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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 760, de 05/10/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 760



PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. NARCÍS SERRA I SERRA



Sesión núm. 33



celebrada el martes, 5 de octubre de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de personalidades y funcionarios de la Administración
del Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al Proyecto
de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2000. (Número
de expediente 121/000186.) ... (Página 22316)



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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




COMPARECENCIAS DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACIÓN
DEL ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO
DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2000. (Número
de expediente 121/000186.)



-DELSEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA (MONTORO ROMERO), A
S0LICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN ELCONGRESO (Número de
expediente 212/002293), DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de
expediente 212/002191) YDELGRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA. (Número de expediente 212/002261.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a empezar las comparecencias de
la Comisión de Presupuestos en relación con los presupuestos del año
2000. Por acuerdo de la Mesa, seguiremos la mecánica de debate que ha
sido la propia de estas comparecencias en años anteriores. Vamos
a dar un turno de intervención a todos los grupos parlamentarios que
han solicitado la comparecencia de la autoridad de que se trate, de
mayor a menor, cerrándolo siempre el Grupo Parlamentario Popular.

Ruego a los grupos parlamentarios que utilicen ese tiempo por un
máximo de 10 minutos. Si otros grupos parlamentarios que no han
pedidola comparecencia quisieran intervenir tendrán un tiempo máximo
de cinco minutos. Después de esas intervenciones responderá el
compareciente y sólo en casos excepcionales,si la Mesa apreciase que
es conveniente un segundo turno, éste se realizaría; en los casos
normales con la respuesta del compareciente concluirá la
comparecencia.

La comparecencia del secretario de Estado de Economía, a quien
agradezco su asistencia y puntualidad, ha sido solicitada por el
Grupo Parlamentario Popular, el Grupo Parlamentario Socialista y el
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida. No veo ningún miembro del
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, por tanto vamos a dar la
palabra, siguiendo la mecánica que he descrito al principio, al Grupo
Parlamentario Socialista.

Señor Martínez Sanjuán, tiene la palabra.




El señor MARTÍNEZ SANJUÁN: Buenos días, de nuevo, señor Montoro.

Empezamos en esta Comisión de Presupuestos una serie de
comparecencias habituales de altos cargos de la Administración, en
este caso del área económica del Gobierno, con el fin no de producir
un debate político sobre los presupuestos, que se hará, conforme es
habitual, en los órganos políticos de esta Cámara, en el Pleno del
Congreso y en la Comisión, fundamentalmente con el grupo que sustenta
al Gobierno, sino que estas comparecencias tienen, como todos los
años, la virtualidad de aclarar, y demandar por parte de mi grupo
explicaciones respecto a algunas
variables del área económica y de la envolvente económica
y financiera de los presupuestos.

Le expresaba de nuevo mi saludo porque todavía tenemos recientes las
palabras del secretario de Estado de Economía en la Comisión de
Economía donde el Gobierno, a través del secretario de Estado, nos
informó de la evolución de las magnitudes y prácticamente nos
adelantó el cuadro macroeconómico y en qué sustenta el Gobierno las
previsiones de crecimiento para el año 2000, marco financiero
y económico en el que, lógicamente, se sustenta toda la política
presupuestaria y fiscal del Gobierno.

Señor Montoro, por fin hemos tenido tiempo de estudiar la información
que nos ha enviado el Gobierno. Ya sabe usted que el día que S.S.

presentó junto con el ministro los presupuestos a esta Cámara, el
Grupo Parlamentario Socialista -así lo denunció- tuvo problemas para
hacer una primera valoración, por cuanto que la información fue
entregada tarde, tanto el libro amarillo tradicional como la
documentación correspondiente. El Gobierno ha presentado unos
presupuestos que ha publicitado y explicado con orgullo y
satisfacción. El señor Montoro escribía recientemente un artículo
para los medios de comunicación sobre los presupuestos y la
estabilidad: el presupuesto, que es un traje a medida de la economía
española y de los sectores económicos.

Señor Montoro espero que estos presupuestos sean los últimos que
presenta este Gobierno, así como que mantenga una línea de
estabilidad en la información, en la evolución de los cuadros y en la
comparación con ejercicios anteriores. Es difícil -y usted lo sabe-
seguir el libro amarillo, los cuadros, las series históricas e
incluso la documentación adicional, por ejemplo, de la memoria
económico- financiera. En aras a presentar lo que más les interesa,
ustedes han elegido siempre los cuadros que más les importan y el
ejemplo más claro lo tenemos en la memoria económico- financiera, en
la página 115, donde aparecen los cuadros de la evolución de la
necesidad de financiación de la economía española, de los
presupuestos del Estado, presentan la serie histórica de 1993 a 1999
y, con respecto a la ratio deuda-pública, presentan en la misma
página la evolución del cuadro de los años 1996 a 1999. Son
precisamente los datos que a ustedes más les interesa. Yo le pediría,
señor Montoro, que mantengan una estabilidad a la hora de presentar
una cierta uniformidad en los cuadros y en la evolución de las
macromagnitudes. Me parece muy bien que quieran apuntarse todos los
tantos, como han venido haciendo a lo largo de todas sus
comparecencias, pero les pediría un cierto rigor a la hora de
comparar en la misma página series históricas de años y de períodos
distintos. Esta es la filosofía con que ustedes han presentado todos
los cuadros y la evolución de las macromagnitudes, lógicamente con el
fin de aparecer como los salvadores de la economía nacional, de la
estabilidad financiera y presupuestaria, etcétera, lo cual no voy a
criticar, pero lo que digo es que por lo menos tengan un cierto rigor
intelectual a la hora de presentar una evolución histórica.

Por primera vez -lo reconocen y lo manifiestan en diferentes
apartados, escritos y libros- han incorporado el sistema europeo de
cuentas del año 1995 en el nuevo cómputo de las macromagnitudes. Han
incorporado, por primera vez en el ejercicio presupuestario para el
año 2000, la



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nueva valoración del producto interior bruto y de determinados
renglones que componen. De entrada,con el afloramiento en cuadros
estadísticos en los presupuestos del año 2000 del SEC 95, se deduce
que la economía española es 5 billones de pesetas más rica de lo que
lo era hace dos años, es decir, el producto interior bruto estimado
para el año 2000, según el SEC 95, será de casi 98 billones de
pesetas. Sin embargo, sólo en un cuadro del libro amarillo he
encontrado una actualización en series históricas del producto
interior bruto adaptado al SEC 95. ¿Por qué no han actualizado todas
las series históricas que están recogidas de acuerdo con el SEC 95?
En relación con este producto interior bruto, que es cinco billones
de pesetas más alto que el tradicional e histórico, nos entra la duda
de cuál es la evolución de las ratios de deuda sobre producto, de
déficit sobre producto, etcétera, que se ha producido en los últimos
cuatro años de la economía española. No sabemos en qué medida ha
calculado el Gobierno la evolución positiva de determinadas series en
relación con criterios de convergencia, evolución de deuda o déficit
sobre producto, pero el elemento corrector al alza del producto
interior bruto tiene algo que ver en el sentido de favorecer la
disminución de la ratio con respecto a los criterios de convergencia.

Afinales del año 1999 el Gobierno presentará un déficit del 1,1 en
relación al producto interior bruto del Estado, cumpliendo
lógicamente el plan de estabilidad y los objetivos del Gobierno. Pues
bien, a lo largo del año 1999 se ha producido por un lado la nueva
incorporación de riqueza del producto interior bruto y, por otro, el
Banco de España, por criterios de revalorización de activos, ha
tenido un ingreso extraordinario -creo recordar- de unos 300.000
millones de pesetas, fruto también de un ajuste contable por una
decisión que no depende del Gobierno ni de la propia actividad del
Banco de España. Descontando la evolución del PIB y los ingresos
atípicos, que no tienen nada que ver con la gestión, sino que es una
decisión de fuera -creo recordar que del Banco Central Europeo-, en
cuanto a la valoración de activos, el déficit hubiese sido
sensiblemente mayor, unas tres o cuatro décimas sobre el producto
interior bruto. Luego el déficit real, descontando estas dos
variables, hubiese sido aproximadamente cuatro décimas de punto mayor
que el que presenta el Gobierno, elemento que, en términos generales,
queda escondido, entre comillas, en el criterio y la valoración del
Gobierno.

Dicho esto, señor Montoro, quisiera referirme a algunos elementos del
cuadro macroeconómico, pieza clave en la política económica y
evolución presupuestaria del año 2000, que está hecho, desde nuestro
punto de vista -lo dice el Gobierno-, desde la estabilidad, desde el
mejor de los mundos. Los tipos de interés no van a variar, los
precios de las materias primas pueden bajar o se estabilizarán, no
sólo el petróleo, sino las materias primas básicas, de las que
importamos una gran cantidad, y la paridad euro en relación al dólar
y al yen se mantendrá o incluso mejorará. Eso hace que el escenario
haya llevado al Gobierno a estimar un crecimiento del producto
interior bruto del 3,7 por ciento que nosotros no vamos a discutir en
términos generales, pero algunos analistas financieros, incluso
algunos institutos, tienen dudas porque no está claro que los tipos
de interés a nivel internacional se mantengan en los niveles
actuales, sino que parece que hay una
apuesta por un repunte de los tipos de interés, no sólo en Estados
Unidos, sino también posiblemente en Europa. El bono a 10 años está
teniendo un crecimiento importante, de aproximadamente un punto a lo
largo de este año, y no sabemos -y por eso se lo preguntamos, señor
Montoro- con qué criterios se ha establecido este cuadro
macroeconómico respecto a las tres variables que le he dicho y con
qué grado de seguridad, porque la seguridad en economía es una
variable bastante aleatoria, aunque lógicamente hay un componente de
ciclo histórico y de cierta seguridad en función de los datos que
puede tener un comportamiento a lo largo del año 2.000. Así pues,
tipo de interés, caída o mantenimiento del precio de las materias
primas y paridad del euro en relación al dólar y al yen.

En segundo lugar, y unido a esta reflexión que acabo de hacer, la
evolución presupuestaria se sustenta básicamente en una apuesta del
Gobierno, que aunque no es un objetivo es una pieza deseable, que
consiste en que la inflación se mantenga año sobre año, diciembre
sobre diciembre, en torno al 2 por ciento, similar al deflactor del
producto interior bruto para el año 2000.

Señor Montoro, tema central objeto de la última comparecencia en la
Comisión de Economía fue la credibilidad por la apuesta, tanto a
final de 1999 como las perspectivas para el año 2000, de un repunte
inflacionario. Ustedes han apostado, diciembre sobre diciembre, para
1999, por un 2,4. Hay gente que mantiene que esta cifra puede ser el
horizonte y el comportamiento lógico para el año 2000, partiendo de
que no está muy claro que el objetivo final de inflación, diciembre
sobre diciembre, 1998/1999, sea el 2,4 y no más cercano al 2,6 ó al
2,7. ¿Por qué? Porque S.S. lo conoce mucho mejor que yo, puesto que
tiene más medios dada la evolución de los precios de la materia prima
y el comportamiento de determinados productos básicos, entre otros el
petróleo, hasta marzo del año 2000, no parece que vaya a haber una
disminución clara del precio de la energía, en este caso del
petróleo, por decisiones de los países de la OPEP. Ustedes han basado
todo su crecimiento, la evolución y la estabilidad financiera
presupuestaria del año que viene en dos claves de bóveda: 3,7 por
ciento de crecimiento; 2 por ciento de inflación. Me gustaría que nos
explicara la seguridad o la fortaleza de la decisión del Gobierno,
porque, como S.S. comprenderá, son elementos centrales y claves de la
evolución presupuestaria, de la evolución del déficit, de la
evolución de la riqueza nacional y de la capacidad redistributiva del
presupuesto.

En tercer lugar, señor Montoro, ustedes prevén para el año 2000 un
cambio -no diría radical- moderado en la evolución del modelo de
crecimiento. En el año 1999, prácticamente todo el crecimiento del
producto nacional bruto se basa en la demanda interna con una
aportación muy negativa, superior a la estimada por el Gobierno del
1,3, del sector exterior. En el año 2000 establecen una pauta de
crecimiento de la economía algo diferente a la del año 1999, quizás
más sana. Nosotros apostamos por ella. Nos gustaría incluso que fuera
más radical. Una aportación negativa de 0,9 en relación al producto
interior bruto en términos de crecimiento sigue siendo muy negativa.

¿Por qué? Porque, por una parte, fruto de la caída del comercio
internacional, que, según el Fondo Monetario Internacional, va a
tener un repunte importante en el año 2000 por el



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crecimiento de las economías emergentes y la estabilidad de mercados
que han tenido problemas en el año 1999, y, por otra parte, por la
pérdida de competitividad de la economía española, fruto del aumento
del diferencial de inflación que está teniendo con los países
centrales del área euro, España no va a desarrollar todavía en el año
2000 todo su potencial económico de crecimiento en mercados
exteriores, lo cual va a seguir representando una aportación bastante
negativa, de casi un punto, al crecimiento del producto interior
bruto.

Nos gustaría que se hubiese apostado más fuerte por el sector
exterior porque el crecimiento de la demanda interna, en los términos
en que ha existido en el año 1999, fruto de las decisiones de los
presupuestos y de la política económica en el año 1999 como
consecuencia de poner dinero en circulación para aumentar el consumo,
está produciendo, algunos desequilibrios importantes en la economía
española: aumento del déficit comercial y alza en determinados
precios básicos para la economía española, crecimiento de los
servicios y, sobre todo, algo fundamental: un relevante grado de
inelasticidad entre el crecimiento del sector de la construcción, que
lo está teniendo en 1999 y parece que va a seguir teniéndolo en el
año 2000, y el factor vivienda en la economía española con
crecimientos aproximados del 10 por ciento. Señor Montoro, esto no es
consecuencia de los hados, sino de una decisión meditada, premeditada
y apostada del Gobierno de actuar claramente sobre el factor de la
demanda interna y el consumo de las familias.

Es verdad que en el año 2000 habrá una menor incidencia, pero todavía
-según sus propios datos- la seguirá habiendo, de la demanda interna
y del consumo de las familias como consecuencia de la puesta en
marcha de la reforma del impuesto sobre la renta de las personas
físicas. Se habla de que se incorporarán de nuevo 200.000 millones de
pesetas más de gasto como consecuencia de dicha reforma y nos parece
un poco preocupante para la estabilidad de la economía española el
cuadro macroeconómico por el que sigue apostando el Gobierno mucho
más por la demanda interna y por el consumo que por la aportación
positiva del sector exterior. Esto tiene que ver con la diferencia
entre el discurso y las matemáticas. La aportación positiva que
ustedes pretenden que haga la economía española en el sector exterior
con relación a 1999 se compadece mal con el poco esfuerzo que estos
presupuestos hacen en la internacionalización de la economía española
y el crecimiento -como veremos con la comparecencia de la secretaria
de Estado de Comercio- en apoyo a la internacionalización de la
empresa. Prácticamente no hay crecimiento en medidas de apoyo a la
internacionalización económica. Yasí nos va a ir mal, señor Montoro.

Así, vamos a tener en el año 2000, lo mismo que estamos teniendo en
1999, elementos de tensión en la salida y la internacionalización de
la economía española.

En relación al empleo, el cuadro macroeconómico de este año prevé un
crecimiento del 2,7 por ciento. En la comparecencia el señor
ministro, en la presentación de presupuestos en esta misma sala,
hablaba de que en estos últimos años, y más concretamente en 1999, el
85 por ciento aproximadamente del crecimiento se ha traducido en
crecimiento del empleo. En el año 2000, ese porcentaje ha bajado al
73 por ciento. ¿Nos puede explicar S.S. cuáles son las
razones por las que este año, con un crecimiento del 3,7 por ciento,
similar aunque obtenido de una forma distinta al del año 1999, la
aportación al crecimiento del empleo va a ser sensiblemente inferior
al estimado para este año?
En un mes en el que el paro en septiembre ha aumentado en 15.000
personas, en el que el Banco de España y los analistas económicos
empiezan a hablar de la pérdida de eficacia de algunas decisiones que
se tomaron en las relaciones laborales, en un país en el que seguimos
teniendo, a pesar de sus cifras, una rotación importantísima en
puestos de trabajo, en el que la estabilidad en el empleo sigue
siendo una de las asignaturas pendientes de la economía española, nos
parece, a pesar de sus llamadas y anuncios que hay pocas medidas
positivas para la creación de empleo más allá del puro crecimiento
económico y el puro crecimiento inercial.

En relación con el empleo, vamos a los salarios. En estos momentos,
hay una controversia, señor Montoro, y espero que usted nos despeje
dudas en esta Comisión de Presupuestos. El área económica del
Gobierno -donde me imagino que se encuentra S. S.- apuesta por un
crecimiento de los salarios, en el año 2000, en torno al 2 por
ciento. Sin embargo, la Seguridad Social, en las estimaciones de
ingresos, prevé -no sé si para cuadrar mejor las cifras del
presupuesto de la Seguridad Social- una evolución de los salarios del
3 por ciento. De 2 a 3 es un punto, pero es una diferencia muy
importante, un 33 por ciento.

Yo sé que el Gobierno dirá en esta comparecencia que es libertad de
la negociación colectiva, aunque el Gobierno está apostando
claramente por el 2 porque, de acuerdo con sus cifras de inflación
prevista para el año que viene, así ha indicado los salarios, las
pensiones, pero S. S. sabe que en el año 2000 no vamos a vivir el
escenario que se ha vivido en 1999, en el que la previsión de
objetivo de inflación fue inferior a las medias obtenidas en
negociación colectiva; por el contrario, en el año 1999 va a haber
una desviación sobre los objetivos de inflación. En un momento en que
las economías van bien, cuando los crecimientos de los beneficios de
las grandes empresas según el Banco de España son de un 30 por
ciento, nadie se va a conformar, señor Montoro, con crecimientos
salariales del 2 por ciento. Quisiera conocer la perspectiva del
Gobierno para seguir apostando por aumentos salariales del 2 y no del
3 por ciento. ¿Qué grado de compatibilidad con el cuadro
macroeconómico tendría un crecimiento salarial del 3 por ciento? ¿Han
tenido en cuenta este escenario? Me imagino que sí. Me gustaría que
nos contara qué compatibilidad tiene con creación de empleo en la
evolución del cuadro macroeconómico un crecimiento salarial no del 2
sino del 3 por ciento.

Con relación al ahorro nacional y al ahorro de las familias, con qué
escenario han trabajado para el año 2000? El efecto riqueza -como
ustedes suelen decir habitualmente-, fruto de la evolución de los
mercados, no parece que tenga un comportamiento muy positivo a
finales del año 1999. La rentabilidad de los fondos de inversión de
la mayor parte de las familias está teniendo crecimientos muy bajos,
incluso negativos; la evolución de la Bolsa no está siendo todo lo
boyante que ha sido a lo largo de los últimos años; el crecimiento
del ahorro neto de las familias, según el Banco de España, se está
reduciendo. Por otra parte, el Banco de España está haciendo
llamamientos, y posiblemente



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tome decisiones -parece que con el convencimiento y el acuerdo de
Economía- para adoptar medidas que eviten la morosidad en el sector
financiero y en el de Cajas de Ahorro, porque estamos teniendo un
crecimiento importantísimo de la evolución del crédito de las
familias y de las empresas, en torno a un 10 ó un 11 por ciento. ¿Qué
escenario han previsto en la evolución del ahorro para el año 2000?
No voy a poner etiquetas al presupuesto del Estado, como ustedes.

Ustedes hablan de presupuestos expansivos, contractivos; usted
prefiere no catalogarlos, son los que son, crecen menos que la
economía en términos nominales, pero el sector público empresarial,
el que está fuera del presupuesto en términos generales, tiene un
crecimiento importante en el año 2000. Se aumentan las deudas, los
avales, en definitiva, creemos que, de nuevo, se está centrifugando
gasto de los presupuestos al sector público empresarial. ¿Qué opinión
le merece al señor secretario de Estado esta derivación permanente
hacia el sector público empresarial de un aumento de las deudas y de
la política de avales?
Por último, quisiera preguntarle, señor Montoro, sobre los criterios
de la inversión pública territorial vinculada al Plan de desarrollo
regional que presentará el Gobierno a la Unión Europea en el año
2000. ¿Qué incidencia puede tener en la evolución de la riqueza y en
la disminución de las desigualdades, en términos de renta, entre las
comunidades autónomas? Quisiera saber si este presupuesto de
inversión para el año 2000 incluido en los Presupuestos Generales del
Estado está vincualdo a este Plan de desarrollo regional, a una
evolución deseable del acortamiento de la diferencia de los niveles
de renta en las comunidades autónomas o tiene que ver más con la
fuerza negociadora de sus socios en las respectivas comunidades
autónomas a la hora de distribuir la inversión.

Por último, -termino, señor presidente-, el presupuesto para el año
2000 consagra un modelo de reparto del esfuerzo fiscal, desde nuestro
punto de vista, bastante poco coherente con una política del
presupuesto como redistribuidor de riqueza. Nuevamente, señor
Montoro, el Gobierno apuesta en este presupuesto por la fiscalidad
indirecta en detrimento de la fiscalidad directa. El presupuesto, en
estos términos fiscales, no se convierte en un elemento
redistribuidor de renta sino, por el contrario, en un elemento
fiscalizador del consumo y no de las rentas. Esto, señor Montoro, a
medio y largo plazo, puede tener consecuencias poco deseables para un
buen orden del papel del presupuesto -cosa que posiblemente no
comparta conmigo- como elemento redistribuidor de riqueza.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo de Izquierda Unida, tiene la
palabra don Felipe Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor Montoro, de la manera más breve
posible voy a enfocar la crítica a estos presupuestos desde el punto
de vista de Izquierda Unida.

Anuestro juicio, son unos presupuestos de derechas, no de centro,
claramente antisociales teniendo en cuenta el marco en el que se
mueven y, en todo caso, no reparten de manera justa la riqueza. Nos
alejan o no nos aproximan de la manera adecuada a la convergencia
real con las medias de la Unión Europea, crean menos empleo del
necesario,
incluso menos que en 1999, diseñan un modelo social regresivo, cargan
sobre los salarios un montante que los convierte en los paganos de
esta situación, suben los impuestos indirectos y, con respecto a los
directos, el 89 por ciento del IRPF ya depende de las rentas
salariales. De otra parte, señor Montorl, no hay un ataque serio a la
inflación teniendo en cuenta que ya no tienen instrumentos para
atacar los precios, han liberalizado de tal manera que el Gobierno se
muestra impotente ante esta situación y reducen el déficit desde un
punto de vista conservador.

Según las previsiones de la Unión Europea comparativas con respecto a
España, en España hay un crecimiento superior de la economía; en
Europa, se va a crecer alrededor del 2 por ciento en 1999 y España lo
hará a un ritmo cercano al 3,7 por ciento. Hay que decir que esta
situación no es excepcional, a pesar de lo que el Gobierno
manifiesta, es lo que ha ocurrido siempre en la fase alcista del
ciclo económico en la relación España-Unión Europea. Hay que recordar
que a la inversa también es cierta la relación en el sentido de que
las recesiones son mucho más agudas en nuestra economía. Por tanto,
parece absolutamente lógico y prioritario que la política económica
crezca más en el año 2000, manteniendo la fase expansiva actual y los
ritmos de crecimiento de empleo. España necesita crecer por encima de
la media comunitaria para recortar el diferencial en renta y empleo,
acometiendo así, desde nuestro punto de vista, un esfuerzo superior
en gasto social y en mayor dotación por parte del sector público en
cuanto a infraestructuras e inversiones. Sin embargo, esto no se
realiza desde la óptica conservadora que ustedes emplean a la hora de
estructurar estos presupuestos. El diferencial con respecto a la
Unión Europea se manifiesta, por ejemplo, en una protección social 5
puntos porcentuales del PIB inferior a la media comunitaria; en un
stock de capital tecnológico sobre el PIB del 35 por ciento con
relación a esa media; en un stock de capital humano situado en el 66
por ciento del promedio comunitario y, en fin, en un producto
interior bruto per cápita en torno al 80 por ciento de la media
europea, teniendo además en España las mayores tasas de desempleo,
precariedad y siniestralidad laboral.

Las previsiones para el 2000 son que la economía crezca un 3,7 por
ciento, similar a 1999, y que el empleo aumente un 2,7 por ciento, es
decir, menos que el previsto para 1999, que era del 3,2. No es una
buena noticia que el Gobierno estime en estos momentos una creación
de empleo inferior en el 2000 con un crecimiento económico similar.

Esa cantinela de ustedes diciendo que están haciendo que se
homologuen crecimiento económico y creación de empleo ya no deben
utilizarla más porque sería mentira, sería demagógico. Ha caído uno
de los aspectos fundamentales de esa virtuosidad circulante o
circularidad virtuosa que usted suele vender, señor Montoro. La
creación de empleo es inferior a la prevista en 1999 en un 13 por
ciento, que es un porcentaje muy importante. Sin embargo, el
crecimiento de los salarios, pactado en convenio, en 1999 rondaría el
2,3 y, para el año 2000, el deseo del Gobierno,que se expresa en las
previsiones macroeconómicas sitúa la tasa de variación en el 2 por
ciento; la misma en cuanto a la previsión de inflación. Teniendo en
cuenta que en función de la moderación salarial hay un menor
crecimiento de los costes laborales unitarios -un 2,3 por



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ciento en 1999 y un 1,6 por ciento en el año 2000- y teniendo en
cuenta un crecimiento inferior a la inflación, aparece, una pérdida
de participación de los salarios en la renta nacional. Todo ello,
según el Ejecutivo -así consta-, para no poner en peligro el
dinamismo en la creación de empleo y la competitividad de nuestra
economía; pérdida de la participación salarial en la renta nacional.

Esto, a nuestro juicio, también es bastante grave. Si se cumplen las
previsiones del Gobierno, el crecimiento económico repartirá la
riqueza de manera desigual, de manera injusta, con un sesgo claro a
favor de los beneficios y en contra de los salarios. Además, como ya
he dicho anteriormente, la política de ingresos públicos añadirá
regresividad al descansar fundamentalmente la presión fiscal en los
salarios y en el consumo. Ustedes no están atacando de manera
adecuada la inflación; además no pueden porque ya no tienen
instrumentos, los precios los marca el mercado y ustedes no tienen
instrumentos para intervenir en el mercado. Cuarenta durillos la
bombona de butano y poco más, que vayamos a recogerla con nuestros
coches, porque ya no tienen otras medidas que tomar puesto que lo que
ustedes llaman liberalización, que al final se expresa en
conspiraciones para subir los precios, no les permite sino sonreír
ante el temporal que puede venírseles encima. Es cierto que en estos
momentos mantenemos una inflación superior al resto de los países de
la Unión Europea; en Francia se puede hablar del 0,4 y en Alemania
del 0,5 ó 0,6. Por tanto, la inflación es un problema, pero el
problema fundamental es el diferencial. Ese es un problema muy serio
que puede afectar sin duda a los ritmos de la actividad económica en
nuestro país a medio e incluso a corto plazo. Eso se puede explicar
por la ausencia de competencia en buena parte del sector servicios,
que es una de las causas fundamentales; ustedes pasan del sector
servicios. Esto significa que la moderación salarial, que ha sido muy
intensa en los últimos años, o el ahorro en costes financieros por la
bajada de los tipos de interés no se traducen en menores precios,
sino en mayores beneficios empresariales, en mayores excedentes
empresariales. El diferencial con nuestros principales socios de la
Unión Europea muestra una estructura productiva que habría que
rectificar y depende en gran parte -cosa que ustedes no quieren
contemplar- del talante de buena parte de nuestra clase empresarial.

Ellos son en gran medida los responsables de que se mantenga este
diferencial, cuando no hay otros instrumentos, en función del tipo
fijo de cambio, para poder rectificarlo, lo que conlleva potenciales
problemas muy graves a medio plazo e incluso a corto plazo. En suma,
el diferencial de inflación, imposible de imputar a los salarios, que
crecen de manera muy moderada, e imposible de imputar al déficit, que
se reduce incluso demasiado, teniendo en cuenta cómo se reduce, y el
comportamiento negativo del sector exterior plantean serias dudas a
Izquierda Unida sobre la estabilidad real del cuadro macroeconómico
que ustedes dibujan como objetivo de esos presupuestos generales del
año 2000.

Atendiendo a los datos de contabilidad nacional, el déficit público
de las administraciones representaba en 1995 el 7,9 del PIB y en 1998
representa el 1,8, una disminución de más de seis puntos. A esa
reducción ha contribuido en mayor medida el ajuste en el gasto
público que el ligero aumento de la presión fiscal. El gasto en
prestaciones
sociales significaba en 1995 el 15,7 del PIB, y en 1998, se ha
reducido al 14,9. A nuestro juicio es una reducción de matriz
conservadora la que se está realizando, además de manera precipitada,
respecto al déficit. El déficit del 0,8 previsto para el año 2000 es
precipitado porque oculta las necesidades de este país en función de
presiones macroeconómicas que a nuestro juicio se exageran, y no se
contemplan de manera adecuada las necesidades reales de este país en
muchos sectores. Anuestro entender no está justificada la acelerada
reducción del déficit salvo que se intente utilizar para limitar el
gasto público. Con nuestra estructura de ingresos, teniendo en cuenta
el impacto de las reformas fiscales, será prácticamente imposible
mejorar, por ejemplo, la protección social en nuestro país y
acercarla a los parámetros comunitarios. Esta es una de las
principales críticas que hacemos a estos presupuestos. Ustedes han
hecho bien la venta de la protección social, han hecho una especie de
publirreportaje que han estado repitiendo desde una semana antes de
entregar los presupuestos, pero la estructura real no es aceptable
desde el punto de vista de la izquierda, señor Montoro. Vamos a ver
sobre algunas cifras la mejora que ustedes introducen en el modelo de
protección social, el supuesto esfuerzo en materia social. Cuando el
señor Pimentel presentó los presupuestos empleó hasta seis o siete
veces el sintagma presupuestos sociales, precisamente lo que no son.

Por ejemplo, el aumento de las pensiones mínimas que el Gobierno ha
acordado con los sindicatos tiene una virtualidad, y es que se salta
el punto de referencia férreo del IPC que marcaban el Pacto de Toledo
y ustedes. Esa es la parte positiva. Pero lo negativo es la cuantía,
61.000 millones, como negativa es la cuantía del fondo de reserva,
60.000 millones, como ridícula es la cuantía para los mayores de 45
años con cargas familiares, para la que aportan otros 50.000 ó 60.000
millones. Eso no comporta la caracterización de unos presupuestos
sociales. Tengan en cuenta que, separando fuentes de financiación con
el superávit real que va a tener también la Seguridad Social el año
que viene, podemos rondar los 700.000 millones de pesetas. Si eso es
así, ¿cómo se hace un fondo de reserva de 60.000 millones? Si se les
han regalado a las capas medias y altas, en función de la reforma del
IRPF, 600.000 millones, ¿por qué no hablar de 600.000 millones para
subir pensiones -300.000- y para subir la protección social -otros
300.000 millones-? Incluso los sindicatos hablaban respecto a la
protección social de unos 250.000 millones. Son cantidades lógicas y
reales si queremos de verdad repetir hasta siete veces las palabras
presupuestos sociales. Ustedes han logrado transmitir un poco la idea
de que gastan dinero a nivel social porque han pactado algo con los
sindicatos: ustedes incluso han vendido que lo han pactado todo con
los sindicatos. No, sólo han pactado con los sindicatos el tema de
las pensiones y con una parte de los sindicatos la subida a los
funcionarios del 2 por ciento, nada más, el resto no lo han pactado.

En todo caso, a nuestro juicio, todo es insuficiente, y no a nivel
abstracto, ya le he dicho los puntos de referencia. El Instituto
Nacional de Empleo va a tener un superávit de 405.000 millones de
pesetas. Ustedes dedican 50.000 millones a los mayores de 45 años y
de este mismo fondo, de este mismo superávit, 300.000 millones a
subvenciones empresariales, lo mismo que en 1999. Nos parece que no
es aceptable



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desde ningún punto de vista. El excedente del Inem, las cuotas
sociales sobre gastos en prestaciones van a subvencionar a los
empresarios, lo mismo que en 1999, 300.000 millones de pesetas. Luego
hay una serie de medidas que son insolidarias, directamente
regresivas, por ejemplo la reducción de las cotizaciones por
desempleo, el 0,25, una medida improcedente cuando la prioridad es
atender a los desempleados sin protección y una medida ineficaz para
la creación de empleo. Los gastos en prestaciones económicas a los
parados disminuyen un 3,2 por ciento en términos reales en
comparación con el presupuesto de 1999 -son medidas directamente
regresivas-, y los empleados públicos han perdido un 10 por ciento de
poder adquisitivo entre 1992 y 1997. En 1999 se puede hablar de una
pérdida del 0,6 por ciento, no existe cláusula de revisión salarial y
se ha llegado a un acuerdo que no corresponde con lo que debiera ser
justo. Comprendemos que algún sindicato no haya podido firmar esta
propuesta de reducción drástica; de nuevo los paganos de esta
situación, junto a los salarios en general, van a ser los
funcionarios en un momento muy determinado.

En definitiva, señor presidente -termino-, respecto a los ingresos
públicos los impuestos indirectos van a crecer -no hacen falta muchos
adjetivos para decir lo regresivo que significa este crecimiento
frente a los directos- incluso muy por encima de los directos, y
aseguran una distribución muy regresiva de la carga fiscal; y le
repito que el IRPF en su componente tiene ya un 89 por ciento de
rentas salariales. Por tanto, es una situación que hace ver que, en
suma, son unos presupuestos de derechas, muy bien vendidos en un
publirreportaje muy bien estudiado -felicito a su oficina de
comunicación-, la reducción del déficit se produce con una
orientación conservadora, se mantiene una presión fiscal pero con una
distribución regresiva de la misma y con un crecimiento del gasto
inferior al crecimiento económico. El tan cacareado esfuerzo social
es claramente insuficiente, con medidas regresivas que ya he citado,
lo que quiere decir que estos presupuestos no contribuyen de ninguna
manera, quizás todo lo contrario, a una distribución justa de la
riqueza.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, en nombre del Grupo Popular,
don Ramón Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Bienvenido, señor Montoro, y gracias por
su comparecencia ante esta Comisión de Presupuestos para despejar
algunas consideraciones que merece la documentación remitida a la
Cámara en relación con el último presupuesto de la legislatura
presente, probablemente el último presupuesto del siglo, pero, como
yo pienso, un presupuesto más de los gobiernos Aznar, no como alguien
pretende dejar entrever -lo cual respeto- que estamos ante un último
presupuesto de algo. De algo puede ser la legislatura o el siglo,
pero en cualquier caso confío en que de la forma de haber
presupuestado durante estos últimos tres o cuatro años se derive
precisamente uno de los elementos que avale que el equipo al que
usted pertenece siga teniendo responsabilidades en esa tarea de
presupuestar los ejercicios de la economía española.

Yo tengo que agradecer que en la mañana de hoy hayan desaparecido
algunos calificativos que han merodeado nuestros oídos, como
funambulismo, travestismo, las apariencias, un presupuesto lleno de
apariencias... Gracias a Dios, o gracias a un mayor equilibrio a la
hora de la expresión, estos calificativos han desaparecido y se han
puesto en orden una serie de cuestiones que usted contestará ahora
-supongo- puntualmente, y mi grupo quiere plantear también una serie
de cuestiones para que conteste al propio grupo parlamentario y
conste en el «Diario de Sesiones».

Da la impresión, desde cómo está marchando este presupuesto, de que,
al igual que los anteriores, es un presupuesto que goza de
estabilidad política, pero también da la impresión de que, a la vista
de los pactos que están en el origen de muchas de las partidas y de
la distribución de las mismas, este presupuesto también goza de
estabilidad social. Es decir, tanto los apoyos parlamentarios, que
dan estabilidad política, como los apoyos sociales -el diálogo con
los agentes sociales-, que dan estabilidad social, son, a nuestro
entender, los dos ejes sobre los que descansa un presupuesto para el
año 2000 y, a diferencia de lo que dicen otros portavoces, nosotros
sí creemos que estamos ante unos presupuestos de un alto impacto
social, y luego veremos por qué.

Es cierto que a la hora de analizar un presupuesto debemos pararnos,
como primera medida, -como acabo de hacerlo-, en si cuenta con el
respaldo para salir adelante -eso parece despejado, no hay
incertidumbres en ese terreno-, y también es cierto que es bueno
identificar si el presupuesto está conectado con la sociedad y
representa a lo que la sociedad requiere -eso también parece que está
despejado y que no va a presentar incertidumbres en todo lo relativo
a los acuerdos alcanzados con los sindicatos-, pero también es cierto
que hay que pararse detenidamente en cuál es el cuadro macroeconómico
que acompaña a este presupuesto, sobre todo si tenemos presente que
durante años anteriores el cuadro macroeconómico que acompañaba a los
presupuestos había sido siempre víctima, por así decirlo, de juicios
sobre su credibilidad o su capacidad de ser cumplido, y es verdad que
con los cuadros macroeconómicos que hemos podido analizar en los años
1997, 1998 y 1999, si nos tenemos que ajustar a lo que ha pasado en
esos años y de ahí deducir la mayor o menor credibilidad del cuadro
macroeconómico que acompaña al presupuesto del año 2000, tengo que
reconocer que hay base más que suficiente para no poner en duda que
si lo que se dijo en 1997 se cumplió, si lo que se dijo en 1998 se
cumplió y lo que se dijo en 1999 se cumplió, ahora ocurra similar
ecuación: lo que se está diciendo para el año 2000 se cumplirá. Yo
creo que ese es el mejor aval, porque incluso cuando se pretendían
generar algunas incertidumbres sobre si el crecimiento iba a ser más
alto (quiero recordar que el año pasado nos tuvieron en un debate
hasta prácticamente enero del siguiente año tirando por tierra que el
crecimiento económico iba a ser el que planteaba el Gobierno), pues
parece ser que está mucho más cerca el crecimiento económico del año
1999 del anticipado por el Gobierno que aquel crecimiento anticipado
por quien gustaba hacer de argumentos catástrofe para generar
incertidumbre e inestabilidad. Ocurrió lo mismo en materia de
crecimiento; ocurrió lo mismo en materia de déficit, que, por cierto,
hay que



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recordar que ha sido este Gobierno el que ha llevado las cuentas
públicas desde un 7,3 por ciento en términos PIB hasta un 0,8. Creo
que es un logro que como mínimo habría que reconocer, aunque sea en
voz baja. Tengo que decir que en materia de déficit podemos observar
que si hay correcciones en la previsión del déficit que hacen estos
presupuestos siempre son a la baja, es decir, para mejorar, para
demostrar todavía más cuál es la fuerza de la capacidad de austeridad
de los gobiernos Aznar.

Ahora se nos están planteando en materia del cuadro macroeconómico
tres elementos que parece ser que irritan, chirrían o de alguna
manera incomodan el cuadro macroeconómico. Se nos está diciendo que
hay cierto temor a que se produzca una desaceleración del
crecimiento, cuando al mismo tiempo se anuncia que el magnífico
momento expansivo en el que se encuentra la economía española tendría
que ser aprovechado para redistribuir mejor la riqueza. Yo quisiera
saber a qué me tengo que atener en los debates, si es que hay temores
de desaceleración del crecimiento o si es que estamos en una
expansión tan acelerada que todo es jauja, porque no tengo claro si
hay temor de desaceleración del crecimiento o si es un momento
boyante el de la expansión económica española. Por eso le preguntaré,
señor secretario de Estado, usted en dónde está en esto del
crecimiento económico, ¿ante los temores de la desaceleración
anunciada o ante las previsiones, creo que fundadas, que se han hecho
del crecimiento económico año tras año?
Otro de los elementos que parece ser que va a tensionar el cuadro
macroeconómico es el repunte en el tipo de interés. Yo todo lo que he
podido identificar en las lecturas que circulan en informes de los
observatorios económicos, en informes financieros internacionales,
este repunte que alguien anuncia lo miden en un 0,25 en el horizonte
de seis meses. Ami eso no me parece ni un repunte pero si hay que
hacerlo así llamémosle repunte, no creo que vaya a ser elemento que
tensione el cumplimiento del cuadro macroeconómico. Aquí aparece
probablemente uno de los indicadores que genera más inquietud en este
grupo, en el Gobierno -lo hemos visto este año- que es el
comportamiento de la inflación en 1999, pero sí es bueno decir -y mi
grupo quiere traerlo al debate- cuál ha sido el comportamiento de la
inflación en el año 1997 y en el año 1998, cuáles han sido las
derivadas de ese comportamiento de la inflación precisamente para las
rentas más bajas, que todas ellas se han visto beneficiadas de
incrementos en su poder adquisitivo por el comportamiento de la
inflación. Probablemente habría que requerir al secretario de Estado,
aunque es tan reciente su comparecencia, que repita alguno de los
argumentos sobre los que fundamenta no sólo la confianza de que la
previsión del comportamiento de la inflación para el año 2000 se
sitúe en el entorno del 2 por ciento, sino a qué se ha debido
realmente que el año 1999 España todavía registre algunas tensiones.

Lo tenemos muy reciente pero parece que es bueno que se diga, porque
así seguramente podremos comprender las medidas que a lo largo del
año se han ido tomando y habrá que seguir tomando para acondicionar
nuestra inflación o nuestra formación de precios a la del resto de
los países. Sería muy interesante, señor secretario de Estado, en
este campo del cuadro macroeconómico, que nos dijera qué relación
guardan a su entender los efectos del diferencial de crecimiento de
la economía española con las medias europeas
y los efectos del diferencial de la inflación española con las
medias europeas. Yo creo que tanto el diferencial de crecimiento como
el de inflación son dos elementos que podríamos identificar en su
respuesta.

Creo que la gran aportación de estos presupuestos -lo he dicho
anteriormente- y, por así decirlo, de la institución presupuestaria
de los gobiernos Aznar es la lucha por el equilibrio de las cuentas
públicas; es decir, la trayectoria de nuestro déficit, el porqué se
ha corregido el déficit, y por qué lado, y despejar que el déficit no
tiene, como en etapas anteriores, ninguna partida escondida que haga
pensar que es engañoso, maquillado o que no tiene fundamento. No sé
a quién le puede caber alguna duda hoy sobre el calificativo de que el
déficit tiene que ser o no escondido, pero sí me gustaría preguntar
al señor secretario de Estado qué opinión le merece el déficit de la
economía de la institución presupuestaria española.

De aquí paso a los dos últimos temas que me gustaría plantear al
señor secretario de Estado. Decía al inicio de mi intervención que mi
grupo es de los que cree que estamos ante un presupuesto de un alto
impacto social. Yo comprendo que esto seguramente moleste. ¿Por qué?
Cada uno sabrá por qué le molesta. Es cierto que este presupuesto
encierra tres cuestiones que creo importante plantear al secretario
de Estado. La creación de empleo que plantea este ejercicio no puede
ser vista de forma aislada si no le añadimos la creación de empleo de
los ejercicios anteriores y la serie que está describiendo el porqué
de la intensidad en unos períodos más que en otros. Hay un segundo
elemento que presentan los presupuestos, incluso alguien me decía que
cuando se ve un cuadro comparativo de las políticas de protección
social que este presupuesto tiene con la misma protección social en
etapas anteriores es cuando se entiende a lo mejor eso que alguien
llama por ahí la tercera vía, cuando se ve la comparación de
políticas de protección social en este mandato Aznar con las mismas
partidas de protección social en etapas anteriores. Y el último
elemento que para mí habla en favor de que estamos ante unos
presupuestos de un alto componente social es la Seguridad Social, el
cómo han evolucionado las cuentas de la Seguridad Social, de dónde
veníamos en materia de cuentas de la Seguridad Social y en dónde
estamos en este momento. Me gustaría, señor secretario de Estado, que
nos dijera en qué basa, a su entender, el que insistentemente nos
hablen ustedes de que este es un presupuesto que avanza decididamente
en la convergencia real de España.

Por último, quiero hacer una consideración respecto a los gastos
financieros del presupuesto. Es cierto que presupuesto tras
presupuesto, por la evolución de los tipos de interés, se han ido
produciendo unas holguras en el capítulo de gastos financieros. La
pregunta que le hacemos desde mi grupo es la siguiente: ¿Considera el
señor secretario de Estado que está agotado el recorrido de las
holguras o de los ahorros que se han registrado en el servicio de la
deuda por la bajada de los tipos de interés?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario de Estado de
Economía, señor Montoro.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA(Montoro Romero): Comparezco
ante la Comisión



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de Presupuestos atendiendo a la solicitud de los grupos
parlamentarios que han requerido mi presencia. Agradezco ese
requerimiento, como siempre, e intentaré complacer a SS.SS., que me
han interpelado en sus intervenciones.




En primer lugar, quisiera hacer una consideración de carácter general
que suelo hacer en estas comparecencias. Algunos de los análisis que
acabamos de escuchar invierten los términos de la ecuación
presupuesto-crecimiento económico. El presupuesto no se asienta en un
cuadro de crecimiento económico; lo que hace el presupuesto, como
instrumento fundamental de la política económica del Gobierno, es
impulsar el cuadro macroeconómico, el crecimiento ordenado de la
economía y la convergencia de España con el resto de los miembros de
la Unión Europea, con los países más avanzados de ese entorno.

Además, promueve que el crecimiento en la sociedad española sea
eminentemente solidario, es decir, que los miembros de nuestra
sociedad participen activamente de los beneficios del mismo. El
presupuesto del año 2000, tal como se describe en los libros que lo
acompañan, es exponente de una política de crecimiento económico, de
crecimiento solidario, de convergencia real con la Unión Europea y de
traducción del crecimiento económico en nuevas oportunidades de
empleo, que es la auténtica igualdad de oportunidades de los
ciudadanos. Hago esta consideración habitualmente en estas
comparecencias porque, si no, se invierten los términos y se presenta
el presupuesto como si dependiera del crecimiento. Es al revés,
señorías; si se hace un buen presupuesto se impulsa el crecimiento
económico y se impulsa la creación de empleo, se impulsa el progreso
del país y se impulsan las bases de estabilidad de ese progreso.

En materia de precios, la principal aportación que tiene el
presupuesto del año 2000 a la estabilidad de los mismos es la
reducción del déficit público. Precisamente a través del saneamiento
del presupuesto del Estado y de la Seguridad Social se está
colaborando activamente a que nuestro país sustente el actual modelo
de crecimiento económico que, de acuerdo con las previsiones para el
año próximo, se afianza lejos de resentirse. El año que viene
tendremos otra vez un crecimiento económico sólido, el 3,7 por
ciento, asentado en una inflación que está situada en el umbral de la
estabilidad de precios -como la define el Banco Central Europeo- del
orden del 2 por ciento, con una creación de empleo muy importante y
avanzando, además, en la convergencia de España con los países más
desarrollados de la Unión Europea; en definitiva, confirmando lo que
ha sido la realidad de 1999. En el año 1999 hemos superado una crisis
internacional que nos ha permitido seguir progresando y creando
empleo; en una palabra, demostrar que tenemos una política económica
en España que está impulsado la recuperación del país desde la clave
de la generación de confianza, desde la clave de la credibilidad de
la institución presupuestaria, como insistía en su oportuna
intervención el portavoz del Grupo Parlamentario Popular. La
fiabilidad del presupuesto es fundamental a la hora de generar
expectativas positivas en los agentes económicos. Una de las
principales aportaciones de esta etapa de Gobierno, de la VI
legislatura de la democracia española, es precisamente el
cumplimiento riguroso de los presupuestos, la recuperación de la
credibilidad de la institución presupuestaria
como guía de las expectativas de los agentes económicos en el país,
la fiabilidad de los proyectos económicos expuestos en la
documentación que es expresión contable del presupuesto y de su
cuadro macroeconómico.

Estamos ante una recuperación económica de carácter mundial. El Fondo
Monetario Internacional ha publicado que el año que viene el
crecimiento de la economía mundial será una realidad y también lo
será el mayor crecimiento de la economía europea. No tendría nada de
extraño, señorías, que para el año próximo tuviéramos el apoyo de las
instituciones internacionales en cuanto a la formulación de
expectativas para consolidar la recuperación económica de España. Lo
normal es que las instituciones supranacionales expresen objetivos de
crecimiento de la economía española relativamente altos para el año
próximo. Será importante también lo que expresen de cara al año 2001,
indicativo de que España está viviendo un ciclo económico de
recuperación sostenida, de que no estamos agotando el ciclo económico
y de que en esa recuperación económica sostenida -con crecimientos
del orden del 3,5 por ciento- estamos dando solución al principal
problema de la sociedad española: el del desempleo. La evolución
sostenida de la economía que nos anticipan los organismos
internacionales y que será refrendada seguramente para el año 2001 es
el mejor de los escenarios para enmarcar un planteamiento de política
económica como el que estamos llevando a cabo.

La evolución de la inflación es una preocupación que comparte el
Gobierno, como SS.SS. conocen; es objeto del diseño de los
Presupuestos Generales del Estado, que contribuyen a la estabilidad
de precios -como he dicho- a través de la corrección del déficit
público y a través de las medidas que adopta el Gobierno. Ya lo hizo
el viernes pasado en el ámbito de la distribución de carburantes y
sigue estudiando medidas para la limitación de la evolución de los
precios en nuestro país en otros ámbitos, como es el caso de las
comunicaciones, para la mejora de la liberalización, de la
competencia y del consumo de millones de familias españolas a las que
algún portavoz se ha referido en tono relajado. Sin duda alguna, los
millones de consumidores españoles aprecian que se abaraten
significativamente productos básicos de consumo por voluntad del
Gobierno. Estoy seguro de que, cuando venga este decreto ley a la
Cámara, los grupo parlamentario tendrán oportunidad de apoyar una
reducción como la propuesta para el gas licuado que consumen millones
de hogares españoles.

Aparte de esta consideración general y entrando a dar respuesta a las
intervenciones de los portavoces, tengo que confesar que me encuentro
siempre con la misma dificultad en este trámite parlamentario. Se
supone que corresponde a preguntas sobre cuestiones específicas y la
verdad es que por mucho que SS.SS. pretendan hacerlo así no se hace.

Recuerdo al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, el señor
Borrell, recriminando algunas de mis intervenciones en este trámite,
pues decía que se convertía en un trámite de debate político. Las
intervenciones de SS.SS. han sido bastante claras y no hay mucha
necesidad de explicaciones. Vamos a otro tipo de debate; lo han
expresado claramente de esa manera y yo, con mucho gusto, atiendo
a sus planteamientos.

El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, señor Martínez
Sanjuán, que tiene mi respeto personal, como él



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sabe, porque es un parlamentario avezado y siempre sólido, en esta
ocasión me ha hecho algunas preguntas que no sé si responder porque
metodológicamente no tiene mayor sentido, si me lo permite el señor
diputado. Confunde la presentación de los presupuestos en un 6,95, en
un 6,79, en lo que es el programa de estabilidad de la convergencia
de España, etcétera. Yo dudada sobre la pertinencia de intentar
explicarlo. El 6,95 es una actualización de las cuentas nacionales
desde el año 1995 hasta ahora, como usted sabe y ha explicado el
Instituto Nacional de Estadística; no tiene sentido confundirlo con
la presentación de las cuentas nacionales, me refiero al producto
interior bruto. Lo que se hace, como usted conoce perfectamente, es
revisar el 6,79 con el principio de exahustividad en la actualización
del producto interior bruto. Por tanto, esa pregunta que usted hacía,
según la cuál un cálculo cuyo fundamento no conozco exactamente y se
vuelve a mezclar, además, con los ingresos del Banco de España, eso
está depurado, señoría; obviamente, el beneficio del Banco de España
se computa como ingreso ordinario del Estado, de acuerdo con las
cuentas nacionales homologadas por Eurostat. Por tanto, vamos a dejar
las explicaciones de las cuatro décimas de déficit del producto
interior bruto supongo que para una lectura más sosegada de los
libros y un conocimiento más completo de las estadísticas nacionales.

Por cierto, se está actualizando toda la serie de contabilidad
nacional del país y se presentará a comienzos de año SEC 95. Por
tanto, lo de las cuatro décimas de punto sobre lo que es un déficit
del Estado superior creo que se aclara por sí solo.

En el crecimiento económico del año que viene, el Grupo Socialista
hace el ejercicio que siempre hace, que no niego pero no dudo, no
dejo de dudar. En realidad, no he entendido bien qué es lo que ha
querido decir. En primer lugar, ha dicho que no dudaba de que España
crecería el año que viene el 3,7 pero luego sí duda. Duda porque
habla de crecimientos, de precios internacionales de materias primas,
de influencia de subida de tipos de interés, de evolución de las
cotizaciones, de las divisas, del euro frente a las principales
divisas del mundo, del yen. ¿Duda o no duda de ese crecimiento, señor
Martínez Sanjuán? ¿Duda o no duda del crecimiento, en el sentido de
que el Grupo Socialista entiende que vamos a crecer el 3,5 por ciento
el año que viene, o está volviendo a hacer un pronóstico que intenta
ser negativo sobre la evolución económica y las expectativas de los
agentes sociales en España? Lo digo porque aquí no me ha quedado nada
claro. Entiendo, por las razones que he dicho antes de los organismos
internacionales y por las que publican la mayoría de los servicios de
estudios dentro y fuera de España, que la economía española -creo que
prácticamente nadie lo duda- el año que viene va a tener un
crecimiento del 3,5 por ciento. Todavía hay alguno que duda, pero si
a ese alguno le pagaran el sueldo en función de la calidad de su
pronóstico, tendría que estar sujeto a algunas reducciones
sistemáticas, más que pluses a fin de año le tendrían que haber hecho
algún tipo de deducción. La verdad es que la gran mayoría de los
servicios de estudios dentro y fuera de España calibran que el
crecimiento económico va a ser el que va a ser y, en ese sentido,
como él bien decía, no solamente no hay cambio de modelo de
crecimiento para el año 2000, sino que es al revés.

Tampoco he entendido bien cuáles son las cuestiones que plantea en
relación al ahorro nacional. Su señoría conoce que cuando se presenta
la contabilidad nacional del país y se habla de que vamos a tener una
necesidad de financiación para el año que viene, esa necesidad de
financiación realmente está expresando lo que será la aportación del
ahorro nacional y la toma del mismo que necesitamos para seguir
financiando el crecimiento de la economía. El modelo de crecimiento
económico, como S.S. define, sigue siendo fundamentalmente
equilibrado, incluso aún más sano que el del año 1999. Es más sano
aún porque, como S.S. sabe, se ha producido un deterioro del
crecimiento económico de los mercados internacionales de la economía
española. Todos entendemos en España que, si nuestras empresas tienen
más dificultades para vender en esos mercados, obviamente las
exportaciones desaceleran su crecimiento. Aún así, la exportación
española ha mantenido un ritmo de crecimiento en el año 1999 por
encima del comercio mundial, luego ha aumentado nuestra penetración
en los mercados mundiales en el año 1999.

Esto que ha dicho en forma de crítica, de falta de apoyo a las
políticas del Gobierno, realmente carece de sentido cuando lo que
estamos viendo es un comportamiento de la exportación española de
bienes y servicios claramente por encima de la evolución del comercio
mundial. Lo que todos entendemos es que si se desacelera el
crecimiento de los mercados que son objeto de nuestras exportaciones,
lógicamente lo que se da es un menor avance de las exportaciones
españolas. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Lo que no podemos
pretender es que España pase una crisis económica mundial y además
incrementemos nuestro superávit comercial con el resto del mundo.

Señorías, una cosa u otra, o pasamos la crisis mundial sobre la base
de nuestro crecimiento interno, lo cual significa que estamos
avanzando en nuestro déficit comercial y que la confianza interna de
la sociedad española se mantiene, o paramos el crecimiento económico,
como se ha hecho en otros países. La recuperación económica sostenida
de la economía española es sólida, estable y se ha traducido en una
muy importante creación de empleo. Tampoco entiendo lo que yo he
deducido no como una pregunta sino como una crítica y, por tanto,
como una valoración política -por lo demás muy propia de la Cámara,
que no se entienda, como crítica mis palabras-, pero el apoyo de la
política económica a la exportación y a la internacionalización de la
economía española ha continuado, sosteniendo crecimiento económico
y permitiendo la muy importante creación de empleo.

Asimismo, tampoco he entendido la pregunta que me ha hecho sobre la
evolución de los salarios en España. Su señoría conoce y distingue lo
que es la evolución de la base salarial, que depende de la firma de
los convenios y el Gobierno propone que se acepte que el crecimiento
de los convenios tiene que ceñirse al dos por ciento, con lo que es
la aportación de nuevos empleos. Lógicamente, la masa salarial del
país no tiene que crecer el 2 por ciento. No entiendo la pregunta. El
total de la masa salarial del país, que es la que determina la
evolución del presupuesto de la Seguridad Social, es fruto de la
firma de los convenios, del crecimiento de los salarios de los
trabajadores que ya tienen trabajo más los nuevos que se incorporan.

Eso da una resultante obviamente distinta en convenio, en el
incremento del convenio,



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de lo que es la masa salarial. Son cuestiones menores que me han
planteado en forma de pregunta y, sin duda, la lectura sosegada de
los libros y de la documentación lo aclarará más pormenorizadamente.

Ya me he referido al ahorro nacional y a la evolución de la
inflación. Sobre las otras preguntas que me ha hecho relativas al
crecimiento económico en nuevo empleo, no he entendido bien su
sentido. No sé si su grupo parlamentario quería decir que le parecía
poca la creación de empleo prevista por el Gobierno para el año
próximo. ¿Le parece poca creación de empleo la que ha habido en esta
legislatura? ¿Conoce S.S. una legislatura donde se haya producido
semejante traslación del crecimiento económico al empleo en el país?
No hay ninguna legislatura como esta en la historia económica de
España. No ha habido años consecutivos en los que el crecimiento
económico se haya traducido de tal forma a la creación de empleo. Eso
quiere decir que realmente el modelo de crecimiento económico tiene
la mejor expresión de solidaridad. Este crecimiento económico es muy
positivo porque está permitiendo que los españoles avancemos en la
convergencia real con los miembros de la Unión Europea y que se creen
nuevas condiciones de empleo, nuevas condiciones de oportunidad a la
hora de acceder al mismo.

Según conocimos ayer, la evolución del paro y de las contrataciones
registradas en España es muy expresiva de lo que está ocurriendo.

Durante los tres primeros trimestres del año 1999, la variación
acumulada muestra mayor dinamismo que la que se alcanzó en el mismo
período del año anterior. Estamos hablando de que la caída del paro
registrado en nuestro país durante los tres primeros meses de este
año 1999 asciende a menos 13,3 por ciento, frente al 9,9 por ciento
que registró el año pasado. Y también los datos de contratación son
expresivos de lo que está ocurriendo en el mercado de trabajo en
España. En el mes de septiembre el incremento de los contratos
indefinidos fue del 22,6 por ciento y el peso relativo en el total de
la contratación fue del 8,3 por ciento, un porcentaje
considerablemente superior, tanto al de los meses precedentes como al
correspondiente al mismo mes de 1998. Quiere decir eso que realmente
no sólo estamos viviendo esta época de importante creación de empleo,
sino que la contratación indefinida se recupera todavía más después
del verano y sigue el avance en la creación de un empleo de más
calidad, de un empleo estable.

Hay un tema importante del que habla el Grupo Socialista, que es el
desarrollo regional. Aunque los datos tendrán que ser corroborados
por la contabilidad regional que en su día elabore el Instituto
Nacional de Estadística, lo que sí sabemos es que el actual
crecimiento económico en España está permitiendo un acercamiento de
los niveles de bienestar de desarrollo de las comunidades autónomas
comparativamente menos desarrolladas. Ahí está el caso de Andalucía.

El señor Alcaraz coincide conmigo en que Andalucía está creciendo por
encima de la media de España, se está creando empleo de una manera
muy importante y, por tanto, en esta época, Andalucía está dando un
paso definitivo en el acercamiento de su nivel de bienestar, no sólo
a la media española, sino también a la media de la Unión Europea.

Basta corroborar una fuente. Eso es lo que dice el Gobierno
autonómico andaluz sobre el crecimiento
económico de la zona. Ello quiere decir, señorías, que el modelo de
crecimiento que se está dando en España es un modelo de convergencia
interna de las regiones españolas, que además está sustentado por el
programa de desarrollo regional que está remitido por el Gobierno a
Bruselas y que prevé aumentos de inversión en las regiones objetivo
1, que son unos aumentos muy importantes. En definitiva -y
respondiendo a una cuestión del Grupo Socialista-, los presupuestos
del año 2000 son unos presupuestos equilibrados; son unos
presupuestos que contienen inversiones importantes en Cataluña,
efectivamente; son unos presupuestos que promueven el crecimiento
económico de Cataluña, pero al mismo tiempo son unos presupuestos
expresión de una política económica que está permitiendo que algunas
comunidades autónomas avancen aún más. Lo he dicho antes. La de mayor
envergadura, como es el caso de Andalucía, está creciendo claramente
por encima de la media nacional.

Estamos en el debate de la fiscalidad. Si me lo permiten, este debate
yo lo planteo de otra manera. El Grupo Socialista, como él ha dicho,
si fuera cierto que los españoles, en una convocatoria de elecciones
generales, decidieran cambiar de gobierno, ya sabemos que lo que
haría sería elevar los impuestos directos y elevaría el impuesto
sobre la renta de las personas físicas. Esto se deduce de su
intervención, porque parece que no le gusta a S.S. que el Gobierno
haya bajado la fiscalidad sobre los salarios y la fiscalidad sobre
las pensiones. Lo que ha ocurrido este año, señorías, es que, a tenor
de la reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas,
efectivamente, el Gobierno ha bajado en 800.000 millones de pesetas
las retenciones sobre salarios y sobre pensiones en España. Yeso
tiene que ver con el crecimiento de la economía, tiene que ver con el
crecimiento del consumo y tiene que ver con la creación de empleo que
ha ocurrido en el año 1999. Por tanto, tiene que ver con una política
tributaria que realmente comprometió el Partido Popular en su
convocatoria de elecciones generales en el año 1996, en cuanto a que
en España no sólo era posible, sino deseable reducir determinados
impuestos que aumentan excesivamente la fiscalidad sobre el trabajo,
sobre los salarios, en definitiva, sobre capas sociales cuya
liberación en materia tributaria lo que hace es influir y despertar
crecimiento económico y creación de empleo.

El Grupo Socialista ha sido muy crítico en relación con la bajada de
impuestos y lo que deduzco de este tipo de intervenciones en la
Cámara es que seguramente en sus programas electorales siguientes
dirá a la sociedad española que irán en la línea contraria y, por
tanto, volverá a subir el impuesto sobre la renta que este Gobierno
ha bajado. Yo creo que este asunto conviene dejarlo bien claro desde
el principio, para que no nos llamemos a engaño entre quiénes bajamos
los impuestos y quiénes parecen decididos a subirlos, eso sí, por mor
de una extraña compatibilidad o equilibrio entre fiscalidad directa y
fiscalidad indirecta. Si a S.S. le gusta este tipo de fiscalidad
directa sobre el salario y las pensiones, explíquelo claramente a la
sociedad española. Nosotros explicamos otra cosa, que son las
ventajas derivadas de la bajada de los impuestos en nuestro país.

Creo que he hecho el recorrido sobre las preguntas fundamentales del
Grupo Socialista y he aludido además a mi comparecencia reciente en
la Comisión de Economía, que



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ha sido un complemento que da a conocer la visión del modelo de
crecimiento de la economía española que ha tenido lugar en nuestro
país y que, por cierto, está perfectamente descrito en los primeros
capítulos del libro amarillo, el libro más breve y sintético, donde
se contiene una síntesis del enfoque de la política que ha permitido
la estabilidad económica en España y, por tanto, este modelo de
crecimiento económico.

El señor Alcaraz, más que una pregunta, ha hecho una reflexión
general, una crítica, y ha adelantado el debate desde Izquierda
Unida, muy legítimamente. El portavoz de Izquierda Unida se ha
referido a la posición de su grupo. Yo no intento responder a su
intervención, porque no es este el trámite, pero, a tenor de su
planteamiento, me parece importante y positivo para el país, la
preocupación que muestra la izquierda con la inflación. Me parece que
esto, señor Alcaraz, es un auténtico hallazgo. Realmente habrá pocos
países en el mundo desarrollado donde haya partidos políticos aunados
en un movimiento político de la importancia de Izquierda Unida en
España, incluido el Partido Comunista, donde se hable tanto de
inflación. Esto es muy positivo. Me parece un gran activo que la
izquierda y la izquierda más tradicional en España levante con tanta
fuerza la enseña de la inflación. En ese sentido, tenemos un país en
el que el debate económico lo estamos situando en unos términos
incomparables con lo que yo pueda conocer del debate político en
otros países. La izquierda en España levantando la enseña de la
inflación es una gran novedad, sin duda alguna, es una novedad que
llevará a otras derivadas y que aumentará, si cabe, el celo del
Gobierno, de un Gobierno situado en el centro político del país por
seguir buscando ese objetivo de inflación.

Es importante, y debo insistir, que la reducción del déficit público
-ya lo he dicho insistentemente en mi intervención- es la forma más
eficaz de estabilizar los precios en el país y es la forma más eficaz
de financiar la recuperación económica de España. Me refiero a la
pregunta que me hacía el Grupo Socialista sobre la evolución del
ahorro. Lo que está ocurriendo en nuestro país es que estamos
necesitando tomar muy poco ahorro de la economía mundial para
financiar la recuperación de la inversión, porque estamos saneando
las cuentas del Estado y porque estamos saneando y equilibrando las
cuentas de los presupuestos generales de la Administración central
del Estado. Eso es lo que estamos haciendo en España y eso es lo que
está permitiendo la recuperación económica equilibrada del país,
señorías. Y esa es la aportación de ese modelo de crecimiento
económico que, frente a etapas anteriores, donde el déficit público
no solamente no se reducía, sino que se escondía, ahora luce
íntegramente una tendencia hacia el equilibrio presupuestario, como
se titula el segundo capítulo del libro amarillo de presentación del
proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Estamos acercándonos
rápidamente al equilibrio presupuestario y gracias a eso estamos
financiando la recuperación económica de España y, por tanto, la
creación de empleo. Gracias a eso, al hecho del equilibrio
presupuestario de la Seguridad Social, que es importante, podemos
decir que es la mejor aportación al futuro del sistema de protección
social en España; gracias a ese equilibrio presupuestario, el
Gobierno ha podido atender demandas que son de los sindicatos y de
toda la sociedad,
en favor de una distribución más equitativa de los beneficios
del crecimiento, subiendo las pensiones más bajas del sistema
público, atendiendo a una más completa cobertura del desempleo de
larga duración con carga familiar, impulsando decididamente las
políticas activas de empleo, impulsando las políticas activas de
empleo, impulsando las políticas de innovación tecnológica, de I+D,
en definitiva, estableciendo una política muy activa protagonista de
inversión en infraestructuras, como las que plantean estos nuevos
presupuestos. Esta es la garantía que da para el futuro el equilibrio
presupuestario y esa es la forma de acometer esa redistribución de
los beneficios del crecimiento económico.

Al señor Alcaraz le parece poco el fondo de reserva, pero reconocerá
que es una gran innovación en la historia de la Seguridad Social
española que tengamos un superávit. Ésa ha sido la evolución positiva
del presupuesto de la Seguridad Social. El fondo de reserva se
corresponde con lo que es la evolución del superávit de la Seguridad
Social. No sé si ha querido decir en su intervención que todavía
puede que el superávit sea mayor el año que viene, no sé si ha
querido decir eso. En definitiva, lo que está haciendo este Gobierno
es ganar el futuro desde el equilibrio presupuestario del Estado y de
la Seguridad Social.

Me permitirá S.S. que le clarifique un error. Ha denominado
subvenciones a empresas lo que son bonificaciones de los contratos,
lo que es bonificar contratos y bonificar contratos estables, que
tiene un resultado positivo, señoría, porque es posible que tengamos
pronto dos millones de contratos estables bonificados por el sistema
público. A lo mejor S.S. no está de acuerdo con la bonificación de
los contratos, pero entonces dígalo y explíquelo a esos dos millones
de españoles. Porque estamos hablando de ciudadanos españoles que,
gracias a esta política de estabilidad del empleo, tienen hoy un
contrato fijo, un contrato estable, que hace tan sólo tres años no
tenían. Es bueno que las diferentes opciones políticas del país
expliquen que no están de acuerdo con esa política de bonificación,
que se lo aclaren a los trabajadores que han encontrado en esa forma
de contrato la vía para igualar su oportunidad a la hora de acceder
al mercado de trabajo.

Trasladaré las felicitaciones, que agradezco, al equipo de
comunicación del Ministerio de Economía y Hacienda, que realmente ha
hecho un gran esfuerzo para introducir a la sociedad española en unos
presupuestos muy equilibrados, de crecimiento y de solidaridad. Yo
entiendo la intervención del señor Aguirre. Suele decirse que estos
presupuestos, quizá no tanto por parte de Izquierda Unida pero sí por
parte del Grupo Socialista, son los que al Grupo Socialista le
hubiera gustado tener. Yo creo que, más que esto, lo correcto sería
decir que estos presupuestos son los que el Grupo Socialista durante
muchos años de gobierno no ha sido capaz de hacer en España, los
presupuestos del equilibrio presupuestario, del impulso solidario de
los beneficios del crecimiento económico a través de esa vertiente de
políticas sociales.

El portavoz del Grupo Popular ha saludado la presentación de estos
presupuestos porque, efectivamente, son unos presupuestos importantes
que culminan una legislatura, un planteamiento de política económica
en nuestro país fuertementecomprometido con la estabilidad y por
tanto garantes



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de futuro. Con relación a sus planteamientos, además de insistir en
que la inflación diferencial en España, como se deduce de la
comparación del IPC armonizado español con el IPC de la Unión
Europea, está claramente explicado por el impacto de la energía, que
ha supuesto, prácticamente desde diciembre del año 1998 hasta agosto
del año 1999, una evolución de ese diferencial en 5,5 puntos mientras
que el resto de los diferenciales, incluido el de servicios, se ha
acortado respecto a la Unión Europea.

El señor Aguirre hacía una pregunta relevante relativa a lo que
significa para los Presupuestos Generales del Estado el ahorro de
intereses, que ciertamente es un ahorro que en España hemos podido
generar a partir de la confianza de la institución presupuestaria en
sí misma y de la institución presupuestaria que se compromete con la
reducción del déficit público. Realmente, todavía no se ha agotado la
fase por la que los Presupuestos Generales del Estado de los
sucesivos años vivirán el aporte positivo de la reducción de los
tipos de interés. No se ha agotado porque todavía el tipo de la deuda
viva en España está situado en el orden de 5,9 puntos, que es un tipo
superior en casi dos puntos al tipo que el Tesoro estaba emitiendo en
el mes de junio y en el mes de julio, tras la subida de los tipos de
interés. Es decir, el tipo medio de emisión del Tesoro estaba en el
3,9 y las emisiones vivas de deuda estaban en el 5,9. Eso quiere
decir que los españoles nos vamos a seguir beneficiando del descenso
de los tipos de interés, lo que supone una garantía para que podamos
situarnos pronto en un equilibrio, si no en un superávit
presupuestario, en nuestro país. También es fruto de una política
activa de gestión de deuda pública que está haciendo el Tesoro y que
está promoviendo, a través del canje de deuda, que traigamos pronto
ese beneficio de la bajada de tipos de interés y de esa manera
garanticemos la sostenibilidad de los presupuestos del día de mañana.

Agradezco la intervención del portavoz del Grupo Popular por lo que
se refiere a algo en lo que él ha insistido y que me parece básico,
los elementos fundamentales de credibilidad, de generación de
confianza por parte de los Presupuestos Generales del Estado como
motores de la continuidad del crecimiento económico y de la creación
de empleo.




El señor PRESIDENTE: Vamos muy mal de horario y veo que me piden la
palabra. Precisamente por el carácter ligeramente combativo de las
aclaraciones del señor secretario de Estado, voy a darla, pero
solamente por espacio de dos o tres minutos.

El señor Martínez Sanjuán tiene la palabra.




El señor MARTÍNEZ SANJUÁN: Consumiré dos minutos.

Señor Montoro, cada vez que viene a esta Cámara como secretario de
Estado se transforma en lo que yo le he conocido anteriormente, que
era el líder de la oposición en su momento, en este caso líder de la
oposición de la oposición. Usted, más que la filosofía del secretario
de Estado de Economía, utiliza las argucias parlamentarias, que S.S.

conoce tan bien como conocemos los demás, para intentar dar la vuelta
a algunas cuestiones que yo le he planteado y que solamente le quiero
significar.

Lo que le he dicho con relación del sistema contable de 1995 no es la
interpretación que S.S. ha dado, sino que no hay demasiados elementos
de comparación históricos con el nuevo sistema contable de 1995,
adaptado en modificaciones con las anteriores, que solamente las han
introducido cuando a ustedes les ha interesado, en algunos cuadros,
sólo en algunos, en otros, no.

La dificultad, que S.S. conoce y que debiera conocer, en la evolución
de determinadas macromagnitudes históricas a lo largo del tiempo es
que se ha modificado por el SEC toda la creación de lo que es el
producto interior bruto y modificaciones contables y una nueva EPA,
que tendrá su vigencia real en el año 2000 con relación al año 1999,
no el año 1999 con relación a 1998 y series históricas 1997, 1996,
porque también se han modificado. Lo que le quería decir, señor
Montoro, y usted lo ha entendido, es que hay elementos de dificultad
comparativa a la hora de calcular ratios históricas en función de las
variables que se han introducido, no porque lo haya decidido el
Gobierno sino porque la Unión Europea ha decidido el sistema de
cuentas contables.

En el tema del impuesto sobre la renta, S.S. conoce muy bien cuál era
el modelo fiscal presentado como alternativa por el Grupo Socialista
en el debate sobre ese impuesto. No estábamos en contra, y S.S. lo
sabe, de una modificación del impuesto sobre la renta, estábamos en
contra de la redistribución que se ha hecho en la carga fiscal en los
diferentes niveles de renta que S.S. conoce. No intente decir que el
Partido Socialista, si gana las elecciones, que las ganará, va a
modificar al alza el IRPF con carácter general urbi et orbi, porque
S.S. lo conoce bien.

Yo ni dudo ni dejo de dudar sobre el cuadro económico. Lo que he
preguntado al secretario de Estado es con qué escenario se ha hecho
en relación a tres variables importantes que pueden condicionar. Y no
me ha contestado. Solamente ha dicho que dudo pero que no dudo.

Simplemente le pedía explicaciones que no me ha dado.

El control de la inflación no es un valor que la izquierda española
haya aprendido en los últimos 15 días. En Europa, no están gobernando
extraterrestres, en muchos países importantes, sino que son
socialdemócratas y el valor de la inflación, el valor de la
estabilidad de precios, es un valor importante y asumido por la
izquierda. Entre otras cosas, S.S. sabe muy bien que alzas de precios
superiores a los previstos e importantes castigan más a las rentas
más bajas, que es las que trata de defender siempre el Partido
Socialista.

Solamente una apreciación. Su señoría sabe que no confundo lo que es
la evolución de la masa salarial con la evolución de los salarios. La
Seguridad Social ha estimado un crecimiento medio, de los salarios
medios, no de la masa salarial, del 3 por ciento. Está publicado en
todos los periódicos económicos que S.S. conoce como yo. Sin embargo,
el Gobierno establece que, para mantener el cuadro de estabilidad
y la creación de empleo, hay que mantener el objetivo de que los
salarios no suban más del 2 por ciento. Sólo me ha dicho que había
equivocado crecimiento de la masa salarial. Yo estoy hablando de
salarios medios estimados para el año 2000, frente a las previsiones
que ha establecido el Gobierno, de lo que no me ha comentado nada.

Al hilo de esta reflexión, le quería preguntar cuál es la previsión
que tiene el Gobierno sobre la evolución del sala



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rio mínimo interprofesional para el año 2000. ¿El 2 por ciento o el 3
que estima Seguridad la Social?



El señor PRESIDENTE: También rogándole mucha brevedad, tiene la
palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Llámele usted bonificaciones a contratos o
subvenciones a empresarios, pero, en función de eso que usted llama
política activa de empleo, saca usted del superávit del Instituto
Nacional de Empleo lo que han sido cotizaciones, digámoslo así, para
el desempleo a favor de los empresarios 300.000 millones, señor
Montoro. Llámelo como quiera. Yo lo llamo subvenciones a empresarios.

Por cierto, que, a la hora de los ingresos en el IRPF, sólo el 5 por
ciento procede de las rentas empresariales. Aeso es a lo que me estoy
refiriendo. Ese es el sesgo fundamental que tienen estos
presupuestos, el tema de los empresarios y el tema de los beneficios.

No es que a nosotros nos preocupe la inflación, es que es el
principal problema que tiene el Gobierno en el seno de su lógica. Eso
es lo que le he querido decir. Es el principal problema que tienen
ustedes, desde el punto de vista de la matriz económica que utilizan;
es la enfermedad grave que tiene el cuerpo económico que ustedes
manejan. Eso es lo que le he querido decir. La reducción de la
inflación es muy difícil, porque ustedes no tienen instrumentos. No
me preocupa la inflación, me preocupa quién la va a pagar; no me
preocupa la reducción del déficit; me preocupa quién lo va a pagar,
señor Montoro. Ese es el tema de fondo. Nosotros abogamos por una
política selectivamente expansiva, y usted lo sabe perfectamente. Yo
le tengo que hablar de quién va a pagar la inflación y quién va a
pagar la reducción del déficit al 0,8 por ciento. Los beneficios
empresariales -ahí está el balance de cuentas del Banco de España-
son cada vez más altos y producen en la inflación un impacto mayor
que los salarios. Usted siempre se preocupa por los salarios y nunca
por los beneficios. Eso sí me preocupa bastante, no la inflación. Me
preocupa cómo intentan retenerla y reducirla. Ya le he hablado antes
de los precios y ahora también porque ustedes constantemente
satanizan los salarios: que hay que congelar, que no pueden subir,
que hay que tener en cuenta la inflación, que después hay que
traducirlo en creación de empleo. Ese es el problema de fondo y la
diferencia lógica entre usted y yo. Austed sí le preocupa la
inflación y retenerla con esta política. A mí me preocupa que la
paguen los de siempre. Yla política de retención de la inflación la
están pagando los de siempre. Los de siempre están pagando la
política de intento de bajada del déficit al 0,8 por ciento. La van a
pagar los de siempre con esa estructura presupuestaria que le he
intentado relatar.

Nosotros abogamos por una política -usted lo sabe- selectivamente
expansiva y equilibrada. Usted ha hablado de Andalucía. Pues bien; el
señor Pujol ha vendido en Cataluña que se lleva el 15 por ciento de
las inversiones. Andalucía, con mucho más territorio, está mucho más
atrasada -tenemos un 26 por ciento de paro, el triple que la media
europea-, recibe el 12,1 por ciento de las inversiones. Frente al 15
por ciento en Cataluña, el 12,1 en Andalucía. Por lo tanto, cuando le
he hablado de unos presupuestos equilibrados tampoco me puedo referir
a éstos. Y si en
Canarias se ha vendido por parte de Coalición Canaria que van 140.000
millones, hay que decir que éstos no son los presupuestos
equilibrados que nosotros concebimos. Se lo digo, porque seguimos
aportando lo mismo al PIB, seguimos igual de retrasados con respecto
a la media europea y seguimos creciendo al nivel que hay que crecer,
pero con la misma participación y en una situación crecientemente
desequilibrada, en función de un modelo de Estado que se pone como
moneda de cambio para la gobernabilidad, para mantener la
gobernabilidad. Ya que ha citado Andalucía, aprovecho -y termino,
señor presidente, no se ponga nervioso- para acabar con el tema de la
deuda histórica.

Yo creo que la ironía no les sienta bien, a menos que sea una táctica
para señalar a su equipo de prensa, que cada vez que intenta lanzar
un titular se ponen irónicos. El otro día se puso irónico el señor
Rato con el tema de la deuda histórica. Engañó a la gente. Hay una
disposición en el Estatuto de Autonomía andaluz, que es ley orgánica,
por lo tanto bloque constitucional, que dice que todos los años, en
función del nivel de servicios básicos de Andalucía, que está por
debajo de la media, hay que equilibrarlo a través de una cantidad
determinada. Esa es la deuda histórica. Preguntaba: ¿En qué ley está?
No conozco esto; no debe ser constitucional. Está en una disposición
del Estatuto de Autonomía. Incluso ya hemos recibido una cantidad por
deuda histórica: 20.000 millones de pesetas. ¿No quiere llamarlo
deuda histórica? Bien. Llámelo complemento a los servicios básicos de
Andalucía, según la disposición correspondiente del Estatuto de
Autonomía. Pero el señor Rato aprovechó la ironía para engañar a la
gente y decir que esto no estaba en la ley.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Aguirre también se siente estimulado
por la intervención del señor secretario de Estado? (Risas.)



El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Sí, sí, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Pues le doy la palabra brevemente.




El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Sí, porque se ha situado el debate en lo
que usted ha venido a llamar, con acierto, me parece, el carácter
combativo de algunas intervenciones y tengo que plantear una
cuestión.

Yo, que creo que es cierto que los partidos políticos, a través de su
política presupuestaria, lanzan un mensaje de cuál es su posición
respecto a la defensa de aquellos cuyo poder adquisitivo es más bajo,
cuyas rentas son menos capaces y que probablemente ahí se encuentre
el debate hoy de los modelos presupuestarios de unos y otros y de las
alternativas políticas de unos y otros, considero fundamental que
vayamos dejando alguna cuestión clara sobre aquellos que tienen el
discurso comprometido con la defensa de las rentas más bajas y
aquellos que tienen el discurso descomprometido con la defensa de
esas rentas más bajas. ¿Por qué? Porque hay datos ya, después de
algunos años de democracia, como para poder saber quién está
comprometido con las rentas más bajas y quién lo está simplemente de
palabrería, de bla, bla, bla. Yo creo que defender



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las rentas más bajas es crear 1.600.000 puestos de trabajo y no
defender las rentas más bajas es crear 3.000.000 de parados. Yo creo
que defender las rentas más bajas es poner la situación de la
Seguridad Social y sus cuentas en superávit y no defender las rentas
más bajas es tener o entregar la Seguridad Social prácticamente en
quiebra. Yo creo que defender las rentas más bajas es procurar que
las políticas de pensiones sean siempre políticas dirigidas a
incrementar el poder adquisitivo de los pensionistas, empezando por
las pensiones más bajas y de mayor debilidad. Ahí hay que comparar,
que en otras etapas, las pensiones no se incrementaron en su poder
adquisitivo. Yo creo que defender las rentas más bajas es situar el
control de precios por debajo o en el orden de la franja del 2 por
ciento y penalizar las rentas más bajas es tener permanentemente la
inflación por encima del 4 por ciento, como en etapas de antaño. Por
lo tanto, a algunos el discurso de la defensa de las rentas más bajas
se les está quedando como ese traje raído que desprecia el mendigo en
la calle.




El señor PRESIDENTE: Para terminar la comparecencia, tiene la palabra
el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO (Montoro Romero): Yo creo que la
comparecencia ha sido expresión de lo que son los principales
argumentos que manejan los grupos parlamentarios presentes en este
trámite y también los principales partidos políticos del país.

Realmente, los presupuestos del año 2000 son los presupuestos del
crecimiento económico, de la convergencia real de España, de la
creación de empleo, son los presupuestos que apuestan por la
solidaridad desde los principios de una distribución equitativa de
los beneficios del crecimiento económico y, en definitiva, son los
presupuestos que confirman una senda que es la senda del programa de
estabilidad del Reino de España y que sitúan a la economía española a
la cabeza del saneamiento presupuestario entre los miembros del euro,
entre los miembros de la Unión Monetaria. Los presupuestos -insisto-
impulsan el crecimiento económico del año 2000. Y, desde esa
perspectiva, no existen sombras sobre el año 2000 en materia de
elevación de los tipos de interés. En los mercados libres y a los
plazos libres establecidos por esos mercados, ya se ha producido la
subida de tipos de interés y es la que está hoy vigente en las
emisiones de los títulos de deuda a más largo plazo. Por tanto, no
hay porqué tener preocupación por que una subida de tipos de interés
pueda perjudicar el crecimiento de la economía española ni de la
economía europea en estos momentos, realmente es al revés. Está claro
que, si se abren escenarios de subidas de tipos de interés, es porque
se ve sólido el crecimiento de la economía europea. En ese sentido,
habría políticas monetarias que intentarían anticiparse a tensiones
inflacionistas.

Tampoco hay motivo alguno para preocuparse por la evolución del
crecimiento económico a tenor de la evolución de los tipos de cambio,
puesto que los tipos de cambio y la depreciación del euro durante los
primeros meses del año 1999 ha obedecido a que faltaba impulso de
crecimiento económico en buena parte de la Unión Europea, de la zona
euro. En ese sentido, lo normal es que lleguemos a una situación más
equilibrada en el concierto de los tipos
de cambio y tampoco hay problemas en ese escenario que amenacen la
recuperación de la economía mundial a tenor de desequilibrios que no
vinieran del propio impulso de crecimiento económico. No van a ser
las monedas las que lancen esa sombra de duda.

La subida de materias primas ya se ha producido. Todos entendemos que
el precio del petróleo no va a subir más, porque estamos hablando de
una subida de materias primas que ha tenido como causa la restricción
de la oferta, señorías, no es una situación de mercado. Por tanto, lo
normal es que eso se adecue a cotizaciones internacionales más bajas
a partir de un determinado momento, que nadie sabe cuál es, pero no
es la perspectiva del año 2000 la de una elevación perturbadora de
materias primas tan importantes para la economía española como es la
materia energética del petróleo. Respondo cumplidamente al Grupo
Socialista, pero yo habría esperado también que hubiera aportado su
propia reflexión en torno a si ese crecimiento económico va a ser
viable o no.

En cuanto a las cifras de contabilidad nacional, me remito a mi
primera intervención. He aclarado que obviamente no se puede retocar
la cifra de los documentos del Gobierno hasta que no lo haga el
Instituto Nacional de Estadística en el conjunto de la contabilidad
nacional del país. Por tanto, despejo las dudas en cuanto a la
calidad de las estadísticas españolas, respecto a la que el Grupo
Socialista no ha puesto mayor inconveniente, pues se ha referido a la
EPA, encuesta de población activa; ahí esta la afiliación a la
Seguridad Social, la evolución del paro registrado que se publicó
ayer. En definitiva, ahí está la evolución del mercado de trabajo,
incluso a través de estadísticas homologadas por el Eurostat en
relación con la positiva evolución del mercado de trabajo en nuestro
país.

De la última intervención recojo un valor, que también me parece muy
positivo, en relación con la inflación. Ha dicho el portavoz del
Grupo Socialista que, cuando la inflación sube, se perjudican capas
sociales bajas y, cuando la inflación baja, se benefician
precisamente las capas sociales bajas. Quiero recordarle que la
inflación en España estaba por encima del 4 por ciento en el año
1995. Por tanto, inflaciones de recorrido del 4,5 al 2 por ciento lo
que han hecho ha sido beneficiar a las capas sociales más modestas de
España. Eso es lo que ha ocurrido. En esa ganancia de poder
adquisitivo reside la capacidad de incrementar consumo, actividad
económica y creación de empleo en nuestro país. El éxito de las
políticas de lucha contra la inflación es precisamente el mejor de
los éxitos a la hora de promover un modelo de crecimiento solidario y
por tanto responsable en el reparto de los beneficios de ese
crecimiento.

Por lo demás, en cuanto al impuesto sobre la renta, no nos vamos a
poner de acuerdo. Creo que la sociedad española ya tiene bastante
constancia de quién tiene políticas tributarias de subir impuestos y
quiénes bajan los impuestos. Señorías, ya no se puede ser más claros.

Cuando ha habido una reducción de retenciones de trabajo de 800.000
millones de pesetas a comienzos de este año, con lo que significa
para las rentas de salarios medios españoles, rentas en torno a tres
millones brutos, insistir en que son rentas de capas superiores, creo
que esto se cae por sí solo. Todos los trabajadores, todos los
pensionistas saben lo que han subido sus salarios merced a esa bajada
de retenciones. Por



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tanto, dejo ahí toda alternativa. Comprendo las dificultades de otros
grupos parlamentarios para reconocerlo, sobre todo las dificultades
para reconocer que era posible y deseable bajar los impuestos en
España como motor de crecimiento económico y como motor solidario de
ese crecimiento económico.

Por lo demás, respondiendo a la intervención del portavoz de
Izquierda Unida, ya he visto que retrocedía sobre la defensa de la
inflación, más bien la expresaba como reparo. Lo importante, insisto,
es que el debate sobre la inflación discurra en nuestro país
reconociendo que efectivamente necesitamos una estabilidad de precios
para sustentar crecimiento económico y creación de empleo en España.

Eso es lo más significativo e importante. Hemos tenido este año la
dificultad del encarecimiento del petróleo, que ha sido un auténtico
shock energético internacional. Estamos absorbiendo las consecuencias
de ese shock y, a partir de la absorción de esas consecuencias,
veremos una evolución más positiva.

He de decir que lo que hacen las políticas del Gobierno es velar para
que nadie se beneficie de hechos extraordinarios. En ese sentido, las
subidas de precios de la energía en nuestro país están siendo objeto
de seguimiento muy cercano, muy continuado, por parte de los órganos
de defensa de la competencia en nuestro país.

En relación con Andalucía, quiero insistir en el argumento de que la
expresión de las inversiones regionales del año próximo es la
inversión de un crecimiento regional equilibrado en nuestro país,
donde Andalucía tiene que conseguir estar en la posición que todos
los españoles deseamos para esta región, cual es la de ganar
posiciones en su acercamiento a los niveles medios de bienestar de
España y de la Unión Europea. Eso ya se está dando y la actitud del
Gobierno es seguir invirtiendo precisamente en las infraestructuras
que permitan ese desarrollo tan importante, por supuesto a través de
la aplicación plena del Estatuto de Autonomía de Andalucía. Además,
recuerdo que fue el Gobierno el que, en sus primeros presupuestos,
hizo el abono pertinente de los 20.000 millones de pesetas, lo cual
se cumplió en aquel momento en aplicación del Estatuto de Autonomía.

El Gobierno cumple con esos compromisos, lo ha hecho en esta
legislatura y seguirá invirtiendo en mor de un crecimiento regional
equilibrado en la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Montoro. Vamos a suspender
la sesión exactamente por dos minutos, el tiempo que necesitamos para
despedir al señor Montoro y dar la bienvenida al secretario de Estado
de Presupuestos y Gastos. (Pausa.)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (FOLGADO
BLANCO) A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO
(Número de expediente 212/002294) Y DEL GRUPO SOCIALISTADELCONGRESO.

(Número de expediente 212/002193.)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión, dando la bienvenida al
secretario de Estado de Presupuestos y Gastos.

Antes de dar la palabra a SS.SS, quisiera comunicarles que hoy no
puede comparecer el presidente de la Agencia Efe por imposibilidad
física , por lo que hemos tenido que hacer un intercambio, de tal
modo que hoy a las 19 horas comparecerá el director general de
Radiotelevisión Española y mañana a la hora prevista para éste, a la
una de la tarde, lo hará el director de la Agencia Efe. Han pedido la
comparecencia el Grupo Socialista y el Grupo Popular y lo anuncio a
los efectos de que los dos grupos prevean la presencia de los
portavoces que en aquel momento deben estar en la Comisión.

Dicho esto y agradeciendo al señor Folgado su presencia entre
nosotros, damos la palabra a don Ángel Martínez Sanjuán, en nombre
del Grupo Socialista.




El señor MARTÍNEZ SANJUÁN: Buenos días, señor Folgado.

En calidad de portavoz del Grupo Socialista, le doy las gracias por
acudir aquí y, partiendo de las dificultades inherentes a esta
designación como portavoz, voy a tratar de plantearle muy
escuetamente, sin entrar en debates anteriores, que no es mi función,
algunas cuestiones referidas a su materia en relación a los
presupuestos del año 2000.

Antes de hablar del presupuesto del año 2000 quería referirme al
presupuesto del año 1999, en la medida en que todos los presupuestos
son continuación no sólo numérica, sino de ejecución, ya que en el
año 2000 se ejecutarán parte de presupuestos cerrados en ejercicios
anteriores, concretamente del año 1999.

En el avance de liquidación del presupuesto del año 1999 que se ha
incorporado a la documentación presupuestaria, el presupuesto inicial
de ingresos en operaciones no financieras del ejercicio 1999 era de
18 billones 866.000 millones de pesetas, con unas modificaciones
estimadas a lo largo del ejercicio de 985.000 millones de pesetas, y
aunque conozco algunas grandes cifras, me gustaría saber por qué se
ha producido esta modificación presupuestaria al alza en el ejercicio
1999. Quisiera que informara a la Comisión del desglose y el detalle
de por qué se ha producido esta desviación de gasto. Sé que ha habido
canje de deudas, sé que ha habido pagos de compromisos aceptados por
este Parlamento a través de créditos extraordinarios en leyes
aprobadas, incorporaciones, remanentes, generaciones de ingresos,
etcétera, pero nuevamente nos encontramos con el ejercicio del
desarrollo de un presupuesto que tendrá una modificación
presupuestaria de casi un billón de pesetas en el ejercicio 1999, lo
cual condicionará el cálculo o la comparación estimada de lo que son
gastos de 1999, realización final, con previsiones iniciales del año
2000 y recogidas en la documentación presupuestaria.

Ya sé que toda la evolución, así como en ingresos de los presupuestos
está referida al año 2000 sobre previsión de liquidación de 1999; en
gasto, como S.S. conoce, todas las comparaciones se establecen entre
presupuesto inicial de 1999 con presupuesto inicial del año 2000,
pero a mí me parece que es más lógico hacer la comparación en algunas
materias en relación a la ejecución conocida o prevista en relación a
1999.

En el avance de liquidación del presupuesto del año 1999, con esta
incorporación de modificaciones, las previsiones de gasto ascienden a
19 billones 851.000



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millones de pesetas, con una previsión de realización en obligaciones
reconocidas de 19 billones y medio y un pago en términos de caja de
18 billones 400.000 millones de pesetas. Es decir, que los pagos
reales previstos del ejercicio de 1999 del sector Estado serán 18
billones 400.000 millones sobre unas obligaciones reconocidas de 19
billones 400.000 millones. ¿Significa esto, señor Folgado, que al
presupuesto del 2000 se incorporarán casi de nuevo un billón de
pesetas para ejecutar a lo largo del ejercicio del 2000 o del desfase
entre obligaciones reconocidas y pagos en el ejercicio del año 1999,
muy similar al que está produciendo en 1999, en el que los
presupuestos cerrados, no en el presupuesto corriente, también
asciende a un billón de pesetas?
Por el contrario, en ingresos los derechos reconocidos del año 1999
son 18 billones 694.000 millones de pesetas, según la información que
ha sido suministrada, con unos ingresos en términos líquidos de 18
billones 3.000 millones de pesetas; es decir, que la diferencia entre
derechos reconocidos en ingresos e ingresos líquidos, con cargo al
ejercicio 1999, es de 600.000 millones de pesetas, casi 700.000.

Gastos posiblemente a trasladar al ejercicio 2000 en ejecución
presupuestaria de la diferencia entre obligaciones reconocidas y
pagos, un billón, y diferencia de recaudación entre derechos
reconocidos e ingresos líquidos de 600.000 millones, una diferencia
de 400.000 millones de pesetas, a favor de los gastos. Mi primera
pregunta es: ¿se incorporará este déficit, en términos de caja, al
ejercicio del año 2000, como consecuencia de esta evolución entre
ingresos y gastos, o no tiene previsto el Gobierno que la ejecución
de la diferencia en gastos y en ingresos sea la que, en principio,
han suministrado en los presupuestos del Estado?
Entrando en el presupuesto del año 2000, señor Folgado, el Gobierno
presenta unos presupuestos de ingresos y gastos del Estado en torno a
los 19,5 billones de pesetas, con unos ingresos inferiores, sobre los
que me gustaría hacerle algunas preguntas. En relación a los
ingresos, sin prejuicio de la comparecencia del secretario de Estado
de Hacienda, la previsión de recaudación en el impuesto sobre la
renta es una contribución con un escaso crecimiento, fruto, según su
información, de una desviación, una deriva al ejercicio del 2000 de
consecuencias de ingresos de la nueva reforma, pero que creemos que
no se justifica bien con un crecimiento nominal de la economía, con
un crecimiento del empleo, según establece el Gobierno, en torno a
casi un 3 por ciento en la evolución del empleo, una evolución de los
salarios, no se sabe muy bien (porque no lo hemos podido descubrir en
la anterior comparecencia del secretario de Estado de Economía) si en
torno a un incremento de la masa salarial media del 2 o del 3, pero
nos parece insuficiente la evolución que establece en relación a la
potencia recaudadora del impuesto sobre la renta.

Creemos que en la previsión de tasas y otros ingresos (siguiendo con
el tema de ingresos, luego me referiré a los gastos) hay una
infravaloración. La previsión para el año 2000 es de 368.000 millones
de pesetas, cuando, según los datos suministrados recientemente por
su Secretaría de Estado, en agosto del año 1999, en la ejecución del
presupuesto actual, llevábamos unos ingresos de 354.000 millones,
casi similar a la previsión a lo largo del ejercicio en tasas y otros
ingresos para el año 2000.

En ingresos patrimoniales también estimamos que hay una
infravaloración, a pesar de que, como todo los años, se dice que el
Banco de España no tendrá los beneficios del año anterior, que al
final, por una revalorización del oro, de activos o de algo por el
estilo, siempre los tiene (algún año se acabará, pero siempre los
tiene), y creemos que ustedes han sido bastante conservadores en la
previsión de los ingresos patrimoniales. Lo mismo ocurre con la
participación del Estado en los ingresos por loterías, ingresos
inferiores a los estimados el año anterior, cuando parece que incluso
van a poner en marcha un nuevo instrumento perverso en manos de los
ciudadanos que es un nuevo juego, una lotería instantánea que no
parece que, en su conjunto, vaya a repercutir sensiblemente en los
ingresos del Estado, porque se prevé una caída de los ingresos desde
la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado a los
presupuestos del Estado en 10.000 millones de pesetas inferior al del
año pasado.

Y hay una cosa, señor Folgado, que me sorprende. En las transferencia
de capital, en los ingresos del Estado provenientes de la Unión
Europea, hay una caída del 10 por ciento, unos 33.000 millones de
pesetas, en relación a la previsión del año 1999, en base a una
explicación tan peregrina y tan escueta que es que se están
redactando los reglamentos de la gestión de los fondos comunitarios,
pero en ingresos patrimoniales el Estado, según su avance, sus
cuentas o su presupuestos, en ingresos recibirá 33.000 millones de
pesetas menos que el año pasado en transferencias de capital en los
fondos Feder, fondos de cohesión y otros fondos estructurales,
cuando, por el contrario, el saldo financiero global del conjunto de
las administraciones públicas, sección 34, incrementa su saldo
positivo en relación al del año 1999, y luego me referiré a algunas
cuestiones específicas de ellos.

Entrando en el capítulo de gastos, el presupuesto de gastos del
Estado, subsector Estado y consolidado en términos generales, crece
un 4,7 por ciento, sobre previsión de gastos del año 1999; sería
inferior a la liquidación del estado de gastos con la incorporación
de casi un billón de pesetas más, por lo que el crecimiento sería
sensiblemente inferior. Entrando en los principales renglones del
gasto, el capítulo 1 mantiene el Gobierno que decrece un 7,8 por
ciento, en relación al presupuesto de gastos en capítulo 1 del año
anterior.

En términos homogéneos, si se descontaran los 386.000 millones del
capítulo 1 que han sido transferidos a las comunidades autónomas, por
los servicios que se han venido transfiriendo a lo largo del
ejercicio 1999 y que en datos estimados por el Gobierno son 386.000
millones, el capítulo 1 crecería el 4,5 por ciento y no tendría un
decrecimiento del 7,8 por ciento, en términos homogéneos. Sé que ha
habido alzas en clases pasivas, en renovación de personal, pero no se
puede estar vendiendo, señor Folgado, que hay una contención
extraordinaria del gasto público, sobre todo del gasto corriente,
cuando en términos homogéneos el crecimiento del capítulo 1 sería de
un 4,5 por ciento.

Hablando del capítulo 1, ustedes han apostado por un crecimiento de
los salarios de los funcionarios y empleados públicos del 2 por
ciento, no compensando la pérdida de poder adquisitivo del ejercicio
1999,como se ha producido o se producirá en otros colectivos, y, por
el contrario, han



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llegado a un acuerdo con determinadas centrales sindicales para la
creación de un fondo de 13.000 millones de pesetas para mejoras
salariales y productividad. Sin embargo, señor Folgado, ya había
acuerdos previos en este sector y ya había una asignación
presupuestaria de 10.000 millones en el capítulo de la sección 31.

¿Cuánto de nuevo hay en este acuerdo firmado en materia de
compensaciones salariales sobre lo ya asumido o firmado previamente
por el Gobierno?
En el capítulo 2, gastos corrientes, también se le hincha la boca al
Gobierno respecto a la reducción tan importante que hay en los
presupuestos. En el avance de liquidación de 1999 los créditos
totales del capítulo 2 eran de 453.000 millones, con unas
obligaciones reconocidas de 430.000 millones de pesetas, y la
estimación que han hecho para el ejercicio 2000 es de 339.000
millones de pesetas, subsector Estado, cuando en agosto de este año,
último dato cerrado y conocido por parte de su Secretaría de Estado,
en el capítulo 2 se habían pagado 284.000 millones de pesetas. Es
decir, que en el ejercicio 1999, si agosto sobre el conjunto del
Estado en gasto corriente supondría aproximadamente un 66 por ciento
en términos de gasto, ocho meses sobre doce, se había consumido ya el
85 por ciento del gasto previsto. Creemos que nuevamente el capítulo
2 está infravalorado porque, a lo largo del ejercicio siguiente, lo
mismo que se está produciendo en este año, se van incorporando
créditos que permitan el funcionamiento normal de los servicios del
conjunto del Estado.

En relación al capítulo 3 de gastos, prevén una reducción del 7,7 por
ciento con relación al ejercicio de 1999, capítulo de pago por
intereses de la deuda. Antes no he tenido una información exacta
-aunque hablar con exactitud en estos términos es verdaderamente
imposible-, ni una apreciación por parte del secretario de Estado de
Economía de cuáles son las previsiones que han hecho para el gasto a
lo largo del ejercicio del año 2000. Señor Folgado, hay un repunte, y
usted lo sabe, de alza de los tipos de interés tanto en las letras
del Tesoro como en las obligaciones y deuda a cinco y diez años,
coherente con la evolución de los mercados internacionales. Esto, se
acepte o no se acepte, se va a producir, no sé cuándo, pero se va a
producir. Los mercados están apostando claramente -mercados de
futuro, etcétera- por una subida, posiblemente no dramática, de los
tipos de interés. Pero ustedes habrán hecho una estimación de cómo
quieren pagar o cómo van a pagar la deuda, que ya sé que es la que
está prevista en función de los vencimientos respectivos. Ustedes van
a emitir 11 billones de pesetas en deuda pública en el año 2000, 6,3
billones en letras del Tesoro y 4,8 billones en bonos y deuda
pública, bien para financiar las amortizaciones que quedan pendientes
o bien para financiar la parte correspondiente de déficit del
presupuesto del año 2000. Van a emitir 11 billones. Una desviación de
un punto en tipos de interés en relación a este tema podría suponer
aproximadamente un incremento del pago de intereses de 100.000
millones de pesetas. Me gustaría conocer con qué cálculos y con qué
evolución previsible han hecho la estimación de deuda para que no se
les quede corta si hay un repunte en la subida de los tipos de
interés.

Por lo que se refiere a transferencias, hay dos cuestiones que
quisiera preguntarle, señor Folgado. Las transferencias
a corporaciones locales crecen el 8,3 por ciento. El modelo
de financiación acordado recientemente con los ayuntamientos es que
los ingresos por transferencia del Fondo de Cooperación Municipal a
los ayuntamientos subiría el PIB nominal. El PIB nominal previsto
para el año 2000 es el 5,8 por ciento y el de 1999 es el 6,2. ¿A qué
se debe este crecimiento de un 8,3 y no de un 5,8 ó un 6,2 por
ciento?
Por otro lado quiero hacerle una pregunta que siempre me ha llamado
la atención en relación con el viejo debate sobre la financiación
autonómica. El Gobierno mantiene la teoría de que las comunidades
autónomas que no suscribieron el acuerdo de financiación están
perdiendo capacidad de ingresos. Los ingresos tributarios del Estado
el año pasado y este año están creciendo a un ritmo superior al 7 por
ciento, cuando la evolución del PIB nominal de la economía está
siendo en torno al 6. ¿Cómo es posible que las comunidades autónomas
que no han referenciado sus ingresos en función de la variable
impuesto sobre la renta, corregido por el acuerdo posterior, para
garantizar el mínimo en función del PIB nominal, estén perdiendo
ingresos cuando la evolución de los ingresos del Estado está siendo
superior al conjunto de la marcha de la economía?
Todo eso me lleva a pedirle, señor Folgado (y me gustaría que me lo
hiciera llegar en el plazo reglamentario, porque me imagino que no lo
tendrá), la evolución de la financiación de comunidades autónomas de
los ejercicios cerrados de 1998, previsión de 1999 y previsión del
2000, porque los créditos de transferencias corrientes a las
comunidades autónomas para financiación de sus servicios transferidos
según el Estado crece mucho, y según la información que nosotros
tenemos es que crece sensiblemente menos en términos reales. Sería
bueno despejar de una vez por todas esta duda, y este presupuesto
sería oportuno, y que me enviara la liquidación de la participación
de las comunidades autónomas en los ejercicio 1998, 1999 y previsión
del 2000, no con ánimo de polémica, sino por zanjar un tema que es
importante y que está en la opinión pública y en las comunidades
autónomas.

Por lo que se refiere al capítulo 6, la previsión del Gobierno es que
la inversión directa del Estado crece el 7,7 por ciento. Comparando
con la ejecución presupuestaria prevista para el ejercicio 1999, que
van a ser 984.000 millones de pesetas, el crecimiento real no llega
al 3, hay algunos que dicen incluso que decrecen. Yo soy más
benevolente, creo que va a crecer no más del 3. Así que la inversión,
señor Folgado, por mucho que se empeñe el Gobierno en plantear
crecimientos históricos, va a ser un crecimiento moderado o muy
similar al del año 1999. Así que estos presupuestos en materia de
inversión realmente no son tan expansivos como se dice.

Por cierto, hablando de la inversión, quisiera que me dijera cuál es
la inversión real prevista por el conjunto de las administraciones
públicas para el ejercicio del 2000, si son los 3 billones y medio de
pesetas y cómo lo calculan, porque en el libro amarillo de los
presupuestos la establecen en torno al 3, 3 por ciento del producto
interior bruto. Me gustaría conocer cuánto es del Estado, cuánto es
de administraciones públicas, cuánto de organismos públicos y cuánto
de otras administraciones. Porque decir: 3 billones y pico de pesetas,
3,3 por ciento del PIB, muy inferior



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al que se consiguió hace años, en torno al 5, con las necesidades que
tiene planteadas este país, y no explicarlo después, realmente nos
deja bastante insatisfechos en cuestión de calidad informativa.

Por lo que se refiere al capítulo 8, activos financieros, decrecen el
22 por ciento, según sus datos. Si elimináramos los 298.000 millones
de pesetas del préstamos histórico del Estado a la Seguridad Social,
los activos financieros subirían un 7 por ciento. Se sigue
produciendo, señor Folgado, una incorporación desde los presupuestos
a la ampliación de sectores inversores fuera del control
presupuestario, centrifugación del gasto, que venimos denunciando
históricamente presupuesto tras presupuesto. Quisiera pedirle que me
enviara una documentación, que me imagino que no tendrá, cual es el
desglose de la inversión real y final por comunidades autónomas.

Parece ser que usted es uno de los artífices de los pactos políticos
con determinadas formaciones políticas en esta casa para el apoyo
parlamentario a estos presupuestos en base a incrementos de
inversión, incrementos de dotaciones, etcétera, porque luego, si
comparamos las cifras que se leen en función de la inversión por
comunidades autónomas con las que se obtienen de la información
presupuestaria reflejada en estos presupuestos, realmente se
compadece mal. Por eso quisiéramos que nos enviara definitivamente la
versión final del Gobierno, no la que está en los presupuestos, sino
la estimada real por comunidades autónomas en inversión y
transferencias de capital, para salir de dudas de una vez por todas.

Por último, ¿por qué crece tanto el presupuestos de la sección 31,
gastos de diversos ministerios? ¿Cuáles son las razones? Sé que hay
incrementos en materia de seguros de cambios, y tengo dudas, a la
vista de la evolución de este último año, en que hemos tenido que
aprobar en estas Cortes un crédito extraordinario de casi 40.000
millones de pesetas, de si se va a mantener al año que viene. No sé
si está bien presupuestado o no o si tendremos necesidad de aprobar
otro crédito extraordinario, pero realmente hay un importante
incremento de los gastos de esta sección 31, que es una caja de
Pandora, en la que está metido absolutamente todo, desde las mayores
aportaciones a mutualidades, etcétera. Creo que si lo que quiere el
Gobierno es transmitir a la opinión pública un control sobre el gasto
público, sobre todo en lo no necesario, realmente el ejemplo de la
sección 31 es poco edificante. Éstas son mis preguntas, señor
presidente. Le agradezco su benevolencia.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra don Vicente MartínezPujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: En primer lugar, me gustaría dar la
bienvenida al señor Martínez Sanjuán, no al secretario de Estado, en
sus nuevas tareas de portavoz de esta Comisión, en las que le deseo
los mayores éxitos. Esta Comisión ha sido una rampa de lanzamiento
para los anteriores portavoces del Grupo Socialista: uno hacia la
candidatura del Gobierno, luego frustrada, y el otro hacia la
alcaldía de su municipio. Deseo al señor Martínez Sanjuán los mayores
éxitos futuros.

Como no podía ser de otra manera, quiero agradecer también al
secretario de Estado que acuda a este Parlamento a explicar a los
diversos portavoces las dudas que nos surgen en torno a la
presentación de los presupuestos. Es la cuarta vez que el secretario
de Estado de Presupuestos acude a esta Comisión para explicar los
presupuestos y es la última en esta legislatura. La credibilidad que
hoy tienen las cuentas públicas tiene mucho que ver con una gestión
presupuestaria realmente eficaz, y no es menos cierto que la buena
ejecución presupuestaria tiene mucho que ver con el crecimiento, la
creación de empleo, la modernización y la mejora de las políticas
sociales que se están produciendo en España.

En los cuatro años anteriores -y he tenido la paciencia de repasarme
los «Diario de Sesiones» de esta misma comparecencia durante ese
periodo- el Grupo Socialista siempre ha manifestado incredulidad en
torno al cumplimiento presupuestario. El año pasado el señor Pérez
Segura decía al señor secretario de Estado que el presupuesto para el
año 1999 estaba hecho sin tener en cuenta la crisis internacional,
que no se iban a cumplir las previsiones de crecimiento, que la
previsión de ingresos era increíble, que el mantenimiento de un
crecimiento al 3,7 era imposible. Eso se ha producido y nosotros
podemos manifestar que siempre hemos mantenido que los presupuestos
están para ser cumplidos y que es bueno que los objetivos y las
previsiones que se fijan se cumplan. Si hay un cambio en esta
legislatura -y en ese sentido me gustaría incluso felicitar al señor
secretario de Estado- es que las previsiones que se hacen en los
presupuestos son las que se cumplen.

Hablaba antes el señor Martínez Sanjuán de que algunos ingresos están
hechos con un criterio conservador. A nosotros nos parece
absolutamente razonable, señor secretario de Estado, que los ingresos
se hagan con un criterio conservador para que podamos hacer una
previsión de gasto con un criterio progresista; más vale ser
conservador en los ingresos y progresista en los gastos que ser poco
conservador en los ingresos y que luego tengan que recortarse las
prestaciones sociales como sucedió en años anteriores.

En primer lugar, señor secretario de Estado, me gustaría que hablara
de déficit. Para el año 2000 para el conjunto de las administraciones
se prevé un déficit del 0,8, con un déficit del 0,7 del Estado, un
superávit de la Seguridad Social. A mi grupo le gustaría que
explicara si usted cree que realmente se puede conseguir ese objetivo
y cómo está discurriendo el objetivo de déficit público en relación
con el resto de los países de la Unión Europea y también con lo que
es el déficit estructural. Examinando las cifras nos da la impresión
de que estamos siguiendo una senda altamente positiva; de tener unos
déficit públicos que se situaban por encima de lo que eran los
déficit de los países de nuestro entorno hemos pasado a ser uno de
los países que mejor está estabilizando las cuentas públicas. A mi
grupo le gustaría que hiciera una valoración, si es posible, de cómo
se está comportando con relación al resto de los países.

Acerca de los ingresos -aunque mañana tiene que comparecer el
secretario de Estado de Hacienda- mi grupo entiende que se basan en
una previsión de crecimiento económico moderado y por tanto van a ser
cumplibles, si se puede emplear esa palabra. Los ingresos previstos
en el presupuesto se van a llevar a cabo este año. Para 1999



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hemos tenido un cumplimiento de los ingresos superior al previsto.

También me gustaría que hiciera una valoración de esa cifra. El año
pasado, cuando estábamos en esta comparecencia, el portavoz
socialista decía que no iba a ser posible cumplir la estimación de
ingresos y hacía una referencia específica a la puesta en marcha del
nuevo IRPF. Se han cumplido los ingresos; conocemos por la
información presupuestaria que se han cumplido y que se han
comportado extraordinariamente bien, sobre todo algunos impuestos
como el impuesto sobre el valor añadido y el impuesto sobre
sociedades.

En los años anteriores hemos contemplado cómo al final del ejercicio
se reducía el déficit más de lo que estaba previsto. Señor secretario
de Estado, me gustaría saber si esa previsión o ese mejor
cumplimiento del déficit se puede ir produciendo en ejercicios
posteriores o, mejor, si se han introducido también en este ejercicio
medidas que posibiliten la sostenibilidad del cumplimiento del
déficit público. En años anteriores se ha hablado de que el canje de
la deuda y otras medidas similares posibilitaban el cumplimiento de
los presupuestos siguientes. Yo le quisiera preguntar, señor
secretario de Estado, no sólo si se iba a cumplir el presupuesto del
2000 sino si usted entiende que la tendencia iba a ser que se fuera
cumpliendo a lo largo del tiempo y si podremos conseguir el objetivo
de déficit cero en un horizonte temporal cercano.

Respecto a los gastos, señor secretario de Estado, le quería hacer
una pregunta, porque a veces me ha surgido una duda. La mayor parte
de los 19 billones del presupuesto de gastos está gestionada por
otras administraciones. Me gustaría que me dijese cómo evoluciona el
crecimiento del gasto que gestionan otras administraciones y cómo
evoluciona el crecimiento del gasto que gestiona directamente la
Administración central. Creo que en el futuro uno de los ejercicios
que habrá que hacer en esta Cámara será no sólo exigir austeridad o
rigor presupuestario a la Administración central sino establecer
mecanismos para que ese rigor presupuestario se lleve al conjunto de
las administraciones.

Muy brevemente, señor secretario de Estado. Respecto a los gastos, se
ha hecho referencia en la presentación de los presupuestos a que
estos tenían como objetivo, por una parte, garantizar el crecimiento
y el empleo y, por otra, mejorar las políticas sociales. A mi grupo
le gustaría que indicara cuáles son las principales medidas que
contemplan los presupuestos para garantizar esos objetivos.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado
Blanco): Quiero, naturalmente, que mis primeras palabras sean de
bienvenida al señor Martínez Sanjuán y le deseo, desde luego, muchos
éxitos en esta Comisión, que entendemos que es muy importante
-también las otras-, ya que estamos hablando del principal
instrumento de política económica, por consiguiente, sin duda
ninguna, estamos hablando de algo absolutamente trascendental para la
vida socioeconómica del país y, naturalmente, para los efectos que se
están viendo en estos momentos en la economía y la sociedad española
en cuanto a actividad, a crecimiento económico, a crecimiento
del empleo, en definitiva, en cuanto al progreso social.

El señor Martínez Sanjuán preguntaba por una serie de cuestiones
tanto en lo que se refiere a la ejecución de los presupuestos del año
1999 -avance y liquidación- como en lo relativo a los presupuestos
del año 2000 en la vertiente de ingresos y en la de gastos en cada
uno de los capítulos de la clasificación económica.

La ejecución del presupuesto del año 1999 es un poco mejor de lo
previsto, puesto que el Gobierno recientemente ha revisado a la baja
el objetivo de déficit público -hablando de los presupuestos del
Estado-, del 1,3 por ciento al 1,1 por ciento. Entrando más en
detalle, en cuanto a las modificaciones presupuestarias, creo que en
la documentación de los presupuestos que se ha entregado al
Parlamento se hace una relación muy detallada de todas y cada una de
las modificaciones presupuestarias por capítulos de clasificación
económica, por secciones, para indicar claramente que existe una
trasparencia absoluta en torno a estas modificaciones. Se producen
naturalmente todos los años y, por supuesto, un elemento que forma
parte de las potestades del Parlamento es mandatar la realización de
una serie de modificaciones presupuestarias. En efecto, en el
conjunto del presente año se prevén unas modificaciones por importe
de 985.000 millones de pesetas. Quizá por exponer las más relevantes,
como me solicitaba, y siguiendo además los capítulos de la
clasificación económica de estas modificaciones, se podría sintetizar
en las siguientes.

En el capítulo I, las modificaciones presupuestarias que afectan a
gastos de personal son realmente muy escasas, 7.700 millones de
pesetas, y no hay apenas nada que decir, excepto mencionar las
ampliaciones que ha habido en relación con mutualidades y clases
pasivas. Están autorizados, naturalmente; es uno de los créditos
ampliables en materia de abono a clases pasivas es decir, a los
retirados, y también para el pago a las mutualidades, siendo
empresario el Estado. Quizá más relevancia -porque hizo referencia a
ello al hablar de los gastos- en la clasificación económica tenga el
capítulo II, que tiene unas modificaciones notables pero
absolutamente justificadas. Hay fundamentalmente dos modificaciones:
unas, por generaciones, por importe de 42.500 millones de pesetas
fundamentalmente en la Dirección General de Tráfico y el Fondo Social
Europeo. Una vez elaborados y aprobados unos presupuestos, hay
determinados conceptos de ingresos que, si se superan los ingresos
que se han presentado al Parlamento y han sido aprobados, generan
gasto en la misma cuantía; por definición no hay mayor aumento del
déficit, en absoluto, porque solamente se producirán esos gastos en
la medida en que se producen esos ingresos no presupuestados. En este
caso estamos hablando de generaciones que en total suman 167.900
millones de pesetas, pero en el capítulo II, como estaba diciendo,
suman 42.500 millones de pesetas en la Dirección General de Tráfico y
el Fondo Social Europeo. También en el capítulo II hay ampliaciones
en relación con las Fuerzas Armadas y las operaciones que realizan
según los acuerdos con la OTAN.

Una parte relevante de las modificaciones se encuentra en el capítulo
III, por importe de 251.300 millones de pesetas.Esta modificación se
lleva a cabo como consecuencia



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de la ampliación de los créditos para gastos financieros, habida
cuenta de la política que quiere seguir el Gobierno de sostenibilidad
presupuestaria en la medida que lo permiten los mercados, tratando de
reducir los gastos financieros en el futuro. Esta modificación
significa que se aumentan los gastos en términos de baja en esta
cuantía, 251-300 millones de pesetas, para llevar a cabo operaciones
de canje de deuda, títulos con una rentabilidad entre el 9 por ciento
y el 9,5 por ciento que se adquieren anticipadamente y que iban a
vencer dentro de uno, dos, tres, cuatro años; los adquiere la
Dirección General de Tesoro y los liquida y hace reemisiones a tipos
entre el 3 y el 3,5 por ciento. Naturalmente que hay un gasto
financiero; es decir, no se trata de que se obtenga un ahorro
financiero, sino de cancelaciones anticipadas que permiten ganar en
sostenibilidad presupuestaria en el futuro. Estas operaciones de
canje de deuda llevadas a cabo durante los años 1997, 1998 y 1999 nos
van a permitir menores gastos financieros entre los años 2000 y 2006
por importe de unos 600.000 millones de pesetas; es decir, en los
próximos años y con arreglo a unas determinadas estimaciones va a
haber menores pagos financieros, que, por ejemplo, en el año 2000
serán de 115.873 millones de pesetas, en el año 2001 78.103 millones
de pesetas, y así sucesivamente hasta el año 2006 con 30.559 millones
de pesetas; en total, unos 600.000 millones de pesetas menos que el
Estado que tendrá que pagar en el capítulo III. Entendemos que esta
política, siempre que tenga cabida dentro de las proyecciones
presupuestarias, incluso reduciendo el déficit público sobre el
planteado inicialmente, es de ganar futuro, pero estamos hablando de
251.300 millones de pesetas que justifican una parte muy notable de
los 985.000 millones de pesetas de modificaciones.




En el capítulo IV una de las modificaciones fundamentales que se
expresan en la documentación que se ha entregado son las
liquidaciones a comunidades autónomas, corporaciones locales y a la
Unión Europea. Es importante la modificación de los pagos a la Unión
Europea por encima de los presupuestados como consecuencia de que
aumenta el recurso IVA, como consecuencia de que crecen mucho los
ingresos por el impuesto del valor añadido y el recurso PNB. También
hay unas modificaciones en cuanto a créditos extraordinarios
suplementarios por 210.700 millones de pesetas. Aquí estarían, por
ejemplo, los créditos extraordinarios para los afectados y
damnificados del síndrome tóxico, las víctimas del terrorismo, así
como algunas transferencias, algunos pagos por créditos
extraordinarios para entidades colaboradoras, seguro de cambio de
autopistas, Renfe, etcétera. Creo que son las partidas más
importantes en cuanto a modificaciones presupuestarias en el capítulo
IV. También hay unas generaciones de crédito, que, aunque no son más
déficit, obviamente forman parte de las modificaciones, por 65.900
millones de pesetas, básicamente a la Agencia Tributaria y al
Insalud.

En cuanto al capítulo VI, las modificaciones son escasas,
fundamentalmente en lo que se refiere a incorporaciones de gastos de
inversión en Fuerzas Armadas, así como también tienen la
consideración de incorporables los convenios de inversión que tenemos
hechos con las Islas Baleares y las Canarias.

En cuanto al capítulo VII, la partida más relevante, que se produce
todos los años, en cuanto a modificaciones presupuestarias es la del
Fondo de Compensación Interterritorial. La mochila de gastos de
ejercicios anteriores no realizados por las comunidades autónomas que
son acreedoras al Fondo de Compensación Interterritorial se puede
incorporar, como está establecido por ley orgánica, al ejercicio
siguiente; todos los años se están incorporando entre 70.000 y 80.000
millones de pesetas. Entiendo que ésas son las modificaciones más
importantes, pero creo que todas las que se han realizado están
explicadas exhaustivamente en la documentación que se ha entregado,
por capítulos y por secciones. Quiero decir que esas modificaciones
representan el 5 por ciento de los créditos totales, lo que es una
tasa normal, moderada; desde luego, en ejercicios de anteriores
legislaturas las modificaciones fueron, sin duda ninguna, mucho más
elevadas.

En cuanto a que estas modificaciones condicionarán los presupuestos
futuros, alegando que en ingresos las comparaciones se hacen con
previsiones de liquidación y, en cambio, en gastos no, entendemos que
la naturaleza de los distintos conceptos en ambas vertientes es
completamente diferente. En los ingresos estamos hablando de
estimaciones, de previsiones, y en ese ámbito podemos equivocarnos.

Este año, afortunadamente -y luego explicaré a qué han ido-, los
ingresos en términos de caja superan ligeramente el billón de pesetas
sobre las previsiones iniciales. Les quiero decir que tiene su
sentido el hacer una comparación de previsiones de ingresos del año
2000 con las previsiones de liquidación de este año, porque no
tenemos ningún elemento de juicio para pensar que se tienen que
producir modificaciones para el año siguiente, el 2000. En cambio, en
el ámbito de los gastos estamos hablando de una naturaleza
completamente diferente por cuanto se producen una serie de
modificaciones, por mandato legal o por autorización legal, en un
determinado ejercicio, y lo que tenemos que hacer es llevar a cabo
comparaciones de presupuesto inicial con presupuesto inicial. No
tenemos por qué prejuzgar que el Parlamento no nos va a autorizar o
a mandatar a llevar a cabo una serie de modificaciones, bien por
decretos extraordinarios o por suplementos de crédito de
incorporaciones, que son por su naturaleza imprevisibles. Lo lógico
es comparar presupuesto inicial con presupuesto inicial y
realizaciones con realizaciones. No tendría mucho sentido decir que
el presupuesto inicial de gastos para el año 2000 va a aumentar en
relación con la ejecución que se prevé en este año mucho menos que el
4,7 por ciento que indicaba el señor Martínez Sanjuán. Podríamos
hablar del 1,5 o del 1,6, pero no es una cifra en absoluto relevante,
puesto que para el año que viene habrá igualmente modificaciones que,
en todo caso, naturalmente, tienen que ser autorizadas o expresamente
estipuladas por el Parlamento.

Pasando a la vertiente presupuestaria de ingresos, aunque el
secretario de Estado de Hacienda hará una exposición detallada, yo
trasladaré, como por supuesto supongo que lo hará el representante
del Grupo Parlamentario Socialista, al señor Costa estas cuestiones,
pero me voy a permitir hacer algunas consideraciones de carácter
global. En primer lugar, tengo que decir como consideración general
que hacemos una previsión prudente de ingresos. Entendemos



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que no sería una buena política presupuestaria el hacer una
estimación de ingresos que fuera de difícil cumplimiento o que se
basara en hipótesis realmente optimistas. El año pasado se nos
criticó que planteábamos un presupuesto muy optimista en cuanto a las
previsiones de ingresos, por dos motivos fundamentales: por los
efectos que se calculaban de la reforma del IRPF y por la crisis
financiera internacional. Hemos visto que no se pasaron precisamente
de optimistas las previsiones de ingresos. El total de los ingresos
en caja este año superará, como digo, ligeramente el billón de
pesetas. De ese billón de pesetas -aprovecho antes de entrar en las
figuras tributarias concretas-, 426.000 millones van directamente a
reducir el déficit de caja. Se había previsto inicialmente un déficit
de caja de un billón 421.000 millones de pesetas, y las estimaciones
que se han enviado al Parlamento y que ha hecho la Intervención
General de la Administración del Estado son que el déficit de caja
será de 995.000 millones de pesetas, lo cual quiere decir que habrá
un déficit de caja menor en 426.000 millones de pesetas. Los otros
579.000 millones de pesetas se deben a mayores gastos, que
fundamentalmente son: canje de deuda, 251.000 millones de pesetas;
generación de ingresos que producen gasto, por 170.000 millones de
pesetas -tenemos que computar en ese billón adicional los 170.000
millones de pesetas de mayores ingresos, que, a su vez, permiten
realizar gastos en la misma cuantía-, y las indemnizaciones a los
afectados por el síndrome tóxico y víctimas del terrorismo, por unos
100.000 millones de pesetas. Quedan así perfectamente explicadas las
asignaciones tanto de menor déficit de caja como de mayores gastos.

Entrando en las figuras específicas de los impuestos,me decía el
señor Martínez Sanjuán que probablemente habíamos infravalorado la
proyección de ingresos en el IRPF. Como en años anteriores, nosotros
queremos ser prudentes, pero en cualquier caso hay que tener en
cuenta también que los ingresos por cuota diferencial serán
significativamente menores que los de este año con arreglo a las
previsiones, aunque insisto en que el señor Costa tendrá la ocasión
de exponerle esta cuestión con mayor detalle.

En cuanto a las tasas, se produce, en efecto, una caída, pero hay una
razón muy evidente; es el capítulo III, tasas y otros ingresos, y la
caída se produce fundamentalmente por el hecho de que presupuestamos
como prácticamente nulas primas positivas de emisión. En ese capítulo
están las primas positivas de emisión, que han sido en ejercicios
anteriores mucho más elevadas de lo previsto inicialmente; este año
las primas positivas de emisión son claramente inferiores a las del
año anterior, pero nosotros habíamos presupuestado menos de las que
se están obteniendo. La evolución de este capítulo se debe
fundamentalmente a ese concepto, y no a las tasas propiamente dichas.

En cuanto a los ingresos patrimoniales, también me decía el señor
Martínez Sanjuán que habíamos sido especialmente conservadores. Hay
que tener en cuenta que en el presente año se ingresan más de 370.000
millones de pesetas de plusvalías del Banco de España, generadas como
consecuencia de la transferencia de divisas al Banco Central Europeo,
y entendemos que estos ingresos extraordinarios por las plusvalías no
se van a producir en ejercicios futuros. Estos son hechos
excepcionales que hay que
tener en cuenta a la hora de proyectar los ingresos patrimoniales,
porque en su mayoría aplastante se deben a beneficios del Banco de
España.

En cuanto a los ingresos de loterías la previsión también es
conservadora. Habida cuenta la tendencia que está siguiendo en el
actual ejercicio, hemos pensado que es mejor ser prudentes en la
proyección de estos ingresos.

En cuanto a las transferencias de capital de la Unión Europea dice
que se reducen en un 33 por ciento para el año 2000. En las
transacciones económicas con la Unión Europea se han de tener en
cuenta dos factores fundamentales. Por un lado, el ciclo de las
perspectivas financieras, porque pasó lo mismo en 1994. El año 1994
fue el primero de las perspectivas financieras 1994-1999. Se formuló
una pregunta al vicepresidente del Gobierno por los medios de
comunicación en la presentación de los presupuestos acerca de que en
relación con 1995 el saldo era algo inferior en el año 2000. Una de
las razones fundamentales está en que se produce en el primer año de
ejecución de las perspectivas financieras, tal y como sucedió en
1994. Es un primer año en el que hay que presentar todos los
proyectos; hay de plazo hasta el 1 de abril para ya tener elaborados
y presentados todos los programas operativos. Por muy deprisa que se
quiera ir, probablemente en el primer año siempre hay en términos
líquidos de ingresos un retardo por la propia naturaleza de los
proyectos de inversión, y no es que se pierda nada. De hecho, el
porcentaje de ejecución de todos los proyectos de inversión
financiados con la Unión Europea está siendo muy elevado e incluso
hemos sido felicitados por ello. No es que vaya a haber ningún tipo
de ineficiencia, sino simplemente la propia dinámica de las nuevas
perspectivas financieras que se abren para el período 2000- 2006.

-nosotros queremos ser prudentes en este sentido- puede provocar que
en el año 2000 esos ingresos sean algo inferiores. En todo caso, la
prudencia aquí es una virtud que hay que aplicar con especial
cuidado, porque no se va a perder; serían mayores ingresos y, por lo
tanto, mejor para el presupuesto del año 2001. El motivo es
únicamente ése. No es peregrina la referencia que se hace a los
reglamentos; no es propiamente un tema de reglamentos, sino
simplemente una cuestión de dinámica de ejecución de las perspectivas
financieras, pareciendo lógico que en el primer año se ralenticen
algo los ingresos líquidos, que luego naturalmente se acumularán en
el ejercicio siguiente, igual que pasó en 1995.

En cuanto a la vertiente presupuestaria de gastos, voy a seguir
también la misma secuencia que expresaba el señor Martínez Sanjuán.

En primer lugar, en cuanto al capítulo I, creo que es importante
decir que la política de recursos humanos que se está siguiendo
dentro del sector público tiene dos características básicas: una, una
política de rigor que hemos seguido en toda la legislatura, y así se
ha aprobado en las leyes de cada año, aplicando una oferta de empleo
público restrictiva, del 25 por ciento de la tasa de reposición,
salvo excepciones que S.S. conoce. Va a seguir aplicándose esta
política de restricción en el próximo ejercicio, si bien se exceptúan
los ayuntamientos de menos de 50.000 habitantes y los cuerpos de
Policía local para evitar importantes disfunciones que se estaban
produciendo al tener que reponer algunos efectivos mediante, por
ejemplo, contratos laborales o contratos temporales. Entendemos



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que ahí la capacidad de flexibilidad y de movilidad de efectivos es
mucho menor, siendo el motivo por el que se exceptúan en esos
supuestos, pero seguimos con la política restrictiva en la oferta de
empleo público con carácter general, e insisto que con las
excepciones que ya conoce S.S. en relación con la profesionalización
del Ejército, con la Justicia, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado y con la aplicación de la Logse.

En segundo lugar, hemos aplicado también un política de consenso o
pacto social con los sindicatos representativos de la Función
pública. Durante todos estos años se han aplicado políticas sociales
que son importantes y que han culminado en acuerdos muy favorable con
ellos. Por ejemplo, me parece que es muy relevante haber llevado a
cabo por acuerdo lo que se llama el convenio único. Había más de 50
convenios laborales en la Función pública, segmentación que creaba
muchas disfuncionalidades y los sindicatos han resaltado la
importancia que tenía precisamente ese convenio único. Costó un
dinero, 4.000 millones de pesetas, que se plasmó en los presupuestos
de años anteriores, en concreto en los de 1998. Al mismo tiempo
también se han llevado a cabo mejoras retributivas de los grupos D y
E, los más bajos de la Función pública, y también ha habido
dotaciones a ese respecto por importe de 2.000 millones de pesetas.

En cuanto a los presupuestos de 1999, ya que me preguntaba por ello,
la dotación que se estableció fue de 2.000 millones de pesetas para
los acuerdos con los sindicatos y en los presupuestos del 2000 se
establecen 10.000 millones. Naturalmente, esos 10.000 millones de
pesetas, sin que se tengan que ampliar los créditos presupuestarios
dentro de los presupuestos, se podrán ampliar en 3.000 millones -éste
es el acuerdo con los sindicatos- en función del cumplimiento de los
objetivos establecidos para ejecutar los 10.000 millones de pesetas a
los que hacía referencia anteriormente. Entendemos que ésta no sólo
es una política social en relación con los funcionarios, sino que
además, naturalmente, se busca el acuerdo, el pacto con los
sindicatos representativos de los funcionarios, ya que entendemos que
es la mejor manera de practicar una política de recursos humanos.

Políticas específicas como ésta se están aplicando en materia de
recursos humanos, que conoce S.S., en relación con la
profesionalización de las Fuerzas Armadas, con la dotación de mayores
efectivos en Justicia y con la aplicación de la Logse como
consecuencia de la aplicación del período de escolarización
obligatoria de dos años.

Esto es lo que hay que decir del capítulo I: sigue la política de
rigor y de pacto con los sindicatos y afecta a la sección 31, por la
que me preguntaba anteriormente y a la que luego me referiré, así
como a algunos de los otros conceptos que hacen que suba dicha
sección; en uno de ellos, el que ya he comentado, relativo a los
acuerdos con los sindicatos, mientras que para este año aparecían
2.000 millones, para el año que viene son 10.000. Entendemos que es
relevante.




Ya he hecho referencia al capítulo II y a las modificaciones que ha
habido o que va a haber a lo largo del presente ejercicio y no hay
más que decir. La partida más importante de modificaciones es por
generaciones; si el próximo año en los ámbitos a los que me referí
anteriormente hubiera más ingresos que los presupuestados,
lógicamente se
generarían créditos para gastos siempre en el mismo importe, y eso
naturalmente no afecta al déficit público.

En cuanto al capítulo III, ya le expuse anteriormente a S.S. la
política que se está siguiendo en este terreno. Desde luego, las
previsiones que se hacen de proyecciones financieras, de gastos
financieros en los Presupuestos Generales del Estado, siempre han
estado presididas por la prudencia, y ello lo demuestra el hecho de
que en ejercicios anteriores los gastos financieros han financiado en
exceso lo que se había previsto que iba a ser el coste de la deuda.

Lo que sucede es que, si se ha gastado más, ha sido exclusivamente
por los canjes de deuda a los que me referí anteriormente. En cuanto
a hacer cálculos sobre si los tipos de interés van a subir en un
cuarto de punto, medio punto o un punto, nosotros hemos hecho unas
proyecciones de gastos financieros pensando en cómo están los
mercados en la actualidad y cuáles pueden ser más o menos las
previsiones. Yo quisiera decirle a S.S. que no entiendo o no veo
probable que vaya a haber alteraciones sustanciales en los tipos de
interés, aunque puede haber algunas alteraciones menores en Europa,
habida cuenta de cómo está la inflación en toda Europa y los
problemas que hay, no tanto de repuntes inflacionistas o de
recalentamientos económicos como de problemas de crecimiento
económico y de empleo. Y en un contexto así, de haber alteraciones en
los tipos de interés, serían, entiendo yo, residuales. En cualquier
caso, me parece que hacer previsiones sobre los tipos de interés no
es un ejercicio de mucha prudencia, aunque naturalmente hay que hacer
unas previsiones algunas en los presupuestos que garanticen que se
cumple con las dotaciones que se establecen en los mismos, si bien,
siempre suscritos, son ampliables. De cualquier forma, entiendo que
la experiencia nos dice que no nos hemos equivocado en las
proyecciones de gastos financieros.

En cuanto a las transferencias a las corporaciones locales, quiero
decirle que suben fundamentalmente por lo que son liquidaciones en
1999. Las liquidaciones de años anteriores ascienden a 33.526
millones y en el 2000 se han presupuestado 69.470 millones. Estas
proyecciones se hacen sobre las bases de conocimiento técnico que hay
y desde luego entendemos que es una presupuestación realista. De
hecho en 1999 hubo que hacer una modificación al alza de la
liquidación, que es lo que motiva el llevar a cabo una
presupuestación de 69.470 millones y lo que justifica, en definitiva,
los 2,6 puntos por encima de las transferencias a corporaciones
locales. Entiendo que por razón de la materia el señor Costa -la
Dirección General de Coordinación está en su ámbito- podrá explicarle
con más detalle todo el tema de las relaciones económicas con las
comunidades autónomas. No es evadir el asunto, sino que más bien es
una cuestión de eficacia, puesto que él lleva todos esos temas.

Finalmente, en cuanto a la variación de activos financieros, en
efecto caen un 22,3 por ciento en 228.126 millones de pesetas. Ahí se
produce una situación, como mencionaba S.S., de eliminación por
primera vez en muchos años de créditos a la Seguridad Social, bien
para financiar los déficit o bien para financiar créditos de
Tesorería. Respecto a los demás activos financieros creo que en la
documentación que se entrega al Parlamento figura una exposición de
los mismos, ministerio a ministerio, y ahorro a S.S.




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hacer una exposición de dichos activos financieros puesto que figura
en todas y cada una de las secciones cuáles son esos activos
financieros. Entendemos que una parte importante de ellos está
relacionada con programas de ayuda al desarrollo y otra parte con uno
de los objetivos que tiene este Gobierno, el de la colaboración entre
el sector público y el sector privado para ampliar la innovación y
para mejorar las infraestructuras y no pensamos que esos objetivos no
sean laudables. En todo caso, en cuanto al cumplimiento del objetivo
de crecimiento económico y de competitividad internacional creemos
que lo cumplen claramente.

En cuanto a la sección 31 quiero decir que hay dos o tres partidas
muy concretas, pero que también figuran en la documentación que se ha
entregado al Parlamento. Está el aumento de las mutualidades, está el
crédito que hemos dado en el ámbito del acuerdo con los sindicatos y
está también el pago a las empresas por seguro de cambio de
autopistas; creo que esos son principalmente los créditos. También
hay otros créditos para dotación genérica para gastos de inversión,
que están en línea con ejercicios anteriores.

Quiero agradecer al señor Martínez-Pujalte sus palabras. En su
intervención hacía unas preguntas muy concretas a las que voy a
responder brevemente, con su permiso, señor presidente. En cuanto al
objetivo de déficit público, hemos establecido uno que no tiene
parangón en los últimos 20 años, el 0,8 por ciento del producto
interior bruto, un objetivo de déficit público que queda claramente
por debajo de la media de los países de la Unión Europea. Entendemos
que es absolutamente imprescindible para lograr un crecimiento
fuerte, sostenido y equilibrado de la economía española. De hecho,
cuando se llevó a cabo, con carácter prioritario, la reducción
intensa del déficit público en los años 1996 y 1997, unos años en los
que había una tasa de paro muy importante, se nos argumentaba que en
un contexto de alta tasa de paro y de debilitamiento económico el
sector público tiene que realizar una política más expansiva, para
compensar el debilitamiento de la iniciativa privada. Nada más lejos
de la realidad, como se ha podido comprobar. La reducción del déficit
público implica menores necesidades financieras por parte de las
administraciones públicas y eso significa ampliación del espacio
financiero para la iniciativa privada. Eso es lo que está haciendo,
por ejemplo, que en estos momentos haya un apalancamiento financiero
positivo en las empresas, que es histórico, y es la base de las
inversiones empresariales y de la creación de empleo. Por tanto,
entendemos que el objetivo de reducción de déficit público es
esencial.

Preguntaba el señor Martínez-Pujalte si creíamos realmente que se iba
cumplir el objetivo de déficit público. Lo único que tengo que decir
sobre esa materia es que en estos cuatro años se ha ido reduciendo el
déficit público con mayor intensidad que la prevista inicialmente. En
esta legislatura se ha reducido el déficit público en un 1,1 más de
lo previsto inicialmente. Desde que se elaboraron en 1992, por
imperativo de los firmantes del Tratado de la unión económica y
monetaria, los programas de convergencia, la desviación al alta del
déficit público fue de 6,4 puntos. Ahora ha habido una desviación a
la baja en 1,1 puntos. Entendemos que esto nos acredita para pensar
que seguimos en la misma trayectoria de política presupuestaria
y que, por supuesto, se va a cumplir. Y, además, se va a
cumplir por otro criterio muy claro: la firme voluntad política de
darle prioridad al cumplimiento del objetivo del déficit público, y
con una proyección de ingresos relativamente prudente y unas
políticas de control de gasto que se están llevando a cabo en los
distintos frentes.

En el capítulo 2 no hice referencia a la política que estamos
siguiendo en materia de compras y de gestión de inmuebles, que ha
hecho que en esta legislatura nos hayamos ahorrado 60.000 millones de
pesetas. Entendemos que esta política, así como la política de canje
de deuda, de lucha contra el fraude en incapacidad temporal, la
política de empresa pública, de saneamiento, etcétera, nos acreditan
para pensar que tanto los ingresos como los gastos van a permitir el
cumplimiento holgado del objetivo de déficit público. En todo caso,
repito, es objetivo prioritario del Gobierno el que así sea, porque
es la única manera de colaborar el sector público con la iniciativa
privada para lograr maximizar el crecimiento económico, sobre todo
cuando se compagina -y termino, señor presidente- esta intensa
reducción del déficit público con unas políticas de inversión y unas
políticas sociales que me parece que son absolutamente básicas para
evitar cuellos de botella en el crecimiento económico futuro, por
parte de las inversiones, y para la cohesión social y lograr el
equilibrio entre el crecimiento económico y la distribución.

En cuanto a las inversiones tengo que decir que no tenemos los datos
precisos de Administraciones públicas, pero lo que sí le puedo decir
es que tal como están evolucionando y por las previsiones que estamos
haciendo, en el año 2000 las inversiones de las administraciones
públicas en términos de contabilidad nacional, y formación bruta de
capital fijo de las administraciones públicas, se situarán en torno
al 3,4 por ciento.

Para terminar, puedo añadir que el conjunto de las inversiones del
sector público estatal, por consiguiente el esfuerzo inversor de todo
lo que es el sector público central administrativo y de las entidades
públicas como AENA, Renfe, Puertos Españoles, etcétera, representará
para el año 2000 el 3,37 por ciento del producto interior bruto.

Estaríamos, por tanto, en unos niveles de inversión pública muy
importantes. Y es verdad que no son del 4 o del 5 por ciento, como
hubo en anteriores legislaturas, pero también son verdad dos cosas:
Una, que el volumen español de inversión pública es más de un punto
superior, en relación al producto interior bruto, que la media de la
inversión de los países euro en relación a sus respectivos producto
interior bruto. Dicho de otra manera, si el esfuerzo inversor que
realizan las administraciones españolas fuera equivalente, en
relación al producto interior bruto, a la media comunitaria, en estos
momentos tendríamos superávit presupuestario. Pero entendemos que esa
reducción del déficit, que ya se sitúa por debajo de la media, es
suficiente, porque también es necesario realizar un esfuerzo inversor
adicional, naturalmente. España necesita terminar de vertebrar su
territorio, necesita llevar a cabo unas inversiones públicas
adicionales o más intensas que otros países, para evitar cuellos de
botella y, por tanto, ganar en convergencia real.

Esto es lo que tendría que decir en materia de inversiones y con ello
termino.




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El señor PRESIDENTE: Agradecemos la comparecencia del señor
secretario de Estado.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (APARICIO
PÉREZ) A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO
(Número de expediente 212/002328), DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA
DEL CONGRESO (Número de expediente 212/002211), GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA (Número de expediente 212/002244),
YDELGRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 212/002272.)



El señor PRESIDENTE: Agradecemos la presencia del señor secretario de
Estado de la Seguridad Social.

Vamos a dar la palabra a los grupos parlamentarios que han pedido su
comparecencia. En primer lugar, siguiendo el orden de menor a mayor,
por el Grupo Parlamentario Mixto tiene la palabra el señor Peralta.




El señor PERALTA ORTEGA: En primer lugar quiero dar la bienvenida al
señor Aparicio. Brevemente, voy a hacerle seis preguntas con
consideraciones acerca del presupuesto de la Seguridad Social para el
año 2000.

Por lo que se refiere al tema de prestaciones, quisiera saber cuáles
son las previsiones del Gobierno en torno a la desviación del IPC,
que tiene repercusión en la revalorización de las prestaciones de
este año 1999. El Gobierno ha modificado su previsión de inflación
para el año 1999 elevándola al 2004, pero no es esa la referencia de
inflación que se toma para las pensiones. Si no recuerdo mal, la
medida es de noviembre a noviembre y no de enero a diciembre. ¿Cuál
es la previsión de desviación que maneja la Seguridad Social? Y
aunque la voluntad inicial del Gobierno no haya sido revalorizar las
pensiones con carácter general a lo largo de esta legislatura, puesto
que la subida era la previsión de IPC y lo que ha ocurrido ha sido
que el efectivo menor incremento del IPC final ha dado lugar a una
revalorización real, ¿está prevista para este año 1999 alguna
revalorización por encima del IPC resultante?
En segundo lugar, dentro del tema de prestaciones, quiero preguntarle
al señor Aparicio, porque es un tema que está pendiente del
cumplimiento de un acuerdo tomado por la Comisión de Política Social
y Empleo, si el baremo de lesiones permanentes no invalidantes, que
está congelado desde hace años, va a ser revalorizado en el año 2000,
dentro de este presupuesto.

Por lo que se refiere a ingresos, señor Aparicio, quisiera plantearle
dos temas. El régimen del mar funciona con bases tarifadas, lo que en
nuestra opinión es un anacronismo, e incluso es contrario al Pacto de
Toledo que establece que las bases sean los salarios reales. Aquí se
produjo un cambio en los dos últimos años, abandonándose el sistema
anterior y estableciéndose el sistema de bases tarifadas. ¿Se va a
mantener este sistema o se va a recuperar la normalidad de que las
bases de cotización coincidan con los salarios reales? En este mismo
sentido, en el caso de los actores que fueron integrados en el
régimen general en virtud de un decreto del año 1986, en el que se
preveía que en el
año 1996 se efectuaría la equiparación plena de las bases de
cotización de los actores con el régimen general, ¿está previsto
cumplir esa previsión o vamos a seguir manteniendo una transitoriedad
indefinida?
Quinto tema que le plantearía. Recientemente, quizás en alguna
conferencia que daba usted, hacía una referencia a la necesidad de
tipificar un delito específico por las deudas de la Seguridad Social.

Esto lógicamente implica no una medida de carácter presupuestario
sino una reforma del Código Penal, pero yo estoy convencido de que
por parte de la Seguridad Social se han pensado medidas de gestión,
no ya tanto de reforma legislativa, para abordar temas como las
deudas dejadas por los ayuntamientos gobernados por el GIL. No parece
normal que, cuando está gobernando esa fuerza política no pague a la
Seguridad Social y acumule deudas y cuando a continuación viene una
fuerza política responsable se vea ahogada por la deuda
y difícilmente pueda gestionar. Estaríamos en alguna medida primando a
las fuerzas políticas irresponsables que durante su gestión no pagan
Seguridad Social y cuando posteriormente llega alguna fuerza política
responsable está ahogada. ¿Qué medidas tiene tomadas en el ámbito de
la gestión para abordar este tipo de problemas que están de
actualidad?
Finalmente, preguntamos si este Gobierno tiene previsto llevar a cabo
de inmediato la regulación de la responsabilidad empresarial, que era
una recomendación específica del Pacto de Toledo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida, tiene la palabra el señor Vaquero.




El señor VAQUERO DELPOZO: Con enorme brevedad y solicitando del
secretario de Estado para la Seguridad Social disculpas porque no
podré asistir a toda su intervención por razones de comparecencias de
otras personalidades del Gobierno en otras comisiones, simplemente
quiero transmitirle telegráficamente algunas preguntas de carácter
genérico y otras quizá de carácter más concreto.




En primer lugar -le hacía la misma pregunta al secretario general de
Empleo-, ¿por qué se ligan incapacidad temporal y desempleo en la
literatura presupuestaria en este año? Parece como si tuvieran una
misma virtualidad o funcionalidad en el conjunto de los Presupuestos
Generales del Estado del inicio del nuevo milenio, es decir, como si
estas dos partidas tuvieran la virtualidad de reducir el presupuesto
de la Seguridad Social y con él el déficit público, en función de un
control o de una política concreta y más exacerbada en lo que
significa de fiscalización, porque ciertamente el secretario general
de Empleo me reconocía que sustantivamente no tiene nada que ver una
cosa con otra, y él no acertaba a darme la razón de por qué en la
literatura presupuestaria de este año aparecen juntas estas dos
medidas. Espero que de su mayor sapiencia obtenga este modesto
portavoz una respuesta satisfactoria a esta curiosidad morbosa.

En segundo lugar, quisiera preguntarle cuánto va a costar la
transferencia a las comunidades autónomas del control de la
incapacidad temporal, correspondiente a Sanidad.




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Primero, qué balance se hace respecto de la partida, que el año
pasado creo que eran unos 42.400 millones y, en segundo lugar, si
persiste esa misma política, si tiene reflejo presupuestario en este
año y, por tanto, qué balance hay del pasado, si de cara al futuro
existe la misma perspectiva, y cómo se cuantifica.

En tercer lugar, haciendo, a vuelo de pájaro, un resumen global de
los Presupuestos Generales del Estado y en concreto de la Seguridad
Social, aparece cómo se incrementan de forma razonablemente
satisfactoria las pensiones contributivas. Nunca es suficiente, pero
ha habido un acuerdo por el que hay que felicitar sobre todo a los
sindicatos, también al Gobierno, que obtiene una rentabilidad desde
el punto de vista de la opinión pública quizá inmerecida, pero en
cualquier caso los sindicatos tienen también unos réditos, desde el
punto de vista de la opinión pública, que nosotros saludamos. En
cambio, las prestaciones no contributivas y asistenciales se congelan
sobre el conjunto del presupuesto en un 0,8 por ciento y la
incapacidad temporal, el desempleo y los servicios sociales bajan.

Sin embargo, es verdad que, a pesar del esfuerzo que se ha hecho en
general de subida consensuada o pactada con los agentes sociales, van
a existir todavía 2.600.000 beneficiarios de pensiones,
fundamentalmente no contributivas y asistenciales, las más bajas, las
mínimas, que seguirán por debajo del salario mínimo interprofesional
o, en el caso de las prestaciones no contributivas, del 70 por ciento
del salario mínimo interprofesional, que es la reivindicación que
hacen los sindicatos y a la que nosotros nos sumamos como fuerza
política. ¿Qué perspectivas existen, por tanto, para el futuro? ¿Hay
voluntad del Gobierno de seguir incrementando estas partidas y de
equiparar al salario mínimo interprofesional estas prestaciones? ¿Qué
medidas se van a adoptar para que estos sean los últimos presupuestos
en los que se contemple una distancia entre el salario mínimo
interprofesional y las prestaciones de la Seguridad Social?
En cuarto lugar, se observa, con satisfacción, que existe, por parte
de las cotizaciones sociales, este año un superávit respecto a lo que
básicamente deben financiar, que son las prestaciones contributivas.

Sin embargo, el excedente, el superávit que, si no me equivoco, son
150.914 millones de pesetas, no se destina en su totalidad a la
constitución del fondo de reserva, sino que sólo un 39,75 por ciento
de dicho superávit se destina a esta funcionalidad. Nosotros queremos
saber por qué el Gobierno ha procedido a hacer esta diferenciación
entre una cantidad y otra, por qué no destina el conjunto del
superávit de cotizaciones al fondo de reserva.

En quinto lugar, queremos saber cuál es la razón en función de la
cual el gasto de informática de la Tesorería se incrementa de forma
sustancial, si no me equivoco un 59,5 por ciento.

En sexto lugar, queremos conocer si hay cuantificación por parte de
la Administración de la Seguridad Social de lo que cuestan los
programas de la privatización parcial de la gestión. Hay algunos
programas que parcialmente privatizan segmentos de gestión de la
Seguridad Social, por ejemplo la informatización. ¿Cuánto se destina
a esos programas de informatización de cara a la nueva tarjeta de la
Seguridad Social? Por ejemplo el servicio telefónico de Madrid,
etcétera. ¿Qué cuantía se destina a estos servicios?



En séptimo lugar, queremos saber si tiene reflejo presupuestario la
tendencia de gestión por parte de las mutuas patronales de las
contingencias comunes.

Como octava pregunta, queremos conocer cuál es la perspectiva de la
financiación por parte del Estado de los complementos a mínimos. Por
último queremos saber qué va a pasar con esos préstamos del Estado a
la Seguridad Social, que pesan como una losa respecto al crédito o a
la buena fama que tiene el sistema público de pensiones, es decir,
para concretar la pregunta, si hay voluntad, por parte del Gobierno,
de cancelación de todos esos préstamos que afortunadamente parece ser
que hacia el futuro ya no van a existir -esperemos-, pero que en el
pasado existían, por lo menos contablemente, y que figuran como una
losa en las cuentas de la Seguridad Social.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra don Fernando Gimeno.




El señor GIMENO MARÍN: Gracias al secretario de Estado de Seguridad
Social por estar, una vez más, con nosotros, en un presupuesto que, a
pesar de que los últimos tiempos son muy movidos respecto a este área
que le toca gestionar, introducen pocas novedades que tengan que ver
con la dinámica propia de la evolución sociológica y la evolución
normal de las normas que tenemos en estos momentos, como son dos
hechos nuevos que han concentrado la atención, que era la última
subida de las pensiones, impuesta al Gobierno, y los fondos de
reserva, que se han anunciado tanto y que también ha sido impuesto al
Gobierno, sobre lo que haré algunas preguntas para clarificar algunas
cuestiones.

El Ministro es muy dado a la propaganda y no tanto a los datos
técnicos y reales a los que usted está más acostumbrado. Intentaré
que nos aclare estas partes concretas y dejaremos al ministro para la
propaganda. Cuando nos citan a los afiliados de la Seguridad Social,
¿por qué hay tanta resistencia a darnos los datos de los ingresos y
cotizaciones al mismo tiempo, para tener una imagen más real de la
situación que se está produciendo? Como sabe bien, los datos de
afiliación son innegables, son los que ustedes anuncian, pero cuando
se ponen en paralelo con los datos de cotización, surgen problemas,
por lo menos para hacer una valoración más exacta. Le pediría que nos
facilitaran, no los datos de cotización de los que ya disponemos,
sino que sería bueno que se conociera exactamente cuál es la
situación del conjunto de los cotizantes de alta en la Seguridad
Social, porque la Seguridad Social creo que tiene registrados los
tipos de contratos que son, es decir, que se nos facilitara la
información de la temporalidad de los contratos que llegan a la
Seguridad Social de alta. No sé si se dispone de ellos
informáticamente, pero sería importante para tener una visión mucho
más real. Lo digo porque hay una cita muy llamativa. Cuando se habla
de afiliados en alta, las previsiones están por encima de 15
millones, introduciendo a los desempleados, pero cuando se habla de
bajas laborales en los mismos tiempos, estamos por encima de 13
millones de personas. Puestas las dos cosas en conjunto piensa uno
que tiene que haber una rotación muy fuerte, y esos datos serían de
interés para tener una idea más real de cuáles son los recursos
financieros del sistema.




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En el informe económico financiero introducen una valoración que me
parece que no se corresponde con lo que debería tener un significado
técnico del proyecto que ustedes nos presentan. Por lo menos, cuando
hacen una valoración se atreven a realizar una capitalización incluso
de las subidas de pensiones que se han producido como consecuencia de
la desviación de los IPC, y hacen una capitalización de los años que
ustedes han estado gobernando. Me parece bien, pero me preocupa saber
qué criterios han seguido para determinar los IPC de esos años. Le
hablo de la página 214. Ustedes dicen, y lo han repetido durante
todos estos tiempos, 300.000 millones de pesetas -ya sabe usted a qué
me refiero- y 1,2 billones de capitalización, que supone lo que
ustedes han hecho mientras estaban en el Gobierno. Le preguntaría si
el IPC que han utilizado es el IPC medio o es el IPC de fin de año,
porque, como sabe, para determinar el poder adquisitivo del valor de
las pensiones lo más correcto sería utilizar el IPC medio. Me
gustaría saber qué criterios han utilizado, repito no vaya a ser que
estemos hablando de cifras totalmente diferentes y no me parecería
adecuado que figurara en un proyecto de presupuestos.




Sobre la subida de pensiones mínimas, hemos valorado positivamente el
acuerdo, pero nos parece insuficiente y tengo algunas dudas
importantes. ¿Se olvidaron o no de las pensiones de orfandad y
familiares? Digo si se olvidaron porque , y esa es la pregunta
fundamental, en la página 216, en las subidas de pensiones referidas
a las de orfandad y familiares, abajo pone: Pendiente de repercutir
la desviación del IPC de 1999 en las pensiones mínimas de orfandad,
favor de familiares y subsidios de invalidez provisional. ¿En las
demás ya está resuelto ese problema? Es una pregunta que me gustaría
que aclarara. Es decir, pase lo que pase con la desviación de
inflación de este año, ¿en las demás pensiones ya está bien
calculado? Digo esto porque es evidente que suben las pensiones por
encima del IPC previsto, pero pregunto si se amortizaría dentro de
esa subida acordada. Porque la explicación que hacen ustedes al final
del cuadro me lleva a inducir que posiblemente para estas pensiones
haya que actualizar, aunque hay que determinar la desviación, pero
para las otras no. Supongo que nos explicará si se olvidaron o es que
no querían que subieran las pensiones de orfandad y las familiares en
el acuerdo al que llegaron.

Se ha hablado mucho de las transferencias del Estado, de la
separación de fuentes, de todo este tipo de cuestiones que tiene que
ver con el Pacto de Toledo, sobre el que intentaré no hacer mucha
referencia, entre otras cosas porque supongo que pronto comparecerá
en la Comisión, que ya está trabajando para evaluar lo que ha
significado ese Pacto de Toledo. Pero se ha hablado tanto de que el
Estado financia toda la sanidad, que me surgen distintas dudas.

Primero, ¿existen transferencias del Estado para financiar los 14.000
millones de gastos del Instituto Social de la Marina para atenciones
sanitarias y, si no es así, si es que hay algún tipo de razón
estratégica, porque me da la impresión que esos 14.000 millones no
están financiados. Esa es la impresión que tengo, igual me estoy
equivocando. ¿Cómo es posible que se financien 22.000 millones de
pesetas por la Seguridad Social -lo pondremos entre paréntesis- para
atender programas de prevención de las
mutuas de accidentes? ¿A quién se le ocurrió meter esto en los
servicios sociales? Porque 22.000 millones de pesetas que se destinan
a las mutuas para programas de prevención sobre accidentes, en un
presupuesto -digo de la Seguridad Social- de los servicios sociales
que ya es escaso de por sí como usted sabe ¿qué explicación hay para
meterlo allí? ¿Por qué no se financia esto con dinero del Estado?
¿Qué concepción tienen ustedes? ¿Es que tienen que ser cotizaciones
sociales para financiar a las mutuas en estos programas destinados a
la prevención? ¿Otra pregunta es qué piensan ustedes de las mutuas?
Tengo la impresión de que las mutuas han dejado de existir. Me
entiende perfectamente lo que quiero decir. Las mutuas de accidentes
de trabajo y enfermedades profesionales ya no existen. El origen
histórico de lo que se llamó las mutuas, que tiene que ver casi con
el origen de la Seguridad Social, tenía que ver con los accidentes,
pero ahora nos encontramos con que las mutuas gestionan cerca de lo
que gestiona la Seguridad Social; todavía no, pero a la velocidad que
vamos y con el crecimiento que vamos se puede llegar. Hasta dónde
piensa llegar el Gobierno en esta cuasi privatización de lo que es la
Seguridad Social hacia las mutuas, y entro en la pregunta concreta.

Sobre la incapacidad temporal sabe que en estos momentos ha habido un
crecimiento muy importante de gestión por parte de las mutuas. No
tendré que recordar mucho los datos porque son obvios. Desde que
están ustedes están en el Gobierno, las mutuas de accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales han empezado a gestionar
contingencias comunes relacionadas con la incapacidad temporal en la
nueva concepción, y el crecimiento ha sido espectacular. Digo esto
porque quiero saber exactamente cuál es la estrategia del Gobierno y
de la Seguridad Social. Esto ocurre hasta tal punto que de 528.000
millones a que asciende la incapacidad temporal, en estos momentos
las mutuas gestionan 219.000 millones, lo cual implica un crecimiento
muy importante, si tenemos en cuenta que en 1994, por citar la
primera cifra que nos nombran ustedes, estábamos en 49.000 millones,
es decir, el crecimiento es espectacular. La progresión que se
pretende para el año 2000 es muy fuerte respecto al ejercicio
anterior. Supongo que si fuera esta la tendencia normal nos podríamos
encontrar con que la disminución en las entidades gestoras de la
Seguridad Social sería mucho más fuerte si siguiéramos con una
progresión en la misma dirección en las que nos movemos. Tan es así
que las contingencias comunes en incapacidad temporal tienen más
importancia ya para las mutuas que las de accidentes. Estoy hablando
de la incapacidad temporal. Si a eso añadimos que a las mutuas de
accidentes en estos momentos también se les han encargado, a través
de leyes aprobadas, por supuesto, en el Parlamento -pero no sólo
tiene que ver con las leyes, tiene que ver con la voluntad y la
extensión, señor Aparicio, no tenga usted ninguna duda-, los
servicios de prevención, en la posibilidad de que las empresas los
contraten con ellas, nos encontramos con que las mutuas están
abarcando un campo que hasta ahora no tenían, es cierto, y están
ocupando un espacio que, sin ninguna duda, tampoco tenían.

Entonces me surgen muchos problemas. Por ejemplo, ¿qué criterios ha
seguido para estimar el coste de la gestión de la incapacidad
temporal, para fijar el tipo me parece que



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es el 1,055? Además le pregunto si existen fondos. ¿Se han producido
fondos o excedentes en esta gestión? ¿Existen fondos de reserva, por
decirlo de alguna manera -no el fondo de reserva ese famoso del que
luego hablaremos en todo caso-, en gestión de la incapacidad
temporal, digo en la que están gestionando las mutuas o en general en
estos momentos? Y si existen cuáles son. ¿Qué criterios se han
seguido -y se lo he preguntado antes- para estimar las transferencias
a las mutuas de 22.000 millones? Hay una orden ministerial, eso ya lo
sé, lo he leído en el proyecto, pero sigue extrañándome mucho el
criterio de que se les transfieran fondos de la Seguridad Social a
las mutuas ,y me preocupa por el informe último que llegó a esta
Cámara del Tribunal de Cuentas sobre la gestión de mutuas. Lo digo
porque en ese informe se hablaba de transferencias, en mi opinión y
por decirlo de alguna manera, encubiertas de gestión a entidades
privadas, conjuntas entre mutuas y entidades privadas paralelas o
primas hermanas, aunque son totalmente diferenciadas y diferentes
deberían ser, según la legislación. Por eso le pregunto, qué medidas
han adoptado ustedes para controlar todo ese tipo de situación en
función de los informes que les han llegado del Tribunal de Cuentas.

Oigo a veces que existen auditorías internas de la Seguridad Social,
no sé si se han efectuado, si existieran, le pediría que fueran
conocidas por el Parlamento, y que nos la fuera facilitando.

Fondo de reserva.




El señor PRESIDENTE: Lleva diez minutos en el uso de la palabra.




El señor GIMENO MARÍN: Es que es muy importante el presupuesto de la
Seguridad Social.

En el fondo de reserva, ¿qué concepto de excedente utilizan, señor
Aparicio? Porque si nos atuviéramos al estricto sentido de lo que es
el Pacto de Toledo tendríamos que hablar de cotizaciones sobre
prestaciones contributivas -repito en estricto sentido- y en ese
contexto estaríamos hablando de excedentes mucho mayores de los que
ustedes hablan para el próximo ejercicio. Entonces, ¿qué concepto
están utilizando en estos momentos de excedente para definir qué
cuantías deberían destinarse al fondo de reserva? ¿O ustedes lo
piensan esto de otra forma, es decir, lo piensan diciendo que cada
año decidimos cuánto es, con un criterio que no sé cuál es? ¿O eso lo
quieren dejar para la Comisión del Pacto de Toledo y allí que nos
pongamos de acuerdo, ya que en lo demás no hemos podido ponernos de
acuerdo todavía porque no nos lo han permitido ustedes?
Se lo preguntaba otro grupo, creo, pero por si acaso se lo pregunto
yo. Los complementos a mínimo defínanse de una vez ya. ¿Los va a
financiar el Estado, los va a financiar la Seguridad Social o mixto?
Lo digo porque se han oído continuamente declaraciones muy distintas;
desde las áreas de economía se oye una cosa, unos matices, si se oye
de otras áreas se dicen otros matices; al ministro de vez en cuando
lo vemos muy lanzado, pero otras veces oímos cosas que son bastante
contradictorias.

Sólo una pregunta más. A mí me preocupa mucho el presupuesto de las
funciones de servicios sociales de la Seguridad Social. Ya sé que es
un tema más amplio, no sólo es la Seguridad Social los servicios
sociales, sé que el presupuesto
es distinto, pero yo tengo la sensación, por los
presupuestos que ustedes presentan, como si tuvieran una política
pensando que la Seguridad Social y el Gobierno del Estado debería
hacer menos política de servicios sociales, porque desde luego los
presupuestos de servicios sociales están muy debilitados, señor
Aparicio. Ya no le digo que ustedes me han metido 22.000 millones de
accidentes de trabajo allí, que en algún lado habrá que meterlos, qué
le vamos a hacer, pero si quita a lo que tienen 22.000 millones,
fíjese usted la situación en que nos encontramos.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra el señor Camps.




El señor CAMPS DEVESA: Señor secretario de Estado permítame que
agradezca su presencia en un tono personal. Algún augur el año pasado
predijo que probablemente usted no nos acompañaría en la
comparecencia de este año. El augur se equivocó, cometió un error.

Pero tal vez no fue un error pleno, porque el que nos ha abandonado
ha sido el augur, hoy ejerce sus funciones en el Parlamento Europeo,
ya no es el portavoz en esta materia del Grupo Socialista en este
Congreso, y nosotros desde luego que, como le dijimos en el último
debate que tuvimos ocasión de tener con él, le deseamos lo mejor en
sus nuevas funciones, y también he de reconocer que le echamos de
menos en este trámite parlamentario porque la intervención del Grupo
Parlamentario Socialista en el día de hoy me ha parecido, en el tono
y en la mayor parte del contenido, mucho más adecuada al
reconocimiento de un presupuesto de Seguridad Social, como es el que
hoy empezamos a debatir en esta Cámara, mucho más adecuada a
reconocer que se han producido clarísimos avances en esta materia.

Señor secretario de Estado, nosotros cuando leemos intervenciones
pasadas, cosa que suele suceder mucho en estos tiempos de debates
presupuestarios, nos encontramos con opiniones que hoy tengo que
manifestarle que compartimos plenamente. Allá por el año 1996 el
señor Borrell Fontelles dijo en esta misma sala la importancia y la
trascendencia social que debería tener el presupuesto de la Seguridad
Social, que merecía el presupuesto de la Seguridad Social, que a su
juicio no tenía por aquellos tiempos, y aconsejaba -se permitió
aconsejar y ese consejo lo recogimos nosotros porque además era un
buen consejo- que se focalizara mucho más el debate político sobre
las decisiones de Seguridad Social que encerraban un gran impacto
sobre el empleo, sobre el bienestar de millones de personas y sobre
el equitativo reparto de renta entre generaciones.




Nosotros compartíamos y compartimos esa opinión y creemos justamente
que este presupuesto del año 2000 es un buen momento para reflexionar
en torno a esas cuestiones a las que hacía referencia, y me va a
permitir, señor secretario de Estado, que haga una primera reflexión
en un tono claramente positivo. Estos van a ser los cuartos
presupuestos de Seguridad Social que se van a presentar bajo su
mandato, de usted como secretario de Estado de Seguridad Social, del
Gobierno al que representa, y eso al Grupo Parlamentario Popular nos
da cierta sensación de deber cumplido. Vienen a mi mente recuerdos de
debates como esteen los que parecía que siempre los presupuestos que
presentábamos



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o debatíamos eran los últimos que íbamos a tener ocasión de discutir,
ya no su persona, sino el Gobierno del Partido Popular. Hoy nos
encontramos con los cuartos presupuestos que se presentan ante esta
Cámara y nosotros, que creíamos entonces que era bueno, lo seguimos
creyendo hoy, porque entendemos que la estabilidad, al final, es un
bien en sí misma y lo que hace es favorecer al conjunto de la
sociedad, al conjunto de las españolas y de los españoles.

Pero es que, además, estos presupuestos, a nuestro juicio, señor
secretario de Estado, culminan un devenir en esta materia,
permítaseme esta expresión, que lo que hacen es dar a entender
claramente que cabía otra política en materia de Seguridad Social,
que el rigor presupuestario no estaba en absoluto reñido con avances
en materia de protección social, o si me permite dicho más llanamente
que hemos conseguido cuadrar el círculo que otros decían que iba a
ser imposible.

Hoy, señor secretario de Estado, usted y el Gobierno que representa
han ganado credibilidad año tras año en esta Cámara presentando
presupuestos creíbles, ejecutándolos responsablemente, y todo ello
dentro de ese gran marco, de ese gran acuerdo que es el Pacto de
Toledo y de cuyo desarrollo, como algún otro portavoz ya ha dicho,
estamos tratando ya intensamente en esta Cámara. Tal vez justamente
por ello, por esa política responsable en materia de Seguridad
Social, hoy ya no estemos hablando, como hace cinco años, de quiebra
del sistema, sino de mejorar las prestaciones de los más
desfavorecidos, como se contiene en este presupuesto.

Señor secretario de Estado, sabe que mi grupo -y si alguien revisa
los 'Diarios de Sesiones' lo verá- siempre ha tenido dos grandes
preocupaciones en esta materia: por un lado, la garantía del
mantenimiento del poder adquisitivo de nuestros pensionistas junto a
la mejora de las prestaciones de los más desfavorecidos y, por otro
lado, lo que nos parecía que era la base de ello, que es el
ahondamiento en el proceso de separación de fuentes de financiación
de nuestro sistema de Seguridad Social, y en esos términos observamos
con satisfacción que por primera vez el sistema de Seguridad Social
alcanza el equilibrio financiero y prevé un superávit del 0,1 del
PIB, 90.000 millones. En ese sentido nos gustaría que nos avanzara,
respecto al año que nos encontramos también, si la ejecución del
presupuesto del sistema permite cumplir con el déficit marcado para
este año que era del 0,1, que nos parece harto interesante para saber
si las previsiones que hacemos respecto del año que viene del
superávit son previsiones responsables y creíbles. También observamos
con satisfacción que se complementa el proceso de clarificación y
separación de fuentes de financiación de la Seguridad Social, con la
salvedad -ya referida por algún grupo- de los complementos a mínimos,
que a nadie se nos escapa. Desde mi grupo, señor secretario de
Estado, queremos instarle, no preguntarle, a que en esa materia
cumpla la ley que aprobó esta Cámara, una ley en la que claramente se
determinó cuál era el momento de discutir y definir la naturaleza y
las fuentes de financiación de los complementos a mínimos. Otra
discusión sobre esta materia le parece a mi grupo harto baladí,
incluso, si se me permite, el respeto a las decisiones que tome esta
Cámara, que creo que debemos empezar autorrespetando quienes
somos legisladores y desde luego el Gobierno a quien ahora me dirijo.

Es para nosotros un hecho histórico la constitución de un fondo de
reserva. Ha habido varias manifestaciones al respecto y estoy seguro
que por ellas, y también porque se lo pide mi grupo, el señor
secretario de Estado se referirá a las causas que lo pueden hacer
posible en estos presupuestos en este momento. Pero permítame
también, y aquí ha habido menos manifestaciones, que desde mi grupo
demos una especial relevancia a otro hecho que se contiene en estos
presupuestos, como es la desaparición de los préstamos al sistema,
con lo que ello puede suponer de saneamiento financiero y, si me
permite, hasta de novedad, aunque también observamos que aparece
justamente en esta materia, en la parte de pasivos financieros, una
cuantía bastante superior a la que aparecía otros años en los
presupuestos. Son 20.000 millones de pesetas, bastante superior a los
8.000 a los que estábamos habituados. Me gustaría que el señor
secretario de Estado dijera las causas de este incremento en los
pasivos financieros.

Observamos que el proyecto refleja una disminución de la morosidad,
así como un incremento de la recaudación efectiva. Nos gustaría que
el señor secretario de Estado determinara claramente las causas de
ello y también lo pusiera en relación, si fuera posible, con la
ejecución en esos dos conceptos del presupuesto de este año. Observa
mi grupo, señor secretario de Estado, un incremento sustancial en lo
que sería el apartado del Instituto Social de la Marina, para
entendernos, y nos gustaría que determinara cuáles son las causas del
incremento de ese Instituto.

Tengo pocas preguntas más. Estoy seguro que al señor presidente no le
extrañará que el grupo que sustenta al Gobierno tenga muchas menos
dudas de los presupuestos del Estado en un trámite como este y además
también porque tenemos cierta memoria histórica. Recuerdo -también
fui en aquella ocasión portavoz puntual en esa materia- bajo qué
Gobierno se acordó la modificación de la ley que permitía que las
mutuas de accidentes se hicieran cargo de la incapacidad temporal por
enfermedad común. Si se recuerda, ciertas dudas, cuando tienes
memoria histórica, las tienes soslayadas. No diré nada más, pero sí
quiero hacer un recordatorio que a los efectos siempre hacemos, señor
secretario de Estado, en este trámite.

Nosotros siempre le manifestamos la importancia del diálogo y del
consenso social, que creo que este año se ha visto plasmado en un
gran acuerdo previo a la presentación de esta ley de presupuestos y
que se recoge en la misma. Va a suponer la subida de las prestaciones
más bajas de nuestro sistema. Algunas preguntas le han hecho al
efecto, no seremos nosotros los que redundemos, pero sobre todo nos
gustaría oír de usted, del señor secretario de Estado, que justamente
esa subida de las prestaciones más bajas no van a suponer un riesgo
para la sostenibilidad futura del sistema. Es una pregunta que se
hacen muchísimos españoles.

Señor secretario de Estado, permítame, para acabar, una última
manifestación, y es que el Grupo Parlamentario Popular cree que con
este proyecto de presupuestos, cuyo debate se inicia en esta Cámara,
nuestro sistema de protección social hoy ha alcanzado el equilibrio
financiero, las prestaciones sociales tienen garantizada su
pervivencia no sólo en beneficio de sus actuales titulares, sino
también de



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las futuras generaciones y que cada día es más difícil hacer
electoralismo con nuestros mayores y de ello, sin duda, se alegra el
Grupo Parlamentario Popular.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado
de la Seguridad Social.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Aparicio
Pérez): Voy a hacer el máximo esfuerzo de síntesis, que espero que no
se entienda ni como descortesía ni como falta de delicadeza hacia SS.

SS. y también voy a tratar de seguir el mismo orden en el que me han
sido requeridas las cuestiones.

Como bien señalaba el señor Peralta, el IPC que maneja la Seguridad
Social a los efectos de revalorización es noviembre sobre noviembre,
puedo decirle a ese respecto que no manejamos ninguna previsión
distinta a la que sostiene el Ministerio de Economía y Hacienda y
creemos, en consecuencia, que pueden ser bastante próximos ambos
valores, noviembre sobre noviembre y diciembre sobre diciembre, pero
no por discrepancias ni por concordancias, sino porque las series
históricas así lo avalan.

Quiero decirle que en el año 1999 todas las pensiones, todas las
prestaciones de Seguridad Social, y ya contesto a otra pregunta,
recibieron los beneficios de la ley de consolidación
y racionalización y fueron revalorizadas todas las que procedía y en
mayor cuantía que el propio IPC, aquí es sobre las que ya había
llamado su atención el Pacto de Toledo, me estoy refiriendo a las
categorías de viudedad y menor de 60 años, que tenían un incremento
adicional. No existen revalorizaciones ni pienso que deban existir,
al margen de lo que es nuestro ordenamiento legal, de lo que es la
ley de consolidación y racionalización en el año 1999, ni debería
haber ninguna actuación que se alejase de lo que son las normas
legales presupuestarias. Creo que eso lo entenderá cualquiera.

No desisto, y comparto su preocupación, en la falta de actualización
de varios ejercicios, en este caso más de ocho ejercicios del baremo
de lesiones no invalidantes. Espero que tenga cabida si no en el
ejercicio actual, correspondiente al año 2000, sí en los inmediatos.

Si me pregunta por qué razón en este caso no se ha podido dar un más
rápido cumplimiento a esta pretensión que, insisto, comparto, le diré
que ha sido porque al final repercute esta partida sobre uno de los
ámbitos de gasto, enormemente citado esta mañana, como son las mutuas
de accidentes de trabajo y enfermedad profesional y queremos que el
impacto sea perfectamente asumible dentro del funcionamiento. También
me gustaría que se tuviese en cuenta que han sido bastantes años los
que no ha tenido ningún tipo de actualización.

Un problema muy semejante se me plantea respecto al régimen especial
de actores y artistas. Una primera declaración suponía el deseo de
culminar la equiparación, su particular destape de base de cotización
el año 1996, pero fue interrumpido abruptamente el año 1992. Durante
estos tres años hemos tratado, por un lado, de poner en marcha un
sistema informático y de cobertura técnica del que carecía este
complicado sistema y puedo garantizarle que en el texto de la ley de
acompañamiento verá una serie de mejoras que si no dan satisfacción
total, supongo que importante en cuanto a las pretensiones y
peticiones de este colectivo
de disponer cuanto antes de unas bases más aproximadas a salarios
reales y no tener el sistemático alejamiento que han tenido, insisto,
durante bastantes años.

Me preguntaba por el régimen del mar. Al final se ha demostrado, y
soy consciente, que si en este caso no era una opinión unánime dentro
del sector del mar, sí que se contaba con el apoyo inequívoco de las
cofradías de pescadores y con el apoyo de amplios sectores, pero no
de la totalidad -no me gustaría ocultar ningún dato-; se ha
demostrado, repito, que hoy están cotizando más y mejor nuestros
trabajadores del mar, especialmente las que usted calificaba como
bases tarifadas, consecuencia de lo cual es que no sólo ha mejorado
la recaudación, que nunca es malo desde el punto de vista de
Seguridad Social, sino que ha habido una mejora efectiva de las
prestaciones, correspondientes a estos trabajadores, dicho de otra
manera, han mejorado las prestaciones y eso me parece más
significativo que el segundo hecho, también positivo, como es la
mejora de la recaudación. En tanto no exista una mejora alternativa,
se mantendrá el régimen de bases tarifadas porque da mejor cobertura
en cuanto a prestaciones y también mejor recaudación.

Coincido plenamente en que las medidas que tiendan a evitar que los
administradores, bien privados o bien públicos, incumplan sus
obligaciones de Seguridad Social deben estar en permanente revisión y
deben ser extraordinariamente cuidadosas para no penalizar a quien no
tiene culpa. Se señalaba, y es correcta la observación, que ha habido
muchos casos en que han sido gestores nuevos, nacidos de unas
elecciones, los que se han encontrado situaciones realmente complejas
desde el punto de vista financiero o de relaciones con la Seguridad
Social. Coincido también en que no se debe penalizar a quien recibe
la carga, sino a quien la genera. De ahí que, y con respeto a las
posiciones parlamentarias, me atreviese a sugerir en ámbito
parlamentario esa revisión de endurecimiento, insisto, tanto a los
administradores públicos como a los privados.

Si quiere saber si se han incrementado las deudas de las entidades
locales, le diré que se ha reducido en conjunto con alguna excepción
y que hoy podemos hablar con tranquilidad que existe alguna
herramienta operativa frente a los ayuntamientos morosos, cosa que no
sucedía en el pasado. Hoy existen ya procedimientos de deducción que
permiten actuar de manera modulada y cuidadosa para evitar
estrangulamientos o efectos no deseados. Pero esta herramienta, que
no existía en el pasado, hoy existe en el presente y es perfectible,
pero al menos tenemos ya una primera herramienta.

El reglamento de responsabilidad empresarial no pudo prosperar en la
legislatura anterior, puesto que no fue capaz de lograr un consenso
social en el ámbito del Consejo Económico y Social. Hemos hecho
distintas gestiones para tratar que esta pieza surgiese no sólo de un
deseo, entiendo, mayoritario desde el punto de vista político, sino
también con el suficiente contenido de consenso entre empresarios
y trabajadores y tengo que decirle que todavía no ha sido posible. No
renuncio a que podamos tener, puesto que es una petición expresa del
Pacto de Toledo, este reglamento, pero me gustaría que tenga el mayor
contenido de consenso social, esto es, de acuerdo entre empresarios y
trabajadores.




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Al señor Vaquero, aunque no esté, le disculpo plenamente porque yo
también he tenido responsabilidades de grupo reducido y sé lo difícil
que es la vida parlamentaria cuando uno está en esas condiciones,
pero le responderé muy brevemente, para que al menos a través del
'Diario de Sesiones' pueda tener contestación. Preguntaba si existe
alguna vinculación especialmente extraña o extravagante entre
incapacidad temporal y desempleo. No, no existe ninguna y su
agrupamiento supongo que responde a que son las dos grandes masas de
protección temporal que tienen los trabajadores. Aquí no hay más nexo
que la temporalidad; en un caso, la atención temporal por la pérdida
de rentas y, en otro caso, la atención temporal por la pérdida de
capacidad laboral por motivos de salud.

Debo valorar positivamente los convenios de incapacidad temporal
realizados con las comunidades autónomas. Digo esto, primero, porque
dan respuesta a un viejo problema, el problema de que una
Administración sea la que decide y otra la que paga; evidentemente,
creo en la lealtad constitucional, pero a veces se afianza mejor la
lealtad desde instrumentos operativos nacidos del diálogo y del
acuerdo de voluntades. Oyendo y escuchando a los profesionales de los
servicios públicos de salud se han podido convenir programas de
mejora -insisto en esta palabra de mejora- en la atención sanitaria
de la prestación contributiva, y hay que subrayar que es contributiva
para poder explicar que se apliquen cotizaciones a su mejora, y se ha
podido lograr que esos objetivos se vayan cumpliendo no digo al cien
por cien, pero sí en buena medida. Hoy podríamos ver cómo todos los
servicios públicos de salud han mejorado las ratios que ellos mismos
propusieron como razonables para mejorar las garantías de prestación
sanitaria y, sin duda, los efectos económicos que tiene esta
prestación. Considero que esto ha sido positivo e, -insisto si
quieren datos, no habría inconveniente en facilitárselos-, y qué ha
habido reducciones en todas y cada una de las comunidades autónomas,
ciertamente menores en las que contaban con una mejor posición de
partida.

También con mucha brevedad diré que por fin en nuestro sistema de
pensiones -y hablo en relación a la atención a las cuantías mínimas-
la categoría básica, que es la de jubilado o incapacitado mayor de 65
años, tiene plena equiparación al salario mínimo interprofesional.

Ésta es una vieja aspiración de muy distintas fuerzas políticas que,
en principio, no debería molestar ni irritar a nadie; creo que es
motivo de satisfacción general el que, al menos esta categoría, la
esencial, ya haya producido esa definitiva y clara equiparación no a
conceptos de tipo sucedáneo, que sé que se han manejado en otro
momento y no por este Gobierno; sé que se han manejado conceptos como
el salario mínimo neto y otra serie de, digamos, suposiciones, sin
duda interesantes desde el punto de vista social, pero no tan claras
como es la plena y absoluta equiparación. Se me pregunta si se
renuncia a las mejoras. Naturalmente, este Gobierno no va a renunciar
a ninguna posibilidad de mejorar los aspectos de solidaridad del
sistema, no lo ha hecho durante el mandato actual y, en caso de
seguir contando con la confianza de los españoles, lo considera
necesario y no renuncia a que existan nuevas aproximaciones.

También quiero decir -y sé que con esto contesto a otros grupos- que
no es lo mismo lo que figura en el capítulo
8 de nuestro presupuesto como activos financieros que lo que
podemos entender y leer como excedente contributivo y, menos aún,
como dotación del fondo de reserva. Con un ejercicio tan simple como
desagregar las entidades gestoras del resto del sistema consolidado
de Seguridad Social, veríamos cómo en este primer tramo, que es el
que todos identificaremos como la Seguridad Social más convencional,
el de entidades, el excedente sería de 90.000 millones. Naturalmente,
esos 90.000 millones permiten la atención de 60.000 millones al fondo
de reserva y la existencia de otros 30.000 millones, que, si el
ejercicio opera de una manera normal, serían aplicables a nuevas
medidas de saneamiento complementario del sistema. Lógicamente, me
gustaría que esas medidas de saneamiento tengan el máximo posible de
consenso social y político, pero, como digo y a continuación veremos,
existen márgenes para profundizar en el saneamiento financiero del
sistema.

Me permito recordar, aunque muchos de ustedes la conocen igual o
mejor que yo, la recomendación del Pacto de Toledo que aborda la
cuestión del fondo de reserva, que en modo alguno obliga a que la
totalidad de los excedentes haya de ser destinada a este fondo de
reserva, puesto que estaríamos impidiendo el desarrollo efectivo de
otras recomendaciones. Parece lógico que no se diga que toda
posibilidad debe agotarse en ese fondo de reserva y digo esto porque,
sin duda ninguna, también puede aplicarse a cualquier ineficiencia
detectada. Lo que dice exactamente la recomendación es 'con cargo a
los excedentes contributivos', y paso a responder. Este año ha podido
constatarse en nuestra previsión de ingresos y gastos un excedente en
el ámbito contributivo y de cuantía suficiente como para pensar en
atender este fondo de reserva y seguir atendiendo las que ya eran
obligaciones normales de ese capitulo 8. Sirva como ejemplo que el
año pasado, y volviendo a esa delimitación a la que antes hacía
mención, en el ámbito de las otras áreas de Seguridad Social,
concretamente mutuas, ya hubo 40.000 millones para reservas; luego,
la cantidad que resultaría este año sería muy semejante. Como muy
bien señalaba el señor Gimeno, las mutuas de accidentes de trabajo
y enfermedad profesional, hoy mutuas de Seguridad Social, según la
denominación del año 1994 -y aquí voy a empezar a hacer algunos
subrayados- también han asumido nuevas competencias, han asumido
nuevos riesgos, que es lo que gestionan, y parece lógico que las
dotaciones de sus fondos de garantía y reserva sean proporcionales a
la masa, al grupo de trabajadores protegido.

Sí hay una cosa que me ha dejado perplejo y no pretendo polemizar
especialmente con ninguno de los portavoces. Este Gobierno no ha
introducido un solo cambio en las capacidades y competencias de las
mutuas de Seguridad Social; fueron leyes de acompañamiento, que nunca
sabré si es el mejor o el peor de los marcos posibles, ya que parece
que cambia, según los años, la opinión sobre si es buen o mal lugar
para residenciar cambios normativos. Pues, como decía, a través de
distintas leyes de acompañamiento se dio cabida a la prestación
denominada incapacidad temporal por enfermedad común. Sí debo decirle
que me pareció insuficiente la dotación de herramientas humanas,
materiales y técnicas que tenían las mutuas para hacer frente a esa
obligación, que, insisto, yo no había tomado comodecisión, pero que
debo presumir correcta. Así lo debe presumir



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también buen número de empresarios y empresas españolas y de
trabajadores que prefieren recibir esta prestación a través de las
mutuas y lo hacen de una manera libre y voluntaria, en modo alguna
coactiva. Si de todo ello redunda un mejor sentido de la racionalidad
en el gasto de esta partida, créame que me parece correcto el
funcionamiento.




La otra gran área de trabajo es la prevención. La Ley de prevención
de riesgos laborales fue una ley aprobada con el absoluto consenso de
este Parlamento, consenso en el que estoy seguro de que alguno de los
portavoces participó tanto o más que quien habla en este instante. De
ahí se derivaba la necesidad de que actuasen las mutuas; ya en la
propia ley se contemplaba el que pudiesen actuar en el ámbito de la
prevención a través de las cotizaciones, con evidentes limitaciones.

Había que fijar -lo ha citado usted en su intervención-, mediante una
orden, a poder ser dialogada con quienes han de ser los actores
naturales de esta actuación, si existían restricciones. Son muchas
las restricciones y de ahí que 22.000 pueden parecer una cantidad
importante, pero, ojalá, y se lo digo con toda sinceridad, fuese
mucho más lo que España gastase en prevención de riesgos.

Tristemente, nos hemos encontrado con una situación en la que la poca
prevención que se presta con solvencia y con capacidad se lleva a
cabo a través de las mutuas de accidente, a las que estamos pidiendo
que cambien, mediante esas delimitaciones en sus contabilidades, sus
formas de hacer y proceder; las mutuas no estaban acostumbradas
a operar de esa manera, y así tendrán que hacerlo porque vamos a un
mercado abierto y libre a la competencia, el que definió la Ley de
prevención de riesgos. Lógicamente, tendrán que ir delimitando y
segregando ordenadamente esa pieza de trabajo. Me parece que es
interesante, pero, insisto, no se trata de novedades conceptuales que
haya introducido este Gobierno.

Preguntan si el epígrafe de servicios sociales es acertado o no. Es
el clásico; ha figurado desde hace mucho tiempo; no hay ninguna
novedad que figure como servicios sociales, y paso a anticipar una
contestación: los servicios sociales, al menos en mi lectura de la
Constitución, son el área natural de trabajo no sólo de las
comunidades autónomas, sino también de los ayuntamientos y de las
administraciones locales; de ahí que el énfasis deban hacerlo estas
administraciones y no la de Seguridad Social, precisamente para
evitar lo que serían polémicas poco útiles para el conjunto de la
sociedad.

Me decía el señor Vaquero que se incrementa de forma importante, y es
cierto, el gasto informático de la Tesorería de la Seguridad Social.

Sí. ¿Por qué? Porque gracias a este tipo de gastos hemos logrado que
prácticamente el 60 por ciento de los trabajadores del régimen
general de la Seguridad Social tengan sus transacciones informáticas
-altas y bajas- a través del sistema RED?, esto es, a través de
sistemas muy accesibles, de alta fiabilidad y que eliminan -y ahora
explico dónde ahorramos- los gastos de tramitación en papel que,
aunque es un desecho, es un soporte poco deseable desde el punto de
vista administrativo y hasta ecológico, si me lo permiten.

Ubicación definitiva del complemento a mutuas ..., perdón,
complemento a mínimos, no vaya a haber en este caso un lapsus lingüe
mayor del necesario. Siempre me expresaré,
como estoy obligado, con respeto al Parlamento y a la ley. Si la
Ley de consolidación y racionalización dice que su ubicación
definitiva se fijará a partir del año 2000, quiero ser respetuoso con
ese texto y soy consciente de que cualquier afirmación rotunda por
parte de este miembro del Gobierno, aunque sea uno de los menos
distinguidos, condicionaría ese debate en el que creo que no debe
haber prejuicios. De hecho, muchos de ustedes me lo han oído decir:
encuentro razonables ambas posturas, la de quienes defienden el
carácter marcadamente y la de quienes defienden el marcadamente no
contributivo. Creo que la explicación es bastante simple.

Señor presidente, trato de acelerar. Sé que ha hablado de
privatización de algunos servicios de la Tesorería de la Seguridad
Social. No me gustaría que hubiese confusión. Parece lógico que en
aquellas situaciones o casos en los que la Tesorería, por ejemplo,
decide poner en marcha un nuevo servicio, hasta no comprobar que el
mismo es demandado por la sociedad, es útil y es razonable, no tome
la decisión de funcionarizar a todos sus trabajadores, aparte de que
es lo más sensato. Igual que me parece que es lo más sensato que en
los trabajos que hayan de concluirse en un plazo cierto y razonable,
por ejemplo, la grabación de los archivos históricos, yendo a un
ritmo normal concluirá, no me parece deseable que se estructuralice
más gasto que el imprescindible porque serían labores llamadas a
término. Y lo mismo le digo en algunos servicios, como el de atención
telefónica de la Tesorería. Si el sistema tiene demandas, se
estabiliza y demás, habrá que pensar en cómo se realiza por
funcionarios; pero si se trata de experiencias, muy positivas, no
entiendo que haya que consolidar o estructuralizar un gasto, máxime
cuando todo el dinero que dedicamos a las prestaciones nos parece
poco y toda peseta que hay que pedir a empresarios y a trabajadores
nos parece mucho por el esfuerzo que a ellos les supone obtenerla.

Entrando ya en las intervenciones de los dos grupos mayoritarios o
principales, sin demérito del resto, les diré que cumplo gustosamente
con la obligación de comparecer en el Parlamento entre otras cosas
porque no hago más que cumplir con una obligación, especialmente por
haber sido también miembro de la Cámara. En este caso, además,
agradezco sinceramente a S.S. que no haya sido el mismo catálogo de
temas que en años anteriores. Créame, también es para mí una
satisfacción no tener que hablar de las evoluciones patrimoniales del
sistema de Seguridad Social porque uno llega ciertamente a dudar de
su capacidad dialéctica y pedagógica. En ese sentido, vaya mi
gratitud por delante. Ha dicho usted algo que para mí es importante,
que al Gobierno se le han impuesto una serie de medidas como puede
ser la elevación de las pensiones de mínima cuantía. Si uno entiende
que los acuerdos son imposiciones, que los acuerdos son desgarros,
que se arranca algo cuando uno alcanza un acuerdo, es muy difícil que
se llegue a ningún acuerdo. Tal vez cabría si uno entiende que un
acuerdo es un equilibrio razonable entre lo que se puede considerar
como mejor o más deseable y lo que finalmente es posible, pero
sabiendo que se avanza en la línea correcta, es mucho más fácil
obtener acuerdos. Con ese ánimo es con el que deben abordarse los
acuerdos, no con la obtención de unas adhesiones de alguien sino con
unas mejorasrazonables en el objetivo. No tengo ninguna duda de que



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hoy, felizmente -esto es bueno para todos porque a todos nos puede
dar satisfacción- estamos ante unos presupuesto que no sólo son más
solventes desde el punto de vista financiero sino que también son más
solidarios desde el punto de vista de los conceptos; y, aunque es
difícil conciliar todas las variables, sé que también son más
contributivos, empiezan a reflejar mejor la razonable correlación que
tiene que existir entre lo que empresarios y trabajadores aportan y
las expectativas que crea o debe crear el sistema de Seguridad
Social.

Señor Gimeno, comprenderá perfectamente que no me adhiera a sus
críticas al ministro. Son muchos los motivos, especialmente los de
afecto y jerarquía, que me llevan a no entrar en semejante derrotero.

Me decía S.S. que por qué a veces no somos más automáticos a la hora
de facilitar dos elementos que indudablemente tienen una íntima
conexión: afiliados e ingresos. Pues mire, porque lo uno es mucho más
sencillo que lo otro. Decir la posición de un determinado día y hora
de un registro inequívoco como es el de afiliados a la Seguridad
Social es bastante sencillo; sabe usted mejor que yo que los ingresos
se realizan a través de los sistemas financieros -y es muy bueno-,
entidades bancarias que colaboran eficazmente y desde hace muchos
años en estas labores. Pero ni siquiera todos los ingresos son
abonados por esas entidades, puesto que lógicamente otras cantidades
han de ser tramitadas a través del régimen de bonificaciones, que
además ha operado muy correctamente en estos tiempos. Todo ello
supone que exista un pequeño diferimiento, pero que no exista esa
posibilidad -ojalá sigamos progresando- de automatismo; lo que a mí
me tranquiliza es que concluido un ejercicio haya congruencia
y consistencia entre los crecimientos del número de afiliados, de los
salarios y de la recaudación, y vemos felizmente que aquí sí hay
consistencia en los datos.

También que exista rotación, que no haya duda de que sigo
considerando muy elevada la rotación del mercado laboral español.

Convendrá conmigo el señor Gimeno en que afortunadamente también
hemos entrado en una etapa de razonable estabilidad, por lo menos no
es ese crecimiento de la rotación que nos llevó a todos a
inquietarnos y que sin ninguna duda también movió a los agentes
sociales a alcanzar un acuerdo como fue el Acuerdo de estabilidad en
el empleo de mayo de 1997. Hoy hay rotación, pero creo que todos
podemos felicitarnos de que sea menor y más intensa y también de que
la Seguridad Social se vea beneficiada de esa estabilidad porque
cuantos más contratos estables existan más estabilidad habrá en las
cotizaciones, lo cual me lleva, primero, a felicitarme porque ese
trabajador podrá organizar su proyecto vital mucho mejor, y segundo,
porque también en la Seguridad Social podremos trabajar mucho más a
gusto.

Me preguntaba usted cómo se capitaliza. Se capitaliza cruzando el
incremento con la variación de una pensión por la esperanza media de
vida que le queda a dicha pensión. A mí no se me ocurre otra fórmula.

Por ejemplo, un señor a los 65 años se mueve por término medio, si es
español un poco más, en torno a 16 o 17 años; entonces en principio
tengo que repercutir a quienes tienen 65 años esos 16 o 17, y así
sucesivamente. Es un trabajo que hacen magníficamente y desde hace
muchísimos años los mismos
actuarios en el sistema de Seguridad Social, por lo que estoy seguro
que merecen su confianza y la mía.

Le decía antes al señor Peralta que a efectos de oscilaciones
o variaciones no sé manejar otro IPC que no sea el previsto en la ley,
que es el de noviembre sobre noviembre. Soy consciente -es una vieja
discusión académica- de que los pensionistas españoles no realizan
todos sus gastos en el mismo mes sino que como cualquier otro
ciudadano reparten sus gastos a lo largo del año por lo que nunca
habría forma de objetivar un valor. Creo que la referencia noviembre
sobre noviembre se hizo por deferencia al Parlamento para que éste
pudiese tener al menos un dato con el que actuar en determinadas
revalorizaciones. Si otro es más justo, a lo mejor no es operativo
porque no es lo que demandan SS.SS. para poder aprobar los
presupuestos en tiempo y forma.

También quiero dejar claro que ya no hay pensiones no revalorizables
al margen de la ley. Les voy a decir una cosa. Ha habido momentos en
los que las pensiones se actualizaban o no se actualizaban, pero no
solamente según la cuantía, porque no hay duda de que hay que actuar
de manera muy diferente sobre las de menor cuantía o las de mayor
cuantía; pero es que algunas en su momento no se revalorizaban al
margen de la cuantía, yo diría que por su origen o extracción en el
momento de ser concedidas. Creo que esa es una etapa de la normativa
española, feliz y absolutamente superada. Se revalorizan todas, menos
las que fueron declaradas a extinguir. Y no fue por este Gobierno,
sino fruto de un consenso. Me permito recordarles que en el año 1990
una amplísima mayoría parlamentaria decidió poner en marcha ese
primer escalón de la protección social que son las pensiones no
contributivas, decisión por la que todos debemos felicitarnos. Ydado
que se ofreció la opción de conversión a otras muchas categorías
dispersas que existían en el ordenamiento de protección social, se
les brindó la posibilidad de incorporarse, de permutar la prestación
que viniesen disfrutando, por esta nueva que sí tenía garantía de
actualización. Ese es el motivo por el que estas categorías no han
sido actualizadas. Parece lógico y también parece que responde a una
consistencia. Lo que me sorprende es que esto aparezca como novedoso
en algunos momentos. Es un convenio que, insisto, tampoco es
absolutamente general, pero las pensiones asistenciales fueron
declaradas a extinguir en las fechas que lo fueron y con un amplísimo
consenso político. No sé -lo digo sinceramente y sin ánimo polémico-
a qué viene reabrir ese debate porque creo que sigue teniendo
vigencia lo que a todos nos ha parecido razonable y luego se ha
plasmado en las distintas leyes de revalorización.

Hay una discusión que creo que también puede merecer la atención de
SS.SS. y es por qué parte de la asistencia sanitaria marítima se va a
financiar con cuotas. Yo creo que porque tiene ese perfil de
especialidad profesional. porque no estamos hablando de una sanidad
común para el conjunto de la población española, sino de una sanidad
especial y distinta con prestaciones y requerimientos en algunos
casos tan afortunadamente sofisticados como son la existencia de
buques-hospital, servicios de radiodiagnóstico y teleasistencia, que
parece lógico entender que tienen una particularidad y un perfil
profesional distinto del de la



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sanidad general, pero sí coincido en el que o debe haber pesetas
procedentes de cotizaciones.

No quiero abundar excesivamente, sobre todo por respeto al
presidente, en algunos de los temas de mutuas y qué criterios se dan
para su presupuesto. Pues el criterio general.




El criterio de cobertura de determinación del tipo y buscar que
razonablemente se aproximen ingresos y gastos. En el caso de la
incapacidad temporal los gastos procedentes de esta contingencia se
han situado en torno a 68.000 millones de pesetas y los ingresos en
torno a 67.000. Me parece que es un equilibrio bastante razonable el
que se empieza a producir entre ambos. Los informes que elabora el
Tribunal de Cuentas están a su disposición, evidentemente. El
Tribunal de Cuentas no deja de ser una gran herramienta, un
instrumento auxiliar de esta Cámara y del Senado que supongo que
facilita las informaciones y permite las comparecencias.

Si me preguntan si se ha mejorado el nivel de seguimiento y de
control de las mutuas de accidente de trabajo también en la escala
interna he de decir que sí, sin duda ninguna, y la Intervención
General del Estado realiza de manera sistemática este tipo de
seguimientos. En la medida que vemos, no sé si al cien por cien,
porque tampoco puedo conocer cuál era la situación de partida, voy a
ser muy sincero, yo no voy a decirle con exactitud porque supongo que
usted tampoco puede decirme con exactitud cuál era la posición de las
mutuas hace 8, 10 ó 12 años. Lo desconocemos ambos. Pero, puedo
garantizarle que se están atendiendo las recomendaciones y no vamos a
cejar en nuestro empeño para tratar de que se atienda al máximo
cualquier requerimiento bien sea del Tribunal de Cuentas o de la
propia Intervención General. Creo que el ánimo es común, que también
se van logrando mecanismos no solo de lo que serían en abstracto el
seguimiento y el control, sino también de la colaboración, que me
parece fundamental en este área. No es fácil conseguir las
importantes adaptaciones contables y funcionales que han tenido las
mutuas, precisamente ante esta diversificación de actividades y ante
esa gran ampliación de población protegida. Permítame que ahí
tratemos de buscar un equilibrio razonable y contrastar que las
medidas son correctas. Me pregunta finalmente qué concepto hemos
manejado para excedentelo hemos manejado a sabiendas de que también
es discutible saber si son 90.000 millones o más y de que alguien me
puede decir, ¿y no sería más lógico haber esperado a una definitiva
ubicación del complemento de mínimos? Yo creo que cuanto antes el
sistema de Seguridad Social español ponga en marcha una herramienta
útil para afianzar esperanzas y confianzas de los futuros
pensionistas tanto mejor. De hecho, estoy convencido de que había una
previsión ya desde el año 1972 que hubiese permitido no digo crear el
mismo fondo de reserva que contemplaba el Pacto de Toledo, pero sí la
creación de fondos y de reservas financieras análogas -vamos a
dejarlo en esa palabra-. Eso era posible desde el año 1972. No voy a
reprochar a ninguno de los gobiernos que desde el año 1972 no se haya
constituido una herramienta de estas características. Yo me limito a
alegrarme de que hoy la podamos tener, de que sea algo más que una
utopía, de que sea algo más que un espejismo y de que sepamos que es
posible materializarlo a lo largo
del próximo ejercicio. Además creo que ese deseable político puede
facilitar el debate en esta Cámara sobre cuáles son las nuevas
acciones que se demandan y sobre el tipo de precisiones que es
deseable establecer, sobre cuál debe ser su cuantía, cuál debe ser su
modelo de gestión, etcétera; en fin, varias interrogantes que se
ofrecen a cualquier persona que se aproxime a esta materia. En todo
caso, es mejor intentar hacerlo por la vía del diálogo político y en
sede parlamentaria. Lo importante es que cuando eso cuaje también
estén disponibles las pesetas necesarias, porque el momento de debate
ya lo hemos vivido en anteriores ocasiones.




Finalmente, y espero con esto no torturar los estómagos de SS.SS.

puesto que uno intenta ir lo más rápido posible, quiero agradecer al
señor Camps, y hoy ha habido ocasión de oír opiniones diferentes, que
sitúe los presupuestos de la Seguridad Social en su contexto y su
contexto, son los Presupuestos Generales del Estado. He tenido
ocasión de asistir a muchos debates en los que, casi nunca
bienintencionadamente, se sitúa a la Seguridad Social separada,
aislada, al margen, del Estado. Seremos un subsector, sin duda
significativo, pero somos Estado felizmente y las políticas que
plantee presupuestariamente la Seguridad Social deben ser
consistentes y congruentes con las del Estado. ¿Cuál es una
satisfacción también? Pues no sólo que crezcan las cifras de gasto,
sino que junto a ese gastar más haya un gastar mejor. Hoy podemos
constatar que en España no se ha retirado a ningún colectivo ningún
margen de protección social y que, sino antes bien grupos que tenían
menor protección social, como eran ciertos contratos formativos
o expectativas más desfavorables como es el trabajo a tiempo parcial,
hoy ven mejoradas esas expectativas. Debe ser motivo de satisfacción
general ver cómo no se ha producido ninguna merma, ninguna reducción
en protección social y sí que se ha dado más y mejor protección a
ciertos colectivos haciéndolo conciliable -y esto lo voy a subrayar-
con no caer en la peligrosa tentación de incrementar la pensión
contributiva de las cotizaciones. Felizmente una de las
características del presupuesto del año próximo es que la proporción
de producto interior bruto que se destina a cotizaciones se reduce de
manera absoluta, naturalmente para todos, pero con especial
intensidad, como creo que debe ser, para quienes hacen la apuesta,
que nuestros agentes sociales consideraron buena, por la estabilidad
y por esos colectivos que también han merecido la atención de la
propia Unión Europea.

La separación de fuentes sé que queda con esa reserva y esa prudencia
que la ley nos indica. La asignatura es difícil, y estoy seguro de
que también habrá una solución correcta del complemento a mínimos,
pero ya es una satisfacción ver cómo quedan limpios de cotizaciones
no sólo la sanidad en su conjunto sino también los servicios
sociales. (El señor vicepresidente, Sanz Palacio ocupa la
Presidencia.)



El déficit de este ejercicio en curso, 1999, felizmente se va a
situar por debajo de la previsión inicial del 0,1 por ciento del
producto interior bruto, y creo que es razonable afirmar que también
podría situarse en torno a la mitad de esa previsión o incluso algo
menos.

La morosidad se ha reducido y también es agradable decir que ya
llevamos dos años en los que las cantidades de



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deuda cargada que entra en nuestras unidades de recaudación ejecutiva
y su tramitación permiten que el stock final se reduzca, que bajen
esas cifras que parecía que no tenían fondo y que estaban llamadas a
crecer indefinidamente. Por segundo año hemos logrado esa eficiencia
de recaudar más, no sólo que el ejercicio anterior sino también que
anteriores ejercicios, para permitir que la suma de estas cantidades
no sea un pozo sin fondo o una suma sin final, tanto en lo publico
como en lo privado, como decía antes, porque también es importante
decir que gracias a la puesta en marcha de herramientas normativas y,
que duda cabe, por un sentido de la responsabilidad de muchos
gestores, hemos conseguido reducir la morosidad pública. Ya son
cantidades importantes las que están donde tienen que estar, sujetas
a un aplazamiento, para no crear esos efectos lesivos, o sujetas a
declaración y a reducción, si es que existe una resistencia, en el
caso de los menos edificantes de nuestros responsables públicos.

Me hacía otra pregunta. Hay 20.000 millones de pesetas en pasivos
financieros, porque estamos haciendo frente a un compromiso contraído
el año 1994, cuando se convirtieron directamente en deuda las pólizas
de crédito que sostenía la Seguridad Social con el Banco de España.

Una vez que no se pudo seguir utilizando el recurso sistemático al
Banco de España, hubo una transformación de las distintas pólizas de
crédito, por un importe alto, en aquel momento más de 300.000
millones de endeudamiento adicional. Hoy tal vez sea bueno recordar
otra característica del presupuesto del año 2000: no habrá préstamos
de ningún tipo, con lo cual, felizmente, algunos de los debates de
los que SS.SS. y quienes siguen las actividades de esta Cámara han
tenido conocimiento, tienen mucho menos sentido. No habrá préstamos,
pero no sólo de esos discutibles y polémicos entre el Estado y la
Seguridad Social, tampoco habrá préstamos con entidades financieras
privadas, como es sabido. Tampoco habrá préstamos con el Banco de
España, como los ha habido, lo que va a suponer para el año próximo
pagar 20.000 millones de pesetas. Como decía, puede haber margen en
el saneamiento, y tampoco habrá préstamos de los llamados de
tesorería o de otro signo. Y creo que es bueno porque sin duda
permite dar una imagen de mayor solvencia. En base a la solidaridad,
entiendo que es bueno que no exista ese tipo de préstamos. Si a
alguno tenemos que hacer frente, lo haremos. En este caso los 20.000
millones surgen de adicionar a los 8.000 millones de intereses que
venían siendo habituales, 12.000 millones de principal. Es lo que da
la cifra de 20.000 millones.

Finalmente, quiero decirle que sí es una satisfacción presentar en
una entidad muy querida, al menos para este secretario, como es el
Instituto Social de la Marina, una inversión muy importante, que sin
duda habrá llamado la atención de alguna de S.S., que es la
renovación del buque hospital Esperanza del Mar. Entendemos que
aunque sea para una población no tan amplia, en este caso estamos
hablando de la población que opera en el barco pesquero sahariano y
sus entornos, sí es especialmente querido en el área canaria y entre
las gentes del mar, y que, además, tiene un doble efecto benéfico:
primero, el de atender mejor a nuestros trabajadores del mar y,
segundo, demostrar que España es capaz de promocionar tecnologías
propias en cualquier ámbito, también en el de la atención
hospitalaria
y sanitaria. Con esto España da un buen ejemplo a otros países y
puede crea demanda adicional para la construcción de este tipo de
buques por terceros países, dado que ya se han interesado varios de
ellos.

Espero no haber sido especialmente tedioso para SS.SS., pero catorce
billones y medio largos tampoco se despachan en veinte minutos.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Muchas gracias, señor
secretario de Estado, por su comparecencia y sus respuestas.

Con esto damos por terminadas las comparecencias de la mañana.

La sesión continuará a las cuatro de la tarde.




Eran las dos y cincuenta minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




- DE LA SEÑORA PRESIDENTA DEL CIS (DEL CASTILLO VERA) A SOLICITUD DEL
GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de expediente 212/002172.)



El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Buenas tardes.

Continuamos con la comparecencia de doña Pilar del Castillo,
presidenta del CIS, a quien damos la bienvenida a esta Comisión.

De acuerdo con las instrucciones que seguimos en cuanto a las
comparecencias, tiene la palabra el señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En primer lugar, quiero agradecer a la
señora doña Pilar del Castillo por su comparecencia en este trámite
de presupuestos.

Es verdad que el centro que usted dirige no tiene una especial
significación presupuestaria, como es conocido, por el volumen de
gasto que representa, tanto en el conjunto del presupuesto del Estado
como en el propio Ministerio de la Presidencia al que está adscrito.

No obstante tiene un cierto valor político, en tanto en cuanto es el
organismo oficial del Gobierno que sondea la opinión pública, que
realiza investigaciones de carácter sociológico y a través del cual
el Gobierno transmite las diferentes encuestas que el CIS realiza.

Quiero limitarme a hacerle algunas preguntas muy concretas sobre las
previsiones y sobre el grado de ejecución o de cumplimiento de las
previsiones del año pasado, más que desde el punto de vista
presupuestario, desde el punto de vista de los datos. Incluso me
atrevería a pedirle alguna valoración al respecto.

Me gustaría saber cuántas han sido las encuestas realizadas por el
Centro de Investigaciones Sociológicas, cuántos han sido los
barómetros de opinión, fundamental o estrictamente política, dentro
del conjunto de encuestas, y cuál es la valoración que ha supuesto,
en su opinión, ese



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cambio metodológico que aplicaron en relación a no incluir intención
de voto más que cada trimestre.

En ese sentido, continuando en la parte de ejecución presupuestaria o
de gasto realizado en el ejercicio anterior, me gustaría saber la
valoración que le merecen a la directora del centro los sondeos que
el CIS efectuó con motivo de las elecciones del 13 de junio,
fundamentalmente los europeos y autonómicos que fueron los que
tuvieron alcance. También quiero recordar que hubo algún incidente un
poco extraño que incluso se sustanció en la Cámara con una pregunta
parlamentaria que respondió el señor vicepresidente del Gobierno,
señor Álvarez Cascos. Me gustaría que me confirmara usted hoy, aquí,
si en efecto el CIS no realizó ninguna encuesta relativa a
municipios, en las elecciones del 13 de junio, o si la hizo, me
dijera en qué municipios la realizó, porque aparecieron en la prensa
supuestas informaciones del CIS, que luego es verdad que desmintió el
señor vicepresidente, en las que recuerdo que se invocaba
concretamente la ciudad de Valladolid. Seguramente usted se acordará.

Me gustaría saber exactamente qué encuestas se hicieron el 13 de
junio. También quería pedirle su valoración porque parece que hubo
pronósticos desiguales en cuanto a la traslación a la realidad.

En relación con el presupuesto para el año 2000, me gustaría conocer
cuáles son las previsiones de las encuestas de aquí al mes de abril
-ya puede comprender la señora directora cuáles son los motivos, no
necesito dar mayores explicaciones- y qué estudios sociológicos
cualitativos tiene previsto realizar el CIS, si hay alguno de
naturaleza política y, si lo hay, si se va a producir antes de las
elecciones generales.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Núñez.




El señor NÚÑEZ PÉREZ: Agradezco a la señora presidenta del CIS su
comparecencia en esta casa.

Yo no pensaba intervenir, porque nuestro grupo no ha solicitado la
comparecencia, pero ante la intervención que he oído al representante
del Grupo Parlamentario Socialista, señor Rodríguez Zapatero, no
tengo más remedio que recordar que estas comparecencias tienen unos
objetivos muy claros y que no se pueden mezclar los datos, cifras o
cualquier otro planteamiento que tenga sustancias presupuestarias con
lo que no lo tiene. La primera parte de la intervención del señor
Rodríguez Zapatero trataba de cuestiones electorales que no tienen
nada que ver con los Presupuestos Generales del Estado, ni muchísimo
menos. Pienso que las comparecencias presupuestarias son para
analizar, como todo el mundo sabe, los datos y cifras, los objetivos
que se reflejan en los distintos programas que componen cada una de
las secciones de los distintos artículos que componen la ley
presupuestaria; las otras comparecencias sirven para que los altos
cargos vengan a explicar otras cuestiones. Preguntas sobre si se han
hecho encuestas municipales en Valladolid o en Segovia el 13 de junio
y si ese hecho ha sido objeto o no de un debate político en esta
Cámara tienen otro sitio para hacerse, sobre todo otro tiempo.

A través de la comparecencia correspondiente y en la comisión
correspondiente, el señor Rodríguez Zapatero
podría preguntarle a doña Pilar del Castillo lo que tuviera por
conveniente.

Por tanto, lo único que quiero precisar, señor presidente, es que hay
temas que están fuera de lugar en este debate y que siempre son
traídos a colación, quizás porque los presupuestos de Presidencia,
como luego veremos en otras comparecencias, son tan claros, tan
transparentes y tan austeros que hay que echar botes de humo para que
no brillen con la calidad que tienen.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Muchas gracias, señor Núñez,
por ayudar a esta Presidencia, ya que pensaba leer a doña Pilar del
Castillo el objeto de la comparecencia del orden del día de la
Comisión de Presupuestos. Dice: Comparecencia de personalidades y
funcionarios de la Administración del Estado al objeto de informar
sobre temas relativos al proyecto de ley de Presupuestos Generales
del Estado para el año 2000.

Este es el contenido de su comparecencia. Le rogaría que contestara
dentro de los términos en los que ha sido solicitada la comparecencia
por el Grupo Socialista.




La señora PRESIDENTA DEL CIS (del Castillo Vera): Buenas tardes,
señor presidente. Buenas tardes, señorías.

Señor Rodríguez Zapatero, le voy a responder con mucho gusto a todas
y a cada una de las preguntas que me ha formulado, con independencia
de la interpretación acerca de cuáles debieran ser los límites,
asunto sobre el cual no me corresponde intervenir.

Si he recogido bien las cuestiones que usted me ha planteado, la
primera de ellas es cuántas encuestas se han realizado el año pasado.

En el documento que ustedes tienen, realizado en 1998, pone 41.

Cuando hacemos esta previsión y damos esta información, siempre hay
posibilidad de modificación. Exactamente han sido 42 encuestas y
sondeos con red de campo propia del CIS. Donde pone 41, son 42. En
cuanto a estudios o encuestas por convenio con organismos de la
Administración, donde pone nueve, han sido diez. El resto de la
información, referente a encuestas y sondeos contratados, referente
al número de entrevistas realizadas o a media anual de personas por
encuesta, es exactamente la misma cifra que tendrá usted, como cabe
suponer, en el documento pertinente.

Respecto de los sondeos políticos, me imagino que son los de
intención de voto y otros indicadores políticos, como estoy segura
que usted conoce, desde mayo de 1996, estos sondeos son cuatro
anuales, exactamente los meses de enero, abril, julio y octubre, y
así se han venido realizando, de manera que el año pasado de los once
barómetros, hubo cuatro barómetros con esos indicadores políticos en
estos meses.

Con respecto al cambio metodológico que usted señala acerca del
número de barómetros o la periodicidad con la que se incluían estos
indicadores, yo lo he explicado en anteriores ocasiones en esta
Cámara en alguna otra comparecencia. Ahora, -en 1996 tenían tres años
menos-, pero ahora tienen veinte años de vida los barómetros del CIS
y no ha habido una periodicidad desde el principio hasta el final,
sino que, dependiendo de quien haya sido el director del CIS, ha
habido periodicidades distintas y a veces la



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toma de información ni siquiera ha sido periódica sino aperiódica, es
decir, cinco meses seguidos y tres meses no, etcétera.

Yo tomé esta decisión porque me parecía razonable que hubiera un
punto de información trimestral. Desde el punto de vista de la
investigación electoral, normalmente es un punto de información
trimestral lo que piden los investigadores y, a mi modo de ver,
estaba absolutamente justificado desde el punto de vista profesional
y de la investigación que hubiera una de información trimestral. Yo
creo que la experiencia ha sido muy positiva y no le puedo decir nada
más al respecto.

En segundo lugar, pasando a las elecciones del 13 de junio, me
pregunta usted, primero, por la valoración que hizo el CIS de los
sondeos del 13 de junio. Aquí hay dos dimensiones, una, cuánto se
hizo, y, dos, qué valoración nos merece al propio centro las
estimaciones que se hicieron en nuestros sondeos.

El CIS hizo una preelectoral europea, el CIS hizo trece
preelectorales autonómicas en las trece comunidades en que había de
autonomía y, luego, el CIS hizo nueve preelectorales municipales,
exactamente en los mismos nueve municipios en que se hicieron en
1995. Si quiere, relato los nueve pero no estaba Valladolid. Todas
estas encuestas se hicieron públicas mediante su presentación
oportuna, tanto en el Parlamento nacional, en ambas Cámaras, como
ante la Junta Electoral Central, como ante los parlamentos
autonómicos que se veían afectados por las elecciones autonómicas
o porque el municipio estaba dentro del ámbito de comunidad. Todas se
hicieron públicas y se entregaron a los grupos parlamentarios en el
momento que se tenían que hacer cumpliendo con el período que
establece la ley como máximo tiempo de publicidad para estas
encuestas, es decir, una semana antes de la fecha de la convocatoria
electoral. De manera que eso está registrado. No hay ninguna duda que
pueda acompañar a la afirmación que le hago.

En tercer lugar, tendríamos el asunto de la valoración. Las
valoraciones pueden estar sometidas a muchas perspectivas. (El señor
presidente ocupa la Presidencia.) Yo lo que le puedo decir es que en
términos generales todas las encuestas publicadas por institutos
privados y la propia del CIS hicieron unas valoraciones
razonablemente adecuadas, es decir, se aproximaron bastante, en la
medida en que una encuesta puede aproximarse ya que no sustituye
nunca el día de la elección, a lo que finalmente ocurrió. Todas las
encuestas tuvieron el mismo problema, que es que el descenso de
Izquierda Unida, probablemente como producto -estoy convencida de que
es así- de que las encuestas se tienen que dejar de hacer
prácticamente antes de que empiece la campaña electoral-, no se
detectó en toda su intensidad, aunque sí en una intensidad
importante, y eso tuvo unas consecuencias en la estimación de los
resultados de otros partidos, fundamentalmente de los dos partidos
mayoritarios, Partido Popular y Partido Socialista.

Por ejemplo, la distancia que hubo entre el Partido Socialista y el
Partido Popular fue de 4,5. El CIS daba una estimación de 6 puntos,
es decir un punto y medio por encima de la distancia real. El resto
de las encuestas publicadas oscilaban entre cinco puntos y medio y
seis, de manera que se movían en el estrechísimo margen de un 0,5 por
ciento de diferencia entre unas y otras.

Si realmente consiguiéramos siempre y en cada elección dar una
distancia entre los dos principales contendientes tan aproximada como
tener un punto y medio de diferencia sobre el resultado real, bien
hacia arriba, bien hacia abajo, yo creo que sería difícil decir que
las encuestas se equivocan mucho, teniendo en cuenta que no se trata,
como digo, de un instrumento que pueda sustituir los resultados de
una convocatoria electoral, porque, si no, no tendríamos elecciones.

Por lo que se refiere al presupuesto del año 2000, los estudios
periódicos que se van a hacer en el año 2000, van a ser los mismos,
se van a hacer los mismos once barómetros, pero vamos a tener un
factor adicional, como hemos tenido este año 1999, que son las
elecciones generales y las elecciones andaluzas. Eso nos va a llevar
a tener que hacer un número de encuestas superior al que hemos hecho
no este año, que hemos hecho más que el año pasado, sino al que hemos
hecho en períodos no electorales.

Me preguntaba también por los estudios cualitativos. Ahora mismo hay
uno previsto, cuyo concurso saldrá próximamente en el Boletín Oficial
del Estado, sobre temas de valoración del funcionamiento del Estado
de las autonomías. Este estudio no afecta a la valoración política
para unas elecciones generales, es simplemente la continuación de una
línea de investigación abierta no hace tres años sino muchos más
años, sobre valoración del fenómeno autonómico, y va acompañado a
veces de estudios cuantitativos y a veces cualitativos, y es lo único
que hay previsto.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Agradecemos la comparecencia de doña Pilar del
Castillo.

Se suspenden los trabajos de la Comisión hasta que se haya realizado
la visita del presidente de la República francesa, a las seis en
punto si ha terminado, y, si no, cuando termine la visita.




Eran las cuatro y veinte minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las seis y quince minutos de la tarde.




- DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA (JUNQUERA GONZÁLEZ). A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO (Número de
expediente 212/002325.) Y DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número
de expediente 212/002171.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, reanudamos la sesión de la Comisión,
esta vez con la comparecencia del subsecretario de la Presidencia del
Gobierno, solicitada por el Grupo Parlamentario Popular y el Grupo
Parlamentario Socialista.

Damos la palabra, en primer lugar, al señor Rodríguez Zapatero, del
Grupo Parlamentario Socialista.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Quiero agradecer la presencia del señor
subsecretario del Ministerio de la



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Presidencia para esta comparecencia que ha solicitado, entre otros,
el Grupo Parlamentario Socialista. El Ministerio de la Presidencia
siempre tiene algunos aspectos de cierto interés, lógicamente, más
allá de su escaso carácter inversor, por situarse en él la dirección
del Gobierno y la coordinación básica de la acción política del
Ejecutivo. No obstante, ya en años anteriores hemos hecho algunos
comentarios críticos y algunas preguntas también, y en líneas
parecidas queremos reiterarlos.

Como primera reflexión general, queremos indicar que parece que el
Ministerio de la Presidencia en su conjunto tiene este año un
presupuesto similar al del año pasado, con lo que se consolida. El
año pasado tuvo un crecimiento importante -es verdad que ya
discutimos hasta la saciedad las razones-, pero no es menos cierto
que hay alguna partida, fundamentalmente de la Secretaría de Estado
de Comunicación, que era coyuntural, referida al pago de las
indemnizaciones como consecuencia de determinadas sentencias del
Tribunal Supremo, que desaparece. Vamos a reiterar una reflexión de
carácter general, que creo que es objetiva, en función del esquema
del Ministerio de la Presidencia, donde está incluida la Presidencia
del Gobierno, y es que aquella denuncia del Partido Popular en la
oposición -a la que ya hemos aludido en alguna ocasión- que con tanta
capacidad incisiva pronunció, por ejemplo, el señor Cisneros con su
habitual buena oratoria parlamentaria ha quedado simplemente en un
juego floral, porque los hechos han venido a demostrar que, incluso
con ligeros aumentos, la Presidencia del Gobierno y el Ministerio que
sustenta, como su propio nombre indica, esta parte importantísima del
Gobierno de la nación tienen un gasto en donde no ha habido ni
ahorro, ni reducción, ni nada de nada. Más allá de esa consideración
de carácter general, que quizás al día de hoy suena como redundante,
entrando ya en el presupuesto concreto para el año 2000, le quisiera
hacer algunas preguntas.

En relación con el programa 112.A, Presidencia del Gobierno, me
gustaría que comentase a qué se debe la reducción que existe en el
capítulo 1 y concretamente en lo relativo a los funcionarios, que
pasa de 1.200 millones a 1.100 y que se deberá a algún reajuste. Es
verdad que políticamente ha perdido mucho tono, pero nos gustaría
-porque no aparece desglosado en el presupuesto- conocer algún dato
sobre la Oficina Presupuestaria, que está incardinada en la
Presidencia de Gobierno. Parece que desde que el señor Barea dejó el
cargo y perdió el rango de Secretaría de Estado, pasando a ser
Subsecretaría, hay un olvido en la opinión pública -supongo que no en
la acción de esta Oficina- y nos gustaría saber cómo ha quedado en
estos momentos desde el punto de vista presupuestario. De una Oficina
y un cargo que en su día tuvo cierta importancia política y al que
sin duda alguna el señor Barea le dio mucho color, hemos pasado a un
desierto y a un silencio permanente sobre cuál es el papel de la
Oficina Presupuestaria en estos momentos en la Presidencia del
Gobierno.

Me gustaría saber, en lo relativo al capítulo 2, gastos corrientes y
bienes y servicios, -todo el presupuesto general del Estado aumenta
de manera significativa, no estoy ahora hablando en concreto del
Ministerio de la Presidencia, que tiene un ligero aumento-, por qué
se incrementa el concepto relativo al material, suministros y otros.

Si es
posible también en este acto, -si no, en la documentación que
habitualmente el señor subsecretario suele remitir a esta Comisión en
este trámite nos lo hará llegar-, nos gustaría conocer la ejecución
del capítulo 2, artículo 3, relativa a las indemnizaciones por razón
del servicio, referente al año presupuestario en curso, si ha habido
alguna modificación de crédito o ampliación. También nos gustaría
saber cuáles son las inversiones que se han ejecutado con cargo al
capítulo 6, de Presidencia del Gobierno, en definitiva, la relación
de inversiones que ha hecho la Presidencia del Gobierno así como si
va a haber nuevas obras en el Palacio de La Moncloa en el ejercicio
presupuestario del año 2000.

En relación con una perspectiva más global del Ministerio de la
Presidencia, me gustaría conocer cómo ha ido, en conjunto en este
caso, no en lo relativo estrictamente a la Presidencia del Gobierno,
sino al Ministerio y sin distinguir lógicamente programas, la
evolución del capítulo 2 y la previsión de esa evolución. Lo digo
porque hay un plan de ahorro vigente, formulado por el Gobierno en
junio de 1997, y parece que uno de los ámbitos orgánicos e
institucionales que debería de producir algún efecto visible debería
de ser el Ministerio de la Presidencia. Por los datos que figuran en
el presupuesto no parece que se haya avanzado en ese compromiso de
austeridad que como es lógico, afectaba al capítulo 2.

Por mi parte, nada más, señor subsecretario.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Parlamentario Popular tiene
la palabra el señor Núñez.




El señor NÚÑEZ PÉREZ: Señorías, señor subsecretario, comenzaré mi
intervención, como es natural y obligado, agradeciendo en nombre del
Grupo Parlamentario Popular y en el mío propio la presencia del señor
subsecretario de la Presidencia, señor Junquera, en esta Comisión de
Presupuestos, en este trámite importante del debate presupuestario,
como es la comparecencia de altos cargos para informar sobre todos y
cada uno de los distintos programas y partidas que componen en este
caso la sección 25.

Al señor Rodríguez Zapatero, mi compañero de distrito durante tantos
años, le gusta mucho el espejo retrovisor y siempre mira hacia atrás
en sus intervenciones, aunque hoy ha estado cordialísimo y en un tono
más que de interpelante casi de tertuliano. Está bien, sus preguntas
son muy interesantes, pero yo le quiero decir que no puede mantenerse
que en este presupuesto, este año y en años anteriores, no ha habido
-y utilizo su frase- ni ahorro ni reducción ni nada de nada. Creo que
es una frase literal, pues la he cogido según usted la pronunciaba.

El 14 de octubre de 1997 tenía lugar, señor presidente, la
comparecencia del señor subsecretario. Entonces comenzaba mi
intervención, si mal no recuerdo, fijándome en la suma de créditos
consignados para el ejercicio de 1998. Eran 35.300 millones, con un
crecimiento de un 1,2 por ciento respecto al año anterior; es decir,
presupuestos prácticamente congelados, porque ni siquiera aumentaban
lo que crecía la inflación. Este dato, que era un récord en toda la
historia de los presupuestos de la Presidencia -jamás se había
crecido tan poco-, se volvió a repetir en el año 2000, pero incluso
batiendo el récord porque no sólo no aumenta el gasto, sino que
disminuye. No son, por lo tanto,



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presupuestos congelados como lo fueron en aquel año, son presupuestos
recortados que ayudarán a rebajar considerablemente el déficit
público. No quiero ni muchísimo menos seguir utilizando el espejo
retrovisor, sino ceñirme a las preguntas que nos interesan a todos.

Como es bien conocido, la sección 25 integra dos ámbitos orgánicos
claramente diferenciados: por una parte, los presupuestos del
subsector Estado, que comprende los presupuestos correspondientes
a la Presidencia del Gobierno y al Ministerio de la Presidencia,
incluyendo la Secretaría de Estado de Comunicación, y, por otra, los
presupuestos de los organismos autónomos adscritos al Ministerio de
la Presidencia. De estos ámbitos, analizados con el mayor rigor todos
los datos y cifras de los presupuestos de la sección 25, tengo que
calificar a estos presupuestos muy positivamente, aunque no creo que
necesiten ninguna alabanza expresa. Son tan buenos que ellos mismos
se alaban. Parodiando los famosos versos se podría decir aquí: Ello
Inés sólo se alaba, no es menester alaballo. Es de justicia decir que
son unos presupuestos austeros, rigurosos, transparentes y que
resultarán eficacísimos para el cumplimiento de los objetivos que
persiguen.




El presupuesto inicial, señor subsecretario, en 1999, si mal no
recuerdo, era de 47.423 millones y el inicial para el 2000 es de
47.422, con una diferencia de menos 0,4 por ciento; es decir,
experimenta una moderada reducción de 166 millones de pesetas en
cifras redondas. Sin embargo, si se analizan los diversos servicios y
programas presupuestarios, se advierten diferencias de muy diverso
signo. Así, el servicio presupuestario 03, que es la Secretaría de
Estado de la Comunicación, registra una disminución -también lo
apuntaba el señor Rodríguez Zapatero- de algo más de 3.300 millones
de pesetas, en tanto que el servicio presupuestario 03, que es el
Ministerio propiamente dicho, experimenta un incremento de 1.025
millones y las transferencias a organismos autónomos, un aumento de
1.333 millones de pesetas. Señor subsecretario, la primera pregunta
que estas cifras sugieren es la siguiente: ¿A qué se deben todas
estas variaciones?
También hemos observado que el presupuesto del Patrimonio Nacional,
que ascenderá en el año 2000 a 13.886 millones de pesetas, presenta
un significativo incremento de 2.221 millones en relación con el
presupuesto del año precedente. ¿Podría, señor subsecretario,
indicarnos cuáles son las causas de este notable incremento?
Finalmente, también quisiera referirme al programa 524.A, relativo al
fomento para la investigación científica y técnica, que el año pasado
dio lugar a un debate en el Pleno del Congreso y en Comisión. Algunos
grupos parlamentarios pretendieron demostrar con el aumento de este
programa un crecimiento desmesurado del gasto en esta sección, que
procedía de la disminución de otra sección parecida en otro
Ministerio. En 1999, figuraba un presupuesto inicial de 6.795
millones y en los presupuestos para el 2000 figura un presupuesto de
7.532, con una diferencia de 536 millones a mayores. Nos gustaría
conocer el destino de este incremento.

Nos gustaría saber cómo ha funcionado, presupuestariamente hablando,
la Oficina de Ciencia y Tecnología, señor subsecretario, creada, como
todo el mundo sabe, por Real Decreto de 30 de enero de 1998 y también
si ha contado,
a su entender, con medios suficientes para ser una eficaz unidad
de apoyo a la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología para
la planificación, coordinación y seguimiento de las actividades de
ciencia y tecnología de los distintos ministerios y organismos
autónomos; si cumplió con las funciones de coordinación, o tuvo
medios suficientes para cumplirlas, con las comunidades autónomas y
para la coordinación y seguimiento de los programas internacionales
I+D con participación española. Las funciones y los cometidos de esta
Oficina son tan importantes que nos preocupa la dotación
presupuestaria, la que ha tenido y la que tendrá en el próximo
ejercicio.

Concretando más la pregunta, señor subsecretario. ¿Ha necesitado la
Oficina algún crédito extraordinario durante su funcionamiento en el
primer año dependiendo del Ministerio de la Presidencia? Estas
preguntas y algunas otras que puedan surgir son las que me gustaría
que me contestara, señor subsecretario.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA (Junquera González): Quiero
dar las gracias a SS. SS. por sus palabras, como siempre generosas,
de agradecimiento por mi presencia aquí, que yo debo invertir y decir
que debo agradecer a SS. SS. que hayan tenido a bien convocarme
a esta reunión para explicarles el presupuesto.

En primer lugar, voy a responder a las preguntas concretas del señor
Rodríguez Zapatero y, después, pasaré a las de don Manuel Núñez. El
punto de partida de S. S. es que nos encontramos con un presupuesto
muy similar al del año precedente. Efectivamente es así porque, como
se ha reconocido en esta Comisión, la diferencia que presentan los
presupuestos de este año con los del anterior no es, en términos
absolutos, muy llamativa. Teníamos un presupuesto del Estado -me
refiero al subsector Estado- de 47.589 millones y este año hemos
pasado a tener 47.523, así que hay una diferencia, en menos, de 166
millones, equivalentes al 0,4 por ciento, pero al fin y al cabo hay
que reseñar que es una disminución; disminución que, unida a la que
se ha producido en años anteriores, -que no voy a recordar ahora
porque no es el motivo de mi comparecencia-, determina -y este
subsecretario lo tiene que decir porque es el que más lo sufre- que
hemos seguido una política de absoluta austeridad durante todos estos
años. Partíamos de no excesivos recursos e incluso hemos disminuido
algunos de ellos.

En el presupuesto de este año aparece una serie de diferencias muy
significativas, entre otras la disminución, muy llamativa, que ha
señalado S. S., de 3.390 millones en el servicio presupuestario 126.

B, que es el de la Secretaría de Estado de la Comunicación. La razón,
como usted ha dicho muy bien, es el hecho de que era un gasto
transitorio, puesto que tenía como finalidad pagar determinadas
sentencias que había determinado la Sala Tercera del Tribunal
Supremo, por las cuales se compensaba a determinadas empresas que en
su momento habían dejado de recibir las ayudas y las subvenciones que
se concedieron a otras empresas deartes gráficas.




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Al margen de esta circunstancia, que luego comentaré con un poquito
más de detalle, me voy a centrar en el servicio presupuestario 01,
concretamente en el programa 112.A, sobre el que ha versado la mayor
parte de sus preguntas. ¿Qué sucede en este servicio presupuestario,
Presidencia del Gobierno, programa 112.A? En primer término,
efectivamente hay una redacción muy importante del capítulo 1,
llamativa, porque, en términos absolutos, los gastos de personal se
reducen en 90 millones. Aparte de otros cambios, la razón fundamental
de esta minoración es el hecho de que las Fuerzas de Seguridad que
tradicionalmente vienen prestando sus servicios en La Moncloa
cobraban todos sus haberes, es decir las retribuciones básicas y las
complementarias, por el Ministerio del Interior y percibían con cargo
al Ministerio de la Presidencia determinadas gratificaciones,
llamadas remuneraciones diversas, que estaban fijadas en función de
sus servicios concretos y horario. Todas estas retribuciones, en aras
al principio de caja única, han sido transferidas al Ministerio del
Interior, por lo que han desaparecido del presupuesto del Ministerio
de la Presidencia, más concretamente de este programa que estamos
comentando. En el futuro, el personal de seguridad que presta
servicios en la Presidencia del Gobierno cobrará todos sus
emolumentos, absolutamente todos, con cargo al presupuesto del
Ministerio del Interior. Esto explica, como digo, la importante
reducción que, en el capítulo de funcionarios, ha sido de 173
millones y que se ha compensado con algunas otras alzas o elevaciones
que ha habido en el resto de los conceptos retributivos.

La aparente disminución del crédito de personal laboral que se puede
producir ahí obedece simplemente a una asignación más correcta de los
gastos que van dirigidos al pago de cuotas sociales. Habíamos
presupuestado en años anteriores unas cantidades sin duda alguna
excesivas y este año las hemos ajustado más a lo que nos ha dicho la
experiencia del año en curso, incluso del anterior, por tanto las
hemos ajustado a la realidad.

En cuanto a la Oficina Presupuestaria, pocos datos puedo darle
presupuestariamente hablando porque sus gastos de mantenimiento, de
conservación, sus gastos corrientes de funcionamiento, corren a cargo
del presupuesto que estamos comentando, es decir, servicio
presupuestario 01 y programa 112.A, Presidencia de Gobierno. Luego no
tiene capítulo presupuestario específico, entre otras razones porque
es una oficina muy reducida en número, aunque muy cualificada en la
presencia de los miembros que la integran. No sé si la cifra que voy
a dar ahora es exacta -trataré de completarla-, pero creo que el
número de personas que trabajan en estos momentos para la Oficina
Presupuestaria no pasa de quince; puede que incluso haya alguno
menos, y trataré de confirmarle este dato. Por tanto, sus gastos de
funcionamiento son mínimos, sus gastos de personal son muy reducidos,
pero su eficacia es alta porque está integrada por un grupo de
profesionales altamente cualificados. Poco más puedo decirle en este
momento porque no dispongo de información más precisa sobre el
particular.

Me dice S. S. que los gastos corrientes, del capítulo 2, experimentan
un ligero aumento. Así es, experimentan un ligero aumento.

Concretamente, le voy a decir la cifra exacta: 59 millones de
pesetas. ¿Por qué razón se han incrementado estos gastos? En primer
lugar, hay un 2 por ciento, que
es la mera recuperación del índice de precios, que ha experimentado
durante el último año una subida en torno al 2 por ciento. Esto por
sí solo representa 20 millones de pesetas, por lo que el incremento
es de 39 millones, que han ido destinados a tres partidas concretas:
a gastos de electricidad, que arrojaban un déficit importante, de 16
millones: a gastos de agua, debido precisamente a los riegos
intensivos que tiene el complejo de La Moncloa, que con más de
200.000 metros cuadrados de urbanizaciones y de jardines supone un
consumo alto; y a material electrónico e informático, otros 7
millones. Esta es la explicación exacta de esos ligeros aumentos que
S.S. detectaba en relación con este presupuesto.

Me pregunta por una serie de datos que obviamente son de este
ejercicio económico y que sintiéndolo infinito no le puedo
proporcionar en estos momentos, pero con sumo gusto le enviaré lo que
se refiere a las indemnizaciones por razón del servicio, cómo han
evolucionado, qué se ha gastado hasta el momento y qué previsiones
hay hasta finales de año. También informaré con mucho gusto de cómo
han ido las inversiones de este año, aunque ya le puedo adelantar que
prácticamente se han gastado todos los créditos, o están en trance de
gastarse, porque no está excesivamente dotado.

Por último, me decía S.S. qué pasaba con la evolución del capítulo 2,
no solamente en este servicio presupuestario sino en el conjunto de
servicios presupuestarios, en el 1, en el 2, en el 3 y en los siete
programas que integran la Presidencia y el Ministerio de la
Presidencia. La regla general ha sido que, salvo estos supuestos
excepcionales que le he comentado del programa 112.A, hemos
incrementado un 2 por ciento el gasto corriente para recuperar el
poder adquisitivo que se ha visto deteriorado durante el último año.

Esa ha sido norma general en todos los presupuestos. También tenemos
ahí, que como siempre aparece como gasto corriente y puede inducir al
equívoco de que es gasto propio del Ministerio y nada más lejos de la
realidad, el incremento del contrato con la Agencia Efe. La Agencia
Efe está cargada en el capítulo 2, gastos corrientes, porque es un
contrato de servicios que celebra la Presidencia del Gobierno para
que preste sus servicios al conjunto de la Administración general del
Estado. Hemos tenido un incremento importante, concretamente de 720
millones, que por sí solos explican casi todas las causas o razones
que se den de incremento en el capítulo 2. Ya tuve ocasión de
explicar el año pasado que esos 720 millones se derivaban de un
contrato que autorizó el Consejo de Ministros, con fecha 14 de mayo
de 1988, por el cual durante el cuatrienio 1998-2001 la Agencia Efe
iba a ver incrementado el precio que se pagaba por los servicios que
prestaba el conjunto de la Administración general del Estado el
primer año en algo más de 1.200 millones, el próximo año 2000 en la
cifra que le acabo de indicar de 720 millones y para el último año
del cuatrienio, el 2001, en 144 millones. ¿Qué razones justifican
este precio más alto de los servicios prestado por la Agencia Efe? No
se trata de aumentar la subvención o la ayuda porque eso lo tenemos
prohibido. El Tratado de la Unión es bien específico y tajante en
estos casos y dice que las ayudas a las empresas estatales están
prohibidas totalmente. Sería competencia desleal. Sucede simplemente
que la Administración general del Estado a partir del año 1988



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exige más servicios a la Agencia Efe. Concretamente le ha pedido que
además de la tradicional información que obtiene y proporciona sobre
la base de las publicaciones periódicas, prensa y revista, cree una
agencia de televisión, lo cual obliga a inversiones importantes, a
personal cualificado y a gastos de funcionamiento. El Estado, ante
esta demanda de nuevo servicio, cree que es justo compensarle con
unos mayores pagos por los servicios prestados. También exigimos a la
Agencia Efe, -y ya ha iniciado esta actividad- una mayor presencia en
los Estados Unidos de América por la creciente población
hispanohablante de aquel país, y la repercusión cada vez más fuerte
de los asuntos que afectan a nuestro Estado nos hace, como exigencia
ineludible, que comprendamos que es necesario incrementar nuestra
presencia allí y, lógicamente, más gastos de personal y más gastos de
funcionamiento obligan al Estado a darle cierta compensación a la
Agencia Efe. Asimismo hemos pedido que todos sus archivos,
históricamente muy importantes estén a plena disposición del conjunto
de la Administración general del Estado que pueda requerirlos.Por
último, se ha establecido la cláusula general de que cualquier
ventaja futura que pueda otorgar a terceros, a clientes particulares,
sea otorgada en las mismas condiciones a la Administración general
del Estado. Estas razones explican el incremento de 720 millones este
año, de más de 1.200 millones la sección 25 en el anterior y de 144
millones el que viene. Con esto, señoría, he respondido a las
preguntas que me ha formulado. Paso a continuación a dar respuesta a
las cuestiones que me plantea el diputado don Manuel Núñez. La
primera cuestión es de carácter general. Algunas cuestiones ya se han
suscitado en la contestación que le acabo de dar al señor Rodríguez
Zapatero, pero indudablemente no he dado una visión de conjunto de lo
que era el presupuesto del año pasado y lo que es el presupuesto de
este año y voy a tratar de hacerlo ahora muy brevemente. Ya he dicho
cuál es la cifra del año anterior, cuál es la cifra nueva y qué
pequeñas reducciones experimenta. Me dice a continuación S.S., con
mucha razón, que se advierten cambios importantes, diferencias
importantes en los presupuestos particulares de los servicios
distintos que integran el presupuesto de la Presidencia en alguno de
sus programas. Ya hemos señalado, y luego el secretario de Estado que
va a comparecer a continuación les podrá dar alguna explicación
adicional, que en el servicio presupuestario 03, concretamente en el
programa 126.B. Secretaría de Estado de la Comunicación, hay una
reducción de 3.390 millones, sentencia del Tribunal Supremo, ya
abonados. Frente a esta disminución vamos a ver cuáles son los
principales incrementos. Se incrementan en una cantidad importante,
1.333 millones de pesetas, las subvenciones o ayudas que el
Ministerio de Presidencia concede a los organismos autónomos que
dependen de la misma, concretamente a tres organismos autónomos:
Patrimonio Nacional, el Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales y el Centro de Investigaciones Sociológicas, porque
el Boletín Oficial del Estado, como bien saben SS.SS., se nutre con
sus propios recursos e incluso produce un excedente que este año está
cifrado en 6.761 millones de pesetas -llamémoslo beneficios entre
comillas- que son ingresados en el Tesoro público. Pues bien, este
incremento de 1.333 millones de pesetas, en su mayor parte, 1.300
millones, si quitamos
esos 33 millones que van al Centro de Investigaciones
Sociológicas y al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
van a Patrimonio Nacional y luego explicaré, puesto que esa es la
última pregunta que me formula S.S., qué destino tiene ese dinero.

Aparte del Patrimonio Nacional, debemos consignar el aumento de 1.025
millones en el servicio presupuestario 2, Ministerio de la
Presidencia, y en el programa 112.C, que es el que corresponde a
relaciones con las Cortes, secretariado del Gobierno y alta
dirección, concretamente lo que son servicios generales del
Ministerio. Hay un incremento, ya lo han señalado SS.SS., de 1025
millones. Ya he explicado a qué se debe este incremento: 720 millones
del contrato con la Agencia Efe más 209 millones que aparecen por
primera vez en este presupuesto para abonar a los repatriados
españoles de la Guinea Ecuatorial. ¿Qué sucede en este caso? Que hubo
unas indemnizaciones por parte del Estado español inferiores a las
que en su momento se concedieron a los repatriados del Sahara y una
sentencia del Tribunal Supremo, de 15 de febrero de 1993, indicó que
de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación que se
contienen en nuestra Constitución deberían pagarse unas
indemnizaciones idénticas a las que habían percibido en su día los
repatriados del Sahara. Esta obligación ya la ha cumplido el Estado,
pero se encuentra con que hay un número estimable de repatriados que
no fueron demandantes en la sentencia y parece justo y equitativo
darles las mismas compensaciones y liquidar una deuda que no sólo es
material, sino también moral, que el Estado español tiene con estos
ciudadanos españoles. Esperamos que con estos 209 millones quede
liquidada definitivamente esa deuda. El resto, hasta alcanzar los
1.025 millones de aumento de este programa, es el 2 por ciento al
cual me he referido antes para los gastos corrientes y las
retribuciones de los funcionarios.

Por último, tengo que consignar -y con ello doy respuesta a una serie
de preguntas que me ha formulado S.S.- que también está incluido el
incremento, que sin duda es importante, de la Oficina de Ciencia y
Tecnología, que para el año que viene es de 836 millones de pesetas
sobre un presupuesto total de 7.632 millones. ¿A qué se debe este
incremento de la Oficina de Ciencia y Tecnología? Fundamentalmente,
porque el resto de las partidas son muy poco significativas, a un
aumento de las transferencias corrientes en 52 millones de pesetas
para asegurar la presencia española en foros y en organismos
internacionales a los que ya estamos incorporados y cuyas cuotas se
han visto aumentadas, y en 777 millones exactamente para aumento de
los programas de investigación, fundamentalmente dos. Uno es la red
Iris, que se hace extensiva a toda Europa. En el año en curso y en el
anterior hubo algunas inversiones para garantizar la
intercomunicación y la transmisión de datos informáticos entre todos
los centros españoles de investigación académica, esto ya está
asentado y cumplido. El próximo año lo que se pretende, con más de
500 millones de pesetas, es que empecemos a estar intercomunicados
con los centros de investigación y académicos de Europa. Esta red
Iris extensiva tiene un programa específico que se llama Quantum y
que trata de alcanzar este objetivo. Al margen de esto, también este
año hay 300millones más de inversión -y con eso quedan completados



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sobradamente los 777 millones a los que me refería anteriormente-
para la construcción de un buque oceanográfico, puesto que las
demandas que tiene España de participación en programas
internacionales de investigación son cada vez más crecientes y, sin
embargo, sólo contamos actualmente con un buque de estas
características.

Quiero terminar ya porque me parece que me estoy extendiendo un poco
y, por tanto, sólo voy a referirme al Patrimonio Nacional, sobre el
que me preguntaba a qué se debe su importante incremento.

Efectivamente, el Patrimonio Nacional tiene un presupuesto para el
año que viene, como bien señala S.S., de 13.886 millones, que suponen
un incremento de 2.222 millones de pesetas, y las razones
fundamentalmente son tres: hay un incremento de gastos generales,
motivado por la seguridad creciente que deben tener los reales
sitios, que da lugar a 125 millones de aumento; hay un incremento en
ciertos programas de gastos corrientes, motivado fundamentalmente por
el centenario de la inauguración del palacio de La Granja; pero sobre
todo lo que hay es un incremento de 1.740 millones: 675 millones que
van destinados al museo de Colecciones Reales, que está este año y el
que viene en sus fases preliminares, es decir, en la investigación
arqueológica que se está llevando a cabo, y tal vez el próximo año en
la conclusión del proyecto; por otra parte, 764 millones que van a un
programa del Fondo europeo de desarrollo regional para los reales
sitios que se encuentran ubicados en la zona de Castilla-La Mancha,
concretamente La Granja de San Ildefonso, que va a tener una
inversión de más de 500 millones para la restauración de todas las
fuentes y jardines, y otros 300 millones aproximadamente que irán al
monasterio de Las Huelgas en Burgos, al convento de Santa Clara en
Tordesillas y al Palacio de Riofrío en Segovia. Hay que consignar que
estos fondos que nos vemos obligados a anticipar serán devueltos
íntegramente por la Unión Europea a través de esa acción Feder, que
es la que iniciamos con este presupuesto.




Sé que me han quedado algunas preguntas sin contestar, pero he
abusado sin duda alguna de su paciencia. (Los señores Rodríguez
Zapatero y Núñez Pérez piden la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tendrá que ser un turno breve.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Sí, señor presidente, seré breve.

Simplemente quiero recordar al señor subsecretario que el capítulo 2
del conjunto del Ministerio de la Presidencia aumenta cerca de 800
millones de pesetas, es decir, casi un 10 por ciento. Es verdad que
usted ha explicado con la habilidad y la extensión que le
caracterizan las causas; puede ser la Agencia Efe o puede ser que hay
que comprar más ordenadores, pero digamos las cosas como son. Cada
año sigue aumentando el gasto corriente de una manera clara en el
Ministerio de la Presidencia y en el conjunto del Gobierno del
Estado. Por supuesto que tiene que haber algún motivo claro y
evidente.




El señor PRESIDENTE: Señor Núñez Pérez.

El señor NÚÑEZ PÉREZ: También muy brevemente quiero dar las gracias
al señor subsecretario por todos los datos que nos ha facilitado y la
explicación de muchas de las cuestiones que le hemos planteado, con
habilidad y con exactitud. Con habilidad y exactitud se han explicado
los aumentos de determinados capítulos que efectivamente están más
que justificados y compensados. Crece lo que tiene que crecer el
presupuesto en unos gastos que están, según la intervención del señor
subsecretario, a nuestro entender plenamente justificados. Tendremos
ocasión de debatirlo en Comisión y luego en el Pleno.

Reiterándole mi agradecimiento, señor subsecretario, termino señor
presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor subsecretario.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE COMUNICACIÓN (MARTÍN MARÍN), A
SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de expediente
212/002170.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la comparecencia del señor secretario
de Estado de Comunicación, a quien agradecemos que esté con nosotros.

Sin más preámbulos, tiene la palabra al señor Rodríguez Zapatero, en
nombre del Grupo Parlamentario Socialista.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Muchas gracias, señor secretario de
Estado, por su comparecencia en este ámbito de la información
presupuestaria, que siempre sirve para hacer algún comentario que
tiene que ver en parte con la tarea política que se expresa en las
cuentas cifradas que son los Presupuestos Generales del Estado,
porque es verdad que usted es titular de una Secretaría de Estado que
tiene un gasto inmaterial o no visible notable en el presupuesto en
términos políticos, y es lógico que así sea. No le extrañará tampoco
que podamos hacer alguna referencia a esa cuestión, sobre todo
algunas preguntas en orden a los cargos presupuestarios de algunas
acciones del Gobierno que nos parece conveniente conocer si es
posible en este acto, si no, cuando pueda clarificarlo, después de
entrar en algunos temas ya más concretos del presupuesto.

En relación con el ejercicio presupuestario del año 1999, que está a
punto de terminar, quería preguntarle si se ha producido -interpreto
que sí a tenor de lo que se ha debatido antes- en la cifra
presupuestada el pago de las indemnizaciones famosas que tanto hemos
debatido y que han sido objeto de múltiples comentarios. Si es
posible nos gustaría que nos remitiera la información oportuna de
cuándo se ha pagado y cómo se ha pagado exactamente. Supongo que se
habrá hecho conforme a los términos de la sentencia, pero como ha
sido tan controvertido nos gustaría conocerlo, si es posible.

En relación con el capítulo 2 del presupuesto de la Secretaría de
Estado de Comunicación, que desarrolla el programa relativo a la
cobertura informativa, desearíamos conocer cuáles son los trabajos
realizados por otras empresas y profesionales, concretamente el
capítulo 2, artículo 2, concepto 7, estudios y trabajos técnicos y
otros, que aparecen bajo ese epígrafe presupuestario; conceptos que,
por cierto, creo que tienen escasa variación respecto al presupuesto



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del año pasado, hay un ligero aumento en lo relativo a otros. Nos
gustaría que nos especificara aquí y ahora -o que nos remitiera la
documentación- cuánto se ha ejecutado, cuáles han sido los trabajos
realizados y cuáles son las previsiones para el año 2000. También nos
gustaría conocer cuál es la razón del aumento significativo, aunque
estamos hablando de una cantidad pequeña, de los gastos de
publicación, edición y distribución, que hay para el presupuesto del
año que viene.

No le voy a requerir ningún dato más sobre cuestiones económicas
concretas, pero sí algo que tiene relación, en parte; no sé si su
Secretaría de Estado es competente para intervenir en esta materia o
está previsto que lo haga. Nos gustaría saber si la Secretaría de
Estado de Comunicación va a tener alguna participación y, en su caso,
alguna obligación presupuestaria en el desarrollo del decreto de
unificación de la imagen de la Administración general del Estado. Nos
parece un asunto importante que hemos conocido por el Boletín Oficial
del Estado, aunque en su día lo anunció el Ministerio de
Administraciones Públicas. No sabemos si el Ministerio de
Administraciones Públicas es competente únicamente para la aplicación
y desarrollo o si va a participar la Secretaría de Estado de
Comunicación, que en principio podría tener relación dadas las
competencias funcionales que tiene. Si puede, nos gustaría que nos
dijera si hay alguna estimación de lo que va a costar el desarrollo
de este decreto, al cual no tenemos reparo que hacer tal como ha
aparecido en el Boletín Oficial del Estado.




El señor PRESIDENTE: Señor Núñez.




El señor NÚÑEZ PÉREZ: No éramos solicitantes de comparecencia, pero
le agradezco que me dé la palabra para dar la bienvenido, cómo no, al
secretario de Estado de Comunicación. Ala espera de sus respuestas,
me reservo la posibilidad de intervenir al final.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMUNICACIÓN (Martín Marín):
Agradezco al Grupo Parlamentario Socialista que haya solicitado esta
comparecencia, que me permite cumplir con la obligación de dar cuenta
al Parlamento de la gestión del Gobierno, en la línea de
transparencia de la política del Gobierno. Quiero agradecerle también
el tono de su intervención. Si me permite la disquisición, he tenido
ocasión de escuchar tal portavoz del Grupo Parlamentario Popular que
antes hablaba de ese buen tono, incluso coloquial. Me parece que es
el tono adecuado para este tipo de comparecencias.

Voy a tratar de ser muy breve y muy conciso porque las preguntas
también lo han sido. ¿Se ha producido el pago? Sí, al 100 por cien,
en cumplimiento de las sentencias, como se manifestó en la
comparecencia del año anterior. Me permito ampliarle información
diciéndole que el grado de ejecución presupestaria de la Secretaría
de Estado de Comunicación, a fecha de hoy, es del 88,91 por ciento
-el 89 por ciento-, pero ese concepto está cumplido al 100 por cien,
se ha pagado en los términos que establecía la sentencia.

En contestación a otra de las preguntas que ha hecho -que creo
recordar que realizó en términos similares en la comparecencia del
año pasado- sobre el capítulo 2, trabajos de otras empresas, y
estudios y trabajos técnicos, le reitero lo que le manifesté en la
comparecencia de octubre de 1998. Al concepto 227.06 se imputan todos
los contratos de servicios de mozos y jardinería, que no han sufrido
ninguna variación. En cuanto a los trabajos realizados por otras
empresas y profesionales, se refieren fundamentalmente a los
contratos con las agencias de noticias. Por supuesto que no tengo
ningún inconveniente en recordarle la relación de todas las agencias:
Vasco Press, Servimedia, Colpisa, Efe, Reuter, Fax Press, Europa
Press y France-Presse, que no pudo ser contratada -no sé si lo
dijimos ya el año pasado- porque no había presentado la documentación
en tiempo y forma; si este año la presentara está prevista la
suscripción a esta agencia. Este concepto ha tenido una variación del
6,15 por ciento respecto del año anterior porque se presupuesta la
posible contratación con France Presse.

En cuanto a la otra pregunta de S.S. sobre gastos de publicación y
edición, quiero decirle que el pequeño aumento que cuantitativamente
ha sufrido esta partida se refiere básicamente a las tres
publicaciones que van a hacer de la Oficina de Ciencia y Tecnología.

Por lo demás, en esta partida se contemplan todas las ediciones y
publicaciones de la Agenda de la Comunicación, Guía de Editores,
Catálogo General de Publicaciones, Boletín de Novedades y Oficina de
Ciencia y Tecnología. Para el año 2000 se han presupuestado 3.500.000
pesetas y 2.000.000 de pesetas más para el libro España 2000. Creo
que con esto respondo exactamente a sus preguntas.

Por último, aunque no está recogido en nuestro presupuesto, le
agradezco su pregunta sobre el decreto de desarrollo de imagen
corporativa tratando de unificar la imagen corporativa de toda la
Administración porque compartimos su criterio sobre el acierto del
mismo. No está previsto en nuestros presupuestos coste alguno para el
desarrollo de ese decreto. Por supuesto que vamos a colaborar
activamente, como no podía ser de otra manera, con el Ministerio de
Administraciones Públicas, puesto que en algo nos corresponde lo que
es la imagen de las instituciones públicas. El posible coste para la
Secretaría de Estado de Comunicación es cero porque nosotros no
tendríamos que llevar a cabo ninguna modificación en nuestra imagen.

En el resto de las instituciones, organismos o ministerios el coste
también será cero. Como recordará usted, el decreto dice que se
llevará a cabo su aplicación una vez que se vaya produciendo el
consumo del stock a renovar, en el plazo máximo de dos años.

Precisamente para evitar un mayor gasto o un mayor coste y tratando
de mantener la política de austeridad, el decreto viene a decir que
se vaya consumiendo la papelería y todos aquellos elementos que
tengan en stock los distintos organismos y se haga a la mayor
brevedad posible, con el tope máximo de los dos años.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado, por
su presencia.

La Comisión se reunirá mañana a las diez en punto para seguir con las
comparecencias programadas.

Se levanta la sesión.