contenidos y
técnico-artística que hayan estado a pie de obra en diversos ámbitos,
medios y producciones y hayan materializado la radio y la televisión de
servicio público desde abajo. La radio y la televisión son los medios que
colaboran sigilosamente en la construcción del entramado social, en la
idea que tenemos de nosotros mismos como personas, como familias, como
profesionales, como comunidades, como país y como planeta. Los servicios
informativos deben gozar de independencia y libertad de expresión, como
todas las personas, periodistas o no, y poner en práctica lo que
garantiza nuestra Carta Magna y según consta en la Declaración de
Derechos Humanos, y entre medias todo lo demás, y deben poder aplicar
rigor profesional, ética y respeto en el cumplimiento de estos
principios.


Pero nuestros medios: canales de radio, televisión, plataformas web,
no solo constan de servicios informativos, no es preciso inundarlo todo
de programas de actualidad muy nutridos de las amenazas que se nos vienen
encima. Créanme, como oyente de la radio y la televisión les confirmo que
ya nos lo han dejado suficientemente claro. Tenemos que levantar el ánimo
y seguir caminando, aunque nos pese el alma, y RTVE debe apoyar la vuelta
a la verdadera normalidad. Tenemos muchas horas de programación, una
buena plataforma digital y mucho trabajo por hacer. Abogo por
materializar una red de televisión que no se olvide de la máxima:
informar, formar y entretener, y abogo por la calidad y la diversidad en
todos los ámbitos. Presupuesto para esto no se sabe aún si tenemos.
Primero hay que realizar una auditoría neutral y clara, como dije el otro
día en el Congreso. Mientras se lleva a cabo esta auditoría, hay que
empezar a definir los objetivos a corto, medio y largo plazo, terminar de
definirlos cuando sepamos realmente cuáles son nuestros compromisos
adquiridos con el mundo privado, qué contratos están vigentes y qué nos
van a costar los gestos anteriormente realizados.


Un señor diputado, creo que socialista, me preguntó el otro día en la
sesión del Congreso cuáles eran los tres pilares de mi propuesta. Yo creo
que no hay tres pilares, hay más. Resumiendo diría que la plataforma a
sostener son los derechos de los espectadores y espectadoras de todas las
edades, según lo marcado por la Constitución, la Ley de radiotelevisión
pública, el Estatuto de los trabajadores, la Ley de igualdad y las leyes
que nos guían y nutren; en fin, todos los derechos humanos en general y
los deberes también. Los pilares serían: escuchar a la audiencia, a las
personas más que a los números, sus circunstancias y sus entornos; abrir
canales de comunicación con la audiencia, con los espectadores y
espectadoras, canales directos; una plantilla atendida a sus talentos y
capacidades, sin tablas rasas, porque el talento es diverso y cada
persona debe tener sus oportunidades según su evolución y su interés en
construir una empresa mejor, de todas las profesiones, desde las más
centradas en las iniciativas y contenidos, hasta las que se dedican a
cubrir servicios básicos; todos contamos.


La coherencia tecnológica de la corporación es un logro que hay que
conseguir, sin compartimentos estancos, con equipos de alta calidad,
contratos transparentes de compras, buen mantenimiento, evitando en lo
posible los alquileres de materiales de uso cotidiano, dando herramientas
informáticas no obsoletas a la plantilla y participando en la
experimentación de nuevos formatos y tecnologías al servicio de la
creatividad y no solo de la información. Y antes de tomar cada decisión,
cada cambio de estructuras y de conformación tecnológica que pueda
afectar a la actividad profesional de todo rango, antes de tomar
cualquier decisión, consultar con las personas que van a ser usuarias y
así ahorraremos muchísimo dinero, muchísimo tiempo y ganaremos en
calidad.


También una buena formación accesible para todos, con participación
de profesionales de RTVE y de otras compañías públicas y privadas
freelancers, gente experta y excelentes en sus oficios; colaboración con
escuelas de cine, de audiovisual, de arte dramático, de danza, de música;
aprender colaborando y colaborar enseñando, poniendo al día a cada
trabajador y trabajadora que lo necesite; una buena organización de
responsabilidades con más participación transversal en los objetivos, con
normas y perfiles para la adecuación de las personas en sus puestos de
organización; control de la duración de las personas en los puestos de
responsabilidad corporativa y empresarial y todas las medidas que
permitan que no se estanquen en los puestos directivos; Atención a la
diversidad de los pueblos de España; potenciación de los centros
territoriales, mejora de sus cualidades, apertura de sus objetivos, más
presencia de sus contenidos en la programación de gran cobertura estatal
e internacional. Ustedes, como representación territorial en el Poder
Legislativo, apreciarán la necesidad de sacar a la luz internacional los
valores diversos, la cultura, la ciencia y lo mejor de cada comunidad de
nuestro país.


En programación también querríamos —querría yo, porque no me
respalda nadie, de momento— mejorar la escucha y atención a los
proyectos entrantes; crear un nuevo departamento abierto a nuevos
proyectos que realice convocatorias, revise los trabajos y talento de las
personas aspirantes a crear, continuar, hacer y participar de un
proyecto, dando espacio e igualdad de trato a todos los aspirantes; crear
una línea que estudie y revise los contenidos actuales y futuros en
materia de coherencia con la Ley de radio y televisión, con las
dimensiones económico-financieras de la corporación; ver si atiende la
diversidad y en qué medida, si cumple con la igualdad no solo en materia
de presencia de las mujeres, sino también en materia de presencia de
trabajadores y trabajadoras de plantilla, y todos redundando en la
producción propia.


Puedo hablar de financiación. Si quieren les puedo dar medidas, pero
voy a continuar y, si me queda tiempo, les cuento las medidas concretas
que ya expuse el otro día en el Congreso.


En resumen, atendería al cine español, al talento musical, a las
artes plásticas, a la digna ciencia española de hoy y de siempre, a la
salud, a las artes escénicas, al deporte, la agricultura, la cultura
popular, la arquitectura, la naturaleza, la literatura, en fin, el
pensamiento y también las tradiciones enriquecedoras, las confesiones
religiosas, las sensibilidades, las culturas convivientes en nuestro
país, las nuevas tecnologías y la innovación; potenciaría la televisión
espectáculo de suma calidad, el diálogo no violento y la reflexión y la
dimensión educativa de la reflexión de la televisión pública. Escuchar,
ver y dar ventana al mundo y a sus habitantes, en especial también a los
que no tienen voz.


Finalmente les voy a decir lo que me motiva. Me motiva que he nacido
prácticamente en un plató del paseo de La Habana. Me motiva que he
desayunado televisión educativa, he comido telediarios y novelas, por
ejemplo, de Dickens y de Cervantes adaptadas a la televisión; he
merendado programas infantiles creados exprofeso para mis sucesivas
edades y he cenado cine, he cenado buen cine, buenos conciertos y buen
teatro para televisión, todo eso y más tan solo entre los cero y los 12
años, tan solo entre esas edades. Me motiva haber visto luchar a mi
madre, Blanca Álvarez, por crear una televisión infantil y juvenil sin
precedentes y sin igual en el presente, una televisión que escuchaba a
los niños y jóvenes con el fin de oír a pedagogos, psicólogos,
guionistas, realizadores, escenógrafos, actores y técnicos, en masculino
y femenino, volcados en hacer buena calidad y buenas cualidades. En esa
televisión se llegó a atender las opiniones de niños y niñas de todos los
territorios de España. Me motiva todo el esfuerzo que he invertido yo en
mi trabajo durante décadas, que son cuarenta y cuatro años en RTVE, en
radio y televisión, y también en cine. Me motiva no haber recibido
enchufes de ningún tipo. Me motiva, para eliminar viejas costumbres del
horizonte de la nueva corporación, crear medidas contra el acoso de todo
tipo y las desigualdades. Quiero participar en la armonización interna
porque sé que no he sido la única persona que ha sufrido injusticias en
RTVE. Me motiva la decepción de ver que desde hace tres décadas se ha
hecho una campaña de acoso y derribo en la plantilla de RTVE, personas
valiosas que no han tenido que ver, en un altísimo porcentaje, con esa
imagen que se ha pretendido dar de nosotros. Sé que la plantilla
reconocida va a aportar y producir más y mejor, y esto incluye una
profunda revisión y corrección de las costumbres externalizadoras y la
recuperación del músculo empresarial para crear producción realmente
propia. Me motiva que hay una gran cantidad de profesionales con vocación
pública en la calle y sin trabajo. Me motiva que veo un puesto de trabajo
a crear en cada carencia de la corporación. Me motiva proteger la radio
pública con su actual diversidad y su apertura a nuevas propuestas. Me
motiva la oportunidad de acompañar a mis compañeros de siempre hacia una
jubilación gloriosa y merecida. Me motiva que las nuevas generaciones de
la nueva RTVE puedan llegar a acostumbrarse a altos niveles de excelencia
en sus relaciones laborales, en sus programas, sus proyectos, sus
aportaciones como técnicos, en la escucha de la audiencia, que somos
todos, ustedes también, sus hijos e hijas, sus padres, familiares y
amigos; todos a los que queremos se merecen algo más; se merecen la
verdad, la coherencia, la belleza, la creatividad y el respeto a la
diversidad, entre otros valores, como motores inspiradores de nuestra
programación. Me motivan las carencias para convertirlas en oportunidades
y los retos que parecen imposibles. Me motivan el tiempo que he perdido y
la paciencia que ha desarrollado. Me motivan los compañeros y compañeras
de ayer y de mañana.


Les agradezco la inmensa oportunidad de volver a estar entre nuestros
representantes hoy en el Poder Legislativo. Les agradezco la escucha y
anticipadamente les agradezco la posibilidad de respetar las normas de
este concurso, que parece que se van a respetar. Ha sido un viaje
interesante, una experiencia única en muchos sentidos y una fuente de
motivación para mis proyectos vitales y personales. Puedo aún invertir
mis energías en la mejora de RTVE. Su poder emana del pueblo. Nuestra
financiación principal viene de los bolsillos de toda la ciudadanía.
Colaboremos con quienes nos dan esta preciosa oportunidad.


Finalmente, no olviden lo que dije en el Congreso. RTVE puede ser la
única opción gratuita con contenidos diversos e independiente; servicio
público de calidad en la que los españoles con y sin recursos pueden
encontrar referentes para el crecimiento, el emprendimiento, la confianza
y la formación.


Quedo a su disposición. Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señora Martínez Álvarez, por su exposición. Puede usted retirarse. Le
deseo lo mejor en el futuro.


La señora MARTÍNEZ ÁLVAREZ: Igualmente a todos.


— D. CARLOS SALGADO WERNER.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Llamen a
comparecer a don Carlos Salgado Werner. (Pausa).


Buenos días, señor Salgado Werner, bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. En primer lugar van a intervenir los
representantes de los grupos parlamentarios y después le daré a usted la
palabra por un tiempo aproximado de diez minutos para que haga su
exposición.


Tiene la palabra el senador Mediavilla, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias presidente.


Buenos días, señor Salgado. En primer lugar, quiero agradecer su
presencia y su comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto
para Radiotelevisión Española. Con las sesiones que se han venido
celebrando en esta Cámara a lo largo de la semana anterior y de esta
finalizamos el procedimiento de selección de los miembros del consejo,
que inició su provisionalidad en 2018. Los protagonistas hoy sois
vosotros, los candidatos, y le pedimos que, si es posible, en la medida
del tiempo, de esos diez minutos, actualice y dé unas pinceladas sobre su
proyecto para Radiotelevisión Española.


Le reitero nuestro agradecimiento por estar hoy aquí


Gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Mediavilla.


Tiene la palabra la senadora Serrano, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista.


La señora SERRANO MORALES: Gracias y buenos días, señor presidente,
señor letrado mayor-secretario general, senador Mediavilla, del Grupo
Popular, señor Salgado.


Señor Salgado, le damos la bienvenida a la Cámara Alta, a esta
Comisión de Nombramientos, en la que mi grupo, el Grupo Parlamentario
Socialista, participa gustosamente en el ejercicio de sus
responsabilidades institucionales para dar cumplimiento al procedimiento
establecido en la Ley 5/2017, de 29 de septiembre, en cuyo marco, como
saben, le corresponde al Senado la elección de 4 de los 10 miembros del
Consejo de Administración de la Corporación Radiotelevisión Española. Y
porque no corresponde a esta Comisión el análisis y la valoración de la
gestión del ente público y, por supuesto, por respeto a ustedes, a los
comparecientes, mi grupo participa en esta comisión con un espíritu
absolutamente constructivo y siendo conscientes del gran reto que tenemos
por delante. El objetivo fundamental es poner fin a esta etapa de
provisionalidad e interinidad que se ha alargado mucho más de lo que
todos hubiéramos deseado.


Somos conscientes de que en este momento la Corporación
Radiotelevisión Española necesita una nueva dirección, un nuevo consejo
de administración, y así lo ha puesto mi grupo de manifiesto en
reiteradas ocasiones. Como decía, tenemos por delante un reto muy muy
significativo. Con ese espíritu y esta finalidad participamos en la
comisión para que el ente público pueda recuperar el liderazgo y el
prestigio que siempre ha tenido y, por supuesto, lo más importante, la
utilidad social que, como servicio público, le corresponde, más allá de
las audiencias.


Queremos trasladar nuestro agradecimiento también al equipo saliente
y en especial poner en valor el trabajo que ha llevado a cabo la
administradora provisional durante dos años y medio, Rosa María Mateo, y
mostrar nuestro reconocimiento a su labor, su profesionalidad, su
trabajo, su saber hacer, incluso en situaciones francamente difíciles,
ganándose el respeto de la audiencia. Y, por supuesto, hacemos extensivo
nuestro reconocimiento y agradecimiento a todos los trabajadores y
trabajadoras de Radiotelevisión Española por su esfuerzo, su trabajo y su
profesionalidad.


Gracias, señor Salgado, por estar aquí esta mañana en el Senado.
Escucharemos atentamente sus propuestas, sus reflexiones y tomaremos
buena nota de sus proyectos para mejorar la gestión y, en definitiva, el
futuro de Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias
senadora.


Tiene usted la palabra, señor Salgado.


El señor SALGADO WERNER: Buenos días, señorías.


Sinceramente, cuando me llamaron para convocarme para esta comisión
pensé que me estaban tomando el pelo, que era una broma. Todos sabemos
por los medios de comunicación que las personas están ya elegidas, los
candidatos los tenemos ya. El concurso público está resuelto de la peor
forma que se podía resolver. Voy a coger una frase literal del comunicado
del Consejo de Informativos de RTVE, cuyo contenido comparto al cien por
cien. Al final, pese al mérito y la capacidad sobrada de muchos
candidatos y candidatas, se ha repetido la historia de los últimos
cuarenta años: la elección a dedo de personas cercanas a determinados
partidos políticos. Es lo que hay.


Señorías, lo siguiente que pensé es: no voy a ir; para qué voy a ir a
perder el tiempo si esto ya está elegido. Finalmente estoy aquí por
respeto a las instituciones democráticas, por respeto al Senado. Sin
embargo, la verdad es que los partidos políticos cada día me merecen
menos respeto, el mismo respeto que han tenido los partidos políticos con
los candidatos que nos hemos presentado y con el comité de expertos que
valoró todos los proyectos.


Señorías, nos han tomado el pelo a los candidatos, pero, lo que es
peor, a la ciudadanía. Han hecho un paripé para luego decidirlo todo como
siempre, por cuotas de poder. Para esto se han perdido tres años vitales
para RTVE, con una Presidencia interina. Luego se extrañan de la
desafección que hay por los políticos y la entrada de la extrema derecha,
pero con estas acciones, ustedes la promueven, porque cuando se habla de
una democracia defectuosa, incompleta, los ciudadanos también hablamos de
esto: la falta de elección de los distintos organismos de una forma
limpia y transparente. Da igual que seas el mejor, el mejor juez o el
mejor de lo que sea, porque lo importante son los apoyos políticos que
tengas.


RTVE es una parte esencial de la democracia, porque garantiza el
acceso a la información, y debería hacerlo también con la cultura, la
educación y los valores democráticos, y ustedes han decidido que lo que
debe garantizar son sus cuotas políticas. Les voy a leer los datos de las
puntuaciones que han sacado 7 de los nombrados en sus proyectos: Elena
Sánchez, 5,5 sobre 30, que viene a ser 1,8 sobre 10; José Manuel Martínez
Medem, 9,6 sobre 30, que viene a ser 3,2 sobre 10; Jenaro Castro Muiña, 0
sobre 30, que sigue siendo un 0 sobre 10; Juan José Baños, 9,5 sobre 30,
que es 3,2 sobre 10; Ramón Colom, 2 sobre 30, que viene a ser 0,2
sobre 10; Concepción Carmen, 6 sobre 30, que es 2 sobre 10, y María
Consuelo Aparicio, 10 sobre 30, que es 3,3 sobre 10. Ya me estoy
imaginando a los chicos y chicas de ESO y Bachillerato diciéndoles a sus
profesores: He sacado un 1, súbame la nota y apruébeme. Esto pasa en el
Congreso y en el Senado. Yo, sinceramente, si estuviera en su lugar, se
me caería la cara de vergüenza. Es que no lo entiendo, no lo entiendo.
Podrían, por lo menos, haber buscado candidatos que tengan un mínimo
nivel y que hayan aprobado el proyecto, que hay muchos, hay muchos.


Yo había creído que el proceso de elección iba a ser un proceso
transparente. Pero lo importante no soy yo, son los trabajadores de RTVE,
que se sienten completamente defraudados y engañados; son los ciudadanos,
a los que nos debemos como servicio público. ¿Qué nos podemos esperar
ahora de RTVE? Cualquier cosa, porque con el consejo que han elegido tan
politizado va a haber bloqueos constantes y no nos va a permitir seguir
adelante, y va a haber muchos problemas. Soy un firme defensor del
sistema de concurso público y me apena muchísimo que lo hayan destrozado
de esta manera; me apena mucho, de verdad, porque creíamos en ello. Ya
empezó con mal pie con los baremos a la hora de dar la puntuación. Solo
se valoraba tener estudios de periodismo o comunicación audiovisual, lo
mismo para la puntuación de docencia o la puntuación como directivo en
RTVE. Salvo excepciones, siempre se han puesto a dedo los directivos
según la ideología del momento. RTVE no solo son informativos; RTVE es
una empresa multimedia, con un componente tecnológico altísimo y cuyo
futuro está en internet, y no se valora tener conocimientos en estas
áreas. No hay un consejero de los que han elegido con conocimientos
técnicos mínimos. Luego se nos llena la boca de evitar la manipulación,
la transparencia, etcétera. Para que esto suceda, el Parlamento tendría
que haber hecho una elección del Consejo de Administración de RTVE sin
cupos de partidos. Por desgracia, esto lo pagaremos los trabajadores de
RTVE y la ciudadanía.


Señorías, siento que sean ustedes los que tengan que escuchar lo
profundamente defraudado que me siento, que nos sentimos los trabajadores
de RTVE, porque los que deberían haber escuchado estos son sus líderes,
los que manejan los hilos de los partidos y los que han pactado semejante
barbaridad. Creo que con esto ya estoy diciendo mucho de mi proyecto y de
mi forma de pensar: independencia. No me callo y ningún partido va a
comprar mis convicciones. Lo que RTVE necesita es transparencia,
independencia y honestidad. Señorías, cualquier servicio público está
presidido por la idea de rentabilidad social por encima de la
rentabilidad económica.


Hablemos ahora de la política laboral de RTVE. La política de
recursos humanos es un desastre, en gran parte obligados por la SEPI y
los recortes, aunque creo que también hay mucho inmovilismo interno. No
tenemos una relación de puestos de trabajo, algo básico en un organismo
público y casi diría en cualquier empresa. Contamos con los mejores
profesionales, pero están muy desmotivados por esta política de recursos
humanos. Hace falta un sistema de carrera profesional entre los
trabajadores para movilizar y motivar; para que el trabajador sepa que
puede llegar a lo más alto con su esfuerzo. El tercer convenio colectivo
no resuelve los problemas. La carrera profesional, la empresa se ha
negado a tratarlo, tampoco resuelve la estructura de las ocupaciones
tipo, las categorías laborales siguen sin definirse y tienen un modelo de
hace treinta años; hay que actualizarla urgentemente.


Otro problema muy importante son las externalizaciones. RTVE tiene
que intentar hacer todo lo que pueda de forma interna. Evidentemente, no
es posible hacerlo todo, pero sí deberíamos tener capacidad para producir
en todas las áreas. La producción propia es vital, a medida que el poste
emisor es menos importante. La supervivencia de RTVE será producir
contenidos. En mi proyecto hay una apuesta por la creación de una
plataforma de producción y emisión con otras televisiones europeas,
también por crear un espacio I+D+i que desarrolle nuevos formatos y
lenguajes. Se tiene que establecer una financiación suficiente y tiene
que ser estable. Hay que buscar nuevos cauces de financiación, cambiar la
Ley de financiación para que permita obtener ingresos que puedan
generarse por la venta de servicios, programas u otros, y repercutan en
RTVE. Es urgente, muy urgente, una financiación extraordinaria para un
plan estratégico de inversión tecnológica y construcción de platós para
poder ponernos a la vanguardia de la producción; en realidad diría que
casi para poder seguir produciendo, porque estamos en una situación
lamentable.


No me voy a extender mucho más porque tampoco quiero hacerles perder
el tiempo. Reitero que hubiera sido deseable un concurso público que se
hubiera resuelto de otra manera. Los trabajadores de RTVE estamos
francamente preocupados por cómo se vaya a desarrollar nuestro futuro con
esta fórmula, porque pensábamos que, por fin, íbamos a empezar a
funcionar y a hacer las cosas de otra manera.


Muchas gracias por su tiempo.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Salgado, por su exposición. Puede usted retirarse. Le deseo lo
mejor en el futuro.


— D. RAFAEL BERNARDO JIMÉNEZ.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Por favor, llamen
a comparecer a don Rafael Bernardo Jiménez. (Pausa).


Buenos días, señor Bernardo, y bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. Van a intervenir, en primer lugar, los
representantes de los grupos parlamentarios y, posteriormente, le daré a
usted la palabra para que haga su exposición por un tiempo de alrededor
de diez minutos.


Tiene la palabra el senador Mediavilla, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias presidente.


Buenos días, señor Bernardo. En primer lugar, quiero agradecerle su
comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que venimos celebrando en esta
Cámara la pasada semana y en lo que llevamos de esta finalizamos un
procedimiento de selección de los miembros del consejo de dirección de
Radiotelevisión Española y la provisionalidad que se iniciaba en 2018 y
que ha durado casi tres años.


Hoy los protagonistas sois vosotros, los candidatos. El Grupo Popular
le pide que, en la medida de lo posible y en lo que el tiempo nos
permite, realice una pequeña actualización, unas pinceladas del proyecto
que en su día presentó para Radiotelevisión Española.


Le reitero una vez más nuestro agradecimiento por estar hoy
aquí.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Mediavilla.


Tiene la palabra la senadora Serrano, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista.


La señora SERRANO MORALES: Gracias. Buenos días, señor presidente,
señor letrado mayor, senador Mediavilla, señor Bernardo.


Señor Bernardo, le damos la bienvenida a la Cámara Alta a esta
Comisión de Nombramientos, en la que mi grupo, el Grupo Socialista,
participa gustosamente en el ejercicio de sus responsabilidades
institucionales para dar cumplimiento al procedimiento establecido en la
Ley 5/2017, de 29 de septiembre, en cuyo marco, como saben, le
corresponde al Senado la elección de 4 miembros del Consejo de
Administración de la Corporación Radiotelevisión Española. A esta
comisión no le corresponde el análisis y valoración de la gestión del
ente público, y, por supuesto, por respeto a los comparecientes, mi grupo
va a participar en esta comisión con un espíritu y una actitud
absolutamente constructivos, siendo conscientes del gran reto que tenemos
por delante, que no es otro que poner fin a esta etapa de provisionalidad
e interinidad que, desde luego, ha durado ya demasiado tiempo.


Somos conscientes de que la Corporación Radiotelevisión Española
necesita una nueva dirección, un nuevo consejo de administración, y así
lo ha puesto de manifiesto mi grupo en reiteradas ocasiones. Tenemos por
delante un reto, como decía, muy importante, porque es necesario que el
ente público pueda recuperar el liderazgo, el prestigio que siempre ha
tenido y, por supuesto, su utilidad social que, como servicio público, le
corresponde, más allá de los índices y de las audiencias.


Queremos trasladar nuestro reconocimiento y agradecimiento al equipo
saliente y en especial poner en valor el trabajo que ha llevado a cabo
durante estos dos años y medio la administradora provisional, Rosa María
Mateo, y mostrar nuestro reconocimiento a su labor, su profesionalidad,
su buen hacer incluso en situaciones francamente difíciles, ganándose el
respeto de la audiencia. Por supuesto, hacemos extensivo también nuestro
agradecimiento y reconocimiento a todos los trabajadores y trabajadoras
de Radiotelevisión Española por su esfuerzo, su profesionalidad y su
dedicación.


Muchas gracias, señor Bernardo, por estar aquí esta mañana. Mi grupo
va a escuchar atentamente sus propuestas y sus reflexiones, y tomaremos
buena nota de sus proyectos para mejorar la gestión y el futuro de
Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senadora Serrano.


Tiene usted la palabra, señor Bernardo, para hacer su
exposición.


El señor BERNARDO JIMÉMEZ: Buenos días, señoras y señores
senadores.


La verdad es que no sé muy bien cómo empezar esta absurda
comparecencia que lo único que pretende es aparentar que se ha respetado
un procedimiento cuyo resultado se conoce desde hace semanas, proceso que
fue convocado originalmente como concurso público, pero que finalmente se
ha convertido en una adjudicación directa, aunque, eso sí, plagado de
irregularidades, algunas de las cuales expondré durante mi intervención.
Aunque estuviera planteándome declinar la amable invitación de comparecer
ante esta Cámara, finalmente he decidido presentarme por respeto a la
institución del Senado y a esta comisión, si bien no para repetir lo que
ya expresé por escrito en la documentación que aporte en su momento ni lo
que manifesté verbalmente en mi reciente comparecencia en el Congreso de
los Diputados, a cuyas declaraciones me remito, sino para hacer una serie
de consideraciones que espero contribuyan a restaurar el prestigio y el
respeto de muchos de los candidatos que hemos participado
involuntariamente en este inútil paripé, como fue calificado este acto
por el senador Cleries el pasado jueves.


Voy a referirme ahora al comité de los 17 expertos, cuya elección por
parte de las Cortes Generales no fue por sorteo, sino acordado a partir
de los nombres propuestos por los distintos grupos parlamentarios. Se
trata, pues, de un hijo político de la Comisión Mixta de Control
Parlamentario de la Corporación RTVE y sus sociedades, cuya composición
fue comunicada por su presidente y publicada en el BOE, aunque sin
mencionarse la cualificación, experiencia ni capacidades profesionales de
cada uno de sus miembros en relación con la gestión que les había sido
encomendada. ¿Expertos en qué?, me pregunto, ¿en gestión empresarial o
presupuestaria?, ¿en relaciones laborales?, ¿en economía?, ¿en derecho?,
¿en ingeniería?, ¿en equipos de audio y video?, ¿en hardware y software
de producción y emisión?, ¿en transmisores y receptores de radiodifusión
general o televisión?, ¿en propagación de ondas? Pues no. Sus perfiles
profesionales, publicados en diferentes medios, muestran que en la
mayoría de los casos, por no decir en todos, su formación académica está
relacionada con lo que vulgarmente se conoce como periodismo. Sin poner
en duda las capacidades y valía profesional de cada uno de los expertos,
que merecen mi máximo respeto, conviene recordar que este no era un
proceso de selección para 10 plazas de redactor en un chiringuito
periodístico de nueva creación, sino un concurso público para elegir una
corporación estatal con 6400 trabajadores y un presupuesto de 1100
millones de euros; para elegir a los 10 miembros de su consejo de
administración, cuyas funciones no consisten precisamente en obtener o
difundir informaciones, pues para eso ya existe una plantilla de más
de 1200 redactores fijos. No sé si me explico.


Pero no solo eso. Como ampliaré más adelante, la Comisión mixta de
control parlamentario permitió al comité de expertos elaborar un baremo
para la evaluación de los méritos presentados por los candidatos con un
descarado sesgo, no solo en lo relativo a su formación superior,
valorando hasta con 7,5 puntos solamente aquellas titulaciones académicas
relativas al ámbito de la comunicación, sin especificar cuáles, sino
también en cuanto a la experiencia profesional de los candidatos
dependiendo de la naturaleza de los medios en los que estos hubieran
desarrollado su función, ponderando al 125 % la experiencia de RTVE,
al 100 % otros medios de carácter público y solamente al 75 % los de
carácter privado. A la vista de lo que acabo de exponer, no es de
extrañar que, según diversas fuentes periodísticas, de los 20 candidatos
declarados idóneos por el comité de expertos, 18 de ellos, es decir
el 90 %, fueran periodistas. Por otra parte, de las manifestaciones
realizadas por varios de estos expertos que acudieron a un
coloquio-debate titulado El futuro de RTVE a examen, que tuvo lugar en el
Instituto RTVE el 18 de diciembre de 2018, cuya grabación de un vídeo
adjunté a mi recurso contra la resolución de idoneidad mencionada y que
supongo estará a su disposición en el archivo de las Cortes Generales,
parece ser que los miembros del comité dividieron en diferentes grupos
tanto los currículos como los proyectos de gestión de los candidatos y a
su vez se organizaron también en grupos, de forma que cada uno de los
subgrupos de expertos examinó los currículos y proyectos de diferentes
subgrupos de candidatos. Esta actuación, que no fue hecha pública hasta
finalizado el concurso, constituye una anomalía que por sí misma
descalifica el procedimiento de selección, ya que los candidatos fueron
evaluados para el mismo fin por distintas personas con conocimientos
diferentes y, por tanto, bajo criterios puramente subjetivos.


Pero aún hay más. En el citado coloquio-debate y también
recientemente en un portal de internet, el que fuera secretario del
comité de expertos declaró sin rubor alguno: «Hemos conseguido un abanico
de 20, plural, de todas las ideologías, de todas las líneas». Y yo me
pregunto, señorías, ¿acaso era la ideología de los candidatos un criterio
a valorar para su elección? ¡Pero qué es esto!


Debo señalar también la contradictoria aplicación del baremo por
parte de los expertos, y para ello no tengo más remedio que ponerme como
ejemplo, pues desconozco los currículos del resto de candidatos. Soy
ingeniero de telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid,
donde también cursé y finalicé los dos años de doctorado y ejercido la
docencia durante tres años en la cátedra de televisión del mismo centro,
impartiendo las asignaturas denominadas precisamente Televisión 1 y
Televisión 2, en la elaboración de cuyos libros de texto participé
activamente, aunque no tuve tiempo para finalizar mi tesis doctoral
porque abandoné la docencia en 1980, cuando obtuve por oposición, con el
número 1 de mi promoción, la plaza de funcionario de carrera en el Cuerpo
de Ingenieros de Radiodifusión y Televisión, adscrito entonces a la
Dirección General de Radiodifusión y Televisión, a la que, por cierto,
también estaba adscrita Televisión Española como organismo autónomo. Pues
bien, la puntuación que me asignó el comité de expertos en lo que se
refiere a la formación académica fue de 0 puntos por el abominable hecho
de no ser periodista, como dictaminó la Mesa de la Comisión mixta de
control parlamentario en la hilarante resolución desestimatoria de mi
recurso, aduciendo textualmente: «Los criterios interpretativos aprobados
por el propio comité aluden a los tipos de licenciaturas o doctorados que
deben ser considerados como ajenos al ámbito de la comunicación», citando
como ejemplo de formación excluida los títulos en Derecho, Ingeniería,
Ciencias Políticas Arquitectura, Medicina. ¿Pero qué broma es esta,
señorías? Aparte de que no me consta que estos criterios interpretativos
para el concurso hubieran sido hechos públicos en documento oficial
alguno, lo que debería haber hecho el comité, en todo caso, es enumerar
detalladamente aquellas licenciaturas o doctorados que sí estaban
incluidos en el ámbito de la comunicación, y no a la inversa. Yo tuve la
oportunidad de preguntar a los seis expertos presentes en el
coloquio-debate mencionado anteriormente qué entendían ellos por
formación superior en el ámbito de la comunicación, pero ninguno quiso o
supo responder. En cualquier caso, el comité de expertos ha ejercido una
clarísima discriminación que podríamos denominar: por razón de titulación
académica, y que choca frontalmente con lo establecido en el artículo 14
de nuestra Constitución. ¿Cómo es posible, señorías, que en nuestro país
un ingeniero o un abogado puedan ser, por ejemplo, ministros de Sanidad o
de Defensa y, sin embargo, se les dificulte obscenamente el acceso al
consejo de administración de una empresa pública a cuya supervivencia han
estado contribuyendo con sus impuestos? Y para rematar el despropósito,
el mismo comité que despreció mi titulación académica de ingeniero, me
otorgó 46,38 puntos por mi experiencia profesional, que siempre ejercí
como tal.


Todas estas irregularidades y otras en las que no voy a extenderme
por falta de tiempo muestran que el comité de expertos se extralimitó en
sus funciones, lo que explica la multitud de recursos, al parecer más
de 30, que fueron presentados contra la resolución relativa a la
idoneidad de los candidatos evacuada por el mismo y que hizo entrar en
pánico a la Mesa de la Comisión Mixta de Control Parlamentario de RTVE,
pues se vio obligada a tener que resolver sobre las arbitrariedades
provocadas por el comité que ella mismo había nombrado.


Por ello, y con el fin de evitar la posible cascada de posteriores
recursos ante el Tribunal Constitucional, la Mesa, emulando la célebre
pintura mural de Francisco de Goya titulada Saturno devorando a su hijo,
optó por sacrificar al comité de expertos que ella misma había
engendrado, anulando de facto todo el trabajo que esta había realizado,
si bien otorgándole como premio de consolación el respetar en la actual
comparecencia de todos los candidatos entre las dos cámaras el mismo
orden que el comité les había asignado en su frustrada clasificación de
idoneidad. Sin embargo, esta solución salomónica no ha satisfecho a casi
nadie, ni al diputado Díaz Gómez, ni a la mayoría de los 20 candidatos
declarados idóneos de los 75 candidatos restantes ni, por supuesto, al
propio comité de expertos, como se está evidenciando en las
comparecencias que están teniendo lugar en esta Cámara, y todo ello
debido a que el nuevo sistema de elección desnaturaliza totalmente el
concurso de méritos, convirtiéndolo, como he dicho antes, en una
adjudicación directa que desprende tal tufo partidista que se desacredita
por sí mismo.


En efecto, a pesar de mis críticas al comité de expertos, que me
colocó hacia la mitad de la clasificación, de confirmarse el resultado de
la elección parlamentaria a la que estamos asistiendo ahora, resultará
que 3 de los 10 consejeros que van a ser elegidos habrían estado situados
por detrás de mi candidatura. Desconozco los currículos y proyectos de
gestión de los 6 consejeros ya elegidos y de los 4 que lo van a ser en
los próximos días, por lo que no puedo ni debo ni quiero opinar sobre los
mismos, pero no deja de sorprender que 8 de ellos, es decir el 80 % no
sepan presentar correctamente una simple solicitud de admisión de un
concurso público, teniendo que acudir al proceso de subsanación de
errores para poder ser finalmente admitidos. Menudo papelón,
señorías.


Y aunque solo sea por aquello del: ya lo había advertido yo,
permítanme hacer ahora un decálogo de reflexiones basadas en mi proyecto
de gestión: Uno, antes de pretender emular a las grandes corporaciones
públicas europeas, como han expuesto varios candidatos, creo que RTVE
debe reencontrarse primero consigo misma. Dos. Para ello deberá
instaurarse un clima de concordia entre los diversos colectivos que por
razones ideológicas fundamentalmente se encuentran enfrentados. Como
simple espectador, me da la sensación de que muchos redactores ni
siquiera hablan entre ellos, con la repercusión que ello puede tener en
la calidad de la información que genera. Tres. Está muy bien cambiar las
prácticas de los platós de informativos, pero este hecho no provoca por
sí mismo una mayor credibilidad, aunque sus presentadores permanezcan de
pie, sentados o tumbados si quienes redactan y editan las noticias siguen
estando desmotivados. Cuatro. Lo mismo puede decirse de los nuevos
grafismos recién implantados. Por sí sola una mayor variedad de
tipografías no significa una mayor calidad de la información si quien
introduce los textos yerra constantemente al hacerlo sin que nadie los
supervise, como ya advertí en mi proyecto de gestión y posterior
comparecencia del Congreso. Cinco.






Creo también que la actual dirección
territorial debería haberse mostrado más generosa con el equipo entrante
cediendo a este la oportunidad de introducir estos cambios estéticos de
platós y grafismos para ser estrenados una vez traspasados los poderes.
Seis. Los nuevos directivos deberían exigir a los redactores y a ellos
mismos no solo la instalación en sus teléfonos móviles del diccionario de
la Real Academia Española, sino también su consulta ante cualquier duda
ortográfica que se les presente, que además es gratis. Siete. Lo mismo
puede decirse respecto de los manuales de estilo, que deberían constituir
la referencia de cabecera de todos los redactores una vez se subsanen sus
evidentes carencias actuales, como también reclamé en mi proyecto escrito
y posterior comparecencia oral. Ocho. Me permito sugerir al nuevo consejo
de administración que se rodee de los mejores profesionales,
independientemente de sus circunstancias personales. La experiencia me ha
demostrado que solo los mediocres se rodean de otros más mediocres que
ellos para que no les hagan sombra, y no hay que ir muy lejos para
comprobarlo. Nueve. También le pido al nuevo consejo que no se olvide de
la radio digital DAB, ni de la orquesta y coro ni del Instituto RTVE.
Diez. Por último, espero que no tengan que lamentar algún día la ausencia
de un ingeniero en el consejo, que considero debería haber sido
multidisciplinar.


Señorías, aparte de desear al nuevo consejo de administración y a su
presidente los mejores éxitos en su gestión, tampoco sé muy bien cómo
finalizar mi comparecencia, pero el espectáculo al que la mayoría de los
candidatos nos hemos visto obligados a presenciar durante estos casi tres
años me traslada a aquel otro que narra el compositor Ruggiero
Leoncavallo en su famosa ópera Pagliacci, título que tampoco se aleja
mucho del papel que nos ha tocado representar. Por ello quisiera terminar
mi intervención pronunciando la fatídica frase con la que termina la
citada ópera y que reza así: La commedia è finita.


Esto es todo. Muchas gracias por su atención.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Jiménez, por su exposición. Puede usted retirarse. Le deseo lo
mejor en el futuro.


El señor BERNARDO JIMÉMEZ: Gracias.


— D. ÁNGEL LUIS GONZALO PÉREZ.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Llamen a
comparecer a don Ángel Luis Gonzalo Perez. (Pausa).


Buenos días, señor Gonzalo, y bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. Van a intervenir, en primer lugar, los
representantes de los grupos parlamentarios y luego le daré a usted la
palabra para que haga su exposición por un tiempo aproximado de 10
minutos.


En primer lugar, tiene la palabra el senador Mediavilla, en nombre
del Grupo Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente.


Buenos días, señor Gonzalo. En primer lugar, quiero agradecer su
comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto, y gracias
también por traérnoslo por escrito. Con las sesiones celebradas en esta
Cámara a lo largo de la semana anterior y de esta finalizamos el
procedimiento de elección de los miembros del Consejo de Radiotelevisión
Española y finalizamos esa provisionalidad que se iniciaba en 2018. En
nuestro grupo creemos que hoy los protagonistas sois vosotros, los
candidatos, y le pedimos, si es posible, que en unas pinceladas, en lo
que nos da el tiempo, actualice el proyecto que nos trae, el proyecto
inicial que presentó.


Simplemente quiero reiterarle nuestro agradecimiento por estar hoy
aquí en esta Cámara. Nada más y muchas gracias.


Gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Mediavilla.


En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la
senadora Serrano.


La señora SERRANO MORALES: Gracias, señor presidente. Buenos días,
señor letrado mayor, señor senador del Grupo Popular —senador
Mediavilla—, señor Gonzalo.


Señor Gonzalo, le damos la bienvenida a la Cámara Alta, a esta
Comisión de Nombramientos en la que mi grupo, el Grupo Socialista,
participa gustosamente en el ejercicio de sus responsabilidades
institucionales para dar cumplimiento al procedimiento establecido en la
Ley 5/2017, de 29 de septiembre, en cuyo marco, como saben, le
corresponde al Senado la elección de cuatro miembros del Consejo de
Administración de la Corporación de Radiotelevisión Española. Y porque no
corresponde a esta comisión el análisis y valoración de la gestión del
ente público, sino a la Comisión Mixta de Radiotelevisión Española, y
sobre todo por respeto a los comparecientes, mi grupo participa en esta
comisión con espíritu y actitud absolutamente constructiva y siendo
conscientes del gran reto que tenemos por delante. El objetivo
fundamental es poner fin a esta etapa de interinidad, a esta etapa de
provisionalidad que probablemente se ha extendido y se ha alargado
demasiado tiempo.


Somos conscientes de que la Corporación de Radiotelevisión Española
necesita una nueva dirección, un nuevo consejo de administración, y así
lo ha puesto de manifiesto mi grupo parlamentario en reiteradas
ocasiones. Como decía, tenemos por delante un reto muy importante, y con
ese espíritu y finalidad trabajamos y participamos en esta comisión, para
que el ente público pueda recuperar ese liderazgo y ese prestigio que
siempre ha tenido, y por supuesto, y lo más relevante, por su utilidad
social que como servicio público creemos que le corresponde más allá de
las audiencias.


Queremos trasladar también nuestro agradecimiento al equipo saliente
y, en especial, poner en valor el trabajo que ha llevado a cabo la
administradora provisional durante dos años y medio, Rosa María Mateo, y
mostrar el reconocimiento de nuestro grupo a su labor, su profesionalidad
y su saber hacer, también en unos momentos y unas situaciones francamente
difíciles. Por supuesto, hacemos extensivo nuestro reconocimiento y
agradecimiento a todos los trabajadores y trabajadoras de Radiotelevisión
Española por su esfuerzo, profesionalidad y dedicación.


Muchas gracias, señor Gonzalo. Gracias por estar aquí esta mañana.
Escucharemos atentamente lo que nos tenga que decir, sus propuestas y
reflexiones, y también tomaremos nota de sus proyectos y sus ideas para
mejorar la gestión y el futuro de Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senadora Serrano.


Tiene usted la palabra, señor Gonzalo.


El señor GONZALO PÉREZ: Señor presidente, le pido la máxima
generosidad con el uso del cronómetro, como veo que se ha hecho en otras
comparecencias anteriores, porque yo vengo aquí a defender mis derechos
constitucionales, que creo que en este proceso han sido conculcados
gravemente, y no tengo más remedio que intentar demostrarlo. Me he
cronometrado mi propia presentación varias veces y creo que con 18
minutos, o una cosa así, tendré suficiente. He visto que algunos incluso
han disfrutado de más tiempo, así que le ruego la máxima generosidad, por
favor.


Antes que nada, tengo que decir que estoy aquí precisamente para
defender esos derechos constitucionales de igualdad, mérito y capacidad
que, como demostraré con mis argumentos a partir de ahora, han sido
gravemente conculcados, lo cual me llevó a que en un momento dado
presentara mi recurso, concretamente cuando en diciembre de 2018, en
aquella efímera XIII Legislatura, se me denegó la presencia en un grupo
de 20 personas que el llamado comité de expertos había preseleccionado.
Ese recurso ha sido rechazado recientemente, el 29 de octubre de 2020, y
se me indicaba que no tenía otra salida para defender mis derechos que
acudir al Tribunal Constitucional, cosa que, efectivamente, hice. Así,
presenté en el Tribunal Constitucional una impugnación del acto firme de
las Cortes Generales de 29 de octubre de 2020, es decir, ese momento en
el que se me rechazó el primer recurso, y con posterioridad, debido a la
decisión tomada en el Congreso de los Diputados el 25 de febrero de 2021,
he presentado una nueva ampliación de la impugnación, siempre ad
cautelam, para impugnar también el acto firme de las Cortes Generales
actuado por el Congreso de los Diputados en esa fecha.


No tengo más remedio que decirles que quiero defender a ultranza mis
derechos, porque en el caso del Congreso de los Diputados, como pueden
ver en alguna de las tablas que les he presentado, yo, con mi puntuación,
una vez que no se tuvieran en cuenta aquellas puntuaciones arbitrarias
hechas por el propio comité con un baremo que luego comentaré, tendría
que haber estado entre los 6 elegidos en ese Congreso de los Diputados,
Congreso de los Diputados que, por razones que luego también comentaré,
digamos que, desde mi punto de vista, no obró de acuerdo con sus propios
actos, sino que obvió las propias reglas de juego establecidas en este
concurso y digamos que, por obediencia política, tomó una decisión que a
mí me parece también que vulnera gravemente, una vez más, derechos
constitucionales.


Tengo que decirles con toda sinceridad —por supuesto, no lo
interpreten mal— que en esa defensa, si en la decisión final del
Senado, en el que confío plenamente en el sentido de que sí actuará y
hará lo que conviene hacer con sus propias reglas —confío
plenamente en ello—, fuera una vez más rechazado del grupo de 4
personas que teóricamente les han asignado desde fuera para tomar esa
decisión, considero que con mi puntuación también tendría que estar entre
esas 24 personas, de manera que, si no fuera así, no me quedará ya otra
alternativa que presentar en el Tribunal Constitucional una, digamos,
impugnación cautelarísima de todo lo actuado tanto en el Congreso como en
el Senado. No me quedará más remedio, señorías. Yo no quiero ir contra
nadie, pero sí tengo que defender mis derechos hasta el final.


Dicho eso, me voy a centrar en por qué me he presentado a este
concurso. Después quiero hablar de cuál es ese gran déficit de gestión
que existe en Radiotelevisión Española, según muchas instituciones y
según muchos de los comparecientes aquí, y finalmente hablaré de
perplejidades, de actos que se han ido produciendo a lo largo de todo el
proceso.


Estoy aquí, señorías, porque soy ingeniero superior de
telecomunicación, y los ingenieros de telecomunicación en este país
llevamos 101 años dedicándonos a la radio, a la televisión y a otras
muchas cosas. Por lo tanto, estoy en mi sector, aunque ese llamado comité
de expertos me haya puesto un cero en mi título de ingeniero superior de
tele-comunicación, porque parece ser que no es apto para operar en el
sector de la comunicación, lo cual es absolutamente aberrante. Estoy aquí
porque cumplo sobradamente el artículo 14 de la Ley de radio y televisión
de titularidad estatal de 2006, que dice que para ser miembro del consejo
es necesario tener una experiencia mínima de 5 años en alta gestión. Yo
he acreditado hasta 20 años de esa gestión, como pueden comprobar en mi
historial —disponen de él—. Estoy aquí también porque tengo
una gran vocación por el servicio público. Lo he demostrado en varias
ocasiones en que varios Gobiernos han solicitado mi participación, y
robando tiempo a mi propia profesión y a mi propia familia he acudido
siempre a la llamada. Por ejemplo, en 1989 se estaba preparando la Expo
de Sevilla, la Expo 92, y no se encontraba a la persona capaz de hacer el
pabellón de España, nada menos, que iba a ser la imagen de España al
mundo en un año tan simbólico. Quedaban menos de tres años y dije que sí.
Lo dejé todo y me fui a Sevilla, y, señorías, lo tengo que decir, pero en
esos tres años conseguí hacer un pabellón de España que no recibió más
que felicitaciones de más de 30 jefes de Estado y presidentes de Gobierno
de todo el mundo, de toda la prensa, especializada o no, y de miles de
españoles que lo visitaron. El mayor premio que yo recibí es que me
decían que se sentían orgullosos de ser españoles después de visitar ese
pabellón. Por lo tanto, sí tengo esa vocación.


En cuanto a Radiotelevisión Española, todo el mundo dice que está muy
mal —ahora pasaré a eso—, y eso me mueve también, porque me
parece que el papel de la radiotelevisión pública es fundamental, es
absolutamente fundamental por muchas razones. No hay más que leer las
encomiendas que la Ley de 2006 y el propio mandato marco le hace a
Radiotelevisión Española y que tiene que ver con todo, con la integridad
territorial, con el uso de los idiomas, con ayudar a los ciudadanos,
etcétera. Creo que son veintitantas las encomiendas que hay. Me atrae
mucho, a estas alturas de mi vida, el poder intentar ayudar a arreglar
esa situación que parece grave. En definitiva, porque esto es un
concurso, señorías, para proveer los miembros de un consejo de
administración de una empresa pública, repito, los miembros de un consejo
de administración, no los que tengan que dirigir los servicios
informativos, eso es otra cosa completamente distinta. Y que es una
empresa no cabe duda. En alguna de las hojas que les he suministrado se
habla de la naturaleza jurídica de Radiotelevisión Española, y
evidentemente es una empresa.


Antes que nada quiero decir bien alto —lo debería haber puesto
en mi proyecto original, pero lo pongo ahora porque no hay más remedio
que actualizar después de tanto tiempo— que mi lema fundamental en
esto es el siguiente: no puede haber un servicio público eficaz sin una
gestión eficiente de los recursos humanos, económicos y técnicos, no
puede haberlo, y eso se demuestra en varios casos que no es necesario
mencionar aquí. Dicho eso, yo me he leído cientos de páginas de informes
del Tribunal de Cuentas, de la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia, de la Intervención General de las Administraciones del
Estado, sé cosas de la Intervención Delegada de Hacienda en la propia
Radiotelevisión Española, me he estudiado las cuentas —luego
hablaré de eso— y he escuchado a muchos comparecientes, sobre todo
a los 20 primeros de ese grupo que el llamado comité de expertos
seleccionó y que han venido aquí con un guion totalmente cerrado, incluso
a decirles a ustedes, señorías, auténticas barbaridades que no es
necesario repetir porque ya las han escuchado. Pues bien, ¿en qué
consiste ese déficit de gestión que anuncian todos esos —y no son
palabras mías, lo saco de los informes y de las declaraciones—? No
se ha cumplido prácticamente nada del mandato marco ni de las encomiendas
de la Ley de radio y televisión de titularidad estatal. No se ha hecho
jamás un contrato programa, y esto es gravísimo. Esto significa que,
efectivamente, parece que desde 2006 para acá la gestión que se ha hecho
en Radiotelevisión Española no ha sido una gestión de empresa, sino más
bien una gestión política. ¿Por qué no se ha hecho un contrato programa?
Un contrato programa obliga al gestor que lo plantea, lo pacta con el
Gobierno, lo pacta con la comisión correspondiente —la Comisión
Mixta Congreso y Senado—, se obliga a unos objetivos y obliga a la
plantilla a unos objetivos. Si no se ha hecho eso es que no se ha
obligado a nadie a hacer nada en ese tiempo desde el punto de vista de
gestión de una empresa.


El propio Tribunal de Cuentas dice que los procedimientos internos
son muy deficientes, y que esa deficiencia hace que haya una enorme falta
de coordinación interna entre los departamentos, cosa que dice también
cualquiera de las personas que trabajan en esa casa. Hay un oscurantismo
enorme. Eso lo dicen los sindicatos, lo dicen las plantillas, lo dice
cualquier persona que se aproxime a Radiotelevisión Española. Ese
oscurantismo afecta, por ejemplo, a los contratos de externalización de
la producción. Según informes internos, y otros externos de alguna
universidad, parece ser —este dato lo tengo porque lo he oído y lo
he leído— que el 70 % de la producción de Radiotelevisión Española
se hace fuera de Radiotelevisión Española, en productoras privadas,
algunas muy grandes y luego muchas muy pequeñas. Pues ni el Tribunal de
Cuentas pudo acceder a esos contratos. Eso sí que es oscurantismo.


La plantilla está infrautilizada, pero muy infrautilizada y, por
supuesto, muy desmotivada, y no por culpa suya, sino porque nadie la ha
puesto unos objetivos y en pos de que la empresa funcionara lo mejor
posible. Pues bien, esa externalización del 70 % a mí me ha llevado a
investigar en las cuentas de la propia Radiotelevisión Española sobre qué
es lo que pasa, y lo que pasa es lo siguiente —lo expondré muy
brevemente, señorías—. La plantilla propia cuesta 425 millones de
euros y las subcontrataciones externas ascienden a 550 millones de euros.
¿Qué significa eso? Que aunque de esos 550 no todo sean externalizaciones
de producción, vamos a quedarnos con la idea de que solo sean 520
millones, pero no bajo de ahí. De esos 520 millones resulta que entonces
fuera de la casa están trabajando centenares, y probablemente miles de
personas en productoras privadas, algunas probablemente con connivencias
con el personal de la propia Radiotelevisión Española —algunas
según me cuentan—, pero sobre todo lo que me importa es el volumen,
lo cual significa que con el dinero público estamos pagando dos
plantillas, la propia a la que tenemos infrautilizada y la de las
productoras externas. Eso es una barbaridad, eso no puede ser. Eso hay
que revertirlo, y ahora hablaré sobre la manera de hacerlo.


Voy a la comparativa. Es una empresa, Radiotelevisión Española es una
empresa, y las empresas tienen ingresos y tienen gastos, y la diferencia
entre ingresos y gastos es lo que se llama el resultado de explotación
antes de impuestos, el resultado bruto. Esto no es ni siquiera de primero
de económicas, es de cuarto de la ESO. Pues bien, ¿cuáles son los
ingresos de Radiotelevisión Española en el año del que estábamos
hablando? Los ingresos han sido 53,7 millones de euros. Por ejemplo, la
BBC ingresa por ventas 1319 millones de euros; France Télévisions, 544
millones de euros; Mediaset, 925; y Atresmedia, 1039, que es con los que
nos podemos comparar. Estamos lejísimos de hacer algo razonable.


Pues bien, frente a esos ingresos, ¿cuáles han sido los gastos de
Radiotelevisión Española en 2019? Han sido de 1019,7 millones de euros:
repito, ingresos 53, gastos 1020, redondeando. Por lo tanto, las pérdidas
de esa empresa en ese año han sido 966 millones. A veces oigo hablar a
personas, que naturalmente no tienen por qué tener experiencia en gestión
ni en contabilidad ni en nada que se parezca, que dicen que el año pasado
Radiotelevisión Española ha perdido 29,6 millones. No, lo que ha ocurrido
el año pasado es que el presupuesto de gastos que tenía lo ha excedido
en 29,6 millones, pero perder ha perdido 966 millones. Cuando una empresa
pierde, tiene que financiar las pérdidas. ¿Y cómo las financia una
empresa pública, como es este caso? Pues con sus ventas, que ya vemos que
son absolutamente ridículas, y con las subvenciones de dinero público,
lógicamente, porque es una empresa pública que tiene una serie de
misiones de servicio público que hay que cubrir. Pues bien, seamos
claros: son los 966 millones, que vienen de los presupuestos del Estado
de una manera o de otra, los que están cubriendo el déficit de esa
empresa.


También he oído decir a comparecientes que tenemos una plantilla que
es insignificante comparada con la BBC, etcétera. Sí, 6540 personas
frente a 22 400 de la BBC, frente a 9400 de France Télévisions y frente
a 1267 de Mediaset y 2500 de Atresmedia. Bien, de acuerdo, pero ¿cuáles
son los resultados, señorías? Los resultados, si se miden en audiencias
—luego aclararé que no tiene por qué ser la medida actual—,
dicen que la media de Radiotelevisión Española del año pasado es
del 15,5 %, pero no de los 47 millones de accionistas de Radiotelevisión
Española, sino de los que ven la televisión, que según las estadísticas
que se hacen son aquellos que ven al menos tres horas y media al día la
televisión, que son el 70 % de la población, igual que en los demás
países. Pero es que frente al 15,5, la BBC tiene una audiencia del 32 %,
y France Télévisions tiene una audiencia del 28,6 %. Las ventas por
persona de Radiotelevisión Española son 8200 euros, y con 8200 euros ni
una tienda de ultramarinos de una esquina de un barrio de una ciudad
populosa puede sobrevivir, evidentemente. En la BBC, las ventas por
empleado son 58 800 y en France Télévisions 57 700.


Hay otro aspecto que me interesa muchísimo, que son los idiomas. Mi
segundo lema en este proyecto —ya paso a las perplejidades—
es que disfrutamos de una población mundial que tiene el castellano como
primera lengua oficial, y la usa a diario, de 407 millones de personas.
En cuanto a la BBC, aunque efectivamente hay muchos millones de personas
que en el mundo hablan en inglés, no lo hacen como primera lengua oficial
usada a diario, ya que los que la usan a diario como primera lengua
oficial son 388 millones de personas, menos que nosotros, y France
Télévisions, en francés, 235. El valor estratégico de nuestro idioma es
imprescindible, es importantísimo para este país, pero no solo por
razones culturales, políticas, de imagen externa, no, por razones
económicas también. Radiotelevisión Española, en mi opinión —lo ven
en mi proyecto y lo recalco ahora—, debe aliarse con quien sea y,
desde luego, con las operadoras públicas de los 21 países que hablan
idioma español como primera lengua, y de los cincuenta y tantos millones
de españoles que hablan español en Estados Unidos para hacer productos
propios y venderlos en esos sitios, no solo que les llegue el canal 24
horas, las noticias —eso también hay que mejorarlo—,
etcétera, sino para vender, ganar mucho más dinero y ser una empresa
competitiva que dependa cada vez menos de los presupuestos del
Estado.


Mis perplejidades. Señorías, yo estoy muy perplejo con las falsas
perplejidades de varios de los comparecientes que han venido a esta
comisión. Digo falsas porque, como verán en los cuadros que les adjunto,
por ejemplo, en las puntuaciones de las 20 primeras personas elegidas por
ese comité existe una enorme cantidad de puntos adjudicados a distintas
maneras de ejercer la profesión de periodismo, y esto no es un ataque
corporativo de ingenieros contra periodistas, ni muchísimo menos, porque
las decisiones que se han ido tomando por parte de ese comité de expertos
a quienes más perjudican precisamente es a la profesión del periodismo.
Uno leyó la convocatoria y la convocatoria era, digamos, universal para
todos los titulados de la Unión Europea, que son decenas de millones, y
desde luego para todos los titulados españoles, que somos entre dos y
tres millones de personas. Por lo tanto, cabía esperar que una
convocatoria para nombrar consejo de administración de esa casa fuera una
convocatoria en la que se elegirían a los peritos necesarios para valorar
esas propuestas y que, por lo tanto, serían personas con conocimiento de
la gestión y que, en consecuencia, se valoraría en ese concurso
exactamente la capacidad, el mérito y no se rompería la igualdad. Pues
no, señorías, no ocurrió eso. En la propia convocatoria ya se añadía que
solo serían valoradas aquellas actuaciones en el sector de la
comunicación. El sector de la comunicación no se definía. Tanto no se
definía como que a un ingeniero de telecomunicación como yo, que además
fui 12 años el decano de mi propio colegio profesional, le dijeron que no
era competente para actuar en el sector de la comunicación. Entonces yo,
pensando bien, dije, bueno, a lo mejor estas puntuaciones que van a dar a
estas maneras de ejercer la profesión, la formación, el periodo de
ejercicio del periodismo, la experiencia en medios, las funciones y otros
méritos serán para caso de empate en cuanto al diagnóstico, en cuanto al
proyecto y en cuanto al historial. Es lógico, y yo lo aceptaría de buen
grado, que entre dos personas que tuviéramos los mismos puntos, si una de
ellas ha trabajado n años en el sector de la comunicación en actividades
de gestión —porque si es haciendo crónicas sobre el ciclismo
no— que desempataran con eso. Yo pensé, ingenuamente, que se
trataba de eso. Se nombró un comité y uno debería esperar que fuera un
comité de expertos en gestión, pero no. Primero, era un comité elegido
por cuotas políticas, y ya íbamos mal, porque ese era el espíritu
anterior, y la ley dice, aplicable aquí, que no, que lo que se busca aquí
es precisamente la independencia de Radiotelevisión Española respecto a
los poderes públicos, políticos, las administraciones, las patronales,
los sindicatos y cualquier órgano de presión de la sociedad sobre la
televisión pública. Pues no, se nombraron por cuotas, no eran expertos,
ninguno de ellos era experto en gestión, eran unos profesionales del
periodismo, magníficos la inmensa mayoría de ellos en sus distintas
acepciones del ejercicio del periodismo, pero ninguno era experto en
gestión. Bueno, no se entiende. Además, solo estaba compuesto por
periodistas y por empleados o exempleados de Radiotelevisión Española.
Tampoco se entiende. Perplejidad máxima.


Incluso yo, en un documento que envíe en su momento a las
Presidencias del Congreso y del Senado y a todos los portavoces de la
comisión mixta Congreso-Senado ironizaba diciendo que si a este concurso
se hubieran presentado la presidenta del Banco Santander, el presidente
de ACS, el de Iberdrola o el consejero delegado de Zara no habrían pasado
el corte, habrían sido expulsados, y no porque yo piense que esas
personas son las más adecuadas para dirigir un servicio público, pero
vamos, gestores sí son.


Llega el momento en que el comité de expertos lanza su baremo. Parece
mentira que personas tan dignas, tan destacadas, tan buenos periodistas
—y estoy convencido de que cada uno de ellos con una honorabilidad
a prueba de bombas—, en grupo actuaran de tal manera que generaran
este baremo, que es, perdónenme la expresión, obsceno, es corporativista,
es gremialista, es sectario, no es un baremo racional que se pueda
utilizar en un concurso como este. Es un baremo que está hecho
descaradamente para favorecer la formación, el ejercicio del periodismo,
la experiencia en medios, las funciones y otros méritos, es decir, lo que
pinto en amarillo en uno de los cuadros donde analizo los 20
seleccionados por el comité. Ellos sabían, porque doy por supuesto que
trabajaban sin saber a quién estaban juzgando —lo doy por supuesto,
creo totalmente en su integridad ética—, que, desde luego, en todas
esas casillas no estábamos el resto, estos alienígenas que veníamos de la
sociedad civil a intentar gestionar Radiotelevisión Española no íbamos a
estar en esas casillas, y de hecho yo no estuve en esas casillas, a mí me
pusieron cero en todo menos en el historial profesional, donde no
tuvieron más remedio que reconocer que era la máxima puntuación.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Señor Gonzalo,
perdóneme que le interrumpa. Tengo fama de ser generoso con los tiempos,
pero usted lleva más de veinticinco minutos. Vaya usted terminando, por
favor.


El señor GONZALO PÉREZ: Lo siento, señoría, voy terminando.


Dicho esto, paso a lo siguiente.


Además, en ese baremo se permitieron el lujo de hacer un paquete
de 20 que no se lo había dicho nadie en ningún momento; además, pusieron
una valla de 65 puntos por si acaso se colaba alguien. Afortunadamente,
los servicios jurídicos de esta Casa fueron los que descubrieron esa mala
praxis del propio comité, la de los 20, la de los 65 puntos y la de no
haber tenido en cuenta el artículo 14 de la LRTTE, con lo cual eso me
lleva a tener una gran confianza en esta Casa, en el Senado, teniendo en
cuenta que, además, ha ocurrido otra cosa posterior todavía mucho más
grave, y es que ha ocurrido, al parecer, un pacto político que a mi modo
de ver y de las personas que me asesoran jurídicamente es una grave
injerencia en los asuntos internos de las Cortes, tanto del Congreso de
los Diputados como del Senado, cuando han aparecido unas noticias de
prensa, porque yo no creo que llegue más allá ese pacto, que dicen que ya
está nombrado el consejo de administración y está nombrado un presidente.
Eso formaba parte de otro acuerdo mayor que creo que fue hecho más bien
verbalmente y por el que probablemente el Tribunal Constitucional les
acabará pidiendo explicaciones, porque con ese acuerdo, señorías,
perdónenme las expresiones, nos han humillado a todos y, desde luego, a
los concursantes nos han despreciado olímpicamente, han hecho algo que es
una injerencia tremenda en las actuaciones del Congreso y del Senado. Por
lo tanto, yo estoy seguro de que el Senado hará lo correcto, puesto que
esta misma Casa es la que ha detectado esas anomalías y, en consecuencia,
no me veré obligado a presentar esa cautelarísima porque confío en que
ustedes hagan lo correcto.


Les agradezco muchísimo la atención que me han prestado y, sobre
todo, a su señoría por haberme permitido usar tanto tiempo.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Gonzalo. Gracias por su exposición. Puede retirarse y le deseo lo
mejor en el futuro.


Muchas gracias.


— D. BENIGNO MORENO CASTAÑO.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Ruego que llamen a
comparecer al señor don Benigno Moreno Castaño. (Pausa).


Buenos días, señor Moreno Castaño. Bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. Tomarán la palabra, en primer lugar, los
representantes de los grupos parlamentarios y, posteriormente, le daré a
usted la palabra para que haga su exposición por un tiempo aproximado de
diez minutos.


Tiene la palabra en primer lugar el senador Mediavilla en nombre del
Grupo Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente.


Bienvenido, señor Moreno. En primer lugar, quiero agradecerle su
presencia en esta comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto
para Radiotelevisión Española. Con las sesiones celebradas a lo largo de
la semana anterior y esta finalizamos ese procedimiento de selección de
los miembros del consejo de administración de Radiotelevisión Española, y
finalizamos la provisionalidad que se inició en 2018. En este grupo
creemos que los protagonistas hoy sois los candidatos y le pedimos, si es
posible, que en unas pinceladas, y en lo que el tiempo nos permite,
actualice ese proyecto que presentó en su día para Radiotelevisión
Española.


Le reitero una vez más nuestro agradecimiento por estar hoy
aquí.


Muchas gracias. Gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Mediavilla.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la senadora
Serrano.


La señora SERRANO MORALES: Gracias, señor presidente. Buenos días,
señor secretario general, señor Mediavilla, portavoz del Grupo Popular,
señor Moreno.


Señor Moreno, le damos la bienvenida a la Cámara Alta, a esta
Comisión de Nombramientos en la que mi grupo, el Grupo Parlamentario
Socialista, participa en el ejercicio de sus responsabilidades
institucionales para dar cumplimiento al procedimiento establecido en la
Ley 7/2017, de 29 de septiembre, en cuyo marco, como saben, le
corresponde al Senado la elección de cuatro miembros del Consejo de
Administración de la Corporación de Radiotelevisión Española. Y porque no
corresponde a esta comisión el análisis y la valoración de la gestión del
ente público, sino a la Comisión Mixta Congreso-Senado de Radiotelevisión
Española, y también por respeto a los comparecientes, a los participantes
en este concurso público, mi grupo participa en esta comisión con un
espíritu y una actitud absolutamente constructiva, siendo conscientes del
gran reto que tenemos por delante, que no es otro que poner fin a esta
etapa de provisionalidad e interinidad, que probablemente se ha alargado
más de lo que todos hubiéramos deseado.


Somos conscientes de que la Corporación de Radiotelevisión Española
necesita una nueva dirección, un nuevo consejo de administración, y esto
lo ha puesto de manifiesto mi grupo parlamentario en reiteradas
ocasiones. Como decía, tenemos por delante un gran reto, ilusionante, y
con este espíritu y finalidad participamos en la comisión, con la idea de
que el ente público pueda recuperar el liderazgo y el prestigio que
siempre ha tenido, y también, sin duda alguna, la utilidad social que
como servicio público le corresponde más allá de las propias
audiencias.


Queremos trasladar también el agradecimiento de mi grupo al equipo
saliente, en especial poner en valor el trabajo que ha desarrollado la
administradora provisional durante dos años y medio, Rosa María Mateo.
Gracias por su labor, su profesionalidad, su saber hacer incluso en
situaciones y en momentos francamente difíciles. Por supuesto, también
hacemos extensivo nuestro agradecimiento y reconocimiento a todos los
trabajadores y trabajadoras de Radiotelevisión Española por su esfuerzo,
profesionalidad y dedicación. Muchas gracias, señor Moreno, por estar
aquí esta mañana en el Senado. Escucharemos atentamente sus propuestas,
sus reflexiones y tomaremos buena nota de sus ideas y sus proyectos para
mejorar el futuro y la gestión de Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senadora Serrano.


Tiene usted la palabra, señor Moreno Castaño.


El señor MORENO CASTAÑO: Muchas gracias y buenos días.


Yo creo que las formas, en democracia como en la vida, son muy
importantes. Representan el respeto por el otro y el respeto por las
normas y su cumplimiento. En todo este proceso de elección del presidente
de Radiotelevisión Española considero que no se han respetado ni las
formas. El mejor ejemplo es lo que estamos haciendo hoy aquí ustedes y
yo, y ya se puede considerar, yo creo, que es una pérdida total de
tiempo, porque la decisión está tomada y comunicada.


Estamos hoy aquí para tapar el fracaso de un proceso que ya nació con
muchas contradicciones, se desarrolló de manera torpe y ha culminado
siendo una oportunidad perdida. Hemos llegado al mismo sitio que se
criticaba, a un consejo de reparto político. En estas circunstancias,
¿qué sentido tiene estar hoy aquí? Pues en mi caso, la verdad, es que no
pensaba venir. Me parecía que estas entrevistas puramente formales eran
ya lo que le faltaba al proceso. Finalmente estoy aquí, pero por una
cuestión de respeto a ustedes, a la institución, que para mí es muy
importante, que es donde reside la soberanía nacional, donde están los
representantes de los ciudadanos, y para demostrar que las formas son
respeto. Hoy aquí estoy porque me han invitado a ustedes, y no asistir
habría sido un desprecio. Pero ya que estoy aquí y me tienen que
escuchar, me gustaría darles mi punto de vista sobre algunas de las
cuestiones que me parecen fundamentales.


Los medios de comunicación son muy importantes en democracia. El voto
tiene que ser libre e informado si queremos una democracia sana. La
irrupción de internet y las redes sociales, lejos de ser el ideal de
libertad absoluta, son una manera de informarse que fomenta el
individualismo, el esfuerzo de la ideología propia y dificulta el
entendimiento entre personas que piensan distinto, además de alimentar
comportamientos cada día más radicales y agresivos en el uso del
lenguaje. En estas circunstancias, considero imprescindible, y ahora más
que nunca, la existencia de medios de comunicación públicos de confianza
y garantía para los ciudadanos, medios que sean punto de debate público
en el que se pueda hablar y escuchar en libertad, y lejos de controles
políticos. Una radiotelevisión pública politizada no permitiría generar
confianza y credibilidad. Los ciudadanos rechazan este planteamiento, y
el uso partidista que durante muchos años hemos sufrido es una de las
razones por las que la audiencia, los ciudadanos, nos han dado la
espalda, y no lo digo yo, lo dicen ustedes en la ley 2017 haciendo
referencia a que el mejor momento para Radiotelevisión Española fue el
año 2006, pero los hechos son los hechos. Ustedes ya han comunicado la
lista de los componentes del consejo y de la persona designada para ser
presidente, y no le han dado tregua, ya le están presionando por todos
los lados. Yo me pregunto: ¿por qué no confían ustedes en los ciudadanos?
¿Por qué no confían y dejan trabajar a los profesionales? Desde luego, a
corto plazo iba a ser más incómodo para ustedes, pero a largo plazo sería
mucho mejor para la democracia.


La democracia también son equilibrios, y los medios tienen que poder
ejercer su función de equilibrio frente al poder. Lo adecuado habría sido
un consejo de administración profesional que ayudase al presidente y que
el control se realizara aquí, en la casa de todos, en el Parlamento, y
repito, ¿por qué no confían en los ciudadanos?, ¿por qué no dejan
trabajar a los profesionales? Y ahora solo nos queda esperar que al nuevo
presidente sí le dejen trabajar, y esto es lo que considero hoy más
importante y el único mensaje de fondo que quiero trasladar, si es
posible. Que le dejen trabajar, porque se lo han puesto muy difícil, pero
si le dejan trabajar y le dan tiempo, igual tenemos una oportunidad de
futuro. Si le dan hecho su equipo y también es de reparto, la audiencia
no volverá y tendremos un nuevo fracaso.


Ustedes pertenecen a partidos políticos y estimulan a sus votantes
constantemente diciendo lo que hace uno muy bien, que los otros lo hacen
todo muy mal, y esto, evidentemente, es una forma muy simplista de
decirlo, pero es la realidad. Tensionan a la sociedad, y en ocasiones
este tensionamiento nos lleva a una espiral de palabras gruesas que
buscan el estímulo del voto incluso contra el adversario. Y la sociedad
en las redes sociales hace lo mismo. ¿A cuántos de ustedes les insultan
cada día por su ideología? Esto no es el camino, y espero que los líderes
de mi país en algún momento paren esto, porque es muy importante. Una
radiotelevisión pública de los ciudadanos, no de los políticos, es
imprescindible en una sociedad de la información donde no podemos aceptar
que la mentira o la agresividad sea lo habitual en nuestras vidas, y me
preguntarán ustedes: ¿y esto a qué viene? Pues les diré que la política
está utilizando las redes constantemente —lo estamos viendo—,
y bajo mi punto de vista lo que hace falta son más ruedas de prensa y más
preguntas de periodistas.


Para terminar, les diré que ya han desilusionado a mucha gente. La
plantilla está desmoralizada, y se lo han puesto por escrito hace unos
días aquí, y yo, modestamente, les animo a caminar por el acuerdo. Va a
ser un ejemplo, y pactar un nuevo mandato marco con objetivos ambiciosos
a largo plazo en la línea de que Radiotelevisión Española sea útil para
los ciudadanos, para que la audiencia confíe en nosotros para informarse,
y dejen trabajar al presidente y a los profesionales de Radiotelevisión
Española, una plantilla que a poco que nos dejen trabajar volverán a
estar ustedes orgullosos de nosotros, como ya lo hicimos en el
año 2006.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Moreno Castaño, por su exposición. Puede usted retirarse y le deseo
lo mejor en el futuro. Muchas gracias y buenos días.


— D. FRANCISCO JOSÉ MARÍN CRESPO.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Ruego llamen a
comparecer a don Francisco José Marín Crespo. (Pausa).


Buenos días, señor Marín Crespo, bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. En primer lugar, intervendrán los
representantes de los grupos parlamentarios y, posteriormente, le daré la
palabra para que haga usted su exposición, por un tiempo aproximado de
diez minutos.


Tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Popular, el senador
Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente.


Buenos días, señor Marín. En primer lugar, quiero agradecer su
comparecencia en esta comisión a fin de exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que venimos celebrando a lo
largo de la semana anterior y esta, finalizamos el procedimiento de
selección de los miembros del Consejo de Administración de
Radiotelevisión Española y ponemos punto y final también a esa
provisionalidad que se iniciaba en 2018 y que ha durado casi tres
años.


En el Grupo Popular creemos que hoy los protagonistas son ustedes,
los candidatos, y le pedimos que en la medida de lo posible nos dé, de
forma actualizada, unas pinceladas a ese proyecto que en su día presentó
para Radiotelevisión Española.


Simplemente, reiterarle nuestro agradecimiento por estar hoy aquí.
Muchas gracias.


Gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Gracias, señor
Mediavilla.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, presidente.


Buenos días, señor Marín, bienvenido a esta comisión. Radiotelevisión
Española vive un momento crucial y estamos culminando la fase final de
este concurso público para dotar al ente público de una nueva dirección,
de una nueva cúpula que la dirija ante momentos importantes, con retos y
desafíos por delante que requieren lo mejor de nosotros mismos. Por eso
nos parecen muy interesantes todas las comparecencias que se producen en
esta comisión y estamos encantados de recibir sus aportaciones, sus ideas
y sus proyectos con respecto a radiotelevisión pública española.


Gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Gracias, senador
Vázquez.


Tiene usted la palabra para hacer su exposición.


El señor MARÍN CRESPO: Para mí es un honor comparecer en el Senado,
por lo que quiero agradecerles que hoy nos hayan llamado a todos los que
participamos en su momento en el proceso de selección para ser miembros
del Consejo de Radiotelevisión Española. Comparezco aquí,
fundamentalmente, por el respeto que tengo a la institución, y quiero
agradecer a los dos grupos parlamentarios, el Partido Popular y el
Partido Socialista, que estén aquí presentes atendiendo a todos los
comparecientes.






También debo felicitarles por haber llegado al acuerdo
para formar el Consejo de Radiotelevisión Española, si bien creo que en
las elecciones les elegimos a ustedes para que resuelvan nuestros
problemas llegando a acuerdos. Les doy la enhorabuena y espero que esto
no sea un espejismo y continúen en la senda de llegar a acuerdos los
grupos parlamentarios para resolver los problemas de la ciudadanía, que
ahora mismo son muchos.


En cuanto a los grupos ausentes, entiendo que no han comparecido por
vergüenza; la verdad es que no entiendo por qué no han comparecido,
supongo que por vergüenza. Por otra parte, quiero decirles que estoy muy
sorprendido por cómo se ha producido el final de este proceso de
selección, final de este proceso de selección en el que ya conocemos los
cuatro miembros que va a elegir esta Cámara antes de que se produzcan
todas las comparecencias. Hasta la comparecencia en el Congreso de los
Diputados, sabiendo cómo funcionan estas cosas, estaba bastante contento
por cómo se había producido, pero esto último la verdad es que me ha
llamado la atención y entiendo que debe ser un homenaje a Luis García
Berlanga en el año del centenario de su nacimiento. Porque, claro, ya
sabemos que ustedes van a elegir al señor Ramón Colón, a Concepción
Carrascosa, a Consuelo Aparicio y a Roberto Lakidaín. Entonces, entiendo
que estas comparecencias son parte del procedimiento, pero el
procedimiento lo que pretende es salvaguardar las formas, y en este caso,
tengo que decirles, por una parte, enhorabuena por haber llegado al
acuerdo y, por otra, que a lo mejor ustedes lo tenían que haber
comunicado en otro momento y haber esperado a que todos comparecieran,
porque habría quedado estéticamente mucho mejor. Así hacemos un flaco
favor a este consejo de administración que se va a poner en marcha en
Televisión Española en breve.


Esto me lleva a hablar un poco sobre la composición del consejo de
administración que ustedes previsiblemente van a formar, salvo que
cambien de opinión, que también puede ser. A mí me ha llamado la
atención, sobre todo, que el consejo de administración esté formado por
personas que individualmente, desde luego, tienen unos currículums
estupendos y son merecedores del honor que supone formar parte del
consejo de administración. Eso por descontado. Mi crítica en este sentido
va un poco en relación con lo que ya avanzaba en la comparecencia del
Congreso de los Diputados. Si miro cuál es la composición de este consejo
de administración, veo que está formado por periodistas y docentes en
periodismo. Entonces, al final lo que pienso es que en lugar de tener un
consejo de administración que tiene que administrar, lo que nos vamos a
encontrar va a ser un consejo de redacción cuando lo que hay que elegir
es un consejo de administración.


He visto algunas comparecencias de algunos compañeros que se han
presentado, no todas, y he encontrado perfiles varios. Y a mí me llama la
atención que en un consejo de administración —lo digo por la parte
que me toca— no haya ningún economista, cuando los temas de
financiación y de optimización de recursos a ustedes les interesaban,
pero deciden formar este consejo de administración. Y, ojo, no digo que
no deba haber periodistas y docentes, pero tenían la oportunidad de
formar un consejo de administración que generara unas sinergias mucho más
positivas. Hay otro tema al que nos estamos enfrentando en Televisión
Española, que son los problemas con los recursos humanos; estamos
hablando de los problemas de interinidad, de motivación de las carreras
profesionales, de cómo se van a gestionar esas carreras profesionales. Y
en la composición del consejo de administración que ustedes han elegido o
van a elegir es cierto que hay gente que conoce muy bien la casa porque
han trabajado muchos años, pero a lo mejor echamos de menos un perfil más
encaminado a poder obtener acuerdos y gestionar estos recursos humanos,
no la gestión directa, pero si participar en la gestión política desde un
punto de vista un poco más técnico. Entonces, echo de menos todas estas
cuestiones.


En mi proyecto, que ustedes habrán tenido la oportunidad de leer, yo
hablaba de postulación como consejero independiente. En los consejos de
administración hay tres tipos de consejeros: los consejeros dominicales,
los consejeros ejecutivos y los consejeros independientes. Esto es lo que
recomiendan todos los textos sobre buen gobierno corporativo, y creo que
Radiotelevisión Española necesita esto del buen gobierno corporativo por
la trayectoria que llevamos, por lo que conocemos y por haberles
escuchado a ustedes en sus intervenciones. En este caso, está claro que
el consejero ejecutivo es el señor Pérez Tornero y, dado que ustedes le
van a elegir, entiendo que este es el proyecto que se debe gestionar
desde el consejo de administración. En cuanto a los consejeros
denominados dominicales, evidentemente el accionariado de Televisión
Española son ustedes y está claro que deben de ser personas con
determinadas sensibilidades, que ustedes las conocen mucho mejor que yo,
pero es cierto que en el resto de corporaciones está la figura del
consejero independiente. Y el consejero independiente tiene determinados
elementos, entre ellos, aportar un elemento técnico; en este caso,
dejando aparte el periodismo, en el resto de áreas de lo que significa
administrar una empresa, un ente como es Radiotelevisión Española, y no
los veo. El consejero independiente, sobre todo, aporta esto y un poco la
distancia desde un punto de vista exterior a la organización. Yo llevo
trabajando durante muchos años en medios de comunicación, en uno de los
medios más prestigiosos del mundo, aunque es cierto que mi experiencia en
el medio televisivo no la tengo, salvo por ser usuario, y tampoco tengo
ninguna relación con Televisión Española. Esto parece que pueden ser los
tintes necesarios para un consejero independiente que tiene un currículum
bastante más técnico, al margen de que perfectamente conozco, como ya he
dicho, cómo funcionan los medios de comunicación y las discusiones de las
personas, que son los protagonistas de los medios de comunicación, que
son los periodistas, porque al final son los que hacen el trabajo. Soy
perfectamente conocedor de ellas. Lo que pasa es que también hace falta,
desde mi punto de vista, una visión económica y la visión de la
Administración, porque al final Radiotelevisión Española tiene todos esos
problemas que conocemos, como el problema de encontrar una buena
financiación para llevar a buen término el mandato marco y otros
problemas que tienen que ver con los recursos humanos, con los recursos
infrautilizados y con la externalización. Mis antecesores han hablado
mucho sobre esto, incluso el señor Pérez Tornero en su intervención en el
Congreso de los Diputados planteó un proyecto muy interesante en el que
hablaba de una reestructuración empresarial. Si el consejo de
administración tiene que acometer una reestructuración empresarial, pues
a lo mejor debería contar, insisto, con algún otro tipo de perfil.


Por lo demás, creo que no tiene mucho más sentido que continúe
explicando mi proyecto sobre lo que es un consejero independiente y el
valor que creo que puede aportar a Televisión Española. Les agradezco, de
nuevo, haberme permitido comparecer en el Senado de mi país


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Marín Crespo, por su exposición. Le deseo lo mejor en el futuro y
puede retirarse.


Muchas gracias.


— D. IGNACIO BAZARRA RODRÍGUEZ.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Ruego llamen a
comparecer, por favor, al señor don Ignacio Bazarra Rodríguez.
(Pausa).


Buenos días, señor Bazarra, bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. En primer lugar, intervendrán los
representantes de los grupos parlamentarios y, posteriormente, le daré a
usted la palabra para que haga su exposición por un tiempo aproximado de
diez minutos.


Tiene la palabra entonces, en primer lugar, el representante del
Grupo Parlamentario Popular, el senador Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente.


Buenos días. En primer lugar, quiero agradecer al señor Bazarra su
comparecencia en esta comisión a fin de exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que venimos celebrando a lo
largo de la pasada semana y de esta, ponemos punto y final al
procedimiento de selección de los miembros del Consejo de Administración
de Radiotelevisión Española y finalizamos esa provisionalidad que se
iniciaba en el año 2018 y que se ha extendido durante un periodo de casi
tres años.


En el Grupo Popular creemos que hoy los protagonistas son los
candidatos y por eso le pedimos, si es posible, que en la medida en que
el tiempo lo permita realice unas pinceladas de proyecto que presentó en
su día actualizado. Simplemente, le reitero nuestro agradecimiento por
estar hoy aquí. Muchas gracias.


Gracias, presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Gracias, senador
Mediavilla.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señor presidente.


Señor Bazarra, buenos días y bienvenido a esta comisión. El Grupo
Socialista agradece su presencia aquí. Queremos conocer los pormenores de
su proyecto para el futuro de Radiotelevisión Española, una
radiotelevisión pública que es patrimonio de todos y, por lo tanto, es
interés de todos que su futuro sea halagüeño, de esperanza y que permita
recuperar posiciones en el tablero de la competencia audiovisual.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Gracias, señor
Vázquez.


Pues tiene usted la palabra, señor Bazarra.


El señor BAZARRA RODRÍGUEZ: Les invito, en primer lugar, a que
hagamos un ejercicio de imaginación. Imagínense que Inditex llevará tres
años sin consejo de administración, con importantes accionistas aliados
con la competencia para atacar a diario su reputación, con Pablo Isla
diciendo que se quiere ir y que está harto de todos y con el plan de
empresa caducado en 2017. Entre tanto, Mango, Primark y H&M
repartiéndose sus tiendas y clientes online, y, para colmo, en medio de
una pandemia global. Pues esto es lo que está pasando en Radiotelevisión
Española. La solución hace tres años parecía que era renovar por fin el
consejo, por fin. El proceso se inició en el verano de 2018 y culmina
ahora entre la perplejidad del comité de expertos de la opinión pública
de los noventa candidatos y de los competidores de Radiotelevisión
Española, que respiran aliviados ante el reparto de sillas, donde lo que
menos parece importar es el proyecto. La prensa tardó segundos en
identificar a cada nuevo consejero por su obediencia a Ferraz, Génova o
Sabin Etxea. No hacía falta ser un lince; concurso público, le
llamaban.


En esta intervención voy a hablar de dos o tres que no pude abordar
en el Congreso: manipulación, colaboración del sector público y futuro, y
aportaré humildemente alguna idea para mejorar el proceso. Llevamos
semanas escuchando mentiras sobre supuestas manos siniestras que
manipulan rótulos. Señorías, en Televisión Española se escriben cada día
cientos, si no miles, de rótulos. Llevo treinta años ejerciendo como
periodista y sé de lo que hablo. ¿Saben cuándo, en el periodismo,
cometemos más errores? Uno, cuando estamos sometidos a una presión que
nos nubla la mente. El estrés es el mayor enemigo, pero en el caso de
RTVE no está relacionado con la urgencia. Seguro que a ustedes les
molesta, cuando están delante del ordenador, que haya otras personas
detrás mirando cada frase que escriben. Pues bien, esas personas que nos
presionan y nos hacen cometer errores a los periodistas son ustedes, los
políticos, no todos, por supuesto, y sus ejércitos devotos. Dos, cuando
no somos dueños de nuestro trabajo. Es lo que ocurre cuando ese rótulo
impresentable lo escribe una empresa contratada, quién sabe con qué
fines, para sustituir a los profesionales de dentro. Ha pasado siempre en
las épocas más tristes de intervención en los medios públicos; las
informaciones sesgadas no las producen habitualmente los profesionales,
sino los comisarios colocados a dedo. Eso ha sido así durante cuarenta
años, salvo en un período que quiero destacar por lo que supuso de
respeto a la independencia, el Gobierno de Zapatero. Así que si quieren
una RTVE independiente y donde no haya espacio para la manipulación,
dejen, por favor, a sus profesionales trabajar en paz y confíen en ellos.
Son muy buenos y se toman su trabajo con vocación de servicio público.
Por eso, les crean redacciones paralelas, como se hizo sin rubor en
alguna etapa anterior y como se hace ahora con las cosas claras, muy
claras.


Alguien dirá que falta más personal, y no estoy de acuerdo, hace
falta descentralizar RTVE, formar y renovar su plantilla con perfiles más
acordes con las nuevas narrativas y un plan estratégico que la oriente
definitivamente hacia lo digital, no solo en sus contenidos sino en su
propia estructura. RTVE cuenta con 6000 trabajadores, 6000 trabajadores
que suponen más que Atresmedia, Mediaset y el Grupo Prisa juntos.
Talento, hay de sobra, se trata de organizarlo con más eficiencia bajo un
liderazgo fuerte e inspirador.


Tampoco se entiende que los medios públicos estatales y autonómicos
aún no trabajen conjuntamente. No se trata de que busquen sinergias,
porque mi experiencia es que estas no funcionan en el mundo de los
medios, lo vemos también en los grupos privados multimedia. No
planteemos, por tanto, la colaboración como un fin en sí mismo. Decía
Donoso Cortés que hay que unirse, pero no para estar juntos, sino para
hacer algo juntos. Es una asignatura pendiente entre RTVE, la Agencia EFE
y las televisiones autonómicas. Hay proyectos de futuro que deberían
convocarnos a todos, como esa gran plataforma audiovisual digital y de
alcance global que llevamos años esperando y donde las radiotelevisiones
públicas y EFE tienen un océano aún por explorar. Debemos redefinir qué
es servicio público audiovisual en una sociedad avanzada como la
española, donde el uso de los dispositivos móviles e internet es mayor al
de nuestro entorno. Estos días he escuchado a futuros consejeros de RTVE
decir que Radiotelevisión Española no tiene que competir. ¡Claro que
tiene que competir! Competir con las teles y radios privadas, competir
contra las fake news y la desinformación con las nuevas plataformas de
streaming, y luchar por cada punto de audiencia y cada nuevo usuario de
una app. Si trasladamos a los trabajadores y a las audiencias que
nosotros no tenemos como prioridad ser la número uno, apaga la tele y
vámonos.


Desde que salieron las teles privadas cada década se pierden de seis
a ocho puntos de audiencia en Televisión Española; a este ritmo, en 2030
la cuota de pantalla estará en torno al 2 %; irrelevantes. Hay que ir a
por las audiencias, buscarlas allí donde estén, extender nuestro modelo
de servicio público de calidad a todas las ventanas y formas de consumo.
Miren, yo creo que antes que ver la televisión es mucho más saludable
leer un libro, dar un paseo o jugar con los niños. Así que, cuando
miremos una pantalla, debe ser una experiencia que valga la pena porque
nos abra los ojos al mundo, alivie nuestra soledad, enriquezca nuestras
vidas o nos haga crecer. Para hacernos más tontos y tratarnos como
ganado, ya están otros. Dejemos de dirigirnos solo a las audiencias que
se sientan en el sofá a ver qué echan esta noche o qué sale en el dial,
recuperemos a las que buscan información y entretenimiento en otras
ventanas a las que hemos llegado tarde. Parece mentira, porque
Radiotelevisión fue pionera en desarrollo web y ahora va a la zaga de
otras plataformas. ¡Cuánto tiempo perdido!


En este concurso hemos hablado en exceso, creo, de Televisión
Española y no atendemos suficientemente a Radio Nacional. Quiero subrayar
su importancia para la cultura, así como la excelencia de sus espacios
informativos y de entretenimiento. El audio vive una edad de oro, pero
Radio Nacional necesita dar un paso de gigante hacia la nueva forma de
consumo de audio y de algo muy importante de lo que apenas se ha hablado
en este concurso: un plan de comunicación. Radiotelevisión Española
necesita mucha comunicación, invertir fuertemente en publicidad y
relaciones públicas, porque RTVE, señorías, siempre ha sido referente en
España y en Europa, y su valor como marca es incalculable. Sus
periodistas, realizadores, guionistas, productores, documentalistas,
músicos, decoradores, sonidistas e iluminadores son de los mejores del
mundo. Solo en el último año: premio Lilí Álvarez, premios Ondas, premios
APM, premios Rey de España, y no solo a presentadores o programas
consolidados, han encumbrado a lo que yo considero la joya de la corona
de Radiotelevisión Española, su laboratorio de nuevas narrativas
audiovisuales. Mil mujeres asesinadas ha sido premio Ondas, premio Rey de
España y premio Prix Europa. El laboratorio acaba de estrenar Parir, un
programa interactivo que creo que condensa todo lo que defiendo para una
RTVE de futuro. Véanlo: calidad, innovación, espejo de una España plural,
colaboración entre televisiones públicas, en este caso valenciana y
española, y coproducción con una cooperativa local especializada en
nuevos lenguajes audiovisuales. ¿Decadencia en RTVE? Si a Radiotelevisión
Española le facilitamos avanzar con independencia y con un proyecto
sólido, más allá de la frustrante composición de este consejo, atraerá
nuevas audiencias y podrá mostrar su músculo.


Me voy a detener en el proceso. El concurso, por los baremos
aplicados, creo que prima en exceso a los periodistas, en general, y a
los periodistas de RTVE en particular. No se trataba de elegir un comité
de empresa o de informativos paralelo, y hay momentos en que me ha
parecido que estábamos en ese escenario. La mayor parte de los candidatos
son de la propia RTVE. Eso muestra el elevado grado de compromiso en la
plantilla, pero de cara al futuro, con todos los respetos, creo que es un
error que la mayor parte de los componentes del consejo sean periodistas
o experiodistas de RTVE. También me parece un error que se paralizara el
concurso tanto tiempo, por los recursos de los candidatos, para conseguir
un punto más arriba o abajo en la tabla. Yo renuncié a recurrir, a pesar
de que la calificación de mi candidatura la consideró injusta; si lo
hubiéramos hecho todos, anteponiendo el interés de RTVE a los intereses
personales, Alicia Gómez Montano, quien sin duda era la mejor, hubiera
sido presidenta hace tres años. No todo es culpa de los políticos. Va a
ser un consejo, como digo, formado por periodistas, hablamos de una
empresa que es más que una redacción y que gestiona 1000 millones de
euros anuales. No veo representada en el consejo la producción
audiovisual, la tecnología o el cine. Tampoco hay perfiles clave en un
consejo de administración moderno: consejeros formados en recursos
humanos, protección de datos, compliance o financiación.


Otras carencias del proceso: es un consejo no remunerado y con tantas
incompatibilidades, lógicas, que hacen inviable que se presenten personas
con experiencia empresarial e internacional en activo, que tendrían que
renunciar a su trabajo para convertirse en miembros sin sueldo del
consejo. Se daban diez días a los candidatos para que presentáramos
nuestro proyecto y se evaluaba esa propuesta por el comité de expertos,
para nuestra sorpresa, como si fuera un TFG. No he participado nunca en
un proceso de selección de alto nivel sin entrevista personal y sin una
valoración exhaustiva por parte de expertos. En dos años y medio nadie me
ha llamado. Aquí piden un TFG donde los examinadores se permiten anotar
chascarrillos, como aquel comentario sobre la Wikipedia para burlarse de
una gran profesional. Es algo que ha de revisarse. Si no, se convertirá
en una competición de TFG, hechos a saber con qué ayuda externa, y se
desincentivará que acudan al concurso profesionales de prestigio de fuera
de Radiotelevisión Española.


Y ya voy concluyendo, si me permiten. Señorías, este proceso nació
con buena intención, pero ha terminado repitiendo los vicios que
pretendía conjurar. Las Cortes van a ratificar un consejo forzando las
reglas de juego. El consejo no es paritario. El consejo es, siento
decirlo, poco heterogéneo, con una media de edad de 63 años. El consejo,
con honrosas excepciones, como su futuro presidente, se ha poblado de
perfiles polarizados, tan alejados del equilibrio y la prudencia
aconsejables en Radiotelevisión Española. Nadie entiende en este país que
tras cuarenta años de democracia no se hayan habilitado mecanismos para
garantizar la independencia de los medios públicos. Los únicos garantes
en RTVE o en la Agencia EFE han sido sus propios trabajadores, y,
lamentablemente, así va a seguir siendo. El mandato de la Ley
de 2017 preveía la elección de un nuevo consejo mediante concurso público
para —decía expresamente el título de la ley— recuperar la
independencia de la corporación. Cuatro años después y tras tanta
provisionalidad, el concurso termina en un ambiente de frustración. Hace
tiempo que no vemos ideas en los partidos sobre los medios públicos, más
allá de generalidades o el trazo grueso de que hay que liquidarlos. Si no
tienen en la agenda a Radiotelevisión Española más que para utilizarla
como arma arrojadiza, al menos, escúchennos, lean los proyectos
presentados y su defensa en las Cortes, pregunten a los trabajadores de
Radiotelevisión Española y, sobre todo, respeten aquello a lo que se
comprometieron: elegir a los mejores sin atender a la militancia. Los
señores que tejieron este consejo en los despachos, despreciando al
Parlamento y al comité de expertos, son como aquel triste inspector de la
canción de Aute, que en la puerta nos pedía los carnés en lugar del
currículum. La sociedad española lleva meses implorándoles, en medio de
la tragedia que estamos viviendo, que dialoguen, que busquen puntos de
encuentro, dadas las penalidades que sufren millones y millones de
españoles, pero su respuesta es bloqueo, menosprecio e intento de
destrucción del contrario, y oportunismo. Su respuesta ha sido Murcia, ha
sido Madrid, ha sido un macabro juego de tronos en medio de 92 000
muertos, un intercambio de cromos, pero no de ideas de futuro en
Radiotelevisión Española. Lo siguiente en la agenda es la composición del
Poder Judicial y el Constitucional. Por favor, no repitan el error de
Radiotelevisión Española y eleven el discurso y la mirada. La política
debe aspirar a ser como la ciudad ideal soñada por Vitruvio, algo bello,
firme y útil.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Bazarra, por su exposición. Puede retirarse, y le deseo lo mejor en
el futuro.


Suspendemos la sesión unos minutos.


Eran las doce horas.


Se reanuda la sesión a las doce horas y diez minutos.


— D. SANTIAGO LÓPEZ LEGARDA.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Se reanuda la
sesión.


Ruego llamen a comparecer al señor don Santiago López Legarda.
(Pausa).


Buenos días, señor López Legarda. Sea bienvenido a esta Comisión de
Nombramientos del Senado. En primer lugar, van a intervenir los
representantes de los grupos parlamentarios y, a continuación, le daré a
usted la palabra para que haga su exposición, por un tiempo aproximado
de 10 minutos.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador
Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente. Buenos días, señor
López Legarda. Quiero agradecerle su comparecencia en esta comisión para
exponer su proyecto para Radiotelevisión Española.


Con las sesiones que hemos venido celebrando en esta Cámara a lo
largo de la semana pasada y lo que llevamos de esta, finalizaremos ese
procedimiento de selección de los miembros del Consejo de Administración
de Radiotelevisión Española, y finalizaremos también esa provisionalidad
que se inició en 2018, casi tres años después.


El Grupo Popular cree que los protagonistas son hoy ustedes, los
candidatos, y le pedimos, si es posible, que en la medida del tiempo de
que disponemos, actualice en unas pinceladas el proyecto que presentó
para Radiotelevisión Española.


Simplemente quiero reiterarle nuestro agradecimiento por su
comparecencia en esta Cámara.


Muchas gracias


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Mediavilla.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señor presidente.


Señor Legarda, bienvenido a esta comisión. Esta Cámara en general y
mi grupo, el Socialista, en particular, queremos conocer las distintas
visiones que tienen las personas que han participado en el concurso
público para elegir a la nueva dirección de la radiotelevisión pública en
España. Para nosotros es muy importante, el momento que vive RTVE, sus
retos, sus desafíos, y por eso vamos a escuchar con detenimiento y con
interés sus aportaciones.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Vázquez.


Tiene usted la palabra, señor López Legarda, para hacer su
exposición.


El señor LÓPEZ LEGARDA: Buenos días.


Estoy quizá un poco sorprendido y también un poco nervioso, si
ustedes me permiten que se lo diga, porque salió en la prensa que el
asunto estaba cerrado, que los nombres estaban elegidos y solo faltaba
que eligieran a las personas que se iban a votar en el Senado. Ya se
votaron los seis candidatos del Congreso. Por eso, me sorprendió un poco
la llamada que me hicieron hace unos días para que repitiese el proceso
que habíamos hecho en el Congreso. Me sorprendió, pero en todo caso, se
lo agradezco porque siempre es interesante intercambiar opiniones.


Cuando me llamaron me dijeron que los portavoces de los grupos me
harían una serie de preguntas o que habría una exposición y luego habría
unas preguntas, pero veo que ustedes, hasta este instante, no me han
preguntado nada.


Lo que dije en el Congreso es que nosotros venimos de una tradición
que es cierta y que está asentada en la opinión pública española, y lo
que dice esa tradición es que Radiotelevisión Española es un instrumento
al servicio del Gobierno de turno; esto es lo que dice esa tradición. En
este sentido, yo intenté explicar en el Congreso, y se lo repito a
ustedes, que esa tradición tiene que terminarse y crearse una nueva
tradición, pero lo que ha llegado a la opinión pública, después de lo que
ha ocurrido en el Congreso, es que de nuevo las personas que han sido
elegidas no solo responden a la confianza de los diferentes grupos
políticos, sino que son personas que, en su trayectoria profesional, en
su trayectoria anterior, han demostrado estar al servicio del grupo
político con el cual escalaron posiciones dentro de Radiotelevisión
Española, cuando ese grupo político estaba en el poder. Yo no voy a decir
nombres, pero esa es la realidad.


Ahora bien, a mí se me ocurre, aunque la comparación quizá sea un
poco exagerada, que las personas que van a ser elegidas para el consejo,
podrían establecer o al menos sentar las bases para esa nueva tradición
en la que Radiotelevisión —dentro de la modestia con la que creo
que tenemos que ver a Radiotelevisión en el día de hoy—, esté
marcada por la independencia frente a los poderes, que no son solo los
poderes políticos sino los poderes empresariales, los poderes sindicales,
etcétera, y marcada, en definitiva, por el cumplimiento a rajatabla del
mandato establecido y que la Ley de Radiotelevisión Española otorga o da
a los miembros del consejo de administración. Esos miembros del consejo
de administración tienen ahora una responsabilidad personal, una
responsabilidad ética y una responsabilidad moral porque van a ser
elegidos para un mandato de 6 años. Son inamovibles, no están sujetos a
mandato imperativo y no tienen la obligación de responder a los intereses
del grupo que les ha nombrado, independientemente de que ese grupo les
haya propuesto porque les considere personas de su confianza. Por lo
tanto, si esas 10 personas quisieran, podrían empezar a sentar las bases
de esa nueva tradición que le diga a la opinión pública española que
Radiotelevisión está al servicio de todos los ciudadanos, mande quien
mande o habite quien habite el palacio de La Moncloa. Vamos a ver si esto
sucede o no sucede.


Según les estoy hablando a ustedes, se me ocurre comparar esta
situación con el mandato que se hace al Tribunal Supremo de los Estados
Unidos. Ustedes saben que los padres de la Constitución americana, como
forma de garantizar que los jueces no podrían ser presionados por los
poderes políticos, establecieron que los jueces, una vez nombrados
miembros del Tribunal Supremo, eran vitalicios y, por lo tanto,
independientes.


Ahora se está eligiendo a 10 personas que no son vitalicias —y
a mí me parece bien—, pero sí tienen un mandato para seis años, que
además les da la oportunidad de actuar de un modo independiente, con
arreglo a su mejor saber y entender, a su propia conciencia y olvidándose
de quién les ha propuesto. Si no se olvidan de quién les ha propuesto y
tratan de hacer una gestión que responda o que le guste al grupo que les
ha propuesto, entonces el Consejo de Radiotelevisión Española será como
un parlamento miniatura, con una mayoría presidida por el señor Pérez
Tornero —que creo que va a ser el presidente— y una minoría
que se opondrá, en nombre de todo lo que dice la ley, pero sin apoyar
siquiera aquellas cosas que el señor Pérez Tornero, por ejemplo, pueda
proponer y que sean razonables, y al mismo tiempo, también por la
mayoría, se rechazarán las propuestas que pueda hacer la minoría. Desde
mi punto de vista, esa es la clave, es el punto esencial.


Yo indiqué en mi proyecto que la independencia era la clave de bóveda
de lo que tenemos que hacer con Radiotelevisión Española. Si no hay
independencia no hay credibilidad, y si no hay credibilidad, todo lo
demás nos sobra.


Entre los puntos concretos que defendí estaba mantener la plantilla
actual, mantener el esquema actual de financiación y oponernos en la
medida de lo posible a las contrataciones externas. Por ejemplo, no me ha
parecido bien que durante el mandato que se acaba de terminar de la
administradora única, se haya recurrido al nombramiento de un periodista
de fuera de Radiotelevisión Española como jefe de informativos. Esto no
me parece bien.


Yo proponía también mantener todos los canales actuales, cada uno con
la especialización que tiene, tanto en televisión como en Radio Nacional.
Además, proponía un proyecto de carrera profesional dentro de la
televisión porque, dentro de la tradición de la que les hablaba, lo que
ha sucedido es que la gente entra en Radiotelevisión Española o bien por
oposición o bien mediante contratos temporales, que luego se van
renovando, hasta que llega un punto en el que el afectado va a los
tribunales, gana y se queda con la plaza. Esas han sido las dos vías de
entrada: o tribunales o bien oposiciones. Por ejemplo, yo entré de
redactor en el año 1985, pero una vez dentro cualquier posible progreso
dentro de la estructura empresarial de la empresa es a dedo. Yo no niego
los méritos de las personas que han sido nombradas a dedo —por
ejemplo, el periodista del que les hablaba y que fue nombrado jefe de
informativos viniendo de fuera de la casa posiblemente sea un grandísimo
periodista—, pero dentro de Radiotelevisión hay grandísimos
periodistas también. No hace falta buscarlo fuera. Tampoco niego la
extraordinaria carrera profesional y los extraordinarios méritos de las
personas nombradas a dedo, pero lo cierto es que han alcanzado los
puestos de responsabilidad que han alcanzado por el dedo, no por sus
méritos y sin concursar con otras personas que podían alegar méritos
similares. Por lo tanto, digamos que habría que establecer un proyecto de
carrera profesional que permitiese que la gente, los trabajadores,
pudieran promocionar, sin necesidad de tener que ser siempre nombrados
por sus simpatías políticas. Por supuesto, estoy hablando de los cargos
importantes. Por ejemplo, yo fui responsable de la información
parlamentaria, pero si me permiten ustedes hablar en términos fabriles,
pues ese puesto no tenía ni siquiera la categoría de capataz. Alguien que
coordina las crónicas que hay que hacer en el Senado o en el Congreso no
llega ni a la categoría de capataz. Por supuesto, repito, estoy hablando
de los cargos importantes, de los puestos directivos.


Tampoco estoy de acuerdo, obviamente, con algo que dijo días atrás
una de las personas que han sido elegidas para el consejo, en el sentido
de que personas que antes han desempeñado cargos muy importantes tienen
que ser tratadas dignamente y ya no pueden ser condenadas a ir a una
rueda de prensa, como si eso fuese un desdoro o una indignidad. Yo creo
que los cargos directivos tienen que tener un mandato, una duración y, si
son redactores, cuando termina su mandato han de volver a supuesto de
redactor, no tienen por qué ser jefecillo —como decimos nosotros
internamente— toda la vida. No pasa nada por terminar un mandato y
volver a tu profesión o a tu categoría profesional. Por eso, era
importante para mí establecer ese proyecto de carrera profesional, que yo
veo que faltaba.


Dentro de este asunto de la carrera profesional y las plantillas,
proponía ir convocando plazas para mantener la plantilla en su nivel
actual porque ahora no se convocan las plazas que quedan libres y nos
encontramos con el problema, por ejemplo, de que la gente pasa unos
cuantos años con contratos temporales, que se van renovando, hasta que
van a los tribunales y ganan la plaza sin haber pasado por lo que debería
ser la vía normal: la oposición.


Dentro de mi proyecto había un punto que en el Congreso llamó mucho
la atención y que yo quiero explicarles a ustedes también. Yo puse un
apartado que se titulaba ¡Hablemos español, leches! Esto llamó mucho la
atención, pero es que quería rendir un homenaje a dos figuras señeras de
la radio y la televisión. Una de ellas era José María Íñigo, que ya
murió, y la otra es Pepa Fernández, que actualmente dirige el programa de
la mañana en Radio Nacional. Ellos, cuando hacían el programa de fin de
semana, tenían un apartado que se titulaba precisamente así: ¡Hablemos
español, leches! Y cuando digo español me refiero también al catalán, el
euskera o el gallego, pero no hablemos inglés. No digamos en inglés a
nuestros oyentes todo aquello que les podemos contar en español, en
gallego o en catalán —cuando se trate de un programa
regional—. Desde mi punto de vista, eso entra dentro del mandato
que la ley hace a Radiotelevisión Española, de defender la cultura y el
patrimonio cultural. Cada vez que en una crónica se mete un término en
inglés, para mí es una agresión a nuestro idioma. Pérez Tornero, que es
el que va a ser presidente, ha dicho en sus declaraciones que para él la
televisión tiene que ser educativa y cultural en todos sus aspectos.
Bueno, pues yo espero que siga esa filosofía, porque además creo que es
licenciado en Filología Hispánica y además catedrático de la Universidad
de Barcelona.


Creo que hay que mirar con modestia todo lo relacionado con
Radiotelevisión Española porque, no nos engañemos, hoy Radiotelevisión
Española no es lo que era a finales de los años ochenta, cuando se aprobó
la Ley de televisiones privadas.


Cuando yo redacté mi proyecto, creo que la cuota de pantalla total
que tenían todos los canales de Televisión Española era de un 17 % y hoy
creo que está en torno al 13 o 14 %. Es decir, que además de que ya no
somos lo que éramos, da la impresión de que vamos un poco hacia la baja.
Sin embargo, a pesar de que no podamos ya tener la influencia que hemos
tenido, a mí me parece esencial que demos esa batalla en defensa de
nuestro propio idioma. En este sentido, hay ejemplos que a mí me hacen
daño al oído, y les pondré algunos ejemplos. Imagínense que estamos en
una final de copa y la policía junta a los seguidores de cada equipo en
un sitio para tenerlos controlados, y entonces entra el cronista y dice:
La policía ha concentrado a los seguidores de tal equipo en la fan zone.
La primera vez que yo oí la expresión fan zone —supongo que ustedes
saben que me refiero a la zona donde están los seguidores—, me
pregunté, ¿pero cómo es posible que se nos cuelen estas agresiones al
idioma? ¿Cómo es posible? Creo que hay que hacer un esfuerzo en ese
sentido e incluso llamar la atención cuando alguien diga que Renfe va a
hacer una campaña de billetes low cost. ¿Por qué low cost? Esto es
tremendo. A veces, en los artículos que escribo me gusta hacer citas
evangélicas, y hay una cita evangélica que dice: ¿de qué le sirve al
hombre ganar todas las riquezas de este mundo si pierde su alma? En este
sentido, yo les preguntaría a ustedes y también a mis compañeros en el
consejo de qué nos sirve tener la mejor estructura empresarial, la mejor
financiación y la tecnología más avanzada si al final a nuestros oyentes
acabamos diciéndoles que la policía ha juntado a los seguidores en la fan
zone, o acabamos diciéndoles que hay una gente en Madrid que son riders.
¿De qué nos sirve eso? Por tanto, o cumplimos esa misión que la ley nos
otorga de defender nuestro patrimonio cultural, y la clave o la columna
central de nuestro patrimonio es el idioma, o no estaremos cumpliendo con
nuestro deber.


Estos eran los puntos que yo destacaba en mi proyecto.


Reconozco también que otros proyectos que se han presentado y que yo
no conocía —los he conocido un poco mejor cuando se ha hecho el
proceso—, posiblemente sean mejores que el mío desde el punto de
vista de su detalle, y creo que los currículum que se han elegido, desde
el punto de vista de méritos, posiblemente no me cabe la menor duda de
que también son mejores que el mío. Yo hice un proyecto de líneas
generales, partiendo de la base de que creo que para proponer cosas muy
concretas habría que estar dentro de la gestión durante un tiempo, porque
me parecía muy atrevido proponer cambios, sin conocer a fondo cómo
funciona la estructura interior. Por ello, mi planteamiento se centraba
en que era preferible dejar que lo que funciona más o menos bien siga
funcionando e introducir los cambios cuando ya se tenga la seguridad de
que esos cambios van a ser para mejor, y no para peor. En cualquier caso,
un cambio concreto que sí que defendía era adelantar la hora del
telediario de la noche. Es una cosa puramente simbólica, pero creo que
podría servir para marcar un antes y un después en favor de esa nueva
tradición de independencia de la que les hablaba al principio. Por otra
parte, ustedes saben que en las sociedades europeas y en nuestra sociedad
estamos inmersos en un debate sobre la racionalización de horarios,
porque en España tenemos unos horarios que todo el mundo coincide en que
son poco racionales y que difícilmente permiten la conciliación de la
vida laboral y familiar. No es razonable que los programas especiales de
la noche, del horario principal, terminen a las 12 o la 1 de la
madrugada. Por ello, si estuviera en condiciones de proponérselo al
consejo, sugeriría estudiar un adelanto de media hora del telediario de
la noche, en ese intento de contribuir a una racionalización de nuestros
horarios.


Eso es todo lo que puedo decirles de momento.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor López Legarda. Muchas gracias por su exposición.


Puede usted retirarse y le deseo lo mejor.


Se suspende la sesión.


Eran las doce horas y treinta minutos.


Se reanuda la sesión a las doce horas y cuarenta minutos.


— D. DANIEL DOMENJÓ ROQUÉ.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Se reanuda la
sesión.


Por favor, llamen a comparecer al señor don Daniel Domenjó Roqué.
(Pausa).


Buenos días, señor Domenjó. Bienvenido a la Comisión de Nombramientos
del Senado. En primer lugar, van a intervenir los representantes de los
grupos parlamentarios, y luego le daré a usted la palabra para que haga
su exposición por un tiempo aproximado de diez minutos.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador
Mediavilla, del Grupo Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidente.


Buenos días, señor Domenjó. Quiero empezar mi intervención
agradeciendo su comparecencia en esta comisión, para exponer su proyecto
para Radiotelevisión Española.


Con las sesiones que se han venido celebrando a lo largo de la semana
anterior y de esta, ponemos punto final a un proceso de selección de los
miembros del consejo de administración, y finalizamos esa provisionalidad
que se inició en 2018.


En el Grupo Popular consideramos que hoy los protagonistas son
ustedes y le pedimos, en la medida en que sea posible, que dé unas
pinceladas al proyecto que en su día presentó para Radiotelevisión
Española actualizado a la fecha de hoy.


Le reitero nuestro agradecimiento por estar aquí.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Mediavilla.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador
Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ:






Gracias, señor presidente.


Buenas tardes, señor Domenjó, y bienvenido a esta comisión. El Grupo
Socialista está muy interesado en las diferentes aportaciones que se
están produciendo en esta ronda de comparecencias.


Entendemos que Radiotelevisión Española vive un momento decisivo, en
el que hay que encarar retos y desafíos importantes de futuro y, por lo
tanto, todas las aportaciones que se vienen realizando en esta comisión
son bienvenidas y, lógicamente, tomaremos buena nota de aquellas que haga
usted.


Muchas gracias.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
senador Vázquez.


Tiene usted la palabra, señor Domenjó.


El señor DOMENJÓ ROQUÉ: ¿Les puedo hacer llegar cuatro copias de un
informe?


Señorías, gracias por su tiempo y por su dedicación al
concurso.


Voy a intentar responder las preguntas que acaba de formular el
representante del Partido Popular.


Quiero empezar mi intervención agradeciendo la oportunidad de aportar
mi visión en relación con este proyecto, en esta Cámara, en el Senado,
desde mi experiencia profesional y personal. Sin duda se trata del mayor
reto empresarial y comunicativo que afronta el sector público en este
país: la adaptación, la transformación a los tiempos actuales del mayor
altavoz que tiene hoy en día España, la corporación pública RTVE, a pesar
de ser plenamente consciente de que este concurso ya está muy avanzado y
con los nombres de los nuevos consejeros quizá prácticamente decididos.
En cualquier caso, considero que es un ejercicio de responsabilidad
democrática hacer esta defensa pública de un proyecto pensado para
RTVE.


Empiezo con la conversión tecnológica y el modelo digital, porque
como saben, la tecnología nos ha traído tantos cambios que hay que
adaptar la corporación para poder ser competitivos. No se trata solo de
tecnología, sino de una nueva forma de gestión. Por lo tanto, la
transformación digital hoy en día en la nueva corporación es más un reto
de gestión y de diseño organizativo, por lo que propongo precisamente
enfocarlo para que esto sea una nueva ventaja competitiva. El camino
digital en Radiotelevisión Española pasa por consolidar un modelo de
crecimiento, pasa por consolidar en paralelo un modelo de rentabilidad,
por poner el foco en los nuevos procesos y en poder aunar en sus
contenidos cuatro conceptos que para mí son básicos que he dejado
reflejados en el proyecto: tecnología, talento, cultura y liderazgo;
evidentemente sin olvidar lo que es la gran tarea: el servicio público.
Hablo de consolidar en RTVE un círculo continuo de aprendizaje, de
construcción de medición de una nueva cultura de explotación digital que
incorpore también la creación de un departamento propio de big data, de
inteligencia artificial, interconectado, eso sí, con programación, con
dirección, con los servicios informativos, con los servicios de
audiencias de Radiotelevisión Española y también de una mayor eficiencia
en la gestión para conectar precisamente las audiencias, algo
imprescindible en pleno siglo XXI. Si se hace esto, considero que se
allana el camino para ser referencia en los contenidos. Netflix, Amazon,
la BBC, la RAI, todas estas ya disponen en su propia estructura de un
departamento propio de big data y Radiotelevisión Española debería
sumarse y beneficiarse, por lo tanto, de esta herramienta.


Estoy prácticamente seguro que el nuevo modelo planteará problemas de
organización, es normal, es lógico, pero el presente y el futuro son
digitales y, por lo tanto, la misión de la nueva corporación como
estratega de contenidos de servicio público, debe tener presente que el
usuario decide cómo, cuándo y dónde ve exactamente esos contenidos. Pongo
como referencia de una manera muy breve una cadena pública, una
corporación pública, como es YLE, en Finlandia, formada hoy en día por
más de 6000 personas, y que a lo largo de los últimos ocho años ha
entrado a desarrollar en estructura un nuevo departamento de big data, y
en digitalizar muchos mecanismos de producción, de elaboración y de
desarrollo de contenidos, hasta incluso de monetización y de emisión. Ha
llevado tiempo, pero se ha conseguido y si YLE es hoy en día una
referencia mundial en cuanto a contenidos de servicio público, de una
corporación pública —en este caso, nórdica—, para todo el
mundo, ¿por qué no puede aspirar a serlo también Radiotelevisión
Española?


Hago aquí una mención muy breve en el sentido de que esta conversión
se traduce en un modelo, en una Radiotelevisión Española evidentemente
social, en la que los ciudadanos se puedan mirar, se puedan reconocer, y
en una televisión que cree de alguna manera una identidad propia, en
paralelo. En este punto quiero hacer una mención muy breve a los
servicios informativos de Radiotelevisión Española. Yo trabajé
personalmente allí unos cuantos años, tanto en Prado del Rey como en
Torrespaña o en Sant Cugat, en Televisión Española en Cataluña, conozco
su situación, sé lo que se sufre trabajando en informativos y lo que
cuesta ser referencia con rigor. Ellos han sido líderes, continúan siendo
líderes y deben seguir siendo líderes, eso sí, con el apoyo y la
cobertura del big data.


Haré una mención rápida también al modelo de gobernanza. He estado
siguiendo estos días, también en el Congreso, muchas de las
comparecencias que se han producido en este marco y confieso que he
sentido una sensación que definiría como ambivalente. Evidentemente, he
visto grandes nombres de la comunicación, de la empresa y de la
universidad pasar por estas sedes con discursos y con proyectos
comunicativos realmente interesantes, y eso me congratula de alguna
manera también por la ilusión que ha despertado este concurso en cuanto a
la participación. Sin embargo, también he constatado que la mayoría de
los perfiles presentados son, en general, profesionales con una
larguísima y respetada trayectoria, pero también muchos de ellos en un
tramo avanzado de su carrera profesional, y lo digo con todo el respeto,
con toda la humildad y con toda la admiración hacia sus carreras y hacia
esos perfiles profesionales. Sin embargo, también desde la humildad,
reivindicó la participación en los órganos de decisión de otras
generaciones, que exista ese contraste generacional que al final podrá
enriquecer precisamente la nueva corporación. Es una reivindicación
constructiva, es positiva, pero parte de una premisa que también comparto
con total honestidad, y es que considero que el nuevo consejo y su
estructura deberían de tener un contraste generacional que reflejara el
panorama audiovisual actual y, sobre todo, que afrontará también con
garantías los retos de futuro dentro de unos años. La edad media de los
trabajadores del ente de Radiotelevisión Española es hoy en día, si no me
equivoco, de 54 años, por debajo de la media de los comparecientes en
este concurso público, que sin embargo en su mayoría han reclamado
precisamente rejuvenecer la plantilla de Radiotelevisión Española.
¿Queremos una plantilla joven y un consejo en una franja de edad que esté
a las antípodas? Si es así, y es una humilde opinión, la polarización
puede estar servida, al menos generacionalmente. Por lo tanto,
transversalidad y enriquecimiento intergeneracional son para mí el camino
para una gobernanza rigurosa, pero al mismo tiempo desacomplejada, acorde
a los mecanismos de la comunicación del siglo XXI. Solo así se podrá
encarar con garantías un presente que yo considero que es, gane quien
gane el concurso y presida quien presida, realmente estimulante para este
sector, y más para Radiotelevisión Española.


No es esta una época de cambios, sino que estamos en un cambio de
época en el audiovisual, y, para ello, también añado como activo el
cerrar cuanto antes el nuevo contrato-marco con garantías, y, como se ha
hecho en otras corporaciones públicas audiovisuales —como, por
ejemplo, la francesa—, una encuesta ciudadana para saber
exactamente qué pretende, qué espera la ciudadanía de Radiotelevisión
Española.


Dicho esto, dada mi experiencia como periodista, como director, como
productor o como presentador en cuatro corporaciones públicas españolas
diferentes, incluida Radiotelevisión Española, así como tantos otros
puestos en cadenas privadas y dada también mi posición actual como
ejecutivo de una productora, quiero poner de relieve —a pesar de
saber que, desgraciadamente, los méritos curriculares de los últimos dos
años no se suman a la puntuación de los participantes en este
concurso—, lo que hemos podido lograr, gracias sobre todo al
trabajo del equipo de la productora que tengo el honor hoy en día de
dirigir, y claro está, evidentemente, a la oportunidad que nos brindó ya
hace un año y pico Radiotelevisión Española. Digo esto para realzar
exactamente lo que se puede lograr en ese caso cuando se produce de una
manera competitiva, con presupuestos ajustados, pero, sobre todo, con los
contenidos acertados. Les acabo de pasar un breve informe sobre
audiencias, son datos públicos que reflejan lo que ha sido probablemente
el mayor estreno de los últimos tiempos en cuanto a programación diaria
en La 1 de Televisión Española. Hemos conseguido en un año de emisión
justo, y con un concurso, con una base sólida cultural, mejorar en
un 30 % los resultados de una franja tan complicada como la de la tarde,
y la de la tarde diaria además. Así, se ha pasado de más de un 6 % a
estar por encima del 9 %, con 2,2 millones de contactos digitales cada
día y con más de un millón de espectadores diarios en directo. En fin, se
ha recuperado para Televisión Española un target joven, un público joven
que cuesta muchísimo recuperar incluso a las cadenas que son más
puramente comerciales. Esta es una clarísima demostración de que a veces,
si se acierta en los contenidos, en el modelo de producción y en el
target que se va a buscar, la audiencia de Radiotelevisión Española
también se puede ver beneficiada de una manera notable, como lo demuestra
el caso de El cazador.


Quiero resaltar también, dada mi experiencia en los centros de
producción de Prado del Rey y de Sant Cugat, la posibilidad de generar
implementación en el territorio español de otros centros de producción,
más allá de los existentes hoy en día en Madrid, en Barcelona o en
Canarias. Evidentemente, eso consta también en mi proyecto.


En el mercado internacional, en el mercado anglosajón sobre todo, hay
hoy en día un término que está en auge, que es glocal y que es una fusión
entre lo local y lo global. Las buenas historias locales tienen éxito
global cuando son innovadoras y evidentemente están bien desarrolladas
desde el principio. Pues bien, Radiotelevisión Española puede explotar
con éxito y con solvencia sus múltiples ventanas analógicas y digitales,
y puede y debe intentar crear más IP, más propiedad intelectual, de la
que está creando en la actualidad, y para eso, es una muy buena
alternativa extender la capacidad de producción más allá de los centros
actuales hoy en día. Por lo tanto, crear más centros en otros puntos de
España facilitaría este propósito y multiplicaría también el potencial
del ente en la distribución de contenidos propios, generando así más
recursos, y, evidentemente, también muchos más ingresos.


Permítanme que les diga que me apena haber escuchado repetidamente en
esta Cámara, y en el Congreso también, la necesidad de aumentar la
inversión en Radiotelevisión Española y no la posibilidad que existe
también de generar más recursos a través del desarrollo de la IP
—propiedad intelectual— propia o en colaboración con
terceros. Y ¿cómo conseguimos esto? Motivando, seduciendo y convenciendo
a los 6400 profesionales que también reclaman ser parte informada,
consultada y activa de las principales estrategias de presente y de
futuro que tomen la nueva dirección, el nuevo consejo y la nueva
Presidencia. Desde mi punto de vista, el proyecto debe ser compartido con
los 6400 trabajadores o no será, no existirá. No habrá futuro para RTVE
si no se sabe motivar e interactuar con los trabajadores de la
corporación. No es tarea fácil, pero es misión obligada.


Sé que la palabra externalización despierta polémica y diversidad de
opiniones. Externalización sí, evidentemente, pero solo en su justa
medida, solo cuando aporte, solo cuando venga avalada por informes
internos contrastados dentro de la propia Radiotelevisión Española. La
externalización puntual no debe ser demonizada. Haré un simple
recordatorio a grandes rasgos, y es que la RAI cuenta hoy en
día 12 000 personas y externaliza determinados contenidos, y la BBC
tiene 20 000 trabajadores y también lo hace, y son grandes corporaciones
públicas.


También les comentaba antes que estoy dirigiendo hoy en día una
productora que mediante la externalización y un presupuesto ajustado ha
logrado para Televisión Española réditos de audiencia y captar nuevos
públicos. Pues bien, dicha contratación externa, cuando venga avalada por
informes internos, y después de la aprobación del código ético interno
que propongo, será bienvenida y será positiva. Utilizaré ahora solo unos
segundos para definir lo que, desde mi humilde punto de vista, debe
contemplar este código ético y qué debe formar parte del ADN de
Radiotelevisión Española: transparencia, rigor, paridad, compromiso y
servicio público. Por lo tanto, un código ético interno en aras de una
información veraz y plural, de un entretenimiento de calidad y, por
consiguiente, de una Radiotelevisión Española que no solo informe y
entretenga, sino que también forme a la ciudadanía dentro del marco
democrático.


Por lo que se refiere a la plantilla: primer punto, las 6400 personas
que hay, que son los pilares. Hay que premiar el talento interno que lo
hay, y en abundancia —lo he visto directamente— pero hace
tiempo, demasiado tiempo, que en su mayoría no se siente ni escuchado ni
consultado ni promocionado. Segundo punto, criterio profesional en las
contrataciones que se tengan que producir a partir de ahora. Tercer
punto, acabar con la interinidad en la medida de lo posible, pero, eso
sí, con rigor y sobre la base de los principios de capacidad, de mérito y
de idoneidad. Y, por último, cuarto punto, trabajar incansablemente para
garantizar la necesaria paz social, que al final es lo que necesitan
también los trabajadores que están dentro. En este sentido, cuanto
menores sean las injerencias externas, más posibilidades habrá de
entendimiento entre el nuevo consejo y los trabajadores.


Para terminar, permítanme de una manera más personal que les felicite
por el camino que se ha empezado con este concurso, a pesar de los
pesares, a pesar de las críticas, a pesar de las polémicas y a pesar de
las tensiones. Al menos se ha empezado a andar de una manera diferente a
lo que se venía haciendo en el pasado, y creo que si todo esto nos lleva
—como pretende mi proyecto y que he intentado resumirles a grandes
rasgos— a un nuevo modelo de gobernanza transversal, a ese
contraste generacional en el nuevo consejo y en los mecanismos de
decisión, a una conversión tecnológica y digital orientada precisamente a
los contenidos y a los contenidos sobre todo transmedia, a la creación y
a la distribución de más contenido propio y, por lo tanto, de más
propiedad intelectual en nombre de Radiotelevisión Española, y a una
sólida y duradera paz social, entonces creo que tendremos por delante un
horizonte mucho más luminoso de lo que algunos creen o intuyen, y todo
ello, y con esto termino, teniendo siempre muy presente que no se puede
convencer a la audiencia si antes no convencemos a los propios
trabajadores de Radiotelevisión Española.


Muchas gracias, senadores, presidente y mucha suerte con el
concurso.


El señor VICEPRESIDENTE (García-Escudero Márquez): Muchas gracias,
señor Domenjó, por su exposición.


Le deseo lo mejor en el futuro. Puede usted retirarse.


Como se han terminado las comparecencias de la mañana, se suspende la
sesión hasta las cuatro de la tarde.


Eran las catorce horas.


Se reanuda la sesión a las dieciséis horas.


— D. PABLO BECEIRO SANMATEO.


La señora PRESIDENTA: Buenas tardes. Se reanuda la sesión.


Les indico que el candidato don Pablo Beceiro Sanmateo había
comunicado a esta Presidencia su renuncia a comparecer ante la comisión.
En consecuencia, su candidatura no podrá ser sometida al Pleno del
Senado, de conformidad con lo establecido en el artículo 185.5 del
Reglamento de esta Cámara.


Continuamos, por lo tanto, con las comparecencias.


— D.ª EVA ROSARIO NAVARRO GONZÁLEZ.


La señora PRESIDENTA: Ruego llamen a comparecer a la señora doña Eva
Rosario Navarro González. (Pausa).


Buenas tardes, doña Eva Rosario Navarro González. Muchas gracias por
comparecer en el día de hoy ante esta comisión en el Senado. Le informo
de que la comparecencia consistirá en una breve intervención de los
grupos parlamentarios que están hoy presentes y, a continuación,
dispondrá usted de diez minutos para exponer los términos de su
comparecencia.


Tiene la palabra, en primer lugar, el representante portavoz del
Grupo Parlamentario Popular, senador Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidenta.


Bienvenida a esta comisión, señora Navarro. Queremos agradecer su
comparecencia para exponer su proyecto para Radiotelevisión
Española.


Con las sesiones que celebramos a lo largo de la semana pasada y las
que estamos celebrando esta semana, estamos finalizando este
procedimiento de selección de los miembros del Consejo de Administración
de Radiotelevisión Española, con lo que se dará por terminada la
provisionalidad que se inició en el año 2018, que se ha extendido durante
un periodo de casi tres años.


En el Grupo Parlamentario Popular creemos que los protagonistas son
ustedes, los candidatos, y, por lo tanto, le pedimos que, si es posible,
actualice, dándole unas pinceladas, al proyecto que presentó en su día
para ser candidata al Consejo de Administración de Radiotelevisión
Española.


Simplemente, vuelvo a reiterarle nuestro agradecimiento por estar
aquí.


Muchas gracias, presidenta.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


A continuación, el senador Vázquez, del Grupo Parlamentario
Socialista, tiene la palabra.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, presidenta.


Buenas tardes, señora Navarro. Bienvenida a esta comisión. El Grupo
Parlamentario Socialista quiere agradecer su presencia en esta
Casa.


Entendemos que Radiotelevisión Española está viviendo un momento
crucial para encarar con esperanza el futuro, con un proyecto serio y
riguroso que nos permita competir. En este sentido, todas estas
comparecencias enriquecen la labor del Senado y, también, nos permiten
conocer cuáles son las ideas y los proyectos, para afrontar ese futuro
con garantías.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Doña Eva Rosario Navarro González, tiene usted la palabra.


La señora NAVARRO GONZÁLEZ: Presidenta, señorías, señor portavoz del
Grupo Parlamentario Popular y señor portavoz del Grupo Socialista, les
devuelvo las gracias por el esfuerzo de estar aquí y, sobre todo, porque
no debe ser fácil, sabiendo supuestamente lo que ya sabemos, es decir,
que nada o poco pueden decidir en este proceso. En todo caso, al ser el
primer proceso que se celebra de estas características, da una
oportunidad importante, y yo quiero, en ese sentido, felicitar a ambos
portavoces por estar aquí y por escuchar lo que tienen que decir los
comparecientes, porque creo que les va a ayudar mucho y es beneficioso;
y, por ello mismo, lamento profundamente que no estén los portavoces de
otros grupos, porque, como digo, si este proceso permite algo es que los
comparecientes puedan exponer líneas de trabajo, estrategias y planes de
futuro para un grupo tan importante como el grupo de telecomunicación
pública de nuestro país, de Radiotelevisión Española. Conociendo esto,
conociendo el sentir, y conociendo las líneas de trabajo, ustedes pueden
recibir, de alguna manera, casi un curso acelerado y, desde luego, les va
a permitir hacer con más calidad, con más eficiencia el trabajo de
legislar y, sobre todo, de control, lo que favorece el trabajo de la
Comisión Mixta de RTVE. Por eso, les reitero mis felicitaciones y lamento
la ausencia del resto de portavoces de los grupos. Además, lo lamento
especialmente porque estamos hablando del proyecto que me ha traído aquí,
que es la radiotelevisión española del siglo XXI. ¿Por qué? Porque,
probablemente —lo digo sin falsa modestia— es el proyecto
que, si tiene una virtud, es que reúne y aglutina el sentir de la
mayoría, el pensamiento estratégico de la mayoría de la plantilla de
Radiotelevisión Española; y esto no es poco. ¿Por qué digo esto? Pues
miren, señorías, porque hace más de tres años se hizo una encuesta
abierta a través de la intranet en Radiotelevisión Española en la que
todos los trabajadores tuvieron la ocasión de plantear planes
estratégicos. Lo mismo que se está haciendo aquí, se hizo internamente. Y
eso se plasmó, finalmente, en un plan estratégico de Radiotelevisión
Española que presentó y que se aglutinó por el sindicato UGT. Ese plan,
esas ideas, ese brainstorm es la base de este proyecto —como señalo
en su página 42—, pero también analicé las propuestas hechas por
todos los sindicatos de Radiotelevisión, incluso, los programas
electorales de los partidos políticos que tenían aspectos concretos y de
las organizaciones cívicas que habían dicho algo sobre el funcionamiento
de Radiotelevisión Española. Por supuesto, hablo de marzo del 2018, y he
de señalar el hilo interminable e intenso que fue ese momento, con el
grupo feminista de Mujeres de Radiotelevisión Española y Mujeres de negro
de Radiotelevisión Española. Todo esto se plasmó en el proyecto,
obviamente tamizado por mi experiencia profesional de más de treinta y
seis años, con distintos cometidos y responsabilidades, delante y detrás
de las Cámaras, desde que con 22 años y apenas recién terminada mi
primera licenciatura, aprobé unas oposiciones a Radiotelevisión
Española.


Recientemente tuve la ocasión de chequear estos datos, como me decía
el señor Mediavilla, del Grupo Parlamentario Popular —porque esto
se presentó en julio de 2018—, con las propuestas hechas por un
colectivo de Radiotelevisión Española, Radiotelevisión sin personal, que
no tiene carácter político ni sindical, sino que, simplemente, sigue la
línea interna de la plantilla de establecer líneas estratégicas de
trabajo. Pues bien, las propuestas hechas entonces siguen vigentes. Yo no
sé si esto es bueno o malo, más bien malo, porque quiere decir que en
tres años poco se ha avanzado en lo que se había dicho; en todo caso,
hubiera sido muy difícil en una presidencia que se define como
provisional. Bastante se ha hecho con aprobar —y hay que
decirlo— ese convenio colectivo, que permite en este momento una
renovación de la plantilla sin perder talento, como ocurrió en otras
ocasiones, porque es de forma gradual y premiada, y, también, que se
hayan aprobado, después de tantos años, unas oposiciones que van a dar
salida a los 300 interinos en la casa.


El proyecto que les comento contiene siete grandes líneas
estratégicas, siete, como las islas Canarias, de donde procedo —y
lo digo como ejercicio nemotécnico, más que por otra cosa—, muy
consensuadas, muy participadas y que creo que a ustedes les pueden ayudar
mucho en su trabajo. La primera es la que tiene que ver con el concepto
de credibilidad de la marca. La credibilidad de la marca se sustenta por
evitar cosas, como, por ejemplo, los repartos partidistas.
Lamentablemente, este proceso de elección hubiera contribuido mucho a
ello —y, de alguna manera, lo ha hecho—, pero es una lástima
que se haya truncado con este nombramiento previo, antes de terminar las
comparecencias, por estética y por ética. En cualquier caso, al menos los
candidatos han tenido que presentar un proyecto y defenderlo, y eso es
algo más de lo que había antes. Espero que esto se vaya perfeccionando
con el tiempo. Y, dentro de la casa, lo que habría que hacer es una
carrera profesional y que cualquier persona que tuviera acceso,
cualquiera que tuviera legítimamente el deseo de participar en puestos
directivos y de gestión, lo consiguiera por méritos objetivos. ¿Cómo? Hay
procesos muy sencillos. El Instituto de Radiotelevisión Española puede
perfilar, diseñar y establecer un máster, un curso superior de gestión de
empresas audiovisuales. En este momento, aquellos que tenemos esa
ambición, lo hacemos y lo pagamos privadamente en el Instituto de
Empresa, donde tienen un curso diseñado al respecto. Por lo tanto, se
puede hacer y, al igual que en el resto de la Función Pública, al menos
que se haya superado una prueba objetiva y, luego, cada dirección
nombrará a los de su confianza. Pero, por lo menos, que haya unos mínimos
requisitos en ese sentido.


La segunda línea estratégica se refiere a lo mismo, a los servicios
informativos, y esto también incluye a los programas informativos
—incluso, aquellos que aparecen o se camuflan como magacines
informativos— que estén realizados internamente y que no sean
externalizados bajo ningún concepto. Señorías, en este momento, eso es
clave, máxime en una sociedad en la que tenemos redes, desinformación,
fake news, bulos, donde hay mucha información, pero, desgraciadamente,
muy poco conocimiento o sabiduría en lo que esto tiene de análisis y
reflexión; y ese análisis y reflexión se puede hacer con todas las
garantías, con un grupo público que respeta, entre otras cosas, por
ejemplo, la cláusula de conciencia de sus periodistas, básica para el
ejercicio de la profesión, con garantías de libertad e independencia.
Radiotelevisión Española la tiene y la respeta, y sus trabajadores la
utilizan. ¿Qué quiero decir con esto? Que gracias a esta formación, la
base de los informadores, la base periodística de Radiotelevisión
Española, deontológicamente es muy fuerte, es quizá, la cabeza donde
falla —por lo que comentaba anteriormente sobre los repartos y los
nombramientos—, la cabeza es más de barro que la estructura básica
de los informadores, y es importante que los servicios informativos no se
externalicen nunca, ni los programas llamados magacines
informativos.


Una tercera línea estratégica sería una radiotelevisión
participativa, desarrollando nuevos formatos dirigidos especialmente a lo
que es una Radiotelevisión Española multiplataforma. No voy a extenderme,
porque creo que ese concepto ya ha sido bastante explicado por otros
comparecientes, pero les contaré una anécdota. La BBC, desde sus
comienzos, y es una de las claves de su éxito, lo primero que hizo cuando
no había tecnología fue mandar una carta a sus usuarios con un
cuestionario, donde se les preguntaba un poco por la orientación, el
análisis de los contenidos y por dónde seguir. Ahora, esto es más
sencillo gracias a los servicios interactivos de libre transmisión, y se
puede crear una sinergia no solamente con nuestros usuarios, con los
residentes españoles, sino también con encuestas nacionales, entrevistas,
participación de organizaciones cívicas y minorías de todo tipo, que den
forma a la parrilla de contenidos; con lo cual, respondería realmente a
las necesidades que nuestra sociedad está demandando, y más ahora que nos
movemos prácticamente en tiempo real.


La cuarta línea estratégica, o cuarta isla —por seguir con la
metáfora— es crear un canal de noticias internacional, y digo crear
un canal de noticias internacional porque aunque haya un canal de
noticias internacional en Radiotelevisión Española, este no tiene una
programación definida; de hecho, es un cajón de sastre que se nutre de
las programaciones hechas, básicamente, por La 1, y también por La 2,
pero no tiene un contenido concreto dirigido. Imagínense ustedes qué
fortaleza desaprovechada en Radiotelevisión Española, con la dimensión de
llegar a mercados internacionales, no solamente de hispanohablantes, sino
a todo el planeta, y más en este mundo globalizado. No se hace,
desgraciadamente, por una cuestión de financiación, pero es que ese canal
se puede autofinanciar; podríamos hacerlo, como la BBC, que tiene una
subvención y una financiación del Foreign Office. Podrían establecerse
sinergias de trabajo y de interés con el Ministerio de Asuntos Exteriores
o, también, con organismos como el Instituto Cervantes. Esta es una
fortaleza desaprovechada, desperdiciada y, realmente, es un lujo, por lo
que yo insistiría en que el nuevo consejo electo lo estudiara y
analizara.


La quinta línea estratégica sería, por supuesto, defender la
producción interna.


La señora PRESIDENTA: Le informo de que ha consumido doce minutos de
tiempo.


Puede continuar.


La señora NAVARRO GONZÁLEZ: Voy a ir rápidamente.


Me parece que hemos llegado a un punto importantísimo, como es la
derogación de los sistemas de control para evitar la realización de
producción propia, porque se contrata mucha producción externa sobre la
base de unas ratios que lo que vienen a decir es que es más rentable
contratar producción externa que interna porque los trabajadores de la
casa salen más caros. Señorías, esto es falso, totalmente incierto,
porque las ratios son engañosas, pero aunque fuera así, no sería
conveniente que una radiotelevisión pública utilizara como argumento para
contratar una producción externa que los trabajadores de la casa salen
más caros. Esto quiere decir que hay trabajadores de primera, de segunda,
o que los de fuera son menos costosos, cuando los sueldos de Televisión
Española son, simplemente, dignos. Por lo tanto, en igualdad de
condiciones laborales, producción externa sí, pero perfectamente
auditada.


En cuanto a los centros territoriales, no voy a insistir, por la
falta de tiempo, pero obviamente, tienen que estar perfectamente dotados,
y, sobre todo, con una desconexión más flexible, que es clave en
Canarias.


El séptimo punto depende básicamente del anterior, y le pido,
presidenta, un poco de flexibilidad, porque llegamos al punto clave de
este proyecto, como en todos, que es la financiación. Es muy importante,
porque, además, depende de ustedes, más que del propio consejo recién
electo; depende de los legisladores. Lo que pongo de manifiesto es que
Radiotelevisión Española necesita una financiación estable. Ustedes dirán
que tiene financiación, según establece la Ley del audiovisual, pero,
realmente, es una financiación que establece un máximo —1200
millones—, pero no establece un mínimo. ¿Qué ocurre? Que,
constantemente, Hacienda o el Gobierno intenten no llegar a ese máximo y
eso genera muchísima tensión. De hecho, supone que los directores de
área, los directores de los centros territoriales, reciban presión para
que no lleguen a ese gasto presupuestario, lo cual nos convierte de facto
en malos gestores. Ustedes, que tendrán experiencia en la gestión de los
presupuestos en sus áreas de gobierno, sabrán que un mal gestor no es el
que no cumple el presupuesto, sino el que lo cumple; y en el caso de
Radiotelevisión Española, con este fallo normativo, lo que sucede es que
no se cumple nunca el presupuesto porque no hay un mínimo. Por lo tanto,
urge, y eso es algo que está en manos de los legisladores, una
modificación de la ley para establecer un mínimo, y un máximo, si se
quiere, pero, por lo menos, un mínimo que dé una financiación estable y
con la que se pueda realmente trabajar. Sin eso va a ser muy complicado
que ningún presidente, ni siquiera el recién elegido, establezca y pueda
completar un plan de gestión porque va a tener esa tensión constante. El
sistema está perfectamente fijado: el 60 % por el Estado y el 40 % por la
Ley de financiación. Habría que analizar el capítulo VI, llegar a un
consenso y ver si se va a cumplir o buscar otras líneas de trabajo. Es
necesario que el Ministerio de Industria se siente a la mesa con los
operadores de telecomunicaciones y que lleguen a un acuerdo de nuevo
consensuado.


En definitiva, señorías, una radiotelevisión interactiva, objetiva,
rigurosa, participativa, internacional, paritaria y viable. La
corporación puede volar libre, se lo aseguro, si atiende estas dos áreas:
una financiación estable y la participación de ciudadanos y
trabajadores.


Lamento mi extensión, pero espero que no me lo tengan en cuenta ya
que he venido desde Lanzarote, donde ejerzo como unidad informativa,
cruzando un océano, desde otro continente, en plena pandemia, con cierres
perimetrales y siendo una persona de riesgo por problemas
cardíacos.


Y ya que he añadido esas dificultades, aprovecho mi presencia para
pedirles que anoten algo en su agenda y es que visto lo visto, todos
legislen y actualicen la ley y establezcan un 50 % de paridad. Ya han
visto, señorías, que ese 60-40 no ha funcionado, y en este caso duele un
poquito, máxime si tenemos en cuenta que hay doscientas mujeres
periodistas tituladas más que hombres en Radiotelevisión Española.
Hubiera sido adecuado que tuvieran un poquito más de sensibilidad en este
sentido. Como siempre, no nos lo ponen fácil, así que lo tendremos que
seguir batallando y ganar entre todas, juntas y unidas, por este
tema.


Quiero agradecer nuevamente al portavoz del Grupo Popular, señor
Mediavilla, y al señor Vázquez, del Grupo Socialista, su presencia, y
espero que les sirva para hacer mejor su trabajo. Y lamento la ausencia
del resto de portavoces porque sería bueno para sus electores que tengan
un conocimiento de lo que significa un grupo público como es
Radiotelevisión Española y las dimensiones y significado que tiene en
esta sociedad prácticamente globalizada.


Muchas gracias, presidenta y muchísimas gracias por su
flexibilidad.


La señora PRESIDENTA: Señora Navarro González, muchas gracias a
usted, y disculpe que le haya interrumpido, pero era para guardar la
neutralidad y la igualdad entre todos los candidatos y candidatas.


Muchas gracias por su exposición y buen viaje de vuelta.


Si lo desea, puede retirarse.


— D. JOSÉ PEDRO MATAMORÓN HERNÁNDEZ.


La señora PRESIDENTA: Ruego llamen a comparecer a don José Pedro
Matamorón Hernández. (Pausa).


Don José Pedro Matamorón Hernández, muchas gracias por comparecer
esta tarde en el Senado. Le informo de que esta comparecencia consistirá
en una breve intervención por parte de los portavoces de los grupos
parlamentarios que están aquí presentes y, a continuación, dispondrá
usted de diez minutos para exponer los términos de su
comparecencia.


Tiene la palabra, en primer lugar, el representante del Grupo
Parlamentario Popular, el senador Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidenta. Buenas tardes.


Agradezco al señor Matamorón su comparecencia en esta comisión para
exponer su proyecto para Radiotelevisión Española.


Hemos venido celebrando una serie de sesiones durante la semana
pasada y esta, para finalizar ese procedimiento de selección de los
miembros del Consejo de Administración de Radiotelevisión Española, y
terminar con esa interinidad que dio comienzo en el año 2018.


En el Grupo Popular, creemos que hoy los protagonistas son ustedes,
por lo tanto, le pedimos que, si es posible, en la medida en que el
tiempo lo permita, dé algunas pinceladas al proyecto que presentó en su
momento, actualizado a la fecha de hoy.


Le reitero una vez más nuestro agradecimiento por comparecer y por
estar aquí. Muchas gracias.


Gracias presidenta.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, el senador Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señora presidenta.


Señor Matamorón, muy buenas tardes. Bienvenido a esta comisión, que
para el Grupo Socialista tiene mucho interés porque estamos debatiendo
sobre el futuro de un patrimonio que es de todos, que es Radiotelevisión
Española.


Por ello, todas las aportaciones que venimos recibiendo durante estos
días son fundamentales para encarar ese futuro con esperanza, con ilusión
y con un proyecto sólido que permita situar a Radiotelevisión Española en
el centro de las preferencias del público nacional y, si puede ser,
también internacional.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Señor Matamorón, tiene usted la palabra.


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: ¿No hay nadie más? ¿No hay ningún
representante de ningún partido más?


La señora PRESIDENTA: No hay.


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: Buenas tardes, señorías. Gracias por
invitarme a esta Cámara, aunque sinceramente me pregunto para qué, porque
ya sabemos que esta partida está jugada, que las cartas han sido ya
echadas, que, por supuesto, estaban marcadas y que los ganadores están
nombrados. Aquí venimos ahora los perdedores a contar nuestras cuitas,
supongo que para aliviar algunas conciencias. En fin, no voy a ampliar
los calificativos que otros candidatos que me han precedido en esta
Cámara han expresado sobre cómo han manejado ustedes y sus colegas
diputados este lamentable proceso, por mucha ilusión que diga el
representante del PSOE que han puesto en él, para elegir a los miembros
del Consejo de Administración de la Corporación Radiotelevisión Española,
porque me parece que no merece la pena ya a estas alturas.


En cualquier caso, si todavía hay tiempo para que alguien pueda
corregir semejante desatino, voy a suscribir, prácticamente, todos los
alegatos que aquí se han escuchado estos días, y cito algunos de ellos:
Ha sido una humillación. Eso es lo que sentimos porque ya sabemos que no
vamos a ser elegidos —así que, repito, no sé para qué sirve esta
comparecencia de hoy—. Por dignidad y por responsabilidad también,
por favor, tomen alguna decisión, si es que alguno todavía tiene
autonomía para poder tomarlas, aunque lo dudo. Y por coherencia y respeto
institucional, que también lo han repetido, no dejen ustedes que este
proceso de selección de aspirantes a dirigir Radiotelevisión Española se
le conozca como el mayor ejercicio —discúlpenme—, de
trilerismo parlamentario de los últimos años, pero no solamente por esa
falta de respeto hacia los candidatos y toda la ciudadanía, en general,
hasta ahora, sino también, y de forma especial, por el respeto que
tampoco se ha otorgado a los miembros de la comisión de expertos que,
desinteresadamente y con denuedo, me consta que hicieron la valoración y
puntuación de los aspirantes. Ustedes saben perfectamente, señorías, que
para este viaje no hacían falta tantas alforjas.


En definitiva, he venido y realmente me da gusto intervenir por
primera vez —y creo que por última— en esta Cámara Alta. Y,
dicho lo anterior, voy a dar alguna de las pinceladas que ya comenté en
su momento en el Congreso, y que voy a repetir.


Me sorprende que en la anterior comparecencia del Congreso se
incidiera bastante en que algunos candidatos dijéramos cuál era nuestro
proyecto de financiación o de viabilidad. Insisto, creo que esa es la
labor que tienen que hacer ustedes como parlamentarios y elaborar una
ley, y luego deberán elegir al candidato que la lleve a cabo y gestione
la empresa. Ya sé que formaba parte del baremo de calificación, pero no
creo que nadie aquí esté buscando un gurú para que saque a
Radiotelevisión Española del hoyo en el que se encuentra.


Aquí de lo que se trata —insisto otra vez en repetir lo que
dije en el Congreso— es saber si ustedes apuestan o no por un
servicio público. Así es que ese es el debate que esta Cámara y la otra
tienen que formularse y decidir de una vez por todas. Si es una función
pública, tendrán que financiarla como a cualquier entidad pública y, por
tanto, estaría asignada la partida correspondiente en los Presupuestos
Generales del Estado. Ya al presidente que elijan, o que ya han elegido,
al director general —o como quieran llamarlo— le
corresponderá gestionar de la mejor forma posible los fondos
correspondientes, la estructura empresarial, los contenidos, la
innovación tecnológica y, sobre todo, salvar los valores constitucionales
de libertad, igualdad, pluralismo, tolerancia, así como la protección,
por supuesto, al consumidor. Otra cosa será rentabilizar las producciones
para conseguir una financiación extra, algo de lo que podríamos hablar
más adelante, pero me temo que no me va a dar tiempo.


Está claro que lo importante es declarar a Radiotelevisión Española
como servicio público, así ya no habrá lugar a que se la señale
continuamente como esa empresa deficitaria, con tantas pérdidas... No,
no. Se trata de gastar el presupuesto, y punto, igual que hace cualquier
otra entidad u organismo, y cuando proceda, acudir a la refinanciación,
como acuden los ayuntamientos. En fin, es lo que creo que tienen que
consensuar, de una vez por todas, los diferentes grupos parlamentarios.
¿Cuál es el problema, entonces? Que el modelo actual de financiación de
Radiotelevisión Española no funciona. ¿Desde cuándo? Pues desde 2009,
fundamentalmente, que es el momento en el que se decidió eliminar la
publicidad y que pase a financiarse de forma mixta, por una parte, y, por
otra, a través de las partidas procedentes de los Presupuestos Generales
del Estado, así como otra complementación de ingresos de los operadores
privados de televisión. Esa fórmula, que lleva ya bastantes años, sigue
demostrando que es insuficiente, y además de insuficiente es
insoportable.


Y como quiera que yo soy periodista y mi tarea ha sido esa durante
los veintisiete años que he estado trabajando de forma permanente en
Radio Nacional de España, lo que más me interesa de esta empresa es
apostar por el derecho a la información porque lo considero fundamental
para la ciudadanía en estos tiempos y, por supuesto, en los tiempos
venideros. Ya está bien de que esta empresa haya estado y esté
excesivamente controlada desde La Moncloa, esté quien esté en el
Gobierno, y créanme, yo he pasado por todos los gobiernos de la
democracia trabajando en esta empresa.


Me voy a limitar a decir lo que pienso: la independencia informativa
de Radiotelevisión Española es la primera premisa a conseguir, y una
causa ineludible que se tiene que establecer por ley para el buen
funcionamiento y el mejor crédito de la corporación; incluso más
importante que el contenido de la programación o el continente de la
estructura empresarial. No volvamos a manipular lo que ya sabemos los
ciudadanos desde hace mucho tiempo. Por tanto, hay que incidir, hay que
volver a apostar porque todavía no lo hemos conseguido, y no me estoy
inventando nada. Todos los que hemos trabajado en esta casa, con la
administración que sea, sabemos qué es lo que hemos vivido.


Conseguido ese derecho fundamental y ese valor de convivencia, como
es la información, la veracidad, luego vendrá la calidad de la
programación, el entretenimiento y la competencia con las privadas. Es la
primera tarea y un requisito ineludible que yo pido tanto a esta Cámara
como al Congreso, para discutir una nueva norma, que es la que se debería
seguir definitivamente con objeto de conseguir las bases para que
Radiotelevisión Española sea, de una vez por todas, capaz de garantizar
la información rigurosa, independiente y plural, en definitiva.


Sigo con el aspecto informativo. Creo que Televisión Española y Radio
Nacional deberían elaborar programas informativos de investigación
propios, y con elaboración de información, a ser posible diaria, que se
conviertan en candente actualidad gracias a la investigación realizada
exclusivamente por los profesionales de la propia corporación. Hay una
falta de creatividad, a mi juicio, en este capítulo. A este candidato le
parece que eso es una demanda histórica que siempre han tenido la radio y
la televisión pública y que en pocas ocasiones se ha podido cumplir.
Predomina hacerse eco de los acontecimientos que se producen diariamente
en el mundo, está claro, y dar cuenta de ellos de la forma más objetiva,
pero se echan en falta informaciones de cosecha propia. Creo que
Radiotelevisión Española adolece de un periodismo de investigación, y el
periodismo de investigación, como sabemos, cumple una función social y
tiene que estar al servicio de la ciudadanía para explicarles que esa
información de otra manera no se podría conocer. Sabemos que el
periodismo de investigación puede ayudar a destapar numerosos casos de
corrupción, por ejemplo, que es lo que está ahora mismo más de moda en
nuestra sociedad y en la naturaleza humana, lamentablemente. En
consecuencia con lo dicho anteriormente, apuesto, cómo no, por la
renovación tecnológica para dar más soporte a la información.


¿Cuál es la situación de la empresa? ¿Para qué vamos a incidir en la
aprobación en 2006 de la ley que liquidaba el modelo anterior, etcétera,
etcétera? No tengo tiempo para hablar de lo que existe ahora, pero sí
puedo dar alguna pincelada, como me pedía el representante del Partido
Popular. Pues bien, el modelo de radio y televisión pública que este
candidato defiende tiene que servir para que Radiotelevisión Española
pueda ofrecer programas de calidad para promover la cultura, la
pluralidad de opiniones, debates democráticos y diversidad social.
Lamentablemente, no se han hecho los deberes ni en la empresa ni en las
Cortes ni en ninguna parte, y seguimos anclados, cada vez peor, en el
pasado.


Creo que no me da tiempo a hablar de la financiación, aunque tengo
algunas propuestas. Evidentemente, no me las he inventado yo porque no
soy el gurú del que antes les hablaba, pero me he fijado en la
financiación de otras televisiones y radios públicas de nuestro entorno,
como la BBC, la televisión pública francesa, la portuguesa, etcétera.
Podríamos fijarnos en ellas.






Es un cambio necesario y urgente, ya sea por
la vía de la flexibilización de los actuales patrocinios culturales o
explorando nuevas formas de financiación de publicidad. Las empresas
privadas ya han advertido que si Radiotelevisión Española vuelve al
mercado será imposible compatibilizarlo con el pago de ese 3 % de sus
ingresos con el que financian la cadena pública. Sin embargo, una tasa
que podrían cobrar a los nuevos operadores, como también contempla y
autoriza la Unión Europea, no estaría nada mal.


No debe preocuparnos solamente el modelo de financiación de la
Radiotelevisión pública, que no es poco, pero no podemos desdeñar hablar
un poco del avance tecnológico y de su necesaria implantación en la
corporación, como empresa que tiene que seguir liderando el sector. Las
plataformas bajo demanda van imponiendo vertiginosamente sus contenidos
solicitados de forma especial por la gente más joven, que son los que se
descargan con una rutina automática, en cualquier momento, en sus
dispositivos electrónicos. El público enciende la televisión para buscar
contenidos a la carta y no solo a través de las plataformas
especializadas, sino también en las televisiones en abierto.
Radiotelevisión Española deberá tomar la delantera en este sentido, que
va más allá del entretenimiento y que ya es una revolución social. Ello
no quiere decir que tengan que desaparecer los canales tradicionales,
puesto que seguirán acompañando, cómo no, diariamente al público, sobre
todo a las personas mayores, pero Televisión Española debe definir la
estructura de programación de sus cadenas convencionales para
consolidarse ante los nuevos públicos y consumos.


La señora PRESIDENTA: Ha consumido doce minutos.


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: En cuanto a la estructura empresarial,
creo que primero es necesario llevar a cabo un análisis detallado de la
estructura y luego del funcionamiento de la corporación en todas sus
áreas. Eso quiere decir que hay que conocer a fondo todos los recursos,
tanto técnicos como humanos.


Creo que lo he escrito. No sé si ustedes habrán leído esta exposición
que hice hace ya dos años y medio, pero, como trabajador de una empresa
pública que es Radiotelevisión Española y concretamente Radio Nacional,
donde he pasado todos estos años, diré que a esta empresa le falta
liderar el desarrollo tecnológico que hay que aplicar a los medios. En el
caso de la radio, la corporación debe encabezar la transición al DAB
Plus, que, como saben, es la nueva radio digital. Hay que procurar tener
actividades para mejorar la calidad de la información y de los contenidos
audiovisuales e impulsar de una vez por todas, tanto en Televisión
Española como en Radio Nacional, un periodismo veraz, de investigación y
de denuncia; fomentar la participación profesional a través de los
consejos informativos y ejercer el mecenazgo con artistas, escritores,
músicos y científicos. No me opongo a la externalización del contenido,
que es algo de lo que se hablaba mucho en la anterior comparecencia en el
Congreso, no me opongo, pero este candidato apuesta por el mantenimiento
de la producción propia como seña de identidad de un servicio público.
Sin embargo, me preocupa no poder garantizar su calidad si merman los
ingresos económicos. Los programas informativos deben ser el estandarte y
en ningún momento se deben externalizar. No me opongo a que se
externalicen algunos programas o series y mejoren en posibles y contadas
ocasiones, pero con una fiscalización severa de todos y cada uno de los
contratos firmados con las productoras convenidas, y en ningún momento
externalizar los servicios informativos.


Me gustaría incidir en la radio, porque en este caso la corporación
debería encabezar la transición a la radio digital terrestre, a los DAB
Plus, gratuita por supuesto, ya que esta tecnología es la que está
destinada a sustituir a la frecuencia modulada. Permítanme que haga esta
reflexión, pues tengo esa debilidad por Radio Nacional de España. Se
trata de una realidad marcada por la Unión Europea y está recogida en la
Ley audiovisual de 2010, pero estamos en stand by, se está discutiendo la
nueva ley audiovisual, pero todavía no llegamos a nada en concreto. Hay
radios en Noruega, en Dinamarca, en Suiza, en Alemania o en Francia que
ya están centralizando en digital. Radio Nacional debe ponerse a la
cabeza, porque hoy solamente alcanza al 20 % de la población, y esto ya
sabemos que a las emisoras públicas no les gusta nada porque supone
romper su oligopolio. La radio pública debería estar al margen de los
deseos del sector privado, que no hacen otra cosa que ponerles el terna
delante a todos aquellos que no pertenezcan a ese cuarteto que maneja la
AERC, la Asociación Española de Radiodifusión Comercial, ahí están la
SER, la COPE, Onda Cero o Kiss. La FM ha muerto en toda Europa, salvo en
España. ¿Por qué no saltamos de una vez por todas a la digital? Nos hemos
quedado atrás, señorías. Esta es la tecnología que hay que llevar a cabo
inmediatamente. ¿Qué ha pasado? Porque resulta que…


La señora PRESIDENTA: Señor Matamorón, le informo…


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: … motivos no les faltan para
implementar esos recursos técnicos.


La señora PRESIDENTA: Disculpe…


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: Parece ser que solamente hay dos
centros territoriales que emiten con esta infraestructura, y es muy
simple, que lo cambien o pongan más...


La señora PRESIDENTA: Señor Matamorón, disculpe.


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: … de viabilidad económica. Podría
hablar de esa financiación, pero no me quiero extender. Habría que
imponer, cómo no, también esa vía del canon económico a la ciudadanía,
imponerlo a través del impuesto sobre la renta.


En fin, seguramente no se lo van a leer, pero lo expuse en mi
proyecto de hace dos años.


Voy a terminar, porque creo que quizá me estoy alargando.


La Presidencia de la Corporación Radiotelevisión Española tiene, por
tanto, ante sí el reto de mantener el protagonismo que la televisión y la
radio estatal deben tener en la sociedad española a la que sirven. Para
ello van a tener que acometer todos esos cambios destinados a cumplir
tanto la misión como la visión de los valores de esa corporación y debe
ser capaz de adaptarla a los nuevos tiempos que vive esta sociedad de la
información. No son posibles estos objetivos si la Presidencia de la
corporación no es también capaz de impulsar tanto la innovación de la
plantilla como su formación y adaptación a los nuevos retos que plantea
esa revolución tecnológica en la que estamos inmersos.


En definitiva, se trata de garantizar las condiciones necesarias para
que sean los profesionales de la propia Radiotelevisión Española quienes
hagan brillar con luz propia, gracias a su formación, sus criterios y su
oficio, el papel protagonista que la corporación debe jugar en la
sociedad española, y es que ninguna propuesta de gestión podrá
desarrollarse con éxito si no parte de la premisa de poner en valor ese
enorme capital humano con el que siempre ha contado la empresa pública o
la corporación o el ente público Radiotelevisión Española.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Don José Pedro Matamorón Hernández, ¿me escucha
bien?


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: Perdóneme, pero he tenido la COVID.
Afortunadamente he pasado solo una semana en el hospital, pero tengo una
secuela, me he quedado bastante corto de oído y no la he entendido nada
de lo que me ha dicho.


La señora PRESIDENTA: No se preocupe. ¿Me oye ahora un poco mejor?
(Asentimiento del señor Matamorón Hernández). Muchas gracias por haber
comparecido y muchas gracias por habernos expuesto su proyecto.


Si lo desea, puede retirarse. Le estamos muy agradecidos por haber
venido hoy al Senado.


Gracias.


El señor MATAMORÓN HERNÁNDEZ: Buenas tardes.


— D. FRANCISCO JOSÉ GARCÍA PARAMIO.


La señora PRESIDENTA: Por favor, llamen al siguiente compareciente.
(Pausa).


Buenas tardes, don Francisco José García Paramio. Muchas gracias por
haber comparecido esta tarde en el Senado. Le informo de que su
comparecencia consistirá en una breve introducción por parte de los
grupos parlamentarios que están aquí presentes y a continuación dispondrá
usted de diez minutos para exponer los términos de su
comparecencia.


En primer lugar, tiene la palabra el senador Mediavilla, del Grupo
Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidenta. Buenas tardes.


En primer lugar, quiero agradecerle su presencia en esta Cámara, su
comparecencia en esta comisión para exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que venimos celebrando la
semana pasada y esta en esta Cámara finalizamos el procedimiento de
selección de los miembros del Consejo de Administración de
Radiotelevisión Española y finalizamos también la provisionalidad que se
iniciaba en el año 2018. En el Grupo Popular creemos que hoy ustedes, los
candidatos, son los protagonistas, y le pedimos, si es posible, unas
pinceladas sobre su proyecto actualizado a la fecha de hoy. Le reitero
nuestro agradecimiento por su presencia hoy aquí.


Nada más y muchas gracias.


Gracias, presidenta.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Tiene la palabra el senador Vázquez, del Grupo Parlamentario
Socialista.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, presidenta.


Buenas tardes, señor García Paramio, bienvenido a esta comisión, que
tiene como objeto conocer diferentes propuestas para el futuro, para los
retos y desafíos que encara la Radiotelevisión Española. Lógicamente, nos
interesa conocer todas las aportaciones que vienen haciendo durante los
últimos días los diferentes participantes en el concurso público.


Ya sin más, quiero darle las gracias y darle de nuevo la
bienvenida.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señoría.


El señor García Paramio tiene la palabra.


El señor GARCÍA PARAMIO: Soy yo también el que tengo que agradecerles
su tiempo y el hecho de que estén llevando a cabo este ejercicio de
valoración.


Supongo que, dado lo que se ha leído y lo que se ha escuchado sobre
este tema de la elección de los consejeros y del presidente de la
Corporación Radiotelevisión Española, muchos de los comparecientes
—he escuchado algunas comparecencias grabadas—, en vez de
centrarse en su idea o en sus planteamientos para la corporación, han
intentado incluso ir contra el proceso, contra lo que está
ocurriendo.


Mi visión sobre el proceso es de absoluto respeto, porque yo tomé el
compromiso de participar en el proceso como concurso público, con lo cual
tengo que ser coherente conmigo mismo y mantener mi visión, mi postura y
mi propuesta hasta el final del mismo; y por respeto también a las
instituciones, hoy estoy aquí en el Senado como partícipe en este
proceso. Hace unas semanas estuve en el Congreso, y entiendo que el
respeto es un principio fundamental. Dado mi perfil y mi experiencia
profesional, he participado en múltiples procesos de selección de alta
dirección, de posiciones de alto nivel, y cada proceso es un mundo. Nadie
puede decir si el proceso está bien, si el proceso está mal, es que esto
está hecho, es que lo han hecho así, lo han hecho asá. ¿Por qué? Yo he
conocido procesos en los que yo me veía dentro y al final me he quedado
fuera y he conocido otros en los que optaba a la posición de primer
ejecutivo de una compañía, no esperaba terminar el proceso y he terminado
como director general. Esta pequeña introducción sirve para apuntalar la
visión que yo tengo de lo que es la gestión de una corporación, un grupo
empresarial como Radiotelevisión Española.


Yo soy doctor ingeniero, tengo treinta y tres años de experiencia
profesional en sectores diversos: tecnología, telecomunicaciones, sector
financiero, asegurador, inmobiliario. Creo que tengo un barniz más que
suficiente como para tener cierto criterio a la hora de enfocar lo que
debe ser la gestión de una corporación como puede ser Radiotelevisión
Española, con todas sus particularidades, que las tiene. Es por ello que
me voy a centrar en este asunto.


Yo creo en Radiotelevisión Española, creo en ella y en la necesidad
de que exista una corporación como Radiotelevisión Española en España.
¿Por qué? Porque hay unos fines claramente asociados a su existencia,
fines que debería cumplir esa corporación. No vamos a entrar aquí ahora a
hablar de cuáles son las razones de la actual situación o por qué hemos
llegado a donde estamos, porque sería perder el tiempo; yo creo que
estamos mirando al futuro más que al pasado. Hay unos fines claros:
informar, formar incluso, y entretener, que también es la misión de una
corporación multimedia como es Radiotelevisión Española. A su vez, tiene
que ser adalid de la extensión de grandes valores que todos los
ciudadanos consideramos fundamentales, como son la universalidad, la
diversidad, la igualdad, etcétera.


Segundo, creo que la corporación necesita de una autonomía,
supervisada pero autonomía. Sabemos todos cuáles son los elementos de
supervisión que pululan sobre la corporación: el Tribunal de Cuentas, el
propio Parlamento, etcétera, y esa autonomía debe reflejarse en la faceta
operativa organizativa, en la faceta económica y financiera. En un
momento pasaré un poco por encima de esas tres cuestiones, pero ese es un
principio básico para mí.


Tercer principio, se echa de menos constantemente en la Corporación
Radiotelevisión Española desde hace ya muchos años, muchos —y yo
tengo 57, o sea que hace ya tiempo que vengo percibiendo el asunto—
una planificación táctica a corto plazo y estratégica a medio y largo
plazo, y hay unos marcos legales, que para mí son totalmente correctos,
que contemplan que esa planificación tiene que existir. En una sociedad
mercantil tiene que haber el equivalente a un plan estratégico que
garantice los objetivos, los indicadores clave, los presupuestos, los
temas laborales, todos, que no existen. Hay un mandato marco del
año 2008, me parece, y estamos en 2021 y no se ha vuelto a renovar. Ese
mandato marco tendría que tener como apéndices unos contratos programa
trienales. Nunca se definió un contrato programa, lo cual viene a
demostrar que la situación de la corporación es la que es por el papel
que han jugado los que la han gobernado. Eso está clarísimo, porque si
hay voluntad de planificar se planifica, si hay voluntad de gestionar se
gestiona, si hay voluntad de dotar de los mejores medios a la televisión,
se dota.


Cuarto punto clave, cualquier propuesta de gestión o cualquier visión
que se tenga sobre la corporación tiene que estar acoplada al marco legal
vigente. Esa es otra evidencia. Yo particularmente lo dije hace un
momento, creo que el marco legal vigente, tanto las directivas de la
Unión Europea como las leyes y reglamentos del entorno jurídico del
Estado español son claros y además creo que son suficientes para que se
pueda llevar a cabo una propuesta de una gestión de la corporación de
manera exitosa.


Estamos ante una situación de audiencias de mínimos históricos, ante
una situación económica que año a año va pegando bandazos sin que haya
claridad en la exposición de los motivos, sin que haya un criterio que
permita interpretar por qué ocurren las cosas. Si echan un vistazo a las
cuentas anuales de Radiotelevisión Española —que obviamente están
publicadas—, verán que adolecen de una inestabilidad total, un año
pasan unas cosas y al año siguiente pasan las contrarias. ¿Cómo es
posible eso en la gestión de un grupo empresarial?


Tecnológicamente hablando, quienes están dentro de la televisión
piensan que Televisión Española está en internet, pero está a años luz de
lo que debería ser la aplicación de la tecnología y la innovación de la
que hoy puede disponer cualquier equipo gestor de cualquier
empresa.


En cuanto a La calidad de los contenidos, ahí ya a gusto del
consumidor. No sé hacer una valoración, porque seguro que es opinable. La
infrautilización del talento, la externalización, la falta de medios,
problemas —parece ser, no lo tengo claro— en la gestión del
ambiente laboral, en la gestión de personas, los ERE, los sindicatos,
etcétera. La razón de por qué estamos así, insisto, no creo que sea este
el lugar para hablar de ello, porque perderíamos el tiempo. Entonces,
¿qué podemos hacer? Intentar buscar remedios.


Respecto al plan de gestión que se pidió en este proceso, yo presenté
un documento de dieciocho páginas, muy esquemático, muy sencillo, muy a
la usanza de un plan de gestión, más que grandes documentos y grandes
teorías sobre contenidos, sobre la televisión del futuro. Aquí no hay
nada de futuro, aquí hay sota, caballo y rey, empresa con recursos, con
empleados y con medios económicos. ¿Qué hay que hacer? Bajo mi punto de
vista, tocarle el bolsillo al ciudadano lo menos posible. ¿Cómo se puede
hacer eso? Intentando buscar fuentes de financiación más allá de los
Presupuestos Generales del Estado. Eso lo tengo también clarísimo. ¿Eso
significa que vuelva la publicidad?, que es la típica pregunta, como si
la gestión de una corporación con 6000 empleados se ciñera a responder a
esa pregunta. Sí, yo digo que sí, o creo que sí, pero a la vez que eso,
están los convenios, está el Instituto RTVE y la formación. Los convenios
con escuelas de negocios, con universidades, con patrocinios, con
colaboración con otras corporaciones multimedia mundiales, que todos
sabemos cuáles son. Cuando se habla de una financiación, se habla en
general y no solo de la publicidad.


El plan que presento también habla de una reorganización operativa,
una reorganización laboral, la implantación de una nueva cultura
empresarial con todos los recursos humanos de la corporación, una ruptura
con el pasado y una observación de otros modelos que existen en el mundo,
e, insisto, se nos vienen muchos a la mente. ¿Cómo se puede hacer esto?
Se puede abordar perfectamente el statu quo de la corporación: canales de
televisión, canales de radio, medios activos, talento en los empleados,
muchísimas cosas a las cuales hay que aplicar lo que hoy nos ofrece la
multicanalidad transversal, lo que nos ofrecen los canales alternativos a
la pantalla de televisión, lo que nos ofrecen los canales alternativos al
aparato de radio. Hoy la gente está dejando de informarse por la
televisión, hoy el que se informa en el telediario de las nueve lleva
horas de retraso. Eso es algo que también tengo clarísimo. ¿Cómo se
podrían abordar todos estos remedios? ¿Cómo se podrían abordar y enmarcar
en un plan de gestión? Yo estimo que en unos seis años en dos grupos de
tres —tres más tres—. Yo creo que alguien tiene que
incorporarse a dirigir este buque, pero alguien disruptivo, alguien de
fuera de este mundo. Pienso que uno de los grandes problemas es que esta
corporación está demasiado enganchada a la endogamia, al pasado, a la
gente que lleva años y años y años dando vueltas siempre a la misma
pelota y cuando se le da vuelta a una esfera lo único que estás haciendo
es ver la misma cara sin transformar nada de lo básico en la corporación.
De ahí que mi planteamiento en ese plan de gestión sea siempre desde el
punto de vista 100 % profesional y 100 % gestión.


La pregunta que puede deducirse es: ¿Y aquí quién sabe de periodismo?
Primero, la Corporación Radiotelevisión Española tiene tantas facetas que
una de ellas es el periodismo, una, pero parece que muchas veces nos
ciega, estamos dentro del bosque y no somos capaces de ver el potencial
que tiene esta corporación en otras muchas facetas, y no solo en España.
El mundo es muy grande, la cultura basada en el español, en el
castellano, abarca a miles de millones de personas, a decenas de países y
ese es un terreno inexplorado. No sabemos el potencial que tendría esta
corporación si de verdad se dedicase a mover lo que también se ha dado en
llamar en los últimos años la marca España y decir quiénes somos, qué
hacemos, nuestra diversidad, nuestra cultura, de lo que somos
capaces.


¿Cómo se ataca? ¿Trayendo a todos de otros sectores que no son la
corporación? No, no. Una cosa es el papel de primer ejecutivo y el papel
de consejero, o miembro del consejo de administración, y otra cosa es el
primer nivel de dirección de una compañía, de un grupo de compañías. Ahí
es donde tienen que estar los mejores, los mejores periodistas, los
mejores especialistas en sistemas de información, los mejores
especialistas en el dominio de las redes de comunicación, los mejores
especialistas en la gestión de archivos históricos y de contenidos
multimedia, los mejores, los mejores, los mejores en todo, compitiendo,
eso sí —y con esto termino—, teniendo muy claro que la
corporación está dentro de un mercado competitivo. Hay otros grupos
multimedia privados. El terreno de juego de la Corporación
Radiotelevisión Española no es la competencia por la audiencia, no es la
competencia por la figura mediática, no es la competencia por la temática
del corazón; la televisión, la corporación, que pertenece al Estado, que
es la representación de nuestro país, compite en otras cosas, compite en
calidad, compite en contenidos, compite en cobertura, compite en llegar
al último rincón de nuestro país, compite en muchas otras cosas
diferentes a esas. Hacer bien todo eso en esos ámbitos de competencia
hará que esta corporación esté muy por delante de las demás. Las demás se
quedarán con el Sálvame, se quedarán con montones de cosas que a un
ciudadano medianamente versado le dan un poco igual. Hay ratos que sí,
que nos gusta divertirnos, de acuerdo, pero no es esa la esencia de
nuestra corporación.


Ahí es donde quería llegar, por eso ciño toda mi visión, tanto del
proceso como de mi plan de gestión, en conseguir un modelo empresarial
que sea, además, ejemplo dentro del mundo empresarial, del mundo
multimedia en España. Es fundamentalmente el mensaje más profundo de mi
proyecto.


Nada más. Ese es el planteamiento.


La señora PRESIDENTA: Don Francisco José García Paramio, muchas
gracias por su comparecencia, gracias por haber venido hoy al Senado. Si
lo desea puede retirarse.


Gracias.


— D. JULIÁN IGNACIO DEL SANTO MORA.


La señora PRESIDENTA: Llamen, por favor al compareciente don Julián
Ignacio del Santo Mora. (Pausa).


Don José Ignacio del Santo Mora, muchas gracias por comparecer esta
tarde en el Senado. Le informo de que esta comparecencia consistirá en
una breve introducción por parte de los grupos parlamentarios aquí
presentes y a continuación tendrá usted diez minutos para exponer los
términos de su comparecencia.


En primer lugar, tiene la palabra el senador Mediavilla, del Grupo
Parlamentario Popular.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidenta.


Gracias por comparecer hoy aquí en esta comisión. Bienvenido. Su
comparecencia se enmarca dentro del procedimiento, que ya finalizamos, de
selección de los miembros del Consejo de Administración de
Radiotelevisión Española y finalizamos también esa provisionalidad que se
iniciaba en el año 2018 y que se ha extendido durante casi tres años. En
el Grupo Popular creemos que los protagonistas hoy son ustedes, los
candidatos, y estamos aquí para escucharles, para escuchar las propuestas
que nos trasladen y para ver también si podría ser que esas propuestas
que en su momento presentaron se actualizaran al momento actual.
Simplemente, le reitero nuestro agradecimiento. Gracias, de verdad, por
estar hoy aquí.


Gracias, presidenta.


La señora PRESIDENTA: Gracias a usted, señoría.


A continuación, tiene la palabra el representante del Grupo
Socialista, el senador Vázquez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señora presidenta.


Señor Del Santo, buenas tardes. El Grupo Socialista le da la
bienvenida a esta comisión, una comisión que está escuchando diversas
aportaciones sobre el futuro de la radiotelevisión pública española.
Entendemos que es un momento crucial para el futuro de este medio
público, de esta corporación pública. Son muchos los retos, los desafíos,
que tenemos por delante y, desde luego, todas las aportaciones son
bienvenidas para encarar con garantía ese futuro.


Nada más. Le reitero las gracias no solamente por su presencia, sino
también por acompañarnos con su intervención.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Señor Del Santo Mora, tiene usted la palabra.


El señor DEL SANTO MORA: Muchas gracias, señorías, y buenas
tardes.


En primer lugar, quisiera hacer algunas consideraciones en mi
comparecencia. Resulta cuando menos inaudito que se sepa antes de haber
finalizado el proceso de selección de candidatos al Consejo de
Administración de Radiotelevisión Española la lista definitiva de sus
componentes tal y como publicaron los medios de comunicación antes de las
votaciones, en días pasados—, los seis candidatos que correspondía
elegir al Congreso y los cuatro restantes que les corresponde elegir a
sus señorías del Senado. Tanto es así que se sabe hasta quién va a ser el
presidente de la corporación y me consta que ya ha tenido intercambio de
pareceres con los consejeros electos. Siendo que la elección del
presidente debe partir de una votación en el seno del consejo entre los
diez consejeros seleccionados, no deja ver que el procedimiento de
selección haya sido, por decirlo de algún modo, irregular o poco
transparente. Siendo conscientes de que el proceso que se inició hace
casi tres años, como han dicho ustedes, ha estado repleto de cambios,
contradicciones y recursos, me mueve seguir participando en él mi
dignidad personal y el cariño a la que considero mi casa, Radiotelevisión
Española, como tantos otros compañeros, y en la que llevo cuarenta años
desarrollando mi actividad profesional, por lo que conozco perfectamente
esta empresa, su problemática y sus posibles soluciones de futuro.


Radiotelevisión Española, no se nos escapa a nadie, se encuentra en
una situación crítica, sin consejo de administración durante estos tres
últimos años, con un mandato marco obsoleto, que le confía la ley modelo
de la Radiotelevisión pública y sin contrato programa, que habría que
renovar cuanto antes a fin de conformar el modelo y que las entidades
supervisoras: Tribunal de Cuentas, Auditoría General del Estado, Comisión
Nacional del Mercado y la Competencia puedan ejercitar su control.
Además, hay que contar con los déficits sucesivos de estos dos últimos
años, de unos 29 millones en el año 2019 y más de 50 millones de euros en
el pasado 2020. A ello hay que añadir los peores datos de audiencia en la
historia de Radiotelevisión Española. En definitiva, nos encontramos ante
una RTVE en coma inducido y a la que en estos últimos años se le ha
aplicado por la sonda de mantenimiento de sus constantes vitales los
fármacos del partido que ocupa el poder en cada momento.


En las últimas décadas el clima de confrontación política ha permeado
en la sociedad, produciéndose fracturas entre ciudadanos y sectarismos
que han calado en distintos ámbitos, e incluso en nuestra propia empresa.
Es uno de los motivos por los que en muchas ocasiones se producen relevos
en los puestos de responsabilidad de la casa, llegando a niveles de
organización muy bajos, no atendiendo a valores de mérito y talento, sino
a otros factores de tipo ideológico o afinidad. Esto produce
desmotivación en los trabajadores y en la actualidad es un mal endémico
que hay que corregir inmediatamente. El horizonte de trabajo de las
sucesivas direcciones generales y presidencias, por los cambios
políticos, se reducía a un mínimo de cuatro años y así no hay tiempo para
ejecutar un proyecto de gestión adecuado, sino, como ha venido sucediendo
hasta ahora, todo ha sido cortoplacista.


Es prioritaria la potenciación del servicio público por encima de
intereses ideológicos, políticos, privados y comerciales. La ciudadanía
debe percibir que la radiotelevisión pública es útil para la sociedad, si
no, cómo va a estar de acuerdo en que con sus impuestos se pague una
radiotelevisión que no le aporte ese retorno social que emana del
servicio público. Por otra parte, es urgente conseguir aunar a los
trabajadores de Radiotelevisión Española en un proyecto común, haciendo
que se sientan orgullosos de nuevo de formar parte de esta empresa.
Estando la media de edad por encima de los 50 años, la mayoría está más
pendiente de llegar a la edad de prejubilación, fruto de la desmotivación
que he mencionado anteriormente.


Las líneas maestras de mi proyecto y las acciones a realizar, así
como las preguntas formuladas anteriormente, están incluidas en la
documentación que les aporto y que espero tengan la consideración de
leer, dada la escasez de tiempo con la que contamos para la exposición de
nuestras ideas.


El sistema de financiación es insuficiente y precisa un cambio de
modelo para poder capacitar a la corporación para su planificación
estratégica. Se hace necesario retocar la Ley 8/2009, de financiación,
para permitir figuras publicitarias alternativas con el fin de rebajar
costes de producción. Propongo un modelo con un establecimiento de
aportación fija mínima, garantizada por el Gobierno y que suponga el 60 %
del presupuesto, el 40 % restante se obtendría reformando el artículo 6
de dicha ley, que ha demostrado ser insuficiente. Con el fin de paliar
esa insuficiencia presupuestaria se debe modificar la política de
patrocinios a fin de poder acceder a un mercado publicitario con las
restricciones y limitaciones análogas a las radiotelevisiones
europeas.


En cuanto a la transparencia y el buen gobierno, es prioritario un
modelo de gestión transparente. Propongo para ello la publicidad de las
actas de las sesiones del consejo, de los informes de rendición de
cuentas y de toda la contabilidad de forma clara y transparente, así como
de los salarios de los directivos, contrataciones y estructura
organizativa. El Parlamento, a través de la comisión de control y los
órganos reguladores, realizará una evaluación sistemática y objetiva del
grado de cumplimiento de la misión encomendada a la corporación,
exigiendo, en caso de detectar anomalías en la gestión, las
responsabilidades correspondientes mediante penalizaciones o el cese o
sustitución del órgano responsable.


Como acciones, habría que destacar, primero, la realización de una
auditoría profunda, pública, independiente y externa que verifique la
aplicación de los contratos firmados con productoras y empresas externas
de servicios. Dicha auditoría debería incluir una relación de puestos de
trabajo y esto permitiría ahorrar recursos y gastos jurídicos. También
esta auditoría debe incluir medios técnicos para afrontar una adecuada
transformación digital.


Y como tercer punto, cumplir con los mandatos judiciales y legales
aportando la documentación sobre la actual plantilla, los contratos con
productoras y empresas de servicios externos y rectificando, como ya he
mencionado anteriormente, las irregularidades detectadas por los
organismos del control del Estado. La externalización de los servicios y
producciones deberá estar avalada por informes preceptivos que garanticen
la imposibilidad de ser asumidos con los recursos propios. Estos informes
deberán ser aprobados por el consejo de administración. No podemos
continuar con asignaciones arbitrarias a productoras o empresas ajenas a
Radiotelevisión Española sin criterio de servicio público. Debe
garantizarse que la ratio de producción propia interna sobre el total de
los productos audiovisuales gestionados, producidos y programados por
Radiotelevisión Española esté al menos en la proporción fijada por el
mandato marco. Hay que reformular la mesa de producción recogida en
convenio colectivo para dar acceso directo a los trabajadores, como
sucede con el consejo de informativos, y dotarla de competencias para la
transparencia y buena gestión de la producción de programas. Hay que
actualizar la parametrización de las tasas y costes internos en nuestro
sistema de información de gestión de la producción propia, dado que
desvirtúa la realidad contable y financiera de la producción interna en
favor de la producción externa. No es cierto que sea más caro producir en
la casa que fuera.


El modelo organizativo de la Corporación Radiotelevisión Española hay
que adecuarlo a la situación actual del sector audiovisual. Su estructura
debe ser más transversal, de manera que se compartan funciones y flujos
de información más horizontales y menos piramidales o verticales. Se debe
adaptar a un modelo de gestión orientado a la racionalización de costes y
que sea coherente con los objetivos del mandato marco. Creo firmemente en
la cultura del mérito y de la gestión del talento. Hay que conformar la
política de carreras y la evolución profesional de los trabajadores,
implicándolos en un proyecto común y del que hay que hacerlos partícipes
para que aporten sus propias decisiones para la consecución conjunta del
éxito de las tareas encomendadas. En resumen, hay que adecuar la
estructura organizativa de la empresa, reformar los modelos de plantilla
tipo, realizando un catálogo de puestos de trabajo con sus
correspondientes manuales de funciones y de procedimientos de gestión y
producción de la corporación. Para la cobertura de vacantes, la Dirección
de Recursos Humanos presentará propuestas de provisión de plazas tras ser
acordadas con el comité intercentros y con su posterior aprobación por el
consejo de administración. Las vacantes de empleo fijo se deben cubrir
mediante accesos que garanticen la libre concurrencia, el mérito y la
capacidad. También hay que abrir un proceso para acabar con las plazas
interinas actuales, pasando a la situación de indefinidos, atendiendo
siempre al mérito, capacidad y equidad, y hay que garantizar, por fin, la
plena ocupación de la plantilla y el desarrollo de la carrera profesional
de sus trabajadores, estableciendo procesos reglados por concurso de
méritos transparentes y equitativos.


En cuanto a contenidos, debemos esforzarnos en articular unos medios
de comunicación que garanticen a los ciudadanos la difusión del
conocimiento, el derecho a la información y que contribuyan al
entretenimiento de una manera digna y acorde con los valores democráticos
y constitucionales. La corporación debe cubrir de su programación las
áreas más desatendidas por los medios de comunicación. La Constitución
española es clara en su artículo 20, garantizando los valores de
pluralismo, veracidad y accesibilidad, con el fin de contribuir a la
formación de una opinión pública informada. Esta percepción de carácter
independiente, plural e imparcial es objetivo preferente y prioritario
del área de informativos. En la medida que los ciudadanos perciban estos
valores, aumentará la confianza de Radiotelevisión Española y apreciarán
su papel como servicio público.


Propongo una dirección única de informativos para Radio Nacional de
España, Televisión Española y medios interactivos, con el fin de
homogeneizar la línea editorial y con los matices, claro está, que
requieren los distintos lenguajes audiovisuales de los diferentes medios.
El cien por cien de la producción de todos los programas informativos
debe ser propia. La externalización no debe existir en estos contenidos,
así será más fiable la independencia y la línea editorial de los
informativos.


Considero un valor diferencial de la Corporación Radiotelevisión
Española los centros territoriales y son claves para la vertebración del
país; constituyen uno de los troncos principales de la organización. Es
cierto que existe en el trasfondo un debate entre centros territoriales y
televisiones autonómicas. Estas se crearon como copias de la
radiotelevisión pública y adolecen en su mayoría de los mismos problemas.
Su independencia depende de los gobiernos autonómicos. Por ello, la
corporación, a través de sus centros, debe vertebrar y cohesionar el país
con una misma línea editorial informativa y atendiendo a la diversidad y
pluralidad de nuestras regiones.


Radiotelevisión Española debe ser un vehículo de difusión de la
cultura española, de sus nacionalidades y regiones en su pluralidad y
diversidad. La corporación debe apoyar la creación cultural europea y, en
particular, la cinematográfica. Los productos culturales tienen que ser
objeto preferente y se velará especialmente por la difusión y protección
de sectores específicos de la cultura española, como la música, las
bellas artes, la danza, las artes escénicas, etcétera.


Papel activo fundamental de Radiotelevisión Española es la
divulgación del conocimiento, por lo que el contenido de programas
educativos y de formación debe estar muy presente en la programación, sin
olvidar la difusión de la ecología y la protección del medio
ambiente.


La audiencia infantil se atenderá poniendo especial atención en la
protección del libre desarrollo de la personalidad y resto de derechos de
los menores, y hay que velar también por la comunidad juvenil, con
contenidos que animen al conocimiento, la formación y promueven el
talento y el esfuerzo, mediante una oferta atractiva de entretenimiento
creativo e innovador. Se dará cobertura a los acontecimientos de mayor
trascendencia deportiva, sin olvidar el seguimiento del deporte femenino
y, por supuesto, de los deportes minoritarios.


Compromisos sociales y derechos de acceso. Radiotelevisión Española
defenderá y promocionará los valores de igualdad, libertad, pluralismo y
tolerancia sobre los que se asienta la convivencia democrática. Con este
fin, Radiotelevisión Española garantizará el acceso de las organizaciones
y colectivos política y socialmente significativos; se promoverá el
respeto a las minorías y se atenderá a la integración de inmigrantes,
personas con discapacidad física, psíquica o sensorial, y el resto de
colectivos con mayor riesgo de exclusión social. Asimismo, se recogerá el
hecho religioso, por la relevancia social que tiene, con el máximo
respeto a la libertad y pluralidad de confesiones.


Concibo la Corporación Radiotelevisión Española como un motor de
crecimiento de la innovación en la industria audiovisual, incorporándose
a la vanguardia en actividades de I+D+i. En mi trayectoria profesional y
desde el año 1994 hasta 2004, en esta década, intervine en el plan de
renovación informática de gestión de Radiotelevisión Española, en el plan
de mejora de las comunicaciones, en la infraestructura del patrimonio
inmobiliario de Radiotelevisión, en la adaptación y mejora de la red de
internet, portal web, así como en la implantación y generalización del
uso de la intranet en las redacciones de informativos y fondos
documentales. Colaboré en los proyectos de digitalización de los fondos
documentales de Radio Nacional de España y de Televisión Española. En
julio del año 1997 participé en las pruebas tecnológicas para la
implantación del Canal 24 Horas. Solventamos el escollo del efecto 2000 y
fui asesor en la dirección de gestión y desarrollo del fondo documental
de Radiotelevisión para la digitalización de dicho fondo y archivos
audiovisuales de Radiotelevisión Española.


Considero que el centro neurálgico de nuestra investigación,
desarrollo e innovación tecnológica debe ser el IORTV, en colaboración
con el área de ingeniería y planificación tecnológica. Hoy en día,
nuestro centro de formación se ve mermado en recursos, principalmente
humanos, y creo que se deberían actualizar y potenciar sus funciones,
dado que debe ser la correa de transmisión del conocimiento, formación y
reciclaje de la plantilla y el laboratorio de investigación y desarrollo
de las nuevas tecnologías.


Como saben, soy ingeniero de Caminos, Canales y Puertos —creo
que soy el único que existe en la casa, muy a mi pesar— y mi
experiencia profesional en la gestión de proyectos ha sido amplia. Dada
mi formación, he sabido siempre que nuestros proyectos tienen una
incidencia clara en la sociedad y en el medio ambiente, análogamente a lo
que nos atañe en Radiotelevisión Española. Al final, siempre entra como
consideración principal el retorno del beneficio a la sociedad; esto es
el valor fundamental del servicio público.


Finalmente, quisiera hacerles una consideración, con base en mi
experiencia en la conformación y liderazgo de equipos de trabajo y con
cuarenta años de servicios en la casa. Entiendo que el nuevo consejo de
administración debe ser multidisciplinar, con distintos perfiles y
ámbitos de competencia, de tipo jurídico, económico-financiero, de la
comunicación y, por supuesto, técnica, como es mi caso. Les deseo todo el
éxito en la elección de los consejeros, dado que con ello abrimos una
expectativa ilusionante y motivadora para la sociedad, y sobre todo, para
los trabajadores de esta corporación. Me comprometo, en caso de ser
elegido, a cumplir todos y cada uno de los postulados y compromisos que
les he transmitido, tanto oralmente como por escrito, y debo todo ello a
mis compañeros, a mi persona, a nuestros ciudadanos y a esta empresa.
Volvamos a situarla en el lugar que le corresponde y que nunca debió
perder.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Don Julián Ignacio del Santo Mora, muchas
gracias por su exposición y, si lo desea, puede retirarse.


Gracias.


— D. ALEJANDRO GÓMEZ ARIÑO.


La señora PRESIDENTA: Llamo a comparecer a don Alejandro Gómez Ariño.
(Pausa).


Don Alejandro Gómez Ariño, buenas tardes. Muchas gracias por
comparecer en el día de hoy ante esta Comisión en el Senado. Le informo
de que esta comparecencia consistirá en una breve introducción de los
portavoces de los grupos parlamentarios hoy presentes y, a continuación,
dispondrá de diez minutos para exponer los términos de esta
intervención.


En primer lugar, tiene la palabra el representante del Grupo
Parlamentario Popular, el senador Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias, presidenta.


Buenas tardes, señor Gómez Ariño, bienvenido a esta comisión.
Queremos agradecerle su comparecencia para exponer aquí su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que venimos celebrando a lo
largo de la semana anterior y de esta finalizamos ese procedimiento de
selección de los miembros del consejo de administración de
Radiotelevisión Española y finalizamos la provisionalidad que se inició
en 2018.


En el Grupo Popular creemos que hoy los protagonistas son ustedes,
son los candidatos y, por lo tanto, le pedimos simplemente que, en la
medida que le sea posible, actualice el proyecto que en su día presentó
dando algunas pinceladas de cara a la actualidad. Solamente quiero volver
a reiterarle nuestro agradecimiento por comparecer hoy en esta
Cámara.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, el senador Vázquez Bermúdez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señora presidenta.


Buenas tardes, señor Gómez Ariño, bienvenido a esta comisión; una
comisión que trata de conocer diferentes propuestas de futuro para
Radiotelevisión Española. Estamos viviendo un momento determinante, con
retos, con desafíos.






Usted, como conocedor de la casa, sabe lo que nos
estamos jugando en este momento. Hay que elegir la nueva dirección, hay
que definir un nuevo contrato marco. En definitiva, tenemos mucha tarea
por delante. Queremos conocer cuáles son sus propuestas, sus ideas para
el futuro de Radiotelevisión Española.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Señor Gómez Ariño, tiene usted la palabra.


El señor GÓMEZ ARIÑO: Buenas tardes, señora presidenta.


Buenas tardes, señorías. Cuando vi la convocatoria de candidatos para
el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española y vi que cumplía
los requisitos para poder presentarme, me hizo ilusión. Supongo que como
todos los candidatos, vimos una luz de esperanza, una ilusión de que se
hacían las cosas bien en Radiotelevisión Española. Era una decisión
histórica el poder elegir al presidente de la corporación y sus
consejeros a través de un concurso público. Esto daría a Radiotelevisión
Española una credibilidad muy alta y daría al ciudadano una sensación de
transparencia en la nueva Radiotelevisión Española que se estaba
gestando.


Me presenté a miembro del consejo de administración de
Radiotelevisión Española, presenté mi currículum y presenté un proyecto
para lo que yo creía que tenía que ser la nueva RTVE. Al principio, como
a muchos de los candidatos, me dieron por no apto, porque me faltaba un
papel burocrático y en un principio solo pasaron el corte unos pocos que
si lo habían presentado. Se subsanó el error por la mayoría, y ya
estábamos en el concurso público para candidatos al consejo de
administración de RTVE.


Pasado un tiempo, se publican los baremos con los que se puntuará el
proyecto de cada candidato; entonces, como los candidatos ya habíamos
hecho el proyecto, nos dimos cuenta de que a lo mejor no nos ceñimos a lo
que se pedía en el concurso y que no íbamos a tener la puntuación
suficiente. Muchos candidatos opinan que los baremos se tenían que haber
publicado antes, para que así nos ciñéramos a lo que se nos pedía. Hubo
unos candidatos que por otros motivos no habían presentado el proyecto y
se les había echado fuera de la convocatoria; recurrieron y se les aceptó
el recurso; pero estos candidatos tenían ventaja, porque ya sabían las
bases del proyecto y cómo se iba a puntuar. El comité de sabios,
entonces, dio un plazo para que todos los candidatos pudieran ampliar su
proyecto; dejó muy poco tiempo, pero algo se pudo hacer. Me consta que el
comité de sabios tuvo algunos problemas para poder reunirse y corregir
los proyectos. También hubo algún candidato que no tenía la titulación
adecuada para poder presentarse, pero aun así recurrió y consiguió seguir
en el concurso. Al final, publicaron los resultados y todos los baremos
de corrección.


Mi puntuación no fue de las 20 primeras ni siquiera había obtenido
los puntos necesarios para poder seguir en el concurso. Al cabo de mucho
tiempo, unos dos años aproximadamente, pensábamos que el concurso se
había abandonado y que se volvería a la elección como antes, por
designación parlamentaria directa. Pero cuando se decidió retomar el
concurso, se nos comunica que como no habían salido muchas mujeres entre
las 20 primeras y la ley dice que el consejo tiene que ser lo más
paritario posible, se retoma el concurso y pasamos por el Congreso todos
los candidatos que nos presentamos y pasamos la primera criba, no los 20
primeros elegidos por el comité de sabios.


Pasamos todos por el Congreso, y allí puede exponer verbalmente ante
la Comisión de Nombramientos del Congreso de los Diputados todo mi
proyecto. Este proceso fue muy enriquecedor porque, aparte de poder
exponer mis ideas, pude escuchar las ideas de todos los candidatos, en
las que se vio un alto nivel y, sobre todo, una ilusión de crear la nueva
RTVE del siglo XXI.


Cuando acaban de exponer todos los candidatos, la prensa filtra que
varios partidos políticos ya han pactado los miembros del consejo de
administración de RTVE y quién será el nuevo presidente; todo esto en un
gran pacto en el que se incluyen las negociaciones de los miembros del
Consejo General del Poder Judicial. Cuando ya pienso que se ha acabado
todo, sale otra noticia en la prensa que dice que igualmente los
candidatos tienen que pasar por el Senado para acabar el trámite que
marca la ley.


Acabo de realizar una crónica en primera persona de cómo ha ido la
elección a miembros del consejo de administración de Radiotelevisión
Española hasta la fecha, y quiero enlazar esta crónica con mi proyecto,
que presenté ante el Congreso y que presento ahora ante ustedes.


Como ven, he realizado la crónica y no he opinado sobre las
decisiones de nadie. Me he limitado a decir lo que sucedió. Esto es lo
que propongo, entre otras cosas, para devolver la credibilidad a RTVE:
que se limiten a explicar las cosas a través de programas de información,
y dejar los programas de opinión para franjas muy delimitadas nocturnas,
en las que quede claro que son programas con entrevistas o coloquios con
alta calidad, con profesionales de prestigio que sean especialistas en el
tema y con periodistas, también de reconocido prestigio.


Voy a continuar explicando mi proyecto y, para aprovechar al máximo
el tiempo que se me da, voy a desarrollarlo desde el punto en que lo dejé
en el Congreso y contestar lo mejor posible a sus preguntas. RTVE tiene
que emitir mayoritariamente información objetiva y ha de quedar muy claro
para el espectador lo que son programas de género de opinión, como
debates o entrevistas, y emitirse solo en franjas horarias, por ejemplo,
a partir de las 10 de la noche.


Actualmente en TVE tenemos programas matutinos desde las 8 de la
mañana, que mezclan información y opinión. Después, a la una del mediodía
se pasa a un programa de producción externa, también de información, lo
cual, dicho sea de paso, contradice la normativa de no externalización de
los programas informativos en RTVE. En ese programa se sigue mezclando
información y opinión. Se continúa con un informativo territorial y
después se sigue con el programa magacín para empalmar con el telediario,
y después otra vez con el informativo territorial. Así no podemos decirle
a nuestra audiencia que somos objetivos.


Si las televisiones privadas quieren hacer programas de opinión
continuamente, con tertulianos que hablan de todo, que lo hagan, pero
RTVE tiene que tener un rigor informativo. El espectador o la espectadora
tienen que saber que si se quiere informar con veracidad puede acceder a
RTVE, tanto a nuestra radio como a la televisión, y si quiere que alguien
le interprete esos datos, en consonancia con su ideología, ya tiene las
privadas y puede elegir la que más se le parezca ideológicamente. Al
espectador o la espectadora que quiera una reflexión sosegada sobre lo
sucedido informativamente a lo largo del día se le debería ofrecer en
franja nocturna unos programas en RTVE de género de opinión ya citados
anteriormente.


Para poder devolver la credibilidad a RTVE, aparte de lo que acabo de
exponer ya hay varias líneas en mi proyecto. Una de ellas es la que
detallo a continuación. Mi proyecto se basa en transformar RTVE en una
plataforma audiovisual de pago tipo Netflix, HBO, etcétera, que ya se
está gestando en RTVE con el nombre de RTVE Play. En esta plataforma
audiovisual tenemos que proporcionar al espectador todos los puntos de
vista posibles de la noticia, tanto en directo como en diferido. Esto es,
aparte de darle la noticia, redactada por un periodista y montada por un
montador, se le podría poner en la plataforma los brutos de cámara para
que el espectador que quiera profundizar sobre esa noticia pueda hacerlo
lo máximo posible. Si esa noticia tiene interés para el espectador, se le
dan las máximas herramientas para que pueda seguir profundizando sobre la
noticia que se le ha dado. Aparte de los brutos de cámara, el espectador
puede acceder a todas las noticias relacionadas que se han emitido en
Radio Nacional, también con acceso a las grabaciones íntegras de esos
audios, para que así el espectador, a través de podcast, pueda formarse
una idea de lo sucedido. En los directos se podía hacer lo mismo. Yo
trabajo en el centro de operación de informativos de Sant Cugat del
Vallés, allí nos llegan todas las señales en directo de lo que está
sucediendo, en este caso en Cataluña, y el Canal 24 Horas elige una de
ellas al instante para ofrecérsela al espectador.


En la realización de los Premios Goya ustedes saben que se colaron
unos comentarios totalmente deplorables que se obtuvieron por el
micrófono de una de las cámaras que estaban en la entrada del teatro.
Desgraciadamente, esto no debía haber sucedido. Se tiene que tener un
control sobre todo lo que se emite en RTVE en todos sus medios de
difusión. Es inaceptable. Pero si se hacen las cosas bien, esta es la
filosofía que se ha de seguir en RTVE. Es lo que yo propongo en mi
proyecto, no solo darle el punto de vista del realizador de la gala, sino
que, a través de la plataforma, el espectador pueda acceder a más puntos
de vista, a todas las cámaras de realización de un evento, no solo en los
Goya, sino en todos los eventos que retransmite RTVE. Darle al espectador
a escoger los puntos de vista, como si él fuera el realizador del evento,
será un gran paso tecnológico, pero además ayudará a aumentar la
objetividad en la retransmisión.


Quiero aquí romper una lanza en favor de los profesionales que
intervinieron en esa retransmisión: jefes técnicos como Carlos López,
Jordi Brío, Caño, con sus ayudantes, como Javi Garro, que realizaron una
labor impecable de conexiones con todos los nominados; no hubo durante la
retransmisión ni un fallo, con toda la complejidad que requería; y le
facilitaron al realizador, Jordi Vives, todos los elementos necesarios
para hacer una labor sublime, y al final la noticia fue que se coló un
audio, totalmente reprobable, en la página web. Es por eso muy necesario
que se nutra a la plataforma de los elementos para transformarla
totalmente y que sucesos como estos no se repita.


Esta plataforma ayudaría a canales de TVE, ahora muy tocados por su
pobre audiencia, por ejemplo, el canal Teledeporte; pues lo cierto es que
su audiencia apenas se sitúa en torno al 0,4 %. Es uno de los canales
menos vistos de la TDT. Su presupuesto anual estaría en los 20 millones
de euros. Teledeporte, al ser una canal de retransmisiones deportivas
básicamente, es un canal ideal para emitirse solo por plataforma digital,
porque muchos eventos deportivos coinciden en el tiempo. A TV Cataluña,
el centro desde donde se produce el canal, nos llegan todos los eventos
que tiene que emitir, y muchos de ellos coinciden en el tiempo. Por
ejemplo, si un partido de tenis se alarga —cosa que sucedió
ayer—, no puedes dar paso al fútbol sala que va detrás, o si se lo
das, no das el final del tenis.


Si proporcionamos el espectador los servicios necesarios para
fomentar una plataforma potente, tal y como detallo en el proyecto
presentado, solucionaríamos este problema. Cabe recordar que este canal
estuvo al borde de la desaparición en 2014, cuando el presidente de
entonces de Radiotelevisión Española, Leopoldo González-Echenique, trazó
un plan para ahorrar 10 millones de euros al año, mediante la fusión de
Teledeporte con La 2. Su proyecto también contemplaba un incremento de
los contenidos deportivos dentro de la web de Televisión Española.


En el Congreso se me preguntó qué espero de este proceso. Pues,
bueno, ahora que ya se saben los miembros del consejo y quién será el
presidente, yo espero que el nuevo presidente tome buena nota de los
proyectos presentados por todos los candidatos, que este proceso no quede
solo en lo que parece, un mero trámite, y que el nuevo presidente escoja
de cada uno de los proyectos lo mejor, ideas que han sido sublimes, para
hacer una radiotelevisión pública de calidad. Espero, también, que a
Javier Montemayor le nombre nuevo director de Televisión Española o un
cargo de similar importancia; que los otros veinte primeros elegidos por
el comité de sabios formen parte de la dirección de RTVE, porque
prescindir de talentos, como, por ejemplo, Vicent San Clemente, o Miguel
Ángel Martín, como tantos otros, sería un error, un grave error.


Déjenme acabar con una frase de esperanza. Fue bonito mientras
duró.


La señora PRESIDENTA: Señor Gómez Ariño, don Alejandro, muchas
gracias por haber venido al Senado esta tarde y por su exposición. Si lo
desea, puede retirarse.


El señor GÓMEZ ARIÑO: Buenas tardes.


— D. LUIS SANTOS SERRA.


La señora PRESIDENTA: Ruego llamen a comparecer a don Luis Santos
Serra. (Pausa).


Don Luis Santos Serra, muchas gracias por comparecer hoy ante esta
Cámara, el Senado. Le informo de que esta comparecencia consistirá en una
breve intervención por parte de los portavoces de los grupos
parlamentarios y, a continuación, dispondrá usted de diez minutos, para
exponer los términos de esta comparecencia.


En primer lugar, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular, el senador Mediavilla.


El señor MEDIAVILLA PÉREZ: Gracias presidenta.


Buenas tardes, señor Santos Serra, bienvenido a esta comisión.
Gracias por comparecer hoy aquí para exponer su proyecto para
Radiotelevisión Española. Con las sesiones que hemos celebrado a lo largo
de la semana anterior y de esta semana, finalizamos el procedimiento de
selección de los miembros del consejo de administración de
Radiotelevisión Española y finalizamos la provisionalidad que se inició
en 2018.


Por nuestra parte, simplemente quiero trasladarle que los
protagonistas aquí, hoy, son ustedes, los candidatos. Le pedimos, si es
posible, que con el margen de tiempo con el que cuenta, nos traslade unas
pinceladas de su proyecto. Simplemente, le reitero nuestro agradecimiento
por estar hoy presente en esta comisión. Muchas gracias.


Gracias, presidenta.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señorías.


A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, el senador Vázquez Bermúdez.


El señor VÁZQUEZ BERMÚDEZ: Gracias, señora presidenta.


Buenas tardes, señor Santos. Bienvenido a esta comisión. El Grupo
Socialista agradece su presencia aquí, en una comisión en la que estamos
recibiendo a los diferentes participantes en el concurso público para
elegir la nueva dirección de Radiotelevisión Española. Es, sin duda, una
oportunidad para conocer diferentes proyectos, aportaciones e ideas sobre
el futuro que se presenta por delante, con retos y desafíos para un
patrimonio que es de todos, como Radiotelevisión Española.


Sin más, me dispongo a escuchar sus aportaciones, que anotaremos con
todo interés.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señoría.


Don Luis Santos, tiene usted la palabra.


El señor SANTOS SERRA: Mi intervención va a ir al hilo de otras
muchas que se han producido aquí, con todo el respeto y, desde luego, ese
respeto lo hago patente compareciendo aquí, aunque he tenido muchas dudas
de hacerlo.


No les voy a decir nada que no sepan, pero nunca imaginé que en un
examen —y esto lo es, pues se nos examina y damos cuenta— ya
supiera el resultado. En cualquier otro lugar, habría sido un escándalo.
Se ha publicado, pero en mi humilde opinión, este resultado —lo
digo humildemente— no beneficia democráticamente a nadie; desde
luego, a los seleccionados, a los cuales les deseo el mejor de los éxitos
y fortuna, por el bien del ente público, se les coloca en una mala
situación y a Radiotelevisión Española, también. Lo vuelvo a decir,
aunque me imagino que no soy original. Comparezco cuando ya están los
resultados publicados.


En cuanto a los que no pasamos esta selección, diré que detrás no
solo ha habido proyectos, sino trayectorias personales, trayectorias
vitales. Por eso no se me ocurre —he preparado unas pocas líneas,
espero que dentro del máximo respeto— postura más elegante y
respetuosa que acudir a un ejercicio literario, ayudándome del poema de
Kavafis, y concluir que mi viaje a Ítaca-democracia no ha concluido.
Ítaca no me ha engañado. La prensa y RTVE siguen condicionados por el
poder, pero ahora se ha perdido, en mi humilde opinión —insisto,
por cuarta o quinta vez—, la gran oportunidad del rearme ético. Yo,
con 20 años ya era detenido una y otra vez cuando estudiaba periodismo en
la Facultad de Ciencias de la Información por la Policía, la brigada
político-social del franquismo, por luchar por las libertades, no solo la
de expresión, como ahora. Y ahora me encuentro con esto, pero no me hacen
daño a mí, no hay agravios. Ahí queda a quién se lo hace. Sigo mi viaje a
Ítaca-democracia con el deseo de que lo público no acabe mal en la
comunicación. Al comienzo de la Transición, y lo hice en un libro, ya se
desmontó la cadena de periódicos que venía del Movimiento, impidiendo que
hubiese un sector público en la prensa. Ahora el peligro está en
Radiotelevisión Española.


Durante mi largo periplo, también he trabajado en Telemadrid
—si ustedes han podido echar un ojo a la biografía—. Vox
—para mí, el gran peligro de la democracia en estos momentos—
ya está pidiendo el cierre de Telemadrid en su programa electoral. ¿Quién
irá detrás? Pues, seguramente, Televisión Española.


Solo me queda para concluir, puesto que, seguramente no me van a
hacer preguntas —yo tampoco las haría, porque el proceso se ha
convertido en un mero trámite parlamentario, nunca mejor dicho—,
lanzar unos deseos al aire: solo pido voz, como dije en el Congreso, para
la guerra del Sáhara, cuyo pueblo está siendo aplastado, también
informativamente, con el silencio. Yo creo que Radiotelevisión Española
tendría que marcar el camino al resto de los medios. Y otro deseo al aire
es que los tribunales se pronuncien sobre la persecución a los medios por
parte de la ultraderecha. Hoy hemos visto en Sevilla una nueva práctica
de Vox, que está haciendo ruedas de prensa en la calle, donde los medios
están siendo presionados por sus militantes. Estamos yendo a un modelo de
impunidad que, seguramente, irá a más. Lo de menos, casi, eran mis
propuestas, puesto que las notas estaban ya publicadas en el tablón. El
modelo que yo proponía de la Radiotelevisión Española de todos, de todos,
y más en estos momentos de tanto enfrentamiento, tendrá que esperar,
porque, en mi opinión, se ha impuesto la suma de movimientos sectarios y
de trincheras políticas en el nuevo consejo. No lo digo como regañina,
sino como una constatación. Claro, ustedes no tienen edad, pero me están
juzgando; están juzgando una trayectoria vital, aunque seguramente no se
han leído mi proyecto. Yo tampoco lo habría hecho, porque si las notas
están ya publicadas, para qué.


Yo soy el último de hoy. Quiero dar las gracias a los servicios de la
Cámara, por su atención, y a los letrados, por su gran trabajo,
comunicándome todos los extremos y poniéndose a mi disposición. Muchas
gracias. Y a no ser que tuviesen alguna pregunta, que creo que no está
contemplado, yo ya he terminado.


La señora PRESIDENTA: Don Luis Santos Serra, muchas gracias por haber
comparecido en el día de hoy en el Senado. Gracias por su exposición. Si
lo desea, puede retirarse.


Señorías, se levanta la sesión.


Eran las diecisiete horas y cincuenta y cinco minutos.