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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 51, de 18/12/1996
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



PLENO Y DIPUTACION PERMANENTE



Año 1996 VI Legislatura Núm. 51



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FEDERICO TRILLO-FIGUEROA MARTINEZ-CONDE



Sesión Plenaria núm. 50



celebrada el miércoles, 18 de diciembre de 1996



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara al amparo de lo
dispuesto en el artículo 203 del Reglamento del Congreso de los Diputados
(Página 2549)



-- Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, para informar
sobre el Consejo Europeo de Dublín de 13 y 14 de diciembre de 1996
(número de expediente 210/000003) (Página 2549)



-- Preguntas (Página 2587)



(Continúa el orden del día en el «Diario de Sesiones» número 52, de 19 de
diciembre de 1996.)



Página 2546




SUMARIO



Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara al amparo de lo
dispuesto en el artículo 203 del Reglamento del Congreso de los Diputados
(Página 2549)



Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, para informar
sobre el Consejo Europeo de Dublín de 13 y 14 de diciembre de 1996
(Página 2549)



Comparece ante la Cámara el señor Presidente del Gobierno (Aznar López)
para informar sobre el Consejo Europeo de Dublín que se ha celebrado los
días 13 y 14 de este mes de diciembre.

Señala en primer lugar que en este Consejo se han tratado los siguientes
asuntos: Unión Económica y Monetaria, empleo, Conferencia
Intergubernamental, justicia y asuntos de interior y acción exterior de
la Unión. Pone de relieve, en cuanto al futuro de la moneda única, la
importancia de las decisiones que se han tomado, puesto que han salvado
obstáculos y han modificado posiciones que parecían difíciles de
conciliar. Asimismo resalta que algunas propuestas de especial
transcendencia para España como las que se refieren a la lucha
contraterrorista, al asilo o al estatuto de regiones ultraperiféricas, en
el marco de la Conferencia Intergubernamental, han sido recogidas en
párrafos específicos en las conclusiones.

En cuanto a los temas de la Unión Económica y Monetaria destaca que los
responsables políticos europeos han dado un firme respaldo al proceso y
una señal clara y esperanzadora a los ciudadanos europeos y a los
mercados internacionales al confirmar que la introducción de la moneda
única tendrá lugar el 1 de enero de 1999. Asimismo expone que el Consejo
ha impulsado la Unión Monetaria al llegar a acuerdos sobre la disciplina
presupuestaria, las relaciones entre el euro y las monedas de los países
que se incorporen más tarde a la Unión Monetaria y el estatuto jurídico
de la futura moneda europea: el euro.

A continuación explica detalladamente estos acuerdos, resaltando el
impulso dado a los trabajos técnicos del proyecto de la Unión Monetaria.

Por lo que se refiere a la disciplina presupuestaria expone que la
existencia de una moneda común hace muy especialmente necesaria la
coordinación de las políticas presupuestarias de los países que integren
la misma, constituyendo las normas que se dicten al efecto el llamado
pacto de estabilidad y crecimiento. A este respecto manifiesta que no se
trata tan sólo de asegurar la estabilidad económica, sino también el
crecimiento económico, señalando que estabilidad y crecimiento son
términos perfectamente compatibles. Añade que el pacto de estabilidad y
crecimiento se asentará sobre dos pilares básicos: por un lado, la
existencia de un mecanismo de vigilancia multilateral sobre los aspectos
presupuestarios y, por otro, sobre un mecanismo disuasorio, en el caso de
que los países incurran en déficit que se consideren excesivos, que
consistirá en la imposición de sanciones.

Pasa a referirse a las futuras relaciones cambiarias entre el euro y las
monedas de los países que se integren más tarde en la Unión Monetaria,
resaltando que el «status» de las monedas que permanezcan fuera del euro
se contempla como transitorio. Explica que la condición básica para que
sea fructífero cualquier acuerdo entre monedas de distintos países es que
sus economías evolucionen de forma parecida, señalando que el diseño
acordado en el Consejo de Dublín para las relaciones entre el euro y las
monedas que temporalmente se queden fuera responde plenamente a la
postura mantenida por España y supone la consagración del principio de
igualdad de trato entre los países que accedan a la Unión en un primer
momento y los que lo hagan con posterioridad. A continuación, pasa a
describir algunos detalles de ese funcionamiento.

Se refiere, a continuación, al problema del desempleo, poniendo de
relieve que el Consejo Europeo celebró un debate sobre el modelo
económico que debe imperar en la Unión Europea para asegurar el
crecimiento económico y la creación de empleo. De este debate salieron
las recomendaciones que establecen la necesidad de proseguir la
aplicación de una política económica que esté orientada al
establecimiento de un modelo de crecimiento sostenido, generador de
empleo, en ausencia de desequilibrios macroeconómicos. Resalta a este
respecto que el conjunto de estas recomendaciones está siendo objeto de
aplicación por parte del Gobierno español, cuyo último objetivo es
superar el modelo económico basado en un sector público grande y
desequilibrado, causante de un alto nivel de paro, y cambiarlo por otro
modelo estable, de crecimiento sostenido y generador de empleo, poniendo
como ejemplo los indicadores económicos favorables de los últimos días.

Pasa a referirse a la Conferencia Intergubernamental donde, en primer
lugar, se ha aceptado el



Página 2547




documento irlandés y la aportación francoalemana como bases sobre las que
progresar en las negociaciones, sin perjuicio de que las distintas
propuestas de los Estados miembros sigan teniendo plena validez, y donde,
en segundo lugar, ha quedado claro que la reforma del tercer pilar va a
ocupar un lugar central en las negociaciones, en las que ya existen
orientaciones y acuerdos que recogen en buena medida las posiciones
españolas, lo que considera motivo de alegría para todos. Añade que las
conclusiones del Consejo Europeo recogen un claro compromiso político de
los Quince para que la Conferencia desarrolle la exclusión del asilo
político para nacionales de Estados miembros de la Unión, así como
importantes orientaciones sobre el establecimiento de un espacio judicial
común, y contienen un acuerdo para que Europol pase a ser operativo en la
lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada, subrayando que
España es, y seguirá siendo, uno de los Estados más activos a la hora de
plantear propuestas a la Conferencia en este sentido.

Por otra parte, estima de singular importancia para España el tratamiento
dado a la situación especial de las regiones ultraperiféricas en la Unión
Europea, en concreto, de las islas Canarias. Concluye su comentario
acerca de la Conferencia Intergubernamental pidiendo, una vez más, el
apoyo de la Cámara en la defensa de las posiciones españolas, fruto de un
gran consenso entre los grupos parlamentarios.

Asimismo, el Consejo Europeo se ha hecho eco de la necesidad de
fortalecer la cooperación en justicia y asuntos de interior, mediante la
creación de un espacio único de libertad, seguridad y justicia,
centrándose en cuatro objetivos: en primer lugar, la lucha contra la
droga; en segundo lugar, la lucha contra la delincuencia organizada,
instando a los Estados miembros a que ratifiquen lo antes posible cuatro
convenios de vital importancia (el de extradición, el de Europol, el de
la lucha contra el fraude y el del sistema de información aduanera); en
tercer lugar, el Consejo ha dado su respaldo a acciones comunes
destinadas a aumentar la cooperación judicial y ampliar las competencias
de Europol en cuanto a la explotación sexual de los niños y la trata de
seres humanos; y en cuarto lugar, la lucha sin cuartel contra el
terrorismo, tanto en la esfera interna como en la externa.

Se refiere a continuación a otros temas, de los que se ha ocupado también
el Consejo, tales como la futura ampliación de la Unión --confirmando el
calendario previsto en su reunión de Madrid--, la situación que existe en
Rusia, Ucrania y Bielorrusia --manifestando su disposición a cooperar con
las dos primeras, no así con respecto a la última, instando a sus
dirigentes a que restablezcan el pleno respeto de los principios
democráticos--, la alta prioridad que concede a la dimensión mediterránea
de la Unión y su voluntad de seguir trabajando en la aplicación de los
principios de la declaración de Barcelona, las declaraciones sobre la
antigua Yugoslavia y sobre el proceso de paz en Oriente Medio, la
situación que se vive en los grandes lagos, las relaciones trasatlánticas
y la política de la Unión en relación con Cuba, en la que, en plena
sintonía con la postura del Gobierno español, manifiesta su deseo de que
se avance en la transición pacífica hacia una democracia pluralista en el
respeto a los derechos humanos y en la mejora del nivel de vida en Cuba.

Finaliza su intervención manifestando que los resultados de la reunión
del Consejo Europeo de Dublín han sido positivos y que se debe estar
satisfecho de la contribución española.

Intervienen en el debate los señores González Márquez, del Grupo
Parlamentario Socialista; Anguita González, del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya; Molins i Amat, del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió); Anasagasti Olabeaga, del
Grupo Parlamentario Vasco (PNV); Mardones Sevilla, del Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria; el señor Rodríguez Sánchez, la señora
Lasagabaster Olazábal y el señor Chiquillo Barber, del Grupo
Parlamentario Mixto, y el señor De Grandes Pascual, del Grupo
Parlamentario Popular.

Replica el señor Presidente del Gobierno.




Preguntas (Página 2587)



De la Diputada doña Cristina Alberdi Alonso, del Grupo Socialista del
Congreso, que formula al Excmo. Sr. Presidente del Gobierno: ¿Comparte el
Presidente del Gobierno las manifestaciones de su portavoz al comentar la
mayoría de edad de la Constitución? (Número de expediente 180/000348)
(Página 2587)



Página 2548




Del Diputado don José Luis Ros Maorad, del Grupo Socialista del Congreso,
que formula al Gobierno: ¿Conoce el Gobierno las razones por las que
dimitió el Presidente de Minas de Almadén y Arrayanes (MAYASA) nombrado
tras las elecciones generales del 3 de marzo de 1996? (Número de
expediente 180/000324) (Página 2588)



Del Diputado don Juan Manuel Eguiagaray Ucelay, del Grupo Socialista del
Congreso, que formula al Gobierno: ¿En qué condiciones tiene prevista el
Gobierno la venta del 23,7% de la Sociedad Telefónica Internacional, S.

A., (TISA), a Telefónica de España? (Número de expediente 180/000355)
(Página 2589)



Del Diputado don Ramón Aguirre Rodríguez, del Grupo Parlamentario Popular
en el Congreso, que formula al Gobierno: ¿Cuál es la valoración que tiene
el Gobierno sobre la evolución de la inflación y de los tipos de interés?
(Número de expediente 180/000370) (Página 2590)



Del Diputado don César Villalón Rico, del Grupo Parlamentario Popular en
el Congreso, que formula al Gobierno: ¿Cómo se va desarrollando la
ejecución del Plan de Choque para eliminar las listas de espera en la
Sanidad Pública, que se inició el 1 de julio de 1996? (Número de
expediente 180/000366) (Página 2591)



Del Diputado don José María Chiquillo Barber, del Grupo Parlamentario
Mixto, que formula al Gobierno: ¿Qué iniciativas y/o actuaciones ha
emprendido o piensa emprender el Gobierno español para exigir al Gobierno
de la República Francesa el pago de indemnizaciones por los daños y
perjuicios ocasionados en las exportaciones españolas como consecuencia
de la huelga de camioneros franceses del pasado mes de noviembre? (Número
de expediente 180/000343) (Página 2592)



Del Diputado don Joan Saura Laporta, del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, que formula al Gobierno: ¿Por
qué razón el Gobierno incumple, en los Presupuestos Generales del Estado,
el «Compromiso por la Solidaridad», que firmó el Partido Popular con la
Plataforma del 0,7 y la Coordinadora de ONG? (Número de expediente
180/000346) (Página 2593)



Del Diputado don Pablo Marcial Izquierdo Juárez, del Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, que formula al Gobierno: ¿Qué datos puede aportar
el Gobierno sobre la ayuda humanitaria promovida, hasta el momento, por
España en la crisis del Zaire? (Número de expediente 180/000369) (Página 2594)



Del Diputado don Emilio Pérez Touriño, del Grupo Socialista del Congreso,
que formula al Gobierno: ¿Quién es el responsable del cierre del
Aeropuerto de Barajas el pasado día 10 de diciembre? (Número de
expediente 180/000350) (Página 2595)



Del Diputado don Antonio Luis Medina Toledo, del Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, que formula al Gobierno: ¿Podría explicar el
Gobierno en qué va a consistir el Plan de Reducción de Tarifas Eléctricas
en los próximos años, enunciado en el Protocolo Eléctrico? (Número de
expediente 180/000362) (Página 2596)



De la Diputada doña Margarita Uría Echevarría, del Grupo Vasco (EAJ-PNV),
que formula al Excmo. Sr. Ministro de Administraciones Públicas: ¿La
política de su Ministerio en materia de transferencias de medios
personales y materiales de la Administración de Justicia está
condicionada por la existencia del recurso de inconstitucionalidad n.º
431/1995? (Número de expediente 180/000344) (Página 2598)



Se suspende la sesión a las nueve y quince minutos de la noche.




Página 2549




Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO DE LA CAMARA AL AMPARO DE LO
DISPUESTO EN EL ARTICULO 203 DEL REGLAMENTO DEL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS.




--COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO DE LA CAMARA, PARA INFORMAR
SOBRE EL CONSEJO EUROPEO DE DUBLIN DE 13 Y 14 DE DICIEMBRE DE 1996
(Número de expediente 210/000003)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión con el punto IV del orden del
día: Comparecencia del Gobierno ante el Pleno, al amparo de lo dispuesto
en el artículo 203 del Reglamento de la Cámara, para informar sobre el
Consejo Europeo de Dublín, celebrado los días 13 y 14 de diciembre del
presente año.

En nombre del Gobierno, tiene la palabra su Presidente, señor Aznar.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señor Presidente, señoras
y señores Diputados, comparezco ante SS. SS. para ofrecer a la Cámara
información sobre el Consejo Europeo de Dublin, que se ha celebrado los
pasados días 13 y 14 de este mes de diciembre.

Como saben SS. SS. este Consejo, que ha marcado el fin de la presidencia
irlandesa, ha tratado los siguientes asuntos: Unión Económica y
Monetaria, empleo, Conferencia Intergubernamental, justicia y asuntos de
interior y acción exterior de la Unión.

Antes de entrar en el detalle de estos temas quiero señalarles, en lo que
se refiere al futuro de la moneda única, la importancia de las decisiones
que se han tomado, que han salvado obstáculos y han modificado posiciones
que parecían, en principio, difíciles de conciliar. Deseo asimismo
resaltar que algunas propuestas de especial trascendencia para España,
aquellas que se refieren singularmente a la lucha contraterrorista, al
asilo o al estatuto de regiones ultraperiféricas, en el marco de la
Conferencia Intergubernamental, han sido recogidas en párrafos
específicos en las conclusiones, lo que creo que podemos considerar como
un buen éxito.

Señorías, en relación con los temas de la Unión Económica y Monetaria,
quiero destacar que los responsables políticos europeos hemos dado un
firme respaldo al proceso y una señal clara y esperanzadora a los
ciudadanos europeos y a los mercados internacionales. Dicho respaldo se
ha materializado al confirmar que la introducción de la moneda única, el
euro, tendrá lugar el 1 de enero de 1999. Además, el Consejo ha impulsado
la unión monetaria al llegar a un acuerdo sobre los tres temas que, en
cumplimiento del mandato establecido en el Consejo Europeo de Madrid,
tenían que ser aprobados. Más concretamente, se trata de los acuerdos
referentes a la disciplina presupuestaria, una vez comenzada la Unión
Monetaria, a las relaciones entre el euro y las monedas de los países que
se incorporen más tarde a la Unión Monetaria y, finalmente, el estatuto
jurídico de la futura moneda europea: el euro.

Con estos acuerdos se ha dado un impulso importante a los trabajos
técnicos sobre los que descansa el proyecto de Unión Monetaria y que no
sólo están progresando conforme a lo acordado en relación a los plazos,
sino también en relación a los contenidos. Por la relevancia del proyecto
de Unión Monetaria quiero explicar a continuación con mayor detenimiento
el contenido de los trabajos a los que el Consejo ha dado el visto bueno
en la pasada cumbre, bien entendido que ello no significa que el carácter
técnico de los mismos sean especialmente crípticos u oscuros y, por
tanto, que no se puedan entender y explicar con palabras que todos
comprendamos.

Por lo que se refiere a la disciplina presupuestaria, una vez que la
Unión Monetaria sea un hecho, hay que tener en cuenta que la disciplina
fiscal es una pieza clave para asegurar la estabilidad económica. Creo
que no se escapa a nadie que la existencia de una moneda común hace
especialmente necesaria la coordinación de las políticas presupuestarias
de los países que integren la misma. Más aún, se hace necesario evitar
los efectos negativos que la falta de rigor de la política fiscal de un
país miembro de la Unión puede tener sobre los demás países, provocando,
por ejemplo, el aumento de los tipos de interés o el debilitamiento del
euro, hechos especialmente graves si se tiene en cuenta que asistimos al
lanzamiento de una nueva moneda.

Los técnicos de los países de la Unión, dirigidos por sus respectivos
ministros de finanzas, han trabajado durante este año en la propuesta de
adopción de normas relativas a la vigilancia y a la disciplina
presupuestaria, así como el procedimiento a seguir en caso de que los
déficit fiscales sean excesivos. Estas normas constituyen el llamado
pacto de estabilidad y crecimiento. Nótese que no se trata tan sólo de
asegurar la estabilidad económica sino también el crecimiento económico,
y este segundo término, crecimiento, no quiero que pase desapercibido.

Más aún, quiero recalcar, señorías, que estabilidad y crecimiento son
términos perfectamente compatibles, y es que no existe conflicto alguno
entre la estabilidad macroeconómica y la disciplina presupuestaria, por
un lado, y el crecimiento económico vigoroso y sostenido, acompañado de
creación de empleo, por otro.

Creo que todos podemos convenir en que las bases sobre las que se ha
asentado el crecimiento de las economías europeas en los últimos años han
sido poco sólidas e insuficientes para generar un crecimiento económico
con altas tasas de empleo. Algunas cifras así lo



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demuestran. En el período 1990/1993 el déficit fiscal promedio de los
países de la Unión Europea, medido sobre el tamaño de sus economías, es
decir, su producto interior bruto, se incrementó del 3,5 al 6,3 por
ciento, situándose en el nivel más alto desde que la Comunidad Europea
fue fundada en 1957.

En relación a la deuda pública, en 1990 nueve países, entre ellos España,
se situaban por debajo del límite del 60 por ciento del producto interior
bruto. En los últimos años esta deuda ha experimentado un rápido
crecimiento, y se estima que, en promedio, a finales de 1996 la deuda
pública de los países de la Unión Europea, calculada sobre el producto
interior bruto, será del 74 por ciento, muy por encima, por tanto, del
objetivo que nos hemos cifrado los países europeos del 60 por ciento.

Al mismo tiempo que las magnitudes fiscales se deterioraba el empleo, y
el desempleo, por tanto, se incrementaba en la mayoría de los países
donde el porcentaje de parados durante ese mismo período ha crecido hasta
situarse desgraciadamente en tasas de dos dígitos.

Dicho todo esto, señorías, el pacto de estabilidad y crecimiento se
asentará sobre dos pilares básicos: por un lado, la existencia de un
mecanismo de vigilancia multilateral sobre los aspectos presupuestarlos.

Así los Estados miembros estarán obligados a presentar anualmente ante el
Consejo sus objetivos presupuestarios a medio plazo. Todos los países
seremos, por tanto, supervisores de todos. Los países que realicen
esfuerzos en la contención de los gastos ejercerán presión sobre aquellos
que no lo hagan. No se trata de un mecanismo policial, sino de un
mecanismo de alertas anticipadas mediante el cual se podrán detectar
desviaciones en el cumplimiento del objetivo presupuestario para
formular, en su caso, recomendaciones para la adopción de medidas y, por
otro lado, un mecanismo disuasorio en el caso de que los países incurran
en déficit fiscales que se consideren excesivos. Más concretamente, dicho
mecanismo disuasorio consistirá en la imposición de sanciones. El déficit
fiscal se considerará excesivo cuando supere el 3 por ciento del producto
interior bruto de una economía, y sólo en circunstancias que se
consideren excepcionales podrá superarse ese límite sin que haya lugar a
sanciones.

Aunque el procedimiento carece del automatismo sancionador que propuso
algún Estado en un principio, se trata de un pacto riguroso en virtud del
cual sólo en caso de caídas importantes del crecimiento de la economía
será posible considerar que el déficit fiscal no es excesivo. En caso de
que se impongan sanciones, éstas consistirán en una primera etapa en un
depósito sin intereses que, de persistir la situación de déficit, se
transformará en multa.

Señorías, a continuación quiero referirme a las futuras relaciones
cambiarias entre el euro y las monedas de los países que se integren más
tarde en la Unión Monetaria. En el Consejo de Dublín hemos ratificado el
sistema que determinará estas relaciones cambiarias. Es importante
resaltar que el status de las monedas que permanezcan fuera del euro se
contempla como transitorio. El nuevo mecanismo que define las relaciones
cambiarias está, pues, ideado para gestionar esa transición. El hecho de
que exista una estrecha relación entre las cuestiones cambiarias y la
disciplina presupuestaria justifica que este tema sea tratado
paralelamente en el pacto de estabilidad y crecimiento.

La condición básica para que sea fructífero cualquier acuerdo entre
monedas de distintos países es que sus economías evolucionen de forma
parecida, esto es, que exista la llamada convergencia real. Por si esto
no fuera suficiente, la relación estable entre las monedas de los países
de la Unión es imprescindible para salvaguardar el funcionamiento del
Mercado Unico Europeo. En este contexto, el diseño acordado en el Consejo
de Dublín de las relaciones entre el euro y las monedas que temporalmente
se queden fuera responde plenamente a las posiciones y posturas
mantenidas por España, fundamentalmente porque supone la consagración del
principio de igualdad de trato entre los países que accedan a la Unión en
un primer momento y los que lo hagan con posterioridad.

El sistema de relaciones se basará en tipos de cambio centrales con el
euro que será el ancla del sistema. Este nuevo sistema es en realidad una
continuación del ahora existente. Por esa razón será denominado Sistema
Monetario Europeo 2. En la definición de su estructura se aprovechará la
experiencia de los años en que el actual sistema ha estado en
funcionamiento.

Señorías, paso a describirles, a continuación, sin ánimo exhaustivo,
algunos detalles de ese funcionamiento. Las monedas de los países que no
entren a formar parte del euro en una primera etapa podrán moverse en una
única banda de fluctuación. La amplitud de la banda de fluctuación y los
sistemas de intervención en defensa de las relaciones cambiarias entre
las monedas, serán similares a los existentes en la actualidad. Además,
desde el punto de vista institucional existirá un nuevo actor en todo el
proceso de fijación de las relaciones cambiarias, el Banco Central
Europeo que compartirá con la Comisión y el Consejo Europeo la
responsabilidad de supervisor del nuevo sistema monetario.

Señorías, el Consejo aprobó también los dos reglamentos que determinan el
marco legal para el uso del euro. La existencia de un texto jurídico
sobre el euro es esencial para dar un impulso al proceso de introducción
de la moneda común. Los agentes económicos y los mercados cuentan desde
hoy con el marco legal que proporciona elementos de seguridad en sus
proyecciones de acción futura. Además, el Consejo ha ratificado la
elección del diseño de los billetes del euro. Es indudable que contar con
ese soporte físico supone presentar a los mercados y a los ciudadanos una
realidad



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clara y contundente --soporte que, por cierto, necesitará alguna mejoría
y alguna aclaración--. El euro ha pasado de ser un concepto abstracto a
convertirse en un billete real y tangible, acercando la realidad de la
Unión Económica y Monetaria a la vida cotidiana de los ciudadanos.

Finalmente, el Consejo Europeo pidió a los ministros de finanzas que
presenten una propuesta de reglamentos para desarrollar el pacto de
estabilidad y crecimiento que serán aprobados en el Consejo de junio de
1997 en Amsterdam. También solicitó a los ministros y al Instituto
Monetario Europeo, precursor del futuro Banco Central Europeo, que
concluyeran el trabajo sobre las relaciones cambiarias entre el euro y
las monedas que queden fuera del mismo para ser aprobado en el próximo
Consejo Europeo.

Hago una última reflexión, señorías, en relación con la Unión Monetaria.

La creación de la Unión Monetaria Europea es una respuesta al desafío de
la internacionalización de las economías europeas. Sólo dentro de un
marco económico caracterizado por la estabilidad de los tipos de cambio,
por bajos niveles de tipos de interés y de disciplina fiscal será posible
defender la competitividad económica de Europa. Es urgente para los
europeos hacer frente al reto de la mundialización que nos obliga a
elegir entre el progreso y la decadencia. Los retos, tanto en política
como en la vida, son el marco en el que se dan las oportunidades y España
tiene ahora una oportunidad histórica sabiendo que tenemos que afrontar
el exigente reto que le acompaña. Creo, señorías, que tiene nuestro país
todas las condiciones para alcanzar sus objetivos con éxito.

En relación con el problema del desempleo, el Consejo Europeo ha
celebrado un debate sobre el modelo económico que debe imperar en la
Unión Europea para asegurar el crecimiento económico y la creación de
empleo. La consecuencia de ese debate ha sido la adopción de la
declaración de Dublín sobre el empleo. Las recomendaciones recogidas en
la declaración establecen la necesidad de proseguir la aplicación de una
política económica que esté orientada al establecimiento de un modelo de
crecimiento sostenido, generador de empleo, en ausencia de desequilibrios
macroeconómicos. El Consejo ha respaldado en este documento las medidas y
las acciones de consolidación fiscal y presupuestaria que están llevando
a cabo los Estados miembros en la Unión Europea. También ha insistido en
la necesidad de reestructurar selectivamente el gasto público para que
desempeñe un papel de primer orden en el fomento del crecimiento y del
empleo.

De otro lado, el Consejo ha querido poner de manifiesto que el comienzo
de la Unión Económica Monetaria y la introducción del euro contribuirán
significativamente a la existencia de un escenario macroeconómico estable
que resulta necesario para que haya un crecimiento sostenido del empleo.

El pacto de estabilidad y crecimiento garantizará la continuidad en el
tiempo del escenario de estabilidad que se requiere. La declaración de
Dublín sobre el empleo insiste en que hay que corregir las deficiencias
del mercado laboral mediante el fomento, entre otras cosas, de la
formación permanente, el desarrollo de una política de recursos humanos
compatible con la sociedad de las tecnologías de la información y las
comunicaciones, la creación de un mercado de trabajo más abierto al
empleo mediante el incremento de la capacidad de respuesta de los
ciudadanos y de las empresas al cambio económico y, finalmente, la
modernización de la organización del trabajo y el incremento de la
movilidad. Se requiere que se apoye de un modo especial a grupos, como
mujeres, jóvenes en situación de desempleo, y los desempleados de larga
duración necesitan un especial tratamiento a la hora de su incorporación
al mercado de trabajo.

La declaración de Dublín apuesta, asimismo, por la adopción de regímenes
fiscales y de protección social favorables a la creación de empleo, por
la modernización de los mercados de bienes y servicios para aprovechar al
máximo las ventajas del mercado único interior, y por el impulso de la
competitividad europea para situar a la Unión en la vanguardia del
desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación.

Finalmente, la declaración llama la atención sobre la conveniencia de
potenciar el desarrollo local, reconociendo las posibilidades que tiene
de impulsar el crecimiento del empleo, asegurando el porvenir de las
zonas rurales mediante la movilización de toda la economía rural,
fomentando en este ámbito el intercambio de experiencias y, finalmente,
desarrollando los pactos territoriales de empleo.

Señorías, la declaración de Dublín sobre el empleo contempla y avala un
conjunto de recomendaciones que están siendo objeto de aplicación por
parte del Gobierno. El objetivo último es, y seguirá siendo, superar el
modelo económico que le damos basado en un sector público grande y
desequilibrado, causante de un alto nivel de paro, por otro modelo
estable de crecimiento sostenido y generador de empleo. Esta política nos
debe permitir y nos va a permitir entrar en la Unión Económica y
Monetaria y participar en la moneda única desde el primer momento y
asegurar el cumplimiento de los términos en los cuales se ha configurado
el pacto de estabilidad y crecimiento. Los mercados han apreciado que va
a ser así y han reaccionado y están reaccionando descontando esta
circunstancia: la inflación cero del mes de noviembre; los tipos de
interés de intervención del Banco de España, que han bajado al 6,25, lo
que representa mínimos históricos; el diferencial de riesgo de la deuda
pública española a largo plazo, reducido también a mínimos históricos por
debajo de los 120 puntos básicos; así como las continuas subidas de
nuestro mercado de valores, que ha venido produciendo máximos anuales de
un modo continuo.




Página 2552




La bondad de los indicadores, señorías, no se limita tan sólo a los
financieros. Las exportaciones están creciendo de una forma espectacular
y representan más del 90 por ciento de las importaciones, en una
tendencia que evoluciona en términos crecientes, y el cumplimiento del
objetivo de déficit del Estado para 1996 muestra que el proceso de
saneamiento de las cuentas públicas avanza de forma decidida. Pero quiero
decirles, señorías, que el proceso de reformas que requiere la economía
española para llegar al modelo deseado está sólo recién iniciado. Es
mucho aún el recorrido que queda por hacer, pero el Gobierno está
firmemente comprometido a remover cuantos obstáculos de todo tipo impidan
que nuestra economía genere el crecimiento y el empleo que necesitamos
para el bienestar de los españoles. Esto, a corto plazo, va a requerir el
esfuerzo y la comprensión de todos, pero, al mismo tiempo, como se está
demostrando, constituye una oportunidad que, por los intereses de nuestro
país, no debemos desaprovechar de ninguna manera.

Señorías, el Consejo Europeo de Florencia había dado un mandato a la
presidencia irlandesa para que, en la cumbre de Dublín, presentara un
texto que describiera el estado de los trabajos de la Conferencia
Intergubernamental y, a su vez, fijara áreas de consenso para dar un
impulso a esta importante negociación en la reforma de los tratados. En
la cumbre de Dublín, además de dicho texto irlandés, se ha discutido un
documento franco-alemán que pone el énfasis en determinadas cuestiones y
también se han tenido en cuenta las distintas aportaciones de los jefes
de Estado y de Gobierno allí presentes. Este debate en Dublín sobre la
Conferencia Intergubernamental ha puesto de relieve varias cosas a las
que me gustaría referirme a continuación.

En primer lugar, se ha aceptado que el documento irlandés y la aportación
franco-alemana son buenas bases sobre las que se puede progresar en las
negociaciones, sin perjuicio de que las distintas propuestas de los
Estados miembros sigan teniendo plena validez, independientemente de cómo
las haya reflejado el documento de la presidencia.

En segundo lugar, ha quedado claro que la reforma del tercer pilar va a
ocupar un lugar central en las negociaciones y que ya existen
orientaciones y acuerdos que recogen en buena medida las posiciones
españolas. Debemos congratularnos todos de que la creación de un espacio
de libertad, justicia y seguridad en la Unión Europea, algo propugnado
por España, sea hoy un objetivo prioritario de la conferencia. Estas
posiciones españolas son actualmente muy valoradas y compartidas por los
Estados miembros, cada vez más conscientes de la creciente demanda
ciudadana de una mayor seguridad frente a fenómenos como el terrorismo,
el tráfico de drogas y otras formas de delincuencia organizada.

Las conclusiones del Consejo Europeo recogen un claro compromiso político
de los Quince para que la conferencia desarrolle la exclusión del asilo
político para nacionales de Estados miembros de la Unión; es decir, que
el principio está aceptado y la conferencia queda encargada de
desarrollarlo, precisando en el Tratado su articulación jurídica. Se da
así un paso más en el proceso puesto en marcha en Florencia donde,
también a iniciativa española, se dio el impulso decisivo para la
conclusión del convenio de extradición. Si con aquella decisión se
simplificaba y facilitaba la extradición entre Estados miembros, ahora,
con este compromiso de Dublín, se da un paso fundamental para evitar que
nadie pueda escapar a la acción de la justicia amparándose en un derecho
que no tiene sentido entre Estados que comparten unos ideales, unos
principios, unas políticas y unas instituciones comunes de respeto a la
democracia, de garantía de los derechos humanos y de defensa del Estado
de Derecho
Además, las conclusiones dan importantes orientaciones a la conferencia
sobre el establecimiento de un espacio judicial común y contienen un
acuerdo para que Europol pase a ser operativo en la lucha contra el
terrorismo y la criminalidad organizada.

Quiero subrayar, señorías, que queremos que todo esto se haga no
solamente respetando los derechos fundamentales sino profundizando en
paralelo en la defensa de las libertades del ciudadano en el plano
europeo. España es y seguirá siendo uno de los Estados más activos a la
hora de plantear propuestas a la conferencia en este sentido.

En tercer lugar, después de Dublín, a nadie se le oculta que es necesario
trabajar con ambición e intensidad en los próximos meses, ya de
Presidencia holandesa, para lograr unos nuevos mecanismos institucionales
que permitan reforzar la legitimación de la Unión Europea y proceder a su
ampliación en unos años. Tiempo tendremos de hablar de ello en otros
debates, en otras comparecencias parlamentarias, y por lo tanto no me
adentro en esta cuestión.

Sí quiero referirme también a un corto asunto de singular importancia
para España. Se trata de la situación especial de las regiones
ultraperiféricas en la Unión Europea, en concreto, de las islas Canarias.

España, junto con Francia y Portugal, ha presentado a la conferencia una
propuesta de protocolo sobre regiones ultraperiféricas que intenta dar
una solución a sus problemas específicos en el marco del Tratado. Las
conclusiones del Consejo son satisfactorias por cuanto instruyen a la
conferencia a que estudie la propuesta de inclusión en el Tratado de un
estatuto permanente para las regiones ultraperiféricas. Dicho estatuto
incluirá, entre otras medidas, adaptaciones a las políticas comercial y
agrícola, peculiaridades fiscales, instrumentos específicos de ayuda
financiera y excepciones a la prohibición de ayuda al Estado, medidas
todas ellas necesarias para paliar el retraso estructural que pueden
sufrir estas regiones.




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Para concluir mi comentario sobre el debate en Dublín acerca de la
Conferencia Intergubernamental, deseo, señorías, pedir una vez más el
apoyo de la Cámara en la defensa de las posiciones españolas, fruto de un
gran consenso entre los grupos parlamentarios aquí presentes.

Es cierto que el Gobierno quiere que la conferencia termine al final de
la Presidencia holandesa en junio de 1997, pero sobre todo está empeñado
en que esta reforma de los tratados sirva para avanzar realmente en la
integración europea, y por ello rechazará todas las propuestas regresivas
que pretenden la marcha atrás, ya sean dirigidas a recortar las
competencias del Tribunal de Justicia o a intentar vulnerar la
arquitectura jurídica europea, ya tengan por objeto medidas que pretendan
la renacionalización de políticas comunes o la fragmentación o
segmentación del mercado interior.

Ya he mencionado antes, señorías, las propuestas que ha presentado España
en la Conferencia Intergubernamental para fortalecer la cooperación en
justicia y asuntos de interior mediante la creación de un espacio único
de libertad, seguridad y justicia. Sin embargo, este reforzamiento no
puede esperar a la entrada en vigor de la reforma de los tratados y es
preciso llevarlo a cabo también desde ahora avanzando en ese terreno,
aprovechando las posibilidades que ofrecen actualmente los tratados.

El Consejo Europeo se ha hecho eco de esta necesidad y ha firmado el
compromiso de mantener y desarrollar la Unión Europea como un espacio de
libertad, seguridad y justicia, utilizando plenamente todos los
instrumentos que ofrece el Tratado de la Unión. En concreto, la acción de
la Unión se va a centrar en cuatro objetivos: en primer lugar, la lucha
contra la droga. En este ámbito, el Consejo acoge con agrado la acción
común acordada para armonizar las legislaciones y las prácticas de los
servicios de policía, de aduanas y judiciales, con el fin de luchar
contra la toxicomanía y el narcotráfico. Asimismo, decide fortalecer la
cooperación internacional con países no miembros y quisiera resaltar en
este contexto la determinación para llevar adelante el plan de acción de
la lucha contra la droga en el Caribe y en Iberoamérica.

En segundo lugar, a fin de luchar contra la delincuencia organizada, el
Consejo ha decidido crear un grupo de alto nivel para elaborar un plan de
acción global. Asimismo, ha instado a los Estados miembros a que
ratifiquen lo antes posible cuatro convenios de gran importancia: el de
extradición, el de Europol, el de la lucha contra el fraude y el del
sistema de información aduanera.

En tercer lugar, el Consejo ha prestado especial atención a la
explotación sexual de los niños y la trata de seres humanos y ha dado su
respaldo a acciones comunes destinadas a aumentar la cooperación judicial
y a ampliar las competencias de Europol a estos ámbitos.

Finalmente, el Consejo ha reiterado una vez más su voluntad de luchar sin
cuartel contra el terrorismo, tanto en la esfera interna como en la
externa, y señala su voluntad de que la Unión coopere estrechamente con
otros interlocutores internacionales en su propósito de erradicar este
execrable plan.

El Consejo, señorías, se ha ocupado también, como es tradicional, de la
futura ampliación de la Unión y ha tomado nota de los informes del
Consejo y de la Comisión sobre la puesta en práctica de la estrategia de
preadhesión durante la segunda mitad de este año. El Consejo ha
confirmado el calendario previsto en su reunión de Madrid para el proceso
de ampliación que, como ustedes recuerdan, prevé que las negociaciones
sólo comiencen seis meses después de concluida la Conferencia
Intergubernamental, teniendo en cuenta los resultados de ésta.

Finalmente, el Consejo ha tomado postura sobre determinadas cuestiones
relativas a la acción exterior de la Unión. Me propongo resaltar ante SS.

SS solamente las que considero de mayor interés para nuestro país. El
Consejo dedicó una especial atención a la situación en Rusia, Ucrania y
Bielorrusia. Respecto de las dos primeras, manifestó su disposición a
cooperar mediante la puesta en marcha de los respectivos acuerdos de
colaboración. En el caso de Bielorrusia, sin embargo, el Consejo
manifestó su grave preocupación por la situación existente en ese país e
instó a sus dirigentes a que restablezcan el pleno respeto de los
principios y prácticas democráticas.

El Consejo, a iniciativa española, reiteró la alta prioridad que concede
a la dimensión mediterránea de la Unión y su voluntad de seguir
trabajando en la aplicación de los principios de la declaración de
Barcelona. También en el área Mediterránea, el Consejo reafirmó la
importancia que atribuye a las relaciones con Turquía y acogió con agrado
la intención de su Gobierno de mejorar la situación de los derechos
humanos.

El Consejo también aprobó sendas declaraciones sobre la antigua
Yugoslavia y sobre el proceso de paz en Oriente Medio. En la primera de
ellas se reitera el firme apoyo de la Unión a las actividades del alto
representante y a su papel de coordinación, y declara su apoyo a la
decisión del alto representante de establecer una oficina en la ciudad de
Mostar que garantice la continuidad de los esfuerzos llevados a cabo por
la administración de la Unión Europea en pro de la paz y la
reconciliación entre sus habitantes.

En su declaración sobre Oriente Medio, el Consejo expresó su apoyo al
enviado especial, el embajador Moratinos, y, tras confirmar su respaldo a
los principios fundamentales de un acuerdo justo y duradero en la zona,
manifestó su seria preocupación por el deterioro en los últimos meses del
proceso e hizo un llamamiento a las partes para lograr el cese de la
violencia y el comienzo inmediato de las negociaciones.

Como es lógico, el Consejo también prestó gran atención a la situación de
los grandes lagos, confirmando



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la voluntad de la Unión de contribuir plena y urgentemente a los
esfuerzos que se llevan a cabo para cubrir las necesidades humanitarias
en la zona. Al mismo tiempo, se recordó que los problemas surgidos en la
región sólo pueden resolverse por medios políticos y se dio acogida
favorable a las iniciativas que están desplegando para ellos los
dirigentes de los países de la zona.

En el continente americano dos han sido los centros de interés para el
Consejo Europeo. De un lado, las relaciones trasatlánticas. En este punto
me produce especial satisfacción constatar el acuerdo a que se ha llegado
con Canadá que ha permitido, en el pleno respeto de las exigencias que
España había manifestado en la negociación, poner en marcha un proceso de
cooperación entre dos socios que también comparten valores y objetivos
comunes.

La relación trasatlántica se completa en el hemisferio norte con el plan
de acción conjunto con los Estados Unidos. El Consejo ha reiterado los
objetivos que comparte con los Estados Unidos, en particular, como dice
literalmente la declaración trasatlántica, el fomento de los derechos
humanos y de las libertades fundamentales y de los valores democráticos,
pero ha reafirmado también su convicción de que dichos objetivos deben
perseguirse por medios distintos a la acción unilateral a expensas de
socios que comparten los mismos valores.

En este razonamiento es en el que se sustenta la política de la Unión en
relación con Cuba, última de las cuestiones que quiero resaltar de entre
las abordadas por el Consejo Europeo en el ámbito de la acción exterior.

El Consejo, en plena sintonía con la política del Gobierno, manifiesta su
deseo de que se avance en la transición pacífica hacia una democracia
pluralista, en el respeto a los derechos humanos y en la mejora del nivel
de vida en Cuba.

El Consejo respalda la posición común adoptada por la Unión y manifiesta
su voluntad de proseguir un diálogo constructivo para lograr los
objetivos antes citados, incluyendo la posible negociación de un acuerdo
de cooperación que incluya, conforme es práctica ordinaria en la Unión,
una cláusula de suspensión en el caso de violaciones graves de derechos
humanos.

Señorías, concluyo aquí el repaso de los resultados del Consejo Europeo.

Permítanme, por tanto, que antes de finalizar haga una brevísima
recapitulación. La Unión Monetaria es un proyecto cada vez más
consolidado y con mayor credibilidad. El Consejo ha confirmado que la
lucha contra el desempleo debe hacerse creando un clima de estabilidad
macroeconómica, potenciando el diálogo social y mediante reformas del
mercado de trabajo, orientaciones que tendremos muy en cuenta en la
acción del Gobierno.

El Consejo ha dado, asimismo, un impulso a la Conferencia
Intergubernamental, especialmente en cuestiones del tercer pilar en las
cuales España tiene gran interés y donde ha manifestado claramente su
capacidad de iniciativa. En el día a día, en el tercer pilar se han
aprobado medidas de lucha contra la droga y el terrorismo que también nos
satisfacen. Por último, en cuestiones de política exterior, España y sus
socios europeos han acordado una posición común, de modo singular, en lo
que se refiere a Cuba.

Creo que se trata, señorías, de resultados positivos y considero que
todos debemos estar satisfechos al observar la importancia de la
contribución española, fiel reflejo del papel dinámico desempeñado por
España para hacer que la Unión avance en la solución de los problemas a
los que se enfrenta por caminos que siempre correspondan y atiendan los
intereses de nuestro país.

Muchas gracias, señor Presidente. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias. señor Presidente del Gobierno.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor González
Márquez.




El señor GONZALEZ MARQUEZ: Señor Presidente, señorías, si hubiera que
hacer un telegrama para evaluar el Consejo de Dublín, haciéndolo con
absoluta ponderación, podríamos resumirlo diciendo que se avanza
claramente en el desarrollo de la Unión Monetaria; que va lento el
proceso en la reforma del Tratado; que quizá no sea suficiente la apuesta
por el empleo, sobre todo en su inclusión en el futuro tratado de la
Unión; que se avanza moderadamente, pero en algunos casos de manera
significativa, en el tercer pilar, referido a justicia e interior, y que
en el relato de las relaciones exteriores se repite, en general, con
excepciones, una política que se viene manteniendo.

Quizás de este telegrama lo que destaca, sobre todo, es que en el proceso
de construcción europea todavía se puede ver un cierto desequilibrio que
hay que intentar ir corrigiendo en los próximos meses y años. Es verdad
que todo el mundo lo reconoce a nivel de la Unión Europea --todos los que
están de acuerdo, naturalmente, con el proceso de integración--, pero es
difícil poner los medios y avanzar en lo que es, sin duda alguna, un
desarrollo claro hacia los objetivos de la Unión Monetaria y un
desarrollo complementario de objetivos políticos, y, dentro de la propia
Unión Monetaria, de objetivos como la coordinación de políticas
económicas o la coordinación de políticas en relación con el empleo y su
elevación a la categoría de políticas de la Unión en la reforma del
Tratado.

En cuanto a la Unión Monetaria, después de unos meses en que ha habido
una cierta interrupción, se están cumpliendo las previsiones para la
puesta en marcha de la Unión Monetaria a primeros de enero de 1999. El
estatuto jurídico del euro se ha completado. Es verdad que hay normas de
aplicación que pueden ser anticipadas y normas que tendrán que
desarrollarse



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después de que se defina el número de países que forman parte del núcleo
inicial del euro, y, por tanto, hay un avance en la previsión de
desarrollo legislativo del estatuto del propio euro.

Hay un avance también en relación con lo que ahora llamamos sistema
monetario bis, la relación entre los que estén dentro y los que estén
fuera del sistema. Esperamos que se complete ese avance, según las
previsiones, en junio de 1997, con tiempo, por consiguiente, para hacer
el esfuerzo de que en el momento de la puesta en marcha del nuevo
sistema, de la nueva Unión Monetaria Europea, haya una clara definición
de la relación entre los que estén dentro y fuera del sistema.

En cuanto al escollo que aparecía como más lleno de dificultades y que
había suscitado una polémica que está en buena parte zanjada, que era el
del pacto de estabilidad, creo que se ha avanzado claramente. Nos debemos
felicitar por ello porque, incluso, un día antes de la celebración del
Consejo, y el propio día del inicio del Consejo, no era seguro que el
desarrollo de las negociaciones a nivel de Ecofin pudiera dar como
resultado un acuerdo en torno al pacto de estabilidad. Se puede decir que
el pacto de estabilidad es equilibrado entre aquellos que pretendían
hacer un esfuerzo de automatismo que, a mi juicio, tenía el gravísimo
inconveniente --y tiene porque todavía hay que desarrollar algunos
instrumentos-- de alterar el contenido de los tratados, y aquellos que,
respetando el Tratado de Maastricht y, por consiguiente, respetando todo
lo que es el proyecto de Unión Monetaria, querían, deseaban que el pacto
de estabilidad fuera adelante como una garantía ulterior al propio
comienzo de la Unión Monetaria de estabilidad macroeconómica, de
equilibrio financiero.

Dicho esto, que me parece que es la parte más claramente destacable del
resultado del Consejo Europeo de Dublín, habría que señalar quizás
algunos problemas, no tanto para debatirlos en un momento como éste como
para orientar su debate y su discusión en los próximos meses. Me referiré
a ello al final de la intervención porque yo creo que el Gobierno dispone
de una mayoría parlamentaria clarísima en relación con la apuesta de la
Unión Monetaria. Por tanto, no hay un problema existencial de si queremos
o no estar. Otra cosa será con qué posibilidades, que aumentan
claramente, podemos estar dentro o fuera, pero esto se discute sólo en
minorías. El hecho de que se discuta sólo minoritariamente la voluntad de
estar dentro no significa que, resuelta esa cuestión, no debiéramos
empezar a discutir, a reflexionar sobre las consecuencias, desde todos
los puntos de vista, de esa apuesta, a mi juicio claramente positiva para
España, de estar dentro.

Yo sugeriría abrir un debate ordenado --y cuando digo ordenado significo
que incluso lo podría hacer la Comisión Mixta Congreso-Senado-- para
tener todas las previsiones de lo que puede ocurrir y de lo que tiene que
cambiar a partir del momento de la puesta en marcha, como preparación
para la puesta en marcha de la Unión Monetaria.

Destacaría algunos aspectos. Es evidente que estar dentro de la Unión
Monetaria va a tener que cambiar los criterios para el mantenimiento de
la competitividad de la economía española, no van a ser criterios basados
en un cierto deslizamiento en lo que puede ser la política de tipos de
interés, por otra parte poco controlable, o un cierto deslizamiento en la
política de cambios. Como va a cambiar esto es obvio que tendríamos que
reflexionar sobre las consecuencias que va a tener, abriendo la reflexión
a interlocutores, agentes económicos y agentes sociales.

También es cierto que va a tener una repercusión sobre el esfuerzo de
convergencia de España y, por tanto, sobre la necesidad de mantener las
políticas de cohesión a partir del momento de la entrada en vigor de la
Unión Monetaria y de la entrada en vigor del pacto de estabilidad, lo que
debería permitirnos discutir, en un nivel serio y riguroso, sobre las
perspectivas de negociación que tenemos en cuanto a los presupuestos de
la Unión Europea para el siguiente período, perspectivas que se van a
abrir probablemente en la mitad del año 1997 y que se intentarán cerrar
en el año 1998.

Estando totalmente de acuerdo con la decisión, que me parece fundamental,
de estar dentro o estar fuera, lo que sugiero es que haya una reflexión
ordenada y desde ahora que nos permita ir preparando la economía
española, las actitudes sociales, las actitudes de los agentes económicos
hacia ese proceso de adaptación inevitable, a mi juicio positivo pero en
una apuesta, sin duda difícil, que vamos a vivir a partir del 1 de enero
de 1999.

Decía, además, que se nota una cierta ralentización en el desarrollo de
la Conferencia Intergubernamental. Ya lo veníamos detectando. A mi
juicio, la Presidencia irlandesa ha hecho un gran esfuerzo y yo creo que
ha cumplido con el compromiso que tenía. Ese compromiso incluía --por
tanto, no se le puede reprochar-- que los temas institucionales quedaran
para el final de la conferencia. Todos sabemos que las elecciones
británicas pueden condicionar el que esos temas se discutan con carácter
previo, pero también tenemos conciencia de que en el calendario europeo,
si las elecciones se producen en el tiempo previsto, más allá de
cualquier resultado, quedará escasamente un mes para completar los temas
pendientes en el desarrollo de la Conferencia Intergubernamental, si se
respetan las propias fechas del documento de conclusiones, es decir, si
se respeta el objetivo de que sea Amsterdam el momento de cierre de la
Conferencia Intergubernamental, de la reforma del Tratado.

Llamaré la atención sobre algún tema, pero creo que sería necesario que
hiciéramos un esfuerzo, que nunca va a ser de condicionamiento del
proceso de toma de



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posiciones del Gobierno, sino de apoyo al esclarecimiento de la toma de
posiciones en aspectos importantes de la Conferencia Intergubernamental,
que deberían ser objeto de análisis detallado en la Comisión Mixta
Congreso-Senado.

¿La reforma institucional va a plantear problemas? Nada nos impide ir
avanzando rigurosamente, en el más amplio consenso, sobre los temas que
se enumeran en el propio documento de conclusiones sin pronunciarse sobre
ellos. Naturalmente que tenemos interés en que haya equilibrio entre las
instituciones. Naturalmente que tenemos interés en que se defina
claramente cuál va a ser la composición de la Comisión Europea, pero ni
esto, ni el voto ponderado, ni los sistemas de mayoría o de unanimidades
son indiferentes desde la óptica de nuestros intereses como país, que no
interpreto sólo como intereses nacionales en el sentido estricto, sino
nuestros intereses en la construcción europea; es decir, los intereses de
una determinada visión de la construcción europea. Me parece
imprescindible hacer un esfuerzo en los próximos meses para ir definiendo
las posiciones respecto de la reforma de los tratados en la Conferencia
Intergubernamental. Hay muchas dudas todavía, no sólo de calendario sino
de resultados.

En realidad, la Conferencia Intergubernamental responde a dos
requerimientos: necesidades internas de la Unión en su dimensión
actual--exigencia de desarrollo de la integración de la Unión en el
momento actual; es decir, de la Unión Europea con el impacto de mercado
único y con el impacto del propio proceso de la Unión Monetaria-- y
necesidades de ampliación de la Unión.

Es cierto --todo el mundo es consciente de ello-- que con los mecanismos
actuales de toma de decisión, difícilmente es adaptable la unión de 15 a
la perspectiva de una unión de 20 ó 25 miembros. Esta operación es
extraordinariamente delicada porque lo que está en juego no son sólo los
intereses entre una visión de Europa, que podría ser en el extremo la
visión británica, y otra visión de Europa, que podría ser la alemana, por
tener dos puntos de referencia. Hay también intereses cruzados por la
dimensión de los países, lógicamente por su población, por el peso en la
toma de decisiones relativo, por las minorías de bloqueo, por la
presencia en la Comisión, por toda la articulación institucional de la
Unión Europea en la perspectiva de futuro, y nos vamos a jugar cosas
extraordinariamente importantes.

Me parece que el Consejo ha resuelto bien el problema, que siempre se
plantea, entre un proyecto de reforma del Tratado, como el que presenta
en un documento a mi juicio bien elaborado la Presidencia irlandesa, y
las iniciativas que, al mismo tiempo que se presenta este proyecto,
vienen de los países de la Unión. Ha habido varias iniciativas nacionales
presentadas antes, al mismo tiempo o incluso después que el propio
documento de la Presidencia. Eso siempre crea algún problema. Sobre todo
lo crea cuando la iniciativa, que se repite desde la noche de los tiempos
y se seguirá repitiendo, es franco-alemana. Esto va a ocurrir sea cual
sea la composición política de la República Federal y de Francia. Siempre
vamos a tener en todo el proceso de construcción europea una posición
común, que ambas partes necesitan, pero que impacta en la propia
discusión del Consejo Europeo y en cómo se encaja esto dentro del debate,
por ejemplo en este caso, sobre la reforma de los tratados y las
perspectivas de futuro. No hay que negar peso a esas iniciativas, porque
casi siempre se consolidan en la dirección que proponen, con los matices
que sea. Por tanto, habría que tener en cuenta no sólo el contenido del
documento presentado por la Presidencia, sino algunos aspectos de esas
iniciativas que pueden tener interés.

Es verdad que todo el desarrollo de la política exterior de la Unión
Europea peca de una extraordinaria fragilidad; no hay todavía una
articulación de la política exterior de la Unión Europea. La propuesta
francesa --en la que se pone mucho empeño-- de crear una figura
personalizada para llevar la política exterior, sin duda, resuelve un
problema, que es la visibilidad de alguien que lleve la política exterior
de la Unión Europea; pero, a la vez, plantea problemas que, si no se
prevén con tiempo, van a crear distorsiones muy serias en el
funcionamiento institucional de la Unión Europea. Lo cual ha sido
interpretado, cuando lo he comentado, como un rechazo de lo que pudiera
ser una propuesta franco-alemana. En absoluto. Describo el fenómeno para
decir que, siendo intergubernamental la política exterior hasta ese
momento, incluso no habiendo pasado por ninguna de las pasarelas
previstas para comunitarizarla, tenemos el serio problema de que un
representante de la política exterior tendría teóricamente que coordinar
con un representante de la Comisión, que se encarga de las relaciones
comerciales de la Unión Europea como comisario, y con la Presidencia de
la Unión. Sería un nuevo modelo de troika, para entendernos, en la
representación exterior de la Unión y esto, institucionalmente, plantea
una gama de problemas enorme. Por ejemplo, el de la ausencia de control
parlamentario a nivel europeo, porque es evidente que las políticas
intergubernamentales no tienen que pasar, en principio, aunque se
discutan en el Parlamento Europeo --tiene libertad para discutir de
todo--, por ningún procedimiento de control o de codecisión --que sería
la siguiente fase-- del propio Parlamento Europeo. Por tanto, llamo la
atención sobre este hecho, frente al que creo que hay que estar
prevenidos y, quizá, trabajar para ver, si el desarrollo va en esa
dirección, que no se planteen contradicciones institucionales, que pueden
ser graves y pueden bloquear algunos procesos de toma de decisión.

Se ha avanzado en el tercer pilar, en algunos aspectos. Es evidente que
crece la preocupación en la



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Unión Europea en lo que es la lucha por garantizar la seguridad en un
espacio de libertad. Es evidente también que hay una cierta
contradicción, que es la que trata de resolver esta dinámica entre crear
un espacio de plena libertad de movimientos, de personas, de capitales,
de mercancías, de establecimiento, etcétera, en el espacio europeo, y que
no hay una coordinación correspondiente en las garantías de seguridad que
se dan, en ese espacio y en relación con otros, a las personas que
circulan dentro de él. Asimismo es evidente --yo creo que cada vez cobra
más fuerza-- que las formas de criminalidad organizada trascienden los
límites de las fronteras nacionales.

Pero en el tercer pilar estamos todavía en un nivel, que es el nivel de
cooperación intergubernamental, con una cierta resistencia, salvo algunas
excepciones, a la comunitarización de las políticas que garanticen la
libertad y la seguridad de los ciudadanos. Resistencia, incluso, a lo que
podrían ser aspectos positivos del desarrollo de la ciudadanía europea,
como podría ser el establecimiento de un código de derechos y de
obligaciones de los ciudadanos en el ámbito de la Unión; código de
derechos y de obligaciones que pudiera ser revisable desde el punto de
vista judicial. Por tanto, existe esa contradicción, pero se están dando
pasos. Es verdad que, desde hace años, perseguimos que se ratifique el
convenio de Europol, que debería entrar en vigor cuanto antes y que es un
instrumento fundamental, a mi juicio, de garantía de la seguridad. Y es
cierto que se ha avanzado en la conciencia de que existen algunas formas
de criminalidad, como el terrorismo, que se internacionaliza o que actúa,
como es lógico, sin respeto de fronteras, y se ha avanzado hasta el
extremo de que la formulación por la que se mandata a la conferencia para
que se incluya la eliminación del derecho de asilo en el ámbito de la
Unión es algo, a mi juicio, muy positivo, porque, a pesar de la
precaución de: con respeto a los convenios internacionales, que era
innecesaria por obvia, seguramente nos llevará a que por primera vez en
el Tratado, y cuando digo seguramente siempre hay y habrá alguna
resistencia de aquí a la firma de su revisión, figure esto que me parece
de vital importancia para cambiar la mentalidad que existe a veces dentro
de la propia Unión Europea de vincular estrictamente a la soberanía
nacional algunos elementos tan claros como los que se refieren a las
garantías de las libertades y de la seguridad y a la negativa, por tanto,
de conceder asilo político en un espacio en el que en toda la Unión hay
de sobra garantías como Estado de Derecho para que nadie pueda sentirse
perseguido por razones políticas. Así pues, se avanza en el tercer pilar,
pero tendremos el problema de ver cómo pasamos a la Conferencia
Intergubernamental y a la reforma del Tratado algunos de estos avances
que puedan permitir una cierta comunitarización de aspectos importantes.

Estamos hablando de espacio judicial europeo y lo venimos haciendo desde
hace tiempo. Me parece una desiderata. Habrá problemas muy serios para
que el espacio judicial europeo, concebido como globalidad, se consolide,
entre otras cosas porque hay sistemas muy diferentes en el continente y
en Gran Bretaña. Hay bases normativas que son diferentes y,
probablemente, habrá que ir avanzando con objetivos concretos y poco a
poco. Me da la impresión de que este es uno de los temas en los que la
preocupación ha calado profundamente y que va a permitir un avance serio,
en el futuro, también en el desarrollo del Tratado.

Me gustaría llamar la atención sobre la toma en consideración del tema de
las regiones ultraperiféricas, estando en nuestro caso algunas
directamente afectadas, naturalmente, por lo que pudiera ser la
consolidación de un determinado status. En esto habría que hacer un gran
esfuerzo por parte de todos, en la capacidad que tengamos lógicamente,
por parte de quien negocia sobre todo, que es el Gobierno, porque en la
terminología comunitaria, los dos párrafos, el referido al asilo y el
referido a las regiones ultraperiféricas, van contiguos en el documento
de conclusiones y verán que un matiz que tiene una cierta importancia,
porque mientras que en cuanto al asilo hay casi un mandato para que se
desarrolle en la Conferencia Intergubernamental, aunque no se diga
expresamente así se acuerda que se desarrolle en la reforma del Tratado,
en cuanto a las regiones ultraperiféricas todavía no es un hecho que se
haya pasado de aquella declaración anexa, que tiene una fuerza
vinculante, a ser parte constitutiva del Tratado. Tenemos que continuar
persiguiendo que esto se convierta en algo que sea constitutivo de la
reforma del Tratado. Ahí se dice que hay una posición de tres países, que
se toma nota de la propuesta de los mismos y que se pide que se estudie
esa propuesta. Estamos en esa fase que, sin duda, es importante, sobre la
que hay que hacer un seguimiento para no pensar que es seguro que el tema
tenga una resolución definitiva. Existen grandes probabilidades de que la
tenga, creo que esto es así, pero no deberíamos sentirnos plenamente
seguros, porque también se producirá alguna resistencia.

El tercer apartado que me interesaría destacar es el que se relaciona con
la política de empleo, tratando de hacerlo lo más brevemente posible en
esta síntesis sobre la impresión que podemos deducir del Consejo Europeo
de Dublín, sobre todo porque me parece que hay que trabajar a partir de
ahí en las perspectivas de los próximos meses. ¿Por qué me parece
insuficiente la apuesta? No porque no esté de acuerdo con la declaración,
que sigue un poco la evolución que se marca desde el Consejo de Essen y
que se marca en el propio Libro Blanco que creó tantas expectativas sobre
crecimiento, competitividad y empleo, sino porque todavía --lo sabe
perfectamente el Gobierno-- hay una cierta resistencia a incluir en el
Tratado como una política activa de la Unión, como una parte constitutiva
de la tarea de la Unión, el problema del empleo. Esto



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no quiere decir que no se vaya a consignar, pese a la resistencia
británica, en el Tratado una referencia al empleo. Me parece que está
asumido ya que la referencia al empleo sí va a entrar en el Tratado, pero
todavía no ha acabado el debate en relación con qué carácter tendrá.

Yo creo que incluso desde el punto de vista de la comprensión por parte
de los ciudadanos, tal vez debiera hacerse un esfuerzo para que dentro de
lo que constituye la unión monetaria, que además es unión económica,
aunque se haya desarrollado menos lo que debe ser la coordinación de las
políticas económicas, que serán imprescindibles a partir de la propia
fecha de la unión monetaria, haya una parte de la política de la Unión
que se refiera a políticas activas de empleo, lo cual no significa que se
descarguen de responsabilidad lo que son las políticas nacionales o de
Estados nacionales en materia de empleo. A mí me parece un tema de tanta
importancia y prioridad que me gustaría además que no fuera objeto de
ningún tipo de demagogia, que no se lanzara a la cara de nadie la última
cifra con descenso del paro relativo de un mes respecto de otro.

En el planteamiento europeo hay que superar una barrera, que en parte es
de posición política y en parte es también psicológica, en relación con
el tratamiento del tema del empleo. No sólo hay que incluirlo en el
Tratado; hay que intentar que pese de manera equilibrada con lo que va a
pesar el empeño de la Unión Europea en las políticas monetarias y en la
coordinación de las políticas económicas. No va a ser cierto en el futuro
que un crecimiento estable y duradero sea suficiente para la generación
de empleo. No lo ha sido en los últimos veinte años en el conjunto de
Europa y no lo va a ser tampoco en el horizonte previsible de los
próximos veinte años. Es una condición necesaria; por eso la discusión a
veces se hace tan absurda cuando se piensa que la apuesta por el empleo
es contradictoria con la apuesta por la estabilidad o la apuesta por la
propia unión monetaria. Entonces la discusión entra en un terreno en el
que parece que o bien se opta por una política macroeconómica que
garantice un crecimiento sostenido y estable o bien por una política de
empleo. Yo creo que esta no es la discusión. La discusión está en si es
suficiente una política macroeconómica estable, que me parece una apuesta
clara e indiscutible, y yo creo que no es suficiente. Por eso no sólo
hacen falta políticas activas de empleo --y en la propia declaración de
Dublín, repito, siguiendo la senda que se iba marcando desde las
propuestas de Essen, hay propuestas de políticas activas de empleo--,
sino seguir con una reflexión sobre el problema del empleo en la Unión
Europea, con todas las implicaciones que tenga, porque una parte del
problema del paro es estructural, en el sentido de que evolución
tecnológica y disminución del tiempo de trabajo necesario para producir
lo mismo o aumentar la productividad corren paralelamente, y eso no se va
a arreglar, eso va a exigir, repito, una reflexión que iremos desgranando
en el futuro, que hay que hacerla sin ninguna tentación demagógica, que
desde luego no se puede hacer por decreto-ley y que hay que hacerla con
un amplio consenso social y respetando las exigencias de la
competitividad. Por tanto, estoy de acuerdo con la orientación dada a la
política de empleo, aunque me parece insuficiente. Habría que insistir en
que en el Tratado tuviera un tratamiento que pudiera ser percibido por
los ciudadanos, con la importancia que tiene desde el punto de vista de
la preocupación de gobiernos de la Unión ante, quizá, la mayor de las
preocupaciones sociales en el conjunto de los países de la Unión.

Por tanto, resumiendo mucho, diría que existe un buen avance en unión
monetaria, se están despejando muchas incertidumbres, tanto desde el
punto de vista de los procedimientos como desde el punto de vista de los
problemas que plantea la relación entre los que están dentro y los que
están fuera. De paso, recordaré que quedarse fuera no va a significar
tener más flexibilidad en políticas cambiarias o en políticas de tipos de
interés. Al contrario, va a significar estar más al descubierto en los
vaivenes del mercado financiero internacional. No va a haber más margen
para hacer políticas de tipos de interés ni va a haber más margen para
hacer deslizamientos cambiarios, porque la relación entre los que estén
dentro y los que estén fuera se establecerá cada vez con mayor rigor para
que no haya ese tipo de competencia desleal en el espacio de la Unión
Europea, en el mercado interior.

Realizaré algunos comentarios sobre relaciones exteriores. No voy a hacer
un repaso sobre todos los temas tocados. Es casi inevitable en los
consejos europeos que la lista sea interminable, con lo cual es
prácticamente imposible establecer prioridades. Cada país tiene la suya
propia y como no hay una prioridad clara de la Unión, se añade una lista
de problemas. Comentaré alguno de los temas, desde luego para reiterar
que para la cuestión de Oriente Medio el nombramiento y el apoyo a una
persona como el señor Moratinos, que es un gran profesional, es muy
acertado; que el perfil es el adecuado, que no podemos competir en el
proceso de paz en Oriente Medio, desde el punto de vista del peso
político, con el protagonismo que desde antes de iniciarse ese proceso y
como factor clave en el desencadenamiento del mismo tiene Estados Unidos.

Por tanto, el perfil, la competencia y la profesionalidad son los
adecuados y el respaldo de la Unión Europea me parece que es muy
conveniente para que podamos tener una presencia en el nivel que acabo de
decir.

En segundo lugar, me gustaría comentar un tema como el de la crisis de
los Grandes Lagos y hacerlo muy rápidamente. Yo creo que no ha sido un
acierto desactivar el mecanismo de intervención militar. Se ha hecho ya y
me parece imposible recuperarlo inmediatamente, pero no ha sido un
acierto. La crisis no está resuelta. Es verdad que la decisión del
Consejo de Seguridad



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de una intervención militar y de que se inicien los preparativos para la
misma ha hecho que algunos de los señores de la guerra y algunos de los
responsables, con poca legitimidad democrática por cierto, cambien su
actitud, pero la situación sigue siendo bastante dramática. Incluso el
traslado desde Tanzania de algunos refugiados es todo menos un traslado
voluntario, como saben muy bien; es una expulsión de aquellos que habían
emigrado por la fuerza y es una expulsión por la fuerza, aunque sea
ordenada, y todavía quedan cientos de miles de personas por ahí sin
localización posible. Por tanto, yo sugeriría que en las conversaciones
que sin duda el Ministro de Asuntos Exteriores tendrá que soportar en los
próximos meses sobre algunas de estas crisis en el Consejo Europeo se
tenga en cuenta que el mecanismo de intervención siga estando preparado y
disponible, porque en cualquier momento puede agudizarse el conflicto,
además de estar de acuerdo con la orientación sobre una conferencia
política y naturalmente en un esfuerzo para que la OUA sea, al máximo,
protagonista de la solución de la crisis, pero no creo que haya que
retirar completamente la decisión; hay que mantenerla, a mi juicio, en un
permanente estado de alerta. Quizás haya sido un error que se haya
deshecho esa operación, porque los primeros síntomas fueron alentadores,
pero lo fueron porque se tomó la decisión; si no, no hubiera habido un
cambio en las actitudes que se han producido en la región afectada del
Zaire y de Ruanda.

Voy a decir algunas palabras sobre el tema de Cuba. No quiero hacer de
este debate un debate en temas de política exterior respecto de Cuba, que
tiene la importancia que tiene, pero que no puede centrar, naturalmente,
la valoración del Consejo Europeo de Dublín. Les ruego, no obstante, que
hagan un pequeño esfuerzo que tiene poco coste, que vean, por favor, la
resolución del Consejo Europeo de diciembre de 1995 y la resolución del
Consejo Europeo de diciembre de 1996; les pido que las vean, por favor,
las comparen y las analicen y piensen seriamente si para ese viaje habían
hecho falta tantas alforjas, porque prácticamente todo lo que contiene
--dicho naturalmente sin hacer política al dictado-- la resolución de
1996 lo contenía la resolución de 1995, un año antes. Prácticamente tenía
todos los ingredientes. Estamos en una situación un poco diferente --no
la voy a calificar--. Como creo que es bueno recuperar una cierta línea
de aproximación no lo exageraré, pero creo que el cambio no es para
mejor.

Sugeriría, aplicando la misma lógica que se ha aplicado a la política
española en relación con Cuba, que se pidiera a Estados Unidos en la
relación transatlántica, que tiene una nueva base desde diciembre de 1995
y creo que muy positiva, que levantara las medidas de embargo, no sólo
aquellas que afectan a los socios que comparten los mismos valores, sino
que se levantaran las medidas de embargo. Si hicieran falta argumentos,
recomendaría que se den dos. Primero, que cuarenta años de medidas de
embargos de esas características no parecen haber producido el efecto que
se buscaba y que probablemente es hora de cambiar de política y, segundo,
que seguramente una parte de Wall Street y del mundo industrial americano
tal vez quiera que haya una nueva orientación en la política. Esto no
supone ningún tipo de injerencia en decisiones que tiene que tomar
soberanamente Estados Unidos, pero creo que no debemos reducir nuestra
posición sólo a reclamar que no se aplique aquella parte de la ley
Helms-Burton que puede afectar a los inversores de otros países. Eso va
de suyo. No es posible que el Congreso de Estados Unidos ni el de ningún
otro país se permita el lujo de la extraterritorialidad en esos términos.

Es una falta de respeto al derecho internacional que nadie puede
consentir.

La segunda observación tiene una repercusión completamente española y la
haré con prudencia. El tema de la ley Helms-Burton, igual que el referido
a la ley Torricelli y algunos otros, se verá en la Organización Mundial
de Comercio. Están planteadas las denuncias, los páneles, pero también
hay otros planteados por Estados Unidos y puede haber un intento, desde
ahora lo anticipo, de negociación. En ese intento de negociación no todos
nuestros socios europeos van a estar apoyándonos claramente en un tema
que sí afecta directamente a nuestros intereses, que es la organización
común de mercado del plátano. Se va a ver en pocos meses y llamo la
atención sobre esto, no vayamos a equivocarnos creyendo que una
estrategia europea de suspensión de la aplicación de la Helms-Burton es
intercambiable con alguna otra cosa en la que la Unión Europea pueda
ceder y que pudiera ser entre otras ésta que apuntaba.

Por tanto, como propuesta concreta, yo le pediría al Presidente del
Parlamento y al Gobierno que imprimiéramos más dinámica a la Comisión
Mixta Congreso-Senado, que veamos la perspectiva del calendario que
tenemos en los próximos meses y en el horizonte de los próximos dos años
y que ordenemos los trabajos tanto respecto de las consecuencias de la
Unión Monetaria, tema que me parece importante abrir a la sociedad,
cuanto de la preparación de la Conferencia Intergubernamental y de
algunos asuntos importantes, como el próximo presupuesto en relación con
la ampliación de la Unión Europea y la propia arquitectura de seguridad
europea. Si tuviéramos un calendario de trabajo ordenado en la Comisión
Mixta Congreso-Senado, con menos espectacularidad que permanentes debates
en el Pleno del Congreso y probablemente con mayor eficacia, y haciendo
pasar por ella a interlocutores sociales, agentes económicos, a todos los
que están interesados en las consecuencias de la Unión Monetaria,
probablemente haríamos un buen trabajo que ayudaría a todos y desde luego
al Gobierno en su política de construcción europea.

Gracias. (Aplausos.)



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El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González.

Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Anguita.




El señor ANGUITA GONZALEZ: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
yo creo que todos los que ocupamos un escaño en esta Cámara hemos
recibido la información pertinente sobre la cumbre de Dublín y, quizás,
en un Pleno como éste no se trata de que se vayan reseñando los
contenidos, con algún que otro comentario, en una tediosa sesión, sino
que es más propio que, ante lo que ha acontecido en Dublín y las
consecuencias que tiene sobre los que van a cobrar un salario en España,
esta Cámara reflexione, dé sus puntos de vista, analice, mire en
profundidad, resuma, recapitule y dé su opinión. Por eso voy a intentar
hacer una reflexión en voz alta sobre lo que ha significado la cumbre de
Dublín, sobre lo que va a significar para los trabajadores y asalariados
españoles y sobre lo que va a significar para eso que ustedes llaman
construcción europea.

Acudiendo a mi memoria, para cualquier Diputado o Diputada de esta Cámara
que esté aquí desde la época de la aprobación del Tratado de Maastricht,
las distintas intervenciones de los presidentes de Gobierno, explicando
lo que ha ocurrido en cada cumbre semestral tienen un mismo contenido
siempre: avanzamos en la construcción europea, apostamos por el
crecimiento económico como condición sine qua non para crear empleo y
obviamente la apuesta europea es crear empleo, naturalmente con la
fórmula que nunca falla y que se repite una y otra vez: es preciso que
los salarios crezcan por debajo de la productividad y que haya una
flexibilidad en el mercado laboral, es decir, que la gente pueda entrar
muy libremente en la empresa y que pueda salir más libremente de esa
misma empresa. Escuchando un semestre y otro, leyendo las conclusiones de
las distintas cumbres, el que les dirige la palabra tiene la impresión de
escuchar un discurso autista, hecho por unos autistas que repiten
constantemente el mismo contenido, pero que avanzan inexorablemente en la
aplicación de una política neoliberal contraria a los intereses de la
inmensa mayoría de la población europea. Naturalmente eso surge en mi
mente como consecuencia de comparar lo que viene en los documentos de las
cumbres, lo que se dice aquí por parte de los presidentes de Gobierno de
turno y la realidad que encontramos en la calle: paro, precariedad, falta
de perspectiva, congelaciones salariales, reformas laborales en el
pasado, anuncio de más reformas laborales... Eso no encaja con este
almibarado discurso. Al aire de la constatación entre lo que aquí se
dice, lo que viene de la cumbre de Dublín, con lo que se ve en la calle,
con la realidad inmediata, palpable, yo saco las consecuencias en torno a
lo que la cumbre de Dublín repercute sobre cuatro aspectos que voy a
comentar en mi intervención, el primero de los cuales es la cumbre de
Dublín y el empleo.

Señorías, hagamos una breve historia, porque los datos nos pueden
ilustrar más que muchas de mis palabras. En la cumbre de Edimburgo, el
segundo semestre de 1992, se habla de la iniciativa de crecimiento
económico y de crear empleo, con dos condiciones, las de siempre, que los
salarios vayan por debajo de la productividad y que se flexibilicen los
mercados laborales. En la cumbre de Bruselas aparece esa especie de
regalo de Reyes Magos adelantados del Libro Blanco de Jacques Delors, la
solución del paro en Europa, la creación de 15 millones de puestos de
trabajo, la correspondiente propaganda, los discursos de las autoridades,
las atenciones de los medios de comunicación, pero, en el fondo, lo
mismo: los salarios por debajo de la productividad y la flexibilidad del
mercado laboral.

Lástima que a los pocos meses el Libro Blanco de Jacques Delors fuera
tirado a la papelera porque el ilustre órgano que dirige Europa no está
dispuesto a invertir para paliar el desempleo de 15 millones de europeos.

Así, en la cumbre de Corfú, seis meses después, idénticas condiciones y
propuesta de creación de empleo mediante paquetes de trabajos y de
infraestructuras en transporte, que, por cierto, se apuntaban para
finales de este año y que en la referencia de la cumbre de Dublín se dice
que se van a poner en marcha 60 proyectos. No sé cuáles son. Le rogaría
al señor Aznar que me diga por lo menos cuáles son los españoles y cuándo
se piensan poner en práctica. Simplemente con esa respuesta me empezaría
a dar por satisfecho.

En la cumbre de Essen, seis meses después, prioridad para el empleo con
las misma condiciones, a saber: que los salarios crezcan por debajo de la
productividad y la flexibilidad del mercado laboral. En la cumbre de
Cannes, continúan las mismas condiciones y se evidencia el apoyo a
iniciativas locales de empleo. En la cumbre de Madrid aparece ya el
concepto que nos va a dejar sin sueño muchas veces a muchos españoles y a
una parte de esta Cámara: la expresión pacto de estabilidad y de
crecimiento, sancionada y aprobada definitivamente por la cumbre de
Dublín. Eso sí, en el ínterin de esa cumbre y la siguiente, que es la de
Florencia, aparece nuevamente otro regalo de Reyes Magos --evidentemente
un ente de razón, porque el anterior tampoco se aplicó--, aparece el plan
del nuevo Comisario, el plan del señor Santer; plan que la cumbre de
Florencia coge y lo tira a la papelera, porque los gobiernos de Europa no
están dispuestos a gastar ni una sola peseta en crear puestos de trabajo.

Respecto a la cumbre de Florencia, además, quisiera comparar uno de sus
párrafos con lo que dice la siguiente, que ha sido la de Dublín. Ruego la
atención de sus señorías. La cumbre de Florencia, cuando habla del
empleo, en sus conclusiones finales dice lo siguiente: el Consejo Europeo
considera que el nivel de desempleo



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es inaceptable y que la lucha por el empleo debe seguir siendo la primera
de las prioridades para la Unión y sus Estados miembros. Es decir,
todavía el discurso reiterativo, autista, sigue diciendo lo mismo: la
prioridad para la Unión es la creación de empleo, y no solamente para la
Unión, sino también para cada Estado miembro. Pues bien, llegamos a la
cumbre de Dublín, seis meses después, y leemos en el documento lo
siguiente: La lucha contra el desempleo es la responsabilidad principal
de los Estados miembros, aunque también tarea prioritaria de la Unión. Es
decir, primero era la Unión y los Estados miembros después, y ahora nos
enteramos que los Estados miembros --en este caso y en nuestro ámbito,
España-- son los responsables prioritarios y después está la Unión.

Señorías, ante esta historia que he estado relatando, que conduce a
imaginar la frustración que puede llegar a cualquier espíritu, a
cualquier mente medianamente racional que demanda datos y no propaganda,
como se viene haciendo en las cumbres y aquí, sobre ese tema acuciante
que ustedes mismos están definiendo, que es el desempleo, no tengo por
menos que hacer las siguientes consideraciones.

Primera. señorías, la apuesta por combatir el paro, crear puestos de
trabajo y la preocupación que muestran los gobiernos ante esa lacra es
una cuestión puramente declamatoria. Es una alusión retórica a algo que
saben perfectamente que no pueden cumplir. Está claro. Las líneas de
política económica que se instalan a través del Tratado de la Unión
Europea de Maastricht, los criterios de convergencia, no crean puestos de
trabajo. Es más, destruyen los fijos y crean más precariedad. Tenemos
tiempo, señorías, yo he estado citando aquí desde hace tres años cumbre
tras cumbre cuáles son los resultados que estamos viendo en este momento.

Por tanto, la alusión a esa preocupación por crear empleo es piadosa, sin
duda para que la opinión pública se sienta satisfecha, pero que, señorías
y señor Presidente, eso ya no engaña a nadie que use la razón en sentido
recto.

En segundo lugar, cuando eso se plantea aquí en España, en el caso
nuestro (en que, a pesar de que ha advertido el señor González que ojo
con utilizarlo, pues lo voy a utilizar, señor González, porque es un
dato), en los tres últimos meses --septiembre, octubre y noviembre-- se
han registrado 107.000 parados más. Este dato es real, e indica que
estamos creando paro, pero además en unas condiciones que golpean a la
gente de la calle, a la gente que vive de un salario cuando lo tiene, a
la gente que hace el quehacer día a día, que es lo que importa. Sólo el
4,4 por ciento de los contratos son fijos.

Hago simplemente una reflexión: la esencia de la libertad humana es crear
las condiciones de desarrollar su futuro. ¿Qué tipo de futuro crea un ser
humano cuando no tiene asegurado un ingreso fijo, sobre todo, cuando
llevamos años y años viniendo a esta tribuna y hablando de distintas
cumbres que la obsesión de la Unión Europea y de los gobiernos es crear
puestos de trabajo? Pero hay más, datos de esta España nuestra: la
duración media de los contratos temporales es de tres meses. ¿Qué tipo de
estabilidad familiar y social puede establecerse ante este drama de que
España somos el primer país de la Unión Europea y estamos en el 40 por
ciento de precariedad? Hasta noviembre de este año, para poder reducir el
paro registrado en 125.000 personas han sido necesarias casi ocho
millones de colocaciones; esto es la rotación. Por cada puesto de trabajo
entran cuatro, cinco o seis personas y a veces se contabiliza cada
contrato como puesto de trabajo creado.

Volviendo a la primitiva argumentación, la Unión Europea dice: señores
estados miembros, el problema del paro ya no es mío, en primer lugar,
sino de ustedes. Yo planteo aquí, señor Aznar, a SS. SS., y a todos
aquellos que vayan a intervenir, que me resuelvan este problema. ¿Cómo es
posible que la responsabilidad de crear puestos de trabajo caiga en los
gobiernos de los Estados-nación, si los instrumentos de política
económica los hemos cedido a Europa?
En España, en Francia, en Italia, estamos aplicando las políticas de los
criterios de convergencia que suponen austeridad en el gasto público;
dicho de otra manera, recorte en los gastos públicos, congelación de los
funcionarios, hacer posible que los sueldos no suban gran cosa, recortar
las inversiones (lo que estamos conociendo en España), recortes en gastos
de educación, etcétera. Si esa política estamos obligados a hacerla por
imposición de Maastricht, ¿cómo es posible que asumamos la
responsabilidad de combatir el empleo, cuando estamos ya enfeudados en la
política que Bruselas dicta? ¿Me pueden ustedes resolver esta
contradicción? ¿Me pueden ustedes indicar cómo es posible que haya un
Gobierno que asuma una tarea que es imposible realizar? Para combatir el
paro hay que tener los instrumentos de política económica, y hay que
tomar decisiones aquí, en el Gobierno español; pero cuando esas
decisiones están hipotecadas, están enfeudadas en Bruselas, ¿qué tipo de
responsabilidades hacen ustedes? ¿A qué estamos jugando a una verdad o al
juego de los espejos?
Pero hay más dudas, muchas más, porque frente a este argumento la
respuesta es sencilla: señor Anguita, es que usted está obsesionado,
piensa que solamente el Estado puede crear puestos de trabajo y,
naturalmente, nosotros queremos poco Estado, no queremos sector público,
la palabra planificación ni oírla. Eso sí, ustedes hacen un gigantesco
acto de planificación burocrática: el pacto de estabilidad. Eso es
planificación y burocrática, pero del resto de la planificación no se
puede hablar, señor Anguita, los gobiernos lo único que pueden hacer es
crear las condiciones para que crezca la economía y, como consecuencia,
se creen puestos de trabajo. ¡Voilá! ¿Qué se está haciendo en estos



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momentos? ¿Dónde está la creación de puestos de trabajo? ¿Dónde está,
señor Aznar, me dirijo a usted y en la persona de usted a sus ilustres
compañeros jefes de Gobierno y jefes de Estado, dónde está la mínima
previsión de ustedes para crear puestos de trabajo? Den una cifra, digan
siquiera un milenio, comprométanse en algo. La sempiterna melopea:
crecimiento, estabilidad, confianza y mucho empleo. Pero no hay un dato,
ni una cifra, ni un compromiso. Una eterna cantinela que oculta la
apuesta por un modelo económico que llamamos neoliberal, pero que me
permitirá le diga que es el capitalismo de siempre, con cierta fachada no
blanqueada, sino puesta en antiguo.

¿Adónde conduce esto? Cuando la cumbre de Dublín plantea las condiciones
salariales y la flexibilidad laboral, ¿en qué están pensando, y seamos
claros? En que la gente entre y salga del trabajo produciendo bulla. Ahí
están las palabras ayer del Gobernador del Banco de España, terroríficas,
terribles, advirtiendo que se tendrá que hacer un plan de ajuste
durísimo. Además dijo: aunque sea impopular. A continuación, siempre la
justificación piadosa: en favor de los jóvenes. Eso sí, el argumento de
los jóvenes es siempre algo muy socorrido. Es decir, para que los jóvenes
entren y salgan, tengan un trabajo sin seguridad social, no se formen
profesionalmente, le quitamos la estabilidad al puesto de trabajo del
padre, lo que está ocurriendo en este país. Avanza la precariedad, una
precariedad que en los estudios realizados, gente que se ha tirado años y
años estudiando, está observando que es el auténtico cáncer social.

Porque, señorías, la estabilidad del puesto de trabajo no es ninguna
pretensión bárbara, es simplemente la concreción de los derechos humanos
aquí y ahora. El puesto de trabajo es algo que humaniza, es un derecho
humano. El puesto de trabajo fijo, por lo menos, la permanente
posibilidad de tener un empleo. Ir al albur del mercado, buscar en la
entrada y salida abundante de la fábrica, del taller o de la empresa es,
ni más ni menos, que buscar una justificación exculpatoria.

La segunda característica, y esta es más dramática para el futuro de la
democracia, es que se constitucionaliza el déficit. Señorías, les ruego
que hagan un repaso sobre la historia de los distintos documentos
reconocidos universalmente desde hace 60 años. La Declaración de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas sitúa entre los derechos inalienables el
derecho al trabajo, el derecho a la educación, el derecho a la vivienda.

Después de la II Guerra Mundial surgen las constituciones que quieren
plasmar lo que se ha venido en llamar el Estado del bienestar, y entre
esas constituciones figura la Constitución española. Pero desde el punto
de vista de puridad democrática, cuando el pueblo elige a sus
gobernantes, éstos, por el ejercicio de la democracia, pueden plantear
decisiones de política económica en todo el ámbito. señor Aznar, S. S.

gobierna legal y legítimamente porque alcanzó una mayoría y unos acuerdos
parlamentarios en esta Cámara, pero S. S., por ser un gobernante de
extracción democrática, no puede tener en absoluto, ningún recorte en la
facultad de ejercer el gobierno. Dicho de otra manera, señor Aznar, usted
coge la Constitución española y le permite en los artículos 38 y 131
optar por dos sistemas de economía: bien lo que se llama eufemísticamente
economía social de mercado o bien lo que se llama economía planificada.

Es decir, la Constitución española tiene ese resorte democrático que
faculta al gobernante para poder optar por uno u otro tipo de economía.

¿Qué hacen ustedes en Maastricht? Sitúan como eje central en el pacto de
estabilidad que el déficit sea inferior al 3 por ciento y algo más allá:
que se llegue al déficit cero e incluso que en su momento haya superávit.

Es decir, están ustedes situando un hecho de política económica que es
totalmente aleatorio como el eje central de la construcción europea. Eso
no es compatible con la recta democracia. Porque, ¿qué ocurre? A partir
de aquí yo no me puedo rasgar las vestiduras, aunque comento con
frecuencia la expresión del señor Tietmeyer, presidente del Bundesbank
alemán: sepan los políticos que a partir de ahora tienen que obedecer las
leyes del mercado. Entonces ¿para qué elegimos un político?
Señorías, si la democracia es la capacidad de decidir, sobre todo
empezando por la propia economía, un político, un gobernante, no puede
encontrarse ya con la decisión predeterminada. Usted es libre de operar
en la economía siempre y cuando usted respete las leyes del mercado y, en
este caso concreto, el pacto de estabilidad. Ustedes aherrojan la propia
democracia, reducen el ámbito de operatividad y, claro, las consecuencias
están clarísimas; consecuencias que no solamente por la expresión de
Tietmeyer, sino lo que vemos después cuando sitúan en el centro de la
toma de decisiones a organismos que en absoluto extracción democrática,
es decir, lo que no puede los parlamentos nacionales extraídos desde la
voluntad de los pueblos soberanos, sí lo puede el sistema europeo de
bancos centrales y sí lo puede el futuro Banco Central Europeo. Las
consecuencias están --y no puedo extenderme en este apartado-- en el
centro del drama que pasa de norte a sur y de este a oeste en este país.

La contradicción entre el pacto de estabilidad y la Constitución
española, y por mucho que lo nieguen SS. SS. y por mucho que tiren
balones fuera, cuando cogen la Constitución y ven los artículos que van
obligando a los gobiernos respectivos a los cuales les dicen que tienen
una responsabilidad para crear empleo, comparándolo con lo que hablaban
ustedes de pacto de estabilidad, son incompatibles, no pueden conjugarse.

Y ¿saben SS. SS. qué se resiente de aquí? La propia democracia. ¿Porqué?
Porque han puesto ustedes algo que ya intentó Buchanan: que el déficit
público aparezca en el hecho central de la Constitución democrática de un
país o, en este caso, la Constitución democrática



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de un proyecto europeo. En definitiva, para ustedes el mercado gobierna y
los gobiernos gestionan lo que diga el mercado. La democracia comienza a
declinar.

Tercera consecuencia. El tan cacareado, repetido, argumentado y alabado
pacto de estabilidad y crecimiento, sépanlo SS. SS. y sépalo el pueblo
español es un ajuste permanente; es decir, vamos a estar durante diez,
doce o quince años, si esto no se remedia, recortando salarios,
recortando gasto público, aumentando impuestos indirectos en relación a
una construcción que solamente demanda, como un dios Moloc bárbaro, un
dios creado por ustedes pero que pide constantemente víctimas, mayor
caída en el nivel de vida de los pueblos europeos. Por eso, como decía
anteriormente, que nadie se extrañe de las palabras del Gobernador del
Banco de España, cuando dice que es necesaria una reforma dura y difícil,
y a continuación dice, porque depende de ella el empleo de la juventud a
la que tanto maltratamos en España. Pues sí, pero quien la maltrate, y
maltratan a la juventud los que tienen en sus manos los resortes de
política económica para hacer posible que el maltrato exista. Yo no me
siento aludido ni mi grupo parlamentario tampoco por la generalización a
la que tanto maltratamos; en todo caso será el señor Gobernador del Banco
de España y la política económica que se hace. Dice que no sobran tres
millones de trabajadores en españa, sino que hay que encontrar un puesto
de trabajo para tres millones de personas. Me recuerda esta encantadora
--entre comillas-- expresión, la expresión de las Cortes de Cádiz: los
españoles tienen que ser justos y benéficos. ¿Que hay que crear tres
millones de puestos de trabajo? Pues de eso se trata, el problema es
cómo. ¿Vendiendo el sector público? ¿Haciendo imposible que éste pueda
hacer una maniobra de despegue? ¿Atándose a los criterios de convergencia
o a lo que piensa el señor Gobernador del Banco de España, en sintonía
con lo que ustedes plantean aquí: creemos tres millones de puestos de
trabajo a doce días por trabajador; entran y salen? Pero esto no es crear
12 millones de puestos de trabajo, esto es simplemente crear la confusión
y crear la posibilidad de que la gente, además de no tener asegurada su
vida, se venda por aquello que un empresario quiera darle.

Su señoría, señor Presidente del Gobierno, sin duda estará informado --le
puedo pasar los informes-- de que hay trabajadores que ya firman el
finiquito cuando hacen el contrato para que el empresario le ponga la
fecha cuando le parezca; hay trabajadores que hacen horas extraordinarias
que no se le pagan, y a callar, porque si no están en la calle. A esto
conduce esta política, a volver al siglo XIX, porque la receta sigue
siendo la misma: flexibilidad laboral y, naturalmente, moderación
salarial.

Escuchemos a Jeremy Rifkind: el mercado sólo crea empleo para una élite.

Además, lo dice de una manera muy normal. Estamos ante la revolución
científico-técnica, ante la aparición del maquinismo en su tercera fase,
pero en manos de un sistema económico concreto. O en la cumbre de las
ONG, en Madrid, hace poco tiempo, cuando habla del 30 por ciento de paro,
posiblemente a finales de la primera década del siglo XXI; o lo que
tantas veces yo he visto en esta Cámara, e invito a ustedes a que lo
lean, cuando el Parlamento Europeo encarga a una Comisión que haga una
investigación sobre el trabajo en Europa y todos los institutos que han
sido consultados dicen: de seguir así, va a haber 10 millones de parados
más en Europa. Nadie lo ha contestado y ahí están los datos.

¿El Estado interviene? ¿Cuál es la política que ustedes proponen? La
intervención del Estado, pero en el ajuste; la intervención del Estado en
favor del poderoso y contra el débil. Veamos. En este proceso del pacto
de estabilidad, al que ustedes van a ir como cogidos con un anzuelo,
están tirando de ustedes, porque la entrada en la tercera fase de la
Unión Monetaria se va a perdonar a muchos, ya que los que estáis
construyendo ese proyecto llamado europeo no queréis dar marcha atrás y
vais a entrar incluso sin cumplir los compromisos, para cuando estéis,
atornillar a vuestros respectivos países. ¿Vais a mantener o no vais a
mantener en vuestros países el gasto fiscal? Dicho de otra manera, ¿vais
a seguir perdonando, como en el caso de España, 3,8 billones de pesetas a
los ingresos de las rentas del capital? ¿Vais a ser realmente combativos
contra el fraude fiscal? ¿Vais a hacer la reforma laboral que habéis
anunciado ya hace unos quince días, en torno a la precariedad y la
rotación? ¿Se van a seguir manteniendo las empresas privadas de
colocación? Se legisla para favorecer a una parte y, naturalmente, el
ajuste permanente viene como consecuencia de esa política de
convergencia.

Señor Aznar, S. S. sabe, y sin duda muchísimo mejor que yo, que mediante
ese esfuerzo --y no trato de ofender--, diríamos un tanto marrullero, que
han hecho bastantes países, Alemania, Francia, Italia y aquí, en España,
con ese eufemismo llamado contabilidad creativa (que en mis tiempos de
alcalde se llamaba manipulación contable, pero hay que ver cómo cambian
los tiempos y la semiótica), van a entrar en la tercera fase, pero
congelando los sueldos de las funcionarios, con la manipulación contable.

Llegan sin cumplir otros criterios y, a partir de ahí, entran en un
sistema de sanciones terrorífico, y les obligan a ustedes a ir reduciendo
déficit hasta que puedan estar llegando, se dijo en Dublín, a un
presupuesto equilibrado, es decir, hasta el déficit cero. Pero, además,
hablan ustedes de superávit. ¿Para qué? Para, con el superávit, atender
el servicio de la deuda que exceda del 60 por ciento que les imponen las
condiciones de Maastricht.

La pregunta es muy sencilla. Hablo teóricamente, porque creo que no se
accede, pero admitámosla simplemente como argumento para este debate. Si
para



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poder acceder al 3 por ciento, están ustedes formando la que están
formando con la congelación a los funcionarios, con la reducción de gasto
público, con la reducción de inversiones, con la reducción en sanidad,
con la reducción en educación, ¿qué tendrán que hacer ustedes, señor
Aznar, para pasar del 3 por ciento al cero por ciento de déficit, y, aún
más, ir al superávit? ¿En qué van a utilizar la tijera? ¿Qué van a
recortar? ¿Cuál es la política presupuestaria? ¿En que desemboca el dogal
que ustedes se han puesto en la cumbre de Dublín? Se han puesto ustedes y
se lo han puesto a sus respectivas poblaciones, evidentemente. ¿Cuál es
la perspectiva por tanto de los ingresos y gastos de los futuros
presupuestos y de los futuros ejercicios? ¿A dónde vamos? ¿Han trazado
ustedes una línea, una visualización de los futuros años 1998, 1999,
2000, 2001? ¿Qué van a hacer con el gasto fiscal? ¿A qué se obligan
ustedes?
Eso, además, sin olvidar que ustedes son defensores de eso que se llama
la competitividad, porque esto es una jungla; en todo esto unas empresas
son competitivas respecto a otras y en la competencia unas caen y la
debilidad de la estructura productiva española, hace que se cierren
empresas y obliga, por otra parte, a la subida en gastos para atender a
las cuestiones del Estado en cuanto subsidio de desempleo. Estamos en un
contrasentido, por una parte, disminuyen los ingresos, y, por otra,
tienden a aumentar los gastos, los gastos de lo que podíamos llamar el
Estado asistencial, por cierto obligaciones que están contraídas en la
Constitución española. ¿Qué van a hacer entonces? ¿Qué va a ocurrir? ¿A
dónde van? ¿Qué perspectivas?
Ah, estamos ya en la moneda única, pero en la moneda única sin
posibilidad de evaluación, sin posibilidad de hacer absolutamente nada,
y, entonces, tendremos un centro económico, zonas degradadas, en las
cuales ni siquiera la política de Estado asistencial se podrá poner en
marcha porque lo primero es corregir el déficit.

Aclarénnos ustedes qué tienen previsto en torno a esto que es real,
porque deviene de lo que hemos visto estos meses y está asentado en la
filosofía que informan los Presupuestos Generales del Estado que serán
votados en esta Cámara a final de este mes.

Por último, la cuarta incidencia. Señor Aznar, ustedes no están
construyendo Europa, ustedes están construyendo el marco de la impunidad
financiera. Se lo voy a explicar. Desde la memoria de este Diputado, que
lo es desde el año 1989, desde la memoria de quien ha leído los discursos
y el «Diario de Sesiones», desde la memoria de quien ha leído los
documentos de las asisias de Roma, el tratado aprobado por el Parlamento
Europeo en 1984, o lo elaborado bajo la dirección de don Marcelino Oreja
Aguirre cuando habla de la construcción europea, este Diputado que hoy
les dirige la palabra y que participa de la idea de la construcción
europea federal en su momento como un supraestado, por las necesidades
históricas de la economía y también por el avance de esa propia historia
no encuentra en esto que están ustedes realizando nada que se parezca a
una construcción europea. Veamos, ¿dónde está el desarrollo de la unión
política? ¿Qué llevan a ustedes desde Dublín a la Conferencia
Intergubernamental? ¿Dónde están los grandes avances? No me hable usted
de cuatro picoteos, de cuatro adornos. ¿Vamos o no vamos hacia la unión
política? Construir Europa es ir a la unión política. ¿Qué tipo de
construcción es aquélla donde vamos a la construcción de una moneda única
y no vamos a un poder político único, y hablo de un proceso, de un
proceso constituyente, no en tres días? ¿Qué tipo de Europa están ustedes
haciendo? ¿De verdad se creen ustedes y nos quieren hacer creer que
ustedes están construyendo Europa? Ustedes están construyendo un monstruo
de Frankenstein, a base de retazos que nos va a terminar por devorar.

No hay unión política y si no hay unión política el discurso europeísta
de ustedes en torno a la construcción es un auténtico fraude. Pero digo
más, esa unión política que significa una política exterior común de los
quince países que hoy por hoy constituyen Europa y una política de
defensa ¿de verdad creen ustedes que estamos desarrollando el sueño
europeo de Spinelli e incluso de ustedes aquí cuando hace ocho años
decían el discurso de construcción europeísta, hablaban de la unidad
política y se permitían decir alguno de ustedes: si no hay avance en la
unidad política, boicotearemos la unidad económica? Qué palabras se
decían entonces.

¿Cómo es posible que la política de defensa que tiene que ser
estrictamente europea en un proyecto de construcción europea se delegue
en la OTAN, una OTAN, además, señorías representantes de la soberanía
nacional, que toma la decisión sin consultar a nadie, cuando Europa está
en un proceso de reflexión? ¿Dónde está la construcción europea? ¿Creen
ustedes que eso es construcción europea?
Pero sigo más y vamos al hecho de lo que llaman integración europea y que
otras veces llaman construcción europea ¿Una unidad económica europea?
Vamos a ver, dónde está un presupuesto adecuado. Hace años se quedó en el
1,27 del producto interior bruto de toda la Comunidad y hace poco tiempo
el Parlamento --y ustedes no han dicho ni pío-- lo ha bajado al 1,16.

Vamos hacia atrás, y un presupuesto europeo cuyo 95 por ciento se lo
lleva la política agraria comunitaria. ¿Es que quizá la construcción de
una moneda única ha sido la unidad económica? Pero sigo preguntando: ¿es
que hay una hacienda pública europea? ¿Es que hay algo que centralice o
siquiera coordine las haciendas nacionales? ¿Algo que constituya el
embrión de la futura supranacionalidad? ¿Algo que se puede llamar europeo
con carácter de decisión política sobre los gobiernos, sobre los
habitantes y sobre las sociedades europeas? Pero hay más, ¿cómo pueden
ustedes hablar



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de que están construyendo Europa, una Europa económica cuando ni siquiera
tienen los mismos impuestos? ¿Cómo se puede hablar, en la lógica
hacendística más elemental, de una unión económica cuando no hay
armonización fiscal? ¿Qué clase de cosa están ustedes construyendo? ¿Para
qué? ¿A quién sirve esto? Claro que hay a quien sirve, lo he dicho antes,
a un marco de impunidad para los intereses financieros, pero no para los
pueblos europeos.

Esta es la reflexión que nuestro grupo se hace, porque venir (y usted
creo que cumple con su obligación, hablo para otros diputados y otras
diputadas que están en el hemiclo) a contarnos lo mismo en una sesión de
doblete, pero sin sacarle el jugo de una reflexión cuando estamos aquí
porque nuestra obligación es reflexionar sobre el disparate que estamos
haciendo, en el cual nosotros, desde luego, no nos reconocemos ¿A dónde
vamos? ¿Qué se va a construir? ¿Qué es eso del pacto de estabilidad? Yo
sé lo que es, pero ¿quieren ustedes decirlo con las cifras descarnadas?
¿Por qué no hablan ustedes con la valentía con que hablo ayer el
Gobernador del Banco de España?
En definitiva, mi reflexión sirve para que por lo menos mi grupo no se
sienta o no pueda ser interpretado como cómplice de lo que ustedes están
perpetrando. Tranquilos, porque los once gobiernos restantes también lo
están perpetrando; si le vale el reparto de la responsabilidad, tocan
ustedes a una dozava parte.

No obstante, en función de esa reflexión, ¿es mucho pedir que me digan si
lo que manifiesto aquí es demagógico, está fuera de lugar, está en otra
galaxia o no tiene sentido? ¿Por qué no convocamos un referéndum y al
aire de ese referéndum, señor Aznar, y demás señorías de esta Cámara con
mando en plaza de grupo parlamentario, no vamos a debates ante la
televisión para explicar a nuestro pueblo qué es esto del pacto de
estabilidad? Ustedes que están tan seguros de que es sensato, que es lo
correcto, pueden machacarme a mí y a mis compañeros en los debates. ¡Si
lo estamos poniendo facilón!
¿Por qué no hacemos como los suecos, los daneses, los irlandeses o los
franceses? Después de lo que ustedes han aprobado en Dublín que es
terrorífico, desde nuestro punto de vista constituye el ataque más brutal
al Estado del bienestar que se ha hecho en las últimas décadas. Convoquen
un referéndum, ¿es mucho pedir? ¿Lesiona la democracia? ¿Contraviene
cualquier proyecto político? Le animo, señor Aznar, a que lo haga, le
animo para que así sea posible que este discurso sin duda disparatado
como la inmensa mayoría de la Cámara afirma, pueda ser desvelado,
derrotado, vilipendiado y escarnecido delante de los españoles o si no, a
ver qué pasa.

Muchas gracias. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Anguita.

Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Molins.




El señor MOLINS I AMAT: Muchas gracias, señor Presidente.

No cabe duda, señor Presidente del Gobierno, de que España empezó con
buen pie la cumbre. Ya se ha comentado que los datos conocidos de la
economía en los días inmediatos anteriores a la inauguración de esa
conferencia llevaban a revalorizar el papel de España en esa cumbre. La
inflación descendida hasta el 3,2 por ciento, los tipos de interés
rebajados al 6,25 por ciento y --un dato que no se conocía entonces
aunque ya se intuía y que se ha conocido hoy-- el crecimiento de la
economía, en el tercer trimestre del año presente, en un 2,2 por ciento
del producto interior bruto daban ese impulso, esa nueva credibilidad a
la posición española ante la Unión Monetaria que en ella se contemplaba.

Es obvio, señor Presidente del Gobierno, que debemos felicitarnos todos,
y felicitar en particular al Gobierno que usted preside, porque la
continuidad de una política de rigor está dando los resultados que está
dando. Si se me permite una licencia, la prueba más fehaciente de que la
situación económica es positiva son las ganas que todos tienen de
apuntarse al mérito de haberla conducido: su propio Gobierno, creo que
muy legítimamente, el Gobierno anterior y, puestos a apuntarse, permítame
que lo hagamos nosotros porque hemos estado en los dos momentos.

Convergència i Unió ha dado impulso a una política económica que, ésa sí,
con la continuidad en el tiempo del rigor que al menos pretendemos con el
Gobierno que usted preside, está dando estos resultados: un crecimiento,
ahora ya sostenido, que permite la creación de empleo y que ha controlado
los dos parámetros que, a nuestro entender, son más peligrosos para la
propia creación de empleo y el crecimiento económico, una inflación
desproporcionada (ya sabemos que el valor de la inflación no estriba en
unos determinados valores absolutos sino relativos y que con los países
con que competíamos venimos teniendo sistemáticamente un diferencial de
inflación extraordinariamente peligroso, que hoy está en clara
disminución) y los tipos de interés que tanto condicionan el crecimiento
económico. Por tanto, señor Presidente del Gobierno, nuestra felicitación
por la marcha de la economía que nos permite, evidentemente, afrontar
algunas de las decisiones de la cumbre de Dublín con mayor esperanza de
éxito, aunque después me referiré a ellas. (El señor Vicepresidente,
Fernández-Miranda y Lozana, ocupa la Presidencia.)
En la cumbre de Dublín se avanza fundamentalmente en tres grandes áreas:
pacto de estabilidad, creación de un espacio de libertad y justicia y
pacto para la creación de empleo.

En primer lugar, el pacto de estabilidad era obviamente el tema estrella.

Mucho se había venido comentado



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y, como ha recordado aquí algún interviniente que me ha precedido en el
uso de la palabra, incluso con dudas en las 24 ó 48 horas anteriores
sobre la posibilidad de alcanzar algún tipo de acuerdo respecto a dicho
pacto de estabilidad. Existían dos posiciones encontradas,
fundamentalmente capitaneada una de ellas por Alemania y la segunda
prácticamente por el resto de países europeos, respecto a la necesidad de
realizar ese pacto de estabilidad con sanciones que podían ser más o
menos duras, con automatismo de esas sanciones, y también respecto a la
evolución de los parámetros económicos que iban a ser sancionados, caso
de no ser cumplidos, a partir del momento que entre en vigor la Unión
Monetaria. Creemos que la decisión tomada es equilibrada, aunque algún
comentario desearíamos hacer al respecto.

Se acepta como límite máximo del déficit el 3 por ciento, aunque había
quien pretendía rebajar año tras año a unos límites inferiores ese 3 por
ciento, que es el mismo listón, situado en el mismo punto, para la
convergencia en la Unión Monetaria. Se acepta también un rígido régimen
de sanciones, pero con flexibilidad ante coyunturas desfavorables. Debo
decir, señor Presidente del Gobierno, que, fijándose el déficit público
en ese 3 por ciento, a nuestro grupo parlamentario le parece bien el
sistema de sanciones e incluso, si me apura, la dureza de las mismas.

Obviamente, todos debemos tomar buena nota de ello, tanto los
responsables públicos, las administraciones públicas en general, como la
sociedad en su conjunto.

Quisiera hacer algún comentario sobre las medidas adoptadas respecto a la
flexibilidad de esas sanciones ante coyunturas desfavorables. El índice
que se toma como medida para esas coyunturas desfavorables es el
crecimiento negativo del producto interior bruto que se fija en el 2 por
ciento negativo, es decir, un descenso del producto interior bruto del 2
por ciento. Este índice es probablemente útil para muchos países, quizá
para el que más capitaneaba la posición, que me imagino que debía ser
Francia, pero desearíamos recordar que por lo menos hasta hoy --y es bien
cierto que era anterior a la reforma laboral de 1994--, hasta este
momento, una situación del crecimiento del producto interior bruto en
España inferior al 1,1, al 1,5 por ciento provocaba destrucción neta de
empleo y en valores sustantivos en 1992 y en 1993. En 1992 con un
crecimiento del PIB del 0,7 por ciento, en 1993 con un crecimiento
negativo del PIB del 1,1 por ciento, se destruyeron hasta 760.000
empleos, y aunque es bien cierto que--como le decía anteriormente-- eso
se produce antes de la reforma laboral y con la reforma laboral nuestra
capacidad de crear empleo se produce con crecimientos inferiores del
producto interior bruto, no es menos cierto que para un país como el
nuestro, que tiene en el paro probablemente el mayor de sus problemas,
ligar la coyuntura desfavorable que permitiría flexibilizar los criterios
de aplicación del plan de estabilidad al problema de la destrucción de
empleo nos parecería más útil que no ligarlo al del crecimiento mayor o
menor del producto interior bruto que, insisto, tiene distintos impactos
en unos países que en otros, y en el nuestro, que necesita crecer y crear
empleo y que está demostrando ser capaz de crecer más que la media
europea, es el factor de la creación de empleo el que para nosotros,
insisto, debería ser sustantivo. No hay que olvidar que, aun con
políticas de rigor respecto al déficit público, éste se dispara por el
simple hecho, aun no querido por el Gobierno de cada momento, del
incremento del paro. El incremento del paro aumenta el gasto y disminuye
los ingresos, por tanto incrementa el déficit. Imagínese usted una
coyuntura desfavorable española con destrucción de empleo que encima
provocara la imposición de una sanción producto de la rigidez en la
aplicación del pacto de estabilidad.

Por tanto, insisto en la necesidad --y estoy valorando positivamente el
equilibrio del acuerdo alcanzado en la aplicación del plan de
estabilidad-- intento llamar la atención respecto a la necesidad, que
probablemente tiene España como ningún otro país, de que esas medidas de
rigor se flexibilicen no sólo respecto a crecimientos determinados del
producto interior bruto sino también a la creación o destrucción de
empleo.

Otro de los compromisos alcanzados en la cumbre de Dublín, a valorar
positivamente por nuestro grupo parlamentario, es el previsto plan de
empleo para 1999. Con ese plan de empleo se intenta aprovechar el impulso
de la creación del euro, que se aplicará a partir del 1 de enero de ese
año 1999, y se prevé la definición de ese plan de empleo en la cumbre de
Amsterdam del próximo mes de junio de 1997. A pesar de las dosis de
voluntarismo que aquí ya se ha explicado que contiene ese plan de empleo
hoy por hoy, y a pesar de que tenemos el precedente del fracaso, relativo
pero fracaso al fin y al cabo, del Libro Blanco de Delors, bienvenido sea
ese plan de empleo, lo saludamos con satisfacción, y desearíamos, señor
Presidente del Gobierno, que España fuera extraordinariamente activa en
la elaboración y el cumplimiento de ese plan de empleo para 1999. Hay que
definir un calendario preciso de aplicación de ese plan de empleo, pero
sobre todo hay que definir de hoy hasta Amsterdam, junio de 1997, las
medidas concretas a incluir en ese plan, y en ese sentido le ofrezco,
señor Presidente del Gobierno, la colaboración de nuestro grupo
parlamentario para que, a propuesta del Gobierno o en colaboración con el
propio Gobierno, en esta Cámara avancemos en la propuesta de medidas a
incluir en ese plan. En ese plan deben participar también los agentes
sociales. De hecho, apoyamos plenamente, señor Presidente del Gobierno,
su propuesta de convertir el año 1997 en el año de la creación de empleo.

No dejamos de recordar que para España es el empleo el mayor de los
problemas. Somos el país de Europa con mayor tasa de desempleo,



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somos el país europeo con mayor tasa de precariedad en el empleo y --una
cosa que a mi entender es todavía más preocupante-- somos el país europeo
con menor tasa de actividad, es decir, con menor número de personas en
edad de trabajar que buscan trabajo. Esos tres factores --mayor tasa de
desempleo, mayor tasa de precariedad y menor tasa de actividad-- son tres
problemas a cual más preocupante de nuestra economía.

Por eso, señor Presidente del Gobierno, insisto en nuestra aquiescencia,
en nuestra voluntad de colaborar en todo lo posible, en convertir 1997 en
el año de la creación del empleo, en alentar a los agentes sociales en la
búsqueda y concertación de medidas que dinamicen el empleo y en sostener
las declaraciones realizadas por su Ministro de Trabajo, en días
recientes, respecto a la adopción de medidas positivas para la creación
de empleo. No podemos estar más de acuerdo. Puede, y lo sabe usted ya,
señor Presidente del Gobierno, contar con el apoyo de nuestro grupo
parlamentario.

Saludamos también los avances realizados en la cumbre de Dublín en el
tercer pilar de la política europea, en el pilar de justicia e interior.

Valoramos como extraordinariamente importante, como se ha hecho ya, la
eliminación del asilo político entre países miembros como una conclusión
positiva de la cumbre. Insistimos en la necesidad de la mayor
coordinación policial; en ese hecho y en otros, que se han tratado
también en la cumbre de Dublín, de los que pudiera derivarse la mayor
coordinación policial en la lucha contra el crimen organizado y en la
lucha contra el narcotraficante. Hoy mismo, este mediodía, hemos tenido
oportunidad de observar por televisión la intervención de su Ministro del
Interior, don Jaime Mayor, sobre los hechos ocurridos en Córdoba. Deseo
aprovechar la ocasión para lamentar la muerte de los agentes de orden
público implicados en ese hecho. El Ministro Mayor recordaba cómo cada
vez los criminales están más organizados. De hecho parece ser que han
intervenido criminales no españoles sino italianos. En cualquier caso
remarcaba el señor Ministro que cada vez el crimen está más organizado y
que la manera única de luchar contra él es que también los Estados se
organicen y coordinen mejor sus políticas. Este es uno de los temas en
que los ciudadanos dan importancia a la idea de la creación de Europa.

Europa debe servir también para luchar contra la inseguridad, para luchar
contra el crimen organizado, para luchar contra el narcotráfico. Por
tanto, se ha de impulsar, señor Presidente del Gobierno, la armonización
legislativa que está prevista en la cumbre de Dublín y la ratificación lo
antes posible del convenio de Europol.

En esta cumbre de Dublín se han aprobado otras dos medidas que también
interpretamos como positivas. Por una parte, lo que usted mismo ha
denominado desde esta tribuna como el Sistema Monetario Europeo 2. Es
decir, el sistema monetario que debe ligar las relaciones entre los
países que conformen en primera velocidad la Unión Monetaria y los que
queden al margen de la misma a partir de junio de 1997. Es muy positivo
que se establezca ese sistema de relaciones, por mucho que tengamos la
esperanza de no conformar ese grupo de países, sino estar dentro del
núcleo de la moneda única, pero aunque estemos dentro del núcleo de
países de moneda única, era necesario implementar las medidas de relación
entre esos países, entre los que se encontrará España, y los que no
procedan a esa moneda única. Es positiva, por tanto, la descripción de
cuál será el modelo de relación entre unos y otros para que nadie se
llame a engaño y para demostrar una vez más que hay una cosa claramente
muy negativa, que es que nos tuviéramos que quedar al margen de esa
moneda única.

Una quinta medida tomada en Dublín, que nosotros apoyamos y saludamos
positivamente, es la conclusión del estatuto de regiones ultraperiféricas
y la inclusión de Canarias entre ellas. No por obvio debo dejar de
recordar que, si ese estatuto era necesario y positivo para Canarias,
significa que también lo es para el conjunto y, por tanto, nos
felicitamos por esa conclusión del estatuto de regiones ultraperiféricas
y su aplicación para Canarias, instando al Gobierno al seguimiento
puntual de la evolución del mismo.

Señor Presidente, señorías, mencionaré ahora los aspectos que a nuestro
entender han sido, si no negativos, sí menos positivos en las
conclusiones o, en algunos casos, por las no conclusiones de la cumbre de
Dublín al respecto. En primer lugar, los pocos avances que se han
realizado en Dublín en materia institucional. Es cierto que no era una
cumbre en la que se debería avanzar en esos temas, ni estaba previsto
avanzar; pero no es menos cierto que, para poder conseguir el avance
positivo definitivo en la cumbre holandesa de Amsterdam de junio de 1997,
como está previsto, debería haberse podido proceder a la aproximación de
determinados parámetros en materia institucional ya en la cumbre de
Dublín. Quiero llamar la atención respecto a la importancia --por el
impacto que puede tener no sólo en la opinión pública sino en el propio
espíritu europeo-- de los distintos ritmos de construcción europea. Por
un lado, en el ámbito económico, que avanza y avanza bien, como se
confirma en Dublín, y, por otro, la lentitud en el avance de la
construcción político institucional europea. Se confirma en el calendario
la cumbre de junio del 97 en Holanda, pero ya se empieza a hablar --con
un cierto reconocimiento de que va a ser necesario; incluso tengo
entendido que se están reservando ya fechas, por si fuera necesario-- de
que si en diciembre del 97, en Luxemburgo, deberá ser el momento decisivo
para el avance de la Conferencia Intergubernamental. No es imprescindible
que sea en junio. Es mejor un avance con mayores contenidos en diciembre
que un mal avance en junio del 97, donde concurren



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--como ya ha sido recordado aquí-- otras circunstancias, como son las
elecciones en algunos países miembros de la Unión Europea en mayo de
1997, que condicionan esas conclusiones. Sea en junio o sea en diciembre,
nosotros --eso sí--, señor Presidente del Gobierno, debemos prepararnos
para el avance en materia institucional de la Unión Europea, no sólo
porque este avance condiciona la ampliación, que también, sino porque
sobre todo condiciona la consolidación del nuevo estatus europeo que
entre todos estamos construyendo. Ese avance debe ser previo a cualquier
otro. Por tanto, insistimos en la necesidad de avanzar en la posición
española ante la Conferencia Intergubernamental y ante las reformas
institucionales. Ofrecemos, de nuevo, el apoyo de nuestro grupo
parlamentario para colaborar en el seno de la Comisión Mixta para la
Unión Europea --como lo estamos prestando hasta ahora-- en el estudio
para consensuar las medidas necesarias en esa reforma institucional, que
puede ser valorada de muy diversa manera. Sin ir más lejos, estando todos
de acuerdo --como lo estamos-- en la necesidad de una política exterior
común, ya se ve que la discusión sobre los mecanismos organizativos de la
expresión de esa política exterior común no es baladí. Es una discusión
en la que podemos tener divergencias, en la que nos jugamos mucho, en la
que no están claros los impactos de una u otra fórmula organizativa, pero
en la que deberíamos ser capaces de consensuar una fórmula común a
defender en la reforma institucional que la Conferencia
Intergubernamental tiene que plantear. Y en muchas otras cosas: las
decisiones de las mayorías, los avances distintos aunque no existan esas
mayorías, la posibilidad de avanzar un grupo determinado de países aunque
otros no avancen, etcétera.

Quiero remarcar que nuestro grupo parlamentario considera que es
necesario avanzar en la política exterior y de seguridad común en Europa.

Es difícilmente compatible tener una unión monetaria sin tener una
política exterior común, y más en un mundo como el de hoy, con
desaparición de fronteras, con libertad de movimientos para las personas,
para las mercancías y también para las monedas, en el caso europeo; pero
con libertad de movimientos fundamentalmente también en el comercio
mundial, es difícil congeniar la unión monetaria sin una política
exterior común. Por tanto, es necesario --y nuestro grupo ofrece su
colaboración--avanzar de aquí hasta el mes de junio. Aunque la
Conferencia Intergubernamental no llegue a conclusiones hasta el mes de
diciembre, en Luxemburgo, creemos que deberíamos ser capaces de avanzar
en una posición común en esta materia para el mes de junio.

Por último, señor Presidente, señorías, ¿a qué nos obligan las
conclusiones de Dublín? Por una parte me referiré a lo que nos obligan
con respecto a la Unión Europea; he hecho ya mención de algunas cosas. En
primer lugar ya le he mencionado, señor Presidente del Gobierno, nuestro
interés en que se intenten introducir nuevos parámetros en la aplicación,
con flexibilidad, de los pactos de estabilidad; el crecimiento del paro,
relacionado, en todo caso, con el crecimiento del producto interior
bruto, y no dejar a solas el crecimiento del producto interior bruto como
aplicación de flexibilidad a los pactos de estabilidad. Una segunda cosa,
a la que también me he referido, es preparar las medidas para el plan de
empleo que se tienen que implementar en la cumbre de Amsterdam y la
necesidad de avanzar en el tercer pilar con la armonización legislativa
pactada, pero que debe llevarse a la práctica, la ratificación del
convenio de Europol y la coordinación, para que dé mayor eficacia, de las
policías y de los instrumentos de seguridad europeos comunes para luchar
contra el crimen organizado y contra el narcotráfico; y por último, la
necesidad de avanzar en la preparación de esa Conferencia
Intergubernamental.

Sin embargo, la cumbre de Dublín nos obliga además a otra serie de cosas;
y nos obliga particularmente con respecto a nosotros mismos. Es necesario
insistir en el rigor de la aplicación de la política económica para poder
tener éxito en la convergencia europea que debe decidirse en junio de
1998. En este sentido quisiera llamar la atención no sólo del Gobierno,
no sólo del Presidente del Gobierno, sino en general de la opinión
pública, sobre un hecho muy curioso y por otra parte recurrente en
España: ese vaivén típico de la opinión pública española. En diciembre de
1995, incluso por encuestas realizadas en marzo, abril o mayo de 1996,
parecía que no estaba al alcance de España la convergencia europea;
parecía una misión imposible. De esa misión imposible, de esa
imposibilidad hemos pasado a pensar --yo no sé si con un análisis
excesivamente poco objetivo de la realidad--, la opinión pública, que el
objetivo de convergencia de Maastricht lo tenemos chupado, que eso está
hecho. Y yo creo que sería bueno que junto con la explicación de que es
posible y que está a nuestro alcance conseguir ese objetivo, ese objetivo
no lo conseguiremos sin un esfuerzo, y esfuerzo de todos: esfuerzo del
Gobierno, esfuerzo de las Administraciones públicas, esfuerzo de los
responsables políticos en no pedir cosas que sabemos que serían
contradictorias con alcanzar esos objetivos, pero también esfuerzo por
parte de la sociedad. En este sentido, quiero recordar que dos son los
parámetros fundamentales con los cuales podemos topar a la hora de
conseguir la convergencia: uno es el déficit público, respecto del cual
el Gobierno y las administraciones públicas, los responsables políticos
tenemos una responsabilidad principal, no es una responsabilidad
fundamental de la sociedad, lo es de la Administración pública porque del
déficit público se trata; pero en el segundo de los parámetros, el de la
inflación, existe una responsabilidad obviamente también de la
Administración, de los responsables públicos y políticos, pero



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también de la sociedad, y es necesario recordar que si bien yo creo que
en 1995 no era imposible conseguir los parámetros de Maastricht, hoy es
claramente posible que España lo consiga, no nos lo regalará
absolutamente nadie, y que todo depende de lo que seamos capaces de hacer
a lo largo de 1997: los responsables políticos, el Gobierno, las
administraciones públicas, pero también todos los ciudadanos, el conjunto
de los ciudadanos.

El crecimiento económico, como decía usted muy bien, señor Presidente del
Gobierno, no sólo es compatible con la estabilidad de las grandes
variables económicas sino que, hoy por hoy, la continuidad del
crecimiento es incompatible con la inestabilidad de las grandes variables
económicas. Es imposible en el mundo de hoy crecer, y crecer
continuadamente, si hay inestabilidad de alguna de las grandes variables
económicas. El crecimiento sostenido sólo puede conseguirse, insisto, hoy
por hoy, con políticas que se basan en el rigor y en la continuidad del
esfuerzo. Por tanto, lógicamente y consecuente con ello, nuestro
compromiso de apoyo al Gobierno en aplicación de la política de rigor
económica y presupuestaria, nuestro apoyo al Gobierno en el impulso de
políticas de creación de empleo, dinamización de la creación de empleo, y
nuestra petición de que el Gobierno impulse las imprescindibles reformas
estructurales que a lo largo de 1997 hemos de acometer: la profundización
en la reforma de las administraciones públicas, la creación de la
administración única, no por el objetivo político, que a nosotros también
nos interesa, sino por lo que puede tener de racionalización del gasto
público, la reforma del sector público empresarial, la continuidad en el
esfuerzo de la liberalización de los sectores económicos, la reforma de
la Seguridad Social, incluida la sanidad, para asegurar la continuidad de
ese factor básico de cohesión social, y la reforma laboral para dinamizar
la creación de empleo y la estabilidad en el empleo.

Creemos, señor Presidente del Gobierno, señorías, que vale la pena el
esfuerzo. Ya saben ustedes que para nosotros Europa no sólo no es, como
parece defender quien me ha precedido en el uso de la palabra, la madre
de todos nuestros males; tampoco es Europa simplemente el mal menor de
los males posibles --hay quien dice que lo único peor que estar dentro de
la Unión Monetaria es quedarse fuera--, sino que Europa es, para nosotros
por lo menos, una gran oportunidad de formar parte de una región
económica del mundo que es capaz de crecer como la que más, pero que como
ninguna de ellas es capaz de crecer con justicia y con solidaridad.

Algunas habrá --Estados Unidos, Japón-- que quizá sean capaces de crecer
más que nosotros, pero nadie como Europa es capaz de repartir con
justicia, con solidaridad, esa riqueza, y eso hay que recordarlo
precisamente ante quien parece pretender que la construcción europea
significa una disminución de la Europa del bienestar. Al contrario, el
rigor en las variables económicas, el rigor en la política económica, es
la única garantía de la capacidad para mantener, para sostener, sin
disminuirlo, el Estado de bienestar. Por tanto, queremos, deseamos y
tenemos como objetivo formar parte, como una gran oportunidad, de esa
área del mundo que como la que más será capaz de crecer, es decir, de
progresar, pero que como ninguna en el mundo será capaz de repartir con
justicia, como ya hoy lo es, ese progreso, esa riqueza, de manera más
solidaria. Tendrá, señor Presidente del Gobierno, el soporte de nuestro
grupo parlamentario en todas las políticas que se implementen en esa
dirección.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Molins.

Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Anasagasti.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor Presidente, señorías, el balance del
Consejo Europeo de Dublín ha superado las expectativas que se ponían en
los días previos. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los Quince dieron
el viernes un importante paso adelante en la construcción europea al
cerrar el llamado pacto de estabilidad, que regulará el funcionamiento de
la moneda única. Aseguraron así las condiciones de firme disciplina
presupuestaria que exigirá, a partir del 1 de enero de 1999, a los países
que entren en el euro, presentado físicamente en la sociedad en la
capital irlandesa, y eliminaron con su acuerdo el riesgo posible de
turbulencias en los mercados monetarios. Pero sobre todo los dirigentes
de la Unión Europea lanzaron el inequívoco mensaje de que la Unión
Monetaria Europea es un hecho y que, por tanto, no hay estancamiento en
el lento proceso hacia la unidad política.

Como se suponía, el peso de Alemania ha resultado decisivo tanto en la
definición previa a la doctrina invariable del rigor fiscal, al que
deberán sujetarse los países del euro, como, en el momento de la verdad,
en mostrar una cierta flexibilidad a la hora de interpretar las
circunstancias excepcionales que eximirían de sanciones a quienes rebasen
el déficit máximo permitido. De esas dos nociones, disciplina de fondo y
margen de maniobra en casos extraordinarios de recesión, está hecho el
acuerdo. Esta filosofía de rigor va a obligar a algunos países, entre
ellos a España, a crear literalmente unos nuevos hábitos hacendísticos de
los que deberá estar ausente cualquier atisbo de las anteriores alegrías
presupuestarias, so pena de sufrir sanciones durísimas. En Dublín, pues,
se han logrado, además, otras definiciones de importancia, como el nuevo
mecanismo de cambios para las divisas que no accedan a la moneda única en
la primera fase y el estatuto jurídico del euro. No es poco cuando sólo
tres días antes de



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la cumbre la propia cumbre parecía abocada al fracaso.

Sin embargo, el impulso ha sido sensiblemente menor en lo que se refiere
al problema del empleo y a la Conferencia Intergubernamental para la
reforma del Tratado de Maastricht. La enmienda presentada por Kohl y
Chirac al texto propuesto por la presidencia irlandesa, admitida al final
como base de la discusión, no ha ayudado a avanzar con la misma fuerza,
aunque en lo tocante al espacio judicial y de seguridad el resultado es
satisfactorio para el Gobierno. Además de darse nuevos pasos en la
coordinación de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, se
ha conseguido que se atienda su fundada demanda de abolir internamente el
derecho de asilo, injustificado en una unión de Estados democráticos. La
posibilidad de que un ciudadano europeo solicite asilo político en otro
país de la Unión Europea, puede quedar excluida en el nuevo Tratado de la
Unión. Porque esta cumbre europea de Dublín, atendiendo a las demandas
del Gobierno que no eran nuevas tampoco, pero que se han empezado a
sustanciar en estas últimas cumbres, decidió lo siguiente: el desarrollo
de una propuesta importante para enmendar los tratados, a fin de
establecer como principio definido que ningún ciudadano de un Estado
miembro de la Unión podrá reclamar asilo en otro Estado miembro, tomando
en consideración los tratados internacionales. La inclusión de este
párrafo en las conclusiones del Consejo europeo y el mandato subsiguiente
fue acogido con satisfacción por usted, quien ya hace seis meses vaticinó
la desaparición a corto plazo del delito político en la Europa
comunitaria. El mandato de la cumbre fue interpretado por usted como un
paso más en la consecución de un espacio judicial europeo, al que nos
encaminamos decididamente.

Quiero decirle al señor Presidente que la consecución de un espacio
judicial fue uno de los puntos del Pacto de Madrid de 1987. El 5 de
noviembre de aquel año aprobamos un documento que, en su tercer punto,
decía lo siguiente: Trabajar conjuntamente en las instituciones europeas
con el objetivo de avanzar en la creación de un espacio judicial europeo
en la lucha contra el terrorismo y otras formas de la delincuencia
organizada. Nueve años después, se avanza decididamente hacia esta meta y
es justo reconocer sus esfuerzos cuando esta decisión de la cumbre
constituye un giro apreciable en las posiciones iniciales de la
presidencia irlandesa para con la reforma de Maastricht en este capítulo
específico.

También conviene apuntar que el impulso a Europol será complicado por el
freno británico, así como que conviene seguir muy decididamente avanzando
en superar la falta de sincronía entre el desarrollo de ese espacio
judicial europeo con el policial.

Y deseo ahora, señor Presidente, referirme a dos cuestiones concretas,
también tratadas en la cumbre. Junto al pacto de estabilidad, ustedes
aprobaron otras cuestiones, y aunque se dijera que Europa no puede
limitarse a un proyecto monetario, al asunto del empleo se dedicó mucho
espacio, aunque también muchas palabras.

El Gobierno español presentó seis programas de pactos territoriales de
empleo para zonas con mucho paro: bahía de Cádiz, cuencas mineras de
Palencia y León, de Asturias, Vallés Occidental y Ceuta y Melilla. Estas
zonas, junto a las otras elegidas por los otros Gobiernos, se
beneficiarán del apoyo económico de la Comisión, dedicada a la confección
técnica de los programas y de su impulso político como escaparates de
experiencias pilotos de creación de empleo. Nosotros estamos totalmente
de acuerdo con lo logrado, porque estas zonas lo necesitan. Pero,
asimismo, permítame, señor Presidente, recordarle que, durante la tregua
del IRA, se aprobaron una serie de ayudas a Irlanda del Norte porque la
conjunción paro-violencia es algo que no necesita demostración. Habida
cuenta de que en el Pacto de Ajuria Enea se dice claramente que la
gravedad de la situación de crisis que atraviesa la economía, con su
secuela de paro, especialmente entre los jóvenes, y de marginación de los
sectores menos favorecidos, que adquieren en nuestro caso un carácter
diferencial derivado de la especial naturaleza del tejido industrial y de
la perpetuación de un clima de violencia que dificulta la recuperación de
la economía a través de la inversión, refuerza nuestro empeño por lograr
una situación normalizada. Por eso, en aquella oportunidad se urgía a las
instituciones públicas a intensificar las medidas necesarias para superar
las graves consecuencias sociales de la crisis económica. Y no sigo,
porque esto ya es Pacto de Ajuria Enea, y la violencia en zonas muy
estudiadas del País Vasco, con altas tasas de paro juvenil, está más que
demostrado. Paro y violencia se dan la mano.

Por eso, señor Presidente, le pedimos un esfuerzo de implicación, un
esfuerzo de negociación y una apuesta también en la negociación de los
fondos estructurales en relación a ayudas económicas y de reconstrucción
del tejido social, cuyas negociaciones comienzan en breve, y ojalá que el
criterio de reparto sea también hacia las zonas con tasas elevadas de
paro y, sobre todo, de paro juvenil. Verá usted cómo trabajando en lo
económico y en lo social se lucha también contra ese azote de la
violencia que a todos nos preocupa, y volvemos a repetir que el
planteamiento que se ha hecho hacia las seis zonas nos parece adecuado y
correcto.

El otro asunto es la finalización de la guerra del fletán entre España y
Canadá. El pasado día 14 de diciembre, con ocasión del Consejo europeo,
la Unión Europea, España y Canadá acordaron efectuar una declaración
institucional que se adjuntaba al documento marco de relaciones
económicas y políticas. El texto de la declaración suscrito dice lo
siguiente: Ambas partes, Unión Europea y Canadá, manifiestan su intención
de trabajar conjunta y coordinadamente para evitar



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medidas que supongan embargos comerciales de carácter secundario. Es de
señalar que dicha declaración es un paso positivo, pero a nuestro juicio
es insuficiente, pues Canadá no se compromete a retirar su legislación
interna de pesquerías, que contiene efectos extraterritoriales.

Consideramos que el Gobierno debe seguir trabajando para evitar que se
apruebe la nueva ley de pesquerías canadiense y que se base en las
disposición de la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar,
de manera que se asegure la actividad pesquera española en aguas
internacionales. Es preciso indicar que Canadá, que es pionera en estas
cuestiones de aplicación extraterritorial de sus leyes, tiene por detrás
a otros países con intereses iguales a él (Argentina, Chile, Islas
Malvinas y Noruega) que también pueden afectar gravemente a intereses
pesqueros españoles. Es de recordar que la Unión Europea y Canadá
llegaron a un preacuerdo sobre el marco de cooperación económica y
política entre ambas partes. Por eso, la aprobación de este preacuerdo
está pendiente de su autorización por el Consejo de Ministros de Asuntos
Exteriores de la Unión Europea, y nosotros pensamos que las diversas
veces que esta cuestión se ha tratado a nivel comunitario --y es de
reconocer--, el Ministro de Asuntos Exteriores se ha opuesto
reiteradamente a la autorización del acuerdo mientras Canadá no hiciera
una declaración formal de suprimir la aplicación extraterritorial de la
legislación pesquera interna, lo cual suponía el bloqueo del preacuerdo
alcanzado. Seguramente el señor Matutes y el Gobierno español han estado
recibiendo muchas presiones de otros países comunitarios para que España
cambiara de posición. Pero también a nosotros nos consta que en un
momento dado se ha estado a punto de ceder, aunque también debo destacar
que la Ministra de Agricultura ha desempeñado en este asunto un papel
importante, sensibilizando sobre la trascendencia e importancia de
conseguir un compromiso formal de Canadá de no aplicar leyes internas con
carácter extraterritorial.

Finalmente señor Presidente, hemos de decir que nos parece muy bien que
la cumbre de Dublín haya aprobado una declaración sobre el proceso de paz
en Oriente Próximo, en el que expresó su apoyo especial al embajador de
la Unión, Miguel Angel Moratinos, y reiteró, según dice el comunicado, su
respaldo total al principio de paz a cambio de territorios y
autodeterminación para los palestinos. A nosotros nos gusta que al
término autodeterminación se le quite toda su carga minoritaria y
conflictiva y se le dé en un documento de la Comunidad el rango que
merece como solucionadora de problemas enquistados. Ojalá fuéramos
también tan valientes por estos pagos y no nos asustaran tanto las
palabras. (El señor Presidente ocupa la Presidencia.) Señor Presidente,
la cumbre de Dublín, como suele ocurrir, ha salvado la reunión, porque se
han logrado avances y compromisos, aunque los miedos inveterados de
siempre han impedido un avance sustancial para la reforma en profundidad
de Maastricht. Confiemos, pues, en la nueva presidencia, en que las
elecciones británicas no enturbien demasiado el proceso, porque nuestra
generación tiene la obligación de construir una Europa unida, porque, si
no lo hacemos, caeremos nuevamente en los viejos errores.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Anasagasti.

Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra el
señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, señorías, señor Presidente
del Gobierno, una vez más, y en nombre de mi grupo, Coalición Canaria,
subo para hacer nuestros comentarios y reflexiones que quiero que vayan,
como quiere mi grupo y el Gobierno de Canarias, en una línea de leal
colaboración, como no puede ser menos para quienes apoyamos un pacto de
investidura del señor Presidente.

El primer motivo de valoración es de satisfacción. Ha sido un Consejo
europeo normal, yo diría que por encima de la media, por alguno de los
puntos que se han tratado en él y que seguidamente voy a comentar.

Desde Canarias, como es natural, señor Presidente, Coalición Canaria
trata siempre en todos estos documentos de ámbito europeo de buscar dónde
nos encontramos, de sentirnos reconocidos. Esto es una cosa natural y
obvia, no porque estemos dentro de un sistema pluralista democrático,
sino por lo que usted conoce bien, que es el régimen específico que tiene
Canarias dentro de la Unión Europea, que se rige por un derecho
comunitario, dentro del marco general, por supuesto, pero distinto por su
propia especificidad.

Sin embargo, Coalición Canaria es solidaria en un discurso de
responsabilidad de Estado, y voy a comenzar por lo genérico. ¿Dónde se ve
Canarias reflejada, por ejemplo, en el aspecto que ustedes y los medios
de comunicación han valorado, fundamentalmente, en el pacto de
estabilidad y de crecimiento? Si vamos a entrar, dentro de la tercera
fase, en 1999 en la Unión Económica y Monetaria, Canarias le quiere
decir, en primer lugar, señor Presidente, que suscribe plenamente que se
entre en un mecanismo nuevo de tipos de cambio, el MTC 2. ¿Por qué digo
esto? Porque cuando nos ha sembrado la preocupación el dato que ha dado
el señor González en su intervención, haciendo una llamada de alerta a lo
que puede ocurrir dentro de la Organización Común de Mercados y dentro de
las negociaciones que se pueden introducir en hechos de suspicacia
diferencial con nuestros socios europeos, yo no creo que debamos caer en
esa tentación. Y la manera de no caer, señor Presidente, es precisamente
tener un nuevo mecanismo de tipos de cambio, porque el producto interior
bruto canario está formado fundamentalmente



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de dos componentes: el sector de la exportación del plátano, el sector
agrícola, con un 18 por ciento, y el sector turismo. Por tanto, a
Canarias le interesa, sobre todo, señor Presidente, que haya un nuevo
mecanismo de tipo de cambio, y la importancia que la Unión Europea le ha
dado a esto no es ajena a la alarma que puede haber sembrado la teoría
del señor Giscar d'Estaing, de hacer una modificación de los tipos de
cambio a la baja, para permitir recoger frutos con la exportación de
bienes de equipos y de servicio. Canarias no quiere caer en esa torpeza
de error, porque entiende que su mercado, el turismo, está abierto
fundamentalmente a ciudadanos de la Unión Europea.

Por tanto, por lo que se refiere a ese marco de estabilidad de unos tipos
de cambio, creemos que ha sido muy oportuna la referencia que ha hecho el
Consejo de Dublín, cuando al hablar de un marco de estabilidad,
recomendado por la reunión que el 13 de diciembre tuvo el Consejo de
Ministros de Economía y Finanzas, el Ecofin, hizo una advertencia, señor
Presidente, que yo quiero destacar aquí, porque ahí incluimos la defensa
de los intereses canarios que hay en su balanza de pagos comercial con el
sector turismo y el sector del plátano, y es que recomienda Dublín que
todos los Estados miembros tienen intereses y obligaciones comunes en el
ámbito monetario, y que es una cuestión de Estado y de cada Estado
miembro que haya una política de tipos de cambio como una cuestión de
interés común.

Esto es lo que puede neutralizar la amenaza que ha puesto de manifiesto
el señor González que les puede ocurrir a ustedes en las negociaciones.

Nosotros no tenemos por qué tener desconfianza de nuestros socios
europeos, pero tampoco tenemos que ser unos ingenuos. Esto vaya por
delante de cuestiones que diré posteriormente. Por tanto, nosotros
apoyamos que haya un nuevo mecanismo de tipos de cambio, el 2, con la
entrada en vigor que se ha propuesto.

Se trata, señor Presidente --y contesto a unas insinuaciones que se han
hecho de buscar un modelo de pacto de estabilidad--, como usted bien ha
dicho, de pacto de estabilidad y de crecimiento, porque no podemos
garantizar el crecimiento ni del empleo ni del producto interior bruto si
no hay un pacto de estabilidad en el que estén insertos, también, los
tipos de mecanismo de cambio. Esto es fundamental. Crecimiento porque,
señor Presidente, sin crecimiento y sin un mecanismo de estabilidad no
podremos estabilizar los precios. A Canarias, y aquí se siente reconocida
--como a Baleares y como a cualquier zona turística española--, le
interesa muchísimo la estabilidad de los precios. Digo más, la
estabilidad de los precios en la oferta de los servicios turísticos es
fundamental. Se equivocan los que crean que con una teoría tipo Giscard
d'Estaing vamos a tener más turistas bajando los precios, porque nuestros
turistas son europeos, y si nos van a pagar en euros dentro de unos años,
estaremos dando estabilidad. Esto es muy importante y hemos visto con
preocupación --tal vez académica-- que no se ha resaltado bastante.

Quiero resaltarlo aquí y decir al Presidente del Gobierno que se apunte
al triunfo y al mérito. Esto es fundamental incluso para estas economías
de bienes y servicios que tiene Canarias en estos momentos. Una
estabilidad de precios, que va a evitar unos tipos de cambio inestables,
es lo que nos va a permitir también tener empleo. Es fundamental que se
entienda así.

Por todo ello, señor Presidente, el Gobierno de Canarias le ha planteado
entre sus compromisos, que se están cumpliendo, la financiación del plan
integral de empleo canario. ¡Claro que una comunidad autónoma que se
embarca en un plan de empleo no tiene por qué discutirle al Estado
central los medios de los instrumentos económicos! Nosotros utilizamos
ese instrumento económico del Estado, de la Unión Europea en este caso,
para aplicarlo en la normativa que se dé para la generación de empleo, de
acuerdo con las circunstancias de los productos con que una comunidad
autónoma genera su producto interior bruto. De aquí que estemos
plenamente conformes y estimamos, señor Presidente, la aportación que
usted ha hecho y le estimulamos a seguir en la misma línea.

Paso al tema de la Conferencia Intergubernamental. Aquí, señor
Presidente, tengo que recoger con satisfacción palabras que hemos
pronunciado en conjunto los cuatro compañeros de nuestro grupo
parlamentario, que se suman a las del Presidente del Gobierno autónomo de
Canarias, don Manuel Hermoso, con el apoyo también de su partido,
expresando la felicitación por encontrarse perfectamente identificados
con los compromisos que usted ha mantenido en este tema, y que le
animamos a seguirlos en la andadura del próximo consejo de Amsterdam, a
ver si ahí termina de resolverse la cuestión; en el peor de los casos,
que vayamos en el otoño a Luxemburgo. Pero desearíamos también, como es
espíritu del documento de Dublín, que esto se pueda cerrar.

¿Por qué decimos esto y por qué nosotros queremos poner énfasis y
coparticipar con usted, señor Presidente, en esta política de estímulo?
Son incontables, como usted y su Ministro de Asuntos Exteriores saben,
los contactos y reuniones con compañeros de mi grupo, con José Carlos
Mauricio, con el Presidente Hermoso, otros consejeros del Gobierno de
Canarias y conmigo, sobre este tema. Quiero resaltar un hecho para que
usted, señor Presidente, lo tenga en su agenda estratégica, porque es
política que se nos ha expuesto, por activa y por pasiva, por su Ministro
de Asuntos Exteriores, señor Matutes, aquí presente, y por el Secretario
de Estado de Política Exterior y para los Asuntos de la Unión Europea,
porque queremos hacer un público reconocimiento de la sintonía que
tenemos. Cuando se ha planteado el tema del estatuto permanente de
Canarias, discutimos con el señor Secretario de Estado



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de Política Exterior y para los asuntos de la Unión Europea el documento
que habían presentado Francia y Portugal. Nos ha congratulado (lo vuelvo
a decir aquí en reconocimiento del criterio que ha establecido el señor
Ministro de Asuntos Exteriores con su Secretario de Estado) oír que hay
que salirse del planteamiento que está haciendo Francia, que trata
sencillamente de llevar la regla de votación a definir, y algo, señor
Presidente, en que no podemos caer, que ha advertido inteligentemente el
Secretario de Estado, y es evitar que se trate, con la propuesta
francesa, de escamotear un protocolo, que tiene que ir anexo al artículo,
y que, al mismo tiempo, Francia haga un planteamiento de llevar al nivel
económico medio y social de la Unión Europea estos territorios
ultraperiféricos, porque aunque los archipiélagos de Canarias, de
Madeira, de Azores, y los territorios franceses de ultramar alcancen la
media que hay en el nivel económico y social de la Unión Europea, hay un
hecho importantísimo para esta política, señor Presidente, que seguirán
siendo ultraperiféricos, y todas las limitaciones de costes de
transporte, etcétera, seguirán siendo permanentes. La distancia de esos
ciudadanos a la capital de la nación seguirá siendo la misma, y los
costes seguirán siendo los mismos.

Por tanto, ni entrar en la dinámica francesa para el protocolo que se
haga en la próxima cumbre, ni meternos en procedimientos que estaban ya
contemplados en el artículo 189 b), que invoca Portugal, a nuestro
juicio, y coincidiendo con su Ministro de Asuntos Exteriores,
equivocadamente. Por ello le insistimos, señor Presidente, en rematar
este tema.

Quisiéramos felicitarle a usted y a su Gobierno por lo conseguido con
respecto al reconocimiento en el documento que ha preparado Irlanda y que
ustedes han aprobado como borrador para la Conferencia
Intergubernamental, y que el tema del estatuto permanente de Canarias
merezca en el próximo semestre, en la próxima reunión, cuando lo veamos
ya recogido plenamente en el nuevo texto de la Conferencia
Intergubernamental, en el nuevo Maastricht, o en el nuevo Amsterdam, como
le quieran llamar --por quitarnos esta palabra de Maastricht que a veces
nos viene lastrando con algún sentido peyorativo--, que hagamos ese nuevo
tratado con este pleno reconocimiento. Ahí va a tener usted todo nuestro
apoyo y nuestra insistencia en seguir manteniendo esta línea de actuación
que nos parece inteligente e imprescindible para llevar a Canarias,
dentro del marco español y de la Unión Europea, a los designios que así
hemos acordado.

Por tanto, alerta permanente --sabemos que en esto se está-- y que ese
protocolo recoja, frente a teorías francesas o portuguesas, que creo que
pueden ser reconducidas (y me parece además acertado en el logro que
usted ha obtenido en el tema de no reconocimiento del asilo político para
terroristas en Europa, en el que queremos sumar también nuestro apoyo y
felicitación), esa corresponsabilidad que ha adquirido Francia al apoyar
la propuesta española sea también en el tema del estatuto permanente una
cooperación reforzada, porque aquí están obligados a tener una
cooperación reforzada, frente a los otros miembros de la Unión Europea,
no solamente España, sino Francia y Portugal, por supuesto, porque el
documento es tripartito, y esta política tiene que ser muy asumida por
Francia, sin perturbar nuestras relaciones.

En lo anecdótico, señor Presidente, y dado que a su Ministro de Asuntos
Exteriores y a este Diputado nos han quitado del mapa la patria chica, yo
espero que el señor Matutes sea un socio muy entusiasta con Coalición
Canaria para recuperarla en el mapa --y así me lo habían pedido mis
compañeros de grupo--. Podemos tener el apoyo de Portugal, porque también
a Azores veo que le han pasado la goma. El diseñador austríaco, señor
Kaliena, se puede haber llevado un premio del Instituto Monetario
Europeo, pero desde luego no se lleva el nuestro hasta que no rectifique
y nos veamos reconocidos también en el mapa, porque a usted, señor
Presidente del Gobierno y del Estado autonómico, le han borrado del mapa
dos autonomías, no es que solamente le hayan borrado unas islas, es que
le han borrado dos autonomías ni más ni menos que de carácter insular: la
mediterránea balear y la atlántica canaria.

Esto, señor Presidente, a manera de anécdota, es nada más que la parte de
satisfacción de vernos reconocidos en la política que nosotros queremos
que se consolide.

Termino, señor Presidente, con la referencia que se ha hecho al tema de
Cuba, a nuestras relaciones exteriores, como lo ha tocado la conferencia.

Pero sí quiero decirle que, no solamente por lo que decía el señor
González que se ha hecho en anteriores sesiones del Consejo de la Unión
Europea, sino porque aquí tenía una lectura especial, y la tiene. Esa
lectura no existía en las anteriores circunstancias. Entre esas lecturas
y la que usted ha traído aquí le quiero agradecer, señor Presidente, la
sensibilidad y la prudencia con que usted la ha tratado, y pedirle que
sus servicios diplomáticos la traten también con prudencia y con
inteligencia.

En los reiterados debates que hemos tenido con su Ministro de Asuntos
Exteriores creemos que se ha establecido una sintonía en el sentido de la
responsabilidad de Estado y de inteligencia, por una cuestión: porque hay
un documento nuevo, que es la posición común de la Unión Europea. Usted
ha resaltado bien, porque lo ha recogido el acta de Dublín, que se ha
pedido que si el Gobierno de Cuba cumple una serie de condiciones (de
Estado democrático, de libertades, de derechos humanos), será posible la
negociación de un acuerdo de cooperación. Esto en lenguaje diplomático en
la Unión Europea quiere decir que hay alguien que ya está escribiendo
borradores de un acuerdo de cooperación. Si alguien lo tiene que
escribir, la iniciativa



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tiene que ser española y para que se lleve adelante un acuerdo de
cooperación, es fundamental que España mueva su pieza preferente, que es
tener en este momento un embajador en La Habana, para que no nos coja en
un vacío diplomático la posible negociación de otros socios que lo puedan
llevar allí.

Termino, señor Presidente, con esta felicitación, pero también con la
advertencia, que nos había dejado preocupados, sobre una posible
manipulación de la OCM del plátano en Canarias. Mantengamos la
integridad. En la maniobras de enmiendas que ha habido en estos días en
el Parlamento Europeo, al menos el Comisario de la Agricultura, señor
Fischler, ha estado claro y contundente. Ha dicho que con la actual OCM
del plátano no se puede hacer una modificación de contingentes del
plátano del área del Caribe. Que no vengan aquí los norteamericanos a
hacer un cambio de cromos por la ley Helms-Burton, porque a ellos este
asunto, aunque sus multinacionales del plátano lo quieran hacer, no les
tiene que afectar, y lo que sería verdaderamente impresentable es que los
norteamericanos, por vía del chantaje, trataran de buscarse unos socios,
dentro de la Unión Europea, que no correspondieran a la fidelidad de la
que el Gobierno español que usted preside viene haciendo gala.

Mantenimiento, por tanto, de estos acuerdos internacionales, que no tiene
nada que ver una cosa con la otra. Que los Estados Unidos cumplan los
compromisos internacionales que se le vienen haciendo con respecto a la
ley Helms Burton y que dejen la OCM del plátano canario tranquilo, porque
eso es lo que esperamos en Coalición Canaria, el Gobierno de Canarias, la
opinión pública canaria, nuestros legítimos intereses de canarios y de
españoles, y que en las manos del señor Presidente ponemos con entera
confianza.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra,
en primer lugar, el señor Rodríguez.




El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Gracias, señor Presidente.

Señoras Diputadas, señores Diputados, intentaré, en nombre del Bloque
Nacionalista Galego, fijar la posición respecto de la reunión de Dublín,
de la posición del Gobierno español, más concretamente, y los resultados
obtenidos. Seguiré para eso el mismo orden expositivo que realizó el
señor Presidente del Gobierno.

En primer lugar, para el Bloque Nacionalista Galego está claro, y no
podía ser menos, que se continúa una línea económica basada en el
criterio de que existe una Euménide sagrada, que es el mercado. Si el
mercado está satisfecho, nosotros también. Es más, la prensa periódica
por aquellos días informaba que, después del fragor de la batalla, o en
los momentos más culminantes entre las tesis encontradas, el señor
Ministro de Finanzas de Irlanda ponía en entredicho a los combatientes
diciendo que la bicha del mercado podía pasar la factura. Inmediatamente,
según la información, se llegó a un acuerdo.

Por lo tanto, señorías, es innegable --los medios de información que son
pro Maastricht lo afirman-- que estamos ante un deus ex machina que no
puede ser discutido. Este deus ex machina acaba de dar un nuevo paso para
lograr lo que ellos llaman el mercado único y la Unión Monetaria.

Viene siendo frecuente en este hemiciclo la tesis, defendida por el
Bloque Nacionalista Galego, de que las convergencias formales en economía
para realidades divergentes no suelen dar buenos resultados. Y hoy hay
criterios también de cronistas, parlamentarios o no, que dicen que es
evidente que no se puede comparar formalmente Alemania con el Estado
español porque habría que tener en cuenta no solamente la inflación o no
solamente el déficit público, sino también el producto interior bruto, el
paro de cada uno de los Estados, cómo es la balanza comercial y, por
supuesto, habría que tener también en cuenta el grado de vertebración y
cohesión institucional y social de cada uno de los Estados, que yo creo
que es un factor fundamental y que los gobernantes españoles me imagino
que detectarán cuando van a estas reuniones de carácter internacional.

En segundo lugar, se va a apostar un paso más en la política monetarista
por el euro, el núcleo duro de los países que accederán a él, y por unas
relaciones cambiarias y una disciplina presupuestaria para los que queden
fuera. Y se está dispuesto a aceptar sanciones incluso en caso de que no
se cumplan determinados criterios, básicamente aquel que hace referencia
al déficit público.

Llama la atención que los Estados europeos que puedan quedar fuera sean
capaces de aceptar sanciones y multas y no aceptar, sin embargo, una
política económica que camine, incluso con déficit público, durante
muchos años si eso es necesario para el lanzamiento real de la economía
productiva.

Es notorio --y creo que nuestros representantes políticos deben notarlo
en esas reuniones-- que el peso de las decisiones de los responsables de
la política monetaria y, en concreto, de los burócratas bancarios del
Banco Central Europeo y del sistema de bancos europeos, tiene un papel
determinante que va a alcanzar un paso más después de lo que se propone
en cuanto a las reformas de carácter monetario. El papel de la Comisión
es larvado y el papel, por supuesto, de las instituciones democráticas de
tipo parlamentario mucho más.

En definitiva, al Bloque Nacionalista Galego le gustaría escuchar del
Gobierno español cómo va a afectar a la economía productiva al paro, cómo
va a afectar, en definitiva, a la concentración oligopólica del poder y
de las grandes transnacionales o de la pequeña y mediana



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empresa el hecho de que vaya a haber una moneda única, si entramos en el
área dura del euro, o cómo va a afectar en el caso en que quedemos entre
los países sometidos a disciplina presupuestaria. Pero queremos saber
cómo va a afectar no solamente a la deuda o a los tipos de interés, sino
a los otros aspectos de los que nunca se habla.

Resumiendo este primer apartado, desde la perspectiva del Bloque
Nacionalista Galego diríamos que se da un golpe más de corsé contra las
finanzas públicas, contra el papel del Estado en la economía y un paso
más para la liberalización de capitales precisamente para que puedan
campear, sin cortapisas de ninguna clase, por todo el espacio económico
de la Unión Europea.

Y esto que es pragmático en el documento de Dublín, contrasta con la
parte del documento que ya se llama a sí misma declaración sobre el
empleo, que es una pura retórica y que, además, vuelve a reincidir,
efectivamente, en el papel prioritario de los Estados en este aspecto.

Pero curiosamente toda la terminología que emplea va por un camino
anglosajón y casi norteamericano. Hablar de flexibilización del mercado,
más todavía, decir que el problema es la preparación de la gente, de las
nuevas tecnologías o de una tautología como que el mercado del trabajo
debe estar abierto al empleo. Parece que aquí todo es irresponsable, es
anónimo y que no hay unos sujetos económicos, por muy concentrado que
tengan el poder, que son los que actúan con sus peones en una dirección u
otra. O cuando se habla de movilidad, solamente movilidad funcional de
los cargos que se desempeñan, o también movilidad territorial, el modelo
de Estados Unidos moviendo a 700.000 personas en cuatro o cinco años de
un Estado para otro, ¿es el modelo que queremos para la Unión Europea?
¿Puede resistir ese modelo una Unión Europea diversa cultural, social y
psicológicamente, no con la homogeneidad artificial y superestructural de
los Estados Unidos?
Señorías, nosotros pensamos que aquí se está diciendo una especie de
jaculatoria de buenas intenciones y de muy pocas realidades prácticas. Y,
hablando de las experiencias piloto --por lo que yo vi, no figuran en el
texto entregado, pero la prensa sí habló de los pactos territoriales de
empleo--, imagínense ustedes lo que significaría para el Estado español
que en los debates de Maastricht se replantease la cuota de mercado que
tiene el Estado español en construcción naval. Eso haría más por la
capacidad productiva de la bahía de Cádiz y, por supuesto, de la ría de
Ferrol, que 50.000 planes territoriales en plan de entrega de limosnas
para ver si hay alguien que quiere invertirlas en una economía más o
menos de servicios o en tecnología de carácter punta; o discutir el
problema de la cuota láctea cuando venga la modificación del Tratado.

Esto sería muchísimo más conveniente para la economía española que ningún
tipo de plan piloto.

En cuanto al tercer aspecto, las reformas de los tratados, en la
dialéctica entre la postura irlandesa y la franco-alemana, queremos decir
al señor Presidente del Gobierno que estamos un poco preocupados porque
el trípode libertad, justicia y seguridad se está inclinando
excesivamente, ya que hay una obsesión por el último término: la
seguridad. Está bien la Europol; no está tan bien, y de alguna manera
creo que aparece matizado, que se inviabilice de forma absoluta el
derecho de asilo dentro de la Unión Europea o que se vincule todo tipo de
terrorismo con el crimen organizado --y digo esto desde una perspectiva
de condena total de los movimientos terroristas--, olvidando alegremente
que hay un cierto origen político en muchos movimientos terroristas,
tanto del interior como del exterior.

Nos gustaría saber por qué la Unión Europea no tiene menos tabúes a la
hora de hablar de conflictos internos: el conflicto del Ulster, el
conflicto de Euskadi o el conflicto de Córcega, desde una posición de
clara defensa del Estado democrático, incluso de clara defensa de los
derechos humanos y de clara defensa de la soberanía de los Estados
constituidos. Llama la atención que pontifiquen sobre cuestiones externas
a la Unión Europea y, sin embargo, parece que estos temas, por lo menos
de cara a la opinión pública, son perfectamente tabúes.

En definitiva, señorías, pensamos que la reforma institucional no se nos
puede hurtar a los parlamentos de los Estados. No es indiferente el voto
ponderado o el voto por unanimidad, no es indiferente que vayan a decidir
cuál va a ser el papel de este Congreso de los Diputados o el papel de
los parlamentos autonómicos al margen de nuestras propias decisiones y de
nuestros propios criterios, como tampoco pensamos que es de recibo que se
hable de regiones ultraperiféricas, como, por ejemplo, las que están
situadas en áreas geográficas que no son precisamente Canarias o las
Azores, que son ex colonias duras y puras de Francia en zonas que no son
de influencia europea.

Para terminar señorías, señor Presidente del Gobierno, está bien que la
Unión Europea hable de derechos humanos y de pluralismo democrático, pero
a la hora de referirse a estos problemas a escala mundial, en Europa, en
América Latina y en Asia, tengo que decir que hay cosas que, si no fueran
para llorar, serían irónicas. Realmente, me parece que no se puede hablar
de que se saluda el proceso democrático y de los derechos humanos en
Rusia. Yo sólo le puedo hablar por lo que aparece en los medios
informativos occidentales, pero parece que hay bandas criminales,
terrorismo, narcotráfico. Es cierto que ahora hay libertades democráticas
que antes no había, pero en los derechos humanos, entendidos en cuanto a
la integridad de las personas, ha habido un retroceso; ha habido un
retroceso en cuanto al derecho a poder trabajar y poder comer, así como
respecto a la garantía de tener un nivel de vida



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mínimo. Estos son datos objetivos que convendría que la Unión Europea
matizase más. Y lo mismo digo respecto al guante blanco con Turquía y,
además, en referencia solamente al caso de Chipre, porque afecta también
a Grecia. Ni una palabra sobre el pueblo kurdo o el caso de Timor-Leste,
que no se cita ni una sola vez a Indonesia. Es curioso. Yo creo que
habría que tener un espíritu algo más crítico. Igual que se atreven a
citar a Cuba por su nombre.

En definitiva, señorías, nosotros pensamos que este proceso de la Europa
de Maastricht no está provocando prosperidad económica, cosa que es
contrastable, ni buena voluntad entre los pueblos que constituimos Europa
en su conjunto. Se está haciendo esta unión economicista o monetaria a
expensas o a espaldas de la opinión pública, en un clima de escepticismo
brutal. Lo peor que nos puede pasar es que asuma la Europa de Maastricht
como fatalidad porque lo peor que hay en política es que los gobernantes
actúen entusiásticamente cuando están sometidos a la fatalidad y nos
quieran hacer creer a toda la opinión pública que estamos en el mejor de
los mundos posibles.

Afortunadamente, la opinión pública gallega, mayoritariamente, es
abiertamente crítica con la Europa de Maastricht, y no por criterios
europeístas sino por criterios económicos de base: el derecho a poder
trabajar y a poder producir.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Rodríguez.

Tiene la palabra la señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Presidente del Gobierno, señorías, voy a tratar de hacer brevemente
una serie de reflexiones, quizá a veces inconexas porque el tiempo no
permite hacer un discurso terriblemente ligado, entre comillas, pero con
la pretensión de que se me entienda cuáles son los problemas claves, o
los problemas y las reflexiones que esta Diputada desprende de lo que ha
sido el Consejo Europeo, o lo que se llama Dublín 2.

En primer lugar, efectivamente ha sido un Consejo yo creo que muy denso,
con muchas materias, y quizás los resultados no han sido en todas las
materias exactamente iguales. No comparto, como decía el Presidente,
señor Bruton --no el Presidente del Gobierno--, la efusividad o el éxito
del Consejo europeo cuando hablaba de: hemos conseguido cuatro éxitos
importantes, calles más seguras, moneda más sana, empleos asegurados y
búsqueda de la paz. Así lo señalaba el señor Bruton al día siguiente, y
creo que no ha sido el éxito igual en todo.

Efectivamente entiendo que ha habido un avance significativo en la Unión
Económica y Monetaria, avance por tres razones. En primer lugar, porque
ha habido un lanzamiento o un impulso a algo que estaba o parecía estaba
paralizado. En segundo lugar una cuestión clave, que es el hecho de que
las sanciones no se apliquen automáticamente --y no me extiendo más
porque otros oradores lo han hecho-- con lo cual se tengan en cuenta no
solamente los criterios numéricos sino otra serie de razones y de
criterios que afecten a los distintos Estados, al objeto de que realmente
esas sanciones no supongan un desequilibrio o un agravamiento de las
circunstancias en un Estado miembro. En tercer lugar, creo que ha habido
una cuestión clave, y es el hecho que la Unión Económica y Monetaria
tiene una visualización respecto de los ciudadanos. La famosa campaña que
promulgó o inició la Comisión con el acuerdo del Consejo de que esa cara
de la Unión Económica y Monetaria la vieran los ciudadanos se ha visto
plasmada con el lanzamiento del euro, con el lanzamiento físicamente del
soporte de lo que va a ser la moneda europea.

Pero yo diría que puede haber un cierto éxito en este tema, pero me
preocupa que no haya habido un equilibrio de éxitos. Me explico. El hecho
de que en la Unión Económica Monetaria se vaya avanzando a duras penas
implica que efectivamente vamos hacia una construcción europea, pero
quizás no sea la construcción europea que más desearíamos. Somos
realistas, desearíamos que todo avanzara por igual, pero somos realistas
en el planteamiento o en la idea de que probablemente la realidad hace
que la Unión Económica y Monetaria tenga que avanzar o vaya a avanzar más
para que lleve consigo o de alguna manera tire de la unión política. Pero
aquí vemos un problema y vemos el desequilibrio, y es el hecho de que
Unión Económica y Monetaria avanza, pero no avanza la construcción
política europea de la misma manera, entendida esa construcción política
quizá no en la definición más ortodoxa, pero sí en el compendio de todo
aquello que no es la Unión Económica y Monetaria. Y eso nos preocupa, nos
preocupa que no avance de la misma manera porque eso significaría que no
avanzar en esa construcción política afectaría a las reglas de
funcionamiento de toda nuestra vida, a las reglas de funcionamiento
institucional y a las reglas de funcionamiento político, judicial y de
otro orden. Esa es mi primera reflexión.

La segunda reflexión sería respecto al famoso tema del espacio judicial,
el espacio policial o garantizar que Europa sea un espacio de libertades,
seguridad y justicia. Creo que es muy acertada esa definición, pero no sé
si estoy del todo de acuerdo en que realmente haya un equilibrio entre
esos tres principios. Estamos de acuerdo en que Europa tiene que ser una
zona segura. Efectivamente, nadie lo va a dudar y desde el punto de vista
de esta Diputada nadie lo va a poner en duda. Seguridad, respecto a
luchas, a delincuencia organizada, respecto al tema de no amparar un
asilo cuando no es de recibo, entre comillas respecto al tema de la
droga, respecto de muchos temas. No obstante,



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creemos que aquí tiene que haber un equilibrio. Si se van a comunitarizar
determinadas políticas que están en este momento en el tercer pilar, si
se va a hacer así, creemos que también habría que comunitarizar el
control jurisdiccional de esas cuestiones por parte del Tribunal de
Justicia, el control político por parte del Parlamento Europeo. Creemos
que es una cuestión importante que hoy por hoy no se está discutiendo,
como el tema de la Europol, el asunto del asilo y otra serie de
cuestiones de seguridad ciudadana.

Todos los jefes de Estado y, en concreto, el señor Kohl, a modo de
ejemplo --no quiero citar al señor Presidente del Gobierno-- decía que el
futuro tiene que ser la seguridad ciudadana, una frase que difícilmente
hubiéramos podido escuchar hace apenas unos años. Como decía el
Parlamento Europeo en su resolución dos días antes del Consejo Europeo,
creemos que hay que hacer el equilibrio entre las tres cuestiones:
seguridad, correcto, adelante, pero también tenemos que hacer un
equilibrio entre las libertades y la justicia. En ese sentido pedimos que
se avance a la hora de revisar los tratados en que la comunitarización de
esas políticas también lleve consigo ese control del Tribunal de Justicia
y ese control político y democrático del Parlamento Europeo.

Nos preocupa también el famoso tema de los derechos humanos en cuanto que
hoy por hoy todavía no tenemos una adhesión a un convenio europeo de
derechos humanos. Entendemos que habría que hacer algo rápido. Pensamos
que cualquier individuo tenía que tener la posibilidad de recurrir al
Tribunal de Justicia en caso de violación de los derechos humanos. Ese
sería el real equilibrio para que esta tierra europea fuera de
libertades, de seguridad y de justicia.

Mi tercera reflexión hace referencia al empleo. Creemos que el empleo
--no digo que no haya sido suficientemente debatido porque sí se ha
debatido en muchas ocasiones a lo largo de los últimos años-- no aparece
todavía como una de las claves de las políticas europeas. Pensamos que
esto es un grave problema. Acogemos con satisfacción la declaración de
Dublín. Creemos que es bueno que se estudien cuáles pueden ser las
repercusiones de las políticas fiscales; cuáles pueden ser las
repercusiones de los sistemas de protección social; que se centre
claramente cuáles tienen que ser las políticas respecto del empleo. Sin
embargo, entendemos que en la revisión de los tratados tiene que aparecer
esa inclusión de la política de empleo. En ese sentido aprobamos que el
texto de la presidencia irlandesa recogiera ese nuevo título sobre el
empleo tendente a crear una estrategia común. No obstante, y tal y como
lo señalaba el Parlamento Europeo, acogemos esto con satisfacción pero
creemos que va a dar muchos problemas. Es significativo que el señor Kohl
en la declaración que hizo después del Consejo Europeo dijera: ¡Ojo!,
depende de lo que aparezca en ese título sobre el empleo. Eso nos
preocupa y queremos hacer llegar esta preocupación al Presidente del
Gobierno, no sea que al final no aparezca nada sobre el empleo. Sólo si
aparece en los tratados un titulo clave entenderemos que habrá una
preocupación sobre el empleo.

Obviamente también nos gustaría que se incluyera en ese tratado el
protocolo social y determinadas medidas para luchar contra la exclusión
social.




El señor PRESIDENTE: Señora Lasagabaster, vaya concluyendo.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Sí, señor Presidente, ahora termino.

Por último, entendemos que la revisión de los tratados, además de lo que
se ha dicho de la reforma institucional, tendría que comprender no sólo
la reforma de la Comisión sino también los procedimientos de decisión del
Parlamento Europeo que creo es muy importante --habría que
simplificarlos--. Habría que recoger otras cuestiones como la reforma de
la participación de las comunidades autónomas o de los länder en el
proceso de decisión europeo y cómo no, temas de ciudadanía europea. Por
ejemplo, simplificación de los tratados; no podemos seguir con unos
tratados que son terriblemente complejos. Por ejemplo, transparencia: no
nos olvidemos de que el señor Sodermann, Defensor del Pueblo de la Unión
Europea, ha considerado que la legislación europea no es transparente,
que los procedimientos europeos no son transparentes. Necesitamos tener
unos tratados que sean simples y concretos, que el ciudadano atienda,
conozca y sepa lo que dicen, conozca dónde se pueden dirigir en caso de
que realmente se violen sus derechos y que todo ello se haga en el plazo
de tiempo más corto.

Creemos que es importante y en ese sentido solicitamos --aunque ya
sabemos que en las revisiones es al final cuando aparece todo de
repente-- que no se deje para el final lo que haya que avanzar.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Lasagabaster.

Señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señor Presidente, señorías, señor Presidente
del Gobierno, a estas alturas del debate y con las prisas navideñas creo
que muchas cosas ya están dichas. Voy a intentar ser breve, porque creo
que todo ha quedado muy claro con sus explicaciones y con la intervención
del resto de los grupos, a pesar de que discrepo profundamente con la
opinión manifestada por el portavoz del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

A pesar de que por las expectativas parecía que ésta iba a ser una cumbre
en blanco, afortunadamente este Consejo Europeo ha significado la toma de
unas decisiones significativas e importantes, de lo que nos alegramos



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por la parte que nos corresponde, que es como mínimo una parte alícuota
de los quince miembros. Creo que nuestro Gobierno ha hecho una buena
labor, que hay que reconocer, por lo que vaya por delante este
reconocimiento.

Ha habido significativos avances, pero con diversos grados de intensidad
en los mismos. Como se ha puesto de manifiesto por algún portavoz, en
algunos temas mucha satisfacción y mucho avance, pero en otros menos
avance e incluso ralentización.

Respecto a la Unión Económica y Monetaria creo que ha habido un
importante impulso y que la Unión Europea despeja el camino hacia esa
Unión Monetaria, lo que es muy importante. En este impulso a la Unión
Económica y Monetaria, de cara al 1 de enero de 1999, de inicio de la
tercera fase, creo que es importante la flexibilidad que contiene el
pacto de estabilidad; creo que los intereses españoles han quedado bien
salvaguardados y que ese binomio de estabilidad económica compatible con
el crecimiento económico ha sido el equilibrio que se ha conseguido y que
para los intereses españoles es positivo. Está la disciplina
presupuestaria, el avance hacia la moneda única que nos permite hablar ya
del euro casi como una realidad, a expensas de lo que ocurra en relación
con Canarias en la propia moneda, y tenemos la anécdota que ha planteado
el portavoz de Coalición Canaria. Sin embargo, donde no ha habido un
avance con tanta intensidad --y se ha puesto de manifiesto-- es en la
cuestión del empleo, en la lucha contra el desempleo, sobre las bases que
se sentaron en Essen. Esa acción en favor del empleo, ese pacto de
confianza del que se hablaba en los documentos que se nos han entregado,
ese crecimiento sostenido que crea empleo, creo que es la asignatura
pendiente, que es culpa de todos los países miembros y que nadie está
contento por los pocos avances o el escaso impulso que se da en esa
materia; es un avance ralentizado.

Considero que la declaración de Dublín tiene buenas intenciones pero
pensamos que el empleo, como manifestó algún país miembro, debería ser un
criterio más y debería abordarse con la misma intensidad que el resto de
los criterios y de los temas en que se ha avanzado, como el monetario, el
económico, el judicial y el de interior. Sí es verdad que hay algunos
consejos de apoyo a la reforma de los sistemas fiscales, al tema de las
políticas favorecedoras del empleo en cuanto a pymes, en España. Tengo
que aprovechar la ocasión para reconocer que esta rebaja de cinco puntos
del tipo del Impuesto sobre Sociedades a las pymes es una buena noticia,
de la que nos congratulamos, en particular en una comunidad como la
valenciana donde el peso de las pymes en el entramado económico es muy
importante y va a significar mucho en cuanto a la mejora de nuestras
empresas.

Creo que se ha dado un impulso importante en la reforma de los tratados y
esperemos que en Amsterdam, en junio de 1997, se acaben los trabajos y
podamos conseguir un tratado de la Unión Europea que tenga todos los
condicionantes, que tenga todos los elementos para fortalecer esa unión
política, económica y monetaria y sea la Unión Europea una realidad en
todas sus facetas, sobre todo en la de acercar Europa a los ciudadanos.

Uno de los temas que esperábamos que se tratara en esta cumbre creo que
ha pasado un poco desapercibido, a pesar de que la Comisión Europea ha
dado un toque de atención a la República Francesa, y es que uno de los
pilares básicos de la Unión Europea, la libre circulación de mercancías,
fue vilipendiado a finales de noviembre en el país vecino, al que creo
que se le tenían que haber apretado las tuercas, para que una huelga --y
somos respetuosos con el derecho a la huelga-- no pudiera obstaculizar y
colapsar lo que es el tránsito de mercancías por Francia, porque ha sido
una quiebra rotunda de ese principio de la libre circulación de
mercancías. Pensamos que en esa cumbre se tenía que haber pegado un tirón
de orejas a la República Francesa, además de exigir el pago de las
indemnizaciones por los daños y perjuicios ocasionados a todos los países
de la Unión Europea y limítrofes de la Unión Europea.

Creo que se ha avanzado mucho en materia de justicia e interior, es
positivo. En materia de asilo no hace falta que redunde en lo que ya se
ha comentado por parte de algunos parlamentarios que me han precedido en
el uso de la palabra. En la lucha contra la droga, el fomento de esa
acción común en la lucha contra la droga, el terrorismo, el racismo, la
xenofobia, la explotación sexual de niños y niñas como ha ocurrido
desgraciadamente en los últimos años en diversos países de la Unión
Europea, España, Bélgica, etcétera. En el objetivo básico, que nos une a
todos los europeístas, de conseguir una Unión Europea donde la libertad,
la justicia y la seguridad sean lo esencial a defender como
planteamientos de futuro.

La cuestión de la ampliación...




El señor PRESIDENTE: Señor Chiquillo, vaya concluyendo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Sí, voy concluyendo rápidamente. En la acción
exterior son importantes las declaraciones sobre los procesos de paz en
la antigua Yugoslavia y la paz en Oriente Próximo, así como los avances,
los impulsos hacia la democracia en Rusia y en otros países del entorno
de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Son importantes
el apoyo, la colaboración, la cooperación de la Unión Europea al
respecto, así como las políticas en el Mediterráneo, en Turquía,
etcétera.

Hablando de política exterior quiero aprovechar la ocasión para mostrar
mi máxima solidaridad con el portavoz del Grupo Parlamentario Popular por
los momentos



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difíciles que está atravesando; espero que rápidamente se solucione, por
el bien de todos, lo que está sucediendo en la embajada japonesa en Lima.

Creo que hay que redoblar los esfuerzos de la Unión Europea en la zona de
los Grandes Lagos. Creo que la declaración va en esa línea. La Unión
Europea tiene que hacer algo más que esfuerzos humanitarios; siempre
tenemos que hacer un esfuerzo más para conseguir que los derechos humanos
y las cuestiones humanitarias sean siempre respetadas en todos los países
del mundo. Y respecto a la cuestión cubana hay que apoyar los avances
hacia la plena democratización de Cuba respetando las cuestiones
económicas que parece que están en entredicho.

Voy a hacer una breve referencia al tema agrícola. Durante la presidencia
de Irlanda prácticamente no se ha entrado en las reformas pendientes en
materia agrícola, se han relegado a un segundo plano, lo cual me
preocupa, y espero que esto no se repita en el próximo mandato holandés,
aunque también tengo que añadir que el hecho de que algunas cuestiones
las tenga que resolver la presidencia holandesa deja flotando en el
ambiente la preocupación por nuestros intereses agrarios. Pensamos que se
tenía que haber incidido más en cuestiones agrícolas pendientes y no se
ha trabajado y no se ha exigido que se entrara a debatir sobre las
mismas.

Para acabar simplemente voy a decir que en 1996, en la cumbre de Dublín
sobre todo, se ha dado un impulso importante para hacer realidad la Unión
Europea; todos estamos contentos y esperanzados en que vaya adelante en
los próximos años. Se ha dado un paso muy importante en la última cumbre,
un paso firme, un paso más que nos permite alcanzar esa Unión Europea que
todos queremos, sin prisa pero sin pausa, para alcanzar ese objetivo de
una Europa fuerte. Esperamos que esa Europa fuerte que se está asentando
ya en lo económico --por eso mi consideración en el día de hoy-- también
sea una Europa fuerte en lo político, en lo social y en lo laboral. Aún
tenemos muchos interrogantes. Esperemos que el próximo año en lo
político, en lo social y en lo laboral, sobre todo en la creación de
empleo y en esa Europa de los ciudadanos, empecemos a sentar las bases
para que lo económico, lo social y lo humanitario vaya adelante para
hacer una Unión Europea fuerte.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Chiquillo.

El señor De Grandes tiene la palabra por el Grupo Parlamentario Popular.




El señor DE GRANDES PASCUAL: Señor Presidente, señorías, nuestro grupo
parlamentario quiere agradecer al Presidente del Gobierno su pronta
comparecencia en el Pleno de esta Cámara, donde ha dado cumplida cuenta
de las discusiones y acuerdos celebrados en Dublín el pasado fin de
semana con motivo de la cumbre semestral del Consejo Europeo, que marca
el final de la presidencia irlandesa.

El Presidente del Gobierno se comprometió en su discurso de investidura a
dedicar un esfuerzo especial a la defensa de los intereses de España en
Europa y a destacar el papel de nuestro país en el proceso de
construcción de la Unión Europea; asimismo, a mantener informado puntual
y regularmente a este Parlamento del estado de las distintas
negociaciones para que la tarea europea fuera una tarea común del
Gobierno con el Parlamento.

El Presidente y su Gobierno están cumpliendo ampliamente con este
compromiso tanto en el Pleno de la Cámara como en el seno de la Comisión
Mixta del Congreso y del Senado para la Unión Europea, en donde funciona
desde hace tiempo una subcomisión de seguimiento de la Conferencia
Intergubernamental presidida, por cierto, por el señor Solbes.

El Partido Popular ha estado siempre convencido de que la mejor forma de
contribuir a la construcción europea debe ser desde un planteamiento
realista y persiguiendo objetivos concretos que puedan ser susceptibles
de una presentación clara y trasparente ante nuestros socios
comunitarios, los distintos gobiernos y la opinión pública en general.

Por todo ello agradecemos al señor Presidente su exposición que, lejos de
triunfalismos y de posturas apriorísticas, nos ha informado de los
avances del Gobierno en la difícil negociación, cuyos resultados
definitivos se verán al final en la conferencia. Creemos que la
estrategia negociadora del Gobierno es la adecuada y que por ello insiste
en las prioridades que ya defendimos con motivo de las cumbres de Turín y
Florencia, pero con la particularidad de que cada vez se profundiza más y
cada vez se avanza más. Y los sucesivos avances conseguidos, así como la
buena acogida que están teniendo las propuestas españolas, demuestran que
el Partido Popular está en lo cierto al considerar que la mejor manera de
contribuir a la construcción de Europa es defendiendo los legítimos
intereses de España.

De esta manera nuestro Gobierno conseguirá desterrar de la memoria
europea aquella imagen de una España resignada para convertirla en motor,
líder y paladín de iniciativas y progreso en el ámbito comunitario. Buena
prueba de ello es que las prioridades y la negociación del Gobierno
coinciden plenamente con las anunciadas en el dictamen de la Comisión
Mixta para la Unión Europea, en relación con el informe elaborado por la
ponencia, sobre las consecuencias para España de la ampliación de la
Unión Europea y las reformas institucionales, que el Pleno de esta Cámara
aprobó el 29 de diciembre de 1995.

Permítanme SS. SS. que empiece por comentar la iniciativa española de
consolidar, en el texto del Tratado, un estatuto especial diferenciado y
permanente para



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las regiones ultraperiféricas. El Gobierno que preside José María Aznar
ha conseguido, con el apoyo de Francia y Portugal, que el Consejo Europeo
de Dublín haya tomado nota de la propuesta conjunta de los tres países
para incluir en el nuevo Tratado de la Unión el carácter específico de
las regiones ultraperiféricas. Para todos nosotros es de la máxima
importancia, y así lo ha expresado en repetidas ocasiones el Presidente
del Gobierno y su propio Ministro de Asuntos Exteriores, la consolidación
del estatuto especial permanente para dichas regiones.

Creo expresar el sentir de todos los grupos presentes en esta Cámara al
ofrecer al señor Presidente del Gobierno nuestro apoyo incondicional para
sacar adelante este objetivo, que permitirá a las islas Canarias hacer
frente, desde un plano de igualdad que en justicia le corresponde por sus
características específicas y estructurales, al reto de la integración
europea.

La cumbre de Dublín ha avanzado de manera importante en la moneda única,
definiendo el pacto de estabilidad y crecimiento. Mi grupo parlamentario
está satisfecho con estos avances, que dan cumplimiento a la conformación
de la Unión Económica y Monetaria, en la que creemos firmemente; creencia
compartida con casi todos los grupos de esta Cámara.

Señorías, hace unos meses no cumplíamos ninguno de los criterios de
convergencia. Estábamos siendo perezosos en su corrección y los mercados
y agentes económicos eran pesimistas acerca de nuestra capacidad de
cumplir con los requisitos. El Gobierno, a través de una política
rigurosa, está trabajando diligentemente en la consecución de la
convergencia nominal. De hecho, los últimos datos económicos despejan
cualquier duda sobre la presencia de España en la tercera fase de la
Unión Económica y Monetaria entre los países que se incorporen desde el
primer momento.

El control del déficit público, la contención de los precios y la bajada
de los tipos de interés son indicadores positivos que han conseguido la
confianza de los mercados y también de la ciudadanía. Y han contribuido a
que los observatorios económicos internacionales pronostiquen la
presencia cierta de España en la Unión Económica y Monetaria en 1999. El
pacto de estabilidad acordado en Dublín es un acuerdo entre los gobiernos
en busca de la implantación de mayor ortodoxia económica y de la
consolidación fiscal. La política de estabilidad garantiza crecimiento
sostenido y equilibrado en el futuro y ayudará a conseguir mayores
niveles de empleo. El Grupo Parlamentario Popular apoya la posición del
Gobierno en el pacto de estabilidad. Esa posición sólida de nuestro
Gobierno es el mejor indicador de la voluntad de seguir por los caminos
de la estabilidad, que son los caminos del crecimiento y del empleo. El
rigor en la aplicación de la política económica, los frutos obtenidos y
las sólidas posiciones del Gobierno están ayudando a mejorar la posición
de españa en el contexto de los países europeos.

Señor Presidente, señorías, la cumbre de Dublín se ha saldado con nuevos
avances en la lucha común contra el crimen. En Florencia conseguimos el
acuerdo de los socios de la Unión al convenio de extradición. Ahora, la
sintonía alcanzada por el Gobierno con el Presidente de la República
francesa en la última cumbre bilateral, además de facilitar la
cooperación con nuestros vecinos en la lucha contra el terrorismo y ETA,
está haciendo posible también que los socios comunitarios se pongan de
acuerdo en la necesidad de combatir conjuntamente el crimen organizado. Y
buena prueba de ello es que en la declaración de Dublín se insta a los
Quince a que ratifiquen el convenio de Europol, para que esta policía sea
plenamente operativa. Se pide elaborar un plan de acción contra el crimen
basado en un informe de la Presidencia en el que se solicita la
colaboración directa entre jueces para hacer frente al delito. Esperamos
que, tal como se expresó en la cumbre, los Quince hayan ratificado el
convenio de Europol antes de que acabe el próximo año. Creemos que ello
nos proporcionará la mejor de las vías para luchar conjuntamente contra
el crimen, y especialmente contra el narcotráfico, el terrorismo y la
explotación sexual de los menores.

Permítame, señor Presidente del Gobierno, que le felicite por el gran
avance que supone para la defensa de las tesis españolas la referencia
que se hace en las conclusiones de la cumbre de Dublín al asilo político.

El Consejo Europeo pide a la conferencia que desarrolle la importante
propuesta de modificar los tratados para establecer, como un principio
claro, que ningún ciudadano de un Estado miembro de la Unión pueda
solicitar asilo en otro Estado miembro, teniendo en cuenta los tratados
internacionales. Como tantas veces se ha dicho en esta Cámara, no es
aceptable que un ciudadano, miembro de un país de la Unión Europea, pueda
pedir asilo político en otro país miembro cuando se comparten los mismos
sistemas democráticos.

Señorías, en definitiva, creo que debemos congratularnos todos de que la
creación de un espacio de libertad, justicia y seguridad en la Unión
Europea --algo propugnado por España en estos últimos meses y en un
principio respaldado por pocos-- sea hoy un objetivo prioritario de la
conferencia. Como ha dicho el Presidente del Gobierno, el tercer pilar va
a ocupar un lugar central en las negociaciones, y es lógico que así sea
puesto que los Estados miembros son cada vez más conscientes de la
creciente demanda ciudadana de una mayor seguridad.

Señor Presidente del Gobierno, estamos cansados de escuchar que Europa es
un gigante económico y un enano político. Recientemente se elevaron
algunas voces en esta Cámara para decir que España nunca había liderado
nada en la Unión Europea y que, por supuesto, tampoco lo haría ahora. Por
ello, este grupo parlamentario --y supongo que los demás grupos también--
se alegra al comprobar el giro que demuestran



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los acontecimientos en la política exterior de la Unión.

El Consejo Europeo, a iniciativa española, ha reiterado la alta prioridad
que concede a la dimensión mediterránea de la Unión Europea y su voluntad
de seguir trabajando en la aplicación de los principios de la declaración
de Barcelona. La seguridad, el progreso y la evolución democrática del
área mediterránea dependen en gran medida del buen cumplimiento de los
objetivos de Barcelona, así como la utilización del instrumento
financiero que lo respalda.

En cuanto a la dimensión trasatlántica de Europa, nos llena de
satisfacción el acuerdo al que se ha llegado con Canadá, que ha permitido
poner en marcha un proceso de cooperación necesario y que hasta ahora
España había bloqueado por no garantizar el pleno respeto a las
exigencias de nuestro país en defensa de irrenunciables intereses. El
Gobierno, esta vez con el apoyo de nuestros socios europeos, ha llegado a
un acuerdo con Canadá, por el que este país se compromete a no aplicar
medidas unilaterales y renuncia a la aplicación extraterritorial de sus
leyes, fuente en el pasado de graves y conocidos conflictos con sectores
importantes de nuestra economía y causa de graves tensiones sociales en
nuestro país.

Como una prueba más del importante liderazgo de España, y de su Gobierno,
en la iniciativa de acciones comunes de la política exterior de la Unión,
el Consejo de Dublín, en plena sintonía con la propuesta española, ha
manifestado su deseo de que se avance en la transición pacífica hacia una
democracia pluralista, el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en Cuba, así como en las políticas económicas
pensadas para conducir a una recuperación sostenible y a una mejora del
nivel de vida del pueblo cubano. Esta declaración, que respalda la
posición común adoptada por la Unión, señala que cualquier acuerdo futuro
de cooperación con Cuba contendrá una cláusula suspensiva para el caso de
una violación grave de las disposiciones relativas a los derechos
humanos.

Sabemos, señorías, que también todos ustedes comparten el orgullo de este
portavoz al constatar el enorme prestigio internacional que España y su
Presidente de Gobierno han adquirido en la defensa de los derechos
humanos y la democracia en el marco de la política exterior de la unidad
europea. Quizá no esté lejano el día en que, como consecuencia de esta
iniciativa española, el tratamiento multilateral de un apoyo justo y
equilibrado de la transición democrática en Cuba sea una realidad.

Señorías, el Presidente del Gobierno ha expresado en numerosas ocasiones
su deseo de que la acción del Gobierno en el ámbito europeo sea fruto de
un gran consenso entre los grupos parlamentarios presentes en la Cámara.

Yo quiero terminar mi intervención reiterando el apoyo del Grupo Popular
a la formación de este consenso.

La reforma de los tratados que se acomete en la Conferencia
Intergubernamental debe servir para avanzar en la integración europea
para proporcionar al ciudadano un espacio único de libertad, seguridad y
justicia, para lograr una sociedad más próspera, exenta de los grandes
problemas del paro y de las desigualdades económicas y sociales que
todavía hoy la acucian. Debe servir también para que en el diseño de los
nuevos mecanismos institucionales necesarios para acometer la próxima
ampliación y la renovación de los equilibrios políticos que sostiene la
toma de decisiones comunitaria, España desempeñe el importante papel que
le corresponde en el seno de la Unión Europea. Yo estoy seguro de que
estamos en el mejor camino para conseguir esos objetivos.

No sería noble dejar de agradecer en este instante las expresiones de
solidaridad, tanto las proferidas en esta tribuna en relación con mi
persona y mi familia, como las que, sin duda, me han hecho llegar todos y
cada uno de los grupos parlamentarios de la Cámara en torno al problema
que trasciende mi modesta persona, mi familia, y que pasa por los
intereses de España.

Muchas gracias. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor De Grandes.

El señor Presidente del Gobierno tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señor Presidente,
señorías, quisiera agradecer a todos los portavoces que han intervenido
sus comentarios, en líneas generales, aportaciones y sugerencias al
debate que, sin duda, serán de mucha utilidad no solamente en todos los
temas que tienen una repercusión interna importante en la vida política
española, como consecuencia del Consejo Europeo de Dublín, sino también,
por supuesto, en los que se refieren a la continuidad del proceso de la
Conferencia Intergubernamental y a todo el proceso de construcción
europeo, respecto al cual podemos reflejar la posición de la Cámara y la
posición española.

He constatado que existe un amplio campo de acuerdo en distintas
posiciones o, al menos, orientaciones en muchos de los aspectos que hemos
tratado y existen también, evidentemente, algunas enmiendas de totalidad,
que pasaré luego a comentar tanto en su sentido genérico como en su
sentido más concreto. Pero, sin duda, podemos estar satisfechos del grado
de consenso que en este punto ha alcanzado la Cámara. Quiero decir que
sigo permanentemente ofreciendo ese consenso. Sabe la Camara que yo
siempre he elogiado la posición española, porque me ha parecido una
posición política inteligente al intentar conseguir, en el ámbito de la
política exterior, de la política europea en particular y de la política
de seguridad, el mayor consenso. Desde luego, la posición del Gobierno
será la de seguir manteniendo, tanto en los temas de



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contenido económico como político, ese consenso y buscar, como digo, las
más amplias zonas de acuerdo.

A tal efecto, me permito recordar que en este momento existe ya una
subcomisión, creada en la Comisión Mixta Congreso-Senado para las
Relaciones con las Comunidades Europeas para el seguimiento de la
Conferencia Intergubernamental, y que existe otra subcomisión, creada en
el seno de la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda, que está
pendiente de la ratificación por parte del Pleno de la Cámara para el
seguimiento de la Unión Monetaria. Si los grupos parlamentarios lo tienen
a bien, se puede plantear inmediatamente la iniciativa de traer a
ratificación del Pleno esa subcomisión en la Comisión de Economía,
Comercio y Hacienda y, en consecuencia, que empiecen los trabajos
inmediatamente, dentro de lo que significan los trabajos ordinarios y las
propuestas que el Gobierno y los grupos parlamentarios puedan traer a las
correspondientes comisiones. No hay, por tanto, el mínimo obstáculo para
ello sino, al contrario, el deseo de que eso se haga con celeridad. Si en
el próximo Pleno de la Cámara pudiese ratificarse la subcomisión en la
Comisión de Economía, Comercio y Hacienda, sería un motivo de
satisfacción para el Gobierno y para el Grupo Popular.

Quiero decir que, en mi opinión, con independencia de los adjetivos que
se puedan utilizar, el Consejo Europeo de Dublín se ha cerrado
satisfactoriamente, como he dicho, aunque siempre es posible avanzar más,
llegar a más, tener más conclusiones. Este Consejo Europeo tenía dos
objetivos básicos y fundamentales: el primero era cerrar lo que se puede
llamar el horizonte de la Unión Monetaria, y el segundo era avanzar en el
tercer pilar. Ya sabíamos que no íbamos a adentrarnos en los capítulos
referentes a la Conferencia Intergubernamental y a la reforma
institucional.

Esos dos capítulos, que sin duda han sido capítulos delicados,
especialmente el de la Unión Monetaria, hasta el final, han sido
resueltos bastante satisfactoriamente. Y si a eso podemos añadir los
asuntos concretos de interés para España, de los cuales posteriormente
daré algún detalle, creo que han sido unos resultados positivos,
razonables y, si SS. SS. me permiten la expresión, ojalá los tuviésemos
en muchos consejos europeos que debemos celebrar en los próximos meses y
años.

Siguiendo el orden de la intervención y de las conclusiones del Consejo,
haré algunos comentarios sobre las manifestaciones de los distintos
portavoces de los grupos parlamentarios que han intervenido a lo largo
del debate. A la Unión Económica y Monetaria, como acabo de decir, se le
ha dado un impulso importante, y, como saben ustedes, se llegó al Consejo
Europeo con algunos asuntos prácticamente resueltos. El estatuto jurídico
del euro, que da seguridad financiera, seguridad jurídica y seguridad
política a la futura moneda única, estaba básicamente encauzado, como lo
estaban también las relaciones entre los que van a pertenecer a la moneda
única desde el primer momento y los que no entrarán entonces. Había ahí
la preocupación de la igualdad de tratamiento, de la puesta en marcha
parecida a lo que es el actual sistema monetario europeo, y eso ha ido
también razonablemente bien.

No existían demasiados problemas sobre las sanciones al país que
incurriese en déficit excesivos que vulnerasen lo que se ha dado en
llamar el pacto de estabilidad y crecimiento, pero sí había diferencias
respecto al contenido concreto del pacto de estabilidad, y, en concreto,
en cuanto a qué circunstancias deben darse y en qué condiciones para que
se pueda autorizar a un Estado miembro a superar los objetivos de déficit
y, en particular, el déficit del 3 por ciento contemplado como un déficit
no superable en principio, salvo que se den esas circunstancias
excepcionales en el propio pacto de estabilidad.

Es verdad que los ministros de Economía y Hacienda --hay que decirlo--
hicieron un trabajo muy intenso, un buen trabajo. En ese punto no fue
posible un acuerdo, que tuvo que ser remitido a discusión y debate en la
primera sesión del Consejo Europeo. Las conclusiones a las que se
llegaron han sido, como aquí se ha dicho por varios portavoces,
razonables y equilibradas entre lo que podría pensarse que era un rigor
automático, que desde luego no correspondía ni respondía al espíritu de
los tratados, ni siquiera a las necesidades, en mi opinión, de la puesta
en marcha de la moneda única, ni desde luego tampoco a las conveniencias
españolas, con lo que es una decision última del Consejo Europeo, que
tendrá que evaluar, para autorizar déficit excepcionales, distintas
circunstancias, con un límite máximo por arriba que es el 2 por ciento de
caída de recesión del producto interior bruto, una cifra de referencia
por arriba, y una evaluación global hecha con aportaciones de los Estados
miembros, evaluación de la Comisión y posterior decisión del Consejo
Europeo.

Al final, eso supone un razonable equilibrio, insisto, entre la autoridad
política del Consejo Europeo evaluando políticamente circunstancias y lo
que significa la seguridad, la estabilidad, la seriedad y el rigor con el
cual tiene que ponerse en marcha ese pacto de estabilidad y de
crecimiento, en el cual lo importante es que podamos vivir razonablemente
en él y que naturalmente no haga imposible para los Estados miembros la
pertenencia o la puesta en práctica de ese pacto de estabilidad.

Naturalmente, en torno a la moneda única siempre surgen pequeñas
anécdotas. No me cabe la menor duda de que la anécdota geográfica será
fácilmente subsanada por ser una anécdota y por estar en período de
prueba los billetes.

No todo el mundo participa de las opiniones que a veces tienen los
técnicos, y eso se sabe. Yo le quiero decir al señor Mardones, que ha
hablado más anecdóticamente de este asunto, que los diseños hechos por



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los españoles que habían participado en el concurso fueron muy bien
valorados por los técnicos. Tal vez obtuvieron la mejor valoración. Sin
embargo, cuando se sometieron a prueba de los ciudadanos en distintos
países europeos, éstos prefirieron otro tipo de diseño y al final
prevaleció ese criterio, llamémosle popular o demoscópico, sobre el de
los técnicos en torno a una oferta española, sin duda de extraordinaria
calidad.

Por lo que se refiere a la moneda única, uno de los ejes esenciales del
pacto de estabilidad y crecimiento, es fundamental distinguir varias
cosas, en las cuales no será difícil, al menos en algunas de ellas,
ponernos de acuerdo. Lo que es fundamental es que si se considera un
objetivo deseable y posible --desde luego, yo considero un objetivo
deseable y posible que España participe desde el primer momento en la
moneda única--, la orientación de nuestra política tiene que ir
encaminada a cumplir las condiciones para que España participe en la
moneda única.

La segunda orientación de nuestra política --y de ahí la importancia del
pacto de estabilidad-- no es solamente llegar, sino hacer todas las
reformas necesarias para que España pueda mantenerse en unas condiciones
que permitan un crecimiento estable, sostenido y generador de empleo con
equilibrios macroeconómicos. Ese es el pacto de estabilidad. Me referiré
luego a la consideración de si eso es también posible y deseable, que yo
creo que las dos cosas son posibles y deseables.

En tercer lugar, la entrada en vigor del euro y del pacto de estabilidad
y de crecimiento debe ser, y creo que será, beneficiosa para Europa y
para España en términos de competitividad, de progreso social y de
empleo. Yo no comparto algunas de las cosas que se han dicho aquí, desde
el punto de vista de modelos económicos. En la cultura económica
occidental, clásica, hay dos modelos fundamentalmente, que son el modelo
anglosajón y el modelo continental europeo. No se trata de importar o de
exportar nada, sino que el que uno tiene, que es el modelo continental
europeo, sea cada vez más eficaz. Si usted revisa las cifras, señor
Anguita, del crecimiento, de la creación de empleo o de las tasas de
desempleo en alguno de los modelos que usted critica, verá que no les va
mal la creación de empleo con ese modelo. Lo que a mí me extraña es que
aquí se critique el modelo continental, el anglosajón, porque no existe
otro en el ámbito de la cultura occidental. Había otro, que era el del
muro que se cayó, pero ése ya no vale. Por eso justamente se cayó, porque
no valía. Existen otros modelos que supongo que nadie querría importar
aquí, de los países del Este, que efectivamente son los modelos cultural
y económicamente separados de lo que es nuestra tradición política,
cultural y social.

Va a ser beneficioso para España y para Europa y creo que va a tener sus
consecuencias muy importantes. Eso va a exigir un seguimiento especial y
ya me he referido a ello a la hora de ofrecer la puesta en marcha de esa
subcomisión dentro de la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda. Como
lo ha citado especialmente el señor Molins, quiero decir que el Gobierno
va a seguir en ese camino. Quiero garantizar a SS. SS. la continuidad de
la política del Gobierno para hacer el proceso de reformas que España
necesita no solamente para llegar, sino para mantenerse en términos
satisfactorios. Pero quiero añadir un dato más. Si se utiliza una
expresión bastante común ahora, España está cumpliendo bien sus deberes,
y a los hechos me remito. Comparativamente, está cumpliendo mejor sus
deberes que bastantes Estados miembros de la Unión Europea.

Pero dejemos ahora a los demás. Ese cumplimiento de deberes empieza en un
año fundamental. Es el año en el que hay que hacer las cuentas finales en
virtud de lo cual ni debe fallar, ni fallará, la iniciativa reformista
del Gobierno y espero que tampoco falle el consenso razonable para buscar
los objetivos que todos deseamos. Es evidente que la puesta en marcha de
la moneda única y la pertenencia de España a ella va a suponer, en
términos de empleo a los que a continuación me referiré, un importante
cambio de mentalidad para todos: de disciplina presupuestaria para el
Gobierno, para éste y para cualquier otro; de disciplina en el gasto; de
reforma selectiva de objetivos de gasto; de tratamiento más correcto de
los ingresos; de eficacia en los sistemas fiscales; cambio de mentalidad
en los agentes económicos y sociales en sus diálogos, en sus objetivos y
en sus pretensiones. Naturalmente, es bueno que la Cámara, es bueno que
los grupos parlamentarios que comparten el horizonte y compartan la idea,
sean también elemento activo de debate, de reflexión y lo que es para mí
una palabra determinante a la hora de hablar de la moneda única y del
pacto de estabilidad: la responsabilidad que con los nuevos mecanismos de
la moneda única a todos nos va a afectar en el ejercicio de nuestras
respectivas funciones, pero, evidentemente, en el hecho de que confianza,
credibilidad y responsabilidad van a ser elementos fundamentales de
decisión a la hora de establecer los diálogos y los contactos entre
agentes económicos, sociales, distintos interlocutores y, por supuesto,
los gobiernos en los distintos niveles sea nacional, autonómico o local.

Yo quiero decir a SS. SS., especialmente al señor Anguita que ha hecho
una enmienda de totalidad al respecto, como decía antes, que yo soy
partidario de esa zona de estabilidad. No tengo por qué ocultarlo. Decía
antes que soy partidario y lo he sido siempre --me parece que es meterse
en un debate innecesario y solamente lo voy a citar-- de la economía de
mercado, soy partidario de una zona de estabilidad. Como ha dicho muy
acertadamente algún portavoz, la estabilidad es básica para el
crecimiento. Dicho de otro modo: no hay crecimiento con inestabilidad. De
lo que se trata es de buscar una zona de estabilidad



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que pueda propiciar, como he dicho, equilibrios macroeconómicos,
crecimiento y empleo.

Señor Anguita y otros portavoces que han hablado en oposición a este
proceso. Yo soy partidario de los tipos de interés bajos, sin la menor
duda; soy partidario de los déficit reducidos, sin la menor duda; soy
partidario de la estabilidad presupuestaria y de los déficit controlados,
sin la menor duda; y soy partidario de que se pueda producir un
crecimiento en condiciones de estabilidad, como se está produciendo
ahora. Fíjese usted en los datos de crecimiento del tercer trimestre del
año, en los datos parciales que usted tiene ya del cuarto trimestre del
año, en los datos que se están produciendo que van desde el descenso de
tipos, a la inflación, al control del déficit, al descenso de la prima de
riesgo, al crecimiento económico o al descenso del paro, en este cuarto
trimestre del año y piense usted que las expectativas para el año 1997
son buenas, es decir, que se está demostrando que se puede hacer una
política de estabilidad, de consolidación fiscal rigurosa y, al mismo
tiempo, proceder a un crecimiento superior a la media europea capaz de
hacer crecer sanamente la economía y capaz de generar empleo. ¿A los
ritmos que nos gustaría? Evidentemente, no, pero el proceso es, sin duda,
satisfactorio.

No sé si en el diseño verdaderamente apocalíptico que usted ha hecho de
la realidad europea, terrorífico, y en relación con el empleo --lo que
usted ha llamado la melopea sobre el empleo--, eso tiene algún
significado más de lo que supone una frase en el transcurso de un debate.

Yo creo que hay melopeas mucho más importantes que el que el empleo vaya
creciendo, que vayan descendiendo los tipos de interés o vaya bajando la
inflación. Lo que quiero decirles es que, al final, tenemos que dirigir
nuestros esfuerzos al empleo como uno de los objetivos.

Al Consejo llegaron tres documentos sobre el empleo. Un documento de la
Comisión y del Consejo, visto también por los miembros del Consejo
Ecofin, que no planteaba dificultades. Un memorándum francés sobre el
empleo, la declaración de la Presidencia y el famoso pacto de confianza
del Presidente de la Comisión. Es verdad --hay que reconocerlo-- que
existen divergencias de criterio sobre el tratamiento del empleo. Es una
política que pertenece a los Estados miembros, que cada vez es mayor
motivo de preocupación para todos, que va a tener un tratamiento común,
un tratamiento europeo, que en mi opinión puede estar razonablemente
recogido en las reformas de los tratados y cuyo tratamiento también nos
plantea algunos problemas. Le diré solamente uno. Cada vez que se habla
de una política del empleo existe un apetito que a algunos les cuesta
bastante contener respecto a lo que significan los fondos estructurales y
fondos de cohesión, su reparto en el ámbito europeo y lo que a España le
pertenece. Cada vez que se habla de eso alguno levanta la antena y lo
primero que piensa es que hay que hacer esa política para coger una parte
de esa tarta que nos corresponde a nosotros. Hablando de ingenuidades y
de discursos, conviene ser muy prudentes para saber deslindar muy bien lo
que es una política de empleo, que puede tener un contenido en el
Tratado, de lo que significa el tratamiento de fondos estructurales, que
tienen que tener objetivos distintos, aunque una parte de los fondos, en
su aplicación concreta, tiene que traducirse en iniciativas capaces de
generar empleo.

Respecto a lo demás es verdad que en España eso supone, como ha dicho el
señor Molins, y también creo que lo ha tratado el señor Anasagasti, un
esfuerzo bastante especial, porque España es un país que tiene la mayor
tasa de paro, como usted ha dicho, la mayor tasa de precariedad en el
empleo y la menor tasa de actividad. Por tanto, habrá que tomárselo
claramente en serio si lo queremos modificar. Yo estoy permanentemente
invitando a la reflexión y al trabajo y a llegar a acuerdos entre los
agentes económicos y sociales. Creo que hay que hacerlo; tenemos unas
normas laborales, en mi opinión, ineficientes. Es absolutamente cierto, y
no es un pretexto, señor Anguita, es que es la verdad, que hay un 40 y en
algunos casos un 50 por ciento de jóvenes españoles que no pueden
trabajar, que no tienen oportunidad de trabajar y hay que abrirles la
oportunidad del trabajo. Es absolutamente cierto que hay que cambiar
modalidades de contratación, cerrar elementos de precariedad y de
inestabilidad y abrir elementos de estabilidad y de horizontes a más
largo plazo. Es verdad que el ámbito de la moneda única nos exige una
reforma razonable de la normativa laboral en nuestro país, porque la
lógica de la moneda única, no conviene olvidarlo, si no está acompañada
de lógicas estructurales, hace pagar a los países un precio bastante más
elevado. Si uno renuncia a las políticas devaluatorias, a las políticas
cambiarias, si uno ajusta sus políticas fiscales, es evidente que, si se
produce una situación de crisis, puede golpear duramente al empleo. Y
solamente cuando una parte de la sociedad española hayamos sido capaces
de comprender que se pueden derivar beneficios muy importantes en
términos de competitividad, de mejora de condiciones laborales y de
acceso al trabajo de muchas personas que ahora no lo pueden hacer,
estaremos en el camino adecuado. Me preocupa que eso se vaya más allá del
año 1997, porque creo que el año 1997 es el año decisivo y, por tanto,
deberemos hablar seriamente en las próximas semanas del asunto del
empleo, donde se van a seguir practicando y apoyando políticas en
general, se llamen activas o pasivas, no entro en esas diferencias,
políticas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas; políticas activas
de fiscalidad, como ha sido la de la rebaja del tipo del Impuesto sobre
Sociedades, políticas que hagan referencia a la competitividad de las
empresas, a lo que es la eficacia del mercado laboral, la moderación en
los costes salariales, que dan lugar,



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como he dicho, a una creación de empleo intensa como está ocurriendo en
este momento en nuestro país. Dentro de todo ese paisaje y panorama se
enclava, todavía de forma bastante incipiente, el tema de las iniciativas
locales de empleo sobre las que prestaremos muchísima atención a las
sugerencias y observaciones que ha hecho el señor Anasagasti.

Me parecen muy correctos los elementos que se han introducido en este
debate por parte de algunos portavoces, singularmente el señor Molins, al
hablar de que hace falta continuar y culminar el proceso de reforma de
las administraciones públicas; que hace falta continuar el proceso de
abrir, cada vez más, nuestro mercado a la competencia, y de eliminar
trabas a la competencia en el mercado único, que es uno de los factores
que en este momento está dificultando la creación de empleo en Europa, el
aumento de la inversión y el aumento de la capacidad productiva europea.

Ya hemos anunciado un nuevo paquete de reformas de incentivos a la
competencia y liberalización de sectores para el próximo mes de enero.

Hace falta continuar en el proceso de disciplina presupuestaria, que está
rindiendo buenos frutos y resultados. Hace falta, como he dicho, abordar
las cuestiones laborales y hace falta naturalmente abordar una razonable
reforma del sector público en términos de eficacia y de competitividad.

Me referiré, en tercer lugar, con alguna brevedad, a la Conferencia
Intergubernamental, básica para abordar dos cuestiones, como ustedes
saben, que son la reforma y la ampliación. Entre los adjetivos a
utilizar, se puede decir la Conferencia Intergubernamental va lenta. Es
posible que vaya lenta, pero lo que está claro es que decidimos que en
este Consejo no se trataba de las cuestiones de las reformas
institucionales. ¿Por qué? Entre otras razones, porque creo que si
hubiésemos intentado abordar en este Consejo, ya de por sí bastante
complicado, las reformas institucionales y la unión monetaria, nos
arriesgábamos a no haber sacado ni una ni otra. Hemos preferido sacar la
unión monetaria, y es verdad que a la presidencia holandesa se le abre un
campo muy importante de trabajo al respecto.

Es cierto que tenemos muchas cuestiones importantes que tratar y en el
seno de la Comisión Mixta tendremos ocasión de ir debatiéndolas. Desde
luego, el Gobierno se ofrece a comparecer en las primeras semanas de
trabajos parlamentarios, conforme se inicie el nuevo período de sesiones,
en el mes de febrero, y si se considera necesario antes, antes. Tenemos
que tratar la composición de la Comisión, funcionamiento en las reglas de
votación del Consejo, la ponderación de votos en el Consejo, las
competencias del Parlamento Europeo. Por cierto, vamos a abrir ese
proceso de negociación con un presidente español en el Parlamento
Europeo, José María Gil-Robles, que también es importante. Es decir,
existen muchas cuestiones a abordar al respecto. Nosotros las
abordaremos. No he querido entrar en ello porque no fue una materia
tratada en el Consejo de Dublín, que es de lo que he venido a dar cuenta
esta tarde, pero las abordaremos. Somos perfectamente conscientes de la
importancia que tiene fijar la posición española de común acuerdo y,
naturalmente, llegar a conclusiones positivas en este terreno, que espero
que podamos alcanzar en el proceso de lo que es la reforma institucional
europea, el posterior proceso de ampliación, tan importante para España,
y naturalmente el seguimiento del calendario y las condiciones que pueden
afectar a las sucesivas cuestiones a tratar en la política europea y en
el Consejo Europeo, que afectan también, como se sabe, a las perspectivas
financieras más adelante.

Quiero referirme a dos cuestiones de interés para España y que parecen, y
lo quiero señalar así, como dos referencias singulares únicas en lo que
son las conclusiones de la presidencia de la Conferencia
Intergubernamental, que son el asilo y las regiones ultraperiféricas.

Tengo que decir, señorías, que no fue fácil en absoluto llegar a la
conclusión respecto del asilo, a la eliminación del asilo político. Más
bien fue bastante difícil, incluso en el seno del debate del propio
Consejo. Yo estoy satisfecho de esa resolución, que creo que avanza, en
los términos del tercer pilar, en sentido coherente a lo que se hizo en
Florencia y en sentido coherente a la búsqueda del espacio judicial
europeo. No fue fácil, incluso con nuestro acuerdo con otras dos
delegaciones --la delegación francesa y la delegación portuguesa, con
matices-- introducir que se estudie, efectivamente, la inclusión en el
Tratado por parte de la conferencia de un estatuto de regiones
ultraperiféricas. Voy a decir por qué. Porque lo primero que se pregunta
la gente es por qué tenía que figurar eso en las conclusiones del Consejo
de Dublín; no ya si estamos de acuerdo o no estamos de acuerdo, sino por
qué y por qué lo que han propuesto otras delegaciones, no, cuando se dice
que todo lo que han propuesto las delegaciones permanece vivo con
independencia de lo que diga el documento de la presidencia. El éxito o
no éxito sobre esa cuestión, de momento, hay que cifrarlo en que está en
las conclusiones y que decenas de peticiones que han hecho otras
delegaciones no están, que es lo mismo que pasa con el asilo. El segundo
éxito lo constituye que no existe una petición, existe un mandato para
estudiar la inclusión. No estamos hablando ya meramente de hipótesis,
estamos hablando de algo más. Cierto es que no es un desarrollo
automático, pero sí reúne la suficiente expresividad, en sí mismo y en
comparación con otras posiciones, que, desde luego, creo que merece la
pena resaltar.

Pienso, como se ha dicho, que se ha avanzado en los aspectos del tercer
pilar. Me he referido al avance en el convenio de extradición. Quiero
decir al respecto que también es un avance que el próximo día 19, en todo
el área Schengen, se vaya a aplicar automáticamente ya dicho convenio.

Creo que es muy buena posición y



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muy buena referencia, porque es también una señal de avance importante
del trabajo que estamos realizando en ese punto.

No comparto algunas de las cosas que se han dicho respecto de que haya un
déficit en lo que se puede llamar el espacio de libertades y un superávit
ahora en el tratamiento de cuestiones que se refieren a la justicia o a
la seguridad. No creo que lo haya por una razón muy clara y es que antes
no había tratamiento de justicia y de seguridad, y sí lo había y sí lo
hay en cuanto a libertades. Yo no creo que ningún Estado miembro de la
Unión Europea tenga un déficit en el espacio de libertades, y en los
ámbitos en que se discute de la ciudadanía europea se podrá conseguir más
o se podrá incrementar el capítulo de derechos y también de obligaciones,
pero no creo que hoy exista ningún déficit para ningún Estado miembro ni
para la Unión Europea como zona o espacio de libertades. Sí creo que
existe en el ámbito que hoy debe preocupar más, porque hoy cualquier
sociedad europea no está amenazada directamente por ninguna supuesta
confrontación bélica con efectos inmediatos, como la que vivíamos hasta
hace poco más de siete años. Hoy todas las sociedades podemos tener la
vinculación de unas amenazas formidables en nuestro interior y en
conjunto, que son las que se refieren a la criminalidad organizada, a las
mafias y a su actuación en distintos países, a la vinculación de la
criminalidad y las mafias con el narcotráfico y con la droga y a la
combinación del terrorismo con las mafias, con el narcotráfico y con el
mundo de la droga. Esa sí que es una amenaza real para todos los países
europeos y por supuesto también lo es, como desgraciadamente sabemos,
para España. Yo así lo valoro y desde luego cuando se habla de la
posibilidad de armonizar legislaciones para un tratamiento más efectivo
en la lucha contra el narcotráfico estoy a favor, porque me parece un
factor fundamental de avance en la construcción europea y de garantía
para nuestras sociedades. Como estoy a favor de que la Europol pase de la
fase de la simple información a unas fases operativas también en estos
ámbitos de criminalidad, de droga, incluido, como es lógico, el
terrorismo.

En relación con la posición de la Unión Europea con algunos países
aspirantes, los llamados pecos, de lo que se trató en la reunión fue de
buscar posiciones comunes claramente en orden a la lucha contra la
criminalidad organizada y contra las mafias, también en esos países.

Ahora, lo que yo ya no comparto es lo que algún portavoz ha deslizado
aquí diciendo que antes, cuando existían regímenes totalitarios en esos
países, había un respeto mayor a las libertades y a los derechos humanos.

Podrá haber problemas de criminalidad en un país, pero desde luego lo que
no tiene comparación es tener la posibilidad de ejercer libremente una
actividad o una actuación, incluso de votar, y no tenerla, que esa es la
diferencia entre un régimen dictatorial y una democracia.

Hablando, para terminar, de cuestiones relativas simplemente a política
exterior, el acuerdo a que se ha llegado con Canadá es un buen dato.

Señor Anasagasti, ayer se firmó el acuerdo en Ottawa, en Canadá, por
virtud del cual renuncia a acciones unilaterales y a la aplicación del
principio de extraterritorialidad. Creo que hay un avance razonable ahí.

Llevamos bloqueando el acuerdo con Canadá bastantes meses. Hemos podido
desatascar eso, pero las posiciones españolas se han reafirmado y, por
tanto, ya existe ese acuerdo firmado, por el que, como digo, ese país
renuncia a medidas unilaterales.

En relación con Cuba les tengo que decir, señorías, que estoy satisfecho
de que la Unión Europea haya establecido la posición común. No quiero
entrar en ningún tipo de debate en relación con este asunto, porque creo
que es mejor intentar acercar posiciones, como ha dicho, me parece, el
señor González con acierto desde esta tribuna. Sí quiero poner de
manifiesto que, evidentemente, no se ha producido, por entendernos,
ninguna hecatombe desde un Consejo Europeo a otro. Sí se han establecido
matices que me parecen razonables e interesantes. Es decir, donde antes
no se hablaba, en una declaración, de democracia pluralista hoy sí se
habla como una condición fundamental del respeto a los derechos humanos.

Lo que es hoy una posición común no lo era entonces y, por tanto, no era
un incentivo c oncreto para intentar andar por el camino de la transición
política y económica. Y lo que es hoy una cláusula suspensiva en el caso
de violación de derechos humanos para el acuerdo de cooperación entonces
tampoco lo era. Lo importante es que se produzcan los resultados
correspondientes, y de nada estaría más satisfecho este Gobierno que de
que se pudiesen producir avances hacia la transición democrática en Cuba
y, al mismo tiempo, un razonable esfuerzo de cooperación de la Unión
Europea con el pueblo cubano, pensando en su prosperidad y en su
beneficio.

Termino con un asunto que había omitido a la hora de hacer estos
comentarios. En relación con la OCM del plátano es evidente que España
mantendrá su posición en este momento y sin duda estamos alerta ante los
peligros que nos acechan.

Por ultimo, señorías, vuelvo a reiterar y a ofrecer a la Cámara el
espíritu de colaboración y de consenso por parte del Gobierno. Creo que
hay una gran oportunidad para España. Podemos llegar a tiempo de
aprovechar esa oportunidad y, desde luego, quiero dejar constancia en la
Cámara de la determinación del Gobierno, que espera compartir con la
Cámara y la sociedad española, de que entre todos seamos capaces de
aprovecharla.

Muchas gracias. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente del Gobierno.




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PREGUNTAS:



--DE LA DIPUTADA DOÑA CRISTINA ALBERDI ALONSO, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO, QUE FORMULA AL SEÑOR PRESIDENTE DEL GOBIERNO: ¿COMPARTE EL
PRESIDENTE DEL GOBIERNO LAS MANIFESTACIONES DE SU PORTAVOZ AL COMENTAR LA
MAYORIA DE EDAD DE LA CONSTITUCION? (Número de expediente 180/000348)



El señor PRESIDENTE: Concluido el debate del punto cuarto del orden del
día, comparecencia del Gobierno al amparo del artículo 203 del
Reglamento, pasamos al punto quinto, preguntas orales al Gobierno.

Señorías, dada la extensión y la duración del debate del informe del
Gobierno sobre el Consejo Europeo de Dublín, la Presidencia ha tomado la
iniciativa de pedir a los grupos parlamentarios que reduzcan sus turnos
de preguntas orales al Gobierno y tiene que agradecer el esfuerzo
realizado por todos los grupos para que el turno haya quedado
razonablemente reducido. De forma que les anuncio que se tramitarán, a
continuación, las siguientes preguntas. Una pregunta al Vicepresidente
Primero del Gobierno; las preguntas números 8, 26 y 38, al Vicepresidente
Segundo; la pregunta número 12, al Ministro de Sanidad y Consumo; las
preguntas 15, 18 y 37 al Ministro de Asuntos Exteriores; la pregunta 21,
al Ministro de Fomento; la 30, al Ministro de Industria y Energía; la 16
y la 29 al Ministro de Administraciones Públicas y, si no hay otro
remedio, también la 17 a la Ministra de Medio Ambiente.

Comenzamos, en consecuencia, por la pregunta número 19, que formula al
Gobierno la Diputada doña Cristina Alberdi Alonso, del Grupo Socialista.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Vicepresidente, el pasado 5 de diciembre el portavoz del Gobierno,
al comentar que la Constitución cumplía la mayoría de edad, dijo
textualmente que si fuera niña, se vestiría de largo, y si fuera
ciudadano, votaría. Es evidente el mensaje discriminatorio y sexista
implícito en semejante afirmación. Las niñas, a los papeles tradicionales
devaluados y decorativos; los niños, ya mayores de edad, como ciudadanos,
a votar. Es lamentable que el portavoz de un Gobierno de un país de la
Unión Europea, moderno y democrático, haga semejantes manifestaciones,
además de ser inadmisible, con una Constitución que prohíbe la
discriminación por razón de sexo. Además, lo más llamativo --y espero que
esto no le haga también tanta gracia, porque se está usted parece que
mofando; creo que merecemos, por lo menos, un respeto, porque es un tema
que afecta a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres-- y lo más
grave, señor Vicepresidente, es que el portavoz haya hecho estas
consideraciones en el ejercicio de su función de portavoz, no en un
corrillo ni como una declaración personal suya.

Por ello, le pregunto: ¿Comparte el Vicepresidente y el Gobierno las
manifestaciones de su portavoz al comentar la mayoría de edad de la
Constitución?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Alberdi. Señor Vicepresidente
Primero.




El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO Y MINISTRO DE LA PRESIDENCIA
(Alvarez-Cascos Fernández): Señora Alberdi, el Gobierno tiene plena
confianza en el Secretario de Estado de la Comunicación y las
manifestaciones que ha hecho a lo largo de estos meses en ningún caso han
puesto en entredicho esa confianza.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente. Señora Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Le recordaré, señor Vicepresidente, que España,
más allá del color político del gobierno de turno, tiene una serie de
obligaciones, porque ha firmado acuerdos internacionales que afectan al
tema de la igualdad entre hombres y mujeres. En esos acuerdos hay una
traducción política que obliga a los responsables del Gobierno, y desde
luego a su portavoz, a respetar la función y el papel diverso que las
mujeres podemos tener en la sociedad. Confío en que se haga una
consideración de ese papel institucional, más allá de la ideología del
gobierno de turno, y se dejen de hacer comentarios sexistas y
trasnochados sobre el papel de las mujeres en la sociedad. Le pido que
pongan los medios necesarios y suficientes para que no vuelva a repetirse
una consideración de este tipo y que se cumpla con la Convención para la
eliminación de todas las formas de discriminación que España suscribió en
1983 y que alude de una forma expresa en su artículo 5 al no
mantenimiento de los estereotipos sexistas.

Muchas gracias, señor Presidente. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO Y MINISTRO DE LA PRESIDENCIA
(Alvarez-Cascos Fernández): Señora Alberdi, no confunda usted el sentido
del humor con la falta de respeto. (Rumores y protestas.) Yo tengo por
usted y por todas SS. SS. un gran respeto, pero también tengo el mínimo
sentido del humor como para interpretar con sentido común lo que usted
acaba de decir a partir de las frases metafóricas que usted toma como
referencia para hacer esta intervención.

Quizás fuera poco más serio lo que dijo usted aquí el jueves en esta
tribuna al hablar del informe del Defensor del Pueblo correspondiente al
año 1995. Dijo usted,



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hablando de la discriminación con respecto a la mujer, que seguimos
asistiendo a la utilización sexista del lenguaje desde la Administración
y a la utilización sexista de la imagen de las mujeres en la
Administración y en los medios de difusión públicos. Dicho por usted, que
era la responsable de la Administración en el año 1995, esto sí tiene
verdadera entidad, la autocrítica que usted se ha hecho a sí misma.

(Rumores y protestas.)
Las metáforas en relación con la exaltación de la figura de la mujer como
síntesis de virtudes es algo que tiene ya veinticinco siglos de
existencia. (Fuertes protestas.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden la cortesía y dejen que conteste
el miembro del Gobierno interpelado. Por favor, señorías.

Puede continuar, señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO Y MINISTRO DE LA PRESIDENCIA
(Alvarez-Cascos Fernández): No se ponga trágica, señoría. Mire usted, si
ahora salimos usted y yo aquí a la plaza, frente a las Cortes, y nos
situamos frente a las seis columnas corintias que hay, encima, en un
frontispicio, hay un bajo relieve precioso de Ponzano y en él se ve la
figura de dos mujeres, una representa a España y otra representa a la
Constitución. Hay una figura de mujer representando a la Constitución.

(Rumores.)
Aquí tiene usted cuatro cariátides que representan las ciencias.

(Rumores.) Por lo tanto, S. S. utiliza metafóricamente las frases que le
molestan. A mí me parece que no tienen nada de peyorativo ni para la
mujer ni para la Constitución (Rumores.) y si el Secretario de Estado de
la Comunicación, con motivo del día de la Constitución, celebró la puesta
de largo o la mayoría de edad de la Constitución, me va a permitir,
señora Alberdi, que yo hoy, invocando también ese paralelismo o esa
similitud, le desee a la Constitución larga vida. (Aplausos en los bancos
del Grupo Popular.--Fuertes rumores y protestas en los bancos del Grupo
Socialista.--Numerosas señoras Diputadas abandonan el hemiciclo.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente del Gobierno,
señorías.




--DEL DIPUTADO DON JOSE LUIS ROS MAORAD, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿CONOCE EL GOBIERNO LAS RAZONES POR
LAS QUE DIMITIO EL PRESIDENTE DE MINAS DE ALMADEN Y ARRAYANES (MAYASA)
NOMBRADO TRAS LAS ELECCIONES GENERALES DEL 3 DE MARZO DE 1996? (Número de
expediente 180/000324)
El señor PRESIDENTE: Pregunta número 8 que formula al Gobierno el
Diputado don José Luis Ros Maorad, del Grupo Socialista. (Continúan los
rumores y protestas.)
Silencio, señorías.

Señor Ros.




El señor ROS MAORAD: Gracias, señor Presidente.

¿Conoce el Gobierno las razones por las que dimitió el presidente de
minas de Almadén y Arrayanes (MAYASA), nombrado tras las elecciones
generales del 3 de marzo de 1996?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ros.

Señor Vicepresidente Segundo del Gobierno. (Continúan los rumores y
protestas.)
Un momento, señor Vicepresidente. Señorías, les ruego que guarden
silencio.




El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (De
Rato y Figaredo): Señor Diputado, según el propio señor García Covacho
indicó a la Dirección General de Patrimonio, fueron razones personales.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.

Señor Ros.




El señor ROS MAORAD: Gracias, señor Presidente.

Le veo corto de información, señor Rato, y largo de ignorancia, porque el
día 10 de septiembre de 1996 procedió usted a nombrar al presidente de la
empresa pública Minas de Almadén y Arrayanes (MAYASA), quien presentaba
su dimisión el 29 de octubre de 1996. Cuarenta y nueve días. No parece
muy exitoso el nombramiento, ¿verdad, señor Rato? ¿Quién de sus amigos
del PP le propuso su nombramiento? Flaco favor le ha hecho. ¿No habrá
sido ese nuevo líder regional que el PP acaba de inventar en Castilla-La
Mancha?
Pero dejemos los amigos del PP, señor Rato, y vayamos a los graves
incumplimientos de compromisos electorales en los que usted ha caído;
incumplimientos electorales del Partido Popular por no haber consultado
al Gobierno regional de Castilla-La Mancha el nombramiento de un
presidente de empresa pública localizada en su territorio;
incumplimientos electorales por no haber nombrado a una persona de
señalada profesionalidad y experiencia en el sector. Creo, señor Rato,
que la persona nombrada más bien pensó que se le nombraba miembro del
Consejo Consultivo de Privatizaciones y que, por tanto, podía hacer
compatible su despacho de abogado con la presidencia de Minas de Almadén,
porque en lo tocante a experiencia no creo que conozca más del mercurio
que el que tiene en el termómetro de su casa.




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En fin, en esto de los incumplimientos electorales del Partido Popular,
sé que a ustedes ya se les ha hecho callo. Usted, señor Rato, al actuar
tan ligeramente, ha manifestado su desprecio a Castilla-La Mancha, a
Almadén, a los trabajadores y a la empresa pública. Déjese de florituras,
señor Rato, asuma su responsabilidad. Menos fotos en el balcón trinitario
de Carabaña y más atención al Gobierno. Lo ocurrido en Almadén con una
empresa pública perteneciente a un sector delicado, con dos meses sin
tomar decisión alguna, demuestra el carácter publicida del Partido
Popular.

En fin, señor Presidente, apañados estamos.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ros.

Señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (De
Rato y Figaredo): Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Ros, en cuanto a la primera parte de su intervención, tengo que
decir que, desde luego, cuando nombré al señor García Covacho lamenté que
en 49 días presentara su dimisión y fue sustituido inmediatamente. Es
verdad que en esos 49 días, el señor García Covacho, como es natural, no
cobró ningún tipo de remuneración. Ya después ha entrado usted en una
serie de consideraciones que no puedo consentirle, porque habla usted de
enemigos de la empresa pública, pero les voy a relatar a SS. SS., para
que la conozcan, la gestión de Minas de Almadén que ustedes han hecho y
lo que han dejado.

Desde 1989 a 1995 se ha destruido el 40 por ciento de los empleos de
Minas de Almadén; se han perdido 8.749 millones y los presidentes de
Minas de Almadén, que supongo que eran amigos del Partido Socialista y
que estaban respaldados por la Junta de Castilla-La Mancha, fueron unos
señores que decidieron que había que diversificar Minas de Almadén
entrando en negocios de obras, piensos, quesos y centro comercial.

Conclusión: 8.000 millones de pérdidas. Pero no acabamos ahí. La
actividad en obras aportó el 45 por ciento de las ventas y el 23 por
ciento de las pérdidas, pero es que, en el momento de ser cesado en el
cargo el último presidente nombrado por el anterior Gobierno, y con el
respaldo de la Junta de Castilla-La Mancha --por cierto, ha traído usted
este debate aquí debía haberlo hecho, porque para eso hay un Parlamento
castellano-manchego--, el Gobierno descubrió que el departamento de obras
tenía 600 millones de pesetas pendientes de cobro, de los cuales más del
85 por ciento se referían a obras realizadas en ayuntamientos u
organismos dirigidos por el Partido Socialista Obrero Español. Para
amigos de la empresa pública, nadie como ustedes. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.

--DEL DIPUTADO DON JUAN MANUEL EGUIAGARAY UCELAY, DEL GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿EN QUE CONDICIONES TIENE PREVISTA
EL GOBIERNO LA VENTA DEL 23,7 POR CIENTO DE LA SOCIEDAD TELEFONICA
INTERNACIONAL, S. A. (TISA), A TELEFONICA DE ESPAÑA? (Número de
expediente 180/000355)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 26, que formula al Gobierno el
Diputado don Juan Manuel Eguiagaray Ucelay, del Grupo Socialista.

Señor Eguiagaray.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, ¿en qué condiciones tiene prevista el Gobierno la venta
del 23,7 por ciento de la sociedad Telefónica Internacional a Telefónica
de España?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Eguiagaray.

Señor Vicepresidente del Gobierno.




El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (De
Rato y Figaredo): Gracias, señor Presidente.

Señor Diputado, con la decisión que el Gobierno ya ha anunciado a la
opinión pública, aunque no está formalizada, de la venta en oferta
pública del 21 por ciento de Telefónica, el Gobierno ha decidido que la
venta de Telefónica Internacional debería de llevarse a cabo siempre que
se produzca en las condiciones que favorezcan el interés general. En ese
sentido, Telefónica de España ha indicado su interés en participar en
esta compra, por otra parte cosa absolutamente normal, puesto que, como
usted sabe, el Estado sólo tiene el 23 por ciento de Telefónica
Internacional, y en este momento no existen más avances en esa
negociación. En cualquier caso, cuando esos avances de produzcan, esté
seguro de que no sólo el Parlamento, sino toda la opinión pública,
estarán informados.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.

Señor Eguiagaray.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Muchas gracias, señor Ministro.

Lo que usted dice me produce un poco menos de inquietud que lo dicho
desde la Dirección general del Patrimonio, desde su Ministerio, porque se
ha anunciado que ya está asignada y acordada la cantidad por la cual se
venderá Telefónica Internacional, S. A., a Telefónica de España, por un
importe de 116.000 millones de pesetas, como máximo, de acuerdo con la
valoración hecha por Salomon Brothers.




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Esto es lo que se ha dicho, y lo que me preocupa es no solamente que ésta
sea la valoración que se esté manejando como máximo, conocido como se
sabe, que ha habido valoraciones en el pasado notablemente superiores a
este importe en un período en el que por cierto, además, se han elevado
el precio y el valor de las cotizaciones de aquellas compañías
estratégicas en las cuales tiene participación Telefónica Internacional,
y cuando una compañía de esta naturaleza ha tenido en los años anteriores
beneficios extraordinarios, beneficios significativos, 29.000 millones en
el año 1995 que, debidamente capitalizados, sin duda alguna producen una
valoración notablemente superior.

Pero me preocupa, además, señor Rato, que se produzca en este momento una
situación, en la cual hay una supuesta adjudicación directa, sin ningún
tipo de concurrencia y sin que se sepa hasta ahora ninguna participación
de ese nuevo órgano que ustedes crearon, que es el Consejo para las
privatizaciones.

Señor Rato, me gustaría que usted pudiera decir que no va a ser ese
precio porque yo tengo la sensación que esto puede ser una forma de
continuar, dentro del espíritu navideño, los regalos fiscales con regalos
de patrimonio público si ésta es la valoración. En segundo lugar, me
gustaría que usted anuncie que se producirá en defensa del patrimonio
público la concurrencia, no obstante el interés de Telefónica de España
de adquirir el 23,7 por ciento de participación de la Compañía Telefónica
Internacional. Si no, señor Rato, me temo que tengo que pensar que la
valoración no es la adecuada, a la vista de los precedentes, y que no se
está defendiendo adecuadamente el patrimonio público.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Eguiagaray.

Señor Vicepresidente.




El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (De
Rato y Figaredo): Señor Eguiagaray, quiero decirle que, cuando un
documento existente en poder de la Dirección general del Patrimonio, de
febrero de 1996, presentaba veintiuna valoraciones de Telefónica
Internacional, que se movían en una horquilla entre 62.000 y 161.000
millones.

Posteriormente, en un concurso público en el que han participado los mas
importantes gastos de inversión, se adjudicó a uno determinado que
hiciera una valoración para un procedimiento de venta.

Quiero recordarle, puesto que usted tiene experiencia, que por ejemplo,
cuando se produjo la venta de Enagás Natural, venta que se hizo en 54.000
millones, la horquilla entre valoraciones se movía entre 90.000 y
120.000. No le voy a leer el «Diario de Sesiones» con sus palabras, pero
seguramente usted las conoce porque están publicadas, con lo cual quiero
decir que las horquillas de valoraciones son sin duda importantes, y
desde luego en estos momentos nos estamos moviendo en una horquilla de
valoraciones bastante razonable respecto a las 21 que encontramos, entre
62.000 millones y 161.000 millones.

En este momento, no hay ninguna otra oferta, ninguna otra compañía que se
haya interesado en Telefónica Internacional, pero no le quepa ninguna
duda a S. S. que haremos un concurso para que se vendan las acciones de
Telefónica Internacional y que, indudablemente, consideraremos la mejor
oferta.

También tiene que tener en cuenta S. S. que, en el caso de que no hubiera
un acuerdo con Telefónica, eso podría afectar seriamente a Telefónica
Internacional, habida cuenta de la mayoría de acciones que tiene
Telefónica y de los contratos que giran alrededor de esas acciones. Por
tanto, trataremos de combinar, por un lado, los intereses generales con
los intereses que puedan deducirse también del mayor precio que pueda
obtener el Estado para ello, y con la mayor transparencia.

Desde luego creo que en este momento la valoración final que se ha hecho
de Telefónica Internacional nos da una horquilla que, no le quede ninguna
duda a S. S., intentaremos superar al alza, espero que con más éxito que
en ocasiones anteriores, como también puede estar seguro S. S. de que
todos los activos y todos los pasivos irán en esa venta; no se quedarán
los pasivos en el Estado y los activos en manos de accionistas privados.

También en ese sentido creo que trataremos de mejorar situaciones
anteriores.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.




--DEL DIPUTADO DON RAMON AGUIRRE RODRIGUEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿CUAL ES LA VALORACION
QUE TIENE EL GOBIERNO SOBRE LA EVOLUCION DE LA INFLACION Y DE LOS TIPOS
DE INTERES? (Número de expediente 180/000370)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 38. Se sustituye la pregunta
formulada por don Diego Jordano por la nueva de don Ramón Aguirre
Rodríguez, del Grupo Popular.

Señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Gracias, señor Presidente.

No es muy habitual que el grupo que sostiene al Gobierno haga en una
sesión de control una intervención y una pregunta al Gobierno, pero
cuando se producen algunos datos que representan la bonanza de la
economía, la oposición tiende a hacer críticas a través de los medios de
comunicación y a no traer el debate a la Cámara.




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Creo que es bueno que esta sede parlamentaria tenga oportunidad de salir
al paso de algunas sombras que se pretenden sembrar en torno a los datos
de inflación y en torno a los datos de bajada de tipos. No sería el caso
de que tuviéramos que empezar a pedir perdón porque van bien y hay cierto
tono de satisfacción por el comportamiento de estas variables, pero es
una satisfacción alejada de toda complacencia y de todo conformismo.

Sin embargo, de ahí a decir que los gobiernos anteriores tienen la
responsabilidad en la evolución de estas variables y de su éxito o de ahí
a decir que no se repercute la bajada de tipos de interés a todo el
universo que se puede beneficiar de ellas, cuando está claramente
repercutido en todo el campo del mercado hipotecario que los usuarios de
las hipotecas podrían estar ahorrándose en este momento aproximadamente
20.000 pesetas al mes --aquellos que tuvieran un crédito de diez millones
a quince años--; de ahí a dejar sentadas esas sombras, inclusive a
advertir que la inflación tendrá en un futuro accidentes, sería bueno
también explicar cuáles son los riesgos que tiene la inflación para poder
tener esos accidentes.

Por estas razones, me parece que es bueno traer a sede parlamentaria cuál
es la valoración que tiene el Gobierno sobre la evolución de la inflación
y de los tipos de interés. Esta es la pregunta que le formulo al señor
Vicepresidente del Gobierno.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Aguirre.

Señor Vicepresidente, tiene la palabra.




El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (De
Rato y Figaredo): Señor Presidente, señor Aguirre, como he puesto de
relieve, me parece ya en alguna ocasión en esta Camara, se está
produciendo un fenómeno extraordinariamente positivo y es que por primera
vez en nuestra historia económica reciente coincide una recuperación
económica con una reducción de los desequilibrios. En ese sentido, no
sólo el desequilibrio de precios de la inflación, sino la reducción del
déficit público y la situación de las cuentas exteriores nos indican que
la economía española se encuentra en un momento de estabilidad
indudablemente beneficioso y que, además, debe ser la base del
crecimiento del futuro.

Por primera vez también, se produce que el poder adquisitivo de los
pensionistas y de los funcionarios va a mejorar en 1996 como consecuencia
de que hemos conseguido el objetivo de inflación --es probable que
incluso se mejore-- y también vamos a comprobar por primera vez cómo
reducir el déficit público tiene efectos inmediatos beneficiosos para
todos los ciudadanos.

Puede haber un debate, que no sé si es demasiado útil, sobre las
responsabilidades de todas las reducciones de precios que se están
produciendo. Tengo que decir que desde la llegada a responsabilidades de
este Gobierno, el mismo ha apostado claramente por una política de
reducción de la inflación tomando decisiones importantes sobre precios
regulados, tomando decisiones importantes sobre competencia, tomando
decisiones importantes en negociación con los sectores sobre reducción de
los márgenes y de la intermediación en el sector hipotecario y haciendo
que se pueda trasladar, con mayor rapidez todavía, los beneficios de la
reducción de los intereses a los ciudadanos en sus hipotecas y en sus
créditos.

No cabe duda que estamos ante muy buenas noticias. ¿Pueden existir
sorpresas en el futuro? Las sorpresas, por definición, no son fáciles de
prever, pero hemos tenido sorpresas en el pasado. Pensemos que la crisis
de las Ôvacas locas' y lo que es mucho más importante, la subida del
precio del petróleo y de la energía han coincidido con bajadas de precios
en nuestra economía, cosa que nunca había sucedido. En ese sentido, me
parece que sorpresas positivas en el futuro sin duda van a ser el
cumplimiento del déficit público en 1996 y el cumplimiento del déficit
público en 1997. Sorpresas positivas en el futuro van a ser la política
de reducción de tarifas de energía eléctrica que propone el Gobierno a
través del protocolo eléctrico. Sorpresas positivas en el futuro, sin
duda, va a ser el hecho de que se esté produciendo una creciente
moderación salarial en las negociaciones entre los interlocutores
sociales.

En cuanto a que puede haber alguien que se alegre de que tengamos alguna
sorpresa no favorable, espero que no haya nadie que se alegre de ello y
también espero que no se produzca. De lo que sí puede estar seguro,
señoría, es que por parte del Gobierno se están tomando todas las medidas
para que la bonanza económica esta vez no se pierda en especulación, sino
que se gane en mantenimiento del crecimiento económico y, por tanto,
mayor duración de éste para el beneficio de todos los ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Vicepresidente.




--DEL DIPUTADO DON CESAR VILLALON RICO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR
EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO ¿COMO SE VA DESARROLLANDO LA
EJECUCION DEL PLAN DE CHOQUE PARA ELIMINAR LAS LISTAS DE ESPERA DE LA
SANIDAD PUBLICA QUE SE INICIO EL 1 DE JULIO DE 1996? (Número de
expediente 180/000366)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 34, que mantiene pertinazmente el
Diputado don César Villalón Rico, del Grupo Popular, al Gobierno.




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Señor Villalón.




El señor VILLALON RICO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Sanidad y Consumo, cualquier ciudadano que conozca
mínimamente las características de los sistemas sanitarios públicos es
consciente de que uno de los lastres de la sanidad pública son las listas
de espera.

En nuestro país podemos ver que en las comunidades autónomas que tienen
transferidas las competencias sanitarias sus servicios de salud soportan,
en mayor o menor medida, diferentes tiempos de demora en la asistencia
sanitaria; lo mismo pasa en lo que se denomina el territorio Insalud. La
realidad es que los datos a principios de año, allá por el mes de marzo,
daban que había una lista de espera superior a 54.000 pacientes que
necesitaban intervención quirúrgica, para los que la lista de espera era
superior a un año, y eso nos parecía en su momento y nos parece ahora
excesivo.

Cuando el Gobierno toma posesión, cuando el señor Ministro se incorpora
al Ministerio de Sanidad, ve que uno de los problemas que más afectan a
la equidad del sistema sanitario es el de las listas de espera. Todos
recordamos la comparecencia del señor Ministro en la Comisión de Sanidad
y Consumo, donde se establecía como gran objetivo disminuir las listas de
espera quirúrgicas superiores a un año y que el plan de choque se
iniciaría el día 1.º de julio para terminarlo antes del 31 de diciembre
de este año.

Señor Ministro, dado que durante ese tiempo ha pasado el período estival,
en el que habitualmente disminuye la actividad quirúrgica, que en los
meses de octubre y noviembre hay una sobrecarga asistencial por todos
conocida, que en los últimos días hemos visto en diferentes medios de
prensa que en algunos hospitales del territorio Insalud no se iban a
conseguir los objetivos de actuar contra las listas de espera, que
estamos a final de año y ya quedan pocos días para cumplir ese gran
objetivo, por todo ello, señor Ministro, le formulo la siguiente
pregunta: ¿Cómo se va desarrollando la ejecución del plan de choque para
eliminar las listas de espera en la sanidad pública, que se inició el 1
de julio de 1996?
Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Villalón.

Señor Ministro de Sanidad y Consumo.




El señor MINISTRO DE SANIDAD Y CONSUMO (Romay Beccaría): Muchas gracias,
señor Presidente.

Coincido con S. S. en la valoración de la importancia que tienen las
listas de espera. No diría que es una lacra de los sistemas públicos; es
una lacra de los sistemas ineficientes, por lo que uno de los objetivos
del Gobierno fue hacer todo lo posible por reducir esas listas de espera.

Las listas de espera tienen importancia porque son un indicador muy
acreditado e importante de la eficacia de los centros hospitalarios.

Resolver el problema de las listas de espera es muy importante para la
equidad a los pacientes porque son desgraciadamente los más necesitados,
los que menos alternativas tienen a utilizar los centros públicos para
ser intervenidos y, consiguientemente, los que más se perjudican con las
listas de espera prolongadas.

Otra razón para tratar de reducir las listas de espera es que a los
ciudadanos les produce gran satisfacción ser atendidos oportunamente. De
ahí que se haya acometido este plan, que afortunadamente se va
desarrollando muy bien. A 15 de diciembre, de ese grupo de 53.800
personas que había que intervenir antes del 31 de diciembre, para que
nadie a final de año sufriera una demora superior a un año, más de 47.000
ya han sido intervenidas y confío en que al terminar el año estaremos muy
cerca de conseguir el objetivo total y que no quede en el territorio del
Insalud nadie con demora superior a un año. Eso significará que la demora
media, que a 31 de marzo, eran 207 días, se habrá reducido a menos de 120
días al terminar el año, y se está consiguiendo básicamente, utilizando
mejor los centros públicos. El 60 por ciento de estos pacientes han sido
intervenidos en jornadas de mañana de los centros públicos; un 16 por
ciento en jornadas de tarde de los centros públicos; un 7 por ciento en
hospitales de apoyo --así los hemos llamado--, cuatro hospitales de
Madrid que estaban infrautilizados y que hemos aprovechado mejor para
esta operación, y sólo el 17 por ciento ha tenido que ser intervenido en
centros concertados.

Los resultados son, como digo, que estamos muy cerca de alcanzar el
objetivo global. Puedo decir, por ejemplo, que en Ceuta y Baleares ya no
quedan pacientes de cirugía general; en Salamanca, Santander y Oviedo, de
oftalmología; en Logroño, Palencia y Toledo, de otorrinolaringología; en
Zamora, Segovia y Teruel, de ginecología. Nuestros planes para el año que
viene son todavía mejorar estos resultados.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--DEL DIPUTADO DON JOSE MARIA CHIQUILLO BARBER, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
MIXTO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUE INICIATIVAS Y/O ACTUACIONES HA
EMPRENDIDO O PIENSA EMPRENDER EL GOBIERNO ESPAÑOL PARA EXIGIR AL GOBIERNO
DE LA REPUBLICA FRANCESA EL PAGO DE INDEMNIZACIONES POR LOS DAÑOS Y
PERJUICIOS OCASIONADOS EN LAS EXPORTACIONES ESPAÑOLAS COMO CONSECUENCIA
DE LA HUELGA DE CAMIONEROS FRANCESES DEL PASADO MES DE NOVIEMBRE? (Número
de expediente 180/000343)



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El señor PRESIDENTE: Pregunta número 15 que formula al Gobierno el
Diputado del Grupo Mixto don José María Chiquillo Barber.

Señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Asuntos Exteriores, ¿qué iniciativas y/o actuaciones ha
emprendido o piensa emprender el Gobierno español para exigir al Gobierno
de la República Francesa el pago de indemnizaciones por los daños y
perjuicios ocasionados en las exportaciones españolas como consecuencia
de la huelga de camioneros franceses del pasado mes de noviembre?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Chiquillo.

Señor Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señor Presidente,
desde los primeros momentos de la huelga de transporte en Francia, tanto
yo mismo como otros miembros del Gobierno hemos estado en contacto
continuo con nuestros homólogos franceses con el objeto de minimizar las
consecuencias del bloqueo de carreteras sobre personas e intereses
españoles. Fruto de este estrecho contacto e insistencia española ha sido
el reconocimiento por el Gobierno francés del derecho de los afectados a
reclamar indemnizaciones por los daños causados por la huelga. Asimismo,
las autoridades francesas han mostrado su disposición a colaborar, y en
este sentido han proporcionado inmediatamente información sobre el
procedimiento que los afectados deben seguir para reclamar de modo
individual por los daños sufridos por el bloqueo de carreteras.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Señor Chiquillo.




El señor CHIQUILLO BARBER: Señor Ministro, muchas gracias por la
contestación.

Tengo que manifestarle que este bloqueo ha quebrado de manera flagrante
el principio básico de la libre circulación de mercancías, uno de los
pilares básicos de la Unión Europea. Este bloqueo de finales de noviembre
en las carreteras francesas supuso para las exportaciones españolas más
de 50.000 millones en daños, en particular frutas y hortalizas
procedentes de la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, y otros
productos de la exportación típicos de la época como, por ejemplo, el
sector del juguete, que ha sido muy afectado.

Sabemos del interés y la preocupación de su Gobierno, pero el interés de
nuestra iniciativa --y le manifiesto que hemos presentado una proposición
no de ley en ese sentido-- es que, indudablemente, tiene que ser el
Gobierno español el que exija a Francia, tiene que ser el Gobierno
español a través del Ministerio de Asuntos Exteriores el que facilite a
los afectados la posibilidad de encauzar las actuaciones no vía
individual sino vía conjunta, porque difícilmente algunos camioneros o
algunos empresarios pueden en la vía individual exigir las
indemnizaciones por los graves daños, los multimillonarios daños que
sufrieron como consecuencia de la huelga.

Por tanto, nuestra máxima preocupación es transmitirle el malestar que
causó y los graves perjuicios causados en diversos sectores económicos
españoles. Tiene que ser el propio Ministerio de Asuntos Exteriores el
que se ponga al servicio de los afectados para exigir en un frente común,
no a título individual sino como frente común al Gobierno francés que
pague hasta la última peseta de esos daños y perjuicios ocasionados por
una huelga que no puso los remedios, no puso los medios para evitar ese
verdadero bloqueo que ha supuesto estos daño, repito, de más de 50.000
millones.

Por eso pido que se ponga al servicio de los afectados y lleve una
postura común, desde el Gobierno español para exigir al Gobierno francés
el abono hasta la última peseta.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Chiquillo.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señor Presidente,
le ruego, señor Chiquillo, tenga en cuenta, en primer lugar que, aunque
víctimas hemos sido todos los ciudadanos europeos y especialmente los
vecinos de Francia, la primera y más importante víctima ha sido el pueblo
francés, ya que la huelga iba dirigida contra el propio Gobierno.

En todo caso, estoy convencido de que las reclamaciones presentadas por
los afectados españoles serán tratadas de forma positiva y responsable
por las autoridades francesas, como demuestra su actitud colaboradora en
todo momento. No obstante, he instruido a nuestra Embajada en París, así
como a todos los consulados españoles en Francia para que se haga un
seguimiento de las reclamaciones presentadas con el fin de comprobar que
siguen su curso normal y no hay trato discriminatorio. En caso de que
tuviéramos constancia de que se dan situaciones discriminatorias, el
Gobierno realizará todas las gestiones oportunas ante las autoridades
francesas con el fin de poner remedio a la situación.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--DEL DIPUTADO DON JOAN SAURA LAPORTA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿POR
QUE RAZON EL GOBIERNO INCUMPLE, EN LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO,
EL «COMPROMISO POR LA SOLIDARIDAD», QUE FIRMO EL PARTIDO POPULAR CON LA
PLATAFORMA DEL 0,7 Y LA COORDINADORA DE ONG? (Número de expediente
180/000346)



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El señor PRESIDENTE: Pregunta número 18, que formula al Gobierno el
Diputado Joan Saura Laporta, del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

Señor Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señor Presidente. Señor Ministro, ¿por
qué razón el Gobierno incumple, en los presupuestos generales para 1997,
los acuerdos del compromiso por la solidaridad que el Partido Popular
firmó con la Plataforma del 0,7 y la Coordinadora de ONG, acuerdos
consistentes en dotar la ayuda oficial al desarrollo con un mínimo del
0,35 por ciento sobre el producto interior bruto?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Saura.

Señor Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Gracias, señor
Presidente.

La razón a que se refiere está en el propio compromiso a que alude el
señor Saura. Si lee con detenimiento dicho compromiso asumido por el
Partido Popular al firmar el pacto por la solidaridad, verá que el mismo
quedaba explícitamente condicionado a que su aplicación no impidiera
cumplir los objetivos de reducción del déficit público. Además, en el
propio programa electoral del partido se establecía igualmente --términos
literales-- que el objetivo del 0,7 se intentará alcanzar en la presente
legislatura --no en un ejercicio--, si lo permite el déficit de las
administraciones públicas y el requisito de convergencia de la Unión
Monetaria.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Señor Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Tengo que manifestar que esto que usted dice es
falso. El documento que ustedes firmaron dice --se lo leo-- que dotarán
con partidas presupuestarias, con un mínimo del 0,35 por ciento del PIB
para ayuda oficial al desarrollo. A continuación dice: se proseguirá en
el esfuerzo al objeto de alcanzar el 0,5 siempre que sea compatible con
los objetivos de déficit público. Por tanto, señor Ministro, esto que
usted ha dicho es falso.

Ustedes firmaron que en cualquier situación macroeconómica destinarían el
0,35, y que si era compatible con el déficit público llegarían al 0,5.

Por tanto, ustedes han incumplido el compromiso. Han incumplido este
acuerdo, pero han incumplido también muchos acuerdos más, por ejemplo, el
hecho de que ustedes firmaran que iban a destinar el 20 por ciento de la
ayuda oficial a programas sociales básicos. Han incumplido el acuerdo que
ustedes firmaron relativo a que iban a reformar los créditos FAD, porque
hoy los créditos FAD no son ayuda al desarrollo. Ustedes han incumplido
todo esto.

Señor Ministro, ni el 0,5, ni el 0,35, ni el 0,34, ni el 0,33, ni el
0,32, ni el 0,30, ni el 0,29; ustedes simplemente consignan el 0,28. Lo
consignan en los papeles, pero la realidad no va a llevar al 0,25. ¿Sabe
por qué? Porque ustedes han consignado 75.000 millones de créditos FAD en
concepto de ayuda al desarrollo que no los van a gastar. El Gobierno del
PP, señor Ministro, va a conseguir un mínimo histórico en ayuda al
desarrollo. España va a ser, en el año 1997 --y se lo volveré a
preguntar--, el penúltimo país de todos los que hacen ayuda al
desarrollo. No me extraña, sobre todo cuando el Secretario de la Agencia
de Cooperación Internacional recientemente ha dicho que reivindicar el
0,7 para el Tercer Mundo es hacer demagogia. Cumplan y no hagan ustedes
demagogia.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Saura.

Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Gracias, señor
Presidente.

No sé si el compromiso a que se refiere S. S. hace referencia también al
plazo de siete meses y unos cuantos días que lleva este Gobierno desde
que tomó posesión para cumplir el compromiso. Tenemos una legislatura por
delante y quisiera destacar, precisamente contradiciendo las afirmaciones
muy alegres de S. S., que en un período de fuertes restricciones
presupuestarias como el actual el Gobierno ha realizado un considerable
esfuerzo al incrementar en el 70,2 por ciento los fondos destinados en
1997 a cooperación y ayuda al desarrollo. Quiero decir que muchas veces
esos fondos de cooperación y ayuda al desarrollo se han destinado a
países que aplican los programas y las ideas que normalmente defiende
aquí el señor Saura.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--DEL DIPUTADO DON PABLO MARCIAL IZQUIERDO JUAREZ, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUE DATOS
PUEDE APORTAR EL GOBIERNO SOBRE LA AYUDA HUMANITARIA PROMOVIDA, HASTA EL
MOMENTO, POR ESPAÑA EN LA CRISIS DEL ZAIRE? (Número de expediente
180/000369)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 37, que mantiene pertinazmente el
Diputado del Grupo Popular don Pablo Marcial Izquierdo Juárez.

Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Gracias, señor Presidente.




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Señor Ministro, frente a planteamientos quizá demasiado fáciles que se
suman a la noticia de estos días, el Grupo Parlamentario Popular trae de
nuevo a la Cámara la cuestión del Zaire, y la traemos, señor Ministro,
porque estamos preocupados. Nada, de las últimas noticias y
acontecimientos, mitiga la preocupación que tenemos, y tiene el Gobierno,
sobre la cuestión del Zaire; y quizá sea el momento, señor Ministro, de
hacer balance del esfuerzo de solidaridad hecho por el Ejecutivo español
en esta cuestión.

Señor Ministro, ¿qué datos puede aportar el Gobierno, hasta el momento,
del esfuerzo de solidaridad hecho por España en la crisis del Zaire?



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Izquierdo.

Señor Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Gracias, señor
Presidente.

Como saben SS. SS., el Gobierno comparte totalmente la preocupación de S.

S. por la gravísima situación existente en Zaire, en general en toda la
región de los grandes lagos, y puedo asegurarles que estamos haciendo un
enorme esfuerzo para contribuir a paliar esa situación. El montante
global de la ayuda que España ha proporcionado a esta región, en el año
1996 y hasta la fecha, asciende exactamente a 8.102.982 dólares, algo más
de 1.000 millones de pesetas. Esa cantidad engloba la ayuda de emergencia
suministrada, de 5.600.000 dólares, además de las contribuciones
desembolsadas con anterioridad por España, con carácter ordinario, de 2,5
millones de dólares, aproximadamente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Gracias, señor Presidente.

Los datos que el señor Ministro aporta a la Cámara son alentadores y la
Cámara debe constatar, como lo hace nuestro grupo parlamentario, que los
más de 1.000 millones de pesetas aportados por España a Zaire hasta el
momento triplican la ayuda que anteriores ejecutivos realizaron en la
crisis de Ruanda, apenas 300 millones de pesetas. La Cámara debe
constatar, como hacemos nosotros también, que España ha tenido una
posición de liderazgo en la resolución del conflicto del Zaire. Y la
Cámara constata, como constatamos nosotros también, que el Gobierno y el
Ministro anuncian que es un balance provisional y en el futuro se han de
producir nuevas aportaciones y nuevas actuaciones de España en la crisis
del Zaire.

Gracias, señor Presidente, gracias, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Izquierdo.

Señor Ministro.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Así es, en
efecto, señor Presidente. Estamos pendientes del problema y preparando
continuamente nuevas expediciones de ayuda. Quiero destacar que el
Gobierno ha enviado cinco aviones con ayuda humanitaria, en colaboración
con ONG de la región de los grandes lagos. También quiero destacar el
hecho de que España fue el primer país que envió un avión con ayuda de
emergencia, lo que ha sido muy apreciado en Zaire, tanto por el Gobierno
como por la prensa. Asimismo, quiero destacar que España ha sido uno de
los primeros países del mundo que ha reaccionado positivamente a las
solicitudes de emergencia de las agencias humanitarias. Por tanto, como
muy bien daba a entender S. S., las cifras que acabo de facilitar no son
finales; se está procediendo a nuevos envíos y aportaciones.

Para terminar, quiero destacar, al margen de las ayudas efectuadas por el
Gobierno español a que me he referido, el enorme esfuerzo de solidaridad
desplegado por otros organismos españoles que, de acuerdo con los datos
disponibles, alcanza ya la cifra, a sumar a la anterior, de 3.343.000
dólares, aproximadamente.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro de Asuntos Exteriores.




--DEL DIPUTADO DON EMILIO PEREZ TOURIÑO, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿QUIEN ES EL RESPONSABLE DEL CIERRE
DEL AEROPUERTO DE BARAJAS EL PASADO DIA 10 DE DICIEMBRE? (Número de
expediente 180/000350)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 21, que formula al Gobierno el
Diputado don Emilio Pérez Touriño, del Grupo Socialista.

Señor Pérez Touriño.




El señor PEREZ TOURIÑO: Señor Ministro, ¿quién es el responsable del
cierre del Aeropuerto de Madrid-Barajas el pasado día 10 de diciembre?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez Touriño.

Señor Ministro de Fomento.




El señor MINISTRO DE FOMENTO (Arias-Salgado y Montalvo): Muchas gracias,
señor Presidente.

La decisión de cierre del aeropuerto fue tomada, conjuntamente, por el
equipo de dirección de AENA, con el presidente y el director general al
frente del mismo, que se reunió en el Aeropuerto de Barajas desde las
trece horas y que siguió, de manera directa y permanente,



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la marcha de los acontecimientos. Previamente, el presidente de AENA
había mantenido una conversación telefónica conmigo.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Señor Pérez Touriño.




El señor PEREZ TOURIÑO: Señor Arias-Salgado, ¿ha pensado usted en las
consecuencias de sus irresponsables declaraciones, calificando al
principal aeropuerto de su país de instalaciones tercermundistas y a su
seguridad, como de broma? Esas declaraciones no las habría hecho ni el
más duro de nuestros competidores o el más exigente de los usuarios;
parecen propias del peor de nuestros enemigos, pero son suyas, señor
Ministro, responsable del transporte, y demuestran una grave
irresponsabilidad y un profundo desconocimiento. La única broma en este
tema es su actuación, que creemos le descalifica. En lo sustancial, su
explicación del cierre de Barajas, en términos de déficit de
instalaciones, es radicalmente falsa.

Señor Ministro, le demando que aquí y ahora, ante la Cámara, cite uno
sólo de los procedimientos o sistemas de Barajas que no cumplan con los
requisitos de la Organización Internacional de Aviación Civil, con los
requisitos OACI, que son los que tiene que cumplir; no cuatro ni tres ni
dos: uno sólo. Es más, Barajas cumple con los más exigentes requisitos
internacionales para operar en la más exigente de las categorías de
aeropuertos, la categoría 3. Señor Arias-Salgado, le exigimos una
rectificación pública por el bien del transporte aéreo en nuestro país.

El cierre del aeropuerto el día 10 tiene su origen en una grave falta de
coordinación en la gestión. Una empresa, por encargo de AENA, realiza
trabajos en el aeropuerto sin el conocimiento ni la autorización del
mismo. ¿Cómo califica el señor Ministro esta situación? Barajas no se
cierra como consecuencia del pinchazo en un cable de tensión. Los
sistemas y circuitos alternativos redundantes existen y funcionaron, y
son aún hoy los que siguen manteniendo a Barajas operativo. El aeropuerto
se cierra, se apaga, por una decisión del Presidente de AENA, casi seis
horas después de iniciado el fuego, decisión bien o mal tomada, cuestión
que no es el momento de discutir ni de plantear. Lo ocurrido es el máximo
exponente de lo desastroso de su gestión y de la reorganización de la
administración aeronáutica que han impulsado. En tres meses han dañado
ustedes gravemente el funcionamiento de un aeropuerto que mantenía el 90
por ciento de puntualidad incluso en épocas puntas, como en el pasado
verano, con más tráfico que en octubre y en noviembre y con Eurocontrol
autorizando los vuelos. Los han echado ustedes por debajo del 30 por
ciento. Explíquenos esto, señor Ministro, porque lo cierto es que, desde
entonces hasta ahora, el único cambio es que eliminaron la función
autónoma de la Dirección General de Aviación Civil como regulador y
controlador del operador, cesaron en agosto el equipo de dirección del
aeropuerto y cambiaron los equipos de AENA.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez Touriño.

El señor Ministro de Fomento tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE FOMENTO (Arias-Salgado y Montalvo): Muchas gracias,
señor Presidente.

Señoría, es bueno que empecemos a reflexionar seriamente sobre el
aeropuerto de Barajas. Tendremos ocasión en mi próxima comparecencia. Lo
que le quiero decir a usted, señoría, es que no se puede trasladar la
cuestión donde la cuestión no está. Lo que ha hecho verdaderamente daño a
España ha sido tener que cerrar el aeropuerto de Barajas. Ni mis
declaraciones ni las suyas ni las del señor Borrell tienen la más mínima
importancia. Lo que es grave, gravísimo, es haber tenido que cerrar el
principal aeropuerto de España y uno de los principales aeropuertos
europeos.

Son muchas las cuestiones que inciden en este tema, pero yo le voy a
decir una. Usted ha hablado de la puntualidad. Yo le digo que hay una
puntualidad decreciente durante todo el mandato de los Gobiernos
socialistas hasta el año 1995, y eso es fácilmente demostrable y lo
demostrarán los técnicos. Pero yo le voy a hacer un razonamiento lógico
que no puede entrar en contradicción con la técnica. La duplicación de un
circuito o es completa o no es duplicación. Si yo tengo que cortar el
suministro de fluido eléctrico para poder apagar un fuego, hay una de
estas dos causas: o la duplicación tiene una configuración deficiente o
no existe duplicación completa. Pues bien, yo le digo que el circuito y
la instalación eléctrica que tiene Barajas, en la parte que está
duplicada, tiene una configuración deficiente y, después, hay otra parte
que no está duplicada, hubo gravísimo riesgo de que el incendio se
extendiera a la parte no duplicada y habría habido que cerrar el
aeropuerto de Barajas durante por lo menos quince días. Señoría, las
instalaciones de emergencia del aeropuerto de Barajas son muy mejorables.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--DEL DIPUTADO DON ANTONIO LUIS MEDINA TOLEDO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO, QUE FORMULA AL GOBIERNO: ¿PODRIA EXPLICAR EL
GOBIERNO EN QUE VA A CONSISTIR EL PLAN DE REDUCCION DE TARIFAS ELECTRICAS
EN LOS PROXIMOS AÑOS, ENUNCIADO EN EL PROTOCOLO ELECTRICO? (Número de
expediente 180/000362)



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El señor PRESIDENTE: Pregunta numero 30, que formula al Gobierno, y que
mantiene pertinazmente también, el Diputado del Grupo Popular don Antonio
Luis Medina Toledo.

El señor Medina tiene la palabra.




El señor MEDINA TOLEDO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro de Industria y Energía, paradójicamente, en este hemiciclo
semivacío y casi a punto de que nos apaguen las luces le voy a formular
una pregunta sobre energía eléctrica.

Para mí el aspecto más sorprendente, diría yo que gratamente
sorprendente, del recién firmado protocolo eléctrico es que permitirá la
reducción de tarifas eléctricas a lo largo de los próximos cinco años.

Hay que recordar que las tarifas eléctricas no han cesado de subir desde
1979 hasta que en 1996 las congela el Gobierno del Partido Popular. Yo
creo que ese hecho realza aún más la importancia de la decisión de
política energética que ha tomado el Gobierno. Por otra parte, se han
formulado ciertas críticas respecto a que no se rebajaban las tarifas de
los consumidores domésticos y se contraponía a la rebaja de las tarifas
para los consumidores industriales, para las empresas. Creo que la
decisión es acertada porque la concepción de que la energía eléctrica no
fuera un bien escaso y caro podía fomentar el excesivo consumo, que va en
contra de las previsiones del Plan Energético Nacional. Por contra, la
disminución a las empresas traerá consigo el sostenimiento de costos e
incluso la disminución de precios, que dan una garantía de competitividad
a estas empresas pero que, más aún, es un beneficio añadido para los
consumidores finales.

Hay un hecho que para mí es definitivo, y es que el protocolo eléctrico
permite la liberalización de nuevas unidades generadoras. Eso significa
el uso de unidades más eficientes, el empleo de posibilidades
alternativas que con otras medidas complementarias, y junto también con
la intención anunciada por parte de empresas muy importantes del sector
energético de entrar en el sector de producción de energía eléctrica,
hacen concebir la esperanza de que la disminución de tarifas sea aun
superior a los mínimos establecidos por el protocolo. Eso ya de hecho ha
ocurrido en otro campo, como el de las tarifas telefónicas, por esa
competencia añadida.

Esto no pasa de ser simples deducciones de este Diputado, y a mí me
gustaría que dado que el protocolo es una declaración de intenciones, que
luego se desarrollará reglamentariamente, el señor Ministro tuviera a
bien contestar la pregunta de si puede explicar el Gobierno en qué va a
consistir el plan de reducción de tarifas eléctricas en los próximos
años, tal y como anuncia el protocolo eléctrico.

Muchas gracias, señor Ministro.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Medina.

Tiene la palabra el señor Ministro de Industria y Energía.




El señor MINISTRO DE INDUSTRlA Y ENERGIA (Piqué i Camps): Muchas gracias,
señor Presidente.

Señoría, efectivamente tiene usted razón en las aseveraciones que ha
hecho respecto a los resultados que se derivarán del desarrollo normativo
y legislativo a partir de la aplicación del llamado protocolo eléctrico.

Se plantea una reducción de las tarifas en términos nominales y en
términos reales por primera vez en la historia de España, y entre el año
1997, por tanto a partir del l de enero próximo, dentro de escasos días,
y el año 2001 la reducción en términos nominales acumulada va a ser del
8,25 por ciento, lo que lleva a una reducción en promedio, en términos
reales, en torno al 20 por ciento. Esa es una cifra difícilmente
exagerable. La verdad es que la significación respecto a la lucha contra
la inflación y a la mejora de la competitividad de nuestras empresas y de
nuestro tejido productivo nos parece que es evidente, sobre todo si lo
comparamos con esa evolución que prevé el protocolo eléctrico, que además
tiene un carácter de reducción mínima. Es decir, que si se producen
reducciones de las llamadas externalidades, o si mejora la demanda o si
se reducen más los tipos de interés por debajo del 6,5 por ciento y en
algunas otras circunstancias, esa rebaja todavía puede ser superior. Esa
rebaja todavía es más relevante si se compara, digo, con la evolución
previsible de las tarifas si se siguiera aplicando el llamado marco legal
y estable establecido hasta ahora, vigente hasta estos momentos y puesto
en marcha hace pocos años por el anterior Gobierno.

La previsión de incremento de tarifas para el año 1997, por ejemplo,
dentro del marco legal y estable, está en el 4,4 por ciento, y la
previsión del Gobierno y la aplicación a partir del decreto de tarifas va
a ser de una reducción del 3 por ciento. Por tanto, la diferencia entre
una senda y otra acaba siendo muy importante, está cercana al 10 por
ciento en términos nominales, que además, si le añadimos la inflación,
todavía es más relevante. Desde el punto de vista de la distribución de
las tarifas --y con esto acabo--, para el año 1997 el criterio que ha
seguido el Gobierno está orientado, por una parte, a la contribución en
la lucha contra la inflación, y por tanto va a reducir las tarifas
domésticas en pesetas corrientes en un 1 por ciento, por lo que el
consumidor individual en términos reales va a percibir una rebaja cercana
al 4 por ciento, pero va a concentrar el esfuerzo de reducción en las
pequeñas y medianas empresas, de tal manera que sobre todo en las
pequeñas empresas, tanto del área industrial como del área comercial y de
servicios, la rebaja nominal va a ser del 6 por ciento, de forma que la
percepción real de esa rebaja para esas pequeñas empresas va a estar



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en torno al 9 por ciento. Desde luego es muy relevante esa reducción y va
a tener su continuidad en ejercicios futuros.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro de Industria y
Energía.




--DE LA DIPUTADA DOÑA MARGARITA URIA ECHEVARRIA, DEL GRUPO VASCO (PNV),
QUE FORMULA AL EXCELENTISIMO SEÑOR MINISTRO DE ADMINISTRACIONES PUBLICAS:
¿LA POLITICA DE SU MINISTERIO EN MATERIA DE TRANSFERENCIAS DE MEDIOS
PERSONALES Y MATERIALES DE LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA ESTA
CONDICIONADA POR LA EXISTENCIA DEL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD NUMERO
431/1995? (Número de expediente 180/000344)



El señor PRESIDENTE: Finalmente, porque la pregunta que estaba mantenida
por el señor López-Medel, del Grupo Popular, ha tenido la amabilidad de
comunicarme que la retira, formula la pregunta número 16 la Diputada doña
Margarita Uría Echevarría, del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), al
Gobierno.

Señora Uría, tiene la palabra.




La señora URIA ECHEVARRIA: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, la Ley Orgánica 16/1994 reformó el artículo 455 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, refiriendo determinadas competencias en
materia del personal al servicio de la Administración de justicia a las
comunidades autónomas. Este precepto fue impugnado, tachándolo de
inconstitucional, por un grupo de cincuenta Diputados del Grupo Popular
que encabezaba, por cierto, el hoy excelentísimo señor Presidente de la
Cámara. Sin embargo, al amparo del mismo, por el Gobierno actual se han
efectuado transferencias al País Vasco, a Cataluña y en breve serán
también efectivas las de Galicia, Valencia y Canarias. ¿Es compatible
esta política con la pendencia del recurso?



El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Uría.

El señor Ministro de Administraciones Públicas tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ADMINISTRACIONES PUBLICAS (Rajoy Brey): Muchas
gracias, señor Presidente.

Señora Uría, habrá visto que entre los cincuenta firmantes del Grupo al
que usted ha hecho referencia no figuraba este humilde Ministro que
responde a su pregunta, lo cual no quiere decir que no se solidarizase
con el recurso que entonces presentó el Grupo Popular.

Es verdad lo que ha dicho. Hay un recurso planteado en su día por el
Grupo Parlamentario Popular y en este momento hay una serie de decisiones
políticas del Gobierno, a las cuales usted acaba de hacer referencia, que
tenían su antecedente en los traspasos efectuados a las comunidades
autónomas de Cataluña y del País Vasco antes de la celebración de las
últimas elecciones generales. Es cierto que se ha producido ya ese
traspaso en las últimas fechas a la Comunidad Autónoma de Valencia, a la
de Galicia y muy recientemente, con efectos desde el 1 de enero del año
1997, a la Comunidad Autónoma de Canarias. Por tanto, el Gobierno está
procediendo al traspaso de determinados medios personales al servicio de
la Administración de justicia, por lo que es compatible la política que
está haciendo el Gobierno con el recurso presentado en su día por el
Grupo Parlamentario Popular. En cualquier caso, mi criterio y el criterio
del Gobierno, como fácilmente puede deducirse de la política que ha
seguido y que está siguiendo en estas últimas fechas, es que ese recurso,
si dependiese del Gobierno, al menos en este punto concreto, que no en
otros de la reforma de la ley orgánica, parecería lógica su retirada. De
todas formas, es una decisión que no le compete a este Gobierno, como
usted sabe, y sí al Grupo Parlamentario Popular. Yo me atrevería a decir
aquí que, por mi parte, le pediré al Grupo Parlamentario Popular
reflexión sobre este punto concreto y determinado del recurso de que se
trata, aunque no sobre otros temas que también afectan a la modificación
de la Ley Orgánica del Poder Judicial a la que usted ha hecho referencia.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

La señora Uría tiene la palabra.




La señora URIA ECHEVARRIA: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, debo decirle que ya confiaba en su actitud favorable a
mis requerimientos. Espero que sea lo suficientemente persuasivo para
conseguir del grupo que apoya al Gobierno la retirada de ese aspecto, no
me refiero a otros, sino sólo al que hace referencia al artículo 455, en
la idea de que, con la asunción de estas competencias, no se altera en
modo alguno la garantía de unidad del Poder Judicial ni de la política
judicial.

Alienta en esta pregunta una reivindicación competencial, desde luego,
pero no sólo competencial, sino también la creencia de que desde la
cercanía, y por la mayor facilidad de hacerlo desde las comunidades
autónomas, lo que está en realidad en juego es la posibilidad de dar un
servicio público en mejores condiciones a los ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Uría.

El señor Ministro tiene la palabra.




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El señor MINISTRO DE ADMINISTRACIONES PUBLICAS (Rajoy Brey): Muchas
gracias.

Señora Uría, yo coincido con las afirmaciones que acaba de hacer y espero
ser persuasivo, aunque, si me lo permite, demando también su ayuda porque
muy probablemente usted puede ser bastante más persuasiva que yo. Estoy
convencido de que con su capacidad para persuadir y la mía, mucho menor,
llevaremos a buen término la operación que entre ambos nos proponemos.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Todo se andará. Muchas gracias, señor Ministro.

El Pleno se reanudará mañana a las diez de la mañana.

Se suspende la sesión.




Eran las nueve y quince minutos de la noche.