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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 8, de 29/08/2019
cve: DSCD-13-PL-8 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2019 XIII LEGISLATURA Núm. 8

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA

Sesión plenaria núm. 5 (extraordinaria)

celebrada el jueves,

29 de agosto de 2019



ORDEN DEL DÍA:


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados ... (Página3)


Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento:


— Comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones, ante el Pleno de la Cámara, solicitada por los grupos parlamentarios Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, Republicano y Mixto, para informar sobre las actuaciones y medidas realizadas por el Gobierno en ayuda del rescate humanitario de más de 160 personas realizado por el Open Arms, así como sobre las medidas adoptadas por España
y la Unión Europea para garantizar la obligación impuesta por el Derecho Internacional de rescatar vidas humanas en peligro en el mar. (Número de expediente 210/000010) ... (Página3)



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SUMARIO


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados... (Página3)


La señora doña María Vilas Liñares adquiere la condición plena de diputada al prestar acatamiento a la Constitución.


Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento.


— Comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones, ante el Pleno de la Cámara, solicitada por los grupos parlamentarios Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, Republicano y Mixto, para informar sobre las actuaciones y medidas realizadas por el Gobierno en ayuda del rescate humanitario de más de 160 personas realizado por el Open Arms, así como sobre las medidas adoptadas por España
y la Unión Europea para garantizar la obligación impuesta por el Derecho Internacional de rescatar vidas humanas en peligro en el mar. (Número de expediente 210/000010) ... (Página3)


La señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones (Calvo Poyato) comparece ante el Pleno extraordinario, para dar cuenta de las decisiones tomadas en el mes de agosto
respecto del buque de pabellón español Open Arms.


Comienza explicando que hay que examinar en términos amplios el conjunto de la política migratoria del Gobierno. Se trata de un asunto complejo que acompaña a la historia de prácticamente toda la humanidad. El día 3 de julio compareció
ante la Comisión Constitucional y ese mismo día se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la constitución de la Comisión delegada del Gobierno para Asuntos Migratorios, comisión que coordina permanentemente la acción del Gobierno. Según datos
del Frontex, desde el año 2015, en tres años se habían incrementado las entradas un 170 %. El Gobierno tuvo que asumir de manera rápida y decidida esta situación. Menciona el Aquarius, buque que llevaba una sobrecarga y al que se le habían cerrado
los puertos más cercanos. Afirma que la política migratoria de este Gobierno ha sido siempre la misma: incrementar recursos y dotaciones para salvar vidas en el Estrecho.


A continuación se refiere a la situación del buque Open Arms. Como no se abrían los puertos en Italia, el Gobierno ofreció Algeciras, puerto al que este buque arribó en dos ocasiones. Dado que las autoridades italianas no conseguían
convencer al ministro Salvini de que abriera los puertos, el presidente decidió que un buque de nuestra Armada trajera a todos los migrantes que todavía se hallaban en una situación complicada.


Termina su discurso haciendo hincapié en que existe un problema particularmente preocupante: las mafias. Para ello el Gobierno ha elaborado el llamado Plan África, con el que esperan ordenar la inmigración y acabar con el tráfico de
personas que ponen sus vidas en riesgo a cambio de dinero.


Intervienen las señoras Álvarez de Toledo Peralta-Ramos, del Grupo Parlamentario Popular y Arrimadas García, del Grupo Parlamentario Ciudadano.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común hacen uso de la palabra la señora Vera Ruíz-Herrera, y los señores Pisarello Prados, Santiago Romero y Gómez-Reino Varela.


A continuación intervienen el señor Abascal Conde, del Grupo Parlamentario VOX; la señora Carvalho Dantas, del Grupo Parlamentario Republicano y el señor Legarda Uriarte, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV).



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Por el Grupo Parlamentario Mixto intervienen la señora Borràs Castanyer; el señor Matute García de Jalón; la señora Oramas González-Moro; así como los señores Sayas López, Baldoví Roda, y Mazón Ramos.


Interviene, en último término, el señor Simancas Simancas, del Grupo Parlamentario Socialista.


La señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones (Calvo Poyato), contesta a los portavoces de todos los grupos parlamentarios.


Replican las señoras Álvarez de Toledo Peralta-Ramos, Arrimadas García y Vera Ruíz-Herrera; los señores Pisarello Prados, Santiago Romero, Gómez-Reino Varela y Abascal Conde; la señora Rosique i Saltor; y los señores Legarda Uriarte, y
Simancas Simancas.


Duplica la señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones (Calvo Poyato).


Se levanta la sesión a las ocho de la noche.


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.


JURAMENTO O PROMESA DE ACATAMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN POR NUEVOS SEÑORES DIPUTADOS.


La señora PRESIDENTA: Buenas tardes, señorías. Se abre la sesión.


Con carácter previo al examen del orden del día, vamos a proceder al juramento o promesa de acatamiento de la Constitución conforme al artículo 20.1.3 del Reglamento.


En sustitución de doña María Rivera de la Cruz, pregunto a doña María Vilas Liñares si jura o promete acatar la Constitución.


La señora VILAS LIÑARES: Sí, prometo.


La señora PRESIDENTA: Doña María Vilas Liñares ha adquirido la condición plena de diputada. Enhorabuena. (Aplausos).


COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO DE LA CÁMARA, DE CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 203 DEL REGLAMENTO.


— COMPARECENCIA DE LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES E IGUALDAD EN FUNCIONES, ANTE EL PLENO DE LA CÁMARA, SOLICITADA POR LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS CONFEDERAL DE UNIDAS PODEMOS-EN COMÚ
PODEM-GALICIA EN COMÚN, REPUBLICANO Y MIXTO, PARA INFORMAR SOBRE LAS ACTUACIONES Y MEDIDAS REALIZADAS POR EL GOBIERNO EN AYUDA DEL RESCATE HUMANITARIO DE MÁS DE 160 PERSONAS REALIZADO POR EL OPEN ARMS, ASÍ COMO SOBRE LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR ESPAÑA
Y LA UNIÓN EUROPEA PARA GARANTIZAR LA OBLIGACIÓN IMPUESTA POR EL DERECHO INTERNACIONAL DE RESCATAR VIDAS HUMANAS EN PELIGRO EN EL MAR. (Número de expediente 210/000010).


La señora PRESIDENTA: Punto único del orden del día, comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones, ante el Pleno de la Cámara, para informar sobre las
actuaciones y medidas realizadas por el Gobierno en ayuda del rescate humanitario de más de 160 personas realizado por el Open Arms, así como sobre las medidas adoptadas por España y la Unión Europea para garantizar la obligación impuesta por el
derecho internacional de rescatar vidas humanas en peligro en el mar.


Tiene la palabra la señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES E IGUALDAD EN FUNCIONES (Calvo Poyato): Gracias, presidenta.



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Señorías, presidente, compañeros de Gobierno, buenas tardes. Comparezco en este Pleno extraordinario en nombre del Gobierno, a petición de varios grupos en la Diputación Permanente, para dar cuenta de las decisiones tomadas en este mismo
mes de agosto con arreglo a una circunstancia precisa del buque de pabellón español Open Arms ocurrida en la costa italiana.


Pueden imaginarse sus señorías que para explicar las decisiones puntuales de este asunto concreto conviene —tal vez este Pleno sea extraordinariamente interesante por ello— contar en términos más amplios el conjunto de la política migratoria
del Gobierno, no solamente en el ámbito de nuestras responsabilidades nacionales, sino también en el de la Unión Europea. Señorías, este es un asunto que no se puede abordar con simpleza, tampoco se puede abordar en términos absolutamente
polarizados. Estamos afrontando un complejo asunto que acompaña a la historia de prácticamente toda la humanidad y, particularmente, a nuestro país, en términos de presente pero también en términos históricos. Somos un país en una península que ha
sido trasiego constante a lo largo de la historia; somos un extraordinario producto justamente de ese trasiego. El fenómeno migratorio es absolutamente eterno y recurrente en diferentes formas y con diferentes contenidos, pero siempre está y
estará presente, particularmente para un país como el nuestro que tiene una frontera sur que es frontera de Europa, frontera terrestre en Ceuta y Melilla, en otro país y en otro continente. Somos la frontera sur de Europa del continente más rico
que a solo 14 kilómetros de mar está delante del continente más pobre. Nadie en la política española, ni ahora ni nunca, va a poder zafarse de las responsabilidades que a todos nos convocan, bien en la oposición o bien en las responsabilidades de
gobierno, máximas en la responsabilidad del Gobierno de la nación, pero también concurrentes en el resto de las administraciones públicas y en el conjunto de las instituciones de nuestro Estado.


Créanme, esta es una verdad frente a la cual no podemos engañarnos. Siempre trataremos de manejar en la política española la presión migratoria que tendremos en una parte muy importante de nuestro territorio. Por eso, será asunto de la
política, como no puede ser de otra manera, asunto del estricto cumplimiento de las normas propio de un Estado de derecho y de la gran democracia que somos. Pero también, tratándose de lo que se trata, de personas, de sus derechos, de la integridad
de sus vidas y de la integración también en muchas ocasiones de la convivencia en nuestro país, tratamos con delicadeza, con responsabilidad y con solidaridad, por tanto en la ética. Puede que haya pocas cosas en las que la ética y la política nos
obliguen a tanto porque hablamos de personas, hablamos de expectativas. En muchos casos cuando hemos de distinguir claramente entre el asilo, el refugio, las situaciones complejas en las que vienen muchas personas a las fronteras de nuestro país,
de la emigración económica, que la queremos ordenada y regular, como no puede ser de otra manera. En suma, habitualmente calificamos algunas políticas de Estado pero esta, sin paliativos, lo es; y lo es porque estará siempre, lo es porque a todos
y cada uno de nosotros nos coloca en un momento u otro en la responsabilidad directa, y particularmente porque en esta política de protección de derechos humanos —porque hablamos de personas— también se conjuga nada más y nada menos que la política
de seguridad de nuestro país. (Aplausos).


Con estos mimbres trataré a lo largo de la sesión de esta tarde de explicar todas y cada una de las decisiones que hemos tomado en poco más de catorce meses. Este Gobierno apenas alcanza los quince meses de vida, incluidos los cuatro
limitados porque estamos gobernando en funciones. En esos meses hemos recorrido un camino que seguramente esta tarde de manera muy interesante y espero que muy constructiva nos aliente a todos, particularmente a nosotros como Gobierno en funciones,
a seguir en un esfuerzo que solo cabe hacerlo bien con la concurrencia leal, al menos en el tronco de lo que representa el binomio seguridad-derechos humanos, de una democracia como es nuestro Estado.


Asumí las funciones de la vicepresidencia del Gobierno el 7 de junio del año pasado. El día 3 de julio comparecí en la Comisión Constitucional y ese mismo día —no por casualidad— se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la creación, y
por tanto la constitución, de la Comisión delegada del Gobierno para Asuntos Migratorios; ese mismo día, solo tres semanas después. El presidente era consciente de que teníamos que arrostrar, con total responsabilidad y eficacia, un asunto que no
se puede convertir en la política española en un elemento de manipulación y de demagogia, en un elemento que saque de donde nunca tiene que salir la xenofobia, el racismo y los delitos de odio. Porque interpretar a la sociedad española en estos
cuarenta luminosos años de democracia significa reconocerla tal cual es, una sociedad generosa y solidaria donde, por fortuna, cuajan muy poco esas mechas que se prenden, que enfrentan y que no comprenden a quienes desde lugares distintos,
religiones diferentes y culturas diversas también están y conviven. La democracia es, sin duda, el arte de administrar la diversidad de las sociedades



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actuales, no cabe otra, y solo se responde a ello con visión íntegra, capacidad de reacción eficiente y particularmente con un esfuerzo importante en materia de protección de los derechos y también de las expectativas de estas personas, que
están aquí, que cubren una parte importante de nuestra convivencia plural, que aportan también una parte importante a nuestro mercado de trabajo y al desarrollo económico de nuestro país, que nos han resuelto también algunos huecos del progreso de
la sociedad española y que contamos con ellos.


En esa Comisión se coordina de manera constante y permanente la acción de Gobierno que afecta a siete ministerios. Nos hemos reunido cada trimestre y, además, el presidente ha convocado de manera informal a los que, con rango de ministro o
ministra, tienen responsabilidades directas en otro par de ocasiones. Seis veces hemos establecido, con visión íntegra, la capacidad de reacción respecto a algunos datos que yo voy a ofrecer a sus señorías para situarnos estrictamente en esa
realidad. El presidente ya decidió en la estructura de su Gobierno que uno de los ministerios, el Ministerio de Trabajo, resaltaría la particular respuesta y disposición a arrostrar la presión migratoria en nuestro país con una Secretaría de Estado
para Migraciones. Así que nos dispusimos de esta manera instrumental a un trabajo que consideramos fructífero y eficiente, mejorable, perfectible, en poco tiempo y con una ayuda que todavía es escasa de la coordinación común de la política europea.
Les voy a dar a sus señorías dos datos que nos van a colocar seguramente en una visión de arranque del momento en el que este Gobierno se hace responsable de la política migratoria. En mayo de 2018, justo un mes antes de asumir nuestras
responsabilidades, la presión migratoria que de manera irregular había entrado por nuestras fronteras terrestres y marítimas al sur —fronteras europeas—, había sido cuatro veces mayor que en el mayo inmediatamente anterior; seguía una curva
ascendente que se producía ya de manera clara desde el 2015: 170 % de incremento de entradas en los últimos tres años, con datos de Frontex, del propio Ministerio del Interior, datos correspondientes también a la responsabilidad del anterior
Gobierno.


En agosto del 2018, un mes después de la responsabilidad asumida por este Gobierno, eran sesenta y ocho muertes las registradas, sesenta y ocho tragedias de vidas que se perdían en el Estrecho. Podrán imaginarse que la situación para este
Gobierno de prioridad absoluta en la reacción y en los instrumentos que habíamos de utilizar fue radicalmente importante para todos. Este Gobierno no tuvo cien días, no tuvo ni cien minutos, como todo el mundo vivió en aquel momento, hace ya más de
un año. Tuvimos que asumir de manera rápida, pero también decidida, una situación puntual —y luego ha habido más, hasta la última que hemos vivido en este mes de agosto— que se solapa constantemente con la política cotidiana y las excepciones que
aparecen de vez en cuando y que están fuera de nuestra zona de rescate, de nuestras aguas territoriales, de nuestras fronteras; me refiero, señorías, al Aquarius. El Aquarius era un buque que llevaba una sobrecarga, con más de 630 personas, al que
se le habían cerrado los puertos más cercanos y que a una determinada hora de la tarde, a partir de la cual el presidente del Gobierno recibió ayuda italiana y de la Armada española para traerlo a puerto español, a Valencia, la sobrecarga del buque,
según nos trasladaba el responsable del mismo, significaba una tragedia segura esa misma noche. Esa fue la alerta que recibió este Gobierno: No pasaremos la tarde y la noche con la sobrecarga de peso de los inmigrantes que lleva un buque que no
puede apenas con esta situación. Los puertos de Italia estaban cerrados, el de Malta también. Nunca sabremos si esa tragedia hubiera sido cierta —mejor no averiguarlo— y el presidente del Gobierno de España decidió en muy pocos días que no sería
España quien consentiría una situación de semejante calado. Fue una situación honrosa para el nombre de nuestro país porque, además, tuvo buenos resultados políticos ya que, a partir de ese momento, desde este Gobierno y con el trabajo particular
del presidente, pudimos hacer llegar a los diferentes foros, en el marco de la Unión Europea, que las fronteras españolas son fronteras europeas, que la presión que recibe nuestro país tiene que ser un problema europeo, que la coordinación y la
respuesta eficaz y necesaria no puede ser solo del Estado y del Gobierno de turno de España, y que era necesario empezar a caminar en otra dirección. Lo hizo el presidente muy rápido en la reunión informal de presidentes de Gobierno, lo hizo de
manera formalizada en el Consejo Europeo y lo pudo hacer también en la Cumbre de Marrakech, en el Pacto para la Migración. Se trataba de lanzar un mensaje claro y, al mismo tiempo, significó —pensamos nosotros que interpretando bien a nuestro país—
que se salvaron aquellas vidas. A partir de ese momento, la combinatoria de la política migratoria de este Gobierno ha sido siempre la misma: incrementar recursos y dotaciones para salvar vidas en el Estrecho. Les añado otro dato: en este mes de
agosto, segundo mes de agosto de nuestra responsabilidad, a día de hoy —solo quedan dos días para terminar este mes— solo hay —y ya es mucho— un muerto; sesenta y ocho en agosto pasado.



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Ese es el esfuerzo que hemos hecho por rescatar vidas, por poner todos y cada uno de los recursos suficientes, no solamente en nuestro Salvamento Marítimo, que es un servicio público financiado con los recursos y con los impuestos de todos y
cada uno de nosotros, sino también con el auxilio y la ayuda de nuestros cuerpos de seguridad, impagable, de quienes trabajan en Salvamento Marítimo, en la Guardia Civil y en nuestra Policía Nacional, y también cuando se necesita, de nuestra Armada
y de nuestra defensa. (Aplausos). Lo consideramos, señorías, un dato extraordinariamente gratificante para este Gobierno; y, repito, hay un muerto. Hemos conseguido acortar, con mucho, los datos que da Frontex de todo el Mediterráneo occidental:
hemos salvado 138 vidas más. Las hemos salvado en nuestra zona de responsabilidad, en nuestra zona SAR, en nuestra zona de solape con la zona SAR de Marruecos, país vecino con el que compartimos esta frontera marítima, y lo hemos hecho también en
la denominada zona de solape. Pero les he de añadir algo más a sus señorías que imagino que les debe gustar personal y políticamente: cuando Marruecos en su zona no puede acudir a un rescate, siguen yendo los recursos españoles para que ninguna
vida esté en peligro. (Aplausos). Debe tranquilizarnos en nuestra conciencia política que los recursos españoles están siempre dispuestos.


Hemos creado 2537 plazas más en los centros en los que recibimos a los migrantes, lo hacemos en colaboración con organizaciones no gubernamentales, particularmente con la ayuda extraordinaria de Cruz Roja y lo hemos hecho también moviendo
alguna pieza, que ha dependido fundamentalmente del presidente, en los fondos europeos para ayudar al país vecino a tener mejores instrumentos en la propia seguridad de sus fronteras. Marruecos es también un país de tránsito y de destino de la
migración que tiene que librar su particular batalla de seguridad y de defensa. Por primera vez se han movilizado para ejecutar 140 millones de euros de los fondos europeos para la ayuda a Marruecos y nos parecen pocos. Europa tendrá que seguir
haciendo un esfuerzo mayor con Marruecos. Aun así, hemos conseguido, en apenas catorce meses, movilizar casi 80 millones, 32 de nuestros propios recursos, no hace más de tres semanas, para que Marruecos disponga de mejores instrumentos con los que
nos coordinamos del otro lado de nuestros cuerpos de seguridad y de nuestro sistema de salvamento, buscando por encima de todo proteger las vidas de los migrantes.


Fíjense en que todo esto ya nos parecería razonable en el tiempo del que hemos dispuesto. No obstante, como les decía a sus señorías al principio, desde el minuto uno comprendimos que estábamos delante de uno de los grandes asuntos de
Estado y de nuestro país. Tan es así que, a través de otros instrumentos, alguno de los cuales está en la Ley 2015, de Seguridad Nacional —el anterior Gobierno del Partido Popular constituyó un comité en 2014 que nunca más se reunió y que era un
comité de expertos para las migraciones—, se reunieron en once ocasiones, de tal manera que disponemos de un plan global de respuesta y en este momento se está trabajando en dos planes específicos, y finalizarán pronto, de respuesta también para
Ceuta y Melilla.


Además de la respuesta de nuestro país como respuesta humanitaria y como Estado garante en todos y en cada uno de los elementos en los que cumplimos los tratados internacionales, la legislación del mar, nuestra propia legislación y los
compromisos europeos, hacemos también esfuerzos específicos y me voy a parar un minuto en ellos. Por nuestra frontera sur, frontera de Europa, entran mujeres y menores que a veces las acompañan y menores que no vienen acompañados. En nuestro país
tenemos en torno a 14 000 menores no acompañados. Hemos hecho por primera vez un esfuerzo y el 5 de agosto del verano pasado se hizo por primera vez una reunión sectorial a través del Ministerio de Sanidad, que tiene residenciada las políticas de
menores, para coordinarnos con las responsabilidades y competencias que tienen las comunidades autónomas para compartir responsablemente lo que afecta a los menores no acompañados. Por primera vez se ha dispuesto de recursos de los Presupuestos
Generales del Estado, los que maneja la Administración General del Estado, 40 millones de euros, para poder coordinar políticas que nos parecen extremadamente delicadas en cuanto estamos hablando de menores y para este Gobierno primero son menores y
después son migrantes. (Aplausos).


Hemos dotado de fondos particulares a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, sabedores como somos cualquier Gobierno lo sabría de que tienen un particular espacio específico para los menores que entran a través de las fronteras
terrestres de estas dos ciudades españolas. Además, hemos atendido de manera específica a muchas mujeres. La inmensa mayoría de la migración irregular es de varones, como sus señorías saben, pero hemos dispuesto ayuda y reacción específicas para
la entrada de mujeres, porque algunas de ellas entran habiendo sido objeto de uno de los terribles delitos que las mujeres a veces soportamos por nuestra condición de mujer; me refiero a haber sido objeto de trata con fines de explotación sexual.
Entran mujeres en estas circunstancias y a veces entran acompañadas de sus hijos.



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Reciben un trato específico y certero con arreglo a las circunstancias que apreciamos que las pueden venir acompañando, porque se han mejorado en apenas catorce meses los centros de Cádiz, de Málaga y de Motril, en Granada, para tener una
posibilidad de atención y de reacción cada día mejor. Les recuerdo: 2537 plazas nuevas para atenderlas. Muchas de ellas, como también es sabido, las compartimos con organizaciones no gubernamentales y particularmente con el esfuerzo de Cruz Roja.


En este contexto de trabajo constante también este Gobierno conoce muy bien las debilidades, además de esto que considero que empiezan a ser ya fortalezas de la política española. Me estoy refiriendo a la necesidad de una política común
europea. No hay en el panorama político comunitario un presidente del Gobierno que haya hecho más trabajo y más hincapié en el asunto. Cuando se produce una entrada de manera excepcional por el Mediterráneo central y por el Mediterráneo oriental
no por el Mediterráneo occidental cuando entran por el Estrecho, necesitamos tener una fórmula de llegada segura a puertos y una fórmula de corresponsabilidad de los Estados. Fíjense, ese formato, que tiene que perfeccionarse y que tiene que
funcionar de manera automática cada vez que ocurra, fue ensayado con el Aquarius con el esfuerzo de este Gobierno y de este país para decir que este es un asunto de corresponsabilidad de todos. Cada vez que ocurre, empieza a concebirse la costumbre
de que los Estados que no tienen fronteras marítimas tienen también que asumir esta responsabilidad compartida, hasta el último momento, en el asunto del Open del que ahora también pasaré a hablar. Mañana, en torno a las ocho de la mañana, está
previsto que el buque Audaz de la Armada llegue a nuestro país con los quince migrantes que nos correspondieron en el reparto tras el esfuerzo de coordinación que hicimos también hace unos días y que ahora quiero comentarles a sus señorías.


La Unión Europea necesita entender que su frontera sur es la española, que España necesita tomar constantes decisiones de seguridad y que la seguridad para este país pasa por una política de este Gobierno que no puede permitirse ni un solo
milímetro de dejación en la protección de los derechos de quienes puedan estar en aguas españolas. Según los datos que tenemos de Frontex, en lo que va de año han entrado de manera irregular al conjunto de la Unión Europea, tanto por la ruta
oriental, central y occidental como por la ruta de los Balcanes y Grecia, aproximadamente unos 50 000 migrantes en conjunto. Por la ruta oriental han entrado más incluso que por la ruta occidental, que somos nosotros, pero ese es el volumen total.
Lo quiero poner en la conciencia de sus señorías porque algunos tienen la tentación constante de, sobre datos inveraces, jalear de manera imprudente, de manera manipuladora y demagógica sentimientos que no pueden estar en los valores que sustentan
la convivencia democrática; 50 000 migrantes es toda la presión migratoria en las tres rutas del Mediterráneo en relación con nosotros.


El buque Open Arms, de pabellón español, ha venido a puertos españoles en tres ocasiones: a Barcelona y a Algeciras en dos ocasiones. Ha pedido venir a puerto español no siendo el puerto más cercano y, por tanto, no el más seguro. Pero en
tres ocasiones a lo largo de un año se han atendido por razones humanitarias las demandas de este buque, hasta diciembre de 2018 cuando llegó a Algeciras con 237 personas. En esta ocasión, este mismo buque no ha pedido en ningún momento venir a
puerto español; nunca, en ningún momento. Es más, ha sido el Gobierno quien ha ofrecido los puertos españoles, cuando ha pedido ayuda, para que pudiera venir; este Gobierno, de manera coherente, ha dado siempre la misma respuesta ante una crisis.
Hemos querido que este país nunca se pudiera sentir avergonzado por la irresponsabilidad de este Gobierno. (Aplausos). Nunca ha pedido venir a puerto español.


No obstante, en la situación en la que el buque se encontraba, frente a la costa italiana, con los puertos de Italia cerrados y el de Malta también, lejos de los puertos españoles y haciendo rescates de manera muy rápida, en días, porque
este buque estuvo haciendo rescates hasta los días 10 y 12 de agosto, hasta el día 16 no explicita la situación interna que hay. Italia responde sobre las situaciones más graves y el Gobierno español se pone en contacto con el Gobierno italiano
para pedir ayuda y colaboración, porque, según se nos trasladaba desde el buque, la situación era ya complicada. Como no se obtenía respuesta ni apertura de los puertos en Italia, se ofreció Algeciras, un puerto al que este buque ha venido ya en
dos ocasiones. Y se ofreció Algeciras porque es donde España, nuestro país, tiene los mejores y más rápidos instrumentos para responder de manera cotidiana. Diré más, el día que este buque había acabado de rescatar los últimos 39 migrantes, ese
mismo día, en el Estrecho, Salvamento Marítimo y nuestros centros de acogida atendían a 187 migrantes. Ese mismo día. (Aplausos). No fue objeto del foco mediático, pero para este Gobierno, si todas las vidas son iguales, también son iguales todas
las vidas de los migrantes; no tenemos ninguna diferencia que hacer. Repito, ese mismo día, con total normalidad, con la solvencia de los instrumentos de los que nos hemos dotado; casi 750 personas trabajan en Salvamento Marítimo, tres aviones de
ayuda —por cierto, dos con radar y uno en este momento en mantenimiento



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para ponerlo— y, cuando ha hecho falta, con el apoyo logístico de la Armada española y del Ejército del Aire, que, por cierto, tiene entre sus funciones el trabajo humanitario. De paso diré también que para las tropas españolas, donde está
nuestro nombre y nuestra bandera, el prestigio es absoluto por el trabajo que realizan también fuera de nuestras fronteras. Ese mismo día.


Como las autoridades italianas con las que hablamos —ministros— no conseguían convencer a su ministro, a Salvini, de que abriera los puertos, el presidente decidió que un buque de nuestra Armada fuera hacia el barco y trajera a todos los
migrantes que quedaban todavía en una situación complicada. Así ocurrió, y a las tres horas de la salida del buque de la Armada, el Audaz, la intervención de la fiscalía italiana cambió la situación; tres horas después. La Comisión Europea ha
reconocido en el reparto de estos migrantes —literal— que ha sido el Gobierno español quien ha dado la respuesta humanitaria y de rescate para desbloquear y sacar adelante una situación que estaba literalmente enquistada por los puertos cerrados de
Italia. (Aplausos). Estamos a punto de recibir a estas quince personas; diré más: la Comisión Europea consideró que los migrantes que iban a venir a nuestro país tenían una situación preferencial de alguna manera en reconocimiento al esfuerzo de
la posición del Gobierno español.


Voy concluyendo. A las excepciones hemos respondido con la legislación internacional y de manera impecable, protegiendo vidas y derechos humanos; al día a día, ampliando y mejorando los recursos para rescatar vidas, y, también al día a día
—importante y mucho—, a través de la Secretaría de Estado de Migraciones, con el plan que pudimos rescatar, y que estaba abandonado, de Integración de los Migrantes en nuestro país. Somos un país de tránsito, pero también somos un país donde se
quedan los migrantes. Necesitamos tener planes de integración que signifiquen la protección de sus derechos pero también la convivencia democrática y cotidiana en nuestro propio espacio común. Ese plan de integración ha sido fundamental para
resolver una parte importante de ese discurso que no se puede abrir paso de discriminación y de xenofobia frente a quienes vienen a nuestro país sin haber nacido en él (aplausos); entre otras razones, señorías, porque conviene tener memoria y este
es un asunto que atraviesa la historia de nuestro país, particularmente del nuestro por el lugar geográfico que ocupamos, afortunadamente, en el mundo; este asunto siempre va a estar y, como les decía a sus señorías al principio, conviene que lo
arrostremos con esta seriedad y esta profundidad. No olvidemos que en la historia reciente de nuestro país está muy cerca haber sido un país donde los nuestros fueron migrantes en otros sitios, donde los nuestros fueron tratados bien o mal en otros
lugares, eso nos debería dar la energía y la dignidad suficientes para saber que ahora nosotros, cuarenta años después y muy lejos de la dictadura, no vamos a hacer eso con nadie que esté aquí. (Aplausos). En suma, señorías, y para terminar,
Salvamento Marítimo rescató, salvó y propició ayuda el año pasado a casi 50 000 personas con los medios públicos del Estado, con los medios que financiamos con nuestro esfuerzo tributario, con lo que es propio de la dignidad de la democracia.


Termino. Hay un problema particularmente preocupante: quienes se dedican a traficar con las personas, lo que en términos coloquiales llamamos las mafias. En estos catorce meses hemos hecho algo que merece la pena destacar: hemos tratado
de colaborar en los países de origen. El ministro de Exteriores y el ministro del Interior han hecho una ruta intensísima en algunos países que nunca había pisado un ministro del Interior español para conocer de primera mano las condiciones de
cooperación en países de origen. La cooperación con los países de origen importa mucho a nuestro país porque siempre van a estar ahí. En el continente más cercano al nuestro están los diecinueve países más pobres del mundo. En términos
demográficos se calcula que África tendrá 2400 millones de habitantes para 2050 y Europa apenas alcanzará los 700 millones. Conviene que tengamos memoria pero también mirada muy larga y muy inteligente para, con la situación geográfica que tiene
nuestro país, no cometer ningún error entre todos. Hemos elaborado un Plan África que esperamos, cuando corresponda, en el futuro, poder acabar de ahormar y dotar con recursos, porque los recursos que se utilizaban para cooperación en los países de
origen, que es donde podemos tener acuerdos de migración regular y conveniente para ambos lados —el país de origen y nosotros—, habían sido mermados en prácticamente un tercio. Necesitamos que esa política, de la mano también de los fondos europeos
y de la gran política que la Unión Europea tiene que hacer en África en tantas cuestiones pero particularmente en los países subsaharianos y Marruecos, por mor del asunto que nos trae esta tarde aquí, nos permita ordenar una inmigración que en
muchos casos está abocada a lo que en términos coloquiales llamamos mafias, traficantes de personas que ponen sus vidas en riesgo a cambio de dinero. La tarde dará para más y les podré dar más datos, pero en combinación con Marruecos, Níger y
Mauritania hemos hecho un esfuerzo de detención de estos traficantes, la



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desarticulación de 38 redes de traficantes. Es verdad que nunca sabremos cuánto hemos podido evitar, pero lo hemos hecho, señorías.


Hemos andado una parte del camino, importante, necesaria, rápida, certera. Queda mucho por hacer. Debería ser una política particularmente sensible y protegida por todos nosotros; ahora sí por todos nosotros, por Europa pero también por
las responsabilidades del Gobierno y de la leal oposición en este asunto. Lo que hemos hecho es mejorable, pero lo hemos tratado de hacer rápido y bien. Estamos abiertos a cualquier sugerencia y aportación, porque aquí, con esto, sí se defiende
España.


Gracias, señorías. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno en funciones, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, vicepresidenta.


A continuación intervendrán los representantes de los grupos parlamentarios por un tiempo de diez minutos, que espero que todos ustedes administren y respeten, tal y como marca el Reglamento.


En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra la señora Álvarez de Toledo Peralta-Ramos.


La señora ÁLVAREZ DE TOLEDO PERALTA-RAMOS: Muchas gracias, señora presidenta.


Señora vicepresidenta del Gobierno en funciones, no se imagina con qué interés afronto la posibilidad de debatir con usted. Son tantas sus frases extravagantes en toda su trayectoria, las veces en las que ha ofendido la inteligencia de los
españoles, la Constitución, el Diccionario, la Enciclopedia, hasta la Wikipedia, y es usted hasta tal punto la impúdica exhibición del mal gobierno que encararla consigo mismo sería no ya necesario, urgente, sino incluso diré que gozoso. Y hoy
tenemos un ejemplo más. Hoy ha dicho usted que viene a defender una política de Estado, que hace una política de Estado, pero parece que su política de Estado consiste en decir que con la derecha mueren más inmigrantes que con ustedes y eso,
francamente, quiero decirle que es una vil utilización de los muertos —también, como veremos, de los vivos— y que yo no voy a entrar en ese tipo de debates con usted. (Rumores). Sí, sí, no voy a entrar, yo creo que tendremos muchísimas ocasiones
para debatir usted y yo, si esta legislatura se alarga, sobre la cantidad de cosas que usted dice que son, como digo, una ofensa a la inteligencia y a la convivencia entre partidos.


El destino, o sus coreografías con Podemos, ha querido que nuestro primer debate sea sobre uno de los más graves problemas contemporáneos. Un problema complejo, de muy difícil resolución, esencial para España, para Europa, para el futuro.
Un debate que afecta a muchísimos ámbitos: la pirámide de envejecimiento, el Estado del bienestar, las guerras culturales; es decir, un problema que no admite ni las soflamas histéricas, ni la sensiblería hipócrita. La inmigración es el terreno
donde la demagogia es más perniciosa, más intolerable, más inmoral. Por lo tanto, no tema, yo no voy a decir: usted, señora Calvo, es la responsable de la crisis del Open Arms. Es decir, no haré lo que han hecho su jefe y sus socios. Porque el
señor Sánchez solo da la cara el día en que sus rasputines le dicen: hoy toca posado fotográfico —glorioso, por cierto, el de Canarias, señor Sánchez —. (Aplausos). Esa foto que se hizo… (Rumores). Sí, ya sé que le molesta, pero es que a usted
las fotos le gustan, esa foto que se hizo en forma de uve, uve de victoria, o de vanidad, o de vacuidad, o simplemente de vacaciones, que es lo que lleva usted, cuatro meses o seis, depende de los cálculos. (Aplausos).


El otro, el señor Iglesias —por cierto, felicidades por la niña—, ha sustituido el asalto a los cielos por la sumisión a la divinidad sanchista: Sánchez lo veta, lo humilla, dice que es un riesgo para la democracia y el señor Iglesias se lo
agradece impidiendo su comparecencia hoy aquí. Eso se llama masoquismo político, salvo que de verdad le vayan a dar tres ministerios y un par de vicepresidencias, y eso no lo sabemos, pero, en fin, lo vemos duro. Bueno, ellos sabrán lo que hacen,
por qué lo hacen y sobre todo para qué. La factura en todo caso, en forma de nuevas elecciones o de un Gobierno incapaz de gobernar, la pagaremos como siempre todos los españoles. Pero, insisto, no tema, señora Calvo, yo no voy a culparla a usted
del drama humano de la inmigración, ni siquiera voy a pedirle que lo resuelva con muros infranqueables y otras fórmulas mágicas trumpianas. Lo que sí le digo y lo que sí le exijo en nombre de mi grupo es que deje ya mismo de agravarlo: su política
es inflamable. Veamos.


Un barco a la deriva se ha de asistir siempre, como a cualquier persona cuando su vida corre peligro, eso es natural y lo haríamos todos y eso no se discute, así lo ha entendido la justicia italiana: ha rescatado a los inmigrantes del Open
Arms y ha inmovilizado el barco, humanidad y legalidad. Alguien podría decir que la justicia italiana ha cedido ante un chantaje porque hay quienes actúan con los Estados y con los sentimientos como lo haría un secuestrador, exigen un rescate en
las dos acepciones. Los primeros en



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ceder ante el chantaje es eso que se llama la pseudoprogresía organizada mundial, esa a la que la madre naturaleza ha bendecido con un corazón último, y hasta con un alma, como nos enteramos el otro día por parte de la portavoz de Podemos,
que decía y gemía en la Comisión: ¡siento en el alma que tenga que venir la señora Calvo! Bueno, los demás al parecer no tenemos ni corazón ni alma. Ahora bien, observen una cosa, en el otro extremo, los salvinis, cuando claman que no al chantaje
y que no se ceda, tampoco se atreven a ir hasta el final de su extremismo, no dicen: ¡hágase la justicia y perezca el mundo! Es decir, las hipocresías habitan muy bien en los extremos y se tocan. Pues bien, frente a las hipocresías, la verdadera
política es ser racional, responsable y proactivo. La obligación de la política es y era impedir que esos barcos naveguen. Primero, porque para la noble tarea de rescatar a los náufragos ya está Salvamento Marítimo, al que mi grupo felicita y
agradece su extraordinario trabajo. (Aplausos). Y, segundo y muy importante, porque esos barcos también son la expresión de un turbio negocio que ustedes conocen bien, muy bien, porque también lo practican en muchos otros asuntos y no solo en
este, pero en este de forma especialmente impúdica. Usted, señora Calvo, hace negocio electoral, politiqueo, bajo la máscara de la solidaridad. (Rumores). Vamos a los hechos.


¿Qué hicieron con el Aquarius? Ustedes llegaron al Gobierno después de una moción de censura indigna —legal, claro, pero indigna— basada en una fake news (protestas) y pactada con dos partidos que acababan de dar un golpe de Estado y con
otro que está fuera de todo consenso ético por su justificación del asesinato. (Continúan las protestas). Sí, un partido al que ustedes le han dado la alcaldía de Huarte, ustedes. Lo primero que hicieron después de llegar fue convertir el
Aquarius en un spot publicitario —debió parecerles comercialmente eufónico el nombre— y lo hicieron sin el más mínimo escrúpulo, sin pudor, sin respeto por las 629 personas que viajaban a bordo a quienes convirtieron en figurantes de un espectáculo
mediático bochornoso. ¿Se acuerda de las portadas, señora Calvo, sobre el Aquarius? He traído aquí un par de ellas. (Muestra dos fotografías). Las conocerá, supongo que las ha recordado estos días. Ustedes abandonaron la política y se
zambulleron en el fango de la demagogia, lo que un día alguien bautizó como buenismo pero que en realidad tiene con la bondad la misma relación que la apendicitis con el apéndice. Esa es la triste virtud del Open Arms, exponer lo que ocultaba su
máscara de solidaridad, un utilitarismo despiadado, y demuestra hasta qué punto ustedes movilizan el corazoncito a su conveniencia. Como ya no podían aprovechar el Open Arms como en el caso del Aquarius, el barco se fue a la deriva, y esa deriva,
señora Calvo, es la suya, la de su Gobierno.


Pero ahora voy a ir un poquito más lejos, si me lo permite, a ver qué le parece. El sanchismo y el salvinismo son las dos caras de la misma moneda, hacen lo mismo en dos sentidos profundos y exactos. Primero, utilizan a los inmigrantes
para ganar votos. Uno pesca en el océano del sentimentalismo irresponsable, ese en el que nadan algunos, tantos de esta Cámara siempre prestos a culpar a Europa, a Occidente, a la democracia liberal de los males de la tierra; son los que claman:
puertas abiertas, vengan todos que el dinero público no es de nadie —quizá la frase le suene—. El otro grupo, los salvinistas, cazan también en la selva de la xenofobia y el odio al diferente. No distinguen entre la necesaria defensa de las
fronteras legales y la construcción de abyectas fronteras identitarias entre ciudadanos. ‘Buenistas’ y ‘malistas’, contra Kant todos, utilizan a los hombres como un instrumento al servicio de su causa, de sí mismos, y no como un fin, y ninguno, por
supuesto, está dispuesto a pagar el coste de su política. Segundo paralelismo entre sanchistas y salvinistas: los dos exhiben el mismo desprecio no ya por el inmigrante, por supuesto, sino por el individuo. Ambos conciben a los inmigrantes como
parte de un bloque homogéneo, un colectivo. Para unos todos son víctimas, para otros todos, culpables. Son dos miradas averiadas de la realidad que impiden la resolución de cualquier complejo problema como este. Y aquí permítame, señora Calvo, un
poco de pedagogía liberal —de verdad, no hace falta que mire al horizonte, podemos entablar una conversación—. El inmigrante también es un individuo único, libre, responsable y racional. Los inmigrantes no son por definición ni víctimas ni
culpables, no existen las culpas colectivas ni las inocencias colectivas; tampoco en los hombres y mujeres. Al inmigrante hay que ofrecerle solidaridad y ayuda, especialmente si su vida está en riesgo o acaba de llegar, pero jamás caer en la
estupidez de pensar que todos son una amenaza para la sociedad ni en la arrogancia de suponer que ninguno de ellos es capaz de valerse por sí mismo. El inmigrante también prefiere la libertad y la democracia, y no puede estar condenado por su
origen étnico, religioso o cultural a la falta de libertad o a la falta de igualdad ante la ley, ya sea por los privilegios o por la falta de ellos, una condescendencia atroz.


Acabo ya, señora presidenta. Señora Calvo, ustedes orillaron la legalidad y abandonaron la humanidad, y legalidad y humanidad son compatibles, ni siquiera son elementos en tensión. Pero, claro, cómo le voy a explicar yo esto a un grupo
cuyos socios no solo ven un conflicto, ven una contradicción absoluta entre



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democracia y legalidad y la alientan todos los días, la alientan todos los días contra nuestro sistema de convivencia. Toda la Cámara conoce, y seguro que la señora Calvo también, la famosa frase de Giscard d’Estaing a Mitterrand en el
debate electoral de 1974, cuando le dijo: Ustedes, señores de la izquierda, no tienen el monopolio del corazón —una frase muy manida—. Este triste caso del Open Arms demuestra que ustedes tampoco tienen, ni siquiera en régimen compartido, el
dominio de la cabeza; ni corazón ni cabeza, señora Calvo. Ni corazón ni cabeza.


Gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Álvarez de Toledo.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Arrimadas García.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Gracias, señora presidenta.


Es mi primera intervención desde esta tribuna y no puedo evitar verbalizar el honor que supone para mí representar a millones de ciudadanos españoles en el Congreso de los Diputados, en un Congreso de los Diputados que precisamente lleva
seis meses, seis, medio año sin poder hacerle una sesión de control al Gobierno de España. Seis meses sin que vengan ministros, ministras o el presidente del Gobierno a dar la cara ante los españoles. Si hoy viene la vicepresidenta es porque les
hemos obligado desde la oposición. Pero para nosotros este es un tema tan importante y tan relevante que el señor Sánchez, después de seis meses sin dar la cara en el Congreso en una sesión de control, debería estar aquí explicando a los ciudadanos
qué es lo que está pasando con la inexistente política inmigratoria del Gobierno de España.


En nuestra opinión, este debate no debería centrarse en discutir lo indiscutible, en cuestionar lo incuestionable. Parece que la señora vicepresidenta ha estado toda su intervención hablando de algo que para nosotros no tiene discusión: la
obligación de las embarcaciones de rescatar a personas que encuentran en el mar, atenderlas y llevarlas al puerto cercano más seguro no es objeto de discusión, al menos no por nuestro grupo parlamentario. Además, esta solidaridad y esta humanidad
no son patrimonio del Gobierno de España, no son patrimonio del Partido Socialista. Yo sé que el Partido Socialista, y sobre todo la vicepresidenta, son muy dados al monopolio, al patrimonio de la igualdad, del feminismo, del orgullo, del día de la
mujer, por supuesto no podía ser de otra manera con la sensibilidad y la solidaridad. Pero es que la sociedad española es solidaria y es sensible a los dramas humanos; no solo somos líderes mundiales en donación de órganos, sino que la sociedad
española siempre ha dado una respuesta ejemplar ante los dramas humanitarios, por eso la empatía y la solidaridad no son solo de la vicepresidenta, no son solo del Gobierno del Partido Socialista, sino que son de todos los españoles. Además, las
labores de rescate humanitario se están llevando a cabo en este país por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Salvamento Marítimo desde mucho antes de que llegara la señora Calvo al Gobierno de España. Lo digo porque, según su discurso,
parece que empezó con ellos, con los señores del Partido Socialista; no, no. Quiero hacer un reconocimiento a la labor de Salvamento Marítimo, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que salvan vidas desde antes de que llegara la señora
vicepresidenta al Gobierno, durante y que lo seguirán haciendo cuando la señora vicepresidenta ya no esté en el Gobierno de España. (Aplausos).


Usted decía que el dinero público no es de nadie. Bueno, lo único que sabemos es que es de todos; pues igual es la solidaridad y la empatía en la sociedad española. Pero a nosotros nos parece que usted no ha dado explicaciones suficientes
sobre un problema de fondo, usted solo ha abordado una parte del problema, una parte muy importante sin duda, la parte humanitaria, que no está para nosotros en cuestión. Pero ¿y el fondo de la cuestión?, ¿y el problema de la inmigración irregular
y de las mafias, que usted ha nombrado no sé si una vez en todo su discurso, al final, deprisa y corriendo? Lo que hay detrás de todos estos dramas humanos son precisamente mafias que están traficando con seres humanos y que se están lucrando
gracias al sufrimiento y a la desesperación de muchas personas.


¿Usted ha hablado de control de fronteras, como todos los países democráticos hacen? ¿Ha hablado de cómo piensan ustedes revertir este flujo de inmigración irregular que ciertamente tenemos en España? ¿Ha hablado de liderar una solución
europea para luchar contra las mafias también en los países de origen? Se ha centrado solamente en su discurso en una cuestión y, miren, no sé si los datos concuerdan con los que usted ha dado, pero sus propios datos del informe anual de Seguridad
Nacional de 2018 son muy claros: España constituye el principal punto de acceso a Europa para la inmigración irregular. Han llegado a España solo por vía marítima 57 500 personas —y estos son datos simplemente oficiales, puede haber muchos más—,
algo que supone un incremento del 162 % respecto al año 2017. Detrás de estos números hay personas, hay dramas, pero también hay mafias. Nosotros lo que queremos es que usted



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lance un mensaje de que este Gobierno va a controlar las fronteras, va a luchar contra la inmigración ilegal y va a liderar la respuesta europea en la lucha contra las mafias que trafican con personas y no lo hemos escuchado, señora
vicepresidenta. (Aplausos). Ustedes no tienen políticas de inmigración, ustedes lo que tienen es un recopilatorio de improvisaciones, bandazos y contradicciones internas. Y creo que esto no solo se lo voy a decir yo, señora vicepresidenta; todos
los partidos de todo color político, desde los que quieren que se abran las fronteras y que venga quien quiera hasta los que quieren construir un muro en África, pasando por los que nos encontramos en posiciones más centradas entre esos dos
extremos, tenemos algo en común, fíjese: no tenemos ni idea de cuál es la política de inmigración del Gobierno de España, porque ustedes son un recopilatorio, un recopilatorio de improvisaciones. (Aplausos).


No son casos aislados, señora vicepresidenta, y no son casos aislados porque vendrán más Aquarius y vendrán más Open Arms, y la gente de distintos colores políticos se pregunta en su casa qué hará el Gobierno de España cuando vuelva a venir
un Open Arms, porque lo que hemos visto en su Gobierno es totalmente contradictorio. Todo el mundo tiene en mente ese Aquarius, que fue una de las principales medidas mediáticas del Gobierno de España —allí fue la vicepresidenta del Gobierno,
cuando había setecientos periodistas acreditados, por cierto—, pero luego siguieron llegando Aquarius cada día a las costas andaluzas, cada día. Yo soy de Cádiz, señora vicepresidenta. Hable usted con ayuntamientos, con entidades sociales e
incluso con bañistas; no es difícil estar en la playa en Cádiz y encontrarte a personas que llegan en cayuco o en patera. Después de eso la respuesta del Gobierno ha sido diferente en función de si el caso era más mediático o menos mediático.


Por supuesto, tenemos que hablar de la última actuación del Gobierno en los últimos días con el Open Arms. No tenemos tiempo para hacerle un resumen de la gestión contradictoria, por no decir otra cosa más fuerte, del Gobierno de España,
pero solo le puedo decir que en quince días ustedes han pasado de decir que no podían hacer nada y que no tenían que hacer nada a decir que lo mismo multaban a la ONG y a acabar mandando un buque de la Armada española con decenas de tripulantes para
traer a quince personas previamente rescatadas el mismo día que Italia daba luz verde para el desembarco. ¿De verdad viene aquí usted a defender esa gestión? ¿De verdad usted cree que los ciudadanos que están en su casa y que piensan que su
gestión es un sinsentido son unos fachas, son unos insensibles, son unas malas personas? No, señora vicepresidenta. Estoy convencida que todos los ciudadanos españoles tienen la misma sensibilidad que usted cuando ven las imágenes escalofriantes
de personas ahogadas en el mar o de niños muertos en las orillas de las playas, tienen el mismo sentimiento y la misma solidaridad que usted.


¿Cómo piensan ustedes luchar contra el origen del problema, contra las mafias, contra la inmigración ilegal? Las mafias no pueden decidir la inmigración que llega a un país, señora vicepresidenta; no pueden ser ellas las que deciden cuáles
son las personas que llegan a España. ¿Sabe otra realidad que usted ni ha nombrado? El calvario burocrático que les supone a muchas personas venir a España por los procedimientos legales ordinarios. Muchos sectores tienen dificultades para atraer
talento extranjero de terceros países porque es un infierno burocrático traer a la gente según el procedimiento ordinario. ¿Qué mensaje están ustedes lanzando al mundo? ¿Que es más fácil venir de manera irregular y dejándose manipular y
extorsionar por las mafias que cumpliendo los procedimientos ordinarios? ¿Siempre están ustedes poniéndose enfrente de los que cumplen las leyes y facilitándoles la vida a los que las incumplen? ¿Siempre están ustedes en el mismo sitio?
(Aplausos).


Señora vicepresidenta, no nos lleven ustedes a una falsa disyuntiva. Aquí no hay que elegir entre humanidad y no dejar que la gente se muera ahogada en el mar o decir que se controlen las fronteras, que se apueste por la inmigración regular
y que se luche contra las mafias. No es incompatible, es perfectamente compatible, y estoy convencida de que en ese espacio se encuentran la mayoría de españoles. Desde luego, usted decía una cosa en la que tiene razón: no son nuestras fronteras
únicamente, son fronteras europeas, y ahí se debería ver el liderazgo de España para tener soluciones conjuntas. Ya sé que a usted criticar al señor Pedro Sánchez le resulta un poco complicado; para usted el señor Pedro Sánchez es capaz hasta de
salvar la Amazonia de países que no tienen Amazonia. (Aplausos). Ya sé que usted le considera capaz de hacer esto, pero lo que ven los ciudadanos españoles, señora vicepresidenta, es que no hay una lucha conjunta europea contra las mafias en los
países de origen, es que no hay un trabajo conjunto europeo en los países de origen para solucionar los conflictos que hacen que todas estas personas quieran venir a Europa. Lo que ven los ciudadanos españoles es que ustedes no tienen política de
inmigración y que reaccionan a un barco u otro en función de lo mediático que sea ese caso en los medios públicos y privados españoles.



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Le voy a reconocer una cosa —y con esto acabo, señora presidenta—: no es una situación fácil. Nosotros no somos como esos partidos que vienen a proponer soluciones muy sencillas a problemas muy complejos. No es una situación fácil, es una
situación muy compleja, pero yo solo les pido, señora vicepresidenta y señor presidente del Gobierno —que no ha querido hoy someterse a este control parlamentario—, que dejen de dar lecciones de moralidad, porque no son ustedes los dueños de la
compasión; que dejen de dar excusas y dejen de dar bandazos, porque las únicas beneficiadas de sus bandazos son las mafias que trafican con personas. Vayan ustedes a Europa, señora vicepresidenta, señor presidente, pero no solo a cenar, sino a
buscar soluciones y a liderar una solución europea para luchar contra las mafias, para luchar contra la inmigración ilegal y, por supuesto, para atender la obligación humanitaria que es rescatar para que nadie nunca más pierda la vida en el
Mediterráneo.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arrimadas.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra, en primer lugar, la señora Vera Ruíz-Herrera.


La señora VERA RUÍZ-HERRERA: Muy buenas tardes a todos y a todas. Gracias, señora presidenta. Buenas tardes, señora Calvo.


Voy a intentar, aunque sea crítica —porque lo tengo que ser—, ser constructiva. No sé si gemir voy a gemir, entre otras cosas porque el hemiciclo y este tema son lo contrario a algo sexy como para ese tipo de declaraciones, señora Cayetana,
tan fuera de lugar. (Rumores).


Hablando de lo que nos ocupa, era importante que hoy viniese aquí y que debatiésemos sobre este tema, entre otras cosas porque lo que ha provocado su gestión este verano, señora Calvo y señores del Partido Socialista en general, es que se
abra un debate que estaba muerto y que no se debata sobre cómo vamos a salvar las vidas en el Mediterráneo, que es de lo que debería estar hablando cualquier político con algo de decencia, sino sobre si es oportuno o no es oportuno rescatar a
personas que están en una situación de especial vulnerabilidad en alta mar. Eso es lo que se está debatiendo y ese es un debate cerrado, porque no es una opción política, es una cuestión de exigencias internacionales, del derecho internacional y de
la Convención de Naciones Unidas que incluso España ha avalado. En eso estoy de acuerdo con la señora Arrimadas por primera vez en la vida, aunque es una cosa difícil de cumplir si pactan con VOX en Andalucía, ya que en las costas andaluzas hacen
todo lo contrario. (Aplausos). Les recuerdo a todos los presentes, sean del partido político que sean, que lo único ilegal en todo este asunto es dejar morir a personas en el mar, repito, es dejar morir a personas en el mar, que es lo que llevaban
haciendo durante muchísimos años antes de que llegara el Partido Socialista. (Aplausos). Lo digo porque todos recordamos, señora Cayetana, al Partido Popular y a Fernández Díaz mandando utilizar pelotas de goma para que quien nadaba y estaba a
punto de alcanzar la costa en la playa de El Tarajal nunca llegara. (Aplausos). Eso no es hacer apología de los muertos.


Señores del Partido Socialista y señora Calvo, sinceramente no entiendo qué ha pasado en un año. Cuando aprobamos la moción de censura todos los de mi grupo parlamentario nos levantamos y cantamos «sí, se puede» y hasta nos criticaron por
ello, lo hicimos con esperanza, y se demostró que estaba bien hecho en el primer gesto que hicieron desde el Partido Socialista, cuando eligieron que lo que iban hacer en primer lugar iba a ser reconducir al barco Aquarius y responder a una urgencia
humanitaria, como era necesario hacer en aquel momento. ¿Qué ha pasado en todo este año? ¿Por qué de haberlo hecho tan bien han pasado a decepcionar a tantísima gente? Aquello creó muchas expectativas no solamente en nosotros, sino en la gente,
en las ONG, en los colectivos que hoy nos acompañan; creó muchas expectativas que han sido absolutamente defraudadas, y por eso les traemos hoy aquí, no por otra cosa.


Es verdad que hay mucho trabajo por hacer. Yo tengo muy poco tiempo, solo tres minutos, y ya se me va a acabar prácticamente. Hay mucho que hacer. Si queremos hacer unas políticas migratorias justas tenemos que hablar de Salvamento
Marítimo, pero ¡ojo!, señora Calvo, no solo para decir que estamos orgullosos y que es un servicio público, que eso creo que lo compartimos todos los presentes en la Cámara. Habrá que decir que Salvamento Marítimo no está pudiendo hacer
correctamente su trabajo no porque no quieran, sino porque muchas veces no pueden salir a rescatar a personas en el mar porque no tienen recursos suficientes, porque se está privatizando de forma encubierta el servicio y porque tienen que esperar a
una orden de otras fuerzas para poder salir a rescatar cuando a veces se están hundiendo en las narices de quienes trabajan en Salvamento Marítimo. (Aplausos).



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Creo que se me acaba el tiempo. Seguiremos en la réplica. Señora Calvo, ¡que todo esto haya acabado con una vicepresidenta del Gobierno ¡vicepresidenta del Gobierno! cuestionando la labor de voluntarios y de voluntarias y de activistas que
están haciendo el trabajo que nosotros como políticos no hacemos…! ¡Que haya acabado amenazando con sanciones y con multas a la gente que está siendo testigo no solamente de que cada vez hay más muertes, sino de nuestra dejación de funciones como
políticos…! Eso deja mucho que desear.


Sigo después y tendremos ocasión para proponerle, para ser constructivos, para hablar de políticas migratorias y de qué podemos hacer de cara al futuro para hacerlo un poquito mejor. Señora Calvo, lo único que esperábamos hoy era al menos
un agradecimiento a toda esa gente que hace nuestro trabajo en el mar y al menos una rectificación cuando las cosas no se hacen bien. (Aplausos). Si quieren hacerlo mejor en un futuro, propuestas tenemos para parar un tren, y en un segundo, cuando
me llegue otra vez el turno, se las haré.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vera.


En segundo lugar, por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Pisarello Prados.


El señor PISARELLO PRADOS: Gracias, presidenta.


Señora vicepresidenta, efectivamente, cuando en 2018 su Gobierno dio instrucciones para que el puerto de Valencia acogiera a las seiscientas personas que venían en el Aquarius se despertó un gran entusiasmo en mucha gente en España y en
mucha gente en Europa. Es precisamente por eso por lo que nos preocupa que en este último mes de agosto el Gobierno haya pasado de dar un apoyo valiente diría yo a barcos y a personas que salvan vidas y que complementan el encomiable trabajo que
hace Salvamento Marítimo a estigmatizarlos en público. No entendemos por qué ha pasado eso, porque le aseguro, señora Calvo, que nadie en esta Cámara pretende que España asuma el salvamento marítimo de toda Europa. De hecho, usted podría haber
criticado, cargada de razón, la inacción de la Unión Europea y podría haber exigido, por ejemplo, fondos urgentes para un plan de rescate, para un plan de acogida coordinado con otros países europeos e incluso con administraciones locales, pero lo
que no se puede hacer, cuando todavía tenemos más de 850 personas ahogadas en el mar en este año 2019, es bloquear y estigmatizar a unas organizaciones de salvamento marítimo que no son enemigas de los Estados, sino que lo que están haciendo es
arriesgar su vida para complementar la tarea que hacen las instituciones y para llegar precisamente allí donde las instituciones no pueden llegar.


Le hemos escuchado hablar de multas, le hemos escuchado hablar de permisos de rescatar, pero, si le soy sincero, lo que en verdad nos hubiera gustado oír es que no dejar morir a personas náufragas no es una opción, es una obligación, una
obligación jurídica y una obligación moral. (Aplausos). ¿Y sabe por qué nos hubiera gustado escuchar eso? Porque ese simple recordatorio hubiera bastado para tapar la boca a esos millonarios bravucones que de manera indecente salieron a decir que
el Open Arms estaba repleto de bien comidos. (Aplausos). Ese simple recordatorio hubiera bastado para tapar la boca de quienes de manera miserable acusaron al Open Arms de ser aliado de las mafias. ¿Sabe qué es lo que nosotros esperábamos?
Nosotros esperábamos algo tan sencillo como que usted hubiera salido a defender las políticas humanitarias que ya estamos llevando adelante en ciudades donde gobernamos juntos, donde gobernamos en coalición; en ciudades como Barcelona o como
Valencia, que —extremando los recursos y extremando las competencias— nunca han dejado de ofrecerse como ciudades de puertos seguros para acoger.


Mire, señora Calvo, nadie duda de que necesitamos un Gobierno realista, un Gobierno responsable y consciente de la complejidad de la situación, pero también necesitamos un Gobierno solidario con la gente que en diferentes ciudades de España
salió a la calle a decir: queremos acoger; volem acollir en Cataluña. Esta gente lo que espera es que el Gobierno cierre paso al discurso racista y demagógico de las derechas propias y de las de fuera.


Le digo con todo pesar, ministra —y voy acabando— que lo que hemos escuchado en estos días ha sido un discurso áspero y duro con los débiles y demasiado blando con los más fuertes, que son quienes, por acción o por omisión, están
convirtiendo el Mediterráneo en una fosa ignominiosa, pero es verdad que también creemos que esta comparecencia puede ser una oportunidad para retomar un rumbo garantista, para mostrar que donde los Trumps y los Salvinis del mundo pretenden alzar
muros de odio es posible también tender puentes de esperanza. Hagámoslo y convirtamos ese compromiso en un acuerdo



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programático, en un acuerdo de Gobierno que pueda resonar con fuerza en España, que pueda resonar con fuerza en Europa y que pueda resonar más allá de sus fronteras.


Nada más. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Pisarello.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra ahora el señor Santiago Romero.


El señor SANTIAGO ROMERO: Gracias, señora presidenta.


Señora vicepresidenta, efectivamente las migraciones son un fenómeno consustancial al desarrollo de las naciones y los migrantes no provocan crisis económicas o pobreza en los países de acogida, sino que traen bienestar y garantizan nuestras
pensiones de jubilación. Millones de españoles han migrado y migran por falta de oportunidades y han contribuido al desarrollo de los países donde han sido acogidos. Hoy, sin embargo, España es un país de la rica Unión Europea en crisis
demográfica y el Mediterráneo es la frontera más mortífera del mundo. Respetar el derecho internacional de las naciones civilizadas es una obligación, no algo discrecional al albur de las ocurrencias de los Gobiernos, y es, señora vicepresidenta,
la mejor forma de garantizar la seguridad nacional. El problema es que la Unión Europea que sanciona a los países que se desvían una décima en su déficit público no lo hace cuando incumplen las normas internacionales de protección de personas.
Todos los países de la Unión Europea han suscrito las normas internacionales que obligan al rescate y traslado a puerto seguro de quienes estén en peligro en el mar. Asistimos, por tanto, a una vergonzante omisión de la Unión Europea y países
miembros de la obligación de rescatar a personas y a un grave incumplimiento de la obligación de proteger a posibles refugiados. Las organizaciones humanitarias han asumido responsabilidades de los Estados y la respuesta de los países de la Unión
Europea es poner impedimentos al trabajo de rescate y criminalizarlas: una Unión Europea deshumanizada.


Las personas salvadas de la muerte por el Open Arms escapaban de situaciones de violencia extrema. Italia y Malta negaron el desembarco y ningún país europeo ofreció acogida hasta el día en que la justicia italiana ordenó el desembarco en
Lampedusa tras veinte días vergonzosos sin poder desembarcar. ¿Por qué España no ha activado los mecanismos ejecutivos de la Unión Europea para exigir a Italia y Malta que permitieran el desembarco? ¿Por qué no hemos pedido directamente a ambos
países que acogieran a los rescatados? Mientras, los trabajadores de Salvamento Marítimo han denunciado en esta misma casa que España limita su capacidad de rescate, privatizando sus servicios, adelgazando su plantilla, limitando las operaciones
habituales en la zona SAR de Marruecos y traspasando en la práctica la decisión de salvamento en esa zona al Ministerio del Interior. Por tanto, debemos exigir a la Unión Europea la aprobación de un protocolo de desembarco seguro y predecible, de
mecanismos permanentes de acogida y reparto de refugiados y personas rescatadas en el mar. Debemos urgir a la Unión Europea a cumplir con el derecho de asilo a los países seguros, porque los rescates no pueden depender de la buena voluntad del
Gobierno de turno en un momento puntual.


La señora vicepresidenta sabe que las normas administrativas del derecho interno no prevalecen nunca sobre la obligación de rescate en el mar que establece el derecho internacional y que nunca ha existido conflicto entre la norma que regula
el despacho de un buque y la obligación de rescatar personas en peligro, un deber muy superior, tal y como acaba de declarar la justicia italiana hoy mismo. Resultan, por tanto, erradas las declaraciones del Gobierno amenazando con sancionar al
Open Arms por cumplir su obligación; el pueblo español estará eternamente agradecido por lo que hizo.


La señora PRESIDENTA: Señor Santiago, tendría que terminar, por favor.


El señor SANTIAGO ROMERO: Ya acabo.


Pedimos al Gobierno de España que no se le ocurra abrir un procedimiento sancionador al Open Arms por haber salvado más de ciento sesenta vidas. Sería una infamia y haríamos jurídicamente un espeluznante ridículo, señora.


Acoja estas palabras como una propuesta para construir un gran consenso que ponga en marcha políticas efectivas que garanticen la vida de todas las personas al margen de su nacionalidad, para que los europeos nos sintamos orgullosos de la
Europa que construyó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y no tengamos que avergonzarnos de las que venden armas y establecen relaciones comerciales injustas, que son las verdaderas mafias que provocan las migraciones. Esperamos que el
Gobierno de



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España lidere la defensa de los derechos humanos, del derecho internacional y que no tenga miedo a aplicar el artículo 10.2 de nuestra Constitución española, que todos los artículos de nuestra Constitución son de igual importancia. En este
proyecto…


La señora PRESIDENTA: Señor Santiago, tiene que terminar, por favor.


El señor SANTIAGO ROMERO: … tendrá en nosotros un socio firme y confiable.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias.


Tiene en último lugar la palabra el señor Gómez-Reino Varela.


El señor GÓMEZ-REINO VARELA: Señorías, cada día de inacción cuesta vidas. Cientos de personas han fallecido en lo que va de año en el Mediterráneo, y lo primero que nos toca, o me toca a mí hoy, es lamentar con rabia y vergüenza las más de
cuarenta muertes que hace unas horas ha comunicado Naciones Unidas que se han producido en Libia ante nuestra inacción política. Es una auténtica vergüenza, señorías. (Aplausos).


En segundo lugar, señora vicepresidenta, abro comillas: Las ONG deberían poder salvar vidas en el mar libremente. La frase no es nuestra, la ha afirmado ayer mismo ante este suceso el portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los
Refugiados. Con todo el respeto, en el mejor de los casos, señora vicepresidenta, es usted la primera profesora de Derecho Constitucional que no sabe distinguir entre derechos y obligaciones, y es que salvar vidas en el mar no es una cuestión de
permisos ni de derechos, es una obligación ética, moral, política y legal. (Aplausos).


En tercer lugar, nosotras sabemos perfectamente, desde el Grupo Confederal, que es difícil enfrentarse a la Europa fortaleza, pero lo que no nos pueden decir es que quitan las concertinas cuando, por el otro lado, dan 25 millones de euros a
Marruecos para poner las mismas concertinas en una valla a diez metros de la nuestra. Señor Marlaska, las cuchillas cortan igual en Marruecos que en España.


En cuarto y último lugar, frente a las mentiras y los bulos de la derecha y de la perversa extrema derecha, abro comillas: Necesitamos la llegada de migrantes para pagar las pensiones, más de 270 000 al año. No lo decimos nosotros, no lo
dicen activistas como Helena Maleno u Óscar Camps, lo dice el informe del FMI y de la señora Christine Lagarde. Así que dejen ya de mentir, dejen ya de incendiar; los migrantes lo que traen es riqueza y futuro demográfico para nuestro país.


Por nuestro Estado del bienestar y por los derechos humanos dejemos de mirar para otro lado y construyamos de una vez una política de asilo y migratoria a la altura del tiempo histórico. Millones de vidas y el futuro de nuestra sociedad lo
merecen. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Gómez-Reino.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias, señora presidenta.


Quiero empezar esta intervención pidiendo disculpas, pidiendo perdón al pueblo italiano por el ataque brutal a su soberanía, contra la que se ha puesto en marcha la formidable maquinaria de propaganda internacional progre —tal y como hemos
visto hoy aquí—, que va desde multimillonarios de Hollywood que viven en yates de lujo hasta el último de los medios de comunicación, pasando por organismos supranacionales —como acabamos de escuchar— o por la propaganda violenta de la extrema
izquierda en las redes sociales contra quien osa oponerse a la inmigración masiva. Debo pedir perdón —creo que todos deberíamos hacerlo— porque este chantaje contra Italia y contra la soberanía del pueblo italiano se ha hecho, para nuestra
vergüenza, con la excusa de un barco que enarbola el pabellón español. Por eso quiero continuar esta intervención reclamando, señora vicepresidenta, explicaciones al Gobierno por haber permitido que ese barco con bandera española, con una actividad
ilícita contra la que ya habían advertido las propias autoridades marítimas, haya protagonizado este chantaje, primero, contra el ministro del Interior, Matteo Salvini —al cual, desde aquí, apoyamos—, por defender la soberanía italiana y, después,
contra la propia soberanía italiana. Y precisamente venimos a hablar de soberanía, señorías, porque todos ustedes, todos nosotros, estamos aquí, trabajamos y cobramos del pueblo español para



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representar y defender su soberanía —aunque muchos de ustedes no crean en ella— y las leyes que emanan de la misma, esa soberanía que hace que entre los límites de nuestras fronteras y en los barcos que llevan nuestra bandera no se viva en
la ley de la jungla, sino que impere el Estado de derecho y las leyes que nos separan de la anarquía o la piratería.


Este caso no es nuevo, señorías, tal y como se han encargado ustedes mismos de recordarnos en sus intervenciones, es solo un capítulo más de la avalancha migratoria que Europa padece desde hace tiempo; una avalancha migratoria que todos
ustedes, prácticamente desde todos los partidos políticos aquí presentes, promocionan, unos abiertamente, otros de manera más clandestina y disimulada o desde su altivez cosmopolita, pero todos con las mismas consecuencias terribles para los
españoles, para nuestra seguridad, para nuestra convivencia, para nuestra economía, para la prosperidad de las futuras generaciones, para nuestro Estado social y de derecho y también para nuestras fronteras y nuestra soberanía, aunque a algunos de
ustedes no les importe nada.


En el año 2015 vivimos una gran oleada migratoria y entonces ustedes les llamaban refugiados y les daban la bienvenida. Por aquel entonces el malo era Viktor Orbán, al que lapidaron como hoy hacen con Salvini, y ni eran refugiados aquellos
ni estos son náufragos. Todos actuaron contra Orbán, desde Bildu hasta el Partido Popular en el Parlamento Europeo a pesar de ser su socio, simplemente porque decidió defender sus fronteras y no ceder a la imposición globalista. Por defender la
voluntad del pueblo húngaro y avisar de que esas avalanchas eran un auténtico peligro, en aquel entonces solo VOX apoyó al señor Orbán, con el que compartimos el diagnóstico, incluido el diagnóstico de infiltración terrorista que ustedes
sistemáticamente quieren ocultar. Y decimos infiltración terrorista porque lo hemos visto en la propia prensa española, cuando algunas células yihadistas han sido detenidas y hemos comprobado que, además, ya recibían ayudas sociales. Al señor
Orbán, por supuesto, le acusaron de lo mismo que me van acusar hoy a mí —¡qué originales, ya lo han hecho antes de empezar!—: de racismo, de xenofobia, de insolidaridad, etcétera. Pero no me insultan a mí, no nos insultan a nosotros, insultan a
millones de españoles, algunos de los cuales son sus propios votantes. (Aplausos). Recuerdo incluso al antiguo aliado del señor Rivera, el señor Valls, que llegó a pedir que se expulsara a Hungría del club europeo. Por desgracia, las advertencias
del señor Orbán se cumplieron y muchos de los terroristas que atacaron con extrema crueldad las ciudades europeas habían entrado al continente gracias a esa bienvenida que ustedes insensatamente les otorgaron. Ese fue el caso, por ejemplo, de los
autores de la masacre de Bataclan.


Pero la crisis migratoria, señorías, va más allá del terrorismo, porque hay aún más. Siendo terrible ese terrorismo del que algunos avisamos en vano desde el año 2014 y que las autoridades de Bruselas despreciaron, la avalancha migratoria
genera también gravísimos problemas de seguridad, económicos y de convivencia. Ustedes saben, aunque lo callan, que en muchas ciudades europeas ya hay barrios donde no impera la ley civil, sino la ley islámica; que hay barrios en Europa donde las
mujeres no pueden ir solas y vestidas como les apetezca; que las violaciones en manada han protagonizado con crudeza el verano, también en España. Ustedes lo saben, pero de eso no quieren hablar porque no les parece una parte del problema. Y esta
barbarie, porque es barbarie allí donde un grupo se impone a la ley, ya está llegando a nuestro país por culpa de su irresponsabilidad. Esta misma semana hemos tenido conocimiento de nuevas manadas de salvajes intentando violar a mujeres, pero,
como sus autores son extranjeros, quedan convenientemente silenciadas por el feminismo, esta es de ayer mismo (lee un recorte de prensa): Una manada intenta violar a una joven en Quintanamanvirgo. Tres individuos de origen magrebí, ilegales,
residentes en Boada de Roa, la atacaron en las bodegas aunque la víctima se zafó.


¿De verdad se creen ustedes capaces de convencer a los españoles de que las decenas de inmigrantes ilegales, en su mayoría musulmanes, no tienen nada que ver con este nuevo tipo de agresiones, con el aumento de las agresiones contra las
mujeres, contra los homosexuales o con las mafias del comercio ilegal que arruinan a nuestros pequeños comerciantes? ¿De verdad se creen ustedes capaces de convencer a los españoles de la mentira? Desde que el señor Sánchez se vistió de superhéroe
con el Aquarius, con la fuerza del dinero de los españoles, y trajo a nuestros puertos aquel otro barco, España ha recibido 71 577 inmigrantes según el Ministerio del Interior; no coincide al parecer con las cifras que hoy nos ha dado aquí la
señora Calvo. Y eso es lo que el Ministerio del Interior ha podido constatar; porque probablemente serán muchos más por la naturaleza de la inmigración ilegal haciendo cada vez más abultada la factura de los servicios sociales, de la seguridad y
de nuestra convivencia.


¿Y esa factura quién la paga? ¿Quién paga el pato? ¿Lo pagan ustedes? ¿Lo pagan los poderosos? ¿Lo pagan los directores de los medios de comunicación que ya están dando instrucciones para



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insultarnos? No. Esa factura la pagan, por supuesto, una vez más los españoles de a pie mientras ustedes desde sus tribunas, desde sus mansiones amuralladas les dicen que no basta con trabajar y mantener a sus familias y pagar sus
impuestos. No. Les obligan a trabajar el doble cobrando lo mismo para que todos esos ilegales —víctimas o clientes de las mafias y de las ONG tan gubernamentales— reciban asistencia sanitaria gratuita y disfruten de las ayudas sociales a las que
tienen tantas dificultades para acceder muchos españoles. ¿Saben ustedes que la renta de inserción mínima que reciben muchos inmigrantes es más de la media de lo que reciben los autónomos como pensión? ¿Saben ustedes cuánto nos cuesta mantener un
mena y cuánto reciben en España las viudas, cuánto recibe la señora que más ha cotizado en España en toda su vida? Probablemente lo saben y les da igual, así que, señora vicepresidenta, contésteme si puede: ¿cuánto cuesta la inmigración ilegal a
los españoles, cuánto cuesta mantener los centros de menas —usted ha dicho 14 000—, cuánto dinero, cuánta delincuencia, cuántos problemas de convivencia para que ustedes sigan cumpliendo lo que les dicen sus jefes desde Bruselas? (Aplausos).


Esta es la realidad que envuelve al Open Arms, que la oligarquía, despreciando la soberanía de las naciones —aunque a usted le dé la risa, señor Sánchez—, quiere imponer una llegada masiva de inmigrantes. Lo dijo el consejero delegado de
una de las principales multinacionales europeas en 2015: Europa podría acoger a muchísimos más refugiados pulverizando el salario mínimo, liquidando el salario mínimo. ¿Van a negar ustedes que estas avalanchas migratorias producen también una
caída de los salarios? En España —y se lo tengo que recordar porque parece que se les ha olvidado— hay una Seguridad Social en quiebra, más de 3 millones de parados, y millones que, a pesar de estar trabajando, tienen salarios de miseria y, por
cierto, muchos de ellos inmigrantes legales que han llegado a España cumpliendo con nuestras leyes y con el propósito de integrarse y que tienen, por supuesto, nuestra bienvenida, nuestro respeto y nuestro reconocimiento.


Nada de esto preocupa a esa extraña alianza en la que todos ustedes participan, como podemos ver en los discursos de hoy y que va desde los oligarcas progres y los caciques de Bruselas hasta la extrema izquierda; una alianza que se dedica a
linchar mediáticamente a quienes denunciamos las catastróficas consecuencias de su enloquecido proyecto y que tratan de ocultar a la opinión pública. Pero cuentan con un problema y es que millones de españoles ya no les tenemos miedo ni a ustedes
ni a sus insultos ni a sus estigmas. Ustedes están ocultando la delincuencia, la inseguridad, los problemas de convivencia, la saturación sanitaria y el terrible coste económico que, por supuesto, tiene para las clases medias, ya ahogadas a
impuestos, esta inmigración masiva. Están ocultándolo, pero lo descubriremos poco a poco con nuestra actividad parlamentaria, pueden ustedes tener la más completa seguridad.


¿Quieren ustedes acabar de verdad con esta tragedia? Terminen con el efecto llamada, envíen un mensaje contundente a las mafias: quien entre a España de manera ilegal no podrá regularizar nunca su situación ni recibir una ayuda social. De
esta forma tan sencilla —sí, soluciones sencillas para problemas difíciles, tratan de caricaturizar algunos—, lanzando ese mensaje a las mafias y a la inmigración ilegal, se acabará para siempre con el negocio de los negreros del siglo XXI y, de
este modo, como ha demostrado por ejemplo Australia, concluirá esta locura alentada en todo el mundo por la dictadura progre financiada además de por nuestros impuestos, vía subvenciones, por millonarios como el señor Soros que fue la primera
persona a la que parece ser recibió el señor Sánchez en la Moncloa. ¿Puede usted decirnos, señora vicepresidenta, qué compromisos adquirió el señor Sánchez con Soros en aquella reunión? Por cierto, es el verdadero dueño del Open Arms y no los
testaferros que estos días estamos viendo en la televisión.


Abandonen de una vez este disparate disfrazado de falsa caridad y protejan a los españoles, porque ese es exactamente el deber que ustedes tienen encomendado y para el que los ciudadanos les han votado.


Muchísimas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Carvalho Dantas.


La señora CARVALHO DANTAS: Moltes gràcies, senyora presidenta.


Señora vicepresidenta del Gobierno en funciones, es mi primera intervención como diputada y me gustaría recordar a una persona, un nombre que ya es universal de una mujer negra, pobre, lesbiana, defensora de los derechos humanos, que tiene
muchísimo que ver con la sesión de hoy. Se llama Marielle Franco, es brasileña y lleva 533 días asesinada por el fascismo (aplausos), el mismo fascismo que asola



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medio mundo, el mismo fascismo y la misma extrema derecha que mata en el Mediterráneo con sus discursos de odio, que es lo que acabamos de escuchar aquí. Hemos escuchado, desgraciadamente, un vómito de un discurso de odio, de racismo, de
islamofobia, de intolerancia; eso es lo que acabamos de escuchar aquí.


También me gustaría recordar a Idrissa, a Samba, muertos en los CIE; a Maruan, hace poco en Zapadores, Valencia; a Mbaye, mantero muerto aquí en Madrid. (Aplausos). Me gustaría recordar a toda esta gente.


Lo que nos trae aquí hoy, desafortunadamente, define el momento tan difícil para el cumplimiento y la garantía de los derechos humanos en Europa. Les recuerdo, señorías, que hoy aquí se habla de muertes, de vidas y de cuerpos que se están
pudriendo en el Mediterráneo; les ruego menos risas y más seriedad. Estamos hablando de personas, no de números. No hay ninguna ley —repito, no hay ninguna ley—, ninguna norma, ningún tratado, ningún acuerdo, nada que esté por encima de la vida
humana.


Y hablando de leyes, de jurisprudencia, ya que estamos en el Congreso, me gustaría recordar que en la Generalitat de Catalunya hemos pedido al Gobierno del Estado el cumplimiento de las dieciocho —repito, dieciocho— sentencias del Tribunal
Constitucional, del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que le obligan a transferir a la Generalitat de Catalunya las competencias y los recursos para la acogida de las personas inmigrantes,
solicitantes de asilo, refugiadas y beneficiarias de protección internacional durante el año 2019, y aunque haya dieciocho sentencias, señorías —repito, dieciocho sentencias—, respecto al programa de acogida de las personas refugiadas nosotros no
tenemos competencias. Ya es hora, señorías, de que ustedes cumplan lo que dictan los tribunales. (Aplausos).


Negar un puerto para desembarcar o devolver personas rescatadas en el mar que han arriesgado sus vidas y las de sus familias huyendo de miserias provocadas casi todas por el norte rico global no es solo miserable y deshumano, es también
ilegal; sí, sí, es ilegal, y digo por qué. Los Estados incumplen leyes, tratados, acuerdos internacionales, violan la Declaración Universal de los Derechos Humanos, violan la Convención de Ginebra de 1951 y su Carta de Derecho Universal; violan
la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, violan también el Convenio Europeo de Derechos Humanos, señorías, violan la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar, violan el Convenio sobre búsqueda y rescate marino, todo
esto, pero lo que más violan es la ética y la moral. (Aplausos). Repetimos, no hay ninguna ley que esté por encima de salvar vidas, ninguna, ninguna.


El Gobierno español gestionó el tema del Open Arms y las vidas dentro del barco de manera torpe y tardía, diecisiete días después y cuando ya había dos resoluciones judiciales de Italia. El giro desde el desembarco de los refugiados del
Aquarius en el puerto de Barcelona hace catorce meses en periodo electoral hasta el drama por los refugiados a bordo del Open Arms da mucho que pensar, señorías. Y no nos extraña en absoluto que Open Arms acuse al señor presidente del Gobierno en
funciones de aprovechar la misión humanitaria que realiza el barco en beneficio de sus fines políticos. Lo siento mucho, palabras textuales de Open Arms, se ha utilizado el Open Arms para ganar votos. La prioridad del Gobierno siempre ha sido el
puerto de Libia y todos sabemos que Libia no es un puerto seguro; no lo digo yo, lo dice incluso Amnistía Internacional.


Preguntamos: ¿El Gobierno español se ha planteado hacer una demanda interestatal al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, señoría, contra Italia y Malta por la vulneración del derecho a la vida, por tortura y maltrato, artículos 2 y 3 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos, a las personas que son rescatadas en el mar y se les impide que puedan desembarcar en sus puertos? Es una pregunta.


La criminalización de la labor de rescate en el mar es muy triste, algo que no entendemos es lo referente a la multa a Open Arms y hacemos la misma pregunta que se hace el cuerpo jurídico de Red Inmigración, que seguramente estará aquí entre
el público. Es muy raro, por no decir ilegal, que una autoridad pública ya estuviese avanzando que iban a recibir una multa. Es verdad, como dijo la señora vicepresidenta, que el derecho es igual para todos, pero ¿la multa se pone sin que haya
trámite de audiencia a la entidad? ¿Sin que pueda presentar alegaciones? Es decir, se ha violado el principio jurídico que garantiza la neutralidad de la Administración, señorías, y se ha avanzado la sanción por delante de lo que podría ser
cualquier otro tipo de procedimiento administrativo reglado que está regulado en la Ley de Procedimiento Administrativo, en la ley de la Administración del Estado, la 40/2015. El Gobierno, señoría, avanzó un procedimiento antes de que este siquiera
se haya iniciado y, aparte, anticipó la finalización del procedimiento y la voluntad de la Administración de sancionar, poniendo en duda la neutralidad de la Administración.



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No se hace caso a la inmigración. Open Arms no es un caso aislado, señorías, también está el Ocean Viking de Médicos Sin Fronteras y muchos más barcos de rescate marítimo y es obligatorio apuntar también, ya que se ha hablado tanto de
Salvamento Marítimo, el desmantelamiento de Salvamento Marítimo y no lo digo yo, lo dicen las mismas personas que trabajan en Salvamento Marítimo, un servicio público imprescindible con veinticinco años de existencia y con recortes salariales,
huelgas, radares estropeados y con embarcaciones sin capacidad de gestión y servicio. En algunos casos las personas migrantes han tenido que hacer sus necesidades en bolsas de basura dentro de los barcos de Salvamento Marítimo. ¡Terrible! En todo
el mundo más de 68,5 millones de personas viven lejos de sus casas por motivos varios como guerras y miserias.


Las políticas de la Unión Europea de rescate a inmigrantes fueron denunciadas también por un grupo de letrados a inicios de junio al Tribunal Penal Internacional. Es muy importante apuntarlo.


Nosotros desde Cataluña apoyamos a las entidades que trabajan en rutas seguras. Cataluña es un puerto seguro. Sí, es verdad que no tenemos las competencias, pero, con todo y con esto, apoyamos —reitero, hemos pedido al Gobierno del Estado
las competencias que dictan las dieciocho sentencias— la apertura de los puertos de la Generalitat, que hemos hecho en febrero de 2019, este año, y la constitución de una comisión interdepartamental para puertos seguros. ¿Es simbólico? Sí, porque
no tenemos las competencias, pero lo hacemos igualmente.


Nos hacemos eco también de algunas preguntas y ponemos en valor la labor de la sociedad y de la ciudadanía que, a raíz de la inacción de los Estados —y, en este caso, de España—, se junta para hacer una acogida como puede ser la gente de
Stop Mare Mortum o la gente de la plataforma Acogida Digna donde hay muchísimos colectivos dentro de esta plataforma.


Voy acabando, señora presidenta. Queremos recordar también que Amnistía Internacional ha enviado unas preguntas a la Vicepresidencia que nos gustaría leer, pero por falta de tiempo no vamos a hacerlo. Sí que nos gustaría leer, como mínimo,
dos preguntas de la plataforma Stop Mare Mortum. ¿Han solicitado a la Comisión Europea que coordine una solución para esta situación de emergencia? ¿Han entablado conversaciones bilaterales con otros Estados de la Unión Europea? Si no han
solicitado ayuda a la Comisión Europea, ¿podría explicar el motivo? ¿Se están impulsando otro tipo de acciones por el Gobierno español para lograr el establecimiento de un mecanismo de desembarco y reubicación a nivel europeo?


Acabo, señorías, citando a Miguel Pajares. Todo esto —lo que hemos hablado aquí muchas personas— lo están haciendo nuestros Gobiernos. Salvini —del que también se ha hablado aquí mucho—, el más destacado representante de la extrema derecha
xenófoba europea, ha marcado el paso de todos los demás gobernantes, les ha señalado el camino y los demás lo están siguiendo con sumisa observancia. El señor Pedro Sánchez escribió en un libro que el haber salvado la vida a las seiscientas treinta
personas del Aquarius hace que valga la pena dedicarse a la política, pero su comportamiento posterior, señor presidente, poco tiene que ver con aquel gesto desgraciadamente. Su tardía respuesta ofreciendo puerto no lo excusa de su prolongada e
inmoral inacción. Sobrevivir no es delito. No pasarán. Y viva la persona migrante.


Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Republicano, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Carvalho.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor Legarda Uriarte.


El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidenta.


Se reúne este Pleno para que la vicepresidenta del Gobierno informe sobre las actuaciones del mismo en ayuda de las personas rescatadas en el Mediterráneo central por el buque de bandera española Open Arms y sobre las medidas adoptadas por
España y la Unión para garantizar la obligación de derecho internacional del mar de rescatar vidas en peligro. Esta es la cuestión inmediata de este debate, aunque la mediata es la de la crisis migratoria en el Mediterráneo.


La del Open Arms no es una crisis puntual, es una manifestación más de un problema estructural y que a buen seguro volveremos a sufrir si no se toman medidas de cara al futuro. Ha sido y será —si no se toman medidas, como decía— una crisis
recurrente, generando de nuevo un fenomenal embrollo y debate diplomático, jurídico y social en el que de nuevo se han visto involucrados la misma Unión, distintos Estados miembros y sus sociedades y opiniones públicas, y aunque Suecia no es parte
de la Unión podría llegar a decirse que los dos primeros actores antes citados, la Unión y los Estados, han oscilado desde hacerse los suecos hasta echarse los trastos a la cabeza una vez que las respectivas opiniones públicas



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tomaban conciencia de lo que venía sucediendo y mostraban su rechazo a lo que ocurría cuando tomaban conciencia de que detrás de las cifras y las normas había sufrimiento humano, sufrimiento humano que había que atender inmediatamente por
razones humanitarias sin perjuicio del posterior tratamiento jurídico y de otra índole que correspondiera a estas personas.


Se ha llegado a acusar al Gobierno desde algunos sectores de lentitud, insolidaridad, incapacidad, dejación de obligaciones, actitud reactiva e incluso de oportunismo. Sin embargo, y sin postularnos en su defensa, sí debemos poner lo
sucedido en su contexto más amplio, como decía: la crisis migratoria que sufre Europa y la falta de políticas europeas para abordarla. Porque este —ya se ha dicho— es un fenómeno de una complejidad enorme tanto en sus causas como en su abordaje.
Las migraciones sufridas son un drama complejo cuyo origen todos sabemos que son las guerras, las vulneraciones de derechos humanos, también las crisis climáticas que generan hambrunas, las crisis económicas, la pobreza estructural; drama que ha
llegado para quedarse y afecta a toda la Unión; por ello, las soluciones y su abordaje no pueden ser individuales, sino globales. No caben abordajes desde cada país exclusivamente, sino en el marco de la Unión.


Si no se hace así, está en peligro uno de los tres grandes logros de la Unión: la libertad de circulación entre países sin controles en las fronteras, Schengen. La admisión de inmigración irregular por un país miembro genera
automáticamente respuestas en sus vecinos: los controles en fronteras de los tránsitos de personas. Por esto mismo, el tratamiento de la inmigración en la Unión y en cada uno de sus Estados no puede hacerse ni desde el simplismo ni desde la
percepción de identidades amenazadas que encubre desde la xenofobia hasta la idea de una Europa blanca y cristiana integrista y de una parte de la sociedad atemorizada por los cambios culturales de la posmodernidad tales como el pluralismo, la
heterodoxia, la fragmentación, el relativismo, el empoderamiento de la mujer… Una parte de la sociedad se ve como una identidad amenazada y se ve azuzada por una revolución conservadora que propugna exclusivamente la defensa de los valores
religiosos y morales de la civilización judeocristiana que, como decía, se consideran amenazados. Es la defensa en Europa de un sistema de naciones en que primen los intereses nacionales sobre cualquier otra cosa; que prima la homogeneidad de lo
propio y que da la espalda a lo otro; que fomenta la dialéctica amigoenemigo con empatía cero hacia el otro, al que se le niega incluso la legitimidad; que propugna el supremacismo blanco; que propugna el enfrentamiento al islam en defensa de la
cristiandad o una defensa ontológica, como alguna vez ha dicho el ministro del Interior aquí presente, de la seguridad y la reducción drástica de la inmigración, sumando, en fin, a la ansiedad moral una ansiedad identitaria. Esto de manera
camuflada lo escuchamos el otro día en la Diputación Permanente, cuando algún grupo reclamaba el derecho a decidir en nuestras fronteras a quiénes invitamos a casa, circunscribiéndolo a aquellos que hablan nuestro idioma y tienen nuestros valores.


Frente a esto, no cabe tampoco, a 180 grados, la ingenuidad y el simplismo. El Partido Nacionalista Vasco no es un partido ingenuo. Hay que gestionar la complejidad y por eso distinguimos entre inmigración económica no buscada y asilo o
refugio a los perseguidos por razón de sus ideologías y creencias. Ninguna sociedad puede sostener una política de inmigración por motivos económicos sin limitación alguna, pues esta debe ponerse en relación con las necesidades del mercado de
trabajo y la sostenibilidad de los servicios públicos. Tampoco respecto a los demandantes de asilo o refugio puede sostenerse que en la Unión, como hoy en día está regulado, la tramitación de las solicitudes deba efectuarse exclusivamente en el
país de la Unión donde los solicitantes ponen sus pies en primer lugar, con la carga añadida de que, una vez concedido en su caso el estatuto de refugiado, este no puede circular libremente por la Unión. Esto supone una sobrecarga, por la
inmigración que utiliza las rutas mediterráneas, en los países ribereños del sur de Europa que tampoco es admisible ni sostenible para ellos. Esta es precisamente la razón por la que Italia suspendió en 2014 la campaña de rescates iniciada el año
anterior con el nombre de Mare Nostrum, por la falta de solidaridad del resto de países de la Unión para hacerse cargo de algunos contingentes rescatados.


Señorías, se hace precisa una política de la Unión respecto a la inmigración que equilibre la presión migratoria entre sus distintos miembros; eso sí, de manera legal, reglada, solidaria, responsable, cooperativa con los países de origen,
respetuosa con los derechos humanos, racional, con vías legales y seguras de tránsito y también con el establecimiento de puertos seguros. Hasta ahora esto no ha sido posible. Repasemos la situación hasta el momento. Ya comentaba la Operación
Mare Nostrum. Actualmente la Unión, a través de Frontex, tiene en vigor la Operación Sophia, pero sin barcos y sin operaciones de rescate, porque tampoco son competencias suyas, como así lo manifiesta, ni las operaciones de salvamento ni el
señalamiento de puertos seguros. En definitiva, se hace poco o se externaliza el problema



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en Turquía, en Libia o en otros países por cada Estado bilateralmente. Sin embargo, que aún no haya política europea no significa que, mientras tanto, los Estados no tengan nada que hacer, y más en concreto respecto a los rescates en el
Mediterráneo, que hoy nos ocupan de manera singular. Pero no hay que caer, como decía, ni en la ingenuidad ni en el cinismo. Hay que actuar con responsabilidad, con respeto a los derechos humanos de los náufragos, sin penalizar a las ONG, como
sucede con el Aita Mari, y también sin atender a demandas o acusaciones de colaborar con las mafias, reclamando la aplicación del artículo 318 bis del Código Penal, olvidando que si la razón exclusiva del rescate es humanitaria no hay tipo penal,
como también señala el párrafo 2 de ese mismo precepto 318 bis, apartado 1. Pues si los Estados —estas serían las cuestiones— no realizan rescate ni búsquedas activas y si la Unión tampoco las realiza, la pregunta es: ¿se puede obstaculizar o
impedir a las ONG realizarlas, cuando sabemos que a menos barcos más muertos?, ¿se les deja morir?, ¿se les entrega a países investigados por la Corte Penal Internacional por sus abusos contra los emigrantes, como en el caso de Libia?, ¿o se
habilitan puertos seguros o la posibilidad de solicitar asilo o refugio sin tener necesidad de pisar territorio europeo? Por cierto, posiblemente este sea un método más eficiente y eficaz de luchar contra las mafias. Así se evitarían también
viajes que ahora nos estremecen y que, en ocasiones, acaban en tragedia. Desde luego, no es una alternativa dejarlos morir en el mar.


Voy finalizando, señora presidenta. Sin hacer política de campanario, queremos poner en conocimiento de la Cámara la propuesta del Gobierno vasco, del lehendakari, presentada a la Unión y ayer mismo al Vaticano, que en nota oficial
manifestó una sintonía absoluta, literalmente, para organizar la acogida de refugiados e inmigrantes en la Unión a partir de las regiones. La propuesta Share —en inglés, compartir y, en euskera, sin la hache, sería red— plantea jerarquizar los
grupos a partir de tres parámetros: el PIB de las regiones, su población y el tanto por ciento de paro. Acogerían más refugiados inmigrantes las regiones más ricas, las más necesitadas de población, las menos castigadas por el paro. Enric Juliana
hoy, en su columna de La Vanguardia, lo resumía así: «que cada región acoja según sus posibilidades y aumente su población según sus necesidades». Propuesta que, por cierto, también podría ser de aplicación en España hasta tanto la Unión tome
posición.


Muchas gracias, señorías. Muchas gracias, presidenta.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Legarda.


Por el Grupo Parlamentario Mixto, que acumula en este turno su turno de réplica, tiene la palabra, en primer lugar, la señora Borràs Castanyer.


La señora BORRÀS CASTANYER: Muchas gracias, señora presidenta.


Miles de personas mueren cada año en el Mediterráneo y miles se salvan gracias al trabajo de las ONG. «El Gobierno debe atender ya al barco Open Arms y comprometerse con una política de cooperación humanitaria digna de la Unión Europea.
Hay que parar este drama». Eso lo dijo, literalmente, Pedro Sánchez en abril de 2018, y lo dijo desde la oposición. Hubo tuits y vídeos de sus compañeros de partido y preguntas parlamentarias de la hoy presidenta del Congreso sobre el tema.
Después ya, como presidente, la primera decisión de su Ejecutivo, que relata en su Manual de resistencia, llegó a afirmar: «A mí personalmente, el haber salvado la vida a 630 personas hace que piense que vale la pena dedicarse a la política».
«Logramos que España diera un enfoque a la inmigración totalmente distinto». Esto escribía Pedro Sánchez con relación al Aquarius. Y, sin embargo, este verano efectivamente le han dado un enfoque radicalmente distinto, porque en poco más de un año
han dado un giro desconocido a esa política. Se comprometieron a acoger a 15 inmigrantes de los que salvó Open Arms, 15 de 124 náufragos en estado crítico; el 90 % de ellos habían sido violados o torturados en Libia y necesitaban atención médica
inmediata y, aun así, del dicho al hecho observamos con perplejidad que para hacer efectiva esa promesa no se conseguía llegar al puerto de Lampedusa porque el Audaz —que es como se llama el navío, no precisamente la operación diseñada por el
Ejecutivo español— era demasiado grande. Esta era la noticia que colmaba el despropósito que ha sido la gestión del Gobierno en funciones —o en disfunciones, deberíamos decir, para ajustarnos a la realidad— de la crisis del Open Arms, la historia
de un gran naufragio.


Ustedes han actuado tarde, han actuado mal y han permitido que se hunda la función más solidaria de la política, porque han permitido que los intereses de los Estados se sitúen por delante de las necesidades de seres humanos, de modo que
pedimos la comparecencia en la Diputación Permanente de la vicepresidenta por su injustificable actitud amenazante cuando osó negar un derecho humano primordial, como es el derecho a ser rescatado, con una afirmación que podríamos adjetivar de
muchas



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maneras —yo voy a dejar el de perversa—: Open Arms no tiene permiso para rescatar. Se lo dijimos entonces, lo decimos hoy y lo repetiremos las veces que haga falta: sobre la base de la legislación internacional, ante vidas en peligro,
rescatar no es una opción; rescatar es un deber. Hay que parar este drama —vuelvo a las palabras textuales del presidente—, pero el drama es que el presidente de su Gobierno ya no habla ni actúa como cuando afirmaba —y cito—: «la decisión» —de
salvar— «me hizo sentir reconfortado con la política por la capacidad de cambio que nos ofrece a quienes tenemos responsabilidades». La deriva del Gobierno de España en política migratoria y de refugiados ha sorprendido a propios y extraños con un
viraje insólito de un Gobierno de izquierdas hacia una política propia de la ultraderecha de Salvini. De aquella innovadora y ya lejana orden de autorizar el desembarco de los naufragados en el Aquarius ha pasado a la errática y confusa política
respecto del Open Arms: seis meses de inmovilización, coincidentes con las elecciones —ya se ha señalado—, la prohibición de recoger a náufragos bajo amenazas de multa de 900 000 euros. Por cierto, hace una hora hemos sabido que el juez de
Agrigento ha ordenado liberar al Open Arms y ha eximido de cualquier responsabilidad a la organización y a la tripulación. ¿Nos aclararán cuál va a ser su comportamiento a partir de ahora? ¿Harán efectivas sus amenazas? ¿Van a pedir disculpas?
¿Cómo se pasa de la acogida incondicional a la hostilidad manifiesta? A juzgar por cómo han cambiado las cosas, más que una operación humanitaria lo que parece su cambio respecto del drama en el Mediterráneo es una operación meramente estética.
Las organizaciones no gubernamentales no deberían tener que enfrentarse a las maquinaciones gubernamentales durante diecinueve días críticos. Ese es el drama que hay que parar, y ante este drama se requieren situaciones y soluciones muy complejas,
pero fíjese que lo que yo le voy a decir es extraordinariamente simple: señora vicepresidenta, hay que parar el drama que supone que en el Estado español haya que pedir permiso para rescatar a seres humanos a punto de ahogarse, hay que parar el
drama que supone que su Gobierno considere una infracción la voluntad de rescatar y hay que parar el drama que supone que criminalicen a quienes pretenden salvar vidas. Y lo repito: rescatar personas al borde de la muerte es una obligación. Ese
es el drama que hay que parar.


Acabo. Desde Junts per Catalunya continuamos comprometidos con el proyecto europeo de vías y puertos seguros para las personas que huyen de la guerra y de la miseria a través del mar. El president Torra puso y pone los puertos catalanes a
disposición de quienes tienen clara su elección cuando se trata de decidir entre salvar a las víctimas o excusarse en una burocracia inhumana y lamentablemente asesina. Tomen ejemplo del Govern de Catalunya, que el año pasado concedió a Proactiva
Open Arms la Creu de Sant Jordi —yo misma se la entregué como consellera de Cultura a Òscar Camps—, o del Parlament de Catalunya, que, además de distintas mociones y resoluciones, en una nueva muestra de conocimiento y reconocimiento de los derechos
humanos ha decidido otorgar la medalla de honor a Carola Rackete o a Òscar Camps.


Efectivamente, los catalanes queremos un Estado…


La señora PRESIDENTA: Señora Borràs, tendría que terminar, por favor.


La señora BORRÀS CASTANYER: … que rescate, queremos un Estado que no contribuya al drama de la inmigración y, sobre todo, que no contribuya al naufragio de la dignidad de la política.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Borràs.


Tiene la palabra, en segundo lugar, el señor Matute García de Jalón.


El señor MATUTE GARCÍA DE JALÓN: Muchas gracias, señora presidenta.


Señora vicepresidenta, estamos aquí en este debate por el Open Arms y el Open Arms se significa como un indicador y como la punta del iceberg. Como indicador de sus políticas, del giro a estribor —que es el giro a la derecha en términos
marítimos— que han llevado a cabo desde el Aquarius hasta la actualidad, con el Open Arms y con el Aita Mari, pero también es la punta del iceberg —como señalaba y en eso estoy de acuerdo— de consecuencias más profundas de la política migratoria de
la Unión Europea. Una política que no es ni justa, desde sus inicios, ni eficaz, viendo los resultados. No es justa porque deja abandonadas a su suerte a miles de personas, pero es que ni siquiera es eficaz porque, como se ha señalado antes, más
de 14 000 muertos en el mar Mediterráneo, lo que hace que se pueda decir sin rubor que el mar Mediterráneo se ha convertido en la fosa común de nuestros días. En cualquier caso, es la política comunitaria de la Unión Europea la que genera esta
situación de horror y de barbarie. Una situación



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que se basa en la externalización de fronteras, que hace que dejemos nuestros deberes en manos de Estados con tan escasa calidad democrática como Marruecos, Turquía, Túnez o Libia, donde incluso se llega a jugar con la dignidad de las
personas situándoles como esclavos en mercados de compraventa. También tiene que ver con el Frontex, cuando pasa de hacer operaciones como la Operación Marenostrum, que era una operación de socorro, a operaciones como la Tritón o como la Sophia que
—ya se ha señalado antes— son operaciones de vigilancia. Cuando pasamos del concepto de socorro al de vigilancia, cuando pasamos de mantener nuestras líneas de patrullaje al retroceso de dichas líneas lo que generamos es un espacio cada vez más
amplio de opacidad, un espacio de invisibilidad de lo que está pasando allí, y cuando existe la invisibilidad probablemente duele menos saber que lo que está pasando allí es que miles de personas perecen abandonadas a su suerte. Lo decía José
Saramago en su Ensayo sobre la ceguera: somos ciegos que, viendo, no ven.


Hoy comparece usted aquí porque ha sido protagonista del Gobierno en la gestión de la crisis del Open Arms y terminó parte de sus declaraciones con una pretendida ironía sobre sus pocas concordancias con Salvini. Veamos si es cierto que eso
se puede calificar como ironía o, por el contrario, era una ratificación de una concordancia, que sería preocupante. Salvini asalta y moviliza el buque de Carola Rackete. El Gobierno español bloquea al Open Arms y al Aita Mari. La ley
antimigratoria de Salvini aprobada por el Senado señalaba que había que multar a los barcos que rescataran personas que no tuvieran facultades para hacerlo. Usted hablaba de la posibilidad de imponer una sanción al Open Arms de hasta 900 000 euros
y nos señalaban que no tienen permiso para rescatar. ¿Acaso se olvidan de la omisión o de que la omisión del deber de socorro está penada por la ley internacional que ustedes, como Estado, han firmado? Veinte días ha estado retenido el Open Arms y
solo un juez italiano ha puesto fin a esa barbarie. El señor presidente del Gobierno decía que España ha resuelto la crisis humanitaria. No, a menos que el juez italiano haya actuado de su parte. Usted decía que la logística estaba preparada y
mandó un barco, el Audaz, que no cabe en el puerto de Lampedusa, solo faltaba haberlo mejorado mandando al Bribón.


En cualquier caso, para finalizar, si ustedes no hacen nada, si los Estados no cambian la política migratoria de la Unión Europea, habrá quien decida que hay que seguir haciendo cosas, y quienes hagan cosas, probablemente, vayan a los
tribunales y les pasará lo que le pasaba a Emmeline Pankhurst en 1908, una líder sufragista, cuando llevada ante los tribunales por desobedecer leyes decía aquello de que «estamos aquí no por quebrantar las leyes, sino por nuestros esfuerzos por
crear nuevas leyes».


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Matute.


Tiene la palabra ahora la señora Oramas González-Moro.


La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Gracias, señora presidenta.


Señora Álvarez de Toledo, le quiero decir que cuando la crisis de Siria el Gobierno de España, el Gobierno de Rajoy, y este país se comprometieron a acoger a 17 000 refugiados y no llegaron a 100. Hay doble sentido de Europa para los dos
lados. Eso nos pasa hoy cuando intentamos concienciar a Europa, que no fuimos solidarios cuando teníamos compromisos firmados en Europa.


A la señora Arrimadas le quiero decir que detrás del drama de la inmigración no están las mafias, están los campos de la muerte de Siria, están los millones de refugiados en Jordania y en Turquía, donde Europa no está cumpliendo. Están el
hambre y la sequía y cuando una mujer se mete ahí con su chiquillo, su bebé, imagínese usted lo que deja detrás.


Quiero decirle al señor Abascal que hoy, más que nunca, estoy orgullosa de que en mi tierra canaria no haya un solo concejal, un solo diputado regional, un diputado o un senador de su fuerza política.


Dicho todo eso, señora Calvo, le quiero hacer unas preguntas y algunas aclaraciones. Lo primero es decirle que ustedes montan un show con el Aquarius y ahora se ponen de perfil con el Open Arms; cuando ya no había más remedio, por Twitter,
porque ni siquiera se lo dicen a la ONG, deciden mandarlo a Andalucía, a Algeciras, al puerto más lejano. Creo que hay que tener coherencia y una política en este país y fuera. Usted es una persona que reconoce los errores y creo que su
declaración de que Open Arms no estaba autorizado a recoger a náufragos, por lo menos fue desafortunada. ¿Se tiene que pedir autorización para recoger a niños, a mujeres…? El señor Ábalos ha dicho hoy que el barco no reúne las condiciones, pues lo
han tenido veinte días sin condiciones. ¿Es preferible dejar ahogar a la gente en vez de subirlos a un barco que no tiene condiciones? Creo que tenemos que dejar de hacer demagogia. Mi fuerza política, yo misma, junto a María Teresa Fernández de
la Vega, Adán Martín y Pepe Segura, en el año 2006, cuando llegaron 35 000 personas a Canarias, que es la frontera sur, acogimos a 10 000 menores



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y tuvimos que convencer a Europa y montar un tema de solidaridad también dentro de este país; lo hicimos con responsabilidad y nadie en Canarias, ni un solo medio de comunicación ni un ciudadano ni una fuerza política dijeron lo contrario y
fuimos solidarios en aquel momento como ahora lo son los vecinos de Lampedusa, que son un ejemplo para Europa. Creo que se acabó la política, que vienen momentos de trabajar en Europa, de trabajar las fuerzas políticas en un drama que va a ir a
más: la sequía, la miseria, el no cumplir tampoco nuestros compromisos internacionales en determinados momentos y ahora mismo con otros países como Jordania y Turquía nos va a pasar factura. Desde luego, Coalición Canaria siempre tendrá una
actitud responsable porque lo vivimos y sobre todo porque es un drama. Lo que no se puede hacer es amenazar en este momento con multas a una ONG y quiero poner en valor aquí —y ya termino, señora presidenta— el orgullo, como canaria, como española
y como europea, de los voluntarios y de la gente que ha estado en el Open Arms.


Muchas gracias, señora presidenta.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Oramas.


Tiene la palabra a continuación el señor Sayas López.


El señor SAYAS LÓPEZ: Gracias, presidenta.


Buenas tardes, señorías. Señora vicepresidenta, si algo se ha puesto de manifiesto a lo largo de este mes de agosto es lo incoherente, lo contradictorio y lo inexistente de su política migratoria. El mismo Gobierno que a bombo y platillo
abría el puerto de Valencia para recibir al Aquarius, en una decisión que, en nuestra opinión, era demagógica e irresponsable pero que pretendía enarbolar la solidaridad del Gobierno, es el que ahora ha cerrado —llámelo como quiera— todos los
puertos de España al Open Arms, después ofreció el de Algeciras, que era el más lejano del Mediterráneo, y por último el de Baleares, y mandó al Audaz, que es lo único con ese nombre que hemos visto en la acción de su Gobierno en este tema.
Probablemente, no sea tan contradictorio algo que sí lo parece, porque lo que está en la base de las dos decisiones es precisamente lo que imbrica la política de este Gobierno, que es el oportunismo y la única obsesión por la imagen. Lo que vimos
con el Aquarius es la necesidad del Gobierno de enfrentar una supuesta imagen de solidaridad contra lo que ellos consideraban actitud inmisericorde de Gobiernos anteriores. Y lo que hemos visto ahora es la necesidad del Gobierno de trasladar una
imagen de seguridad y firmeza en las políticas de Estado para ponerse la venda antes de la herida ante un posible acuerdo de gobierno con populistas, con independentistas y con extremistas de izquierdas para que nadie cuestione que esas políticas se
van a poner en riesgo. Creo que hace falta pensar menos en la imagen y pensar más en la solución de los problemas, y hay cuatro cosas en las que creo que vamos a estar de acuerdo en este tema. La primera es que este problema, el problema de la
inmigración, ni es un problema exclusivo español ni España debe solucionarlo en solitario. En segundo lugar, necesitamos una política migratoria acordada y responsable con las instituciones europeas y también con los países de África. En tercer
lugar, hablamos de seguridad y la seguridad no entiende ni de populismos ni de demagogias. Y por último, lo decía usted y estoy completamente de acuerdo, hablamos de personas y las personas merecen respeto a sus derechos y a su dignidad.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Sayas.


Tiene la palabra a continuación el señor Baldoví Roda.


El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.


Hay una palabra que durante todo el verano ha planeado; mejor dos: confianza, desconfianza. Tener confianza o tener desconfianza. Nosotros tuvimos confianza cuando hicimos a Pedro Sánchez presidente, y además estuvimos orgullosos de lo
que se hizo con el Acuarius junto con el Gobierno valenciano y el Ayuntamiento de Valencia. Ustedes tuvieron —y parafraseo un artículo de Ernesto Ekaizer— habilidad, rapidez y decisión, justo, a nuestro juicio, lo contrario de lo que se ha hecho
con el Open Arms. Y se lo digo sinceramente: no ponemos en duda todos los esfuerzos que ha hecho este Gobierno y que hace cada día para rescatar a personas. Pero insistimos, insistimos: entendemos que durante esta crisis del Open Arms no se ha
hecho lo que se tenía que hacer.


Acabo, porque se me ha encendido ya la luz roja. Hablando de confianza, o mejor de desconfianza, ¡mira que ha habido desconfianza entre el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático! ¡Mira que ha habido desconfianza, e Italia ha
tardado 20 días en resolver esa desconfianza! Nosotros llevamos con



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esta desconfianza 120 días, ¡cinco veces más! Se lo pedimos porque nos lo dice la gente cuando salimos ahí fuera, en la calle, en el supermercado, en el bar, en la playa: salgan de esta calma; yo diría que una calma chicha, una calma
desesperante y a veces desconcertante. Y por último, por favor, no juguemos con fuego, puede llegar aquel señor de la barba. (Señalando hacia los escaños).


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Baldoví.


En último lugar, por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Mazón Ramos.


El señor MAZÓN RAMOS: Buenas tardes. Muchas gracias, señora presidenta.


A lo largo de esta tarde y a lo largo del martes pasado hemos oído casi de todo y yo poco puedo añadir en un minuto. Yo creo que las explicaciones de la vicepresidenta han sido bastante convincentes frente a las críticas especialmente sobre
los cambios de posición de gobierno. También ha habido críticas realmente increíbles; como increíble es que quieran culpar a este presidente que apenas lleva unos meses gobernando. En mi opinión, pretender que no existan cambios es bastante
demagógico. Las decisiones se toman según las circunstancias de cada momento y a veces es necesario cambiar de opinión, y máxime en un asunto como este en el que no existe una política común, conjunta en Europa, y mucho menos en muchos de los
países de Europa. Está claro que lo de Algeciras fue un error, al menos eso quiero creer, pero no creo que eso resulte excesivamente electoralista.


También hemos escuchado aquí algunas soluciones constructivas, parciales y un consenso básico en las cuestiones de fondo, es decir, en el respeto a los derechos humanos y a la legalidad internacional. Este es un tema evidentemente europeo
que requiere una solución acorde con la historia de Europa en los últimos siglos en defensa de las libertades y de los derechos humanos, pero hay que ser realistas, esta es una marea creciente que no hay quien la pare porque es consecuencia de la
globalización e implica, por lo tanto, plasmarla en la política. Con estas bases, desde el Partido Regionalista de Cantabria primamos el principio de solidaridad: solidaridad entre los países de la Unión Europea y solidaridad entre las comunidades
autónomas de España. En Cantabria ya estamos preparados para acoger a los emigrantes que se nos asignen, y no hay que alarmarse, no hay que ser alarmistas y tampoco vamos a ir a la ruina; incluso podría ser positivo, como es la inmigración en
general. De hecho, si Cantabria no va a ir a la ruina, mucho menos va a ir a la ruina España y mucho menos va a ir a la ruina Europa, y en esta posición europea, España tiene que estar en primera línea. Para ello, para estar en Europa bien
respaldados, necesitamos un pacto de Estado que podría tener un amplio respaldo de esta Cámara si fuéramos coherentes con lo que hemos oído aquí en esta tribuna, independientemente de las críticas.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mazón.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Simancas Simancas.


El señor SIMANCAS SIMANCAS: Señora presidenta, señorías, comparecencias, aclaremos. Este presidente y este Gobierno son los que mejor han cumplido con sus obligaciones de sometimiento al control del Congreso y del Senado.
(Risas.—Aplausos). Es una verdad estadística, incuestionable, y si no hay más control es porque ustedes no han hecho su trabajo. Este verano, dos meses, julio y agosto, nueve semanas, sesenta días, han registrado: Partido Popular, esta
comparecencia sobre el Open Arms, que se está sustanciado, la de los Consejos Europeos, que se va a sustanciar en unos días, y Ciudadanos su cosa, su pollo en la manifestación del orgullo. Punto. (Aplausos). Sesenta días, dos meses. ¡Esto es
todo lo que han registrado! (Aplausos). ¡No culpen ustedes de su indolencia veraniega al Gobierno de España! ¡Hagan ustedes toda la oposición que quieran pero no engañan a la gente, por favor! Además, no aprovechan bien ustedes las oportunidades de
control que se les dan, un gran festival de reproches hoy en torno a la política migratoria. Quien nos esté escuchando preguntará: ¿pero ha crecido la inmigración ilegal en este país durante el último año? ¡Ha caído en un 40 % la inmigración
ilegal en este año! ¿Pero es que hemos recibido algún tipo de reproche por parte de las autoridades europeas por nuestra política migratoria? ¡No, una felicitación pública, expresa, explicita de la Comisión Europea! (Aplausos). ¿Hemos faltado a
nuestro deber humanitario? ¡No! ¡En cuanto hubo una emergencia humanitaria, inmediatamente abrimos nuestros puertos, todos ellos, los cercanos y los lejanos, ofrecimos ayuda, enviamos un buque! No hay caso, no hay justificación para este aquelarre
de reproches, que es lo que hay aquí: una ceremonia de la confusión al calor de un drama humano terrible. (Aplausos). La utilización por parte de unos grupos parlamentarios del sufrimiento de 160 personas para atender intereses partidarios, ¡y no
hay derecho que



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utilicen ustedes el sufrimiento de la gente en este aquelarre injustificado! Intereses que se entienden más en unos casos que en otros porque el interés de la derecha es claro: quieren dañar a un Gobierno progresista que aplica políticas
migratorias progresistas (rumores) y que ha sido felicitado en Europa por ello, ¡el Gobierno más prestigiado de Europa por sus políticas migratorias progresistas! (Risas.—Aplausos). ¡Eso es así, claro que sí! (Aplausos). Y no me extraña que la
derecha ataque a un Gobierno socialista porque lo que de verdad les gustaría al Partido Popular y a Ciudadanos es aplaudir abiertamente a Salvini. ¡Bravo, bravísimo, Matteo! Eso es lo que les gustaría, pero no se atreven a hacerlo abiertamente
porque conocen de los valores de la sociedad española. Y solo el portavoz ultra del triunvirato de la derecha se atreve a abrazar las políticas de Salvini. ¿Migrantes? Que se pudran en el mar, en África o donde sea, pero que no vengan a nuestras
fronteras. Esa es la política de Salvini y del portavoz ultra del triunvirato de las derechas. Y la derecha de Ciudadanos y del Partido Popular dicen algo parecido, pero con eufemismos porque un eufemismo es, señor Casado, hablar de la infamia de
los cincuenta millones de africanos que están a las puertas de Europa. (Aplausos). Una infamia es hablar del efecto llamada, del buenismo o de la sensiblería. Atacan al Gobierno progresista de España porque, en realidad, quieren aplicar políticas
conservadoras parecidas a las del señor Salvini.


Lo que se entiende menos es el planteamiento de Unidas Podemos. Claro, participan y convocan este festival de reproches a la política migratoria de un Gobierno progresista. ¿Por qué? Les ofrecimos un Pleno ordinario para hablar en serio
de políticas migratorias hoy y mañana y no aceptaron, fueron de la mano de las derechas para convocar este Pleno extraordinario de reproches al Gobierno socialista de España. ¿Por qué lo hicieron? ¿Querían darnos una lección? ¿Saben qué lección
hemos aprendido? Que no son ustedes de fiar. (Aplausos). Que no podemos confiar en ustedes y que ustedes así utilizan el primer flanco que ven, la primera oportunidad que ven para sumar sus votos en la Diputación Permanente a las derechas para
dañar al Gobierno socialista. ¡Y no es la primera vez que nos han dictado esta lección! ¡Esta lección ya nos la leyeron el 25 de julio cuando frustraron ustedes la investidura del presidente que habían votado los españoles! ¡Y lo hicieron también
en 2016! (Rumores). No sé qué esperan ganar ustedes con esta estrategia. Les voy a decir quiénes pierden. Pierde España, pierde la izquierda y pierden los españoles, que no tienen el Gobierno progresista que votaron, que necesitan y que merecen.
(Aplausos). Piénsenlo ustedes, denle una vuelta. No les voy a dar lecciones, pero sí les voy a hacer alguna reflexión. (El señor Mayoral Perales: ¡Tela! ¡Tela!). Por ejemplo, alguna reflexión. No se puede ser Gobierno y contragobierno a la
vez. No se puede aspirar a formar parte del Gobierno de un Estado de derecho y después recriminar a la vicepresidenta del Gobierno que exija a todo el mundo que cumpla la ley porque el cumplimiento de la ley, el imperio de la ley, es el fundamento
del Estado de derecho. No se puede ser Gobierno y contragobierno a la vez, no se puede aspirar a formar parte del Gobierno cuyo presidente va a la Cumbre del G7 a defender los intereses de España y manifestarse en la puerta, en la contracumbre,
para boicotear esa cumbre. No se puede ser Gobierno y contragobierno a la vez, Estado y contraestado a la vez. No se puede aspirar a un acuerdo con el Partido Socialista y sumar los votos al Partido Popular y a Ciudadanos para montar un aquelarre
de reproches a la vicepresidenta del Gobierno socialista. (Aplausos). No se puede. (Rumores.—El señor Mayoral Perales pronuncia palabras que no se perciben).


Además, con reproches no fundados. ¿Pero qué bandazos? Se ha hecho en cada momento lo que había que hacer. Cuando estábamos ante una crisis migratoria, el Gobierno de España se puso a disposición de las autoridades europeas para asumir
los inmigrantes que nos correspondían y cuando la crisis migratoria se convirtió en emergencia humanitaria, desde el primer momento el Gobierno de España lo que hizo fue abrir sus puertos, ofrecer ayuda y enviar un buque de auxilio. En cada momento
lo que había que hacer, sin bandazos. ¿Qué teníamos que hacer desde el primer momento? ¿Asumir los 160 migrantes desde el primer momento? Eso hubiera sido una bofetada a la política europea, que lo que pretende es el reparto solidario y global de
todos los migrantes. ¿Teníamos que haber negado la ayuda de emergencia en el momento en que la emergencia se produjo? ¿Por qué? ¿Por el riesgo al buenismo o a la sensiblería de la que la señora Álvarez de Toledo hablaba? ¡Qué poco conocen a la
sociedad española, señorías! Esta es una sociedad solidaria y esta es una sociedad que se sitúa siempre del lado del que sufre, independientemente de si es legal o ilegal, de dónde viene y cuál es su origen y el Gobierno socialista actuará siempre
conforme a los valores de solidaridad de la sociedad española porque son también nuestros valores. (Aplausos).


No ha habido criminalización ni reproche, lo que ha habido siempre con el Open Arms es ayuda, ayuda, ayuda y ayuda en el marco de nuestras responsabilidades y más allá de nuestras responsabilidades.



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Siempre. ¿Saben ustedes por qué ni el Open Arms ni el Aquarius ni ningún otro barco de una ONG actúan en nuestras costas para rescatar migrantes y salvar vidas? No será porque no tenemos mar, o no tenemos frontera con África, o no tenemos
por desgracia criaturas que se echan al mar huyendo de la miseria. ¿Saben ustedes por qué las ONG no salvan vidas en las costas españolas? Porque aquí quien salva vidas es el Gobierno de España a través del organismo Salvamento Marítimo
(aplausos), y no lo hacen con más esfuerzo y con más recursos porque las derechas y los independentistas frustraron el presupuesto de 2019 que trajimos a esta Cámara. Reproches hacia algunos de los que han intervenido desde esta tribuna antes.
Perdónenme, pero me estoy quedando sin voz. (Rumores).


No hay invasión, no hay avalancha, señor Casado; hay penuria, hay miseria. Ese es el efecto llamada, y, ¿saben una cosa? Cuando ustedes redujeron la ayuda humanitaria un 73 % con los Gobiernos de Rajoy aumentaron ustedes esa miseria y esa
penuria. ¿Avalancha? Sí, de hipocresía. (Aplausos). Al señor De Quinto y sus bien comidos le digo: qué desprecio hablar de esa manera desde la opulencia personal, señor De Quinto, y qué lamentable hacerlo desde un escaño del Congreso de los
Diputados representando a la sociedad española, que es una sociedad solidaria. (Aplausos.—El señor De Quinto Romero se da palmadas en la mejilla).


Señorías, los españoles no quieren festivales de reproches injustificados, lo que quieren son soluciones e iniciar la legislatura y que el Gobierno al que votaron tome posesión cuanto antes. Por eso les pedimos a quienes comparten valores
progresistas con nosotros que faciliten ya la investidura del presidente al que votaron muy mayoritariamente los españoles, y a las derechas que si no tienen alternativas, por favor, háganse a un lado, algunos tenemos ganas de trabajar.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno en funciones, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Simancas.


Tiene la palabra ahora la señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones.


La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES E IGUALDAD EN FUNCIONES (Calvo Poyato): Señorías, la verdad es que esta comparecencia tendría que haber dado de sí otra cosa y no esta. Quiero
agradecer, en cualquier caso, al señor Legarda, a la señora Oramas, al señor Sayas incluso o al señor Mazón que hayan entendido de lo que finalmente se trataba. Se trataba de entender qué cosas hemos podido hacer, avanzar y mejorar. Sí, señora
Álvarez de Toledo; sí: este Gobierno, el de la moción de censura, el legal y legítimo de España. Este. (Aplausos). Sí, un poco mejor, como es lógico. Pero, fíjese, en ningún momento me he fajado —y habría podido— con el legado que hemos
recibido; en ningún momento. Y a diferencia de la señora Arrimadas, que no tiene ese legado —aunque tiene connivencia—, usted sí lo tiene, y habrá cosas que no le gusten, pero como son verdad, no queda otra.


Hay dos instrumentos del Estado utilísimos para la seguridad, para el salvamento y para la tranquilidad de este país, que son Salvamento Marítimo y la UME. ¿Sabe usted? Los dos se crearon en dos Gobiernos socialistas. (Aplausos). Sí,
ahora sí se lo voy a decir, señora Álvarez de Toledo. He querido tratar este asunto de otra manera, incluso en atención a la posición histórica del partido de derechas que ustedes eran, pero usted se ha empeñado en lo contrario. Conocemos los
modos de hacer política que tiene usted y que le gusta entrar en lo personal. Yo en más de veinte años jamás lo he hecho. Desconozco sus virtudes y sus defectos. ¿Sabe por qué? Porque no me importan, porque no me interesan, porque solo me
interesa lo que usted hace políticamente. Y usted ha perdido la tarde. (Aplausos). La ha perdido. Resulta curioso que, con el papel que usted ha leído, la extravagante sea yo. Curioso. Ha perdido una oportunidad como portavoz del partido que
lidera la oposición para haber dicho algo en lo que mínimamente ustedes, que tienen grandes responsabilidades y algunas voy a sacar, estuvieran dispuestos a que mejoráramos y acordáramos y algo que en esta política de Estado su partido de la derecha
española pudiera hacer. La ha perdido. Y la ha perdido porque ha preferido enredarse en otras cosas, quizá para no entrar en un asunto en el que usted que no yo ha hecho calificaciones, atribuciones, monopolios y prácticamente ha registrado
propiedad intelectual de cosas que yo no he dicho y que yo no he hecho ni en términos de sensibilidad ni en ninguna otra cuestión; o, mejor dicho, la sensibilidad en términos de generosidad y de solidaridad se la he atribuido al conjunto de la
sociedad española. Punto. No lo ha querido entender. Su formato es hablar de lo que usted quiere, pero no escuchar de lo que se trataba. No está mal para el



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día a día político, pero no para una sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados en el mes de agosto y en un asunto tan delicado como este. Francamente esperaba otra cosa.


Señora Arrimadas, conviene que algunas cosas las tengamos claras, no enredemos y no mintamos. Seis meses sin comparecer en esta Cámara el Gobierno. Se tenía usted que haber ido ya al Tribunal Constitucional, como hicimos nosotros cuando el
Gobierno del Partido Popular durante diez meses no compareció y a ustedes les pareció bien. (El señor Rivera Díaz y la señora Arrimadas García hacen gestos negativos). Seis meses, pero eche cuentas, señora Arrimadas. Eche cuentas del periodo
constitucional de disolución, de campaña electoral, de segunda campaña electoral y del periodo de sesiones. ¿Sabe qué podemos encontrar en las estadísticas? En periodo extraordinario con alguna frecuencia han comparecido los Gobiernos de España.
¿Saben cuáles? Los socialistas. Esta vez también. (Aplausos). A lo mejor será que a mí, señora Arrimadas, de usted también me interesa solo lo que hace en política. ¿Sabe qué me ha parecido hoy de ambas como portavoces de los dos grupos de la
derecha? Que vaya faena ir de la mano del señor Abascal, portavoz de Orbán y Salvini esta tarde en esta Cámara. (Aplausos). ¡Vaya faena que hayan tenido que ir juntas! ¡Vaya faena!


De lo que se trata finalmente es de que algunos datos y algunos elementos de avance vayan quedando claros. He escuchado algunas cifras que conviene que dejemos claras. No, este año la cifra de fallecidos en la ruta occidental ha sido de
208; 118 menos que el año pasado. Concedan este beneficio de avance, porque es el esfuerzo evidente de Salvamento Marítimo, un instrumento público que no tiene ningún recorte ni ninguna privatización ni ningún problema, y, si lo tiene, habrá que
decir exactamente qué y cuál, porque tiene los mismos efectivos. Por cierto, las órdenes de trabajo están en convenios internacionales, las que recibe y las mismas que tiene para la coordinación de la zona de solape con el Gobierno de Marruecos y
con los efectivos de Marruecos. Señorías, es que es tan importante de lo que estamos hablando que conviene la discrepancia, que convienen las posiciones diferentes. En mi caso —será por la edad— considero tan satisfactorio estar una tarde aquí con
posiciones encontradas, consolidando la democracia en el Parlamento español, porque recuerdo perfectamente cómo era la dictadura, que a mí no me inquietan las discrepancias. Lo que sí me inquieta es que no juguemos con los datos ciertos.


No hay nada más democrático que cumplir las normas. Esto ha resultado ser así desde la Segunda Guerra Mundial para acá, cuando las constituciones actuales europeas han posibilitado que la idea de la democracia compleja sea practicable, con
todos sus defectos y con todas las necesidades de avance y mejora. Añadiré más: no hay nada más progresista que cumplir las normas —señora Borràs, de usted no me extraña lo más mínimo que esto de cumplir las normas les resulte un poco extraño—,
todas, desde la Constitución hasta la última, porque es la única manera que tenemos de practicar la democracia, de poder estar todos, desde las libertades, de cumplir las reglas con las que funcionamos. Y no es extraño que quien tiene
responsabilidades de Gobierno no solamente cumpla las normas y las haga cumplir sino que, además, lo tenga que decir. ¿Y saben por qué? Porque en este asunto hay una concurrencia de responsabilidades, de todos, particularmente mirando las vidas de
los migrantes, su integridad y el riesgo que puedan correr. ¿Alguien de este Gobierno, ni siquiera modestamente yo, ha dicho que esté prohibido rescatar en ningún sitio, que con las normas internacionales, con el derecho del mar, cualquier
embarcación se encuentre en una situación en la que tenga que asumir el rescate? ¿Alguien de verdad puede atribuir a alguien de este Gobierno semejante propuesta? Como decía el portavoz de mi grupo parlamentario, estar en el Gobierno requiere
asumir responsabilidades y las responsabilidades casi siempre conducen a equilibrios y los equilibrios, además, en este caso, se han traducido en hechos contundentes. El barco Open Arms no pide puerto español esta vez, lo he dicho en varias
ocasiones pero lo voy a volver a repetir. Así que ya me dirán qué política errática ni de cambio ni de cierre de puerto ni de negación de lo hecho con anterioridad a este caso ha cometido este Gobierno cuando el Open no pide puerto español.


Alguno de ustedes ha dicho por qué Algeciras. Es el puerto que tenemos mejor preparado para semejantes situaciones. Pero añadiré más: este barco del que hablamos ha venido a Algeciras dos veces, y no hace tanto. En diciembre de 2018 el
Open vino a Algeciras con 310 personas. Qué extraño que el Gobierno indicara Algeciras. No obstante, en las condiciones en que estaba el barco, rápidamente dijimos Palma, que está más cerca. Tampoco quiso Palma. Esta es la realidad, por más
vueltas que se le dé. Este Gobierno tardó exactamente cuarenta y ocho horas en hacerse cargo de una crisis frente a un país con sus puertos cerrados. El ministro de Asuntos Exteriores y yo misma utilizamos cuarenta y ocho horas para hablar con el
Gobierno de Italia para pedir que atendiera las necesidades urgentes y complicadas que tenía el buque de pabellón español. Y cuando en cuarenta y ocho horas comprobamos que eso no era posible la decisión fue que se atuvieran a la realidad, porque
la realidad cuando es una verdad demostrable



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nos obliga, y las verdades pueden ser comentadas, pero no pueden ser evitadas. Cuando la respuesta que nos dan definitivamente las autoridades italianas es negativa, decidimos recoger a todos los migrantes que quedaban en el barco;
alguien, incluso en un rapto mental completamente alambicado, dijo que gracias a la justicia italiana. No entraré. La decisión de rescatar a los 91 migrantes que quedaban en ese barco fue del Gobierno de España utilizando un buque de la Armada
española, que sí entraba en el puerto de Lampedusa (aplausos), porque casi día a día hemos tenido que oír, aguantar posiciones, propuestas, expresiones y dejar pasar por verdades lo que nada tenía que ver con la verdad. El buque inicia su ruta
antes de que las autoridades judiciales italianas suban al buque. Esa es la realidad en horas y la verdad que hemos vivido. Tan es así que, como dije en mi intervención anterior, la Comisión Europea ha reconocido al Gobierno de España haber
desencallado esta crisis.


Pero volvamos atrás. ¿Dónde está la incoherencia? ¿Dónde está? Porque aquí se ha dado un único bandazo: de lo que nos encontramos cuando heredamos la política inexistente del anterior Gobierno a la que hemos construido en poco tiempo.
Ese es el único bandazo que hemos dado. Había una Comisión que no existía, unos criterios que nunca se llevaron a los foros europeos. Coincidimos con muchos de los intervinientes en que en poco tiempo se puede hacer poco más para que Europa
entienda, con sus responsabilidades y con su política, incluida la de recursos económicos, que la frontera sur de Europa es la nuestra y que requiere una respuesta coordinada, eficiente, automatizada y clara. Pero díganme quién ha abierto este
debate en Europa si no ha sido el presidente del Gobierno español. Díganme quién si no desde el Aquarius hasta aquí ha abierto la idea en Europa de que cuando hay una situación de esta naturaleza rápidamente la Comisión hace un reparto entre los
países que voluntaria y solidariamente se prestan a llevar migrantes a su país. ¿Quién lo hizo? ¿Cuándo habíamos oído hablar de esto? A mí no me extraña que estemos hablando de la política migratoria de este Gobierno, porque antes no había que
hablar de esta política, no existía; no existían ni siquiera las previsiones que había que haber tenido en una curva ascendente de llegadas que ya tendrían que habernos preocupado para prever instrumentos. Esta es una realidad que, repito, podemos
comentar pero de la que no podemos evadirnos. No ha habido ni una posición contraria ni cambiante ni incoherente desde las responsabilidades cotidianas del salvamento en nuestras aguas con los recursos de Salvamento Marítimo público de este país, y
evidentemente, como han dicho el señor Legarda y el señor Mazón, nadie puede prever, aunque es una realidad que se abre paso por la presión que tiene el Mediterráneo, que de vez en cuando haya un barco que necesita puerto seguro, con unos migrantes
que hay que atender.


Voy a ponerles a ustedes también delante de algo que no será mérito de este Gobierno, dejémoslo ahí, pero debatámoslo como país, independientemente de a quién le corresponda la responsabilidad en positivo o en negativo. Este país asume,
desde la posición del Gobierno, casi siempre la asunción de migrantes en la cuota que nos corresponda de muchos de esos rescates. Sin embargo, este país cada día cuando rescata y salva vidas —salva vidas todos los días, repito, hemos conseguido 118
muertes menos, esa es la realidad— no nos dirigimos a la Comisión para decirles que repartan los 187 que el 12 de agosto, por ejemplo, entraron. Este Gobierno no hace eso, asume sus responsabilidades. Está en las responsabilidades compartidas
cuando esos barcos de las ONG están en otros puertos. No pasaría nada por que nos atribuyéramos entre todos el mérito del buen nombre de nuestro país en estos términos, no solamente de cumplimiento de las normas internacionales, europeas y
nacionales y del buen hacer de un país que no deja a la gente en circunstancias lamentables. No, no, señora Álvarez de Toledo, no es mérito mío ni de mi compasión ni de mis muchos defectos ni de alguna virtud que tenga, porque a mí todo eso me da
igual. Lo único que me importan son los hechos y los resultados de lo que buenamente pueda hacer cada día.


Europa, definitivamente, tiene que hacer un distingo importante en materia de asilo y refugio. Este Gobierno se encontró en materia de asilo y refugio la siguiente situación. En 2012 el número de peticiones de asilo en nuestro país no
superaban las 2500 peticiones. En 2017 y 2018 rondaban las más de 30 000. (La señora Vázquez Blanco: ¡Por Venezuela!). Este año tenemos 69 000 peticiones de asilo en nuestro país. Hemos dotado con 231 plazas de efectivos humanos la Oficina de
Asilo y Refugio. Haremos una propuesta de modificación de nuestra Ley de Asilo porque las democracias se juegan una parte importante de sus principios ético-políticos, además de jurídicos, cuando responden al asilo y refugio. Algunos de ustedes lo
han dicho, las personas que piden asilo y refugio vienen en unas condiciones y de unas situaciones tremendas; diferencia clara con la inmigración económica. Hay que modificar el Acuerdo de Dublín y Europa tiene que plantearse de una manera
eficiente y radicalmente diferente todas las políticas de asilo. Hay que poder distinguir, porque conviene hacerlo —cuando se asumen responsabilidades, he



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dicho antes, se tienen que asumir equilibrios y matices— lo que representa. Lo ha dicho la señora Oramas y yo no quise decirlo: El anterior Gobierno ni siquiera fue capaz de cumplir un acuerdo que dejó por escrito con los refugiados
sirios. No he querido entrar ahí, se lo digo al señor Casado con respeto y deferencia; no he querido entrar en casi nada que no supusiera que fuéramos capaces esta tarde aquí, entre todos, de reconocer la situación y lo que hemos podido hacer.
Incluso, como ya he dicho, bienvenidos sean apoyos, sugerencias y fortaleza para una situación que está, que siempre estuvo y que no se va a ir y que tendremos que manejar en la política española con mucha inteligencia.


Hay algunos datos que también preocupan. Ya lo he dicho en términos genéricos, no se lo he atribuido a nadie, es fácil hacer demagogia y simplismo con este tipo de cuestiones. La propuesta que ha hecho el lehendakari —bienvenida— es, en el
fondo, la propuesta de reparto por Estados que no puede quedar al albur de la voluntariedad de cada Estado porque acabamos siempre en el mismo sitio: hay Estados porque sus Gobiernos los posicionan de una manera solidaria y correcta y otros que
eluden sus responsabilidades. Los Estados de la Unión que no tienen fronteras marítimas tienen que comprender la situación de quienes sí las tenemos. Pero igual ocurre en las comunidades autónomas con nuestra estructura territorial interna.


Otro de los instrumentos que hemos podido desarrollar, también en poco tiempo —a mí me parece poco tiempo catorce meses, de los cuales cuatro en funciones—, es la Conferencia Sectorial de Seguridad. Miro al señor Casado, porque las
comunidades autónomas que ustedes gobiernan agradecen mucho que exista esa conferencia sectorial que es nueva, de creación y constitución nueva, que se podría haber hecho antes porque estaba contemplada en la ley de 2015. Y, sin embargo, lo hemos
hecho porque muchas de las cuestiones de la política migratoria que tienen que ver también con la política de seguridad hay que compartirlas y coordinarlas con ella. Agradecieron enormemente tener información directa del Gobierno de España y
tenerla, además, con el ofrecimiento de coordinarnos para algunas cuestiones importantes, particularmente para los menores que tenemos en nuestro país.


Concedan a este Gobierno, al menos, el esfuerzo en encarar una situación que no hemos pretendido que estuviera en la confrontación. Pero, como decía el señor Simancas, a lo mejor el debate de esta tarde iba de otra cosa. Sin embargo, este
Gobierno venía de manera absolutamente voluntariosa a que fuera de la cosa que estaba determinada en el orden del día. Eso sí, lo pretendíamos sobre la realidad, sobre los datos, en ningún caso sobre lo que me invento y sobre lo que yo coloco en mi
discurso. Nadie de este Gobierno ha demonizado ni criticado, ni de lejos, a las ONG ni al papel que cumplen. Nadie, nunca. Yo misma he agradecido aquí a las ONG que trabajan en territorio español y que ayudan a la política de recepción. ¡Solo
faltaría! Pero es evidente que para este Gobierno el rescate tiene que ser rescate público, responsabilidad. ¿Dónde? Donde nuestro Estado tiene obligaciones. Pero no solamente porque el cumplimiento de la ley sea el fundamento del Estado de
derecho —y sí que distingo obligaciones de derechos—; es porque el cumplimiento de la ley es el fundamento de la propia democracia y por esa razón somos responsables de nuestras aguas, de nuestras zonas de salvamento, de nuestro territorio, de
nuestras fronteras, aeropuertos y puertos. Competencias del Estado. Constitución. Y cuando salimos de nuestras líneas de trabajo obligadas constitucionalmente, somos un gobierno que posiciona solidariamente a España. ¡Ni una sola vez hemos
dejado a un barco cercano o con pabellón español sin el ofrecimiento de ayuda de este Gobierno! Lo voy a volver a repetir, el Open ha venido tres veces en un año a este país; tres: una a Barcelona y dos veces a Algeciras. Y en esta ocasión ha
recibido el mensaje del Gobierno, de este tenor: ayuda, avituallamiento, combustible, puerto más cercano si Algeciras está lejos, escoltado por el buque de la Armada para más tranquilidad, dadas las condiciones en las que estaba. Esta es la
realidad. La podemos discutir todo lo que queramos y cada uno de nosotros la podrá posicionar como quiera, pero nadie puede confundir al Gobierno de España con la posición del Gobierno de Italia a través de Salvini, nadie. Salvini cierra los
puertos. Salvini denosta a los inmigrantes. Salvini denosta en su discurso constantemente justo lo contrario de lo que representa este Gobierno (aplausos), todo lo contrario de lo que representa este Gobierno. Y ustedes no pueden dar pábulo
—ustedes, el Grupo Parlamentario Popular y Ciudadanos— a una posición semejante. No han desautorizado la posición de su diputado De Quintos. ¿Entendemos que esa es la posición de Ciudadanos? No la han desautorizado y el tuit prácticamente lo
podía haber hecho Salvini; tiene algunos que se le parecen. ¿Eso es lo que tenemos que asumir?


Termino, señorías. Solo pretendíamos darles puntal cuenta de alguna cifra y de algunos elementos alcanzados, de algunos objetivos que tenemos trazados y que tienen que ir a una velocidad rápida. Todos fueron parte de la posición que el
presidente del Gobierno mantuvo en la Cumbre de Marrakech sobre la



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posición de España y de la que algunos Gobiernos se han descolgado, como el propio presidente me recordaba, con la ayuda impagable de algún partido separatista del que hoy aquí alguien ha hecho la posición contraria. Hay algunas
contradicciones que nadie entiende. Señora Álvarez de Toledo, ¿qué hacemos, era efecto llamada o tenemos que ir corriendo? Diga usted en cuál de las dos posiciones se mueven, porque la primera posición era que el Aquarius había ejercido un efecto
llamada. Pero le voy a decir algo del efecto llamada. ¿Sabe usted cuántos migrantes de manera irregular entraron el año pasado? El año pasado, 2018, la mitad responsabilidad de su partido y la otra mitad de este Gobierno: 32 378, a fecha de
agosto. En el mismo periodo de este año, 18 436. Muy llamada, muy llamada parece que no fue, ¿no?


Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora vicepresidenta.


A continuación, intervendrán los representantes de los distintos grupos parlamentarios por un tiempo de cinco minutos. Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Álvarez de Toledo Peralta-Ramos. (Aplausos).


La señora ÁLVAREZ DE TOLEDO PERALTA-RAMOS: ¿Personal dice usted, señora Calvo? No, no, personal no. Crítica política, terriblemente política, a su terrible gestión, a su incompetencia política, de la que mucho tendremos que hablar a lo
largo del tiempo. Y lo haremos, efectivamente, con hechos, aunque un comentario primero. Sobre esto de que yo traigo un papel, quizás también le vendría a usted de vez en cuando traer un papel y no lanzar demagogias burdas, improvisadas a lo largo
de no sé cuánto tiempo. (Aplausos).


Pero vamos, efectivamente, a los hechos. ¿Usted, de verdad, se ha atrevido a hablar del legado? ¿Ha usado la palabra legado? ¿Usted, que estuvo en el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, se atreve a hablar de legado? Es que ya no me
refiero a dejar al país al borde de la quiebra y de un rescate, es que hablemos de inmigración. La mayor oleada de cayucos, la mayor oleada de inmigración ilegal fue en época del señor Zapatero. ¿Y sabe quién la superó? Su vecino de escaño. Ese
es el legado. Y no quiero imaginar el que serían ustedes capaces de dejarnos si nada lo remedia y siguen en el Gobierno.


Otro apunte. Sigamos con los hechos. Ha dicho que el Partido Socialista es quien se inventó la sociedad de Salvamento Marítimo. Pues no, creo que data de 1880 y fue fundada por voluntarios. (Risas.—Aplausos).


Sigamos con los hechos de su maravillosa, brillante, humanitaria y legal política migratoria. Las concertinas, ¿quién las puso? (Una señora diputada: Zapatero). Gracias. (Risas). Zapatero, efectivamente. Y ¿qué hizo el señor Marlaska?
Señor Marlaska, esto no lo puedo evitar, y me lo perdonarán aquí colegas de Ciudadanos. Hay alguien que ha hablado de que montaron un pollo los señores de Ciudadanos. No, no, es que el que montó el lío —no me gusta la palabra pollo— fue el señor
ministro del Interior, que se atrevió a animar a manifestantes a expulsar a representantes de otro partido político. (Aplausos). Bien. Todo junto sí, todo junto, porque todo se vincula en la política y eso pasa, claro. El señor Marlaska es el
que dijo: vamos a quitar las concertinas el día 1. ¿Dónde están las concertinas del señor Marlaska? Ahí están.


Devoluciones en caliente. ¿Quiénes han practicado las devoluciones en caliente aquí? Aquí, los grandes salvadores del mar y demagogos. ¿Y quién desempolvó un acuerdo del año noventa y pico con Marruecos, de Corcuera, para hacer unas
devoluciones exprés, así rapidísimo, sin procedimiento? El bondadosísimo Partido Socialista Obrero Español presidido por el señor Sánchez. (Aplausos).


Pero sigamos con los hechos o más bien con las preguntas. A ver, ¿qué van a hacer ustedes a partir de ahora? Bueno, sí, hablar con el señor Iglesias, intentar acordar algo, no sé. En fin. ¿Van a abrir los puertos españoles a cualquier
barco como el Open Arms en el futuro? No me mira, es que ya me da la espalda directamente. ¿Van a mandar a buques de la Armada a buscar inmigrantes por sistema, de manera sistemática? Tampoco me mira. Bueno, a ver si con Algeciras lo
conseguimos. (Risas.—Aplausos).


A ver, Algeciras. Ha dicho la señora vicepresidenta del Gobierno en funciones en su primera ilustrativa intervención que Algeciras tiene los mejores instrumentos para responder a la crisis y que fue por eso que el señor Sánchez puso este
tuit (muestra una fotografía) —le gustan los tuit—, y anuncia por tuit: He indicado que se habilite el puerto de Algeciras […]. Es necesario establecer una solución europea, ordenada, liderando el reto migratorio. Hombre, liderando le ha quedado
un poco inflado viniendo de la posición española en esta cuestión. Pero hablemos de Algeciras, a tres días de navegación de otros



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puertos españoles más cercanos. ¿Por qué Algeciras? Y si era de verdad imprescindible Algeciras, ¿por qué no llamaron por teléfono al alcalde de Algeciras o al presidente de la Junta? (Aplausos.—El señor ministro de Fomento, Ábalos Meco:
Como si hubiera una frontera allí). Por cierto, el alcalde y la Junta se enteraron de esto de Algeciras por este tuit. Como se han enterado por las redes sociales de que los inmigrantes del Audaz ahora iban a ir a San Roque. Eso es lo que usted
entiende por lealtad, pactos de Estado, colaboración institucional… Ustedes son una mezcla realmente de demagogia, sectarismo e incompetencia. (Aplausos).


Ya me queda muy poco tiempo —lo siento—, sí.


La señora PRESIDENTA: Sí, señora Álvarez de Toledo, debería terminar.


La señora ÁLVAREZ DE TOLEDO PERALTA-RAMOS: Un resumen final, solo un resumen.


No es que ustedes den bandazos, no; es que ustedes son un bandazo, y no quiero decirlo en el sentido del señor Rivera, que él que tiene el copyright de la banda, no (risas), son un bandazo, es decir, la ausencia más absoluta de
convicciones, de principios, de coherencia, de criterio. Ustedes, como he dicho antes y se lo quiero repetir, hacen negocio electoral bajo la máscara de la solidaridad, y entre ustedes y Salvini hay una distancia tan pequeñita, señora Calvo y señor
Sánchez, tan pequeñita, porque utilizan a los inmigrantes, a los vulnerables, para buscar rédito electoral. (Aplausos).


Voy a decirle una cosa final en elogio a España, sí, a España. La España constitucional —es una frase que he repetido mucho, pero me quiero permitir en este día para mí especial decirla otra vez— es la empecinada voluntad de vivir juntos
los distintos y eso incluye a muchísimos inmigrantes y a personas con acentos distintos como el mío o como el del otro portavoz, el señor Pisarello, es verdad. Hemos sido también integrados. No arruinen eso en su desbocada búsqueda del poder.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Álvarez de Toledo.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Arrimadas García.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Gracias, señora presidenta.


Lo que hemos comprobado es que les escuece una cosa y miren que hoy les han dicho unas cuantas. Les escuece mucho una cosa y es que recordemos que ustedes llevan seis meses sin dar la cara en el Parlamento con una sesión de control.
(Aplausos). Ustedes, seis meses. (Rumores). Sí, sí, ¡ciento ochenta días! Porque, aunque estén en funciones, hay una sentencia, que la señora vicepresidenta debería conocer, que dice claramente que los Gobiernos en funciones deben someterse
también a sesiones de control parlamentario. ¡Ustedes están haciendo lo mismo que hacía Rajoy! Porque sabe qué pasa, señora vicepresidenta, que está todo el día hablando de la izquierda, que no dar la cara seis meses no es de izquierdas o de
derechas, es de viejo bipartidismo, que es el que ustedes representan. ¡Igual que Rajoy! ¡Igual! (Aplausos).


Decía la señora vicepresidenta: venimos de manera voluntariosa. Desde luego, porque voluntaria no está usted aquí. De manera voluntaria no ha venido, ha venido obligada. Y, además, es muy curioso tanto que hablan de supuestos socios,
¿sabe qué otro grupo, aparte del suyo, votó en contra de que usted viniera aquí a dar la cara? ¡El Grupo de VOX, señora vicepresidenta! ¡El Grupo de VOX le quiso salvar a usted la cara! (Aplausos.—Rumores).


Además, les duele, les duele esto de los seis meses sin pegar un palo al agua y sin venir a someterse a una sesión de control. Y les duele tanto que el señor Simancas tiene que decir una mentira. Es fácil comprobar que es mentira
simplemente con trabajar cinco minutillos, cinco, señor Simancas, metiéndose en la intranet del Congreso. Solo tendrá usted que trabajar cinco minutos para ver que mi grupo parlamentario, mientras ustedes llevan seis meses —y se lo voy a repetir,
seis meses— sin dar la cara en el Congreso de los Diputados con una sesión de control, nosotros hemos registrado cuatro leyes, once comparecencias, dos proposiciones no de ley y decenas de preguntas. Por tanto, le escuece, señor Simancas, le
escuece. Entiendo que hoy usted ha tenido un papelón un poco de poli malo y no ha tenido un día fácil porque defender al señor supersánchez porque ha hecho todo por la humanidad —parece que ha descubierto la penicilina— no tiene que ser muy fácil.
¿Pero sabe por qué estaban ustedes hoy también muy dolidos? Lo he percibido. Están ustedes muy dolidos porque les ha pasado una cosa que seguro que no soportan y es que les han llamado en los últimos días fachas; están ustedes llamando fachas a
todo el



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mundo y ahora le llaman la señora Calvini. (Aplausos). ¡Les han llamado fachas! ¡Eso les tiene que doler un montón! Nosotros no le vamos a llamar señora Calvini, nosotros no vamos a decir que ustedes no tienen humanidad, nosotros no vamos
a decir que ustedes quieren que se mueran inmigrantes ahogados en el Mediterráneo, no… (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Perdone, señora Arrimadas, ruego silencio, por favor.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Se ponen un poquito nerviosos algunos. (Las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista hacen gestos señalando a los bancos del Grupo Parlamentario Popular). No vamos a decir nada de eso;
eso son sus socios de Podemos. (Rumores). De nuevo se ponen nerviosos. Señora vicepresidenta, usted es la que insulta, usted es la que quiere echar de manifestaciones feministas a mujeres que no son de su partido; usted, siendo vicepresidenta
del Gobierno. (Aplausos). ¡Por favor!


Usted ha tenido una ocasión estupenda para venir de nuevo en la réplica y explicar qué pueden esperar los españoles de la política de inmigración del Gobierno, pero no lo han hecho. ¿Sabe lo único que han hecho en la réplica? Lo que mejor
saben hacer, que es atacar a Ciudadanos. Luego son muy suaves con aquellos que ponen en cuestión, no solo en el Congreso sino fuera de él, la calidad democrática de España. Los señores de Bildu dando lecciones aquí de humanidad y de compasión, un
grupo parlamentario que no ha condenado el terrorismo (Aplausos). O los señores independentistas, que tienen un proyecto político que supone levantar una nueva frontera porque no quieren compartir país ni nacionalidad con el resto de españoles;
que quieren ver cómo se deshacen de los murcianos, de los andaluces y del resto de españoles porque los consideran un lastre para su despegue económico. ¿De estos señores España tiene que recibir lecciones de moralidad? ¿De estos señores tiene que
recibir España cuestionamientos sobre la calidad democrática? Yo creo que no, pero me asombra que la vicepresidenta del Gobierno, cuando ve que sus socios hacen estas declaraciones —insisto, no solo dentro del Congreso sino fuera—, se dedique
simplemente a atacar a Ciudadanos.


Y, luego, qué decir del partido de la compasión selectiva, el partido de Podemos, que justifican y son incapaces de condenar el régimen de Venezuela —que hoy mismo se han negado a aprobar una declaración institucional—, pero son los adalides
de la compasión. (Aplausos). El partido de las contradicciones, el partido que tenía un compañero hasta hace poco que decía que en Venezuela se comía tres veces al día —pero, eso, no pasa nada por decirlo, ¿verdad?— y que dice que no se puede
vivir en casoplones si uno está en política y que lo primero que hace cuando toca un sillón del Congreso es comprarse un casoplón con piscina y casita de invitados (rumores), y que cada uno puede vivir como quiera y donde quiera. (Rumores). Sí,
sí, eso se lo deberían haber dicho ustedes al señor Iglesias. O el partido que da lecciones de protección a los trabajadores pero luego cuando hace un ERE paga veinte días por año, aplicando no el máximo que tiene la reforma laboral —no, no—, sino
el mínimo. Lo digo para que en la réplica algunos no digan que cumplen las leyes porque pagar más de veinte días por año es también cumplir la reforma laboral.


La señora PRESIDENTA: Señora Arrimadas, tiene que terminar.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Acabo enseguida, señora presidenta.


Señora vicepresidenta, usted ha tenido una ocasión perfecta para decirles a los españoles qué va a hacer el Gobierno cuando vuelva a haber un Aquarius o un Open Arms, pero no lo ha hecho. ¿Por qué? Porque no tienen política de inmigración.
Yo le pido que dejen los bandazos, que dejen las contradicciones, que dejen de dar lecciones de moralidad a todo el mundo porque este es un asunto de Estado, y le recuerdo que el señor Albert Rivera el 7 de mayo le ofreció al presidente del Gobierno
en funciones, al señor Sánchez, un acuerdo de Estado en política de inmigración junto con otros tres acuerdos de Estado. Nosotros —creo que lo sabe toda España— no le vamos a llevar a usted a Moncloa, sin duda alguna, pero, como toda España sabe,
estaremos siempre para hacer acuerdos de Estado en una materia tan importante como es la política de inmigración. Empiecen a trabajar, dejen los bandazos y dejen las mentiras y las lecciones de moralidad.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie).



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La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arrimadas.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra la señora Vera Ruíz-Herrera.


La señora VERA RUÍZ-HERRERA: Señora Calvo, señor Simancas, yo entiendo de verdad que tengan que usar ese tono paternalista, prepotente y de superioridad moral con nosotros todo el tiempo porque estamos en el contexto en el que estamos, pero
no se equivoquen: si hay alguien que ha puesto el debate sobre migraciones en Europa encima de la mesa han sido las organizaciones, ha sido el Open Arms, ha sido la APBA, ha sido Caminando Fronteras, ha sido SOS Racismo y han sido la cantidad de
organizaciones sociales que llevan trabajando durante todo este tiempo para que eso se revierta y para proteger los derechos humanos. (Aplausos). Señora Calvo, se le van un poco de las manos las ganas de quedar por encima de los demás.


Sinceramente, el discurso que ha hecho hoy aquí pierde toda legitimidad en el momento en el que, con toda la poca vergüenza —si me permite decírselo— del mundo, viene hoy aquí a enfrentarse a Salvini cuando en casi un mes no ha sido capaz de
hacerle frente y de mover todos los hilos que había que mover y que la sociedad civil le estaba solicitando que moviera para que esta situación empezara a revertir. (Aplausos). Eso sí que no es de fiar, señor Simancas y señora Calvo. Le recuerdo,
porque ya está bien de poner la otra mejilla: Carmen Calvo, 21 de agosto, entrevista en Hoy por hoy en la SER, aunque no hace falta recordarlo. Abro comillas: Los poderes y las personas físicas estamos sometidos a las leyes. Esto es un Estado de
derecho. Todo el mundo sabe lo que puede hacer y lo que no. Nadie está a salvo de esto, incluido un barco. Añade: El barco no tiene permiso para rescatar. Lo sabe el capitán del barco y se lo recordó el ministro de Fomento. Si esto no es poner
en duda que hay que cumplir el derecho internacional y que las organizaciones están en el mar haciendo el trabajo que ustedes, que nosotros y que todos los presentes deberíamos estar haciendo, que baje cualquiera que sea más de fiar que Unidas
Podemos y que nos lo diga, señora Calvo. (Aplausos). Sinceramente, esperábamos más altura, porque los retos que tenemos por delante, en general, son muy grandes. Estamos viviendo en España un proceso muy difícil que cada vez se parece más a lo
que estamos viviendo en Europa. Estamos viviendo el auge de los discursos xenófobos de la extrema derecha. Lo estamos viendo, lo tenemos aquí. Por desgracia, ya han pasado. Los tenemos aquí poniendo en cuestión no solamente las políticas
migratorias, sino los derechos de las mujeres, los derechos del colectivo LGTBI, los derechos de cualquiera que piensa diferente. Y creo que en un momento así se espera de cualquier formación política progresista que defienda los derechos humanos
con mucha más intensidad de lo que usted ha hecho este verano, señora Calvo. Creo que eso es lo que se nos está exigiendo.


¿Que no somos de fiar? Vamos hablar de políticas migratorias, únicamente y exclusivamente de políticas migratorias. No vamos a utilizar esto para hablar de negociaciones ni para hablar de otras cosas, haciendo campaña electoral, si es que
ya hemos empezado una campaña electoral. ¿Con qué el PSOE nos podemos sentar a hablar? ¿Con el que habla de Salvamento Marítimo y se enorgullece, igual que nosotros, del servicio que hacen o con el que está viendo cómo se está recortando su
plantilla y al que no le dan las órdenes para actuar? (Aplausos). ¿Cuál de los dos PSOE? Ya que se están reuniendo con la sociedad civil para construir no sé qué documento, les animo a que se reúnan con los sindicatos de Salvamento Marítimo, que
les van a contar mejor que yo cuáles son las cifras. ¿Con qué PSOE hablamos? ¿Con el que dice que va a quitar las concertinas de Ceuta y de Melilla o con el que por lo bajini le está dando 35 millones de euros a Marruecos para que intensifique la
persecución al otro lado? (Aplausos). Me menciona el señor Pedro Sánchez a las mafias. ¿En serio? ¿En serio va a seguir usted el discurso de las derechas? ¿En serio va a hablar de mafias? Señor Sánchez, usted sabe tan bien como yo que, si
queremos evitar a las mafias, lo que hay que hacer es conseguir que haya vías de entrada seguras con pasaportes en la mano y que la gente que viene huyendo de un conflicto lo haga de forma más segura que como lo están haciendo. (Aplausos). ¿Con
qué PSOE estamos hablando? ¿Cuál es el que de fiar? ¿El que dice: vale sí, señor Pablo Iglesias, vamos a ver un CIE, porque en los CIE se están violando los derechos humanos, o el que se enorgullece porque el CIE de Algeciras está haciendo una
labor maravillosa? ¿En qué quedamos? ¿Va a ir el señor ministro del Interior, el señor Marlaska, a Algeciras a poner todos los recursos logísticos que hagan falta cuando llegan los migrantes como pasó el año pasado o va a hacer devoluciones exprés
sin identificar quién viene siendo víctima de trata o siendo menor y sin ningún servicio de protección ni de traducción? ¿Con qué PSOE estamos hablando y cuál es el PSOE del que nos tenemos que fiar, señor Marlaska?



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Hay muchas cosas que podemos hacer. Ustedes querían provocar; pues bien, si no somos de fiar, para quien me gusta creer que soy de fiar es para los colectivos de la sociedad civil y para los ciudadanos de este país. No tenemos que quedar
bien con nadie más. Sinceramente, creo que podemos hacer muchísimas cosas. Podemos facilitar que haya un puerto seguro estable para que cuando esto vuelva a pasar, si es que vuelve a pasar que es posible que sí, haya un puerto estable que impida
que vuelva a estar un barco a la deriva como ha estado hasta ahora. Podemos impulsar que España ya acabo, señora presidenta sea líder en la coordinación de políticas migratorias en Europa, porque creo que España tiene algo que decir. Si nos
enorgullecemos tanto de Salvamento Marítimo, a lo mejor podemos intentar exportar el modelo de Salvamento Marítimo y hacerlo también a nivel europeo para que se pueda llegar a salvar vidas donde no llegan hasta ahora nuestras embarcaciones de
Salvamento Marítimo. ¡Se pueden hacer tantísimas cosas! Nosotros tenemos toda la predisposición del mundo, pero díganos con quién tenemos que hablar, si con un PSOE o con otro, porque yo sinceramente dudo y no tengo muy claro con quién estamos
hablando.


La señora PRESIDENTA: Señora Vera, tiene que terminar.


La señora VERA RUIZ-HERRERA: Muchas gracias, señora Calvo. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Vera.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: Gracias, señora presidenta.


Mire que es grave el asunto, pero han dejado ustedes momentos divertidos. Yo no he podido evitar reírme escuchando al portavoz del Partido Nacionalista Vasco cuando alertaba sobre un supuesto supremacismo blanco. No ha leído usted a Sabino
Arana, ¿verdad? Nosotros sí. (Aplausos). También han dejado algún momento triste, y el momento triste ha sido toda la sesión, en la que no ha habido una sola palabra por parte de ninguno de los grupos sobre los que están padeciendo la inmigración
ilegal, que son los españoles, en forma de inseguridad, en forma de ataque a su prosperidad. De eso no se ha acordado ni uno solo de los grupos presentes hoy en esta Cámara.


Alertaba otro diputado a algunos de los grupos de que tuvieran cuidado con lo que hacen porque si no viene el de la barba. No, lo que les ha ocurrido aquí es que han venido las verdades expresadas por millones de españoles en sus casas, en
los bares, en los trabajos, dichas con toda claridad y desnudez en el templo del eufemismo en el que ustedes habían querido convertir a esta Cámara. Eso es lo único que ha pasado. (Aplausos). Y a la izquierda lo que le pasa, a ustedes lo que les
ocurre es que tienen un enemigo, el principal enemigo, el más poderoso, que no es otro que la realidad, como ya han alertado muchos pensadores. Porque por mucho que ustedes quieran vestirse de salvadores de la humanidad, todos ustedes, no les han
elegido para eso, les han elegido para representar a la soberanía española, para cumplir sus leyes, para defender sus fronteras y para defender los intereses de los españoles, no para otra cosa. La dictadura progre que ustedes representan, en su
versión sanchista y en la conocida hoy versión cayetanista, que tanto nos ha sorprendido a algunos, utiliza muchas armas ilegítimas en el combate político, y una es presentarse con una supuesta superioridad moral. Pero es una miseria moral,
señorías, pretender jugar con los sentimientos de los españoles llamando náufragos a quienes no lo son, porque en caso de serlo en el momento de ser rescatados tenían que haber sido trasladados a un puerto seguro, es decir, a Túnez, que parece el
destino turístico seguro para millones de personas en todo Occidente, pero que no encaja en las rutas ni en los planes de las mafias, de las ONG y de las oligarquías. Y, señores del Partido Popular y de Ciudadanos, no es un problema de si el barco
es más barato que traerlos en avión o de si han llamado al alcalde de Algeciras o no y les han pedido a ustedes permiso, es que sencillamente no hay que traerles, porque no son ni náufragos ni refugiados, son inmigrantes ilegales, y sí, son víctimas
de la estrategia de las mafias y de las oligarquías, lo dice la propia prensa italiana cuando ellos declaran y explican con toda claridad —las personas que venían en el barco— que los traficantes elegían a algunos de los migrantes como tripulantes y
no les hacían pagar la travesía; gracias a unas aplicaciones saben dónde están los barcos de las ONG, como el Open Arms o el Sea Watch, que les están esperando cerca de la costa libia y, basándose en su posición, hacen partir la balsa. Estamos
ante una gigantesca mentira, de la que han hecho ustedes cómplice a la Armada española. Nosotros pensamos que el buque



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de la Armada tenía que haber partido a Italia, pero tenía que haberlo hecho mucho antes a capturar al buque Open Arms, a inspeccionarlo, a llevar a un puerto seguro en Túnez a las personas que estaban dentro y a traer a la tripulación para
ponerla a disposición judicial por inmigración ilegal, por colaboración con organizaciones criminales y por fraude de ley. Eso es lo que tenía que haber hecho el buque de la Armada. (Aplausos).


En definitiva, señorías, aunque ustedes no lo quieran ver, el problema que hoy deberíamos debatir es el de la inmigración ilegal masiva, que empobrece nuestras naciones y las naciones de origen, como alertan muchos de los líderes políticos y
religiosos de esas tierras, que compromete nuestra seguridad y nuestras libertades. Y aunque la señora Calvo nos dé datos falsos o troceados por años, lo cierto es que desde que llegó el señor Sánchez, según el Ministerio del Interior, han entrado
71 000 ilegales en España; por cierto, hay un 10 % de extranjeros en España y hay, según los datos de Ministerio del Interior, un 28 % de extranjeros en las cárceles y, según los sindicatos de prisiones, un 35 %. Esta es una realidad que ustedes
no pueden ocultar y que nosotros queremos traer a este Congreso para que sea debatida. Además, la inmigración ilegal masiva esclaviza a quienes ustedes dicen ayudar. Lo ha dicho el cardenal guineano Sarah con toda claridad cuando afirmaba que no
se puede colaborar con esta nueva forma de esclavitud que es la inmigración masiva.


Así pues, en representación del Grupo Parlamentario Vox, reitero la posición: son ustedes, precisamente los que acusan, los responsables de la tragedia en el Mediterráneo. Acaben con el efecto llamada y acabarán con la tragedia y con gran
parte del sufrimiento. Combatan a las mafias y a sus cómplices, sean organizaciones no gubernamentales, sean políticos o sean multimillonarios, y procedan a la repatriación inmediata de los inmigrantes ilegales y a la deportación inmediata de los
inmigrantes legales que hayan cometido delitos en nuestra patria.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Abascal.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Rosique i Saltor.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Señorías, déjenme mostrarles nuestro desconcierto hacia el cinismo que ha habido hoy en esta sala. Nosotros pedimos el martes esta comparecencia para que la vicepresidenta del Gobierno en funciones diera
explicaciones sobre la mala gestión con el barco de rescate Open Arms y resulta que usted, señora Calvo, no ha respondido ni a una sola de las preguntas que ha hecho mi compañera. Además, al principio de su intervención, señora Calvo, hablaba de
hacer una política migratoria que no se convierta en un elemento de manipulación y demagogia y que se aleje del racismo, y resulta que la semana pasada usted dijo una frase que es la más paradigmática del racismo institucional: no tiene permiso
para rescatar. Eso, lo siento mucho, sí podría ser un discurso del ministro Salvini. (Aplausos).


Paralelamente, hemos escuchado al Partido Popular y a Ciudadanos hablar de que nadie puede ser condenado por su origen étnico o cultural o de la obligación de rescatar a personas cuando en realidad llevan tiempo haciendo un uso político y
peligroso del discurso de odio de la extrema derecha.


Al Grupo Parlamentario de Unidas Podemos solo quería hacerle una petición, y es que, por favor, dejen de dar palizas a los manteros migrantes en Las Ramblas. (Rumores.—Un señor diputado: ¡Anda! ¡Anda!).


Finalmente, al Grupo Vox no voy a destinarle ni un solo minuto porque parece que ya tienen suficientes altavoces entre pactos gubernamentales y ciertos medios de comunicación.


Miren, las políticas migratorias deben analizarse desde un punto de vista estructural. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Señora Rosique, un momento, por favor.


Pido silencio, por favor.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Gracias. Que sea joven no quiere decir que no tengan que respetarme, por favor.


Decía que las políticas migratorias deben analizarse desde un punto de vista estructural y con datos verídicos. Me explico. Hay que ser capaz de analizar la inmigración desde el origen, pasando por el tránsito y finalmente llegando a la
acogida, y por supuesto eso requiere una coherencia en las distintas políticas migratorias que se implementan. Hoy se ha puesto el foco sobre todo en el tránsito, ofreciendo un relato y unos datos falsos respecto a las ONG y olvidándose —espero que
no sea intencionadamente— del origen. Se han atrevido a criminalizar a las ONG, y sí, usted, señora Calvo, también, en el momento



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en que pide sanciones para Open Arms que pueden llegar hasta 900 000 euros de multa. Eso, lo que está haciendo, es criminalizar a las ONG.


Han intentado ocultar quiénes son los verdaderos culpables de que ahora estemos discutiendo este asunto en este Pleno monotemático, y es que siempre actúan del mismo modo: buscan al individuo que hace todo lo que esté en sus manos para
realmente salvar vidas, lo identifican y lo acusan de ser él el culpable de que haya personas que mueren en el Mediterráneo. Así, evitan explicar que son la Unión Europea y los Estados europeos, también el español, quienes han provocado esta
situación y quienes son incapaces de responder a la situación de emergencia que ellos mismos han provocado.


Aprovecho esta intervención para desmentir algunas afirmaciones que han hecho algunos grupos parlamentarios aquí presentes durante las últimas semanas. Les voy a explicar que no hay relación entre las mafias y las ONG. Según el estudio de
Matteo Villa, del Programa de Migraciones y Europa del Centro de Gobernanza Global, Acnur, Frontex y la Organización internacional para las migraciones de Naciones Unidas desde el 1 de enero hasta el 20 de agosto 7531 personas embarcaron en pateras
desde Libia sin que hubiese embarcaciones de ONG en el mar, mientras que tan solo 1961 personas salieron de esas mismas playas cuando había como mínimo un barco de una ONG. Es decir, aproximadamente seis de cada siete personas que salieron en
patera lo hicieron sin que hubiese barcos de ONG en el mar.


Déjenme referirme ahora al origen porque parece que el Gobierno y la mayoría de ustedes intentan olvidarse de esta fase. Para analizar las políticas migratorias necesarias hay que analizar qué provoca que haya personas que se vean forzadas
a huir y quién es responsable de ello. Siento decirles que las ONG no son las culpables, los responsables son aquellos que exportan armas a los países de origen y aquellos que son cómplices de ello, y el papel del Estado español en la exportación
de armas ha sido y es realmente preocupante. Según el informe anual publicado el 11 de marzo por el Stockholm International Peace Research Institute, Sipri, el Estado español es el séptimo exportador de armas a nivel mundial y el tercero que más ha
crecido en los últimos años, por detrás de Israel e Italia. Se les ha olvidado todo esto en sus intervenciones y si no ha sido de forma intencionada me preocupa que ni siquiera lo hayan pensado. Y no olvidemos las acciones de otros departamentos
del Gobierno porque, evidentemente, si todo esto sucede es porque hay colaboraciones con los países fronterizos, como son España y Marruecos o la Unión Europea y Turquía.


La señora PRESIDENTA: Señora Rosique, tiene que terminar, por favor.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Acabo ya.


Después no se sorprendan si hay gente forzada a huir, después no se sorprendan si hay personas que arriesgan su vida en el Mediterráneo.


Señorías del Gobierno en funciones, ustedes tenían la obligación de ser coherentes y se han dejado los principios y la coherencia por el camino.


Dejen de aparentar que les preocupa que mueran personas en el Mediterráneo y empiecen a demostrarlo. Vicepresidenta, le propongo algo muy sencillo, deje de criminalizar a la ONG Open Arms y empiece a asumir que es el mismo Gobierno quien
debería hacer su tarea. Nosotros, els Països Catalans, som i serem sempre terra d’acollida. (Aplausos de las señoras y los señores del Grupo Parlamentario Republicano, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Rosique.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) tiene la palabra el señor Legarda Uriarte.


El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidenta.


Intervendré brevemente porque creo que en este momento del debate ya se han dicho casi todas las cosas, unas en sentido constructivo —o así se ha pretendido— y otras en sentido opuesto, desafortunadamente. El Grupo Parlamentario Vasco se ha
alineado y ha pretendido desenvolverse desde la responsabilidad y desde un sentido constructivo. El PNV es un partido humanista al que no le gustan los populismos, con una larga tradición en relación con los derechos humanos y, ante todo, la
dignidad de toda persona. Por eso nos ha sorprendido singularmente que algún líder de un partido político que ha intervenido nos haya acusado de un supremacismo que nuestro partido nunca ha ejercitado, frente a aquellos que ese mismo líder refiere
como sus mentores y que se han caracterizado a lo largo de la historia por llenar las cunetas de España de muertos, de ocultarlos durante la Dictadura y de apoyar al régimen nazi, causante de los campos de exterminio y las cámaras de gas.
(Aplausos). Por eso y ante



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este problema de los flujos migratorios, frente a medidas reaccionarias o en algún caso lo que pudieran calificarse de planteamientos dubitativos, agradecemos las palabras de la vicepresidenta en funciones hacia nuestro grupo parlamentario,
ofrecemos nuestra colaboración en un problema que nos atañe a todos y proponemos que se propugne la adopción de una política europea de inmigración, asilo y refugio tanto en los países de origen como en los de tránsito, además de estudiar y empezar
a aplicar internamente el plan Share del lehendakari para repartir contingentes entre las distintas comunidades autónomas en función de su riqueza, paro y necesidad de población, sin perjuicio, claro está, de su promoción entre la Unión. Asimismo,
garantizar el principio de la no devolución en caliente en cumplimiento de tratados internacionales de derecho humanitario a través de la reforma de la Ley mordaza; la adopción de medidas equitativas de distribución de menores migrantes no
acompañados entre comunidades autónomas para poder proporcionarles condiciones dignas de acogida, y garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes, que su asistencia sea real y efectiva prestando especial atención a quienes
se encuentren en situaciones de especial vulnerabilidad, garantizando y no impidiendo o dificultando el rescate en aguas internacionales del Mediterráneo por las ONG no solo, por su puesto, en las aguas competencia del Estado en función de los
acuerdos Share. Mientras no lo hagan los países de la Unión, mientras no lo haga la Unión Europea, que lo hagan las ONG. En estos puntos, Gobierno, vicepresidenta, tendrá toda la colaboración de nuestro grupo parlamentario.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Legarda.


Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Simancas Simancas.


El señor SIMANCAS SIMANCAS: Gracias, presidenta.


Señora Arrimadas, ¡una!; una comparecencia han registrado ustedes para el presidente del Gobierno de España en todo el verano. Yo no les voy a reprochar que descansen ustedes durante el verano, pero al menos no le hagan ustedes reproches
de inactividad al Gobierno de España por ello.


Y, señora Álvarez de Toledo: 1992. Esa fue la fecha en que se creó Salvamento Marítimo. Para ser la primera vez que sube usted a la tribuna no se ha equivocado en un año, sino en más de un siglo. (Aplausos.—Risas). En fin, prepárese
usted las cosas un poco mejor.


La derecha no ha podido demostrar en esta ceremonia de la confusión ni incoherencia ni incumplimiento ni retrasos ni despilfarro en la política migratoria. Lo único que ha conseguido demostrar una vez más es que en su estrategia de intentar
dañar al Partido Socialista es capaz de utilizar la política antiterrorista, la política exterior, la unidad de España y también el sufrimiento de 160 personas en el mar Mediterráneo. En fin, allá ustedes. Esa estrategia les ha llevado a donde
están: ya caben todos ustedes, Partido Popular y Ciudadanos, en un tercio de la Cámara, como sigan ustedes así van a caber en el palomar e incluso nos sobrará algún escaño. (Aplausos). Y no sé si el señor Casado lograra esa coalición de las
derechas radicales que está intentando, pero sí han demostrado hoy las tres derechas cierta unidad de pensamiento; alguna fuerza lo expresado con más zafiedad, otros de manera más simulada, pero todos a una han venido a decir lo siguiente: si el
Gobierno de España practica una política migratoria basada en el respeto a los derechos humanos, eso que ustedes llaman eufemísticamente el buenismo o la sensiblería o la demagogia, nos van a poner España pérdida de migrantes. Ese ha sido su
discurso. Yo les pido por favor, Partido Popular y Ciudadanos, que se sitúen ustedes política y moralmente a la altura de la sociedad española, que es una sociedad muy solidaria. (Aplausos). Les aseguro, no obstante, que el Gobierno de España
seguirá trabajando para que los migrantes que lleguen a nuestro país no solo estén bien comidos, sino también bien tratados, conforme a las normas y conforme a la defensa de los derechos humanos que nos corresponde.


Y a Unidas Podemos, señora Vera, le voy a pedir, en fin, que no se enfade usted, tienen ustedes la piel algo fina para todo lo que nos critican. ¿Le parece a usted normal que la pretendida ministra Noelia Vera —es un ejemplo— sume sus votos
en la Diputación Permanente al Partido Popular y Ciudadanos para traer a una comparecencia de reproches a la ministra Calvo? ¿Le parece eso algo normal? (Rumores). A mí no me parece normal, se lo digo con toda sinceridad. (Rumores). Tampoco me
parece normal que hablen ustedes de la señora Calvo como si tuviera algo que ver con el señor Salvini. Hablaban ustedes de ‘Calvini’ en las redes sociales. ¿Les parece normal esa broma? Señora Vera, Salvini cierra los puertos; Calvo los abre.
(Aplausos). Salvini clausura centros de ayuda humanitaria; Calvo los multiplica por dos. Salvini denigra la política europea, solidaria con las migraciones en nuestro continente; Calvo inspira y protagoniza esa política europea. ¿De verdad son
iguales? ¿De verdad no tienen ustedes que revisar su



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esquema de amigos y enemigos un poquito? (Aplausos). Insisto, no se me enfaden ustedes respecto al discurso global. Una vez escuché —en tono jocoso, eso sí es verdad— al señor Iglesias en Somosaguas, en nuestra facultad, decir que esto de
gestionar el Estado no es muy sexy, que lo que de verdad tiene erótica es luchar contra el capitalismo. Que gestionen los socialistas, decía. Pues eso, señor Iglesias, pues eso.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno en funciones, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Simancas.


Para finalizar, tiene la palabra la señora vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en funciones.


La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES E IGUALDAD EN FUNCIONES (Calvo Poyato): Señorías, intervengo para concluir este debate, esta sesión extraordinaria y esta comparecencia.


Señora Álvarez de Toledo, hoy le ha tocado una faena de aliño extraña. Solo le voy a comprar lo del bondadosísimo PSOE; esto me lo voy a quedar. ¿En qué momento se ha hecho usted independentista? ¿En qué momento ha pensado usted que
quienes no tienen competencias en los Puertos del Estado tienen que ser escuchados para que les pidamos permiso en la política que está recogida en el artículo 149? (Aplausos). ¿En qué momento se ha hecho usted capaz de menoscabar las competencias
que tiene el Estado en esta materia? Se lo dije el otro día y con respeto —es mi tierra, además—, el presidente de la Junta de Andalucía y los alcaldes de la zona no llaman ninguna noche ni a esta vicepresidenta ni al ministro del Interior para
preguntar cómo está la situación, cuántos han entrado, las dificultades que hemos tenido los primeros meses —gravísimas—, qué hacemos con ellos y cómo respondemos; ni una sola noche. ¿Será que en esto tocaba manipular demagógicamente el momento
mediático? Se lo tenía que haber pensado un minuto porque usted va de constitucionalista de pro, tan de pro que a las victorias electorales limpias en las urnas del 28 de abril y del 26 de mayo de mi partido las ha llamado la desbocada búsqueda del
poder. Lírico le ha quedado, pero las urnas también dejaron claro el repaso electoral que el Partido Socialista le ha dado a su partido (aplausos) por no haber sido capaz de aguantar la posición de la derecha que fueron frente a la ultraderecha que
les arrastra. Seguramente entrar en eso les molesta y, como les molesta, ha hecho usted un monólogo que nada tenía que ver ni con el debate ni con los datos ni con los objetivos ni con los asuntos en los que habríamos sido esta tarde muy útiles a
la política. Usted esta tarde no le ha sido para nada útil a su país.


Señora Arrimadas, le voy a poner un ejercicio. ¿Y si a mí el día 7 de abril me hubiera dado por comparecer? ¿Y si a mí el día 21 de mayo me hubiera dado por comparecer? ¿Y si a mí el día 7 de agosto me hubiera dado por comparecer y no
hubiera podido porque reglamentaria y legalmente no estaba activa esta Cámara para el control al que nos hemos sometido y del que no nos hemos zafado? ¿Qué hubiera pasado? Usted también va de constitucionalista, señora Arrimadas. Y por fin lo
hizo, la estaba esperando sobre todo con lo del bipartidismo, que es para usted como un resorte, se activa casi de manera automática. ¿Sabe usted lo que es el bipartidismo? Por cierto, bipartidismo imperfecto de este país, porque nunca hemos sido
un país de bipartidismo claro, nunca. Es más, han formado parte del gran debate de la política española en cuarenta años los apoyos, salvo mayoría absoluta, que han tenido que tener el Partido Popular y el Partido Socialista para gobernar con otros
partidos en esta Cámara. ¿Pero sabe usted lo que es al final el bipartidismo imperfecto en este país? La real y libre gana que les ha dado a los españoles para votar cuarenta años, le guste a usted o no le guste. (Aplausos). Pero le añadiré más.
Ustedes, que venían a mejorar, a innovar la política española, a hacerse con el centro, finalmente se han hecho con la puerta de servicio de la ultraderecha porque la principal se la ha abierto el Partido Popular, en eso han quedado. Claro, les
debe de molestar extraordinariamente, pero a lo que se encaminan es al bipartidismo, ¿verdad?, aglutinando a la derecha pero con los principios de la ultraderecha. Ese es su problema, señora Arrimadas, que ya no está en el sitio en el que estaba
ni al que vino ni en el que se la esperaba, y seguramente no sabe qué hacer ahora con el discurso. Ni una sola cosa ha añadido, ni una sola cosa ha aportado. Tenía la posibilidad de haber ayudado al Gobierno en esta política. Y sí, mire, de banda
va la cosa; no de bandazos, de banda, porque ustedes han querido llamar al Gobierno de España banda. Ese es su nivel de constitucionalismo, ese es su nivel de lealtad y de elegancia política. Pero ¿sabe qué le digo? Que esta es una banda que en
materia de política migratoria suena bien; suena bien. (Aplausos). Le suenan las guitarras y le suena la percusión, suena bien en el trabajo que hemos hecho porque los



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datos están ahí: 43 % menos de entradas irregulares; 43 % menos, llamada ninguna, seguridad toda. Por cierto, consulten en materia de seguridad de las fronteras a los señores de VOX con su socio, con el Partido Popular, porque el ranking
de inseguridad en nuestras fronteras, en las de Ceuta y Melilla, lo tenemos en 2017 y en 2014 con los asaltos a la valla. Sobre seguridad de las fronteras, de la soberanía del territorio español, hablen con su socio, no se lo pregunten a este
Gobierno.


Señora Vera, no, no me parezco a Salvini, mi apellido empieza por ce pero nada más. Y, señora Belarra, ya sé que no ha participado en el debate, no ha sido la portavoz en este debate pero si me permite que la llame por su nombre de pila,
Ione, le diré que yo no me llamo Matea, soy la misma Carmen a la que algunas mañanas temprano llamabas, y yo te atendía con mucho gusto (rumores), para hablar de algunos asuntos que te preocupaban en materia migratoria donde nuestros criterios eran
los mismos. Soy la misma. En política se aguantan muchas cosas, pero, créanme, lo de parecerme a Salvini ha llegado muy lejos.


Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y del Gobierno en funciones, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, vicepresidenta.


Se levanta la sesión.


Eran las ocho de la noche.